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Micosis superficiales: casuística del Departamento de Micología del Instituto Nacional de Higiene “Rafael

Rangel”, Caracas,Venezuela (2001-2014).

Ana María Capote, Giuseppe Ferrara, María Mercedes Panizo, Nataly García, Víctor Alarcón, Vera
Reviakina y Maribel Dolande.

Departamento de Micología. Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel”. Caracas, Venezuela.

Autor de correspondencia: María Mercedes Panizo. Departamento de Micología. Instituto Nacional de


Higiene “Rafael Rangel”. Caracas, Venezuela. Correo electrónico: [email protected]

Resumen. Las micosis superficiales son muy comunes y por ello son motivo de consulta médica
frecuente. El objetivo de este trabajo fue conocer la frecuencia de diagnóstico de las micosis
superficiales en el Departamento de Micología del Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel ” en
Caracas, Venezuela, durante 14 años (2001-2014). Se realizó un estudio transversal y retrospectivo de
revisión de historias micológicas de pacientes con diagnóstico presuntivo de micosis superficial. Las
muestras procesadas fueron uñas, pelos y escamas epidérmicas. La identificación de los hongos se
realizó mediante observación macro y microscópica de las colonias y pruebas de identificación
bioquímicas y fisiológicas, según requerimiento del agente aislado. Para la investigación de Malassezia
spp. solo se realizó examen directo. De las 3228 muestras procesadas, 1098 (34%) resultaron positivas y
su distribución según el agente etiológico fue: 79,5% dermatofitos; 10,9% levaduras; 5,1% hongos no
dermatofitos y 4,5% Malassezia spp. El dermatofito más aislado fue el Complejo Trichophyton rubrum
(70,1%), seguido del Complejo T. mentagrophytes (15,1%), Microsporum canis (9,4%) y Epidermophyton
floccosum (4%). Las tiñas más frecuentes fueron: Tinea unguium (66,8%), seguida de Tinea pedis (16,4%)
y Tinea capitis (8,1%). En el grupo de levaduras el Complejo Candida parapsilosis (37,5%) fue el más
aislado y entre los hongos no dermatofitos el más frecuente fue Fusarium spp. (53,6%), seguido de
Aspergillus spp. (19,6%) y Acremonium spp. (10,7%). La identificación del agente etiológico es
fundamental para orientar un tratamiento adecuado. Esta casuística constituye un aporte importante
para el conocimiento de la epidemiología de las micosis superficiales en nuestro país.

Palabras clave: micosis superficiales; dermatofitos; Candida; hongos no dermatofitos; onicomicosis; tiñas

Superficial mycoses: casuistry of the Mycology Department of the Instituto Nacional de Higiene “Rafael
Rangel”, Caracas, Venezuela (2001-2014).
Abstract. The superficial mycoses are very common infectious diseases and therefore are a frequent
reason for medical consultation. The aim of this study was to determine the diagnostic frequency of
superficial mycoses in the Mycology Department of the Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel ”
during 14 years (2001-2014). A retrospective cross-sectional study was performed to review the
mycological records of patients with presumptive diagnosis of superficial mycosis. Nails, hairs and
epidermal scales were the processed samples. The identification of fungi was performed by macro and
microscopic observation of colonies and biochemical and physiological tests, as required of the isolated
agent. For the investigation of Malassezia spp. only direct examination was performed. Of the 3 228
samples processed, 1 098 (34%) were positive and their distribution according to the etiological agent
was: dermatophytes 79.5%; 10.9% yeasts; non-dermatophytes fungi 5.1% and 4.5% Malassezia spp. The
most frequently isolated dermatophyte was Trichophyton rubrum Complex (70.1%), followed by T.
mentagrophytes complex (15.1%), Microsporum canis (9.4%) and Epidermophyton floccosum (4%). The
most frequent ringworms were: Tinea unguium (66.8%), followed by Tinea pedis (16.4%) and Tinea
capitis (8.1%). Candida parapsilosis complex (37.5%) was the most frequently isolated yeast and
Fusarium spp. (53.6%) was the most isolated among non-dermatophyte fungi, followed by Aspergillus
spp. (19.6%) and Acremonium spp. (10.7%). The identification of the etiological agent is essential to
guide appropriate treatment. This study constitutes an important contribution to the knowledge of the
epidemiology of superficial mycoses in our country.

Keywords: superficial mycoses; dermatophytes; Candida; non-dermatophyte fungi; onychomycoses;


ringworm.

Recibido: 12-08-2015 Aceptado: 24-09-2015

INTRODUCCIÓN

Las micosis superficiales o dermatomicosis se encuentran entre las enfermedades infecciosas más
comunes. Se localizan en las capas superficiales de la piel y sus anexos (pelo y uñas), por esta razón son
motivo de consulta médica. De estas micosis, las dermatofitosis, la pitiriasis versicolor y la candidiasis
cutánea son las más frecuentes. Estas micosis tienen una alta morbilidad, afectando a 1,5 billones de
personas, el 25% de la población mundial. Entre los factores de riesgo asociados a las dermatomicosis se
encuentran: calor, humedad, hábitos personales, condición-socioeconómica, clima, falta de higiene
adecuada y diversas patologías de base que alteran la inmunidad del individuo (1-3).
Las dermatofitosis constituyen una de las condiciones clínicas más comúnmente encontradas en la
práctica dermatológica; por lo tanto, el conocimiento de la ecología de los dermatofitos provee un mejor
entendimiento sobre su historia natural (4). Los dermatofitos son un grupo de hongos filamentosos
queratinofílicos taxonómicamente relacionados, constituido por tres géneros (Epidermophyton,
Trichophyton y Microsporum), que tienen la capacidad de invadir el tejido queratinizado (piel, pelo y
uñas) de los animales y el hombre, produciendo una infección llamada comúnmente tiña, o en latín
“tinea”. Los cuadros clínicos que producen se corresponden con el área anatómica afectada: Tinea
capitis (cabeza), Tinea barbae (barba), Tinea corporis (cuerpo), Tinea cruris (ingle), Tinea manuum
(manos), Tinea pedis (pies) y Tinea unguium (uñas). Los dermatofitos tienen 3 reservorios principales:
seres humanos (antropofílicos), animales (zoofílicos) y el suelo (geofílicos). Los dermatofitos geofílicos se
encuentran distribuidos en todo el mundo, a diferencia de los antropofílicos y algunas especies
zoofílicas, que tienen restricción geográfica. Las especies antropofílicas son responsables de la mayoría
de las infecciones en humanos; sin embargo, especies de los tres géneros han sido asociadas con
enfermedad. Las infecciones causadas por dermatofitos antropofílicos son crónicas y poco inflamatorias,
mientras que las causadas por dermatofitos zoofílicos y geofílicos son agudas e inflamatorias (2,3,5).

La pitiriasis versicolor y la candidiasis cutánea son infecciones causadas por levaduras. La pitiriasis
versicolor es una micosis superficial crónica causada por hongos lipofílicos del género Malassezia, que
forman parte de la microbiota de la piel. Se caracteriza por la presencia de máculas hipocrómicas e
hipercómicas con descamación muy fina, localizadas generalmente en tronco y brazos, que ha sido
reportada en todo el mundo con predominio en zonas tropicales. La candidiasis cutánea es causada por
levaduras del género Candida, las cuales pueden invadir la piel y sus anexos con un espectro clínico muy
amplio, causando intertrigo, foliculitis, onicomicosis y candidiasis mucocutánea crónica. C. albicans, C.
tropicalis y C. parapsilosis son las especies que comúnmente causan estas micosis superficiales, ya que
forman parte de la microbiota de piel y mucosas. Los factores predisponentes y/o de riesgo son:
humedad local, diabetes, obesidad, enfermedad vascular periférica, infección por el virus de
inmunodeficiencia humana (VIH) y disrupción de la barrera epidérmica, entre otros (3,6,7).

Las dermatomicosis no son patologías que pongan en peligro la vida, por lo que han sido desestimadas
por las instituciones y organismos de salud pública. En Venezuela, de acuerdo a las pautas del Ministerio
del Poder Popular para la Salud, no califican como enfermedades de denuncia obligatoria, existiendo un
déficit de información epidemiológica y un subregistro de las mismas, por lo que es difícil estimar con
precisión la magnitud del problema. Este hecho refuerza la necesidad de realizar revisiones periódicas de
su frecuencia y de los agentes etiológicos involucrados, con el fin de desarrollar medidas de control y
prevención apropiadas.

El objetivo de esta investigación fue conocer la frecuencia de diagnóstico de las micosis superficiales en
pacientes que acudieron al Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel”, en Caracas, Venezuela,
mediante una revisión retrospectiva de su casuística durante 14 años.

MATERIALES Y MÉTODOS

Población. Se realizó un estudio transversal y retrospectivo de revisión de las historias micológicas de los
pacientes que acudieron al Departamento de Micologia del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel
(INHRR), desde el año 2001 al 2014, con diagnóstico presuntivo de micosis superficiales. Los pacientes
confirmaron su participación en este estudio a través de un consentimiento informado.

Muestras. Las muestras utilizadas para el diagnóstico de micosis superficiales fueron pelos, uñas y
escamas epidérmicas. Los pelos fueron tomados directamente con pinza; la recolección de las uñas se
realizó mediante el uso de la pinza gubia o con cortaúñas, previa limpieza de la zona con alcohol al 70% o
con agua destilada estéril. Las escamas epidérmicas fueron tomadas por raspado con un bisturí estéril o
con cureta, previa asepsia de la zona afectada con alcohol al 70%; en los casos con sospecha de pitiriasis
versicolor se tomaron escamas epidérmicas según la técnica de Porto (con cinta adhesiva) (3,7).

Diagnóstico micológico. Se realizó un examen directo de las muestras con KOH al 20% más Tinta Parker®
(9:1) y se observaron microscópicamente para evaluar la presencia de estructuras fúngicas. Las muestras
se inocularon en medios de cultivo como agar Sabouraud más cloranfenicol, Lactritmel y Mycosel®,
excepto las muestras con sospecha de pitiriasis versicolor, a las que únicamente se les realizó examen
directo (8,9). Los cultivos se incubaron en estufa a 28 °C hasta un máximo de 3 semanas, revisando las
placas una vez por semana. Al observarse el crecimiento de los hongos, se procedió a realizar un examen
directo del cultivo con azul de lactofenol y se observó microscópicamente la preparación; para la
identificación final del agente se usaron claves taxonómicas (10). En el caso de aislamiento de hongos
dermatofitos, se realizó adicionalmente la prueba de ureasa. Cuando se obtuvo aislamiento de levaduras
la identificación se realizó utilizando las galerías ID-32 C® (Biomerieux), agar cromógeno y el método de
Dalmau con agar harina de maíz para el estudio de la morfología microscópica (11). Para los hongos
filamentosos no dermatofitos se tomaron en consideración los siguientes criterios diagnósticos: a)
examen directo de la muestra positivo con KOH más tinta Parker®; b) aislamiento puro del hongo no
dermatofito en el medio de cultivo (en 3 o más puntos del inóculo); c) ausencia de crecimiento de
dermatofitos; d) mantenimiento de la misma especie del hongo no dermatofito al repetir el cultivo (a
partir de nueva toma de muestra) (12-14).

Análisis de los datos. Los datos (año, género, edad, localización de la lesión y cultivo) se recopilaron en
tablas utilizando el software Excel para Windows y se representaron en números absolutos y porcentajes
de frecuencia.

RESULTADOS

De 3228 muestras procesadas para micosis superficiales en 14 años, las cuales representaron el 38,6%
del total de muestras recibidas en el Departamento de Micología durante el período 2001-2014, 1098
resultaron positivas (34%) para algún tipo de micosis superficial. Entre los agentes causales de las micosis
superficiales, los dermatofitos fueron los responsables del 79,5% de los casos; el 20,5% restante fue
causado por levaduras con un 10,9%, hongos filamentosos no dermatofitos 5,1% y los casos de pitiriasis
versicolor, cuyo agente etiológico es el Complejo Malassezia sp., representaron un 4,5%.

Con respecto a las dermatofitosis, se encontró que el agente más frecuente fue el Complejo
Trichophyton rubrum (70,1%), seguido por el Complejo T. mentagrophytes (15,1%), Microsporum canis
(9,4%), Epidermophyton floccosum (4%), T. tonsurans (1,3%) y M. gypseum (0,1%). Con relación a la
distribución de las dermatofitosis según localización y agente causal, se observó que la Tinea unguium
(66,8%) fue la más frecuente, seguida de Tinea pedis (16,4%), Tinea capitis (8,1%) y Tinea corporis
(5,2%); el 3,6% restante de las localizaciones de las tiñas se distribuyó entre Tinea cruris (1,5%), Tinea
manuum (1,1%) y Tinea faciei (1%) (Tabla I). El agente etiológico más aislado en las diferentes regiones
corporales fue el Complejo T. rubrum, seguido por el Complejo T. mentagrophytes y M. canis, siendo este
último hongo el más frecuentemente aislado en los casos de Tinea capitis.

En la Tabla II se observa la distribución de los dermatofitos según el género y el grupo etario de los
pacientes. Al analizar la distribución de los grupos etarios, se evidenció que la mayoría de los pacientes
tenia edades comprendidas entre 15-74 años, con mayor proporción entre los 35-54 años, a expensas de
tiña de las uñas; la tiña de la cabeza fue la excepción, ya que la población más afectada correspondió a
niños con edades comprendidas desde meses hasta los 9 años.

El segundo grupo etiológico más frecuente en esta casuística estuvo representado por el género
Candida, prevaleciendo el Complejo C. parapsilosis (37,5%), seguido del Complejo C. albicans (34,2%), C.
tropicalis (10%) y el Complejo C. glabrata (5,8%); el 13,3% restante estuvo representado por otras
especies de Candida y otras levaduras como el Complejo Trichosporon sp., Geotrichum candidum y
Hanseniospora valbyensis.

El tercer grupo de dermatomicosis fueron causadas por hongos filamentosos no dermatofitos, y el


principal agente etiológico fue el género Fusarium (53,6%), seguido de Aspergillus spp. (19,6%),
Acremonium sp. (10,7%) y Neoscytalidium dimidiatum (5,4%); el 10,7% restante de hongos filamentosos
no dermatofitos estuvo representado en orden de frecuencia por Curvularia lunata, Phoma sp.,
Chrysosporium keratinophylum y Paecilomyces spp. (Tabla III). Entre las localizaciones anatómicas más
frecuentes de las micosis superficiales ocasionadas por levaduras y hongos no dermatofitos, se encontró
que en las uñas de las manos predominaron las levaduras (n=70; 58,3%), en las uñas de los pies los
hongos no dermatofitos (n=47; 83,9%) y en las escamas epidérmicas las levaduras (n=14; 11,7%).

DISCUSIÓN

Las micosis superficiales se encuentran entre los primeros motivos de consulta dermatológica más
frecuentes a nivel mundial y su etiología se debe a diversos agentes; se ha reportado que en las regiones
con clima tropical como Venezuela, su prevalencia puede ser más elevada (3,7,15). Durante los 14 años
de este estudio retrospectivo, se obtuvo 34% de positividad para algún tipo de micosis superficial; este
resultado se asemeja a otros estudios de micosis superficiales reportados en Venezuela. En el estudio
realizado por Lemus- Espinoza y col. (16), en el estado Anzoátegui, la positividad fue de 30,9% y en una
investigación realizada por Torres y col. (17), en la población Yanomami (Edo. Bolívar), se encontró un
porcentaje de positividad similar (36,4%), aunque estas poblaciones son diferentes tanto cultural como
geográficamente. A nivel internacional, un estudio italiano reportó 33,5% de positividad en un análisis
retrospectivo de 6 años de micosis superficiales y un estudio brasileño realizado en Sao Paulo durante
los años 2005-2011 informó 34% de dermatomicosis, porcentajes similares a los obtenidos en este
estudio (4,18).

Las dermatofitosis en esta casuística representaron el 80% de las micosis superficiales, siendo este
porcentaje diferente al reportado en otros estudios, tanto nacionales como internacionales. En la
casuística de los Grupos de Trabajo en Micología de Venezuela (GTMV, 1984-2010) la frecuencia de
dermatofitosis fue de 60,5%; en este mismo estudio hacen referencia que en Caracas fue de 26,7% (19).
Se ha estimado que el riesgo de un individuo de adquirir una dermatofitosis durante su vida es del 10-
20%. Estudios retrospectivos realizados en Brasil, Chile e Italia han informado que las dermatofitosis
fueron las micosis superficiales más frecuentes en sus estudios retrospectivos, con 92,4%, 95,1% y
36,3%, respectivamente, lo que evidencia diferencias a nivel geográfico en la presentación de esta
entidad clínica (3,4,18,20).

En el presente estudio las levaduras fueron el segundo agente causal más frecuente de las micosis
superficiales y los hongos filamentosos no dermatofitos ocuparon el tercer lugar, coincidiendo con los
reportes de otros estudios venezolanos, mientras que la pitiriasis versicolor fue la entidad menos
frecuente (16,19). Reportes internacionales han evidenciado resultados diferentes a los obtenidos en
este estudio. Para Vena y col. (18), las levaduras fueron los principales agentes causales de micosis
superficiales (43,8%), seguido de los dermatofitos y en tercer lugar la pitiriasis versicolor con 13,1%; en
Brasil la pitiriasis versicolor ocupó el segundo lugar con 205 casos (23%) y las levaduras pasaron al tercer
lugar con 2,1%, mientras que en Chile las levaduras fueron el segundo agente causal de micosis
superficiales, además de 24 casos de pitiriasis versicolor (4,18,20). La pitiriasis versicolor tiene una
distribución cosmopolita, pero su prevalencia varía según el clima, reportándose entre 30-40% en climas
tropicales en comparación con 1-4% en climas templados (3,6,21). La baja frecuencia de esta entidad
observada en el presente estudio dependió básicamente de los pacientes que acudieron al
Departamento de Micología del INHRR; cabe destacar que esta institución tiene sede en Caracas y en
esta localidad la incidencia de pitiriasis versicolor es menor a la encontrada en otras regiones del país;
este hecho coincide con lo reportado por Martínez y col, quienes reportaron que en Caracas esta micosis
tuvo una frecuencia de 6,6% (19); en contraste, los estados Anzoátegui y Sucre presentaron una
frecuencia de alrededor del 24% (16).

Con relación a los dermatofitos, el agente etiológico más frecuentemente aislado en esta casuística fue
el Complejo Trichophyton rubrum. La casuística de los GTMV y otros trabajos venezolanos han reportado
el mismo hallazgo (15,17-19,22), mientras que en el estado Anzoátegui el dermatofito más frecuente fue
T. mentagrophytes (16). En otras latitudes, también se ha encontrado que el Complejo T. rubrum fue el
más frecuente, evidenciándose que este hongo antropófilo es actualmente el primer dermatofito
reportado como causante de dermatofitosis, tanto en Venezuela como a nivel mundial (3,4,7,15,17-
20,22,23). En esta casuística siguieron en orden de frecuencia los hongos zoófilos del Complejo T.
mentagrophytes y M. canis, coincidiendo con lo reportado en otros estudios venezolanos (15,19),
mientras que en el estado Anzoátegui siguiendo a T. mentagrophytes se aislaron M. canis y T. rubrum en
tercer lugar (16). Este comportamiento, diferente al observado en otros estudios venezolanos, puede
deberse al tipo de población evaluada en el estudio (39% de población rural) y estar relacionado con la
ocupación y la convivencia con animales domésticos como perros y gatos. En este estudio, dermatofitos
como E. floccosum, T. tonsurans y M. gypseum también fueron aislados como agentes causales de
dermatofitosis; los porcentajes obtenidos fueron bajos y similares a los de otros trabajos nacionales e
internacionales, con ligeras variaciones en su orden de frecuencia, relacionadas con la ubicación
geográfica y posiblemente con movimientos poblacionales (3,4,7,15-20,22,23).
Respecto a la localización anatómica de las dermatofitosis, se encontró que la Tinea unguium fue la
presentación clínica más frecuente, seguida por la Tinea pedis y la Tinea capitis, resultados diferentes a
los de los GTMV (Tinea corporis, Tinea pedis y Tinea cruris en orden de frecuencia) y otros trabajos
internacionales (3,4,7,18,19,23). La Tinea unguium y la Tinea pedis cada día son más comunes; se ha
estimado que esta última afecta al menos al 10% de la población. Ambas tiñas se relacionan con las
actividades recreacionales y ocupacionales que realice el individuo, por ejemplo natación, deportes de
pista y campo, uso de botas militares o calzados cerrados por largos períodos, entre otros, así como el
incremento de diabetes mellitus y desórdenes vasculares; pacientes con dermatitis atópica, onicomicosis
de las uñas de los pies e inmunosuprimidos pueden desarrollar Tinea pedis. Debido a que ambas
entidades son causadas en su mayoría por el Complejo T. rubrum, y éste es un hongo antropófilo, se
presume que utilizar calzado ajustado, permanecer descalzo en lugares húmedos por largos períodos y
compartir sandalias de ducha o zapatos, pueden ser variables condicionantes a la adquisición de estas
dermatofitosis ya que es transmisible mediante fómites (3,18,22,24).

Mención especial merece la Tinea capitis, que ocupa el tercer lugar en este estudio. Los GTMV coinciden
con los datos de este trabajo en que M. canis es el principal agente causal de esta entidad, seguido de T.
tonsurans (19). Bonifaz (7), refiere que la Tinea capitis es causada en un 80% por M. canis y un 15% por T.
tonsurans; datos similares han sido reportados para la región del Caribe y Sur América, con variaciones
geográficas y poblacionales (3,4,7,15,16,18,20,23), mientras que en Norte América T. tonsurans es el
agente predominante. En el oeste de Europa los más comunes son M. canis y T. violaceum y en Oriente
medio los más prevalentes son M. canis, T. mentagrophytes y T. violaceum. Es importante resaltar que la
propagación de la infección puede aumentar en condiciones de hacinamiento, falta de higiene y pobreza
(3,25). Mientras que en este trabajo la Tinea corporis y la Tinea cruris se observaron en menor
frecuencia, en otros estudios son más frecuentes (3,4,19,23).

Con respecto a la distribución de los dermatofitos por género, se conoce que esta variable no es un
factor predisponente para la ocurrencia de dermatofitosis, aunque el mayor número de pacientes
atendidos en esta casuística fue del género masculino, tal y como ha sido evidenciado en otros estudios
(3,7,16,17,19,22,23,26). Sin embargo, debido a que las micosis superficiales afectan y deterioran la
apariencia de la piel y sus anexos, en algunos de los trabajos revisados se encontró una mayor frecuencia
del género femenino entre los pacientes atendidos (4,12,15,16,18,20); esto se debe a la importancia que
reviste el factor estético, el cual forma parte de la idiosincrasia de las mujeres y en especial de las
venezolanas. Las diferencias dependen netamente de los pacientes que acuden a los servicios de
laboratorio para el diagnóstico (7).

La edad tampoco fue una variable determinante en la ocurrencia de micosis superficiales; sin embargo,
en el caso de las dermatofitosis la localización de las tiñas tiene predilección por grupos etarios
específicos. En esta casuística se encontró que la Tinea capitis se presentó con mayor frecuencia en
pacientes de 0-9 años (72,3% del total de los pacientes en ese rango de edad). Por otra parte, se
evidenció en esta casuística que las dermatofitosis, en general, aquejaron principalmente a la población
adulta (35-54 años). Se han reportado resultados similares, con variaciones geográficas y poblacionales
(3,4,7,12,15-20,22,23,26).

Las micosis superficiales causadas por levaduras tienen como agente etiológico principal al género
Candida. En esta investigación se encontró que las levaduras más frecuentes fueron las del Complejo C.
parapsilosis, seguidas por el Complejo C. albicans, y en tercer lugar, C. tropicalis; esto difiere de otros
trabajos venezolanos en los cuales se encontró como levadura predominante a C. albicans (16,19,26).
Recientemente, el Complejo C. parapsilosis ha sido reconocido como el principal agente etiológico de
onicomicosis por el género Candida a nivel mundial, debido a que se encuentra frecuentemente en el
espacio subungueal y la piel como flora transitoria, y cualquier factor de riesgo (por ejemplo,
traumatismos o distrofias) puede desencadenar su aparición (27-29). Otros estudios también han
reportado al género Candida como el segundo grupo de agentes causales de micosis superficiales, pero
sin discriminar entre las especies aisladas (4,18,20); este punto debe llamar a la reflexión sobre la
necesidad de identificar las levaduras hasta género y especie, ya que influye directamente en la conducta
terapéutica y afecta la información reportada sobre la incidencia.

La localización anatómica más frecuente donde se encontraron levaduras como causantes de micosis
superficiales en esta casuística fue en las uñas de las manos; esto guarda relación principalmente con la
ocupación, la humedad y el factor estético: amas de casa, cocineros, lavanderos, trabajo manual que
ocasione traumatismos a repetición, hiperhidrosis, manicura, aplicación de uñas postizas usando
poliacrilato y uso frecuente de jabón. Se ha reportado el aislamiento del Complejo C. parapsilosis en el
50% de las uñas de las manos y 39% de las uñas de los pies en las onicomicosis causadas por levaduras
(27-30). En un estudio realizado en un geriátrico en el estado Nueva Esparta (Venezuela) (26) se
encontró que las micosis superficiales fueron causadas principalmente por levaduras. Entre otros
factores predisponentes para la adquisición de micosis superficiales por Candida spp. se encuentran la
edad y enfermedades de base como diabetes mellitus e inmunosupresión (26).

En este estudio se observaron casos de onicomicosis con aislamiento de levaduras del Complejo
Trichosporon sp. y Geotrichum candidum. Las especies del género Trichosporon están ampliamente
distribuidas en la naturaleza principalmente en áreas tropicales, encontrándose en el suelo, madera en
descomposición, ríos, lagos, agua salada, quesos, deyecciones de aves y en animales como escarabajos,
murciélagos, palomas y ganado vacuno. En los humanos, ocasionalmente forman parte de la microbiota
gastrointestinal y oral y colonizan transitoriamente el tracto respiratorio y la piel. Pueden causar
infecciones invasoras, asociadas principalmente a estados de inmunosupresión, mientras que las
infecciones superficiales, como la piedra blanca y la onicomicosis, se han documentado
predominantemente en hospederos inmunocompetentes, relacionadas con el sexo femenino, humedad
e higiene deficiente. Algunos autores mexicanos han documentado que el aislamiento de Trichosporon
spp. en pacientes con onicomicosis varía entre 3-43% (29,31-33). El aislamiento de G. candidum es
infrecuente; forma parte de microbiota del intestino y la boca y puede hallarse en forma transitoria en
piel. Su distribución en áreas tropicales está asociada a desechos de plantas, frutas y polvo. La
onicomicosis causada por esta levadura se asemeja a las causadas por el género Candida; se observa
principalmente en mujeres y el principal factor predisponente es la diabetes mellitus (29).

Las dermatomicosis por hongos no dermatofitos son las micosis superficiales de menor reporte
probablemente debido a que, en muchas ocasiones, los agentes etiológicos son considerados como
contaminantes, por lo cual se deben establecer criterios estrictos de diagnóstico que permitan
correlacionar la presencia de hongos anemófilos como patógenos de micosis superficiales, ya que este
aspecto aún presenta controversia (12-14). La frecuencia de las dermatomicosis en este estudio fue la
más baja y el agente etiológico predominante fue el género Fusarium, seguido de Aspergillus spp.,
Acremonium sp. y N. dimidiatum, entre otros; estos hallazgos coinciden con otros estudios realizados en
nuestro país (12,16,17,19,26) y se corresponden también con reportes a nivel internacional con
variaciones a nivel geográfico (13,14,20,24).

Las micosis superficiales, a pesar de no ser enfermedades graves, suelen tener consecuencias negativas
para la población, entorpeciendo el normal desenvolvimiento de la vida social y laboral, sobre todo en
los ancianos. Por ello es importante dar a conocer las medidas de prevención para evitar el desarrollo de
estas entidades: mantener una buena higiene personal y secar muy bien el cuerpo después del baño; no
compartir las toallas, zapatos ni prendas de vestir con otras personas, ya que son fómites óptimos para la
transmisión de los hongos; no caminar descalzos en vestidores, baños de gimnasios y piscinas; evitar el
uso de calzado y ropa ajustados, ya que fomentan la humedad y el calor; cambiarse la ropa húmeda
después de realizar ejercicio y bañarse en piscinas; limpiar y desinfectar con alcohol los instrumentos
para realizar la manicura y pedicura, y no compartirlos con otras personas. Ante cualquier sospecha
recomendamos acudir al especialista y evitar la automedicación. En relación a este último punto, no
existe ningún tratamiento “natural” efectivo para el tratamiento de las micosis superficiales y en especial
de las onicomicosis. El uso de métodos caseros como el lavado con vinagre, uso de desinfectantes como
cloro y creolina, lociones y cremas sin registro sanitario, entre otros, suelen ser perjudiciales, ya que
alteran la presentación clínica de la lesiones, dificultando su adecuado diagnóstico (3,24,30).

Del mismo modo, dado que las micosis superficiales constituyen un problema de salud pública
importante, debido a su elevada morbilidad y prevalencia en grupos de riesgo es importante realizar un
diagnóstico micológico adecuado, mediante la identificación hasta género y especie de los dermatofitos,
levaduras y hongos anemófilos involucrados en una micosis superficial, tanto para orientar la conducta
terapéutica como para prevenir reinfecciones.

La realización de trabajos de casuística sobre micosis superficiales es vital para el conocimiento de la


epidemiología local, ya que aportan conocimientos clínico-epidemiológicos relacionados con las formas
clínicas de presentación, los agentes etiológicos más frecuentemente encontrados y permite la vigilancia
de la aparición de cambios en las frecuencias de los distintos agentes a través del tiempo. El
Departamento de Micología del INHRR es considerado como centro de referencia nacional en el
diagnóstico micológico; aunque se reciben y procesan numerosas muestras procedentes de todos los
estados del país, principalmente atiende a la población de la región capital. Esta casuística constituye un
aporte significativo para el conocimiento de la epidemiología de las micosis superficiales en nuestro país.

REFERENCIAS

1. The Fungal Infection Trust. How common are fungal diseases? Fungal Research Trust 20th Anniversary
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