MILITAR ➳ KookMin - 국민 FANFIC.

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 631

MILITAR ➳ KookMin - 국민 FANFIC.

title MILITAR ➳ KookMin - 국민 FANFIC.


Description:
“Como todo alfa, huí para servir a mi país, pero
ese no es el punto, JiMin ¿quién es él?”
Jeon Jeongguk es un dominante alfa que tenía
una vida tranquila y perfecta con su omega, Park
JiMin. Pero no todo lo perfecto dura para
siempre.
Jeongguk se adentra al cuerpo militar y huye de
JiMin sin avisar.
Cuando vuelve, se encontrará su omega.. pero
completamente acompañado. Y su próxima
misión no será enfrentar una guerra.
Será descubrir quién es el acompañante de su
omega.
➻ historia 100% mía. ➻ no adaptar, no plagiar.
➻ omegaverse.♡ ➻ jk; top. ➻ jm; bottom. ➻
historia concluida.✔ ➻ portada hecha por: @-
JKxJM— ¡Gracias!❤
⚠ TODO ES FICCIÓN, NADA ESCRITO EN ESTE
LIBRO TIENE RELACIÓN CON
LOS PENSAMIENTOS PERSONALES DEL AUTOR,
SOLO DISFRUTA LA LECTURA. ⚠
PRÓLOGO.

(Booktrailer en multimedia, apoyen a la chica


en su canal ¡Gracias!
❤)
Extrañándose.
Park JiMin lucía un semblante bastante
decaído, nunca en sus veinticuatro años se había
sentido tan triste, tan solo. Su vida pedía a gritos
la presencia de su fuerte alfa, anhelaba probar de
nuevo uno de sus besos. Pero él lo dejó, y JiMin no
podía pisar su orgullo junto a su dignidad con la
suela de su zapato.
—Hey, dulcesito..— Un pelirrojo murmuró
bajando las escaleras para llegar a él, se sentó a
su lado y lo atrajo a sus brazos.— ¿De nuevo tan
decaído?..
El omega hundió el rostro en el pecho de aquél
alfa y asintió respirando su aroma a lima con
naranja. No iba a mentir, estaba extrañando con
toda su alma a su Jeongguk.. a su gruñón favorito,
y se preguntarán todos ¿dónde está Jeon? Eso
JiMin no lo sabe, hasta hoy en día, siendo que ya
han pasado cuatro años desde que su alfa lo
abandonó, no tiene rastro de su paradero, el
omega quería odiarlo, pero.. no podía, lo dejó en
la peor etapa de su vida y sin duda, la más difícil.
Jeongguk nunca pudo darle un beso de
despedida, o un simple “adiós”, lo dejó botado
como si fuese la peor porquería que haya tenido
en su vida. Si JiMin tan solo supiera dónde estaba
su alfa, y el enorme peso en sus hombros que
tenía encima.
—Aquí estoy para protegerte, JiMin, un omega
tan adorable como tú no puede estar sin un alfa
que lo cuíde.— El hombre acomodó una fina
bandana blanca en su frente.— Y peor aún con un
angelito a su lado.
JiMin sonrió ante lo que el alfa mencionó.
—Gracias, TaeHyung..— JiMin se estiró un poco
hasta dejar un dulce beso en la mejilla del alfa.—
Por querer a BaeJeon como si fuese tu hijo.
TaeHyung revolvió los cabellos de JiMin y soltó
una pequeña risa.— Podría ser mi hijo si no
tuviese toda la cara de su papá, es igual de
diablillo que yo y además pude dormirlo en cinco
minu..
—¿Appa?— BaeJeon se asomó por las escaleras
con su pijama de conejito, bajando con cuidado y
finalmente correr para abrazar a JiMin.
—¡Pero si estabas dormido, niño del
demonio!— TaeHyung bufó indignado,
apuntando al pequeño con su dedo mientras éste
solo reía en el pecho de JiMin.
—Dijiste antes que era un buen actor, tío Tae.—
El pequeño se acomodó en las piernas de su padre
y con sus pequeños brazos rodeó su cuerpo.
—Es muy tarde para estar despierto, cariño.—
Park besó la coronilla de su crío y acarició sus
cabellos negros.
Mientras tanto, TaeHyung seguía buscando en
BaeJeon con una mirada observadora alguna
facción idéntica a JiMin, algún lunar o algo que lo
marcase como su hijo. Pero nada, el niño no tenía
ni la sonrisa de Park.
BaeJeon le dió un pequeño beso esquimal a JiMin
antes de bajarse de su regazo e ir hasta donde el
pelirrojo, apuntando y arrugando su pequeña
nariz en su dirección.
—Oh, olvidé el beso de buenas noches.—
TaeHyung se golpeó la frente suavemente
haciendo reír al infante y después juntar el ápice
de su nariz con la de BaeJeon.— Buenas noches,
pequeño diablillo.
Entonces el pequeño de tan solo cuatro años
subió las escaleras con dirección a su habitación,
arrancándole un suspiró a JiMin junto a la sonrisa
estúpida en su rostro. Una sonrisa llena y a la vez
vacía.
—¿Qué harás si Jeon vuelve?— El pelirrojo
preguntó una vez que el adorable niño
desapareció de su vista, atrapando la atención de
Park en segundos.
—¿Qué haré? No lo sé, pero no estoy seguro de
querer que BaeJeon conozca a su papá ¿y si ahora
es un delincuente? ¿un violador?— JiMin sacó su
lado protector, cruzándose de brazos y negando
rápidamente para alejar todo pensamiento
horrible de Jeon.
—Sea un violador o un mafioso, él tiene
derecho de conocer a su hijo, JiMin.— El pelirrojo
observó como el pelinegro bajaba la mirada
deprimido.— Todo padre alfa debe saber que
tiene un hijo perdido y que espera por él, es un
poco egoísta pensar de esa forma.
JiMin suspiró sin permitir que sus lágrimas
picasen sus ojos.— Siento que no podré
contenerme si lo vuelvo a ver.

—¡Comandante Jeon!— Un hombre con traje


color verde y manchas del mismo color más
potente, saludó llevando su mano en su frente.—
Por noticia del líder del equipo alfa A, Min YoonGi,
logramos vencer la guerra.
Jeon suspiró aliviado y tomó la esperada
carpeta en sus manos, estirándosela al hombre y
ponerse de pie.— Muy bien, soldado, es hora de
volver a casa, puedes ir a descansar.
—¡Sí, señor!— El hombré repitió el saludo junto
a su reverencia y salió de la tienda de acampar.
Jeongguk apoyó su cadera en el escritorio y se
cruzó de brazos, su traje se pegaba a su ejercitado
cuerpo y su cabello estaba comenzándose a pegar
en su frente debido al sudor.
—Uy, pareces gato mojado, comandante.— Un
chico de cabellera rubia entró por la “oficina” de
Jeon.
—SeokJin, te dije que hoy quería verte con el
cabello ne…
—Cállate, igual ya estamos de regreso a casa,
alfa gruñón.— SeokJin movió su mano restándole
importancia y ordenar los papeles importantes de
su gruñón comandante.
—No te pedí que ordenes eso.— Jeongguk
frunció el ceño, observando como de los labios de
SeokJin una risilla escapaba.
—Igual con lo lento que eres, no nos iremos
mañana a primera hora.
— Atacó burlón cuando sin querer con su brazo
volteó un portaretrato.— Oh.
—Cuída lo que haces, joder.— El castaño gruñó
tomando la foto con mucho cuidado y acariciarlo
con su pulgar.
—Sigo pensando que sus mejillas son
adorables.— SeokJin arrebató la foto de la mano
de Jeon y sonrió.— Es un omega muy lindo.
—Lo es.— Jeongguk concordó suspirando.—
Después de estar aquí cuatro años y regresar
hasta Busan de nuevo me da escalofríos.
—Ya te dije, Jeon, si no le explícas, nunca podrá
entender o tan siquiera perdonarte.— SeokJin
dijo firme mientras seguía observando sus
adorables ojos.— JiMin te querrá de regreso, yo
lo sé.
—Sabes que no puedo decir que soy un
importante militar..
—Él es tu omega, maldición, Jeongguk.—
SeokJin llevó sus manos a sus caderas.— Tiene
derecho a saber el porqué lo dejaste sin avisar.
Deja por un minuto de tu maldita existencia el
trabajo.
Jeon iba a hablar hasta que nuevos pasos
provinieron fuera de la tienda, cuando un
pelinegro completamente sudado ingresó,
mirando al par con ojos observadores. Su traje
estaba un poco sucio y sus blancos brazos tenían
leves heridas dignas de un militar.
—Y ustedes, bola de mocosos, ¿solo eso saben
hacer? ¿estar de viejas chismosas en noches de
guardia?— YoonGi gruñó caminando hasta la
nevera y sacar de ésta una botella de agua y
chillar emocionado.— ¡Santo infierno, Kim
SeokJin! ¿Trajiste los pastelitos de arroz?
—En realidad el que pagó fue Jeon, así que..
—¡¿que yo qué?!— Jeon preguntó fulminando
a SeokJin.
—Tomé del dinero de tu cajón.— SeokJin sonrió
malicioso y se alejó de aquéllos alfas gruñones.
—No es la primera vez que toma tu dinero.—
Dijo YoonGi dando un sorbo a su botella y
después sonreír hidratado, tomando asiento en
las sillas blancas y separar cómodamente sus
piernas.— Es como la novena vez que lo ha…
—¡Kim SeokJin! ¡Haz cien lagartijas en éste
momento!— Jeon ordenó viendo como SeokJin al
fondo se desparramaba fastidiado en su silla.—
¡Con el dinero del comandante no se gasta en
idioteces!
—¡Eres un diablo, Jeon Jeongguk!
—Vamos, mariposa gay, yo quiero ver el
espectáculo.— YoonGi rió burlón llevándose un
pastelillo de arroz a su boca.
—Malditos alfas..— SeokJin bufó furioso
caminando hasta ellos y sentarse en el sucio suelo
para empezar con sus lagartijas.— Consíganse
una noche de sexo para que se les quite lo
gruñones hijos de pu..
—Cientocincuenta.— Sentenció Jeon con un
brillo divertido en sus ojos.
—¡Me cago en to..
—Doscientos.— Jeon rió cuando SeokJin
lloriqueó.— Está bien, quédate con los cien.
—¡No! ¡No lo hagas un soldado marica, Jeon!—
Atacó YoonGi golpeando su puño en la mesa
indignado.— ¡que haga sus doscientas lagartijas
por faltarnos al respeto!
Jeon pensó por unos segundos.
—Mitad de doscientos y punto.— Dijo
finalmente inflando su pecho.
Y estuvieron contando aproximádamente
cincuenta lagartijas cuando un nuevo hombre
alto entró por la tienda.
—¿Qué están haciendo?— NamJoon preguntó
aflojando su camisa cuando vió a SeokJin en el
suelo agitado y muy sudado.— ¡¿Qué haces ahí,
cariño?!
Y fué ahí cuando Jeongguk y YoonGi huyeron de
la tienda rumbo a la suya con mirada maliciosa,
tan rápido que NamJoon no pudo lograr
regañarlos por obligar a su omega a hacer
lagartijas.

Jeongguk salió de la ducha con la única prenda
de sus pantalones cubriendo su cuerpo y caminó
hasta su tienda, el cantar de los grillos era el único
ruido que había en el campo militar en medio de
la nada, el aire fresco lo dejaba tan relajado y las
estrellas iluminaban la oscuridad de la noche
junto a la luz de la solitaria luna. Su cuerpo se
sentía tan agotado, hoy había entrenado a los
nuevos soldados que los respaldarían y sus
músculos se sentían doloridos. El pasar de los
años había traído sus frutos, Jeongguk había
abandonado esa anatomía de chico débil y ahora
tenía un fuerte y bronceado cuerpo de un hombre
trabajador, su rostro lucía más maduro y las
palmas rasposas de sus manos confirmaban el
difícil peso de sus hombros. Desde que su padre
murió, él cedió su puesto a su único hijo alfa,
obligándole a Jeon huír de su nido de amor junto
a su lindo omega y hacer su trabajo como un
nuevo hombre, uno que estaba listo para volver a
casa y recuperar el amor de su tal vez deprimido
omega.
—Te extraño tanto, JiMin..— Susurró
metiéndose en las sábanas de su improvisada
cama, pasando sus manos por su cansado rostro
y murmurar antes de dormirse:— Voy a
recuperarte, lo prometo..
♡.
Helloooooooow.♡
Lo dije, lo estuve anunciando por varios meses
y aquí está, mi primer fic
omegaverse.
Tengo miedo de que no salga como yo espero, o
que siga desinformada del tema pero ¡les juro
que ya leí mucho para realizar ésta obra!ㅠㅠ
Ando insegura, solo espero hacerlo bien y
adoren ésta nueva historia.

Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
AUSILIO, MI ESPOSO ME HACE TAN MAL,
AUSILIOOOOOOOO.😢
01.

Derramando sudor y bienvenido a


casa.
—¡Kang, sin flexionar las rodillas!— El
comandante Jeon vociferó con voz dominante,
cruzado de brazos y caminar lentamente de lado
a lado, inspeccionando que sus nuevos soldados
entrenaran como era debido.
Y vaya que se esforzaban por mostrar lo mejor,
pues ver el ceño fruncido de Jeon y su mirada
penetrante no era algo que les haga sentir
hogareñamente bienvenidos. Y así es, Jeon
Jeongguk, líder de todo el cuerpo militar, había
despertado con un humor de perro, pues cierto
comandante con el mismo poder de Jeon, piel
blanca y mirada de cabrón, le había dicho que
antes de partir debía darles una rutina a los
nuevos.
—¡Ya me cansé!— Gimió agotado uno de los
hombres al hacer lagartijas.
—Síguete cansando, no queremos mariposas
frágiles en el cuerpo militar.— Jeon dijo con voz
néutra haciendo reír a los demás.— Y a ustedes
por reírse les pongo noventa lagartijas más, sin
llorar.
Sí, Jeon amaneció con el pie izquierdo.
El castaño caminaba bajo el fuerte sol, su frente
perlaba en sudor y pequeñas gotas caían por su
largo y apetecible cuello, sin embargo, Jeongguk
estaba tan acostumbrado a aquéllo que
simplemente lo ignoraba. Aunque sea un hombre
que odiaba los malos olores como el sudor,
aprendió a vivir como un alfa que cuída a su país,
mandando su sensibilidad a los aromas por el arco
del triunfo.
—¡Mocoso, deja de apoyarte con las rodillas!—
YoonGi gruñó acercándose al chico cansado y
enderezar su flexionado cuerpo. Para luego trotar
hasta Jeon y cruzarse de brazos a su lado.
—Deberíamos irnos ahora.— Jeon murmuró
con voz ronca, mirando con ojo de águila a los que
querían pasarse de listos con él.
—No ha llegado el avión, te lo he dicho como
mil veces en la maldita mañana.— YoonGi
chasqueó la lengua cuando observó a un soldado
desparramado en el suelo.— ¡Yah, se nos murió el
primero de cuarenta! ¡SeokJin, revíve a éste
holgazán!— El pelinegro ordenó cuando el rubio
tomaba su botiquín de primeros auxilios e iba
hasta donde estaba el chico desplomado.
—En mis tiempos a punta de golpes nos
reaccionaban, éstos no saben qué es el
sufrimiento.— YoonGi mencionó con nostalgia.
—Perdóname, fósil de tiranosaurio rex.— Jeon
rió por lo bajo, caminando hasta las neveras y
sacar dos botellas de agua, entregándole una a
YoonGi.
—No te pases de imbécil, comandante de
primer mando alfa.— YoonGi bebió
tranquilamente de la botella.— Mira, ese niño
mariposa está en la sombra.
Jeon arrastró su mirada y el brillo malicioso
adornó sus intimidantes ojos, YoonGi era un
amante de las órdenes crueles de Jeon, pues
adoraba ver el sufrimiento en las “mariposas
frágiles” cuando debían ceder a las sencillas
órdenes que ellos antes practicaban día a día.
—¡Soldado Choi, corra treinta veces alrededor
del campo militar, ahora!— Jeon vociferó.
—Basta, Jeon, eres muy cruel.— SeokJin llegó a
su lado cruzado de brazos.— No va a aguantar con
el fuerte sol el día de hoy.
—No me interesa, aquí todos siguen mis
órdenes.— Jeon habló firme, viendo como el
soldado arrastraba los pies con rostro de
completo sufrimiento y comenzaba con su órden.
Y así, entre todos los nuevos soldados le habían
bautizado a Jeon el apodo de “diablo encarnado”
ya que nunca tenía piedad hasta por un vaso de
agua, o algún retraso de asistencia, pero podrían
respirar tranquilos la nueva tarde, pues aquél
diablo con cara de pocos amigos se retiraba del
campo militar temporalmente, dejándoles
seguros de que podrían descansar.. o eso creían.

—Comandante NamJoon.— Jeon anunció


frente a todos aquélla tarde.— Te dejo a cargo del
entrenamiento de los alfas novatos, haz lo de
siempre, usa la fuerza si es necesario.
Así es, NamJoon era aún más diablo que
Jeongguk.
—¡Sí, señor!— El moreno respondió con voz
firme cuando su mirada maliciosa recorrió a todos
los novatillos del campo militar.
—El comandante alfa de segundo mando y yo
tendremos un leve descanso después de cuatro
años, trabaja correctamente.— Jeon ordenó
cuando NamJoon les pedía que despidieran al
líder con respeto y seriedad, llevando todos sus
manos a sus frentes y su cuerpo firme.
Jeon salió del campo militar con su gran maleta
en sus hombros, descansaría lo necesario hasta
que se le necesitara urgentemente su presencia.
—¿Irás también a Busan?—Jeongguk preguntó
a YoonGi estando en la camioneta en marcha.
—Sí, toda mi familia ahora habita en Busan, tal
vez me tome unos días para ir a Daegu.— YoonGi
murmuró cansado, el sol estaba en su punto de
despedida y la luz anaranjada chocaba contra sus
cansados rostros.
Ambos tomaron la facilidad de su vuelo ya que,
ante la gente, ver a dos militares era respeto por
proteger de su país y fácilmente les cedieron sus
puestos en la fila de boletos para que pudiesen
abordar su avión. Jeon apenas tomó su lugar se
relajó, pero su mente seguía en movimiento, una
dulce sonrisa aparecía y un dulce “Mi alfa no es
tan gruñón como pensaba.”
Jeon extrañaba a JiMin, claro que lo hacía, su
omega era el único que gobernaba en su corazón
y alma, solo pedía y suplicaba porque JiMin le
brindase su perdón y él pudiera recuperar su
dulce amor. Tantos pensamientos y tantos planes
agotaron a Jeon hasta dormirse en el avión,
soñando sobre su precioso omega besando su
frente como sólo él lo hacía.

—Diablo, idiota..— La ronca voz de YoonGi
lentamente despertaban los sentidos de Jeon,
haciéndole abrir los ojos perezosamente.—
Llegamos a Busan, maricón.
Jeon ya estaba acostumbrado a su forma de
querer de su amigo y compañero de trabajo, que
solo esbozó una sonrisa y le respondía un
somnoliento: “Lo sé, puta.”
Ambos hombres bajaron del avión con sus
maletas en sus anchos y cansados hombros, y
juntos, aún con sus trajes de militar, llegaron
hasta el interior del aeropuerto de Busan,
teniendo la facilidad de salir de la masa de gente
presente del aeropuerto.
—Sabes, deberíamos comprar un
departamento los dos, así cuando pase una
emergencia desde el campo militar no tengamos
que avisar y recoger al otro hasta su casa.—
Sugirió YoonGi, trepándose al auto militar de
Busan que los había llegado a buscar.
—Mientes, me vas a extrañar.— Jeon tomó las
llaves del auto y encendió éste con la risilla
burlona en su rostro.
—No es como que te vaya a extrañar
demasiado, pero el cariño, maricón, tengo
sentimientos también.— YoonGi dijo indignado,
llevando la palma a la zona de su corazón.
Jeon rió y asintió, echando a andar la camioneta
y perderse por las calles de su lugar natal.
—¡BaeJeon, baja a cenar!— JiMin chilló cuando
el conocido aroma del alfa mayor provenía de las
escaleras.
JiMin miró hacia el lugar y observó a TaeHyung
bajar con su pequeño en su espalda. Una escena
que le llenaba de ternura.
TaeHyung vivía con JiMin, pues se había negado
rotundamente dejar a su dulce amigo con su hijo
sin algún alfa que los cuidara. El pelirrojo sabía
que Busan estaba infestado de alfas peligrosos y
dejar a su sobrino junto a su casi hermano solos
era algo que le abrumaba de forma desesperada.
—¡Yo también quiero cenar, omega tonto!—
TaeHyung puchereó cuando entro a la cocina
junto a un pequeño y hambriento BaeJeon.
—Sí, pero tú eres adulto y puedes servírte solo,
alfa tonto.— JiMin rió enfriando la deliciosa sopa
que había preparado para su cachorro.
—Oh, ¡sigo siendo un bebé!— El pelirrojo se
puso de pie para servírse un plato con comida.
JiMin se hizo de oídos sordos y alimentó a su
pequeño, quién solo reía divertido ante las
ocurrencias de su tío TaeHyung. Park veía el
reflejo de Jeon en su hijo, sus dientitos similares a
las de un conejo le recordaban mucho a su alfa,
sus ojitos eran idénticos a los de su padre, y ni qué
decir de la forma en como reía, aquélla risa era la
de su alfa solo que tres veces más infantil.
Era su vivo retrato, y cualquiera que haya
conocido al alfa de JiMin, diría que ese cachorro
es su sangre.
JiMin suspiró y sin que ninguno de los dos
presentes notara algo raro, bajó la mirada
completamente deprimido, definitivamente su
precioso cachorro sería el único recuerdo que
JiMin tendría de su alfa.
El pelinegro aún recordaba, cuando el día en que
Jeongguk le abandonó, iba a ser el momento en
que el omega le daría la notica a su alfa de que
pronto serían padres. Pero la sorpresa se arruinó
cuando Jeon se fué sin dejar rastros.
—Appa..— BaeJeon murmuró, llamando la
atención de JiMin y rápidamente sacudir su
cabeza, forzando una sonrisa para su bebé. —
Díme, angelito.— JiMin observó a su pequeño
comer y de nuevo se preguntaba cuándo fué que
BaeJeon creció tanto.
—Ya no hay galletas..— Empezó el crío mirando
fugazmente con brillo malicioso en sus ojos a
TaeHyung.— Porque un tonto alfa se los comió
ésta mañana.. tampoco hay mermelada.
—¡Diablillo!— TaeHyung chilló mirando
indignado a BaeJeon.— ¡Prometiste que no dirías
nada al tonto de tu appa!
BaeJeon empezó a reír provocando que el ceño
fruncido de ambos adultos se fueran relajando
hasta adoptar una sonrisa de oreja a oreja,
siempre JiMin oía que un niño traía alegría al
hogar.. y vaya que era tan cierto.
—Supongo que tendré que volver al
supermecado ahora..— JiMin anunció
poniéndose de pie y besar la frente de su
cachorro.— Debo comprar unas cosas aparte de
galletas y mermelada.
—Pero ya es de noche y es peligroso.— Dijo
TaeHyung llevándose un pedazo de pan a la boca.
—Es temprano, volveré pronto, no hagan
travesuras, y sí, lo digo por ti, Tae.— JiMin subió a
darse una ducha y arreglarse decentemente para
ir de compras necesarias.
Aparte de que usaría ese poco tiempo para
despejar su mente.
♡.
Hellooooooooow
.♡ Bolbi
nenorraz ahk.
Les voy contando que comienzo a
obsesionarme con escribir ésta historia,
LFLFLLR.♡
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Éste bebito será BaeJeon ahr.❤
02.

Frutos rojos y chocolate con café.

JiMin tomó las llaves del auto de TaeHyung y


bajó el ascensor del edificio de su departamento.
Metiendo las manos en los bolsillos de su abrigo
pues el frío comenzaba a hacer acto de presencia.
El pelinegro ingresó al coche y se puso en marcha,
no podía creer que siendo cuatros años después,
todavía no pudiera sacar a Jeongguk de su mente
y pensamientos. JiMin de solo saber lo vulnerable
que era ante él bufó chasqueando la lengua con
la vista fija al frente. Odiaba tener que lidiar con
la preciosa sonrisa del alfa en su mente, y por más
que JiMin quisiera odiarlo.. rezaba porque se
encontrara sano y salvo.
Las luces de los autos y semáforos le daban un
panorama a JiMin de que tenía que reaccionar,
puesto que las farolas del semáforo cambiaron a
verde y Park tardaba en avanzar. Solo bastaron
diez minutos más para que el omega llegase a su
destino.
El supermercado.
JiMin aparcó con cuidado en el
estacionamiento y bajó del auto, respirando el
aire fresco de la noche, estaba por entrar cuando
el celular vibró en su bolsillo. Era TaeHyung.
—Por favor díganme que no han roto un
jarrón.— JiMin dijo tras responder la llamada.
—¡Appa!— BaeJeon habló a través del
parlante.— ¡Compra helado de vainilla, por favor!
JiMin sonrió mientras tomaba una canasta de la
entrada y la colgaba en su antebrazo.
—Está bien, cielo, nos vemos en un rato ¡no
hagas travesuras!— Anunció JiMin al colgar
segundos después y empezar su rutina.
Sacó su lista de compra y comenzó su tour
eterno por todo el enorme lugar, buscando cosas
que necesitaría para su pequeño y TaeHyung.
Definitivamente tengo dos bebés en casa. Pensó
JiMin con una sonrisa cuando observó que la lista
de cosas de BaeJeon con las de TaeHyung eran
más largas que las de él mismo. Con la canasta
roja en sus manos, fué de poco en poco
llenándola de alimentos y productos necesarios
para su hogar. Sus ojos eran muy observadores en
cada artículo y sus gestos de indignación eran
notorios cuando veía el precio costoso de algo
que a él realmente le gustaba.

—¿Debería llevar el de pollo o camarón?..— El
militar de cabellos castaños se preguntó y buscó
con la mirada a su colega, sin embargo no lo veía
por ningún lado.— A la mierda..— Gruñó y sacó
su radio portátil, encendiendo éste y oprimir el
botón para comenzar a hablar.— ¿Dónde mierda
estás, fideos con pollo o camarón?
El alfa soltó el botón, y apoyó su peso sobre una
pierna, sintiendo miradas de algunas señoras al
ver a un cansado militar teniendo una guerra
mental sobre elegir el partido del camarón o de
pollo.
—Míra, maldita rata con rabia mal
procreada..— Respondió YoonGi provocándole al
castaño una risa ronca.— Yo quiero res, no esas
mariconadas de pollo o camarón.
—No te vayas a perder entre la gente, no podré
encontrar a un pitufo con cara de perro
aplastado.— Avisó Jeon para seguidamente
escuchar la risa ronca de YoonGi y terminar la
conversación con un simple: “Cuando te vea te
voy a enseñar que un hombre pequeño puede
partirte el hocico, edificio malnacido.”
Dejó las sopas instantáneas en su lugar y tomó
las de res, poniéndolas en su canasta y agarrar
ésta con su mano, Jeongguk suspiró agotado,
estuvieron toda la tarde sin descansar para buscar
un lugar dónde pasar la noche, y finalmente,
mandaron a la mierda comprar camas y el resto
de muebles --más YoonGi-— y compraron un
departamento amueblado. Jeongguk extrañaba la
comida que JiMin cocinaba para él, el recordar el
sabor de sus alimentos le hacía agua la boca.
Como extraño a ese dulce omega. Pensaba Jeon
y su lobo aulló en lamento cuando la dulce
imagen del omega hacía acto de presencia en su
mente. Pero el alfa sabía que había sido lo
suficientemente idiota por abandonar a su omega
y tomar el puesto que su padre le otorgó en la
milicia cuando él murió en una guerra. Jeongguk
debía honrar a su padre, ser el alfa líder del
cuerpo militar, aunque eso le haya costado el
dejar de lado a JiMin.
Y hablando de JiMin.. Pensó Jeongguk quieto en
su lugar cuando cerca de él recibía un aroma a
frutos rojos, tan dulce y embriagador que dejó
paralizado al alfa unos segundos, era fuerte, y
provenía del pasillo siguiente.
Jeongguk con el corazón en sus manos y la
garganta echa un nudo, dio pasos pesados y
temorosos hasta dar vuelta y entrar al área de
galletas y pan.
Al fondo, justamente en la última fila, había un
solitario omega dando brincos para alcanzar una
caja de galletas que se encontraba hasta la cima
del anaquél. Jeon lo primero que pensó fué un
astuto: Debo ayudarlo.
Caminó hasta el omega hasta quedar detrás de
él y solo estirar su mano para alcanzar la tonta
caja de galletas que el omega luchaba por tomar.
—Supongo que deberían hacer los anaquéles
más cortos.— Murmuró esperando a que el
omega girase sus talones para tomar el paquete.
Jeon arqueó una ceja cuando solo bastó olfatear
para percibir que aquél omega era el portador de
tal conocido aroma. El alfa palideció.
Y fué cuando JiMin con la respiración agitada
giró lentamente mirando hacia el suelo. Botas de
militar fué lo primero que sus felinos ojos notaron
seguido de unos pantalones de la milicia, una
radio en su cinturilla con una funda de pistola del
otro lado, subiendo hasta dar con un pecho
fuerte, con medallas de la milicia, brazos
musculosos, un cuello apetecible.. con un lunar
que JiMin no se esperó ver y finalmente terminar
su tour en el rostro de aquél alfa.
Su alfa.
JiMin palideció al igual que Jeon y se quedó sin
palabras que soltar, el nudo en su garganta dolía
como la mierda y sus lágrimas comenzaban a
construírse en sus ojos. Ahí, frente a JiMin, estaba
la causa de su tristeza y preocupación, el alfa que
en su corazón reinaba.. y el padre de su cachorro.
—J-JiMin..— Jeongguk murmuró
temblorosamente, escaneando a su omega, tan
hermoso como la última vez que lo vió, más
maduro, sus rasgos lucían más finos y la causa de
su locura lucía más apetecible; Su cuello.
JiMin, haciendo una mueca de dolor, tragó el
nudo en su garganta y pestañeó varias veces para
ahuyentar las lágrimas que amenazaban con salir,
suspiró y murmuró un simple:
—C-cuanto tiempo, Jeon.— JiMin maldecía a su
traicionero lobo debilitarse ante el aroma a
chocolate con café que desprendía el alfa frente a
él, su omega aulló en alegría cuando su alfa
estaba frente a él, más fuerte, más guapo y más
dominante.
—Yo..— Jeon rascó su cabeza, JiMin sabía que
con ese gesto, estaba nervioso.— ¿C-cómo has
estado éste tiempo?
JiMin en automático soltó una risa sin gracia.
—¿Me abandonas y todavía tienes el descaro
de preguntarme cómo estoy c-cuatro años
después?— JiMin sintió silenciosas lágrimas caer
por sus mejillas y el lobo de Jeongguk aulló en
culpa y tristeza.
—Yo tuve mis razones, JiMin, no quise
preocup..
—¡Lo hiciste, maldición, lo hiciste!— JiMin
explotó en dolor y desahogo.— Me dejaste
preocupado todos éstos años, ¡jamás avisaste
que estabas bien o si tan lo menos seguías
respirando!
—JiMin, por favor..— Jeongguk observó como
nuevos ojos curiosos los observaban, eso le
importaba poco, pero tenían que hablar en
privado.— Hablemos..
—N-no hay nada que hablar.— JiMin limpió sus
lágrimas con la manga de su abrigo color azul.—
No creo que exista razón por la cuál tú quieras
hablar conmigo.
—Sí la hay, tengo cosas importantes que
decír..— Jeon calló unos segundos cuando su alfa
interior quería salir.
Sujetó de la cintura a JiMin y lo atrajo con fuerza
hacia él, gruñendo por lo bajo y obligar que JiMin
sumisamente ladeara el cuello asustado, Jeon
percibía olor a otro alfa en su omega y eso le
estaba enfureciendo demasiado.
—Hueles a alfa.— Murmuró con furia el militar.
—V-vivo con uno..— JiMin apretó la mandíbula
cuando Jeongguk volvía a gruñir.
Maldición, su omega chillaba de emoción saber
que su alfa estaba más posesivo que nunca, pero
no debía dejarse llevar por su lobo, tenía dignidad
y sería lo último que perdiera.. Jeongguk no podía
llegar de nuevo a su vida como si nada hubiese
pasado.
—JiMin, debemos hablar, por favor..—
Jeongguk rendido apoyó la frente en el hombro
de JiMin, respirando de nuevo su delicioso olor y
sentirse en paz cuando tenía al omega en sus
brazos.
Pero le dolía, y quería romper en llanto cuando
JiMin no correspondía a su abrazo.
—Por favor..— Suplicó en dolor cuando sintió a
JiMin estremecer entre sus brazos.
JiMin no estaba preparado para Jeongguk, no se
esperó encontrárselo de nuevo en aquél
supermercado, y lo peor de todo, es que no olía a
ningún omega, percibía solo su fuerte olor a alfa.
Y comenzaba a sentirse un asco, por tener el
olor de otro alfa aunque éste no estuviera
enlazado a él.
—Y-yo..— JiMin tragó saliva, dejando que el
hombre se escondiera en su cuello.— Está bien,
te veo mañana en mi departamento..
Jeongguk sonrió débilmente alzando de nuevo
la mirada y observar los frágiles ojos de JiMin,
mierda.. él lucía tan hermoso ante sus potentes
ojos, era una obra de arte que solo el alfa tenía
derecho de tocar y contemplar. Él debía investigar
quién era el que estaba ocupando su puesto de
alfa, porque Jeongguk regresó a la vida de JiMin
más posesivo que nunca, dispuesto a darlo todo
para recuperar a su omega.
♡.
Helloooooooooooow.♡
Loco estoy emocionada por continuar esta
cosa kk lol.♡
En otras notishas *voz de hobi*
Quiero agradecerles por apoyar mis historias, y
me vale tres kilos del chosto de Jeon si ruedan
los ojos en fastidio bc nunca me he sentido tan
felíz por ver personas que disfrutan mis
historias.♡
Gracias mis bebxs, la familia Coquito sin
duda es la más linda y chida de
todas, ahr.
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Se nos viene un Jeongguk territorial y
celoso, cochitas, ahr.❤
03.

Alfas furiosos.
Siete cuarenta de la mañana y JiMin suspiró
somnoliento mientras apretaba el volante con sus
manos y dejaba que algunos mechones de su
cabello cayeran sobre su frente y cubrieran parte
de sus ojos. Tan lo menos BaeJeon había llegado
a tiempo a sus clases en el jardín de niños, y JiMin
podría regresar a casa descansar tranquilo si no
fuese porque cierto alfa estaría en su puerta a las
ocho con veinte de la maldita mañana ¿por qué
JiMin escogió esa hora para citarlo y hablar?
No quería que Jeon viese a su cachorro.. no aún.
Y es que el omega estaba preocupado y
temoroso, tenía miedo de que Jeongguk y
BaeJeon se conozcan para que al final el maldito
alfa se largase de nuevo de sus vidas. JiMin
necesitaba estar seguro de que Jeon estaba
actuando seriamente para que pueda conocer a
su hijo.. antes no. JiMin llegó a casa y lanzó las
llaves sobre la mesa, subiendo para darse una
ducha y prepararse mentalmente para lo que
vendría después. Maldición, Jeongguk vería a
TaeHyung, y el pelinegro no había pensado en
ello, su alfa se enojaría mucho si ve a otro alfa en
casa.
No, él no tiene derecho a reclamar nada. Dijo
JiMin mentalmente sacudiendo su cabeza de lado
a lado y meterse bajo el chorro de agua. La idea
de tener a su alfa invadiendo su hogar,
observando todo con esos ojos potentes y andar
firme a JiMin le ponía los vellos de punta, su
corazón latía muy fuerte al imaginarlo.
Porque a pesar de todo, lo amaba aún, y eso le
jodía mucho.
Minutos transcurrieron donde JiMin perdió la
completa pereza gracias a su refrescante ducha y
obtó por ponerse lo primero que encontrase.
Jeans color azul fué su perfecta elección junto a
una camisa un poco grande color azul, tampoco
era como si quisiera sorprender al alfa con su
belleza. El omega sabía que tenía un rostro muy
guapo junto a esas buenas proporciones en su
cuerpo, y por ende, cuando estaba con su alfa
fuera de casa, éste se empeñaba en impregnar su
olor ya que a la vista de muchos alfas, JiMin era
un ser precioso, uno al que les encantaría enterrar
sus colmillos en su cuello para marcarlo.
JiMin de solo recordar la posesividad de
Jeongguk sonrió tristemente, y ahora que lo vió
de nuevo en el supermercado su corazón latió
más, su omega aulló de emoción cuando su alfa
lucía más fuerte de lo que recordaba, diablos,
JiMin no iba a negar que estuvo tentado a
lanzarse a sus brazos y besar esas mejillas junto a
sus labios, quería demostrarle cuánto le extraño y
lo mucho que quería mostrarle a su cachorro.
Pero la realidad fué cruel y su diablillo dominó sus
pensamientos diciendo un doloroso: Él te
abandonó, JiMin.
Por ello, luchó por su autocontrol, tampoco
quería desplomarse en llanto por culpa del alfa,
no quería ser un débil omega ante sus preciosos
ojos.
—¿JiMin? ¿qué haces arreglándote?— Un
somnoliento TaeHyung apareció por su puerta,
con sus cabellos rojizos revueltos y su mano
derecha restregando su ojo mientras
bostezaba.— ¿Saldrás?
JiMin tragó saliva ¿qué iba a hacer con éste
alfa? No lo sabía, y realmente temía que su casa
se convirtiese en un espectáculo de boxeo por
parte de los dos alfas, porque Park lo sabía,
TaeHyung a pesar de solo quererlo como un
pequeño hermano, era altamente protector, y
sabiendo que Jeongguk le abandonó con pleno
cachorro en su vientre, sería igual a un león
furioso.
—Tae..— JiMin giró sus anillos de plata en sus
deditos nervioso, sus ojos se posaron en los de su
amigó y murmuró.— Él volvió..
Solo bastaron unos segundos para que el
pelirrojo frunciera su ceño y gruñera.— ¿Y te irás
a verlo?
—É-él quiere hablar..— JiMin miraba el suelo,
¿por qué de pronto se sentía como si estuviera
cometiendo el peor error de su vida?
—¿Dónde está BaeJeon?— Preguntó TaeHyung
con una voz oscura y ronca.
—En clases..
—Qué inteligente, llevando al pequeño que no
tiene la culpa de nada al colegio para que no vea
al idiota de su padre, increíble.— TaeHyung soltó
una risa sin gracia, adoptando la ironía en su
voz.— JiMin, sabes que si le ocultas su hijo a Jeon
vas a empeorar las cosas ¿no?
JiMin no dijo nada, simplemente se sentó en el
borde de su cama con las manos entrelazadas
sobre su regazo y sintiendo sus ojos aguados, el
nudo en su garganta era horrible, de pronto se
sentía un crío regañado por su madre.
—Mírame, llorón..— TaeHyung se agachó
frente a él y tomó sus manos, dándole seguridad
y confianza.— No estás solo.. me tienes a mí,
sabes que yo he cuidado de tí desde que BaeJeon
vino a éste mundo, los he protegido como se
debe.. pero yo no soy el padre del diablillo, él sabe
que soy su tío, y.. ¿no te has preguntado qué es lo
que piensa cuando en el jardín de niños ve a sus
compañerillos con sus dos padres?— TaeHyung
con sus yemas acariciaba el dorso de las manos
más pequeñas, JiMin lucía tan débil, tan roto.—
BaeJeon es muy inteligente, y aunque no te
pregunte o toque el tema, él debe estar tan
confuso sobre su otro padre. Haz ésto por él.
—No ahora..— JiMin negó dejando que sus
lágrimas se perdiesen por su mandíbula.— Quiero
que cuando Bae conozca a Jeongguk, éste último
no sea tan idiota como antes. N-no quiero que él
sufra, cualquiera menos él..
TaeHyung suspiró comprensible y apoyó su
mentón en el regazo de JiMin, dejando que éste
jugase con sus rojizos cabellos como un cachorro
mientras lloraba en silencio. De alguna manera
JiMin sentía apoyo por parte del alfa, éste
acariciaba el dorso de sus manos mientras
cerraba sus ojos. Park sabía que su olor se
quedaría impregnado en él, pero estaba tan
deprimido como para alejar a TaeHyung.. además
de que lo estaba apoyando.
El timbre sonó y JiMin suspiró, preparándose
para lo que vendría después, el alfa pelirrojo
gruñó suavemente y se puso de pie, ayudando a
JiMin y avisarle que estaría en su habitación, y si
el idiota “cara de rata” le quería hacer daño, que
gritase lo más fuerte que pudiese.
JiMin sonrió mientras sorbía por la nariz,
acomodó sus ropas y caminó decidido a la puerta,
su corazón latía muy rápido mientras bajaba las
escaleras, tan sumido en sus pensamientos que
no notó algo en el sofá que debía esconder de los
ojos de Jeon.
Tragó saliva cuando vió por el ojo de cristal en su
puerta a Jeongguk, maldición, era muy guapo, y
definitivamente ir vestido de negro no ayudaba al
pobre corazón roto de JiMin. Abrió la puerta
finalmente y observó al alfa mirarle fijamente,
con aquéllos ojos oscuros como la noche, con un
brillo que JiMin no identificaba y no quería
analizar.
—Hola, JiMin.— Jeongguk trató de buscar la
mirada de JiMin pero éste lo evadía.
—Hola, pasa.— JiMin dijo quedante y se hizo a
un lado para que Jeongguk entrase.
Y así fué, el alfa entró lentamente, examinando
todo a su alrededor, tan hogareño, tan.. con olor
a alfa.
Jeongguk hizo vibrar su pecho ante el olor, había
un alfa alrededor de su omega y eso era lo que
menos quería, fué difícil para Jeongguk dormir
después de que JiMin le confesara que vivía con
uno. No mencionó nada, sólo tronó su cuello y
empujó su lengua contra su mejilla.
—Siéntate ¿quieres algo de tomar?— Preguntó
el omega, observando todos los movimientos de
Jeon.
—Gracias, estoy bien así.— Jeon tomó lugar en
el sofá individual y observó con detenimiento a
JiMin.
¿Desde cuando su cintura estaba más delgada?
¿por qué su cuerpo se veía más maduro? Jeon se
preguntó en silencio cuando observó a JiMin
sentarse frente a él, con las manos en su regazo y
mirar a Jeon unos segundos.
—Bien. Habla.— Dijo el pelinegro quedante.
Mierda, odiaba tratarle así, quería acariciar sus
cabellos, quería recordarle lo gruñón que era el
alfa, decírle cuanto lo amaba.
Pero si Jeon quería de nuevo su amor, debía
ganárselo de nuevo.
—JiMin..— Jeon rascó su nuca arrugando su
nariz.— No puedo comenzar si ese olor sigue
drogando a mi alfa en furia..
—Él está durmiendo.— Contestó JiMin sin más.
—¿Es tu alfa?— Preguntó Jeon firme.
—¿Eso importa, Jeon?— JiMin echó hacia atrás
sus cabellos.
—Importa más de lo que tú piensas.— Jeon
gruñó por lo bajo cuando JiMin desvió la mirada y
negaba.
—N-no es mi alfa..— Dijo en un murmuro.
—Bien..— Jeon apoyó sus codos sobre sus
muslos y frotó sus palmas. — JiMin, yo.. no huí de
tí por haberme aburrido, yo..
—¿Y por qué otra razón me vas a dejar si no es
por aburrimiento? Sé honesto, Jeon.— JiMin soltó
dolido.
—Si no te callas un momento jamás vas a
entender.— Jeongguk suspiró cuando JiMin se
quedó en silencio.— Mi padre murió horas antes
de írme..
Jeongguk estaba nervioso, se notaba, JiMin
estaba en completo silencio ¿el papá de su alfa
murió? ¿y por qué no le llevó con él?
—Nunca te dije a qué se dedicaba y..
—¿Vendía drogas?— Preguntó JiMin de
repente, con los ojos como platos.
Jeongguk rió negando. Su omega tan
inoportuno.
—No, JiMin.— Jeon levantó la mirada hasta
fijarla en la de Park.— Él era el alfa líder del
cuerpo militar, mi padre murió durante una
guerra.
JiMin tragó saliva sintiéndose estúpido, se
sonrojó completamente avergonzado.
—L-lo siento.
—No importa.— Jeon se encogió de
hombros.— Mi padre me dejó su puesto, yo..
ahora soy el alfa líder y..
—¿Por qué huíste, Jeon?..— JiMin preguntó
mirándolo con tristeza. — ¿No era mejor
decírme? Yo pude haber esperado y tamb..
—Huí porque sabía que no volvería pronto,
JiMin.— Jeongguk cortó al omega.— No quería
que estés tan preocupado por mí sabiendo que
estaría en guerras y mierdas así..
—De igual manera lo estuve, porque te fuíste sin
decír a dónde irías.
— JiMin recalcó.— Me dejaste con…— JiMin
tragó el nudo reaccionando a tiempo.— Me
dejaste solo, no supe a dónde ir.. no podía con la
angustia, quería saber de tí, Jeongguk.— Corrigió
dejando que sus lágrimas volvieran a salir.—
Hubiese sido mejor si me decías, yo.. ¿militar?
Jeongguk golpeó su frente suavemente
mientras murmuraba.— Sí, JiMin, soy un militar.
Wow, JiMin estaba tan perdido mirándolo que
apenas se daba cuenta de la profesión de su alfa,
ahora entendía la vestimenta de Jeongguk la
noche anterior. De verdad que era un omega
lento.
—Si me iba, no te aseguraba regresar con
vida.— Jeon explicó quitándose su gorra negra
con aros y revolver sus cabellos castaños.— Éstos
cuatro años estuve en misiones difíciles, casi
muero por bala y.. ¿creías poder vivir sabiendo
que mi vida corre riesgo? El miedo me hizo huír, y
acepto que fuí un cobarde. Pero volví y quiero
recuperarte, estuve pensando tanto en tí, ansiaba
verte.
JiMin sentía el nudo lastimarle la garganta,
maldición, no estaba listo para escuchar eso,
sentía miedo, felicidad, tristeza ¿era posible eso?
Jeongguk le confundía tanto que no sabía cómo
responder.
—¿Un carrito?— Jeon preguntó de repente,
estirándose para alcanzar el juguete al otro
extremo del sofá y observarlo con detenimiento
entre sus grandes manos, el objeto olía a una
especie de fresas y chocolate, un olor tan fuerte
como también dulce.
JiMin tragó saliva nervioso, mierda, ahora
recordaba que debía quitar el juguete de BaeJeon
de los sofás si no quería que Jeongguk dudase
nada. Tremendo idiota. Se dijo JiMin a sí mismo.
—Ah.. sí, eso..— JiMin se rascó la nuca
sintiendo su frente acalorada en nervios ¿qué
mierda debo decir ahora? Pensó JiMin moviendo
su pierna rápidamente.
—¿De quién es?— Jeongguk no miraba a JiMin,
y eso el omega lo agradecía.
—Ah, es..— Park pensó unos segundos.— ¡Es
del sobrino del alfa que está durmiendo!
—¿Quién eres tú?— Jeongguk miró por la
espalda de JiMin, gruñendo por lo bajo y dejar
que sus ojos llamearan en furia sin soltar el
juguete en sus manos.
JiMin se encogió en su lugar cuando TaeHyung
gruñó de vuelta, oh no, no quería un espectáculo
de alfas estúpidos en su casa, JiMin debía actuar
rápido si no quería llamar después a una
ambulancia. Por otro lado esperaba haber hecho
lo correcto al mentírle a Jeongguk.
—Tú debes ser Jeon Jeongguk.— El pelirrojo
terminó de bajar las escaleras y enfrentó sin
problema a Jeon.— El alfa cobarde que abandonó
a JiMinnie.
JiMin cerró los ojos cuando oyó a Jeongguk
ponerse de pie ruidosamente y gruñir cuál bestia
furiosa.
—¿Quién mierda eres tú, cabeza de tomate?—
Jeongguk estaba tan cerca de TaeHyung,
retándolo con la mirada.
—Kim TaeHyung, el alfa que cuída a JiMin.—
TaeHyung peinó sus cabellos, acomodando su
bandana.— ¿Dónde estabas metido? ¿volviste de
comprar cigarros?
Jeon lo tomó del cuello de su camisa,
empujándolo contra la pared.
—Cuída esa boca conmigo, imbécil.— Jeon
murmuró entre gruñidos.
JiMin no quería desastre, no cuando en esa casa
vivía su cachorro también, por lo que
rápidamente se puso de pie y corrió metiéndose
entre los dos grandes alfas.
—Ya basta.— Dijo mirando a TaeHyung, quién
estaba retando a Jeongguk con su arrogante
sonrisa.— Tae, por favor, detente.
El pelirrojo miró a JiMin unos segundos y bufó
cuando el brazo de Jeon rodeaba la cintura de
Park de manera protectora. Jeongguk estaba
celoso, claro que lo estaba, no era un hombre de
odiar pero en ese momento detestaba que ese
alfa estuviese en el mismo lugar que su omega. Se
sentía amenazado.
—Le estaba comentando a Jeongguk..—
Lentamente JiMin alejó la mano de Jeon de su
cintura y le hacía retroceder para sentarse de
nuevo en el sofá.— Que el carrito en el sofá es de
tu sobrino ¡¿verdad?!— JiMin pidió ayuda con la
mirada a TaeHyung.
El pelirrojo enfureció, apretó la mandíbula y
bufó, no podía creerlo ¿JiMin estaba negándole
su hijo? Quería gritarle a Jeon que ese juguete era
de su cachorro, que era padre y es su
responsabilidad cuidarlo. Pero de nuevo sabía
que la situación era difícil para el omega, y solo
asintió fulminando a JiMin.
—Sí.— Dijo sin más, dando zancadas hasta la
puerta y azotar ésta al salir.
BaeJeon no tiene la culpa de la mierda de sus
padres. Pensó TaeHyung mientras se perdía entre
las calles de Busan. El pelirrojo adoraba a ese
cachorro, era tan diablillo y tan dulce ¿por qué
tenía que ser ocultado de su padre? TaeHyung por
más que amase a ese lindo crío, sabía que no era
su problema.. y que haría solo lo que el omega
sienta correcto.
Maldita sea, JiMin, eres un omega tan tonto.
Pensó TaeHyung.
—¿Por qué tanta furia por su sobrino?—
Jeongguk preguntó dejando el pequeño juguete
en la mesita de centro con cuidado.
—Uhmm..— JiMin pensó encogiéndose de
hombros.— Mal día para él, supongo.
—¿Y estando de mal humor te trata así? No me
gusta en lo absoluto. — Jeongguk gruñó.
JiMin iba a responder cuando el teléfono sonó
a su lado. El pelinegro frunció el ceño y cogió la
llamada.
—¿Hola?
—¿Hablo con el padre de Park BaeJeon? ¿Park
JiMin?— Una voz femenina resonó en la bocina.
—Sí, soy yo ¿pasa algo con él?
Él. Pensó Jeongguk celoso.
—¡Oh! Sí, BaeJeon tiene malestares, comienza a
presentar fiebre y quiere que venga a recogerlo.
Mierda. Mierda. Mierda.
♡.
Hellooooooooooow.♡
Kzual, JiMin negando al bebé lindo
apachurrable.
*inserta golpes virtuales para
JiMin aquí* *inserta cosas
adorables para BaeJeon aquí*
*inserta insultos o confesiones para
Jeongguk aquí*(?
*inserta coqueteos para el papi de
TaeHyung con
bandanas(????)♡*
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Le soy fiel a Jeongguk, Tae,
aléjate:’ccc♡
04.

Sin tiempo de explicar.


Mierda. Pensaba JiMin cuando colgó la llamada,
su cachorro estaba enfermando y lo peor de todo
es que su alfa estaba mirándole esperando a que
comenzara a hablar, Jeongguk estaba de brazos
cruzados apoyando su espalda en el respaldo del
sofá, lucía tan guapo y mucho más calie..
Concéntrate, JiMin. Se recordó el omega,
sacudiendo su cabeza y dejar que la
desesperación le dominase.
—¿Pasa algo malo?— Jeongguk se puso de pie
del sofá y siguió a JiMin, importándole poco que
solo estuviera siendo una visita y subió las
escaleras junto a JiMin.
Además de que quería supervisar de que ese
idiota no durmiese con él en la misma cama,
porque Jeon sería el diablo encarnado.
Con ojos sigilosos, observó a su alrededor del
pasillo, habían tres puertas, curiosamente la
primera contenía el fuerte olor del alfa, tanto que
Jeon le provocaba un gruñido bastante bajo. La
segunda puerta olía a frutos rojos, un aroma
dulce, respiró aliviado cuando confirmó que en la
habitación del omega solo dormía él.
Pero la tercera puerta le abrumaba. Ese
conocido olor a chocolate con fresas le
despertaba sus sentidos, poniéndole alerta y
notar como JiMin se tensaba cuando observó al
alfa apoyado en el marco de su puerta mirando
seriamente en dirección a la habitación de
BaeJeon.
Maldito alfa, debiste quedarte abajo. JiMin
mordió su mejilla ignorándole, haciendo como si
no estuviese observando lo que el alfa hacía para
no ser pillado en ningún momento. El omega solo
tomó su billetera junto a sus llaves de casa y llegó
hasta Jeon.
—¿Por qué huele a fresas y chocolate en la
última habitación?— Preguntó Jeongguk
alejándose del marco de la puerta para darle paso
a JiMin.
—Ahm..— JiMin mordió su labio inferior.— Ahí
juega el sobrino de TaeHyung, suele venir
frecuentemente..
—Entiendo.— El alfa lo siguió escaleras abajo.—
¿A dónde irás?
—El sobrino de TaeHyung está enfermo y está
en el jardín de niños. — JiMin estaba sorprendido
de no tartamudear en ningún momento.— Y ese
tonto alfa está ocupado ahora.
—Yo te llevo.— Jeon sacó las llaves de su
auto, JiMin tragó saliva.
Por la mierda.
—N-no quiero ser molestia y adem..
—No eres molestia, nunca lo fuíste.— El alfa
dijo con voz firme, abriendo la puerta para el
omega. Éste con la mirada gacha salió de su
departamento y al poner el seguro, siguió a Jeon
hasta el estacionamiento.
Dios, JiMin estaba nervioso, ¿y si a BaeJeon se
le escapa un “appa” frente a Jeongguk? ¿cuál
sería la reacción del alfa? ¿Y si le encuentra
parecido con él mismo?
—Hey..— Jeongguk pasó su mano por el campo
de visión de JiMin para hacerle reaccionar.— ¿Vas
a entrar?..
JiMin se sonrojó y asintió cuando notó que
llegaron al auto de Jeon, metiéndose en el asiento
de copiloto para quitarle el seguro de la puerta de
Jeon. Éste lo observó rodear el auto trotando para
subirse al auto, Park en ese momento no tenía
tiempo para más explicaciones, quería
preguntarle muchas cosas a Jeon, cómo por
ejemplo su estadía en la milicia, cómo era ser el
alfa líder del cuerpo militar y cosas parecidas.
BaeJeon importaba más. JiMin estaba nervioso,
claro ¿cómo un padre podría estar tranquilo si su
cachorro está enfermo? Se dió una bofetada
mental ante tal pensamiento estúpido, resultado
de sus nervios.
—Ese niño huele muy dulce, aún siento su
aroma.— Jeon rompió el tenso silencio arrugando
su nariz mientras manejaba, JiMin enterneció
más no dijo nada, se mantuvo néutro.
Es tu hijo, tremenda bestia. Pensó JiMin
jugando con los anillos en sus dedos y bajar la
mirada.
—Sí, es muy adorable..— JiMin murmuró,
mirando ahora hacia la ventana, odiaba esa
sensación del nudo en su garganta, si tan solo
tuviera el valor de confesarle que ese niño al que
están por recoger es su cachorro y no un niño “x”,
las cosas tal vez fueran diferentes.
Pero es que JiMin no tenía confianza de
Jeongguk, no aún y no se la ganaría fácilmente.
Jeongguk preguntó sobre el jardín de niños y
JiMin le dijo la ubicación, ambos mantenían una
charla, cosas banales, algunas sin sentido, pero de
esa manera no se sentían incómodos.
—Llegamos.— Jeon aparcó con agilidad el auto
y JiMin fue el primero en salir de él, sin darse
tiempo de esperar a Jeongguk, cruzó la calle
apresurado. El alfa solo lo miraba perdidamente y
se apoyó en su auto para cruzarse de brazos y
soltar un suspiro melancólico.
Ese omega era la razón de su locura, la razón
por la cuál mandase todo a la mierda por ser felíz
con él.
“Alfa, te amo.” Esas palabras rebotaron en su
mente como pequeñas pelotas, repitiéndose una
y otra vez, el alfa miró al cielo, tragándose el nudo
en su garganta y cerrar los ojos unos segundos.
Cómo anhelaba volver a oír esas palabras
proviniendo de su omega, quería tenerlo en sus
brazos de nuevo y prometerle que lo protegería y
lo amaría cada segundo de su vida.
Fuí un imbécil. Se repetía Jeon sintiendo la culpa
aprisionar su pecho, tal vez fué incorrecto dejar a
su omega con la preocupación, pero pensaba el
alfa que era mil veces mejor a decírle palabras en
papel y tinta dónde le hacía falsas promesas, ¿y si
lo hacía y nunca volvía con vida? JiMin estuvo
solo, sin nadie quién cuidara de él y le entregase
ese amor que tanto se merece. El alfa retuvo la
compostura cuando vió al omega aparecer de
nuevo pero con un pequeño en sus brazos
completamente dormido en su hombro.
Jeongguk tragó saliva cuando lo vió con aquél
infante ¿cómo sería ver a su omega con un
cachorro suyo?
JiMin creyó leer el pensamiento de Jeongguk y
se dijo mentalmente mientras pasaba a su lado:
no hay peor ciego que el que no quiere ver lo
evidente.
Jeongguk volvió a abrir la puerta por él y le ayudó
a entrar al auto, maldición, ese olor proveniente
del pequeño le abrumaba en demasía, JiMin
acariciaba su cabecita mientras apoyaba su
mejilla en la del pequeño, no quería dar
explicaciones si es que Jeon se atrevía a preguntar
el porqué de su cercanía con su cachorro, para su
suerte no dijo nada y se enfocó en conducir de
regreso. Pero el alfa no era tonto. Algo no
cuadraba aquí.
Y es que JiMin olvidó que ese silencio de
Jeongguk y mirada fija en algún lugar era solo un
gesto de su gran análisis mental que tenía el alfa.
—¿Cómo se llama?..— Preguntó de lo más
tranquilo, no podía ver el rostro del niño ya que
estaba en el otro hombro de JiMin, con su carita
escondida en el arco de su cuello.
—BaeJeon.— Respondió JiMin suspirando
silenciosamente.
Jeongguk asintió sin despegar la mirada del
frente y volvió a preguntar:—¿Cuántos años
tiene?
—C-cuatro años..— JiMin tragó saliva
protegiendo con sus brazos a BaeJeon
disimuladamente.
—Ya veo.. luce pequeño.— Jeongguk sonrió
amistosamente, a lo que JiMin correspondió
cortamente.
Pero la suerte de JiMin que BaeJeon estuviese
durmiendo se acabó, porque el pequeño
comenzó a moverse en su lugar y sentarse en su
regazo, restregando sus ojitos con sus pequeños
puños y bostezar. Sus ojitos se mantenían
somnolientos y sus párpados eran perezosos
hasta para pestañear.
—Ap..— El niño guardó silencio cuando vió a
ese extraño alfa mirarle con una suave sonrisa.
Jeon veía a un niño bastante adorable, esos
ojitos lo habían atrapado por un momento ya que
el semáforo estaba en color rojo. BaeJeon lo
seguía con la mirada, el cachorro lucía serio y
confuso preguntándose ¿quién es éste tonto alfa?
Jeongguk inclinó un poco su cabeza cruzándose
de brazos y mirarlo curiosamente.
El cachorro pensaba que ese alfa era raro, pues
comenzó a mover sus cejas tratando de llamar su
atención.
Y entonces rió, escondiendo su rostro
avergonzado en el pecho de JiMin.
JiMin soltó la risilla inconscientemente y
Jeongguk solo sonrió ampliamente.
—Hola, BaeJeon..— Jeongguk musitó
suavemente regresando a conducir el auto.— Soy
Jeongguk..
BaeJeon alzó su rostro y miró a Jeon unos largos
minutos, su pequeña pancita sentía un cosquilleo
cada que inhalaba el olor de ese alfa, algo
completamente diferente cuando estaba con tío
Tae. JiMin por otro lado solo observaba en
silencio como su cachorro inconscientemente
conocía a su padre, su pecho se comprimía y sus
ojos querían doler por las lágrimas que querían
construírse, pero pestañeó varias veces y logró
contenerse.
—Eres tímido, entiendo..— Jeongguk murmuró
asintiendo mientras hacía una mueca pensativa.
—H-hola..— Dijo por fin el pequeño, su voz era
dulce ante los oídos del alfa, tanto que su pecho
vibró satisfecho.
—Cariño, no hay nada listo en casa para comer
¿tienes hambre? Podemos comprar algo
saludable par..
—¡Helado!— Dijo emocionado BaeJeon.
—BaeJeon, eso no es saludable..— JiMin dijo
tranquilamente.
El cachorro se cruzó de brazos y abultó su labio,
haciendo un pequeño puchero a la vez que movía
sus piecitos inquieto y derretir el corazón del alfa,
oh, no permitiría que ese adorable niño llorase
por culpa de su omega gruñón.
—Yo te compraré un helado si primero comes
algo nutritivo ¿te parece?— Jeon propuso,
ganándose la mirada emocionada de BaeJeon y la
reprochada de JiMin.
—Jeon.— JiMin frunció el ceño cuando éste le
silenció siseando.
—¡S-sí!— Sus pequeñas mejillas se sonrojaron
tanto que casi brillaban, su sonrisa era parecida al
de un lindo conejito y eso valía más.
Apenas conozco a éste niño y ya estoy por
comprarle un helado. Jeon pensó sin tomarse
tanta importancia a su reproche, le compraría el
tonto helado.
Jeongguk apoyó su antebrazo en el pequeño
mueble que dividía los asientos, justo al lado del
de JiMin y se concentró en manejar percatándose
de que BaeJeon se apoyaba en el pecho de JiMin
y lo miraba fijamente. Entonces su manito
izquierda tomó el meñique de Jeon tímidamente.
El alfa lo miró unos segundos y sonrió un poco
avergonzado, no le incomodaba, pero.. ¿por qué
ese cachorro le recordaba mucho a él de
pequeño?
JiMin acariciaba sus cabellos en completo
silencio, no podía hacer nada que hiciera dudar a
Jeongguk, había notado como su cachorro
tomaba el meñique del alfa y lo miraba
tímidamente. JiMin muy en el fondo de su
nerviosismo, estaba felíz y su lobo se desesperaba
en felicidad, nunca esperó vivir ese momento que
tanto soñó, solo esperaba que cuando Jeon
supiera la verdad, no huyera de él nuevamente
junto a su hijo, porque no lo soportaría más, su
cachorro no tiene la culpa de nada y sabía lo
sensible que era. Si Jeongguk los abandonaba al
momento de decírles a ambos que eran padre e
hijo ¿cómo le explicaría a BaeJeon sin conseguir
un llanto doloroso?
No podría.
—Jeon, ¿a dónde vamos?— JiMin se atrevió a
preguntar.
—A un lugar donde vendan comida deliciosa.—
Respondió sin más.
JiMin sonrió levemente y fijó su mirada en la
ventana.
Tal vez no sea un mal padre.
♡.
Hellooooow.♡
Al fin actualizo ahr, son las 5:27am, espero haya
valido la pena estar despierta tan tarde, ahk:(
En fin, las dos ratitas ya se conocieron,
¿qué creen que pase?
¿creen que JiMin morirá de nervios o de
ternura?:v
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Penétrame el alma y no la cámara, Jeon
Jeongguk.
:’v♡
05.
Maratón 1/5.

Alfa observador.
Después de unos largos minutos donde
BaeJeon le contaba emocionado a Jeongguk
sobre sus caricaturas favoritas, llegaron a un
restaurante de la cuál JiMin no tenía idea de su
existencia, no iba a mentir, su lobo se retorcía
satisfecho de que ese alfa estuviese a punto de
pagarle su comida a BaeJeon, porque sí.. Jeon le
dijo a JiMin que no gastase ni un solo billete.
Bajaron del auto y Jeongguk apenas se colocó al
lado de JiMin, el cachorro extendió sus pequeños
brazos, robándose la atención del alfa por un
momento, no se podría negar, el niño estaba con
ojitos brillantes y sonrisa adorable. JiMin tragó
saliva cuando Jeongguk tomó al cachorro en
brazos y caminaban hacia la entrada del lugar. El
omega podía ver los perfíles de ambos al mirarse
y suspiró al confirmar que BaeJeon era el retrato
de Jeongguk, ambos lucían como dos gotas de
agua ¿por qué su corazón palpitaba mucho? ¿por
qué no era capaz de actuar tranquilo sin que la
idea de que Jeon le llamase “appa” se cruzase por
su mente? No lo sabía, quería morder sus uñas
pero sería tan evidente sus nervios, aunque Jeon
estaba muy entretenido con el niño para notar la
actitud callada del omega. BaeJeon se sentía
cómodo en los brazos del alfa y su aroma a
chocolate con café le gustaba tanto que llevó su
naricita hasta el arco de su cuello, donde se
encontraba el nacimiento de tal delicioso olor.
Jeongguk se tensó solo un poco, pues el cachorro
se había estremecido en sus brazos con solo
olfatearlo, no sabía que hacer o que decír, solo
llevó su palma a su pequeña espalda y acarició
ésta suavemente hasta llegar a su mesa, fué ahí
donde BaeJeon se sentó al lado de JiMin, jugando
con los dedos del mayor.
—¿JiMin?— Jeongguk miró al omega perdido
en su mundo de pensamientos.
—¿Mhm?— Respondió, tardando unos
segundos en alejar su vista detrás de Jeon para
fijarla en él.
Maldición, esos ojos color chocolate lo
atrapaban de manera indescriptible, ¿por qué no
era capaz de formular algo con esos ojos sobre él?
Resultaba inútil decir palabra alguna cuando su
mirada lo decía todo por sí solo, sin embargo,
alejó sus pensamientos. JiMin no entendería mi
amor intacto por él
—¿E-estás bien?— Preguntó Jeongguk tratando
de no incomodar al omega con su mirada.
—¿Estás bien tú? Luces nervioso.— JiMin tuvo
unas inmensas ganas de acariciar sus castaños
cabellos, su orgullo no le permitía aquéllo, y Jeon
lo entendía a la perfección.
—Uhm.. sí, estoy bien, tú pareces distraído.
—Pensaba.— Respondió con simpleza el más
bajo, ganándose un suspiro del alfa.
Sin más que decir, Jeongguk miró al pequeño al
lado de JiMin, quieto en su lugar y con la mejilla
apoyada en la mesa, mirando las lámparas de
cristal colgando del techo como si fuesen la cosa
más entretenida del mundo. Algo en Jeongguk le
decía algo de ese cachorro, pero no procedería a
nada. Sólo observaría en silencio.
Ambos ordenaron cuando el mesero llegó y el
alfa miró con cuidado al omega, entendía que
sean tan cercanos el cachorro y él que JiMin
cuidase de él en todo momento, pero ¿por qué no
le llamaba por su nombre? Palabras como bebé o
cielo eran los apodos que JiMin utilizaba para el
cachorro. En definitiva Jeongguk tenía una nueva
misión de ahora en adelante.
Pero bueno, su análisis mental acabó cuando su
teléfono vibró en su bolsillo y notar que en la
pantalla el nombre de YoonGi aparecía en grande.
—Adelante, Min.— Respondió mirando a la
nada para evitar las curiosas de JiMin y BaeJeon.
—Sé que de seguro estás follando con tu omega
como reconciliación pero ésto es impor..
—Ve al punto, comandante Min.— Jeongguk
gruñó golpeando sus nudillos suavemente sobre
la madera de la mesa.
—El cuerpo militar es un infierno ahora con
NamJoon de líder.— Empezó YoonGi soltando un
suspiro.— Casi mata a un soldado por llegar dos
minutos tarde para entrenar y le fracturó el brazo
a otro por disparar mal las armas. SeokJin es su
omega pero dice que es sano que te comuniques
con NamJoon y controles su poca paciencia, ya
que los soldados se sienten amenazados con ese
idiota.
Jeongguk suspiró con fastidio y cerró sus ojos
para acariciar el puente de su nariz. JiMin al
momento detectó que el alfa no había recibido
una buena noticia, más no mencionó nada y
siguió jugando con la nariz de BaeJeon. Jeongguk
en ese momento pensaba que su descanso se iría
pronto a la mierda si NamJoon sería el líder
temporal. Chasqueó la lengua y gruñó.
—SeokJin es el único que puede calmarlo.—
Dijo firmemente.
—Ya lo intentó, dice que lo dejó sin sexo y..
—Ahí está el problema, díle que no esté
jodiendo y que cuando regrese quiero encontrar
el campo militar intacto, sin ningún rasguño y
ninguno de mis hombres muertos.— Ordenó
Jeongguk cerrando la llamada y bufar.
Entonces al levantar la mirada vió a JiMin con
una ligera sonrisilla en el rostro y las mejillas
infladas como si quisiera reír.
—¿Qué te causa gracia?— Preguntó abultando
sus labios el alfa.
—Nada, comandante.— Negó lentamente el
omega para dejar escapar su risa y hablar con
tono burlón.— ¿Tú siendo rudo? No matas ni a
una sola mosca.
—No me retes, Park.— Jeon arqueó una de sus
cejas y BaeJeon rió ante el gesto.
—Señor, sí señor.— JiMin le burló.
Los tres se dispusieron a comer con una
agradable charla sobre caricaturas de villanos. Sí,
conversación iniciada por el pequeño BaeJeon. Y
al parecer no pensaba parar.

—Jeongguk, el helado puede caerle mal.—


JiMin murmuró con preocupación al alfa sentar
en sus hombros a BaeJeon y caminar a la
heladería que estaba a unos pocos metros del
auto.
—Shh, déjame comprarle el helado, se lo ganó,
ya comió delicioso.— Jeongguk calló a JiMin
mientras sujetaba sus pies de BaeJeon para que
éste no se cayera.
JiMin suspiró echando sus cabellos hacia atrás
mientras observaba como el alfa junto con su
cachorro llegaban primero al local que él y
ordenaban el helado del pequeño. Park se sentía
aún extraño, BaeJeon curiosamente en ningún
momento le hablaba de “appa” ya que había
hecho un nuevo amigo alfa y estaba muy
concentrado en ese amigo. Sin duda alguna JiMin
más se ponía nervioso, puesto que no sabría
como decírle a Jeongguk que ese cachorro es
suyo, diablos, JiMin tenía miedo aún, no
importaba lo bien que el alfa se haya llevado con
BaeJeon, algo en él le pedía que se contuviese un
poco más. Tal vez Jeongguk lo trate bien sin saber
que es su hijo, pero.. ¿cuando se entere? ¿cuál
sería su reacción?
JiMin salió de su lío mental cuando observó a
Jeongguk tomando la manito libre de BaeJeon y
regresar caminando mientras el pequeño lamía su
helado de vainilla gustosamente y trotar
adorable. Ambos sonreían en su dirección y JiMin
sintió su corazón derretirse de poco en poco, por
más que Jeon haya escapado y haya dejado un
vacío en su corazón, ahora lo sentía latír
fuertemente, pues el cachorro
inconscientemente estaba tomando la mano de
su padre y tomaba un helado que él le obsequió.
JiMin sintió de nuevo esas ganas de llorar.
Joder ¿Cuando tendría el valor de decírle? Se
sentía un cobarde al ocultarle algo importante al
alfa, tan importante como su hijo.
—De nuevo tan distraído, JiMin ¿estás bien?..—
El alfa estaba a unos cuantos centímetros de los
labios de JiMin. Éste se sonrojó abriendo sus ojos
en grande pues Jeongguk estaba tan cerca.
Ojos profundos y marrones, brillando en amor
y preocupación, eso reconoció JiMin en segundos,
cabellos castaños sobre su frente y labios
levemente gruesos, de un rosa suave. Jeon en
definitiva todavía le ponía nervioso, ese alfa aún
seguía atrapado en su corazón y por lo que JiMin
veía, no tenía intenciones de salir de ahí nunca
más, le jodía admitir que aún amaba a ese
estúpido alfa, pero su corazón y su lobo reinaban
su ser y eso Park no lo podía cambiar. El omega
asintió levemente bajando la mirada
completamente sumiso para encontrarse con un
BaeJeon entretenido mirando la escena mientras
lamía su helado, esa mirada burlesca JiMin la
conocía perfectamente, oh no, él no iba a..
—Uuuuy, se guuustaaan~— BaeJeon canturreó.
JiMin se sonrojó aún más y Jeongguk solo abrió
sus ojos como platos, adoptando un color
durazno en sus mejillas y dejó que Park se alejase
solo unos cuantos centímetros de él.
—¡B-BaeJeon!— JiMin tartamudeó cuando el
cachorro reía como si lo que hubiese dicho fuese
la cosa más graciosa del mundo.
A Jeongguk le terminó de caer excelentemente
bien el pequeño, y creía que podría ser útil para
volver a conquistar a su omega. Sin duda, Jeon
estaba ideando un plan en su mente mientras
observaba a su omega rojo como un tomate.
♡.
Hellooooooooow.♡
Sí, hAY MARATÓN, JUJUJU /Lanzar confeti.
Se me dió por dar maratón ok, dckckf.♡
El dulce BaeJeon haciéndola de burlón desde su
nacimiento ahrk.
Ckdkr♡
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Te voy a demandar, Jeon Jeongguk, por herir
de ésta manera mi débil
corazón.ㅠㅠ♡
06.

♡Maratón 2/5.♡
Dedicado a: heartofFire57
El tío alfa de oro.
Después de un delicioso helado y muchas burlas
al alfa y al omega por parte del cachorro en la
calle sobre su amor, Jeongguk regresó a casa y se
despidió de BaeJeon, prometiéndole que pronto
volverían a verse y jugarían al villano y al
superhéroe, JiMin pudo notar en el momento en
que BaeJeon entraba corriendo a su habitación
cuando Jeon le miraba con esa sensación de
querer decírle algo, pero, no se atrevía, o eso
JiMin pensaba.
—Seré directo..— Jeongguk comenzó rascando
su nuca nervioso.— Quiero verte mañana.
El omega regresó su mirada al alfa y suspiró
preguntándose: “¿Realmente va a luchar por lo
nuestro?” JiMin estuvo con esa interrogante un
largo rato, sin responderle y tal parece que a
Jeongguk le gustaba pues su mirada potente se
suavizó cuando los frágiles ojos de JiMin se
posaron sobre él, Jeon se sentía tan mierda, había
herido tanta dulzura y belleza, eso no pensaba
perdonárselo nunca. Pero, tan pronto como se
perdieron mirándose, el alfa notó miedo y nervios
en su omega, ¿acaso algo le incomoda y no tiene
el valor de decírlo?
—JiMin..— El alfa se colocó frente a éste y llevó
su mano a su mejilla, acariciando ésta
suavemente y notar como su omega se
estremecía ante su tacto.— Gracias por aceptar
hablar conmigo..
JiMin se ruborizó, mierda, el omega tenía ganas
de abrazar a su alfa y decírle que lo amaba con
todo su corazón y que todo era parte del pasado,
pero algo se lo impedía y eso era su orgullo, por
milésima vez se repetía que Jeon debía luchar por
él, después de todo.. si él quería estar con JiMin,
tendría que aceptar el paquete completo.
Sus labios, esos carnosos labios siempre fueron
una potente tentación para el alfa y esa tarde no
sería la excepción, esos labios que tanto había
degustado y atrapado, hoy lucían un poco
marchitos y sin preguntarlo, Jeon sabía que los
suyos eran el perfecto bálsamo para hacerlos
coloridos y brillantes; dulcemente, tomó el
mentón de JiMin para contemplar su belleza, ya
no lucía como aquél jovencito inocente y
adorable de la cuál el alfa amaba proteger, ahora
parecía un omega maduro, con todos sus
sentimientos desbordando sus ojos, y eso a
Jeongguk le volvía loco, su omega era el ser más
precioso que había visto nunca. Idiota. Se repetía
millones de veces por segundo al abandonarlo de
tal manera, acercando sus labios lentamente,
notó que JiMin no se negaba, el omega estaba de
brazos cruzados mientras observaba atento los
movimientos de su alfa, mierda, quería
arrancarse el corazón y lanzarlo lejos, porque
simplemente se ponía ansioso cuando Jeongguk
se acercaba y tomaba su mentón dulcemente.
El alfa, con su lobo completamente felíz, unió sus
labios con los del omega, tan suave como el
pétalo de una rosa y tan dulce como la miel,
ambos se sumegieron en su burbuja, tal vez JiMin
estaba dándole tanta libertad en solo un día
después de reencontrarse, pero, mierda, su
corazón aún latía como adolescente en su
primera cita. Park sentía sus lágrimas acumularse
en sus ojos y rodeó el cuello del alfa con sus
manos, éste lo rodeó de la cintura y después de
un largo pero amoroso beso, se mantuvieron
abrazados un momento. Momento que era oro
puro para ambos.
El omega escondió su rostro en su lugar
favorito, su cuello del alfa y sintió como la paz se
adueñaba de él, ese vacío era llenado con su
delicioso aroma, ese que siempre le hacía
suspirar. Jeon por su parte, delineó con el ápice
de su nariz la zona dónde se encontraba el
nacimiento del aroma de JiMin, frutos rojos le
daban la bienvenida a sus fosas nasales, y joder,
su lobo estaba tan contento de que no huela más
a otro alfa, porque Jeongguk sabía que de ahora
en adelante sería tan territorial con su omega.
Porque a pesar de todo JiMin era su omega.
—Jeongguk..— JiMin murmuró aferrándose a
su cuerpo, el alfa no lo separó de sus brazos en
ningún momento.
—¿Mhm?— Preguntó haciendo vibrar su pecho y
estremecer a JiMin.
Sus mejillas se tiñeron de un rosa intenso y
ardían cuando más se escondía en el gran cuerpo
de su alfa.
—Te extrañé mucho..— Susurró apretando la
camisa del alfa entre sus pequeñas manos, se
sentía tan débil nuevamente y temía alejarse por
miedo de verlo irse nuevamente.
El pecho del alfa dolió, su corazón se derritió y
su alma brilló. Su abrazo se volvió protector y Jeon
mordió su labio para no soltar algún extraño
sollozo que pudiera asustar a su precioso omega.
—Yo te extrañé más, caramelo..— Jeongguk
susurró cerca de su oído y después optar por
mordisquear su lóbulo dulcemente.
Amor se desprendía por el aire, todo aquél que
pasaba en el piso de su departamento les miraba
con cierta dulzura y envidia, porque unos terceros
ojos podían notar el fuerte amor entre el alfa y el
omega, y no fué excepción para un pelirrojo que
estaba de regreso.
Mierda. TaeHyung pensó cuando observó a
Jeongguk besar la frente de JiMin de forma
amorosa ¿por qué demonios JiMin lo había
aceptado tan pronto? ¿por qué ambos lucían
como un rompecabezas completado? Y lo peor de
todo..¿por qué su pecho dolía?
TaeHyung tragó saliva y respiró profundo,
caminando hasta la puerta cuando Jeongguk
reconoció su aroma a la distancia y levantaba solo
un poco el rostro para mirar al otro alfa con cara
de pocos amigos. JiMin casualmente abrió sus
ojos cuando reconoció la cabellera rojiza del alfa
y salió del cómodo y cálido refugio en el pecho de
Jeon, observando los ojos llameantes y mirada
inexpresiva de TaeHyung, completamente
intimidado, bajó la mirada sumisamente, su
estómago se contrajo y Jeon lo aferró a sus
brazos.
—Sigan en lo suyo, yo volveré a irme.— Dijo el
alfa de hebras rojizas entrando a la propiedad sin
mirar a JiMin, pero desafiando la de Jeongguk.
TaeHyung, tu trabajo terminó aquí. Pensó
suspirando cuando llegó a su habitación con el
pecho dolorido, y no, no era porque estuviese
enamorado del omega, eso era un tema del
pasado, y aunque JiMin lo haya rechazado de la
forma más dulce, TaeHyung había matado ese
sentimiento de amor por JiMin de su corazón.
Solo tenía miedo, por BaeJeon.
Ese dulce angelito ¿ese estúpido alfa será capaz
de amarlo, criarlo y protegerlo como él lo había
hecho? Y no era por lanzarse rosas encima, pero
a comparación de Jeon Jeongguk, él hizo casi la
imagen paterna del cachorro, sin embargo, él era
únicamente su “tío de oro” como BaeJeon solía
llamarle, su corazón se apretujó ante el
pensamiento, no quería dejarle solo con el alfa.
Es su padre, TaeHyung. Se recordó nuevamente
y suspiró, ahora sabía que el futuro del omega con
el cachorro lo decidía Park JiMin, ese lindo omega
que tentaba a todo alfa con su dulzura. Tomó una
mochilla con un poco de ropa en ella y se la colgó
en el hombro, si el alfa decidía quedarse por esa
noche, TaeHyung no quería ser un toca violín o el
florero de casa. Iría donde su madre excusándose
con alguna cosa estúpida, además de que
extrañaba sus galletas horneadas.
Bajó las escaleras encontrándose con BaeJeon
en el sofá jugando con su perro de peluche que él
le había obsequiado cuando cumplió sus dos
lindos años. Infló sus mejillas al recordar lo
pequeño que era en ese entonces, y a pesar de
tener solo cuatro años, el alfa se sentía como un
padre orgulloso. Se acercó al cachorro y revolvió
sus cabellos, sacándole una risilla.
—Hey, diablillo.— Sonrió dulcemente
sentándose a su lado.
—¡Tío Tae!— BaeJeon se lanzó a sus brazos
emocionado.
¿Cuál sería la reacción de BaeJeon cuando él se
marchara de casa? Se preguntaba
completamente preocupado, lo que menos
quería era ver al diablillo triste por su partida.
Pero era hora, el verdadero alfa de la casa estaba
en la puerta con JiMin, y aunque su orgullo se
doblegara con lo que iba a confesar, TaeHyung
sabía que no era un mal alfa y que sería capaz de
cuídar de sus dos ángeles.
Porque eso eran JiMin y BaeJeon, sus ángeles,
las piezas importantes de su vida, y deseaba los
mejor para ambos ¿y qué cosa mejor que Jeon
Jeongguk? El hombre era militar y lucía como un
fuerte alfa, capaz de proteger a su cachorro y a su
omega. TaeHyung suspiró aliviado.
—Sabes, tío TaeHyung debe visitar a su madre
como la vez pasada.— El alfa habló después de
salir de sus pensamientos, aún con el cachorro en
sus brazos.
—¿Sí? Oh ¿podrías traer galletas, tío Tae?— Los
ojitos del cachorro brillaron emocionados.
El alfa sonrió y besó su frente.
—Lo haré, obedece al tonto de tu appa ¿de
acuerdo? Cuando regrese podremos jugar un día
completo.— BaeJeon asintió y juntó su naricita
con la del alfa en un beso esquimal.
—Adiós, tío Tae..— BaeJeon lo despidió
agitando su manito cuando TaeHyung se
levantaba del sofá.
—Adiós, diablillo.— Sonrió dulcemente y se
acercó a la puerta.
Los alfas se miraron unos segundos y TaeHyung
habló:
—JiMin, no volveré en dos días.— Avisó.
—¿Ah?— JiMin se despegó de Jeongguk,
mirando con preocupación al pelirrojo.— ¿Pasó
algo, Tae?
Tae. Tae. Tae. Jeon apretó la mandíbula y bajó
la mirada unos segundos para no taladrarla en el
pelirrojo y empujó su lengua contra su mejilla.
—No, debo ver a mamá, insiste en querer
verme.— Sonrió dulcemente al hablar de su
madre y miró al alfa.— Oye, tú, comandante de
cuarta.
Jeon levantó su mirada ofendido y frunció el
ceño.
—Cuída a mis dos angelitos, sé un buen alfa.—
Dicho ésto, les dió la espalda y partió en su viaje.
JiMin no notó nada raro, pero Jeon sí, espera, él
dijo..
¿Dos ángelitos?
♡.
Helloooow.♡
Listo, perdón por no publicarlo ayer, se me
acabó el tiempo y no pude continuar, pero ¡hoy
se viene el maratón con todo!♡
*insertar mimos para TaeHyung
aquí*♡
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Mi bebé es guapo, guapo, guapo.❤
07.
Maratón 3/5

Lunar.
Para JiMin, la tarde pasó volando junto a Jeon
en su sofá, su cachorro lucía contento teniendo al
alfa cerca de él que no tuvo la molestia de
sentarse en su regazo, JiMin jugaba con sus dedos
mientras veía la adorable escena. Jeongguk
parecía perdido en sus pensamientos mientras
respondía a la charla del periquito BaeJeon con un
“ah”, “Mm”, “ajám”, “¿en serio?”, “Increíble”.
JiMin sonreía en silencio, hasta que BaeJeon
bostezó, en definitiva su batería se agotaba más
rápido al entablar conversación con alguien, se
acurrucó en el pecho de Jeongguk e inhaló su
aroma, así calmándole en segundos, el alfa
acariciaba su espalda dulcemente hasta que el
cachorro se quedó plácidamente dormido en sus
brazos. JiMin, quién miraba todo con dulzura,
murmuró suavemente para no despertar al crío.
—Déjame lo llevo a la cam..
—Yo lo llevaré.— Jeongguk sonrió dulcemente
y se colocó de pie fácilmente con el cachorro en
brazos, JiMin le siguió pues tenía que quitarle esa
molesta ropa y ponerle su pijama.
El alfa en el camino observaba los rasgos del
niño, era tan lindo y su sangre hervía en el buen
ámbito cuando el cachorro se acurrucaba contra
él, sus cabellos negros eran tan suaves como una
nube y su piel cremosa, un niño tan frágil y dulce..
dulce como JiMin.
Dejó que el aroma del pequeño le guiase por la
habitación hasta llegar a ésta, girando la perilla
con facilidad ingresó para segundos después la luz
se encienda gracias al omega. El alfa observaba la
habitación del cachorro, con peluches y colores
azules cielo decorando las paredes, en las tapas
de su cama había una gran imagen de su
superhéroe favorito, IronMan.
Oh, IronMan. Jeongguk tragó el chillido de
fanboy y recostó al cachorro en su cama,
maldición, si él fuese un niño, hubiese amado
tener una habitación con todo decorado de
IronMan. JiMin sabía que a Jeongguk le
encantaba tal personaje y sintió una pizca de
ternura cuando notó cómo Jeon observaba a su
alrededor con ojos curiosos a cada objeto de tal.
Encontró la pijama del cachorro en sus
cajoneras y comenzó a cambiar a su bebé,
BaeJeon solo fruncía el ceño al mover JiMin sus
bracitos para cambiarle, gesto que en cuestión de
segundos le recordó al alfa a su lado. Fué que
entonces algo en BaeJeon llamó la atención del
alfa al verlo sin su camisa de pijama.
Un lunar en su clavícula.
Jeon sabía, conocía perfectamente el cuerpo de
su omega, recordaba sus lunares y en dónde se
encontraban, y eso fué un detalle que no pasó por
alto.
—JiMin..
—¿Mhm?— JiMin se giró para mirarlo, y lo
confirmó.
Tenían el mismo lunar en el mismo lugar.
—¿Hay algo que me estés ocultando?—
Jeongguk arqueó una ceja, cruzándose de brazos.
JiMin se puso nervioso en cuestión de
segundos. Mierda, mierda, Jeon no se debe dar
cuenta. Pensaba el pelinegro regresando la vista
a su cachorro y terminar de vestirle.
—No ¿por qué debería?— Preguntó de la mejor
manera posible.
—Se fué TaeHyung y no se llevó a su sobrino.—
Jeongguk lucía observador, JiMin sabía que no se
podía escapar del alfa, cuando quería mentir,
siempre era pillado.
—Ahmm..— JiMin pensó.— L-la madre de Bae
está de viaje y lo dejó aquí, TaeHyung suele
encargarlo conmigo cuando debe salir.
—En éste caso..— Jeongguk delineó su propia
mandíbula, adoptando un gesto pensativo.— Fué
a visitar a la abuela de BaeJeon ¿por qué no lo
llevó con él?
Mierda.
—N-no lo sé, supongo que era una
emergencia.— JiMin cortó el contacto visual
terminando de vestir a su pequeño y cubrirlo con
las tapas de su cama, dejó un beso en su frente y
le indicó a Jeongguk que hay que abandonar la
habitación.
Pero Jeon tenía interrogantes.
—Si fuese una emergencia, TaeHyung estaría
desesperado ¿no crees? — Jeon le seguía por
detrás.
Tu mentira no va a durar mucho tiempo, JiMin.
Se dijo el pelinegro al notar lo astuto que era su
alfa.
—JiMin.— Jeon lo tomó del hombro y lo giró
contra él, sus grandes y rasposas manos tomaron
el delicado rostro del nombrado, viendo el miedo
en su mirada.— ¿Quién es él?..
—E-es el sobrino de Tae..
—No me mientas, Park JiMin, no creas que no
he notado tus nervios. — Jeongguk posó sus
labios en sus párpados y dejó unos dulces
besos.— Huelo miedo, y tu mirada me lo
transmite..
Ay, Jeon. JiMin se lanzó a sus brazos y escondió
el rostro en su pecho, su corazón parecía romper
su pecho de tanto latir, su lobo aullaba en
petición a que confesara. Pero JiMin no quería,
miedo era lo que se adueñaba de su cuerpo sin
dejarle formular nada.
—Jeon..— JiMin se colocó de puntas para besar
la frente de Jeongguk.— Ese niño tiene una linda
historia.. y tengo miedo de contártela.
Jeongguk sonrió ante el tono temeroso y dulce
de JiMin.
—Tengo todo el tiempo del mundo, todo para
mi omega.— Jeongguk acarició sus cabellos.
—No soy tu omega, no estoy marcado.— JiMin
infló las mejillas infantilmente.— Por lo tanto soy
libre..
—No por mucho tiempo, caramelo..— Jeon
sonrió ladino, bajando sus palmas para acariciar
la cintura del omega.— Pronto vas a ser
únicamente mío..
—No te lo has ganado.— Refunfuñó el omega.
—Me lo voy a ganar.— Dijo Jeongguk decidido,
bajando su mirada y atrapar entre sus dientes un
poco de la piel del arco del cuello de JiMin, éste
se estremeció sumisamente ante el toque de su
alfa.
—Me tengo que ir, caramelo ¿estarás bien sin
el idiota alfa?— Preguntó Jeongguk mirando su
reloj de muñeca.
JiMin asintió, inhalando por última vez su
aroma y separarse lentamente de su pecho. El alfa
sonrió mirando el cuerpo de JiMin darle la espalda
para abrir la puerta y despedirlo.
¿Soy yo o su dulce trasero se ve más grande?
Preguntó el alfa en su mente, conteniendo las
ganas de apretar esos dos globos de carne entre
sus grandes manos. Salió de la casa de JiMin y le
propinó un corto beso a su frente.
—Te dejé mi número en la mesa, envíame un
mensaje cuando estés ahora en la cama. Así
estaré tranquilo.— Dijo el alfa con tono dulce.
El omega sintió su interior estallar en alegría,
pues su alfa estaba cuidando de él y se
preocupaba por su bienestar.
—B-buenas noches, Jeongguk..— JiMin se
sonrojó cuando el alfa le sonreía.
—Buenas noches, cariño.— Dicho ésto,
Jeongguk abandonó el piso, perdiéndose al bajar
las escaleras.
JiMin cerró su puerta y gimió en alegría, sentía
que pronto mandaría su orgullo a la mierda y le
confesaría el enorme secreto a Jeon. Secreto que
ahora estaba casi descubierto.

Tinng ting ting ting ting.~


El despertador hizo su trabajo, malhumorar a
unos gruñones alfas con ese irritante ruído que
llegaba a sus agudos oídos y despertarlos
furiosos.
—¡¡Apaga esa mierda, diablo!!— YoonGi gritó
furiosamente somnoliento y se giró dándole la
espalda con la almohada abrazada con sus brazos
y piernas.
—¡¡Está a tu lado, maldito enfermo!!— Jeon
devolvió el grito y volvió a acomodarse estresado
en su cama.
YoonGi gruñó satisfecho en respuesta cuando la
alarma dejó de estresar sus cansadas vidas por
unos segundos, paz y tranquilidad fue lo que
pensaron ambos hombres. Jeon suspiró
satisfecho a punto de lanzarse a los brazos de
Morfeo nuevamente.
Ting ting ting ting ting ting.
—¡¡Me cago en tu puta madre, Jeongguk, en tu
puta abuela, en tu hermana, en tus tías y de todo
el puto mundo!!— YoonGi se sentó furioso en la
cama y tomo el despertador para lanzarlo con
fuerza en la pared y romperlo, creando un
horrible ruído. El alfa completamente histérico,
gritó:— ¡¡MIERDAAAAAAA!!
—¡Cállate, hijo de puta!— Jeongguk le lanzó el
primer zapato que encontró en el suelo, dándole
en la nuca de YoonGi y hacerlo salir de su ataque
de furia por haberse despertado tan temprano.—
¡¡Respeta a mi familia, maldito infeliz y cierra el
hocico!!
—¡¡Cállate, maricón!!— YoonGi gruñó
lanzándose de nuevo a la cama.
Claro que no era la primera vez que Jeon lidiaba
con el culo amargado de YoonGi, éste odiaba ser
despertado tan temprano, y si te atrevías a
hacerlo, recibirías su ataque de histeria por ser
tan idiota y estúpido. Eso era algo que solo Jeon
Jeongguk, conocido en la milicia como diablo,
podía controlar.
—Prepara el desayuno, sirvienta.— YoonGi
habló roncamente malhumorado.
—¿Me ves cara de tu esclavo? Tienes hambre,
prepárate tu almuerzo solo, maricón.— Jeon se
echó a la cama con su celular en sus manos.
El alfa revisó sus pocas redes sociales con
pereza hasta caer en sus mensajes, ahí, tenía un
mensaje de cierto adorable omega.
Caramelo♡ :
Buenos días, señor militar.
Envíado a las 7:30am.✅✅
El corazón del alfa se apretujó, su omega se
había despertado tan temprano solo para
mandarle un mensaje, con la sonrisa en su rostro,
tecleó en su celular una respuesta.
Me:
Buenos días, caramelo, andaba aún
dormido.😣 Envíado a las
8:40am.✅✅
En segundos el omega respondió.
Caramelo♡ :
Lo suponía, nunca cambias.♡
BaeJeon quiere que desayunes con nosotros,
quiere verte. Envíado a las 8:40am.✅✅
Me:
En una hora estoy con
ustedes. Envíado a las
8:40am.✅✅ Suspiró con
la estúpida sonrisa en su
rostro y se sentó en la cama,
encontrándose con la
mirada burlona de YoonGi.
—Con que caramelo..— YoonGi parecía tener
cuernos y cola como un demonio con lo malicioso
que se veía en ese momento.— ¿Irás por un
caramelo mañanero?
—¿Qué?— Preguntó el alfa con fastidio.
— “ay, caramelito, cómo me encantas.”—
YoonGi imitó mal la voz de Jeongguk y soltó una
carcajada.— Ridículo de mierda.
¿Yo dije eso? Jeon se prengutó mientras enseñó
su dedo corazón al alfa contrario y salió de la
habitación dispuesto a darse una ducha para ver
a su dulce omega.
♡.
Helloooow.♡
Cumpliendo ahr gkxkfkc.
Pinche Yunyi malhumorado, lo amo señor
juez.
No me despido bc sigue maratón
/larebelde.(?)♡
08.
Maratón 4/5

Appa.
Jeon bajó del auto y al poner seguro de alarma
a éste, caminó tranquilamente hacia el pasillo
para comenzar a subir las escaleras, el Jeongguk
de cuatro años atrás lloraría por subir tres pisos a
pie con lo poco --muy-— perezoso que era, pero
ahora solo le parecía un chiste subir escaleras
para llegar al tercer piso, pues sus piernas se
hicieron más fuertes con el pasar de los años en
la milicia. Jeongguk pensaba que si se encontraba
con el Jeon del pasado, lo mataría, pues había
hecho tantas estupideces.. como dejar a su
omega, por ejemplo.
JiMin. Ese nombre ha estado taladrando la
mente del alfa por estos cuatro años ausentes, y
maldición, ese precioso omega había sido su
amuleto de la suerte cuando estaba en alguna
guerra salvando a su país. Con solo recordar su
bella sonrisa con su paletita chueca y ojos en
forma de líneas finas, Jeon lograba sacar más
fuerza para no caer. Pero.. ¿cómo le explicaría eso
a él? Park JiMin era aún un omega herido,
pensaría que solo Jeon mentiría para recuperar su
amor. Jeongguk se estresaba, quería a su omega
a su lado, dormir con él, desayunar con él.. todo
lo que ellos hacían antes de que él metiese la
pata, porque para ser honestos, si JiMin lo que
buscaba era hacer revolcar a Jeon en una
montaña de sal.. lo estaba consiguiendo, la culpa
estaba matando al hombre de poco en poco. Pero
no se daría por vencido, JiMin estaría de vuelta a
sus brazos.
Jeon llegó al tercer piso con su mente perdida
en sus pensamientos y caminó hasta el hogar con
el número 268, Jeongguk podía sentir el aroma de
su omega desde cinco pasos antes de llegar, su
aroma a frutos rojos lo embriagaban tanto.. pero
ahí estaba otra vez ese olor a chocolate con
fresas.
BaeJeon. Pensó el alfa, quién sentía su sangre
correr velozmente cuando ese cachorro lo miraba
o le sonreía, maldición, no iba a negar que ese
lindo niño era una dulzura, pero.. no creía
ninguna palabra de JiMin, conocía al omega con
la palma de su mano, algo le estaba ocultando y
Jeon comenzaba a hacerse una idea.
Oh, mierda.. Jeon palideció con la sola idea de
pensar. Pero, de ser así, JiMin le diría al momento
¿no?
Alejando sus pensamientos, tocó la puerta
suavemente con sus nudillos y después el timbre.
En ese momento lo único que el alfa quería hacer,
es estrechar al omega a sus brazos, su lobo lo
extrañaba, y su aroma lo calmaba solo un poco. Es
el efecto JiMin. Pensó para sí mismo, cuando la
puerta fue abierta, esperando ver a un dulce
JiMin con mirada mañanera.
Pero no había nadie, y sus ojos de poco en poco
fueron bajando hasta el pequeñín que
comenzaba a hacerle un nudo mental, BaeJeon
tenía unos ojitos brillantes y sostenía en sus
brazos un perro de peluche, el cachorro, chilló
emocionado y estiró sus brazos en dirección a
Jeon, el alfa no podía negarse a ése angelito,
simplemente no podía. Lo cargó y sintió como el
cachorro enrollaba sus piernitas en su cintura y
sus brazos en su cuello.
—¡Señor militar!— Chilló con emoción
lanzando el peluche de perro al sofá para abrazar
al alfa.
—¡Hola, Bae!— Jeongguk dejó que el cachorró
juntase la punta de su naricita con la suya en un
beso esquimal.
Y ahí estaba de nuevo JiMin, parado en la
puerta de la cocina con expresión pensativa.
Oh, JiMin, hoy te voy a sacar la verdad quieras
o no. Pensó el alfa sin soltar al cachorro.
Jeongguk se acercó hasta JiMin y dejó un beso
en su frente, tomándole por sorpresa y verlo
sonrojarse tal como un tomate. —Caramelo,
¿algo te preocupa?..— Preguntó Jeon cuando
observó a JiMin tensarse y negar.
—Nada de eso, es bueno verte, militar.— Sonrió
suavemente JiMin y regresó a terminar sus
pancakes.
Y por ende, el alfa se sentó en el sofá con el
cachorro en su regazo, de pronto el crío estaba
relajado contra su cuerpo, con su mejilla apoyada
en su pecho y sus cortos brazos rodeándole lo
más que podía. La sangre llamaba, y Jeongguk por
su naturaleza de alfa protector, abrazó al
cachorro, dejándolo recostarse sobre él.
—Acabo de recordar que le mostraría la
colección de IronMan que appa me obsequió la
navidad pasada ¿quiere verla, señor militar?
—Tal vez cuando terminemos el desayuno,
cachorro..— Jeongguk dijo dulcemente sin dudar
nada.
BaeJeon sonrió y asintió, observando la puerta
de la cocina donde JiMin estaba.
—Appa es muy lindo.. ¿verdad, señor militar?—
Soltó de golpe el cachorro, con su adorable voz
dulce.
Appa.
Appa.
Appa.
Jeon frunció el ceño observando al cachorro y
acarició sus cabellos dulcemente, poniendo su
cerebro a trabajar.
—No sé quién es tu appa, cachorro ¿podrías
contarme sobre él?..— Jeon preguntó de la
manera más dulce, pues, si JiMin no estaba
dispuesto a contarle nada sobre el pequeño,
BaeJeon lo haría, justo como se le acababa de
escapar.
—Señor militar ¿acaso usted olvida las
cosas?— El dulce cachorro rió jugando con la
placa de la milicia que colgaba en el cuello de
Jeongguk. —Supongo que soy un tonto alfa que
olvida las cosas importantes..— Jeongguk hizo
una mueca, haciendo reír al infante.— ¿Ese alfa
pelirrojo es tu appa?..
BaeJeon negó riendo y peinó los cabellos del
alfa.
—Él es el tío de oro, Tae, el alfa más torpe y
consentidor del mundo. — BaeJeon sonrió
apoyándose de nuevo en su pecho al hablar sobre
su tío favorito.— Appa es de cabello negro y muy
pequeño… y está cocinando pancakes ahora
mismo.
Jeongguk tardó un momento en analizar las
palabras del cachorro, se atragantó con su saliva,
su piel palideció y sus ojos estaban abiertos como
platos, su respiración estaba agitada y su corazón
latía con fuerza, fué que el militar obtuvo la
respuesta de todo gracias al pequeño de sonrisa
adorable.
Hace cuatro años nació, cuando él se fué a la
milicia.
Huele a chocolate con fresa, una combinación
de él con JiMin.
Jeon con el corazón alocado, delineó el rostro
de BaeJeon, mierda, fué tan idiota para no notar
que ese niño era su copia, su reflejo de él en
versión pequeña, pero, la rabia se adueñaba de él,
miles de sentimientos confundían al alfa en ese
maldito momento.
¡¿Por qué mierda JiMin le trataba de ocultar a
su hijo de él?!
—C-cachorro..— Jeon tragó el nudo en su
garganta y trató de parecer tranquilo.— ¿Por qué
no vas por esa colección de IronMan que me
habías contado?
BaeJeon, sin entender o analizar la situación,
sonrió emocionado y bajó de sus piernas para
correr escaleras arriba por su colección de
IronMan. Jeongguk gruñó y se colocó de pie,
caminando a zancadas rumbo a la cocina.
—P-Park JiMin.— Jeon entró furioso que su voz
se quebraba.
JiMin frunció el ceño y giró su rostro en
dirección a Jeon, viendo como de sus ojos
disparaban miles de sentimientos. El omega no
entendía ¿había pasado algo?
—¿Pasa algo, Jeon?— JiMin lavó sus manos y se
quitó el delantal, acercándose al alfa para
tranquilizarlo.
Pero en el intento, Jeongguk sujetó sus
muñecas sin herírlo, y JiMin tembló bajo su
penetrante mirada, ladeando el rostro para
mostrar su cuello sumisamente.
—¿Cuándo mierda pensabas decírmelo?—
Jeongguk preguntó gruñendo, su voz sonaba baja
y muy sombría.
Oh, no, BaeJeon, cariño, ¿qué le dijiste a éste
idiota? JiMin se preguntó mientras dejaba que
Jeon lo taladrara con la mirada.
—¿De-decírte qué, Jeongguk? Me estás
lastimando..— JiMin mintió para tratar de zafar
su agarre.
Pero Jeongguk no cedió.
—¿H-hasta cuando pensabas decírme que ese
lindo niño es mi hihijo, JiMin?— Jeongguk
preguntó con la voz rota.— ¿N-nunca pensabas
hacerlo?
JiMin vió los ojos llorosos de Jeongguk,
alarmándose, mierda, a BaeJeon se le escapó y el
omega ahora estaba contra la espada y la pared,
no quería que Jeongguk se enterase ahora, no
cuando volvió a su vida dos días atrás. No te duró
nada la mentira, Park JiMin. Pensó el omega.
—¿Q-qué estás diciendo?— JiMin se hizo el
desentendido.— E-ese niño no es mí..
—¡No más mentiras, Park!— Jeon exclamó
fastidiado, su omega le había ocultado algo
importante, y si el cachorro no se lo decía,
probablemete el alfa no se enteraría nunca.—
¿Vas a decírme que el niño miente? ¿que decírte
“appa” solo es costumbre y un simple juego?
JiMin se quedó en siencio, sus lágrimas
salpicaron sus mejillas y tomó asiento en las
bancas de la barra.
Si sabes que si le ocultas su hijo a Jeon,
empeorarán las cosas ¿no? JiMin recordó lo que
le había dicho TaeHyung aquélla mañana. Mierda,
él tenía razón, él tenía el error.. ¿y si Jeon
desconfía de él por mentirle? ¿y si él lo deja de
amar por tener un hijo?
¿y si él los abandona?
JiMin observó y sintió como el alfa se aferraba
a su cuerpo, enterrando el rostro en el cuello de
Park para calmarse con su aroma. El omega se
sentía tan culpable, tan tonto.
—JiMin, yo no puedo..
Lo sabía, JiMin lo sabía.
♡.
Helloooooooooow.♡
Namamen mi gaypad falló y no me dejaba
crear capítulos D: En fin, ya está.
YA SE ENTERÓOOOOOO /huye de las
clanchas.
No me despido bc el otro cap está a
medio terminar:v
JEON Q TE PASA, CONEJO MALO:(
09.
Maratón 5/5

Cachorro.
JiMin lo sabía, ya estaba preparado para que lo
negara, se negara a crecer a su cachorro, Jeon no
era un hombre que acepte cargas pesadas como
un niño.
—J-Jeon, sabía que no podrías, yo, tal vez no
querías un hijo y yo te entie..
Jeongguk le calló tomando sus labios entre los
suyos, las lágrimas caían en las mejillas de la
pareja, sus brazos rodearon la cintura de JiMin y
lo protegió entre su cuerpo, el omega lloraba y
Jeon separó sus labios cuando consiguió hacerlo
callar.
—Yo no puedo dejarte solo con mi cachorro..—
Terminó su frase Jeon, delineando el rostro de
JiMin entre sus manos.— Ya no más, JiMin.
JiMin tragó saliva quedándose sin palabras
¿Jeon no huiría? Lo peor de todo ¿Jeon estaba
sonriendo?
—Mierda, JiMin ¿por qué no me dijiste nada?
¿No poder qué? ¿criar a un cachorro?— Jeongguk
apoyó su frente en el hombro de JiMin y
sollozó.— ¿A-acaso olvidaste cuando te decía por
las noches lo ansioso que estaba por tener un
cachorro contigo?
JiMin mordió sus labios y guardó silencio.
—Lo suponía..— Jeongguk alzó la mirada
tomando una bocanada de aire mientras sentía la
mirada curiosa de JiMin sobre él.— Desde que me
dijiste que nació hace cuatro años ¡BaeJeon es
idéntico a mí de cachorro, caramelo!— Jeongguk
habló sorbiendo por la nariz mientras limpiaba las
lágrimas de JiMin.— Pero decidí creerte, ¿por qué
lo protegías de mí? —P-porque creía que no era
el momento para que lo sepas.— JiMin no lo
miraba a los ojos, la culpa se instalaba en su rostro
y lo avergonzaba tanto.— Tenía miedo de que no
lo aceptes, cuando me enteré de que él estaba en
mi vientre, yo me emocioné mucho, iba a
decírtelo pero te fuíste una noche an..
—Shh..— Jeon no quería oír más, su omega era
un tonto si pensaba que él huiría, pero.. lo
entendía, ahora lo entendía, su miedo se adueñó
de él y lo único que hizo fue protegerlo.
Pero Jeongguk no le importaba aceptar el
paquete completo, con cachorro incluído. Es mi
sangre. Jeongguk pensó con la sonrisa en su
rostro, JiMin se hacía ideas tontas, demasiado
tontas, Jeongguk estaba más que dispuesto a ser
el alfa que críe a su cachorro, el alfa de la familia..
de su familia.
Porque Jeongguk hizo su familia pequeña junto al
omega, y estaba seguro que lo daría todo por ella.
Su lobo aulló en felicidad con la idea de que ese
cachorro sea suyo, mierda, por supuesto que no
dejaría a Park sólo. Tenía que ganarse ahora el
amor de dos corazones que esperaron tanto por
él.
—Me siento culpable..— JiMin bajó la mirada
jugando con los dedos de Jeon entrelazados con
los suyos.— No sé porqué dudé de tí si ahora
estás sonriendo como idiota.
Jeongguk frunció el ceño cuando vió la sonrisa
de JiMin en su rostro. Pagaría el mundo entero
por ver esa media luna perlada. Pensó Jeongguk.
—¿Cómo no voy a tener sonrisa de idiota?
¡Tengo un cachorro y hoy me vengo a enterar!
JiMin rió por lo bajo y tomó la iniciativa de
besarlo, acariciando el rostro de su alfa con sus
pequeñas manos. Jeongguk desprendía amor
hasta por los poros. JiMin nuevamente se sentía
un idiota por dudar del amor del militar.
—¡S-señor militar! ¿p-por qué está besando a
mi appa?— BaeJeon entró con un puchero y ceño
fruncido en su rostro, unos juguetes de IronMan
bajo sus bracitos y manos enternecieron al alfa,
demostrándolo en su mirada.
Mi cachorro. Pensó el alfa mirándolo pucherear
y acercarse para cargarlo en sus brazos hasta
sentarlo sobre la alta mesada. BaeJeon soltó los
juguetes para cruzarse de brazos y mirarlo
molesto.
—Él me besó, cachorro, me robó un beso y..
—Mentira, appa no haría algo como eso.—
refunfuñó el crío.
Soy una perfecta fotocopiadora, hasta el
carácter le entregué. Pensó Jeongguk con gracia
al ver al cachorro mirarlo molesto.
—¿No me vas a perdonar?..— Preguntó el alfa
con voz triste.
—Ño.— Negó moviendo su cabecita.
—Ahm..— Jeongguk pensó unos segundos y
sonrió.— Si te compro un helado ¿me perdonas?
BaeJeon apretó los labios para no sonreír, pero
no lo consiguió pues su berrinche acabó y enseñó
sus dientitos de conejito en una sonrisa.
—¡Síiii!~— Abrazó al alfa por su cuello y se
escondió entre sus brazos.
JiMin era un mar de lágrimas en silencio y
Jeongguk al notarlo le causó cierta ternura, tomó
su mano y le dió un dulce apretón, dándole a
entender de que estaría siempre, de ahora en
adelante Jeongguk cuidaría de su cachorro y de su
omega, no sabría cómo contárselo a YoonGi o a
SeokJin. Su rostro no dejaba de mostrar la
felicidad del alfa, nada ni nadie podría arruinarle
su humor.
No cuando su cachorro lo abrazaba como si
fuera a irse.
BaeJeon corría divertido junto a otros cachorros
de su misma edad mientras reía dulcemente.
Jeongguk había propuesto traer al parque de
diversiones a su cachorro junto con JiMin, quién
aceptó de inmediato.
Aunque JiMin seguía algo sentimental, el omega
no podía procesar tan rápido el que su alfa
aceptara a su cachorro y que le haya dicho al salir
de casa un: “tengo dos corazones por conquistar,
no lo hagas más difícil, el helado de vainilla y las
rosas son costosas hoy en día, caramelo.”
Lo que no esperaba, es ver al alfa rodear su
cintura con su brazo y atraerlo a su cuerpo, aúm
sentados en aquélla banca.
—¿Qué haces?..— Preguntó alarmado cuando
sintió los dientes de Jeon mordisquear
suavemente la piel de su cuello.
—Hay otros alfas mirándote, dejo en claro que
eres mío.— Murmuró con la voz baja y para el
gusto de JiMin, ronca y sensual.
—Olvídaba lo posesivo que eras..— Ladeó su
cuello dejando que Jeongguk hiciera de las suyas
con su cuello mientras vigilaba a BaeJeon jugar.
—No lo olvídes, en cualquier momento puedo
marcarte, y lo vas a disfrutar.— Jeon apoyó su
espalda en el respaldo de cemento y respiró el
aire fresco.
JiMin se sonrojó y golpeó su brazo suavemente.
—¡J-Jeongguk!— JiMin reía nervioso ante el
comentario indecente de su alfa.
—¿Qué?— El alfa echó la cabeza hacia atrás
soltando un suspiro ronco.— Si te dí un cachorro
puedo hacerte unos cinco má…
—¡Jeon!— JiMin cubrió su boca con sus manos
pequeñas, soltaba risas nerviosas y su rostro
brillaba en tonos rojizos del sonrojo.
—¿Mhm?..— Preguntó enrollando sus brazos
en su cintura y mirar de cerca sus ojos gatunos,
dejando ver el brillo amoroso en los suyos.— ¿Me
vas a decir que me controle?
—Sí.— Dijo dejando un beso en su frente y
volver a acomodarse a su lado, mirando a todos
lados.— Jeon.. ¿y BaeJeon?..
Jeongguk observó a su alrededor hasta ver a
BaeJeon salir de un arbusto y acercarse hasta
ellos con un puchero en su rostro. Jeongguk casi
podía ronronear al ver lo adorable que era su
cachorro y como estiraba sus brazos en su
dirección, lo atrajo hasta sentarlo en su regazo y
esperó pacientemente a que hablara.
—¿Qué pasa, bebé?— Preguntó JiMin alejando
algunas plantitas que estaban enredadas en su
cabello lacio.
—M-me caí..— BaeJeon sollozó llevando sus
manitos hasta su rostro y cubrirlo para comenzar
a llorar en silencio.
Jeon gruñó en preocupación y escaneó los
brazos y piernitas del cachorro para confirmar
que no estuviese herido, pequeños raspones
adornaban su rodilla izquierda y Jeongguk bufó.
—Tiene raspones y hay que desinfectarlo.—
Jeon se puso de pie con su crío llorando en sus
brazos.
—¿Regresamos a casa?— Preguntó JiMin
siguiéndole y dejar que Jeon tome su mano.
—No, tengo un botiquín en el auto.— Jeongguk
ladeó un poco su cuello, dejándole a BaeJeon
acurrucarse en éste.
JiMin observaba en silencio al alfa desbloquear
el seguro del auto y abrir la puerta de copiloto,
sentando a su cachorro y sacar del maletero un
botiquín con los colores de la milicia. Se agachó
hasta la medida del cachorro sacó alcohol con
algodón.
—Si arde, debes ser fuerte como IronMan ¿de
acuerdo?..— Preguntó Jeongguk con voz dulce,
sin mirar a su bebé.— Después, militar promete
comprarte unas galletas.
BaeJeon asintió restregando sus ojitos. JiMin
por otro lado, se apoyó de lado sobre el coche
mientras se cruzaba de brazos y miraba al alfa con
ese instinto de papá sobreprotector.
Le hace ver más caliente. JiMin pensó
observando a su alfa y notar como juntaba el
algodón húmedo en sus raspones. BaeJeon
sollozó audiblemente, pero no gritó y se mantuvo
quieto en todo momento.
—¿Galletas o helado?— Preguntó Jeongguk
cuando terminó y ponía una curita de IronMan en
su rodilla.
JiMin no pasó por irrelevante aquéllo, la sonrisa
burlona adoptó su rostro y esperó a que
terminara de hablar con su cachorro.
—L-los dos..— BaeJeon se sonrojó mirando su
curita de su superhéroe favorito.
Jeongguk rió y asintió.— De acuerdo, los dos
serán, pero debes dejar de llorar.
El cachorro sonrió y se lanzó a los brazos del
alfa, dándole un famoso “beso esquimal” y
acurrucarse en su hombro.
—Curitas de IronMan..— JiMin murmuró con
burla.— ¿Acaso los compraste especialmente
para BaeJeon o un alfa maduro y rudo las utiliza?
Jeongguk se sonrojó.
—Qué dices, cállate.— Jeon acarició la espalda
de BaeJeon mientras oía reír a JiMin.
—Aw, mi alfa sigue siendo un cachorro.— JiMin
jugó con las mejillas de Jeongguk.
Pero éste estaba tan feliz como para reaccionar
en ese momento.
Soy su alfa.
♡.
Hellooooooooow.♡ Listo,
¡maratón finalizado!
CLXKDKG.
Espero les haya gustado, ahr, aquí pudimos ver
a un Jeongguk super paternal y algo celoso
ckckckv.♡
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Observen sus manos. Yoro♡
10.

Balas y alfas almorzando.


Días habían transcurrido desde la última visita
al parque junto a JiMin y BaeJeon, no podía
negarlo, Jeongguk tenía la sonrisa más estúpida
en su rostro con pensar en su omega y en su crío
que no se estaba dando cuenta que cierto alfa con
una paciencia del tamaño de un grano de arena lo
taladraba con la mirada.
—Jeon Jeongguk.— YoonGi gruñó irritado con
la sonrisa del nombrado y frunció el ceño dejando
de lado el vaso con ramen instantáneo recién
preparado.— ¿Por favor podrías de ser tan
irritable con tu puta sonrisa? Me tienes harto.
Y es que Jeon estaba más atento en los
mensajes que JiMin le estaba mandando que en
la furia de su mejor amigo y compañero de
trabajo.
—Ahámm..— Dijo ídamente, sin despegar sus
ojos del áparato móvil.
YoonGi respiró hondamente y escaneó con sus
ojos la presencia de Jeongguk, ese estúpido alfa
estaba completamente domado por ese tal
caramelo. YoonGi creía que ámbos por fin
estaban reconciliados y vivirían felices para
siempre.
—Maricón ¿tan domado te tiene tu omega?—
YoonGi preguntó regresando su atención a su
delicioso “almuerzo”.
—Sí..— Murmuró para a los pocos segundos
reaccionar y corregir su cagada que le podría
costar las burlas diarias del alfa más bajo.—
Quiero decir, ¡NO! ¿por qué debería de estarlo?
—Ajám, mariposa gay.— YoonGi soltó una
carcajada cuando observó el ceño fruncido de
Jeongguk.— ¿Qué tal van las cosas con caramelo?
YoonGi siempre usaba el tono burlón cuando se
refería a hablar sobre
JiMin, el lindo omega de Jeongguk que poseía
unas lindas y apachurrables mejillas. El alfa
castaño suspiró y se echó sobre el respaldo de su
silla, cerrando sus párpados y sonreír
ampliamente.
—Cada vez que lo veo me sorprende más, me
siento tan atraído por su aroma, es tan dulce, su
risa es la mejor melodía que podrías escuchar y,
y..
—No me digas.. ¿está en celo para que estés tan
imbécil tras él?..— YoonGi cagó el momento
dulce con su típico tono socarrón en su voz y
adoptó un gesto de obviedad amarga.— ¿Ya lo
preñaste? ¿te dice diablo cada que se lo me..
Jeon le lanzó el trapo de cocina que estaba a su
lado, callándole en segundos.
—¡No, imbécil!— Jeongguk gruñó.
—¿Entonces?..— YoonGi enseñó sus encías al
sonreír y levantar las cejas pícaramente.
—¿Cómo te lo digo sin que te atragantes con la
comida?..— Jeongguk se rascó la nuca nervioso.
Hablar con Min YoonGi era hablar con un padre
amargado de la cuál siempre está cansado y
amargado las veinticuatro horas del día,
obviamente Jeon se sentía un simple cachorro
cada que la cagaba y YoonGi le regañaba, tal vez
Min debía ser su nuevo padre y..
—¿Por qué estás nervioso?— Preguntó YoonGi
divertido, comiendo de su ramén.— No me digas
que descubriste que eres pasivo.
—Tengo un diablillo.— Soltó Jeongguk de
golpe, ignorando la burla del otro alfa.
—¿Entre las piernas? Más bien sería como un
pequeño engendro pobretón que..
—¡PÓNTE SERIO, MIN YOONGI!— Jeon gritó
sonrojándose en enojo, apretando sus dientes y
dirigírle una mirada asesina a YoonGi. —Ya, me
calmo..— YoonGi formuló con falso asombro y
tomó fídeos hábilmente con sus palillos.— Uy,
qué delicada me saliste, princesa.
Paciencia, Jeongguk, paciencia. Repetía el alfa
en su mente cuando suspiró.
—Dejé embarazado a JiMin cuando partí a la
milicia..— Formuló Jeongguk mirando sus largos
dedos para concentrar su atención en ellos.
YoonGi en cuestión de segundos era una óbra
maestra con su expresión de completo y real
asombro, los palillos deslizaron de sus dedos para
caer al suelo y su cuerpo estaba inmóvil.
—¿Q-qué?— Preguntó YoonGi.— ¿E-estás
diciéndome q-que..
—Sí, YoonGi, tengo un cachorro con JiMin..—
Asintió el alfa de cabellos castaños,
confirmándole a YoonGi lo que le estaba
contando e inflar su pecho orgulloso.
—Bueno, viniendo de ti, ahora entiendo que
después de ser tonto sigue ser imbécil..—
Murmuró YoonGi con ironía.
—¿A qué te refieres?— Preguntó el alfa
ofendido.
—Jeongguk.— YoonGi dejó su ramen sobre la
mesa y miró con obviedad al nombrado.— Te voy
a explicar con manzanas porque tu corto y
estúpido cerebro es muy lento para procesar todo
de simple gol..
—Al punto, YoonGi.— Sentenció Jeongguk
completamente serio mientras apoyaba uno de
sus brazos en el respaldo de su silla.
—A ver, galán, supongo que caramelo, llegó a
su celo y pues te le encimaste como maldito
enfermo sin usar protección ¿de acuerdo?—
Preguntó YoonGi al final, mirando a Jeon
esperando su respuesta.
—N-no tanto así pero por ahí está el verdadero
sentido.— Asintió Jeongguk sin querer darle tant
detalle a YoonGi.
—Bien, se te olvidó ponerle funda a tu puta
pistola para que las balas no salieran antes de
tiempo y no le provoques una explosión a JiMin
con duración de nueve meses.
Jeongguk apretó los labios e infló sus mejillas
para evitar reír a carcajas y asintió tragándose
esas ganas para fingir falsa seriedad.
—¿No se te pasó por el cacahuate que tienes
por cerebro que abandonarías a tu omega
SABIENDO..— Alzó la voz el alfa pelinegro,
levantando su dedo índice.—.. que podría estar
preñado?..
—Mm.. ¿no?— Preguntó Jeongguk dudoso.
—¡Con razón el omega te quería lejos! ¡eres tan
bestia que las neurónas se te quebraron como
cavernícolas rompiendo una bellota con una
piedra!— YoonGi dijo exaltado.
Jeongguk estaba avergonzado y muy
sonrojado.— YoonGi hyung, me hace sentir más
mierda de lo que ya soy..
—Siempre has sido un pedazo de mierda,
picarón.— Mencionó con gracia y se colocó de
pie, limpiando la mesa.— Lo bueno que ahora
están bien, espero y dejes de pensar con la cabeza
de abajo un tiempo, diablo..— YoonGi suspiró
palmeando su hombro y decir con tono
tranquilo:— Tienes un cachorro ahora y va a
necesitar mucho de tí, te felicito, baja la guardia
un poco y atiende a tu familia, que de seguro
esperan mucho de ti, no los decepciones.
Y sin más, se alejó, dejando a Jeongguk con la
mayor vergüenza de su vida ¿acaso había nacido
para cagarla? Claramente parecía ser un sí. Pero,
por otra parte, las palabras de YoonGi sonaban
tan certeras y llenas de razón que no fue poco
para sentirse tranquilo y felíz. Jeongguk se había
convertido en un alfa atento de que ningún caos
se descontrolase, ahora que lo pensaba, debía
bajar un poco, como tal decía YoonGi, esa guardia
que había cargado esos cuatro desastrosos años y
disfrutar de su pequeña familia.
Familia..
Esa palabra hizo retumbar el corazón del alfa,
una corta palabra que tenía un gran significado
ahora para Jeon. Sabía que no podría obligar al
tiempo, pero anhelaba oír de los labios de
BaeJeon un corto “papá”, mierda, tenía que ganar
su pequeño corazón poco a poco, si tomaba años,
no sería molestia para Jeon.
Pero se ganaría el amor de BaeJeon.
Por otro lado estaba su omega, Park JiMin, ese
precioso chico que siempre que llegaba del
trabajo le esperaba con los brazos abiertos y la
enorme sonrisa decorando su rostro a pesar de
estar cansado de tanto que hacer en casa.
Jeongguk de solo recordar sus tiempos como
adolescente junto a JiMin suspiró, no podía dejar
de sentirse avergonzado por fallarle de tal
manera a su omega, pero se sentía contra la
espada y la pared. Si ignoraba el llamado de
puesto en la milicia por JiMin, mandarían los
logros de su padre a la mierda, y de lo contrario,
si abandonaba a JiMin por la milicia, rompería el
corazón que Jeongguk había prometido proteger
con su vida.
Estaba tan intranquilo, quería ver a su omega y
recuperar todo el tiempo desperdiciado junto a
ese adorable fruto de su amor. De la nada, su
celular volvió a vibrar y Jeongguk sonrió al invocar
al omega con ojos felinos.
Caramelo♡ :
BaeJeon está por ver IronMan ¿quieres venir,
militar fanboy? Quiere verte mini Jeongguk.♡
Enviado hace diez minutos.✅✅
Jeooon.😐
Enviado hace nueve minutos.✅✅
¡Jeongguk, contéstameeeee!😡
Enviado hace siete minutos.✅✅
¡Tonto alfa, házme caso!😣
Enviado hace cinco minutos.✅✅
De seguro hablas con alguien ¿con quién estás?
¿omega o alfa? Jeongguk..😒
Enviado hace dos minutos.✅✅
JEON JEONGGUK, ¡HACE MÁS DE UN MINUTO
QUE LEÍSTE
MIS MENSAJES Y NO RESPONDES!😠
Enviado ahora.✅✅
Jeongguk rió cuando terminó de leer los
mensajes de su omega y tecleó rápidamente.
Me:
¡estaba almorzando, caramelo, perdón!😢
Ahora.✔✔
¿Sólo BaeJeon quiere verme? Joven Park,
comienzo a sospechar que utiliza a mi cachorro
para poder verme.
Ahora.✔✔
Caramelo♡ :
No es lo que piensas, BaeJeon en serip
quierw vertw. Enviado ahora.✅✅
serio* quiere*
verte* Enviado
ahora.✅✅
Me:
Eres un muy mal mentiroso,
cariño.😂 Ahora.✔✔
Caramelo♡ :
Está bien, lo admito, quiero verte.
Enviado ahora.✅✅
Pero solo un
ratito.😐 Enviado
ahora.✅✅
Bueno.. supongo que un rato largo.
Enviado ahora.✅✅
Ay, ¡ya! ¡TE EXTRAÑO MUCHO!😣😢
Enviado ahora.✅✅
Me:
¿tan difícil es decírlo? Te extraño más.❤
Ahora.✔✔
Ahora, si me permite, joven Park, voy a guardar
ésta conversación y le mostraré a mi hijo que el
que me está seduciendo eres tú.
Ahora.✔✔
Te veo en unos momentos, bebé, nos vemos.
Ahora.✔✔
Caramelo♡ :
¡Nunca te he seducido!
Enviado ahora.✅✅
¡JEON JEONGGUK! CUANDO VENGAS VAS A
CONOCERME
ENOJADO SI LE DICES ALGO A NUESTRO
CACHORRO.😠😠
Enviado ahora.✅✅
Y Jeongguk, tras reír e ignorar los mensajes de
JiMin protestándole, se dió una ducha para ir a
visitar a sus dos caramelos y pasar en el camino
por helado de vainilla y algunos dulces y galletas
para acompañar la película. Tal vez un pequeñito
detalle sorprenda a JiMin.
Tal vez..
♡.
Hellooooow.♡
Al fin pude actualizaaaaar.♡
Me tomé un ligero descanso para leer bc ya
me lo tenía merecido
ahr.(??)♡
¡YA SOMOS 2.03K!❤😭
MUCHAS GRACIAS, COQUITXS POR ESTAR AHÍ
SIEMPRE
LEYENDO LAS CAGADAS QUE ESCRIBO Y
APOYARME A
PESAR DE TODO, LAS AMO, TAL VEZ HAGA
MARATONES JOJOJO.❤😭😭😭
GRACIAAAAAS.😭❤😭❤
El JiMin acosador y precioso
ahRRRR.XNVKSKFL
Sus deditos, su naricita, sus ojitos, es
demasiado para éste horrible
mundo, protéjanlo, amén.❤❤😍
11.

Omega sonriente.
Días habían pasado y Jeongguk no dejaba de
visitar a JiMin junto a BaeJeon, no podía negarlo,
estaba fascinado con el trato que tenía el alfa
hacia su cachorro.
Pero en definitiva, hoy no era uno de esos días en
los que podría enseñar su media luna perlada.
—Pero JiMin..— Jeongguk siguió a Park hasta
que ambos quedaron encerrados en la cocina.
—¡Te tengo dicho que dulces de noche no,
Jeon!— JiMin frunció el ceño cruzándose de
brazos cuál mamá indignada.— ¡BaeJeon suele
ser una tormenta inquieta cuando come esas
cosas de noche!
—¡Ca-caramelito!— Jeon trató de acercarse al
omega pero éste le evitó.— ¡Pensé que un
chocolate no le afectaría tanto!
—¿Un chocolate? ¿es en serio Jeongguk?—
JiMin preguntó incrédulo mientras bufaba.— ¡Le
trajiste la barra triple de extra chocolate amargo!
—¡¿De qué te quejas?! ¡Si aún no lo ha
comido!— El alfa se indignó también.— ¡Además
si se vuelve inquieto yo puedo tranquilizarlo!
JiMin sonrió con malicia.— No sabes lo que
estás diciendo, cariño..
—No sé a lo que me enfrento, pero no me
importa.— Jeongguk llegó hasta JiMin para
abrazarlo por la cintura y besar su frente de la
manera más suave posible.— No estés molesto
más conmigo, caramelo..
—Eres un alfa idiota..— JiMin se quejó por lo
bajo pero en segundos apoyó su mejilla en el
pecho del más alto.— Pero no puedo enojarme
más contigo..
Jeongguk sonrió socarronamente antes de
murmurar de manera dulce. — Me alegra saber
eso..
—¡Y-ya es la vez número cinco en que te atrapo
abrazando a mi appa, militar!— JiMin se separó
bruscamente de Jeongguk cuando escuchó a
BaeJeon en la puerta.
El cachorro no mentía, Jeon parecía un vírus
detrás de JiMin cada que podía y lo abrazaba, el
omega estaba pensando seriamente que tenía
dos chicos celosos en casa, pues Jeon fulminaba a
TaeHyung cuando llegaba y BaeJeon a Jeongguk
cuando éste le abrazaba.
Son un bonito lío. JiMin pensó mirando como
Jeon tomaba en brazos a su cachorro y lo mimaba
hasta que éste dejara de estar enojado. En ese
momento el omega recordó una corta charla que
tuvo con TaeHyung días atrás y suspiró por lo
bajo.
*flashback*
—Menos mal que no reaccionó como
retrasado.— TaeHyung murmuró apoyando su
mentón sobre su mano cuando JiMin acabó por
contarle el cómo se enteró Jeongguk de que tenía
un cachorro.— Es padre primerizo, por naturaleza
querrá estar pegado a su cachorro para
consentirlo.— El alfa se encogió de hombros con
tranquilidad.
—Pero tengo miedo de que me abandone de
nuevo.. y ahora con BaeJeon.— JiMin bajó la
mirada acomodándose mejor en el banco alto y
cruzarse de piernas, a la vez que jugaba con sus
anillos en sus dedos. — N-no quiero que mi bebé
sufra..
—JiMin..— TaeHyung, quién estaba frente a
Park, con su mano desocupada acarició el cabello
del nombrado.— Jeon te va a dejar por la..
—Eso no ayuda.
—Cállate, déjame terminar.— El alfa frunció el
ceño por ser interrumpido.— Jeon te tiene que
dejar porque es militar, y tarde o temprano tendrá
que volver a la milicia a poner órden, eso no quiere
decir que te va a abandonar y dejarte a tu suerte
como la primera vez. —L-lo sé..— JiMin apretó los
labios.
—Cuando lo vi me sorprendí.— TaeHyung se
encogió de hombros confesando aquéllo.— Antes
lucía como todo un mocoso con mentalidad de
infante. Hoy en día es otra persona, confío de que
su lobo cuidará de su cachorro y de ti.
—No sé cómo explicarle a BaeJeon que ese
estúpido alfa con botas de militar es su padre..—
JiMin suspiró.— Llegó de repente y p-puede
confundirlo.
TaeHyung sonrió suavemente, comprendiendo
las inseguridades.
—BaeJeon por su cuenta sentirá su sangre
hervir en emoción cuando esté con Jeongguk.— El
pelirrojo suspiró mirando a la nada y sonreír
ensoñadamente.— Créeme que se siente bonito
cuando tu cachorro busca tu olor para calmarse.
JiMin miró fijamente a TaeHyung con nuevas
interrogantes en su mente ¿cómo es que el alfa
hablaba con esa voz de experiencia? ¿Por qué
estaba sonriendo como si recordara algo?
—Espera..— JiMin parpadeó confuso.— ¿Por
qué hablas así? ¿eres padre?
TaeHyung fijó sus ojos a JiMin y negó
rápidamente, tragando saliva.
—Lo digo porque.. mi papá me contaba que
cuando yo buscaba refugio en él, se sentía lindo,
yo no tengo hijos.— TaeHyung frunció el ceño.
JiMin asintió, decidido a creerle.
—Entonces supongo que debo esperar a que
BaeJeon lo reconozca como su papá..
TaeHyung asintió sonriéndole cálidamente.
*Fin del flashback*
—Caramelo.. ¡Reacciona!— Jeongguk aplaudió
ruidosamente, provocando que el omega se
sobresaltara.
—¡A-ah! ¿decías algo?— JiMin preguntó
observando a Jeongguk salir de la cocina con
BaeJeon en brazos y caminar a la sala para
recostarse en el sofá.
JiMin observó como Jeongguk con cuidado
acomodaba a BaeJeon sobre su pecho y lo
protegía con sus brazos, no sin antes tomar el
control de la televisión y prender ésta.
—Que vengas con nosotros, cariño.— Anunció
Jeongguk sin despegar su vista de la televisión.
Su cachorro tenía apoyada su mejilla sobre el
fuerte pecho del alfa y hacer que ésta se
apachurrase de manera adorable, sus ojitos
yacían algo dormitados pero luchaba por
mantenerse despierto para ver esa caricatura de
superhéroes junto al alfa. JiMin sentía tierno el
hecho que Jeongguk esté viendo programas para
niños solo por BaeJeon, jamás se imaginó verlo de
ésta forma con su pequeño, y ahora que los tenía
juntos, con sus perfíles izquierdos de sus rostros,
el omega podía presumirle al mundo que su
cachorro era el vivo retrato de su alfa, su pecho
parecía ronronear con el orgullo plantado en su
expresión y la sonrisa pegada a su rostro. Decidió
quedarse en la cocina, viéndolos desde esa
distacia cómo de poco en poco comenzaban a
caerse dormidos en el sofá. Pero sin embargo,
BaeJeon gruñó bajito, al parecer incómodo y
buscó refugio en el arco del cuello de Jeongguk..
justo en el nacimiento de su aroma.
Jeongguk solo suspiró pasando su mano por su
pequeña espalda y perderse en su mundo de
sueños con su cachorro en brazos. JiMin tenía
apoyado su mentón sobre su mano y su codo
sobre la mesada alta, su corazón derretía con esa
imagen tan paternal por parte de su alfa, y sin
dudarlo, fué por una manta con la única intención
de dejarlos dormir juntos, JiMin cada vez se sentía
un poco más seguro sobre el alfa y su regreso.
Pero si quería entregarle por completo su
corazón, tendría que seguír luchando, porque
JiMin era un omega inseguro.
Cuando volvió con la manta, JiMin la desdobló y
estuvo a punto de cubrirles si no fuera por el
brazo de Jeongguk que lo jaló hacia él con
intención de recostarlo a su lado; el sofá en el que
estaban era ancho y muy suave, ideal para dos
adultos y un pequeño.
—No pienso dormir sin el paquete completo.—
Murmuró Jeon roncamente, abriendo solo un
párpado y esbozar una perezosa sonrisa.
JiMin devolvió la sonrisa y se acurrucó entre el
brazo que le ofrecía Jeon como refugio, ya que el
otro protegía a BaeJeon. El castaño hizo vibrar su
pecho satisfecho cuando tuvo a aquéllos dos
ángeles a su lado. Jeongguk percibía tranquilidad
en JiMin y sentía que lo estaba haciendo bien,
estaba ganándose de nuevo su confianza. El alfa
cerró sus ojos cuando los esponjosos y dulces
labios del omega se posaron en su mandíbula.
—Descansa, señor militar..— Susurró JiMin
cuando los labios de Jeongguk buscaron los suyos
en un corto y dulce beso.
—Buenas noches, caramelo..— Murmuró el alfa
sonriendo y dar por terminado su día con su
omega y su cachorro en brazos.

Jeon sintió en lo profundo de sus sueños como


alguien daba suaves golpecitos en el aro de plata
decorando su lóbulo izquierdo, jugueteaba el
pendiente de manera dulce y lo jalaba de la
manera más delicada posible. El castaño no pudo
evitar abrir un ojo sin mucha gana solo para ver a
un despierto BaeJeon con la mejilla apoyada en su
hombro y su mirada inocente atenta en el
pendiente de Jeongguk.
El alfa lo observó en completo silencio cuando el
cachorro sintió su mirada y sonreía
somnolientamente para esconder su rostro en el
cuello de Jeongguk.
—Déjame descansar, cachorro juguetón..—
Murmuró Jeon con la voz ronca debido a que
despertaba lentamente.
El cachorro volvió a mirarle y juntó su pequeña
nariz con la del alfa, en un corto beso esquimal
para regresar a su refugio. El alfa comprendía que
el pequeño no era muy hablador cuando
despertaba, y menos cuando todavía faltaba una
persona por abrir sus ojos. JiMin estaba
perfectamente acurrucado en el cuello de Jeon,
con una mano suavemente recostada en su pecho
y su respiración tan delicada y suave como una
pluma. Como pudo, el alfa revisó su reloj de
muñeca y se sorprendió en la hora en que su
cachorro despertó.
7:00am.
—Cachorro, aún es muy temprano para estar
despierto.— Jeongguk acarició la cabellera de
BaeJeon.
—L-lo sé..— Dijo tímidamente.
—Duerme un poco más, cariño
.— Murmuró Jeon dejando un beso en su frente y
escuchar como el cachorro suspiraba en su cuello.
Jabón y frutos rojos, eso fué lo que el alfa
olfateó antes de abrir sus ojos atraído por tal
dulce aroma. BaeJeon no estaba en sus brazos y
JiMin estaba sentado a su lado acariciando sus
cabellos recién duchado.
—Es malo observar a las personas mientras
éstas duermen, caramelo. — Jeongguk arqueó la
espalda para estirarse, junto con sus piernas y sus
fuertes brazos.
—Creí que solo así despertarías, debes estar
caluroso..— JiMin bajó la voz cuando observó a
Jeongguk arquear sus cejas pícaramente.— No en
ese sentido, pervertido.
—Cállate, ven aquí.— Jeon estiró sus brazos y
de un jalón colocó a JiMin sobre su cuerpo.
—¡J-jeon!— JiMin se sonrojó cuando el alfa
acariciaba su cintura.— ¡BaeJeon está en su
habitación, puede salir en cualquier momento y
vernos as..í..
Jeongguk comenzó a besar su cuello y dejar
lamidas a su sensible piel.
—Shh..— Siseó el alfa cuando sujetó a JiMin por
las caderas posesivamente y gruñía al
mordisquear su piel.
Y claro, el lobo de JiMin pedía urgentemente
ponerse en sumisión ante su fuerte alfa.
—Necesito esa ducha..— Murmuró Jeongguk
respirando entrecortadamente.— Por la paz
mental e inocente de mi cachorro..
JiMin rió golpeando suavemente su hombro.
—Idiota pervertido, ahí está la ducha
esperándote.— JiMin apuntó con su dedo la
puerta de la ducha y se levantó para que Jeon
pudiese ponerse de pie.
Su alfa era alto, claro que le encantaba eso, y su
cabello marrón con su mirada somnolienta lo
dejaba más sexy de lo que JiMin podría soportar.
Jeongguk no perdía tiempo, comenzó a quitarse
sus pendientes junto a su reloj de muñeca para
dejarlos sobre la mesita de centro y
posteriormente quitarse su camisa.
—L-lo estás haciendo a propósito.. ¿verdad?—
JiMin tartamudeó sonrojado cuando observó las
filas de abdominales decorando el estómago de
Jeongguk.
Éste se encogió de hombros y le dió la espalda
para que el omega lo comiera con sus ojos, su piel
suavemente bronceada y sus omoplatos aparecer
cuando Jeongguk masajeaba sus hombros de
formas circulares volvían loco a JiMin, el alfa
tronó su cuello y Park gimió bajito por la imagen
del rostro serio de Jeongguk al estirarse
completamente. Sexy, sexy. Pensaba JiMin
cuando éste le dió una sonrisa juguetona.
—Creo que mi omega necesita a su alfa
urgentemente..— Jeongguk había logrado oír el
gemido de JiMin y su sangre comenzaba a
calentarse de forma intensa.
JiMin se sonrojó congelado en su mismo lugar
¿acaso Jeon podía ser sexy hasta recién
despertando? El omega se sintió feliz al pensar
que ese alfa era suyo.
Oh, mierda, ni siquiera estoy en celo y siento
una horrible necesidad de estar con ese alfa en la
cama. JiMin pensó avergonzado de su necesidad
y dejó que Jeongguk se duchase tranquilamente
sin poder sacarse de la mente su espalda ancha.
♡.
Helloooooooow.♡
Sha volví, ahr, espero disfruten musho el
capítulo dkvkdkgkkdvklx.
Estoy feliz con mi fic, ah, me está encantando
como lo estoy dejando
vkcktlt.♡
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Park JiMin es demasiado para mi corazón,
detente, niño, tu ternura me
pone toda pendeja.😭❤
12.

Botas de militar.
Jeongguk en aquél día caluroso, estando
recostado en su cama sin nada que hacer, miró
por la ventana completamente aburrido,
definitivamente estar solo sin la compañía de su
amigo YoonGi era como vivir en una cueva
silenciosa, según el pelinegro gruñón, había salido
a comprar el almuerzo, era su turno ya que
Jeongguk era el que siempre conseguía comida
para ambos. Pero el alfa tenía la mente en otro
mundo, en JiMin, para ser más exactos.
Suspiraba cual adolescente enamorado al pensar
en esas finas líneas que tenía el omega por ojos,
aquéllos que le hacían gruñír en felicidad y deseo,
pero sobre todo, estaba recordando el cómo
JiMin buscaba su calor, apegándose a su pecho o
escondiéndose en el arco de su cuello. Eso al alfa
lo ponían más que satisfecho, porque JiMin lo
quería a él, y aunque el omega se negara a
aceptarlo completamente en su vida aún, se
notaba lo dependiente que era de ese alfa. Su
alfa.
Por otro lado estaba BaeJeon, ese dulce
cachorro que tenía su sangre y era gruñón cuando
Jeon abrazaba a su appa, aquél pequeño que se
había robado tan rápido su corazón, al igual que
JiMin, BaeJeon buscaba su calor, su cercanía, y
cuando lo conseguía, caía plácidamente dormido,
sabiendo que aquéllos fuertes brazos del alfa lo
protegían con tanta dulzura y cariño.
Ring ring ring.
Jeon salió bruscamente de sus pensamientos y
saltó de su cama por la llamada en su celular.
—¿Hola?— Preguntó Jeon al segundo de
deslizar el botón verde.
—¿Comandante alfa Jeon?..— Respondió una
voz ronca.
—Así es, soy yo.— Confirmó el castaño.
—Se le solicita en el cuerpo militar de Busan en
dos horas, necesitamos informes en su estadía en
Japón.— Aquél hombre sonaba firme con su
petición.
Y Jeon recordó entonces que ese mismo día
debía presentarse en la milicia para extender su
descanso y pasar su informe.
—Estaré presente, muchas gracias.— Dicho
ésto, colgó el teléfono, pasando sus manos por su
cara completamente estresado.
Duchándose y sacando su uniforme de la
milicia, Jeon se vistió sintiéndose fresco y
preparado para ese día. Sus medallas brillaban
cuando los rayos del sol en la mañana chocaban
contra ellos. Estando listo, se calzó sus botas
negras y salió de casa con su informe en su mano.
Jeon quería unas largas vacaciones ahora que
tenía a su omega con él.

—Vamos por un café, JiMinnie, yo lo invito..—


Mencionó el pelirrojo.
—Tae, sabes que en..— JiMin sujetó su celular
contra su hombro y su oído para revisar el reloj
detrás de él.—.. tres horas sale BaeJeon del jardín
de niños.
—Ay ¿y qué tiene? ¡Solo es un café! Hablaremos
un poco y después irás por el diablillo.— Anunció
el alfa al otro lado de la línea.
JiMin bufó rendido.
—Está bien, deja que termine de hacer el
almuerzo de BaeJeon.— Dijo para colgar la
llamada y continuar cocinando.
Entonces decidió decírle a su alfa ¿qué tal si
llegaba de sorpresa cuando él no estuviera como
era su costumbre? Aunque más lo hacía porque
Jeongguk era un alfa posesivo y celoso, y no
quería hacerlo enojar.
Abrió su chat con el alfa y comenzó a teclear
rápidamente.
Me:
Oye, alfa..
Envíado, hoy.✔✔
Alfa :
¿Qué pasa,
caramelito? Envíado,
hoy.✅✅
¿te sientes mal?
Envíado,
hoy.✅✅
¿Cachorro se siente
mal? Envíado,
hoy.✅✅
JiMin rió ante la graciosa preocupación de
Jeongguk.
Me:
Estamos bien, pero quería decírte que
TaeHyung me invitó un café.😳 Envíado, hoy.✔✔
Alfa :
Rotundamente no
irás.😒 Envíado,
hoy.✅✅
Me:
No te estaba pidiendo permiso, voy a ir, solo
avisaba para que no vayas a casa por si se te
ocurría llegar en modo “sorpresa”😒 Envíado,
hoy.✔✔
Alfa :
Tú quieres verme molesto
¿verdad? Envíado, hoy.✅✅
Me:
Sí, cuídate, alfa, te estaré
pensando. Envíado, hoy.✔✔
Alfa :
Mantente a dos metros de distancia de ese
estúpido alfa, cariño, te pensaré más.
Envíado, hoy.✅✅
JiMin sonrió tontamente bloqueando su celular
y subir las escaleras para vestirse
apropiadamente, el omega había olvidado
preguntar al alfa si estaba en casa, pero decidió
ignorar ese pensamiento para tomar sus llaves
con las del auto y dirigirse a éste. En el camino
JiMin pensaba sobre el otro alfa, TaeHyung ¿en
realidad estaba con su madre? Últimamente ya
no llegaba a casa y cada día se llevaba más ropa
consigo.
¿Y si ya se iba por la llegada de Jeon? Pensó el
omega haciendo su corazón encoger,
definitivamente no estaba listo para dejar ir a ese
otro alfa, TaeHyung había cuidado de él, su
compañía era importante para JiMin y que ésta se
fuera de la nada no iba a ser sencillo. Aunque
JiMin tenía interrogantes, sin embargo, alejó sus
pensamientos de lado cuando después de
manejar quince minutos se encontraba frente a la
cafetería donde se encontraría con el chico de
cabellos rojos. JiMin se colocó sus lentes de sol y
bajó del auto, cruzando la calle con cuidado y
encontrar a TaeHyung en una de las mesas al aire
libre.
—Al fin llegas, señor de casa.— Bufó divertido
TaeHyung.
—Me llamas en horarios donde estoy haciendo
mi labor en casa.— JiMin tomó asiento frente a él
y se cruzó de piernas para estar más cómodo.— Y
lo sabes perfectamente.
—¡Quería verte, omega tonto!— TaeHyung se
cruzó de brazos infantilmente.— Necesito hablar
contigo, debo contarte muchas cosas.
JiMin quitó sus lentes de sol y echó sus cabellos
negros hacia atrás, adoptando una cara
sorprendida.
—Vaya, y se supone que solo los omegas se
cuentan secretos entre ellos, me sorprendes, Kim
TaeHyung.— JiMin rió cuando el pelirrojo se
ruborizaba.
—¡Yah! ¡Mejor cuéntame cómo van las cosas
con el comandante de cuarta!— TaeHyung apoyó
la frente en la mesa de cristal, evadiendo la
mirada burlona de JiMin.
—Bien, creo.— JiMin murmuró sonrojándose
ahora él.
—¿Crees?— TaeHyung levantó curiosamente la
mirada.
—Bueno..— JiMin sonrió tontamente.— Ha
sido tan atento, es muy dulce con BaeJeon.
—Ya deja de hacerte el fuerte, JiMin.—
TaeHyung murmuró.— Creo que el hecho de que
Jeongguk te haya aceptado con BaeJeon es
suficiente para amarlo como se debe ¿no crees?
JiMin asintió.
—Creo que ya podré aceptarlo.
—Bien, y espero te marque pronto porque
sigues siendo el centro de atención de muchos
alfas.— Mencionó TaeHyung cuando llegó el
mesero con dos cafés.
JiMin se sonrojaba más ¿Jeon marcándolo?
Pero para que eso pasara debían de..
¡Oh por Dios!

JiMin se despidió de TaeHyung después de


ofrecerle llevarlo a casa, pero éste se negó
amablemente, lo cuál a Park le extrañaba ya que
el alfa era realmente flojo para irse caminando,
pero no mencionó nada, regresó a casa para
terminar de hacer su limpieza en casa ya que en
una hora más su cachorro saldría del jardín de
niños y el omega quería tener todo limpio.
O tal vez JiMin no observó bien la hora..
Llegó al estacionamiento del apartamento y
cuando aparcó su auto, bajó de éste
tranquilamente, caminando hasta el elevador
preparado para continuar con la limpieza de casa,
JiMin quería llamar a su alfa, necesitaba estar
entre sus brazos y ser mimado por él. Porque
después de una larga conversación con
TaeHyung, JiMin estaba listo mentalmente para
entregarle su corazón entero al alfa y dejar que
éste se adueñara de él.
Sacó las llaves de casa y las colocó en la
cerradura, pero se extrañó que ésta no tuviera
seguro, por lo que frunció el ceño confundido.
Cuando salí le puse seguro. Pensó JiMin abriendo
la puerta lentamente y entrar cuidadosamente.
Se descalzó sus zapatos en la entrada y cuando vió
hacia abajó, suspiró aliviado.
Unas botas de militar estaban en la entrada.
JiMin sonriente, trotó hasta la sala pero no vió
a su alfa en ésta, su hogar estaba completamente
limpio y el aroma de Jeongguk provenía de la
cocina. Sin más caminó silenciosamente y cuando
se asomó, abrió sus ojos como platos.
BaeJeon estaba comiendo mientras movía sus
piecitos colgando, y Jeon estaba sirviendo un
plato con comida.
Oh, mierda ¿qué hora es? JiMin volvió a mirar el
reloj en su muñeca. 12:30pm.
¡BaeJeon debió salir a las once de la mañana!
¡Maldición! ¿Jeon fué a recogerlo a tiempo?
—¿Qué tal estuvo el café, caramelo?— La ronca
voz de Jeon sacó a JiMin de su trance.
El omega terminó por entrar a la cocina ya que
solo había asomado su cabeza, con el rubor en sus
mejillas, se acercó al alfa, apegándose a él y
apoyando su mentón en su hombro.
Mío. Gruñó el lobo de Jeongguk.
—¿T-tú fuíste por BaeJeon a tiempo?..—
Preguntó JiMin con sus ojos brillando.
—Mmh, sí, habías dicho que a las once de la
mañana salía del jardín, quise ir por él.— Sonrió el
alfa besando su frente.— ¿Tienes hambre?
JiMin asintió, yéndose a sentar junto a su
pequeño, quien estaba con la mirada en su
comida y concentrado en acabar. besó su mejilla
dulcemente.
El alfa le dió un plato con fídeos y pollo, el
estómago de JiMin rugió hambriento, sin
embargo, esperó a su alfa. Tenía puesto su traje
de la milicia
—¿Fuíste al campo militar hoy?— Preguntó el
omega.
—Sí, debía ir a entregar un informe y extender
mi descanso.— Respondió el alfa con dulzura en
su voz.— Quiero pasar tiempo con mi omega y
con el pequeño IronMan.
Luce tan caliente. Pensó JiMin perdiendo su
mirada en su ancha espalda y bajar hasta sus
musculosas piernas. Pero apenas Jeon se giró
para ir con él, JiMin alejó su vista hacia su plato,
ruborizándose al observar de más a su alfa.
—¿Estuviste a dos metros de él?— Jeon tomó
asiento a su lado y sonrió gustoso al observar a
JiMin y su cachorro comer.
—¿Una mesa como distancia cuenta?—
Preguntó el omega con las mejillas infladas al
comer.
—No. Tres metros de distancia.
—Jeongguk..— JiMin sonrió.
Entonces Jeon se sorprendió un poco cuando
JiMin tomó la iniciativa de tomar su mano y
entrelazarla con la suya tímidamente,
mayormente Jeongguk era el que se atrevía a
abrazarle o a robarle cortos besos, entrelazar sus
manos o mordisquear su cuello.
¿Pero JiMin teniendo la iniciativa de tomarle la
mano? Jeongguk lloraría emocionado si no fuera
por tener a sus dos razones de vida frente a él y
los labios de JiMin en su mejilla. Ok, no me
esperaba ésto. Pensó el alfa al ruborizarse
levemente.
—¿E-ese beso significa qué?..
—Que mi alfa eres tú.— JiMin sonrió
regresando a seguír comiendo.
El lobo de Jeongguk aulló en felicidad y la
sonrisa estúpida en el rostro del alfa era prueba
de ello.
—Oh, cariño..— Jeongguk acercó sus labios a
los de JiMin hasta darse un corto beso.
Que JiMin correspondió al segundo
gustosamente, ya que siempre tardaba en
hacerlo.
—¡Ergh! ¡Ergh!— Sonidos de arcadas ruidosas
alertaron a la pareja. BaeJeon los miraba con
tremendo asco al verlos besarse y simulaba con
sus dedos en su boca querer vomitar.
—¡N-no se besen! ¡Estoy comiendo, appa!
¡Iugh!— BaeJeon sonó tan indignado que el
omega no pudo evitar reír.
Jeongguk por otro lado miraba a su cachorro
con ternura puesto que tanta indignación en un
pequeño cuerpo era increíble.
BaeJeon cuando terminó de comer, bajó de su
silla rápidamente para rodear la mesa y extender
sus brazos al alfa, Jeongguk sonriente lo tomó y lo
sentó en sus piernas, mientras continuaba
sonriendo.
Pero BaeJeon estaba actuando posesivamente
con Jeon.
—BaeJeon, ¿me dejas tomar la mano de
Jeongguk?— Preguntó JiMin cuando lo observó
abrazar al alfa con fuerza.
—No, porque se van a besar.— Dijo BaeJeon
escondiéndose en el pecho de Jeongguk.
—Prometo no dejar que me bese, ¿de
acuerdo?— Jeon propuso.
—Pero si fuíste tú el que me besó, Jeongguk.—
JiMin exclamó.
—¿Quién me besó en la mejilla primero?
—Yo..
—Entonces tú eres el culpable, quieres violar mi
inocente mente con tus perversos besos.—
Jeongguk dijo con falsa indignación.
—¡Jeon! ¡Tú eres el que siempre me besa!—
JiMin respondió al ataque.
Y así estuvieron discutiendo, mientras BaeJeon
los observaba graciosamente al ver la cómica
escena de quién seducía a quién.
♡.
Hellooooooow.♡
¡Lo siento por tardar! Estaba editando otra
historia y pues no tenía tiempo para actualizar
Militar, sorri:(
Ya llegué con tooh
¿por qué BaeJeon es posesivo con Jeongguk y
no con su appa? ¡No te pierdas la respuesta en
el próximo capítulo de tu historia favorita!
*voz de comercial*
Ahno vdd.
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Bonito omega.

13.

Dulce como el caramelo.


Jeongguk había salido temprano del instituto y
por fin podía respirar tranquilo, aquélla mañana
estresante de presentar exámenes había
acabado. Suspiró de tal forma un tanto exagerada
y comenzó su camino hacia el supermercado,
necesitaba algunas sopas instantáneas ¿y por qué
no? Comida chatarra, ya que el alfa pensaba
quedarse en casa en todo momento viendo
películas solo. El día era nublado y bastante
fresco, adoraba el aire frío chocar contra su rostro
de forma estremecedora.
Después de una larga caminata donde Jeongguk
estuvo con sus oídos sellados con los auriculares
y perdido en sus pensamientos, llegó a su destino,
con pasos tranquilos se adentró al supermercado
y sin muchas ganas de hacer un tour por todo el
lugar, trotó hasta el área de las sopas con la
canasta de su mano.
Realmente, Jeongguk era un alfa por la cuál tantas
omegas caían rendidas ante su aroma en el
instituto, y estar en el supermercado no lo
mejoraba, su aura de alfa llamaba la atención,
pero ¿qué pensaba Jeon sobre ello? Nada,
pensaba que si le tomaba importancia a esos ojos
curiosos sobre él, se sentiría acosado e incluso
violado con la mirada.
El alfa llegó al anaquél con sopas con sabores
diferentes y metió a su canasta uno de cada
sabor, esa noche se daría el lujo de comprar tanto
como quisiera, puesto que su padre desde la
milicia le enviaba dinero para que pudiera
sobrevivir, aunque le dejaba de sobra. Jeongguk
satisfecho salió del solitario pasillo hasta que un
aroma le embriagó sus fosas nasales y todo su ser.
Frutos rojos. Identificó el alfa a lo lejos.
Completamente atraído por tal dulce olor, lo
siguió creyendo sentir su cola de lobo imaginaria
moverse inquietamente de felicidad.
Hasta que llegó al área de galletas, ahí, en la
lejanía, había un precioso omega de cabellos
negros como la noche y piel cremosa cómo el
helado de vainilla.
Daba pequeños brincos para alcanzar una caja
de galletas.
Jeon dejándose llevar por el aroma del omega,
decidió acercarse a ayudar, claro, a paso lento
pues le llenaba de cierta ternura verlo pucherear
e inflar sus rellenas mejillas al no conseguir la
tonta caja con galletas de chocolate.
—Creo que deberían hacer los anaquéles más
pequeños.— Musitó con cierta gracia, bajando la
bendita caja de galletas.
El omega lentamente giró para ver a un alfa
frente suyo, con una sonrisa malditamente dulce
y seductora, tan intimidado por su guapo rostro,
bajó la mirada sonrojado hasta las orejas.
—Aquí tienes, bonito omega.— Jeon extendió
el paquete observando completamente
embobado el dulce rostro ahora rojizo del chico.
—Oh, g-gracias..— El chico falló en el intento de
verse tranquilo, pues tartamudeó y con manos
temblorosas, tomó la caja de galletas.
Jeongguk no había visto unos ojos más
hermosos como los de ese pequeño omega,
brillaban más que las malditas luces del lugar,
unos íris marrones como el café y dulces como el
chocolate, una pequeña nariz de botón que dan
ganas de besar y pellizcar, junto a unos gruesos y
apetecibles labios.
Él, es él, hemos encontrado a nuestro omega. El
lobo de Jeongguk aulló rasguñando las paredes de
su alma, su corazón estaba completamente
embriagado del omega.
—¿C-cuál es tu nombre?..— Preguntó el omega
con las mejillas rojizas.
Jeongguk estaba tan ido en sus pensamientos
que cuando reaccionó sacudió su cabeza
suavemente y sonrió avergonzado.
—Yo, ah.. Jeon Jeongguk..— El alfa inhaló el
dulce aroma del joven omega, inflando su pecho
como podía.— ¿Cuál es el tuyo?..
—Park JiMin.— El pelinegro enseñó su preciosa
media luna blanquecina y Jeon se llenó aún más
de ternura cuando vió sus ojitos convertirse en
líneas y como unas de sus perlas estaba un poco
chueca.
Adorable. Pensó el alfa sonriendo ampliamente,
pues JiMin le contagiaba tal alegría.
La gente a su alrededor los miraba extrañados
pues éstos dos estaban muy metidos
observándose fijamente que hasta un pequeño
infante podría decir lo obvio.
Ambos se encontraron y están más que
fascinados con sus resultados.
—Mucho gusto, JiMin..— Jeongguk tomó
suavemente la mano del omega y sintió un
cosquilleo en su estómago por tal suavidad en su
piel.
—El gusto es todo mío, Jeongguk..— JiMin
respondió sintiendo sus ganas de seducir a ese
alfa brotar en ese momento.

Siete meses después de citas en


secreto.
—¡Park JiMin!— Un alfa furioso entró a la
habitación del nombrado dando un portazo y
asustar al omega, quien se arreglaba para írse a
algún lugar de Busan.
—¡¿Q-qué pasa, padre?!— JiMin se llevó su
manito a su pecho suspirando aliviado y tratar de
tranquilizar los fuertes latidos de su tembloroso
corazón.
—¡Un alfa está en la puerta de ésta casa y
preguntó por tí!— El alfa con cabellos pocamente
blanquecinos y mirada llena de experiencia, en
ese momento ardía en celos.
Sí, en celos. Porque un alfa quiere llevarse a su
bebé.
—Papá, cálmate..— JiMin se sonrojó al
imaginarse a Jeongguk siendo atacado con
preguntas personales por parte de su padre.
Preguntas como: “¿Qué planeas ésta noche con
mi cachorro?” , “¿Piensas marcarlo? No te lo voy
a permitir” , “Él es puro y no dejaré que ningún
estúpido alfa lo corrompa ¿eres vírgen?” ,
“¿Vendes drogas?
Esa cara de hiperactivo me dice que sí.”
—Escúcha, jovencito, ésta no es la noche
correcta para tener acción, tú esperarás a tu alfa
destinado y podrás ír libremente con él.— El alfa
mayor regañó a su cachorro.
—Padre, é-él es mi alfa destinado y..
—¿Destinado?— JiMin creyó ver las orejas de
lobo de su padre levantarse curiosas.
JiMin abrió la boca para hablar, pero el intento
fué en vano pues el señor Park salió corriendo de
la habitación de regreso con su cita.
Buena suerte, alfa. Pensó JiMin suspirando y
seguír retocándose el cabello.

—¿Seguro que no vendes drogas, YunGuk?
—No, señor..— Jeongguk se removió incómodo
en el sofá.— Y me llamo Jeongguk.
Claro ¿quién estaría cómodo frente a su suegro
si éste tenía una escopeta en su regazo?
Mierda, ésto es por JiMin, debo mostrarme como
un alfa fuerte. Sé fuerte, Jeon, sé fuerte y así te vas
a ganar al pulgoso de tu suegro. Pensaba
repetidas veces el joven alfa, mostrándose con
una expresión serena en su rostro.
—¿Qué piensas hacer con mi cachorro ésta
noche, Jeongguk?— El señor Park acarició con sus
yemas la escopeta.
Jeongguk infló su pecho sosteniéndole la
mirada al alfa mayor.
—Ir al cine..— Jeongguk murmuró lo
suficientemente audible para ver como el señor
Park asentía satisfecho con su respuesta.
—¿Cuál película?— El alfa no dió su brazo a
torcer, los jóvenes alfas de hoy en día solo
buscaban un par de piernas donde escabullirse y
saciar sus necesidades, para después mandar al
infierno a sus amantes.
El señor Park no quería que su cachorro fuera
uno de esos omegas.
—IronMan.— Respondió Jeongguk.
—¿Piensas tener cachorros con mi hijo?—
Preguntó.
Si le digo que no, me la va a cortar, si le digo que
sí.. de igual forma me la va a cortar. Jeongguk
tuvo una pequeña pelea mental.
—Lo que JiMin desee, señor..
El señor Park lo miraba de manera intimidante,
pero su orgullo de alfa no le permitía doblegarse,
sostuvo la mirada del hombre mayor como podía.
—¿Eres vírgen?
Jeongguk se atragantó con su saliva.— ¿D-
disculpa?
—Que si eres vír..
—¡¡Jeongguk!!— El propósito de que Jeon
tuviera una entrevista incómoda con el señor Park
bajó rápidamente las escaleras y correr en su
dirección, lanzándose a sus brazos cuando
Jeongguk los abrió para su omega.
—Caramelito..— Jeon sonrió tontamente
apenas sintió el calor de JiMin abrazarle.
Pero su gusto no duró demasiado, pues el alfa
de la casa tosió incómodo.
—Quiero a mi cachorro de regreso a las doce
con cinco minutos de la noche, ni un minuto más,
ni un minuto menos.— El hombre apuntó a
Jeongguk con su dedo índice.— Si mi bebé regresa
tarde o con alguna marca no deseada, tu cabeza
tendrá un agujero con mi escopeta ¿de acuerdo,
YunGuk?
—Appa..— JiMin uso su tono dulce para
calmarlo.
—Sí, señor Park.
JiMin enganchó su brazo con el de Jeongguk y
ambos se dirigieron en dirección a la puerta.
—¡Diviértete, cariño!— El señor Park animó
mientras miraba burlonamente a Jeongguk.

El tiempo había pasado, Jeongguk respiró


aliviado luego de unos difíciles meses de
suplicarle a su pulgoso suegro el dejarle a JiMin
vivir con él. El omega descansaba con su cabecita
apoyada en su pecho y su brazo a su alrededor.
Mío, mío. Reclamó haciendo vibrar su pecho
felíz.
—A-alfa..— JiMin rompió el silencio con su
dulce voz somnolienta. Levantó su mirada y sus
perezosos ojitos se fijaron en Jeongguk.
—¿Hmmh?— Jeon acarició los cabellos de su
omega encantado.
—Nunca me dejes..— Susurró besando sus
labios lentamente.
Jeongguk sintió su pecho estrujarse.
—Nunca te dejaré, JiMin, tampoco dejaré de
pensarte.— Susurró de vuelta el alfa abrazando
protectoramente a su omega.
♡.
Helloooooooooooow.♡
Así es, pipol, así fué como el KookMin se
conoció.♡ XKSLFLDS amé escribir éste
capítulo, JSJSJS.♡
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Algo así se miraron JAJAJAJAJAJAJA Bueno no
XDDDDD.
14.

Beso.
JiMin no encontraba mejor refugio esa tarde
nublada más que la de estar entre los brazos de
Jeongguk y sentir su calor.
Bueno, un poco, puesto que BaeJeon estaba
recostado sobre el torso y pecho del alfa.
—¿Sabes?..— El alfa como pudo, atrajo a su
omega más cerca, adorando el contacto de éste
con su cuerpo.— Recordé algunas cosas..
—¿En serio?..— JiMin levantó la mirada curioso
y tras recibir un asentimiento de cabeza por parte
del alfa, prosiguió.— ¿Qué recordaste?
—Un precioso omega, uno que luchaba hace
seis años por alcanzar una caja de galletas.—
Jeongguk rió cuando JiMin golpeó suavemente su
hombro.— ¡Lucías adorable!
—¡J-Jeongguk!— JiMin se sonrojó tras recordar
la sonrisa coqueta del alfa.
—Despertará nuestro cachorro, joven Park, no
grite.— Jeongguk meció a BaeJeon suavemente
cuando el pequeño se movía incómodo por el
ruído.
JiMin escondió el rostro en el cuello de su alfa,
besando el lugar dulcemente y escuchar unos
leves gruñidos satisfactorios de su parte.
Definitivamente Jeongguk no era el alfa que JiMin
recordaba hace cuatro años, era delgado y sin
tantos músculos, un poco blanquecino de tez,
rostro de bebé y mirada amorosa. El Jeon
Jeongguk de ahora, que lo abrazaba en ese
momento, era un alfa más fuerte físicamente, tez
levemente bronceada, facciones duras en su
rostro y mirada de completas ganas de protegerlo
y ser un alfa posesivo.
—Caramelo..
—¿Mhm?..— Ronroneó estremeciéndose con
las yemas ajenas acariciar su cintura sobre la tela
de su ropa.
—¿Puedo llevar al cachorro a su cama?—
Preguntó el alfa en un ronco susurro.
JiMin asintió y se puso de pie en el sofá,
observando como Jeon tomaba cuidadosamente
a BaeJeon entre sus brazos e imitaba su acción
para encaminarse a las escaleras. El omega los
siguió completamente embobado por su alfa, ese
alfa fuerte que caminaba con seguridad frente a
él y su cachorro descansando su mejilla en su
pecho. JiMin se apoyó en el marco de la puerta
tras ver como Jeongguk levantaba las tapas de la
cama de su cachorro y lo recostaba dulcemente,
cubriéndole después con las mismas y dejar un
suave beso en su frente.
Mi cachorro. Pensó Jeongguk, admirando a
aquél pequeño descansar de la misma maner en
que él lo hacía. Y es que Jeon inflaba su pecho en
orgullo tras saber que ese bebé era el fruto de su
amor con JiMin. Suspirando y regresando al
mundo real, se colocó de pie y se dirigió a la
puerta con su omega, quién le miraba con una
suave sonrisa y brazos cruzados.
—Ese pequeño es tan dulce.— Dijo el alfa por
fin cuando éste cerraba la puerta tras él.
—Es mi hijo, por supuesto.— Respondió JiMin
con obviedad.
—Humilde.— Jeon rió apoyándose en la pared
al lado de la puerta y cruzar sus brazos.
—¿Lo vas a negar?
Jeon guardó silencio unos minutos, viendo
como su omega lo observaba con ese conocido
brillo en sus ojos que tanto había extrañado. JiMin
se acercó al alfa completamente hechizado por
sus encantos y sintió los brazos enrollarse en su
cintura, acariciando con sus yemas su espalda.
—Jeongguk..— Susurró JiMin pasando su
pequeña nariz por la mandíbula afilada del alfa.
Jeon gruñó en respuesta, guiando sus labios a
los ajenos y comenzar un beso profundo, uno
donde el alfa confesaba lo que no podía hacer en
palabras, mierda, se habían extrañado tanto y
apenas tenían tiempo solos para sentir sus labios,
JiMin podía sentir culpa, arrepentimiendo, y la
más deseada disculpa en el beso que el alfa le
transmitía.
—Perdóname..— Jeongguk murmuró
rompiendo el beso y apoyar su frente en el
hombro de del omega.— Perdóname por haberte
abandonado de ésta manera.
Perdóname.
Perdóname.
Me está pidiendo perdón. Pensó JiMin sintiendo
su corazón estrujarse y notar como el alfa se
aferraba a él en un abrazo, lucía tan arrepentido
que dolió.
—Alfa..— JiMin susurró llamando la atención de
Jeon y al levantar su vista, el omega besó su
frente.— Promete ahora que no me vas a
abandonar…
Jeongguk cerró sus ojos doloridos al notar la
clara desconfianza de JiMin. El alfa quería
proteger a su omega y a su cachorro, dedicarle su
tiempo a su pequeña familia, y no podía culpar a
JiMin porque después de todo, él rompió una de
las promesas que le hizo. No abandonarlo.
—Lo prometo, mi amor..— Jeongguk apoyó su
frente con la ajena y suspiró.— Prometo no
abandonarlos nunca más.
Y eso fué todo para que JiMin sintiera su
corazón latir con fuerza. El omega sonrió
dulcemente y asintió.
—Te perdono, alfa..— JiMin observó como los
ojos de Jeongguk se cristalizaban de poco en poco
y sin más cortó la distancia en un apasionado
beso.
Un beso que Jeongguk correspondió aferrando
el pequeño cuerpo de JiMin contra el suyo como
si éste fuera a desaparecer, Jeon no volvería a
cagarla y claro estaba pues el omega notaba lo
enamorado que el alfa estaba de él.
Besos y caricias, lenguas traviesas y pequeños
casi inaudibles gemidos por parte de JiMin
provocaron a Jeon un mar de sensaciones, una
satisfacción al saber que le estaba causando de
cierto modo placer a su omega con un beso y
tocando su piel bajo su camisa. Y claro estaba que
el alfa lo quería solo para él, por lo que sujetó de
la cintura a JiMin y lo levantó del suelo, éste
entendiendo sus intenciones, enrolló sus piernas
a su alrededor y ambos se dirigieron a vista ciega
a alguna habitación. Sin embargo, al estar en una
habitación --claramente la de JiMin-— Jeongguk
paró estando en medio del lugar, rompiendo el
beso y esconderse en el nacimiento del aroma de
su omega, su respiración tanto agitada como
emocionada aturdía al chico encima suyo.
—Mío..— Jeongguk gruñó pasando su lengua
en la delicada zona.
JiMin no hizo más que ceder sumisamente ante
su alfa mientras era recostado en el colchón, Jeon
contempló a su sumiso omega, tan precioso como
tentador, en ese momento el castaño se sentía el
alfa más afortunado del puto universo, pues la
belleza de JiMin era bastante enorme y en cierto
modo exótica, ya que podía ser infernalmente
caliente sin perder su dulzura, esa ternura que
tentaría los instintos de un alfa. JiMin se sentía
tan bello en ese momento, pues Jeongguk lo
miraba como si él fuera la obra más hermosa de
arte, haciéndole encender sus mejillas en un color
durazno. Jeon lucía tan depredador y él como la
presa que se degustaría esa tarde de lluvia, y a
JiMin no le estaba molestando en absoluto.
—Jeongguk..— JiMin enrolló sus piernas en la
cintura de su alfa y lo atrajo hasta él, abrazándole
por el cuello.
Jeon estaba tan embelesado con los encantos
de Park JiMin, mirándole tan profunda y
brillosamente que llegaba a ser obvio y destilara
su amor a través de su penetrante mirada.
—Joder, caramelo, creo que estoy más
enamorado que nunca..— Murmuró el alfa
escondiendo su nariz en el arco de su cuello y
hacer vibrar su pecho satisfactoriamente al
inhalar aquél olor a frutos rojos.
JiMin se estremecía con tales caricias a su zona
débil en su cuello, por lo que ladeó la cabeza,
dándole la invitación al alfa a reclamarle como
suyo si así lo deseaba, pero ¿Jeongguk que hacía?
Contener sus ganas de hacerlo pues aunque su
lobo exigiera que enterrase sus dientes en su
cremosa piel, su mente pedía que lo hiciera en un
momento especial.. como el celo de su omega.
—No, cariño..— Jeongguk suspiró rendido,
escuchando un lloriqueo por parte de su omega.
—¿No soy suficiente?— Preguntó JiMin
deprimido pues había sido rechazado por el alfa.
—Más que suficiente, diría yo..— Jeon calmó su
expresión deprimida llenándola de besos y
murmuró.— Quiero que sea algo especial para
ambos ¿cuando es tu próximo celo?..
Y JiMin se sonrojó.
Normalmente cuando entraba en celo tomaba
supresores y TaeHyung salía de casa hasta que
dejará de destilar fuertes hormonas, su corazón y
su lobo chillaron de emoción al saber que
tendrían a un fuerte alfa dispuesto a darle
atenciones íntimas durante el celo.
—En..— JiMin se quedó pensativo mientras
movía sus cortos dedos al contar.— ¿Quince
días?..
—¿Quince días? ¿seguro?— Jeongguk preguntó
dulcemente mientras besaba con cariño sus
mejillas.
El omega asintió dejando que su alfa le
estuviera mimando de tal forma que se pudo
acurrucar entre sus brazos.
—Entonces en quince días serás un omega
marcado.— Jeongguk mencionó decidido.— Mi
compañero.
JiMin estaba en la cocina preparando una
deliciosa cena, pero no estaba del todo
concentrado pues su mirada estaba centrada en
el extraño comportamiento de su cachorro.
¿Qué había pasado? Bien, BaeJeon despertó
lloriqueando y el aroma de JiMin no era suficiente
para tranquilizarle, apenas el alfa lo cargó en
brazos, el cachorro paró su llanto. Era extraño,
BaeJeon no solía despertar llorando y mucho
menos rechazar a JiMin.
Y es que el omega estaba haciendo sus propias
concluciones, ya que desde que BaeJeon
despertó, no deja que Jeongguk se acerque a
JiMin, y cuando lo hace, BaeJeon da un pequeño
manotazo o se lanza a morder a JiMin.
Tenían que ir con un médico si es que las
concluciones de JiMin son ciertas.
—¿Caramelo?..— Jeon asomó su cabeza por la
puerta de la cocina tras ver a JiMin pensativo.—
Quiero decírte algo.
—Escucho, alfa..— JiMin sonrió regresando a su
principal tarea.
—Sobre BaeJeon..— Jeongguk entró
sigilosamente pues había dejado al cachorro en la
sala viendo algunos dibujos animados
interesantes.— Creo que ha llegado el momento
de llevarlo al médico..
—Lo mismo pensaba.— JiMin asintió.
—Bueno, mi principal razón para llamarte es
que..— Jeon abultó sus labios.— Quiero un beso.
—No.— JiMin rió cortando unos vegetales.
—Dame un beso.— Jeongguk pidió sin dejar de
abultar sus labios.— Cariñooo.~
—¿Te has escapado de BaeJeon solo por un
beso?— JiMin preguntó incrédulo tras ver a
Jeongguk acechar a su cachorro por la puerta.
—Sí.— Afirmó.— Dame mi beso.
Y JiMin no pudo negarle, se pusó de puntitas
para dejar un beso en los labios del alfa a la vez
que oía el pecho de éste vibrar satisfecho.
♡.
Helloooooooooow.♡
Al fin no me tardé en actualizar /pedir un
deseo.(?)
Algo me dice que Militar no tendrá muchos
capítulos por lo que trataré de poner todo mi
esfuerzo ah.♡
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Este lindo hombre me tiene mal,
matadlo.(?)❤❤
15.

Mimos para el comandante alfa Jeon.


—Pero, YoonGi..— Jeon revolvió sus cabellos,
mostrando así su estrés.
—Vacaciones acabadas, diablo.— YoonGi
murmuró.— De todas formas trabajaremos en
Busan, no hay que preocuparse tanto por ello.
Jeongguk solo lo observaba detenidamente,
buscando alguna pizca de esperanza en su
mirada.
—Además..— El alfa más bajo se encogió de
hombros mientras se cruzaba de brazos.— Solo
vas a entrenar mocosos nuevos en Busan.
—YoonGi ¡dos benditas semanas de descanso
como vacaciones! Después de cuatro árduos años
en guerras y entrenar idiotas inútiles.— Jeon
gruñó apoyando la frente en la mesa.— Mierda,
no estoy listo.
—Son órdenes del capitán, Jeon, tendrás que
comenzar por el caramelo y caramelito jr.—
YoonGi animó.— Ésta vez no abandonarás nido.
Y nuevamente, Min YoonGi tenía razón.
Jeongguk no se había esperado tal noticia,
saber que sus vacaciones de casi un año completo
se reducieran a tres semanas solamente no era
una noticia que le cayera del todo bien. No
cuando tenía un montón de planes junto a su
pequeña manada.
—Ve ahora, diablo.— YoonGi ladeó la cabeza en
dirección a la puerta de su departamento.— Tu
omega debe saber que el trabajo te solicita.
Jeongguk tan desanimado como frustrado, se
colocó de pie y dió zancadas a la salida,
desapareciendo por ésta en cuestión de
segundos. El alfa solamente pedía que su omega
no se asustara si pensaba que Jeongguk lo iba a
abandonar, no estaba en sus planes y ésta vez el
trabajo no iba a ponerse antes que JiMin y su
cachorro.
El castaño tomó su teléfono y tecleó el número
del dueño de sus pensamientos y corazón,
llevando la bocina a su oído y esperar oír su voz
tras la línea telefónica.
—Hola, cariño.. ¿qué pasa? Estaba dormido.—
JiMin sonaba con la voz somnolienta y se
escuchaba un dulce bostezo.
Derritiendo el corazón del alfa, Jeongguk habló.
—¿Dormir a las doce con quince de la tarde?—
Jeon rió por lo bajo entrando a su auto y meter la
llave de éste en el contacto para encenderlo.
—TaeHyung se llevó a BaeJeon al cine junto a
sus sobrinos.. o algo así..— Explicó JiMin
bostezando.— Por ello aproveché a descansar.
Jeongguk rió enternecido mientras conducía
por las calles.
—En ese caso, caramelo..— Jeon miró por el
espejo retrovisor.— Tienes quince minutos para
ponerte precioso, hoy irémos a almorzar.
—¡¿Qué?!— JiMin preguntó exaltado.—
¡Jeon, eso es poco tiempo!
—Pues aprovéchalo, cariño, necesito decírte
algo.— El alfa cerró la llamada y suspiró sin poder
evitar la sonrisa estúpida de su rostro.
Por otro lado estaba JiMin corriendo de lado a
lado, tomando la toalla para darse una ducha e ir
desnudándose al correr para alcanzar el baño.
Claro que Park estaba curioso por saber sobre qué
su alfa querría decirle algo, pero si más pensaba,
menos se apresuraba.
Jeongguk estaba por llegar y él bañándose como
si fuera la última vez que se daría un baño de esa
forma.
Minutos transcurrieron y JiMin solo estaba en una
toalla, secándose y poniendo en su cuerpo la
primera prenda que encontraba en su clóset, pero
claro estaba que a pesar de estar a corto tiempo,
el omega había combinado bien su ropa.
Y fué que escuchó una puerta cerrarse y pasos
firmes dirigirse a su habitación, el olor a chocolate
y café llenó sus fosas nasales del omega, sabiendo
que su alfa había llegado por él.
Pero Jeon estaba bastante entretenido
caminando a paso lento tras ver la fila de ropa de
pijama que se quitó JiMin por el suelo para llegar
a la ducha a tiempo, la fué recogiendo con la
sonrisa en su rostro y tras ver que en el cuarto de
baño no estaba su presa, se guió a su habitación y
ahí lo vió, secando su cabello apresurado.
Jeongguk entró tranquilamente pues aunque
quisiera sorprenderlo con un abrazo, el omega
reconocería su olor en segundos.
—He llegado, pónte precioso sin prisa,
cariño..— Jeongguk no pudo evitar abrazarle por
detrás y besar su cuello.— Yo te esperaré.
—Pero se hará más tarde..
—Hay mucho tiempo de sobra, bebé..— Jeon
sonrió tras ver como su omega se relajó ante el
dulce apodo.
Se separó un poco para sentarse en la orilla de
la cama y observar a su lindo JiMin arreglarse más
tranquilamente, y es que Jeon podría pasar todo
el tiempo de su vida admirando ese ritual de
belleza que Park estaba teniendo.
JiMin era una preciosa pintura, y Jeon el
perfecto pincel que lo creó.
Sabía el alfa que su pintura tenía colores vivos
gracias a su regreso, puesto que el pincel era él y
él decidía sobre su obra de arte, la felicidad de
JiMin era el color perfecto, y eso era posible
solamente con la presencia de su alfa a su lado. La
pintura no sería nada sin su pincel y el pincel no
sería más que un objeto inútil sin una pintura que
decorar y admirar. Sin estos materiales ¿qué obra
de arte podría crearse? Solo había un espacio en
blanco, sin vida, sin emoción.
Jeongguk dependía de JiMin y JiMin dependía de
Jeongguk.
Y después estaba BaeJeon, la bandeja de
colores para que el pincel manchara sus cabellos
y realizara su arte en el papel en blanco hasta
crear la perfecta pintura. El cachorro que era la
felicidad de ambos, pero la bandeja tenía un
depósito de pintura vacío ¿por qué? Simple, le
faltaba el color del alfa. Ese que tomara la imagen
paterna de él y completara la línea de colores que
realizaban a BaeJeon con felicidad y amor. La
pequeña familia Jeon se necesitaban tanto que ni
ellos mismos eran capaces de notarlo.
—Alfa..— JiMin había notado la mirada de Jeon
perdida en él arreglándose, contemplando hasta
el más diminuto detalle del omega.
Pero Jeongguk no respondía, y eso a JiMin le
comenzaba a angustiar. Dejando el bálsamo labial
sobre su ropero, se giró hasta su alfa y lo hizo
regresar en sí al sentarse en su regazo de lado.
—¿Qué sucede, cariño?..— JiMin peinó sus
cabellos, sintiendo las grandes manos de su alfa
rodear su cintura y posar la otra sobre su muslo.
Jeongguk cerró sus ojos y suspiró, enterrando el
rostro en el pecho del omega.
—Pienso en tí..— Jeon respondió con voz
ronca.— En nuestro cachorro..— Repartió besos
por toda la afilada mandíbula de JiMin.— En mi
pequeña familia.
JiMin sintió su corazón derretirse al saber los
pensamientos de su alfa, no hacía más que
obsequiarle besos para demostrarle amor.
—Yo sé que algo más te sucede..— JiMin
masajeó suavemente los anchos hombros tensos
de Jeongguk.— Es hora de que me lo digas, cielo..
—Caramelo..— Jeon comenzó.— Si sabes que
debo regresar a la milicia pronto ¿verdad?—
Preguntó abrazando a su omega con fuerza por si
éste pensaba huír temeroso.
Pero no pasó nada, JiMin estaba tranquilo,
aunque su corazón latiera muy rápido.
—L-lo sé..
—Solicité un año de vacaciones..— El alfa
explicó suspirando.— Habían aceptado, sin
embargo, hay nuevos soldados y necesitan ser
entrenados..
—El único que puede hacerlo eres tú ¿ve-
verdad?— JiMin trató de sonreír comprensible,
pero más parecía una mueca dolorosa.
—Hey, amor..— Jeon tomó con delicadeza el
mentón de JiMin y le hizo mirarle.— Por suerte
será en el campo militar de Busan, yo no le
prometo a la milicia asistir a una guerra esta vez,
yo..
—E-entiendo, Jeongguk..— JiMin tragó el nudo
en su garganta, bajando su mirada.— Ésto ya lo
he pensado antes, Tae incluso ha hablado sobre
ésto conmigo.. solo tengo miedo de perderte y..
Jeon lo obligó a sentarse a horcajadas sobre él
y se recostó en el colchón con JiMin en su pecho,
dándole protección con sus brazos.
—Eso no va a pasar, caramelo..— Jeon besó su
frente dulcemente.— Yo siempre seré fuerte para
mis dos amores ¿de acuerdo?..
JiMin asintió.
—¿C-cuando comenzarás?
—En una semana.— Jeongguk suspiró.— Hay
que aprovecharla al máximo antes de que tu
aburrido alfa se vaya a entrenar mocosos ¿no es
buena idea?
JiMin esbozó una risilla comenzando a
tranquilizarse.
—Entonces creo que voy a mimar a mi alfa
demasiado antes de que se vaya al trabajo ¿no?—
Preguntó el omega dejando besos ruidosos por el
cuello del alfa y bajar lentamente por sus
clavículas algo descubiertas por la camisa con
cuello ovalado.
Jeon no evitó echar la cabeza hacia atrás y soltar
un jadeo, junto a su respiración que se
comenzaba a irregularizar.
JiMin levantó la camisa negra de Jeongguk para
dejar descubierto su ejercitado abdómen y dejar
besos en su tibia piel con sus fríos labios, algo que
a Jeon le pareció una chispa suficiente para
encender un infierno. El omega volvió a sentarse
sobre la piel recién mimada para comenzar a
quitar la chaqueta del alfa, quién no evitó sacarla
de su cuerpo, seguido, su camisa y JiMin gimió por
lo bajo al tener el norte del cuerpo de Jeon
desnudo bajo sus caderas.
El alfa observaba con ojos penetrantes a su
omega, quién se sintió intimidado pero no paró su
sesión de mimos y caricias. Lentamente fué
bajando hasta quedar entre los fuertes muslos de
Jeongguk, desabrochando el primer botón y pasar
su pequeña mano sobre el bulto bajo esos
pantalones estorbantes, el alfa gruñó en
respuesta, el omega bajó el cierre rápidamente y
bajó la prenda lo suficiente para no estorbar
tanto.
—J-JiMin..— Jeon gruñó llevando una de sus
inquietas manos a los cabellos negros del omega
y sujetarlos.
—Tan lo menos déjame darte un poco de
placer, alfa..
Alfa. Esa palabra saliendo de los labios de JiMin
en ese caliente momento era la cosa más sensual
que Jeongguk podría escuchar. Solo atinó a
asentir y sintió una humeda lengua deslizarse por
sobre la tela de sus bóxers, una sensación tan
deseosa como incómoda. Quería sentir su lengua
en su extensión sin que nada lo impidese.. y así
fué.
JiMin bajó la última prenda y la dolorosa erección
de Jeongguk salió a la vista, el omega relamió sus
labios deseoso, su calor aumentaba más y creía
que ni con tres duchas eso disminuiría.
Tomó el falo de Jeon entre sus manos y pasó la
lengua lenta y tortuosamente.
—M-mierda..— Jeon apretó los dientes al
escuchar el gemido ahogado de JiMin al meter su
extensión a su boca en segundos.
El omega se sintió bien al darle placer a ese
gruñón y dulce alfa, tanto que le importó poco su
propio placer, su enfoque era en Jeon y le haría
acabar hasta llegar a las estrellas. El alfa era un
desastre de jadeos y gruñidos, algún gemido
perdido, pero eso le encantaba a JiMin.
Succionando la punta sensible del pene de Jeon,
éste tomó del cabello a JiMin nuevamente y
controlaba por no mover sus caderas contra su
boca, al abrir sus ojos cegados en lujuria para
contemplar a su omega, sintió el placer aumentar
cuando la mirada de JiMin estaba sobre él en todo
el tiempo mientras le practicaba aquélla
excelente felación.
Mierda, JiMin, éstos mimos son mejores que los
malditos besos. Jeon pensó tras sentir su orgasmo
construírse y su nudo formarse.
—C-cariño, yo.. d-deten..
—Termina para mí, alfa..— JiMin pidió tras
soltar su miembro haciendo un sonido ruidoso y
húmedo, una fina línea de saliva unía sus
hinchados labios con el glande del pene de
Jeongguk.
El castaño soltó un sonido gutural, tras
segundos después sentir el conocido cosquilleo
por toda su extensión, y, sentándose en el
colchón, tomó el mentón de JiMin con una mano
y la otra terminar por bombear su pene. El omega
abrió la boca mirándole fijamente, sabía el alfa
que lo quería tentar ya que esos ojos podrían
invitarle a pecar.
Cuando lo consiguió, Jeon liberó su orgasmo en la
boca de su omega, una imagen tan caliente y
difícil de olvidar, el pelinegro lucía sus cabellos
revueltos por su agarre, sus mejillas sonrojadas
por el calor, sus labios rojizos y húmedos junto a
esos ojos deseosos de Jeon. JiMin, quién gimió al
sentir el espeso y caliente líquido en su boca, no
dudo en tragarlo rápidamente.
Jeongguk estaba sensible por su orgasmo,
mierda, si JiMin quería mimarle de ésta forma, el
alfa no se negaría en lo absoluto.
—¿Se siente mejor, comandante alfa Jeon?..—
Preguntó seductoramente JiMin, jadeante,
relamiendo sus labios.
Jeon aún luchaba por recuperarse de su gran
orgasmo, pero logró atraer a su omega a sus
brazos y llevar sus manos a su trasero.
—Lo hiciste excelente, precioso..— Jeongguk
sonrió ladinamente y murmuró con su voz más
ronca que de costumbre.— Tócate para mí.
JiMin no pudo evitar sentirse caliente al
imaginar tocarse mientras su alfa lo observaba
con ojos hambrientos. Necesitaba bajar su
erección por lo que aceptó gustoso, comenzando
a bajar sus propios jeans.
—Sí, alfa.
♡.
Hellooooooooow.♡
Son de esas madrugadas donde ando pensativa
sobre mi vida y pues decidí escribir ahr.
Aquí pudimos experimentar
ternura/diabetes/calentura7u7
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Me encanta verlo en plan serio bc luce más
malditamente caliente que el
sol:(♡♡
16.

¿U-usted me quiere?
—Jeongguk, cariño, por favor..— JiMin tomó la
mano de su alfa para entrelazar sus pequeños
dedos con los de éste, quien por instinto, acarició
el dorso de JiMin suavemente.— No hagas caso,
por favor..
—Dáme una razón para no matarlo aquí mismo,
caramelo.— El alfa gruñó poniéndose frente al
omega, así protegiéndolo.
—TaeHyung llevara pronto a BaeJeon a casa y
no debemos perder el tiempo.— JiMin estaba
apegado al alfa, tratando de controlar su enojo
con su dulce voz.
¿qué había pasado? Bueno, después de tener
un caliente momento con el alfa donde éste le
hacía estremecer con sus caricias hasta llegar a su
delicioso orgasmo, el olor de JiMin era un poco
más fuerte de lo que debería ser, por lo tanto, la
pareja estaba saliendo ahora de un restaurante
con sus estómagos felizmente llenos hasta que un
alfa se sintió atraído por el aroma de JiMin.
Y digamos que las palabras que salieron de su
boca no eran para nada dulces, eran lo
suficientemente perversas para que el alfa de
JiMin enfadara a tal nível de amenazar con
matarlo, el omega por dentro estaba feliz ya que
su alfa lo estaba protegiendo, pero.. estaban en la
calle, y tal vez el hombre desconocido estaba
ebrio o algo así ya que sus ojos yacían algo
desorientados. Jeongguk lo estaba quemando
con su potente mirada, naturalmente los alfas
suelen ser posesivos con sus omegas, pero Jeon
se llevaba la corona.
—Comandante alfa Jeon..— JiMin jaloneó un
poco la camiseta de Jeongguk para llamar su
atención.— Un militar como usted no debería
amenazar a un ciudadano completamente
borracho, vamos a casa..
Y Jeongguk bufó, pasando su brazo en la cintura
de su omega posesivamente y comenzar su
caminata al auto, conteniendo sus preciosas
ganas de regresar y tomar por el cuello al idiota
que trataba de robarle a su omega. Jeon tenía la
mandíbula apretada y su ceño fruncido al
momento que desbloqueaba el seguro de alarma
de su automóvil para abrir la puerta de JiMin, y el
omega sonrió ante el enojo de su alfa.
—Entra, caramelo.— Pidió Jeongguk
planamente.
JiMin no cedió, se quedó en silencio admirando
a su alfa, el hueco entre su mejilla que se formaba
cuando éste apretaba sus labios, sus ojos
delatando lo enojado que estaba y por supuesto,
su ceño gruñón. Ahí está ese alfa gruñón que
tanto extrañé. Pensó JiMin cuando Jeongguk lo
miraba pacientemente.
—Entra al auto, cariño.— Repitió el alfa
seriamente.
JiMin rió cortamente y se puso de puntitas,
dejando cortos besos sobre el ceño fruncido del
alfa y hacerlo desaparecer, bajo por sus párpados,
cambiándoles el brillo enojado por el dulce, y sus
labios dejaron de parecer una línea cuando el
omega besó éstos con el amor acumulado en
ellos.
—Alfa gruñón, tranquilo que yo solo soy de tí.—
Murmuró cariñosamente antes de adentrarse al
auto y dejar la sonrisa estúpida en el rostro de
Jeongguk.
Damas y caballeros, ese es el efecto que Park
JiMin deja en Jeon Jeongguk.

—Pero el spray neutralizador podría ocultar mi


aroma durante mi celo, Jeon..
—Te dije que no.— Jeongguk dijo firme
mientras entraba al estacionamiento de los
departamentos.— Cuando llegue tu celo estarás
en casa, no saldrás en ningún momento.
—Alfa..
—Quiero tenerte solo para mí, amor..— JiMin
se sonrojó ante el dulce apodo. Jeongguk aparcó
el auto y apagó el motor, echando su silla hacia
atrás para palmear sus muslos suavemente.—
Ven aquí..— Ordenó roncamente haciendo que el
omega completamente embelesido cediera ante
su alfa, desabrochando su cinturón de seguridad,
con cuidado se montó en los muslos de Jeongguk.
Éste gruñó satisfecho besando lenta y
ruidosamente su cuello a la vez que enrollaba sus
fuertes brazos en la cintura de JiMin.— ¿Crees
que la cabeza de tomate quiera llevarse unos días
a BaeJeon?
—No pierdes el tiempo para nada, Jeongguk..—
Susurró coquetamente JiMin, peinando los
cabellos de Jeon con sus pequeños dedos y dejar
que el alfa diera deliciosos besos en la piel
sensible de su cuello.— Tal vez y sí..
—Bien, porque quiero probar a mi omega de
pies a cabeza.— murmuró Jeongguk
recostándose en su asiento y mirar a JiMin desde
abajo.— ¿Te gustaría?
El omega asintió paseando sus manos por el
pecho de Jeon, recostándose sobre él hasta
esconder su rostro en el arco de su cuello, donde
el alfa lo recibía gustosamente.
—Ésto era lo que más extrañaba de tí..
—¿El celo?— Preguntó Jeongguk confuso.
—No, tonto..— JiMin rió bajito.— Tu aroma, tus
brazos protegiéndome..
—Ahora son más fuertes para cuidarte,
cariño..— Jeon besó la coronilla de JiMin,
cerrando sus ojos fascinado por el calor que JiMin
le provocaba.
—Lo sé, eso me encanta aún más ¿sabes?
Porque BaeJeon puede estar entre ellos
también.— JiMin murmuró suspirando.— Mi
corazón ahora palpita felíz porque tú estás aquí..
con nosotros.
Jeon tragó saliva, acariciando la cintura de JiMin
dulcemente.— No pienso írme de nuevo, JiMin.—
Jeon observó la cálida sonrisa que el omega le
ofreció.— Mi pequeña familia me necesita como
yo la necesito a ella..
—Jeon..— JiMin cubrió su rostro sintiendo
como distintas emociones le atacaban en un
momento.
Después de todo, JiMin no se arrepentía de que
Jeongguk sea el padre de su cachorro, y quería
que lo fuera para las camadas que ambos
desearan.
—Jeon..— JiMin llamó.
—¿C-cuántos cachorros quisieras tener en el
futuro?..— JiMin alzó su mirada, apoyando su
mentón en el pecho del alfa.
—¿Contigo? Uff, cariño, podría darte miles de
camadas si es posibl..
—¡¡Jeongguk!!— JiMin chilló haciendo reír al
castaño y provocar que sus lindos dientes de
conejo salieran a relucir.
Mi alfa, mío. Pensó JiMin suspirando
completamente enamorado.
—Una camada de cuatro..— Jeon dijo
finalmente, provocándole una sonrisa a JiMin.—
Tres alfas y una omega, para que cuíden de su
padre y su hermana cuando yo no esté en casa.
—Con BaeJeon serían cinco cachorros..— JiMin
pensó un momento. — Suena muy bien, alfa..
—Claro que suena bien.— Jeongguk concordó,
musitando después con una voz ronca.— Y
hacerlos suena muchísimo más que bien.
—No tienes remedio, YunGuk..— Dijo
burlonamente el omega.
Jeongguk miró serio a JiMin unos segundos
antes de volver a sonreír. — Mi pulgoso suegro
fue difícil de poder convencer..— Jeongguk dijo
recordando.— ¿Cómo está él? ¿conoce a nuestro
cachorro?
—Sí lo conoció..— JiMin bajó su mirada.
Jeongguk se quedó congelado unos minutos,
tragando saliva pesadamente.— ¿Cariño?
¿quieres decirme?..
—Murió el año pasado..— JiMin sonrió
débilmente.— Tenía cáncer de estómago y jamás
me dijo nada, según él era para no preocuparme
ya que tenía suficiente con su nieto.
Jeon abrazó a JiMin fuertemente, dejando que
éste se tranquilizara con su aroma.— Oh,
caramelo.. y.. ¿tu madre?
JiMin rió sin una pizca de humor.
—Solo volvió para quedarse con la herencia, no
fué al entierro de papá porque estaba en unas
calurosas vacaciones en Florida con su nuevo
esposo.— JiMin apretó los labios.— Quiere
conocer a BaeJeon.
Jeon guardó silencio un momento pensativo. La
ex señora Park era esa típica suegra que pintan en
las películas, era la suegra que nadie quería pero
que lastimosamente le tocó a Jeon. Cuando el alfa
fue a presentarse ante la madre de JiMin para
pedír su mano, la mujer lo humilló de la peor
manera por su físico, ya que un alfa no debería ser
tan delgado y que no parecía darle un futuro
asegurado a su hijo. Y no era porque le importara
JiMin, ella quería a un millonario para él, uno por
la cuál ella pueda estar de mantenida. JiMin peleó
con ella, ya que decía que Jeongguk parecía un
vagabundo y que no quería a un bueno para nada
en la familia rota Park. Pero bueno, esa es otra
historia.
—¿Tú quieres que ella conozca a nuestro
pequeño, caramelo?..— Preguntó finalmente.
—No estoy seguro..— JiMin bajó la mirada
nervioso.— No quiero que ella hiera los
sentimientos de BaeJeonnie con sus comentarios
crueles.. tampoco quiero que te haga sentir
incómodo a tí.
—Amor..— Jeongguk habló suspirando,
llenando de besos los labios de su omega.— A mí
no me hará sentir incómodo, puedo demostrarle
que soy un alfa capaz de cuídar a su hijo y a su
nieto, pregunto por tí.
JiMin se sonrojó.
—Tal vez, BaeJeon pregunta el porqué no tiene
una abuela y me deprime no poder hablarle de
ella por miedo a que quiera conocerla y no supere
sus expectativas.— JiMin confesó jugando con sus
dedos.
JiMin solo quería proteger a BaeJeon de la bruja
que tenía por madre como todo padre protector,
y Jeon lo entendía, pero no podían ser egoístas,
su cachorro tenía el derecho de conocer a la
señora Park, y ellos no podían impedírselo.
—Tal vez sea bueno que lo conozca, así el
pequeño IronMan se quitará esa duda de
encima.— Opinó Jeongguk suspirando para besar
el cuello de JiMin.— Pero está a tu decisión, mi
amor..
—Lo pensaré..— Dijo JiMin.
De poco en poco, los besos iban intensificando
y el calor comenzaba a reinar el interior del auto,
JiMin gimió cuando los dientes de Jeongguk
mordisquearon el lóbulo de JiMin, gruñendo en
su oído a propósito para provocarle.
—¡¡Appaaaa!! , ¡¡Militaaaar!!— JiMin se separó
bruscamente de Jeongguk cuando en el cristal
polarizado del lado del conductor, vió unas
pequeñas manos apoyarse en éste y una sonrisita
de conejo.
—Creo que nuestro cachorro llegó en buen
momento..— Murmuró
Jeon soltando una risilla.
JiMin regresó a su asiento y ambos bajaron del
auto como si aquéllos fogosos besos nunca hayan
sido entregados. BaeJeon se abrazó a las piernas
de Jeongguk apenas éste bajó del auto y el alfa lo
tomó en sus brazos, dándole un pequeño beso
esquimal.
JiMin observó a TaeHyung acercarse a ellos con
un pequeño a su lado, el pelirrojo sonrió
ampliamente.
—BaeJeon ha descargado su batería
completamente, lo hemos traído de vuelta ya que
mencionó que tenía sueño.— TaeHyung rió
tomando al niño en sus brazos, lucía de la edad de
BaeJeon, y lucía tímido al mirar a JiMin.— Fuímos
al parque de diversiones e hice mi excelente papel
de tío consentidor.
—TaeHyung..— JiMin sonrió apretando la
mejilla de aquél cachorro dulcemente.— Hola,
lindura ¿Cómo te llamas?
El cachorro escondió el rostro en el cuello de
TaeHyung e inhaló el aroma del alfa.— K-
KwanSoo..— Murmuró el pequeño abrazándose
el cuello de TaeHyung.
Éste lo protegía entre sus brazos justo como
Jeongguk estaba con BaeJeon. Alfas. Pensó JiMin
conversando unos minutos con TaeHyung.
Por otro lado, Jeongguk tenía sentado a su
cachorro en la parte trasera de su auto, justo en
el maletero.
—Señor militar..— Llamó BaeJeon
tímidamente.
Jeongguk apoyó ambos brazos en cada lado del
cachorro y fijó su mirada en éste.
—Díme, cachorro.— El alfa musitó dulcemente,
peinando los cabellos de su pequeño.
—¿U-usted quiere mucho a mi appa?..—
Preguntó BaeJeon jugando con sus deditos,
acción que de seguro heredó de JiMin.
Jeongguk observó en silencio unos momentos a
su cachorro, notando como éste se ponía más
nervioso.
—¿Por qué lo dices, cariño?..— Preguntó el alfa
y atrajo a BaeJeon entre sus brazos para darle la
seguridad de seguír hablando.
—Porque.. usted abraza mucho a mi appa y y..
le da besos, le dice cosas bonitas y mi appa se
pone felíz..— BaeJeon se sonrojó.
Jeongguk no puedo evitar sonreír, besó la
frente de su cachorro y musitó mirando en
dirección a su omega, quien hablaba entretenido
con TaeHyung.
—Amo a tu appa, cachorro, con todo mi
corazón..— Jeongguk sintió como BaeJeon se
aferraba a él.— Pienso que es un appa muy lindo,
es imposible no quererlo mucho ¿no lo crees?..
El cachorro asintió y miró al alfa sonrojado, sus
ojitos brillaban y Jeongguk sintió que éste quería
decir algo pero le costaba demasiado.
—Y.. ¿U-usted me quiere a m-mí?— Preguntó
con su rostro rojizo por la vergüenza.
Jeongguk comprendía ahora porque la
pregunta repentina, BaeJeon comenzaba a tener
dudas sobre él. Y es que el lobo de Jeongguk
pedía proteger a su pequeño e inocente cachorro,
era tan dulce que su corazón dolía. Jeongguk
amaba a ese cachorro, su sangre hervía
emocionada cuando el pequeño caminaba a su
alrededor y su pecho se inflaba orgulloso al tener
un hijo con el amor de su vida.
—Yo te amo también, BaeJeon, y te amo
muchísimo..— Jeongguk besó la frente de su
cachorro, notando como éste se aferraba a su
pecho y trataba de controlar su pequeño y
alocado corazón.
El pequeño andaba con esas preguntas
torturando su pequeña mente, el ver a ese alfa
abrazar y besar mucho a su appa le llenaba la
cabecita “¿y si él no me quiere a mí?” Se
preguntaba repetidamente cuando observaba al
militar dejarle besos en las mejillas de JiMin.
BaeJeon quería ser incluído también, quería el
cariño del alfa. De ahí su comportamiento
posesivo con Jeongguk.
Porque pensaba que así ganaría el amor del alfa
también.
—¿En qué piensas, pequeño IronMan?..—
Jeongguk preguntó dándole un beso esquimal.
—Y-yo también le amo, señor militar..— Dijo
BaeJeon cubriendo su carita sonrojada.
El corazón del alfa dejó de latir unos segundos y
el lobo de éste rasguñó su alma en felicidad,
estaba paralizado, el nudo en su garganta dolía y
pestañeando varias veces, tomó el pequeño
cuerpo de su hijo, levantándolo del maletero del
auto y enrollar sus piernitas en su cintura.
BaeJeon se escondió en el cuello del alfa y una
tranquilidad llenó su alma al sentir como
Jeongguk besaba repetidas veces su mejilla y
caminaba en dirección a casa.
JiMin miró a Jeongguk alejarse con BaeJeon en
sus brazos, su cachorro estaba derramando
lágrimas pero sonreía ante los besos del alfa.
—Ve con ellos..— Dijo TaeHyung.— Se notan
tan felices, ve a disfrutarlos..
JiMin asintió y besó la mejilla de KwanSoo.
—Hablaremos después, TaeHyung, muchas
gracias por llevarte a BaeJeonnie.— Dijo JiMin
alejándose.
—No es nada, omega tonto, ¡hasta luego!—
Dijo TaeHyung llevándose a ese cachorro en sus
brazos.
¿Por qué BaeJeon lloraba? Se preguntó el
omega caminando en dirección a casa.
♡.
Hellooooooow.♡
Perdón por no actualizar estos días, he estado
muy ocupada y pues
ahora que tengo tiempo trate de hacer un
capítulo más largo ah --lo intenté ok--.
Escribí éste capítulo escuchando Awake, así
que si quieren sentirse japis y
sentimentales escuchen Awake
AAAAAAA♡♡♡
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Un corazón deforme hecho por el NamJin
ft. YunGuk para ustedes.♡
17.

El omega del comandante Jeon.


—¡¡Aprende a conducir, imbécil!!
JiMin gritó a la vez que frenaba a tiempo, pues
un idiota pensaba que podía atravesarse cuando
el semáforo de su vía estaba en rojo y la de JiMin
en verde. Y sí, al omega se le ha hecho tarde llevar
a su cachorro al jardín de niños ¿razón? Mh..
¿decír que estaba tan cómodo entre unos fuertes
brazos de alfa cuenta como justificación?
Jeongguk no consiguió írse a su departamento ya
que su pequeño BaeJeon se aferraba a él y le
pedía que no le dejara solo. Jeon logró dormirlo
en su habitación, y cuando éste estuvo tan metido
en sus dulces sueños, el alfa regresó a los brazos
de su omega, JiMin no quería dejarlo írse, estaba
tan cómodo con su compañía que le era difícil
verlo partir.
El omega suspiró al recordar cómo el alfa gruñía
cerca de su oído al acercarle a su cuerpo u olfatear
su dulce aroma para después susurrar
roncamente un: “Mi aroma debe impregnarse en
tí, quiero que todos los que se te acerquen noten
que tienes un alfa.”
—¡Appa, te has pasado el jardín!— BaeJeon
chilló con una cajita de jugo de manzana en sus
manos.
JiMin reaccionó a tiempo y estacionó una calle
después del jardín de niños, definitivamente el
alfa ponía su mundo de cabeza y de solo pensar
en su sonrisa ya estaba suspirando cual
adolescente en su primera cita. Bajó del auto y
abrió la puerta de su pequeño, BaeJeon saltó con
su mochila de IronMan --regalo de Jeongguk,
aclarando-— en sus pequeños hombros. Estiró su
manito y JiMin la tomó gustoso, caminando hasta
el jardín, BaeJeon dejó de caminar.
—¿Cielo?..— JiMin lo miró un poco confuso
mientras se agachaba frente a él.— ¿qué pasa,
bebé?..
BaeJeon bajó tímidamente su mirada y sus
mejillas se sonrojaron.
—¿A la salida p-puede venir el señor m-militar
por mí?..— Tartamudeó nervioso, mirando sus
piecitos.
Park sonrió lentamente y acarició la mejilla de
su cachorro.
—Le preguntaré cuando llegue a casa ¿de
acuerdo?..— JiMin rió bajito cuando lo vió asentir
y sus ojitos brillar.
Continuaron caminando y al llegar, Park besó
sus mejillas ruidosamente, BaeJeon se fué
corriendo en cuanto vió a su profesora y giró por
última vez para despedir a su padre con su manito
y una sonrisa idéntica a la de Jeon en sus labios.
JiMin regresó al auto y apoyó su frente en el
volante, necesitaba pensar un poco estando solo
y el auto en ese momento resultaba una
excelente idea.
¿A la salida puede venir el señor militar por mí?
Jamás creyó ver a su pequeño con su alfa,
mucho menos creyó volver a verlo en su vida y
tenerlo en ese mismo instante descansando en su
cama ¿por qué, Jeon? Se preguntaba JiMin ¿por
qué llegaste ahora que mi herida estaba
“sanando”?
El omega no lo sabía, y simplemente llegó a la
conclusión que todo fué obra del destino al
unirlos nuevamente, mierda, JiMin no puede
estar sin él, estuvo viviendo cuatro años
mintiéndose a sí mismo creyendo que sobreviviría
tranquilamente sin la compañía de Jeon
Jeongguk, pero cuando iba pasando el tiempo,
comenzaba a notar que sus ojos estaban
completamente vendados con su propia mentira,
pues BaeJeon conforme iba creciendo, más se
parecía a su padre, su risa, sus ojos, su nariz, sus
labios, todo él era idéntico a Jeongguk, y JiMin
debía abrir los ojos por más que doliera, BaeJeon
siempre sería el recuerdo que le dejó Jeon,
persiguiéndole por toda su vida.
Pero bueno, el alfa regresó a mostrarle la realidad
al omega.
JiMin comenzó a dejar caer sus lágrimas
silenciosas, había extrañado tanto sus labios
sobre los suyos, sus manos tocarle y sus brazos
protegerle, lo había extrañado tan mal que dolía,
la pieza que faltaba en su vida por fin estaba de
vuelta, pero Park tenía miedo.. miedo de perderlo
de nuevo.
Simplemente era difícil para él asimilar que
Jeongguk era el líder de la milicia, el comandante
de primer mando Alfa ¿cómo JiMin estaría
tranquilo en casa con su cachorro mientras el
amor de su vida estaba en una guerra para salvar
a su país? Ahora no solo se trataría de su propio
dolor, si no también el de BaeJeon, pues parecía
acostumbrarse y encariñarse con el alfa
rápidamente ¿cómo reaccionaría BaeJeon al
saber que el “señor militar” era su padre? ¿Y si no
lo acepta como su padre? ¿Qué tal si le toma odio
por dejarlo? Es muy pequeño aún. Pensó JiMin,
recordando como el alfa recostaba a su cachorro
en su pecho mientras veían algunos dibujos
animados.
Regresa a casa, JiMin, necesitas estar entre los
brazos de Jeongguk. El subconsciente de Park
golpeó su interior, y alejando las lágrimas de sus
ojos, encendió el auto y se puso en marcha.
Definitivamente el omega era un nudo de
sentimientos.

JiMin abrió silenciosamente la puerta de su
habitación y asomó su cabeza para mirar en
dirección a la cama. Jeongguk continuaba
durmiendo plácidamente sobre el colchón, las
mantas blancas cubrían su torso desnudo, sus
cabellos castaños estaban revueltos, su rostro
tranquilo y su respiración relajada, un hombre
precioso ante la vista de JiMin.
Ese es mi alfa. Pensó JiMin sacando sus ropas
para ponerse la camisa roja de Jeon, el aroma a
chocolate con café se impregnó en su cuerpo y
trepó cuidadosamente en el colchón junto a
Jeongguk.
El alfa reconoció el dulce olor de su omega y
abrió perezosamente los ojos, atrayéndole a su
cuerpo y gruñír somnoliento.
—¿Llegaron a tiempo, amor?..— Preguntó
Jeongguk con la voz ronca, sus párpados volvieron
a cerrarse y sus brazos rodeaban su cintura.
—Sí..— Murmuró el omega sonriendo al ver al
perezoso de su alfa querer dormitar de nuevo.—
Me pidió que tú vayas a recogerlo y le prometí
que te preguntaría antes.
—¿Por qué le dices eso?— El alfa abrió sus ojos
y JiMin admiró el castaño de sus luceros brillar.—
Para mi cachorro y mi omega siempre tendré
tiempo.
—Pero yo pensé..
—Pensaste mal, cariño.— Jeongguk le cortó
cambiando la posición y acomodarse sobre el
cuerpo de JiMin.— Él no lo sabe aún, pero soy su
padre y quiero que de poco en poco se de cuenta,
debo demostrarle que estoy dispuesto a cuidarlo
y a consentirlo, si le dices que me preguntarás
¿cómo voy a ganarme su confianza?— Preguntó
besando el cuello de JiMin y hacerle temblar bajo
su cuerpo.— Deseo con todo mi corazón oírle
llamarme papá, señor militar ya pasó de moda.
JiMin rió por lo bajo y lo abrazó con sus brazos
y piernas a la vez que asentía lentamente.
—Tienes razón, lo siento, alfa..— JiMin besó
cortamente sus labios.
Jeongguk gruñó cuando los labios de JiMin se
alejaron de los suyos y frunció el ceño.
—Bésame de nuevo.— Pidió bufando.
JiMin negó riendo.
—JiMin, bésame de nuevo.— Jeongguk
necesitaba los labios del omega sobre los suyos y
el echo que JiMin no quiera cooperar le frustraba.
—No quiero.— Park se cruzó de brazos
sacándole la lengua.
Jeongguk suspiró con el ceño fruncido y repitió:
—Bésame de nuevo, JiMin.— Su voz de
comando salió a flote y JiMin sintió su vientre
estremecerse en segundos. Su lobo quiso mostrar
su sumisión ante su alfa y Park no podría
impedírlo.
—S-sí alfa..— JiMin unió de nuevo sus labios
con los suyos sumisamente mientras le oía reír
por lo bajo, con sus pequeñas manos golpeó su
pecho suavemente segundos después de
besarle.— ¡¡Eres un idiota, eso no se hace!!
—Bésame, Park.— Jeongguk mordió su labio
inferior divertido y JiMin gimió en respuesta. Sus
brazos rodearon el cuello del alfa y lo atrajo a su
cuerpo.
—Tenemos casa sola..
—Dije que en tu celo, JiMin.— Jeongguk gimió
cuando Park se frotaba contra él.
—Eres un aburrido..— JiMin se quejó ladeando
su cuello ante los fogosos besos que el alfa le
estaba dando a éste.
—Realmente lo quieres..— Murmuró el alfa
paseando su lengua en la unión de su hombro y
cuello, el nacimiento de su aroma estaba
embriagándole y su lobo gruñó arañando su alma.
—J-Jeongguk, por favor, yo lo quie..
Ding, Ding, Ding, Ding.
Y ahí estaba el teléfono de Jeon cagando
momentos calientes, como marcar a su omega,
por ejemplo. Y lo peor es que el tono elegido de
YoonGi estaba sonando, eso quería decir que el
cabrón necesitaba su presencia en algún lado y
Jeongguk ya estaba buscando la manera correcta
de matarlo sin dejar huella.
—Contesta, Jeongguk..— JiMin se colgó de él
cuál koala a su tronco y escondió el rostro en su
cuello.
Jeongguk obedeció tomando el celular y pulsar
el botón verde.— ¿Qué?
—Buenos días, mejor amigo guapo, ese que me
hace dudar si soy sopla nucas o muerde
almohadas.— YoonGi dijo con sarcasmo al otro
lado de la línea.— Te necesitan en el campo
militar rápido, hay una personita que está
cagándose por verte.
—¿Quién?
—Ven rápido.— Colgó la llamada, dejando a
Jeongguk pensativo.
—¿Necesitas írte?— JiMin preguntó por lo bajo.
—Te llevaré conmigo, vístete.— Jeongguk besó
la mejilla de JiMin y saltó de la cama ágilmente.
—¿A dónde iremos?— JiMin se sentó sobre el
colchón sin muchas ganas de salir de las sábanas.
—Al campo militar.— Dijo encerrándose en el
baño apresurado.
Oh, al campo militar. Pensó JiMin
tranquilamente mientras bostezaba. ¡¿campo
militar?!
JiMin saltó de la cama apresurado y confuso
¡¿Jeon le estaba pidiendo acompañarle al campo
militar?! JiMin se vistió lo primero que encontró y
minutos después, el alfa salió con solo una toalla
enrollada en su estrecha cadera.
—Había dejado mi camisa de la milicia aquí
¿sabes dónde está, cariño?— Jeon apuntó el
ropero al revisar que no estaba mientras vestía su
pantalón y colocaba su cinturón.
JiMin sonrió dulcemente al recordar dónde
estaba.
—Espera aquí.— Murmuró saliendo del cuarto
y encaminarse hasta la última habitación.
La camisa estaba en sobre la cama de BaeJeon
¿por qué? Porque el cachorro se la ponía para
dormir. En la madrugada JiMin observó como
BaeJeon se escabullía en su habitación y tomaba
la camisa, Park curioso de saber qué haría con
ella, se encaminó silenciosamente a su habitación
y le observó en silencio.
“—Póntela y así no tendrás miedo, el rico olor
del señor militar me hará dormitar.” Escuchó
JiMin tras ver como el cachorro se la colocaba y
se metía bajo las sábanas, minutos después de
observarle en silencio, el cachorro por fin
descansó.
JiMin regresó con la camisa en sus manos y se
la tendió a Jeon. Jeongguk la tomó y de prontó el
aroma de su pequeño cachorro olfateó en su
prenda.
—¿BaeJeon la tenía?— Preguntó curioso.
—Anoche lo ví llevársela, cuando fuí a revisar le
oí decir que le hacía dormitar tu aroma.— JiMin
dejó un dulce beso en su frente antes de
encaminarse a la puerta.— Apresúrate, alfa.
Jeongguk sonreía idiotamente mientras se
vestía y colocaba sus botas, tendría que dejarle
esa camisa a su bebé para que pudiese descansar
tranquilamente.

—Tu mano.— Jeon tendió la suya en dirección


a JiMin cuando bajaron del auto.
Park obedeció y entrelazó sus dedos con los del
alfa, Jeongguk solo quería saber quién mierdas
era el que estaba esperándole, con las mismas se
marcharía. El sonido de sus botas firmes contra el
pavimento resonaron en el gran portón, llamando
la atención del militar de guardia, iba a mencionar
algo pero Jeon enseñó su placa, teniendo el
acceso rápido con el omega a su lado. Alfas
posando su atención en el precioso omega de
cabellos negros y mirada curiosa a su alrededor,
mejillas apachurrables y sonrisa melosa.
“¿Tiene un omega el Comandante Jeon?” , “¿Él
es su omega?” , “No está marcado pero tiene un
chupetón.” Preguntas se susurraban entre los
soldados, consiguiendo como única respuesta la
mirada asesina de Jeon, JiMin estaba tan
concentrando contemplando a su alrededor a los
soldados practicar deportes o ejercitarse
corriendo a los alrededores del inmenso lugar.
—¿Tu corrías así, cariño? ¿sin camisa?—
Preguntó JiMin por lo bajo observando con
detenimiento.
Jeon miró en su dirección a los alfas con el norte
de su cuerpo desnudo y gruñó.— No los mires, y
sí, corría así.— Dijo secamente.
—Solo tengo curiosidad, Alfa celoso, ellos no
me gustan, son feos.— JiMin arrugó la nariz
mirando por última vez a un alfa guiñarle
mientras corría.
—Eso espero, caramelito.— Susurró llegando a
la oficina de los comandantes del lugar y
disminuír su paso.
Tocó dos veces la puerta antes de que ésta sea
abierta y un hombre de tez blanca con cabellos
negros como la noche apareciera tras ella.
—Jeon, compañía, buen día.— Dijo el hombre
dándoles paso a entrar y JiMin se sintió pequeño
ante las miradas de los alfas sobre él.
—YoonGi, espero me hayas llamado para algo
que valga realmente la pe.. ¡¿qué infiernos hacen
ustedes aquí?!— Jeongguk gruñó al ver a
NamJoon sentado con la mirada nerviosa, SeokJin
a su lado de brazos cruzados y mirada furiosa.
—A mí no me culpes, él ocasionó todo.—
SeokJin apuntó al azabache molesto antes de fijar
su mirada en el omega escondido tras Jeongguk.
—El comandante temporal, Kim NamJoon, ha
ocasionado un infierno en el campo militar de
Tokyo, comandante Jeon.— Anunció el que se
hacía llamar YoonGi profesionalmente.— Su poca
paciencia causó fracturas a los hombres.
Jeon estaba llameando en furia, oh, claro que lo
estaba, en ese momento, JiMin agradeció no ser
NamJoon porque conocía a la bestia de Jeongguk
y sabía que era capaz de avergonzar al pobre
hombre con poca paciencia.
—Hey, dulzura..— El rubio murmuró a su lado,
JiMin se sobresaltó al verlo pero al oler su aroma
a omega, se tranquilizó.— Salgamos de aquí,
éstos alfas suelen ser muy escandalosos que
causan migraña ¿vienes?.. —Te escuché
SeokJin.— Dijo molesto Jeongguk.— Llévate a mi
omega por un café, no lo sé.
JiMin sintió pena por el otro hombre pero siguió
a SeokJin hasta la puerta, sintiendo el aire fresco
al salir y las manos del omega rubio sobre sus
mejillas.
—¡Míra qué adorable eres! ¡Siempre le dije a
Jeongguk que tus mejillas parecían suaves,
JiMinnie!— Chilló emocionado.
JiMin se sonrojó mientras observaba al omega
¿siempre supo eso? ¿cómo ese rubio lo conocía?
—¿C-cómo sabe mi nombre?— Alcanzó a
preguntar.
—El gruñón de Jeon tenía fotos tuyas sobre su
escritorio en Tokyo y siempre me parecías
adorable.— SeokJin comenzó a caminar, siendo
seguido por JiMin.— Hablaba preciosidades de tí
que derretían el corazón de cualquier omega
sediento de amor.
Jeon.. ¿hablando bonito.. de mí?
—¿E-en serio?
—Sí ¡siempre me decía que lucharía por
conseguirte de nuevo! ¡y al parecer lo logró!—
SeokJin estaba tan emocionado al conocer a
JiMin.
JiMin estaba completamente rojo.— Oh.. q-qué
dulce es..
SeokJin lo miró enternecido mientras se dirigían
a la cafetería del lugar. Ahora entendía la razón
del porqué Jeongguk estaba tan loco por ese
omega, el chico era hermoso y muy tímido.
—Cuéntame, JiMinnie ¿cuántas veces metió la
pata para recuperarte? — Preguntó SeokJin
entrando al lugar y sentarse en la primera silla
que vió de las mesas.
Park imitó su acción y jugó con sus deditos.
—Realmente no hizo nada tonto, solo.. era
torpe para explicarse a veces.
—Puedes confiar en mí, cuéntamelo todo, de
seguro ese idiota es una larga historia.— Sonrió
amistosamente.
Y lo que más necesitaba ahora era hablar con
alguien, alguien de su mismo linaje.
♡.
Hellooooooow.♡
PerDÓN POR TARDAR AGAIN AH, ANDO
ENFERMA, RKGKDKG
ESTE CAP ESTUVO MÁS LARGO PERO WENO,
HASTA AHÍ LO
DEJO.❤
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
Los amo mucho adóptenme.
18.

Omegas.
—Entonces BaeJeon soltó sin querer que yo era
su appa..
—Aw, el bebé no tiene la culpa ¿cuál fué la
reacción del diablo?— Preguntó el omega de
cabellos rubios.
—¿Su reacción? Se alteró un poco y pensé que
se rendiría.— Confesó JiMin mirando por
milésima vez sus dedos.— Me equivoqué, él
ahora está tan felíz con su cachorro que es tan
difícil para mí procesarlo todo en segundos..
—Es normal, los alfas suelen amar demasiado a
sus cachorros, son como unas bestias
sobreprotectoras y muy amorosas con sus
niños.— Sonrió dulcemente SeokJin.— No sabes
lo mucho que Jeongguk te extrañó..
—¿En serio?
—Muy en serio..— El omega rubio suspiró
mirando hacia la ventana detrás de JiMin.— Una
noche lo encontré en la torre de vigilancia solo,
pensaba que estaría haciendo su trabajo pero me
equivoqué..
*Flashback*
El omega rubio salió de la cocina del campo
militar con una caja con rosquillas y dos cafés en
sus manos, la luz de la luna caía abrazadoramente
sobre el oscuro lugar, el canto de los grillos rompía
el silencio y algunas solitarias luciérnagas
pasaban a su alrededor con sus focos verdosos. El
objetivo del omega era encontrar al alfa líder del
campo militar, sin embargo, al mirar la torre de
vigilancia, suspiró con fastidio, odiaba las
escaleras y comenzaba a convencerse de ir a su
tienda y dejar al alfa trabajar.
Pero no ha comido nada en todo el día por
cuídar el campo. Pensó el rubio sin poder evitar la
preocupación en su rostro. Con toda la pereza,
arrastró sus pies hasta la torre y comenzó a
escalar silenciosamente, si no tuviera el corazón
tan sensible y muy amable, posiblemente dejaría
que el alfa muriera de hambre en aquélla torre. Al
estar frente a la puerta metálica color café, luchó
para abrir la puerta cuando escuchó un extraño
sonido.. sollozos.
SeokJin se quedó estático en su lugar ¿Jeongguk
llorando? Já, eso debe ser una broma. El omega
logró abrir la puerta y la empujó suavemente con
su cadera.
—Jeongg.. oh, cariño..— SeokJin sorprendió a
Jeongguk sentado en su silla con una foto en sus
manos de un omega de cabellos negros como la
noche y mirada angelical.
El alfa ni se inmutó ante el invasor en la torre de
vigilancia, dejó que el omega dejara la comida
sobre el escritorio y lo acercara a sus brazos,
Jeongguk no dudó en aceptar el abrazo del
omega, tal vez la soledad empeoraban las cosas y
la compañía de alguien para desahogarse era
mucho mejor.
—Mírate, tu nariz y ojos están rojizos,
Gukkie..— SeokJin tomó una servilleta de los cafés
y secó las lágrimas del alfa.— Yo no te juzgaré,
puedes confíar en mí y contarme lo que sucede..
Jeongguk sorbió por la nariz mirando la
servilleta ahora en sus manos, pensando si debía
o no contarle al omega su problema.
—¿Quién es él?
Jeon miró a SeokJin con la foto de JiMin en sus
manos mirándole con detenimiento. El alfa tragó
el nudo en su garganta y murmuró:—M-mi
omega.. Park JiMin..
—Es muy lindo.. ¿Él te dejó?..
—Lo abandoné para cumplir la milicia y tomar
el puesto de mi padre. — Dijo Jeongguk
suspirando.— Estoy tan arrepentido y preocupado
por él..
SeokJin sonrió al ver al tierno omega sentado en
las piernas de Jeongguk, con sus brazos en el
cuello del alfa y sus labios besando la mejilla de un
sonriente y orgulloso Jeon, un brazo del jóven alfa
en su cintura y la otra descansando en los muslos
de su omega. Foto de su primer aniversario como
una felíz pareja.. foto tomada por el pulgoso de su
suegro.
—Él debe esperar por tí, en cuatro meses inician
tus vacaciones, puedes recuperarlo aún.— SeokJin
anunció.
—No puedo dejar la milicia tan fácilmen..
—No, tarado..— El rubio suspiró controlando su
poca paciencia.— NamJoonie puede tomar tu
puesto en éstas vacaciones.. JuMin debe esperar
explicaciones..
—Su nombre es JiMin, no JuMin.— Corrigió
Jeongguk.— No lo sé, Jin, no quiero decepcionar a
mi padre dejando un tiempo la mili..
—Eres un alfa muy tonto.— SeokJin cortó a
Jeon, extendiéndole su café.— Si yo fuera tú y
JaMin fuera mi omega yo..
—JiMin.— Volvió a corregir el alfa con molestia.
—Eso, JiMin, yo hubiera luchado desde ahora
por tenerlo de nuevo en mis brazos.. míralo.—
SeokJin tomó un sorbo de su caliente café y le
enseñó la foto.— ¡Es muy adorable! , ¡Algún alfa
puede quitártelo!
Y Jeon gruñó celoso, pero no mencionó nada.
—Lo sé, enoja ¿verdad? Entonces no seas tonto
y recupera a tu omega, Jeongguk ¿no lo extrañas?
—L-lo extraño muchísimo..— Concordó el alfa
sintiendo su voz quebrarse para darle paso a sus
sollozos.
JiMin con otro alfa, imposible. Jeongguk pensó
sintiendo su lobo gruñír en furia. Aunque Jeon lo
dudaba, pues algo le decía que JiMin lo esperaba
ansioso y estaba alejado de otros alfas.
*fin del flashback*
—Entonces.. Hey ¿estás llorando, corazón?—
SeokJin paró de contar su anécdota con Jeon
cuando vió a JiMin cubrir su rostro con su manos
y sollozar bajito.— Oh, JiMinnie..
El omega mayor se estiró para abrazar de igual
forma a JiMin, su corazón latía conmovido al ver
la relación de ambos tan fuerte pero tan revuelta,
sin aclarar sus verdaderos sentimientos, sus
miedos, sus metas.. ¿era posible eso? Claro que lo
era, JiMin necesitaba abrirse en corazón y alma
ante su alfa y vicevérsa, ellos deberían dejar de
sufrír tonterías ahora que estaban juntos y darle
bienvenida a su amor junto a su cachorrito.
JiMin después de llorar por minutos, sus
mejillas se sonrojaron y bajó la mirada, sí, ahora
el omega confirmaba lo mucho que amaba a
Jeongguk, su corazón se derritió de solo pensar
que su alfa lo lloraba por las noches bajo la
brillante luna justo como él lo hacía al estar en su
ventana, sus lobos se extrañaban y aullaban en
dolor por las noches. El omega necesitaba los
brazos de su alfa ahora mismo.
Necesitaba decírle que lo amaba.
—É-él nunca me contó sobre eso..
—Claro que no lo va a hacer, es muy tonto y su
lado de alfa orgulloso no le permitiría decír que
lloró por un omega.— Explicó SeokJin.— Si me
permítes darte un consejo.. pienso que ambos
deberían hablar claramente, hace falta la
comunicación entre ustedes y deben actuar como
adultos. Mírate.. estás llorando por tu alfa que
ahora debe estar matando al mío pero no
importa..— SeokJin le quitó importancia.—
Abrázalo y dále una oportunidad, cariño.. te lloró
muchas noches, y tanto él como tú, tuvieron
culpa y deben perdonarse.
—Lo sé, gracias por el consejo, SeokJin.— El
omega pelinegro asintió dándole una débil
sonrisa cuando a lo lejos observó a su alfa caminar
hacia donde se encontraban tranquilamente.
Tan fuerte e intimidante. Pensó el omega al ver
cómo otros alfas se acercaban a él para saludarle
en modo de reverencia y llevar sus manos a su
frente al pasar junto a él. Ese precioso y gruñón
alfa que lloraba por él todas las noches, era
imposible de creer. Un suspiro salió de sus labios
cuando sus potentes ojos se posaron sobre los
suyos, transmitiéndole miles de sensaciones y
ganas de lanzarse sumisamente a sus brazos.
—Creo que amo su relación, ambos son lindos
pero muy torpes, justo mi estilo de relaciones
favoritas.— Comentó SeokJin haciéndose notar
para sacar a JiMin de su mundo con el alfa. Se
puso de pie y revolvió los cabellos del omega.—
Tengo que curar los posibles moretones de mi
alfa, les deseo que todo vaya de maravilla,
JiMinnie, espero verte muy pronto.— SeokJin
sonrió por última vez antes de abandonarle,
saliendo de la cafetería del campo militar y
despedirse de Jeongguk educadamente.. dándole
un golpe en la cabeza al final.
JiMin se puso de pie también y se apresuró en
su encuentro con su alfa. Abrazándole y hundir el
rostro en su pecho, sin notar que varios soldados
los observaban curiosos, porque claro..
irrespetuosamente abrazaban al comandante
alfa Jeon.
Jeon bajó su mirada para sonreír al ver los
brillantes ojos de su omega verle suavemente.
—Hola, alfa..— Murmuró dulcemente JiMin.
—Hola, caramelito..— Respondió el alfa
ignorando los ojos curiosos a su alrededor y
depositó un pequeño beso en la coronilla de su
cabeza. — Nuestro hijo nos espera en el jardín.
—Uhúmm..— Respondió el omega con el rostro
en el pecho del ajeno, embriagándose con su
aroma a chocolate y café.
Jeongguk rió por lo bajo y entrelazando su
mano con la del omega, lo guió a la salida del
campo militar, gruñendo celoso cuando el guardia
le guiñaba un ojo a su omega.
—¿Se te perdió algo?— Preguntó Jeon parando
en seco.
JiMin había evitado el intento de coqueteo que
el otro tonto chico le daba, pero no pensó que su
gruñón alfa lo notara.
—Cariño, por favor..— JiMin suavemente lo
jaloneaba hacia él.
—Haces guardia dos semanas por noches
completas por mirar a mi omega.— Gruñó furioso
el alfa siendo jaloneado por JiMin.
—¡Pero comandante!
—¡Disfrúta tus dos semanas de trabajo
nocturno!~— Canturreó el alfa abriéndole la
puerta a su avergonzado omega.
Por dios, Jeongguk. Pensó JiMin cubriendo su
rostro con sus manitos al ver la expresión
divertida de su alfa.

—¡Oh, señor militaaaaaar!— Gritó emocionado
BaeJeon al ver a Jeongguk esperándole en la
puerta del jardín y acomodar su pequeña mochila
de IronMan para correr con la sonrisa en su rostro
hasta los brazos del alfa.
Éste se agachó para recibirle y lo cargó al
tenerlo, el cachorro le dió un beso esquimal al alfa
y le abrazó por el cuello.
—¡Cachorro!— Exclamó el alfa dirigiéndose
hacia el auto mientras BaeJeon inhalaba su
aroma.— Appa nos espera en el auto, cariño y
quiere verte.
—¡Quiero ver a appa!— Dijo emocionado el
cachorro cuando
Jeongguk abría la puerta trasera para sentar a su
cachorro en los asientos.
Entonces al cerrar la puerta para caminar a la
suya.. Jeon vió del otro lado de la calle algo que le
llamó su atención.
♡.
Helloooooow.♡
Bebitxs míxs, sorry por no actualizar, pronto
tendré un poco de tiempo para escribir, sean
pacientes por favor♡.
Capítulo realmente kk para su consumo y
adicción ahrk.♡
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
¿Qué creen que vió el Comandante Alfa
Jeon? Dejen sus teorías aquí
HSHSJSSJ.
19.

BaeJeon, el cachorro inteligente.


El camino de regreso a casa fué un tanto
animada ya que cierto cachorro no paraba de
contar lo mucho que presumía al señor militar con
sus compañeros de su jardín. JiMin seguía su
conversación y Jeon de vez en cuando respondía
idamente. El omega lo miraba por segundos
cortos pero podía notarlo tenso, quería pensar
que no estaba atento a la plática de su cachorro
por conducir, pero la duda le mataba.
—Cielo ¿estás bien?..— JiMin posó una mano
sobre la de Jeon, quién al instante entrelazó sus
largos dedos con los del omega.
—Más que bien, caramelo..— Jeongguk apretó
suavemente la mandíbula y miró a su omega para
dedicarle una leve sonrisa.
—Te creo.— Respondió JiMin devolviéndole la
sonrisa y mirar por el espejo retrovisor a BaeJeon.
Quién estaba mirando por la ventana con su
cinturón de seguridad y una nueva cajita de jugo
de manzana en sus manitos, el omega pelinegro
notaba algo extraño en su cachorro.. un aroma
diferente para ser exactos.
—Alfa..— Llamó por lo bajo JiMin.

—¿No sientes un olor extraño en BaeJeon?—


Preguntó de la nada Park, llamando la atención
del alfa en segundos.
—¿Olor extraño?..— Repitió Jeongguk confuso,
mirando a su pequeño y sacar conclusiones.
—Frambuesas..— Olisqueó JiMin reconociendo
el dulce aroma.
—¿La profesora de BaeJeon es omega?—
Preguntó el alfa, mirando atento a JiMin.
—No lo recuerdo.— JiMin negó tratando de
recordar.
—Tal vez sean sus compañeros o su profesora,
cariño, tranquilo.— Jeongguk dijo
tranquilamente. Aunque el omega sabía que Jeon
tampoco se convencía con sus propias palabras
por el tono que usó en su voz.
Jeongguk entró al estacionamiento y aparcó en
el primer lugar libre que vió. Su cachorro apenas
bajó del auto, corrió a abrazar las piernas del alfa
mientras éste cerraba su puerta y ponía el seguro
de alarma.

—TaeHyung, en serio ¿no es mucha


responsabilidad?— Preguntó el omega con el
teléfono en su oído y enredaba el cable en su
dedo.— Sabes que BaeJeonnie es un poco
inquieto y..
—Tan tonto que eres, omega feo.— Se quejó el
alfa al otro lado de la línea.— Mi sobrino KwanSoo
irá, estarán encantados con volver a verse,
además ¿me vas a negar al cachorro cuando hay
papas fritas con queso al dos por uno y pizza con
salami doble?
JiMin echó una rápida mirada a su alfa, quién
estaba sentado en su sofá con su cachorro en sus
piernas y dejaba que el pequeño revolviera sus
cabellos.
—Está con su padre, TaeHyung..
—¿Y qué?.. ¿Me vas a negar la invitación por
ese comandante de cuarta? Oh, me dueles.—
TaeHyung fingió dolor en su voz.
JiMin suspiró.
—De acuerdo, puedes llevártelo, pero ya sabes,
alfa tonto. Nada de comprarle dulces en exceso,
mucho menos dejar que se al..
—Que se aleje de mi lado, lo sé, Park JiMin. En
unos minutos te veré. — Cortó la llamada el alfa y
el omega infló sus mejillas mirando el teléfono
unos segundos bastante largos.
—¡Cariño!— Llamó JiMin.
—¡Díme, amor!— Respondió Jeongguk desde el
sofá.
—¡Tú no, alfa feo, le hablo a mi bebé!— JiMin
sonrió incrédulo cuando escuchó la ruidosa risa
de su cachorro.
—¡Yo soy tu bebé!— Se quejó Jeon.
—¡Usted es el señor militar, no el bebé de mi
appa!— Rió BaeJeon bajando de sus piernas y
correr hasta JiMin.
—¡¡Ya veremos después, diablillo!!— Se quejó
el alfa bufando.

—¿Irá KwanSoo, appa?— Preguntó el cachorro
mientras dejaba que el omega atase las trenzas
de sus zapatos.
—Sí, cariño..— Respondió JiMin.
—¡Genial!— BaeJeon dijo emocionado.— Y.. ¿el
señor militar se quedará contigo, appa?
—Así es, amor..— Continuó JiMin atando ahora
su otro zapato.
—Ah..— Dijo pensativo.— ¿Y el señor militar es
tu novio, appi?
—S.. ¿ah?— Park fijó su mirada en su cachorro.
—Sí, novios, de esos que se besan y abrazan.—
Explicó su cachorro inflando sus mejillas, dándole
a JiMin una imagen idéntica a la de su alfa.
—Oh.. el señor militar es..
—Su bebé.— Entró Jeon por la puerta de la
habitación de BaeJeon hasta sentarse al lado del
cachorro.
BaeJeon frunció el ceño claramente confuso.
—Pero si usted besó a mi appa y le metió la
leng..
—¡¡BaeJeon!!— Dijo exaltado el omega,
sintiendo sus mejillas arder en vergüenza.
El alfa rió por lo bajo al ver la graciosa expresión
de su cachorro mirando a la nada y pensando
sobre el tema de los novios comparte saliva y
abrazos de oso.
—Cachorro..— El alfa besó ruidosamente la
cabellera del nombrado y sonrió.— Eres
inteligente.
—Lo sé.— Respondió el cachorro.— También sé
que una vez usted le apretó el trasero a mi ap…
—¡¡Park BaeJeon!!— Chilló JiMin y cubrió su
rostro avergonzado.
—Cariño, actúa como si no hayas visto eso, es
vergonzoso que tú lo recuerdes siendo un dulce
cachorro.— Jeon rió con sus mejillas coloreadas
en un durazno vivo.— Ahora ve al sofá.
—¡Sí, señor!— El cachorro llevó su mano a su
frente en forma de saludo militar y salió corriendo
de la habitación, dejando a la avergonzada pareja
a solas.
—Tú..— Comenzó JiMin seriamente, se acercó
hasta el alfa y golpeó su hombro.— ¡¡Es tu culpa!!
—¿Mi culpa? , ¡¡tú me provocas a hacer cosas
impuras!!— Respondió Jeon indignado.
—¿Yo te provoco?.. ¡¿Yo te provoco?!— Se
alteró el omega.
El alfa aprovechó el momento en que el omega
estaba frente a él y le tomó de la cintura,
jalándole un poco, haciendo que cayera sentado
a horcajadas sobre él y sus manos acariciaran su
cintura, JiMin sintió su sonrojo iluminar más su
rostro y sus ojos se abrieron como platos al ver a
Jeongguk, el alfa juntó su nariz con la del omega y
sonrió dulcemente.
—¿Ves?.. me provocas a quererte cerca de mí
siempre.— Susurró dejando un dulce y corto beso
en sus labios.
—Jeon..— JiMin susurró enrollando sus brazos
en el cuello de Jeongguk y escondió su rostro en
éste mismo.— Eres un idiota..
—Me provocas a ser idiota.— respondió el alfa
riendo bajito.
El timbre de la casa sonó y JiMin sonrió dejando
un último beso en su frente para pararse e ir a la
puerta dispuesto a atender al alfa pelirrojo.
—Alfa, ven a despedirte de nuestro
cachorro..— Mencionó JiMin antes de abandonar
la habitación y dejar a un embobado Jeongguk.
El castaño estuvo mirando la puerta unos
minutos, pensando sobre la belleza de su omega
y la ternura de su cachorro, dando como
resultado a la felicidad que le faltaba a su vida.
Con un suspiro ensoñado, se colocó de pie cuando
escuchó la voz del alfa invasor y se apresuró para
bajar las escaleras hasta llegar a la pequeña sala
de estar. TaeHyung miró a Jeongguk unos
segundos con seriedad antes de fijarla de nuevo
en JiMin y sonreír de regreso, quién le contaba
algo emocionado. Jeongguk apretó la mandíbula
hasta llegar junto a JiMin, pasando su brazo por
su cintura y mirar a los dos cachorros jugar
entretenidos.
—Yo te llamaré si encuentro ese juguete para el
diablillo, creo que si me ha contado de él.—
TaeHyung mencionó.— Ahora tengo que írme, la
pizza nos espera y KwanSoo tiene hambre, de
seguro BaeJeonnie también.
—¿Es tu hijo?— Preguntó el alfa
tranquilamente.
TaeHyung frunció el ceño y negó, riendo por lo
bajo.— Es mi sobrino.
—Mhm..— Dijo Jeon alzando las cejas.
—Creí que lo sabías, comandante de cuarta.
—Claro ¡como sé todo de tu vida!— Jeongguk
dijo en sarcasmo.
—Jeon..— JiMin susurró.
TaeHyung le miró fijamente, Jeongguk sin
intimidarse le correspondió la batalla de miradas.
JiMin pensaba el porqué los alfas tenían que ser
tan competitivos entre ellos y muy idiotas, bufó y
golpeó las nucas de ambos.
—Ya, parecen estúpidos.— Se quejó el omega
caminando hasta su cachorro.
—Ya te veré luego, imbécil..— Murmuró
TaeHyung antes de seguír a JiMin y prepararse
para írse con los cachorros.
Alfa perdedor. Pensó Jeongguk rodando los ojos
y seguír a su omega hasta la puerta para despedir
a TaeHyung y a su cachorro.
—¡Adiós appa!— BaeJeon abrazó por las
piernas a JiMin y correr después al alfa de cabellos
castaños para estirar sus brazos.— ¡Adiós, señor
militar!
Jeongguk se agachó para besar su frente y
despedír a su hijo.— Pórtate bien, cariño..—
Jeongguk acercó su boca a su oído para susurrar.
— Tírale el queso de las papas al alfa de cabellos
rojos.
—Te va a contagiar lo idiota ese alfa, diablillo
¡vámonos!— TaeHyung llamó apresurado.
—¡TaeHyung!— JiMin se quejó.
La pareja observó como BaeJeon se iba con
TaeHyung y cuando desaparecieron por el pasillo.
JiMin se giró para abrazar a un confuso Jeongguk.
—¿C-caramelo?..— Preguntó el alfa.
—Quiero que me des cariño.— Susurró el
omega escondiendo el rostro en el arco del cuello
del alfa.
Jeongguk sonrió levemente y se adentro con el
omega en sus brazos, cerrando la puerta con su
pie y dirigirse al sofá más cómodo.
—¿Besos y abrazos?— Preguntó el alfa
recostando a JiMin en el sofá.
—Y agarrones de trasero.— Dijo divertido el
omega haciendo referencia a la pillada que les dió
el cachorro.
Jeongguk rió y recostándose sobre JiMin, llenó
su rostro de besos, provocándole pequeñas risas
a Park y hacer que enrollara sus brazos y piernas
a su alrededor.
—Alfa pervertido, creo que me encantas..—
Susurró JiMin.
—Mhm.. imagínate como me tienes tú a mí,
caramelo..— Susurró de vuelta Jeon, besando sus
labios lentamente.
Un beso donde se demostraban amor y pasión,
felicidad y confianza, un beso que no necesitaba
ser fogoso para demostrarse lo mucho que ambos
se necesitaban y amaban. Porque así eran ellos..
unos torpes que con besos confesaban todos sus
sentimientos. JiMin pensaba en lo confortante
que era el cuerpo de Jeon sobre el suyo y en la
forma en como se sentía protegido, Jeongguk
pensaba en lo bien que la pequeña anatomía de
Park encajaba con la suya y en lo loco que lo
ponía. Pero claro, eso nunca se lo dirían porque
son torpes, unos locos enamorados.
Podrán ocultarlo, pero sus corazones y sus lobos
no mentían. Se amaban y demasiado.
♡.
Helloooooow.♡
Ya viNEEE ¿QUÉ
TAL?
¿Cómo va su semana? ¿qué tal el colegio? ¿el
trabajo? Casi no les pregunto,
cuéntenme cómo están.♡
Lxs extraño mucho ¿sabían? Lamento que las
actualizaciones ya no sean diarias pero como
verán, el colegio me tiene atrapada y quiero
dar todo de mí.;^;♡
Sho me despido, cochitas beias cjau
cjau.❤
Qué niños tan rudos, uuuh mira como tiemblo
KDKCKDJFKDK.❤

20.
Maratón 1/5

El hijo del Comandante Alfa Jeon.


—No estoy listo..
—Sí estás listo.— Animó el pelinegro.
—No lo estoy, joder, no.— Jeon revolvió sus
cabellos castaños desesperadamente.
—Sí, Jeon, sí lo estás.
—La voy a cag…
—¡Ah! ¡Sí lo estás, tremendo marica! ¡entra
ya!— YoonGi empujó fastidiado a Jeongguk hacia
la oficina del capitán.
Jeongguk tragó saliva y entró a la oficina del
capitán. Sí, Jeon Jeongguk estaba a punto de
comenzar a trabajar en la milicia de Busan y
digamos que su trato con el capitán Lee no era
muy amistosa, ya que éste antes tenía una cierta
rivalidad con su padre.
—Buen día, capitán Lee.— Jeongguk saludó en
forma militar.
El hombre miró al alfa y asintió.
—Idéntico al capitán Jeon.— Murmuró con
falsa melancolía tras verle.
Jeon aún sentía dolor por su padre, su
estómago se revolvió y un ligero nudo se apoderó
de su garganta ¿idéntico a su padre? ¿entonces
estaba haciendo lo correcto éstos años y su padre
estaba orgulloso de él? De solo pensarlo el alfa
quería escapar a un lugar donde reinara la
soledad para poder llorar.
—Yo estoy listo para trabajar en la milicia de
Busan, capitán.— Jeon tragó su nudo
manteniéndose firme.
El alfa mayor miró a Jeon unos segundos y
asintió.
—De acuerdo, Comandante Alfa Jeon, mis
tropas novatas están en tus manos.— Empezó el
Capitán Lee.— Fuíste el más recomendado,
espero y al final de dos meses mis hombres sean
capaces de sostener un arma.
—Confíe de que así será, Capitán.— Dijo Jeon
respetuosamente.
—De acuerdo, puedes retirarte.
Jeon dió su despedida militar y giró sus talones
para huír rápidamente de la oficina del Capitán
Lee.
—Ah, Comandante Jeon.— Llamó el hombre.
Jeongguk giró su rostro al mirarle, esperando a
que hablase.
—Lamento lo de tu padre.— Dijo el hombre
honestamente.
Jeon solo alcanzó a apretar sus labios después
de avisarle que no había problema y salió de la
oficina, suspirando pesadamente.
—Mariposa gay.— Llamó YoonGi acercándose a
Jeon.— Estás más blanco que los calzones
destintados de mi abuela ¿estás bien?
Jeon rió ante la ocurrencia de YoonGi y asintió.
—Estoy bien, imbécil, es hora de trabajar.—
Dijo comenzando a caminar.
Jeon no estaba bien, tenía sentimientos
encontrados tras la mención y comparación con
su padre. Desde que él había muerto, Jeongguk
no derramaba ninguna lágrima, todas eran
dedicadas a su omega, y sentía un poco de culpa.
Ahora que han pasado cuatro años, el alfa sentía
unas ganas enormes de desahogar su dolor,
porque lo extrañaba, los consejos de ese sabio
hombre siempre los tenía presentes el joven Jeon,
siempre apoyó la relación de el alfa con JiMin.
Recordar solo le hacía sentir vulnerable y
Jeongguk no podía debilitarse cuando habían
unos idiotas alfas que no eran capaces de
sostenerle la mirada cuando lo observaron
aparecer junto a YoonGi.
Llegó su infierno, hijos de puta. Pensó Jeon tras
oír cuando YoonGi comenzaba a dar su discurso
de bienvenida para Jeongguk.. y a su manera.
—Seré directo, nosotros no entrenamos
mariposas gays ¿de acuerdo?
Éste hombre que ven aquí..— YoonGi apuntó a
Jeongguk y continuó:— Es el mismo diablo, así
que les recomiendo mantener obedientes sus
culos ¿entendido?
—YoonGi..— Jeon murmuró por lo bajo.
—El Comandante Alfa Jeon o mejor conocido
como diablo, será su guía durante su
entrenamiento.— YoonGi explicó
tranquilamente.— El muy cabrón es capaz de
hacerte correr veinte veces por todo el campo
militar si no obedeces. Ustedes sabrán si quieren
ser el blanco del Comandante Alfa Jeon.
Jeongguk se cruzó de brazos apretando sus
labios y mirando al suelo, no podía reírse en un
momento donde se supone que YoonGi iba a
hacerles tenerles respeto.. a su manera.
—Y qué decírles de mí..— YoonGi se encogió de
hombros.— Soy el Comandante Alfa de segundo
mando. Min YoonGi, el terrible grano en el culo
que tendrán que lidiar, todos los días amanezco
con el pie izquierdo, deben tratarme como si de
una maravilla del mundo se tratas..
—De acuerdo, suficiente.— Jeongguk
interrumpió ya estresado.
—Firmes que su infierno encarnado va a
hablar.— Ordenó con voz demandante el alfa
pelinegro.
Obviamente sabía que solo YoonGi decía todo
eso para cabrear al alfa y desquitarse con los
pobres novatos que apenas lo miraron se
mantuvieron congelados estando firmes en sus
lugares con la vista al frente.
Jeon tenía sus brazos tras su espada y caminaba
lentamente de un lado a otro, corroborando que
todos estuviesen presentables.
—Amárrate bien las trenzas de tus botas.—
Ordenó Jeon parándose frente a un somnoliento
chico que apenas oyó su voz, dió un respingo y
comenzó a obedecer.— Y despierta, el sol ya salió,
no querrás ser el primero en correr por todo el
campo militar.
Los demás rieron avergonzando al joven y Jeon
dió una rápida mirada asesina, dándo con un
chico que disfrutaba la vergüenza del chico.
Pobre chico. Pensó YoonGi cuando notó a lo
lejos la mirada de muerte que Jeongguk le dió.
—Empezaré contigo..— Jeon le apuntó con un
tono más grave en su voz, frunciendo el ceño.—
Ven aquí..
¿Y YoonGi qué hacía? Estaba cómodamente en
la sombra bajo un árbol disfrutando el
sufrimiento de los pobres chicos nuevos que por
desgracia tuvieron unos guías más cabrones que
las pruebas difíciles de álgebra.
—Deja de holgazanear aquí y ve a hacer tu
trabajo, alfa inútil.— Un omega rubio apareció a
su lado.
—Uy ¿no han limpiado la mierda de los
animales del circo? Huele horrible.— YoonGi soltó
al aire con falsa indignación.
—Chistosito, Min YoonGi.— El omega soltó con
sorna.

Y así se mantuvo la mañana y parte de la tarde


del alfa, entrenando y castigando soldados
desobedientes y lidiando con un alfa y un omega
que no pueden verse ni en pintura.

—Deberías llevar a BaeJeon con el psicólogo..—


Dijo el pelirrojo de la nada, observando hacia el
pequeño.
JiMin giró su rostro para darle su mejor mirada
asesina cuál león protegiendo a su dulce
cachorro.
—¡¿Estás diciendo que mi bebé tiene
problemas mentales?!
TaeHyung negó sin quitar la mirada de BaeJeon
jugando en la sala.— No, sólo míralo ¡está
jugando a ser militar! , ¡Ese comandante de cuarta
le ha lavado el cerebro!
—¿Será porque es su padre?— JiMin preguntó
por lo bajo con incredulidad.
—De igual forma, no quiero que mi sobrino
sufra problemas mentales como Jeong..
—Ay ya, déjalo tranquilo.— JiMin golpeó
suavemente el hombro del pelirrojo y rodó sus
ojos.— Jeongguk es muy atento con su cachorro.
TaeHyung bufó.
—Hablando del estúpido alfa ¿dónde está?—
Preguntó el pelirrojo observando a JiMin.
JiMin suspiró apoyando su mentón sobre su
manito.
—Trabajando, se supone que entraría una
semana después pero creo que su capitán sufre
bipolaridad.
El pelirrojo rió.
—Qué jodido es ser militar.— Dijo TaeHyung.—
Ellos tienen que ejercitarse todas las mañanas,
correr, escalar, sudar y yo solo muevo mis dedos
sobre el teclado de mi celular y ya me siento
taaaan cansado.
JiMin le miró unos segundos antes de reír.
—Lo tuyo es pereza extrema.
—La palabra pereza me da pereza.— Bostezó
TaeHyung ruidosamente mientras estiraba sus
extremidades.— Muy bien, éste muñecote tiene
que irse a su nueva casa, la siesta se está
atrasando.
JiMin sonrió y poniéndose de pie, le acompañó
hasta la puerta.
—¿Donde vives es seguro?— Preguntó JiMin.
—Lo es.— Afirmó TaeHyung.
—¿Solo?
—Un galán como yo nunca está solo, siempre
tiene compañía entre sus brazos y..
—TaeHyung, la almohada y la cobija no cuenta.
—Estoy solo.— Confesó rascando su estómago
tras volver a bostezar.
—Bien, ve a descansar, tu sola presencia me da
sueño.— JiMin rió.
—De acuerdo, me despides del diablillo, luce
tan entretenido jugando. — TaeHyung dió un
último vistazo y se alejó, perdiéndose entre los
pasillos del edificio.
JiMin al cerrar la puerta, se dirigió al sofá, cerca
de su cachorro, quién al verle soltó sus juguetes
para ir con su padre y recostarse sobre su pecho.

—¿Qué pasa, cariño?— Preguntó JiMin


revisando su celular mientras acariciaba los
cabellos de su cachorro.
—Extraño al señor militar..— Murmuró
desanimado.
JiMin sonrió y dejó un pequeño beso en la
frente de su bebé.
—Amor, el señor militar ahora está trabajando.
—Lo extraño.— Infló sus mejillas abrazándose a
su papá.
Pero JiMin le estaba grabando para enviárselo a
su alfa.
—¿Extrañas al señor militar?— Preguntó Park.
El cachorro tenía enterrado su rostro en el
pecho de JiMin y asintió.
—Quiero verle prontoo.~— Dijo mirando a su
appa aplastando su mejilla contra su pecho.
—Estoy seguro de que el señor militar quiere
verte también.— JiMin sonrió cortando el vídeo y
mandárselo a su alfa.

—¿Qué pasa, mi amor?— Preguntó JiMin


observando atento a su cachorro.
Pero BaeJeon no dijo nada, JiMin notó que
estaba por querer preguntar algo, sin embargo,
negó y se recostó nuevamente sobre él.
Park besó su frente cuando su
celular volvió a vibrar, desbloqueándole
para ir a su mensajería con su alfa, la enorme
sonrisa no tardó en aparecer.
Alfa :
[Audio 00:05]
{Yo te extraño más, pequeño IronMan ¿por qué
tan triste? ¿quieres verme? }
Envíado. ✔✔
Los ojitos del cachorro brillaron y su sonrisa
parecida a la de un conejillo se hizo presente,
JiMin pulsó el botón de audio y su cachorro habló
emocionado.
—¡Quiero verle, señor militar!— BaeJeon soltó
emocionado.
Me:
[Audio 00:04]
Envíado. ✅✅
Alfa :
Ven al campo militar, amor, en una hora estoy
por salir, quiero ver a mi cachorro.
Envíado. ✔✔
Me:
¿Y si no me dejan
entrar?😟 Envíado. ✅✅
Alfa :
Eres el omega del Comandante Alfa Jeon.
Primer mando y líder de varios equipos alfa de
guerra ¿crees que van a negarte la entrada?😘
Envíado. ✔✔
Me:
Olvidaba lo talentoso que es mi alfa en su
trabajo. Envíado. ✅✅
Igual te llamaré cuando llegue, alfa tonto.
Envíado. ✅✅
—BaeJeonnie, busca tus zapatitos, irémos a ver
al señor militar a su trabajo.— JiMin anunció.
—¡Síiii!— Gritó emocionado el pequeño
corriendo escaleras arriba en busca de sus
zapatos.
JiMin subió tranquilamente las escaleras en
busca de ropa decente para él y su pequeño,
quería que su alfa babeara por él y su cachorro.
BaeJeon estuvo emocionado en todo momento
en que era vestido por su appa y no dejaba de
mencionar lo mucho que ansiaba ver el lugar
donde el señor militar trabajaba.

—¿Ya casi llegamos, appa?
—Pronto, cariño.— Respondió JiMin
conduciendo y mirar por el espejo retrovisor a su
pequeño mirando por la ventana.
—¿Y el señor militar es el jefe de todos, appi?—
Preguntó el cachorro.
—Sí, cielo, lo es.— Dijo JiMin sonriendo tras
escuchar un pensativo “aaaah”.
—¿Y usan pistolas de verdad?
—Amor ¿por qué no esperas a verlo con tus
propios ojitos?— JiMin rió.— El señor militar te
enseñará el lugar.
—¡Oh, oh! ¡de acuerdo, de acuerdo!— BaeJeon
aplaudió sentado y tratando de ser paciente,
movía sus piecitos mientras miraba por el cristal
de la ventana.
Minutos después, JiMin ya se encontraba
aparcando el auto frente al campo militar donde
su alfa se encontraba, por lo que, apagó el motor
y suspirando, abrió su puerta bajando para abrir
la de su cachorro.
Que por cierto, abrazando su muñeco de
IronMan, dió un salto fuera del auto y esperó a
que su padre le tomase la manito. Sus ojos
estaban fijos en el gran lugar y estaba maravillado
de contemplar el lugar por fuera donde trabajaba
el señor militar.
—No te despegues de mí, cariño ¿de acuerdo?
El lugar es muy grande y puedes perderte.— Dijo
JiMin cuando ambos se encontraban cruzando la
calle para llegar al gran portón donde estaba un
guardia diferente al que Jeon torturó hace unos
cuantos días atrás.
JiMin intentó adentrarse junto a su cachorro
pero fué detenido por el guardia, era obvio, el fel
alfa sólo hacía su trabajo.
—Disculpe, no puede pasar.— Dijo el hombre
desconocido.
—Vengo a visitar a un militar.— Dijo JiMin.
—No se aceptan visitas en la milicia, lo siento.—
El alfa le dió pequeños empujoncitos para que
éste se retirara con su cachorro, provocando que
JiMin casi tropiece contra BaeJeon.
—Necesito pasar, vengo a visitar al
Comandante Alfa Jeon.— JiMin dijo serio.
—No puede pasar, por favor retírese. Y menos
se aceptan niños aquí, está prohibido.
Los ojitos de BaeJeon se agrandaron al oír que
no podría entrar a la milicia y éstos se
cristalizaron, se abrazó a la pierna de JiMin de
lagrimeó en silencio. Él realmente quería entrar y
conocer el lugar donde el señor militar trabajaba,
no es justo. Pensaba el cachorro sorbiendo por la
nariz.
Hiciste llorar a mi cachorro, infeliz. Pensó JiMin
mientras asesinaba al hombre con la mirada y
sacaba su celular.
Me:
El guardia me corrió.
Envíado.✅✅
Y me empujó con BaeJeon tras de mí, casi
tropiezo. Envíado. ✅✅
Hizo llorar a BaeJeon, alfa.
Envíado. ✅✅
—Señor, por favor, retírese de aquí o tendré
que retirarlos yo mismo. — Amenazó tomando su
macana y se acercó a JiMin.
—No te atrevas a tocarme a mí o a mi hijo.—
Advirtió Park cubriendo a su cachorro mientras
tecleaba en el celular.
Me:
¡Me está amenazando, Jeon!
Envíado.✅✅
Visto.✔✔

Alfa :

Ya estoy cerca.
Envíado.✔✔
JiMin escondió el teléfono en su bolsillo y la
radio del guardia comenzó a sonar.
—Guardia A, si valoras tu plano culo, te
recomiendo que dejes entrar al omega junto a su
cría.— Una voz ronca se escuchó a través del
parlante.— ¿No te dejaron la nota de la visita,
inepto?
—Solo hago mi trabajo, y no me dejaron
ninguna nota, por lo que no le dejaré entrar.—
Respondió el alfa a la radio secamente.
—Yo te quise advertir a tiempo, en unos
segundos tendrás al Comandante Alfa Jeon
bajándote el sueldo por hacer llorar a un
pequeño..— La voz dejó de sonar un momento.—
Y si me permites decírte, acabas de hacer llorar a
su pequeño.
JiMin se sentía transparente con la mirada
asesina que el alfa le daba, y no iba a mentir, total
era un omega y se sentía intimidado.
Completamente.
—Cariño..— Llamó a su cachorro sintiendo su
estómago revuelto.— Creo que es mejor irn..
—¡JiMin!— La voz de Jeongguk se escuchó
cerca y el nombrado giró para verle salir del
portón con dos soldados más a sus costados
cuidándole la espalda armados.
Su traje de la milicia se ajustaba tan bien a su
cuerpo que JiMin quiso tragar saliva, su cabello
estaba un poco húmedo debido al sudor de su
frente y su mirada mostraba enojo. Su alfa estaba
enojado tras saber que le amenazaron e hicieron
llorar a su pequeño.
Pero los ojos del alfa bajaron por el pequeño
escondido entre sus piernas con sus lágrimas
silenciosas cayendo por sus mejillas. Jeongguk
apretó la mandíbula y gruñó.
—Ven aquí, hijo.— Llamó el alfa
agachándose y estirar sus brazos.
BaeJeon se separó de JiMin sintiéndose
intimidado por el guardia que le hizo llorar y llegó
hasta los brazos de Jeon, quién lo cargó y con su
brazo libre tomó la mano de JiMin para entrelazar
sus dedos.
—Hey.— Llamó el alfa al hombre.— Quedas
suspendido de la milicia durante dos semanas por
amenazar a un omega junto a su cachorro. Sin
sueldo.
Y sin más, Jeon comenzó a caminar de regreso
al campo junto a su omega y a su cachorro en
brazos.
—¡Te lo dije, maricón!— YoonGi habló por el
parlante del guardia soltando una risotada.

—Aquí es donde los soldados hacen deporte ¿te
gustan los deportes, cachorro?— Preguntó el alfa
caminando al interior del lugar con su pequeño y
su omega.
—¡Me gustan!— Sonrió el niño tras ver pelotas
de baloncesto abandonadas, sorbiendo por la
nariz.
—De acuerdo.— El alfa bajó a su pequeño
cuidadosamente.— Ve por una pelota, jugaremos
un poco.
El cachorro se fué corriendo obediente y JiMin
suspiró.
—Alfa, ¿no crees que te excediste?— Preguntó
JiMin acariciando con su pulgar el dorso de la
mano de su alfa y sentarse en las gradas del area
de deportes.
—No. Un soldado tiene prohibido amenazar a
un omega o maltratar a un cachorro.— Jeongguk
dijo firme.
—Pero si no maltrató a BaeJeonnie.
—Pero le hizo llorar.— Dijo Jeon, suspirando.—
Y lo del sueldo por atreverse a hacer llorar a mi
cachorro.
JiMin sonrió.— Supongo que tal vez se lo tiene
merecido.
Jeon rió cuando vió a su cachorro intentar
patear la pelota y fallaba.
—¡Señor militar! ¡Ésta pelota lastimó mi pie!—
Gritó BaeJeon.
—¡Eso es porque es de baloncesto, cachorro, no
de fútbol!— Jeongguk se alejó trotando hasta su
cachorro.
JiMin estando sentado, les observó jugar,
inconscientemente una sonrisa se asomó en sus
labios cuando vió a su pequeño reír a carcajadas
con el alfa tras hacer rebotar muy alto la pelota.
Y JiMin sintió felicidad al ver a su cachorro tan
lleno de vida junto a su padre.
♡.
Hellooow.♡
pERDÓN POR TARDAR, EL COLEGIO ME TIENE
BIEN MUERTA AKFKDKF.♡
MARATÓN DEDICADO A: whatsjikooks ¡FELÍZ
CUMPLEAÑOS SUPER ATRASADO,
BEBA!;;♡♡♡♡.
Sho me despido, cochitas beias, cjau
cjau.❤
La cara de Mochi cuando vió a Jeongguk
bajarle el sueldo al
guardia
“No k no, prra?:D”

21.
Maratón 2/5
No, señor militar no.
JiMin en ese momento no sabía cómo
reaccionar, realmente estaba enternecido y
BASTANTE sorprendido ¿razón? Creo que sería
algo extraño.
¿Se entiende el que esté así porque Jeon tenga
sentado en sus hombros a BaeJeon mientras
entrena a los soldados novatos?
JiMin había visto a alfas acercarse a Jeon con el
propósito de ver a su cachorro y saludarle, era
entendible, el niño era una copia perfecta de Jeon
triplemente más pequeño que él.
Y de todos los alfas que se acercaban a hablarle a
su hijo, el que quería alejar de él era Min
Grandioso YoonGi ¡era un peligro! ¿por qué?
Bueno, porque..
—Entonces, si te molestan en el jardín los
tomas del brazo así..— YoonGi tomó el brazo del
omega rubio con el que había hablado algunos
días atrás.— ..Y le pateas de ésta forma.— Pateó
a SeokJin haciendo que éste cayera al césped
maldiciendo.— ¿De acuerdo?..
El cachorro asintió con una enorme sonrisa en
su rostro.
—¡¡Min YoonGi!!— SeokJin gritó furioso,
levantándose del césped y fulminar al alfa que
llevaba una sonrisa de completo “ganador”.—
¡¡Tiraré tus putos pastelitos de arroz a la basura!!
—¡¡No te atrevas, rubio forzado!!— YoonGi
gruñó en defensa.
—¡¡No me gruñas, imbé..
—Cierren la boca.— Jeon dijo estresado
acercándose con una toalla y secar el sudor de su
frente y cuello, dándole una botella de agua que
su hijo le había pedido.— Hay un cachorro aquí.
SeokJin respiró profundamente, dándose aire
con la mano y acercarse a su cachorro,
agachándose a la medida de él para mirarle
mejor. BaeJeon tomaba de la botella
completamente distraído obsevando a su
alrededor que al ver al rubio omega cerca suyo,
abrió sus ojitos como platos y bajó la botella
lentamente.
—Awñ, eres una cosita hermosa.~— SeokJin
apretó dulcemente su mejilla, estirándola.
BaeJeon sonrió tímidamente, para cuando le
soltó SeokJin, se refugió tras las piernas de su
padre. Mirando a SeokJin sonrojado.
—Definitivamente es muy dulce, tan idéntico a
Ji..
—A mí, por supuesto.— Jeon se le adelantó
inflando su pecho de aire completamente
orgulloso.
—No, idiota, tú torturas alfas, lo digo por JiMin,
¡Oh! ¿Qué haces ahí, JiMinnie?— SeokJin se alejó
hasta unas bancas bajo la sombra de un árbol,
dónde ahí se encontraba el pelinegro observando
de lejos con ojos ensoñados.
—Señor militar..— Llamó BaeJeon a su lado.
Jeon bajó la mirada tras sus piernas, sonriendo
al ver los dientitos de su cachorro.
—¿Mhm?
—¿P-puedo ponerme su gorro de la milicia?—
Preguntó tímidamente, apuntando el gorrito en la
cabeza del alfa.
Éste sin dudarlo, se lo quitó, acomodándola en
la cabeza de su cachorro, riendo al notar que
estaba un poco grande y se resbalaba hasta tapar
sus ojitos.
—No veo..— Dice el pequeño riendo.
—Déjame ponerlo bien.— El alfa se agachó a su
medida y quitó el gorro para peinar los lacios
cabellos de su pequeño.
Pero su pequeño se lanzó a sus brazos,
haciéndole caer al césped.
—Señor militar.. ¿En casa podemos hablar?..—
Preguntó el cachorro inhalando el fuerte aroma
de Jeongguk.
—Claro, cachorro.. ¿Tienes alguna duda?
BaeJeon miró pensativo a Jeon y asintió.
—Ya casi es el cumpleaños de appa..— Susurró
como si el omega estando a unos largos metros
de distancia, le escuchase.
Jeon asintió, pues el cumpleaños de JiMin sería
en dos semanas.
—¿Quieres regalarle algo?— Preguntó el alfa
sentándose con su pequeño en su regazo.
—Por ello quiero que lleguemos a casa, señor
militar.— Rió el cachorro entrecerrando sus
ojitos.
Jeongguk rió con él, dejando un pequeño beso
en su frente.
—Pequeño soldado, le ordeno ir ahora mismo
con appa y le ataque con abrazos y besos.— Dijo
Jeon firme terminando de colocar su gorro en la
cabeza de su pequeño.
El cachorro se pusó de pie firme y llevó su mano
a su frente en saludo militar.
—Señor, ¡sí señor!— Dicho ésto, BaeJeon corrió
hasta donde se encontraba JiMin y SeokJin.
—¿Señor militar?— Preguntó YoonGi
caminando hasta estar al lado del alfa.
—No sabe.— Jeon dijo mirando a su cachorro
en todo momento, suspirando cuando se aseguró
que llegue con su omega.
—Uh.. qué jodido.— Dijo YoonGi bebiendo de
su botella de agua.— El mocoso tiene todo tu
rostro, hombre, no puedes decir que ese niño no
es tuyo.
—¿A qué te refieres?— Jeon se giró a mirarle.
—La nariz, los ojos, los labios, la nariz..—
YoonGi describió.— La forma de sus dientes, la
nariz, los pómulos.. y nuevamente la nariz.
—¿Qué tiene nuestra nariz?
YoonGi negó bebiendo agua.
—El niño no, solo tú.— YoonGi secó sus labios
con una servilleta y buscó las palabras
“adecuadas”.— Digamos que tu nariz es un poco..
más grande del tamaño promedio, diablo.
Jeon le miró fijamente, arrugando su nariz.
—¿Es muy notorio?— Preguntó tocando su
propia nariz.
—¡Demasiado! Digo.. ¡no! ¡no!— YoonGi se
corrigió tragando saliva.— Es un poquito más
grande de lo que se acostumbra a ver, nada grave.
Jeongguk se encogió de hombros sonriendo
victorioso.
—Ahora ya entiendo el rumor de “nariz grande,
pene enorme” ¿o cómo era? Bah, da igual.— Jeon
palmeó el hombro de YoonGi.— Mi más sincero
pésame por tu pene y tu pequeña nariz.
Y sin más, se alejó en dirección a su cachorro y
su omega. YoonGi estaba más que indignado,
¡ofendido!
Hijo de mil putas, ésta vez me ganaste. Pensó el
pelinegro gruñendo. ¿Será cierto el rumor? Estoy
jodido. Volvió a pensar mientras tocaba su nariz.

—Presentas al comandante Alfa de segundo
mando Min que tu sueldo se minimíza a la mitad,
por amenaza e intento de atacar a un omega con
su cachorro..— Dijo Jeon escribiendo en el papel
de reporte.— Y también lavarás los baños tres
semanas, día y noche ¿Entendido?
—Señor, sí señor..— El guardia dijo con poco
ánimo.
—No te oí, soldado.— Jeon arqueó su ceja
mirándole fijamente.
—¡Señor, sí señor!— Repitió el guardia firme.
Jeon le entregó su reporte.— Puedes retirarte,
soldado.
El soldado salió furioso de la oficina de Jeon,
fulminando a JiMin quién estaba sentado con su
pequeño en un pequeño sofá.
—¿Tres semanas? Es mucha tortura, Jeon..—
JiMin habló finalmente, sintiendo lástima por el
chico.
—No lo es, caramelo.— Jeon sonrió cuando su
pequeño se acercó a él y se sentaba en su regazo,
bostezando.— ¿Agotado, cachorro?
BaeJeon asintió restregando sus ojitos.
—Vamos a casa.— Dijo Jeon cargando en sus
brazos a BaeJeon y tomar sus pertenencias.
La noche había comenzado y las farolas del
campo militar se encendieron, todos se
encontraban descansando, algunos cenando y
otros incluso jugando baloncesto. Jeongguk tomó
la mano de su omega y entrelazó sus dedos,
BaeJeon apoyó su mejilla en el ancho hombro del
militar y observó adormilado a su alrededor.
—Debes estar tan cansado, alfa, déjame cargar
a BaeJeon..— Murmuró el omega cuando salían
del campo militar, notando tenso a su alfa.
Pero éste se negó.
—Puedo llevar a mi cachorro, cariño.— Dijo
tranquilizando a su omega.— Luce tan cómodo en
mi hombro.
Y es que BaeJeon con sus pequeños brazos
rodeó el cuello del alfa y había caído en los brazos
de Morfeo.
Al quitar el seguro del auto de Park, guió a su
omega al asiento de copiloto. Y abrió la puerta de
éste.
—Yo conduciré.— Anunció Jeon esbozándole
una sonrisa tranquilizadora.
JiMin asintió enseñando su media luna perlada
y se colocó de puntas para besar a su alfa
cortamente.
—De acuerdo, alfa..— Dijo finalmente entrando
al auto.
Jeon se había atontado un poco por el beso que
le dió su omega, pero sin embargo, cerró su
puerta y abrió la trasera, recostando a su
pequeño en el asiento y tomar el abrigo que JiMin
le extendió, pues la noche era fría y lo que menos
deseaba era ver a su cachorro resfriarse, así que
lo cubrió y dejó un beso en su frente. Salió para
cerrar su puerta y rodeó el auto.
Minutos después ya estaban conduciendo de
regreso a casa de Park.
—BaeJeon luce tan felíz..— Dijo JiMin mientras
veía autos moverse y luces rojas de los semáforos.
El alfa miró a su omega.
—¿A qué te refieres, caramelo?
JiMin suspiró.
—Antes de que vuelvas, nunca había visto a
BaeJeonnie tan emocionado..— JiMin bajó la
mirada.— Le estás haciendo muy felíz, Jeongguk..
El alfa sintió a su lobo gruñír contento ante la
confesión que el omega le daba y la honesta
sonrisa apareció en sus labios.
—Incluso.. su profesora me ha dicho que ya se
integra con sus compañeritos, él era muy aislado
y en sus recesos comía solo en su aula. — JiMin
suspiró.— Su profesora me ha comentado que ha
dibujado últimamente a un tipo de traje verde,
alto.. y le tomaba la mano a BaeJeon ¿sabes quién
es ese tipo de traje verde?— Preguntó JiMin
contento.
—Y-yo..— Tartamudeó Jeongguk sintiendo un
horrible nudo en su garganta.
JiMin asintió.
—La profesora me dijo que eso es una buena
señal para BaeJeon, porque ve en tí protección y
amor..— JiMin explicó jugando con los anillos
decorando sus deditos.— BaeJeonnie se siente
más seguro ahora que estás aquí.
Jeongguk estaba a punto de echarse a llorar si
no fuera porque estaba conduciendo.
—No me hagas llorar, caramelo, podemos
chocar.— Dijo el alfa sintiendo sus ojos
cristalizarse.
—Aw, alfa.. hey ¿estás lloran.. oh, amor..—
JiMin aprovechó a abrazarle cuando el semáforo
activó su farola roja en su vía.
Jeongguk sollozó ante la noticia de su omega,
¿su hijo le estaba aceptando? ¿realmente lo
estaba haciendo bien? Joder, Jeon tenía una
enorme felicidad, y sus lágrimas eran prueba de
que el esfuerzo que ha estado haciendo el último
tiempo, estaba dando sus frutos. Su hijo, su
pequeña copia de él mismo, su orgullo de alfa, por
fin estaba aceptándole en su vida, eso implicaba
el llanto del alfa.
El cláxon de otro auto sonó, alarmando a la
pareja y hacer que Jeongguk regresara a conducír.
—Joder, estoy felíz..— Murmuró Jeon mirando
por el espejo retrovisor a su cachorro dormitar.—
Mi hijo..
JiMin le observaba con una sonrisa en su rostro
y tomó la mano de su alfa, entrelazando sus
dedos con los suyos.

—Appa..~ quiero ir a la cama..— BaeJeon


musitó adormilado, teniendo una enorme batalla
para mantener sus párpados abiertos.
—Solo debes terminar la cena, amor, total ya
acabas de ducharte.— JiMin besó su frente.
El cachorro asintió y continuó comiendo. Jeon,
quién estaba a su lado, le observó enternecido al
luchar con su sueño.
—Yah, terminé~..— Dijo el pequeño
perezosamente.
—¿Quieres que te lleve a la cama, cachorro?—
Preguntó Jeongguk dejando su plato.
El pequeño sonrió somnoliento y asintió. El alfa
se puso de pie y tomó en brazos a su cachorro,
saliendo de la cocina para subir las escaleras
lentamente. El pequeño vestía su pijama de
IronMan, y se aferraba a Jeongguk, sintiendo
dormirse entre sus brazos.
—Muy bien, cachorro..— Dijo el alfa abriendo la
puerta de su habitación y encaminarse a su cama,
recostándole y cubrirle bien con sus sábanas.—
Llegamos a la cama.
El cachorro sonrió tomando la camisa de la
milicia que su alfa le había obsequiado, ya que
tenía su aroma y el cachorro podría dormitar por
la noche.
—¿Quieres que el señor militar apague las
luces, bebé?— Preguntó Jeon acariciando sus
cabellos.
—No, señor militar no..— Negó el cachorro
mirándole, sus mejillas se sonrojaron en cuestión
de segundos y nerviosamente, murmuró.—
Ppapá..
Jeon se quedó estático, observando fijamente a
su cachorro.
Papá.
Papá.
Me dijo papá. Jeon pensó sintiendo su garganta
formar el doloroso nudo y sonrió débilmente, su
lobo aulló finalmente en felicidad. —Duerme,
cariño, papá te ama.— Acercándose, dejó un
amoroso beso en su frente, sintiendo los brazos
de BaeJeon rodear su cuello.
—¿Entonces s-sí puedo llamarle p-papá?..—
Preguntó BaeJeon abrazando al alfa.
Y Jeon comenzó a llorar.
—C-claro que pu-puedes, pequeño IronMan..—
Jeon miró a su hijo, notando éste se preocupaba
tras verle llorar.
—¡No! ¡Hice llorar a papá!— El cachorro besó
los párpados de su padre dulcemente.
—Eso es porque papá ama mucho a
BaeJeonnie..— Jeongguk explicó enternecido por
la preocupación de su pequeño.
BaeJeon sonrió somnoliento y besó la frente de
Jeongguk.
—Buenas noches, papi..— BaeJeon murmuró
cerrando sus ojitos.
—Buenas noches, hijo..— Dijo Jeon poniéndose
de pie y caminó a la puerta, mirando por última
vez a su hijo antes de cerrar la puerta y bajar las
escaleras roto en llanto.
JiMin estaba limpiando la cocina cuando vió las
lágrimas de Jeongguk rodar por su rostro.
—¡Alfa!— Chilló asustado JiMin dejando los
platos en el lavaplatos y secando sus manos con
la toalla de cocina, corrió hasta su alfa, tomando
su rostro entre sus manos.— ¡¿Qué pasa, cariño?!
Jeongguk sonrió ampliamente y dejó más
lágrimas caer, aferrándose a su omega en un
fuerta abrazo.
—Me dijo papá..
♡.
Hellooooow.♡
Me disculpo por no continuar la maratón
¡mE CORTARON EL BENDITO WIFI! AAAAAH
PERO EN FIN, YA TENGO SNFKF.
BAEJEON LO DIJO AL FIN, AAAA ¿QUÉ
PIENSAN?
Sho me despido, cochitas beias, cjau cjau.❤
Jeonggukie minitoy ya le dijo “papá” al
Comandante
aWANTAALAAAAAAAA.♡♡
22.

Explicación.
Eran recién las ocho y media de la bendita
mañana y JiMin no dejaba de bostezar, después
de que su alfa haya estado media noche llorando
y ocupado más pañuelos de lo que JiMin
normalmente usa, decidieron que ya era
momento de dormir pues Jeongguk necesitaba
entrar a la milicia a las ocho de la mañana. Sin
embargo, el corazón de Park aún latía con fuerza
después de que Jeon le contase cómo es que su
cachorro le llamó “papá”, definitivamente JiMin
se sentía conmovido, felíz.. pero las preguntas de
BaeJeon pronto vendrían, y JiMin no sabía si
estaba listo para responderlas o qué decir al
respecto, sabía que su cachorro era inteligente y
que adivinaría si JiMin llegaba a mentír, por lo que
no tendría opciones si Park quería facilitar la
explicación.. además de que su alfa se molestaría
mucho si llega a meter la pata en un tema que
para él es más que importante.
—Appi..— La voz dormilona de BaeJeon le hizo
dar un respingo y mirar las escaleras.
BaeJeon lucía su pijama y bajo su brazo estaba
su cobija de IronMan, se acercaba a él hasta
subírse a su regazo y acurrucarse en él.
—¿Qué haces despierto tan temprano, bebé?
Ya es fin de semana.— Preguntó JiMin
acariciando sus cabellos.
—Hambre..— Dijo el pequeño con voz
dormilona mientras restregaba sus ojitos.
—Ya desayunaremos, bebé..— Dijo JiMin
acariciando sus cabellos y besar la coronilla de su
cabeza.
BaeJeon mantenía su mejilla apoyada en el
pecho de su padre y su mirada estaba fija en algún
punto de la casa, lo cuál JiMin sabía que
significaba un gran análisis y encontrando
palabras correctas para hacer preguntas o hablar
sobre nuevos temas.
Como suele ser Jeon.
—A-anoche el señor militar me dejó llamarle
papá..— Comenzó el pequeño sonrojándose.—
Pero él lloró y me dijo que me amaba.. ¿por qué?
JiMin quedó helado en su lugar ¿cómo se
supone que debe explicarle las cosas a su hijo?
—Bueno.. él..— JiMin rascó su nuca nervioso y
observó a su pequeño cachorro erguírse en su
regazo para verle atentamente.— El señor militar
estaba muy felíz de que le permitieras tomar un
puesto muy importante para tí ¿no?..
—Ah.. ¿Pero es mi papá?..— BaeJeon volvió a
preguntar.
—Él es tu papá, cariño.— El pelinegro sonrió
dulcemente evitando las lágrimas en sus ojos.
—¿Por qué lo conozco hasta ahora, appi?— El
cachorro preguntó tapándose con su cobija hasta
su cabecita, donde solo su rostro se veía.
Adorable.
La pregunta que JiMin quiso evadír salió a la luz.
Tragó saliva pesadamente y suspiró tratando de
mostrarle a su pequeño una fallida tranquilidad
cuando estaba a punto de echarse a llorar, sin
embargo, el cachorro tenía dudas y JiMin debía
responderlas. Inhaló el dulce aroma de BaeJeon y
asintió decidido.
—Papá ha trabajado siempre de militar, mi
bebé.. él.. — JiMin miró unos segundos a otro
lado buscando palabras adecuadas mientras
acariciaba sus cabellos.— ..Él tuvo que írse mucho
tiempo de casa porque tenía que salvar nuestro
país, por ello tú.. vienes a conocerlo ahora..
BaeJeon pensó unos segundos y asintió
abrazando con fuerza a JiMin. —Está bien, appi..
igual me gusta que papá sea un militar.— Dijo el
pequeño escondiendo su naricita en el arco de
JiMin.— Es un buen militar, y lo quiero mucho..
—Murmuró escondiéndose en su cuello.
JiMin sonrió enternecido y cubrió a su pequeño
con sus brazos.
—¿Te gusta que el señor militar sea tu papá,
cariño?— Preguntó JiMin.
BaeJeon asintió.
—El señor militar me cuída mucho, es cariñoso
¡y nos quiere a los dos, appi!— El cachorro dijo
emocionado.— ¡Papá realmente nos quiere
mucho!
JiMin sentía un montón de mariposas hacerle
cosquillas en el estómago cuando el cachorro se
refería a Jeongguk como su padre,
definitivamente el futuro que se había ideado con
su hijo había sido alterado y mejorado gracias a su
alfa. Ese tonto alfa que se atrevió a invadír no
solamente su vida, si no también la de su propio
cachorro, y sus planes no eran írse pronto.
Tampoco era como si JiMin quisiera que se vaya,
de echo lo necesitaba más que nunca.
—¿Papá volverá pronto?— Preguntó BaeJeon.
—Cielo, hace unos minutos se fué al trabajo.—
El omega rió.— Dijo que ésta vez volverá
temprano.
—¡Ya quiero verlo!
—Yo también..— JiMin sonrió dejando un beso
en su frente.— Ahora, pequeño diablillo, vamos a
desayunar, visitaremos al tío TaeHyung.
A BaeJeon le brillaron los ojos y asintió
emocionado, bajando del regazo de JiMin y correr
a las escaleras.— ¡Ya voy!
Park solo observó a su pequeño desaparecer
por las escaleras y fué ahí donde se echó a llorar,
sintiendo más que felicidad por su bebé y su alfa.
—Mariposa gay en todo su esplendor.— YoonGi
dijo riendo burlonamente cruzándose de brazos.
—Cierra la puta boca, Min YoonGi.— SeokJin le
regañó mientras acariciaba en forma de consuelo
la espalda de Jeongguk.
Sí.. Jeongguk volvió a llorar al contarle la
historia a sus amigos.
—Qué adorable escena.— Dijo YoonGi
sarcásticamente.
—Ya quiero verte siendo padre..— SeokJin dijo
molesto, aunque a los segundos adoptó un gesto
de terror.— No, mejor no, con lo brusco que eres
podrías tirarlos de la cuna a los dos días de
nacidos y morirían por inanición a causa tuya.
—Sería un buen padre, cuando su madre o
padre me los deje, los pondré en la pared y les
pegaré cinta fuerte para que no jodan mientras
tomo una merecida siesta.— Explicó YoonGi
plasmando los momentos con sus manos.
Jeongguk solo tenía atención para su
cachorrito, su lindo hijo llamándole “papá” y su
precioso omega consolándole en la madrugada.
—Yo opino que eres un imbécil, YoonGi, serías
un pésimo padre.— El omega rubio dijo volviendo
a Jeongguk.— ¿Te sientes mejor, Jeon?
—Estoy putamente felíz.— Dijo Jeon con voz
ronca debido al llanto.
—¿Cómo no estarlo? Si tu cachorro por fin te ha
aceptado como su padre.— SeokJin dijo con una
sonrisa.— Además es una cosita hermosa, tiene
unos bonitos cachetitos ¿Verdad, YoonGi?
—Fí, pof su puefto..— YoonGi dijo con la boca
atascada de pastelitos de arroz.— ef un
áaanngeeel.
—¡No seas asqueroso!— SeokJin le dió un golpe
en el hombro.— ¡Trágate eso!
—¡Trágate lo que tengo entre las piernas,
mariposa gay sin reparo!— YoonGi dijo indignado
apuntándose la entrepierna con ambas manos.
SeokJin boqueó ofendido y Jeongguk solo
apretó los labios para no reír ante la cara de
señora indignada del rubio.
—Disculpa.. ¿Qué le has dicho a mi omega?—
NamJoon entró a la oficina de Jeongguk con el
ceño fruncido.
YoonGi le observó en silencio y huyó del lugar
con pastelitos de arroz en la boca, siendo
perseguido por NamJoon.
—Los alfas son unas bestias asquerosas..—
SeokJin dijo para sí mismo.
—Disculpa..— Jeongguk llamó a SeokJin.— Me
siento ofendido.
—Oh, tú eres la excepción, Jeon, pero todos los
demás piensan en sexo hasta tragando.— SeokJin
explicó.— Mejor vamos a trabajar antes de que
de nuevo te pongas sentimental y llores como
mariposa gay.
—¿También tú vas a joder con eso?— Jeongguk
dijo con fastidio levantándose de su silla.— A tí no
te sale porque eres omega, cierra el pico.
—Alfasista.
—¿Alfa qué?— Jeongguk preguntó riendo,
abriendo la puerta para que el omega saliera
primero.
—¡Menosprecias a los omegas! ¡tenemos
derechos también!—
SeokJin dijo molesto mientras salía de la oficina
indignado.
Jeongguk solo rió ante las tontas ocurrencias
del omega y le siguió al punto de encuentro con
los aprendíces.
El día comenzaba pesado, y Jeon sentía que
trabajarían más de lo normal, pues al comenzar
sus prácticas, los novatos lucían pésimos y
trabajaban con pocos ánimos.

La tarde llegaba, el cielo adoptó colores


naranjos y distintas tonalidades del mismo, las
nubes tapaban un poco el sol y el aire frío
comenzaba a congelar los huesos del alfa. Todo ya
estaba por finalizar, una bendita hora más y su día
de trabajo acababa.
—¡Jeongguuuuuuuuk!— SeokJin gritó a lo lejos,
corriendo hacia él con desesperación.
—Uh, uh, vuela, vuela, mariposita gay.—
YoonGi dijo bebiendo agua al ver las manos de
SeokJin abanicarse debido al calor.
—El.. oh, puta mierda.. un segundo, por favor,
no.. no acostumbro correr.— SeokJin dijo agitado,
apoyando sus manos en sus rodillas y tomar aire
locamente.
Jeongguk se cruzó de brazos con una sonrisa
burlona.
—Yah.. listo.. uff..— El omega se irguió y miró al
alfa de primer mando.— El capitán Lee te busca,
creo que.. ¡A la mierda, ve a ver qué putas quiere,
estoy cansado!
Jeongguk rodó los ojos riendo y se alejó del
campo, caminando tranquilamente hacia la
oficina del señor Lee. Miles de preguntas se hacía
el alfa, el capitán Lee no solía hablarle debido a
que era el hijo de su rival ¿tan importante sería?
Jeon tocó suavemente la puerta de la oficina
con sus nudillos, esperando a que el hombre le
diera permiso de entrar.
—Adelante, Comandante Alfa Jeon.— Dijo el
capitán del otro lado de la puerta.
Jeongguk abrió la puerta viendo al capitán Lee
en su silla tras su escritorio y a una mujer
sirviendo un café, dándole la espalda.
—Capitán Lee..— Jeongguk hizo su saludo
militar.
—Comandante Alfa Jeon, tenemos un nuevo
entrenador ya que sus horas son demasiadas para
entrenar a un cuerpo entero de la milicia.— El
hombre explicó esperando el café.— El día de
mañana se presentará a la milicia, usted debe
estar para darle las indicaciones y reglas, después
podrá ir a descansar.
Jeongguk frunció el ceño extrañado ¿un
entrenador más?
—Con el comandante Alfa de segundo mando
basta, capitán Lee, él..
—Min YoonGi tiene que hacer un viaje a la
milicia de Seúl, tardará un mes, por lo que el
nuevo entrenador viene de apoyo.— Explicó.
—Está bie..— Jeon dejó de hablar un momento
cuando vió a la mujer darse vuelta y entregarle el
café al capitán.
—Gracias, cariño.— Dijo el hombre bebiendo
de la taza.— Puedes írte Comandante Alfa Jeon.
—Hola, Jeon, no pensé que trabajabas aquí..—
Dijo la mujer con poca burla en su voz.
Joder, joder, joder ¡No puede ser ésto! Jeongguk
pensó gruñendo a la omega de cabellos lacios
color castaño y huyó de la oficina, sintiendo su
corazón alocado y la rabia adueñarse de sus
sentidos.
Ella no puede estar cerca, no, joder.
♡.
Helloooooow.♡
Ya pude actualizar, peRDÓN ANDABA
APRETADA CON LA
ESCUELA:C
Fué un poquito corto, lo siento, en el otro lo
haré más largo. ❤
¿Teorías? Comenten aquí loool♡
Sho me despido, coquitos, cjau cjau.❤
Cute omega Mochi para ustedes.♡
23.

Park.

El Comandante Alfa Jeon no podría sentirse más


furioso con su semana, había pedido dos días de
descanso, cosa que a JiMin no le agradó del todo,
a pesar que Park adoraba pasar tiempo con su
testarudo alfa, en ese momento su actitud
sobreprotectora le abrumaba y endulzaba el alma
de su lobo sumiso.
—Papá..— BaeJeon murmuró débilmente.
—Shh..— Jeon silenció al pequeño, cubriéndole
bien con sus mantas de IronMan.
Exactamente, el alfa yacía en la habitación de su
cachorro, recostados ambos en la cama y
perfectamente cubiertos con las mantas. BaeJeon
ese día con demasiado frío despertó con fiebre,
su pequeño cuerpo solo quería estar aferrado al
calor del cuerpo de su padre, y aparentemente,
solo quería estar con él todo el bendito día.
El teléfono de Jeongguk comenzó a sonar,
tomándolo y contestando, bufó.
—Díme, YoonGi.
—¡¿Por qué mierda no vendrás, mariposa gay?!
Joder, ¡No quiero entrenar a cuarenta y cinco
inútiles! ¡tú tienes más paciencia que yo!—
YoonGi lucía furioso, desesperado ante la
inasistencia del alfa de primer mando.
—Escúcha, ser escuálido..— Jeon dijo
controlando la poca paciencia que tenía
precisamente con el alfa.— Mi cachorro está
enfermo, debo cuidar de él y no regresaré al
trabajo hasta que él esté mejor de salud. —Me
cago en todo..— YoonGi cambió su voz a una
patéticamente preocupada.— ¿Qué le pasa al
diablillo?
—Wow, espera un momento, caballero.. —Jeon
dijo sorprendido.— ¿Tú? ¿Preocupándote por un
cachorro que no es tu sangre?
Una carcajada resonó por el parlante del
aparáto.
—Estoy estudiando actuación, a que soy bueno
¿verdad?— Dijo YoonGi graciosamente.
—No, te oyes patético.— Dijo colgando la
llamada y volver a cubrir al cachorro con sus
brazos.
Éste solo sorbió por la nariz.
—¿A qué hora volverá appa, papi?— Preguntó
BaeJeon, escondiendo su rostro en el cuello del
alfa.
Jeongguk sonrió besando los cabellos del
pequeño y suspiró.
—No lo sé, cariño, dijo que iría a hacer compras
con la cabeza de tomate que tienes por tío.—
Murmuró cerrando sus ojos.
—¡Su cabello es lindo!— Reclamó BaeJeon.
—¡Es muy rojo y feo!— Jeon atacó esbozando
una sonrisa.
—¡Papá!— BaeJeon se cruzó de brazos,
mirando reprobatoriamente al alfa.
Por otro lado, en el supermercado donde los
protagonistas se conocieron y donde también
curiosamente se reencontraron, yacía un
llamativo alfa pelirrojo junto a un omega de
cabellos negros como la noche paseando de
anaquél por anaquél.
Sin embargo, TaeHyung estaba más
concentrado en su celular que en cualquier otra
cosa, sonriendo ampliamente al revisar sus
mensajes.
—TaeHyung, vas a chocar el carrito de compras
con alguien.— Advirtió JiMin revisando las
diferentes marcas de sopas y comparar sus
precios al que mejor le favorezca.
—Ahám…
Park arqueó una ceja mirándole curioso.
—¿Hay algo que aún no sepa, Kim TaeHyung?—
Preguntó JiMin poniendo sus manos sobre sus
caderas.
El nombrado solo atinó a sonreírle nervioso y
esconder su celular de nuevo en su bolsillo.
—Ehm..— Empezó, guiando el carrito.— Hay
una persona importante para mí..
—¡¿En serio, YeYé?!— Preguntó JiMin
emocionado.
YeYé, el apodo que más define a TaeHyung,
pues BaeJeon, cuando cumplió su primer año,
escuchaba a JiMin decir TaeTae, por lo que sin
poder pronunciarlo bien, sonaba YeYé.
—Síp..— Dijo el alfa inflando su pecho
orgulloso.
—¿Cuánto tiempo llevan saliendo?— Preguntó
sacando un pote de helado de galletas oreo para
su pequeño y para el glotón de su alfa.
—Secreto.
—¡Oh vamos!— JiMin se quejó.
—Cuando te lo presente te lo diré, ahora me
contó que sería suplente en un trabajo cerca de
casa que le tomaría muchas horas, por lo que no
lo veré tanto.— Dijo TaeHyung con un tono de voz
bajo que JiMin pudo escuchar a arduas penas.
—Oh, al final podrán darse cariño.. si sabes
¿no?..— JiMin codeó el brazo de TaeHyung
pícaramente.
—Apresúrate, se hace tarde y el alfa de cuarta
puede lavarle el cerebro por completo al
diablillo.— TaeHyung apresuró al omega,
recordándole que deben dejar la conversación
para después y centrarse en sus compras.

—Tienes una nariz demasiado grande.


—Pero si hola, cabeza de menstruación.
—Eres el peor alfa del mundo.
—Que te importe un culo, escuálido.—
Respondió Jeon.
—Tienes un cerebro del tamaño del meñíque de
JiMin.— Atacó TaeHyung.
—Ya deseas eso, gracias a mi cerebro soy el
Comandante Alfa de primer mando.— Jeon dijo
socarroncamente.— ¡Y su meñíque es hermoso y
tierno, déjalo en paz!
—Comandante de cuarta, eso eres.— Dijo
TaeHyung rodando los ojos.— Con idiotas así
cuidando el país prefiero quitarme la vida de un
quinto piso.
—Quítatela ahora, le haces un gran favor al
mundo.— Jeongguk dijo con poco interés.
—Mejor te la quito yo a tí, el mundo sería más
seguro sin abortos como tú.— TaeHyung dijo
malicioso.
—¿En serio solamente te acercaste al sofá para
decírme idioteces? ¡Joder! ¿no tienes otra cosa
que hacer?— Preguntó harto Jeongguk
poniéndose de pie.— ¡Me tienes hasta las
pelotas!
—¡Pelotas que no tienes!
—¡Pelotas que hacen felíz a mi omega, querrás
decír!— Dijo Jeon caminando hacia la puerta.—
Buscaré algo en el auto, avísale a JiMin.
Jeongguk desapareció por la puerta y TaeHyung
sonrió satisfecho al hincharle las pelotas al alfa
que tenía JiMin como pareja. Para el pelirrojo, el
alfa era una abominación, un espermatozoide con
problemas, una desgracia para el mundo.
Para Jeongguk, solo era un pobre estúpido.
—¡Jeo-..— JiMin se asomó por las escaleras,
notando que solo el pelirrojo estaba en el sofá.—
¿Dónde está mi alfa, YeYé?
—Dijo que se iría de putas, conseguiría una
pelinegra, la preñaría y finalmente..— TaeHyung
recuperó aire.— Se iría por cigarros cuatro años.
JiMin gruñó adorablemente, rodando los ojos.
—Es en serio, Tae, su cachorro lo quiere de
vuelta.— JiMin dijo seriamente.
—Bajó al auto a buscar no sé qué mierda.
JiMin asintió y se dirigió a la cocina para
desempacar la mercancía y acomodarla en la
alacena.

Las pisadas de Jeongguk hacían eco por todo el


estacionamiento de los departamentos, había
olvidado los informes que le dieron a resolver en
el auto y debía completarlos. Su mente viajaba
preocupado por su pequeño rayito de luz que
ahora estaba en cama, sin un brillo contento en
sus ojitos y con un humor tan sensible. El alfa
odiaba ver a BaeJeon enfermo, él igual se sentía
de la misma forma con solo observar a su hijo en
su camita sin ganas de correr o hablar como suele
ser siempre. Soltando un suspiro, llegó a su auto,
desbloqueando sus puertas con la llave y abrió la
puerta de conductor, metiéndose en el asiento y
buscar la maldita carpeta que necesitaba. Su auto
era prácticamente un estante de libros, papeles y
carpetas sobre su milicia, encontrarlo le fué difícil,
sin embargo, la sonrisa se impregnó en su rostro
cuando vió el objetivo por fin.
Saliendo del auto, revisó que todos los papeles
estuviesen en órden.
—Disculpa..— Una voz femenina retumbó en
sus oídos, sacándole de su lectura sobre su
trabajo.
Jeongguk sintió un olor tan dulce que
abrumaba, un olor conocido, un olor a..
Frambuesas.
Jeongguk levantó la mirada lentamente,
encontrándose con una mujer de tal vez en sus
cuarenta y cinco años, atractiva, con una nariz de
botón y una sonrisa muy parecida a la de su dulce
omega.
La señora Park estaba frente a Jeongguk,
sonriéndole burlonamente al reconocerlo.
—Oh.. pero si eres Jeongguk.— La mujer
murmuró fingiendo sorpresa.— Míra qué
diferente luces ahor-..
—¿Para qué busca a mi omega, señora Park?—
Jeongguk cortó el falso intento de amabilidad de
la omega.
La mujer acomodó sus cabellos, tras sus
hombros y suspiró.
—Quiero conocer a mi nieto.— Dijo con su
normal tono plano de voz.— JiMin dijo que tenía
un pequeño, quiero conocerlo.
—Sí, es hijo mío y de JiMin.— Jeongguk destacó
sus palabras.
La mujer frunció el ceño.
—¿En serio JiMinnie cayó tan bajo para estar
con un-..— La mujer miró al alfa de pies a cabeza
con indignación.—..poco hombre como tú?
¿Después de que lo abandonas-..
—Por favor, no hable tantas malditas mierdas si
no conoce a profundidad el tema.— Gruñó el alfa,
logrando intimidar a la omega, realmente se
estaba cabreando.
—Como sea..— La mujer rodó los ojos.—
Quiero hablar con JiMin ahora.
—No creo que él desee verla, buen día.—
Jeongguk negó comenzando a caminar,
escuchando el pisotear de los tacones de la mujer
tras él.
—¡Espera! ¡Jeongguk!— Llamó la mujer.
El alfa gruñó cuando ésta tocó su hombro,
moviendo éste para alejar su mano.
—No puedes negarme ver a mi propio hijo.
—¿Ahora sí es su hijo, señora Park? Dígame..
¿por qué debería decírle dónde se encuentra
JiMin?— Jeongguk preguntó molesto.
—Soy su madre.— Fué lo único que dijo.
—Y yo soy su alfa.— Jeongguk dijo firme.— Por
lo tanto, protegeré que ningún daño del pasado
como usted vuelva a herírle en su futuro.
La señora Park guardó silencio sin saber que
decír.
—Si es todo.. buen dí-..
—¿M-mamá?..
♡.
Hellooooow.♡
YA PUDE ACTUALIZAR, MALDITO COLEGIO
DEL ORRRRRTOOOO.
¿CUÁL CREEN QUE SEA LA REACCIÓN DE
MOCHI?
COMMENT HERE. AHRE.
Sho me despido, coquitos míxs, cjau
cjau.❤
Alpha.♡
24.

“Fuera de mi casa.”
Jeon apretó su mandíbula, el alfa estaba
completamente furioso, si tan solo JiMin se
hubiese quedado dentro de casa, ¡no tendría que
ver a su madre! Pero no, ahí estaba la señora Park
mirando con ojos juzgadores el interior de la casa
donde su omega vivía con su cachorro. Sí, la mujer
logró convencer a JiMin diciendo que añoraba por
conocer a su nieto, que de seguro era idéntico a
los Park.
Claro.. sobre todo a los Park. Pensó Jeon con
burla.
—Es un lugar muy.. pequeño para un omega y
su cachorro.. ¿acaso tu alfa no te llevará a otro
lado?— Preguntó la señora Park acentuando la
pregunta y mirar con desprecio a Jeongguk.
—Bueno.. yo me siento a gusto aquí, mi
cachorro también, es lo que importa.— Dijo JiMin
incómodo.— Iré por BaeJeon para que lo
conozcas..
—¿BaeJeon? ¿ese es su nombre?— Preguntó la
mujer frunciendo el ceño.
—Jeon BaeJeon.— Terminó el alfa.
Si bien el verdadero nombre del cachorro era
Park BaeJeon, el alfa estaba dispuesto a cambiar
eso muy pronto, puesto que era su sangre y por
gusto de recordarle a esa mujer que ese cachorro
fué el fruto del amor que tenía con su hijo. JiMin
sonrió ante lo que su alfa dijo y subió las escaleras
en busca de su cachorro, dejando a Jeongguk con
la mujer en el piso principal.
—¿Cariño?..— Murmuró JiMin mirando a su
pequeño recostado en su cama.
—¿A-ah?.. — Preguntó BaeJeon abriendo sus
ojitos y mirarle.— ¿Y papá?..
—Él está abajo, bebé..— JiMin se sentó en la
orilla de su cama.— Ahm, BaeJeon, la madre de
appa te quiere conocer.. ¿quieres verla?
Los ojitos de BaeJeon brillaron.
—¿Abuela?— Preguntó emocionado, saliendo
de sus sábanas para subirse al regazo de JiMin y
abrazarlo.— ¡Quiero conocerla!
JiMin por su parte tragó duro, ¿y si su madre le
dice algo hiriente? La conocía perfectamente y
sabía que ella era capaz de decir algo que lastime
a su cachorro, pero ya era tarde y necesitaba dar
la cara, por lo que se puso de pie con su hijo en
brazos y caminó escaleras abajo con tanta
lentitud que odió que las escaleras fuesen tan
cortas. Su cachorro escondió el rostro en su
cuello, sentía él también el miedo de su padre,
pero, ¿por qué lo estaba si era su abuela la visita?
Eso lo supo cuando levantó la vista lentamente.
Jeongguk caminó hasta ellos y se situó detrás de
JiMin mirando con ojos amenazadores a la señora
Park, dándole a entender que por nada del
mundo permitiría cualquier daño a su pequeña
familia. La mujer tras ver la expresión seria del
alfa, sonrió incrédulamente. Bajándola ahora al
pequeño que la miraba con ojos enormes y
curiosos.
—Ow.. es una dulzura..— Murmuró la mujer
sarcásticamente, apretando la mejilla del
cachorro suavemente.— ¿Cuántos años tienes,
BaeJeon?
BaeJeon se sonrojó no sabiendo si contestar o
no. Miró detrás del hombro de JiMin para
observar al alfa líder de su familia, quién le dió
una dulce sonrisa tranquilizadora, con todo el
valor, volvió a enfrentar a la mujer sonrojado.
—C-cuatro..— Dijo BaeJeon nervioso.
La mujer asintió, mirándolo detenidamente,
revisando hasta el último defecto del cachorro.
JiMin se removió incómodo y Jeongguk se puso
alerta en cualquier momento. Definitivamente la
señora Park no estaba contenta con el fruto de su
hijo.
—Nada haces bien, JiMin..— Dijo la mujer con
completa seriedad.— Éste.. niño, tiene todo el
rostro de éste tipo..— La mujer miró con asco a
Jeongguk.— No es mi nie-…
—No pensábamos que lo fuera, señora Park.—
Jeongguk escondió a JiMin y su cachorro tras su
espalda.— Y no voy a permitir que lastime a mi
familia, le pido por favor que se vaya.
—Ése niño no se parece en nada a los Park, no
puede ser mi nieto.
—Y mejor que no se parezca a usted, señora, mi
hijo es un ángel.— Jeongguk dijo firme.
BaeJeon no entendía nada, solo apoyaba su
mejilla en el hombro de JiMin, su abuela lucía
enfadada ¿a caso no era bonito para ella?
—Fuera de mi casa.— JiMin dijo mirando a la
mujer.
La señora Park le miraba duramente,
juzgándole con sus potentes ojos.
—Véte de mi casa, mamá, no le harás ningún
bien a mi hijo, lo has conocido, ahora puedes irte.
La mujer gruñó molesta, girando en sus talones
para que furiosa, saliera de su hogar no sin antes
formular un hiriente:— Por ser tan inútil jamás te
consideraré mi hijo.
JiMin se sentía mareado, con el corazón
latiendo con fuerza, Jeongguk le atrajo a sus
brazos y el omega enterró su rostro en el cuello
del alfa, buscando tranquilizarse con su aroma.
Jeongguk estaba furioso, ¿esa era la intención de
la señora Park? ¿Llegar a alterar la tranquilidad de
su omega? Definitivamente a partir de ahora, la
señora Park no iba a molestar más a su familia y
de eso se iba a encargar él.
BaeJeon extendió sus brazos a Jeon, pidiendo
ser acobijado por su fuerte anatomía, y Jeongguk
cedió, tomándolo de JiMin y abrazarlo con un solo
brazo mientras el otro protegía a Park para
calmarlo si es que éste rompía en llanto.. pero
maravillosamente no pasó así, JiMin se
estremeció poniéndose de puntas y besar su
mejilla.
—Ella no merece mis lágrimas, alfa.. puedes
estar tranquilo.— Susurró JiMin esbozándole una
sonrisa.
—Aún me odia..— Murmuró Jeongguk con
ironía.
—Ella quería elegírme alfa ¿lo olvidas? Llegaste
a rescatarme.— JiMin rió bajito.— BaeJeon se ha
dormido en tu hombro, Jeon.
Jeongguk ladeó un poco su rostro para ver a su
pequeño dormitar cerca de su cuello, haciéndole
sonreír orgulloso. Ese precioso ángel era su
cachorro y nadie podrá negarlo, le haría sentirse
el niño más querido del mundo, con unos padres
que darían todo por él.
—Lo llevaré a la cama, caramelo, debe estar
sintiéndose mal aún.— Murmuró el alfa
llevándoselo escaleras arriba.— ¿Qué tal si
preparas la cama? Veamos una película en la
habitación.
JiMin por su parte solo le observó subir escalón
por escalón con una sonrisa tonta en el rostro
¿cómo era posible que ese atractivo alfa le haga
olvidar todo lo malo que su madre le dijo con una
simple y seductora sonrisa? El omega estaba
pensando seriamente que el efecto que Jeon
tiene sobre él es muy fuerte. Sin más acató la
órden de su alfa, subiendo las escaleras para
acolchar su cama cómodamente, colocando
almohadas y sábanas, alrededor solo con el único
pensamiento de mantener cómodo a Jeongguk.
Arrugó su pequeña naricita cuando el aroma a
frutos rojos se sentía tan fuerte en su habitación
de repente.
Tanto que el alfa subió corriendo las escaleras
olisqueando el olor con palomitas en un bowl.
JiMin se quedó estático en su lugar cuando
Jeongguk se quedaba hipnotizado con el omega y
su aroma en el umbral de la puerta.
—¿Bebé?..— Jeongguk preguntó roncamente,
dudando si acercarse o mantenerse distante.
JiMin, sintiendo de poco en poco como el calor
comenzaba a afectarle, soltó un pequeño jadeo.
—A-alfa..— JiMin sentía sus mejillas bastante
calurosas y sus oscurecidos ojitos viajaron por la
anatomía del alfa.
Observando la camisa negra ajustada a su
ejercitado cuerpo, junto a esos pantalones
rasgados resaltar los fuertes muslos del alfa,
subiendo nuevamente, Park contempló las firmes
clavículas, su largo y fino cuello, y terminar en esa
apretada mandíbula, Jeongguk apretó sus puños
y las venas de éstas y brazos resaltaron, haciendo
gemir por lo bajo a JiMin. Ante sus ojos, el omega
estaba notando que su alfa era bastante caliente,
por lo que tragó saliva escondiéndose en la cueva
de sábanas y almohadas.
—Estás entrando en celo..— Jeongguk se
acercó a su omega, quitando sus zapatos y
dejarlos en el suelo alfombrado junto a las
palomitas, trepó a su cama peligrosamente y
aspiró el olor de JiMin en el nacimiento entre su
cuello y hombro.— Caramelo, mierda..
JiMin ladeó por naturaleza su cuello,
permitiéndole a su alfa olerle cuánto él gustase.
Sus manos se aferraron a la camisa de Jeon y
jadeó cuando éste dejaba besos en su sensible
piel.
—Has hecho un nido, cariño..— Jeongguk
contempló la pequeña y cómoda montaña de
sábanas y almohadas sobre la cama, recostando a
su omega para mezclar su aroma con el suyo.
—Alfa..— El poco razonamiento de JiMin le hizo
alarmarse cortamente.— BaeJeon está en su
habitación..
Jeongguk optó por asentir.
—Lo sé, amor, pero haré que te corras con mi
mano para que te relajes por hoy…— Jeongguk
dejó un camino de besos por su cuello hasta sus
labios.— Sé silencioso o nuestro bebé despertará,
caramelito..
Park asintió, dejando que Jeongguk desabroche
sus pantalones y libere su erección provocada por
su alfa.
—J-Jeon..
—Shh..— El alfa le calló mientras le besaba
dulcemente, JiMin tenía tantas ganas de gritar su
nombre de lo bien que se sentía ser tocado en su
zona dolorosa por aquélla fuerte mano con dedos
largos y finos, prometiéndole un buen orgasmo
por el momento.
JiMin gimió sobre los labios de su alfa cuando
éste bombeaba su extensión suavemente, con
tanta paciencia para que el omega pueda
disfrutar del placer de su entrante celo. Jeon
tomó entre sus dientes su carnoso labio inferior,
chupándolo con tanta dulzura mientras contenía
las intensas ganas de gruñír, porque vamos ¿qué
alfa se controlaría teniendo a tan precioso omega
en celo y dispuesto a ser marcado? Exacto.. Jeon
Jeongguk, señoras y señores.
Su corazón latía tan ruidosamente que temía que
JiMin lograra escucharle, pero no paró, el alfa
necesitaba contenerse por el bien de su cachorro,
o sino éste se traumaría.. y nadie desea eso
¿verdad?
—Oh.. a-alfa..— JiMin gimió en su oído de
manera tan baja que agradeció ser solo audible
para Jeongguk. Las caderas del omega
comenzaron a moverse contra su mano en busca
de liberar su ansiado placer. Sus ojos estaban
oscuros en lujuria, deseando con toda intensidad
al fuerte alfa cubriendo su cuerpo con el suyo.
—¡J-Jeon!—Y logró su orgasmo soltando un
pequeño grito, manchando su vientre y mano del
alfa con su esencia.
Su cuerpo dejó de arquearse y cayó en el
colchón, recibiendo los besos cortos de su alfa en
todo su rostro.
—Lo has hecho muy bien, mi amor..— Jeongguk
susurró en su oído. — Déjame limpiarte y
podremos dormir.
Aunque lo que Jeongguk quiso decír fue un
“podrás” ya que no podría estar tranquilo
sabiendo que el aroma de su omega le tentarían
a altas horas de la noche, donde solo estaba
pensando usar su mano como desahogo.
—Gracias, alfa..
Mañana no te escaparás de mí, caramelo.
Pensó Jeongguk saliendo de la cama para limpiar
a su omega, con un plan ya creado en su mente.
♡.
Hellooooooow.♡
Lo prometido es deuda, hihi.
yA lLeGó El CeLo De JiMin
aAaAAAaaaHHHHHhhh
¿creen que BaeJeonnie les oyó? Ahre.
Sho me despido, coquitos míxs, cjau
cjau.❤
Amárrate la manguera por ésta noche,
Jeongguk alfa, pOR EL
BIEN DE BAEJEON OQEI. PROMETO NO HACERTE
SUFRIR EN EL CELO DE ESE PICIOSO OMEGA. ❤
25.

Celo.
—También no te olvides de romperle el cul-…
—TaeHyung, por favor.— Jeon le cortó
entregándole la pequeña maletita con ropa al alfa
pelirrojo.— ¿Nos ayudarás con ello?
—¿A qué? ¿a romperle el culo?
Jeongguk gruñó molesto.
—No, TaeHyung..— Murmuró apretando la
mandíbula, así tratar de contener las ganas de
golpearle.— A cuidar de nuestro hijo unos días.
—Ah, sí ¡seguro!— TaeHyung asintió
comprendiendo la situación, asomando su cabeza
para ver al cachorro desayunar.— Maldita
mierda.. huele a omega en celo.
—Sí, ya sé.— Jeongguk peinó sus revueltos
cabellos y adentrarse junto a TaeHyung a la sala
de estar.
—Me perturba verte sin camisa, pónte una
cortina, mi retina se quema.— TaeHyung cubrió
su rostro con un cojín, se notaba falsamente
malhumorado.
—Ya sé que te pongo, apesar de ser un alfa.—
Jeongguk dijo burlonamente.
—Ahora dílo sin llorar.— TaeHyung peinó sus
cabellos con chulería.
Mientras tanto, BaeJeon movía sus piecitos
mientras masticaba su delicioso cereal, su appa
no había salido de la habitación desde anoche.. ¡y
olía bastante bien la casa a él! Jeongguk le había
preguntado si quería ir con su tío de oro a pasar
unas cortitas vacaciones, y por supuesto que el
pequeño no se negó, porque vamos ¡¿quién se
negaría a descansar unos días?! Y mejor aún
¡¿Con el tío más divertido del mundo?! Además
de todo, extrañaba mucho a su amigo KwanSoo,
ya quería jugar con él todo el día.
—Cachorro..— La voz de su padre le sacó de sus
pensamientos, mirando al dueño de esa
tranquilizadora voz con su boquita llena y una
pequeña gotita de leche escapar por la comisura
de sus labios. Su expresión era tan graciosa al ser
sorprendido y obligado a salir de sus
pensamientos.
Lindo. Pensó el alfa soltando una risilla y se
acercó para besar la coronilla de su cabeza.
—Tío TaeHyung te está esperando, pequeño
IronMan.— Jeongguk tomó asiento a su lado,
apoyando sus antebrazos cruzados sobre la mesa
y observar a su pequeño comer.
Definitivamente la señora Park no era para
nada inteligente, tenía un nieto tan lindo y
amable, y la mujer no era capaz de notarlo por el
desprecio que tenía hacia el alfa. Jeongguk amaba
a su cachorro, y era capaz de notar el precioso
ángel que había creado junto a su omega.
Sus pequeños ojos brillaban en inocencia pura,
sus mejillas llenitas como las de su omega y ni qué
decir de la sonrisa que poseía, idéntica a la del
alfa. Su lobo aullaba felíz, por el simple hecho de
tener a su pequeña familia junto a él, deseando
disfrutar cada momento junto a ellos.
—¿Papi?..— BaeJeon preguntó tímidamente,
sintiendo sus mejillas algo sonrojadas.
—¿Qué sucede, pequeño?— Jeongguk
preguntó acariciando los lacios cabellos de su
hijo.
—¿Por qué..— BaeJeon guardó silencio un
momento para elegír las palabras correctas
mientras jugaba con sus deditos.— ¿Por qué mi
abuela se fué molesta? ¿por qué todos estaban
furiosos?..
Jeongguk guardó silencio un momento,
imitando la acción inconscientemente de mirar
sus manos y sonreírle a su hijo.
—Tu abuela solo ha tenído un mal día,
cachorro, se sentía estresada y decía cosas
tontas..— Jeongguk tranquilizó a su pequeño
exitosamente cuando vió a éste asentir
satisfecho.
—Yo..— BaeJeon estaba pensando lo que diría
nuevamente, y el alfa detectó desconfianza.
—Puedes contármelo, cachorro, mi boca es una
tumba.— Dijo Jeongguk sonriendo.
—¿Lo prometes, papi?— BaeJeon preguntó
nervioso.
Jeongguk infló su pecho y formó con sus dedos
un cierre en sus labios, viendo que su hijo reía y le
imitaba. BaeJeon estiró sus brazos en su dirección
y Jeongguk le sentó en su regazo, protegiéndole
en el calor que le ofrecían sus fuertes brazos.
—Ahora puedes confiarme lo que sucede,
cariño.— Jeongguk dejó un beso sobre su frente.
BaeJeon suspiró decidido y miró a su padre
valientemente.
—Bueno, hace unos días yo vi a un-…
—¡¡Diablillo, KwanSoo está listo, hay que ir a
recogerlo!!— TaeHyung chilló desde la sala.
BaeJeon puchereó al ser interrumpido, era
demasiado importante lo que le diría a su padre,
pero se sentía apresurado y prefirió dejar la
conversación con su padre para después.
Jeongguk por su parte le prometió que
hablarían pronto y despidió a su pequeño.
—Tú puedes, alfa, déjalo inmóvil.— TaeHyung
simuló garras con sus dedos, dándole una mirada
coqueta.
—Se te hace tarde, imbécil.— Jeongguk dijo
molesto.— ¡¡Adiós, cachorro, pórtate mal!!
BaeJeon rió y Jeongguk cerró la puerta, siendo
golpeado por el fuerte aroma a omega en celo,
JiMin no había querido salir de la habitación por
lo fuerte que su celo se encontraba.. o más bien
la posesividad de su alfa no le permitió salír tan
siquiera a despedír a su hijo.
Jeongguk, completamente embriagado con el
fuerte aroma a frutos rojos, subió las escaleras
pesadamente, escuchando pequeños y casi
inaudibles gemidos desde la habitación. Jeon
abrió la puerta en silencio para ver a Park mover
sus caderas contra el colchón suavemente para
tratar de bajar el calor y la excitación que
dominaban su cuerpo..
Y su alfa despertó en lujuria, sus pupílas se
dilataron y soltó un jadeante gruñído, llamando la
atención de su omega. Park se perdió en esos
penetrantes ojos, gimiendo en necesidad al ver a
su dominante alfa frente a él.
Los ojos de JiMin oscurecieron y hundió el
rostro en la almohada, jadeando el nombre de
Jeon, era verdad que sus temporadas de celo eran
bastante fuertes, tanto que él no podía con su
propio aroma, y cualquier cosa le ponía
demasiado caliente, cosa que antes detestaba, o
mejor, detestaba su celo.
Grandes manos se colocaron en su cintura y la
cama se hundió justo detrás del omega, era obvio
que Jeongguk estaba dejando salir a flote su
instinto de alfa, sus manos se sentían como hielo
en piel quemada, sus caricias como fuego y su
presencia como humo. JiMin no escuchaba el
cantar de los pájaros, no era necesario, no cuando
estaba en un estado crítico donde sus gemidos se
volvían súplicas para su alfa. Entonces el omega
se quiso apoyar sobre sus rodillas y puños,
chocando su delgada espalda con el pecho
desnudo de Jeongguk, no sabía en qué momento
el alfa había sacado de su cuerpo la prenda, pero
unas apetecibles filas de firmes abdominales le
daban caricias a la caliente piel del omega. Besos
helados como la nieve fueron depositados por
todo el trayecto de su columna.
—Te has desnudado sin que yo pueda
contemplarte..— La voz dominante y ronca del
alfa hicieron gemír al omega en apuros.
JiMin sufría, claro que lo hacía, había querido
sentír a su alfa a piel con piel, pero se había
llevado la decepción de sentirle una molesta tela
de mezclilla en su entrepierna y muslos. Sus
piernas flaqueaban de lo excitado que se sentía y
de su entrada corría lubricante a gran y perfecta
cantidad, preparado para unirse a su alfa, quién
por cierto se sentó sobre sus talones para ver a su
omega recostar el pecho sobre su cama y separar
sus muslos para él, dandole una asombrosa vista
de sus globos prominentes y ese estrecho
músculo tensarse con cada gemido que JiMin
soltaba.
Y Jeongguk no lo soportó más.
Rápidamente se deshizo de sus pantalones, no
sin antes sacar un preservativo de éstos y bajar
por último sus interiores, su erección comenzaba
a dolerle como el infierno, prominente y deliciosa
erección ante los ojos de su dulce omega.
—A-alfa..~— Park soltó cuando el nombrado se
metía entre sus muslos con la protección de látex
diviéndoles finamente y sentía su torso sobre su
espalda, los antebrazos de Jeongguk se colocaron
a los costados del omega, y su jadeante
respiración cerca de su oído.
Tenía a Jeongguk tan cerca, sus cuerpos
amoldados a la perfección, JiMin estaba tan
perdido en su mundo, listo para ser dominado en
la cama por su alfa, las sábanas y las paredes
serían testigos de su unión junto a su placer,
donde Jeon Jeongguk decidió marcar a Park JiMin,
su preciado y precioso omega.
—¿Qué es ésto?..— Jeongguk preguntó cuando
al meter uno de sus finos dedos, éste se deslizaba
tranquilamente y con facilidad a la calidez de
JiMin.— ¿Te has preparado para mí, amor?..
JiMin escondiendo el rostro en la almohada y
con el potente rubor pintando sus mejillas,
asintió, apretando entre sus manitos las blancas
sábanas de su cama.
Jeongguk sonrió ladino al ver el efecto que
poseía sobre su omega. Y nuevamente tras cubrir
su cuerpo con el suyo, alineó su goteante
miembro a la entrada de JiMin, deslizándose en él
lentamente. Park se comenzó a mover ante la
gran invasión en su interior, y siendo
tranquilizado por besos aterciopelados en su
cuello.
—A-alfa..— JiMin lloriqueó dificultosamente al
sentir dolor entre sus estrechas paredes, mordía
su labio incómodo, esa sensación la había
extrañado tanto, tener a su alfa haciéndole el
amor incontables veces y llevándole más allá de
las estrellas y diferentes constelaciones.
—Shhh…— Calló Jeongguk suavemente, dando
como efecto a Park un cuerpo tranquilo sin
tensiones.
El calor en la habitación comenzaba a
aumentar, pero eso no era problema para un
dispuesto alfa atendiendo a su omega en plena
primera etapa de su celo.
—Alfa, por favor..— JiMin suplicó luego de unos
eternos minutos para ambos, Park había logrado
amoldar su interior al miembro del alfa,
completamente listo para su entrega total.
Y Jeon no se hizo de rogar.
Embestidas lentas, gemidos agudos y golpes
suaves de pieles chocar, eso era lo que se oía en
la habitación de JiMin, un fuerte olor a sexo,
frutos rojos y chocolate con café brotaba de ahí,
confirmando que ambos estaban disfrutando del
celo de uno, donde crearían su lazo y
posiblemente procreen más cachorros.
Jeongguk tenía atrapado entre sus dientes el
hombro de JiMin, como soporte para impulsarse
contra el omega y hacer de sus embestidas
certeras y profundas, JiMin no podía estar más
que caliente con grandes gruñidos y jadeos de
parte del alfa en su oído, ¿él? Pff.. el omega
estaba derretido en gemidos, apresado entre su
cuerpo y disfrutando de su placer compartido con
Jeongguk. El alfa se alejó dolorosamente de Park
solo para girarle en su lugar.
—¡J-Jeon!~..— JiMin chilló cuando de un solo
empujón su alfa le llenó completamente.
Jeongguk quería contemplar sus facciones al
hacerle suyo, porque joder.. Jeon extrañó tanto el
poder amar a su omega en la cama, demostrarle
a través del sexo que podía amarlo, y más cuando
éste ahora le necesitaba tan intensamente para
calmar sus etapas de celo.
Jeongguk balanceba sus caderas con
profundidad, sacándole grandes gemidos a JiMin,
quién paseó sus manos por su espalda como un
buen perfecto amante.
—¿Lo disfrutas, bebé?..— Jeongguk preguntó
entre gruñidos y algún gemido rebelde, alejando
sus cabellos de la vista de su omega para
contemplar mejor sus facciones.
Park mordió su labio.— L-lo disfruto, alfa..—
Gimió en respuesta, arrugando el ceño cuando
éste aceleraba más y más sus vaivénes, un placer
tan enorme y estremecedor se adueñó de su
cuerpo, y estaba seguro que solo con su alfa
lograba experimentarlo. Sin embargo, el orgasmo
de JiMin se adelantaba más y más, era tanto su
placer que su abandonado pene goteaba varias
veces del líquido pre-seminal.
JiMin iba a avisar, cuando uno de sus fuertes
embestidas tocó su próstata, haciéndole soltar un
grito bastante erótico y poco discreto.
—Mierda, JiMin..— Jeongguk tomó posesión de
su cintura y dió embestidas certeras en su
interior, haciendo que la cama que era testigo
número uno de su unión se moviera al rítmo
brutal del alfa, chocando con la pared y hacer
sonidos con eco alrededor de la habitación.
—Jeongguk..— JiMin jadeó cuando éste le
abrazó y daba sus últimos gemidos.
Park llegó a su orgasmo de una manera
descomunal, soltando un lloriqueo placentero,
ladeando el rostro para dejar visible su cuello en
completa sumisión al alfa, invitándole a marcarlo
para que sea su compañero de vida, y el amor de
ésta. Jeon por su parte logró alcanzar el orgasmo
segundos después, gimiendo gruesamente en
respuesta a los lloriqueos de su omega y vió la
plena invitación. Jeongguk no permitiría que
nadie más tome lo que era suyo, y por ende
enterró sus dientes en la unión de su hombro y
cuello, así crear su lazo. Ambos experimentando
y oyendo los latidos del contrario, tan suaves
como el pétalo de una flor y tan rítmicas como el
bailar de las hojas cuando el viento las impulsaba
lejos de sus ramas. Una paz tan preciosa abrazó
tan cálidamente a la oficial pareja, el alfa pudo
sentir por fin las emociones de su omega tanto
como el omega a las del alfa. Ambos estaban
agotados, era claro, pero un abrazo no vino mal..
tan perfecto y adecuado para el momento. El
omega se sintió felízmente protegido entre sus
brazos, como si de un león territorial se tratase el
alfa y él se sentía tan diminuto, tan amado como
nadie lo había hecho nunca, tan deseado y tan
valorado.
Jeongguk por su parte estaba cegado con las
fuertes y claras emociones de su felíz omega, el
“boom boom” de su corazón latír en paz y en
armonía le envíaba un cosquilleo por su cuerpo, y
como nunca antes, sus instintos tomaban
posesión de él, como único propósito de amar a
su omega y a su cachorro más de lo que ya lo
hacía. Fuera de ello, comenzó a lamer repetidas
veces la rosada y orgullosa marca en el
nacimiento del aroma de JiMin, así cesar y
desaparecer todo tipo de dolor que quedase
después. Park siguiente de varios minutos dónde
los espasmos del orgasmo y el lazo lo
hipnotizaron, por fin habló tan sumisamente
frente a Jeon, escondiendo el rostro en su cuello.
Y hacer gruñír a su alfa satisfecho con sus
palabras:
—Mi alfa..
♡.
Hellooooow.♡
YA ESTÁ, TODO KAKA EL LEMON PERO WENO
SE VIENEN MUCHOS MEJORES
Lamento si no quedó o no superó sus
expectativas, realmente una parte la escribí en
el colegio, otra en casa ajena y el resto en casa,
brr.
Sho me despido, coquitos míxs, cjau
cjau.❤

26

Pastelitos de frambuesa.
En el cálido y nuevo hogar del alfa con cabellos
rojizos, habían dos lindos y adorables cachorros
jugando a los carritos en la gran alfombra de la
sala, haciendo chocar sus juguetes entre sí
haciendo sonidos como “pum” “piuff”. BaeJeon
mantenía entre sus brazos el peluche que su tío
de oro le había obsequiado, mientras KwanSoo
echaba a andar su autitos.
—Oye, BaeBae..— KwanSoo murmuró
suavemente, puesto que lo que tendrían que
hablar era privado y el alfa pelirrojo estaba a un
costado de ellos mirando televisión.
BaeJeon fijó sus ojitos castaños en el rostro de
KwanSoo y al entender la señal de las escaleras,
asintió, dejaron sus juguetes sobre la alfombra y
en silencio escaparon del alfa, subiendo
apresurados a “la habitación de los secretos”.
—¿Qué secreto tienes que contar hoy,
KwanKwan?— BaeJeon se adentró a la gran casita
hecha con mantas y una linterna en sus pequeñas
y gorditas manos.
KwanSoo le siguió y suspiró.
—¿Recuerdas la vez que enfermaste y tu appi
fué por tí?— Preguntó KwanSoo observando el
rostro pensativo del cachorro.
—¡Sí!— Dijo finalmente BaeJeon.
—¡Dijiste que me contarías y ha pasado
muuuucho tiempo!— KwanSoo puchereó
cruzándose de brazos.
—Oh, KwanKwan, ¡no te enfades conmigo!—
BaeJeon soltó su peluche para lanzarse a los
brazos del cachorro.— ¡Te contaré ahora! —Sigo
esperando eso, BaeBae tonto.— Frunció el ceño
enseñando su pequeña lengua.
BaeJeon suspiró.
—Appi se creyó que realmente tenía fiebre.—
Rió maliciosamente.— ¡Y fué el mismo día donde
conocí al señor militar que resultó ser mi papá!
—¡¿ves?! ¡te lo dije, BaeBae!— KwanSoo dijo
emocionado.— ¡Nuestras investigaciones
ayudaron de mucho!
BaeJeon asintió felíz.
—Por cierto, cuando estuviste faltando a la
cárcel de cachorros, volvió la señorita de los
pasteles ¡llevó nuevos de frambuesa!
—¡puaaj!~— Se quejó BaeJeon sacando su
lengua asqueado.— ¡recuerda que la última vez
que me regaló un pastelito de frambuesa vi
elefantes en la cárcel de lo horrible que estaba!
KwanSoo permaneció serio.
—Sí, pero BaeBae.. la señorita había preparado
otros sabores solo para tí..— Musitó pensando.
BaeJeon bajó la cabecita al igual de
pensativo.— Ahora que recuerdo.. su rostro me
es conocido..
KwanSoo volvió a mirarle interesado.
—¡Tenemos nuevas investigaciones, BaeBae!—
KwanSoo dijo emocionado al igual que BaeJeon,
con la inocencia recorriendo todo su pequeño
ser.
Niños..
—Joder.. JiMin..— Se oyó un ronco jadeo en la
sala y seguidamente un gruñido de completa
satisfacción.
Jabón con aroma a lavanda combinado con el
olor a frutos rojos de su cuerpo en completa y
pura etapa de calor, ese era JiMin recién duchado
paseándose por la cocina con solamente una
camisa que débilmente cubría la mitad de sus
llamativos glúteos, sus gruesas piernas se movían
sensualmente por todo el lugar, sabiendo el
omega que había un alfa en el sofá con un horrible
dolor en sus pantalones con solo verle en una
diminuta prenda, durante esa mañana, Jeongguk
le había hecho el amor de la forma más dulce
posible, pero viendo la situación seductora en la
que el omega se encontraba, dudaba el alfa poder
ir despacio con su pareja.
—Por el bien de tu precioso culo, miraré la
televisión o de lo contrario yo perder-..—
Jeongguk observó a JiMin tomar impulso en la
alacena para tomar un paquete de galletas,
provocando que la molesta prenda subiera por
completo.— ¡Al puto infierno! ¡Ven aquí! — Jeon
usó su voz de comando, estremeciendo al sumiso
omega y levantar las caderas, apoyándose de la
mesada inmediatamente en la espera de su alfa.
El celo de Park aumentaba demasiado, la casa
estaba infestada con el fuerte olor del omega en
época de calor y el alfa habitando ahí mareaba en
lujuria por poseer al dueño de tal aroma seductor
y atrayente.
—¿Quién es tu alfa, cariño?..— La gruesa voz
de comando se oyó en el oído de JiMin, éste,
retorciéndose en sumisión junto al placer de
escucharle tan dominante, gimió arqueando su
espalda.
—T-tú, Jeongguk.. tú eres mi alfa..— Respondió
JiMin sintiendo las fuertes y grandes manos de
Jeon en su cintura y seguidamente, una cálida
lengua lamer la rojiza y orgullosa marca en el
cuello del omega.
—Perfecto, caramelo..— Jeongguk murmuró
roncamente, dejando que descaradamente, JiMin
restregase sus caderas contra el bulto notorio de
éste.
La espalda de JiMin rozó con el torso desnudo
del alfa, sintiendo las filas de abdominales
decorando su estómago y los pectorales duros de
su pecho.
—Oh, Jeongguk..— JiMin suspiró por el caliente
roce de sus cuerpos.
Y el alfa comenzó a alzar la camisa del omega
para retirarla de su cuerpo, seguidamente, bajar
sus pantalones junto a sus interiores, la viva y
rojiza erección salió libremente, transmitiéndole
a JiMin que perdería la razón y se entregaría al
placer, de solo pensar en su alfa dominándole,
lubricante escurría por sus piernas, demostrando
cuán preparado estaba para el alfa.
Jeongguk no necesitó preguntar si el omega
estaba listo para recibírle, los gemidos
provocativos de JiMin invitaban al alfa a dar el
primer paso entre el largo camino de placer y
calor que se vendría a continuación. Y así fué,
Jeon se adentró en JiMin, recordándole al omega
que él era el único que podría tomarle, amarle..
desearle. Como si de una hoja seca entre llamas
se tratase, así se sentía Jeongguk en el cálido
interior de JiMin, y el omega nuevamente se
sentía deliciosamente lleno, perdiéndose entre
las galaxias y constelaciones de la lujuria y de lo
que el sexo les ofrecería, como si ambos
estuviesen moldeados a la perfección, como si la
luna los haya diseñado especialmente para ser
solo ellos.. alfa y omega, Jeongguk y JiMin.
El alfa movió sus caderas con tanta sensualidad
que JiMin se vió embelesido por el seductor poder
de estas al moverse para él, sumergiéndose
nuevamente en las llamas de su acogedor
interior, Park mordió su grueso labio inferior,
escuchando los gruñidos del alfa tras suyo al
compás de sus movimientos que cada segundo se
volvía más apresurado, el pequeño cuerpo se veía
impulsado por las fuertes caderas del alfa,
tomándole con tanta intensidad.
—Oh.. Jeon..— Park se vió lloriqueando en
placer cuando Jeongguk llevaba sus matadores
labios a su hombro izquierdo, dejando desde
caminos de besos hasta la más seductora
mordida, se sentía tan suyo, cada intensa caricia
sobre cada espacio de su cremosa piel, le hacían
recordar que cada parte hecha con átomos, era
propiedad del militar, ese fuerte hombre que era
capaz de llevarle a la perdición como también a su
salvación.
—¿Qué desea ahora mi omega?..— Jeongguk
paró de moverse, sonriendo ladinamente al ver el
rostro dolido de Park por pausar el caliente placer
que construían.
—U-usa tu voz de comando conmigo.—
Lloriqueó JiMin moviendo desesperadamente sus
propias caderas.
Jeongguk sonrió ladinamente, llevando su
mano a masajear sus propios labios, con su oscura
mirada lujuriosa en su vivo miembro entrar y salir
del interior de JiMin, siendo él, el que se
encontraba quieto y dejar que el omega hiciese el
trabajo de moverse, gemidos poco silenciosos
salieron de esos gruesos labios tan dulces como el
precioso caramelo y tan intensos como el sabor
del vino.
—Detente.— Ordenó Jeongguk, riendo
roncamente satisfecho ante la sumisión de su
omega en celo.
Saliendo de su interior, tomó asiento en una de
las sillas del comedor, palmeando sus gruesas
piernas para después ordenar nuevamente con
voz seductora:— Ven aquí, bebé.
JiMin tambaleándose un poco ante el frío que
recorrió su espalda al no sentir más el calor
corporal del alfa, llegó hasta él y se sentó a
horcajadas, levantando sus caderas y dejar que su
hombre guíe su miembro en su entrada, JiMin,
gimiendo fuertemente, cayó sentado, ahora
completamente lleno de Jeon Jeongguk.
—Móntame, ahora.— Pidió Jeongguk,
apoyando su espalda en el duro respaldo y situar
sus palmas en la marcada cintura del omega.
JiMin completamente en su estado puro de
sumisión, acató la órden del hombre con linaje
mayor, moviéndose seductoramente y a su vez,
rápido sobre la erección del alfa.
JiMin fijó su perdida mirada en la del alfa,
ámbos escuchaban los fuertes latidos llamando el
nombre de cada unos, sus respiraciones cálidas
como el humo de un poderoso incendio forestal,
ojos marrones casi negros entre la lujuria y
pupílas dilatadas tras dejarse entregar al mundo
del placer y el satisfacción. Jeon Jeongguk y Park
JiMin eran solo uno, las únicas piezas faltantes de
sus rompecabezas, pero, sobre todo ese íntimo y
potente sexo en la cocina… había amor..
promesa.
Jeongguk sobre toda su rudeza al embestirle,
prometía amor eterno y protección, JiMin se
sentía sumergido en amor puro, amor
correspondido por su alfa predestinado. Y
juntando su frente con la del dominante, dejó que
éste termine por llevarles al final del precioso
camino de la excitación.
—¡Joder, JiMin!— Jeongguk embistió con
fuerza su interior, sintiendo el nudo construírse
en su interior y su final cada vez más cerca.
JiMin solo logró dejar besos en el cuello de su
alfa, los fuertes brazos de éste le protegieron en
un gran abrazo mientras sus vaivénes se volvían
brutales, causándole hasta el más desgarrador
grito al omega, el chocar de pieles, el casi mudo
sonido de la televisión abandonada y
respiraciones pesadas era lo único audible en el
silencioso departamento de Park JiMin, porque..
bueno.. el omega estaba siendo marcado una vez
más por el militar en un larga etapa de calor.
—¡J-Jeon!— JiMin chilló cuando la próstata fué
estremecida con el falo del mayor. Sus manos se
apretaron a Jeon y sintió el líquido blanquecino
salir libremente, manchando ámbos abdómenes.
Jeongguk gimió ante la seductora imágen y
tomando fuertemente las caderas de JiMin, dió
sus últimas embestidas en su interior, antes de
correrse y el nudo unírles fuertemente, Park chilló
ante el ligero dolor del nudo adaptarse a él, sin
embargo, dejó de tensarse cuando los besos del
alfa se mantenían en su cuello, siendo
dulcemente mimado entre sus brazos,
ayudándole de esa forma a recuperarse del gran
espasmo de su orgasmo. Pero sus labios estaban
resecos, necesitaban ser humectados por esos
cerezos rosados, y lo consiguió, ambos se besaron
con tanto amor, que podían escuchar el aullar de
sus lobos felices tras estar unidos, sus almas en
completa paz y armonía. Definitivamente, Park
JiMin era de Jeongguk como Jeon Jeongguk era de
Park JiMin.
—Te amo..— Susurró Jeongguk, acariciando la
espalda de su omega adormilado.
—Te amo mucho más..— JiMin susurró de
vuelta, con el sonrojo en sus mejillas
potentemente, orgulloso de ser marcado una vez
más por su alfa.
Y el lobo de Jeon chilló felíz tras ver tan dulce
rostro dedicarle la mejor de las sonrisas.
♡.
Hellooooooow.♡
Traté de no hacer solo un “mete saca gime ah
ag ah” oqei lo intenté
JAJAJA.♡
Leí por ahí una chica decir que Jeongguk era
el hombre más pasivo sobre la tierra, yo me
quedé en estado de scok *voz de Auron*
Ahora díganme ustedes ¿Jeon es pasivo
ante sus ojitos? Sho me despido,

coquitos míxs, cjau cjau.❤


Ci klaro vvs, pazibo zovre toh.
27.

Puedo sentirte.
Entre montones de sábanas blancas y
acogedoras, yacía una pareja dormitando
abrazados, como si la mágia de ámbos fuese a
desaparecer si alguno soltaba a su pareja. Los
rayos mañaneros del sol chocaban con el rostro
de un alfa dormilón, Jeongguk abrazaba por
detrás a JiMin, con el rostro y nariz hundidos en el
lacio y oloroso cabello del omega, sus fuertes
brazos rodeaban el pecho de Park en señal de
protección y amor. JiMin por su parte tenía
recostado su rostro en el brazo de su alfa como
almohada mientras el otro le abrazaba.
Ámbos habían terminado más que agotados
por la noche, nuevamente, el celo de Park
provocaba que el mayor tomase a JiMin para
reclamarlo una vez más, y por supuesto que el
omega no se resistió ante el porte de alfa que
tenía su amado. Se amaban, no era más un
secreto y ya no lo negaban, un fuerte amor sin
barreras ni obstáculos que no permitiesen
aquéllo.
Los ojos del omega fueron abriéndose poco a
poco, el sol lastimaba sus dormilones y sensibles
luceros marrones al levantar los párpados, por lo
que soltó un pequeño jadeo y se giró,
escondiendo el rostro en el pecho de su alfa,
quien al sentirle moverse, se acomodó mejor para
darle un mejor abrazo. JiMin ronroneó
suavemente, la comodidad que sentía con
Jeongguk era asombrosa, tanto que la sonrisa
inconsciente se hizo presente en sus labiales, y
besos comenzaron a llenar el amplio pecho del
mayor, Jeongguk estaba bastante sumergido en
sus sueños que no lograba sentir los besos de su
omega ya despierto.
—Alfa..~— Ronroneó el omega con voz
adormilada y baja, llenando de besos las mejillas
de su hombre.
Hombre que por cierto.. parecía peso muerto
sobre su colchón.
JiMin rió bajito con la adorable imagen de Jeon,
tan perdido y vulnerable al dormir que no era
capaz de notar que su omega necesitaba de sus
atenciones mañaneras.
—Jeongguk..~— Volvió a ronronear el omega
besando ruidosamente su frente.— Despierta,
cariño..
—N-no..— Su gruesa voz ronca se hizo notar en
la habitación, derritiendo al omega y despertar el
calor de éste con ese simple bajo tono en su voz.
—¿No?— Preguntó JiMin sonriente, mirando el
ceño fruncido del alfa, sin recibir respuesta
alguna.
JiMin solo se acobijó entre sus fuertes brazos,
su pequeño cuerpo se amoldaba a la perfección
del alfa. Pero tan pronto como se acobijó, su
necesidad de celo volvía a despertarle, y eso con
solo admirar el torso desnudo del hombre frente
suyo.
Oh.. El omega pensó mirando el cuerpo
desnudo de Jeon hasta que sus caderas, donde la
estorbosa sábana cubría más para la vista
hambrienta de JiMin, de pronto el omega relamió
sus labios necesitado del alfa nuevamente, por lo
que levantando la sábana de sus cuerpos,
delatando el aparato viril de su alfa le provocó
unas inmensas ganas de tenerle entre sus labios.
Y así lo hizo, JiMin en silencio bajó hasta la
extensión del alfa, tal vez con una amorosa
felación a su hombre, éste despertaría felíz,
¿verdad?
Las pequeñas manos de Park tomaron la
virilidad del alfa, Jeongguk suspiró entre sus
sueños, y JiMin pasó su lengua por toda su
extensión, mandándole cosquilleos al alfa,
lamidas juguetonas y besos fueron depositados al
pene de Jeon hasta que JiMin finalmente
introdujo el falo a su cavidad bucal, moviendo su
cabeza para lograr lubricar por completo,
pequeños y agudos gemidos salían de sus labios
al intentar meter todo a su boca, pero Jeon era un
fuerte y saludable alfa, él no era pequeño, y JiMin
luchaba en ese momento. No fué en ese
momento dónde Park sintió una conocida mano
en sus cabellos, sujetándole, acariciando con
lujuria y dulzura éstos.
—Mierda, JiMin..— Jeon murmuró con su voz
ronca y dormilona, Park había cumplido su
cometido al querer despertar a su alfa con una
buena felación, pero ahora no quería despegarse
de él, y menos cuando Jeongguk gemía
gruesamente por culpa suya.
JiMin simplemente siguió con lo suyo,
observando al mayor colocar uno de sus brazos
detrás de su cabeza para ver toda la escena que
él había preparado traviesamente para Jeon. Park
levantó las caderas, meneando así su trasero para
distraer la mirada del alfa un momento, y la risita
brotó de sus labios al conseguir su propósito.
—Oh, lamentarás mucho el tentarme ésta
mañana, caramelo.— Jeongguk advirtió cuando
JiMin sacó su miembro de sus labios.
—¿Tentarte, cómo?— JiMin preguntó
inocentemente, viendo la sonrisa ladina del
mayor y negar lentamente.
—Déja de chupármela y recuéstate boca abajo
sobre mis piernas.
—¿Ahora?— Preguntó JiMin dándose
golpecitos en la mejilla con su miembro.
—Ahora.— Afirmó el alfa.
—Pero yo quiero segui-..
—Ahora, he dicho.— La voz de comando salió a
flote y el sumiso omega de JiMin aulló
desesperadamente por obedecer a su alfa.
Inflando sus mejillas, JiMin se acomodó como
Jeongguk le había ordenado, las rasposas y
grandes manos de éste acariciaron su espalda,
bajando hasta sus glúteos y amasar entre sus
dedos la prominente carne de su omega.
—Así me gusta, cariño..— Musitó, apoyando su
propia espalda contra la cabecera de la cama.
—Oh, por favor, yo quería.. ¡Ah!..~— Un
gemido interrumpió las palabras del pelinegro,
pues la palma de Jeongguk golpeó su trasero
ruidosamente y con certeza, prontamente, la
marca de su mano se fué notando de un ligero
color rosa.
—Shh.. solo gíme para mí, caramelo.— Dijo
Jeongguk introduciendo uno de sus largos dedos
en el interior de Park, haciéndole lloriquear en
placer, el lubricante chorreaba por sus muslos,
manchando las sábanas de su cama.
JiMin disfrutaba de las poderosas manos del
mayor tocarle, quemaban tan perfectamente con
su piel, que le llegaba hacer delirar en locura, sus
labios emitían los gemidos que su alfa pedía
dominantemente y se sintió felíz de satisfacerle
cuando le oyó jadear en respuesta.
Más palmadas marcaron el redondo trasero de
Park, dejándole en claro que el alfa era el líder al
momento de intimar, el guía del placer al unirse.
—J-Jeongguk..~— JiMin chilló necesitando
fuertemente a su alfa reclamarle.— Por favor..
—¿Mhm?..~— Roncamente el alfa preguntó,
dejando dulces besos en toda la columna del
omega, hasta llegar a su nuca.
El celo de JiMin era muy fuerte, y no necesitó
decírle a Jeongguk sus necesidades, éste lo
comprendió cuando el aroma del omega se hizo
más potente que minutos antes, embriagando sus
sentidos y dejar que su alfa interior domine la
situación donde ámbos necesitaban fuertemente
amarse.
Y así fué..
Jeon le hizo el amor en la cama..
Demostrándole que ningún alfa podrá amarle y
tocarle tanto como él lo hacía. Y JiMin
simplemente se dejó amar sumisamente ante
Jeon, porque el sentimiento de su potente amor
era más fuerte que cualquier otra cosa en el
mundo.

—No.
—Pero, ¡Jeongguuuuk!~— JiMin lloriqueó
abrazándose al cuerpo del alfa.— He dicho que
quiero ir contigo.
—Y yo te he respondido que no te llevaré, mi
amor.— Jeongguk terminó de abotonar su camisa
blanca y doblar sus mangas hasta sus codos.
—Alfa..— Musitó triste el omega escondiendo
el rostro en la espalda de éste.
—Oh, amor…— Jeongguk se giró para llenar de
besos el rostro de su omega y abrazarle
fuertemente.— Solo iré a comprar el almuerzo,
bebé…
—Pero quiero ir contigo…— JiMin sabía que en
sus etapas más fuertes de celo lo que más
gobernaba era su sensibilidad, el omega se ponía
tan sentimental y el alfa nunca se había olvidado
de eso.
—Cariño, no puedo llevarte, estás en lo más
fuerte del celo y cualquier alfa querrá
acercarse.— Explicó Jeongguk acariciando sus
mejillas.
—Pero..
—Shhh…— Calló el alfa dejando un suave beso
sobre sus labios.— Permite que tu alfa cuíde de tí,
caramelito.
JiMin sonrió levemente y asintió, pensar que su
alfa solo buscaba protegerle del malvado mundo
provocaba un enorme cosquilleo en su vientre,
por lo que, asintiendo, se colocó de puntitas para
besar su frente.
—Está bien, alfa..— Dijo suavemente JiMin.
Jeongguk sonrió tontamente tomando las llaves
de su auto.
—Pónte una camisa mía y no le ábras a nadie
hasta que yo vuelva, ¿de acuerdo?— Preguntó
Jeongguk acariciando la curva de su cintura con
sus yemas.
JiMin asintió y vió partir a su alfa, ambos no
deseaban cocinar, JiMin por pereza y Jeongguk
porque no sabía hacer nada más que arroz con
pollo y sopa, alimento que a ninguno le apetecía,
aunque JiMin dijo que se le antojaba, Jeongguk se
negó a cocinar por el simple hecho de saber que
Park se pondría caliente de nuevo con solo verle
cocinar y Jeon no quería terminar seco mucho
antes del final del celo. El omega obedeció a su
alfa y cambió su fea camisa de pijama por una
camisa del mayor, sabía el propósito de ésto, pues
si una visita no deseada llegaba al hogar con Park
en celo, no podría acercarse por la marca y por el
potente olor del alfa protegiendo al omega,
dejando en claro que tendrían problemas si le
tocaban un cabello.
Y JiMin caía enamorado nuevamente de pensar
en su alfa con su natural posesividad sobre él,
amaba la naturaleza de su alfa, pues le dejaba
completamente sexy y atractivo ¿quién no
pensaría eso? Además, es un alfa jóven y
completamente caliente.. ah.. y es padre de un
bello cachorro que es copia de él mismo ¿a que
no es asombroso? Y sí, por si las dudas, era suyo.
Jeongguk no había encontrado algo mejor para
el almuerzo que unas deliciosas ensaladas con
pollo entre otras cosas nutritivas, deseaba que su
omega comiese saludable durante su celo, así no
tendría problemas de salud durante. Con las
bolsas en el asiento de copiloto, Jeongguk se
colocó el cinturón de seguridad y encendió el
auto, podía sentir los latidos de su omega
tranquilos a través del lazo, por lo que sabía que
éste estaba seguro en casa. Sin embargo, no muy
lejos de él, observó algo sorpresivamente,
haciéndole quedarse quieto y captar cada detalle.
—¿TaeHyung?..— Preguntó el alfa para sí
mismo, viendo a su cachorro a su lado con el
sobrino del pelirrojo.
Sus ojos observaban detalladamente la
situación, BaeJeon lucía alegre con el pequeño
KwanSoo en una heladería y TaeHyung lucía
radiante, tanto que le extrañaba.
—¿Qué hace TaeHyung con él?.. ¡¿tomados de
la mano?!
Tendría una seria plática con él en la milicia, y
no se salvaría de sus sermones. Joder. Pensó
Jeongguk al verles irse de la heladería felices,
como una dulce familia felíz.
♡.
Hellooooooow.♡ YA
PUDE
ACTUALIZARRRSSS.
¿Cómo están, coquitos preciosxs? Ya lxs
extrañabaaaaa ㅠㅠ /cries in coco.
¿Quién creen que es la pareja de
TaeHyung?
Dato: dos alfas pueden estar juntos, sin
embargo, al intimar es algo complicado pues
su naturaleza no les permite someterse a otro
alfa, peRO SENTIMENTALMENTE SI PUEDEN
ESTAAAAR.♡
Digo, para que saquen teorías por sí las
tienen.
Teorías aquí, lxs leo a todxs, hehe.
Sho me despido, coquitos míxs, cjau
cjau.❤
Jeon en la era Wings me re puede, es todo
un sugar daddy.
¿cuál es su jk era fav?❤
28.

Omega en aprietos.
—¿Qué haces aquí?— La voz del rubio omega
fué lo primero que Jeongguk escuchó al entrar a
la oficina militar.
Jeon no mencionó nada y comenzó a mover sus
hombros circularmente, preparándose para un
largo día entrenando nuevos alfas militares.
—¿No se supone que deberías estar atendiendo
el celo de JiMinnie? — SeokJin preguntó desde su
asiento, con una pierna sobre la otra y mirando
sus uñas buscando algún rastro de inexistente
mugre.
Y fué donde el alfa miró al omega por
primera vez desde que entró.
—¿Tú cómo sabes que mi omega está en
celo?— Preguntó casi en un gruñido.
—Solo lo sé y punto.— Dijo dedicándole una
sonrisa inocente.— No sé qué mierda haces en la
milicia.
Jeongguk suspiró alejando la tensión de su
cuerpo. Esa mañana JiMin amaneció un poco
sentimental, y se sentía deprimido de que su alfa
estuviese perdiendo días en la milicia por atender
sus necesidades, por ende, prácticamente sacó a
Jeon de la casa para que tan lo menos hiciese acto
de presencia en la milicia. Otros omegas llorarían
por tener lejos a sus alfas en sus épocas de celo,
pero JiMin nuevamente destacaba por ser un
precioso omega fuerte que podría esperar a su
alfa hasta que éste saliese del trabajo.
—¿Y bien?..— La voz de SeokJin resonó en sus
oídos, sacándole de sus pensamientos.
—JiMin está sentimental y se cree culpable de
que esté perdiendo días aquí por cuídarle.—
Confesó incómodo el alfa.
—¿Pero qué cosas dice ese bomboncito?.. —
SeokJin preguntó indignado, ignorando la mirada
asesina que el alfa le dió por apodarle así a su
omega.— Es un angelito, pero debería exprimirte
todo su época de cal-..
—Me haces sentir como un juguete, SeokJin.—
Cortó el alfa rodando sus ojos.
—Bueno, prácticamente los alfas son nuestros
juguetes cuando entramos en calor..— Dijo el
rubio pensativamente.— Y no lloriquees,
mariposa gay, que de seguro no te resistes un
segundo cuando JiMin gíme tu nombre.
Jeongguk abrió su boca para protestar, sin
embargo palabras no nacieron nunca.
—¿Alguien de casualidad dijo “mariposa
gay”?— Una burlona y gruesa voz se escuchó en
la puerta.
No puede ser. Jeongguk pensó mientras
masajeaba el puente de su nariz y cerró sus ojos
cuando YoonGi hizo presencia en su oficina.
—¡Oh, sí!— SeokJin chilló cómplice.— Yo lo he
dicho.
—¿Por qué tan estresado, diablo?— YoonGi
preguntó tomando asiento en el sofá con una caja
de pastelitos de arroz.— ¿No has desbloqueado el
túnel con tu pala?
SeokJin soltó su conocida carcajada cuál madre
verdulera de cuatro hijos al oír el chiste del alfa
pelinegro.
—Te importa una mierda.— Respondió
secamente Jeon, centrándose en sus papeles
sobre su escritorio.
—Sí, definitivamente no desbloqueaste
túneles.— YoonGi dijo burlón.— Oh, vamos,
hombre, hueles a caramelito en celo ¿qué mierda
es ésto?
Jeongguk le miró por última vez, decidiendo
que hacerse de oídos sordos sería buena materia
a aplicar en ese momento, y era realmente bueno
en ello, tanto que cuando usaba su técnica para
ignorar, YoonGi terminaba fastidiándose de
molestarle.
Y eso que YoonGi es un terrible grano en el culo.
El alfa se sometió tanto en su trabajo que las
voces de los otros dos individuos presentes
parecían solo murmullos.
—Comandante Alfa Jeon.— Una voz ajena a la
de YoonGi y SeokJin resonó en la oficina, sacando
al alfa nombrado de sus informes y levantar su
vista.
NamJoon estaba en la puerta de ésta, con su
uniforme altamente pulcro de la milicia, cabello
prefectamente peinado y una noble sonrisa con
hoyuelos decorando sus mejillas.
Jeongguk levantó las cejas en señal de que
podría continuar y el alfa cedió.
—Me han informado que aún no conoce al
nuevo suplente del comandante Alfa Min, por lo
que se me ha ordenado presentarlos y que usted
sea el guía de éste.
Jeon empujó su lengua contra su mejilla y se
colocó de pie, mirando al alfa fijamente, la
tensión era fuerte en la habitación.
—Házle entrar.— Dijo Jeongguk seriamente,
YoonGi se acomodó mejor en el sofá para admirar
del espectáculo mientras comía sus pastelitos y
SeokJin simplemente andaba mironeando a su
alfa descaradamente.
Jeongguk infló su pecho con aire estando tenso,
las placas doradas sujetas a su uniforme en
muestra de orgullo a su país brillaban
descaradamente, mostrando que ese alfa era el
líder del campo militar.
—Buen día.— Una voz un poco ronca y educada
resonó en la oficina, los tres presentes
respondieron neutramente y el alfa escaneó con
la mirada al hombre parado frente suyo.
—Soy el Comandante suplente del líder de
segundo mando Min.— Se presentó el chico
estirando su mano esperando correspondencia
de Jeongguk.— Jung HoSeok, será un honor
trabajar con usted un mes, Comandante Alfa
Jeon.
Jeongguk miró fijamente los ojos del chico,
estrechando su palma con la suya en un cordial
saludo.
—Es un gusto para mí conocerle finalmente,
Comandante Jung.— Respondió con voz neutra el
alfa.— Supongo que ya conoce al señor Min, que
es ese hombre de ahí.— Jeongguk señaló con su
mirada al zángano glotón en el sofá.— Espero
tener un desempeño igual o mejor al de él, no soy
tolerante de las quejas, quiero porte, fuerza,
firmeza, y más ¿usted podrá brindarme éstos
requisitos?
NamJoon antes le había advertido a HoSeok lo
altamente estricto que era aquél alfa a la hora de
trabajar, y ahora viéndolo frente a él, creía en
todos los rumores que se decían los militares
sobre lo “infernal” que era Jeon Jeongguk en la
milicia.
Un diablo, vaya.
—Soy consciente que necesita de un buen
apoyo y cuento con ello, Comandante Alfa
Jeon.— HoSeok asintió firmemente.
Jeongguk asintió, rodeando su escritorio rumbo
a la puerta.
—Muy bien.. a trabajar.— Dijo el alfa abriendo
la puerta.— Y tú, Min YoonGi. —Jeongguk dijo
mirando al alfa en el sofá.— Te quiero trabajando
en veinte minutos.
—Pero mis pasteli-..
—Sin peros.— Dijo sin más, saliendo junto al
nuevo suplente de YoonGi con una sonrisa en su
rostro mientras el otro alfa bufaba sobre lo
malnacido que Jeon era.
Qué bien se siente molestar a YoonGi. Pensó
Jeon caminando firmemente hasta el campo de la
milicia, donde yacían los militares esperando por
ellos para su entrenamiento.
—Comandante Alfa Jeon ¿qué es lo primero
que tengo que hacer? — HoSeok se puso firme en
desde el primer momento, y Jeongguk, comenzó
a guiarle.
Así fué el transcurso del día, guiando y dando
órdenes en el campo militar.

—Fué mala idea hacer que se vaya al


trabajo~..— JiMin jadeó sobre la almohada
mientras sostenía el teléfono con su pequeña
manito.
—Oh dios, suenas como una real gata en celo,
JiMinnie, tranquilízate. — El pelirrojo le animó del
otro lado de la línea.— ¿Además qué clase de
omega en su época de celo alejaría a su alfa en
momentos así?
JiMin suspiró cerrando sus ojos y respirar
profundamente, tenía razón, y se sentía
completamente sensible ese día y por ello su alfa
ahora posiblemente esté sudando, con su cabello
pegado a su frente, demasiado jadeante.. o su
traje ajustado a su ejercitado cuerp-…
—¡JiMin!— La voz de TaeHyung resonó
nuevamente en el oído del omega, haciéndole dar
un respingo en su lugar y regresándole a su
realidad.
—¿A-ah?
—¡Gemíste como una completa perra, Park!—
TaeHyung se quejó indignado.— ¡Mejor llámale a
tu alfa y arregla tus problemas sexuales!
JiMin estaba sonrojado hasta las orejas, sin
embargo se despidió de él no sin antes avisarle a
su cachorro que pronto hablaría con él y se
volverían a ver.
Con el teléfono en sus pequeñas manos, se
mordió el labio inferior al ver el contacto de
Jeongguk. Vamos, JiMin, solo es cuestión de
apretar el botón verde. Se animó Park
mentalmente, el labio de JiMin sufría las
consecuencias de sus nervios, su alfa estaría muy
enfadado con él por hablarle en pleno anochecer
cuando posiblemente estaba entrenando a los
demás.
Me matará. Pensó JiMin cuando la voz
femenina en la línea le avisaba que su llamada
estaba siendo procesada con excelencia, Park
frotaba sus caderas contra la almohada
mordisqueando sus uñas, su corazón latía
desesperadamente y cuando se arrepintió de
llamar a Jeongguk, a punto de oprimir el botón
rojo, la preciosa y ronca voz de su amado resonó
en su oído.
—¿Caramelo? ¿estás bien?— Preguntó el alfa
jadeante, a lo lejos se escuchaban otros
comandantes dando órdenes por lo que supuso
que seguía en el campo.
—N-no..— Dijo JiMin con un hilo de voz, un
pequeño y dulce gemido brotó de sus labios,
llamando la atención del alfa al otro lado de la
línea.— Te necesito aquí..~
Jeongguk suspiró gruesa y lentamente, JiMin
pudo sentir la batalla mental del hombre por
dejar la milicia o atender a su omega en apuros.
—Bebé, aún no termino el trabajo..— Explicó el
alfa cuando oyó un ligero lloriqueo lastimero por
parte del omega.— Pero puedo ayudarte por
llamada ¿serviría, amor? ¿te sentirías mejor?
JiMin gimió en respuesta y Jeongguk se tomó
ese precioso sonido como un sí. Comenzó a
dirigirse a su oficina por sus cosas y seguidamente
ir al auto, necesitaban privacidad, él la necesitaba
puesto que YoonGi entraba como si fuese dueño
del lugar y no quería llevarse más burlas por el
resto del año.
JiMin por su parte solo escuchaba la respiración
pesada del alfa y sus pasos sobre la gravilla, sus
caderas se movían lentamente sobre la
almohada, buscando liberarse del abrumante
calor que le abrazó minutos antes, y
definitivamente la voz de Jeon ayudaba de mucho
en su apuro.
—¿Estás sin ropa, cariño?~— Jeon preguntó
después de unos minutos.
—S-sí..~
—Muy bien, cielo..— El tono de voz del hombre
bajó dos tonos más grueso.— Tócate para mí
lentamente y déjame escucharte.
JiMin obedeció y llevó su manito libre a su
adolorido miembro necesitado de atención,
bombeándose tal y como su alfa había ordenado,
gemidos agudos comenzaron a resonar en el
parlante y por toda la habitación, el nombre de
Jeon era soltado de la maneta más obscena de
esos pequeños y gruesos labios que tanto le
enloquecía.
—A-alfa..— Gimió JiMin necesitando oír su voz
nuevamente.
—Muy bien, bebé, lo haces bastante bien..—
Murmuró el alfa sintiendo su pantalón militar
abultado y estorboso.— Separa tus piernas y
estírate con tus dedos, amor.
Y JiMin volvió a obedecer, alejando la almohada
de su cuerpo, apoyándose sobre sus codos y
levantar sus caderas ligeramente, acariciando su
entrada bañada en lubricante natural, dos
gorditos dedos se adentraron en él, sacándole un
pequeño lloriqueo.
—¿Se siente bien, caramelo?— Preguntó
roncamente el alfa, escuchando ligeros “mhm”
por parte de su omega.
—Oh, sí..~— JiMin, respondió perdido en la
neblina de alto placer que sentía gracias al apoyo
que le daba Jeongguk a través de la llamada.
—Méte tres dedos, fóllate para mí y
demuéstrame qué tan bien la estás pasando.—
Jeongguk pidió roncamente, su erección dolía
como el infierno, pero su omega valía la pena y
podía aguantar un poco más.
Un nuevo dígito se adentró en JiMin,
estirándole por completo, aunque sería mejor
tener los largos dedos del alfa prepararle, no
estaba en casa y su única opción fué tocarse él
mismo.
Pero JiMin era muy tonto.. demasiado
sumergido en su placer como para darse cuenta
de un detalle en su alfa.
—E-estoy listo para tí..~— Tartamudeó
dificultosamente al sentir sus piernas flaquear.
Y la llamada se cortó.
—¿A-alfa?— Puchereó ligeramente al ver en la
pantalla una dolorosa
“llamada finalizada.”
JiMin lloriqueó molesto por tal vez la molesta y
terrible señal que tenía en casa, lubricante
resbalaba por sus piernas y entrando en
desesperación, sintió una pesada respiración en
su oído, seguidamente de unas manos tomar su
delgada cintura y enrollarla con sus largos dedos.
JiMin dió un pequeño respingo, pero esas
rasposas y preciosas manos las conocía
perfectamente.
—Lo sé, mi amor, estás muy listo para mí.—
Jeongguk respondió mordisqueando el lóbulo de
su omega.
JiMin suspiró aliviado cuando el alfa se
encontraba con él, pasando las yemas de sus
dedos en las caras internas de sus muslos.
—Dijiste que estarías en el trabajo..— JiMin
gimió echando su cabeza hacia atrás y chocar su
nuca en el hombro ajeno.
—Debería, pero mi omega es más
importante.— Explicó el alfa separándose de él
para comenzar a desnudarse, la camisa del militar
cayó al suelo, mostrando esa piel bronceada y
brillante que JiMin tanto amaba acariciar. Sus
pectorales perfectamente ejercitados junto a sus
abdominales le dieron una preciosa vista a Park,
quien miraba por su hombro atento.
Prontamente el sonido de la hebilla del cinturón
desabrocharse llenó los oídos del omega,
paciente por sentir a su alfa escabullirse entre sus
muslos para sanar un poco el calor en su cuerpo.
—Eres tan precioso, Park JiMin de Jeon..—
Susurró Jeongguk cuando estuvo desnudo en su
totalidad y se volvía a colocar detrás de su lindo
omega, besando su nuca con tanto amor.
JiMin se sonrojó sintiéndose más que en el cielo
por sus ligeros besos. — Soy tuyo.
—Eres mío.— Recalcó de acuerdo el alfa,
alineando su miembro en la entrada del omega y
adentrarse lentamente, susurrándole palabras
tan llenas de amor y promesa, haciéndole olvidar
el dolor que sentía al él invadir su cuerpo.
—Oh, Jeon..— Gimió su omega sintiendo los
brazos del mayor abrazar su cintura para darle
protección mientras le hacía el amor, no recibió
respuesta, más que un beso en su hombro y oír
unos preciosos latidos en paz y armonía a través
del lazo que los unían.
—¿Lo escuchas, JiMin?..— Preguntó
suavemente Jeongguk, saliendo del interior de
Park para recostarle boca arriba y hacerle el amor
mirando su precioso rostro.— ¿Puedes escuchar
mi corazón?
JiMin asintió acariciando su rostro con sus
pequeñas manos mientras el alfa movía
lentamente sus caderas contra él, creando una
íntima burbuja de amor más que lujuria.
—Él está perdidamente enamorado de tí..—
Explicó el alfa besando sus mejillas repetidas
veces.— Por eso está tan tranquilo cuando
estamos juntos..
JiMin abrazó a su mayor, gimiendo en su oído,
creía que lloraría de amor, alegría, paz, un sinfín
de emociones que parecían atacarle cada
segundo que pasaba. Ese alfa sabía amarle como
nadie lo había hecho. Sus caderas se movían
tranquilamente, prometiéndole al omega que no
sería rudo, que solamente buscaba amarle en vez
de tomarle bruscamente. Y JiMin a través de
besos, caricias, embestidas lentas, sintió su
orgasmo crecer latentemente.
—Cariño..— Gimió el omega enredando sus
deditos en el cabello del alfa, quien
mordisqueaba su marca en el cuello del omega,
lamiéndola a su gusto y degustando el olor a
frutos rojos con chocolate y café que desprendía
al combinarse.
Jeongguk de poco en poco movió sus caderas mas
rápido, buscando su liberación, el nudo estaba
formándose listo para sellar su íntimo encuentro
sexual amoroso.
—JiMin, precioso..— Jeongguk juntó su frente
con la ajena, mirando los preciosos ojos chocolate
que le miraban a través de la neblina de placer y
amor, sus respiraciones se mezclaban entre sí, y
sus cuerpos se apegaban gustosos, encajando
cada porción, cada tamaño a la perfección, alfa y
omega unidos por la luna, quién sabía que ellos
nacieron para ser pareja destinada. Entonces fué
que ambos entre un fuerte gemido, llegaron al
clímax, fijándose un largo rato por el nudo.
—T-te amo, Jeongguk..— JiMin susurró
besando sus labios jadeante por recuperar el aire
perdido al llegar al orgasmo.
—Te amo más, JiMin.— Respondió Jeongguk
lamiendo sus labios levemente al ver que éste los
hirió con sus dientes al momento de venirse.
Ellos nacieron para estar juntos, para amarse
con la potencia de la luz de la luna, un militar
perdidamente enamorado de su omega creyendo
que su corazón no resistiría a tanto amor
acumulado a causa suya, porque viendo su rostro,
sabía que ese lindo omega, Park JiMin.. era suyo.
Y de nadie más.
♡.
Helloooooow.♡
LO SIENTO SI VIERON LA NOTIFICACIÓN Y NO
LOGRARON
ENTRAR, ESTABA POR EMPEZAR EL SMUT DEL
CAPÍTULO
CUANDO POR ACCIDENTE LE DÍ EN
PUBLICAR
JAJAJAJAJAJA.❤
Por cierto, yo honestamente les diré algo, el
Fanfic está por acabar, así que a respectos
misterios por responder en la historia, no se
confíen, estoy armando desmadre en
muuuuuchas cosas, pero el
KookMin sigue intacto ahre, a ellos no
puedo hacerles nada:(❤
#C0C0DejaYaTuDesmadritoCabrona
Sho me despido, coquitos míxs, cjau
cjau.❤
Es un bebito tan lindo.😍❤
29.

Sumiso.
Por fin, era el último día del celo de JiMin y
Jeongguk había olvidado lo que era quedarse
descargado, sin energía que lo mantuviese
despierto, su precioso omega por fin le había
había dado el adiós a su época de calor y ahora
mismo, ámbos se encontraban mirando la
televisión, sin embargo, JiMin lucía decaído, y
Jeon lo único que hacía es protegerlo entre sus
brazos como si de un pequeño florero de cristal
se tratase.
—¿Cariño? ¿estás bien?— El alfa se atrevió a
preguntar con una voz suave, dejando besos en la
frente del omega.
JiMin solo se encontraba tratando de
tranquilizar a su lobo que lloraba en tristeza, y a
pesar que su alfa estuviese a su lado, algo sentía
que le hacía falta.
—BaeJeon…— Murmuró suavemente,
sentándose en el regazo de Jeongguk y esconder
el rostro en su cuello.
Jeongguk entendió enseguida y solamente
esbozó una ligera sonrisa, era lo más adorable
que su bello omega estuviese pidiendo a su
cachorro de vuelta, después de todo, le habían
dado un correcto “hasta pronto” al celo de Park,
el alfa no había podido respirar un solo segundo
pues su precioso omega le encontraba para
restregarse contra su sensible entrepierna,
buscando ser reclamado por él una vez más.
Y claro que Jeon no se negaba en lo más
absoluto.

ㅡ Irémos ahora por BaeJeonnie, cariño.ㅡ


Jeongguk palmeó sus muslos suavemente, JiMin
aplaudió emocionado y bajó de su regazo para
cambiar su vestimenta a una decente.
El alfa suspiró cuando JiMin desapareció por las
escaleras, ¿cuándo fué que todo cambió?
Jeongguk estando al lado de su pelinegro perdía
la noción del tiempo, solo se dedicaba a amar a
Park con tanta vehemencia que ahora notaba lo
diferente que su vida aburrida y etérea se volvió
estando en el sofá mirando pensativamente el
techo con sus piernas separadas y sus brazos
cruzados sobre su pecho. Sus castaños cabellos
caían relajadamente por su frente, sus pestañas
haciendo contraste con su rostro de facciones
fuertes, sus mejillas creaban unos hoyuelos al
pasear su lengua por su labio inferior y su pecho
levantándose suavemente con cada profunda
respiración que el alfa daba. Una pequeña risilla
salió de sus labios, JiMin era una adorable caja de
sorpresas, y es que le había tomado
desprevenidamente el enterarse de la existencia
de un cachorro que llevaba su sangre, sus rasgos
mezclados con los de su omega, Jeongguk
recordó el imán de sentimientos que
bombardearon su blando corazón, sin embargo,
estaba orgulloso de poder abandonar al Jeongguk
inútil por el de ahora, el alfa que dejó de lucír tan
frágil y vago, el que causaba vergüenza ante la
madre de JiMin.
¿Por qué mierda estoy pensando así? Jeongguk
frunció el ceño levemente confuso, y se
convenció de que nunca fué frágil y vago, la
señora Park había sembrado esa antigua
inseguridad en él, haciéndole sentir el alfa más
inútil e inservible del mundo que ahora, siendo un
alfa mayor, le seguía causando cierta
incomodidad el tema de su aspecto adolescente.

ㅡ Alfa.~ㅡ JiMin salió de la cocina mordiendo


una manzana, sonriéndole de esa forma tan
preciosa que derretía el corazón de Jeon, con sus
ojitos en finas líneas y sus deditos apenas
asomándose en las mangas de su abrigo.ㅡ ¿En
qué pensabas? He bajado hace ya un largo rato y
tú nunca me notaste.
Jeongguk pestañeó varias veces para regresar a
la tierra, erguiendose correctamente en el sofá y
atraer a JiMin de la cintura hasta él, donde
enterró su rostro en su vientre.
Él es mi felicidad. Pensó Jeongguk soltando un
suspiro mientras los latidos de JiMin hacían eco
en su oído.

ㅡ¿Cariño?ㅡ Preguntó el omega acariciando


sus cabellos.ㅡ ¿Estás bien?~

ㅡ Lo estoy, mi amor.ㅡ Respondió el alfa


metiendo su rostro bajo su abrigo, causándole
una risilla a JiMin y seguidamente dejar besos por
todo su vientre plano y cálido. Park acarició su
cabeza por debajo la prenda, suspirando
tontamente.

ㅡ Te amo, ¿lo sabías?ㅡ JiMin se ruborizó ante


las palabras que brotaron de los labios de su
alfa.ㅡ Te amo con toda mi alma, mi dulce JiMin.

Park, entre el nudo adueñándose de su


garganta, respondió:ㅡ Te amo más, mi alfa, con
la misma intensidad de mi alma
Jeongguk sonrió sobre su vientre, cerrando los
ojos e inhalar el dulce aroma a frutos rojos que
desprendía su omega de su cuerpo. Besó por
última vez su cálida piel, y salió de esa pequeña
cueva que se había creado bajo su ropa, para
ponerse de pie, superando la altura de JiMin y
dejar un casto beso sobre sus labios. Park nunca
había presenciado unos ojos de cachorro
enamorado como los de su alfa, y su corazón
rebotó correspondiendo los sentimientos de su
precioso alfa.
ㅡ Si continúo admirando tu belleza nunca
volverá nuestro cachorro, caramelo.ㅡ Jeongguk
por fin habló, entrelazando sus largos dedos con
los cortitos de Park, dirigiéndose a la puerta con
el omega masticando una manzana.

ㅡ Eres un bobo.

ㅡ Pero me amas todo bobo ¿verdad?ㅡ


Preguntó cerrando la puerta
con seguro para emprender caminata al
estacionamiento.
JiMin soltó una risita y habló con manzana en su
boca.ㅡ Lo amo com tofo mi corafóm.~
Lindo. Mío. Pensaba el alfa enternecido con su
omega.

ㅡ Tío, tenemos hambreee.~ㅡ BaeJeon habló


con su mejilla apoyada
en el hombro del otro cachorro.
ㅡ¿Pizza?ㅡ Preguntó TaeHyung alejando su
vista del televisor para
fijarla en los cachorros.
KwanSoo adoptó una mueca de asco y BaeJeon
arrugó la nariz.

ㅡ Llevamos comiendo eso tres días


seguidos.ㅡ Se quejó KwanSoo
con voz plana.
BaeJeon asintió con su estómago vacío,
enrollando sus piernas por la cintura de KwanSoo
y esconder su rostro en su pequeña espalda, con
sus brazos a los costados de éste.

ㅡ¿Desde cuándo ustedes niegan la pizza?ㅡ


TaeHyung preguntó indignado apuntándoles
sentados en el sofá.ㅡ ¿Y por qué están tan
melosos entre ustedes?

ㅡ Ya nos aburrimos de comer Pizza.ㅡ


KwanSoo habló ignorando la
última pregunta del alfa.
ㅡ Bien…ㅡ Dijo TaeHyung no convencido de la
actitud de ámbos cachorros, y entrecerrando los
ojos, tomó el teléfono.ㅡ Pediré alitas de pollo.

ㅡ¿Quieres alitas, BaeBae?ㅡ Preguntó


KwanSoo suavemente.
BaeJeon asintió apoyando su mentón en su
hombro.

ㅡ De acuerdo, serán alitas.ㅡ Afirmó KwanSoo


girando levemente
para BaeJeon.ㅡ Sube a la habitación, BaeBae, yo
llevaré la comida.~
BaeJeon sin rechistar sonrió y se desprendió de
KwanSoo para correr a las escaleras y
desaparecer.
TaeHyung frunció el ceño extrañado mientras
tecleaba en el teléfono, nunca había visto ese
comportar de ámbos pequeños, KwanSoo nunca
actuaba dominante ni mucho menos BaeJeon de
sumiso, definitivamente algo estaban tramando
esos dos cachorros.
ㅡ Kwan..ㅡ Llamó TaeHyung.

El cachorro miró a TaeHyung, dejando de


levantar los juguetes.ㅡ ¿Sí?

ㅡ¿Qué están tramando?

KwanSoo frunció el ceño confuso y negó.ㅡ


¿Nada?

ㅡ Espero y no estén tramando tomar la harina


y dejar su desastre en la
cocina como aquél día, tu appa cuando llegó me
dió el sermón de mi vida por no vigilarte ¿De
acuerdo, cachorro? No hagas que el gruñón de
appa se enoje conmigo otra vez.
KwanSoo rió negando levemente y tomar la
canasta de juguetes.

ㅡ De acuerdo, papi.ㅡ Dijo dándole la espalda


y caminar hasta las
escaleras.
TaeHyung sonrió dulcemente y ordenó las
benditas alitas que habían pedido ámbos
cachorros. Minutos después, llegaron dos
mensajes, optando por abrir el más reciente.
Omega tonto:
¡YeYé! En un rato irémos por BaeJeonnie
¡Muchas gracias por cuidar de él!♡ Envíado.✔✔
Me:
¡Les esperamos aquí, omega tonto!
Envíado.✅✅
TaeHyung sonrió acomodándose en el sofá,
antes de abrir el otro mensaje. Su expresión
decayó cuando leyó aquél recordatorio que
rompió una vez más, su pobre corazón.
???:
Hoy es doce de Octubre, cariño, te veo en pocas
horas.
Envíado.✔✔
Lo olvidé, soy un hijo de puta. TaeHyung
tranquilizó su respiración entecortada, y
pestañeó varias veces para alejar el rastro de
lágrimas acumuladas.
♡.
Hellooooooooow.♡
YA LLEGUÉEEEEE ¿ME EXTRAÑARON? /Le
lanzan tomates.
Tengo que contarles algo, y es que si
pensaban que su mala suerte no se compara
con nada, aquí estoy yo para hacerles
cambiar de parecer.
Debo contar que estuve con el Wattpad
fallándome
aproximadamente dos semanas, casi, por ello
no podía actualizarles los fanfics como se
acostumbra, luego, me enfermé horrible de la
garganta y una tos me mantuvo en la cama
24/7, mi humor estaba de perros, ggg, cuando
me recupero, el día Martes de la semana
pasada, mi celular explotó (literal) todas las
ideas que tenía se fueron a la
mierda, y yo escribía desde el celular, después
hace tres días, me volvió
a dar malestares de la garganta por el frío.
Ahora estoy escribiendo por la tablet y me es un
poco difícil de acostumbrarme.
¿Del uno al C0C0, cuánta mala suerte
tienes? :v
Pido paciecia, coquitos, estoy luchando por
acostumbrarme rápido a mi maldita tablet,
jsjsjs y a las que tenía en wsp ¡lo siento si nunca
les respondí, ya saben la razón! /la cagan a
palos.
En fIN, ¿LES GUSTÓ EL DESMADRE DEL
FINAL? BAJEN
LAS PISTOLAS, HEY, NO QUITEN EL SEGURO,
RODOLFO, VEN A SALVARME, ME VAN A
MATAAAÁAAAAR.
Sho me despido, coquitos míos, cjau
cjau.❤
¿Cómo le llamas a Jeongguk de cariño? Si
adivinas como le digo siempre, te
seguiré por wattpad.♡
y fRAN SI LEES ÉSTO TÚ NO JUEGAS, DEJA A
LAS DEMÁS
QUE ADIVINEN, IGUAL PARA LAS DEMÁS DEL
SQUAD FEIL OQEI.
30.

Alfa.
Los pequeños estaban comiendo gustosamente
de las alitas que por fin llegaron a su domicilio, sin
embargo, el pelirrojo alfa estaba en su móvil
moviéndose de un lado a otro con desesperación,
revolviendo sus intensos cabellos rojos como una
preciosa manzana madura, y su respiración
estaba agitada.

ㅡ Tío TaeHyung…ㅡ Llamó BaeJeon


tranquilamente.

ㅡ Ahora no, BaeJeon.ㅡ Cortó secamente el


alfa, subiendo a su habitación por una nueva
vestimenta, definitivamente en ese momento era
mejor no hacerle enojar, de lo contrario destruiría
todo a su alrededor. BaeJeon frunció sus labios.

ㅡ Ignóralo, BaeBae..ㅡ KwanSoo llamó


concentrado al comer.ㅡ De
seguro se ha enojado por rechazar la pizza.

BaeJeon llevó sus manitos a sus mejillas.ㅡ


¡Pero no quiero que tío TaeHyung esté furioso
con nosotros!
En ese momento, el auto de Jeon estaba
entrando en el estacionamiento del edificio, JiMin
ya estaba ansioso por ver a su cachorro, tenerlo
en sus brazos otra vez, y Jeongguk lucía igual o
más emocionado, acariciando con su pulgar el
dorso de la mano de su hermoso omega.

ㅡ Alfa…

ㅡ¿Mhm?ㅡ Preguntó aparcando concentrado


el auto en el espacio que había encontrado
dentro del estacionamiento.
JiMin negó lentamente, dejándole un beso en la
mejilla y bajar del auto, su alfa lucía confundido,
sin embargo, la sonrisa estúpida en su rostro
nadie podría quitársela.

ㅡ Apresúrate, cariño, ya quiero ver a BaeJe-..


El celular de Jeongguk sonó, haciendo eco por
todo el lugar.

ㅡ Adelántate, caramelo.ㅡ Pidió Jeon


observando la pantalla con el
ceño fruncido.
JiMin asintió y comenzó a trotar en dirección al
ascensor.

ㅡ¿Hola?

ㅡ¡Jeon!ㅡ La voz de SeokJin sonó del otro lado


de la línea.

ㅡ¿Qué sucede, Jin?ㅡ Preguntó el alfa


tranquilamente, mirando
alrededor.

ㅡ Oh, YoonGi ha salido apresurado del campo


militar, dijo que iría
por el almuerzo y..

ㅡ¿Eso qué?
ㅡ Necesito salir urgentemente y a mí me dejó a
cargo en lo que volvía
de comprar.
Jeongguk cerró sus ojos lentamente, soltando el

aire que su pecho había retenido. ㅡ SeokJin..

ㅡ Jeongguk, realmente es importante… debo


salir urgentemente, hoy
es un día importante para mí…

ㅡ¿Tiene demasiado que YoonGi se retiró?ㅡ


Preguntó el alfa mientras caminaba al ascensor
con la mirada fija en el suelo.

ㅡ Sí.ㅡ El omega bufó desesperado, pasando


sus manos por sus cabellos rubios.

ㅡ De acuerdo, pero mañana doblarás turno, sin


peros.ㅡ Jeongguk
advirtió para después terminar la llamada y
encaminarse.
Sin embargo, algo captó su atención, algo
bastante curioso.
Ya estando cerca del ascensor, esperando a que
baje, vió una conocida camioneta militar, entrar
tranquilamente al estacionamiento. Jeongguk
frunció el ceño con tanta curiosidad ¿Tal vez
alguien de la milicia que él conoce vive en éstos
edificios? Pensó el alfa mirando la camioneta con
las farolas rojas encendidas, a medida que los
minutos pasaban, nadie bajaba y Jeon decidió que
era momento de ir por su omega. Estuvo por
entrar al ascensor cuando JiMin bajaba las
escaleras apresurado con BaeJeon en sus brazos.

ㅡ¿JiM-…

ㅡ Vámonos.ㅡ Cortó secamente el omega, sus


ojos lucían tan cristalizados que su lobo interior
deseó matar a quién le haya causado daño a su
JiMin.
JiMin simplemente tragó el nudo en su
garganta, esperando a que su alfa quitase el
seguro de las puertas para meter a BaeJeon al
auto.
ㅡ¡Papi!ㅡ BaeJeon chilló emocionado,
estirando sus brazos cuando Jeongguk entraba a
su asiento de conductor.
Jeon lo atrajo a su regazo, pidiéndole
dulcemente a su pequeño que se mantuviera
quieto en su lugar porque él debía manejar.

ㅡ¿Qué sucede, JiMin?ㅡ Habló por fin Jeon,


tomando la mano de Park antes de encender el
auto.

ㅡ TaeHyung..
Jeongguk sintió su sangre hervirse de la furia,
pero mantuvo la poca compostura que había en
él y tranquilamente musitó:ㅡ ¿Qué te ha hecho?

El omega simplemente pestañeó varias veces


para desaparecer las lágrimas que querían caer
rebeldemente por sus mejillas.
ㅡ Me corrió de su casa, estaba tan enfadado y
me había gritado.ㅡ Contó mirando al frente
mientras observaba el auto moverse por la vida.
Jeongguk estaba furioso y demasiado, si antes
no soportaba a aquél alfa pelirrojo, ahora lo
detestaba, un gruñido salió de sus labios y su
conocido ceño fruncido adornó su expresión
dura. JiMin por su parte, su omega aulló de
tristeza y era porque TaeHyung nunca le había
tratado mal ni mucho menos le había gritado con
tanto enojo.

ㅡ Espero que ese cabrón no se atreva a ir a

buscarte porque va a conocerme furioso.ㅡ La voz

de Jeongguk resonó en los oídos de su omega.ㅡ

Él no es nadie para tratarte como basura.


BaeJeon mantenía su mejilla en el pecho de su
padre, sin entender el porqué el alfa líder de su
pequeña familia estaba tan molesto, pero decidió
mantener silencio y esperar a que todo se
tranquilice. No quiero que papi se enoje conmigo
también. Pensó el cachorro, abrazando al alfa con
sus dos cortos brazos y cerrar sus ojitos. Jeon ante
el gesto de su pequeño, dejó un beso en la
coronilla de su cabeza mientras conducía,
provocándole una sonrisa a BaeJeon.
JiMin suspiró tras ver a su alfa tan paternal, una
fugaz sonrisa se asomó por sus gruesos y
esponjosos labios, captando la atención
inmediata de Jeon.

ㅡ¿Que sucede?ㅡ Preguntó el alfa confuso.


JiMin negó y se acercó hasta cierto punto,
donde dejó un dulce beso en su mejilla y
suspiraba. Tal vez si se concentraba en su familia,
dejaría de pensar en el porqué TaeHyung estaba
tan desesperado y enojado.

TaeHyung estaba secando su cabello después


de esa rápida ducha, mirando cada minuto el reloj
colgado en su pared para ver si estaba a tiempo
de todo. Era imposible no sentirse culpable por
haber tratado a JiMin de esa forma, recordó sus
ojos aterrados cuando le pidió furioso que no le
quite más tiempo que necesitaba hacer cosas más
importantes. Entonces KwanSoo chilló de
emoción, entrando corriendo hasta su habitación.

ㅡ¡Papi!ㅡ Llamó dando pequeños saltos en la


puerta.ㅡ ¡Appa llegó!
TaeHyung tragó saliva, terminando de
acomodar su gabardina negra, quitando cualquier
arruga que en ella se hacía y con los nervios a flor
de piel, salió de la habitación, bajando las
escaleras apresurado hasta la puerta. Al abrirla,
se encontró con aquél chico que le robaba
suspiros, su compañero de vida y el amor que
gobernaba en su corazón.

ㅡ C-cariño…ㅡ Murmuró TaeHyung tras ver sus


ojos cristalizados,
para después esconder su rostro en el cuello del
alfa pelirrojo.

ㅡ No estoy listo, Tae…ㅡ Musitó el omega


aferrándose al cuerpo del
alfa.ㅡ Tengo miedo.
ㅡ Shh…ㅡ TaeHyung rodeó su cintura y besó la
coronilla de su
cabeza.ㅡ ¿Has pedido el permiso en la milicia?
El omega asintió.

ㅡ Fué difícil convencer al encargado.ㅡ


Admitió dejando un dulce
beso en su mandíbula.ㅡ Debemos irnos ahora.
TaeHyung asintió y se giró para cargar a su
pequeño, cerrando la puerta de su departamento
y tomar la mano de su omega. Caminando en
silencio, KwanSoo sintió el ambiente tenso, no
callándose a hablar.

ㅡ¿Irémos donde mi hermana, appi?ㅡ


Preguntó el cachorro, recibiendo un beso de su
padre en su mejilla.

ㅡ Así es, cariño.ㅡ El omega sonrió dulcemente,


desbloqueando las
puertas de la camioneta militar.
La tarde nublada dejaba un momento bastante
opaco y triste, TaeHyung conforme iba pisando la
fría tierra con la suela de su zapatos sentía las
piernas temblar a tal punto de querer caer de
rodillas. El chocar del viento con los frondosos
árboles era el único ruído rompiendo el silencio
de aquél cementerio, y fué entonces donde
llegaron a aquélla lápida.
Kim KwanSeok.
12/10/2015.
La garganta de ámbos adultos se cerró debido
al nudo y la culpa, el omega tomó una gran
bocanada de aire y cambió las flores marchitas
por las nuevas, el cachorro estaba en los brazos
del alfa pelirrojo, con su mejilla apoyada en el
hombro de su padre.

ㅡ E-es mi culpa que nuestra hija esté aquí.ㅡ


Habló entrecortadamente el alfa, sin alguna
expresión en su rostro más que el brillo lloroso en
sus ojos.

ㅡ No fué tu culpa, cariño, ya hemos hablado de


ésto.ㅡ Su pareja dijo
acomodando las flores ordenadamente.
El alfa relamió sus labios, recibiendo el abrazo
de su omega cuando se levantó, buscando de su
aroma para tranquilizarse. Una hora eterna tuvo
que pasar para que por fin decidieran salir de ese
cementerio, con sus corazones nuevamente
destrozados, sin notar que cerca de ahí iba
pasando el auto de la familia Jeon, siendo el alfa
líder el que observó como el pelirrojo salía del
cementerio con aquél conocido omega.
Vaya.. Pensó Jeongguk sin avisarle nada a su
omega, entendiendo algunas cosas por parte de
TaeHyung en ese momento.
♡.
Hellooooooooow. ♡
:vv
MIREN QUE HE CONTADO QUIÉNES
ATINARON CON LA
TEORÍA DE UN HIJO FALLECIDO DE TAEHYUNG
Y FUERON SOLO DOS PERSONAS
JAJAJAJDJDJEMFMWOFOWOR.
YA SOY INMUNE A SUS GOLPES, VÉNGANSE
CON TODO *Sacar AK47* (?)
ES PARTE DE LA HISTORIA, SABEN QUE NO
SOY C0C0 SI NO PONGO UN
PERSONAJE SUFRIR.
NO VA A DURAR MUCHO EL DRAMA YA QUE
TENGO LISTO EL FINAL, SO.. LISTXS PARA
DECÍRLE ADIÓS A MILITAR?
Teorías aki grax.
Sho me despido, coquitos míos, cjau
cjau.❤
JiMinnie se ve tan pequeño al lado de
Jeongukkie.♥
31.

No, mi amor.

ㅡ Cariño…

ㅡ Es que no es justo, Jeongguk ¡¿yo qué le he


hecho?!ㅡ Preguntó el
omega mientras lavaba los

platos y vasos. ㅡ No

hiciste na-… ㅡ¡Es un

tonto!ㅡ Interrumpió

Park.

El alfa suspiró cansino, apoyando su cadera en


la esquina del lavadero, cruzándose de brazos y
examinar a su omega con una mirada suave, JiMin
estaba encerrado en su adorable burbuja de
quejas y berrinches, golpeando ligeramente
fuerte los vasos en el secador de platos.

ㅡ¡¿Qué me miras?!ㅡ JiMin reclamó


frunciendo el ceño.ㅡ ¡¿Te
revelas tú también?!
Jeongguk sonrió enternecido, dejando un
pequeño beso en la punta de su nariz.

ㅡ Yo no he dicho nada, caramelo.

ㅡ¡Pero estás pensando cosas en mi contra!ㅡ

JiMin chilló frustrado. ㅡ ¡¿Hoy es día de

enfurecer a Park JiMin acaso?!

ㅡ Jeon.ㅡ Corrigió el alfa suavemente.

ㅡ¡¡Da igual!!ㅡ Park infló las mejillas mientras

fulminaba a su alfa, tratando de intimidarle.ㅡ


¡TaeHyung me sacó a patadas prácticamente y tú
te revelas!

ㅡ Pero,

cariño… ㅡ¡Te

revelas!

JiMin perdió el control de un vaso de vidrio


mojado, resbalándose de sus manitos y caer al
suelo, creando el horrendo ruído al quebrarse,
haciendo que el pequeño omega suelte un grito
asustado, tembloroso por el rápido cambio de
panorama creado por un estúpido vaso.

ㅡ Ven aquí, bebé.~ㅡ Jeon le levantó ya que los


pies de JiMin estaban
descalzos y él sollozaba cuál niño de cinco años
siendo regañado por su madre, enrollando sus
piernas a su alrededor y guiarle a la mesada,
donde lo sentó dejando dulces caricias a su
cintura.ㅡ Respira…~
Pero los ojos de JiMin se llenaron en lágrimas,
con sus mofletes inflados.

ㅡ No, mi amor.~ㅡ Jeongguk lo protegió entre


sus brazos, dejando
repetidos besos en sus cabellos.ㅡ Estás muy
sensible hoy, mi caramelo.
JiMin inhaló el aroma de su alfa,
tranquilizándose con los latidos tranquilos y
llenos de amor que portaba Jeongguk, éste tenía
razón, estaba demasiado sensible por algo tan
absurdo, pero es que TaeHyung nunca le había
hablado de esa forma al omega, se había sentido
esos segundos desprotegido por el tono
dominante que usó el alfa pelirrojo con él, sin
embargo, ahora mismo su verdadero alfa estaba
haciéndole tranquilizar de su momento colmante.

ㅡ Alfa…

ㅡ No digas nada, bebé, relájate primero.ㅡ


Jeon repartió besos por
todo su rostro, haciendo reír al pequeño omega
levemente.
JiMin asintió apoyando su mejilla en el hombro
del alfa. Aunque él esté entre sus brazos, sabía
que algo andaba raro, Jeongguk no toleraba estar
cerca de TaeHyung, siempre terminaban
peleando hasta por la más mínima cosa
insignificante, pero ¿por qué su alfa no estaba
enfadado al saber que el pelirrojo trató mal a
JiMin?

ㅡ Jeon Jeongguk…ㅡ Gruñó tiernamente el


omega.

ㅡ Oh, vamos, amor ¿ahora qué hice mal?ㅡ


Preguntó el alfa adoptando una graciosa
expresión de sufrimiento.

ㅡ¿Estás diciendo indirectamente que soy un


enojón maltrata-alfas?ㅡ Park frunció su ceño
con una mirada fría y puchero decorando sus
labios.

ㅡ…
ㅡ¡¡Jeongguk!!ㅡ El dulce omega golpeó el
pecho del nombrado
cruzándose de brazos indignado.
Pero es que Jeon ni siquiera se inmutó, sus ojos
brillaban concentrados en el rostro precioso de su
omega, admirando hasta sus poros, su corazón
latía felízmente, su sangre corría a la velocidad de
la luz a causa de su enamoramiento eterno por el
más bajo y su nariz rozaba la pequeña de JiMin. El
alfa podía jurar que en los íris del pelinegro
lograba admirar diversas constelaciones y
planetas, estrellas fugaces y colores espaciales,
tan brillantes como la potencia del sol y tan
suaves como la imaginable textura de la luna.
Desde su nariz pequeña y respingada como un
pequeño tobogán de emociones, hasta sus
pecadores labios suaves como la textura del
pétalo de una flor y dulces como el caramelo
mismo. Jeon estaba loco admirándolo, Park era
poseedor de una piel cremosa y delicada, cabellos
tan negros como el pecado en su punto más
fuerte de peligro, con pómulos dulcemente
prominentes y adorables, decorados de un color
rosa pastel como la más hermosa y pequeña flor
en el campo, tan frágil y fuerte al mismo tiempo…
Jeongguk tenía frente suyo al omega más
precioso del planeta.

ㅡ¿Cariño?ㅡ Una melodía parecida a la


canción de cuna más hermosa existente sacó de
sus pensamientos al alfa, sonrojándose de un
color durazno, denotando su vergüenza de ser
descubierto en pleno enamoramiento.

ㅡ Te amo, Caramelo…ㅡ Respondió Jeongguk


pasando una rasposa mano sobre la mejilla de
JiMin, tocándole como si éste último fuese a
romper en miles de pedazos por su áspero tacto,
temiendo herir su preciosa piel con su mano,
testigo de un rudo trabajo en la milicia.
JiMin apoyó dulcemente su coronilla bajo la
afilada y perfilada mandíbula de Jeongguk,
rodeando con sus cortos brazos y piernas el
cuerpo del alfa. Éste, completamente
enamorado, enterró su nariz en el oloroso cabello
del omega, cerrando sus ojos y protegiendo entre
sus brazos a su amor, transmitiéndole por el lazo
que lo ama eternamente y que su corazón
siempre pertenecería a él.
ㅡ Te amo más, Militar…ㅡ El omega susurró
drogándose con el aroma de su alfa, recibiemdo
el mensaje de Jeon a través del lazo y ronronear
completamente lleno de amor, protección y
sinceridad, él amaba a su alfa, y haría lo que fuera
por verlo felíz.
Porque no por ser un alfa tiene la obligación de
ser el único que proteja y brinde amor. JiMin
quería darle también protección, demostrarle
que sería un excelente compañero de vida,
dispuesto a ser sumiso y valiente para él.

ㅡ¡¡Auch!!ㅡ Una aniñada voz rompió el mágico


momento de la
pareja enamorada.
JiMin asomando adorablemente su cabeza por
el hombro del alfa y éste mirando por el mismo,
ámbos observaron a su cachorro derramar sangre
de su pequeño pie al pisar uno de los cristales del
vaso que Park rompió, esparcidos por el suelo.
Jeongguk, dejando salir su natural instinto
protector, soltó un ronco gruñido antes de
alejarse rápidamente del omega y tomar a su
pequeño cachorro en brazos, sollozando
adolorido por el pequeño cristal herir su delgada
piel, caminando hasta la sala de estar.

ㅡ Shh.. tranquilo, pequeño IronMan…ㅡ


Jeongguk dejó repetidos besos en su frente antes
de acudir al pequeño botiquín en la cocina.ㅡ
Papá va a sanar esa herida.
BaeJeon comenzó a empapar la camisa de su
padre con sus silenciosas lágrimas rodando por
sus adorables mejillas.

ㅡ Du-duele mucho mi pie, papi…ㅡ BaeJeon


miró con ojitos cristalizados al alfa.
Y éste comenzó a curar su cortada, mientras
JiMin suspiraba enamorado, bajándose con
cuidado de la mesada y alcanzar las primeras
sandalias de casa que encontró, para limpiar el
desastre que había creado momentos atrás
mientras estaba cegado en su pequeño ataque de
ira.

ㅡ Y… listo, mi bebé ahora está sanado.ㅡ
Jeongguk dijo melodiosamente, besando la frente
de su hijo con dulzura.
BaeJeon rió abrazándolo con tanto
entusiasmo.ㅡ ¡¡Tengo al mejor papá del
mundo!!~
El lobo de Jeon aulló felízmente,
completamente extasiado de alegría por ver a su
cachorro tan dulce. Sin embargo, su teléfono
comenzó a sonar.

ㅡ Quédate aquí, cachorro, papá debe salir a


contestar.ㅡ Jeon dijo antes de salir del
apartamento, dejando a BaeJeon mirando dibujos
animados.
Mirando el nombre en la pantalla, soltó un
gruñido furioso.
TaeHyung.

ㅡ¿Qué?ㅡ Respondió secamente no logrando


evitar el gruñido de su
lobo ante el pelirrojo haciendo acto de presencia
en su día.

ㅡ No tengo tiempo para tu carácter delicado,


Jeon.ㅡ TaeHyung

respondió de la misma manera, afilada y fría.ㅡ Es


hora de vernos, tenemos mucho de qué hablar.

ㅡ¿Qué mierda dices? Estoy con mi familia


ahora.ㅡ Jeongguk frunció el ceño.

ㅡ¿Y?ㅡ TaeHyung preguntó con poco


interés.ㅡ No se te olvide que
fuiste tú el que me buscó hace dos años, Militar.
El alfa castaño, cerrando sus ojos frustrado,
suspiró rendido.

ㅡ Bien, te veo en el bar BlueWolf.ㅡ Dijo antes


de cortar la llamada.
No quería ver en ese momento a TaeHyung,
podía estrangularlo sobre la mesa por ser tan
idiota con JiMin, pero… debía hablar con él tarde
o temprano.

ㅡ¿Quién era, alfa?ㅡ JiMin abrazó a Jeon por


detrás, escondiendo su
rostro en su espalda.
El alfa suspiró.

ㅡ YoonGi, amor, debo ir a resolver un


problema de trabajo.ㅡ Dolorosamente mintió.
JiMin suspiró y asintió besando su hombro.

ㅡ Ve con cuidado…

♡.
Hellooooooooow.♡
MIREN ESKE ME SEKUESTRARON Y PUES
ME TARDÉ EN ACTUALIZAR JEJEJEJEJE
No mentira, debo ser honesta con ustedes del
porqué no actualicé…
Tenía paja. :v
SorRRYYYYYYY X SER UMA IRRESPONSABLE
DE MIERDA XDDDD.
YA VINE CON TODO EL C0C0DESMADRE FULL
HD 4K OQEI,
AMENME
¿Qué se traen Jeon y Kim?
Teorías aki grasias x su koperasion
jeje
Sho me despido, coquitos míos, cjau cjau. ❤
OTP KBRONES, LOS AMO.♥♥
PREGUNTA PENDEJA COMO YO:
¿Les gusta Ariana Grande? ¿sí? ¿no? ¿por
qué?
Pinche Ariana, yo queriendo ser un poquito
más hetero y tú recordándome lo
tortilla que soy:’c♡
32.

BlueWolf.
El rechinar de las llantas de la camioneta militar
al frenar frente al bar
BlueWolf confirmaban que el conductor estaba
apresurado y prácticamente enojado. Al abrir la
puerta de éste, la firme pisada de aquél alfa llamó
ligeramente la atención de varios jóvenes
disfrutando de un cigarrillo, alejando su mirada
de la figura masculina cuando notaron el rostro
del hombre.
Jeon estaba cabreado y no venía con
intenciones de arreglar sus asuntos
tranquilamente.
Prontamente al entrar, el olor a alcohol,
cigarros y marihuana llenó sus fosas, haciéndole
gruñir ligeramente, en ningún rincón de aquél bar
encontraba al pelirrojo que tanto le tenía
enfadado y para ser relativamente sincero,
Jeongguk era el alfa más impaciente del mundo.
Caminando hacia la barra de licores, tomó asiento
en una de las altas sillas frente a la gran mesada.
—Vodka.— Jeon respondió secamente ante la
mirada de aquél beta mirándole fijamente para
escuchar su pedido y atender.
Jeongguk no tenía ánimos, él quería estar con
su omega y su cachorro, mirando algunos dibujos
animados mientras JiMin y BaeJeon descansaban
sobre su pecho con las sábanas cubriéndoles
hasta el cuello. No en un jodido bar con imbéciles
perdiéndose en los vicios.
Minutos pasaban y el alfa apretó los dientes
enojado, su mandíbula tensa alertaba y alejaba a
los omegas que habían querido acercarse a Jeon
en esos escasos quince minutos que yacía ahí
sentado, obligándose a ser paciente con
TaeHyung.
—Mierda…— Jeongguk chasqueó la lengua,
mirando su reloj. Un suspiro brotó de sus labios
deseando terminar pronto éste asunto
pendiente.
—Qué horrendo te ves enojado.— La conocida
voz de su impuntual quedante sonó tras su
espalda con burla.
El alfa castaño no volteó a mirarle, su espalda
se tensó y un gruñido brotó de sus labios.
TaeHyung frente a él tomó asiento y ordenó lo
que parecía ser una cerveza.
—Creo que hoy no es tu día.— TaeHyung siguió.
—A la mierda, TaeHyung, suéltalo ya.— Jeon
furioso respondió.
Una sonrisa apareció en los labios del alfa
pelirrojo.
—Bien, ya hice tu deber por dos años seguidos,
y te voy avisando que tener alejado a una bola
inmensa de alfas de tu omega no fue pan comido.
Jeongguk levantó la mirada de su bebida
lentamente hasta el alfa pelirrojo, atento a cada
palabra y analizándola cuidadosamente.
—Continúa.
TaeHyung rió.— No toqué a tu omega, sabes
que yo no soy una bestia. Sólo le daba mi
chaqueta. Le apoyaba con el dinero que me
enviabas.
—Mhm.— Soltó Jeon delineando con su dedo
índice el vaso, notándose ido.
Entonces fue dónde el pelirrojo suspiró
agotado.
—Jeon…— Llamó el joven.— Ya te he dicho que
yo respeté la decisión de JiMin respecto a
BaeJeon.
Jeon gruñó de una forma intensa, sintiendo en
cualquier momento explotar en aquél bar.
—Joder, pero ¡Tenía derecho de saberlo,
TaeHyung!— Jeongguk soltó apretando la
mandíbula.— ¡Quedé como un imbécil al dudar
de JiMin y mi hijo!
—Pero ¿Por qué?— El pelirrojo soltó confuso.—
Si sabías que no me gustaba JiMin.
El alfa castaño rió sin gracia, con una pizca de
sarcasmo.
—Fuíste cómplice con mi madre de separarme
hace años de mi primera pareja, hiciste lo posible
por hacer que la madre de mi omega me tuviera
un repudio gigantesco.— Jeon soltó con furia,
sintiendo su cabeza hervir.— ¿Y todavía te dignas
a hacerte la mosca muerta?
—Con tu primera pareja hablas de YoonGi,
¿No?— TaeHyung preguntó tranquilamente.—
Deberías agradecerme que te he hecho un gran
favor, tu relación con YoonGi era de lo más
antinatural.
—¿Por qué?— Jeongguk golpeó su palma sobre
la barra, alarmando al barista.— ¿Porque ambos
éramos alfas? Por favor, TaeHyung, que mente
más podrida.
—Exacto, hermanito.— Jeongguk odió el tono
de voz chillón que usó su hermano menor con
él.— Papá te odiaría si se enteraba que su hijo
estaba con otro de su mismo linaje..— TaeHyung
observó su propia cerveza con un brillo burlón en
sus ojos.— Y sobre JiMin… no lo sé, me interesaba
antes.
El castaño apretó sus puños, enterrando sus
cortas uñas en sus palmas.
—¿Qué?
—Lo que oyes, lo quería para mí, ¿Pero
sabes?— El pelirrojo se atrevió a mirarle.—
Cuando perdí contacto contigo y dos años
después me buscaste para pedírme que cuide de
tu omega, me contuve por BaeJeon.— Confesó
con el ceño lineal y serio, sosteniendo la mirada
de Jeon.— Te odié por haber dejado a JiMin con
un cachorro de dos años, ese pequeño no tenía la
culpa de absolutamente nada. Yo quería que tú
luches por recuperar a JiMin, pero a la vez
deseaba que supieras de Bae. JiMin no me lo
permitió, fin.
Jeon sintió su corazón debilitarse, pero
continuó firme.
—Luego, pasa… pasa la muerte de
KwanSeok…— TaeHyung desvió la mirada y
sacudió su cabeza tratando de recuperar la
compostura.— BaeJeon fué el motivo por la cuál
yo no quise interferir.
—Pero tú tenías pareja, TaeHyung.
—Después del accidente en la playa con
KwanSeok me separé de SeokJin.— TaeHyung
negó rápidamente.— Pero eso no importa ya,
deja tus celos estúpidos que no toqué a Park.
—SeokJin es felíz ahora con NamJoon, supongo.
—Me alegro mucho.— TaeHyung sonrió
levemente.
—JiMin no lo sabe ¿verdad?— Jeongguk
preguntó mirando al barista tratando de
reflexionar.
TaeHyung negó.
—No sabe que realmente BaeJeon es mi
sobrino de sangre y tú mi jodido hermano.
Jeon bufó.— Qué amor me tienes.
—Es solo un cariño frustrado y cierta envidia.
—¿Envidia?— Jeongguk preguntó antes de dar
el último trago del vodka.
—Síp.— TaeHyung le siguió con su cerveza.—
Fuíste el consentido de papá, él te amaba por ser
alfa… yo solo soy un inútil beta.
Jeongguk frunció el ceño.
—Eso es mentira, papá te amaba.
—Claro que no, él te consintió para que tú
tomes su puesto en la milicia, Jeon.— TaeHyung
rió sin gracia.— Él no quería hijos beta, solo alfas
y por eso yo me obsesioné con los aromatizantes
de alfa.
Jeongguk le escuchó atento, sin saber qué decir.
—Él me despreciaba cuando le pedía un poco
de cariño.— TaeHyung estaba con sus ojos
cristalizados, sin embargo, pestañeó varias veces
para alejar el sentimiento de tristeza que quería
adoptar su cuerpo.— Por ello te odié, Jeongguk.
—Pero ¿Y mamá?
TaeHyung soltó una carcajada.
—¿En serio? Mamá nunca nos quiso, éramos
sus estorbos, ya ves.. terminó acostándose con el
rival de papá en la milicia cuando el murió. — El
pelirrojo acomodó su bandana.— Pero bueno,
solo te pido el pago a la ayuda que te dí éstos dos
años.
—¿De cuánto hablamos?— Jeongguk sacó su
billetera.
TaeHyung negó.
—Págale a mi omega su jodido mes en la milicia,
Jeon.— TaeHyung rió levemente.— HoSeok sigue
esperando su pago.
Jeon asintió.— De acuerdo ¿Eso es todo?—
Preguntó alzando las cejas.
—No, y que me compres una pizza, le dije a mi
cachorro que saldría por una pizza para él.
Jeongguk asintió y sacó las llaves de su auto,
pagando ambas bebidas y ponerse de pie.
—Andando, cabeza de menstruación.
TaeHyung carcajeó golpeando la espalda de
Jeon.
—Andando, retrasado narizón.
.
Helloooooooooow.❤
ESPEREN NO ME PEGUEEEEEEN
SÍ, V ES EL HERMANO DE JEON, YA SE
CONOCÍAN,
FINGIERON ODIARSE CUANDO SE “vIERON
POR PRIMERA VEZ”, V MANTENÍA A
BEBEJIMIN CON EL DINERO QUE LE ENVIABA
JEON ETC.
SJGKKSFJDJCJEKGKDFMMEMRRMMRMRMFN
ENGMMGN DNRNNENG.
*Putazos o quejas para C0C0 aki*
Sho me despido, coquitos míxs, cjau
cjau.❤

Jeon se la tenía bien escondida y no hablo de


su pijota ahre.
33.

Alfa y Omega en contacto.


Cuatro y media de la mañana, Jeon estaba
entrando apenas al departamento donde su
omega habitaba, completamente cansado y con
ganas de dormir abrazando a su chico, soltó un
gran bostezo silencioso, provocando que las luces
de la nada sean encendidas. ¿Qué está pasan-…
Oh, mierda.
JiMin estaba con una camisa del alfa, apoyado
en la pared y con sus brazos cruzados, Jeongguk
pensaría que estaba tan malditamente caliente
en ese momento sino fuese por la expresión
enfadada que su omega portaba en su precioso
rostro. Jeon sabía que estaba en problemas, de
eso no había la mayor duda.
—Bebé… puedo explic-…
—¿Qué hora es, Jeon Jeongguk?— JiMin se
adelantó a hablar, con un tono tosco en su voz.
—¿Las cuatro y media de la mañana?…—
Preguntó dudoso el alfa, encogiéndose
ligeramente de hombros esperando la furia del
omega contra él.
—Ajá… ¿Piensas que ésto es un hotel?— JiMin
volvió a preguntar, arrugando la nariz de botón
ligeramente.
—Amor…
—¡Amor nada!— JiMin se quejó, acercándose al
alfa, tomándolo de la camisa y olisquear
desesperado.— Hueles a cigarro.
Jeon se tensó, y el lazo le transmitió furia, de
pronto su corazón se sentía en llamas.
Y JiMin sintió miedo a través de la marca.
—¿Qué te tiene asustado?— JiMin miró las
pupilas dilatadas del alfa, creyendo saber qué era
lo que sucedía.— Sóplame la cara.
—Carame-…
—Sóplame la maldita cara.
Jeon, completamente nervioso, sopló
suavemente. Park cerró sus ojos cuando las
manos del alfa tocaron su cintura cálidamente.
Vodka y menta.
—Hueles a alcohol, y estás completamente
borracho.— JiMin gruñó alejándose de él
bruscamente, dándole la espalda.
Y Jeon comprendió que el omega malentendía
todo.
—Hey, ven aquí.— Dijo firme el alfa, tomando
nuevamente al joven y darle vuelta,
encarándole.— No estoy borracho.
—Actúas como si lo estuvieras.— JiMin furioso,
se quejó.
—No, amor…— Jeon dejó un beso en la frente
del omega.—
Escucha, YoonGi me citó en un bar para hablar de
trabajo, tomé solo un poco de vodka, no estoy
borracho.
JiMin le miró fijamente a los ojos, intentando
descifrar si el mayor decía la verdad y sus labios
temblaron ligeramente, llevando sus manitos al
amplio pecho de su hombre.
—¿Se-seguro?…—Tartamudeó el más bajo con
su ojitos completamente cansados y brillosos.
No, no estoy seguro. Perdóname, amor mío.
—Seguro, bebé.— Jeon sonrió dulcemente,
dándole un tierno beso en los labios, de la cuál
JiMin correspondió.
—Bien…— Dijo sobre los labios dulzones del
alfa.— Te creo, pero ve a darte una ducha, ni
pienses que te dejaré meterte a la cama conmigo
apestando a alcohol.
Jeongguk soltó una pequeña risa.
—¿Tan cruel eres?
—Sí, ve a bañarte.— Pidió el omega dándole la
espalda.
Y el castaño aprovechó a pegarle una gran y
ruidosa nalgada, ya que había sido tentado por la
delgada y tersa tela blanca de la camisa que no
cubría ni a la mitad de sus muslos; dejando a la
vista unas preciosas y largas piernas desnudas.
—¡Jeongguk!— JiMin chilló llevando sus
manitos a la zona golpeada, jadeando por el
ardiente y gustoso dolor que comenzó a sentir.
El omega rápidamente buscó refugio en los
brazos de su alfa, quien metió sus manos por
debajo de la camisa y los bóxers blancos,
acariciando y amasando la sensible carne
golpeada del pelinegro.
—¿Me excedí?— Preguntó Jeon con una sonrisa
pícara.
—Im-imbécil…— JiMin apoyó la frente en una
mezcla de estar adolorido y excitado.
—Pareces gustoso, eh, estás jadeando.
—¡Pe-pero de dolor, idiota!— JiMin golpeó su
hombro ligeramente, lloriqueando por las manos
fuertes que su alfa portaba sobre su trasero.
De pronto sintió besos… besos húmedos y
posesivos en su marca de unión con Jeongguk.
Éste último, ágilmente levantó al omega y enrolló
sus piernas en su cintura, soltando un gutural
sonido desde lo más profundo de su ser.
—¿A-alfa?…— JiMin logró preguntar mientras
Jeon los guiaba a la habitación del omega.
—Te necesito.— Respondió roncamente,
subiendo los peldaños con delicadeza y elevando
los besos a la filosa mandíbula de JiMin.
El más bajo, perdido en la demanda de su
hombre, se dejó hacer sumisamente, haciendo
aullar a su lobo de felicidad por el contacto con su
gran alfa.
Jeongguk, apenas llegó a la habitación de su
omega, recostó al pequeño omega en el
esponjoso colchón con sábanas blancas de
terciopelo, los cabellos negros del chico caían
preciosamente por sus ojos, sumado con los
labios gruesos y dulces siendo relamidos por su
lengua, era igual al omega etéreo más hermoso
existente en su mundo. Sus manos sentían agujas
clavarse en su piel por la necesidad de tocarlo,
admirarlo… probarlo una vez más. Su cuerpo
reaccionó al calor de la anatomía más pequeña,
pero al igual que él; con buenas proporciones en
los lugares correctos.
Jeongguk colocó las piernas de JiMin sobre sus
anchos hombros, comenzando un camino de
besos desde sus tobillos; húmedos y amorosos
besos depositados en la cremosidad de su
dulzona piel con tanta pasión, amor… y culpa.
El alfa no quería pensar en nada que no fuese su
omega, en sus preciosos dientes apretando sus
labios para no soltar ronroneos y jadeos ante el
tacto llameante sobre su piel. Prontamente, el
hombre llegó a los lados internos de sus gruesos
muslos, dándole un cosquilleo íntimo al pelinegro
debajo suyo. Provocando que así, el dulzón
lubricante natural hiciese su trabajo, esperando
con emoción al hombre que lo volvía loco.
—Amor…— Jeon murmuró de manera ronca,
con un añejo acento satoori que JiMin creyó
nunca más escuchar en él, retorció a su lobo en
placer y melancolía. El alfa respiró audiblemente
las feromonas del omega listo para él,
provocándole un gruñido posesivo.— Oh, amor
mío…
JiMin desde su campo de visión solo lograba
apreciar la cabellera lacia y castaña del alfa, junto
a los anchos hombros y brazos musculosos
enrollados en sus piernas prominentes, llevando
una manito a su boca para mordisquear una uña,
el omega se estremeció ante el alfa, cayendo en
lo más profundo de una limerencia que se
expandía en su ser cada vez más, entregándose
así a su fuerza y virilidad de alfa que lo mantenía
en su punto máximo y natural de sumisión.
JiMin lucía como un delicioso chocolate blanco
derretido entre las llamas potentes que eran los
besos del alfa castaño, endulzando y manchando
su cuerpo con las marcas, olor, y toques del
hombre. Park enganchó sus manitos en las hebras
oscuras ajenas cuando el calor corporal del alfa
bajaba peligrosamente a su entrepierna. JiMin
jadeó ante la irresistible necesidad de tener a
Jeongguk haciéndole el amor aquélla noche,
permitirle al lobo interior del hombre poseer los
sentidos ajenos hasta que los dedos de sus pies se
rizaran de placer por su fuerte virilidad.
Sin embargo, aquéllos besos que en su
entrepierna le volvían loco y le hacían querer
sacar lo impuro de su ser; se esfumaron, algo tan
efímero que el omega no pudo pestañear
correctamente hasta que tenía el masculino
rostro del alfa a escasos centímetros de la suya.
Sus penetrantes ojos parecidos a unos agujeros
negros perdidos por el espacio infinito devoraban
los ojos con miles de galaxias coloridas de JiMin,
perdiéndolos a ambos en un revoltijo de
emociones y colores con sus miradas fijas. Jeon
hipnotizado al igual que JiMin. Permitiendo que
ambos lobos se conectaran en esa unión directa,
permitirse abrazarse una vez más y demostrar la
capacidad de amar honestamente como sus
humanos lo hacían. Y aunque pudieran percibir en
sus pensamientos lobunos algunos grisáceos
secretos, sabían que tarde o temprano, saldrían a
la luz.
—Todo estará bien…— El omega de JiMin habló
por él mismo, un tono de voz tan melifluo y
precioso que el alfa --tanto humano como lobo-—
se vio desvanecer de amor.— JiMin te
perdonará…
Jeongguk, por su parte, gruñó en respuesta, aún
sin romper la conexión de potentes miradas, fue
el turno de su lobo para hablar.
—Todo estará bien…— El alfa habló con una voz
completamente distinta, algo inefable y ronca
para el oído de su dulzón omega.— Jeongguk
estará felíz…
Ambos lobos, sabiendo que debían romper
pronto la conexión de miradas, sellaron su
promesa en un inmarcesible beso, expresando el
amor y necesidad que ambos sentían por estar
juntos el resto de sus vidas, ansiosos por vivir
cada experiencia.
Así mismo, la marca en el cuello de JiMin vibró de
manera suave y gustosa, tranquilizando ambas
almas. Prontamente, los lobos dejaron de mirarse
y los humanos volvieron a contemplarse.
—Te amo…— Susurró Park acariciando su
rostro con sus manos, cuidando de no lastimarle.
—Te amo aún más.— Respondió Jeongguk
juntando su frente con la ajena, cerrando sus
párpados y supirar, abrazándose al cuerpo del
omega en busca de cariño.
Cariño que solo encontraría con su omega.
—Házme el amor…— JiMin murmuró cerrando
sus párpados, abrazando por el cuello a su
hombre.— Ámame como sabes hacerlo, alfa…
Y, Jeon, completamente enamorado y perdido,
le hizo el amor el resto de lo que quedaba de la
preciosa noche, siendo la luna el testigo verídico
de su amor.
.
Hellooooooooow.❤
C0C0 IS BACK,
COQUITOS.
ESTOY TAN FELÍZ DE VOLVER A
INTERACTUAR CON USTEDES POR AQUÍ.
*llantos ruidosos*
El semestre me alejó por completo de
ustedes, mis bebés hermosxs de toda la vida,
lo siento por eso, sin embargo, aquí escribí
éste
capítulo para ustedes porque se lo merecen, por
esperarme hasta ahora y mandar mensajes
tanto en mi inbox de wattpad como en mi
Instagram. En serio muchas gracias por la
paciencia que me tienen, espero y disfruten éste
capítulo.
Oficialmente la semana que viene es la
última en mis estudios para por fin salir de
vacaciones, hasta Agosto. Deséenme suerte
para salir con buenas notas que éste último
parcial es el más complicado.😭❤ Nos
estaremos viendo pronto, coquitos, cuiden de
ustedes, aliméntense como se debe y duerman
correctamente, lxs amo.❤
Sho me despido, coquitos míxs, cjau cjau.❤
Bebé.❤
❝Bendecido por la ley de la belleza y por
supuesto; la seducción.❞
—S.
/ojitos, se va lentamente antes de que la
linchen por dejarles dudas
existenciales.
34.

Últimos capítulos.
El tiempo cobra factura, Jeon.
Amaneciendo entre las deliciosas y cálidas
sábanas, el alfa abrió sus chocolates luceros
lentamente, no podía contemplar la belleza
frente a él, ya que esta le daba la espalda, pero
estaba seguro que seguía viéndose igual de
hermoso como siempre.
JiMin dormitaba entre los brazos de su alfa y no
pudo evitar soltar un ronroneo en medio de sus
sueños cuando Jeongguk acarició la cremosa piel
del torso y vientre del omega, debía ser honesto
con él pronto, contarle todo desde un principio de
su reencuentro, sin embargo, algo se lo impedía,
no lo sabía, era tanto el miedo de volver a
perderle y ahora por ocultar secretos bastante
graves.
Como la sangre que compartía con TaeHyung.
Honestamente, Jeongguk casi no logró dormir,
dos horas no servían para un carajo cuando en su
mente habitaba un lobo bastante furioso por su
silencio ante JiMin, y lo entendía pero ¿Qué
pasaría si abre la boca aparte de perder a JiMin?
Jeon tenía otra vida por la cuál temer.
BaeJeon.
Separarse de su cachorro sería bastante
doloroso, sabía que JiMin le alejaría de BaeJeon
por el engaño pero, Jeongguk era un alfa con un
corazón bastante sensible respecto a su hijo y
BaeJeon podría enfermar terriblemente por el
vacío del alfa. Era tan imbécil.
Pero le amaba tanto, y le dolía saber que por su
culpa los amores de su vida sufrirían por saber la
verdad.
Gruñendo por lo bajo, el alfa se sentó en la orilla
de su cama y llevó sus manos a su rostro,
cubriendo cobardemente la preocupación que en
él albergaba.
No merezco a un ángel como JiMin. Pensó y su
lobo gruñó en completa furia.
Miró por su hombro el cuerpo de su pareja,
cubierto con solo una camisa blanca que trazaba
perfectamente las curvas sensuales, su rostro
angelical era un peligro, y su corazón se estrujó
aún más. La culpa le estaba matando. Suspirando,
el alfa se puso de pie y caminó directo al cuarto
de baño, el trabajo le ayudaría a quitar el estrés.
O solo lo aumentaría más…

JiMin abrió los ojos cuando sintió manitas


acariciar su espalda, demasiado pequeñas para
ser las de su alfa, y se giró levemente para
observar al dueño de tal ternura.
BaeJeon le observaba con ojitos curiosos y
brillantes, idénticos a los de su padre. JiMin sonrió
inconscientemente.
—Bebé…— JiMin murmuró con voz rasposa
mientras tallaba uno de sus ojos.
—Buenos días, appa.— BaeJeon se sentó en la
cama, peinando los cabellos revueltos del omega.
—¿Y papá?— Preguntó, observando a su
cachorro enterrar el rostro en la almohada de
Jeongguk, abrazándola y ronronear por el aroma.
—Hace unos minutos se fue al trabajo.—
BaeJeon habló distorsionadamente por la
almohada.— Y me dijo que te diga que te ama
mucho, mucho, mucho.
JiMin sonrió prontamente al sentir sus mejillas
hervir.
—¿Papá dijo eso?
—Sí, y que me hagas de desayunar porque dice
que mi pancita quiere comida.
JiMin le observó sigilosamente.
—¿Papá lo dijo o estás hablando por él?
BaeJeon mostró sus dientitos en una sonrisa
burlona.— ¡Tengo hambre, appa!
JiMin asintió levemente y bostezó.
—Bien, ve abajo, ya iré a hacerte el desayuno,
cariño.
BaeJeon chilló felíz y bajó de la cama para correr
hasta la puerta, desapareciendo del campo de
visión del omega. Park se sentó en la cama y
observó la gran camisa cubriendo su anatomía, un
sonrojo más notorio cubrió su rostro entero y
sonrió tontamente cuando recordó la forma en
como Jeongguk le hacía el amor, tan dulce y
atento, besos y caricias con las yemas de su dedos
por su piel desnuda, reclamando cada rincón de
él con su aroma y mirándole con amor cuando
embestía un poco más fuerte. Sin duda era un
recuerdo tan íntimo y precioso que JiMin
conservaba en lo más preciado de su memoria. Ya
deseaba que Jeon le oliese, compartir un
momento tan importante juntos y reafirmar una
vez la unión de su marca.
Se miró al espejo cuando estuvo en el baño para
darse una ducha, su piel con ligeras marcas rosas
y dulces mordidas en él. Según Jeon, se le hacía
terrible el dejar chupones en su cremosa piel y
éstas tengan el tono púrpura y rojizo, pareciendo
pequeños golpes, lo detestaba, según, merecía
ser tratado con amor y mejor optaba por chupar
muy suavemente su piel, quería marcarle, sí, pero
no de forma grotesca y ruda. Menos cuando
hicieron el amor una noche antes.
Sonrió para él mismo, el alfa se pasaba un poco
de cursi, pero le adoraba aún así. Era el color de
su vida y la esperanza de ésta.
Era su mundo.
Jeongguk limpió su frente sudada, jadeando por
el terrible sol que le agobiaba en todo aspecto,
alejándose para que HoSeok suplante su lugar un
momento, trotó hasta la sombra, con una botella
de agua en mano y la mirada perdida.
SeokJin, quien estuvo en todo momento en
aquélla sombra, analizó por completo al alfa
angustiado.
—¿Qué te preocupa?— Habló después de unos
minutos cuando
Jeongguk tomó asiento a su lado para regular su
respiración.
El comandante alfa regresó su mirada al rubio,
gruñendo al notar lo bien que el omega le
conocía.
—Trabajo, eso es todo.— Dijo a regañadientes,
evitando el contacto visual o de lo contrario se
rompería ahí mismo.
—Siempre trabajas de más y nunca te angustias
así por el ejercicio.— El rubio se cruzó de brazos y
suspiró cuando Jeon bajó la mirada.—
¿Problemas con JiMin?
El alfa infló las mejillas para no deformar su
mueca en una dolorosa, pero le estaba resultando
difícil, por lo que se limitó a asentir.
—Hablemos.
Jeongguk parpadeó repetidas veces, lo
necesitaba, necesitaba soltar toda su
preocupación y SeokJin era el oyente y consejero
perfecto para situaciones como la suya.
—Estoy ocultándole algo a JiMin.
SeokJin levantó las cejas parpadeando.
—¿Qué le ocultas?
Jeongguk tragó saliva y comenzó a explicarle
todo a SeokJin detalladamente, recibiendo los
murmros de SeokJin como uhúm, ajá, mmm. Sin
mencionar otra cosa.
Cuando terminó de hablar, se dio cuenta que
sus lágrimas caían cómo cascada en épocas de
lluvia y sus ojos grises por la temporada nublada
en su momento de angustia, sus mejillas y nariz
estaban rojizas, delatando el dolor, cubriendo su
rostro al sentirse un completo cobarde por el
ahogo de no saber qué piedra lanzar primero al
río de problemas atormentando su vida felíz.
SeokJin lo le reprendió como de costumbre, no
le dejaba en claro que la estaba cagando con el
omega y mucho menos tenía el ceño fruncido.
Solo acarició su espalda dándole la confianza al
alfa de vaciar su dolor de poco en poco, antes de
sentirse listo para las palabras crudas que SeokJin
le diría. Su lobo estaba dando vueltas tratando de
aullar algo que no entendía perfectamente,
quizás la luna no se lo permitía aún, pero el
humano estaba sufriendo y demasiado.
—¿Qué te da miedo, Jeon?— SeokJin tomó una
de las rasposas manos del alfa, brindándole
caricias gentiles.— ¿Que JiMin te deje
definitivamente y te aleje de BaeJeon? ¿Es eso?
Jeongguk entre sus lágrimas, asintió mientras
tragaba el horrible nudo en su garganta.
Y SeokJin sonrió enternecido.
—Alfa tonto, tonto, tonto.— Murmuró
suavemente el rubio, buscando calmar al
nombrado con su voz.— JiMin no podrá alejarte
de tu cachorro ¿Sabes por qué?
Jeongguk levantó su mirada en dirección al
omega, pidiendo ayuda con el brillo de dolor.
—Porque BaeJeon es un cachorro inteligente,
ya tiene un lazo bastante fuerte a tí y ya te
reconoció como su padre. Es apenas un lindo
bebé de cuatro años, pero eso no le hace tonto.—
SeokJin acarició los castaños cabellos del
comandante.— Será algo espontáneo para JiMin,
sí, y posiblemente se sienta traicionado, pero ten
en cuenta algo, ya lo marcaste, y BaJeon también
¿No?
—S-sí.— Confirmó el alfa, sorbiendo la nariz.
—JiMin te perdonará, Jeon, recuerda que el
amor siempre es más fuerte y firme que cualquier
problema o decepción.
Jeongguk suspiró, aún no convencido del todo
por el omega.
—Además, después de que lo asimile, se podría
poner felíz al enterarse que TaeHyung
biológicamente es tío de BaeJeon, son tan unidos
¿No?
Jeongguk volvió a asentir.
—¡NamJoon! ¡Tu mariposa gay está tomándole
la mano a la mariposa llorona!— Una conocida y
siempre burlona voz se escuchó a sus espaldas.
SeokJin rodó los ojos y adoptó una expresión de
fastidio.
—Ya volvió el escuálido sin chiste.— Murmuró
SeokJin.
Jeongguk rapidamente limpió sus lágrimas y
pensó en pretextos para que YoonGi no le burle
por su rostro rojizo.
Un golpe en su cabeza resonó levemente y
YoonGi le quitó la botella de agua.
—Qué bien es regresar y ver a los esclavos
trabajar.— YoonGi dijo dando un sorbo, antes de
bajar la mirada y observar al alfa.— ¿Y tú qué
lloras? ¿Caramelito te dejó con la escopeta
despierta anoche?
Jeongguk gruñó amenazante.
—Ahora no, YoonGi ¿Podrías ser menos
imbécil?— SeokJin regañó. — ¡Siempre tienes
que andar diciendo idioteces que a nadie le
importa!
—Todos andan en sus días rojos, perras locas.—
YoonGi rodó los ojos.— ¿Qué te pasa, Jeon?
Jeongguk suspiró, negando levemente.
—Después hablamos, YoonG-…
—¡Comandante alfa de primer mando!—
NamJoon gritó a lo lejos, llamando la atención de
los tres presentes.— ¡Ficha Alfa roja!
¡Apresúrate! ¡Con Lee!
El rostro de Jeon se deformó de nuevo y se puso
de pie rápidamente, corriendo hasta NamJoon.
—¡Tú también, pedazo de inservible!—
NamJoon apuntó a YoonGi.
No en éste momento, por favor, no ahora.
Jeongguk pensó con el corazón latiendo
locamente, sintiéndose mareado de pronto.

Lee observó a los alfas directivos del campo


militar, Jeon observaba el mapa extendido en la
gran mesa de caoba y tragó saliva.
—Corea del Norte quiere otra guerra.— Lee
habló antes de cruzarse de brazos.— Y es nuestro
deber proteger nuestro pueblo, no podemos
bajar la cabeza ante sus planes.
—¿Qué planea, Capitán?— NamJoon habló
firme.
—Los mejores equipos, alfas militares que
tengan un perfecto entrenamiento y se vean
fuertes para el combate.— Lee arrastró su mirada
de NamJoon a Jeon.
Éste apretaba la mandíbula, no deseaba esto, él
no quería involucrarse, él…
—Comandante Alfa Jeon.— La profunda voz del
hombre le hizo cerrar con fuerza los ojos.
Jeongguk levantó la mirada, deseando no estar
involucrado por primera vez en alguna mierda
parecida.
—Necesito tus tropas.— El canoso hombre
levantó la mirada imponentemente.— El equipo
alfa A anteriormente fue un éxito, necesitamos
que escojas a los mejores militares del campo y
darles una asignación de lugar durante la guerra.
No puede ser cierto.
—Capitán Lee, yo no creo pode-…
—Ahora no se trata de creer, Comandante Alfa
Jeon.— Interrumpió el hombre, colocando los
puños sobre la firme mesa.— Corea del Sur corre
peligro y necesitamos demasiada fuerza para
vencer la guerra una vez más.
Mierda.
Un tenso silencio abarcó las cuatro paredes por
lo que parecía ser una eternidad.
—Tienes cuatro días para darme una respuesta,
Jeon. Retírense todos y preparen a los mejores
pronto.
Jeon quería echarse a llorar. Realmente quería
hacerlo.
SeokJin leyó la expresión de Jeongguk y
rápidamente corrió a abrazarle, NamJoon le miró
frunciendo el ceño extrañado por la repentina
acción de afecto y supo que algo andaba mal
cuando escuchó un sollozo por parte de
Jeongguk.
Oh, JiMin, amor mío… Pensó rápidamente,
obteniendo recuerdos de él junto a su cachorro y
deseó no ser tan vulnerable en esos momentos,
necesitaba ser el alfa sin expresión, aparentando
que nada le dolía cuando por dentro estaba
destrozado, pero ahora… ahora tanto por fuera
como por dentro solo dejaba una apariencia débil
de él.
Por primera vez tenía mucho miedo de
enfrentarse a una guerra.
Pero si se negaba corría el riesgo de perder su
placa militar y que la guerra sea ganada por el
Norte, era el comandante alfa Jeon, el mejor líder
del cuerpo militar.
Definitivamente no sabía que hacer cuando vea
a JiMin.
Mi familia…
.
Helloooooow.
Hola, ya vine, jeje.
¿Cómo están, coquitos? Yo no me quejo,
pero uuuff, pasaron muchas cosas y más
durante las vacaciones. Debo disculparme y
me
desaparecí tanto que ni respondía los
mensajes. Los que me siguen en
Instagram ya saben más o menos lo que me
pasó y bueno, síganme ahí, estoy poniéndoles al
día últimamente ahí.
Ig: _juancoco_
Eso, ehm, sí, les extrañé muchísimo, tal vez
no ande muy animada pero decidí dignarme a
actualizar porque estaba super aburrida y el
insomnio como siempre jodiendo JAJAJAJA.
Militar ya va a terminar ¿Están
listos?❤❤❤
Sho me despido, coquitos míos, cjau
cjau.❤
Un rico Jeon Jeongguk que amo tanto
para ustedes.❤
ilysm, thx por esperarme, en serio cuando
esté del todo bien hablaré un poco de
lo que pasa (sí, estoy enferma).
Luv u, see u soon babies.☁❤
35.

Secreto de BaeJeon.
Últimos capítulos.

JiMin salió del baño, con los ojos lagrimeando y


las mejillas sonrojadas, parecía morir en ese
momento, su cabeza daba vueltas como si pronto
vaya a parar al suelo alfombrado. BaeJeon jugaba
con sus carritos mientras escuchaba a su padre
hacer sonidos raros en el baño.
—Bebé.— Llamó Park, buscando la atención de
su hijo.
BaeJeon miró a su padre mientras bateaba esas
pestañas rizadas y oscuras, una preciosa sonrisa
de conejo se plantó en su rostro y sus pequeñitos
dientes de leche salieron a la luz.
—¿Sí, appi?— BaeJeon brillaba a pureza y
bondad.
JiMin se había quedado petrificado mientras lo
observaba. Su pequeño cachorro, aquél bebé de
la cuál hizo de todo para salir adelante junto a él,
por fin tuvo en cuenta que ese pequeño cachorro
que balbuceaba era ahora un niño, un dulce niño
que a pesar de que crecía en la mejor de su
infancia, era más maduro de lo que JiMin podría
explicar. Suspirando, JiMin se echó a llorar.
BaeJeon rápidamente se trepó en su regazo
cuando el omega tomó asiento en la cama y lo
abrazó con fuerza.
—¡Appi, no!— El cachorro tomó entre sus
manitos el rostro de su padre, besando su frente
repetidas veces.— Appi no debe llorar…
JiMin no podía expresar cuánto amaba a su hijo
y lo bendecido que se sentía con tal bebé en su
vida.
—Appi está felíz, bebé…— JiMin peinó los
cabellos de su hijo.— Appi tiene un precioso
cachorro.
BaeJeon apoyó la mejilla rechoncha en el
hombro del omega y pacientemente esperó a que
JiMin terminase de llorar.
Se sentía patéticamente felíz. Felíz de formar una
familia.
Junto al alfa de su vida.
BaeJeon estaba extrañado con la actitud llorona
y sentimental de su padre, sin embargo no
mencionó nada y solo, en su inocencia, comenzó
a sacar sus propias conclusiones.
JiMin necesitaba a su lado a ese lindo cachorro
entre sus brazos, se había dado cuenta de la
dependencia sentimental que había creado con
BaeJeon y lo mucho que lo amaba.
Sin darse ambos cuenta, terminaron
durmiéndose en la cama, BaeJeon protegido
entre los brazos del omega, JiMin sollozó de
forma dulce entre sueños. Una escena tan
preciosa de admirar.
Escena que presenció el alfa del hogar cuando
llegó y abrió la puerta de su habitación asustado
al no encontrar a su cachorro corriendo por la sala
y menos a su omega terminando la cena o
sentado en el sofá mientras leía algún libro. Su
corazón latió nuevamente con normalidad
mientras soltaba un ronroneo al ver a su pareja e
hijo acurrucados en la almohada del alfa. Y,
apoyado en el umbral de la puerta, sacó su celular
para capturar el tierno momento.
Tan pronto como capturó la foto, el cachorro
abrió perezosamente los ojos ante el fuerte
aroma del conocido y tan poderoso alfa que él
tanto adoraba. Buscando con la mirada a su
padre, esbozó una sonrisa emocionada y con
cuidado se bajó de la cama, estirando los brazos a
su alfa y ser cargado de forma inmediata por él.
Jeongguk llenó su rostro de tiernos besitos
mientras BaeJeon sonreía y cerraba los ojos
adormilado.
—Hola, bebé, te extrañé.— Susurró el alfa
mientras salía de la habitación con el pequeño en
sus brazos.
—Tengo hambre…— Soltó ignorando lo que el
alfa mencionó, antes de reír.— Igual extrañé a
papá.~
Jeon doblegó el labio inferior, formando un
puchero.
—Hieres los sentimientos de papá, diablillo.
—Comamos algo primero, papi.—
Nuevamente, el pequeño le rechazó.
Idéntico a JiMin. Pensó Jeongguk con una
sonrisa en su rostro.
Juntos buscaron qué comer, mientras que en la
radio colocaban música baja para que el omega
no despertase gruñón y Jeon comenzó a cocinar
mientras el cachorro, sentado en la barra de la
cocina, platicaba con su padre. Todo iba en paz, el
pequeño contando sus aventuras en la cárcel de
cachorros hasta que recordó algo.
—Papá…— Llamó el pequeño.
—Dime, príncipe.— Respondió el alfa mientras
cortaba algunas verduras.
—Bueno… ¿Recuerdas cuando iba a contarte
un secreto antes de que tío TaeHyung viniese por
mí para que tú pases tiempo con Appi?—
Cuestionó el pequeño, haciendo que el alfa del
hogar dejase su trabajo de cortar sus verduras
para poder pensar.
—Eh…— Jeon tuvo el brillante recuerdo
segundos antes de volver a hablar, y esbozando
una perlada sonrisa, asintió. — Lo recuerdo,
cachorro ¿qué sucede?
—Yo he visto antes a la abuela Park.— Soltó de
golpe BaeJeon.
¿Qué?
El alfa levantó la mirada hacia la pared, no
quería mirar a su cachorro con el marcado ceño
fruncido o de lo contrario le intimidaría.
—¿Ah sí?— Jeongguk sentía como en lo
profundo de su alma, su lobo dormido despertaba
a base de gruñidos.
—En la cárcel de cachorros…— Empezó el
pequeño mientras jugaba con una zanahoria.—
Justo en la hora del desayuno KwanSoo y yo
siempre veíamos a la señora Park vendiendo
pastelillos, pero, iugh…
—¿Mhm? ¿iugh?— Preguntó atento el alfa,
actuando como si nada estuviese sucediendo.
—Los pastelillos eran de frambuesas… —
Explicó el cachorro.— Pero cuando me los
obsequiaba de inmediato me daba mucho
sueeeeeeeeño.~
Un foco rojo se encendió en su cabeza, eso era
muy mala señal.
—Oh… ¿Me podrías explicar mejor cómo te
hacían sentir los pastelillos de frambuesa,
amor?— Jeongguk echó las verduras picadas en la
olla y al terminar, se dio vuelta para apoyarse en
la barra y cruzarse de brazos.
BaeJeon inocentemente asintió y se acomodó
mejor sobre la barra, la camisa de mangas largas
pertenecientes al alfa cubría todo su pequeño
cuerpecito y por fin, habló.
—Cuando lo comí sabía muuuy rico, la
frambuesa estaba muy deliciosa, pero…—
BaeJeon buscó palabras.— Después de un rato,
sentía que el mundo bailaba, las cosas se movían
y KwanSoo se duplicaba.
Mareo. El alfa descifró su explicación, dejando
que el pequeño continuase.
—Después, me dio muuuucho sueño, mi
cuerpo pesaba como un saco lleno de papas, creo
que era porque había comido todas las verduras
que mi lindo Appi había hecho para mí.— Explicó
BaeJeon.
—Puede ser eso, cachorro.— Jeongguk asintió.
—Eso no es todo, Papá.— BaeJeon infló sus
mejillas mirando con cierta preocupación a su
progenitor.
—Puedes decirme, hijo.— El alfa extendió sus
brazos para que el cachorro se refugiase en ellos.
—Bien, la vez que me fueron a buscar juntos, la
señora Park estaba en la salida y me estaba
llamando para darme un paseo.— BaeJeon
escondió su rostro en el cuello del hombre.— Me
dijo que si no iba con ella nunca más me traería
pastelillos. Quiso tirar de mi mochila pero de
pronto te vi en la puerta de la cárcel de cachorros
esperándome.
No puede ser. Jeon en ese momento recordó
todo.
*Flashback*
—¡Oh, señor militaaaaaar!— Gritó emocionado
BaeJeon al ver a Jeongguk esperándole en la
puerta del jardín y acomodar su pequeña mochila
de IronMan para correr con la sonrisa en su rostro
hasta los brazos del alfa.
Éste se agachó para recibirle y lo cargó al
tenerlo, el cachorro le dió un beso esquimal al alfa
y le abrazó por el cuello.
—¡Cachorro!— Exclamó el alfa dirigiéndose
hacia el auto mientras BaeJeon inhalaba su
aroma.— Appa nos espera en el auto, cariño y
quiere verte.
—¡Quiero ver a appa!— Dijo emocionado el
cachorro cuando Jeongguk abría la puerta trasera
para sentar a su cachorro en los asientos.
Entonces al cerrar la puerta para caminar a la
suya.. Jeon vió del otro lado de la calle algo que le
llamó su atención.
*Fin del flashback*
—¡Alfa!— Una adormilada voz le llamó curiosa
al notar el rostro pálido del más alto.
Jeongguk bajó un poco su mirada para
encontrarse con un omega bastante hermoso, de
ojitos brillantes y perezosos, mejillas sonrojadas y
cabello revuelto. JiMin le abrazó, sin embargo, a
través de la marca supo que algo andaba mal,
confirmándolo con el cuerpo tenso de su hombre.
—¿Cariño?…— Susurró JiMin en pregunta,
intentando descifrar el rostro serio del alfa.
—Cachorro…— Jeongguk ignoró a su omega,
sujetando la cintura de su hijo para bajarle de la
mesada.— ¿Qué te parece si vas a tu habitación?
Appa y yo tenemos que hablar.
—¿Cosas de lobos mayores?— Preguntó el
cachorro, abrazándose a las piernas de sus
padres.
—Sí, bebé, ve.— JiMin le ofreció una sonrisa
dulce, antes de que su cachorro asintiera y
comience a correr en dirección a su habitación.
Segundos después, cuando las pisaditas de su
hijo se oían en el piso de arriba, JiMin miró
confuso y algo indignado a su alfa.
—¿Puedes decirme qué te pasa y por qué tienes
esa cara?— JiMin se cruzó de brazos frente a
Jeongguk, mirándole extrañado.
Jeon soltó un suspiro profundo, mirando con
esos ojos penetrantes a JiMin.
—¿Recuerdas aquélla vez que sentiste en
BaeJeon un aroma a frambuesas?— El alfa
revolvió su cabello para finalmente mirar el suelo.

—JiMin…— Jeongguk gruñó mientras empujaba


su lengua contra su mejilla.— Tu madre intentó
drogar a nuestro hijo con unos putos pastelillos
de frambuesa y llevárselo.
JiMin palideció.
—¿C-cómo sabes eso?— El omega comenzó a
tartamudear, abrazándose a sí mismo.
—BaeJeon ha querido decírmelo desde que
entraste en celo, sin embargo justo cuando
estaba por soltarlo, TaeHyung llegó por él.
—Es imposible..— Park cubrió su rostro antes
de soltar un pequeño sollozo.— Mamá no puede
odiarme tanto…
Jeongguk le atrajo a sus brazos, escuchando por
fin el llanto doloroso de su pareja decepcionada.
—No te odia a tí.— Jeongguk calmó a su
omega a base de besos en su coronilla.— Me odia
a mí, y lo sabes, JiMin.
Park se abrazó con fuerza a Jeon.
—¿P-por qué ella no puede entender que soy
muy felíz contigo?— Preguntó entre sollozos.—
Puede hacerle daño a nuestro cachorro… Oh, mi
BaeJeonnie..
—No.— El alfa gruñó.— Ella no lastimará a
mi hijo ni a mi omega.
—Jeon, si es capaz de drogar a su nieto ¿cómo
puedes decir que no le lastimará?— Preguntó el
omega.
—Iremos a hablar en la escuela de BaeJeon y
pediremos la prohibida entrada de tu madre.—
Hablaba tan seguro, que Park tomó pronto
confianza.— Les protegeré, caramelo.
—Pero tengo miedo..
—Tu madre no les tocará, y si quiere intentarlo
primero pasará por mí antes de causarles daño.
JiMin levantó la mirada, apoyando el mentón en
su amplio pecho y mirarle con esos ojos cristalinos
y asustados.
—Te amo…— JiMin sollozó.
Jeongguk unió sus labios con los suyos, en un
roce acogedor y transmitiendo la protección que
él y su lobo brindarían para su familia, su enorme
cuerpo protegiendo el pequeño del omega. Sus
brazos enrollados en la cintura marcada del chico,
y las manitos de Park haciendo puños en su
camisa de militar.
Luce tan frágil… Pensó Jeon cuando el beso se
rompió dulcemente. Pero ha sido el omega más
valiente y fuerte que he conocido. Concluyó.
—¿Te he recordado lo malditamente bien que
besas?— Jeongguk preguntó.
—Mhmmm..— JiMin pensó notando cómo la
mirada del alfa estaba fija en sus labios carnosos
y rosas.— Supongo que no, alfa.
—Besas…— Beso.— Tan.. —Beso.—
jodidamente…— Otro beso.—
Bien..
—¡Amor!— JiMin rió sobre los labios más
delgados y dulces, rindiéndose ante la demanda
de besos que el alfa dictaba en ese momento.
Sus manitos subieron hasta la nuca de su
hombre y acarició los cabellos castaños, mientras
Jeon disfrutaba perdido del sabor dulzón de los
labios ajenos. Podía jurar que ellos eran el
mismísimo cielo y la tierra, tan puro y tentador,
jugosos como una manzana en su punto perfecto
y suaves como las nubes de una preciosa
primavera. Esa era la dualidad de JiMin… angelical
y diabólico. Era asombroso como Jeon podía
sentirse con solo un beso, emociones
indescifrables y con su corazón al borde del
colapso. Su mirada provocativamente dulce
tentaba hasta el último demonio del alfa… tan
gatunos y malicioso, con un rostro tan filoso y con
simetrías tan angelicales. Portaba un maravilloso
cuello, donde tentaba a ser marcado de la forma
más posesiva existente… y ni hablar de ese
estupendo cuerpo, Jeongguk estaba tan
jodidamente afortunado de tener a un omega
tocado por el cielo y el infierno.
Era suyo. Y le protegería por ello.
—Quiero jugar un poco, bebé…— Jeongguk
susurró mientras mordisqueaba el lóbulo de la
oreja del omega, ya bastante acalorado por los
fogosos besos compartidos.
—Mmhm..— Murmuró su pareja.— Me temo
que ahora no.
—No me hagas esto…— Jeongguk dejó apoyar
su frente en su hombro.— Caramelo…
—Tenemos una comida por terminar y un
cachorro por dormir.— JiMin dolorosamente salió
del refugio entre sus brazos.— Después,
podremos jugar todo lo que el alfa de la casa
desee.
—¿Lo dices en serio?— Sus ojos brillaron.
—Lo digo muy en serio, mi guapo.— JiMin le
guiñó coquetamente y se acercó a la estufa para
terminar la comida.— Vamos a cenar ahora.
Jeongguk a pesar de todo era un hijo de puta
con bastante suerte esa noche, no se podría
quejar más de su día de mierda.
.
Helloooooow.❤
Ya vine, bebés, por fin pude publicar este
capítulo, aquí en realidad iba el desmadre,
llanto, drama, pero pues lo atrasé 1 pokis bc
faltan unos temitas por aclarar en el fic.
¿Qué les pareció? Uwu✨
Thank u, next, see u soon, my love.❤
(Nueva despedida diganle bai al “sho me
despido, coquitos míos, cjau
cjau”) ÑFÑCÑCÑC.
Nada que ver el papi de TaeHyung en el cap
pero igual les dejo el gif para que tengan
orgasmos múltiples esta solitaria
noche/tarde/día.
SKEREEEEEEEEEE.
36.

Confesiones dolorosas.
Últimos capítulos.
Aquella noche había sido de lo más placentera
posible para Jeongguk y JiMin, después de hacer
el amor por la noche sin crear tanto ruido fue una
experiencia llena de adrenalina y encanto total,
ambos disfrutando de su amor expresado en la
cama, entre gemidos silenciosos, jadeos discretos
y besos sinceros se podía decir que estaban de lo
más felices como pareja.
Pero no todo es eterno, ni el tiempo más dulce
compensaría aquél detonante que torturaba al
alfa.
Jeongguk abrió los ojos perezosamente, lo
primero que observó fue una preciosa cabellera
negra, olor a frutos rojos fusionados con
chocolate, más un muy discreto aroma que le era
un poco difícil de adivinar, era lo que se olía
dentro de la habitación con su omega
plácidamente dormido.
Sin embargo, estaba con su lobo lleno de furia,
respecto a su cachorro. BaeJeon no solía ser un
pequeño mentiroso, y tomando la declaración de
su hijo, creía capaz a la señora Park de hacer eso
y muchísimo más, todo por su enorme rencor
hacia el alfa, de pronto comenzaba a pensar que
no viviría en paz junto a JiMin, ya que la señora
Park buscaba hasta el mínimo detalle para sacar
de sus casillas a Jeongguk.
Y vaya que lo estaba logrando.
Necesitaba una salida rápida, acabar con el
acoso obsesivo de aquella mujer que solo traería
negatividad a su familia.
—Alfa…— JiMin murmuró mientras enterraba
la nariz en el cuello del castaño.
—Buenos días, bebé.— Jeongguk murmuró con
la clásica voz ronca que le caracterizaba al
momento de despertar por las mañanas.
JiMin parecía como un tierno gatito en busca de
protección cuando despertaba, acurrucándose en
el fornido cuerpo del militar para su propia
comodidad. Y Jeon no pudo evitar sonreír.
—Oye, caramelo, deja el comportamiento de
gatito.— Murmuró el alfa.
—Cierra la boca, muero de sueño.— Park pasó
una larga y preciosa pierna por la cintura de su
hombre, recibiendo caricias por parte de Jeon en
el muslo invasor.
—Creo que deberías ponerte de pie, omega
testarudo y gruñón.— El alfa resopló mientras
JiMin acomodaba su mejilla en su amplio pecho.
—¿Por qué debería…? —Preguntó entre tiernos
gruñidos que solo provocaban una dulzura en el
alfa.
—Un cachorro debe ir al jardín de niños, precio-

—¡BaeJeon!— JiMin saltó de la cama,
poniéndose sus bóxers y la camisa de Jeongguk,
saliendo de la habitación entre gritos.—
¡BaeJeon, arriba, es hora de ir al jardín!
Jeon se perdió unos minutos en la puerta blanca
de la habitación, antes de soltar un suspiro y bajar
la mirada. Los pasitos de su cachorro somnoliento
por el pasillo, un JiMin refunfuñando mientras
hacía el desayuno y ruido del cepillo de dientes,
era el ambiente recibía a Jeon, un alfa con un
desorden mental y batallas constantes con su
subconsciente. Jeongguk sabía que el tiempo le
estaba comiendo cada vez más y que le sería
imposible callarse más.
Hoy es el día, Jeon. Dijo decidido, parándose de
la cama para ir al cuarto de ducha, donde estaba
un pequeño y dormido BaeJeon cepillándose los
dientes sobre un banquito.
Padre e hijo se quedaron observando un par de
segundos sin saber que movimiento realizar
primero, un poco sorprendidos.
—¿Quieres que me vaya?— Preguntó Jeon.
—Sí.— Respondió el pequeño con la espuma de
la pasta dental cayendo tiernamente de su boca.
—Ya has tardado, pequeño bebé.— Recordó el
alfa.
—Mis dientitos son de leche aún, appi dice que
tengo que darme el tiempo necesario para
lavarlos.— Dijo el cachorro.
Ambos en un sepulcral silencio se quedaron
observándose, sin saber qué decir.
—Papá…— BaeJeon habló después de unos
minutos.
—Dime, cachorro.— Jeongguk respondió
después de tres segundos.
—¿Ya te puedes salir del baño?— BaeJeon
cuestionó.— Me estoy haciendo pipí también.
—¡Oh! ¡Sí! ¡Lo siento, amor!— Jeongguk cerró
la puerta y se quedó observando ésta con una
incomodidad intensa en su ser.
¿Por qué mi hijo tiene la actitud de un adulto?
Se cuestionó el alfa. Es tan maduro que me
intimida.
—¡BaeJeon! ¡Baja a desayunar!— JiMin le sacó
de su trance mental, sacudiendo su cabeza y
convenciéndose que debe calmarse, miró a su
hijo salir del baño más fresco y despierto.
Pronto el pequeño se abrazó a las piernas de su
padre y le esbozó una sonrisa brillante, pequeños
dientes de leche completamente limpios
provocaron la sonrisa idiota de Jeon.
—Buenos días, papi.— Dijo el pequeño
mientras recibía caricias de Jeongguk en su
cabello.— Sea bueno con los militares y nunca
olvides que te amo mucho.
Sin más, el pequeño cachorro, le soltó y se
dirigió escaleras abajo, dejando al alfa con un
nudo horrible en su garganta y los ojos
amenazando con liberar lágrimas de completa
tristeza y culpabilidad. —También te amo,
bebé…— Dijo Jeon para después meterse al baño.
— Siempre lo hago…

Una hora pasó finalmente y JiMin regresó a su


hogar, lanzando las llaves del auto en el sofá y
bostezando, caminó hasta la cocina donde un
delicioso olor a café y chocolate brotaba con
fuerza.
Jeongguk estaba sentado en un banco mientras
bebía de una taza de café y miraba el periódico
con las noticias del día.
—Hola, alfa guapo.— JiMin saludó dándole un
beso ruidoso en su mejilla.
—Hola, omega sexy.— Jeongguk devolvió el
saludo, despegando su vista del periódico para
guiñarle un ojo.
JiMin tragó saliva, era tan increíble como un
mínimo movimiento de su hombre ya le tenía tan
nervioso y acalorado, era única la manera en
como ellos se demostraban su amor, y, JiMin
antes de dar el siguiente paso, comenzó a servir
el desayuno para disimular su nerviosismo.
—Alfa guapo, creo que necesitamos hablar…
—Estoy de acuerdo, necesitamos hablar.—
Jeongguk respondió firme, sin embargo, el tono
de su voz sonaba… ¿Temerosa?
Mierda, de seguro ya lo notó. JiMin se sonrojó
con la idea.
—Oh, creo que hoy nos pondremos al día con
noticias nuevas ¿No?— JiMin dijo esbozando una
sonrisa.
—Eh… sí, amor.— Jeongguk devolvió la sonrisa
de la forma más actuada y nerviosa posible.
Mmmm… interesante.
—De acuerdo, cariño, después de desayunar
nos confesamos las noticias, muero de hambre.—
JiMin rápidamente evadió la inseguridad del alfa.
—Está bien…— Aquélla voz en susurro cerca de
su oreja erizo la cabellera de su nuca y crispó los
vellos de sus brazos, el alfa se sentía tan
imponente tras suyo y de esa forma le recordaba
que era su dueño, su eterno y único amor
verdadero. Los brazos fornidos de Jeongguk
enrollaron la cintura de su omega, apegando sus
anatomías y apoyar su mentón sobre el hombro
de Park.
—Hoy es un bonito día… ¿No lo crees, alfa?—
Preguntó JiMin teniendo sospechas de que ese
buen día se destruiría. Pero no cedería a esa mala
corazonada.
—Quisiera decir lo mismo, amor mío.— Jeon
respondió con besos en su hombro.— Aunque
mirándote tan bello como siempre mi día se
repara en segundos.
JiMin sonrió mientras ambos se mecían al servir
sus desayunos. Un suspiro brotó de sus labios
cuando los antebrazos de Jeon rozaron su dulce
vientre.
Tan protector. Pensó JiMin, intentando cambiar
su ánimo maquillado.
—Listo, a desayunar, alfa gruñón.— JiMin
anunció y Jeon se separó, caminando juntos a la
mesa y tomar asiento para dar inicio a su primera
comida del día.
El desayuno surgió entre palabras dulces,
bromas, caricias amorosas y miradas
indescifrables por parte de ambos, como todos
sus días, los dos así convivían en la ausencia de su
hijo por las mañanas. Aprovechando también
para jugar un poco. Pensaron ambos.
La manito de Park estaba siendo protegida por
Jeongguk, dedos entrelazados y caricias en el
dorso de sus manos.
—Y bien…— Dijo Park después de ambos estar
llenos y satisfechos. — Hablemos, señor
misterios.
Jeongguk bajó la mirada a su plato vacío y se
preguntó en ese momento: ¿Cómo mierda se lo
voy a decir?
Jeongguk apretó más la manito de su pareja,
transmitiéndole piedad y temor, su mirada
aterrada le indicaba a JiMin que nada bueno se
venía.
Ya no puedes detenerte, JiMin, Jeon sabe que
tienes que decirle algo. El raciocinio de Park atacó
en ese momento.
Ya no hay vuelta atrás, Jeon, es hora de que
pagues las consecuencias de todos tus actos.
Pensó el alfa.
—¿A-amor?…— JiMin preguntó pestañeando
varias veces para evadir las lágrimas cuando no
había dicho absolutamente nada.
—Bien, tengo que hablar de algo demasiado
importante y delicado contigo, JiMin…— Jeon
empezó, sin tropezar con su propias palabras, y
tomando una compostura correcta, continuó:—
Corro el riesgo de que me mandes a la mierda
después de lo que tengo que contarte.
El corazón de JiMin comenzó a latir de forma
apresurada.
Definitivamente no es algo bueno. JiMin
confirmó sus sospechas.
—¿Q-qué pasa?— Preguntó tragando saliva.
Jeongguk tragó saliva de pronto su mano
entrelazada comenzó a temblar, JiMin notó que el
alfa estaba luchando demasiado por no
derrumbarse de culpa, su cuerpo comenzó a
temblar ligeramente, su respiración se volvió
irregular y sus ojos no se mantenían quietos en un
solo lugar.
Mi amor… ¿Qué has hecho? JiMin se preguntó
mientras acariciaba la mejilla de Jeon.
—¿Me enojaré?— Preguntó Park.
—Me odiarás.— Afirmó el alfa.
JiMin bajó su mano con la angustia, su lobo
comenzó a aullar cosas indescifrables, gritándole
que por favor comprendiese al alfa y sea lo más
razonador posible. No estaba entendiendo nada y
el alfa solo lo estaba haciendo más difícil con su
terror.
Jeongguk finalmente fijó su mirada negra como
el vacío espacial y tan expresivo como las olas
reventar en la costa, lágrimas interpretando la
espuma del mar y labios como la arena mojada de
una preciosa y triste playa. Finalmente… solo
finalmente, se armó de valor para confesar lo que
le molestaba todas las noches.
—Te mentí…— Jeongguk empezó relamiendo
sus labios y mordisqueándolos.— Te mentí solo
para tenerte conmigo, para poder recuperar el
sentimiento de lo que era ser amado por tí.
JiMin no respondió, sus ojos tristes le dieron el
valor de continuar.
—Yo…— Jeongguk tomó una bocanada de
aire.— Yo no soy hijo único como te lo había
dicho… yo tengo un hermano de la cuál, tiene que
ver demasiado en nuestra historia…
Tras no recibir respuesta de JiMin, se asustó
más, pero no se detuvo.
—E-ese hermano… es amigo tuyo…— Jeongguk
suspiró.— Yo en la milicia, solicité a ese hermano
para que cuide de tí… que cuide de mi más
preciado tesoro. Ese hermano te protegió como
era debido, a tí y al cachorro que no sabía que
existía en ese momento.
JiMin tuvo una mala corazonada otra vez.
—Y… y él cubría tus gastos con el dinero que yo
le enviaba, porque yo no quería que vivieras mal
después de haber sido abandonado por mí…—
Jeon no miró a JiMin, era un vil cobarde que no
tenía el valor de mirar sus preciosos ojos
felinos.— Ese hermano se volvió importante para
tí y BaeJeon… ese hermano es un maldito imbécil
que se ganó tan rápido el cariño del amor de mi
vida y del hijo que tanto amo con mi alma.
—J-Jeon…
—Sé que me odiarás, me sacarás de tu vida, y
merecido me lo tendré por ocultarte lo que te
estoy diciendo, pero yo temía por tí, temía de que
mi precioso omega fuese herido otra vez, porque
sé que mi abandono no tuvo perdón
permanente.— Tragó saliva, una cristalina lágrima
suplicando el perdón de su omega se deslizó por
su mejilla sonrojada.— Sé que soy el peor del
mundo, pero quiero que sepas que no puedo
ocultarlo más… ese hermano mío del que te hablo
es Jeon TaeHyung.
JiMin automáticamente rompió en llanto,
queriendo zafar su manito de la mano más grande
temblando en miedo y suplicando el no ser
abandonado.
—M-me mentiste…— JiMin entrecortadamente
murmuró.— No puedo creerte… no puedo…
Jeon se puso de pie rápidamente cuando su
omega lo hizo primero, el dolor de sus corazones
era cada vez más grande y el alfa sentía morir
cuando con cada paso que daba hacia su precioso
omega, éste retrocedía asustado.
—Cómo pudiste, Jeon Jeongguk…— JiMin
escupió las palabras llenas de decepción.—
Abandonarme, pero mandar a tu jodido hermano
a cuidar de mí en vez de hacerlo tú mismo.
—A-amor…
—¡No me digas “amor”, Jeongguk!— JiMin
gritó, refugiándose en una esquina de la cocina,
llorando por la traición que le colocó el amor de
su vida… su mundo entero.
—Lo siento tanto, mi vida… yo…
—¿Tú… qué?— JiMin le miró furioso.— ¿Me
dirás que no podías porque esa puta milicia era tu
obligación? ¿Me seguirás mintiendo para
destrozar aún más mi corazón?
—¡Mi padre me heredó el puesto! ¡No miento,
joder!— Jeon desesperado, no sabía que hacer
para atraer a su omega de vuelta a sus brazos.
—¿Ahora cómo mierda voy a creerme eso?…—
JiMin limpió las lágrimas que parecían no
detenerse.— TaeHyung y tú me mintieron ¿Tan
iluso soy para ser manipulado de esa forma?…
—Yo solo quería…
—No… ¡no querías cuidarme, porque si de
verdad hubieses deseado protegerme pudiste
haber enviado una jodida nota de que estabas
vivo y así haberme evitado el problema de llorar
por cuatro malditos años tu maldito abandono,
Jeongguk!
Jeongguk bajó la mirada, sollozos silenciosos
brotaban de su destrozada alma y lucía tan
vulnerable ante los ojos del omega, pero se lo
merecía… merecía el odio de su mayor tesoro por
haber colocado barreras de mentiras en su
hermosa vida gracias a su miedo y egoísmo por
saber que todavía podía ser suyo.
—N-no te merezco…— Jeon susurró.
—Así es… no me mereces…— JiMin limpió sus
lágrimas mientras tragaba el nuevo nudo
atascado en su garganta.— Pero te amo tan
malditamente mal que sé que aunque eres
maligno y deshonesto conmigo, no podría vivir sin
tí.
Cada palabra decepcionada que salía de los
esponjosos y puros labios de JiMin, era una
estocada en el corazón para el casi muerto
Jeongguk.
—Eres un imbécil, y sé que he llorado por tí
cuando no te mereces mis lágrimas…— Park
musitó.
Jeongguk finalmente… cayó de rodillas frente a
JiMin y se abrazó a sus piernas, roto en un llanto
tan inefable.
—Pero tenemos un hijo, de la cuál tenemos que
proteger su inocencia.— JiMin colocó su mano en
la cabellera castaña.— Y uno en mi vientre que ha
sido testigo de tu más cruel mentira.
El mundo para Jeongguk se detuvo.
Su corazón se debilitó.
Su lobo aulló.
¿U-uno en su vientre? Jeon pensaba que no
había escuchado bien.
Y fue levantó su mirada, apoyando su mentón
en el vientre dulce, mirando a JiMin en sorpresa.
Park se quedó sorprendido de la vulnerabilidad
del Comandante Alfa de primer mando Jeon, los
ojos tan cristalinos y fáciles de descifrar
transmitían confusión y sorpresa, sus cejas
tupidas en un sexy y oscuro arco, sus labios
mordisqueados y relamidos entreabiertos.
—¿O-otro bebé?— Sus ojos brillaban cuál
pequeño de tres años tras recibir su paleta
favorita.
Y JiMin brotó de nuevo en llanto.
—Sí, ahora vete.— JiMin ordenó.— Después
hablaremos sobre nuestros hijos… déjame solo,
necesito pensar si perdonarlos o mandarlos a la
mismísima mierda.
—JiMin, pero yo debo decírte qu-…
—¡LARGO!— JiMin gritó ya no sabiendo qué
hacer.
Jeongguk apoyó su frente en el vientre de su
omega, llenó de besos la zona dónde su nuevo
cachorro escuchaba la mierda de persona que él
era y se colocó de pie, superando el metro setenta
y tres de JiMin, tan imponente… pero tan roto y
vulnerable.
—Te amo.— Dijo Jeon antes de darse vuelta y
tomar su chaqueta del sofá, las llaves de su auto
y abandonar el hogar de JiMin.
Un sepulcral silencio… roto por el llanto de un
omega devastado y traicionado por el alfa que
iluminaba su mundo. Cayendo lentamente
sentado sobre el frío piso, se hizo bolita en su
lugar, derramando todas las lágrimas de dolor
que provocó su alfa una vez más.
Perdónalo. Su lobo lloriqueó.
No. Él respondió.
Será demasiado tarde sino lo buscas. Volvió a
suplicar.
No merece que lo busque yo. JiMin gimió.
Estás loco. El lobo reclamó.
Por Jeongguk, pero no puedo rendirme ahora,
tengo que pensar. Devolvió el reclamo.
Jeon… mi amor… ¿Por qué haces todo tan difícil
para ambos?

Jeon no paraba de llorar, las puertas del


ascensor se abrieron justo en el estacionamiento
donde su camioneta militar estaba y caminó sin
destino en mente. Solo deseaba a JiMin, su
perdón, sus besos, sus abrazos, sus palabras
dulces… a él.
El celular sonó.
Jeon no contestó.
El celular insistió unas cuatro veces más, y
harto, descolgó.
—¿Qué?— Gruñó furioso.
—Diablo, ya es hora, mañana partimos,
aprésurate y ven, el equipo alfa debe integrarse.—
YoonGi colgó la llamada.
Su día no podía ser más mierda.
.
Helloooooow.❤
ESPEREN, BAJEN LAS PISTOLAS, POR FAVOR,
NOOOOOOOOO.
Aveda, si me matan no hay más Militar,
awebo C0C0 — 1
YA SE VIENE EL DESMADRE Y SÍ…
ES EL INICIO AÚN JEJEEJEJ. TARDÉ 3 O 4
MESES EN PLANEAR EL
DESMADREEEAAAAA
POR CIERTO, ESTARÉ SUBIENDO
ADELANTOS EN MI INSTAGRAM, VAYAN
A SEGUIRME JEJEJEJE.
> _juancoco_
¿QUÉ OPINAN?
Thank u, next, see u soon, my loves.❤
MI PEDACITO DE CIELO SIENDO TAN
PERFECTO COMO SIEMPRE.
37.

Jeongguk y el pequeño TaeHyung.


Últimos capítulos.
Tres días habían pasado desde la pelea con
Jeongguk, JiMin no sabía cómo es que Jeon y
TaeHyung hayan podido mentirle de tal forma, y
es que cualquiera diría: JiMin, creo que exageras
demasiado el problema. Pero es que ¿Cómo
reaccionaría alguien si desde jóvenes conoce al
amor de su vida y nunca supo de la existencia de
un hermano? ¿Y peor aún que se meta a su vida y
crear junto a tu pareja una película donde ambos
dicen odiarse? Tal vez el que sean hermanos no
es el gran problema… La mentira fue lo que
detonó la alteración de Park.
Ambos hicieron lo posible por hacer creer que
Jeon y TaeHyung no se conocían, pero ¿Por qué?
No tenía idea, y por ello, decidió llamarle a
TaeHyung dos días después, necesitaba hablar
con ellos y pedir una explicación estando él más
tranquilo sobre su teatro.
Cogió el teléfono con el corazón latiendo a mil
por hora, tantas llamadas perdidas de su alfa y de
TaeHyung, mensajes sin revisar de ambos, se
sentía nervioso, pero estaba tan dolido en ese
momento que no se preocupó en responder.
—¿Hola?— TaeHyung tenía la voz profunda y
ronca.
Tal vez será porque le estás llamando en la
mañana, no seas idiota, JiMin. Pensó.
—Hablemos.— Park se apresuró por decir.
—¿Por fin dejarás de ser un cabeza hueca y me
escucharás?— Él preguntó con falsa burla en su
voz.
—Avísale a tu hermano y vengan ahora.— Sin
más, el omega colgó el teléfono.
Qué raro es hablar con TaeHyung sobre su
hermano Jeon. Un escalofrío recorrió la espina
dorsal de Park, se sentía un poco temeroso, su
lobo estaba enojado con él, y tal vez este tenía
razón, pero JiMin era muy orgulloso como para
dar el primer paso, porque muy dentro de él sabía
que también tuvo gran culpa entre su relación con
Jeongguk.
Tomó asiento en la orilla de la cama,
observando la almohada donde su alfa solía
dormir cuando no quería quedarse con YoonGi en
su apartamento. Lo extrañaba tanto, pero ambos
eran tan tontos y huecos como para notar que
podían ser felices aún y dejar el pasado enterrado
sin vivir con los malos recuerdos.
El omega gestante llevó su pequeña palma y
acarició su vientre levemente abultado.
—Bebé, tus papás son un desastre ¿Sabías?—
Habló suavemente, sobando su panza con tanto
cariño.— Prometo que no seré difícil, testarudo y
gritón esta vez y haré que papi me perdone a mí
también.
Seguidamente, miró el espejo que tenía frente
a él, sus mejillas se veían levemente más gruesas,
sus piernas más anchas y su vientre en un
pequeño bulto. Un segundo bebé de Jeon en su
vida le ponía tan felíz, que aunque estaba tan
enojado con él, estaba seguro que ambos harían
lo posible para salir adelante.
Como cuando regresó.
No supo cuánto tiempo estuvo sobando su
panza frente al espejo, porque el timbre de la casa
sonó, dando la afirmación de que TaeHyung y
Jeongguk habían llegado.
JiMin se puso de pie y acomodó sus prendas
levemente arrugadas, el collar en su cuello
brillando con la luz de la viva mañana, y el anillo
de pareja que estaba en él, más grande que el
tamaño de su pequeño dedito. Aquél anillo tenía
una historia que JiMin de solo recordarla, sonreía.
*Flashback*
—Caramelo…— Jeongguk susurró esparciendo
besos por la nuca de su omega, dándole de esta
forma amorosos cosquilleos.
—Dime, Alfa gruñón.— JiMin giró el rostro,
observándole con esos ojos tan brillantes y felinos.
Jeongguk entrelazó sus dedos con los más
pequeños y sonrió tan divinamente para JiMin.
—Tengo algo para ti.— Musitó de forma
melosa.
Las mejillas de JiMin se sonrojaron.
—¿Qué es, alfa?— Preguntó Park dejando un
tierno beso en la punta de su nariz.
—Quise dártelo durante la cena, pero no
contaba con que tu padre estaría con nosotros
como el celoso que es…— Soltó una pequeña
ronca risilla y continuó.— Así que creo que es más
romántico dártelo en esta azotea mientras
miramos la brillante luna.
JiMin rió cuando Jeon sacó una pequeña bolsa
de papel color marrón.
—¿Ahora qué traes, alfa gruñón?— Preguntó el
omega formando la característica sonrisa en sus
ojitos brillantes.
—Ya verás…— Jeongguk sonrió, sacando dos
aros de plata, uno más pequeño que el otro,
alrededor de estos tenía pequeñas piedras que
brillaban con la luz de la suave luna, JiMin una vez
más sintió corazón derretirse ante la mirada de su
alfa.
—Oh, Jeongguk…— Susurró cubriendo su boca
con sus manitos.
—Shhh.— Jeongguk soltó un gran suspiró y
continuó.— Esto es un anillo de promesa ¿Has
oído de ellos?
JiMin negó, acurrucándose en Jeon para recibir
un poco más de su calor.
—Bien… esto pacta la promesa de una pareja,
donde sellan su palpable junto a sus futuros
deseos en un anillo como símbolo de unión. — Dijo
mirando los dos aros brillantes en la palma de su
mano.— Y me gustaría que tú y yo sellemos
nuestro amor a base de esto.
JiMin sonrió con las mejillas sonrojadas y
delineó la afilada mandíbula del alfa con el ápice
de su pequeña nariz.
—Acepto…— JiMin besó la barbilla de
Jeongguk, dándole después un amoroso
mordisco.— Pero te propongo algo.
Jeon acariciaba el muslo de JiMin, levantando
las tupidas cejas arqueadas, como señal de que su
omega podría continuar.
—Te propongo que tú lleves mi anillo y yo el
tuyo…— JiMin musitó tímidamente, acomodando
los castaños cabellos rebeldes de su poderoso
alfa.— Sería más romántico así… ¿No?
Jeongguk soltó una pequeña risilla y asintió.
—Así será, mi amor.— Jeon besó tiernamente
sus labios antes de intercambiar sus anillos de
promesa.
*Fin del flashback*
—Alfa tonto…— Delineó el anillo con la yema de
sus dedos mientras suspirabas.— demasiado
tonto…
El timbre de su hogar sonó de nuevo, dando
señal de que debía apresurarse. Así que,
levantando el mentón de forma segura, salió de la
habitación con pasos firmes pero rápidos, debían
arreglar todo este asunto de una vez por todas y
pedir una explicación del porqué tuvieron que
ocultar algo tan delicado como ello.
JiMin finalmente abrió la puerta, la fresca
ventisca de la mañana golpeó su rostro,
haciéndole cerrar sus ojos cortamente, cuando
los abrió, frente a él estaba TaeHyung, casi
irreconocible con el nuevo tono castaño claro en
su cabello, su metro ochenta destacaba más con
esa gabardina color mostaza que llegaba hasta la
mitad de sus pantorrillas, unos pantalones lisos
color negro y camisa con cuello alto color blanco.
Sus ojos profundos color marrón penetraban el
alma de JiMin, era intimidante, claro que lo era, a
pesar de ser amigos, JiMin notaba el porte
dominante que él solía tener siempre… aunque
podía llegar a ser un bebé de cuatro años que
pelearía por galletas con BaeJeon. No podía negar
que TaeHyung era un hombre demasiado apuesto
e imponente.
Todo un Jeon. Pensó JiMin al notar que el color
de cabello hacía más similar la fisionomía con su
alfa.
—¿Puedo pasar?— La gruesa voz de TaeHyung
a través del cubrebocas resonó en sus oídos,
trayéndolo de vuelta a la tierra.
—Eh… adelante.— JiMin se hizo a un lado para
dejarle pasar.
TaeHyung parecía nacido en la realeza con ese
caminar tan elegante y firme, mentón al frente y
mirada segura. La gabardina dejaba más a la
imaginación la idea de que el castaño podía
hacerse pasar por un príncipe y todos caerían a
sus pies.
—¿BaeJeon ya está en el jardín?— Preguntó el
beta sintiéndose de pronto ajeno a la casa dónde
solía vivir para cuidar de su cuñado y de su
sobrino. Paseó la mirada por el lugar de forma
disimulada e insegura, deseando muy en el fondo
de sus entrañas huir de ahí.
—Hace unos minutos lo llevé.— JiMin cerró la
puerta tras él y se acercó para tomar asiento en el
sofá individual.
TaeHyung asintió mientras tragaba saliva,
deseaba en ese momento que la tierra se hiciese
un hueco bajo sus pies y se lo tragara para
siempre, la heladez de su cuerpo ni la acogedora
gabardina lo calentaría y la mirada pensativa de
JiMin no le salvaría de esa mañana.
—Toma asiento… YeYé.— JiMin de pronto se
sintió tan extraño de hablarle por su apodo, la
incomodidad era tan palpable que se removió en
su asiento.
TaeHyung hizo caso a su petición y tomó
asiento en el sofá al lado suyo. Sus largas piernas
se cruzaron, montando un talón sobre su rodilla y
finalmente se cruzó de brazos, de sus labios brotó
un cansino suspiro, con ma mirada un poco
temblorosa pero luchando por ser resistente.
Notaba como JiMin en su asiento cruzaba y
descruzaba de piernas, incómodo por el silencio
monstruoso del momento.
—Y…— JiMin habló temeroso.—…¿Dónde está
tu hermano?
El omega pudo jurar ver un brillo burlón en los
ojos de TaeHyung por la última palabra de su
pregunta, sin embargo fue reemplazado por la
tristeza.
—¿Me dejas hablar primero, por favor?—
TaeHyung esquivó la pregunta de forma elegante,
distrayéndose con sacudir pelusa inexistente en
su gabardina.
—Mhm… de acuerdo.— Respondió no muy
convencido Park.
—Sé que para ti lo que hicimos fue una
puñalada por la espalda, ya que te ocultando que
Jeon y yo tenemos la misma sangre…— TaeHyung
comenzó peinando sus cabellos hacia atrás no
consiguiendo dejarlos de ese modo por lo lacios
que eran.— No pienso hablarte mal de tu alfa no
tratar de causar lástima, JiMin, pero déjame
decirte que mi relación con Jeongguk nunca fue
buena.
JiMin no dijo ni una sola palabra, y eso
TaeHyung lo agradeció.
—Desde que eramos unos cachorros siempre
existió esa distancia entre Jeongguk y yo…—
Comenzó el beta con la voz sorprendente firme.—
Jeon siempre fue el favorito de mi padre desde
siempre, todo por el jodido linaje. —Rió
falsamente.— A pesar de que un año nos
diferenciaba, yo era un pobre cachorro ingenuo
que nunca entendió porqué el rechazo de ese
gran alfa militar hacia mí. Mi madre tampoco se
salva, ella sólo nos creció porque le convenía el
dinero que ganaba papá en la milicia. —Levantó
las cejas asimilando todo junto a JiMin.— Aunque
sé que Jeon nunca tuvo la culpa de nacer alfa, yo
lo odié porque para mí, nuestro padre siempre
fue un superhéroe.
JiMin comenzó a sentir el doloroso nudo en su
garganta.
—En las épocas de navidad, yo me reía de los
juegos que hacía papá y Jeongguk en la sala
mientras yo estaba en las escaleras como si fuese
el hijo de la criada de la casa.— Una vez más rió
de sí mismo.— Cuando llegaba el momento de los
regalos Jeongguk siempre obtuvo lo mejor, fue un
niño muy querido por mi padre, en mi caso solo
me daban alguna prenda de ropa envuelta en
papel de regalo, pero yo era felíz…— Murmuró
sinriendo dolorosamente.— A veces cuando era
un niño me planteaba que esto me sucedía por
ser el menor de sus dos hijos, y tal vez premiaban
a Jeon por ser el mayor… ¡Qué inocente era! —
TaeHyung rió con esos preciosos ojos almendra
cristalinos por el llanto que amenazaba con
brotar.
Hasta con el corazón destrozado parecía un
príncipe. JiMin pensó mientras le acompañaba
con una ligera sonrisa de empatía.
—Conforme fuimos creciendo el rechazo fue
más claro para mí que solamente parecía un
fantasma en aquella casa, llegaba del colegio, me
encerraba en mi habitación, de la habitación a la
cocina y de la cocina de regreso a la cama.—
TaeHyung respiró hondo logrando resisitir las
lágrimas.— Jeongguk sin embargo nunca creció
siendo un hermano creído, arrogante y cruel
conmigo, nunca tuvo una visión clara de cómo
papá me trataba en ese tiempo.
JiMin suspiró.
—Luego, hace cinco años exactamente, conocí
a mi primer amor…— TaeHyung sonrió
melancólico.— Me enamoré demasiado de él,
siempre me entendió del trato que recibía de
papá y me cuidó como nadie más lo hizo, fuimos
pareja… un año después, se embarazó.
—¿Tienes hijos, YeYé?— JiMin preguntó
sorprendido, bastante sumido en la historia de
TaeHyung.
Éste asintió levantando la mirada a JiMin, el
omega captó la tristeza que mataba al beta de
diferentes formas. El pelinegro aún no podía
asimilar que lo que tenía frente a él era un beta y
no un alfa.
—Mellizos… unos bonitos mellizos esperaba mi
omega.— TaeHyung contó.— Cuando se lo conté
a papá por primera vez él…—TaeHyung tragó
saliva.— Él me abrazó… él realmente me acobijó
entre sus brazos felicitándome por la llegada de
mis bebés.
JiMin sintió un cosquilleo en su corazón.
—Jeon igualmente me abrazó y me felicitó.—
TaeHyung asintió como tratando de asegurar sus
recuerdos.— Me dijo que algún día desearía
formalizar una familia con caramelo. Yo no sabía
quién carajos era caramelo pero igual lo
acompañé en su deseo.
JiMin se ruborizó, ¿Entonces TaeHyung ya sabía
de él desde mucho antes?
—Papá me dijo que deseaba conocer pronto a
sus nietos…— TaeHyung miró el suelo y sin poder
soportarlo más, dejó que sus lagrimas gotearan
de sus ojos.— Sin saber que esas serían las últimas
palabras que escucharía de él antes de morir en la
guerra.
JiMin pronto se cambió de sofá junto a
TaeHyung y lo acurrucó en su pecho, acarició sus
cabellos tratando de darle apoyo. El beta por su
parte no se esperó aquél movimiento de JiMin y
continuó.
—Cuando se hizo el funeral de papá, Jeon llegó
con lágrimas bañando su rostro, en su cuello
llevaba un collar con un anillo pequeño
rebotando con las zancadas que daba.— Dijo
TaeHyung jugueteando el anillo idéntico en el
cuello de JiMin.— Pensé que era un regalo de
papá para él pero ahora veo que fue algo
relacionado contigo.
JiMin se ruborizó otra vez.
—Jeongguk tomó el tan conocido puesto de
Comandante Alfa de primer mando y se fue para
servir a su país, sin yo saber que dejó su vida
contigo para cumplir la promesa de mi padre.—
TaeHyung sentía empapadas sus pestañas pero
no se movió para limpiarlas.— Supongo que eso
fue honorable en cierto punto, pero fue un
cobarde al huir de su pareja dejándola a su propia
suerte con su hijo en su vientre.
—Eso Jeon no lo sabía… y supongo que ya
quedó en el pasado.— JiMin tranquilizó al
sollozante TaeHyung.
—Dos años más tarde, recibí una llamada de
él.— Contó.— Me pidió un favor que nos llevaría
a donde estamos tú y yo ahora.
JiMin escuchó atento.
—Me pidió entre lágrimas que protegiera de ti,
que te busque y te cuide con un dinero que él me
enviaría semanalmente.— TaeHyung sonrió.— Se
escuchaba tan patético llorando a través del
teléfono pero se me hizo lindo que quisiera cuidar
aún de ti. Acepté, tomé una foto de ustedes en su
antigua habitación y recorrí todo Busan en busca
del tal famoso caramelo de los cojones.
—¡Oye!— JiMin boqueó ofendido, golpeando
suavemente la cabeza de TaeHyung, este rió
aligerando el ambiente.
—Lo siento…— Murmuró entre risas.— fue ahí
que te encontré en tu antiguo trabajo, te veías
bonito de cajero en el supermercado, eh.
—Me lo decían varios, muñecote.— JiMin siguió
el coqueteo.
—¡¿Aún recuerdas cómo coqueteamos?! ¡Qué
vergüenza, JiMin!— TaeHyung rió ruborizado.
—¿Crees que voy a olvidar ese icónico
momento donde te quisiste ver sexy apoyándote
en el anaquel de dulces y tiraste todo?— JiMin se
burló.— Es un bonito recuerdo, tarado.
TaeHyung asintió.
—Bueno, el tiempo pasó…— TaeHyung se tensó
al hacer aquélla pausa.— KwanSoo y KwanSeok
tenían tres años…
JiMin supo que algo malo vendría. El pequeño
Kwansoo es primo de BaeJeon, increíble. Pensó el
omega.
—Fue un día de playa… yo…— TaeHyung sentía
reseca su garganta. — Fuimos a divertirnos con
SeokJin y nuestros hijos a la playa, lucían tan
tiernos con sus trajes de baño y… wow… —
TaeHyung limpió sus ojos y se tomó un descanso
para controlar su respiración entrecortada.
—TaeHyung, si quieres puedes par-…
—No, JiMin.— El castaño respondió decidido.—
Vine para contarte todo, no más secretos.
JiMin se mantuvo callado.
—Ese día yo y SeokJin no nos dimos cuenta en
qué momento nuestra KwanSeok dejó de jugar
con KwanSoo en la arena…— TaeHyung luchó con
las lágrimas y JiMin se asombró de lo fuerte que
era su cuñado.— Una fuerte ola vino cuando ella
estaba en la orilla del mar… joder, no puedo…
TaeHyung se echó a llorar. JiMin ya estaba
llorando imaginando lo que pasó y simplemente
lo mimó entre sus brazos.
—Solo nosotros hicimos su funeral…—
TaeHyung susurró entrecortadamente.— SeokJin
me dejó por su actual pareja y yo quedé con la
custodia de nuestro pequeño KwanSoo.
JiMin no necesitó saber más.
—Cuanto lo siento, TaeHyung…— JiMin besó su
frente repetidas veces.
Así pasó el rato, JiMin mimó a TaeHyung en
todo momento y lo acobijó con palabras dulces
que él tanto deseaba escuchar.
Cuando la primera hora voló, JiMin se puso
alerta.
—A todo esto, TaeHyung…— JiMin tragó
saliva.— ¿Dónde está Jeongguk?
TaeHyung se removió se sus brazos y se
acomodó en el sofá.
—Respecto a eso…
El corazón de JiMin comenzó a acelerarse.
—¿Dónde está?
TaeHyung se rascó la nuca, completamente
nervioso. No sabía cómo hablar, su lengua se
sentía adolorida y su mandíbula prometía salirse
de su lugar por la fuerza que ejercía en ella al
apretar los dientes.
—En una guerra…— Dijo finalmente.
JiMin dejó de respirar.
Su mundo se oscureció.
Y su corazón dolió.
—¿Q-qué?…
—El iba a decírtelo el día que pelearon, pero lo
corriste que no le permitiste terminar, se sintió
acorralado y lue-…
JiMin ya no escuchaba nada.
*Flashback*
—¿O-otro bebé?— Sus ojos brillaban cuál
pequeño de tres años tras recibir su paleta
favorita.
Y JiMin brotó de nuevo en llanto.
—Sí, ahora vete.— JiMin ordenó.— Después
hablaremos sobre nuestros hijos… déjame solo,
necesito pensar si perdonarlos o mandarlos a la
mismísima mierda.
—JiMin, pero yo debo decírte qu-…
—¡LARGO!— JiMin gritó ya no sabiendo qué
hacer.
Jeongguk apoyó su frente en el vientre de su
omega, llenó de besos la zona dónde su nuevo
cachorro escuchaba la mierda de persona que él
era y se colocó de pie, superando el metro setenta
y tres de JiMin, tan imponente… pero tan roto y
vulnerable.
—Te amo.— Dijo Jeon antes de darse vuelta y
tomar su chaqueta del sofá, las llaves de su auto y
abandonar el hogar de JiMin.
*Fin del flashback*
—Él irá con la tropa Alfa A para hacer
primeramente un tratado de paz.— Volvió a
escuchar la voz asustada.— Si es que estos
aceptan, volverá antes de la semana.
JiMin estaba pálido.
—Joder, JiMin, por favor.— TaeHyung le tomó
de sus brazos.— ¿Me escuchas? ¡JiMinnie!
JiMin rompió en llanto, siendo acobijado entre
los brazos de TaeHyung, quien le agradeció
eternamente por cubrirlo cuando estaba a punto
de desmoronarse.
Por favor, vuelve, alfa. Su lobo lloró lastimero
ante la noticia. Sin
embargo, JiMin no sabía que sentir debido al
shock que recibió.
.
Hellooooooooow.❤
YA LLEGUÉ, CON DRAMA
JAJAJAAJAJAAJEIZKAMALALAÑSÑAÑSCJZM
S.
SABEN Q YO SIEMPRE TENGO QUE HACER
SUFRIR A UN PERSONAJE, LO SIENTO
GUCCI BB, LUVIU ❤
POR CIERTO, SI HAY INCONGRUENCIAS,
DESPUÉS LO EDITO, ME ANDO
DURMIENDO EJEJE.
SI TIENES ALGUNA DUDA, DÉJALA AQUÍ Y
YO TE
RESPONDO MÁS DETALLADAMENTE.🐱❤
¿Qué piensan?:((((
¿Culpan a Jeon? ¿A JiMin? ¿Qué
sienten?:( las leo.
Thank u, next, see u soon, my love.❤
Todo mejorará, vchito bb.❤
38.

Equipo Alfa.
Últimos capítulos.

Jeon estaba incontrolable, no había nadie que


lograse sacarlo de su burbuja de mal humor y
aparentemente había perdido el habla con su
equipo, no respondía nada más que lo básico, el
silencio era incómodo hasta cierto punto y
YoonGi solo quería enterrarle una daga por ser
tan callado.
—Solo trataremos de arreglar este problema,
Jeon…— El pelinegro de tez blanquecina observó
con sigilo al nombrado.— Es la tercera vez que
cargas tus armas, cálmate ya.
Jeon respondió con un gruñido.
No faltaba decir que desde que se reunieron en
el cuerpo militar para enlistarse a la guerra,
Jeongguk andaba más cascarrabias que nunca,
todo le tenía de mal humor y YoonGi ya estaba
levantando sus sospechas respecto a la razón del
porqué el alfa estaba así.
—Jeongguk…— NamJoon habló, acomodando
su chaleco antibalas. — En serio necesitamos que
te calmes.
Sus luceros oscuros se encontraron con los del
alfa más alto y NamJoon pudo distinguir el terror
que ocultaba tras ellos con su furia. Su corazón, la
cuál latía como un loco, se estrujó un poco ante la
idea de volver a ver sufrir al alfa como en sus
inicios.
Y es que además de estar furioso y temeroso,
Jeongguk se encontraba estresado por el ruido
que provocaban las helices del helicóptero militar
donde se encontraban.
YoonGi pese al gruñón del alfa que alguna vez
fue su pareja, dejó de lado todo para sujetar la
mano de Jeongguk.
Este se giró apresurado ante el tacto de YoonGi,
sus ojos mostraban temor, sorpresa, confusión.
—Tranquilo.— Le dijo YoonGi.— Todo con JiMin
va a solucionarse.
—No estoy tranquil-…
—Lo sé.— YoonGi le dio un apretón.— Pero
inténtalo, diablo.
Jeongguk tragó saliva sin saber donde posar su
mirada. Estaba más que nervioso.
—Veintiocho años y te sigues poniendo
nervioso como un puberto.— NamJoon soltó para
aligerar el ambiente.— ¡Qué maravilla de chico!
—Estás peor tú.— Soltó Jeongguk.— Treinta y
uno y todavía no puedes cortar una jodida
cebolla.
A pesar de que se notaba la incomodidad en
Jeongguk por la cercanía abrupta de YoonGi, se
obligó a relajarse y dejar de pensar idioteces y
concentrarse en las opciones para detener esa
advertencia de guerra.
Al final de todo… solo era un pobre militar.
Un poco más tranquilo, pasó la mirada por todo
el interior del helicóptero y observó al equipo Alfa
que él dirigía, NamJoon, YoonGi, HyunWoo,
MinHo y él conformaban el equipo militar más
importante del país y supo ahí que él no era el
único que sufría separarse de su familia.
MinHo era un alfa casado, con dos pequeñas
omegas con todos sus rasgos, NamJoon
felizmente con SeokJin, HyunWoo
comprometido… YoonGi está saliendo con
alguien pero conociéndolo, nunca quiso hablar de
ello.
Tal vez estaba siendo un poco egoísta al
encerrarse en su burbuja, pero, maldición… él no
quería perder a JiMin… no otra vez.
Si tan solo hubiese insistido un poco más tal vez
su omega comprendería aunque sea un poco más
lo que estaba sucediendo. Su lobo estaba
extrañamente tranquilo y su estómago seguía
hecho un lío desde que se enteró de la existencia
de un nuevo cachorrito. Un nuevo bebé…
Mi bebé en el vientre de JiMin.
Jeon sintió un cosquilleo en el pecho ante la
idea de ver a su omega cargar en brazos a su hijo.
Solo podía imaginar cómo sería su bebé con los
rasgos de su precioso JiMin, el sentimiento de
culpa le estaba envenenando lenta y
dolorosamente, tal vez si él no hubiese sido un
militar, JiMin no estaría sufriendo tanto por él.
Se merecía algo mejor y eso estaba más que
claro.
Pero el ser humano era tan egoísta que jodía
demasiado, no se imaginaba una vida sin Park, sin
sus hijos… sin su familia.
De uno de los bolsillos de su chaleco militar anti
balas, el comandante alfa de primer mando, Jeon,
sacó una foto, la cuál delineó con las yemas de sus
dedos.
JiMin y BaeJeon yacían en la comodidad de su
cama, dándose un gran abrazo de oso, mientras
sus ojos se hacían en finas líneas, sábanas blancas
a su alrededor y peluches del pequeño cachorro.
Nuevamente, su corazón dolió, era un maldito
masoquista, pero ellos en ese momento más
difícil, eran su único motivo para salir de aquélla
guerra con vida.
Por JiMin… por su familia, los minutos junto a
las cortas horas se les hacía de lo más eterno y por
primera vez, odió su trabajo, odió a su padre por
querer dejarle tan jodido puesto en la milicia.
Pero su lealtad era más importante que
cualquier cosa y su estúpida época de alfa joven
cagó su vida junto a la de su omega. Pronto, el
anuncio de que estaban por aterrizar congeló sus
huesos, tenía que estar con la cabeza fría en esa
situación y por mucho que no quería, tendría que
olvidarse un momento de su familia para
enfocarse en el bienestar de su país
Soltó un suspiro cansino, harto de toda esa
mierda que tenía que controlar, hasta que notó
un pequeño detalle.
YoonGi seguía sosteniendo su mano, con la
misma calidez de siempre.
—No estás solo en esto…— Comentó YoonGi
cerca de su oído para que pueda ser escuchado
por el alfa.— Comprendo tus preocupaciones,
pero ahora mismo tendrás que esconder a Jeon
Mariposa Gay y sacar a Diablo. No podemos
permitirnos derrumbarnos por el enemigo.
Cuando el helicóptero se apagó, supo en ese
momento que debía terminar esa mierda y volver
a casa con su omega, ver crecer juntos esa
preciosa barriga de pelota, consentir a BaeJeon y
despertar juntos todas las mañanas, beber café
mientras se daban besos cortos y caricias
juguetonas, cantar en la ducha como lo hacían y
amarse por las noches bajo la frescura de sus
sábanas.
Jeon suspiró, mirando sus botas militares un
momento, parecía tan ido que ni puso esfuerzo en
alejar su mano de las caricias de YoonGi en el
dorso de esta, simplemente no lo quería admitir
porque su maldito orgullo de alfa era más alto que
cualquier cosa, pero en esos momentos agradecía
a YoonGi por prestarle en silencio su hombro para
encontrar apoyo en él, sin juzgarle, sin preguntar
lo evidente, sin hacerle tocar el tema. Solo dos
militares fundidos en el ambiente de
preocupación, tristeza, y donde las palabras de
ánimo llovían para el equipo Alfa más importante
del país.
Gruñó, un poco jodido por verse tan patético en
esos momentos, tan derrumbado por el dolor.
—Vamos a terminar con esta mierda.
una sonrisa brotó de los delgados labios del
comandante de segundo mando, Min, antes de
finalizar el agarre en su mano y juntos ponerse de
pie, el equipo alfa se reunió en columna y Jeon
quedo al frente.
Su garganta se sentía seca, sus labios se
encontraban partidos y sus ojos dejaron de brillar.
Iba ser fuerte, lo conseguiría.
—¡Equipo Alfa!— Jeongguk habló en voz alta.
—¡Sí, señor!— Respondieron al unísono.
YoonGi era el primero de la fila, su mirada fue
suficiente para transmitirle apoyo y el alfa
continuó.
—¡Hoy vamos a trabajar duro!— Jeongguk
gruñó en furia.— No dejaremos que nuestro país
se vea envuelto en una guerra más.
—¡Sí, señor!
Jeon soltó un suspiro profundo, bajando
brevemente la mirada en sus botas militares,
había estado en guerras siendo un novato, había
liderado la última guerra hace cuatro años y
habían salido victoriosos, ¿por qué infiernos
ahora tenía tanto miedo de torcer su tobillo
cuando evidentemente era el alfa más dotado en
fuerza? Las medallas en su traje hablaban por sí
solas, Jeongguk no solo era un alfa líder.
Jeon era el militar más importante de todo
Corea del Sur.
Demostró ser un maestro en cuanto a poner
trampas se trataba, su puntería con las armas no
eran un chiste y lo mejor, sus sentidos de la vista
y oído eran excelentes. Sin embargo, podría tener
todas las medallas del mundo, todos los
reconocimientos, pero no le servían de nada, no
le devolverían la calidez de su familia, las ganas de
estar envuelto entre los abrazos de su pequeño
hijo y los besos de su embarazado omega.
Pero, en esos momentos, Jeon Jeongguk era un
inservible, necesitaban al comandante Alfa de
primer mando, Jeon y eso sería lo que entregaría.
—Pase lo que pase…— Se tomó una pausa para
tranquilizar el acelerado corazón que no le
permitía continuar.— Nuestra patria siempre es
primero, por algo hemos sido seleccionados como
militares Alfa.
—¡Sí, señor!— Una vez más, el equipo Alfa
respondió.
Pronto, se formaron en un círculo y llevaron su
puño al centro de este.
Jeongguk, el comandante Alfa de primer
mando, soltó con una voz imponente:— ¡Equipo…
—¡Al..fa!— Todos gruñeron en furia.
Sin más, bajaron del helicóptero, se
encontraban en la frontera, tan solitaria como
tranquilizadora, Jeon y Min al frente, NamJoon en
el centro y MinHo junto con HyunWoo por detrás,
armados y alertas en sus sentidos perfectamente
agudizados.
Jeongguk sentía el corazón imparable, su
garganta estaba seca, deseaba volver a casa.
Pero órdenes de la milicia eran completamente
obligatorias, sin ninguna opción alternativa de
por medio.
JiMin estaba constantemente en su cabeza y
parecía no querer salir de ahí, la risa de su hijo
parecía una melodía difícil de olvidar y el
ambiente hogareño le daba una sensación de
llanto.
Realmente se sentía un imbécil. Pero ya no
había marcha atrás.
—Alfas Choi y Shownu.— Jeongguk susurró sus
nombres clave en el parlante adaptado en su traje
militar.— Sepárense un poco hacia el Sur, Alfa
Kim, quédate detrás nuestro.
La adrenalina estaba más palpable que nunca,
YoonGi a su lado parecía tan disimulado y
silencioso con cada paso que daba.
Hasta que el pelinegro de tez lechosa paró
abruptamente, mostrando su palma hacía atrás.
Todos se quedaron en completo silencio y Jeon
dirigió su mirada a donde YoonGi, simplemente
en esos momentos Min parecía más atento que
los demás alfas del equipo, y Jeon agradecía
tenerlo de mano derecha.
—Diablo…— YoonGi murmuró en el
parlante.— Están de ese lado.
—¿Dón-…
¡PAAM! —
¡Diablo!—
Gritó
NamJoon
ante el
estruendo de
la bala
enemiga.

Jeon se congeló y sintió su corazón detenerse.


Mierda.

Helloooooooooooooooow.
JAJAJAJA.
Oficialmente, C0C0 sale del hiatus, estoy
100/100. uwu
Estoy tan emocionada por llegar al final de
esta historia, aquí tienen más suspenso para
que me quieran matar 24/7 por irme tres
meses enteros y regresar para darles más
suspenso, jAJAJAJAJAJAAJA *La matan*
Yo sé que esto las va a tener más
apegadas al libro, so…
(Marketing) aHRE JAJAJAJAJA. Los amo, bebés,
estoy más fuerte que nunca y les prometo dar lo
mejor para cerrar Militar de forma respetable:(
¿Qué piensan que va a pasar?
nI SE
IMAGINAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN.
UWU.♥
thank u, next, see u soon, my love.♥
Siempre daddy nunca indaddy uwu.
pd: r.i.p
39.

¡Diablo! ¡Despierta!
PENÚLTIMO.

Solo podía escuchar el grito lejano de NamJoon


intentando traerle de vuelta al mundo.
Aunque eso sería imposible, él estaba bastante
lejos de todos.
—¡Diablo, joder!— Namjoon gruñía con cada
palabra que de su boca salía.
Parecía difícil de conseguir que Jeongguk
recupere la estabilidad en ese momento.
Sin embargo… pensó en JiMin… en BaeJeon y en
su pequeño frijolito.
—¡Joder, Diablo, ya despierta!— YoonGi,
camuflado y tirado en el suelo, gruñía esperando
a que el insoportable Alfa reaccionase.
Jeongguk parpadeó demasiadas veces antes de
observar todo a su alrededor, YoonGi sangraba,
NamJoon disparaba como si su vida dependiese
de ello… y él, simplemente estaba como objeto
inservible sin mover un solo dedo. Maldición,
odiaba demasiado encontrarse con una crisis en
medio de tanta mierda, se odiaba a sí mismo por
no cooperar en ese momento.
El arma fue cargada, una vez más.
Levantó la boquilla de la pistola, sus manos
temblorosas tenían miedo de fracasar una vez. El
comandante Alfa de primer mando jamás había
experimentado situaciones como la ansiedad o
ganas de esconderse en medio de una guerra.
Ya no más. Pensó antes de disparar
limpiamente en el soldado rival que
burlescamente disparaba sin dar con el objetivo.
Tan pronto como iba jalando el gatillo, caminaba
hasta la cabeza de la tropa Alfa, dejando atrás a
NamJoon, quién en esos momentos no dejaba de
maldecir por la situación en la que todos se
encontraban.
—Cubran a Min.— Gruñó en el parlante
mientras todo se quedaba en completo silencio,
en esos momentos, el equipo Alfa sabía que debía
agudizar su oído, y Jeon siendo la cabeza del
equipo, debía agudizar todos sus sentidos por la
simple razón de tener cuatro responsabilidades
detrás de su espalda. Necesitaba estar más atento
que nunca.
El gigantesco tapete de césped amarillo bailaba
al compás del fresco viento silbando con tanta
armonía en la frontera de ambas Coreas.
Jeongguk miraba a través del ojo de su arma,
NamJoon había reemplazado el puesto de YoonGi
y ahora sería turno de proteger su espalda en
todo momento.
—¿Está bien?— Preguntó una vez el alfa estuvo
al lado suyo.
—Un roce simplemente.— Respondió NamJoon
agitado.— Sin embargo, no hay que permitir que
sangre de más.
Jeongguk suspiró bajando el arma cuando
confirmó que el pase estaba libre.
—¿Qué te sucedió?— Tranquilamente,
NamJoon preguntó, sacando el auricular de su
oído un momento.
—No la he pasado bien últimamente, Nam.—
Jeon limpió el sudor de su frente.— Mi omega
está odiándome en este momento.
—¿Por qué estás sonriendo?
Jeon apretó los labios mientras miraba al cielo,
un poco esperanzado de la vida por regresar sano
a los brazos de su omega.
—Me ha dado la preciosa oportunidad de ser
papá por segunda vez.
NamJoon prontamente sonrió mientras
golpeaba gentilmente su hombro.
—¿Acaso tu omega tendrá el mismo tiempo de
gestación que el mío?
Detrás de ambos, se escuchó un lamento.
—Estoy rogando a la luna para que no salgan
igual que la mariposa de Jin.— YoonGi gruñó
mientras el soldado Choi envolvía su brazo para
evitar más el sangrado.
—¿Qué hay de mí?— Jeon sonrió mientras
caminaba de forma sigilosa y tranquila por el
enorme tapete de césped amarillo.
—Que salga precioso como JiMin y que no
herede tu nariz.
Jeon iba a responder indignado cuando detectó
sonido a su lado derecho.
Pronto, formó el puño al aire, todos se
quedaron quietos, en completo silencio mientras
observaban a su alrededor, atentos a la siguiente
orden de Jeon. Armas preparadas para la batalla,
formando un circulo alrededor de YoonGi.
Ellos sabían que Jeon les escuchó, ellos
supieron en ese momento que si movían un solo
dedo, estarían sangrando como los demás en el
suelo, necesitaban tener a Corea del Sur de pie,
porque si se tiraban en el césped, estarían
muertos.
—¿Diablo?— YoonGi murmuró.
—Shownu, vete del lado Oeste.— Ordenó en el
parlante.
Una vez recibió la señal de que habían seguido
sus órdenes, continuó.
—Choi, al Este.
NamJoon nunca entendía las mierdas de Jeon a
la hora de pelear, pues cambiaba de lugar a
todos cada que se le antojaba… y justamente
cuando detectaba peligro.
Pero siempre salían ganadores.
—Min…— Jeon bajó la palma en dirección a la
tierra.
El pelinegro rápidamente se tiró al suelo,
perdiéndose fácilmente en el césped alto.
NamJoon dió pasos para estar justamente de su
lado.
—Tú del lado derecho, yo izquierdo.— Ordenó.
—No estoy entendiendo una mier-…
—¡¡Ya!!— Jeon jaló su gatillo, disparando al
peligro que sus ágiles oídos captaron.
Hasta ese momento, Min era el único herido del
equipo, y creía que sería lo único que recibirían
pues pronto llegarían al alfa líder de la tropa
Norte. Años de combate tras combate, ya ambos
equipos conocían el método de pelea. Pero
normalmente, la tropa Sur solía entrenar año tras
año para cambiar sus técnicas de pelea para
confundir al rival. Jeon era tan cuidadoso en ese
aspecto, no quería regresar a Corea del Sur sin un
integrante de su equipo, los entrenaba cada vez
más rudo pues siempre debían estar preparados,
sus sentidos completamente activados y agudos
para pelear.
Aunque, muy en el fondo, Jeon sabía que lo
buscaban a él.
*Flashback*
La lluvia estaba tan fuerte, la vista se veía
afectada por las gotas que caían sin piedad
alguna, YoonGi gritando lo obvio, su corazón latía
con fuerza, se sentía completamente empapado y
bastante agotado, solo quería fundirse en la
comodidad de sus mantas y dormir.
—¡¿Has visto a quién has matado?!— YoonGi
gruñó.
Jeon estaba tan cansado.
—Sé quién es.— Una voz ronca y fría provino de
él, dándose la vuelta.— Solo es el hijo de un
presidente corrupto más.
—¡¡Esto puede desatar una guerra!!— YoonGi
tiró su casco al lodo.
Jeongguk solo soltó un suspiro agotado, sus
zapatos estaban sucios y empapados, de lodo,
parecían haber ganado la pelea, y aunque haya
matado al hijo del presidente del Norte, estaba
seguro de que sería suficiente para desatar un
gran tormento al Sur.
—Pues será mejor que vayamos entrenando al
llegar a Busan.— Respondió sin más Jeongguk.
Todos agotados, asintieron.
Jeongguk era un alfa sangriento y frívolo en
guerra, un hijo de puta sin piedad, que se
convertía en una bestia apenas tocaban a los
suyos.
Siempre teniendo a JiMin como motivación de
llegar sano y salvo.
Aunque tiempo después podría llegar otra
pelea.
*fin del flashback*
Todo parecía ir en silencio, pero Jeon debía
estar alerta, su corazón comenzaba a latir más
rápido, y es que la ansiedad que eso le provocaba
superaba cualquier sentimiento en esos
momentos.
A lo lejos, una pequeña tropa comenzó a
dirigirse hacia ellos, todos completamente
armados, esperando autorización de su líder para
disparar. Jeongguk rápidamente dio la señal para
alinearse de forma horizontal, seguido de la señal
de la pistola.
Estaban completamente atentos y sin confianza
alguna. Si entablarían conversación de paz, lo
harían…
Pero de la manera en que Jeon la ejercía.
YoonGi identificó al líder de la tropa, el
comandante Alfa Kwon.
—Diablo…
—Lo sé.— Contestó Jeongguk.
Cuando estuvieron frente a ellos, Jeongguk
supo que pronto tendría la oportunidad de
desenmascarar la tranquilidad del equipo Norte.
—Comandante Alfa de primer mando, Jeon.—
Kwon habló firme, con un tono burlón en su
rostro.— Por fin tengo el honor de encontrarme
contigo otra vez.
—No estamos aquí para ser amables,
Comandante Alfa Kwon.— Jeongguk gruñó
apretando el agarre de su arma.— Supongo que
estás aquí ya que te ves en la apretada necesidad
de dar el comunicado de paz después de ver cómo
tus soldados eran derribados por el Sur.
—Estás en lo correcto.— Kwon asintió mientras
daba un paso al frente.— El sur como siempre…
luciendo tan moderno, tan futurista.— Rió de
forma oxidada, mientras miraba sus zapatos.—
Pisando las tierras sureñas otra vez me hace sentir
melancólico… extraño un poco mi hogar.
—Me gustaría ser un poco sentimental contigo,
Kwon, pero en estos momentos solo quiero
terminar esta mierda.
Kwon se irguió en su metro ochenta y ocho,
mirando con rudeza la frialdad de Jeongguk.
—Lo mataste.
—Lo hice.
—Y no lo niegas.
—No tendría porqué negarlo.— Fue el turno de
sonreír para Jeon.— Sé que vienen a por mí, sé
que tienen sed de venganza, pero me temo que
no conseguirán la victoria esta vez.
—Si sabes que si pierden esta batalla Corea del
Norte tomará como suya esta frontera ¿Verdad?
Sé un poco más cuidado por cómo hablas, tengo
ojos detrás de mí.
Palabra clave.
Jeon, esbozó una fugaz sonrisa ladina, antes de
ladear la cabeza retadoramente y mirar al alfa.
—Bien, te escucho.— Jeon guardó su arma y
llevó sus manos detrás de su espalda.
—Supongo que nos has derrotado…— Kwon
comenzó su discurso.— Es momento de firmar el
tratado de paz, nuestro presidente sigue un poco
resentido por la pérdida de su hijo, pero supongo
que aceptará la derrota como un verdadero
hombre.
—Me alegra saber que por fin llegaremos a un
acuerdo, la frontera seguirá siendo territorio de
Corea del Sur.
—Listo, el tratado de paz está hecho.— Kwon
sonrió de forma casi honesta.
Jeon solo observó con incredulidad al pelinegro,
suspirando cansinamente.
—Déjame recordarte algo, Comandante Alfa
Kwon…— Jeongguk tomó dos pasos delante suyo,
quedando cerca de él.— Creo que la última vez
que nos encontramos en una curiosa situación
familiar, yo dejé en claro que las cosas se
resolvían a la manera del comandante Alfa de
primer mando, Jeon.
Kwon prontamente dejó de sonreír, su ceño se
hizo presente y la confusión se adueñó de su
rostro.
—Antes de confirmar realmente nuestra
victoria, déjame recordarte que…— Jeongguk de
su espalda sacó una granada, quitando el seguro
de esta.— Tienes ojos detrás de tí.
Rápidamente, Jeon lanzó la granada lo más
lejos que pudo, explotando y detonar los disparos
lejanos que Kwon absurdamente intentó ocultar.
Tiroteos por la frontera, sangre y bastante
tensión se presenció en el lugar, el atardecer de
un sol escondiéndose daba entrada a broche de
oro un combate que el Sur ya tenía por ganado.
NamJoon observó cómo con agilidad, Jeongguk
jalaba el gatillo, sabía que Jeon no era cualquier
imbécil dentro de la milicia y confirmó el rumor
de que se convertía en un verdadero diablo a la
hora de disparar. La facilidad que usaba para
disparar, la rapidez que poseía para cambiar el
cartucho de balas, las inteligentes órdenes que
dictaba al equipo alfa.
Jeon era un verdadero militar.
Solo eran ellos contra la tropa del Norte, pero
Jeongguk parecía tener todo bajo control, lucía
tan acostumbrado que le causó intriga saber
cómo había perdido esa sensibilidad y miedo a la
hora de combatir.
Él se estaba meando en sus pantalones aún a
pesar de que llevaba casi el mismo tiempo en la
milicia que Jeon.
Por su parte, el castaño sentía en cualquier
momento morir por el cansancio, de poco a poco
se agotaba su energía.
Solo así, consultó la ayuda de YoonGi.
Levantó la señal de un arma al cielo, antes de
caer rendido al suelo.
El comandante Alfa de segundo mando Min,
reemplazó el puesto del alfa cansado, cargando
su rifle militar y dar comienzo su aportación en la
batalla.
Jeon estaba protegido por su tropa, quienes
quedaron con lo mínimo que él ya no podía
combatir por el cansancio tan abrupto que
comenzó a sentir.
—¡¡Sacaron la bandera blanca!!— NamJoon
gritó.
—¡¡Lo logramos!!— YoonGi levantó el rifle en
victoria.
Gritos de felicidad fue lo que escuchó el casi
inconsciente Jeon.
—¡¡Jeon!! ¡¡Lo lograste!!
—Muy bien… equipo…— Jeongguk sonrió
débilmente.
Todos rápidamente dejaron de sonreír,
cayendo en cuenta de que Jeon estaba más que
rendido.
—¡¡Está sangrando!! ¡¡Llamen al
helicóptero!!— YoonGi gruñó. —Diablo,
despierta…— Jeongguk escuchaba la voz lejana
de Min.— Tienes dos cachorros y un omega
esperándote en casa… ¡resiste!
Mis cachorros… JiMin… Fue lo último que pensó
Jeon antes de caer inconsciente.

HELLOOOOOOOOOW.
FINALMENTE CASI LE DAMOS ADIÓS A MI
FANFIC CONSENTIDO DESPUÉS DE
TIGRE. TTTT
eSTOY TAN FELÍZ DE POR FIN NARRAR LO
ÚLTIMO DE
ESTE FANFIC, ESTABA TAN NERVIOSA DE CÓMO
QUEDARÍA,
LLEVABA TIEMPO PLANEANDO UN FINAL
DIGNO DE UN
MILITAR. SIN EMBARGO, TENÍA PLANES DE
HACER UNA
SEGUNDA TEMPORADA, ASÍ QUE
CONSULTE ESO CON
USTEDES EN EL DIRECTO DE INSTAGRAM,
GRACIAS A
TODOS LOS COQUITOS QUE ME AYUDARON A
ELEGIR ENTRE MI INSEGURIDAD JAJAJA.
NO HABRÁ SEGUNDA TEMPORADA DE
MILITAR, POR MAYORÍA DE
VOTOS.
¿ESTÁN LISTOS PARA DARLE ADIÓS A
MILITAR?
YONOAJAJAJAJAJAJABAI.
PERDÓN POR LAS FALTAS ORTOGRÁFICAS
AAAAAA AÚN NO ME ACOSTUMBRO
A LA LAPTOP:(
POR CIERTO, YA CASI LLEGAMOS AL MILLÓN DE
LEÍDAS
EN MILITAR, ESTOY ASÍ )( DE ECHARME A
LLORAR TTTTT MUCHAS GRACIAS BEBÉS.
TEORÍAS AKI.
NOS VEMOS EN EL CAPÍTULO 40. LOS
AMO.
Thank u, next, see u soon, my love. <3 *escribí
desde la laptop y no tengo
emojis jjaja*

Sugerencias para agregar en el epílogo y


final aquí, veamos qué arte pueden ofrecer
para Militar, pueden responder las ideas con
más ideas, creemos un epílogo hecho por
coquitos y JUANC0C0. love y’all.
FINAL.

Tormentas, arcoíris y muchos


cachorros.
JiMin honestamente no supo cómo es que
había salido disparado del departamento con
BaeJeon en brazos hasta la carretera, trepándose
en el primer taxi que se atravesó en la calle
solitaria.
Lágrimas de cristal cayendo por aquellas
esponjosas mejillas sonrojadas a causa de su
nuevo embarazo, ojos demostrando el nudo de
temores en color marrón pasional y labios
temblorosos como jugosa gelatina de la más
deliciosa fresa silvestre.
—Appi, appi no llores.— BaeJeon acunó el
rostro de su padre entre sus pequeñas manitos,
mientras deditos inocentes secaban las
lastimeras gotas de cristal hasta hacerlas
desaparecer.
JiMin vio a su cachorro, tan pequeño y fuerte,
con una sonrisa más cálida y acogedora que el
mismísimo sol, unos ojos brillantes como una
gema perdida y dientes de leche tan parecidos a
los de su padre.
Eso le provocó el más imparable de sus llantos
silenciosos.
El día era nublado, con ventisca más fresca de
lo que pensó, nubes grisáceas y árboles danzando
suavemente.
JiMin estaba de lo más tranquilo cocinando
para su cachorro glotón mientras este se distraía
mirando la televisión con una camisa militar de
Jeongguk en sus brazos.
Pensaba que era el mejor regalo del mundo,
que Jeon se perdería de tan dulce crecimiento del
pequeño BaeJeon.
Hasta que la llamada de NamJoon le tomó por
sorpresa.
“Es Jeongguk, ven rápido al hospital.”
JiMin desde ahí, tenía el corazón en sus manos,
aprisionado entre sus dedos, listo para se
aplastado en cualquier momento de tristeza y
tragedia.
Por favor, alfa gruñón, sé fuerte. Rezaba JiMin
mientras se aferraba al pequeño cuerpo de su
hijo.
¿Por qué tuvo que ser su destino así? ¿Acaso
era víctima de algún plan macabro de la Luna?
Estaba sufriendo, solo quería ser felíz con su alfa
y sus cachorros ¿Qué tan jodidamente difícil era
pedir eso?
No había dejado de llorar desde que TaeHyung
le había dado la notícia de que Jeongguk se había
ido a la guerra. Abrazando su almohada, inhalaba
su fuerte aroma para intentar estar estable junto
a su pequeño arroz en su vientre dulce y
ligeramente abultado.
¿Por que Jeongguk tuvo que ser mi destinado?
Pregunta que jamás pudo analizar pues el
chofer le había interrumpido, estaban frente al
enorme e intimidante hospital de Seúl.
BaeJeon asombrado al ver el gigantesco
edificio, esbozó una tierna sonrisa, siendo ajeno a
lo que sucedía.
Bajó del vehículo con su pequeño, su mano
cubriendo la más pequeña y frágil que le brindaba
caricias acogedoras.
Juntos, caminaron rápido hasta la recepción,
deseando ver sano a Jeongguk con sus propios
ojos, oír su ronca voz y esa irrompible sonrisa,
sentir sus fuertes y callosas manos dar toques de
ardiente fuego en su tersa piel de papel,
quemándose en unión eterna, almas
eternamente juntas y lobos amándose hasta que
la luna decida cuando serían sus últimos días.
Corriendo junto a BaeJeon ahora en sus brazos,
no contó cuántos pasillos atravesó hasta poder
divisar a varios militares en la sala de espera, con
rostros agotados y corazones temblorosos.
JiMin supo que había llegado, bajó a su
pequeño lentamente y disminuyó el paso,
BaeJeon estando libre, se acercó a contemplar
una pequeña pecera que estaba a un rincón de la
segunda recepción.
—JiMin…— NamJoon dijo cuando lo reconoció
con el rostro muerto de preocupación.
Todos los alfas sintieron su corazón arrugarse al
ver a JiMin llorando mientras se acercaba hasta
NamJoon con lentitud, deseando por el bienestar
del comandante Alfa de primer mando, Jeon.
—¿É-él está bien?…— Preguntó a duras penas,
con la voz quebrada y el miedo recorriendo todo
su cuerpo pequeño.
NamJoon tragó saliva, bajando la mirada un
momento, SeokJin a su lado soltó un pequeño
suspiro.
—Entra, aún no tenemos resultados.— El
omega habló por NamJoon. — Nos quedaremos
aquí con tu pequeño ¿De acuerdo?
JiMin tragó saliva mientras asentía
dificultosamente.
La habitación frente a ellos le daba pánico, la
ligera ventanilla en la puerta le transmitía terror
alguno.
No quería entrar.
Pero debía confirmar de que Jeongguk estaba
bien.
Tragando saliva, JiMin giró la perilla con
suavidad, abriendi en silencio la puerta y
adentrarse.
El aroma a alcohol, medicina y tragedia se
sentía en el aire, cubrió su vientre con una mano
mientras observaba dos camillas.
YoonGi estaba descansando plácidamente en
una de ellas, con distintos tubitos conectados a su
cuerpo y la respiración tranquila, su rostro pálido
y agotado reflejaba el trabajo duro y el esfuerzo
que vivió.
Hasta que miró a su derecha.
Jeongguk ahí estaba, ese precioso alfa de
cabellos castaños y rostro atractivo, ese ser de luz
que le traía felicidad y amor a su vida.
Su alfa.
JiMin se acercó a Jeon, quién respiraba
tranquilamente mientras dormía, pestañas
preciosas y mejillas ligeramente raspadas.
JiMin tembló a su lado, no le gustaba lo que
veía, por supuesto que no.
Sus hermosas manos con tubos, piel pálida,
totalmente diferente a la preciosa piel que él
amaba y besaba ¿Cómo podía quedar así? ¿Por
qué tenía que ser tan noble alfa para arriesgar su
vida y salvar a su país? ¿Por qué tenía que ser el
alfa de la cuál estaba enamorado y embarazado?
—C-cariño…— Murmuró JiMin dejando que las
enormes gotas de su llanto cayeran hasta su
mandíbula. Sus manitos sujetaron la mano
congelada de Jeongguk, brindándole caricias y
ligeros apretones.
Cuánto daría por estar en tu lugar, para no verte
sufrir de esta manera. Pensó el omega.
—Tan hermoso alfa.— JiMin acarició el pecho
de su hombre, quién dormía agotado en la gran
camilla, inconsciente de la presencia de su
pareja.— Por favor, despierta.
Se inclinó para besar su frente, besos de anhelo
y miedo, amor ahogado y admiración eterna,
JiMin no podía creer cómo es que ese joven alfa
que conoció en el supermercado se volvería tan
admirable, el amor de su vida y el padre de sus
hijos.
—Lo has hecho bien… tienes que despertar para
c-contarle a tus cachorros lo fu-fuerte que has
sido.— JiMin se recostó a su lado mientras de
abrazaba a su cuerpo.— BaeJeon extraña mucho
a su padre, nuestro bebé en mi vientre
seguramente quiere escuchar tu voz.
Parecía hablar con la misma pared, pero
necesitaba saber que Jeongguk estaba bien, no
solo por los latidos en el jodido aparato.
—Perdón, Jeongguk… perdón por ser tan mal
omega.— JiMin lloró en su cuello, sollozos un
poco más audibles resonaron en las cuatro
heladas paredes de la habitación.— Por exigirte y
no comprender en su momento tu trabajo, tus
secretos. Todo.
JiMin sorbió por la nariz, cerrando sus ojos.
—Si tan solo pudiera retroceder el tiempo hasta
el momento donde te confesaría mi embarazo,
sería más comprensivo y maduro.— Contó bajito,
con una voz quebradiza y dulce.— Quería que
lloremos de emoción por este nuevo embarazo
sin vivir el trago amargo como con BaeJeonnie.
Sonrió débilmente, pero aún así, el aroma de
Jeongguk le ayudó a tranquilizarse, su vientre
tuvo cosquilleos y su lobo aulló.
—Aún así lo arruiné por mi histeria.— Sollozó
aferrándose a Jeongguk.— Lo siento mucho, lo
siento. Despierta alfa, por favor, tus hijos te
necesitan. Yo te necesito.
JiMin lloró durante minutos, eo frío que había
ahí dentro no se comparaba con el deseo de
escuchar su voz, solo le importaba Jeongguk, el
mundo a su alrededor dejó de existir, solo ellos
dos en su burbuja.
JiMin besó su cuello, sus mejillas raspadas, su
frente, la preciosa nariz, párpados, y coronilla.
Ese valiente alfa era su hombre, y estaba tan
jodidamente orgulloso de él. Lo miró entre
cristalinas lágrimas, acarició su rostro con el más
puro de su amor, con el tacto del pétalo de una
tierna flor de primavera.
JiMin nuevamente, se refugió en su cuello,
cerrando sus ojos y abrazar su cuerpo cansado.
Lo hiciste bien, siempre lo has hecho bien.
Minutos pasaban y JiMin estaba por quedarse
dormido entre los brazos de su hombre, en su
hogar, Jeongguk era su hogar, su precioso y cálido
hogar de la cuál jamás quería salir.
—A-aún con el rostro destrozado en llanto…—
Una ronca voz se escuchó en la habitación.— Te
sigues viendo infernalmente precioso, tú
simplemente eres de otro puto mundo,
caramelito…
Jeongguk tosió ligeramente, notando como
JiMin levantaba el rostro incrédulo para
encararlo, tan precioso como siempre, dulce y
llorón.
Ojos encontrándose en el mejor de su amor,
almas tranquilas ante su reencuentro y tantos
besos perdidos por recuperar.
—J-Jeongguk…— JiMin nuevamente se echó a
llorar, aferrándose al castaño.— ¡Estás bien!
¡Estás bien!
Jeongguk se abrazó a su pequeño cuerpo,
enterrando el rostro en su cabello sedoso y
oloroso. El cuerpo dolía tan jodidamente mal,
pero podía sentir su corazón en llamas, se sentía
vivo, felíz y en paz al tener a JiMin en sus brazos.
Estaba casi completo.
—Mi omega… mi amor.— Jeongguk murmuró
antes de soltar una risilla.— Han sido las palabras
más bellas que he escuchado en mi vida, después
de que mi hijo me llame papá, evidentemente.
JiMin sintió sonrojarse hasta las orejas, sus ojos
brillaron de alivio aún cuando las lágrimas
parecían no tener un botón de detener.
—Eres un idiota ¡Estabas despierto todo este
rato!— JiMin lloriqueó aún sin soltarle.— ¡Tan
malo! ¡Eres un diablo!
Jeongguk soltaba dolorosas risas.
—No iba a desperdiciar el momento de tenerte
en mis brazos.— Jeongguk besó tiernamente su
frente.— También quiero disculparme contigo,
JiMin.
—¿Tú por qué?
Jeongguk sonrió débilmente, su omega era
dulce.
—Por hacerte llorar tanto…— El castaño limpió
lentamente sus mejillas bañadas en lágrimas.—
Por abandonarte hace años para cumplir el último
deseo de mi padre…— Jeongguk contempló el
rostro de su omega.— Por ser el alfa de la cuál te
enamoraste. Mereces mejor, pero soy egoísta, te
quiero solo para mí y no planeo dejarte ir a
ninguna parte. Eres mío, jodidamente mío.
JiMin besó ruidosamente su mejillas, soltando
risillas. Su vida estaba completa, el alfa que
amaba estaba sano, solo tenía heridas de bala en
recuperación y agradecía eternamente a la luna
por darle una nueva oportunidad de amarlo como
se debía.
Ambos ya merecen ser felices.
—Mírate… tan precioso que luces hoy.—
Jeongguk se acomodó mejor en la camilla,
acomodando un rebelde flequillo de su omega.—
¿Estás soltero? ¿Tienes alfa?
JiMin golpeó su hombro dulcemente.
—Tengo dos hijos, me temo que no estoy
disponible.— JiMin le guiñó, recibiendo un falso
lloriqueo por parte del alfa.
—Agradecería… si me dejaran morir a gusto, me
terminará dando diabetes terminal por su puta
culpa…— YoonGi los miraba con desprecio.—
Dejen descansar al prójimo, hijos de puta.
Jeongguk rió roncamente, sin soltar el agarre de
su omega en su cintura.
—¿Cómo te sientes?— Preguntó el alfa
suavemente.
—Mejor si no estuvieran de ridículos.— YoonGi
levantó el pulgar.— Pero todo bien, preferiría
estar muerto.
Jeongguk rodó los ojos, mientras dejaba que
una carcajada brote de sus labios a pesar del dolor
que sintió después de eso.
Lo tenía todo. Tenía a su familia una vez más.

Cuatro meses después…


—¡Cariño!— JiMin soltó una risilla incrédula al
ver a Jeongguk tan emocionado inflando globos
de color rosa.— ¿Estás seguro de que tu cachorro
será una niña?
Jeongguk asintió firme, BaeJeon por su parte
estaba trepado en la espalda de su padre
mordisqueando una de sus orejas.
—Segurísimo.— El alfa dejó que el globo flote
en el techo, para después, BaeJeon tomando su
labor, bajó de su espalda para sujetar la cuerda
del globo y acomodarlo donde mejor le
parezca.— Mi lobo cree también que tendremos
una pequeña.
JiMin acarició su vientre abultado de seis
meses, él ya sabía lo que era su cachorro, ya tenía
confirmado el sexo de su bebé y por petición de
Jeongguk, no quiso saber hasta preparar una
pequeña ceremonia con familiares y amigos, sería
una sorpresa para él.
Porque BaeJeon ya sabía también, él acompañó
a su padre a recibir la noticia con su doctor.
—Appa…— BaeJeon acompañó a la cocina a
JiMin, quién estaba terminando los pequeños
pastelitos.— ¿Me dejas tocar tu panza?
El omega sonrió dulcemente, últimamente
BaeJeon tenía como instinto olisquear el vientre
de JiMin, antes de hablarle para poder sentir al
pequeño patear dentro de Park.
Se abrazó a su padre, restregando su mejilla
contra la enorme pelota de JiMin, dejando besitos
y olisquearla.
—Papá cree que eres niña…— El cachorro
sonrió juntando su frente contra su vientre.— Y
está muy emocionado.
Después de ello, BaeJeon volvió con Jeongguk a
terminar los globos y acomodar los adornos en su
hogar, JiMin no podía dejar de mirar orgulloso a
su hijo y a su alfa, la razón de su vida platicando
de cómo cuidarían al nuevo integrante de su
familia.
Oh, lo olvidaba, en ese tiempo, se hicieron los
nuevos trámites respecto a BaeJeon, en su carta
de vida se agregó la existencia del alfa de su
manada, y legalmente fue reconocido como el
hijo legítimo Jeon Jeongguk.
Dejando de ser Park BaeJeon para convertirse
en Jeon BaeJeon.
El cachorro estaba contento con su nombre,
adoraba contar lo grandioso que era tener un
padre como Jeongguk que salvaba al mundo y era
su superhéroe favorito.
Nuevamente se sintió emocional, cubrió su
rostro para dejar que lágrimas caigan por sus
mejillas.
No podía aún creer lo felíz que se sentía con
Jeongguk.
Todo era maravilloso esos meses de su
embarazo, poco a poco perdía la capacidad de
mirar sus pies, su bebé crecía sanamente dentro
de su vientre y eso no podía tener más felíz al
omega, en realidad, amaba poder oler más a
cachorro que a él mismo, y Jeongguk disfrutaba
ver a su pareja en cinta, con una tierna barriga y
mejillas más rellenitas.
Se amaban con locura.
Después de decorar los pastelitos, los metió a la
nevera y se dedicó a terminar de hornear galletas
para los invitados; lo cuál terminaba siendo un
pequeño fracaso pues se terminaba comiendo las
galletitas que preparaba en la charola,
excusándose con el pobre argumento de que su
hijo tenía antojo de cualquier alimento que
consumiera, Jeongguk solo lo miraba tontamente
enamorado.
—Vale, creo que ya está.— Jeongguk soltó un
suspiro mientras echaba un último vistazo al
interior de su hogar, chocando su palma con la de
BaeJeon.— Quedó espectacular, cachorro.
BaeJeon asintió eufórico, tirándose en la
alfombra mientras suspiraba agotado.
Realmente Jeongguk soñaba con una dulce
niña, su instinto le decía que sería una pequeña,
además, JiMin sonreía divertido cuando
mencionaba lo que creía que era su hija.
Además, el aroma a cachorro era
extremadamente delicado y dulce, combinado
con el suyo y el de JiMin, creaban una bomba de
olores. El omega parecía una pequeña bolita de
arroz con patitas, caminando de un lado a otro
con esas características mejillas sonrojadas
naturalmente y boquita abultada, era una ternura
y a veces se aprovechaba de esa belleza para
obtener lo que quería, pero ¿Quién sería capaz de
negarle algo a Park JiMin? Él era
majestuosamente bello, con unos felinos ojos que
embelesaban a todos, una voz dulzona y cálida
que curaba cualquier preocupación, como si
fuese la medicina perfecta para eliminar cualquier
malestar emocional.
Y luego estaban sus labios, brillantes y sanos,
listos para ser mordidos como si de pequeños
duraznos se tratara, siendo jugosos y dulces,
JiMin era perfecto ante los ojos de Jeongguk, y
estaba orgulloso de ser su alfa, de amarlo tan
sinceramente sin ningún obstáculo.
Junto a él todo lo maldito se convertía en
bendito.
—¿Te han dicho lo atractivo que eres cuando
me miras de esa forma tan dulce?— JiMin rió
mientras lo miraba del otro lado de la barra, con
su mentón sobre su mano y ojos melosos.— Eres
como un intimidante león buscando mimos con
su mirada.
Jeongguk rió tan sanamente, tan natural y con
vida, queriendo eliminar la barra de la cocina para
abrazar a su omega y devorarlo a besos.
—Eso es porque este intimidante león está
enamorado de su leoncito embarazado.—
Jeongguk suspiró embobado cuando JiMin le
lanzó un pequeño beso.
—Eres tan romántico.— JiMin se sonrojó
mientras decoraba las galletas.
—Es una niña ¿Verdad?— El alfa observó a
JiMin como esbozaba una tonta sonrisa.
—No sé, alfa ¿Qué te dice tu lobo?— JiMin
preguntó.
—Que estás ocultando lo evidente.—
Carcajeó.— Él siente que es una dulce niña.
El pelinegro rió bajito.
—Vale, amor.
—¡¿Es una niña?!— Jeongguk tuvo un adorable
brillo en sus ojos, enterneciendo a Park.
—No lo sé, no te confirmé nada ¿O sí?
Jeongguk bufó.
—Mierda.
—Ya lo sabrás en unas horas, guapo, sé
paciente.— Le guiñó antes de seguir con su deber.

—¡Qué casa tan más decorada!— TaeHyung
chilló.— ¿Quién fue el de la bonita idea?
—¡Papi!— BaeJeon chilló con una radiante
sonrisilla.
TaeHyung adoptó una mueca de incredulidad.
—¿En serio te pusiste a decorar esto? ¿Tú?— El
pelirrojo arqueó una ceja.— En ese caso me
imginaba más decoraciones de pistolas falsas,
verde y temática de militares ¡Tu trauma!
—Cierra la puta boca, estamos hablando de mi
hijo.— Jeongguk le dio un suave golpe en la
nuca.— Uno por sus cachorros hace un sacrificio.
—Como ponerte a decorar tu casa con colores
llamativos.
Jeongguk lo fulminó.— Ya cierra la boca, dentro
de poco vendrá un hermoso embarazado y
merece halagos, mimos y abrazos.
—¿Cuántos meses tiene ya?— Preguntó la
pareja de TaeHyung, HoSeok.
—Seis y medio.— Jeongguk sonrió
ampliamente.— Presiento que será una niña.
—Claro, como alfa siento lo mismo.— HoSeok
asintió.— Pero hagamos como si nada, JiMinnie
debe pasarla fenomenal.
—¿Qué tanto hace JiMin?— El pelirrojo
preguntó mientras le gruñía a su cachorro por
jugar con los globos.— ¿Está haciendo algún
embrujo para mantener vendado a Jeongguk.
—Qué gracioso, YeYé.— JiMin bajaba las
escaleras con cuidado.
Lucía maravilloso, con un traje de embarazo
blanco y fresco, de mangas grandes y listones,
pronto corrió Jeongguk como apoyo para que
pudiera bajar las escaleras a salvo.
Se veía precioso, y rápidamente se acurrucó en
los brazos de su alfa, buscando cariño y caricias en
su barriga.
—Veo tu gran panza y pienso en lo valiente que
eres.— TaeHyung dijo asombrado.— Cuántas
patadas debe dar hasta en tus pulmones
¿Duermes bien? ¿Te agota dormir boca arriba?
¿Es difícil tener sexo con esa barrigo-…
—¡Ya cállate!— Jeongguk gruñó avergonzado,
antes de volver a apoyar su mentón en el
pequeño hombro de su omega.
—Cariño, no es necesario ser tan directo.—
HoSeok rió avergonzado.
JiMin estuvo por volver a hablar, sin embargo,
unos golpes a la puerta interrumpieron el
momento.
—¿Será SeokJin y NamJoon?— Preguntó
TaeHyung.
—No lo creo, cielo.— HoSeok murmuró
acariciando los hombros del pelirrojo.— Si fueran
ellos, SeokJin hubiera tumbado la puerta de la
emoción.
Jeongguk rió mientras se dirigía hacia la puerta,
su cachorro persiguiéndole como patito bebé.
Ahí estaba YoonGi, quien lo miró con cara de
pocos amigos.
—Dijiste que no vendrías.— Jeongguk murmuró
conteniendo la risa.
—No, pero tener a una omega embarazada,
hormonal y mandona no es como mi cosa
preferida en el mundo.— El alfa murmuró entre
dientes.
—¡Yoong!— Suran le dio un suave golpe en el
hombro, un poco avergonzada por la actitud
gruñona de su alfa.— Perdónalo, Jeongguk, a
veces no sabe controlar esa lengua grosera.
Jeongguk soltó una carcajada, invitándolos a
entrar.
Suran pronto se reunió con JiMin, dejando a
YoonGi y a Jeon solos en el pasillo de la entrada.
—Oye…
—¿Qué mierda quieres?— Le miró con pereza
YoonGi.
—¿Qué tal va esa paternidad agria?— Jeongguk
esbozó una burlona sonrisa.
—Anoche me pidió comer unas órdenes de
sushi…
—No encuentro lo malo en eso…
—A las putas tres de la mañana.— Terminó con
sufrimiento YoonGi. — ¿Sabes lo difícil que es
decir “sí, cariño, quédate en la cama, yo
conseguiré sushi para tí” a esa hora cuando todo
jodido Corea está descansando?
Jeongguk palmeó la espalda del alfa pelinegro
comprensivo.
—En tu caso son gemelos…— Jeongguk
murmuró.— Lo que te espera.
—¿Vine aquí a ser torturado?— YoonGi
chasqueó la lengua.— Ser padre es difícil.
—Debiste ponerle funda a tu pistola para que
no provoques una explosión doble de nueve
meses, Min.— Jeongguk carcajeó.— Es bueno que
sientes cabeza.
YoonGi suspiró.
—Es preciosa embarazada.
—Por fin comprendes lo que es el amor, dejarás
de ser un troglodita. — El castaño fingió limpiar
sus lágrimas.— Has crecido.
—Ojalá te llenes de diez hijos.
—Y tú de quince, vamos a reunirnos con los
demás, ya casi comienza esto.— Jeongguk rió
comenzando a caminar a la sala de estar.

El rato había pasado, SeokJin y NamJoon
finalmente llegaron, JiMin estaba contento entre
los brazos de su alfa mientras su pequeño se
movía en su vientre.
—Necesito sentarme un momento, cielo…—
JiMin murmuró en su oído.— Tu hijo pesa más y
mis pies duelen.
Dicho esto, el omega gestante caminó cuál
patito hasta el sofá más cercano y se sentó
cuidadosamente, su cachorro se movía dando
pataditas sin detenerse en ningún momento.
—Ya, mi amor…— Susurró JiMin mientras
acariciaba su gran panza. — Papá solo está en la
cocina, tranquilo.
Sus pies se sentían fatales, poco a poco le era
más difícil andar con facilidad, necesitaba más del
apoyo de Jeongguk para caminar, para subir y
bajar escaleras y terminar las tareas del hogar.
JiMin estaba contento de ver a su pequeña
familia reunida, tuvo un pequeño sentimiento de
melancolía y bajó la mirada a su vientre.
¿Será momento de perdonar y continuar sin
rencor?
Sus mejillas abultadas se sonrojaron, sus
manitos en su vientre dejaron caricias como
apoyo y miró por unos momentos el teléfono de
casa.
El timbre sonó, tan delicado y sutil que nadie en
la cocina lo escuchó.
—¡Alguien toca la puerta!— JiMin llamó
suavemente.
Pero sus llamados se esparcieron por el aire,
siendo ignorado.
—Aish, sucede un crimen y estos tontos no se
darán cuenta nunca.— Dificultosamente se puso
de pie y con el cambio de zapatos por pantuflas,
caminó lentamente a la puerta de entrada.
El timbre volvió a sonar.
—¡Voy!— JiMin chilló dulcemente, queriendo
mirar por el ojo de cristal en la puerta, pero no
alcanzaba y menos ahora por el peso extra en su
barriga.
Respiró pesadamente, tomando la perilla de la
puerta y abrir.
—Hola, buen dí-…
Se quedó estático.
Su manito apretó el agarre en la perilla y tragó
saliva.
—Hola, mamá…— Sonó lo más tranquilo
posible.— ¿Qué se te ofrece por aquí?
La mujer parecía cada vez más arrugada, nunca
perdió la elegancia, fina como su hijo y con un
porte envidiable, lujosa a simple vista pero
inalcanzable.
—Hola, cariño…— JiMin notó que sus manos
temblaban ligeramente, arrugadas y con las uñas
pintadas en un fuerte rojo quemado.— M-me
gustaría hablar contigo… con tu alfa…
En sus manos, suaves y viejas, sostenía un
pequeño regalo envuelto en papel dorado con un
moño lila metálico.
—Me enteré que estabas nuevamente
gestando y hoy sería la revelación del sexo de mi
nieto…— La señora Park se quitó tímidamente los
lentes.— Me gustaría arreglar todo lo que ha
sucedido e intentarlo de nuevo.
JiMin quiso responder, realmente quiso.
—Está en decisión de mi omega el querer
entablar una conversación amena, señora Park.—
La voz presentable del alfa Jeon fue la respuesta
que JiMin no había pensado darle.
Tragó saliva, estaba un poco nervioso con todo
el tema, aún no sabía si rodearse de su madre
sería bueno… bueno para sus hijos, para su familia
en sí.
Pero es que la observaba, añeja y melancólica
en su mirada, ahí vio después de muchísimos años
a la mujer que lo llegó a consentir cuando él solo
era un cachorro indefenso, la mujer que amaba
antes de que la ambición la comiera viva.
—Por ello, me gustaría arreglar las cosas,
Jeongguk.— La mujer dijo suavemente, no
intimidándose tan fácilmente por él.— Sé que he
sido una mala mujer con ustedes… con mi nieto
que no tiene ninguna culpa de los pensamientos
erróneos que tenía.
Jeongguk mantenía una áspera mano en las
caderas de su omega, dejando roces protectores
en ellas y hacerle saber que siempre estarían
juntos.
JiMin suspiró, intentando torpemente mirar sus
propios zapatos, pero la enorme pelota se lo
impedía.
—Entra, ya empezará la revelación de nuestro
bebé.— Sonrió cálidamente.
Porque JiMin siempre tuvo un corazón lleno de
amor y bondad. Honestamente, noches atrás
estuvo pensando en el perdón para sanar y
mantener en paz su indeciso corazón, que aunque
estaba lleno de amor, sentía preocupación por su
madre.
Estaba listo para perdonar.
La mujer tomó su mano, cálida y suave como la
suya.
—Gracias por esto, hijo…— Le dedicó una
pequeña y tímida sonrisa. — Perdóname, por
todo.
JiMin sintió los ojos cristalizarse. Tontas
hormonas de omega embarazado.
—Todo eso es pasado ¿Vale?— Rió
dulcemente.— Tienes dos nietos que querer y
consentir.
L
a mujer soltó una pequeña carcajada y entraron
al hogar de los Jeon.
Aunque Jeongguk aceptó la decisión de su
embarazado omega, nunca bajó la guardia por si
algo llegaba a suceder.
La pequeña celebración estaba transcurriendo
de maravilla, y eso JiMin lo estaba disfrutando
con cada poro de su pequeño ser. Su guapísimo
alfa mimando su vientre mientras conversaba con
YoonGi, con TaeHyung. Su madre escuchando las
aventuras de KwanSoo y BaeJeon.
Se sintió tan felíz, su corazoncito quería
explotar de amor.
—Bien…— JiMin habló en voz alta, escapando
suavemente del abrazo de Jeongguk.— Creo que
es hora de que se sepa qué será lo que llevo en mi
vientre.
—Una explosión de seis meses por Jeon
Jeongguk, seguro.— YoonGi habló, recibiendo un
golpe en la nuca por Suran.
—Cállate, grosero.
Gruñó el alfa pelinegro, recibiendo una risilla
por parte de Jeongguk por respuesta.
Justo cuando se giró a ver… JiMin desapareció
de la cocina.
—Este omega no se puede quedar quieto por
un segundo…— Jeongguk murmuró mientras
caminaba fuera de la cocina.
—¡Papá oso!…— JiMin gritó dulcemente desde
su habitación.— ¡Ven a ayudarme con esto!
Jeongguk prácticamente corrió escaleras arriba
para alcanzar a su bello omega que seguramente
estaba cometiendo locuras. Sin embargo, al llegar
a su habitación, sintió su corazón doler de amor.
JiMin sostenía un enorme globo flotando color
negro, con un signo de interrogación color blanco,
en la cuerdilla, yacían dos anillos colgando.
Dos anillos que significaban toda su historia de
amor.
¿Cómo es que su lobo se sentía tan
emocionado?
Con una radiante sonrisa en su rostro, se acercó
a JiMin, quién lo abrazó buscando protección y
amor.
—¿Y esto?…— Jeongguk preguntó sonriente,
besando la cabecita de su pareja.
—Dentro de este globo está la respuesta,
amor…— JiMin explicó, llevando sus manitos
hasta los anillos atados.— Y el bebé fue creado
por nuestro amor, por ello los anillos…
Quiso llorar.
Jodidamente quiso llorar.
—Es perfecto.— Respondió besando
ruidosamente su mejilla sonrojada.
—Vamos, cariño, los invitados no pueden estar
esperando tanto.— JiMin tomó su mano,
entrelazando sus deditos con los más largos.
Escaleras abajo, Jeongguk no dejaba de repetir
palabras como “cuidado, cielo”, “poco a poco”,
“eso es”, “baja lento, mi amor.”
Más que nada, su lobo alfa estaba floreciendo
por proteger a su omega.
Justo cuando llegaron a la sala de estar,
Jeongguk llamó a todos para reunirse y saber por
fin el sexo de su hijo.
O hija…
O ambos.
—Yo ya hice mi apuesta.— TaeHyung dijo.— Es
varón.
—Imbécil, es niña.— YoonGi respondió.
—Yo creo que es niña, JiMinnie.— Suran
respondió.
—Es… ¿Niño?— HoSeok seguía un poco
confuso.— No lo sé… me estoy fiando de los
instintos de Tae.
JiMin carcajeó.— Suerte entonces, Hobi hyung.
—Es niño.— SeokJin respondió convencido.
—Cariño… es niña.— NamJoon murmuró en el
oído de SeokJin.
—Que no, es niño, mi instinto omega me lo
dice.
La señora Park sonrió levemente, suspirando.
—Creo que es niña.— Fue su respuesta.
Jeongguk se estaba emocionando en su lugar,
que empezó a mordisquear sus uñas y dar uno
que otro salto ansioso.
—¿Alfa? ¿Qué crees que es?— JiMin levantó las
cejas emocionado.
—¡Niña! ¡Si dice mi suegra que es niña yo le
creo!— Comenzó a hacer ruidos extraños de
emoción que solo provocó risas en toda la sala de
estar.
—Te sorprenderías, papá.— BaeJeon respondió
encogiéndose de hombros mientras era cargado
por YoonGi.
JiMin rió bajito antes de tomar la aguja en la
mesita de centro.
Respiró profundo, tratando de no reír por la
expresión de Jeongguk, parecía un dulce pequeño
de cuatro años… tuvo un pequeño reflejo de su
hijo en él, eso fue suficiente para romper el globo
y provocar el golpe de ruido.
Jeongguk se quedó estático, con un hermoso
brillo en sus ojos. Montones de papelitos rosas y
púrpuras caían alrededor de ellos, JiMin se veía
precioso con esa hermosa sonrisa en su rostro,
papelitos cayendo sobre él y la barriga que lo
volvía loco.
Niña.
Jeongguk corrió y atrapó en sus brazos a JiMin,
llenándolo de besos ruidosos, la sala de estar se
llenó de gritos emocionados, de risas, de tanta
alegría.
Pero ellos dos estaban en su mundo.
Miles de mariposas instaladas en su vientre
confirmaron la gratitud que sentía con la luna por
darle tan precioso alfa en su vida, darle la familia
que siempre soñó y sobre todo por los momentos
que vivía con Jeongguk. Porque honestamente,
fue una locura el cómo volvió Jeon a su vida, que
jamás se esperó embarazarse de nuevo… y de él.
Rió bajito mientras consolaba al alfa roto en
llanto, era su vida, su mundo, su cachorro gigante.
Sentía volar junto a las nubes, flotar en ellas como
una ligera pluma color blanco, volar hasta las
estrellas y brillar con euforia, brillar junto a su alfa
que le trajo la felicidad de vuelta. Su amor
verdadero.
De pronto Jeongguk se vio llorando en el
hombro de su dulce omega, agradeciéndole con
locura por tal regalo.
Miles de emociones se sentían en la casa de los
Jeon, la calidez se notaba por todos lados, la
ansiosa espera de la pequeña Jeon era la principal
causa por la que todos estaban festejando en el
hogar.
JiMin quería llorar, su cachorro estaba
moviéndose y pudo intuir que era por sentir a su
padre llorar.
Jeongguk comenzó a brincar tontamente
alrededor, gritando efusivo por la novedad
respecto a su hija.
—¿Así me veré en el futuro?— YoonGi preguntó
asustado.
—Lo tuyo será doble… tendremos gemelos,
cielo.— Suran respondió burlona, besando su
mejilla.
—Vaya…— El rubor en sus mejillas casi
adoptaba el color de los papelitos rosados en el
suelo.— Si me lo dices así, y con ese beso, no me
queda más que aceptarlo.
—Estoy felíz por ellos.— TaeHyung respondió,
tomando en brazos a KwanSoo.— Por fin son una
familia felíz y llena de amor.
—Sigo sin creer que en el pasado te querías
cortejar al omega de tu hermano.— HoSeok rió.
—¿Apoco tú no harías lo mismo?— TaeHyung
dio un manotazo en su pecho suavemente.— Es
un ángel.
—Como tú.
TaeHyung se sonrojó, tragando saliva y reír
nervioso.
—Ca-cállate.— Respondió siendo abrazado por
HoSeok.
KwanSoo pronto pidió bajarse para ir a los
brazos de SeokJin, quien estaba enamorado de
cómo Jeongguk y JiMin tenían esa chispa de amor
viva.
—Creo que quiero cachorros.
NamJoon casi se atragantó con su bebida.
—¿Perdón, cariño?— Soltó una risilla nerviosa
el alfa moreno.
—Quiero un hijo tuyo, NamJoon.— Respondió
serio el omega.
—P-pero… me habías dicho que no querías otro
además de KwanSoo cuando tocamos el tema
hace unos meses…
—Me siento emocionalmente listo para tener a
tus cachorros, NamJoon.— SeokJin bajó a
KwanSoo, quien corrió hasta BaeJeon para
jugar.— Sé que te desanimé tanto y te lastimé por
ello.
—¿De qué hablas, precioso? Claro que no.—
NamJoon se sonrojó, atrayendo a SeokJin a sus
brazos.— Lo entendí perfectamente.
—Esa misma noche te oí llorar en nuestro
balcón, Nam.— SeokJin acarició su mejilla.— No
fui del todo amable, te grité que no quería hijos
tuyos porque no servía como omega ¿Recuerdas?
—Eso… eso no importa ya.— NamJoon negó
besando su mejilla.— Todo a su tiempo, mi
amor… aún hay que sanar completamente.
—Junto a ti me siento sano, vivo, felíz y listo.—
SeokJin restregó su mejilla en su hombro, antes
de reír juguetón y mirar felinamente a
NamJoon.— Así que, Kim NamJoon, esta noche
tendremos pasión.
—¡Cállate, SeokJin!— NamJoon histérico cubrió
la boca del ahora pelirrosa. Soltando una risilla al
no poder entender cómo es que SeokJin podía ser
tan descarado.
El omega por su parte rió, dejándose proteger
entre los brazos de su alfa, quién llenó de besos
su rostro.

—¡¿Qué?!— Jeongguk salió corriendo del


campo de entrenamiento completamente
nervioso y asustado.— ¡¡Ya estoy yendo!! ¡Ya
estoy yendo!
Colgó la llamada mientras casi tropezaba en el
trayecto a su oficina, su respiración estaba
agitada y su corazón latía fuertemente.
—¡¿Qué mierda te pasa a ti?!— Gruñó YoonGi
cuando lo vio azotando la puerta de las oficinas y
correr apresuradamente a su escritorio para
tomar sus cosas
No podía hablar debido a lo agitado que estaba,
NamJoon lo sostuvo para que no cayera de lo
agotado que se sentía.
—Ji… JiMin…— Tragaba saliva el alfa.— Ya
está… a punto de… —¡¡CORRE, JEONGGUK!!—
SeokJin le gritó.
El alfa obedientemente salió en dirección a su
auto, ignorando a los militares que le daban el
saludo y en especial al portero.
El viaje al hospital fue una locura, el tráfico se le
hacía eterno y la ansiedad se lo comía vivo.
Espérame, bebé… espérame un poco más.
Llamó a través de su lazo.
“D-duele…” recibió por respuesta.
—¡Joder!— Jeongguk estuvo esquivando los
autos.— ¡Muévete, imbécil!

Llegó hasta la recepción del hospital, agitando y
adolorido.
—¿Señor? ¿Está bien?— Una enfermera se le
acercó, dándole prioridad por su traje de la
milicia.
—Mi omega…— Respondió.— Mi omega va a
dar a luz…
La enfermera entendiendo, sonrió
ampliamente.
—¿Su nombre?— Pidió la omega.
—P-Park JiMin…— Jeongguk tragó saliva, le
dolía el estómago, sentía desmayarse.
—¿Usted es Jeon Jeongguk?
Asintió repetidas veces.
La enfermera lo guió por los pasillos, hasta la
sala de partos para omegas macho.
—Por favor, lave sus manos y rostro aquí, en un
momento le traigo su bata para entrar a
quirófano con su omega, está a punto de entrar al
labor de parto por cesárea y usted como su alfa
debe estar ahí con él.— La enfermera salió
apresurada en busca de la bata, dejando solo a
Jeongguk.
—Joder.— Masculló Jeongguk ansioso, lavando
sus manos y rostro, por fin… por fin tendrían a su
hija en brazos.
Comenzó a llorar.
Cuando la omega volvió con su traje, Jeongguk
se lo colocó como la chica le pidió, y justo cuando
terminó, fue guiado hasta el quirófano donde
JiMin estaba.
—Por favor, manténgase lejos de la zona de
operación, quédese junto a su omega y no se
asome al trabajo de los doctores.— La chica dio
indicaciones.— No ponga nervioso a su omega y
no lo asuste, por favor.
Jeongguk asintió desesperado, cuando la
puerta se abrió, entró al quirófano.
—JiMin… cielo.— Jeongguk se colocó a su lado,
tomando su manito temblorosa.
JiMin estaba sonrojado junto a su naricita de
botón, con lágrimas en sus ojos y ojitos brillantes.
—A-alfa…— Chilló JiMin.
—Aquí estoy, amor…— Jeongguk restregó su
mejilla en la ajena.— Ya vienen los doctores,
respira.
Su omega se quejaba, chillaba y arqueaba su
espalda, Jeongguk lo admiraba, lo adoraba, era
tan fuerte… muchísimo más que él.
—T-tu hija se adelantó… una puta semana
antes…— JiMin lloriqueó apretando el agarre de
manos.— Tan j-jodidamente desesperada c-como
su padre…
Jeongguk rió en medio de sus nervios, pronto,
los doctores entraron al quirófano y comenzaron
a tratar el parto de JiMin.
Pronto el omega se relajó, la labor de cesárea
era un poco más aliviante por el dolor gracias a la
anestesia… pero por lo que Jeongguk entendía, el
dolor lo tendría después, la herida era delicada.
—¿Estás relajado, bebé?— Preguntó Jeongguk
acariciando sus cabellos.
JiMin asintió casi dormido, sonriendo.
—Ya quiero verla…— Sus ojitos se posaron
sobre los ajenos, brillando en la misma emoción.
—Y yo.— Jeongguk respondió besando su
frente.
Así estuvo Jeongguk, mimando a su omega
anestesiado, hasta que el doctor dio el anuncio:
—Ya nació.
Y seguidamente, un llanto llenar la habitación
completamente.
Jeongguk se sentía hipnotizado por como se
llevaban a su bebé, sus ganas de protegerla le
estaban carcomiendo vivo, quería abrazarla,
cuidarla de las manos ajenas.
Pero debía controlar los impulsos de su lobo.
Minutos después, volvieron con su pequeña
envuelta en una dulce sábana púrpura, JiMin la
tomó en brazos y comenzó a llorar, risillas
emocionadas salían de sus preciosos labios.
Jeongguk no podía creerlo… su hija… su
adorada estrella estaba con ellos por fin.
—E-es tan pequeña y dulce…— JiMin besó sus
mejillas tiernas, antes de notar a Jeongguk, en
silencio llorando de la emoción.
—Cárgala, alfa… esta es tu hija.— JiMin pronto
dejó que Jeongguk la tome en brazos.
Simplemente preciosa.
Sus mejillitas rellenas, sus labios idénticos a los
suyos, la naricita era demasiado igual a la de su
omega, la forma de sus luceros como los de
Jeongguk, sus cejas… era igual a su omega y no
podía estar más contento. Aunque poseía el ligero
lunar bajo su labio inferior como Jeon, era
hermosa.
—Es más parecida a ti, caramelito… nuestra
niña es preciosa.— Jeongguk besó sus mejillas, la
pequeña comenzó a relajarse en los brazos de su
padre, durmiéndose en cuestión de minutos.
—¿Qué nombre has pensado?— JiMin le
preguntó por fin.
Habían tenido el acuerdo que Jeongguk
seleccionaría el nombre de la pequeña por los
últimos dos meses de embarazo del omega.
—¿Por fin tienes un nombre definitivo, amor?
Jeongguk miró a su pequeña sonriendo
enamorado, antes de asentir lentamente.
—Jeon BaeMin.
JiMin suspiró enamorado, tomando la mano de
su alfa y sonreír.
—Es precioso.
Pronto, BaeJeon ingresó a la habitación listo
para conocer a su hermanita menor.
—¡Quiero verla, appa!— BaeJeon chilló
emocionado.
Jeongguk le entregó a la pequeña BaeMin a los
brazos de JiMin, para tomar a BaeJeon y sentarlo
en su regazo.
BaeJeon observó a la bebé dormida y cayó
enamorado por ella, era preciosa, dulce y
bastante pequeña.
—Se llama BaeMin, cariño.— Jeongguk
explicó.— y ella es tu hermanita menor, la cuál
debes proteger siempre.
BaeJeon estaba observándola detenidamente,
era igual a su appa JiMin. Asintió ante las palabras
de su padre.
—Protegeré a mi hermana siempre.
Jeongguk pronto besó a su omega, juntando sus
frentes.
—Te amo, Jeon JiMin.
—Te amo más, señor Militar.— JiMin respondió
cansado.
Jeongguk acarició su mejilla.
—Tú eres yo..
JiMin tímidamente rió, besando a su alfa.
—Y yo soy tú, Jeongguk…
Así iba a ser siempre, porque el amor de
JiMin sobrepasaba los límites de lo permitido.
Porque después de tanta tormenta, tuvo su
merecido arcoiris… y ese arcoíris era Jeon
Jeongguk.
Su valiente y dulce militar.
FIN.
.
Hellooooooooooooooow.❤
Por fIN TERMINÉ MILITAR, PTMMMMMM VOY
A LLORAAAAR.
Me llevó mucho tiempo dejarlo bonito,
aunque no era lo que esperaba, estoy
satisfecha, ahre. Honestamente, yo quería
muerte,
sangre y destrucción pero eso ameritaba
segunda temporada y pues las cosas no van así
lol. Me encantó cómo quedó el
libro.😢😢😢❤❤
Dato curioso: iba a matar a YoonGi en este
cap pero no quería hacerlas sufrir ahre, él igual
merecía ser muy felíz. Todos lo merecían, ya
que sufrieron por igual.
¿Les gustó? Sus opiniones finales
aquí.😊❤
Por cierto, me falta el epílogo, esperen por un
BaeJeon guapo y una BaeMin
preciosa.
JEJEJEJEJEJEJE
OIGAN POR
CIERTO.
¿LES GUSTA LAS SORPRESAS?
SIGAN ESTA CUENTA.
GXLDXNC0C0
DESCUBRE TODO AHÍ. ;)❤
SEGUNDO AVISO AHRE:
Me hice un Facebook para postear todo lo
referente a nuestros padres jejejeje, para
convivir mejor con ustedes y charlar jeje, está
enlazada en mi biografía así que vayan a
agregarme chi, o aquí mismo comento el link,
nosabo ya veré qué hago JAJAJA.
LOS AMO MUCHO, MUCHAS GRACIAS POR
SEGUIR ESTA OBRA Y SER MUY PACIENTES
CONMIGO, EN SERIO LOS AMO.
😭😭😭❤❤❤
¿Tú eres yo…
Thank u next, see u soon, my love.❤
CADENA DE ORACIÓN POR NUESTROS
PADRES, AMÉN.
EPÍLOGO.

Jerarquía Jeon.
Una bella cabellera castaña con ondas hasta la
cintura danzaba ligeramente con cada paso que la
fémina daba alrededor de su habitación, hoy era
su día y todo tenía que salir perfecto.
Con una belleza deslumbrante, se miró al
espejo por última vez, su pequeña nariz de botón
ligeramente sonrojada al igual que sus mejillas
dejaban el aspecto tierno y dulce de la cual todos
se derretían al verla. No se quejaba, había
heredado esa incomparable preciosidad de su
padre, el carácter firme de su padre alfa y la
sensualidad del omega.
—Hoy es el día, maldición.— Suspiró nerviosa,
dándose consuelo frente al espejo y mirarse.—
Este es mi sueño, aullaba a la luna por esta
oportunidad y no la desaprovecharé.
La puerta sonó y seguidamente, un omega
mayor, amoroso y guapo entró a la habitación de
la menor.
—Mírate, qué preciosa te ves…— JiMin susurró
acariciando la mejilla suave de su pequeña flor.—
Tu padre estará demasiado orgulloso de ti, Mimi.
—Appa, ya tengo dieciocho para que me sigas
diciendo Mimi.— BaeMin se avergonzó ante la
risa cariñosa de su padre.— Solo espero que esté
igual de orgulloso como lo está de BaeJeon.
—Claro que lo estará, no te hagas nudos
mentales por eso, amor.— JiMin acomodó mejor
las ondas de su bella cabellera chocolate.— Él
está abajo esperando por ti junto con tu
hermano, ya terminó su desayuno ¿Por qué no
bajas a comer también? Necesitas energías.
BaeMin besó la mejilla de su padre antes de
asentir.
—De acuerdo, ya iré, appa.
JiMin sonrió dándose la vuelta y llegar a la
puerta, no sin antes soltar:
—Te amo mucho, mi bella florecita.
BaeMin ronroneó, lanzándole un beso lleno de
amor.
Su familia particularmente era como las demás,
con un pequeño detalle que las demás familias no
tenían.
Sus padres eran joyas de la luna.
Tan amorosos, protectores, BaeMin junto a
BaeJeon crecieron llenos de amor y cuidados,
siendo los hijos más dulces, con el corazón
bondadoso de JiMin y la sabiduría de Jeongguk.
BaeMin se miró por última vez en el espejo y
salió de su habitación, sus piernas temblaban,
estaba nerviosa, emocionada y con ganas de
llorar en el regazo de su padre alfa por consuelo.
Pero dejaba atrás su cachorro interior para
darle entrada a su verdadero ser.
Terminó de bajar las escaleras y fue captada por
la mirada del alfa líder de su familia.
Jeongguk dejó la taza de café cuidadosamente
sobre la mesa y contempló a la bella chica que
estaba de pie al borde de las escaleras, tímida y
nerviosa. Era su bella cachorrita, su lobita traviesa
que rayaba paredes y rompía los juguetes de su
hermano mayor por diversión.
—¿Estoy viendo a una futura comandante de
primer mando, Jeon?— Jeongguk se puso de pie,
caminando hasta ella y tomar sus manos.—
Cariño… ¿Estás segura de esto?
BaeMin contempló sus manos, protegidas entre
las más grandes y poderosas, la calidez que le
brindaba le dio la seguridad de que era lo
correcto, lo que deseaba.
—Estoy segura, papá.— BaeMin sonrió, una
bella sonrisa igual a la de su bello JiMin.
Jeongguk la abrazó protectoramente,
meciéndola suavemente y besar su frente.
—Mi preciosa alfa… mi cachorrita traviesa.—
Jeongguk tomó sus mejillas entre sus manos.—
¿Qué haré contigo cuando te vuelvas una mujer
mayor y decidida? ¿Cuando tengas omegas detrás
de ti?
—Lo dudo, no me voy a despegar de su lado.—
Respondió BaeJeon mientras leía el periódico.—
Appa y yo somos los únicos omegas en su vida.
—No seas egoísta con tu hermana,
BaeJeonnie.— JiMin carcajeó.— Ya tienes a tu
alfa, tu hermana igual puede emparejarse.
—Va a ser un dolor de cabeza para papá, con lo
sobreprotector que es con nosotros.— BaeJeon
rió echando sus cabellos azabaches hacia atrás. —
Aún recuerdo cuando le hizo un interrogatorio a
KwanSoo*, papá es un intenso.
BaeJeon se había convertido en un omega
mayor completamente radiante, fuerte y con la
belleza de su padre alfa, por no decir que era casi
idéntico al Jeon Jeongguk joven que conoció.
—Muy bien, es hora de que vayas a tu primer
día en la milicia, amor. — Jeongguk protegió una
vez más a su hija menor, antes de darse la vuelta
y lanzarle las llaves del automóvil a BaeJeon.—
Cachorro, vayan.
—¿No irás con nosotros?
Jeongguk miró a JiMin, este le dio una mirada
amorosa.
—Tengo que resolver unos asuntos con appa,
adelántense.— Jeongguk sonrió.— Le diré a tu tío
YoonGi que venga por mí.
—De casualidad, papá…— BaeMin se
sonrojó.— ¿YoonHa será parte de la milicia?
Jeongguk la miró automáticamente.
—Ni lo sueñes.— BaeJeon respondió.
—¡Cállate, BaeJeon! ¡O te arrancaré los ojos!—
BaeMin amenazó recibiendo pellizcos en las
mejillas por su hermano mayor.
—¡Nos vemos en el campo militar, señor
Militar!— BaeJeon se despidió.
—Sigo sin entender porqué le dices “señor
Militar” a papá…— Jeongguk escuchó murmurar
a su cachorro menor.
—¡Por las lunas! ¡Cállate y sube al auto,
llegaremos tarde y sabes que a tío SeokJin no le
gusta la impuntualidad!
Jeongguk suspiró viendo a sus cachorros
perderse en la carretera, tragando saliva, sintió
unos dulces brazos rodearle por detrás y un rostro
esconderse en su ancha espalda.
—¿Todo bien, alfa?
—E-estoy orgulloso, felíz…— Jeongguk sollozó
ligeramente, necesitando sentarse en el sofá,
siendo perseguido por su omega.
—Nuestros hijos tienen un corazón tan noble
¿Es eso?— JiMin acunó su rostro entre sus manos.
—Muchas cosas, amor… son mis pequeños.—
Jeongguk pestañeó varias veces tratando de
evitar las lágrimas.— Santa mierda… no recuerdo
ser tan llorón.
—Yo sí, y muy bien.— JiMin bromeó besando
sus labios ruidosamente.
—Gracias…— Jeongguk murmuró entre cada
beso.— Por darme dos preciosos hijos…— Otro
beso.— Y por aparecer en mi vida tan coqueto.
JiMin rió.
—Gracias por chocar conmigo en la estantería
de galletas.— JiMin le guiñó, abrazando a su
militar con fuerza.— Eres el alfa más puro y
precioso.
—Coqueto.
—Aparte mírate…— JiMin se alejó para
contemplar al alfa.— Sigues tan bueno y
delicioso, Jeongguk ¿Eres un vampiro?
—Ojalá, así me pasaría una eternidad
contigo.— Le guiñó el alfa pelinegro.
—Esos cuarenta y seis años vienen deliciosos en
ti.— Rió JiMin, acariciando su abdomen.— Quiero
que me hagas el amor.
—Me encantaría, mi amor.
Jeongguk tomó a su omega en brazos y
subieron las escaleras en dirección a su
habitación, ahí, Jeon lo desnudó con cariño, con
promesa y amor, lo besó en todas partes,
marcando una vez más esa piel cremosa y
aterciopelada.
—Qué puedo decir de ti, JiMin…— Jeongguk
murmuró sobre las clavículas del pelinegro.—
Sigues tan precioso, radiante… sensual.
—Los omegas no se marchitan con facilidad,
cariño…
—Lo sé, caramelo.— Jeongguk lo abrazó
mientras se deslizaba en él lentamente.— Eres
divino aún así.
Entonces le hizo el amor de la forma más dulce
posible, contemplando lo que era amar a su
omega en las sábanas, recordando una vez más
que ese omega de la cuál compartió miles de
momentos seguía ahí, entre sus brazos y
murmurando “te amo” de sus labios esponjosos
repetidas veces.
Porque era su alma gemela.
Y no pudo estar más agradecido con la luna por
darle a su destinado… a su familia.

—Entonces fue hoy su presentación como la
heredera al comando de Jeon.— TaeHyung
abrazaba a JiMin en el sofá.
—Esta familia de militares me abandona.—
JiMin rió apenado.— Supongo que es parte de la
vida.
—Claro que sí, omega feo.— Besó su frente
cuidadosamente.
—Tarde o temprano iban a tomar rumbo de sus
vidas… eso me duele ¿Sabes? Son mis pequeños…
mis cachorritos llorones.— JiMin lloraba en
silencio.— Saber que ahora están tomando ritmo
de su futuro… wow, me siento satisfecho, mi alfa
sigue aquí conmigo, al final de todo él siempre
estará junto a mí para dejar volar juntos a
nuestros hijos.
—Me pones sentimental, JiMin, cierra la
boca.— TaeHyung ya se encontraba llorando
junto al omega.— Me empalagas.
—¿No sientes lo mismo con KwanSoo?
TaeHyung asintió, mirando al techo
perdidamente.
—A veces me pregunto cómo hubiera sido si
KwanSeok estuviera aquí… conmigo.
—YeYé…
—Tranquilo, cielo… la recuerdo con una
sonrisa.— Acarició la cabellera del omega.—
Cómo hubieran sido las cosas junto a su hermano.
—Ella debe estar orgullosa de ti, de SeokJin y de
KwanSoo.
—No lo dudo, SeokJin tiene tres hijos, tú dos…
yo uno.— Rió.— Además… te tengo una noticia.
JiMin pestañeó curioso.

—¿No notas raro a tu hijo, JiMin?


—¿BaeJeonnie?— JiMin estuvo pensativo.—
Bueno… a veces él despierta en la madrugada
hambriento y también acalorado, pero supongo
que son espamos del celo.
TaeHyung deseó darle un golpe en la frente.
—JiMin… te contaré esto pero tienes que ser
discreto porque no estoy seguro ¿De acuerdo?
JiMin asintió eufórico.
—Bien… KwanSoo me ha dicho que está
preocupado.— El castaño no podía ocultar la
sonrisa de oreja a oreja.— Como bien sabes, el
caso de nuestros hijos es extraño ya que son
destinados a pesar de compartir genes… débiles,
pero al final genes, ya sabes que no entendí bien
la mierda que nos dijo la curandera hace años.
—En efecto, la luna los juntó de forma única.—
JiMin sonrió.
—Cariño… KwanSoo me ha dicho que siente un
aroma extraño en BaeJeon.
JiMin se atragantó.
—¿A-aroma?
—Uhúm.— La sonrisa radiante no se hizo
esperar.— KwanSoo siente a su lobo con
inmensas ganas de proteger a BaeJeon, de lamer
la marca y brindar feromonas para tranquilizarlo
como una bestia… otra cosa que no entiendo por
ser un beta.
—Y-yo sí entiendo a qué te refieres…— JiMin
parpadeó sin asimilar.
—¿Lo captas?
—S-sí… joder, Tae, soy un omega, claro que lo
capto.— Se puso de pie.— Entonces puede que
esté…
—Embarazado.— Dijeron ambos al mismo
tiempo.
—Jeongguk dará el grito al cielo.
—Ese alfa de cuarta qué… no sirve para nada.—
TaeHyung se quejó.
—Cuarenta y cuatro años y sigues con las
mismas niñerías de siempre…— La voz grave del
alfa resonó en la casa, atrás de él, BaeMin y
BaeJeon entraban agotados.
—¡Tío TaeHyung!— BaeMin se lanzó a sus
brazos, siendo mimada por el beta.
—BaeJeon… ¿Estás bien, cielo?— JiMin se
acercó a su cachorro cuando esté se tambaleaba
un poco.
—Yo… creo que es el cansancio, appa,
tranquilo.
—Cansanciodenuevemeses.— TaeHyung habló
casi imposible de entender.
—¡¿Qué has dicho?!— Jeongguk se giró
rápidamente a mirar a su hermano, frunciendo el
ceño mientras dejaba su saco de la milicia en el
sofá.
—Nada, ignórame… mis niñerías.— TaeHyung
evitó su mirada.
—Te escuché muy bien, TaeHyung.— Jeongguk
arqueó una ceja.
Uh-oh.
—Cariño, mejor ve a tomarte una ducha, debes
estar bastante agotado al igual que nuestros
hijos.— JiMin rápidamente se lanzó sobre su alfa
para atacarlo a besos, haciéndole olvidar
rápidamente lo que había oído del beta.
—Mhm.. s-sí, buena idea, bebé.— Jeongguk
correspondía a sus besos, dándose vuelta para ir
a su habitación.
JiMin fulminó a TaeHyung.
—Tonto.
—Tarde o temprano sabrá.— El beta no podía
ocultar su sonrisa cuadrada.
Por otro lado, BaeJeon entró apresurado a su
habitación, encerrándose en su cuarto de baño y
vomitar hasta la papilla de bebé que comió
cuando era un cachorro.
Su estómago se sentía insoportable la última
semana, su aroma era más intenso de lo normal y
agradecía que su padre alfa no lo haya notado, o
en serio tendría a la bestia celosa nuevamente
ocultándolo entre sus brazos mientras gruñía que
era su cachorro.
Su pequeño IronMan.
BaeJeon se apoyó en el lavamanos y respiró
hondo, sus ojos aguados por el vomito reciente y
su palidez era algo que no sería fácil de ocultar.
Menos a padre JiMin.
Tomó su teléfono de su bolso al salir del cuarto
de baño más tranquilo y estable, llamando al
número de su alfa.
—Hey, terrón de azúcar ¿Ya saliste del
trabajo?— La voz profunda y gruesa de KwanSoo
se escuchó en la línea telefónica, BaeJeon se
derretía hasta los huesos al oír el tono de su voz,
herencia de tío TaeHyung pero más sensual.
—Me siento del asco, Kwan..— BaeJeon
confesó pinchando el puente de su nariz y cerrar
los ojos.— Ven a casa de mis padres, tengo unas
cuántas pruebas de embarazo que acabo de
comprar.
KwanSoo suspiró.
—Amor, te había dicho que es más eficaz un
análisis de sangre.— KwanSoo sonaba
preocupado.— Eres un omega tan terco.
—¿Ya saliste del trabajo?— BaeJeon bajó la
mirada a sus zapatos, descalzándose suavemente.
—Ya, justamente salí de mi última reunión del
día cuando recibí tu llamada.— KwanSoo contó.—
La constructora está siendo un caos.
—¡BaeJeonnie!— JiMin tocó la puerta del joven
omega.— ¡La cena está lista! ¿Vendrá KwanSoo a
cenar con nosotros?
—¡Sí, appa! ¡En un momento salgo!— BaeJeon
tapó el parlante del teléfono un momento.—
Cariño, no tardes tanto, bajaré a cenar, tu padre
está con nosotros.
KwanSoo se despidió de él con dulces palabras
y BaeJeon decidió bajar a cenar en compañía.
BaeMin estaba contando en el comedor sobre
su primer día en la milicia, el alfa del hogar estaba
sirviendo la cena junto a su omega y TaeHyung
acompañaba la emoción de BaeMin con
preguntas.
—¡Diablillo!— TaeHyung abrazó al omega.
—Tío Tae, KwanSoo ya viene a casa.— BaeJeon
tomó asiento a su lado y se apoyó en su hombro.
—Yah, BaeJeon, te ves más cansado que de
costumbre.— La preciosa alfa comentó
suavemente.— ¿Estás enfermo?
Ojalá.
—Supongo, me siento cansado.
—Te ves muy pálido.— TaeHyung comentó,
acariciando los cabellos del omega.
—Estoy muy bien, no se preocupen.
Los tres hicieron silencio al ver la presencia de
Jeongguk tomar asiento en la cabeza del
comedor.
—¿Y bien?— Jeongguk preguntó comenzando a
comer.— ¿Vendrá el pulgoso de dos metros?
—Más respeto a mi hijo, militar de cuarta.—
TaeHyung le dio un pequeño golpe en el brazo del
alfa.
—Sí, padre.— BaeJeon sonrió levemente,
recordando con amor a su alfa.
—Mhm…— Jeongguk levantó las cejas,
fingiendo restarle importancia.
—Tu hijo ya tiene casi veintitrés años, está
marcado por su alfa ¿Y sigues celoso? ¡Déjalo
vivir!— TaeHyung rió incrédulo.
—No tienes hijos omegas tan guapos como
BaeJeon, no entiendes mi postura de padre
celoso.— Jeongguk comentó, cuando JiMin
acarició su brazo dulcemente.— ¿Cierto, amor?
—Tal vez TaeHyung tiene razón, alfa.— JiMin
rió ante la expresión de Jeongguk.
—Es mi bebé.
—Que en el futuro dé bebés.— JiMin lo miró
juguetón.
Entonces Jeongguk gruñó.
—No se impongan ante mis sentimientos de
padre alfa.— Jeongguk parecía un dulce cachorro
berrinchudo.— Cierren la boca.
BaeMin reía con toda la situación.
—¿Y tú, BaeMin?— TaeHyung miró a la
castaña.— ¿Algún omega?
—Mencionas a la hija de tío YoonGi y te
descuartizo.— BaeJeon amenazó.
—YoonHa, la hija de tío YoonGi.— BaeMin
bateó las pestañas coqueta.
Jeongguk se comenzó a atragantar.
JiMin estaba teniendo la mejor diversión de su
vida al ver a su alfa arder en celos por sus hijos.
El timbre sonó, y BaeJeon se colocó de pie
bruscamente.
Causando un pequeño mareo.
—Cuidado, cariño…— JiMin murmuró al verlo
sonreír apenado y caminar hacia la puerta.
Detrás de ella, un guapo rubio, de cabellos
largos y labios levemente gruesos, tan alto como
el infierno, con una tez un poco bronceada y
mirada encantadora estaba de pie, un alfa tan
atractivo como deslumbrante, KwanSoo le sonrió
a BaeJeon, antes de inclinarse para darle un cálido
beso.
BaeJeon sabía que toda esa belleza la poseía de
sus padres, tío TaeHyung era jodidamente guapo,
tío SeokJin ni qué decir, era irreal la belleza que
poseía, por resultado, Kim KwanSoo, el alfa más
guapo del universo entero.
BaeJeon tomó su mano y juntos se adentraron
a la casa.
—Te extrañé muchísimo hoy, bebé.— KwanSoo
abrazó por detrás a BaeJeon mientras se
encaminaban al comedor, besando su mejilla
ruidosamente.
—Yo también te extrañé, alfa.— Comentó
derritiéndose entre sus brazos.
JiMin sonrió al ver a su hijo llegar entre los
brazos de su alfa, tomando la mano de Jeongguk
cuando notó su expresión celosa.
—Jeongguk…— JiMin rió en voz bajita.—
Cariño, basta con los celos.
Jeongguk desvió la mirada de la pareja a su
omega, perdiéndose unos segundos en su mirada
seductora.
—¿L-lo haces a propósito?
—Sí, tendrás un premió si me haces caso.—
JiMin besó los labios de Jeongguk.
—Vale, me detendré, pero que sepas que
reclamaré mi premio.— Susurró con una ladina
sonrisa.

KwanSoo no entendía cómo es que la
habitación de BaeJeon era tan suave, con colores
relajantes y en cierto punto, nostálgica.
Estaba sentado en la cama, con las palmas de
sus manos resistiendo su peso mientras miraba al
techo.
—Mhmm… me moriré de nervios aquí, llevo
media hora esperando a ese cachorro
testarudo…— KwanSoo bufó, no entendía porqué
BaeJeon optó por cinco pruebas de embarazo
teniendo mejor la opción del análisis.—
KwanSeok, espérame ahí contigo, hermanita, te
prometo que si estamos embarazados y es niña,
tendrá tu nombre.~
La puerta del baño se abrió y el alfa salió de su
ensoñación, poniéndose de pie rápidamente.
Su omega estaba derramando lágrimas, lucía
tan tierno y chiquito que lo único que quería en
ese momento era protegerlo, su lobo rasguñaba
por tomarlo en brazos y mimarlo.
—Amor… ¿Amor, qué pasa?— KwanSoo tomó
las mejillas de BaeJeon y besó sus párpados
húmedos.
El omega le extendió las pruebas de embarazo
y KwanSoo confirmó las sospechas de ambos.
Positivo, dos semanas de embarazo.
KwanSoo sintió su corazón temblar
cálidamente, su pecho inflarse orgulloso y su lobo
aullar a la luna agradeciendo por el regalo.
—T-tendremos un cachorro, alfa…
KwanSoo mimó a su omega, agradeciéndole por
el regalo, llenándole de besos su rostro y bajar a
hacer lo mismo en su vientre.
—Padre Jeongguk estará celoso.— BaeJeon rió
entre lágrimas.
—Padre TaeHyung ya lo sospechaba, le pedí
que guarde el secreto.
Juntos bajaron al comedor de nuevo, cuando
BaeJeon dejó de llorar y su rostro dejaba el
sonrojo en sus mejillas y nariz. KwanSoo igual
había llorado como un loco, y él no había podido
ocultar el llanto apenas bajó.
Todos en el comedor hicieron silencio,
mirándoles curiosos, por la tensión, KwanSoo
rodeó la cintura de BaeJeon, apoyando su pecho
en su pequeña espalda.
—De qué lo proteges, pulgoso, he tenido más
años cuidán-…
—Con un demonio, cállate, Jeongguk.— JiMin
estaba mirando las pruebas de embarazo en las
manos de su hijo.
—Estoy embarazado.
Entonces Jeongguk se desmayó.

JiMin amaba estar entre los brazos de
Jeongguk, recibir besos en su cuello, en su marca,
escuchar sus roncas palabras en su oído, su
respiración hervir su tierna piel.
—La luna siempre sabe lo que hace…—
Jeongguk murmuró bajando sus manos de su
pecho a su cintura y terminar en las caderas de
JiMin.— Sabía lo loco que me volvería por ti.
JiMin mordisqueaba su labio inferior mientras
daba más acceso a su cuello y gemía bajito por las
caricias.
—Sabía perfectamente de la preciosa familia
que me darías…— Jeongguk fue desnudando al
omega, escuchando el casi mudo sonido de las
prendas caer a los tobillos de JiMin.— De lo
enamorado que estaría eternamente de ti.
—Jeongguk…— JiMin suspiró dándose vuelta y
llevar sus manitos a su pecho, dejando besos en
este, lamidas y marcas.— Aprovechemos ahora
para que me hagas tuyo.
Jeongguk se fundió en él, arrancando hasta el
último gemido de los labios gruesos e hinchados
de JiMin. Amándolo como era debido,
deseándolo desde el momento en que lo conoció.
—Te amo caramelo…
—Y yo te amo mucho más, Militar.

F I N.
KwanSoo: Él y BaeJeon fueron un caso
especial de la luna, a pesar de compartir
sangre (primos) la luna los había seleccionado
desde cachorros para ser destinados debido a
la historia de sus padres, y como no quería
cagar sus ilusiones aquí está jajaja.
.
Helloooooow.❤
LLEGAMOS AHORA SÍ AL FINAL DE
MILITARRRRRRRR.
ME GUSTÓ CÓMO QUEDÓ, HONESTAMENTE,
JEJEJEJE.
¿QUÉ TAL LES PARECIÓ LA OBRA?
MUCHAS GRACIAS POR EL APOYO, LAS AMO
MUCHÍSIMO.
😢😢❤
BaeJeon:
KwanSoo:
BaeMin:
MUCHAS GRACIAS POR EL APOYO QUE ME HAN DADO
CON EL LIBRO, ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, NOS VEMOS
PRONTO. ❤❤❤❤

También podría gustarte