#2 - Depredador (Yoonmin) Segunda Parte

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DEPREDADOR [Yoonmin] 2da Temporada (Estirpe)

Liha2000

Published: 2019
Source: https://www.wattpad.com
¡ARDE!

Jimin - oí que llamaban mi nombre, abrí los ojos y pude ver a mi madre
mirándome preocupada.
¿Mamá? - balbuceé - ¿Dónde estoy?
- En el hospital mi vida - me acarició el rostro.
- ¿Qué ha pasado?
- Te han atropellado y el coche se dió a la fuga - miró detrás de ella - Tu
amigo lo vió, pero no se acuerda de la matrícula.
- ¿Amigo?
- Sí, él - señaló a un chico castaño que estaba a su lado.
- ¿Jeon? - miré a mi madre - Mamá, por favor, ¿puedes traerme algo de
beber?
- Claro cielo - besó mi mejilla y se fue.
- Jimin, lo siento - suplicó Jungkook acercándose
- Te dije que no te me acercaras - le frené con mis palabras
Permaneció en silencio y se alejó poco a poco de mí. En su mirada se
podía percibir la tristeza y la decepción que le provocaba mí reacción.
- Jimin...-
- ¡Arrancaste medio cuello a ese hombre! - exclame casi temblando
- Te había hecho daño - contraatacó
- Por tú culpa
-... - calló con una expresión inescrutable, como quién intentaba analizar lo
que esas palabras querían decir.
- Si no te hubiera conocido - proseguí con una voz entre cortada por las
ganas de llorar que tenía - Si no hubiera venido a este maldito pueblo -
intenté contener las lágrimas - Nada de esto me hubiera pasado.
- Pensé que tú serías diferente... - dijo apenado él - Que tú y yo tendríamos
algo.
- Yo jamás tendría algo con un monstruo...- aparté mí mirada. Tenía que
reconocer que las palabras que salían por mí boca me estaban doliendo,
pero seguro que no tanto como a Jungkook.
- Lo habías prometido - se acercó a mí y me tomó del rostro - Habías
prometido seguir mirándome - le salió la primera y última lágrima de esos
ojos carbón - No apartes la mirada, odiame, pero no apartes tu mirada de
mí, Jimin.
Las lágrimas salían sin control de mí mientras lo miraba perplejo por
esos ojos cristalizados por culpa de modo crueles palabras.
- Por favor - prosiguió él en una voz poco audible - No apartes la mirada.
Del perplejo pasé a la agitación, mi cuerpo comenzó a sentirse tenso y la
sangre me comenzó arder.
- ¡Ahh!~ - grité de dolor tensándome y llevando las manos a la cabeza.
- ¿Jimin? - llamó preocupado Jeon mientras me miraba con exclamó y
preocupación - ¿Qué pasa?
- ¡¡L-la sangre- me arde!! - se podía notar el dolor en mi voz entre cortada -
¡¡Ahh!!~
El doctor entró enseguida a la habitación, exaltado y preocupado.
- Nam ¿qué le pasa? - preguntó una vez vió al medico.
Namjoon lo miró preocupado y se dirigió hacia mí.
- Tranquilo Jimin - sacó una linterna y miró con ella a través de mis ojos.
- ¡M-me arde l-la cabeza! - exclamé en dolor - ¡N-No puedo ag-aguantarlo!
- ¿Qué pasa? - insistió angustiado Jeon
- No puede ser - Exclamó erizado Namjoon mientras se apartaba de mí.
- Nam ¿¡Qué le pasa!?
- Es... es la ponzoña... - miró a su hijo - Se ha extendido por todo su cuerpo.
La ponzoña

- ¿Qué quiere decir eso? - preguntó Jungkook disgustado sin dar crédito a lo
que oía.
- Debes hacerlo - le incitó Nam
- No - negó con la cabeza - Dijiste que no hacía falta, que se pondría bien.
- Eso pensé... - me miró preocupado - Pero tienes que elegir Jungkook. Lo
salvas o dejas que muera.
- No puedes hacerme esto - se cubrió el rostro con las manos con actitud
debatiente.
- ¡Ahh!~ - grité yo arqueado la espalda.
- Jimin... - me miró preocupado
- Debes hacerlo Jeon - volvió a decirle Nam
- ¿Y si no logró parar? - preguntó inseguro
- Lo harás - le animó - Encontrarás la voluntad de hacerlo...
Jungkook avanzó lentamente hacia mí, mirándome como si el también
sintiera mi dolor.
- Haré que pare, lo prometo - se inclinó hacia mí, hiendo de manera
insegura a mi cuello - lo siento... - susurró y clavó sus colmillos en el.
- ¡A-ahh! - le agarré de la camiseta y apreté muy fuerte mientras él
succionaba la ponzoña...
-Para, Jeon - ordenó Nam Joon - ya está limpio.
Jungkook no parecía escucharle ya que no paraba. Mi cuerpo comenzó
ha sentirse débil, mis fuerzas me abandonaban poco a poco y me
comenzaron a pesar los párpados.
- Jeon, para - repitió apartándolo de un golpe, que provocó que este
chocará contra una de las cuatro paredes de la habitación.
- J-Jeon - susurré preocupado antes de desmayarme.
- Lo siento - le extendió la mano a su hijo.
- Entiendo... - aceptó su ayuda - Si no lo hubieras hecho... ¡Ah! - exclamó
furioso llevándose las manos a la cara - Si no lo hubieras hecho - repitió en
un tono más pensativo - Lo habría matado - me miró triste.
- No lo has matado - le intentó animar Nam Joon.
- ¡Por que tú me has detenido! - Salió de la habitación disgustado con sigo
mismo.
- Jungkook - Lo llamó apenado, pero este se fue sin mirar atrás.
Desde esa vez, Jungkook no volvió a pisar el hospital, ni siquiera para
verme. Se aisló de todo y todos.
Habían pasado 2 semanas de mi recuperación, pero seguía estando
ingresado por las revisiones constantes que me hacían. Ahí me di cuenta de
lo que realmente sentía por él, esa angustia que me daba en el pecho cada
vez que recordaba las palabras que de mi boca salieron, era más hiriente
que la ponzoña, mucho más hiriente. Deseaba que viniera, que al menos
escuchara un lo siento de mi parte.
¿Se vá?

Habían pasado casi dos meses, y hoy me daban el alta debido a la notable
recuperación. Cuando salimos del hospital estaba lloviendo. No lo
consideré un presagio, en Boseong siempre llovía, bueno, casi siempre.
Subí al coche y miré a través de la ventanilla en silencio.
El paisaje se veía hermoso, o yo estaba harto de solo mirar cuatro paredes
blancas y sosas. Todo era verde: los árboles, el dosel de ramas que colgaba
de ellos, la hierba. Incluso el aire que se filtraba tenía un matiz de verdor.
Llegamos por fin a casa y pude divisar la camioneta de Minho, y a él y
Seol apoyándose en ella, he de admitir que a pesar de ser unos pesados
aveces, los había echado de menos.
- ¡Miren quien está aquí! - exclamó Minho una vez vio que bajaba del
coche de mi padre.
- Hola, Minho - dije dirigiéndome a ellos.
- Te juro que cuando pille a ese desgraciado que te atropelló, se va a comer
un puñetazo - añadió Seol.
- Hola, Seol - me paré frente a ellos.
- Hola - me abrazó y yo correspondí
- Chicos, está lloviendo - exclamó mi madre al vernos parados en medio
de la lluvia.
- No se preocupe - contestó Minho - Llevamos chubasqueros
- Mi hijo no...
- Es cierto - me di cuanta después de estar ya empapado hasta los dientes -
Lo siento mamá - entré rápido a casa.
Después de ducharme y cambiarme la ropa, bajé con el resto, cuando me
vieron todos callaron de repente, por sus caras era evidente que me
ocultaban algo. Fui a pasos lentos hasta ellos, con la mirada fija en Minho,
que era a quien le daba fatal esconder secretos.
- ¿Qué pasa? - pregunté una vez frente a ellos.
- Cariño - mi madre se puso frente a mí y me acarició el pelo - ¿Y si vamos
a la cocina y preparamos unas tortitas?
- Siempre que me preparas mis platos favoritos o me haces un regalo, es
que pasa algo malo - aparté sus manos de mi pelo - ¿Me lo vais a decir o
no? - insistí, y mi madre miró a los demás preocupada.
- Hay gente en el instituto... - decidió hablar Seol - que dice que hoy Jeon
ha sido trasferido a otro instituto lejos de Boseong.
- ¿Qué? - me alteré yo - ¿Se va?
- Pero solo es un rumor - trató de calmarme Minho - No hay que
creerselos...
- No puede irse... - dije en un tono suplicante y salí corriendo en dirección
al bosque.
- ¡Jimin! - trató de pararme mi madre
- Dejalo, Sun - le impidió ir mi padre - Necesita esto.
- Pero, está lloviendo - replicó la escritora.
- Un resfriado no viene mal - dijo y se fue adentro.
Corrí hasta encontrarme en medio del bosque. Tenía el pelo empapado y
los pies repletos de barro, pero lo que más me importaba era que el chico
castaño a quién no había visto por dos meses apareciera ante mí.
- ¡Jeon! - lo llamé, pero mi grito fue enmudecido por la lluvia - ¡Se que
puedes oírme, así que ven! - volví a gritar - Por favor...
¿Se vá? #2

- ¿Por qué me haces esto? - preguntó una voz proveniente de un abeto a 10


pasos de mí.
- ¿Jungkook? - esa era definitivamente su voz - Por favor - dije hiendo
hasta el abeto - Escucha lo que tengo que decir - llegué hasta el árbol, pero
él no se encontraba ahí...
- Pensé que no querías volver a verme - esta vez la voz provenía detrás de
mí. Me gire rápidamente hasta que nuestros ojos se toparon muy cerca el
uno del otro.
- Lo siento mucho - quise tocarlo pero por instinto él se apartó casi
desapareciendo de mi vista.
- ¿Por qué lo sientes? - reapareció detrás mío - Tenías razón, soy un
monstruo...
- No, eres hermoso Jungkook - corregí apenado ya que sabía que por mi
culpa él pensaba así de si mismo
- ¿Hermoso? - preguntó con una risa amarga. - Este es el cuerpo de un
asesino Jimin - se alejó, perdiéndose entre los árboles. Sin pensarlo fui tras
él... - No soy bueno para ti, por eso debo alejarme - dijo deteniéndose.
- No-no te vayas - me acerqué a él, pero volvió a alejarse.
- Debo hacerlo - se giró a mirarme - Lo último que quiero es hacerte daño...
- S-si te refieres a lo que ha pasado con aquel vampiro - dije con la voz
entrecortada - N-no a sido nada...
- Tienes razón - me cortó mirándome fríamente - No a sido nada - apartó la
vista - Nada que no haya estado esperando... Y nada comparado a lo que
podría haber pasado...
- Jungkook, por favor...
- Mi mundo no es para ti, Jimin
- Tú eres mi mundo - repliqué entre sollozos - Y siento mucho haberme
dado cuenta tan tar...
- No Jimin, no lo soy.
- Me voy contigo... N-no pienso quedarme atrás
- Jimin - su mirada y voz eran más duras de lo habitual, podía sentir como
me perforaban el alma - No quiero que vengas.
Un silencio incómodo reinó en el bosque húmedo en que nos
encontrábamos. Hasta que yo lo rompí.
- Tú... ¿No me quieres? - pregunté con el miedo de oír la respuesta.
-... No
- No te creo - dije tras un suspiro nervioso - Es mentira.
- Si no es pedir demasiado - prosiguió él - ¿Puedes prometerme una cosa?
Quise hablar pero el gran nudo que tenía en la garganta solo daba paso a
gran cantidad de sollozos.
- No hagas ninguna estupidez, por el bien de tus padres...
- Jungkook, por favor - volví a insistir.
- A cambio yo te dejaré vivir tu vida sin interferir en lo absoluto... Será
como si nunca hubiera existido
- ¡Si esto tiene que ver con que soy un estúpido, insensible y frágil humano,
entonces dejaré que me transformes! - exclamé enfadado por las lágrimas
que no dejaban de salir, y por él que no daba su brazo a torcer.
- Eso no tiene nada que ver - me miró a los ojos - No soy bueno para ti, ni
tú lo eres para mí.
- No soy lo bastante bueno - susurré dolido.
- Lamento haber dejado que esto durará.
- Por favor... Por favor
- Adiós, Jimin - se acercó a mí, me dio un beso en la frente y desapareció
sin más.
Me encontraba en medio del bosque solo, intentando analizar todo lo que
acababa de pasar, y es que mi mente no podía asimilarlo, por más que lo
intentaba, rehusaba la idea de tener a Jungkook lejos...
- No, no puedes - susurré y fui adentrándome en el bosque dándome paso
entre árboles y matojos, con la esperanza de encontrarlo - ¡JEON¡ - grite
con todas mis fuerzas mientras miraba a mi alrededor - ¡JEON! -
Pronto se hizo de noche y perdí conocimiento de donde estaba. Mis piernas
comenzaron a debilitarse, caí al frío y húmedo suelo. Sin fuerzas para
levantarme, me quedé en las hierbas y lloré hasta que caí inconsciente .
Gracias por haber leído este capítulo. Quiero pedir disculpas por no
haber actualizado, es que tenía exámenes y todo eso. Pero les prometo, que
estaré actualizando todos los sábados a partir de ahora.
Espero que les haya gustado ❤
Pesadumbre #1

- ¿Y cuando fue la última vez que vio a su hijo? - preguntó el sheriff a mi


madre, quien debido a sus nervios estaba histérica e inquieta.
- Como... Como a las, no se... - Los nervios le impedían el habla de
manera coherente.
- Dejemelo a mí, señera Sun - Ofreció Seol al ver la conducta inestable de
mi madre.
Habían pasado 12 horas y yo seguía desaparecido. La lluvia se había
tranquilizado, convirtiéndose en una débil e inofensiva llovizna y el viento
no soplaba lo suficiente como para mover las ramas de los abetos, pero si
para hacer temblar mi cuerpo empapado por la anterior lluvia.
- Gracias, Seol - dijo mi madre apartándose de la puerta principal y
dirigiéndose hasta la silla más cercana que le permitiera ver al oficial y a
la chica.
- A ver - prosiguió el sheriff - Volveré hacer la pregunta...
- Entre las 5 y las 6 de la tarde - Contestó ella
- ¿Perdón?
- Jimin salió de aquí entre las 5 y las 6 - Repitió ella.
- De acuerdo... Lo buscaremos - Cerró su libreta y guardó el bolígrafo.
Seol cerró la puerta y se dirigió hasta mi madre.
- Tranquila señora Sun, estoy segura que su marido, Minho y el sheriff lo
encontrarán.
- Gracias Seol.

[...]
- J-Jungkook... - A pesar que había pasado tanto tiempo, todavía tenía la
esperanza de que él viniera a por mí, aunque dijera esas palabras tan
crueles, yo lo esperaba.
No podía ver con claridad y apenas sentir algo más que no sea frío y
tristeza, hasta que noté que unos brazos fríos me cargaban, separándome
del suelo húmedo...
- ¿Jungkook...? - Susurré mirando un rostro borroso antes de caer
inconsciente.

[...]
Mi padre y Minho volvieron a casa con las manos vacías. Minho bajó del
coche pero mi padre no fue capaz.
- Habrá alguna parte en la que no hayamos mirado... Yo sé que la hay -
dijo en un tono entre frustración y decepción - Solo tenemos que seguir
buscando, lo encontraremos.
- Hemos recorrido todo el pueblo durante dos horas señor Sun - hizo saber
el joven.
- ¡Pues no lo hemos hecho bien! - exclamó para luego intentar calmarse -
Lo siento chico - suspiró llevándose las manos a la cara.
- No es nada. Entiendo su preocupación...
Mi padre apoyó su cabeza en la silla y desde el retrovisor pudo ver una
silueta humana venir hacia ellos. Confundido, salió del coche mirando
hacia atrás para confirmar que lo que había visto no era producto de su
imaginación. Cuando se dio cuenta que esa persona me llevaba en brazos,
corrió hasta su encuentro seguido por Minho...
- Está bien - dijo la persona entregándome a mi padre...
- Le tengo - me cogió en brazos - Gracias... - dudó de como llamar al chico.
- Yoongi - contestó por él Minho - Se llama Yoongi...
- Gracias, Yoongi - mi padre me llevó hasta la casa, donde me atendieron
todos y Yoongi se marchó sin dar explicación alguna.

[...]
Había pasado la época de clase, y yo desde aquel día no había ido a
ninguna. Permanecía encerrado en mi habitación por el miedo a salir y
toparme con algo que me recordase a él.
Jungkook, has desaparecido, como todo lo demás ¿con quién puedo
refugiarme ahora? Estoy perdido. Cuando te fuiste, cuando me dejaste, te
llevaste todo contigo. Por que veo ausencia haya donde mire, es como si
algo me estuviera perforando el pecho. Evito dormir por que sueño contigo,
y cuando lo hago se convierte en una pesadilla y acabo sintiendo un dolor
en el pecho, como si algo me perforara el alma . La época navideña se a
convertido en un tormento para mí y de paso para mis padres. No se como
evitar no pensar en ti, no se como enfrentar mis sentimientos. Pero en
cierto modo me alegro, el dolor es la única confirmación de que tú
realmente existías, de que todo existía...
Pesadumbre #2

- Ya vale, Jimin - exclamó mi padre bajándose de su coche y sentándose a


mi lado en la escalera que daba a la entrada de casa.
- ¿Qué? - pregunté con los ánimos bajos y con una pizca de confusión
- Llevas deprimido desde casi ya tres meses... - posó su mano en mi hombro
- ¿Quires que nos mudemos de nuevo?
- No - exclamé poniéndome de pie - No pienso irme de Boseong - mi padre
suspiro y se levantó para ponerse a mi lado.
- Jimin, él no va a volver - Esas palabras fueron como un bowl de agua fría
para mí, a pesar que herían, solo eran la triste y dolorosa realidad que
debía afrontar para poder levantar cabeza.
- Lo se...- contesté con un pequeño hilo de suspiro.
Era realmente curioso. A pesar de tener los sentimientos dañados, el
mundo continuaba igual, incluso sin mí. Lo que me llevó a pesar ¿de qué
serviría estar todas las noches compadeciéndome? Debía seguir con mi
vida. Mi padre tenía razón, pensar que él algún día regresaría era como
una dosis de a mi cruda realidad. Había dejado a mis amigos de lado, al
Instituto y a todo lo demás. No me daba cuanta que al estar así
incomodaría a todos, reconozco que había sido egoísta y ya era hora de
levantar la cabeza y mirar hacia las personas que de verdad sí les importo.
- ¿Entonces..? - insistió mi padre
- Le propondré salir algún sitio a Minho...
- Bueno... Eso... Eso es una gran idea - dio leves palmadas en mi hombro y
entró a casa - Llámalo ahora... - ordenó antes de cerrar la puerta.
Suspiré sacando el móvil y marcando a Minho...
[...]
- Vaya, es una sorpresa que nos llamaras - exclamó Minho mientras
salíamos del cine... Habíamos quedado en ir a ver una película que se
estrenaba en la ciudad.
- Yo sigo sin creermelo - le apoyó Seol
- Lo sé, he estado muy cortante - reconocí mientras caminaba de forma
distraída
- Vale - dijo Minho de forma divertida tratando de animar la noche -
¿Quién tiene hambre?
- Tú siempre tienes hambre - exclama Seol cruzándose de brazos
- Pero... ¿Quieren comer algo o no?
- Supongo - terminó accediendo
- Yo tengo que comprar un libro en la librería que hay aquí cerca... - dije
- De acuerdo, vamos - dijo Seol
- No, ustedes vayan eligiendo el restaurante y luego me dicen cual es por
mensaje
- Pero...
- Por favor, Seol
Fue difícil que me dejarán ir solo, pero necesitaba caminar a solas por
un rato a ver si podía animarme un poco y así poder volver con los otros.
Anduve entre las calles con la esperanza de dirigirme hacia el centro.
Caminaba sin saber a donde iba porque luchaba contra la tristeza, avancé
hacia el lado sur donde habían algunas tiendas de escaparates de
apariencia prometedora, pero solo eran una decepción, la mayoría de las
tiendas estaban desocupadas. Aun tenía tiempo para ir en busca de los
chicos, doble la esquina y al cruzar por otra calle, comencé a darme cuenta
que iba en dirección equivocada. Los pocos viandantes que había visto se
dirigían al lado contrario. Decidí ir al este y por mi fortuna vi una tienda
con adornos vivos y no pude evitar entrar a echar una ojeada, salí de ahí
con buenos resultados, llevaba en mis manos un atrapa sueños de color
azul incienso, no era por que creía en esas cosas, si no por lo hermoso que
lucia. Miré el cielo y estaba completamente oscuro, era momento de volver.
Dirigí mis pasos otra vez a sur en la siguiente esquina y luego di la
vuelta detrás de unos bloques de edificios abandonados para probar suerte
y regresar al paseo marítimo. Pero no hubo suerte, un grupo de cuatro
hombres bloquearon la salida de la esquina. De inmediato di la vuelta en
otra esquina cuando dos de ellos se acercaban, les podía oír reírse
estrepitosamente detrás de mí. Llegué a una calle donde había muros
blancos sin ventanas, y vi a los dos chicos que faltaban apoyándose en
ellas.
Me habían estado conduciendo como al ganado.
Los cuatro me rodearon, mientras yo me preparaba para el grito, pero
tenia la garganta demasiado seca para estar seguro del volumen que podía
generar.
Reiniciar

- Apártense de mí - les previne con una voz seca y sin volumen.


- No seas así, ricura - dijo uno de ellos tocándome el pelo.
- No le digas eso ¿no ves que es un tío? - habló otro que permanecía quieto
con una cerveza en la mano.
- ¿Qué más da? - Me rozó la barbilla con los dedos mientras los demás se
reían - Está bueno.
- No me toques - le di un rodillazo en la ingle.

súbitamente, unos faros aparecieron a la vuelta de la esquina. El coche casi


atropelló al muchacho que me tocó, obligándole a retroceder de un salto, el
vehículo se detuvo con la puerta del copiloto abierta a menos de un metro.

- ¡Sube al coche! - ordeno una voz furiosa.


Fue sorprendente cómo ese miedo asfixiante se desvaneció al momento, y
sorprendente también la repentina sensación de seguridad que me invadió.
Entre en el coche y estaba a oscuras, la puerta abierta no había proyecto
ninguna luz, por lo que a duras penas conseguí verle el rostro gracias a las
luces del salpicadero.
Dio una mirada asesina a los chicos y volvió al coche. Los neumáticos
chirriaron cuando rápidamente aceleró y dio un volantazo que hizo girar el
coche hacia los atónitos hombres de la calle antes de dirigirse al norte de
la ciudad.
- ¿Yoongi...? - pregunté con un hilo de voz poco audible.
- Debería volver y arrancarles la cabeza - dijo con la voz irritada.
- No, no deberías - me opuse.
- No sabes las cosas repulsivas que estaban apunto de hacerte - su voz
sonaba furiosa, mas sus ojos se concentraban en la carretera.
- ¿Y tú sí? - pregunté con la voz notablemente temblorosa.
- No es difícil adivinarlo - dijo perdido. -¿Puedes hablarme de otra cosa?,
distráeme para que no de media vuelta - ordenó.
pensé en preguntarle ¿por qué estaba ahí? ¿Por qué me ayudó? Incluso
pensé en preguntarle por Jungkook... Pero solo pude decir - Ponte el
cinturón.
Río irónico ante mis palabras y añadió con una sonrisa fanfarrona.
- Tú si deberías ponértelo.
No añadí nada más dejando que la conversación fallecerá entre ambos.
Siguió conduciendo con gran velocidad y cuando estuvimos al fin en una
carretera alumbrada. Aparcó su coche en paralelo al bordillo en un
espacio que yo habría considerado pequeño para el vehículo, pero él lo
encajó sin esfuerzo al primer intento.
Salimos del coche y vimos a Seol y Minho salir del restaurante. Me
apresuré hacia ellos saliendo del carro antes que Yoongi.
- Chicos lo siento, es que...
- ¿Dónde estabas?, Te hemos dejado como mil mensajes - inquirió Seol.
- Y te hemos esperado.. Pero nos moríamos de hambre, así que.. - añadió
confuso Minho rascándose ligeramente la cabeza. Pero interrumpió sus
palabras en cuanto vio a Yoongi.
- Lamento haber entretenido a Jimin, nos hemos encontrado por casualidad
- dijo con una voz sedosa e irresistible. Por sus rostros estupefactos supe
que él nunca las había mostrado su talento a fondo.
- Eh, si claro - musitó Seol. - Esas cosas pasan - añadió una sonrisa
nerviosa.
- Bueno...sí - prosiguió Minho, mirando a Seol y de paso a Yoongi. - Bueno,
nosotros nos vamos - arrastró a Seol traspasando entre el rubio y yo.
- mmm, Jimin - se volteo Seol. - ¿Quieres que te llevemos, oh?..
- Creo que debería asegurarme de que Jimin coma algo - apresuró a decir
Yoongi. - Si quieres - me miró a los ojos causandome un oleaje de
sentimientos inexplicables. Siendo capaz de solo mover la cabeza de arriba
a abajo dando mi consentimiento.
- Después te acompañaré a casa.
- Vaya, que considerado - envidió Seol.
- Muy.. considerado sí - repitió Minho.
- Sí, debería comer algo - me encogí de hombros
Reiniciar part.2

Nos dirigimos hacia la puerta del restaurante y la mantuvo abierta con


gesto obstinado. Evidentemente, no había discusión posible. Pasé a su lado
y entre con una mirada de agradecimiento.
Mientras nos atendía, la camarera no paraba de coquetear con Yoongi,
más este no le hacía caso y tenía la mirada posada en mí en todo momento
lo que me confortaba bastante, y no entendía el por que.
La camarera apareció con mi comida, ya que mi compañero no había
pedido nada.
- Aquí están, ravioles de setas - dijo dejándolo frente a mí y volviéndose
rápidamente hacia. Yoongi para preguntarle:
- ¿Está seguro de que no quiere que le traiga algo?
- No, gracias - contestó dándole una mirada fugas y concentrándose de
nuevo en mí.
- Estaré por aquí - dijo marchándose de una manera insinuante. La miré
alucinado y arqueé una ceja.
- ¿De veras no vas a comer nada? - Me dirigí de nuevo a mi acompañante
mientras agarraba un tenedor.
- No, ehmm..., sigo una dieta especial - confesó.
Deje caer el cubierto de plata sobre el plato y lo miré de forma distraída y
anhelante -...
- ¿Q-qué pasa? - preguntó al notar mi mirada.
- Jungkook... - susurré triste bajando la mirada - Viví algo parecido así con
él - sonreí triste y me mordí el labio inferior - Tú... - subí la mirada -
¿Sabes dónde está?
-... - permaneció callado.
- Por favor, puedes decirme algo. Cualquier cosa...
- Si, ¿no?..mmm.. . Para llegar al otro lado 1, 7 7 2 4...
- No quiero saber la raíz cuadrada del pí - le corté con un tono visiblemente
molesto.
- ¿Lo sabías? - preguntó entre cerrando los ojos.
- Sabes donde está ¿verdad?
- No lo sé - A pesar de estar neutral, imaginé que me mentía, así que solo
cambié de tema.
- Cuando me salvaste de esos hombres... ¿Cómo sabías que estaba ahí?
- Eso... - se tensó un poco - No lo sabía.
Esa definitivamente no era la respuesta que esperaba oír, me puse en pie
con la intención de marchar, pero él me detuvo.
- Oye, no te vayas así - se veía tan seguro de sus palabras, ni siquiera
mostraba empatía. Obedecí como un soldado que había recibido una orden.
- Me has seguido ¿verdad? - continúe con el interrogatorio.
- Solo quiero protegerte... - dijo mientras seguía con esa voz autoritaria. Él
podía ser el hermano de Jeon, pero definitivamente, no eran para nada
iguales.
- Así que me has seguido - confirmé mientras miraba mi plato casi vacío.
- Intentaba mantener las distancias, a menos que tu necesitaras mi ayuda -
hizo una pausa corta. - Entonces vi lo que iban hacer esos desgraciados -
volvió a cortarse él mismo dando una ligera risa de decepción y rencor.
- Espera - dije cuando algo de lo que dijo me llamó la atención. - ¿Dices
que has visto lo que me iban hacer?
- Puedo ver el futuro todas las personas de este lugar - dijo dando un repaso
rápido con la mirada al restaurante - de todas, menos la tuya - volvió a
posar su mirada en mí. - Igual que Jungkook no podía leerte la mente...
- Lo sabía, soy un bicho raro
Yoongi río ante mi respuesta - Eres especial.
Dijo eso y se puso serio de repente haciendo que me preocupe.
- ¿Que ocurre?
- Es solo que..., ya no me quedan fuerzas... ni voluntad para mantenerme
alejado de ti.
- No tienes por que hacerlo - musité agitando la cabeza en señal de
desaprobación. - Me agradas.
Nos miramos durante varios minutos y luego aparte la vista para
acabarme el plato que había pedido. De cierta manera, sentí mis
sentimientos vacilar entre Jeon y Yoongi, lo que me provocó tristeza por
serle infiel, a pesar de que entre él yo nunca pasó nada, ni creo que pase.
Nos dirigiamos a casa y Yoongi conducía a velocidad de la luz
provocando que las farolas de la calle solo se vieran como líneas
destellantes. Lo miraba fijamente agarrado de la silla y posando mi brazo
en la ventanilla. Él mantenía la vista fijamente en la carretera, me relajaba
que al menos temía por mi vida.
En el coche reinaba el silencio y tenía que romperlo de algún modo.
- Creo que ya hace suficiente calor - dije intentando apagar la
calefacción pero él también tenía esa intención y los dos acabamos
tocándonos. Me estremecí por lo fría que tenía la piel.
- Vaya, no me acostumbro a vuestra piel...
No respondió y solo se dedicó a conducir. Al atravesar los límites de
Boseong fuimos más despacio. El viaje había llevado menos de veinte
minutos.
Estábamos frente a la puerta de mi casa. Las luces estaban encendidas y mi
coche en si en su sitio.
- ¿Te veré mañana? - quiso saber.
- Sí - le sonreí. - Creo que comenzaré a ir de forma normal.
Asentí con la cabeza y cuando quise entrar me llamó.
- Jimin...
Me di la vuelta mientras se inclinaba hacia mí, por lo que tuve su rostro
pálido y hermoso a unos centímetros del mío.
- Que duermas bien - dijo.
Nuevos sentimientos

- Llamalo - me ordenó
- No - dije firme
- ¡Qué lo llames! - me aventó hasta un pilar y me volvió agarra del cuello a
una velocidad fugaz. - Ahora.
-... - permanecí abrumado y perdía mucha sangre.
- Jeon - miró el hombre a los alrededores - ¿No vendrás a salvarlo? - llevó
su mano a mí muslo y clavó sus uñas en ella.
- AHHH~ - no pudo evitar gritar de dolor.
- ¿Qué se siente no poder proteger a la persona que amas? - pregunto con
rabia mientras cogía uno de mis brazos - Esto fue lo que sentí yo cuando
mataste a mí pareja - me mordió en la muñeca y antes de que pudiera
succionar la sangre, un Jungkook enojado lo agarró de cuello lo levito y
arrancó medio cuello.
[•••]
Me desperté sobre exaltado, tenía el rostro sudoroso y la respiración
agitada. Otra vez, había soñado con eso otra vez.
Mis esperanzas de olvidar aquella escena de mi vida tan traumante habían
desaparecido, supe que nunca eso iba a desaparecer de mi mente y decidí
darme por vencido.
Froté mi frente y me puse en pie.
Después de una larga ducha de agua caliente.
Me encontraba en mi cama, ya alistado. Seguía concentrado el lo que
había pasado ayer.
Había tres cosas de las que esta completamente seguro, la primera.. Yoongi
también era un vampiro.
Me incorporé en la cama.
La segunda.. Una parte de mí vacila sobre mis sentimientos.
Me levanté y asomé a la ventana en cuanto oí el pitido de un volante.
Y la tercera... Que estaba empezando a olvidarme de Jeon gracias a la
persona que se encontraba delante de mí casa.
Yoongi vino a buscarme para ir al instituto. No se como no pensé en la
reacción que tendría los alumnos al ver al chico que antes andaba con Jeon,
llegar en el coche de su hermano mayor después que este desapareciera por
su culpa. Realmente merecía ser el centro de críticas.
Cuando llegamos las reacciones no se hicieron esperar.
- Vamos - dijo el fanfarrón de Yoongi mientras se colocaba unas gafas de
sol en un clima nublado.
- Vaya.. - musité. - Todos nos están mirando.
- Menos aquel de ahí - señaló a un chico rubio de pelo rizado. - No, acaba
de mirar - dijo con una sonrisa engreída. - Estamos rompiendo todas las
reglas - me puso un brazo en el hombro. - De todos modos iré al infierno.
-Oye... - aparté su brazo - No hagas eso, pueden malpensar.
- Que malpiensen entonces - volvió a rodear mi hombro.
DESPUÉS DE CLASES.
Me encontraba lavando el coche en el patio delantero de mi casa, que
momento de tranquilidad después de haber sufrido numerosas miradas de
alumnos en el instituto. Ese momento de tranquilidad que Yoongi rompió
apareciendo de repente en el techo de mi auto.
- ¿Puedes actuar como un humano? - le regañe mientras él se bajaba. Al
menos Jungkook se preocupaba por no ser descubierto - Tengo vecinos.
- Mañana te llevaré a mi casa - dijo inquieto, pero serio.
- Espera.. ¿Con tu familia? ¿Y-y con Jeon?
- Sí... Menos por lo de Jeon- respondió llevando sus manos al bolsillo de su
chaqueta azul marino. Mientras yo apartaba la mirada por lo último que
soltó.
- ¿Y por qué me llevas allí? - Jungkook nunca me lo sugirió.
- A ver - rió irónico mientras se apoyaba en el coche. - Así que, a ti lo que
te preocupa no es estar en una casa repleta de vampiros, si no saber por qué
te llevo allí.
- Mmm. Me alegra divertirte. Pero no has respondido a mi pregunta...-
En ese memento la brillante sonrisa que te tenía se desvaneció.
- ¿Qué ocurre? - me preocupé de haber fastidiado todo con mis palabras.
- Complicaciones - respondió en un suspiro. - Te recogeré mañana - subió
en su coche y se fue. Dando por sentado que iría.
A eso llegaron el señor Min, a quien mi padre le había comprado mi
camioneta y su hijo.
- Hola - dije cuando salieron ambos del coche.
- ¿Vienes a visitar la camioneta?
- Ja, la veo bien - contestó Min mientras su hijo lo acomodaba en una silla
de ruedas. El señor Min y mi padre se habían hecho muy amigos, a ambos
les agradaba el mundo del fútbol y las noticias.
- En realidad venimos a visitar vuestra pantalla plana - confesó Min. - Es el
primer partido del Madrid. Además, un sujeto quería volver a verte - miró a
su hijo.
- ¿Otra vez papá? - exclamó este avergonzado.
Sonreí tímidamente apartando la mirada. La única vez que vi al hijo del
señor Min, fue en la venta de la camioneta, y la verdad, no intercambiamos
muchas palabras. Así que, no me esperaba que hubiera causado una
reacción positiva en él.
Lo cierto era que es un chico bastante atractivo. Su belleza era un tanto
diferente a la de Jeon y Yoongi.
Él es Un chico joven de ojos negros, cuerpo fuerte, pelo largo y negro más
la piel ligeramente bronceada y podía medir 1,78 m, o eso me pareció.
- Hola, Jimin - Me saludó.
- Hola, Taehyung - Correspondí a su saludo.
La visita

Cuando Yoongi condujo fuera del centro del pueblo comprendí que no tenía
ni idea de donde vivían. Cruzamos un puente, donde la carretera se
desviaba hacia el norte. Las casas que aparecían de forma intermitente al
pasar se encontraban cada vez más alejadas de nosotros. Luego
sobrepasamos otro núcleo de edificios antes de dirigirnos al bosque
neblinoso. Intentaba decidir entre preguntarle o tener paciencia y
mantenerme callado cuando giró bruscamente para un camino sin
pavimentar. La casa estaba serpenteante entre los centenarios arboles. Se
podía oír el ruido de un río cerca de allí, oculto en la penumbra del bosque.
La casa, de unos 100 años de antigüedad, era atemporal y elegante, igual
que la mía. Estaba pintada de un blanco suave y desvaído. Tenía tres pisos
de altura y era rectangular y bien proporcionada.
Salimos del coche y Yoongi me agarró de la mano de forma casual, sin
pensarlo.
Abrió la puerta para que pudiera pasar.
El interior era aún más sorprendente y menos predecible. Era muy
luminoso, muy espacioso y grande. Las paredes el alto techo de madera,
los suelos de baldosas blancas y las gruesas alfombras eran de diferentes
tonalidades de blanco.
- Oh, vaya - me impresione mientras que Yoongi se ofrecía a sacarme el
Jersey verde agua que llevaba puesto y dejándolo en una silla de madera
que estaba junto a la puerta. - Es increíble, es tan... luminosa y abierta.
- ¿Qué esperabas? - preguntó dejando su chaqueta azul marino en la misma
silla. - Ataúdes, mazmorras y fosas - se notó una pizca de burla en su voz.
- No - intenté disimular que había dado en el clavo. - Fosas no.
- Fosas no - repitió con ironía.
Mientras subíamos por las escaleras él se detuvo a mirarme.
- Es el único sitio en donde no tenemos que ocultarnos.
Los padres de Yoongi nos aguardaban en una cocina blanca de estilo loft.
Mientras preparaban: Karēraisu, Kaisengomachazuke, Soba, etc.
- ¿Acaso es japones? - preguntó una chica de pelaje rubio, igual de rubio
que Yoongi, y la piel y igual de blanca y pálida como la nieve.
- Se llama Jimin, seguro que le encantará - le contestó Un chico, quien, a
diferencia de todos, tenía el pelo de un color castaño y con reflejos
marrones, igual que Jungkook.
- Uh. Que olor - avisó Rose, la chica rubia.
- Ya está aquí el humano - dijo emocionado Hoseok. Quien tenía los
mismos rasgos pálidos y hermosos que el resto. Se dirigió hacia nosotros y
me sonrió en señal de bienvenida.
- Jimin, te estamos preparando algo japonés -
La voz de Yoongi rompió el breve lapso de silencio.
- Jimin, este es Hobi... Mi hermano a efectos prácticos
- Ohayō - le saludé en japonés.
- Anataniaeteyokatta - me respondió él.
- Nos has dado una escusa para estrenar la cocina - dijo el doctor Nam.
- Espero que tengas hambre - inquirió Jina. La mujer de Namjoon. Quien,
como adivinaréis, era igual de hermosa que todos.
- Sí, mucha - mentí para no quedar mal.
- Ya ha comido - desmintió mi acompañante.
Entonces se pudo oír al fondo un cuenco rompiéndose. Rose lo había echo
añicos con sus propias manos.
- Perfecto - dijo cabreada.
- Ah.. ah. Es que... como se que vosotros no coméis.
- Por supuesto - me cortó Jina. - Muy atento por tú parte.
- Ignora a Rose - me susurro Yoongi. - Yo lo hago.
- Sí. Sigamos fingiendo que esto no es peligroso para todos nosotros -
contestó furiosa ella.
Hoseok se acercó a ella para calmarla.
- Yo jamás... Le contaría nada... a nadie - prometí.
- Eso ya lo sabe - intervino Nam.
- Ya. Pero el problema es... que por su culpa se marchó Jungkook
- Rose - le cortó Nam.
Debo reconocer que se me removió el alma al escuchar eso con tanta
claridad, pero no podía hundirme ahí.
- No. Debe enterrarse - se aferró a la conversión Rose. - Toda la familia se
verá implicada si esto sale mal.
- Mal en el sentido... de que yo me convierta en la comida.
Todos a excepción de Rose dejaron escapar una risa floja.
- ¡Hola, Jimin! - saludó otra chica rubia con entusiasmo caminando sobre
una rama, y entró por la ventana seguida de un chico. Llegó para detenerse
delante de mí repentinamente y con elegancia. Jina y Nam le lanzaron
sendas miradas de aviso. Ella se adelantó para darme un beso en la mejilla.
- Oh. Si que hueles bien - me alabó, para mi enorme vergüenza.
- Lisa, que... - a Yoongi no le había hecho gracia su cumplido.
- Tranquilo. Jimin y yo seremos buenos amigos - dijo segura de si misma.
Nadie más sabía qué decir. Sentí una sensación de alivió y de repente me
encontraba muy a gusto a pesar del sitio en que me hallaba. Yoongi miró
fijamente al acompañante de Lisa y enarcó una ceja. Entonces me acorde
que en un libro sobre vampiros ponía que algunos eran capaces de alterar
los sentimientos de cualquier persona. Pero... no creí que eso fuera más que
una broma.
- Disculpale - dijo Nam al ver que el chico no se presentaba. - Chanyeol
es nuestro vegetariano más reciente, aún le resulta un poco difícil.
- Es un placer conocerte - Me habló lo más lejos posible y con el cuerpo
tenso.
- Tranquilo Chanyeol. No le harás daño - confió en él Lisa.
- En fin... - dijo Yoongi un poco avergonzado. - Voy a enseñarte el resto de
la casa.
- Bueno, hasta luego - me despidió Lisa.
- Vale.
Encuentro

Subimos por las escaleras y un cuadro llamó mi atención de manera


repentina. Estaba compuesto por gorras de graduación que se apilaban de
una manera elegante.
- ¿Gorras de graduación? - pregunté vacilante.
- Sí... Es una broma nuestra - contestó de igual manera. - Nos graduamos
mucho.
- Es un poco deprimente. Repetir el instituto una y otra vez.
- Sí. Pero cuanto más jóvenes empecemos en un lugar más tiempo podemos
quedarnos en el.
- Y tus hermanos ¿Por qué no van al instituto?
- Se ven muy mayores para hacerse pasar por adolescentes...
- Ah, entiendo.
Nos miramos durante un tiempo y luego habló de nuevo.
- Vamos.
Subimos los últimos escalones que quedaban y nos encontramos frente a
una puerta.
- Este es mi cuarto - me informó.
Su habitación tenía vistas al sur y una ventana del tamaño de la pared,
igual que en el gran recibidor del primer piso. La pared de la cara oeste
estaba totalmente cubierta por una sucesión de estantes repletos de CD. No
había ninguna cama, solo un espacioso y acogedor sofá de cuero blanco.
- No hay cama.
- No.. No duermo - sonrió entre dientes y sacudió la cabeza de un lado
para otro.
- ¿Nunca?
- No. Nunca.
- Vaya - suspiré y eche un vistazo a sus CDs
- Tienes mucha música - dije mientras encendía un sofisticado aparato de
música que había el rincón de los estantes. - Qué estabas escuchando?
- Es de F. T. Island.... no se.
- Jidoghae. Es genial.
Yoongi se me acercó, agarró mí mano derecha, posicionó su mano libre
en mi cintura y me atrajo más hacia él, a continuación hizo que diera un
giro de 180° pero yo permanecía tenso.
- ¿Qué? - preguntó al notar mi rostro incómodo.
- No se bailar - confesé
- Bueno... Podría obligarte.
- No te tengo miedo.
- No deberías haber dicho eso - dijo arqueando una ceja.
Yoongi emitió un sordo gruñido gutural y los labios mostraron unos dientes
perfectamente curvados hacia atrás. De repente su cuerpo cambió, se había
agachado, tenso como un león en ataque.
No le vi saltar hacia mí, fue demasiado rápido. De repente me encontré en
el aire y luego caímos sobre el sofá, que golpeó contra la pared por el
impacto. Sus brazos formaron una protectora jaula durante todo el tiempo,
por lo que apenas sentí el zarandeo.
- ¿Qué era lo que decías? - preguntó juguetón.
- Que eres un monstruo realmente aterrador - repliqué. El jadeo de mí voz
estropeó el sarcasmo.
- Mucho mejor - aprobó
- Esto... - forcejeé - Me puedes bajar ya?
Se limitó a reírse.
Después de pasarme todo el día en la casa de los Jeon, Yoongi me trajo a
casa en el mediodía y se marchó.
Cuando entré mi padre se encontraba escuchado las noticias de la radio
mientras devoraba una hamburguesa de ternera.
- Que antiguo eres Papá.
- ¿Quieres una? - me ofreció
- No - negué sentándome a su lado. - Deberías para con la carne -
- Eh, que ya soy mayorcito.
Ambos reímos.
- ¿Qué hay de las chicas del pueblo? -
cambió drásticamente el tema de conversación.
- ¿Qué?
- ¿Te interesa alguna?
- Papá, ¿Vamos hablar de chicas? - esbozé una sonrisa.
- Supongo que no. - dijo satisfecho.
- Me voy a duchar.
- De acuerdo.
Subí las escaleras a rastras y me dirigí a la ducha, donde estuve durante
un buen rato recordando todo lo que había vivido hoy en la casa de Yoongi,
fue algo realmente emocionante.
Salí antes de que me arrugara, sequé el agua que había en mí cuerpo y
pelo. Luego me puse una camiseta vieja de un color apagado, y unos bóxers
cómodos. Me metí en la cama y para mi sorpresa Jungkook apareció
sentado en esta, lo que causó que diera un sordo chillido.
- ¿Jun-Jungkook? - pregunté dando pasos lentos y temblorosos hacía él.
- Por la ventana... Entré por la ventana - respondió sonriendo. - Por si te
preguntas.
- ¿Lo haces a menudo?
- ¿El qué? ¿Colarme en tu habitación? - se acercó un poco a mí - Desde un
par de meses... Me gusta verte dormir... Me resulta fascinante.
- Eres cruel... - repliqué con los ojos borrosos por la acumulación de
lágrimas y la vos entrecortada debido al nudo que se había envuelto en mi
garganta. - ¿Cómo puedes presentarte así sin más después de haber
desaparecido por meses?
Me miró con cierto remordimiento y acarició la línea de mi mandíbula
con la llama de sus dedos.
- Te he echado tanto de menos - Susurró acercándose a mi rostro y paró
por un momento. - Deja.. dejame probar una cosa.
Vaciló.... No de la forma habitual, no de una forma humana, no de la
manera que un hombre podría vacilar a otro. Tal vez vacilaría para
prolongar el momento, ese momento ideal previo, muchas veces mejor que
el beso mismo.
Jungkook se detuvo vacilante para probarse a sí mismo y ver si era seguro.
- Quedate muy quieto - musitó mientras seguía acercándose lentamente. -
No te muevas.
Entonces sus fríos labios de mármol presionaron los mios.
Para lo que ninguno de los dos estaba preparado era para mi respuesta.
La sangre me hervía bajo la piel quemándome los labios. Mi respiración se
convirtió en un violento jadeo. Aferré su pelo con los dedos, atrayéndolo
hacia mí, con los labios entreabiertos para respirar su aliento embriagador.
Inmediatamente sentí como sus labios se convertían en piedra. Sus manos
gentilmente pero con fuerza, me apartaron y él se alejo a una velocidad de
luz.
- ¡¡Para!! - dijo chocándose contra la pared con una expresión vigilante.
- Perdona - musité todavía abrumado.
- Soy más fuerte de lo que creía - sonrió con fuerza.
- Ojalá pudiera decir lo mismo.
- Jamás debo perder el control contigo - dijo apenado dándome la espalda.
- ¡No te vayas! - Le supliqué. - No otra vez...
Tenerlo de nuevo conmigo y que no fuera un sueño fue realmente un
momento tan maravilloso que dejarlo marchar sería un suicidio para mi
recuperación mental.
- Jimin... Lo siento
- ¿Por qué razón vuelves ahora y no cuanto más te necesitaba? - repliqué
acercándome a él. - ¿Sabes cuanto me dolió tu abandono?
-... - Vaciló en contestar a mí pregunta y se giró para mirarme con esos ojos
que tanto eché en falta. - Fue Yoongi, él me dijo que marchara
Conflicto

Me encontraba en la cafetería con mis amigos. A pesar de estar


acompañado, me comportaba como si estuviera solo, hundido en mis
múltiples pensamientos todos entorno a la visita nocturna de Jungkook y en
el primer beso entre ambos. De manera involuntaria, llevé mis dedos a
tocar mis labios y sonreí de manera tonta.
- Hola, Jimin - Me sacó de mis pensamientos Yoongi, lo miré aun
distraído y sacudí mi cabeza de un lado a otro y así poder ponerle más
atención a su presencia.
- H-hola Yoongi - Tartamudeé. Mi voz se sentía temblorosa debido a su
estancia a mi lado. Todavía no me podía creer que él era el causante de la
repentina partida de Jungkook, de que él me dejará sin ni siquiera vacilar
en el acto o pensar en la profunda herida que dejaría en mis sentimientos.
- ¿Podemos hablar un momento? - La matiz de su voz hacia que sonará
más a una orden que a una pregunta. Miré a mis compañeros de mesa,
Minho y Seol, con quienes no había podido comer ninguna sola vez en
tranquilidad desde que Jeon se fue. Agradecía que aunque me alejase tanto
de ellos, seguían guardándome un lugar en la mesa.
- Tranquilo - Encaró Seol - Estamos acostumbrados a que te vallas así sin
más - Dijo con neutralidad, pero por el tono de su voz, podía deducirse que
estaba molesta.
- Seol, yo...
- Jimin - Volvió a insistir Yoongi.
- Lo siento - La pedí disculpas y seguí a Jeon mayor, quien me llevó hasta
el bosque, justo donde Jungkook me mostró lo que era.
- Yoongi - Lo llamé al ver que no paraba de caminar. - ¿A dónde vamos?
- Este paró en seco y se acercó a mí - ¿De qué querías hablar?
Me miró en silencio durante unos minutos y después alzó su mano de
manera lenta e insegura para acariciar mi labio inferior con la llama de su
dedo pulgar.
- Te ha besado... - Susurró con una voz rota pero firme. - ¿Verdad? - Me
miró a los ojos esperando una respuesta de mi parte.
- Yo... - Aparté la vista ya que responder a eso me avergonzaba.
Era una persona tímida y él ya debía saber que no respondería a esa
pregunta.
- Sí, lo hice - Se escuchó una tercera voz detrás de mí. Giré la cabeza y
mi mirada se topó con Jungkook, quien me sostuvo la muñeca y me apartó
de Yoongi posicionándome detrás suyo - Te recuerdo que él es mío,
siempre lo fue-
- ¿Con qué derecho dices eso? - Gruñó amenazante Yoongi. - ¿Te
acuerdas que por tu culpa casi muere?
- No vuelvas a usar la misma escusa con la que me hiciste marchar - Dijo
enojado y se puso a la defensiva mientras curvaba la espalda y tensaba su
cuerpo en posición de ataque. - ¡Caí una vez, no pienso volver hacerlo! -
- No voy a permitir que te quedes con él, nunca Jungkook- Yoongi adoptó
la misma posición que la de su hermano y sacó las garras, y unos colmillos
afilados se asomaron por su boca mientras el gruñía con los ojos clavados
en los de su contrincante.
- No podéis hacer esto... - Dije con la voz entre cortada retrocediendo un
poco hacia atrás por el ambiente amenazador que reinó entre ellos y yo era
como la débil criatura que no podía hacer nada más que mirar y esperar
que no se hicieran daño.
Me sentía impotente por no poder hacer nada y me lleve las manos a la
cabeza mientras lloraba del coraje que me daba ser un frágil e inútil
humano.
Los dos vampiros se abalanzaban entre sí, golpeándose como fieras
sedientas de sangre, clavándose las garras como si fueran unos enemigos
con cuentas pendientes.
Por el cielo se oyó un fuerte estruendo y de pronto comenzó a llover, pero ni
la tormenta que recién avecinaba hacia que los dos hermanos se separaran.
- ¡PARAR! - Grité con todas mis fuerzas, pero la tormenta silenciaba mi
voz y la hacia lejana.
En un acto de coraje, estupidez y bastante suicida, me acerqué a los dos
vampiros que luchaban de manera salvaje y a sangre fría e intente
separarlos, pero solo logré ser víctima de esa rabia acumulada en un
espacio pequeño. Uno de ellos me golpeo de manera brutal arrojándome
hasta una roca, donde mi cabeza golpeó de manera violenta y caí inerte al
suelo, la lluvia camufló la sangre que antes pertenecía a mi cuerpo y
formaba ya parte de ella.
- ¡JIMIN! -
Fue lo último que alcancé a oír antes de que en fuerte impacto con la
roca acabara con mi vida.
Reinicio

La lluvia no tenía el plan de cesar, pues la tormenta empeoraba aún más.


El ambiente era tenso y no solo por el tiempo violento, ni el viento brusco
que acechaba. Le ambiente se tensó las miradas yacían pérdidas, mientras
un desesperado Jungkook corría hasta el encuentro de Jimin. Gritaba su
nombre de manera casi ensordecedora. Le revisaba el rostro histérico y con
la esperanza de que este reviviera, comenzó a morderle por todas partes.
- Detente, Jeon-
Apareció ante él Kim, quien fue avisado por Yoongi de la situación en la
que se encontraban.
- Es demasiada ponzoña, no vas a obtener el resultado que quieres de esta
manera. -
Intentó apartar al chico, pero este se aferró más al cuerpo.
- No...-
Negó agitando la cabeza de un lado para otro mientras intentaba no
desplomarse ahí mismo.
- No voy a dejarlo.-
- Tenemos que poner su cuerpo al resguardo de la tormenta. -
Intentó por segunda vez apartar a su hijo, pero solo recibió un empujón de
su parte.
- ¡A Jimin le gustaba la lluvia!
A lo lejos se oyó un aullido que resonó por todo el bosque. Un enorme
licántropo se acercó lentamente hacia ellos mientras sollozaba y observaba
Jimin. Los dos vampiros, sin quitarle los ojos de encima, vieron como el
enorme animal acercaba su hocico al rostro del cuerpo inerte y lo
olisqueaba de forma afligida.
- ¿Habéis sido vosotros? -
Preguntó un chico arrodillado en el mismo lugar que antes se encontraba el
licántropo. No llevaba puesta una camiseta y sus pantalones cortos estaban
arañados. Su mirada observaba con furia a los dos hombres que se
encontraban delante de él.
- Esto tiene una explicación -
Encaró Namjoon al instante de hacerse la pregunta.
- Mi abuelo tenía razón...-
El joven licántropo se puso en pie y dirigió sus pasos hacia Kim.
- ¡Nunca debimos dejar que unos vampiros pisaran nuestras tierras, ni
mucho menos que habitaran en ellas...!-
Paró frente al mayor y lo fulminó con la mirada.
- No tienes ningún derecho a hablarnos as...
- ¡HABÉIS MATADO A MÍ AMIGO! -
Respondió junto al sonido de un relámpago que estallo en el cielo.
- ¿Os parece motivo suficiente? -
Minorizó la voz, pero el tono era igual de enfurecido y dolido.
- He sido yo -
Adjudicó Jungkook todavía sujetando el cuerpo de Park Jimin y
observándolo con tristeza. - Sí alguien merece ser odiado... Ese soy yo.
-Tú... - El licántropo posó sus fiera mirada en él. - Sabía que no...
- ¡¡¡Ahhhhrr!!! -
Resonó por todo el bosque.
Ese grito de dolor insoportable provenía de mí junto a varios suspiros
ahogados.
-Jimin...- Exclamó Jeon agarrándome aun más fuerte. - Aguanta un
poco, solo un poco.
- ¡AHHH! - comencé a retorcerme de dolor y se tenía las venas marcadas
por todo el cuerpo. - ¡HAS QUE PARE! - grité desesperado mientas mi
cuerpo se tensaba y mis uñas se clavaban en los brazos de Jeon.
- ¿¡Qué le habéis hecho!? - Preguntó Tae preocupado mientras era
sujetado por Nam para que no interviniera.
- Aguanta un poco más... solo un poco más... -
Pidió en un suspiro Jungkook.
Mi respiración seguía siendo inestable y el dolor era como si tuviera mi
cuerpo envuelto en llamas. No paraba de retorcerme y gritar suplicante por
que hiciera que este dolor desapareciera.
- Necesita sangre, Jungkook -
Objetó Nam todavía agarrando al licántropo alterado que se había vuelto
Tae.
- ¡Vais a pagar por esto! -
Gritó el sostenido mientras luchaba por ser liberado de las garras del
vampiro.
Jeon se mordió la muñeca y me la acercó hasta los labios. Yo negué
apartando a un lado la cabeza mientras mi respiración seguía inestable.
- Debes beber, por favor -
Suplicó Jeon mientras me miraba con desesperación. - O no parará.
- N-No - pude soltar tras un gran esfuerzo.
- Siento mucho hacer esto. -
Jeon se llevó la parte de su muñeca mordida por él a la boca y seccionó
gran parte de su sangre. Me obligó a mirarlo y a continuación, juntó sus
labios con los míos forzándome a beber la sangre que había succionado.
-¡Hmmmm! -
Peleé intentado separarlo de mí, pero era prácticamente inútil. Mi cuerpo
seguía sin reaccionar a mis movimientos.
Tras haber hecho que bebiera toda la sangre, se separó de mis labios que
permanecían petrificados al igual que mi cuerpo y me despegó del suelo
cargándome en sus brazos.
-Llevalo a nuestra casa -
Ordenó Nam - Es mejor que no esté rodeado de humanos cuando recobre la
conciencia.
Cuando Jeon me alejó del lugar, el doctor Kim soltó a Taehyung, quien
se convirtió de nuevo en el enorme lobo que antes era y nos siguió, al igual
que el doctor.
Habían pasado horas y yo seguía inconsciente, me sentía vacío y
aterrado y una sed insoportable me estaba volviendo loco. Desperté
exaltado soltando un gran suspiro ensordecedor.
Soy un Monstruo

Me encontraba en una habitación desconocida, mi cuerpo bombeaba


demasiada adrenalina provocando que mis movimientos fueran más
energéticos y rápidos de lo necesitado. Sentía que me hiperventilaba, lo
cual era raro porque no era capaz de respirar.
- ¿Qué me está pasando? -
Pregunté asustado a Jungkook una vez le vi ingresar a la habitación. Este
tenía el cuerpo desfigurado por la pelea que tuvo con Yoongi, y su rostro
estaba apagado y más pálido de lo normal.
- Debes alimentarte -
Se sentó a mi lado e intentó tocarme, pero yo aparté mi rostro enseguida.
- ¿Qué me has hecho? -
Pregunté en un hilo de voz por la sequedad en mi garganta.
Observaba a Jeon y no entendía por qué me atraía tanto su fragancia,
podía sentir como su sangre recorría sus venas y era tan atrayente que
asustaba.
- Necesitas comer, si no te debilitaras -
Dijo Jeon, clavando sus colmillos en la misma muñeca de antes y
comenzó a sangrar en el acto. Me ofreció la sangre posando su muñeca al
lado de mi boca, pero yo negué y giré mi cabeza hacia otro lado.
- No podrás evitarlo, luchar contra ello o negarte. Jimin, necesitas mi
sangre.
Volvió a acercar su muñeca.
- Bebe, Jimin -
- ¡No! -
Aparté su muñeca con un golpe de mano que resultó más brusco de lo
que esperaba.
- ¡JIMIN, POR DIOS! -
Gritó enojado y triste a la vez, lo cual me asustó e hizo que mi voz
sonara nerviosa al hablar.
- No voy a beber eso -
Ignoraba la creciente sed que inundó mi garganta y lo atrayente que era
la sangre en estos momentos. Tenía una fragancia tan embriagadora y
deseable pero al mismo tiempo no quería reconocerlo.
Mi cuerpo comenzó a tensarse, y por mi piel ya más pálido que de
costumbre, se podían notar marcadas mis venas. Me encogí asustado y
abrase de manera automática mis piernas, dando la espalda a Jeon, quien
me miraba en silencio.
- Me has convertido en un monstruo -
Susurré de manera inconsciente mientras sollozaba.
- Jimin... -
Sentí como intentaba tocarme pero se arrepentía al acto.
Otra vez lo había hecho, había sido cruel, estaba haciéndolo sentir mal
¿Por qué no era capaz de hacer feliz al chico que me gustaba?
- Siento haberte hecho esto -
Concluyó diciendo para después levantar y abandonar la habitación
mientras se cubría la muñeca.
Quise ir tras él, pero mi temor y orgullo insano me lo impedían.
Me giré de manera disimulada para ver como se iba y suspire arrepentido.
- Lo siento mucho, Jeon... -
Susurré recostándome en la cama.
Jeon salió de la habitación y se juntó con su familia en el salón.
- Se niega a beber -
Anunció este derrotado y desanimado a sus hermanos y padres, los cuales
suspiraron con preocupación.
- Lo sabía -
Objetó Rose enojada mientras se dirigía a todos.
- Os dije que esto era un problema -
Dijo mirando a Jungkook y Yoongi.
- Y ahora nos tocará sufrir las consecuencias de esto.
- Rose.. -
Le advirtió Nam mientras la miraba serio.
- No, papá - Continuó. - ¡Sabéis que cuando se debilite del todo y no
haya bebido por segunda vez la sangre de Jungkook este perderá la razón y
matará a cualquiera que se le cruce por delante y nosotros somos una caza
perfecta...!
- ¡ROSE! -
volvió a advertir Nam con autoridad.
En es momento se pudo escuchar desde la habitación en la que se
encontraba Jimin un cristal romperse, con prisa, Jeon corrió hasta la
habitación y solo pudo encontrar un ventana echa trizas. Jimin ya no
estaba.
- ¡TAE, NO TE ACERQUES! -
Gritó en cuanto se asomó por la ventana y vio al licántropo intentado
detener a un Jimin descontrolado.
El lobo hizo caso omiso a las advertencias de Jeon e intento detenerlo, pero
Jimin lo agarró del cuello y lo rompió, dejándolo muerto en el suelo. Clavó
sus colmillos en el animal y succionó la sangre suficiente como para poder
mantenerse vivo.
En cuento la familia se encontraba ya en el lugar, Jimin ya no estaba y
Taehyung se había vuelto a convertir en humano, pero estaba muerto.
- Esto es un problema -
Confesó Nam tocando al chico.
- Atraparlo antes de que mate a alguien más o llegue al pueblo -
Ordenó a sus hijos.
Hasta aquí el final de la 2 temporada.
Muchas gracias a todos los que me han dado su voto y ha comentado en
esta historia y la otra.
TEMPORADA 3

HOLA A TODOS
Sé que he tardado mucho para esta tercera temporada, pero es que mis
ganas de escribir permanecían bajo cero, y cada vez que me quería poner a
ello me daba una pereza.
Creo que para el sábado que viene podréis disfrutar del primer capítulo de
esta nueva temporada.
GRACIAS POR VUESTRA PACIENCIA♥

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