Lec 4 El Movimiento Feminista - OCR
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movimiento
feminista
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Proverbios 31:10
INTRODUCCIÓN
a palabra feminismo en un sentido estricto significa lo que
I. RAÍCES HISTÓRICAS
DEL MOVIMIENTO FEMINISTA
Los grupos feministas aparecieron en la historia después de los
conflictos que provocó la Revolución Industrial. Los primeros
movimientos, generalmente guiados por mujeres de clase media
con cierta cultura, defendieron la igualdad de derechos de la mu
jer y su presencia en el mundo del Estado, la ciencia y la econo
mía. Los países que estuvieron a la vanguardia fueron Francia,
Inglaterra y Estados Unidos.
Se ha usado comúnmente la analogía de la ola para describir cada
una de las etapas históricas del feminismo. En cada una de éstas,
los grupos han enarbolado distintas banderas según la corriente
de pensamiento en que apoyan sus ideas.
1. La primera ola
Se pueden rastrear sus bases hasta los siglos XV y XVI, durante
la transición entre la Edad Media y la Edad Moderna. Tal como
el politólogo y filósofo Agustín Laje lo señala, comienzan a surgir
las primeras obras que vindican al sexo femenino, por ejemplo: La
ciudad de las damas (1405), de Christine de Pizan, La igualdad de
los sexos (1671), de Poulain de Barre, y La mujer honesta (1632-
36), de Du Boscq, entre otros2.
Pero es en el siglo XVIII, en el contexto de las revoluciones libe
rales, cuando se levanta la primera ola. Durante la Revolución
Francesa, por ejemplo, las mujeres aprovecharon los Cuadernos
de Queja para expresar sus reclamos que consistían en su derecho
a la educación, al trabajo y al sueldo, a la participación política,
así como la terminación de la prostitución y los maltratos en el
matrimonio. En ese tiempo destacan Olympe de Gouges, quien
redactó la Declaración de la Mujer y déla Ciudadanía (1791), y
Mary Wollstonecraft, cuyo libro Vindicación de los derechos de la
mujer (1782) se considera fundador del feminismo.
2. La segunda ola
Se dio desde mediados del siglo XIX. Su reclamo principal fue el
derecho al voto. Un texto fundacional del movimiento de esa épo
ca fue la Declaración de Séneca Falls (1848), que exige se le den a
2 Agustín Laje y Nicolás Márquez, El libro negro de la nueva izquierda, pág. 30.
EL MOVIMIENTO FEMINISTA 33
los hombres: No vote yor ellos a menos que trabajen y ara nosotras.
No tenga relaciones sexuales con ellos, no yarta el yan con ellos,
no los alimente, si no le dan yrioridad a nuestra libertad de contro
lar nuestros cueryos y nuestras vidas. La lucha no se centra ya en
ocupar un rol social con dignidad, sino en vivir libre de cualquier
compromiso, incluidos los valores morales tradicionales.
II. RESULTADOS
DEL CAMBIO SOCIAL FEMINISTA
De los frutos que se han obtenido de estos movimientos, sin duda
algunos han sido positivos: el reconocimiento del derecho al voto
para la mujer y de su igualdad en dignidad con el varón, el acce
so a la educación y al mundo laboral. Pero otros frutos han sido
negativos y se reflejan en muchos de los síntomas de la mujer
moderna.
1. En su persona
Predomina en ella el individualismo y la falta de solidaridad. Bus
ca su propia realización en el campo social y profesional como una
forma de autosatisfacción “revanchista” en relación con el varón.
Aboga por la propiedad exclusiva de su cuerpo, y, en consecuen
cia, por el “derecho” al aborto, y tener hijos fuera y dentro del
matrimonio y de la relación heterosexual.
Por tanto, opta por la soledad como concepto de vivir, rechaza el
compromiso conyugal o lo vive de forma individualista y condi
cional. Rechaza su maternidad y reduce su vida sexual a “salud
reproductiva”. Es una mujer que busca un tipo de religiosidad que
alimente sus necesidades emotivas, pero en muchos casos puede
caer en depresiones que terminan en suicidio o en desórdenes
como alcohol, drogas o trastornos alimenticios.
2. En el matrimonio
La carrera competitiva de la mujer ante el varón ocupa un lugar
prioritario en su vida y aplaza el matrimonio, con lo que aumentan
las uniones libres, la anticoncepción y el aborto.
El matrimonio se maneja en términos de contrato. El dinero y la
competencia profesional se convierten en frecuentes motivos de
divorcio y separación de los cónyuges. Se confunden los papeles
EL MOVIMIENTO FEMINISTA 35
III. La B ib l ia y la m u je r
i. Su identidad
Las Escrituras desde sus primeros postulados en el Génesis, dig
nifican el propósito y papel de la mujer. Lo primero que la Escri
tura establece es que al igual que el hombre, la mujer fue creada
a imagen de Dios, por lo tanto, es de gran valor: Y creó Dios al
36 Sa l v a g u a r d a n d o n u e s t r a la s a n a d o c t r i n a
2. Su m isión
La mujer fue creada para ser la ayuda idónea del hombre (Génesis
2:18). El Creador divino determinó la misión de la mujer por la
manera física en que la constituyó.
La mujer está llamada a ser formadora de las nuevas generaciones
en aquellos valores que construyen al hombre según su auténtica
dignidad de persona. Cuando la sociedad favorece esa labor prio
ritaria, se garantiza el progreso de la humanidad.
La mujer, en alianza con el hombre, se convierte en su esposa. Así
establece en la familia los lazos de amor que fortalecen a la hu
manidad. Su dimensión de esposa es un bien para la humanidad,
dado que construye la comunidad humana desde una institución
libre y madura basada en un amor duradero y total.
Pero las Escrituras tampoco coartan el derecho de la mujer de
emprender y trabajar. El mejor ejemplo de ello lo tenemos en la
virtuosa mujer descrita en el último capítulo de Proverbios. La
extraordinaria mujer que se presenta es emprendedora (v. 18, 24),
participa en actividades de bienestar social (v. 20), invierte (v.16),
tiene empleados bajo su autoridad y cuidado (v. 15), goza de re
conocimiento y prestigio (v. 28-31), tiene una participación social
activa y se expresa libremente (v. 26).
3. Su m inisterio
Las Asambleas de Dios reconocen el ministerio de la mujer. La
declaración de fe de las Asambleas de Dios en Estados Unidos
explica: El significado bíblico del término “ministerio”es fundamen
tal para definir el rol escriturad de las mujeres en el ministerio. De
Cristo, nuestro gran modelo, se dijo lo siguiente: “Porque el Hijo del
Hombre no vino para ser servido [diakone j, sino para servir [diako-
ne ], y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45; cfi
Mateo 20:28). El liderazgo del Nuevo Testamento, que ejemplificó
Jesús, encarna al líder espiritual como servidor; sea hombre o mujer4.
En la Biblia tenemos mujeres que ejercen como profetas (Lucas
2:36-38, Hechos 21:8,9), como apóstol (Romanos 16:7), como
4 Asambleas de Dios. El rol de la mujer en el ministerio, tal como se describe en las Santas
Escrituras, (agosto 2010). https://ag.org/es-ES/Beliefs/Position-Papers/The-Role-
of-Women-in-Ministry
38 Sa l v a g u a r d a n d o n u e s t r a la s a n a d o c t r i n a
Co n c l u s ió n
Tal como se ha visto, algunos de los reclamos del movimiento
feminista pueden considerarse válidos. Las exigencias respecto al
derecho al voto, a la educación y al trabajo, sin duda eran justas.
Los grupos radicales, sin embargo, enarbolan demandas que se
contraponen a los valores bíblicos. Se atenta contra la familia tal
como Dios la diseñó y se irrespeta el sagrado derecho a la vida.
Lo mejor es vivir una feminidad fundada en valores cristianos,
lo cual permitirá que la mujer cumpla su misión de preservar la
familia, servir a su comunidad y proteger ante todo el derecho de
la vida. Quien pone al Señor Jesús en primer lugar, y le busca en
verdad, es bendecida en todas sus áreas, y su estima sobrepasa
largamente a la délas piedras preciosas (Proverbios 31:10).