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LEY 40/2015, DE 1 DE OCTUBRE, DE RÉGIMEN JURÍDICO DEL SECTOR PÚBLICO.

Titulo PRELIMINAR Disposiciones Generales

CAPÍTULO II De los órganos de las Administraciones Públicas

Sección 1.ª De los órganos administrativos

Artículo 5. Órganos administrativos.

1. Tendrán la consideración de órganos administrativos las unidades administrativas a las que


se les atribuyan funciones que tengan efectos jurídicos frente a terceros, o cuya actuación
tenga carácter preceptivo.

2. Corresponde a cada Administración Pública delimitar, en su respectivo ámbito


competencial, las unidades administrativas que configuran los órganos administrativos propios
de las especialidades derivadas de su organización.

3. La creación de cualquier órgano administrativo exigirá, al menos, el cumplimiento de los


siguientes requisitos:

a) Determinación de su forma de integración en la Administración Pública de que se trate y su


dependencia jerárquica.

b) Delimitación de sus funciones y competencias.

c) Dotación de los créditos necesarios para su puesta en marcha y funcionamiento.

4. No podrán crearse nuevos órganos que supongan duplicación de otros ya existentes si al


mismo tiempo no se suprime o restringe debidamente la competencia de estos. A este objeto,
la creación de un nuevo órgano sólo tendrá lugar previa comprobación de que no existe otro
en la misma Administración Pública que desarrolle igual función sobre el mismo territorio y
población.

Artículo 6. Instrucciones y órdenes de servicio.

1. Los órganos administrativos podrán dirigir las actividades de sus órganos jerárquicamente
dependientes mediante instrucciones y órdenes de servicio.

Cuando una disposición específica así lo establezca, o se estime conveniente por razón de los
destinatarios o de los efectos que puedan producirse, las instrucciones y órdenes de servicio se
publicarán en el boletín oficial que corresponda, sin perjuicio de su difusión de acuerdo con lo
previsto en la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información
pública y buen gobierno.

2. El incumplimiento de las instrucciones u órdenes de servicio no afecta por sí solo a la validez


de los actos dictados por los órganos administrativos, sin perjuicio de la responsabilidad
disciplinaria en que se pueda incurrir.

Artículo 7. Órganos consultivos.

La Administración consultiva podrá articularse mediante órganos específicos dotados de


autonomía orgánica y funcional con respecto a la Administración activa, o a través de los
servicios de esta última que prestan asistencia jurídica.
En tal caso, dichos servicios no podrán estar sujetos a dependencia jerárquica, ya sea orgánica
o funcional, ni recibir instrucciones, directrices o cualquier clase de indicación de los órganos
que hayan elaborado las disposiciones o producido los actos objeto de consulta, actuando para
cumplir con tales garantías de forma colegiada.

Sección 2.ª Competencia

Artículo 8. Competencia.

1. La competencia es irrenunciable y se ejercerá por los órganos administrativos que la tengan


atribuida como propia, salvo los casos de delegación o avocación, cuando se efectúen en los
términos previstos en ésta u otras leyes.

La delegación de competencias, las encomiendas de gestión, la delegación de firma y la


suplencia no suponen alteración de la titularidad de la competencia, aunque sí de los
elementos determinantes de su ejercicio que en cada caso se prevén.

2. La titularidad y el ejercicio de las competencias atribuidas a los órganos administrativos


podrán ser desconcentradas en otros jerárquicamente dependientes de aquéllos en los
términos y con los requisitos que prevean las propias normas de atribución de competencias.

3. Si alguna disposición atribuye la competencia a una Administración, sin especificar el órgano


que debe ejercerla, se entenderá que la facultad de instruir y resolver los expedientes
corresponde a los órganos inferiores competentes por razón de la materia y del territorio. Si
existiera más de un órgano inferior competente por razón de materia y territorio, la facultad
para instruir y resolver los expedientes corresponderá al superior jerárquico común de estos.

Artículo 9. Delegación de competencias.

1. Los órganos de las diferentes Administraciones Públicas podrán delegar el ejercicio de las
competencias que tengan atribuidas en otros órganos de la misma Administración, aun cuando
no sean jerárquicamente dependientes, o en los Organismos públicos o Entidades de Derecho
Público vinculados o dependientes de aquéllas.

En el ámbito de la Administración General del Estado, la delegación de competencias deberá


ser aprobada previamente por el órgano ministerial de quien dependa el órgano delegante y
en el caso de los Organismos públicos o Entidades vinculados o dependientes, por el órgano
máximo de dirección, de acuerdo con sus normas de creación. Cuando se trate de órganos no
relacionados jerárquicamente será necesaria la aprobación previa del superior común si ambos
pertenecen al mismo Ministerio, o del órgano superior de quien dependa el órgano delegado,
si el delegante y el delegado pertenecen a diferentes Ministerios.

Asimismo, los órganos de la Administración General del Estado podrán delegar el ejercicio de
sus competencias propias en sus Organismos públicos y Entidades vinculados o dependientes,
cuando resulte conveniente para alcanzar los fines que tengan asignados y mejorar la eficacia
de su gestión. La delegación deberá ser previamente aprobada por los órganos de los que
dependan el órgano delegante y el órgano delegado, o aceptada por este último cuando sea el
órgano máximo de dirección del Organismo público o Entidad vinculado o dependiente.

2. En ningún caso podrán ser objeto de delegación las competencias relativas a:


a) Los asuntos que se refieran a relaciones con la Jefatura del Estado, la Presidencia del
Gobierno de la Nación, las Cortes Generales, las Presidencias de los Consejos de Gobierno de
las Comunidades Autónomas y las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas.

b) La adopción de disposiciones de carácter general.

c) La resolución de recursos en los órganos administrativos que hayan dictado los actos objeto
de recurso.

d) Las materias en que así se determine por norma con rango de Ley.

3. Las delegaciones de competencias y su revocación deberán publicarse en el «Boletín Oficial


del Estado», en el de la Comunidad Autónoma o en el de la Provincia, según la Administración
a que pertenezca el órgano delegante, y el ámbito territorial de competencia de éste.

4. Las resoluciones administrativas que se adopten por delegación indicarán expresamente


esta circunstancia y se considerarán dictadas por el órgano delegante.

5. Salvo autorización expresa de una Ley, no podrán delegarse las competencias que se ejerzan
por delegación.

No constituye impedimento para que pueda delegarse la competencia para resolver un


procedimiento la circunstancia de que la norma reguladora del mismo prevea, como trámite
preceptivo, la emisión de un dictamen o informe; no obstante, no podrá delegarse la
competencia para resolver un procedimiento una vez que en el correspondiente
procedimiento se haya emitido un dictamen o informe preceptivo acerca del mismo.

6. La delegación será revocable en cualquier momento por el órgano que la haya conferido.

7. El acuerdo de delegación de aquellas competencias atribuidas a órganos colegiados, para


cuyo ejercicio se requiera un quórum o mayoría especial, deberá adoptarse observando, en
todo caso, dicho quórum o mayoría.

Artículo 10. Avocación.

1. Los órganos superiores podrán avocar para sí el conocimiento de uno o varios asuntos cuya
resolución corresponda ordinariamente o por delegación a sus órganos administrativos
dependientes, cuando circunstancias de índole técnica, económica, social, jurídica o territorial
lo hagan conveniente.

En los supuestos de delegación de competencias en órganos no dependientes


jerárquicamente, el conocimiento de un asunto podrá ser avocado únicamente por el órgano
delegante.

2. En todo caso, la avocación se realizará mediante acuerdo motivado que deberá ser
notificado a los interesados en el procedimiento, si los hubiere, con anterioridad o
simultáneamente a la resolución final que se dicte.

Contra el acuerdo de avocación no cabrá recurso, aunque podrá impugnarse en el que, en su


caso, se interponga contra la resolución del procedimiento.

Artículo 11. Encomiendas de gestión.

1. La realización de actividades de carácter material o técnico de la competencia de los


órganos administrativos o de las Entidades de Derecho Público podrá ser encomendada a otros
órganos o Entidades de Derecho Público de la misma o de distinta Administración, siempre que
entre sus competencias estén esas actividades, por razones de eficacia o cuando no se posean
los medios técnicos idóneos para su desempeño.

Las encomiendas de gestión no podrán tener por objeto prestaciones propias de los contratos
regulados en la legislación de contratos del sector público. En tal caso, su naturaleza y régimen
jurídico se ajustará a lo previsto en ésta.

2. La encomienda de gestión no supone cesión de la titularidad de la competencia ni de los


elementos sustantivos de su ejercicio, siendo responsabilidad del órgano o Entidad
encomendante dictar cuantos actos o resoluciones de carácter jurídico den soporte o en los
que se integre la concreta actividad material objeto de encomienda.

En todo caso, la Entidad u órgano encomendado tendrá la condición de encargado del


tratamiento de los datos de carácter personal a los que pudiera tener acceso en ejecución de
la encomienda de gestión, siéndole de aplicación lo dispuesto en la normativa de protección
de datos de carácter personal.

3. La formalización de las encomiendas de gestión se ajustará a las siguientes reglas:

a) Cuando la encomienda de gestión se realice entre órganos administrativos o Entidades de


Derecho Público pertenecientes a la misma Administración deberá formalizarse en los
términos que establezca su normativa propia y, en su defecto, por acuerdo expreso de los
órganos o Entidades de Derecho Público intervinientes. En todo caso, el instrumento de
formalización de la encomienda de gestión y su resolución deberá ser publicada, para su
eficacia, en el Boletín Oficial del Estado, en el Boletín oficial de la Comunidad Autónoma o en el
de la Provincia, según la Administración a que pertenezca el órgano encomendante.

Cada Administración podrá regular los requisitos necesarios para la validez de tales acuerdos
que incluirán, al menos, expresa mención de la actividad o actividades a las que afecten, el
plazo de vigencia y la naturaleza y alcance de la gestión encomendada.

b) Cuando la encomienda de gestión se realice entre órganos y Entidades de Derecho Público


de distintas Administraciones se formalizará mediante firma del correspondiente convenio
entre ellas, que deberá ser publicado en el «Boletín Oficial del Estado», en el Boletín oficial de
la Comunidad Autónoma o en el de la Provincia, según la Administración a que pertenezca el
órgano encomendante, salvo en el supuesto de la gestión ordinaria de los servicios de las
Comunidades Autónomas por las Diputaciones Provinciales o en su casoCabildos o Consejos
insulares, que se regirá por la legislación de Régimen Local.

Artículo 12. Delegación de firma.

1. Los titulares de los órganos administrativos podrán, en materias de su competencia, que


ostenten, bien por atribución, bien por delegación de competencias, delegar la firma de sus
resoluciones y actos administrativos en los titulares de los órganos o unidades administrativas
que de ellos dependan, dentro de los límites señalados en el artículo 9.

2. La delegación de firma no alterará la competencia del órgano delegante y para su validez no


será necesaria su publicación.

3. En las resoluciones y actos que se firmen por delegación se hará constar esta circunstancia y
la autoridad de procedencia.
Artículo 13. Suplencia.

1. En la forma que disponga cada Administración Pública, los titulares de los órganos
administrativos podrán ser suplidos temporalmente en los supuestos de vacante, ausencia o
enfermedad, así como en los casos en que haya sido declarada su abstención o recusación.

Si no se designa suplente, la competencia del órgano administrativo se ejercerá por quien


designe el órgano administrativo inmediato superior de quien dependa.

2. La suplencia no implicará alteración de la competencia y para su validez no será necesaria su


publicación.

3. En el ámbito de la Administración General del Estado, la designación de suplente podrá


efectuarse:

a) En los reales decretos de estructura orgánica básica de los Departamentos Ministeriales o en


los estatutos de sus Organismos públicos y Entidades vinculados o dependientes según
corresponda.

b) Por el órgano competente para el nombramiento del titular, bien en el propio acto de
nombramiento bien en otro posterior cuando se produzca el supuesto que dé lugar a la
suplencia.

4. En las resoluciones y actos que se dicten mediante suplencia, se hará constar esta
circunstancia y se especificará el titular del órgano en cuya suplencia se adoptan y quien
efectivamente está ejerciendo esta suplencia.

Artículo 14. Decisiones sobre competencia.

1. El órgano administrativo que se estime incompetente para la resolución de un asunto


remitirá directamente las actuaciones al órgano que considere competente, debiendo notificar
esta circunstancia a los interesados.

2. Los interesados que sean parte en el procedimiento podrán dirigirse al órgano que se
encuentre conociendo de un asunto para que decline su competencia y remita las actuaciones
al órgano competente.

Asimismo, podrán dirigirse al órgano que estimen competente para que requiera de inhibición
al que esté conociendo del asunto.

3. Los conflictos de atribuciones sólo podrán suscitarse entre órganos de una misma
Administración no relacionados jerárquicamente, y respecto a asuntos sobre los que no haya

finalizado el procedimiento administrativo.

Sección 4.ª Abstención y recusación

Artículo 23. Abstención.

1. Las autoridades y el personal al servicio de las Administraciones en quienes se den algunas


de las circunstancias señaladas en el apartado siguiente se abstendrán de intervenir en el
procedimiento y lo comunicarán a su superior inmediato, quien resolverá lo procedente.

2. Son motivos de abstención los siguientes:


a. Tener interés personal en el asunto de que se trate o en otro en cuya resolución pudiera
influir la de aquél; ser administrador de sociedad o entidad interesada, o tener cuestión
litigiosa pendiente con algún interesado.
b. Tener un vínculo matrimonial o situación de hecho asimilable y el parentesco de
consanguinidad dentro del cuarto grado o de afinidad dentro del segundo, con
cualquiera de los interesados, con los administradores de entidades o sociedades
interesadas y también con los asesores, representantes legales o mandatarios que
intervengan en el procedimiento, así como compartir despacho profesional o estar
asociado con éstos para el asesoramiento, la representación o el mandato.
c. Tener amistad íntima o enemistad manifiesta con alguna de las personas mencionadas
en el apartado anterior.
d. Haber intervenido como perito o como testigo en el procedimiento de que se trate.
e. Tener relación de servicio con persona natural o jurídica interesada directamente en el
asunto, o haberle prestado en los dos últimos años servicios profesionales de cualquier
tipo y en cualquier circunstancia o lugar.

3. Los órganos jerárquicamente superiores a quien se encuentre en alguna de las


circunstancias señaladas en el punto anterior podrán ordenarle que se abstengan de toda
intervención en el expediente.

4. La actuación de autoridades y personal al servicio de las Administraciones Públicas en los


que concurran motivos de abstención no implicará, necesariamente, y en todo caso, la
invalidez de los actos en que hayan intervenido. 5. La no abstención en los casos en que
concurra alguna de esas circunstancias dará lugar a la responsabilidad que proceda.

Artículo 24. Recusación.

1. En los casos previstos en el artículo anterior, podrá promoverse recusación por los
interesados en cualquier momento de la tramitación del procedimiento.

2. La recusación se planteará por escrito en el que se expresará la causa o causas en que se


funda.

3. En el día siguiente el recusado manifestará a su inmediato superior si se da o no en él la


causa alegada. En el primer caso, si el superior aprecia la concurrencia de la causa de
recusación, acordará su sustitución acto seguido.

4. Si el recusado niega la causa de recusación, el superior resolverá en el plazo de tres días,


previos los informes y comprobaciones que considere oportunos.

5. Contra las resoluciones adoptadas en esta materia no cabrá recurso, sin perjuicio de la
posibilidad de alegar la recusación al interponer el recurso que proceda contra el acto que
ponga fin al procedimiento.

Los interesados en el procedimiento administrativo

Los interesados en el procedimiento administrativo son, básicamente, todas aquellas


personas cuyos derechos o intereses legítimos se puedan ver afectados por su resolución. Este
concepto se introdujo en la ley 39/2015 tras la crítica al concepto de “administrado”.

Así, el concepto de administrado tenía cierto significado pasivo, que no termina de casar con
el conjunto de facultades activas que actualmente tienen los interesados en el procedimiento
administrativo.
La ley 39/2015 considera interesados en el procedimiento administrativo:

 A quienes promuevan el procedimiento como titulares de derechos o intereses


legítimos, ya sean individuales o colectivos.

 También a quienes puedan resultar afectados por la decisión del procedimiento pese
a no haber lo iniciado.

 Por último, a las personas cuyos intereses legítimos, sean individuales o colectivos,
pueden resultar afectados por la resolución y además se personen en el
procedimiento antes de que recaiga la resolución o acto administrativo definitivo.

En este sentido, la ley 39/2015 hace dos precisiones importantes en torno al concepto de
interesado en el procedimiento administrativo:

1. Las asociaciones y organizaciones representativas de intereses económicos y


sociales son titulares de intereses legítimos colectivos. Esto implica qué pueden ser
interesadas en el procedimiento administrativo.

2. Por su parte, el sucesor de un bien también puede suceder en la condición de


interesado en el procedimiento administrativo a aquella persona de quien recibe una
relación jurídica transmisible.

Dicho de un modo más sencillo, los herederos adquirirán la condición de interesados en


aquellos procedimientos en que la tuvieran sus antecesores

Un concepto muy relevante y relacionado con el de interesado es la capacidad de obrar.


Llamamos capacidad de obrar a la actitud de una persona para desplegar efectos jurídicos con
su actuación.

Por ejemplo, en el campo del derecho administrativo será necesario tener capacidad de obrar
para solicitar una autorización o licencia, una subvención, recurrir una multa o sanción…

La ley 39/2015 considera que tienen capacidad de obrar ante las Administraciones Públicas:

 Todas las personas físicas o jurídicas que ostenten capacidad de obrar conforme las
normas civiles. Esto incluye:

o A las personas físicas mayores de edad y no incapacitadas judicialmente.

o Y a cualquier persona jurídica legalmente constituida y con capacidad de


obrar.

 También tienen capacidad de obrar los menores de edad, siempre que lo hagan para
defender sus derechos e intereses y estén habilitados por la ley para actuar sin la
asistencia de sus padres, tutores o curadores.

Por último, se reconoce la capacidad de obrar frente a la Administración a los grupos de


afectados, uniones y entidades sin personalidad jurídica y patrimonio independientes o
autónomos.

En resumidas cuentas, la LPACAP reconoce un ámbito muy amplio a la hora de atribuir la


capacidad de obrar frente a las administraciones públicas.

el interesado puede actuar por sí mismo o por medio de representante.


Para que la representación sea válida pueden exigirse ciertos requisitos. Asimismo, existen
modos de subsanar una representación inválida. Para saber más sobre esta materia te
recomendamos consultar nuestro artículo sobre la representación en el procedimiento
administrativo.

En general, en cualquier procedimiento administrativo habrá una pluralidad de interesados. La


cuestión es si todos ellos van a participar o no y si lo harán simultáneamente o no.

La Ley de Procedimiento Administrativo Común permite que se presenten solicitudes, escritos


o comunicaciones colectivamente. En estos casos, la pluralidad de interesados pueden señalar
quién es el representante o la persona con la que la administración pública debe relacionarse.
Si no lo hicieran, las administraciones relacionarán con el interesado que figure en primer
lugar.

¿Pueden añadirse interesados al procedimiento en curso?

Si. En muchos casos se dará trámite un procedimiento administrativo sin conocer a la totalidad
de los interesados. Por ejemplo, esto puede ocurrir cuando no se le ha dado publicidad al
procedimiento o no se ha localizado a los eventuales afectados.

Siempre que la Administración advierta la existencia de titulares de derechos o intereses


legítimos que no hubieran sido identificados previamente, les comunicará la tramitación del
procedimiento para que puedan participar en defensa de sus derechos e intereses.

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