Proyecto de Educación Emocional
Proyecto de Educación Emocional
Proyecto de Educación Emocional
Fundamentación:
La primera infancia es un tiempo de vida vital, único e irrepetible. Desde el
momento en que crecen en el vientre materno los niños perciben un mundo de
sensaciones, sentimientos, emociones que aún no pueden describir pero si vivir y
sentir.
Dentro de ellos, muy profundo, se va creando el propio universo de ese niño, nuevo
y único. El adulto que lo acompaña y sostiene en ese camino es quien lo habilita a
encontrarse con el mundo que lo rodea.
Sentir es inherente a todo ser humano, es parte de crecer. Expresar, reflejar,
revelar es poder abrirse para contar o llorar lo que me pasa. Por eso, cuando un
niño quiere expresarse es importante poner el SENTIR en palabras, ayudándolos a
encontrarlas.
Por esto el Libro resulta un recurso muy útil para trabajar esas sensaciones y
sentimientos que el niño explora a diario pero que muchas veces no logra expresar.
Por lo cual me atrevo a decir que es importante y fundamental poder alfabetizar en
las emociones y es donde el libro tomará un gran protagónico siendo el nexo en esa
construcción temprana de la palabra y del poder nombrar lo que me pasa.
En este aprendizaje poco a poco iremos creando una “conciencia afectiva” la cual
será una herramienta primordial para la vida, que el niño sea consciente de lo que
vive y siente lo hará más independiente, autónomo y contará con la claridad de la
palabra a la hora de manifestar todo lo que le pasa, lo bueno y lo malo.
PROPÓSITOS:
Favorecer en cada niño el desarrollo de la propia identidad y de la confianza y
seguridad en sus capacidades, para actuar con iniciativa y autonomía, para
aprender, para defender sus derechos y para expresar pensamientos, sentimientos
y emociones.
Desarrollar competencias para la verbalización de sentimientos, necesidades,
emociones, problemas y la resolución de conflictos a través del diálogo.
CONTENIDOS:
Independencia y autonomía en el accionar cotidiano.
Creación y/o aceptación de normas, pautas y límites.
Integración al grupo y a la institución, asumiendo actitudes solidarias.
La exploración de las posibilidades del juego y de elegir diferentes objetos,
materiales e ideas, brindando igualdad de oportunidades a niñas y niños.
La manifestación de sus emociones y el aprendizaje de la tolerancia de sus
frustraciones.
La construcción cooperativa de normas a partir del diálogo sobre situaciones
cotidianas que ocurren en el jardín de infantes y manifiestan prejuicios y/o no
cuidado en las relaciones interpersonales.
La adquisición progresiva de un lenguaje apropiado para expresar opiniones,
formular preguntas, manifestarse, relacionarse con los demás en el marco del
respeto a sí mismos y a los otros/as y para nombrar adecuadamente las partes de
su cuerpo.
Posibles actividades:
Qué es el Amor?” Antes de leerlo, se le dice a los niños, _saben una cosa la
Seño, viajo al país del amor, que creen que encontré?... se anotan las
respuestas en una cartulina y luego se expone en la sala.
Se les entrega un corazón a cada uno para que puedan pintar o escribir
las palabras que para ellos tienen que ver con el amor.
Se les entrega un corazón a la familia con la consigna “ Para mi familia
el amor es….” Se comparte con todos los niños.
Crear un diccionario de emociones propias: consiste en elegir varias
fotografías con personas, niños o personajes expresando una emoción y
deben identificar la misma y clasificarlas.
Leer cuentos sobre las emociones: los libros pueden ofrecernos muchas
posibilidades con la educación emocional. Nos ayudan a tener mayor
vocabulario, a reconocer e identificar emociones, a comprender nuestras
experiencias vitales, a empatizar con los demás, a poner conciencia y
palabras a lo que nos sucede, nos muestran modelos y estrategias para
resolver conflictos, nos reconfortan, fomentan el diálogo.
Cuentos a trabajar: “El monstruo de colores”, “Monstruo triste, monstruo,
feliz”, “Qué es el amor?”, “Tengo rabia”.
Monstruo triste, monstruo feliz”: Para escuchar la narración viajamos a
la “isla de los cuentos”, para entrar tenemos que viajar a través de un
viaje imaginario, la “seño” nos dice algunas palabras mágicas que
tenemos que repetir y luego nos sentamos sobre telas o almohadones
que nos delimitan un espacio dándonos contención, cercanía y encuentro.
Las reglas de la Isla de los cuentos es no hablar mientras la seño
cuenta el cuento, abrir los ojos, escuchar e imaginar, si hablamos todos
juntos se despiertan “los pájaros despeindores”.
Se trabaja nombrando e identificando las emociones. Primero lo cuento
literalmente, otro día lo narro.
Hablamos sobre nuestras emociones, que me pone triste y que feliz.
Utilizamos las máscaras para contarlo, cada uno selecciona la máscara
acorde a su sentir.
Realizamos nuestras máscaras, cada uno elige como se siente hoy y así
la construye y luego explica porqué se siente así. Para realizar esta
actividad se los invita a mirarse en el espejo, reflejando la expresión
que desean dibujar para tomar conciencia de cómo se ven sus rostros.
Realizamos un mural con la cara de cada uno expresando una emoción.
Lo armamos juntos y lo pegamos en la sala. Le ponemos un nombre a
nuestra obra de arte.
Actividades para la ronda inicial, luego de haber introducido el cuento.
Preguntas: como se sienten hoy? Y ayudo recordando el nombre de las
emociones. Otro día pregunto de qué color me siento hoy? Otro día
conversamos sobre; cuando me siento triste en que parte del cuerpo lo
siento? Y cuándo me siento feliz? En otro momento voy a trabajar qué
cosas me ponen triste y qué cosas me ponen feliz.
Jugar con el teatro de las emociones: esta actividad consiste en crear un
pequeño teatro donde representaremos historias inventadas por los niños y
donde aparecerán las emociones.
Juego de dado de las emociones: el dado tendrá las emociones básicas y
otro con objetos cotidianos. Deberán tirar el dado y dependiendo de la
emoción que les salga y el elemento deberán representarlos.
Dibujamos y pintamos emociones.
Música, pintura y emociones: en esta actividad uniremos las tres artes.
Pondremos piezas musicales diferentes y dejaremos que pinten libremente
las emociones que les provocan. En otro momento bailaremos distintos
ritmos musicales los cuales dejarán ver las emociones de cada uno.
Juego de las mímicas con las emociones.
“El monstruo de colores” Realización de un juego donde reproducimos los
frascos del Monstruo con botellas de plástico y tapas hechas con
fieltro. Las acompañamos con etiquetas donde las imágenes transmitían
diferentes sentimientos. El objetivo era clasificarlas en sus
correspondientes frascos, a la vez que los propios niños contaban alguna
experiencia vivida que coincidía con la de la imagen.