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Caso práctico
Lola y Mario que han estado diseñando un programa para la
autonomía personal y social (en la UT6) para las personas mayores
de un centro de día que han visitado dentro de las actividades del
curso, han estado comentando con la integradora social, Mireia,
como diseñar instrumentos de evaluación de las actividades
propuestas en su proyecto. Esta iniciativa ha sido muy bien recibida
y el equipo del centro de día les ha sugerido que podrían desarrollar
algunas de estas actividades con los usuarios y que en función de
cómo vaya podrían entrar a formar parte del equipo de apoyo del �n de semana.
Mario, Lola y otra compañera están emocionados con la propuesta y quieren poder demostrar que
el desarrollo de su propuesta aporta bene�cios a los usuarios. Para ello se plantean desarrollar
una estrategia evaluativo que les aporte datos, así que ahora están buscando instrumentos para
evaluar las necesidades, las actividades y para poder ofrecer a la integradora del centro y al equipo
un informe o memoria sobre como se ha desarrollado la intervención y los resultados de la misma.
Para ello cuentan con la información de esta unidad de trabajo que les va aportar el conocimiento
necesario.
Para saber un poco de que ira esta última unidad de trabajo podéis consultar la siguiente presentación
multimedia:
Aquí radica la importancia de crear una unidad de trabajo dedicada a este tema: la evaluación; aunque
se haya nombrado ya en la unidad de trabajo de la plani�cación.
Saber como llevar a cabo una buena evaluación, que recursos utilizar, como diseñar estos recursos de
evaluación y como trasmitir o re�ejar el resultado de esta evaluación será lo que, al �nal, asegure el
éxito o no de la intervención con los usuarios.
En esta unidad de trabajo vamos a ver que se entiende por evaluación. Como se elabora, se utilizan y se
analizan diferentes instrumentos de evaluación; que son instrumentos estandarizados y cuales no,...
También vamos a explicar que se hace con los resultados obtenidos, como se guardan o se trasmiten a
otros profesionales. Como la evaluación es la fase que nos obliga a re�exionar sobre nuestro propio
trabajos, su adecuación o no a nuestra realidad laboral. Como es necesario la coordinación entre
profesionales y como interviene la evaluación en esta necesidad.
A veces puede suceder que siendo la fase �nal de la intervención no se la tenga en cuenta lo su�ciente,
no se re�exione sobre ella o se de por entendida. Podremos observar que está actitud o manera de
actuar di�cultará y, en ocasiones, provocará que la intervención fracase.
Evaluar es emitir juicios válidos sobre el aprendizaje y las competencias que van
logrando las personas en el proceso, con el �n de rede�nir propósitos y
estrategias de la evaluación.
La evaluación servirá para reorientar la intervención, mejorarla, aprovechar mejor los recursos y, en
algunas ocasiones, para cambiar o suspender el tipo de intervención. En general intenta mejorar el
programa o el proyecto.
Es un proceso de investigación para conocer las consecuencias, el impacto de los programas o de los
proyectos sin la cual no éstos tendrían razón de ser.
• Evaluar supone obtener conocimiento sobre la intervención realizada con la �nalidad de conseguir
los objetivos planteados.
• Cuali�car conlleva nada más una valoración cuantitativa, matemática carente de signi�cado para
el proyecto o para el programa.
Evaluamos todos los elementos que participan o delimitan la intervención y que, previamente, se han
recogido en el proyecto, programa o en la programación: las necesidades, el diseño del proyecto, el
proceso de la intervención, los profesionales, los participantes, los objetivos establecidos y los recursos
utilizados. En función de la fase de evaluación en la que nos encontremos priorizaremos unos
componentes sobre otros y utilizaremos un tipo u otro de evaluación.
En de�nitiva la evaluación es una comparación entre lo que se tiene plani�cado, la intervención que se
lleva a cabo y lo que se obtiene con ella.
Para saber más
Consultar la bibliografía y páginas electrónicas propuestas:
• Aguilar, M. J. y Ander-Egg, E. (1992) Evaluación de servicios y programas sociales. Madrid:
Siglo XXI.
• Arteaga, L.; Muñoz, L.; Nus, P.; Palomar, M. (2004). Habilidades de autonomía personal y
social. Barcelona: Altamar.
• Wikipedia.org. (http://es.wikipedia.org/wiki/Evaluaci%C3%B3n)
• Tener un carácter comprensivo o formativo ya que pretende enriquecer y mejorar todos los
aspectos o componentes de la intervención.
• Ser criterial ya que supone la formulación de unos objetivos esperados previos a la intervención.
• Tener carácter decisorio. Los datos obtenidos a través de la evaluación permiten tomar
decisiones sobre el proceso de intervención y sobre el proyecto o la programación.
• Ser cooperativa. Es la fase de la plani�cación que implica a todos los colectivos que formaran
parte de la intervención: profesionales, entidades, participantes, familiares,...
2.2.- Funciones y objetivos de la evaluación.
La evaluación tiene unas funciones dentro del proceso de plani�cación y de intervención que se recogen
en los proyectos o programas de intervención social, que permiten ir ajustando el proceso y los
elementos que participan.
• función diagnostica se produce al inicio del proyecto. Responde a la evaluación inicial y supone
el diagnóstico de los distintos aspectos que se tendrán en cuenta en el proceso. Conocer la realidad
de donde se parte es importante para poder adaptarse y proponer estrategias de intervención que
respondan a las necesidades ésta.
• función predictiva responde a la posibilidad que nos da la evaluación de prever unos resultados a
partir del conocimiento de una realidad, de un punto de partida. La evaluación está siempre
orientada al futuro, a producir cambios en el entorno.
• Formular juicios de valor sobre la información obtenida que permita plantear otros tipos de
intervención, que den lugar a otros proyectos o mejore el que se lleva a cabo.
En el siguiente cuadro recogemos estos objetivos y añadimos el de delimitar los imprevistos que pueden
surgir durante la intervención y que responde a la función orientadora de la evaluación.
2.3.- Tipos de evaluación.
Existen diferentes tipos de evaluación en función de los criterios que utilicemos y el ámbito en el que
estemos. En la intervención socioeducativa donde se evalúa el proceso de enseñanza aprendizaje las
modalidades de evaluación más utilizadas se establecen en función de dos criterios:
• La �nalidad de la evaluación.
Es importante que estos instrumentos sean adecuados y útiles por que sino pueden ofrecer una imagen
distorsionada de la realidad que se está evaluando. En nuestro ámbito de trabajo, la integración social,
utilizaremos los instrumentos que se utilizan, comúnmente, en la investigación en Ciencias sociales.
Dada la complejidad del proceso de evaluación existen diversas técnicas e instrumentos para llevarla a
cabo. Estos instrumentos o estas técnicas se pueden aplicar en diferentes momentos del proceso de
evaluación y responder a diferentes �nalidades.
Cuadro esquemático:
1. La naturaleza del problema o situación a observar, el tipo de intervención que se llevará a cabo
2. El objeto de evaluación del instrumento, los objetivos y sobre quien se aplicará: los participantes
o los profesionales.
Otros criterios a tener en cuenta son: la simplicidad, que sea fácilmente conocido, utilizado e
interpretado por otros profesionales y el tiempo empleado en la utilización o administración del
instrumento seleccionado.
• Que el profesional esté preparado para aplicarlos, que conozca como utilizarlos y que esté
entrenado en su uso.
• Que se muestre una intencionalidad dirigida al objeto del conocimiento, a lo que se quiere evaluar.
Tenemos que saber previamente en qué momento será aplicado.
• Estar alerta ante aquellos acontecimientos inusuales o inesperados que afecten al proceso de la
evaluación para que, si es necesario, se adapte el instrumento o la situación de evaluación a las
nuevas circunstancias.
• Mostrar intencionalidad cientí�ca en la recolección de información, por tanto se tiene que hacer
de forma sistemática, válida y con�able.
3.2.- Instrumentos de evaluación.
Existen diferentes instrumentos de evaluación según el área a explorar. A continuación os mostramos
una serie de instrumentos estandarizados clasi�cados según el objeto de exploración y según el
colectivo de aplicación.
La dependencia funcional física ("funcional", responde a la identi�cación del grado de dependencia que
alcanza un individuo en las actividades de la vida diaria) abarca las áreas de movilidad y orientación
respecto a las actividades de vida diaria (UT 2 y 3) y para valorarla encontramos instrumentos
estandarizados clasi�cados según hagan referencia a los tres tipos de AVD: básicas, instrumentales y
avanzadas.
Para el colectivo de personas con problemas de salud mental normalmente se organizan los
instrumentos de evaluación disponibles en castellano en seis áreas: rehabilitación psicosocial general,
necesidades, discapacidad, calidad de vida, psicopatología y carga familiar.
En este apartado hemos nombrado y mostrado algunos de ellos, pero como integrador/a social lo que
realmente te tocará hacer en evaluación será crear o utilizar instrumentos concretos del centro en el
que trabajes en función del tipo de objetivo e intervención que lleves a cabo. En el siguiente apartado te
vamos a explicar cómo elaborar estos instrumentos para que te sean útiles en tu trabajo.
3.3.- Elaboración de instrumentos de evaluación.
La elaboración de instrumentos de evaluación supone tener en cuenta primeramente la estructura del
instrumento de evaluación y el contenido de éste, además de los aspectos nombrados en el apartado
3.1 de esta unidad de trabajo.
La estructura hace referencia a las diferentes técnicas que hemos nombrado anteriormente. No es igual
elaborar un instrumento para llevar a cabo una observación o una encuesta. No es igual crear un
registro de observación que elaborar un cuestionario o un test. Pero hay elementos comunes referentes
a la estructura sea cual sea el tipo de instrumento.
A nivel estructural todo instrumento se conforma de tres partes o apartados bien diferenciados:
1. Apartado de identi�cación del instrumento: en ésta se tiene que recoger datos como: nombre del
instrumento, día de aplicación/utilización, identi�cación del profesional que lo aplica (nombre,
cargo,…) identi�cación sobre quien o quienes se aplica (nombre, edad, grupo,…)
Para elaborar un buen instrumento de evaluación primero tenemos que partir de una buena de�nición
de los objetivos de intervención. He ahí la importancia de la unidad de trabajo anterior y todo lo que en
ella se ha explicado, te recomendamos que la repases.
Los indicadores de evaluación que conforman un instrumento son unidades de análisis concretas con
las cuales se puede llegar a establecer un juicio (Vega y Ventosa, 1993).
Los indicadores son medidas para veri�car si hay cambio debido a la intervención y en base a los
objetivos propuestos, nos permiten saber donde nos encontramos respecto de lo que nos habíamos
propuesto. Encontramos diferentes tipos de indicadores.
Los instrumentos de evaluación pueden ser de diferentes tipos pero siempre han de responder a las
preguntas que nos vamos a hacer a continuación:
¿Qué evaluar? El nivel de consecución de los objetivos sobre el tema desarrollado. Por ejemplo si el
usuario ha aumentado el nivel de autonomía a partir de la utilización de las ayudas técnicas
propuestas.
¿Cuándo evaluar? Debemos preguntarnos en que momento vamos a evaluar. Por ejemplo antes de la
intervención, durante la intervención o después de la intervención. En función del momento nos va a ser
más útil un instrumento u otro.
¿Con qué evaluar? Debemos pensar que técnicas o instrumentos son los más adecuados, en cada
situación, para obtener la información deseada. Por ejemplo para saber si un usuario tiene autonomía
en las ADV propondremos técnicas e instrumentos de observación.
Un informe de evaluación de un usuario concreto y referido a aspectos especí�cos podría tener esta
estructura.
Hemos querido proponer diferentes modelos de elaboración de informes evaluativos con la �nalidad
que cada técnico en integración social los adapte a las necesidades de los usuarios y la situaciones en
las que se encuentre. Siempre ha de mantener la esencia de la estructura propuesta para que el informe
recoja datos útiles y signi�cativos. Los informes o memorias aportan datos que tanto los profesionales
como los usuarios utilizaran para:
Profesionales Usuarios
Los informes o memorias los elaboraremos de forma escrita aunque depende de la situación o
momento los podemos presentar de forma oral, por ejemplo en una reunión de profesionales
aportaremos el informe o memoria escrita pero la presentación, de los aspectos más signi�cativos y
relevantes, será de forma oral.
Entendiendo que los técnicos en integración social no pueden trabajar de manera solitaria puesto que
no son los únicos que intervienen con un mismo usuario, consideramos la importancia de la
coordinación y del trabajo en equipo, también en los procesos evaluativos, por varias razones que a
continuación exponemos:
Razones Justi�cación
Ser coherente Cuando los profesionales dialogan y elaboran criterios comunes se impone la
coherencia evaluativa también en las metodologías y modelos.
Uni�car criterios
Compartir modelos
evaluativos
Compartir
metodologías
Armonizar, no Cada uno debe contribuir, desde su aportación a que el resultado global sea el
igualar mejor posible.
Formarse como
profesionales
"Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre".
Paulo Freire
"La mejor estructura no garantizará los resultados ni el rendimiento. Pero la estructura equivocada
es una garantía de fracaso". Meter Drucker
AVD ESCALA DE LAWTON Y BRODY Uso del teléfono, tareas domésticas, salir a
INSTRUMENTALES TEST DE OARS. la calle, desplazarse de un sitio a otro......
De los instrumentos nombrados el más utilizado para las AVDB es el índice de Barthel. Es de fácil
aplicación y evalúa 10 Actividades de la Vida Diaria, A.V.D.B: comer, lavarse, vestirse, arreglarse,
deposiciones, micción, uso del retrete, capacidad para trasladarse, deambulación, subida/bajada de
escaleras. Se puntúa de 0 a 100 (de 0 a 90 para personas que van en silla de ruedas). Las puntuaciones
no son las mismas para cada actividad, por ejemplo, la micción y deposición deben ser valoradas
respecto a la semana previa y los resultados globales se agrupan en cuatro categorías de dependencia.
Medición.
Se trata de asignar a cada paciente una puntuación en función de su grado de dependencia para
realizar una serie de actividades básicas. Los valores que se asignan a cada actividad dependen del
tiempo empleado en su realización y de la necesidad de ayuda para llevarla a cabo. Las AVD incluidas
en el índice original son diez: comer, trasladarse entre la silla y la cama, aseo personal, uso del retrete,
bañarse/ducharse, desplazarse (andar en super�cie lisa o en silla de ruedas), subir/bajar escaleras,
vestirse/desvestirse, control de heces y control de orina. Las actividades se valoran de forma diferente,
pudiéndose asignar 0, 5, 10 ó 15 puntos. El rango global puede variar entre 0, completamente
dependiente, y 100 puntos, completamente independiente.
El IB aporta información tanto a partir de la puntuación global como de cada una de las puntuaciones
parciales para cada actividad. Esto ayuda a conocer mejor cuáles son las de�ciencias especí�cas de la
persona y facilita la valoración de su evolución temporal.
La elección de las actividades que componen el IB fue empírica, a partir de las opiniones de
�sioterapeutas, enfermeras y médicos. El IB, por tanto, no está basado en un modelo conceptual
concreto, es decir, no existe un modelo teórico previo que justi�que la elección de determinadas
actividades de la vida diaria o la exclusión de otras.
ACTIVIDAD PUNTUACIÓN
Comer 0= Incapaz.
10= Independiente.
Aseo personal 0= Necesita ayuda con el aseo personal.
Bañarse/ducharse 0= Dependiente
Desplazarse 0= Inmóvil.
10= Continente.
10= Continente.
El Índice de Katz (Actividades de la vida diaria), es también un método útil pero no tan utilizado en
nuestro país.
En el caso de la valoración de las Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD), dado, que son las
primeras en deteriorarse se analizan de manera integral utilizando instrumentos como el test de OARS y
el de Lawton y Brody. Otras de las escalas también utilizadas son la
Escala de Incapacidad física de la Cruz Roja :
Descripción.
La escala de incapacidad física clasi�ca al paciente en 6 grados, desde independiente (=0) hasta
dependiente total (=5), que correspondería al paciente encamado, evaluando de forma especial la
movilidad y el control de esfínteres y, de manera más genérica, la capacidad para el autocuidado.
Tiene una alta concordancia con el índice de Katz para grados de incapacidad leves y graves, y con
otras escalas funcionales, y valor predictivo de mortalidad para grados de dependencia grave. Parece
tener buena sensibilidad para detectar cambios en pacientes atendidos en hospital de día o unidad de
rehabilitación, y en el seguimiento de ancianos frágiles atendidos en su domicilio, pero su
reproducibilidad interobservador es baja.
También se ha estudiado su validez concurrente con el índice de Barthel, concluyendo que ésta es
elevada. La CRF presenta aceptables sensibilidad y especi�cidad frente al índice de Barthel para la
incapacidad funcional en servicios de Geriatría, aunque desconocemos el grado de validez y �abilidad
en muestras de ancianos residentes en la comunidad, en los que la prevalencia de incapacidad
funcional y deterioro mental es considerablemente menor.
Interpretación.
Es sencilla, simplemente se considera mayor o menor dependencia en función del grado seleccionado
por el entrevistador a partir de la anamnesis y/o la observación del paciente.
Limitaciones.
La precisión de sus ítems se ve penalizada en los grados intermedios de incapacidad, que es cuando la
exactitud en la evaluación adquiere mayor di�cultad (es más fácil clasi�car un paciente que "está muy
bien" o "muy mal", que otro que presenta un deterioro parcial).
La subjetividad de algunas de las de�niciones de sus grados es otro problema añadido. Sería necesario
introducir mejoras en la precisión y de�nición de cada grado, así como estudios que demostraran sus
cualidades métricas, para mejorar el instrumento.
Por otro lado, tampoco existen instrucciones para su aplicación; existen aspectos confusos que
di�cultan su utilización y la comunicación entre profesionales.
En nuestro país es una escala que ha sido ampliamente utilizada como instrumento de screening para
detectar necesidades socio-sanitarias de la población anciana, así como para conocer la situación de
independencia-dependencia funcional de los ancianos en diversos ámbitos (aunque con las
limitaciones anteriormente descritas).
El deterioro cognitivo haría referencia al área cognitiva (UT 4). Entre las escalas breves que intentan
valorar el grado de deterioro de las funciones cognoscitivas de las personas mayores, y la valoración
clínico evolutiva se encuentran las siguientes:
• Set - Test.
La función social hace referencia a las habilidades sociales del individuo (UT 5) para está función
existen diferentes instrumentos básicos en Atención Familiar: entrevista semiestructurada y la
realización del genograma, la escala de valoración socio-familiar y como instrumento de medida de la
red social está el APGAR II.
Anexo II.- Instrumentos para colectivos concretos.
Para el colectivo de personas con problemas de salud mental normalmente se organizan los
instrumentos de evaluación disponibles en castellano en seis áreas: rehabilitación psicosocial general,
necesidades, discapacidad, calidad de vida, psicopatología y carga familiar.
Existen una serie de instrumentos validados para personas con trastornos mentales severos que nos
permiten evaluar el estado de estos en su totalidad, teniendo en cuenta sus capacidades o limitaciones,
su estado psicopatológico y sus relaciones sociales.
Instrumento Características
La escala SCHIZOM Entrevista semiestructurada (dura entre 30-35 minutos) que evalúa
proceso y dé�cits asociados a la esquizofrenia a lo largo del tiempo.
Tiene 3 versiones: línea base usuario, línea base informador y
seguimiento (4-6 meses). Evalúa las áreas de: ajuste previo a la
enfermedad, historia familiar de enfermedad mental, síntomas
recientes, funcionamiento cognitivo, actividades de ocio, actividades
instrumentales de la vida diaria, actividades sociales, vivienda,
actividad educativa, actividad laboral, abuso de sustancias,
problemas legales, violencia y suicidio, adherencia a la medicación,
adherencia a la intervención psicosocial, apoyo familiar, uso de
servicios, y los componentes del tratamiento: funcionamiento general
introduciendo su evaluación con la escala de calidad de vida SF-36.
La escala HONOS (traducida Conjunto de escalas diseñadas para medir todo el rango de problemas
y validada al Castellano por físicos, personales y sociales asociados a la enfermedad mental.
Uriarte et al en 1998) Puede ser utilizado por diferentes profesionales y es un instrumento
de evaluación clínica. Contiene 12 ítems que abarcan cuatro áreas:
problemas conductuales (agresividad, auto agresión, uso de
substancias), deterioro (disfunción cognitiva y discapacidad física),
problemas clínicos (depresión, alucinaciones, ideas delirantes y otros
síntomas) y problemas sociales (funcionamiento general, alojamiento
y problemas ocupacionales).
WHODAS II, (compatible con Evalúa el funcionamiento diario en seis áreas de actividad:
la revisión reciente de la comprensión y comunicación, capacidad para moverse en su
Clasi�cación Internacional alrededor/entorno, cuidado personal, capacidad de relación con otras
del Funcionamiento, de la personas, actividades de la vida diaria y participación en la sociedad.
Discapacidad y de la Salud Evalúa discapacidad y dé�cit especí�cos y no incorpora síntomas
(CIF) de la OMS en 2001) psiquiátricos.
DAS-II (adaptación Evalúa el ajuste social teniendo en cuenta el contexto social y cultural
española realizada por del paciente. Mide 5 áreas: comportamiento general (cuidado
Montero y Cols) y personal, empleo del tiempo libre, velocidad de la ejecución física y
evaluación global mental y capacidad de iniciativa para comunicarse socialmente),
ejecución del rol social (vida familiar, relación de pareja, rol paternal,
relaciones sexuales, relaciones sociales y trabajo), comportamiento
del paciente en el hospital (si ha estado ingresado dos o más
semanas en el último mes), factores modi�cantes (inquietudes
personales para mejorar la situación, riesgos especí�cos, ambiente en
el hogar -se revisan aspectos relacionados con la expresividad
emocional del familiar clave informante- y apoyos sociales de que
dispone).
LSP-Life Skills Pro�le (Per�l Está formada por 39 ítems y pretende medir el nivel de
de Habilidades de la Vida funcionamiento de enfermos mentales crónicos en situaciones y
Cotidiana) de Rosen y cols; tareas comunes. Se compone de cinco subescalas: Auto Cuidado,
traducida y validada por Comportamiento Social Interpersonal, Comunicación-Contacto.
Bulbena Vilarrasa y
colaboradores
La escala BELS (para Evalúa las actividades de la vida diaria en personas que están
personas que padecen un hospitalizadas y van a pasar a vivir en la comunidad. Las áreas de
trastorno mental severo) evaluación son auto cuidado, habilidades domésticas (habilidades
comunitarias, actividades y relaciones sociales).
Otros instrumentos para valorar el funcionamiento de este colectivo son: Escala de Evaluación de la
Actividad Global AEG, La ILSS, Independenting Living Skills Survey y la escala SFS de Birchwood y cols.
Para valorar el deterioro cognitivo del colectivo de personas con toxicomanía existen algunos
instrumentos que se pueden clasi�car en dos grandes grupos; aquellos que se utilizan
fundamentalmente en la evaluación clínica y aquellos que se emplean en la evaluación de programas de
intervención con este colectivo. En el primer caso, se trata de instrumentos dirigidos a la valoración de
pacientes drogodependientes que abarcan distintas áreas y tienen distintos ámbitos de aplicación.
Aunque muchos de éstos también se utilizan para la construcción y diseño de indicadores para la
evaluación de programas destinados a este grupo.
• Los indicadores cuantitativos son los que nos ayudaran a calcular la cantidad del objetivo, de lo
que estamos evaluando. Por tanto nos permiten establecer resultados en porcentajes, grados o
escalas numéricas. Se caracterizan por ser más manejables y objetivos pero poco signi�cativos en
lo que se re�ere a profundidad y amplitud del aspecto evaluado.
Ejemplos de este tipo de indicadores son:
Comer:
Dependiente 0 puntos.
Lavarse
Dependiente 0 puntos.
• Los indicadores o ítems cualitativos calculan la cualidad del objetivo evaluado en apreciaciones,
relaciones, categorías o cali�cativos. Se caracterizan por que permiten un análisis amplio y
profundo sobre lo que se está evaluando aunque presentan mayor di�cultad de sistematización y
concreción.
Ejemplo de este tipo de indicadores son:
Aspecto físico
Participación
• Cuadro tipológico de indicadores evaluativos (a partir de Ventosa Pérez, 1992) TIPOS Indicadores
cuantitativos Indicadores cualitativos Indicadores de contexto Miden los factores previos y
determinan la intervención en términos cuantitativos:
◦ Número de participantes.
◦ Número de recursos.
◦ Coherencia interna-externa.
◦ Congruencia análisis/ideario.
◦ Porcentaje de productividad.
◦ Relación inputs-ouputs.
◦ Ritmo de actividad.
◦ Volumen de trabajo.
◦ Nivel de con�ictos.
◦ Cantidad de actividades.
◦ Duración de la actividad.
◦ Número de asistentes.
◦ Frecuencia de asistencia.
Indicadores impacto Miden los efectos o la repercusión del programa en el medio, en términos
cuantitativos:
2. Recordatorio del Para llevar a cabo la plani�cación de la intervención se hizo una detección
resultado de la de necesidades que fue la base para plani�car el proyecto de intervención,
evaluación diagnóstica aquí se recuerda como se hizo y resultados obtenidos
inicial
3. Breve explicación del Descripción del proceso llevado a cabo, objetivos que se pretenden,
proceso de intervención actividades propuestas, rol del técnico en integración social, rol de los
usuarios,..
Recurso (1) Datos del recurso (1) Recurso (2) Datos del recurso (2)