Cultura Tepehua

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UNIVERSIDAD POPULAR

AUTONOMA DE VERACRUZ
´´LICENCIATURA EN TURISMO´´

DIVERCIDAD CULTURA DEL


ESTADO CULTURA TEPEHUA

Wendi Alejandra Gonzalez Hernández


PRIMER CUATRIMESTRE
02 / NOVIEMBRE / 2023
Los tepehuas son una comunidad indígena con profundas raíces culturales que
abarcan aspectos sociales, religiosos, lingüísticos y artísticos. Su historia se remonta
a siglos atrás.

Como otros pueblos indígenas de México, sobre los tepehuas se registran


desplazamientos en distintos periodos históricos principalmente en la época
prehispánica, la época colonial y el movimiento revolucionario, e incluso más
recientes que dieron lugar a los asentamientos actualmente conocidos. Los motivos fueron las
disposiciones de congregación de los colonizadores, la huida de la rigidez de este tipo de disposiciones,
la violencia ocasionada por el movimiento revolucionario, la disminución de recursos para la
subsistencia, entre otros.

Este muy probable desplazamiento de los hablantes de tepehua de noroeste a sureste coincide con la
memoria de los propios tepehuas de Hidalgo y Puebla, muchos de los cuales reconocen que sus
abuelos, sus padres o ellos mismos en el caso de los más viejos, llegaron a vivir a comunidades
totonacas ya existentes o formaron nuevas comunidades al sureste del lugar de donde partieron,
motivados, en su mayoría, por la escasez de recursos y, para el caso de los migrantes de principios del
siglo pasado, como respuesta a la violencia resultante del movimiento revolucionario de la segunda
década del mismo siglo.

Esta redefinición de las fronteras territoriales tepehuas responde, pues, por un lado, al abandono de la
lengua materna en favor de otras más utilizadas y, por otro, a movimientos migratorios a través de los
cuales los tepehuas, todavía hasta mediados del siglo XX, ocuparon espacios habitados o no.

Hacia 1603, en Huayacocotla (actualmente en el estado de Veracruz), el juez demarcador dispuso que
en el sur de su provincia la población nahua, otomí y tepehua fuera congregada en San Agustín
Tlachichilco, mientras que en el norte de la misma los nahuas serían congregados en Zontecomatlán,
los otomíes en Texcatepec y los tepehuas en Pataloyan. Las disposiciones oficiales tuvieron un impacto
innegable en la redistribución de los tepehuas, otomíes, nahuas y totonacos de la región; sin embargo,
estas disposiciones no fueran obedecidas ciegamente, ya que muchos pobladores originarios crearon
sus propias estrategias de sobrevivencia, algunas veces haciendo caso omiso de las órdenes de
abandonar el lugar donde vivían y trasladarse al sitio definido por los administradores coloniales, otras
huyendo hacia zonas vecinas en donde las políticas de congregación fueran menos rígidas —o fueran
de más difícil implementación— o tuvieran la ayuda de las autoridades indígenas.
GASTRONOMÍA
El maíz es el más apreciado de los alimentos tepehuas. La importancia de este
cereal se observa en la mitología, en la que el Maíz constituye el héroe cultural
inventor del rito de Costumbre, a la vez que espíritu de la principal de las
semillas que fructifican en las milpas indígenas. Por su importancia en la
producción campesina, marca los tiempos del
ciclo agrícola y ritual, y es objeto privilegiado
de atención en uno de los principales ritos
comunitarios anuales: el Costumbre de Elotes,
alrededor del 16 de septiembre. Los tepehuas
son particularmente sensibles al sabor del
maíz según si está tierno y dulce o seco, y del
seco, sobre el maíz de la cosecha pasada, prefieren la exquisitez del maíz
nuevo. Consideran usos distintos para cada uno de los tipos de maíz que
cultivan (blanco, amarillo, rojo, negro, delgado, diente de caballo, olotillo);
utilizan el olote como combustible y como tapa de botella, las hojas
(totomoxtle) para alimentar a las bestias y “amarrar” tamales, es decir,
envolverlos en la hoja que envolvía la mazorca. Además del lugar que ocupan
en la mitología y el rito los animales del monte que depredan el maíz en la
milpa, hay distintas formas en que los tepehuas y sus animales domésticos
consumen el grano seco o asado, como masa nixtamalizada pero cruda,
cocido y bien molido, sólo martajado o, líquido, ligeramente fermentado o
endulzado, para preparar diversos tipos de atoles, tortillas y tamales rellenos
de varios guisos, envueltos en hojas de maíz o de papatla.

Sólo después del maíz en sus muchas formas de preparación, el pascal es el


plato que los tepehuas de San Pedro Tziltzacuapan más aprecian. Los
tepehuas califican con severidad la consistencia de las “bolitas” hechas con
masa de semilla de calabaza pipián, que da su exquisito sabor a esa especie
de grasoso caldo de pollo. A falta de pipián, el ajonjolí puede sustituir el
ingrediente preferido. El pascal es la comida prescrita para alimentar a los
“angelitos” (solteros sin descendencia) en Todos Santos, del 31 de octubre al
1 de noviembre, y a los apenas fallecidos en su
Baño de Difunto, cuatro días después del deceso. En
ambas ocasiones, el pascal se ofrece sin chile a los
muertos, pero los tepehuas gustan comerlo con chile
que pinta de rojo un caldo antes verde. En días de
muertos, el pascal se distingue del pollo en mole picante
como comida
principal para los “grandes” (casados con
descendencia) celebrados del 1 al 2 de noviembre y
agasajados en el altar de Todos Santos y Fieles
descendencia) celebrados del 1 al 2 de noviembre y
agasajados en el altar de Todos Santos y Fieles
Difuntos. En el rito mortuorio, el pascal para el
muerto se distingue también del pollo en mole, pero
sobre todo, del pollo entero cocido que se ofrenda a
las divinidades y a los vivos.
VESTIMENTA
Los hombres visten camisa y calzón de manta.

Sobre los tobillos se anudan cintas de la misma manta.

Usan huaraches huastecos y sobre el hombre, tercian morral de ixtle, que sirve para guardar objetos
personales.

Emplean igualmente un pequeño sarape conocido también como cotón.

La mujer porta camisa bordada con hilos de colores.

Su falda se denomina liado, que es bordado con vistosas figuras en toda la orilla sostenida con una
faja negra de telar de cintura.

Llevan también un atuendo en la cabeza, llamado quixquémetl rojo o una toalla.

Emplean del mismo modo, huaraches de plástico y se les puede observar caminando por la
superficie, a pies descalzo, sorteando las piedras.

Por su parte, Roberto Cristóbal, docente de la cabecera municipal de Huehuetla, comentó que
actualmente los atuendos tepehuas se pueden apreciar principalmente en las personas de la tercera
edad, ya que las nuevas generaciones se resisten a su uso.

COSTUMBRES Y TRADICIONES

Hay muchas tradiciones, pero las principales son: el año agrícola, que consiste de ver
las fechas en cual la producción de maíz fue mayor y se la celebran haciendo una
ofrenda de maíz para el dios del maíz. Su celebración consiste en una danza en cual se
tiene que cubrir su cuerpo de hojas de maíz. Haciendo su danza con música tradicional
de sus instrumentos. La celebración de día de los muertos, en la cual se disfrazan de la
muerte y conmemoramos a los difuntos, la celebran en el panteón ya que ahí se
encuentran a los que están celebrando.

Como ocurre en toda la Huasteca y parte del Totonacapan, el ciclo ritual tepehua está
definido por la celebración del Carnaval y Santoro (Todos Santos y Fieles Difuntos),
fiestas que constituyen ocasión para visitar los muertos a los vivos. Estas fiestas
distinguen las dos comunidades de muertos que se relacionan con la comunidad de los
seres humanos: en Carnaval llegan los diablos acompañados de los muertos “en
desgracia” (asesinados, accidentados); en Santoro llegan el Cristo Sol recién nacido y
los ancestros tepehuas que inventaron la danza que le vio nacer, acompañados de los
muertos “en gracia” (angelitos y grandes, muertos por enfermedad).
MITO Y LEYENDAS TEPEHUANAS
Cuenta la leyenda que un día el lucero apostó con el diablo sobre quién derrumbaría el
“Cerro de la Leona”, el lucero con sus flechas o el diablo con su rifle; este último apostó
que si perdía se iría al infierno para nunca más regresar, mientras que el lucero apostó
a que partiría el cerro en tres pedazos con su flecha. En su intento, el disparo del diablo
falló, mientras que el lucero convirtió en tres pedazos el cerro, uno quedo en San Luis
Lozada, otro para tequila “Cerro de Tequila” y el “Cerro de la Quemada”. Así, el
diablo se fue tristemente derrotado y el lucero le advirtió que si sus hijos seguían
haciendo de las suyas, les lanzaría una flecha.

mito de los tepehuas


Cuentan los abuelos tepehuas de los estados de Hidalgo y Puebla, que cada elemento de la
naturaleza, incluido el hombre, está representado por un ser sobrenatural que, según su humor y
circunstancia, puede beneficiar o dañar a las personas. Para que estos seres se mantengan contentos y
satisfechos se les deben brindar ofrendas y realizar rituales en su honor. Así pues, todos los
elementos de la naturaleza tienen un dueño: la
tierra, las plantas, el agua, el aire, a los cuales se
les representa en papel amate recortado, mismo
que se emplea en muchos otros rituales, por
ejemplo en los de la brujería, la fertilidad y con
fines terapéuticos.

Los dueños habitan en los tres planos verticales


del cosmos: el celeste, el terrenal y el infra
terrenal. Una de las deidades más poderosas y
fundamental en la cosmovisión de los tepehuas
es el dios Wilcháan, el Sol, dueño de todo lo
que existe y de los hombres, quien representa a
Cristo. San José y la Virgen María, llamada
Hachiuxtinin, cuidan a Wilcháan. La Luna, Maljuyú, tiene la misma importancia que el Sol del cual
es su opuesto. Simboliza el nacimiento y la muerte, dueña y protectora de las mujeres, a quien rige en
su regla. La Luna decide sobre el crecimiento de las flores, las enfermedades y la muerte. Se cree que
es la imagen del Diablo.

El arcoíris se encuentra estrechamente relacionado con la brujería, en él los brujos acuden para
reposar y descansar sus atribuladas mentes. Nadie en su sano juicio debe señalar al arcoíris con un
dedo, pues inmediatamente se les pudriría, o alguien puede morir asesinado. El hermoso arcoíris es
el dueño de los manantiales y de los pozos, muchos creen que es una advocación de la Sirena.

mitos de lso tepehuasA los Truenos, Papanin, los tepehuas se los representan como hombres viejos,
vestidos con mangas de hule y bastones, al servicio de Jesucristo. Cuando colocan los bastones en la
punta de sus pies, se producen los truenos y los relámpagos. Los Truenos habitan las nubes, desde
ahí producen el granizo, buscan trozos de hielo que trituran y arrojan a la Tierra. Las Estrellas, las
Staku, protegen a los hombres de las piedras, pues cuando se mueven es señal de que se convertirán
en tigres y atacaran a las personas; es por ello que las Staku siempre están destruyendo a las piedras.
El dueño del agua, Xalapának, es hijo de Sireno y Sirena. Xalapanák-Laka’un, el dueño de la Tierra,
tiene sus servidores, sus peones, son los muertos que viven en el Laknin, el famoso Lugar de los
Muertos donde reina Akmosnó, a quien se le rinde homenaje durante el Carnaval y se le ponen
ofrendas porque hay que tenerlo contento. El lugar al que van los difuntos está determinado por la
manera de morir y no por su conducta. Aquellos que murieron asesinados o a causa de un accidente,
van al mencionado Laknin; los esposos casados por la iglesia acuden al Cielo, a Laktian, regido por
Dios el encargado de darles alimento a las almas de los muertos; las mujeres muertas en trabajo de
parto se van al Cielo a servir a los viejos de los truenos; las personas que mueren ahogadas se
mantienen en las corrientes de los ríos y jalan a los incautos que pasan cerca; los brujos se van al
Inframundo y los curanderos premiados por sus buenas acciones llegan al Cielo; los niños que no
alcanzaron a ser bautizados se transforman en víboras, pero los muy pequeños son acogidos en el
seno de la Virgen María. Las almas que acceden tanto al Cielo como al Inframundo siguen viviendo
tal y como lo hacían en la Tierra; es decir, ejercen las misma, funciones que en vida.

La Tierra, mujer muy fecunda, está formada, en su mayor parte por agua. En su parte interna existen
túneles en donde vive el Viento, casi nunca aparece por la Tierra, pero cuando llega a hacerlo los
remolinos que, forma se llevan sin piedad a las personas. En la Tierra residen los muertos quienes
tienen la capacidad de volverse malos aires para ocasionar las enfermedades de los pobres mortales, a
más de producir muy malas cosechas. A la Tierra es necesario purificarla constantemente, pues los
seres humanos la contaminan cuando la pisan y cuando hacen sus necesidades físicas sobre ella. La
purificación consiste en dedicarle ofrendas. Los cerros, la milpa y el cementerio son lugares sagrados
de la Tierra, se les debe rendir homenaje y ofrendas. Por eso, a la milpa se le brindan muchos ritos y
ceremonias. En el cementerio, el lugar de los ancestros, habitan los malos espíritus que toman las
formas de aires y dañan sin piedad.

La Sirena es una bella mujer asociada con el agua, es la dueña de ella, de los peces, las lagunas y los
manantiales. Le gusta atraer a los hombres para matarlos. Sirena Malinche es su hijo. A los dos,
madre e hijo, se les festeja el 30 de abril de cada año.

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