Fargo
Fargo
Fargo
temporada
Por Emilio de Gorgot | Mayo, 2014
Las impresiones durante el primer episodio, eso sí, podrán resultarle un tanto
contradictorias. El capítulo inicial es una toma de contacto que consiste en una especie
de calco del film: personajes similares envueltos en un argumento criminal muy
evocador del original, con muchas referencias icónicas y la sensación generalizada de
que el spin off corría el riesgo de terminar siendo un homenaje hábil pero carente de
personalidad propia. En el caso de que le asalten estas impresiones, ha de saber que son
completamente transitorias: a partir del segundo capítulo la serie empieza a volar por sí
sola, abandonando gradualmente el nido paternal de las constantes referencias al trabajo
de los Coen y transformándose en una obra diferente… pero también fascinante. Y lo
que es mejor, incluso cuando la serie vuela por sus propios medios, el microcosmos de
la Fargo que todos conocemos sigue estando ahí: la estética, el ambiente, el humor
negro, los toques surrealistas… todo ha sido trasladado casi a la perfección a la pequeña
pantalla. Aunque la serie, cabe aclarar, no es un remake de la película sino una especie
de secuela geográfica y estilística: diferentes personajes protagonizan una historia
diferente, que transcurre en parecidos escenarios y está narrada con un tono parecido.
Tal y como sucedía en el film de 1996, todo comienza con un crimen que desencadena
una espiral de tétrico caos en la que salen a relucir los peores aspectos de la condición
humana, y también una parte de los mejores. Idéntica filosofía, similar envoltura
artística.
En definitiva: nunca hubiese creído posible que una secuela televisiva de Fargo podría
hacerme superar todas las reticencias iniciales y terminar capturándome tras un puñado
de episodios, sin que constantemente piense «deberían haber dejado el universo
de Fargo en paz». Aunque siempre hay opiniones para todos los gustos, creo que es
muy posible que a otros fans de la película les pueda suceder lo mismo. Esto no es el
trabajo de los hermanos Coen, pero es suficientemente cercano como para satisfacer a
sus seguidores. Es lo más parecido a la obra de los Coen que hemos visto y que
seguramente veremos en el futuro. Lo cual, dicho así, suena increíble, pero es
completamente cierto. Esperemos que la cosa no decaiga y que en el futuro podamos
dedicarle a esta serie un artículo de la serie «Imprescindibles». Con solamente seis
capítulos en el aire, aún es pronto para calificarla como tal… pero créanme, tiene todos
los mimbres. ¿Mi recomendación? Si les gusta el trabajo de los hermanos Coen, no se la
pierdan. La serie no está facturada por ellos, pero la van a disfrutar casi tanto como si lo
estuviera. Y si no conocen el trabajo de los Coen o no han visto la Fargo original,
vayan cuanto antes a ver la película y después pónganse al día con esta serie. De un
modo u otro, va a merecer la pena, palabra.