Mi Primera Lectura

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MI PRIMERA LECTURA

Era un niño silencioso, tímido, pero en el fondo anhelaba estar jugando con mis
viejos amigos de barrio aquellos con los que jugaba a las escondidas, congelados,
la gallina ciega, y correíta caliente, pero desafortunadamente era el nuevo, el niño
que miraban raro en una esquina solitario y pensativo, preguntándome porque nos
habíamos ido de un sitio en el que era tan feliz.
RING!!! Suena la campana que nos indicaba que iniciaba la clase, mi primer día
de clase en aquella escuela que era cuadro veces más grande que esa casa
familiar que según mi madre era un buen colegió, entré un poco asustada a ese
salón que era húmedo y frío, olía a lo que huele todo salón de niños una
combinación extraña de sudor y de distintos aromas que jamás entendí, en el que
en una esquina había un balde verde que detenía el agua de una pequeña gotera
de una de esas viejas tejas de sin que techaba aquella escuela.
Inicia la clase y es una profesora la que me indica que me acerque a ella, me
acuerdo de ella y de su aroma a mueble viejo, ella una señora de gran edad, que
silenciaba a los otros niños para que yo pudiera hablar, de un momento a otro
todos hicieron silencia y me miraron, algunos con cara de inocencia otros con
rostro malhumorado porque por culpa mía los había regañado, pero me acuerdo
de aquella niña con grandes ojos marrones que me miraban, y que mire con una
sensación muy rara, una sensación que nunca había sentido, algo extraño pasaba
dentro de mí, una sensación que aun recuerdo pero aun no entiendo. Luego de los
mismos protocolos de presentación, nombre, edad y procedencia, tomo asiendo
cerca de aquella niña, la mire pero no fui capaz de decir ni una sola palabra. La
profesora inicia a hablar, nos indica que hoy es la clase de español, en la que
haríamos una pequeña lectura, me acuerdo de ese momento esa sensación que
sentí que era mucho peor a la que sentí al ver esa niña, estaba mucho más
nervioso y asustado, sudaba, todo se movía a mi alrededor. La clase de español,
aquella clase que siempre deteste, en ese momento aquella niña sonrió y me paso
un libro, un libro que parecía recién comprado, pero fue ahí cuando sentí el
verdadero temor, la profesora me indico que leyera aquella historia de un sapo
“Rin-Rin Renacuajo”, en ese momento no sabía que hacer, la lectura no era mi
fuerte, siempre que lo hacia tartamudeaba y temblaba, odiaba leer y todo aquello
que tenia que ver con esto, inicie la lectura, empecé diciendo mal las primeras
palabras, los renglones se me combinaban, la profesora me miraba, me sonrojé,
me sentí mal, un poco inútil, una sensación que creo nunca olvidar, pero por fin
termine de leer ese primer párrafo, seguía el turno de aquella niña, la cual leía de
manera excelente, luego de un rato terminamos aquella lectura y esta y muchas
veces más sufrí a mi manera por ese pequeño problemita, pero me propuse leer
mejor que aquella niña, después de muchos años he intentos por mejorar en mi
lectura no lo logre, me siguen ganando los nervios y el susto de las miradas.

Autor: Erik Santiago Casas Poveda Ing. Vías y Transporte 202310804

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