KISNERMAN N.,Servicio Social de Grupo - U1
KISNERMAN N.,Servicio Social de Grupo - U1
KISNERMAN N.,Servicio Social de Grupo - U1
DE GRUPO
Una Respuesta A Nuestro Tiempo
Tomo I
Natalio Kisnerman
Editorial Hvmanitas
Buenos Aires
Natalio Kisnerman
Nació en Buenos Aires en 1929, graduándose de asistente social en la Universidad de Buenos Aires en
1954. Posteriormente cursó diversas materias en la Facultad de Filosofía y Letras de dicha Universidad.
Desempeñó cargos en Dirección Nacional de Menores, Cámara de Apelaciones de la Capital Federal,
fue coordinador de asistentes sociales en el Departamento de Bienestar Estudiantil de la Universidad de
Buenos Aires. Así como director del Campamento de la misma y del Campamento del Colegio Nacional
de Buenos Aires, y director de Asistencia Social de Río Negro.
En 1966 visitó Brasil invitado por la Pontificia Universidad Católica de Porto Alegre. Colabora en
diversas publicaciones especializadas del país, Uruguay y España y ha participado de varios congresos y
seminarios de Servicio Social.
Hvmanitas ha publicado su trabajo “Grupos Recreativos con Adolescentes”, y hoy se honra en dar a
conocer este primer tomo de su “SERVICIO SOCIAL DE GRUPO”.
4
Capitulo I
INTRODUCCIÓN AL SERVICIO
SOCIAL DE GRUPO
6
INTENTAMOS EN ESTE PRIMER CAPITULO DEMOSTRAR el por qué del Servicio Social de Grupo, Con el
propósito de no exceder los límites fijados en este libro, la determinación de pasos por seguir incluye
un sumario análisis de la sociedad actual con sentido funcional y operativo, adecuando conocimientos
de otras disciplinas a nuestra realidad vivenciada. Desprendiendo de este análisis, una respuesta a los
hechos que se registran casi a título enunciativo, intentaremos llegar a una fundamentación teorética
del método.
Si en toda sociedad existen fines, propósitos e intereses culturalmente definidos, propuestos como
objetivos a todos sus miembros (aspiraciones a lograr), y controles que aseguran formas aceptables de
alcanzarlos, la realidad muestra hoy la carencia de marcos referenciales de aspiraciones y de normas
que aseguren el control social, reemplazando a las antiguas y caducas pero aún vigentes. Las normas
internalizadas resultan inaplicables frente a situaciones, actitudes, motivaciones y expectaciones que se
han modificado. La conducta anómala o desviada surge así “como un síntoma de disociación entre las
aspiraciones culturalmente prescriptas y los caminos socialmente estructurales para llegar a dichas
aspiraciones”4, al decir de Merton. Efecto de ella son la inestabilidad, desorientación y
desmoralización, síntomas a través de los cuales vivenciamos la situación de anomia. Hemos hecho
culto de la necesidad de mantener objetivos elevados y sancionamos al que baja su nivel de
aspiraciones.
1
Durkheim, Emilio. La división del trabajo social. Barcelona: Jorro, 1928. Pág. 2-3
2
Durkheim, Emilio. Le suicide. Etude sociologique. Paris: Alcan, 1897
3
Mclver, R. M. The Ramparts we guard. Nueva York: The MacMillan Co. 1950. cit. en Merton, Robert.
Teoría y estructura social. México: FCE, 1964. Pág. 169
4
Merton, Robert. Ob. cit. Pág. 143
5
Idem, Pág. 150-168
7
de conducta, más adaptativa al medio cambiante; ritualismo, no arriesgando, repitiendo esquemas que
dan seguridad aunque estén caducos; rebelión, entrando en abierto conflicto y lucha con las metas y
normas prescriptas, Si la adolescencia fue siempre una subcultura, hoy más que nunca asume esa
característica y se ubica en la rebelión y la innovación, replanteando una nueva sociedad. Los Beatles
asumieron el liderazgo psicológico de esa rebelión, más que como conjunto de jazz moderno, debe
vérselos como un fenómeno psicosociológico que refleja nuestra época.
El cambio tiene como rasgo su carácter de asincrónico, se produce con diferente velocidad y distintos
niveles de la sociedad, originando el retraso cultural de muchos sectores de la población y la
coexistencia de zonas pobres y zonas ricas. En todas las sociedades existen conservadores del viejo
orden, rechazantes de las innovaciones que implica todo cambio, ritualistas temerosos de asumir
riesgos y compromisos. “El abrirse al cambio —dice Mannheim— le es permisible únicamente a la
persona que en verdad se siente segura y por lo tanto no teme perder ni posición social ni
individualidad”.6 Estar seguro de sí mismo, es posibilitar el aprendizaje de lo nuevo y ajustarse al
cambio. La mejor muestra de que las viejas estructuras pueden cambiar, la ha dado la Iglesia Católica+
a partir de Juan XXIII y Pablo VI,
Ciertas dictaduras provocaron en Latinoamérica una sociedad urbana masificada creando grandes
sectores marginales de población, producto de inmigraciones y migraciones cuya acomodación al
proceso integratorio del desarrollo no hizo más que aumentar el conflicto y la crisis. Se acentuó la
aceptación de la masa halagándola demagógicamente; sin instrumentarla para que asumiera
racionalmente el poder. El cambio pudo ser positivo, pero omitió la preparación preliminar que implica
todo cambio radical. Frente a la sociedad de masas surgen actitudes de aceptación, como la que se dio
en nuestro país por un determinado sector que en este caso era político; de desprecio, resguardándose
de ella en elites o sociedades vanguardistas; de evasión, proclamando un retorno a la sociedad folk; y
de compulsión, atacando ya para mantenerla, ya para destruirla.8
La inseguridad de una sociedad de masas se traduce en ansiedad (no saber qué va a pasar),
frustración, miedo (“no te metas”), agresión de grupos rebeldes, neurosis, etc. Para Paul Meadows9 la
sociedad de masas ha sido el producto de cuatro tecnologías principales: la industrial, que dio por
resultado una nueva organización humana de producción: el industrialismo; la política, que llevó al
sistema Nación-Estado; la urbanización, que creó una nueva forma de organización social: la sociedad
6
Mannheim, Karl. Libertad, poder y planificación democrática. México: FCE, 1942. Pág. 220
7
Ortega y Gasset, José. La Rebelión de las Masas. Madrid: 1926
8
Miguens, José Enrique. "Un análisis del fenómeno", En Argentina 1930-1960. Buenos Aires, Sur 1960.
Pág. 299-353
9
Meadows, Paul. La tecnología y el orden social. Direcciones del industrialismo moderno. México:
Universidad Nacional Autónoma, 1956. Pág. 73
8
urbana; y la comunicación a través de las masas, lo que ha dado forma a una nueva organización de
intereses humanos.
Si el ascenso de las masas al poder constituye sin duda el fenómeno social de nuestra época, no lo es
menos el ascenso de las mismas a la cultura. La cultura en tanto conjunto de bienes del espíritu, fue
siempre posesión de una élite, llega al pueblo después de luchas y conflictos a través de la educación
gratuita y popular, los medios masivos de comunicación y la democracia. Si cultura de masas es la
producción de bienes de consumo cultural puestos a disposición del gran público, el predominio de la
financiación capitalista, un no claro discernimiento de lo que es materia cultural y el incremento de
productos tipificados, ha llevado a una técnica que está más en contra del hombre que a su favor.
Hemos llegado a una cultura no producida por la masa, la que sólo se limita a recibirla, psicólogos y
sociólogos han contribuido a esa industrialización de la cultura popular a través de una literatura de
acción, aventuras, violencia, sexo, dirigida a lo sentimentaloide, a la agresión; desfigurando clásicos,
creando astros y best-seller de las letras, el cine, el teatro y la canción, La televisión se ha convertido en
el vehículo más difundido de esa cultura.
Creando un tipo de consumidor alienado por estar a la moda, ésta constituye hoy el punto neurótico de
toda configuración social. Hay que adoptarla con rapidez para evitar parecer distinto a los demás.
Riesman señala cómo hoy “es necesario buscar pequeñas diferencias cualitativas que evidencian estilo
y status; observar, por ejemplo, la forzada naturalidad que a veces exhibe la ropa de la clase alta en
contraste con la forzada formalidad de la clase trabajadora”.10 Lo "nuevo" parece ser un valor social
en la competición por el éxito.
Una cultura popular debe hacerse educando al pueblo, elevándolo, no menospreciándolo con una
cultura desnaturalizada, para que como bien señale Jorge Millas, "la masificación de la cultura
implique también la humanización plena del hombre, en la medida en que a más y más individuos se
abra la posibilidad de un ascenso a más altos patrones de vida".11
10
Riesman, David; et al. La muchedumbre solidaria. Buenos Aires: Paidós, 1961. Pág. 81-82
11
Millas, Jorge. El desafío espiritual de la sociedad de masas. Santiago de Chile: Universidad Nacional,
1962. Pág. 3
12
Germani, Gino. Política y sociedad en una época de transición. Buenos Aires: Paidós, 1962. Pág. 235-
236
13
Lifton, Walter H. Trabajando con grupos. México: Libreros Mexicanos Unidos, 1965. Pág. 21
9
“Educar es formar hombres libres”14, decía Sarmiento. Libres para tener conciencia de la situación en
que se encuentran y de ese modo elegir su propio destino, Ese fue el ideario de muchos maestros de
aquel entonces, artesanos de una comunidad que giraba en torno a la escuela. El mismo Sarmiento
decía en 1870 que “la empresa gloriosa de nuestro siglo es difundir en toda la masa de habitantes de
un país, cierto grado de instrucción para que cada uno pueda abrirse honorablemente acceso a la
participación de las ventajas sociales y tomar parte en el gobierno de todos para todos. No hay
República sino bajo esta condición, y la palabra democracia es una burla, donde el gobierno pospone o
descuida formar al ciudadano moral e inteligente”.15
El proceso educacional latinoamericano se fue quedando atrás, sin tener en cuenta el crecimiento
demográfico, la movilidad de las poblaciones rurales a las áreas urbanas, las eclosiones humanas en
algunos centros industriales. No previó toda la problemática social derivada del industrialismo y la
urbanización. Se ha insistido en que la escuela es el agente socializador del niño, sin embargo, no ha
enfocado en toda su importancia el proceso de identificación por medio del cual el niño trata de ser
como las personas que ama y admira. Nuestros niños aman y admiran héroes del cine y la televisión,
dotados de poderes sobrenaturales sin desentrañar lo verdadero entre mito y realidad. No se ha
insistido en el aprendizaje de roles para la vida familiar y comunitaria, no se ha logrado una correcta
interpretación de las transferencias de situaciones familiares a situaciones escolares, no ha irrumpido
con su fuerza formativa en la familia, para asegurar su unidad biopsíquica y social en la que el niño
vive un sistema social organizando su conducta y sus relaciones con los otros. Se ha confundido,
finalmente, durante años y años, instrucción con educación, siendo la primera la enseñanza que
prepara para actividades basadas en el uso de conocimientos y técnicas, y la segunda, formas de crear
y desarrollar normas de conducta y actitudes mentales. Con esta equivocación conceptual, la educación
está aún hoy, separada del desarrollo, destinada como un lujo a una minoría. Por eso, los economistas
entendieron la educación como no productiva en el sentido de renta. Despertar las potencialidades de
cada ser humano es lograr el mejor nivel de productividad, porque permite al hombre alcanzar la
actitud de apertura hacia el cambio y hacia los otros, sus hermanos.
Creemos llegada la hora de preguntarnos qué clase de educación necesitamos para favorecer el
desarrollo de nuestros países. La educación que sólo tiene puestas sus metas en el logro de un título
universitario, ya no sirve. No necesitamos una educación que asegure status y poder, sino una
educación funcional ajustada a la realidad de cada zona, que arraigue al hombre, realmente concebida
para servir a la movilidad ascendente del hombre. Nuestro anacrónico sistema educativo ha fracasado,
si por una parte el 88 % de la población escolar comprendida entre los 5 y 12 años está incorporada al
sistema escolar, por otra la deserción asciende a más del 50 %. En la Universidad sólo 4 de cada 100 se
gradúan. Los maestros se forman haciendo prácticas en los departamentos de aplicación de las
Escuelas Normales, a los que concurren niños de status social alto, mientras la posterior docencia los
enfrenta con niños de medios rurales o de “villas miserias” que les son desconocidos.
Somos una tipología de culturas coexistentes, con integración biológica que nos hace sentirnos
latinoamericanos, pero también somos localistas y eso nos impide ver el país y América Latina como
una totalidad, integrarnos socialmente, ser una comunidad real y asumirnos y entrar firmemente en un
proceso de desarrollo. Ernest Krieck señala que “en el ser de la comunidad se halla completamente
subsumido el ser de la educación, pues ésta no es otra cosa que una de las manifestaciones necesarias
14
Sarmiento, Domingo F. “Mensaje al Congreso Nacional 1869” en Obras completas Tomo 50 Pág. 167-
168
15
Sarmiento, Domingo F. “Mensaje al Congreso Nacional, 15 de mayo de 1870” en Obras Completas
Tomo 50 Pág. 368
10
de la vida, una función básica de la comunidad”.16 La escuela debe volver a ser un centro comunitario,
como en su momento lo fueron esas primeras escuelas donde niños y adultos se nucleaban junto al
único maestro, ávidos de saber. Era el artífice de esa comunidad, ese maestro que con su palabra, sus
manos y toda su fe puesta en el hombre, sin reglamentos, sin recursos, sin inspectores, sin libros, hizo
este presente que hoy tenemos sin poder dominar.
Ya Durkheim había visto a fines del siglo pasado cómo los grupos son un medio para ese cambio social
esperado. Decía que “una nación puede conservarse sólo si entre el Estado y el individuo se hallan
interpuestos una serie de grupos secundarios suficientemente próximos a los individuos como para
atraerlos intensamente a su esfera de acción, y hacerlos participar así en la corriente general de la vida
social”.17 Esto sólo es posible si la de democracia, más que una forma de gobierno, es una forma de
vida en comunidad. La democracia se vive no se enseña, “Pasa a ser efectiva cuando el hombre común
tiene libertad de participar y tiene la comprensión y las habilidades necesarias para ello”.18
Democracia implica libertad e igualdad de todos los hombres, respeto y fe en la dignidad humana,
responsabilidad, participación como derecho. La democracia se vive desde el hogar, cuando los padres
permiten a sus hijos adquirir las experiencias básicas para desarrollarse y crecer, se vive en la escuela,
si ésta permite una máxima interacción emocional e intelectual entre los niños, posibilitando el trabajo
cooperativo entre ellos, llevando la comunidad a la escuela y sacando ésta hacia la comunidad,
creando actitudes activas para comprender, apreciar, explicar y comunicar situaciones, dando
participación a los niños en todas las tareas que la familia y la escuela realicen.
Adler dice que el hombre enfrenta en su vida tres tipos de problemas: los de convivencia, los de
trabajo, y los del amor; problemas que resuelve en la medida en que desarrolla sus sentimientos de
comunidad.19 La familia y la escuela son las encargadas de ello. La primera sabiendo cortar cordones
umbilicales en los momentos precisos y acompañando a los hijos en todas las circunstancias que les
son dolorosas (nacimiento, destete, dentición, bipedestación, control de esfínteres, amor edípico,
ingreso a la vida escolar, ingreso a la adolescencia). La segunda, fortaleciendo a la primera y
desarrollando el yo del niño y del adolescente, mediante lo que se ha dado en llamar una pedagogía
del acompañamiento. Se ha insistido ya lo suficiente en señalar la importancia de una positiva relación
16
Krieck Ernest. Bosquejo de la Ciencia de la Educación. Buenos Aires: Losada, 1966. Pág. 27
17
Durkheim, Emilio. La división del trabajo social. Pág. 28-29
18
Gibb, Jack. Manual de dinámica de grupos. Buenos Aires: Hvmanitas, 1964. Pág. 187
19
Adler, Alfred. El sentido de la vida. Barcelona: Miracle, 1964. Pág. 49-50.
11
en el trinomio madre-padre-hijo, para el desarrollo integral de este último, como para ocuparnos aquí
de esto.
Si el grupo es un instrumento para satisfacer las necesidades individuales, el SSG es un medio para
crear y desarrollar sentimiento de comunidad, en tanto los integrantes aprenden a dar y recibir, a
comunicarse experiencias, a compartir cosas, a trabajar cooperativamente, a elaborar contenidos.
Educadores y asistentes sociales deben aprender de la crisis; deben aprender a ser maestros de vida
para “educar a una generación que combine la estabilidad afectiva con la flexibilidad intelectual”,
capacitándose ambos, como bien dice Mannheim, “para ver cada uno de los problemas de la nueva
generación proyectados sobre el trasfondo de un mundo en transición”. 20 “El educador y el asistente
social tienen la oportunidad singular de encontrarse hoy dentro de situaciones estratégicas desde las
cuales adquirir un conocimiento superior tanto del funcionamiento de la psique individual como de la
sociedad. Tienen en su mano más que nadie el poder unir la regeneración del individuo a la
regeneración de la sociedad”.21 “Hay que promover grupos juveniles para romper la frustración
producida por el aislamiento, el sectarismo y una acentuación exagerada de la vida privada, y
movilizar, por el contrario, las fuerzas de la vida colectiva en servicio de un ideal social”.22
Estas citas provenientes de quien como Mannheim, siendo sociólogo, ha visto con tanta lucidez el rol
de agentes de cambio del educador y el asistente social —lucidez que muchas veces éstos no logran—
, corroboran las excelencias de un método cuya máxima aspiración debe ser la de dar una respuesta a
nuestro tiempo, e insertar al hombre latinoamericano en el proceso social para que asuma una
participación militantemente activa, responsable y crítica, Para SSG tiene como meta la elevación del
hombre y de los grupos, conduciéndolos de una pasividad receptiva y alienante a una actitud crítica
que les permita, a través del diálogo, profundizar e interpretar sus problemas.
20
Mannheim, Karl. Diagnóstico de nuestro tiempo. México: Fondo de Cultura Económica, Pág. 85
21
Idem. Pág. 130-131
22
Idem. Pág. 76
12
ANEXO DEL CAPI
CAPI TULO I
El presente fragmento pertenece a una crónica de un grupo preformado mixto, cuyos miembros son
estudiantes secundarios reunidos para discutir la problemática del adolescente en relación con la
escuela secundaria. Pertenecen a una filial de la Juventud Estudiantil Católica (J. E. C.), estando a cargo
del autor su entrenamiento para trabajar con grupos. La realidad educativa argentina surge con toda su
dolorosa magnitud. No capacita, no crea metas comunitarias, no desarrolla la potencialidad ni
responde a los intereses de los jóvenes. Como “subcultura”, reniegan de las viejas estructuras
políticas, son escépticos, evaden problemas personales, de su medio familiar y de su comunidad.
Carlos Hugo señala que la escuela sólo informa, que es enciclopedista, que los jóvenes tienen ganas de
hacer montones de cosas, pero que no los dejan. El lío es lo único que nos une en la escuela. Existe una
guerra entre profesores y alumnos por las notas. Graciela dice que les echamos la culpa a los demás sin
intervenir. Daniel dice que aunque deseen intervenir no los dejan, Patricia agrega que los profesores
sólo van para cumplir con una obligación, que la escuela tendría que ser una comunidad, Fernando lo
corrobora. Carlos Hugo insiste en la incomunicación entre todos los niveles, Graciela dice que es cierto,
que el alumnado tendría que estar más unido. Carlos Hugo dice que eso es imposible, pues sólo
pueden conversar en los recreos ya que al terminar el horario escolar prácticamente son expulsados de
la escuela para que entre el otro turno o se cierre hasta el otro día. Patricia dice que este año quisieron
pintar las paredes del aula porque están en estado lamentable, y que sin embargo el rector no los dejó.
Graciela dice que sólo pueden hacer una revista, pero que es una actividad marginal, de un grupo y
controlada por las autoridades, Eduardo dice que los viejos tendrían que tener nuestro impulso. Carlos
Hugo le contesta que no se preocupe, que ya muchos tratan de imitarlos, no quieren quedarse atrás;
hasta nos copian las ropas. Daniel dice “yo tendría que ser un día Ministro de Educación”.
El AS le pregunta: ¿por qué? Carlos Hugo riéndose le dice que sería igual que todos los políticos,
agregando no nos interesan los políticos ni la política. Graciela riéndose le pregunta a Carlos Hugo qué
le interesa a él. El contesta que no sabe, que ni siquiera sabe qué carrera va a seguir pese a que dentro
de tres meses se recibe de perito mercantil; que si bien le interesa sociología, tal vez siga para contador
público.
El AS le pregunta por qué. Carlos Hugo dice que así por lo menos tendrá dinero. Daniel le recrimina el
utilitarismo. Carlos Hugo dice que él es romántico por naturaleza, pero sabe bien que con eso no
comerá, ni tendrá ropa moderna, ni podrá ir al cine. Patricia le dice que tendría que conocerse más.
Carlos Hugo, con gesto escéptico le dice que no quiere tener dolores de cabeza, que ya bastante tiene
con discutir todos los días las mismas cosas con su madre. Graciela le dice que su romanticismo es
evasión; que hay muchas cosas serias para pensar, Daniel se burla. En tono irónico le pregunta en qué
cosas serias. Graciela dice “en nuestro país”. Carlos Hugo dice: “¿en nuestro país?, ¿qué intervención
nos dan en él?" Patricia le dice que tal vez deba pensar en su casa, Carlos Hugo se recuesta en la silla y
dice que pensar en su casa es comprobar que está solo, Graciela levantando la voz dice que todos los
jóvenes tienen que conocerse entre sí para poder ayudarse. Carlos Hugo le contesta que aún no
encontró a quién contarle sus problemas.
El AS le dice que si se siente amigo de los presentes, ésta podría ser una oportunidad para comunicarse
con el grupo y sentirse apoyado por este.
13
Capitulo II
14
PERÍODO PRECIENTÍFICO
LOS PRIMEROS ANTECEDENTES DEL MÉTODO DE SSG están íntimamente ligados a los del método de
caso individual. Ambos surgen en Londres y tienen como sujetos a pobladores de los barrios obreros.
Desde 1873, la Charity Organization Society (C. O. S.) cumplía una activa labor de ayuda individual a
los pobres, Octavia Hill es la precursora más destacable de ese momento. En 1884, el clérigo Samuel A,
Barnett, deseando llegar a mayor número de personas, crea el primer “settlements”, centro social
comunitario, recibiendo con Jane Addams y Arnold Toynbee, el aporte de los estudiantes de Oxford y
Cambridge en un intento por llevar la cultura universitaria al pueblo. El objetivo de este movimiento
fue, a través de experiencias grupales, mejorar el nivel de vida de los pobres de Londres. En 1903 la
C.O.S. crea la Escuela de Sociología, y en 1904 la Universidad de Liverpool la carrera de Ciencias
Sociales, en cuyos programas se incluye una incipiente teoría del servicio social.
Mientras tanto, en Estados Unidos de Norteamérica el método de caso individual toma rápido
incremento con la creación de la primera Escuela de Servicio Social, en Nueva York en 1898, y la labor
de Mary E, Richmond. En 1904 en la Escuela de Nueva York y en 1906 en la Escuela de Instrucción
Cívica de Chicago, se dictan cursos sobre clubes infantiles y excursiones.
En junio de 1907, en Inglaterra, el Coronel Robert Baden Powell, crea el cuerpo de boys-scout.23 Su
campamento en la isla de Brownsea, demostró que mediante un adiestramiento adecuado en
pequeños grupos, los jóvenes podían asumir el compromiso de tareas constructivas para ellos y la
comunidad.
El siguiente antecedente surge en Brooklyn cuando en 1912 Samuel Richard Slavson, tomando la idea
de Barnett, nuclea en grupos a niños de las barriadas-pobres. Sus grupos eran de integración
voluntaria, porque “éstos apelan a la naturaleza del hombre, traen consigo una participación del
corazón, movilizan toda la buena voluntad para la educación y la acción”24; fomentaban la libre
expresión, tendían a ser primarios ya que Slavson entendía que “las relaciones cara a cara activan los
procesos intelectuales y emocionales, establecen actitudes y socializan al individuo”.25 El método se
centra en el individuo y no en el grupo como un todo, impone un mínimo de disciplina, haciendo
flexible el uso de las estructuras. No interpreta, sólo señala situaciones para llevar a los miembros a
que adquieran solos el convencimiento de su comportamiento. Slavson elabora así la primera teoría del
SSG, a la vez que se inclina hacia el psicoanálisis, campo en el que llaga a ser, una figura prominente
dentro de la psicoterapia infantil. Slavson acepta que el ASG, haga caso social con miembros del grupo,
y llama a sus grupos “terapéuticos”, entendiendo que a través del intercambio intelectual y emocional
que se produce en un grupo, los individuos se mejoran. En 1943, dueño de un acervo metodológico
científico, crea la “Group Therapy Association” para la investigación y elaboración de experiencias en
el método.26
En 1916, Slavson conoció a Joshua Lieberman quien aplicaba el trabajo de grupos a clubes infantiles.
Con él creaba la “Pioneer Youth of America”, entidad dedicada a recreación de niños al aire libre.
23
La teoría de Baden-Powell está sintetizada en su libro Scoutismo para muchachos, publicado en 1908 y
traducido a 32 idiomas.
24
Slavson, Samuel R. Creative Group Education. New York: Association Press, 1937. Pág. 17
25
Slavson, Samuel R. Recreation and the Total Personality. New York, 1946. Pág. 81
26
Slavson ha negado traducir sus libros, aduciendo que los extranjeros deben crear teoría en base a sus
propias experiencias. Su obra además de la citada, incluye: “The Group in development and in therapy”, en
Procedings of the National Conference of Social Work: Chicago, 1938. Pag. 339-349 e “Introduction to
group therapy”. New York, 1943
15
Lieberman centra el método en la faz formativa de la personalidad a través de experiencias grupales,
su obra señala que el AS es un líder cuya misión es ayudar al desarrollo de la personalidad, recalcó la
importancia de la supervisión experta y que el “club” — forma como denominó al grupo— “ocupa un
lugar tan grande en la vida de sus integrantes que su influencia a menudo supera la de la escuela”.27
Visionario del método de comunidad, Lieberman señaló que el club tiene una meta social: trascender a
la comunidad. Durante seis años, Slavson y Lieberman trabajaron juntos, recopilando sus experiencias
en el libro Creative Camping, en 1931.
Wilbur Newstetter da otro paso definitivo hacia el método realizando campamentos de jóvenes y
colaborando en un centro de vecinos. Sus experiencias le permiten dictar un curso sobre servicios a los
grupos, en la Western Reserve University de Cleveland, y posteriormente SSG, en Pittsburgh. Es el
primero que enlaza las experiencias de la Psicología Social Experimental al SSG, trabajando con
Theodore M. Newcomb.28
A partir de Lieberman y Newstetter, grupo o club tienen una similitud idéntica en gran parte de la
bibliografía norteamericana, lo que no ocurre en Latinoamérica, donde club es una institución formal
dedicada a actividades sociales y recreativas. Este objetivo fue el de todos los autores del período
precientífico. Ellos construyeron una teoría —hoy en muchos puntos superada— partiendo de la nada,
en base a la experiencia, al ensayo, prueba y error, cuyos puntos centrales podemos resumir en los
siguientes términos:
Conscientes de sus limitaciones y visionarios del futuro del método y de la profesión, estos autores nos
legaron años de experiencia, de honesta y valiosa labor. De todos ellos, Slavson marcó la evolución
hacia la etapa científica a la que se supo adherir.
Paralelamente a los autores del período precientífico, se estaba desarrollando en los Estados Unidos la
Psicología Social. La década del 1900 marca el choque de dos corrientes: la biologista o de los
instintos, con William McDougall al frente, y el interaccionismo social, así llamado por Kimball Young.29
Agrupación de varias posiciones coincidentes en rechazar la anterior y marcar la importancia de la
interrelación medio-individuo en la formación de la personalidad humana. De ese momento son los
psicólogos experimentales de la dinámica grupal, Lippit, Bales, White, Lewin, cuyas obras nos han
llegado más que originalmente, a través de recopiladores como Josephine Klein, Olmsted, Haiman,
Lifton o fabricantes de "recetas” para el consumo como Hall, Beal, Bohler y Raudabaugh.
27
Lieberman, Joshua. Finalidades del trabajo con grupos y educación progresiva. Montevideo: Asociacion
Cristiana Femenina, 1942. Pág. 33
28
Newstetter, Wilbur. What is Social Group Work? In Procedings of the Nacional Conference of Social
Work: Chicago, 1938
29
Citado por Germani, Gino en “Estudios sobre Sociología y Psicología Social” Buenos Aires: Paidós,
1966. Pág. 47
16
El SSG no escapó a su influencia positiva y negativa, ya que si bien condujo a un amplio dominio de la
dinámica grupal y la interacción social favoreció el surgimiento de lo que se conoce como corriente
interaccionista del SSG y de lo cual nos ocuparemos luego.
Mary E, Richmond advirtió esto en su Social Diagnosis, aparecido en 1917. Este libro, tantas veces
mencionado en la bibliografía del Servicio Social, pero tan poco elaborado por los colegas, inicia el
período científico. Richmond apunta en él, que “el Servicio Social debió enseñar a la Psicología Social
que comenzó estudiando a la masa y los instintos, y no como ha ocurrido que la Psicología Social
enseñó al Servicio Social”30; y denuncia la aparición de los tradicionalistas con términos aun vigentes:
“voluntades de ultratumba, la fantasía de donadores vivientes, las restricciones aportadas al empleo
del dinero público, no deben paralizar los descubrimientos científicos ni trabar el desarrollo de una
profesión”.31
A partir de 1920, el psicoanálisis y su creador Sigmund Freud, irrumpen en el campo de todas las
ciencias sociales. Mary E, Richmond no solo había recogido su influencia en Social Diagnosis, sino que
anticipa a neopsicoanalistas como Horney y Ackerman, al señalar que no se hace caso social si no se
trata a éste conjuntamente con su familia como un todo, ya que “solamente cuando todas estas
personas se reunieren y participaron en la elaboración de un plan de acción, la reunión de familia
asumió sus verdaderas proporciones, y adquirió una cohesión real. Un trabajo social necesita tiempo y
habilidad, pero apoyándose como hace, en las relaciones sociales de un grupo entero, posee una
permanencia y una significación social que justifican plenamente el esfuerzo cumplido”.32 En 1922,
Mary E. Richmond volvería a insistir sobre el estudio de las motivaciones en el comportamiento del
cliente y en el tratamiento en la familia en What is Social Casework. Esto en 1917 y 1922 y todavía
seguimos atendiendo clientes desconectados de su familia.
Grace Longwell Coyle recoge la influencia freudiana y es el primero en aplicarla al SSG, que cuando
comenzó a enseñarse en las escuelas de servicio social el trabajo con grupos, la teoría de la conducta
individual que era objeto de la enseñanza, había alcanzado ya su etapa psicoanalítica, por lo cual se
hizo necesario integrar una teoría de la personalidad sumamente adelantada, desarrollada y orientada
ya hacia fines de tratamiento especialmente de los problemas afectivos, con una teoría relativamente
rudimentaria del pequeño grupo”.33 Coyle es el primer autor de un libro de SSG, y es el primer profesor
del método con el sentido que actualmente damos a la metodología, si bien sigue conconsiderando al
AS como líder y no acepta que el ASG atienda como caso individual a un miembro de su grupo. A partir
de 1925, el SSG deja de ser puramente recreativo, para pasar a ocuparse también de lo terapéutico.
En 1934 se realizó en Kansas City, Estados Unidos, la Primera Conferencia Nacional de Servicio Social;
su objetivo fue el estudio del nuevo método, cuya aceptación universal se concretiza en 1936 en la
conferencia de Montreal. En 1945, el Primer Congreso Panamericano de Servicio Social, reunido en
Santiago de Chile, invitó a todos los países latinoamericanos a incorporar el método en los programas
de las escuelas de servicio social. En nuestro país, esto recién se produce en 1959 en el Instituto de
Servicio Social de Buenos Aires. La Escuela de Asistentes Sociales de la Universidad de Buenos Aires
recién lo incorpora en 1968. Estos elementos son índice claro del estancamiento sufrido por el SSG en
el país.
30
Richmond, Mary E. Caso Social Individual. Buenos Aires: Ministerio de Asistencia Social y Salud
Pública, 1962. Pág. 72
31
Idem. Pág. 48
32
Idem. Pág. 70-71
33
Coyle, Grace L. Social Sciences in the professional Education of Social Worker. New York: Council of
Social Work Education, 1958. Pág. 31
17
La corriente científica del SSG alcanza modernamente su nivel más alto con Gisela KONOPKA de origen
germano, pero nacional estadounidense graduada de las Universidades de Hamburgo, Pittsburgh y
Columbia, y actualmente profesora del método en la Universidad de Minnesota. Al igual que Slavson y
Gordon Hamilton en caso individual, Konopka es asistente social y psicoanalista, ha regresado a las
fuentes del servicio social para avanzar en una teoría metodológica que hoy adquiere condiciones de
estabilidad y debe servir de punto de partida para nuevas elaboraciones y aportes.
TENDENCIA TRADICIONALISTA
En Latinoamérica, el servicio social aparece en la década del 20 y toma incremento a partir de la
creación de la Escuela de Servicio Social de Santiago de Chile, en 1924, debida al sociólogo Alejandro
del Río. Las primeras escuelas fueron dirigidas por profesionales de otras ramas sociales, puesto el
énfasis en la filosofía cristiana de la profesión, carentes de técnicas y conocimientos necesarios para
cumplir su acción. Los primeros egresados, a su vez, pertenecientes a la clase alta con fuertes
elementos tradicionales, se abocaron a una paternalista misión asistencial que revivía a los precursores
de la C.O.S, inglesa y norteamericana. Poco permeables al cambio, rechazantes de la influencia
psicoanalista, a falta de bibliografía traducida, de experiencias de campo acordes con nuestra realidad,
incorporaron conocimientos y técnicas desarrolladas en otros ámbitos culturales y especialmente
provenientes de la Psicología Social. El asistente social cobró así la imagen de un samaritano y no de
un profesional, de un recreador y no de un agente de un método.
El primer volumen de SSG traducido al castellano fue el de Dorothea Sullivan, representante de esa
filosofía cristiana y burguesa. Creer como lo hace esta autora, que los líderes (AS) “pueden llevar una
escarapela o insignia que muestre su título o rango”34, que un hombre idóneo para el cargo de líder es
un hombre de convicción y credo religioso”35, y que dentro de los objetivos del SSG entra “la religión y
su práctica, la instrucción moral y la salvación de las almas”36, imbuida de una ética formal regida por
el principio del bien y del mal, de Dios y el Diablo, ya dirimida afortunadamente por la Iglesia Católica,
es confundir servicio social con adoctrinamiento religioso y negar principios éticos de la profesión. En la
misma línea debemos incluir a Elda Fiorentino, para quien “el valor religioso es esencial en el SSG
cuando trata de establecer el principio de autoridad”37; a Simone Paré, limitada en su enfoque
metodológico y continuadora de esa línea católica preconciliar, a Johannot, quien a fuerza de
“inventar”38 una teoría cae en lo ridículo. Sullivan, Fiorentino, Paré y Johannot fueron los autores que
conscientemente formaron las primeras promociones de colegas.
34
Sullivan, Dorothea. Servicio Social de Grupo. Washington: Unión Panamericana, 1956. Pág. 21
35
Idem. Pág. 26
36
Idem. Pág. 33
37
Fiorentino, Elda. Las técnicas del trabajo de grupo. Madrid: Centro de Estudios de Sociología Aplicada,
1961. Pág. 26
38
Johannot, Henri. El individuo y el grupo. Madrid: Aguilar, 1961
39
Sprott, W. J. H. El grupo humano. Buenos Aires: Paidós, 1960. Pág. 160-161
18
Sociales al SS, para llegar a una conceptualización de conocimientos que le son propios. Hemos vivido
copiando modelos que no nos son propios sin tener en cuenta, como bien lo señala Gertrude Wilson
“el trabajo social americano es parte y producto de un gran ámbito social en el cual él vive y no puede
ser comprendido aparte de su contexto social”.40 Llegamos así a un replanteo del método. Justo es
reconocer que lo iniciaron los chilenos a partir de Marcelina Maidagan de Ugarte, y los brasileños.
Uno de los primeros en ocuparse de las relaciones entre ambas disciplinas fue Mc Iver, señalando que
“es el de una ciencia para un arte… Un arte manipula, controla y cambia los materiales con que
trabaja, la ciencia trata solamente de comprenderlos. Un arte individualiza, una ciencia generaliza, El
Servicio Social nunca podrá apelar a ser una ciencia social para justificar sus objetivos. La justificación
de éstos no está en una lógica científica sino en lo emotivo de los hombres”41, René Raymond refuta a
Mac Iver, afirmando que el Servicio Social no se puede aislar de las Ciencias Sociales y con el pretexto
de no ser una ciencia corre el riesgo de reducirse al plano de una técnica. Destruiría de un golpe lo que
constituye sus bases profesionales; esto es, los conocimientos científicos básicos necesarios a una
buena práctica”.42
La Sociología comenzó estudiando la sociedad como totalidad, ramificándose luego para poner su
atención sobre los grupos sociales y la interacción entre los individuos. Fue de la sociedad al hombre, el
Servicio Social fue a la inversa del grupo a la sociedad, de formas individuales de ayuda a la promoción
de grupos enteros en una Comunidad, lo que permitió que lograra una dirección científica en sus
técnicas. El sociólogo estudia el grupo desde afuera, el ASG desde dentro del grupo.
40
Wilson, Gertrude. “Social group Work: Trends and developments” en Social Work Vol. 1 No. 4 Octubre,
1956
41
Mac Iver, R. M. The Contribution of Sociology to Social Work. New York: Columbia University Press,
1931. Pág. 1-3
42
Raymond, René. “Sociología y Servicio Social de Casos” en Selecciones de Servicio Social. Porto
Alegre: Mayo 1963 No 2. Pág. 28-33
19
La Sociología aportó al SSG una percepción más amplia de la estructura social y de la relación del
medio con el individuo, ya que estructuras sociales inadecuadas pueden producir en un individuo o
grupo, conductas desviadas que no pueden ser comprendidas fuera de su contexto. Muchas de las
fuerzas que el cliente o grupo-cliente debe encontrar para satisfacer sus necesidades y solucionar sus
problemas, deben ser halladas en su medio. El conocimiento sociológico le permite al ASG una
percepción de las influencias y condicionamientos de la vida social y de los procesos de cambio,
mejorando su contexto científico. A su vez, el Servicio Social hizo más humano y dinámico el
conocimiento sociológico.
Psicología
El mayor aporte al SSG lo ha dado la psicología dinámica, y es por ello que consideramos necesario
rendir aquí un homenaje a Sigmund Freud (1865-I939). Nadie como él contribuyó al estudio del hombre
y si bien muchas de sus teorías se encuentran hoy superadas por sus discípulos y continuadores, es
indudable que debemos reconocer su extraordinaria genialidad ya que ninguna ciencia social escapa a
su influencia.
a) Creó el psicoanálisis como disciplina que se ocupa del estudio de las motivaciones y de
explicar el comportamiento.
b) Fundamentó una teoría del psiquismo o esquema del aparato psíquico: señaló que la vida
psíquica es función de un aparato integrado por el ello, el yo y el superyo, El Ello, del que
partió la investigación psicoanalítica, es todo lo heredado, lo instintivo, Ya hemos visto que
actualmente se habla de motivaciones y se da menos fuerza a los instintos, en torno a los
cuales surgió toda una corriente hoy caduca, El Yo responde a la necesidad de autoafirmación,
tarea que realiza según Freud en doble sentido; frente al mundo exterior aprende a conocer los
estímulos, acumula (memoria), evita (por la fuga) los que son demasiado intensos, enfrenta
(por adaptación) los estímulos moderados y, por fin, aprende a modificar el mundo exterior
adecuándolo a su propia conveniencia (actividad), Hacia adentro, frente al ello, conquista el
dominio sobre las exigencias de los instintos, decide así si han de tener acceso a la
satisfacción, aplazando ésta por los momentos y circunstancias más favorables del mundo
exterior, o bien suprimiendo totalmente las excitaciones instintivas43, El Super Yo es lo recibido
de otros, lo social, lo que restringe las satisfacciones, Perpetúa la influencia parental en tonto
"un acto del yo, es conecto cuando satisface al mismo tiempo las exigencias del yo, del
superyo y de la realidad, es decir, si logra conciliar mutuamente sus respectivas
pretensiones”44
c) Estableció el carácter psicosomático del hombre, al reconocer que el hombre es una integridad
en su físico y psiquis, inseparables.
d) Fundamentó la importancia del medio ambiente sobre el individuo, no sólo a través del
superyo, sino en su incidencia sobre el comportamiento condicionado por el medio social.
43
Freud, S. Esquema del Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós, 1966. Pág. 3
44
Idem. Pág. 14
20
e) Determinó el análisis de las cualidades psíquicas, a través del estudio de la conciencia,
inconciencia y preconciencia, lo que ha permitido la elaboración de contenidos reprimidos y el
conocimiento de conductas conflictivas y defensivas
f) Señaló la importancia de los primeros años de vida del individuo, en lo que atañe a la
influencia de la familia, la relación edípica entre hijos y padres, y la normalidad psicosexual de
los individuos.
El Seminario sobre enseñanza del Servicio Social en América Latina reunido en Montevideo en 1957,
con los auspicios de Naciones Unidas, señaló que “se acentúa la importancia de orientar las
enseñanzas de la psicología dinámica que tan valioso aporte significa para el AS, ayudándolo a conocer
los móviles de la conducta humana y los factores que condicionan las relaciones familiares o de
grupos”.46
En Formación para el Servicio Social, leemos: “El AS debe saber cómo vigorizar el ego, conocer y
descubrir los fines que encierran los mecanismos de defensa, debe comprender el papel importante que
desempeñan la angustia, el temor y la agresión en la vida humana, y a manejar la dependencia”.47
Esto corrobora el hecho de que la mayoría de los ASG estén trabajando sobre una metodología
“suigeneris”, proveniente más de la Psicología Social que del SSG. Al negarse a internalizar los
conocimientos de la psicología dinámica, limitan su propio campo profesional y se ajustan a un
“recetismo” no elaborado para nuestro medio.
45
de Bray, Leo y Tuerlinckx, Julia. La Asistencia Social Individualizada. Madrid: Aguilar, 1962. Pág. 41
46
Naciones Unidas. Seminario sobre enseñanza del Servicio Social en América Latina. Montevideo: 1957.
Pág. 4
47
Naciones Unidas. Formación para el Servicio Social. Tercer Estudio Internacional. Nueva York: 1958.
Pág. 189-190
21
Psicología social
Estos tres conceptos indudablemente conectados entre sí, ponen en evidencia lo siguiente:
c) La Psicología Social permitió ahondar en los factores socioculturales que contribuyen a formar
la personalidad, en la importancia de la comunicación en el estudio de motivaciones y
actitudes, el prejuicio, el comportamiento social, los roles y status.
48
Newcomb, Theodore M. Manual de Psicología Social. Buenos Aires: Eudeba, 1964 Tomo 1 Pág. 22
49
Mead, Georges H. Espíritu, persona y sociedad. Buenos Aires: Paidós. Pág. 49
50
Olmsted, Michael S. El pequeño grupo. España: Paidós, 1963. Pág. 15
51
Freud, S. Op. cit. Pág. 71
52
Adler, Alfred. Psicología del individuo. Buenos Aires: Paidós, 1953. Pág. 49
53
Sullivan, Harry S. Teoría Interpersonal de la psiquiatría. Buenos Aires: Psique, 1953. Pág. 149
54
Fromm, Erich. Ética y Psicoanálisis. México: Fondo de Cultura Económica, 1965. Pág. 87
22
La Psicología Social se convierte así en la disciplina que mayor aporte de conocimientos ha
proporcionado al SSG, pues no sólo nos permite el estudio de la dinámica operada en un grupo, sino
también del efecto que produce sobre el comportamiento de sus integrantes, A nuestro juicio, la
dificultad está en ajustar sus conocimientos a los principios básicos y objetivos del Servicio Social para
moldear una doctrina.
Pedagogía
Finalmente, si el Servicio Social es formativo, tendrá una íntima conexión con la Pedagogía. Roger
Cousinet señaló a principios de siglo que "la enseñanza colectiva no tiene absolutamente nada de
social, es siempre una enseñanza individual en su naturaleza+ colectivizada en apariencia solamente,
ya que la situación pedagógica tradicional es la de un maestro o profesor y un alumno que dice una
lección, que responde a una pregunta, pero que expone o responde al docente por el decente mismo,
exactamente igual como si estuviese solo en el aula, Esta situación se repite en los ejercicios escritos y
en los exámenes, y es mantenida por medio de lo que algunos entienden por autoridad y disciplina, La
vida social del alumno es ignorada por ellos, no sólo dentro de la escuela sino también fuera de ella,
cuyas vivencias impactan y conforman la personalidad del educando”.55 Si educar significa
etimológicamente “conducir hacia delante”, y Pedagogía es la teoría de la educación para la acción
sistemática, el educador ha captado el pensamiento de Cousinet, Debesse, Petersen, Dewey, y ha
comenzado a utilizar el grupo como método de aprendizaje escolar.
De cómo se da la función educativa en SSG nos ocuparemos en el próximo capítulo, al cual remitimos
al lector para que tenga mayor captación de la relación entre ambas disciplinas.
George Simpson, por su parte, afirma que “las Ciencias Sociales, ahora debe verse claramente, no son
compartimientos aislados y separados. Cuando un científico social investiga, no necesita tener respeto
por las líneas burocráticas de demarcación intelectual, él va donde su problema lo lleva. En realidad,
parte con un marco de referencia peculiar a su disciplina, pero no permite que ese marco lo mantenga
55
Cousinet, Roger. “La vida social y el trabajo en grupas” en Maurice Dybesse. Psicología del Niño.
Buenos Aires: Nova, 1959. Pág. 214
56
Mac Iver R. M. y Page, Charles H. Sociología. Madrid: Tecnos, 1960
23
como en camisa de fuerza”.57 Ese interés selectivo del que hablan Mac Iver y Page es la intención de
ayuda profesional, así como el marco de referencia peculiar de Simpson son los principios básicos del
Servicio Social que sirven de guía en esa acción de ayuda. “Debe reconocerse, dice Germani, que en
cualquier análisis de fenómenos sociales es necesario pasar continuamente del plano de una de estas
ciencias al de la otra, sin posibilidad de mantenerse en una línea rígida”.58
Las Ciencias Sociales son un todo integrado por partes, cada una de ellas es una ciencia social en
íntima interrelación con las otras. Separarlas es como separar cuerpo de psiquis. Toda limitación que
hagamos a nuestra profesión es producto de nuestra propia e íntima limitación. Ello ha conducido a dar
la imagen que tiene Gordon W. Allport, cuando afirma que “el estudio de un caso elaborado por un
Asistente Social mostrará un indebido predominio de hechos correspondientes a la salud y al
presupuesto familiar”.59 Aún hoy día para muchos otros profesionales del campo social, un AS es una
cosa ambivalente que sirve para aplicar vacunas o inyecciones, trasladar enfermos y recrear niños,
Nosotros mismos hemos creado esa imagen con nuestras actitudes rígidas.
Verifíquese si el Servicio Social cumple o no estas condiciones. Por otra parte, tiene métodos y técnicas
que le son propios aunque admitamos aportes de otras disciplinas, puede formular hipótesis, es decir
intentos no validados de explicar un fenómeno social. Esas mismas limitaciones impiden ver con un
macro enfoque nuestra profesión, negándole validez de conocimiento científico, reduciéndola a una
suerte de artesanía o arte, cuando arte es la aplicación de esos conocimientos a una situación dada.
Nadie puede negar la medicina como ciencia, y sin embargo hay un arte de curar, en tanto, frente a
una misma enfermedad, dos médicos pueden actuar de distinta manera. El AS es el artesano de su
profesión. Esta crecerá en la medida en que crezcamos nosotros como hombres y como profesionales.
57
Simpson, George. El hombre en la sociedad. Buenos Aires: Paidós, 1964. Pág. 77
58
Germani, Gino. Op. cit. Pág. 11
59
Allport, Gordon W. Psicología de la personalidad. Buenos Aires: Paidós, 1961. Pág. 406
60
Ander Egg. Ezequiel. Servicio Social para una nueva época. Buenos Aires: Hvmanitas, 1967. Pág. 67
61
Bunge, Mario. La Ciencia. Su Método y su Filosofía. Buenos Aires: Siglo Veinte, 1964. Pág. 17-18
24