Literatura Latinoamericana 2

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Escuela Normal Superior Nº 32 “Gral.

José de San Martín”

Profesorado en Lengua y Literatura

Parcial de Itinerario por la Literatura Latinoamericana II

Profesora: Dreher, Eliana

Alumna: Leguizamon, Georgina

Fecha de entrega: 28/06/21


La denuncia social en un corpus seleccionado en la literatura
latinoamericana.

Se escribe con la memoria: primero para abrigarla,

luego para desobedecerla.

Sin memoria, la palabra se extravía.

Socorro Venegas

Introducción

La Literatura latinoamericana en sus sus obras plantean ciertas estructuras que intentan
crear una identidad.

Más allá de la cuestión de la nominación y los consabidos recorridos del término


Latinoamérica no solamente desde el campo historiográfico sino también desde el
campo de la crítica, el punto de partida es la hipótesis de que Latinoamérica
reconoce históricamente su identidad en la continuidad de su herencia cultural pero
que, al mismo tiempo, esa identidad se funda en la heterogeneidad (Antonio Cornejo
Polar), en la diferencia (Julio Ortega), en la hibridez (Néstor deGarcía Canclini,
Martín Lienhard), en el mestizaje (Rafael Gutiérrez Girardot), en la transculturación
(Fernando Ortiz, Ángel Rama). (Foffani.2008:1)

Desde que surge el término literatura se ha debatido su autonomía y objetividad. Muchos


autores, en la estructura del texto, proponen una crítica a los conceptos de literatura y
pueden hacer de ella un juego de entramados literarios que pretenden deleitar al lector, y
otras veces provocar un espacio desde el escándalo, la indignación con una lectura
primaria de denuncia a ciertas estructuras de poder o cierto sistema ideológico, por estos
lares José Martí cuestionaba a su colega Rubén Darío planteando que si bien la literatura
era autónoma esta autonomía no debía volverla egoísta o independiente de los problemas
sociales. Desde la colonización el tema de la denuncia social ha sido recurrente en la
literatura latinoamericana, tanto es así que ya a partir del SIXX existen obras que
denunciaban los atropellos que se cometían en aquella época contra las minorías
(indígenas, campesinos, trabajadores) tanto por parte del estado o empresas
multinacionales, por eso este trabajo intentará analizar cómo se construye y se plasma la
denuncia social, haciendo un recorrido por un corpus literario seleccionado. Las obras
utilizadas son: Las historias prohibidas de Pulgarcito de Roque Dalton, Los de abajo de
Mariano Azuela, La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska y Me llamo Rigoberta
Menchú y así me nació la conciencia de Elizabeth Burgos.

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La voz de los ¨Bruxos¨

La tradición es lo que hace a nuestra cultura y en parte conocer los ancestros o las bases
de la historia es también rendir homenaje a aquellos que casi nunca tuvieron voz o si la
tuvieron siempre fue de manos de los propios verdugos. Al inicio de la obra Las historias
prohibidas de Pulgarcito se encuentra el relato de distintos hechos que vulneraron los
derechos de los pueblos originarios con la llegada de los españoles al continente
americano. En uno de sus pasajes se narra la historia del arresto de muchos indios bajo el
argumento de que eran ̈brujos ̈.

Que en el pueblo de Güizúcar se han descubierto seis indias y seis indios que según dicen
son bruxos y que le han confesado voluntariamente tener pacto y familiaridad con el demonio
y dicen que se han vuelto ellos tigres y micos y las indias cabras y otros animales; que no se
ha advertido escándalo público; y que estos vicios son los comunes en el mundo. (Dalton.
1999:14)

En este caso hay un juego con el lenguaje ya que la palabra bruxo está en portugués, en la
antigüedad brujo no se escribía con jota, Se escribía con x ¨en gallego portugués es bruxo¨.

A partir del Renacimiento, la etimología se comenzó a prefigurar como una disciplina y la


información por ella aportada empezó a mostrarse en los diccionarios. Tenía un fin
eminentemente social, dignificaba a la lengua dando su origen a la vez que mostraba un
ideario casi religioso de la cuestión (Vazquez.2011:312)

Que los indígenas hayan entendido o no, no modifica que se encontraban presos, no
tuvieron justicia porque los condenaban como brujos, entiendan el lenguaje o no lo
entiendan. Más adelante en la obra lo explícita:

El pobre hombre respondió: que ni sabía lo que era ser bruxo, ni por qué se le imponía tal
delito, que había estado encarcelado y que por lo que padecía decía que era bruxo y nada
más había ni sabía otra cosa.(Dalton.1999:14)

Plantea temas que exponen la pobreza extrema que vivieron los pueblos originarios, la
flagrante violación a los derechos humanos y la explotación del pueblo salvadoreño.

Los pobres viven tan acobardados y temerosos, que lo que procuran en sus
respuestas no es la verdad sino el que sean a gusto de quien pregunta. (Dalton.1999:18)

Los de abajo permanecen abajo

Los de abajo de Azuela es una novela narrativa que habla de los hechos y acontecimientos
perpetrados durante la época de la revolución mejicana, utiliza desde el género literario el
realismo ya que hay una marcada descripción de las acciones bélicas o los objetivos
revolucionarios que perseguían.
La denuncia social se plantea a partir del contexto descrito en la obra debido a una mala
distribución de la tierra, la riqueza se encontraba concentrada en una parte pequeña de la

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población sumado al abuso de poder por parte del estado. Los personajes de la historia
viven en incertidumbre, con carencias que llevan a pensar que la única manera en que se
podía resolver la situación era tomar las armas y luchar. Inicia el relato con Demetrio Macías
(personaje principal) llegando a su casa y siendo testigo de abuso de poder por parte de los
federales, éste amenaza con un arma pero no necesita emplear ni siquiera el fusil. Basta
con su silueta en la puerta de la choza para que el enemigo se retraiga( Perdomo
Jiménez.2012). Así lo describe el autor:

Demetrio se quedó mirándolos y una sonrisa insolente y despreciativa plegó sus líneas. — Y
no sólo los respeto, sino que también los quiero... Aquí tiene la mano de un amigo... Está
bueno, Demetrio Macías, usted me desaira... Es porque no me conoce, es porque me ve en
este perro y maldito oficio... ¡Qué quiere, amigo!... ¡Es uno pobre, tiene familia numerosa que
mantener! Sargento, vámonos; yo respeto siempre la casa de un valiente, de un hombre de
veras.(Azuela. 1915:2)

Demetrio debe huir y poner a salvo a su esposa e hijo y en su huida divisa su casa
ardiendo:

Cuando después de muchas horas de ascenso volvió los ojos, en el fondo del cañón, cerca
del río, se levantaban grandes llamaradas. Su casa ardía... (Azuela. 1915:2)

Luego de este episodio siente que las cosas ya no irán por buen camino, se une a otras
personas que durante toda la obra lucharán contra los federales. La denuncia social forma
parte del relato y se describe cómo viven esos campesinos en distintos pasajes:

Pero que comienzan a meterse con usté; que el policía pasa y pasa, arrima la oreja a la
puerta; que al comisario o a los auxiliares se les ocurre quitarle a usté su gusto... ¡Claro,
hombre, usté no tiene la sangre de horchata, usté lleva el alma en el cuerpo, a usté le da
coraje, y se levanta y les dice su justo precio! Si entendieron, santo y bueno; a uno lo dejan
en paz, y en eso paró todo. Pero hay veces que quieren hablar ronco y golpeado... y uno es
lebroncito de por sí... y no le cuadra que nadie le pele los ojos.(Dalton. 1999:17)

Buscan refugio, huyen de sus familias, el héroe que se despide de su mujer y de su hijo,
que aún previendo camina hacia su fin, en el tono triste y mortuorio con que se
avanza.(Keizman. 2011:3). Pero en la obra se plantea además del valor de luchar por los
derechos y los ideales, los antivalores, ya que avanzando en el relato se hay una clara
pérdida del respeto de los ideales de los demás, naturalizando la violencia hechos se
pueden evidenciar en el diálogo entre Cervantes y Solís, quien luego muere:

—¿Se ha cansado, pues, de la revolución? —preguntó Luis Cervantes esquivo.


— ¿Cansado?... Tengo veinticinco años y, usted lo ve, me sobra salud... ¿Desilusionado?
Puede
ser.
— Debe tener sus razones...
— "Yo pensé una florida pradera al remate de un camino... Y me encontré un pantano."
Amigo mío: hay hechos y hay hombres que no son sino pura hiel... Y esa hiel va cayendo
gota a gota en el
alma, y todo lo amarga, todo lo envenena. Entusiasmo, esperanzas, ideales, alegrías...,
¡nada! Luego no le queda más: o se convierte usted en un bandido igual a ellos, o

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desaparece de la escena, escondiéndose tras las murallas de un egoísmo impenetrable y
feroz.
A Luis Cervantes le torturaba la conversación; era para él un sacrificio oír frases tan fuera de
lugar y tiempo. Para eximirse, pues, de tomar parte activa en ella, invitó a Solís a que
menudamente refiriera los hechos que le habían conducido a tal estado de
desencanto.(Dalton.1999:25)

Así se plantea un desvanecimiento de los ideales, bajo la estructura del sometimiento, ya


que cuando los de abajo tuvieron el poder también pusieron a otros abajo.

Los de abajo están ahora arriba. Pero se trata de un tránsito degradado, en el que el mundo
de la comunidad se descompensa: saquean, se emborrachan, roban y operan del mismo
modo que actuaban los federales con ellos. Pierden sus valores. Matan por el puro gusto de
matar y se vanaglorian de sus acciones. Los medios y los fines se trastocan, tal como ocurre
en la narrativa de otras experiencias revolucionarias. Cuando el narrador dice que el general
Demetrio Macías avanza con su Estado Mayor, parece más bien una referencia irónica, pues
lo que avanza es un grupo patibulario, con Demetrio, el güero Margarito y la Pintada a la
cabeza; una corte de los milagros, una caricatura de personajes que no cuadran con el
Estado en forma. (Subercaseaux.2015:6)

Testimonios de denuncia social

El testimonio se relaciona con el periodismo pero tiene un papel importante en la literatura.


Como género discursivo la noción de testimonio está asociada a una declaración pública,
más allá de que se realice en un entorno judicial o en un medio de comunicación social. Se
busca que una persona brinde su testimonio cuando existe un interés en su opinión o se
requiere una explicación sobre un determinado tema.(Porto-Gardey.2012), en estas obras
que se analizan a continuación se describen los hechos sociales importantes desde el punto
de vista de distintos protagonistas.

Los escritores latinoamericanos que, desde el final de la década de 1960, practicaron y


promovieron el testimonio como una forma
válida de hacer literatura, y se involucraron en la institucionalización del género que tuvo
lugar en los círculos culturales cubanos, vieron en esa modalidad literaria “nueva” una
alternativa estética y hasta una opción antagónica a la narrativa ficcional —sobre todo a la
novela—, que había protagonizado el boom latinoamericano.(García. 2018:2)

Los fines que persiguen las obras La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska y Me llamo
Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia de Elizabeth Burgos es darle voz a aquellos
que son silenciados, protagonistas de una parte de la sociedad que no se suele escuchar,
aquí los relatos se configuran como textos de denuncia de situaciones de violencia,
vulnerabilidad, con una carga testimonial que invita a una lectura reflexiva.
En su primera parte La noche de Tlatelolco cita:

Pienso que la fuerza y la importancia del Movimiento Estudiantil se la dio la represión. Más
que ningún discurso político, el hecho mismo de la represión politizó a la gente y logró que la
gran mayoría participara activamente en las asambleas. Se decretó que en cada escuela
habría paros y allí mismo surgió la idea de las brigadas y de los comités de lucha en cada
Facultad. Los brigadistas eran muchachos y muchachas de la base estudiantil que realizaban
todo tipo de actividades, desde recolectar dinero hasta hacer mítines relámpago en la calle,

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en los barrios más alejados, en las colonias proletarias. Las grandes manifestaciones fueron
una de las armas políticas más eficaces del Movimiento.
• Carolina Pérez Cicero, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
(Poniatowska. 1971:6)

La represión situaba en una dualidad a aquellos que decidían vivir bajo las amenazas del
estado o salir de su país para vivir de una manera más libre. Esta dualidad de permanecer o
partir puso en una disyuntiva a aquellos que eran simpatizantes de las ideologías de las
luchas y estaban a favor de ayudar a la población desprotegida, a su vez la toma de
decisión contrario a aquellos en sus actividades cotidianas como el periodismo, el arte, la
educación, los que eligieron quedarse formaron el pensamiento crítico para el compromiso
de la lucha.

La decisión que podíamos tomar no era meternos dentro del Movimiento sino quedarnos o
salimos. Desde un principio tuvimos una conciencia más o menos clara de lo que iba a
suceder —la represión, las detenciones masivas, las mecanizas no se hicieron esperar—,
entonces se presentó la alternativa. O "le haces al clandestino", que significa tomar un boleto
de avión o de tren o de lo que sea y largarte, o te quedas en la ciudad a ver de a cómo te
toca..(...)(Poniatowska. 1971:15)

Dentro del género testimonial la narrativa se configura en una selección de testimonios que
la autora consideró relevante a diferencia de la obra Rigoberta Menchú que planteó otra
forma de escritura desde un único testimonio. Uno de los relatos pone en evidencia cómo la
fuerza de granaderos era leal al estado represor por un incentivo económico:

El 23 de septiembre antes de que tomaran la vocacional los de la Montada estaba un camión


de granaderos frente a la voca 7, y un compañero que acababa de salir de la cárcel se
acercó con un bote recolector y con propaganda al camión. Como pensamos que le podían
pegar, todos rodeamos el camión, pero se nos pusieron los ojos cuadrados cuando vimos
que los granaderos estaban cooperando y recibían la propaganda. Nos acercamos a platicar
con ellos y un compañero le hizo una entrevista a un cabo con un magnavoz de baterías para
que todos oyeran y el granadero dijo que a ellos les daban treinta pesos por cada estudiante
golpeado que llevaban a la cárcel.(...)(Poniatowska. 1971:80)

El testimonio es una forma de denunciar, de manera emergente, con un cierto lenguaje,


muchas veces coloquial, Martina Andrade afirma:

El contenido narrativo del testimonio -señala Beverley- "varía desde la delincuencia hasta el
martirio revolucionario" (Beverley, 1987 8). consideración que conduce a destacar el carácter
marginal de este tipo de textos, pues los testimoniantes -campesinos u obreros insurrectos.
guerrilleros revolucionarios u obreros, prendarios, homosexuales, habitantes de barrios
miserables, dirigentes sociales, etcétera, blancos, mestizos, o indígenas están situados al
margen de la sociedad, razón por la que imprimen al testimonio un carácter contestatario y
demoledor. (Andrade.1999:2)

Esto se plasma en la obra de Elena Ponistowka, en uno de los tantos testimonio recopilados
junto a fotografías que se utilizaron como recurso para enmarcar la veracidad del relato:

En la comandancia de la Policía Judicial Federal fui desvestido, golpeado, me dieron toques


eléctricos, se me despojó de todos mis objetos personales y los agentes me dijeron que yo
iba a ver a Justino Juárez "para recibir órdenes". Me aplicaron toda clase de torturas y me

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amenazaron para que yo firmara la declaración: —Mira pendejo, ya llegaste aquí con
nosotros, así es que tienes que decir que sí, aunque no hayas hecho nada. Tienes que
declararte culpable porque todos los que llegan aquí se van al bote, lo hayan hecho o no.
Tienes que firmar o te matamos. Ni siquiera supe el contenido de lo que declaré. El 9 de
octubre de 1968 ingresé al Penal de Lecumberri y desde entonces estoy aquí. • Félix
Sánchez Hernández, obrero de la fábrica de chocolates Sanborn's, preso en
Lecumberri.(Poniatowska. 1971:43)

Las voces testimoniales presentadas en la obra de Elena Poniatowska coincidían en un


mismo relato tanto en los mecanismos de represión como a su vez sobre lo ocurrido la
noche del 2 de octubre y aunque fue denominado “ movimiento estudiantil ” participaron
muchos sectores más de la sociedad en este pronunciamiento social.
La obra de Elizabeth Burgos (antropóloga venezolana) tiene a Rigoberta Menchú como
única protagonista con su testimonio, relata lo que han padecido ella y su familia, también
su pueblo especialmente las mujeres guatemaltecas.

Dicho relato se realiza en condiciones de extrema emergencia, de asedio, de asechanza, de


pérdida de libertad o peligro de muerte y exterminio, de ahí la necesidad de difundir los
hechos o dejar memoria de los mismos para la posteridad. (Andrade. 1999:2)

La obra es publicada en base a entrevistas grabadas en París durante días, luego de que
Rigoberta haya huído de su país. Lo que la autora hace es transcribir tal cual como lo
hablaba la protagonista. Esa forma de contar no fue editada para así enriquecer el
testimonio, Rigoberta habla como nombra la autora como le nace de la conciencia, frase
que se plasma en el siguiente pasaje:

Yo veía mi madre que muchas veces, a las 3 de la mañana ya tenía comida para los
trabajadores que salen temprano a trabajar y a las 11 de la mañana, también ya tenía la
comida, la comida al mediodía. A las 7 de la noche estaba corriendo otra vez para dar de
comer a la gente. Todos sus espacios libres tenían que también trabajar, en corte de café
para ganar una ganancia extra de lo que ganaba. Entonces, ante esto, pues, Yo me sentía
muy inútil y cobarde de no poder hacer nada por mi madre, únicamente cuidar a mi
hermanito. Y así es cuando a mí me nació la conciencia, pues. (Burgos. 2007:55)

Si bien en la primera parte del relato describe cómo era su niñez, sus costumbres y
experiencia de vida en la comunidad indígena, en su relato va anticipando las desgracias
que corría por tratar de defender su tierra:

La gente sabía que teníamos que defendernos contra el terrateniente, pero no teníamos la
claridad que un día la represión nos iba a llegar a matar masivamente. (Burgos.2007:150)

Más adelante expone la represión a su pueblo a manos del ejército y el encarcelamiento de


su padre:

Cuando cae mi padre por segunda vez ya lo acusaban como preso político. Yo estaba en
casa. En esta última caída, mucho peor era su causa. Estaba sentenciado hasta morir en la
cárcel porque lo acusaban ya como político. Era un comunista, era un subversivo decían.
Igual que la primera vez, a puros culatazos, los mismos comisionados militares, lo sacaron

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de la casa y lo llevaron a la cárcel. A puros golpes, amarrado. Era un preso
político.(Burgos.2007:141).

Violaciones por parte de los soldados:

Pude estar cerca de mis amigas y me contaban todas sus desesperaciones de haber sido
violadas. Eran cuatro amigas. Dos de ellas se quedaron embarazadas del ejército y las otras
dos no. Pero estaban enfermas porque las habían violado cinco soldados cuando llegaron a
su casa.(Burgos. 2007:169)

Y uno de los relatos más crudo es la tortura y muerte de su hermano:

Fue en 1979, me recuerdo que cayó mi hermanito, la primera persona torturada en mi


familia(...)Y le dijo a la señora que si se quedaban iban a ser torturadas como él porque él
era comunista, un subversivo, y los subversivos tenían que morir con los castigos que
merecen. Es una historia increíble. Logramos saber cómo murieron, qué torturas les dieron
desde un principio hasta los últimos. Entonces llevaron a mi hermanito, quien soltaba sangre
en diferentes partes de su cuerpo(...) Los pusieron en filas. El oficial llamó a los más
criminales, los "Kaibiles", que tienen ropa distinta a los demás soldados. Ellos son los más
entrenados, los más poderosos. Llaman a los kaibiles y éstos se encargaron de echarles
gasolina a cada uno de los torturados. Y el ejército se encargó de prender fuego a cada uno
de ellos (Burgos. 2007:204).

El libro adquirió gran notoriedad a lo largo de todo el mundo pero también tuvo refutaciones,
principalmente por el estadounidense David Stoll.

Lo cierto es que Stoll no pone ni por un momento en duda la represión y las atrocidades
cometidas por el ejército. Tampoco pone en duda lo esencial del relato de Rigoberta: que su
padre Vicente Menchú, su madre Juana y su hermano Petrocinio fueron asesinados por el
ejército en los cinco meses que van desde diciembre de 1979 a abril de 1980. Pero sí
impugna algunos aspectos y episodios del testimonio; por ejemplo, el hecho de que su
familia fuera muy pobre, que pasara parte de su infancia como peón en las plantaciones de la
costa del Pacífico, que no aprendiera español o que nunca asistiera a la escuela.(Pitarch.
2000:2)
Pero estas refutaciones no le quitaron relevancia al testimonio, que fue una denuncia y una
manera que tuvieran voz las personas marginales.

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Conclusión
La denuncia social en la literatura ofrece un análisis crítico y la convierte en un disparador
de reflexión acerca de la sociedad, un ejercicio de reconstruir la memoria y una manera de
exponer y asentar los acontecimientos que han cambiado las vidas de los individuos y las
historias de las naciones. La escritura ha sido parte fundamental para preservar la historia
de los pueblos, es así que por medio de sus relatos, el escritor va tejiendo su obra utilizando
distintos recursos ya sea por medio ficcional o testimonial.
Esta memoria como construcción se transforma en una actividad literaria utilizada para
relacionar eventos que se sucedieron en el pasado y que podrían afectar el futuro. La
denuncia social hermana y sirve de base para próximas escrituras que serán de valor
literario a fin de configurar la identidad latinoamericana y no permitir que se vuelvan a repetir
acciones que vulneren los derechos humanos.

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Bibliografía

● Andrade, Martina. Y así me nació la conciencia: la escritura testimonial de Rigoberta


Menchú. Iztapalapa 45. 1999.
● Azuela,Mariano. Los de abajo. 1915.
● Burgos, Elisabeth. Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia. Siglo
XXI editores. 2007.
● Dalton, Roque. Las Historias prohibidas de Pulgarcito. Editorial Siglo XXI. 1999.
● Foffani, Enrique. Literatura latinoamericana II : Problemas de la literatura
latinoamericana. Memoria académica. La Plata. 2008.
● García, Victoria. Testimonio y ficción en la narrativa argentina. Conocer. Universidad
de Bs. As. 2018.
● Keizman, Betiana. Los conflictos de la representación del otro en dos novelas de la
revolución mexicana. 2011.
● Neruda, Pablo. Canto general. Editorial Pepito Grillo. 1950.
● Perdomo Jiménez, Ricardo. El héroe de "Los de abajo". Ed. Cervantes. 2012.
● Pitarch, Pedro. El testimonio de Rigoberta Menchú. Revista de Libros. 2000
● Poniatowska, Elena. La noche de Tlatelolco. 1971
● Porto, Julián- Gardey, Ana. Definición de testimonio. Definición de.com. 2012.
Enlace https://definicion.de/testimonio/
● Subercaseaux, Bernardo. Los de abajo. Revolución mexicana, desajuste y modernidad
esquiva. Universidad de Chile. 2015.
● Vazquez, Ignacio. La etimología y los diccionarios portugueses. Universidad de
Barcelona. 2011.

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