Red Velvet (YoonMin)

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Red Velvet © YoonMin

seesaw

Published: 2020
Source: https://www.wattpad.com
INTRO

Min sonríe hacia su víctima, pasando la punta de su lengua por sus afilados
colmillos.
Los hombres a su alrededor, tiemblan mientras observan la mirada burlona
de su jefe y los sollozos de fondo de la pobre alma que sufrirá todas sus
torturas. Si Min no fuese un maldito demente sanguinario, ellos huirían muy
lejos de él.
—¿Estas listo para visitar el infierno personalizado que cree especialmente
para ti? —YoonGi suelta una carcajada y ladea el rostro, luciendo sus
preciosas facciones de porcelana maldita. —Nadie juega con mi manada, los
Min no perdonamos.
—J-jefe. —Jackson solo está asustado. Mortalmente asustado con el rostro
golpeado y lágrimas corriendo por sus mejillas. —Pie-dad.
—Piedad mis bolas. Soy tolerante, pase por alto muchas de tus mierdas,
pero intentar traicionarme.. mira que eres estúpido. En fin. —YoonGi
presiona el puente de su nariz.
Extasiado como está, alardea sobre lo mal que el chico la pasará. Es
sanguinario hasta los huesos y todo lo que desea es arrancar su cabeza. Pero
es justamente entonces, cuando su teléfono móvil resuena por la sucia
habitación de tortura.
El gruñe ferozmente, antes de tomar la llamada y suavizar el tono al
reconocer el número.
—Estoy a mitad de una tortura, ¿no pued...
Min traga con esfuerzo, llevando su mano a su cintura y repasando a su
víctima.
—¿No puedes esperar un poco? Joder, no p.. No, no te digo a ti, cariño.
Alguien carraspea y el mismo lo hace de regreso. Ahora se siente nervioso.
—Entiendo, no tienes porque culparme.. bueno, si fue mi culpa, lo siento
bebé. —Suspirando, balancea su cuerpo de adelante hacia atrás. —N-no
bebé.
Los sollozos de Jackson se detienen, ahora le observa con curiosidad.
—¿Si no hay fresas, te llevo duraznos?
Varios de sus hombres suspiran, ahora viendo con pena a su jefe. Ya no es
Min sanguinario YoonGi, sino Min gobernado YoonGi. Ya no desprende mas
que pena e incluso Jackson le sonríe con amabilidad, mostrando su dentadura
sin dos dientes de frente.
—Si cariño, te llevarán ambos. —Rodando los ojos, Min asiente. —Y me
cambiaré de ropa en cuanto asesine a Jack.
Jackson borra su sonrisa.
—Aish, también te amo cosita. —YoonGi revienta un beso contra el
auricular de su móvil y cuelga.
Tronando los dedos, el repite suavemente; —Que alguien le consiga a mi
Omega unas fresas congeladas y unos duraznos con crema. Al primero que
mencione algo del asunto, le arranco la puta lengua.
Y es que Min es así. Un gobernado.
—Jefe, la tortura.
YoonGi pucherea, de repente todo lo que quiere es abrazar a su Omega
embarazado y llenarse de su dulce fragancia combinada con leche.
—Vistete, lavate el rostro y ve a comprar las cosas de mi Omega. —Le
gruñe a JackJack. —Después te arranco la cabeza.
Y es así como otro día de fallida tortura, se termina con un Alfa regresando
a casa con su mimado Omega.
01

|•|

JiMin se abalanza hacia su Alfa. Arrebata de sus varoniles manos, la


pequeña bolsa plástica que contiene lo mas delicioso del mundo y a su vez,
olfatea en el aire.
YoonGi porta su aroma a menta natural entremezclado con algún gel de
baño que le hace suspirar de gusto. No recibirá ningún regaño porque se ha
tomado una ducha antes de ir a verle y enserio que se lo agradece.
Matón YoonGi le atrae por la cintura, aplastando las cajitas con fresas y
duraznos contra su duro pecho de malote y JiMin revolotea sus pestañas en
coquetería.
—Y pensar que esta cinturita no la podré tomar así, en unos cuantos meses.
Como un disco acortado, rayado, mal pirateado. Así YoonGi rompió con el
ambiente. JiMin gruñe momentos antes de mover su pequeña mano y
capturar los pequeños rizos de YoonGi en su puñito.
—¿Que dices, estúpido? —Ahora el Omega está cabreado.
—P-pero bebé.. Y-yo soy el Alfa Min.
—¡Me chupa un huevo!
JiMin suspira dramáticamente. Tiene que controlarse, las hormonas le
harán asesinar a su pareja un buen día. Inhala y exhala, aprieta con su puñito
libre la bolsita y piensa en su cachorrito. ¡No puede quitarle al padre!
El agarre se convierte en una caricia y sus mejillas se calientan ante el
puchero involuntario de su Alfa.
—Disculpa mi amor, me alteré.
YoonGi sorbe de su nariz y abraza de nuevo a su Omega. JiMin huele a
chocolatada y eso puede con él y su asustado lobo.
—Esta bien, yo no debí decir que pronto estarás como un globo terráqueo,
hinchado, abultado y hormonal.
—¿Quieres morir esta noche, Min?
—No bebé.
—Entonces cierra la boca y dame un masaje de pies, mientras disfruto de
mis duraznos.
YoonGi ronronea, apretando los glúteos del Omega. —Yo también quiero
disfrutar de tus duraznos, bebé.
—No tanto como yo disfrutaría meterle una bala a cada jodido Alfa que
está escuchando detrás de nuestra puerta. —JiMin suspira, listo para gritar y
asustar. —¡Aquí el único que puede humillar a Min, soy yo!
Y al que le diga le contrario, que se prepare para los puñetazos de un
mochi volador.
02

JiMin sólo esta sentado en su fino sofá, encendiendo y apagando la bonita


lámpara a su izquierda, esperando paciente por el estúpido Alfa que goza
largandose a torturas y sin tomar en cuenta lo sensible y llorón que se
encuentra.
Sorbiendo de su pequeña nariz de botón, desliza la mano hasta su abultado
vientre y tararea Sin pijama en voz baja, soltando gruñiditos de vez en
cuando y asustado a los Alfas que le cuidan desde las sombras.
Ni locos se acercarían al Omega del señor Min por alguna otra razón que
no fuese su seguridad. Algunos de ellos estuvieron durante el cortejo de Park
y los traumas del mismo, son algo que no quisieran volver a experimentar.
Y puede que JiMin fuese un poquito mandón, grosero, matón.
—¡AGH! ¡ALGUIEN QUE LE LLAME A ESE MALDITO
DESCONSIDERADO Y LE DIGA QUE ROMPÍ LA FUENTE! —JiMin
golpea con su pequeño puño el reposa brazos del sofá y como puede, se
levanta.
Él solo parece una tierna tortuga, pero nadie dirá nada.
—¿¡Que esperan!? ¡Partida de guauguau!
Frunciendo su entrecejo, toma bocanadas de aire y se obliga a recuperar la
compostura. Mierda, su pobre hijo será traumatizado por su propio padre de
seguir así.
—Omega Min, el Alfa Min informó que esta noche no podrá llegar a
dormir.
Girando la cabeza como en el maldito exorcista, JiMin dirige su mas feroz
mirada al pobre intento de Alfa que tiembla ante el gesto.
—¡Puta mierda! —Chasquea, mordiéndose la lengua en el proceso y
soltando un chillido. —¡Preparen el auto, ahora mismo se va a enterar de
quien es Park ChimChim!
—Señor, es JiMin.
—¡Lo que sea!
El Alfa trota a la salida, sudando por el cambio de humor del Omega.
Joder, pobre de su jefe, están seguros de que el torturado será él y no alguien
mas.
-—¡Y que alguien suba por mi abrigo con orejas de conejito!
—Señor, ya no le queda.
—¿¡Te quieres morir!?
03

;Hola otra vez, el motivo de las dobles actualizaciones en cualquiera de mis


historias, siempre se debe a la cantidad de votos que se acumulan :D
¡hagamos magia! ᨷ
•••
JiMin bajó del auto blindado con la capucha del abrigo de conejito que se
metió casi a la fuerza. El material era suave y calentito, además de que por
obra divina, logró encajar en su abultadito vientre de tres meses.
Si. Tres meses y una sandía que solía obstruirle la respiración.
A zanjadas, ingresó al desgastado lugar e ignoró a los Alfas que le veían
con terror pintando en el rostro y mientras el tarareaba aquella canción que se
le había pegado en demasía.
—Siempre he sido una dama, pero soy una perra en la cama.
Doblando a su derecha e ingresando al frío pasillo, escuchó el conocido
tono barato que YoonGi utilizaba para lograr que a sus enemigos les
temblaran las piernas, pero que no era mas que una payasada para él.
—Así que dale pom-pom-pom-pom-pom
Ponle carne a mi sazón-zón-zón-zón-zón
Choca to' eso con mi bon-bon-bon-bon-bon.
Gruñó tiernamente hacia el par de Alfas que custodiaban la puerta en
donde YoonGi llevaba a cabo su tortura y levantó una mano en su dirección,
impidiendo que le abriesen la puerta de una vez. Carraspeo, aclarando su
garganta y acariciando su vientre.
—Ahora sí, abranme.
Con un leve empujón, la puerta cedió y pronto tuvo una ojeada de la fuerte
espalda de su Alfa, esa que le encantaba arañar mientras le empotraba en
cualquier superficie.
—¡MIN YOON GI!
Min saltó en su sitió, girándose y enfrentando su mirada con unas pinzas
llenas de sangre en la mano. JiMin fruncio la nariz ante el olor metálico y
levanto su pequeño dedito, apuntando a su confuso Alfa.
—¿Que chingado te dije ayer?
YoonGi ladeó el rostro, como si la maldita pinza y el hombre sollozante a
su espalda, no le estuviese dando un toque sicópata a la situación.
—¿Que te llevara pan?
Un gorgojeo distrajo la rabieta del Omega, adentrándose a la habitación y
echando la primera hojeada a la pobre víctima.
—¿Ahora que hiciste Jackson? ¡Ya van dos veces que te salvo el culo!
JiMin avanzó los pasitos que le separaban del pobre hombre y le dio un
golpe en la cabeza.
—¡JiMin! ¡Estoy en medio de una maldita tortura! ¿¡A caso ya no hay
respeto para el gran Alfa Min!?
El Omega rodó los ojos, soltando otro golpe para el humillado Jackson.
—Me vale pito, ahora baja las pinzas y dime que hizo.
YoonGi refunfuño, dejando caer las pinzas y cruzando sus deliciosos
brazos. Agradeció que la puerta estuviese cerrada y que él y JiMin fuesen los
únicos presentes.
Joder, a veces resultaba un poco humillante.
—Estaba aburrido ¿bien? No le iba a matar, solo unos golpecitos.
—Sí y jugar al dentista por lo que veo.
Jackson sonrió, en medio de su bruma y susurró algo extraño que JiMin no
entendió.
—Tú cállate estúpido, esto te pasa por coquetearme en las narices del otro
estúpido posesivo. —JiMin recordó entonces lo ocurrido.
Jackson había sido uno de los hombres de Min, uno muy primerizo y que
no pudo guardar sus palabras para si mismo en lugar de soltarlas hacia el
Omega del gran Alfa.
Bah.
—Bueno, como sea. Ahora dejalo tranquilo, no creo necesaria tanta
maldad solo porque no pudo evitar decirme lo hermoso que soy. Hay actos
que no se justifican con nada, y tú. —Señaló a su Alfa. —Te estás pasando de
la raya. Mira que golpearlo sólo por decir.. espera un segundo.
JiMin abrió sus bonitos ojos, tomó aire, examinó la manga color rosa de su
abrigo favorito y apretó los labios.
—Me has manchado la manga. —Chilló sin poder contenerse. —¡MIN
YOON GI, PASAME LA PISTOLA!
04

—¿YoonGi? ¿Cariñito mío? ¡MIN YOON GI!


JiMin golpea el pecho de uno de los Alfas que custodian el despacho de
Min, su pequeño puñito rebotando contra los duros bíceps del sujeto que por
el contrario, tiembla ante el ataque de furia del chiquillo.
—¿Por qué no me estas abriendo? Vale, esta bien, soy un poco consentido.
—Razona. —Abriré yo mis..
—Lo siento Omega Min, su Alfa se encuentra en una reunión con otro
Alfa y..
Alfa. Solo. La mente turbia del chico dulce, trabajando a velocidad de la
luz. Su YoonGi está a SOLAS con otro Alfa.
«¿Has escuchado sobre los Deltas? Uhm, ujum, algunos Alfas se pasan
por las bolas el hecho de serlo y terminan en la cama o peor aún,
abandonando a sus Omegas preñados para irse con otro Alfa.»
—¡CÁLLATE ESTÚPIDO! ¡ASH JODER, TU NO!
El Alfa baja la cabeza, aturdido por el cambio hormonal y el dulce aroma
del Omega.
—Quiero, no.. VOY A ENTRAR Y.. —JiMin tropieza con la manta que
arrastró desde su habitación y su cuerpo es sostenido de inmediato por el
mismo Alfa.
Con el rubor en las mejillas, el Omega chasquea y empuja la puerta, sin
poder ser detenido.
—¡ASÍ TE QUERÍA AGARRAR!
Su discurso se rompe cuando de nueva cuenta, sus pies descalzos se
enredan y por segunda vez, es sujetado por el mismo jodido Alfa.
—¡MIN JIMIN!
Tiene a YoonGi a su lado en menos de lo que espera. Sus grandes manos
palpando su vientre y la mirada de preocupación que le dirige, le hace sentir
solo un poquito mal.
El Omega abre su preciosa boquita, cerrándola de nuevo en cuanto aprecia
la lujuriosa vista. Demonios, debería ser ilegal vestir y ser tan malditamente
caliente.
Fifi se levanta por debajo de su tierno chándal azul con dibujos de patitos y
JiMin pucherea, enfadado. Levanta su pequeña mano en puñito y en donde
sostiene su manta y golpea el alfombrado suelo con su pie de bebé.
—Quiero que tu puerta este siempre abierta cuando recibas visitas. —
Frunciendo su nariz de botón, echa una mirada al otro Alfa que se ha
mantenido callado y totalmente sereno ante su berrinche. —¿Tu que o qué?
¿Quieres pelea?
Un par de curiosos hoyuelos se marcan el rostro del tipo y JiMin lo odia.
—Tranquilo, no he dicho nada.
—No hace falta que digas algo, si tu propósito es venir a robarme a mi
gatito y..
—Soy un lobo. —Interviene Min.
—.. me importa un carajo si te gusta la idea de ser un Delta, pero con mi
gatito no te vas a meter, porque antes te meto el cañón de una pistola por el
c...
—Y tengo un Omega, marcado y en cinta.
—.. c.. ¿Cuando los podré conocer? Ay YoonGi, te he dicho que tus
amigos son los mios, pero siempre actúas todo rudo y dando malas
impresiones. —Golpeando suavemente el hombro de un Alfa ya
acostumbrado a sus berrinches, JiMin sonríe. —Ahora iré a la cocina y traeré
una galletas para ustedes.
Dando media vuelta, JiMin sale a brinquitos, no sin antes recoger su manta
y evitar tropezar en su camino.
—Gobernado. —NamJoon canturrea.
—Pero hola, viejo amigo.
05

—JiMin, acabo de llegar de un maldito tiroteo.. n-no te estoy gritando, ni vas


a llorar.
YoonGi suspira, totalmente acalorado. Deposita su cansado cuerpo sobre el
cómodo sofá individual de la habitación compartida con su ángel y tira la
cabeza hacia atrás.
JiMin por su parte, sorbe de su pequeña nariz de botón. Esta enfadado
porque estuvo preocupado con anterioridad.
—¿No tengo derecho a enfadarme luego de no saber si volverías vivo a
casa?
Y pese a la tensión inicial y las grandes ganas de YoonGi de gritar que
bueno; era un mafioso, él solo carraspeo y palmeó su regazo, invitando a su
Omega barrigón.
—Hyung lo siente cariño, prometo compensarlo.
JiMin se sube a horcajadas, puchereando bonito para su Alfa y
descansando las manos en los ricos bíceps de su pareja.
—¿Con lo que sea?
—Lo que sea.
Y es justamente tras la afirmación, que el sudor recorre la columna del
Alfa y sin importar el maldito aire acondicionado. Mierda, la ha cagado. La
sonrisa siniestra de Park pollito JiMin, se ensancha a la par de que traza
pequeños círculos imaginarios sobre el pecho del Alfa, listo para tirar su
petición.
—Mamá quiere que la visitemos.
YoonGi parpadea, frunciendo el entrecejo y repasando las palabras de su
chico dulce.
—Oh no. No no no no no ¡NO! Aborta la misión, cambio y fuera. —
YoonGi niega con la cabeza, trabándose incluso en sus palabras.
No hay forma en el maldito infierno de que acepte pasar siquiera un día
con la vieja bruja madre de JiMin. ¡Realmente representa un dolor de culo!
—No JiMin, no. ¡No, por favor!
Pero JiMin solo sonríe, asintiendo y dejando besitos mariposa en la mejilla
de su Alfa.
—Shi, mamá estará encantada de recibir a su yerno el mafioso con un
paraguas apuntando en tu dirección. —JiMin ríe contra la boca de su asustado
Alfa.
—Mejor torturame bebé. ¡Juro que prefiero que me arranquen los pezones!
Frunciendo su adorable entrecejo, Park JiMin comienza a creer que el
terror de Min YoonGi para con sus madre, es totalmente verdad.
—¡Ya basta! —Chilla. —Algún día tienes que perdonarla por seguirte con
cuchillo en mano durante la recepción de nuestra boda. Exagerado.
—¡Que me arranquen las bolas mejor!
—Solo eres un exagerado. —Finaliza JiMin, sujetando las mejillas de su
hombre y dejando besitos en sus delgados dulces labios.
Quizá si que hay una pequeña puertecilla en el infierno. Y Min YoonGi
definitivamente será arrojado a las brazas de su maldita suegra.
06


•••
YoonGi no quería.
Por supuesto, si el no fuera un mafioso que se ve (de vez en cuando)
envuelto en tiroteos o si no tuviese a un globo terráqueo como Omega,
probablemente no tendría que ir de visita con la bruja Park.
La maldita mujer era una hemorroide o algo así.
—YoonGi bebé, lleva mi bolsito. —JiMin apuntó con su dedo cubierto de
crema, mientras devoraba un pastelillo.
—¿El de conejo?
—Ño, el de perrito.
Evitando rodar los ojos, YoonGi tomo la estúpida cosa y salió detrás de su
feliz Omega. JiMin iba dando brincos, rebotando literalmente.
—¡Cuiden la casita, nada de fiesta, drogas y orgías con las chicas de
limpieza!
Cerró los ojos, sintiendo pena por sus pobres hombres. Coño, JiMin no se
limitaba en nada y así como lo avergonzaba a el, lo hacia con cualquier Alfa
que se cruzara en su regordeta presencia.
Y era tan tierno que no podías enojarte y arrancarle la cabeza. Puff.
—Yoon, amor.
—¿Si?
JiMin engulló el último trozo de pastelillo y se llevó las manos a la cintura
(lo que sea, ustedes entienden) le dio su mejor mirada y formó ese piquito de
pollito que tanto amaba.
—¿Me veo gordo?
Y aquí es donde Min YoonGi les pregunta, ¿que harían ustedes?
¿Mentir y decir que no? ¿Decir que no por algo le apodó globo terráqueo
pero que se caga de miedo y por ello solo lo pronuncia en su cabeza? ¿Ser
hombre o mujer y echarle huevos u ovarios?
—Ante mis ojos eres y serás por siempre, el mas perfecto ser que pisó el
mundo y mi universo.
—¡Ay! ¡Te amo mi cielo!
Exacto. Min YoonGi decidió vivir.
07

Park Solar detestaba a su yerno.


Estaba claro que mientras esperaba a su pequeño bebé con una sonrisa en
los labios, guardaba un cuchillo recién comprado para Min YoonGi.
¡El tonto Alfa que había violado y robado al pequeño bebé dulzón que
alegraba su vida! Y no. JiMin definitivamente no lo hizo por amor.. excepto
que si lo había hecho y adoraba al mafioso que se cargaba de marido.
Chilló de alegría cuando el timbre de la casa resonó por sus coloridas
paredes y se apuró en llegar a la misma, abrir y jalar con cuidado a su
rechoncho hijo, amando la sensación de tenerle en casa. JiMin lucía precioso,
con su abultado vientre y los ojitos brillantes, junto a las mejillas mas suaves
que alguna vez tocó.
Y después estaba Min y sus hombres.
Gruñó en cuanto echó un vistazo a las camionetas blindadas que se
mantenían sobre la acera frente a su casa y frunció el entrecejo cuando Min le
regresó el gruñido, claramente impaciente porque el día transcurriera con
rapidez y el deshacerse de la visita.
—¡Yerno! —Solar fingió un saludo, consciente de que su bebé ahora tenía
un lindo pucherito.
Una risita burlesca escapó de su boca al ver el bonito bolso que YoonGi
sostenía en la mano, claramente siendo de JiMin.
—El negro y el amarillo te lucen.
YoonGi rodó los ojos y la batalla de miradas, bufidos, gruñidos y un JiMin
cabreado, inició.
Solar estaba segura de que le haría el día un infierno a Min "roba bebés
inocentes" YoonGi. Ese mismo que no solo se había robado a su JiMinie, si
no que ahora había depositado un bebé en su vientre.
Pensar en su nieto le causaba alegría. Solar sabía que le amaría muchísimo,
incluso si tenía toda la cara de Min.
Ugh.
—Pero pasen, uh.. no hay tanto espacio para tus chicos. —Señaló a los
Alfas enormes que se cernían muy cerca de tonto Min.
—Ellos van a quedarse aquí. —YoonGi torció el gesto, apoyando una
mano en la espalda de su tierno mochi. —¿O acaso necesito que alguno me
cubra la espalda por si intentas apuñalarme con el cuchillo que compraste por
internet?
Viendo la sonrisa burlesca del Alfa, Solar bufó.
—¡Minie! ¡Tu tonto Alfa ha estado revisando mis compras!
JiMin encogió sus pequeños hombros, ya un poco aburrido y cansado.
—Yo lo hice. —Confesó. —Mami, quiero que YoonGi vea crecer a
nuestro pollito, tienes que dejar de intentar asesinarlo.
—Uy, ahora estoy muy emocionado de comer la sopa de tu madre.
Solar sonrió. Ella nunca haría algo tan.. bajo. Je.
08

Todo tenía que estar bien, JiMin presentía que sería una visita agradable.
Por la luna, uno no podía almacenar odio por otra persona después de años.
Seh..
—¡ERES UN ALFA ESTÚPIDO Y SIGO SIN ENTENDER PORQUE MI
BEBITO SE FIJÓ EN UN MAFIOSO, ASESINO Y BUENO PARA NADA!
YoonGi soltó una carcajada, llevando sus manos al abultado vientre de un
JiMin que se mantenía al margen, pero con el entrecejo fruncido.
—Diga lo que quiera, pero puse un cachorrito en su hijo y lo disfrute
muchísimo.
JiMin chilló, golpeando el hombro de su Alfa. Sus mejillas se tiñeron y
estaba seguro de a que su madre le daría un paro cardiaco del disgusto.
—¡ERES UN CERDO!
—Y un mafioso, asesino, bueno para nada ah y padre de su nieto.
Mientras YoonGi se miraba las uñas con aparente interés, uno de los
hombres que trabaja para él, apareció de la nada y sostuvo a la furiosa
Omega.
—¿¡De donde apareciste!?
El Alfa evitó rodar los ojos y sentó a la mujer de golpe, de regresó a su
sofá.
—Señor, su comida ha llegado. —Informó con el mismo tono helado.
JiMin suspiró cuando una bolsa plástica fue depositada en el regazo de
YoonGi.
—¿En serio? Bah, mi madre si se pone un poco histérica pero no va por la
vida, intentando envenenarte con la comida que yo mismo probaré.
YoonGi encogió los hombros, revisando el contenido y asintiendo feliz por
la buena elección.
—Lo estas diciendo de coña ¿no? Sabes que ella cocino aparte para ti.
Solar abrió los ojos y su cabeza se movió de lado en lado, buscando.
—¿A caso instalaste cámaras en mi propia casa? ¡DEGENERADO!
JiMin plantó un puchero.
—Fui yo mami, ya te dije que no puedes asesinar a mi Alfa.
Pero de nuevo, JiMin guardó la esperanza de que la tarde fuese
memorable.
Eventualmente no sucedió. Su madre intentó apuñalar a Min con un
tenedor de plástico, porque por supuesto que se aseguró de llevar algunos y
esconder los verdaderos.
Bueno, puede que el odio de esos dos, nunca se fuese a terminar.
—¡Mira mi amor! Llegó SeHun, el Alfa que SI QUERÍA DE YERNO.
Y mientras JiMin se helaba por la inesperada (nada planeada, nótese) visita
de su ex, supo con certeza que las cosas se pondrían muuuuuuuy feitas.
09

—Le dije a YoonGi que será niña, pero insiste en que es un niño. Ya sabes,
eso de su heredero y no se que.. ¿SeHun era Alfa o..
JiMin parpadea ante la escena sangrienta frente a el.
Sinceramente ya le da igual, está tan acostumbrado a los arranques de Min
YoonGi, que la situación pasa por algo muy normal. Excepto para su pobre
madre. Ajá.
—Así que, pequeño hijo de perra. —Min sonríe, recorriendo la línea de la
mandíbula de Oh, con su arma. —¿Te atreviste a tocar a mi Omega?
—YoonGi, no arruines la alfombra de papá. —JiMin encoge sus pequeños
hombros, devorando un paquete de galletas de vainilla.
—¡Puedo comprarle otra! ¡Diez si quieres!
—Derrochador.
Los sollozos de SeHun le atraen y sonríe con pena.
—Ay Se, ya sabias que mi Alfa era un lunático, te lo dije cuando intentaste
robarme el día de mi boda.
—¿¡Que hizo que!?
Lo siguiente que JiMin sabe, es que el guapo SeHun ahora no tiene el
meñique.
El.
Puto.
Meñique.
Los gritos del chico son ensordecedores y uno de los grandes Alfas, le
colocan un par de orejeras afelpadas.
Solar le hace señas con las manos, mientras ríe y devora palomitas de maíz
que alguien le ha traído.
—¿Uh? ¿Que dices mami?
Entrecerrando los ojos, JiMin inclina los ojos, uno de las orejeras levantada
para poder escuchar a su madre.
—Que el inútil siempre si sirve para algo.
—¿Te divierte? —JiMin chasquea, tocando su abultado vientre.
—Seh, por eso invite a SeHun.. Uh.. ¿recuerdas mi maceta favorita? La
que estaba siempre en la entrada.
JiMin asiente, escuchando los alaridos de fondo.
—SeHun la rompió. —Solar rueda los ojos. —Que porque un perro le
venía siguiendo y solo estaba mi maceta para arrojarsela. ¡PUFF!
Y, en algún punto de la tarde y tras la tortura del pobre Alfa, JiMin
entendió porque su madre y YoonGi no se soportaban.
Los dos estaban igual de psicópatas.
10

JiMin está necesitando de su Alfa.


Después del horrible día en el que perdió a un ex y su madre atacó a
YoonGi con un sartén antes de partir, todo lo que el Omega necesita es un
poco de mimitos.
O el darlos en su caso.
Así que ni corto ni perezoso, espera pacientemente a que su hombre tome
su ducha y después de alimentarlo como se debe (instinto Omega y porque le
ama mas que a su vida. Sí, diganle algo) JiMin se encarga de entrar al baño y
arreglarse un poco también.
Sale dando brinquitos, ilusionado por su noche de pasión y sonríe
tiernamente hacia la mirada cansada del mayor.
—Bebé.
—¿Uhmm? —YoonGi responde, palmeando la cama e invitándole a subir.
Accediendo, JiMin gatea, siempre con la sonrisa en sus esponjosos labios y
el rubor cubriendo sus cachetitos.
Su entrepierna duele al dar un solo vistazo a la de su hombre y muerde su
labio al tener el rostro de YoonGi a centímetros del suyo. Tan bonito y tan
varonil.
—JiM..
El Omega besa los labios de su Alfa y se sube a su regazo en un rápido
movimiento, presionando su trasero contra la entrepierna de Min y jadeando
al saltar sobre la misma.
Todo lo que quiere es ser tomado y sabe que lo tendrá.
YoonGi mueve sus grandes manos por su espalda y baja hasta sus glúteos,
los cuales amasa con desesperación y.. algo se activa en JiMin.
Separándose de golpe e ignorando el gruñido de Min, frunce su delicado
entrecejo y forma un pucherito, golpeando el pecho del Alfa con su puñito y,
posteriormente, apuntando con su dedo índice.
—¿Quien demonios es Irene?
Min parpadea, notablemente confundido.
—¿Quien?
—¡IRENE, PEQUEÑO HIJO DE PERRA!
YoonGi balbucea, no entendiendo una sola mierda de lo que se le habla.
—¿Irene?
JiMin le golpea de nuevo el pecho y su rostro se torna rojo del coraje.
—¡COMENTASTE UNA FOTO DE IRENE EN EL 2006!
—¿Que dem...
—¿ES POR QUÉ ESTOY GORDO? ¡NI SIQUIERA TENGO ESTRÍAS,
ESTÚPIDO!
Y es así como otra noche de pasión, se convierte en una muy mala noche.
Donde JiMin actúa llorón y YoonGi maldice haber conservado su cuenta de
Facebook.
11

—Alfa estúpido. —JiMin pataleó las sabanas de su cama, mientras observaba


a su esposo asegurar un arma el la cinturilla de su pantalón.
YoonGi gruñó bajito, evitando hacer enfadar aún mas a su bonito Omega.
¡Joder!
JiMin estaba con un humor mil veces peor que el que comúnmente se
cargaba en los días tranquilos. Y, siendo sincero, YoonGi prefería huir con
sus hombres y enfrentarse a un pobre imbécil, que soportar los berrinches
monumentales de Min JiMin.
Y aún no llegaba su cachorrito.. solo imaginar eso, le hacia doler la cabeza.
—¿A que hora llegaras? —JiMin medio ladró, exaltando a YoonGi.
—Te-te.. —Frunciendo el entrecejo, Min suspiró. —Tarde, mas vale que te
encuentre dormido o voy a castigarte.
JiMin parpadeó, totalmente anonadado por la respuesta y la última palabra
en voz de jodido mando.
—Espera.. ¿Quien es tete?
YoonGi suspiró, frotando sus ojos con cansancio.
—¿Quien es? —JiMin saltó de la cama y YoonGi de verdad que alabó su
resistencia.
Con casi cuatro meses y medio de embarazo, JiMin estaba mas que
insoportable. YoonGi no lo entendía, trataba de mimarlo, hacerle el amor
como le gustaba, masajear sus pequeños e hinchados pies y cumplir todos sus
caprichos.
Aún así, JiMin estaba jodidamente agotando su paciencia.
Vale que fuese casi igual de difícil cuando lo cortejó, pero eso ya rayaba en
los límites.
—Mira Min JiMin, o te calmas un poco o me veré en la necesidad de
castigarte.
—No lo harías. —El Omega gordete retó.
Y YoonGi sonrió, probando su inminente victoria y no lamentando que
fuese así.
—Voy a quemar tu colección de Barbie, si continuas con tus berrinches.
—¡Te odio! —JiMin formó un pucherito y apuntó. —¡Te odio mucho!
—Pero te hice un cachorro. —YoonGi encogió sus hombros, restándole
importancia al berrinche.
—¡Te sigo odiando!
—Y sigues con mi cachorro en el vientre.
JiMin puchereó, arrastrando los pies hasta alcanzar a su Alfa y enredando
los brazos en su cuello.
—Eres un pendejo.
YoonGi sonrió, capturando el labio inferior de su Omega entre sus dientes
y después chupando.
Ah, amaba al Omega bipolar.
12

—¡PATRICIO! —JiMin gritó, preso del pánico que le provocaba la


situación.
—¡PATRIC..
—Es Patrick señor, ¿que sucede? —El Alfa grandote apareció,
completamente agitado por el ejercicio que implicó bajar las escaleras
corriendo para atender el llamado del hormonal.
—¡MATA A ESA ESTÚPIDA ARAÑA! —JiMin sollozó, protegiendo su
abultadito vientre con sus manos. —¿¡DONDE ESTA EL CRETINO DE
YOONGI!?
El Alfa evitó suspirar, moviéndose sigilosamente hasta la esquina de la
cocina, donde la pequeña araña reposaba y, ayudándose de una servilleta de
papel que había tomado de la encimera, la ubicó en la misma y se aseguró de
sacarla por la ventana, cerrándola de nuevo y asintiendo hacia el Omega.
—¿POR QUÉ NO LA MATASTE? —JiMin refunfuñó, con el pechito
agitado por el miedo que le causó.
Patrick encogió sus hombros, tratando de no parecer tan desinteresado con
el Omega de su jefe.
—Lo siento señor. En algunas ocasiones no podemos matar a lo que nos
fastidia, por mucho que lo haga. Puede que la araña nos ayude de alguna
forma, en nuestra propia supervivencia.
JiMin parpadeó, ligeramente aturdido pero ya un poco mas calmado.
—¿De que demonios hablas? Basta, olvidalo.
Patrick sonrió, carraspeando momentos después ante la incomodidad de
saber que lanzó una indirecta ante esa temida bola de arroz.
¡Pobre de aquel que no conociera a Min JiMin!
—Demonios Patricio, eres tan raro.
El Alfa elevó una ceja, evitando decir que por supuesto, el era el extraño y
se disculpó, antes de retirarse casi corriendo.
JiMin continuó preparando sus galletitas, con una enorme sonrisa en los
labios y muchas ganas de fastidiar a su Alfa. O eso hasta que medio entendió
las palabras de Patrick.
—¡PATRICIO, DATE POR MUERTO!
¿Por qué nadie lo entendía?
13

—Ay, mi bebé. —JiMin frotó la palma de su pequeña mano en su abultado


vientre y olisqueó el aroma de próximo celo de su esposo.
Una sonrisa siniestra se formó en sus gruesos labios, al saber que sería su
oportunidad.
YoonGi no podría negarse a tener relaciones, si se encontraba fuera de sus
cabales y JiMin estaba mas que dispuesto por ello.
—Cariñoooo.
Liberó su dulce aroma a propósito y frunció su nariz de botón al sentir el
tenue olor a leche que emanaba, bajando la mirada y observando su vientre
con cautela.
—Oh, vamos mi vida. —Murmuró, frotando de nuevo la palma de su mano
contra su vientre. —Papi quiere un poquito de acción.
—¡DEJA DE FINGIR QUE NO ESTOY FRENTE A TI! —La ronca voz
de YoonGi, le distrajo un momento.
—Estas, pero no estas. —Las mejillas del Omega se tiñeron, mientras daba
saltitos pequeños sobre su lugar.
A YoonGi le pareció una pelota rebotando.
Pero YoonGi era lo suficientemente inteligente como para no decirlo en
voz alta y salir castrado.
—JiMin, deja de moverte así. —Reprendió en su papel de Alfa. —
Lastimaras al cachorro.
—Imin iji i mivirti isi, istimiis i quichirri.
Rodando los ojos, YoonGi se deslizó por completo en su cómoda silla de
cuero y esperó pacientemente hasta sentir el peso de su Omega en el regazo.
Sonrió ante el dulce aroma a leche de vainilla y llevó una de sus manos a la
casita de su bebé, acariciando suavemente.
—Eres un aburrido, hyung.
YoonGi encogió sus hombros, restándole importancia al berrinche de su
Omega.
—Por eso tardé tanto en hacerte casooo~
Y fue así, como a dos días de su celo.. Min YoonGi escuchó la historia un
poco distorsionada de cuando y como conoció al muy difícil; "Omega Park
ChimChim, señor."

;Porque lo habían pedido mucho y ya tocaba introducirlo a la historia ◎


◎ la historia de amor del YoonMin.
14

Dos años atrás.


1/3
YoonGi había estado muy cabreado.
Su semblante se volvía mas y mas pesado, mientras veía como sus
hombres se encargaban de ejecutar a un imbécil que no había seguido sus
ordenes y que, estúpidamente, optó por vender sus propias drogas por otro
lado.
—Andando. —Ordenó, dando una ultima mirada al cuerpo inerte.
De regreso a la comodidad de su camioneta blindada, YoonGi observó
aburrido las luces artificiales que eran encendidas en la ciudad, pues nunca
habían salido de la misma para tener que deshacerse de lo que le estorbaba.
YoonGi era un Alfa de 25 años. Un Alfa líder de una de las mafias mas
temidas de Corea del Sur. Soltero y sin compromisos. YoonGi no los
necesitaba.
"Oilo." su estúpido lobo pareció burlarse de su soltería y Min lo detestó.
—Quiero un café, busca un lugar.
—Pero señor, usted apesta a sangre. —Uno de sus guardaespaldas susurró
desde su asiento.
YoonGi frunció la nariz y detecto lo que el otro Alfa le decía. Su carisima
chaqueta había sido salpicada de la sangre del imbécil Beta al que torturó y su
olor se impregnó en la misma.
Min se deshizo de la chaqueta, cuidando que su camisa negra no se
estropeara y se la paso al otro hombre, con el mismo rostro de fastidio.
—Busca un lugar. Ya.
Como todo Alfa líder que además, tiene un pizca de niño caprichoso,
YoonGi obtuvo lo que quería y sus temerosos hombres, le llevaron hasta una
pequeña cafetería casi a las afueras de la ciudad para no llamar la atención.
Uh. YoonGi los odiaba por siempre tener la razón.
—Señor, yo iré por su..
—No, no, no. Iré yo, yo lo haré. —YoonGi se deslizó por el asiento y salió
antes de que alguno pudiera interponerse, ocultando su arma en la cinturilla
de su pantalón de vestir.
Él todavía obtuvo muchas miradas curiosas a su entrada al pequeño local y
gruñó ante las mismas.
—Un capuchino para llevar. Ya.
La Omega frente a él, titubeó. Le dio una mirada extraña y tras un par de
minutos, dio media vuelta y se dispuso a darle su ansiado café.
Las manos de YoonGi se apretaron en puños y las ocultó en sus bolsillos,
mientras su cuerpo se mecía de adelante y hacía atrás, en un vaivén que
trataba de ocultar su creciente mal humor.
¿Por qué todo le tenia que salir mal?
Primero el asunto con su padre que no quería recordar. Después el otro
asunto con los hombres que intentaban hacerse los graciosos y cambiarse de
bando. Y, finalmente..
—Señor, disculpe..
YoonGi frunció el entrecejo ante la pobre y estúpida alma que estaba
jalando la esquina de su camisa con añico.
—Señooooooooooooooor, disculpe..
Una regordeta mano se instaló en su brazo y Min sintió la ira bullir en su
interior.
—Seño..
—¿¡QUE!?
Lo próximo que YoonGi supo, es que un regordete y pequeño dedo, le
picaba el pecho con insistencia.
Y bueno.. ¿que demonios con el chico dinosaurio?
Literal.
El.
Chico.
Estaba.
Vestido.
De.
Dinosaurio.
Un estúpido y hermoso dinosaurio verde.
Joder, era precioso.
15

2/3
El pequeño y precioso chico dinosaurio, frunció su delicado entrecejo y
continuó picando sobre el pecho del Alfa.
—Disculpe señor gritón, pero yo estaba primero en la fila y oh, bueno,
usted me ha empujado en su carrera por obtener su feo y amargo café.
YoonGi parpadeó, ligeramente idiotizado por la belleza ilegal frente a él.
—No te vi.
Rodando sus ojitos, JiMin le enseñó los dientes.
—Supongamos que es porque soy pequeño y supongamos que eso sonó a
disculpa.
Pequeño era.. la cosita frente al Alfa, era adorablemente compacta. Pero
mordió su lengua para no cavar su propia tumba ante lo que veía, era un
carácter nada encantador.
—... gato feo.
Soltando una risita nerviosa, YoonGi ignoró el último comentario del
Rawr.
¡Ni siquiera podía enfadarse!
—Te debo una disculpa, dejame pagar por ti. —YoonGi formuló, sintiendo
a su torpe lobo exaltarse de la nada.
Si bueno, el lobo era un tanto.. masoquista.
—No, gracias. —La tierna bolita negó, mostrando sus pequeñas y
adorables manos. —Odio a los pedófilos.
Una exclamación se escuchó a espalda del Alfa y ladeando el rostro, tomó
el vaso desechable que la sonrojada Omega le brindaba.
YoonGi pagó por el café, obligándose a despegar la mirada del chico Rawr
y a mantener la compostura que por un demonio, se le estaba cayendo a
pedazos.
Relamió sus labios ante el primer sorbo de café y sus ojos escanearon la
delicada figura que se dejaba ver a través del trajecito divertido.
"Ulala."
Ugh. Estúpido lobo.
La prisión nunca le había parecido tan interesante.
—Chico Rawr. —Llamó por segunda vez, obteniendo la curiosa mirada de
esa ternura.
Y, probablemente YoonGi tendría que coordinar sus palabras y demostrar
porque era un maldito Alfa sanguinario.
Pero su lobo era muy estúpido y eso no fue lo que pasó.
—¿A caso llevas un pañal puesto? Demonios, bebé.. ese trasero es irreal.
Cuando las mejillas del chico se sonrojaron y detrás de su pequeña figura
apareció una Omega de muy mal humor, YoonGi supo que estaba jodido con
esa primera impresión.
16

3/3
—Señor, ¿seguro que está bien?
—Ji.
YoonGi golpeteó su lengua contra la mejilla interna y el dolor en la misma,
le hizo sisear.
Parpadeó con su ojo sano y realizó un suave ademán hacia el hombre que
lucia entre estupefacto por la paliza que la maldita Omega loca le había dado
y la preocupación de saber que su mal humor solo incrementaría.
—Jiama a Jin, ile que venga.
Kim SeokJin era su médico de base y quien seguramente se burlaría de la
jodida idiotez que había pasado el día anterior, pero que se encargaría de
darle unos buenos analgésicos.
—Y ja jaben, bujquen ijformajión e jico dinojaurio.
El Alfa que le acompañaba, se quedó algunos minutos asintiendo hacia si
mismo, tratando de verificar que las palabras del jefe fueran lo que su cabeza
formuló con mucho esfuerzo.
—¿Necesitará también de un odontólogo? —Respondió por último, ya
viendo los gestos de dolor del Alfa líder.
—No, jolo ej mi rojtro.
Asintiendo una vez mas, el hombre salió a paso veloz para contactar con el
médico.
Si YoonGi no supiera que todos estaban cagados de miedo por su persona,
juraría que sus hombres se estaban riendo de lo absurdo que fue la situación.
La maldita madre de su cosita bonita, se había enfurecido tanto por el
comentario del pañal, que terminó soltando una serie de puñetazos locos que
ni él con todo su entrenamiento, pudo anticipar y desviar.
Joder.
"Vale la pena, el chico es hermoso. Tarado, lo quiero."
YoonGi evitó rodar los ojos ante la petición del lobo en la que estaba mas
que de acuerdo. Porque sin importar lo muy loca que fuese su madre, ese
chiquillo bonito estaría en su cama.
—Ju.
17

—¿Que maldita... ¡AHHHHHHHH!


JiMin se revolvió completamente asustado. Su pequeño cuerpo fue elevado
hacia arriba y apretó sus puñitos cuando regresó a los mismos fuertes y
desconocidos brazos.
—¡AUXILIO, ME VIOLAN!
JiMin no podía ver a su atacante, pero su fuerte aroma, dejaba en en claro
que se trataba de un Alfa.
Un torpe, cretino, bueno para nada Alfa.
—¡AUXILIO, SOY UN OMEGA VIRGEN!
Fue depositado de nuevo en el suelo y llevó sus pequeñas manos a su
pecho para tranquilizarse.
¿Dónde demonios estaban sus estúpidos vecinos?
JiMin había estado jugando en la entrada en su casa. Sus Barbies a medio
vestir cuando alguien le tomó por detrás y le dio el susto de su bonita vida.
—¡MA UGHHHH..
Una fuerte mano le cubrió la boca y pronto su piel se erizó ante el beso que
recibió en su nuca.
—Que gritón saliste, dulzura.
¿Dulzura?
JiMin frunció el entrecejo ante el bobo apodo.
—Te dije que te encontraría.
El Omega rodó los ojos, ya un poco fastidiado por la situación.
Su boquita fue liberada y giró para darle un puñetazo a su atacante. Pero
sus movimientos se vieron bloqueados por el imponente y jodido (hermoso,
ugh, le calentaba) mismo Alfa que le asaltó hace una semana en la cafeteria.
La misma sonrisa burlona, los mismos moretones que su madre causó y los
mismos ojos que tanto le habían llamado la atención.
"Minie, nuestros bebés."
Tonto lobito.
—¿Qué? —Medio ladró. —¿Vienes por otra sesión de puñetazos? Ya
sabes que mi madre no se negará.
Siendo sincero consigo mismo, estaba emocionado porque el Alfa le
buscara, aún sin conocerle (llevando seguramente una investigación que
debería hacerle temer) y después de que le fuera tan mal.
—Yo no le temo a nadie, es solo que me tomó por sorpresa. —El Alfa
chasqueó, metiendo sus manos en los bolsillos de su caro pantalón de vestir.
—Repitelo sin llorar.
El hombre sonrió, coloreando las mejillas de JiMin.
—Yo no le tengo miedo a nada ni a nadie.
Un carraspeo les interrumpió y JiMin mordió su mejilla interna para no
echarse a reír.
—¿Seguro seguro segurito?
El Alfa murmuró, acercándose discretamente a su cuerpo para evitar a su
madre.
—Así te quería encontrar, pedazo de Alfa bueno para nada.
18

—Tu no aprendes ¿eh? JiMinie bebé, ven con mamá y alejate del Alfa tonto.
JiMin gruñó y alcanzó una parte del abrigo de YoonGi, tirando de él y
poniendo su pequeño cuerpo como escudo para el ataque de su madre.
"Estúpido lobito interesado."
"Me vale."
Rodó los ojos ante el drama con su Omega y bufó, cruzando sus brazos y
observando hasta el más mínimo detalle de su mami.
Lucía agitada y con toda la intención de golpear al Alfa bueno para nada,
pero que parecía sacudir a su lobo.
Todavía no podía entender porque aquel Alfa había llegado a revolucionar
su vida y sus intereses, cuando nunca le había visto antes del incidente y,
cuando resultaba demasiado mayor para el Omega.
—Deja de mirarlo así. —Su entrecejo se frunció ante la orden que pareció
venir de su Omega y notó la tensión en su madre.
Él nunca se había comportado así y mucho menos defendido a otro Alfa
que no fuese su papi.
—Oh no no no no, retrocede en este instante. Park JiMin, ve a casa ahora
mismo y déjame a solas con este tarado.
JiMin negó. No les dejaría solos.
—Es una orden, JiMin. —La Omega insistió.
—Voy a tener que desobedecer.
Solar negó para si misma, llevó una de sus manos a su pecho y soltó una
exclamación horrorizada ante lo que su tierna bolita de azúcar le hacía.
¡Su bebé no era así!
Y JiMin sabía que estaba cometiendo un error al desobedecer a su madre.
Era sólo que el Alfa tonto.. bueno, ni él lo entendía.
—Ya siéntese, señora. —YoonGi murmuró, revisando sus uñas con
aparente interés. —Yo y su hijo queremos conocernos más, creo que se ha
dado cuenta.
—Tú conocerás mi puño volador y JiMinie bebé estará castigado.
Pero aún así, Solar obtuvo una negativa por parte de su lindo niño. Y joder,
JiMin sabía que sus papis nunca le negarían algo.
Park Solar se dio por vencida, siendo la primera vez en su vida. Su bebé
había ganado, pero no le sorprendía. JiMin había nacido para ganar..
—Este no es el final..
—Min YoonGi, suegrita.
—¡NO ME INTERESA!
Pero no ese bastardo.
19

;No olviden seguir mi cuenta de respaldo :'D recuerden que por cada (1K)
hacemos un maratón del fic que ustedes decidan y sin importar si es uno
largo o ño ♡
MinMinieAGTD
Por eso de la eliminación masiva en Wattpad :'D *no me quiero ir* ◎ no
se, una ya no sabe en que momento se la aplican :')
•••
—De la manera más amable, te pido que dejes de recordar tu pasado
tormentoso y me prestes atención.
JiMin golpeó sin fuerza, el pecho del Alfa.
Sus mejillas se encontraban sonrojadas del esfuerzo que empleó para subir
sus pantalones de algodón y para poder salir en busca de su Alfa bueno para
nada.
YoonGi murmuró, inclinandose y dejando un beso en la frente de su
Omega e instantes después, soltó una carcajada ante un último recuerdo con
su muy querida suegra.
Ah. La odiaba tanto.
—Lo siento dulzura, ¿qué es lo que te molesta este día? Dime y me
encargaré de eliminarlo para siempre.
El Omega rodó los ojos ante el tonito empleado y su pequeña mano se
movió al abultado vientre que guardaba a su bebé. Esa mañana en particular,
resultaba molesta.
Pero tampoco entendía el porqué.
"Hormonas, Minnie." Su Omega interno continuó insistiendo. Y, cuando se
encontró lo suficientemente fastidiado de todo y de todos, decidió que podía
(y quería) arruinarle el día a su Alfa.
—¡ESTOY ENOJADO! ¡ESTOY MUY ENOJADO CON TODOS!
YoonGi asintió, caminando hasta deslizarse por su cómoda silla giratoria y
palmeando su regazo en espera de su tierno Omega.
JiMin le complació, andando hasta acomodarse en ese pequeño espacio
que le proporcionaba el refugio que parecía estar buscando.
—Joderputamierdaminnie. —YoonGi siseó y antes de que el Omega
pudiese darse cuenta, compuso una sonrisa en sus delgados labios y acarició
su espalda.
Por la puta. JiMin estaba más pesado día a día. Pero eso NO tenía que
saberlo. YoonGi amaba su vida, gracias.
—E-entonces corazón. —YoonGi jadeó, carraspeando instantes después
para disimular. —¿Q-quieres algo en específico?
JiMin negó, jugando con sus manos y sintiéndose más tranquilo que
instantes atrás. Quizá todo lo que deseaba para mejorar su día, era un abrazo
y los mimitos de su Alfa.
—Eres tonto, hyung. —El Omega se acomodó mejor en el regazo
contrario, apoyando su cabeza contra el hombro ajeno y suspirando. Se sentía
cansadito. —Ya puedes seguir recordando, pero no distorsiones las cosas o
voy a golpearte muy duro.
Con sudor perlando su frente y con las piernas un poco hormigueantes,
YoonGi mordió su mejilla interna y se situó de nuevo en ese pasado que
tantos dolores de cabeza le dió.
Oh. Pero por supuesto que Park JiMin no le puso las cosas fáciles, incluso
después de pasarla defendiendole de su molesta madre.
Jodido niño.
20

Antes de ser Min JiMin.


—Buenas noches, vengo a ver a JiMin y me gus..
—No está, adiós.
YoonGi evitó el portazo que se dirigía a su nariz y gruñó por lo bajo.
Suspiró con fuerza y tocó con sus nudillos de nuevo.
Esa maldita mujer terminaría con una bala en la frente.
"No estúpido, es la mamá de nuestro infantil y desalmado Omega."
"Ay, jodete. Estúpido lobo."
"Ya me trataras bien cuando necesites marcar al lunático."
YoonGi frunció el entrecejo ante esa extraña conversación interna con su
lobo. ¿Desde cuando el jodido se portaba así de insolente?
—Señora Park, respeto su autoridad como madre de mi futuro Omega,
Pero re afirmo mi autoridad como Alfa líder amenazandola con venderla al
mercado negro, si no me abre la puta puerta y me deja ver a JiMin.
La puerta fue abierta de nuevo.
Solar observó al Alfa por un largo rato y sonrió de medio lado,
aumentando el fastidio en YoonGi.
—Soy mayor, no sirvo para eso. Busca otra excusa.
Esta vez, Min soltó una carcajada que hizo retroceder a la arisca Omega.
Fuese como fuese, él seguía siendo un Alfa ante ella y algunas de sus
actitudes seguían demostrando su estatus.
—Créame, soy muy creativo.
Solar murmuró una maldición a su persona y justo antes de soltar palabra
alguna, JiMin apareció detrás suyo.
El Omega sonrió hacia YoonGi con las mejillas teñidas de un suave carmín
y luciendo terriblemente adorable en ese gran suéter azul que se miraba
realmente suave.
"Ya llegó el lunático. Digo, guau."
"¡ERES UN MALDITO LOBO!"
—Oh, hola señor Min YoonGi.
Solar rodó los ojos ante la actitud de su bebito y sabiendo que no podría
contradecirlo, se hizo a un lado. No sin antes soltar una última advertencia.
—Recuerda que, desafortunadamente para mi, algún día estarás de este
lado y algún Alfa bueno para nada, también querrá robarte a tu bebé.
Min encogió sus hombros.
—Probablemente termine decapitado. Soy fan de coleccionar cabezas.
Solar asintió, pasando una de sus manos por el suave cabello de su niño.
—Exacto.
El lobo de YoonGi se erizó.
Esa jodida estaba loca. Y totalmente lo había amenzado.
"Guau"
21

—Bueno señor Min, lo respeto por ser mayor y todo un mercenario, pero mi
mami no me enseñó a mentir y tengo que decirle que es usted un estúpido.
JiMin se llevó un puñado de papitas a la boca y observó el pañuelo
humedecido en sangre que el Alfa tonto sostenía contra su nariz.
Su Omega sin embargo, se preocupó.
Bah.
—Uhn, no fue a propósito. Maldita Omega estúpida que.. —YoonGi
detuvo su arranque, tragando en cuanto JiMin le frunció el entrecejo. —Ya
olvidalo, supongo que es más divertido recordar como ese bolso lleno de
rocas, impactó en mi perfecto rostro.
—¡Sólo tiene maquillaje! —Gritaron a su costado. —¡Ya sueltenme
malditos hijos de uhmmp!
Min rodó los ojos, acomodandose mejor en la banquita, debajo de ese
frondoso árbol que tanto le llamó la atención.
—Cortale la garganta. —Murmuró bajito hacia uno de sus hombres y este
asintió, llevándose a la escandalosa mujer.
Como si se tratara de algo que viese todos los días, JiMin le observó,
después a la mujer que estaba siendo casi arrastrada y después a él de nuevo.
El Omega encogió los hombros y continuó en su labor de acabar con las
papas.
A YoonGi le gustaba.
—La mejor parte es que no te ha dado en otro lado y puedo estar tranquilo
por mis cachorritos.
YoonGi medio sonrió, orgulloso de escuchar aquello de la propia boca de
su Omega.
—La mala es que te ha dado en la nariz, probablemente te movío algo de
ese irregular cerebro de maní que tienes.
Mierda. Ese chico era maquiavélico.
Su Alfa asintió.
Guau.
—Eres terrible mi vida.
JiMin tarareo, feliz del apodo.
Él era un Omega consentido que amaba fastidiar al mayor y verlo portarse
rudo, mientras golpeaba a otro pobre infeliz o se infiltraba en algún negocio
turbio que más tarde le contaría, como todo Alfa fanfarrón que era.
Además ¡hey! Todo tenía un lado bueno.
Un Alfa sumamente atractivo y conocedor de todos los mimitos y
caprichitos que amaba recibir. Sin importar que fuese un lunático mafioso.
22

—Escucha bien, eres un hijo de perra que pretendió ser mi ali..


—¿YoonGi? ¡MIN YOONGI, DESPUÉS TENDRÉ QUE LAVAR ESA
MALDITA CAMISA Y TODO PORQUE ERES UN JODIDO EGOÍSTA
QUE PARECE NO ENTENDER QUE ESTOY EMBARAZADO!
YoonGi parpadeó, totalmente desconcertado. En su mano derecha sostenía
unas pinzas cubiertas de sangre y con la blanca camisa un desastre.
—Tu no lavas una sola cosa.
De pie a un lado de la puerta y con unas tiernas pantuflas de color violeta
que además incluían luces que encendían entre paso y paso, JiMin se llevó la
regordeta mano al pecho y fingió sentirse ofendido.
—He dejado la comodidad de nuestra cama en nuestro hogar, solo para
venir a buscarte y ver que te tiene tan retrasado y en su lugar, sólo obtengo
ofensas a mi dulce y preñada persona. —Sollozó, causando un temblor en el
Alfa. —Ojalá que la fecha de parto no se me adelante debido a esto. Maldito
desconsiderado.
Dando media vuelta, el Omega llorón salió.
No pasó mucho para que un alarmado Alfa, saliera detrás y tratara de
reparar el daño que sus (para nada) ofensivas palabras, ocasionaron al mas
bajito.
JiMin podía ser todo un drama, pero YoonGi lo amaba y amaba al bebé
que tendrían.
Además ¿y si el parto si se adelantaba por andar de bocazas?
—Minie, hyung lo siente. —Pronunció, trotando a un lado de su esposo. —
Pero estoy en algo importante y bueno, lamento lo de la camisa.
JiMin bufó y apartó los mechones dorados de su frente. Su pequeña mano
viajó a su vientre, mientras los guardaespaldas abrían la puerta para ambos y
los escoltaban hasta el auto que esperaba por el Omega.
YoonGi suspiró y le ayudó a subir, haciendo lo mismo después y
resignandose a perder la diversión de la pequeña masacre que había planeado
él solito.
JiMin sonrió a su lado, secando sus lágrimas falsas y estirando su gordito
cuerpo. Echó su cabello hacia atrás y tarareó;
—Y decías que no llegarías a dormir. ¿Ah que si se puede?
"Guau guau, te mintió."
YoonGi gruñó y se acomodó en el asiento, quitando los primeros botones
de su camisa y finalmente; sonriendo de lado.
Su maldito Omega era un manipulador de primera.
—¿Recuerdas el día de nuestra boda? —Preguntó a su Omega. —Después
de que tu padre bromeara con robarte y esconderte de mi, justo después de
que llorara para que mis hombres dejaran de apuntarle por su bromita, él se
acercó a mi y tímidamente me dijo algo que podría hacerte enfandar.
JiMin levantó una de sus finas cejas y esperó por el desenlace.
—Tu padre me deseó suerte y dijo que tu madre podría decir lo que
quisiera, pero que en casa de los Park, ya no se aceptaban devoluciones.
Y aunque YoonGi probablemente lo hubiese dicho para quitar un poco de
su tensión, él casi podía sentir el dolor de cabeza que se le vendría encima.
Esa noche por ejemplo; subió y bajó 32 veces las malditas escaleras, sólo
porque JiMin no se decidía con sus antojos.
23

—Yo no le tengo miedo a nada ni a nad.. ¿JiMin? ¿Es eso un pucherito de


disconformidad?
YoonGi está seguro de que uno de sus socios Alfa, se ha reído, pero para
cuando dio media vuelta para gruñir, todos se encontraban serios.
Chasqueando la lengua, abre los brazos para atrapar a su Omega llorón.
Una alarma se instala en el Alfa y el instinto de protección les hace saber a
los demás que no es un buen momento.
Uno a uno salen de su oficina, decidiendo que es hora de esperar por
nuevas noticias.
Mientras tanto, el Alfa palmea suavemente la espalda de su Omega y
frunce su nariz en cuando escucha sorber la contraria.
JiMin se despega del abrazo aún con el puchero en sus gorditos labios y
llevando sus pequeñas manos a la altura de su vientre.
—YoonGi.. —Murmuró, luciendo triste y alterando a su pareja. —Me
duele.
La respiración de Min se detiene y ante la alarma que demuestra, JiMin
también frunce su delicado entrecejo, golpeando su pecho.
—Prometiste masajear mi espalda, idiota.
Recuperando el aire, YoonGi aprieta los párpados.
¿Qué coño tiene JiMin con alterarle así? Porque no importaba que tan
pequeño e insignificante fuese el asunto, el Omega siempre lo haría enorme.
—Minie, no puedes asustarme así. Tampoco puedes interrumpir mis juntas
así por..
—O si no ¿qué?
YoonGi humedece sus labios, decidiendo que su vida vale más que un par
de millones. No hay forma de que contradiga a esa pequeña cosita de mal
humor.
—Uh.. ¿quieres ese masaje?
Relajando su postura, el Omega niega y frota sus puños en ambos ojos,
terminando por sonreír coquetamente y con las mejillas sonrojadas.
YoonGi lleva una de sus manos hasta la mejilla izquierda del Omega y
frota la piel en pequeños círculos.
—Dios, pareces una donita rellena.
Y por supuesto, él no lo dijo por el rastro de azúcar en las comisuras del
Omega, era sólo que le causaba muchísima ternura.
—¿Por gordo?
Mierda.
24

—¡Min YoonGi, mira que bien te ha tratado la vida!


JiMin no está muy seguro de como su relleno cuerpo, llegó a ese punto.
Está observando la rígida posición de su Alfa contra la sonrisita idiota de la
Omega frente a él y, enserio, no puede entender una sola cosa.
—Disculpa por irrumpir en tu casa y tomarme la molestia de subir a tu
habitación, pero vengo por el anillo de compromiso que me prometiste a los
dieciséis.
Su Omega se revuelve furioso, mientras se desliza fuera de la cama con
mucho esfuerzo y regresa la atención a un asustado Alfa.
—Q-que.. ¿Qué demonios? —YoonGi por fin logra preguntar, un tanto
fastidiado del rumbo que tomó su perfecto domingo.
—¡El infierno te odia, Min YoonGi! —JiMin por fin estalla en un montón
de malas palabras que normalmente emplearía en la intimidad de una
habitación que fue violada.
Pronto cuatro agitados guardias están en la puerta de su habitación,
tratando de emplear un montón de excusas para no ser asesinados.
—¿¡Quien demonios dejó entrar a esta suicida!? —JiMin arremete contra
los hombres, apuntando con su pequeño dedo manipulador. —No, esperen un
momento.. ¿estaban en una maldita orgía?
—¡N-no señor-ito!
Pero JiMin ya tiene suficiente.
¿Qué tiene que hacer un Omega embarazado para poder dormir en los
brazos de su Alfa dentro de su maldita casa, sin ser saboteado por una loca
que reclama algo que ya nunca tendrá?
—YoonGi. —Sisea, ladeando el rostro y observando como el Alfa evade
su mirada y se envuelve en las sábanas. —Min YoonGi.
—¿Y mi anillo?
JiMin suspira, colocando una de sus pequeñas manos en su abultado
vientre.
—Mina, no creí que valoraras tan poco tu vida. —Finalmente YoonGi
responde, consciente de la estupidez de la Omega y de lo muy enfadado que
está JiMin. —Amor, te juro que fue hace años y ni la recordaba.
Por supuesto, YoonGi no tiene miedo.
Se llama precaución.
Y aunque todo parece ser una mala broma, YoonGi sabe que está a punto
de ver el lado perverso de Min JiMin.
—Perderás la cabeza. —Murmuró el Omega, encogiendo los hombros y
pasando los celos locos.
La diversión estaba por comenzar.
;El siguiente capítulo es un poco fuera del buen sentido del humor ◎
JiMin tiene su venita sádica, así que tranquilas, sigue siendo la misma
historia.
25

—Amor, la estas asfixia... olvidalo, sólo me sentaré aquí. Te amo.


JiMin gruñó hacia su Alfa y regresó la mirada hacia la mujer golpeada
frente a él.
Un par de Alfas le sostenían por ambos brazos y no perdió el tiempo de
proporcionar un nuevo puñetazo en su mejilla.
—Estúpida, mi espalda. —Frotó la zona y suspiró, cerrando los ojos un
segundo.
Para su mal humor, la mujer no gritaba. Ella sólo se mantenía quieta,
evadiendo su mirada y buscando a YoonGi.
—Hey, oye. —Tronó los dedos, pero ella sólo negó y formó un puchero
hacia YoonGi.
Finalmente, JiMin dobló la rodilla y apuntó hacia su mandíbula,
golpeandola y logrando que un quejido realmente doloroso se escuchara por
la habitación.
JiMin tronó los dedos de nuevo y uno de los Alfa la levantó por el cabello,
exponiendo su rostro lloroso y como se mordia los labios para no ser más
quejica.
Algo ardió en su interior.
Llevó una mano a su abultado vientre y trató de relajarse ante el tacto.
Pensó en su cachorro y no en lo mucho que le fastidiaba el hecho de que ella
conociera tan bien a su Alfa, como para saber que no había nada más que
YoonGi detestara, que a un Omega débil de carácter.
La imbécil sólo se contenía porque creía que a YoonGi le parecía atractivo.
—¿De verdad piensas que YoonGi vendrá a salvarte sólo porque te haces
la interesante?
Negó divertido ante el entrecejo fruncido que recibió en respuesta y golpeó
las mejillas dañadas con burla.
—Miralo.
Observó entonces a su Alfa.
YoonGi dormitaba en la silla a un lado de la puerta, con una de sus manos
cubriendo su miembro cubierto.
¿Miedo?
JiMin sonrió.
—Mira. —Murmuró hacia la mujer. —Estoy embarazado de ese imbécil y
realmente me es cansado hacerte todo esto.
JiMin encogió sus hombros y sonrió para sus adentros en cuanto la Omega
pareció buscarle con la mirada.
—¿Estas así de psicópata por amor o porque te gustó como te trato en la
cama?
JiMin estaba seguro de que ella guardaba algo por su Alfa, pero no
entendía porque decidió aparecer tanto tiempo después.
Tendría que preguntarle a YoonGi. Claro, si ese estúpido lobo no se
negaba a contarle la verdad y aceptar de una buena vez, su maldita fama de
mujeriego.
Ah. Tarde o temprano JiMin tendría que comenzar con su cacería.
Pero no. Él no era celoso con ese imbécil bueno para nada.
26

—¿Dices que no recuerdas con quien salió YoonGi en la secundaria? Vamos,


no le diré nada. Puedes estar tranquilo.
—S-señor.. b-baje el arma.
JiMin chasquea, realmente cansado de interrogar a los estúpidos lobos
fieles que acompañan al padre de su hijo.
Soltando una maldición, baja el arma que apuntó hacia la cabeza del pobre
y sudado Alfa.
—Oh ¿qué hacia esta arma en mi mano? —Decide fingir un poco, para no
recibir un buen sermón sobre como no tratar a la gente de su esposo.
—D-disculpe, no t-tengo tanto tiempo t-trabajando con el s-señor Min.
—E-e-e tiendo. L-la-largate.
Sin dudarlo un segundo, el hombre casi derrapa de camino a la salida,
dejando a un molesto Min JiMin.
Todavía no entiende porque parece tener una ligera obsesión con las ex
parejas del bueno para nada de YoonGi, pero tampoco puede dejarlo pasar.
Ese estúpido era una pulga, saltando de perra en perra.
¿Y si tiene otro hijo? ¿otra Omega y otra familia?
—Le corto el pipi. —Murmura ya muy decidido, guardando el arma de
regreso en el cajón.
La rabia subió por su pequeño y embarazado cuerpo. Necesitaba saber todo
sobre el pasado turbio de ese pequeño hijo de perra.
Porque no le importaba, era sólo por cuestiones de su precioso bebé que
por cierto, nacería en unos buenos tres meses.
Y pobre de aquel infeliz si le descubría algo.
Su cachorrito se movió, sacandolo de sus muy oscuros pensamientos y
sonrió con auténtica felicidad, como siempre lo hacía cuando se trataba de su
cosita hermosa.
Lo único bueno que YoonGi hizo.
"Pero le quieres, digas lo digas."
Rodó los ojos ante el sentir de su torpe Omega.
—Lo voy a castrar de todas formas, porque si no es de mochi, ño es de
nadie y.. ¿por qué ya no me cierra la sudadera? ¡Maldita sea!
Su Omega rodó, divertido de las actitudes un tanto psicópatas del chiquillo.
Pobre de su Alfa.
27

JiMin baja corriendo las escaleras.


Su abultado vientre le impide correr más rápido, pero su lobo se siente tan
ansioso que incluso le lastima.
Pasa de los hombres a su alrededor, quienes aparentemente lucen
tranquilos y decide que mas tarde, cuando compruebe que todo estará bien,
los asesinará.
Inmediatamente sus labios forman un puchero y lágrimas se deslizan de
sus rojizos ojos, mientras YoonGi permanece recostado sobre el caro sofá
blanco que ya no lo es más.
Una mueca de dolor parece estar instalada permanentemente en el rostro
del Alfa, y todo va de aumento cuando el médico de reserva retira la bala de
su hombro.
—Eres un maldito hijo de perra, Min YoonGi.
El Alfa parece hundirse más sobre el sofá, como si su voz le alterara y
JiMin sabe que tiene que controlar su humor.
Esta cabreado por su estupidez, pero también asustado por la sangre y el
dolor que sabe que su hombre siente en esos momentos.
Ya tendrá otro día para golpearle las bolas tan duro, pero tan duro.
—¿Estabas viendo a otro Omega cuando esto ocurrió? —Sin embargo, su
lengua parece no cooperar.
—¡Estoy de maravilla! No te preocupes, amor. —YoonGi gruñé,
respirando profundo ante el escozor. —¡Duele como el infierno, ponga algo o
le volaré la puta cabeza!
—¡Oye, aquí el único gritón soy yo!
El médico se disculpa por JiMin, viendo con pena a su jefe. Su Omega luce
como un lunático y ya no sabe a quien temerle.
Pero sin importar lo que los demás piensen de ese indomable Omega,
ahora queda demostrado que realmente ama al jefe Min y que esas lágrimas y
ese aroma a tristeza, no es más que parte del montón de cosas que se encarga
de ocultar día a día.
—Señor, la Omega que tenía encerrada en una de las habitaciones
principales se está escapando.
—¡Por la puta, es una ex de YoonGi! ¡Atrapenla!
Por suerte para Min, se queda inconsciente antes de que JiMin iniciara con
una rabieta.
Su Omega es único. Joder.
28

—Y no es que muera porque no tenga tus besos, peeeero es que vivir sin eso
es como vivir sin razón. Bebé y-y si tú supieras cómo me duele el proceso d-
de olvidarme de tu cuerpo, me destroza el corazónnnnn.
—De melón, señor.
—De meloooooooon.
JiMin golpea la cabeza de YoonGi, escuchandolo suspirar y continuar con
su trabajo de matón bien organizado.
Sigue herido, pero es un cabezota. JiMin se repite que es por eso y no
debido a lo pesadito que anda en esos días.
—Contigo me sentía invencible me amas pero ¿de qué me sirve?
—Oh, Oh, señor.
—¡Tu si sabes! —JiMin golpea de nuevo la cabeza de YoonGi con sus
pequeñas manos. —YoonGi ¿podemos ir a la cama?
—Yo no, tengo trabajo que hacer.
JiMin frunce el entrecejo y lanza una mirada al pobre Alfa fastidiado que
ha coreado sus canciones.
—Puedes retirarte, gracias.
El Alfa asiente y antes de poder salir del todo, JiMin agita sus manos de
nuevo.
—Créeme un poco maaaaash.
—Te lo suplico, señor.
YoonGi gruñe cuando la puerta se cierra y levanta la mirada hacia su
gordito consentido.
—Has reducido a mis hombres. Ahora entiendo porque prefieren que les
corte un dedo o les de una paliza, si a cambio no tienen que aprenderse el
infierno de música que te gusta.
—¡Qué pesado estas con tu pobre Omega preñado!
Y siendo sincero, JiMin ya está rebasando los límites de su Alfa. Pero de
nuevo, YoonGi se traga sus propias palabras.
—¿Podemos ir a la cama?
—No. —Repite, frotando el puente de su nariz.
—¿Podemos ir a la cama, amor?
YoonGi guarda silencio, mordiendo su labio para no chillar ante la palabra
amorosa que JiMin no suele usar.
Es un maldito.
—¿Bebé? ¿Alfita? ¿Cosita? Minie bebé quiere ir a la camita con su Alfita.
Hundiendo su rostro en sus manos abiertas, YoonGi sabe que está jodido.
JiMin siempre lo tendrá en la palmas de sus regordetas manos de Omega
consentido.
"AUUUU"
29

Otro día dentro del muy embarazado cuerpo de Min JiMin, nada por este lado
y nada por el otro.
Suspira con cansancio, acariciando perezosamente su vientre. A lo lejos
escucha los gritos histéricos de su Alfa y las voces bajitas casi en susurros de
la bola de ineptos a su mando.
Muerde su labio inferior. Escuchar tan cabreado a YoonGi le excita
mucho. Ah mierda, ya no puede ponerse en cuatro porque su bebé es grande
y pesado.
—¡Agh maldita sea con estos inútiles!
JiMin sonríe inocente ante el rostro furioso del Alfa y casi ni se inmuta
ante el portazo que casi destroza su puerta.
Mierda. Ojalá que YoonGi se arranque la camisa.. y oh, detiene su tren de
nuevo. Esta embarazado.
—Voy a colgarlos de uno en uno, arrancaré su puta piel y..
.. la forma en que sus músculos se tensan cuando recibe su polla. Lo
grande que es y lo muy lleno que se siente..
Carraspea y se acomoda en la cama, frotando su vientre duro.
—Estúpidos todos, estoy tan enojado.
Golpeando su mejilla interna con la lengua, JiMin planea que posición le
sienta mejor. Probablemente no en cuatro, pero quizá si está arriba y YoonGi
le sostiene de las caderas..
—¿JiMin?
.. ¡Sí! Esa posición sería perfecta. Casi puede sentir la dureza de su Alfa en
su interior.
"Seré suave, bebito. Te juro que no te lastimo."
JiMin eleva la mirada a su Alfa y un pucherito se forma en sus regordetes
labios.
—Yoon..
Y entonces las arcadas suben por su garganta a una velocidad
impresionate. JiMin está mojando sus colchas carisimas traídas de Paris,
mientras los ojos se le llenan de lágrimas.
Oh por dios, su hijo es terrible.
Su Omega bufa. Es un maldito caliente y al parecer traera al mundo a una
pequeña copia bien hecha de él mismo.
JiMin siente un escalofrío.. no puede ser tan malo, ¿verdad?
30

—Que perra que perra, que perra mi.. ¡YoonGi, amor!


El gran Alfa salta en su lugar, carraspeando incómodo. Sonríe abiertamente
hacia su esposo gordito y por el amor de dios, su cerebro parece por fin
entender que no es buena idea decir aquello en voz alta.
Repentinamente, la sonrisa de Min JiMin se desvanece y su nariz
fruncidita junto a sus puños de bebé cerrados, le dan una idea del berrinche
monumental que se le viene encima.
—¡MIN YOONGI!
—¿Si amor? —Pregunta, tragando su orgullo cuando le ve apurarse hasta
donde él permanece de pie, con esa actitud de niño caprichoso que le encanta
en la cama.
—¿QUÉ ES ESTO?
Abre y cierra la boca, ladeando el rostro en un acto inocente. Y porque no
tiene una sola idea de lo que JiMin pregunta.
—¡ESTO!
Pega otro saltito cuando su miembro es apretado por sobre su pantalón. La
regordeta mano de su Omega aprieta y suelta, mientras se muerde el labio con
intención.
—Este paquetón, chiquito.
Incómodo, el Alfa se remueve y trata de alejar la mano de su Omega,
porque carajo, se está calentando y JiMin ya no es muy liviano para follar.
Joder, pesa horrible.
—Preparate bebé, hoy quiero que me rompas.
"No, por favor. Guau."
JiMin además ha estado presentando ese hambre particularmente sexual y
en donde él queda aturdido por la cantidad de fuerza y soporte que debe
ejercer para sostener a su pequeña vaquita.
Incluso su polla parece bajar de golpe, negándose a cooperar. Más tarde, él
deberá hablar seriamente con esa parte tan amada de su cuerpo.
—Sí.. bueno.. verás amor de mi vida. —Comienza. —¿Sabes que soy un
Alfa muy ocupado en estos días? Apuesto que sí, siempre eres tan metido en
mis asuntos y ¡está bien, deja de verme así!
Enfadado, JiMin suelta la polla de su Alfa y se cruza de brazos. Sus ojos se
cristalizan y sorbe de su nariz.
—Uh, no bebé, no llores.
Pero el Omega ya lo está haciendo.
—Ah, a-ah m-mi bebé. —Susurra entre hipidos, acariciando su vientre
abultado.—Papá e-es un e-estúpido.
Y, como cada vez que esa cosita manipuladora utiliza su arma más mortal,
llamada también llanto, el gran Alfa forma un puchero en sus labios y patalea
sobre su sitio, causando labios apretados en sus hombres.
Ese Omega es un desquiciado que tiene en sus regordetas manos al jefe
Min.
Y así lo demuestra más tarde, con un YoonGi quejándose toda la tarde del
terrible dolor en su espalda.
—¡Y al que bromee con el asunto, le meto un balazo!
Pero ya nadie le cree.
31

JiMin apretó los labios y lanzó una mirada hacia la pobre alma que le
observaba con terror en sus oscuras pupilas.
El hombre, Alfa por cierto, tres veces más alto que él, tragó grueso y
repitió en voz bajita y asustada;
—S-señor, uhnmmp.. e-el jefe Min n-no ha llegado a c-casa y un-a socia
desea hab-hablar con u-sted por lo menos.
El Omega embarazado se levantó de su cómodo, carísimo e importado sofá
y asintió, ignorando las palabras entrecortadas del hombre que supuestamente
lo protegeria a él y a su bebé si YoonGi se encontraba lejos.
—Y-ya v-voy ¡Largo!
JiMin frotó su vientre abultado. Estaba furioso porque le habían arruinado
la intimidad con su cachorrito, donde mimaba su pancita y le decía lo mucho
que lo amaba y esperaba.
¡Uno ya no podía ni ser tierno!
Luego lo tachaban de maldito y.. un momento.. ¿había dicho "socia"
mujer?
Su Omega se removió inquieto y hasta el bebé pareció despertar, así que se
acomodó el cabello y salió disparado, ignorando las miradas nerviosas de los
Alfas.
¿Por qué todo mundo quería arrebatarle al padre de su hijo?
Suspiró profundo y chasqueó la lengua, abriendo de un golpe la puerta de
la oficina de YoonGi y frunció su entrecejo ante la presencia de la intrusa.
Olfateo en el aire y oh.. Omega.
—¿Qué haces aquí? —Preguntó, sintiéndose furioso por la presencia de
otra Omega en uno de los espacios que su Alfa más solía recurrir.
Su instinto le empujó a llevar las manos a su vientre y proteger a su bebé
de cualquier peligro y odió la sonrisa de la estúpida mal teñida.
—Me dijeron que el Omega de mi YoonGi era de mal carácter, pero esto
es otro nivel. —La pelirroja se deslizó fuera de su asiento, nada más que la
maldita silla de su Alfa. —Mi nombre no importa, ni tu amistad. Soy una
socia de Yoon y su ex amante.
Esa maldita estaba loca como el infierno.
—.. pero tranquilo, ahora solo somos.. amigos.
JiMin soltó una risita dulce, de esas que tenía que forzar para no soñar
ardido.
—Mi hombre no necesita amigas, me tiene a mi y yo tengo como veinte
personalidades, dime con cuál quieres hablar.
La estúpida Omega rodó los ojos.
Jesús, le hizo la grosería de su vida.
—No entiendo como mi gatito puede.. tu sabes. —La Omega lo señaló y
después sus ojos malvados recorrieron su vientre.
JiMin se cansó. Él sonrió, aturdido por la irritación y el control total de su
Omega interno, mientras se deslizaba a su costado y camina alrededor del
fino escritorio, donde muchas veces había follado salvajemente con su Alfa.
La Omega seguía en su sitio ya un poco más apartada, a un costado del
mismo y para cuando intentó de alguna mala forma reaccionar, JiMin
sostenía un arma en su regordeta y pequeña mano.
—Adiós, popo.
El impacto resonó por todo el lugar, alertando a los guardias quienes
irrumpieron violentamente para cuidar de su seguridad.
JiMin estaba respirando agitado cuando reaccionó del todo y comprendió
que mierda, él había ejecutado a una persona en menos de.. ¿5 minutos de
haberla conocido?
Encogió los hombros, echando su cabello hacia atrás.
Por supuesto, un poco aturdido pero nunca arrepentido.
Él salió tarareando Wanna de Kara, ante la atenta y asustada mirada de la
bola de matones bajo el mando del gran Min YoonGi.
32

—¡MIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN JIMIN!
—¡PRESENTE, BONITO Y DISPUESTO!
YoonGi rugió, causando un jadeo colectivo por parte de los matones que
custodiaban el jardín donde el Omega Min tejia.
Alguien estaba en problemas.
—¡VEN AQUÍ EN ESTE MOMENTO!
—¡OBLIGAME!
Viendo de reojo el semblante realmente furioso de su Alfa, JiMin tragó y
medio rodó hasta ponerse de pie con la ayuda de uno de los guardias.
—Ay, mis estrías. —Se quejó, caminando a pasito veloz. —¿Qué pasó
lobito?
YoonGi apretó la mandíbula. El maldito se veía enojado.
—¿MATASTE A MI PUTA SOCIA? ¿QUE COSA TIENES EN LA
CABEZA?
JiMin encogió los hombros, luciendo despreocupado.
—En la cabeza no mucho, pero en el vientre a tu cachorro y si tu estrés me
genera tenerlo antes, voy a golpearte tan duro que no te quedará ganas de
volver a gritarle a tu único Omega.
Fingiendo un poco más, JiMin llevó una de sus manos a su espalda baja y
se quejó.
—Estoy de siete meses, sabes que soy propenso a los cambios de humor y
bueno, perdón, a veces pasa que se me puede escapar una bala.
YoonGi por el contrario, no pareció caer bajo el efecto JiMin por primera
vez en su vida.
—Me importa un carajo, esta vez fuiste lejos. Esa perra transportaria algo
valioso y tu..
Rodando los ojos, JiMin empujó a su Alfa y pasó a su lado.
YoonGi a veces podía ser exagerado.
—Ya me voy con mi madre. Cuando se te pase el enojo, comprate
almohadillas para las rodillas.
Estaba siendo un desgraciado y lo sabía, pero el solo hecho de que YoonGi
le gritara por otra Omega, le dejaba mal.
Se supone que las cosas no debían ser así.
Sus ojitos se llenaron de lágrimas mientras subía a la habitación y el peso
de las cosas caía por fin. Se había peleado con su Alfa por primera vez y
YoonGi seguía tan disgustado que lo último que escucho fueron las órdenes
para que le llevaran a casa de su santísima madre.
Vaya mierda.
Él lloraria, pero más tarde planearia su venganza contra ese insencible.
33

—Lo que sucede es que no estás acostumbrado a ver a tu Alfa así, ¿es eso?
Su papá era tan suave y tan bonito que causaba un montón de cosas en
JiMinie.
A diferencia de su mamá, Jae siempre estaba dispuesto a escuchar los
berrinches de su trompudito bebé.
—Terrón, ¿eres consciente de que está vez tu fuiste el del error?
—Sí papi. —JiMin acomodó su cabeza contra el regazo de su papá.
Sus ojos pertenecían hinchados y la tristeza parecía contagiar a su lobo,
haciendolo callar.
—Pero YoonGi sabe que..
—Noup, YoonGi tiene un trabajo que no es que termine de agradarme,
pero del cual tu tenías pleno conocimiento cuando decidiste enlazarte con el.
Así que tenías que pensar bien las cosas y decidir si valía le pena o no..
además de que sigo impactado porque, bueno..
JiMin sorbió, formando una mueca triste y su padre no podía creer que su
tierno bebé estuviese pasando por una situación así.
—Estaba tan enfadado que no salió a despedirse y me enfade más, así que
le di una patada a la puerta de su oficina y le dije que pelearia por una
manutención.
JiMin rodó los ojos, aún con lágrimas deslizandose por los mismos.
—Ya se que siempre parece que lo trato mal, pero eso es porque nadie sabe
que siempre lo estoy mimando. Le preparo su café como le gusta con un
poquito de leche y azúcar, le doy masajes cuando está muy cansado, me
acuerdo de nuestros aniversarios y siempre estoy muerto de miedo cuando
sale de casa para hacer sus negocios turbios.
Terminando de contar con sus regordetes dedos, el chico observó la argolla
de oro en su dedito anular y nuevamente sollozo.
Ese perro infeliz.
—¿Debo llamarlo para decirle que está vez serás tu quien se disculpe?
—Ay no, estoy sensible y se que las cosas serán peores porque ese hijo de
puta es mezquino cuando lo quiere. P-pero nunca lo fue conmigo.
Abrió su boquita un poco más, ante el repentino movimiento en su vientre
y suspiró pasando una mano por el mismo.
Su cachorro había estado un poco inquieto.
—Tienes que bajar las defensas por primera vez en la vida, terrón de..
—Sal. —Su madre apareció por la sala, luciendo fastidiada. —Te dije que
en cualquier momento ese jodido mostraría como es y ahora, mi pobre bebé
está sufriendo.
Jae rodó los ojos.
—Yo digo que deberíamos irnos de viaje, perderte un rato y que sufra.
Podemos regresar cuando el bebé ya esté en tus brazos y..
—¡NO LE METAS IDEAS AL NIÑO!
JiMin metió su dedito pulgar a su boquita y succiono.
Su lobo por el contrario, le advirtió que no hiciera alguna estupidez.
De nuevo.
34

—OMMA, PON STANGER TING.


Solar suspiró, no entendiendo una sola cosa del acento extraño que su
retoño pronunciaba.
Casi estaba segura de que aquello no se decía así. Pero sin querer romper la
burbuja de tranqulidad que extrañamente parecía envolver a su bello capullo,
ella buscó la serie y lo dejó bien acomodadito en el sofá.
Salió casi corriendo para regresar a la cocina y sonrió enorme. Sus planes
de suegra malvada estaban funcionando y sin importar cuanto más le tomara,
se vengaria de ese tonto Alfa.
Se puso de puntitas para alcanzar los condimentos y cuando el móvil de
JiMin vibró en su bolsillo, lo sacó y carcajeó.
—¿Aló? ¿Si? ¿Quien es? ¿QUIEEEEEEEEEN? AY NO, NUMBER
EQUIVOCADO.
Colgó de nueva cuenta y guardó el aparato que le había robado a su bebé.
Tarareo mientras cortaba las verduras, pensando en su dulce nieto que
nacería en su hogar dentro de poco.
Ah. Casi podía imaginar lo precioso que sería y las mejillas de melón que..
—¡AAHHHHHH! —Gritó asustada, mientras Min YoonGi se asomaba por
su ventana con una cara de maldito que le podía.
Sintió el cuerpo frío.
El jodido Alfa respiraba con fuerza y sus ojos estaban rojos, demostrando
que su lobo estaba casi fuera.
Maldijo por lo bajo y le mostró el dedo medio, causando un duro golpe en
el cristal por parte de Min.
Ah no, está vez no le ganaría.
Usando su lenguaje de señas y a una lejanía produnte, Solar negó.
"Tu te lo buscaste."
YoonGi golpeó de nuevo el cristal, luciendo más inestable y Solar titubeo.
Finalmente, el Alfa apoyó la frente contra el cristal y pareció lo
suficientemente cansado como para seguir golpeando.
Dudando, la mujer se asomó hacia la sala, abriendo los ojos y caminando a
paso veloz hacia la cocina de nuevo.
—Te mentí, entra. Creo que JiMin acaba de romper la fuente, jeje.
Y mientras Min YoonGi parecía estar drogado y preocupado, Park Solar
tuvo que soportar la crisis que su retoño tuvo cuando supo que, por el amor
de dios, ese bebé venía con todo.
35

—¿Así que se te cayó el jugo y por eso gritaste y tu madre asumió que
estabas por parir?
JiMin asintió.
—Ah. —Jae suspiró, observando al Alfa poco intimidante al que se había
resumido su yerno Min.
Solar a su lado, se removió inquieta.
—Sonó como si lo estuviesen matando, me asusté porque estábamos solos
y deje entrar al lunático de YoonGi.
Min gruñó, llevando una mano a su cabeza y cepillado su cabello con los
dedos.
JiMin lucía más chiquito que de costumbre, en su esquinita y con las
pequeñas manos sobre su abultado vientre que, efectivamente, no tardaría en
darles la señal.
—Bueno, es hora de que nos hagamos a un lado y dejemos que se arreglen
de una buena vez. Porque Minnie bebé, te amo con todo mi corazón y orgullo
de padre, pero que te soporte YoonGi.
Solar fue tomada del brazo y entre maldiciones, ambos padres salieron de
la habitación de JiMin.
La pareja se quedó callada por un largo rato. JiMin podía notar el estado
nada simpático de su Alfa y aunque moría por hacerle una escena que le
dejara con más dolor de cabeza, se abstuvo.
Ya no sabía como reaccionaria desde la vez que "accidentalmente" mató a
su socia.
—No me voy a disculpar por decirte que hiciste las cosas mal.—YoonGi
finalmente habló, aterrizando la mirada sobre su vientre. —Pero si lo hago
por haberte gritado y de alguna forma, por haberte sacado de tu hogar.
El pechito de JiMin se agitó. Quería llorar pero su orgullo lo impedía como
el campeón que era.
—Sigo enfadado. —El Alfa continuó. —En estos días de mierda además
de no tener a mi Omega embarazado a mi lado, también estuve arreglando ese
problema y dándome más dolores de cabeza como no tienes una idea.
JiMin sorbió de su nariz.
—Así que en un ataque de estrés, salí con una mujer.
La respiración pareció fallarle, mientras su Omega y todo él intentaban
procesar la información. Pero Incluso antes de que pudiese estallar como el
volcán que era, YoonGi soltó una carcajada.
—Me las debías, solo estoy bromeando pero ¡ay!
Como pudo, el Alfa resistió los golpes de su embarazado esposo.
Se lo había buscado.
—¡ERES UN PERRO, AHORA MÁS QUE NUNCA ESTOY DECIDIDO
A DEJARTE SOLO!
La tarde terminó con un Alfa siendo expulsado de la casa de su Omega y la
firme idea de que a JiMin ya no se le podía hacer ni una bromita.
Jodeeeeer, quería a su bebé revoltoso de vuelta y lo tendría.
36

—Acelerale chófer, que atrás.. que atrás.. uhmm..


JiMin frota su abultadisimo vientre, bostezando ante el tráfico infernal.
De ser por voluntad propia, jamás hubiese salido de casa. Pero su última
cita médica había llegado y guardaba la esperanza de que su cachorrito se
dejase ver.
¿Que puede decir? Era igual de pequeño vago que Min YoonGi.
—¿Sabes Kim? Pronto será Halloween y creo que alcanzaré a disfrazarme
de calabaza. —Sonríe perezosamente, bostezando de nuevo. —Vamos, ríe un
poco.
Pero el chófer continúa muy tenso. JiMin rueda los ojos. No es como si
fuera a matarlo por reírse un poco.
Media hora más tarde, su auto continúa casi en el mismo lugar porque el
tráfico es horrible y no tiene piedad de un pobre y delicado Omega precioso
como él.
Así que bajando el cristal, lanza un suspiro y empuja su cabeza solo un
poco hacia afuera.
—¡MALDITOS HIJOS DE PUTA, MUEVANSE Y DÉJENME PASAR!
El sonido de los claxon y algunas maldiciones, se escucha de fondo.
—VOY A CONTAR HASTA TRES Y PARA ENTONCES ESPERO
QUE ME DEN MALDITO ESPACIO O VOY A VOLAR SUS JODIDAS
CABEZAS, ASÍ COMO ME ENSEÑÓ EL LUNÁTICO DE MI ALFA!
Nuevas maldiciones se abren espacio a través de sus tiernos oídos y eso es
todo lo que necesita para dejar salir su mal humor.
A JiMin casi se le olvidaba porque era el consentido.
Patalea un instante y toma su pequeño bolso de mano, carisimo por cierto,
sacando su Glock 9mm color azul metálico.
—Señor Min, por favor, estamos tratando de..
Pero JiMin deja escapar la primera bala hacia el cielo, causando el pánico
entre los conductores que no dudan en volverse una masacre para salir de su
camino y huir de las balas del Omega hormonal.
—Ya relájate, Kimmie.
JiMin sube de nuevo su ventanilla, esperando tranquilo y observando como
los autos aceleran y le dan paso.
—Señor, no puede hacer eso y pretender que no esta mal.
JiMin sonríe, acomodándose de nuevo sobre el asiento.
—¿Eres nuevo en el servicio de YoonGi?
—Afirmativo, señor. —El Alfa responde, orgulloso por ello.
—Ya decía yo.
Ante el silencio del Alfa, JiMin encoge los hombros. No es su deber
advertirle sobre su poco humor y sobre lo mucho que puede sufrir por llevarle
la contraria o arruinarle un buen chiste.
—¡ME ESTOY ABURRIENDAAAAAAAA!
Su nuevo chófer suspira, cerrando los ojos y recordando las palabras de sus
compañeros; paciencia, compromiso y huir a la muerte.
"El Omega Min es peor que el Alfa Min. Te lo juro por mi abuela."
Probablemente no estaban exagerando.
37

—No sé, creo que estoy un poco gordo.. ¿que opina, doc?
JiMin sonríe a pesar de su peso, acariciando la piel descubierta de su
vientre.
—Para nada, señor Min. Déjeme decirle que usted guarda muy bien su
figura y que podrá recuperar su perfecto y bien detallado cuerpo en cuanto de
a luz.
JiMin escucha respirar agitadamente a su médico, después de alabarlo
hasta el cansancio para no terminar con una bala en la cabeza.
Últimamente le ha parecido divertido eso de asustar a los demás.
—¿Si? —Pregunta, formando un puchero en sus labios gorditos. —
YoonGi dice que parezco un globo.
—Dejeme decirle una vez más, que el Alfa Min es un cretino.
Hay un jadeo de sorpresa en el consultorio, proveniente del Alfa que le
acompaña por seguridad. Seguramente no se cree que un Beta está llamando
cretino al imbécil de su jefe.
—Es un idiota, lo sé. Ah que más.. ¿acabaste de revisarme? Quiero ir a
fastidiar a YoonGi.
El Beta asiente furiosamente, recordándole que en cuanto tenga alguna
molestia, lo llame de inmediato. Su cachorro nacerá pronto.
De regreso al auto, todo lo que JiMin desea es acurrucarse en los brazos de
su Alfa y medio olvidar que es un tonto sádico que ama cuando le da masajes
en los hombros y le hace caritas extrañas para aliviar su mal humor.
Puede que ese Alfa sea un estúpido, pero es su estúpido y en el fondo lo
ama con locura.
—Llévame con YoonGi, quiero que me ponga en cuatro.
Su guardaespaldas jadea de nuevo y JiMin ya está creyendo que es un
puritano o un Alfa con serios problemas.
—Lo siento, pero el Alfa Min está en medio de una tortura. He sido
notificado hace media hora.
JiMin rueda los ojos, casi pudo escuchar el lamento del pobre sujeto.
—Se nota que eres nuevecito. Anda, vamos.
El Alfa intenta negarse, pero termina por aceptar y se pone en marcha para
llevarlo a su destino mientras JiMin limpia su arma con un pañuelo
desechable.
—¿Hace cuanto estas en el servicio de YoonGi? —Pregunta de nuevo,
puliendo el arma.
—Unos meses, señor. Casi cuatro.
JiMin asiente.
—¿Estas emparejado? ¿Algún hijo oculto?
—No, no. Soltero señor.
De nuevo asiente.
—¿Omega o Delta?
—¿Que? Omega, por supuesto señor. —El pobre Alfa suena consternado.
JiMin encoge los hombros.
—¿Promedio en la escuela? —Continúa con el interrogatorio.
—P-pues reprobé mucho.
JiMin levanta el arma, observando los detalles con ojos aparentemente
críticos.
—¿Lluvia o calor? ¿Blanco o negro? ¿Soda o café? ¿Tradicional o Kinky?
¿Crees que estoy gordo?
—Lluvia, negro, café, uh.. Ambos y sí, está obeso.
JiMin sonríe, inocente y con las mejillas sonrojadas. Tantea el cinturón de
seguridad sobre su embarazado cuerpo y asiente como si la respuesta le
pareciera la más correcta.
Cuarenta y cinco minutos después, Min YoonGi está abandonando una
tortura para ir al hospital.
—Jodido Omega lunático. —Sisea con cansancio.
¿Que hizo en ese mundo además de matar, extorsionar y hacer pactos con
el más allá, para merecer tal locura?
38

—Quiero golpearle tanto, tantísimo el maldito trasero. Tanto que deseo


marcarlo como si..
YoonGi guarda silencio rápidamente, golpeando su mejilla interna con la
lengua.
JiMin, quien recién desperto, parece lo suficientemente perdido como para
entender que hasta hace momentos estaba tentado a sujetarlo del cuello.
—¿Que?
Pero al parecer no.
YoonGi niega, apartando la mirada. Si está asustado o no, nunca se lo
dejaría saber.
—¿Maté al idiota del Alfa? —Las primeras palabras de JiMin lo
descolocan tanto que termina ocultando el rostro entre sus manos.
—Estoy tentado a morderte el cuello, jodeme con eso. —YoonGi ya está
perdiendo la paciencia, preocupado por el bebé que JiMin aún lleva en su
interior.
—Uy sí, te recuerdo que hace más de cuatro meses que no me tocas. Ya no
se si eres hombre o qué.
Durante los siguientes minutos, el silencio se extiende por toda la
habitación de hospital.
YoonGi esta demasiado.. ¿como descubrirlo?
—Estas.. ¿JiMin, estas bien?
—Sí, sí, dame un masaje en la próstata, por favor. —El Omega parece
animado, bostezando a la par.
¿Tal vez deba matar al médico que aseguró que JiMin se encontraba
crítico?
"Mira, quizá se refería a su serio problema de humor. Recuerda que
sugirió un psiquiatra en voz baja."
—Harás servicio comunitario después de tener al bebé, alguno de los dos
tiene que redimir un poco de toda la mierda que ambos hacemos.
JiMin frunce el entrecejo, borrando un poco de su buen humor.
—¡Yo solo soy un dulce Omega preñadito! Nosotros somos muy diferentes
en todos los sentidos, particularmente los Omega que durante la gestación
tenemos diferentes tipos de antojos. El mío es matar, extorsionar y joderte la
vida.
JiMin termina su relato con una sonrisa tímida en los labios y seriamente,
YoonGi no se lo puede creer.
¿Quién de los dos era el enfermo en esa relación?
—A todo esto. —El Omega continúa como si nada. —Decidí que te
perdono, porque no quiero estar separado de ti cuando nuestro cachorrito
venga. Incluso decline la oferta de mi madre para mudarme a otro país.
De nuevo el silencio.
"Guau, ¿de verdad queremos que nos perdone?
No sé, piénsalo.
Ahora dormimos más, comemos tranquilos y atendemos nuestros asuntos
en total calma sin revoltosos asesinos insultando tu escasa hombría."
—MalditoAlfainútil. —YoonGi sisea. —Sí, gracias amor. Prometo no
defraudar esta GRANDISIMA oportunidad.
JiMin no parece muy emocionado, casi como si supiera que esa sería su
respuesta.
Y YoonGi tiene que admitir que bueno, ambos están hechos el uno para el
otro..
"Guau, no, yo me voy."
.. y que su Alfa no es el más serio en esos casos.
39

Hay un sudor frío recorriendo la espalda de cada Alfa alineado a la


perfección, cubriendo el espacio de los pasillos de la mansión Min.
Cada uno parece contener la respiración, mientras la bola azucarada de
JiMin se derrite entre besito y besito en la nariz del gran Alfa que juró quitar
del camino a cualquiera que le estuviese haciendo estorbo en su camino al
poder.
Solían ser buenos tiempos.
JiMin aplaude, aparentemente feliz por ver los rostros tensos de cada Alfa
fielmente unido a su cosito picioso.
—¡Los extrañe tanto, tantísimo! —Exclama con alegría. —¿Me extrañaron
también?
El silencio se extiende y YoonGi no culpara a ninguna de esas pobres
alma.
Su Omega es un tremendo dolor de cabeza, complicado como la mierda y
es difícilmente tratar con él y sus ataques de ira y capricho entremezclado.
—¿No? Aww. —JiMin susurra. Sus ojitos alegres se apagan poco a poco y
YoonGi suspira, tronando el cuello hacia la línea de hombres que parece
entender el mensaje.
—Sí, Omega Min. También extrañamos su presencia y la del cachorro no
nacido.
Aquello suena tan mecánico que JiMin rueda los ojos y coloca las manos
en su cintura. O en lo que le queda, porque realmente no esta tocando una
cintura.
—No se porque no les creo.
De nuevo el silencio.
YoonGi muerde su lengua para no decir alguna cosa que traerá dolores de
cabeza a su día y en su lugar, sonríe hacia JiMin y frota el vientre abultado
del menor.
—¿Quieres comer algo? Seguro tus antojos están más presentes.
JiMin asiente hacia la oferta, pasando la punta de su lengua por su
regordete labio inferior.
De repente regresa la mirada hacia los nerviosos hombres y forma un
pucherito, como si todo le pareciera tan triste.
—Tengo antojos de matar.
El jadeo colectivo es exagerado y pronto hay una serie de empujes,
mientras los Alfa buscan al eslabón más débil entre todos para ofrecerlo.
YoonGi no puede creer que se vuelvan un maldito lío ante una miradita de
JiMin. Quiere decir, se supone que están entrenados para amenazas letales
que atentaran contra sus vidas y mirarlos llorar de miedo, no es algo que le
tenga muy seguro al respecto.
Murmurando una maldición, cierra los ojos con fuerza cuando los hombres
se arrojan contra sí, aparentemente desesperados por huir de la sonrisa
traviesa del Omega que ahora mismo juega con sus manos y el rubor en sus
mejillas.
JiMin es solo una bolita de amor juguetona, pero el embarazo lo tiene más
sensible de lo normal.
Al menos eso cree.
40

—Y entonces le dije, acelerale chófer, que atrás viene..


—Si cariño, ¿ahora quieres dormir?
JiMin no luce ofendido por la interrupción de YoonGi, así que encoge los
hombros y se acomoda como puede en su hermosa cama.
—Extrañé nuestra cama, es tan suave y tan bien hecha para mí.
Escucha a YoonGi murmurar y después de un par de minutos de silencio,
las luces finalmente se apagan en la habitación y las cortinas se abren gracias
a los controles a su lado, dejando a la vista las pequeñas lucecitas de la
piscina al otro lado de los ventanales.
—Sip, extrañé. —Intenta de nuevo, suspirando cuando el cuerpo de su
Alfa se acomoda su lado y la mano de YoonGi sube sobre su vientre,
acariciando por sobre la tela.
—Oye.
Finalmente la voz de YoonGi se escucha y JiMin no sabe si amarla o
detestarla ahora que estaba quedándose dormido.
—Lamento lo de la broma de la amante, pero sabes que no hay forma de
que hiciera algo así.
—Porque te corto la poll..
—Ajá, pero además de eso porque te amo y siempre eres mi primero desde
que te conocí. No te miento, me sentí un poco dolido cuando sencillamente lo
creíste.
JiMin murmura, frotando su mano contra la que reposa en su vientre.
—Eres un anormal si creíste que no me la iba a creer en mi estado.
YoonGi, estoy preñado de meses. Mi sensibilidad y falta de juicio, vienen el
paquete.
El Alfa parece meditarlo y la atención de JiMin cae sobre el movimiento
de sus cortinas.
—¿Que no ya naciste así? —Min pregunta. —Pero bueno, creí que te
interesaría saber que el guardaespaldas al que intentaste matar, no murió.
—¿Uh? —JiMin parpadea, tratando de encontrar los ojos de su Alfa en
medio de la oscuridad.
—Solo tiene unas cuantas fracturas y se volvió muy llorón cada vez que le
hablan de ti, pero lejos de eso y quitando el hecho de que reduciste a un
quejica a uno de mis aprendices.. pues sí, esta bien.
Humedeciendo sus labios, JiMin puede sentir la culpa aglomerandoce en
su interior.
Dios, que terrible.
Debió rematarlo.
—Pobre, quizá deba visitarlo para pedirle disculpas personalmente.
El jadeo que le sigue a sus palabras, es innecesario. Ni que fuese un
lunático en busca de su presa fallida.
Puff.
41

—Hola, es JiMin. Min JiMin para los que no me conocen y ChimChim para
los amigos.
El Omega rueda los ojos, bajando la mirada hacia sus zapatos de charol,
mientras el Alfa en la habitación permanece de pie, con el entrecejo fruncido
y una clara invitación a que se mantenga alejado.
Se parece un poco a YoonGi en términos de mandón. JiMin lo vio tratar a
sus hombres y, pobre, todavía le falta conocer mucho.
—YoonGi no puede salir aún, verá, sucedió un pequeño.. vamos a decirle
problema y ahora está profundamente dormido cuando se suponía que
debería estar aquí para atenderlo.
Un gruñido atrae su atención y la nariz se le frunce en molestia, mientras
los hombres de YoonGi parecen totalmente dispuestos a ponerlo detrás de sus
espaldas y tomar el asunto en sus manos.
JiMin no lo entiende.
Ni que estuviese tratando con un criminal.
—No me gruñas por favor, todavía estoy de buen humor y créeme, no
quieres que eso cambie.
Sin embargo, el Alfa frente a él no es YoonGi ni cualquiera de las otras
pobres almas que ya conocen lo muy mal que se puede poner el asunto si lo
hacen enfadar.
¡No es justo! JiMin esta luchando por cambiar y aunque la sed de sangre es
poderosa, él está tratando.
—¿Quieres una bala en tu cabeza? ¿Quieres quieres? —Pregunta, aún con
las mejillas sonrojadas y el gruñido del grandulon frente a él.
—A mi no me hables así, estúpido Omega.
—Uhhhhhh.. —El coro a su espalda no es para nada divertido y, mierda,
JiMin puede sentir como todo a su alrededor se detiene ante la palabra
estúpido.
No es estúpido.
Nadie lo llamó así nunca.
Una sonrisa se apodera de sus labios, mientras su pequeña mano frota su
abultado vientre, sintiendo un suave golpe por parte de su bebé.
Y hay un destello de algo, está seguro de que el Alfa grandote fue capaz de
verlo un instante antes de que una bala impactará contra su increíble pecho y
los gritos dieran inicio, junto al ruido de las armas y el caos de nuevo.
Ah mierda, YoonGi se volvería loco otro vez.
Terrible.
—¡SEÑOR, YA SE HIZO PIPÍ!
Y de un momento a otro, el caos tomó otro rumbo.
Ah, jodido cachorrin travieso.
42

—JiMinie babo es fuerte, el más fuerte.


El grito que le sigue a sus palabras, casi le rompe las cuerdas.
Esta sudando en partes inimaginables y el dolor que siente, parece
atravesarle cada parte de su rechonchito cuerpo sin importar si YoonGi libera
cantidades de su aroma que debería relajarlo mientras da a luz.
—¡Q-que no me duele y no me DUERMAS! —Patalea, consciente de que
todos parecen estar de acuerdo en eso, pero no él.
—Bebé, es mejor si estas dormido. —YoonGi susurra y una parte del
Omega, la que aún se está riendo de su situación, quiere también burlarse del
Alfa que dice ser muy malote y que en esos momentos se encuentra llorando
a su lado.
—Noooooo, q-quiero ver a mi bebé guapísimo.
Sin importar el dolor, no quiere perder la oportunidad de poder presumir
que fue de los primeros en ver a su lindo bebé.
El chico fuerza una sonrisa en sus temblorosos labios e intentando
calmarse de todas las formas posibles, cuando ve el equipo médico con el que
sacaran a su hijo.
Un piquete después, el dolor parece mitigarse de a pocos y su sonrisa
parece ensacharse, viendo estrellitas tras sus cansados y rojizos párpados.
La mano de YoonGi sostiene la suya y regresa el apretón con suavidad,
escuchando el ruido de fondo aunque sus sentidos parecen un poquito
confusos.
No importa. Escuchará el llanto de su bebé incluso así.
—D-después de esto, v-vooooy a necesitar sangreeee. —Y aunque aquello
ha querido sonar como una broma, puede escuchar el jadeo grupal de todos
en ese sitio.
Ups.
—JiMin, cállate si quieres ver al bebé. —YoonGi refuerza el agarre,
dándoles una mirada de advertencia al personal que está atendiendole.
Y JiMin piensa que todos son unos miedosos.
Pero que si estaba hablando enserio de todas formas.
Los ojitos del Omega parpadean y un momento después, un suspiro escapa
de sus labios y los cierra, dejándose envolver por la calidez que su Alfa tonto
siempre le otorga y el magnífico aroma que le hace sentir bien protegido.
Puede que no sea el primero en ver a su bebé, pero será él quien tendrá el
privilegio de ver todos los días su dulce rostro.
Oh. Y el sexo. No olvidará eso ni de coña.
"Cambio y fuera" piensa con cautela, dejando que el sueño le invada.
Ya tendrá tiempo de fastidiar a los demás. Y de joder con su Alfa.
43

—¿Pero de verdad no estas enfadado conmigo por matar a otro de tus


amigos?
YoonGi, quien ha permanecido muy concentrado en su pequeño, suave y
bonito bebé, no puede evitar fruncir el entrecejo ante la palabra "amigo."
Quiere decir ¿como podría considerar a cualquier de sus socios como algo
así?
Quizá NamJoon sea un amigo, pero del resto no lo sería ninguno.
—Hace mucho que deje de enfadarme porque me tocas los nervios
MinMin. Digamos que ha sido un dañito colateral.
JiMin murmura, dándole un repaso a su bebé y sonriendo brevemente. Aún
está muy calmado debido a los analgésicos y YoonGi sabe que no es bueno
dejarlo a solas con el bebé sin el riesgo de que se quede dormido en cualquier
momento.
El Omega bosteza, acomodando su cabeza de regreso sobre la almohada,
pero su mano izquierda aún se encuentra acariciando el pie del niño.
Es precioso.
YoonGi se enamoró en cuanto lo dejaron en sus brazos y además, pese a
ser muy pequeño, es tranquilo y parece saber que el ruido en exceso le altera.
Además el podría ser una copia de JiMin en términos de apariencia, aunque
quien sabe, siempre podría cambiar.
Se van a llevar fantástico y a dios gracias que no le sacó el carácter infernal
a JiMin.
—Creo que estoy listo para otro. —JiMin susurra, sonriendo apenas con
los ojos medio cerrados por el cansancio de haber traído una vida. —Estoy
bromeando, lo sabes ¿verdad? Porque si te atreves a poner tu polla.. no,
olvida eso, yo en realidad si deseo que pongas tu polla mucho y muy duro,
pero sin niños por favor, o voy a ma-masacrar a tu manada.
El vómito verbal se detiene y pronto solo se escucha su suave respiración
acompasada.
A su lado, YoonGi esta sudando.
Uf. Que bien, ahora tendrá que educar a sus malditas corridas para no
volver a embarazar al capullo de su Omega.
Muy fácil el asunto.
44

;Capítulos finales, muchas gracias por apoyar este fic ᖬ


Necesita un nombre para su bebé.
JiMin frunce el entrecejo y los Alfas a su lado, parecen tragar grueso. Ya
sea por miedo o mero sentido común hacia el Omega del jefe, ninguno de
ellos quiere meterse en su camino cuando el chiquillo está tan alterado por no
tener el nombre de un cachorro que llevó por nueve meses.
Pero en su defensa, JiMin estaba ocupado con otros.. asuntos.
—Ahora tengo un bebé sin nombre y estas ganas de quemar todo.
YoonGi, quien camina a su lado hacia la salida del hospital, le da una
rápida mirada a su dulce bebé y sonríe.
—Si por mi fuese, le pondríamos JiMin.
Y aunque el comentario ha sido lindo, JiMin no puede evitar pensar en lo
extraño que sería.
—Lo dices solo porque eres tan flojo como para buscarle un nombre. —
Medio gruñe, sonriendo ante los ojitos curiosos de su cachorrito.
—Lo dice el que pasó dos meses buscando un nombre y al final no se
decidió por ninguno.
Subiendo al auto que espera para llevarlos a casa, JiMin aprieta los labios
ante la enorme necesidad de tener un buen nombre para su hijo. Y es un
dilema porque existen demasiados e incluso podría inventar uno, pero
ninguno parece ser lo suficientemente bueno como para el bebé que ya ama
con todo su corazón.
—Quizá debería relajarme un poco más y así podríamos buscar uno que..
—Yo quería que se llamara JiHonnie. —YoonGi apunta, suspirando desde
su asiento.
—¡Ese ya está muy usado!
El bebé deja salir una pequeña risita que los distrae y mientras YoonGi
frunce el entrecejo, totalmente maravillado, JiMin esta pensando que su hijo
parece entender perfectamente su humor explosivo.
Bueno, algo tendrá que ver que se mantuvo un poco inquieto durante todo
el embarazo. De corazón espera que su sonido favorito, no sea el detonador
de un arma.
Su lobo interior parece reír ante el pensamiento, como si el maldito supiese
algo que él no.
—Creo que le ha gustado JiHonnie.
Suspirando, JiMin encoge los hombros.
Su nueva aventura estaba llegando.
FINAL

Uy si, que aventura.


—¡Min JiHoon! ¡Deja de jugar con los guardias en este instante o voy a
golpearte tanto que no podrás sentir las nalgas!
JiMin se agitó, tronando el cuello mientras relajaba el cuerpo y apoyaba
una mano contra su espalda.
Los años ya le pasaban factura o quizá solo era..
Su dulce bebé ya no tan bebé, corrió hasta posarse frente a él. Su cabello
rubio caía sobre su frente y sus vivaces ojos negros parecían contentos de
verle, como si no lo hiciera todos los días desde hace trece años.
Y es que el tiempo no perdonaba mucho y antes de que JiMin lo supiera,
los años pasaron en un parpadeo. Todos y cada uno, cargados de muchas
aventuras y muertes. Porque los malos hábitos no se dejaban y bueno,
consentido por siempre.
—En fin, te dije que no era divertido si los hacías tener miedo. Tu padre se
enfadara si reduces a sus hombres a papilla cada vez que te ven andar cerca
de ellos.
JiHoon sonrió incluso más, delatando los rasgos que le había heredado,
mientras su tierno puchero se dejaba ver, ese mismo que siempre ponía suave
y amable a su temido padre Alfa y que no hacía otra cosa más que hacerle
rodar los ojos, porque vaya Dios, no sabía de dónde le salió tan manipulador.
—Escucha niño, más te vale que no hagas más travesuras mientras voy a la
cita de tu hermano o de hecho, haré que me des masaje de pies hasta que esté
satisfecho.
—Noooooo, pa, nooo por favor.
Sonriendo hacia el gesto asqueado, JiMin apretó la mejilla abultada de su
hijo.
—Yo no soy tu padre YoonGi, hace falta mucho para que sienta lástima
por tus caritas tristes, así que estas advertido.
Embarazado y hormonal como se encontraba, JiMin suspiró profundo y
evitó recordar el largo camino que había recorrido y del cual había huido,
hasta que YoonGi lo atrapó de nuevo con otro embarazo.
Y puede que estuviese un poco enfadado y que el Alfa hubiese recibido
una buena paliza, pero sus cuatro meses estaban siendo perfectos.
—Sobre aviso no hay engaño. —Murmuró, observando a la masa de Alfas
que parecían tomar distancia cuando les lanzó una mirada cansada. —¡Hey!
Que alguien cargue mi bolsito channel al auto, ¿que no ven que estoy
preñado? ¡Malditos desconsiderados!
Los hombres corrieron, asustados y empujandose entre ellos para cumplir
con la orden en tiempo récord.
Porque los años seguirían pasando y JiHoon podría ser una copia exacta
del Omega hormonal y sádico que él era, pero algunas cosas no se olvidaban
y ningún Alfa osaria ponerle de mal humor y salir ileso por ello.
Incluso su temido y hermoso Alfa.
Solo estaba.. un poco consentido.
Red velvet.

Siempre que termino un fic es como.. extraño. Porque incluso si pasa un


tiempo antes de que pueda actualizarlo, siempre estoy muy agradecida con
cada un@ y quizá por eso es difícil despedirme de un fic que están siguiendo
desde el inicio.
Siento que me pone sensible haha, así que también espero no
decepcionarles con el final o con algo, por muy listo que ya lo tuviese.
Siempre les agradezco, pero es que no hay otra cosa.
Muchas gracias por todo este tiempo junt@s, por este fic, por estos casi
dos años a mi lado y yo a su lado.
Los quiero mucho. Siempre, siempre <3 adiós Red Velvet, te amo.

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