Consagracion Adultos

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ALVARO GARCÍA DE MOVELLÁN HERNAINZ

LA PERFECTA
CONSAGRACIÓN
A LA SANTÍSIMA
VIRGEN MARÍA
1.-UN CAMINO DE SANTIDAD

Nuestro Señor Jesucristo dijo a todos los que querían seguirlo: Vosotros sed
perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48). Dado que todos los
cristianos de todos los tiempos deseamos seguir a Jesús hemos de concluir que Cristo
nos invitó (también a nosotros) a ser perfectos en nuestra vida cristiana.
Muchos creyentes dicen: “Pero, ¿cómo voy yo a llevar una vida cristiana santa? Me
gustaría, pero es imposible para mí. No tengo tiempo para rezar mucho, ni para asistir
a reuniones de formación religiosa. Vivo en medio del mundo, tengo hijos, familia, casa,
trabajo, estudios… Mis muchas ocupaciones me lo impiden. No puedo dedicarme a las
cosas de Dios como lo hace un sacerdote, una religiosa, o una persona que tenga más
tiempo.”
Estas personas, al pensar así, hacen mentiroso a Jesús. Si Él nos pide ser perfectos
es porque para todos es posible serlo. En caso contrario jamás nos lo habría dicho, ya
que Dios nunca nos pide cosas imposibles.
“Pero, ¿cómo? -se preguntan muchos- ¿cómo vivir una vida cristiana perfecta si estoy
muy absorbido por el estudio, el matrimonio, la vida familiar, el cuidado y educación de
los hijos, el trabajo…?”. La respuesta es sencilla: debes buscar un camino en la vida
cristiana que te una profundamente a Dios y que sea compatible con todas tus
obligaciones, deberes y ocupaciones.
El Señor, en su infinita sabiduría, ha previsto múltiples caminos de santidad adaptados
a las circunstancias y deberes de cada persona.
Precisamente eso es lo que vas a encontrar en este cuaderno: una propuesta de
camino de santidad, brevemente explicado, pensado especialmente para todas las
personas que desean vivir muy unidas a Dios pero no saben cómo, pues se ven muy
limitadas por sus múltiples ocupaciones y deberes.
Este camino es sencillo y al mismo tiempo profundo, lleno de riquezas interiores que
poco a poco, conforme se va viviendo, se descubren más y mejor. Es fácil en su
desarrollo y exigente en sus consecuencias.
Es un camino seguro, que puedes seguir con total confianza y seguridad, sin miedo
a estar haciendo algo equivocado. Y esto por cinco poderosos motivos:
1.-Está totalmente de acuerdo con las enseñanzas del Evangelio.
2.-Está plenamente concorde con todo lo que enseña la Santa Iglesia Católica.
3.-Muchos santos, a lo largo de la historia, lo han seguido, vivido y practicado.
4.-Tengo el permiso de mis superiores para propagarlo y difundirlo.
5.-El mismísimo Cielo nos lo ha enseñado ya que este camino está basado basado
enteramente en el mensaje que la Santísima Virgen María quiso transmitirnos con sus
apariciones en Fátima.

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Siguiéndolo, pues, tienes la seguridad de estar haciendo la voluntad de Dios y de
agradar al Señor.
Seas quien seas no pongas más excusas diciendo que tu trabajo, tus estudios o tus
ocupaciones familiares te impiden vivir una vida cristiana santa. Aprende el camino que
se te va a proponer en estas páginas y vívelo. Alcanzarás día a día una profunda unión
con Dios como jamás antes habías soñado.
Este camino de santidad te propone consagrarte a la Santísima Virgen María para
vivir, a través de Ella, una vida cristiana santa 1.

2.-¿QUÉ SIGNIFICA CONSAGRARSE A LA VIRGEN


*Consagrarse a María es entregarse total y confiadamente en sus manos para que
Ella, de un modo muy especial, te considere como cosa suya, perteneciente a Ella.
*Consagrarse a María es dejarse cubrir por su manto maternal para vivir nuestra vida
entera a su lado y bajo su protección.
*Consagrarse a María es entregarle todo cuanto somos y tenemos, para que Ella,
Madre de bondad y amor, nos cuide, nos proteja y nos guíe a la perfecta unión con Dios.
*Consagrarse a María es ofrecerle nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestros bienes
exteriores e interiores (incluido el valor de nuestras buenas obras) para que Ella
disponga de todo según quiera y desee, con la confianza de que María hará lo más
conveniente para la gloria de Dios y para nosotros.
*Consagrarse a María es crear un vínculo, un lazo muy profundo con Ella, que nos
introduce en la intimidad de su Inmaculado Corazón. Este vínculo es tan especial que
establece una unión entre el alma y la Virgen no sólo en este mundo, sino también en
la eternidad, en la Gloria del Cielo. Las almas consagradas a María siempre
permanecerán, por toda la eternidad, en Ella unidas a Dios.
Alguno puede pensar: “Pero, ¿no es nuestro fin último Dios? ¿Para qué consagrarnos
a la Virgen?”. ¡Claro que nuestro fin último es Dios! Precisamente es esto lo que
pretendemos consagrándonos a María: unirnos más perfectamente a Dios. Le vamos
a pedir, puesto que somos muy débiles y pequeños, que Ella nos cuide y nos coja en
brazos para llevarnos de una manera más rápida y fácil a la unión con Dios.
Cuando alguien se consagra a la Virgen inmediatamente Ella comienza un proceso
con esa persona para guiarla a un mayor conocimiento y amor a Jesucristo. La Virgen
lo único que desea es vernos unidos a Dios y que cumplamos la voluntad divina. Esto
lo saben muy bien las personas que se han consagrado de corazón a la Virgen: la
consagración les ha acercado más que nunca a Dios.

1 Dado que este camino está basado en las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima sería muy importante que quién
quiera realizarlo conozca lo que sucedió allí. Puede servirle mi libro: El secreto de las apariciones de la Virgen en Fátima.

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3.-¿POR QUÉ CONSAGRARSE A LA VIRGEN?
Son tantas las razones que necesitaríamos un grueso libro para explicarlas todas
convenientemente. Las más importantes son las siguientes:
*Estando el camino de la vida cristiana tan lleno de dificultades, tentaciones e
ilusiones necesitamos una ayuda segura y poderosa si queremos caminar por él. ¿Qué
mejor ayuda que el amor de la Santísima Virgen María, cuya guía es plenamente segura,
bajo cuya protección no es posible el error? ¿Qué ayuda más poderosa que la de la
Inmaculada, tan temida por las fuerzas del mal?
*Hay caminos de vida cristiana muy complicados, llenos de normas, obligaciones
y largos períodos de formación. La consagración a la Virgen es un camino sencillo, fácil,
adaptado a todas las edades, formas de ser, niveles culturales.... ¿Hay algo más
hermoso que vivir la vida cristiana cogidos de la mano de nuestra Madre celestial que
tanto nos ama? ¿Quién mejor que una madre para guiarnos por la verdad y la gracia?
*Al consagrarnos a la Virgen seguimos una enseñanza revelada por Dios. La
Sagrada Escritura nos enseña este camino pues allí vemos que:
1.-Dios mismo, a la hora de hacerse hombre, lo hizo a través de María. Ella fue el canal,
el conducto, la vía por la que Dios vino a nosotros. En la Virgen quedó unida la divinidad
a la humanidad. En su seno purísimo fue concebido, gestado y formado durante nueve
meses el Dios-hombre, Jesucristo. En Ella tuvieron lugar los misterios divinos más
transcendentales de la historia. Así pues, si Jesús vino a nosotros a través de María,
¿por qué no tomar el mismo camino para ir nosotros hacia Él?
2.-Jesús se dejó instruir, formar y guiar durante su infancia y adolescencia por su Madre
María, ya que en su humanidad cumplió con total perfección el cuarto mandamiento que
manda obedecer y respetar a los padres. ¿Por qué no íbamos a imitarle, siendo como
es nuestro modelo perfecto, poniéndonos en manos de la Virgen para que Ella nos
instruya, forme y guie?
3.-Jesús, estando en la cruz a punto de morir, dejó a la Virgen bajo el cuidado del
apóstol San Juan, diciéndole: Ahí tienes a tu madre (Jn 19, 27). Sabemos que en ese
momento el apóstol representaba a todos los cristianos, que recibíamos así a la Madre
María. Dice el Evangelio Y desde aquella hora el discípulo la recibió como algo propio
(Jn 19, 27). La expresión original griega usada en el Evangelio (“eis ta idia”) quiere
significar algo más que una simple acogida en la propia casa. Indica una acogida en el
corazón, una acogida espiritual, una comunicación interior introduciendo a la Virgen en
su relación con Dios. Esto es el principio básico de la consagración a la Virgen. Así pues
los apóstoles, ejemplo de lo que es vivir una vida cristiana auténtica, vivieron la
consagración a la Virgen en sus elementos esenciales.
*Consagrarse a la Virgen ha sido una práctica que la Iglesia, de una manera u otra,
ha vivido desde sus comienzos hasta nuestros días. Los santos de todos los tiempos

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han vivido este camino alcanzando por su medio la profunda unión con Dios. Podríamos
citar a San Germán, San Ildefonso de Toledo, San Bernardo, los siete santos
fundadores, Santa Beatriz de Silva, Santa Teresa de Jesús, San Alfonso Mª de Ligorio,
San Juan Bosco, San Antonio Mª Claret, San Luis Mª Grignión de Montfort, San
Maximiliamo Mª Kolbe, Santa Jacinta Marto, San Pío de Pietrelcina, San Juan Pablo II...
*El Magisterio de la Iglesia, especialmente a través de los Sumos Pontífices, ha
alabado, recomendado y exhortado a todos los cristianos a que se consagren a la
Santísima Virgen María. El Papa San Juan Pablo II (consagrado personalmente bajo el
modelo de San Luis Mª Grignión de Montfort) y el Papa Benedicto XVI han impulsado
esta práctica de forma especial en estos últimos años.

4.-PROMESAS DE LA VIRGEN
A LOS QUE SE CONSAGRAN A ELLA
Primera: La salvación eterna del alma: Si al final de nuestra vida nos condenamos
en el Infierno de nada nos habrá servido nuestro paso por la tierra, hayamos hecho lo
que hayamos hecho, según la conocida frase de Jesús: ¿De qué le sirve al hombre ganar
el mundo entero si pierde su alma? (Mt 16, 26). La persona consagrada a la Virgen María,
si vive bien la consagración, tiene la seguridad de que se salvará y no irá al Infierno
eterno. Así lo prometió en Fátima. Nuestra buenísima Madre, teniéndole como cosa
suya, hará todo lo posible para salvar su alma por toda la eternidad. Y Ella todo lo puede.
¡Magnifica promesa y consoladora realidad!
Segunda: La liberación inmediata del Purgatorio: Las almas consagradas a
la Santísima Virgen María, si viven bien su consagración, irán directamente al Cielo
después de morir. Y si han de purificarse en el Purgatorio, pueden tener la certeza de
que serán liberadas rápidamente.
Tercera: El amor especial de la Virgen y de Dios: La Virgen, el 13 de Junio de
1917, dijo a Lucia refiriéndose a aquellos que vivieran según el mensaje de Fátima:
“Estas almas serán amadas por Dios, como flores puestas por Mí para adornar su trono”.
Quiere decir que la persona consagrada a la Virgen es amada de una forma especial y
única por Ella y por Dios. Entre cada alma consagrada y María se establece una relación
irrepetible. Ella agradece el gesto de confianza de los que han decidido entregarse en
sus virginales manos y los ama tiernamente como a posesión suya.
La Virgen ama con locura a sus consagrados: los mima y los llena de cariño y de
ternura. La persona que se consagra a María empezará a sentir la presencia misteriosa
pero real de la Virgen en su vid a. Empezará a sentir su amor de Madre, su protección
y su bondad, de una manera nueva, hasta ahora desconocida. Sentirá el amor de Dios
de forma especial, lo que le llevará a vivir la vida cristiana con más alegría, con más
libertad, obrando en todo por amor y desde el amor. Todo se convertirá en un encuentro
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en un encuentro con el Señor.
Cuarta: La guía y la protección especial de la Virgen: En la aparición del 13 de
Junio de 1917 la Virgen dijo a Lucia: “No te desanimes. Yo nunca te dejaré. Mi
Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios”. Esta
promesa está dirigida a todos los que se consagran a la Virgen. Ella los guía de una
manera especial protegiéndoles de todas las dificultades que podemos encontrar en
nuestro camino hacia Dios.
Quinta: La purificación de nuestras vidas: La Virgen transformó, lentamente,
a los tres pastorcillos de Fátima. Les fue quitando sus defectos, sus pecados, sus errores
y debilidades. Los fue purificando espiritualmente para que resplandeciera en ellos una
vida de santidad. También María va purificando a los que se consagran a Ella.
La Virgen, respetando el ritmo de cada persona, va purificando a sus consagrados
de todo aquello que tienen y no es agradable a Dios. Ella, con dulzura pero con firmeza,
va cortando, destruyendo y aniquilando aquello que no está en orden con Dios, según
lo que nos pide la Palabra de Dios: Destruid lo que hay de terreno en vosotros (Col 3,
5). Si el alma colabora y se deja purificar pronto resplandecerá hermosa a los ojos del
Señor y se convertirá en una imagen preciosa de Jesucristo. María purifica y pone orden
interior y paz en la vida de sus consagrados.
Sexta: El embellecimiento de nuestras buenas obras y la glorificación
continua de Dios: Desde el momento en el que se hace la consagración nuestras
buenas obras pertenecen a la Virgen. ¿Y qué hace Ella? Las perfecciona y las embellece
para que sean más hermosas ante Dios y más meritorias para nosotros. Ella no se queda
nada de lo que le damos. Todo lo contrario: lo perfecciona quitándole a nuestras obras
el amor propio y la imperfección que nosotros solemos poner. Ella, además, embellece
nuestras buenas obras con sus propios méritos (¡méritos de la Inmaculada Madre de
Dios!) y las presenta por sus propias manos a Jesucristo.
De este modo nuestras buenas obras, y nuestra vida entera, se convierten en un
sacrificio muy agradable a Dios. Todo lo que un consagrado hace, sea lo que sea (menos
el pecado), está ofrecido y consagrado a María, y por Ella a Dios. Así, aunque no sea
consciente, una persona consagrada a María está continuamente glorificando a Dios en
todo lo que hace, aún en lo más pequeño e insignificante. Cumple de esta manera lo que
la Sagrada Escritura pide a los cristianos: Ya comáis, ya bebáis o hagáis cualquier otra
cosa, hacedlo todo para gloria de Dios (1 Cor 10, 31).
Séptima: Grandes bienes al prójimo: Las personas consagradas alcanzan
muchas ayudas de la Virgen para sus seres más queridos (hijos, maridos, esposas,
padres, amigos…). María, que ama de forma especial a sus consagrados (y cada día
más si responden bien) también procura su ayuda y su gracia para aquellas personas
que son amadas por los que se han ligado a Ella.
Y todavía más: dado que un consagrado ha ofrecido todo a María puede que Ella

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aplique algunas de sus buenas obras para la conversión de los pecadores o la liberación
de algún alma del Purgatorio. De tal forma que en el Cielo los consagrados a la Virgen
verán, con gran sorpresa y gozo de sus almas, todo el bien que María ha podido
obrar a través de ellos. Y todo ese bien revertirá en mayores méritos para la Gloria
celestial del consagrado.
Todas estas promesas se cumplirán en mayor o menor grado dependiendo de la
intensidad con la que cada uno viva su consagración. El alma que se la tome en serio
y la viva con profundidad alcanzará cada vez más y mejores ventajas de manos de la
Virgen. El alma que viva su consagración con tibieza y frialdad alcanzará menos.
Depende de nuestra libertad y nuestra capacidad de entrega y sacrificio vivirla con
mayor o menor profundidad. ¡Feliz el alma que vive al máximo su consagración a María
pues recibirá de modo pleno lo que acabamos de ver y aún mucho más! 2

5.-¿CÓMO CONSAGRARSE?
La consagración a la Santísima Virgen María supone un acto mediante el cual una
persona se entrega totalmente a la protección, guía y amparo de la Virgen para que Ella
la conduzca a la unión con Dios, a la santidad y al Cielo.
Si después de pensarlo bien deseas consagrarte a la Santísima Virgen María
según sus enseñanzas de Fátima y ser depositario de las magníficas promesas que
acabamos de ver has de seguir los siguientes pasos:

1. Elige un día especial para hacer la consagración. Puede ser cualquier día del
año, a cualquier hora, aunque existen unos días especialmente aconsejables por su
relación con la Virgen. Al final del cuaderno ponemos algunos de ellos.
2. El mismo día de la consagración sería deseable, antes de hacerla, confesarse
y comulgar. Si es muy difícil hacerlo el mismo día puede hacerse el día de antes, o dos,
o tres días antes. Más de una semana no es aconsejable.
3. Llegado el momento debes rezar el acto de consagración personalmente, con
todo el corazón y toda la atención posible, de rodillas, pensando que la Virgen,
acompañada por Dios, está delante tuya recibiéndolo. No es necesario hacerlo en una
Iglesia aunque sería muy oportuno.
4. Debes guardar el acto de consagración. Sería muy bonito tenerlo a la vista,
enmarcado, en algún lugar donde con frecuencia lo puedes ver. Es aconsejable cada
año, en el aniversario, renovar la consagración de forma especial. Se puede ir
renovando varias veces al año. Incluso en cualquier momento y circunstancia podemos
hacerlo con esta breve oración que los santos solían rezar en latín: “Totus tuus ego sum
2 Para profundizar más en las ventajas que supone estar consagrado a la Santísima Virgen María no existe mejor libro que el
escrito por San Luis Mª Grignión de Montfort: Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María.

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et omnia mea tua sunt”. La traducción sería: “Soy todo vuestro y todo lo mío os
pertenece”.
5.- Desde el momento que te consagras debes empezar a vivir las cinco prácticas
de la consagración. Para evitar que la consagración sea algo vacío que se quede en
meras palabras existen cinco prácticas que ayudan a vivirla. Estas prácticas están
basadas en peticiones expresas de la Virgen en Fátima. Estas prácticas son como la vida
interior de la consagración, las que le dan sentido, fuerza y vitalidad.
Las cinco prácticas son:

1. Ofrecer el día al Señor por manos de la Virgen


2. Vivir con devoción la Santa Misa todos los domingos
3. Confesarse una vez al mes
4. Rezar el Rosario todos los días
5. Vivir la pureza según el propio estado

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6.-EXPLICACIÓN DE LAS PRÁCTICAS
Las cinco prácticas suponen todo un programa de vida cristiana. He aquí una
breve explicación de cada una de ellas:

1.- Ofrecer el día al Señor por manos de la Virgen: Cada mañana, al levantarte,
debes ofrecer el día entero al Señor por medio de la Virgen. Para eso basta con hacer,
de todo corazón, esta oración (o alguna parecida): “Dios mío: todos mis actos, palabras,
pensamientos y deseos de este día te los ofrezco, por amor a Ti y para tu gloria.
Guárdame del pecado y hazme vivir según tu voluntad. Te los ofrezco por manos de la
Virgen. ¡Madre mía, soy tuyo, guíame y protégeme!”
El sentido profundo de esta práctica es ofrecer todo lo que hacemos por amor a Dios,
para glorificarle con toda nuestra vida y para pedirle que se cumpla en nosotros Su
voluntad y sus planes para salvar la humanidad.
Ofrecer todos nuestros actos cada mañana nos ayuda en la lucha contra el mal pues
cuando la tentación se presente en nuestra vida podremos recordar: “¿Cómo voy a
ofender a Dios de esta manera cuando ya le he ofrecido hoy todos mis actos y
pensamientos?”.
Esta práctica nos invita a que cada día sepamos encontrar pequeños sacrificios
que ofrecer al Señor por manos de la Virgen para desagraviar las ofensas que se hacen
al Señor, al Inmaculado Corazón de María y pedir asimismo por la conversión de los
pecadores.

2.- Vivir con devoción la Santa Misa todos los domingos: Todos los domingos
(o sábados por la tarde), salvo gravísima imposibilidad, hay que acudir a la Santa Misa
y vivirla con la máxima devoción posible, glorificando a Dios en ella y comulgando con
mucho amor hacia Jesús.

3.- Confesarse una vez al mes: Cada mes hay que confesarse, con humildad,
sinceridad y arrepentimiento. Esto nos va haciendo crecer en nuestra unión con Dios.
Limpia nuestra alma y la fortalece.

4.- Rezar el Rosario todos los días: Sin excusas, rezándolo con el corazón (es
decir: una oración que salga desde nuestro interior, con recogimiento, atención y
devoción).

5.- Vivir la pureza (sexualidad) según el propio estado: Como virtud muy querida
por la Virgen María, que se distinguió especialmente en ella.
*Los jóvenes y los que aún no se han casado deben evitar las relaciones sexuales
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hasta que Dios los una mediante el sagrado vínculo del matrimonio *Los esposos deben
vivir la castidad matrimonial, respetando las dos dimensiones que Dios ha dado a la
sexualidad: la dimensión unitiva (teniendo relaciones por amor, para unirse más) y la
dimensión procreativa (abriendo sus relaciones al don de la vida). Si por motivos serios
y graves un matrimonio cree que no debe tener más hijos pueden usar los métodos
naturales para regular la natalidad. El resto de métodos anticonceptivos son un pecado
grave y no deben usarse 3.
*En todo momento deben evitarse los pensamientos impuros consentidos y los
actos impuros que hace uno consigo mismo 4.
Como habrás comprobado esta consagración se adapta a tus obligaciones y
ocupaciones, pues no te exige asistir a ningún tipo de reunión en perjuicio de las mismas.
Es más: la consagración se vive sobre todo y ante todo en el fiel cumplimiento de las
propias obligaciones (familiares, laborales, etc..) ya que todas ellas están ofrecidas a
Dios por medio de la Virgen. Tus ocupaciones no te apartan del Señor. Todo lo contrario:
se convierten en el lugar donde te encuentras con Él, le sirves y le amas. Se convierten
en oración.
Esta consagración debe vivirse en plena comunión con la Iglesia Católica y muy
especialmente con el Papa. La Virgen, en Fátima, nos enseñó a estar muy unidos al
Papa y en plena obediencia a sus enseñanzas en temas de fe y de moral. No puede
vivirse esta consagración fuera de la Iglesia Católica ni en oposición a las enseñanzas
del Santo Padre. El amor, veneración, respeto y obediencia al Papa es una
característica propia de todos los verdaderos hijos de María. Debemos defenderlo
cuando se le ataque. También en nuestras oraciones debemos rezar por él (siquiera un
Avemaría al día) para que Dios le ilumine y le ayude en la enorme tarea que le ha
encomendado. Las críticas a la Iglesia, al Papa, a los sacerdotes… están muy lejos del
espíritu de la consagración a la Virgen.
Esta consagración debe vivirse con mucha alegría: la alegría del que se sabe en
manos de nuestra buenísima Madre del Cielo. Los consagrados deben procurar ser
personas alegres, positivas, amables, llenas de esperanza. La tristeza, el desánimo, los
malos modos, son enemigos de la consagración.
Esta consagración debe vivirse desde el amor. Sirve para amar más y mejor a
Dios, a la Virgen y al prójimo. Debe hacerse por amor y debe llevarnos al amor. No se
vive bien la consagración si no nos comprometemos a amar al Señor tiernamente y a los
demás con un amor verdadero y eficaz.

Para realizar esta consagración es necesario tener dieciséis años.

3 Para comprender y entender la manera de vivir correctamente según el plan de Dios la sexualidad dentro del matrimonio puede
leerse mi libro: Casarse en el Señor.
4 Para comprender la sexualidad según el plan de Dios puede leerse mi libro: Glorificad a Dios con vuestro cuerpo, donde se explica
extensamente este tema.

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7.- RESPUESTAS A DUDAS FRECUENTES
¿No será una carga muy pesada para mi esta consagración y sus prácticas?:
Claro que no. ¡Confía en la Virgen! ¡Ella es la que nos ha enseñado este camino! ¿Iba
Ella a enseñarnos algo que se convirtiera en una carga para nosotros? Hazla. Verás que,
aunque algunas cosas puedan costarte esfuerzo, poco a poco la Virgen te ayudará,
ensanchándote el corazón y el espíritu. En estas cosas solo cuesta decidirse y dar el
primer paso. Después, con la ayuda de la Virgen, verás que puedes. No te acobardes
que no te faltara su amparo.

Pero yo tengo muchos pecados, he estado metido en muchos vicios; ¿soy


digno de hacer esta consagración?: Claro que sí. ¿No recuerdas que Jesús vino a
salvar a los pecadores? No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores (Mt 9,
13). Le darás una gran alegría al Señor si, arrepentido de tu vida pasada, deseas
enmendarte consagrándote a la Virgen de esta manera.

Pero yo no llevo una vida cristiana muy perfecta, ¿debo hacer esta
consagración?: Sí. Esta duda me la encuentro con frecuencia. Personas que leen este
librito y dicen: “No puedo hacerlo. Mi vida cristiana está muy baja. Esto está hecho para
personas más perfectas en la fe. Yo no hago ninguna de esas prácticas. ¿Cómo voy a
hacerlas a partir de ahora?”. Esta manera de razonar es errónea. La Virgen nos acoge
a todos, especialmente a los más torpes y necesitados. La consagración es una
poderosa ayuda para vivir más plenamente la fe. El que la hace recibe una poderosa
ayuda de la Virgen para mejorar y progresar a grandes pasos en su vida cristiana. No
debes echarte atrás porque hasta ahora no has vivido estas prácticas. Conságrate y
empieza a vivirlas. Recuerda que lo importante de este camino es que vas a entregarte
a la Virgen. Ella, por lo tanto, será tu sostén y te ayudará a vivirlo. No tengas miedo.
Abandónate y confía.

¿Puedo pertenecer a otros grupos, movimientos o carismas de la Iglesia


antes o después de hacer la consagración?: Sí, porque esta consagración puede ser
vivida por cualquier persona dentro de la Iglesia. Sus prácticas no se oponen a ningún
movimiento ni carisma que esté aprobado por la Iglesia Católica.

¿Debo ir a Misa los días de diario?: No es necesario, aunque sería muy


aconsejable.

Una vez al mes hay que confesarse. Pero, ¿y si cometo un pecado mortal y
me quedan todavía tres semanas para esa confesión? ¿Debo esperar?: No, has de
confesarte sin esperar. La confesión es mensual siempre y cuando no la necesites
antes.
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¿El Rosario diario debe ser entero (los veinte misterios) o una parte (cinco
misterios)?: Una parte del Rosario (cinco misterios).

¿Tienen que ser los misterios que correspondan a ese día de la semana (ej:
los martes y viernes los misterios dolorosos?): Es lo normal y lo conveniente. Pero
no es estrictamente necesario. Por otros motivos pueden rezarse los misterios que no
correspondan a los del día.

No tengo tiempo para rezar el Rosario…: Sí que lo tienes. La experiencia


enseña que por muchas que sean las ocupaciones siempre se puede sacar un rato para
el Rosario de todos los días. Además, en casos urgentes, el Rosario puede rezarse por
la calle, mientras va uno al trabajo, en coche, en autobús….

Mi marido, mi esposa, no es creyente, o tiene una fe muy apagada, y no


comprende esta consagración ni el que yo la viva. ¿Qué puedo hacer?: Las
prácticas no tiene por qué interferir en la vida matrimonial. Pueden y deben vivirse sin
molestar por ello al cónyuge. Debemos ser fieles a la consagración viviéndola de tal
forma que no hagamos molesta nuestra devoción a los demás.

Me gustaría que mi pareja viviera lo mismo que yo: Si rezas por tu pareja y
vives con fidelidad tu consagración es muy posible que Dios te acabe concediendo el don
de su conversión. Mientras tanto debes mostrarte con más amor y cariño que nunca
hacia él o hacia ella, para que vea que esta manera de vivir no se opone (antes bien
fomenta) el amor que debe haber entre dos esposos.

Pero a mi pareja le cuesta vivir la pureza en el matrimonio, el uso de métodos


naturales: Con oración, paciencia y diálogo esta dificultad suele desaparecer. Hay que
hacer dos cosas: por una parte mostrar con mucho amor y cariño que deseas vivir la
sexualidad de esa forma no porque la rechaces o no la quieras, sino por fidelidad a Dios.
Que estás deseando amarle y unirte a él (o a ella) siempre y cuando no se ofenda a Dios
con esa unión. Todo esto con mucho afecto y comprensión, haciéndole ver que esta
manera de vivir la relación sexual es más enriquecedora para los dos. Por otra parte hay
que mostrar mucha decisión en este tema, demostrando que no estás dispuesto
(dispuesta) a ir lo más mínimo en contra de la Ley de Dios, de tal forma que no quieres
tener relaciones si éstas van a ofender al Señor. Esta mezcla de amor y firmeza, de
cariño y seguridad, suele hacer que el cónyuge acabe aceptando (antes de lo que se
piensa) el uso de métodos naturales. Incluso no pocas veces éste ha sido el camino de
un proceso que ha llevado a la conversión a la fe.

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¿Hay que pagar algún dinero por hacer esta consagración?: No, nunca hay
que pagar nada a nadie. Todo el material para hacer la consagración y para vivirla se
envía de forma gratuita siempre.

No me veo capaz de cumplir con todas las prácticas. Mejor no lo hago no sea
que después falle y sea peor: No hay que ser cobarde. Ya saben Dios y la Virgen que
somos débiles, que somos de barro. Ya saben que podemos caer. Pero eso no nos debe
echar para atrás a la hora de decidirnos a consagrarnos. ¿No es la consagración un
abandonarse en manos de María para que Ella nos lleve a Dios? No temas tu debilidad
porque tu buena madre la conoce y la comprende. Ten confianza y seguridad. Haz tu
consagración y vívela lo mejor que puedas. Y la Virgen te ayudará en lo que no puedas.
Y te dará fuerzas. Y si alguna vez caes te levantará pronto, para que reanudes el camino,
aprendas de los errores, y seas cada día un poco mejor.
Recuerda que esta consagración no es para los santos, sino para los que quieren
llegar a serlo. El centro de todo es el amor a Dios. Si te abandonas al amor, ¿qué debes
temer? El amor hará que seas capaz de todo. La Virgen premiará tu entrega
ensanchándote el corazón y dándote unas fuerzas que por ti mismo no tenías. No te
asustes, pues, por las prácticas. No temas tu flaqueza. Cuanto más débil y necesitado
estés con más cariño notarás que la Virgen se vuelca en ti y te consigue su poderosa
ayuda. Dios y la Virgen serán siempre tu amparo y tu seguridad.

¿Las personas consagradas a la Virgen según este método tienen algún tipo
de formación?: Cada persona consagrada tiene la libertad de escoger aquellos medios
formativos que la Iglesia ofrece para alimentar nuestra vida cristiana, bien sea con libros,
participando en catequesis, retiros, etc... siempre y cuando sean conformes a la
enseñanza de la fe y de la Iglesia. No obstante se invita a todos los que se consagran
a la Virgen según este método a usar como formación los libros escritos con este objetivo
y los vídeos preparados a este fin (Información de estas cosas en
www.consagracionalavirgen.com)
Especialmente hay dos libros que son los más recomendados:
*Firmes en la fe (libro de enseñanza doctrinal)
*Camino, verdad y vida (libro de enseñanza espiritual)

TODO PARA LA GLORIA DE DIOS Y LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS

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Días muy aconsejables para realizar la consagración:

1 de Enero (Santa María Madre de Dios)


2 de Febrero (La Presentación del Señor y Purificación de María)
11 de Febrero (Nuestra Señora de Lourdes)
25 de Marzo (La Anunciación)
13 de Mayo (La Virgen de Fátima)
24 de Mayo (María Auxiliadora)
31 de Mayo (Visitación de la Virgen a Santa Isabel)
16 de Julio (Nuestra Señora del Carmen)
2 de Agosto (Nuestra Señora de los Ángeles)
5 de Agosto (La Virgen de las Nieves)
15 de Agosto (La Asunción en cuerpo y alma de María al Cielo)
22 de Agosto (Santa María Reina)
8 de Septiembre (El nacimiento de la Virgen)
15 de Septiembre (La Virgen de los Dolores)
24 de Septiembre (La Virgen de la Merced)
7 de Octubre (Nuestra Señora del Rosario)
12 de Octubre (La Virgen del Pilar)
21 de Noviembre (La Presentación de María)
27 de Noviembre (La Virgen Milagrosa)
8 de Diciembre (La Inmaculada Concepción)
12 de Diciembre (La Virgen de Guadalupe de México)

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“Mi Inmaculado Corazón será tu refugio
y el camino que te conducirá hasta Dios”

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