Drama 1

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Personajes principales: Luiss(Luiggi), Edi(Erick), Shellin(yo),

Lena(Gianella)
Personajes Semi secundarios: Villi(Vilma), Daian(Dellan),
Anleo(Angelo).
Personajes secundarios: Delina(Dannyela), Ela(Daniela),
Liliana(Viviana), Lira( prof lara), Cindy(Selin), Maritza (Aritza),
Angelica(Angelina), Prof Odon( Adan), mis Paula( Paulina),
Tramas: Triangulo amoroso entre Luiss, Edi y Lena. TRAMA
MEDIO PRINCIPAL.
Trama principal: Romance entre Edi y Luiss.
Trama secundaria: Triángulo amoroso entre Villi, Daian y Anleo.
Trama tercearios: Vida amorosa entre Delina y Daian, luego con
Villi y Daian. Tambien, el sentimiento de “amor” por Daian.
Desarrollo de amigas entre Shellin y Villi, separadas por Ela,
Haciendose un grupo de tres, peleándose. Pelea entre Lena y Ela.
Caminaba por las calles a paso rápido, llegaba tarde al primer día de clases. Maldecí
haberme quedado dormida, tomé el carro hacia la secundaria, me senté en un asiento en el fondo
del carro al lado de una ventana. Había muchos chicos de mi edad y menores que yo caminado
hacia el colegio, todos vistiendo el uniforme deportivo. En este colegio siempre a inicios de año
se nos pide que vayamos al colegio vistiendo el buzo deportivo, no era muy lindo, pero era
fresco. El color naranja del polo resalta por sobre el azul noche del short acompañado por unas
zapatillas blancas. «Una combinación rara, pero única», pensé.
Bajé del carro, al haber llegado a mi destino y allí me encontraba yo, parada en frente de ese
gran portón azul con franjas naranjas, me encaminé unos pasos más adelante hasta llegar a la
entrada donde una mujer de aspecto agradable nos daba la bienvenida y nos permitía el ingreso.
Estaba nerviosa, conocería más personas y viviría nuevas experiencias «tranquilízate» me dije
para mis adentros.
—Buenos días— saludé haciendo un ademan con la mano.
—Buenos días señorita— respondió esbozando una sonrisa, seguido a eso acerco el spray de
alcohol hacia mis manos, extendí mis brazos y me roseó el líquido frio.
Hice un pequeña mueca por el contacto del liquido en mi piel. —Gracias, son muy precavidos a
pesar de ya no estar en pandemia— solo asintió.
Caminé recto en dirección hacia las escaleras, me topé con algunos maestros a quienes saludé
amablemente. Había maestros nuevos y maestros conocidos, yo había estudiado en ese colegio
tres años seguidos y conocía a la perfección cada rincón del edificio, en la planta baja se
encontraba la sección inicial con algunos salones de primaria, un piso más arriba, se situaba la
sección primaria desde tercero hasta sexto de primaria, en lo más alto del edificio yacía la
sección secundaria.
Subí un gran tramo de escaleras para llegar hasta el tercer piso, caminé ojeando cada salón hasta
llegar al mío, pasé por el primer salón este fue seleccionado para primero de secundaria, el
siguiente para segundo, el otro para tercero y el ultimo era para cuarto y quinto. Llegue a mi
salón un poco nerviosa, había pasado todas las vacaciones sin contactarme con ninguno de mis
compañeros del año pasado, sabía que algunos se transferirían y que otros se quedarían, pero
solo eso. Mientras me acercaba a mi salón, sentí cosquilleos en mis entrañas, puse mi primer pie
en la entrada del y mis ojos no percibieron ningún cambio, todo seguía luciendo igual que el año
pasado. Las paredes estaban totalmente blancas, el piso de mayólica seguía siendo del mismo
color de las paredes, los pequeños cuadros adhesivos de señalización verdes seguían resaltando
por sobre el color claro de la pared. Sabía que a pesar de que el salón no haya cambiado, viviría
nuevas experiencias con gente nueva y antiguos conocidos.
Me adentré más al salón, sentí algunas miradas, eran de gente que no conocía «esto es muy
incómodo», me plante en frente de todas las carpetas y rápidamente busque con la mirada un
sitio para sentarme, las mesas estaban organizadas en cinco columnas de manera vertical y
cuatro filas de manera horizontal, elegí la mesa de la primera fila en la tercera columna, era la
mejor para poder escuchar bien al maestro y copiar lo que se escribía en la pizarra, dejé mi
mochila colgada en el respaldar de esa carpeta, alcé la mirada al sentirme vigila y podía asegurar
que no eran las miradas de mis nuevos compañeros, me percate de la cámara de videovigilancia
en una esquina del techo, «¿en serio?, creo que no voy a sobrevivir un año más». Si bien no me
agradaba que me estén observando unas cuantas miradas, me asfixiaría aún peor por esa cámara.
Sentí claramente que el gesto de mi rostro había cambiado. «Supongo que también será muy
útil», me dije tratando de mejorar mi situación.
Sentí una presencia detrás de mí —¿También te incomoda?— preguntó una voz masculina
conocida. Giré rápidamente encontrándome con la persona que sospechaba —Luiss— musité,
sentí mis ojos algos húmedos, traté de retener las gotas que amenazaban salir a toda costa, no
quería hacer una escena ahora.
Un mes antes de regresar a la secundaria él me llamó a mitad de la noche, con la voz
entrecortada y sollozando, diciéndome que lo cambiarían de nuevo al colegio en el que estaba
antes de llegar a este, traté de consolarlo, pero no sabía cómo hacerlo si yo me sentía igual que
él, no quería alejarme de un buen amigo y eso de hablarse por mensaje de texto era un mierda y
tarde o temprano nos distanciaríamos, yo no quería que pasase eso.
Luiss era mi mejor amigo y compañero desde primero de secundaria, tantas vivencias y
recuerdos aturdían a mi mente en ese momento y la idea de que tal vez nos alejaríamos me
torturaba. Él era de esas amistades que no puedes olvidar, nos hicimos prometer que eso a lo
ambos teníamos tanto miedo no pasaría, pero…yo no sabía que iba a pasar.
—Sí, un poco, pero supongo que eran necesarias —lo vi directamente a los ojos—. Pensé que te
cambiarían de escuela— dije con la voz poco estable. Parecía estar nervioso —la verdad es que
mi madre tenía planeado cambiarme, pero después de una larga discusión dejó que me quedase,
disculpa por no decírtelo —colocó su mano detrás de la nuca viendo hacia otro lado—. No hay
problema me alegra de que no te hayas ido —lo abracé y palme su espalda como de costumbre
—Sabía perfectamente que algo más había pasado, pero por alguna razón no me lo quería
contar. Una voz anunciaba por los altavoces que bajáramos al patio para formar —bajemos—
dije moviendo la cabeza en dirección a la puerta a lo que él solo asintio.
En todo el camino al patio, me la pasé pensando en que había pasado realmente, «espero no sea
nada malo», obviamente era algo malo, pero era un reflejo inconsciente de mi mente para no
aflingir a mi corazón. Llegando al patio se podía observar a profesoras y profesores indicando
que se formen en columnas verticales, dividas por secciones, grados y géneros. Una mujer alta
de tez blanca nos indicaba que formáramos una columna. La directora se encontraba en frente de
todos con un micrófono en su mano —buenos días chicos y chicas, soy la directora de la
institución educativa, el día de hoy damos inicio a un nuevo año escolar, totalmente presencial,
como bien saben hemos sufrido una pandemia que nos ha afectado mucho, el año pasado se
hicieron a inicios de año clases semipresenciales, pero esta vez arrancaremos con clases
totalmente presénciales —todos aplaudieron—. Era bueno saber este año sería diferente,
consiguiente presentaron a los profesores que enseñarían este año lectivo. Los profesores de
nivel inicial y primaria se presentaron dando su discurso. La mayoría de ellos o mejor dicho casi
todos eran los mismos del año pasado, no le mucha importancia solo aplaudía cuando
terminaban sus presentaciones. Me llamo más la atención cuando una voz no tan familiar habló
por los altavoces —buenos días chicos, soy Lira y enseño comunicación y oratoria enseñaré a
nivel secundaria, un gusto —nuevamente aplausos—. Me quede un poco atónita tratando de
procesar lo que había escuchado —¿ y la mis Liliana?— pregunté en voz baja —ya no enseñará
aquí— comento un chico a mi costado, me gire y lo vi, era el sobrino de la profesora y también
un compañero mío del año pasado —¿por qué?— pregunté con la mirada hacia los profesores
que se iban presentando —por falta de tiempo supongo, pero no estoy seguro— no dije nada,
solo me limité a asentir con la cabeza. —Soy Selin enseño el curso de inglés, estaré recorriendo
los niveles de inicial hasta secundaria, un gusto —aplausos—. Mis Selin era una buena maestra
a mi parecer y me encantaba su forma de enseñar, la conocía desde el primer día que llegue a
este colegio, me quede feliz al ver que no se había retirado. Una mujer alta con una tez blanca y
una cabellera negra tomo el micrófono y habló —Hola, chicos y chicas soy mis Aritsa, enseño
los cursos de geografía e historia, espero llevarnos bien este nuevo año escolar —aplaudimos
todos— mi felicidad era notoria, estaba contenta, mis Aritsa era muy comprensible, amable
como todas las profesoras, pero algo en ella la hacía diferente o quizás solo era mi “Mommy
issues” tratando de no empeorar mi estado emocional. Finalizando una persona muy conocida
por el colegio habló —Hola, chicos. Como muchos ya me conocerán soy el profesor Adán y
enseño los cursos de matemática, un gusto en estar de nuevo aquí en este año— dijo algunas
cosas más como era muy característico de él, hablo sobre que teníamos que empezar bien este
año y empeñarnos mucho. Era el último de los profesores que faltaban por presentarse, cuando
termino de hablar nos pidieron que vayamos a nuestras aulas en orden.
Fuimos en orden hasta las escaleras en donde se empezaron a desordenar y hacer un gran
cumulo de gente impidiéndonos el pase, «¿es qué no pueden acatar una simple orden?», me
estresaban las grandes cantidades de gente en un lugar tan estrecho. Mientras intentaba
escabullirme entre cualquier agujero que pudiera presentarse y salir de esa incomoda situación
sentí el agarre de alguien en mi hombro, gire mi rostro y era mi prima Delina —¿y tú qué haces
acá?, ¿no que te ibas al colegio más caro?— dije burlona y con una ligera expresión de sorpresa
—pensaba lo mismo, pero por falta de dinero no me pudieron transferir, así que estoy aquí —
suspiré— no te preocupes veras que te encantará este colegio. Tomé su mano y nos dirigimos
hacia nuestros salones. No lo hice notorio, pero realmente estaba feliz de que mi prima más
cercana estuviera en el mismo colegio que yo. En el último escalón nos despedimos, cada una a
su respectivo salón.
Entre al salón de clases, vi nuevos rostros en el fondo del salón que no estaban allí cuando
llegue a primera hora, eran Edi, Ando, Jordi y Julissa, los conocía del año pasado eran alumnos
de tercer grado «ellos deberían estar en quinto grado ¿qué hacen aquí?», obvie la pregunta en
mi mente y me senté, me giré hacia la carpeta a mi atrás, allí estaba un chico nuevo, de tez
oscura y cabello del mismo color, no se percató de mi mirada, estaba en su mundo solo lo
observé.
Mis Aritsa se acercaba a la puerta del salón a lo que todos procedimos a levantarnos de nuestros
asientos para recibirla. —Buenos días chicos y chicas— dijo con un tono de voz agradable, pero
firme, se dirigió a la mesa y dejo su mochila allí —como bien saben soy Aritsa, ya me presenté
en formación, pero lo volveré hacer. Les voy a enseñar los cursos de geografía e historia y no
solo eso, me han designado como tutora de este salón.
Mi rostro expreso un gesto de felicidad y Luiss quien estaba a mi derecha de pie lo notó a lo que
solo esbozo una débil sonrisa. El chico ya sabía que Mis Aritsa era especial para mí, por mi
mente pasó la idea de preguntarle por qué en el salón había alumnos de quinto, pero no lo quería
hacer para no incomodar, más por vergüenza. «Mentalízate», suspiré y alcé la mirada, me armé
de valor.
—Mis Aritsa ¿puedo realizar una pregunta?— pasó lo que me temía, todas esas miradas
penetrantes estaban sobre mí.
—Sí, claro. Pregunta lo que quieras.
—¿Por qué en el salón hay alumnos de tercero de secundaria?— «listo, lo hiciste ahora a no
quedar como una tonta», aún sentía las miradas en mí, pero deje de darle importancia cuando
Luiss me dio un codazo.
—Ah, ¿no les han informado? —se acomodó los lentes— este año cuarto y quinto trabajarán
juntos durante el año lectivo, ya que en su grado solo son cuatro y no pueden tener un salón
propio debido a la cantidad de alumnos.
—¿Cómo vamos a hacer por los temas? ¿Serán los mismos?— dijo otro alumno —Pero, nos
vamos a confundir y se nos va a hacer difícil ya que los temas son diferentes —hablo otro—. En
cuestión de segundos el salón se llenó murmullos.
TE QUEDASTE AQUI
Maldije a mis adentros, todos se habían descolocado solo porque pregunté, odiaba esa sensación
desde muy pequeña me pasaba y era una tortura para mí, no sabía ni yo misma porque yo era
así, pero tenía que soportarlo. Si quieres ser la mejor de clases, tienes que participar hablar
delante de mucha gente al exponer y muchas cosas más que involucraban conestar en yo si sabia
socializar no era introvertida pero no me gustaba cer el centro de atenció o mejor dicho no me
gustaban esas miradas, miradas que te dan la gente, todas con diferentes intenciones, pero todas
esas miradas te juzgaban, lo hacían de manera conciente o inconciente, o eso era lo que yo
percibia y me atormentaba. Coon el tiempo logre convivir con ello y logré cometer mis
objetivos, era la mejor de la clase a pesar de ese problemita que tenía.—Haber, haber. Silencio
por favor, ese tema ya está solucionado cada profesor sabe que temas son los mismos o
diferentes para la clase, no se alboroten un se preocupen por ese tema, ahora siéntense por favor,
vamos a presentarnos entre nosotros de manera rápida.
Todos empezaron a presentarse uno por uno hasta que me tocó a mí —Hola, mi nombre es
Shellin un gusto en conocerlos, espero que nos podamos llevar bien— dije con una pequeña
sonrisa, sentándome rápidamente en mi asiento. Pasaron a presentarse más alumnos, a la
mayoría ya los conocía del año pasado así que no les tome mucha atención. —Me llamo Villi,
un gusto— habló una chica bajita con lentes, hablaba muy bajito que casi no se le escuchó. Para

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