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Área: Teología e Historia

DOCTRINA DE LOS
ACONTECIMIENTOS
FINALES
DOCTRINA DE LOS
ACONTECIMIENTOS FINALES
Doctrina de los acontecimientos finales
Esta es una Obra Colectiva
© Editado por: Seminario Bíblico Elim
Av. Mariano Cornejo 1009, Pueblo Libre
Lima - Perú
Primera edición digital - Julio 2021
Libro digital disponible en www.sbelim.org
ISBN: 978-612-5046-22-2

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2021-08686


Contenido

05 Lección 1
INTRODUCCIÓN A LA
ESCATOLOGÍA 74 Lección 7
EL ANTICRISTO

14 87
Lección 8
Lección 2 EVENTOS EN LA
LA ESCATOLOGÍA
PERSONAL SEGUNDA VENIDA
DE CRISTO

25 Lección 3
LA ESCATOLOGÍA
GENERAL
97 Lección 9
LA RESURRECCIÓN

33 Lección 4
LA SEGUNDA
VENIDA DE CRISTO
109 Lección 10
EL MILENIO

44 Lección 5
EL RAPTO DE LA
IGLESIA 120 Lección 11
LOS JUICIOS

59 Lección 6
LA TRIBULACIÓN
134 Lección 12
DESTINOS FINALES
Lección 1
INTRODUCCIÓN A
LA ESCATOLOGÍA

CONTENIDO
Introducción
I. Definición de escatología
II. La escatología y la interpretación de la Biblia
III. La escatología y Jesucristo
IV. Importancia de la escatología

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L01 Introducción a la


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escatología
INTRODUCCIÓN
La historia ha experimentado tres de las cuatro partes principales en el
argumento de la Biblia: la creación, la caída y la redención. La última en
presentarse es la restauración, que implica la derrota del mal y el
establecimiento del reino de Dios en la tierra. ¿Cómo no se sentiría
ilusionado cualquier cristiano respecto al futuro? A pesar de ello, algunos
cristianos se resisten a veces a estudiar lo que la Biblia afirma respecto a los
acontecimientos por venir. Tal vez crean que las cuestiones de los últimos
días tengan una importancia secundaria, o sean demasiado difíciles de
comprender. En realidad, alrededor de una cuarta parte de la Biblia era
profecía en el momento en que se escribió. Sin embargo, el final es lo que
más importa. ¡Es el propósito de todo lo demás!
La Biblia presenta el glorioso final que vendrá como la fuente de esperanza
y aliento supremos para el cristiano. Después de hablarles a los corintios
sobre la resurrección y la transformación venideras del cuerpo, Pablo
declaró: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes,
creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el
Señor no es en vano” (1 Co. 15:58). Asimismo, cuanto más viva el cristiano
a la luz de la venida de Jesús, más debería aumentar su piedad. Como
prometió Juan: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha
manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se
manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y
todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como
él es puro” (1 Jn. 3:2-3). El cristiano puede regocijarse también en que las
dificultades de esta vida acabarán. La muerte será derrotada (1 Co. 15:54-
55), se producirá el reencuentro con nuestros seres queridos ya fallecidos
(1 Ts. 4:17) y veremos el rostro de Dios (Ap. 22:3-4).
Sin embargo, la historia no acabará bien para todos. Los acontecimientos
de los últimos días sirven de advertencia para aquellos que aún no han
confiado en Jesús para salvación. El juicio está en camino. Los no creyentes
deben “huir de la ira venidera” (Lc. 3:7) confiando en Jesús y deben
arrepentirse para que el día del Señor no caiga repentinamente sobre ellos
(1 Ts. 5:2-3). Quienes rechacen el plan de salvación serán cortados de las
glorias del reino y desterrados de la presencia de Dios para siempre (2 Ts.
1:9; Ap. 21:8).

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escatología
Por tanto, el estudio de la escatología implica escudriñar lo que Dios está
haciendo en la historia a un gran nivel cósmico, aunque intensamente
práctico, ya que el destino de cada uno está involucrado. ¡Hay mucho en
juego! ¡El final de la historia constituye todo su propósito!
En el amplio estudio de las creencias cristianas, la escatología es la categoría
final de la doctrina. Algunos piensan, erróneamente, que último significa de
menor importancia. Por el contrario, la escatología revela los
acontecimientos venideros asociados con la “restauración [final] de todas
las cosas” (Hch. 3:21).

I. DEFINICIÓN DE LA ESCATOLOGÍA
El término escatología viene de dos palabras griegas eschatos que significa
‘último’ y logos que significa ‘materia, tema’; de allí que, la escatología es
el estudio doctrinario que trata con los últimos eventos de la historia,
incluyendo todo lo que está más allá de esta vida y era, además de los
eventos finales de esta era presente.
Sin embargo, el término “escatológico” se aplica frecuentemente a esta era
en su totalidad, porque:
• Pedro, en el día de Pentecostés, declaró que el derramamiento del
Espíritu cumplía la profecía de Joel respecto a los “postreros días”
(Hch. 2:16–21).
• La iglesia ya disfruta ciertos poderes de la era del reino y del mundo
(la era) por venir (Lc. 17:21; Mt. 16:19; Heb. 6:5).
• Ya que la iglesia espera en cualquier momento la venida del Señor,
todo momento es “escatológico” (Rom. 8:23; 1 Cor. 1:7; Lc. 12:35, 36;
1 Tes. 1:10).
• Ya que Cristo, el Hijo de Dios, es el “fin” o la “meta” de todas las cosas
en el plan de redención de Dios, la venida del Hijo encarnado
introdujo los “postreros días”: “… en estos ‘postreros días’ nos ha
hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo …” (Heb.
1:2).
• Debido a que el espíritu del Anticristo ya está obrando en
anticipación al conflicto final, Juan dijo: “Hijitos, ya es el último
tiempo; y según vosotros oísteis que el Anticristo viene, así ahora han
surgido muchos Anticristos; por esto conocemos que es el último
tiempo” (1 Jn. 2:18).

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escatología
Los acontecimientos futuros están vinculados al carácter de Dios. Los seres
humanos intentan predecir cosas que están basadas acertadamente en
modelos pasados, pero sus anuncios son con frecuencia erróneos. Incluso
con los avances tecnológicos, las personas carecen de la capacidad de
afectar el futuro y del conocimiento para entenderlo. Por otra parte, Dios
es todopoderoso y omnisciente. Al ser soberano, ostenta el control directo
de cada detalle del universo. Y al ser omnisciente (que todo lo sabe), sabe
y asegura con exactitud lo que Él quiere que suceda. Tales verdades son
reconfortantes para los cristianos, ya que son conscientes de que los
propósitos de Dios se cumplirán. Prevalecerá la justicia. El mal será
derrotado. La Biblia presenta a Dios en pleno control del principio y del final.
Como Dios mismo afirma: “Acordaos de las cosas pasadas desde los
tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay
semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la
antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y
haré todo lo que quiero” (Is. 46:9-10).
Existen dos categorías principales de escatología: la personal y la general.
• La escatología personal trata el futuro de la persona humana y
asuntos como la muerte, el estado intermedio, la resurrección, el
juicio, y dónde residirá la persona eternamente. Responde a la
pregunta de cuál es el destino de la persona.
• La escatología general o profética se ocupa de cuestiones más
amplias, como los pactos bíblicos, el arrebatamiento, el período de la
tribulación, la segunda venida de Jesús, el milenio y el estado eterno.
Mientras que la escatología personal se centra de un modo más
conciso en el destino de los seres humanos individuales, la
escatología cósmica enfoca asuntos más amplios y la forma en que
Dios tratará con su creación en conjunto, ya sea en el cielo o en la
tierra.

II. LA ESCATOLOGÍA Y LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA


El uso correcto de los principios interpretativos es fundamental para
entender la profecía y la escatología bíblicas. Esto implica un uso
consistente de la interpretación gramático-histórica a todas las áreas de la
Biblia, incluidas sus secciones proféticas. Este enfoque busca entender el
significado original de los escritores bíblicos, y lo que habrían comprendido
los lectores originales, y considera que los textos bíblicos tienen un único
sentido, y no significados múltiples, escondidos y alegóricos.
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escatología
Afortunadamente, la mayoría de los cristianos que creen en la Biblia usan
la interpretación gramático-histórica para la mayoría de los pasajes de las
Escrituras.
Sin embargo, la larga historia de abandono injustificado de la interpretación
gramático-histórica respecto a las secciones escatológicas es lamentable.
Algunos cristianos dan un enfoque espiritual a la interpretación de la
profecía la cual los ha llevado, a menudo, a creer que la iglesia es el nuevo
Israel o que las promesas de territorio del Antiguo Testamento no son más
que bendiciones espirituales para la iglesia.
Por ejemplo, Isaías 2:2-4 habla de una era venidera en que las personas de
las naciones se dirigirán a la ciudad de Jerusalén para aprender sobre Dios.
Durante este tiempo no habrá guerra, solo paz, mientras el Señor reine
sobre la tierra. Esta era de armonía internacional entre las naciones no ha
sucedido aún, pero algunos espiritualizan este pasaje, y consideran que se
ha cumplido en esta era, cuando personas de distintos países creen en el
evangelio y se unen a la iglesia. Sin embargo, aquí no está la iglesia en
mente. Para usar otro ejemplo, Apocalipsis 7:4-8 habla de 144 000 personas
judías, doce mil de cada una de las doce tribus de Israel. Este grupo se
contrasta con un gran número de gentiles salvos “de todas naciones y tribus
y pueblos y lenguas” (Ap. 7:9). El grupo de Apocalipsis 7:4-8 es claramente
judío, pero algunos lo toman como una descripción de la iglesia, no de
Israel. Este enfoque no encaja con la hermenéutica gramático-histórica ya
que no hay razones contextuales para entender este pasaje como una
alusión a otra cosa que no sean los representantes del Israel étnico.
Abandonar la interpretación gramático-histórica también conduce a
descartar lo que la Biblia afirma respecto al reino milenial venidero de Jesús.
Aun los que niegan un reino terrenal futuro de Jesús admiten que un
enfoque literal de la profecía del Antiguo Testamento debe guiar a un reino
venidero, literal y terrenal. Por ejemplo, O. T. Allis (un teólogo presbiteriano
estadounidense y erudito de la Biblia.) aceptó que “si se interpretan las
profecías del Antiguo Testamento de manera literal no se puede considerar
que se hayan cumplido ni que se puedan cumplir en esta era”. Y Floyd E.
Hamilton (autor del libro Las bases de la fe milenial) reconoció: “Ahora bien,
debemos admitir con franqueza que una interpretación literal de las
profecías del Antiguo Testamento nos proporciona precisamente una
imagen del reinado terrenal del Mesías como las descripciones
premilenialistas”.

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escatología
El enfoque gramático-histórico de la interpretación encaja con el medio
normal de la comunicación. Se ve, asimismo, respaldado por el hecho de
que muchas profecías respecto a la primera venida de Jesús se cumplieron
en un sentido normal, es decir, literal. Jesús nació de una virgen (Is. 7:14),
en Belén (Mi. 5:2) y murió de una muerte espantosa en favor de su pueblo
(Is. 53). Si las profecías de la primera venida de Jesús se cumplieron de
manera literal, lo mismo sucederá con las correspondientes a su segunda
venida.

III. LA ESCATOLOGÍA Y JESUCRISTO


Jesús es el centro del programa del reino de Dios. Es el Rey supremo. Tanto
el Rey (Jesús) como la esfera de su reino están sujetos a muchas profecías
del Antiguo Testamento. El primer versículo del Nuevo Testamento declara:
“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham” (Mt.
1:1). Jesús no solo es el descendiente de David y de Abraham de pleno
derecho, sino que también está cualificado para cumplir los pactos davídico
y abrahámico. Todas las profecías y los pactos de la Biblia hallan su
cumplimiento en Jesús. Por tanto, Pablo declara: “Porque todas las
promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para
la gloria de Dios” (2 Co. 1:20).
Sin embargo, los cristianos suelen estar confundidos respecto al papel de
Jesús en el cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento. Algunos
creen que las promesas veterotestamentarias concernientes a Israel y a su
territorio se cumplen en Jesús o se absorben en Él, de tal manera que uno
no debería esperar un cumplimiento literal futuro de estos asuntos.
Supuestamente, dado que Jesús es el israelita supremo o verdadero, quien
sustituyó a Israel, ya no existe relevancia teológica alguna para la nación.
Pero este es el enfoque incorrecto. Jesús es el punto focal de los propósitos
de Dios, y a través de Él se cumplirán todas las promesas, las profecías y los
pactos. Esto sucede por medio del cumplimiento literal de lo prometido.
Los detalles específicos de las promesas y las profecías del Antiguo
Testamento importan y deben cumplirse como se predijeron.
Cuando hablaba sobre la percepción errónea de que estaba aboliendo las
Escrituras hebreas, Jesús respondió:
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he
venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que

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escatología
hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la
ley, hasta que todo se haya cumplido”. Mateo 5:17-18
Cuando Jesús se refirió a “la ley o los profetas”, aludía a las Escrituras
hebreas en su conjunto, incluidas sus profecías. En el Antiguo Testamento,
“todo” tenía que “llevarse a cabo”. Esto incluía cada “jota” y “tilde” del
abecedario. En otras palabras: todo. Cualquier cosa predicha en las
Escrituras hebreas tenía que suceder tal como se había predicho.
Jesús esperaba un cumplimiento literal de las profecías del Antiguo
Testamento el cual se ve en la sección profética de Mateo 24–25.
• Jesús declaró: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la
abominación desoladora de que habló el profeta Daniel…” (Mt.
24:15) y, a continuación, aclaró cómo este terrible suceso significaba
que los habitantes de Judea tendrían que huir de la persecución (Mt.
24:16-21).
• Aquí, Jesús contaba con un entendimiento literal y contextual de
Daniel 9:27, que habla de un inminente arrasamiento del templo
judío por parte de un príncipe malvado. Jesús no espiritualizó este
texto del Antiguo Testamento ni afirmó que sus detalles ya hubieran
dejado de importar, ni que quedaran absorbidos en su persona, sino
que aguardaba un cumplimiento literal de este acontecimiento.
• Jesús aseveró, asimismo, que las señales cósmicas predichas en Isaías
13:10 sucederían (Mt. 24:29). También se apoyó en Daniel 7:13 para
declarar que el Hijo del Hombre vendría en las nubes de gloria (Mt.
24:30).
• Una y otra vez, Jesús consideró los detalles de las profecías del
Antiguo Testamento como algo que necesariamente debía cumplirse
tal y como lo aseveraba el Antiguo Testamento. Si Jesús consideró
que los detalles de las profecías veterotestamentaria seguían
necesitando cumplirse, los cristianos también deberían pensar lo
mismo.
• Como Jesús, los escritores neotestamentarios también estimaron
que las profecías del Antiguo Testamento exigían un cumplimiento
exacto después de la primera venida de Jesús.
• Tanto Pablo como Pedro afirmaron que el día del Señor tiene que
producirse todavía (1 Ts. 5:2; 2 P. 3:10).
• En línea con Daniel 9:27, Pablo esperaba la figura venidera del
anticristo, el “hombre de pecado”, quien entraría en el templo judío
autoexaltándose y autoproclamándose Dios (2 Ts. 2:3-4).
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escatología
• Pablo también declaró una salvación futura para la nación de Israel
en relación con las promesas del nuevo pacto para la nación (Ro.
11:26-27).
El Nuevo Testamento no trasciende ni altera la expectativa profética
veterotestamentaria, sino que considera que las profecías del Antiguo
Testamento necesitan cumplirse en el curso de las dos venidas de Jesús.
El Antiguo Testamento predijo a un Mesías que reinaría sobre un reino
mundial (Zac. 14:9), pero que también sufriría por los pecados de su pueblo
(Isaías 53). Sin embargo, en esa parte de la Biblia, pocas cosas indicaban dos
venidas de este Mesías. La verdad de dos llegadas distintas del Mesías se
reveló en el Nuevo Testamento.
Es importante comprender las dos venidas de Jesús para entender el
cumplimiento de la profecía bíblica. Que sean dos venidas significa que el
cumplimiento de las profecías relacionadas con Él también se produce por
fases.
• Algunas profecías se cumplieron con la primera venida de Jesús,
mientras que otras aguardan su regreso. Por ejemplo, en Hechos
3:18, Pedro les dijo a los habitantes de Jerusalén: “Pero Dios ha
cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus
profetas, que su Cristo había de padecer”. Esto demuestra que las
profecías del sufrimiento de Jesús y la expiación se realizaron en su
primera venida.
• A pesar de ello, Pedro siguió afirmando que el cielo debe recibir a
Jesús durante un tiempo “hasta los tiempos de la restauración de
todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas
que han sido desde tiempo antiguo” (Hch. 3:21). La “restauración de
todas las cosas” que los profetas predijeron estaba aún en el futuro
y sucedería cuando el Padre enviará a Jesús, el Cristo designado para
ellos (Hch. 3:20).
Las profecías relacionadas con la persona de Jesús y con su identidad como
Mesías y siervo sufriente del Señor se cumplieron con su primera venida. Lo
mismo ocurrió con las profecías relacionadas con la obra de Jesús en la cruz
como expiación por el pecado. Además, la inauguración del nuevo pacto
por parte de Jesús con su muerte es el principal cumplimiento de la profecía
del Antiguo Testamento.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L01 Introducción a la


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escatología
Pero es necesario que ocurran muchas cosas. Las profecías relacionadas con
la septuagésima semana de Daniel, el día del Señor, la salvación de Israel,
el anticristo, el milenio y otros acontecimientos aguardan el momento de la
segunda venida de Jesús.

IV. IMPORTANCIA DE LA ESCATOLOGÍA


Debido a que hay mucha divergencia en esta área de doctrina, y que algunas
cosas no están claras como el agua, algunos opinan que a la escatología se
le debiera dar menos importancia que a otras áreas de la verdad bíblica.
¿Hay algún área de doctrina que no haya sido debatida? Piense en la
Trinidad, o la naturaleza de la persona de Cristo, o el gobierno de la iglesia,
o la predestinación, o la seguridad eterna, o los efectos del pecado de Adán.
Y piense en algunos de los conceptos difíciles de interpretar en estas áreas,
tales como la triunidad de Dios, la Deidad y la humanidad unidas en una
Persona, el significado de unigénito, el concepto del pecado imputado,
etcétera.
Sin embargo, no rehuimos, ni sería propio que lo hiciéramos, a un estudio
detallado de estas enseñanzas. Del mismo modo, no debemos
menospreciar lo que la Biblia dice concerniente al futuro.
Para el creyente, el conocimiento de la profecía:
a) Provee gozo en medio de la aflicción (2 Corintios 4:17),
b) Limpia y estimula a una vida de santidad (1 Juan 3:3),
c) Es provechoso, como toda la Escritura, para varias necesidades
importantes en la vida del cristiano (2 Timoteo 3:16–17),
d) Da hechos objetivos tocante a la vida después de la muerte (2
Corintios 5:8),
e) Aporta verdad respecto al final de la historia,
f) Da pruebas de la confiabilidad de toda la Escritura, porque las
muchas profecías que se han cumplido al pie de la letra no se pueden
atribuir a la casualidad, sino solo a Dios,
g) Eleva nuestros corazones en adoración al Dios que está en completo
control de todo y que llevará a cabo Su voluntad en la historia.
Menospreciar la profecía es perder estos beneficios.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L01 Introducción a la


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escatología
Lección 2
LA ESCATOLOGÍA
PERSONAL

CONTENIDO
I. La muerte
II. El estado intermedio
III. La resurrección

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L02 La escatología personal 14


¿Qué ocurre cuando uno muere? La respuesta a esta pregunta está
relacionada con la escatología personal. Dado que la Biblia nos enseña los
importantes destinos tanto para los incrédulos como para los creyentes,
esta parte trata la escatología personal desde el punto de vista de estos dos
grupos.

I. LA MUERTE
Las Escrituras enseñan lo que la mayoría sabe por intuición: la muerte es el
destino de los seres humanos. Aunque todos reconocen la contundente
realidad de la muerte, solo la Biblia revela su origen, su relevancia y lo que
debe suceder para que sea derrotada.
La muerte no es la no existencia. El principal significado de la muerte es
separación. Así, Génesis 35:18 declara respecto a Raquel: “al salírsele el
alma (pues murió)”. Tras la muerte, su alma siguió viviendo, aunque
separada de su cuerpo.
Las Escrituras hablan de tres clases de muerte: la muerte física, la muerte
espiritual y la muerte segunda o muerte eterna.
A. LA MUERTE FÍSICA
La muerte física es cuando se separa el alma del cuerpo y constituye la
transición del mundo visible al invisible.
En este punto ocurre una separación entre el cuerpo de la persona y su
alma/espíritu.
Santiago declaró: “El cuerpo sin espíritu está muerto” (Stg. 2:26).
Respecto a la muerte física, Eclesiastés 12:7 explica: “El polvo [cuerpo]
vuelve a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio”.
Para el creyente, la muerte física:
• Marca su entrada al paraíso y a la presencia de Cristo Jesús (2 Cor.
5:1–8; Fil. 1:23);
• Es el efecto final del pecado y el último efecto del pecado a ser
cancelado por la obra redentora de Cristo (Rom. 5:12–15; 1 Cor.
15:26).
• Aunque todos los hombres mueren físicamente, para el creyente la
muerte y resurrección de Cristo le robó a la muerte su aguijón (1 Cor.
15:54–57; 2 Ti. 1:10; Heb. 2:9, 14–15; 9:15),
• Y más aún, el creyente puede triunfantemente declarar que para él
“el morir es ganancia” (Fil. 1:21).
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L02 La escatología personal 15
Para el incrédulo, la muerte es su entrada al Hades (Lc. 16:22, 23; Mt. 10:28;
Ap. 20:13). La muerte física no es el final de la existencia, sino solamente un
cambio en el estado de existencia.
B. LA MUERTE ESPIRITUAL
La muerte espiritual implica la separación de Dios. Una persona puede estar
físicamente viva, aunque muerta en espíritu.
Por ejemplo, Adán “murió” como resultado de su desobediencia de
acuerdo con la advertencia de Dios: “… porque el día que tú comas, ese día
morirás” (Gn. 2:17) Sin embargo, su muerte (excluido del jardín) no
consistió en su muerte física inmediata, pese a que su estado de mortalidad
comenzó, su muerte fue muerte espiritual.
Cuando Jesús dijo “dejad que los muertos entierren a los muertos” (Mt.
8:22), quiso decir, “deja que los espiritualmente muertos entierren a los
físicamente muertos”. Por espiritualmente muerto hizo referencia a
aquellos separados de Dios por la incredulidad.
Pablo, escribiendo a los efesios, dijo: “Y él os dio vida a vosotros, cuando
estabais muertos en vuestros delitos y pecados” (Ef. 2:1). Anteriormente,
como pecadores, ellos existían en la “muerte” espiritual; mas cuando
vinieron a conocer a Cristo, fueron hechos vivos. Cuando uno viene a la
comunión con Dios por medio de la fe en Cristo, pasa de “muerte a vida” (1
Jn. 3:14).
En el juicio final de los incrédulos ante “El Gran Trono Blanco”, el cual toma
lugar después de los mil años (milenio), los muertos malvados todavía
existirán y estarán ante Dios en juicio; y aunque podrán estar en juicio, su
estado se llama de “muerte” porque están enajenados de Dios (Ap. 20:13–
15). (Vea también Ap. 3:1; 1 Ti. 5:6).
C. LA MUERTE ETERNA
La muerte eterna es el castigo y exclusión de la presencia de Dios por toda
la eternidad. Esto les ocurre a quienes mueren físicamente mientras están
espiritualmente muertos.
a) Los incrédulos experimentarán una separación eterna y consciente
de la presencia de Dios (2 Ts. 1:9).
b) Santiago se refiere a esta muerte, explicando cómo puede ser
prevenida: “Sepa que el que haga volver al pecador del error de su
camino, salvará de muerte un alma …” (Stg. 5:20).

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L02 La escatología personal 16


c) Claramente, la muerte eterna no es el fin de la existencia; es un
castigo eterno. Pablo advierte de esta eventualidad en 2
Tesalonicenses: “…Cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo
con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución
a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro
Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición,
excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder … (2 Tes.
1:7–9)
d) En el juicio del “Gran Trono Blanco” todos los muertos malvados
serán echados en el lago de fuego lo cual es llamado la “muerte
segunda” (Ap. 20:13–15).
e) La muerte eterna es descrita en la Escritura como:
• el fuego eterno (Jud. 7; Mt. 18:8; 25:41);
• el castigo eterno (Mt. 25:46);
• el juicio eterno (Heb. 6:2);
• y la eterna perdición (2 Tes. 1:9).
No todos experimentarán la muerte eterna; quienes creen en Jesús la
evadirán.
II. EL ESTADO INTERMEDIO
El estado intermedio es el estado del alma entre la muerte física y la
resurrección. Para el creyente, la resurrección ocurrirá con la venida de
Cristo; para el incrédulo, no ocurrirá hasta después del milenio en el juicio
final.
La muerte no traerá un final a nuestra esperanza, porque se nos ha
asegurado que “los muertos en Cristo resucitarán primero” cuando Él
regrese (1 Tesalonicenses 4:16). Los que hayan fallecido no se perderán
nada de la gloria del Arrebatamiento, ni de ese encuentro en los aires
prometido (4:17). Sin embargo, la Biblia no nos dice todo lo que nosotros
quisiéramos saber acerca del estado en que existiremos entre la muerte y
la resurrección. Está más preocupada porque miremos al futuro, a la
herencia y a la plenitud que serán nuestras cuando Jesús venga de nuevo.
A. DE LOS MALVADOS
El estado intermedio de los incrédulos implica el tormento consciente en
un lugar llamado Hades, término griego para la morada de los muertos.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L02 La escatología personal 17


Antes de Cristo, los justos y los malvados iban al Seol el cual tenía dos
compartimentos separados por un golfo infranqueable (Lc. 16:22–31; Gn.
37:35; Dt. 32:22; Ez. 32:23, 24).
En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea Seol es traducida
variadamente “infierno” y “sepulcro.” En el Nuevo Testamento, la “parte
más baja del Seol” se llama en griego el Hades. Esto viene de la versión de
“la septuaginta” donde la palabra hebrea Seol es traducida por la palabra
griega Hades.
Los malvados no van a su perdición final hasta después del juicio final
cuando sean echados al lago de fuego.
El estado final de perdición o “lago de fuego” era gehenna, traducida
correctamente como “infierno” (Mr. 9:43). (El nombre gehenna era un
término figurativo tomado de los fuegos perpetuos que quemaban los
desechos en el Valle de Hinnom cerca de Jerusalén).
Podemos decir que la gehenna y el infierno propiamente dicho son lo
mismo que el lago de fuego (Apocalipsis 19:20; 20:10, 14, 15). La muerte y
hades o los lugares inferiores de la tierra, traducidos infierno, serán
arrojados al lago de fuego, que es el verdadero infierno.
B. DE LOS JUSTOS
El estado intermedio de los justos se llama “paraíso”. Jesús le dijo al ladrón
agonizante: “… hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23:43). Después de
la resurrección de Jesús, la morada de los justos fue transferida del Seol al
paraíso. Jesús personalmente descendió al Seol para llevar “cautiva la
cautividad” (Ef. 4:8). Él estuvo “… en el corazón de la tierra tres días y tres
noches” (Mt. 12:40). Aparentemente el Seol se encuentra en el corazón de
la tierra. (Vea también Ef. 4:9, 10; Nm. 16:33). Jesús no fue a la morada de
los malvados en el Seol o el Hades, sino a la parte conocida como el “Seno
de Abraham.” Sacó del Seol a los justos, llevándoselos con Él al paraíso. (Vea
también Sal. 16:10; Hch. 2:27.)
Cuando los justos mueren van inmediatamente a estar en la presencia de
Cristo Jesús. Pablo habló de “… teniendo deseo de partir y estar con Cristo,
lo cual es muchísimo mejor …” (Fil. 1:23). Está confirmado por sus inspiradas
palabras a los corintios, que Pablo esperaba en su muerte ir de inmediato a
la presencia del Señor: “Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes
del cuerpo, y presentes al Señor” (2 Cor. 5:8). Cuando Lázaro murió, fue
inmediatamente al “Seno de Abraham”, el cual era el nombre que los judíos
daban a la morada de los fieles que habían partido. Lázaro estaba

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L02 La escatología personal 18


consciente y “consolado.” El hombre rico quería que Abraham enviara a
Lázaro a testificar a sus hermanos vivos, mostrando que ambos estaban en
un estado de actividad consciente. Quizá ningún pensamiento es más
confortante a los creyentes que saber que al morir irán a estar con Jesús. El
apóstol habló las siguientes palabras de esperanza: “Porque no nos ha
puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro
Señor Jesucristo, que murió por nosotros para que […] vivamos juntamente
con él. Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros” (1 Tes.
5:9–11).
C. FALSOS PUNTOS DE VISTA SOBRE EL ESTADO INTERMEDIO
Hay varias posiciones falsas sobre el estado intermedio que son
ampliamente sostenidas; algunas no tienen ninguna base en las Escrituras,
otras están basadas en una interpretación incorrecta de la Escritura.
Trataremos aquí a tres de estas.
1. El purgatorio
Las iglesias Católica Romana y Griega Ortodoxa enseñan que aquellos
miembros que han vivido vidas imperfectas deben pasar algún tiempo en
“el purgatorio” a fin que sus pecados e imperfecciones puedan ser
purgados. Dependiendo de la seriedad de sus ofensas, la longitud de tiempo
a pasar en el purgatorio puede durar algunas horas o siglos, determinado
solamente por el juicio final.
Según la iglesia católica, el tiempo en el purgatorio puede ser acortado por
regalos o servicios rendidos a la iglesia o por oraciones o misas patrocinadas
por familiares. La doctrina está basada en un pasaje tomado de los
apócrifos, hallado en 2 Macabeos 12:41–43. Los libros apócrifos no son una
parte del canon de la Escritura. Están incluidos en las biblias católicas, quizá
por su apoyo a doctrinas no respaldadas por las escrituras canónicas.
Ninguna referencia en la Escritura con respecto al estado intermedio hace
alguna referencia a los sufrimientos purgatorios. Además, el concepto de
purgatorio viola la clara enseñanza de la Escritura de la suficiencia de la
sangre de Cristo para limpiar el pecado, y de salvación mediante la fe (Vea
Heb. 10:10–23; Ef. 2:8–10; Rom. 3:24–28; 5:1, 2, 9, 10; 8:1, 31–39; 10:8–11;
1 Jn. 2:1, 2; 3:1, 2).
2. El sueño del alma
Esta es la enseñanza que afirma que después de la muerte el alma descansa
en un estado inconsciente hasta la resurrección. Esta doctrina es sostenida
por los adventistas del séptimo día, los testigos de Jehová y varios grupos

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L02 La escatología personal 19


menores. Los argumentos presentados para afirmar esta doctrina del sueño
del alma son:
• La Biblia a menudo se refiere a la muerte como un sueño (1 Tes. 4:13,
14; Jn. 11:11–14).
• Se asume que el alma no puede funcionar fuera del cuerpo, y
entonces, no despertará hasta que sea unida con el cuerpo en la
resurrección.
• Parece inapropiado que los justos disfruten gozo celestial, o los
injustos sufran en el Hades hasta después del juicio (Heb. 9:27).
Los argumentos para el sueño del alma enunciados anteriormente serán
contestados en el mismo orden.
2.1. Uso metafórico
El uso del término “dormir” para describir a la muerte es una expresión
figurativa y un eufemismo para enfatizar el hecho que la persona muerta
todavía vive. W. E. Vine explica:
El uso metafórico de la palabra “dormir” es apropiado, por la similitud en
apariencia de un cuerpo dormido y un cuerpo muerto; descanso y paz
normalmente caracterizan a ambos. El objeto de la metáfora es sugerir que,
al igual que el que duerme no cesa de existir mientras su cuerpo duerme,
así también la persona muerta continúa existiendo a pesar de su ausencia
en la región en la cual aquellos que quedan pueden comunicarse con él.
Además, la narración dada por Jesús del estado del hombre rico y Lázaro
inmediatamente después de la muerte demuestra claramente que sus
almas no estaban durmiendo en inconsciencia (Lc. 16:22–31). Vea también
la declaración de Pablo a los filipenses: “… teniendo deseo de partir y estar
con Cristo, lo cual es muchísimo mejor…” (1:23).
2.2. El espíritu puede funcionar fuera del cuerpo
Es hecho claro por el tratado de Pablo sobre “la muerte” en 2 Corintios, que
el espíritu puede funcionar fuera del cuerpo:
Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entretanto que estamos
en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por
vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y
presentes al Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes,
serle agradables (2 Cor. 5:6–9).
Él declara que estar “presentes al Señor” significa ausencia del cuerpo.
Además, lo que el apóstol procuraba era serle agradable al Señor, presente
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L02 La escatología personal 20
o ausente del cuerpo. Si estar ausente del cuerpo significara “sueño del
alma”, ¿por qué debería preocuparse de serle agradable al Señor después
de la muerte? Uno que duerme difícilmente podría serle desagradable. Si
Pablo esperaba dormir después de la muerte, su ambición de agradarle
hubiera sido aplicada solamente a la existencia antes de la muerte. Ya que
esperaba estar consciente después de la muerte, esperaba agradar al Señor
adorándole (Ap. 7:9, 10). (Vea también Heb. 12:23; Ap. 6:9–11; Ec. 12:7.)
2.3. El juicio del creyente
Respondiendo a la suposición que dice que los hombres deben esperar el
juicio antes de disfrutar gozo o sufrir castigo, Louis Berkhof comenta: “El día
de juicio no es necesario para alcanzar una decisión respecto a la
recompensa o castigo de cada hombre, sino solo el solemne anuncio de la
sentencia, y para la revelación de la justicia de Dios en la presencia de los
hombres y los ángeles”. Jesús dijo: “El que en él cree no es condenado; pero
el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios” (Jn. 3:18). (“Condenado” es equivalente a “juzgado”,
ya que hace falta un juicio para poder condenar a alguien). Habrá un juicio
de creyentes con respecto a recompensas por servicio, pero no con
respecto a su salvación; la salvación de uno está condicionada por la fe en
Jesús. (Vea 2 Cor. 5:10; 1 Cor. 3:12–15.)
3. Espiritismo
El espiritismo enseña que los vivos pueden comunicarse con los muertos, y
los muertos con los vivos, generalmente a través de un “médium”. No hay
ninguna evidencia en la Biblia para sugerir que pueda haber comunicación
legítima entre los vivos y los muertos. De hecho, las Escrituras
inequívocamente prohíben cualquier intento de hacerlo (Lv. 19:31; 20:6,
27; Dt. 18:9–12; Is. 8:19, 20; 1 Cr. 10:13, 14).
Hay dos explicaciones para el fenómeno espiritista: (1) son producidos por
manipulaciones engañosas, como ha sido probado a menudo, (2) son
producidos por “espíritus de mentira” (1 R. 22:22, 23; 1 Ti. 4:1). En Hechos
capítulo dieciséis, Pablo liberó a una joven de un espíritu de adivinación
(python) por el cual podía traer mucha ganancia a sus explotadores (Hch.
16:16–19). Sin duda, los espíritus malignos a menudo engañan a la gente
que consulta a un médium imitando la voz de seres queridos muertos.
Buscando apoyo bíblico, los espiritistas a menudo citan el caso de la adivina
de Endor trayendo al espíritu de Samuel (1 Sam. 28:7–20). Sin embargo, ese
caso no puede animar al espiritismo, porque Saúl fue castigado con la

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L02 La escatología personal 21


muerte por desobedecer al Señor consultando a un espíritu familiar
(1 Cr. 10:13, 14).

III. LA RESURRECCIÓN
Dios creó a los seres humanos como una unidad compleja de cuerpo y alma.
En este siglo, la muerte física resulta en la separación del cuerpo de la
persona de su alma. Sin embargo, este estado no dura para siempre. Todos
están destinados a una resurrección del cuerpo adecuada para su destino
eterno.
Dado que la mayoría de las personas mueren físicamente antes del regreso
de Jesús, se suele referir a la resurrección como una salida de la tumba. Por
ejemplo, Daniel declaró que tras un “tiempo [específico] de angustia […]
muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos
para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua” (Dn. 12:1-
2). Los que han muerto y han sido sepultados, “serán despertados” un día.
Es una resurrección física del cuerpo.
Jesús afirma esta misma verdad:
“No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que
están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán
a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de
condenación”. Juan 5:28- 29
En una sección posterior explicaremos el momento y las fases del programa
de resurrección de Dios, pero aquí el enfoque está en lo que la resurrección
significa tanto para los creyentes como para los incrédulos. La resurrección
se produce para ambos grupos, pero no todos despiertan al mismo destino.
Dado que las Escrituras proporcionan más detalles sobre la resurrección de
los creyentes, iniciaremos aquí nuestra exposición.
A. LA RESURRECCIÓN DEL CREYENTE
Los creyentes en Dios están destinados a la resurrección del cuerpo. Una de
las figuras bíblicas más tempranas, Job, expresó confianza en la
resurrección:
“Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y
después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios”. Job
19:25-26
Job sabía que su “piel” sería “deshecha” (muerte física), pero que esto no
sería el fin. Su “Redentor” pondría sus pies en la tierra y, al final, Job vería

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L02 La escatología personal 22


“a Dios” en su “carne”. La resurrección física es real y se produce por el
Redentor.
Isaías también anunció la resurrección del cuerpo para los salvos:
“Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad,
moradores del polvo! Porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la
tierra dará sus muertos”. Isaías 26:19
La exposición más extendida de la naturaleza del cuerpo de resurrección
para los creyentes se encuentra en 1 Corintios 15:35-49. Pablo trata las
preguntas “¿Cómo resucitan los muertos?” y “¿Con qué clase de cuerpo
vienen?” (15:35). A continuación, contrastó los cuerpos defectuosos y
mortales que ahora tenemos con los cuerpos glorificados que recibiremos
en la era venidera. Los cuerpos glorificados serán imperecederos. No
decaerán ni morirán como nuestros cuerpos perecederos actuales (15:42).
Nuestros cuerpos futuros no estarán manchados por la vergüenza del
pecado. Serán poderosos, no débiles (15:43). Serán cuerpos espirituales, no
naturales (15:44). Jesús es el prototipo de los cuerpos glorificados, aunque
nuestros cuerpos naturales se asemejan a Adán (15:45-46).
La mención de cuerpos “espirituales” no significa inmateriales o
fantasmagóricos. Son espirituales, porque su fuente es Dios, por medio de
la resurrección y la glorificación. Pablo enseñó que los cuerpos glorificados
eran cuerpos físicos, cuando afirmó: “gemimos… esperando… la redención
de nuestro cuerpo” (Ro. 8:23). Declaró, asimismo, que cuando Jesús venga
“transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante
al cuerpo de la gloria suya” (Fil. 3:21). Así como Jesús tuvo una existencia
tangible y física cuando resucitó de entre los muertos, también la tendrán
sus seguidores. Después de todo, Él es la “primicia” de quienes mueren en
Él (1 Co. 15:20). Se requieren cuerpos glorificados para entrar en el reino
eterno de Dios (1 Co. 15:50).
La resurrección implica que el cuerpo vuelve a la vida y se reúne con el alma.
Cuando explica el arrebatamiento de la iglesia en 1 Tesalonicenses 4:13-18,
Pablo declara: “traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él” (1 Ts. 4:14),
en referencia a las almas de los cristianos fallecidos que están en el cielo.
Por tanto, en el momento del arrebatamiento, Dios traerá a las almas de los
cristianos ya muertos y las unirá a sus cuerpos resucitados (1 Ts. 4:16). Dado
que el destino final de los creyentes es la nueva tierra, los cuerpos
resucitados son perfectamente adecuados para la vida eterna en la nueva
tierra, que ya no experimentará maldición, decadencia ni muerte. Y quienes
vivan en ella tampoco sufrirán estas cosas. El creyente tiene mucho por lo
que esperar ansiosamente.
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L02 La escatología personal 23
B. LA RESURRECCIÓN DE LOS INCRÉDULOS
Las Escrituras proporcionan menos detalles respecto a la naturaleza del
cuerpo de resurrección de los perdidos, pero es posible sacar algunas
conclusiones. Daniel 12:2 afirma que los no salvos “serán despertados…
para vergüenza y confusión perpetua”. Los incrédulos experimentan una
resurrección corporal tangible. Como vimos en Daniel 12:2 y Juan 5:28-29,
salen de la tumba. Por tanto, el cuerpo que murió y fue enterrado es el
mismo que sale de la sepultura. Ha sido resucitado, pero la persona es la
misma, de modo que existe una correspondencia exacta.
En segundo lugar, el cuerpo de resurrección de los no salvos es adecuado
para experimentar el lago de fuego. Así como los creyentes recibirán un
cuerpo para vivir en la nueva tierra (Ap. 21:1–22:5), que es un lugar real, los
no creyentes recibirán un cuerpo apropiado para sufrir el lago de fuego, que
también es un sitio real. Apocalipsis 20:15 declara: “Y el que no se halló
inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. En Isaías 66:22-
24 se explica este tipo de paralelo entre creyentes e incrédulos; se
describen primero las condiciones de la nueva tierra para los creyentes
(66:22-23) y, a continuación, para los no salvos (66:24): “Y saldrán, y verán
los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano
nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre”.
Esto indica una existencia tangible para los perdidos.
Tanto Apocalipsis 20:15 como Isaías 66:24 revelan el espantoso destino de
los impenitentes. Estos textos muestran un juicio sin fin de fuego ardiente.
El apóstol Juan reveló que el incrédulo “también beberá del vino de la ira
de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado
con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo
de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día
ni de noche” (Ap. 14:10-11). Esto revela una existencia desdichada: un
tormento eterno consciente caracterizado por la inexistencia de descanso
para quienes moran allí.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L02 La escatología personal 24


Lección 3
LA ESCATOLOGÍA
GENERAL

CONTENIDO
I. Eventos que rodean el final de la edad de la iglesia
II. El rapto de la iglesia
III. El periodo de la tribulación
IV. La aparición del anticristo
V. El día del Señor
VI. Eventos en la segunda venida de cristo
VII. El milenio
VIII. La sublevación final de Satanás
IX. El estado eterno

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L03 La escatología general 25


I. EVENTOS QUE RODEAN EL FINAL DE LA EDAD DE
LA IGLESIA
A. APOSTASÍA CRECIENTE
El término “últimos días” abarca todo el período entre la primera y la
segunda venida de Cristo (Hebreos 1:2). La deserción y la apostasía, entre
otras cosas, caracterizarán todo ese período (2 Timoteo 3:1). Así que, no es
indicación del final de la era de la iglesia la presencia en la misma de la
apostasía, pero el aumento de ella sí lo es. La apostasía existe en el
presente, y también existirá en el futuro, cuando al llegar a su clímax
conducirá al reinado religioso del hombre de pecado durante el período de
la Tribulación (2 Tesalonicenses 2:3). Podemos esperar que la apostasía se
difunda cada vez más a medida que nos acerquemos a los días de la
Tribulación.
1. Las características doctrinales de la apostasía. Estas incluyen a lo menos
tres:
a) Una negación de la doctrina de la Trinidad (1 Juan 2:22,23).
b) Una negación de la doctrina de la encarnación de Cristo (1 Juan 2:22;
4:3; 2 Juan 7). En la época de Juan esto tomó la forma de negación de
la verdadera y real humanidad de Cristo, aunque también toma la
forma de negar la verdadera deidad de Cristo. El rechazamiento ya
sea de la Trinidad o de la Encarnación niega la existencia del Hombre-
Dios la cual es esencial para nuestra salvación. Si Jesucristo no fuese
hombre no podría haber muerto; pero si no fuese también Dios, esa
muerte no habría podido efectuar el pago por los pecados.
c) Una negación de la doctrina del regreso de Cristo (2 Pedro 3:4).
2. Las características del estilo de vida de la apostasía. El abandono de la
doctrina siempre trae una declinación de la moral. Pablo enumera
dieciocho características de tal declinación en 2 Timoteo 3:1–5.
Son estas: egoísmo, amor al dinero, un espíritu orgulloso, blasfemia,
desobediencia a los padres, ingratitud, falta de santidad, falta de afecto
natural, enemistad incesante de modo que los hombres no puedan ser
persuadidos a ponerse de acuerdo el uno con el otro, calumnia, falta de
dominio propio, salvajismo, oposición a lo bueno, conducta traidora,
impetuosidad (temeridad e imprudencia), altivez, amor al placer, una forma
de adoración sin santidad de vida.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L03 La escatología general 26


B. PREPARACIÓN PARA LA IGLESIA ECUMÉNICA
Durante la primera parte de los días de la Tribulación, la religión ecuménica
organizada tendrá su auge. Este sistema religioso apóstata se describe en
Apocalipsis 17 con el título: “Misterio, Babilonia”. Será mundial (v. 15), infiel
a la verdad y al Señor (el término “ramera” aparece en vv. 1, 5, 15–16),
tendrá amplia influencia política (vv. 12–13), será un “sepulcro
blanqueado”, es decir, estará interiormente corrompido mientras que
exteriormente será glorioso y espléndido (v. 4), y perseguirá a los santos de
la época de la Tribulación (v. 6).
El fundamento para tal sistema aparentemente tendrá que ser colocado
antes que comience la Tribulación, es decir, durante los años finales de la
era de la iglesia. La preparación muy probablemente incluirá tanto
movimientos organizacionales hacia la unidad en la cristiandad como
también el predominio de doctrinas que grupos diversos puedan respaldar.

II. EL RAPTO DE LA IGLESIA


Nuestro entendimiento moderno del Rapto parece tener poca o ninguna
conexión con el evento escatológico. Sin embargo, la palabra se aplica
correctamente a ese evento. Rapto es un estado o experiencia de ser
llevado a otro lugar. El término proviene de la palabra latina, rapio, que
significa asir o arrebatar en relación con un éxtasis del espíritu o la remoción
misma de un sitio a otro. En otras palabras, significa ser llevado a otro lugar
en espíritu o en cuerpo. El rapto de la iglesia significa el traslado de la iglesia
de la tierra al cielo.
La palabra griega de la cual tomamos el término “rapto” aparece en 1
Tesalonicenses 4:17, traducida “arrebatar”. La traducción en latín de este
versículo usa la palabra rapturo. La palabra griega que traduce es harpazo,
que significa arrebatar o llevarse. En otras partes se usa para describir cómo
el Espíritu se llevó a Felipe cerca de Gaza y lo trajo a Cesarea (Hechos 8:39)
y para describir la experiencia de Pablo de haber sido arrebatado hasta el
tercer cielo (2 Corintios 12:2–4). Así que no puede haber ninguna duda de
que la palabra se usa en 1 Tesalonicenses 4:17 para indicar la remoción real
de personas de la tierra al cielo.

III. EL PERIODO DE LA TRIBULACIÓN


Jesús prometió a sus seguidores que experimentarían tribulación en el
mundo (Jn. 16:33). Esto ha sucedido, desde luego, ya que muchos cristianos

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L03 La escatología general 27


han sufrido y han muerto por causa de Cristo. Sin embargo, Jesús también
predijo un tiempo único que sería el más severo y difícil de la historia
humana: “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido
desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mt. 24:21). Este
tiempo único se denomina la tribulación o período de tribulación, en base
al uso que Jesús hizo de este término en Mateo 24:9, 21. La tribulación es
un período de juicios divinos antes del regreso de Jesucristo, y del
establecimiento de su reino en la tierra. Este período durará siete años,
según la septuagésima semana futura de Daniel, que dura siete años (Dn.
9:27).
La Biblia revela más sobre la tribulación futura que sobre cualquier otro
suceso profético por venir. El Antiguo Testamento predice un tiempo de
tribulación para Israel en relación con la reunificación de Israel desde las
naciones. En Deuteronomio 4:30, Dios le dice a Israel: “Cuando estuvieres
en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te
volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz”. Jeremías predice un “tiempo
de angustia para Jacob” (Jer. 30:7). Sofonías predice un “día de angustia y
de aprieto” (Sof. 1:15). Isaías denomina esto un “día de venganza” un “año
de retribuciones en el pleito de Sion” (Is. 34:8).
Estos temas serán tratados en otra lección por separado.

IV. LA APARICIÓN DEL ANTICRISTO


La Biblia predice la llegada del anticristo, un representante de Satanás que
es la encarnación del mal. El término anticristo (gr. antíjristos) se encuentra
en 1 Juan 2:18: “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que
el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos”. Juan se
refiere a un anticristo específico venidero, aunque también menciona a
otros “anticristos” que ya han venido. No son el anticristo, sino que
funcionan con su espíritu, se oponen a quien Jesús es y a los que Él
representa. Podemos esperar a muchos que poseen el espíritu del
anticristo, aunque sepamos que un anticristo personal también vendrá.
El prefijo anti- puede significar “contra” o “en lugar de”. ¿Está, pues, el
anticristo que vendrá abiertamente “en contra” de Jesús, o es una imitación
que finge ser una figura mesiánica? Ambas cosas podrían ser ciertas. Es una
imitación del Mesías por cuanto hará un tratado engañoso con el pueblo de
Israel (Dn. 9:27) y fingirá ser su salvador. Sin embargo, está en contra de
Jesús y se opone a Él y a sus santos. Perseguirá asimismo a Israel a la mitad

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L03 La escatología general 28


de la septuagésima semana de Daniel. En suma, es a la vez una imitación y
alguien que se opone a Cristo.

V. EL DÍA DEL SEÑOR


La frase bíblica “el día del Señor” (o “el día de Jehová”) representa un
término clave para entender la revelación de Dios sobre el futuro. El uso
que los escritores del Nuevo Testamento hacen de “el día del Señor” se
apoyaba en su entendimiento de los profetas del Antiguo Testamento. Un
estudio del Antiguo Testamento indica que los profetas lo usaron cuando
hablaban de los acontecimientos históricos cercanos y los sucesos
escatológicos del futuro lejano y que implicaban la ira de Dios. Los autores
del Nuevo Testamento recogieron el uso escatológico y lo aplicaron al “día
del Señor”, tanto al juicio que alcanzará su apogeo durante el período de la
tribulación como al juicio que introducirá la nueva tierra.
La frase específica “el día del Señor/Jehová”, o una variante cercana,
aparece diecinueve veces en el Antiguo Testamento (Abd. 15; Jl. 1:15; 2:1,
11, 31; 3:14; Am. 5:18 [2 veces], 20; Is. 2:12; 13:6, 9; Sof. 1:7, 14 [2 veces];
Ez. 13:5; 30:3; Zac. 14:1; Mal. 4:5). “El día del Señor” aparece en cuatro
pasajes neotestamentarios indiscutibles: Hechos 2:20; 1 Tesalonicenses
5:2; 2 Tesalonicenses 2:2 y 2 Pedro 3:10. En cuatro ocasiones se refiere a
este período como el “día de la venganza” (Is. 34:8; 61:2; 63:4; Jer. 46:10).
El Nuevo Testamento lo llama el “día de la ira” (Ro. 2:5), el “día de la
visitación” (1 P. 2:12), y el “gran día del Dios Todopoderoso” (Ap. 16:14).
Desde la caída del hombre en Génesis 3, la humanidad ha estado en
rebeldía contra su Creador, pero viene un tiempo en el que Dios juzgará a
todo el mundo con ira calamitosa para preparar el establecimiento de su
reino. El día del hombre dará paso al día del Señor. Ese día final del Señor
es el momento de la suprema ira divina contra los pecadores por su rebeldía
contra Dios.
Los profetas del Antiguo Testamento escribieron mucho más sobre el día
del Señor, y proporcionaron el fundamento para las referencias
neotestamentarias, mediante el uso de la frase en referencia tanto al
cumplimiento histórico cercano como a los eventos escatológicos de un
futuro lejano. Por ejemplo, Joel 1:15 se refiere a un día histórico del Señor
que implica una grave plaga de langostas en Israel tal como se describe en
Joel 1. Sin embargo, el día del Señor en Joel 2 y 3 se refiere a un día del
Señor futuro en el que Israel es restaurado y bendecido, y las naciones
gentiles son juzgadas basándose en cómo trataron al pueblo de Dios, Israel.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L03 La escatología general 29


El día histórico del Señor sirve de presagio para un día del Señor mayor que
está por venir.
Los autores del Nuevo Testamento retomaron el uso escatológico y
aplicaron la frase tanto al juicio que alcanzará su apogeo con el período de
la tribulación como al juicio que introducirá la nueva tierra. El día del Señor
se produce por medios providenciales (Ez. 30:3), o directamente por la
mano de Dios (2 P. 3:10). En ocasiones, el cercano cumplimiento (Jl. 1:15)
prefigura el cumplimiento lejano (Jl. 3:14). Dos períodos del día del Señor
están aún por cumplirse en la tierra: (1) el juicio que llega a su punto
culminante en el período de la tribulación (2 Ts. 2:2; Ap. 16–18) y (2) el juicio
consumador de esta tierra tras el milenio que introduce la nueva tierra (2
P. 3:10-13; Ap. 20:7–21:1).
En resumen, el día del Señor puede resumirse en seis afirmaciones:
1. El día del Señor involucra solo juicio, no juicio y bendición.
2. El día del Señor sucede dos veces en el plan profético de Dios, no una.
3. El día del Señor respalda el premilenialismo futurista.

VI. EVENTOS EN LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO


A. LA SEGUNDA VENIDA
El punto focal de los eventos proféticos que están aún por venir es la
segunda venida de Jesucristo. Creer en el regreso de Jesús es una doctrina
indispensable del cristianismo ortodoxo.
En el clímax de la campaña de Armagedón, el Señor regresará a la tierra
para juzgar y reinar. Su regreso se describe en Zacarías 14:1–11 y
Apocalipsis 19:11–16. Se hace referencia al mismo en muchos otros pasajes,
pero estos dos lo describen más detalladamente.
B. JUICIOS ANTES DE LA SEGUNDA VENIDA
Estos temas serán tratados en otra lección por separado.

VII. EL MILENIO
El milenio es el reino venidero de mil años de Jesús y de sus santos en la
tierra después de esta era presente y antes del estado eterno. Tiene lugar
poco después de la septuagésima semana de Daniel y del regreso de Jesús,
y es el momento en que la humanidad, por medio del postrer Adán, Jesús
cumple el mandato de gobernar y subyugar la tierra con éxito en nombre

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L03 La escatología general 30


VII. EL MILENIO
El milenio es el reino venidero de mil años de Jesús y de sus santos en la
tierra después de esta era presente y antes del estado eterno. Tiene lugar
poco después de la septuagésima semana de Daniel y del regreso de Jesús,
y es el momento en que la humanidad, por medio del postrer Adán, Jesús
cumple el mandato de gobernar y subyugar la tierra con éxito en nombre
de Dios (Gn. 1:26-28). Jesús el Mesías también cumple la promesa de que
el supremo Hijo de David reinará en el trono davídico sobre Israel (Lc.
1:32,33) y sobre toda la tierra (Zac. 14:9). Los enemigos de Jesús, que se
opusieron a Él durante la tribulación han sido derrotados (Ap. 19:20,21).
Satanás está atado (Ap. 20:1-3). Los santos del Antiguo Testamento
fallecidos y los mártires del período de la tribulación resucitan y reinan con
Cristo (Dn. 12:2; Ap. 20:4). Jesús reina y comparte su gobierno del reino con
la iglesia de la era en curso, que permaneció fiel durante la persecución (Ap.
2:26-27; 3:21; 5:10).
El reino milenial es un tiempo de renovación, prosperidad, justicia y paz en
la creación (Mt. 19:28; Is. 2:2-4; 11; 65:17-25). Es, asimismo, el período en
el que todas las promesas del pacto, tanto espirituales como físicas, llegan
a su completo cumplimiento para Israel y para las naciones. Israel es salvo
y ha sido restaurado, y cumple su función de liderazgo y servicio a las
naciones desde la capital, Jerusalén (Is. 2:2-4). Las naciones, que también
se han convertido en el pueblo de Dios, experimentan bendiciones
espirituales y físicas junto a Israel (Is. 19:16-25; 27:6). Aunque el estado
eterno manifestará sin duda estas características a la perfección, estos
asuntos necesitan cumplirse primero bajo el gobierno mediatorial humano
con el hombre supremo: Jesús. Cuando el postrer Adán complete su misión,
Jesús le entregará el reino a Dios Padre, y comenzará el reino eterno del
Padre (1 Co. 15:24-28).

VIII. LA SUBLEVACIÓN FINAL DE SATANÁS


Al final del milenio, Satanás es liberado de su encarcelamiento en el abismo,
y dirige una sublevación deliberada contra la santa ciudad de Jerusalén.
Quienes estén involucrados en esta rebelión serán inmediatamente
destruidos con fuego del cielo, y Satanás será enviado al lago de fuego para
siempre (Ap. 20:7-10). El núcleo de esta sublevación procede de quienes
han nacido durante el reino milenial y que no confían en Cristo como su
Salvador. Cuando se les dé la oportunidad de unir fuerzas con el recién
liberado Satanás, lo harán con mucho gusto. Este evento no indica debilidad

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L03 La escatología general 31


de Dios, sino que es más bien la ocasión para una devastadora exhibición
de fuerza divina contra sus enemigos. Aunque los participantes estarán
esperando una guerra, el resultado será más parecido a una ejecución, ya
que serán vencidos de inmediato.
Esta rebelión destaca dos verdades importantes.
• En primer lugar, la presencia de incrédulos en el milenio, aunque
Satanás está atado en el abismo, demuestra que el principal
problema del hombre es su corazón perverso, esté Satanás presente
o no. Incluso bajo condiciones ideales, con Jesús físicamente
presente en la tierra, algunos escogen rebelarse en pecado.
• En segundo lugar, la sublevación ofrece un despliegue del poder de
Dios contra el mal antes de que tenga lugar el juicio del gran trono
blanco (Ap. 20:11-15) y de que empiece el estado eterno (Ap. 21:1–
22:5). Es una manifestación espectacular del poder del reino sobre la
sublevación final contra Dios en la historia humana.

IX. EL ESTADO ETERNO


El nuevo cielo y la nueva tierra son el destino final de la humanidad
redimida. El milenio es pasado. El juicio del gran trono blanco ha tenido
lugar. Satanás y todos los incrédulos han sido echados al lago de fuego para
siempre. Un glorioso destino aguarda a los santos de Dios cuando vivan en
una nueva tierra con acceso directo a Dios, quien entonces vivirá en medio
de ellos. Esto es lo que el apóstol Juan explica: “Vi un cielo nuevo y una
tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya
no existía más” (Ap. 21:1). Este lenguaje del “cielo nuevo” y la “tierra nueva”
aparece otras tres veces en la Biblia: Isaías 65:17; Isaías 66:22 y 2 Pedro
3:13. La última referencia revela que este cielo y esta tierra nuevos son lo
que los creyentes anticipan en última instancia: “Pero nosotros esperamos,
según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la
justicia” (2 P. 3:13). Hebreos 12:26-27 también alude a la eternidad futura.
Por tanto, la esperanza y el destino supremos del creyente no son el cielo
actual, sino la nueva tierra.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L03 La escatología general 32


Lección 4
LA SEGUNDA VENIDA
DE CRISTO

CONTENIDO
I. La importancia de su venida
II. La naturaleza de su venida
III. El momento de su venida
IV. Las señales de su venida

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L04 La segunda venida de


33
Cristo
I. LA IMPORTANCIA DE SU VENIDA
Si la importancia de un tema de la Biblia pudiera ser juzgado por la
frecuencia de la referencia al mismo, la segunda venida de Cristo sería, en
verdad, un tema de primaria importancia. La venida de Cristo es
mencionada más de 300 veces en el Nuevo Testamento; eso significa una
vez cada veinticinco versículos. En las epístolas de Pablo hay más de
cincuenta (50) referencias al segundo advenimiento. Ha sido dicho que hay
ocho veces más versículos referentes a la segunda venida del Señor que los
que conciernen a su primera venida. Libros (1 y 2 Tesalonicenses,
Apocalipsis), y capítulos enteros (Mateo 24, 25; Marcos 13; Lucas 21) están
dedicados a este tema.
Jesús mismo, a menudo se refirió a su segunda venida y exhortaba a sus
seguidores a vigilar y a estar listos. De hecho, alrededor de cincuenta (50)
veces en el Nuevo Testamento se les urge a los creyentes a estar listos para
cuando el Señor venga de nuevo. En cinco pasajes del Nuevo Testamento
se dice que la postura del creyente debe ser la de esperar la venida del
Señor: “…os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y
verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo…” (1 Tes. 1:9b, 10a). (Vea
también Rom. 8:23–25; 1 Cor. 1:7; Gál. 5:5; Stg. 5:7.).
La esperanza de la segunda venida fue conectada por Jesús con ambas
ordenanzas de la iglesia. A los apóstoles se les ordenó hacer discípulos,
bautizándolos y enseñándoles con la certeza: “… y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt. 28:19, 20). Pablo,
citando a Jesús, dio el modelo apostólico para la observación de la cena del
Señor diciendo: “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y
bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga” (1
Cor. 11:26). (Vea también Mt. 26:26–29; Lc. 22:17–20.)
La esperanza de la segunda venida provee la motivación para una vida
cristiana práctica:
• Para amor fraternal (1 Tes. 3:12, 13).
• Para santidad (Rom. 13:12–14; 1 Tes. 3:13; 5:23; 1 Jn. 3:3; Tit. 2:11–
13).
• Para congregarse con fidelidad para la adoración (Heb. 10:25).
• Para fidelidad en el servicio cristiano (1 Ti. 4:13–16; 2 Ti. 4:1, 2; 1 P.
5:2–4).
• Para una continua pasión por las almas (1 Tes. 1:9, 10; 2:11, 12, 19,
20),
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L04 La segunda venida de
34
Cristo
• Para consolación en tiempo de aflicción (1 Tes. 4:14–18).
La segunda venida es tan importante para la iglesia, la novia de Cristo, que
es llamada la esperanza bienaventurada: “Aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo” (Tit. 2:13).

II. LA NATURALEZA DE SU VENIDA


¿Cómo debemos entender el término “segunda venida?” ¿De qué manera
vendrá Cristo por segunda vez? Antes de responder a estas preguntas, será
de ayuda discutir varias explicaciones falsas acerca del significado de la
segunda venida.
A. LO QUE NO ES LA SEGUNDA VENIDA
1. No es la muerte del creyente.
La venida de Cristo es en nuestra resurrección, no nuestra muerte (1 Tes.
4:16, 17). La muerte es la partida del creyente para estar con Cristo, no la
segunda venida de Cristo por el creyente (Fil. 1:23). La venida de Cristo es
la derrota de la muerte, no la ocurrencia de ella (1 Cor. 15:51–54). La
muerte es un enemigo (1 Cor. 15:26), la venida del Señor es nuestra
esperanza bienaventurada (Tit. 2:13).
2. La segunda venida de Cristo no es la venida del Espíritu Santo en el día
de Pentecostés.
Jesús prometió enviar a otro Consolador (Jn. 14:16); por lo tanto, su venida
y la del Consolador no podrían ser idénticas. Además, la mayoría de las
referencias a la venida de Cristo fueron escritas después de Pentecostés y
fueron indicadas a ser aún futuras (Hch. 3:19–21). Ninguno de los
fenómenos profetizados para acompañar a la parousia de Cristo ocurrieron
en el día de Pentecostés.
3. La segunda venida de Cristo no fue la destrucción de Jerusalén en
70 d. C.
Pudo haberse referido a la destrucción de Jerusalén por Tito como un tipo
de evento del último día durante la tribulación, pero no hubo ninguna
venida del Señor para llevar a su iglesia que ocurriera simultáneamente con
ese evento. (Vea Mt. 24:15–23 con Lc. 21:24–28.) La destrucción de
Jerusalén por Tito esparció a Israel, la venida de Cristo marcará la reunión
de Israel (Jl. 3:16–18).
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L04 La segunda venida de
35
Cristo
4. La segunda venida de Cristo no es la conversión.
Si esto fuera verdad, su venida no será una segunda, sino una de millones
de venidas. “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los
pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el
pecado, para salvar a los que le esperan” (Heb. 9:28). Según Pablo, el
creyente espera la venida del Señor después de la conversión, no antes de
ella (1 Tes. 1:9, 10).
Se dirigirá ahora atención a una definición positiva de la naturaleza de la
segunda venida del Señor.
B. LO QUE SÍ ES LA SEGUNDA VENIDA
1. La segunda venida de Cristo es una venida o un regreso literal.
Ya que la venida es la segunda, será tan literal como la primera venida. No
hay ninguna evidencia en la escritura de que el regreso de Cristo, el cual él
mismo prometió, sería figurativo. El Antiguo Testamento tiene más
referencias a la segunda venida de Cristo que a su primera; las profecías de
su primera venida fueron cumplidas literalmente, no hay duda que las
profecías concernientes a la segunda venida también serán cumplidas
literalmente.
2. La venida del Señor será un regreso personal.
“Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare
lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis” (Jn. 14:2b, 3). La venida de Cristo no puede ser una
referencia figurativa a algún otro ser o a alguna experiencia espiritual del
creyente, porque los ángeles dijeron a los discípulos cuando Cristo ascendió
al cielo, “Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así
vendrá como lo habéis visto ir al cielo” (Hch. 1:11b).
3. Será visible y corporal.
De la referencia citada anteriormente (Hch. 1:11b), es claro que la venida
del Señor será una venida visible y corporal. El ángel también dijo que él
“vendrá como le habéis visto ir al cielo” Ellos lo vieron ascender en un
cuerpo glorificado, pero aún visible y tangible; Él volverá de la misma
manera. “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá …” (Ap. 1:7).

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L04 La segunda venida de


36
Cristo
III. EL MOMENTO DE SU VENIDA
Jesús dijo respecto al momento de su regreso, “Pero del día y la hora nadie
sabe, ni aún los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre” (Mt. 24:36).
Algunos eruditos sostienen que Jesús y sus discípulos esperaban que su
regreso fuera dentro de la primera generación. Pero en la parábola de los
talentos Jesús dijo, “Después de mucho tiempo vino el Señor de aquellos
siervos …” (Mt. 25:19). Ya que la parábola era acerca de la venida del reino,
el término “mucho tiempo” parece insinuar una considerable demora en la
venida. Pedro no pudo haber esperado una venida inmediata porque dijo:
Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores…
diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento?… amados, no
ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años
como un día. El Señor no retarda su promesa… sino que es paciente para
con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento. (2 P. 3:3–9)
Jesús también dijo: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el
mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mt.
24:14). Cuando la iglesia en Tesalónica se turbó por la creencia de que ya
había comenzado la gran tribulación, Pablo les exhortó a no moverse tan
fácilmente en su modo de pensar: “Porque no vendrá [el día del Señor] sin
que antes venga la apostasía…” (2 Tes. 2:1–3). Por otro lado, Jesús advirtió,
“Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor” (Mt.
24:42).
Aunque hay claras indicaciones de que el regreso del Señor no ocurrirá
hasta después de un período extendido de evangelización, se le enseñó a la
iglesia a estar lista para una aparición en cualquier momento del Novio
Celestial (Mt. 24:44, 48, 50; 25:13; Mr. 13:35–37; Tit. 2:12, 13; Jn. 3:3). El
apóstol Pedro, quien se sentó a los pies de Jesús, exhortó fuertemente a los
destinatarios de su segunda epístola a buscar “… La venida del día de Dios”
(2 P. 3:12). “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡Cómo no
debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y
apresurándoos para la venida del día de Dios…!” (2 P. 3:11, 12a). Pedro
añade el pensamiento de que podemos en realidad apresurar el día de la
venida. Ciertamente la iglesia no debe sentarse a esperar pasivamente un
día determinado en que terminará esta dispensación. La iglesia está
trabajando juntamente con el Señor para lograr su obra, la cual debe ser
hecha antes de su regreso en gloria.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L04 La segunda venida de


37
Cristo
¿Es posible que Dios vea el tiempo en función de tareas logradas en vez de
calendarios terrenales? No podemos apresurar o retardar el programa de
Dios, pero es posible que lo hagamos con relación a nuestro marco de
tiempo. De cualquier manera, aguardar al Señor no significa cruzarnos de
brazos, más bien significa poner nuestras manos en el arado y en la hoz.
Aunque nadie sabe la hora de la venida de Cristo, se nos dan señales por las
cuales podemos reconocer la aparición de los últimos tiempos.

IV. LAS SEÑALES DE SU VENIDA


En respuesta a las preguntas hechas por algunos de los discípulos, Jesús
reveló un número de señales de eventos venideros (Mt. 24; Mr. 13, Lc. 21).
Algunos ocurrirían en el primer siglo; algunos aparecerían progresivamente
durante la era de la iglesia; otros ocurrirían justo antes y durante su venida
en poder y gloria.
Una lectura muy cuidadosa del discurso de Cristo en los Olivos, registrado
en los tres evangelios sinópticos, es necesaria a fin de ordenar
correctamente los “eventos señales” en una secuencia de tiempo.
En las epístolas, un número de pasajes describe condiciones que
prevalecerían en los últimos tiempos: 1 Ti. 4:1–3; 2 Ti. 3:1–7; 1 Tes. 5:1–3;
2 Tes. 2:1–12; Stg. 5:1–8; 2 P. 3:1–10.
Las señales de los últimos tiempos son de dos clases, señales primarias y
señales secundarias.
Las señales primarias son aquellas declaradas explícitamente como
evidencias de la cercanía del día del Señor.
Las señales secundarias son deducibles, o sea, son eventos o condiciones
que tendrían que preceder a las señales explícitas a fin de que puedan
ocurrir. Por ejemplo, en Apocalipsis se dice que la Bestia de la tierra
(Anticristo) causaría que todos recibieran una “marca” o “número”, sin la
cual nadie podría comprar o vender. A fin de que pueda ser ejercido tal
control sobre la humanidad, tendría que existir un mecanismo por el cual
pudiera ser expedido tal control total.
Con la mitad del mundo gobernado por gobiernos totalitarios, y con la
mayoría del resto de la sociedad sujeta a identificación “numérica” y a
registros computarizados de transacciones financieras, existe ahora el
ambiente para la aparición de la Bestia.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L04 La segunda venida de


38
Cristo
Las siguientes son algunas de las condiciones mundiales que buscan los
estudiosos en temas proféticos, como señales de los últimos días:
1. La reunión de Israel en Palestina.
Tan lejano, como en el tiempo de Moisés, Dios predijo que Israel, si
desobedecía, sería esparcida a través de todas las naciones (Dt. 28:64);
también predijo que reuniría a su pueblo de todas las naciones, trayéndolo
de nuevo a su tierra (Dt. 30:3; Is. 11:11–16; 2:2–5; Ez. 36:8, 24; 37:11; 38:8).
En el Antiguo Testamento hay profecías con respecto a dos reuniones. Dios
los haría volver reunidos de Babilonia después de setenta (70) años de
cautividad (Jer. 25:11, 12); pero en la primera cautividad no serían
esparcidos a través de todas las naciones, como tampoco sería completo o
permanente el regreso. Los pasajes citados anteriormente se refieren a una
reunión completa y permanente terminando en un gobierno de paz y
justicia. El segundo esparcimiento de Israel es profetizado por Jesús en
Lucas el capítulo veintiuno: “Y caerán [Israel] a filo de espada [70 D.C.], y
serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los
gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan” (21:24). La frase
“tiempos de los gentiles” se refiere al período simbolizado por la imagen
vista por Nabucodonosor en un sueño interpretado por Daniel (Dn. 2:24–
45), un período durante el cual una sucesión de gobernantes gentiles
dominarían Europa y el Medio Oriente, incluyendo Palestina. Daniel mismo
tuvo un sueño en el que vio a estos mismos gobernantes gentiles
representados por cuatro Bestias, el último de los cuales gobernó “hasta
que vino el Anciano de días… y llegó el tiempo, y los santos recibieron el
reino” (Dn. 7:22). Pablo parece referirse a este término “tiempos de los
gentiles” en el capítulo once de Romanos:
“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio… que ha
acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la
plenitud de los gentiles y luego todo Israel será salvo, como está escrito:
Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este
será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados”. (11:25–27)
El 14 de mayo de 1948, los judíos reunidos declararon que una porción de
Palestina era el estado independiente de Israel. Esto en sí no cumplió
específicamente las profecías respecto a la reunión de Israel, porque la
reunión ha sido en incredulidad; pero después de casi dos mil años de
exclusión de su tierra, la existencia de Israel como un estado bien puede
colocar el escenario para el acto final.
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L04 La segunda venida de
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Cristo
2. Tiempos peligrosos.
Pablo describe las condiciones sociales en los “postreros días”:
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos
peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismo, avaros,
vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores,
impetuosos, enfatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que
tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella… Porque
estos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas
cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Estas
siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de
la verdad”. (2 Ti. 3:1–7)
Por supuesto tales hombres como los que describe Pablo han existido
siempre; pero cuando la depravación que él describe caracteriza a toda una
sociedad, tal condición señala el acercamiento del fin de esta era. Cuando
contemplamos las condiciones actuales, de egoísmo, perversión sexual,
crimen, violencia, falta de conciencia, y rebeldía contra la moralidad de la
Biblia, uno no se sorprende que muchos eruditos de la Biblia vean a la
sociedad moderna como una sociedad del “día de juicio”.
3. El levantamiento de Rusia comunista.
El profeta Ezequiel, en los capítulos treinta y ocho y treinta y nueve,
describe proféticamente a una nación o naciones que vendrán contra Israel
cuando sea reunida en su propia tierra. Él dice: “Hijo de hombre, pon tu
rostro hacia Gog, de la tierra de Magog, príncipe de Ros, Mesec y Tubal, y
profetiza contra él, y di: Así ha dicho el Señor Dios: He aquí estoy contra ti,
oh Gog, príncipe de Ros, Mesec y Tubal” (Ez. 38:2, 3, Biblia de las Américas).
Es bastante claro que lo anterior es una referencia a Rusia. Mesec es Moscú;
Tubal es Tobolsk; y Ros es Rusia.
La autoridad para esta identificación viene del léxico hebreo del Dr.
Guillermo Gesenius, quien define Ros:
Ros Ezequiel 38:2, 3; 39:1: nombre propio de una nación nórdica,
mencionada con Tubal y Mesec; sin duda los “rusos”, quienes son
mencionados por los escritores bizantinos del siglo décimo, bajo el nombre
hoiros (griego) habitando al norte de Tauro, y descrito por Ibn Fosslan, un
escritor árabe de la misma era, habitando sobre el río Volga.
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L04 La segunda venida de
40
Cristo
Rusia se convirtió en una potencia mundial con la meta de conquista
mundial solamente después de la primera guerra mundial en 1917. Siendo
el Medio Oriente la fuente principal de petróleo en el mundo, codiciado por
Rusia, y estando Rusia en discordia con Israel, una aliada de los Estados
Unidos. No es imposible ni inimaginable que Moscú invada la reunida Israel
en alguna fecha del futuro cercano, especialmente a la luz de la profecía de
Ezequiel capítulos treinta ocho y treinta y nueve. Según la profecía de
Ezequiel, Dios enviará fuego para destruir a Rusia y la derrota será tan
completa que el masivo invasor dejará atrás tal cantidad de armas de guerra
que tomará siete años deshacerse de ellas. Los muertos serán tan
numerosos que le tomará a Israel siete meses enterrarlos. Al comienzo de
este siglo no había un estado de Israel, y Rusia que no hubiera tenido
motivo para invadir Palestina. El surgimiento de la Rusia comunista
moderna y el establecimiento del estado de Israel ahora hace posible las
circunstancias necesarias para el cumplimiento de la profecía de Ezequiel
que fue predicho ocurriría en los últimos días.
4. El levantamiento de China comunista.
En el libro de Apocalipsis, el capítulo dieciséis, hay un pasaje que hace
referencia a los “reyes del oriente”: “El sexto ángel derramó su copa sobre
el gran río Éufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado
el camino a los reyes del oriente” (Ap. 16:12). El río Éufrates también es
mencionado en el capítulo nueve de Apocalipsis en relación con la profecía,
de que sería desatado un ejército de doscientos millones (200.000.000),
resultando en la muerte de una tercera parte de la humanidad (Ap. 9:13–
21). El río Éufrates era considerado como la frontera entre oriente y
occidente. Muchos doctos proféticos ven el levantamiento de la China
moderna, ahora con armas nucleares, como una “señal” clara de los últimos
días.
5. Armamentos y potencial moderno de guerra.
Poco antes del regreso de Jesús con sus santos para reclamar su reino, la
tierra será el escenario de la más grande guerra de todos los tiempos,
llamada “Armagedón”. Será el conflicto final de ésta dispensación. Al
comienzo de este siglo, era difícil concebir una guerra de la proporción de
Armagedón. Ahora con el desarrollo de las armas atómicas, el poder
destructivo de las cuales ya ha sido comprobado, otra guerra mundial sin
lugar a duda sería la última guerra, y causaría la destrucción de la
humanidad. En ese sentido, el potencial moderno de guerra es una señal de

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L04 La segunda venida de


41
Cristo
los últimos días, porque solamente la venida de Jesús puede evitar la
destrucción total.
6. Progreso en el transporte y la ciencia.
En el último capítulo de la profecía de Daniel está registrada esta palabra
del Señor: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo
del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Dn.
12:4). Esta profecía parece indicar que en el tiempo del fin habría una
notable aceleración en el viajar y en la adquisición de conocimiento.
Muchos de los que escriben sobre las señales de los postreros días apuntan
a la profecía de Daniel citada anteriormente como una señal de que el fin
se está acercando.
Hasta el siglo diecinueve, hubo muy poco cambio en la manera en que la
gente se transportaba. Abraham podría ir de un lado a otro casi tan rápido
como Shakespeare. Hasta el comienzo del siglo veinte la persona promedio
viajaba en un vehículo tirado por animales. Hoy, viajeros recorren
continentes en aviones jet en cuestión de horas; y el viaje espacial (cuyos
pasajes están siendo reservados hoy en día) ofrecerá velocidades que
permitirán que uno circunde el globo terráqueo más rápido de lo que
Abraham podía llegar al próximo pueblo.
El incremento en el conocimiento ha sido igualmente espectacular. Hasta la
invención de la imprenta, y el descubrimiento del nuevo mundo, la suma de
conocimiento humano no era apreciablemente mayor que el que hubo en
el siglo de oro de Grecia y Roma. El renacimiento en realidad fue solo el re-
descubrimiento de las culturas de la Grecia antigua, Egipto, Arabia y China.
Los científicos de hoy han partido el átomo, desarrollado el poder atómico,
explorado genes humanos, viajado a la luna, fotografiado los planetas a
distancia cercana, y computado toda estadística y la mayoría de la
producción industrial.
Ha sido estimado que tres cuartos del conocimiento presente ha sido
adquirido en los últimos cincuenta (50) años, y que sesenta por ciento de
las medicinas modernas y los procedimientos quirúrgicos han sido
desarrollados desde la segunda guerra mundial. Tres cuartos de todos los
científicos que hayan vivido alguna vez, están vivos hoy. Con el uso de las
computadoras, en una hora un ingeniero moderno puede duplicar el
trabajo de toda una vida de un ingeniero trabajando antes de 1940. En una
atmósfera de avance científico explosivo, moralidad y ética declinante,
Jesús debe venir y gobernar para salvarnos de nosotros mismos.
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L04 La segunda venida de
42
Cristo
Debe señalarse, sin embargo, que solamente pueden buscarse en la
sociedad las señales y condiciones que son claras antes del rapto de la
iglesia; las señales explícitas son profetizadas para ocurrir durante la
tribulación y en relación con la venida del Señor en juicio. No debe ocurrir
ninguna señal específica antes que venga el Novio por la novia; su aparición,
como en la parábola de las diez vírgenes, debería ser esperada en todo
tiempo.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L04 La segunda venida de


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Cristo
Lección 5
EL RAPTO DE
LA IGLESIA

CONTENIDO
I. Definición y descripción del Rapto
II. Puede acontecer en cualquier momento
III. Puntos de vista del Rapto
IV. Diferencia entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 44


El Arrebatamiento es uno de los acontecimientos reconocibles de la
escatología. Los libros y las películas populares lo han convertido en un
tema de debate para muchos.
Algunos se obsesionan con esta cuestión, y otros lo ignoran o lo tratan con
burla.
Sin embargo, ¿cuál es el criterio bíblico sobre el arrebatamiento o rapto?

I. DEFINICIÓN Y DESCRIPCIÓN DEL RAPTO


Rapto es un estado o experiencia de ser llevado a otro lugar. El término
proviene de la palabra latina rapio, que significa ‘asir o arrebatar’ en
relación con un éxtasis del espíritu o la remoción misma de un sitio a otro.
En otras palabras, significa ser llevado a otro lugar en espíritu o en cuerpo.
El rapto de la iglesia significa el traslado de la iglesia de la tierra al cielo.
La palabra griega de la cual tomamos el término “rapto” aparece en 1
Tesalonicenses 4:17, traducida “arrebatar”. La traducción en latín de este
versículo usa la palabra rapturo. La palabra griega que traduce es harpazo,
que significa arrebatar o llevarse. En otras partes se usa para describir cómo
el Espíritu se llevó a Felipe cerca de Gaza y lo trajo a Cesarea (Hechos 8:39)
y para describir la experiencia de Pablo de haber sido arrebatado hasta el
tercer cielo (2 Corintios 12:2–4). Así que no puede haber ninguna duda de
que la palabra se usa en 1 Tesalonicenses 4:17 para indicar la remoción real
de personas de la tierra al cielo.
LOS COMPONENTES DEL RAPTO (1 Tesalonicenses 4:13-18)
1. El regreso de Cristo (v. 16). El Señor mismo regresará por Su pueblo,
acompañado de toda la magnificencia que Su presencia merece. Habrá una
voz de mando (no se dice si será emitida por el Señor o un arcángel), y la
trompeta de Dios llamará a los muertos en Cristo a su resurrección, a la vez
que proferirá una advertencia a aquellos que han rechazado a Cristo y han
sido por ello excluidos del Rapto.
2. Una resurrección (v. 16). En esta ocasión solo serán resucitados los
muertos en Cristo. Esto significa los que han creído desde el día de
Pentecostés, porque aunque hubo creyentes antes de ese tiempo, ninguno
de ellos fue muerto “en Cristo”, estos son los santos del Antiguo
Testamento (Dn. 12:2). Los muertos en Cristo serán levantados justamente
antes que los vivos sean transformados. Pero ambos grupos
experimentarán sus cambios respectivos “en un momento, en un abrir y

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 45


cerrar de ojos” (1 Corintios 15:52). Todo el procedimiento será instantáneo,
no gradual. La palabra para “momento” es la palabra de la cual proviene el
término “átomo”. Debido a que cuando se descubrió el átomo se pensó que
era indivisible, fue nombrado “átomo”. Aunque subsecuentemente el
átomo fue dividido, la palabra retiene su significado de indivisible. La
resurrección de los muertos y el traslado de los vivientes ocurrirá en un
momento indivisible de tiempo.
3. Un rapto (v. 17). Hablando estrictamente, solo los creyentes vivos serán
raptados (aunque usamos el término para describir todo lo que ocurre en
ese tiempo). Esto significa que serán elevados a la presencia del Señor sin
tener que experimentar la muerte física.
4. Una reunión (v. 17). La reunión será con el Señor y con los amados que
han muerto.
5. Una noticia tranquilizadora (v. 18). La verdad del Rapto a la vez nos da
consuelo y nos anima.

II. PUEDE ACONTECER EN CUALQUIER MOMENTO


Un número de eventos está asociado con el fin del siglo. Jesús prometió a
sus discípulos, “Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde
yo estoy, vosotros también estéis” (Jn. 14:3). Pablo escribió: “… los muertos
en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que
hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes
para recibir al Señor en el aire …” (1 Tes. 4:16b, 17).
El rapto de la iglesia puede acontecer en cualquier momento y a esto se le
conoce como la doctrina de la inminencia, es decir, está recogida inminente
y divina de creyentes para llevarlos al cielo es un suceso sin señales, y es el
que sigue en el programa redentor.
El rapto es inminente y puede suceder en cualquier momento (Tito 2:13; 1
Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:50-54).
Los tesalonicenses estaban plenamente informados del juicio en el día del
Señor (1 Ts. 5:1-2), pero no del acontecimiento precedente: el
arrebatamiento de la iglesia. Hasta que Pablo lo recibió como revelación
que Dios le dio, la única alusión anterior figura en la enseñanza de Jesús en
Juan 14:1-3. Al desconocer Pablo el momento concreto de este suceso, vivía
y hablaba como si pudiera ocurrir durante su vida. Como en el caso de los

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 46


cristianos primitivos, él creía que era inminente (Ro. 13:11; 1 Co. 6:14;
10:11; 16:22; Fil. 3:20-21; 1 Ti. 6:14; Tit. 2:13).
Por otro lado, Jesús habló también de la gran tribulación: “Porque habrá
entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo
hasta ahora, ni la habrá” (Mt. 24:21).
Esta gran tribulación está descrita en detalle en el libro de Apocalipsis,
capítulos seis al diecinueve. (Vea también Dn. 12:1). La tribulación será
causada por Satanás, mediante la acción de uno llamado variadamente: “la
Bestia” (Ap. 13:1), el “Anticristo” (I Jn. 2:18), el “hombre de pecado”, el “hijo
de perdición” (2 Tes. 2:3), y el “cuerno pequeño” (Dn. 7:8). La gran
tribulación será concluida por la batalla de Armagedón y la revelación de
Jesús como Rey de Reyes, quien vendrá con sus ejércitos de santos para
traer juicio sobre la “Bestia” y sus seguidores (Ap. 19:11–21). La gran
tribulación es seguida por el reino milenial de Cristo, el juicio final, y el
estado eterno (Ap. 20–22).
¿Cuál de estos eventos ocurrirá primero? ¿Será la venida de Jesús o la
revelación del Anticristo?
Si la Biblia ha de ser tomada en un sentido natural, el primer evento que el
creyente espera es la “esperanza bienaventurada” (Tit. 2:13), o el rapto de
la iglesia:
“Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que
vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no
precederemos a los que durmieron [murieron]. Porque el Señor mismo
con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego
nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en
el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. 1 Tesalonicenses 4:15–17
Al Apóstol Pablo, ya que él fue el apóstol a la iglesia gentil, le fue dada una
revelación especial del Señor mismo respecto a los detalles del rapto y su
relación con la resurrección.
En un pasaje en 1 Corintios, Pablo habla de nuevo del rapto de la iglesia
junto con la resurrección corporal de los creyentes muertos:
“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos
transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 47


trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros
seremos transformados”. 1 Corintios 15:51, 52
Cuando el Señor venga por su iglesia, no sólo serán raptados los santos
vivos, sus cuerpos serán cambiados a cuerpos incorruptibles. El creyente,
en cuerpo y espíritu, se tornará como Jesús (1 Jn. 3:2, 3).
El Nuevo Testamento, especialmente los escritos de Pablo, muestran con
mucha claridad a un “rapto” de los creyentes vivos en la venida de Cristo.
Los creyentes reciben las instrucciones de que tienen que “esperar de los
cielos a su Hijo", no la gran tribulación (1 Tesalonicenses 1:10). Cuando las
señales del fin de la era son evidentes, deben erguirse y levantar su cabeza
en expectación de su redención, no de la gran tribulación (Lucas 21:28).

III. PUNTOS DE VISTA DEL RAPTO


Los pasajes citados más arriba mencionan un arrebatamiento y una
transformación de los cristianos, pero no declaran cuándo se produce este
suceso.
Existen cuatro opiniones al respecto, que tratan cuándo se producirá el
arrebatamiento en relación con la futura septuagésima semana de Daniel.
1. El arrebatamiento pretribulacional asevera que la iglesia será arrebatada
antes de la septuagésima semana de Daniel. Dado que todo el perIodo de
la tribulación es la “ira de Dios”, la iglesia debe ser rescatada con
anterioridad, para cumplir la promesa de Dios respecto a que la iglesia
escapará a la ira divina (1 Ts. 1:9-10; Ap. 3:10). El arrebatamiento
pretribulacional funciona como misión de rescate por la cual Jesús libera a
su iglesia de la ira divina de la tribulación.

2. El arrebatamiento midtribulacionista argumenta que la iglesia será


arrebatada a la mitad de la septuagésima semana de Daniel. La iglesia pasa
por la primera mitad de la tribulación, pero después es arrebatada para
evitar la ira más severa de Dios, que caracteriza el último perIodo de la
septuagésima semana de Daniel. La perspectiva midtribulacional no
considera de forma arbitraria la primera mitad de la tribulación como ira
divina; mantiene que la ira del hombre y la de Satanás se producen, pero
no la de Dios.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 48


El rapto anterior a la ira enseña que el arrebatamiento se producirá en
algún momento de la última parte de la tribulación, y aparta a la iglesia de
los juicios de las trompetas y las copas, que define como la ira de Dios. El
rapto sucede transcurrida la mitad de la tribulación, pero antes de la
segunda venida de Jesús a la tierra.
3. El Rapto Parcial basan su creencia en pasajes tales como Hebreos 9:28;
Lucas 21:36; 1 Juan 2:28; y Mateo 25:1–1, cuya interpretación es que los
creyentes que no “le esperan”, que no son “tenidos por dignos”, que tienen
algo en su vida que pueda hacer que “en su venida” se alejen “de él
avergonzados”, o que no tienen aceite (la plenitud del Espíritu) serán
dejados para pasar por la tribulación. Los partidarios de esta teoría creen
que sólo aquellos creyentes que sean completamente dignos se irán en el
rapto.
4. El rapto postribulacional afirma que el arrebatamiento ocurrirá en el
momento de la segunda venida, y que es la fase inicial del regreso físico de
Jesús. La iglesia, que pasa por el periodo de la tribulación, es tomada en el
aire para encontrarse con el Jesús que regresa, y quien a continuación
desciende a la tierra con su pueblo. El escenario postribulacional es como
los súbditos de un rey que salen corriendo de una ciudad para recibir a su
rey victorioso que vuelve y, después, regresan de inmediato a la localidad.
Esta es la única visión del rapto que considera que la iglesia pasa por todo
el periodo de la tribulación.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 49


PRUEBAS PARA EL PRETRIBULACIONISMO
El pretribulacionismo tiene el mayor respaldo bíblico, por varias razones.
EN PRIMER LUGAR, Jesús declara que la iglesia será tomada antes de la hora
de la prueba, que cae sobre toda la tierra:

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 50


“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te
guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero,
para probar a los que moran sobre la tierra”. Apocalipsis 3:10
Jesús promete una recompensa por la “paciencia”. Este galardón es ser
librado de un periodo único: “la hora de la prueba que ha de venir sobre el
mundo entero”. Esto ayuda a responder el porqué del arrebatamiento. Es
una promesa o recompensa para la iglesia, por resistir con paciencia
durante el sufrimiento. La iglesia que resista las pruebas de la era presente
será librada de la hora especial de prueba para el pueblo de la tierra.
¿Significa la expresión “te guardaré de” (gr. teréo ek) en Apocalipsis 3:10
“un estado seguro continuado fuera de” o “emerger a salvo de”? Lo primero
sería coherente con un rapto pretribulacional; lo segundo, con un
arrebatamiento postribulacional.
La preposición ek transmite en ocasiones la idea de emergencia, pero esto
no siempre es así. En 2 Corintios 1:10 y 1 Tesalonicenses 1:10 encontramos
dos ejemplos notables.
• En el pasaje de 2 Corintios, Pablo repite cómo Dios lo rescató de la
muerte. Aquí, el apóstol no emergió de un estado de muerte, sino
que fue rescatado de un peligro potencial.
• Más convincente aún es 1 Tesalonicenses 1:10, donde Pablo declara
que Jesús rescatará a los creyentes de la ira venidera. La idea no es
emerger después de experimentar algo, sino más bien la protección
para no entrar en ello.
Asimismo, si Apocalipsis 3:10 se refiere a la protección divina en la hora de
la prueba, entonces ¿qué sucederá con quienes mueran por Jesús durante
este tiempo? ¿No estaban protegidos? El martirio generalizado de los
santos durante las exigencias de la tribulación requiere que la promesa
signifique “mantener fuera de” la hora de la prueba, y no “proteger en la
prueba”.
EN SEGUNDO LUGAR, la iglesia sigue sin mencionarse en Apocalipsis 6–18.
El término neotestamentario común para “iglesia” es ekklesía. Se usa
diecinueve veces en Apocalipsis 1–3 en relación con la iglesia histórica del
siglo I. Sin embargo, “iglesia” aparece solo una vez más en Apocalipsis, en
el epílogo del libro (Ap. 22:16).
En ningún lugar de Apocalipsis 6–18 se menciona a la “iglesia”. ¿Por qué es
relevante?

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 51


Es improbable que Juan pasara de unas instrucciones detalladas para la
iglesia en Apocalipsis 1–3 a un silencio absoluto sobre ella durante trece
capítulos, si esta siguiera durante la tribulación.
Si la iglesia experimentara la tribulación, sin lugar a duda el estudio más
detallado de los sucesos de la tribulación incluiría su función durante este
periodo. Sin embargo, no lo hace.
Un arrebatamiento pretribulacional explica mejor la ausencia total de la
“iglesia” de la tierra durante los acontecimientos de Apocalipsis 6–18.
EN TERCER LUGAR, el arrebatamiento pierde su trascendencia si la iglesia
pasa por la tribulación.
Si Dios protege milagrosamente a la iglesia durante la tribulación, ¿para qué
tiene que haber un rapto? Si es para evitar la ira de Dios en el Armagedón,
¿por qué no seguiría Dios protegiendo, pues, a los santos en la tierra (como
postula el postribulacionismo) como protegió a la iglesia en los
acontecimientos que condujeron al Armagedón o como protegió a Israel de
las plagas de Egipto (Éx. 8:22; 9:4, 26; 10:23; 11:7)?
Asimismo, si el arrebatamiento se produce en relación con una venida
postribulacional, la posterior separación de las ovejas de los cabritos en
Mateo 25:31-46 sería redundante. La separación ya habría tenido lugar en
el momento del rapto, sin necesidad de otra. Más aún, si todos los
creyentes de la tribulación son arrebatados y glorificados justo antes del
reino milenial, ¿quién poblará el reino? Cada creyente tendría un cuerpo
glorificado en ese tiempo, mientras que las Escrituras indican que los no
creyentes vivos serán juzgados al final de la tribulación y quitados de la
tierra (Mt. 13:41-42; 25:41).
Estas realidades no se correlacionan con la enseñanza bíblica de que a los
creyentes les nacerán hijos durante el milenio y que esos hijos serán
capaces de pecar y de revelarse (Is. 65:20; cf. Ap. 20:7-10), algo que no sería
posible si todos los creyentes de la tierra hubieran sido glorificados durante
un arrebatamiento postribulacional.
Además, el paradigma postribulacional del arrebatamiento de la iglesia y de
que sea traída de inmediato y de nuevo a la tierra no deja tiempo para el
juicio del béma de Cristo (1 Co. 3:10-15; 2 Co. 5:10) o para las bodas del
cordero (Ap. 19:6-10).
Por lo tanto, un arrebatamiento postribulacional no tiene sentido
cronológicamente hablando. Es incongruente con el juicio de la nación de

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 52


ovejas y cabritos, y dos acontecimientos críticos del fin de los tiempos. El
arrebatamiento pretribulacional evita estas dificultades.
EN CUARTO LUGAR, las Epístolas no contienen advertencias preparatorias
para una tribulación inminente para los creyentes de la era de la iglesia. Las
instrucciones de Dios para la iglesia en las Epístolas contienen una
diversidad de avisos, pero a los creyentes no se los exhorta a prepararse
para entrar a la tribulación y resistir.
El Nuevo Testamento advierte enérgicamente sobre el error futuro y los
falsos profetas (Hch. 20:29-30; 2 P. 2:1; 1 Jn. 4:1-3; Jud. 4). Avisa contra una
vida impía (Ef. 4:25–5:7; 1 Ts. 4:3-8; He. 12:1).
El Nuevo Testamento amonesta a los creyentes para resistir en medio de la
tribulación presente (1 Ts. 2:13-14; 2 Ts. 1:4). Sin embargo, en cuanto a la
preparación de la iglesia para la tribulación global y catastrófica descrita en
Apocalipsis 6–18, solo hay silencio.
Resulta difícil considerar que las Escrituras guarden silencio sobre tan
traumático acontecimiento para la iglesia, si esta tiene que soportar este
periodo. Si la iglesia experimentara cualquier parte del periodo de
tribulación, cabría esperar que las Epístolas enseñaran la existencia, el
propósito y la conducta de la misma mientras este dura.
Sin embargo, no hay enseñanza alguna sobre este asunto. Solo un
arrebatamiento pretribulacional explica satisfactoriamente esta falta de
instrucciones para la iglesia.
EN QUINTO LUGAR, 1 Tesalonicenses 4:13-18 exige un arrebatamiento
pretribulacional. Supongamos que algún otro criterio respecto al rapto
fuera verdad, ¿qué esperaríamos, pues, encontrar en 1 Tesalonicenses 4?
Lo contrario a las preocupaciones allí reflejadas.
Para empezar, cabría esperar que los tesalonicenses se regocijaran de que
sus seres queridos estuvieran en el hogar con el Señor, y no soportaran los
horrores de la tribulación. Pero, en su lugar, descubrimos que los
tesalonicenses se lamentan en realidad porque temen que sus seres
amados se perderán el rapto. Solo un arrebatamiento pretribulacional
justificaría este dolor.
Asimismo, esperaríamos que los tesalonicenses se lamentaran por su
propia prueba inminente y no por sus seres queridos que han escapado a
ella. Además, esperaríamos que fueran inquisitivos respecto a su propio
futuro. Sin embargo, los tesalonicenses no tienen temores ni preguntas

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 53


sobre la tribulación venidera. Esperaríamos que Pablo hubiera provisto
instrucciones y exhortaciones para una prueba tan suprema. Pero no
hallamos indicación de ninguna tribulación inminente.
EN SEXTO LUGAR, los estrechos paralelos entre Juan 14:1-3 y 1
Tesalonicenses 4:13-18, dos textos referentes a la segunda venida de Cristo,
encajan con el arrebatamiento pretribulacional:
1. La promesa de la presencia con Cristo:
“Para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. Juan 14:3
“Así estaremos siempre con el Señor”. 1 Tesalonicenses 4:17
2. La promesa de consuelo:
“No se turbe vuestro corazón”. Juan 14:1
“Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”. 1
Tesalonicenses 4:18
Jesús enseñó a sus discípulos que Él iba a la casa de su Padre (el cielo) para
preparar un lugar para ellos. Les prometió que regresaría y los recibiría,
para que ellos pudieran estar con Él dondequiera que Él estuviese (Jn. 14:1-
3). Aunque la frase “donde yo estoy” implica una presencia continua en
general, aquí significa la presencia en el cielo en particular. Nuestro Señor
les dijo a los fariseos, en Juan 7:34: “Me buscaréis, y no me hallaréis; y a
donde yo estaré, vosotros no podréis venir”. No estaba hablando de su
morada presente en la tierra, sino de su presencia resucitada a la diestra
del Padre. En Juan 14:3, “donde yo estoy” debe significar “en el cielo”, o la
intención no tendría sentido.
El arrebatamiento postribulacional exige que los santos se encuentren con
Cristo en el aire y desciendan, inmediatamente, a la tierra sin experimentar
lo que el Señor prometió en Juan 14. Dado que dicho capítulo alude al
arrebatamiento y no alude al juicio, solo un arrebatamiento
pretribulacional satisface el lenguaje de Juan 14:1-3, y permite que los
santos arrebatados moren durante un tiempo significativo con Cristo en la
casa de su Padre.
EN SÉPTIMO LUGAR, los sucesos del regreso de Cristo a la tierra después
de la tribulación difieren del rapto.
Si se compara lo que sucede en el arrebatamiento en 1 Tesalonicenses 4:13-
18 y en 1 Corintios 15:50-58 con lo que ocurre en los acontecimientos
finales de la segunda venida de Cristo en Mateo 24–25, se pueden observar
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 54
al menos ocho contrastes o diferencias significativos que exigen que el
arrebatamiento y la segunda venida de Cristo se produzcan en momentos
distintos:
1. En el arrebatamiento, Cristo viene en el aire y regresa al cielo (1 Ts.
4:17), mientras que, en el acontecimiento final de la segunda venida,
Cristo viene a la tierra a morar y reinar (Mt. 25:31-32).
2. En el arrebatamiento, Cristo reúne a los suyos (1 Ts. 4:16-17),
mientras que, en la segunda venida, los ángeles reúnen a los elegidos
(Mt. 24:31).
3. En el arrebatamiento, Cristo viene a recompensar (1 Ts. 4:17),
mientras que, en la segunda venida, Cristo viene a juzgar (Mt. 25:31-
46).
4. En el arrebatamiento, la resurrección se destaca en la venida de Jesús
(1 Ts. 4:15-16), mientras que en la segunda venida no se menciona
resurrección alguna con el descenso de Cristo.
5. En el arrebatamiento, los creyentes parten de la tierra (1 Ts. 4:15-17),
mientras que, en la segunda venida, los incrédulos son tomados de la
tierra (Mt. 24:37-41).
6. En el arrebatamiento, los incrédulos permanecen en la tierra
(implícito), mientras que, en la segunda venida, los creyentes
permanecen en la tierra (Mt. 25:34).
7. En el arrebatamiento no se hace mención del reino de Cristo en la
tierra, mientras que, en la segunda venida, se establece el reino de
Cristo en la tierra (Mt. 25:31, 34).
8. En el arrebatamiento, los creyentes recibirán cuerpos glorificados (cf.
1 Co. 15:51-57), mientras que, en la segunda venida, nadie que esté
vivo recibe un cuerpo glorificado.
Por otra parte, varias de las parábolas de Cristo en Mateo 13 confirman
diferencias entre el rapto y la segunda venida de Cristo a la tierra.
• En la parábola del trigo y la cizaña, la cizaña (los incrédulos) es
separada del trigo (los creyentes) en el apogeo de la segunda venida
(Mt. 13:30, 40), mientras que los creyentes son quitados de entre los
incrédulos en el arrebatamiento (1 Ts. 4:15-17).
• En la parábola de la red, los peces malos (los incrédulos) son
apartados de los buenos (los creyentes) en la culminación de la
segunda venida de Cristo (Mt. 13:48-50), mientras que los creyentes
son sacados de entre los incrédulos en el rapto (1 Ts. 4:15-17).

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 55


Finalmente, no se hace mención alguna al arrebatamiento en los detallados
textos sobre la segunda venida de Mateo 24 y Apocalipsis 19.

IV. DIFERENCIA ENTRE EL ARREBATAMIENTO Y LA SEGUNDA


VENIDA
El Arrebatamiento y la Segunda Venida de Cristo con frecuencia son
confundidos. A veces es difícil determinar si un versículo de las Escrituras se
está refiriendo al Arrebatamiento o a la Segunda Venida de Jesucristo. Sin
embargo, al estudiar la profecía bíblica sobre los últimos tiempos, es muy
importante diferenciar entre estas dos.
El Arrebatamiento es cuando Jesucristo regrese para llevarse a Su iglesia
(todos los creyentes en Cristo) de la tierra. El Arrebatamiento se describe
en 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1 Corintios 15:50-54. Los creyentes que
hayan muerto tendrán sus cuerpos resucitados, y junto con los creyentes
que aún vivan, se encontrarán con el Señor en el aire. Esto ocurrirá en un
momento, en un abrir y cerrar de ojos. La Segunda Venida es cuando
Jesucristo regrese para vencer al anticristo, destruir el mal, y establecer Su
Reino Milenial. La Segunda Venida se describe en Apocalipsis 19:11-16.
Las diferencias importantes entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida
son las siguientes:
1. En el Arrebatamiento, los creyentes se encontrarán con el Señor en
el aire (1 Tesalonicenses 4:17). En la Segunda Venida, los creyentes
regresarán con el Señor a la tierra (Apocalipsis 19:14).
2. La Segunda Venida ocurre después de la grande y terrible Tribulación
(Apocalipsis capítulos 6-19). El Arrebatamiento ocurre antes de la
Tribulación (1 Tesalonicenses 5:9; Apocalipsis 3:10).
3. El Arrebatamiento es el traslado de los creyentes de la tierra, como
un acto de liberación (1 Tesalonicenses 4:13-17; 5:9). La Segunda
Venida incluye el quitar a los incrédulos como un acto de juicio
(Mateo 24:40-41).
4. El Arrebatamiento será “secreto” e instantáneo (1 Corintios 15:50-
54). La Segunda Venida será visible para todos (Apocalipsis 1:7;
Mateo 24:29-30).
5. La Segunda Venida de Cristo no ocurrirá hasta después de que ciertos
otros eventos del fin de los tiempos tengan lugar (2 Tesalonicenses
2:4; Mateo 24:15-30; Apocalipsis capítulos 6-18). El Arrebatamiento
es inminente y puede suceder en cualquier momento (Tito 2:13; 1
Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:50-54).
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 56
¿Por qué es importante observar la diferencia entre el Arrebatamiento y la
Segunda Venida de Cristo?
1. Si el Arrebatamiento y la Segunda Venida fueran un mismo evento,
los creyentes tendrían que pasar por la Tribulación (1 Tesalonicenses
5:9; Apocalipsis 3:10).
2. Si el Arrebatamiento y la Segunda Venida fueran un mismo evento,
el regreso de Cristo no es inminente. Hay muchas cosas que deben
ocurrir antes que Él pueda regresar a la tierra (Mateo 24:4-30).
3. Al describir el periodo de la Tribulación, los capítulos 6-19 del
Apocalipsis en ninguna parte mencionan a la iglesia. Durante la
Tribulación – también llamada “el tiempo de angustia para Jacob”
(Jeremías 30:7) – Dios dirigirá nuevamente Su principal atención
sobre Israel (Romanos 11:17-31).
El Arrebatamiento y la Segunda Venida de Jesucristo son eventos similares
pero separados. Los dos implican el regreso de Jesús. Ambos son eventos
del fin de los tiempos. Sin embargo, es de crucial importancia reconocer las
diferencias.
En resumen, el Arrebatamiento es el regreso de Cristo en las nubes para
trasladar a todos los creyentes de la tierra antes del tiempo de la ira de Dios.
La Segunda Venida es el regreso de Cristo a la tierra, para poner fin a la
Tribulación y para vencer al anticristo y su malvado imperio mundial.

El Arrebatamiento (Rapto) La Manifestación


Cristo viene en el aire.
Él viene a la tierra. Zac. 14:4
1 Ts. 4:16, 17
Él viene por sus santos. Él viene con Sus santos. 1 Ts. 3:13;
1 Ts. 4:16, 17 Jud. 14
Es un misterio, esto es, una verdad No es un misterio, es tema de
desconocida en los tiempos del muchas profecías del Antiguo
Antiguo Testamento. 1 Co. 15:51 Testamento. Sal. 72; Is. 11; Zac. 14
Nunca se dice que la venida de La venida de Cristo con Sus santos
Cristo a por Sus santos vaya será anunciada por señales en los
precedida de señales en los cielos cielos. Mt. 24:29,30

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 57


Está identificado con el Día de
Es identificada con el Día del
Cristo. 1 Co. 1:8: 2 Co. 1:14; Fil.
Señor. 2 Ts. 2:1-12
1:6,10
El principal énfasis de la
Es presentado como un tiempo de
Manifestación recae en el juicio. 2
bendición. 1 Ts. 4:18
Ts. 2:8-12
Tiene lugar en un momento, en un
abrir y cerrar de ojos (1 Co. 15:52).
Será visible alrededor del mundo.
Esto implica de una manera
Mt. 24:27; Ap. 1:7
poderosa que este no será
presenciado por el mundo.
Parece implicar principalmente a la Implica principalmente a Israel, y
Iglesia. Jn. 14:1-4; 1 Co. 15:51-58; 1 también a las naciones gentiles.
Ts. 4:13-18 Mt. 24:1 – 25:46
Cristo viene como la Estrella
Cristo viene como el Sol de Justicia
resplandeciente de la mañana. Ap.
con salvación en Sus alas. Mal. 4:2
22:16

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L05 El Rapto de la iglesia 58


Lección 6
LA TRIBULACIÓN

CONTENIDO
I. Su singularidad
II. El principio de la Tribulación
III. La naturaleza de la Tribulación
IV. La fuente de la tribulación
V. Los juicios de los sellos, las trompetas y las copas
VI. Los redimidos de la Tribulación
VII. El propósito de la Tribulación

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 59


I. SU SINGULARIDAD
Se entiende por Gran Tribulación el periodo de siete años que ha de mediar
entre el Arrebatamiento de la Iglesia y la Segunda Venida del Señor.
Al describir el periodo de la Gran Tribulación, nuestro Señor dijo que será una
tribulación “cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni
la habrá” (Mateo 24:21). Será un tiempo de aflicción único en la historia del
mundo.
Ha habido muchos tiempos difíciles desde que el Señor habló estas palabras, y
Él mismo advirtió a los discípulos: “En el mundo tendréis aflicción” (Juan
16:33).
¿Qué es, pues, lo que hace diferente a este periodo futuro? ¿En qué será única
la Gran Tribulación?
Dos características distinguirán la Tribulación de todos los otros tiempos
difíciles que el mundo ha visto.
• Primero, será mundial, no localizada, según se declara en la promesa de
liberación (Apocalipsis 3:10) y como se describe en detalle en los juicios
del Apocalipsis. Las intensas persecuciones y calamidades locales del
presente no pueden ser el principio de la Tribulación, porque ese tiempo
afectará “el mundo entero”.
• Entonces también la Tribulación será diferente por la forma en que
actuarán los hombres. En uno de los primeros juicios, los hombres se
esconderán en los fosos y cavernas de las montañas y dirán a los montes
y a las peñas: “Caed sobre nosotros, y escondernos del rostro de aquel
que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero” (6:16). Cuando
llegue la Gran Tribulación, los hombres actuarán como si el mundo
estuviera llegando a su fin.
Por años los hombres han estado hablando como si pensasen que el fin está
cerca, pero al principio de la Tribulación se darán cuenta de que el fin está
realmente a las puertas. Científicos, políticos, y aun líderes de la iglesia nos
advierten hoy en día que el fin de la historia humana puede que esté sobre
nosotros, y aun usan la palabra “Armagedón”, pero la gente no está actuando
como si de veras lo creyesen. Se están comprando y vendiendo bienes raíces,
acumulándose ahorros, y continuamente haciéndose planes para el futuro.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 60


Pero cuando la Tribulación venga, las personas se esconderán en refugios
antibombas y realmente buscarán la muerte más bien que tratar de preservar
la vida. El futuro, en esos días, no tendrá ninguna atracción.
Lo peculiar de la Tribulación está en su alcance mundial y en su terror, que
causará que los hombres quieran morirse antes que vivir. Por un tiempo
durante la Tribulación, aun el suicidio será imposible, y los hombres se verán
obligados a vivir.

II. EL PRINCIPIO DE LA TRIBULACIÓN


La Tribulación no comienza necesariamente el día que la iglesia sea llevada
para encontrarse con el Señor en el aire. Aunque el Rapto precede al principio
de la Tribulación, en realidad nada se dice en las Escrituras tocante a si habrá
o no algún tiempo (o cuánto tiempo) entre el Rapto y el comienzo de la
Tribulación.
La Tribulación, en realidad, comienza con la firma de un pacto entre el líder de
los “Estados Federados de Europa” y el pueblo judío. Este acuerdo pondrá en
marcha los eventos de la septuagésima semana (o siete años) de la profecía de
Daniel. Hay un intervalo de duración indeterminada entre las primeras sesenta
y nueve semanas de siete años cada una y la última o septuagésima semana
de siete años.
Nosotros estamos viviendo en ese intervalo. Es el tiempo en el cual Dios está
formando la iglesia, el cuerpo de Cristo, por salvar a judíos y gentiles por igual.
Cuando empiece este último periodo de siete años, “por otra semana
confirmará el pacto con muchos” (Daniel 9:27). ¿De quién se habla aquí?
Gramaticalmente se pudiera referir al Mesías (Daniel 9:26) o al “príncipe que
ha de venir”, que probablemente esté relacionado con el pueblo de los que
destruyeron Jerusalén en 70 A.D. El último punto de vista es el mejor, porque
usualmente se prefiere el antecedente que esté más cerca del pronombre, y
en este caso es el príncipe, no el Mesías. Además, tampoco hay nada en el
relato de la vida de Cristo que en alguna manera lo conecte con hacer (y
después romper) un pacto de siete años con el pueblo judío.
Este hombre es el “cuerno pequeño” (Daniel 7:24–25) que encabeza la
coalición de naciones occidentales en los días de la Tribulación. A él también
se le llama “el hombre de pecado” (2 Tesalonicenses 2:3), y se le menciona

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 61


como la bestia (Apocalipsis 11:7; 13:1; 17:11; 19:20). Al principio de la
Tribulación él hará un pacto, o entrará en alianza, con Israel. Este acuerdo
alineará al Occidente con la nación judía y garantizará protección a Israel para
que pueda restablecer los antiguos ritos del judaísmo.
Parece que esta provisión también asegurará protección mientras que Israel
reconstruye el templo en Jerusalén como centro de sus observancias
religiosas. Es obvio que un templo se construya durante la primera parte de la
Tribulación, puesto que sabemos que el pacto se romperá y el hombre de
pecado será adorado en el templo de Dios (2 Tesalonicenses 2:4).
A la luz de los eventos contemporáneos es interesante el alineamiento de
Europa occidental con Israel. Parece indicar que la nación de Israel por sí sola
no será suficientemente fuerte para sentirse segura ante todos los estados
hostiles que la rodean. Ella no podrá “arreglárselas sola” a estas alturas, y por
tanto formará una alianza con las naciones occidentales. Entonces la
perspectiva para Israel parecerá prometedora. Se sentirá segura en su tierra;
estará adorando de acuerdo al patrón del Antiguo Testamento; tendrá su
templo de nuevo en Jerusalén; y será importante entre las naciones del
mundo. Pero esto solo es el principio.

III. LA NATURALEZA DE LA TRIBULACIÓN


No hay mejor manera de llegar a un entendimiento del concepto escriturario
de la tribulación que dejar que la Escritura hable por sí misma. Son muchas las
declaraciones de la Palabra sobre este asunto. Unas pocas serán suficientes.
La línea de revelación comienza a principios del Antiguo Testamento y
continúa por todo el Nuevo.
“Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los
postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz [...] no te dejará,
ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres”.
Deuteronomio 4:30-31
“Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra,
por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad,
cuando él se levante para castigar la tierra”. Isaías 2:19
“He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace
esparcir a sus moradores […] La tierra será enteramente vaciada, y

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 62


completamente saqueada; porque Jehová ha pronunciado esta palabra[…]
Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron
asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y
disminuyeron los hombres”. Isaías 24:1, 3, 6
“Será quebrantada del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la
tierra, en gran manera será la tierra conmovida. Temblará la tierra como un
ebrio, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado,
y caerá, y nunca más se levantará. Acontecerá en aquel día, que Jehová
castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la
tierra”. Isaías 24:19-21
“Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas;
escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.
Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la
tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada
sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos”. Isaías 26:20-21
“¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él;
tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado”. Jeremías 30:7
“Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la
semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre
de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación,
y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”. Daniel 9:27
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de
los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que
hubo gente hasta entonces...” Daniel 12:1
“¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como
destrucción por el Todopoderoso”. Joel 1:15
“…porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de tinieblas y de
oscuridad, día de nube y de sombra, […] semejante a él no lo hubo jamás,
ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones”. Daniel 2:1-2
“¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de
Jehová? Será de tinieblas, y no de luz. […] ¿No será el día de Jehová
tinieblas, y no luz; oscuridad que no tiene resplandor?”. Amós 5:18, 20

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 63


“Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo [...] Día de
ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento,
día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento […]
Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda
la tierra será consumida con el fuego de su celo...” Sofonías 1:14, 15, 18
“Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el
principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen
acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días
serán acortados”. Mateo 24:21-22
“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra
angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las
olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas
que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán
conmovidas”. Lucas 21:25-26
“Que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos
destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no
escaparán”. 1Tesalonicenses 5:3
“…yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el
mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra”. Apocalipsis
3:10
“Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos,
y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de
los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y
escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la
ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; y ¿quién podrá
sostenerse en pie?”. Apocalipsis 6:15-17
Según estas Escrituras es inevitable que la naturaleza o carácter de este
periodo sea de ira (Sof. 1:15, 18; 1Ts. 1:10; 5:9; Ap. 6:16-17; 11:18; 14:10, 19;
15:1, 7; 16:1, 19); de juicio (Ap. 14:7; 15:4; 16:5, 7; 19:2); de indignación (Is.
26:20-21; 34:1-3); de prueba (Ap. 3:10); de angustia (Jer. 30:7; Sof. 1:14-15;
Dn. 12:1); de destrucción (Joel 1:15; 1Ts. 5:3); de tinieblas (Joel 2:2; Amós
5:18; Sof. 1:14-18); de desolación (Dn. 9:27; Sof. 1:14-15); de trastorno (Is.
24:1-4, 19-21); de castigo (Is. 24:20-21). No se puede encontrar ningún pasaje

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 64


para aliviar en modo alguno la severidad de este periodo que vendrá sobre
la tierra.

IV. LA FUENTE DE LA TRIBULACIÓN


El periodo de la tribulación será testigo de la ira de Satanás en su animosidad
contra Israel (Ap. 12:12-17) y del títere de Satanás, la Bestia, en su animosidad
contra los santos (Ap. 13:7). Sin embargo, esta manifestación de ira no
comienza a agotar el derramamiento de la ira de aquel día.
La Escritura abunda en aseveraciones de que este periodo no es de ira de los
hombres, ni de ira de Satanás, sino el tiempo de la ira de Dios.
“Jehová vacía la tierra y la desnuda...” Isaías 24:1
“Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su
maldad... Isaías 26:21
“vendrá como destrucción por el Todopoderoso”. Joel 1:15
“Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová...” Sofonías
1:18
“Y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros y escondednos
del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”.
Apocalipsis 6:16-17
“Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido...”. Apocalipsis 11:18
“... Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y
adorad a aquel” Apocalipsis 14:7
“Él también beberá del vino de la ira de Dios...” Apocalipsis 14:10
“Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó
las uvas en el gran lagar de la ira de Dios”. Apocalipsis 14:19
“¿Quién no te temerá, Oh Señor, y glorificará tu nombre? […] porque tus
juicios se han manifestado” Apocalipsis 15:4

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 65


“Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de
oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos” Apocalipsis
15:7
“... Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios”. Apocalipsis
16:1
“...Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y
justos”. Apocalipsis 16:7
“...para darles el cáliz del vino del ardor de su ira”. Apocalipsis 16:19
“Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus
juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado…” Apocalipsis 19:1-2
A la luz de estas Escrituras no se puede negar que este periodo es
peculiarmente el tiempo cuando la ira y el juicio de Dios caerán sobre la tierra.
Esta no es ira de parte de los hombres, ni de parte de Satanás, excepto en la
medida en que Dios pueda usar estas agencias como canales para la ejecución
de Su voluntad; es tribulación de parte de Dios.
Este periodo difiere de todas las tribulaciones precedentes, no solo en
intensidad sino también en la clase de tribulación, ya que viene de Dios mismo.

V. LOS JUICIOS DE LOS SELLOS, LAS TROMPETAS, Y LAS COPAS


A. LA SECUENCIA
Apocalipsis 6–19 describe la Tribulación en detalle. Aquí leemos de tres series
de juicios.
• La primera se relaciona con la apertura de los siete sellos de un
pergamino;
• la segunda, con el sonido de siete trompetas;
• y la tercera, con el derramamiento del contenido de siete copas.
¿Presentan estas tres series de juicios una sucesión de eventos, o recapitulan
con mayor intensidad las trompetas y las copas los juicios de los siete sellos?
En otras palabras, ¿siguen los juicios de las trompetas y de las copas a los de
los sellos como juicios diferentes y distintos, o representan los mismos juicios?

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 66


Las tres series se suceden la una a la otra en secuencia cronológica y que no
hay recapitulación. De cualquier manera, sin embargo, los juicios de los sellos
son los primeros juicios de los días de la Tribulación, y probablemente
ocurrirán durante el primer año de ese periodo.
B. LOS SELLOS
1. El juicio del primer sello (Apocalipsis 6:1–2). La apertura del primer sello le
reveló a Juan un caballo blanco montado por uno que salió a conquistar. Al
interpretar el Apocalipsis, siempre comience con lo que está más claro. Aquí,
es bastante obvio que en los primeros meses de la Tribulación naciones serán
conquistadas por el jinete que monta el caballo. Algunos creen que este jinete
es el hombre de pecado, la cabeza de la coalición de naciones occidentales. A
su método de conquistar, sin embargo, nosotros lo llamaríamos guerra “fría”.
Claramente, esta descripción coincide exactamente con el cuadro del principio
de la Tribulación dado en 1 Tesalonicenses 5:3 —días en que los hombres
estarán hablando de paz y seguridad—. Esto puede que indique que estamos
viviendo en los días que preceden inmediatamente a la Tribulación —pero, por
otro lado, no hay nada en la Palabra de Dios que indique que no pueda haber
otra guerra mundial en esta presente edad, entonces otro periodo de paz
antes que venga el Señor—. Otros escritores evangélicos concuerdan en que
el primer jinete representa simplemente el espíritu de conquista —una actitud
que ha caracterizado a las naciones desde el principio de la historia—. Sin
duda, este espíritu se intensificará a medida que se acerque el fin.
2. El juicio del segundo sello (Apocalipsis 6:3–4). En el juicio del segundo sello,
la paz será quitada de la tierra y los hombres harán guerra unos contra otros.
La frase, “se le dio una gran espada”, confirma esta interpretación. El color rojo
del segundo caballo sugiere matanza. La guerra siempre ha seguido al espíritu
de conquista.
3. El juicio del tercer sello (Apocalipsis 6:5–6). El tercer juicio (probablemente
todavía en el primer año de la Tribulación) trae hambre al mundo. Un caballo
negro representa este evento, y la balanza que lleva este jinete en la mano
indica un cuidadoso racionamiento de los alimentos. El denario romano (v. 6)
era el pago de un día de trabajo en Palestina en los días de Jesús (Mateo 20:2).
Normalmente alcanzaría para comprar diez kilos de trigo o treinta de cebada.
En las condiciones de escasez de estos días venideros, el salario de un día
bastará solo para una medida de trigo o tres de cebada —una décima parte de

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 67


la provisión normal de comida. Sin embargo, hay una peculiaridad irónica en
esta situación de carestía. El aceite y el vino, las mismas cosas que la mayoría
de las personas no se pueden dar el lujo de disfrutar, no escasearán. La escasez
de los alimentos básicos y la abundancia de los artículos de lujo constituirán
una burla para las personas comunes en su condición de pobreza.
4. El juicio del cuarto sello (Apocalipsis 6:7–8). Este caballo, textualmente,
será de un verde amarillento. Es el único jinete que se nombra, y se le llama
Muerte. La Muerte, por supuesto reclama la parte física del hombre, y es
acompañada por el Hades, el lugar de los muertos (v. 8), que reclama la parte
inmaterial. El efecto de este juicio será devastador —un cuarto de la población
de la tierra morirá a causa de la espada (guerra), del hambre (la carestía que a
menudo acompaña a la guerra), de la muerte (posiblemente por las plagas y
las enfermedades que siguen a la guerra), y de las bestias feroces de la tierra,
que aparentemente no estarán restringidas durante este tiempo y vagarán por
doquier libremente, matando a los seres humanos. Las componendas
planeadas astutamente por el hombre para traer la paz, la abundancia, y la
longevidad se irán a pique en el corto periodo de tiempo que tomará este
juicio.
5. El juicio del quinto sello (Apocalipsis 6:9–11). Aunque la acción del quinto
sello es en el cielo, éste presupone que ciertos eventos han ocurrido en la
tierra. El grupo de mártires en el cielo (v. 9) implica que estas personas han
sido ya martirizadas en la tierra, a principio de la Tribulación. Serán matados a
causa de su testimonio.
6. El juicio del sexto sello (Apocalipsis 6:12–17). Este juicio desata destrucción
universal sobre la tierra.
Incluirá seis eventos catastróficos:
1. Ocurrirá un gran terremoto sin igual.
2. El sol se oscurecerá de modo que se pondrá negro como tela de cilicio.
El texto no dice que el sol se convertirá en tela de cilicio, sino que se
oscurecerá como tela de cilicio.
3. La luna se volverá toda roja como sangre.
4. Habrá una lluvia de meteoritos, con todos los efectos devastadores que
naturalmente le siguen.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 68


5. Aparentemente los cielos se abrirán por un momento para que los
hombres tengan un vistazo de esa escena aterradora, que incluye a Dios
en Su trono.
6. Toda montaña e isla se removerán de su lugar.
Estos juicios producirán terror en el corazón de todo hombre viviente. Sus
corazones se llenarán de temor —no principalmente a causa de los disturbios
físicos o las terribles guerras y pestilencias, sino porque verán a Dios en Su
trono. Los hombres rogarán que se les encubra “del rostro de aquel que está
sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero”. Ellos recurrirán a cualquier
medida con tal de evitar enfrentarse a su Creador y Juez, hasta buscar la
muerte bajo las piedras y las montañas en las cuales tratarán de esconderse.
Personas de toda clase (v. 15) serán afectadas. Como ha ocurrido a través de
la historia, no habrá ninguna vuelta general o en masa hacia Dios en
arrepentimiento, sino solo una vuelta del rostro de Dios.
Estos serán los primeros juicios de la Tribulación. Pero serán solo el principio
—lo peor queda por venir.

VI. LOS REDIMIDOS DE LA TRIBULACIÓN


Al llegar el quinto sello numerosos creyentes verdaderos ya habrán sido
martirizados. En otras palabras, durante los primeros años de la Tribulación
habrá un testimonio genuino del Evangelio, y a esto se opondrá la iglesia
ecuménica, que estará “ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los
mártires de Jesús” (17:6). En nombre de la religión, la iglesia organizada de la
primera parte de la Tribulación matará a los verdaderos creyentes a causa de
su fe.
Pero, ¿cómo estos verdaderos creyentes habrán llegado a convertirse? Con el
rapto de la iglesia, todos los creyentes habrán sido removidos de la tierra, y
por ende ninguno quedará en la tierra inmediatamente después del Rapto. Si
va a haber mártires, primero tiene que haber creyentes. ¿Cómo se salvarán los
hombres? Apocalipsis 7:1–8 nos lleva a un paréntesis en el juicio. Aun el viento
no sopla. (Incidentalmente, ¿puede usted imaginarse el efecto sobre el clima
de la cesación del viento aun por un corto tiempo? Agréguele los trastornos en
la topografía de la tierra, con el traslado de las islas y las montañas, y
comenzará a entender el caos acrecentado que habrá durante estos primeros
años de la Tribulación.)

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 69


Esta interrupción de los juicios ocurre para que las personas de cierto grupo
puedan ser “selladas” (v. 3). Estos individuos son llamados “los siervos de
nuestro Dios”. Los versículos 4–8 los describen en detalle. Son judíos de las
doce tribus, y realizan algún servicio especial para Dios. Si el sello que se les
pone es una marca visible o alguna característica peculiar, no se declara ni se
implica en el texto. Un sello no tiene que ser visible para que sea real (Efesios
4:30). Es primordialmente una garantía de posesión y seguridad. Ambas ideas
están implicadas en el sellamiento de este grupo. Estos individuos son
posesión de Dios, lo cual significa que son redimidos. Dios los mantiene
seguros, lo que puede significar que los protege de sus enemigos mientras
completan su servicio en la tierra para El.
Pero ¿cómo estas personas se salvaron? Aunque no habrá cristianos en la
tierra inmediatamente después del Rapto, sí habrá Biblias, y libros acerca de
la vida cristiana. En otras palabras, habrá información disponible para darles a
los hombres los hechos en que puedan hallar la fe salvífica.
¿Cuál será el trabajo importante debido al cual Dios protegerá
sobrenaturalmente a estas personas? En realidad, este pasaje no lo especifica,
pero sí tenemos indicaciones en cuanto a la respuesta en Apocalipsis 14,
donde el mismo grupo se describe en el cielo después de haber completado su
trabajo. Se dice que son los redimidos que siguen al Cordero, lo cual puede
indicar que constituyen un grupo de testigos especiales del Evangelio en los
días de la Tribulación. Ellos no serán los únicos que estarán testificando, pero
sí el único grupo al que se le dará protección especial contra sus enemigos.
Los primeros juicios de la Tribulación, y la situación religiosa en la primera
parte de ese periodo, se repiten, en forma resumida, en el discurso del monte
de los Olivos del Señor (Mateo 24). Los versículos 4–14 abarcan los eventos de
la primera mitad de la Tribulación, porque en el versículo 15 leemos acerca de
un evento que ocurre exactamente a la mitad del periodo de siete años. Note
cómo se resumen los juicios de los sellos: “Y oiréis de guerras y rumores de
guerras…. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y
habrá pestes y hambres, y terremotos” (vv. 6–7). Note la referencia a los
mártires de que habla el quinto sello: “Entonces os entregarán a tribulación y
os matarán” (v. 9). Mire la religión falsa: “Y muchos falsos profetas se
levantarán, y engañarán a muchos” (v. 11). El ministerio de los 144000
sellados, y otros testigos, explica el hecho de que “será predicado este
evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones”
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 70
(v. 14). Aquí están todos los principales eventos de la primera mitad de la
Tribulación, en forma comprimida, de los labios de Cristo antes de la
Crucifixión.

VII. EVENTOS PRINCIPALES DE LA TRIBULACIÓN.


1. El arrebatamiento de la iglesia y la destrucción del enemigo (2 Tes. 2:1,
7, 8).
2. Restauración del sacrificio diario en un templo reconstruido al hacer
pacto con el Anticristo (Dn. 9:27).
3. Derramamiento de juicios como resultado de la apertura de los siete
sellos (Ap. 6:1–8:1).
4. Derramamiento de juicios por el resonar de las siete trompetas (Ap. 8:6–
11:15).
5. La abolición del sacrificio diario por el Anticristo, y la preparación para
la abominación desoladora (Dn. 9:27; 12:10, 11; Mt. 25:15). Esto
ocurre en el medio de los siete años, que están divididos en dos
partes de tres años y medio: Ap. 11:2, 3; Dn. 9:27; 12:11; Ap. 12:14.
La última mitad es considerada la “gran tribulación.”
6. Incremento en la persecución a Israel (Ap. 12); son sellados 144.000
judíos de las doce tribus (Ap. 7:1–8); una innumerable compañía de
santos de la tribulación, de todas las naciones, convertidos durante
la tribulación, son llevados al cielo (Ap. 7:9–17).
7. Control total por la Bestia y el falso profeta; la introducción de la marca
de la Bestia y su número, con adoración obligatoria a la imagen de la
Bestia (Ap. 13).
8. Los juicios resultantes del derramamiento de las siete copas de ira (Ap.
15–16).
9. Juicio sobre la ramera, la misteriosa Babilonia (Ap. 17–18), quien
probablemente representa la religión apóstata. Después del rapto de
la verdadera iglesia, la religión organizada incrementará su
corrupción con una “apariencia de piedad, pero negarán la eficacia
de ella”, llegando a alinearse con el gobierno de la Bestia.
10.Reunión de los reyes del Oriente y los ejércitos del Anticristo (Bestia)
para hacer guerra contra el remanente de Israel, resultando en la
batalla de Armagedón (Ap. 12:17; 16:12–16).
11.Celebración de la cena de las bodas del Cordero (Ap. 19:6–9).

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 71


12.Cristo regresa con sus ejércitos de santos para enfrentar a la Bestia y sus
ejércitos, y los ejércitos de la Bestia son derrotados por el resplandor
de la venida de Cristo (Ap. 19:14–21; 2 Tes. 2:8).
13.La Bestia y el falso profeta son lanzados al lago de fuego (Ap. 19:20).
14.Satanás es arrojado al abismo por mil años (Ap. 20:1–3).

VIII. EL PROPÓSITO DE LA TRIBULACIÓN


El primer gran propósito de la tribulación es el de preparar a la nación de
Israel para recibir a su Mesías. La profecía de Jeremías (Jr. 30:7) aclara que este
tiempo que viene tiene particular referencia a Israel, por cuanto es "el tiempo
de angustia de Jacob".
El propósito de Dios para con Israel en la tribulación es el de traer conversión
a una multitud de judíos, que entrarán en las bendiciones del reino y
experimentarán el cumplimiento de todos los pactos de Israel. Las buenas
nuevas de que el Rey está por volver serán predicadas (Mt. 24:14) de manera
que Israel se vuelva a su Libertador. Así como Juan el Bautista predicó tal
mensaje para preparar a Israel para la primera venida del Mesías, Elías
predicará para preparar a Israel para su segunda venida.
He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande
y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón
de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición
(Mal. 4:5-6).
La efectividad de este testigo se verá en que multitudes de judíos se
convertirán durante el periodo de la tribulación y estarán esperando al Mesías
(Ap. 7:1-8 y las vírgenes prudentes de Mt. 25:1-13). Dios tiene también el
propósito de poblar el milenio con una multitud de gentiles salvados, que
serán redimidos mediante la predicación del remanente creyente. Esto se
logra con una multitud de "todas naciones y tribus y pueblos y lenguas" (Ap.
7:9) y con las "ovejas" (Mt. 25:31-46) que entrarán en la era milenaria. El
propósito de Dios, es pues, el de poblar el reino milenario atrayendo a Sí
mismo una hueste de entre Israel y las naciones gentiles.
El segundo gran propósito de la tribulación es el de derramar juicio sobre los
hombres y las naciones incrédulos. En Ap. 3:10 se declara que "yo también te
guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para
probar a los que moran sobre la tierra". Este pasaje fue considerado
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 72
anteriormente. Que este periodo alcanzará a todas las naciones se enseña
claramente también en otras Escrituras:
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que el mal irá de nación en
nación", y grande tempestad se levantará de los fines de la tierra. Y yacerán
los muertos de Jehová en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el otro;
no se endecharán ni se recogerán ni serán enterrados... (Jr. 25:32-33).
Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra
por su maldad... (Is. 26:21).
Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de
que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se
complacieron en la injusticia (2Ts. 2:11-12).
Por estas escrituras se verá que Dios estará juzgando a las naciones de la tierra
debido a su impiedad. Las naciones de la tierra han sido engañadas por la falsa
enseñanza del sistema de la ramera (Ap. 14:8) y han participado del "vino del
furor de su fornicación". Ellas han seguido al falso profeta en la adoración a la
Bestia (Ap. 13:11-18). Las naciones tienen que ser juzgadas por esta impiedad.
Este juicio vendrá sobre “…los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los
capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre…” (Ap. 6:15), todos los que
"blasfemaron el nombre de Dios. . . y no se arrepintieron para darle gloria"
(Ap. 16:9). Por cuanto el reino que ha de seguir es un reino de justicia, este
juicio debe verse como otro paso en el progreso del programa de Dios al tratar
con el pecado para que el Mesías pueda reinar. Este programa de juicio sobre
los pecadores constituye el segundo gran propósito del periodo de la
tribulación.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L06 La tribulación 73


Lección 7
EL ANTICRISTO

CONTENIDO
I. La palabra anticristo en la Escritura
II. La identidad del anticristo
III. Precursores del anticristo
IV. Carisma y procedencia del anticristo
V. La “parousía” del anticristo
VI. El fin del anticristo
VII. Los títulos del anticristo
VIII. Las obras del anticristo
IX. Contrastes entre Cristo y el anticristo

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 74


Así como Jesucristo es la manifestación expresa del Dios invisible, el
anticristo ha de ser la encarnación del mismo Satanás. Como alguien ha
dicho: “De la manera en que la meta final del cristianismo es la persona
misma de Jesucristo, así también el fin del cristianismo nominal será la
persona del anticristo”.
La humanidad jamás ha conocido un líder político que reúna en sí mismo
las cualidades de este personaje. Su poder, prominencia, magnetismo
personal, orgullo, demagogia, rudeza y blasfemia serán paralelos en la
historia de la humanidad.
La Biblia tiene mucho que decirnos tocante a este tema. Tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento existe un número consistente y considerable
de referencias acerca de este engendro de Satanás, y por ello es de suma
importancia que el pueblo de Dios esté familiarizado con estas enseñanzas.
Además, como hemos dicho, el escenario mundial parece estar
preparándose para recibir a quien será el más notorio de los dictadores
mundiales.

I. LA PALABRA ANTICRISTO EN LA ESCRITURA


La Biblia predice la llegada del anticristo, un representante de Satanás que
es la encarnación del mal.
La palabra anticristo viene de dos palabras griegas, christos que significa
‘Cristo’ o ‘el ungido’; y el prefijo anti- puede significar ‘contra’ o ‘en lugar
de’.
¿Está, pues, el anticristo que vendrá abiertamente “en contra” de Jesús, o
es una imitación que finge ser una figura mesiánica? Ambas cosas podrían
ser ciertas. Es una imitación del Mesías por cuanto hará un tratado
engañoso con el pueblo de Israel (Dn. 9:27) y fingirá ser su salvador. Sin
embargo, está en contra de Jesús y se opone a Él y a sus santos. Perseguirá
asimismo a Israel a la mitad de la septuagésima semana de Daniel. En suma,
es a la vez una imitación y alguien que se opone a Cristo.
El término anticristo (gr. antíjristos) se encuentra en 1 Juan 2:18: “Hijitos,
ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así
ahora han surgido muchos anticristos”. Juan se refiere a un anticristo
específico venidero, aunque también menciona a otros “anticristos” que ya
han venido. No son el anticristo, sino que funcionan con su espíritu, se
oponen a quien Jesús es y a los que Él representa. Podemos esperar a

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 75


muchos que poseen el espíritu del anticristo, aunque sepamos que un
anticristo personal también vendrá.

II. LA IDENTIDAD DEL ANTICRISTO


Daniel ofrece la información detallada sobre el anticristo en el Antiguo
Testamento. Esta persona maligna es el gobernante político blasfemo, el
“cuerno pequeño” que habla palabras elocuentes y jactanciosas, y libra
guerra contra los santos de Dios (Dn. 7:8, 21). Él es el “príncipe” perverso
que surge de los romanos (Dn. 9:26). Este príncipe hace un pacto con el
pueblo judío por siete años, pero rompe este tratado transcurrida la mitad
del tiempo, detiene el sistema sacrificial judío y asola el templo (Dn. 9:27).
En Daniel 11:36-45 es el rey obstinado que se autoexalta, habla contra Dios,
rechaza a cualquier dios rival y confía en su poder militar.
El apóstol Pablo se refiere al anticristo como el “hombre de pecado” (2 Ts.
2:3). Apoyándose en Daniel 9:26-27 y 11:36-45, Pablo revela que este
hombre malvado llega en relación con el día del Señor (2 Ts. 2:1-2). Esta
persona “se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto
de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose
pasar por Dios” (2 Ts. 2:4). Su presencia en el templo de Dios se asocia con
la desolación del templo que predijo Daniel 9:27. Jesús se refiere a este
suceso como ver “en el lugar santo la abominación desoladora de que habló
el profeta Daniel” (Mt. 24:15). Este horrible evento de desolación conduce
a una intensa persecución en Judea, sobre la que Jesús advierte en Mateo
24:16-22.
La explicación más detallada sobre el anticristo le fue revelada al apóstol
Juan, y se recoge en Apocalipsis 13. Juan se refiere a este individuo como
“una bestia”. Procede de las naciones y Satanás la empodera (Ap. 13:1-2).
Se recupera de una herida mortal con alguna especie de resurrección que
hace que el mundo se maraville ante él (Ap. 13:3). Blasfema contra Dios (Ap.
13:5-6), libra guerra contra los santos, y ejerce autoridad sobre la tierra (Ap.
13:7-8). Intenta establecer un reino permanente en la tierra para Satanás.
Existe un debate respecto a si el anticristo será judío o gentil. En Daniel
11:37 existe una posible prueba de que sea judío, cuando afirma que “del
Dios de sus padres no hará caso”. Algunas traducciones tienen a “Dios” en
singular. De ser este el caso, estaría rechazando al Dios de los patriarcas
judíos. La mayoría de las traducciones, sin embargo, lo vierten como
“dioses”, y hace que sea probable que se tenga en mente a los dioses
gentiles. De modo que el anticristo surge de entre las naciones europeas

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 76


(Dn. 7:7-8, 23-25; cf. Ap. 13:1). Asimismo, dado que es el príncipe que viene
del pueblo que destruyó Jerusalén y el templo en el 70 d. C. (Dn. 9:26), debe
de venir del Imperio romano, porque fueron los romanos quienes
destruyeron Jerusalén y el templo. Asimismo, la predicción de Daniel
respecto a Antíoco IV Epífanes (215–164 a. C.) en Daniel 8:9-14, 23-25
respalda la opinión de que el anticristo será un gentil. Antíoco era un sirio
que profanó el templo judío en torno al 167 a.C., instituyó la adoración a
Zeus en Jerusalén, e hizo sacrificar un cerdo en el templo. Este acto
desolador parece prefigurar lo que hará el anticristo de Daniel 9:27. Dado
que Antíoco era gentil, el anticristo también lo será probablemente.
Aunque es una figura espantosa y poderosa, el anticristo tiene una breve
carrera y es destruido. Pablo declara que Jesús “matará [al hombre de
pecado] con el espíritu de su boca, y [lo] destruirá con el resplandor de su
venida” (2 Ts. 2:8). Daniel afirma que “lo que está determinado se
derramará sobre el desolador” (Dn. 9:27) y que “llegará a su fin, y no tendrá
quien le ayude” (Dn. 11:45). Esta “bestia” es echada en el lago de fuego al
regreso de Jesús, donde su destino quedará sellado para siempre (Ap.
19:20).

III. PRECURSORES DEL ANTICRISTO


Han existido y existen diversas teorías con respecto al anticristo. Unas con
fundamento histórico y otras un tanto dudosas. Algunos fracasos de
identificación han conducido al escepticismo y, a veces, a la ridiculización
del tema.
La causa de todo esto se debe a que en ciertas épocas de la historia han
surgido personajes que por reunir ciertas características han sido
identificados por algunos como el anticristo. Pongamos cuidado en no caer
en errores lamentables.
Algunas teorías
1. TEORÍAS IMPERSONALES
Algunas han sugerido que el anticristo es algo impersonal, es decir, un
movimiento, una institución, una organización política o religiosa.
a) El sistema papal. Este punto de vista fue sostenido por hombres como
Juan Wycliffe, Juan Huss y líderes de la Reforma del siglo XVI; también los
Adventistas del Séptimo Día y algunos conservadores modernos retienen
esa creencia. Los reformadores del siglo XVI, especialmente, consideraban

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 77


el sistema eclesiástico prevaleciente como algo anticristiano y de ese modo
lo identificaron con el Anticristo.
b) Las iglesias de la Reforma (con Lutero a la cabeza). Esta posición fue
mantenida por ciertos escritores católicos de la post-Reforma. Dicha
conclusión era más bien una reacción a los ataques de Lutero y sus
seguidores contra el papado.
c) El Imperio romano. Este punto de vista existía entre los judíos
talmudistas de la Edad Media, y aún existe entre algunos exégetas
modernos.
2. TEORÍAS PERSONALES
a) Personajes históricos. Algunos han identificado el Anticristo en
personajes tales como Antíoco Epífanes (Dn. 11:21-23), Nerón, Domiciano,
Mahoma, Napoleón, Mussolini, Hitler, etc.
b) Personajes futuros. Hay quienes insisten en que el Anticristo será un
personaje que ya ha existido, pero que será traído de nuevo a la vida. Entre
las sugerencias hechas tenemos:
• Nerón resucitó de los muertos;
• Judas resucitado y restaurado (Jn. 17:12; 2 Ts. 2:3).
PROTOTIPOS DEL ANTICRISTO
Es posible hablar de personajes históricos que han reunido una o varias de
las características que poseerá el “hijo de perdición”. Debido a la postura
que han tomado en contra de la nación de Israel en particular y en contra
del pueblo de Dios en general, esos líderes podrían ser considerados como
precursores o prototipos de aquel que un día aparecerá. Entre los que así
pudieran considerarse tenemos:
1) Nimrod, el fundador de Babilonia (Gn. 10:8-12; Ap. 17: 1-14);
2) Antíoco Epífanes, desacralizador del templo (Dn. 8:9-14);
3) Nerón, perseguidor de los cristianos (Ap. 13:7). Los cristianos del siglo
I lo consideraban el Anticristiano;
4) Napoleón Bonaparte, quien pretendió la conquista y unidad de toda
Europa y, evidentemente, del mundo;
5) Adolfo Hitler, quien ordenó la muerte de millones de judíos y también
pretendió establecer un imperio universal.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 78


Estos hombres, debido a la posición que han ocupado en el mundo y por las
ambiciones que han demostrado, dejan entrever un reflejo de lo que será
el gran dictador mundial que ha de aparecer en los últimos tiempos.

IV. CARISMA Y PROCEDENCIA DEL ANTICRISTO


El personaje más grande que ha pisado la faz de la Tierra es, sin duda,
Jesucristo, Dios manifestado en carne. Pero, con la excepción de nuestro
Señor, el mundo jamás ha conocido un personaje como el que un día se
manifestará en el escenario de la historia y que la Biblia llama el Anticristo.
Este individuo poseerá características que maravillarán al mundo entero y
atraerán hacia él a las grandes masas de los moradores de la Tierra. He aquí
algunas de estas características:
1. Será diferente a todos los demás hombres. Una de las cosas que
asombrará a la humanidad será la diferencia entre este personaje y otros
líderes que el mundo ha tenido y tenga en aquel entonces. Será capaz de
obrar milagros y portentos, de modo que la humanidad será cautivada y
clamará a una voz: “¿Quién como la bestia...?” (Apoc. 13:4) Los moradores
de la Tierra le adorarán frenética y fanáticamente.
2. Será un personaje de elevadísima inteligencia. El Anticristo poseerá un
coeficiente de inteligencia que ninguna otra persona ha poseído. El hecho
de que su número es 666 sugiere que su capacidad será la más cercana a la
perfección que jamás se haya visto en la esfera de lo humano. Otra posible
indicación de su elevada inteligencia es la expresión de Daniel 7:8 tocante
al cuerno pequeño: “... y he aquí que este cuerno tenía ojos como de
hombre...” Además de sus dotes naturales, este ser ha de recibir el poder,
el trono y gran autoridad por parte de Satanás. Esto, obviamente, explica el
porqué las masas populares van en pos de él ciegamente.
3. Será un político extremadamente hábil. La habilidad política del
Anticristo se hará manifiesta en tiempos de gran inseguridad y frustración
entre las naciones. Será un personaje de gran sagacidad (Dn. 8:25) y poder
para lograr que otros sigan sus planes y formen alianza con él. “Y los diez
cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero
por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia” (Ap.
17:12). Los políticos, diplomáticos y jefes de estado, al fin creerán haber
encontrado el común denominador de la política internacional y a él le
darán la autoridad final, reconociéndole como líder indiscutible. Aun la

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 79


nación de Israel será engañada por la sagacidad política de este personaje
(Dn. 9:27).
4. Será un gran estratega militar. Además de su incomparable habilidad
política, el Anticristo poseerá la capacidad estratégica de un gran genio
militar. De alguna manera se las arreglará para eliminar a tres de sus colegas
al tiempo de su ascensión al poder (Dn, 7:24). También se nos dice que las
grandes masas populares se maravillarán de tal modo que exclamarán:
“¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” (Ap. 13:4).
Este personaje reunirá algo así como el genio y la gloria de un
Nabucodonosor, un Ciro el Grande, un Alejandro, un Julio César, un
Carlomagno, un Napoleón Bonaparte y otros semejantes. Tendrá, además,
la elocuencia de un Demóstenes, la demagogia de un Mussolini o un Hitler,
y la crueldad de un Nerón o un Stalin. Es posible que su ascenso al poder
comience por aclamación popular, pero una vez que ocupe la posición
deseada se convertirá en el más rudo de todos los dictadores (Ap. 13:16-
17) que la humanidad haya conocido jamás. Nadie podrá competir con él ni
resistir la influencia de su poder durante el apogeo de su gobierno.

V. LA “PAROUSÍA” DEL ANTICRISTO


Así como un día habrá una manifestación visible de Cristo, también habrá
una manifestación del hombre de pecado, el Anticristo. Otra vez, sin
pretender dogmatizar, es posible sugerir algunos pasos que conducirán a la
revelación de dicho personaje:
1. Después que la Iglesia sea arrebatada. En su segunda epístola a los
Tesalonicenses, el apóstol Pablo previene a los creyentes para que no se
dejen mover o persuadir «en el sentido de que el día del Señor está cerca»
(v. 2). El apóstol, seguidamente subraya que ese «día del Señor» no vendrá
sin que antes ocurran dos cosas:
• la apostasía, y
• manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición.
Entendemos por el “día del Señor” un período de tiempo extenso que
incluye la tribulación y el reinado terrenal de Cristo, culminando con el
juicio del gran trono blanco (Ap. 20:11-15). De modo que “el día del Señor”
comienza con la tribulación, y éste no se iniciará sin que antes se manifieste
el hombre de pecado. Es nuestra convicción que la Iglesia será arrebatada
antes de la tribulación y que posteriormente al rapto de la Iglesia se

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 80


manifestará el Anticristo para dar comienzo a la carrera que terminará con
la venida en gloria del Señor Jesucristo.
2. Su comienzo será insignificante. El Anticristo comenzará su carrera de
modo insignificante, pero poco a poco se levantará hasta ocupar el sitio más
prominente en la esfera política mundial. Al parecer, hará su aparición en
el escenario mundial en conjugación con otros personajes importantes. En
relación con los diez cuernos de la cuarta bestia, Daniel 7:8 dice que
aparecerá como “otro cuerno”, es decir, “uno pequeño”. Esto es, el cuerno
pequeño aparece entre los otros, pero progresivamente se engrandece
hasta superar a todos sus colegas. Que el Anticristo comience su carrera
como un personaje político de poca importancia y luego llegue a tener la
prominencia que la Biblia predice, es algo que no debe causar sorpresa.
Muchos grandes líderes así lo han hecho en el pasado. Alejandro el Magno,
Napoleón, Hitler, Stalin y muchos otros hombres de fama mundial tuvieron
un comienzo un tanto insignificante, pero llegaron a ocupar un sitio de
supremacía entre sus contemporáneos.
3. Concertará pacto con la nación de Israel. Una de las más sorprendentes
y maravillosas profecías de toda la Biblia la encontramos en Daniel 9:24-27.
Ese pasaje nos habla de setenta semanas de años, es decir, un total de 490
años. La última de esas semanas aún no ha tenido su cumplimiento y se
corresponde con el período de la tribulación profetizada por el mismo
Señor Jesús y que precederá su Segunda Venida en gloria (Mt. 24:29-30).
La semana setenta, es decir, los últimos siete años de la profecía de Daniel,
comenzará cuando el Anticristo concluya un pacto de protección con la
nación de Israel. Dicho pacto dará al Anticristo un gran prestigio mundial,
ya que tendrá la apariencia de resolver el problema político de mayor
envergadura en el ámbito internacional.
4. Encabezará la confederación de las diez naciones. En su ascenso al
poder, el Anticristo formará parte de una confederación de naciones que,
según Daniel 7:7-8, 24-25, parece comprender el territorio ocupado por el
antiguo Imperio romano. A su debido tiempo, aquel que es llamado “el
cuerno pequeño” (Dn. 7:8) y “la bestia” (Ap. 13:1) ejercerá la supremacía
política sobre los otros reinos, de manera que los demás líderes o reyes le
rendirán honor y pleitesía.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 81


VI. EL FIN DEL ANTICRISTO
El Anticristo, el hijo de perdición o la bestia, llegará a su fin. La copa de la
ira de Dios será derramada sobre su trono y su reino terminará para
siempre.
EL COMIENZO DEL JUICIO DEL ANTICRISTO
El comienzo del juicio de la bestia se nos presenta en la dramática escena
de la visión del profeta Daniel (cp. 7). “Mientras yo contemplaba los
cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él
fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno
tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas. Estuve
mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días,
cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana
limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente”
(Dn. 7:8-9). Es de sumo interés que, al mismo tiempo en que surge “el
cuerno pequeño” o el Anticristo, son puestos tronos. Esos tronos son para
juicio y se asemejan a los que se colocan en un tribunal.
EL JUICIO PERSONAL DE CRISTO SOBRE EL ANTICRISTO
Los ataques constantes de Satanás contra el programa de Dios llegan a su
cénit con la aparición del Anticristo. Su boca se abrirá para proferir palabras
de blasfemia contra el Altísimo (Dn. 7:25), y “contra el Dios de los dioses
hablará maravillas” (Dn. 11:36). Además, en su furia perseguirá a los santos
del Altísimo, causando grandes estragos y muerte a aquellos que rehusan
llevar la marca de la bestia en sus frentes o en su mano derecha (Ap. 13: 16-
17; 14:9-12). En sus pretensiones llega hasta el punto de pelear contra el
Cordero (Ap. 17:14).
Es, además, quien capitanea a los reyes de la Tierra en su desafío al Ungido
de Dios. “¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas
vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos
contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y
echemos de nosotros sus cuerdas” (Sal. 2:1-3). Este salmo mesiánico
vislumbra la rebelión de los reyes de la Tierra contra Jehová y contra el
Cristo. Pero el salmista nos dice que “Jehová se reirá” y pondrá fin a dicha
rebelión con la aparición personal del Rey de reyes.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 82


EL ESTADO FINAL DEL ANTICRISTO
La Segunda Venida de Cristo a la Tierra inaugurará una era sin precedentes
en la historia del hombre. Entre otras cosas, el Señor juzgará a la nación de
Israel, así como a las naciones gentiles (Mt. 25:1-46).
Luego, seguirá el reinado mediador o mesiánico profetizado en el Antiguo
Testamento (Is. 11; 35; Dn. 2; Mi. 4; Am. 9; Zac. 14). Dicho reinado, según
Apocalipsis 20, tendrá una duración de mil años. Durante ese período de
tiempo la gloria de Cristo será manifestada y las promesas que Dios hizo a
su pueblo serán cumplidas en su totalidad. Habrá una renovación universal,
pero dentro del tiempo y en la Historia en que Cristo estará reinando desde
el trono de David.
Al final del milenio, según Apocalipsis 20:7-9, tendrá lugar el último intento
satánico de malograr el plan de Dios. No es posible explicar las razones por
las que ocurre ese acto de rebelión, pero lo importante es que la victoria es
de Dios. De modo que la Escritura nos dice: “Y el diablo que los engañaba
fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso
profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Ap.
20:10).
Así que la trinidad diabólica —el dragón, la bestia y el falso profeta— es
derrotada para siempre. Como alguien ha escrito con suma claridad: “Así el
Cordero habrá triunfado sobre el dragón, el Hijo del hombre sobre la bestia,
la Esposa sobre la ramera, la Santísima Trinidad sobre la trinidad satánica
de engaño y mentira”.
Satanás y sus ángeles serán eternamente confinados al lago de fuego. Allí
también irán la bestia y el falso profeta. La justicia de Dios será reivindicada
y Jesucristo reinará eternamente y con Él sus redimidos. La enseñanza clara
de la Biblia es que el mal no triunfará.

VII. LOS TÍTULOS DEL ANTICRISTO


1. La Bestia—Ap. 13:1–4, 12–18; 15:2; 16:2; 17:8; 19:19; 20:4–10.
2. El cuerno pequeño—Dn. 7:8; 8:9. Se levantará de entre los
gobernadores del reavivado Imperio romano. El “cuerno pequeño” de
Daniel 8:9 es Antíoco Epifanes (170 a. C.), el gobernador sirio que
persiguió a los judíos y violó el templo en el tiempo de Macabeo (Mac.
1:10–47); por lo tanto, él es un tipo de Anticristo.
3. El hombre de pecado—2 Tes. 2:3. Él será la corporación más vil de
pecado y rebelión de la historia.
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 83
4. El hijo de perdición—2 Tes. 2:3. Otro título del Hombre de Pecado. El
instrumento de Satanás para seducir a los hombres y consignarlos al
reino de perdición es el pecado.
5. El inicuo—2 Tes. 2:8. “Inicuo” es del griego anomos, que significa ‘aquel
sin ley’. Se opone totalmente a toda ley de Dios.
6. El rey de su voluntad—Dn. 11:36–45. Jesús oró, “No se haga mi voluntad,
sino la tuya”; el Anticristo se opondrá a la voluntad de Dios y hará su
propia voluntad; él es el inspirador de todos aquellos que “hacen lo
suyo”.
7. El pastor insensato—Zac. 11:15–17. Jesús es el Buen Pastor que
preserva; Anticristo es el pastor sin valor que devora.

VIII. LAS OBRAS DEL ANTICRISTO


1. Él es el último gobernante del imperio romano reavivado, Dn. 7:8; Ap.
13:1.
2. Él aparecerá en escena como un proponente de paz, tolerante de
religión, Dn. 9:27; Ap. 6:2; Dn. 8:25; 1Tes. 5:3.
3. Él se levantará después del rapto de la iglesia y al comienzo de la
septuagésima semana de Daniel, cuando Dios pone su mano
nuevamente para tratar con la nación de Israel, y él hará un pacto con
los judíos para restaurar el sacrificio diario, Dn. 9:24–27.
4. Después de tres años y medio, en la mitad de la tribulación, se deshará
de toda pretensión de tolerancia, romperá su pacto con los judíos,
causará que cese el sacrificio diario, y comenzará su persecución a Israel,
Ap. 12; 13:7, 8.
5. Una de sus cabezas recibirá una herida fatal, luego será milagrosamente
sanada causando el asombro y adoración del mundo entero, Ap. 13:3, 4.
6. Como hombre de pecado e inicuo, blasfemará a Dios, luego requerirá la
adoración de todos los hombres con amenaza de muerte, Ap. 13:7, 8.
7. El tercer miembro de la trinidad satánica que son el dragón, la Bestia y
el falso profeta. Este falso profeta se levantará con poder milagroso para
engañar, causando que los hombres adoren a la Bestia, creando una
imagen de la Bestia a la que le da vida, y haciendo que todos los hombres
tomen una marca o número de la Bestia a fin de comprar o vender, Ap.
13:11–18.
8. Durante la tribulación, la Bestia patrocina a la gran ramera quien
representa la religión apóstata, pero finalmente la Bestia juntamente
con los diez reyes que gobiernan con ella destruyen completamente a la
mujer escarlata, Ap. 17. Se dice que la mujer es “la gran ciudad que reina
sobre los reyes de la tierra” (Ap. 17:18); la ciudad está ubicada sobre
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 84
“siete montes” (17:9). (Los eruditos están divididos en cuanto a si la
ciudad es Roma o Babilonia.)
9. La Bestia reúne a las naciones sujetas a ella para hacer guerra contra el
Cordero en la batalla de Armagedón, donde es totalmente derrotado y
lanzado, juntamente con el falso profeta, al lago de fuego, Ap. 16:16;
17:14; 19:19, 20.

IX. CONTRASTES ENTRE CRISTO Y EL ANTICRISTO


Desde el Huerto de Edén, la fiebre delirante de Satanás ha sido imitar a Dios,
la obra de Dios, la Palabra de Dios, la profecía de Dios; con el deliberado
propósito de confundir, engañar y destruir. El Señor mismo señaló en forma
de contrastes algunas de estas imitaciones. Veamos, pues, algunos
contrastes entre Cristo y el Anticristo:
1. Cristo descendió del cielo. Jn. 6:38. El Anticristo subirá del mar, del
abismo. Apoc. 13:1; 11:7.
2. Cristo vino en nombre del Padre. Jn. 5 -.43 El Anticristo vendrá en su
propio nombre. Jn. 5:43.
3. Cristo vino a dar vida. Jn. 10:10. El Anticristo vendrá a matar. Jn. 10.10
4. Cristo se humilló a sí mismo. Fil. 2:8 El Anticristo se exaltará a sí mismo.
2 Tes. 2:4
5. Cristo será exaltado. Fil. 2:9 El Anticristo será lanzado al lago de fuego.
Apoc. 19:20
6. Cristo fue despreciado. Isa. 53:3 El Anticristo será admirado. Apoc.
13:3,4
7. Cristo vino a hacer la voluntad del Padre. Jn. 6:3 8 El Anticristo hará su
propia voluntad. Dan. 11:36
8. Cristo vino a salvar. Luc. 19:10 El Anticristo vendrá a destruir. Dan. 8:24
9. Cristo es el buen Pastor. Jn. 10: 1-15 En Anticristo será pastor inútil,
inicuo. Zac. 11.17; 2 Tes. 2:8
10.Cristo es la “Vid Verdadera”. Jn. 15:1 El Anticristo será la vid, “los racimos
de la tierra”. Apoc. 14:18
11.Cristo es la verdad. Jn. 14:6 El Anticristo es la mentira. 2 Tes. 2.11
12.Cristo es “el Santo de Dios”. Mar. 1:24 El Anticristo “se hará pasar por
Dios”. 2 Tes. 2:4
13.Cristo es “varón de dolores”. Isa. 53:3 El Anticristo es “el hombre de
pecado”. 2 Tes. 2:3
14.Cristo es el “Hijo de Dios”. Luc. 1:35, El Anticristo es el “hijo de
perdición”. 2 Tes. 2:3

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 85


15.Cristo es “el misterio de la piedad”. 1 Tim. 3:16, El Anticristo es “el
misterio de iniquidad”. 2 Tes.2:7
16.Cristo fue crucificado, y Dios lo resucitó. Mar. 23: 33; Jn. 20:11-15, El
Anticristo fue adorado y Dios lo destruyó. Apoc.13:8,19:20

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L07 El anticristo 86


Lección 8
EVENTOS EN LA SEGUNDA
VENIDA DE CRISTO

CONTENIDO
I. La Segunda Venida de Jesús
II. La iglesia en el cielo
III. Armagedón
IV. Profecías del Antiguo Testamento acerca de la Segunda
Venida
V. La Segunda Venida de Cristo en el Nuevo Testamento
VI. Algunos de los propósitos del Señor al venir a la tierra por
segunda vez

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L08 Eventos en la


87
Segunda Venida de Cristo
En estudios anteriores al de la Segunda Venida, ya han sido presentados los
hechos principales acerca del Arrebatamiento. Aquí, la Segunda Venida de
Cristo para establecer su reino será considerada en su lugar como un suceso
importante en el programa profético. Las lecciones que siguen están
íntimamente ligadas con este estudio y tratan los importantes temas de las
resurrecciones, los juicios de Dios sobre Israel y las naciones, y el reino
milenial. Estos grandes temas se combinan para proporcionar la meta
bíblica de la historia, que en gran medida determina la interpretación de
toda la Biblia.

I. LA SEGUNDA VENIDA DE JESÚS


El punto focal de los eventos proféticos que están aún por venir es la
segunda venida de Jesucristo. Aunque el lenguaje específico de la “segunda
venida” es escaso en las Escrituras, el concepto está bien establecido (Mt.
25:31; Jn. 14:3; Hch. 1:11). Creer en el regreso de Jesús es una doctrina
indispensable del cristianismo ortodoxo. El Nuevo Testamento declara la
necesidad de una segunda venida de Jesús. La palabra “segunda” se usa en
Hebreos 9:28: “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los
pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el
pecado, para salvar a los que le esperan”. La segunda venida de Jesús
pondrá fin a la era presente y a la septuagésima semana de Daniel, que
presenta un reinado del anticristo inspirado por Satanás. La segunda venida
es también el punto de partida del reino milenial de Jesús en la tierra. El
regreso de Jesús funciona como importante punto de transición desde este
presente siglo malo al justo reino de Jesús.
El Antiguo Testamento no reveló explícitamente dos venidas del Mesías
separadas por un considerable período de tiempo. Predijo tanto a un siervo
sufriente como a un rey reinante, pero no explicó que esas funciones se
cumplirían a lo largo de dos venidas. La prueba de un intervalo podría existir
en el Salmo 110, que declara que el Señor de David, el Mesías, tendrá un
lugar a la diestra de Dios “hasta” que el Mesías reine sobre sus enemigos
desde Jerusalén (Sal. 110:1-2). Sin embargo, las Escrituras no proporcionan
indicación alguna de que los santos del Antiguo Testamento o incluso los
discípulos de Jesús antes de la cruz esperaran una separación entre la
primera y la segunda venida de Jesús. Con el testimonio de la revelación
progresiva y la visión retrospectiva de la historia, podemos contemplar el
Antiguo Testamento y ver que los pasajes del reino todavía necesitan
cumplirse en la segunda venida de Jesús.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L08 Eventos en la


88
Segunda Venida de Cristo
Zacarías 14 trata la segunda venida. El contexto es el asedio de Jerusalén
que conduce al regreso del Señor: “Después saldrá Jehová y peleará con
aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies
en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén
al oriente” (Zac. 14:3-4). Dado que esta profecía no sucedió con la primera
venida de Jesús, esto debe referirse al acontecimiento de su segunda
venida. Jesús ascendió desde el monte de los Olivos (Hch. 1:12) y regresará
al mismo lugar.
La segunda venida se detalla en varias secciones del Nuevo Testamento.
Jesús explicó su regreso a la tierra en su discurso del monte de los Olivos
(Mt. 24–25; Mr. 13; Lc. 21). Sus discípulos le preguntaron: “¿Qué señal
habrá de tu venida? (Mt. 24:3). Jesús pormenorizó varios sucesos, pero a
continuación declaró: “Inmediatamente después de la tribulación de
aquellos días” las tribus de la tierra “verán al Hijo del Hombre viniendo
sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria” (Mt. 24:29-30). Asimismo,
afirmó: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos
ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria” (Mt. 25:31). En el
Evangelio de Lucas, Jesús explicó que después de las señales cósmicas,
“verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria”
(Lc. 21:27). En su juicio religioso, Jesús le dijo al sumo sacerdote Caifás: “Os
digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del
poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Mt. 26:64). Otro pasaje
clave de la segunda venida es Hechos 1:9-11:
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una
nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el
cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones
con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos,
¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de
vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
El mismo Jesús que estuvo físicamente entre sus discípulos durante
cuarenta días después de su resurrección fue tomado al cielo. Sin embargo,
regresará del mismo modo en que se marchó. El sermón de Pedro en
Hechos 3 revela la relevancia de las dos venidas de Jesús y es uno de los
pasajes más claros que explican ambas venidas. Pedro declaró: “Pero Dios
ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus
profetas, que su Cristo había de padecer” (Hch. 3:18). De manera que Jesús
“cumplió” lo que predijeron los profetas del Antiguo Testamento respecto

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L08 Eventos en la


89
Segunda Venida de Cristo
a su sufrimiento. A continuación, Pedro aludió a la segunda venida y su
reino en Hechos 3:19-21:
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros
pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es
necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas
las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido
desde tiempo antiguo.
Este pasaje revela la necesidad de enviar a Cristo en el futuro y de la
restauración de todas las cosas, que está relacionado con el mensaje de los
“santos profetas”, que son los profetas del Antiguo Testamento. Así,
mientras muchos pasajes del Antiguo Testamento se aplican a la segunda
venida de Jesús, la doctrina de una segunda venida es principalmente una
cuestión de revelación neotestamentaria.
La segunda venida de Jesús se produce en dos fases. Jesús descenderá del
cielo para arrancar o arrebatar a su iglesia en el aire para que esté con Él en
el cielo durante los siete años de la tribulación. El propósito de su venida es
una misión de rescate para evitar que la iglesia experimente la ira divina de
este período. La segunda fase es el regreso personal y corporal de Jesús a
la tierra para establecer su reino en la tierra.

II. LA IGLESIA EN EL CIELO


El curso de la Iglesia sobre la tierra está trazado en los Hechos y en las
Epístolas, y la historia de su peregrinaje terrenal se cierra en Apocalipsis
3:22. Desde Apocalipsis 4: 1, como ya se ha dicho, la Iglesia se encuentra en
el cielo; y, después de su juicio con referencia a sus recompensas y de las
bodas del Cordero, ella se contempla volviendo a la tierra con Cristo (véanse
1 Ts. 3: 13; Judas 1: 14; Ap. 9: 11-16), y reinando con Él en la tierra (Ap.20:4-
6).
A. EL TRIBUNAL DE CRISTO (LOS GALARDONES DE LOS CREYENTES)
Entre todos los juicios por considerar está aquel de especial importancia
para los creyentes, cuando estarán ante el tribunal de Cristo y serán
juzgados según el servicio que hayan suministrado.
Sobre el pasaje principal, 2 Corintios 5: 1 O, el Dr. C.I. Scofield escribe: "Es
el juicio de las obras del creyente, y no de sus pecados, lo que se discute
aquí. Estos han sido ya expiados y Dios nunca más se acordará de ellos
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L08 Eventos en la
90
Segunda Venida de Cristo
(He.10: 17); pero toda obra tiene que llegar a juicio (Mt.12:36; Ro.14: 10;
Gá.6:7; Ef.6:8; Col.3:24-25). El resultado será "recompensa:' o pérdida (de
la recompensa), "él empero será salvo" (1 Co.3: 11-15). Este juicio ocurrirá
en la venida del Señor (Mt.16:27; Lc.14: 14; 1 Co.4:5; 2 Ti.4:8; Ap.22: 12).
Jud. 6, nota; Ap. 20:12, nota.) Biblia Anotada de Scofield, p. 1190).
Muchos pasajes bíblicos sostienen la verdad de que los creyentes fieles
recibirán premios por su servicio mientras están en el mundo (1 Co. 3:12-
15; 9:16-27; 2 Co. 5:9-11; Ap. 3:11; 22:12). Estas recompensas serán
entregadas por Cristo en su tribunal en el cielo y después de haber sido
recibido el creyente en el cielo.
B. LAS BODAS DEL CORDERO
Bajo Eclesiología quedó establecida la verdad de que la Iglesia es la novia
de Cristo. Es una verdad que ella se unirá en bodas con Cristo y que habrá
una cena de las bodas cuando a la Iglesia se le dará la bienvenida en el cielo.
En Apocalipsis 19:7-8 se da una declaración tocante a esto, "Gocémonos y
alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y
su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino
fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de
los santos." En este pasaje se han de reconocer dos verdades además del
hecho central de que habrá bodas en el cielo:
primero, estas bodas preceden el glorioso regreso de Cristo, evento
descrito después en los versículos 11-16; y,
segundo, la novia se habrá preparado. Esto parece ser un reconocimiento
de la consumación del ministerio del evangelio que ha sido encargado a los
creyentes (2 Co.5: 19-20). Sus esfuerzos para ganar almas habrán hecho
mucho en reunir a los que forman la compañía elegida.

III. ARMAGEDÓN
La palabra "Armagedón" es una palabra compuesta por dos palabras
hebreas: "Ar" y "Megiddo". "Ar" significa "Monte" y "Megiddo" es el
nombre de una antigua ciudad en Palestina, fundada en un monte de poca
altura en la entrada por el camino desde el sur a la gran llanura de Jezreel,
la cual se extiende desde las montañas de Gilboa, al norte de Samaria, hasta
el Mar Mediterráneo, junto al Monte Carmelo.
La palabra "Megiddo" no solo es el nombre de una ciudad, pero también,
literalmente significa "cortar", "separar", "matar".
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L08 Eventos en la
91
Segunda Venida de Cristo
"Armagedón", pues, significa el lugar, pero también, los hechos y
acontecimientos pasados, como también los futuros que se producirán en
la conclusión de la Gran Tribulación.
De este evento especial, el Dr. C. l. Scofield escribe:
Armagedón (el antiguo monte y valle de Megido, al oeste del Jordán en
el llano de Jezreel) es el lugar señalado para el principio de la gran batalla
en la cual el Señor, al venir en gloria, librará al remanente fiel de los
judíos, sitiado por el poder mundial de los gentiles bajo la dirección de
la Bestia y el Falso Profeta (Ap. 16:13-16; Zac. 12:1-9). Aparentemente
las huestes sitiadoras, cuyo acercamiento a Jerusalén se describe en
Isaías 10:28-32, alarmadas por las señales que preceden la venida del
Señor (Mt. 24:29, 30), han retrocedido hasta Megido, después de los
eventos de Zacarías 14:2, y allí comienza su destrucción, que es
consumada en Moab y en los llanos de Idumea (ls. 63: 1-6). Esta batalla
es el primer evento en "el día de Jehová" (ls. 2: 12, refs.), y el
cumplimiento de la profecía de Daniel 2:35 en cuanto a "la piedra
cortada no por mano". (Biblia Anotada de Scofield, p. 1305).

Figura. El monte y el valle de Meguido


Megiddo estaba ubicado estratégicamente en el cruce de los caminos
norte-sur y este-oeste, que eran caminos de comercio y transportación, y
también caminos de guerra.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L08 Eventos en la


92
Segunda Venida de Cristo
• En la campaña de conquista de Canaán por Josué, este mató al rey de
Megiddo.
• Cerca de Megiddo, Barac derrotó a Sísara. Jueces 5:19.
• El rey Salomón hizo de Megiddo el centro administrativo de toda esa
región. 1 Re. 4:12.
• Megiddo fue fortificado por Salomón. 1 Re. 9:15.
• En Megiddo, el rey Azarías, de Judá, fue muerto por los hombres del
rey Jehú, de Israel. 2 Re. 9:27.
• El rey Josías, rey de Judá fue muerto en Megiddo por Faraón-Necao
en el año 609 a. C. 2 Re. 23:29,30; 2 Re. 35:22.
Un comentarista dijo que desde las épocas de Napoleón este gran valle es
el campo de batalla más natural que existe en todo el mundo. Muchos
generales militares grandes lucharon allí:
• Tutmosis 1500 a. C.
• Ramsés 1350 a. C.
• Sargón 722 a. C.
• Senaquerib 710 a. C
• Nabucodonosor 606 a. C
• Tolomeo 197 a. C.
• Antíoco Epífanes 168 a. C
• Pompeyo 63 a. C.
• Tito 70 d. C.
• Las cruzadas al mando de San Louis de Francia 909 d. C.
• Saladino, que conquistó a Ricardo corazón de León 1187 d. C.
• Las fuerzas otomanas 1616 d. C.
En resumen: Antes de la mitad de la Tribulación, el gobernante occidental,
el anticristo (el hombre de pecado), en cumplimiento de su pacto con Israel,
invadirá y conquistará a Egipto. Entonces los ejércitos rusos invadirán y
despojarán a Palestina, y cuando parezca que todo está perdido tanto para
el anticristo como para Israel, Dios intervendrá y destruirá
sobrenaturalmente a los ejércitos norteños de Rusia. Esto le dará al hombre
de pecado libertad para romper su pacto con Israel, imponerse para ser
adorado, y tratar de conquistar el mundo.
Sin embargo, al proseguir él con su programa, las naciones del Oriente se
unirán e intentarán frenarlo. A fin de lograrlo, marcharán hacia el occidente
a la Palestina. El juicio de la sexta copa secará el río Eufrates, lo que
apresurará la llegada de éstos a la Tierra Prometida. Mientras tanto, el
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L08 Eventos en la
93
Segunda Venida de Cristo
anticristo se habrá confirmado en Palestina como un gobernante religioso
y político.
El valle de Esdraelón (Jezreel), el área que rodea las montañas de Meguido,
será el campo de batalla en el cual se reunirán los ejércitos del Oriente y del
Occidente. Por esto la batalla se llama de Armagedón —Ar significa
montaña—. Esta llanura está situada más o menos a trece kilómetros al
sursudoeste de Haifa, y en la actualidad el valle es más o menos de treinta
y cinco por veinticinco kilómetros. Para el final de la Tribulación, mucha de
la topografía de la tierra habrá sido cambiada, y aunque la batalla estará
centrada en Meguido, se extenderá por unos ochenta kilómetros hacia
Jerusalén (14:20; Zacarías 14:2).
En medio de la batalla, el Señor Jesucristo regresará, y los ejércitos del cielo
vencerán a los ejércitos de la tierra (Apocalipsis 19:11–21). La matanza será
inaudita (14:20; 19:17–18).
Pero el resultado es cierto: la bestia será derrotada y sus ejércitos
capturados. Él y su falso profeta y lugarteniente serán lanzados dentro del
lago de fuego para ser atormentados para siempre. Así concluirá la
Tribulación.

IV. PROFECÍAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO ACERCA DE LA


SEGUNDA VENIDA
Mientras el arrebatamiento es una doctrina del Nuevo Testamento que
jamás se menciona en el Antiguo Testamento (porque la iglesia como tal
era un misterio no revelado en el Antiguo Testamento), la segunda venida
está firmemente asentada en el Antiguo Testamento.
Probablemente la primera de las profecías claras acerca de la segunda
venida de Cristo está en Deuteronomio 30:1-3. En esta profecía acerca de
la reunión de Israel en su tierra nuevamente, se predica que Israel se
convertirá al Señor espiritualmente y que entonces el Señor «hará volver a
tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre
todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios» (v. 3). La
expresión «hará volver» indica un acto de intervención de Dios en la
situación, y a la luz de las Escrituras posteriores se relaciona claramente con
la venida del Señor mismo.
Los salmos, aunque constituyen el libro de adoración del Antiguo
Testamento, frecuentemente se refieren a la segunda venida de Cristo.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L08 Eventos en la


94
Segunda Venida de Cristo
Después de una introducción descriptiva del justo en contraste con el
malvado en el Salmo 1, el Salmo 2 inmediatamente describe la gran
contienda de Dios con las naciones. Aunque los príncipes del mundo desean
rechazar a Dios y su gobierno sobre ellos, Dios declara su propósito:
“Pero yo he puesto mi rey sobre Sión, mi monte santo” (2:6).
El salmo sigue anunciando que este rey, al enfrentarse con los malos, “los
quebrantaras con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás”
(v. 9).
La trilogía formada por los salmos 22, 23 y 24 presenta a Cristo como el
Buen Pastor que daría su vida por sus ovejas (Jn. 10:11); el Gran Pastor, que
vive siempre para interceder por los suyos (He. 13:20); y el Príncipe de los
Pastores que viene como el Rey de gloria para recompensar a los pastores
fieles (1 P. 5:4). El Salmo 24 describe la situación milenial: «De Jehová es la
tierra» (v. 1). Se exhorta a las puertas de Jerusalén que se levanten para dar
paso al Rey de Gloria (24:7-10).

V. LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO EN EL NUEVO TESTAMENTO


En la revelación del Nuevo Testamento acerca de la segunda venida de
Cristo se introduce un nuevo factor con la revelación del arrebatamiento de
la iglesia. En el Antiguo Testamento las predicciones de la primera y
segunda venida de Cristo se mezclaban con frecuencia y los profetas tenían
dificultades para distinguirlas. Cumplidas las profecías acerca de la primera
venida, ya no hay problemas para distinguir entre las profecías relacionadas
con sus sufrimientos y aquellas que tienen que ver con su gloria. Sin
embargo, en el Nuevo Testamento, debido a la terminología similar para
describir la venida de Cristo por sus santos y la venida de Cristo con sus
santos, no siempre es claro cuál acontecimiento se tiene en vista; en cada
caso se debe llegar a una decisión sobre la base del contexto. El tema de la
venida futura de Cristo es un tema de gran importancia en el Nuevo
Testamento, y se estima que uno de cada veinticinco versículos se refiere a
ella de uno u otro modo. Se pueden seleccionar por lo menos veinte pasajes
extensos que contribuyen con los elementos de mayor importancia de la
revelación del Nuevo Testamento (Mt. 19:28; 23:39; 24:3-25:46; Mr. 13:24-
37; Lc. 12:35-48; 17:22-37; 18:8; 21:25-28; Hch. 1:10-11; 15:16-18; Ro.
11:25-27; 1 Co. 11:26; 2 Ts. 1:7-10; 2 P. 3:3-4; Jud. 14-15; Ap. 1:7-8; 2:25-
28; 16:15; 19:11-21; 22:20).

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L08 Eventos en la


95
Segunda Venida de Cristo
VI. ALGUNOS DE LOS PROPÓSITOS DEL SEÑOR AL VENIR A LA
TIERRA POR SEGUNDA VEZ
1. Tomar venganza de los rebeldes. 2 Tes. 1:7-10; Judas 14,15; Apoc.
19:11-21.
2. Juzgar las naciones. Mat. 25:31-46; Sal. 67a.
3. Librar a Israel. Zac. 14; Rom. 11:25-29; Isa. 63:1-6; Mat. 25:31-46;
Apoc. 19.
4. Destruir al anticristo, al falso profeta, y a Satanás. Judas 1:14,15; 2
Tes. 1:7-10; 2:8-12; Apoc. 19:11-21; Zac. 14.
5. Librar toda la creación de la esclavitud de corrupción. Rom. 8:21-24;
Isa. 11:1,2.
6. Traer salvación. Isa. 11:9; 49:6; 52:7.
7. Reinar sobre todas las naciones. Dan. 2:44,45; 7:13, 14; Zac. 14; Apoc.
11:15.
8. Sojuzgar toda rebelión en la tierra. 1 Cor. 15:24-28; Apoc. 2:27; 11:15;
19:11-21.
9. Tomar posesión de la tierra. Salmos 2
10.Evangelizar al mundo. Isa. 2:14; 11:9; 52:7; 66:19-24; Mal. 1:11; Zac.
8:23
11.Pelear y vencer en la batalla de Armagedón. Apoc. 19: 11-21; Mat.
5:5; 25:31-46
12.Establecer su reino milenial. Isa. 2:1-4; 4:1-3; Dan. 2:4445; 7:13,14;
Zac. 14:9; Apoc. 20
La segunda venida de Cristo es un acontecimiento maravilloso que ocurre
al final de la Gran Tribulación e introduce el reino milenial. Será una venida
personal y corporal que será visible en todo el mundo, y será la
manifestación de la gloria de Dios. Estará relacionada con la tierra más que
con el cielo y especialmente con Jerusalén en el Monte de los Olivos.
Cristo, en su venida, estará acompañado por los santos ángeles y los santos.
Su propósito en su venida es juzgar al mundo, librar a quienes han confiado
en Él, sean judíos o gentiles, traer un avivamiento en Israel y en el mundo,
restablecer el reino de David e introducir la dispensación final de su reino
sobre la tierra por mil años. En el contexto de este acontecimiento podrían
considerarse ahora la doctrina de la resurrección y la de los juicios
relacionados con la segunda venida.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L08 Eventos en la


96
Segunda Venida de Cristo
Lección 9
LA RESURRECCIÓN

CONTENIDO
I. El hecho de la resurrección
II. La naturaleza de la resurrección
III. El tiempo de la resurrección
IV. Resurrecciones

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 97


La interpretación profética ha sido víctima de mucha confusión debido a la
teoría sin apoyo bíblico de que los hombres serán todos resucitados al
mismo tiempo. Este programa profético simplista ignora los detalles dados
en los pasajes proféticos acerca de las diversas resurrecciones. Las
Escrituras enseñan claramente que todos serán resucitados a su tiempo y
en su lugar y que la existencia humana sigue para siempre. El estudio de las
resurrecciones proporciona un importante bosquejo del programa
profético relacionado con esta verdad central de la fe y esperanza cristiana.

I. EL HECHO DE LA RESURRECCIÓN
El hecho de la resurrección está enseñado tanto en el Antiguo como en el
Nuevo Testamento. Veamos…
A. EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
1. Por afirmación: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el
polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios”
(Job 19:25, 26). “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho
cuando despierte a tu semejanza” (Sal. 17:15). (Vea también Sal. 16:9–11;
Dn. 12:2.)
2. Por profecía: “Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad
y cantad moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y
la tierra dará sus muertos” (Is. 26:19). (También Os. 13:14.)
3. Por tipología: eventos tales como la liberación de José de la cisterna son
típicos de muerte y resurrección (Gn. 37:20–36), como lo es el regreso de
Isaac del altar de sacrificio (Gn. 22:5–14), y la liberación de Jonás del gran
pez (comúnmente llamado, ballena) (Jon. 2; Mt. 12:40).
4. Por ejemplo: El Antiguo Testamento contiene varios ejemplos de
personas que fueron levantadas de los muertos: 1 R. 17:17–24; 2 R. 4:32–
35; 13:20, 21. Aunque estos son casos de resucitación más bien que
resurrección (porque aquellos que fueron “resucitados” por el poder de
Dios, luego murieron de muerte natural). Esto demuestra la disposición y
poder de Dios para vivificar a los cuerpos muertos.
B. EN EL NUEVO TESTAMENTO
1. Por afirmación: “Así es también la resurrección de los muertos. Se
siembra un cuerpo corruptible, se resucita un cuerpo incorruptible; se
siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual; se siembra en

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 98


debilidad, se resucita en poder …” (1 Co. 15:42, 43; Ver también: Mt. 22:30–
32; Juan 5:21; Hch. 23:6–8; 26:8, 23; 2 Ti. 1:10; 1 P. 1:3).
2. Por profecía: “No os admiréis de esto, porque viene la hora en que todos
los que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán los que hicieron lo
bueno a resurrección de vida, y los que hicieron lo malo a resurrección de
juicio.” (Jn. 5: 28, 29; Ver también: Jn. 6:39, 40, 44, 54; Lc. 14:13, 14; 20: 35,
36; 1 Co. 15; Fil. 3:11, 21; 1 Tes. 4:14–16; Ap. 20:4–6, 13–15).
3. El Nuevo Testamento tiene también ejemplos de personas que fueron
levantadas de los muertos. No fueron resurrecciones tales como ocurrirán
en la segunda venida y en el juicio final, dado que las mismas personas luego
murieron y van a experimentar la resurrección final así como otras, sin
embargo, ellos fueron ejemplos previos de la resurrección final.
Por otra parte, la resurrección de Jesús fue una resurrección ideal y
verdadera. Cuando Jesús se levantó fue “primicias de los que durmieron” (1
Co. 15:20). Su resurrección fue la garantía de todas las resurrecciones de los
creyentes: “Pero Dios con él nos resucitó, y con él nos sentó en los lugares
celestiales en Cristo Jesús” (Ef. 2:6). (Vea también: Jn. 11:41–44, Lázaro; Lc.
8:41–56, la hija de Jairo; Lc. 7:12–15, el hijo de la viuda.)

II. LA NATURALEZA DE LA RESURRECCIÓN


La resurrección será universal. No todos tienen vida eterna, pero todos
tendrán existencia eterna. Todas las personas resucitarán, los justos a vida
eterna, los impíos a condenación eterna. Todos serán levantados, pero no
todos al mismo tiempo (Juan 5:28, 29)
A. LA RESURRECCIÓN DE LOS CREYENTES (1 Tes. 4:13–18; 1 Co. 15:50–57;
Ap. 20:4–6).
La resurrección de la iglesia ocurre con la venida de Jesús inmediatamente
previa al rapto (1 Tes. 4–6). La resurrección de los creyentes se conoce
como la “primera resurrección”: “Bienaventurado y santo es el que tiene
parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre
estos …” (Ap. 20:6). Hay quienes han enseñado que habrá una resurrección
general de todos los muertos y un juicio en el cual comparecerán justos e
injustos.
Jesús algunas veces mencionó las dos resurrecciones y juicios en el mismo
pasaje, pero una lectura más cuidadosa revelará que Jesús no se refería a
una sola resurrección general: “Y saldrán los que hicieron lo bueno, a

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 99


resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.”
(Juan 5:29). Note que una es resurrección para vida y la otra es resurrección
para condenación. No son lo mismo ni ocurren al mismo tiempo, como lo
aclaran Pablo y Juan.
Es normal que la perspectiva profética vea varios eventos futuros
relacionados, como si fueran un evento único. En un lenguaje profético
similar la primera y la segunda venida del Señor se fusionan en un mismo
pasaje en la profecía del Antiguo Testamento (Isaías 9:6, 7: 61:1–3; Daniel
12:2). Algunos escritores neotestamentarios a veces aluden al rapto y a la
segunda venida en esa misma referencia (1 Tes. 3:13). Tanto Pablo como
Juan aclaran bien que la resurrección de los santos (incluyendo el
remanente salvo de Israel y los santos de la tribulación) ocurre a la venida
del Señor y antes del reinado milenial (1 Co. 15:51, 52; Ap. 20:4–6; Dn. 12:1–
2).
Por una notable declaración del apóstol Pablo vemos que la resurrección de
los santos es selectiva. Filipenses 3:10–11 dice: “… a fin de conocerle, y el
poder de su resurrección y la participación de sus padecimientos, llegando
a ser semejante a Él en su muerte, si en alguna manera llegase a la
resurrección de entre los muertos”.
Si hay solo una resurrección general para justos e injustos, ¿aspiraría Pablo
a lograrla? Una traducción más literal nos revela el significado completo.
“…Si por algún medio pudiera yo avanzar hacia la resurrección más
temprana que es de entre los muertos” (Filipenses 3:11–12), (Rotherham).
La preposición griega ek significa “salido de”, “fuera de”. Pablo deseaba
estar en el grupo que resucitaría en el tiempo del rapto, aquellos que serían
tomados (llevados) selectivamente “de entre” la multitud en general de
muertos; aquellos que serían levantados en la resurrección más temprana
(la primera resurrección, Ap. 20:6).
La palabra griega para “resurrección” es “exanastasis” (que aparece solo
una vez en el Nuevo Testamento) y significa “resurrección fuera de…”; el
doble uso de la palabra ek enfatiza doblemente el hecho de que la
resurrección de los creyentes es una, en la cual son seleccionados para un
despertar especial. En 1 Co. 15:23, Pablo expresa que habrá varias órdenes
de resurrección y dice: “Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las
primicias; luego los que son de Cristo en su venida”.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 100


1. Será literalmente una resurrección corporal.
Esto está demostrado en la resurrección de Jesús. Su cuerpo vivificado aún
tenía las marcas de los clavos y la herida de la lanza (Juan 20:26–28);
después de su resurrección, Jesús tenía un cuerpo de “carne y hueso” y
hasta comió alimentos (Lucas 24:36–43). Por otra parte, el cuerpo de Jesús
había sido glorificado, al punto de que no todos sus discípulos lo
reconocieron a primera vista. Las veces que apareció entre ellos,
demuestran que su cuerpo no estaba sujeto a las limitaciones físicas
normales (Juan 20:19–26).
El hecho de que nuestra resurrección sea literal no significa que todas las
mismas moléculas de nuestros cuerpos muertos serán recobradas; es un
hecho que nuestras células se renuevan varias veces en el curso de la vida
sin que perdamos nuestra identidad. De esto podemos estar
absolutamente seguros: Dios levantará del polvo un cuerpo perfectamente
relacionado con nuestro cuerpo terrestre, aunque será transformado y
adaptado al nuevo ambiente (Fil. 3:21).
Pablo habla del cuerpo como una siembra. Así como el sembrador esparce
su semilla, esta muere, pero sigue en ella un principio vital aprovechado por
la naturaleza para dar germinación a una nueva planta, del mismo origen,
especie y variedad que la anterior. En la resurrección los cementerios se
convertirán en campos de cosecha (1 Co. 15:42–44); y de los cuerpos
sepultados el Señor hará brotar cuerpos vivificados, identificados con el
cuerpo terrenal, más transformados a la semejanza del cuerpo resucitado
de Cristo. Los cuerpos de los creyentes cambiarán (1 Co. 15:52) pero cada
uno estará relacionado con su cuerpo terrenal. El cuerpo resucitado no será
el cuerpo terrenal meramente vivificado, sino la semejanza del cuerpo
terrenal glorificado. Se afirma con la identificación de Moisés y Elías en el
Monte de la Transfiguración, y de Jesús después de su resurrección; que
nuestros cuerpos vivificados mantendrán la posesión de su identidad
personal.
2. El cuerpo de resurrección será dado por Dios.
“Pero Dios le da el cuerpo como Él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo”.
(1 Co. 15:35). Esto responde a una pregunta hipotética: “… ¿Cómo
resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo resucitarán?”. El intelecto
humano no puede concebir que un cuerpo muerto sea levantado y
glorificado. La resurrección de Cristo es el gran milagro de nuestro
evangelio. No damos una explicación. Lo aceptamos como revelación
divina. De la misma manera aceptamos la resurrección corporal como un
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 101
milagro del poder y sabiduría de Dios. Si aceptamos la resurrección de Cristo
(que es uno de los mejores eventos históricos comprobados) no
deberíamos tener problema en aceptar nuestra resurrección final, pues
seremos levantados por el mismo Dios omnipotente que levantó a Jesús de
la muerte.
3. La resurrección corporal del creyente será inmortal e incorruptible (1
Co. 15:42).
Las escrituras jamás hablan de la inmortalidad del alma. El creyente ahora
tiene vida eterna pero mora en su cuerpo mortal. Todos los hombres tienen
existencia eterna. Solo los creyentes que experimentarán “La primera
resurrección” recibirán cuerpos inmortales e incorruptibles (1 Co. 15:42).
4. El cuerpo de resurrección será un cuerpo celestial (1 Co. 15:40).
Nuestros cuerpos terrenales están adecuados a este ambiente terrenal
presente. El cuerpo de resurrección será adecuado a nuestro nuevo
ambiente celestial. Será igualmente adecuado tanto al nuevo cielo y a la
nueva tierra como a la tierra del milenio. Como el cuerpo de Jesús, nuestro
cuerpo será capaz de ir y venir entre el cielo y la tierra.
5. El cuerpo de resurrección será un cuerpo poderoso.
“… Se siembra en debilidad, resucitará en poder” (1 Co. 15:43). El contraste
expresado aquí indica que las nuevas capacidades del cuerpo de
resurrección serán inconcebibles y mayores que aquellas de cualquier
cuerpo terrenal. Los eventos registrados referentes a los ángeles son un
precedente de las capacidades de los santos resucitados (Mt. 22:29, 30).
6. El cuerpo de resurrección será un cuerpo glorioso.
“Se siembra en deshonra, resucitará en gloria…” (1 Co. 15:43). El cuerpo
resucitado será tan glorioso, así como el cuerpo terrestre putrefacto puede
ser falto de gloria. Jesús prometió, “Entonces los justos resplandecerán
como el sol en el reino de su Padre” (Mt. 13:43). Estas palabras mencionadas
por Jesús sugieren para los santos la gloria que Él manifestó en el monte de
la transfiguración: “Y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro
como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz” (Mt. 17:2). Jesús
oró por nosotros, “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean
uno, así como nosotros somos uno” (Jn. 17:22). Después de hablar de la
resurrección, Daniel dijo, “Los entendidos resplandecerán como el
resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como
las estrellas a perpetua eternidad” (Dn. 12:3).

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 102


B. LA RESURRECCIÓN DE LOS INCRÉDULOS (Ap. 20:5, 12, 13, 14; Jn. 5:28,
29; Dn. 12:2; Hch. 24:15).
La Biblia no revela específicamente el estado o naturaleza de los cuerpos de
resurrección de los injustos; pero puede ser asumido que serán cuerpos
sujetos a corrupción o ruina. Jesús dijo, “Y no temáis a los que matan el
cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede
destruir [gr., apollumi, “arruinar totalmente”] el alma y el cuerpo en el
infierno [gr., gehenna]” (Mt. 10:28). Los cuerpos de los muertos injustos
sufrirán “eterna perdición.” (Vea 2 Tes. 1:8, 9.) Los injustos no son
resucitados en el momento de la segunda venida de Cristo, sino después
del reino milenial de Cristo (Ap. 20:5).
El cuadro siguiente marca un agudo contraste entre la naturaleza de las dos
resurrecciones:
La primera resurrección La segunda resurrección
Involucra a aquellos a quienes
Involucra a los testigos de Jesús
Satanás engañó (Ap. 20:8)
(Ap. 20:4)
y a los incrédulos (21:8)
Tendrá lugar antes del milenio Tendrá lugar luego del milenio
(Ap. 20:4) (Ap. 20:11)
“Volvieron a vivir” “Los muertos”
(Ap. 20:4) (Ap. 20:12)
Serán juzgados Serán juzgados
(Ap. 20:4) (Ap. 20:13)
Se convirtieron en sacerdotes y
Serán atormentados día y noche
gobernantes con Dios y Cristo
(Ap. 14:10-11)
(Ap. 20:6)
Hijos de Dios No se encontró lugar para ellos
(Ap. 21:7) (Ap. 20:11)
Sobre ellos, la segunda muerte no Fueron arrojados al lago de fuego,
tiene poder que es la segunda muerte
(Ap. 20:6) (Ap. 20:14-15)
Disfrutaron de la vida eterna Sufrirán el castigo eterno
(Mt. 25:46) (Mt. 25:46)

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 103


Felices y santos El lloro y el crujir de dientes
(Ap. 20:6) (Mt. 25:30)

III. EL TIEMPO DE LA RESURRECCIÓN


El orden de resurrecciones es el siguiente:
1. La resurrección de Jesús (Mt. 28:1–10; Mr. 16:1–14; Lc. 24:1–39; Jn.
20:1–17).
2. La resurrección de los santos de la iglesia en el rapto (Jn. 14:3; 1 Tes.
4:16; 1 Co. 15:52).
3. La resurrección de los dos testigos de Apocalipsis 11:12 durante el
periodo de la tribulación.
4. La resurrección de los santos de Israel y de la tribulación que son
testigos para Cristo y que no adoran a la Bestia (Ap. 20:4–6; Dn. 12:1,
2).
5. La resurrección de los injustos. Esto ocurrirá después del reino
milenial de Cristo. Ellos serán resucitados para pararse delante del
gran trono blanco (Ap. 20:5, 11–14).

IV. RESURRECCIONES
En vez de una sola resurrección general, las Escrituras presentan varias
resurrecciones, algunas de las cuales se encuentran en el pasado, otras
separadas por largos periodos tales como las resurrecciones que preceden
y siguen al reinado de Cristo de mil años.
A. LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO
En el orden de las resurrecciones, la primera es la de Jesucristo, anunciada
en la profecía del Antiguo Testamento (como en Sal. 16:9-10), presentada
históricamente en los cuatro evangelios, y tratada teológicamente en el
Nuevo Testamento a partir del libro de los Hechos. Indudablemente, la
doctrina de la resurrección de Cristo es una doctrina de importancia central
sobre la que descansa toda la fe y esperanza del cristiano, como expone
extensamente Pablo en 1 Corintios 15. En consideración de los hechos que
apoyan la conclusión de que hay más de una resurrección, es importante
notar que todos deben estar de acuerdo en que la resurrección de Cristo es
un acontecimiento distinto y que ya ha ocurrido.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 104


B. LA RESURRECCIÓN DE LOS SANTOS EN JERUSALÉN
Mateo 27:52- 53. “y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos
que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de
la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos”.
Mateo es el único que registra los hechos narrados en los versículos 52-53.
Debe recordarse que los sepulcros de aquellos tiempos eran excavados en
peñas y tapados con rocas.
La muerte de Cristo trajo la resurrección, y es razonable que la resurrección
de los santos esté conectada con su muerte. La aparición de los santos
ocurrió después de su resurrección, porque eso era un testimonio-señal de
la resurrección del Señor Jesucristo.
¿Cuándo resucitó? Algunos, siguiendo la lectura de la Reina-Valera 1960,
han asumido que la resurrección de los santos ocurrió después de la
resurrección de Jesús. Esa postura es improbable, porque la conjunción “y”
(kai, v. 52) sigue justamente después de la referencia respecto del rasgarse
el velo y del temblor de la tierra, conectando la resurrección con las señales
que preceden. De igual manera, el contexto también se relaciona
primordialmente con la muerte de Jesús. Es, por lo tanto, mucho más
probable pensar en la resurrección de los santos como algo ocurrido
justamente después de su muerte.
¿Qué tipo de resurrección experimentaron aquellos santos? ¿Era semejante
a la de Jesús? ¿O era como la de Lázaro? Se han sugerido varias respuestas
a esta pregunta. Algunos han sugerido que no hubo ninguna resurrección,
sino solo apariciones, es decir, apariencias de hombres resucitados. El
texto, sin embargo, es explícito cuando dice: “Muchos cuerpos de santos se
levantaron”, y la palabra “cuerpos” (somata) deja sin efecto la idea de que
eran fantasmas o apariciones.
Y la postura de que “los santos” mencionados en Mateo 27:52-53 se
levantaron con cuerpos glorificados es contraria a algunas claras
enseñanzas del Nuevo Testamento.
Por ejemplo, en 1 Corintios 15:20, Pablo dice que Jesús es “primicia de los
que durmieron”. Esa afirmación de Pablo no tendría sentido si Jesús no
fuese el primer hombre en ser restaurado a la vida, como Lázaro, pero Él
fue el primero en regresar a la vida con un cuerpo glorificado. Otros han
sido restaurados a la vida, como Lázaro. Pero Jesús fue el primero en
regresar a la vida con un cuerpo glorificado. Pablo confirma esa verdad,
cuando dice: “Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 105
los que son de Cristo, en su venida” (1 Co. 15:23). Esa declaración de Pablo
parece decir claramente que Jesucristo es, aun ahora mismo, el único
Hombre que ha sido resucitado con un cuerpo glorificado. Por lo tanto, hay
que rechazar la postura de que Mateo 27:52-53 se refiere a una
resurrección de santos con cuerpos glorificados. Se concluye, por lo tanto,
que el evangelista Mateo se refiere aquí a una restauración a la vida con un
cuerpo físico semejante al que poseían antes de morir.
Aquí pueden surgir muchas más preguntas, pero como dice Deuteronomio
29:29 “las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las
reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre…”. Será
bueno dejar las especulaciones de algo que Dios no revela en su palabra.
C. LA RESURRECCIÓN DE LA IGLESIA
Como se dijo en los estudios de la venida de Cristo por sus santos, y la
doctrina del arrebatamiento, los muertos en Cristo serán resucitados en el
tiempo de la venida de Cristo por los suyos y, junto con los cristianos vivos
que serán transformados, se encontrarán con el Señor en el aire y subirán
al cielo. Según 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1 Corintios 15:51-58, tanto los
santos resucitados como los trasladados recibirán cuerpos de resurrección
similares al cuerpo resucitado de Cristo (1 Jn. 3:2). La resurrección de la
iglesia es la primera resurrección en gran escala y es precursora de las
demás.
D. LA RESURRECCIÓN DE LOS SANTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Aunque el Antiguo Testamento constantemente supone la doctrina de la
resurrección, como se afirma en Job 19:25-26, por ejemplo, no es esta
doctrina un tema de profecías extensas. Sin embargo, las referencias que
se encuentran parecen poner la resurrección de los santos del Antiguo
Testamento en el tiempo de la segunda venida de Cristo a la tierra y no en
el de su venida por sus santos en el arrebatamiento.
Daniel 12 describe la Gran Tribulación en el versículo 1 y la resurrección en
el versículo 2 como un suceso inmediatamente posterior y que constituye
un clímax en relación con ella; en este caso, sería claro que los santos del
Antiguo Testamento no son resucitados en el arrebatamiento, sino en el
tiempo del establecimiento del reino. La misma implicación se encuentra
en el pasaje de Job, donde la resurrección está conectada con el tiempo en
que el Redentor está en pie sobre la tierra.
En forma similar, la doctrina de la resurrección presentada en Isaías 26:19-
21 relaciona el despertar de los cuerpos muertos con el momento en que
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 106
Cristo juzgue al mundo. También es significativo que la frase particular de
«los muertos en Cristo» sea usada para describir a los que son resucitados
en el arrebatamiento (1 Ts. 4:16). La expresión «en Cristo» describe la
posición actual de los creyentes en Cristo debido al bautismo del Espíritu,
que ocurrió por primera vez en Hechos 2 y que no aparece en relación con
los santos del Antiguo Testamento. Aunque habrá intérpretes de las
Escrituras que discrepan de esta posición, e incluirán la resurrección de los
santos del Antiguo Testamento con el arrebatamiento, el peso de la
evidencia parece relacionarla con la segunda venida de Cristo a la tierra. En
cualquier caso, todos los santos del Antiguo Testamento y los de la iglesia
serán resucitados antes del milenio.
E. LA RESURRECCIÓN DE LOS SANTOS DE LA TRIBULACIÓN
Se hace mención especial de los que murieron como mártires de la
tribulación, diciendo que serán resucitados en conexión con la segunda
venida de Cristo para establecer el reino. En Apocalipsis 20:4 Juan escribe
que vio «las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y
por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen,
y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y
reinaron con Cristo mil años». Esta afirmación es explícita en el sentido de
que los mártires de la tribulación serán resucitados cuando Cristo venga a
establecer su reino. Apocalipsis 20:5 declara: «Pero los otros muertos no
volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera
resurrección». Surge, naturalmente, la pregunta de cómo puede ser ésta la
primera resurrección de los santos del Antiguo Testamento.
La respuesta es que la expresión «primera resurrección» se refiere a todas
las resurrecciones de los justos aun cuando se encuentren ampliamente
separadas por el tiempo. Todas ellas son primeras, esto es, antes que la
resurrección final de los impíos. Consecuentemente, la expresión «primera
resurrección» se aplica a todas las resurrecciones de los santos sin
consideración de cuándo ocurrían, incluyendo la resurrección de Cristo
mismo.
F. LA RESURRECCIÓN DE LOS IMPÍOS
La resurrección final está relacionada solamente con los impíos. Según
Apocalipsis 20:11-15, en conexión con el juicio del gran trono blanco, todos
los muertos que no hayan resucitado antes serán resucitados y
comparecerán ante Dios para ser juzgados. Esta es la resurrección final
antes de la creación de los nuevos cielos y la nueva tierra. Los detalles de
este juicio serán considerados en un capítulo posterior.
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 107
Resumiendo, las Escrituras claramente enseñan que todos los hombres
resucitarán. Como lo resume Daniel: «Muchos de los que duermen en el
polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para
vergüenza y confusión perpetua» (12:2). Aunque los hombres mueren,
todos resucitarán, pero las resurrecciones no serán las mismas. La
resurrección de vida es una gloriosa resurrección en que los cuerpos de los
creyentes serán conformados al cuerpo de resurrección de Cristo.
Sin embargo, la resurrección de condenación es un espectáculo terrible. Los
hombres recibirán cuerpos que les durarán para siempre, pero cuerpos que
son pecaminosos y sujetos al dolor y el sufrimiento. Como el diablo y sus
ángeles, existirán para siempre en el lago de fuego. Este hecho conmovedor
ha hecho que los hombres lleven el evangelio hasta los fines de la tierra a
fin de que la mayor cantidad posible de personas pueda ser arrebatada del
fuego (Jud. 23) y sea liberada de la ira de Dios que ciertamente vendrá sobre
los impíos. Sin embargo, para el justo la doctrina de la resurrección es la
base de nuestra esperanza, y aunque la última generación de la iglesia será
arrebatada sin morir, para la gran mayoría del mundo la resurrección de la
tumba ha sido el método divino para transformar un cuerpo que era para
la tierra en un cuerpo adecuado para su gloriosa presencia.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L09 La resurrección 108


Lección 10
EL MILENIO

CONTENIDO
Introducción
I. La duración y el carácter literal del Milenio
II. Designaciones del Milenio
III. Carácter terrenal del Milenio
IV. El gobierno del Milenio
V. Las características del Milenio
VI. Vida y condiciones sobre la tierra milenial
VII. Lo que el Milenio significará para Cristo
VIII. Puntos de vista en cuanto al Milenio

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L10 El milenio 109


INTRODUCCIÓN
La palabra “milenio” se deriva de las palabras latinas que simplemente
significan “mil años.” El milenio será un periodo durante el cual Satanás será
atado en el abismo: “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el
diablo y Satanás, y lo ató por mil años” (Ap. 20:2). La atadura de Satanás
prepara a la tierra para el reino milenial de Cristo, que viene a la tierra,
como es descrito en Apocalipsis capítulo diecinueve, como Rey de Reyes y
Señor de Señores (v. 15, 16). Los santos resucitados de la iglesia juntamente
con los santos de la tribulación reinarán con Cristo en su reino del milenio:
“Y vivieron y reinaron con Cristo mil años” (Ap. 20:6b).
Charles C. Ryrie dice:
El instaurar el reino sobre la primera venida de Cristo resulta en un error
teológico con muchas ramificaciones serias. Al decir ‘reino’, me refiero
al gobierno del Mesías en la tierra como fue prometido a David (2 Samuel
7:12–16). El afirmar que Cristo estableció este reino davídico en Su
primer advenimiento requiere una desliteralización de las promesas
hechas a David, y resulta en confusión de la iglesia con el reino. Entre
otras cosas, la ética de la iglesia y la del reino son entremezcladas,
usualmente con el resultado de que se promueve la ética del reino más
que la de la iglesia. De ese modo se insta a los cristianos a que vivan el
reino en este tiempo.
Algunos durante la vida terrenal de Cristo cometieron este error (Lucas
19:11). La verdad es que el reino mesiánico será inaugurado a la segunda
venida de Cristo. Entonces se cumplirá la promesa hecha a Abraham y
sus descendientes (Génesis 15:18–21). Y se cumplirá la promesa hecha a
David de que su Descendiente (Mesías) se sentaría en el trono del reino
para siempre.

I. LA DURACIÓN Y EL CARÁCTER LITERAL DEL MILENIO


El milenio es el periodo de mil años de reinado visible, terrenal, del Señor
Jesucristo que, después de su retorno del cielo, cumplirá durante aquel
periodo las promesas contenidas en los pactos abrahámico, davídico, y el
nuevo; traerá a todo el mundo al conocimiento de Dios, y quitará la
maldición de encima de toda la creación.
Su carácter literal
Que el milenio constituye un periodo de tiempo literal es, prácticamente,
una conclusión de todo lo que se ha dicho hasta ahora. La cuestión de la
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L10 El milenio 110
interpretación literal ha sido considerada ampliamente. El último libro de la
Biblia, que es una revelación, no un rompecabezas, enseña claramente que
habrá un reinado de Cristo sobre la tierra por mil años (Ap. 20). Que el
amilenialista se dé cuenta cuidadosa de que esta es la primera mención en
todo este libro de este capítulo que ha sido denominado la pieza clave del
premilenialismo. Este pasaje tiene que tomarse tan literalmente como el
resto de las Escrituras.
Alford, el gran erudito del griego, dice correctamente:
No puedo consentir en distorsionar palabras de su sentido claro y de su
lugar cronológico en la profecía, a causa de cualquier riesgo de abusos
que la doctrina del milenio pueda conllevar. Aquellos que vivieron cerca
del tiempo de los apóstoles, y la entera Iglesia durante 300 años, las
comprendieron en el sentido claro y literal: y constituye un extraño
espectáculo en estos días ver a expositores que se hallan entre los
primeros en su reverencia de la antigüedad, echar complacientemente a
un lado el caso más convincente de consenso que la antigüedad
primitiva nos presenta. Con respecto al texto mismo, ningún tratamiento
legítimo del mismo resultará en lo que se conoce en la actualidad como
la interpretación espiritual, tan de moda.
Así, el milenio literal se hace necesario, no meramente por un pasaje en el
Apocalipsis, sino por todo lo que se ha citado anteriormente con respecto
a la evidencia escritural de la edad del reino. Apocalipsis 20 da simplemente
la duración de aquel periodo.

II. DESIGNACIONES DEL MILENIO


El milenio recibe diferentes títulos descriptivos en las Escrituras, y se
relacionarán sin comentario. Recibe el nombre de reino de los cielos (en
forma real, Mt. 6:10); el reino de Dios (en forma real, Le. 19:11); el reino de
Cristo (Ap. 11:15); la regeneración (Mt. 19:28); los tiempos de la restitución
(Hch. 3: 18-24); los tiempos de refrigerio (Hch. 3:19); el cumplimiento de los
tiempos (Ef. 1:10); y el mundo venidero (He. 2:5).

III. CARÁCTER TERRENAL DEL MILENIO


El reino será establecido sobre la tierra.
“No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra
será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el
mar”. Isaías 11:9

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L10 El milenio 111


“Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno,
y uno su nombre”. Zacarías 14:9. (Cp. Sal. 2:8; Is. 42:4; Jer. 23:5; Dn.
2:35, 44, 45; 7:24-27; Le. 1:31-33).
Habrá ciertos cambios físicos en la tierra durante el milenio. Habrá un
hendimiento en el Monte de los Olivos cuando Cristo venga:
Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está
en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en
medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande;
y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur
(Zac. 14:4, cp. Mt. 24:3; Hch. 1:11-12).
Habrá un río de aguas vivas brotando de Jerusalén, afirmación que se puede
tomar literalmente:
“Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas
vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el
mar occidental, en verano y en invierno”. Zacarías 14:8 (cp. Ez. 47:1;
Jl. 3:18).
Jerusalén será exaltada (Zac. 14:10), y no hay razones para dudar de que
esto será literal y que la ciudad, debido a cambios físicos, será exaltada por
encima de los collados vecinos. Además, habrá longevidad de vida durante
el milenio, porque «el niño morirá de cien años» (Is. 65:20; cp. Sal. 90:10).
Además, la naturaleza animal será radicalmente cambiada, porque «no
afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová» (Is. 65:25; cp.
Is. 11:6-9; Os. 2:18). Toda la naturaleza será nuevamente productiva:
“Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá
como la rosa... Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la
lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y
torrentes en la soledad. El lugar seco se convertirá en estanque, y el
sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chavales, en su
guarida, será lugar de cañas y juncos”. Isaías 35:1, 6, 7 (cp. 41: 17-20;
55:12-13; Ro. 8:22 ss.)
El reino, tal como ha sido prometido, estará en la tierra, aunque la tierra
será cambiada en las maneras que han sido mencionadas.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L10 El milenio 112


IV. EL GOBIERNO DEL MILENIO
La Cabeza del gobierno en el milenio es el Rey, Cristo Jesús.
“He aquí vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David de nuevo
justo, y reinará como rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia
en la tierra”. Jeremías 23:5 (cp. Lc. 1:31-33; Ap. 11:15; 19:6).
A. LA CLASE DE GOBIERNO
El gobierno del reino milenial mesiánico será una teocracia. Esta es la misma
forma de gobierno que Dios estableció en Israel en los tiempos del Antiguo
Testamento; sólo que en el Milenio el Señor Jesucristo reinará personal y
visiblemente sobre los asuntos de la humanidad (Daniel 7:14). Su gobierno
será como el de un déspota bondadoso (Apocalipsis 19:15). Como resultado
habrá justicia perfecta y completa para todos, y el pecado será castigado
inmediatamente (Isaías 11:4; 65:20).
B. LA SEDE DEL GOBIERNO
La topografía de la tierra será cambiada para el tiempo en que el reino
comenzará a funcionar, y la ciudad de Jerusalén será la sede del gobierno
(Isaías 2:3). Esa ciudad será exaltada (Zacarías 14:10); será un lugar de gran
gloria (Isaías 24:23); será el lugar del templo (Isaías 33:20), y el gozo de toda
la tierra (Salmo 48:2). Jerusalén, la escena de mucha guerra y disturbio
tanto en el pasado como en el presente, y la víctima de juicios futuros
durante la Tribulación, nunca más tendrá que temer por su seguridad (Isaías
26:1–4).
C. LOS DIRIGENTES EN EL GOBIERNO
David evidentemente será un regente en el reino milenial. Varias profecías
hablan de la posición importante de David en el reino (Jeremías 30:9;
Ezequiel 37:24–25). Parece que David, quien con otros creyentes del
Antiguo Testamento resucitará a la segunda venida de Cristo, actuará como
príncipe bajo la autoridad de Cristo el Rey.
La autoridad sobre las doce tribus de Israel será conferida a los doce
apóstoles (Mateo 19:28). Asimismo, otros príncipes y nobles participarán
en las obligaciones gubernamentales (Isaías 32:1; Jeremías 30:21). Parece
también que muchos otros de rango inferior tendrán responsabilidad en
varios departamentos del gobierno del reino. La parábola de las minas
(Lucas 19:11–27) indica que aquellos que han mostrado fidelidad recibirán
mucha autoridad. La iglesia también tendrá parte en gobernar la tierra
(Apocalipsis 5:10). Aunque muchos de los procedimientos normales del
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L10 El milenio 113
gobierno serán llevados a cabo por subordinados, Cristo será Rey sobre
todo.
D. LOS SÚBDITOS DEL GOBIERNO
Los primeros súbditos del gobierno de Cristo durante el reino serán los
judíos y los gentiles que sobrevivan la Tribulación y entrarán en el reino con
cuerpos terrenales. Al principio mismo de la Tribulación todas las personas
que habrá en la tierra serán redimidas, porque todos los no redimidos
habrán sido juzgados al regreso de Cristo. Por supuesto, ocurrirán
nacimientos inmediatamente, de modo que en unos pocos años habrá
muchos de suficiente edad para decidir por sí mismos su propia relación
espiritual con el Rey. Tendrán que estar sujetos a Él por lo menos
exteriormente, pero el que le den o no fidelidad de corazón será un asunto
de elección personal. Todos tendrán que aceptarlo como Rey; algunos
también lo aceptarán como Salvador personal. Todas estas personas
estarán viviendo en cuerpos mortales. Los santos resucitados tendrán, por
supuesto, cuerpos de resurrección no sujetos a limitaciones físicas. Esto
también significa que no contribuirán a crear problemas de espacio,
alimento, o gobierno durante el Milenio.

V. LAS CARACTERÍSTICAS DEL MILENIO


A. ESPIRITUAL
El reino terrenal manifestará las normas más altas de espiritualidad.
Algunos alegan que el reino milenial no puede ser espiritual si es terrenal.
Pero “terrenal” y “espiritual” no tienen por qué excluirse mutuamente. Si
los dos conceptos fuesen incompatibles, no se podría esperar que los
cristianos de hoy vivieran vidas espirituales en cuerpos terrenales. Durante
el Milenio Dios unirá lo espiritual y lo terrenal en una plena demostración
de Su gloria en esta tierra.
B. JUSTO
Nuestro Señor será un Rey que reinará para justicia (Isaías 32:1). La justicia
será el cinto de Sus lomos (Isaías 11:5). Con justicia El juzgará a los pobres
(Isaías 11:4; 16:5). Sion será llamada Ciudad de justicia (Isaías 1:26). Sólo los
justos entrarán en el reino a su inauguración (Mateo 25:37), y los que tienen
sed de justicia serán saciados (Mateo 5:6).
C. PACÍFICO

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L10 El milenio 114


Como consecuencia de la justicia, el Milenio será una era de paz. Antiguos
enemigos, como Egipto, Israel, y Asiria estarán en paz los unos con los otros
(Isaías 19:23–25). Jerusalén, sitio de muchos conflictos por todos los siglos,
estará en paz (Zacarías 8:4–5). Ciertamente, toda la tierra estará en paz
(Isaías 2:4). Un resultado de esto será la eliminación de presupuestos para
la defensa, lo cual economizará dinero que podrá usarse en otros
propósitos.
D. PRÓSPERO
La tierra será cada vez más productiva durante el Milenio, ya que los lugares
yermos y los desiertos se harán útiles (Isaías 35:1–7). Una cosecha será
seguida por otra (Amós 9:14). Las necesidades e injusticias sociales serán
eliminadas (Salmo 72:12–13). La maldición a la cual el mundo fue sometido
cuando Adán pecó será revertida, aunque no completamente quitada hasta
el final del Milenio cuando la muerte finalmente será vencida.
E. RELIGIOSO
Conocimiento pleno del Señor cubrirá la tierra durante el Milenio (Isaías
2:2–3). Parece que volverán a ofrecerse sacrificios en un templo que será
construido y estará en operación durante el Milenio (Ezequiel 40–48). Los
premilenialistas entienden estos sacrificios como medio de conmemorar la
muerte de Cristo. Fiestas religiosas se observarán durante el Milenio
(Ezequiel 46:1–15; Zacarías 14:16).

VI. VIDA Y CONDICIONES SOBRE LA TIERRA MILENIAL


1. El reino milenial de Cristo estará caracterizado por la justicia y
rectitud universal (Jer. 23:5, 6; Is. 11:3–5; 52:1, 16; Sal. 72:1–8).
2. Toda la tierra estará bajo la disciplina justa del Rey Jesús; y todos
aquellos que desobedezcan serán disciplinados (Zac. 14:16–21).
3. Habrá paz entre todas las naciones durante el gobierno milenial de
Cristo (Sal. 72; Is. 2:4; 9:5, 6; 32:1, 17, 18; Mi. 5:4, 5).
4. Habrá alegría y gozo en su reino (Is. 9:2–4; 25:6–9; 35:10).
5. En el reino de Cristo, la gente de la nación de Israel gozará salud y
longevidad (Is. 35:5, 6; 65:20–22).
6. En la tierra milenial habrá gran prosperidad material (Sal. 72:15, 16;
Am. 9:13–15; Zac. 3:10; 8:12).
7. Bajo el reino de Cristo, la tierra será librada de la maldición (Rom.
8:19–22; Is. 55:13; 41:18, 19).
8. Eliminada la maldición, los animales salvajes perderán su ferocidad
(Is. 11:6–9; 65:25; Ez. 34:25, 28; Os. 2:18).
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L10 El milenio 115
VII. LO QUE EL MILENIO SIGNIFICARÁ PARA CRISTO
En la escatología premilenial se enfatiza mucho lo que el Milenio significará
para el mundo, Jerusalén, Palestina, Israel, las naciones, etcétera, y con
razón, porque efectuará muchos cambios para el bien en toda la tierra. Pero
hay otra perspectiva que es quizás más importante que consideremos: ¿qué
significará la edad milenial para nuestro Señor?
En el Salmo 2:7–8 al Rey Jesús se le prometió autoridad para gobernar la
tierra en justicia. Ciertamente Él no vio cumplida esa promesa durante Su
primer advenimiento, aunque pagó por ella el precio de Su propia vida. En
Apocalipsis 5 a El se le declara digno de tomar el libro sellado, abrirlo, y
recibir la herencia que justamente le pertenece. Esto se cumplirá cuando Él
venga de nuevo (11:15).

VIII. PUNTOS DE VISTA EN CUANTO AL MILENIO


Los puntos de vista del milenio más comunes entre los evangélicos son
premilenial, amilenial y postmilenial.
Los premilenialistas creen que nuestro señor Jesucristo volverá antes del
milenio para reinar como sacerdote y rey en la tierra por mil años de
bendición y paz, cumpliendo literalmente la profecía bíblica.
Creen que las promesas hechas a Abraham y a David son incondicionales y
que han tenido o tendrán su cumplimiento literal.
No confunden a Israel con la iglesia, ni la era de la iglesia con la era del
milenio; y el orden de eventos proféticos futuros es:
✔ El rapto
✔ La tribulación
✔ La venida final de Cristo como rey
✔ El reino del milenio de Cristo sobre la tierra
✔ El estado eterno de un nuevo cielo y una tierra nueva
Los amilenialistas espiritualizan esas profecías y dicen que no hay edad
dorada, o milenio, en la tierra; ni antes de que cristo vuelva, ni después de
que él vuelva. ellos canalizan «todas las profecías del antiguo testamento al
ministerio de Jesús crucificado, resucitado y exaltado ... al precio de
descartar Puntos de las facetas históricas del reino. Aducen que Satanás fue
atado en la cruz, de modo que su poder está restringido y no puede en
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L10 El milenio 116
cuanto al estorbar el esparcimiento del evangelio o impedir que los
creyentes obtengan la victoria sobre el mal por medio de Cristo. Identifican
al milenio con la presente restricción del mal mencionada por Pablo (2
Tesalonicenses 2:6-7).
La mayoría de los amilenialistas toma «mil» como número simbólico que
indica la conclusión del periodo de tiempo -cualquiera que sea- entre la
primera y Segunda Venida de Cristo. Algunos aplican esto al reino espiritual
de los creyentes con Cristo en la tierra (es decir, en su vida interior
espiritual) durante la edad de la iglesia." Otros lo aplican a lo que los
creyentes están disfrutando en el cielo después de la muerte durante el
tiempo presente.! O lo limita a «un reino de mártires en el paraíso para
indicar la victoria incluso mientras la iglesia huye al desierto»." Todos sus
argumentos son muy subjetivos;" ninguno de ellos da apropiada
consideración a lo que en efecto dice Apocalipsis 20:1-4.
Los postmilenialistas también dicen que Satanás fue atado en la cruz,
aunque algunos consideran este atar como un proceso que todavía está
teniendo lugar. Tratan el periodo de mil años como una extensión de la era
de la iglesia en una nueva dimensión que traerá un gran esparcimiento del
evangelio de modo que «Cristo volverá a un mundo verdaderamente
cristianizado»." También toman el número «mil» como un símbolo del
tiempo que lleve cristianizar al mundo. En base a la Gran Comisión (Mateo
28:18-20) y la promesa de la obra poderosa del Espíritu (Lucas 24:49; Juan
16:7-11), afirman que las «agencias divinamente instituidas para la
evangelización del mundo» llevan «garantías divinas de triunfo».

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L10 El milenio 117


BASES DEL PREMILENIALISMO
El premilenialismo está basado en tres creencias principales.
En primer lugar, está en consonancia con el uso sistemático del método de
interpretación gramático-histórico para todos los ámbitos de la Biblia,
incluidos sus pasajes proféticos y escatológicos. Esto significa que los
pasajes proféticos deben entenderse de acuerdo con su sentido normal y
natural. Este enfoque toma en cuenta los diversos géneros que se
encuentran en la Biblia y el uso de símbolos que comunican verdades
literales. Como resultado, el premilenialismo espera un cumplimiento
literal de todas las bendiciones físicas, nacionales, territoriales y espirituales
recogidas en la Biblia, incluidas las de Israel y las de las naciones.
En segundo lugar, el premilenialismo mantiene la distinción bíblica entre
Israel y la iglesia, y entiende que la Biblia no las confunde. La identidad de
Israel en la Biblia siempre incluye a los descendientes físicos de Abraham,
Isaac y Jacob. En realidad, los setenta y siete usos de Israel en el Nuevo
Testamento se refieren al Israel étnico. En ocasiones, el término Israel solo
se usa para los creyentes judíos (Ro. 9:6; Gá. 6:16), pero nunca para hablar
de una comunidad espiritual independientemente de su etnicidad.
Asimismo, a la iglesia nunca se la llama Israel. Por ejemplo, en el libro de
Hechos, Lucas alude a la iglesia diecinueve veces y veinte a Israel, pero
jamás llama Israel a la iglesia. Esto demuestra de un modo convincente la
intención de Dios al conservar estas identidades distintas.
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L10 El milenio 118
El premilenialismo rechaza todas las formas de teología o supersesionismo
en el que se considera a la iglesia como el reemplazo o el cumplimiento de
las promesas al Israel nacional, de tal manera que elimina la relevancia
teológica de Israel en los planes de Dios. Afirma la gran importancia de la
iglesia en los propósitos del reino de Dios, aunque espera el cumplimiento
futuro de las promesas del pacto de Dios a Israel y a las naciones en un
futuro reino milenial. Israel será salvo y restaurado, y tendrá un papel de
liderazgo respecto a las naciones. El premilenialismo entiende que la
identidad de Israel no se expande para incluir a los gentiles. En su lugar, el
“pueblo de Dios” se ensancha para abarcar a los gentiles junto al Israel
creyente (Is. 19:24-25). El premilenialismo también afirma que el
cumplimiento de las promesas de Dios se produce por etapas. Lo que no se
cumplió con la primera venida de Jesús debe realizarse con los sucesos que
llevan a su segunda venida y la incluyen.
En tercer lugar, el premilenialismo reconoce que las Escrituras presentan
un cumplimiento futuro de la septuagésima semana de Daniel, un periodo
de tribulación de siete años que ocurre antes del reino milenial terrenal de
Jesús (Dn. 9:27). Un futuro periodo especial de tribulación implicará los
juicios únicos y catastróficos, así como la ira de toda la tierra (Ap. 6–19).
Esta tribulación incluye los juicios de los sellos, las trompetas y las copas
descritos en Apocalipsis 6–16. Esta tribulación venidera culmina con el
regreso de Jesús y el establecimiento de su reino de mil años en la tierra. El
premilenialismo contrasta con las creencias teológicas que, con frecuencia,
consideran esta era presente entre las dos venidas de Jesús como el periodo
de tribulación anunciado y el reino de Jesús. Para el premilenialismo la
tribulación de Apocalipsis 6–18 precede a la venida de Cristo, el
establecimiento de su reino (Ap. 19–20) y el estado eterno (Ap. 21–22).

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L10 El milenio 119


Lección 11
LOS JUICIOS

CONTENIDO
Introducción
I. El juicio de Dios contra la nación de Israel
II. El juicio contra los gentiles
III. El juicio contra los ángeles caídos
IV. El juicio del gran trono blanco

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 120


INTRODUCCIÓN
Las Escrituras predicen un juicio venidero de Dios sobre todos los hombres.
Tal era la expectativa del salmista cuando escribió:
“Porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los
pueblos con su verdad”. Salmos 96:13
Pablo verifica esta misma verdad diciendo:
“Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con
justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con
haberle levantado de los muertos”. Hechos 17:31
El asunto del juicio es muy amplio en la Palabra de Dios y abarca tales juicios
como:
• El juicio de la cruz (Jn. 5:24; Ro. 8:1; 2 Co. 5:21; Gál. 3:13; Heb. 9:26-
28; Heb. 10:10, Heb. 10:14-17)
• El juicio para el creyente cristiano por medio del castigo, corrección
o disciplina (1 Co. 11:31-32; Heb. 12:5-11)
• El juicio propio del creyente a sí mismo (1Jn. 1:9; 1 Co. 11:31; Sal.
32:1-6; Sal. 51:1-19)
• El juicio de las obras del creyente ante el tribunal de Cristo (Ro. 14:10;
1 Co. 3:11-15; 1 Co. 4:5; 2 Co. 5:10).
Con excepción del último juicio mencionado, que ya se ha considerado en
la lección 8, estos juicios no están relacionados con el programa
escatológico de Dios. Es necesario considerar cuatro juicios que tienen
implicaciones escatológicas:
• El juicio de Dios contra la nación de Israel (Ez. 20:37-38; Zac. 13:8-9)
• El juicio de Dios contra las naciones (Mt.25:31-46; Is. 34:1-2; Joel
3:11-16)
• El juicio de Dios contra los ángeles caídos (Judas 1:6)
• El juicio del gran trono blanco (Ap. 20:11-15)
A continuación, mostramos un cuadro resumen de los diferentes juicios.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 121


LOS JUICIOS RELACIONADOS CON EL SEGUNDO ADVENIMIENTO

I. EL JUICIO DE DIOS CONTRA LA NACIÓN DE ISRAEL


Las Escrituras enseñan que el programa futuro de juicios comenzará con un
juicio contra la nación de Israel. A ellos se les prometió, mediante los
pactos, un reino sobre el cual el Mesías, el hijo de David, reinaría. Antes de
que este reinado pueda ser constituido, cuando Él regrese personalmente
a la tierra, tiene que haber un juicio contra Israel, para determinar quiénes
son los que entrarán a este reino, por cuanto claramente se revela que “no
todos los que descienden de Israel son israelitas” (Ro. 9:6).
A. EL TIEMPO DEL JUICIO
La indicación más clara del tiempo del juicio contra Israel se nos da en la
cronología de los eventos profetizados por el Señor en Mateo 24 y 25. Como
previamente se ha reseñado, estos capítulos nos dan la cronología como
sigue:
1. el periodo de la tribulación (Mt. 24:4-26);
2. el segundo advenimiento del Mesías a la tierra (Mt. 24:27-30);
3. la reunión de Israel (Mt. 24:31);
4. el juicio contra Israel (Mt. 25:1-30);
5. el juicio contra los gentiles (Mt. 25:31-46),

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 122


6. el reino que ha de seguir. En esta cronología de eventos desarrollada
cuidadosamente, el juicio contra Israel seguirá al segundo
advenimiento de Cristo a la tierra y la consiguiente reunión de Israel
como nación.
B. EL LUGAR DEL JUICIO
Por cuanto Israel es un pueblo terrenal, este juicio debe ocurrir en la tierra,
después del regreso físico del Señor (Zac. 14:4). No puede espiritualizarse y
hacer que se refiera a un juicio contra las almas en la muerte o alguna cosa
semejante. Puesto que el Señor estará en la tierra, el juicio tiene que ser
donde Él esté. Ezequiel dice:
“Y os sacaré de entre los pueblos, y os reuniré de las tierras en que
estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y enojo
derramado; y os traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con
vosotros cara a cara. Como litigué con vuestros padres en el desierto
de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice Jehová el Señor.
Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto;
y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron
contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la
tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová”. Ezequiel
20:34-38
Según esta referencia parece que el juicio tendrá lugar en las fronteras de
la tierra como cuando cayó el juicio divino sobre los israelitas en Cades-
Barnea, tiempo en el cual no se permitió a los rebeldes entrar a la tierra. De
la misma manera aquí, este juicio impedirá a cualesquiera rebeldes entrar
a la tierra en aquel día.
C. LOS QUE SERÁN JUZGADOS
Es evidente en este pasaje de Ezequiel que acabamos de citar, así como en
los numerosos pasajes que tratan de la restauración de Israel, que este
juicio será contra todo el Israel vivo, todos los cuales serán reunidos y
juzgados. En Mt. 25:1-30 se vislumbra un juicio contra toda la nación. El
Israel resucitado debe ser examinado para las recompensas y esto sin duda
se hará en conexión con la resurrección de Israel en la segunda venida de
Cristo. Sin embargo, el Israel resucitado no participará en este juicio.
D. LA BASE DEL JUICIO
Ya se ha indicado, mediante el estudio de Mt. 25:1-30, que Dios juzgará a
Israel para separar a los salvos de los no salvos.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 123


Las obras del individuo serán sometidas a juicio. Ezequiel dice esto
claramente:
“Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto;
y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se revelaron
contra mí”. Ezequiel 20:37-38
Malaquías lo describe aún más:
“¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá
estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego
purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y
limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como
a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia Y vendré
a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y
adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su
salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia
al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos”.
Malaquías 3:2-3-5
Las acciones de cada uno claramente revelarán la condición espiritual del
corazón en este juicio, que ha de separar a los salvos de los no salvos.
E. EL RESULTADO DEL JUICIO
Habrá un resultado doble de este juicio:
Primero, los no salvos serán cortados de la tierra. “...a la tierra de Israel no
entrarán” (Ezequiel 20:38); “Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de
afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mt. 25:30). Así que los no
salvos serán destruidos antes que comience la era milenaria.
En segundo lugar, los salvos serán admitidos en la bendición milenaria.
“...os haré entrar en los vínculos del pacto” (Ezequiel 20:37). “Y luego todo
Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que
apartará de Jacob la impiedad, Y este será mi pacto con ellos, cuando yo
quite sus pecados” (Romanos 11:26-27).
De esa manera, Dios va a reunir a la nación de Israel, en la segunda venida
de Cristo, y a separar a los salvos de los no salvos. Los no salvos serán
cortados y los salvos serán introducidos al milenio que Él instituirá para
cumplir sus pactos.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 124


II. EL JUICIO CONTRA LOS GENTILES
A. EL TIEMPO DEL JUICIO
En la cronología de Mateo 24 y 25 el juicio contra los gentiles (Mateo 25:31-
46) sucede inmediatamente después del juicio contra Israel. Este juicio
ocurre después del segundo advenimiento de Cristo a la tierra. Joel dice:
“Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré
volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las
naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio
con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas
esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra”. Joel 3:1-2
El profeta revela que este juicio contra los gentiles tendrá lugar en el mismo
tiempo en que el Señor restaure la nación de Israel a su tierra, que será en
la segunda venida. Por lo tanto, este juicio debe producirse en el tiempo del
segundo advenimiento de Cristo, después de la reunión y del juicio de
Israel. Debe preceder a la institución del milenio, por cuanto los que reciban
fallo favorable en este juicio serán introducidos en ese reino (Mateo 25:34).
B. EL LUGAR DEL JUICIO
Por cuanto este juicio sigue al segundo advenimiento, debe ser un evento
que tendrá lugar en la tierra. No se puede decir que tendrá lugar en el
estado eterno. Peters dice:
Así como no hay ninguna declaración de que algunas de estas
naciones se levantaran de los muertos, tampoco hay ninguna
declaración acerca de que una parte de ellas descenderán del cielo
para ser juzgadas; el lenguaje, siempre que ninguna teoría previa
ejerza influencia sobre él, simplemente describe a naciones aquí en
la tierra, reunidas de alguna manera, en tiempo del segundo
advenimiento de Cristo.
Joel 3:2 declara que este juicio tendrá lugar en el “valle de Josafat”.
Esta localidad no es fácil determinarla. Algunos sostienen que es sinónimo
del “valle de Beraca” (2Cr. 20:26) donde Josafat venció a los Moabitas y a
los Amonitas, victoria que dio al lugar un nuevo nombre. Bewer, sin
embargo, dice:
Es cierto que nuestro autor no tenía en mente el valle de Beraca que
estaba relacionado con la victoria de Josafat sobre los moabitas, los
amonitas, y los meunitas del monte de Seir, 2 Cr. 20:20-28. No sólo
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 125
su nombre, sino también su distancia, están en su contra. No se sabe
que hubiese un valle cerca de Jerusalén que llevase el nombre de
Josafat en tiempos antiguos.
Otros sostienen que ocurrirá en el valle de Cedrón que está en las afueras
de Jerusalén. Sin embargo, es bien conocido que hay una profunda
hondonada que actualmente lleva este nombre muy cerca en las afueras de
Jerusalén, que separa la ciudad santa del monte de los Olivos. Pero es
probable que el nombre solo se le haya dado en virtud de esta profecía, y
que no fuese llamada así cuando Joel habló, ni aún siglos después, ya que
tenemos que ir hasta el siglo cuatro de la era cristiana antes de que fuese
así designada.
Quizá la solución en cuanto al lugar del juicio se da en Zac. 14:4, donde se
nos dice que al regreso del Señor al monte de los Olivos se abrirá un gran
valle.
“Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos,
que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se
partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo
un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte,
y la otra mitad hacia el sur”. Zacarías 14:4
Un valle que no existe hoy, será creado en el tiempo del segundo
advenimiento de Cristo. Puesto que el nombre Josafat significa “Jehová
juzga”, puede ser que el valle que se abra en las afueras de Jerusalén lleve
ese nombre debido al trascendental evento que ha de efectuarse allí.
C. LOS SUJETOS QUE SERÁN SOMETIDOS A JUICIO
Se observará que los que serán sometidos a este juicio serán individuos
vivos, y que los muertos no resucitarán para someterse a él.
De acuerdo con la concordancia de Strong, la palabra nación (ethnos) se
tradujo dos veces “pueblo”, cinco veces “pagano”, sesenta y cuatro veces
“nación”, y noventa y tres veces “gentiles”. Entonces debe entenderse que
el juicio será contra los gentiles vivos en la segunda venida de Cristo.
D. LA BASE DEL JUICIO
La base sobre la cual se hará este juicio será el trato que den las naciones a
un grupo llamado “mis hermanos”.
“Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo
hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 126


Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto
no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo
hicisteis”. Mateo 25:40; 45
Se observará, según Joel 3:2, que Israel es el centro mismo de todo el
programa de juicios: “Reuniré a todas las naciones... y allí entraré en juicio
con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas
esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra”.
La profecía de Isaías parece reducir esta referencia a Israel, solo a los
testigos creyentes, pues menciona el ministerio de un grupo específico.
Isaías 66:19-20
De acuerdo con el libro de Apocalipsis, Dios sellará un remanente creyente,
los 144.000, al principio del periodo de la tribulación. Ellos serán un
remanente que dará testimonio durante todo ese periodo y los frutos de su
ministerio se describen en Apocalipsis 7:9-17, donde se ve una gran
multitud que ha sido redimida. Los “hermanos” son evidentemente los
mismos testigos creyentes del periodo de la tribulación.
Este juicio debe ser para determinar la condición espiritual de aquellos que
serán juzgados. Para determinar si el que es juzgado es salvo o no. Una
ojeada rápida al pasaje parece indicar que éste será un juicio que se basará
en las obras, y que el resultado dependerá de las obras de los que sean
juzgados. Pero la observación más detenida no apoya esta conclusión.
(1) Primero, es un principio aceptado en la Escritura que un hombre
nunca se salva por las obras, por cuanto en ninguna parte se ofrece
la salvación en base a las obras. Mt. 25:46 dice: “E irán éstos al castigo
eterno, y los justos a la vida eterna”. Vemos así que el destino eterno
de las gentes que aparecen ante el juicio se estaba decidiendo. No
podría ser un juicio de las obras, por cuanto el destino eterno nunca
se decide sobre esa base, sino en base a la aceptación o
rechazamiento de la obra de Cristo por nosotros.
(2) Además, los que alimentaron, dieron de beber, vistieron y
visitaron a los “hermanos” fueron llamados justos. Si este fuera un
juicio de las obras, deben haber sido constituidos justos en base a lo
que hicieron. Eso sería contrario a la enseñanza de la Escritura.
Durante el periodo del ministerio de los hermanos, “será predicado este
evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones”
(Mt. 24:14). Se ha demostrado, previamente, que este evangelio del reino
envuelve la predicación de la muerte y de la sangre de Cristo, como camino
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 127
de la salvación. Tal evangelio será el que estos hermanos estarán
proclamando. Los gentiles, en este juicio, serán recibidos o rechazados en
base a su aceptación o rechazamiento del evangelio que predicarán los
hermanos. Los que hayan aceptado su Evangelio, habrán aceptado al
mensajero, y los que hayan rechazado su Evangelio habrán rechazado al
mensajero. El Señor dijo: “Si no os volvéis y os hacéis como niños, no
entraréis en el reino de los cielos” (Mt. 18:3). Este evangelio del reino
requiere una fe personal y el nuevo nacimiento. Esa fe y ese nuevo
nacimiento serán mejor evidenciados por las obras que ellos hayan hecho.
Peters dice:
El Salvador, por lo tanto, de acuerdo con la analogía general de la
Escritura sobre la materia, declara que cuando El venga con sus
santos en gloria para establecer su reino, entre las naciones, los que
exhibieron una fe viva por medio de obras activas de simpatía y
asistencia heredarán -junto con los que les precedieron- (esto es,
serán reyes en) el reino.
Gaebelein similarmente escribe:
Algunas de las naciones recibirán su testimonio. Ellas creerán al
Evangelio del reino, ese último gran testimonio. Ellas manifestarán la
genuinidad de su fe por sus obras. Los predicadores que irán por
todas partes serán perseguidos y odiados por otros, sufrirán,
padecerán hambre, y algunos serán echados en prisión. Estas
naciones que crean su testimonio manifestarán su fe dándoles de
comer, cubriéndolos, visitándolos en la prisión, y mostrándoles amor.
El caso de Rahab se puede tomar como una prefigura típica. Ella
creyó. Era tiempo en que el juicio se acumulaba sobre Jericó (tipo del
mundo). “Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los
desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz”. Y otra vez está
escrito de ella: “Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue
justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por
otro camino?”. Ella tenía fe y la puso de manifiesto por sus obras. Y
así estas naciones creerán a los mensajeros y los tratarán con
bondad. La gracia así los cubre porque creyeron.
De esa manera se concluye que estos gentiles serán juzgados en base a sus
obras para determinar si son salvos o se pierden, por haber recibido o
rechazado la predicación del Evangelio del remanente durante el periodo
de la tribulación.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 128


E. EL RESULTADO DEL JUICIO
Habrá un resultado doble del juicio contra las gentiles.
1. A los que se les haya designado el sitio a la mano derecha del Rey se
les hará la invitación: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mt. 25:34).
2. A los que se les haya designado el sitio a la mano izquierda del Rey
se les pronunciará la sentencia: “Apartaos de mí, malditos, al fuego
eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt. 25:41).
Un grupo será introducido al reino para ser subditos del Rey, mientras que
el otro grupo será excluido del reino y lanzado al lago de fuego. Este grupo
de gentiles que será introducido al reino cumple las profecías (Daniel 7:14;
Isaías 55:5; Miqueas 4:2) que declaran que un gran grupo de gentiles será
sojuzgado bajo el reinado del Rey, aun cuando éste sea el reino de Israel.

III. EL JUICIO CONTRA LOS ÁNGELES CAÍDOS


A. EL TIEMPO DEL JUICIO
Judas revela el hecho de que los ángeles serán sometidos a juicio.
“Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron
su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones
eternas, para el juicio del gran día”. Judas 1:6
El elemento tiempo está en las palabras “gran día”. Este debe ser el día del
Señor, en el cual todos los juicios se cumplirán. Estos ángeles
evidentemente estarán asociados con Satanás en su juicio, que ha de
preceder al juicio del gran trono blanco (Apocalipsis 20:10). Se concluye,
pues, que los ángeles caídos serán juzgados después que la era milenaria
haya terminado, pero antes del juicio del gran trono blanco.
B. EL LUGAR DEL JUICIO
La Escritura guarda silencio en cuanto al lugar en el cual este juicio se llevará
a efecto. Sin embargo, por cuanto es un juicio de seres angelicales,
parecería lógico suponer que tenga lugar en las regiones o esferas
angelicales. Por cuanto el que los juzga es Rey en las mismas esferas en las
cuales se centraron sus actividades, la escena de sus actividades puede
llegar a ser la escena de su juicio.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 129


C. LOS SUJETOS QUE SERÁN SOMETIDOS A JUICIO
Pedro dice claramente que todos los ángeles caídos serán incluidos en este
juicio.
“Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que
arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser
reservados al juicio”. 2Pedro 2:4
D. LA BASE DEL JUICIO
El juicio se hará contra los ángeles caídos por el solo pecado de seguir a
Satanás en su rebelión contra Dios (Isaías 14:12-17; Ezequiel 28:12-19).
E. EL RESULTADO DEL JUICIO
Todos aquellos a quienes se imparta este juicio serán lanzados al lago de
fuego para siempre.
Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde
estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por
los siglos de los siglos (Ap. 20:10).

IV. EL JUICIO DEL GRAN TRONO BLANCO


Este juicio del gran trono blanco (Ap. 20:11-15) bien podría llamarse el
“juicio final”. Constituye la terminación del programa de resurrección y de
juicio de Dios.
A. EL TIEMPO DEL JUICIO
Se indica claramente que este juicio sucederá después de la expiración del
reino milenario de Cristo.
“Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron
mil años, Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y
los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro
de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos
que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que
había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras”.
Apocalipsis 20:5; 12-13

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 130


B. EL LUGAR DEL JUICIO
Este juicio ocurrirá, no en el cielo, ni en la tierra, sino en alguna parte entre
los dos.
“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante
del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para
ellos”. Apocalipsis 20:11
C. LOS SUJETOS QUE SERÁN SOMETIDOS A JUICIO
Es evidente, según el pasaje mismo, que este juicio es un juicio de los
llamados “muertos”. Se ha demostrado previamente que el programa de
resurrección de los salvos había terminado antes que comenzara el milenio.
Los únicos que fueron dejados sin resucitar fueron los muertos no salvos.
Estos deben ser, pues, los que serán sometidos al juicio. Peters dice:
El Juicio de Apocalipsis 20:11-15, después de los mil años, no es para las
naciones vivas, sino preeminentemente contra los muertos. Sólo los
muertos se mencionan, y quienquiera que le agregue a esto naciones vivas
(para poder justificar un juicio universal) muy ciertamente le está
añadiendo a la profecía. Precisamente, tal juicio se requiere para completar
en sus debidas proporciones lo que de otra manera faltaría, el orden del
procedimiento divino en la administración de la justicia; porque con razón
se consideraría como un grave defecto en nuestro sistema de fe si no
tuviésemos tal profecía acerca del juicio de los muertos al final de la era
milenaria. Con ella, tenemos un todo consonante.
D. LA BASE DEL JUICIO
Este juicio, contrario al mal concepto popular, no será para determinar si
aquellos que estarán ante ese tribunal serán salvos o no. Todos los salvos
habrán sido salvos y habrán entrado en su estado eterno. Los que serán
bendecidos eternamente habrán entrado en su bendición. Este es más bien
un juicio contra las malas obras de los no salvos. La sentencia de la “segunda
muerte” habrá caído sobre ellos.
“...y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el
libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que
estaban escritas en los libros, según sus obras”. Apocalipsis 20:12
Como en el juicio de los gentiles las obras demostraron fe o falta de fe, así,
en este caso, las obras demostrarán la ausencia de vida. Que habrá grados
de castigo para estos no salvos se sugiere en otras Escrituras (Lucas 12:47-
48).
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 131
Pero la sentencia de la segunda muerte será pronunciada para todos. La
primera muerte era aquella muerte espiritual que se experimentó en Adán.
Esta segunda muerte será la confirmación que hará eterna esa separación
de Dios que la primera muerte envolvía.
E. EL RESULTADO DEL JUICIO
El resultado de este juicio se ve muy claro en Apocalipsis 20:15. “Y el que
no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado en el lago de fuego”. La
separación de Dios es el destino eterno de los no salvos.
Parecería que aun el observador superficial podría ver que la Palabra de
Dios no se puede usar para sostener la idea de un juicio general, cuando
hay no menos de ocho juicios diferentes que se mencionan en la Escritura,
cada uno con un tiempo, un lugar, unos sujetos, una base y un resultado
diferentes. Aquellos que proponen tal juicio general identifican el juicio
contra los gentiles (Mt. 25:31-46) con el juicio del gran trono blanco (Ap.
20:11-15).
Hay un número de distinciones entre estos dos juicios que hacen imposible
que sean el mismo juicio.
• En Mateo, no hay ninguna resurrección antes del juicio, sino solo una
reunión de sus elegidos (Mt. 24:31); mientras que en Apocalipsis hay
una resurrección de todos los malos.
• En Mateo, el juicio es contra naciones vivas, mientras que en
Apocalipsis es contra los muertos.
• En Mateo, las naciones son juzgadas, pero en Apocalipsis el juicio no
podría ser de entidades nacionales, por cuanto el cielo y la tierra han
huido y, puesto que las naciones son confinadas a la tierra, no podría
describir el mismo evento.
• En Mateo, el juicio es en la tierra, pero en Apocalipsis el cielo y la
tierra han huido.
• En Mateo no hay libros que presentar para consulta, mientras que en
Apocalipsis los libros fueron abiertos, el libro de la vida fue
presentado, y los que no fueron hallados en él fueron lanzados en el
infierno.
• En Mateo, el juicio ocurre al regreso de Cristo a la tierra, pero en
Apocalipsis ocurre después de la expiración de mil años de presencia
de Cristo en la tierra.
• En Mateo aparecen dos clases: los justos y los malos; pero en
Apocalipsis solo aparecen los malos.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 132


• En Mateo algunos entraron al reino y algunos fueron sentenciados al
castigo, pero en Apocalipsis ninguno entra en la bendición, sino que
todos van al castigo eterno.
• En Mateo, el juez se sienta en el “trono de su gloria” (Mt. 25:31); pero
en Apocalipsis, Él se sienta en el “gran trono blanco”.
• En Mateo, la base del juicio es el trato para con los hermanos,
mientras que en Apocalipsis el juicio se basa en sus malas obras.
• En Mateo, la venida de Cristo precede, pero en Apocalipsis no se
menciona ninguna venida, ya que Cristo ha estado en la tierra
durante el milenio.
• En Mateo se mencionan el Hijo del Hombre, tres clases de hombres
(ovejas, cabritos y hermanos) y ángeles; pero en Apocalipsis sólo
aparecen Dios y una clase de hombres.
• En Mateo se pronuncia la sentencia y se hace la separación antes que
se conozca la causa del juicio, pero en Apocalipsis no hay un juicio
sino hasta después de un cuidadoso examen de los libros.
• En Mateo no hay ninguna era milenaria precedente, pero
encontramos a los que tuvieron hambre y sed, estuvieron desnudos,
fueron forasteros, estuvieron enfermos, en prisión; pero en
Apocalipsis, una era milenaria precedió al evento (Ap. 20:5).
Estas consideraciones parecen suficientes para sostener la afirmación de
que éstos no son uno y el mismo juicio, sino dos partes separadas del
programa de juicios de Dios. El segundo advenimiento de Cristo es un
evento concluyente en el programa de Dios. Es concluyente en el trato con
el mal, pues Satanás será atado y la justicia será manifestada. Es
concluyente en el programa de los juicios pues todo enemigo viviente del
programa de Dios será juzgado. Es concluyente en el programa de Dios para
con la tierra, pues la tierra podrá regocijarse por el cese de la maldición. Es
concluyente en el programa de la resurrección, pues todos los justos serán
levantados para compartir la gloria de Dios. Es concluyente en el programa
de manifestación de la soberanía divina, pues el Hijo se manifestará en
gloria en su reino. Tal evento no se puede minimizar ni erradicar de su justo
lugar en el programa de Dios para las edades.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L11 Los juicios 133


Lección 12
DESTINOS FINALES

CONTENIDO
Introducción
I. El destino futuro de los impíos
II. El destino final de Satanás, los ángeles caídos y el anticristo
III. El estado futuro de los justos

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L12 Destinos finales 134


INTRODUCCIÓN
No hay enseñanza más clara que aquella del destino final para todo hombre
más allá de esta vida presente sobre la tierra:
“E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”. Mateo
25:46
“Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás…” Juan 10:28
“En llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a
Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales
sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor
y de la gloria de su poder…” 2 Tesalonicenses 1:8, 9
Muy claramente, los justos disfrutarán de vida eterna y gozo en la presencia
del Señor; los impíos sufrirán castigo eterno y separación del Señor. La
morada futura de los justos será el cielo (2 Co. 5:1; 1 P. 1:4). La morada
futura de los impíos será el infierno (gehenna) (Mr. 9:43, 44; Ap. 20:14).

I. EL DESTINO FUTURO DE LOS IMPÍOS


La Biblia castellana hace referencia a la morada final del incrédulo como el
“infierno.” La palabra castellana “infierno” se traduce de varias palabras
hebreas y griegas las cuales tienen referencia a los diferentes estados de
existencia después de la muerte. A veces designa al lugar de los espíritus
que han partido o el estado intermedio, que en hebreo se llama Seol, y en
griego se llama Hades.
En el Nuevo Testamento, “infierno” traduce más a menudo a gehenna, que
simboliza la perdición eterna final. Gehenna era el lugar donde se echaban
los desechos en el Valle de Hinnom donde ardían fuegos
interminablemente. Los inicuos son mantenidos en el Hades hasta el juicio
final después del cual son lanzados al lago de fuego. “Infierno” es la que se
traduce una vez a tartarus, donde fueron arrojados los ángeles inicuos (II P.
2:4).
Después del milenio, todos los muertos inicuos son resucitados, y luego del
juicio del gran trono blanco son lanzados al lago de fuego (Ap. 19:20; 20:10,
14, 15; 21:7, 8).
A. LA CONDICIÓN FINAL DE LOS INICUOS
La condición final de los inicuos está presentada en la Palabra de Dios por
las siguientes descripciones:
DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L12 Destinos finales 135
• Separación de Dios (Lc. 13:25, 28; 2Tes. 1:9).
• Oscuridad exterior (Mt. 22:13; 2 P. 2:4, 17; Jud. 6, 13).
• Fuego eterno o inextinguible (Mt. 18:8; Mr. 9:43, 45, 48; 2 P. 3:7; Jud.
7).
• Desprecio eterno (Dn. 12:2).
• Tormento eterno (Ap. 14:10, 11).
• Castigo eterno (Mt. 25:46).
• Destrucción o perdición (ruina) eterna (2 Tes. 1:8, 9; Fil. 3:18, 19; Mt.
7:13; Rom. 9:22; 2 P. 3:7).
• Donde el gusano nunca muere (Mr. 9:44).
• La ira de Dios (Rom. 2:5, 8, 9; 1 Tes. 1:10).
• Retribución (castigo proporcional a la iniquidad) (2 Cor. 11:14, 15; 2
Ti. 4:14; Ap. 16:6; 22:12).
• La segunda muerte (Ap. 20:14; 21:8).
B. TEORÍAS PROPUESTAS
Han sido propuestas varias teorías que niegan que el castigo de los inicuos
no tiene fin:
1. Aniquilacionismo
Según esta teoría, los inicuos son castigados por una era y luego son
aniquilados. Los aniquilacionistas afirman que la palabra griega aiomos,
derivada de aion, que significa “era” tiene el significado de “longitud de una
era” en vez de “eterna.” Sin embargo, aionios es la palabra griega más
fuerte para expresar la idea de eterno, sin fin. Además aionios es la misma
palabra utilizada para expresar la “eternidad” de Dios, del Espíritu Santo, y
de la vida del creyente.
Por el razonamiento del aniquilacionista, si el castigo de los inicuos sólo
dura una era, entonces la vida de Dios y el creyente sólo dura una era. En
Mateo 25:46, el castigo del impío y la vida del justo está expresado por la
misma palabra, aionios. Al principio de los mil años, la Bestia y el falso
profeta son lanzados al lago de fuego, al final de los mil años, Satanás es
lanzado al mismo lago de fuego: “donde estaban la Bestia y el falso profeta
y [ellos, pl.] serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Ap.
20:10). Han pasado la era del milenio en perdición y después de eso
comparten el destino de Satanás “por los siglos de los siglos”; obviamente,
su castigo dura más que “una era”.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L12 Destinos finales 136


2. Universalismo
Según los universalistas, el castigo traerá un cambio de corazón por parte
de los inicuos y finalmente ellos, incluyendo a Satanás mismo, serán salvos.
Después de un milenio en el abismo, cuando es soltado, Satanás
inmediatamente dirige una rebelión contra Dios y contra sus santos. Mil
años de encarcelamiento no cambian al engañador ni un poco. La Bestia y
el falso profeta no cambian después de un milenio en el lago de fuego (Ap.
19:20; 20:10).
El hombre rico en el Hades encuentra una gran sima fijada entre él y el seno
de Abraham, y él ruega por un mensajero del reino de los muertos para
advertir a sus hermanos de los peligros del infierno; pero se le dice que la
ley y los profetas son su única avenida de salvación, y que si sus hermanos
rechazan la palabra de Dios, ningún mensajero de los muertos podría evitar
su misma destrucción (Lc. 16:22–31).
No importa cuán temible sea la perspectiva de una perdición eterna,
podemos estar seguros que el juicio justo de Dios será vindicado. Esto se
asegura por la medida extrema de Dios en enviar a su Hijo a morir por
nosotros. La gracia y el amor de Dios son sin medida; si hubiera habido una
manera para que los hombres fueran salvos sin la tragedia de la cruz, Dios
no hubiera sujetado a su Hijo a ella. La cruz demuestra no solamente el
amor y la misericordia de Dios, sino también la pecaminosidad del pecado.
Los inicuos son consignados al infierno sólo después de un juicio en el que
son abiertos los libros y son pronunciadas sentencias justas. La severidad
de la perdición no será igual para todos. Los castigos de los inicuos variarán
en severidad, al igual que variarán en gloria las recompensas de los justos
(Lc. 12:47, 48; 1 Co. 3:12–15). La conciencia de cada hombre testificará a la
“rectitud” de los juicios finales de Dios.

II. EL DESTINO FINAL DE SATANÁS, LOS ÁNGELES CAÍDOS Y EL


ANTICRISTO
Ya que el destino final de Satanás, los ángeles inicuos y el Anticristo ha sido
tratado en la lección sobre los juicios, en el apartado sobre el juicio de los
ángeles caídos, y bajo el destino final de los inicuos, no será necesario tratar
más sobre sus destinos finales, más que para citar los pasajes de la escritura
donde se revela el tema: Mt. 25:41; Jud. 6; 2 P. 2:4; Ap. 19:20; 20:1, 2, 3,
10; Is. 14:14, 15; 24:21.

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L12 Destinos finales 137


III. EL ESTADO FUTURO DE LOS JUSTOS
Abraham estaba dispuesto a vivir en la Tierra Prometida como un extraño,
porque “esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y
constructor es Dios” (Hebreos 11:9–10), una ciudad que ya existe en los
cielos (Gálatas 4:26; Hebreos 11:16). Esta ciudad, el hogar definitivo de los
redimidos, y lugar de habitación de Dios, es la nueva Jerusalén que vio Juan
en una visión, y que descendía de los cielos a la nueva tierra. Ya nosotros
no estaremos más en la tierra, y Dios en el cielo, sino que el trono y
habitación de Dios estarán con su pueblo en la tierra (Apocalipsis 21:3, 22;
22:3).
La ciudad no tendrá templo, “porque el Señor Dios Todopoderoso y el
Cordero son su templo” (Apocalipsis 21:22). Es decir, que la presencia y la
gloria de Dios y de su Cristo llenarán la ciudad de tal manera, que los que
habiten en ella se verán siempre envueltos en una atmósfera de adoración
y alabanza.
Grabados en sus doce puertas, están los nombres de las doce tribus de
Israel. Sus cimientos llevan los nombres de los doce apóstoles. Se entiende
claramente que el verdadero pueblo de Dios de todas las edades,
procedente tanto de Israel como de la Iglesia, se unirá en Cristo en un solo
cuerpo de personas, como el cumplimiento definitivo de Gálatas 3:28
(véase Efesios 2:11–22).
La Nueva Jerusalén es única en el tiempo y en la eternidad, en la Tierra y en
el Cielo. Su gloria, su estructura, su simetría, y sobre todo, su Arquitecto y
Constructor (Heb. 11:10; Juan 14:2,3), sobrepasa a la capacidad de
expresión del lenguaje humano. Es una ciudad literal. El nombre
“Jerusalén”, es usado en la Biblia alrededor de 810 veces, y siempre se
refiere a una ciudad literal. Nunca es usado en forma simbólica. Si esta
ciudad celestial no existiera, entonces Dios estaría hablando de algo irreal
y ficticio. "Más sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso”. Ro. 3:4.
Aunque se describe a la nueva Jerusalén, no se describen los nuevos cielos
y la nueva tierra. Algunos consideran que son los cielos y la tierra actuales,
renovados por el fuego, y señalan pasajes que hablan de que la tierra
permanecerá para siempre (Eclesiastés 1:4). Sin embargo, es probable que
esto signifique que siempre habrá una tierra, aunque la actual sea
reemplazada por una tierra nueva.
Cuando se presente el gran trono blanco, la tierra y los cielos huirán de la
presencia de Dios, porque “ningún lugar” se encontrará para ellos

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L12 Destinos finales 138


(Apocalipsis 20:11). Esto sugiere que dejan de existir. El salmista hace un
contraste entre la existencia de ellos y la existencia eterna de Dios: “Ellos
perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se
envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; pero tú eres
el mismo” (Salmo 102:26–27; Hebreos 1:10–12). Mudarse de ropa significa
quitarse una ropa ya vieja y ponerse otra nueva.
Esto sugiere que se trata de algo totalmente nuevo, y no de una simple
renovación. De manera similar, Isaías vio que “todo el ejército de los cielos”
se disolvía (Isaías 34:4), que “los cielos eran deshechos como humo, y la
tierra se envejecería como ropa de vestir” (Isaías 51:6). También Jesús
reconoció que el cielo y la tierra actuales pasarán, Él dijo:
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Marcos
13:31
Igualmente lo hizo Pedro:
“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los
cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán
deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis
vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y
apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos,
encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados,
se fundirán!”. 2 Pedro 3:10–12
“Nuevo” (gr. kainós) suele significar totalmente nuevo, y tiene la
connotación de “maravilloso”, “inaudito”. Dios creará unos cielos nuevos y
una tierra nueva maravillosos, que estarán libres de toda mancha de
pecado y serán un gozo para siempre.
Esta vieja tierra fue designada para el estado probatorio del Hombre, pero
la nueva tierra estará preparada y designada para el estado perfecto y
eterno del Hombre.
Nuestra salvación nos hace entrar en una relación nueva que es mejor que
aquélla de la que disfrutaban Adán y Eva antes de la caída.
La descripción de la nueva Jerusalén demuestra que Dios tiene para
nosotros un lugar mejor que el huerto del Edén; allí tendremos todas las
bendiciones del Edén, pero intensificadas. Dios es increíblemente bueno:
siempre nos restaura a algo mejor que lo que hemos perdido. Ahora
disfrutamos de nuestra comunión con Él, pero el futuro nos depara una

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L12 Destinos finales 139


“comunión más intensa con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y con toda
la compañía de los santos”.
La vida en la nueva Jerusalén será emocionante. Nuestro Dios infinito nunca
agotará los nuevos gozos y las bendiciones a disposición de los redimidos;
además, puesto que las puertas de la ciudad permanecerán siempre
abiertas (Apocalipsis 21:25; véase Isaías 60:11), ¡quién sabe lo que
ofrecerán a nuestra exploración los nuevos cielos y la nueva tierra!
Yo Jesús he enviado mi ángel
para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.
Yo soy la raíz y el linaje de David,
la estrella resplandeciente de la mañana.
Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven.
Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga;
Y el que quiera tome el agua de vida gratuitamente.
El que da testimonio de estas cosas dice:
Ciertamente vengo en breve.
Amén; Sí, ven Señor Jesús.
Apocalipsis 22:16, 17, 20

DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES – L12 Destinos finales 140


“Derramar lágrimas sin
sembrar la semilla, nada
se logra. Estar llorando
sin estar andando, a
ninguna parte se llega”
Rev. Luis M. Ortiz

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