Texto 1-Ii Semestre

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COLEGIO FELMER NIKLITSCHEK

ÁLVARO DE LA GUARDA
FILOSOFÍA
DEPARTAMENTO DE LENGUAJE

GUIA DE TRABAJO: EL BIEN EN UN CONTEXTO PLURALISTA: ¿VALE TODO EN UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA?

Nombre: Curso: 4° MEDIO ______ Fecha: /07 /2023

Objetivo 4: “Evaluar diferentes tipos de argumentos presentes en textos filosóficos y fundamentar su validez o carácter falaz,
considerando referentes teóricos, empíricos y del sentido común para apoyar o refutar una tesis.”

A partir de la lectura de los siguientes textos, problematice en la relación entre ética y política, evaluando los límites
de la democracia en contextos plurales.
TEXTO 1:

Entrevistas a Santiago Abascal

“También quieren acabar con la inmigración irregular. ¿Sabe cuántos inmigrantes ilegales entraron el pasado año?

No me lo sé de memoria ni falta que me hace. No tengo más que ver los telediarios y no quiero inmigración irregular. Me da igual si
es el 5%, el 10% o el 50% de la inmigración. Al irregular hay que combatirlo. Estamos seguros de que las administraciones están
ocultando los verdaderos datos de inmigración. No hay más que leer los periódicos para ver lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la
manada de Azuqueca, que fue ocultada por la fiscalía.

¿Cree que acoger el Aquarius fue un error?

Absolutamente. Provocó un efecto llamada que estamos pagando, cambió la ruta de la inmigración y ha acabado matando el
tratado de Schengen, porque si no se controla las fronteras exteriores, las fronteras interiores son vigiladas por los países. Es lo
que está haciendo Francia en este momento, echando a los subsaharianos en furgonetas de la Gendarmería que entran en
territorio español y los sueltan.

¿Es partidario de cerrar todas las mezquitas?

Somos partidarios de cerrar las mezquitas radicalizadas. De expulsar a los imanes que propagan el islamismo, que no es una
religión, sino una ideología política que pretende imponer la ley islámica a los españoles. Una cosa son los islamistas y otra cosa
son las personas que profesan la religión islámica. El islamismo es el fundamentalismo. Y tenemos que estar orgullosos de nuestra
tradición cristiana, que nos ha dado la separación entre la Iglesia y el Estado, la igualdad del hombre y la mujer y la libertad en un
sentido amplio. Observando desde aquí la Alhambra, reconocerá que el islam ha traído cosas buenas a España. Tenemos
préstamos lingüísticos y han quedado restos en la arquitectura histórica que son muy bienvenidos, pero por suerte hemos
conseguido expulsar lo peor de esa civilización. Tenemos muchas razones para sentirnos orgullosos de nuestra historia. Nosotros
vinimos a Andalucía a decir que, frente a la Andalucía de Blas Infante y la Andalucía islamizada, reivindicamos la Andalucía de
Isabel La Católica y de Fernando III El Santo”.

(Recuperada el 28-06-2019 de https://www.curriculumnacional.cl/link/https://www.elmundo.es/espana/


2019/04/22/5cbcb010fc6c83 7f238b459e.html)

TEXTO 2:
“Un buen número de autores considera hoy en día que conviene distinguir entre lo justo y lo bueno dentro del fenómeno moral en
su totalidad, sin olvidarnos de que ‘distinguir’ dos aspectos de un fenómeno para comprender lo mejor no significa suponer que en
la realidad se dan por separados […]. Cuando tenemos algo por justo, no estamos pretendiendo sólo expresar un sentimiento, ni
informando de que lo aprobemos, ni tampoco exigiendo que sólo lo tenga por justo nuestro propio grupo, sino que estamos
pretendiendo que lo tenga por justo cualquier ser racional que se sitúe en condicionesbimparcialidad; es decir, estamos
pretendiendo que debe tenerlo por justo cualquier ser racional que no se deje llevar por sus intereses individuales o grupales, sino
por intereses universalizables, porque creemos tener razones suficientes para convencer a otras personas de que la propuesta
satisfacer tales intereses […]. La justicia se refiere, por tanto, a lo que es exigible en el fenómeno moral, y además exigible a
cualquier ser racional que quiera pensar moralmente. Con lo cual nos encontramos con que es moralmente justo lo que satisfacer
intereses universalizables. Cómo podríamos averiguar cuáles son esos intereses: celebrando un diálogo entre todos los afectados
en condiciones de simetría, como propone la ética discursiva. Sin embargo, cuando tenemos algo por bueno, por ‘felicitante’, no
podemos exigir que cualquier ser racional lo tenga por bueno, porque esta sí es una opción subjetiva. En este sentido es que hoy
en día ha hecho fortuna la distinción entre éticas de mínimos y éticas de máximos, entre ‘éticas de la justicia’ y ‘éticas de la
felicidad’. Las éticas de la justicia o éticas de mínimos se ocupan únicamente de la dimensión universalizable del fenómeno moral;
es decir, de aquellos deberes de justicia que sean exigibles a cualquier ser racional y que, en definitiva, sólo compone unas
exigencias mínimas. Las éticas de la felicidad, por el contrario, intentan ofrecer ideales de vida buena, en los que el conjunto de
bienes de que los hombres podemos gozar se presenten jerarquizadamente como para producir la mayor felicidad posible. Son,
por tanto, ética de máximos, que aconsejan seguir su modelo, nos invitan a tomarlo como orientación de la conducta, pero no
pueden exigir que se siga, porque la felicidad es cosa de consejo e invitación, no de exigencia”.
COLEGIO FELMER NIKLITSCHEK
ÁLVARO DE LA GUARDA
FILOSOFÍA
DEPARTAMENTO DE LENGUAJE

(Adela Cortina y Emilio Martínez, Ética, Akal, Madrid, 2001, pp. 117-118).

TEXTO 3:

“Antes del advenimiento de la modernidad, la comunidad se organizaba en torno a una única idea de bien común sustancial, no se
distinguía realmente entre ética y política y se subordinaba la política al bien común. Con el surgimiento del individuo, la separación
de Iglesia y Estado, el principio de tolerancia religiosa y el desarrollo de la sociedad civil, se instaló una división entre lo político y lo
que terminó por convertirse en la esfera de la moral. Las creencias morales y religiosas son ahora asunto privado sobre el cual el
Estado no puede legislar, y el pluralismo es un rasgo decisivo de la democracia moderna, o sea, la democracia que se caracteriza
por la ausencia de bien común sustancial. Pero si Rawls tiene razón en querer defender el pluralismo y los derechos individuales,
se equivoca en creer que ese proyecto exige el rechazo de cualquier idea posible de bien común, porque la prioridad del derecho
por la que él aboga sólo puede darse en el contexto de una asociación política específica definida por una idea del bien común;
salvo que en este caso debe entenderse en términos estrictamente políticos, como el bien común político de un régimen
democrático liberal; esto es, los principios del régimen democrático liberal en tanto asociación política: igualdad y libertad […]. A
pesar de sus inconvenientes, la teoría de la justicia de Rawls plantea una serie de cuestiones muy importantes para la filosofía
política. Su misma capacidad para dar respuesta satisfactoria a esas cuestiones ilustra las limitaciones del enfoque liberal e indica
el camino hacia una solución. El gran mérito de Rawls consiste en insistir en que en las sociedades democráticas modernas, en las
que ya no hay un bien común único y sustancial, sino que lo central es el pluralismo, la concepción política de la justicia no pude
derivar de una concepción religiosa, moral o política particular de la vida buena. Hoy hemos de rechazar la idea de una comunidad
política unificada por un orden moral objetivo con el que sueñan comunitarios como Sandel. Si la ‘prioridad del derecho sobre el
bien’ sólo significara eso, sería inobjetable. El problema es que Rawls no puede aceptar que esa prioridad del derecho sea
consecuencia del ordenamiento simbólico de las relaciones sociales características del régimen democrático liberal y que, en
consecuencia, derive de la idea de bien constituida por los principios políticos que lo definen como asociación política […]
Conjeturo que Rawls ha tratado de huir de un tipo de discurso liberal universalista, individualista y de derecho natural, pero que no
consiguió sustituirlo por una alternativa satisfactoria debido a su incapacidad para pensar el aspecto colectivo de la existencia
humana como constitutiva. […] Personalmente, pienso que en ese contexto debe entenderse su confusión de discurso político y
discurso moral, así como su evasión de las nociones políticas básicas de poder, conflicto, división, antagonismo y soberanía, así
como los valores que pueden realizarse en la acción colectiva. Como resultado de todo esto, lo que Rawls presenta como filosofía
política es simplemente un tipo específico de filosofía moral, una moral pública para regular la estructura básica de la sociedad. En
efecto, afirma que ‘la distinción entre las concepciones políticas de la justicia y otras concepciones morales es mera cuestión de
alcance, es decir, del espectro de sujetos a los que una concepción se aplica, y cuanto más amplio es el contenido, más amplio es
el espectro que requiere’. Exactamente allí reside el problema, porque creo que la distinción debería ser de naturaleza, no
meramente de alcance. Una filosofía política moderna debería articular valores políticos, los valores que se pueden realizar a
través de la acción colectiva y a través de la pertenencia común a una asociación política. Su tema es la ética de lo político, que
habría que distinguir de la moral. […] Una concepción moderna de ciudadanía debiera respetar el pluralismo y la libertad
individual; hay que resistirse a todo intento de reintroducir una comunidad moral, de volver a una universitas. Una tarea de una
filosofía política democrática moderna, tal como yo la veo, es la de proporcionarnos un lenguaje para articular la libertad individual
con la libertad política a fin de construir nuevas posiciones subjetivas y crear identidades diferentes de ciudadanos”.

(Chantal Mouffe, El retorno de lo político, Paidós, 1999, Trad. Marco Aurelio Galmarini, pp.72; 83-85).

l- Anote algunas ideas sostenidas por los autores.

TÓPICO J. RAWLS A. CORTINA CH. MOUFFE


BIEN COMÚN

ÉTICA

JUSTICIA

IGUALDAD

POLÍTICA
COLEGIO FELMER NIKLITSCHEK
ÁLVARO DE LA GUARDA
FILOSOFÍA
DEPARTAMENTO DE LENGUAJE

ll. ¿Cuál de los textos es el más convincente? Entregue tres motivos razonables que justifiquen su elección.

III. A partir de la lectura de los textos y su propia opinión, ¿cómo podemos vivir juntos si tenemos distintas visiones éticas respecto
del bien? ¿Es posible construir políticamente una idea de “bien común”? Justifique su respuesta.

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