Cuando Valencia Declaró La Guerra A Napoleón
Cuando Valencia Declaró La Guerra A Napoleón
Cuando Valencia Declaró La Guerra A Napoleón
En mayo de 1808, Valencia fue una de las primeras ciudades en sublevarse contra la
ocupación napoleónica, un mes después infringía la primera derrota al emperador
francés en las Torres de Quart
Alcanzar el cénit al inicio de la carrera profesional, con tres obras maestras como 'Los
duelistas' (1977), 'Alien' (1979) y 'Blade Runner' (1982), puede resultar una carga
pesada pero también un negocio rentable. La filmografía de Ridley Scott se cimentó
en unos comienzos deslumbrantes seguidos de un honroso descenso a la normalidad.
El bombardeo de márquetin y cierto autoengaño, dada la relevancia histórica de
Napoleón Bonaparte e interpretativa de Joaquin Phoenix, explicarían las altas
expectativas creadas ante otra película de un cineasta que solo rozó aquel nivel
inaugural hace más de dos décadas, con 'Thelma y Louis' (1991) y 'Gladiator' (2000).
La caricatura del político corso que traza la cinta del realizador inglés se ajusta a la
vieja historiografía conservadora británica, nacida tras Waterloo en la Europa de la
Restauración, y que doscientos años después aún parece respirar en el imaginario
anglosajón. La paradoja es que las identidades nacionales modernas que hoy explican
qué es ser británico, alemán, austríaco, ruso o español tienen su origen en el
liberalismo político y revolucionario expandido por Napoleón. La invasión francesa,
o el temor a ella en el caso británico, construyó por primera vez un sentimiento
identitario compartido en cada uno de estos territorios.
El levantamiento de Valencia
Durante el siglo XVIII, la Francia borbónica católica fue aliada natural del Reino de
España contra los protestantes británicos. La Revolución Francesa alteró la
geopolítica mundial hasta el punto que, en 1808, la guerra llegó al territorio
peninsular no solo como lucha entre franceses y sublevados españoles, sino también
en forma de conflicto entre potencias extranjeras y como guerra civil española.
En el primer piso del Museo de Bellas Artes de Valencia, a mano derecha según se
accede a la sala de retratistas, entre políticos y espadones nacionales del siglo XIX,
Louis Gabriel Suchet, Duque de La Albufera, luce orgulloso una media sonrisa
dibujada por el pintor valenciano Vicente López. El Duque de la Albufera era casi un
virrey que no rendía cuentas ante Jose I Bonaparte. “Suchet, como gobernador
napoleónico de Aragón, respondía directamente ante Napoleón. Conquistó el sur de
Aragón, la desembocadura del Ebro en Cataluña y las tierras valencianas. En enero de
1812, Suchet tomó la ciudad de Valencia, lo que supuso el último éxito militar de
Napoleón en España y le valió ascender de general a mariscal. Ningún otro militar
francés lo logró durante la guerra peninsular”, comenta Aquillué. “El fanatismo en
Valencia es más elevado que en Cataluña y Aragón. Los curas son muy poderosos y
mueven el pueblo según su voluntad”, escribiría Suchet en 'Memorias del Mariscal
Suchet sobre sus campañas en España 1808-1814'.
La guerra en la Península Ibérica fue el principio del fin para Napoleón. Significó un
sumidero por el que desaparecieron hombres, recursos, generales y cuantioso dinero.
“Se enquistó como un conflicto de desgaste interminable con frentes constantes antes
de Rusia. Bonaparte tuvo que acudir personalmente al Reino de España, algo que no
entraba en sus planes, destinó a los mejores mariscales del Estado Mayor francés y
movilizó alrededor de 300.000 hombres, entre 1810 y 1811, para mantener lo
logrado. En el momento en que el corso retiró a 150.000 para el frente ruso, se
produjo la gran ofensiva anglo-portuguesa y española comandada por Wellington”,
incide el contemporanista.
No fue hasta la encrucijada entre los años veinte y treinta del siglo XIX cuando se
empezó a hablar de Guerra de la Independencia. “Durante el momento del conflicto
bélico, el término utilizado fue Guerra contra Napoleón o Guerra de España. En
cuanto a sentimientos de identidad colectiva en 1808, el discurso movilizador del
momento es 'Dios, patria y rey', y existía cierta noción de traición de Napoleón al rey
como cabeza de la monarquía del Antiguo Régimen, pero también de engaño al
pueblo español que recibió como aliadas a las tropas francesas”, argumenta el
investigador.