Tema #1 de Ciencias de La Educación
Tema #1 de Ciencias de La Educación
Tema #1 de Ciencias de La Educación
“La educación como derecho desde un enfoque interseccional. Políticas educativas y práctica
profesional para garantizar su cumplimiento.”
INTRODUCCIÓN
Posicionarse frente a una temática tan compleja y discurrir teórica y valorativamente, vuelve
trascendente una delimitación de los aspectos fundantes, sustantivos y estructurantes que
convertirán todo lo elaborado en un discurso crítico, articulado y criterioso. En busca de esa
aspiración es que el presente trabajo se organiza en virtud de la apreciación basada en la
perspectiva de las Ciencias de la Educación, en el contexto específico de la Pedagogía. Ahora
bien, en pleno siglo XXI, dicha temática ha cobrado valor y vigencia por los postulados a los que
alude, entre ellos cabe señalar que la misma refiere al estudio y análisis pedagógico de la
premisa que refiere a la educación como derecho desde un enfoque interseccional, con énfasis
en las políticas educativas y la práctica profesional que la garantizan. Es así que esta ponencia
teórica convoca a reflexionar sobre algunos puntos y cuestiones de fundamental importancia, en
base a ello se plantean las siguientes interrogantes disparadoras: La premisa de la educación
como derecho, ¿se vehiculiza en los hechos? ¿Cuál es el alcance y significado de la misma a la
luz de las políticas educativas? ¿Cuál es el estado de situación de la Educación actual? ¿Cómo
se materializa en las prácticas educativas? ¿Cuál es el impacto pedagógico de estas propuestas
en el contexto educativo actual?
DESARROLLO
El propósito de la presente teorización está orientado a reflexionar sobre la educación como
derecho, acompañado del análisis de las políticas educativas que sirven de garantía para la
realización de este derecho. Análisis que es pertinente llevar a cabo desde una mirada reflexiva
en el marco de un contexto pedagógico, y de la práctica profesional, estudiando el posible
impacto de las mismas en el ámbito educativo de la Educación Común.
Las concepciones contemporáneas sobre la democracia, particularmente, la democracia social,
requieren pensar nuevos modelos de educación vinculados al desarrollo del hombre y la
sociedad. Una visión integral del desarrollo democrático exige ver lo económico, lo político, lo
cultural y lo social formando parte de un mismo enfoque centrado en el hombre.
La educación democrática contribuirá a la construcción de una cultura de los derechos, una
cultura de la solidaridad, una cultura de la paz. La educación es un derecho humano fundamental,
esencial para poder ejercitar todos los demás derechos. La educación promueve la libertad y la
autonomía personal y genera importantes beneficios para el desarrollo.
La educación es un instrumento poderoso que permite a los niños y adultos que se encuentran
social y económicamente marginados salir de la pobreza por su propio esfuerzo y participar
plenamente en la vida de la comunidad.
De este modo, en la Declaración Universal de los DDHH, el Derecho a la Educación (artículo 26)
quedó estipulado en torno a estas tres afirmaciones centrales:
1.- “Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo
concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria.
La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores
será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
2.- La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá
la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o
religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el
mantenimiento de la paz.
En la Primera Conferencia Mundial de Educación para Todos (Jomtien, 1990), se estableció que
la educación debería tener como último propósito satisfacer las necesidades básicas de
aprendizaje de toda la población; necesidades que no son las mismas para todos los países,
todas la culturas, en todos los tiempos y que, por tanto, varían histórica y geográficamente. Esta
concepción ha introducido otro cambio importante: se ha pasado del concepto de “exponerse a
las oportunidades” (más centrado en las estructuras de oportunidades) al “aprovechamiento de
las oportunidades” (más centrado en el sujeto que aprende). El elemento central aquí pasa a ser
la calidad del aprendizaje, lo que hace más difícil entender, concretar y hacer exigible el derecho
a la educación.
No cabe duda que la condición necesaria para la superación de la pobreza es el crecimiento
económico. Pero condición necesaria no quiere decir condición suficiente. Las causas de la
pobreza son múltiples, la mayoría de ellas vinculadas a políticas económicas que inciden en la
mala distribución de los ingresos, la mayor concentración de la riqueza y el aumento de la
desocupación. El artículo 28 de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) señala que:
“los Estados Partes reconocen el derecho del niño a la educación”. De esta manera “a fin de que
se pueda 5 ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho”,
los Estados deberán, entre otros, implantar un sistema de enseñanza inicial y primaria obligatoria
y gratuita, fomentar el desarrollo de la enseñanza secundaria, asegurarse de que todos tengan
acceso a ella y tomar medidas para permitir la asistencia regular a la escuela. Además, el artículo
29 indica, entre otros puntos, que la educación deberá estar encaminada a desarrollar la
personalidad, a inculcar el respeto por los derechos humanos, por sus padres y su propia
identidad cultural, así como a preparar al niño, a la niña y al adolescente para asumir una vida
responsable en una sociedad libre.
La premisa de la educación como derecho se basa en la aspiración universal de vivir en un
mundo sin temor y donde las personas puedan gozar plenamente de su libertad. Este derecho es
el epítome de todos los derechos humanos porque él es la clave que posibilita el ejercicio de los
demás derechos, tanto de los civiles y políticos (los derechos de la libertad) como de los sociales,
económicos y culturales (los derechos de la igualdad).
La educación como derecho se basa en tres principios fundamentales: el de la igual dignidad de
todos los seres humanos, el de la no discriminación, y el de la participación democrática. Se
explicita a qué tienen derecho los estudiantes en el sistema escolar y se concluye con el rol que le
compete al Estado y a la comunidad nacional e internacional en hacer exigible este derecho
humano fundamental.
En síntesis, los estudiantes tienen derecho:
- A recibir una educación completa que les ofrezca oportunidades para una formación integral e
inserción laboral;
- A que se les ayude a modelar una personalidad respetuosa de los derechos humanos, amante
de la paz y del entendimiento entre las personas y los pueblos;
- A no ser discriminados por motivo de su etnia, género, situación socioeconómica, u opción
sexual;
- A recibir atención adecuada en caso de tener necesidades educativas especiales, o de vivir en
situaciones de conflictos naturales o armados;
- A estudiar en una ambiente de confianza, de seguridad, de buen trato y de respeto mutuo;
- A ser educados en su propia lengua, cuando se trate de niños y niñas pertenecientes a pueblos
originarios;
- A que se respete su integridad física y moral, y a no ser objeto de acoso o tratos vejatorios y
degradantes;
- A que se les respete su libertad personal y de conciencia, sus convicciones religiosas e
ideológicas;
- A ser informados sobre cómo y con qué criterios se les evaluará, y a ser evaluados y
promovidos de acuerdo a un sistema objetivo y transparente;
- A participar en la vida cultural y recreativa del centro educativo y a asociarse en alguna
organización estudiantil que los represente.
Ahora bien, ingresando en el plano específico de las políticas educativas, cabe intentar delinear
una aproximación conceptual que brinde respuestas flexibles a las siguientes interrogantes: ¿Qué
se entiende por políticas educativas? ¿Cómo puede la implementación adecuada de las mismas
redundar en beneficio de la educación de niños y niñas como derecho irrevocable y universal?
Según Pablo Imen, las políticas educativas refieren a las acciones del Estado en relación a las
prácticas educativas que atraviesan la totalidad social. Es el modo a través del cual el Estado
resuelve la producción, distribución y apropiación, de conocimientos y reconocimientos. Teresa
Sirvent, entiende a las políticas educativas como la acción del Estado sobre la educación
sistemática. Alude a un concepto de educación permanente, como derecho de los ciudadanos a
lo largo de su vida.
A partir de lo planteado previamente, se pueden traer como referencia los aportes de Pablo
Martinis (2016), quien reflexiona sobre los alcances de la educación como derecho. El autor
plantea que a todo sujeto le corresponde el acceso a la herencia cultural de la humanidad y que
es necesario reubicar la educación como derecho. Propone la noción de justicia como
compromiso fundamental, como una clave para una educación más justa, orientando el análisis
hacia algunas dimensiones, entre ellas, los sujetos, los formatos escolares y el currículum.
Recurriendo a las nociones brindadas por el Magíster Gustavo de Armas (2016), este plantea
algunos temas pertenecientes a la agenda del debate público en educación, con énfasis en la
calidad y la equidad.
Las Orientaciones de Política y las Estrategias a desarrollar para el quinquenio se fundan en dos
objetivos institucionales que la DGEIP ha definido: - Promover y asegurar aprendizajes relevantes
y de calidad similar a todos los niños. - Instituir a la escuela como espacio de participación
comunitaria y de implementación de políticas públicas de infancia. Asimismo, la definición de las
orientaciones a desarrollar durante el quinquenio parte de los desafíos identificados al examinar la
situación de la educación inicial y primaria en Uruguay. Estas líneas estratégicas en educación
habrán de contribuir por cierto al logro de los objetivos de carácter general definidos por la ANEP.
Bases, principios y ejes orientadores de las Políticas Educativas propuestas para el Quinquenio El
año 2020 trajo consigo una serie de nuevos desafíos, relacionados de forma concreta con la
emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia mundial, lo que afectó a todas las áreas y
niveles sociales y puso en riesgo la continuidad y por ende la calidad educativa. A nivel nacional,
el sistema educativo sufrió el impacto de la actual coyuntura, de manera concreta a partir de la
interrupción de las clases presenciales, favoreciendo el desarrollo inmediato del trabajo virtual,
con énfasis en el uso estratégico y potencial de las TICs (Plan Ceibal - Plataformas, bibliotecas
digitales, entre otros).
Los principios rectores que orientan el accionar de la educación en el país, se encuentran en la
génesis del sistema educativo, los mismos se detallan a continuación: laicidad, obligatoriedad,
gratuidad y autonomía. Estos están configurados sobre la base de la PARTICIPACIÓN
DEMOCRÁTICA. La administración educativa actual, en el marco del quinquenio, se plantea en
primer lugar, trabajar de manera activa en la defensa y concreción del principio rector de
LAICIDAD. El cual surge dentro del proyecto vareliano a fines del siglo XIX.
En segundo lugar, dentro de este quinquenio se propone afianzar y fortalecer el principio rector de
la GRATUIDAD de la enseñanza, constituyendo un factor distintivo a nivel regional y mundial. Sin
lugar a dudas, la educación gratuita en el Uruguay, ha constituido un factor generador de
oportunidades para la población en general, favoreciendo la igualdad y el acceso democrático al
conocimiento.
En tercer lugar, se fortalece el principio rector de la OBLIGATORIEDAD. Es importante tener en
cuenta que el principio de la obligatoriedad va de la mano de la gratuidad. Como lo sostuvo en su
momento J. P. Varela.
En cuarto lugar, el sistema educativo orientará sus esfuerzos al cumplimiento del principio rector
de la AUTONOMÍA. En la actualidad, los nuevos modelos de gestión en los ámbitos educativos
ponen en evidencia la necesidad de una progresiva autonomía en el sistema educativo y los
diferentes sub sistemas que lo integran, con la finalidad de mejorar los resultados y aumentar la
calidad del servicio educativo que se ofrece.
las POLÍTICAS EDUCATIVAS ACTUALES SE UBICAN EN LA CENTRALIDAD DEL
ESTUDIANTE, y se manifiestan en los siguientes ejes orientadores. EJES ORIENTADORES:
• El derecho a la educación de calidad para todos y para toda la vida.
• La centralidad del niño y del joven a partir de políticas inclusivas que consideren la diversidad.
• La reducción de la inequidad interna del sistema desde la redistribución equitativa de recursos
al desarrollo de políticas focalizadas.
• El fortalecimiento de la profesión docente a partir de su protagonismo y corresponsabilidad en el
logro de aprendizajes de calidad
• La transformación de la institucionalidad educativa con foco en el desarrollo de los actores
locales y regionales
• La evaluación como herramienta para la mejora continua, en el marco de sistemas de
información para la toma de decisiones y la rendición de cuentas por parte de la administración.
De los ejes estratégicos planteados previamente se desprenden los LINEAMIENTOS
ESTRATÉGICOS DE LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS PARA EL QUINQUENIO 2020 – 2024, los
que se plantean como un todo integrado y sistémico:
1. Ampliar el acceso, la retención, el egreso y mejorar el trayecto de todos los estudiantes en
los diferentes ciclos de su formación, promoviendo aprendizajes de calidad.
2. Reducir la inequidad interna del sistema educativo y mejorar los aprendizajes de los
estudiantes, con foco en los sectores de mayor vulnerabilidad educativa y social.
3. Adecuar la propuesta curricular en todos los niveles educativos.
4. Fortalecer la gestión de los centros y promover comunidades integradas y de aprendizaje.
5. Diseñar y establecer una política nacional docente que incluya la formación inicial, el
desarrollo y la carrera profesional, así como las condiciones de trabajo.
6. Transformar el diseño y la gestión institucional, profesionalizando los procesos y las
funciones técnico-administrativa y de servicios.
A partir de lo expuesto, es necesario considerar que las políticas educativas a ejecutarse en este
período, tendrán tanto carácter universal, es decir, se aplicarán a la totalidad de la población
estudiantil o docente -según el caso-, como carácter focalizado. En ese aspecto, nuestra
educación tiene una rica tradición de desarrollo, tanto de uno como del otro tipo de políticas. En
función de la normativa vigente, en el Capítulo III, Artículo 13 de la Ley General de Educación 18.
437 se expresan los Fines de la Educación, los que serán atendidos por la política educativa
nacional, regional, departamental y local.
Dentro de las prácticas profesionales que garantizan el cumplimiento de la educación como
derecho se encuentran la inclusión, la atención a la diversidad, las trayectorias protegidas, entre
otras iniciativas.
CONCLUSIONES
Desde esta perspectiva de análisis, la educación como derecho es una práctica política, dado
que la misma tiene una naturaleza política como lo ha postulado Paulo Freire en sus obras; los
sentidos de la educación son los que merecen un debate amplio y profundo, por ejemplo cabe
delimitar los siguientes cuestionamientos: ¿cómo garantizar el derecho a la educación para todos
y todas con igualdad? ¿Cómo formar sujetos de derecho, con autonomía de pensamiento, que
puedan participar en un proyecto colectivo?
Formulaciones como esas constituyen la agenda de preocupaciones pedagógicas y políticas. Las
mismas requieren de un hondo y largo proceso de desarrollo, ejecución y evaluación. Los
procesos de cambio y renovación requieren tiempos de aplicación y retroalimentación.
BIBLIOGRAFÍA REFERENCIAL
Ley General de Educación 18.437. Recuperado de: https://www.ineed.edu.uy/images/pdf/- 18437-
ley-general-de-educacion.pdf
Martinis, P. (2014). Educación y derechos humanos.