Resumen Parcial Filosofía

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Resumen parcial filosofía

Primer texto: Introducción a la filosofía de Armstrong

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"Los orígenes de la filosofía griega.


milesios e itálicos"
La filosofía griega milesia e itálica se refiere a las corrientes filosóficas que surgieron en las
regiones de Mileto (en Asia Menor) y en la Magna Grecia (sur de Italia) durante los siglos VI y V
a.C. Estas corrientes filosóficas son consideradas como los primeros intentos sistemáticos de
buscar explicaciones racionales y naturales para el mundo, en contraposición a las
explicaciones mitológicas y religiosas prevalecientes en ese momento.
La filosofía milesia se originó en Mileto, una ciudad griega de la antigua Jonia. Los tres
principales filósofos milesios fueron Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. Estos
filósofos se interesaron por el estudio de la naturaleza y trataron de explicarla a través de
principios racionales y materiales en lugar de recurrir a explicaciones mitológicas. Tales, por
ejemplo, sostuvo que el agua era el principio fundamental de todas las cosas, mientras que
Anaximandro propuso una sustancia primordial llamada "ápeiron" que era indefinida e infinita.
Anaxímenes, por su parte, argumentó que el aire era el principio básico de todo.
Por otro lado, la filosofía itálica se desarrolló en las colonias griegas del sur de Italia, conocidas
como la Magna Grecia. Los dos principales filósofos itálicos fueron Pitágoras y Parménides.
Pitágoras es conocido por su famoso teorema matemático, pero también desarrolló una
filosofía basada en la idea de que el mundo es gobernado por principios matemáticos y que la
realidad es de naturaleza numérica. Parménides, por su parte, argumentó que el ser es eterno,
inmutable y que el cambio y la multiplicidad son solo ilusiones.
Estas corrientes filosóficas milesias e itálicas sentaron las bases para el posterior desarrollo de
la filosofía griega, influyendo en pensadores posteriores como Heráclito, Empédocles,
Demócrito y los sofistas. Sus ideas marcaron un cambio importante en el pensamiento
humano, al buscar explicaciones racionales y naturales para el mundo en lugar de recurrir a la
intervención divina y la mitología.

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"Los presocraticos posteriores"


Los presocráticos posteriores se refieren a los filósofos que siguieron a los milesios e itálicos en
la antigua Grecia. Estos filósofos, conocidos como presocráticos porque vivieron antes de
Sócrates, continuaron explorando diferentes aspectos del mundo y la realidad a través de la
razón y la especulación filosófica. Aquí hay algunos de los presocráticos posteriores más
destacados:
Heráclito de Éfeso: Heráclito es conocido por su filosofía del cambio y el flujo constante.
Sostenía que todo está en constante movimiento y que la realidad es un proceso de
transformación continua. Propuso la noción del "logos" como la fuerza que gobierna el
universo.
Parménides de Elea: Parménides es conocido por su filosofía del ser. Sostenía que el ser es
eterno, inmutable y que el cambio y la multiplicidad son solo apariencias ilusorias.
Argumentaba que el ser es uno y que el no-ser es inconcebible.
Empédocles de Agrigento: Empédocles propuso la teoría de los cuatro elementos: tierra, agua,
aire y fuego. Creía que todas las cosas están compuestas por estas sustancias y que la realidad
es una combinación y separación de ellas mediante los principios del amor y el odio.
Anaxágoras de Clazomene: Anaxágoras introdujo la idea de que el mundo está compuesto por
partículas infinitamente divisibles llamadas "homeomerías". Argumentaba que todas las cosas
contienen una mezcla de todas las homeotermas y que la mente (nous) es el principio
ordenador del universo.
Demócrito de Abdera: Demócrito es conocido por su teoría atómica. Sostenía que el mundo
está compuesto por átomos indivisibles que se mueven en un vacío. Creía que todas las
propiedades y cambios en el mundo podían explicarse mediante las combinaciones y
movimientos de los átomos.
Estos filósofos presocráticos posteriores continuaron expandiendo y explorando diferentes
aspectos de la naturaleza, la realidad y la existencia humana, sentando las bases para el
desarrollo posterior de la filosofía en la antigua Grecia.

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"Los sofistas y Sócrates"


Contexto:
El período en el que vivieron los sofistas y Sócrates es conocido como la Grecia clásica, en los
siglos V y IV a.C. Durante esta época, Atenas era una ciudad-estado floreciente y democrática,
y la filosofía estaba en auge. Los sofistas eran maestros itinerantes que enseñaban retórica,
oratoria y argumentación a cambio de pago, mientras que Sócrates fue un filósofo autodidacta
que se centró en el diálogo y la búsqueda de la verdad.
Posturas de los sofistas:
Los sofistas se enfocaron en enseñar habilidades prácticas de argumentación y persuasión, ya
que creían que el conocimiento y la verdad eran subjetivos y relativos. Argumentaban que la
verdad era una construcción social y que las creencias y los valores variaban según la cultura y
el individuo. Consideraban que el lenguaje y la retórica eran herramientas poderosas para
influir en la opinión pública y ganar debates.
Los sofistas también sostenían que no era posible conocer la realidad objetiva, ya que nuestras
percepciones y experiencias están condicionadas por nuestros sentidos y nuestras limitaciones
humanas. Por lo tanto, enfatizaban la importancia de la persuasión efectiva y la habilidad para
ganar argumentos, más que la búsqueda de la verdad absoluta.

Postura de Sócrates:
A diferencia de los sofistas, Sócrates estaba interesado en buscar la verdad y la sabiduría
objetivas. Creía en la existencia de verdades universales y en la posibilidad de alcanzar el
conocimiento objetivo. Utilizaba el método de la mayéutica, un proceso de interrogación y
diálogo, para examinar las creencias y las opiniones de las personas y llevarlas a descubrir
contradicciones y inconsistencias en su pensamiento.
Sócrates argumentaba que el conocimiento era una cuestión de introspección y reflexión
personal, y que la virtud y la sabiduría estaban intrínsecamente vinculadas. Sostenía que el
objetivo principal de la filosofía era la búsqueda de la verdad y la mejora moral, y que
debíamos cuestionar nuestras creencias y examinar nuestras vidas para alcanzar la excelencia
ética.
Es importante destacar que Sócrates no dejó registros escritos de sus enseñanzas, por lo que
su legado se basa en gran medida en las obras de sus discípulos, especialmente Platón.
En resumen, los sofistas se enfocaban en la retórica y la persuasión, considerando que la
verdad era subjetiva y relativa, mientras que Sócrates buscaba la verdad objetiva y la sabiduría
a través del diálogo y la introspección personal.

cap_4

Armstrong
Platón explora la naturaleza de las formas como principios universales y perfectos, así como la
naturaleza del alma como una entidad inmortal y divina que tiene una conexión con el mundo
de las Ideas.
Según Platón, el mundo sensible que percibimos con nuestros sentidos es solo una copia
imperfecta de esas formas. En su diálogo "La República", Platón introduce la teoría de las
formas, y presenta ejemplos como la forma del Bien, la forma de la Justicia y la forma del
Amor. Estas formas son consideradas como los principios universales y eternos que dan
sentido y orden al mundo sensible.

Cap 5:

Platón
Estructura del mundo de las formas Y
como pensar con verdad .La composición
del mundo visible. Teología
A medida que Platón iba envejeciendo, fue considerando más y más la realidad en
términos de una serie de mundos ordenados (el mundo de las Formas, el cielo visible o
mundo de los eternos cuerpos celestes ; la imagen mas perfecta posible de su arquetipo
en el mundo de las Formas, el Estado ideal perfectamente organizado, imagen del cielo
visible entre los hombres y por Ultimo, el alma humana), En la República, Platón
presenta una jerarquía de formas que la mente debe ascender para entender la forma
última y universal, el Bien. Luego, la mente puede descender y comprender las
relaciones entre las formas, y cómo se relacionan con verdades más universales. Este
proceso se conoce como "dialéctica" y difiere de la lógica aristotélica.

Platón utiliza el método de reunión y división para estudiar la estructura del mundo de
las Formas. El filósofo debe adquirir un conocimiento preciso de esta estructura y
comprender cómo se combinan y participan las formas entre sí. En sus escritos finales,
Platón también considera las Formas en términos de números ideales, aunque es difícil
distinguir su pensamiento de sus seguidores.
Es crucial diferenciar las Formas matemáticas, como círculos y triángulos, de las
Formas superiores. Las Formas matemáticas no pueden ser los triángulos o círculos en
sí, ya que hay más de uno de cada clase. Sin embargo, tampoco son las formas
materiales visibles. Estas formas matemáticas son entidades eternas que están por
debajo de las Formas, pero por encima del mundo material.

Platón desarrolló su teoría sobre el mundo de las Formas y el Alma como intermediario
entre ese mundo y el mundo sensible. También afirmó que el Alma es inmortal y el
principio de movimiento en lo no vivo. Esta teoría representa la esencia de la teología
de Platón. En el diálogo "Timeo", se presenta a un artesano divino que forma el alma y
el cuerpo del universo material según un modelo en el mundo de las Formas. Esta idea
de la bondad suprema del artesano divino avanzó en la concepción tradicional griega de
los dioses y preparó el camino para la doctrina cristiana. Los términos platónicos
también se aplicaron a Dios en la filosofía cristiana, pero con un significado más amplio
que el de Platón

En resumen, el texto habla sobre el símbolo platónico del Artífice, que es diferente a la
creencia cristiana en un Dios creador. Platón veía al alma del mundo y las almas de los
hombres como "dioses" en un sentido griego. En sus obras, describe los elementos
esenciales del universo como el modelo, el alma inteligente y la materia que es formada.
El Artífice no es omnipotente, ya que está limitado por el modelo y la materia. También
se menciona que el universo visible es un ser viviente con alma y cuerpo.

Platón sugiere en este texto que los males e imperfecciones del universo visible no
provienen del Artesano ni de las Formas, sino de la materia sobre la que trabaja.
Describe esta materia como un caos de cualidades cambiantes e indefinidas en constante
movimiento desordenado. Estos movimientos del caos son causados por el Alma, que es
irracional e imperfecto. Aunque el Alma intenta racionalizar el caos, nunca logra
dominarlo por completo, lo que resulta en los males e imperfecciones del universo. Sin
embargo, Platón destaca que a pesar de estas imperfecciones, el universo visible es el
mejor posible y debe ser trascendido por el alma racional para alcanzar el mundo
trascendente de las Formas. Esta doctrina de Platón es diferente al cristianismo pero más
cercana a él que al pesimismo de los gnósticos o maniqueos.

Cap 6

Doctrina moral y política


El texto trata sobre la doctrina moral de Platón y su relación con la doctrina socrática
del cuidado del alma. Según Platón, la virtud es conocimiento y se enseña de manera
peculiar. Su doctrina se basa en la idea de que el hombre virtuoso obedece a su razon
divina, iluminada por el recuerdo de las Formas. La moral platonica tiene un carácter
transmundano, heredado de las teorías de las Formas y del alma divina y preexistente.
Sin embargo, la influencia de este carácter transmundano en la moral de Platón no se ve
reflejado en prácticas ascéticas como el vegetarianismo o la pureza ritual de los orficos
y pitagóricos. Aunque Platón consideraba la muerte como el único fin deseable y la
actividad contemplativa como suprema, también enfatizaba la obligación del filósofo de
gobernar y guiar la sociedad mientras estaba en el cuerpo. La teoría de las tres partes del
alma ha influido en el desarrollo de la ética socrática.

Por añadidura menciona la importancia de la razón en la moral y política según la visión


de Platón. Él consideraba que la razón divina gobierna en el hombre, el Estado y el
universo, pero para que esto sea posible, es necesario que existan elementos no
racionales pero conscientes que obedezcan a la razón. Platón también menciona la
importancia de las emociones nobles para que la razón pueda gobernar sobre los deseos
carnales. Además, destaca la importancia de entrenar las emociones y el deseo desde
una edad temprana a través del arte, la poesía y la música. Platón considera que la virtud
es una y que todas las virtudes están interrelacionadas, no se puede tener una sin tener
las demás. También destaca la importancia de la justicia, la templanza y el valor.

Así mismo, también menciona las ideas morales y políticas de Platón. Menciona que
Aristóteles estableció una división entre la moral privada y la moral pública, pero para
Platón no existía dicha división. Las ideas políticas de Platón son una extensión de sus
ideas morales y él creía que el ser humano solo podía vivir plenamente en la comunidad
política. Platón insistía en que los filósofos debían desempeñar un papel en el gobierno
del Estado. Aunque Platón no participó en la política de Atenas, su experiencia personal
lo llevó a creer que la sociedad política estaba corrompida. Platón también creía en la
importancia del orden moral en la vida individual y en el Estado. Junto con Aristóteles,
Platón se preocupaba por la ciudad griega tradicional y su filosofía política se centraba
en una única y pequeña ciudad. Aunque Platón intentó establecer un gobierno de
filósofos en Sicilia, no tuvo éxito y llegó a la conclusión de que en este mundo
imperfecto no se puede encontrar un verdadero filósofo-rey. Sin embargo, Platón aún
creía en el retorno cíclico de las cosas a un estado mejor. El texto menciona que las
ideas de Platón deben interpretarse simbólicamente y que él se refería al movimiento
cíclico de la historia.

Igualmente habla sobre la creencia de Platón en los ciclos y la decadencia, a pesar de


proponer reformas drásticas. Platón muestra un fuerte espíritu conservador y respeto por
las tradiciones y mitos antiguos. Su objetivo político no es crear un estado
completamente nuevo, sino establecer la forma más racional y perfecta que pueda tener
una ciudad griega tradicional, para prolongar su estabilidad y evitar la decadencia.
Platón también enfatiza la importancia del material en el que la razón debe trabajar,
como el elemento irracional de la naturaleza y las características innatas de los
ciudadanos. Sus obras sobre el Estado muestran cómo los filósofos pueden construir una
fortaleza que resista la inevitable decadencia durante cierto tiempo. Las ciudades de
Platón son ciudades sitiadas condenadas a caer, pero destinadas a resistir el mayor
tiempo posible.

Por tanto la imagen platónica del Estado y sus principios básicos. Entre ellos se
encuentra la idea de que una vez alcanzado el punto más alto del ciclo, cualquier cambio
lleva a una situación peor y la importancia de la justicia como virtud del orden. En la
República de Platón, existen distintas clases: los guardianes, los filósofos-gobernantes y
los guerreros, quienes trabajan en conjunto para gobernar y regular a los habitantes de la
ciudad. Para producir gobernantes de alta calidad, los guardianes se ven privados del
matrimonio y sujetos a reglas de procreación. Además, se prohíbe la propiedad privada
y la vida familiar para evitar la desunión y la tentación por el dinero. El texto también
menciona la igualdad de género y la importancia de la estabilidad social basada en la
verdad sobre el universo y los poderes que lo gobiernan. En resumen, el texto describe
la idea de Estado ideal de Platón y el proceso de decadencia que puede ocurrir cuando
se abandona la vida comunitaria y surge la propiedad privada. Conduce a la dominación
de las clases guerreras, luego a la democracia y, finalmente, a una democracia liberal
individualista que es opuesta al gobierno de los filósofos-gobernantes.

Por consiguiente las ideas políticas de Platón y cómo fueron influenciadas por su
entorno y prejuicios sociales. Platón tenía una visión política aristocrática y despreciaba
el trabajo manual y la democracia ateniense. Admiraba el sistema rígido de clases en
Egipto y el sistema militar de Esparta. Sin embargo, no se debe desestimar su filosofía
solo por su entorno, ya que debe ser juzgada por su verdad o falsedad. Se recomienda
leer las obras de Platón para comprender mejor su pensamiento. Además, Platón es
considerado uno de los fundadores del pensamiento occidental y muchas corrientes
filosóficas actuales le deben mucho a él.

Principios de filosofía
Una introducción a su problemática
Adolfo P. Carpio
Aristóteles, discípulo de Platón, creó un nuevo sistema de filosofía. Su obra abarcó
diferentes ramas del conocimiento humano, como la física, biología, psicología,
sociología, política y poética. Durante siglos, su obra fue considerada como la obra
científica más importante, comparable a la Biblia en términos religiosos. Aunque
influenció a diversas culturas y corrientes filosóficas, su pensamiento fue especialmente
asimilado por la religión cristiana, a través de figuras como Santo Tomás de Aquino.
Aristóteles y Platón representan dos tipos opuestos de filosofar y distintas actitudes
frente a la realidad. Mientras que Platón se enfocó en un mundo ideal y perfecto de
ideas eternas, Aristóteles se centró en el mundo concreto y sensible en el que vivimos.
Esta contraposición se refleja en el fresco "La escuela de Atenas" de Rafael, en el que
Platón señala hacia el mundo de las ideas y Aristóteles hacia el mundo cotidiano.

Aristóteles critica la posición filosófica de su maestro, Platón, en cuatro puntos


principales. Primero, considera que la idea de dos mundos separados (lo sensible y lo
inteligible) propuesta por Platón complica innecesariamente la explicación de los entes.
Segundo, critica la manera en que Platón utiliza metáforas en lugar de brindar
verdaderas explicaciones conceptuales. Tercero, cuestiona cómo las ideas inmutables
pueden ser la causa de las cosas sensibles que están constantemente cambiando. Y
cuarto, argumenta que la teoría de la participación de las ideas no resuelve el problema
de la semejanza entre las cosas. A pesar de estas críticas, Aristóteles comparte algunas
afinidades fundamentales con la filosofía de Platón. Además, es posible que sus críticas
estén dirigidas más hacia los discípulos de Platón que hacia el propio filósofo.

Según Aristóteles, la metafísica es la disciplina que se ocupa de la realidad y es


fundamental en la filosofía. El ser se puede entender de diferentes formas, como la
existencia de un objeto, sus características o propiedades. La realidad se puede dividir
en dos modos de ser: el ser "en sí", que es independiente y propio de las substancias
individuales, y el ser "en otro", que depende de otro ente. Las substancias son los entes
individuales y concretos, como personas o cosas, que son el sujeto último de cualquier
predicación. Los accidentes, por otro lado, son los modos de ser que están en otro ente,
como la cantidad o la cualidad. Aristóteles llama a estas formas fundamentales de ser
categorías. La substancia es el modo de ser fundamental, ya que los demás modos de ser
se refieren a ella. En contraste con las ideas platónicas, las substancias son individuales
y sensibles.

En resumen, Aristóteles plantea que la sustancia sensible está compuesta por dos
elementos: la materia y la forma. La materia es aquello de lo que está hecha una cosa,
mientras que la forma es lo que determina su esencia. Estos dos elementos siempre
están juntos en el individuo y solo juntos forman la verdadera sustancia. Además,
Aristóteles introduce los conceptos de potencia y acto para entender el dinamismo de las
cosas sensibles. La potencia se refiere a las posibilidades o capacidades de algo,
mientras que el acto se refiere a la forma realizada o consumada.

El texto explica los conceptos de potencia y acto propuestos por Aristóteles para
resolver el problema del movimiento y del cambio. Mientras que el movimiento se
consideraba impensable debido a la contradicción del no-ser, Aristóteles plantea que el
movimiento es el pasaje del ser en potencia al ser en acto. Además, el texto menciona
los cuatro tipos de cambio que Aristóteles distingue: cambio substancial, cambio
cuantitativo, cambio cualitativo y cambio local. También se introduce la teoría de las
cuatro causas de Aristóteles, que explica que todo cambio tiene una causa formal,
material, eficiente y final. Estas causas permiten comprender y explicar el cambio y el
movimiento en el mundo. Por último, se destaca que en nuestro lenguaje actual
utilizamos el término "causa" principalmente en referencia a la causa eficiente

Así mismo sostiene que la realidad está constituida por cosas individuales y concretas, y
que lo que les da realidad es la forma o el acto. La relación entre la forma y la materia
no es de equilibrio, sino de predominio de uno de los dos principios. Según esto, el
universo se organiza jerárquicamente desde la pura materia hasta el acto puro. El primer
peldaño de la realidad no puede ser la pura materia, sino un cierto grado de actualidad.
Los cuatro elementos sublunares (tierra, agua, aire y fuego) son los menos informados y
en ellos el momento material tiene mayor predominio. El segundo grado lo constituyen
las sustancias homeoméricas, como los minerales, que tienen partes homogéneas. El
tercer grado son los cuerpos anomeoméricos, como los órganos, que son más complejos.
El cuarto grado son las plantas, que tienen vida vegetativa. El quinto grado son los
animales, que tienen vida sensitiva y capacidad de percepción y deseo. El sexto grado es
el hombre, que tiene alma racional y capacidad de conocer las formas a través del
pensamiento. La forma se encuentra implícitamente en las cosas individuales y el
intelecto humano puede captarla mediante un acto de abstracción. El intelecto pasa de
ser pasivo a activo gracias a la acción del intelecto agente, que se cree que es Dios.

Plantea la existencia de un ente superior al hombre que es puro acto y sin potencialidad
o materia. Este ente, que él llama Dios, es inmaterial, inmutable y autosuficiente. Su
única actividad es pensar y se piensa a sí mismo. Aunque es la causa del movimiento,
no puede ser movido. Todo en el universo tiende hacia él como el último fin y forma de
la realidad. Sin embargo, este Dios no es el mismo que el Dios cristiano y no tiene
relación con la creación del mundo.
Aristóteles cree que toda la naturaleza tiene un propósito final y teleológico. Por
ejemplo, cuando un cuerpo cae, es porque tiene como meta o fin el "lugar natural" hacia
el que se dirige. Incluso la escala de la naturaleza se interpreta finalísticamente, con un
esfuerzo de ascensión hacia grados cada vez superiores. Esta teleología también se
aplica a la acción humana. El hombre realiza acciones porque las considera un bien, ya
sea como medios para lograr otros bienes o como fines en sí mismos. Sin embargo,
todos nuestros actos deben tener un fin último que dé sentido a los demás fines y
medios que buscamos. Según Aristóteles, este fin último es la felicidad. Aunque todos
los hombres buscan y desean la felicidad, la creen poder encontrar en cosas muy
diversas como el placer, los honores o las riquezas. Sin embargo, Aristóteles rechaza
estas teorías porque el placer no se basta a sí mismo, los honores dependen de otros y el
dinero solo es útil para otras cosas. Aunque Aristóteles valora el placer, los honores y
las riquezas, no los considera el bien supremo. Aristóteles es un pensador abierto a
diferentes opiniones y busca comprender todas las perspectivas.

Por consiguiente la felicidad se encuentra en la virtud, que consiste en utilizar de


manera excelente la razón y desarrollar la vida racional. Existen virtudes éticas y
virtudes intelectuales, y la felicidad perfecta se encuentra en la vida teorética o
contemplativa, aunque esto es un ideal para el hombre.''

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