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Pedagogía de la Memoria: el desafío de abordar el pasado reciente en las aulas

Clase 2: el concepto de derechos humanos

Hola, colegas ¡bienvenidos y bienvenidas!

Vamos a comenzar con la clase 2 del módulo 1. Como seguramente recuerdan, en nuestra clase
pasada, estuvimos trabajando sobre algunos conceptos clave que revisaremos y profundizaremos a
lo largo de este trayecto formativo: pasado reciente, memoria (s) y pedagogía de la memoria,
poniéndolos en diálogo con la tarea docente.

Esta clase estará dedicada a abordar el concepto de derechos humanos y a conocer los principios
que los rigen, cuáles son sus características distintivas y especialmente a analizar los contextos
históricos y las luchas sociales por su reconocimiento y vigencia. Nos detendremos a repasar
especialmente las condiciones históricas de su surgimiento y a desarrollar por qué nos referimos a
los derechos humanos como resultado de reclamos y conquistas sociales.

Nos dedicaremos a reflexionar en torno al rol que desempeña el Estado en relación con los
derechos humanos, teniendo en cuenta que son los Estados quienes asumen el compromiso de
garantizarlos mediante tratados internacionales y en las constituciones, por ende, solo él puede
vulnerarlos. Ya veremos más adelante qué significa esto, qué alcance tiene en términos jurídicos y
también su implicancia en nuestra tarea cotidiana en las escuelas.

Finalmente, haremos mención de lo que implica hablar de derechos humanos en nuestro país,
teniendo especialmente en cuenta las violaciones masivas y sistemáticas ocurridas durante la
última dictadura.

En primer término, importa destacar que los Derechos Humanos constituyen una construcción
colectiva en la cual siempre surgen disputas en torno a su significado y su alcance, es decir,
estamos hablando de un concepto que nunca será neutral y estará sujeto a exigencias, demandas,
recursos, políticas, aunque estos se plasmen en leyes escritas.

Abordar los Derechos Humanos en las escuelas conlleva la responsabilidad de velar por la
formación y el fortalecimiento de ciudadanías democráticas. Por ello, no solamente nos importa
que la escuela enseñe sobre los derechos humanos o, en otras palabras, que los derechos humanos
1
formen parte de los contenidos escolares, sino que resulta indispensable que también propicie el
ejercicio de estos derechos. Como señalábamos en la clase anterior es un objetivo de la Ley de
Educación Nacional Nº 26.606 construir ciudadanías democráticas que, desde un rol activo,
promuevan tanto su respeto y cumplimiento, como su ampliación.

En principio, nos interesa proponer una definición compartida como parte de los conceptos nodales
de este trayecto formativo, en el que se piensa a los derechos humanos en tiempo presente: todas
y todos tenemos los mismos derechos humanos por el solo hecho de ser personas, es decir, son
inherentes a cada uno y una de nosotros/as. Pero hay que tener en cuenta que esta idea no
estuvo siempre vigente en la historia de la humanidad, sino que surge con la Modernidad. Es decir,
que los derechos humanos tal como los entendemos hoy en día no existieron desde siempre y son
el resultado de luchas y conquistas sociales, como veremos más adelante.

Hacia una definición de los Derechos Humanos

A la hora de conceptualizar a los derechos humanos debemos tener en cuenta tanto una
perspectiva histórica como una jurídico-política, las cuales resultan convergentes. En términos de
antecedentes históricos, cabe mencionar que, cuando en el siglo XVII comenzó la expansión de los
Estados liberales modernos y la quita de privilegios a la monarquía, se conformó un modelo bajo el
cual era el Estado quien controlaba a las personas y quien, además de deberes, les otorgaba ciertos
derechos, en función de su nacionalidad. Sin embargo, no estaba estipulado quién controlaba a los
Estados en esta tarea de reconocer y garantizar derechos.

Esto último se puso en evidencia cuando se comenzaron a conocer los crímenes y horrores que
habían tenido lugar por parte del nazismo durante el Holocausto. Como consecuencia, el poder
estatal y sus responsabilidades respecto de las personas que habitan sus territorios se vio
cuestionado, ya que en dicho contexto salió a la luz que la nacionalidad o la ciudadanía eran
utilizadas para desconocer derechos y, de esta manera, ciertos grupos de personas podían ser
discriminados, deshumanizados y pensados como carentes de derechos. Es así como comenzó a
discutirse acerca de la necesidad de contar con instancias para controlar a los Estados y de
comprender a los derechos humanos en su dimensión universal y por ende dotados de una
protección internacional.

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Como analizamos en la clase precedente, después de la experiencia límite del Holocausto, se abrió
un campo de reflexiones en la filosofía, el derecho, la sociología, y también en la pedagogía, que
pusieron en el centro de la escena la cuestión de la “otredad”, el respeto por la diversidad y la
construcción de un piso basado en la dignidad de las personas a partir de la cual se reconocen un
conjunto de derechos. Estos temas, como sabemos, nos convocan tanto en nuestro rol docente
como en nuestro rol de ciudadanas y ciudadanos. En primer lugar, porque los derechos humanos
son temas de enseñanza; en segundo lugar, porque convocan a una participación crítica y
responsable; y, en tercer lugar, porque su conocimiento nos alerta y nos convierte en seres capaces
de advertir si estamos ante la vulneración de alguno de nuestros derechos. En otras palabras, existe
la necesidad de contar con la información necesaria relativa a los Derechos Humanos, pero también
con las herramientas para exigirlos y reclamarlos.

Las “leyes” deshumanizantes del régimen nazi


En 1935 se aprobaron las Leyes de Nüremberg incluyendo la Ley para la Protección de la
Sangre Alemana y del Honor Alemán, a partir de la cual se determinaba quién era
ciudadano alemán y quiénes pertenecían a otras naciones o “razas”. Quedaban prohibidos
los matrimonios entre arios y judíos, así como las relaciones sexuales extramatrimoniales
entre ellos. Esa disposición también se aplicaba a los matrimonios entre arios y gitanos o
negros. Las ordenanzas incluían, además, dos prohibiciones adicionales:
● A los ciudadanos judíos se les prohibía izar la bandera del Reich y la bandera
nacional.
● Se les impedía contratar a empleados no-judíos en sus hogares.
De acuerdo con esta Ley, todos los judíos de Alemania, incluyendo aquellos que tenían
algún abuelo judío, se convertían en personas con derechos limitados, pues, de acuerdo
con la Ley, se establecía que ningún judío podía ser ciudadano del III Reich. A la vez, se les
prohibía ejercer cargos públicos y el derecho al voto.
En verdad, las llamadas Leyes de Nüremberg vinieron a darle sistematicidad orgánica y
jurídica a una sucesión de disposiciones que el régimen venía disponiendo desde su
constitución.
Para profundizar recomendamos leer las páginas 19 y 20 del libro Holocausto y genocidios
en el siglo XX: preguntas, respuestas y propuestas para su enseñanza
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL006311.pdf

3
La referencia fundamental desde una perspectiva histórica es la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, que fue firmada en 1948 por los distintos países miembros de la Organización
de las Naciones Unidas (ONU). La ONU es uno de los organismos multilaterales más importantes del
mundo, fue creado en 1945 tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de garantizar
la paz internacional. Esta Declaración tiene como uno de sus principales antecedentes la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, uno de los documentos fundantes de la
Revolución Francesa; y la Carta de Derechos de Estados Unidos.

Luego de un extenso debate, en la Asamblea General N.º 183 del 10 de diciembre de 1948, la ONU
aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH). Este documento constituye un
hito histórico, dado que expresa un complejo consenso que define, a lo largo de 30 artículos, cuáles
son los atributos, derechos y garantías pertenecientes a cada persona solamente por su condición
de ser humano.

Los Estados integrantes de la comunidad internacional asumen la obligación y responsabilidad de


garantizar los derechos establecidos en la DUDH a su población: y son los únicos que pueden
vulnerarlos, ya sea por acción u omisión. Es decir, por atentar contra los Derechos Humanos de
forma directa, o bien dejando que hechos o procesos violatorios de estos ocurran, sin intervenir
adecuadamente. Por eso, se dice que asegurar un andamiaje y un sistema de protección
internacional sobre la base de la DUDH fue parte del desafío que se instaló en 1948 a nivel
internacional.

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Fuente Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_Universal_de_los_Derechos_Humanos#/medi
a/Archivo:Eleanor_Roosevelt_UDHR.jpg

En la imagen se puede ver a Eleanor Roosvelt. Fue la primera presidenta de la


Comisión de Derechos Humanos y desempeñó un papel fundamental en la
redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Los derechos humanos se basan en los siguientes principios:

● Universalidad: los Derechos Humanos contemplan la conceptualización y los valores


consensuados acerca de la condición humana, así como su dignidad inherente. Como
mencionamos, este carácter universal no fue siempre así, es una construcción histórica que
implica la incorporación de sujetos que son excluidos bajo distintos pretextos, la
nacionalidad, la sexualidad, el género.

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● Igualdad y no discriminación: este principio implica que nadie puede ser excluido de su
órbita y alcance, ya que los derechos humanos son de y para todos y todas. Es
responsabilidad del Estado garantizar su cumplimiento y hacerlos efectivos sin distinción de
ningún tipo.

● Integralidad e indivisibilidad: los derechos humanos están relacionados entre sí. Esto
implica que, si uno de ellos es vulnerado, el resto se ve afectado. Por eso afirmamos que no
hay derechos más importantes que otros, todos son centrales porque no hay una jerarquía
entre ellos. Por este motivo es que se entiende que son indivisibles y se los debe abordar de
un modo integral y no parcial.

Como consecuencia de los principios anteriormente mencionados, se desprenden las siguientes


características:

odas las personas por el hecho de haber nacido


son su etos de derecho. l alcance de esta
condición es universal, aunque esta universalidad
Inalienables es el resultado de una construcción histórica que
siempre está inacabada porque la realidad
cambia y surgen nuevos derechos de nuevos
colectivos sociales.

Los Estados tienen la obligación de realizar


acciones y tomar medidas para que los Derechos
Humanos se cumplan progresivamente. A su vez,
Progresivos las normas posteriores o sucesivas que se
legislen en un Estado no pueden contradecir,
limitar ni atentar contra los derechos ya
reconocidos.

Los Derechos Humanos no pueden quitarse ni


Irrenunciables cederse, y ninguna persona puede renunciar a
ellos porque son inherentes a la persona

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humana.

Los Derechos Humanos no están vinculados a


un territorio o nacionalidad específica, dado que
Trasnacionales
pertenecen a las personas y están por encima de
los Estados y su soberanía.

l stado está obli ado a arantizar los erechos


Humanos de las personas y la sociedad puede
Exigibles reclamarlos ante ese mismo Estado, o bien, en
caso de no obtener respuesta, ante instancias
supranacionales.

Los Derechos Humanos, en caso de que un


Estado no cumpla con sus obligaciones, pueden
Justiciables
ser objeto de litigios en el plano de la justicia
internacional.

Los Derechos Humanos no tienen vencimiento;


Imprescriptibles
es decir, nunca dejan de tener validez.

Como vimos, los Derechos Humanos constituyen los acuerdos mínimos en términos de derechos y
garantías que deben adoptar los distintos Estados para asegurar la vida digna de todas las
personas y evitar procesos que impliquen violaciones masivas y sistemáticas.

En este sentido, podemos decir que el objetivo de los 30 artículos que compone la DUDH apunta a
ello:

- el derecho a la libertad e igualdad (art. 1),

- el derecho a gozar de derechos sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión (art. 2 y 7),

-el derecho a un juicio justo (artículo 8) con debido proceso y sin pena de destierro (art. 9),

- derecho al asilo (art. 14),

- el derecho a la nacionalidad (art. 15),

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- el derecho a ejercer un conjunto amplio de libertades cuyo goce supone la protección y no la
persecución estatal (art. 16 a 22),

- un conjunto de derechos capaces de contribuir a la construcción de sociedades más igualitarias,


como el derecho a la educación, el trabajo, la asociación sindical, al descanso y a mejores niveles de
vida (art. 23 a 30).

La perspectiva de género en materia de derechos humanos

En este punto nos parece necesario remarcar que la DUDH tiene una importancia capital en la
materia ya que instala un nuevo paradi ma, al de ar atrás la idea de “los erechos del hombre”,
que invisibilizaba a la mu er como énero, hablar de derechos constitutivos de la “condición
humana”, teniendo en cuenta el principio de no discriminación y de igualdad de todas las personas,
nos invita a poner el foco de la mirada en los grupos y colectivos históricamente discriminados a lo
largo de la historia, la mitad de la humanidad, por su mera condición de ser mujeres, vio vulnerados
sus derechos, especialmente aquellos relativos a la participación en la vida pública. Solo a modo de
ejemplo, podemos mencionar que la educación no fue considerada un derecho de las mujeres
durante muchísimo tiempo, de la misma manera que no lo fue el voto. En otros casos, si bien el
ejercicio de los derechos no estaba vedado, las condiciones de desigualdad en la realidad impactan
en la posibilidad de ejercer los derechos.

Por ello en la actualidad la cuestión de género y los derechos deben analizarse con el enfoque de la
“intereseccionalidad”, para hacer visible el modo en que el énero, atravesado por otras cate orías
como la edad, la condición social y cultural, la discapacidad, la etnicidad, el lugar de nacimiento o
residencia, el color de la piel, entre otras, posibilitan situaciones de violencia o discriminación, es
preciso no desatender estas condiciones a la hora de pensar los derechos. El enfoque interseccional
resulta de gran importancia para nuestros fines y para nuestro rol docente, ya que las escuelas en
las cuales trabajamos son espacios habitados por la diversidad.

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Para abordar los derechos humanos en la escuela sugerimos el siguiente material
elaborado por el Programa Educación y Memoria del Ministerio de Educación en
el año 2020:

Enlace: https://www.educ.ar/recursos/158028/construir-ciudadania-
democratica-en-la-escuela-memoria-y-der

Una clasificación posible para estudiar los derechos humanos

Los Derechos Humanos suelen ser presentados en etapas, según derechos de primera, segunda y
tercera “generación” con el fin de estudiarlos y realizar algunas generalizaciones, sin desconocer
que en todos los momentos históricos existieron diferentes tipos de derechos, reconocidos en
diferentes instrumentos legales.

Se llama a los efectos explicativos mencionados derechos “de primera generación” a los derechos
civiles y políticos que surgen con la aparición de los Estados liberales modernos. Estos derechos
fueron los primeros en ser reconocidos legalmente a fines del siglo XVIII, en el proceso de
Independencia de los Estados Unidos y en la Revolución Francesa.

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Se trata de derechos que hacen foco en garantizar la libertad de las personas, su integridad y
seguridad física y moral y en reconocer su igualdad, al menos jurídica. Están orientados a limitar la
intervención de las instituciones de poder en la vida privada de las personas y a promover la
participación ciudadana en asuntos de interés público.

Podemos mencionar, entre otros, el derecho de todo sujeto a la vida (artículo 6), a no ser sometido
a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes (artículo 7), a no ser sometido a la
esclavitud, la servidumbre, o el trabajo forzoso (artículo 8), a la libertad y seguridad personal
(artículo 9), a ser tratado humanamente en caso de estar privado de la libertad (artículo 10), a ser
tratado con igualdad ante los tribunales (artículo 14), a la igualdad ante la ley (artículo 26), a no ser
objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación (artículo 17), a ejercer libertad de
pensamiento, conciencia y religión (artículo 18), a la reunión pacífica (artículo 21) y a la asociación
libre y a fundar sindicatos (artículo 22).

sta tradición de derechos buscó ori inalmente arantizar los intereses de la burguesía. Más allá de
levantar las banderas de la universalidad y la igualdad, la gran mayoría de las personas estaba
excluida de ellos, como, por ejemplo, las mujeres, la clase trabajadora, campesinos y las minorías
religiosas y étnicas.

Los “derechos de segunda generación”, por su parte, se centran en derechos económicos, sociales
y culturales (DESC), y tienen vinculación con los modelos de Estados de Bienestar. Estos derechos
se fueron incorporando en los dos últimos siglos en las diferentes legislaciones de los Estados
democráticos y apuntan a promover la igualdad real entre las personas, más allá de la igualdad
jurídica. Para el cumplimiento de estos derechos es fundamental el accionar del Estado de manera
que se garantice la verdadera igualdad de oportunidades en el marco de la democracia, lo que
exige de su parte destinar presupuestos a políticas públicas que los garanticen. Estos derechos nos
interpelan especialmente, porque uno de ellos es el derecho a la educación; también lo son el
derecho a la salud, el derecho al trabajo y el derecho a una vivienda digna, los derechos de los
niños y jóvenes, etc.

Entre los derechos económicos se encuentran incluidos el derecho al trabajo, a condiciones


laborales equitativas y satisfactorias, a la libertad, a la organización sindical y a la seguridad social,

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entre otros. Dentro de los derechos sociales, pueden mencionarse el derecho a la protección y
asistencia a los menores y a la familia, a un nivel de vida adecuado con alimentación, vestido y
vivienda, a disfrutar del más alto nivel posible de salud física y mental, a la educación y a la
enseñanza primaria obligatoria y gratuita, entre otros. Finalmente, entre los derechos culturales se
contemplan el de participar en la vida cultural y a gozar de los beneficios del progreso científico y
de sus aplicaciones, a la protección por autoría de producciones artísticas, científicas o literarias
(artículo 15) y al libre desarrollo de la investigación científica y la actividad creadora.

Por último, a la “tercera generación” de derechos, la más reciente, se la conoce como los
“derechos de solidaridad o colectivos” y sur en entre fines del si lo XX y principios del si lo XXI.
Estos pretenden fomentar la solidaridad entre los pueblos y las personas de todo el mundo,
propiciando relaciones de cooperación. Entre los derechos de tercera generación se pueden
destacar los siguientes: el derecho a la paz, al desarrollo, a contar con un ambiente limpio y
saludable, el derecho de las consumidoras y los consumidores, y el derecho a la convivencia
armoniosa entre las diferentes culturas. El tratamiento de estos temas se ha ido realizando en las
distintas cumbres y encuentros internacionales en las cuales se contó con la participación de
mandatarios de todo el mundo.

Ahora bien, en este punto resulta importante remarcar que esta categorización no responde a un
criterio cronológico ni jerárquico, ya que los instrumentos legales que permiten definir a los
derechos de “primera y se unda eneración” sur ieron en el plano internacional en el mismo año.
Nos referimos a que tanto el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos fueron sancionados el 16 de diciembre de 1966
(entró en vigor el 23 de marzo de 1976).

Si bien esta tipología clásica ha servido para mostrar diversos momentos históricos en la lucha por
la conquista de derechos individuales, sociales y colectivos, es necesario mantener cierta cautela
interpretativa para captar su valor de verdad. Por un lado, porque puede dar lugar a una idea no
del todo correcta: que la historia de los Derechos Humanos es una marcha ininterrumpida hacia la
conquista de derechos cada vez más amplios. Sabemos que la historia tiene marchas y
contramarchas: solo basta con pensar en el periplo de la democracia en nuestro país (y el modo en
que ciertos derechos que se creían conquistados fueron suspendidos y avasallados por distintos
regímenes autoritarios) para hacernos de una idea distinta a esta imagen acumulativa.

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Por otro lado, lo que no siempre se toma en cuenta en este tipo de tipologías es la disparidad social
con que distintos actores sociales han accedido a estos derechos: lo que resultaba efectivo para
una parte no tenía plena vi encia para el “todo”.

De aquí la necesidad de incluir los contextos históricos, sociales y la situación de los distintos
actores sociales (junto con sus perspectivas y sus luchas) para complejizar esta imagen lineal,
acumulativa y dar cuenta de la brecha existente en ciertos contextos entre los derechos
reconocidos en el campo normativo y la situación concreta en el mundo social.

Por todo lo mencionado es que insistimos con la idea de que, más allá de esta tipificación en
“ eneraciones de derechos”, debemos entender a los derechos humanos como conquistas
políticas y como un terreno siempre propenso al debate. Al ser el resultado de luchas sociales,
cambian con el paso del tiempo y, por ello, no están dados de una vez y para siempre. Del mismo
modo en que lo que definimos como “su eto de derechos” no es una cate oría fi a e inmutable.
Ahora bien, el hecho de ser sujetos de derechos no implica que todas las personas sean alcanzadas
por ellos. Esto es así porque está vinculado a las situaciones de desigualdad, vulnerabilidad y
exclusión que, desde la perspectiva de los derechos humanos dejan de ser pensados en tanto
condiciones privadas, sino que comienzan a ser interpretadas como parte de la agenda pública que
el Estado debe abordar.

Los Derechos Humanos y el Estado

Llegado a este punto de la clase, cabe hacernos la siguiente pregunta: ¿qué conjunto de
obligaciones suponen para el Estado, los derechos humanos?

El Estado es el único actor capaz de reconocer y asegurar los Derechos Humanos —ningún
particular nos puede garantizar la libertad y la igualdad— y, al mismo tiempo, es el único actor que
puede violarlos y por ende ser acusado por ello en términos de lo que establece el derecho
internacional de los derechos humanos.

La existencia de tratados y convenciones internacionales sobre los Derechos Humanos constituyen,


así, un marco normativo de legitimidad y legalidad, ya que engloban el consenso jurídico, político e
institucional existente en la materia, ratificado por la mayoría de las Naciones del mundo. En este

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sentido, representan guías conceptuales y también herramientas concretas para enfrentar
cualquier situación de abuso o vulneración de éstos.

El siglo XX con sus horrorosas atrocidades masivas nos ha legado la declaración y


el compromiso de los Estados por la defensa de los Derechos Humanos, que han
servido a la formación de orden político y social democrático, incluyendo en él el
reconocimiento de nuevas formas de ciudadanía.

De aquí que se torne necesario distinguir las violaciones a los derechos humanos
de los delitos comunes, que son aquellas vulneraciones de derecho cuya autoría
reside en particulares: un robo, un homicidio.

Los Derechos Humanos en la Argentina

Hablar de Derechos Humanos en Argentina nos enfrenta con un desafío adicional, teniendo en
cuenta que durante la última dictadura se cometieron violaciones sistemáticas y masivas a los
derechos humanos que la justicia definió como crímenes de lesa humanidad que aún se siguen
juzgando.

La definición de crimen contra la humanidad o crimen de lesa humanidad recogida en el Estatuto


de Roma de la Corte Penal Internacional incluye una serie de conductas, siempre que se cometan
como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento
de dicho ataque: asesinato, exterminio, deportación o desplazamiento forzoso, tortura, violación,
prostitución forzada, esclavitud sexual, esterilización forzada y encarcelación o persecución por
motivos políticos, religiosos, ideológicos, raciales, étnicos, de orientación sexual u otros definidos
expresamente, desaparición forzada, secuestro o cualquier acto inhumano que cause graves
sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los padece. Estos delitos se
consideran cometidos en detrimento de toda la humanidad y son imprescriptibles. Esto significa

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que, por su gravedad, la acción del delito no se extingue y por ende no hay plazo ni límite de
tiempo para iniciar acciones penales y juzgar a los responsables.

Si, como vimos al comienzo de la clase, los Estados Nacionales son los garantes de los Derechos
Humanos y, en consecuencia, son los únicos capaces de violarlos, hablar de Derechos Humanos en
la Argentina nos convoca a visibilizar que la dictadura utilizó todos los mecanismos y herramientas
del Estado para vulnerarlos. Sobre el sistema de protección internacional establecido para controlar
el cumplimiento de los compromisos asumidos en los tratados internacionales por parte de los
Estados trabajaremos en el módulo 3 cuando analicemos el proceso de justicia.

En democracia los derechos humanos se instalaron en la agenda pública a partir de las demandas y
la lucha de los organismos de Derechos Humanos, que se conformaron en un actor social
indispensable. Durante la dictadura, lograron gran visibilidad en el espacio público y en la escena
internacional, las graves violaciones a los derechos humanos que estaban siendo denunciadas en
todos los foros posibles y luego en democracia, sosteniendo la lucha por memoria, verdad y justicia.

Las y los invitamos a ver este video en el que Lita Boitano de Familiares de Detenidos y
Desaparecidos por Razones Políticas, madre de Adriana y Miguel Angel Boitano, ambos
detenidos desaparecidos en el año 1976, cuenta una de las tantas acciones que realizaban
los familiares para denunciar las violaciones a los derechos humanos.

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Enlace: https://youtu.be/Jyf3-Iq-Kp4

Este video fue realizado por Memoria Abierta en el marco del Proyecto Papelitos a 40 años
del mundial de fútbol de 1978.
Para ver más fuentes, testimonios y textos pueden ingresar a: http://papelitos.com.ar/

Si pensamos en la institucionalidad que fueron adquiriendo los Derechos Humanos en nuestro país,
podemos observar que este proceso ha sido progresivo, con un ritmo propio, en función de las
coyunturas sociopolíticas. La incorporación con jerarquía constitucional de los tratados
internacionales a la Constitución Nacional tras la reforma constitucional de 1994 permitió que el
paradigma de los Derechos Humanos fuera tomado por otros movimientos y colectivos para
orientar sus demandas y pensar otros problemas sociales desde esta perspectiva.

Finalmente, la democracia de nuestro país ha estado marcada, con avances y retrocesos, por la
concepción de una agenda amplia de derechos que ha habilitado la expansión, tanto de los
reclamos como de las conquistas. En este sentido, cabe aclarar que las políticas de Derechos
Humanos no responden únicamente a las demandas de Memoria, Verdad y Justicia, sino que

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también abarcan un repertorio de derechos que permitieron la ampliación de derechos incluyendo
a diversos sujetos y colectivos en la esfera de protección que estos brindan. Por ejemplo, podemos
mencionar la Asignación Universal por Hijo (AUH) que busca garantizar los derechos económicos y
sociales de los sectores que se encuentran sin trabajo o en sectores de la economía informal, la Ley
de Matrimonio Igualitario que permite que todas las personas puedan formar una familia y que
ésta esté protegida por la ley o la Ley de Identidad de Género que ha permitido a muchísimas
personas ejercer su derecho a la identidad.

Esperamos que esta clase les haya resultado interesante y nos seguimos encontrando en los
espacios de intercambio.

Bibliografía de referencia
Ministerio de Educación de la Nación (2021). Programa Educación y Memoria. Educ.ar Colección 10
de diciembre Día de la Democracia y los Derechos Humanos

Ministerio de Educación de la Nación (2021). Programa Educación y Memoria. Educ.ar Día


Internacional de las mujeres
Ministerio de Educación de la Nación (2020-2021). Programa Educación y Memoria. Educ.ar El
género de la Patria

Material de educativos
Ministerio de Educación de la Nación (2020). Programa Educación y Memoria. Construir Ciudadanía
Democrática en la escuela

Actividades
Las y los invitamos a ver un trabajo hecho por estudiantes en el marco del Programa un Minuto por
mis derechos titulado Crescencio. Luego compartan en el foro una reflexión a partir de las
siguientes preguntas:

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¿Cómo se pone en juego el concepto de derechos humanos en la situación que describen y
denuncian las y los estudiantes? ¿Qué derechos aparecen afectados? ¿Qué puede hacer la escuela
en estas situaciones?

Extensión máxima: 10 renglones.

Recuerden que todos los trabajos de reflexión y análisis que se realizan en los foros serán
recuperados en el Trabajo Final porfolio que deberán presentar al final del módulo. Por ello es
importante que se ajusten a las consignas ya que la evaluación se realiza a lo largo del recorrido.

Créditos
Autor/es: Programa Educación y Memoria, Dirección de Educación para los Derechos Humanos,
Género y Educación Sexual Integral, Ministerio de Educación de la Nación.

Cómo citar este texto:


Programa Educación y Memoria, Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y
Educación Sexual Integral (2022). Clase 2: el concepto de derechos humanos. Pedagogía de la
Memoria: el desafío de abordar el pasado reciente en las aulas. Buenos Aires: Ministerio de
Educación de la Nación.

Esta obra está bajo una licencia Creative Commons


Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0

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