Guia 2024
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CAPÍTULO 1
Disposiciones Generales
Artículo 1 La presente Ley tiene por objeto preservar la disciplina militar como principio de
orden y obediencia que regula la conducta de los individuos que integran el Ejército y Fuerza
Aérea Mexicanos. Sus disposiciones son de observancia obligatoria para todos los militares
que integran el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos de conformidad con su Ley Orgánica.
Artículo 1 Bis El servicio de las armas exige que el militar lleve el cumplimiento del deber hasta
el sacrificio y que anteponga al interés personal, el respeto a la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, la soberanía de la Nación, la lealtad a las instituciones y el honor
del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
Artículo 2 El militar debe observar buen comportamiento, para que el pueblo deposite su
confianza en el Ejército y Fuerza Aérea y los considere como la salvaguarda de sus derechos.
Artículo 3 La disciplina en el Ejército y Fuerza Aérea es la norma a que los militares deben
ajustar su conducta; tiene como bases la obediencia, y un alto concepto del honor, de la
justicia y de la moral, y por objeto, el fiel y exacto cumplimiento de los deberes que prescriben
las leyes y reglamentos militares.
Artículo 3 Bis La disciplina es la base fundamental del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, los
cuales existen primordialmente para defender los intereses de la Patria y preservar su vida
institucional.
CAPÍTULO 2
Principios Generales de Disciplina Militar
Artículo 6 En caso de extrema necesidad en actos del servicio, el superior podrá servirse de
sus armas o de la fuerza a su mando para obtener obediencia a sus órdenes o mantener la
disciplina.
Artículo 7 El superior será responsable del orden en las tropas que tuviere a su mando, así
como del cumplimiento de las obligaciones del servicio, sin que pueda disculparse en ningún
caso con la omisión y descuido de sus subalternos.
Artículo 8 Todo militar que mande tropas, inspirará en ellas la satisfacción de cumplir con las
leyes, reglamentos y órdenes emanadas de la superioridad; no propalará ni permitirá que se
propalen murmuraciones, quejas o descontentos que impidan el cumplimiento de las
obligaciones o que depriman el ánimo de sus subalternos.
Artículo 9 El militar que manifieste al superior el mal estado en que se encuentran sus tropas,
deberán hacerlo con discreción, exponiendo sin exagerar, las circunstancias en que se hallan,
a fin de que se provea lo necesario.
Artículo 12 El militar no deberá elevar quejas infundadas, hacer públicas falsas imputaciones o
cometer indiscreciones respecto de los actos del servicio.
Artículo 13 El militar aceptará dignamente y con satisfacción las obligaciones que le imponga
su servicio, sin oponer dificultades, pero cuando menoscabe su jerarquía militar, tendrá
derecho de representar ante la superioridad.
Artículo 14 Queda estrictamente prohibido al militar dar órdenes cuya ejecución constituya un
delito; el militar que las expida y el subalterno que las cumpla, serán responsables conforme al
Código de Justicia Militar.
Artículo 15 Debe entenderse por actos del servicio, los prescritos por las leyes, reglamentos y
disposiciones de observancia general que dicte la Superioridad.
Artículo 16 En actos del servicio, el militar no podrá hacerse representar por apoderado.
Tampoco deberá elevar peticiones en grupo, ni solicitud tendiente a contrariar o retardar
órdenes del servicio.
Artículo 18 El militar está obligado a saludar a sus superiores y a los de su misma jerarquía,
conforme se prescriben los reglamentos, así como a corresponder el saludo de sus subalternos.
Artículo 20 El comandante de las tropas que arribe a una ciudad o lugar en que no hubiere
autoridad militar superior, hará una visita de cortesía a las autoridades civiles.
Artículo 21 El militar debe comportarse con el más alto grado de cortesía y educación,
guardando la compostura que corresponde a su dignidad y la marcialidad que debe ostentar
como miembro del Ejército y Fuerza Aérea.
Artículo 22 El militar prestará, siempre que le sea posible, su ayuda moral y material a sus
subalternos y compañeros que la necesiten, pues no debe olvidar nunca que la solidaridad y
ayuda mutua facilitan la vida en común y el cumplimiento de los deberes militares,
constituyendo el espíritu de cuerpo, sentimiento de las colectividades que todos los militares
tienen el deber de fomentar.
Artículo 24 Los militares rehusarán todo compromiso que implique deshonor o falta de
disciplina, y no darán su palabra de honor si no pueden cumplir lo que ofrecen.
Artículo 24 Bis El militar, atendiendo a su honor y principios, debe obrar con equidad y justicia,
ser ejemplo de puntualidad y preocuparse por cumplir con lo ordenado, anteponiendo su
iniciativa e inteligencia.
CAPÍTULO 3
Correctivos Disciplinarios
Artículo 24 Ter Correctivo disciplinario es la medida coercitiva que se impone a todo militar del
Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, por haber infringido las leyes o reglamentos militares,
siempre y cuando no constituyan un delito.
Artículo 26 Si el que impone el correctivo no tiene bajo su mando directo la tropa a que
pertenece el que comete la falta, ordenará el arresto y dará cuenta a la autoridad militar
correspondiente, siendo ésta quien fijará la duración del castigo, teniendo en consideración la
jerarquía de quien lo impuso, la falta cometida y los antecedentes del subalterno.
Artículo 28 Toda orden de arresto deberá darse por escrito. En caso de que un militar se vea
precisado a imponerlo por orden verbal, surtirá efectos de inmediato, pero dicha orden deberá
ser ratificada por escrito dentro de las 24 horas siguientes, anotando el motivo y fundamento
de la misma, así como la hora; en caso de que no se ratifique, la orden quedará sin efecto.
Artículo 29 El que impida el cumplimiento de un arresto, el que permita que se quebrante, así
como el que no lo cumpla, serán sancionados de acuerdo a lo dispuesto en el Código de Justicia
Militar.
Artículo 31 El militar que ejerce Superioridad jerárquica o de cargo, podrá imponer correctivos
disciplinarios. Superioridad jerárquica es la que corresponde a la dignidad militar que
representa el grado, con arreglo a la escala del Ejército y Fuerza Aérea. Superioridad de cargo
es la inherente a la comisión que desempeña un militar, por razón de sus funciones, y de la
autoridad de que está investido.
Artículo 32 Tienen facultad para imponer arrestos a sus subalternos en jerarquía o cargo, los
Generales, jefes, Oficiales y clases.
Artículo 33 Ter Todo militar facultado para graduar arrestos tendrá en cuenta, al hacerlo, que
sea proporcional a la falta cometida, a la jerarquía, al cargo, a los antecedentes del infractor, a
las circunstancias, al grado que ostente y al cargo de quien lo impuso. Cuando a juicio del que
deba graduar el correctivo, la gravedad de la falta merezca la imposición de un arresto
superior al máximo que le sea permitido aplicar, dará cuenta a la autoridad facultada para que
sea ella quien lo gradúe. El militar facultado para graduar arrestos, podrá dejarlos sin efecto o
sustituirlos por amonestación.
Artículo 33 Quáter El que haya recibido orden de arresto, deberá comunicar al superior de
quien dependa, así como al que se la impuso, el inicio y término de su cumplimiento. Los
Generales, Jefes y Oficiales lo harán por escrito y la Tropa de forma verbal.
Artículo 33 Quinquies El militar que esté cumpliendo un arresto y se haga acreedor a otro,
empezará a cumplir este último desde el momento en que se le comunique.
CAPÍTULO 4
Consejo de Honor
CAPÍTULO 5
Prevenciones Generales
Artículo 42 El militar que tenga alguna queja en relación con las disposiciones superiores o las
obligaciones que le impone el servicio, podrá acudir ante el superior inmediato para la solución
de sus demandas y, en caso de no ser debidamente atendido, podrá llegar por rigurosa
escala, hasta el presidente de la República, si es necesario.
Artículo 43 Todo militar que infrinja la presente Ley, así como algún precepto reglamentario, se
hará acreedor a un correctivo disciplinario, de acuerdo con su jerarquía en el Ejército y Fuerza
Aérea y, si la magnitud de su falta constituye un delito, quedará sujeto a lo dispuesto por el
Código de Justicia Militar.
CAPÍTULO 1
DISCIPLINA
ARTÍCULO 1 El interés del servicio exige que la disciplina sea firme, pero al mismo tiempo
razonada. Todo rigor innecesario, todo castigo no determinado por las leyes o reglamentos que
sea susceptible de producir un sentimiento contrario al del cumplimiento del deber, toda
palabra, todo acto, todo ademán ofensivo, así como las exigencias que sobrepasen las
necesidades o conveniencias del servicio y en general todo lo que constituya una
extralimitación por parte del superior hacia sus subalternos, están estrictamente prohibidos y
serán severamente castigados.
ARTÍCULO 2 El principio vital de la disciplina es el deber de obediencia. Todo militar debe tener
presente que tan noble es mandar como obedecer y que mandará mejor quien mejor sepa
obedecer.
ARTÍCULO 3 Las órdenes deber (sic) ser cumplidas con exactitud e inteligencia, sin demoras ni
murmuraciones; el que las recibe, sólo podrá pedir le sean aclaradas, cuando le parezcan
confusas, o que se le den por escrito cuando por su índole así lo ameriten. Se abstendrá de
emitir cualquier opinión, salvo el caso de hacer aclaraciones respetuosas. Para no entorpecer la
iniciativa del inferior, las órdenes sólo expresarán, generalmente, el objeto por alcanzar, sin
entrar en detalles de ejecución.
ARTÍCULO 4 Queda prohibido a los militares, cualquiera que sea su jerarquía, dar órdenes
que sean contrarias a las leyes y reglamentos, que lastimen la dignidad o decoro de sus
inferiores, o que constituyan un delito. En este último caso el superior que las da y el inferior
que las ejecuta, serán responsables conforme al Código de Justicia Militar.
ARTÍCULO 5 La subordinación debe ser rigurosamente mantenida entre grado y grado de la
jerarquía militar; la exacta observancia de las reglas que la garantizan, mantendrá a cada uno
dentro del límite justo de sus derechos y deberes.
ARTÍCULO 6 Entre individuos de igual grado, puede existir también la subordinación, siempre
que alguno de ellos esté investido de un mando especial. Esta regla tiene lugar principalmente
cuando un militar desempeña un mando interino o accidental.
ARTÍCULO 7 El ejercicio normal del mando exige, de parte de todo militar, un conocimiento
perfecto de sus deberes y derechos; manteniéndose constantemente dentro del espíritu de las
prescripciones reglamentarias, ningún militar que lo ejerza debe vacilar en tomar la iniciativa, y
aceptar las responsabilidades de su empleo.
ARTÍCULO 8 Todo militar con mando deberá conocer a sus subordinados: su mentalidad, su
procedencia, sus aptitudes, su salud, sus cualidades y defectos.
ARTÍCULO 9 Los militares tienen obligación de desempeñar las comisiones del servicio que se
les nombre de acuerdo con sus empleos o las funciones que desempeñen en el Ejército.
ARTÍCULO 10 Para que no ignoren las responsabilidades en que incurren si llegan a cometer
alguna omisión, falta o delito, deberán conocer con minuciosidad las leyes militares y
reglamentos que se relacionen con su situación en el Ejército.
ARTÍCULO 11 Se prohíbe a los militares, bajo severo castigo, toda conversación que
manifieste tibieza en el servicio o desagrado por la fatiga que exige su obligación.
ARTÍCULO 12 Aceptarán dignamente y con satisfacción las obligaciones que les imponga su
servicio en el Ejército, prestando, siempre que les sea posible, su ayuda moral y material a sus
inferiores y compañeros que la necesiten, pues no deben olvidar nunca que la solidaridad y
ayuda mutua, facilitan la vida en común y el cumplimiento de los deberes militares,
constituyendo el espíritu de cuerpo, sentimiento de las colectividades que todos los militares
tienen el deber de fomentar.
ARTÍCULO 13 Todo militar hará por los conductos regulares, comenzando por su inmediato
superior, las solicitudes que eleve y sólo podrá salvarlos, cuando se trate de asuntos ajenos al
servicio o quejas contra algún superior; en este caso, ocurrirá al inmediato superior de quien le
haya inferido el agravio o de quien no haya atendido su queja y aún tiene derecho de acudir
hasta el presidente de la República.
ARTÍCULO 14 Los superiores tienen obligación de cumplir exactamente y hacer cumplir a sus
inferiores, las órdenes que hayan recibido, no pudiendo disculparse en modo alguno con la
omisión o descuido de éstos, en la inteligencia de que, por el disimulo, recaerá en ellos la
responsabilidad.
ARTÍCULO 15 Todo militar que dé una orden, tiene el deber de exigir que se cumpla, y los
oficiales y las clases inferiores el de vigilar su ejecución; tolerar que una orden no sea
ejecutada, es una falta de firmeza, y ponerse en el caso de nulificar la sin motivo, es prueba de
debilidad y de poco carácter, ambas cosas son contrarias a la disciplina.
ARTÍCULO 16 Todo militar que se exprese mal de sus superiores en cualquier forma, será
severamente castigado. Si tuviere queja de ellos, la producirá a quien la pudiere remediar y por
ningún motivo dará mal ejemplo con sus murmuraciones.
ARTÍCULO 17 Cuando el militar eleve quejas infundadas, haga públicas falsas imputaciones
contra sus superiores o cometa indiscreciones en asuntos del servicio, será castigado con
arreglo a lo prescrito por el Código de Justicia Militar.
ARTÍCULO 18 Usarán su vestuario en la forma que previene el Reglamento de Uniformes y
Divisas, sin mezclar las prendas de los diferentes uniformes entre sí ni con las de paisano,
debiendo conservarlas siempre limpias y sin roturas.
ARTÍCULO 19 Para demostrar con su porte, aire marcial y buenas maneras, el espíritu de
dignidad que debe distinguir a todos los miembros del Ejército, tienen obligación estricta de
presentarse siempre perfectamente aseados, tanto en su persona como en su vestuario, armas
y equipo; usarán el cabello corto, la barba rasurada y sin patillas. Cuando transiten en la vía
pública mantendrán la cabeza erguida, no se desabotonarán la guerrera, no leerán ni llevarán
las manos metidas en los bolsillos. Jamás producirán escándalo, ya sea hablando en voz alta
para llamar la atención, profiriendo palabras obscenas o insolencias, o cometiendo actos que
puedan provocar el desprecio a su persona.
ARTÍCULO 20 No podrán tomar parte en espectáculos públicos, salvo los deportivos y
culturales y con la autorización del jefe de quien dependan.
ARTÍCULO 21 No entrarán en cantinas, garitos, ni otros sitios de prostitución; no se exhibirán
públicamente en unión de prostitutas, ni aun vistiendo de paisanos, si en este caso algún indicio
denuncia su identidad militar; tampoco las introducirán ni recibirán en los cuarteles o
dependencias militares.
ARTÍCULO 22 Todos los miembros del Ejército cualquiera que sea su jerarquía o situación,
tendrán obligación de estudiar constantemente para estar en condiciones de poder desempeñar
con toda eficiencia, la misión que les corresponda.
ARTÍCULO 23 Fuera de los casos de maniobras o ejercicios en el campo, jamás se sentarán
en el suelo, y en todas las ocasiones de su vida, hasta en los actos más familiares, procurarán
no cometer acción alguna que pueda traducirse en desprestigio del Ejército, en desdoro de su
corporación o que cause menosprecio a su persona.
ARTÍCULO 24 Una de las atenciones a que deben dar preferencia bajo su más estricta
responsabilidad, es no dejar de dar curso por ningún motivo ni pretexto, a las solicitudes que
por los conductos debidos lleguen hasta ellos, para no perjudicar en lo más mínimo los
intereses de los que les están subordinados.
ARTÍCULO 25 Toda instancia que hubiere sido denegada por la Superioridad, no podrá
repetirse sino después de que haya desaparecido la causa de motivó la denegación.
ARTÍCULO 26 Por ningún motivo manifestarán en sus conversaciones repugnancia en
obedecer las órdenes superiores, no deberán censurarlas ni permitir que sus inferiores lo hagan
aun cuando ellas originen aumento de fatiga.
ARTÍCULO 27 Los militares tendrán obligación de certificar servicios de los individuos de su
empleo y de los de grado inferior, sin necesidad de autorización, cuando les consten
personalmente los hechos a que se refieren, y siempre bajo su responsabilidad.
ARTÍCULO 28 Queda prohibido a todo militar, desempeñar funciones de policía urbana o
invadir las funciones de ésta, debiendo prestar su contingente sólo en los casos especiales en
que lo ordene la Secretaría de Guerra. Cuando intervenga directamente, en caso de flagrante
delito, de acuerdo con el artículo 16 de la Constitución de la República, dicha intervención
terminará desde el momento en que un miembro de la policía u otra autoridad se presente.
Tampoco deberá en modo alguno, impedir que la policía ejerza su autoridad, funciones y
consignas.
ARTÍCULO 29 Los militares, de cualquier graduación, no intervendrán jamás en asuntos de la
incumbencia de las autoridades civiles, cuyas funciones no les es permitido entorpecer, antes
bien, respetarán sus determinaciones y les prestarán el auxilio necesario cuando sean
requeridos, siempre que reciban órdenes de la autoridad militar competente.
ARTÍCULO 30 Queda estrictamente prohibido desempeñar el servicio de otro, por retribución
alguna o convenio previo, sin que exista motivo legal poderoso que el superior calificará, pues
el servicio militar no debe ser motivo de comercio. Las causas para que un militar sea relevado
del servicio que le corresponde desempeñar son: enfermedad grave que le imposibilite,
inutilidad pasajera o definitiva para desempeñarlo; ser citado a diligencias judiciales u otros
motivos a juicio del superior.
ARTÍCULO 31 Todos militares tienen el derecho de expresar sus ideas en los libros y artículos
de prensa, siempre que no se trate en ellos de asuntos políticos y religiosos o que afecten a la
moral, la disciplina o a los derechos de tercera persona. Podrán, asimismo, de acuerdo con las
prescripciones constitucionales, profesar la creencia religiosa que más les agrade; pero queda
prohibida su asistencia, portando uniforme, a los templos o lugares donde se practiquen
ceremonias religiosas de cualquier índole.
ARTÍCULO 32 Los militares respetarán el ejercicio del derecho de petición de sus inferiores,
siempre que estos lo ejerzan en forma comedida y atenta. A toda petición deberá recaer un
acuerdo de la persona a quien se haya dirigido, la cual tiene obligación de comunicarlo en
breve tiempo al solicitante.
ARTÍCULO 33 Queda prohibido a todo militar hacer descuentos en los haberes, salvo lo
prevenido en el artículo 65 de este Reglamento, hacer préstamos y efectuar todo acto de agio o
de comercio con sus inferiores, cualquiera que sea su origen e importe. Se recomienda a todos
los jefes y lo exige la honradez que debe caracterizarlos, repriman con mano enérgica tales
abusos, consignando a los infractores a las autoridades competentes.
ARTÍCULO 34 Todo militar en servicio debe dar noticia de su domicilio particular al jefe de
quien dependa, y en su defecto a la autoridad militar de la plaza en que resida.
ARTÍCULO 35 El militar tendrá profundo respeto a la justicia, consideración y deferencia a los
inferiores a quienes nunca hará observaciones, ni correcciones en presencia de inferiores, ni de
personas extrañas y guardará atención a los civiles.
ARTÍCULO 36 Queda estrictamente prohibido a los militares, cualquiera que sea la situación
en que encuentren en el Ejército, hacer presión moral o material con los individuos o elementos
a su disposición para inclinar la opinión pública en determinado sentido y burlar de ese modo la
efectividad del voto y la libertad del sufragio. Los miembros del Ejército tienen todas la
obligaciones, prerrogativas y derechos que las leyes prescriben para los ciudadanos; de
manera que el ejercicio de estos últimos no tendrá más limitaciones que las que las mismas
leyes señalen o cuando se afecte la subordinación y disciplina o tienda a contrariar las órdenes
del servicio, sea en tiempo de paz o en campaña.
ARTÍCULO 37 No se permite a los militares aceptar obsequios de sus inferiores. Se evitará,
por consiguiente, que promuevan o colecten suscripciones con ese objeto, sin que por esto se
eviten las atenciones sociales y de urbanidad que mutuamente se merecen.
ARTÍCULO 38 Cuando en el momento de recibir órdenes para ejecutar una operación, no se
encuentre a la cabeza de la fuerza el superior que la deba mandar, el que le siga en categoría
tomará desde luego las medidas necesarias para proceder a cumplirlas.
ARTÍCULO 39 Cuando a algún militar se le marque el ¡ALTO! ¡QUIEN VIVE! por un centinela,
se detendrá y contestará: ¡MÉXICO!, el número de su Corporación o dependencia en que sirva;
en cualquier otro caso contestará su grado y tendrá obligación de identificarse ampliamente,
para cuyo efecto los Generales, jefes y Oficiales portarán constantemente su tarjeta de
identificación o cartera de identidad expedida por la Secretaría de Guerra y los individuos de
tropa usarán, en igual forma, otra expedida por la Comandancia de su corporación o
dependencia.
ARTÍCULO 40 El que tenga mando y sea responsable de un puesto militar, cuidará de que se
cumplan todas las órdenes y disposiciones; en caso de ser atacado se defenderá hasta el
último momento para dejar bien puesto el honor de las armas. Al frente del enemigo procurará
siempre infundir a sus inferiores el ánimo y entusiasmo necesarios para obtener la VICTORIA,
evitando o reprimiendo duramente las conversaciones que puedan dar lugar a la
desmoralización.
CAPÍTULO II
ÉTICA MILITAR
ARTÍCULO 41.- El militar que ocupa un lugar en el escalafón del ejército y recibe como
retribución un sueldo de la nación, tiene la obligación estricta de poner toda su voluntad, toda
su inteligencia y todo su esfuerzo, al servicio del país.
ARTÍCULO 42.- El militar podrá pedir su baja del Ejército cuando no esté conforme con la
orientación que el Supremo Gobierno dé a la política del país, pero de ninguna manera
mientras esté en servicio, dará mal ejemplo con sus murmuraciones exteriorizando su disgusto;
en este caso será severamente castigado.
ARTÍCULO 43.- Los miembros del Ejército, sin excepción, tienen el deber de rehusar todo
compromiso que implique deshonor, falta de disciplina o menoscabo de la reputación del
Ejército y no empeñarán jamás su palabra de honor, cuando no tengan la seguridad absoluta
de poder cumplirla. La palabra de honor debe ser inmaculada para todo militar que sepa
respetarse y respetar a la Institución a que pertenece.
ARTÍCULO 44.- El honor de las familias debe merecer el más profundo respeto para los
militares, quienes están obligados a respetarlas, tanto como quisieran que se respetara la
propia. Si es falta grave de moral y de honradez atentar contra las familias de los civiles, mayor
gravedad reviste cuando se trate de la de un compañero; teniendo las agravantes de la falta de
consideración, si se trata de un superior, y las de la COBARDIA Y BAJEZA si se trata de la de
un inferior.
ARTÍCULO 46.- El militar que tenga conocimiento de que se intenta algo contra los intereses de
la Patria o del Ejército, tiene la estricta obligación de dar parte de ello a sus inmediatos
superiores, y si éstos no dan la importancia debida a sus informaciones, podrá dirigirse a los
inmediatos superiores de los primeros; debiendo insistir en sus avisos hasta que tenga
conocimiento de que se han iniciado las gestiones de la Superioridad para evitarlo. El que por
indolencia, apatía o falta de patriotismo oculte a sabiendas informes de esta naturaleza, será
consignado como cómplice del delito inicial y castigado conforme al Código de Justicia Militar.
CAPÍTULO III
CORRECTIVOS DISCIPLINARIOS
ARTÍCULO 47.- Todo el que infrinja un precepto reglamentario, se hará acreedor a una sanción
disciplinaria, de acuerdo con su jerarquía en el Ejército y la magnitud de su falta. Si ésta
constituye un delito, que dará sujeto al proceso correspondiente, de acuerdo con el Código de
Justicia Militar. La Superioridad tiene, entre otras características, la facultad de corregir, y por lo
tanto, el que la ejerce, jerárquica o de cargo, tendrá derecho a imponer correctivos
disciplinarios.
ARTÍCULO 48.- Se entiende por correctivos disciplinarios, las sanciones que se imponen a los
militares por infracciones que no constituyan un delito.
ARTÍCULO 49.- Los correctivos disciplinarios son:
I.- AMONESTACION;
II.-ARRESTO, y
Queda estrictamente prohibida la represión, que por ser afrentosa y degradante, es contraria a
la dignidad militar.
ARTÍCULO 50.- La amonestación es el acto por el cual el superior advierte al inferior la omisión
o defecto en el cumplimiento de sus deberes, invitándolo a corregirse, a fin de que no incurra
en falta y se haga acreedor a un arresto. La amonestación puede hacerse de palabra o por
escrito. En ambos casos, la harán de manera que ningún individuo de menor categoría a la del
aludido se aperciba de ella, procurando observar en estos casos la discreción que les exige la
disciplina. El arresto es la reclusión que sufre un militar por un término de 24 horas a 15 días en
su alojamiento, cuartel o en las guardias de prevención; entendiéndose por alojamiento la
oficina o dependencia militar donde presten sus servicios lo interesados.
ARTÍCULO 51.- Tienen facultad para imponer arrestos a sus inferiores en jerarquía o cargo, en
los límites fijados en el artículo 53: los generales, jefes, oficiales y clases.
ARTÍCULO 53.- Los arrestos a que se refieren los artículos anteriores, se impondrán: a los
generales y jefes, hasta por 24 y 48 horas, respectivamente, en su alojamiento militar.
A los oficiales, hasta por 8 días en sus cuarteles, oficinas o dependencias.
A los individuos de tropa, hasta por 15 días en las guardias de prevención.
Los Generales, Jefes, Oficiales e individuos de tropas que no tengan destinación fija y se
encuentren en disponibilidad, cumplirán los arrestos que se les impongan en cualquiera de los
recintos militares antes señalados.
Estos arrestos pueden ser impuestos con o sin perjuicio del servicio.
En el primer caso, sólo podrán desempeñarse aquellos que no requieran salir del alojamiento, y
en el segundo, saldrán únicamente en asuntos del servicio con autorización del Comandante o
Jefe de la dependencia.
El Secretario, Subsecretario y Oficial Mayor, tendrán facultades para imponer y graduar arrestos
a los generales, jefes, oficiales e individuos de tropa, hasta por 15 días.
ARTÍCULO 54.- Cuando el que imponga el arresto no esté facultado para graduarlo, de
acuerdo con el artículo 52, dará la orden de arresto comunicándola al superior de quien
dependa el arrestado o a la autoridad correspondiente, informándole de las causas que lo
motivaron, para que lo gradué.
ARTÍCULO 55.- Todo militar facultado para graduar arrestos tendrá muy en cuenta, al hacerlo,
que sea proporcional a la falta cometida, a la jerarquía, a los antecedentes de los infractores y a
las circunstancias.
Cuando a juicio del que deba graduar el castigo, la gravedad de la falta merezca la imposición
de un arresto superior al máximo, que le sea permitido aplicar, dará cuenta a la autoridad
capacitada para que sea ella quien lo gradúe.
ARTÍCULO 56.- Los arrestos en las Prisiones Militares, sólo se cumplirán mediante
autorización concedida por los Comandantes de Zona o de Guarnición y siempre que se trate
de resoluciones tomadas por los Consejos de Honor.
ARTÍCULO 57.- Con excepción de las clases, quienes podrán darlas verbalmente, toda orden
de arresto deberá darse por escrito; en caso de que el que la da se vea obligado a comunicarla
verbalmente, la ratificará por escrito a la mayor brevedad, anotando el motivo.
ARTÍCULO 58.- El que hubiere recibido orden de arresto, deberá comunicar al superior de
quien dependa, así como al que se la dio, haberse presentado a cumplirla, e igual formalidad
observará al terminarlo. Los generales, jefes y oficiales lo harán por escrito y la tropa de
palabra.
ARTÍCULO 59.- El que impida el cumplimiento de un arresto, el que permita que se quebrante,
así como el que no lo cumpla, deberá ser consignado de acuerdo con el Código de Justicia
Militar.
ARTÍCULO 61.- Las amonestaciones no se harán figurar en los expedientes de los militares,
pero sí los arrestos con anotación de las causas que los hayan motivado, su duración y lugares
donde fueron cumplidos.
ARTÍCULO 62.- Las solicitudes de cambio de Cuerpo o Dependencia, sólo podrán hacerla los
Consejos de Honor, por ser de su competencia.
ARTÍCULO 63.- Los superiores tratarán de hacerse querer de sus subalternos, y nunca
establecerán la disciplina a base de temor.
Hay algo más noble que castigar, en la elevada misión que la Nación les ha encomendado al
concederles las diversas jerarquías como es educar, instruir y perfeccionar a sus inferiores,
previendo las faltas en vez de esperar a que se consumen para castigarlas; así como fomentar
entre ellos la fraternidad, el compañerismo y el espíritu de sacrificio que el soldado mexicano
tiene latentes y que hay que desarrollar y estimular.
TÍTULO 2
DEBERES SEGÚN LA JERARQUÍA
CAPITULO 1 DEL
PERSONAL DE TROPA.
A Del soldado
ARTÍCULO 64 Un ciudadano ingresará al Ejército, previa solicitud verbal o escrita y
debidamente enterado del compromiso que contrae con la Nación y de las obligaciones y
derechos que con este hecho adquiere; firmará un contrato donde estará especificada su
filiación y circunstancias personales de acuerdo con las formalidades que previenen las
disposiciones legales.
ARTÍCULO 65 Desde que justifique su alta en la Oficina de Hacienda correspondiente, tendrá
derecho a percibir vestuario y equipo, así como el haber íntegro que le asigne el Presupuesto
de Egresos vigente, salvo el caso de extravío de prendas, en que quedará sujeto a un
descuento que nunca excederá de la cuarta parte de su haber. Estos descuentos sólo podrán
hacerse por la Pagadurías y previas órdenes de la Secretaría de Guerra.
ARTÍCULO 66 Reconocerá como superiores a todos los generales, jefes, oficiales, sargentos y
cabos del Ejército y a sus equivalentes en la Armada, a quienes tendrá obligación de respetar y
obedecer en cuanto se refiere a la disciplina y cumplirá con exactitud las órdenes de aquellos
de quienes dependa directamente, relativas al servicio.
B Del cabo
ARTÍCULO 67 El Cabo, como inmediato superior del Soldado, tendrá obligación de darle
ejemplo con su conducta, amor al servicio y seriedad con que deben tratarse todos los asuntos
militares. Es el primer escalón de la jerarquía, y de su fiel y leal desempeño dependerá su
mejoramiento para lograr los grados que le siguen en la escala jerárquica.
ARTÍCULO 68 Deberá conocer las Leyes y Reglamentos, en la parte que le corresponda; las
obligaciones del Soldado, Cabo Sargento Segundo y Sargento Primero.
ARTÍCULO 69 Tratará a sus inferiores con afabilidad y los hará cumplir sus órdenes, así como
las que reciba de sus superiores. No los tuteará, ni permitirá que ellos lo tuteen en actos del
servicio, jamás los llamará por apodos y en su trato será siempre digno, para conservar así la
subordinación y mantener su autoridad.
ARTÍCULO 70 Cuidará que los soldados a sus órdenes sepan desempeñar sus obligaciones;
les enseñará a vestir con propiedad; les enterará de que la subordinación, el valor y prontitud
en el servicio, son cualidades que debe poseer y que constituyen el verdadero espíritu de la
profesión.
ARTÍCULO 71 No tolerará entre sus inferiores, murmuraciones contra el servicio o
conversaciones poco respetuosas acerca de sus superiores, y si disimulare alguna falta o no
diere parte de ella, será castigado severamente.
CAPITULO I
Falsificación
Artículo 228.- Será castigado con la pena de tres años de prisión todo el que fraudulentamente y
con el objeto de obtener algún provecho para sí o para otro, o con el de causar algún perjuicio:
I.- Ponga una firma o rúbrica falsas, aunque sean imaginarias, o altere una verdadera, en algún
documento militar;
II.- aproveche indebidamente una firma o rúbrica en blanco, ajenas, extendiendo algún
despacho, patente, orden de pago o cualquiera otro documento relativo a la posición o servicios
militares, suyos o de otra persona;
III.- altere el texto de algún documento militar verdadero después de concluido y firmado,
variando en él nombres, empleos o grados, fechas, cantidades o cualquiera otra circunstancia o
punto substancial, ya sea añadiendo, enmendando o borrando, en todo o en parte, una o más
palabras o variando la puntuación;
IV.- expida o extienda testimonio o copia certificada supuestos de documentos militares que no
existan, o de los existentes que carezcan de los requisitos legales, suponiendo falsamente que
los tienen o agregando o suprimiendo en la copia, algo que importe una variación substancial, y
V.- se atribuya o atribuya a la persona a cuyo nombre extienda el documento, un nombre o una
investidura, calidad o circunstancia que no tenga y que sea necesaria para la validez del acto.
Artículo 229.- La pena señalada en el artículo anterior, se aplicará siempre que el que hubiere
infringido ese precepto, no llegare a hacer uso del documento falso o falsificado, pues si lo
hiciere, la pena será la de cuatro años de prisión; y si con el uso de ese documento se cometiere
otro delito, se observarán las reglas de acumulación.
Artículo 230.- También se impondrá la pena de tres años de prisión, al funcionario o empleado en
el fuero de guerra que, a sabiendas, consigne o haga consignar, en las averiguaciones o en los
procesos, hechos falsos, o que altere el texto de las actuaciones.
Artículo 231.- El que falsifique los sellos, timbres o marcas militares que se usen en la
correspondencia, libros, actas o documentos oficiales destinados a marcar el armamento,
equipo, vestuario u otros objetos pertenecientes al ejército, será castigado con la pena de cuatro
años de prisión. La misma pena se aplicará a los que, a sabiendas, hagan uso de dichos sellos,
timbres o marcas.
Artículo 232.- El que habiéndose proporcionado las marcas, timbres o sellos verdaderos,
destinados a los usos que indica el artículo anterior, los utilice de un modo fraudulento en
perjuicio de la nación y en beneficio propio o ajeno, o en perjuicio de otro, será castigado con la
pena de seis años de prisión.
Artículo 233.- El que a sabiendas haga uso de pesas o medidas falsas, para entregar o recibir los
objetos que tenga a su cargo, sufrirá la pena de cuatro años de prisión.
Artículo 234.- El que falsifique o adultere, o haga falsificar o adulterar los víveres, forrajes,
líquidos, medicinas u otras substancias confiadas a su guarda o vigilancia, o que conociendo su
falsificación o adulteración las distribuya o haga distribuir a la tropa, caballos, ganado de tiro o
acémilas, será castigado con la pena de cinco años de prisión.
Artículo 235.- Si el delito de que habla el artículo anterior, se perpetrare por otro que no sea el
guardián o encargado de los efectos a que este precepto se refiere, la pena aplicable será la de
tres años de prisión.
Artículo 236.- A los responsables de los delitos expresados en los cinco artículos precedentes, a
quienes deba imponerse la destitución como consecuencia de la pena privativa de libertad que
les corresponda, se les fijará para la inhabilitación otro tiempo igual al que deba durar la pena
privativa de libertad.
Artículo 237.- El que intencionalmente altere, cambie, destruya o modifique los diarios de
bitácora, navegación, o desviación del compás o cronómetros o libros de cargo, estudios
científicos o relativos a una navegación, o que dé un falso rumbo, u observaciones de situación
distintas de las verdaderas, será castigado con ocho meses de prisión, si no resultare daño. Si
resultare éste, la pena será de tres años de prisión, y si se perdiere el buque, se impondrá pena
de treinta a sesenta años de prisión.
Artículo 238.- El que altere o cambie los planos o modelos de alguna construcción naval, o la
construcción misma, destinada al servicio de la Armada, sufrirá la pena de un año de prisión, y si
por esta causa se originare algún daño, la pena será de seis años.
CAPITULO II
Fraude, malversación y retención de haberes
Artículo 239.- Será castigado con la pena de tres años de prisión:
I.- El que en las listas de Revista o cualquier otro documento militar haga aparecer una cantidad
de hombres, animales, haberes, jornales o forrajes mayor de la que justamente deba figurar, o
algún individuo que realmente no exista o que existiendo no prestase servicio;
II.- El que, en ejercicio de sus funciones o con miras interesadas, favorezca a un contratista o
proveedor en la contrata respectiva, presente cuentas o relaciones inexactas sobre gastos del
servicio, naturaleza, cantidad o calidad de los trabajos, mano de obra o provisiones destinadas al
uso militar;
Efectúe compras de estas últimas a precio mayor que el de plaza, o celebre otros contratos
onerosos;
No dé cuenta oportunamente a la Secretaría de la Defensa Nacional o de Marina, según
corresponda, de los fondos que tuviere en su poder por economías de forrajes o gasto común;
Firme o autorice orden, libramiento o cualquier otro documento de pago o de crédito extendido
por los que se hallen a sus órdenes y que difiera en cantidad de lo que arroje la liquidación o
ajuste correspondiente;
Ordene o haga consumos innecesarios de víveres, municiones, pertrechos, combustibles u otros
efectos destinados al servicio;
Cambie sin autorización las monedas o valores que hubiere recibido, por otros distintos o que de
cualquiera otra manera no especificada en este o en alguno de los demás preceptos contenidos
en el presente capítulo, alcance un lucro indebido, con perjuicio de los intereses del ejército o de
los individuos pertenecientes a él, valiéndose para ello del engaño o aprovechándose del error
de otra persona.
Artículo 240.- El jefe de corporación o de alguna otra dependencia del ejército, del detall, el
encargado del mando de la compañía, escuadrón o batería, y en la Marina los oficiales del cargo
o brigada en que apareciere cometido el delito consignado en la fracción I del artículo
precedente, si no debieren ser castigados conforme a ese precepto, lo serán por su omisión en la
vigilancia que les está encomendada, con la pena de cuatro meses de suspensión de empleo.
Artículo 241.- El que malverse dinero, valores o cualesquiera otros efectos pertenecientes al
Ejército o al personal que lo compone, que hubiere recibido en virtud de su empleo o de su
comisión fija o accidental, será castigado.
I. Con prisión de ocho meses si el valor de lo sustraído no excediere de veinte salarios mínimos;
II. Con prisión de dos años, si el valor de lo sustraído pasare de veinte salarios mínimos y no
excediere de doscientos, y
III. Cuando excediere de doscientos salarios mínimos se impondrá la pena de la fracción anterior,
aumentada en un mes por cada veinte salarios mínimos o fracción, pero sin que pueda exceder
de doce años de prisión. En los casos de las fracciones anteriores, además de las penas
privativas de libertad señaladas, se impondrá la destitución de empleo con inhabilitación de diez
años para el servicio.
Artículo 242.- Las penas mencionadas en el artículo anterior se duplicarán cuando el infractor se
fugue para substraerse al castigo.
Artículo 243.- Las penas establecidas en el artículo 241, se reducirán, si lo que se hubiere
sustraído fuere devuelto antes de tres días, contados desde que hubiere sido descubierto el
delito en la corporación o dependencia:
I. A dos meses de prisión si el valor de lo sustraído no excediere de veinte salarios mínimos; II. A
cuatro meses de prisión, si ese valor excediere de veinte salarios mínimos y no pasare de
doscientos, y
III. A un año de prisión en los demás casos, aumentando quince días por cada veinte salarios
mínimos o fracción de exceso, sobre doscientos, pero sin que la pena pueda exceder de ocho
años de prisión. Si la devolución se efectuare después de tres días, y antes de que se pronuncie
sentencia definitiva, la pena aplicable consistirá en el mínimo de la privativa de libertad
correspondiente, conforme al indicado artículo 241 y en la destitución que el mismo precepto
establece.
Artículo 244.- En los casos de conato de malversación de fondos o efectos, además de la pena
privativa de libertad que corresponda, se impondrá la de destitución de empleo, con inhabilitación
para desempeñar cualquier otro en el ejército durante cinco años.
Artículo 245.- El que indebidamente retuviere los haberes, raciones o prendas que por razón de
sus funciones estuviere obligado a entregar o distribuir, será castigado:
I.- Si esa retención la efectuare en provecho propio o en el de otro, conforme a lo prevenido en
el artículo 241 y según el valor de los objetos substraídos, y
II.- si dicha retención la hiciere sin aprovechar para sí o para otros, los haberes, raciones o
prendas, con la mitad de la pena que corresponda, conforme a las reglas establecidas en el
mismo precepto.
CAPITULO III
Extravío, enajenación, robo y destrucción de lo perteneciente al ejército
Artículo 246.- A los individuos de tropa que enajenen o empeñen las prendas de vestuario o
equipo de uso personal, se les impondrá la pena de tres meses de prisión en el cuartel, sin
perjuicio del servicio. Los mismos individuos que enajenen o empeñen caballos, acémilas,
armas, municiones u otros objetos militares destinados para el servicio, sufrirán en los términos
expresados, cinco meses de prisión en tiempo de paz, y once, en campaña. Todo el que, sin
estar comprendido en cualquiera de los casos previstos en el artículo 241, enajene o dé en
prenda los objetos militares o efectos destinados al uso del ejército que tuviese bajo su inmediata
vigilancia y cuya enajenación no haya sido autorizada, será castigado con la pena de dos años
de prisión, y la de destitución de empleo, siempre que pudiere serle aplicable y ya sea que
proceda o no como consecuencia de la anterior. A los que para provecho propio o de otros,
compren, oculten o reciban en prenda cualquiera de los objetos a que el presente artículo se
contrae, se les castigará de igual manera a la establecida en él acerca de los que enajenen o
empeñen tales objetos.
Artículo 247.- Serán castigados con la pena de tres meses de prisión sin perjuicio del servicio:
I.- Los individuos de tropa que extravíen en tiempo de paz el caballo, las armas, las municiones u
otros objetos que se les hubiere entregado para el servicio, excepto las prendas de vestuario de
uso personal. En campaña se duplicará la pena, y
II.- los soldados o clases que extravíen objetos militares o efectos destinados al uso del ejército,
que tuvieren bajo su inmediata vigilancia, siempre que no debieren ser castigados
administrativamente y sin perjuicio de que se haga el descuento del valor de los objetos
extraviados. Los oficiales en el caso de la fracción II del presente artículo, además de la pena
privativa de libertad, sufrirán la de suspensión de empleo o comisión, por el término de seis
meses.
Artículo 249.- Al que cometa el delito de robo de valores o efectos pertenecientes al ejército,
será castigado:
I.- Con cuatro meses de prisión si el valor de lo robado no excediere de cincuenta pesos;
II.- con seis meses de prisión si el valor de lo robado fuere de cincuenta pesos sin exceder de
cien; III.- con un año y seis meses de prisión, si el valor de lo robado llegare a cien pesos sin
exceder de mil;
IV.- con un mes de aumento a la pena señalada en la fracción anterior, por cada cien pesos o
fracción que excediere de mil pesos, y V.- con un año de aumento a las penas que fijan las
fracciones que anteceden:
a).- Si el delito se comete en un lugar cerrado o en edificio que esté habitado o destinado para
habitación, y
b).- si el delincuente es obrero y el delito se comete en el taller en que aquél preste sus servicios.
Artículo 250.- El que, maliciosamente y fuera de los casos previstos en el artículo 203, fracción
XVII y 363, destruya o devaste por otros medios que no sean el incendio o la explosión de una
mina, edificios, fábricas, buques de guerra, aeronaves u otras construcciones militares,
almacenes, talleres o arsenales o establecimientos de marina, será castigado con la pena de
siete años de prisión. Igual pena tendrá el que maliciosamente comunique el agua de mar con
los pañoles de pólvora, municiones o víveres, si por esa causa se inutilizaren dichos efectos.
Artículo 251.- Si el medio empleado para la destrucción o devastación, hubiere sido el incendio o
la explosión de una mina, y para ello se hubiere hecho uso de la fuerza armada, se impondrá
pena de treinta a sesenta años de prisión. Si no se hubiere usado de fuerza armada, la pena
será de once años de prisión.
Artículo 252.- Al que por medio de barrenos o abertura de una o más válvulas, produzca
maliciosamente la pérdida total de un buque, se le impondrá pena de treinta a sesenta años de
prisión.
Artículo 253.- El que, con intención dolosa, destruya o haga destruir frente al enemigo, objetos
necesarios para la defensa o el ataque, o para la navegación o maniobras de un buque, todo o
parte del material de guerra, aeronaves, armas, municiones, víveres o efectos de campamento o
del servicio de barco, se le impondrá pena de treinta a sesenta años de prisión. Si el delito a que
el presente artículo se contrae no hubiere sido perpetrado frente al enemigo ni estuviere
comprendido en la fracción XVII del artículo 203, la pena será la de ocho años de prisión.
Artículo 254.- La misma pena de ocho años de prisión se impondrá a todo el que dolosa o
deliberadamente destruya, queme o inutilice los libros, cartas náuticas, planos, actas, archivos o
instrumentos científicos pertenecientes al ejército.
CAPITULO IV
Deserción e insumisión
Artículo 255.- La deserción de los individuos de tropa que no estuvieren en servicio, se entenderá
realizada, a falta de cualquier otro hecho que la demuestre:
I.- Cuando faltaren sin motivo legítimo a la revista de administración y no se presenten a
justificar, dentro de las veinticuatro horas siguientes;
II.- cuando faltaren sin impedimento justificado por tres días consecutivos a las listas de diana y
retreta de las fuerzas a que pertenezcan o a las dependencias de que formen parte;
III.- cuando tratándose de marineros, se quedaren en tierra a la salida del buque a que
pertenezcan, siempre que tuvieren oportuno conocimiento de ella, o faltaren por tres días
consecutivos a bordo del barco, y
IV.- cuando se separen sin permiso del superior que tenga facultad para concederlo, una noche
del campamento o guarnición en que se hallen, o se separen en tiempo de paz, a más de veinte
kilómetros de distancia del campamento, cuarenta de la guarnición, o quince del puerto en donde
esté el barco a que pertenezcan; y en campaña, a cualquiera distancia de la plaza, buque o
punto militar.
Artículo 256.- Los desertores comprendidos en el artículo que antecede, serán castigados en
tiempo de paz:
I.- Con la pena de dos meses de prisión en un cuartel o buque, sin perjuicio del servicio, si se
presentaren voluntariamente dentro de ocho días, contados desde aquel en que se hubiere
realizado su separación ilegal del servicio militar;
II.- con la de tres meses de prisión en un cuartel o buque, sin perjuicio del servicio, si dicha
presentación la efectuaren después del plazo señalado en la fracción anterior, y
III.- con la de seis meses de prisión en un cuartel o buque, sin perjuicio del servicio, y destinados
al de policía u obras militares, si fueren aprehendidos.
Artículo 257.- Los individuos de tropa que debieren ser condenados al mismo tiempo por varios
de los delitos a que se refiere el artículo anterior o por uno solo de ellos cuando lo hubieren sido
ya por otro de ese mismo género, en sentencia irrevocable pronunciada con anterioridad, serán
castigados:
I.- Con la pena de cuatro meses de prisión en un cuartel o buque, sin perjuicio del servicio, si se
presentaren voluntariamente dentro del término de ocho días contados desde aquel en que
hubieren realizado su separación ilegal del servicio militar;
II.- con la de seis meses de prisión en un cuartel o buque, sin perjuicio del servicio, si esa
presentación la hicieren después del plazo mencionado, y
III.- con la de ocho meses de prisión en un cuartel o buque, sin perjuicio del servicio, y
destinados al de policía u obras militares, si fueren aprehendidos.
Artículo 258.- A los sargentos y cabos a quienes en virtud de lo dispuesto en los dos artículos
que anteceden hubiere que imponer la pena de prisión por haber sido aprehendidos, serán
destituidos de sus respectivos empleos; en los otros casos a que los mismos preceptos se
refieren, además de la pena de prisión correspondiente, sufrirán la de suspensión de empleo por
otro tiempo igual al de aquélla, y el servicio a que durante una y otra debe destinárseles, lo
prestarán en calidad de soldados y siempre que fuere posible conforme a lo mandado en el
artículo 135, en un cuerpo o dependencia diversos de los que forman parte.
Artículo 259.- Serán castigados con la pena de un mes de prisión únicamente, los soldados que,
habiendo desertado en los casos del artículo 256, justifiquen para su defensa, que no les fueron
leídas cuando sentaron plaza, y una vez al mes lo menos, las disposiciones penales relativas a la
deserción, o que cometieron el delito por no habérseles asistido en el pre, rancho, ración o
vestuario correspondiente; por no habérseles cumplido cualquiera otra condición de su empeño
en el servicio, siempre que la falta de pre, rancho, ración o vestuario, se haya efectuado
solamente respecto de los individuos de que se trata y no de sus demás compañeros, y que
aquéllos comprueben también que, habiéndose quejado, no se les hizo justicia; y que la
deserción no haya sido llevada a cabo por tres o más individuos reunidos.
Artículo 260.- Los individuos de tropa que desertaren efectuando su separación ilegal del
servicio militar en tiempo de paz, y cuando estén desempeñando actos propios de ese mismo
servicio y distintos de los especificados en el artículo siguiente, serán castigados con la pena de
dos años de prisión, si el servicio de que se trate fuere de armas, y con la de un año si fuese
económico del cuartel o buque, o cualquiera otro que no sea de armas. Los sargentos y cabos
sufrirán, además, en todos esos casos, la destitución del empleo.
Artículo 261.- Los individuos de tropa que desertaren en tiempo de paz, y en alguno de los casos
o con alguna de las circunstancias que especialmente se preven en seguida, serán castigados:
I.- El que deserte de la escolta de prisioneros, detenidos o presos o de cualquiera otra no
especificada en este artículo, con la pena de tres años de prisión;
II.- el que deserte estando de guardia, o de la escolta de municiones, o llevándose el caballo,
mula o montura, o el marino que deserte llevándose un bote o usando de él exclusivamente para
ese objeto, con la de cuatro años;
III.- el que deserte llevándose el fusil, carabina, pistola o sable, o tratándose de los marinos,
cualquiera otra arma u objeto, que hubiere recibido para su uso en el servicio de mar y con la
obligación de devolverlo, con la de cinco años;
IV.- el que deserte estando de centinela, con la de seis años;
V.- el que deserte escalando u horadando los muros o tapias del cuartel o puesto militar u
ocupado militarmente o saliendo de a bordo por cualquier medio que no sea de los autorizados
para el desembarco, con la de tres años, y
VI.- el que deserte estando en una fortaleza o plaza fuerte, con la de cuatro años. A las clases a
quienes se hubiere de aplicar alguna de las penas señaladas en las fracciones anteriores, se les
impondrá también la destitución de empleo, ya sea que proceda o no como consecuencia de la
privativa de libertad.
Artículo 262.- En los casos de las dos primeras fracciones del artículo anterior, si el que
desertare estuviere desempeñando las funciones de comandante de la escolta o de la guardia,
será castigado con la pena de cuatro años de prisión o con la de seis, según que estuviere
comprendido en la I o II de esas mismas fracciones.
Artículo 263.- El soldado que desertare estando de guardia o de centinela, o cuando esté
formando parte de una escolta, si hubiere sido nombrado para alguno de esos servicios antes de
haber cumplido cuatro meses de instrucción contados desde el día en que haya sentado plaza
en su corporación, será castigado con el mínimo de la pena señalada en la disposición legal que,
sin esa circunstancia, se le hubiere debido aplicar. De la misma manera será castigado el marino
que en iguales condiciones desertare estando de guardia militar o de centinela, o formando parte
de una escolta, o esquifazón de botes.
Artículo 265.- Los individuos de tropa que después de haber desertado dentro de la República,
hayan salido de los límites de ésta, o que desertaren estando fuera de ella, serán castigados con
arreglo a las disposiciones siguientes:
I.- Si el delito fuere cometido en tiempo de paz, la pena será de cuatro años de prisión;
II.- si fuere cometido en campaña, será la de siete años de prisión;
III.- si fuere cometido en tiempo de paz, pero llevándose el que lo perpetrare, el caballo, mula o
montura, o el fusil, carabina, pistola o sable, o bote u otro objeto destinado al servicio de la
Armada, la pena será la de ocho años de prisión, y
IV.- si fuere cometido en campaña, llevándose el culpable algo de lo expresado en la fracción
anterior la pena será la de diez años de prisión.
Artículo 266.- El individuo de clases o marinería que durante las faenas que fueren consecuencia
de un naufragio o suceso peligroso para la embarcación se ausentare durante dos días sin
permiso del superior será castigado como desertor en campaña aun cuando el hecho tuviere
lugar en tiempo de paz. Si el delito se cometiere en campaña, será considerado como desertor
frente al enemigo.
Artículo 267.- Los oficiales que desertaren en tiempo de paz y en alguno de los casos
enumerados en el presente artículo, serán castigados:
I.- El que deserte desempeñando cualquiera comisión distinta de las que se especifican en las
fracciones posteriores, si el servicio de que se trate fuere de armas, con la pena de tres años de
prisión; con la de un año y seis meses, si aquél fuere económico de cuartel o buque o cualquiera
otro que no sea de armas; y en ambos casos, con la de destitución, ya sea que proceda o no
como consecuencia de las anteriores;
II.- el que deserte de la escolta de prisioneros, detenidos o presos o de cualquiera otra no
especificada en este artículo, con la de cinco años de prisión o con la de cuatro, según que el
que desertare fuere o no el comandante de la escolta;
III.- El que desertare estando de guardia, o de la escolta de municiones, con la de ocho años de
prisión, o con la de seis, según que el que desertare fuere o no comandante de la guardia o de la
escolta, y
IV.- El que sin estar desempeñando servicio de armas desertare al extranjero, con la de siete
años de prisión; si estuviere desempeñando ese servicio, con la de nueve años, y si fuere el
comandante de un punto, fuerza o buque, con la de once.
Artículo 268.- En los casos del artículo anterior y en aquellos a que se refieren las fracciones I y II
del artículo 270, si la deserción se hubiere efectuado en campaña se aumentarán en dos años
las penas privativas de libertad señaladas en esos preceptos.
Artículo 269.- Serán considerados también como desertores, los oficiales:
I.- Que con pretexto de enfermedad u otro motivo ilegítimo se queden en las poblaciones, sin el
correspondiente permiso, cuando marchen las fuerzas a que pertenezcan;
II.- que sin la orden correspondiente ni motivo justificado, no lleguen al punto de su destino con la
debida oportunidad, o se regresen después de emprendida una marcha;
III.- que sin justa causa se desvíen del derrotero que se les hubiere señalado como indispensable
en su pasaporte;
IV.- que se separen una noche del campamento o de la guarnición en que se hallen sin permiso
del superior en quien resida la facultad de concederlo;
V.- que se separen a más de cuarenta kilómetros de distancia de su campamento o a más de
ochenta de su guarnición, o a más de treinta del puerto donde esté el barco a que pertenezcan,
en tiempo de paz, y a cualquiera distancia de la plaza, buque o punto militar, en campaña, sin
licencia del superior;
VI.- que falten al servicio tres días consecutivos, sin motivo legítimo, o se separen durante
cuarenta y ocho horas del barco a que pertenezcan sin ese motivo ni permiso del superior;
VII.- que falten al acto de la revista de administración sin causa legítima y no se presenten a
justificar dentro de las veinticuatro horas siguientes;
VIII.- que habiendo recibido cualquiera cantidad para la marcha, no emprendan éstas a su
destino, después de tres días de expedido el pasaporte, o en el término que se les hubiere
señalado, sin impedimento legal o sin orden ni permiso de la autoridad que corresponda;
IX.- Que disfrutando de licencia temporal dejen de presentarse cuando hubieren sido llamados
antes de que fenezca el plazo por el que les hubiere sido concedida, o sin causa justificada,
cuando haya expirado dicho plazo, y
X.- Que disfrutando de licencia ilimitada no se hubieren presentado después de dos meses de
haber recibido la orden y los recursos necesarios para ello, en caso de guerra extranjera.
Artículo 271.- Siempre que al aplicarse la penalidad establecida en los artículos 267, 268 y 270
deba imponerse la destitución de empleo, se fijará en diez años al término de la inhabilitación
para volver al ejército.
Artículo 272.- Los que desertaren frente al enemigo, marchando a encontrarlo, esperándolo a la
defensiva, bajo su persecución o durante la retirada, se les impondrá pena de treinta a sesenta
años de prisión.
Artículo 275.- Lo que por causas legítima se hubieren dispersado del cuerpo de tropas o buque a
que pertenezcan, serán castigados como desertores, según las circunstancias que hayan
intervenido en su separación, si tan luego como les fuera posible, no se presentaren a su mismo
cuerpo de tropas o buque o a otras fuerzas o buques de guerra nacionales o a la autoridad
militar, marítima o consular más próxima. Las mismas reglas se observarán respecto de los
militares que habiendo caído prisioneros de guerra, no se presenten oportunamente a quien
corresponda después de recobrar su libertad. Se impondrá la pena de un mes de prisión al
miembro de las reservas del Ejercito o de la Guardia Nacional, que, sin impedimento justificado,
no se presente al lugar que se le designe en el llamamiento, dentro del plazo correspondiente.
Comete el delito de insumisión el conscripto que por virtud del sorteo le corresponda prestar
servicio activo, no se presente a la autoridad respectiva dentro del plazo señalado para ser
encuadrado en las unidades del Ejército. A los infractores se les impondrá la pena de un mes de
prisión. La pena privativa de libertad no releva de la obligación de prestar el servicio
CAPITULO IV BIS
Traición a las Fuerzas Armadas Mexicanas
Artículo 275 Bis.- Al militar que se incorpore a la delincuencia organizada se le aplicará pena de
prisión de treinta a sesenta años y baja de la Fuerza Armada.
Artículo 275 Ter.- Se sancionará con pena de prisión de quince a sesenta años y baja de la
Fuerza Armada que corresponda, al militar que:
I. Utilice la fuerza, embarcación, aeronave, o cualquier otro bien o recurso humano que
tenga bajo su cargo o mando a favor de cualquier miembro de la delincuencia organizada o
asociación delictuosa;
II. Proporcione a cualquier miembro de la delincuencia organizada o asociación delictuosa,
protección o facilidades en la plaza o puesto confiado a su cargo; así como adiestramiento,
capacitación o conocimientos militares;
III. Induzca al personal que tenga bajo su mando o a las tropas de las que forme parte, para
que presten algún servicio a cualquier miembro de la delincuencia organizada o asociación
delictuosa, o reclute personal militar para el mismo fin;
IV. Proporcione a cualquier miembro de la delincuencia organizada o asociación delictuosa,
información a la que tenga acceso con motivo del ejercicio de su cargo o comisión;
V. Incumpla con sus obligaciones, respecto de las tropas a su cargo, para actuar contra
cualquier miembro de la delincuencia organizada o asociación delictuosa;
VI. Obstaculice las acciones de las fuerzas armadas o autoridad competente, en contra de
cualquier miembro de la delincuencia organizada o asociación delictuosa;
VII. No ejecute una orden del servicio o la modifique de propia autoridad, en ambos casos,
para favorecer a cualquier miembro de la delincuencia organizada o asociación delictuosa;
VIII. Falsifique o altere un documento o instrumento que contenga información relativa a las
operaciones de las Fuerzas Armadas o autoridad competente en contra de cualquier miembro de
la delincuencia organizada o asociación delictuosa, o a sabiendas de que se trata de
documentos o instrumentos falsificados o alterados, haga uso de ellos;
IX. Proporcione a sus superiores información diferente a la que conozca acerca de las
actividades que esté desarrollando en las Fuerzas Armadas en contra de cualquier miembro de
la delincuencia organizada o asociación delictuosa, u omita proporcionar los datos que tenga
sobre dichas actividades, así como de los proyectos o movimientos de éstos;
X. Conduzca o guíe las actividades de cualquier miembro de la delincuencia organizada o
asociación delictuosa, y
XI. Ponga en libertad a cualquier miembro de la delincuencia organizada o asociación
delictuosa, o proteja o facilite su fuga. Las penas previstas en este capítulo se impondrán
además de las que correspondan a los delitos que resulten cometidos por las actividades del
individuo u organización delictiva de que se trate. Para los efectos de este capítulo, se entenderá
por Fuerzas Armadas Mexicanas, a las instituciones armadas de la Unión, a saber: Ejército,
Armada y Fuerza Aérea. Para los efectos de este capítulo se entenderá por delincuencia
organizada la prevista en el artículo 2o. de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada y
por asociación delictuosa, la prevista en el artículo 164 del Código Penal Federal.
CAPITULO V
Inutilización voluntaria para el servicio
Artículo 276.- El que lesionándose o de cualquiera otra manera se inutilice voluntariamente, por
sí o por medio de otro, para el servicio militar, será castigado con las penas de un año y seis
meses de prisión y destitución de empleo. Las mismas penas se impondrán al que a petición de
otro, lo inutilice con el objeto indicado.
-
Artículo 277. Se impondrá la pena de ocho meses de prisión, a quien se valga de recursos o
medios fraudulentos que lo imposibiliten para el cumplimiento de alguna obligación militar.
CAPITULO VI
Insultos, amenazas o violencias contra centinelas, guardias, tropa formada, salvaguardias,
bandera y ejército
Artículo 279.- El que cometa violencia contra cualquiera de los individuos mencionados en el
artículo anterior, será sancionado:
I. Con pena de treinta a sesenta años de prisión si hiciere uso de armas, y
II.- con la pena de cinco años de prisión, si la violencia se cometiere sin hacer uso de armas.
Artículo 280.- El que injurie, difame o calumnie al ejército o a instituciones que de él dependan,
armas, cuerpos, guardias o tropa formada, será castigado con un año de prisión. Se impondrá la
pena de un año seis meses de prisión, al que ultraje la bandera nacional.
CAPITULO VII
Ultrajes y violencias contra la policía
Artículo 281.- El que injurie o ultraje a un miembro de la policía que esté en ejercicio de sus
funciones, será castigado con nueve meses de prisión; y si lo desobedece o resiste a la orden
que le haya intimado en uso de sus facultades o ejerza violencia contra él, la pena será de un
año y seis meses de prisión.
CAPITULO VIII
Falsa Alarma
Artículo 282.- El que ocasione dolosamente una falsa alarma, o que en marcha o en
campamento, guarnición, cuartel o dependencia del ejército cause dolosamente una confusión o
desorden en la tropa o en las formaciones de los buques, o aeronaves, en las dotaciones o en la
población donde las fuerzas estuvieren, será castigado:
I.- Con seis meses de prisión en tiempo de paz;
II.- con un año de prisión estando en campaña, y
III. Con pena de treinta a sesenta años de prisión, si estando frente al enemigo, se hubiere
causado daño a las tropas, embarcaciones o aeronaves.
TITULO NOVENO
Delitos contra la jerarquía y la autoridad
CAPITULO I
-
Insubordinación
Artículo 283.- Comete el delito de insubordinación el militar que, con palabras, ademanes, señas,
gestos o de cualquier otra manera, falte al respeto o sujeción debidos a un superior que porte
sus insignias o a quien conozca o deba conocer. La insubordinación puede cometerse dentro del
servicio o fuera de él.
Artículo 284. Se entenderá que la insubordinación se comete en el servicio:
I.- Cuando el inferior y el superior o solamente uno de ellos se encuentre en servicio, y
II.- cuando tenga lugar el delito, con motivo de actos del servicio, aun cuando se encuentren
francos el inferior y el superior, en el momento de realizarse aquél.
Artículo 286.- La insubordinación fuera del servicio, cuando se cometa de cualquiera de las
maneras previstas en los artículos anteriores, será castigada con la mitad de las penas que en
ellos se establecen, pero si la insubordinación provocara la muerte del superior, se le impondrá
pena de treinta a sesenta años de prisión.
Artículo 287.- Si el delito de insubordinación a que se refieren las fracciones I al VIII del artículo
285 fuere perpetrado cuando el que lo cometa estuviere sobre las armas, o delante de bandera,
o de tropa formada, o durante zafarrancho de combate con armas, el término de la pena se
formará aumentando en un tercio, el que según esas mismas disposiciones hubiere de
corresponder.
Artículo 288.- Cuando el inferior haya sido excitado u obligado a cometer súbitamente alguno de
los delitos previstos en este capítulo, por algún acto del superior contrario a las prescripciones
-
legales o en el que éste se haya excedido en el uso de sus facultades, se le aplicará la mitad del
mínimo de la pena que corresponda.
Artículo 289.- Si en los casos del artículo que antecede, los actos del superior constituyen un
maltrato o un tratamiento degradante para el inferior, los términos establecidos en ese mismo
precepto para la pena que deba imponerse, serán a su vez reducidos a la mitad.
Artículo 290.- El que por violencia o amenaza intentara impedir la ejecución de una orden del
servicio dada por un superior u obligar a éste a que la ejecute o a que la dé o se abstenga de
darla, será castigado con la pena de diez años de prisión. Si el delito de que se trata en este
artículo fuere cometido sobre las armas o delante de la bandera o tropa formada o durante
zafarrancho de combate con armas, se impondrá pena de treinta a sesenta años de prisión.
Artículo 291.- Si en la orden cuyo cumplimiento se trate de impedir, concurriere alguna de las
circunstancias especificadas en los artículos 288 y 289, las disposiciones contenidas en esos
preceptos, serán igualmente aplicables a los casos comprendidos en el artículo que antecede.
Artículo 292. Cuando la insubordinación consistiere en vías de hecho o estuviere comprendida
en el artículo 290, si se cometiere en marcha para atacar al enemigo, frente a él, esperando a la
defensiva, bajo su persecución o durante la retirada, se aplicará pena de treinta a sesenta años
de prisión sin tener en cuenta las disposiciones de los artículos 119 fracción III, 288 y 289.
CAPITULO II
Abuso de autoridad
Artículo 293.- Comete el delito de abuso de autoridad, el militar que trate a un inferior de un
modo contrario a las prescripciones legales. Este delito puede cometerse dentro y fuera del
servicio.
Artículo 294.- El superior que diere órdenes de interés personal a un inferior, estorbare sin motivo
justificado la ejecución de las que éste hubiere dado en uso de sus facultades, le impidiese de
cualquier modo el cumplimiento de sus deberes, le exigiese el de actos que no tengan relación
con el servicio o que de cualquiera manera le hiciere contraer obligaciones que sean en perjuicio
del desempeño de sus deberes, será castigado con la pena de cuatro meses de prisión.
Artículo 295.- El superior que impidiere a uno o varios inferiores que formulen, retiren o prosigan
sus quejas o reclamaciones, amenazándolos o valiéndose de otros medios ilícitos, o que hiciere
desaparecer una queja, petición, reclamación o cualquier documento militar, o se negare a darles
curso o a proveer en ellos, o a expedir a un individuo de tropa, la certificación de cumplido
teniendo el deber de hacerlo, será castigado con la pena de suspensión de empleo por tres
meses.
Artículo 298.- El que infiera golpes o de cualquiera otra manera maltrate de obra a un inferior sin
lesionarlo, será castigado con la pena de un año de prisión. El que mandare dar golpes a un
inferior o que innecesariamente mandare cualquier otro maltratamiento de obra contra él, será
castigado con la pena de dos años de prisión, si el ofendido no resultare lesionado.
Artículo 300.- El que indebidamente haga que una fuerza armada le preste auxilio en una riña o
pendencia, que por esa causa tome mayores proporciones, sufrirá la pena de dos años de
prisión, sin perjuicio de que, conforme a las reglas generales de aplicación de penas, se le
imponga la que corresponda, en virtud de los demás delitos que con esos actos hubiere
cometido.
CAPITULO III
Desobediencia
Artículo 301.- Comete el delito de desobediencia el que no ejecuta o respeta una orden del
superior, la modifica de propia autoridad o se extralimita al ejecutarla. Lo anterior se entiende
salvo el caso de la necesidad impuesta al inferior, para proceder como fuere conveniente, por
circunstancias imprevistas que puedan constituir un peligro justificado, para la fuerza de que
dependa o que tuviese a sus órdenes. La desobediencia puede cometerse dentro y fuera del
servicio.
Artículo 302.- El delito de desobediencia cometido fuera del servicio, se castigará con la pena de
nueve meses de prisión.
Artículo 303.- La desobediencia en actos del servicio será castigada con un año de prisión,
excepto en los casos siguientes:
I.- Cuando ocasione un mal grave que se castigará con dos años de prisión;
II.- cuando fuere cometida en campaña, que se castigará con cinco años de prisión, y si resultare
perjuicio a las operaciones militares, con diez años de prisión, y
III. Cuando se efectúe frente al enemigo, marchando a encontrarlo, esperándolo a la defensiva,
persiguiéndolo o durante la retirada, se impondrá pena de treinta a sesenta años de prisión.
Artículo 304.- Los marineros que cometan a bordo el delito de desobediencia, serán castigados:
I.- Con un año y seis meses de prisión si el barco fuere convoyando buques mercantes que no
conduzcan tropas, armas, pertrechos, víveres, o cualquier otro elemento de guerra;
II.- con dos años de prisión si se ocasionare un daño grave, encontrándose el barco en situación
peligrosa o convoyando buques mercantes que no conduzcan tropas o cualquiera de los efectos
a que se refiere la fracción anterior;
III.- con cuatro años de prisión si el daño grave fuere causado a los buques convoyados, y con
ocho años de prisión si se perdieren alguno o algunos de éstos por esa causa, y
IV.- con cuatro años de prisión en tiempo de paz y cinco en campaña, si la desobediencia fuere
cometida formando parte el barco de una escuadra, y con la de cinco años de prisión, en tiempo
de paz y diez en campaña, si de esa desobediencia resultare algún daño a las operaciones
navales.
CAPITULO IV
Asonada
Artículo 305.- Los que en grupo de cinco, por lo menos, o sin llegar a ese número cuando formen
la mitad o más de una fuerza aislada, rehusen obedecer las órdenes de un superior, las resistan
o recurran a vías de hecho para impedirlas, serán castigados:
I.- Con diez años de prisión los promovedores, instigadores o cabecillas del delito y con cinco
años de prisión, los que hubieren secundado a los anteriores, si el delito se cometiere en tiempo
de paz,
y
II. Con pena de treinta a sesenta años de prisión, a todos los promovedores, instigadores o
cabecillas de la asonada, de cabos en adelante, y con doce años de prisión los soldados, si el
delito se cometiere en campaña.
Artículo 306.- El marino que a fin de realizar el delito a que se refiere el artículo anterior,
desatracase de un buque de guerra o de otro al servicio de la Armada, una lancha o bote
armado, o sacare fuerzas armadas de buques, arsenal, destacamento u otro establecimiento
marítimo, será castigado con cinco años de prisión.
Artículo 307.- Si consumado el motín, en campaña, los que tomaren parte en él, volvieren al
orden, antes de cometerse algún otro delito, serán castigados con la pena de diez años de
prisión, si hubieren sido los promovedores, instigadores o cabecillas de la asonada; y con cinco
años de prisión los demás amotinados. En tiempo de paz se reducirán a la mitad las penas
señaladas. En ambos casos no sufrirán castigo alguno los soldados que justifiquen haberse
amotinado contra su voluntad y que no pudieron abandonar las filas.
Artículo 308.- Si los amotinados volvieren al orden después de haber cometido algún otro delito,
la pena se impondrá siguiendo las reglas de acumulación. En este caso, los soldados que
justifiquen los extremos del artículo anterior, serán individualmente responsables por el nuevo
delito cometido.
Artículo 309.- La conspiración para cometer el delito de asonada, se castigará con un año de
prisión en tiempo de paz y con tres años de prisión, en campaña.
LEY ORGÁNICA DEL EJÉRCITO Y FUERZA AÉREA MEXICANOS
TITULO PRIMERO
MISIONES GENERALES
CAPITULO ÚNICO
ARTICULO 1/o. El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, son instituciones armadas permanentes
que tienen las misiones generales siguientes:
I. Defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación;
II. Garantizar la seguridad interior;
III. Auxiliar a la población civil en casos de necesidades públicas;
IV. Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país; y
V. En caso de desastre prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las personas
y sus bienes y la reconstrucción de las zonas afectadas.
ARTICULO 2/o. Las misiones enunciadas, podrán realizarlas el Ejército y la Fuerza Aérea, por
si o en forma conjunta con la Armada o con otras Dependencias de los Gobiernos Federal,
Estatales o Municipales, todo, conforme lo ordene o lo apruebe el Presidente de la República,
en ejercicio de sus facultades constitucionales.
ARTICULO 2/o BIS. El personal militar podrá efectuar operaciones de apoyo a las instituciones
de seguridad pública en los términos que señale el marco jurídico aplicable.
ARTICULO 3/o. El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos deben ser organizados, adiestrados y
equipados conforme a los requerimientos que reclame el cumplimiento de sus misiones.
TITULO SEGUNDO
INTEGRACIÓN DEL EJERCITO Y FUERZA AÉREA MEXICANOS
CAPITULO ÚNICO
ARTICULO 5/o. Los miembros del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, por norma Constitucional
pertenecen al Servicio Militar Voluntario o al Servicio Militar Nacional.
ARTICULO 6/o. Los mexicanos que decidan prestar sus servicios en las Instituciones
Armadas de tierra y aire, en forma voluntaria, firmarán un contrato manifestando su
conformidad para permanecer en dichas Fuerzas Armadas por un tiempo determinado.
ARTICULO 7/o. Los mexicanos que integran el Servicio Militar Nacional, durante su
permanencia en el activo de las Fuerzas Armadas, quedarán sujetos a las Leyes,
Reglamentos y disposiciones militares.
ARTICULO 8/o. El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos para sostener a sus tropas y el
cumplimiento de sus misiones, cuenta con los recursos que el Presupuesto de Egresos de la
Federación les asigna.
ARTICULO 9/o. Los edificios e instalaciones en el Ejército y Fuerza Aérea están destinados
para que en ellos se lleven a cabo funciones de administración y organización, así como para
el alojamiento, preparación y operación de las tropas.
TITULO CUARTO
COMPOSICION DEL EJERCITO Y FUERZA AEREA MEXICANO
CAPITULO I
ARTICULO 53. El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos desarrollan sus acciones de Defensa
Nacional en forma conjunta y se mantienen unidas en una sola Dependencia.
Está compuesta por: Unidades de Combate, Unidades de los Servicios, Cuerpos Especiales,
Cuerpos de Defensas Rurales y Establecimientos de Educación Militar.
CAPITULO II
COMPOSICION DEL EJERCITO MEXICANO
ARTICULO 54 BIS. El mando del Ejército recae en un General de División del Ejército, al que
se denominará Comandante del Ejército, quien será responsable de la operación y
administración del mismo, así como del empleo de sus Unidades, de conformidad con las
directivas, instrucciones, órdenes y demás disposiciones del Alto Mando.
ARTICULO 54 TER. El Estado Mayor del Ejército es el órgano técnico operativo, colaborador
inmediato del Comandante del Ejército, a quien auxilia en la planeación y coordinación de los
asuntos de su competencia y de las misiones que le sean conferidas y transforma las
decisiones en órdenes, directivas e instrucciones, verificando su cumplimiento.
ARTICULO 54 QUATER. El Estado Mayor del Ejército, estará formado por personal de Estado
Mayor perteneciente al Ejército, así como de aquel otro personal que le sea necesario.
ARTICULO 55. Las Armas son los componentes del Ejército Mexicano cuya misión principal es
el combate, el que será ejecutado por cada una de ellas en función de cómo combinen el
armamento, la forma preponderante de desplazarse, su poder de choque y forma de trabajo.
ARTICULO 57. Las Armas del Ejército se organizarán en Unidades, las que se clasifican en
pequeñas y grandes Unidades.
I. Las pequeñas Unidades se constituyen con mando y órganos de mando, elementos o
unidades de una sola Arma y de los Servicios que le sean necesarios según proceda. Las
pequeñas Unidades son: Escuadras; Pelotones; Secciones; Compañías, Escuadrones o
Baterías; Grupos; y Batallones o Regimientos.
II. Las grandes Unidades se constituyen con Mando y órganos de Mando, Unidades de dos o
más Armas y de los Servicios que se requieran. Las Grandes Unidades son: Brigadas,
Divisiones y Cuerpos de Ejército.
ARTICULO 58. Los servicios del Ejército tienen la misión, composición y funciones que les
señala la parte correspondiente del Capítulo IV del presente Título.
Manual de Derechos Humanos para el Ejercito y Fuerza Aérea Mexicanos.
Capítulo II
Primera Sección
Definiciones
54. Los derechos humanos son el conjunto de prerrogativas de las que todas las personas
gozan, que garantizan su dignidad y que son indispensables para el desarrollo integral
del individuo dentro de una sociedad organizada mediante leyes. Están reconocidos por
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en las tratados y convenciones
que México ha firmado y ratificado, y son garantizados por la legislación nacional e
internacional.
55. Se entenderá por violación a los derechos humanos, todo acto u omisión que afecte a los
derechos humanos, reconocidos en la Constitución o en los Tratados internacionales,
cuando la o el agente sea servidor o servidora pública en el ejercicio de una de sus
funciones y atribuciones o un particular que ejerza funciones públicas.
56. También se considera violación de las derechas humanos cuando la acción u omisión
referida sea realizada por un particular instigado, incitado o autorizado, explícita o
implícitamente, por un servidor público, o cuando actúe con aquiescencia, complicidad o
colaboración de un servidor público.
Segunda Sección
57. Universales. Lo derechos humanos son inherentes a todos los seres humanos sin
distinción por ninguna condición física, geográfica, ideológica, religiosa. o de cualquier
otra especie. Este reconocimiento se realizó en el ámbito internacional al ser proclamada
la Declaración Universal de los Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948.
Posteriormente, a través de Conferencia Mundial celebrada en Viena en 1993, se
estableció que todos los Estados, independientemente de su régimen político,
económico, y cultural, deben promoverlos y protegerlos.
58. Inalienables. A través de esta característica se reconoce que los derechos humanos no
pueden suprimirse o restringirse, salvo en determinadas. situaciones previstas en las
constituciones de los estados.
59. Irrenunciables. Los derechos humanos tampoco pueden desvincularse de las personas
por mera voluntad. Esto es, las personas no pueden dejarlos o presidir de ellos, pues es
algo que poseen por el hecho de pertenecer a la especie humana, son inherentes a su
dignidad.
60. Imprescriptibles. Esta característica se refiere al transcurso del tiempo. Los derechos no
se pierden par este, no tienen fecha de caducidad ni plaza que ocasione que se
extravíen o deterioren.
61. Indivisibles e interdependientes. Los derechos no pueden disfrutarse uno a costa de otro,
no puede prescindirse de ninguno. Dada estas características, el avance de uno facilita el
de las demás y lo mismo pasa con su detrimento, el que se viole u obstaculice uno
implica la falta de cumplimiento o violación de otros.
Tercera Sección
62. Como se ha vista a partir de las características desarrolladas en. el apartado anterior,
toda
la humanidad es titular de estos derechos y no se pueden anular, impedir u obstaculizar.
63. Al respecto, cabe señalar que existen derechos que se han reconocido a colectivos de
personas, coma los derechos sindicales y los derechos de los pueblos indígenas, e
incluso existe otro grupo que refiere su titularidad a toda la humanidad, incluyendo a las
generaciones presentes y futuras, coma el derecho a un media ambiente adecuado, el
derecho al desarrollo y el derecho a la paz.
64. En cuanto a los sujetos responsables de violaciones a los derechos humanos, cabe
precisar que al haberse entendido y desarrollado a lo largo de la historia coma medias de
defensa de las arbitrariedades de los gobernantes y de las autoridades, son estos a
quienes se considera como los principales infractores. Ello en tanto efectúen acciones
para impedir, obstaculizar o transgredir su goce y disfrute o bien, en tanto sean omisos
en la realización de sus obligaciones o consintiendo acciones de otras personas que
puedan constituir una afrenta a los derechos humanos.
65. No obstantes en virtud de la fuerza que han tornado las. personas en el ámbito privado y
la dinámica de las sociedades en general, se ha estimado teóricamente y adoptado en
algunos países, la tesis de la violación de derechos humanos por particulares. Esto es, la
consideración de que personas individuales, sin ser parte del Estado, violan también
derechos humanos.
66. Ahora bien, respecto las personas sujetas a respetar los derechos humanos, a partir de
lo señalado previamente puede sostenerse que la sociedad entera tiene un compromiso
con su respeto y protección. De manera particular, el Estado, a través del servicio
público, se encuentra naturalmente encargado de velar por su promoción, respeto.
protección y garantía en favor de las personas.
67. AI respecto, como medio de reforzamiento de las normas internas de los Estados y, por
tanto, de su compromiso y obligación con los derechos humanos, existe una cláusula en
los tratados internacionales en fa materia por la que las Estados parte se comprometen a
adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales, las medidas legislativas o de
otro carácter que fueren necesarias para garantizar la realización de tales derechos y
libertades.
Cuarta Sección
69. En la primera generación, como resultado de las Revoluciones Burguesas de finales del
siglo XVIII, se han congregado a los derechos civiles y políticos, entre los que pueden
señalarse las libertades de tránsito, de expresión, de reunión, de culto, la igualdad ante la ley, el
debido proceso y el derecho al sufragio, entre otros.
70. La segunda generación se encuentra integrada por derechos que buscan alcanzar la
equidad y la justicia social como demandas producto de la Revolución Industrial, y de
movimientos sociales acaecidos en la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del siglo XIX.
Dentro de este grupo, denominado derechos económicos, sociales y culturales, se consideran
las derechos a la educación, la salud, la vivienda, el trabajo, la seguridad social, la libertad
sindical, la huelga, la alimentación y la cultura.
71. Como tercera generación se sitúan los derechos de solidaridad surgidos por el incremento
de la desigualdad social, de los conflictos bélicos y la proliferación de armas de destrucción
masiva que se suscitaron a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Entre estos encontramos
a los derechos a un medio ambiente sano, al desarrollo y a la paz.
72. Existen voces académicas que señalan la existencia de una cuarta y quinta generación;
no obstante, sus linderos no son claros. Se ha externado, por ejemplo, que la cuarta generación
la integran tos derechos relacionados con las nuevas tecnologías, entre los que se han
identificado el derecho de acceso a la tecnología, el derecho al olvido, a la seguridad
informática, entre muchos otros.
73. Es importante resaltar que este ejercicio tiene solo fines pedagógicos y no significa que los
derechos tengan jerarquía o que unos sean más significativos o importantes que otros. Todos
los derechos humanos son igualmente importantes y, como se ha señalado previamente, la
privación o violación de alguno impacta negativamente en la realización de los demás
impidiendo que las personas alcancen un desarrollo integral. Así pues, el Estado está obligado
igualmente a reconocer, promover, respetar, proteger Y garantizar todos los derechos, de
manera justa y equitativa.
Capítulo VIII
Definiciones Fundamentales
278. No significa que mujeres y hombres sean iguales, pero sí que lo sean sus opciones
y posibilidades de vida. Es un principio de justicia que define la “igualdad en las diferencias”.
279. Estereotipo de género: creencias sobre las características de los roles típicos que
los hombres y las mujeres tienen que tener y desarrollar en una etnia, cultura o en una
sociedad.
Segunda Sección
Antecedentes Históricos
282. La mujer desde el principio de la humanidad ha recorrido un camino lleno de
obstáculos para lograr trascender y tener la posibilidad de participar en la sociedad.
283. El proceso igualitario no ha logrado un cambio global, esto debido a los estereotipos
y roles de género los cuales han imperado a lo largo de la historia, y que generan
discriminación, exclusión y desigualdad.
284. Durante la Revolución Francesa se llevaron a cabo los movimientos de mujeres, los
cuales tenían como objetivo el derecho a la igualdad; hoy en día aún hay diferencias que
agudizan y perjudican todos los ámbitos de la vida de las mujeres.
285. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, emitida en el marco
de la Revolución Francesa (1789) en su artículo primero afirma: “los hombres nacen y
permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales no pueden fundarse más
que en la utilidad común”. Sin embargo, excluyó a la mitad de la humanidad, es decir, a las
mujeres.
288. En la Vindicación de los Derechos de la Mujer se afirmó que las mujeres están
dotadas de razón y por lo tanto, la falta de reconocimiento de sus derechos en igualdad con
el hombre es arbitrario; la autora insistió en que las mujeres deben tener los mismos
derechos a la educación y al trabajo que tienen los hombres, ya que solamente de esa
manera pueden ser independientes.
289. En todo el mundo, en el siglo XIX y principios del XX, hubo asombro por las luchas
que las mujeres emprendieron por sus derechos a la enseñanza, al trabajo, a la participación
política, a heredar, entre otros.
291. La lucha en favor de la igualdad entre mujeres y hombres estaba aún en sus
primeras etapas cuando surgió la Organización de las Naciones Unidas en 1945. De los 51
Estados miembros originales, sólo 30 permitían que las mujeres tuvieran el mismo derecho al
voto que los hombres o les permitían ocupar cargos públicos. Sin embargo, quienes
redactaron la Carta de las Naciones Unidas tuvieron la previsión de referirse deliberadamente
a “la igualdad de derechos de hombres y mujeres” cuando declararon “la fe (de la
organización) en los derechos fundamentales del hombre” y “la dignidad y el valor de la
persona humana”.
292. Ningún documento jurídico anterior había afirmado con tanta energía la igualdad
entre las personas, ni se había referido al sexo como motivo de discriminación. A partir de
ese momento quedó claro que los derechos de las mujeres constituirían un eje central de la
labor que la ONU tenía por delante.
293. Durante las tres primeras décadas, la acción de las Naciones Unidas en favor de
las mujeres se centró en sus derechos civiles y políticos, así como en la recopilación de
información sobre su condición jurídica y social en todo el mundo.
294. Con el transcurrir del tiempo se hizo cada vez más evidente que las leyes, por sí
mismas, no bastaban para garantizar su igualdad de derechos. Siendo necesario elaborar un
instrumento jurídico internacional en el que se velara por los derechos de las mujeres,
consolidándose de esta manera la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) en el año de
1979.
298. La construcción de los roles de género afecta a mujeres y hombres, por ello es
necesario entender el fundamento básico de la teoría de género y sus esfuerzos por avanzar
hacia la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, condición indispensable para la
construcción de una sociedad igualitaria.
299. La desigualdad entre mujeres y hombres tiene distintas formas de manifestarse, ya
que atraviesa otras problemáticas sociales como el nivel socioeconómico, la edad, la etnia, el
contexto histórico y geopolítico; se transmite, de generación en generación, a través de los
procesos cotidianos de reproducción social y cultural que impregnan la vida.
Subsección (A)
300. De importancia para la igualdad entre mujeres y hombres en nuestro país fue la
reforma constitucional de 1974 que se centró en los artículos 4, 5, 30 y 123 para avanzar en
el establecimiento de la igualdad por razones de género.
303. Su artículo 3° dispone: “... son sujetos de los derechos que establece esta ley, las
mujeres y los hombres que se encuentren en territorio nacional, que por razón de su sexo,
independientemente de su edad, estado civil, profesión, cultura, origen étnico o nacional,
condición social, salud, religión, opinión o discapacidad, se encuentren con algún tipo de
desventaja ante la violación del principio de igualdad que esta ley tutela...”; por otro lado, la
fracción II del artículo 5o menciona que la discriminación es “toda distinción, exclusión o
restricción que basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, embarazo, o cualquier otra,
tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la
igualdad real de oportunidades de las personas”.
304. Estipula en su artículo 1° que el objeto de la ley es prevenir y eliminar de todas las
formas de discriminación que se ejerzan contra cualquier persona, así como promover la
igualdad de oportunidades y de trato; en su artículo 4°, prohíbe toda práctica discriminatoria
que tenga por objeto o efecto impedir o anular el reconocimiento o ejercicio de los derechos y
la igualdad real de oportunidades, y en su artículo 9°, menciona que la discriminación, es
negar o limitar información sobre derechos sexuales y reproductivos o impedir el libre
ejercicio de la determinación del número y espaciamiento de los hijos e hijas.
Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV)
En el artículo 10°, cita la violencia laboral y docente, la cual se ejerce por las personas
que tienen un vínculo laboral, docente o análogo con la víctima, independientemente de la
relación jerárquica.
Finalmente, en su artículo 11°, la ley señala que constituye violencia laboral, la negativa
ilegal a contratar a la víctima o a respetar su permanencia o condiciones generales de
trabajo.
306. Su objetivo es establecer los requisitos para que los centros de trabajo públicos,
privados y sociales, de cualquier actividad y tamaño, integren, implementen y ejecuten dentro
de sus procesos de gestión y de recursos humanos, prácticas para la igualdad laboral y no
discriminación que favorezcan el desarrollo integral de las y los trabajadores.
307. Su finalidad es fijar las bases para el reconocimiento público de los centros de
trabajo que demuestran la adopción y el cumplimiento de procesos y prácticas a favor de la
igualdad laboral y no discriminación.
308. Suscrita por el Estado Mexicano el 17 de julio de 1980, obliga a los Estados partes a
adoptar medidas especiales de carácter temporal, encaminadas a acelerar la igualdad de
facto entre el hombre y la mujer.
312. Su artículo 3° menciona el derecho de toda mujer a una vida libre de violencia, en el
ámbito público y privado, a la par con el artículo 4° en el que se señala su derecho al
reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los derechos humanos y a las
libertades consagradas por los instrumentos regionales e internacionales sobre derechos
humanos.
313. Se deriva de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, reunida en Beijing del 4
al 15 de septiembre de 1995.
314. Tiene por objeto acelerar la aplicación de las Estrategias de Nairobi, orientadas
hacia el futuro para el adelanto de la mujer, a fin de eliminar todos los obstáculos que
dificultan su participación activa en todas las esferas de la vida pública y privada. Sexta
Sección
317. Dentro de este marco se han creado organismos a nivel nacional para dichos fines;
el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) fue creado como órgano rector en materia
de género, a fin de promover e impulsar políticas públicas con perspectiva de género
tomando como base los programas nacionales de igualdad implementados en cada sexenio.
Estos han tenido diferentes denominaciones, actualmente se le conoce como
PROIGUALDAD.
Dicho programa rige los lineamientos nacionales que deben enfrentar todos los niveles
de gobierno, con el fin de garantizar la igualdad sustantiva, la reducción de las brechas de
género entre mujeres y hombres, así como la erradicación de todas las formas de
discriminación y violencia contra las mujeres.
Por lo que la Secretaría de la Defensa Nacional, no es ajena de cumplir con las políticas
emitidas por el Ejecutivo Federal.
Séptima Sección
Igualdad y Equidad
Subsección (A)
Igualdad
318. De acuerdo con Alda Facio, la “igualdad” desde la perspectiva de los derechos
humanos, no es una mera declaración de un deseo, ni tampoco una constatación de un
hecho real, sino un derecho humano que el estado debe reconocer, proteger y garantizar.
319. La igualdad sustantiva no es otra cosa que la idéntica titularidad, protección y
garantía de los mismos derechos fundamentales independientemente del hecho de que los y
las titulares son entre sí diferentes.
320. Es más, desde este punto de vista, la igualdad sustantiva incluye tanto a la igualdad
como derecho, como a la igualdad de hecho. La primera se concibe como un medio para
lograr la realización práctica del principio de igualdad sustantiva y la segunda significa “de
hecho”, es decir, sin reconocimiento jurídico.
321. Sin embargo, es importante notar que tampoco la igualdad de jure se concibe como
un tratamiento idéntico por parte de la legislación a hombres y mujeres. Se trata de una
igualdad basada en el goce y el ejercicio de los derechos humanos que por lo tanto, permite
trato distinto, aún por parte de la ley, cuando la situación es distinta.
322. Al respecto la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres contempla los
siguientes conceptos:
323. Igualdad de género: situación en la que mujeres y hombres acceden con las
mismas posibilidades y oportunidades al uso, control y beneficio de bienes, servicios y
recursos de la sociedad, así como a la toma de decisiones en todos los ámbitos de la vida
social, económica, política, cultural y familiar.
326. El término “equidad de género” alude a la distribución justa de los recursos y del
poder en la sociedad; se refiere a la justicia en el trato de mujeres y hombres, según sus
necesidades respectivas.
331. La violencia es una conducta humana, sin embargo, no por eso es inherente a su
naturaleza, es decir, no somos violentos o violentas “por naturaleza”, ya que nuestro
comportamiento no está programado genéticamente. La violencia se aprende, se reproduce,
se ejerce; es el resultado de relaciones sociales fincadas en el ejercicio desigual del poder.
332. La violencia de género puede ser definida como una expresión de la violencia que
refleja las asimetrías socioculturales que son el producto del significado construido en torno a
las diferencias genéricas y se traduce en desigualdades sociales.
334. Frente a la alta incidencia de la violencia que sufren las mujeres en nuestro país, el
gobierno mexicano se dio a la tarea de legislar en torno al tema con el fin de prevenir,
atender y erradicar esta problemática social; de esta forma, el 1 de febrero del 2007 se
publicó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
335. El referido cuerpo normativo tiene por objeto establecer la coordinación entre la
Federación, las entidades federativas, la Ciudad de México y los municipios para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, así como los principios y modalidades
para garantizar su acceso a una vida libre de violencia que favorezca su desarrollo y
bienestar conforme a los principios de igualdad y de no discriminación.
336. Asimismo, define la violencia contra las mujeres como “cualquier acción u omisión,
basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial,
económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público”.
337. La mencionada Ley señala en el artículo 6 los tipos de violencia contra las mujeres,
siendo estos los siguientes:
B. Violencia física: es cualquier acto que inflige daño no accidental, usando la fuerza
física o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar o no lesiones ya sean internas,
externas o ambas;
C. Violencia patrimonial: es cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia de
la víctima. Se manifiesta en la transformación, sustracción, destrucción, retención o
distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o
recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y puede abarcar los daños a
los bienes comunes o propios de la víctima;
E. Violencia sexual: es cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad
de la víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una
expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al
denigrarla y concebirla como objeto.
338. También se consideran cualesquiera otras formas análogas que lesionen o sean
susceptibles de dañar la dignidad e integridad de las mujeres.
B. Violencia laboral y docente: se ejerce por las personas que tienen un vínculo
laboral, docente o análogo con la víctima, independientemente de la relación jerárquica,
consistente en un acto o una omisión en abuso de poder que daña la autoestima, la salud, la
integridad, la libertad y la seguridad de la víctima, e impide su desarrollo y atenta contra la
igualdad.
340. No obstante que la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia no la refiere, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura (UNESCO), en coordinación con la Red Latinoamericana del Caribe y de Bioética
ha definido a la violencia obstétrica como:
“El tipo de violencia ejercida por el profesional de salud sobre el cuerpo y los procesos
reproductivos de las mujeres. Esta clase de violencia se expresa mayoritariamente, aunque
no con exclusividad, en el trato deshumanizado hacia la mujer embarazada, en la tendencia a
patologizar los procesos reproductivos naturales y en múltiples manifestaciones que resultan
amenazantes en el contexto de la atención de la salud sexual, embarazo, parto y post parto”.
355. Esto demuestra que los avances científicos y tecnológicos que se han mostrado en
los últimos años, parten ya, de una construcción conjunta entre hombres y mujeres, lo mismo
se da en otras escalas y áreas.
356. La mujer ha cumplido desde siempre un papel trascendental; basta con echar un
vistazo y observar que la historia se encuentra matizada con hechos en los que la
participación de la mujer ha definido rumbos y cerrado capítulos; es pues, parte viviente de la
maquinaria creadora de la realidad del mundo actual.
362. Como parte de las acciones emprendidas por la Secretaría de la Defensa Nacional,
a partir del año 2007, las mujeres ingresaron, entre otros, en los siguientes establecimientos
de educación militar:
F. A partir del ciclo escolar 2017-2021, ingresan hombres a la Escuela Militar de Enfermeras,
cambiando su denominación a Escuela Militar de Enfermería; asimismo, se apertura el
ingreso de mujeres a la Escuela Militar de Oficiales de Sanidad, planteles a los que solo
ingresaban mujeres y hombres, respectivamente, fortaleciendo la igualdad sustantiva en las
Fuerzas Armadas.
G. Se designó personal femenino para realizar los Cursos Básicos y Avanzados de Aplicación
Táctico Administrativo, con modalidad escolarizada que imparte la Escuela Militar de
Aplicación de las Armas y Servicios.
363. En consecuencia, contamos con un Ejército y Fuerza Aérea en donde las mujeres se
desempeñan, como enfermeras, odontólogas, médicas, licenciadas en derecho, psicólogas,
contadoras, pilotos aviadores, intendentes, especialistas de la fuerza aérea en diferentes ramas
de la ingeniería, oficinistas, afanadoras, etcétera y abriéndosela posibilidad de que las mujeres
incursionen en el Servicio Militar Nacional como voluntarias dentro de los programas sociales
que éste contempla.
Capitulo IX
Fuerzas Armadas y Derechos Humanos
Primera Sección
Observancia de los derechos humanos en el Ejercito y Fuerza Aérea Mexicanos
364. Conforme a la dispuesto por el articulo 1/o. constitucional, todas las autoridades, incluidas
las Fuerzas Armadas, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los
derechos humanos, en el ámbito de sus competencias.
366. Por Seguridad Nacional se entienden, conforme a la ley en la materia, las acciones
destinadas de manera inmediata y directa a mantener la integridad, la estabilidad y la
permanencia del Estado Mexicano que conllevan a:
A. La protección de la nación mexicana frente a las amenazas y riesgos que enfrente nuestro
país;
B. La preservación de la soberanía e independencia nacionales y la defensa del territorio;
C. El mantenimiento del orden constitucional y el fortalecimiento de las instituciones
democráticas de gobierno;
D. El mantenimiento de la unidad de las partes integrantes de la Federación señaladas en el
articulo 43 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;
E. La defensa legitima del Estado Mexicano respecto de otros Estados o sujetos a de derecho
internacional;
F. La preservación de la democracia, fundada en el desarrollo económico social y político del
país y sus habitantes.
367. En el sentido, la Ley Orgánica del Ejercito y Fuerza Aérea Mexicanos señala como misión
de estas instituciones:
368. Ahora bien, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha emitido jurisprudencia en la que
se sustenta la participación de las Fuerzas Armadas en las labores de seguridad publica
cuando las autoridades civiles los soliciten, con estricto apego a la Constitución y a las leyes
que de ella emanan:
A. Ejercito, Armada y Fuerza Aérea. Su participación en auxilio de las autoridades civiles es
constitucional (interpretación del artículo 129 de la Constitución).
B. Ejercito, Fuerza Aérea y Armada. Pueden actuar acatando ordenes del Presidente, con
estricto respeto a las garantías individuales, cuando sin llegarse a situaciones que requieran la
suspensión de aquellas, hagan temer, fundadamente, que de no enfrentarse de inmediato seria
inminente caer en condiciones graves que obligaría a decretarla.
En todo caso, el Ejercito y la Fuerza Aerea deben respetar y proteger los derechos humanos de
todas las personas.
Segunda Sección
Principios Generales para la Actuación del Personal del Ejercito y Fuerza Aérea
Mexicanos en Materia de Derechos Humanos.
369. Observar las mejores prácticas internacionales en relación con los derechos humanos,
absteniéndose de realizar actos violatorios de estos.
370. Conducir su actuación con apego al orden jurídico y a los derechos humanos, con absoluta
imparcialidad, sin discriminar a las personas por su origen étnico, religión, sexo, genero,
condición económica, condición social, apariencia, preferencias sexuales e ideología
política, ni por otro motivo.
371. Observar un trato respetuoso hacia las personas, absteniéndose de cualquier acto de
arbitrariedad o rebase del limite de las funciones que le han sido expresamente
encomendadas, de forma verbal o por escrito.
372. Apegarse a los principios de legalidad, eficiencia, profesionalismo y honradez.
373. Conocer el orden jurídico mexicano vinculado con los derechos humanos, así como
nuestras leyes y reglamentos militares para asegurar su buen desempeño.
374. Dar respuesta en breve termino a todas las peticiones que se formulen, conforme a lo
dispuesto en el artículo 8º de la Constitución.
375. Respetar la integridad física de las personas detenidas en tanto se ponen a disposición del
Ministerio Publico o de la autoridad competente.
376. Fomentar entre el personal militar que se privilegie la vida en todas sus actividades,
desarrollando una cultura de respeto y observancia de los derechos humanos.
377. Desempeñar su misión con apego a los valores del Ejercito y Fuerza Aérea Mexicanos:
honor, valor, lealtad, disciplina, abnegación, espíritu de cuerpo, patriotismo y honradez, en
aposición a cualquier acto de corrupción.
378. Brindar auxilio a la protección de las personas que son amenazadas por algún peligro, asi
como de los bienes que le son encomendados; su actuación debe ser digna, congruente,
oportuna y apegada el orden jurídico.
379. El personal militar es considerado una autoridad cuando se encuentra en ejercicio de las
funciones de su empleo, cargo o comisión; por lo que se debe ajustar su actuación al
respecto irrestricto a los derechos humanos de todas las personas.
380. Cuando el personal militar se encuentre franco, pero hace uso de su investidura o de
recursos humanos y/o materiales de la institución puede considerase, de acuerdo a las
circunstancias de cada caso, que infringe la disciplina militar, incurre en delitos del orden
federal o común y viola derechos humanos de las personas civiles.
383. Se debe dar todas las facilidades y el apoyo especifico necesario que requieran las y los
funcionarios de la CNDH para el buen desempeño de sus labores de investigación de
violaciones de los derechos humanos.
385. A las organizaciones de la sociedad civil protectoras de los derechos humanos se les debe
indicar que deben dirigir sus peticiones al escalón superior de mando o bien de manera
directa a la Dirección General de Derechos Humanos.
386. El personal militar, en el ejercicio de sus atribuciones, únicamente podrá detener a las
personas probables responsables de la comisión de un ilícito en el momento en que se
esté cometiendo, o bien, inmediatamente después si existe una persecución
ininterrumpida (flagrancia), y deberá ponerlos sin demora a disposición de la autoridad
competente.
Tercera Sección
Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y Armas de Fuego por las y los
Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley
387. En el VIII Congreso de las Naciones Unidas sobre la Prevención del Delito y Tratamiento
del Delincuente, celebrado en la Habana, Cuba, del 27 agosto al 7 de septiembre de 1990,
se aprobaron los principios básicos sobre el empleo de la fuerza y armas de fuego por los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
388. A fin de evitar hacer uso ilegítimo de la fuerza y de las armas de fuego en perjuicio de las
personas a las que se pretende detener, someter o asegurar, el personal militar en el
cumplimiento de las misiones asignadas, debe ajustar su conducta, entre otros, a los
Principios básicos sobre el Manual empleo de la fuerza y armas de fuego por los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, así como al del Uso de la Fuerza, de
aplicación común a las tres fuerzas armadas.
389. Los principios comunes y esenciales que rigen el uso legítimo de la fuerza y de las armas
de fuego por los funcionarios o servidores públicos encargados de hacer cumplir la ley,
son:
A. Oportunidad: cuando se utiliza en el momento en que se requiere. Ante situaciones que
pongan en peligro o riesgo la vida de civiles se debe proteger la integridad física de las
personas involucradas y sus bienes.
B. Proporcionalidad: cuando se utiliza en la magnitud, intensidad y duración necesarias para
lograr el control de la situación, atendiendo al nivel de resistencia o de agresión que se
enfrente.
C. Racionalidad: cuando su utilización es producto de una decisión en la que se valora el
objetivo que se persigue, las circunstancias de la agresión, las características personales y
las capacidades tanto del sujeto a controlar como de usted, y que dada la circunstancia no
puede recurrir a otro medio.
D. Legalidad: cuando su uso es desarrollado con apego a la normativa vigente y con respeto a
los derechos humanos.
390. Para que el uso de la fuerza sea proporcional se debe realizar una evaluación de la
situación a fin de adoptar el nivel de fuerza que corresponda a la conducta de la persona y/o la
resistencia que opone mediante:
A. Disuasión: acto de presencia.
B. Persuasión: contacto visual e instrucciones verbales, para que el presunto transgresor de la
ley desista.
C. Fuerza no letal: controlar a una persona en los casos de resistencia no agresiva y agresiva.
D. Fuerza letal: utilización de medios letales (armas de fuego, contundentes e improvisadas)
para
proteger la vida propia o de terceros.
391. Dentro del derecho nacional, el artículo 15, fracción IV, del Código Penal Federal
establece como causa de exclusión de delito a lo que reconoce como “legítima defensa”.
392. La legítima defensa es entendida como “la repulsa de una agresión actual, inminente y sin
derecho, utilizando la racionalidad de los medios en relación al daño que se pretende causar,
ya sea de bienes jurídicos propios o de terceras personas”.
393. “Repulsa”, se entiende como la acción de repeler el ataque injustificado que está
sucediendo en el momento o que está por suceder.
394. Al respecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, interpreta que el ataque es actual
cuando reviste caracteres de inminencia o dura todavía, de tal suerte que lo que importa para
los efectos del derecho penal es la amenaza creada por aquella persona, y no la actualidad de
la lesión que sufre quien se defiende o, en otros términos, lo que caracteriza a la legítima
defensa es que el rechazo de la agresión se realice mientras ésta persista, esto es, en tanto
que pone en peligro la integridad corporal o la vida de quien se defiende y aún la de una o un
tercero.
395. Por otro lado, cuando se habla de “racionalidad”, debe entenderse en el sentido de que el
medio empleado para repeler la agresión no deba ser excesivo, es decir, que el nivel de fuerza
a emplear sea el mínimo necesario para neutralizar el acto o amenaza hostil procurando causar
el menor daño posible.
396. Asimismo, por lo que se refiere al concepto “bienes jurídicos”, se debe entender como la
vida, la integridad corporal, la propiedad, etc
Cuarta Sección
Acciones para Promover el Respeto de los Derechos Humanos en el Ejército y Fuerza
Aérea Mexicanos
399. Con base a los perfiles de egreso, se estructura para su estudio la asignatura de derechos
humanos respondiendo a los diversos niveles educativos, a los grados jerárquicos y a las
funciones que desarrollarán los discentes una vez que culminen sus estudios.
400. Dicha asignatura comprende temas que se desarrollan en forma teórica y práctica
proporcionando una comprensión cabal de los derechos humanos, para que los egresados
normen su actuar con estricto respeto a los derechos humanos que ampara el orden jurídico
mexicano.
A. Con fecha 1 de enero de 2008, pasó su revista de entrada la Dirección General de Derechos
Humanos, la cual tiene como misión atender los requerimientos e inconformidades que en
materia de derechos humanos se interpongan en contra de elementos pertenecientes a la
Secretaría de la Defensa Nacional, así como promover y fomentar la cultura de respeto a los
derechos humanos.
C. Capacitación.
Se han otorgado becas en instituciones civiles y extranjeras para que el personal militar realice
estudios en materia de derechos humanos, asimismo, se programan cursos, diplomados,
talleres, seminarios y conferencias en coordinación con la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, organismos estatales; así como instituciones educativas reconocidas del país, en
materia de derechos humanos.
D. Otras acciones.
a. Desde 1998, la materia de derechos humanos se aplica en los concursos de las
promociones especial y general.
Artículo 1. Las disposiciones de la presente Ley son de orden público, de interés social y de
observancia general en todo el territorio nacional; tienen como fin regular el uso de la fuerza
que ejercen las instituciones de seguridad pública del Estado, así como de la Fuerza Armada
permanente cuando actúe en tareas de seguridad pública. Cuando las autoridades a que se
refiere el párrafo anterior realicen tareas de protección civil, y se requiera el uso de la fuerza, lo
harán en los términos que dispone la presente Ley.
Capítulo II
Principios del Uso de la Fuerza
Artículo 5. El uso de la fuerza se hará en todo momento con pleno respeto a los derechos
humanos.
Artículo 6. El impacto del uso de la fuerza en las personas estará graduado de la siguiente
manera:
I. Persuasión: cese de la resistencia a través del uso de indicaciones verbales o de la
simple presencia de la autoridad, para lograr la cooperación de las personas con la autoridad;
II. Restricción de desplazamiento: determinar un perímetro con la finalidad de controlar la
agresión; III. Sujeción: utilizar la fuerza física con moderación para lograr el control o
aseguramiento de los individuos;
IV. Inmovilización: utilizar la fuerza física con intensidad, pudiendo emplear medios o equipos
destinados a restringir la movilidad de las personas para lograr su aseguramiento;
V. Incapacitación: utilizar la fuerza física con máxima intensidad, permitiendo el empleo de
armas menos letales, así como sustancias químicas irritantes que perturben las funciones
sensoriales, con la finalidad de neutralizar la resistencia y la violencia, teniendo alta
probabilidad de causar lesiones que no pongan en riesgo la vida del agresor,
VI. Lesión grave: utilizar la fuerza [epiletal], permitiendo el uso de armas menos letales o de
fuego con la finalidad de neutralizar a los agresores y proteger la integridad de la autoridad o
de personas ajenas, con alta probabilidad de dañar gravemente al agresor, y (Fracción
declarada inválida por sentencia de la SCJN a Acción de Inconstitucionalidad notificada para
efectos legales 29-10-2021 y publicada DOF 08-04-2022 (En la porción normativa “epiletal”)
VII. Muerte: utilizar la fuerza letal como una acción excepcional, permitiendo el uso de armas
menos letales o de fuego con la finalidad de repeler y neutralizar la agresión, no teniendo otra
opción para proteger la vida de las personas ajenas o la propia, a sabiendas que existe un alto
riesgo de causar la muerte del agresor.
Capítulo III
Procedimientos del Uso de la Fuerza
Artículo 10. La clasificación de las conductas que ameritan el uso de la fuerza, ordenadas por
su intensidad, es:
I. Resistencia pasiva: conducta de acción u omisión que realiza una o varias personas,
exenta de violencia, para negarse a obedecer órdenes legítimas comunicadas de manera
directa por los sujetos obligados, quienes previamente se han identificado como autoridad.
Contra la resistencia pasiva podrán oponerse los mecanismos de reacción a los que se refieren
las
fracciones I y II del artículo anterior;
II. Resistencia activa: conducta de acción u omisión que realiza una o varias personas,
empleando la violencia, el amago o la amenaza, para negarse a obedecer órdenes legítimas
comunicadas de manera directa por los sujetos obligados, quienes previamente se han
identificado como autoridad. Contra la resistencia activa podrán oponerse los mecanismos de
reacción a los que se refieren las fracciones I, II, III y IV del artículo anterior, y
III. Resistencia de alta peligrosidad: conducta de acción u omisión que realiza una o varias
personas, empleando la violencia, el amago o la amenaza con armas o sin ellas para causar a
otra u otras o a miembros de las instituciones de seguridad, lesiones graves o la muerte,
negándose a obedecer órdenes legítimas comunicadas de manera directa por los sujetos
obligados, quienes previamente se han identificado como autoridad. Contra la resistencia de
alta peligrosidad podrán oponerse los mecanismos de reacción a los que se refieren las
fracciones
I, II, III, IV y V del artículo anterior. Artículo 11. Los niveles del uso de la fuerza, según el
orden en que deben agotarse, son:
I. Presencia de autoridad: es la primera forma de contacto que tienen los agentes con la
ciudadanía en general. Se manifiesta a través de:
a) El uso adecuado del uniforme;
b) El uso adecuado de equipo, acorde a las circunstancias, y
c) Una actitud diligente.
II. Persuasión o disuasión verbal: a través del uso de palabras o gesticulaciones que sean
catalogadas como órdenes y que permitan a la persona facilitar a los agentes a cumplir con
sus funciones;
III. Reducción física de movimientos: mediante acciones cuerpo a cuerpo a efecto de que se
controle a la persona que se ha resistido y ha obstaculizado que los agentes cumplan con sus
funciones;
IV. Utilización de armas incapacitantes menos letales: a fin de someter la resistencia activa
de una persona, y V. Utilización de armas de fuego o de fuerza letal: para repeler las
resistencias de alta peligrosidad.
Artículo 12. El uso de la fuerza solo se justifica cuando la resistencia o agresión es:
I. Real: si la agresión se materializa en hechos apreciables por los sentidos, sin ser
hipotética ni imaginaria;
II. Actual: si la agresión se presenta en el momento del hecho, no con anterioridad o
posterioridad, y
III. Inminente: si la agresión está próxima a ocurrir y, de no realizarse una acción, esta se
consumaría.
Artículo 13. El uso de la fuerza letal será el último recurso en cualquier operativo. En su caso,
los agentes deberán comprobar que la agresión era real, actual o inminente, sin derecho, que
ponía o podría poner en peligro la vida o integridad física de personas ajenas o de uno de ellos
y que el uso de la fuerza en los niveles referidos en las fracciones I a la IV del artículo 11, eran
insuficientes para repeler, contrarrestar o neutralizar los actos de resistencia.
Capítulo IV
Instrumentos del Uso de la Fuerza
Artículo 14. Las instituciones de seguridad asignarán las armas solamente al agente que
apruebe la capacitación establecida para su uso y este, a su vez, solo podrá usar las armas
que le hayan sido asignadas.
Artículo 15. Los agentes podrán tener a su cargo y portar las siguientes armas:
I. Incapacitantes menos letales:
a) Bastón PR-24, tolete o su equivalente, de acuerdo con las disposiciones aplicables;
b) Dispositivos que generan descargas eléctricas;
c) Esposas o candados de mano;
d) Sustancias irritantes en aerosol, y
e) Mangueras de agua a presión.
II. Letales:
a) Armas de fuego permitidas, y
b) Explosivos permitidos,
En este y en el inciso anterior, en términos de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
Las instituciones de seguridad deberán dotar a los agentes con el equipo de protección y
vehículos con y sin blindaje, a fin de proteger su integridad y disminuir la necesidad del uso de
armas de cualquier tipo. En todos los casos, las armas que se autoricen para los cuerpos de
policía deberán apegarse a lo establecido en el párrafo tercero del artículo 24 de la Ley
Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
Artículo 16. Las instituciones de seguridad emitirán los protocolos de actuación con perspectiva
de género y para niñas, niños, adolescentes y protección de los derechos humanos, así como
los manuales de técnicas para el uso de la fuerza y la descripción de las conductas a realizar
por parte de los agentes. El manual correspondiente determinará el contenido de las prácticas
que los agentes deberán cumplir para estar capacitados en el uso de la fuerza, así como la
periodicidad del entrenamiento para el uso de las armas permitidas y las técnicas de solución
pacífica de conflictos, como la negociación y la mediación, así como de control de multitudes y
otros medios lícitos que limiten al máximo el uso de la fuerza en los niveles de uso de armas
incapacitantes menos letales y de armas de fuego. El entrenamiento para el uso de las armas
permitidas comprenderá técnicas de solución pacífica de conflictos, como la negociación y la
mediación, así como de control de multitudes y otros medios lícitos que limiten al máximo el uso
de la fuerza en los niveles de uso de armas menos letales y uso de arma de fuego.
Capítulo V
Agentes
Artículo 17. Las instituciones de seguridad deberán contar con una base de datos que
contenga el registro detallado de las huellas y las características que impriman los proyectiles
u ojivas, las estrías o rayado helicoidal de las armas de fuego bajo su resguardo; así como de
las armas y equipo asignado a cada agente.
Artículo 18. Las instituciones de seguridad garantizarán que sus integrantes sean
seleccionados mediante procedimientos adecuados que permitan establecer que poseen
aptitudes éticas, psicológicas y físicas apropiadas para el ejercicio eficaz de sus funciones y
que reciban capacitación profesional, continua y completa, incluyendo el uso de la fuerza. Las
aptitudes para el ejercicio de esas funciones serán objeto de examen periódico, de conformidad
con las disposiciones aplicables. Lo anterior, de conformidad con las disposiciones relativas de
la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y demás normatividad aplicable.
Artículo 19. Todo agente tiene derecho a la protección de su vida e integridad física, al respeto
a su dignidad como ser humano y a su autoridad por parte de sus superiores y de la
ciudadanía. Es obligación de la institución de seguridad a la que pertenezcan, proporcionar a
sus agentes la atención médica, psicológica y jurídica que, en su caso, requieran.
Artículo 20. Las familias de los agentes contarán con atención médica, psicológica y social en
aquellos casos en los que el agente pierda la vida, le sea imputado el uso excesivo de la fuerza
o adquiera alguna discapacidad por el ejercicio de sus funciones, dando especial atención a
sus familiares.
Capítulo VI
Detenciones
Artículo 21. En el uso de la fuerza para la detención de una persona se atenderán los principios
y procedimientos establecidos en esta Ley, de acuerdo con las siguientes reglas: I. Evaluar la
situación para determinar inmediatamente el nivel de fuerza que utilizará;
II. Comunicar de inmediato a la persona o personas las razones por las cuales serán
detenidas; III. Comunicar a la persona detenida ante qué autoridad será puesta a disposición y
solicitar que la acompañen, y
IV. Poner a disposición de forma inmediata ante la autoridad competente a la persona detenida.
Los agentes, bajo su más estricta responsabilidad, velarán porque durante la custodia del
detenido se resguarde su integridad y se impidan actos de tortura, tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes, desaparición forzada o cualquier otro hecho que la ley señale como
delito, o que impliquen una violación grave a los derechos humanos; así como por el
cumplimiento de las disposiciones correspondientes de la Ley Nacional del Registro de
Detenciones.
Artículo 22. Cuando para la detención de una persona sea necesario hacer uso de la fuerza, el
agente deberá:
I. Procurar no ocasionar daño a la persona susceptible de detención y velar por el respeto a la
vida e integridad física de ésta;
II. Utilizar de forma racional, subsidiaria y proporcional, los distintos niveles de uso de la fuerza,
conforme a los niveles contemplados en esta Ley, y
III. No exponer a la persona detenida a tratos denigrantes, abuso de autoridad o tortura.
En cualquier caso, será aplicable lo dispuesto por el último párrafo del artículo anterior.
Artículo 23. Durante una detención, se debe garantizar la seguridad de las personas no
involucradas, la de los agentes y la del sujeto de la detención, en ese orden.
Artículo 24. Las instituciones de seguridad deberán abstenerse de ejercer el uso de la fuerza
en contra de una persona detenida bajo su custodia, salvo que las circunstancias demanden la
necesidad de su uso para el mantenimiento del orden y la seguridad o se ponga en riesgo la
integridad de las personas.
Artículo 25. Las detenciones podrán ser registradas en medios audiovisuales que serán
accesibles por los medios que establezcan las disposiciones en materia de acceso a la
información pública y protección de datos personales.
Capítulo VII
Actuación de las Policías en Manifestaciones y Reuniones Públicas
Artículo 27. Por ningún motivo se podrá hacer uso de armas contra quienes participen en
manifestaciones o reuniones públicas pacíficas con objeto lícito. En estos casos, la actuación
policial deberá asegurar la protección de los manifestantes y los derechos de terceros, así
como garantizar la paz y el orden públicos. La intervención de las fuerzas de seguridad pública
deberá hacerse por personas con experiencia y capacitación específicas para dichas
situaciones y bajo protocolos de actuación emitidos por el Consejo del Sistema Nacional de
Seguridad Pública.
Artículo 28. Cuando las manifestaciones o reuniones públicas se tornen violentas, las policías
deberán actuar de acuerdo a los distintos niveles de fuerza establecidos en esta Ley. Capítulo
VIII Planeación de Operativos que requieran el Uso de la Fuerza.
Artículo 29. Los agentes tienen derecho a responder a una agresión usando fuerza letal
cuando esté en peligro inminente su integridad física con riesgo de muerte. Para calificar el
hecho se deberán tomar en cuenta las circunstancias de modo, tiempo y lugar del operativo,
así como la situación del agresor y su capacidad de resistencia.
Artículo 31. En el caso de los planes, estrategias y programas para actuar frente a asambleas,
manifestaciones o reuniones que se tornen violentas o que atenten contra el orden público, se
deberá considerar la presencia de agentes capacitados para llevar a cabo negociaciones y
procedimientos de disuasión y persuasión para que los manifestantes abandonen las conductas
agresivas, debiendo buscar a los líderes para entablar el diálogo entre éstos y las autoridades.
El agente que funja como negociador deberá permanecer en comunicación directa y en
coordinación con el mando operativo, quien a su vez tendrá contacto directo con el mando
superior.
Capítulo IX
Informes del Uso de la Fuerza
Artículo 32. Siempre que los miembros de las instituciones de seguridad utilicen la fuerza en
cumplimiento de sus funciones deberán realizar un reporte pormenorizado a su superior
jerárquico inmediato, una copia de este se integrará al expediente del agente al mando del
operativo y en lo conducente de cada uno de los participantes. Los superiores jerárquicos serán
responsables cuando deban tener o tengan conocimiento de que los agentes bajo su mando
hayan empleado ilícitamente la fuerza, los instrumentos o armas de fuego a su cargo y no lo
impidan o no lo denuncien ante las autoridades correspondientes.
Artículo 35. Las instituciones de seguridad deberán presentar informes públicos anuales que
permitan conocer el desarrollo de las actividades que involucren el uso de la fuerza. Estos
reportes deberán contener:
I. Los datos relacionados con las detenciones;
II. Los resultados de la evaluación corporal que se realice a las personas detenidas;
III. El número de personas fallecidas por el uso de la fuerza, desagregado por sexo, y
IV. En su caso, recomendaciones que con motivo de estos eventos hayan emitido los
organismos públicos de derechos humanos, y la atención que se haya dado a las mismas.
Artículo 36. En aquellos operativos en los que se requiera y autorice desde la planeación el
uso de la fuerza letal, se podrán utilizar dispositivos tecnológicos con el fin de registrar
audiovisualmente el desarrollo del operativo con fines de verificación.
Artículo 37. Los vehículos que se utilicen en el ejercicio del uso de la fuerza contarán con
mecanismos tecnológicos para vigilar la seguridad de los agentes y de las personas alrededor.
Artículo 38. El material audiovisual será accesible para investigaciones y procedimientos
judiciales, en términos de la legislación en la materia.
Artículo 39. Los datos personales de los agentes que hayan utilizado fuerza letal deberán ser
tratados en términos de la legislación en la materia.
Capítulo X
Capacitación y Profesionalización
Artículo 40. La capacitación que reciban los agentes considerará los estándares nacionales e
internacionales en la materia y deberá incluir, al menos, los aspectos siguientes:
I. Derechos Humanos;
II. No discriminación;
III. Perspectiva de género;
IV. Principios para el uso de la fuerza;
V. Adiestramiento en medios, métodos y técnicas para el control físico;
VI. Adiestramiento en el empleo de armas menos letales;
VII. Código de conducta de los servidores públicos;
VIII. Ética y doctrina policial;
IX. Responsabilidades jurídicas derivadas del uso de la fuerza;
X. Actuaciones previas, durante y posteriores al uso de la fuerza;
XI. Actuación policial, en caso de detenciones;
XII. Primeros auxilios y asistencia médica de emergencia;
XIII. Medios y métodos de solución pacífica de conflictos;
XIV. Manejo y control de multitudes;
XV. Manejo y traslado de personas detenidas o sujetas a proceso; XVI. Manejo de crisis,
estrés y emociones, y XVII. Las demás que resulten necesarias.
Artículo 41. La capacitación a que se refiere el artículo anterior deberá considerar el uso
diferenciado, escalonado y gradual de la fuerza, tanto de armas letales como menos letales,
siempre con el objetivo de evitar daño a la integridad física de las personas. Dentro de los
programas de capacitación se deberán establecer cursos de evaluación sobre el uso de la
fuerza.
Capítulo XI
Régimen de Responsabilidades
Artículo 42. Los mandos de las instituciones de seguridad, así como de la Fuerza Armada
permanente, cuando actúen en tareas de seguridad pública, deberán verificar que el empleo de
la fuerza ejercida por sus subordinados, se efectúe conforme a lo establecido en la presente
Ley y demás ordenamientos aplicables.
Artículo 43. Las infracciones a la presente Ley, derivadas de uso indebido de la fuerza,
cometidas por integrantes de las instituciones de seguridad pública, así como de la Fuerza
Armada permanente, cuando actúen en tareas de seguridad pública, deberán ser sancionadas
en términos de las disposiciones legales civiles, penales o administrativas correspondientes.
Artículo 44. Cualquier integrante de las instituciones de seguridad, así como de la Fuerza
Armada permanente cuando actúe en tareas de seguridad pública, al tener conocimiento que
se usó indebidamente la fuerza, deberá denunciar el hecho ante la autoridad competente.