El Maltrato Infantil

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EL MALTRATO INFANTIL

Es una enfermedad social, internacional, presente en todos los sectores y clases


sociales; producida por factores multicausales, interactuantes y de diversas
intensidades y tiempos que afectan el desarrollo armónico, integro y adecuado de
un menor, comprometiendo su educación y consecuentemente su desenvolvimiento
escolar con disturbios que ponen en riesgo su socialbilización y por lo tanto, su
conformación personal y posteriormente social y profesional.

Por lo tanto; es un problema de interés comunitario, por lo que la sociedad en


su conjunto tiene la responsabilidad legal, moral y ética de asumir un protagonismo
activo en todas sus formas, con el objeto de organizarse y hacer frente a este
problema. No obstante, la responsabilidad primaria de responder al maltrato infantil
radica en los organismos oficiales a nivel local de cada comunidad y en forma
complementaria en otro tipo de respuestas que cada comunidad, a través de
agrupaciones no gubernamentales hayan sabido organizar para hacer frente a este
problema.

En la cotidiana realidad y en la mayoría de los casos, las víctimas no encuentran


una respuesta adecuada en las instituciones oficiales que paradójicamente deberían
brindar contención y ayuda para cortar con el ciclo de la violencia.

Todos aquellos que de un modo u otro tienen o han tenido participación en esta
problemática saben de la existencia de una enorme desproporción entre las
necesidades para un eficaz abordaje a esta problemática y los limitados recursos
que el Estado (municipio, provincia o nación) destina a tal fin. También suele
angustiar la asimetría entre la urgencia de acciones que demanda un caso y el
tiempo que el Estado suele tomarse para "encontrar" la respuesta. Es habitual
entonces que, ante la falta de una solución acorde a la urgencia o necesidad
planteada, la ayuda llegue de parte de organizaciones no gubernamentales, de
fundaciones, de profesionales independientes y aún dependientes de organismos
oficiales pero que intervienen en forma particular, o peor aún, que esta ayuda no
llegue nunca.

Para hacer frente a un problema tan complejo como el maltrato infantil se


requiere de un compromiso presupuestario nacional, provincial y municipal acorde
con la magnitud y gravedad del tema que aquí tratamos.

Un niño es maltratado o sufre abusos cuando su salud física y su seguridad o su


bienestar psicológico se hallan en peligro por las acciones infligidas por sus padres
o por las personas que tienen encomendado su cuidado. Puede producirse maltrato
tanto por acción como por omisión y por negligencia. Se considera que hay cuatro
tipos de maltrato. Maltrato físico es cualquier lesión causada al niño como
consecuencia de golpes, tirones de pelo, patadas, pinchazos propinados de manera
intencional por parte de un adulto. También están los daños causados por castigos
inapropiados o desmesurados. Es difícil distinguir cuándo termina la imposición de
la disciplina mediante castigos físicos "razonables" y cuándo comienza el abuso.
Quien utiliza el castigo físico argumenta que lo hace como último recurso, cuando
otras alternativas correctoras menos expeditivas (y que entrañan mayor esfuerzo
por parte de los padres), como las explicaciones y otros castigos o amenazas
menores han demostrado su ineficacia. No tiene intención de lesionar, sólo
pretende corregir una conducta inadecuada. Pero, con la excepción del "pequeño
azote a tiempo"(considerado por muchos padres como necesario, aunque pervive el
debate social al respecto), que es disculpable sólo cuando el niño se muestra
refractario a cualquier otra forma de corrección, el castigo físico es un atentado
contra la dignidad y la autoestima del niño, y puede causarle graves daños
emocionales.

PERSPECTIVA HISTÓRICA DEL MALTRATO INFANTIL

Diversos historiadores coinciden en señalar que durante siglos los niños fueron
criaturas muy susceptibles al abuso parental e incluso medidas más drásticas aún.
Durante siglos los niños eran vistos como propiedad de los padres o del estado, por
ejemplo la ley romana le adjudicaba pleno poder al padre sobre el destino de su
hijo: este podía matarlos, venderlos u ofrecerlos en sacrificios.

El infanticidio era materia muy común y rutinaria en países tales como Egipto,
Grecia, Roma, Arabia y China. En la edad media la situación no era mucho mejor,
en muchas ciudades de Europa la pobreza era tal que los niños se convertían en un
gasto oneroso para los padres, lo que motivaba a muchos de estos a abandonarlos
o mutilarlos. Durante la revolución industrial, los niños de padres que provenían de
estratos bajos de la sociedad, solían ser obligados a trabajar en tareas pesadas.
Frecuentemente estos eran golpeados, no se les daba de comer o se les sumergía
en barriles de agua fría como castigo de no trabajar con más rapidez y afán.

A finales del siglo XVIII comienzan a notarse ligeros cambios que conducen al
reconocimiento de los daños psicológicos de este tipo de abuso. En 1959 se
establece la declaración de los derechos del niño, y en 1989 la convención de los
derechos del niño, dichas normas recogen los principios mínimos que deben ser
garantizados a las personas menores de 18 años. Así la preocupación por los
derechos del niño transciende la preocupación local e interno y se ha convertido en
los últimos años en una preocupación internacional. En 1962 la temática del
maltrato infantil comenzó a ser estudiado de una manera sistemática, en este año
Kempe y colaboradores delinearon las características clínicas y las repercusiones de
lo que ellos llamaron "el síndrome del niño maltratado". Es aquí cuando realmente
se inicia la investigación rigurosa de uno de los tipos de abuso más repulsivos y
frecuentes que se da dentro del seno del hogar.

En nuestro país el maltrato infantil constituye un tema de interés creciente, lo


que ha motivado el surgimiento de diversas iniciativas en ámbitos diversos, que
incluyen aspectos legales, sociales, médicos - asistenciales y psicológicos entre
otros. Actualmente es muy difícil tener datos de la prevalecía del maltrato infantil,
ya que solo se llegan a conocer datos parciales de casos que llegan a los hospitales
y al juzgado de menores, los cuales por lo general, son de extremo gravedad.

Dimensión del Problema

El maltrato infantil es un problema escondido en muchos países, debido a que


no se cuenta con datos ya que el tema está cargado de vergüenza y negación. No
obstante, el maltrato infantil es un problema en los países tanto desarrollados como
en desarrollo.

Son muchas las razones que inducen a creer que el maltrato y descuido de
menores se tornará todavía más común a medida que los países hacen la transición
de economías reglamentadas a economías de mercado más abiertas y con menos
estructuras para el bienestar social. Debido a que el crecimiento urbano recarga los
servicios médicos y sociales ; debido a que las mujeres ingresan al mercado de
trabajo cada vez en mayor número ; y debido a que por diversas causas más
familias se ven desplazadas se sus hogares y su entorno cultural.
Este problema se presenta a lo ancho y largo de nuestro país, cualquier niño sin
discriminación de edad, sexo o condición socioeconómica puede ser víctima de
maltrato infantil en cualquiera de sus formas.

En nuestro país no se registran estadísticas ni estimaciones confiables sobre las


diversas formas de violencia doméstica hacia los niños y adolescentes, por lo que
nuestra realidad actual no nos permite manejar datos cuantitativos representativos
sobre el maltrato físico o el abuso sexual.

Las estadísticas mundiales revelan que más del 60% de los niños que sufren
maltrato pertenecen a la edad escolar, a pesar de ello sólo entre el 5 y el 15% de
los casos denunciados provienen de maestros, profesores o docentes del sistema
educativo en general.

En el ámbito escolar en particular los obstáculos que impiden la denuncia


incluyen entre otros: falta de información suficiente para saber como detectar y
denunciar casos de maltrato; temor a las posibles ramificaciones legales que pueda
traer aparejada la denuncia o a las consecuencias.

Caracterizaciones del Maltrato infantil

Un grupo importante de padres que maltrata o abusa de sus hijos han padecido
en su infancia falta de afecto y maltrato. Esto suele asociarse a una insuficiente
maduración psicológica para asumir el rol de crianza, inseguridad y perspectivas o
expectativas que no se ajustan a lo que es de esperar en cada etapa evolutiva de
sus hijos. Como señala Kempe, estas características psicológicas en sus padres, son
un importante potencial de maltrato. De tal forma que cualquier pequeño hecho de
la vida cotidiana, todo comportamiento del niño que se considere irritante, si
encuentra a su progenitor en situación de crisis, con escasas defensas anímicas y
con dificultades para requerir apoyo externo, pueden desatar la violencia.

Resumiendo, los factores que estos autores relacionan con el maltrato son:

1. La repetición de una generación a otra de una pauta de hechos violentos,


negligencia o privación física o emocional por parte de sus padres.

2. El niño es considerado indigno de ser amado o es desagradable, en tanto las


percepciones que los padres tienen de sus hijos no se adecuan a la realidad que los
niños son, además, consideran que el castigo físico es un método apropiado para
"corregirlos" y llevarlos a un punto mas cercano a sus expectativas.

3. Es más probable que los malos tratos tengan lugar en momentos de crisis. Esto
se asocia con el hecho de que muchos padres maltratantes tienen escasa capacidad
de adaptarse a la vida adulta.

4. En el momento conflictivo no hay líneas de comunicación con las fuentes


externas de las que podrían recibir apoyo. En general estos padres tienen
dificultades para pedir ayuda a otras personas. Tienden a aislarse y carecen de
amigos o personas de confianza

Causas y Efectos del Menor Maltratado


Causas

1. Se presenta cuando el agresor en su infancia fue agredido por sus padres o


tutores, de la misma forma que lo hace ahora con sus hijos, en donde estos pueden
llegar a convertirse en adultos sin afecto.

2. Incapacidad materna y/o paterna para asumir la educación y responsabilidad de


los hijos.

3. Por problemas de salud en los primeros años de vida del menor.

4. Por alcoholismo y/o drogadicción en los padres.

5. Por desempleo.

6. Desintegración familiar y falta de comunicación.

7. Familias extensas o numerosas.

8. Por lo general la agresión hacia los menores es por parte de la madre debido a
que pasa mayor tiempo con estos.

9. Embarazos no deseados.

Efectos

1. Además de lesiones, cicatrices de diferentes épocas que han tornado al niño


temeroso y suspicaz, encontramos una dificultad para establecer relaciones
interpersonales profundas y estables.

2. Los sentimientos de estima personal no se desarrollan adecuadamente toda vez


que se acepta el maltrato como algo que se merece por sus incapacidades.

3. Ante el maltrato los niños pueden responder con un comportamiento pasivos de


aceptación, se les observa tristes y sumisos, o con un comportamiento rebelde y
agresivo, esta agresividad suele dirigirse a otros niños.

4. A nivel intelectual estos niños suelen presentar un retardo en su desarrollo y


dificultades en el aprendizaje, esto es resultado de una pobre estimulación o
desinterés de los padres en la educación de su hijo y, en parte, por temor del niño
maltratado frente a las consecuencias de un nuevo posible error o fracaso.

TIPOS DE MALTRATO

Existen diferentes tipos de maltrato, definidos de múltiples formas, nosotros


hemos seleccionado los siguientes:

Maltrato físico

Se define como maltrato físico a cualquier lesión física infringida al niño/a


(hematomas, quemaduras, fracturas, u otras lesiones) mediante pinchazos,
mordeduras, golpes, tirones de pelo, torceduras, quemaduras, puntapiés u otros
medios con que se lastime el niño.
En la definición del maltrato infantil es necesario recalcar el carácter intencional,
nunca accidental, del daño o de los actos de omisión llevadas a cabo por los
responsables del cuidado del niño/a, con el propósito de lastimarlo o injuriarlo.

Aunque el padre o adulto a cargo puede no tener la intención de lastimar al


niño, también se interpreta como maltrato a la aparición de cualquier lesión física
arriba señalada que se produzca por el empleo de algún tipo de castigo inapropiado
para la edad del niño/a.

A diferencia del maltrato físico el castigo físico se define como el empleo de la


fuerza física con intención de causar dolor, sin lesionar, con el propósito de corregir
o controlar una conducta. No siempre es sencillo saber cuando termina el
"disciplinamiento" y comienza el abuso. En contraposición con el maltrato físico, el
castigo corporal es una práctica muy difundida y socialmente aceptada. A pesar de
ello, constituye una violación de los derechos fundamentales como personas, es un
atentado contra su dignidad y autoestima, es una práctica peligrosa porque puede
causar daños graves a los niños y constituye siempre una forma de abuso
psicológico que puede generar estrés y depresiones. Los niños que sufren este tipo
de castigo tienden a reproducir comportamientos antisociales y a convertirse en
adultos violentos.

Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños son alarmantes. Se
estima que cientos de miles de niños han recibido abuso y maltrato a manos de sus
padres o parientes. Miles mueren. Los que sobreviven el abuso, viven marcados por
el trauma emocional, que perdura mucho después de que los moretones físicos
hayan desaparecido. Las comunidades y las cortes de justicia reconocen que estas
Adheridas emocionales ocultas pueden ser tratadas. El reconocer y dar tratamiento
inmediato es importante para minimizar los efectos a largo plazo causados por el
abuso o maltrato físico.

http://www.psicopedagogia.com/maltrato-infantil

TIPOS DE MALTRATO

Existen diferentes tipos de maltrato, definidos de múltiples formas, nosotros


hemos seleccionado los siguientes:

Maltrato físico

Se define como maltrato físico a cualquier lesión física infringida al niño/a


(hematomas, quemaduras, fracturas, u otras lesiones) mediante pinchazos,
mordeduras, golpes, tirones de pelo, torceduras, quemaduras, puntapiés u otros
medios con que se lastime el niño.

En la definición del maltrato infantil es necesario recalcar el carácter intencional,


nunca accidental, del daño o de los actos de omisión lle adas a cabo por los
responsables del cuidado del niño/a, con el propósito de lastimarlo o injuriarlo.
Aunque el padre o adulto a cargo puede no tener la intención de lastimar al
niño, también se interpreta como maltrato a la aparición de cualquier lesión física
arriba señalada que se produzca por el empleo de algún tipo de castigo inapropiado
para la edad del niño/a.

A diferencia del maltrato físico el castigo físico se define como el empleo de la


fuerza física con intención de causar dolor, sin lesionar, con el propósito de corregir
o controlar una conducta. No siempre es sencillo saber cuando termina el
"disciplinamiento" y comienza el abuso. En contraposición con el maltrato físico, el
castigo corporal es una práctica muy difundida y socialmente aceptada. A pesar de
ello, constituye una iolación de los derechos fundamentales como personas, es un
atentado contra su dignidad y autoestima, es una práctica peligrosa porque puede
causar daños gra es a los niños y constituye siempre una forma de abuso
psicológico que puede generar estrés y depresiones. Los niños que sufren este tipo
de castigo tienden a reproducir comportamientos antisociales y a con ertirse en
adultos iolentos.

Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños son alarmantes. Se
estima que cientos de miles de niños han recibido abuso y maltrato a manos de sus
padres o parientes. Miles mueren. Los que sobre i en el abuso, i en marcados por el
trauma emocional, que perdura mucho después de que los moretones físicos hayan
desaparecido. Las comunidades y las cortes de justicia reconocen que estas
Adheridas emocionales ocultas pueden ser tratadas. El reconocer y dar tratamiento
inmediato es importante para minimizar los efectos a largo plazo causados por el
abuso o maltrato físico.

SIGNOS DE ABUSO FÍSICO

Considere la posibilidad de maltrato físico en el niño cuando estén


presentes:

Quemaduras, mordeduras, fracturas, ojos morados, o dolores en el niño que


aparecen bruscamente y no tienen una explicación con incente.

Hematomas u otras marcas e identes luego de haber faltado a clases.

Parece temerle a sus padres y protesta o llora cuando es hora de dejar el colegio
para ir a su casa.

Le teme al acercamiento o contacto de otros mayores.

Nos dice que le han pegado en su casa.

Considere la posibilidad de abuso físico cuando los padres o tutores:

Ante una lesión o traumatismo e idente en el niño/a no brindan una explicación con
incente o se enojan ante la pregunta de lo ocurrido.

Frecuentemente se refieren a su hijo/a como "un demonio" o en alguna otra


manera despecti a.

Es frecuente er que tratan al niño/a con disciplina física muy dura.


Sus padres tienen antecedentes de haber sido niños maltratados o abandonados.

Existe el antecedente de que la madre a sido golpeada.

Es frecuente que la madre del niño concurra con algún moretón u "ojo en
compota".

ABANDONO O NEGLIGENCIA

Significa una falla intencional del los padres o tutores en satisfacer las
necesidades básicas del niño en cuanto a alimento, abrigo o en actuar debidamente
para sal aguardar la salud, seguridad, educación y bienestar del niño.

Pueden definirse dos tipos de abandono o negligencia:

Abandono Físico: Este incluye el rehuir o dilatar la atención de problemas de


salud; echar de casa a un menor de edad; no realizar la denuncia o no procurar el
regreso al hogar del niño/a que huyó; dejar al niño solo en la casa o a cargo de
otros menores.

Negligencia o Abandono Educacional: No inscribir a su hijo en los ni eles de


educación obligatorios para cada pro incia; no hacer lo necesario para pro eer la
atención a las necesidades de educación especial.

En di ersas oportunidades realizar el diagnóstico de negligencia o descuido


puede presentar problemas de subjeti idades. El descuido puede ser intencional
como cuando se deja a un niño sin comer como castigo, o no intencional como
cuando se deja solo a un niño durante horas porque ambos padres trabajan fuera
del hogar. En este último ejemplo como tantos otros que genera la pobreza, el
abandono o descuido es más un resultado de naturaleza social que de maltrato
dentro de la familia.

Signos de Negligencia

Considere la posibilidad de negligencia o abandono cuando el niño:

Falta frecuentemente a la escuela.

Pide o roba plata u otros objetos a compañeros de colegio.

Tiene serios problemas dentales o isuales y no recibe tratamiento acorde.

Es habitual que concurra a clases sucio, o con ropa inadecuada para la estación, sin
que la condición de sus padres sea la de pobreza extrema.

Hay antecedentes de alcoholismo o consumo de drogas en el niño o la familia.

El niño/a comenta que frecuentemente se queda solo en casa o al cuidado de otro


menor.

Considere la posibilidad de negligencia o abandono cuando sus padres o


mayores a cargo:
Se muestran indiferentes a lo que los docentes dicen del niño/a.

Su comportamiento en relación al niño/a o la institución es irracional.

Padecen de alcoholismo u otra dependencia.

Tienen una situación socio económica que no explica el descuido en la higiene, el


uso de estimenta inadecuada para la estación, o la imposibilidad de solución de
algunos de sus problemas de salud que presenta el niño/a.

Abuso Sexual

Puede definirse como tal a los contactos o acciones recíprocas entre un niño/a y
un adulto, en los que el niño/a está siendo usado para gratificación sexual del
adulto y frente a las cuales no puede dar un consentimiento informado. Puede
incluir desde la exposición de los genitales por parte del adulto hasta la iolación del
niño/a. La mayoría de estos delitos se producen en el ámbito del hogar, siendo el
abusador muchas eces un miembro de la familia o un conocido de esta o el menor.

Una forma común de abuso sexual es el incesto, definido este como el acto
sexual entre familiares de sangre, padre hija, madre hijo, entre hermanos.

Los niños que han sido abusados pueden exhibir:

Una pobre auto imagen

Reactuación del acto sexual

Incapacidad para depender de, confiar en, o amar a otros

Conducta agresi a, problemas de disciplina y, a eces, comportamiento ilegal

Coraje y rabia

Comportamiento auto destructi o o auto abusi o, pensamientos suicidas

Pasi idad y comportamiento retraído

Miedo de establecer relaciones nue as o de comenzar acti idades nue as

Ansiedad y miedos

Problemas en la escuela o fracaso escolar

Sentimientos de tristeza u otros síntomas de depresión

isiones de experiencias ya i idas y pesadillas

Abuso de drogas o de alcohol

A menudo el daño emocional se ero a los niños maltratados no se refleja hasta


la adolescencia, o aún más tarde, cuando muchos de estos niños maltratados se
con ierten en padres abusi os y comienzan a maltratar a sus propios hijos. Un
adulto que fue abusado de niño tiene mucha dificultad para establecer relaciones
personales íntimas. Estas íctimas, tanto hombres como mujeres, pueden tener
problemas para establecer relaciones cercanas, para establecer intimidad y confiar
en otros al llegar a adultos; están expuestos a un riesgo mayor de ansiedad.

Signos de Abuso Sexual

Es necesario remarcar que el grado de afectación o impacto sobre la niña/o


depende de arios factores como quien perpetró el abuso, la cronicidad del hecho, la
utilización de fuerza, la personalidad particular de la niña/o abusada/o, su edad o
sexo, etc. Es por ello que la niña/o abusada/o puede responder de ariadas formas.

Considere la posibilidad de abuso sexual cuando el niño/a:

Tiene dificultades para sentarse o caminar.

Repentinamente no quiere hacer ejercicios físicos.

Demuestra comportamientos o conocimientos sexuales inusuales o sofisticados


para la edad.

Tiene o simula tener acti idad sexual con otros compañeros menores o de la misma
edad.

Queda embarazada o contrae enfermedades de transmisión sexual antes de los 14


años.

Hay antecedentes de haber huido de la casa.

Dice que fue objeto de abuso sexual por parte de parientes o personas a su
cuidado.

Considere la posibilidad de abuso sexual cuando los padres o tutores:

Son extremadamente protectores del niño/a

Limitan al extremo el contacto de su hijo/a con otros chicos, en especial si son del
sexo opuesto.

Ninguno de estos signos por si solo demuestra o prueba que el maltrato físico
esta presente en la casa de este niño. Alguno de estos signos suelen hallarse en
algún momento, en algún niño o familiar. Cuando los mismos aparecen en forma
repetida o se combinan entre sí, es necesario que el docente considere la
posibilidad que este niño este sufriendo algún tipo de maltrato e intente algún
acercamiento más intimo con él y su situación.

Maltrato Emocional

Esta es una de las formas más sutiles pero también más extendidas de maltrato
infantil. Son niños/as habitualmente ridiculizados, insultados, regañados o
menospreciados. Se los somete en forma permanente a presenciar actos de iolencia
física o erbal hacia otros miembros de la familia. Se les permite o tolera el uso de
drogas o el abuso de alcohol. "Si bien la ley no define el maltrato psíquico, se
entiende como tal a toda aquella acción que produce un daño mental o emocional
en el niño, causándole perturbaciones de magnitud suficiente para afectar la
dignidad, alterar su bienestar o incluso perjudicar su salud".

Actos de pri ación de la libertad como encerrar a un hijo o atarlo a una cama, no
solo pueden generar daño físico, sino seguramente afecciones psicológicas se eras.
Lo mismo ocurre cuando se amenaza o intimida permanentemente al niño,
alterando su salud psíquica. Estos dos últimos ejemplos están contemplados como
iolación al código penal.

Signos de Maltrato Emocional

Considere la posibilidad de maltrato emocional cuando el niño/a.

Muestra comportamientos extremos, algunas eces una conducta que requiere


llamados de atención y otras pasi idad extrema.

Asume tanto roles o actitudes de "adulto", como por ejemplo cuidar de otros niños,
como otras demasiado infantiles para su edad.

Muestra un desarrollo físico o emocional retrasado.

Ha tenido intentos de suicidio.

Considere la posibilidad de maltrato emocional cuando sus padres o


tutores:

Constantemente menosprecian, o culpan al niño/a.

No les importa lo que pasa o les dicen los maestros acerca del niño, o se niegan a
considerar la ayuda que le ofrecen para superar los problemas del niño en el
colegio.

Abiertamente rechazan al niño/a.

Otros Tipos de Maltratos

 Abandono emocional: Situación en la que el niño no recibe el afecto, la


estimulación, el apoyo y protección necesarios en cada estadio de su e olución y
que inhibe su desarrollo óptimo. Existe una falta de respuesta por parte de los
padres/madres o cuidadores a las expresiones emocionales del niño (llanto,
sonrisa,...) o a sus intentos de aproximación o interacción.

 Síndrome de M nchhausen por poderes: Los padres/madres cuidadores


someten al niño a continuas exploraciones médicas, suministro de medicamentos o
ingresos hospitalarios, alegando síntomas ficticios o generados de manera acti a
por el adulto (por ejemplo mediante la administración de sustancias al niño).

 Maltrato institucional: Se entiende por malos tratos institucionales cualquier


legislación, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes públicos
o bien deri ada de la actuación indi idual del profesional que comporte abuso,
negligencia, detrimento de la salud, la seguridad, el estado emocional, el bienestar
físico, la correcta maduración o que iole los derechos básicos del niño y/o la
infancia.

Signos para sospechar maltrato infantil

En el niño/a:

Muestra repentinos cambios en el comportamiento o en su rendimiento habitual.

Presenta problemas físicos o médicos que no reciben atención de sus padres.

Muestra problemas de aprendizaje que no pueden atribuirse a causas físicas o


neurológicas.

Siempre esta "expectante", como preparado para que algo malo ocurra.

Se e idencia que falta super isión de los adultos.

Es sumamente hiperacti o o por el contrario excesi amente responsable.

Llega temprano al colegio y se a tarde o no quiere irse a su casa.

Falta en forma reiterada al colegio.

En la familia:

Dan muestras de no preocuparse por el hijo; raramente responden a los llamados


del colegio o al cuaderno de citaciones.

Niegan que el niño tenga problemas, tanto en el colegio como en el hogar, o por el
contrario maldicen al niño por su conducta.

Por su propia oluntad autorizan a que la maestra emplee "mano dura" o incluso
algún chirlo o sacudón si su hijo se porta mal.

Cuestionan todo lo que hace su hijo, se burlan o hablan mal de él ante los
maestros.

Demandan de su hijo un ni el de perfección académica o un rendimiento físico que


es inalcanzable para el niño.

En los padres e hijos:

Rara ez miran a la cara o tienen contacto físico con otra persona.

Consideran que la relación con su hijo es totalmente negati a.

Demuestran que casi nadie les cae bien.

Tienen una actitud recíproca de permanente tensión.

Indicadores de Maltrato Infantil


El niño no sabe defenderse ante las agresiones de los adultos, no pide ayuda,
esto lo sitúa en una posición ulnerable ante un adulto agresi o y/o negligente. Los
niños que sufren maltrato tienen múltiples problemas en su desarrollo e oluti o,
déficit emocionales, conductuales y socio cogniti os que le imposibilitan un
desarrollo adecuado de su personalidad. De ahí la importancia de detectar cuanto
antes el maltrato y buscar una respuesta adecuada que ayude al niño en su
desarrollo e oluti o.

Los problemas que tienen los niños maltratados se traducen en unas


manifestaciones que pueden ser conductuales, físicas y/o emocionales. A estas
señales de alarma o pilotos de atención es a lo que llamamos indicadores, ya que
nos pueden "indicar" una situación de riesgo o maltrato.

A continuación exponemos una serie de indicadores que nos pueden ayudar en


nuestra obser ación, sin embargo hay que tener en cuenta que éstos por sí solos no
son suficientes para demostrar la existencia de maltrato sino que además debemos
considerar la frecuencia de las manifestaciones, cómo, dónde y con quién se
producen.

Por ello es importante saber interpretar estos indicadores y no quedarnos ante


ellos como obser adores o jueces de una forma de ser ante la que no podemos
hacer nada. Estos indicadores no siempre presentan e idencias físicas ( algunas
formas de abuso sexual, maltrato psicológico...) sino que pueden ser también
conductas difíciles de interpretar.

Algunos de los indicadores, entre otros, que se pueden dar son:

En el Niño:

Señales físicas repetidas (morados, magulladuras, quemaduras...)

Niños que an sucios, malolientes, con ropa inadecuada, etc.

Cansancio o apatía permanente (se suele dormir en el aula)

Cambio significati o en la conducta escolar sin moti o aparente

Conductas agresi as y/o rabietas se eras y persistentes

Relaciones hostiles y distantes

Actitud hiper igilante (en estado de alerta, receloso,...)

Conducta sexual explícita, juego y conocimientos inapropiados para su edad

Conducta de masturbación en público

Niño que e ita ir a casa (permanece más tiempo de lo habitual en el colegio, patio o
alrededores)

Tiene pocos amigos en la escuela


Muestra poco interés y moti ación por las tareas escolares

Después del fin de semana uel e peor al colegio (triste, sucio, entre otro)

Presenta dolores frecuentes sin causa aparente

Problemas alimenticios (niño muy glotón o con pérdida de apetito)

Falta a clase de forma reiterada sin justificación

Retrasos en el desarrollo físico, emocional e intelectual

Presenta conductas antisociales: fugas, andalismo, pequeños hurtos, entre otros.

Intento de suicidio y sintomatología depresi a

Regresiones conductuales (conductas muy infantiles para su edad)

Relaciones entre niño y adulto secreta, reser ada y excluyente

Falta de cuidados médicos básicos

En los Padres y/o Cuidadores:

Parecen no preocuparse por el niño

No acuden nunca a las citas y reuniones del colegio

Desprecian y des alorizan al niño en público

Sienten a su hijo como una "propiedad" ("puedo hacer con mi hijo lo que quiero
porque es mío")

Expresan dificultades en su matrimonio

Recogen y lle an al niño al colegio sin permitir contactos sociales

Los padres están siempre fuera de casa (nunca tienen tiempo para...)

Compensan con bienes materiales la escasa relación personal afecti a que mantiene
con sus hijos

Abusan de substancias tóxicas (alcohol y/o drogas)

Trato desigual entre los hermanos

No justifican las ausencias de clase de sus hijos

Justifican la disciplina rígida y autoritaria

en al niño como mal ado


Ofrecen explicaciones ilógicas, contradictorias no con incentes o bien no tienen
explicación

Habitualmente utilizan una disciplina inapropiada para la edad del niño

Son celosos y protegen desmesuradamente al niño

Estos indicadores pueden obser arse en otros casos que no necesariamente se


dan en niños maltratados, la diferencia más notable es que los padres
maltratadores no suelen reconocer la existencia del maltrato y rechazan cualquier
tipo de ayuda, llegando a justificar con argumentos muy ariados este tipo de
acciones; en cambio los padres con dificultades suelen reconocerlas y admiten
cualquier tipo de ayuda que se les ofrezca.

http://www.psicopedagogia.com/tipos-maltrato

Padres que maltratan a sus hijos

Cuando se percibe a los padres de familia como aquellos que deben amar,
proteger, orientar y apoyar a sus hijos en sus posibilidades de desarrollo y
potencialidades diversas, resulta difícil entender por qué el maltrato infantil cobra
tan amplio espacio es las estadísticas sociales globales de la región.

Una de las primeras explicaciones sobre el fenómeno intentaba atribuir el


maltrato infantil a graves alteraciones psicológicas en los padres, tales como
esquizofrenia o psicosis maniaco-depresiva. Claro está que numerosas
investigaciones han establecido que estas situaciones abarcan apenas un 10-15%
de los casos en la región.

Posteriormente, han sido objeto de innumerables estudios los modelos de


interacción agresor-víctima en el núcleo familiar, al lado de modelos socioculturales
que explican la existencia del maltrato infantil a todo nivel. En términos generales,
puede anotarse, sin riesgo alguno de equivocación estadística o científica, que un
buen número de padres que maltratan a sus hijos han sido maltratados de una u
otra forma en su infancia.

Pero también es importante estudiar el/los tipo(s) de familia al interior de los


cuales se registran casos de maltrato infantil. Influyen, entre otros factores, el
número de integrantes en la familia y la relación marital. Veamos: Por un lado,
muchos hijos representan, en ocasiones, una carga importante de stress para los
padres y, también, una relación marital inestable y tormentosa porta en sí misma
manifestaciones de violencia y desencadena, inevitablemente, maltrato infantil. Por
ejemplo, un padre que maltrata a su esposa e hijos o sólo a la esposa y ella a sus
hijos.

Como se había señalado, el entorno sociocultural y familiar todavía soporta


ideas como que los hijos pertenecen a los padres y que ellos pueden decidir sobre
su destino, bien sea por tradición, creencias religiosas, situación económica, etc.
Es necesario mencionar que la dependencia del niño respecto de los adultos en
nuestra sociedad, constituye por si misma un factor de riesgo. Frente a una
situación de desequilibrio en el grupo familiar, la primera víctima suele ser el niño.
También resulta importante destacar que los niños no constituyen grupos de
presión social específicos, lo que permite la existencia de conductas de abuso por
parte de los adultos, sin que exista una sanción social efectiva.

Estas dos características son genéricas para la infancia. Sin embargo, el


maltrato se da en niños y niñas específicas. Algunas de las características
individuales de los niños que se han convertido en blanco del maltrato son las
siguientes:

o Embarazo no deseado

o Niños prematuros

o Niños con impedimentos físicos o psíquicos

o Niños hiperactivos

Los distintos modelos señalados dan cuenta parcialmente de los factores de


riesgo en relación con el maltrato infantil. Para comprender el problema en forma
global, es necesario ubicarse en una perspectiva integradora, en la que se asuma
que el maltrato es la expresión de un proceso de distorsiones en la interacción
familiar y no el resultado de una conducta aislada de uno de sus miembros. El
maltrato es "la expresión de una disfunción en el sistema padres-niño-ambiente-
cultura" (De Paul, 1988)

Para analizar el problema del maltrato infantil y planificar estrategias de


intervención, es necesario asumir la multiplicidad de factores que están actuando
en la situación. Hay que considerarlos no como una suma de componentes, sino
como elementos cuya presencia simultánea pueden significar que se potencie el
riesgo de que exista maltrato.

¿Quiénes son los padres que maltratan?

Los padres maltratadores son personas diversas, pertenecen a todas las clases
sociales, tienen distintos grados de educación y un muy bajo porcentaje tiene algún
tipo de patología mental. Es decir, no existe un perfil típico del padre maltratador.
Sin embargo, las investigaciones realizadas en los últimos años nos permiten hablar
de "factores de riesgo", o características de los padres que los hacen de mayor
riesgo para tener conductas de violencia con sus hijos.

a) "Es por tu bien"

La mayoría de las personas que maltratan aprendieron y creen que el castigo y


la violencia son formas adecuadas y a veces únicas para educar y aprender.

b) "A mí me educaron así"

Un número importante de padres que golpean a sus hijos, han sufrido malos
tratos y falta de afecto en su niñez.

c) "Debes hacer lo que yo digo, por eso eres mi hijo"


Existe en muchos padres el convencimiento de que los niños les pertenecen y
que estos tienen un derecho absoluto sobre ellos y sobre su destino. Estas
concepciones están avaladas por creencias religiosas, teorías psicológicas, o por la
llamada "tradición".

d) Incapaz de controlar sus emociones

En general los padres maltratadores si se les compara con los que no lo son,
presentan las siguientes, presentan las siguientes características:

o Baja tolerancia a la frustración y expresiones inadecuadas de la rabia

o Falta de habilidades parentales

o Se sienten incompetentes e incapaces como padres

e) "Actúas así para molestarme"

Se ha identificado como un factor importante para la reacción agresiva de los


padres hacia los hijos el dar una intencionalidad negativa en contra del adulto
(lloras para que yo no pueda dormir)

f) "No tenemos quien nos ayude"

Los padres maltratantes poseen una red deficitaria de apoyo social. Por apoyo
social se entiende el grado en que las necesidades sociales básicas de una persona
son gratificadas a través de la interacción con otras personas.

g) "No me siento bien"

Un nivel de malestar psicológico generalizado es frecuente en los sujetos con


problemas de maltrato físico a sus hijos. Se ha encontrado cierta relación entre la
infelicidad, el sentimiento de inadecuación y la baja autoestima con el maltrato
físico.

La dinámica al interior de las familias maltratadoras

Hay dos situaciones familiares en que hay mayor riesgo de maltrato de los
niños.

a) Crisis en el ciclo vital de la familia: El maltrato pasa a ser parte de la


expresión de la crisis. Los padres se ven sobrepasados, se rompe su equilibrio en el
funcionamiento y pueden darse conductas de violencia con los hijos. En estos
casos, los padres reconocen la violencia y en general piden y reciben ayuda para
superar la situación.

b) Los malos tratos forman parte de la manera como esa familia se relaciona entre
sí. Barudy distingue cuatro situaciones donde se organizan sistemas abusivos.

Carencia de los padres de cuidados maternales en su medio social y familiar


durante su infancia.

Carencia de los padres de una figura parental. Esto implica trastornos con la
autoridad y la simbolización del papel paterno.
Carencias en la estructura familiar. Hay alteraciones en la organización jerárquica
de la familia.

Carencia de los intercambios entre la familia y el entorno. Puede existir un


aislamiento muy grande o fronteras muy difusas.

Un programa de prevención del maltrato infantil debe considerar éstos aspectos


deficitarios en las familias en donde hay una interacción violenta.

http://www.psicopedagogia.com/padres-maltratan

METODOS DISCIPLINARIOS EMPLEADOS POR LOS PADRES

.- lucha de poderes

1.1 Autoritario

Poder concentrado en el padre o la madre, quien impone su autoridad sin


tomar en cuenta el criterio y punto de vista de sus hijos(as) ejerce el control
irracional: golpes y castigos.

1.2 Permisivo

Poder concentrado en el hijo(a). El padre no tiene autoridad. No existen


reglas."El (la) hijo(a) parece ganar".

Efecto: Existe resentimiento

2.- Democrático

"nadie pierde". El padre o la madre tienen el poder; no lo usa para resolver


conflictos.

Efecto: Existe una autentica comunicación

Consecuencias a largo plazo

Los niños criados en hogares donde se los maltrata suelen mostrar desordenes
postraumáticos y emocionales. Muchos experimentan sentimientos de escasa
autoestima y sufren de depresión y ansiedad por lo que suelen utilizar el alcohol u
otras drogas para mitigar su estrés psicológico siendo la adicción al llegar la
adultez, mas frecuente que en la población general.

Los efectos que produce el maltrato infantil, no cesan al pasar la niñez,


mostrando muchos de ellos dificultades para establecer una sana interrelación al
llegar a la adultez.

Algunos niños sienten temor de hablar de lo que les pasa porque piensan que
nadie les creerá. Otras veces no se dan cuenta que el maltrato a que son objeto es
un comportamiento anormal y así aprenden a repetir este "modelo"
inconscientemente.
La falta de un modelo familiar positivo y la dificultad en crecer y desarrollarse
copiándolo, aumenta las dificultades para establecer relaciones "sanas" al llegar a
adulto. Puede que no vean la verdadera raíz de sus problemas emocionales, hasta
que al llegar a adultos busquen ayuda para solucionarlos.

Para muchos niños/as que sufren de maltrato, la violencia del abusador se


transforma en una forma de vida. Crecen pensando y creyendo que la gente que
lastima es parte de la vida cotidiana; por lo tanto este comportamiento se torna
"aceptable" y el ciclo del abuso continúa cuando ellos se transforman en padres que
abusan de sus hijos y estos de los suyos, continuando así el ciclo vicioso por
generaciones.

Muchas personas no pueden cortar el ciclo del abuso, pero hay niños al que la
bibliografía mundial denomina "resientes" que poseen características que les
permite superar este obstáculo. Estos niños tienen la habilidad de llamar
positivamente la atención de otras personas, se comunican bien, poseen una
inteligencia promedio, se nota en ellos un deseo por superarse y creen en sí
mismos. Muchas veces es la aparición de un adulto preocupado por ellos lo que les
permite desarrollar esta habilidad y romper con el ciclo del abuso.

Como todos sabemos, los niños aprenden de lo que viven.

Consecuencias del maltrato infantil

Independientemente de las secuelas físicas que desencadena directamente la


agresión producida por el abuso físico o sexual, todos los subtipos de maltrato dan
lugar a diversos trastornos. La importancia, severidad y cronicidad de las secuelas
físicas o psíquicas depende de:

- Intensidad y frecuencia del maltrato

- Características del niño.

- El uso o no de la violencia física.

- Relación más o menos directa con el agresor.

- Apoyo intra familiar a la víctima infantil.

- Acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, social y psicológica.

En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan repercusiones


negativas en las capacidades relacionales de apego y en la autoestima del niño. En
la adolescencia, se observan trastornos de la capacidad de relación social,
conductas adictivas (alcohol y drogas), antisociales y actos violentos.

En nuestro medio se ha comprobado que niños menores de 5 años; algunos de


los cuales sufrieron abuso, presentan retraso en el desarrollo psicológico.

El riesgo relativo de muerte es tres veces mayor que en niños que no han
sufrido maltrato, siendo el grupo de edad con mayor riesgo el de adolescentes . Se
estima que el riesgo de tentativa de suicidio en adolescentes maltratados es cinco
veces superior comparado con aquellos que no informaban de maltrato en la
infancia.
De manera global, encontramos comúnmente:

Consecuencias físicas:

Pesadillas y problemas del sueño

Cambio de hábitos de comida

Pérdidas del control de esfínteres

Trastornos psicosomáticos

Consecuencias conductuales:

Consumo de drogas y alcohol

Fugas del domicilio

Conductas auto lesivas

Hiperactividad

Bajo rendimiento académico

Trastorno disociativo de identidad

Delincuencia juvenil

Consecuencias emocionales:

Miedo generalizado

Agresividad

Culpa y vergüenza

Aislamiento

Depresión, baja autoestima

Rechazo al propio cuerpo

Síndrome de estrés postraumático

Dificultad para expresar sentimientos

Fobias sexuales, disfunciones sexuales y alteraciones de la motivación sexual (en


caso de víctimas de abuso sexual)

Consecuencias sociales:

Mayor probabilidad de sufrir revictimización, como victima de violencia por parte de


la pareja
Mayor probabilidad de ser agresor en sus hijos

Problemas de relación interpersonal

Diversos estudios sugieren que el maltrato continúa de una generación a la


siguiente. De forma que un niño maltratado tiene alto riesgo de ser perpetrador de
maltrato en la etapa adulta.

Cómo identificar a los niños maltratados

Los indicadores de conducta

El comportamiento de los niños maltratados ofrece muchos indicios que delatan


su situación. La mayoría de esos indicios son no específicos, porque la conducta
puede atribuirse a diversos factores. Sin embargo, siempre que aparezcan los
comportamientos que señalamos a continuación, es conveniente agudizar la
observación y considerar el maltrato y abuso entre sus posibles causas.

Las ausencias reiteradas a clase.

El bajo rendimiento escolar y las dificultades de concentración.

La depresión constante y/o la presencia de conductas autoagresivas o ideas


suicidas.

La docilidad excesiva y la actitud evasiva y/o defensiva frente a los adultos.

La búsqueda intensa de expresiones afectuosas por parte de los adultos,


especialmente cuando se trata de niños pequeños.

Las actitudes o juegos sexualizados persistentes e inadecuados para la edad.

Los indicadores físicos:

o La alteración de los patrones normales de crecimiento y desarrollo.

o La persistente falta de higiene y cuidado corporal.

o Las marcas de castigos corporales.

o Los "accidentes" frecuentes.

o El embarazo precoz.

Maltrato infantil que ocurre en el colegio

Es extremadamente perturbador para un docente el tomar conocimiento o


simplemente sospechar que un colega puede estar maltratando a un alumno. A
pesar de ello esto puede ocurrir y en estos casos el niño maltratado requiere una
protección especial. No olvidar que el niño/a está hablando de un hecho que lo
perturba, le genera culpa e involucra a alguien que tiene poder sobre él.

Cuando "la escuela" sospecha que uno de los suyos es un abusador, mas aun en
aquellos casos en que se trata de un empleado de larga trayectoria, una respuesta
puede ser que se niegue o ignore lo sucedido.

Interrogatorio en el colegio Que hacer y que no hacer

Qué hacer

Antes de cualquier intervención se deberá solicitar el asesoramiento de


profesionales y/o docentes capacitados en el abordaje de esta problemática.

Asegurarse que quien interrogue sea alguien en quien el niño confíe.

Asegurarse que el docente que lleve a cabo el interrogatorio sea el más capacitado
para esta tarea.

Asegurarse que el interrogatorio se haga en un lugar tranquilo y privado.

Sentarse al lado del niño, no en frente de él.

Decirle al niño que esta conversación es privada y muy personal pero por tratarse
de un problema serio el colegio deberá denunciar lo ocurrido a la justicia.

Realizar las preguntas y mantener una conversación en el lenguaje más


comprensible al alumno.

Si algún término o palabra no se entiende, pedir al alumno que trate de clarificarlo.

Si de las respuestas surgiera que se deberán cumplimentarse otras instancias,


explicarlo claramente

Qué no hacer

Manifestar que hablaran del "problema", "la falta".

Descalificar o criticar las palabras que usa el niño en el relato de lo sucedido.

Sugerir las respuestas.

Presionar si es que no responde a algunas preguntas.

Dejar translucir que nos impresionamos por lo sucedido, por su conducta, o la de


sus padres.

Presionar o forzar al niño para que se quite sus ropas.

Realizar el interrogatorio con otros docentes.

Dejar al niño solo en compañía de un extraño.

Cómo puede ayudar la Escuela en esta tarea de prevención

La escuela puede intervenir antes y después de ocurrido el maltrato.


Antes: Mediante tareas de prevención primaria dirigidas a padres y alumnos con el
propósito de evitar el maltrato, promoviendo y difundiendo valores y conductas que
contrarresten la cultura de la violencia.

Buscando la reflexión entre docentes sobre las propias ideas, acciones y


estructuras relacionadas al maltrato infantil que permitan descubrir y superar
estereotipos o actitudes rígidas sobre la temática del maltrato.

Después: capacitándose para identificar los casos de maltrato, abordar esta


problemática y evaluar la mejor derivación o denuncia a los organismos pertinentes

Líneas de trabajo que la escuela puede desarrollar con los niños y sus familias:

o Realizar tareas de sensibilización y capacitación sobre las necesidades evolutivas


de los niños.

o Realizar talleres reflexivos con los padres sobre los mecanismos de control y
resolución de conflictos en la educación infantil.

o Desarrollar acciones de difusión y sensibilización entre los niños, las familias y la


comunidad acerca de los derechos especiales que asisten a la infancia.

o Sensibilizar a la población en general, y particularmente a los padres y madres,


sobre las consecuencias asociadas al castigo físico y proporcionar pautas de
educación positivas.

o Articular con la curricular, actividades dirigidas a revisar críticamente la


aceptación de la violencia, la discriminación y los modelos estereotipados sobre
la crianza de los hijos.

o Estimular por todos los medios, la confianza y la autoestima de los niños/as.

o Para desarrollar con éxito la función preventiva, la escuela como institución debe
ser capaz de revisar sus propias actitudes hacia el control de las conductas de
los niños y adolescentes.

o Ofrecer a los alumnos el espacio y las oportunidades para experimentar formas no


violentas de resolución de los conflictos. Las asambleas, los consejos del aula y
todo medio que estimule la participación democrática en la vida escolar, puede
ser un buen recurso.

o Campañas de difusión y educación a todos aquellos que trabajan con niños o sus
familias, que expliquen la firme relación entre el alcoholismo y el maltrato
infantil.

o Cursos de capacitación interdisciplinarios, entre los técnicos y profesionales que


puedan reconocer y asesorar sobre las mejores alternativas para su abordaje.

o Como reconocer el maltrato.

Los maestros requieren de especial sensibilidad para detectar si un niño es


objeto de maltrato, porque frecuentemente éste por vergüenza o para proteger a
otros miembros de la familia encubre la situación. Hay que tener presente que para
quien está creciendo en un ambiente violento, la violencia no es cuestionada e
incluso, puede parecer el único modo de expresar los afectos. Un padre y/o una
madre agresivos y/o abusadores, significan un peligro real para la salud y la vida
del niño, pero generalmente son su principal o único referente afectivo. Además, la
violencia de los padres produce un sentimiento contradictorio de afecto, rechazo y
dependencia emocional en el niño.

A veces, el niño/a denuncia explícitamente el maltrato que sufre. La actitud


receptiva de los docentes puede animar a estos niños/as a confiarse. En estos
casos es indispensable disponer una escucha atenta y sobre todo:

Creer en la palabra del niño/a.

No culpabilizarle en ningún caso.

Investigar la verdad.

Consultar con otros profesionales.

Recurrir a las autoridades correspondientes.

Secuelas y rehabilitación

Los malos tratos en la infancia dejan secuelas en el desarrollo emocional de las


víctimas, que se vuelven prácticamente irreversibles cuando el maltrato ha sido
crónico. Entre los antecedentes de jóvenes y adultos con trastornos de personalidad
severos (no neuróticos) se encuentra siempre alguna forma de maltrato en la niñez
y en la adolescencia.

Según los especialistas, en los casos de maltrato físico, emocional y negligencia,


la rehabilitación familiar es posible en un 70 o un 75%, siempre que se cumplan los
tratamientos indicados. En los casos de abuso sexual la posibilidad de rehabilitación
es variable ya que, si bien todos los involucrados en la situación de violencia están
en condiciones de ser tratados, con frecuencia resulta imposible restablecer la
convivencia.

Es muy importante cuando se sospecha o se confirma el maltrato infantil,


evaluar el grado de riesgo familiar antes de que el niño regrese al hogar. Esto
requiere tiempo y la intervención de un equipo especializado interdisciplinario
compuesto por médicos, psicopatólogos, asistentes sociales y abogados. .

Por otro lado, el asesoramiento y la intervención planificada en el nivel


gubernamental y comunitario son de fundamental importancia para evitar que las
víctimas queden expuestas o en una situación de riesgo peor que la que motivó la
consulta

FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL MALTRATO

Los factores de riesgo, son las circunstancias que pueden favorecer que se
produzcan agresiones sobre el menor. Su producción hay que verla como
consecuencia de la disfunción en el contexto padres-niño-ambiente, y no como
resultado de unos rasgos patológicos de personalidad parental, stress ambiental o
características del menor.
Se entienden como situaciones de riesgo las siguientes:

a) Sociales:

Dificultades para establecer el vínculo padre - madre - hijo/a.

Actitud hacia el castigo en la infancia.

Precariedad económica.

Problemas laborales: desempleo, insatisfacción o tensión laboral.

Marginación. Hacinamiento.

Prostitución y/o delincuencia de los padres.

Falta de soporte social en situaciones difíciles.

b) Familiares:

Antecedentes de malos tratos infantiles en los padres.

Padres con excesiva vida social, o profesional que dificulta el establecimiento de


relaciones afectivas con sus hijos/as.

Familias con historia de violencia familiar.

Enfermedades de los padres/tutores que conlleva a la desatención del menor.

c) Psicológicas parentales:

Insatisfacción personal.

Problemas psicopatológicos. Depresión, alcoholismo, drogadicción.

Ausencia de capacidad hepática y dificultad para la comunicación.

Rechazo emocional o falta de afecto hacia el menor.

Baja tolerancia al stress.

d) Derivados del niño:

Prematuro y/o bajo de peso al nacer.

Enfermizo.

incapacidades físicas o psíquicas.

Fruto de embarazos no deseados o de relaciones extramatrimoniales.

Temperamento difícil, pautas extremas de conducta: apático/ hiperactivo.


La presencia de varios factores de riesgos (sociales, familiares, psíquicos) hace
que exista un riesgo elevado en la aparición del maltrato. No obstante, hay muchas
familias que a pesar de coexistir con varios factores de riesgo mantienen una buena
relación con sus hijos.

La mayoría de los estudios efectuados para conocer los factores tanto


personales, como familiares y culturales, provienen de familias en las que han
intervenido servicios de protección infantil, lo que ha llevado a un "error
sistemático" profesional de identificación y señalamiento del abuso.

Se admite que no hay características demográficas o familiares que excluyan la


posibilidad de abuso en niños.

La génesis del maltrato no se explica por la presencia de un solo factor de


riesgo, se explica más bien por la existencia de una acumulación de factores de
riesgo.

El modelo etiopatogénico que mejor explica que la presencia de factores de


riesgo pueda inducir al abuso, es el modelo integral del maltrato infantil. Este
modelo considera la existencia de diferentes niveles ecológicos que están encajados
unos dentro de otros interactuando en una dimensión temporal. Existen en este
sistema factores compensatorios que actuarían según un modelo de afrontamiento,
impidiendo que los factores estresares que se producen en las familias
desencadenen una respuesta agresiva hacia sus miembros. La progresiva
disminución de los factores compensatorios podría explicar la espiral de violencia
intrafamiliar que se produce en el fenómeno de maltrato infantil.

Así, por ejemplo en nuestro contexto, sobre familias monoparentales se pone de


manifiesto el papel protector del apoyo social con una razón de ventaja de 5,6
sobre las familias monoparentales sin apoyo social. Por otra parte, las dificultades
económicas aparecen como muy significativamente asociadas al maltrato en
familias biparentales, razón de desventaja 6,3. El bajo nivel educativo en familias
monoparentales tiene una razón de desventaja de 28,7 y de 11,4 en biparentales.

Estudios observacionales del tipo casos-control realizados Confirman que:

o Las madres de mayor riesgo para que ocurra algún tipo de maltrato infantil
muestran baja autoestima y disminución en el reconocimiento de las
necesidades emocionales en las interacciones entre padres e hijos; percepción
negativa de la conducta de su hijo, escasa paciencia y tolerancia a las
situaciones de estrés producidas por la conducta del niño.

o Mayor asociación del maltrato en niños con maltrato prenatal y existencia de


complicaciones perinatales.

o La prevalencia de algún tipo de maltrato aumenta con la presencia de 4 ó más


factores de riesgo

o Se encuentra una relación muy significativa entre maltrato y desempleo en


hombres.

o Relación entre maltrato a la infancia y vivir en áreas de pobreza y escasez de


recursos sociales

o Efecto moderador/protector del apoyo social sobre el maltrato.


o La edad de la madre es un factor de riesgo, a menor edad de la madre aumenta el
riesgo de algún o varios tipos de abuso a menores.

Wilson (1995) en un meta-análisis encuentra una buena evidencia (clase A)


entre abuso infantil y bajo soporte social, recientes sucesos vitales estresantes,
enfermedad siquiátrica en la madre, embarazo no deseado e historia de abuso en la
infancia de la madre o el padre.

http://www.psicopedagogia.com/metodos-disciplinarios

PREVENCIÓN DEL MALTRATO INFANTIL

Los servicios de L. O. P. N. A. (Ley Orgánica para la Protección del Niño y del


Adolescente) tienen un papel destacado en la prevención del maltrato infantil, al ser
los únicos servicios comunitarios a los que tienen acceso normalizado y
generalizado las familias en un periodo de edad en el que el niño es especialmente
vulnerable (menores de 5 años de edad).

Pediatras y enfermeras se encuentran en una posición favorable para detectar


niños en situación de riesgo, colaborar en la intervención protectora de la población
general y realizar actividades preventivas en niño considerado de riesgo.

La prevención se va a desarrollar principalmente en menores de 5 años, ya que


a partir de esta edad es fundamentalmente la escuela la que tiene un papel
principal en la actuación en el maltrato.

 Prevención primaria, dirigida la población general con el objetivo de evitar la


presencia de factores estresores o de riesgo y potenciar los factores protectores.

Se recomienda

o Sensibilización y formación de profesionales de Atención Primaria en la detección


y prevención del maltrato infantil.

o Intervenir en la psicoprofilaxis obstétrica (preparación al parto), incrementando


las habilidades de los padres en el cuidado de los hijos, en las relaciones educativas
y afectivas que se establecen en la relación padres-hijos .

o Intervenir en las "escuelas de padres" u otros centros comunitarios promoviendo


valores de estima hacia la infancia, la mujer y la paternidad.

o Prevenir el embarazo no deseado, principalmente en mujeres jóvenes, mediante


la educación sexual en centros escolares y en el Programa del Niño Sano (controles
de salud de los 11, 12 y 14 años realizados en atención primaria), facilitar recursos
de planificación familiar.

o Búsqueda sistemática de factores de riesgo y factores protectores en la apertura


de la Historia de Salud de Atención Primaria, recabando información de aspectos
psicosociales, dinámica familiar etc. de la población infantil atendida. Igualmente
se debe actualizar dicha información en los controles sucesivos, evaluando la
calidad del vínculo afectivo padres-hijos, los cuidados al niño, presencia de
síntomas que sugieren abandono o carencia afectiva, actitud de los padres frente al
establecimiento de normas y limites: azotes, castigos o correcciones verbales
desproporcionadas.

o Intervenir en las consultas con amabilidad y empatía cuando observamos


prácticas de castigo corporal que se establecen inapropiada menté en la relación
padres e hijos (nalgadas, sacudidas, amenazas, reprimenda con abuso psíquico, y
otros), discutiendo métodos alternativos de disciplina, refuerzos positivos a la
buena conducta del niño y estableciendo objetivos de reducción de experiencias de
confrontación padres-hijo.

o Utilizar una Guía Anticipadora dentro del Programa del Niño Sano para discutir a
cada edad específica los requerimientos del niño (alimentación, higiene, sueño,
cólico del lactante, rabietas, control de esfínteres, entre otros), reconocer la
dificultad que entraña cada nuevo periodo del desarrollo, brindar orientación
práctica en cuanto al establecimiento de disciplina constructiva y promover la
estimulación del niño y el crecimiento emocional estable .

o Identificar los puntos valiosos y positivos de los padres, alabar sus esfuerzos,
reforzar la autoestima y la competencia.

 Prevención secundaria, dirigida a la población de riesgo con el objetivo de


reducir daños y atenuar los factores de riesgo presentes, potenciando los factores
protectores.

Se recomienda:

o Reconocer situaciones de abandono o trato negligente en el niño, establecer


estrategias contra el trato negligente concentrado en las necesidades básicas de los
niños más que en las omisiones en la atención por los padres. Evaluar la situación
de negligencia y consultar con Servicio de Protección al Menor.

o Reconocer situaciones de violencia doméstica o de abuso a la mujer como una


medida efectiva de prevenir el maltrato infantil, 30 a 70 % de las familias en que se
abusa de un adulto habrá abuso en menores.

o Reconocer las conductas paternas de disciplina inapropiada (amenazas,


reprimendas, sacudidas, y otras). Ofrecer métodos alternativos de disciplina y
reducción de experiencias de confrontación padres-hijos. Considerar remitir a la
familia a un centro de psicología para educar en el "manejo del enfado y la ira”.

o Remitir a centros de salud mental a padres con adicción a alcohol, drogas o


trastornos psiquiátricos. Recomendar el tratamiento por su médico de familia de los
trastornos de ansiedad o depresivos.

o Conocer y ofrecer a las familias que lo precisen todos los recursos comunitarios de
ayuda psicológica a adultos y niños, social, laboral o económica.

o Coordinar con el trabajador social de la zona objetivos, planes, estrategias y


ayudas definidas para cada familia de riesgo.

o Visita domiciliaria realizada por enfermería a familias de alto riesgo, desde la


etapa prenatal hasta los dos años de vida, con frecuencia mensual, duración de
cada visita de 20 a 40 minutos y un contenido definido previamente para cada
familia. La detección prenatal se realiza por el médico de familia y la matrona en los
controles de la embarazada.
o Aumentar las visitas dentro del Programa del Niño Sano, estableciendo objetivos
específicos de educación sanitaria (que aumenten la capacidad y habilidad para
cuidar a su hijo y modificar actitudes o creencias sobre disciplina y necesidades
psicoafectivas) y de seguimiento de las familias de riesgo. Se incluyen las
recomendaciones y los métodos positivos de disciplina constructiva y estimulación
del afecto y cariño entre padres e hijos.

Los casos de maltrato infantil no salen a la luz y no se denuncian porque no


sabemos identificar los signos que delatan que a un niño le maltratan, o bien
porque cuando las evidencias existen preferimos evitar problemas o tememos que
hacerlas públicas pueda volverse contra del propio niño. O también porque el
presunto maltratador es una persona próxima o conocida. La "vista gorda" ante
esta lacra social no carece de muy comprensibles justificaciones, y es por ello que
tiene tanto predicamento.

Es un problema de dimensión e interés comunitario: la sociedad en su conjunto


debe buscar las soluciones pero; cuando un particular alimenta fundadas sospechas
de que un niño o niña está sufriendo malos tratos debe actuar con responsabilidad
ética y con la máxima prudencia. Lo primero es poner el caso en manos de los
Servicios Sociales, que determinarán cómo se aborda la situación desde el aspecto
legal, psicológico, familiar, escolar y contando con la colaboración de las
instituciones especializadas en atención a menores. Si las intervenciones públicas
tardan en actuar, no lo hagamos nosotros directamente ante el niño ni ante la
familia. Y mucho menos aún, convirtamos estos hechos en objeto del cotilleo y
morbo de la vecindad. La discreción y el sentido común son, en este caso, un deber
moral y favorecen la solución de estas situaciones. Pensemos también en la imagen
y honorabilidad de los supuestos maltratadores. Un exceso de celo puede ser
perjudicial. Si los servicios sociales no atienden nuestra demanda, podemos insistir
ante la institución correspondiente. De persistir la demora, tenemos el deber cívico
de denunciar el hecho ante las autoridades, especialmente cuando la violencia que
sufre el niño es manifiesta y reiterada. Corresponde a los servicios públicos de
atención a la infancia abordar las situaciones de maltrato infantil, pero todos somos
responsables de favorecer las condiciones sociales para que los derechos de los
niños sean respetados

http://www.psicopedagogia.com/prevencion-maltrato-infantil

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