Espacio, Región, Paisaje, Organicismo e Historia en El Itinerario de Enrico Tedeschi. Arquitectura y Urbanismo en Argentina (1948-1978)

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TESIS DOCTORAL

Espacio, región, paisaje,


organicismo e historia
en el itinerario de Enrico
Tedeschi. Arquitectura
y urbanismo en
Argentina (1948-1978)
Space, Region, Landscape, Organicism and History in Enrico
Tedeschi´s Itinerary. Architecture and Urbanism in Argentina
(1948-1978)

COMUNICACIÓN / FADU-UBA / 2019

AUTORA DEFENSA DE TESIS


Mg. Arq. Silvia Mariel Alvite 24 de julio de 2019

Universidad de Buenos Aires UBA | Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo


FADU | Secretaría de Investigaciones | PROGRAMA DE DOCTORADO

DISEÑO,UBA.
TESIS DOCTORAL

Espacio, región, paisaje, organicismo


e historia en el itinerario de Enrico
Tedeschi. Arquitectura y urbanismo
en Argentina (1948-1978)
Space, Region, Landscape, Organicism and History in Enrico
Tedeschi´s Itinerary. Architecture and urbanism in Argentina
(1948-1978)

AUTORA
Mg. Arq. Silvia mariel Alvite
[email protected] / [email protected]

DEFENSA DE TESIS
24 de julio de 2019
DIRECTOR
Prof. Arq. Jorge Francisco Liernur

MODO DE CITAR ESTA TESIS: Alvite, Silvia Mariel (2019). Espacio, Este documento forma parte de la colección de tesis doctorales y de
región, paisaje, organicismo e historia en el itinerario de Enrico Tedeschi. maestría del Centro de Documentación y Biblioteca “Prof. Arq. Manuel
Arquitectura y urbanismo en Argentina (1948-1978). Facultad de Ignacio Net”, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la
Arquitectura, Diseño y Urbanismo. Universidad de Buenos Aires. Universidad de Buenos Aires. Su utilización debe ser acompañada por
la cita bibliográfica con el reconocimiento de dicha fuente.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons This thesis is part of the master's and doctoral theses collection
Atribución – No Comercial – Sin Obra Derivada 4.0 of the Centro de Documentación y Biblioteca “Prof. Arq. Manuel
Internacional Ignacio Net”, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo of the
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Universidad de Buenos Aires UBA | Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo


FADU | Secretaría de Investigaciones | PROGRAMA DE DOCTORADO

DISEÑO,UBA.
TESIS DOCTORAL

palabras clave abstract


espacio; región; paisaje; organicismo; historia; space; region; landscape; organicism; history; Enrico
Enrico Tedeschi Tedeschi

resumen abstract
A través del estudio del itinerario intelectual del Through the study of the intellectual itinerary of the
arquitecto Enrico Tedeschi, esta investigación se Italian architect Enrico Tedeschi, the present work
propone examinar la articulación entre un conjunto has as objective to inquire upon articulation in a set
de tópicos que nutrieron la cultura arquitectónica y of topics that nurtured the architectural and urban
urbanística en la segunda posguerra y que surgieron culture in the second postwar period and that arose
como líneas conceptuales alternativas y en tensión as alternative conceptual lines in tension with those
con aquellas que habían sido promovidas por los been promoted by the architectural modernization
movimientos de modernización arquitectónica en movements in the twenties and thirties -priority of
las décadas del veinte y treinta -prioridad de la technique, abstraction, reproducibility, collectivism,
técnica, abstracción, reproductibilidad, colectivismo, universalism, ex-novo creation-. The notions
universalismo, creación ex-novo-. Las nociones que that structure this thesis -region, landscape,
estructuran esta tesis -región, paisaje, organicismo, organicism, space and operative history- have
espacio e historia operativa- han sido seleccionadas been selected because they are necessarily linked
por encontrarse necesariamente unidas en las in the intellectual interests of Enrico Tedeschi, and
inquietudes intelectuales de Enrico Tedeschi, y examined to carry out a particularized analysis
examinadas para realizar un análisis particularizado of projective thinking during three decades in
del pensamiento proyectual durante tres décadas en Argentina (1948 -1978).
Argentina (1948-1978).

Universidad de Buenos Aires UBA | Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo


FADU | Secretaría de Investigaciones | PROGRAMA DE DOCTORADO

DISEÑO,UBA.
ESPACIO, REGIÓN, PAISAJE, ORGANICISMO E HISTORIA
EN EL ITINERARIO DE ENRICO TEDESCHI

ARQUITECTURA Y URBANISMO
EN ARGENTINA
(1948-1978)
TESIS DE DOCTORADO

DOCTORANDA: SILVIA ALVITE


DIRECTOR: JORGE FRANCISCO LIERNUR

PROGRAMA DE DOCTORADO
FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

FEBRERO 2019
AGRADECIMIENTOS

Debo el más especial agradecimiento a mi director Francisco Liernur,


por haber aceptado emprender este camino en una instancia difícil y por
haber mantenido firme su compromiso, su aliento y sus inmejorables
observaciones. En el recorrido de estos años visité las ciudades de Tucumán,
Mendoza, San Juan, Córdoba, Roma y Padua y conté con la colaboración de
personas que me aportaron datos desde otras ciudades. Es difícil recordar
con precisión a todos ellos. Quiero destacar a los colegas que
generosamente compartieron material muy valioso de sus investigaciones:
Leonardo Codina, Alejandra Sella, Noemí Adagio, Claudina Blanc, Julio Fraga
y Virginia Bonicatto. Muy especialmente a Sebastián Malecki y a Claudia
Shmidt por la gentil predisposición a brindarme material, lecturas y
comentarios agudos. A otros arquitectos e investigadores que aportaron datos,
consejos y guía en sus ciudades: Hugo Ahumada Ostengo en Tucumán, Julio
Miranda, Cecilia Raffa, Wustavo Quiroga y Andrea Pattini en Mendoza, Oscar
Di Chiara en San Luis y Marcelo Vizcaíno en San Juan. Una cantidad
estimable de profesores, investigadores, bibliotecarios y familiares que
atendieron mis preguntas, aportando datos y testimonios. A quienes
generosamente aceptaron ser entrevistados: Carlos De Rosa, Noemí Goytía,
Eliana Bórmida, Agustín Reboredo, Miguel Ángel Guisasola, Carles Vallhonrat,
Manuel Net, Juan Manuel Borthagaray y Alberto Varas. A la familia de Enrico
Tedeschi, muy especialmente a Claudia Tedeschi y a Verónica Molins por
haber compartido material de archivo personal. A Fabio Marino, Cristiana Volpi
y Sergio Zevi en Italia. A Ellen Casey por haber trabajado como corresponsal
desde Londres. A Matías Jannello y a Guillermo Silvestri del Colegio de
Arquitectos de Mendoza. A mis colegas y compañeras en la docencia que me
escucharon y apoyaron: Paz Castillo, Andrea Lanziani y Carolina Kogan. A
Roberto Lombardi por la guía y el apoyo incomparables. A mis padres, a
Guido y a Dante por haber atravesado conmigo este intenso trayecto.
Por último, debo mencionar que esta investigación no hubiese sido
posible sin el respaldo institucional de la Universidad de Buenos Aires a través
de una Beca de Doctorado UBACYT otorgada durante el período 2012-2017.
Fueron sus directores el Dr. Roberto Fernández y el arq. Roberto Lombardi.

3
ÍNDICE

• INTRODUCCIÓN

0.1. Descripción del tema y fundamentación ............................................................... 8


0.2. Objetivos e hipótesis............................................................................................ 12
0.3. Marco conceptual y recursos metodológicos........................................................ 14
0.4. Estudios sobre Enrico Tedeschi............................................................................ 22
0.5. Estructura de la tesis ……..……........................................................................ 26

• NOTA BIOGRÁFICA............................................................................................ 29

PRIMERA PARTE: ITALIA

• Capítulo 1: IDENTIDAD Y TERRITORIO. Roma, 1933-1939

1.1. Regionalismo y nacionalismo en la Italia fascista.................................................. 58


1.2. La formación profesional entre tradición y modernidad.......................................... 64
1.3. El debate sobre la identidad en los concursos de arquitectura............................... 69
1.4. Territorio y modernización.................................................................................... 88

• Capítulo 2: RECONSTRUCCIÓN Y PLANIFICACIÓN. Roma, 1944-1947

2.1. Planificación regional y organicismo...................................................................... 110


2.2. La Associazione per l`Architettura Organica............................................................ 116
2.3. La reconstrucción y la especialización técnica en urbanismo.................................. 126
2.4. Metron: el foco en la descentralización y el urbanismo orgánico............................. 139

SEGUNDA PARTE: ARGENTINA

• Capítulo 3: REGIÓN Y PAISAJE. Tucumán, 1948-1953

3.1. La región y el paisaje en Argentina………………............................................... 156


3.2. El Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán... 167
3.3. El proyecto para la Ciudad Universitaria en la sierra de San Javier.......................... 176
3.4. Cuzco y el paisaje sudamericano........................................................................... 189
3.5. El paisaje en la arquitectura orgánica..................................................................... 196

4
• Capítulo 4: ESPACIO, ARTE Y CLIMA. San Juan y Mendoza, 1954-1958

4.1. El concepto del espacio en la arquitectura............................................................. 202


4.2. La red cuyana: un encuentro con la abstracción..................................................... 211
4.3. La Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional de Cuyo............................. 217
4.4. La cuestión del espacio y de la técnica en la arquitectura orgánica......................... 222
4.5. La integración con las artes y el sol....................................................................... 237

• Capítulo 5: TEORÍA E HISTORIA. Córdoba, 1956-1970

5.1 La historia operativa.............................................................................................. 256


5.2 La enseñanza de la historia de la arquitectura en Argentina.................................... 262
5.3 Renovación en la Universidad Nacional de Córdoba............................................... 271
5.4 El Instituto Interuniversitario de Especialización en Historia de la Arquitectura........ 274
5.5 Una aproximación ambientalista a la teoría de la arquitectura................................. 296

• Capítulo 6: ORGANICISMO Y TÉCNICA. Mendoza, 1959-1972

6.1 Hacia un regionalismo técnico............................................................................... 312


6.2 Organicismo estructural......................................................................................... 317
6.3 La fundación de la carrera de arquitectura en la Universidad de Mendoza................ 322
6.4 El Informe de la Oficina de Planeamiento de la ciudad de Mendoza........................ 325
6.5 Organismos y sistemas.......................................................................................... 345

• Capítulo 7: CIENCIA Y TECNOLOGÍA. Zonas áridas, 1973-1978

7.1. Un giro ecológico.................................................................................................. 364


7.2. Conflictos políticos y renovación cultural en Mendoza............................................ 368
7.3. Sin arte, ni historia: la naturaleza............................................................................ 372
7.4. El Laboratorio de Ambiente Humano y Vivienda...................................................... 376
7.5. Arquitectura y energía: el sismo y el sol................................................................. 384

• COMPENDIO (Conclusiones)............................................................................. 389

• BIBLIOGRAFÍA................................................................................................... 399

5
INTRODUCCIÓN
…… . . …… … . .. . . …… . . . . .. … In t ro du c c ión . … . . .. . . . …… . . . .… … …… . … ….

0.1 Descripción del tema y fundamentación

A través del estudio del itinerario intelectual del


arquitecto Enrico Tedeschi, esta investigación se propone examinar la
articulación entre un conjunto de tópicos que nutrieron la cultura
arquitectónica en la segunda posguerra. La región, el paisaje, el
organicismo, el espacio y la historia, surgieron como líneas
conceptuales alternativas a aquellas que habían sido conducidas por
los movimientos de modernización arquitectónica en las décadas del
veinte y treinta -prioridad de la técnica, abstracción, reproductibilidad,
colectivismo, universalismo, creación ex-novo-. Las tensiones entre
estas dos vías atravesó particularmente a la generación de jóvenes
arquitectos a la que perteneció Tedeschi, en el contexto de la Italia
fascista.
Luego de la Segunda Guerra Mundial un nuevo clima cultural
emergió tras el posicionamiento político de los Estados Unidos como
potencia. Este factor incidió rápidamente en una transformación que,
en el ámbito de la disciplina arquitectónica, se sumó a la crisis que ella
misma atravesó hacia mediados de la década de 1930, cuando se
comenzó a manifestar el agotamiento de los valores sostenidos por la
modernidad clásica y a visibilizar algunas zonas débiles que ésta no
había alcanzado a cubrir con sus premisas. La propagación de una
nueva cultura -que tuvo un especial matiz en torno al valor de la
individualidad, la sensibilidad por el lugar y la idea de naturaleza-
provocó distintas reacciones en las sociedades y en sus núcleos
intelectuales en todo el mundo, incluyendo, por supuesto, a los
distintos ámbitos de la cultura en Argentina.
En Europa, esta circunstancia se superpuso con la necesidad
de enfrentarse a nuevos problemas sociales, como la reconstrucción
de las ciudades dañadas y la refundación de los modos de vida de sus
habitantes. Es por ello que el urbanismo se encontró especialmente
marcado por un cambio de enfoque. La sociedad italiana constituyó un
caso particular, ya que, ante los nuevos desafíos, se sometió a una
acelerada modernización por medio de una sorprendente

8
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“americanización” 1 . En los ámbitos del pensamiento proyectual, las


iniciativas italianas fueron muy susceptibles a la adopción de nuevos
modelos teóricos como vía hacia un cambio radical que borrara
definitivamente las huellas de las experiencias fascistas del pasado.
En Argentina, el nuevo panorama político internacional fue
coincidente con el inicio de la primera presidencia de Juan Domingo
Perón y favorable al fuerte impulso que se estaba dirigiendo al
desarrollo económico. En tales circunstancias, arribaron numerosos
intelectuales provenientes de aquellos países que sufrían aún las
consecuencias de la guerra, y se integraron al proceso de
modernización que la nación había emprendido a través de áreas
estratégicas como la enseñanza, el arte, la investigación científica, la
planificación urbana y la industria. Uno de ellos fue el arquitecto italiano
Enrico Tedeschi, quien llegó al país en 1948 contratado por la
Universidad Nacional de Tucumán, en el marco de una
reestructuración institucional que comenzó con la intervención de la
Universidad por parte del nuevo gobierno nacional en 1946.
El arquitecto Tedeschi ha sido tomado en esta investigación
como caso para realizar un análisis particularizado del pensamiento
proyectual durante tres décadas en Argentina (1948-1978). Su
destacado posicionamiento en distintos espacios institucionales,
permitió que sus ideas alcanzaran una exitosa recepción en la
enseñanza y la teoría de la arquitectura en el país, hasta constituirse en
un referente en esas áreas. Este hecho es ampliamente reconocido y
se debe a distintos factores que atraviesan las áreas de la didáctica, la
producción teórica, la gestión académica, la planificación urbana, la
investigación científica y la práctica profesional. Tedeschi fue una de
las pocas figuras en nuestro país que alcanzó a expresarse en tan
variadas modalidades, promoviendo códigos compartidos entre
distintas clases de productos -escritos teóricos, programas didácticos,
obras y proyectos arquitectónicos-. Esta vocación articuladora entre
teoría, enseñanza y práctica hace que el de Tedeschi sea un caso de
estudio privilegiado para identificar y apreciar de una manera
sistemática el desarrollo de los temas centrales de esta investigación.

1
Scrivano, P., Signs of Americanization in Italian Domestic Life: Italy's Postwar
Conversion to Consumerism. Journal of Contemporary History, vol. 40, n° 2, april 2005,
pp. 317-340.

9
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Otro factor determinante para situarlo en el centro de nuestro


análisis es su opción por el interior del país. A diferencia de otros
arquitectos migrantes que eligieron radicarse temporariamente en
alguna provincia, a lo largo de su trayectoria Tedeschi operó desde
instituciones donde existían vacancias a cubrir, o creando espacios
nuevos, pero siempre en enclaves del territorio alejados de Buenos
Aires, centro político y cultural. Esta característica permite estudiar
algunas articulaciones entre distintos polos, centrales y periféricos, que
fueron fértiles para la generación, circulación y transformación de las
ideas.
Por los motivos descriptos, esta investigación se inició
estudiando minuciosamente los pasos e incursiones de Enrico
Tedeschi en la cultura argentina. En el transcurso de los últimos años
el trabajo atravesó algunos cambios de dirección que introdujeron una
sustancial ampliación en sus objetivos. En sus inicios, el anteproyecto
de esta tesis se tituló Enrico Tedeschi: Teoría & práctica. Ideas de
espacio y ambiente en las casas argentinas. Su principal meta era
relacionar la labor de Tedeschi en la investigación teórica con su praxis
profesional, revisando tanto “su formación académica europea como
las circunstancias del contexto regional latinoamericano que
involucraron el transcurso gradual de sus intereses por la arquitectura
desde los aspectos estéticos hacia los medioambientales” 2. El trabajo
se había abocado especialmente al estudio de sus proyectos de
vivienda, debido a que ellos conforman un conjunto heterogéneo que
se despliega en un arco temporal prolongado, y constituyen su mayor
producción construida, exceptuando el edificio de la Facultad de
Arquitectura de Mendoza y su conjunto. Dado que el trabajo se
apoyaba metodológicamente en la contrastación entre pensamiento y
acción, sus casas proyectadas entre 1950 y 1976 permitían ser
evaluadas como reflejo de los cambios de dirección en el pensamiento
de su autor.
Durante el proceso del trabajo surgieron preguntas que daban
cuenta del interés que suscita la figura de Enrico Tedeschi en otros
planos y que sus obras arquitectónicas no alcanzan a explicar. Al
profundizar el análisis de las motivaciones que rodeaban las ideas
sobre el espacio en la arquitectura, el rol de la historia en el proyecto,
2
Anteproyecto de Tesis.

10
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la aproximación técnica al urbanismo, el organicismo, el acercamiento


temprano al medioambiente y el viraje científico que se precipita hacia
la década de 1970, fue necesario hacer una lectura de estas opciones
intelectuales de manera contextualizada, intentando develar el por qué
del desplazamiento constante de sus actividades, de las recurrencias
temáticas y sus giros.
Los conceptos de espacio y de ambiente -propuestos
inicialmente como dos puntas de un recorrido lineal- se vieron
inmersos en un universo mucho más amplio que los vinculó con el
concepto de región. De este modo, el proyecto de tesis se tituló Enrico
Tedeschi y la cuestión regional y el curso de la investigación atendió a
los discursos y las ideas en torno al regionalismo que se debatieron en
la arquitectura y el urbanismo a partir de la segunda posguerra.
Llegado este punto, fue necesario interrelacionar y reposicionar
los distintos temas que nutrieron el entramado intelectual en estudio
con el fin de develar su estructuración interna. En este proceso, se
ampliaron las categorías previas de espacio y región, incorporando las
de paisaje, organicismo e historia, con el fin de reconstruir una historia
intelectual con la mayor complejidad y fidelidad posibles, dentro de los
límites de tiempo y recursos con los que se ha podido trabajar.
Con el fin de completar el estudio en sus aspectos
cronológicos y no escindir los temas desarrollados del resto de los
acontecimientos vivenciados, se ha decidido incluir, luego de esta
introducción y antes del cuerpo de la tesis, una nota biográfica amplia
que aporta los datos necesarios sobre los hechos más destacados de
la trayectoria de vida de Enrico Tedeschi, algunos de los cuales serán
desarrollados con mayor profundidad en cada capítulo. Por otra parte,
los desplazamientos territoriales de Tedeschi constituyen la base
contextual del trabajo, ya que ésta busca comprender los movimientos
que sufrieron las ideas de una misma persona al ser atravesadas por
las condiciones específicas de un sitio y sus grupos socio-culturales.
Será tarea de esta investigación indagar acerca de cómo su trayectoria
se vio atravesada por los avatares de las instituciones de las cuales
formó parte y por las contradicciones e inconsistencias propias y del
medio.

11
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0.2 Objetivos e hipótesis

El objetivo principal de esta tesis es comprender cómo se


articularon en la cultura arquitectónica y urbanística argentina de la
segunda mitad del siglo XX las nuevas sensibilidades e ideas que
afloraron ante los cambios culturales internacionales. Las reflexiones
de Enrico Tedeschi como conjunto encarnan un compromiso con el
proyecto de dar forma a un corpus teórico renovador, que podemos
identificar como el “lado B” del discurso moderno local. La primera
premisa que guiará esta tarea será intentar comprender los esfuerzos
que Tedeschi encauzó durante sus actividades en Argentina en la
construcción de este enfoque paralelo.
La estrategia periférica en la localización geográfica de sus
actividades fue causa y efecto de este compromiso ideológico que, en
términos muy amplios, enfrenta la idea de naturaleza con la de la
abstracción. El programa de Tedeschi se apoyó en distintas
motivaciones: la primera, estuvo condicionada por su primer paso en la
Argentina, ya que llegó a la provincia de Tucumán con la espectativa
inicial de participar en el proyecto para su Ciudad Universitaria. La
docencia no era su principal interés. Había dedicado sus últimos tres
años a la especialización en planificación urbana en Italia, y encontró
en la coyuntura política y económica de la Argentina una segunda
motivación: la promesa de emprender la planificación urbana y rural de
un país que tenía todo por hacer durante el primer gobierno peronista.
Por este proyecto profesional, sumado a los factores políticos que lo
favorecían, Tedeschi decidió instalarse en el interior y perseguir una
mirada regionalista de la disciplina, aún cuando observaba la falta de
elementos para caracterizarla.
Por otra parte, este trabajo también busca demostrar que la
apuesta inicial a la región y el paisaje no fueron suficientes y que
Tedeschi debió someterse a una reevaluación de sus ideas en función
de las circunstancias. En el transcurso de los acontecimientos, hacia
mediados de la década del cincuenta los planes regionales se
diluyeron junto con el derrocamiento de Perón. A partir de allí decidió
incrementar sus actividades en ámbitos académicos aprovechando las
renovaciones universitarias en marcha, hasta lograr instalarse como
una figura de prestigio, particularmente cuando alcanzó la dirección del

12
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Instituto de Especialización en Historia de la Arquitectura (IIDEHA)


creado en 1957. Sin embargo, este interés por la historia, en un
principio fue fortuito, ya que se originó al obtener un cargo de profesor
en ese área en la Universidad de Tucumán, debido a que otras
cátedras ya estaban ocupadas por profesores como Piccinato, Vivanco
y Rogers 3.
Ante la necesidad entonces de diseñar un nuevo programa
pedagógico, Tedeschi se basó en una metodología de enseñanza de
la historia a través de la experiencia y de la identificación entre historia
y crítica. Esto sumado a sus intereses previos por el paisaje y la región
hicieron que emprendiera en el marco de su cátedra unos viajes a
Bolivia y Perú que resultaron determinantes en su opción por quedarse
en el interior de la Argentina, e intentar dar respuesta a una demanda
de pertenencia y de diferencia cultural. Ese proyecto no fue exclusivo
de Tedeschi ni de la cultura argentina, sino que se apoyó sobre un
fondo internacional.
En el marco de los cambios políticos y culturales acontecidos
en la década del sesenta, su interés por la Historia decayó.
Paralelamente el sesgo ideológico en los debates sobre el
regionalismo y el organicismo que había caracterizado las décadas
anteriores había perdido vigencia y Tedeschi, ante la comprobación de
sus propias dificultades en la conceptualización y coherente puesta en
práctica de esas premisas, inició un giro en su carrera. Así, puede
comprobarse que en el tramo final de sus actividades se produjo un
desplazamiento de su interés hacia un abordaje de las mismas
obsesiones pero en clave científica y ambiental 4.

3
Tedeschi contaba con antecedentes docentes en el área de Urbanismo, donde se
había desempeñado como ayudante de Luigi Piccinato y en la asignatura Caratteri
Distributtivi degli Edifci, una materia semejante a Teoría de la Arquitectura, cátedra que
tomó en Tucumán Ernesto Rogers. Sospechamos que Tedeschi no estaba en
condiciones de disputar ninguno de esos dos puestos.
4
Este cambio es particularmente notable en las interpretaciones de dos discípulos de
Tedeschi, Eliana Bórmida y Carlos De Rosa, cuyos testimonios sobre el legado de
Tedeschi oscilan entre una visión regional culturalista y otra técnica bioclimática.

13
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0.3. Marco conceptual y recursos metodológicos

Los instrumentos principales de los cuales se va a servir esta


tesis serán las nociones ya enunciadas de región, paisaje, organicismo,
espacio e historia operativa, necesariamente unidas en el derrotero
intelectual de Enrico Tedeschi y en las discusiones disciplinares en las
cuales tomó parte en Italia y en Argentina. Estos conceptos son los que
estructuran la tesis y se ha decidido intensificarlos de manera
particularizada en cada capítulo.
El concepto de región será abordado desde dos perspectivas.
La primera, se vincula con el regionalismo, entendido como un
programa cultural que reúne aquellas manifestaciones que intentan
explicarse como una unidad vinculada a una localización geográfica
determinada. Según Pierre Bourdieu, una identidad regional opera
desde la imposición de una visión unitaria que da sentido a un grupo
social a través de su lugar de origen 5. Bajo esta definición, se pueden
considerar regionalistas las producciones que buscan vincularse a un
lugar por medio de un sentido de pertenencia que excede los
dispositivos de adaptación al clima o al medioambiente natural con
fines funcionales 6.
Desde una segunda perspectiva, en este trabajo el concepto
de región se involucra directamente con el planeamiento regional,
disciplina que no apela necesariamente a un sentido de identidad pero
sí a una alta valoración de la determinación geográfica, y que marcó
una tendencia en la teoría y práctica del urbanismo durante el siglo XX.
Milton Santos define la idea tradicional del concepto de región de la
siguente manera:

5
“Las luchas a propósito de la identidad étnica o regional, es decir a propósito de
propiedades (estígmatas o emblemas) ligadas al origen a través del lugar de origen y
las marcas permanentes que le son correlativas (…) tienen en efecto por apuesta el
poder de imponer una visión del mundo social a través de los principios de división
que, cuando se imponen al conjunto de un grupo, hacen el sentido y el consenso
sobre el sentido, y en particular sobre la identidad y la unidad del grupo”. (Bourdieu, La
identidad y la representación: elementos para una reflexión crítica sobre la idea de
región. Ecuador Debate n°67, abril de 2006, p. 170).
6
Aunque, debemos aclarar que en el desarrollo de esta tesis la búsqueda regionalista
adopta distintas vertientes, dado que en la propia historia intelectual de Enrico
Tedeschi, el concepto osciló entre el determinismo geocultural, el geoclimático y el
geotécnico.

14
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“En el transcurso de la historia de las civilizaciones, las


regiones fueron configurándose por medio de procesos expresados a
través de la territorialidad absoluta de un grupo, donde prevalecían
sus características de identidad, exclusividad y límites, debidas a la
única presencia de ese grupo sin otra mediación” 7 .

Santos considera que esta idea comenzó a transformarse luego


de la Segunda Guerra Mundial, hasta resurgir en la década de 1980
con un renovado tratamiento para la política y la economía, mutando
hacia el nuevo concepto de regionalización 8 . Sin embargo, en esta
tesis la región como concepto territorial, será entendida desde su
sentido tradicional y hasta en otro más amplio en el que fue asumido
por el campo del planeamiento entre las décadas del treinta y del
setenta del siglo XX, tomando prestado su uso de la geografía regional
del siglo XIX.
En vínculo directo con la geografía, otra noción que nos ocupa
es la de paisaje. El paisaje, según Santos, es un sistema material
donde se juntan los objetos naturales con los culturales que los
modifican 9. Esta división, según Latour, fue construida en el ciclo de la
modernización que se inició a partir del siglo XVII, cuando se asumían
dos mundos distintos: la Sociedad –“el mundo de los humanos”- y la
Naturaleza –“el mundo de los no humanos”- 10. Aliata y Silvestri señalan
que las formas modernas de apropiación territorial estuvieron
directamente unidas a la noción de paisaje 11, debido a que el paisaje
es aquello que une la idea de naturaleza con el jardín, un lugar humano
transformado artificialmente y que expresa los valores de armonía que

7
Santos, M., La naturaleza del espacio. Técnica y tiempo. Razón y emoción. Barcelona:
Ariel, 2000, p. 207.
8
La regionalización fue estudiada como consecuencia de los nuevos sistemas de
producción masiva que emergieron en la industria capitalista a fin de siglo,
ocasionando la integración de los mercados y la especialización. Véase Storper, M.,
The Regional World. Territorial Development in a Global Economy. Nueva York: The
Gilford Press, 1997; Pipitone, U., Ciudades, naciones, regiones. Los espacios
institucionales de la modernidad. México: Fondo de la Cultura Económica, 2003;
Fawcett, L., Exploring Regional Domains: A Comparative History of Regionalism.
International Affairs, vol. 80, n°3, May 2004, pp. 429-446.
9
Santos, M., op. cit., p. 87.
10
Latour, B., Investigación sobre los modos de existencia. Una antropología de los
modernos. Buenos Aires: Paidós, 2013, p. 25.
11
Ibídem.

15
…… . . …… … . .. . . …… . . . . .. … In t ro du c c ión . … . . .. . . . …… . . . .… … …… . … ….

la naturaleza misma contiene 12. El paisaje, constituyó entonces para los


modernos un lugar de unión entre esos mundos.
La especificidad del paisaje, según Denis Cosgrove, consiste
en que centra la atención en los aspectos visibles de las relaciones
entre las formas de ocupación humana y los espacios, sean naturales
o creados –los construidos o los apropiados- 13 . La profesión del
arquitecto y del urbanista y, mucho más, la del arquitecto que se
involucra con la dimensión territorial, interviene directamente sobre
estas relaciones y sus valores estéticos que se ven obligados a mutar
desde los cánones académicos arquitectónicos a un mundo con otras
reglas y sentidos, donde la idea de la naturaleza es el modelo.
Es en la búsqueda de nuevos modelos que la noción de
organismo tuvo un desarrollo muy amplio en la arquitectura del siglo XX
y ha sido tratada en diversos trabajos actuales 14 . Las analogías
naturalistas fueron utilizadas especialmente como metáfora en el
período romántico y tuvieron distintas aplicaciones 15 . Sin embargo,
observa Waenerberg, hacia mediados del siglo XIX y principios de siglo
XX, el concepto de organismo en el arte se vió afectado por la idea
darwiniana de evolución, haciendo que el foco de atención vire desde
el pasado hacia el futuro, dirigiéndose a encontrar leyes para generar
formas nuevas 16 . Es por ello que algunos modos de concebir la
analogía orgánica recurren a un motivo derivado de la naturaleza o a

12
Aliata, F., Silvestri, G., El paisaje en el arte y las ciencias humanas. Buenos Aires:
CEAL, 1994.
13
Cosgrove, D., Observando la naturaleza: el paisaje y el sentido europeo de la vista.
Boletín A.G.E., n°34, 2002, pp. 66.
14
Véase Kaniari, A., D´Arcy Thompson´s On Growth and Form and the concept of
Dynamic Form in Postwar Avant-Garde Art Theory. Interdisciplinary Science Reviews,
Vol. 38 , n°1, March 2013, pp. 63–73; Aragüez, J., Toward a critique of “the organic” in
architectural thinking. PIDGIN n°12, (2011), Princeton Architectural Press, pp. 248-263;
Waenerberg, A., Organic: A brief history of the concept. Structurist n° 47/48, 2007-2008;
Hvattum, M., “Unfolding from within”. Modern architecture and the dream of organic
totality. The Journal of Architecture, Vol 11, n°4, 2006, pp. 497-509; Ronbinson, S., The
continuous present of organic architecture. Architectural Design, vol. 63, n° 7-8, July-
August 1993, pp. 3-7.
15
Aragüez, J., op. cit.
16
Waenerberg establece dos fases históricas previas en el pensamiento organicista en
la cultura: desde la antigüedad hasta la primera mitad del siglo XVIII lo orgánico estaba
relacionado al concepto de cuerpo, tiene sus raíces en Platón y fue llevado a la noción
de Aristóteles de organon, donde el orden de las partes y la relación entre las partes y
el todo producen tanto una analogía formal como funcional; a partir de la segunda
mitad del siglo XVIII, un nuevo principio relacionó lo orgánico a la fuerza vital y el
dinamismo. (Waenerberg, A., Organic: A brief history of the concept. Structurist n°
47/48, 2007/2008, pp. 41-47).

16
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una forma estructural aunque en otros la analogía es abstracta y la


similitud con la naturaleza no es mimética sino que está basada en un
principio formal, que puede ser un módulo, proporción, integración o
función, y mantiene ciertas relaciones de integración entre las partes
entre sí o entre las partes y el medioambiente. Incluso, también existe
un modo de interpretar lo orgánico que es sólo conceptual, donde la
analogía se establece entre la naturaleza y la forma misma de trabajar
del artista 17.
Hvattum propone comprender la metáfora de lo orgánico en
base a algunas ideas difundidas en el siglo XIX por Semper y Shlegel,
que lo diferenciaron de lo mecánico. En ellas la forma orgánica no
involucra necesariamente un parecido con las formas de la naturaleza
sino que evoca un principio formal en sí mismo, referido a un
“desarrollarse desde adentro”, una idea de una pequeña totalidad que
conlleva las razones de su propio cambio y desarrollo 18. Una definición
clara de este modo de operar se expresa en la filosofía de Luigi
Pareyson para quien la forma en el arte es a la vez “formada” y
“formante”:

“[…] a la formación de una obra de arte se le pueden fácilmente


atribuir, y le han sido muchas veces atribuidos, los caracteres de un
desarrollo orgánico: el movimiento unívoco que a través de un
crecimiento y una maduración conduce del germen a la obra
cumplida; la permanencia de la forma entera en cada uno de sus
estadios, de modo que el incremento no es una construcción que
añade y compone, sino un crecimiento que va del interior al exterior; la
espontaneidad del proceso, en el cual no hay distinción entre
proyecto, operación y resultado, porque la misma forma va
haciéndose a sí misma en su crecer y madurar” 19.

Esta interpretación sobre la condición orgánica en el hecho


artístico en la arquitectura tuvo una vertiente que la asoció a la génesis
formal desde el espacio y la función, donde se evita la forma a priori
del “todo” en el proceso creativo, en favor de la autonomía en las

17
Waenerberg identifica estas interpretaciones sólo conceptuales de lo orgánico en las
visiones teóricas de Herbert Read y Bruno Zevi. (Waenerberg, A., op. cit. p. 42).
18
Hvattum, M., op. cit.
19
Pareyson, L., Estética. Teoría de la formatividad. Madrid: Ediciones Xorki, 2014, p.
121-122. (Edición original: Teoria della formatività, 1954).

17
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disposiciones desarrolladas por sus “partes”. El concepto del espacio


arquitectónico entonces, se introdujo en estas teorías y afectó a ciertas
posiciones críticas de la arquitectura que lo utilizaron como argumento
para explicar su esencia. Robin Evans considera que tanto la
arquitectura, como la geometría -en cuanto herramienta para crearla- y
las imágenes mediante las cuales la percibimos, integran un conjunto
de “artefactos” inseparables en los cuales el espacio está involucrado 20.
Objeta por ello, algunas posiciones reductivas sobre el espacio, como
las que se observan en los estudios de Luigi Moretti, que intentaban
explicar el espacio arquitectónico desde modelos que reproducen a
escala el vaciado de su interior. Para Evans, si involucramos todos los
efectos que forman parte de la percepción espacial y de su creación,
ellos exceden la forma de sus límites físicos 21.
Del mismo modo, Scruton considera que no se debe reducir la
experiencia arquitectónica exclusivamente al efecto del espacio, siendo
la naturaleza entera de la arquitectura es más compleja que ello.
Señala puntualmente las visiones de Frankl y de Zevi en cuyas
descripciones el sentido del “espacio moldeado” no es capaz de
captar otros elementos de interés que pueden apreciarse en un edificio,
como los efectos de luz y sombra, la ornamentación, la textura, los
relieves o la cualidad de los materiales 22 . Scruton considera que el
éxito de la aparición del espacio como elemento argumentativo en la
arquitectura se debe a los historiadores que se basaron en la tradición
hegeliana.
Desde Burkhardt y su análisis del Renacimiento Italiano, se
desarrolló una línea interpretativa que entiende que el arte y la
arquitectura son la expresión del espíritu de una época. Esta línea
habría sido continuada por Wölfflin, luego por Frankl, hasta llegar a
Giedion y Pevsner, quienes utilizaron el espacio como argumento para
calificar y clasificar la producción arquitectónica desde el antigüedad

20
Evans, R., The Projective Cast. Architecture and Its Three Geometries. Cambridge:
The MIT Press, 2000, p. 363.
21
Evans apunta críticamente hacia una observación de Roger Scruton, cuando
propone intercambiables el concepto del espacio (space) con el de forma (shape), sin
embargo Scruton considera que ello ocurre en las descripciones críticas de Frankl.
Véase Evans, R, op. cit. y Scruton, R., The Aesthetics of Architecure. Londres: Methuen,
1979.
22
Scruton, R., The Aesthetics of Architecure. Londres: Methuen, 1979.

18
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hasta el siglo XX 23. Para Scruton el peligro de utilizar el espacio como


instrumento crítico -método que encuentra válido e incluso oportuno en
diversos análisis de la arquitectura , como la barroca- es cuando se
vuelve reductivo y tendencioso, como en el caso de Giedion y sus
seguidores, quienes suelen usarlo no tanto para explicar una
experiencia sino para explicar posibles significados, sin fundamentos
suficientes. Y allí es donde el espacio puede ser funcional a una
explicación culturalista de la arquitectura.
Según Kern, existió un cambio importante en el concepto del
espacio a principios del siglo XX que hizo abandonar la concepción
homogénea del espacio hacia otra heterogénea, y se debió a los
avances en las ciencias naturales que ligaron la capacidad de
percepción espacial con la complejidad en la estructura física de los
organismos vivientes y asimismo con los condicionantes de su
medioambiente. Luego, en las ciencias sociales, fue Durkheim quien
vinculó por primera vez las concepciones espaciales con las distintas
sociedades, camino que continuó Spengler 24.
Es en este doble sentido, en primer lugar, como instrumento de
análisis específico de una disciplina considerada un arte distinto de las
artes plásticas, debido al carácter funcional de sus espacios y al
dinamismo propio de la experiencia al recorrerlos y, en segundo lugar,
como argumento de una producción cultural interpretada como
específica de un grupo social ligado a un sitio, que el concepto del
espacio sostiene distintos principios en las teorías que se estudian en
esta tesis. Sin embargo, como marco conceptual, nos apoyaremos en
la definición de Evans, para quien no sólo son determinantes los
factores fenomenológicos del espacio arquitectónico sino que
tampoco puede éste escindirse de su principal herramienta de
creación y representación, la geometría, siendo que la complejidad de
la proyectación como actividad, trabaja con el espacio antes de que el
mismo exista construido y pueda ser habitado.
El concepto del espacio arquitectónico nos conduce
inevitablemente al último tema de este trabajo: la historia o la crítica
operativa. Según Tafuri:

23
Scruton, R., op. cit., p. 53.
24
Kern, S., The Culture of Time and Space, 1880-1918. Cambridge: Harvard University
Press, 1983.

19
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“Por crítica operativa se entiende comúnmente un análisis de la


arquitectura (o de las artes en general) que tenga como objetivo no
una advertencia abstracta, sino la “proyección” de una precisa
orientación poética, anticipada en sus estructuras y originada por
análisis históricos dotados de una finalidad y deformados según un
programa” 25.

Los orígenes de la “actitud operativa” en la crítica según Tafuri


se remontan a las Vidas de Bellori (1672), trabajo donde la objetividad
del crítico se hace a un lado para omitir aquellas partes de la historia
que no son útiles para justificar aquello que se quiere poner en valor
con fines de elegir un “valor propuesto”, arbitrario, y cuya
demostración no se lleva a cabo 26. La historia operativa es una historia
utilizada según las necesidades del presente. Su polémica radica en
que fuerza los hechos en vías a producir una interpretación, esta es su
función metodológica en el campo de la historia y también la clave de
su éxito en el campo del proyecto, donde cobra un significado vital, ya
que justifica valores y elecciones, introduciendo cierto grado de
objetividad en los principios ordenadores .
En el momento en el que la crítica italiana desarrolló esta línea
de trabajo para la enseñanza de la arquitectura, el núcleo del problema
estaba en incorporar la metodología operativa como experiencia
didáctica y, asimismo, en aplicar el concepto del espacio como
instrumento para desarrollarla. Como observa Rigotti, la crítica
operativa tuvo un desarrollo fértil en algunas técnicas de análisis
sistemático que integraron la historia y el proyecto, particularmente en
los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX, a partir de
“analogías entre estrategias proyectuales modernas y arquitecturas del
pasado”. Esta didáctica interpretaba edificios en términos plásticos y
espaciales, desligándolos de la información contextual, y basándose
en una retroalimentación entre historia, teoría y crítica 27. Hoy podríamos
cuestionar la necesidad o la posibilidad de estas técnicas, pero es
indudable que entre las décadas de 1940 y 1980 ocuparon polos de

25
Tafuri, M., Teorías e historia de la arquitectura. Barcelona: Laia, 1972, p. 177.
26
Ibídem, p. 180.
27
Rigotti, A. M., Por una historia de tablero. Colin Rowe y una reflexión sobre el pasado
que estimula al proyecto. A&P, vol. 4, n°6, 2017, pp. 86-95.

20
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producción y renovaciones en los métodos de enseñanza 28.


Los cinco conceptos nodales que desarrollamos se encadenan
unos con otros en el transcurso de un ciclo cultural que intentaremos
delimitar y caracterizar. Desde el punto de vista historiográfico el
problema metodológico con el que se enfrenta esta investigación
consiste en mediar la historia de ese ciclo cultural con la historia
intelectual de uno de sus protagonistas poniendo en relación los
aspectos circunstanciales de una trayectoria profesional con las redes
que la afectaron. Para ello fue necesario analizar las ideas y contextos -
institucionales, sociales, políticos, culturales- que nos permitieron
especificar aquellos problemas vinculados con la producción de Enrico
Tedeschi, sus posicionamientos y direccionamientos, tanto en el plano
teórico como en el proyectual.
Los aportes de esta tesis en este aspecto, consistirán en el
análisis de los escritos y obras proyectadas por Tedeschi en su
relación con otras producciones contemporáneas vinculadas con el fin
de encontrar las pistas para reconstruir su itinerario intelectual como
reflejo de los debates vigentes 29. Desde un punto de vista analítico, el
trabajo se sirve de una metodología contrastativa, buscando comparar
textos e imágenes alusivas a un mismo tema, desde distintas miradas.
Las tareas de investigación llevadas a cabo con este fin en el
transcurso del trabajo implicaron el relevamiento de diversas fuentes
en archivos institucionales como los de la Universidad Nacional de
Tucumán, de la Universidad de Mendoza, de la Universidad Nacional
de Córdoba, del Centro Regional de Investigaciones Científicas y
Tecnológicas de Mendoza, del Colegio de Arquitectos de Mendoza,
del Archivo Luigi Piccinato en la Università Sapienza de Roma, de la
Fondazione Bruno Zevi en Roma, el Archivo General de la Nación
Argentina y los archivos familiares, de Lyda Orsi y de Claudia Tedeschi.

28
Tomamos el interrogante de Fernando Aliata, quien propone reflexionar cuál sería el
rol actual de la crítica operativa, en un campo pedagógico que mutó hacia la ausencia
de referentes ante las nuevas técnicas digitales de proyectación. (Aliata, F., Entre la
amnesia y la memoria. Los recorridos posibles de la historia de la arquitectura. A&P, vol.
4, n°6, 2017, pp. 62-69).
29
Seguiremos como modelo la metodología sugerida por Bruno Latour para estudiar a
los modernos: entender sus desajustes mediante el análisis las redes y la detección de
sus valores. (Latour, B., Investigación sobre los modos de existencia. Una antropología
de los modernos. Buenos Aires: Paidós, 2013).

21
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Los cinco temas que estructuran esta tesis –región, paisaje,


espacio, organicismo e historia operativa– no han sido puestos juntos
en otros trabajos anteriormente ni han constituido por separado el eje
de análisis de estudios sobre la arquitectura argentina del siglo XX. Se
encuentran aquí entrelazados por estar identificados como las hebras
conceptuales del tejido intelectual de Enrico Tedeschi, el cual ha sido
abordado parcialmente por algunos autores que comentamos a
continuación.

0.4. Estudios sobre Enrico Tedeschi

En diversas biografías y testimonios directos de profesionales


que se formaron con Tedeschi es recurrente encontrar la característica
multifacética de su personalidad 30 . Algunas visiones historiográficas
sobre el rol de Enrico Tedeschi en el medio académico y profesional
nos aportan miradas parciales pero importantes para nuestro trabajo e
incluso contradictorias. Desde una revisión de su actuación profesional,
Roberto Fernández posiciona a Tedeschi junto a Sacriste como un
arquitecto de práctica descentrada por encontrarse en los bordes o
fuera de los debates porteños pero con una particular exploración de lo
regional a partir de la conjunción de tradiciones modernas que
permitían trabajar dialécticamente lo urbano y lo rural. Fernández
encuentra que, al concentrarse la experimentación de ambos
arquitectos en los programas domésticos, su obra se vio limitada 31 .
Bullrich, en cambio, sin referir a su figura, y sin mencionar otros
proyectos, destaca en Tedeschi su obra cumbre, el edificio de la FAU-
UM incluyéndolo en su libro sobre arquitectura en la Argentina, entre
una selección de destacadas obras modernistas 32.
Waisman identifica a Tedeschi como el formador de una

30
Entre las que podemos citar Goytía, N., “Doctor Arquitecto Enrico Tedeschi (1910-
1978), en Gutiérrez, R.; Paterlini, O. (eds.), Historia de la arquitectura en la Argentina.
Reflexiones de medio siglo. 1957-2007. Buenos Aires: CEDODAL, 2007; Cacciatore, J.
“Tedeschi, Enrico” en Aliata, F; Liernur, J. (eds.), Diccionario de Arquitectura en la
Argentina, Buenos Aires: AGEA, 2004; Bórmida, E., “La Escuela de Tedeschi.
Testimonio de una discípula”, en: Adagio, N.; Sella, A. (eds.), Enrico Tedeschi. Work in
progress, Mendoza: Idearium, 2013.
31
Fernández, R., La ilusión proyectual. Una Historia de la Arquitectura Argentina. 1955-
1995. Mar del Plata: UNMDP, 1996, p.115.
32
Bullrich, F., Arquitectura argentina contemporánea. Buenos Aires: Nueva Visión, 1963.

22
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corriente “teórico-didáctica” que se desarrolló en diversas


universidades del interior del país y considera central el enfoque
renovador de raíz “crociana” que introdujo en el estudio de la historia
de la arquitectura en su relación con la necesidad de construir una
cultura crítica 33. Liernur también destaca el legado de Tedeschi como
promotor de una escuela historiográfica en la Argentina aunque,
además señala su experiencia como proyectista de la Ciudad
Universitaria de Tucumán donde convivió con dos visiones opuestas
sobre el organicismo, una de ellas más tecnológica -de la mano de
Catalano- y otra más neovernácula -al modo de Sacriste-. La actuación
de Tedeschi en la cultura arquitectónica argentina se ve recortada en
general desde la valoración de episodios puntuales de su trayectoria -
que lo ubican tanto en un frente proyectual regionalista como
modernista- o desde miradas que resaltan su rol como pedagogo
notable, aunque poco influyente en la producción.
En los úlitmos quince años los estudios sobre los aportes de
Enrico Tedeschi a la disciplina arquitectónica en nuestro país han sido
tema de renovado interés. Los primeros trabajos que abordaron su
figura fueron dos tesis, en la primera de ellas, Leonardo Codina, de
algún modo continuando la visión de Bullrich, investiga el proyecto
arquitectónico para el edificio de la Facultad de Arquitectura de la
Universidad de Mendoza desde sus implicancias tecnológicas,
trazando también una síntesis de la trayectoria de su autor y
presentando material inédito sobre el tema 34. En segundo lugar, la tesis
doctoral de Alejandra Sella toma parcialmente el caso Tedeschi, sobre
las pistas regionales de Fernández, ya que se ocupa de estudiar las
transformaciones de la vivienda unifamiliar en la provincia de Mendoza
durante dos décadas, considerando el contexto educativo y cultural del
cual se nutrieron los arquitectos de esa región y considerando el
aporte de Tedeschi a la formación de una identidad local mendocina,
donde es valorado por su rol protagónico en la enseñanza y también

33
Waisman, M., “Enrico Tedeschi. Una invitación a la historia”. Summa n°215/216,
(1985), p.72.
34
Codina, L., La estructura como instrumento de una idea. Enrico Tedeschi y el
proyecto para la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza. Tesis de
maestría Pontificia Universidad Católica de Chile, 2004. Publicada en Buenos Aires:
Ediciones 1:100, 2013.

23
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por su actuación profesional dentro de la casuística estudiada 35.


En el año 2012 la Universidad de Mendoza organizó un
seminario homenaje a la figura de Tedeschi donde se escucharon
testimonios y trabajos de investigación en curso. Entre ellos, podemos
comentar algunos estudios que resultan de gran interés a esta
investigación. Destacamos el trabajo de Maristella Casciato, revisando
la participación de Tedeschi en la red A.P.A.O. y en la revista Metron, el
de Noemí Adagio, sobre los intereses de Tedeschi por la cultura
arquitectónica inglesa, el de Alejandra Sella, centrado en la red
prodesional e intelectual de la cual formó parte Tedeschi en el
ambiente de los arquitectos en Mendoza, el de Carlos De Rosa, sobre
la carrera de Tedeschi en la investigación científica, y el de Sebastián
Malecki, dedicado a las acciones de Tedeschi en la renovación de la
cultura arquitectónica desde el interior del país.
Otros trabajos de Malecki, revisan la trayectoria de Tedeschi,
inscripta en los debates sobre arquitectura y urbanismo en la ciudad
de Córdoba, y en los aportes a la enseñanza de la Historia y la Teoría
en los años ´50 y ´60 36 realizando un interesante relevamiento e
interpretación de los proyectos pedagógicos y sus contextos político-
institucionales en la Facultad de Arquitectura de la Universidad
Nacional de Córdoba hacia los años ´60 y ´70 que encontramos muy
valiosos para nuestro trabajo. Consideramos que la interpretación que
se expone allí de las posiciones teóricas de Tedeschi no contemplan la
complejidad que se despliega en la trayectoria previa y posterior a la
etapa cordobesa, y las conclusiones a las que se llega están teñidas
por el contexto de una profunda crisis pedagógica y política en una
institución en particular. Los estudios de Malecki tampoco examinan
las actividades proyectuales arquitectónicas y urbanísticas, sino
específicamente las teóricas y pedagógicas 37. No obstante, tomaremos
de su trabajo, las observaciones acerca del rol de intelectual periférico

35
Sella, A., La expresión de la identidad local. Transformación arquitectónica de la
vivienda mendocina entre las décadas de 1950 y 1970. Tesis Doctoral Universidad de
Mendoza. Mendoza: EDIUM, 2004.
36
Malecki, J. S., La ciudad dislocada. Córdoba, 1947-1975. Modernización y
radicalización en la cultura urbana y arquitectónica. Tesis doctoral, Universidad
Nacional de Córdoba, 2014.
37
Malecki, J. S., “Historia y Crítica. Enrico Tedeschi en la renovación de la cultura
arquitectónica argentina. 1950-1970”. Eadem Utraque Europa, Año 9, n°14, junio 2013,
pp.137-174.

24
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que adoptó Tedeschi al no participar del discurso central hegemónico


proveniente de Buenos Aires, y elegir, en cambio, actuar desde las
provincias para construir una red que le permitió situarse como un
innovador en los debates sobre historia y teoría de la arquitectura en el
país durante un período prolongado.
Por otro lado, en la Universidad Nacional de Rosario y bajo la
dirección de Noemí Adagio se han producido avances interesantes
sobre algunos fragmentos parciales del recorrido que proponemos
trazar. Allí el pensamiento de Enrico Tedeschi se ha estado estudiando
desde algunos temas puntuales, que al momento han incluido: los
vínculos del pensamiento de Tedeschi con las tendencias humanistas
difundidas a mediados del siglo XX, su rol dentro del colectivo de la
A.P.A.O. y la revista romana Metron en el contexto de los debates que
se desarrollaron en Italia durante la segunda posguerra y el interés de
Tedeschi por la arquitectura inglesa moderna 38. Otros trabajos vinculan
la producción de Tedeschi en la Argentina con la de Eduardo Sacriste 39.
En el ámbito académico internacional, la trayectoria de Enrico
Tedeschi fue examinada en la tesis de maestría de Fabio Marino, quien
analiza el contexto formativo y profesional en el que Tedeschi inició su
carrera como arquitecto durante los años treinta en Italia,
contribuyendo con una interpretación acerca del lugar protagónico que
ocupaba en el debate disciplinar romano antes de emigrar a la
Argentina 40 . Destacamos de este trabajo la observación acertada
acerca de las diferencias entre una trayectoria italiana que siguió el
curso de los acontecimientos culturales que la rodeaban y, en cambio,
una actuación argentina donde el discurso se destaca y se vuelve difícil
de encasillar en un movimiento colectivo. Sin embargo, consideramos
que la actuación argentina de Tedeschi también estuvo estrechamente
vinculada con el contexto local, tema que el trabajo de Marino no

38
Remitimos a trabajos dirigidos por Noemí Adagio en la Universidad Nacional de
Rosario, entre los cuales podemos mencionar: La valija de Enrico Tedeschi. Adagio, N.;
Aravena, P.; Bertoldo, N.; Blanc, C.; Huck, V., La valija de Enrico Tedeschi. De la
posguerra italiana a la Universidad de Tucumán. Actas VII Encuentro de Docentes e
Investigadores de Historia del Diseño, la Arquitectura y la Ciudad, FAPYD-UNR, 2016.
39
Blanc, M. C., Enrico Tedeschi, Frank Lloyd Wright (1955). Eduardo Sacriste, Usonia
(1960). Una recensión bibliográfica 50 años después. Seminario Internacional “Puntos
cardinales en la teoría de la arquitectura (1920-1950)”. Rosario, 10, 11 y 12 de marzo de
2010.
40
Marino, F., Enrico Tedeschi. 1910-1978. Dall´Italia all´Argentina. Tesi di Laurea
Magistrale, Politecnico di Milano, 2014.

25
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alcanza a examinar. Otro trabajo realizado desde Italia, es el que


emprendió el ingeniero italiano Fausto Giovannardi, un minucioso
relevamiento biográfico con particular interés en los procesos
constructivos del edificio de la FAU-UM 41.
Recientemente, la editorial Reverté reeditó Una introducción a la
historia de la arquitectura, poniendo en relevancia el protagonismo de
Tedeschi dentro de una generación fértil de arquitectos italianos que se
involucraron con la teoría de la arquitectura, y que alcanzaron
importante recepción en España. El caso de Tedeschi es ejemplar,
porque al publicar sus trabajos en castellano, fue leído además en
numerosos países americanos. El prefacio y el epílogo de esta nueva
edición, destacan a Tedeschi por su travesía profesional al integrarse
en nuevas culturas, por concebir la modernidad de manera personal y
por sostener una notable coherencia intelectual 42.
En ningún caso, los trabajos mencionados alcanzan a vincular
los distintos momentos en la producción de Tedeschi de una manera
integral, por lo cual tampoco resuelven los conflictos ni explican las
conexiones entre tan diversas producciones y actuaciones. En
términos generales, los estudios sobre su figura se destacan por la
mirada positiva hacia el personaje, por buscar la coherencia en su
trabajo, por intentar articular sus dichos con sus hechos de manera
indisoluble 43. Nuestra hipótesis metodológica, en cambio, nos invita a
buscar en la historia intelectual de Enrico Tedeschi no sólo los hilos
conectores sino también las causas de cierta fragmentariedad, las
contradicciones y los fallidos que se vislumbran al abordar de una
manera más compleja su figura.

41
Giovannardi, F., Enrico Tedeschi dal sogno alla tragedia argentina. Bologna: Pàtron,
2016.
42
En el prefacio Tedeschi es equiparado, incluso, desde su rol como teórico, a Zevi,
Argan, Rossi y Tafuri y desde sus experiencias de arquitecto emigrante, a Lina Bo Bardi
(Véase De Gracia, F., Tedeschi, el “espacialista” confeso y Prieto, E., Tedeschi, el
historiador como crítico. En: Tedeschi, E., Una introducción a la historia de la
arquitectura.Barcelona: Reverté, 2017).
43
Exceptuamos de esta consideración los estudios de Sebastián Malecki, porque si
bien contemplan los aportes de Tedeschi, proponen una mirada crítica al tema.

26
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0.5 Estructura de la tesis

Como explicamos previamente, el trabajo sigue una estructura


policonceptual pero también se guía sobre el itinerario geográfico de la
trayectoria de Enrico Tedeschi, la cual puede dividirse en tres etapas:
desde que comienza su carrera profesional en Roma hasta que es
transferido a la guerra (1933 44-1939), un breve período iniciado a partir
de su regreso a Italia y reinserción profesional en Roma (1944-1947) y,
una tercera y larga etapa desde que llega a la Argentina a los treinta y
ocho años de edad hasta su muerte a los sesenta y ocho años de
edad (1948-1978).
La tesis organiza las tres etapas en dos partes, distinguiendo
una secuencia de episodios en los cuales se desarrollan los distintos
temas que suscitan mayor interés en cada sitio, de la siguiente manera:
la Primera Parte, Italia, estudia la actuación de Tedeschi como
arquitecto en Roma y se compone de dos capítulos: Identidad y
territorio: Roma (1933-1939) y Reconstrucción y planificación: Roma
(1943-1947); la Segunda Parte, Argentina, se compone de cinco
capítulos: Región y paisaje: Tucumán (1948-1953), Espacio, arte y clima:
San Juan y Mendoza (1954-1958), Teoría e historia: Córdoba (1956-
1970), Organicismo y técnica: Mendoza (1959-1972) y Ciencia y
tecnología: zonas áridas (1973-1978).
Cada capítulo intensifica uno o dos temas. De esta manera, es
posible encontrar que la Historia se vuelve central en el capítulo 5,
donde se desarrolla el trayecto cordobés de Enrico Tedeschi, aunque
su proyecto histórico se inicia unos diez años antes cuando toma
cátedra de esa asignatura en Tucumán; el concepto del Espacio se
desarrolla puntualmente en el capítulo 4, cuando se potencia para
Tedeschi en un proyecto pedagógico específico, aunque el Espacio
haya estado en el núcleo de su visión orgánica sobre la disciplina y
también como instrumento didáctico para la historia operativa desde
casi una década atrás. Esto da cuenta de que, en su manera de actuar,
las ideas no emergen como entidades nuevas sino que subyacen y se
resignifican según las ocasiones.
En la introducción de cada capítulo se presenta la relevancia de

44
Se gradúa de arquitecto en 1934, aunque durante el último año de estudios
comienza a participar en concursos de arquitectura.

27
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los temas que lo guían en el marco histórico, cultural y político del


período de estudio, considerando un polígono intercontinental que
enlaza usos y significados de ciertos conceptos entre Italia, Inglaterra,
Estados Unidos y Argentina. Luego, se desarrolla una selección de
debates cercanos a Enrico Tedeschi y se explora su tránsito por alguna
institución. Finalmente, se estudia su posicionamiento intelectual sobre
estos temas desde la teoría, la práctica o la experimentación didáctica.
El recorte temporal de cada capítulo está mayormente definido
por la localización, debido a que cada punto geográfico involucró una
red específica de actores y de circunstancias que hicieron que
Tedeschi cambiara o adaptara sus proyectos individuales. Por este
motivo existen solapamientos temporales en los capítulos centrales (4,
5 y 6). Se ha decidido, de este modo, organizar los núcleos
conceptuales en bloques asociados a esas localizaciones, aunque
advertimos que, como conjunto, las ideas se encuentran combinadas y
reelaboradas constantemente en la trayectoria de la persona, quien las
utiliza según las argumentaciones que necesita sostener en cada caso.
Debido a la importancia vital que tuvo la formación académica
y cultural en su país de origen, la primera parte de esta tesis desarrolla
con detenimiento las experiencias de Tedeschi en Italia. Sin embargo,
el objetivo central de esa parte es nutrir la segunda, para indagar sobre
la naturaleza transcultural de los problemas disciplinares en Argentina.
Se ha decidido conservar los nombres de las instituciones en
su idioma original y, en particular, algunas citas textuales en italiano,
las cuales se encuentran traducidas por la autora en nota al pie.

28
ENRICO TEDESCHI 1910-1978
NOTA BIOGRÁFICA

Enrico Tedeschi nació en Roma el 7 de octubre de 1910. Su


padre, Mosè Tedeschi, era un ingeniero de familia judía, especialista en
instalaciones y asesor de estudios de arquitectura; su madre, Nerina
Beccaria, provenía de una familia católica perteneciente a la nobleza
milanesa. Enrico fue el hijo varón y mayor del matrimonio que tuvo
luego otras dos hijas. Su familia gozaba de una muy buena posición
económica, y su infancia se desarrolló bajo una educación agnóstica
con amplios intereses culturales1. Estudió arquitectura entre 1928 y
1933 en la Scuola Superiore di Architettura di Roma, la primera escuela
de arquitectura fundada en Italia en 1919, resultado de la unión de los
programas tradicionales de las escuelas de bellas artes con los de las
facultades de ingeniería.

1
Tedeschi, Claudia. Introduzione. En: Marino, F. Enrico Tedeschi. 1910-1978. Dall´Italia
all´Argentina. Tesis de Maestría, Politecnico di Milano, 2014. Inédita.
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Entre sus compañeros de estudio estaban Giorgio Calza Bini,


Pasquale Carbonara, Ludovico Quaroni y Saverio Muratori. Siendo aún
un estudiante comenzó a participar en concursos de arquitectura como
el Concurso Nacional Palazzi Postale di Roma y el de la Stazione di
Firenze Santa Maria Novella, asociado con Muratori y Roisecco (1933).
En 1934 se graduó obteniendo el título de Doctor Arquitecto,
presentando la tesis “Programa y proyecto de un hospital para la cura
de enfermedades tropicales en Brindisi” la cual fue evaluada con una
puntuación de 92/110. Luego de habilitar su título para el ejercicio de la
profesión en el Politécnico de Milán, comenzó una actividad profesional
y periodística comprometida con el régimen fascista, el cual contaba
en aquel momento con un amplio consenso popular y sindical. En sus
primeros años de actividad integró agrupaciones inestables con
diferentes compañeros estudiantes y recién graduados de la misma
escuela: Ludovico Quaroni, Saverio Muratori, Francesco Fariello, Giulio
Roisecco, Claudio Gerace Longo, Giorgio Calza Bini y Franco Petrucci.
Todos ellos vinculados a Marcello Piacentini por fuera del ámbito
universitario2.
Entre 1935 y 1937 se asoció para algunos concursos con
Quaroni, Fariello y Muratori, quienes ya venían trabajando juntos desde
1931 y funcionaban como estudio desde 19343. Combinó su actividad
proyectual en estos años con una colaboración como cronista en la
revista Architettura, la revista oficial del Sindicato Nazionale Fascista
Architetti dirigida por Piacentini y en la revista Annali dei Lavori Publicci
con la crítica de obras publicadas en revistas extranjeras.
Generalmente redactaba crónicas de concursos o descripciones de
obras recientes nacionales e internacionales, también reseñas
bibliográficas y artículos de carácter técnico, como el dedicado a las
salas de cine o a muestras y exposiciones, como la que tuvo lugar en
Zürich en 19394.

2
Muratori, Fariello y Calza Bini (h), habían sido convocados por Piacentini para trabajar
en el proyecto para la Ciudad Universitaria de Roma; Quaroni, Fariello, Roisecco y
Tedeschi eran redactores de la revista Architettura, Gerace Longo fue miembro de la
Directorio del Sindacato Interprovinciale Fascista Architetti, y Giorgio Calza Bini era el
hijo de Alberto Calza Bini, presidente del Sindicato y jurado en casi todos los
concursos oficiales.
3
Tafuri, M., op. cit., p. 29.
4
Véase Architettura, XIV, n°1, gennaio 1936, pp.17-44, Architettura, XVI, gennaio 1937,
pp.41-51 y Architettura, XVI , n°4, aprile 1937, pp. 193-199.

30
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Figuras 1 a 3: Publicaciones de Tedeschi en los años ´30: Revista Architettura.

Durante estos años participó de los más importantes concursos


públicos de arquitectura y urbanismo, como el Concurso Nacional
Palazzo del Littorio (1934), junto a Petrucci y Muratori5 y el Plan
Regulador de Aprilia (1935) con Quaroni, Fariello y Muratori y el
proyecto para la Estación de Venecia, en el mismo año, en sociedad
con Longo y Muratori. En 1937 trabajó paralelamente con dos equipos
distintos: junto a Quaroni, Calza Bini, Monaco, Muratori y Petrucci
participó de la Muestra en la VI Trienal de Milán con un equipamiento
para un consultorio médico y junto a Quaroni y sus socios en el
Concurso Nacional para edificios turísticos en los Valles Alpinos, donde
obtuvo un primer premio y dos segundos premios. Luego afianzó sus
relaciones laborales con Franco Petrucci en diversos proyectos para
exposiciones: el Pabellón del Cáñamo y el Lino para la Muestra del
Textil Nacional y en la Muestra de las Colonias de Verano y de la
Asistencia a la Infancia en el Circo Massimo en Roma.
Paralelamente Tedeschi realizaba actividades diplomáticas
dentro del ámbito disciplinar. En 1936 fue Secretario de Comisión en el
Congreso Internacional de Arquitectos en Roma y delegado de los
Arquitectos Italianos al Congreso Internacional de la Instrucción
Técnica. En 1938 comenzó a usar su nombre completo Enrico
Tedeschi Beccaria, agregando el apellido materno, para evitar

5
Volpi, C., Il Palazzo delle poste di Alessandria. Franco Petrucci architetto negli anni del
regime. Roma: Gangemi, 2012.

31
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problemas con las Leyes Raciales. Entre junio y julio de ese año viajó
por Europa con fines de estudio, visitando Francia e Inglaterra junto a
los arquitectos Franco Petrucci, Carlo del Favero y Roberto Leonori6.

Figura 4: Cartografía del itinerario del


viaje a Inglaterra. Según registros de
Franco Petrucci: “Viaggio in
Inghilterra con Enrico Tedeschi, Mario
del Favero, Roberto Leonori, in auto
(Fiat 1100), circa 6000 km, 1938”.
Fuente: Archivo Petrucci.

Figuras 5-6: Parada durante el


viaje y punto final del recorrido en
la escalinata del St. George Hall
en Liverpool. Fuente: Archivo
Petrucci.

6
Volpi, C., op. cit.

32
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Figura 7: Parada de viaje en Francia: “Casa vicino al Bois de Boulogne. Progettata da Le Corbusier”.
Fuente: Archivo Petrucci.

En esos años participó asociado con Petrucci en dos proyectos


previstos para la Exposición Universal de Roma de 1942: el Concurso
Nacional para la Plaza Imperial y el Concurso Nacional para el Palacio
del Agua y de la Luz. En 1939 Tedeschi formalizó un equipo de trabajo
con Franco Petrucci y el ing. Pietro Catalano, denominado A.I.A.
(Architetti Ingegneri Associati). Con ellos colaboró en la dirección de

33
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obra del Palazzo delle Poste di Alessandria y participó en la Mostra


Autarchica Vicentina en la “Basílica Palladiana” de Vicenza. Por otra
parte, con Paladini proyectó el Pabellón de la Instrucción Técnica
Minera en la Muestra Autárquica del Mineral Italiano en Roma.
Posiblemente a través de relaciones profesionales y políticas,
Catalano y Tedeschi obtuvieron el encargo directo para desarrollar un
Plan urbanístico en las costas cercanas al Parque Nacional del Circeo.
Luego participaron del Concurso Nacional para un balneario cercano
en Terracina, obteniendo el Primer Premio.

Figura 8: Folleto del Studio


Architetti Ingegneri Associati, via
Belisario 7, Roma. Fuente: Archivo
Petrucci.

En 1940 Tedeschi fue transferido a Africa Septentrional con


motivo de la Segunda Guerra Mundial. En 1943 logró retornar a Italia
desde Libia luego de cuatro años al servicio del ejército italiano y casi
dos como prisionero de las fuerzas británicas. Logró sobrevivir gracias
a sus competencias como mecánico, las cuales le permitieron contar
con un tratamiento especial. Aunque fue necesaria la intervención de
su madre y de una familia cercana para conseguir que lo liberen.
Debido a las operaciones militares en las cuales tomó parte, a su
retorno recibió un Encomio Solenne, en honor al buen ejemplo del alto
sentido del deber. Debido a su desmejorado estado de salud, su
retorno a la vida profesional no fue inmediato7. A fines de ese año
celebró su matrimonio con Lyda Orsi y en 1944 retomó actividades
laborales a través antiguos y nuevos vínculos alcanzando un puesto

7
Giovannardi, F., Enrico Tedeschi dal sogno alla tragedia argentina. Bologna: Pàtron,
2016.

34
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como consultor urbanista en la administración pública y una


participación en la renovación del Istituto Nazionale di Urbanistica (INU).
A partir de 1945 y hasta 1948 Tedeschi participó en una red intelectual
promovida por el arquitecto Bruno Zevi que agrupó a un número de
arquitectos italianos interesados en desarticular las instituciones
fascistas ligadas a la profesión y renovar el posicionamiento de la
disciplina de cara a la reconstrucción.

Figuras 9-10: Enrico Tedeschi, enrolado en el ejécito como teniente en una división de infantería y el día
de su matrimonio, junto a Lyda Orsi, acompañados por Franco Petrucci y Saverio Muratori como testigos.
Fuente: Giovannardi, F., Enrico Tedeschi dal sogno alla tragedia argentina. Bologna: Pàtron, 2016.

Esta red se desarrolló bajo diferentes formatos: la Scuola di


Architettura Organica, la Associazione per l`Architettura Organica
(A.P.A.O.) y la revista Metron8. Fue dentro de este círculo profesional
que Tedeschi reafirmó una posición como teórico y técnico en el
campo de la planificación territorial y con esta nueva orientación se
introdujo en las organizaciones profesionales, especialmente como
miembro efectivo del INU y del Comité Directivo de la revista del mismo
instituto, Urbanistica, a partir del n°3-4 (mayo-diciembre de 1944)9.
En diciembre de 1945 Tedeschi participó en la primera

8
Casciato, M., Metron. Una revista en la Italia de la reconstrucción. En: Adagio, N.;
Sella, A. (eds.), Enrico Tedeschi. Work in progress. Mendoza: IDEARIUM, 2013.
9
Tedeschi integró dicho comité junto a los antiguos miembros Apollonj Ghetti, Cafiero,
Civico y Paniconi y publicó “La ricostruzione dei centri abitati dannegiatti dalla guerra”,
Urbanistica, Anno XIII, n°1-2, gennaio-aprile 1944, p.34.

35
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Convención Nacional para la Reconstrucción en Italia que tuvo lugar en


Milán. Como resultado de ese encuentro Tedeschi redactó junto a un
equipo integrado por A. Della Rocca, S. Muratori, L. Piccinato, M.
Ridolfi, P. Rossi de Paoli, S. Tadolini y M. Zocca un documento
publicado como Aspetti urbanistici ed edilizi della ricostruzione.
Entre las actividades dentro de la función pública que realizó
entre 1945 y 1946 se destacaron las de miembro de la Junta para la
Reconstrucción en el Ministerio de Obras Públicas de Italia, Jefe de la
Oficina de Urbanismo en la Subsecretaría de Bellas Artes del Ministerio
de Educación de la Nación y miembro de la Oficina de Urbanismo de
la Comuna de Roma, donde se ocupó de la revisión del plan
urbanístico de la ciudad y de la nueva reglamentación para la
edificación, junto a Luigi Piccinato10. También fue miembro de la
comisión para el estudio de la ley para los planes de reconstrucción de
la Associazione Nazionale Ingegneri e Architetti Italiani (A.N.I.A.I.),
jurado en el Concurso para el Monumento a las Fosas Ardeatinas en
Roma y miembro de la Comisión de Estudio para los exámenes de
habilitación profesional en la Orden de Arquitectos de Roma.
En el ámbito de la docencia, en 1945 fue profesor Adjunto
Interino del curso Caratteri Distributivi degli Edifici en la Facultad de
Arquitectura de la Universidad de Roma y en 1946 fue ayudante del
curso libre de Urbanismo dictado por Piccinato en la Scuola di
Architettura Organica di Roma, dependiente de la A.P.A.O.
Como profesional independiente, en los primeros años luego
de la guerra se dedicó especialmente al urbanismo, elaborando el Plan
de reconstrucción para la ciudad de Caserta y el de San Giorgio a Liri.
Luego formó un estudio profesional bajo la sigla A.U.R. (Architetti
Urbanisti di Roma) junto a Bruno Zevi, Silvio Radiconcini, Luigi Piccinato
y Cino Calcaprina11. Con este equipo participó del Concurso
Internacional para el Crystal Palace de Londres, del proyecto para una
sala de Cine-Teatro en Forlí y de un proyecto para un Asilo Provincial de
niños en Pescara. Por otra parte, junto con un equipo más numeroso
que integraban Piccinato, Calandra, Calandra, Dall´Olio, Galliussi,
Giurgola y Marabotto, participó del Concurso Nacional para el Plan

10
Dictó una conferencia a la prensa en la Municipalidad de Roma sobre el plan de
reconstrucción para la ciudad.
11
El estudio tenía sede en Via Nomentana 152, domicilio de la familia Zevi y de la
revista Metron a partir de finales de 1946.

36
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urbanístico del Lido de Venecia, obteniendo una mención honorífica.


Junto a Gentili participó de un concurso de proyectos para una Casa
Prefabricada en chapa metálica doblada para el barrio experimental
QT8 de la VIII Trienal de Milán12.
Como redactor, Tedeschi colaboró con numerosos artículos
sobre urbanismo en la revista Metron y en tres boletines sobre la
Reconstrucción Urbanística por encargo de la Oficina de Boletines
Técnicos del U.S.I.S. (United States Information Service).
En 1947 viajó a distintas ciudades europeas en carácter de
delegado italiano en tres eventos internacionales: en el Congreso de la
International Federation for Housing and Town Planning en La Haya,
como miembro de la Junta Técnica y ordenador del grupo Viviendas en
la sección italiana de la Exposición Internacional del Urbanismo y de la
Vivienda en París y como invitado a la celebración del centenario de la
Architectural Association en Londres. Durante este mismo año, fue
miembro de la Comisión de Estudio para la Arquitectura en el Centro
Economico per la Ricostruzione, en Roma, miembro del Consejo
Directivo de la A.P.A.O y delegado de la asociación en el Congreso de
los Docentes de las Facultades de Arquitectura.
Su interés por la docencia hizo que en 1947 se presentara a
dos concursos para profesor, uno para la cátedra Caratteri Distributivi
en Roma y otro para la cátedra Urbanistica en Venecia, aunque no
logró obtener el cargo en ninguno de los dos casos. Durante este año
continuó trabajando en el estudio A.U.R. realizando proyectos de
arquitectura y de urbanismo, algunos para la ciudad de Pescara13 y
otros para la ciudad de Roma -un edificio de viviendas en via Bradano,
otro en via del Monte, un plan urbanístico para un barrio en Roma
cercano a Via Cassia y otro para una zona en la colina Monte Mario. En
forma independiente elaboró un plan urbanístico para la reconstrucción
de Capua14.

12
Véase Metron n°4-5, Costruzioni n°3, 1946 y Technique et Architecture n°6, 1946.
13
Un asilo para ancianos, la renovación y ampliación del Hospital Civil y un Pabellón
para Tuberculosos.
14
En el Archivo del Ministero del Lavori Pubblici consta como autor el ing. Raffaelle
Cioffi con fecha 31/12/47.

37
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Figuras 11 a 16: Publicaciones de Tedeschi en los


años ´40: Revista Urbanistica / Revista Metron /
Boletines de Ricostruzione Urbanistica para la
U.S.I.S. / I servizi colletivi nella comunità organica
(1945) / Aspetti urbanistici ed edilizi della
ricostruzione (1945) / Urbanistica ed edilizia in Italia
(1948).

Durante los primeros años luego de la caída del fascismo la


situación profesional en Italia era compleja en general, los proyectos no
encontraban posibilidades de desarrollo. Tedeschi había integrado un
equipo técnico en la administración comunal del gobierno de Parri,
representante del Partito d´Azione, que no tuvo continuidad. Tampoco
tuvo éxito en los concursos docentes a los que se postuló15. La
sumatoria de estas circunstancias tal vez empujaron a Tedeschi a
aceptar una oferta que le acercó su colega Piccinato: un cargo de
profesor con dedicación exclusiva en el Instituto de Arquitectura y
Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán, en la Argentina. En
febrero de 1948 Tedeschi se embarcó entonces, en el puerto de
Génova, junto a su colega Cino Calcaprina, llegando a Buenos Aires el
15 de marzo. En mayo de ese año llegaron las familias de ambos.
Tedeschi y su esposa ya tenían una hija de dos años de edad.

15
La postulación a los cargos docentes en Italia habría sido a fines de 1947, aunque en
su Curriculm Vitae consta que fue evaluado como “Idoneo” por los jurados de ambos
concursos en 1948.

38
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Figura 17: Registro del


desembarque de Enrique
Tedeschi a Buenos Aires.
Fuente: Museo de la
Inmigración / Centro de
Estudios Migratorios
Latinoamericanos.

El contrato con la Universidad Nacional de Tucumán


involucraba el desempeño docente en un proyecto pedagógico de
considerables expectativas, una escuela de arquitectura moderna
única en Sudamérica, y la participación como proyectista en un plan
para la creación de su Ciudad Universitaria.. A diferencia de las
experiencias breves de Rogers y Piccinato, para Enrico Tedeschi, la
llegada al plantel docente del IAU-UNT no fue sólo una instancia para
sortear temporariamente la difícil coyuntura que estaba atravesando en
Italia sino que se convirtió en el inicio de una residencia permanente en
la Argentina16. En la provincia de Tucumán Tedeschi encontró un
espacio para insertarse en las instituciones y desarrollar parte de los
presupuestos programáticos que traía de su experiencia italiana.
Apoyándose en las ideas que habían generado la creación del
proyecto tucumano: la didáctica dirigida hacia la articulación entre
enseñanza y acción y la posibilidad de planificar y operar a través de
convenios entre la universidad y otros organismos estatales.
Formó parte de la Oficina Técnica de la Ciudad Universitaria.
Además de trabajar en el plan general del proyecto, estuvo a cargo de
la elaboración de un “Informe sobre el agua en San Javier”17. También
fue director en proyectos para edificios públicos en la provincia de
Catamarca y para el proyecto del Mercado del Norte en Santiago del
Estero, delegados al IAU-UNT18.

16
Igual opción de vida hizo su colega italiano Cino Calcaprina, quien se radicó
definitivamente en Tucumán.
17
“Informe sobre el agua en San Javier”. En: Legajo Administrativo Profesor Enrico Tedeschi.
Archivo Universidad Nacional de Tucumán. 3 de agosto de 1950. Fojas 64-68.
18
Marigliano, F., El Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán.
1946-1955. Modelo arquitectónico del estado y Movimiento Moderno en Argentina. Tesis doctoral,

39
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Figura 18: Exposición de fin de año


en el IAU-UNT, 1948. Fuente:
Gutiérrez, R.; Paterlini, O. (eds.)
Historia de la arquitectura en la
Argentina. Reflexiones de medio
siglo. El IIDEHA. Buenos Aires:
CEDODAL, 2007.

En 1949 realizó un viaje de estudios a Bolivia y Perú junto al arq.


Eduardo Sacriste y una comisión de estudiantes de los cursos de
Historia de la Arquitectura. El objetivo final de la expedición era trabajar
en tareas de relevamiento de obras de arquitectura en la Plaza de
Armas de la ciudad del Cuzco. A partir de este año además de la
cátedra de Historia tomó también la de Teoría de la Arquitectura.
En 1950 Tedeschi formó parte de la Comisión de Proyectos y
Asesoramientos del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la UNT
donde trabajó junto a Calcaprina en el Plan Regulador para ciudad de
San Miguel de Tucumán. En ese año ambos publicaron los estudios
Estadística para el urbanismo y Urbanismo con legislación. Participó
como delegado de la UNT en el Congreso de Planificación del
Noroeste Argentino en Salta, donde expuso el trabajo “Plan y
Planificación”. En forma privada proyectó algunas casas de veraneo en
Tafí del Valle, una de ellas, para su familia.
En 1950 dictó una conferencia en la Universidad de Buenos
Aires y en la Universidad Nacional de Córdoba con el título “Invitación a
la Historia de la Arquitectura”, un adelanto de su trabajo más
destacado en esos años: la publicación de Una introducción a la
Historia de la Arquitectura. Notas para una cultura arquitectónica. Un
libro que plantea su posición metodológica sobre los estudios
históricos de la arquitectura a partir de las experiencias pedagógicas
realizadas en su cátedra de Historia en la UNT entre 1948 y 1950,19.
En 1952 terminó de construir su propia casa en las afueras de

Universidad Politécnica de Madrid. Inédita, 2003, p.118.


19
En 1951 también publicó en Metron n°41-42 una reseña bibliográfica sobre el libro de
Zevi Storia dell´architettura moderna (1950).

40
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la ciudad de San Miguel de Tucumán, camino al cerro San Javier,


actual distrito de Yerba Buena. Ese año ocurrieron fuertes cambios
institucionales en la Universidad de Tucumán, que implicaron la
renuncia de su rector Horacio Descole, el Instituto de Arquitectura y
Urbanismo de la Universidad de Tucumán fue intervenido bajo la
dirección del arq. Abel Tannuré. En este contexto Tedeschi continuó en
sus cargos docentes y fue designado Coordinador del Area de
Investigación y Extensión Cultural del IAU-UNT. Proyectó el edificio para
el Instituto General de Construcciones de la Universidad Nacional de
Tucumán. Dictó la conferencia “Leonardo arquitecto” en el Salón de
Actos del OFEMPE (Organismo Financiador de Empresas Mixtas
Privado Estatal) en Tucumán.
En 1953 viajó por segunda vez al Cuzco, en esta ocasión sin
comisión estudiantil, acompañado por el arq. Carlos Enrique Andrés y
el interventor Tannuré con el objetivo de completar los trabajos
iniciados en 1949 y preparar una publicación, la cual fue editada
finalmente en 1961. Luego de este viaje Tedeschi presentó a la UNT un
proyecto para la creación de un Instituto Argentino de Arte Americano
dependiente del Ministerio de Educación de la Nación y con sede en la
ciudad peruana. En el mes de junio de este año Tedeschi viajó a Italia
con motivo del juicio sucesorio por el fallecimiento de su madre.
Posiblemente en esta ocasión participó de los Convegni di Architettura
Alpina que tuvieron lugar en Bardonecchia entre 1952-195620.
En 1953 el IAU se disolvió conformándose la Facultad de
Arquitectura y Urbanismo (FAU-UNT). A partir de una nueva gestión,
Tedeschi fue designado miembro de la Comisión de Publicaciones y
miembro de la Comisión Coordinadora de Asuntos Científicos,
Técnicos y Culturales21. Ese año fue delegado por la FAU-UNT en las
Jornadas de Urbanismo de Tafí del Valle. Sus espectativas respecto del
proyecto tucumano habían ido decayendo desde hacía tiempo. En
agosto de 1949 le escribía a Piccinato -quien se encontraba de viaje en
Italia- algunas novedades acerca del estado de las cosas en Tucumán,
entre ellas, que el contrato en la universidad vencía a fin de ese año y

20
Durbiano, G.; Robiglio, M. Paesaggio e architettura nell´Italia contemporanea. Roma:
Donzelli, 2003.
21
Legajo Administrativo Profesor Enrico Tedeschi. Archivo Universidad Nacional de
Tucumán. 28 de abril de 1953. Fojas 151-152.

41
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que la situación de la institución no era ya tan buena como la del año


anterior. Ante este panorama, consideraba que Tucumán no era un
plaza profesional interesante y estimaba la posibilidad de tomar nuevos
empleos en el futuro cambiando, para ello, el centro de las actividades:

“Fra le varie ipotesi, una si presenta, ci sembra, più


interesante, ed è collegata con il fatto che l´ univ. di Cuyo, a Mendoza,
sta creando l´ istituto di architettura, e che sembra essere la univ.
destinata a un futuro importante sviluppo, dato che si appoggia a una
zona in continua e crescente evoluzione, in un ambiente senza dubbio
molto più interesante dal punto d´ vista profesionale. Si tratterebbe
quindi di esaminare quali posibilità esistono d´participare al futuro
istituto, chi ne è a capo, come stanno le cose, etc.” 22.

Figura 19: “El gobernador de la


provincia y la comitiva junto a la
obra en construcción del edificio
principal de la Ciudad
Universitaria”. Fuente: La Gaceta, 31
de enero de 1953, p. 1.

Figura 20: “Momento en el que el


gobernador de la provincia, señor
Luis Cruz, descubre el busto de Eva
Perón, en la Facultad de
Arquitectura y Urbanismo de la
Universidad Nacional de Tucumán.
En ángulo, el arquitecto Abel
Tannuré mientras pronuncia su
discurso”. Fuente: La Gaceta, 27 de
noviembre de 1952, p. 4

22
Carta de Enrico Tedeschi a Luigi Piccinato, 4-8-1949. Archivio Luigi Piccinato,
Correspondencia [08.13].

42
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Tedeschi le indicaba a Piccinato que era conveniente ser muy


reservado en la búsqueda de contactos ya que él quería pasar
desapercibido, para lo cual le pedía ayuda para que, a través de sus
innumerables relaciones, hiciera algunas mediaciones para acercarse:

“Perciò credo che tutte le informazione e contatti che tu possa


prendere in merito, dovrebbero essere condotti come tua iniziativa e
magari nell´interesse d´altri arch. ora in Italia, dei quali puoi inventare
bellisime nome”.

Tedeschi cerraba estos comentarios en su carta expresando


que, si bien la actividad didáctica le retribuía sus frutos, lo mantenía
alejado de las posibilidades de hacer arquitectura y en una relación de
dependencia económica que no le era favorable23. En la carta Tedeschi
refería, en 1949, a la futura creación de un instituto de arquitectura
dependiente de la Universidad de Cuyo en la ciudad de Mendoza. Sin
embargo, esa escuela de arquitectura no se fundó en Mendoza sino en
San Juan, cuando aún la universidad contaba con una estructura
regional distribuída en tres sedes: San Juan, Mendoza y San Luis.
En 1954 Tedeschi se trasladó a la región cuyana, con un cargo
de profesor en la escuela de Arquitectura dependiente de la Facultad
de Ingeniería y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad
Nacional de Cuyo con sede en San Juan. Tomó allí las cátedras
“Historia de la Arquitectura y del Arte II y Teoría de la Arquitectura I y II.
Al siguiente año, en 1955, fue además designado Jefe del
Departamento de Arquitectura y Urbanismo en esa facultad. Desde
este cargo, lideró a grupo de docentes que intentaba trasladar la
escuela sanjuanina a Mendoza y reorientar su plan de estudios hacia el
diseño, apartándolo de su asociación con la ingeniería, tradición que
tenía esa escuela desde su fundación en 1950.
Entre 1954 y 1955, junto a César Janello y la colaboración de
Carles Vallhonrat, Tedeschi proyectó la casa del Dr. Hidalgo en la
ciudad de San Juan y su casa propia en la calle Clark en la ciudad de
Mendoza, a pocos metros de la casa de Jannello, con quien mantenía
una muy buena relación.

23
La universidad demoró casi cinco años en convalidar los títulos profesionales de
Tedeschi y Calcaprina. (Archivo Archivo Universidad de Tucumán, Legajo Administrativo
Profesor Enrico Tedeschi, Foja 177, 21 de diciembre de 1953).

43
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Figura 21: “Comisión Pro Facultad


de Arquitectura”, 1955c. Tedeschi,
Jannello, Azzoni, Giraud, Rogé,
Ramos Correas, Vallhonrat, Tomba,
Caspi y Fanohe. Archivo Giraud,
publicado en Raffa, C. (et al.)
Arquitectos en Mendoza: biografías,
trayectorias profesionales y obras
1900-1960. Mendoza: UNCUYO,
2017, p. 135.

Tras el fracaso de la operación cuyana en San Juan, en 1956


Tedeschi buscó otra oportunidad para situarse en los espacios
académicos y adaptarse a la renovación universitaria que se puso en
marcha luego del derrocamiento del peronismo. Trasladó su eje de
actividades docentes hacia la región mediterránea del país, donde
obtuvo por concurso una cátedra para dictar la asignatura Teoría de la
Arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba Es posible que
sus vínculos personales con su colega italiano Ernesto La Padula,
quien ya era docente en la institución, hayan sido importantes para
acercarse al ambiente cordobés, el cual lo había recibido ya en 1950 y
1951 para dictar notables conferencias24.

Figuras 22 a 24: Publicaciones de Tedeschi en los años ´50: Frank Lloyd Wright (1955), Asoleamiento en
la arquitectura (1955), Prólogo a Walter Gropius y el Bauhaus de Argan (1957) y “Sobre los métodos de
enseñanza de la arquitectura” en Nueva Visión n° 9 (1957).

24
Además de este vínculo con La Padula, durante 1954 y 1955 Tedeschi había estado
en estrecho contacto con Raúl Bulgheroni, docente en San Juan y en Córdoba, quien
fuera una de sus amistades más cercanas a lo largo de su vida en Argentina.

44
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El nuevo compromiso laboral en Córdoba no le impidió a


Tedeschi mantener sus cargos en la Universidad Nacional de Tucumán:
la titularidad de las cátedras de Teoría de la Arquitectura I y II y la
dirección del Instituto de Historia de la Arquitectura, desde el cual en
abril de 1957 organizó las Jornadas sobre la Enseñanza de la Historia
de la Arquitectura. Como resultado de aquellas reuniones y por
iniciativa de Francisco Bullrich se fundó el Instituto Interuniversitario de
Especialización en Historia de la Arquitectura (IIDEHA), entidad que
Tedeschi dirigió entre 1958 y 1965. Este mismo año se postuló y ganó
un concurso docente para el cargo de Profesor Titular de Historia de la
Arquitectura I en la Universidad de Buenos Aires, aunque renunció
inmediatamente al puesto, eligiendo continuar con sus múltiples
actividades en el interior del país. Además de sus cargos docentes en
Tucumán y Córdoba, y de la gestación del IIDEHA, durante 1957
Tedeschi fue miembro de la Comisión de estudio de la Ciudad
Universitaria de Córdoba, delegado de la División Mendoza de la
Sociedad Central de Arquitectos en el Primer Congreso Argentino de
Planeamiento y Vivienda y delegado en la Primera Reunión de Decanos
y Directores de Facultades y Escuelas de Arquitectura del país en
Buenos Aires.

Figura 25: Reunión de docentes


de historia en las Jornadas de
abril de 1957 en Tucumán.
Fuente: Gutiérrez, R.; Paterlini, O.
(eds.), op. cit.

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Figura 26: 2° Seminario del


IIDEHA, Tucumán, 1961. A la
izquierda de Enrico Tedeschi,
Giulio Carlo Argan, a su
derecha, Marina Waisman.
Fuente: Gutiérrez, R.; Paterlini,
O. (eds.) op. cit.

En 1958, al asumir la presidencia del IIDEHA, Tedeschi organizó


el Primer Seminario de la institución en Córdoba con el tema “Arte y
sociedad”. Sus excelentes vínculos personales con Jaime Roca,
decano de la Universidad Nacional de Córdoba y con Marina Waisman,
secretaria del instituto y profesora de Historia de la Arquitectura en
Córdoba y Tucumán, le ayudaron a sostener por algunos años una red
académica en Córdoba mientras vivía y trabajaba también en
Mendoza. Ese año viajó a Chile para dictar un curso en la Facultad de
Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica y al siguiente año
volvió a viajar a ese país en ocasión de ser delegado del IIDEHA en la
Primera Conferencia de Facultades Latinoamericanas de Arquitectura,
ocasión en la que fue nombrado Miembro Académico de la Facultad
de Arquitectura de la PUC.
En 1959 asistió a las Jornadas Nacionales sobre Agricultura e
Industrialización en Córdoba. Participó en el Concurso Internacional
para la Municipalidad de Toronto y en el proyecto de un Pabellón para
aulas de pintura y escultura de la Escuela Superior de Artes Plásticas
de la UNC. Ese año también viajó a Perú con una comisión del IIDEHA
para realizar estudios de arquitectura colonial y dictó un curso en la
Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional del Litoral.

46
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Figura 27: Tedeschi en Chile junto a


Sergio Larraín y Mercedes
Echenique. Fuente: Codina, L., La
estructura como instrumento de una
idea. Buenos Aires: Ediciones 1:100.

Mientras tanto, Tedeschi empezaba a operar en Mendoza como


experto en urbanismo, promocionándose a través de las agrupaciones
profesionales como miembro activo de la División Mendoza de la
Sociedad Central de Arquitectos25. En el ámbito privado, este año
proyectó la casa Díaz en la calle 9 de Julio en Mendoza, junto al joven
arq. Carles Vallhonrat y con la participación del artista plástico Abdulio
Giudici. Junto con algunos docentes que había conocido en la
UNCuyo sede San Juan, y con el apoyo ahora del arq. Daniel Ramos
Correas, comenzó a planificar la creación de una escuela de
arquitectura privada. En 1960 ambos fundaron y organizaron la
Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Mendoza.
En 1961 inició su gestión como primer Decano, y tomó un cargo de
Profesor Titular de Teoría de la Arquitectura (1961-65).
En 1961, el mismo año que se inaugura la carrera de
arquitectura en Mendoza, fue designado Director de la Oficina de
Planeamiento de la Municipalidad de Mendoza. Entre sus tareas en
esas funciones brindó charlas radiales y televisadas sobre urbanismo
y comenzó a dictar conferencias para un público amplio y publicar
artículos sobre el tema en los medios masivos26. Ese mismo año
entregó dos informes técnicos urbanísticos que se utilizaron como
base para el posterior Plan Regulador y Código de Edificación de la
ciudad de Mendoza.

25
En 1957 ofreció por primera vez una conferencia sobre el tema: “El urbanismo y la
realidad de Mendoza”, en la Biblioteca San Martín de Mendoza.
26
Véase “Planificación y Plan”, Los Andes, 4 de abril de 1961, p. 5 (Primera Parte) y
Los Andes, 18 d abril de 1961, p. 5 (Segunda Parte).

47
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Figura 28: “…el director de


Planeamiento de la ciudad de
Mendoza, arquitecto Tedeschi,
hace entrega al intendente
interino, señor Galeano, del
informe previo sobre normas
edilicias para su aplicación
inmediata” . Fuente: Los Andes, 1
de marzo de 1961, p. 5.

Figura 29: “Los arquitectos


Ramos Correas, Panelo Gelly y
Tedeschi, los dos primeros
miembros de la Comisión
Especial de Planeammiento.
Fuente: Los Andes, 30 de octubre
de 1960, p. 7

Figura 30: Noemí Goytía, Enrico Tedeschi, Justo Pedro Gascón y una periodista en un programa de
televisión de Mendoza, 1961. Fuente: Archivo Noemí Goytía.

En 1962 Tedeschi publicó la primera edición de Teoría de la


arquitectura con la editorial Nueva Visión. En 1963 viajó a Brasilia, aún
en construcción. En estos años fue organizador y anfitrión de invitados
internacionales a dar seminarios al IIDEHA y director de trabajos de
relevamiento a monumentos históricos, llevados a cabo por
estudiantes del mismo instituto.

48
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Figuras 31 a 34: Publicaciones de principios de los años ´60:


Teoría de la arquitectura (1962), La arquitectura en la sociedad
de masas (1963), La Plaza de Armas del Cuzco (1961) y La
catedral de Puno (1963).

En 1964 se inauguró el edificio de la FAUM-UM. A partir de allí


Tedeschi cambió su perfil como profesor de Historia y se involucró
definidamente en el área proyectual y urbanística, tomando los cursos
Historia de la ciudad y Diseño Urbano (1964-65), Taller de Arquitectura
5-6 (1964-73) y Director de Proyectos Finales y Tesis de Grado (1965-
73).
En 1965 comenzó a proyectar los edificios de las Facultades de
Ciencias Jurídicas y Sociales y de Ingeniería en Electrónica y
Electricidad de la UM. Obtuvo una mención de honor por su
participación en el Concurso Nacional para el Hospital de Clínicas de la
UNC, dirigiendo a un equipo de estudiantes mendocinos. Ente 1966 y
1969 Tedeschi fue miembro honorario del Instituto Italiano de Cultura
de Mendoza, donde dictó conferencias y exposiciones sobre
arquitectura italiana27. En 1966 Tedeschi fue designado Director del

27
Entre 1964 y 1965 dictó varias conferencias: “La arquitectura frente al progreso de la
ciencia y de la técnica”, en Córdoba, “La arquitectura contemporánea y sus
antecedentes” y “Homenaje a Le Corbusier”, en la UM, “Arquitectura Romana”, en el

49
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Estudio Técnico de Planificación de Córdoba y al año siguiente fue


Miembro de la Comisión de Monumentos Históricos en la Provincia de
Córdoba. Los cargos habían sido ocupados anteriormente por Ernesto
La Padula, quien retornó a Italia ese año. En 1967 tomó el cargo de
Profesor Titular de Composición Arquitectónica VI en la Universidad
Nacional de Córdoba. En la provincia de Córdoba Tedeschi no se
dedicó a la actividad profesional como arquitecto, aunque participó de
algunos proyectos relacionados con la universidad, como el Pabellón
para la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNC, y dos
concursos realizados junto a estudiantes, para el Hospital Escuela de
la UNC y para el concurso internacional para el Town Hall de
Amsterdam (1967)28.

Figura 35. Proyecto para


el Concurso Internacional
del Amsterdam Town
Hall, 1967. Propuesta n°
610 presentada por
Enrico Tedeschi junto a
los colaboradores Foglia,
De Lucca, Bértola, Goytía
y Moisés de Espanés.
Fuente: Archivo del Het
Nieuwe Instituut,
Holanda.

Ese año viajó a Italia, Checoslovaquia, Holanda e Inglaterra.


Entre otras actividades, fue delegado de la UM en el Congreso
Internacional de la UIA, en Praga y fue invitado por el British Council
para visitar nuevas ciudades, universidades y conjuntos de viviendas
en Inglaterra. Al año siguiente dictó una conferencia sobre “Técnicas y
Vivienda en Gran Bretaña” y colaboró con reseñas bibliográficas en la
revista Architectural Review, dirigida por Nikolaus Pevsner.

Instituto Italiano de Cultura de Mendoza27 y “Miguel Angel arquitecto”, en el Teatro San


Martín de Buenos Aires, por invitación de la Dirección Nacional de Cultura.
28
Junto con los estudiantes cordobeses Foglia, De Lucca, Bértola, Goytía y Moisés de
Espanés.

50
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En 1969 Tedeschi fundó el Instituto de Arquitectura y Urbanismo


dentro de la FAU-UM. En carácter de director de tal instituto, fue
delegado en la Jornadas sobre productividad en la Construcción de
Viviendas en Buenos Aires, en el Congreso Internacional de la UIA, en
Buenos Aires, y en la Jornadas de Urbanismo en Mar del Plata.
Tras sus vínculos con la Universidad del Litoral, donde había
dictado algunos cursos, convocó al plantel docente de la FAU-UM al
arquitecto rosarino Jorge Scrimaglio. Este año concluyó el proyecto
para la casa Giboín en San Luis y luego un Hotel en la misma ciudad,
con la colaboración del ingeniero Agustín Reboredo.
En 1970 Tedeschi fue destituido de su cargo en la Universidad
Nacional de Córdoba, al ponerse en funcionamiento el Taller Total.
Como consecuencia de confrontaciones pedagógicas y políticas, ese
año decidió emprender un viaje a Alemania Occidental, por invitación
del gobierno, para visitar edificios universitarios, tema que expuso
luego en su conferencia “Nuevas universidades en Alemania”, en el
Instituto Goethe de Mendoza29.

Figura 36. Publicación del


edificio de la FAU-UM en la
revista The Architectural Review
n°829, marzo 1966.
Figuras 37. Afiche 10°
Aniversario de la FAU-UM /
Boletín Informativo Año 1972,
FAU-UM.

Entre 1971 y 1972 Tedeschi dictó cursos como Profesor en la


Fundación Bariloche y participó como asesor de Arquitectura en el
proyecto “Ciencia y Tecnología” presentado al BID por el CNICT, el
INTI, la Fundación Bariloche y el Instituto Di Tella, cuyo proyecto
arquitectónico y urbanístico consistía en un campus universitario,

29
Algunos años después publicó el artículo “La universidad como hábitat. Un análisis
de universidades inglesas y alemanas” en Summa n° 104, septiembre de 1976, pp. 22-
34.

51
…… . . .… . . …… . . . . .… . . . .. . . . . N ota b i og rá fi ca . . .. . . … …. . . . .… . . …… . . … .… .

desarrollado por el estudio integradi por los jóvenes Baudizzone-Díaz-


Lestard-Varas. Otro equipo joven con el que colaboraba
frecuentemente era el Grupo 10, un estudio conformado
principalmente por arquitectos mendocinos egresados de la
Universidad de Mendoza30. También participó como asesor del equipo
que obtuvo el cuarto premio en el Concurso Nacional para el Centro
Administrativo de San Juan y en los Concursos Nacionales para los
Hospitales de La Rioja y Catamarca y fue director del equipo de
arquitectos jóvenes que elaboraron un proyecto para el
aprovechamiento turístico y recreativo del embalse Potrerillos, en
Mendoza.
En 1972 se completó el proyecto del Campus de la Universidad
de Mendoza: se construyó el edificio de la Facultad de Ingeniería en
Electrónica y Electricidad y al año siguiente, el de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales. Ese año Tedeschi viajó a Lima, Perú,
invitado a dictar un curso de posgrado en la Universidad Nacional
Federico Villarreal, con las conferencias: “Enseñanza de la
arquitectura”, “Arquitectura para la Universidad”, “Método, creatividad,
interdisciplina” y “Arquitectura y paisaje natural”. En representación de
la UM participó en el Primer Seminario Nacional sobre la Coordinación
de las Actividades de Promoción, Investigación y Construcción de
Viviendas en Mendoza y en la Primera Reunión de Centros de
Investigación e Información de la Construcción y la Vivienda en Buenos
Aires, siendo presidente del comité argentino.
En 1973 la Universidad de Mendoza fue intervenida y el 12 de
noviembre Tedeschi fue suspendido de los cargos de profesor que allí
desempeñaba. En agosto de 1974, con intenciones de presentar sus
antecedentes al concurso docente para una cátedra en la Universidad
de Roma, le escribió a Bruno Zevi sobre su preocupante situación en
Argentina, pidiendo un consejo personal sobre el tema, aunque la
postulación no se efectuó31. A fines de 1974, luego de los conflictos
institucionales y con el apoyo del Dr. Virgilio Germán Roig, Tedeschi
logró trasladar sus proyectos de investigación al Centro Regional de
Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Mendoza (CRICYT),
donde inició una trayectoria como investigador principal. Desde allí dio

30
Los integrantes del Grupo 10 eran:
31
Giovannardi, F., op. cit.

52
.… . … . .… . . …… . . . .. … . . .. . . . .. No ta b i og ráf i ca . .. . . . . … …. . . . .… … … .. … … ..

un giro científico en su carrera, dedicándose plenamente al desarrollo


tecnológico aplicado a la arquitectura. Ese mismo año gestionó una
invitación al Dr. Victor Olgyay al centro y creó el Laboratorio de
Ambiente Humano y Vivienda (LAHV) dentro del Instituto Argentino de
Investigación para las Zonas Aridas (IADIZA).

Figura 38-39. Publicaciones de los años ´70: La vivienda de interés social en Mendoza (1976) / El medio
ambiente natural en América Latina en su arquitectura (1975) / Energía alternativa (1978).

A través del LAHV Tedeschi formó un equipo con docentes y


tesistas de la FAU-UM, obteniendo financiamiento de la OEA para
desarrollar investigaciones de prototipos de viviendas experimentales
con tecnologías solares. En 1976 Tedeschi dirigió el primer proyecto
para una Vivienda Laboratorio junto con los arqs. Carlos De Rosa32,
José Esteban Fernández, Gustavo Lelio, Patricio Vilapriñó y los ings.
Agustín Reboredo en estructuras y Francisco Esteves en cálculo
térmico. Aún habiéndose apartado de los dos ámbitos universitarios
donde desempañaba sus actividades, iniciada la dictadura militar de
1976, Tedeschi fue víctima de persecuciones políticas y se recluyó
cada vez más. En 1977 viajó a Italia y en 1978, en ocasión de otro
viaje, sufrió un paro cardíaco en Buenos Aires, a los 68 años de edad.

32
El arq. Carlos De Rosa, fue el integrante que viajó en comisión a los EEUU para
capacitarse en las nuevas tecnologías.

53
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FUENTES PRINCIPALES

Codina, L. La estructura como instrumento de una idea. Enrico


Tedeschi y el proyecto para la Facultad de Arquitectura de la
Universidad de Mendoza. Tesis de Maestría, publicada en Buenos
Aires: Ediciones 1:100, 2013.
Descotte, M.L. Historia de la Universidad de Mendoza (1960-2010).
Mendoza: EDIUM, 2010.
Giovannardi, F. , Enrico Tedeschi dal sogno alla tragedia argentina.
Bologna: Pàtron, 2016.
Marino, F., Enrico Tedeschi. 1910-1978. Dall´Italia all´Argentina. Tesis de
Maestría, Politecnico di Milano, 2014.
Volpi, C., Il Palazzo delle Poste di Alessandria. Franco Petrucci
architetto negli anni del regime. Roma: Gangemi, 2008.

Curriculums vitae:
Archivo personal Lyda Orsi // Archivo Universidad de Tucumán, Legajo
Administrativo Profesor Enrico Tedeschi // Archivo Universidad de
Mendoza // Archivo CRICYT-CONICET Mendoza.

54
PRIMERA PARTE
ITALIA
1. IDENTIDAD Y TERRITORIO
ROMA, 1933-1939

La actividad profesional de los arquitectos en Italia durante la década de 1930


coincidió con el período de mayor poder y consenso popular del régimen fascista y
con una renovación generacional inmersa en un debate por la modernidad, la
identidad y el territorio. A pesar de ello, el clima cultural que se vivía en la ciudad de
Roma se mantenía aislado de las experiencias de otras ciudades de Europa. La retórica
nacionalista que impuso el poder político fue en general acompañada desde distintas
opciones culturales, modernas, tradicionalistas o intermedias, que se disputaron el
poder por la representación del estado desde la construcción de un nuevo lenguaje.

57
. .… … . .… . . …. … … Ca p ítu l o 1 . I den t id ad y te r r it o ri o …. . … …… … …… …

1.1. Regionalismo y nacionalismo en la Italia fascista

Desde el punto de vista político, en los siglos XIX y XX la idea


de nación fue presentada como vehículo para alcanzar el desarrollo
económico y la modernidad. Esta operación fue acompañada de un
sentido de identidad que se logró mediante el dominio del Estado a
través de la homogeneización de las diferencias internas1. Según
Bourdieu, las identidades regionales, determinadas por propiedades
ligadas al lugar de origen delimitado por el acto de imponer fronteras,
no son naturales sino arbitrarias, dividen el mundo social dando cuenta
de una relación de fuerzas anterior que está en lucha 2. Más allá del
punto de vista político, para el cual el regionalismo reivindica la
descentralización administrativa de un territorio unido bajo la forma
política de nación3, algunos autores como Thiesse y Storm reconocen
que el principal motor del regionalismo es de tipo cultural y está
apoyado en la existencia de una entidad territorial basada en
argumentos de raíz histórica, etnocultural o simplemente funcional4.
Storm considera que el regionalismo fue un movimiento
principalmente europeo que promovió el estudio y revalorización de la
identidad cultural originado en el siglo XIX como una actividad
exclusiva de asociaciones y grupos cultos que estudiaban la historia,
arqueología y geografía de una región y su significado en el contexto
nacional. Pero a fines del siglo XIX cambió su carácter llegando a sus
años de oro en el período de entreguerras. Allí, en lugar de restringirse
a los trabajos académicos, el regionalismo empezó a movilizar a las
clases medias y populares a través de festivales y otras actividades
que difundían la cultura popular contemporánea como el folklore, la
artesanía y la arquitectura vernácula5. Su propósito inicial no tuvo
intereses autonomistas o separatistas sino que, por el contrario, fue un
fenómeno internacional que en la mayoría de los casos buscaba

1
Hardt, M.; Negri, A., Imperio. Buenos Aires: Paidós, 2002.
2
Bourdieu, P., La identidad y la representación: elementos para una reflexión crítica
sobre la idea de región. Ecuador Debate, n°67, abril 2006.
3
Chiaramonte, J. C., “Sobre el uso historiográfico del concepto de región”, Estudios
Sociales. Revista Universitaria Semestral, año XVIII, Nº 35, Santa Fe, Argentina,
Universidad Nacional del Litoral, segundo semestre, 2008, pp. 7-21.
4
Thiesse, A., Centralismo estatal y nacionalismo regionalizado. Las paradojas del caso
francés. Ayer n°64, 2006, pp.33-64.
5
Storm, E., Regionalism in History, 1890-1945: The Cultural Approach. European
History Quarterly, vol. 33, n° 2, april 2003.

58
…… . . …. . … …… … C ap ítu l o 1 . I dent id ad y te r r it o ri o …. . … …… … …… …

integrar a la población rural y provincial a la nación mayor a través de la


promoción de sus propias culturas6. Storm señala que el fenómeno
regionalista es transnacional, aunque habitualmente fue estudiado
como un proceso exclusivamente interno de una nación, relacionando
sus causas con factores económicos, militares o políticos7.
La diversidad regional unificada bajo una estructura nacional
tiene características particulares en el caso de Italia. El estado de
disgregación en comunas en el que estuvo la península italiana desde
la caída del Imperio Romano hasta 1870 fue uno de los motivos que
hicieron que la cultura italiana atravesara conflictos para sostener un
carácter nacional; otro de ellos, según Gramsci, radica en el hecho de
que los intelectuales tuvieron una función cosmopolita, que es causa y
efecto de ese hecho político. El espíritu nacional estaba reemplazado
por el catolicismo, que lo sustituía e incluso trascendía sus fronteras8.
En el siglo XVI la apertura de las rutas en el Atlántico desplazó
el eje comercial mundial, convirtiendo a Gran Bretaña, Holanda y
Francia en las nuevas potencias europeas9. Este cambio impactó
negativamente en la posición económica de Italia, donde ya en el 400
la actividad comercial se había vuelto inestable para los mercaderes,
quienes decidieron entonces invertir sus capitales en propiedades10. La
ausencia de un gran Estado territorial que protegiera a sus ciudadanos
en el extranjero y la existencia en cambio de una estructura basada en
el Estado comunal, fomentó la búsqueda de la riqueza segura en los
bienes raíces11. Desde ese entonces, la propiedad de la tierra fue para
los italianos un deseo constante que alcanzó incluso a las clases
populares en el siglo XX.
Por otra parte, luego de la Revolución Francesa el imperio

6
Storm, E., The birth of regionalism and the crisis of reason: France, Germany and
Spain. Postscript, 2012. (Accedido el 6/01/18 en URL:
https://openaccess.leidenuniv.nl/handle/1887/25775).
7
Ibídem.
8
Gramsci, A., Cuadernos de la cárcel: El Risorgimento. México: Ediciones Juan Pablos,
2000.
9
Duggan, C., Historia de Italia. Cambridge: Cambridge University Press, 1996, p.16.
10
Gramsci, A., op. cit.
11
Una de las causas de esta crisis fue la apertura del puerto de Lisboa en 1501 para el
comercio de pimienta con América, pero también contribuyó la necesidad de convertir
en rentas estables los capitales excedentes de las actividades comerciales e
industriales precedentes y en este sentido, el estimulante aumento de los precios en el
sector agrícola. (Tafuri, M., Storia dell´ ideología antiurbana. Venecia: Istituto
Universitario di Architettura, 1973).

59
. .… … . .… . . …. … … Ca p ítu l o 1 . I den t id ad y te r r it o ri o …. . … …… … …… …

napoleónico avanzó sobre territorios de la península italiana


contribuyendo al resurgimiento de un nacionalismo cultural a través de
la lengua literaria12. Aquel cosmopolitismo que promulgaban los
intelectuales italianos, fue entonces desapareciendo por las
consecuencias de este hecho y de la difusión del nacionalismo
romántico europeo que promovió la idea de recuperar del propio
pasado un fundamento para un posible programa político nacional.
Sin embargo, uno de los factores que hizo débil la cultura
nacional en Italia fue que la unificación se llevó a cabo con la
hegemonía de una región sobre las otras, el Piamonte, y que dada su
estructura territorial histórica, la mayor parte de las ciudades italianas
no son un fenómeno de la industrialización capitalista sino que tienen
sus orígenes en la matriz medioeval de aquellos estados comunales,
donde ya existía una ideología urbana en contra del campo y
recíprocamente, un campo que rechazaba a la ciudad. Es así como en
la historia política de Italia las regiones tuvieron un rol destacado y
continuo. A pesar de ello, durante el proceso de unificación de la
nación italiana (1860-61) el reino de Savoya promovió un modelo
unitario que venció sobre la formación federal de un estado con
autonomías territoriales13.
Sin embargo, la hegemonía de la región piamontesa contribuyó
en cierta medida a la debilidad de la unidad finalmente alcanzada. Ante
las diferencias económicas, sociales y culturales entre las regiones del
norte y las del sur del país, hacia fines del siglo XIX surgieron corrientes
políticas regionalistas con proyectos para redefinir la región como una
entidad administrativa autónoma que solucionara los desequilibrios
territoriales derivados de las diversas condiciones de desarrollo. Estos
proyectos políticos no prosperaron porque se temía que pudieran
debilitar la unidad de Italia, evocando el espíritu de los “viejos
Estados”14. Aquel proceso se interrumpió ante el advenimiento de la
Primera Guerra Mundial, la cual aparejó un sentimiento de unidad que
aminoró los deseos de autonomía. Sobre estas bases, en la década

12
En parte, porque bajo el dominio de Napoleón se pretendía imponer el francés como
lengua oficial del imperio. (Duggan, Ch., op. cit. ).
13
De Nicolò, M., Regioni e decentramento nella storia d´Italia. En: Ridolfi, M.; Cruciani,
S. [comp.], Regioni e regionalismi nel secondo dopoguerra. Università della Tuscia.
Quaderni del Centro Studio Alpino I, Viterbo, 2008.
14
De Martin, G. C., Le regioni nel sistema nazionale: tensioni e visioni. En: Longobardi,
E. [comp.] Regionalismo e regioni in Italia. Roma: Gangemi, 2011.

60
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del veinte el fascismo impuso un sistema fuertemente centralizado del


Estado que promovío aún más la unidad nacional, aunque
simultáneamente implementó programas de intervención territorial
fuera de los centros urbanos y revalorizó una idea de la naturaleza y el
campo asociada a las tradiciones locales como posible corazón virgen
de la nación.

Figura 1. Propaganda oficial del programa ruralista en la revista


La conquista della terra. Fuente: Riva, P., Fascismo, politica
agraria, O.N.C. nella bonificazione pontina dal 1917 al 1943.
Roma: Editrice Sallustiana, 1983.

Según Storm, en Italia se dio una apropiación del programa


cultural regionalista por parte del fascismo que condicionó
negativamente el destino historiográfico del movimiento, dejando su
imagen ligada a una ideología regresiva. Los temas rurales y de la
agricultura habían sido centrales luego de la Primera Guerra Mundial y
fueron apoyados por una línea política y cultural que dio impulso a
investigaciones científicas en los ámbitos académicos y a
experimentaciones en el campo de la arquitectura doméstica rural
tomando referencias de otras experiencias en Inglaterra, Alemania y
Francia. Luego, fueron objeto de un uso instrumental propagandístico
por parte del regimen fascista, promoviendo cierto “primitivismo” que
fluyó en diversos ámbitos de la cultura italiana, en las artes, la literatura
y la arquitectura15.
Casciato señala que durante los años que siguieron a la
unificación italiana el clasicismo en sus diversas expresiones se había
convertido en un lenguaje arquitectónico que representaba a la nación

15
Muratore, G., Avanguardia e populismo nell´ architettura rurale italiana fino al 1948.
Casabella, n° 426, giugno 1977, pp. 25-31.

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italiana, incluso fuera de sus fronteras, haciendo a un lado las


tradiciones vernáculas regionales y las matrices medievales en favor de
las fuentes antiguas y del Renacimiento, identificadas con la
universalidad y que, luego, a partir de los años treinta, nacionalismo se
vio atravesado por un nuevo regionalismo que encontró en la
mediterraneidad un discurso identitario16. El arquitecto Gio Ponti intentó
teorizar cierto “organicismo nacional” sobre la base de las
características climáticas de Italia y, en particular, de la región
mediterránea17.
Hacia 1936 Giuseppe Pagano exponía imágenes de la
arquitectura vernácula de distintas regiones italianas en la VI Trienal de
Milán. Su muestra iniciaba una tradición que se prolongó por tres
décadas, ya sea relevando la arquitectura espontánea o arquitectura
modernista, sensible a las condiciones del sitio: la compilación del
suizo Alfred Roth, La nouvelle architecture (1940), seleccionaba una
serie de obras modernistas de carácter regionalista, como la casa en
Les Mathes de Le Corbusier (1935)18.
Por otra parte, el fascismo buscó un modo de distinguir sus
obras públicas de las construidas previamente por el gobierno liberal,
de manera de constitutir un propio estilo, nacionalista y representativo.
Para ello se apartó del legado renacentista y adoptó terminologías e
imágenes del antiguo Imperio de Roma:

“Roma è il nome che riempie tutta la storia per venti secoli. Roma dà il
segnale della civiltà universal; Roma che traccia strade, segna confini,
e che dà al mondo le legge eterei dell´inmutabile suo destino. Ma se
questo è stato il compito universale di Roma nell´antichità, ecco che
dobbiamo assolvere un altro compito universale e questo destino non
può diventare universale se non si trapiante nel terreno di Roma”19.

16
Ibídem, p.55.
17
Casciato, M., The "casa all'italiana" and the idea of modern dwelling in fascist Italy.
The Journal of Architecture, vol. 5, n° 4, 2000, pp. 335-353.
18
Luego de la segunda guerra el relevamiento de lo regional o lo vernáculo en Europa
tuvo distintos enfoques: Alberto Sartoris en L´encyclopedie de l´architecture nouvelle
(1948), recopiló una selección de obras modernas de gran homogeneidad estética,
aunque separadas en volúmenes que las agrupaban según sus condiciones
geoclimáticas. Desde los Estados Unidos, Kidder Smith publicó Italy Builds (1955),
compendiando construcciones vernáculas italianas a la manera en la que harían Fry &
Drew, desde Inglaterra, con obras del continente africano y en los sesenta Bernard
Rudofsky con obras vernáculas de distintas regiones del mundo.
19
Benito Mussolini. Citado en Opere Pubbliche, n° speciale (1932), p.4. (Roma es el

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La voluntad monumentalista se vio acentuada con el ascenso al


poder del nazismo en Alemania en 1933 y luego con la conquista
italiana de Etiopía hacia 193620. McLaren y Ghirardo han observado
que el interés por el carácter regional en la arquitectura hacia fines de
los años treinta también estuvo asociado a la adopción de elementos
de las colonias africanas21. Ambas vías, la monumental y la
regionalista, coexistían en la arquitectura italiana de la época. Según
Sabatino el contexto cultural y político conciliaba la herencia popular y
rural con la realidad cosmopolita y urbana22 de tal manera que la
apropiación de tradiciones populares quedaron necesariamente
incorporadas en la teoría y la práctica de la arquitectura y el urbanismo
entre los años 1910 y 1970.
En suma a este diálogo, existía una tercera vía, confrontativa a
la del regionalismo, que recuperaba tradiciones clasicistas como el
orden, la medida y la modulación, la tendencia “racionalista”, la cual
compitió por alcanzar su lugar en la escena del nacionalismo fascista.
Según Ignazio Gardella, estas dos posiciones típicas en el actuar de
los arquitectos jóvenes italianos durante los años treinta -el
antidogmatismo y el clasicismo- se proponían “traicionar” la relación
forma-función, en pos de alcanzar una comunicación poética23.

1.2. La formación profesional entre tradición y modernidad

Cuando Enrico Tedeschi comienza sus estudios universitarios en


1928 hacía seis años que Mussolini había asumido el poder y el
régimen contaba con un amplio consenso popular, al presentarse

nombre que colma toda la historia por veinte siglos. Roma da la señal de la civilización
universal; Roma que traza calles, que marca límites y que da al mundo las leyes eternas
de su inmutable destino. Pero si este ha sido el deber de Roma en la antigüedad,
debemos ahora cumplir otro deber universal y este destino no puede convertirse en
universal si no se traslada al suelo de Roma).
20
Melograni, C., Architettura italiana sotto il facismo. L´orgoglio della modestia contro la
retorica monumentale 1926-1945. Torino: Bollati Boringhieri, 2008.
21
McLaren, B., The Italian Colonial Appropriation of Indigenous North African
Architecture in the 1930´s. Muqarnas, vol. 19, 2002, pp. 164-192 / Ghirardo, D., Italy.
Modern Architectures in History. Londres: Reaktion Books, 2013.
22
Sabatino, M., Orgoglio della modestia. Architettura moderna italiana e tradizione
vernacolare. Milán: FrancoAngeli, 2013, p.19.
23
Gardella, I., Antidogmatismo y clasicismo en la arquitectura moderna italiana.
Conferencia en Barcelona (20 de setiembre de 1995). DPA, n°25, 2009, p. 8.

63
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como una alternativa política tanto respecto del liberalismo como del
socialismo. Gentile señala que se trataba en el fondo de una propuesta
fuertemente conservadora, donde los códigos de los valores eran
cambiados para proveerlos de cierta connotación moderna, de manera
que convivían la idealización de tradiciones antiguas y de la virilidad, la
juventud, el combate, la naturaleza y la salud, junto con el culto hacia la
modernidad técnica24.
Si bien el gobierno previo a la Primera Guerra Mundial había
emprendido obras de infraestructura vial y edificios públicos en las
principales ciudades italianas, Mussolini extendió significativamente la
construcción de obras públicas. Según Ghirardo, en parte ello se debió
a que el programa político modernizador en vías a competir en el
mercado internacional demandaba la necesidad de conectar las
distintas regiones del país para volver más eficiente las capacidades
productivas nacionales, aunque por otra parte, también a través de
estas nuevas obras se buscaba construir imágenes representativas
propias de ese proyecto político25.
Respecto del debate que se gestó en el ámbito profesional,
algunos historiadores como Ciucci y Dal Co sostienen que existían
distintas posiciones políticas –los arquitectos que defendían la
autonomía artístico-intelectual de la actividad, los que, con el fin de
consolidar un mundo profesional todavía en formación aprovecharon el
impulso que el régimen dio a esta actividad y, los que participaron muy
comprometidamente en la definición de una cultura fascista-26; otros,
como Ghirardo, creen que, aún reconociendo matices, todas las
posiciones se inscribían dentro de una adherencia generalizada al
fascismo27, considerando además, que a partir de 1932 la afiliación al
Partito Nazionale Fascista por parte de los arquitectos fue casi masiva,
debido a que se impuso obligatoria para poder matricularse y ejercer la
profesión28.
Tafuri señala que el clima cultural que se vivía en la ciudad de
Roma a principios del siglo XX estaba caracterizado por cierto

24
Gentile, E., Fascismo di pietra. Bari:Laterza, 2007.
25
Ghirardo, D., Italy. Modern Architectures in History. Londres: Reaktion Books, 2013.
26
Ciucci, G.; Dal Co, F., Architettura italiana del novecento. Milano: Electa, 1990.
27
Ghirardo, D., op. cit.
28
Ghirardo, D., Le cittá nuove nell´Italia fascista e nell´America del New Deal. Latina:
Comune di Latina, 2003.

64
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aislamiento con respecto a lo que ocurría en otras ciudades capitales


europeas, razón por la cual en las dos primeras décadas en el campo
arquitectónico prevalecía el eclecticismo. A partir de los años veinte y
hacia los treinta, este clima involucionó más aún con la introducción de
la retórica nacionalista por parte del fascismo. Las primeras
expresiones de arquitectura moderna italiana, como el futurismo y los
primeros trabajos del Gruppo 7, habían tenido lugar en las regiones del
norte, donde se vislumbraba un incipiente desarrollo industrial. Según
Gardella, el grupo milanés fue uno de los pocos en oponerse en el
plano cultural a la posición oficial de la cultura fascista, aunque en el
plano político manifestaban su apoyo29. El ambiente romano, en
cambio, siguió un carril muy distinto al de las experiencias de los
grupos del norte, manteniendo una lucha interna entre “modernistas” y
“conservadores”30.
En 1927, asumió la dirección de la Scuola di Architettura di Roma
Gustavo Giovannoni, quien fuera anteriormente el prodirector y
profesor de la asignatura Restauro dei monumenti. Giovannoni sostenía
una idea de formación integral, que pudiera unificar el saber científico
con la cultura humanística. Según Volpi, en los años en que se formó
Enrico Tedeschi (1928-1934) coexistían diversas posiciones entre los
docentes de la escuela romana en relación al enfoque para la
enseñanza de la disciplina. En particular, Giovannoni, era cultor de una
tradición nacional, en consonancia con la posición de Arnaldo Foschini
-profesor titular de todos los cursos de Composizione architettonica- y
la de Vincenzo Fasolo -quien enseñaba Storia dell´Architettura e stili
architettonici a través de un método de dibujo a mano alzada y de
análisis de ejemplos del pasado como punto de partida para
posteriores transformaciones en clave moderna-31. De este modo, el
mismo método, concebido como un instrumento de análisis histórico,
funcionaba simultáneamente como forma de adiestramiento para la
proyectación “en estilo”. Dentro de este enfoque historicista existía un
interés particular por la producción arquitectónica de la región a la cual

29
Gardella, I., op. cit.
30
Tafuri identifica un estado cultural similar en las distintas artes y asocia ese
clasicismo a la idea fascista del intelectual, descomprometido con la lucha política y el
debate de las ideas. (Tafuri, M., Ludovico Quaroni e lo sviluppo dell´architettura
moderna in Italia. Milano: Edizioni di Comunitá, 1964).
31
Volpi, C., Il Palazzo delle Poste di Alessandria. Franco Petrucci architetto negli anni del
regime. Roma: Gangemi, 2012.

65
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la escuela pertenecía, con el fin úlitmo de adoptar soluciones


proyectuales estilísticamente coherentes con las tradiciones locales o
bien, utilizar tipologías “menores” que representaran la cultura
popular32.
Por otro lado, la escuela romana contaba con la influencia de una
figura clave perteneciente a una generación más joven, Marcello
Piacentini, quien había sido convocado inicialmente como profesor de
Edilizia Citadina e Arti dei Giardini -luego Urbanistica- y, si bien no
contaba con antecedentes académicos, tenía en su haber una
importante trayectoria en el ámbito profesional y político vinculada a la
obra pública. Entre los encargos que Piacentini había recibido estaban
los proyectos para los pabellones italianos en las Exposiciones
Universales de Bruselas (1910), Roma (1911) y San Francisco (1913),
obras donde había experimentado el programa de representar una
arquitectura nacional.
Su figura a principios de la década de 1930 fue central en el
campo disciplinar debido a que sus operaciones funcionaron como
mediadoras entre el ambiente académico, el profesional y el político
ocupando, entre otros roles, el de director ejecutivo del proyecto para
la Ciudad Universitaria de Roma (1932-35)33. Según Ciucci, este
proyecto fue la primera obra importante que se realizó en la búsqueda
de una “modernidad nacional”34. Piacentini, siendo además director de
la revista Architettura, publicación oficial del Sindicato Fascista de
Arquitectos, tenía un espacio de poder muy amplio que utilizaba como
promotor cultural. Su posición estética era más abierta que la del resto
de los profesores, y afín a los modernismos europeos locales de
principios del siglo XX, como los de Austria, Alemania y Holanda. Antes
de que se fundara la revista fascista había publicado numerosos
artículos en la revista Architettura e Arti Decorative y una monografía,
desde donde llamaba a una nueva arquitectura con raíces locales, en

32
Marino señala que estas prácticas pedagógicas se dieron a partir de las
innovaciones que introdujo Giovannoni en la escuela, al asignar la enseñanza de la
historia de la arquitectura a profesores arquitectos y no a historiadores de arte. (Marino,
F., Enrico Tedeschi. 1910-1978. Dall´Italia all´Argentina. Tesi di Laurea Magistrale,
Politecnico di Milano, 2014).
33
Como director del proyecto adjudicó los diversos edificios a distintos arquitectos
cercanos a él, entre ellos, los jóvenes y recién graduados Saverio Muratori, Francesco
Fariello y Giorgio Calza Bini, compañeros de estudio de Enrico Tedeschi.
34
Ciucci, G., Gli architetti e il fascismo. Architettura e citta 1922-1944. Torino: Einaudi,
2002.

66
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oposición a la visión europeo-universalista defendida por el frente


racionalista gestado en Milán, el MIAR (Movimento Italiano per
l´Architettura Razionale). Allí destacaba especialmente los valores de la
arquitectura holandesa, en la cual encontraba las características del
“nuevo arte” pero también un espíritu de lucha contra el tecnicismo
puro, un “perfeccionamiento del arte moderno convertido en
nacional”35.

Figura 2. Arquitectura
moderna europea según
Piacentini: Dudok, Escuela
en Hilversum, 1921. Fuente:
Piacentini, M., op. cit, p.
67.

De este modo, Piacentini promovió entre los jóvenes arquitectos


romanos una síntesis nacional entre lo moderno y lo tradicional,
mediando entre los grupos moderados y los academicistas y, entre
ellos y los racionalistas36. Según su tesis, la nueva arquitectura tenía
sus orígenes en Bélgica y Austria, luego había pasado por Alemania y
finalmente se había consolidado en Holanda, pero no así en los países
latinos como Francia e Italia:

“La nudità cruda, la verità che può anche non essere composta, è un
attributo nordico, non latino”37.

Reconocía que los jóvenes racionalistas de las regiones del norte


eran una excepción a esta regla, aunque los consideraba productores

35
Piacentini, M., Architettura d´Oggi. Roma: Cremonese, 1930, p. 42 y 46.
36
Ghirardo, D., “Italian Architects and Fascist Politics: An Evaluation of the
Rationalist’sRole in Regime Building”. Journal of the Society of Architectural Historians,
vol. 39, n° 2, 1980, pp. 109-127.
37
“La desnudez cruda, la verdad que puede hasta no estar compuesta, es un atributo
nórdico, no latino” (Piacentini, M., Architettura d´Oggi. Roma: Cremonese, 1930, p. 50).

67
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de una arquitectura importada, que no se adaptaba a las condiciones


singulares, como las climáticas. Para Piacentini, el modernismo italiano
debía reflejar las identidades y tradiciones regionales, diferenciándose
de lo universal, pero sin volver al pasado. Su argumentación para
valorar la tradición se basaba, por un lado, en la inmensa riqueza y
variedad de la herencia italiana del pasado, que en otros páises era
más débil y, por el otro, en que las ciudades italianas no alcanzaron las
grandes expansiones de otras metrópolis, por lo cual no permitían
obras nuevas que no armonizaran con lo existente. El nudo central del
debate por la tradición o la modernidad era el conflicto que implicaba
renovar la cultura arquitectónica dentro de las ciudades italianas, ricas
en monumentos del pasado. Por otra parte, Piacentini también exponía
razones prácticas: el modernismo universalista de las paredes
vidriadas no se adaptaba al clima caluroso y soleado que hay en Italia
durante la mitad del año y, entre otras cuestiones, en Italia existían a
disposición materiales, como el mármol, de mejor calidad que el
cemento armado y al mismo precio38.
Los primeros egresados de la escuela romana se encontraron
ante la oportunidad de una renovación disciplinar aunque fuertemente
vinculada con los proyectos del Estado, promovidos a partir de una
gran cantidad de concursos públicos. Tomaron parte y ocuparon un
espacio preponderante en aquellos certámenes, sin evitar quedar
atrapados en la contradicción de un combate que se daba entre un
frente academicista y otro modernista que, aunque se consideraba
progresista, era confesamente fascista. Al respecto, Edoardo Persico
afirmaba que el “racionalismo italiano” había nacido como una
necesidad artificiosa de novedad, como una imitación del racionalismo
extranjero pero sin coherencia interna39 y que, por lo tanto, la guerra
entre “racionalistas” y “tradicionalistas” era un diálogo vacío debido a
la incapacidad teórica de los racionalistas de poner en relación directa
la práctica con los problemas reales del país. Señalaba el proyecto de
BBPR con Portaluppi, “Casa del sabato per gli sposi”, como un
proyecto auténticamente moderno, sin “acomodamientos”40.

38
Ibídem.
39
Persico, E., Gli architetti italiani. En: Veronesi, G., Edoardo Persico. Scritti di
architettura (1927/1935). Florencia: Vallechi, 1968.
40
Ibídem, p.67.

68
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Figura 3. Portaluppi con


Banfi, Belgioioso,
Peressutti, Rogers,
Sabbioni, “Casa del
sabato per gli sposi”, VI
Trienal de Milán, 1933.
Fuente: Edilizia
Moderna, agosto-
dicembre, 1933, p.26.

1.3. El debate sobre la identidad en los concursos de arquitectura

La primera participación de Tedeschi en un concurso de


arquitectura para el estado fue a principios de 1933, aún antes de
concluir sus estudios. En sociedad con Saverio Muratori y Giulio
Roisecco41 participó para el Concurso Nacional para la Estación de
Florencia, evento que había generado un resonante debate por la
sensible relación que el edificio debía establecer con los monumentos
circundantes. A este certamen se presentaron ciento dos proyectos
que el jurado fue eliminando por etapas hasta quedarse con dieciseis;
cinco de ellos fueron premiados y otros once considerados dentro de
bases. Entre estos últimos se encontraba el proyecto de Muratori-
Roisecco-Tedeschi, el cual mediante una propuesta sintética, resolvía
el programa con un volumen marcadamente horizontal que, por medio
de una sutil desarticulación en partes, permitía sostener una altura baja
sobre el acceso minimizando el impacto del edificio hacia el espacio
urbano. Se destacaba de los otros proyectos seleccionados por haber
optado por una disposición levemente asimétrica, ubicando el hall de
acceso principal desplazado hacia la calle Alamanni, tal vez, buscando
evitar la cercanía de su frente con la iglesia de Santa María Novella,
situación que se convirtió en el foco del debate. Aunque otros
proyectos habían optado por una organización asimétrica en planta, en
las fachadas prevalecían las composiciones axiales.

41
Tedeschi se gradúa en 1934 y se inscribe en el Albo profesionale el 28 de marzo de
1935, Saverio Muratori se gradúa en 1933 y Giulio Roisecco, el 30 de marzo de 1936
(Annuario del Regio Istituto Superiore di Architettura di Roma. Anno Academico 1933-
1934. Roma: Palotta, 1934, p.175; Ordine degli Architetti Pianificatori Paesaggisti e
Conservatori di Roma e Provincia: “Elenco degli Iscritti nell´ anni 1931-40”. (Accesible:
http://ordine.architettiroma.it/wp-content/uploads/2017/03/iscritti-1940.pdf)

69
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El fallo del jurado concedió el primer premio al proyecto del


Gruppo Toscano conformado por los arquitectos Michelucci, Baroni,
Berardi, Gamberini y Guarnieri42. La editorial de la revista Architettura
argumentó oportunamente los criterios del jurado para la preselección
de proyectos destacando aquellas propuestas que eran de tendencia
netamente moderna y se expresaban como una “afirmación de la
arquitectura actual”43. El argumento principal para designar al ganadpr
se sostenía en su programa modernizador: el edificio de una estación
de ferrocarril. La crónicas del concurso destacaban del proyecto
vencedor :

“[…] il suo volume, il profilo […] Di scarza altezza, non più di quindici
metri, esso non emerge dai fabbricatti vicini e non assume un valore
monumentale che non gli spetta”44.

Algunas de estas cualidades contextualistas y plásticas


también se encontraban en el proyecto de Tedeschi y sus socios, así
como como la adhesión de la forma a la función, aunque con una
propuesta menos elaborada que no alcanzó o no buscó estalecer los
diálogos deseados ni con la tradición académica a través de la
composición ni con inspiraciones regionales a partir de la expresión
material, como hizo el proyecto vencedor.

42
Piacentini, junto a Marinetti y Brasini como jurados habían votado a favor del
proyecto ganador, en contra de las opiniones de Ojetti y Bazzani. El fallo renovó una
polémica preexistente entre Piacentini y Ojetti, quien había sido muy crítico en su
momento con el proyecto para la Ciudad Universitaria de Roma.
43
“Il concorso per la Stazione di Firenze”, Architettura, XII, aprile 1933, p. 230.
44
“Su volumen, su perfil […] de escasa altura, no más de quince metros, no emerge de
las construcciones vecinas y no asume un valor monumental que no le corresponde”
(Ibídem).

70
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Figuras 4-5: Concurso Nacional para


la Estación de Florencia. Proyecto
ganador y Segundo Premio
(arquitecto Mazzoni). Fuente:
Architettura, XII, aprile 1933, p.201 y
208.

Figuras 6-7-8: Concurso Nacional


para la Estación de Florencia.
Perspectiva exterior, perspectiva
interior y planta del proyecto de
Enrico Tedeschi, Saverio Muratori y
Giulio Roisecco. Fuente: Architettura,
XII, aprile 1933, p.219.

71
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Unos meses más tarde, el mismo Ministerio convocó al


Concurso Nacional para los Palacios de Correos en Roma, donde
Tedeschi participó con la firma de su padre, el ing. Mosè Tedeschi,
obteniendo una mención de honor para la sede a situarse en el barrio
Nomentano45. El proyecto seguía una línea expresiva muy acorde a la
presentada en Florencia: líneas horizontales, leves curvaturas y
galerías de baja altura, enfatizando nuevamente un acceso lateralizado
hacia una de las calles que desemboca en la actual Plaza Bologna46.
Los proyectos daban cuenta de la variedad estética que fluía en el
ambiente profesional, cercana, en la mayoría de los casos, a un
carácter monumental y significativo que combinaba identidad local
romana con representación institucional. No fue el caso de la
propuesta de Tedeschi, que se mantenía ajena a la voluntad de
masividad, al impacto de escala y a los criterios compositivos
clasicistas, desarrollando el programa en líneas horizontales,
homogeneidad en la modulación seriada, alternancia entre superficies
lisas ciegas y vidriadas, y liviandad en los aleros apoyados sobre finos
pilotis, amoldada firmemente a las condiciones poligonales del lote
urbano con un quiebre del volumen sobre la fachada principal. Un
modernismo contextualista que se vería acentuado en su siguiente
experiencia47.

45
Minucci, G., Il Concorso Nazionale per i Palazzi Postali a Roma. Architettura, XII,
ottobre 1933, pp. 603-626.
46
Se concursaron cuatro edificios en distintas zonas de Roma, el primer premio para la
sede en barrio Appio lo obtuvo el proyecto de Giuseppe Samonà, el del barrio
Aventino, Adalberto Libera con Mario De Renzi, el del barrio Milvio, Armando Titta y, en
el barrio Nomentano, el proyecto ganador fue el de Mario Ridolfi.
47
En la biblioteca personal de Enrico Tedeschi se encuentran escasos volúmenes
sobre arquitectura moderna europea del período de entreguerras. Se destacan cinco
volúmenes de la colección L´Architecture Vivante, dos dedicados a Holanda
(1926,1933) y tres a Alemania (1928, 1931, 1932). (Biblioteca Tedeschi, Universidad
Nacional de Córdoba, Biblioteca de Graduados).

72
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Figura 9. Concurso Nacional de Palacios de Correos en Roma. Edificio “D” en barrio Nomentano.
Perspectiva del proyecto presentado por Moisè Tedeschi. Mención honorífica. Fuente: Architettura, XII,
ottobre 1933, p.625.

Figuras 10-11: Perspectiva


del Primer Premio de Mario
Ridolfii. Proyecto original y
modificado. Fuente:
Architettura, XII, ottobre
1933, pp.612-613-619.

En 1934, el desafío en torno a la resolución arquitectónica de


los programas institucionales se encendió aún más en el Concurso
Nacional para el Palacio del Littorio y de la Muestra de la Revolución
fascista en via dell´Impero, conjunto edilicio que debía alojar la Sede
Central del Partido Fascista. En este concurso se ponía en juego la
consolidación de una nueva arquitectura que representara al estado
fascista, exaltando el poder simbólico de Roma. Mientras el concurso
estaba abierto, Mussolini recibió a los ganadores de los concursos
para la Estación de Florencia y para la ciudad nueva de Sabaudia.
Según Ciucci, aquel gesto fue una señal de apoyo a la arquitectura
moderna de los arquitectos más jóvenes48.

48
Ciucci, G., Gli architetti e il fascismo, op. cit.

73
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Lo que se debatía fuertemente en este certamen era el modo


en el que cualquier arquitectura nueva podía insertarse en un complejo
urbano tan condicionado por restos arqueológicos pertenecientes a
antiguos monumentos romanos. Por otra parte, Gentile observa que la
visión fascista de Roma también implicaba pensarla como una gran
metrópolis moderna y para ello era necesario emprender obras de
demolición, con dos objetivos: adecuar ciertas áreas céntricas de la
ciudad para el tráfico automovilístico y aislar los monumentos de la
Roma antigua para hacerlos más visibles y grandiosos y poder
utilizarlos como argumentos para sus mitos. La destrucción parcial de
la ciudad imperial, la medieval, la renacentista y la barroca se dirigía
dar lugar a nuevos espacios urbanos, especialmente favorables a la
concentración de las masas49. Las bases del concurso pedían
requerimientos específicos en relación al cuidado del entorno histórico
preexistente: un retiro de veinticinco metros sobre el frente de la via
dell´Impero para despejar la vista hacia el Coliseo, una altura máxima
no superior a la Basílica de Majencio y la armonización del color del
nuevo edificio con los colores de los monumentos circundantes50.
De esta forma, un nuevo concepto, el de “ambiente”, se
desprendía de los comentarios críticos sobre los resultados del
concurso. Fue el mismo Piacentini quien había introducido en su
programa académico de la asignatura Edilizia Cittadina el concepto de
ambientismo, el cual proponía una relación con la historia no ligada a la
imitación de formas del pasado sino al establecimiento de relaciones
entre una obra con el contexto urbano a través de las masas y los
colores. De este concepto se desprendía la “unidad de composición”
entre la calle y la casa, una condición moderna, que ponía en valor lo
colectivo por sobre la obra de arte individual51. Piacentini llamaba a la
creación de un arte moderno y nacional al que pudieran adherirse
arquitectos de diversas regiones de Italia, y consideraba que Italia
debía entenderse dentro de Europa desde una mirada no universalista:

“Aderire perfettamente alla vita d´oggi, materiale e spirituale, pur


rispettando le condizioni di ambiente. Ammettere cuanto vi ha di
universale, di corrispondente alla civiltà contemporanea, nei movimenti

49
Gentile, E., Fascismo di pietra. Bari: Laterza, 2007.
50
“Bando del Concorso”. Architettura, XIII, n° speciale, 1934, pp. 4-8.
51
Nicoloso, P., Gli architetti di Mussolini. Milán: FrancoAngeli, 1999, p.44.

74
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artistici europei, innestandovi le peculiari caratteristiche e tenendo


presenti le nostre speciali esigenze di clima. Ecco il nostro compito”52.

Se presentaron al concurso más de cien proyectos de los


cuales, catorce de ellos pasaron a una segunda instancia, que recién
se llevó a cabo tres años más tarde, en 193753. Giuseppe Pagano
manifestó sus críticas a la iniciativa del concurso en la revista
Casabella y decidió abstenerse él mismo de participar argumentando
la imposibilidad de resolver un proyecto moderno en medio de un
contexto tan singular54. El jurado no designó ningún primer premio,
aunque eligió catorce proyectos en segundo grado, entre los cuales la
prensa especializada hizo su propia selección, que los incluyó o los
excluyó de sus publicaciones55. Tras los resultados de esta primera
instancia, la revista Quadrante manifestó su posición respecto al
panorama del estado de la arquitectura en Italia considerando que
existían tres tendencias en pugna donde la mitad de los arquitectos
eran “pretensiosos y conservadores”, casi la otra mitad de arquitectos
producían una especie de “falso-moderno” y sólo un mínimo
porcentaje estaba integrado por jóvenes “racionalistas” que eran
realmente fieles a la arquitectura contemporánea y “mussoliniana”56.
Según Ciuicci, entre los arquitectos más jóvenes la disputa
giraba en torno a “consolidar la tesis de que la arquitectura moderna es
la única posible para el moderno Estado fascista”. Pero ello podía

52
“Adherir perfectamente a la vida actual, espiritual y material, pero respetando las
condiciones del ambiente. Admitir lo universal, lo correspondiente a la civilización
contemporánea, en los movimientos artísticos europeos, insertándoles las
características peculiares y teniendo presentes nuestras especiales exigencias de
clima. Esa es nuestra tarea”. (Piacentini, M., Architettura, XIII, n° speciale, 1934, p. 3).
53
El enclave urbano finalmente fue replanteado, para la segunda fase del concurso en
1937 se decidió evitar la inserción urbana original y resituar el edificio en el Foro
Mussolini, hoy Foro Itálico, alejado del casco céntrico de la ciudad. El proyecto
ganador fue adjudicado a los arquitectos Del Debbio-Foschini-Morpurgo.
54
Pagano escribió en Casabella un artículo en julio y otro en octubre publicando los
resultados.
55
Architettura publicó un número especial con 45 proyectos, neutralmente
comentados; Rassegna di Architettura publicó 27 proyectos; Casabella publicó 21
proyectos y Quadrante publicó en octubre sólo 4 proyectos: las dos variantes del
equipo liderado por Terragni y Vietti, la propuesta de Libera y la del GUF. En el número
anterior, previo a los resultados del jurado, había publicado el proyecto de BBPR con
Pollini-Figini.
56
Bardi, P. M., Il concorso del Palazzo su via dell´Impero. Quadrante, n°16-17,
settembre 1934, pp. 10-14. Dentro del primer grupo mencionaban a los arquitectos
Coppedè, Fasolo y Palanti y, en el segundo, a los profesores de la Scuola di
Architettura di Roma señalados en bloque.

75
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oscilar entre las vías mencionadas y aún más, encontrar otras


distinciones. El “falso-moderno” denunciado por Pietro Maria Bardi
consistió en la creación del “estilo littorio”, un lenguaje nuevo que
conciliaba lo antiguo con lo moderno; mientras que Bardi desde
Quadrante, proclamaba por la racionalidad de la forma desde una
propuesta abstracta y geométrica, capaz de evocar las leyes clásicas
aunque sin necesidad de retórica57. Por la senda intermedia, Giuseppe
Pagano postulaba un arquitectura menos retórica y más anónima, pero
que involucrara componentes de tipo social58
La revista Quadrante destacó dos proyectos que consideró
representativos de la tendencia racionalista: las propuestas A y B que
presentaron el grupo formado por Carminati-Lingeri-Saliva-Terragni-
Vietti. Asimismo, con menor relevancia, publicaron otros dos proyectos:
el de Adalberto Libera y el del Gruppo GUF. Bajo el lema Gruppo
Universitario Fascista dell´Urbe (GUF), participó el equipo conformado
por Enrico Tedeschi, Franco Petrucci y Saverio Muratori, con un
proyecto que no quedó en la selección de los catorce, pero fue uno de
los elegidos por la prensa tanto general como especializada.
El Gruppo Universitario Fascista (GUF) fue un movimiento
político formado por estudiantes universitarios que surgió
espontáneamente entre 1919 y 1924 y luego se institucionalizó como
una organización dentro del Partito Nazionale Fascista en 1928. A partir
de ese año la agrupación creció considerablemente y comenzó a
tomar el control de las asociaciones culturales y recreativas
preexistentes59. Ese mismo año, en coincidencia con su ingreso a la
universidad, Enrico Tedeschi se afilió al Partito Nazionale Fascista,
probablemente dentro de esta organización universitaria60. Franco
Petrucci, su socio y amigo, era miembro activo de la sección romana
del GUF61.

57
Ciucci, G., op. cit., pp. 141-144.
58
Según Ciucci, la posición de Pagano implicaba un acuerdo tácito con las ideas que
Piacentini difundía en Architettura.
59
La Rovere, L., Fascist Groups in Italian Universities: An Organization at the Service of
the Totalitarian State. Journal of Contemporary History, vol. 34, N°3 (Jul. 1999), p.457-
475.
60
La inscripción de Tedeschi al PNF y al Sindicato Nazionale Fascista Architetti está
publicada en Albo professionale architetti, anno XIX.
61
Volpi supone por comentarios de Fariello que probablemente Petrucci haya
impulsado conformar una agrupación bajo este nombre con el fin de obtener los
recursos económicos necesarios para producir la presentación requerida en las bases

76
…… . . …. . … …… … C ap ítu l o 1 . I dent id ad y te r r it o ri o …. . … …… … …… …

La propuesta del Gruppo GUF había encontrado un camino


sensible al reclamo contextualista, generando una plaza mediante un
gran espacio vacío determinado por una curva cóncava en el volumen,
que hacía eco al Coliseo retomando su altura. Similar estrategia fue
adoptada por otros tres proyectos, el de los arquitectos Ridolfi-Cafiero-
La Padula-Rossi, el de Libera y el de Nordio-Cervi. Giussepe Pagano,
director de Casabella, destacaba las ventajas de esta disposición, que
permitía evitar los patios, adaptarse al paisaje obteniendo efectos
perspectívicos especialmente buenos y generar un espacio urbano de
reunión.

Figura 12: Concurso Nacional para el


Palacio del Littorio en Roma. Memoria
del proyecto del Gruppo Universitario
Fascista dell´Urbe (Franco Petrucci,
Saverio Muratori, Enrico Tedeschi).
Fuente: Archivo Petrucci.

Figura 13: Concurso Nacional para el Palacio del Littorio en Roma. Fotomontaje de la maqueta del
proyecto del Gruppo Universitario fascista dell´Urbe. Fuente: Architettura, fascicolo speciale, 1934, p.63.

del concurso. (Volpi, C., op. cit., p. 37)

77
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Figura 14: Concurso Nacional para el Palacio del Littorio en Roma. Planta baja y vista. Fuente: Volpi, C,
op. cit., p. 39.

Figura 15: Detalle de la maqueta. Fuente: Quadrante, n°16-17, agosto-settembre 1934, p. 31.

Figuras 16-17: Detalles del bajorrelieve en fachada y los frescos interiores. Fuente: Architettura,
fascicolo speciale, 1934, p.66.

78
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Pagano consideraba además que el proyecto del Gruppo GUF


era elogiable por su modernidad –junto a otros que también destacó
en ese grupo- aunque criticó su “morbidez aerodinámica”, por
considerarla vinculada con un retorno liberty, influído por el lenguaje de
Van de Velde, de la Secesión y el decorativismo62. En esta misma línea
crítica, Marcello Canino opinaba que el proyecto adoptaba un
“formalismo” inspirado en Mendelsohn63. Edoardo Persico, por el
contrario, elogió la universalidad estética europea del planteo64, la
concreción de la forma para cada contenido abstracto y la
incorporación de la escultura65.
La solución adoptada por el equipo de Tedeschi no se ajustaba
con claridad a ninguna de las tres categorías señaladas en Quadrante,
ni academicismo, ni monumentalismo, ni adscripción a las tendencias
abstractas. Se trataba de un modernismo flexible para la modelización
ondulante del espacio urbano, operación contextualista que contaba
con una larga tradición, especialmente en la arquitectura barroca de
Roma. Asimismo, el proyecto atenuaba la masividad de los volúmenes
por medio de una panta baja libre sobre columnas exentas en el sector
de acceso principal, destacada por aleros de baja altura y por la sutil
separación del volumen superior a través de una franja vacía entre el
basamento y el desarrollo en toda su extensión.
Este tipo de experimentaciones no parecen haber tenido
mayores éxitos en el momento en que se disputaba un camino
lingüístico que oscilaba entre la búsqueda de monumentalidad desde
la reinterpretación de elementos clásicos romanos en clave racionalista
o, en la vereda opuesta, la abstracción reelaboradora de la clasicidad a
través de proporciones y bajo geometrías exclusivamente

62
Pagano G., Il Concorso per il Palazzo del Littorio, Casabella n°82, ottobre 1934, pp.4-
41. (Citado en Volpi)
63
Canino, M., en L´Italia Letteraria, ottobre 1934. El debate en contra del historicismo
italiano y especialmente la tendencia denominada neoliberty se hará más fuerte en la
posguerra. El crítico inglés Reyner Banham embistió duramente contra ella en la revista
Architectural Review mientras otra posición sostenía sus valores en el ámbito local a
través de Casabella-Continuità dirigida por Ernesto Rogers. (Véase Banham, R.,
Neoliberty. The italian retreat from modern architecture, Architectural Review, n°747,
abril de 1959, pp.231-235).
64
Persico, E., L´Italia Letteraria, 29 de settembre 1934, n°39, 1, p. 3.
65
El artista Giorgio Quaroni, hermano de Ludovico, participó del proyecto, con el
diseño de frescos en los espacios interiores y el escultor Pericle Fazzini diseñó los
bajorrelieves de la fachada.

79
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ortogonales66. Tafuri observa en la obra temprana de Ludovico Quaroni


un similar espíritu de búsqueda, evasivo de las tendencias en conflicto,
mediante un acercamiento a la modernidad centroeuropea a través de
referentes como Tessenow y Mendelsohn. Según Tafuri esta opción
cultural escondía una posición antifascista, aunque no definida por una
alternativa política sino como un modo de manifestarse intuitivamente
en contra del clima cultural inmóvil de la clase dirigente y la falta de
libertad67. La solución contextualista elegida por Tedeschi en Roma,
como bien fue observada en algunas críticas, mostraba rasgos
dinámicos del expresionismo alemán que negaban el clasicismo en
cualquiera de sus formas.
En 1935 Tedeschi participó en el concurso para la Estación de
Venecia junto a Saverio Muratori y Claudio Longo Gerace68. El enclave
urbano era menos comprometido con las preexistencias que el romano
para el Palacio del Littorio, aunque el lote era lindero a la Chiesa degli
Scalzi. Tal vez debido a su programa ferroviario, la propuesta para
Venecia fue altamente contrapuesta a la planteada en Roma: al
universo de las formas rectas y blancas definía con sintesis el proyecto.
Aunque la opción estética pareciera acercarse al repertorio racionalista
radical, la desarticulación volumétrica por bloques funcionales evadía
las figuraciones más rígidas de esa tendencia.

66
El primer premio, encauzado en el primera tendencia, fue obtenido por el grupo Del
Debbio-Foschini-Morpurgo, profesores de la Scuola di Architettura di Roma. Eran
habituales los favoritismos en la red que se tejía entre el Sindicato Fascista, los
profesores de la escuela romana y los jurados de los concursos. Vínculos que
favorecían mayoritarimente a los arquitectos romanos. Enrico Del Debbio y Arnaldo
Foschini eran profesores, miembros del sindicato y habituales jurados en otros
concursos. (Nicoloso, P., I concorsi di architettura durante il Fascismo, Casabella, n°
683, novembre 2000, pp. 4-7).
67
Tafuri, M., op. cit, p.26
68
Franco Petrucci presentó un proyecto en solitario obteniendo el tercer premio.

80
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Figuras 18 y 19: Concurso Nacional para la Estación de Venecia. Fotografía de la maqueta y planta del
proyecto de Enrico Tedeschi, Saverio Muratori y Claudio Longo Gerace. Fuentes: Quadrante n°27-28,
1935, p.43 / Architettura XIV, n°11, novembre 1935, p. 640.

Entre 1935 y 1936 la trayectoria proyectual de Tedeschi


atravesó un episodio de experimentación purista. Las figuras regulares
y las superficies blancas protagonizaron los proyectos para la Estación
de Venecia, para la ciudad de Aprilia y las numerosas muestras y
exposiciones, tanto las organizadas por el ambiente arquitectónico
como las oficiales.
En 1936 participó en la VI Triennale di Milano, con Saverio
Muratori, Giorgio Calza-Bini, Vincenzo Monaco y Franco Petrucci con el
diseño del equipamiento de un consultorio médico. A partir de esta
experiencia el vínculo profesional con Franco Petrucci prospera, y
Tedeschi realizó otros proyectos para pabellones en exposiciones
donde se presentaba la propaganda del régimen69.

69
Proyectaron juntos el Pabellón del Cáñamo y el Lino en la Muestra del Textil (1937*),

81
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Figura 20: Consultorio Médico en la Muestra en la


VI Triennale di Milano, 1936. E.Tedeschi,
S.Muratori, G. Calza-Bini, V. Monaco y F. Petrucci.
Fuente: Tafuri, M., Ludovico Quaroni e lo sviluppo
dell´architettura moderna in Italia, fig.33.

Figura 21: Primera Muestra Nacional del


“Dopolavoro“ en Roma, 1938. Enrico Tedeschi,
Franco Petrucci y Pietro Catalano. Fuente: Folleto
Studio AIA, Archivo Petrucci.

Figuras 22-23: Pabellón del Turismo en la Muestra del Producto Pontino en Littoria, 1937 (Enrico
Tedeschi) / Pabellón de la Instrucción Técnica en la Muestra Autárquica del Mineral, 1938. (Enrico
Tedeschi y Vinicio Paladini). Fuente: Folleto Studio AIA, Archivo Petrucci.

el Pabellón de los Institutos de Reeducación de Menores en la Muestra de la Infancia


(1937*), el Pabellón del Turismo en la Muestra del Producto Pontino en Littoria (1937), el
Pabellón en la Muestra Nacional del “Dopolavoro” en el Circo Máximo de Roma, con
Petrucci y Catalano, el Pabellón de la Instrucción Técnica en la Muestra Autárquica del
Mineral Italiano (1938) con el arquitecto Vinicio Paladini y la Muestra Autárquica
Vincentina en la Basílica Palladiana en Vicenza (1938*). Las obras señaladas con (*)
fueron publicadas en un folleto del estudio AIA con autoría exclusiva de Franco
Petrucci, sin embargo en sus diversos Currículum Vitae, Enrico Tedeschi consigna en
ellas su colaboración.

82
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En la misma VI Triennale di Milano (1936) se expuso la muestra


Architettura rurale italiana de Giuseppe Pagano y Guarniero Daniel, un
relevamiento fotográfico de arquitecturas vernáculas de distintas
regiones del país, donde se exponían formas simples originadas por
funciones elementales, acondicionamiento a suelo y clima, recursos
técnicos y económicos básicos. El trabajo contenía un programa
teórico sostenido en el parentesco formal entre esas arquitecturas y las
contemporáneas y dirigido a encontrar una solución operativa a la
producción de vivienda que el Estado estaba emprendiendo con los
nuevos centros urbanos70. Pagano presentaba este programa
mediante un discurso sobre la funcionalidad:
”A dispetto dei romantici anche la forma del silos entra oggi a far parte
del quadro rurale, architettonicamente plastica come quella del
solenne campanile cilindrico della Chiesa di Pomposa. Questa
premessa serve soltanto ad inquadrare l´interesse del problema non
soltanto per il contributo spirituale ed estetico che ci può fornire una
indagine sulla funzionalità della casa rurale, ma anche per affrontare
con conoscenza più approfondita il problema pratico delle nuove
costruzioni rurali che il Governo fascista sta progettando in tutta Italia”71.

La tradición mediterránea se estaba insertando en las problemáticas


modernas europeas por medio de las experiencias de Le Corbusier, el
máximo promotor de la arquitectura internacional, aunque, como
señala Sabatino, en el propio contexto italiano, la inspiración vernácula
contaba con antecedentes desde algunas experiencias futuristas de
principios del siglo72. En este rumbo cobran sentido los proyectos que
Tedeschi elabora en el Concurso Nacional para Edificios Turísticos en
los Valles Alpinos, en 1937, en un equipo integrado junto con Fariello,
Muratori y Quaroni73, obteniendo premios en los tres proyectos
presentados. Según Zevi, este concurso fue “uno de los pocos
concursos no retóricos de la etapa fascista” ya que había presentado
la oportunidad para jóvenes arquitectos de enmascarar lo “nuevo”
dentro de lo tradicional, aunque el marco academicista que imperaba

70
Pagano, G; Daniel, G., Architettura Rurale Italiana. Milán: Hoepli Editore, 1936.
71
Ibídem, p.20-21.
72
Sabatino, M., Ghosts and Barbarians: The Vernacular in Italian Modern Architecture
and Design. Journal of Design History, vol. 21, n° 4, 2008, p.342-344.
73
Tras la experiencia de Aprilia, que relataremos luego, este es el único proyecto que
Tedeschi realiza con la misma agrupación.

83
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no permitió que sus propuestas dejaran de ser provinciales74. Tafuri


también interpreta que este concurso presentaba la oportunidad de
evadir la retórica y experimentar con una interpretación “ambiental” que
asimismo permitiera insertar variaciones del lenguaje moderno, aunque
con resultados “esquemáticos y débiles”75.

Figuras 24-27: Edificios turísticos en los Valles Alpinos. Tres proyectos del grupo Fariello-Muratori-
Quaroni-Tedeschi. Fuente: Tafuri, M., op. cit., fig. 48-53.

El vínculo entre la trayectoria proyectual de Enrico Tedeschi y la


arquitectura de Estado finalizaba hacia 1938-1939 en ocasión de los
concursos abiertos para la Exposición EUR ´42. Allí Tedeschi participó
con Franco Petrucci en dos ocasiones, en el Concurso Nacional para la
Plaza Imperial, obteniendo un tercer premio76, y en el Concurso para el
Palacio del Agua y de la Luz, esta vez por invitación cerrada a un grupo
de dieciséis equipos de proyectistas. La exposición EUR ´42
(Esposizione Universale di Roma) prevista para 1942, no llegó a
concluirse debido a la guerra. Si bien su objetivo político inicial era
conmemorar los veinte años del fascismo en el poder, estaba

74
“En la base de estos intentos positivos había un equívoco: se quería obtener un
acuerdo con la tradición, antes de haber madurado un puro lenguaje moderno, se
quería historizar antes de vivir, se quería pertenecer antes de ser” (T. d A.). Zevi, B.,
“Venti anni fa. Concorso per edifici sui valichi alpini”. L´architettura, cronache e storia,
III, n°27, (1958) p. 621.
75
Tafuri, M., op. cit. pp.49-52.
76
En esta oportunidad Tedeschi trabajó con Petrucci y no con Saverio Muratori. Este
último participó junto a sus habituales socios Ludovico Quaroni y Francesco Fariello
obteniendo el primer premio.

84
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planificada como un centro urbano permanente77. El masterplan fue


encargado a Piacentini, quien convocó como jefe de arquitectura a
Gaetano Minucci y como consultores a los jóvenes arquitectos Pagano,
Piccinato, Rossi y Vietti. Según Ghirardo, en estos emprendimientos
que tuvieron lugar en distritos de la periferia de Roma, como el foro
EUR, la Ciudad Universitaria y el Foro Mussolini, la experimentación de
los arquitectos más jóvenes se encontró sin compromisos con los
monumentos del centro y se evitaron así las polémicas que
interrumpieron la construcción de muchos de los diseños racionalistas
del período fascista dentro de Roma, como el Palazzo del Littorio y el
Danteum78.
La primera propuesta para el EUR de 1937 diseñada por el
grupo de los cinco arquitectos Piacentini, Pagano, Piccinato, Vietti y
Rossi preveía edificios de acero, vidrio y hormigón, aunque luego se
convirtió en una composición más rígida con un eje “romano” e
“imperial”. Del mismo modo, en los concursos que se realizaron entre
1937 y 1938, finalmente fueron premiadas las representaciones de la
monumentalidad celebratoria79. El proyecto que presentaron Petrucci y
Tedeschi para la Plaza Imperial evitaba el lenguaje fascista
característico de columnas cuadradas, arcos, y composiciones
clasicistas. Conformado por bloques pabellonales rectangulares
suspendidos sobre una planta baja libre con pilotis de altura reducida,
combatía la escala monumental, aunque sin lograrlo, dado a que la
disposición planimétrica de la plaza ya predeterminaba dimensiones
colosales.
Los proyectos de otros participantes ensayaban variantes
neoclásicas, o racionalistas a través de reinterpretaciones estilizadas
de columnas y arcos combinadas con el uso de la abstracción y la
proporción en las figuras volumétricas. La propuesta ganadora del
concurso, presentada por el grupo Quaroni-Fariello-Muratori, también
evitaba el lenguaje racionalista característico, optando en cambio, por

77
La Oficina Internacional de Exposiciones había hecho lugar al pedido de Italia para
ser sede de una exposición universal en 1941, así como se había organizado tras
períodos de seis años, una en Barcelona en 1929 y otra en Bruselas en 1935. El año
1941 se acercaba a la fecha en que Mussolini preveía celebrar en Roma los 20 años
del fascismo. (Ciucci, G., The Classicism of the E42. Between Modernity and Tradition.
Assemblage, n°8, feb. 1989, pp.78-87).
78
Ghirardo, D., Italy, op. cit.
79
Ciucci, G., op. cit., p. 85.

85
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el uso del clasicismo escandinavo80. Según Tafuri, esta manera de


acercarse al neoclasicismo mediante una atención a la poética
asplundiana tenía que ver con cierta intención antifascista que buscaba
expresar el grupo, que encontraba de utilidad el modelo cultural
escandinavo por mostrar un método de asimilación del movimiento
moderno sintético y de comprensión crítica. Era ya un momento donde
el movimiento moderno internacional estaba en declive, sumado a que
en el ámbito político, a partir de 1937 el pacto entre los gobiernos de
Italia y Alemania y el inicio de las persecuciones raciales hizo que
algunos arquitectos comenzaran a tomar distancia del regimen81. Las
referencias arquitectónicas centroeuropeas se desplazaron entonces
por otras de aquellas naciones con gobiernos democráticos como
Suecia y Norteamérica82.

Figura 28-29: Concurso Nacional para la Plaza Imperial en la Exposición Universal EUR 42 en Roma,
1937. Enrico Tedeschi y Franco Petrucci. Tercer premio. Fuente: Architettura, dicembre 1938, p.880.

80
Tafuri, M., op. cit.
81
Véase Lehmann, F., Wright e l´Italia 1910-1945. En: Lehmann, F., Fossari, A., Wright e
l´Italia 1910-1960. Milán: Unicopli, 1999.
82
Entre 1938 y 1941 en la Casabella-Costruzioni dirigida por Pagano se divulgaban
obras de Wright, Breuer, Neutra, Asplund, Aalto, Backström y otros. Véase Alvar Aalto,
Casabella-Costruzioni n° 129, settembre 1938, La casa Kaufmann di Neutra y Villa a
Ullern in Norvegia, Casabella-Costruzioni n° 149, maggio 1940; Per gli architetti E. G.
Asplund, O. R. Salvisberg, Casabella-Costruzioni n° 158, febbraio 1941; La Fondazione
svedese Elving, Casabella-Costruzioni n° 166, ottobre 1941; L´architettura mondiale.
Una casa di Gropius e Breuer, Casabella-Costruzioni n° 162, giugno 1941. Como
observa Tafuri, los jóvenes Fariello y Muratori también habían publicado trabajos sobre
arquitectura escandinava hacia finales de la década. Véase en particular:Muratori, S., Il
movimento architettonico moderno in Svezia, Architettura, XVII, marzo 1938 y Fariello,
F., L´espansione di Stoccolma verso la periferia, Architettura, XVII, luglio 1938.

86
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El Concurso para el Palacio del Agua y de la Luz fue el úlitmo


que se llevó a cabo para la EUR ´42. Se trató en este caso de un
concurso por invitación a aquellos arquitectos que habían tenido una
buena actuación en los concursos precedentes. Estaba previsto como
una inmensa escenografía que diera fin al eje de la via Imperiale, sobre
una cascada de 26 metros de altura en continuo movimiento. El jurado
decidió no designar ningún primer premio, pero en su lugar adjudicó
dos segundos premios, uno de ellos para el proyecto de Pier Luigi
Nervi y el otro para el de Franco Petrucci y Enrico Tedeschi. Ambas
propuestas habían adoptado una solución en forma de anillo para
desarrollar una galería de vidrio que rodeaba una fuente de agua en el
centro, aunque el proyecto de Nervi apoyaba esa galería en el suelo y
el de Petrucci-Tedeschi la suspendía sobre una estructura
independiente que liberaba el nivel de la plaza prevista, separándola
así del porticado y la cascada que daban inicio a la colina sobre el
lago. En una etapa sucesiva Nervi rechaza su colaboración en el
proyecto y entonces la dupla Petrucci-Tedeschi es contratada para
elaborar un segundo proyecto en febrero de 1940, sucedido luego por
otras modificaciones, que cambiaron en forma y contenido al proyecto
original83.

Figura 30-31: Maqueta del proyecto para el Concurso para el Palacio del Agua y de la Luz en la Exposición
Universal EUR 42, 1938-39. Primer proyecto y croquis del proyecto ajustado. Fuentes: L´architettura,
cronache e storia, n°8, 1956, p.124 y Archivo Petrucci, publicado en Volpi, C., op. cit., p. 100.

83
Volpi relata las peripercias de los sucesivos ajustes que sufrió el proyecto durante el
año 1940, tras las objeciones tanto por parte de Minucci, director del Servicio de
Parques y Jardines, como de Piacentini, director de Arquitectura del Ente del EUR 42;
este último promovió la idea de que el monumento se redujera a una sola idea
elemental materializada por un faro de luz vertical apoyado sobre el porticado de la
colina, anunciando el final del recorrido de la composición urbanistica entera.
Desplazado por esta idea, el proyecto de Petrucci-Tedeschi nunca se realizó. (Volpi, C.,
op. cit., p. 99-100).

87
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Figura 32: Concurso para el Palacio del Agua y de la Luz en la Exposición Universal EUR 42 en Roma,
1938-39. Fuentes: Archivo Petrucci.

El recorrido proyectual de Tedeschi osciló entre variantes


modernistas siempre alejadas de la retórica nacionalista apoyada en la
identidad romana y clásica. Sin embargo, no estuvo ajeno al juego
establecido por el poder, especialmente al sostener una producción
desde una posición que pudiera generar diálogos entre la modernidad
y las adaptaciones locales a los ambientes histórico, social, climático y
geográfico, sea por el camino vernáculo-paisajista, en sus variantes
mediterránea o alpina, o por el contextualista, cuando el edificio se
propone como una pieza que es parte del organismo urbano. Cuando
se trataba de pabellones para exposiciones u otras instalaciones sin
preexistencias, predominaba el universo de las geometrías puras y las
plantas bajas liberadas.

1.4. Territorio y modernización

Durante las primeras décadas del siglo XX, Europa había


atravesado diversas experiencias en el campo del urbanismo sobre
modelos distintos de descentralización territorial. Los principales fueron
las ciudades jardín anglosajonas teorizadas por Ebenezer Howard y las
nuevas ciudades soviéticas, como las proyectadas por Kropotkin y
Miljutin. Inglaterra fue el principal propagador de teorías y experiencias

88
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en torno a la renovación de un urbanismo a tono con una “poética


verde” que pueden leerse como una búsqueda de equilibrio entre
aquellas dos ideas contrapuestas de la ciudad y el campo,
introduciendo espacios verdes dentro de la ciudad y definiendo límites
máximos de crecimiento84. Según Williams, la experiencia en Inglaterra
constituye un caso ejemplar de la conservación de las ideas sobre la
vida rural aún luego de enormes transformaciones dirigidas hacia el
desarrollo económico de los centros urbanos, debido a que el campo
fue entendido en cooperación con la naturaleza mientras que, por el
contrario, la industria, era una forma de invalidarla y transformarla85. A
pesar de las enormes transformaciones que había sufrido la tierra en
manos de la explotación agrícola luego de la Revolución Industrial, la
idealización y tensión vinculaba el concepto del campo a lo antiguo, lo
natural y lo humano, en contraste con la ciudad como imagen del
progreso, la modernización y el desarrollo86.
Luego de la Primera Guerra Mundial estas teorías constituyeron
antecedentes de iniciativas en la planificación extendidas a escala
regional, paralelamente en Inglaterra y en los Estados Unidos, donde
se gestó un movimiento de revisión teórica de los postulados de la
ciudad-jardín que se habían ensayado en numerosas ciudades, ahora
en conjunto con nuevos instrumentos técnicos aplicables a través de la
intervención estatal87. Asociaciones de expertos como el Town Planning
Institute en Inglaterra o el Regional Planning Association (RPAA) en los
Estados Unidos discutieron y desarrollaron estas iniciativas88, basadas
en estrategias de constelación de ciudades separadas por áreas
verdes y de producción agrícola, unidas por una autoridad
administrativa, como habían funcionado algunas sociedades en la
Edad Media y como aún funcionaban algunas regiones de Europa89. La
renovación se vinculaba, en el ámbito de las ciencias sociales, a un
cambio de enfoque que viró desde las teorías francesas del siglo XVIII,

84
Gravagnuolo, B., Historia del urbanismo en Europa, 1750-1960. Madrid: Akal, 1998.
85
Williams, R., La ciudad y el campo. Buenos Aires: Paidós, 2001.
86
Ibídem, p. 363.
87
Según Dal Co, los modelos anglosajones se trasladaron a Norteamérica con gran
aceptación porque conciliaron intereses entre los sectores políticos progresistas que
promovían la descentralización y los sectores privados que buscaban la ampliación del
mercado del suelo (Dal Co, F., De los parques a la región. En: Ciucci, G. [et. al.], La
ciudad americana de la guerra civil al New Deal. Barcelona: Gustavo Gili, 1975).
88
Gravagnuolo, B., Historia del urbanismo en Europa, 1750-1960. Madrid: Akal, 1998.
89
Ibídem, p. 243.

89
. .… … . .… . . …. … … Ca p ítu l o 1 . I den t id ad y te r r it o ri o …. . … …… … …… …

como la de Rousseau, basada en la igualdad de los hombres, hacia


otras como la de Saint-Simon, que en el siglo XIX se apoyaron en la
diversidad, proponiendo la asociación armónica y de cooperación
entre hombres desiguales y organizados en clases según sus
condiciones naturales. Las primeras construyeron las bases políticas
de la sociedad occidental a partir de la Revolución Francesa, la
segunda, en los inicios del siglo XIX buscó la conformación orgánica
de la sociedad. De este modo, la visión del hombre como igual o
similar, en naturaleza y en derechos, cambió hacia un énfasis en la
singularidad del hombre y su diversidad90. En este marco y tras el
avance de las teorías evolucionistas de las ciencias naturales, se
desarrollaron las ideas y métodos de Patrick Geddes, los cuales
influyeron de manera decisiva en el concepto del rol social que debía
asumir un especialista en planificación y fueron difundidas a través de
las organizaciones profesionales inglesas y norteamericanas91.
Las teorías de Geddes se alimentaban de los postulados de la
geografía regional francesa, ciencia que emergió a fines del siglo XIX
sirviéndose del concepto de región, que había utilizado previamente la
geología, para definir regiones naturales, definidas como unidades
espaciales donde predomina la homogeneidad de ciertos factores
físico-ambientales, como la flora, la fauna, el clima o los minerales. La
geografía regional unió tal concepto a la idea del paisaje humanizado,
llegando a una síntesis entre los factores de la naturaleza y de la
sociedad y ayudando a fortalecer la identidad nacional de los estados
modernos92.
Es así como se interpretó que el medioambiente geográfico
predispone hacia un tipo de actividades, que a su vez modifica hábitos
e instituciones, unificando a sus habitantes y diferenciándolos de los
miembros de otras regiones. Lewis Mumford, uno de los promotores
de esta ideología, argumentaba que habían sido motivaciones
políticas, como las acontecidas luego de la Revolución Francesa o de
la colonización del continente americano, las que habían impuesto
límites arbitrarios en los territorios ignorando las posibilidades reales de

90
Manuel, F. E., From Equality to Organicism. Journal of the History of Ideas, vol. 17, n°1
(Jan. 1956), pp.54-69.
91
Meller, H., Patrick Geddes. Social Evolutionist and City Planner. Londres: Routledge,
1990.
92
López Levi, L.; Ramírez Velázquez, B., op. cit., p. 101.

90
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sus habitantes de establecerse y desarrollarse productivamente93.


Aliata y Silvestri señalan que en el siglo XVIII el pensamiento
europeo sobre la naturaleza involucraba una dimensión política que la
consideraba poseedora de las verdaderas reglas en contraste con el
artificio de las normas impuestas. Es así como el paisaje “libre y
natural” inglés, era un modelo social y político vinculado a la libertad,
opuesto al jardín francés, que representaba el poder absoluto94. Hacia
fines del siglo XVIII, en respuesta a un mundo francés que constituía el
modelo de racionalismo moderno, orientado al dominio económico
productivo del territorio, nació en Inglaterra el naturalismo romántico,
una tendencia que buscaba la expresión de una verdad natural y que
interpretaba que el progreso se alejaba de ella95. Evitando apoyarse en
el orden racional, en el siglo XX surgió una ideología organicista, que
buscó modelos a partir de las teorías elaboradas hacia la segunda
mitad del siglo XIX que separaron la idea de naturaleza de las ideas de
materia y espíritu en base al nuevo concepto de evolución96. Según
Dal Co, inmersas en este sentimiento se llevaron a cabo las primeras
experiencias sobre el planeamiento en los Estados Unidos, destinadas
a reestablecer las relaciones entre el ambiente y los procesos de
urbanización97.
La geografía regional se entrecruzó con el organicismo social
en las disciplinas del urbanismo y la planificación, ya que ambas
tendencias se vieron vinculadas en un conjunto de posturas críticas a
la centralización urbana consecuente del sistema económico
capitalista, que dejaba a un lado las economías agrícolas, surgidas
durante los siglos XVIII y XIX en las regiones más industrializadas de
Europa y EEUU. Según Tafuri, estas visiones críticas constituyeron una
ideología antiurbana determinante en la historia del urbanismo británico
y estadounidense desde principios del siglo XX, hasta alcanzar a tomar
parte en los debates sobre la reconstrucción de las ciudades europeas

93
Mumford, L., Regional Planning. En: Canizaro, V. (ed.), Architectural Regionalism.
Collected Writings on Place, Identity, Modernity, and Tradition, pp. 237-243. Nueva York:
Princeton Architectural Press, 2007. (Texto original de 1931).
94
Aliata, F.; Silvestri, G., El paisaje como cifra de armonía. Buenos Aires: Nueva Visión,
2001, p.75.
95
Aliata, F.; Silvestri, G., op. cit., p. 94.
96
Colinwood, R. G., Idea de la naturaleza. México: Fondo de la Cultura Económica,
2006.
97
Dal Co, F., De los parques a la región. En: Ciucci, G. [et. al.], La ciudad americana de
la guerra civil al New Deal. Barcelona: Gustavo Gili, 1975.

91
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en la Segunda Posguerra98. El centro de esta discusión estaba en la


confrontación entre la ciudad y el campo y como consecuencia, entre
la sociedad y la naturaleza.
En la década de 1930, el régimen fascista experimentó grandes
emprendimientos territoriales. Uno de ellos fue el del plan para el Valle
d´Aosta, el cual buscaba revalorizar la belleza natural de una región
específica mediante un proyecto urbanístico que integraba industria y
turismo con el territorio99, el otro fue el saneamiento de la “Palude
Pontina”, una operación de recuperación de tierras inundables para la
producción agraria cuya estrategia principal consistió en fundar las
ciudades del Agro Pontino. Estas nuevas ciudades pretendían ser
pequeñas, debido a que el régimen mantenía una posición ideológica
en contra de las grandes urbes, de las cuales se pretendía alejar a las
familias, trasladándolas hacia el campo y proponiéndoles condiciones
higiénicas y vida moderna con mejoramientos en la productividad
industrial y agrícola. Fueron inauguradas con masivas campañas
públicas que les otorgaron visibilidad y aprobación generalizada100. El
emprendimiento fue parte de un programa político pensado para situar
a Italia a la par de los países del mundo industrializado y se presentaba
en base a dos modelos, uno militar e industrial y otro rural o “colónico”.
Según Liernur, el ambiente que el régimen intentaba mostrar en ese
momento era de un falso progresismo que les permitiera diferenciarse
del nazismo alemán y de otras propuestas liberales y socialistas como
las soviéticas. Bajo la teorización del corporativismo, se intentaba
suavizar la imagen de una Italia provinciana, y se pretendía abrirse al
mundo capitalista101.
Por otra parte, Ghirardo señala que la batalla interna del
fascismo por la conquista de la tierra en los primeros años treinta fue
un preludio a las batallas militares por la conquista del imperio
iniciadas en 1935102. La conquista del territorio y el mantenimiento del
territorio conquistado a través de asentamientos urbanos era una

98
Tafuri, M., Storia dell´ideologia antiurbana. Curso de historia de la arquitectura 1A/2A.
Año académico 1972-1973. Venecia: Istituto Universitario di Architettura, 1973.
99
Rogers, E. N., L´unita di Adriano Olivetti. Casabella, n° 270, 1962, pp. 1-9.
100
Ghirardo, D., Italy, op. cit..
101
Liernur, J.F., “Ciudades de la tierra”. Materiales n°3, agosto de 1983, pp. 68-95.
102
Ghirardo, D., Le cittá nuove nell´Italia fascista…, op. cit.

92
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tradición italiana que se remontaba al imperio romano103. El


saneamiento de estos pantanos, como el de otras áreas pantanosas
de Italia, había sido intentado otras veces en el pasado, especialmente
por el Papa Sixto V, pero no se había conseguido mucho éxito ni en el
escurrimiento de las aguas ni en volverlas productivas. La recuperación
de la tierra fue tema recurrente en la cultura de Italia a partir de las
promesas de cambio que el gobierno había hecho luego de la
unificación, y que no fueron cumplidas. Según Ghirardo, hacia fines del
siglo XIX, millones de italianos emigraron hacia el Sur y el Norte de
América con el propósito de ahorrar lo suficiente para volver a Italia y
comprar tierras en sus propias provincias. Respondiendo a este deseo,
el fascismo prometió la propiedad de la tierra a aquellos que quisieran
emigrar a las zonas rurales a trabajarla, de esta manera logró el voto
popular de los campesinos ganándole al socialismo a principios de los
años veinte que proponía en cambio, un sistema de socialización de la
tierra104.
El fascismo siguió algunos modelos romanos para el
asentamiento de las colonias, como por ejemplo, tener en
consideración los materiales y técnicas constructivas locales para
asimilar las poblaciones locales al Imperio. Incluso, a partir del año
1940 esta demanda aparecía en las bases de los concursos, junto con
una planta reguladora que seguía el modelo del castrum romanum,
organizado en base a dos ejes perpendiculares y cuatro cuadrantes
ortogonales, una plaza central a veces porticada. Según Ghirardo, la
propuesta fascista combinaba el esquema romano con un skyline
medieval, utilizando torres para los edificios comunales y las casas del
fascio; por un significado simbólico, posicionaban focalmente los
diversos palacios públicos. De esta forma se superponía un sistema
regular homogéneo con un sistema jerarquizado. También se tomaban
algunos de los conceptos base de la ciudad-jardín de Howard, que
había tenido gran influencia en Italia hasta principios de los años
veinte, aunque las ciudades del Agro Pontino no reconocían a la

103
Las doce ciudades de Mussolini tenían el sentido simbólico de referir a los orígenes
del primer cuerpo político de Italia antigua: La Liga de las Doce Ciudades Etruscas.
Las ciudades contenían como consecuencia ciertas ambivalencias: a través de ellas la
propaganda fascista enfatizaba las referencias a los vínculos entre la moderna Italia
fascista y la antigua Roma imperial. (Ghirardo, D., op. cit.).
104
Ibídem.

93
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industrialización como una condición para su existencia, sino que, por


el contrario, se evitaba crear las condiciones para el desarrollo
industrial105.
De aquel modo, el discurso político sostenía una ambigua
combinación de tradición y progreso, que confiaba en el aporte técnico
de los urbanistas mientras sostenía la idea de una ciudad corporativa,
donde las libertades individuales fueran relegadas a un segundo plano
en pos del bien común del Estado. El urbanismo corporativista que
impulsó el régimen fue respaldado por arquitectos y urbanistas muy
destacados, nucleados principalmente en la revista Quadrante. Según
Rifkind ellos adaptaron y transformaron los principios y programas de
los Congrès Internationaux d’Architecture Moderne (CIAM)106. Así lo
habría planteado Peresutti, proponiendo una concepción urbanística
clásica, que mantuviera los instrumentos del orden y la jerarquía a
través de una resolución moderna en las formas107.

“Los estudios generales del urbanismo mundial, sobre todo en


Alemania e Inglaterra, se orientan más bien a la descentralización
urbana, pero tales esfuerzos se limitan a sustituir la antigua forma
cerrada y monocéntrica por una forma urbana abierta y
descentralizada, conservando intacta la vieja economía funcional
artificiosa de la ciudad. De ese modo la base fundamental permanece
inalterada; sólo varían acaso las formas. Por el contrario, entre nosotros
la descentralización urbana y la vuelta a la tierra son consecuencias
netas de un nuevo concepto económico: a la economía artificiosa de
la ciudad octocentista, ha seguido una economía natural, y el centro
urbano se mueve al ritmo vital de sus propias funciones: está ligado a
la tierra misma que lo sostiene y lo justifica”108.

105
Aunque varias ciudades luego se coinvirtieron en centros industriales y luego de
1936 el propio fascismo fundó algunas de estas ciudades con fines industriales, como
Carbonia, Arsia y Guidonia.
106
Rifkind, D., Everything in the state, nothing against the state, nothing outside the
state’: corporativist urbanism and Rationalist architecture in fascist Italy. Planning
Perspectives, vol. 27, n°1, Jan 2012, pp. 51-80.
107
Peressutti, E., “Urbanistica corporativa. Piani regolatori”. Quadrante n°20, dicembre
1934, p.1-2.
108
Bardi, P. M., “Urbanismo italiano: el nacimiento de Sabaudia”. Revista de
Arquitectura, n°159, marzo de 1934, p. 111.

94
…… . . …. . … …… … C ap ítu l o 1 . I dent id ad y te r r it o ri o …. . … …… … …… …

La primera ciudad nueva construida por el regimen fue Littoria,


cuyo proyecto fue adjudicado por encargo directo al arquitecto Oriolo
Frezzotti, quien trabajó junto al equipo del Ing. Savoia de la Opera
Nazionale Combattenti (ONC) y fue inaugurada el 18 de diciembre de
1932 luego de seis meses de obras. El proyecto obtuvo algunas
críticas relacionadas con el trazado del plan regulador, ya que se
basaba en un esquema tradicional poco atento a las tendencias y
debates internacionales que estaban teniendo lugar respecto del
urbanismo moderno, presentando un viejo esquema de plaza central
con calles radiales y anulares, sin considerar orientación, subdivisión
del tráfico y coordinación de funciones109. No obstante, el proyecto fue
presentado al CIAM de 1933 como lo más avanzado en materia de
urbanismo en Italia.
En ocasión de llevar adelante el siguiente emprendimiento, y
ante los llamados de atención de arquitectos e ingenieros tras la
experiencia de Littoria, para la ciudad de Sabaudia se optó por
convocar a un concurso nacional. La comisión adjudicataria estuvo
compuesta por los ingenieros del Ufficio Tecnico de la ONC, y por los
arquitectos Giovannoni, Fasolo y Libera, quienes eligieron el proyecto
redactado por los arquitectos Gino Cancellotti, Eugenio Montuori, Luigi
Piccinato y Alfredo Scalpelli110. El proyecto incluía una estrategia de
comunicación entre la ciudad y el territorio a través de un centro
agrícola descentrado respecto del mismo, el cual sería atravesado por
una vía principal y otra avenida a lo largo del mar, que conectaría la
nueva ciudad con Terracina y Anzio111.

109
Schwarz, A. F., “La Bonifica delle paludi pontine e la nuova città di Littoria”.
Rassegna di Architettura, n°2, 1933, pp.56-64.
110
Al arquitecto Scalpelli se le adjudicó la ejecución del plan regulador y de todos los
edificios públicos y privados del núcleo central. Las escuelas, el campo deportivo y el
reservorio de agua fueron proyectados por el arquitecto Frezzotti, y algunos otros
edificios, que cambiaron respecto del proyecto original, fueron encargados al arq.
Vicario. (Piccinato, L., Il significato urbanistico di Sabaudia, Urbanistica n°1, gennaio-
febbraio 1934, pp.10-24)
111
Piccinato concluye el artículo con la siguiente afirmación: “El Jefe del Gobierno
italiano, con haber intuido inmediatamente tales valores, con haber formulado los
principios, con haber querido la inmediata realización (cuando en otras naciones la
voluntad de renacimiento se perdía en vano en la práctica de la investigación), ha
abierto a Italia su más exacto horizonte y a la urbanística su más verdadero camino
dentro de los cuales está la salvación de las futuras generaciones”. (Piccinato, L., op.
cit., p. 24 )

95
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Figura 33: Plan regional


del Agro Pontino. Fuente:
Urbanistica, gennaio-
febbraio, 1, 1934, p. 11.

Se trataba de nuevas formas urbanas abiertas y descentradas


que pudieran equilibrarse de acuerdo a las nuevas funciones. Piccinato
citaba como antecedentes los planes regionales ingleses y alemanes,
como los centros urbanos mineros de Ruhr o la ciudad industrial de
Autostroy en Rusia, pero aseguraba que Sabaudia avanzaba hacia una
concepción distinta que involucraba la región-ciudad, la provincia-
ciudad, la nación-ciudad112. El proyecto fue muy bien recibido entre
otros de ciudades nuevas, ya que su planteo general era innovador.
Para algunos, como Peresutti, la clasicidad del concepto urbano le
otorgaba un carácter de ciudad corporativa que debía encontrar luego
en la realización técnica y estética, formas de expresión modernas113.
Piacentini, lo elogió enfáticamente por su capacidad para adaptarse a
las necesidades de la realidad sin trabajar con preconceptos ni
cánones rígidos de un lenguaje moderno importado, por comprender
los “valores ambientales” y especialmente por su nueva concepción
sobre el paisaje114. Se trataba de una concepción orgánica que
vinculaba la ciudad con el territorio, orientando las calles hacia la
visualización del campo desde el centro, introduciendo sectores de
baja densidad dentro de la ciudad y abriendo las plazas el paisaje115.

112
Piccinato, L. op. cit., p. 13.
113
Peresutti, E., La città corporativa. (Citado en Riva, P., Fascismo, politica agraria,
O.N.C. nella bonificazione pontina dal 1917 al 1943. Roma: Editrice Sallustiana, 1983).
114
Piacentini, M., “Sabaudia”, Architettura, giugno 1934, p. 323.
115
Liernur, J. F., op. cit. p. 82.

96
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Figuras 34-35: Áreas verdes en el plan de Sabaudia y La piazza delle adunate con el Monte Circeo de
fondo. Fuente: Urbanistica n°1, gennaio-febbraio 1934, p. 21 y 23.

Tras la tercera ciudad, Pontinia, más modesta y elaborada


directamente por la ONC, se abre un nuevo concurso para la ciudad de
Aprilia, la cuarta en planificarse, debía ser una comunidad rural con
3000 habitantes en el centro urbano y otros 9000 en las áreas
circundantes. Enrico Tedeschi participó en este concurso asociado con
Ludovico Quaroni, Saverio Muratori y Francesco Fariello116. A diferencia
de los proyectos ganadores en anteriores concursos, el proyecto de
este grupo se distinguió desde su propuesta abstracta, basada en un
tejido edilicio regular organizado por el cruce de dos ejes
perpendiculares y la infinita divisibilidad del espacio. El proyecto no
obtuvo ningún premio por parte del jurado, sin embargo alcanzó gran
repercusión, ya que fue presentado como el único barrio moderno
italiano en la muestra de los planes reguladores de la VI Triennale di
Milano en 1936 y posteriormente premiado con una medalla de Plata
en la Exposición Internacional de París de 1937.

116
Probablemente no hayan participado de Sabaudia porque eran muy jóvenes aún.

97
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Figura 36: Aprilia: Planta general. Proyecto Fariello-Muratori-Quaroni-Tedeschi. Fuente: Architettura n°


maggio 1936, p.207.

Figura 37: Aprilia: Perspectiva. Proyecto Fariello-Muratori-Quaroni-Tedeschi. Fuente: Quadrante n°33, p.7.

Figura 38: Aprilia: Fotografía de la maqueta. Proyecto Fariello-Muratori-Quaroni-Tedeschi. Fuente: Archivo


Claudia Tedeschi.

98
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Piacentini valoraba en los distintos proyectos presentados al


concurso para Aprilia una serie de cualidades como la eficiencia en
relación con el buen asoleamiento y los vientos predominantes, la
flexibilidad del sistema de un trazado abierto que permitía un
crecimiento gradual, el tamaño del equipamiento arquitectónico en
relación adecuada al modesto tamaño de la ciudad que se estaba
proyectando, el aprovechamiento de las visuales en relación al paisaje
circundante, la arquitectura moderna, no colonial o románica, el
trazado vial con diferenciación entre el sistema vial de paso y el de
tráfico local, la relación jerárquica entre los edificios públicos y los de
vivienda, las conformaciones lineales pero también “orgánicas” y la
fusión entre la urbanización con el ambiente natural, haciendo
compenetrar el campo con las masas edilicias117. En cuanto al
proyecto de Fariello-Muratori-Quaroni-Tedeschi Piacentini señalaba que
era rigurosamente moderno y de concepción óptima, siendo que se
podía construir en etapas y no requería de la existencia de todas las
partes de la ciudad para los efectos estéticos y planimétricos118. Sin
embargo, la Comisión descartó la propuesta en una primera instancia,
tal vez porque no respondía a las exigencias de las bases en cuanto al
carácter arquitectónico buscado119. Esta característica fue la que
Quadrante resaltó como ejemplar:

“Così pure si è rifuggito da preziosità di ambientamento e di colore


rurale, ritenendo più efficace espressione dell´opera di bonifica in
mezzo all´inmensità dell´ Agro, la risoluta franchezza della ripetizione
delle case a schiera e la nitida compatezza dell´opera in serie” 120.

117
Piacentini, M., Aprilia, Architettura, XV, maggio 1936, pp.193-212.
118
Ibídem. Piacentini destaca los proyectos de Libera, Calza Bini-Nicolini, Marconi-
Paniconi-Pediconi y Montuori-Piccinato como ejemplos de lo más avanzado que se
conocía en ese momento en el tema de la edilicia rural.
119
Según Liernur es a partir de este concurso que se exigen esas condiciones
expresivas porque el debate que se estaba dando en el campo disciplinar había girado
hacia lo rural y lo popular en coincidencia con ciertos direccionamientos políticos. La
guerra de Etiopía había dado por finalizada la empresa del Agro Pontino y había
impulsado la colonización de tierras africanas, ya no italianas. (Liernur, J. F., op. cit.).
120
“De este modo se ha rechazado la ambientación y los colores rurales, considerando
expresiones más eficaces de la obra de recuperación en medio de la inmensidad del
Agro, la franqueza absoluta de la repetición de las viviendas en hilera y la nítida
compacidad de la construcción en serie”. (Errori di uomini, Quadrante n°33, gennaio
1936, p. 6, T.d.A.)

99
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La búsqueda de las raíces populares en la cultura nacional


expresadas como mediterraneidad o italianidad eran parte del
programa oficial. Así como para Roma, se recurría hacia la arquitectura
urbana clásica de los antepasados grecorromanos, las nuevas
urbanizaciones se volcaban hacia la observación de la arquitectura
rural tanto de las costas mediterráneas como de la de los alpes.
Aunque esta voluntad presentaba diferentes tratamientos teóricos y
prácticos. Por un lado, la visión teórica de Pagano sobre lo rural y
popular, apuntaba hacia una búsqueda sintética entre esos
componentes y lo moderno; en cambio, para el régimen, se trataba de
una composición escenográfica, donde se utilizaba una planificación
moderna con un ropaje campesino estilizado121. En el proyecto del
equipo FMQT para Aprilia, de fuerte contenido racional y sintético, aún
no estaban estos intereses, es a partir de los dos proyectos
paisajísticos siguientes, los edificios Alpinos ya comentados y las
instalaciones turísticas en el Circeo, que Enrico Tedeschi empieza a
trabajar con los temas vernaculares.
La revista Quadrante, destacó especialmente el proyecto para
Aprilia que presentaron Fariello-Muratori-Quaroni-Tedeschi, alabando la
infinita divisibilidad del espacio y al mismo tiempo su potencialidad
racionalizadora, el módulo residencial que se convierte así en matriz,
núcleo base de un ordenamiento espacial que anula cualquier
jerarquía basada en la tipología, como cualquier vínculo directo entre
casa y calle. La malla viaria es un elemento secundario y no un
generador de la composición urbana y la espina central verde también
es un elemento innovador, funcional. Tafuri cree que en el proyecto hay
una tendencia a ocuparse especialmente de la definición de una
“forma”. Si bien se nota la inmadurez y los defectos de la pobre
formación académica recibida, aunque sea abstracto y formalista, se
nota una búsqueda en dirección a las ideas de May y Gropius y una
distancia con las propuestas de Le Corbusier. Según Tafuri, en la
concepción de Sabaudia de Piccinato había una apertura a problemas
de la planificación territorial y económica que eran renovadores, pero
que luego en la práctica, tales enunciaciones no habían llegado a su
fin, porque crearon premisas y modelos operativos válidos que luego
no pudieron traducirse en configuraciones consecuentes. Por el
121
Liernur, J. F., op. cit., p. 88.

100
…… . . …. . … …… … C ap ítu l o 1 . I dent id ad y te r r it o ri o …. . … …… … …… …

contrario, para Tafuri, en el proyecto para Aprilia de FMQT estaba


implícito un sueño de liberación popular a partir de la forma que
contrastaba con la opresión reaccionaria del régimen que sí estaba
bien representada por el populismo ruralista del proyecto ganador122.
Ghirardo observa que en las ciudades del Agro Pontino existía
una circunvalación que separaba la ciudad del campo, una calle que
marcaba el fin de la ciudad. Como en los modelos de Howard para las
ciudades jardín, un límite físico debía garantizar un límite al
crecimiento, y la conservación así del tamaño típico de un centro
rural123. Este puede ser otro motivo por el cual el proyecto de Tedeschi
y sus socios para Aprilia no fuera de interés para el jurado: la extrema
racionalidad del trazado que no proponía límites al crecimiento,
además de los requerimientos de carácter en cuanto a las
configuraciones edilicias. Las referencias parecían provenir de los
ejemplos soviéticos como los de May y Miljutin para nuevas ciudades
en Rusia. Estos proyectos sin duda fueron modelos para los jóvenes
romanos, evocando la repetición de viviendas en hilera y el crecimiento
ilimitado124.

Figura 39: Plano de la ciudad de Schtscheglowsk.


Fuente: Cesare Albertini, Conversazione
urbanistiche: Nuove città. Rassegna di architettura
n°5, maggio 1932, p. 223.

La construcción de las ciudades nuevas fue, según Liernur, un


programa positivo en contraposición a las propuestas regresivas en
contra de la inmigración y las medidas de control demográfico, aunque

122
Tafuri, M., op. cit.
123
Ghirardo, D., Le città nuove…, op. cit., p.101.
124
Cuenta de ello da el extenso artículo que publica un año más tarde Francesco
Fariello aunque el tema venía tratándose con anterioridad. Véase Fariello, F.,
L´urbanistica e l´abitazione in Russia, Architettura, settembre 1936, pp.441-460 y
Cesare Albertini, Conversazione urbanistiche. Nuove città. Rassegna di Architettura, n°5,
maggio 1932.

101
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limitó a planificadores y arquitectos debido a la negación de la


industria, los cortos plazos de construcción y los requerimientos de un
vocabulario propagandístico lo más popular posible. Por ello el
antiurbanismo, por un lado, no obtuvo los resultados plaeados, pero
por el otro, cumplió con el fin político de ilusionar a la población
durante una etapa de relativo consenso. Otros autores, como Muratore
y Ghirardo, consideran que más allá del uso propagandístico que se
hizo de las tipologías rurales, la experiencia de las ciudades del Agro
Pontino fue valiosa, por la de cohesión de elementos diversos, pero
congruentes, que implementaron un modo de gestionar el ambiente
físico en sus distintas escalas, acomodando ciertos elementos de la
planificación moderna con las relaciones sociales e institucionales
tradicionales de las ciudades italianas125.
Otro tipo de intervención sobre el territorio del Agro Pontino tuvo
lugar luego de la sanción y aplicación de la ley de protección de las
bellezas naturales sancionada el 29 de junio de 1939126. En un intento
por corregir la ley anterior de 1922, esta ley comprendía delegar la
protección de la naturaleza en la elaboración de planes territoriales con
el objetivo de integrar la conservación de las vistas y la preservación de
las condiciones ecológicas del paisaje127. Ese mismo año, por iniciativa
del Ente Provinciale per il Turismo, su presidente, el Ing. Cardinali,
determinó el encargo directo al ing. Pietro Catalano y al arq. Enrico
Tedeschi de un plan para la valorización del Parque Nacional del
Circeo128.
El Parque Nacional del Circeo había sido creado en 1934 en
plena política del Agro Pontino. Se trataba de un territorio de antiguos
bosques que superaba las 8.000 ha. y se extiendía sobre las costas del
Mar Tirreno a unos cien kilómetros al sur de Roma. El lugar era óptimo
para promocionar los éxitos del programa de saneamiento y creación

125
Ghirardo, D., Le città nuove…, op. cit. / Muratore, G., Avanguardia e populismo nell´
architettura rurale italiana fino al 1948. Casabella, n° 426, giugno 1977, pp. 25-31.
126
Legge 29/06/1939, n°1497 “Protezione delle Bellezze Naturali”. Gazzetta Ufficiale
n°241, 14/10/1939.
Accesible:http://www.naturaitalia.it/static/temp/allegati_natura_italia/biodiversita/normati
va/Legge_1497_del_1939.pdf
127
von Hardenberg, W. G., Act Locally, Think Nationally. A Brief History of Access Rights
and Environmental Conflicts in Fascist Italy. En: Armero, M; Hall, M. (eds.), Nature and
History in Modern Italy. Athens: Ohio University Press, 2010, pp. 141-160.
128
Catalano, P.; Tedeschi, E., Il piano paesistico del Circeo, Urbanistica, n°5-6, 1943,
pp.12-21.

102
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de nuevas ciudades, ya que se encontraba en las proximidades de la


ciudad de Sabaudia, cuya construcción estaba ya en marcha. El
interés en el lugar estaba relacionado con el mito existente sobre el
Promontorio del Circeo, donde se encuentran restos arqueológicos
pertenecientes a un posible templo dedicado a Circe129.

“I progettisti hanno ritenuto di poter conservare tali pregi impostanto il


piano su di una concezione nettamente anti-urbana, che esclude gli
agglomerati edilizi e limita le dimensioni degli edifici […] ”130

El proyecto de Tedeschi-Catalano consistía en una serie de


equipamientos turísticos dispuestos sobre el Promontorio, área de
unas 1000 ha. caracterizada por una extensa selva en pronunciada
pendiente. La estrategia principal fue conectarlos por una red vial
estructurada en dos líneas principales paralelas, una sobre el sector
alto del monte y otra más baja, a lo largo de la costa rocosa.

129
“Dos potentes muros de contención reforzados por pilastras en las zonas de mayor
solicitación sostienen una superficie abierta elevada que constituye, según la hipótesis
de algunos estudiosos, un área sacra circundada por un temenos, más que el podio
de un templo. En este lugar fue encontrada la cabeza de la statua di culto di Circe,
conservada en el Museo de las Termas en Roma”. (Ente Parco Nazionale del Circeo.
Schema di Piano del Parco. 15/12/2010. Disponible en: http://www.parcocirceo.it)
130
“Los proyectistas han estimado poder conservar tales condiciones implementado un
plan sobre una concesión netamente antiurbana, que excluye las aglomeraciones
edilicias y limita las dimensiones de los edificios (…)”(“Il piano paesistico del Circeo”,
Urbanistica, n°5-6, 1943, pp.12).

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Figuras 40-41: Plan paisajístico para la costa del Circeo. Planimetría general, detalle y fotomontaje.
Fuente: Urbanistica XII, n° 5-6, settembre-dicembre 1943, p.14.

El plan presentaba un planteo diversificado de equipamientos:


conjuntos de viviendas en hilera “tipo mediterráneo” y otras agrupadas
con jardín, las “villas” de organización escalonada y en claustro,
albergues de hospedaje en bloque de mediana altura, varios
establecimientos balnearios sobre la playa, un convento y pensionado,
pequeños centros comerciales distribuídos en distintos puntos del área
y un hotel céntrico. Las variantes tipológicas se inscribían en una
tradición mediterránea y modernizada.
El diálogo de los arquitectos italianos del siglo XX con las
fuentes vernaculares tenía antecedentes incluso entre los arquitectcos
futuristas y los núcleos racionalistas más radicales de los años treinta,
para quienes la cultura popular mediterránea les ofrecía un repertorio
formal de superficies blanqueadas y repeticiones escalonadas, típicas
de la costas marítimas mediterráneas131. Gio Ponti, Giovanni
Michelucci, Luigi Piccinato y muchos otros habían proyectado
viviendas “colónicas”, algunas de ellas fueron presentadas en 1933 en
ocasión de la V Trienal de Milán132. En la siguiente trienal, Pagano
retomaba el tema con su muestra sobre arquitectura rural donde no
sólo recuperaba lenguajes marítimos, sino muchos otros, revisando las
estructuras tipológicas de diversas regiones de la península.
La influencia de las experiencias contemporáneas de Le
Corbusier no era menor, entre las propuestas locales, Pietro Lingeri
construyó entre 1935-1939 un atelier para un artista en la Isla
Comacina de sugerente similitud con la casa La Sextant en Les Mathes
de Le Corbusier construída en 1935133.

131
Sabatino, M., Orgoglio della modestia. Architettura moderna italiana e tradizione
vernacolare. Milán: FrancoAngeli, 2013.
132
Michelucci expone sus argumentos teóricos en: “Contatti fra architetture antiche e
moderne” y “Fonti della architettura moderna italiana”, Domus n°50, febrero 1932.
133
El atelier fue publicado en Sartoris, A., Encyclopédie de l´Architecture Nouvelle.
Ordre et climat méditerranéens, pp.174-175.

104
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Figura 42: Plan paisajístico para el Circeo: “Albergo centro”. Fuente: Urbanistica XII, n° 5-6, sett-dic
1943, p. 16.

Figura 43: Plan paisajístico para la costa del Circeo. Balneario sobre el sector Oeste del Promontorio.
Fuente: Urbanistica XII, n° 5-6, settembre-dicembre 1943, p.16.

105
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Figuras 44-45: Plan paisajístico para el


Circeo: “Tipo de Villa en la localidad
Torre Fico”. Fuente: Urbanistica XII, n°
5-6, settembre-dicembre 1943, p.19.

106
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En el marco de un Concurso Nacional posterior, Tedeschi


presentó un proyecto para un Balneario en Terracina obteniendo el
primer premio en sociedad con el ingeniero Pietro Catalano, sumando
esta vez al equipo al arquitecto Mario Zampini y al ingeniero Giuseppe
Cardinali134. La propuesta consistía en un único edificio desarrollado en
un gran bloque porticado apoyado sobre la playa y una pasarela que
conducía a una plataforma flotante a la manera de muelle.
La crónica de Saverio Muratori sobre el concurso consideró que
el proyecto vencedor era, bajo distintos aspectos, el más logrado, y
atribuyó la virtud de resolver el programa en una estructura racional y
repetitiva de elementos portantes confinados en una volumetría
precisa, destacando el interés técnico de los proyectistas. El valor
expresivo parecía estar en la utilización de un juego con los materiales
naturales:
“[…] pietra di tonalità calda per i pilastri, più scura per i muri interni di
sostegno, legno grezzo per i soffitti, legno e marmi per i pavimenti”135.

Se trataba de un esquema abstracto, pero con una apuesta


sensible y localista en la materialidad y en la bóveda de la cubierta. Los
proyectos paisajísticos de la dupla Tedeschi-Catalano quedaron
inmóviles igual que todos los planes en curso ante los acontecimientos
bélicos iniciados ese año136. Giuseppe Samonà señalaba que el tema
era una preocupación constante, adherir a la modernidad y conservar
la identidad, adaptarse a las tendencias prácticas y técnicas del nuevo
siglo pero sin olvidar las raíces, y conservando un sentido de la medida
y del equilibrio137.

134
Architettura, XXI, n°6, giugno 1942, pp.200-201. El ing. Cardinali era el presidente del
Ente Provincial del Turismo que un año antes había adjudicado el masterplan para el
Circeo a la dupla Tedeschi-Catalano.
135
“[…] piedra de tonalidad cálida para las pilastras, piedra más oscura para los muros
internos de sostén, madera rústica para los cielorrasos, madera y mármoles para los
pavimentos”. (Muratori, S., “Concorso per il progetto de un stabilimento balneare sulla
riviera circe a Terracina”, Architettura, giugno 1942, p.200).
136
En la década del cincuenta, fue encargado otro plan de ordenamiento para la costa
de Sabaudia, al arquitecto Michele Busiri Vici (1894-1981), un arquitecto y paisajista
italiano que en 1937 colaboró con Piccinato en el proyecto paisajístico para el EUR. En
1938 emigró a los Estados Unidos y realizó el proyecto del Pabellón Italiano para la
Exposición Internacional de Nueva York de 1939. En 1955-56 le fue encargado el plan
paisajístico de la costa de Sabaudia y proyectó numerosas residencias privadas en la
zona, hasta la década de 1970.
137
Samonà, G., “Tradizionalismo ed internazionalismo architettonico”. Rassegna di
Architettura, 1929, pp. 459-466.

107
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Figura 46: Proyecto para un Balneario en Terracina. Fuente: Architettura, giugno 1942, p.200.

Hasta aquí examinamos los modos en los que la arquitectura y


el urbanismo en Italia atravesaron durante la década del treinta una
crisis cultural que mantuvo a los arquitectos relativamente alejados de
los debates internacionales. La experimentación formal y lingüística –
de inspiración vernácula, racionalista, contextualista o monumentalista-
fluctuaba en función de una idea de carácter que pudiera definir y
fortalecer el lugar profesional que los arquitectos habían ganado frente
a encargos de tan diversa índole. Según Scalvini, la complejidad de
esta trama radica en que, a partir del período postunitario, la
especificidad del debate italiano consistió en la coexistencia de la
búsqueda de un estilo nacional con variaciones locales –lo cual
generaba tensiones recíprocas- en simultaneidad con diferentes
tendencias estilísticas también nacionalistas –aunque no regionalistas-,
unas que revalorizaban la historia y otras que intentaban alcanzar una
“sintonía con la actualidad”138.

138
Scalvini, M. L., “Stile” e “identità”, fra localismi e orgoglio nazionale: temi e punti di
vista del dibattito eclettico. En: Mozzoni, L.; Santini, S. (eds.), Tradizioni e regionalismi.
Aspetti dell´Eclettismo in Italia. Nápoles: Liguori, 2000.

108
2. RECONSTRUCCIÓN Y PLANIFICACIÓN
ROMA, 1944-1947

Inmediatamente luego de la Segunda Guerra Mundial en Italia los arquitectos romanos


se nuclearon en torno a distintas agrupaciones, preocupados por afrontar los
problemas de la reconstrucción. La Associazione per l`Architettura Organica, la Scuola
di Architettura Organica, el Istituto Nazionale di Urbanistica y la Comuna di Roma,
apuntaron a la formación de profesionales en el área técnica de la planificación urbana
y territorial.
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

2.1. Planificación regional y organicismo

Las experiencias de los proyectos para ciudades nuevas en


Italia durante el período fascista habían marcao un antecedente al
debate sobre la descentralización del territorio. Luego de la guerra el
tema fue retomado, aunque desde nuevas teorías y desde un
instrumental más técnico. Continuando con las líneas trazadas hacia
los años veinte por propuestas como las de Abercrombie y Pepler,
basadas en el marco evolucionista de Patrick Geddes, los especialistas
en Inglaterra, emprendieron ahora un nuevo enfoque sobre la región,
investigando desde una perspectiva sociológica e interdisciplinar las
interacciones entre la gente y el lugar, los vínculos con sus orígenes y
su patrimonio edilicio, previendo futuros crecimientos en una
consideración de equilibrio entre la ciudad y el campo1. Uno de los
puntos fundamentales en la doctrina geddesiana consistía en el
método de elaborar rigurosas tareas de relevamientos estadísticos y
luego de diagnóstico de las condiciones de una región antes de
elaborar cualquier tipo de plan. En 1946 comenzaba el programa
nacional de las new towns con el fin de disminuir la población de
Londres, limitándola con un cinturón verde e incentivando la
generación de nuevos polos urbanos satélite2.
En Norteamérica, Lewis Mumford había sido desde la década
del treinta uno de los receptores y comunicadores de la interpretación
más difundida del enfoque geddesiano, especialmente desde una
visión filosófica que resaltaba la misión moral que tenía el
planeamiento en la reestucturación de la sociedad, la importancia de la
cultura en la vida de las ciudades y el rol de la evolución de la técnica
en el desarrollo humano3. Mumford nutrió estas ideas de
connotaciones políticas, asociando las formas estéticas orgánicas -
cuando la forma se desarrolla desde su interior- a las tecnologías
domésticas y democráticas, en oposición a las formas estéticas
mecánicas -cuando a un material dado se le imprime una forma
predeterminada- derivadas de las tecnologías modernas de gran

1
Meller, H., Patrick Geddes. Social Evolutionist and City Planner. Londres: Routledge,
1990.
2
Benevolo, L., La ciudad europea. Barcelona: Crítica, 1992.
3
Ibídem.

110
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escala y, por tanto, autoritarias4.


Otro de los teóricos que se sumó al enfoque organicista en el
urbanismo fue Eliel Saarinen, analogando el funcionamiento de una
ciudad a la del cosmos y objetando el estudio bidimensional de los
problemas del urbanismo desde las plantas –planos– ya que tales
herramientas no alcanzaban a comprender la concepción espacial de
la ciudad. Sirviéndose de las ideas de Camilo Sitte, Saarinen proponía
estudiar la ciudad medieval como modelo de organización5. En su
trabajo The City: Its Growth, Its Decay, Its Future (1943) sostuvo una
analogía biológica entre la ciudad como construcción humana y la
“madre naturaleza”. Proponía introducir el orden orgánico en las
comunidades urbanas y en el proceso de su crecimiento través de los
principios de la “expresión” y la “correlación”6. Según el principio de la
“expresión”, las formas individuales manifestaban formalmente su
propio sentido, y gracias a la “correlación” se agrupaban de manera
orgánica, por medio de acciones recíprocas, como las células en un
tejido7. Para Saarinen el paisaje era el modelo de correlación en el
mundo natural, un ejemplo armonioso de organización del cosmos,
entendido como una “ciudad de la naturaleza”, opuesto al caos de las
grandes ciudades contemporáneas, cuyo tugurio y concentración, eran
vistos como una enfermedad a combatir a partir del orden orgánico.

Figura 17. ”Diagrama de descentralización orgánica”. Fuente: Eliel Saarinen. La ciudad. Buenos Aires:
Poseidón, 1948.

4
Según Leo Marx, la advertencia tenía su origen en el poder tecnológico que
Norteamérica estaba alcanzando con las armas nucleares. (Marx, L., Lewis Mumford:
Prophet of Organicism. Working Paper Number 2, (1989), Massachusetts Institute of
Technology).
5
Saarinen, E., La ciudad. Buenos Aires: Poseidón, 1948. (Edición original: The City: Its
Growth, Its Decay, Its Future. Nueva York: Reinhold, 1943).
6
Saarinen, E., op. cit., p. 17.
7
Ibídem, p. 20.

111
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Figura 18. “Tejido celular sano:


planificación urbana microscópico”.
Fuente: Eliel Saarinen. La ciudad. Buenos
Aires: Poseidón, 1948.

Saarinen señalaba que los arquitectos habían abandonado el


problema de la construcción de las ciudades al ocuparse de
problemas estilísticos y dejar el terreno del urbanismo librado a los
agrimensores, de manera que la práctica era ejercida por el
planeamiento bidimensional y era allí donde radicaba el principal
problema:

“La arquitectura no es –como muchos lo han creído durante el largo


período de su declinar paulatino- una decoración que puede aplicarse
arbitrariamente sobre la superficie de una estructura. La arquitectura
debe entenderse claramente como un arte orgánico y social, cuya
misión es la de crear para el hombre una atmósfera culturalmente
sana, con la ayuda del material, el color, la proporción y el ritmo. Por
lo tanto, la arquitectura abarca todo el mundo de las formas que
constituyen el medio físico del hombre, desde la intimidad de su
habitación hasta el intrincado laberinto de la gran metrópolis”8.

La resolución de este arte estaba directamente vinculada con la


concepción del espacio; para explicar este vínculo, proponía acudir a
la ciudad medieval como modelo.
Paralelamente, en los Estados Unidos, la sociología urbana
estaba desarrollándose hacia una aproximación distinta, que unía
organicismo y ecología, estudiando los comportamientos psicológicos
de las personas en vínculo con los factores medioambientales. Las
8
Ibídem, p. 24.

112
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revisiones del urbanismo orgánico, apoyado en nuevos saberes


científicos, emergía como un alternativa a los modelos de entreguerras.
En la Unión Soviética, también se estaban considerando estas
nuevas estrategias. Luego de rechazar tanto los antiguos esquemas
urbanos radiocéntricos -que habían sido considerados feudales- como
los ortogonales -interpretados como capitalistas-, los proyectos
socialistas de Miljutin habían ensayado con estructuras lineales en
tiras. Pero los especialistas rusos, apenas concluidos los conflictos
bélicos, ya desconfiaban de los modelos abstractos, dado que no
parecían poder resolver los problemas sociales9. La idea de la
comunidad como entidad urbana análoga a un organismo viviente
circuló entonces con fuerza en algunas teorías. El urbanista Constantin
Pertzoff, en base a estudios de Hermann y Erna Herrey, advertía que
las ciudades habían dejado de funcionar como comunidades unidas
para conformar organizaciones demasiado grandes, complejas e
impersonales donde las funciones sociales, es decir, las relaciones de
intercambio cotidianas, ya no eran posibles10. Una de las causas
principales de esa ruptura era que las ciudades habían perdido la
relación con la escala humana.
Pertzoff proponía entonces subdividir la ciudad en unidades
sociales manipulables, a partir de una serie de pautas: en primer lugar,
la “unidad comunitaria” debía tener una escala humana y peatonal
mediante la cual una persona desde cualquier punto periférico debía
poder caminar hasta el centro en menos de diez minutos; en segundo
lugar, cada unidad debía tener continuidad espacial en su interior,
accesible desde cualquier vivienda, para poder desarrollar las
actividades sociales. Por úlitmo, el sistema peatonal de interacción
social y el del transporte público debían estar separados de manera tal
de poder recuperar los modos de vida sociales antiguos, provistos de
calles, parques, plazas, paseos y otros tipos de áreas recreativas, sin
interferencias con el tránsito vehicular, y combinados con una red de
comunicaciones moderna y confortable11.

9
Blumenfeld, H., “Urbanistica cittadina e regionale nell´Unione Sovietica”. Metron n°7,
febbraio 1946, p. 61.
10
Herrey, E.; Herrey, H.; Pertzoff, C. An Organic Theory of Cty Planning. The
Architectural Forum, april 1944, pp. 133-140.
11
“the breaking up of the city into social units which have a recognizable individuality
and a manageable size”, (Ibídem).

113
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Figura 1. Diagrama de
agrupaciones sociales
complejas según
Hermann y Erna Herrey y
su aplicación en el Plan
para Londres según
Pertzoff. Fuente: The
Architectural Forum, april
1944, p. 134.

Según López Reus, las teorías sobre el urbanismo orgánico


difundidas desde principios del siglo veinte en Italia en la segunda
posguerra se renovaron a través de las experiencias e ideas del grupo
M.A.R.S., de Eliel Saarinen y de Josep Lluis Sert. El urbanismo orgánico
entendía la idea de ciudad como un conjunto de comunidades
vinculadas entre sí que funcionaban como órganos y que podían en un
escala mayor estar nucleadas en torno a un centro cívico y cultural12.
Uno de los primeros casos en desarrollarse fue el Plan Regional del
Piamonte, elaborado por un equipo que lideró Giovanni Astengo y que
se instaló en las discusiones promovidas por el Instituto Nacional de
Urbanismo (INU) a partir de la Exposición Internacional del Urbanismo
y la Vivienda en París de 1947. El plan discutía la relación hombre-
territorio-producción, un tema central en el contexto internacional de
recuperación luego de la guerra donde el desarrollo industrial y la
descentralización eran las dos variables en discusión13. El marco
teórico principal del equipo de Astengo eran las teorías de Piccinato,
quien publicó un manual de urbanismo que fue la referencia obligada
de los especialistas italianos en la posguerra14. El trabajo, no sólo
tomaba la antigua metáfora de la ciudad organismo, sino que se
alimentaba de los estudios sociológicos de la escuela de Chicago de

12
López Reus, E., op. cit.
13
Véase Astengo, G., Cultura e vita, Urbanistica XXI, n°8, 1951, pp. 3-4.
14
Piccinato, L., Urbanistica, Roma: Sandron, 1947. Reeditado como La progettazione
urbanistica. La città come organismo. Venecia: Marsilio, 1988.

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los años veinte y treinta, con quienes compartieron conceptos


centrales, como el de ambiente, escala humana y comunidad. La
diferencia central era que para los sociólogos el organismo era la
expresión del ser social, de su naturaleza humana y de su cultura, y
para los urbanistas, como Piccinato y Sert, el organismo era un
principio de orden físico-espacial que podía permitir transformar y
equilibrar la falta de orden en la distribución de la población15.
Los debates continuaron durante la primera parte de la década
del cincuenta. En un congreso del INU en Venecia, en 1952, Quaroni
proponía ampliar el campo de acción del urbanismo, apoyándose en la
geografía humana y en el abordaje interdisciplinar entre sociólogos,
antropológos, economistas y otros especialistas16. Los distintos
estudios teóricos y reportes de las discusiones en congresos de
urbanismo, dan cuenta de que se estaban adoptando métodos no sólo
inspirados en las experiencias inglesas sino también en un modelo
territorial estadounidense que estaba en la mira. La revista Urbanistica
reproducía un estudio de Gutkind sobre la historia de la colonización
de los Estados Unidos desde la costa este a la oeste a partir de
ciudades fluviales asentadas sobre los recursos naturales17. Astengo
indicaba la importancia de la labor crítica de Zevi en la renovación de
los estudios históricos sobre el urbanismo y en la divulgación de una
nueva cultura urbanística en general18. Zevi introducía en su libro Storia
dell´architettura moderna (1950) una relación directa entre la
arquitectura y el urbanismo a través del concepto del espacio y una
interpretación histórica del urbanismo desde fundamentos sociales,
técnicos y económicos. Los aciertos de Zevi, según Astengo, eran
señalar a Howard como el pionero del pensamiento moderno
urbanístico desarrollado en sus Garden Cities19, y a Alvar Aalto por la

15
Bianchetti, C., Urbanistica e organicismo negli anni Quaranta, Urbanistica n° 91,
giugno 1988, pp. 99-100.
16
Quaroni, L., L´urbanistica dal Piano Regionale. Ivrea:INU, 1953. A principios de la
década del sesenta,, la conciencia sobre una “nueva dimensión” hizo que se
constituyera la idea de “ciudad-territorio” y se continuara valorizando la región. Véase
al respecto Piccinato, G.; Quilici, V.; Tafuri, M., La città territorio: una nuova dimensione.
Casabella, n° 270, 1962, pp. 16-18/46.
17
Véase Gutkind, E., La colonizzazione del Nord America, Urbanistica XXI, n°8, 1951,
pp. 19-44.
18
Astengo, G., Architettura e urbanistica nella “storia” di Bruno Zevi, Urbanistica XXI,
n°7, 1951, p. 61.
19
Ibídem.

115
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conquista espacial de la arquitectura en búsqueda de una continuidad


y organicidad que encontraban perfecta correspondencia urbanística
con el plan para Rovaniemi, así como la arquitectura sueca encontraba
coherencia conceptual en el plan para Estocolmo de Sven Markelius.
Las observaciones de Zevi permitían interpretar un ideal de integración
y continuidad espacial entre la arquitectura y el paisaje que era común
a la búsqueda norteamericana y a la renovación europea.

Figura 2. Alvar y Aino Aalto. Plan para


Rovaniemi, 1945. Fuente: Zevi, B., Storia
dell´architettura moderna. Turín: Einaudi,
1950, p. 319.

2.2. La Associazione per l`Architettura Organica (A.P.A.O.)

En junio de 1944 se organizó la primera reunión de la


Associazione Architetti en la facultad de arquitectura de Roma donde,
anticipándose a la disolución del Sindicato Fascista, un grupo de
arquitectos romanos decidió tomar distancia de aquellos integrantes
que tuvieron un compromiso con el pasado regimen20. Enrico Tedeschi
participó de aquel encuentro, en ocasión de retomar sus actividades

20
Farabegoli, J., Oltre il neorealismo. Il piano Fanfani a Roma. En: Di Biagi, P. (ed.), La
grande ricostruzione. Il piano Ina-Casa e l'Italia degli anni cinquanta. Roma: Donzelli,
2001. El autor observa que a pesar de la declarada posición antifascista de la reunión,
Tedeschi -al igual que otros dos participantes- habían contado hasta 1941 con la
credencial del Partito Nazionale Fascista.

116
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laborales luego de la guerra21. Cambiando entonces sus antiguos


vínculos profesionales, a partir de 1945 y hasta 1948 Tedeschi participó
en las tres variantes de una red intelectual promovida por el arquitecto
Bruno Zevi, la cual se desarrolló bajo diferentes formatos: la Scuola di
Architettura Organica, la inmediata y posterior Associazione per
l`Architettura Organica (A.P.A.O.) vinculada a la escuela, y la revista
Metron22. Fue dentro de este círculo que Tedeschi reafirmó una
posición como teórico y técnico en el campo de la planificación
territorial.
La Scuola di Architettura Organica fue la primera entidad en
organizarse con el objetivo principal de dictar cursos prácticos
orientados a los problemas de la reconstrucción ofreciendo un
programa de estudios alternativo a los de las facultades estatales de
arquitectura o ingeniería con el fin de actualizar los conocimientos de
aquellos arquitectos jóvenes que habían estado en la guerra durante
los años anteriores y habían interrumpido sus actividades23. La escuela
se presentaba como una alternativa de renovación ante el estado
atrasado en el que se encontraba la formación académica italiana y
declaraba una posición ideológica contraria a la instalada por la cultura
fascista. Entre sus presupuestos estaban: “procurar el bienestar de la
comunidad social y no la celebración de un mito”, estudiar los
problemas humanos y edilicios como “hechos orgánicos” y no sólo
desde sus condiciones formales y estilísticas, formar técnicos y no
“creadores de monumentos”. De este modo, priorizaban el objetivo de
proveer una formación profesional dirigida a resolver los problemas de
la realidad social desde un enfoque técnico por sobre otros, propios de
una formación artística.

21
Recordamos que en 1943 había retornado a Italia desde Libia luego de cuatro años
en la guerra y dos como prisionero.
22
Casciato, M., “Metron. Una revista en la Italia de la reconstrucción”. En: Adagio, N.;
Sella, A. (eds.), Enrico Tedeschi. Work in progress. Mendoza: IDEARIUM, 2013.
23
Zevi comparaba los fines de estos cursos con otros similares que estaba
emprendiendo el RIBA en Inglaterra y algunas universidades en los EEUU. (Entrevista a
Zevi en L´Italia Libera, citado en Brunetti, F., L´architettura in Italia negli anni della
ricostruzione. Florencia: Alinea, 1986, p.55).

117
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Figuras 3-4. Folleto del


Programa para el año
1946 y gacetilla de
actividades. Fuente:
Fondazione Bruno Zevi.

Los contenidos relativos a temas de historia de la arquitectura,


de cultura o de estética tenían lugar en los debates y conferencias,
pero no eran parte del programa de los cursos obligatorios. La
estructura de la escuela proponía una modalidad horizontal entre
estudiantes y profesores que pudieran trabajar en colaboración,
produciendo un proyecto arquitectónico y otro urbano a lo largo de
cada curso semestral24. Era expectativa de su equipo creador que la
escuela pudiera convertirse en el futuro en la primera universidad
privada de arquitectura de Italia25. Los programas de los años 1945 y
1946 consistían en un curso integral dividido en cuatro especialidades:
Construcciones, Urbanismo, Tecnología y Economía26. Tedeschi se
incorporó en 1946 a la cátedra de Urbanistica (Urbanismo), la cual
estaba a cargo de Luigi Piccinato desde el año anterior. El programa
del curso proponía estudiar los problemas generales de la
reconstrucción a través de tres escalas: el plan nacional, el plan
regional y el plan regulador. La clase de presentación del curso del año
1946 consistía en la exposición del Plan Regulador de Varsovia a cargo
del arquitecto Piotr Bieganski27.

24
A.P.A.O. Scuola di architettura organica. Programma e descrizioni dei corsi per l´anno
1945. Roma: Tipografia Armando Alessi, 1945, p.4. (Fondazione Bruno Zevi).
25
A.P.A.O. Rapporto della Comissione per il programma dei lavori, luglio 1945, p.3.
(Fondazione Bruno Zevi).
26
El curso de Construcciones estaba a cargo del arq. Carlo Cestelli Guidi y del ing. Pier
Luigi Nervi, el de Tecnología era dictado por el arq. Mario Ridolfi y el de Economía por
el ing. Aldo Della Rocca. A.P.A.O. Scuola per l´architettura organica. Programma per
l´anno 1946.
27
Bieganski era el director del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de Varsovia y en

118
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La Associazione per l´Architettura Organica se originó en julio


de 1945 y mantuvo actividades hasta el año 1950, a partir del mismo
grupo de arquitectos romanos que habían fundado la escuela unos
meses antes aunque, ahora la asociación ampliaba el núcleo fundador
incorporando a nuevos participantes, entre los cuales había integrantes
del grupo M.S.A. de Milán28. Si bien Bruno Zevi era el líder de este
grupo -al cual definía como “una asociación de arquitectos
antifascistas”29- había lugar para la convergencia y discusión de
distintas ideas30. En el “Círculo” de la A.P.A.O. se organizaban debates
y conferencias, presentaciones de proyectos y discusiones críticas
semanales31. Tedeschi había sido uno de los expositores en las
conferencias que habían tenido lugar en Roma en 1946 con el tema
“Ciencia y arquitectura”32 y ese mismo año había sido electo miembro
del Comité Directivo de la asociación, junto a Cardelli, Melograni,
Quaroni y Zevi.
La declaración de principios de la asociación constaba de tres
puntos referidos a ideales disciplinares y otros tres de orden político: 1)
reconocían que la génesis de la arquitectura orgánica estaba en el
funcionalismo, a su vez raíz de la arquitectura moderna -distinguida
tanto de las estilizaciones neoclásicas como del provincialismo de los
“estilos menores”-; 2) declaraban la arquitectura orgánica como
actividad de naturaleza tanto social como técnica y artística, siendo su

1947 asumió como director del Departamento de Arquitectura Antigua en la Oficina


para la Reconstrucción en la misma ciudad. Publicó el artículo “Costruire Varsavia” en
Metron n°12, 1946, pp.21-33. (Boscolo, A., Varsavia 1916-1956. Modernizzazione e
ricostruzione di una capitale dell´Europa centro-orientale, Tesis doctoral, Università di
Bologna, 2007).
28
Se sumaron a los profesores de la Scuola, algunos miembros del Gruppo 15A y otros
arquitectos. (“La costituzione dell´associazione per l´architettura organica a Roma”,
Metron n°2, p. 75-76, settembre 1945). El MSA (Movimento Studi Architettura) con sede
en Milán, estaba constituido en ese momento por más de cuarenta arquitectos, entre
los cuales estaban Ernesto Rogers, sus socios del estudio BBPR, Albini, Gardella y
Lina Bo Bardi. (A.P.A.O. Dichiarazione di adesione alla associazione e organigramma
delle sezioni regionali e della sede centrale dell´A.P.A.O., p.13).
29
Zevi B., Zevi su Zevi. Venecia: Marsilio, 1993, p. 49.
30
Tafuri, M., Ludovico Quaroni e lo sviluppo dell´architettura moderna in Italia. Milano:
Edizioni di Comunitá, 1964, p. 83.
31
A.P.A.O. Scuola per l´architettura organica. Programma per l´anno 1946. FBZ.
32
Las conferencias no fueron registradas ni publicadas: Tedeschi “Scienza e
architettura”, Piccinato: “Dove siamo con l´urbanistica” y “Dietro il sipario”, Mussatti:
“Estetica e architettura”, Samonà: L´insegnamento dell´architettura” y “Estetica e
architettura moderna”, Aprile: “Orientamenti della critica d´arte”, Rosen: “La nuova
urbanistica svedese”, Greco: “La casa della radio” y Argan: “Frank Lloyd Wright”.
(A.P.A.O., Bolletino n°1, luglio 1947, Via Quatro Fontane 20, Roma. FBZ).

119
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finalidad dar respuesta a las necesidades espirituales, psicológicas y


materiales del hombre; para ello, un factor clave a estudiar era la
escala humana, tomando distancia así de las tendencias
contemporáneas monumentalistas; 3) promovían la planificación
urbanística asociada a la libertad arquitectónica. En el plano político
proclamaban 1) Libertad política y justicia social, condenando el
fascismo y las instituciones que lo favorecieron, 2) el establecimiento
de una constitución que garantizara libertad individual, derechos e
igualdades, 3) derechos sociales sobre la industria, el agro y el sistema
bancario, contrarios a los monopolios33.
Zevi había elaborado estas ideas durante una estadía en
Londres, poco antes de retornar a Roma en 1944, desde donde
escribió el libro Verso un´ architettura organica (1945). Allí preparaba su
plataforma de lanzamiento antifascista, proponiendo la arquitectura
orgánica como una nueva tendencia mundial, renovadora, que
desplazaría el “astrattismo teorico” de la arquitectura moderna de mala
calidad y advirtiendo errores tanto “clásicos” como “provincialistas”
que habían ganado terreno en la arquitectura de Rusia y de Italia y que,
sin embargo, compartían con la arquitectura orgánica algunos
intereses:

“Il desiderio del regionale, del qualificato, dell´anti-macchina, dell´anti-


anonimità, dell´anti-geometrico si ritrovano nell´architettura organica e
negli equivoci megalomani e romantici; nella prima come elemento
positivo, liberatore da esperienze moderne acquisite, nei secondi
come rifiuto di queste esperienze ed evasione”34.

Zevi proponía entonces tomar otras referencias, como la


arquitectura de Aalto y Bryggman en Finlandia, la de los arquitectos
suecos o la del checo Antonin Raymond en Japón. También hacía
especial mención a la arquitectura contemporánea en Inglaterra, cuyos
orígenes vinculaba con la asunción progresiva del Arts and Crafts y con

33
“La costituzione dell´Associazione per l´Architettura Organica a Roma”, Metron n°2,
1945, pp. 75-76.
34
“El deseo de lo regional, de lo cualificado, de la anti-máquina, de la anti-anonimidad,
de lo anti-geométrico se encuentran en la arquitectura orgánica y en los equívocos
megalómanos y románticos; en la primera como elemento positivo, liberador de
experiencias modernas adquiridas, en los segundos como rechazo de estas
experiencias y evasión”. (Zevi, B., Verso un´architettura organica. Saggio sullo sviluppo
del pensiero architettonico negli ultimi cinquantanni. Turín: Einaudi, 1945, p.143, T.d.A.)

120
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la relativa distancia que había mantenido del desarrollo de la


arquitectura moderna en Europa occidental luego de 1933. Según Zevi
las causas de esta diferencia cultural eran dos: por un lado, Inglaterra
era el único país importante del Occidente Europeo que se había
salvado de la decadencia y que se había resistido al fascismo y por
otro, los ingleses buscaron siempre el pragmatismo y no se interesaron
tanto en las “teorías” que, en otros países habrían derivado en el
monumentalismo35.
En aquella instancia, la arquitectura “orgánica” no se
identificaba con un programa sino con una “tendencia de edificios y de
arquitectos” que estaba aún en estado embrional36 y que se
manifestaba a través de una “liberación respecto de la rigidez teórica
de algunos clisés”37. Zevi iniciaba su ensayo con una extensa
argumentación acerca de lo que él entendía como un fracaso en la
segunda generación de arquitectos modernos europeos que, debido a
circunstancias políticas debieron emigrar de Europa o, en el caso de
los italianos, optaron por acompañar mayormente al régimen fascista
en el uso instrumental y propagandístico de la arquitectura38. Exponía
como caso modelo del fracaso del estado de la cultura moderna
europea la experiencia de la Unión Soviética y la contrastaba con el
rumbo cultural que habían adoptado los Estados Unidos de América39.
El debate sobre el organicismo en la cultura norteamericana
estaba recién instalado cuando Bruno Zevi arribó a Harvard, incluso,
desde sus connotaciones políticas. El vínculo entre el concepto de
arquitectura orgánica y democracia había sido establecido por Frank
Lloyd Wright en unas conferencias dictadas en mayo de 1939 en
Londres y publicadas ese mismo año. Retomando este antecedente, el
discurso de Zevi asociaba la libertad formal de ciertas arquitecturas
como resultante de la democracia, contra la composición académica o
la prefiguración modernista asociadas, ambas, a los regímenes

35
Ibídem, p.52.
36
Zevi, B., Verso un´architettura organica. Turín: Einaudi, 1945, p. 12.
37
Zevi, B., op. cit., p.61.
38
Zevi dirigía estas acusaciones a los modernismos italianos que, por la vía”
racionalista” habían sido tan funcionales al régimen fascista como los
monumentalistas.
39
Tedeschi comenta en la recensión que hace a este libro en el primer número de la
revista Metron que las argumentaciones de Zevi son bastante forzadas, aunque
interesantes en el caso ruso, en otros casos, como el francés no le parecen fieles a los
hechos.

121
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

dictatoriales. Así es como la obra de Frank Lloyd Wright era el modelo,


en primer lugar, porque explicaba una modernidad norteamericana
independiente e, incluso, anterior a la europea y, en segundo lugar,
porque podían extraerse de su obra modos de operar ajenos a las
tradiciones académicas.
Para mediados de 1947 la asociación había logrado la
formación de una estructura nacional plurirregional40. A fines de ese
año organizaron el Primer Congreso de Arquitectura Orgánica, donde
Zevi contestó a los cuestionamientos que recaían sobre el “movimiento
orgánico italiano” argumentando que el movimiento debía ser
entendido como la continuación del funcionalismo europeo y no como
la continuación del organicismo americano41.

Figura 5. Recorte del


periódico L´Italia Socialista
(7-12-1947). Convocatoria
al Primer Congreso de
Arquitectura Orgánica
organizado por la A.P.A.O.
Fuente: Fondazione Bruno
Zevi.

Explicaba que los movimientos de evolución del funcionalismo


hacia lo orgánico habían sido independientes en cada continente y ello
se debía a que el funcionalismo se había iniciado con anterioridad en
los Estados Unidos. Así era como la arquitectura de Wright debía
interpretarse como la evolución del funcionalismo de Sullivan, pero el
movimiento orgánico europeo no era una derivación del
norteamericano, sino de su propio funcionalismo, el centroeuropeo,
que dejaba ahora de interesarse exclusivamente por la técnica, para
lograr que la técnica sea ahora funcional en un sentido social y
humano que reclamaba una “conciencia espacial”42.

40
Ampliaron su base romana a otras sedes en Liguria, Sicilia, Véneto, Piamonte,
Campania y Sicula.
41
Zevi, B., “L´architettura organica di fronte ai suoi critici”, Metron n°23-24, 1948, pp.39-
51.
42
Zevi, B., op. cit., p. 45-47.

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Uno de los puntos que Zevi contestaba a sus opositores, era


que el organicismo no debía equipararse al romanticismo ya que los
organicistas se autocalificaban tan científicos como los funcionalistas,
sólo que consideraban que la reproductibilidad técnica debía objetarse
con las nuevas ciencias de la psicología que estudiaban al hombre y a
la sociedad. La poética que marcaba la diferencia en el plano
arquitectónico era el interés de la arquitectura orgánica por el espacio
interior y, en consecuencia, en la forma del vacío como génesis de la
forma exterior43.
En 1943 Pagano recuperaba nuevamente los valores de la
arquitectura de Suecia como modelo de renovación para al resto de
los países europeos, porque se regía por un ejemplar sistema
democrático y además, había evitado participar en forma directa de la
guerra44. Zevi se acoplaba a esta visión y la vinculaba en el campo de
la práctica arquitectónica a la cultura difundida por la revista inglesa
Architectural Review durante la década del cuarenta, destacando la
arquitectura escandinava contemporánea, sensible a los materiales
tradicionales y al paisaje45. Eric De Maré denominó aquella tendencia
“nuevo empirismo” y señalaba que el temperamento sueco
representaba un balance entre el perfeccionismo mecánico alemán -y
su gusto por la abstracción- con el individualismo y el pragmatismo
británicos, de manera tal que los valores dejaban de fundarse en el
aspecto visual de las cosas para empezar a ocuparse de las
necesidades reales46. Esta línea editorial en la revista inglesa fue muy
influyente en la difusión del landscape en el ambiente italiano. En los
años cincuenta, cuando se comenzaron a emprender los proyectos de
reconstrucción edilicia, las referencias de origen anglosajón y
escandinavo fueron nuevamente modelos para los proyectos de
barrios de viviendas en Italia47.

43
Tema que luego desarrolla en Sapere vedere l´architettura, Turín, Einaudi, 1948.
44
Véase Pagano, G., La nostra posizione, Casabella, agosto 1943, p. 188. Esta
observación también la recupera Anderson, S., New Empiricism: Bay Region Axis: Kay
Fisker and Postwar Debates on Functionalism, Regionalism, and Monumentality.
Journal of Architectural Education, vol. 50, n°3, february 1997, pp.197-207.
45
De Maré, E., The New Empiricism. The antecedents and origins of Sweden´s latest
style. The Architectural Review, January 1948, p.9-10.
46
Ibídem.
47
Di Biagi, P. (ed.), La grande ricostruzione: il piano Ina-Casa e l'Italia degli anni
cinquanta. Roma: Donzelli, 2001.

123
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En 1947 Enrico Tedeschi, viajó a Londres en ocasión de ser


invitado como miembro de la A.P.A.O. a la celebración del centenario
de la Architectural Association. Ese mismo año publicó el primer trabajo
monográfico de su trayectoria, L´architettura in Inghilterra. Entre los
tantos temas que allí enunciaba, dedicaba especial atención a la
alteración que sufrieron los modelos clásicos italianos en los proyectos
de los arquitectos ingleses tardorrenacentistas, y que se manifestaban
principalmente en las diferencias en la relación entre el interior y el
exterior. Tedeschi interpretaba que los cambios eran adecuaciones que
se introdujeron a la rigidez formal de los modelos originales con el fin
de regular el espacio doméstico, en su adaptación al clima y a la vida
social. Observaba, por ejemplo, nuevos equilibrios de claroscuro en las
masas de los muros llenos para aumentar la superficie de los vacíos,
con el consecuente incremento de luz en los interiores, el aligeramineto
decorativo y los cambios en la proporción general de la masa plástica
para adaptarse a cubiertas más inclinadas y sus manzardas48.
Este proceso evolutivo en la arquitectura doméstica, según
Tedeschi expresaba una compleja interacción entre función y estilo, y
se reflejaba de una manera especialmente sensible en aquellos
aspectos que daban cuenta del modo de sentir y vivir de sus
habitantes, el amoblamiento, Es allí donde los criterios prácticos de la
comodidad se fundían con los representativos a través de una
selección y adecuación de los objetos del pasado a la vida práctica
presente49.
Para Tedeschi, la arquitectura inglesa de aquel período
constituía un modelo de “organicidad”, entendida como sinónimo de
“funcionalidad integral”, característica que podía encontrarse tanto en
la vivienda como en la ciudad y que se asociaba también a la
coordinación de funciones desarrollada en volúmenes espaciales50.

48
Tedeschi, E., L´architettura in Inghilterra. Florencia: Edizioni U, 1947, p. 129.
49
El interés de Tedeschi por la arquitectura en Inglaterra y en particular por la vivienda,
se manifiesta en los títulos que conservaba en su biblioteca personal: Modern
Architecture in England de H.R. Hitchcock (1937), A miniature History of the English
House de J.M. Richards (1947), The modern house in England de F.R.S. Yorke (1948),
The English Interior 1500 to 1900 de R. Dutton (1948), The Story of English Architecture
de H. Braun (1950), Charles R. Mackintosh de N. Pevsner (1950), The New Small House
de F.R.S. Yorke y P. Whiting (1954),The Planning of the Elizabethan Contry House de N.
Pevsner (1960), The Choir of Lincoln Cathedral de N. Pevsner (1963) y The Architecture
of Christopher Wren in and near London (1966).
50
Zevi definía el “perfecto y vivo funcionalismo” como la “organización espacial de los

124
. .… . . …. . … … Ca pí tul o 2 . Re c onst ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . …… . . . ……

Este tipo de operación formal, la encontraba también en obras de los


arquitectos ingleses modernos, quienes eliminaban la idea del objeto
arquitectónico como figura apriorística en favor de un “organismo
viviente” que ponía en equilibrio la relación función y expresión, es
decir, el sentido social con la sensibilidad individual:

“E´il concetto che l´opera architettonica è anzitutto un organismo


vivente, e che in tal senso –e non in quello simplicista meccanico-va
inteso il funzionalismo; che questa sua natura si esprime attraverso un
ordine spaziale di organizzazione della struttura; che l´architettura vale
in quanto espressione umana di esigenze pratiche e spirituali, e non
quale astratta creazione formale, e che quindi è sempre alla scala
umana che occorre fare riferimento nello stabilirne i valori”51.

Figura 6. Croquis de Tedeschi de


la casa en Esher de los arqs.
Coates y Gwinne. Fuente:
L´architettura in Inghilterra, p. 168.

El libro de Tedeschi sobre Inglaterra fue objeto de diferentes


recepciones críticas52. Por su breve extensión, no abarcaba con
amplitud y profundidad el propio arco cronológico que se proponía,

ambientes”. Verso un´architettura organica, p.56.


51
“El concepto consiste en que la obra arquitectónica es sobre todas las cosas un
organismo viviente, y que en tal sentido –y no en aquel simplista mecánico- va
entendido el funcionalismo; que esta naturaleza se expresa a través de un orden
espacial de organización de la estructura; que la arquitectura vale en cuanto expresión
humana de necesidades prácticas y esprirituales, y no como creación formal abstracta,
y que por ello es siempre a la escala humana al a que debe hacerse referencia para
establecer los valores”. (Tedeschi, E., op. cit., p. 173).
52
Una recensión por parte de Eduard Sekler en The Burlington Magazine (1948) es
bastante dura en este sentido y llama la atención sobre errores y dificultades, sin
embargo, también hubo otras recepciones más positivas en el propio ámbito inglés,
como la publicada en el R.I.B.A. Journal vol. 55, n°6 (april 1948) y por Nikolaus Pevsner
en Architectural Review (february 1949); en el ámbito italiano, su colega Giuseppe
Samonà se ocupó de aportar una positiva crítica en Metron n°18 (1947).

125
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

pero marcaba una línea crítica que, a tono con la zeviana, aspiraba a
mirar hacia otros horizontes que no fueran los centroeuropeos e
instalar un nuevo valor universal para la producción contemporánea.

2.3. La reconstrucción y la especialización técnica en urbanismo

Finalizada la Segunda Guerra Mundial se estaba abriendo el


debate sobre la descentralización, las autonomías y las formas
regionales que se había interrumpido por el sistema autoritario y
fuertemente centralizado del Estado fascista. El Partido Comunista,
Giustizia e Libertà y el Partito d´Azione (PdA) recuperaron la causa. Esta
última agrupación conformó en 1944 distintos Comitati di Liberazione
Nazionale (CLN) para evitar la concentración del poder, con la
coordinación de un Comitato di Liberazione dell´Alta Italia (CLAI)53.
Denunciando la acumulación de poder de la centralización fascista,
que había además generado multiplicidad de órganos administrativos
mal coordinados entre sí e ineficaces para resolver las necesidades
sociales y económicas de cada región, el Partitio d´Azione difundió
ideas en torno a la descentralización del Estado en la inmediata
posguerra, proponiendo la creación de entes regionales:

“In Italia persistono le regioni come zone del territorio nazionale aventi
molteplici caratteristiche individuanti. Ciascuna di esse costituisce una unità per
uniformità di usi, costumi e tradizioni fortemente sentite, di dialetto, di bisogni,
per identità di problemi e per la tendenza a risolverli in un certo senso, per lo
sviluppo di date attività sociali, commerciali o industriali, per la cultura e le arti;
insomma per un grado di omogeneità della popolazione più intenso rispetto a
quello che ci stringe in Stato” 54.

53
El proceso de formación del PdA ocurre entre 1940 y 1942 y surge como un
antifascismo “espontáneo” -a diferencia del antifascismo “político” que se podía
identificar con el PCI- cuyos militantes pertenecían en gran parte a una generación que
había crecido luego de la supresión de los partidos políticos. (De Luna, G. Storia del
Partito d´Azione. Milán: Feltrinelli, 1982, p.17-18).
54
“En Italia las regiones persisten como zonas del territorio nacional teniendo múltiples
características que las individualizan. Cada una de ellas constituye una unidad por
uniformidad de usos, costumbres y tradiciones fuertemente sentidas, de dialecto, de
necesidades, por identidad de problemas y por la tendencia a resolverlos con un cierto
sentido, por el desarrollo de las actividades sociales, comerciales o industriales, por la
cultura y las artes; En definitiva, por un grado de homogeneidad de la población más
intenso respecto a aquello a loo que nos reduce el Estado”. (Balbi, G., Il problema

126
. .… . . …. . … … Ca pí tul o 2 . Re c onst ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . …… . . . ……

El proyecto de descentralización accionista no fue recibido de


igual manera por los distintos partidos políticos. Algunos exponentes
del Partido Comunista creían que la descentralización había roto el
territorio, la Democracia Cristiana se negaba a utilizar de base
organismos como el CLN y proponía en su lugar un sufragio, luego de
que concluyera la lucha antifascista. Por otra parte, los liberales
cuestionaban la propuesta porque debilitaba el rol de la monarquía en
el engranaje constitucional55. En oposición al centralismo monárquico y
fascista, el Partido Comunista recogió una composición nacional-
popular con algunas similitudes estratégicas a las del otro partido de
masas, la Democracia Cristiana, el cual que sostenía un programa
vinculado a los movimientos sindicales y cooperativos campesinos.
La tensión autonomista que surgió con el objetivo principal de
luchar contra el régimen dictatorial había comenzado a manifestarse
incluso antes de la caída del fascismo. Por ejemplo, en Sardegna y
Sicilia, en el Valle d´Aosta y en Trentino existían ya fuerzas políticas
locales que realizaban las primeras experiencias de autonomía
regional56. En 1947 el debate sobre la reorganización política del
territorio se instaló en la Asamblea Constituyente. La Democracia
Cristiana se pronunció a favor de un ordenamiento regional , en
cambio, el Partido Comunista sostenía posiciones contrarias a la
institución de la Regiones porque temían darle demasiado poder en la
acción reconstructiva a instituciones sin experiencia, y apostaron por
una ampliación del poder de las Comunas. En el Partido Socialista
Italiano había distintas posiciones: algunos decían que las Regiones
podían instituirse sólo si las condiciones de los diversos territorios
fueran más homogéneas. El nudo del debate consistía en decidir
limitar la regionalización a aquellas realidades que ya contaban con
antecedentes propios o si extenderla a todo el país. Se optó por esta
segunda solución y se regularon las diferencias a través de dos tipos

odierno del decentramiento in Italia, Quaderni del Partito d´Azione, n° 13. Roma: 1944,
p. 17, T. de A.).
55
Otra línea regionalista fue la de Rodolfo Morandi, quien contaba con las mismas
raíces socialistas del PdA pero se distinguía por una connotación de clase popular,
legitimada teóricamente por la “filosofía de la praxis” de Mondolfo y por ejemplos de la
socialdemocracia europea y del New Deal roosveltiano. (Fabbri, M. L´urbanistica
italiana dal dopoguerra a oggi. Manduria: De Donato, 1983).
56
Bonora, P., Regionalità. Il concetto di regione nell´Italia del secondo dopoguerra.
1943-1970. Milán: FrancoAngeli, 1984.

127
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

de autonomías regionales: las Regiones Ordinarias y las cinco


Regiones Especiales57.
En suma al camino iniciado a través de la A.P.A.O., las
actuaciones de Enrico Tedeschi en la promoción de la planificación
urbana en Italia durante la inmediata posguerra no se limitaron a
aquella organización sino que transitaron diversas vías institucionales,
dentro y fuera de los organismos gubernamentales. En enero de ese
año, Tedeschi había publicado un extenso artículo sobre la
reconstrucción de las ciudades destruídas por la guerra en la revista
Urbanistica58, la publicación oficial del Istituto Nazionale di Urbanistica
(INU), una asociación de profesionales urbanistas fundada en 1930 y
dirigida desde entonces por una junta conformada por Alberto Calza
Bini, Gustavo Giovannoni y Virgilio Testa59. En marzo de 1944 Tedeschi
se había incorporado como miembro efectivo en el INU, en un
momento en el que la institución estaba cambiando completamente su
dirección, desplazando a los antiguos integrantes comprometidos con
el régimen por una nueva comisión integrada por Baccin, Della Rocca,
Delli Santi, Piccinato, Rossi de Paoli, Scalpelli, Vallecchi, Zella Milillo y
Zocca60. A partir de esta renovación en el instituto la revista comenzó a
editar una nueva serie, en la que Tedeschi participó del Comité de
Redacción y del Comité Directivo61.

57
En 1948 se sancionaron las leyes para las Regiones especiales de Sicilia, Sardegna,
Valle d´Aosta y Trentino, y recién en 1963 se sancionó el estatuto de la Región Friuli –
Venezia Giulia.
58
Tedeschi Beccaria, E., La ricostruzione dei centri abitati dannegiatti dalla guerra.
Urbanistica, n°1-2, gennaio-aprile 1944, pp. 34-35.
59
Carta oficial del INU firmada por su presidente Alberto Calza Bini, Roma 29-3-1944.
Correspondencia personal Enrico Tedeschi. (Archivo Lyda Orsi).
60
Esta comisión continuó hasta 1951, cuando su presidencia y vicepresidencia fueron
asumidas por Adriano Olivetti y Ludovico Quaroni respectivamente. (Girardi, F., Storia
dell´INU, Roma: Ediesse, 2008, p. 35).
61
La revista Urbanistica era editada por el Istituto Nazionale di Urbanistica sección
piemontesa desde 1932 y su director era el arquitecto Armando Melis. La primera serie
se publica con continuidad entre 1932 y el primer número de 1944 bajo un comité de
presidencia conformado por los arquitectos Piacentini, Calza Bini, Del Debbio,
Giovannoni y Testa, integrantes del instituto. Tedeschi comienza a participar de la
revista como miembro del Comité de Redacción en el número 3-6 de 1944 y del
Comité Directivo en el n° 1-2 de 1945.

128
. .… . . …. . … … Ca pí tul o 2 . Re c onst ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . …… . . . ……

Figuras 7-8. Portadas de la


revista Urbanistica en los
primeros números del año
1944. En la edición n°3-6,
cambió el Comité Directivo.

El estudio publicado por Tedeschi en Urbanistica analizaba


algunos criterios a seguir para la reconstrucción de las ciudades. Para
aquellas ciudades pequeñas que habían sido devastadas casi por
completo, recomendaba la elaboración de planes reguladores que
aprovecharan la oportunidad para repensar y explotar sus
características más particulares, por ejemplo, el turismo o la actividad
agrícola. En el caso de las grandes ciudades que habían sido
bombardeadas, proponía afrontar desde el inicio en modo definitivo
núcleos urbanos permanentes de carácter residencial “semirurali” o
“città-giardino”, alejados de la aglomeración urbana, evitando los
asentamientos precarios de tipo “villaggi della miseria” y creando
servicios y transportes que constituirían un aporte permanente a la
ciudad62.
Uno de los principales argumentos que exponía Tedeschi en
favor de tales estrategias era entender la zonificación como una
herramienta para evitar las víctimas por ataques aéreos dirigidos a
otros objetivos bélicos, de manera que al incluirse grandes espacios
neutros verdes entre zonas podrían alejarse los objetivos bélicos de los
residenciales y evitar también la densificación de instalaciones
industriales. La propuesta no era novedosa, la relación entre
descentralización y estrategia antiaérea había sido ya formulada
durante los años fascistas. Finalmente, Tedeschi advertía acerca de la
necesidad de reelaboración de las reglamentaciones edilicias y
proponía al Istituto Nazionale di Urbanistica como la sede más propicia
para esa fase de la actividad de reconstrucción63.

62
Tedeschi Beccaria, E., op. cit., p. 34.
63
Ibídem.

129
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

Junto a otros miembros del INU -Aldo Della Rocca, Saverio


Muratori, Luigi Piccinato, Mario Ridolfi, Paolo Rossi de Paoli, Scipione
Tadolini y Mario Zocca- a fines de 1944 Tedeschi participó en la
elaboración de un documento que retomaba el problema de la
descentralización, pero esta vez, a escala regional64. Allí se expresaba
la necesidad de establecer directivas y medios de acción basados en
tres aspectos principales: el agrícola, el industrial-comercial y, el
turístico-ambiental. El desarrollo agrícola era entendido como una
necesidad fundamental dada la naturaleza esencialmente agraria del
país, el industrial bajo los conceptos de descentralización de las
plantas industriales y el aislamiento de ellas respecto de los habitantes,
planificando la distribución de las industrias en un plan regional
integrado con los problemas de la organización agrícola.
Por otra parte el problema paisajístico y ambiental se veía en
necesidad de revalorizarse, dada su enorme riqueza natural, para una
posible explotación económica, tomando como modelo el desarrollo
turístico de Suiza65. Según Tafuri, la propuesta de este grupo en el
fondo presentaba una notable continuidad con las ideas de los años
treinta: consideraban a la agricultura como el sector prioritario de
intervención y llamaban a reestructurar una Italia campesina a través de
un urbanismo que resolviese la redistribución racional de la población y
el potenciamiento del turismo66.
A mediados de 1945 Tedeschi ingresa como miembro de la
Commissione Urbanistica della Comuna di Roma, creada por la
Sottosegreteria delle Belle Arti a cargo de Carlo Ludovico Ragghianti67
y conformada además por Luigi Piccinato, Aldo Della Rocca y Enrico
Calandra. Esta comisión, en conjunto con un equipo externo integrado
por los arquitectos De Renzi, Guidi, Malpeli, Ridolfi y Sterbini, elaboró

64
Della Rocca, A.; Muratori, S; Piccinato, L.; Ridolfi, M.; Rossi de Paoli, P.; Tadolini, S.;
Tedeschi, E.; Zocca, M., Aspetti urbanistici ed edilizi della ricostruzione. Viterbo:
Agnesotti, 2007. pp. 16-24. (Edición original Roma: Tipografia Agostiniana, 1944-45)
Todos los firmantes del documento excepto Saverio Muratori, consignan ser miembros
efectivos del INU.
65
Ibídem.
66
Tafuri, M., Storia dell´architettura italiana, 1944-1985. Milán: Einaudi, 2002.
67
La Commissione Urbanistica della Comuna di Roma dependiente de la
Sottosegreteria delle Belle Arti fue creada en el verano de 1944 por la administración
del Comité di Liberazione Nazionale (Partito d´Azione) y se desarmó con la caída del
gobierno de Parri en noviembre de 1945. (Nicoloso, P., Gli architetti di Mussolini. Scuole
e sindicato, architetti e massoni, professori e politici negli anni del regime. Milán:
FrancoAngeli, 1999).

130
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para la comuna un proyecto de nueva red vial68. Según Farabegoli este


proyecto dió lugar más adelante a un “plan esquemático” para la
ciudad de Roma que recuperaba a escala regional las ideas ya
propuestas en el Plan de Roma del GUR (Gruppo Urbanisti Romani) de
192969. Luigi Piccinato había formado parte del GUR y estaba ahora en
la comisión de la Comuna junto a Tedeschi70.

Figura 9. Plan esquemático


de las zonas residenciales y
sus conexiones en Roma.
Elaborado por los
arquitectos De Renzi, Guidi,
Malpeli, Ridolfi y Sterbini y
la Comisión de Urbanismo
de la Comuna de Roma.
Fuente: Metron n°23-24,
1948, p.24.

En diciembre de 1945 Tedeschi participó en la primera


Convención Nacional para la Reconstrucción en Italia que tuvo lugar en
Milán con el auspicio del Consiglio Nazionale delle Ricerche,
oportunidad en la cual Ernesto Rogers fijó la atención sobre la
ausencia de un plan nacional71. Peressutti remarcaba el fracaso de
aquel debate dado que –exceptuando los argumentos presentados por
la A.P.A.O. y el M.S.A. de Milán- la incompetencia de los técnicos que

68
Tedeschi consigna en su CV una conferencia de prensa en la municipalidad de
Roma sobre el tema “Transportes colectivos en el plan de Roma” en 1947. (CV Enrico
Tedeschi, Archivo Universidad de Mendoza).
69
Farabegoli, J., Oltre il neorealismo. Il piano Fanfani a Roma. En: Di Biagi, P. (ed.), La
grande ricostruzione. Il piano Ina-Casa e l'Italia degli anni cinquanta. Roma: Donzelli,
2001.
70
El Gruppo degli Urbanisti Romani (GUR), conformado por Piccinato, Valle, Minucci,
Lenzi, Lavagnino, Fuselli y Faludi había participado en numerosos concursos para
planes reguladores en distintas ciudades italianas durante los años ´20 y ´30.
Piccinato había sido colaborador en el estudio de Marcello Piacentini y en cuanto a las
propuestas para Roma, había retomado las ideas piacentinianas de expansión de la
ciudad hacia el este junto al establecimiento de la estación ferroviaria Termini.
(Malusardi, F., Luigi Piccinato e l´urbanistica moderna. Roma: Officina Edizioni, 1993).
71
La presentación de Rogers está publicada como Introduzione al tema “Provvedimenti
urgenti per la ricostruzione” en Experienza dell´architettura. Milán: Einaudi, 1958.

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participaron había dado lugar a equívocos conceptuales donde se


confundía “democracia con competencia”, “dictadura con ciencia” y
“libertad con presunción”72 . Según Brunetti, la mayor parte de los
técnicos y proyectistas apoyaban la planificación, pero no contaban
con propuestas concretas dando lugar a que venciera en la asamblea
la posición de los inversores que defendían la libre iniciativa. La raíz de
los disensos en la asamblea estaba en el fondo asociada a un debate
político y social que dividió a los técnicos en dos tendencias: los que
apoyaban la iniciativa libre y, por lo tanto, se oponían a la intervención
estatal en el sector profesional por considerar al estado incapaz de
actuar con rapidez y, por otra parte, los que apoyaban la planificación,
considerando que las necesidades de vivienda de la población no
podían quedar en manos de la especulación privada. La única
propuesta concreta parecía ser la de Bruno Zevi, quien no estaba
presente pero había enviado un informe leído por Calandra, Calcaprina
y Petrilli en nombre de la A.P.A.O y presentando como modelo para la
planificación italiana de posguerra la experiencia norteamericana. Otros
tres informes, uno de Tedeschi y Minissi, uno de Ridolfi, y otro de
Nervi73.

Figura 10. Aerial view of the Farm


security administration camp for
migratory workers. Yuba City,
California. Fuente: Fondazione Bruno
Zevi.

Inmediatamente luego de esta reunión, en enero de 1946


Tedeschi proponía una estrategia de regulación estatal sobre la
especulación privada del suelo basada en la concepción de un Plan

72
Peressutti, E., Sul Convegno della ricostruzione. Metron, n°4-5 (novembre-dicembre
1945), p.2-4.
73
Brunetti, F., L´architettura in Italia negli anni della ricostruzione. Florencia: Alinea,
1986. Brunetti señala que la interpretación sobre los disensos entre políticos y técnicos
la hacen De Carlo y Spada en Il primo Convengo nazionale per la ricostruzione edilizia,
Costruzioni, n° 195, 1946.

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Regulador Urbano entendido como un complejo “orgánico”, que


contemplara las causas y efectos que ocasionaba cada intervención
puntual por separado y las futuras expansiones74. Tedeschi observaba
algunas falencias en la Ley Urbanística de 1942 con respecto a la
concepción temporal de los planes reguladores y proponía la idea de
un plan a tiempo indeterminado que pudiera realizarse en un largo
plazo a través de planes particularizados que tuvieran en cuenta el
grado de relevancia de las intervenciones y dispusieran obras por
fases de actuación. Presentaba un ejemplo de plan particularizado
para un sector de Roma donde la vivienda se concebía como un
servicio público mediante un sistema en el cual el propietario se veía
obligado a mejorar y renovar las condiciones edilicias a cambio de
sostener su valor inmobiliario y no ser expropiado por el estado. Este
sistema, según Tedeschi, permitía la renovación edilicia sin esfuerzos
financieros para la administración pública.

Figura 11. Enrico Tedeschi. Plano


particularizado para la renovación
de un sector de Roma. Esquema
teórico en cuatro fases. Fuente:
Metron n°6, 1946, pp.42-43.

Figura 12. Comparación entre


una proyectación intensiva
tradicional y otra moderna:
volúmenes lineales con buena
orientación y distancias
convenientes entre volúmenes.
Fuente: Piccinato, L.,
Urbanistica, pp. 50-51.

74
Tedeschi, E., Evoluzione del piano regolatore. Metron, n°6, gennaio 1946, pp. 35-44.

133
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En 1947 la Comisión de Urbanismo de la Comuna elaboró un


nuevo Plan Regulador para Roma, donde se preveían áreas
residenciales dispuestas como núcleos satélites a lo largo de dos
direcciones territoriales, una hacia el mar y otra hacia el este, en el
mismo emplazamiento donde luego se desarrollarían los barrios del
programa Ina-Casa75. Los argumentos de este plan fueron presentados
en un número especial de Metron dedicado a Roma, donde se advertía
la necesidad de crear unidades residenciales autónomas y apartadas
del centro histórico de la ciudad, articulando criterios de integración
armónica entre edificios de formas variadas con objetivos de densidad:

“ma tutti ligati a criteri che fissino la densità di popolazione invece che
la dimensione del fabbricato, e con un maggior respiro di spazi verdi,
abbandonado il principio di identificare gli spazi liberi con le aree
stradali […] e solo giustificate dalla necessità di consentire una
fabbricazione di elevata altezza”76.

Figura 12: Comparación entre


la explotación extensiva de un
terreno según las normativas
oficiales y un proyecto con el
mismo índice de densidad pero
con tipos edilicios que se
adaptan a la conformación del
terreno, valorizando espacios
verdes y visuales. Fuente:
Metron n°23-24, 1948, p.25-
26.

El artículo presentaba como ejemplo una comparación entre la


explotación extensiva del suelo a la manera “oficial”, sin atender a las
características altimétricas del terreno, contra otra de igual densidad
que se ajustaba a la conformación del terreno, a la valorización de los
75
Algunas de estas intervenciones fueron luego coordinadas en la década de 1950 por
Mario De Renzi y Saverio Muratori.
76
“pero siempre ligados a criterios que fijen la densidad de población en lugar de la
dimensión de la construcción, y con un mayor respiro de espacios verdes,
abandonando el principio de identificar los espacios libres con las áreas viales […]
sólo justificadas por la necesidad de consentir una construcción de elevada altura”
(“Roma”. Metron n°23-24, (1948), p.23, T.d.A.)

134
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espacios verdes y a las visuales panorámicas. El modelo presentado


era un proyecto para un barrio cercano al Monte Mario que habían
elaborado en octubre de 1947 Luigi Piccinato y Enrico Tedeschi,
asociados en el estudio A.U.R. (Architetti Urbanisti Romani)77.
Farabegoli vincula estos proyectos con los modelos residenciales
suecos, daneses y suizos que circulaban en las publicaciones
italianas, donde la búsqueda de una expresión de la pluralidad en los
tipos edilicios de vivienda se enfrentaba a las disposiciones rígidas en
línea y a las torres de los esquemas racionalistas78.

Figura 13. Proyecto para un barrio residencial en Roma cerca del Monte Mario. Luigi Piccinato y Enrico
Tedeschi como Studio AUR, octubre de 1947.Fuente: Archivo Claudia Tedeschi.

Figura 14. Alvar Aalto. Barrio de viviendas unifamiliares en lotes hexagonales, Rovaniemi. Fuente: Metron,
n°7, febbraio 1946, p.18.
Figura 15. Fischli y Stock. Conjunto de viviendas Gwad en Wadënswil Zurich, 1943-44. Fuente: Metron,
n°23-24, 1948, p.55.

77
El Grupo A.U.R. estaba conformado por Bruno Zevi, Silvio Radiconcini, Luigi
Piccinato y Enrico Tedeschi y funcionaba en el domicilio particular de Zevi en via
Nomentano, Roma. En algunos proyectos no participaban los cuatro integrantes.
78
Farabegoli, J., op. cit.

135
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Con el fin de cuestionar los criterios derivados de la aplicación


de las normativas oficiales así como también de los modelos
anglosajones sin adaptación a las características italianas, Tedeschi
trabajó en la elaboración de un método científico de cálculo para el
dimensionamiento de los servicios urbanos -educativos, sanitarios,
comerciales, administrativos, etc-, aplicable en el estudio de ciudades
nuevas79. Considerando que en Italia no había buenos relevamientos
estadísticos de este tipo y que no podían tomarse los criterios de
estudios ingleses, alemanes o estadounidenses porque no coincidían
los tipos edilicios, la densidad, el tipo de instalaciones y el uso que le
dan los habitantes, Tedeschi había empezado a trabajar en un
programa de relevamiento estadístico junto a Franco Minissi en el
Ufficio Urbanistico de la Comuna80. Tedeschi sostenía que el carácter
del suburbio inglés “neighborhood unit”, de tipo extensivo, no era útil
para establecer criterios de dimensionamiento en Italia donde las
viviendas tendían a ser de tipo intensivo81.
Revisando estudios de densidad territorial y dimensión de las
viviendas, Tedeschi señalaba que, en el modelo comunitario de Perry,
el radio de acción estaba basado en el establecimiento de una escuela
primaria debido a la baja densidad de población de los centros
residenciales anglosajones, pero que estos parámetros no eran
compatibles con la realidad italiana. Se proponía, en cambio, superar
la cifra habitual de densidad de los modelos anglosajones, alcanzando
unos 140 ó 150 hab/ha. promedio, con el fin de poder incluir tipos
edilicios variados, aunque sin llegar a las densidades máximas
sugeridas por algunos otros estudios en 250 hab./ha82.
Este mismo año Tedeschi integró, como miembro del INU, el
comité ejecutivo de la sección italiana en la Exposición Internacional
del Urbanismo y la Vivienda en París83, llevada a cabo en julio de 1947.

79
Tedeschi, E., I servizi collettivi nella comunità organica. Roma: Editrice Sandron, 1947,
p.10. Este ensayo había sido publicado previamente en dos partes: Tedeschi, E.,
“Dimensionamento dei servizi degli abitati”, Metron n°16, 1947, pp.55-70 y Metron
n°17, 1947, pp.38-64.
80
El estudio técnico fue interrumpido con la disolución de la oficina.
81
Tedeschi, E., I servizi collettivi nella comunità organica. Roma: Editrice Sandron, 1947,
p.10.
82
Este estudio de Tedeschi retomaba y revisaba ideas que, como comentaremos más
adelante, Roberto Calandra y Josep Lluis Sert habían publicado en Metron en 1946.
83
Tedeschi, Piccinato, Valle y Della Rocca formaron el comité ejecutivo y entre los
colaboradores estaban Astengo, Carbonara, De Renzi, Libera, Quaroni, Muratori,
Ridolfi, Bottoni, Levi Montalcini, Marescotti y Samonà. (Brunetti, F. L´architettura in Italia
negli anni della ricostruzione. Florencia: Alinea, 1986, p. 44).

136
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Participaron de la muestra Francia, Italia, Dinamarca, Suiza, Bélgica,


Polonia, Checoslovaquia, Grecia, Islandia, Suecia y la Unión
Sudafricana. Los temas propuestos por la organización se enfocaban
en el urbanismo, la vivienda y la construcción y equipamiento de la
casa. El equipo italiano presentó un estado de la cuestión acerca de la
reconstrucción en Italia desde las perspectivas política, legislativa y
técnica, de la planificación, de la vivienda y de la restauración de
monumentos84.
Giovanni Astengo elaboró para la ocasión un análisis de la
situación de la planificación en Italia, advirtiendo acerca de la
necesidad de elaborar planes regionales como instrumento técnico
para resolver los problemas locales y nacionales, evitando los errores
de la centralización y promoviendo la continuidad y el equilibrio de las
partes entre sí y entre las partes y el todo; presentó como casos
positivos el Plan Regional Piemontés, el Plan Regulador de Milán y
algunos otros planes particulares de reconstrucción para pequeñas
ciudades85. Por su parte, Carbonara y Tedeschi prepararon un trabajo
sobre la vivienda, el primero desde el problema político y el segundo,
desde el social y técnico86.

Figura 16. Análisis de las procedencias de las


migraciones a Roma desde las distintas regiones de Italia
hacia 1946.
Fuente: Metron, n°23-24, p. 22.

84
Los trabajos expuestos fueron: Baccin, A., “Il problema della ricostruzione in Italia e
l´opera dello Stato”; Astengo, G. “I piani urbanistici”; Piccinato, L., “Demani delle aree
e rilottizzazione particellare a base della tecnica urbanistica”; Rossi de Paoli, P., “Alcuni
aspetti della legislazione urbanistica”; Tedeschi, E., “Aspetti sociali e tecnici della casa
di oggi in Italia”; Carbonara, P., “La casa in Italia: Valore umano e programma político”;
Zocca, M., “Il restauro dei monumenti e la sistemazione delle zone monumentali e
ambientali”. (Urbanistica ed edilizia in Italia. Roma: INU/Tipografía Pio X, 1948).
85
Astengo refería en particular a la ineficiencia del Ministerio de Obras Públicas de la
Nación en la coordinación de las tareas y a las deficiencias de la legislación vigente.
(Astengo, G., I piani urbanistici. En: Urbanistica ed edilizia in Italia. Roma:
INU/Tipografía Pio X, 1948).
86
Los contenidos de la sección italiana en la exposición también fueron publicados en
Rossi de Paoli, P., “L´Esposizione Internazionale dell´Urbanistica e dell´Abitazione a
Parigi, Urbanistica, n°5-6 (1947).

137
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En su exposición, Tedeschi señalaba que eran pocas las


iniciativas en materia de repensar la vivienda, a pesar de los esfuerzos
que se estaban dirigiendo a los intentos de industrializar la producción,
debido a que el problema técnico no estaba siendo considerado en
conjunto con el social87. Para ello Tedeschi se retrotraía a un pasado
que se iniciaba con el ejemplo de la casa griega, para trazar luego un
camino que vinculaba los medios de realización técnica de distintos
períodos históricos con la expresión de los modos de vida individuales
y colectivos88. Tedeschi sugería una reevaluación completa del
problema de la vivienda:

“l´uomo e le sue esigenze pratiche, psicologiche, spirituali, e giovarsi


di tutti i mezzi che la scienza e la tecnica pongono a sua disposizione
per rispondere a tali esigenze e non semplicemente per migliorare e
sustituire gli elementi già prodotti dalle esperienze del pasato,
stimolando anzi la ricerca scientifica e tecnica con il porre i problema
eterni della vita umana nei nuovi termini creati dalla società nuova”89.

Según el balance que hacía Tedeschi sobre el estado de la


cuestión en Italia se atravesaban dificultades que no podían
solucionarse sólo con el “milagro de la técnica” sin antes resolver el
problema económico, financiero y social de la familia90. Proclamaba la
necesidad de pensar una solución actual, lejana a las reminiscencias
de formas del pasado, aunque también evitando lo que consideraba
un mal uso de la técnica por parte de la especulación privada, y
argumentaba la necesidad de coordinar acciones no sólo en el plano
nacional sino también en el internacional.
Pocos días antes de aquel evento y también con sede en París,
en junio de 1947 Tedeschi también fue delegado italiano en el

87
Tedeschi advierte, además, que en materia de industrialización, la muestra no estaba
considerando los avances ni en Inglaterra ni en los Estados Unidos de América
(Tedeschi, E., Aspetti sociali e tecnici della casa di oggi in Italia. En: Urbanistica ed
edilizia in Italia. Roma: INU/Tipografía Pio X, 1948, p. 119).
88
El texto revisa ejemplos de la casa pompeyana, la romana, la medieval del norte de
Italia, el palacio renacentista, la casa de apartamentos del 800 y finalmente la situación
de posguerra en el siglo XX. (Tedeschi, E., op. cit.).
89
“El hombre y sus necesidades prácticas, psicológicas, espirituales, se beneficia de
todos los medios que la ciencia y la técnica ponen a su disposición para responder a
tales necesidades y no simplemente para mejorar o sustituir los elementos ya
producidos por las experiencias del pasado, estimulando de este modo la
investigación científica y técnica ubicando los problemas eternos de la vida humana en
nuevos términos creados por la nueva sociedad”. (Ibídem, p. 127, T. d. A.).
90
Ibídem., p. 131.

138
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congreso anual de la International Federation for Housing and Town


Planning (IFHTP), una institución que nucleaba a urbanistas de todo el
mundo y que había funcionado como promotora del movimiento de las
ciudades-jardín, constituyéndose en un foro de intercambio vital para la
expansión de las teorías urbanísticas de Ebenezer Howard a nivel
internacional91. El IFHTP fue una organización internacional no
gubernamental que funcionó como una red que diseminó las ideas
sobre planeamiento en todo el mundo. Luego de la Segunda Guerra
Mundial, el congreso del IFHTP de 1946 en Hastings fue el primer
evento internacional de urbanismo a nivel mundial y fue utilizado por
Inglaterra para posicionarse como una referencia en materia de
planeamiento. En tal contexto, la organización se renovó mediante el
desplazamiento de los integrantes alemanes vinculados con el régimen
nazi y la nueva participación de algunos delegados norteamericanos92.
La posición cultural que había prevalecído en las discusiones
de entreguerras en estos congresos promovía los edificios aislados, en
una relación lleno-vacío muy distinta a la del tejido tradicional, como
estrategia para introducir el sol, el oxígeno y los espacios verdes en las
ciudades futuras. Algunos temas más particularmente tratados en ese
período fueron la zonificación funcional, la arquitectura en climas
tropicales y las intervenciones en centros históricos93. En materia de
debate, los congresos del IFHTP continuaron con el enfoque
emprendido durante el período de entreguerras, poniendo el acento en
que las estrategias de organización y composición de los espacios
abiertos en una ciudad no dependían de la estética urbana o el diseño
arquitectónico sino que era necesario pensar soluciones que
abarcaran problemáticas más amplias desde la práctica del
planeamiento94.

91
La institución se formó en la década de 1920 y se llamó originalmente International
Garden Cities and Town Planning Association. (Joch, A., “International Federation for
Housing and Planning", Transatlantic Perspectives, 29 May 2018. Accedido en:
http://www.transatlanticperspectives.org/entry.php?rec=4)
92
Amati, M.; Freestone, R., “Trans-national promotion of British and American planning
practice in the 1940s”, Planning Theory & Practice, vol. 15, n°3, 2014, pp. 370-385.
93
Sobre este último tema se había discutido especialmente en el congreso de 1929, en
Roma, en el cual Piccinato había expuesto sus ideas llamando a la consideración de
las características particulares de cada sitio urbano en clave contextualista. (Riboldazzi,
R., “Getting to the Root of the Crisis of Urbanity. The Debate on Urban Open Spaces in
the IFHTP Congresses between the two Wars”. Planum, May 2012).
94
Ibídem.

139
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

2.4. Metron: el foco en la descentralización y el urbanismo orgánico

Metron fue el primer periódico de arquitectura y urbanismo que


se publicó en Italia después de la caída del fascismo y la liberación. El
espíritu que unía al grupo fundacional de la revista era la necesidad de
prepararse para afrontar el desafío de la reconstrucción edilicia y
urbanística95. Según Zevi la iniciativa de fundar la revista fue de Gentili,
Piccinato, Tedeschi, Calcaprina, Radiconcicni y él mismo, aunque en
los primeros números su nombre no estuviera anunciado96. Tedeschi
fue miembro del consejo directivo y redactor en la primera serie, desde
la edición n°1 (agosto 1945) a la n° 23-24 (1948)97. Casciato señala que
la revista Metron no fue el portavoz de la A.P.A.O., ya que a pesar de
que ésta se ocupaba de difundir y defender los temas nodales de la
asociación, sus participantes no se restringían al pequeño círculo
romano, sino que formaban un grupo heterogéneo que incluía
representantes milaneses y turineses como Bottoni, Figini, Gentili y
Peresutti, arquitectos de diversas orientaciones ideológicas y
experiencias en el campo de la profesión y de la crítica, de manera tal
que la revista funcionó durante algún tiempo como un canal de
expresión de los debates disciplinares de posguerra. No obstante, la
revista fue gestada y dirigida por el núcleo romano y se orientó hacia
los mismos intereses del programa de la A.P.A.O., expandiendo su
proyecto a través de los aportes de estos nuevos actores. Al término
de la primera serie, la editorial afirmaba que su objetivo había sido
promover una cultura arquitectónica de vanguardia en una era
postfascista. El panorama cultural que Metron se encargó de divulgar
estuvo nutrido particularmente por las experiencias postbélicas de
Inglaterra, Estados Unidos, la Unión Soviética y los países
escandinavos.
En Metron, Tedeschi escribió sobre una amplia variedad de
temas, aunque se especializó como redactor en planificación urbana,

95
Casciato, M., Metron. Una revista en la Italia de la reconstrucción. En: Adagio, N.;
Sella, A. (ed.), Enrico Tedeschi Work in Progress. Mendoza: 2013.
96
Zevi, B., Zevi su Zevi, Venecia: Marsilio, 1993.
97
Los artículos de Tedeschi sobre urbanismo son: “Urbanistica: Arte di governo”,
Metron, n°3, ottobre 1945, “Evoluzione del piano regolatore”, Metron, n°6, gennaio
1946, “La ricostruzione in Francia”, Metron, n°8, marzo 1946, I servizi colletivi nella
comunità organica, Edizioni di Metron, Roma, 1947, “La pianificazione regionale e la
sua disciplina giuridica”, Metron n°13, 1947, “Dimensionamento dei servizi degli
abitati”, Metron n°16, 1947 y Metron n°17, 1947.

140
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área en la cual estaba inmerso desde su actividad profesional. En su


primer artículo sobre el tema98, Tedeschi comentaba las ideas de
descentralización que se estaban debatiendo en la asamblea
consultiva para la reconstrucción en Francia y las experiencias que se
habían llevado a cabo en Rusia y en los Estados Unidos en torno a la
necesidad de limitar el crecimiento de las grandes ciudades y
reagrupar los poblados pequeños con equipamiento, estableciendo un
término medio entre los asentamientos aislados y la gran metrópolis.
En el mismo artículo Tedeschi refería al debate sobre la adopción de la
vivienda colectiva o individual, materia para la cual sugería leer los
estudios de Piccinato donde se analizaban las relaciones económicas
de proporción entre la superficie edificada y la ocupada por el trazado
vial en el planeamiento de una ciudad nueva, y en los cuales se
concluía que el ancho de una calle no necesitaba responder a la
distancia higiénica entre edificios sino a sus necesidades de tráfico, ya
que la sana ventilación e iluminación de las viviendas podía resolverse
con edificios de bloques lineales de doble crujía con caras tanto hacia
la calle como como al vacío interior de la manzana. Piccinato sostenía,
además, que las ventajas económicas de un tipo edilicio de gran altura
con respecto a los tipos bajos eran muy pocas, debido a las distancias
necesarias entre bloques y, en consecuencia, a la proporción de vacío
que requerían99.
Acerca de la dirección que debía adoptar el nuevo urbanismo,
Tedeschi destacaba la definición que Vivier y Petit aportaban sobre el
regionalismo:

“Il regionalismo si esprime con degli imponderabili, con dei


cambiamenti minimi e con l´acclimatarsi di una stessa regola e di uno
stesso procedimento di costruzione ai diversi spiriti della regione”100.

98
Tedeschi, E., “Urbanistica: Arte di governo”, Metron n° 3, 1945, pp.2-8. Llamativa
semejanza al título de un artículo de Joseph Hudnut “The Political Art of Planning”,
Architectural Record n°94, 1943 y que, casualmente, fuera republicado en italiano por
Metron n°10 en 1946 como “Urbanistica: arte politica”. Allí advierte Hudnut que
cualquier cosa que sea el urbanismo en la teoría, en la práctica, es un hecho político,
ya que el urbanismo moderno se dirige hacia el bienestar de la población, para el cual
es necesario perseguir un ideal social y estar ligado directamente a los ciudadanos, sin
ser únicamente un ente técnico y legal.
99
Piccinato, L., “In tema di economia urbanistica”. Metron n°2, pp. 2-19. Se trata de un
largo ensayo que será el núcleo central de su posterior trabajo “Urbanistica”, Roma:
Sandron, 1947.
100
“El regionalismo se expresa con los imponderables, con los cambios mínimos y con
el aclimatarse de una misma regla y de un mismo procedimiento de construcción a los
diversos espíritus de la región”. (Tedeschi, E., op. cit., p. 5).

141
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

Tedeschi resaltaba el hecho de que en Francia se estaban


debatiendo los mismos problemas que debían debatirse en Italia, pero
que la conjunción entre políticos y urbanistas en Italia no era posible,
por falta de los órganos destinados a ese fin y no por falta de
profesionales capacitados. El artículo reclamaba por un plan
urbanístico para la reconstrucción, leyes y organismos nuevos que
pudieran actuarlo y señalaba que el urbanismo era el principal
instrumento técnico y político para la transformación social y
económica que podría revolucionar la estructura de un país101.
En un artículo posterior Tedeschi advertía que los principios del
urbanismo de la Carta de Atenas de 1933 no habían sido posibles de
aplicar en la práctica y llamaba a la creación de una nueva teoría
urbanística, que lograra una compresión más abierta de la era de la
máquina y que supiera resolver los problemas de la vida adaptando
sus ideas a la “vitalidad tradicional”, la diversión y la libertad102. Ernesto
Rogers mantenía una posición similar, si bien reconocía la importancia
que había tenido la Carta de Atenas como aporte al urbanismo
moderno, reconocía los límites instrumentales y el peligro de adoptar
sus reglas de manera dogmática sin armonizar las nuevas obras con
las “preexistencias ambientales”, siguiendo criterios universales que no
se adecuaban a las características específicas de un lugar103.
En su número 6, la redacción de Metron publicó una editorial
trilingüe adhiriendo a la propuesta de conformar un centro de
planificación urbana y edilicia dentro de la Organización para las
Naciones Unidas (ONU). Se argumentaba que, a pesar de que los
C.I.A.M. habían sido antes de la segunda guerra un centro esencial de
intercambio de información entre países y de cooperación para los
técnicos europeos en materia de estudios sobre urbanismo, en aquella
instancia, serían un “órgano insuficiente para afrontar los problemas de
la planificación postbélica”. La objeción apuntaba en primer lugar a
que los problemas a resolver no se agotaban con estudios teóricos y
congresos internacionales, ya que involucraban aspectos políticos,
industriales y legislativos que escapaban a las posibilidades de acción
de un grupo de profesionales104. Finalmente, Metron exponía otro

101
Tedeschi, E., op. cit, p. 8.
102
Tedeschi, E.,“La ricostruzione in Francia”, Metron, n°8, marzo 1946, pp. 43-53.
103
Lopez Reus, E., Ernesto Rogers y la arquitectura de la continuità. Navarra: EUNSA,
2002, p.50.
104
“Per un centro di pianificazione urbanistica ed edilizia nella Organizzazione delle

142
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motivo: hasta aquel momento habían asistido a los congresos sólo


arquitectos europeos, quedando sin participación los arquitectos
americanos, quienes ahora debían tener su lugar en los problemas
internacionales105.
En ocasión de la convocatoria al sexto C.I.A.M., Metron
reprodujo las palabras de su secretario Sigfried Giedion aunque
antecediendo una nota donde se manifestaba nuevamente la posición
de la revista con respecto a la insuficiencia de aquellos congresos para
“resolver los problemas de “la realidad como es”106. La discusión de
fondo estaba en incorporar ahora las experiencias de planificación y
sus conquistas alcanzadas por el New Deal en los Estados Unidos.
Zevi señalaba que allí se había avanzado en los temas de la vivienda
popular de gestión estatal más que en Europa, ya que si bien los
norteamericanos habían tomado y asimilado las experiencias
europeas, habían logrado superarlas por dos motivos: porque
contaban con una legislación más simple y porque se apoyaban en un
sistema descentralizado107.
Josep Lluis Sert, por su parte, había publicado en 1942 un
trabajo publicitando las propuestas desarrolladas en los C.I.A.M.108
sosteniendo la idea de una ciudad de desarrollo orgánico como
opuesta al modelo de crecimiento ilimitado de los suburbios109.
Retomando estas ideas, en 1946 proponía “la “humanización de las
ciudades”, advirtiendo que estas estaban bajo la influencia social,
política y cultural de las regiones en las que se encontraban y que a su
vez constituían las partes de un organismo nacional o internacional110.

Nazione Unite”. Metron, n°6, 1945, p.2-11. Editorial publicada en italiano, inglés y
francés firmada por la redacción de Metron, cuyo consejo directivo estaba conformado
por Bottoni, Calcaprina, Figini, Gentili, Peresutti, Piccinato, Radiconcini, Ridolfi y
Tedeschi. Recordamos que Bruno Zevi operaba como líder y redactor desde el primer
número de la revista aunque recién se agrega oficialmente al consejo directivo en el
número 10 de 1946.
105
Ibídem, p.4.
106
Giedion, S., Verso il sesto congresso del C.I.A.M. Metron, n°10, p.14-17.
107
Zevi, B., “I sette mitti delle case popolari americane”. Metron, n°6, gennaio 1946,
p.72. Se trata de una recensión al libro de Nathan Strauss “The seven myths of
Housing, Nueva York, Knoft, 1944.
108
Sert, .J. L., Can our cities survive? an ABC of urban problems, their analysis, their
solutions. London: The Harvard University Press, 1942.
109
Según Eric Mumford el trabajo de Sert desconocía todos los planes que ya se
habían realizado en los EEUU, y no presentaba nuevas ideas, ya que las denuncias
hacia la decadencia de las ciudades superpobladas era un tema muy visitado
(Mumford, E., The CIAM Discourse on Urbanism (1928-1960). Cambridge-Londres: The
MIT Press, 2002).
110
Sert, J. L., La scala humana nell´urbanistica. Metron n°8, marzo 1946, p. 7.

143
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

Para Sert una ciudad democrática debía ser una estructura


social orgánica clasificada por zonas que debían comportarse como
órganos con funciones específicas111. Al igual que Saarinen, tomaba
como ejemplo algunas cualidades de las ciudades medievales: la
presencia de un límite bien definido entre la ciudad y el campo, de un
centro cívico político, religioso, cultural y recreativo y, el hecho de que
todas las distancias podían ser recorridas a pie.
La propuesta consistía en “transformar la actual inorgánica
forma de nuestras ciudades en un cuerpo viviente y orgánico” 112 a
partir de una organización territorial en cinco escalas: la comunidad, la
township, la ciudad, el área urbana y la región. Asumiendo como
referencias el masterplan para Londres del grupo M.A.R.S. (1942), el
plan para Londres de Abercrombie (1943) y los estudios
norteamericanos de Perry (1939) y Engelhardt (1943), Sert proponía
esquemas lineales donde la espina dorsal no se correspondía con una
vía principal de circulación vehicular sino con la estructura social de la
ciudad, analogando la figura de una estructura vegetal. Retomando
tres esquemas teóricos del pasado: la ciudad jardín de Howard, la
ciudad lineal de Soria y Mata y la “ciudad en evolución” de Patrick
Geddes, Sert planteaba un concepto de descentralización que no
dependía de la reducción de las grandes distancias con medios
mecánicos, sino de la relación entre las distancias y el factor tiempo,
considerando que la energía gastada en la distribución era
improductiva.

Figura 19. Josep Lluis Sert. Ciudad orgánica compuesta de 12 “Townships”. Fuente: Metron n°8, marzo
1946, p.18.
Figura 20. Grupo M.A.R.S. Masterplan para Londres. Fuente: Architectural Review, June 1942, p. 150.

111
Ibídem.
112
Ibídem, p.9. Sert cita aquí como referencia “The City” de Eliel Saarinen .

144
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Como comentamos anteriormente, Tedeschi conocía muy bien


las líneas teóricas de Sert y también las propuestas británicas
referenciadas, como la versión del plan Reilly desarrollada por
Lawrence Wolfe, plan que, a su parecer, articulaba una característica
europea con un tipo americano original: la ciudad gravitaba en torno a
un centro cívico baricéntrico y además retomaba el concepto
tradicional del “greens” -espacios verdes comunes alrededor de los
cuales se disponía un conjunto de viviendas unifamiliares-113. Tedeschi
observaba en dicho plan algunas cuestiones no resueltas; por un lado,
que la efectividad del sistema social comunitario cooperativista que
involucraba no dependía directamente de su trazado físico y, por el
otro, que el esquema formal de los “greens” en forma de “pétalos de
flores” proyectado por Reilly contenía cierta arbitrariedad, ya que no
tenía en cuenta la orientación de las viviendas en función del clima -
como el asoleamiento y los vientos predominantes-, ni las vistas
panorámicas, ni tampoco optimizaba recursos en el tendido de las
instalaciones de servicios.

Figura 21. “Reilly Unit”. Fuente: Metron n°10, 1946, p.72.


Figura 22. Piccinato, L. Diagrama del funcionamiento de Sabaudia. Fuente: Urbanistica, n°1, gennaio-
febbraio 1934, p. 16.

En 1947 Metron dedicó un número especial al Plan Regional del


Piamonte, donde se explicaban los principios de su modelo:

“[…] ogni gruppo di abitazioni forma un nucleo residenziale con i suoi


servizi; dal raggruppamento di più nuclei, con l´aggiunta di servizi e di
attrezzature collettive adeguate, nasce il quartiere organico

113
Tedeschi, E., Recensioni: Lawrence Wolfe. Il Piano Reilly. Nicholson e Watson,
London 1945, Metron, n°10, 1946, p.72.

145
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

residenziale; più quartieri organici, integrati da servizi comuni e


sommati a congrue zone di lavoro (industriale, commerciale e
artigiano), formano l´unità cittadina organica” 114.

Las fuentes teóricas a las que se remitía Astengo eran Die Neue
Stadt de Feder (1939), La Cité Naturelle de Lebreton (1945), Les trois
établissements humains de Ascoral (1945) y La scala umana in
urbanistica de Sert (1946). La urbanización progresiva por unidades
orgánicas era contraria a la idea de la expansión de un centro hacia las
afueras. Para el grupo piamontés, lo “orgánico” también significaba en
términos políticos lo colectivo, lo opuesto al egoísmo individualista y a
las políticas de los modernos estados nacionalistas industriales115. En
línea con esta crítica, la editorial de la revista Metron en el número 23-
24 se posicionaba en contra de la centralización del país. Se
denunciaba que la modernización de la capital italiana había llegado
con un retardo de medio siglo con respecto a otras capitales europeas
y que había ido creciendo desordenada y vertiginosamente entre fines
del siglo XIX y comienzos del XX116.
La revista Metron también difundió variantes del urbanismo
orgánico que articulaban criterios de racionalización y zonificación con
esquemas de trazado sensibles al paisaje natural, como las que
promovía Alexander Klein, quien identificaba estos lineamientos en
base a un plan regional proyectado por Patrick Abercrombie y Clifford
Holliday para una nueva ciudad en la Bahía de Haifa en Israel donde el
territorio era organizado en tres áreas -industrial, residencial y agrícola-
y las acciones consistían en: 1) alejar lo más posible las áreas
residenciales del ruido, el olor y el hollín del tránsito vehicular principal,
creando vías secundarias para los barrios y los servicios, y vías
especiales para tránsito rápido y bicicletas con sendas peatonales
flanqueadas por árboles y con jardines frente a las casas, 2) organizar
las viviendas con sus lados a la calle principal y formando un ángulo
recto con las fachadas, que dan hacia un patio interno, de modo que

114
“[…] cada grupo de viviendas forma un núcleo residencial con sus servicios; del
agrupamiento de más núcleos, con el agregado de servicios y de equipamiento
colectivo adecuado, nace el barrio orgánico residencial; más barrios orgánicos,
integrados por los servicios comunes y sumados a áreas de trabajo (industrial,
comercial y artesanal), forman la unidad cívica orgánica”. (Astengo, G., “Cenni sul
Piano Regionale Piemontese”, Metron n°14, 1947, p.21, T.d.A.).
115
Astengo, G., “Il piano urbanistico del comprensorio agrario di Torino”, Metron n°14,
1947, p.76.
116
“Roma”, Metron n°23.24, p. 8 (T.d.A.)

146
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las habitaciones no sufran los inconvenientes del tráfico, se forman así


unidades residenciales autónomas definidas por las calles principales
y atravesadas por otras calles menores cada 200-300 metros que
subdividen la unidad en partes más pequeñas que constituyen la
célula mínima de la ciudad, con 700 familias, densidad que justifica la
necesidad de una propia escuela, asilos, paradas de colectivo, etc. De
esta manera, se evitaba el bloque de manzana tradicional que utilizaba
mucha superficie para las calles, y se disminuía notablemente el área
utilizada para el tránsito vehicular, desanimando así el uso del
automóvil y de las consecuentes playas de estacionamiento que
ocupaban posibles espacios verdes. Según Klein, las pautas de
organización del loteo estaban relacionadas con la orientación de las
viviendas para un mejor asoleamiento y ventilación, la ubicación de los
jardinesintentaba lograr la mayor privacidad entre vecinos, la gracia del
trazado de las calles se fundía con el paisaje natural en contra de los
rígidos trazados tradicionales de la ciudad comercial117.
Tedeschi se hacía eco de este debate sobre la necesidad de
que las ciudades nuevas o a reconstruir reunieran distintas actividades
sociales y comunales en un “Centro Cívico”. Indicaba que los
elementos funcionales a conformar este centro podrían ser: oficinas
administrativas municipales, escuela primaria, correo, centro de salud y
auditorio o salas de reuniones, un edificio modesto que acogiera las
actividades sociales de la población y que pudiera constituir un aporte
a la “urbanización del campo”118. Tedeschi señalaba como modelo una
iniciativa británica previa a la guerra destinada al progreso de las zonas
agrícolas, los “villlage college”, y proponía adaptarlos a las áreas
rurales italianas, a través de un esquema tipológico basado en el
análisis de un proyecto de Walter Gropius y Maxwell Fry en Impington,
de 1939119. Años más tarde, Tedeschi volvía a los ejemplos de Perry y a
los proyectos experimentales que hiciera Gropius en Harvard120.

117
Klein, A., “Il progetto di una nuova citta nella Baia di Haifa secondo i principi
dell´urbanistica organica”. Metron, n°11, 1946, pp. 64-75
118
Tedeschi, E., “Il Centro Civico: un nuevo edificio ómnibus”. Metron, n°15, 1947, p. 30.
119
Ibídem, p. 31.
120
Así dan cuenta los conceptos y ejemplos analizados en las clases de la UNC de
1956 dictadas por Tedeschi y publicadas en Teoría de la Arquitectura. Versión
taquigráfica. Córdoba, 1957, pp. 62-63.

147
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

Figuras 23-24. Tedeschi, E., Esquemas para un Centro Cívico. Fuente: Metron, n°15, 1947.

Según Eric Mumford en los Nueve puntos sobre la


monumentalidad, se reconocía que la importancia de los espacios
cívicos y culturales y el nuevo rumbo que marcaban las ideas que
estaba implementando Sert en el proyecto para la Cidade dos Motores
sobre el “corazón de la ciudad”, que también se apreciaba en el
proyecto de reconstrucción para Sant Dié de Le Corbusier 121. Mumford
señala que a partir de la posguerra el CIAM revisó su posición con
respecto al Nuevo Mundo y comenzó a mirar hacia América Latina. Fue
en 1949, en el CIAM VII en Bérgamo, Italia, el primer congreso con Sert
como presidente, donde se enfatizó la idea del “corazón” dentro de la
estructura de planeamiento ya formulada años anteriores y basada en
las cuatro funciones, pero algunos integrantes como Bonet no
coincidieron con esta idea y las opiniones se dividieron122.
Posteriormente, el Team X también cuestionó la idea de fusionar un
nuevo direccionamiento sobre el corazón de la ciudad con las cuatro
funciones elaboradas antes de la guerra.
Como señalado al inicio de este capítulo, que los cuatro años
posteriores al retorno de la guerra, Tedeschi se orientó decididamente
hacia el campo de la planificación urbana y territorial. Sobre la base de
un corpus teórico que combinaba una reinterpretación de las teorías de
la ciudad jardín con los instrumentos interdisciplinares de la
planificación, las experiencias que se comenzaban a desarrollar en
Italia oscilaban entre la orientación hacia los proyectos de vivienda
colectiva con sensibilidad hacia el paisaje y los planes de escala
regional. En 1945 Tedeschi elaboró un plan regulador para la ciudad de
Caserta y luego dos planes de reconstrucción para las ciudades de

121
El proyecto para Sant Dié de Le Corbusier había tenido un tratamiento destacado en
Metron n°6, gennaio 1946.
122
Mumford, E., “El discurso del CIAM sobre el urbanismo, 1928-1960”. Bitácora, n° 11,
2007, pp. 96-115.

148
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Capua (1947) y San Giorgio a Liri (1947).


También formó en este mismo trienio (1945-1947) el estudio
profesional Architetti Urbanisti Romani (A.U.R.) junto a Zevi, Radiconcini
y Piccinato. El grupo desarrolló proyectos de carácter público y privado
que no prosperaron en el marco de la crisis económica que atravesaba
el país123. Realizaron diversos proyectos para urbanizaciones en Roma
-en via Appia Antica, en el Monte Mario (1947), en via Cassia (1948)-,
algunos proyectos arquitectónicos para la ciudad de Pescara y varios
concursos. Agrupado con otros arquitectos vinculados a la revista
Metron, Tedeschi también participó en el concurso para un plan
urbanístico en la costa de Venecia y en el Barrio Experimental QT8
expuesto en la VII Trienal de Milán. En síntesis, durante los casi cuatro
años que Tedeschi vivió en Roma luego de la caída del fascismo su
base formativa en el área del urbanismo fue muy sólida. Integró
equipos técnicos en la administración pública, difundió ensayos
teóricos, y dictó clases de urbanismo.

Figura 25. Barrio experimental QT8,


1947. Fuente: Durbiano, G.;
Robiglio, M. Paesaggio e architettura
nell´Italia contemporanea. Roma:
Donzelli, 2003, figura 2a.

123
El estudio, aunque siguió funcionando con los proyectos que estaban en marcha,
prácticamente se disolvió con la partida de Piccinato y Tedeschi a la Argentina.

149
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

Figuras 26-27. Concurso para el ordenamiento de la costa de Venecia. 1946. Con Piccinato, M. y R
Calandra, Dall´Olio, Galliusi, Giurgola y Marabotto. Fuente: Metron n°19-20, 1947, Lámina 1

Figura 28. Enrico Tedeschi. Plan regulador de Caserta. 1945. Planimetría general 1:1.000. Fuente:
Archivo Claudia Tedeschi.

150
. .… . . …. . … … Ca pí tul o 2 . Re c onst ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . …… . . . ……

Figura 29. Urbanización de un barrio cercano a Via Cassia, Roma. Proyecto del grupo A.U.R., 1946.
Fuente: Archivio Luigi Piccinato (ALP_01.02_102).

Figura 30. Urbanización para la Cooperativa Sette Chiese, Via Apia Antica, Roma. Proyecto del grupo
A.U.R., 1947. Fuente: Archivio Luigi Piccinato (ALP_01.02_112).

151
…… . . …… … . C ap ítu l o 2 . Re c on st ru cc i ón y pl an if ic a ci ón … . . … .… . . ……

La descentralización de Italia era un debate central para las


fuerzas políticas liberadoras y en tal contexto las teorías sobre el
planeamiento regional nutrieron la experimentación práctica, a través
de los nuevos enfoques que comenzaban a complejizarse desde una
orientación interdisciplinar. Por otra parte, la reconstrucción edilicia
tomó referencias que pudieran alejarse lo más posible de los rasgos
de monumentalidad promovidos durante la década del treinta,
especialmente de los instrumentos clásicos del proyecto. En esa
búsqueda, el organicismo articuló distintas escalas, introduciéndose
como una vía sensible al sitio, a través de las experiencias del
neoempirismo escandinavo y de las tendencias británicas de diseño
del paisaje.

152
SEGUNDA PARTE
ARGENTINA
3. REGIÓN Y PAISAJE
TUCUMÁN, 1948-1953(1)

En mayo de 1946 la Universidad Nacional de Tucumán inició una etapa


transformadora a partir de una nueva gestión a cargo del Dr. Horacio Descole como
rector. Este cambio de rumbo reorganizó la estructura de la universidad, se
incorporaron nuevos profesores y se planificó la creación de una Ciudad Universitaria
en la sierra de San Javier.

1
Durante este período Tedeschi fue profesor en la Universidad Nacional de Tucumán
de manera ininterrumpida. Entre 1956 y 1958 –ya radicado en Mendoza- volvió a la
UNT para dictar los cursos de Teoría de la Arquitectura I y II y dirigir el Instituto de
Historia de la Arquitectura. Sin embargo, consideramos que a partir de 1954 Tedeschi
ya había abandonado la región Norte del país como base de sus operaciones.

155
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

3.1. La región y el paisaje en Argentina

Desde su historia político-económica, Argentina luchó por los


desequilibrios interregionales y los conflictos por su unificación desde
mediados del siglo XIX. La nación se conformó a través de un pacto
entre, por un lado, la región litoral-pampeana y, por otro lado, un
conjunto de provincias no dominantes, pero que a través de sus
propias clases dominantes habrían reconocido la hegemonía de
Buenos Aires sin pretender desestabilizarla2. A partir de la disolución
del poder central en 1820 se había establecido una confederación de
estados independientes sujetos a pactos interprovinciales que no
consiguieron conformar un Estado-nación y aún entre 1852 y 1890,
según Sábato, el epicentro del poder estaba en las provincias,
organizadas a partir de 1853 en la Confederación Argentina, una
república federal constituida por trece provincias con una capital
provisoria en la ciudad de Paraná. Buenos Aires no participó de la
Confederación, sino que se separó del resto de las provincias y
funcionó como un estado independiente hasta 1860.
Lo que habría configurado el esquema de poder entre 1852-
1880 era un nuevo consenso liberal entre los grupos dirigentes de
Buenos Aires y los del interior. A partir de allí, los liberales levantaron la
bandera de la civilización y el progreso en contra de los federales,
aunque coincidiendo en algunos puntos como la instrucción, la
industria, los ferrocarriles, el fomento de la inmigración y del ingreso de
capitales extranjeros y la colonización de las tierras3. Según Halperín
Donghi, la política económica y general de Rosas, mediante la
soberanía exclusiva sobre los ríos interiores, provocó un estancamiento
de las provincias mediterráneas en contraste con las que tenían
acceso al curso fluvial,4.
Luego de la consolidación del Estado nacional y de las guerras
civiles del siglo XIX, las regiones vencidas quedaron muy rezagadas
con respecto a la vencedora provincia de Buenos Aires, a lo que se

2
Cao, H.; Favaro, O.; Iuorno, G., “Las provincias argentinas. Estado, territorio y
sociedad en las últimas décadas”. CEHEPYC, Centro de Estudios Históricos de
Estado, Política y Cultura. Facultad De Humanidades, Universidad Nacional Del
Comahue, Neuquén: Argentina, 2011.
3
Sabato, H., Historia de la Argentina, 1852-1890. Buenos Aires: Siglo XXI, 2012.
4
Halperin Donghi, T., Proyecto y construcción de una nación, (1846-1880). Buenos
Aires: Emecé, 2007.

156
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

sumó una fuerte expansión de la economía agroexportadora de


productos primarios en favor de las tierras pampeanas. En este
contexto y con el fin de garantizar ciertas relaciones sociales que no
emergían espontáneamente, el Estado implementó estrategias
políticas para compensar el desequilibrio entre la región litoral-
pampeana y las restantes; una de ellas fue la instalación de industrias
regionales, como la azucarera en el norte5. A partir de 1930 se inició un
nuevo proceso económico que introdujo el modelo de restricción de
importaciones para mejorar la productividad de la industria nacional,
promocionando los productos regionales en el mercado interno. A esto
se sumó, a principios de la década del cuarenta, la demanda de
productos argentinos por parte de los países vecinos durante los
conflictos bélicos internacionales6.
Ballent y Gorelik, señalan que este proceso introdujo una
transformación radical en las políticas sobre el territorio, favoreciendo
la actividad productiva diversificada e impulsando una revisión del rol
de las regiones en el mapa nacional. Tal proceso, en la segunda
posguerra se intensificó, ya que el país se vió beneficiado por un
mercado internacional que demandaba sus productos alimenticios,
potenciando aún más las economías regionales por un tiempo7.
Sumado a este hecho económico, a partir de 1951 en el plano político
el peronismo emprendió la provincialización de los territorios
nacionales, otorgándoles categoría ciudadana a sus habitantes
mediante el derecho a voto y renovando las estrategias geopolíticas
del estado8.
Quintero observa que a través de aquel mismo proceso
político-económico los problemas de desigualdad emergieron como
una cuestión política y comenzaron a conceptualizarse como

5
Cao, H.; Vaca, J., Desarrollo regional en la Argentina: la centenaria vigencia de un
patrón de asimetría territorial. Eure, XXXII n° 95, 2006, pp. 95-111.
6
Gerchunoff, P.; Llach, L., El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas
económicas argentinas. Buenos Aires: Ariel, 2003.
7
Aunque luego, en la realidad, estas políticas de sustitución favorecieron a los grandes
productores agropecuarios generando el resultado inverso al del equilibrio entre las
regiones, provocaron el éxodo de los habitantes del campo hacia las áreas urbanas
industrializadas, donde había más fuentes de trabajo. (Ballent, A.; Gorelik, A., País
urbano o país rural: La modernización territorial y su crisis. En: Cattaruzza, A.(dir.),
Nueva Historia Argentina, Volumen VII: Crisis económica, avance del Estado e
incertidumbre política (1930-1943). Buenos Aires: Sudamericana, 2001).
8
Ruffini, M., Peronismo, territorios nacionales y ciudadanía política. Reflexiones en
torno a la provincialización. Avances del CESOR, año V, n°5, Universidad Nacional de
Rosario, 2005, pp.132-148.

157
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

regionales9. Ante la necesidad de conocer, ordenar y gobernar un


territorio cuya soberanía nacional estaba aún en expansión, durante el
primer gobierno peronista y hacia el segundo, la relación entre la
nación y las provincias se fue caracterizando cada vez más por una
estructura estatal centralizada que se proponía intervenir sobre todo el
territorio de manera descentralizada10.. Es así como durante dicho
período se estableció una nueva regionalización en el país en base a la
división del territorio nacional en siete regiones, mayormente definidas
según criterios naturalistas de relieve y otras derivadas de otras
tradiciones, como el caso de Cuyo y Noroeste, pero que en ningún
caso coincidían con agrupamientos de provincias, desestimando así
los límites políticos provinciales en favor de una idea de totalidad que
fortalecía el poder central del estado nacional11..
En el campo de la arquitectura y el urbanismo, el grupo Austral
fue de los primeros núcleos profesionales en interesarse por esta idea
de una cultura propia del interior, asociada al desarrollo de las
provincias. Las primeras experiencias surgieron a partir del concurso
del Banco Nación para viviendas rurales en 1939, donde algunos de
los integrantes de Austral se presentaron, proponiendo dividir el
territorio nacional en regiones con sus características climáticas y
recursos constructivos propios. En 1941 Vivanco y Peluffo se integraron
al grupo y participaron del concurso para el Plan Regulador de
Mendoza, ostentando un supuesto “patrocinio” de Le Corbusier12.
Luego del concurso para el Plan Regulador de Mendoza de 1941, el
tema estaba en plena discusión. Martín Noel cuestionaba el
desequilibrio entre la ciudad de Buenos Aires y el resto del país
comparando la situación con el caso de Francia y promocionando los
“planes regionales” como extensión de los planes reguladores
orientados a “vincular medularmente la ciudad al campo y la geografía

9
Quintero, S., Geografías regionales en la Argentina. Imagen y valorización del territorio
durante la primera mitad del siglo XX. Scripta Nova, VI, n° 127, 2002, pp.105-132.
10
Perón, J., Conceptos pronunciados el 1° de diciembre en el Congreso Nacional por
el presidente Juan Perón. La Gaceta, Suplemento Especial “Un plan de Perón para su
pueblo”, 24 de diciembre de 1952.
11
Quintero, S., op. cit.
12
Le Pera, J. A., El Grupo Austral (1938-1941). Buenos Aires: Asociación Becarios de
Arquitectura y Urbanismo, 1985. Sin embargo, no quedan pruebas de que Le
Corbusier haya tenido una verdadera intervención en el proyecto. (Liernur, J. F.;
Pschepiurca, P., La red austral. Obras y proyectos de Le Corbusier y sus discípulos en
la Argentina (1924-1965). Bernal: Universidad Nacional de Quilmes. Buenos Aires:
Prometeo, 2008)

158
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

física a la humana concebida como un sistema planetario o también


considerado como un organismo fisiológico”13. Por otra parte, en 1943
Catalano, Coire y Caminos se habían asociado en la propuesta de un
“plan orgánico” para un proyecto azucarero en Tucumán, proclamando
establecer una producción arquitectónica propia en la Argentina, con
contenido social14. Este diagnóstico había sido compartido por un
sector de intelectuales que, bajo un marco teórico organicista, leía el
desarrollo histórico del territorio nacional como una evolución
conflictiva entre regiones en pugna que no lograban la
homogeneidad15.

Figura 1. Grupo Austral. “Plan regional y vivienda”. Austral, n°2, suplemento en Nuestra Arquitectura,
septiembre de 1939.
Figura 2. Caminos, Coire y Catalano. “Planteamiento de un problema urbanístico. Un ingenio de azúcar en
Tucumán”. Tecné, n° 3, marzo de 1944.

En ocasión de las polémicas en torno a los planes de


reconstrucción de la ciudad de San Juan luego del terremoto de 1943,
algunos arquitectos jóvenes habían intentado su participación. Parte

13
Noel, M., El urbanismo es un problema nacional. CACYA, n° 190, marzo 1943, pp.
299-304 / El urbanismo y la planificación orgánica de las obras públicas, Revista de
Arquitectura, n°347, novmienbre 1949, pp. 316-318.
14
Caminos, H.; Catalano, E.; Coire, C., Planteamiento de un Problema Urbanístico,
Tecné, marzo de 1944, pp. 46-50.
15
Gorelik, A., Mapas de identidad. La imaginación territorial en el ensayo de
interpretación nacional: de Ezequiel Martínez Estrada a Bernardo Canal Feijóo, Prismas
n° 5, 2001, pp. 283-311.

159
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del grupo Austral había participado con sus propuestas bajo un equipo
integrado por Ferrari, Vivanco, Ungar y Le Pera. Otro grupo integrado
por Eduardo Sacriste y Horacio Caminos, quienes ya eran profesores
en Tucumán, también participaron en el debate sanjuanino. Fueron
estos últimos quienes invitaron a Le Pera y a Vivanco a integrarse a la
Universidad Nacional de Tucumán16.
Según Gorelik, estos pocos arquitectos fueron parte de una
vanguardia arquitectónica que se había originado a fines de los años
treinta y que buscaba una “expresión estética regional”, la cual fue
acompañada de un proyecto socio-político que se desarrolló durante
los primeros años del peronismo donde la obra pública se dirigió a la
modernización del interior17. Mazza identifica puntualmente una
intensificación en la incorporación de estos nuevos referentes teóricos
en el período entre 1943 y 1946 cuando los instrumentos del
planeamiento regional se utilizaron ante la incorporación de nuevos
territorios a planificar, áreas rurales y semi-rurales que implicaron una
nueva relación entre la planificación física y económica18. Esta
circulación de estas ideas estuvo favorecida por algunas concepciones
políticas económico-sociales que apuntaban a resolver los problemas
de la despoblación del territorio nacional mediante el establecimiento
de fuentes de trabajo regionales, la creación de nuevos centros de
población, un desarrollo agrario favorable a los trabajadores rurales y
la descentralización de las industrias. Estas propuestas no alcanzaron
a integrarse en las instituciones administrativas de manera efectiva19.
Ballent y Gorelik, consideran que la tendencia fue bien recibida, porque
conciliaba tradición con modernidad, cultura y naturaleza,
constituyendo una base ideológica predominante en los
emprendimientos tanto urbanísticos como habitacionales20.

16
Le Pera, J. A., op. cit.
17
Gorelik, A., op. cit.
18
Mazza, C., Notas sobre los comienzos del planeamiento regional en Argentina, 1943-
1946: fragmentos de convergencia entre técnicas y políticas. Registros, n° 2, diciembre
2004, pp. 111-135.
19
Ibídem. Sobre la introducción del planeamiento regional en Argentina véase también
Rigotti, A. M., Las invenciones del urbanismo en Argentina (1900-1960). Inestabilidad de
sus representaciones científicas y dificultades para su profesionalización. Tesis
Doctoral. Universidad Nacional de Rosario. UNR Editora, 2014 y Monti, A., Jorge
Enrique Hardoy. Promotor académico, 1950-1976. Tesis Doctoral. Universidad Nacional
de Rosario. UNR Editora, 2015.
20
Ballent, A.; Gorelik, A., op. cit., p. 189.

160
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Los primeros trabajos en torno al planeamiento regional de


marco teórico británico y norteamericano surgieron a raíz del debate
sanjuanino y se vieron expresados en las ideas de José Manuel Pastor,
quien fusionaba dos aproximaciones: la británica, que buscaba
conciliar un equilibrio entre ciudad y campo mediante la localización de
las industrias, el ordenamiento de la tierra rural y las ciudades jardín, y
la norteamericana, cuyo modelo principal de intervención fue el caso
de la cuenca del Valle del Tennessee21. El libro de Lewis Mumford La
cultura de las ciudades, editado en castellano por Emecé en 1945,
habría sido la fuente más consultada. Mumford defendía una idea de
región vinculada a la identidad histórica y natural de los agrupamientos
humanos definidos a partir de las condiciones geográficas de su
localización.

Figura 3. J. M. F. Pastor:
“Principios rectores de un barrio
con individualidad propia”.
Fuente: San Juan piedra de toque
del planeamiento nacional.
Buenos Aires: Arte y técnica,
1945, p. 103.

Por otra parte, también en el grupo nucleado en torno a los


congresos PINOA, liderados por Canal Feijóo en 1946 en el noroeste
del país, se originó un foco de debate que se sirvió de las mismas
fuentes. El enfoque en la planificación que se desarrollaba en aquel
grupo se asociaba a los instrumentos teóricos de la sociografía que se
venían implementando en la Universidad Nacional de Tucumán desde
inicios de la década del cuarenta y que se potenció con la llegada al
Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la UNT en 1948 de los
italianos Cino Calcaprina y Enrico Tedeschi22.

21
Véase Rigotti, A. M., op. cit. y Mazza, C., op. cit.
22
Véase Pereyra, D., Sociología y planificación en el primer peronismo. El caso del
Instituto de Sociografía y Planeación de Tucumán (1940-1957). Apuntes de

161
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Ballent señala que la idea de la “descongestión” urbana, de la


descentralización en la región, de la compenetración entre la ciudad y
el campo y de la articulación “orgánica” de esa interdependencia,
tomaron parte central en los debates tanto de comisiones estatales
como de organizaciones profesionales desde mediados de los años
treinta, intensificándose en los primeros años cuarenta. Luego, durante
el primer período de gobierno peronista, a estas discusiones técnicas e
ideológicas se le sumó la connotación simbólica que adoptó el ya
consolidado imaginario del “interior” como representación del “país“23.
Hacia fines de la década los discursos locales convergieron
con factores de interés internacional en el tema. Walter Gropius
desarrolloó estudios para las Naciones Unidas, en base al concepto de
la planificación integral a partir de “unidades vecinales” proyectadas
“orgánicamente”24. Durante los primeros años de la década del
cincuenta, esta tendencia persistió en algunos polos del país: José
Manuel Pastor y José Bonilla crearon en 1952 el Instituto de
Planeamiento Regional y Urbano (IPRU) desde donde difundieron sus
investigaciones La Padula retomó esta senda en Córdoba, y luego,
Tedeschi en Mendoza. A nivel internacional el diagnóstico era apoyado
por el urbanista Francis Violich, quien señalaba el crecimiento
vertiginoso que estaban teniendo las ciudades capitales de los países
de América Latina, una “supercentralización” debida a una
desequilibrada distribución de la población entre las grandes ciudades
y las zonas rurales25.
En pos de esta búsqueda, la cultura por el paisaje se integró
cómodamente en estos discursos. Además de la corriente regionalista
en la geografía francesa, encabezada por Vidal de la Blache, que
identificaba homogeneidades entre los elementos de la naturaleza y las
actividades humanas, luego, el término “paisaje” fue introducido en la

investigación del CECYP, Año XVI, n° 21, 2012, pp. 109-130 y Martínez, M. T., Los
mapas del Primer Congreso de Planificación Integral del Noroeste Argentino, o la
región como búsqueda. Población y Sociedad, vol. 23, n° 2, 2016, pp. 115-148.
23
Ballent, A., Las huellas de la política. Vivienda, ciudad, peronismo en Buenos Aires,
1943-1955. Bernal: UNQ / Prometeo, 2005.
24
Gropius, W., Unidades vecinales proyectadas orgánicamente. Nuestra Arquitectura,
n° 239, junio de 1949, pp. 208-210
25
Violich investigó el tema en 1956 con financiamiento de la Fundación Rockefeller a
través de la Universidad de California (Violich, F., El planeamiento regional en América
Latina. Ejemplos escogidos de problemas reales y potenciales. Nuestra Arquitectura,
n°356, julio 1959, pp. 41-48 y Nuestra Arquitectura, n°357, agosto 1959, pp. 41-48).

162
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

geografía norteamericana por Carl Sauer a través de un estudio


sistemático que denominó “morfología del paisaje” en 1925 y que fue
influyente en la planificación territorial de la segunda posguerra. Las
disciplinas de la arquitectura y el urbanismo se vincularon con estos
programas en la medida en que la identidad de un territorio
vehiculizaba los fundamentos de un carácter para la arquitectura, que
debe entonces, a través de su expresión, adecuarse a un sitio
específico, identificándose con él. Aunque también, de un modo aún
más amplio, la visión sobre el paisaje en la cultura arquitectónica
moderna está relacionado con los cambios en la idea de naturaleza26.

La tendencia regionalista en la arquitectura argentina

En la esfera de las artes, en particular de la poesía y la música


folklórica, la caracterización de los rasgos típicos del paisaje fue
distintivo de una corriente regionalista que tuvo su mayor período de
auge entre las décadas del cuarenta y del sesenta27. En la arquitectura,
la mirada regional constituyó una contracara en permanente disputa
con las tendencias modernistas. En los Estados Unidos, esta discusión
se había iniciado en la década de 1920 y reflotó luego de la Segunda
Guerra Mundial manteniéndose abierta durante toda la década de
1950 en los Estados Unidos. Entre los adeptos al Bay Region Style
promovido por Mumford, el argumento de lo regional era utilizado para
destacar características locales como el clima, el terreno o el modo de
vivir de los habitantes28. Aunque, para otros, las caracterizaciones
ligadas al uso apropiado de materiales naturales y a la adaptación de
las estructuras al clima y al paisaje, podían hasta promover líneas
historicistas, que promulgaban el rescate del pasado –fuera colonial,
español o aborigen– en clave modernista, en la defensa de casas

26
Aliata, F., Entre el desierto y la ciudad. Naturaleza y arquitectura moderna en América
Latina (1929-1980). En: Aliata, F., Estrategias proyectuales. Los géneros del proyecto
moderno (pp. 71-124). Buenos Aires: Diseño Editorial, 2013.
27
Cáceres, A., De Gaspar Risco Fernández y la travesía de una imaginería regional. I
Jornadas Nacionales Perspectivas e intervenciones en las Ciencias Sociales del NOA.
Universidad Nacional de Santiago del Estero, agosto de 2017.
28
Los escritos de Mumford se publicaban periódicamente en la columna The Sky Line
en el diario New Yorker. Anteriormente había expresado ideas en torno al regionalismo
en : Sticks and Stones: A Study of American Architecture and Civilization (1924),
“Regionalism and irregionalism”(1928), The South in Architecture (1941).

163
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

“confortables, bellas y pintorescas”29.


Sin embargo, para algunos arquitectos como Neutra, eran las
condiciones específicas de una región respecto de otra en materia de
recursos económicos y desarrollo industrial las que hacían que la
arquitectura “internacional” y homogénea fuera imposible de llevarse a
cabo30. Algunos discursos tomaban ambas vías: el regionalismo
tradicionalista podía conciliarse con la sensibilidad al sitio desde la
aproximación climática y la adaptación a los recursos31. El debate entre
los arquitectos llevó a definir más de dos posiciones antagónicas, que
se acentuaron luego, hacia fines de los años cuarenta, ya que lo
regional podía interpretarse desde un problema de lenguaje o desde
un problema de recursos tecnológicos; entre un problema de estilo,
por un lado, o un problema de producción e industrialización, por el
otro32.
En Argentina, la cultura de lo rural y suburbano en la
arquitectura tuvo su primer momento de expresión también durante los
años veinte y treinta. Algunas tendencias nacionalistas de las primeras
décadas del siglo XX buscaron la identidad propia en fuentes de la
arquitectura colonial española y se acercaron también a un cierto
carácter regional. El arquitecto argentino Christophersen, ya hacia
1915, se manifestaba en búsqueda de estos “nuevos rumbos”
inspirados en las tradiciones del país, teniendo en cuenta el clima, las
costumbres y los materiales locales33. La promoción de los estilos
rústicos y las casas de campo, donde podían conjugarse lo
“neocolonial” con lo “californiano” había llegado en la década de 1920
por medio de las revistas que difundían los modos del habitar
doméstico norteamericano. Esta tendencia tuvo sus primeras
exploraciones en las viviendas de veraneo en Mar del Plata y en
Córdoba o en las casas de fin de semana en clubes de campo en las

29
Williams, D., Toward a Southwestern Architecture. En: Canizaro, V. (ed.), op. cit., pp.
171-177. (Texto original publicado en Southwest Review 16, n°3, April 1931).
30
Neutra, R., Regionalism in Architecture. En: Canizaro, V. (ed.), op. cit., pp. 277-279.
(Texto original publicado en Plus 1, n°2, February 1939) y
31
Morrison, H., After the International Style –What?. En: Canizaro, V. (ed.), op. cit., pp.
281-287. (Texto original publicado en The Architectural Forum 72, n°4, May 1940).
32
What is Happening to Modern Architecture? En: Canizaro, V. (ed.), op. cit., pp. 281-
287. Texto original publicado en The Bulletin of The Museum of Modern Art, XV, n°3,
Spring 1948).
33
Bullrich, F., Nuevos caminos de la arquitectura latinoamericana. Barcelona: Blume,
1969.

164
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

afueras de la ciudad, que iniciaban sus primeros pasos en Argentina


en la década de 193034. La idea de la modernización de la casa que se
difundía en revistas como Casas y Jardines, venía asociada a un gusto
por el confort de sus interiores, el living-room como ambiente principal
de la vivienda extendido hacia el jardín y la idea de una cierta libertad
que no se regía por una forma exterior determinada. Según Ballent este
gusto se enraizó en el imaginario social fuertemente entre las décadas
de 1920 y 1950, primero en las clases altas y medias hasta llegar luego
a promoverse a través de las propias iniciativas del estado en los
planes de vivienda popular del peronismo35.
Hacia la segunda posguerra, el pensamiento sobre lo regional
en Argentina desde el interior de la disciplina se caracterizó por la
advertencia hacia la necesidad de no importar soluciones sino de
encontrar las respuestas en el propio medio. Entre sus voceros, se
destacaba la mirada de Eduardo Sacriste, quien promovía la
recuperación de un “instinto vital” sanjuanino para la vivienda popular,
con adaptaciones al clima y a las costumbres y contra la tendencia a
proyectar desde una visión exclusivamente “calculista”36. Esta visión
estaba alimentada por una disputa entre arquitectos e ingenieros por
ganar espacio en los planes de reconstrucción de San Juan37,

Figura 4. Vivienda rural “El algarrobo”. En:Sacriste, E., Arquitectura popular de San Juan. Revista de
Arquitectura, mayo 1944, p. 216.
Figura 5. Arqs. Vivanco y Peluffo. Proyecto para el Concurso de Anteproyectos para Viviendas Rurales del
Banco Nación. Fuente: Revista de Arquitectura, n° 226, octubre 1939, p. 519.

34
Ballent, A., Entre el mercado y la obra estatal. Itinerarios del “chalet californiano”. En:
Ballent, A.; Liernur, J. F., La casa y la multitud. Vivienda, política y cultura en la Argentina
moderna. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2014.
35
Ibídem.
36
Sacriste, E., Arquitectura popular de San Juan. Revista de Arquitectura, mayo 1944,
pp. 216-223.
37
Healey, M., El peronismo entre las ruinas. El terremoto y la reconstrucción de San
Juan. Buenos Aires: Siglo XXI, 2012.

165
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Hacia fines de los años cuarenta, esta discusión se unió a la


difusión local de los debates norteamericanos en las revistas
especializadas. Los arquitectos europeos radicados en Norteamérica,
que habían aumentado por ese entonces, se sumaron al antagonismo
regionalismo-internacionalismo, desde tendencias de matriz cultural,
ambiental o técnica. En 1946 Richard Neutra realizó un viaje por
América Latina, con el auspicio del departamento de Estado
norteamericano, que buscaba ampliar los vínculos entre el país del
norte y los del sur del continente y difundía la idea de una
reconstucción que no se limitaba a los países afectados por la guerra,
poniendo especial interés en los factores ambientales38. En 1947
Marcel Breuer fue invitado por Eduardo Catalano a dictar conferencias
en Buenos Aires, y era presentado como un arquitecto renovador que
trabajaba sobre “la simplificación de la técnica constructiva” y la
integración entre “función-estructura-materiales”39. Se dedicaron dos
números especiales a su obra en Nuestra Arquitectura donde él
manifestaba que su concepto del diseño moderno se basaba en no
depender de nuevos materiales para producir nuevas formas sino en
hacer un uso simple de ellos y en tener una consideración por la
“tradición”, sin buscar un estilo nacional ni imitar el de una época
determinada sino considerando que los nuevos métodos, basados en
principios científicos y procesos industriales, son compatibles con el
modo de operar vernáculo, que se caracteriza por lo impersonal de sus
formas y por el uso de soluciones “típicas y racionales”40.
El arquitecto argentino Isaac Stok propondría luego ideas
similares, llamando “hacia una auténtica arquitectura argentina” a
reaccionar contra la tendencia universalizante y la expresión industrial,
desarrollando, en contrapartida, una arquitectura “típica, regional y
nacional”, que en el caso de nuestro país se advertía en el encanto de
la sobriedad de su arquitectura antigua:

38
Véase Ballent, A., El diálogo de los antípodas: Los CIAM y América latina. Buenos
Aires: FADU-UBA, 1995.
39
Catalano, E., El lenguaje arquitectónico de Marcel Breuer. Nuestra Arquitectura, n°
220, noviembre 1947.
40
Véase Breuer, M., ¿Dónde nos encontramos?, Nuestra Arquitectura, n° 218,
septiembre 1947, pp. 304-307 y Arquitectura y material. Nuestra Arquitectura, n° 220,
noviembre 1947.

166
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“Ya sea rural o urbana, nuestra arquitectura regional es, dentro de su


rusticidad y primitiva fábrica, la más auténtica y racional que
conocemos”.

Siguiendo los pasos de Sacriste, Stok describía las


características de los materiales naturales, los sobretechos y las
galerías y proponía una investigación sistemática y documentada de la
arquitectura espontánea del país, para tomar de allí las bases para una
arquitectura propia41. Liernur vincula esta renovación con un cambio
cultural en la formación de los arquitectos locales a partir del cese de
los contactos directos con Europa y un nuevo horizonte en la cultura
norteamericana, que llegó tanto por la difusión de publicaciones como
por los viajes de estudio de algunos jóvenes arquitectos42.

3.2. El Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de


Tucumán.

El Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad


Nacional de Tucumán (IAU-UNT) se fundó en agosto de 1946, bajo la
conducción del arq. Jorge Vivanco, quien ya era docente de la Escuela
de Arquitectura que funcionaba en la universidad tucumana desde
1944. Los arquitectos Eduardo Sacriste, Horacio Caminos y Adolfo
Cavagna, también docentes de la Escuela y del posterior Instituto,
formaron la comisión asesora que redactó los planes de estudio43.
El IAU se fundó como consecuencia de los cambios
institucionales que se dieron en las universidades ante la asunción de
la primera presidencia del general Perón. En mayo de 1946 el Dr.
Horacio R. Descole fue designado interventor de la Universidad
Nacional de Tucumán tras un decreto por el cual fueron intervenidas

41
Stok, I., El problema del espacio y de la técnica. Buenos Aires: FAU-UBA, 1950, p.
28.
42
Liernur, J. F., Arquitectura en la Argentina del siglo XX. La construcción de la
modernidad. Buenos Aires: Fondo Nacional de la Artes, 2001.
43
En 1939 se había fundado la Escuela de Arquitectura dentro de la Facultad de
Ingeniería, la cual funcionó hasta la intervención de la universidad en 1946. (Ferrari,
M.;Cusa, M.I., “Instituto de Arquitectura y Urbanismo de Tucumán”). Los arquitectos
Sacriste y Caminos habían llegado a Tucumán en 1944 para trabajar en el
Departamento de Obras Públicas de la provincia (Marigliano, F., El Instituto de
Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán. 1946-1955. Modelo
arquitectónico del estado y Movimiento Moderno en Argentina. Tesis doctoral,
Universidad Politécnica de Madrid. Inédita, 2003).

167
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

las seis universidades nacionales que existían en el país. Durante su


gestión (1946-1951) Descole impulsó una transformación estructural en
la institución, que involucró el incremento de la orientación científica
creando numerosos institutos de investigación separados de las
escuelas de formación profesional44.
El interés en el área científica estaba vinculado al perfil que la
UNT ya tenía desde su fundación en 1912, promoviendo actividades
productivas locales por medio de la capacitación técnica de jóvenes.
La labor docente se expandió hacia el campo de la investigación y la
creación, en conjunto con una metodología de enseñanza
personalizada que desplazaba el régimen de exámenes en favor de un
sistema de promoción por trabajos prácticos diseñados y
supervisados por los docentes. Todo ello debía desarrollarse en un
complejo universitario aislado del centro de la ciudad de San Miguel,
facilitando asimismo el alojamiento a estudiantes provenientes de otras
ciudades45.

Figura 6. Carácter regional de la


UNT. Fuentes: Ciudad Universitaria
de Tucumán, UNT, 1950, p.7 .

Figura 7. “Area de inlfuencia de la


UNT según interpretación de
Horacio Descole”. Fuente:
Aceñolaza (1993), p. 43.

Sobre esos pasos, la reforma involucró la ampliación del radio


de influencia de la institución, gestionando convenios con las

44
Aceñolaza, F., La Universidad Nacional de Tucumán en la década 1945-1955. En
Actas del Primer Congreso sobre la Historia de la Universidad Nacional de Tucumán,
pp.447-463. San Miguel de Tucumán: FAU/UNT, 2006.
45
Bravo, M.C.; Hillen, M., El proyecto universitario de Descole y el desarrollo regional,
1946-1951. En: Gutiérrez, F.; Rubinstein, G. (comps.), El primer peronismo en Tucumán.
Avances y nuevas perspectivas. Tucumán: EDUNT, 2012; pp. 217-247.

168
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

provincias limítrofes, de modo tal que la universidad intervino


directamente en emprendimientos de escala regional46. Esta expansión
en la oferta académica fue acompañada de un plan de
reestructuración física que pudiera integrar las actividades distribuidas
en distintos edificios de la ciudad de San Miguel de Tucumán, para el
cual se propuso pensar la universidad como un complejo aislado del
centro de la capital tucumana y posicionarla como un referente de alto
nivel en América del Sur. Marigliano señala que, si bien la iniciativa de
construir una Ciudad Universitaria era anterior al rectorado del Dr.
Descole, la idea de instalarla en la sierra no tenía antecedentes. Por
otra parte, fue durante su gestión que el proyecto tomó impulso,
gracias al apoyo económico del Estado y al aporte creativo del equipo
docente del Instituto de Arquitectura y Urbanismo, recientemente
formado47.
La creación de institutos de investigación, contaba con el
antecedente del ya creado Instituto de Geología y Minas en Jujuy. El
sentido regional de la universidad respaldaba la política industrial que
llevaba adelante el gobierno nacional48. La iniciativa se venía
acompañando desde las décadas de 1920 y 1930 por medio de la
incorporación de numerosos profesores extranjeros. A partir de 1947
este proceso se acrecentó con la llegada de científicos, intelectuales y
artistas de alto nivel en todas las áreas49. Este fenómeno excedió el
ámbito académico, tomando su impacto en el sector de las obras
públicas, para las cuales fueron contratados por el estado técnicos y
empresas extranjeras, especialmente italianas50. La apuesta se
enmarcaba en una política nacional y territorial que ponía en marcha un
fuerte impulso a la región norte del país, para equilibrar las diferencias
interregionales.

46
Bravo, M.C.; Hillen, M., op. cit.
47
Marigliano, F., El Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de
Tucumán. 1946-1955. Modelo arquitectónico del estado y Movimiento Moderno en
Argentina. Tesis doctoral, Universidad Politécnica de Madrid. Inédita, 2003, p.123.
48
Bravo, M.C.; Tagashira, R., El concepto de Región en la creación y reforma de la
Universidad de Tucumán: los rectorados de Juan B. Terán y Julio Prebisch. Congreso
“Reformas universitarias y movimientos estudiantiles en América y Europa”. Córdoba,
Argentina, 2005.
49
Marigliano, F., La educación arquitectónica en la Universidad de Tucumán (1939-
1952). Actas del Primer Congreso sobre la Historia de la Universidad Nacional de
Tucumán. San Miguel de Tucumán, 2006.
50
Liernur, J.F., Fuochi di paglia. Architetti italiani del secondo dopoguerra nel dibattito
architettonico per la ´Nuova Argentina´ (1947-1951), Metamorfosi, n° 25-26, 1995, pp.
71-81.

169
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

En 1947 se incorporó al plantel docente del IAU un nuevo


grupo, integrado por Hilario Zalba, Rafael Onetto y José Le Pera, un
sector del Grupo Austral. Hacia el inicio del ciclo lectivo de 1948 fueron
contratados cuatro profesores italianos: los arquitectos Enrico
Tedeschi, Cino Calcaprina, Ernesto Rogers y el ingeniero Guido Oberti.
Jorge Vivanco había tomado contacto con los italianos a través de
Rogers, en ocasión de su participación en el CIAM de 1947 en
Bridgewater51. Interesado en contratar ingenieros para el área de
Construcciones, Vivanco se reunió primero con Pier Luigi Nervi, y a
través de éste, se contactó luego con Piccinato y Tedeschi; los tres
eran profesores de la Scuola di Architettura Organica en Roma. Rogers
y Piccinato no sólo aceptaron la propuesta de integrar el instituto
tucumano sino que también tomaron participación como urbanistas en
el plan para Buenos Aires (EPBA)52.
En ambos casos las experiencias fueron simultáneas, lo cual
implicaba largos viajes desde Buenos Aires a Tucumán. Rogers se
sumó al proyecto del IAU, convocado para dictar la asignatura Teoría
de la Arquitectura, aunque sólo dictó un curso semestral53. Por su
parte, Piccinato había sido convocado a dictar el curso de Introducción
al Urbanismo, cátedra que compartiría con Vivanco, aunque abandonó
el puesto debido a sus tareas profesionales en Buenos Aires, que se
intensificaron luego de asumir un cargo en el Ministerio de Obras
Públicas de la Nación54.

51
Carta de Vivanco a Zalba, Roma, 6 de noviembre de 1947. (Citada en Marigliano, F.,
op. cit., pp.102-104).
52
En relación al intenso flujo migratorio de arquitectos e ingenieros italianos a
Argentina en el año 1948, véase Liernur, J. F., Fuochi di paglia. Architetti italiani del
secondo dopoguerra nel dibattito architettonico per la ´Nuova Argentina´ (1947-1951).
Metamorfosi, n° 25-26, 1995, pp. 71-81 y Collado, A., Migrantes, exiliados o viajeros.
Trayectos arquitectónicos de Italia a Argentina en la segunda posguerra. En: Gutiérrez,
R; Viñuales, G.(eds.) Arquitecto Ernesto Puppo (1904-1987). Su obra en Italia, Argentina
y Uruguay (pp. 55-70). Buenos Aires: CEDODAL, 2014.
53
El curso de Teoría de la Arquitectura que dictó Rogers en 1948 al año siguiente fue
tomado por Tedeschi, cuando su compatriota decide permanecer en Buenos Aires
para ocuparse del proyecto del EPBA y, más tarde, volver a Italia.
54
Piccinato elaboró proyectos urbanísticos para Ezeiza y para la provincia de San Luis,
residiendo en el país hasta 1951. (Véase Piccinato, L., Tre esperienze urbanistiche in
Argentina, Urbanistica, n°9, 1952, pp. 49-53; Malusardi, F. Luigi Piccinato e
l`urbanística moderna. Roma: Officina Edizioni, 1993 y Ballent, A., Las huellas de la
política. Vivienda, ciudad y peronismo en Buenos Aires, 1943-1955. Universidad
Nacional de Quilmes/Prometeo, 2005).

170
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Figura 8. Proyectos ubanos de Piccinato en Argentina: Propuesta de Loteo para Buenos Aires. Fuente:
Piccinato, L., Tre esperienze urbanistiche in Argentina. Urbanistica, n°9, 1952, p. 49.

El caso de Tedeschi y Calcaprina fue distinto, ya que sólo se


involucraron con el proyecto del IAU. El 5 de febrero de 1948 la
dirección del Instituto firmó la resolución que designaba a Tedeschi
como “Profesor Extraordinario” desde el 1° de enero de 1948 al 1° de
enero de 195055, sin especificar sus tareas a realizar. Durante 1948 sus
actividades docentes se abocaron al cargo de profesor titular de la
cátedra de “Historia de la Arquitectura I”56.
En 1950 Tedeschi trabajó junto a Cino Calcaprina en dos
estudios de carácter técnico y general sobre herramientas de
planificación a nivel nacional editados por el IAU57. En Urbanismo con
legislación se advertía la situación de extrema centralidad que
representaba la ciudad de Buenos Aires para la Argentina, y se
proponía favorecer el “progreso orgánico” del país. Se planteaba la
necesidad de establecer leyes y celebraba la creación por parte del
gobierno nacional de organismos técnicos y económicos que pudieran
favorecer la implementación de planes mediante instrumentos
legales58. Señalaban la existencia de profesionales especializados en
urbanismo obstaculizados por la ausencia de leyes para implementar
los planes creados. Advertían también que emprender un plan no

55
Legajo Administrativo Profesor Enrico Tedeschi. Archivo Universidad de Tucumán.
Fojas 8 y 9.
56
Entre 1949 y 1952 Tedeschi sumó dos nuevas asignaturas: “Historia de la
Arquitectura II” y “Teoría de la Arquitectura”.
57
Urbanismo con legislación. El problema legislativo de la planificación urbana y rural y
Estadística para el urbanismo, ambos volúmenes editados por el IAU-UNT en 1950.
58
Calcaprina, C., Tedeschi, E., Urbanismo con legislación. El problema legislativo de la
planificación urbana y rural. Tucumán: IAU-UNT, 1950, p. 14.

171
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

indicaba restringir de libertad de los habitantes, sino establecer un


orden, no sólo para regular sino también para fomentar el desarrollo.
Como antecedente, los italianos proponían revisar una síntesis de las
que consideraban mejores legislaciones europeas: las de Francia,
Italia, Inglaterra y Polonia.
Calcaprina redactó simultáneamente otro trabajo59, de nivel
regional, donde proponía un plan para el Noroeste argentino partiendo
del mismo diagnóstico sobre la falta de equilibrio en la distribución
poblacional del país y proponiendo un “nuevo enfoque para el
urbanismo” que exigía:

“[…] planes territoriales orgánicos, los cuales, aceptando la región


como realidad social y dinámica, están llamados a coordinar las
funciones de la vida con un sentido geográfico definido (clima,
vegetación, agricultura e industria) en un equilibrio dinámico de sus
distintas partes”60.

Las referencias en la práctica eran los planes soviéticos de


Dnieper, el plan francés de Sarre, los italianos para Sabaudia, para el
Valle d´Aosta y del Piamonte, el plan para la reconstrucción de
Londres y, particularmente, resaltando su carácter democrático,
regional y no nacional, el plan norteamericano para el Valle del
Tennessee. Calcaprina llamaba así a desestimar las divisiones
administrativas provinciales y la centralidad nacional, en favor de una
concepción regional que tuviera en cuenta la “cohesión orgánica” del
territorio. Las fuentes teóricas citadas eran principalmente los trabajos
de Howard, Mumford, Gropius, Le Corbusier y Piccinato. Los estudios
de Calcaprina y Tedeschi recuperaban el enfoque técnico de la
planificación de posguerra:

“[…] La planificación, como es sabido, se divide en tres etapas


sucesivas: una primera etapa técnico-legislativa, una segunda
propiamente técnica, y una tercera política. Piccinato ha aclarado bien
este concepto, definiendo la primera etapa como la de precisación de
los problemas, formulación de las leyes necesarias y creación de los
organismos ejecutivos y de control; la segunda como la del proyecto,

59
Los trabajos fueron elaborados paralelamente. El libro de Calcaprina se imprimió el
29 de abril de 1950 y Urbanismo con legislación se imprimió el 5 de mayo del mismo
año.
60
Calcaprina, C., Planificación regional. Enfoque de un plan para la vida del Noroeste
argentino. Tucumán: UNT, 1950, p. 23.

172
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

estudio y diseño del plan; la tercera como aquella en que se logra,


mediante la acción política, la ejecución del plan en el tiempo y en el
espacio”61.

El estudio involucraba la aplicación de métodos que se


articulaban con las investigaciones que la universidad estaba
realizando en estos campos a través del Instituto de Sociografía y
Planeación de la Universidad Nacional de Tucumán (ISP)62. En
Estadística para el urbanismo, los especialistas italianos sostenían la
necesidad de abordar con precisión los métodos científicos de la
estadística aplicados al urbanismo y señalaban la importancia de un
censo nacional a implementarse como un primer paso indispensable63.
Se proponía un programa de relevamientos de tipo agrícola, industrial,
comercial, de transporte, educación, salud y vivienda. Se citaban las
experiencias europeas de Francia, Italia y Alemania y se señalaban
como óptimas las investigaciones sociológicas emprendidas en
Norteamérica por la Universidad de Chicago, de las cuales eran
cultores los especialistas argentinos Renato Treves y Miguel Figueroa
Román, éste último, director del ISP64.

Figuras 9 y 10: Estudios realizados en conjunto por Tedeschi y Calcaprina en 1950 en el IAU: Estadística
para el urbanismo y Urbanismo con legislación. El problema legislativo de la planificación urbana y rural.
Figura 11: Calcaprina, C., Planificación regional. Tucumán: UNT, 1950.

61
Calcaprina, C.; Tedeschi, E., Urbanismo con legislación. El problema legislativo de la
planificiacón urbana y rural. Tucumán: UNT, p. 17
62
Véase Pereyra, D., Sociología y planificación en el primer peronismo. El caso del
Instituto de Sociografía y Planeación de Tucumán (1940-1957)). Apuntes de
investigación del CECYP, Año XVI, n° 21, 2012, pp. 109-130.
63
Se hace mención a la ley 13.529 de 1949 que atribuía al Ministerio de Asuntos
Técnicos de la Nación la facultad de realizar ese censo.
64
Calcaprina, C., Tedeschi, E., Estadística para el urbanismo. Tucumán: IAU-UNT,
1950.

173
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Figura 12. “Ubicación continental de la zona del


Noroeste Argentino. El mapa […] permite apreciar la
importante situación central del área, considerada en
relación al continente sudamericano”. Fuente:
Calcaprina, C.,1950, p. 33.

Los cambios que sufrió la universidad entre 1950 y 1952


ocasionaron la renuncia del rector Descole y posteriormente también la
del director del IAU, Jorge Vivanco, junto a la mayor parte del equipo
docente del instituto. El IAU se disolvió y se creó la Facultad de
Arquitectura. Iniciada esta nueva gestión, en 1953 Tedeschi mantuvo
sus cargos y sumó otros, luego de ser designado integrante de la
Comisión Coordinadora de Asuntos Científicos, Técnicos y Culturales
de la UNT65. Entre los trabajos a efectuar se consignaba:

“[…] la planificación de la urbanización de las ciudades de San


Miguel de Tucumán, Monteros, etc., como así también la realización
de anteproyectos para sedes de instituciones gremiales, culturales y
religiosas…”66.

La participación de Tedeschi en estas propuestas no traspasó


el plano teórico67. No obstante era muy activo en las discusiones. En
ocasión de las Jornadas de Urbanismo en Tafí del Valle organizadas

65
La Comisión fue integrada por Tedeschi, Calcaprina, Grehan, Ramos Mejia, Juárez y
Tannuré. (Legajo Administrativo Profesor Enrico Tedeschi. Resolución n°54/953 , 29 de
abril de 1953. Fojas 151-152).
66
Ibídem.
67
Finalmente fue Cino Calcaprina quien elaboró luego el plan regulador de San Miguel
de Tucumán. (Véase Collado, A., Ideas y experiencias italianas de la segunda
posguerra. Su transferencia al urbanismo argentino y Paterlini, O., El "Plan Calcaprina"
para Tucumán 1954-57, en: Gutiérrez, R.; Méndez, P. (eds.), Experiencias de
urbanismo y planificación en Argentina. 1909-1955. Buenos Aires: CEDODAL, 2012).

174
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

por la FAU-UNT68, Tedeschi exponía que las políticas de


descentralización administrativa y de planificación en una red de
comunicaciones podía favorecer la descentralización del país, y que la
misma estrategia aplicada a la industria podía funcionar con
efectividad, a pesar de que en otros países las mejoras técnicas en la
producción agrícola habían reducido la necesidad de mano de obra y,
por lo tanto, la migración de las personas al campo. Según Tedeschi,
en el caso de la Argentina, estas mejoras podían traducirse en mayor
cantidad de asentamientos urbanos para poblar el extenso territorio y
así, producir más69. Estas recomendaciones acordaban con las líneas
del Segundo Plan Quinquenal del gobierno nacional, donde «la
descentralización y zonificación industrial», eran parte de las
estrategias a adoptar para la urbanización de las ciudades70.

3.3. El proyecto para la Ciudad Universitaria en la sierra de San Javier.

El IAU inició sus actividades en 1947 en conjunto con la


gestación del plan para la construcción de la Ciudad Universitaria de
Tucumán (C.U.T.). Entre los objetivos fundacionales del IAU estaba el
de abordar la “planificación total de las regiones geográficas humanas
para una mayor felicidad del hombre” y el de desarrollar ideas para la
reestructuración de las ciudades argentinas en base a un concepto de
“evolución de la cuadrícula colonial”, iniciando investigaciones y
experimentaciones en algunas ciudades de la provincia tucumana71.
En 1948 se creó la Oficina de Arquitectura y Construcciones
para la Ciudad Universitaria en San Javier, cuyo equipo técnico,
encabezado por Jorge Vivanco, dependía del IAU72. El proyecto urbano

68
Habían participado en las Jornadas, además de Tedeschi y Calcaprina, Bonilla,
Pastor y La Padula. (Malecki, J. S., Ernesto La Padula en Córdoba. Peronismo y
ciudad, 1946-1955. Anuario de Estudios Americanos, vol. 75, n°1, enero-junio 2018, pp.
323-352).
69
Tedeschi, E., La enseñanza del urbanismo en las universidades argentinas. Nuestra
Arquitectura, n° 295, 1954, pp. 50-55.
70
Segundo Plan Quinquenal de la Nación Argentina. Texto completo del 2° Plan
Quinquenal (Ley 14.184). En: Hechos e Ideas. Buenos Aires: 1954, pp. 506-507.
71
Proyecto de Plan Quinquenal Analítico de la Universidad Nacional de Tucumán. 1947-
1951. Tomo III, p. 178. Tucumán: Talleres Gráficos M. Violetto, 1947.
72
Según el documento oficial, el equipo técnico de la Oficina estaba integrado por los
arquitectos Vivanco, Caminos, Catalano, Sacriste, Tedeschi, Zalba, Le Pera, Onetto,
Díaz Puertas, Liebich, Marfort, Pagés, Robledo, y cuatro ingenieros, entre los cuales

175
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

y paisajístico para la C.U.T. se proponía ser punta de lanza de un tipo


de acción sobre el territorio:

“Al crear un núcleo modelo de habitación, permitirá la aplicación de la


técnica moderna y de los principios de urbanismo. Aportará
soluciones urbanísticas para los problemas de la ciudad de Tucumán
e impondrá nuevas normas para la planificación y remodelación de
nuestras poblaciones coloniales” 73.

Trasladar la Universidad de Tucumán a la sierra no sólo


subsanaría las incomodidades de las altas temperaturas en verano,
permitiría un ambiente de concentración para el estudio y una potencial
extensión territorial ilimitada sino que, además, también acercaría la
ciudad al contacto directo con “la belleza incomparable de la
naturaleza” de la que estaría rodeada y evitaría la conformación de
suburbios estableciendo un nuevo núcleo urbano capaz de reorganizar
la ciudad de San Miguel, extendiéndola hacia la montaña74. Las
soluciones urbanísticas debían resolver los vínculos entre el paisaje, la
ciudad y la arquitectura.
La región, entonces, para los planificadores de la C.U.T. tenía
un doble propósito, por un lado, un sentido estratégico territorial, que
intentaba evitar los “suburbios descontrolados” reestructurando la
relación entre la ciudad de San Miguel y las áreas rurales circundantes
y, por otro lado, uno identitario, que buscaba otorgar a las ciudades
norteñas de trazado colonial, genéricamente planeadas, características
específicas de su paisaje natural, con una “reconquista de la
naturaleza” donde el elemento protagonista era “la montaña”75.

estaba el italiano Oberti, quien colaboró en los diseños estructurales de Nervi y Bartoli,
ensayados en el Politécnico de Milán (Ciudad Universitaria, UNT, 1950). Por otra parte,
según los testimonios recabados en las tesis de Marigliano y Ahumada Ostengo, el
director del plan general fue Vivanco y los proyectistas principales de los edificios en
bloque habrían sido Caminos y Catalano. Sobre el rol de Sacriste, Tedeschi, Zalba y Le
Pera no se tienen precisiones. Los restantes integrantes eran colaboradores que
habían egresado recientemente del IAU. (Véase Marigliano, op. cit. y Ahumada
Ostengo, H., Lo regional y lo universal. La herencia de la Escuela de Arquitectura de
Tucumán. Antología biográfica-crítica 1947-1956 y 1957-1968. Tesis Doctoral,
Universidad Nacional de México. Inédita, 2007).
73
“Ciudad Universitaria”, Trópico [Suplemento Cultura], 27 de junio de1948, p. 2.
74
“Impresiones de viaje”, Trópico, 24 de junio de 1948, p.1.
75
Ciudad Universitaria, 1950, p. 8.

176
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Figura 13: El rector Desole con el equipo de arquitectos. Enrico Tedeschi es el segundo desde la
izquierda. Fuente: Trópico, 22 de noviembre de 1949 (Gentileza Elizabeth Zuzaya).

Sin embargo, los modelos a seguir para el estudio del plan no


recurrieron a experiencias locales sino internacionales. Mientras los
urbanistas italianos estaban transitando un salto desde la operación
sobre la ciudad hacia la región a través del concepto de planeamiento
regional76, por otra parte, los temas de debate entre los arquitectos

76
Según Rigotti este perfil gerencial y científico del urbanista se afianzaría recién
algunos años más tarde, junto al nuevo paradigma desarrollista. (Rigotti, A. M., De la
ciudad al territorio, del municipio a la nación: las promesas del urbanismo como

177
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

argentinos interesados en el urbanismo giraban en torno a la


discusiones dadas en los CIAM. A principios de 1930, el foco de
interés de aquellos congresos había girado en torno a las propuestas
socialistas soviéticas, que apostaban a la descentralización de las
ciudades hacia el campo de manera organizada a lo largo de líneas de
transporte. Sin embargo, en el CIAM de 1933, los proyectos soviéticos
extensivos se habían desestimado, abriendo paso a los lineamientos
de la “ciudad funcional” cuatripartita -vivienda, trabajo, recreación y
circulación- y ejemplificada en los proyectos de ciudades
concentradas de Le Corbusier. Según Eric Mumford, el
cuestionamiento de estos esquemas había sido iniciado hacia 1937
por Josep Lluis Sert, argumentando que los planes urbanos no debían
ser rígidos sino que necesitaban adaptarse a las circunstancias
geográficas, topográficas, climáticas, agrícolas e industriales de cada
región77.
Diez años más tarde, en el primer congreso posterior a la
guerra, el CIAM 6 en Bridgewater de 1947, Sert proponía adaptar las
pautas del urbanismo de las cuatro funciones a un nuevo enfoque que
tuviera en cuenta la escala humana y la noción de centros comunitarios
o “corazones” en las ciudades, incorporando ideas de las
neighborhood unit anglosajonas, del concepto espacial organicista de
Eliel Saarinen y de las propuestas para la descentralización de Londres
del grupo MARS. Recordemos que Luigi Piccinato y Enrico Tedeschi
había debatido los mismos temas y modelos cuando discutían las
líneas a seguir para la reconstrucción de las ciudades italianas, e
interpelaron los presupuestos de los Congresos Internacionales de
Arquitectura Moderna (CIAM) cuestionando la rigidez formal de sus
planteos78.
Ferrari Hardoy y Bonet, participaron como delegados
argentinos de ese congreso y Vivanco viajó por su parte en
representación del IAU. Al año siguiente, durante los meses de mayo y
junio de 1948 el rector Descole realizó un viaje de treinta días a los
E.E.U.U. y Europa en una misión oficial encomendada por el gobierno
nacional para conocer centros universitarios e institutos de

alternativa tecnocrática de gestión (1928/1958). Plotkin, M.; Zimmermann, E. (comp.)


Los saberes del Estado (pp. 159-184). Buenos Aires: Edhasa, 2012).
77
Mumford, E., The CIAM Discourse on Urbanism (1928-1960). Cambridge-Londres:
The MIT Press, 2002.
78
Véase Cap. 2, p. 142.

178
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

investigación. Los itinerarios de su “gira cultural” - difundidos con


continuidad en el periódico Trópico79- se iniciaron en el país
norteamericano y tenían el objetivo de aportar modelos e ideas para
aplicar en el emprendimiento tucumano, que se proponía alcanzar
“conceptos nuevos y revolucionarios”80. La propuesta se proponía
“Construir una ciudad entera cerrada en sí, al sólo servicio de las
ciencias, de los estudios y de la formación del hombre bajo el lema de
los antiguos que se esforzaban por lograr el desarrollo balanceado de
cuerpo y espíritu”.
El modelo espacial más adecuado, según el rector, era el
campus norteamericano contemporáneo y, en lo formativo, por integrar
enseñanza con cultura física, el antiguo Atheneum griego81. Las
necesidades programáticas se estructuraban en tres consignas: la
organización del saber, la vivienda y la promoción de la cultura física.
La C.U.T. alojaría todas las dependencias en “nuevos edificios a la
altura de los reconocimientos más modernos” y en “un solo terreno
prácticamente sin límites a la extensión material”82. Transmitidos
primeramente en aquellas notas periodísticas, los lineamientos del
proyecto fueron luego ampliados en un documento editado por la
universidad83.

79
Para una investigación detallada sobre la creación y disolución del periódico Trópico
véase Acevedo, V.; Johansson, M.L., Cae un sueño tropical: La Universidad Nacional
de Tucumán y su diario Trópico (1947-1950). Actas del Primer Congreso sobre la
Historia de la Universidad Nacional de Tucumán. San Miguel de Tucumán, 2006.
80
“El Rector de la Universidad, Dr. Horacio Descole, visitará Norteamérica y Europa en
Misión Oficial”, Trópico, 5 de mayo de 1948.
81
Trópico, 23 de junio de 1948, p.10.
82
Trópico, 25 de junio de 1948, p.10.
83
Ciudad Universitaria de Tucumán se tituló el documento oficial sobre el proyecto
publicado por la UNT en 1950. Luego fue reimpreso con una nota introductoria y un
sutil cambio en el diseño de tapa en el n°254 de la revista Nuestra Arquitectura del
mismo año. Allí fue suprimida la primera página de la publicación original, encabezada
por unas palabras del presidente de la Nación Juan D. Perón, donde se anuncia la
pertenencia institucional del proyecto a la Comisión Permanente de Construcciones
Universitarias, presidida por el Ministro de Educación de la Nación, Armando Méndez
San Martín y el rector de la Universidad de Buenos Aires, Julio Otaola.

179
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Figura 14. Crónica del viaje del rector Horacio


Descole en el periódico editado por la UNT. Fuente:
Trópico, 25 de mayo de 1948.

Algunos estudios sostienen que el grupo de proyectistas


estaba dividido entre los que promovían una visión racionalista –la
vencedora- y los que defendían una visión organicista –la vencida- y,
que esta división coincidía con sus nacionalidades argentina e
italiana84. Sin embargo, entre otros interrogantes, la supremacía de lo
racional sobre lo orgánico no explicaría los motivos por los cuales el
documento oficial publicado en base a la versión definitiva y en
construcción del proyecto lo definen como “una ciudad orgánicamente
planeada”, bajo los siguientes puntos:

“1°) Concentración de la vida universitaria; 2°) Ambiente


adecuado para el estudio, la investigación y para la formación
universitaria; 3°) intercambio y colaboración entre las distintas
facultades e institutos; 4°) […] facilidades de estudio, vida,
alojamiento y mejoramiento cultural y físco; 5°) Contacto directo con la
naturaleza y con los problemas auténticos del campo” 85.

El proyecto buscaba una concepción global que alcanzara la


integración de distintas clases de sistemas: uno espacial, que enlazara
en un todo las distintas partes del conjunto, uno social, que articulara
las distintas actividades a desarrollarse y, uno natural, que definiera el
vínculo entre las anteriores y las características topográficas, climáticas

84
Cfr. Nicolini, A.; Paolasso, C., Racionalismo y arquitectura orgánica en Tucumán. En:
Documentos para una historia de la arquitectura argentina, pp.67-70. Buenos Aires:
Summa, 1978 y Marigliano, F., La ciudad universitaria de Tucumán. El triunfo de la
visión racionalista. En: Adagio, N.; Sella, A. (eds.), Enrico Tedeschi. Work in progress.
Mendoza: IDEARIUM, 2013.
85
Ciudad Universitaria de Tucumán. Tucumán: UNT, 1950, p.8.

180
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

y paisajísticas de su localización.
El adjetivo orgánico por aquellos años se utilizó para cualificar
estructuras de organización de diversa escala y naturaleza que
implicaran descentralizar funciones o partes en órganos diferenciados.
Se hablaba de “planes orgánicos”, de “ciudades orgánicas”, y hasta
del “progreso orgánico”. Desde una visión amplia, el propio gobierno
nacional se autodefinía como “un gobierno orgánico” en referencia a
una idea de coordinación de los distintos órdenes -el económico, el
social, el político, el cultural-86. La idea de una arquitectura orgánica
parecía una vía coherente con el clima general del proyecto
institucional tucumano. Luego, las interpretaciones en manos de los
proyectistas dependían de las diferentes líneas interpretativas que
existían en la práctica y la teoría sobre la concepción organicista y de
las experiencias formativas personales.
Horacio Caminos, Eduardo Catalano y Eduardo Sacriste habían
realizado estudios en los EEUU durante los primeros años de la
década de 1940. Durante su estadía norteamericana como becario,
Sacriste había estudiado principalmente sistemas de prefabricación en
madera, pero, además, había visitado numerosas obras de Frank Lloyd
Wright. Entre los temas que le interesaron de Wright estaban la relación
mimética de la arquitectura con el terreno y también su metodología
proyectual modular que, en algunos casos, recurría a la matriz
poligonal vinculada al movimiento diagonal del hombre87. Durante las
primeras décadas del siglo XX algunas teorías urbanísticas también se
basaron en esquemas poligonales, especialmente hexagonales,
buscando una alternativa que mejorase la eficiencia del uso del suelo
respecto de los esquemas en cuadrícula.

86
En la interpretación política del peronismo, la descentralización se concebía por
debajo de un poder central: “Comenzamos por organizar el gobierno. Hemos
organizado también el Estado, que vivía en una desorganización muy grande, y la
Constitución Justicialista y las leyes que la van reglamentando en el orden orgánico,
van estableciendo una organización. Es mediante eso que se puede cumplir el
principio fundamental de las realizaciones del gobierno, que se basan en una
concepción centralizada y en una realización descentralizada”. (Perón, J., “Un
gobierno orgánico”. En: Un plan de Perón para su pueblo. Conceptos pronunciados el
1° de diciembre en el Congreso Nacional por el presidente Juan Perón. La Gaceta,
Suplemento Especial, 24 de diciembre de 1952).
87
Sacriste, E., Usonia. Aspectos de la obra de Wright. Buenos Aires: CP67, 1960.

181
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Figura 15. Esquema hexagonal de vivienda. Fuente: Humbert, R. (1944), p. 25.


Figura 16. Arthur Comey, Progressive hexagonal city (1923). Fuente: Ben-Joseph, E.; Gordon, D. (2000)
Figura 17. Ordenamiento geométrico del Casco Principal. Fuente: Dibujo de la autora sobre imagen
original.

Figura 18. “La disposición hexagonal en las áreas de servicio regional”. Fuente: Dickinson, R. (1961), p.
50. Figura 19. “Proyecto de una villa hexagonal por R. C. Humbert”. Fuente: Arte Madí, n° 1, 1947.

La disposición diagonal se proponía como un modo de


humanizar una matriz racional, mediante la reducción de movimientos
y superficies en las vías de circulación88. Estas teorías no eran ajenas a
la cultura local, en la década del cuarenta se había editado en
Argentina la versión castellana del libro de Richard Humbert “The
hexagonal City”, cuyas propuestas se basaban en estos principios89.
La memoria del Plan General de la C.U.T. define el territorio a
intervenir como un área delimitada por un triángulo conformado por
dos cadenas de sierra y una lomada. En la escala mayor, la
configuración planimétrica del casco principal está delineada a partir
de variaciones en la geometrización de esta orografía, mediante una

88
Ben-Joseph, E.; Gordon, D., Hexagonal Planning in Theory and Practice. Journal of
Urban Design 5 (3), 2000, pp.237-265.
89
Uno de los proyectos urbanísticos de Humbert fue además publicado en la revista
Arte Madí n°1, octubre de 1947, (Fig. 20).

182
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

estructura geométrica de ángulos a 30° y 60°, cuyo módulo poligonal


funciona como mediador formal entre las ondulaciones de la sierra y la
rectangularidad de los edificios. Esta lógica resuelve la estrategia de
ocupación del suelo en el caso principal, mediante una plataforma
artificial de líneas oblicuas que corrige las diferencias de nivel. Sobre
ella se dispone una repetición sistemática y desplazada de volúmenes
edilicios90. La geometría poligonal organiza el campo de deportes, el
anfiteatro, el centro comunal y la plataforma que une los edificios
universitarios, pero no afecta a la forma misma de los edificios,
definidos como prismas alargados de distintas proporciones. El
conjunto de cinco bloques de viviendas dispuestos en el sector norte,
se organiza de manera más libre sobre la topografía, aunque siguiendo
un ritmo escalonado. Son sugerentes las similitudes con las
propuestas debatidas en los CIAM, en lo que respecta al “corazón de
la ciudad” y a la revisión de las cuatro funciones diferenciadas91.

Figura 20. Plan General para la


C.U.T. en la sierra de San
Javier. Fuente: Nuestra
Arquitectura n°254, septiembre
1950.
Figura 21. Plan para Saint Dié
de Le Corbusier. Fuente:
Metron n°6, 1946.

90
Liernur & Pschepiurca encuentran similitudes entre el esquema adoptado en la
C.U.T. y algunas propuestas para el plan regional del Valle d´Aosta de Olivetti con el
grupo de arquitectos BBPR. Por otra parte, Marigliano lo vincula con el plan de
Nemours de Le Corbusier. (Liernur, J.F.; Pschepiurca, P., op. cit./ Marigliano, op. cit.)
91
El proyecto de Le Corbusier para Saint Dié pudo haber sido la referencia clave. Fue
el único ejemplo del maestro suizo que la revista Metron promocionó durante esos
años y lo mismo hizo Piccinato en su manual Urbanistica.

183
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Por otra parte, alejada del caso principal, se preveía la


organización de conjuntos vecinales de viviendas para profesores,
cuya organización planimétrica, vínculo con la topografía y expresión
de la materialidad, exploraban otro tipo de sensibilidad con el paisaje.
Encauzado en esta línea, Tedeschi elaboró un esquema alternativo
para el masterplan, donde las tiras se preveían considerablemente más
pequeñas, quebradas y acondicionadas a las direcciones de las
curvas naturales del terreno, de modo similar a los proyectos que
realizó Piccinato para barrios obreros en San Luis y que podrían
encontrar su antecedente en un proyecto de Gropius y Breuer en New
Kensington, California (1941).

Figura 22. Gropius, W.; Breuer, M. Barrio obrero en New Kensington, California, 1941. Fuente: Zevi
(1950), Storia dell´ architettura moderna, Tavola 64.

Figura 23. Piccinato-Prebisch. Proyecto


para el Barrio Obrero “La Florida” en San
Luis, 1950. Fuente: Archivo Luigi
Piccinato.

Figura 24. Grupo vecinal de viviendas


individuales. Fuente: Ciudad Universitaria
(1950). Tucumán: UNT, p.34.

Esta línea naturalista se experimentó sólo en aquellos conjuntos


residenciales. La estrategia predominante, por el contrario, se sostenía
en la idea de un urbanismo como composición de grandes espacios a
partir de la disposición de edificios monumentales. En el casco
principal, además de construir un suelo arificial, los edificios interferían
con contundencia en el paisaje circundante.

184
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Figura 25. Enrico Tedeschi: Propuesta alternativa para la CUT, 1948. Fuente: Archivo de Construcciones
Universitarias (UNT). Reproducido en Marigliano, F. (2003).

Figuras 26-27. Conjuntos de


viviendas para profesores y Block
estudiantil en construcción.
Fuente: Aceñolaza (1993), p. 81.

“[…] la silueta extendida


del edificio y un
arbolado adecuado,
cerrarán la composición
del Casco Principal por
el lado sud y formarán
una pantalla compacta
para ocultar la visión de
chalecitos con techo de
teja que manchan la
montaña en las lomadas
de la villa”92.

92
“Ciudad Universitaria”, UNT, p.32.

185
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Los grandes bloques y el centro comunal involucraban otro tipo


de organicismo, de matriz racionalista que recurría a analogías
biológicas para ensayar modelos estructurales. Los tabiques portantes
del bloque de vivienda para varones se ramifican como un elemento
arbóreo93. La geometría modular poligonal reaparece en otra escala en
la cubierta del Centro Comunal, donde el triángulo está multiplicado en
unidades estructurales fungiformes y organizadas a la manera de un
bosque. Uno de los principales proyectistas del plan, Eduardo
Catalano, había realizado estudios en Harvard, donde investigó sobre
prefabricación modular y geometrías derivadas de formas de origen
natural94. Los sistemas estructurales de hormigón armado combinaban
de este modo nuevas estrategias técnicas con formas inspiradas en
las lógicas de la naturaleza95.

Figura 28. Block Universitario de Tucumán. Maqueta de estudio. Fuente: Gazaneo, J., Scarone, M.,
Eduardo Catalano. Buenos Aires: IAA, FADU-UBA, 1956.

Figura 29. Proyecto para el Centro Comunal. Diseño estructural de Pier Luigi Nervi. Fuente: Ciudad
Universitaria de Tucumán. Tucumán, UNT, 1950.

93
El arquitecto Catalano, realizó el diseño arquitectónico de los pabellones de
viviendas para estudiantes junto a Horacio Caminos, aunque el diseño estructural
original en forma de árbol fue proyectado por la ingeniera María del Carmen Agostini.
En la versión definitiva del proyecto, este diseño fue modificado por Atilio Gallo.
(Gazaneo, J.; Scarone, M., Eduardo Catalano. Buenos Aires: IAA, FADU-UBA, 1956).
94
Liernur, J. F., Arquitectura en la Argentina del siglo XX. La construcción de la
modernidad. Buenos Aires: Fondo Nacional de la Artes, 2001.
95
Liernur, J. F., Fuochi di paglia, op. cit.

186
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

3.4. Cuzco y el paisaje sudamericano.

En el año 1949 Enrico Tedeschi viaja a la ciudad de Cuzco con


una comisión de estudiantes de los cursos de Historia de la
Arquitectura del IAU con el objetivo de relevar patrimonio
arquitectónico americano en forma directa. Esta primera expedición a
la ciudad peruana se enmarcó en el programa presentado en 1948
para la asignatura Historia de la Arquitectura, curso que proponía
como horizonte metodológico introducir al estudiante en los estudios
de la arquitectura del pasado a través de una valoración crítica que
debía ser espacial. Este enfoque presuponía, por lo tanto, que las
cualidades espaciales de un edificio no podían abordarse
suficientemente bien a través de representaciones reproducidas en los
libros sino que era preciso hacer una experiencia directa como medio
de aprendizaje:
“Objeto esencial del curso será de dar elementos de juicio
crítico estético, con particular referencia a los valores espaciales que
caracterizan la arquitectura”96.

Tedeschi lideró aquella delegación estudiantil acompañado por


el arquitecto Eduardo Sacriste, profesor titular de los talleres de
Arquitectura III, IV y V del Instituto97. La experiencia intentó ser repetida,
para concluir los relevamientos in situ y elaborar una publicación, que
demoró mucho años98. Una vez lograda la publicación, el trabajo
completó la experiencia didáctica con un texto de Tedeschi que
despliega un programa teórico y una metodología crítica99. En una

96
Programa y Plan de Trabajo del Curso de Historia de la Arquitectura, 19 de julio de
1948. Legajo Administrativo Profesor Enrico Tedeschi. Archivo Universidad Nacional de
Tucumán. Foja 11.
97
Tedeschi argumentaba la necesidad de publicar los resultados de la investigación:
“Este material, completado con un estudio histórico-crítico del que tengo ya trazadas
las líneas esenciales, puede ser utilizado en una publicación notable, la primera que
abarque ese grupo de monumentos tan importantes para la historia de la arquitectura
americana”. (Informe de los cursos de Historia de la arquitectura, 13 de agosto de
1949. Legajo Administrativo Profesor Enrico Tedeschi. Archivo Universidad Nacional de
Tucumán. Fojas 40-41) .
98
Luego de sucesivos reclamos a la Universidad por los fondos necesarios para
realizar un segundo relevamiento en Cuzco, en abril de 1953 Tedeschi consiguió
emprender el viaje con el arq. Abel Tannuré y su asistente de cátedra, el arq. Carlos
Andrés, aunque sin comisión estudiantil. (Memorandum n°47, Ministerio de Educación
de la Nación, 2 de abril de 1953. Legajo Administrativo Profesor Enrico Tedeschi.
Archivo Universidad Nacional de Tucumán. Foja 150).
99
La Plaza de Armas del Cuzco se edita en 1961. Tres años antes, en 1958, Tedeschi
publica una síntesis del trabajo en la revista dirigida por Bruno Zevi. Véase La “Plaza de

187
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

instancia de crisis de aquella visión euromoderna que disociaba cultura


y naturaleza, el caso cuzqueño se presenta como una tierra fértil para
elaborar un nuevo enfoque. La Plaza de Armas del Cuzco presenta la
lectura de un espacio urbano como monumento en su conjunto
dirigiendo la observación a la relación entre la arquitectura y la
naturaleza mediante una visión que desintegra la unidad de cada
edificio como totalidad y la identificación de sus elementos
iconográficos. Este enfoque diferencia el trabajo de otros estudios
contemporáneos que se ocuparon de la misma plaza, y que
profundizaron en los hechos históricos que dieron lugar al hito urbano
en sí mismo o a la construcción de cada edificio entendido como
monumento individual, estudiando las sucesivas intervenciones que
hubo sobre ellos o las cualidades artísticas de los objetos escultóricos
y ornamentales que los identifican100.

Figura 30. “Conjunto de la Catedral e Iglesia Catedral”. Fuente: Tedeschi, E. (1961). La Plaza de Armas
del Cuzco, UNT. Lámina 13.

Armas” di Cuzco, Perù. Rilievi della Facoltà di Architettura di Tucumán. L´architettura


cronache e storia, n°31, maggio 1958, pp. 46-57.
100
El análisis que se expone a continuación es parte del trabajo publicado por la
autora:Enrico Tedeschi y la “crítica fotográfica” en el paisaje arquitectónico
latinoamericano, Anales del IAA, n° 45, 2015, pp. 73-86.

188
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Algunas monografías contemporáneas como las de Héctor


Velarde y Harold Wethey nos permiten exponer una comparación de
enfoques y de métodos101. El libro de Velarde, revisa la arquitectura de
todo el territorio del Perú seccionando su desarrollo por períodos -
preincaico, incaico, colonial-, aunque, aclara el autor, el trabajo no
busca un estudio riguroso de tipo histórico, estético o arqueológico
sino una exposición de:

“[…] las características más notables de la arquitectura local en


función de los factores geográfico, climatológico, geológico, religioso,
social e histórico”102.

La Plaza de Armas así, se encuentra descripta de manera


fragmentada cronológicamente, reconstruyendo los hechos que por allí
tuvieron lugar más que analizando el resultado de estos como
conjunto. Por otra parte, el trabajo de Wethey, se dedica especialmente
a la arquitectura colonial del Perú. En el capítulo sobre la ciudad de
Cuzco, si bien introduce unos comentarios de interés sobre las
particularidades del paisaje del lugar y las cualidades de la piedra local
empleada como materialidad característica de su arquitectura, la
investigación se detiene exhaustivamente en la información
documental que pueda dar fe acerca de la autoría de los edificios
coloniales, comparando las catedrales de Cuzco y Lima, con sus
posibles tipos originarios españoles tanto en el aspecto organizativo de
las plantas como en el lenguaje y composición de sus fachadas103.
El trabajo de Tedeschi no hace referencias a otras
investigaciones previas sobre el caso como las del historiador
argentino Mario Buschiazzo y del peruano Emilio Harth Terré. Estos ya
habían investigado, entre otros temas, las sucesivas etapas
fundacionales que tuvieron las edificaciones en torno a la Plaza de
Armas y, ambos atendieron a la composición de los portales y retablos
y al carácter mestizo del lenguaje que articula muros incaicos
originarios con fachadas españolas104. Tedeschi argumentaba el

101
Se trata de los únicos dos trabajos referenciados por Tedeschi, el de Héctor
Velarde, Arquitectura peruana, (1946) y el de Harold Wethey, Colonial Architecture and
Sculpture in Perú (1949).
102
Velarde, H., op. cit., p.7.
103
Wethey, H., op. cit., p.43.
104
Los estudios históricos y arqueológicos sobre el patrimonio arquitectónico del
Cuzco se incrementaron luego del terremoto ocurrido en 1950. Con anterioridad ya se
habían publicado en Argentina los siguientes trabajos: Harth Terré, E., Ubicación de la

189
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

propósito del trabajo emprendido en la falta de estudios previos que


contemplaran una documentación sistemática del conjunto
monumental, sin embargo, el aporte más significativo de sus
resultados consiste en el enfoque crítico presentado en el texto que
acompaña la edición y apoyado visualmente en las fotografías. Allí se
enfatiza el carácter unitario de la plaza, considerada como monumento
en su conjunto y no como una suma de edificios y advierte acerca de
una continuidad entre el paisaje natural, la ciudad y el espacio urbano
determinado por la plaza:

“Obsérvese el conjunto de la Catedral: las formas macizas,


horizontales del monumento, se funden con la colina que parece deslizarse
hasta la Plaza en una transformación progresiva de lo natural a lo
arquitectónico, acentuada por el bosquecillo de derechos eucaliptus y por las
casas, elementos de orden geométrico”105.

En el sustento teórico del trabajo, se evidencia una


reformulación de las ideas zevianas sobre el espacio. Bruno Zevi
consideraba al espacio exterior como una categoría equivalente al
vacío producido a partir de la interacción de volúmenes edilicios,
sosteniendo que la metodología de análisis para espacios exteriores
debía ser la misma que para espacios interiores106. En cambio, en su
mirada al Cuzco, el discurso de Tedeschi involucra en la descripción
espacial una noción de paisaje que no admite tales abstracciones,
donde el elemento natural requiere ser pensado en equivalencia al
arquitectónico:

“Esta continuidad: paisaje-ciudad-plaza, es, a mi parecer, la base de


todo enfoque crítico de la Plaza de Armas. Existe un problema de
escala entre naturaleza y arquitectura, que se presenta muy distinto
de lo que una consideración de las solas relaciones entre edificios
hace nacer; existe un problema espacial, que sería equivocado fundar

arquitectura hispana en el Cuzco, Revista de Arquitectura, abril de 1934, pp.159-161 y


“Buschiazzo, M., El Templo y Convento de Santo Domingo del Cuzco, Revista de
Arquitectura, noviembre de 1936, pp.546-572. Es probable que Tedeschi, desde
Tucumán desconociera estas publicaciones al momento de su viaje, pero la edición de
su trabajo se concreta en 1961.
105
Tedeschi, E., La Plaza de Armas del Cuzco. Tucumán: UNT, 1961, p. 5.
106
“Lo spazio esterno o urbanistico va giudicato con gli stessi metodi che si adottano
per lo spazio interno degli edifici. Ai vuoti dei vari ambienti di un palazzo corrispondono i
vuoti delle piazze, delle strade, dei parchi.” […] “Alla pianta libera del razionalismo di Le
Corbusier corrisponde la pianta libera di Amsterdam o dei Siedlungen svizzeri”. (Zevi,
Storia dell´architettura moderna, Turín, Einaudi, 1950, pp.550-551).

190
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

solamente sobre la presencia de los edificios, grandes y menores,


descuidando o considerando como simple fondo coral el paisaje” 107.

En las series fotográficas de La Plaza de Armas, la intencionalidad de


los recursos fotográficos tiene objetivos precisos tales como equiparar
la figura con el fondo, igualar la entidad formal de los elementos
icónicos a valores abstractos captados en el entorno o, equilibrar
texturas arquitectónicas con texturas de la naturaleza. El sentido
operativo de las fotografías de Tedeschi consiste en explorar la
articulación entre espacios y elementos que conforman un ambiente,
una escena de objetos todos ellos recortados, ninguno completo,
donde se habla de lo que se quiere ver en él: qué relación existe entre
ese aspecto de ese edificio y otros aspectos de otros objetos a su
alrededor. La fotografía tiende a aplastar, fragmentar y generar
superposiciones ambiguas; las piezas fotográficas no son de orden
documental geográfico ni arqueológico, sino que están constituídas
por un discurso estético y contienen una intencionalidad108. Las
estrategias de las imágenes tedeschianas apuntan a desintegrar el
protagonismo del objeto arquitectónico singular, generando un juego
de escalas y un equilibrio entre artificio y naturaleza.

Figura 31. “Cuzco Cathedral. Exterior”. Fuente: Wethey, H., Colonial architecture and sculpture in Perú.
Cambrige: Harvard University Press, 1949, figura 62.
Figura 32. “Conjunto de la Catedral y Plaza de Armas”. Fuente: Tedeschi, E. La Plaza de Armas del Cuzco.
Tucumán: UNT. 1961, lámina 13.

107
Tedeschi, E., op. cit., p. 4.
108
Según Tafuri, la fotografía crítica puede convertirse en un instrumento operativo si las
imágenes logran hablar evitando ser un objeto-fin en sí mismo y pudiendo, entonces,
revelar las estructuras lingüísticas que pretenden explorar. (Tafuri, M., Teorías e historia
de la arquitectura. Barcelona, Laia, 1972, p.201-202).

191
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Figura 33. “Conjunto de la Catedral y Plaza de Armas”. Fuente: Tedeschi, E. La Plaza de Armas del Cuzco.
Tucumán: UNT. 1961, lámina 13.

A raíz de esta experiencia, Tedeschi planificó una proyección


institucional más provechosa para profundizar los estudios de la
arquitectura en América Latina. En 1953, tras un segundo viaje al
Cuzco, presenta en Tucumán un anteproyecto para la creación de un
Instituto Argentino de Arte Americano dependiente del Ministerio de
Educación de la Nación y con sede en la ciudad de Cuzco, Perú109.
Este instituto nunca se llega a conformar, aunque tres años más tarde,
en su lugar, Tedeschi consiguió crear y dirigir el Instituto de Historia
dentro de la ya Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad

109
Anteproyecto de creación del Instituto Argentino de Arte Americano, 20 de noviembre
de 1953. Legajo Administrativo Profesor Enrico Tedeschi. Universidad Nacional de
Tucumán. Fojas 184-190.

192
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Nacional de Tucumán110. Desde allí, organizó una serie de reuniones de


docentes de historia de la arquitectura de distintas universidades del
país, que dieron lugar, el mismo año, a la creación del Instituto
Interuniversitario de Historia de la Arquitectura (IIDEHA) con sede en
Córdoba111.
El paisaje y su vínculo con la arquitectura comenzaba a ser un
tema de interés para Tedeschi. Su libro sobre Inglaterra se iniciaba
caracterizando las condicionates geográficas y humanas del territorio a
través de “El ambiente”, “El clima”, “La naturaleza geológica” y “ El
marco histórico, social, religioso, cultural”. Luego, el caso
sudamericano despertó nuevamente este interés:

“Para comprender el particular valor de la relación arquitectura-


naturaleza, en la arquitectura griega, podría ser útil compararla con la
análoga de una cultura tan lejana en el espacio y en el tiempo como la
incaica” [...] “El artista griego se expresa con edificios que en la
escala, en la racional pureza geométrica, en el refinamiento plástico
de los detalles, afirman con serena certidumbre la conciencia del valor
humano que los ha producido; de allí nace un deliberado contraste
con el ambiente natural” [...] “Machu Picchu, Sacsayhuaman,
Ollantaytambo, nacen de muy distinto sentimiento: la arquitectura
pretende fundirse con la naturaleza, unirse a ella tal como para hacer
desaparecer los límites entre los peñascos y la construcción para que
la obra humana se esfume en el abrazo de la Madre Tierra, y en ella
se pierda del mismo modo el hombre, retornando místicamente a su
origen”112.

Figuras 34 y 35. Dos modos de resolver el vínculo entre arquitectura y naturaleza: el templo de Segesta
en Atenas y la ciudad incaica en el Machu Picchu. Fuente: Tedeschi (1951) Láminas 52-53.

110
Ibídem, Foja 214, 23 de agosto de 1956.
111
Este tema será desarrollado en el Capítulo 5.
112
Tedeschi, E., Una introducción a la historia de la arquitectura. Tucumán: UNT, 1951,
p. 159.

193
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3.5. El paisaje en la arquitectura orgánica

En 1951, Tedeschi dictó una conferencia en Córdoba donde


definía su programa organicista para la arquitectura113. Refería allí,
entre otros numerosos ejemplos que acompañaron su disertación, al
enfoque de la revista inglesa Architectural Review y, en especial, al
trabajo del arquitecto y fotógrafo Eric de Maré. Comentamos en el
capítulo anterior la difusión de esta tendencia en el ambiente italiano en
la segunda posguerra, principalmente atenta al registro de las
construcciones industriales inglesas, a los paisajes ribereños
londinenses y de otras regiones nórdicas de Europa. Tedeschi
encontraba una distinción particular en los arquitectos escandinavos
que atribuía a no haber recibido tan intensamente las experiencias de
Le Corbusier, siendo que ya habían encontrado respuestas a los
problemas prácticos y constructivos de la arquitectura por medio de un
proceso autónomo y anterior. Por otra parte, “la inserción sensible de
la arquitectura en la naturaleza” de la cultura escandinava se debía a la
tradición germana, de donde habrían adoptado el rasgo de “fundir las
ideas racionalistas y expresionistas”114. Otra de las expresiones más
acabadas de los “ideales orgánicos” en materia de paisaje, para
Tedeschi estaban, sin duda, en la obra de Frank Lloyd Wright. Su obra
y sus ideas materializaban la concepción de una arquitectura que
provenía de la tierra y que se servía de los materiales al natural para
definir su expresividad.

Figuras 36-37. Las fuentes


bibliográficas de Tedeschi
sobre arquitectura y paisaje en
Alemania: Das Moderne
Landhaus und seine innere
Ausstattung de Hermann
Muthesius, 1904 / Kunstwerk
und Landschaft im Elsass de
Walter Hotz, 1912.

113
La conferencia tuvo lugar en la Sociedad Central de Arquitectos, División Córdoba, y
fue publicada en 1952 bajo el título “Arquitectura orgánica”, en Nuestra Arquitectura
nº272-273, pp.72-81/116-124.
114
Tedeschi, E., Arquitectura orgánica, Nuestra Arquitectura nº272, marzo 1952, p. 79.

194
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En la provincia de Tucumán Tedeschi proyectó dos viviendas


para su propia familia. La primera de ellas, fue una pequeña casa de
veraneo construida en 1950 en Tafí del Valle, una localidad ubicada a
100 km de San Miguel y a 2000 metros de altura, sobre el cerro
Aconquija. La casa se encuentra a pocos metros de la ruta 307 que
conduce hacia Amaicha del Valle surcando entre cadenas montañosas
que alcanzan en las Cumbres Calchaquíes los 4500 metros de altura.
La resolución formal de esta pequeña vivienda se inscribe en
un lenguaje modernista de matriz neoplasticista, aunque se viste
materialmente con la piedra natural del lugar. A simple vista, parece
predominante la opción pintoresquista y rústica, sin embargo, más que
dar color al objeto, cumple la función de disolverlo en el paisaje. La
geometría simple resuelve un único volumen de apenas nueve metros
de un lado y diez metros y medio del otro; materializado mediante una
solución constructiva tradicional de mampuesto en piedra. En la
fachada principal el diseño de las aberturas transgrede parcialmente la
apariencia estereotómica de la piedra. La cubierta tipo mariposa,
acompaña con su pendiente el movimiento topográfico del lugar, que
registra en promedio una elevación de diez metros por cada
doscientos de longitud. El suelo que rodea el perímetro de la casa está
nivelado de manera de salvar sólo un metro de diferencia entre el nivel
del acceso noreste y el del acceso sudoeste115. En el interior, el
espacio está reducido al mínimo, los materiales son livianos y
funcionales.

Figura 38-39. Casa de veraneo en Tafí del Valle, 1950. Fuente: L´architettura, cronche e storia, n°17,
1957, p.658 / Propuesta de albergue para los Valles Alpinos, Tedeschi con Fariello-Quaroni-Muratori.
Fuente: Tafuri, M., Ludovico Quaroni e lo sviluppo dell´architettura moderna in Italia.
.

115
Un italiano sulle Ande. L´architettura, cronche e storia, n°17, 1957, pp.658-659.

195
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Figura 40-41. Casa de veraneo en


Tafí del Valle, 1950. Fuente:
L´architettura, cronche e storia,
n°17, 1957, p.658.

Figura 42. Planta de la casa de veraneo en


Tafí del Valle. Fuente: Dibujo de la autora.

196
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Por motivos de acondicionamiento al clima, las aberturas más


generosas se disponen al noreste y cuenta con una galería amplia
sobre la esquina sudoeste del volumen. Hacia el norte y el sur las
fachadas se cierran para resistir los vientos. El funcionalismo sensible
al paisaje por medio de la materialidad había sido una estrategia ya
experimentada por Tedeschi en ocasión de su participación en los
concursos para albergues turísticos en los paisajes alpinos del norte
de Italia y en la propuesta para el balneario en Terracina.
A diferencia de algunas casas del arquitecto Eduardo Sacriste
en el mismo lugar, la obra de Tedeschi no busca reelaborar elementos
tradicionales, salvo en el caso de la piedra, que se presenta alí
resignificada como un material plástico, texturizador de las superficies.
La planta no recurre a curvas ni quiebres en su geometría. El proyecto
maneja un equilibrio abstracto-rústico.
Entre 1950 y 1952 Tedeschi proyecta y concluye la
construcción de otra casa en las afueras de San Miguel de Tucumán,
en el actual departamento de Yerba Buena, a cincuenta metros de la
avenida Aconquija que conduce a San Javier. En este caso algunos
elementos preexistentes en el terreno -una palmera y un jacarandá-
fueron tomados para la creación de un paisaje propio. La casa se
recuesta sobre el lateral sur, liberando la mayor cantidad de superficie
posible sobre el sector norte, donde más se aprovecha la luz directa
del sol. La estrategia formal del proyecto consiste en desarmar la
compacidad del volumen en función de una puja entre el espacio
interior y el jardín exterior. Respecto de algunos aspectos generales de
su organización en planta, el proyecto toma nota de la corriente
norteamericana de la solar house, modalidad que recurría a la
disposición de todos los ambientes principales de cualquier vivienda
hacia la fachada asoleada, desplegando allí grandes aberturas y
ubicando los ambientes de servicio sobre el lado opuesto116.
El ladrillo es trabajado por planos verticales que exponen en
sus aristas la traba del mampuesto. El plano horizontal de la cubierta
está expresado por un cambio en la dirección del ladrillo sobre el
borde superior de los muros, a modo de cornisa sin relieve117.

116
El interés de Tedeschi en el movimiento norteamericano de las “casas solares” se
desarrollará más ampliamente en el próximo capítulo.
117
Según Waisman se evitaron los aleros para preservar la unidad en la forma, aunque
luego se constató en la experiencia que hubieran sido necesarios como protección
climática. (Waisman, M., Cinco obras del arquitecto Enrico Tedeschi, Nuestra

197
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Asimismo, las aberturas se extienden en toda la altura del volumen,


haciendo enfática la expresión plana de sus caras. En el interior, la
chimenea reitera detalles en el mismo sentido, evitando la apariencia
de masa a través de entrantes y relieves con figuraciones asimétricas.
Por su parte, los dos pequeños tabiques de baja altura que delimitan
espacios diferenciados, están construidos por planos curvilíneos y
poligonales en ladrillo de canto, acentuando la liviandad y evitando la
continuidad material con pisos y cielorrasos. La composición
planimétrica de la planta establece un juego de figuras geométricas
superpuestas que desarman cualquier posible marco regular. En las
artes plásticas, la ruptura del marco era un concepto que se estaba
trabajando entre los artistas concretos argentinos118.

Figuras 43-44.
Casa en las
afueras de San
Miguel de
Tucumán, 1952.
Fuente: Nuestra
Arquitectura,
n°381, agosto
1961, pp.25-26.

Las casas tucumanas tienen dos lógicas: en la más pequeña


puede constatarse el rechazo a la abstracción desde el material,
aportando rusticidad y empatía con el medio, desde una aproximación
visual, aunque desde su concepción geométrica, regular y sintética, la
operación paisajística es atenuada con el tono neoplasticista de las
aberturas. En la casa mayor, la resolución formal se concibe como una
generación libre del interior expresado hacia el exterior, rompiendo
todo marco rígido posible. Esta operación cobra sentido para rodear la
vegetación, generar dinamismo centrípeto en el espacio y componer
un organismo por distinción funcional, por habitaciones independientes
y diferenciadas, concebidas como micro paisajes interiores.

Arquitectura, n°381, agosto 1961, p. 24).


118
Especialmente el pintor Arden Quin del grupo Madí.

198
…… … …… … …… … . . Ca pí tul o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Figuras 45-46. Casa propia en las afueras de San Miguel de Tucumán, camino al cerro San Javier, 1950-
52. Fuente: Dibujo de la autora / Fotografía interior. Fuente: Archivo Claudia Tedeschi.

199
…… … …… … …… … . . Ca pí tu l o 3. Reg i ón y pa is aje …… … …… … …… …

Las primeras espectativas de desarrollo regional a través de los


estudios de planificación territorial fracasaron en Tucumán. Tedeschi
abandonó por un tiempo el planeamiento y buscó insertarse más
fuertemente en las instituciones educativas a partir de su carrera
docente. En 1953, luego de la disolución del IAU y posterior
conformación de la FAU-UNT, conservó sólo la cátedra de Historia y
asumió un cargo como organizador y director del Instituto de Historia
de la Arquitectura y del Arte (IHAA). En 1954 finalmente se alejó de la
universidad de Tucumán y de su ciudad como lugar de residencia119.
El paisaje andino fue un gran estímulo para Tedeschi, significó
una oportunidad para poner a prueba los principios orgánicos en
diferentes escalas proyectuales. Por otra parte, las características de la
región le permitieron desempeñarse en el área de la Historia, aplicando
métodos pedagógicos novedosos, basados en el estudio de obras a
través de la experiencia directa. Si bien el área no era la más relevante
dentro de la escuela tucumana, la cual del impulsaba un enfoque
modernista y proyectual desde su fundación y, asimismo tampoco era
el de su preferencia, Tedeschi implementó un programa distintivo
respecto del de otros métodos de enseñanza de la historia, y así logró
acoplarse al perfill profesionalista de la escuela y al clima cultural local
po unos breves años. Sin embargo, en otros puntos del país y ya
iniciada la década de 1950, la nostalgia por lo colonial y lo rural no era
un atractivo tan fuerte, particularmente en regiones como el Cuyo,
donde los programas proyectuales se acercaban a los sectores más
productivos, y los debates de los grupos intelectuales estaban en
contacto con los círculos porteños.

119
Entre 1956 y 1958 fue contratado nuevamente para un cubrir los puestos de
profesor de Teoría de la Arquitectura I y II y director del IHAA. Asumió esas tareas
viajando desde Córdoba, donde también dictaba clases, aunque residía en Mendoza.

200
4. ESPACIO, ARTE Y CLIMA
SAN JUAN Y MENDOZA, 1954-1958

Entre 1954 y 1955 un grupo de profesores de la Escuela de Arquitectura de la Facultad


de Ingeniería y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de
Cuyo con sede en San Juan intentó el traslado de la escuela a Mendoza, con el
propósito de incorporar esta carrera a la sede mendocina de la misma universidad. La
ciudad de Mendoza había sido anfitriona de la Feria de América en 1953 y las carreras
de arte allí estaban tomando un perfil de vanguardia con la participación de una red
regional de arquitectos y artistas que mantenía contacto con los debates que se
estaban dando en Buenos Aires y en el ambiente internacional.
…. … … .. … . .… . . … Ca p ítu l o 4 . E sp ac i o, ar t e y c li ma … . . . .. . … …. . . … .. …

4.1. El concepto del espacio en la arquitectura

En la segunda mitad del siglo XX, el concepto del espacio se


volvió central para distintas disciplinas, y en particular, para la
geografía, orientada ahora a estudiar la tierra, sus habitantes y las
relaciones entre las actividades humanas. Este giro se dió a partir de
1952, cuando el geógrafo alemán Fred Schaefer cuestionó la idea de
que el objeto de estudio de la ciencia geográfica fueran las regiones y
su descripción como entidades únicas e irrepetibles y comenzó a
buscar, en cambio, leyes generalizables para sistematizar el
conocimiento1.
Este “giro espacial” se planteó a partir de considerar al espacio
como entidad relativa y ya no absoluta y, por lo tanto, resultado de
factores no sólo naturales sino también socio-materiales. Es así como
la geografía se convirtió en una ciencia de interés para otras
disciplinas, por articular el mundo físico con el social y establecer un
nuevo “principio de racionalidad o modelo ontológico de la propia
actividad filosófica, estética o artística”. Surgió así una redefinición de
la filosofía como geofilosofía por Deleuze y Guattari, estableciendo la
primacía de la geografía como modelo del pensamiento sobre la
historia2. Este nuevo modelo se insertó a partir de los estudios sobre la
ciudad, la sociología, la geografía, la filosofía, la antropología cultural. A
partir de allí, el concepto de región fue desplazado en la disciplina
geográfica y tomó mayor relieve el análisis espacial cuantitativo, los
métodos estadísticos y las modelizaciones sustentadas en la
geometría y la topología3. Por otro lado, se desarrolló otra corriente, de
enfoque marxista, que orientó la dimensión del espacio hacia las
ciencias sociales, interesándose por el estudio de la organización
política y económica de las sociedades y, en contraposición con
aquellas corrientes cuantitativa y sociológica, surgió otra apoyada en la
fenomenología y el existencialismo, que indagó en el espacio desde la

1
López Levi, L.; Ramírez Velázquez, B., Espacio, paisaje, región, territorio y lugar: la
diversidad en el pensamiento contemporáneo. México: UNAM - Instituto de Geografía,
2015, p. 38.
2
Boyer, A., Archipelia. Lugar de la relación entre (geo)estética y poética. Nómadas,
núm. 31, octubre 2009, pp. 13-25.
3
López Levi, L.; Ramírez Velázquez, B., op. cit..

202
…. … … .. … . .… . . … Ca p ítu l o 4 . Esp ac i o, ar t e y c li ma … . . . .. . … …. . . … .. …

subjetividad, en la singularidad contra la generalización, llegando a


definir el concepto de lugar hacia los años setenta4.
En la disciplina arquitectónica, las motivaciones que condujeron
a la revalorización del concepto de espacio en las discusiones teóricas
hacia principios de los años cuarenta también estuvieron asociadas a
la voluntad de encontrar fundamentos científicos. El origen de esta
discusión surgió de una revisión de las teorías estéticas alemanas de
fines del siglo XIX y principios del XX, como las de Schmarsow, Riegl,
Lipps, Brinckmann y Hildebrand, que habían llevado a definir el
espacio como el material esencial de la arquitectura. Desde esta
perspectiva, el concepto del espacio arquitectónico ha sido estudiado
por numerosos autores5.
Para Van de Ven el concepto del espacio tiene orígenes muy
antiguos en la filosofía oriental, aunque recién a finales del XIX los
teóricos de la estética occidental comenzaron a aplicar la noción de
espacio a la forma arquitectónica, cuando las teorías influenciadas por
los avances en la psicología de la percepción, en particular de la teoría
de la empatía (Einfühlung) de Robert Vischer (1873), se interesaron no
tanto en el espacio en sí mismo sino en la relación entre el observador
y la obra de arte6. Sin embargo, según Van de Ven, fue el arquitecto y
teórico alemán Gottfried Semper quien con anterioridad había
introducido el tema en su teoría sobre el estilo de 1860, asociando las
categorías de simetría, proporción y dirección con las extensiones
espaciales de anchura, altura y profundidad propias de la extensión
tridimensional del cuerpo humano7.
El uso del concepto del espacio en la arquitectura tiene raíces
germanas, ya que en alemán el término “espacio” y “habitación” son

4
Ibídem, p. 42.
5
Entre los cuales podemos mencionar a Van de Ven, C., El espacio en arquitectura.
Madrid: Cátedra, 1981 (edición original Space in architecture. Assen: Van Gorcum,
1977); Scruton, R., The Aesthetics of Architecture. Londres: Methuen, 1979; Kern, S.,
The Culture of Time and Space, 1880-1918. Cambridge: Harvard University Press,
1983; Maderuelo, J., La idea de espacio en la arquitectura y el arte contemporáneos,
1960-1989. Madrid: Akal, 2008; Sato Kotani, A., Los tiempos del espacio. Buenos Aires:
Nobuko, 2010.
6
Van de Ven, C., El espacio en arquitectura. La evolución de una idea nueva en la teoría
e historia de los movimientos modernos. Madrid: Cátedra, 1981.
7
Van de Ven, C., op. cit., p. 107. Aunque el tema estaba presente en Semper, no así el
concepto de espacio, ya que sus teorías se ocuparon fundamentalmente de las
técnicas, los instrumentos y la naturaleza de los materiales con el objetivo de
comprender los orígenes de la forma en la arquitectura.

203
…. … … .. … . .… . . … Ca p ítu l o 4 . E sp ac i o, ar t e y c li ma … . . . .. . … …. . . … .. …

muy similares. En la Filosofía del arte de Hegel aparece en numerosas


ocasiones, pero, según Collins, quien extiende el concepto a la
arquitectura por primera vez fue Heinrich Wölfflin8. Otros señalan que
Schmarsow fue quien produjo el acercamiento espacial en los estudios
sobre arquitectura de manera más clara ya que, si bien se basó en la
teoría de la empatía de Vischer, al igual que Wölfflin, lo volvió más
específico en la arquitectura porque además de tomar en
consideración la dirección espacial del movimiento del observador y el
rol de su posición en la percepción de la profundidad, introdujo la
definición del arquitecto como creador de espacios9. Por otra parte,
según Collins, el cambio de enfoque en el tema se introduce hacia
mediados del siglo XVIII con la aparición de los tratados de jardines, ya
que hasta el momento los teóricos clásicos de la arquitectura se
limitaban al uso del término para referir a las superficies de un muro u
otros elementos sin significancia tridimensional.
Vidler ha destacado que el interés por el espacio en la
arquitectura moderna se basó en los avances en las ciencias de la
percepción que pemitieron principalmente la posibilidad de cambiar el
punto de vista del observador, teoría que instaló Hildebrand por
primera vez en la crítica del arte10. Este nuevo enfoque es el que
permitió la interpretación espacial que Zevi toma de Giedion mediante
la cual, el Cubismo, es considerado el movimiento artístico que rompe
con la idea tradicional del espacio en el arte al introducir perspectivas
simultáneas en una misma representación. Y la simultaneidad de
puntos de vista, introduce la idea del tiempo y la experiencia en el
recorrido del espacio11. Según Maderuelo, el rol determinante que tuvo
la idea del espacio en la teoría de la arquitectura del siglo XX fue la de
desplazar la noción de “estilo” que dominaba la historiografía del arte.
Este desplazamiento crítico se desarrolla en los textos de Riegl,
Brinckmann y especialmente en Frankl, donde se advierte la
observación atenta a la forma de los volúmenes vacíos delimitados

8
Collins, P., Changing Ideals in Modern Architecture, 1750-1950. Montreal: McGill
University Press, 1967, pp.285-286.
9
Véase Gullberg, J., “Voids and bodies: August Schmarsow, Bruno Zevi and space as
historiographical theme”. Journal of Art Historiography, n° 14, (june 2016), p.3.
10
Vidler, A., Warped space. Art, architecture and anxiety in modern culture. Cambridge-
Loondres: The MIT Press, 2000.
11
Sauchelli, A., On architecture as a spatial art. The Nordic Journal of Aesthetics, n° 43,
2012, pp. 53–64.

204
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entre muros, contra la tradicional descripción de la forma de los


elementos construidos. Es recién hacia mediados del siglo XX, que
este enfoque crítico se refuerza con las teorías de psicología de la
percepción y la fenomenología12.
El primer trabajo de historia de la arquitectura moderna que le
dio trascendencia internacional a este tema fue el de Sigfried Giedion,
Space, Time and Architecture, publicado en los Estados Unidos en
1941. Luego, con menor impacto y desarrollo, el problema del espacio
aparecía señalado en la introducción del Outline of European
Architecture de Nikolaus Pevsner, cuya primera edición británica data
de 1943. Sin embargo, por fuera de la historiografía moderna, el
argumento espacial ya había aparecido en la Arquitectura del
Humanismo (1914) del historiador británico Geoffrey Scott. Este trabajo
de Scott fue el marco teórico desde el cual Bruno Zevi construyó los
fundamentos de su programa espacial para la arquitectura moderna
entre 1945 y 1950 a través de observaciones críticas a la obra de Frank
Lloyd Wright y Alvar Aalto, en tres libros sucesivos: Verso
un´architettura organica (1945), Sapere vedere l´architettura (1948) y
Storia dell´architettura moderna (1950)13.
Zevi es habitualmente considerado el pionero de este enfoque
espacial, entendido como una herramienta de proyecto y de análisis.
Sato advierte que Zevi tomó fundamentalmente la operatividad del
espacio de Scott y Giedion, aunque introduciendo una diferenciación
entre espacio interior y exterior y además rechazando la concepción
abstracta del espacio que habían fundado los teóricos del formalismo
alemán, avalando en cambio la idea del arte como experiencia14. Sin
embargo, el factor de la experiencia espacial y del cuerpo humano,
para Scott ya estaba presente en “la necesidad de expansión que
sentimos con todos nuestros movimientos corporales”15.
Aunque Scott no distingue entre el espacio interior y el exterior,

12
Maderuelo, J., La idea de espacio en la arquitectura y el arte contemporáneos, 1960-
1989. Madrid: Akal, 2008.
13
Bruno Zevi había estudiado en la Universidad de Harvard entre 1938 y 1939, cuando
Giedion había dictado una serie de conferencias en esa universidad que dieron origen
a su Espacio, Tiempo,….(Liernur, F., Arquitectura en la Argentina del siglo XX. Buenos
Aires: Fondo Nacional de las Artes, 2001).
14
Sato, A., Los tiempos del espacio. Buenos Aires: Nobuko, 2010.
15
Scott, G., Arquitectura del humanismo. Un estudio sobre la historia del gusto.
Barcelona: Barral, 1970, p. 188. (Edición original: The Architecture of Humanism.
Londres: Constable, 1914).

205
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en ocasiones refiere al espacio incluido dentro de un edificio de la


siguiente manera:

“El objeto de la edificación es incluir un espacio; cuando construimos


no hacemos más que separar una conveniente extensión de espacio,
aislarla y protegerla, y toda la arquitectura nace de esa necesidad” 16.

Zevi toma de allí la idea del espacio interior como determinante


y también encuentra en el texto de Scott la idea de presentar un
enfoque crítico humanista como vía superadora de las “falacias”
románticas, biológicas, éticas y mecánicas en las expresiones
arquitectónicas del pasado17.
Por otra parte, con anterioridad a Zevi, las teorías del espacio
arquitectónico influenciadas por la psicología de la percepción habían
sido interpretadas por Ernö Goldfinger y publicadas en The
Architectural Review en tres ensayos sucesivos entre diciembre de
1941 y enero de 194218. Goldfinger había introducido el concepto del
enclosed space:

“I defined the object of architecture as that of enclosing space in order


to fulfil the biological needs of the user” 19.

Su estudio vinculaba los espacios arquitectónicos con las


necesidades biólogicas del ser humano, diferenciando entre las
fisiológicas, satisfechas a través de la adaptación de los espacios al
uso y las psicológicas, obtenidas mediante sus efectos emocionales
vinculados directamente con la “sensación del espacio” entendida
como el “efecto estético de la arquitectura”. Aunque, Goldfinger
basaba sus interpretaciones en las implicancias técnicas, políticas,

16
Ibídem, p. 186.
17
El libro de Scott expone a lo largo de su volumen una serie de “falacias”: romántica,
mecánica, ética y biológica, a las cuales contrapone su visión sobre “los valores
humanistas” (Scott, G., op. cit.).
18
Tomamos esta observación de la tesis de Martínez, R., Espacio y empatía en I Tatti. El
utillaje conceptual de la crítica de arquitectura después de la Segunda Guerra Mundial.
Tesis de Doctorado. ETSAV-UPC, 2014. El autor también destaca, por otra parte, que la
metodología purovisualista aplicada a la arquitectura que desarrolla Zevi, había sido
previamente utilizada por Guilio Carlo Argan en sus libros sobre arquitectura medieval
italiana de 1936 y 1937, trabajos que fueran, junto con los de Ragghianti, de referencia
directa para Zevi.
19
“He definido el objetivo de la arquitectura como aquel de encerrar espacio con el fin
de satisfacer las necesidades biológicas del usuario”. (Goldfinger, E. The elements of
enclosed space. The Architectural Review, January 1942, p. 5, T. d. A.).

206
…. … … .. … . .… . . … Ca p ítu l o 4 . Esp ac i o, ar t e y c li ma … . . . .. . … …. . . … .. …

geográficas y sociales que condicionan históricamente los espacios,


como método para evitar un análisis abstracto de los mismos, recurría
a las categorías de “densidad”, “continuidad”, “textura” y “plasticidad
de la forma” en vías a privilegiar una visión sobre la naturaleza artística
de la disciplina:

“[…] but is the artist who comprehends the social requirements of his
time and is able to integrate the technical potentialities in order to
shape the spaces of the future”20.

Poco después, Pevsner mantendría puntos en común con esta


21
teoría , casi todo lo que envolvía un espacio acorde a la escala
humana era un edificio, pero el término arquitectura se aplicaba
únicamente a aquellos edificios diseñados con la intención de provocar
una atracción estética. Los efectos que producían esas atracciones
podían ser bidimensionales –el tratamiento de las superficies- o
tridimensionales –el tratamiento de los volúmenes exteriores y del
espacio interior. Pevsner afirmaba que la historia de la arquitectura
debía ser ante todo la historia del hombre dando forma al espacio:

“Lo que distingue a la arquitectura de la pintura y la escultura es su


cualidad espacial”22.

Aunque también introducía dos condiciones más: que la


arquitectura era superior a las demás artes, porque debía manejar
también las dos dimensiones y resolver además problemas sociales.
Un punto distintivo en las ideas que elabora Zevi luego sobre el
espacio es que se vinculaban con el concepto de arquitectura orgánica
y a su vez, con la idea de democracia23. La definición del espacio
interior como génesis de la forma exterior era la clave para rechazar la
definición formal regulada mediante normas de las proporciones

20
“…pero es el artista el que interpreta los requerimientos sociales de su época y es
capaz de integrar las potencialidades técnicas con el fin de dar forma a los espacios del
futuro”. ( Ibídem, p. 8.)
21
Pevsner no menciona el trabajo de Goldfinger en su bibliografía aunque es muy
probable que lo conociera, ya que por esos años era colaborador de la revista The
Architectural Review y luego, editor de la misma.
22
Pevsner, N., An Outline of European Architecture. Londres: John Murray, 1948, p. XIX.
23
La relación entre la arquitectura orgánica y la democracia ya había sido planteada
por Frank Lloyd Wright en unas conferencias dictadas en mayo de 1939 en Londres y
publicadas ese mismo año.

207
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clásicas. El espacio como generador se presentaba como una visión


políticamente opuesta a la opción estética de los regímenes totalitarios,
vinculados con aquellas normas rígidas24. Según Tournikiotis, el nuevo
sentido antropocéntrico, social o “humanista”, de la propuesta zeviana
contraponía una concepción griega y estática del espacio, donde
prima la visión y las reglas compositivas de la simetría, la proporción y
la armonía, a una idea judía del espacio-tiempo en permanente
evolución25. Esto convertía al espacio en partícipe de una acción,
asociada a la idea de función y a la del cuerpo humano26.
La polémica de Zevi consistía en utilizar la teoría espacial para
ofrecer una opción contraria a los formalismos denunciados por estar
políticamente condicionados27. Según Sato, la trampa en la que cae
Zevi es que al convertirse el espacio en el elemento que atraviesa toda
la historia de la arquitectura, no puede sostener la idea de que este
valor se encuentre únicamente en la arquitectura en la obra de Wright o
en la arquitectura “orgánica”28.
En el ambiente académico norteamericano la inicitaiva de
Sigfried Giedion había alcanzado cierta polémica. El espacio, se había
instalado como tópico durante los años de formación de Zevi en
Harvard. En aquella instancia, Paul Zucker había participado del debate
con estudios de gran erudición en torno a la teorías del arte de origen
germano y discutía las ideas de Giedion que relacionaban la pintura
cubista con la arquitectura moderna y revisaba las teorías estéticas
alemanas de Riegl, Schmarsow, Lipps, Brinckmann y Hildebrand29. El
punto central de la objeción de Zucker estaba en la búsqueda por
encontrar homogeneidad estética en un período dado sin tener en
cuenta la singularidad de la producción artística, y afirmaba que era
posible apreciar concepciones estéticas comunes entre obras con

24
Schmidt observa que ni Bruno Zevi ni Geoffrey Scott hacen referencia a Schmarsow,
sino sólo a las teorías de Wölfflin. (Schmidt, K., The Search for a Democratic
Architecture. A New Sense of Space and the Reconfiguration of American Architecture.
En Orvell, M.; Meikle, J. (eds.), Public space and the ideology of place in American
culture. Amsterdam: Rodopi, 2009, pp. 318-338).
25
Tournikiotis, P., La historiografía de la arquitectura moderna. Madrid: Mairea y Celeste,
2001, p. 70.
26
Zevi haría referencia en 1950 a las teorías expresadas en el artículo “Space”
publicado en Architectural Forum, vol. 89, n° 5, november 1948, pp. 154-161.
27
Zevi, B., op. cit., p. 150.
28
Sato, A., op. cit.
29
Zucker, P., “The Aesthetics of Space in Architecture, Sculpture and City Planning”. The
Journal of Aesthetics and Art Criticism, vol. 4 n°1, september 1945, p. 12.

208
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grandes diferencias estilísticas.


Otra visión cercana fue la de Eliel Saarinen, quien cuestionaba
a los estetas que habían definido a la arquitectura como “arte del
espacio” y los consideraba causantes de intensificar una concepción
interior de la arquitectura y de exagerar el valor de la fachada, en
detrimento de la consideración del espacio en el que el edificio se
encuentra. Proponía, en cambio, estudiar a los arquitectos del
medioevo que habrían obrado sin aquellas teorías pudiendo satisfacer
con sus obras tanto las necesidades exteriores como interiores. Las
argumentaciones de Saarinen se basaban en el análisis de la forma del
trazado de la ciudad medieval y su concepción espacial, revalorizando
los estudios de fines del siglo XIX de Camilo Sitte30.
En el ambiente italiano la discusión se inició con los trabajos de
Zevi, que migraron rápidamente de Norteamérica a Italia en 1945.
Luego florecieron interpretaciones inmediatas como las de Giulio Carlo
Argan o Giuseppe Samonà y otras sucesivas durante la década del
cincuenta, como la línea de investigación desarrollada por Luigi Moretti
desde la revista Spazio o las experimentaciones del “spazio senza
pareti” en la práctica de Gio Ponti.
En América Latina, el tema llegó por la vía norteamericana y la
italiana, en una primera instancia, por la pronta lectura de Giedion. Ya
en 1945, una agrupación de arquitectos peruanos en torno a Luis Miró
Quesada discutían sobre la cuestión, aun cuando la primera edición
castellana de Espacio, tiempo y arquitectura fuera publicada diez años
más tarde, en 1955. En Argentina, el concepto del espacio se introdujo
también tempranamente a través de la lectura de Giedion y Gropius y a
través de las experiencias pedagógicas de los profesores rosarinos
Micheletti y De Lorenzi a principios de los años cuarenta31. Luego, el
centro de atención en el espacio alcanzaría su máximo interés con la
difusión de la tesis de Moholy Nagy Vision in Motion (1949) de
amplísima repercusión en la didáctica del diseño y de la arquitectura
en todo el continente americano32.

30
Saarinen, E., La ciudad. Buenos Aires: Poseidón, 1948, p. 53.
31
Adagio, N.; Shmidt, C. 1942+. En: Adagio, N. (ed.), La biblioteca de la arquitectura
moderna: Argentina 1929-1963. Rosario: UNR/A&P, 2012.
32
Véase, por ejemplo, en Gropius, W., Dominio del espacio y de la técnica. En:
Gropius, W., Arquitectura y planeamiento, (pp. 51-58) Buenos Aires: Infinito, 1958. Texto
original en Progressive Architecture, 1955.

209
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El espacio, al ser interpretado como la especificidad de la


disciplina, era útil como argumento para sostener la profesión a nivel
institucional y para caracterizar la arquitectura desde su posición
geográfica. Isaac Stok, advertía:

“La arquitectura debe volver a ser la técnica del espacio y del lugar. El
concepto reside en la coordinación espacial y en la adaptación geo-
física, o sea en la íntima correlación entre la casa y el individuo, y en la
unificación de su expresión con la de suelo” 33.

Desde el punto de vista metodológico Stok se remitía a las


propuestas del arquitecto vienés Eugenio Steinhof34, quien publicara ya
en los años treinta en Buenos Aires sus programas de enseñanza de la
arquitectura por medio de una didáctica con construcción de modelos
transparentes35. Sin embargo, en Argentina, la introducción de las
teorías del espacio llegaron a través de las interpretaciones de Zevi y
fue Tedeschi el primero en implementarlas pedagógicamente como
profesor en Tucumán desde 1948. Otros acercamientos al tema del
espacio en la Argentina se estaban dando paralelamente a través de
una línea distinta, por medio de la interpretación de las ideas de Le
Corbusier, Max Bill, el neoplasticismo holandés y de las investigaciones
teóricas en torno a las artes plásticas36. Ambos caminos encontraron
una instancia de fusión entre grupos de arquitectos y artistas de
vanguardia durante los primeros años posteriores a la Segunda Guerra
Mundial37.

33
Stok, I., El problema del espacio y de la técnica. Buenos Aires: FAU-UBA, 1950, p. 17.
34
Eugene Steinhof (1880-1952) fue un arquitecto y artista austríaco formado en Viena,
alumno de Wagner, Hoffman y von Hildebrand. Se dedicó a la enseñanza en Austria
hasta 1930, luego vivió en los Estados Unidos entre 1931 y 1946, radicándose
definitivamente en Brasil en 1947. En 1929 había emprendido un viaje a Sudamérica,
visitando Brasil, Uruguay y Argentina, donde ofreció un ciclo de conferencias. (Stok, I.,
La actividad docente del profesor Steinhof en los EE. UU. De Norte América. Revista de
Arquitectura, junio de 1934, p. 256 / Ciclo de Conferencias del Prof. Steinhof.
Arquitectura. Organo Oficial de la Sociedad de Arquitectos, Montevideo, setiembre
1930, p. 169).
35
Steinhof, E., El nuevo camino en la enseñanza de la arquitectura. Revista de
Arquitectura, Julio de 1934, pp. 295-297.
36
En la Revista de Arquitectura durante el año 1947 se publicó “Volumen y dirección en
las artes del espacio” de Tomás Maldonado y “El espacio indecible” de Le Corbusier.
37
Véase Liernur, J. F., Abstracción, Arquitectura y los debates acerca de la síntesis de
las artes” en el Río de la Plata (1936-1956). En: Liernur, J.F. Trazas de Futuro, Santa Fe:
UNL, 2008 y Arquitectura y “conciliación” de las artes. En: Giunta, A.; Malosetti Costa,
L. (comp.), Arte de posguerra. Jorge Romero Brest y la revista Ver y Estimar.

210
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4.2. La red cuyana: un encuentro con la abstracción

Según Jorajuria, en Mendoza en los años cincuenta convivieron


dos proyectos artísticos modernos de corrientes antagónicas, por un
lado, el que se desarrolló dentro de la UNCuyo bajo la dupla Jannello-
Giudici, inscripto en el arte concreto -aunque dentro de la misma
escuela convivían con cultores del modelo académico francés
tradicional- y, por otro lado, el realismo socialista encabezado por Luis
Quesada, que orientó sus enseñanzas hacia la pintura de paisajes, las
costumbres locales y la figura del trabajador en clave regionalista y que
tuvo lugar en la Academia Provincial de Bellas Artes creada en 1933 y
en el Taller de Arte Popular Realista (TAPR). Jorajuria señala que si
bien los TAPR trabajaron dentro de temáticas asociadas con el ideario
estético promovido por el primer gobierno peronista, su posición
ideológica se inscribía en el comunismo. En cambio, la tendencia
impulsada por Jannello y Giudici tuvo lugar dentro del proyecto
aperturista de los últimos años de la década peronista38. Ambos eran
profesores de las Escuelas de Artes de la Universidad Nacional de
Cuyo con sede en Mendoza y estuvieron implicados bajo distintos
roles en el montaje de la Feria de América que tuvo lugar en esa
ciudad en enero de 195439.
Según Jorajuria, la Feria fue la materialización de un intercambio
cultural entre las tendencias del arte concreto de Buenos Aires y la
experimentación local del grupo fundador de la Escuela de Artes en el
contexto de ideas internacionalistas de vanguardia. Se trataba de un
pequeño círculo que había introducido el arte concreto en el ambiente
mendocino a través de una nueva orientación en la enseñanza de las
artes plásticas y cuyos principales exponentes eran, además de César
Jannello y Abdulio Giudici40, el escultor José Carrieri.
La Universidad Nacional de Cuyo contaba desde su fundación

38
Ibídem, p. 183.
39
Jorajuria, R., Vanguardias situadas. Los años cincuenta en Mendoza entre diálogos
nacionales e internacionales. En: Baldasarre. M.I.; Dolinko, S. (eds.), Travesías de la
imagen: Historias de las artes visuales en la Argentina. Buenos Aires: CAIA/EDUNTREF,
2012, p. 159.
40
Abdulio Giudici se había graduado en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano
Pueyrredón y se incorporó a la ESBA de la UNCuyo en 1949. Entre 1949 y 1955 realizó
pinturas figurativas en estilo geométrico, para luego acercarse a un proceso de
abstracción, reconociendo la influencia del artista inglés Ben Nicholson. (Gómez de
Rodriguez Britos, M. (et al.), Mendoza y su arte en la década del ´50. Tomo II, 2001).

211
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con tres Escuelas de Arte autónomas dependientes del Rectorado: la


de Artes Plásticas, la de Música y la de Teatro. La Escuela de Cerámica
se incorporó en 1949 bajo la dirección de Jannello41 y fue el germen de
un proyecto de enseñanza del diseño industrial, donde se proyectaban
objetos con formas puras y funcionales que materializaban diseños
inscriptos en el lenguaje del arte concreto42. En paralelo se
desarrollaron innovaciones en las técnicas de fabricación de
porcelana, en las que participó la escultora y arquitecta Collette
Boccara. José Carrieri, fue entre 1947 y 1956 profesor de modelado y
ceramista en la Escuela de Cerámica43. Abdulio Giudici, por su parte,
se incorporó en 1952 a la misma escuela como profesor de Historia de
los Estilos.
Fue durante su desempeño como director de la Escuela de
Cerámica en Mendoza y como profesor en la carrera de arquitectura en
San Juan, cuando Jannello fue convocado para dirigir la Oficina de
Arquitectura y Planeamiento de la Feria de América, un evento de
carácter industrial y nacional que se organizó durante 1953 y tuvo lugar
en enero de 1954 en el Parque General San Martín de la ciudad de
Mendoza44. Asumió ese rol en conjunto con Gerardo Clusellas, quien
residía en Buenos Aires y con quien había compartido experiencias
formando parte del grupo fundador de la oam (Organización para la
Arquitectura Moderna)45. A través de este grupo ambos conocían al
artista Tomás Maldonado, a quien invitaron a participar en el diseño de
la identidad visual de la Feria. El evento fue organizado por el gobierno

41
Jannello y su entonces esposa Colette Boccara se habían graduado de arquitectos
en la Universidad de Buenos Aires en 1945. Arribó a Mendoza en 1947 para
desempañarse inicialmente como profesor de Escenografía de la Academia de Bellas
Artes. Luego fue director de la Escuela de Cerámica desde 1949 hasta 1955. (Jorajuria,
R., “Cuando industria, vanguardia y optimismo formaron parte de un programa
nacional”. En: Quiroga, W.(ed.), Feria de América. Vanguardia invisible. Mendoza:
Fundación del interior, 2012, pp.13-57).
42
Hacia 1958, cuando se crea Departamento de Diseño y Decoración, Jannello ya
había dejado Mendoza y el proyecto quedó en manos de Giudici quien viaja ese
mismo año a la Escuela de Ulm para conocer sus programas y actividades. (Jorajuria,
R., op. cit.).
43
A partir de 1956 Carrieri sucedió a Jannello en la cátedra de Plástica de la Facultad
de Arquitectura de San Juan, ciudad donde se radicó.
44
El hermano de César Jannello, Francisco, era en ese entonces el Director de Turismo
de la provincia de Mendoza.
45
Jannello había sido unos de los participantes en 1948 de la exposición “Nuevas
Realidades” en la Galería Van Riel de Buenos Aires. (Vallejo, G., “Jannello, César”. En:
Diccionario de Arquitectura en la Argentina. Buenos Aires: Clarín, 2004).

212
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nacional, durante el segundo período del peronismo, y su objetivo era


mostrar los avances tecnológicos del país, por medio de muestras
representativas de la industrias regionales de la Argentina y de algunos
otros países de América del Sur46. Como señala Quiroga, la impronta
de la feria desplegaba una fuerte imagen modernizadora, de impulso a
la industria, representada por un total de ciento un pabellones
representativos de las provincias, los países y las empresas
nacionales, en clave modernista47.

Figura 1. Cartel de señalización


pública de la Feria de América,
1954. Diseñado por René Barbuy
en base al módulo gráfico de
Tomás Maldonado. Atrás, las
oficinas administrativas de la
feria en el edificio de la Dirección
de Parques, construido hacia
1920. Fuente: Quiroga, W (ed.)
Feria de América. Vanguardia
invisible, p. 77.

Figura 2. Jannello-Clusellas.
Torre de América en la Feria de
América, 1954. Fuente: Nueva
Visión n°1

Figura 3 . Hilario Zalba. Pabellón


de la Provincia de Tucumán en la
Feria de América, 1954. Fuente:
Cosogliad, H., El pabellón de
Tucumán. Una modernidad
vernácula, Summa + n°72, abril
2005, p. 117.

46
La promoción oficial de la feria anunciaba: “Qué es la Feria de América: Un
exponente dinámico y completo de la potencialidad industrial del continente. Una
visión integral de su economía. Y una aportación sólida al estrechamiento de los
vínculos fraternos que unen a sus pueblos a través de la Historia y la Geografía”.
(Quiroga, W. (ed.), Feria de América…op. cit, p.82).
47
Ibídem.

213
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Figura 4. César Jannello y Gerardo Clusellas: Pabellón de la Provincia de Mendoza en la Feria de América,
1954. Fuente: Quiroga, W. (eds.) Feria de América. Vanguardia invisible.

Algunos autores sostienen que esta opción fue la elegida en la


ocasión porque era útil como estrategia para ofrecer una imagen de
progreso hacia el ambiente internacional y por ello era conveniente
acercarse a los discursos internacionales y ya no tanto a los
nacionalistas, utilizados en otras circunstancias48. Según Quiroga, el
proyecto se ideó en 1952, al inicio del Segundo Plan Quinquenal, a
partir de una iniciativa del gobierno mendocino elevado a la Nación, y
entre sus objetivos estaban representar una imagen de unidad entre
los países de América Latina49.
José Carrieri, participó en la Feria como diseñador de la
escenografía del teatro al aire libre, montado para espectáculo que
cerró el evento; una estructura compuesta por prismas triangulares
retroiluminados que giraban mutando el resultado visual: en una de
sus caras se veían las banderas de los países americanos y, en las
otras, dos composiciones alternadas de líneas y colores
neoplasticistas50. El proyecto arquitectónico del teatro al aire libre había

48
Alonso, R., La Feria de América y su legado. En: Quiroga, W.(ed.) Feria de América.
Vanguardia invisible. Mendoza: Fundación del interior, 2012. La observación acerca del
apoyo del gobierno peronista a los artistas abstractos fue hecha por Andrea Giunta en
relación al evento de la Bienal de San Pablo de 1953. Véase Giunta, A., Vanguardia,
internacionalismo y política. Arte argentino en los años sesenta. Buenos Aires: Paidós,
2001.
49
Quiroga, W., Festejos, potencia y proyección. Plot, n° 7, 2012.
50
El proyecto arquitectónico de la escenario estuvo a cargo de Panelo Gelly, Carrieri
diseñó el arte visual de la pantalla. (Quiroga, W., “José Carrieri, un adiós eterno e

214
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sido diseñado por el arquitecto Raúl Panelo Gelly, quien ocupaba en


ese entonces el cargo de Director de Arquitectura de la provincia de
Mendoza y también formaba parte del equipo docente de la Escuela
de San Juan51. El espectáculo de cierre fue la tradicional Feria de la
Vendimia, símbolo de la economía y la cultura regional cuyana, cuyo
carrusel vendimial para el traslado de la reina de la fiesta, construido
en troncos rústicos, convivía con la Torre de América, una estructura
tridimensional de figuración abstracta de 50m de altura diseñada por la
dupla Jannello-Clusellas a partir de un módulo gráfico creado por
Tomás Maldonado.

Figura 5. José Carrieri. Diseño para la escenografía de la Fiesta de la Vendimia en la Feria de América,
Mendoza, 1953-54. Fuente: Quiroga, W (ed.) Feria de América. Vanguardia invisible, p.25.

Enrico Tedeschi no participó de la Feria de América ya que


arribó a la región cuyana el mismo año en que se organizó tal evento,
sin embargo, se vinculó directamente con aquel círculo intelectual y
pedagógico. Si bien no formó parte de las escuelas de arte de la
UNCuyo, se relacionó con ellos a través de la escuela de arquitectura

invisible”. Los Andes, 29-03-2014. URL: https://losandes.com.ar/article/jose-carrieri-


adios-eterno-invisible-776153).
51
Raúl Panelo Gelly se graduó en 1940 en la UBA y se trasladó a Mendoza en 1942
tras haber ganado un concurso para un cargo técnico en la Dirección de Arquitectura
de la provincia, oficina en la que fue luego director entre 1942 y 1947. En esos
primeros años también fue colaborador en el estudio del arquitecto Ramos Correas. En
la década de 1950 fue miembro fundador de la División Mendoza de la Sociedad
Central de Arquitectos (1953) y luego vicepresidente de la Sociedad de Arquitectos de
Mendoza entre 1957 y 1959. También fue integrante de la Comisión Especial de
Planeamiento y Código de Edificación de la Ciudad de Mendoza. (Rega, A.; Caspi, J.,
Diálogos: Arquitecto Raúl Panelo Gelly. Arquitectos de Mendoza, n°29, 1997, pp. 6-8).

215
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de San Juan. Es posiblemente a través de Jannello, que Tedeschi se


integró a este grupo local y se conectó también con el núcleo de
artistas y arquitectos concretos de Buenos Aires vinculado con la
revista Nueva Visión. Las diferencias entre los marcos teóricos de
Tedeschi y Jannello no fueron obstáculo para el trabajo en
colaboración, ya que muchos fueron los puntos de confluencia.
Los fundamentos de la arquitectura orgánica promovidos por
Tedeschi se presentaban como superación del racionalismo y
continuidad del funcionalismo. Estos principios se sustentaban
primeramente en la teorías de Zevi, conicidiendo además en evitar el
sentimentalismo de la arquitectura vernácula, de toda mímesis
biológica y buscando una flexibilidad formal y espacial acorde con los
factores sociales y físicos del entorno que privilegiara la visión personal
del arquitecto, en contra del establecimiento de un “vocabulario
figurativo”, de “cánones estéticos” o de “fórmulas plásticas”52. Pero
también se servía de las advertencias de Alvar Aalto acerca de que la
sobreestimación del pensamiento racional habría conducido a los
arquitectos a “proyectar los métodos racionales, del campo técnico
hacia los campos humano y psicológico”53.
Como advierte Crispiani, el arte concreto-invención se
presentaba como una tendencia superadora del arte abstracto a partir
de una depuración humanizada de la abstracción, aunque sin que ello
implicara una vuelta a la figuración54. Algunas tendencias rioplatenses
del arte concreto que trabajaron con los objetos de uso cotidiano y con
las técnicas de producción. Este camino había emprendido la Escuela
de Cerámica de Mendoza articulando el diseño de objetos cotidianos
con las condiciones de producción local.

52
Tedeschi, E., Arquitectura orgánica, Nuestra Arquitectura nº272, marzo 1952, p. 73. El
ensayo completo fue publicado en dos partes en Nuestra Arquitectura nº272, marzo
1952, pp.72-81 y en Nuestra Arquitectura n° 273, abril 1952, pp. 116-124.
53
Ibidem, p. 119. Tedeschi cita en la segunda parte de este ensayo extensos pasajes
de La Humanización de la arquitectura (1940) de Alvar Aalto.
54
Crispiani, A., Objetos para transformar el mundo. Trayectorias del arte concreto-
invención, Argentina y Chile, 1940-1970. Bernal: UNQ/Prometeo, 2011.

216
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4.3. La Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional de Cuyo con sede en


San Juan.

La creación de una escuela de arquitectura en la ciudad de San


Juan estuvo directamente vinculada al episodio del trágico terremoto
de 1944. Existía en esa ciudad una Escuela Industrial derivada de la
Escuela Nacional de Minas creada por Domingo F. Sarmiento. El
Consejo de Reconstrucción de San Juan, un organismo dependiente
del Ministerio del Interior de la Nación, estaba destinado a resolver los
problemas de la reconstrucción de la ciudad luego de la catástrofe. La
Universidad Nacional de Cuyo formaba parte de ese consejo y juntos
habrían tomado decisiones para actuar sobre la formación de técnicos
especializados en arquitectura, urbanismo y legislación urbanística,
entre otras especialidades necesarias para poder afrontar las urgentes
tareas a emprender tras la catástrofe55. El Centro de Estudiantes de la
Escuela Industrial había defendido fuertemente la instalación de la
Escuela de Arquitectura a través de declaraciones públicas. En 1947, la
iniciativa fue tomada por el senador Ramella, quien entendía prioritario
no sólo formar técnicos capacitados en estructuras sismorresistentes
sino que también contaran con una formación estética, ya que hasta el
momento, los profesionales actuantes eran ingenieros y las prioridades
se habían dirigido a la resolución de edificaciones resistentes al sismo
con resultados estéticos no siempre satisfactorios56.
El primer proyecto de la creación de esta escuela fue
presentado en la Cámara de Diputados en 1947 pero fue objeto de
demoras administrativas, y recién vuelve a presentarse en 1949. A
principios de 1950 este proyecto se pone en peligro, tras el anuncio
por parte del gobernador de Mendoza, Coronel Blas Brisoli, de la futura
creación de una Escuela de Arquitectura dependiente de la UNCuyo
con sede en Mendoza. El rector de la universidad Dr. Ireneo Cruz
habría operado desde Buenos Aires con el apoyo del Ministro de

55
Gnecco, M. J.; Raffo, N., La Universidad Nacional de San Juan. Su historia y
proyección regional. San Juan: Editorial Fundación Universidad de San Juan, 1993,
Tomo I.
56
Afirman algunos testimonios que, en cuanto al diseño urbano y arquitectónico, se
había recurrido a la copia de ejemplos de libros y revistas, dando como resultado
“…una construcción moderna, pero cayendo en un simplismo que suponía la ausencia
de creación, y apareciendo a la vista, las edificaciones, como moles compactas”.
Gnecco, M. J.; Raffo, N., op. cit. p. 206.

217
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Educación de la Nación Dr. Méndez San Martín y de un conjunto de


personalidades influyentes del sector político, universitario e industrial
de Mendoza57. En reacción a estos trascendidos, el Centro de
Estudiantes de la Escuela Industrial de San Juan promovió una
campaña pro escuela de arquitectura sanjuanina obstaculizando la
operación mendocina58. En septiembre de 1950 se creó en San Juan la
Escuela de Arquitectura la cual empezó a funcionar en 1951 y en julio
de 1952 se convirtió Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la
Facultad de Ingeniería, Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la
UNCuyo59.
Según Healey, los episodios que se dieron en torno a la
reconstrucción de San Juan fortalecieron el campo profesional de los
arquitectos en una circunstancia de rivalidad frente a los ingenieros60.
Los ingenieros y la izquierda habían liderado una oposición política al
gobierno militar hacia 1945 sustentada en la defensa de la propiedad y
el rechazo al planeamiento. La reconstrucción de San Juan fue el
momento en el que el discurso de la planificación fue adoptado por el
Estado. El Segundo Plan Quinquenal de Perón había dispuesto que
todas las ciudades a seguir planes reguladores; sólo unos pocos se
llevaron adelante pero se estableció un precedente duradero”61. Entre
1952 y 1955, la escuela funcionó como una dependencia de la
Facultad de Ingeniería, y por lo tanto compartió con aquellas carreras
el dictado de muchas de las asignaturas y del cuerpo docente,
integrado mayormente por ingenieros y licenciados en ciencias
exactas.
A partir de 1952 se incorporó un grupo de profesores nuevos
provenientes de la Escuela de Artes de la UNCuyo sede mendocina, el

57
Ibídem.
58
La movilización de los estudiantes sanjuaninos junto al director de la Escuela
Industrial incluyó una entrevista a la Sra. Eva Duarte de Perón en Buenos Aires por
intermedio del senador Ramella. Esta reunión habría sido agilizadora.
59
La primera jefatura de este departamento fue asignada a una comisión de tres
profesores: el arq. Eduardo Carrizo Vita, los ing. Rogelio Boero y Augusto Rodríguez
los cuales le dieron a la escuela una orientación preferentemente técnica. (Ibídem)
60
Healey, M., El peronismo entre las ruinas. Buenos Aires: Siglo XXI, p.206.
61
Según Healey, los arquitectos fracasaron en sus distintas ideas para San Juan,
aunque instalaron la necesidad del planeamiento. José María Pastor fracasó con su
visión particular pero se ganó un lugar profesional en el futuro, ya que fue consultado
en numerosas oportunidades por el estado, y desarrolló planes para distintas
localidades del país. También se aumentó el número de concursos públicos en
vivienda y urbanismo, con lo cual la profesión se vió fortalecida.(Healey, M., op. cit.).

218
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arquitecto Arístides Cottini en el área de Proyecto y el arquitecto César


Jannello en el área de Plástica62, área que se formó a partir de la
incorporación de Jannello a la Escuela. Enrico Tedeschi ingresó como
profesor de Teoría de la Arquitectura en 195463. Al inicio de 1955
asumió la dirección del Departamento y hacia fines de este año,
durante su gestión como director de la carrera, retornó el proyecto de
crear una escuela de arquitectura en Mendoza, esto significaba,
transferir la Escuela de Arquitectura de San Juan que ya estaba en
funcionamiento y en proceso de formación64. En septiembre de ese
año el golpe de estado que derrocó al presidente Perón propició una
nueva reforma universitaria. Fue un año de intensa agitación estudiantil
entre los universitarios, especialmente desde un amplio sector que se
manifestaba en contra del peronismo65.
Entre el grupo de docentes mendocinos que viajaban
semanalmente a dictar clases en San Juan estaban -además de
Tedeschi y Jannello- Daniel Ramos Correas, Pedro Gascón, Abdulio
Giudici, José Carrieri, Hugo Baragiola, Jorge Vico66 y Panelo Gelly67.

62
Arístides Cottini egresó como arquitecto en 1940 en la UBA y se radicó en Mendoza
en 1944. Fue director- interventor en la Escuela Superior de Artes Plásticas de la
Universidad Nacional de Cuyo entre 1946 y 1948. Fue profesor en la Escuela de
Arquitectura de la UNCuyo sede San Juan en su primera etapa en las cátedras de
Proyectos II (1952-1953) y Elementos de Arquitectura (1953-1956). A partir de 1958
vuelve a tomar cargos de profesor por concurso en la misma escuela. (Raffa, C.,
Arquitectos en Mendoza: biografías, trayectorias profesionales y obras 1900-1960.
Mendoza: UNCUYO, 2017).
63
El arquitecto Juan Brugiavini, alumno de la escuela de San Juan en ese período,
resaltaba la marcada diferencia entre la tendencia organicista que impartía Tedeschi
con respecto al “racionalismo desnudo” que promovían el resto de los docentes.
(Bórmida, E., Juan Augusto Brugiavini. la estructura como base de proyecto y de
buena arquitectura. Registros, n° 12, agosto 2015, pp. 11-13).
64
Suponemos que Jannello fue el contacto para que Tedeschi obtuviera un cargo
como Profesor Extraordinario en la Escuela de Arquitectura de San Juan, debido a que
en 1954 estaban trabajando juntos en esa ciudad en el proyecto para la casa del Dr.
Hidalgo. A partir de 1955, la Comisión Directiva de la escuela fue reemplazada por un
Jefe de Departamento de Arquitectura y Urbanismo, cargo que ocupó Tedeschi
durante ese año.
65
Mangone, C.; Warley, J., Universidad y peronismo (1946-1955).
66
Jorge Vico se graduó en la UBA y se trasladó a la ciudad de San Juan para trabajar
en los proyectos de reconstrucción luego del terremoto de 1944. Luego se radicó en
Mendoza, convocado por el arquitecto Arístides Cottini para trabajar en proyectos de
arquitectura escolar. (Raffa, C., Arquitectos en Mendoza: biografías, trayectorias
profesionales y obras 1900-1960. Mendoza: UNCUYO, 2017).
67
También viajaba Raúl Bulgheroni desde Córdoba. Panelo Gelly permaneció hasta
1962 en su cátedra sanjuanina para luego sumarse al equipo docente de la FAU-UM.
(Descotte, M.L., Historia de la Universidad de Mendoza (1960-2010). Mendoza: EDIUM,
2010).

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Todos ellos conformaron una “Comisión Pro Traslado de la Escuela de


Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuyo a Mendoza”68.
Entre los argumentos que exponían resaltaban: que la escuela de
arquitectura se había instituído en San Juan por “criterios políticos más
que universitarios”, que el ingreso anual de alumnos a la escuela era
muy limitado, aún a cinco años de fundarse, contaban tan sólo con un
total de 89 alumnos de los cuales el 40 por ciento provenía de
Mendoza, que otros tantos mendocinos estaban estudiando en otras
universidades del país por no tener escuela en su ciudad, que era
necesaria la autonomía entre las carreras de ingeniería y arquitectura,
que en Mendoza había una sociedad profesional de arquitectos con
más de cuarenta miembros y muchas instituciones artísticas y
culturales afines a la disciplina, que en San Juan no se había logrado la
formación de una biblioteca especializada, en cambio en Mendoza ya
había una y no era posible trasladarla porque era utilizada por
estudiantes de Artes Plásticas y Filosofía69.
Priorizando este último argumento la Comisión Pro Traslado
elevó un petitorio al interventor de la UNCuyo, el doctor Germinal
Basso, destacando la necesidad de que hubiera relaciones estrechas
entre una escuela de arquitectura y las demás disciplinas humanísticas
y artísticas que ya estaban radicadas en Mendoza, razones que el
rector interventor habría considerado justas, aunque no fueron
suficientes para que pudiera interceder en el caso. Por su parte, el
centro de estudiantes sanjuanino apoyado por otras entidades
encabezó una caravana de protesta en San Juan para mantener la
facultad en su provincia70. A través de sucesivas huelgas y
manifestaciones públicas en los principales medios de prensa locales,
los sanjuaninos lograron el apoyo de distintos sectores de la sociedad

68
Entre ellos, 27 estudiantes mendocinos que cursaban la carrera en Córdoba firmaron
un petitorio para el traslado manifestando el deseo de estudiar en su ciudad.(“Sobre el
traslado de la Escuela de Arquitectura hubo nuevas adhesiones”. Los Andes, 8 de
diciembre de 1955, p. 5).
69
“La sede de la escuela de Arquitectura es motivo de discusión”. Los Andes, 12 de
diciembre de 1955, p.4.
70
Entre las entidades que apoyaron se encontraba el Centro de la Juventud de la
Democracia Cristiana, la Asociación Amigos Sanjuaninos y el Ateneo Universitario de
San Juan.(“Sobre la necesidad de instalar Arquitectura en Mendoza se insiste”. Los
Andes, 13 de diciembre de 1955, p.4). También apoyaron a los sanjuaninos la
Federación de Obreros de la Industria Vitivinícola y la Juventud Socialista. (“La sede de
la escuela de Arquitectura es motivo de discusión”. Los Andes, 12 de diciembre de
1955, p.4).

220
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para que la escuela permaneciera en su ciudad71.


El grupo mendocino no logró el acompañamiento político para
llevar a cabo la maniobra. Sin embargo, a través del vínculo que logró
establecer con sus colegas mendocinos, Tedeschi alcanzó un
prometedor posicionamiento profesional y docente72. A principios de
1956 reemplazó su cargo de profesor titular en San Juan por otro en la
Universidad Nacional de Córdoba73. Mientras tanto su radicación en
Mendoza ya estaba decidida, durante 1955 construyó una casa en la
calle Clarck, a pocos metros de la casa de la familia Jannello-Boccara.
Una vez instalado en Mendoza, Tedeschi intentó iniciar una
aproximación a la arquitectura desde la integración con el arte
trabajando con sus representantes locales más destacados y
participando activamente como miembro de la División Mendoza de la
Sociedad Central de Arquitectos. El proyecto educativo que había
estaba gestando Tedeschi con Jannello y el grupo mendocino tenía
una dirección precisa:

“[…] la necesidad de reunir las escuelas de las artes de la visión,


como ocurre en los principales centros culturales del mundo y formar
así una corriente de espíritu estético moderno que exige la integración
de los institutos”74.

71
Healey observa que en 1944 la sociedad mendocina había rechazado fuertemente a
los técnicos pero en esa ocasión todos los apoyaron y los estudiantes aprovecharon
aquel apoyo para involucrarse políticamente en la reconstrucción. (Healey, M., op. cit.).
72
Según el testimonio del arq. Díaz Cano, el profesor Tedeschi habría sido el gestor del
intento del traslado de la escuela a Mendoza. (Gnecco, M.J.; Raffo, N., op. cit.).
73
Tedeschi había dictado en 1951 una conferencia en la Sociedad de Arquitectos de
Córdoba y tenía contactos con el ambiente cordobés: con el ing. Lázaro Devoto tenía
vínculos desde 1949, ya que habían intentado junto a Piccinato y Calcaprina, realizar
un proyecto turístico en Bahía Blanca que no prosperó (Carta de Devoto a Piccinato,
Tedeschi y Calcaprina, 21-4-1949, Archivo Luigi Piccinato); con el arq. con el arquitecto
Ernesto La Padula también tenía vínculos. A a través de esta experiencia también se
vinculó personalmente con el arquiteco Raúl Bulgheroni, con quien luego mantuvo una
amistad toda su vida. Bulgheroni había nacido en Santa Fe pero estudió y se graduó
en la FAU de Córdoba en 1950 donde fue docente y luego decano electo entre 1957 y
1960. (Malecki, J.S., Historia y Crítica. Enrico Tedeschi en la renovación de la cultura
arquitectónica argentina. 1950-1970. Eadem Utraque Europa, Año 9, n°14, junio 2013,
pp. 137-174).
74
Así lo expresaban los representantes del Centro de Estudiantes de Artes Plásticas de
la UNCuyo.(“La sede de la escuela de Arquitectura es motivo de discusión”. Los
Andes, 12 de diciembre de 1955, p.4).

221
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4.4. La cuestión del espacio y de la técnica en la arquitectura orgánica

Hacia 1951 Tedeschi advertía que la interpretación de la


arquitectura como equivalente a espacio interior era una posición
“rígida y dogmática” y que la confusión tenía su origen en identificar el
espacio como valor estético y psicológico con el espacio como valor
práctico75. El espacio estético no era tan rígido y tangible, ya que
podría ser interior, y por ello, “expresado con un volumen de aire
limitado por superficies sólidas” o también exterior, es decir, definido
“por medio de relaciones espaciales, capaces de crear espacio, sin
delimitarlo materialmente”76. Tedeschi acordaba, de este modo, con la
observación crítica que Giulio Carlo Argan había realizado hacia la
teoría espacial de Zevi77. Según Argan, el proceso arquitectónico de
determinar el espacio, de “espacializar”, debía extenderse hacia el
espacio urbanístico, pero no como la resultante de la yuxtaposición
simétrica de las masas que servían a un espectáculo para la vista78. El
caso modelo para Argan era la Capilla Pazzi, edificio que, a su criterio,
expresaba en la fachada la proyección de los espacios interiores sobre
la planta. En tal sentido, Argan consideraba que el equívoco de la
ausencia de valoración en el espacio exterior provenía de confundir la
finalidad del urbanismo con la monumentalidad, por concebirlo desde
sus condiciones visuales exclusivamente, en lugar de entender:

“[…] l´urbanistica come prolungamento organico delle piante invece


che como prolungamente prospettico delle facciate, l´urbanistica che
non è spettacolo ma funzione spaziale… ”79.

75
Tedeschi reconocerá luego que el esquematismo de las ideas de Zevi con respecto
al espacio en sus primeros trabajos sobre el tema, como Saper vedere l´architettura
(1948) dieron paso en el tiempo a una posición más ampliamente tratada y que puede
leerse en su volumen Architettura in nuce (1960). (Tedeschi, E., “Bruno Zevi. Architettura
in nuce”, Boletín Bibliográfico n°4, octubre 1963, IIDEHA, pp. 40-42).
76
Tedeschi, E., Una introducción a la historia de la arquitectura. Tucumán: IAU-UNT,
1951, p. 100.
77
Argan, G..C., “A proposito di spazio interno”. Metron n° 28 (ottobre 1948), p. 20.
78
Posiblemente luego de esta observación, hacia 1950 Zevi amplía su definición del
espacio arquitectónico a la escala urbana. Véase al respecto la observación de
Giovannni Astengo respecto de la concepción espacial de Zevi en su libro Storia
dell´architettura moderna de 1950. (Cap. 2, p. 118).
79
“El urbanismo como prolongación orgánica de las plantas en vez de como
prolongación perspectívica de las fachadas, el urbanismo que no es espectáculo sino
función espacial…”. (Argan, G..C., op. cit., p. 21, T.d.A.).

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Aún con estas salvedades, Argan aclaraba que no se debían


malinterpretar tan literalmente las ideas de Zevi, ya que cuando éste
refería al espacio interior no lo hacía con el único sentido de su
situación dentro o fuera de un edificio sino entendiendo que el espacio
que se genera formalmente a partir del interior, como contrario a aquel
que es dado a priori por criterios preestablecidos:

“[…] spazio interno è lo spazio che si pone o si crea o s´innesta con la


forma ed in essa soltanto trova la sua espressione e la sua misura”80.

Otro crítico que apuntó hacia la teoría espacial zeviana fue


Giuseppe Samonà, encontrando cierta contradicción en sus principios
debido a la imposibilidad de su aplicación a la obra de Frank Lloyd
Wright, promovida en ese momento como uno de los principales
modelos de la arquitectura orgánica81. Para Samonà, la arquitectura del
arquitecto norteamericano no podía explicarse por la forma geométrica
de las configuraciones espaciales internas sino que debía hacerse por
la continuidad y la plasticidad de una materia que fluye y se
espacializa82. Este debate mantenido entre críticos italianos hacia los
inicios de la década de 1950, se trasladó en forma directa al ambiente
cultural agentino, por medio de publicaciones, de la visita de Zevi en
Buenos Aires y de la participación directa de Tedeschi en esos
debates.
En el primer número de Nueva Visión (1951), el ingeniero Giulio
Pizzetti anunciaba el fin de la mecánica aplicada a las construcciones y
el inicio del análisis de las estructuras existentes en la naturaleza, tanto
en el reino vegetal como en el reino animal. Para ello llamaba a una
nueva metodología de trabajo alejada de los esquemas matemáticos y
que se apoyara ahora en la investigación y el ensayo con modelos83. El

80
“ espacio interno es el espacio que surge, se crea o se activa con la forma y en ella
solamente encuentra su expresión y su medida”. (Ibídem, p.21, T. d. A.).
81
Frederick Kiesler objetará luego esta noción de funcionalismo en su ensayo Pseudo-
Funcionalism in Modern Architecture (1949), donde afirma que la estandarización de
los elementos de la arquitectura no da como resultado formas orgánicas sino
“conglomerados” resultantes de la conjunción de partes derivadas de formas de
proyectos arquitectónicos previos y que las figuras utilizadas por la arquitectura
moderna provienen del arte abstracto y de la suerte de que esa simpleza fuera
favorable a los procesos de industrialización.
82
Samonà, G., “Sull´ architetura di Frank Lloyd Wright”. Metron, n° 41-42, maggio-
agsto 1951.
83
Pizzetti, J., Los nuevos mundos de la arquitectura estructural. Nueva Visión, n°1,

223
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artículo estaba ilustrado con una imagen del espacio interior de las
oficinas Johnson & son de Frank Lloyd Wright, conformado por una
integración entre estructura y espacio, a través de la replicación
isótropa de columnas fungiformes. Esta misma obra fue incluida por
Tedeschi en un pequeño ensayo crítico sobre Wright publicado por la
editorial en 1955, donde se destacaba “su separación del sistema de
ordenación espacial racionalista” que configura el espacio a partir de
planos, alcanzando “potencia plástica y dominio del espacio” mediante
la forma curva como expresión de la continuidad en el volumen, la línea
y la horizontalidad84.
La editorial se interesó por los críticos italianos, aunque no sin
algunas advertencias: la fuerte polarización orgánico-racional en la
interpretación zeviana de la modernidad, ponía en valor un tipo de
producción arquitectónica con la cual no se querían identificar:

“Porque a pesar de las protestas en contra, la mayor parte de las


obras orgánicas manifiestan una retórica naturalista o regionalista que
incluye muchas renuncias”85.

Figura 6. Imagen del edificio Johnson and son publicada en la página 85 del libro Frank Lloyd Wright de
Tedeschi, editado por Nueva Visión.
Figura 7: Imagen de la misma obra en el artículo de Pizzeti en Nueva Visión n°1.

1951, p. 13.
84
Tedeschi, E., Frank Lloyd Wright. Buenos Aires: Nueva Visión, 1955, p. 75.
85
H.B., “Bruno Zevi: “Historia de la arquitectura moderna””. Emecé, Buenos Aires,
1954. Nueva Visión, n°7, 1955, pp. 41-42. (Las iniciales H.B. en la firma de esta reseña
podrían pertenecer a Horacio Baliero, arquitecto integrante de oam).

224
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Jorge Romero Brest, por su parte, ya había advertido otras


contradicciones en los textos de Zevi. En primer lugar, que el crítico
italiano restringía su definición de espacio arquitectónico al espacio
interno, desestimando la asociación entre cerrado y abierto que ya
estaba contemplada en las teorías de principios de siglo del alemán
Schmarsow; luego, que oponía los valores humanos a los valores
objetivos, concibiendo únicamente el valor en función de impresiones
subjetivas, de manera que desestimaba toda valoración que no
proveniera de una interpretación centrada en el espacio; por otra parte,
que Zevi era exagerado en el análisis de las consecuencias de los
excesos puristas de la arquitectura funcional–“aunque los haya
habido”-. Romero Brest creía que la concepción organicista de Zevi
carecía de estética, porque no defendía una estructura de principios
colectivos sino únicamente el individualismo y consideraba que ello se
debía a una reacción contra los hechos ocurridos en Europa, que lo
condujeron a “aferrarse al romanticismo del pasado” –aunque el propio
Zevi lo negara-. Para Romero Brest la futura unidad humana debía
superar lo accidental de las necesidades individuales y el arte no debía
fundarse en principios orgánicos sino:

“[…] en una expresividad más comprensiva de la totalidad del


cosmos, del cual ha comenzado a proporcionar un modelo”86.

Sin embargo, el crítico argentino encontraba que la


aproximación de Zevi a la arquitectura mediante la noción de espacio
como esencia era motivante, ya que permitía conectarla con la pintura
y la escultura y, en consecuencia, con la “promesa del arte
abstracto”87.
En medio de este debate, Tedeschi, aunque enfrentado a la
abstracción como herramienta, logró obtener una posición prestigiosa,
como portavoz de la corriente orgánica en Argentina. Su posición
sobre la relación entre arte y técnica tenía puntos en contacto y
diferencias con la de los arquitectos modernistas argentinos. Para
Tedeschi los materiales eran importantes si se dirigían hacia:

86
Romero Brest, J., Bruno Zevi y la apreciación de la arquitectura. Ver y Estimar, vol. 5,
n°18, julio de 1950, p. 2.
87
Ibídem, p.6.

225
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“[…] superar la experiencia cubista, que valora sobre todo el volumen


y la proporción, y aprecia de los materiales sólo la novedad, sin
preocuparse de interpretarlos en sus cualidades naturales” 88.

Su interés por el material no residía en sus capacidades


mecánicas sino en sus posibilidades expresivas, en las sensaciones
que ofrecen al verlos y tocarlos. Tal vez a causa de esta aproximación
al valor constructivo, el libro de Tedeschi sobre Wright fue bien recibido,
aunque con las mismas advertencias que se le hacían a Zevi:

“La objetividad del libro se empaña a veces por la agresividad


anticorbusierana con que el autor manifiesta su posición frente a la
alternativa organicismo-racionalismo, sobre cuya vigencia excluyente
(criterio que no compartimos) se basa gran parte de la crítica de
arquitectura italiana de postguerra” 89.

Lo que más destacaban los argentinos era la profundidad del


análisis de Tedeschi y la elección de las obras, ya que dos de ellas, la
casa Robie y el edificio Johnson & sons significaban:

“[…] los dos momentos de encuentro total del genio del arquitecto
con la universalidad expresivo-constructiva”90.

En el siguiente número de la revista Nueva Visión Ernesto


Katzenstein también expresaba el interés del grupo editorial por el
enfoque orgánico sobre la obra de Wright, y reclamaba por una obra
teórica que pudiera otorgar una visión completa de los fundamentos y
dirección de la crítica orgánica, ya que no alcanzaba a encontrarla en
la producción de Bruno Zevi, la cual consideraba “viciada de
unilateralidad”91. Tedeschi, por su parte, tenía una visión más
conciliatoria, cuando afirmaba:

“[…] la arquitectura orgánica acepta con toda conciencia el dato


maquinista y técnico de nuestro tiempo: pero insiste en declarar que

88
Tedeschi, E., Frank Lloyd Wright. Buenos Aires: Nueva Visión, 1955, p. 31.
89
J.M.B., Enrico Tedeschi: “Frank Lloyd Wright”. Bs. As.: Nueva Visión, 1955. Nueva
Visión, n°8, 1955, p. 38. ( Atribuimos las iniciales J.M.B. a Juan Manuel Borthagaray).
90
Ibídem.
91
Katzenstein, E., Bruno Zevi: “Frank Lloyd Wright”, Nueva Visión, n°9, 1957, p. 37 . (Se
trata de una reseña bibliográfica a un libro de Zevi de igual título que el publicado
luego por Tedeschi).

226
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la técnica debe servir al hombre, y no el hombre a la abstracción


técnica”92.

Esta posición no implicaba necesariamente una mirada


artesanal hacia los materiales. Tedeschi siempre mantuvo un interés
por los productos de la industria para la construcción, incluso desde
antes de la segunda guerra y lo profundizó a partir de la búsqueda de
alternativas postbélicas en la prefabricación93. En Argentina, continuó
interesado en este tema, publicando diversos artículos en la revista
Nuestra Arquitectura, donde reproducía y comentaba los ensayos con
sistemas de prefabricación modular utilizados en escuelas de
Inglaterra mediante la utilización de elementos standard regulados por
retículas. El acierto de estos sistemas, según Tedeschi estaba en su
flexibilidad, su capacidad de crecimiento y su interés estético, aunque
lo encontraba asociado a “ideas espaciales y plásticas propias de la
arquitectura moderna racionalista”. El problema para Tedeschi con
estos sistemas era que podían caer en la monotonía y la pobreza
estética a partir de la simple descomposición en elementos
constructivos y plásticos que no tenían en cuenta además los factores
psicológicos y sociales:

“Es el sistema del que tan fatigosamente tratamos de salir en estos


últimos años para alcanzar expresiones de continuidad espacial y
plástica más acercadas a nuestra visión dinámica del contorno” 94.

Con las salvedades enunciadas, Tedeschi confiaba en los


posibles logros futuros de estas técnicas, considerando que por
razones prácticas de necesidad debían evolucionar95.

92
Tedeschi, E., Arquitectura orgánica. Conferencia pronunciada en la SCA de Córdoba
en octubre de 1951 y publicada en dos partes en Nuestra Arquitectura, n°272 (pp. 72-
81) y n° 273 (pp.116-124), marzo y abril de 1952.
93
Antes de la segunda guerra Tedeschi había sido cronista de la Muestra de los
Sistemas Constructivos Modernos y de los Materiales de Construcción en la VI
Triennale di Milano organizada en 1936 por Giuseppe Pagano (Architettura, gennaio
1937, pp. 41-51); luego de la guerra, había participado en concursos de viviendas con
sistemas de prefabricación con estructura metálica (Metron, n° 4-5, novembre-
dicembre 1945, pp. 68-69).
94
Tedeschi, E., Prefabricación en Inglaterra: Nursery en Garston. Nuestra Arquitectura,
n° 279, octubre 1952, pp. 278-290.
95
En un artículo posterior Tedeschi vuelve a destacar la habilidad de los mismos
arquitectos al ensayar el sistema constructivo en otro edificio. (Escuela en Boreham
Wood, Inglaterra. Nuestra Arquitectura, n° 282, enero 1953, pp. 7-11).

227
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Figuras 8-9. Tedeschi, E., Arquitectura orgánica y Prefabricación en Inglaterra. Nuestra Arquitectura,
n° 272 y 279 (1952).

El alerta hacia los sistemas estandarizantes también había sido


planteado por Francisco Bullrich, quien llamaba a reconstruir la unidad
entre forma, función y técnica que se había transformado a partir del
sistema de producción capitalista96. Señalaba que la actitud ante este
problema había generado, por un lado, posiciones antimaquinistas y
de retorno a la producción artesanal, como las de Morris y Ruskin y,
por el otro, la adopción de la máquina como instrumento para la
creación estética. Esta última vía, según Bullrich había establecido los
fundamentos teóricos del diseño y se podía identificar con las ideas de
Van de Velde, dentro de las cuales había iniciado sus investigaciones el
artista suizo Max Bill, dirigiéndose hacia el diseño racional de
productos que simplificaban los procesos de producción reduciendo
costos. Sin embargo, para Bullrich el problema no había sido resuelto,
ya que la carrera del mercado condujo a un formalismo convencional y
reproducible. Bullrich reclamaba una reflexión sobre las nuevas
condiciones históricas para entender la unidad entre forma y función
como procesos simultáneos y adoptar una actitud coherente entre el
hombre y las coordenadas industriales en las que se encontraba97. Su
posición en este tema era muy similar a la de Tedeschi.

96
Este debate será retomado por Bullrich en ocasión del primer seminario del IIDEHA
que comentaremos en el próximo capítulo.
97
Bullrich, F., Algunos problemas del diseño, Nueva Visión, n°7, 1955, pp. 20-23.

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Como advierte Devalle, la aproximación técnica y científica a los


saberes de la forma que se condensaron primeramente en torno a la
revista Nueva Visión, inmediatamente se incorporaron en la enseñanza
de la arquitectura a partir de la creación del Departamento de Visión en
las facultades de Rosario y Buenos Aires98. Ambas escuelas
recepcionaron especialmente las experiencias de la Bauhaus a través
de las teorías de Lázló Moholy-Nagy, quien emigró a los EEUU y fundó
una nueva Bauhaus en el Illinois Institute of Technology en 1949 y
publicó en el mismo año Vision in Motion99. El creador del
Departamento de Visión en las facultades de Rosario y Buenos Aires
fue Alberto Le Pera, con el acompañamiento de Gastón Breyer; a ellos
se sumaron otros docentes, en Buenos Aires, César Jannello fue uno
de ellos100. Según Devalle, el proceso significó pasar de categorías
artísticas como la creación, la subjetividad y la expresión, a
metodologías racionales de construcción de la forma, que involucraron
la técnica, la ciencia y la percepción101.
García señala que el concepto de “abstracción” en el discurso
del arte moderno en América Latina entre las décadas de 1940 y 1950
definía un tipo de imagen que, en términos generales, unificaba las
propuestas no figurativas, dentro de las cuales luego surgían algunas
diferencias102. El arte concreto, en particular, proponía la creación a
partir de la propia materialidad y de procedimientos independientes de
la apariencia de los fenómenos exteriores, de esta manera, buscaba
una objetividad no acorde con el individualismo artístico103. García
advierte que en los circuitos europeos de posguerra la abstracción ya
no estaba gozando de prestigio, en cambio, en Sudamérica, y
especialmente a partir de la iniciativa del arte moderno brasileño, se vio
vinculada a la fuerza del progreso, el desarrollo y la modernización.

98
Devalle, V., La materia “Visión” en la enseñanza de la Arquitectura en la Argentina.
Estudios del Hábitat, vol. 13, n° 2, diciembre 2015, pp. 61-70).
99
También alojaron las teorías del diseño que se estaban desarrollando en la Escuela
de Diseño de Ulm, donde Tomás Maldonado iniciaba en 1956 su ciclo como director.
100
En 1956 se creó el departamento de Visión en la FAU de Rosario bajo la dirección
de Le Pera y dictada por Onetto, Méndez Mosquera y Breyer. En Buenos Aires, al
equipo fundado por Le Pera y Breyer se incorporaron Jannello y Rotzait.(Devalle, V., op.
cit.)
101
Devalle, V., op. cit.
102
García, M. A., El arte abstracto. Intercambios culturales entre Argentina y Brasil.
Buenos Aires: Siglo XXI, 2011.
103
Ibídem.

229
…. … … .. … . .… . . … Ca p ítu l o 4 . E sp ac i o, ar t e y c li ma … . . . .. . … …. . . … .. …

Es por ello que el artista suizo Max Bill encontró en esta región
espacios de alta receptibilidad para sus ideas. La oposición de
Tedeschi a la abstracción como herramienta proyectual arquitectónica
estaba relacionada con asociarla a una homogeneización
estandarizante a la que se le oponía la revalorización del factor
humano y su singularidad y, por lo tanto, también a la posibilidad de
considerar a la disciplina como creación individual.
Giulio Carlo Argan explicaba algunos años más tarde esta
posición a través de las teorías de Paul Klee104. Mediante la oposición
entre los conceptos de cantidad y calidad, el crítico italiano
consideraba que la obra de Klee tenía un “fundamento humanístico”
que la escuela de la Bauhaus había perdido, junto con la autonomía, la
capacidad creativa y la libertad, a causa de un esquematismo
adaptable a la reproductibilidad o de una prefiguración significante105.
Para Argan la calidad de Klee estaba en lo irrepetible del individuo, y
diferenciaba el mundo de las formas ya establecidas y repetibles del
mundo de la formación (Gestaltung), de las formas infinitas y
orgánicas, es decir:

“que nacen de encuentros reales y se miden por la fuerza efectiva que


cada imagen desarrolla en su particular condición de espacio y de
tiempo”106.

Para Tedeschi, la escisión que había producido el progreso


científico en la cultura, no debía subsanarse mediante la introducción
de los métodos científicos en el arte, porque el material humano y
social con el que se construye la cultura y de los cuales la cultura es
resultado, no responde a esquemas abstactos sino a las leyes de la
intuición107. Por el contrario, el concretismo afirmaba, a través de las

104
Argan, G. C., Prefacio a la edición italiana de la obra “Teoría de la forma y de la
figuración” de Paul Klee, Ed. Giangiacomo Feltrinelli, 1959. Versión castellana
publicada en Boletín Bibliográfico n° 4, octubre 1963, Córdoba: IIDEHA.
105
“En la primera fase, la fase de Weimar, se reelaboraron temas y procesos del
antiguo artesanado siguiendo las huellas del Werkbund, tratando de reducir los valores
estéticos tradicionales a un esquematismo que permitiese su producción por medio de
las nuevas técnicas industriales. En la segunda fase, la de Dessau, siguiendo el
ejempo del grupo holandés De Stijl, se buscaba la calidad en un a priori formal, en una
racionalidad matemática de la forma, elevada a imagen de la suprema calidad racional
del ser humano”.( Ibídem, p. 14).
106
Ibídem, p. 15.
107
Tedeschi caracterizaba esta visión esquemática y racionalista en la posición

230
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interpretaciones de Alfredo Hlito sobre las teorías Pierre Fracastel, que


el objetivo era alcanzar nueva sensibilidad técnica y, por tanto
mátemática, acorde a la época que se estaba viviendo, y ello implicaba
la crisis del modelo de creación ligado a la expresión individual del
artista y la consideración de la obra de arte como modelo de su
sociedad108.
Sin embargo algunos arquitectos y artistas argentinos estaban
explorando una vía diferente para alcanzar esta nueva sensibilidad, a
través de la experimentación con nuevos materiales y técnicas para la
obtención de nuevas formas. El sillón BKF había ganado el concurso
“Organic Design” organizado por el MOMA109. Esta aproximación
integraba una visión orgánica con la innovación técnica, combinación
que también se encontraba en la búsqueda de la performance
estructural a través de la analogía biológica en las investigaciones de
los ingenieros italianos y nórdicos, cuyas búsquedas no perseguían
una expresión personal y estética, sino otra universal y estática110.
Otro foco de discusión para los artistas y arquitectos argentinos
de Nueva Visión fue la noción de síntesis de las artes111. Esta propuesta
estaba en discusión en el ambiente internacional desde fines de la
década del cuarenta. Según Eric Mumford, en el CIAM VI de
Bridgewater (1947) el tema hizo que los delegados de los distintos
países se dividieran en dos posiciones: Le Corbusier, Sert y Giedion
querían trabajar sobre la síntesis de las artes y la monumentalidad,
pero había otro grupo que estaba interesado por la racionalización de
la vivienda y buscaba un perfil más funcionalista y técnico para
acomodarse a las políticas de la reconstrucción112. En el campo
artístico, el programa de una arquitectura integral en síntesis con las

historiográfica de Siegfried Giedion en Space, Time and Architecture. (Tedeschi, E., La


historia de la arquitectura moderna de Pevsner a Zevi. Nuestra Arquitectura, n° 267,
octubre 1951, pp. 310-317).
108
Devalle, V., “Nueva visión (nv): Una revista de arte en los años ´50, una revista de
diseño en la actualidad”. LIS, Año III, n° 5, marzo-junio 2010.
109
Liernur, J. F., Abstracción, Arquitectura y los debates acerca de la síntesis de las
artes” en el Río de la Plata (1936-1956). En: Liernur, J. F., Trazas de Futuro, Santa Fe:
UNL, 2008.
110
Véase Severud, F., “La natura è una fonte di ispirazione strutturale”. Metron, n°4-5,
novembre-dicembre 1945, pp. 21-29.
111
“nv tiene un propósito ambicioso en un dominio limitado: busca propiciar la síntesis
de todas las artes visuales en un sentido de objetividad y funcionalidad”.
112
Mumford, E., El discurso del CIAM sobre el urbanismo, 1928-1960. Bitácora, n° 11,
2007.

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artes fue abordado por Jorge Romero Brest desde fines de los años
cuarenta y tuvo un momento de un intercambio cultural a principios de
los años cincuenta con artistas y críticos de Brasil, donde un panorama
cultural, moderno e internacionalista, se había reactivado luego de la
Segunda Guerra a través de nuevos vínculos políticos con los Estados
Unidos113.
Antes de la formación del grupo oam y de la aparición de la
revista y editorial Nueva Visión, Romero Brest había promovido desde
la revista Ver y Estimar -fundada en 1948- algunas miradas teóricas
sobre la arquitectura en torno a la técnica, en las cuales la lectura de la
arquitectura moderna estaba especialmente caracterizada por la
concepción plástica y espacial114. Allí podían leerse las influencias de
las ideas de Pierre Francastel en relación al espacio y del
“geometrismo abstracto” vinculado al progreso técnico. Es debido a
esta inquietud por el espacio, que la revista de Brest publicó artículos
de Zevi y Giedion, a pesar de las diferencias con Zevi debido a su
rechazo a la abstracción y a su concepción exclusivamente interior del
espacio arquitectónico115. La posición de Romero Brest frente a la
síntesis de las artes hacia 1950 llamaba a la desaparición del muro, y
con él, del mural como género artístico. Esta defensa del
abstraccionismo estuvo relacionada con su acercamiento personal con
algunos artistas europeos, en especial, con Max Bill116.
Ernesto Rogers, por su parte, encontraba un camino unificador,
proponiendo alcanzar la síntesis de las artes mediante un “método”
unitario para poder reconquistar los diferentes oficios, aunque
introduciendo para ello la noción de “carácter”, esto es, una distinción
en la obra que es “parte integrante de la personalidad del autor”117.
Según Rogers, Max Bill era el referente porque alcanzaba ambos
objetivos, la utilización de un método y una interpretación poética, a
través de una concepción artística racional, que se servía de modelos

113
García, M. A., Entre la Argentina y Brasil. Episodios en la formación de una
abstracción regional. En: Giunta, A.; Malosetti Costa, L. (comp.) Arte de posguerra.
Jorge Romero Brest y la revista Ver y Estimar, p. 139.
114
Liernur, J. F., Arquitectura y “conciliación” de las artes. En: Giunta, A.; Malosetti
Costa, L. (comp.), Arte de posguerra. Jorge Romero Brest y la revista Ver y Estimar.
115
Ibídem.
116
Según García, la defensa del arte abstracto enfrentó a Romero Brest a los
movimientos culturales brasileños ligados al realismo y al socialismo pero le dio un
buen posicionamiento internacional como crítico. (García, M. A., op. cit. p. 146).
117
Rogers, E. N., “Unidad de Max Bill”. Nueva Visión, n°1, 1951, p. 12.

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matemáticos, imaginación e integración de las partes en la totalidad,


recursos que le permitían ser arquitecto cuando hacía arquitectura o
cuando diseñaba cualquier otro objeto.
La preocupación de Rogers acerca del método unificador que
permitiría la síntesis de las artes es equivalente al interés que
demostraba Tedeschi por la integración de los detalles dentro de la
lógica formal de un proyecto, metodología que se desprendía de la
teoría y práctica arquitectónica de Frank Lloyd Wright:

”Esta unidad del conjunto realizada en el tumulto de los detalles,


propia del arte de F. L. Wright, es justamente contraria a la ´unité dans
le détail, tumulte dans l´ensamble´ de que hablará después Le
Corbusier”118.

Wright también recurría a la integración de los elementos en el


todo a partir de un proceso de abstracción vinculado a un patrón
ordenador:

“[…] integral ornament is the developed sense of the building as a


whole, or the manifest ´abstract pattern of structure itself´. Interpreted.
Integral ornament is simply structure-pattern made visibly articulate and
seen in the building as it is seen articulate in the structure of the trees
or a lily of the fields”119.

César Jannello, por su parte, ponía el acento en otra variable


afirmando que era el arquitecto quien lograba unir la pintura, la
escultura y la construcción en un todo sintético pero no a través de la
sensibilidad individual sino del trabajo colectivo. Para ello no habría
que definir un método integrador sino establecer cuál era el tema
común. La respuesta era: la tridimensión.120 Jannello definía a la pintura
como el ámbito de investigación del espacio bidimensional y el color,
aunque mediante la yuxtaposición de más de un color, se podía
obtener espacio. Por otra parte, la escultura, definida como
“articulación estética de espacios tridimensionales” era incompleta sin
articularse con la arquitectura. De manera que el espacio, era el
elemento que permitía la síntesis.

118
Tedeschi, E., Frank Lloyd Wright. Buenos Aires: Nueva Visión, 1955, p. 54.
119
Wright, F. L., The Natural House. Nueva York: Horizon Press, 1954, p. 65.
120
Jannello, C., “Pintura, escultura, arquitectura”. Nueva Visión, n°1, 1951, p. 9.

233
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Tedeschi y Jannello coincidían en el protagonismo del espacio,.


Tedeschi, sumándose al programa zeviano sobre la posición
protagónica del espacio en la arquitectura, había construido una
versión propia sobre los principios del organicismo en una conferencia
en Córdoba en 1951. Allí decretaba que, más allá de los valores de
humanización, del gusto por los materiales naturales, de la afinidad por
el paisaje y de la expresión formal libre, la clave de la arquitectura
orgánica estaba en que:

“El espacio genera la plástica, y no al revés” 121.

Dedicó un pequeño libro a la obra de Frank Lloyd Wright donde la


relación entre el espacio y la plástica era el tema clave de lectura:

“La casa está sentida como una gran escultura abierta, que se
extiende en las tres dimensiones, para crear un espacio propio,
nuevo, de fuerza y concisión incomparables dentro del arte de ese
período”122.

Tedeschi comparaba la búsqueda de la espacialidad por medio


de planos y volúmenes chatos en Wright con los utilizados en las
experiencias neoplasticistas y constructivistas, aunque desestimaba a
éstas últimas por esquemáticas, destacando el caso de la casa Robie,
sólo comparable en su calidad poética espacial con el Pabellón de
Barcelona de Mies van der Rohe, veinte años posterior.

Figura 10. Tedeschi, E.,


Una introducción a la
historia de la
arquitectura. Láminas
18 y 19.

121
Tedeschi, E., Arquitectura orgánica. Nuestra Arquitectura, n° 273, p.123.
122
Tedeschi, E., Frank Lloyd Wright. Buenos Aires: Nueva Visión, 1955, p. 63.

234
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Las teorías de integración de las artes compartían con el


organicismo wrightiano un eje en el espacio y otro en el proceso
integral del diseño, donde cada parte es funcional a una totalidad123. La
diferencia crucial entre los patrones ordenadores de Wright y los de Bill
consistía en que uno tomaba modelos estructurales de la ciencias
naturales y el otro de las ciencias exactas. Esta lógica había sido
puesta en relieve por Edoardo Persico124, quien afirmaba que Wright
podía ser considerado el Cézanne de la nueva arquitectura125. Idea
sobre la que luego trabajó Tedeschi126:

“Probablemente, sólo en los últimos años Wright ha alcanzado la


integridad expresiva de Cézanne […] Pero la afinidad de los dos
maestros frente al problema fundamental de todo artista es innegable.
Para ambos, se renueva la situación del hombre en la relación arte-
naturaleza. No es la relación visual, puramente perceptiva, propia del
impresionismo y, en general de los momentos en los que se ha
pensado el arte como imitación de la naturaleza; tampoco es la del
conocimiento racional que ordena y domina la naturaleza, como se ha
sentido al afirmar el racionalismo en el arte, desde el Renacimiento
hasta hoy. En los dos casos el hombre está separado de la
naturaleza, ya sea espectador a la espera de recibir las impresiones
que despertará en él la obra de arte, ya sea investigador de la
realidad en busca de sus normas formativas” 127.

123
Tedeschi introdujo luego este concepto del detalle en sus clases de Córdoba. César
Naselli y Marina Waisman comentan que esta estrategia didáctica fue implementada
en la Facultad de Arquitectura de Córdoba en la década del cincuenta principalmente
por los profesores italianos La Padula y Tedeschi (Naselli, C.; Waisman, M., “Dios está
en los detalles”. Summarios n° 93, septiembre 1985, pp. 4-27).
124
Edoardo Persico (1900-1936) fue un crítico de arte y arquitectura italiano cuyas
opiniones agudas fueron objeto de discrepancias políticas con P. M.Bardi, director de
la galería para la cual trabajó hacia principios de los años treinta. Luego fue redactor y
director junto a Pagano de la revista Casabella entre 1934 y 1935. Falleció muy joven y
se lo recuerda como uno de los pocos escritores críticos de la cultura fascista durante
esos años. (Veronesi, G. (ed.) Edoardo Persico. Scritti d´architetttura (1927-1935).
Florencia: Vallecchi, 1968).
125
Persico, E., Profezia dell´architettura. Milán: Muggiani, 1945, p. 47-48. (Este volumen
forma parte de la colección personal de Enrico Tedeschi. Biblioteca Tedeschi-UNC-
Biblioteca de Graduados)
126
Este análisis de Tedeschi fue recibido con buenas críticas por Juan M. Borthagaray,
quien lo calificó de “bien fundamentado y desarrollado”, sin percibir la semejanza con
los textos de Persico, que probablemente no conocía. Sin embargo, lo que sí nota el
autor de la reseña, es que el análisis sobre la relación arquitectura-naturaleza estaba
“ayudado por referencias” de Argan. (J.M.B., “Enrico Tedeschi: “Frank Lloyd Wright”.
Bs. As.: Nueva Visión, 1955”. Nueva Visión, n°8, 1955, p. 38).
127
Tedeschi, E., Frank Lloyd Wright. Buenos Aires: Nueva Visión, 1955, p.36.

235
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La concepción organicista de la arquitectura, circuló en algunos


talleres de enseñanza del proyecto arquitectónico en Argentina hacia
fines de la década del cincuenta y principios de los sesenta. Uno de
los núcleos de recepción fue la Universidad Nacional de Litoral donde
fluyeron las ideas del grupo oam y del organicismo wrightiano leugo de
la reorganización pedagógica de 1956. En la didáctica y la práctica del
arquitecto santafesino Jorge Scrimaglio, se puede encontrar un
herencia de estas enseñanzas sobre los procedimientos de creación
de la forma. Según examina Pastorino, su obra se nutrió del estudio de
las obras del Frank Lloyd Wright y de fuentes teóricas organicistas
difundidas en el país por Zevi, Tedeschi y Sacriste de las cuales tomó
el concepto de “estructura orgánica en la que el todo es a las partes lo
que cada una de ellas lo es respecto al equilibrio del conjunto”128.
Ahora bien, nos preguntamos cómo logra Tedeschi insertarse
en el núcleo más abstracto e internacionalista del ambiente local. Si
bien en numerosas ocasiones Tedeschi se hacía eco del discurso
zeviano afirmando que el proceso creador de Wright era “opuesto al
intelectualismo de la “composición” y de la representación, y pensado,
al contrario, como crecimiento y organización de formas vitales (…)”129,
también cuestionaba las polarizaciones de críticos como Bragdon,
para quien la arquitectura del período gótico era orgánica y la del
Renacimiento era compuesta por “cánones apriorísticos”, señalando
que “en realidad toda creación es al mismo tiempo orgánica y
compuesa”130, del mismo modo condenaba las apreciaciones que
encolumnaban tendencias artísticas en racionales o irracionales, ya
que entendía que ningún arte, siendo creación humana, podía
extraerse de la razón131.

128
Jorge Scrimaglio estudió entre 1956 y 1962 en la Facultad de Arquitectura de la
Universidad Nacional del Litoral. Conoció a Tedeschi en ocasión de un curso que éste
dictó en Rosario y más tarde Tedeschi lo convocó a formar parte del plantel docente de
la Universidad de Mendoza, donde fue profesor titular de Proyecto entre 1968 y 1970.
(Pastorino, F., Jorge Scrimaglio. La coherencia sin límites de Jorge Scrimaglio. Buenos
Aires: 1:100 Ediciones, 2017).
129
Tedeschi, E., Frank Lloyd Wright. Buenos Aires: Nueva Visión, 1955, p. 35.
130
Tedeschi, E., Arquitectura orgánica. Nuestra Arquitectura, n° 273, p.117.
131
Para entender el tipo de racionalidad contemplada en el universo tedeschiano nos
sirve nuevamente la teoría de la formatividad de Pareyson, para la cual en el proceso
artístico están presentes a la vez, por un lado, el desarrollo espontáneo de una ley de
organización y, por el otro, la construcción y la composición, ya que el artista mediante
sus tentativas debe direccionar las múltiples posibilidades, los descubrimientos y
fracasos, unificando y dirigiendo el proceso hacia su logro (Pareyson, L., op. cit., p.

236
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Con diferencias de orientación, las preocupaciones de los


arquitectos durante los años cincuenta estaban condensadas en el
tema de la integración del arte con la técnica. Aunque con algunas
diferencias, el punto de vista de Tedeschi era apasionado y su
formación cultural muy consistente. Aún trabajando lejos de Buenos
Aires, viajaba frecuentemente y participaba en los debates de estos
grupos renovadores argentinos, llegando a mantener vínculos de
amistad con figuras centrales, como Jannello y Bullrich.

4.5. La integración con las artes y el sol

En su intento por inscribirse en el proyecto cuyano de


integración de las artes, Tedeschi formó un estudio profesional entre él,
César Jannello y Carles Vallhonrat132. Entre 1954 y 1955 Tedeschi y
Jannello proyectaron una casa para la familia Hidalgo en la ciudad de
San Juan y, los tres juntos, proyectaron la casa de Tedeschi en la
ciudad de Mendoza, sobre la calle Clarck, cerca del Parque General
San Martín. En ambas obras se optó por una estrategia de distribución
de las áreas sociales de la vivienda donde se produce una integración
entre el espacio y el equipamiento fijo y móvil.
En la casa mendocina los objetos divisores son dos: una
biblioteca separa el estar del escritorio y una escultura conforma una
segunda partición espacial entre el estar y el comedor. Tanto la
biblioteca como las paredes internas están revestidas con listones de
madera dispuestos verticalmente. La continuidad de este material
produce una integración visual entre el objeto y los límites del espacio.
La escultura, obra de José Carrieri, consiste en un panel compuesto

123).
132
Carles Vallhonrat, de origen catalán, egresó como arquitecto en la Universidad
Nacional del Litoral y vivió unos años en Mendoza. Luego de las dos casas
proyectadas con Tedeschi realizó otros proyectos que no fueron materializados. Más
tarde trabajó en el estudio de Ramos Correas, donde proyectó la casa para la familia
Calandria sobre la Av. Mitre en la ciudad de Mendoza y la catedral de San Juan. En
1959 se trasladó a los EEUU para cursar una maestría en la Universidad de
Pennsylvania con Louis Kahn, a quien acompañó como colaborador principal en su
estudio entre 1960 y 1971. Paralelamente mantuvo una prominente carrera académica
alcanzando un cargo de profesor emérito de la Escuela de Arquitectura de la
Universidad de Princeton. (Entrevista al arq. Carles Vallhonrat vía correo electrónico, 30
de mayo de 2011).

237
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por prismas de cemento pigmentado en distintos colores separados


entre sí y suspendidos mediante una estructura de hierro que los eleva
del suelo133. Los tres ambientes están unificados espacial y
estructuralmente por una misma cubierta y una carpintería facetada de
vidrio que se desarrolla en forma cóncava en todo el ancho de la casa
desde un muro lateral a otro134. El revestimiento cerámico del piso
continúa por debajo de la carpintería expandiendo el solado interior
hacia el jardín exterior.

Figura 11. Rótulo del plano municipal del proyecto para la casa en la calle Clarck, firmado por el estudio
de arquitectura y urbanismo “Jannello-Tedeschi-Vallhonrat” (20-4-1955). Fuente: Archivo Municipalidad
de la ciudad de Mendoza. Gentileza Alejandra Sella.

La síntesis entre escultura y arquitectura está lograda dentro de


ese espacio, sin embargo no funciona como un concepto trasladable a
la totalidad del proyecto ni parece ser ella el resultado de una
concepción estética implícita en la obra. En la escultura, el espacio
entre los bloques cementicios, la diversidad de tamaños de las piezas,
la elevación de ellas respecto del plano del suelo y el policromatismo,
no se traducen en ningún elemento arquitectónico.

133
José Carrieri (1921-2014) nació en Mendoza y estudió el profesorado de Bellas
Artes en la Universidad Nacional de Cuyo. En 1952 realizó un viaje de estudios por
Europa, donde se contactó con Constantin Brancusi y trabajó como asistente de
Antoine Pevsner. Volvió a Mendoza en 1954 donde permaneció por dos años, dictando
clases y participando de las actividades artísticas más destacadas. Decidió trasladarse
a San Juan dos años más tarde, luego del impacto en el ambiente cultural e intelectual
de los cambios políticos acontecidos tras la “Revolución Libertadora”. Allí residió el
resto de su vida, donde dió clases en la Facultad de Arquitectura de la UNCuyo y llegó
a ser Decano de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes. (Quiroga, W., José
Carrieri, un adiós eterno e invisible. Los Andes, 29-03-2014. URL:
https://losandes.com.ar/article/jose-carrieri-adios-eterno-invisible-776153).
134
Comentaremos luego la relación entre la concavidad de este plano y su sentido
funcional con el ciclo solar.

238
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Figura 12. Fachada del proyecto para la casa en la calle Clarck. Plano municipal escala 1:50/1:100, (20-
4-1955). Fuente: Archivo Municipalidad de la ciudad de Mendoza. Gentileza Alejandra Sella.

Figura 13. José Carrieri. Escultura divisoria en


hormigón pigmentado en la casa Tedeschi en calle
Clarck, Mendoza, 1955. Fuente: Fundación IDA.

Figura 14. José Carrieri. Escultura divisoria entre el comedor y el estar en la casa Tedeschi en calle
Clarck, Mendoza, 1955. Por detrás: biblioteca divisoria entre el estar y el escritorio. Fuente: L´architettura,
cronache e storia, n°49, novembre 1959, p. 454.

239
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En la obra arquitectónica predominan otras materialidades, el


ladrillo cerámico y la madera en sus expresiones naturales. El
repertorio geométrico, no elabora figuras regulares ni repeticiones
sistemáticas. El único momento de vínculo puede verse en un intento
sutil, en el cual el volumen frontal de la casa se inscribe en un prisma
rectangular separado por medio de una pequeña franja de vacío
respecto del muro inferior. Esto otorga una cierta sensación de ligereza
e independencia en esa figura, cuyo plano vertical se encuentra
subdivido en paños, por perfiles de hierro. Sin embargo, aún siendo
que ese muro es un cerramiento no portante, no elabora relaciones
entre llenos y vacíos de una manera equilibrada, tema que podría
haber intensificado la relación entre la fachada y la escultura. En la
globalidad del proyecto se destaca el contraste de dos figuras
predominantes que se disputan el protagonismo: el prisma rectangular
de la fachada y el cuasi óvalo que se forma en el jardín, mediante la
replicación de la curva cóncava de la carpintería en el contorno de la
pérgola.

Figura 15. Planta baja del proyecto


para la casa Tedeschi en la calle
Clarck. Fuente: Dibujo de la autora.

Figura 16. Fotografía interior. Fuente:


Archivo Claudia Tedeschi.

240
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Si consideramos en las observaciones previas la posibilidad de


que se estuviera trabajando con una estrategia de escalado de un
objeto en esta obra es porque algo de ello ocurre en la casa del Dr.
Hidalgo en San Juan. Allí, en el estar-comedor, un mueble divisor se
visualiza como un cuerpo permeable y suspendido, compuesto por
planos horizontales y una estructura muy delgada que lo fija en una
posición. El lenguaje geométrico de esta pieza guarda relaciones de
semejanza con el objeto arquitectónico entero visto desde la calle: la
fachada reconstruye un prisma suspendido mediante un marco
rectangular blanco que aloja una galería frontal, cuyo espacio es
atravesado por una columna exenta en posición asimétrica con
respecto al ancho de la fachada. Nada de esto se replica luego en otra
situación de la obra.

Figuras 17-18.Casa del Dr. Hidalgo en la ciudad de San


Juan (1954). Vista interior desde el estudio hacia el
comedor a través del mueble divisor y vista exterior. Fuente:
L´architettura. Cronache e storia, n°49, novembre 1959,
p.455.

241
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Figura 19. Planta de la casa del Dr. Hidalgo. Fuente: Dibujo de la autora.

La siguiente obra que se incribe en este conjunto de


experiencias es la casa Díaz sobre la calle 9 de Julio en el centro de la
ciudad de Mendoza. El proyecto se inició en 1957, luego de que
Jannello ya hubiera regresado a Buenos Aires. Carles Vallhonrat
participó en el diseño de las carpinterías y los detalles135 y Abdulio
Giudici fue el elegido para participar con dos intervenciones artísticas:
un revestimiento de mosaicos venecianos y un panel divisor corredizo
en el interior La interacción espacial de los objetos artísticos en este
caso es más débil aún. El panel divisor esta constituido por una placa
corrediza de fondo blanco y marco negro de aproximadamente 2,40m
x 2,40m conteniendo una composición abstracta en figuras
geométricas triangulares y romboidales en los tres colores primarios. El
universo geométrico de dicha composición no participa de ninguna
otra situación de la obra y tampoco el panel móvil es parte de un
sistema, ya que existen otros elementos de subdivisión espacial, que
son fijos y están concebidos como dos superficies curvas y
enfrentadas, revestidas en listones de madera al natural. Las curvas,
que son fragmentos de una circunferencia, replican la forma en planta
del patio circular central de la casa. La viga de borde que materializa la
circunferencia del patio se encuentra revestida con mosaicos
venecianos, donde interviene nuevamente Giudici, con otra
composición abstracta en líneas rectas. Estos mismos mosaicos,
utilizados como revestmientos lisos, dan color a las aberturas laterales
que iluminan la escalera de acceso a la planta alta

135
Entrevista electrónica al aruitecto Carles Vallhonrat.

242
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Figura 20. Planta baja de la casa del Dr. Díaz.. Fuente: Dibujo de la autora.

Figura 21. Casa del Dr. Díaz en la ciudad de Mendoza, 1957-58. Fuente: Nuestra Arquitectura, n° 381.

Figuras 22-23. Mampara divisoria diseñada por Abdulio Giudici y patio interior con mosaicos venecianos.
Fuente: Nuestra Arquitectura, n° 381, agosto 1961, p. 36 y p. 20.

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La adición de episodios sueltos, responde a una concepción


fragmentada del espacio, a escenas discontinuas. Tanto en la casa
Díaz como en la casa Hidalgo se evade la síntesis formal para operar,
en cambio, con subunidades de distintos tamaños y figuras dentro de
un área delimitada: la superficie dada de un lote entre medianeras. La
técnica es similar a la utilizada en proyectos contemporáneos de
arquitectos mediterráneos en los que se presentan recursos de
desfasaje escalonado de ambientes y desarticulación en volúmenes
que se arraigan libremente en terrenos rurales o suburbanos. La
diferencia es que en los proyectos de Tedeschi el organismo,
generalmente constituido por un elemento de circulación que conecta
distintas partes funcionales, se inserta en el espacio disponible,
compactándose dentro del lote de manera casi fortuita136.
La ausencia de síntesis en la resolución formal de estas casas
reside en dar una respuesta desarticulada en el interior y una solución
compacta hacia el exterior, de organizarse como una casa rural por
dentro y como una casa urbana por fuera137. La crítica arquitectónica
en la posguerra en Italia había retomado los intereses y las
experiencias de los años `30 sobre la arquitectura popular
mediterránea. A través de figuras locales como Gio Ponti, Alberto
Sartoris, Luigi Figini, o extranjeras como Bernard Rudofsky, Alvar Aalto
y Richard Neutra, se publicaron distintas crónicas de viajes apoyadas
con registros fotográficos que intentaban enlazar las raíces regionales
con un nuevo proyecto arquitectónico moderno138. La mirada a estas
arquitecturas fue tan variada como sus expresiones, sin embargo, se
pueden identificar dos patrones recurrentes: el acondicionamiento
topográfico mediante desplazamientos verticales para asentarse a los
distintos niveles de la geografía, y el acondicionamiento climático, a

136
Este recurso de articulación formal en la planta tanto en la casa Díaz como en la
Hidalgo se puede vincular con algunas obras coetáneas de los arquitectos italianos
Franco Albini, Ignazio Gardella, Marco Zanuso y otros.
137
Tedeschi parece articular en una misma obra lo que según Fernández, en la casas
de Eduardo Sacriste puede observarse de manera separada: el uso de lenguajes
racionalistas para sitios urbanos y lenguajes organicistas para sitios rurales.
(Fernández, R., La ilusión proyectual. Una historia de la arquitectura argentina, 1955-
1995. Mar del Plata: UNMDP, 1996)
138
Navarro, M. I., La crítica italiana y la arquitectura española de los años 50. Pasajes
de la arquitectura española en la segunda modernidad. En Actas del Congreso
Internacional Modelos alemanes e italianos para España en los años de la postguerra.
Pamplona, Universidad de Navarra, 2004.

244
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través de desplazamientos horizontales para facilitar el


aprovechamiento del sol139.

Figuras 25-26-27. Casa Zambelli de Franco Albini y Franca Helg (1956), Casa Baletti de Gardella (1952),
Casa Valle de Marco Zanuso (1962-64). Fuente: Prina, V. Franco Albini Franca Helg. La casa Zambelli a
Forlì. Florencia: Alinea, 2011.

Figura 28. Análisis de las plantas bajas de las casas Hidalgo y Díaz. Desarticulación entre el sector de
acceso, el sector social, dormitorios y servicios. Fuente: Dibujos de la autora.

139
Figini señalaba algunos de esto elementos en un artículo sobre la arquitectura
vernácula de la isla de Ibiza.

245
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La casa Hidalgo presenta una particular referencia a estos


recursos de adaptación medioambiental donde se individualizan
formalmente los miembros y se articulan mediante rotaciones y
desplazamientos. Sin embargo, siendo que se encuentra en una
planicie y en un terreno urbano entre medianeras, la lógica formal
interna se tensiona con el perímetro rectangular del parcelamiento
regular de las ciudades cuyanas. La operación formal es semejante a
la que hizo Gio Ponti en Brasil cuando proyectó en 1953 una casa en
un lote estrecho y profundo de la ciudad de San Pablo, partiendo de un
tipo de casa tradicional pompeyana y desarticulando sus partes dentro
de la parcela. Para resolver los problemas de las inconveniencias en
los ajustes entre piezas, Ponti decidió recostarlas todas sobre uno de
los muros medianeros y girar algunos planos, transformando el tipo
original en una nueva organización. La estrategia en el trazado de la
planta de Ponti también evita las operaciones de unificación
compositiva, ya que se trata precisamente de una des-composición,
donde los ajustes e irregularidades responden a una secuencia de
adiciones parciales y singularizadas, sin el predominio de una matriz
geométrica aunque trabajando dentro del recinto dado140.

Figuras 29. Comparación entre la planta de la casa del Dr. Hidalgo (San Juan) y la casa del Dr. Taglianetti
(San Pablo). Fuentes: Nuestra Arquitectura n°381, agosto 1961, p. 27 / Domus n°283, 1953, p. 8.

140
Ponti explica el proceso proyectual a través de maquetas que registran el proceso
descompositivo de una vivienda tipo antigua. (Ponti, G., Idea per la casa del dottor T. a
San Paolo, Domus n°283, 1953, pp. 8-12).

246
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Una característica particular de estas casas urbanas de


Tedeschi es que, hacia el frente, la planta alta consolida un volumen
bien definido, completando la fachada de lado a lado como un
segmento configurador de un todo aún mayor, el bloque urbano de la
manzana. Tedeschi cuestionaba el lote especulativo estrecho y
profundo de las ciudades argentinas. Creía que los edificios debían
apreciarse desde diferentes ángulos, mediante volúmenes, evitando
que la fachadas se vieran como superficies planas141. En su casa en
calle Clark Tedeschi elude el posicionamiento urbano en esquina y opta
por construir un frente predominante sobre el frente.

Figura 24. Casa en calle Clarck,


esquina Granaderos, Mendoza. Fuente:
Fotografía de la autora, 2011.

En el interior, la figura predominante es una curva cóncava que


responde al hemiciclo solar y se complementa en simetría axial con
otra idéntica, construyendo entre ambas una pérgola oval que
diferencia dos ámbitos exteriores sucesivos: uno en media sombra y
otro totalmente descubierto. La idea de la vivienda hemicíclica había
sido experimentada por Frank Lloyd Wright durante los años cuarenta.
Sin embargo, no parece haber una relación tan directa con aquellas
referencias. El sol fue un tema constante en las preocupaciones de
Tedeschi. Mientras construia su casa y la de San Juan, en 1955, editó
un manual de asoleamiento142 y luego trasladó las mismas técnicas al
uso didáctico de un helioindicador para el análisis de obras en sus

141
Desarrollaremos en el Capítulo 6 sus propuestas urbanas al respecto.
142
Borgato, J.; Tedeschi, E., Asoleamiento en la arquitectura. Tucumán: UNT, 1955. Este
manual fue el resultado de los trabajos de investigación conjuntos de las cátedras de
“Teoría de la Arquitectura” y de “Instalaciones Complementarias” de la Universidad
Nacional de Tucumán.

247
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cursos de la Universidad de Córdoba.

Figura 30. Patio interior de la casa Tedeschi en la calle Clarck


(1955). Fuente: Nuestra Arquitectura n°381, agosto 1961,
p.31.

Figura 31. F. L. Wright. Casa Herbert Jacobs II (1944-48).


Fuente: Pfeiffer, B., (2016).

El interés por el factor climático no surgió sólo en el ámbito


pedagógico, en el cual ya se habían transitado importantes caminos
desde los años treinta en la Argentina por profesores como Wladimiro
Acosta y Ermete De Lorenzi, quienes desarrollaron teorías y prácticas
helioarquitectónicas pioneras en el país. Tedeschi no trabajaba sobre
esos pasos sino que estaba estudiando el tipo de aproximación al
asoleamiento y al confort en la vivienda de experiencias prácticas
realizadas en los años cuarenta por algunos arquitectos
norteamericanos, en particular, de los hermanos Keck. George Fred
Keck -más tarde asociado a su hermano Willliam- había impulsado la

248
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construcción de viviendas de bajo costo con un sistema de


acondicionamiento térmico que combinaba el aprovechamiento de la
luz solar como calefacción, la cual se obtenía por la orientación de
grandes aberturas de doble vidriado hacia el sur sumada a un sistema
de aire caliente por piso radiante143.

Figura 32. Sección longitudinal de la casa Tedeschi en calle Clarck. Plano municipal escala 1:50/1:100,
(20-4-1955). Fuente: Archivo Municipalidad de la ciudad de Mendoza. Gentileza Alejandra Sella.

Figura 33. Sección longitudinal de la casa Pulliam de Keck. New Pencil Points, n°5, May 1943, p. 45.

Los sistemas solares como dispositivos de aplicación


tecnológica en la vivienda ocuparon un incipiente interés en los
Estados Unidos a partir de la década del treinta, tanto en los ámbitos
académicos como en la práctica profesional. Fueron tema de estudio
en centros de investigación, como el MIT, donde se desarrollaron
prototipos experimentales. A partir de los años cuarenta, algunos
arquitectos como Keck diseñaron y construyeron numerosas obras que
fueron promocionadas como “casas solares” y obtuvieron un
destacado lugar en las publicaciones especializadas y en los

143
“Architect George Fred Keck, Location:Lake Forest, Illinois”. New Pencil Points, n°5,
May 1943, pp. 44-49.

249
…. … … .. … . .… . . … Ca p ítu l o 4 . E sp ac i o, ar t e y c li ma … . . . .. . … …. . . … .. …

periódicos y revistas de amplia difusión alcanzando su pleno auge en


la segunda posguerra. En el año 1947 la compañía fabricante de vidrio
Libbey-Owens-Ford Glass Company convocó a un grupo de
reconocidos arquitectos -entre ellos, Louis Kahn y Pietro Belluschi-
para diseñar y construir una serie de “casas solares” aprovechando la
oportunidad de que el público norteamericano estaba interesado en
estos sistemas ante las dificultades de escasez energética que se
estaban atravesando en los primeros años luego de la guerra. Aunque
estas casas finalmente no fueron construidas, la experiencia derivó en
la publicación del libro Your Solar House (1947) conteniendo cuarenta y
nueve proyectos de viviendas situadas en cada uno de los estados
norteamericanos144.
El programa solar de Keck constaba de seis principios:
orientación, asoleamiento, doble vidriado, ventilación, planta y piscina
en la terraza, acompañados de sistemas auxiliares de calefacción o
refrigeración, no necesariamente con aprovechamiento de energía
solar145. La orientación, ponderaba el uso de grandes superficies de
vidrio hacia el sur –en el hemisferio norte- como recurso para captar el
calor proveniente de la radiación solar para su acumulación en el
interior, durante el período invernal. Como contrapartida, se minimizaba
el uso de ventanas con orientación opuesta. Estas decisiones, que
resolvían el acondicionamiento en invierno, traían algunas dificultades
en verano, ya que no se disponían suficientes aberturas al norte para
lograr una ventilación cruzada, y se producía un efecto invernadero
indeseable en el verano. Este tema fue resuelto en diversas
experimentaciones, con el apoyo de pequeñas ventanas de apertura
adyacentes a los grandes paños fijos de vidrio, con el agregado de
aleros de sombra sobre las fachadas asoleadas y, en otros casos, por
cortinas venecianas que impedían el paso de la radiación a través del
vidrio146. Otro de los principios desarrollados por Keck fue un producto

144
Shreve señala que las obras de los hermanos Keck, así como de Pietro Belluschi y
otros, no marcaron una tendencia a seguir en los que respecta a resoluciones
estéticas, sino sólo técnicas, ya que se encontraron ante límites del gusto y la realidad
económica en la sociedad estadounidense. (Shreve, S., Futures so bright: solar homes
in mid-twentienth century America. Tesis de doctorado. University of Iowa, 2013).
145
Ibídem.
146
Dispositivo que según Shreve, en un principio se ensayó inclinado hacia arriba, en
una forma en la que distorsionaba las reglas del International Style, opción que fue
abandonada luego por aleros perpendiculares a la fachada. Sin embargo destaca la

250
…. … … .. … . .… . . … Ca p ítu l o 4 . Esp ac i o, ar t e y c li ma … . . . .. . … …. . . … .. …

que lanzó al mercado una compañía de vidrios, el termopanel, un paño


de doble vidrio con cámara de aire y sellado hermético. El libro que
editó esta compañía, Your Solar House: A Book of Practical Homes for
All Parts of the Country, pretendía proveer bocetos de modelos de
posibles casas solares a construirse en distintos climas del país147.
En Argentina, la revista Nuestra Arquitectura se hizo eco de esta
tendencia148. Aunque no podemos afirmar que haya tomado interés en
los arquitectos locales, en parte, porque no habría en el país a
mediados de los años cuarenta ninguna escasez de recursos
energéticos como para que los clientes de casas fueran conscientes
de la necesidad de proyectar viviendas con estos sistemas
alternativos. Tedeschi reconocía haber experimentado en su casa
mendocina el sistema de calefacción solar utilizado en las obras de
Keck, aunque encontró algunas deficiencias al aplicarlo en otro
clima149. La casa de Tedeschi en calle Clarck experimenta en el camino
de esta tendencia solar y combina ideas no sólo de las obras de Keck
sino también de las experimentaciones del propio Wright en esta vía,
como sus casas hemicíclicas150. En los ejemplos presentados en el
libro Your Solar House una de las estrategias utilizadas es la de ampliar
las superficies vidriadas y protegidas con aleros hacia la orientación
sur. Otra operación frecuente era deformar la regularidad geométrica
de la planta151. Algunos años más tarde Tedeschi advirtió que la gran
amplitud térmica del clima cuyano requería de un complemento a los
sistemas pasivos de Keck y se interesó por otros activos, como los
prototipos desarrollados en el MIT con sistemas de energía solar por
almacenamiento de calor y distribución por conductos de aire,
investigaciones que retomó en la década de 1970152.

autora que el International Style no tuvo eco en la arquitectura doméstica


norteamericana, que se desarrolló más en línea tradicionalista como la que siguieron
Wright y Keck.
147
Denzer, A., The Solar House in 1947. Eco-Architecture. Segunda Conferencia
Internacional sobre la Armonización entre Arquitectura y Naturaleza. Wessex Institute of
Technology, El Algarve, Portugal, 2008.
148
Véanse publicaciones de las “casas solares” del arq. Keck en la revista Nuestra
Arquitectura: n° 146, (septiembre 1941), n° 219 (octubre 1947), n° 223 (febrero 1948), n°
238 (mayo 1949), y n° 278 (septiembre 1952).
149
Tedeschi, E., Teoría de la Arquitectura, op. cit.
150
Nos referimos a la casa para Herbert Jacobs de 1944 y a la casa para Curtis Meyer
de 1948.
151
Véase la organización de los espacios en planta en las casas de Louis Kahn y de
152
Tedeschi, E., op. cit., p. 43.

251
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Figura 34. Casa en Missouri. Arquitecto Harris Armstrong. Fuente: Your Solar House, p.78.

Figura 35-36. Galería frontal de la casa Hidalgo. Fuente: Fotografía de la autora, 2011.

252
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Figura 37. Patio de la casa Hidalgo en San Juan. Fuente: Archivo Lyda Orsi.
Figura 38. Comedor con vista al patio interior en la casa Díaz en Mendoza. Fuente: Nuestra
Arquitectura, n° 381, 1961, p. 36

253
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Entre 1954 y 1958 Tedeschi se vinculó con los mayores


exponentes del modernismo en Mendoza, con quienes intentó sostener
una red tan prometedora como fugaz. El círculo cuyano entre artistas y
arquitectos se desintegró junto con los cambios políticos que se
precipitaron entre fines de 1955 y principios de 1956153. Al desarmarse
esta red, Tedeschi abandonó la aproximación a la integración de la
arquitectura con las artes y el diseño a la que había llegado por
afinidad con algunos temas que se discutían en el grupo de Nueva
Visión: el espacio, la relación entre arte y técnica y la introducción de
los nuevos avances científicos de la psicología en el arte154.
Sin embargo, la visión orgánica que sostenía Tedeschi no
perseguía los mismos fines. Lejos de acercarse a las prácticas del arte
concreto y a los valores estéticos abstractos, el mensaje tedeschiano
sugería evadir la prefiguración y los lenguajes universales y técnico-
dependientes, persiguiendo, en cambio, la individualidad y la
especificidad del clima. Las valoraciones estéticas, por un lado, y las
preocupaciones climáticos por otro, desde distintas voces se habían
vuelto temas relevantes en la década del cincuenta en la cultura
arquitectónica norteamericana155.

153
El estudio Jannello-Tedeschi-Vallhonrat se desarmó prontamente ante las diversas
elecciones personales. César Jannello regresó a Buenos Aires en 1956. Carles
Vallhonrat marchó hacia los Estados Unidos. José Carrieri se trasladó a San Juan.
Abdulio Giudici fue uno de los pocos que se quedó en Mendoza y siguió en contacto
con Tedeschi por muchos años, aunque algún motivo que desconocemos la relación
entre ellos concluye en un enfrentamiento hacia 1970. (Gutiérrez, R.; Paterlini, O. (eds.),
Historia de la arquitectura en la Argentina. Reflexiones de medio siglo. El IIDEHA.
Buenos Aires: CEDODAL, 2007).
154
Según Del Gizzo, la orientación de la revista hacia la relación entre la técnica y la
utilidad se profundiza en el segundo número, cuando se incorporan en el comité
editorial los arquitectos Juan Manuel Borthagaray, Francisco Bullrich, Jorge
Goldemberg y Jorge Grisetti, miembros del grupo oam. (Del Gizzo, L., Nueva Visión y
el fin de la interdisciplinariedad en el invencionismo. IX Congreso Internacional Orbis
Tertius de Teoría y Crítica Literaria. Junio de 2015).
155
Retomaremos nuevamente estas líneas en la introducción del Capítulo 6.

254
5. TEORÍA E HISTORIA
CÓRDOBA, 1956-1970(1)

En 1956 las universidades nacionales fueron intervenidas y se renovaron los planes de


estudio, las autoridades y parte de los planteles docentes. La Facultad de Arquitectura
de la Universidad Nacional de Córdoba fue una de las que acogió nuevos profesores y
programas. En ese contexto, en 1957 se fundó el Instituto Interuniversitario de
Especialización en Historia de la Arquitectura con sede en esa escuela. Los profesores
de Historia, desde esa provincia, organizaron seminarios formativos de gran
trascendencia, tomando relevancia a nivel nacional. Este clima decayó hacia fines de
la década de 1960, cuando los acontecimientos políticos y académicos se enfrentaron
a una nueva renovación.

1
El período de este capítulo coincide con los años en los que Tedeschi mantuvo un
cargo como profesor titular en la Universidad Nacional de Córdoba.

255
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5.1. La historia operativa

Según Vidler, la discusión en torno al uso operativo de la


historia para el proyecto surgió ante la profesionalización de los
historiadores de arquitectura. Antes de ello existían historiadores de
arte o arquitectos que hacían uso de la historia2. En la segunda
posguerra algunos historiadores se adentraron en el uso instrumental
de la historia buscando explicar los orígenes del “movimiento
moderno” y de algún modo avalar ciertas producciones
contemporáneas. Según Vidler, esta complicidad entre la historia y el
proyecto abrió el paso no sólo a un fuerte debate sino también a una
productiva experimentación3.
Tafuri señala a Zevi como uno de los principales operadores de
esta metodología en la crítica de la segunda posguerra en Europa, y
advierte su conexión con la escuela de Viena, en particular, con los
trabajos de Wickhoff y Dvorák. Según Tafuri, la intención de Zevi al
introducir la “arquitectura orgánica” como un mito que reemplazaría al
clasicismo, al monumentalismo fascista y hasta el camino de Le
Corbusier, era obtener un cambio radical, pero sin embargo, se utilizó
de manera equivocada, y condujo a una vuelta al pasado o a
reinvindicaciones “popularistas”. A pesar de ello, Tafuri encuentra que
el carácter didáctico de esta tendencia tuvo una instancia positiva,
acercando nuevos instrumentos a la crítica y fundando una corriente
“científica” que alimentó a la metodología del proyecto sobre bases
filosóficas como el realismo, el existencialismo, el relativismo y la
fenomenología, o en teorías como el puro-visibilismo, el crocianismo, la
psicología de la forma, la lingüística estructuralista, la semántica, la
semiología, el estructuralismo antropológico y otras4.
Por dicho motivo, Tournikiotis considera que la incorporación
del pasado en el presente en las teorías de Zevi no debe interpretarse
como una metodología propia de la historia sino de la didáctica
proyectual:

2
Recordemos que a fines de los años veinte, en la escuela romana donde se formó
Tedeschi habían desplazado a los historiadores de arte de las cátedras de historia de
la arquitectura para incorporar profesores arquitectos.
3
Vidler, A., Historias del presente inmediato. Barcelona: Gustavo Gili, 2011.
4
Tafuri, M., Teorías e historia de la arquitectura. Barcelona: Laia, 1972, p. 17.

256
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 5 . Te or í a e h is to r ia … .. . .. . . . …… . . .… . … …

“Zevi no propone que estudiemos los períodos históricos en sí


mismos con el fin de comprenderlos; lo que propone es que los
interpretemos de un modo moderno, reconociendo en ellos una
imagen de nuestra propia época y planteándonos la cuestión de cuál
sería su posición real con respecto al tiempo definitivamente pasado
al que pertenecen”5.

Sin embargo, el discurso zeviano no se restringía a la didáctica


proyectual sino que, a principios de la década de 1950, Zevi
argumentaba que existía una inevitable continuidad cultural en la
producción arquitectónica que no por ello anulaba la espontaneidad
creadora ni la originalidad. Sostenía así que:

“[…] no existe gran arquitecto que no conozca íntimamente la historia


de la arquitectura y no extraiga de ella alimento para su propia
inspiración; sus preferencias podrán ser parciales o tal vez
tendenciosas, pero el vínculo con la tradición es penetrante en cada
espíritu selecto”6.

Zevi creía que la voluntad creadora iba acompañada


necesariamente de una “metódica investigación crítica del pasado”
que ligaba a la arquitectura moderna con la antigua, encontrando sus
raíces en el Arts and Crafts y, por lo tanto, en la cultura medieval7. La
tradición italiana en la didáctica de la historia operativa se sostiene en
la idea crociana del arte como intuición y generación individual y en las
metodologías críticas del arte de Lionello Venturi y, especialmente, de
Carlo Ludovico Ragghianti, quien trasladó teorías del análisis formal
lingüístico al arte y la arquitectura. Tomando el antecedente de
Ragghianti, Zevi se servía de un paralelismo con la crítica literaria:

“¿Cómo se hace para leer un edificio, para entender la escritura, las


frases la periodicidad, los acentos en un proceso crítico que
reconstruya la historia del edificio, del tiempo y de la manera de
concebirlo y levantarlo?”8.

5
Tournikiotis, P., La historiografía de la arquitectura moderna. Madrid: Mairea y Celeste,
2001, p. 76.
6
Zevi, B., Arquitectura e historiografía. Buenos Aires: Lerú, 1958, p. 7. (Texto original
Arquitettura e storiografia, 1951).
7
Ibídem, p. 10.
8
Zevi, B., Poética de la arquitectura neoplástica. Buenos Aires: Lerú, 1960, p. 93.

257
…. … … .. . … . .… . . .… Cap í tu l o 5 . Teo r ía e h is to r ia …. . . . . .. . … …. . . … .… …

Hacia los años setenta Zevi buscaba convertir la crítica


operativa en un método científico para proyectar, controlable,
transmisible y acorde a una educación masiva, que atendiera a las
nuevas investigaciones en el campo de la semántica y la lingüística.
Para ello proponía repensar la enseñanza de la historia de la
arquitectura desde los medios expresivos del arquitecto y no los del
historiador de arte, para comunicar un pensamiento crítico a través de
herramientas proyectuales9.
La idea de la “continuidad” cultural entre el pasado y el
presente entre los arquitectos italianos durante la década del cincuenta
y del sesenta fue muy debatida ya que, como advertía Tafuri, podía dar
lugar a la nostalgia y el revival. Ernesto Nathan Rogers fue una de las
voces más destacadas en la defensa de la tradición. Argan también
fue uno de los defensores de lo que denominó “crítica interna”, aquella
que efectúa un arquitecto cuando se identifica con su metodología
proyectual, cuando utiliza el análisis como herramienta para constatar
el estado de una situación con la intencionalidad de modificarla. Según
Argan, esta búsqueda no permitiría ni el revival ni la asunción de un
dogma, ya que el pensamiento crítico es confrontativo y desea
inevitablemente el progreso10. Giorgio Grassi, fue otro promotor más
tardío desde la teoría y la práctica del paralelismo entre la acción de
analizar y la de proyectar11.
Luca Monica atribuye el surgimiento y desarrollo de los
primeros años de esta tendencia en Italia a la confluencia, en el Istituto
Universitario di Architettura di Venezia (IUAV), de las ideas de Samonà -
su director entre 1943 y 1972- con las de Zevi -profesor de historia de
la arquitectura en esa escuela- y al cruce, como había notado Tafuri, de
la crítica formalista del purovisibilismo y de la tradición crítica de la
Escuela de Viena con un paralelismo entre la crítica arquitectónica y la
crítica literaria. Esta relación se habría dado a través de la lectura de
Benedetto Croce, ya que fue Croce quien retomó tempranamente el
purovisibilismo en el texto La teoria dell´arte come pura visibilità (1911)

9
Zevi, B., La historia como metodología operativa. Summarios, n°5, 1977, p. 10.
10
Argan, G. C., Lezione, 23 febbraio 1982. En: Monica, L., La critica operativa e
l´architettura. Milán: Unicopli, 2002.
11
La primera versión del texto de Grassi “Il rapporto analisi-progetto” es de 1970.
Republicado en castellano en Grassi, G., La arquitectura como oficio y otros escritos.
Barcelona: Gustavo Gili, 1980.

258
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 5 . Te or í a e h is to r ia … .. . .. . . . …… . . .… . … …

aplicándolo a las artes visuales12. La relación entre Croce y la Escuela


de Viena se dio a través de Schlosser, quien tradujo al alemán varios
textos suyos.
Por otra parte, existieron otras líneas interpretativas en la
escuela crítica vienesa, la de Wickhoff, que valoraba las obras artísticas
como testimonio de un contexto a reconstruir fundando una tradición
en establecer una relación directa entre el espectador y las obras a
estudiar y el purovisibilismo que desarrolló Morelli, a través del análisis
comparativo de partes y detalles característicos del lenguaje expresivo
de un autor, que luego retoma Wölfflin, con sus conceptos
fundamentales aplicados a las invariantes formales en la evolución del
arte moderno 13. Zevi aplicó las metodologías de la escuela de Viena
como profesor de historia de la arquitectura en Venecia, ensayando el
estudio de obras del pasado a partir de su análisis formal. En 1963
presentó estos trabajos didácticos en una muestra dedicada a la obra
de Miguel Ángel14 .

Figuras 1-2. Ejercicios


de estudiantes de la
cátedra de Bruno Zevi
en el IUAV sobre la
obra de Mguel Angel.
Capella Medicea en
San Lorenzo y Capella
Sforza en Santa Maria
Maggiore. Fuente:
L´architettura,
cronache e storia,
gennaio 1964, p. 658
y 701.

12
Monica, L., La critica operativa e l´architettura. Milán: Unicopli, 2002. Este trabajo
compila las conferencias de dos eventos que tuvieron lugar en el Politécnico de Milán
en 1982 y 1996 a los cuales fueron convocadas las figuras más representativas del
debate sobre la crítica operativa en Italia y en los que estuvo ausente su opositor más
notable, Manfredo Tafuri
13
Ibídem.
14
Tafuri reprobó en su momento los resultados de la exposición, juzgando los que
modelos interpretativos de la forma arquitectónica eran concebidos como juegos
formales abstractos e ahistóricos.

259
…. … … .. . … . .… . . .… Cap í tu l o 5 . Teo r ía e h is to r ia …. . . . . .. . … …. . . … .… …

Según Monica, Zevi perseguía una interpretación lingüística que


no era exclusivamente formalista sino que intentaba conciliar
conciencia histórica con sentido de la forma, camino que profundizó
luego la siguiente generación de arquitectos italianos que estudiaron la
idea de la transformación tipológica y el tema funcional como clave
interpretativa de la ciudad, como Canella, Grassi y Gregotti. Según
Gullberg, lo más interesante en la visión de Zevi fue haber instalado el
tema del espacio en la agenda de la enseñanza de la historia, desde
una propuesta didáctica para la representación de las obras del
pasado, proponiendo que la historia de la arquitectura se enseñe con
los instrumentos de los arquitectos15.
Aunque en Argentina conocemos la tradición italiana de la
historia o crítica operativa a través de Bruno Zevi y Enrico Tedeschi, al
revisar el concepto del espacio en la enseñanza del proyecto
arquitectónico advertimos que se habían difundido en el país otras
metodologías similares, como la del arquitecto austríaco Eugene
Steinhof16. Las ideas de Steinhof se limitaban a una propuesta
didáctica en el área proyectual de las que no se registra gran
repercusión en el país. Veinte años más tarde, las teorías de Zevi
tuvieron mayor difusión, e involucraban no sólo una metodología de
análisis de obras sino definición de la arquitectura moderna que no
cortaba lazos con la producción del pasado.

Figuras 3-4.
Ejercicios de
estudiantes de las
cátedras de
Eugène Steinhof
en Nueva York.
Fuente: Revista de
Arquitectura, Julio
de 1934, p. 297.

15
Gullberg, J., “Voids and bodies: August Schmarsow, Bruno Zevi and space as
historiographical theme”. Journal of Art Historiography, n° 14, june 2016.
16
Steinhof, E., El nuevo camino en la enseñanza de la arquitectura. Revista de
Arquitectura, Julio de 1934, pp. 295-297.

260
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Tedeschi fue el principal propagador de esta vertiente a través


de conferencias en 1950 y de la publicación de Una introducción a la
historia de la arquitectura en 1951. La editorial Lerú le encargó a
Tedeschi la revisión de la traducción de Arquitectura e historiografía de
Zevi en 195817. Este enfoque para la enseñanza de la historia había
sido introducido en Tucumán desde 1948, y luego profundizado a
través del IIDEHA entre 1958 y 1964, expandiendo esta línea que se
bifurcó en interpretaciones hacia el campo del proyecto y hacia el de la
historia: mediante la introducción en el proceso proyectual de
elementos del pasado o promoviendo la reinterpretación de edificios
del pasado como modelos de análisis formal, en mayor o menor
medida, descontextualizados. Tedeschi aplicaba estas propuestas
didácticas en los cursos de “Teoría de la Arquitectura” en Córdoba
entre 1956 y 1970, asignatura que propiciaba este cruce18.
El debate sobre la operatividad de la historia en la enseñanza
de la arquitectura entre las décadas del cincuenta y el setenta en la
Argentina aún estaba vigente en la década del ochenta, así lo
demuestra el cuarto número de los Cuadernos de Historia del Instituto
de Arte Americano de la Universidad de Buenos Aires, donde se
seleccionaban una serie de aproximaciones divergentes sobre el
problema, de autores tanto nacionales como internacionales,
incluyendo una entrevista a Tafuri en Buenos Aires19. Recientemente en
una publicación de la Universidad Nacional de Rosario el tema reflota a
través de un estado de la cuestión actual sobre el lugar de la historia
en el proyecto contemporáneo20. Según Fernández, la relación entre la
historia y el proyecto en la arquitectura es inevitable, ya que se trata de
una disciplina que se basa en “haceres precedentes”21. El problema se
sitúa en la contradicción entre la búsqueda de una autonomía del
proyecto y el trabajo con la referencialidad externa que, habilitaría

17
Finalmente la traducción fue revisada por Liliana Rainis. (Carta de la Editorial Victor
Lerú a Bruno Zevi, 4 de junio de 1958. Fondazione Bruno Zevi)
18
En los años sesenta la revista Nuestra Arquitectura publicaba los trabajos didácticos
de Zevi en Venecia y en la década del setenta la discusión aún estaba vigente en la
revista Summarios, donde se convocó a debate sobre la relación entre crítica, historia y
práctica en un número especial que compila artículos de Banham, Bonta, Zevi, De
Fusco, Tafuri y Waisman, directora de la revista. (Summarios n°5, febrero 1977).
19
Historia & Arquitectura: una extraña pareja. Cuadernos de Historia del Instituto de Arte
Americano, n° 4, 1988.
20
A&P, vol. 4, n°6, 2017.
21
Fernández, R., Historia & Proyecto. A&P, vol. 4, n°6, 2017, pp. 50-61.

261
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entonces un nuevo modo, “heterónomo” de pensar el proyecto. Adagio


encuentra que el sentido de la propuesta de Zevi y sus seguidores, era
el reconocimiento de ámbitos conceptuales a través del juicio crítico,
de interrogar la producción no tanto para identificar instrumentos
proyectuales sino para unir la autonomía disciplinar con el mundo
social e histórico22.

5.2. La enseñanza de la historia de la arquitectura en Argentina en los años ´50

El rol de Enrico Tedeschi como fundador de una escuela


historiográfica en el país ha sido observado por primera vez por Marina
Waisman y luego reiterado en numerosos estudios23. La historia, fue
para Tedeschi un campo de trabajo fortuito, que se inició en Tucumán y
perduró hasta mediados de la década del sesenta, cuando finalizó su
período como presidente del IIDEHA. En el lapso de esos poco más de
quince años, Tedeschi encabezó una discusión sobre el sentido y los
métodos de enseñanza de la historia de la arquitectura en las escuelas
de arquitectura de la Argentina a pesar de que, al momento de ser
contratado como profesor titular de Historia de la Arquitectura en el IAU
no contaba con antecedentes docentes en el área de Historia24.
El plan de estudios presentado en 1948 tenía por objetivo
formar al estudiante de arquitectura como crítico, a través de la
elaboración de un método para el juicio estético de las obras y los
artistas del pasado, que le permitiera luego trasladar lo aprendido al
campo del proyecto:

“Se considera muy importante que el Curso de Historia de la


Arquitectura pueda dar al estudiante no sólo ocasión de aprender
nociones que un hombre de cultura y particularmente un arquitecto
tiene que conocer, sino de adquirir un método y un hábito de crítica,

22
Adagio, N., La crítica operativa entre la historia y el proyecto. A&P, vol. 4, n°6, 2017,
pp. 78-85.
23
Entre los autores que han destacado esta herencia podemos mencionar a Ramón
Gutiérrez, Francisco Liernur, Roberto Fernández, Noemí Goytía y Sebastián Malecki.
24
Sus únicas experiencias docentes habían sido como Profesor Adjunto interino en la
cátedra de Enrico Calandra en la Universidad de Roma, en la asignatura Caracteres
Distributivos de los Edificios en 1944 y, en el área de Urbanismo, como asistente de
Luigi Piccinato en la Scuola di Architettura Organica en los años 1946-47.

262
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 5 . Te or í a e h is to r ia … .. . .. . . . …… . . .… . … …

necesario para la labor del arquitecto” 25. El programa exponía dos


fines principales: “1) contribuir a la formación cultural del estudiante,
2) despertar y afinar el ejercicio del juicio crítico del estudiante” 26.

Figuras 5-6. Portada de


Una Introducción a la
Historia de la Arquitectura
(1951) / Ilustraciones de
”Arquitectura sin espacio
interno”. Fuente: Tedeschi,
E., Una Introducción a la
Historia de la Arquitectura
(1951). Lámina 37.

Esta interpretación de la historia como área de conocimiento


desde donde se buscaba establecer una relación entre el propio actuar
y una experiencia anterior que se suponía ejemplar de un método de
acción a valorar estaba directamente vinculada con las propuestas de
Bruno Zevi para la renovación de los estudios de historia de la
arquitectura en el ambiente académico romano, quien llamaba a
revertir el total desinterés por parte de los arquitectos modernos en la
materia 27. La revista Metron se había ocupado de difundir los debates
sobre la renovación de la enseñanza de la arquitectura en Italia luego
de la guerra. En medio de aquella discusión, Tedeschi había publicado
un artículo sobre la asignatura que dictaba en la escuela de Roma
junto a Enrico Calandra, la cual se ocupaba de estudiar las
características distributivas de los tipos edilicios. Allí Tedeschi ya refería

25
Programa y Plan de Trabajo del Curso de Historia de la Arquitectura, 19 de julio de
1948. Legajo Administrativo Profesor Enrico Tedeschi, Foja 14.
26
Programa y plan de trabajo, op., cit., Foja 13.
27
Bruno Zevi proponía la renovación de la enseñanza de la historia de la arquitectura
en Italia mediante cuatro puntos que pueden sintetizarse de la siguiente manera: incluir
la historia de la urbanística en la historia de la arquitectura, incorporando así los temas
de la sociedad; incluir la historia de la arquitectura moderna, para facilitar el
intercambio entre historia y composición arquitectónica; enseñar la historia de la
arquitectura mundial y no solamente de la arquitectura italiana, para acabar con el
provincialismo cultural; incorporar el enfoque espacial en la historia para ayudar a
afrontar los temas espaciales contemporáneos. (Zevi, B., Quattro riforme
nell´insegnamento della storia dell´architettura, Metron nº19-20, 1947, p. 11).

263
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a un “método histórico”, necesario para formar una conciencia crítica


sobre el estudio de las obras del pasado28.
Zevi fue el principal portador de este cambio de rumbo en los
estudios de la historia en Italia. Su propuesta era invertir el sentido del
vínculo entre las áreas de historia y el proyecto que se había dado en la
escuela romana durante los años veinte y treinta. En lugar de llevar la
historia al proyecto, la nueva pauta era trasladar el proyecto a la
historia, a partir de la identidad entre historia y crítica planteada en la
teoría estética de Benedetto Croce:

“Possiamo essere crociani o anti-crociani, ma tutti saremo d´accordo


su due fatti ormai acquisti della nostra cultura grazie alla scuola
crociana: 1) l´identità tra storia e critica, e 2) l´identità o il paralelismo
tra storia dell´arte e storia della critica d´arte. In ogni tempo fecondo di
pensiero, i critici hanno maturato la loro sensibilità a contatto con gli
artisti contemporanei, sono stati attenti a trovare gli elementi di novità e
li hanno favoriti, han giudicato il passato secondo le prospettive del
presente”29.

En palabras de Croce:

“La interpretación histórica [...] resucita lo muerto, completa lo


fragmentario y nos da el modo de ver una obra de arte (su objeto
físico) como la veía el autor en el acto de la producción. Condición
necesaria de esta labor histórica es la tradición, merced a la cual es
posible recoger los rayos desparramados y hacerlos converger en un
foco. Con la memoria rodeamos el estímulo físico de los hechos entre
los cuales ha nacido y hacemos posible que obre sobre nosotros
como obraba en quien lo produjo”30.

28
“Problemi di metodo nell´insegnamento dei caratteri distributivi degli edifici”, Metron,
n° 18, 1947, p. 34)
29
“Podemos ser crocianos o anti-crocianos, pero todos estaremos de acuerdo en dos
hechos ya adquiridos por nuestra cultura gracias a la escuela crociana: 1) la identidad
entre historia y crítica y 2) la identidad o el paralelismo entre historia del arte y crítica del
arte. En cada época fértil del pensamiento, los críticos han madurado su sensibilidad en
contacto con los artistas contemporáneos, han estado atentos a encontrar elementos
novedosos y los han favorecido, han juzgado el pasado con las persepctivas del
presente”. (Zevi, B., “L´architettura organica di fronte ai suoi critici”, Metron n°23-24,
1948, p.49).
30
Croce, B., Estética, como ciencia de la expresión y Lingüística general. Buenos Aires:
Nueva Visión, 1969, p. 213. (Título original: Estetica come scienza dell´espresione e
Linguistica generale, 1902. Las cursivas son originales del texto).

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Examinaremos en lo sucesivo las interpretaciones que Tedeschi


hizo de esta teoría. Luego de una experiencia de tres años dictando
cursos sobre la materia en la UNT, Tedeschi publicó Una introducción a
la historia de la arquitectura, donde profundizó y clarificó el marco
conceptual de sus clases. Proponía allí desvincular la enseñanza de la
historia del academicismo abstracto predominante en las instituciones
educativas y fundar una nueva modalidad sobre el dominio de ciertos
“elementos de análisis” que debían adoptar la forma de un “método
crítico” capaz de formar al estudiante para futuras miradas y alcanzar a
ver aquello que más interesaba estudiar en la materia arquitectura: los
“valores espaciales”:

“Objeto esencial del curso será de dar elementos de juicio crítico


estético con particular referencia a los valores espaciales que
caracterizan la arquitectura”31.

El problema principal que encontraba Tedeschi en los modos


de enseñanza vigentes era su incapacidad para situar las obras en su
“contexto ambiental”, así como el predominio de una visión
“objetivizante” y “abstracta” de los problemas teóricos propios de la
disciplina que no hacía hincapié en las cualidades estéticas de sus
autores ni en los aspectos de tipo social, cultural y físico. Por otro lado,
según Tedeschi, ese tipo de enseñanza tendía a separar los temas,
fragmentando el conocimiento de la cultura en espacios estancos y
estudiando al hombre por variables aisladas a la manera de los
métodos de las ciencias exactas y naturales, procedimiento que
consideraba imposible desde una perspectiva humanista:

“La preparación crítica puede alcanzarse de una sola manera: con el


examen y el estudio de obras en las cuales se trate de reconocer
cómo los datos del proyecto han sido entendidos y valorados por los
arquitectos. Es decir, transfiriendo las experiencias ajenas a la propia
por medio de un estudio meditado, minucioso, que deberá repetirse
muchas veces para tomar conciencia de todos los elementos que han
participado en el proyecto y de su transformación en una obra de
arquitectura”32.

Las preguntas principales que debía formularse un crítico eran:

31
Programa y plan de trabajo de Historia de la Arquitectura, op., cit..
32
Tedeschi, E., Una introducción a la historia de la arquitectura. Notas para una cultura
arquitectónica. Tucumán: UNT, 1951, p.20.

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“qué ha realizado” el arquitecto y “cómo lo ha realizado”. La pregunta


por el “qué” se respondía según la posición crociana: los objetos de
estudio de la historia del arte son las obras de arte. Luego, en virtud de
dar respuesta al “cómo”, era necesario desarrollar un método.
Tedeschi evitaba exponer uno como modelo, presentaba en cambio,
algunos ejemplos de las finalidades a obtener, enumerando algunos
casos de estudio y proponiendo temas específicos a observar:

“[...] cuando se habla de método no se alude a “un método”: existen


en realidad tantos métodos como críticos, y cada uno de ellos aporta
a la tarea un complejo de cualidades individuales de pensamiento, de
agudeza analítica y de visión sintética, de sensibilidad más acentuada
en una u otra dirección, que son las que otorgan a su trabajo el
interés de una materia viva, fuera de todo esquematismo o
apriorismo. En esto reside, ni más ni menos, el valor de un método
crítico humano y moderno, en contraposición con lo que ha sido, de
Winckelmann en adelante, el académico, referido siempre a un a priori
de belleza ideal, y que juzgaba a la obra o al artista en la medida de
su aproximación al canon abstracto” 33.

En algunas líneas sugería algunas direcciones a seguir:

“Si un método crítico [...] es concreto y está dirigido a los valores


esenciales, de manera que ponga en claro, por ejemplo, el ritmo
espacial... el valor de superficie y cromático [...] la dinámica espacio-
tiempo [...] he aquí algo que enriquece la posibilidad creadora” 34.

Los temas de análisis estaban muy vinculados con las ideas de


Zevi, en particular, con la interpretación espacial que aquel decía
adoptar de The Architecture of Humanism (1914) de Geoffrey Scott.
Tedeschi sostiene esta referencia en su libro35 y, además, la
complementa con otros elementos que le permiten adaptar a la
arquitectura los métodos de Wölfflin para el análisis formal de obras de
arte. Con el fin de obtener un juicio de valor estético específico para
una obra, se exponían algunos ejemplos como: trabajar con la
“medida humana” en el Palacio Municipal de Göteborg de Asplund, la
“claridad absoluta” en el templo griego, la “resolución de la tensión” en
San Pedro o, el “interés plástico” y la “continuidad dinámica” en el

33
Tedeschi, E., op. cit., p. 69.
34
Tedeschi, E., op. cit., p. 22.
35
Tedeschi dedica extensos párrafos a citas textuales del libro de Geoffrey Scott.

266
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Pabellón de Barcelona. Una vez definido el tema, Tedeschi adoptaba


una modalidad comparativa que le permitía usar casos de momentos
históricos muy lejanos y partir de un concepto generalizable. Tedeschi
llamaba a esta técnica “el metro del historiador”, un camino eficaz para
valorar obras singulares siguiendo algunas recomendaciones:
entender la obra como una materia viva, encontrar un tema preciso que
se pueda estudiar en esa obra, elegir una dirección, hacer un análisis
agudo, tener una mirada sensible y sintética y no partir de un “canon
abstracto” previo36.

(Lo del método histórico, para usar la historia como instrumento para
el proyecto, ¿cómo era?, ¿qué es lo que se tomaba de la historia?)

“Si vos tomás los factores que él señala en este libro, es decir, el
manejo del espacio: el espacio unitario, el espacio articulado, el espacio con
subespacios; era eso, llevado a una expresión moderna pero en base a
ejemplos que él había primero analizado históricamente” 37.

Figuras 7-8. “…la medida humana de Asplund en el palacio de la ciudad de Göteborg…la claridad
absoluta del templo griego…”. Fuente: Tedeschi, E., Una introducción a la historia de la arquitectura.
Láminas 4 y 5.

36
Se expresaba en particular contra los criterios de análisis positivistas, evolucionistas
y utilitaristas. (Tedeschi, E., Una introducción a la historia, p.58).
37
Entrevista a la arquitecta Noemí Goytía. Córdoba: julio de 2014.

267
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El momento más creativo de Una introducción..., consiste en


plantear el ejercicio didáctico de imaginar una supuesta crítica a una
obra desde un modelo interpretativo equivocado, con el fin de enfatizar
un contra-modelo propuesto, el espacial38. En este sentido, el libro
tiene por objetivo reunir una serie de ideas ya enunciadas previamente
por Zevi, Argan, Venturi y Ragghianti, dirigidas a adaptar los métodos
de la crítica purovisualista a la arquitectura. No obstante, no se limita a
repetirlas, sino que las interpreta y las pone en práctica mediante
ejemplos de distintos períodos históricos de un modo muy novedoso39.
El vínculo intelectual con Zevi es indudable. Tedeschi había
publicado un extenso ensayo a modo de recensión bibliográfica al libro
de Zevi Storia dell´architettura moderna (1950) en la revista Metron40,
donde elaboraba una revisión de los estudios sobre arquitectura
moderna en las obra de Zevi, Pevsner, Berhendt y Giedion. Destacaba
allí que la obra de Zevi contribuía a despertar el interés del público por
los estudios históricos en un momento donde ese interés estaba
apagado por las batallas sobre la renovación de la arquitectura y que
el libro se organizaba con un sentido finalístico aunque no
evolucionista sino constructivo, originado por un juicio y no por un
esquema teórico historiográfico. Según Tedeschi, las consideraciones
históricas de Zevi sobre los arquitectos se remitían a sus valores
artísticos sin usar esquemas ideológicos, sino manteniendo una
posición de gusto dentro de los límites aceptables para un crítico, a
diferencia de Giedion cuya capacidad crítica, según Tedeschi, estaba
neutralizada por su posición de partido en la defensa rígida del
racionalismo y del determinismo técnico a causa de trasladar los
métodos positivistas de la investigación científica al campo de la
arquitectura.
En 1950 Tedeschi había dictado una conferencia en las
universidades de Buenos Aires y Córdoba bajo el título “Una invitación

38
Juan Pablo Bonta reconoce que este método contrastativo entre posiciones críticas
utilizado por Tedeschi en Una introducción… fue muy influyente en su trabajo. (Bonta,
J. P., Sistemas de significación en arquitectura, Barcelona: Gustavo Gili, 1977, p. 190).
39
En otros trabajos Tedeschi pone a prueba su método y lo desarrolla con gran riqueza
descriptiva, por ejemplo, en sus ensayos publicados sobre la obra de Wright en 1955,
en La Plaza de Armas del Cuzco (1961) o en la conferencia sobre Miguel Angel,
publicada en 1965.
40
Tedeschi, E., La storia dell´architettura moderna da Pevsner a Zevi, Metron n°41-42,
1951, pp. 101-105. Una versión castellana del mismo artículo fue publicada poco
después en Argentina:“La historia de la arquitectura moderna de Pevsner a Zevi”,
Nuestra Arquitectura n°267, octubre de 1951, pp. 310-317.

268
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a la historia de la Arquitectura”, antecediendo las conferencias que


daría Zevi al año siguiente41. Bruno Zevi llegó a la Argentina al año
siguiente, en julio de 1951, invitado por la Facultad de Arquitectura y
Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires para dictar un curso de
nueve clases sobre Historia de la Arquitectura42. El curso se inició con
una primera conferencia pronunciada en la misma FAU-UBA el 3 de
agosto bajo el título “La Historia como instrumento de síntesis de la
enseñanza de la Arquitectura” y concluyó con una conferencia de
cierre titulada “La estética moderna y la historiografía arquitectónica”43.
Las siete clases del curso no fueron registradas, sin embargo, ese
mismo año Zevi había publicado en Italia Architettura e storiografia
(1951), trabajo donde se desarrollaban los mismos temas y enfoque
metodológico, fundamentado en la siguiente afirmación:

“No existe gran arquitecto que no conozca íntimamente la historia de


la arquitectura y no extraiga de ella alimento para su propia
inspiración”44.

41
Con el mismo título, “Invito alla storia dell´architettura”, Zevi había publicado poco
antes un artículo en Metron n°30 (1949). Aunque las conferencias no fueron publicadas,
el título hace suponer que Tedeschi se refirió en esa ocasión a las ideas de su colega
sobre el tema.
42
El contacto principal de Zevi con la Universidad de Buenos Aires se establece a
través Luigi Piccinato, quien le escribe a Francisco Montagna, decano de la FAU-UBA
en 1950 acordando detalles sobre la invitación a Bruno Zevi: “Ho avuto coloqui con
l´amico Prof. Zevi a proposito del suo viaggio per il prossimo anno academico. Egli è
molto contento e onorato del invito e ha già preparato uno schema delle lezioni…”.
Piccinato aclaraba que Zevi no esperaba ninguna retribución más que el pasaje aéreo
y la estadía para él y su esposa y remarcaba la importancia que tal evento podría tener
para la comunidad académica de la UBA. (Carta de Luigi Piccinato a Francisco
Montagna, manuscrito sin fecha. [ALP 08.14 / circa 1950]).
43
Esta última tuvo lugar en el aula magna de la Facultad de Derecho de la misma
universidad, oportunidad en la que se le otorgó el título de Doctor Honoris Causa. (Zevi,
B., Dos Conferencias. Buenos Aires: FAU-UBA, 1952). Con excepción de estas
conferencias, las clases intermedias no estuvieron previamente escritas sino que
fueron improvisadas y no quedan registros de ellas.
44
Zevi, B., Arquitectura e historiografía. Buenos Aires: Lerú, 1958, p. 7.

269
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Figura 9. Enrico
Tedeschi, La historia de
la arquitectura moderna
de Pevsner a Zevi,
Nuestra Arquitectura
n°267, octubre de
1951.
Figura 10. Bruno Zevi,
Arquitectura e
historiografía. Edición
castellana de 1958.

De esta manera, Zevi encontraba vínculos entre la arquitectura


moderna y la arquitectura del pasado:

“ […] desde el neoclasicismo en adelante, el desarrollo de la voluntad


creativa arquitectónica va acompañado por una metódica
investigación crítica del pasado, investigación sin la cual es
culturalmente incomprensible. El neoclasicismo evoca Grecia y Roma;
el neorrománico y el neogótico conjuntamente con las Arts and Crafts
y el Art Nouveau, analizan el Medioevo; la arquitectura racionalista de
1920-30 vuelve a la búsqueda de la proporción propia del
Renacimiento; el movimiento orgánico medita sobre el Barroco”45.

Estas ideas tuvieron un considerable recepción en la cultura


arquitectónica argentina durante los años siguientes. Tedeschi, si bien
no sumó aportes a esta concepción historicista sí apoyó algunas ideas
que la acompañaban: que la arquitectura debía estudiarse
fundamentalmente a través de las consideraciones formales internas
de sus objetos, abstraídas de sus implicancias sociales, políticas o de
otras clase -entendidas como externas- y, que la metodología de
estudio debía ser la que utilizaban otros críticos de arte como Carlo
Ludovico Ragghianti, las cuales, trasladadas a la arquitectura
permitirían estudiar el lenguaje singular de un arquitecto con las
metodologías del análisis lingüístico de la literatura. Tedeschi advertía
que esta crítica del lenguaje tenía sus vertientes, y que podía llegar a
posiciones opuestas como las de Marangoni46 o Vossler. El primero,

45
Ibídem, p. 10.
46
Matteo Marangoni fue el autor de Saper vedere, obra de la cual Zevi toma el título

270
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según Tedeschi, era un “purovisibilista a ultranza” que llegaba a


identificar el lenguaje con la forma, el segundo, en cambio,
consideraba al lenguaje de una manera amplia, involucrando todo tipo
de elementos, como religión, naturaleza, o sociabilidad, siempre que
no constituyeran reglas para el arte47.
Para aproximarse a la arquitectura, Tedeschi prefería la visión
de Ragghianti quien, en coincidencia con Persico, consideraba que la
crítica del arte y de la arquitectura no debían tomar prestadas de otras
áreas de estudio sus medios de juicio y rechazaba las visiones
tecnicistas, utilitaristas o sociológicas que interpretaban la obra de arte
“como un documento de la historia ético-política”48. Ragghianti
identificaba tres posiciones críticas distintas que no compartía: la de la
iglesia católica, la del determinismo social-económico y la de una
corriente que definía como extremista y conservadora49. Creía que la
crítica de arquitectura debía ser evaluada desde un punto de vista
idealista. Tedeschi compartía esta posición pero consideraba que la
visión idealista debía complemetarse con otros elementos distintos a
los del arte, dado que la arquitectura tenía fines prácticos, que
involucraban factores técnicos, constructivos, económicos, sociales,
psicológicos y otros. Sobre esta revisión de la concepción puramente
idealista de Ragghianti, Tedeschi estructuró luego sus elementos de
análisis en “valores prácticos” y “valores ideales”50.

para su libro Saper vedere l´architettura, publicado en italiano en 1948 y traducido al


castellano en Argentina por Cino Calcaprina y editado por Poseidón en 1951.
47
Tedeschi, E., op. cit., p. 150.
48
Tedeschi, E., op. cit., p. 72. El problema de la relación entre el arte y la sociedad es
retomado en las primeras discusiones del IIDEHA que comentaremos luego.
49
“quella della chiesa cattolica, quella del determinismo sociale-economico sovietico, e
quella di un esponente di correnti estremiste conservatrici-reazionarie”. (Tedeschi, E.,
“Recensioni: Carlo L. Raghianti. Commenti di critica d´arte. Giuseppe Laterza e figli
editori, Bari 1946”. Metron, 8, 1946, p. 69).
50
“Valores prácticos e ideales” es el título del séptimo capítulo de Una introducción a la
historia de la arquitectura. La misma distinción estructuraba el programa de estudios de
la asignatura Teoría de la Arquitectura en Tucumán.

271
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5.3. Renovación en la Universidad Nacional de Córdoba.

Hasta aquí examinamos el programa histórico implementado por


Tedeschi en la Universidad de Tucumán entre 1948 y 1953 y continuado
luego por el arq. Carlos Andrés. Otro panorama se vivía en la Facultad
de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba,
creada en diciembre de 1954, la cual comenzó a funcionar en el ciclo
lectivo de 1955 bajo el decanato del Dr. Angel Lo Celso, en un
momento político crítico para el país. A partir del proceso militar
iniciado en septiembre de ese año, la FAU cordobesa fue intervenida y
se inició un proceso de reorganización de sus profesores y de su plan
de estudios. El arquitecto Jaime Roca, asumió el cargo de decano
interventor y en el contexto de estos cambios, a principios de 1956
ingresaron nuevos profesores al plantel docente, entre ellos, Enrico
Tedeschi51.
Según Malecki, con la elección del decano Raúl Bulgheroni en
1957, la FAU se normalizó institucionalmente y, durante algunos años,
hasta fines de la década del sesenta, los profesores Tedeschi, Jaime
Roca y Marina Waisman lideraron un sector de la facultad que gozaba
de amplio poder y que posibilitaron que la FAU de Córdoba se
posicionara como un centro de interés para la cultura arquitectónica
nacional. Los cambios culturales a nivel disciplinar e internacional y los
procesos políticos acontecidos a fines de la década de 1960,
impactaron en los ámbitos universitarios fuertemente.
En 1966 luego del golpe militar de Onganía, una nueva
intervención en la universidad provocó la expulsión de un grupo de
profesores de los talleres de la asignatura Composición, entre ellos, los
arquitectos Rébora y Taranto. Al no ser reemplazados sus cargos, se
dio la discontinuidad en el dictado de clases. En ese entonces,
Tedeschi, profesor del taller de Tesis, fue acusado de querer absorber
esas cátedras de años inferiores implementando un sistema de
“Talleres Verticales”52. Este sistema, de talleres encabezados por un
único profesor titular para todos los niveles, ya se había implementado
en otras universidades nacionales, pero en Córdoba no tuvo buena

51
Otros profesores que ingresaron con esta misma gestión fueron Huberto Hobbs,
Edmundo Arias, Luis Rébora, Rogelio Luque, Eduadro Díaz García, Alfredo Troilo, Elsa
Larrauri y Liliana Rainis. (Malecki, J. S. La ciudad dislocada. Córdoba, 1945-1974.
Modernización y radicalización en la cultura urbana y arquitectónica. Tesis doctoral.
Universidad Nacional de Córdoba, 2014, p. 143).
52
“Las aguas bajan turbias”, Jerónimo, año 2, n°23, 1° quincena julio 1970, p. 44.

272
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recepción debido a que existía un conflicto entre docentes y


estudiantes, que en parte reclamaban la vuelta de los profesores
cesanteados en 1966 y en parte rechazaban a Tedeschi como titular de
esos talleres53.
Hacia fines de los años sesenta, Tedeschi y los profesores que
lo apoyaban fueron desplazados por otro sector de profesores y
estudiantes que promovieron una transformación política y pedagógica
asociada a la necesidad de reformular la función social de la
arquitectura54. La facultad continuó en una grave crisis producto de la
cual una gran cantidad de profesores, entre ellos Tedeschi, renunciaron
a su cargo55. En agosto de 1970 la FAU-UNC fue nuevamente
intervenida, esta vez por grupos estudiantiles, y a partir de allí se
implementó un nuevo sistema pedagógico conocido como Taller
Total56.
Malecki señala que uno de los puntos débiles en las ideas de
Tedeschi en aquel contexto fue la ausencia en su discurso del rol de las
vanguardias estéticas, vacío que pudo significar quedar afuera de las
discusiones del momento57. Como ya examinamos, esta posición que
sostenía la autonomía de la disciplina respecto de la socialidad, había
sido insinuada por Tedeschi hacía tiempo a través de las ideas de
Ragghianti, y luego fue acentuada58. Como examinamos en el Capítulo
4, la visión de Tedeschi había tenido buena receptibilidad durante la
primera mitad de la década de 1950 en el ambiente disciplinar
argentino. El rol del espacio en la arquitectura y la metodología
histórico-crítica, fueron su plataforma de lanzamiento desde Tucumán
hacia otras regiones, vehiculizada además por los vínculos entre
profesores de la universidades de Córdoba y Tucumán, ya que algunos
de ellos dictaban clases en ambas universidades.

53
Malecki, J. S., op. cit.
54
Malecki, J. S., Historia y Crítica. Enrico Tedeschi en la renovación de la cultura
arquitectónica argentina. 1950-1970. Eadem Utraque Europa, Año 9, n°14, junio 2013,
pp.137-174.
55
Los acontecimientos que provocaron la renuncia de gran parte de los profesores
titrulares de las cátedras de la FAUD-UNC en junio de 1970 fueron examinados en la
tesis doctoral de Malecki, J. S., La ciudad dislocada…op. cit.
56
El “Taller Total de Composición Arquitectónica” se puso en marcha en la FAU-UNC
en septiembre de 1970.
57
Malecki, J. S., La ciudad dislocada. op. cit., p. 179-180.
58
Nos referimos a la recuperación que Tedeschi hace de las tres posiciones críticas
rechazadas por Ragghianti, véase p. 291.

273
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En Córdoba Tedeschi se desempeñó ya no como profesor de


Historia sino de Teoría de la Arquitectura, materia que ya había dictado
en Tucumán y donde había aplicado aquella metodología crítica
presentada para el estudio de la historia a un enfoque práctico sobre el
análisis funcional de la vivienda moderna. Este abordaje, que
desarrollaremos luego, fue ampliado en la cátedra cordobesa y se
condensó luego en la publicación de su libro sobre esa materia de
1962. En Córdoba, el área de Historia para Tedeschi se consolidará a
través de otro canal, el IIDEHA, en conjunto con otros actores, en
especial Marina Waisman, quien era profesora titular de Historia de la
Arquitectura en la UNC y se desempeñó como secretaria y redactora
en el Instituto.

5.4. El Instituto Interuniversitario de Especialización en Historia de la Arquitectura


(59).

El IIDEHA se creó como consecuencia de las reuniones de


docentes de Historia de la Arquitectura organizadas en abril de 1957
por el Instituto de Historia de la Arquitectura de la Facultad de
Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán
(FAU-UNT), dirigido por Enrico Tedeschi60. El evento que había
enmarcado aquellos encuentros de docentes había sido concebido
como la “Primera Reunión de Facultades Latinoamericanas”61 y tenía
por objetivo recoger las preocupaciones circulantes sobre la
enseñanza de la historia de la arquitectura en la carrera de grado de
distintas universidades del país y de algunos países vecinos.
La necesidad de crear un programa de estudios para la
asignatura Historia de la Arquitectura ante su llegada a Tucumán en
1948 obligaron a Tedeschi a reforzar su posición sobre el tema.
Recordemos que algunos puntos de su visión se asemejaban
sustancialmente a la propuesta que Zevi había presentado en 1947 en
la revista Metron como programa de enseñanza para la misma

59
A partir de 1962 el nombre de la instittución se sintetizó en “Instituto Interuniversitario
de Historia de la Arquitectura, aunque su sigla en boletines y otras publicaciones fue
siempre “IIDEHA”.
60
Waisman, M., La enseñanza de la historia de la arquitectura: proceso y obra. IIDEHA.
Boletín Bibliográfico n°9, diciembre 1967, p 24.
61
IIDEHA, Boletín de informaciones n°2, junio 1960, p.3.

274
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asignatura en las universidades italianas, especialmente en dos de sus


puntos: la necesidad de articular la enseñanza de la historia con la de
la “composición” y el enfoque sobre el carácter espacial de la
arquitectura.
Estas ideas, elaboradas desde 1948, tuvieron una difusión
limitada en los primeros años, ya que fueron publicadas recién en 1951
por la FAU-UNT, por lo cual circulaban en el ámbito tucumano. Sin
embargo, a través una conferencia dictada en 1950 en Buenos Aires y
en Córdoba, Tedeschi tuvo oportunidad de difundir los contenidos de
su libro en distintos puntos del país antes de que fuera publicado62. El
mismo año, en el primer número de la revista Canon editada por la
FAU-UBA, se publicó un artículo de Zevi, a modo de adelanto de su
visita al país al año siguiente. Allí Zevi advertía sobre los peligros de
una sociedad “burocrática”, sin conciencia histórica, que caía en el
“abstraccionismo” y el “tecnicismo” o en el mito de una aparente
tradición cultural y atribuía al historiador inglés Nikolaus Pevsner el
logro de enlazar la arquitectura moderna con el ochocientos,
valorizando así la arquitectura del pasado con un sentido de
continuidad con el presente63. Zevi afirmaba allí :

“[…] no es posible ser arquitecto sin amar la historia de la


arquitectura, sin comprender la insustituible función que cumple en la
creación arquitectónica”64.

Las reuniones de docentes de 1957 en Tucumán, fueron


también consecuencia de los debates que se estaban teniendo sobre
la reorganización de la enseñanza en las universidades nacionales, las
cuales habían sido intervenidas el año anterior. Las preocupaciones
acerca de la dirección pedagógica que debía adoptar la enseñanza de
la historia de la arquitectura en una carrera dirigida a la formación
profesional habían empezado a manifestarse antes de estas reuniones.
En un artículo de Buschiazzo ya se expresaba una preocupación por
esta agenda de trabajo y se hacía referencia a las propuestas de Zevi y
Tedeschi65. Luego, en 1957, el propio Tedeschi exponía algunas de sus

62
“Invitación a la historia de la arquitectura”. Conferencia dictada en la FAU-UBA y en
la FAU-UNC. (Currículum Vitae. Archivo Lyda Orsi).
63
Zevi, B., “Historia de la arquitectura e historia para la arquitectura”, Canon, n°1, 1950,
p.43
64
Ibídem, p. 44.
65
Buschiazzo, M., La enseñanza de la historia de la arquitectura. Nuestra Arquitectura,

275
…. … … .. . … . .… . . .… Cap í tu l o 5 . Teo r ía e h is to r ia …. . . . . .. . … …. . . … .… …

posiciones en un artículo de la revista Nueva Visión66. En abril de ese


año Tedeschi organizó las reuniones de docentes de historia de la
arquitectura en Tucumán.
Los contenidos del debate de estas reuniones ya fueron
desarrolllados en otros trabajos, por lo cual sólo sintetizaremos
algunas de las conclusiones67. De la voz de Francisco Bullrich surgió la
propuesta de creación de un organismo que nucleara los distintos
institutos de historia de las facultades del país para la formación
docente así como la elección de la ciudad de Córdoba como lugar
geográfico para situarlo68. Tedeschi había intentado ya en 1953 la
formación de un “Instituto Argentino de Arte Americano” con base en la
ciudad de Cuzco, con el posible intercambio interuniversitario entre
Perú y Argentina, aunque sus objetivos no eran los mismos: aquel tenía
por finalidad la formación de investigadores especialistas en el estudio
del patrimonio arquitectónico latinoamericano precolombino y
colonial69, en cambio, el IIDEHA, tuvo como finalidad principal la
formación pedagógica y teórica de los docentes de historia de la
arquitectura de la región. No obstante, el proyecto de Tedeschi con
Perú tuvo una instancia de fusión en el IIDEHA, ya que fue Tedeschi
quien incluyó en el plan de estudios de los ingresantes a la formación
docente la experiencia directa del relevamiento de monumentos
posibles de visitar. Para ello, Códoba no era el lugar más indicado,
aunque podía complementarse con viajes y becas70.
El primer presidente del IIDEHA fue Tedeschi, manteniéndose
en el cargo hasta mediados de 1965; luego asumió Jaime Roca y en
1967 tomó la presidencia Marina Waisman71. Buenos Aires quedó

n°322, mayo de 1956, pp. 28-30.


66
Tedeschi, E., “Sobre los métodos de enseñanza de la arquitectura”, Nueva Visión,
n°9, 1957, pp. 30-32.
67
Los ejes de debate de estas reuniones y los distintos puntos de vista expuestos
fueron ampliamente comentados en los trabajos de Julio Fraga y Sebastián Malecki.
68
La enseñanza de la Historia de la Arquitectura en las reuniones docentes realizadas
en Tucumán del 8 al 11 de abril de 1957. UNT, Instituto de Historia de la Arquitectura,
FAU, p. 64.
69
Legajo Administrativo Profesor Enrico Tedeschi, Expediente 613-T-953, 18 de
noviembre de 1953. Foja 184.
70
La enseñanza de la Historia …op. cit., p.65.
71
En un CV personal de Tedeschi presentado en 1973 al CONICET consta haber sido
presidente del IIDEHA entre 1958-1965. (Archivo personal Lyda Orsi). En otras fuentes,
se indica esta presidencia entre 1961-64 (Goytía, N., Doctor Arquitecto Enrico Tedeschi.
En: Gutiérrez, R.; Paterlini, O. (eds.), Historia de la Arquitectura en la Argentina.
Reflexiones de medio siglo, 1957-2007. Tucumán: CEDODAL/FAU-UNT, 2007, pp.59-
62). Suponemos que el cese de su presidencia se dio a mediados de 1965.

276
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 5 . Te or í a e h is to r ia … .. . .. . . . …… . . .… . … …

afuera de la iniciativa, según Bullrich, porque Buschiazzo,


representante de la Universidad de Buenos Aires, mostró desinterés
argumentando que en esa casa de estudios no tenían las mismas
necesidades de formación docente que en el resto del país y que no
estaba de acuerdo con la idea de radicar la sede del instituto en
Córdoba72. Esta decisión condujo a que los profesores de Buenos
Aires quedaran afuera de toda participación en el IIDEHA73.
Durante la presidencia de Tedeschi el IIDEHA alcanzó sus
mayores logros, ya que fue el período de mayor participación de
profesores internacionales: en 1960 fue invitado Nikolaus Pevsner a
Córdoba, en 1961, Giulio Carlo Argan a Tucumán, en 1963 Joshua
Taylor a Córdoba, en 1964, Fernando Chueca Goytía a Tucumán74. A
partir de aquí intentaremos analizar los contenidos de los seminarios
organizados por el IIDEHA y los temas que se debatían en ellos, que
podemos situar en tres líneas: el estudio de la historia desde un
enfoque vinculante al tiempo presente, la formación crítica y la
actualización en materia de los debates teóricos de la arquitectura
contemporánea. Los primeros dos caminos fueron los destacados
durante la gestión de Tedeschi, además de estimular con otros
programas, la investigación y relevamiento de monumentos históricos.

Figura 11. Boletín


Bibliografía y crítica n°6.
IIDEHA, diciembre 1964.

Figura 12. La catedral de


Puno. IIDEHA, 1963.

72
Bullrich, F., Seminario sobre la arquitectura del siglo XIX. Sir Nikolaus Pevsner.
Argentina, Córdoba, Julio de 1960. En: Gutiérrez, R.; Paterlini, O., op. cit., pp. 27-31.
73
Exceptuando algunos docentes que también dictaban clases en la Universidad
Nacional de La Plata y por lo tanto participaron a través de ella.
74
Los siguientes tres seminarios internacionales se organizaron luego de su gestión: el
de Vincent Scully en 1965 bajo la presidencia de Roca, el Reyner Banham en1968 y el
de Umberto Eco en 1970, bajo la presidencia de Waisman.

277
…. … … .. . … . .… . . .… Cap í tu l o 5 . Teo r ía e h is to r ia …. . . . . .. . … …. . . … .… …

La autonomía de la arquitectura

El primer seminario, titulado “Arte y sociedad” tuvo lugar en


Córdoba entre julio y agosto de 1958 y estuvo conformado por un ciclo
de conferencias dictadas por los profesores titulares de Historia de la
Arquitectura de las seis universidades nacionales del país que
conformaron definitivamente el IIDEHA75. Los títulos fueron: “Arte y
sociedad” por Francisco Bullrich, profesor de la Universidad Nacional
del Litoral, “El arte dirigido” por Marina Waisman, profesora de la
Universidad Nacional de Córdoba, “La arquitectura y la técnica en la
sociedad contemporánea” por Roberto Champion, profesor de la
Universidad Nacional del Nordeste, “El diseño en la sociedad actual”
por Abdulio Giudici, profesor de la Universidad Nacional de Cuyo y
“Relaciones entre arquitectura y técnica” por Raúl Capdevila, profesor
de la Universidad Nacional de La Plata. El ciclo concluyó con la
conferencia “La historia del arte y la historia sociológica del arte”, a
cargo de Enrico Tedeschi76. El eje central del debate alllí ya no eran los
métodos de enseñanza de la historia, aunque se desprendió como
consecuencia de aquellas reuniones tucumanas: se trataba de discutir
acerca de la autonomía de la arquitectura con respecto a las
determinaciones a las que ella estaba sujeta por parte de la sociedad.
Algunos conferencistas abordaron el tema desde la técnica, otros
desde la política, otros desde la sociología.
Para Abdulio Giudici era posible realizar estudios sociales sobre
el arte sin el temor de que se convirtieran en interpretaciones sociales
sobre el arte. Como caso de ello expuso el tema de los géneros
artísticos sosteniendo que los elementos “anestéticos” debían tener
significación y que el arte debería ser infinitamente reproducible para
tener sentido social77. En relación a la posibilidad de reproducción
técnica del arte, Marina Waisman distinguía entre obra y producto,
considerando que la arquitectura no podía alcanzar la reproductibilidad
del diseño industrial. Luego, abordaba el problema de la autonomía

75
Las universidades nacionales en ese momento eran siete en total, la de Buenos Aires
fue la única que no participó en el IIDEHA.
76
Las conferencias fueron publicadas en sucesivos números de la revista Nuestra
Arquitectura entre 1958 y 1959. Tedeschi, además de presidente del IIDEHA, en ese
momento era profesor de la Universidad Nacional de Tucumán y de la Universidad
Nacional de Córdoba.
77
Giudici , A., El diseño en la sociedad actual. Nuestra Arquitectura, n° 348, noviembre
de 1958, pp.17-24.

278
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 5 . Te or í a e h is to r ia … .. . .. . . . …… . . .… . … …

centrando su exposición en las determinaciones políticas sobre el arte.


A través de los casos extremos de “arte libre” y “arte dirigido”,
Waisman analizaba la situación de una obra a la que le era impuesto
un determinado programa artístico y, basándose en argumentos de
Lalo, sostenía que un artista comprometido era aquel que respondía a
una idea, en cambio, un artista “dirigido” respondía a una causa
siguiendo pautas que le eran impuestas desde afuera78.
Capdevila, por su parte, señalaba que en la arquitectura la
voluntad artística precedía a la técnica, y que sólo en algunos casos
especiales, como en la cúpula de la catedral de Florencia, la
identificación entre arquitectura y técnica era absoluta, porque existía
una invención técnica. Consideraba que el problema de la arquitectura
contemporánea era entenderse como el resultado de una indagación
funcional, por ello, la forma debía expresar las características
funcionales del edificio y desvincularse de sus raíces históricas.
Capdevila llamaba a un “funcionalismo orgánico” que sería integrador
de las necesidades funcionales con las técnicas, las sociales,
simbólicas y subjetivas79.
Francisco Bullrich, en cambio, sin abandonar la defensa de la
autonomía, proponía, una vía mediadora. Por un lado, aceptaba la idea
de la arquitectura como arte, aunque no validaba la posición
purovisualista de la crítica basada exclusivamente en el análisis formal;
por otro lado, advertía que si la historia sociológica del arte no tenía en
cuenta el rol activo del arte se caía en el error de acomodar los hechos
artísticos a los acontecimientos histórico-sociales. Bullrich proponía,
apoyándose en una idea de Fiedler80, ver el problema en ambas
direcciones: no sólo estudiar en qué medida el artista expresaba el
contenido de su tiempo sino, también, evaluar en qué manera los
artistas daban a su época un contenido. Argumentaba la
independencia de la creación artística con respecto a la sociedad
basándose en ideas de Picon81 para quien que la obra de arte no
estaba escrita para ningún público preexistente, porque no era la
respuesta a una pregunta ya dada, sino que era la respuesta a una

78
Waisman, M., El arte dirigido. Nuestra Arquitectura, n° 349, diciembre de 1958, pp.17-
24.
79
González Capdevila, R., Relaciones entre arquitectura y técnica. Nuestra Arquitectura,
n° 350, enero de 1959, pp.17-22.
80
Cfr. Fiedler, K., Escritos sobre arte.
81
Cfr. Picon, G., El escritor y su sombra. Buenos Aires: Nueva Visión, 1957.

279
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pregunta aún no formulada82.


Tedeschi, sintetizó en su conferencia de cierre las ponencias
presentadas y concluyó en defensa de la autonomía del arte y, por
tanto, de la arquitectura como arte83. Consideró que las posiciones de
los conferencistas no eran tan antagónicas, ya que en todos los casos
se contemplaba la idea de la arquitectura como arte social; lo que se
discutía, en cambio, era el rol de las condicionantes sociales sobre la
creación individual. Para algunos la arquitectura podía acercarse al
producto, como el diseño industrial, reproducible infinitamente; para
otros, en el caso de la arquitectura ello no era posible, y por lo tanto, la
creación individual jugaba un papel preponderante.
Tedeschi intentó calificar las distintas visiones teóricas que se
fueron presentando en los seminarios, distinguiendo aquellas
sociológicas de las no sociológicas. Inclinando su interés hacia las
segundas, entre las cuales ubicaba el puro visibilismo de Fiedler,
Hildebrandt y Wölfflin, las ideas de Focilllon, la teoría de la empatía
fundada por Lipps, el vitalismo de Bergson y el empirismo de Dewey.
Concluyó en que todas las posiciones no sociológicas estaban
fundadas sobre teorías estéticas y, por lo tanto se centraban en el
individuo. Sugería entonces -siguiendo la noción de identidad entre
historia y crítica de Croce- la necesidad de una estética para la historia
fundamentada en que no era posible historizar una obra de arte si no
se la consideraba primeramente como tal y, para ello, era necesario
valorarla desde un juicio estético.
Según Tedeschi, las posiciones sociológicas más rígidas no
provenían de historiadores sino de políticos, que en ocasiones tenían
influencia entre algunos historiadores que no contaban con la
formación necesaria para saber valorar la arquitectura:

“[…] el arte mantiene su autonomía frente a la socialidad, en sus


múltiples aspectos: políticos, morales, técnicos, funcionales. Si la
arquitectura puede parecer más ligada a estos factores (y lo es por lo
que concierne al “hacer” del arquitecto […] en ningún caso el juicio, y
por consecuencia la historia, puede ser influído por estos factores que
en mayor o menor grado existen en todas las formas de arte”.

“Para el artista existe sólo un problema fundamental: el de la forma

82
Bullrich, F., Arte y sociedad. Nuestra Arquitectura, n° 352, marzo de 1959, pp.17-24.
83
Tedeschi, E., La historia del arte y la historia sociológica del arte. Nuestra Arquitectura
n°358, septiembre de 1959, pp.17-22.

280
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artística, al cual se subordinan todos los otros, como los medios al


fin”84.

Para el círculo romano del cual participó Tedeschi en la


posguerra, la interpretación de la teoría estética de Benedetto Croce en
clave de autonomía significaba un posicionamiento de la arquitectura
desafectada de la política. Según Zevi, su propia formación antifascista
no era consecuencia de la lectura de los escritos políticos de Croce
sino de su filosofía y, especialmente, de su estética:

“La reivindicación de la autonomía del arte implicaba, de por sí, la


lucha contra la pseudo-cultura fascista, que instrumentalizaba todas
las actividades creativas”85.

Se advierten dos problemas en esta posición idealista de la


arquitecura: en primer lugar, que el propio Tedeschi reconocía en otras
ocasiones que las metodologías purovisualistas no eran suficientes
para estudiar la forma arquitectónica, por lo cual advertía un campo
imposible de abordar con esos métodos, y en segundo lugar, ¿cómo
alojar en la forma los factores no internos que intervienen en ella como
los del clima, de los materiales, de la cultura local, que tanto interés
despertaban en Tedeschi?
Tedeschi explicaba en sus clases de 1956, que todos los
factores externos condicionaban al arte y especialmente, a la
arquitectura, pero no hacían de ella una obra artística o arquitectónica,
por lo tanto la creación individual era lo que verdaderamente la
convertía en arte y por ello tenía más jerarquía que los otros factores.
Objetaba la posición de Hans Sedlmayr por no fundar sus juicios sobre
el estudio de obras y artistas y definir, en cambio, con arbitrariedad,
cuatro premisas sobre las cuales trabajaban los artistas modernos -
aspiración a la pureza, dominio de la geometría y construcción técnica,
locura como refugio de la libertad, búsqueda de los orígenes-. Lo
acusaba de ignorar la autonomía del arte y de no referir a ningún artista
en singular86. Por otra parte, consideraba que Arnold Hauser mantenía
en ocasiones una posición ideológica y no metodológica frente a la

84
Tedeschi, E., op. cit., p. 22.
85
Zevi, B., Zevi su Zevi. Architettura come profezia. Venecia: Marsilio, 1993, p. 26.
86
Tedeschi, E.,“Hans Sedlmayr. La Revolución del Arte Moderno”. IIDEHA. Boletín
bibliográfico n°1, marzo 1960, pp. 5-13.

281
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materia87, aunque por momentos su posición era más moderada,


cuando reconocía que la determinación de la sociedad en la voluntad
del artista era indirecta88. La posición más aceptada para Tedeschi era
la de Charles Lalo, autor que consideraba a los factores sociológicos
como de carácter no artístico.
Los siguientes seminarios organizados por el IIDEHA no
tuvieron la misma modalidad, en vez de reunir conferencias
individuales disertando sobre un mismo tema, se dictaron cursos
anuales protagonizados por invitados internacionales, centrados en
temas específicos y no vinculados entre sí: el de Nikolaus Pevsner,
sobre la arquitectura en el siglo XIX; el de Giulio C. Argan, sobre el
concepto del espacio arquitectónico; el de Joshua Taylor, sobre los
orígenes del arte moderno; el de Fernando Chueca Goytía, sobre la
arquitectura medieval española; el de Vincent Scully, sobre la
arquitectura contemporánea norteamericana; el de Reyner Banham,
sobre aspectos ambientales de la arquitectura moderna y, el de
Umberto Eco, sobre semiología de la arquitectura89. Si bien los
temarios son muy distintos, veremos especialmnete en los primeros,
que algunos enfoques metodológicos, pueden mostrar semejanzas.

Europa y América, el pasado y el presente

(¿cómo vinculaba Tedeschi el Barroco con la modernidad?)

“La idea de la vinculación que veía en la forma de manejar el espacio


en Borromini y esa necesidad de recorrer no sólo físicamente sino visualmente
para descurbrir todo. No era una visión única y de golpe de todo lo que
ofrecían esos espacios. Yo me imagino que ese gusto y esa sensiblidad
especial por el Barroco es lo que lo hace valorar muchísimo el Barroco
americano”90.

La formación docente era un tema programático del IIDEHA, a

87
Tedeschi, E., “Arnold Hauser. Introducción a la historia del arte”. IIDEHA. Boletín
Bibliográfico n°3, agosto 1962, pp. 5-15.
88
Ibídem.
89
Gutiérrez, R.; Paterlini, O. (eds.), Historia de la arquitectura en la Argentina.
Reflexiones de medio siglo. El IIDEHA. Buenos Aires: CEDODAL, 2007.
90
Entrevista a la arq. Noemí Goytía. Córdoba, julio de 2014.

282
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 5 . Te or í a e h is to r ia … .. . .. . . . …… . . .… . … …

través de “trabajos de investigación sobre arquitectura americana”91,


los inscriptos debían cumplir con viajes de estudio a monumentos
precolombinos y coloniales. Según Gutiérrez, los trabajos de
relevamiento que realizaron algunos grupos de docentes en Perú y
Brasil tuvieron un impulso importante de parte de Enrico Tedeschi92.
Los primeros trabajos e este tipo sobre arquitectura colonial en la
Argentina habían sido emprendidos por Mario Buschiazzo, quien se
orientó hacia la “historia científica” desde un enfoque documentalista
que consistía en el relevamiento, descripción y archivo sobre
monumentos. Otros estudios de arquitectura colonial previos, se
habían caracterizado por el uso operativo de la historia para el
proyecto93. Los trabajos que promovió el Instituto en este campo tenían
por finalidad realizar una experiencia directa con los monumentos y
formar una visión no sólo descriptiva sino también crítica en los
docentes. Esta iniciativa, de algún modo repetía la experiencia
realizada por Tedeschi en 1949 con su viaje al Cuzco con estudiantes
de Tucumán y, especialmente, reflotaba el proyecto que Tedeschi había
promovido sin éxito para crear un Instituto de investigaciones de
arquitectura americana en cooperación con Perú94.
Por otra parte, este tipo de actividades -que tenían un fin
didáctico- confluyeron en el Instituto con otras inquietudes que
alimentaron la construcción de un discurso que distinguía la
producción de la arquitectura en América Latina respecto de la de
otras regiones. Shmidt sugiere que la aparición de una historia sobre
los orígenes de la arquitectura moderna escrita y revisada por Nikolaus
Pevsner, pudo haber sido motorizadora de una visión
“latinoamericanista” de la historia de la arquitectura en Argentina95.

91
“Estatuto”. En: IIDEHA. Boletín de informaciones, n°5, julio 1962.
92
Gutiérrez, R., Encuentros y desencuentros. La historia de la arquitectura argentina
desde el interior a Buenos Aires. 1957-2000. En: Gutiérrez, R.; Paterlini, O. (eds.), op.
cit.
93
Según Zimmerman, Gutiérrez establece distintas posiciones en la historiografía
argentina que coinciden con cuatro etapas generacionales. Entre 1915 y 1935, los
estudios se ocuparon de difundir la arquitectura americana desde una posición
ideológica en búsqueda de lo propio que estimuló la producción hacia el
“neocolonial”; entre 1935 y 1971 se abandonó aquel enfoque y se consolidó la historia
de la arquitectura como disciplina en los ámbitos universitarios. (Zimmerman, Johanna.
Mario Buschiazzo y la “arquitectura americana contemporánea” (1955-1970). Instituto de
Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo”, FADU-UBA, 2017).
94
Véase Cap. 3.
95
Shmidt, C., A propósito de la “Postdata Americana” de Pevsner. Block, n°8, marzo
2011, pp. 42-47.

283
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Luego de la reedición de su An Outline of Europe Architecture


de 1953 por Penguin Books -conocida en el país a través de la edición
castellana de Infinito en 1957- Pevsner agregaba a la historia de la
arquitectura moderna europea un capítulo sobre la arquitectura en
América y en las otras dos Américas. Con su posterior visita a
Córdoba, Rosario y Buenos Aires en 1960, las marcas de esta visión
habrían sido profundas. Debemos agregar a ello que la construcción
de Pevsner como un historiador que aportaba una mirada de autoridad
sobre la arquitectura moderna se debe en primer orden a Bruno Zevi,
quien se expresó sobre el tema en 1950 y, en un segundo lugar a
Tedeschi, por replicarla en 1951. Como comentamos, en la revista
Canon, Zevi había publicado un artículo adelantando algunas ideas de
su libro recién publicado en italiano, Storia dell´architettura moderna
(1950) donde, apenas al pasar, lanzaba una señal legitimadora hacia
los trabajos de Pevsner:

“[…] no obstante la producción crítica de algún eminente estudioso,


como Nikolaus Pevsner, aquella escisión entre historia y arquitectura sigue
enseñoreándose a lo largo de vastos sectores de nuestra vida cultural” 96.

Sin embargo, esta valoración no tenía relación con la inclusión


de la arquitectura norteamericana en su trabajo, ya que aún este hecho
no había ocurrido. En la introducción de su Storia, Zevi coincidía con
Pevsner en varias observaciones: en que el origen del “movimiento
moderno” se encontraba fuera de la arquitectura, en la pintura, en el
posicionamiento de Van de Velde como un articulador entre técnica y
arte y, por último, en el reconocimiento de la posible influencia
wrightiana sobre la arquitectura moderna europea de Gropius y Mies.
Sin embargo, a pesar de encontrar interesante la revalorización que el
historiador hacía de los aportes artísticos de los períodos de transición-
incluyendo las obras de Voysey, Mackintosh, Hoffmann u Olbrich-,
juzgaba equivocada la manera de posicionarlos con ciertos prejuicios,
al destacarlos por sus conquistas racionalistas. Asimismo, Zevi
cuestionaba cierta mirada unilateral de Pevsner al estudiar la
arquitectura sólo desde el punto de vista del gusto, sin tener en cuenta
otros factores, como el técnico o el social97.

96
Zevi. B., “Historia de la arquitectura e historia para la arquitectura”, Canon, n°1, 1950,
p.44.
97
Ibídem, p. 532.

284
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En 1951, a través de una extensa reseña bibliográfica98,


Tedeschi posicionaba a Zevi dentro de la historiografía de la
arquitectura moderna en una línea trazada por tres obras previas:
Pioneers of Modern Design…(193699) de Pevsner, Modern Building
(1937) de Behrendt y Space, Time and Architecture (1941) de Giedion.
La selección de aquellos tres autores como los primeros artífices de las
historias de la arquitectura moderna más “notables” la había hecho el
propio Zevi en las primeras páginas de su libro, aunque incluyendo a
un cuarto historiador en primera posición -el alemán Gustav Platz-100.
Tedeschi, quien conocía el texto de Pevsner a través de su
primera edición italiana101, ubicaba al historiador británico como el
fundador de los estudios de arquitectura moderna, porque en su visión
crítica reconocía las fuentes de la modernidad en sus precursores -
identificados dentro del movimiento Arts and Crafts, en el Art Nouveau y
en las innovaciones estructurales metálicas y de hormigón-. También lo
ponderaba por utilizar el “método histórico-crítico”102 y, además, por
poner en valor a arquitectos poco conocidos por el público
internacional103. Casi una década más tarde, en 1960, en ocasión de la
presentación de la primera clase de Pevsner en el seminario del

98
Fue publicada como reseña bibliográfica en Italia y luego en versión castellana como
ensayo en Argentina: Tedeschi E. La storia dell´architettura moderna di Pevsner a Zevi,
Metron n°41-42, maggio-agosto 1951, pp. 101-105 / Tedeschi E. La historia de la
arquitectura moderna de Pevsner a Zevi. Nuestra Arquitectura, n°267, octubre de 1951,
pp. 310-317. La primera edición castellana de la obra de Zevi se publica en 1954 por
Emecé.
99
Tedeshi no hace referencia a una edición exacta de esta obra, indica como primera
edición 1936, aunque no aclara que esa primera edición llevaba el título Pioneers of the
Modern Movement…
100
Zevi incluye como primer trabajo historiografico el volumen Die Baukunst der
neuesten Zeit de Gustav Plaz (1927). En su artículo, Tedeschi omite la obra de este
historiador, aunque en otra ocasión lo incluye, junto a Sartoris y Meyer, dentro de un
grupo de autores de textos “polémicos”, “apologéticos”o “simplemente informativos”.
(Tedeschi, E., Nikolaus Pevsner en Córdoba, Nuestra Arquitectura n°368, julio de 1960,
pp. 22-23).
101
Tedeschi había publicado con anterioridad una reseña crítica sobre la primera
edición italiana, I pioneri del Movimento Moderno da William Morris a Walter Gropius
(Milano: Rosa e Ballo, 1945), en Metron n°6, 1946, pp. 71-73. Allí se resaltaba que la
arquitectura moderna, según Pevsner, se originaba en la conjunción de tres
movimientos surgidos en el 800: el Arts and Crafts, el Art Nouveau y las nuevas
creaciones estructurales de los ingenieros. La edición italiana de Pevsner se conserva
en la Biblioteca Enrico Tedeschi, FAUD-UNC, Biblioteca de Graduados.
102
En este caso, el punto central que Tedeschi quiere exponer bajo la denominación
“método histórico-crítico” consiste en asumir la identidad entre historia y crítica según
la estética de Croce, la cual se traduce en que el criterio para que una obra de
arquitectura sea historizada depende de su valoración primera como obra de arte.
103
Tedeschi, E., La historia de la arquitectura moderna de Pevsner a Zevi. Nuestra
Arquitectura, n°267, octubre de 1951, p.310.

285
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IIDEHA en Córdoba, Tedeschi destacaba entre los aportes de las obras


más difundidas del profesor el valor de aclarar la ”niebla mitológica”
que había girado en torno a los orígenes de la arquitectura moderna y
el de haber aplicado un criterio de valoración objetivo demostrando la
“historicidad de la arquitectura contemporánea”, sin utilizar la historia
como un recetario de modelos. Para Tedeschi, Pevsner había sido uno
de los primeros autores -antes que Zevi- en señalar el problema del
espacio en la arquitectura, aunque consideraba que ambos caían en el
dogmatismo de sostener que para que existiera arquitectura debía
haber espacio interior.
El foco en Pevsner estuvo justificado por Zevi y por Tedeschi, en
encontrarlo como un mediador entre posiciones radicales enfrentadas
con respecto a la historia, entre quienes la consideraban un recetario
de estilos y quienes la rechazaban como algo desconectado de la
práctica arquitectónica:

“La separación que pareció haberse producido, cuando el


movimiento moderno rechazó los estilos del pasado que el siglo XIX
había usado como modelos, entre arquitectura e historia, que el
primer libro de Pevsner, los “Pioneros”, había empezado a anular
demostrando la historicidad de la arquitectura contemporánea, cesa
de existir definitivamente con el “Outline”. En éste Pevsner enseña […]
que en la arquitectura de todas las épocas existen problemas e
inquietudes comunes…”104.

En síntesis, los dos puntos centrales por los cuales Tedeschi


valoraba el aporte de Pevsner ya no eran únicamente su visión amplia
sobre los orígenes de la modernidad -extendida hacia expresiones de
los siglos XVIII y XIX- y la consideración de la arquitectura como arte
asumiendo la necesidad de su valoración estética sino, además, la
valoración espacial y la conexión entre la arquitecura del presente y la
del pasado105.
El vínculo entre Tedeschi y Pevsner no se inició en Argentina. En
1949, Pevsner había escrito una reseña bibliográfica sobre el libro
L´architettura in Inghilterra de Tedeschi en The Architectural Review,
donde resaltaba el serio trabajo realizado, a pesar de la pobre edición

104
Tedeschi, E., Presentación de Nikolaus Pevsner. Nuestra Arquitectura, n° 368, julio
1960, p. 23.
105
Tedeschi, E., Nikolaus Pevsner en Córdoba. Nuestra Arquitectura, n°368, julio de
1960, p.22-23).

286
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 5 . Te or í a e h is to r ia … .. . .. . . . …… . . .… . … …

y calidad de las ilustraciones y encontraba sorprendente el tratamiento


de obras como el plan de Craig para Edinburgo ilustrado y
comprendido en su significado más profundo por un autor
extranjero106. A raíz de este hecho hubo un intercambio de
correspondencia entre ellos. Tedeschi le envió en julio de ese año una
carta con motivo de esa reseña y ofreciéndole colaboración con
material de Argentina. Pevsner le contestaba en agosto con un
agradecimiento107. El contacto continuó por varios años108. No es de
extrañar, entonces, que siendo Tedeschi el primer presidente del
IIDEHA, Pevsner haya sido la figura elegida para inaugurar los
seminarios en 1960. Según Shmidt, luego de su visita a Sudamérica y
de la excelente recepción que tuvieron sus ideas, Pevsner se asentó
como una figura de autoridad para una generación de historiadores de
la arquitectura en la región, dejando una marca visible en una
emergente “visión latinoamericana”109.
Tedeschi no adhería a la construcción de una identidad
unificadora en América Latina aunque sí se interesaba por las
expresiones nacionales características, dentro de un marco de
valoración por ua búsqueda universal. En una recensión al libro
Arquitectura argentina contemporánea (1963) de Francisco Bullrich,
Tedeschi coincidía con el autor en que ante la posibilidad de pensar en
un carácter nacional en la arquitectura no había que considerar las
“nostalgias en formas pasadas” y afirmaba en cambio:

“[…] la única arquitectura latinoamericana que ha alcanzado


expresión regional, la de Brasil, no ha partido de su rica tradición
artística, sino que ha asimilado el lenguaje moderno de la arquitectura
internacional bastante profundamente como para poderlo elaborar de
acuerdo a las condiciones del paisaje propio: clima, terreno,
vegetación, y de las modalidades de vida de sus habitantes. Por esto
ha tenido éxito, mientras que han fracasado los intentos

106
Pevsner, N., “Viewed from the Continent. L´architettura in Inghilterra by Enrico
Tedeschi, Edizioni U, Florence, 1944 (sic). Europäische Kunstgeschichte, Part One, by
Peter Meyer, Schweizer Spiegel Verlag, Zurich, 1947.”, The Architectural Review, vol.
105, n° 629, febrero 1949, p. 96.
107
Carta de Pevsner a Tedeschi, 18 d agosto de 1949. (Archivo Lyda Orsi).
108
En la biblioteca personal de Tedeschi se encuentra el volumen Concerning
Architecture. Essays on Architectural Writers and Writing (1969) con una dedicatoria de
Pevsner a Tedeschi. (Biblioteca Enrico Tedeschi, FAUD-UNC, Biblioteca de Graduados)
109
Según Shmidt, se puede apreciar esta visión en los trabajos de Gutiérrez, Waisman
y Bullrich. (Shmidt, C., op. cit.)

287
…. … … .. . … . .… . . .… Cap í tu l o 5 . Teo r ía e h is to r ia …. . . . . .. . … …. . . … .… …

arqueológicos de los arquitectos mexicanos” 110.

Notamos aquí una definición de la arquitectura regional para


Tedeschi, se trataría de una arquitectura profundamente moderna, que
tiene en cuenta las condiciones geoclimáticas de la región en la que se
encuentra, y no como resultado de expresiones propias de la relación
entre un determinado lugar y su gente. Esta interpretación se hace más
clara en su visión crítica sobre algunos conceptos de Arnold Hauser
donde señalaba incongruencias y debilidades en las categorías “arte
del pueblo” y “arte popular”. Según Tedeschi, Hauser afirmaba que en
ocasiones el “arte del pueblo” como construcción colectiva no
alcanzaba el nivel de arte y a veces sí. Tedeschi advertía que, en ese
último caso, sería tan sólo arte y no habría que juzgarlo en otra
categoría, ya que lo popular no se conciliaba con lo universal, que era
“lo propio del verdadero arte”. Por otra parte, según Tedeschi esta
universalidad se identificaba en el pensamiento del mismo Hauser a
través del concepto de “convención”, mediante el cual la vivencia
individual de un artista debía someterse a cierta racionalización para
poder salir de la esfera puramente personal y tomar sentido en las
relaciones interhumanas111.
Luego del seminario de Pevsner, se organizaron otros tres
seminarios bajo la presidencia de Tedeschi en el IIDEHA. Se desprende
de los contenidos que se discutieron en ellos, que los intereses giraron
en torno a formar una visión sobre la arquitectura y el arte moderno
que sostuviera un sentido de continuidad con el pasado112. El
seminario de Argan fue el más claro en este sentido, pero también el
programa del curso de Taylor buscaba llegar al siglo XX a tráves de
una lectura de los cambios culturales acontecidos en el siglo previo. El
seminario de Chueca Goytía, si bien centrado en la arquitectura
española del Medioevo, establecía conexiones entre el pasado y el

110
Por otra parte, Tedeschi también le señalaba allí a Bullrich su “mirador porteño”, al
no incluir arquitecturas de todas las regiones argentinas y sí incluir arquitecturas
“correctas” de Buenos Aires”. (Tedeschi, E. Francisco Bullrich. Arquitectura argentina
contemporánea. IIDEHA. Boletín Bibliográfico n° 5, julio 1964, pp. 29-31).
111
Tedeschi, E., “Arnold Hauser. Introducción a la historia del arte”. IIDEHA. Boletín
Bibliográfico n°3, agosto 1962, pp. 5-15.
112
Los siguientes invitados fueron: Giulio Carlo Argan, Joshua Taylor y Fernando
Chueca Goytía. No podemos precisar los alcances del seminario de Pevsner ya que no
se dispone de la transcripción de sus clases, sino tan sólo de una síntesis publicada
en N.A. n° 371 y de los testimonios de Bullrich en Gutiérrez, R.; Paterlini, O. (eds.), op.
cit.

288
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 5 . Te or í a e h is to r ia … .. . .. . . . …… . . .… . … …

presente a través de la relación entre las nociones de espacio y


estructura. Los siguientes seminarios, de Scully y Banham, en cambio,
trabajaron directamente el panorama de la arquitectura contemporánea
norteamericana desde visiones diferentes, una urbano-contextualista y
la otra técnico-ambientalista. El curso que se desplazó más claramente
de este eje fue el último, dictado en la ciudad de La Plata en 1970 por
el filósofo italiano Umberto Eco113.
Giulio Carlo Argan conectaba el Barroco con la modernidad
mediante el concepto del espacio. Manifestaba que, a partir de fines
del 500, la arquitectura no admitía ya un sistema a priori para la
determinación formal, por lo tanto, creaba el espacio, ya no lo
representaba, y su valor residía en “la metodología del realizarse, del
hacerse del arte”114.

(¿Con qué espacios modernos relacionaba Tedeschi los espacios barrocos?)

“con Aalto, con Asplund. Eran ejemplos que él ponía


permanentemente, Saynatsaalo, como se va prendiendo a la topografía, con
ese escalonamiento y esa aproximación de a poco al espacio central del patio.
Con esa escalera irregular que de golpe después abre. Son escalas totalmente
distintas las del Barroco romano a esto que son escalas domésticas. Con la
casa de Asplund, esa casa tan quebrada, la casa propia de él, con todo eso
que requiere un recorrido para conocer. Ahora, dentro de las casas de él, él se
movía con unas escalitas mucho más pequeñas pero tenía rinconcitos dentro
de cada espacio”115.

113
Además de los seminarios, el Instituto difundía sus intereses a través de
recensiones bibliográficas y traducciones a través de una publicación periódica que se
editó entre 1960 y 1967. Las publicaciones periódicas del IIDEHA se editaron desde la
Universidad Nacional de Córdoba entre 1960 y 1967. Los primeros cinco números se
denomminaron Boletín Bibliográfico, y a partir del número 6 (diciembre de 1964) la
publicación se titula Bibliografía y crítica. En ambas series los autores locales
destacados fueron: Waisman con nueve colaboraciones, Tedeschi con seis
colaboraciones, Giudici con tres colaboraciones, Bullrich con dos colaboraciones y
Rainis, Baragiola y Campos Cervera con un solo texto. Además, se incluían
traducciones de fragmentos de reseñas bibliográficas o de textos críticos tomados de
publicaciones extranjeras.
114
Argan, G. C., El concepto del espacio arquitectónico desde el Barroco a nuestros
días. Buenos Aires: Nueva Visión, 1966, p. 20.
115
Entrevista a la arq. Noemí Goytía. Córdoba, julio de 2014.

289
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Figura 13. Seminario de Joshua Taylor organizado por el IIDEHA en Córdoba. Fuente: La Voz del Interior,
18-07-1962, p. 10.

El programa del seminario de Joshua Taylor se iniciaba en 1780


y culminaba en 1930116. La primera clase explicaba que el modo de ver
el arte es parte fundamental para conocerlo, ya que el contenido del
arte dependía de la experiencia sensible117.

116
Las diez clases del seminario se desarrollaron bajo los siguientes títulos: 1) Ver
antes de creer. 2) La vida privada de un estilo público. 1780-1820. 3) Estilo y estilos: el
Neo-clásico en la arquitetura. 4) Libertad y restricción. Las premisas de las artes del
siglo XX y sus paradojas. 5) La disciplna de la percepción: el Cubismo. 6) El principio
dinámico: el Futurismo. 7) La bella y la bestia: Mondrian y Kandinsky. 8) Los
constructivistas, Die Stijl, el Surrealismo. 9) Lo abstracto y lo orgánico: Wright, Le
Corbusier, Mies van der Rohe. 10)El significado del estilo en la década 1920-1930.
(Taylor, J., Seminario dictado por el profesor Joshua Taylor. Instituto Interuniversitario de
Especialización en Historia de la Arquitectura. Córdoba, 9 al 19 de julio de 1962).
117
Taylor había publicado en 1957 Learning to Look. A Handbook for the Visual Arts, un
trabajo dedicado a metodologías de análisis para obras de arte, resultado de sus
clases en la Universidad de Chicago.

290
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Para Taylor había dos dificultades principales en la labor del


crítico: en primer lugar, poner en palabras cosas que no han sido
provocadas por palabras y, en segundo lugar, entender que:

“[…] la historia del arte se diferencia de las otras historias en que su


material está, hasta cierto punto por lo menos, con vida. Es decir,
permanece dentro de nuestro mundo de los sentidos y está sujeto a
todo lo que signifique vivir en ese mundo”118.

Esto último, según Taylor, implicaba una actitud empática del


observador hacia la obra, porque era necesario hacer que el
observador hiciera suyas las acciones en lugar de simplemente
observarlas, de este modo, a través de la experiencia del observador,
el arte pertenecía al contexto del presente, en cambio, la historia,
pertenecía al contexto del pasado.
Luego de dos primeras clases donde recorrió los hechos
históricos -políticos y sociales- de España en el siglo XV y la expansión
del arte mudéjar, Chueca Goytía desarrollaba en su tercera clase, la
importancia del concepto del espacio en la arquitectura. Se apoya en
principio de una cita de Walter Gropius que pone el acento en el
tema119:
“En tiempos pasados era usual afirmar que la esencia de la
arquitectura era la proporción. Era un concepto esencialista que
eliminaba los que se suponían factores superfluos, por ejemplo,
decoración, materiales, color, valores táctiles, acabado, etc. Lo
esencial era la proporción. Era una definición limitada impuesta acaso
por el ideal renacentista, por el predominio de la arquitectura clásica
que reposa en la conmodulatio, en la simetría y en la euritmia”120.

A continuación, afirmaba que espacio y estructura eran


concomitantes y que la arquitectura no podía definirse exclusivamente
como el arte del espacio ya que a diferencia de la pintura o la
escultura, su objetivo es crear un “dentro” que constituya una realidad
estética, para lo cual era necesario concebir una estructura, que no
sólo fuera soporte sino también orden. Al respecto de esto, ponía de
ejemplo la mezquita de Córdoba, que es un estar dentro pero sin

118
Taylor, J., op. cit, p. 5.
119
Chueca Goytía, F., La arquitectura española del final de la Edad Media. Clases
dictadas en el Seminario de 1964 en la Universidad Nacional de Tucumán para el
Instittuto Interuniverstario de Historia de la Arquitectura. Córdoba, 1965.
120
Ibídem, p. 23.

291
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techo. De esta manera, Chueca Goytía unía la arquitectura del pasado


con la del presente pero con un tópico universal121:

“La estructura, que es la estrategia de la arquitectura, es la que obra


sobre el espacio, dejándose a su vez influir por él”122.

El seminario de Vincent Scully, dictado en julio de 1965 fue el


último en interesarse en la construcción de una mirada sobre la historia
de la arquitectura con cruces entre el pasado y el presente. El
historiador estadounidense había trabajado recientemente sobre la
arquitectura norteamericana moderna, en particular, sobre la obra de
Frank Lloyd Wright y de Louis Kahn123. Su curso se dividió en dos
partes, una primera sobre la arquitectura antigua en Grecia y una
segunda sobre la arquitectura contemporánea en los Estados
Unidos124. Esta segunda parte, se compuso de tres clases: la
arquitectura en Yale, Paul Rudolph y Louis Kahn125. El enfoque
contextualista en sus análisis de la arquitectura urbana se
complementaba con las posibles “influencias” de un arquitecto a otro.
Por medio de la búsqueda de “las fuentes de la obra de Kahn” o de las
relaciones entre “la invención y el recuerdo”126. Scully encontraba
vínculos entre algunas formas utilizadas por Kahn, como las torrres
cilíndricas vacías de ladrillo -a las que él mismo llamaba “ruinas”- con
formas del pasado:

“Es indudable que las ruinas que más han influenciado a los
arquitectos han sido las ruinas circulares de la Villa de Adriano en

121
Para Chueca la arquitectura española medioeval era algo imposible de definir,
porque España en el medioevo no existía como nación y además, la arquitectura en la
península ibérica estaba fuertemente caracterizada por la cultura morisca, que
habitaba en ese territorio.
122
Ibídem, p. 26.
123
Scully era profesor de historia de la arquitectura en la Universidad de Yale. Tres de
sus trabajos fueron reseñados en los boletines del IIDEHA: En el Boletín bibliográfico n°
5 (julio 1964) Giudici había reseñado su libro sobre Frank Lloyd Wright, en Bibliografía y
crítica n°7 (julio 1965) Waisman comentó su trabajo Modern Architecture y, en
Bibliografía y crítica n°8 (diciembre 1965) Rainis dedicó un amplio ensayo al interés de
Scully por la arquitectura griega.
124
Foglia, M. E., Nota preliminar. En: Scully, V., Arquitectura actual. Seminario 5: Instituto
Interuniversitario de Historia de la Arquitectura. Universidad Nacional de Córdoba,
Facultad de Arquitectura y Urbanismo, 1967.
125
Las tres clases mencionadas y una conferencia sobre la arquitectura en los Estados
Unidos fueron publicadas por el IIDEHA en el volumen citado en nota anterior. La clase
sobre Louis Kahn fue también publicada por el instituto en el boletín de Bibliografía y
crítica, n° 8, pp. 7-16.
126
Scully, V., Arquitectura actual, op. cit., p. 39.

292
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Tívoli”. “[…] la invención no surge del espíritu vacío, que es todo lo


contrario de la tradición pedagógica de hace 20 años con sus bases
anti-intelectuales. No puede surgir sino de una mente llena de
recuerdos”127.

En cuanto a la acción del arquitecto en la ciudad, Scully


señalaba:

“[…] la arquitectura es una conversación entre generaciones, de la


cual surge y crece la ciudad, siempre cambiante, siempre viva; donde lo que
se construye después se acomoda y también compite con lo que ya estaba
allí. De modo que lo que resulta al final no es una cosa sino muchas cosas en
una relación de mutuo reflejo”128.

Marina Waisman encontraba clara esta metodología en el libro


de Scully sobre arquitectura moderna, donde se observaba una
“posición helenística” en Le Corbusier y en cambio, un alejamiento de
la cultura helénica en Wright 129. Por su parte, Liliana Rainis, advertía un
punto de vista interesante en sus trabajos sobre la arquitectura griega;
encontraba que, desde una relación templo-paisaje, Scully había
hallado una explicación diferente del motivo de tan variados templos:

“Investigando la relación paisaje-templo y las causas por las que los


templos que se repiten en paisajes distintos son particularmente
desiguales entre sí, encuentra Scully un nuevo enfoque para la
arquitectura griega”130.

Revisando las clases de los seminarios, pudimos encontrar


cómo los temas de la autonomía de la arquitectura, de la especificidad
del espacio, de la relación pasado y presente, fueron atravesando los
cursos aunque no eran los temas nodales de ellos. Esto ocurría porque
no existía una unidad temática o un programa de estudios y
contenidos. La finalidad de los seminarios del IIDEHA era otorgar

127
Ibídem, p. 49.
128
Ibídem, p. 33.
129
Sin embargo también Waisman objetaba fuertemente el enfoque metodológico del
libro que se apoyaba en el concepto de continuidad como criterio de guía y de juicio
estético, conduciendo a una excesiva valoración de la forma y el volumen en
detrimento del espacio. (Waisman. M. Vincent Scully, Jr. “Modern Architecture”. Ed.
George Brazilller Inc., New York, 1961. IIDEHA, Bibliografía y crítica, n° 7, julio 1965, p.
23).
130
Rainis, L., La arquitectura griega, la historia de la arquitectura y Vincent Scully.
IIDEHA. Bibliografía y crítica, n°8, diciembre 1965, p. 19

293
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herramientas para formar a los participantes en los aspectos


metodológicos131. En algunos cursos, como el de Taylor, esto fue
explícito, ya que las primeras clases se ocuparon de explicar cuál sería
el método de aproximación a las obras de arte.
El IIDEHA canalizaba, en esta primera etapa, los objetivos que
Enrico Tedeschi promovía en el ámbito académico desde su llegada al
país y hasta mediados de la década del sesenta: fundar una escuela
crítica. Era el mismo objetivo que tenían sus cursos de Historia de la
arquitectura y de Teoría en la carrera de grado. Las palabras de
Waisman en el último boletín del IIDEHA lo esclarecen, afirmando que,
recién con la introducción del enfoque crítico crociano, presentado en
Argentina por primera vez por Tedeschi hacia 1950 y, luego, por la visita
de Zevi y la difusión de sus libros en castellano, la enseñanza de la
historia de la arquitectura en el país había abandonado las dos
metodologías vigentes –las que aportaban información descriptiva
sobre edificios del pasado y las que se basaban en un enfoque
sociológico132. A partir de aquella renovación, la fundamentación para
la enseñanza de la historia estaba en que “la historia de la arquitectura
tendrá como función básica la formación de la conciencia crítica del
futuro arquitecto”133.
Según Waisman, centrando la atención en la obra y no en las
circunstancias en torno a la misma, fue posible reencontrar los hechos
arquitectónicos del pasado como hechos del presente, favoreciendo
una aproximación más interesante para los arquitectos. Todo ello se
había sido el corolario de las reuniones tucumanas de 1957 que
originaron el IIDEHA y que Tedeschi habí asumido como cometido. Sin
embargo, hacia 1967 Waisman creía que esa etapa de fuerte
renovación ya estaba cumplida y se necesitaba un “nuevo ajuste”, para
abordar las nuevas perspectivas del pensamiento arquitectónico,
desplazando la enseñanza de la historia de la arquitectura de la
consideración crítica de la obra hacia el estudio de los procesos de su
creación134. Waisman fundamentaba este cambio de eje en el cambio

131
En relación a la visita de Pevsner se explicaba que “El desarrollo del seminario se ha
planteado de tal modo que permita un enfoque metodológico, trascendiendo el mero
plano de información y ajustándose de este modo a las finalidades específicas de esta
entidad”. (IIDEHA. Boletín de Informaciones, n° 2, junio 1960, p. 3).
132
Waisman, M., La enseñanza de la historia de la arquitectura: Proceso y obra.
IIDEHA. Boletín Bibliográfico n° 9, diciembre 1967, pp. 23-38.
133
Ibídem, p. 24.
134
Ibídem, p. 26.

294
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de los valores estéticos en el arte y en la arquitectura contemporánea,


preocupada más por los procesos que por los resultados formales de
las obras concluidas.
Por otra parte, también este cambio se sostenía en las nuevas
preocupaciones sociales que estaban conduciendo hacia un “a-
esteticismo” en la arquitectura y que motivaban nuevos valores
existenciales o técnico-científicos. Por último, Waisman argumentaba
que el cambio de dirección tenía en verdad fundamentos pedagógicos,
que consistían en que el juicio crítico era más acorde a la formación de
historiadores que a la de arquitectos, en segundo lugar, que estudiar
los resultados y no los procesos podían conducir –en personas poco
formadas- a poner el ojo sólo en lo visual, fomentando visiones
formalistas; luego, que había que estimular la enseñanza activa y no
pasiva, por lo cual el rol crítico era contemplativo y no permitía la
“participación” de los estudiantes, es así como “el enfoque sobre el
proceso trae la asignatura a una posición más central, de una utilidad
más directa para la preparación del estudiante”135.
En 1968, el IIDEHA tuvo como invitado al historiador y crítico
inglés Reyner Banham quien ya estaba muy lejos del enfoque histórico
y crítico de los anteriores, presentando el tema ambiental en la
arquitectura desde sus innovaciones tecnológicas136. En el último
seminario Umberto Eco fue el invitado para aportar una aproximación
semiológica a la disciplina137. Los temas ambientales comenzaron a
interesarle cada vez más a Tedeschi, quien se encontró ante el
inminente cambio de rumbo y poco a poco fue abandonando la
historia. Como vimos no era un tema nuevo para él, sino que lo venía
estudiando y actualizando hacía tiempo desde una visión teórica de la
arquitectura ligada a la práctica que desmerecía la autonomía del
objeto arquitectónico en pos de un vínculo físico entre los elementos
naturales y artificiales y entre las diversas escalas de intervención.

135
Ibídem, p. 37.
136
Comentaremos los contenidos de este seminario en el Capítulo 7.
137
Diez años más tarde, la polémica sobre la operatividad de la historia para el
proyecto seguía en pie para Waisman, quien coordinó un número especial sobre el
tema en la revista Summarios n°5 (1977) con aportes de Zevi, Bonta, Tafuri, Waisman,
Banham y De Fusco.

295
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5.5. Una aproximación ambientalista a la teoría de la arquitectura.

El libro Teoría de la arquitectura (1962)138 se construyó en base a


las clases que comenzó a dictar Tedeschi en Córdoba a partir de 1956
en la asignatura con el mismo nombre y se cruzó en el camino con los
primeros debates del IIDEHA de 1958, especialmente centrados en la
relación entre la sociedad y el arte. Sin embargo, como es conocido, el
libro tiene una estructura tripartita, donde aparece un nuevo tema: la
naturaleza.. En torno a los debates dentro del IIDEHA no había
aparecido con suficiente consistencia el tópico de la naturaleza. ¿De
dónde trae Tedeschi esta preocupación? La naturaleza estuvo siempre
presente desde una concepción filosófica organicista que se fue
delineando en Tedeschi a partir de la posguerra y que estaba
subsumida en la idea de paisaje. Sin embargo, aunque fuera tema de
reflexión desde antes de la guerra, hasta mediados de los años
cincuenta se trataba aún de una aproximación empírica al tema. En
paralelo surgió la preocupación por el sol, consecuencia de su
implementación didáctica para el estudio de obras en las clases de
Teoría en Tucumán139 y de sus propias experimentaciones prácticas140.

Figura 14-15. Teoría de


la arquitectura. Buenos
Aires: Nueva Visión,
1962 (1° ed.) y 1976
(3° ed.)

138
Fue este una obra didáctica de amplísima difusión en las escuelas de arquitectura
del país y en América Latina.
139
Borgato, J.;Tedeschi, E., Asoleamiento en la arquitectura. Tucumán: FAU-UNT, 1955.
140
En el capítulo 4 estudiamos la relación entre estas experimentaciones y los
proyectos de arquitetcos norteamericanos que tenían amplia difusión en las revistas
norteamericanas como Pencil Points y también en revistas argentinas como Nuestra
Arquitectura.

296
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En ocasión de presentar sus antecedentes al CRICYT


(CONICET) Tedeschi fundamentaba su interés por este área de
estudios: “En el campo de la Teoría de la Arquitectura, hay un sector al
que he dedicado especial atención: la relación entre la arquitectura y el
urbanismo con el paisaje natural. Las tablas “Asoleamiento en la
Arquitectura”, publicadas en Tucumán en 1955, en colaboración con el
Arq. Jorge Borgato, ya indican este interés preferente que se confirma
en el libro Teoría de la Arquitectura, en que una de las tres partes que
lo componen está dedicada a este tema”141.
Efectivamente, Teoría de la Arquitectura se estructura bajo la
tríada “La naturaleza”, “La sociedad” y “El arte”. Esta estructura en el
marco teórico del trabajo se acerca a una concepción ambiental,
aunque algunas remanencias de trabajos anteriores, en especial, la
persistencia de las teorías estéticas de Croce, hace que este enfoque
no termine de perfilarse. Si comparamos el esquema de Tedeschi con
los de Federick Kiesler, vemos el problema. Las teorías biotécnicas
sobre el diseño arquitectónico de Kiesler tuvieron impacto en la cultura
disciplinar norteamericana de los años sesenta, aunque se remontan a
dos décadas atrás142. Kiesler había desarrollado un diagrama tripartito
de la acción del “ambiente total” sobre el hombre y de la interacción
continua de sus partes: el ambiente natural, el ambiente humano y el
ambiente tecnológico143.

141
CV Arquitecto Enrico Tedeschi, 1976. Archivo CCT Mendoza (CONICET).
142
Las investigaciones realizadas por Kiesler en la Universidad de Columbia a fines de
los años treinta fueron publicadas en On Correalism and Biotechnique. A Definition and
Test of a New Approach to Building Design, Architectural Record, september 1939, pp.
60-75. En la década del sesenta fueron retomadas especialmente por Alexander y
Chermayeff en Comunidad y privacidad (1963).
143
Tedeschi no hace referencia a Kiesler aunque sí al trabajo de Alexander y
Chermayeff, Comunidad y privacidad (1963), donde se reproduce uno de los
diagramas de Kiesler de 1939.

297
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Figura 16. Frederick Kiesler. “Hombre = Herencia + Ambiente. Diagrama de la acción continua del
ambiente total sobre el hombre y de la interacción continua de sus partes constitutivas unas sobre otras:
ambiente humano, ambiente natural, ambiente tecnológico”. Fuente: Architectural Record, September
1939, p. 60.
Figura 17. Interpretación del esquema de Kiesler por José María Pastor. Fuente: Nuestra Arquitectura
n°366, 1952.

Si comparamos esta estructura con la de Tedeschi,


encontramos una diferencia sustancial entre ambos esquemas
conceptuales es que lo que para Kiesler era técnica, para Tedeschi era
arte, una categoría que seguía teniendo peso:

“Los motivos de la naturaleza y la sociedad no son suficientes para


determinar o explicar la obra de arquitectura. Ésta es algo más que
idoneidad para el uso, construcción, adecuación al clima y al terreno.
Lo que hace de una construcción una obra de arquitectura es la
capacidad del arquitecto de expresar su modo de sentir lo que es el
edificio, el significado que tiene para él y que él trata de comunicar a
los demás con la forma”144.

De este modo, Teoría …le dedica a los temas de la técnica dos


puntos no muy breves aunque absorbidos dentro de los problemas de
la sociedad y reducidos a la industrialización y las estructuras. En
cambio, el arte, no es un campo de igual valor sino que se propone
como la mayor meta.
En el Capítulo 4 examinamos el lugar que Tedeschi le asignaba
a la técnica a través de los acercamientos que mantuvo con los
arquitectos que promovían una conjunción entre arte y diseño a
principios de los años cincuenta. Allí se manifestaba a favor de pensar

144
Tedeschi, E., Teoría de la Arquitectura. Buenos Aires: Nueva Visión, 1969, p.197.

298
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el material desde sus capacidades de expresión y desconfiaba de las


posibilidades de la industria en aportar una renovación a la disciplina,
debido a que la industrialización tendía a la monotonía y la abstracción,
sin permitir ni la individualdad creadora ni la flexibilidad formal. Aunque
sus exploraciones prácticas se encaminaron hacia una conjunción
factible –lo explicaremos cuando revisemos su proyecto para la FAU-
UM- su mensaje en Teoría … es cuanto menos desalentador. Más aún,
cuando la técnica dependía de la economía y de los problemas de la
industrialización, prefabricación y modulación -asociados a la
reducción de los costos de producción- que la arquitectura estaba aún
lejos de poder aplicar de manera amplia y además, la industrialización
conducía a la falta de dominio del arquitecto sobre la forma. Por el
contrario, las posibilidades de creación a través de la estructuras, para
Tedeschi abrían caminos interesantes, para articular creación individual
con principios orgánicos.
El libro tiene un gran corte entre sus dos primeras partes –la
naturaleza y la sociedad- y la tercera- el arte- que se debe de algún
modo a la concepción inicial de su programa de estudios de Tucumán
donde la asignatura se dividía en dos grandes temas de estudio: los
“problemas prácticos” y los “problemas ideales”, binomio que se
desprendía de una adaptación arquitectónica de la crítica idealista del
arte de Ragghianti. La naturaleza, introdujo de este modo un cambio
estructural entre el curso de Teoría de la Arquitectura de Tucumán -
dictado entre 1949 y 1953- y el programa de estudios de Córdoba de
1956, ya que, la naturaleza, no es “práctica” ni “ideal”145.
En trabajos anteriores, como Una introducción a la historia de la
arquitectura (1951), la noción de paisaje era abordaba desde una
mirada espacial y visual, pero aún no referida a un marco conceptual
geográfico. El urbanista argentino José Manuel Pastor ya había
trabajado con el concepto kulturlandschaft, en la década de 1940146.

145
Los contenidos del Plan de estudios de Córdoba: “Introducción: La situación de la
arquitectura / NATURALEZA: paisaje natural / SOCIEDAD: Arquitectura y sociedad: Uso
físico, dimensionar, diferenciar, coordinar, concentrar superficies libres, iluminación,
ventilación, asoleamiento. Uso psicológico, uso social, trabajo, cultura, vida relación,
paisaje cultural. Sociedad y técnica: técnica y economía, programa y metodología /
ARTE: la experiencia estética, forma-plástica, escala-espacio, gusto y personalidad.
(Programa de Teoría de la Arquitectura, año 1956, Facultad de Arquitectura y
Urbanismo, Universidad Nacional de Córdoba. Archivo UNC).
146
Según Pastor el concepto kulturlandschaft, utilizado por primera vez por Wilhelm
Heinrich Riehl a mediados del siglo XIX para fundamentar la idea de que existe un
vínculo indisoluble entre la gente y un paisaje particular, luego fue retomado por

299
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Tedeschi menciona en notas a Friedrich Ratzel147 y Jean Brunhes sólo


como antecedentes148, aunque utiliza particularmente los conceptos
de Carl Sauer149 para definir el paisaje natural:

“Paisaje en el sentido geográfico, según […] Sauer, es el conjunto de


las formas que se presentan sobre la superficie terrestre.
Evidentemente hay muchas formas que se presentan sobre la
superficie terrestre […] Pero existe una diferencia muy grande entre
un glaciar, un lago, o las vías del ferrocarril o una casa. La diferencia
fundamental es que en un caso estamos frente a formas que son
naturales y en otro caso frente a formas que son producidas por el
hombre. Así que la primera distinción de carácter general que hay
dentro del concepto de paisaje es una diferencia entre “paisaje
natural” y “paisaje cultural”, donde: “El paisaje cultural, en realidad, no
es otra cosa que el mismo paisaje natural transformado por obras del
hombre”150.

Para Sauer el proceso de conformación del paisaje, no es


solamente físico sino que incluye “una asociación distintiva de formas,
tanto físicas como culturales”. Las primeras designan un área física,
equivalente a “ la suma de todos los recursos naturales que el hombre

algunos geógrafos alemanes como Ratzel y Haushofer. (Pastor, J. M., El concepto de


región de planeamiento. Revista de Arquitectura, n°366, 1952, pp.41-48). El uso de este
concepto fue controvertido ya que también fue utilizado más tarde por algunos teóricos
nazis para sostener la idea de que una nación está asociada a un determinado lugar
para vivir. Véase Lekan, T.; Zeller, T., Germany's Nature: Cultural Landscapes and
Environmental History. New Brunswick, Rutgers, 2005.
147
Ratzel aplicó el evolucionismo biológico a la geografía creando el concepto de
Lebensraun o “espacio vital”, el cual unificaba a los pueblos que compartían un
territorio y una historia común y había identificado una serie de leyes para el
crecimiento en espacio de los estados nacionales, en base a un síntesis de la historia
de la expansión territorial de los grandes imperios. (Paulsen Bilbao, A. “Los aportes de
Friedrich Ratzel y Halford Mackinder en la construcción de la geografía política en
tiempos de continuidades y cambios”. Revista de Geografía Espacios, vol. 5, n° 9,
2015, pp. 64-81)
148
Tedeschi, E., Teoría de la Arquitectura. Buenos Aires: Nueva Visión, 1969, p. 266.
149
Carl Sauer (1889-1975), geógrafo estadounidense publicó en 1925 The Morphology
of Landscape. Su aporte principal fue agregar a las teorías de la geografía alemana no
sólo el concepto de “paisaje” sino también el de “cultura” y la corología (estudio de la
distribución geográfica de las especies). También desacreditó el determinismo
ambiental de teorías como las de Ratzel y Huntington. (Denevan, W.; Mathewson, K.
(eds.), Carl Sauer on Culture and Landscape. Louisiana: Baton Roude, 2009, p. 11).
150
Tedeschi, E., Teoría de la Arquitectura. Versión taquigráfica publicada por el
Movimiento de Estudiantes Universitarios Humanistas, de las clases dictadas por el
Prof. Enrico Tedeschi, durante el año 1956. Córdoba: Departamento de Acción Social,
1957, p. 16. En la edición de estas clases se reproducen al final del texto los
diagramas de Sauer. Agradezco a Sebastián Malecki por haberme facilitado una copia
de este material.

300
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tiene a su disposición en esa área”, las segundas definen “la impresión


de los trabajos del hombre sobre el área”151. Tedeschi reproduce un
diagrama representativo de lo que Sauer denominó morfología del
paisaje natural152 donde se establecen las categorías clima, terreno y
vegetación153 y desarrolla estos tres aspectos.
Los temas del clima están desarrollados ampliamente
referenciando los estudios bioclimáticos de Jeffrey Aronin y Victor
Olgyay. Tedeschi señalaba que el interés particular de los estudios de
Olgyay era que atendían a las diferencias en las condiciones de
bienestar físico entre diversas regiones, estudiando el posible equilibrio
ambiental entre la temperatura, la humedad y su afectación sobre el
organismo humano154.
La bibliografía del curso Teoría de la arquitectura, contaba con
sólo cuatro libros, entre los cuales estaba Las tres lámparas de la
arquitectura moderna de Joseph Hudnut, editado en los EEUU en 1953
y en Argentina en 1954155. Noemí Adagio ha señalado algunos
paralelismos entre las visiones de Joseph Hudnut y Enrico Tedeschi156,
quienes compartían una cultura arquitectónica en defensa de los
valores humanos y contra la lógica del consumo de la sociedad de
masas. Las ideas de Hudnut, como Adagio observa, desplazan el rol
determinante de la técnica y de los avances científicos en la definición
formal, atribuyendo esta capacidad a la habilidad de los arquitectos,
que pueden o no saber utilizar las nuevas tecnologías y materiales. De
esta manera, Hudnut ponía el foco en la arquitectura como un arte fruto

151
Sauer, C., La morfología del paisaje. Polis. Revista de la Universidad Bolivariana, vol.
5, n° 15, 2006.
152
Tedeschi, E., Teoría de la arquitectura. Buenos Aires: Nueva Visión, 1962 (1° ed., p.
147).
153
Por lo que pudimos constatar no parece que Tedeschi haya estudiado los trabajos
de Sauer de manera directa sino a través del libro de Oscar Schmieder, Geografía de
América (1946), de donde extrae el diagrama citado.
154
Se referencia el libro de Aronin, J. Climate and Architecture. Nueva York: Reinhold,
1953. Los trabajos de los hermanos Olgyay en el MIT fueron publicados en 1963 bajo
el título Design with Climate. Bioclimatic Approach to Architectural Regionalism. Nueva
Jersey: Princeton University Press.
155
Los cuatro volúmenes recomendados son: Hudnut, J. Las tres lámparas de la
arquitectura; Griffini, E. Construcción racional de la casa; Venturi, L. Historia de la crítica
de arte; Gropius, W. Alcances de la arquitectura integral. (Programa de Teoría de la
Arquitectura, año 1956, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Nacional de
Córdoba. Archivo UNC).
156
Adagio, N., Mass culture at mid-century. Architecture under a “new humanism”. En
Del Real, P.; Gyger, H. Latin American Modern Architectures. Nueva York: Routledge,
2013.

301
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de la creación individual, en la búsqueda del alma poética en el


arquitecto y en la forma arquitectónica como resultado de la asociación
de ideas157.
El problema ambiental también es abordado desde otros
enfoques, como el vitalista, que define a la arquitectura como
prolongación de las funciones biológicas en el espacio. La
interpretación orgánica de Zevi ya no forma parte del mundo
visitado158: Ahora Tedeschi referencia en esta línea las ideas del
arquitecto Richard Neutra159 sobre el realismo biológico y las del
filósofo Douglas Harding sobre la jerarquía del universo160.

“[…] al modelar las formas y los espacios donde los hombres nacen,
viven y mueren, el arquitecto está prolongando funcionalmente al
hombre en el espacio, le proporciona […] una gran parte de ese
equipamiento vital sin el cual el hombre no es totalmente un ser
humano, sino un animal y hasta menos que un animal, pues el cuerpo
humano despojado de casa y muebles y vestidos no es cuerpo
realmente humano, es incapaz de cualquier función específicamente
humana y hasta de sobrevivir”161.

Citaba aquí Tedeschi a Douglas E. Harding162, cuyas ideas


filosóficas aplicadas a la arquitectura proponían cambiar la definición
corbusierana de la casa como una máquina en la cual habitar por la
casa como un órgano a través del cual extender el cuerpo humano. Lo
extraño es que teorías como las de Harding luego no se traducen en
propuestas operativas ya que, cuando el libro aborda los temas

157
Hudnut, J., Las tres lámparas de la arquitectura moderna. Buenos Aires:
Contémpora, 1954, p. 23.
158
La influencia de Zevi es reconocida en el prefacio por otra causa: como autor de la
teoría que sostiene en la historia la base de la enseñanza de la arquitectura (léase
proyecto) y Tedeschi admite que su libro es un intento de combinar la didáctica
histórica de Ragghianti con la teoría de Zevi. (Tedeschi, E., op. cit., p. 12).
159
Neutra era muy difundido en el ámbito local y Tedeschi usaba sus obras como
casos de estudio en sus clases.
160
Harding, D. E., The Hierarchy of Heaven and Earth. Londres: Faber & Faber, 1952.
161
El extracto que cita Tedeschi (aquí destacado en bastardillas) pertenece al artículo
de Douglas Harding “Embodiments. Architecture as a biological function”, publicado
en The Architectural Review, febrero 1955, pp. 95-99. Tedeschi observa que Harding
profundiza más en las teorías biológicas de la arquitectura que Neutra. (Tedeschi, E.
op. cit., p. 107).
162
Douglas. E. Harding (1909-2007) fue un arquitecto y filósofo inglés que desde una
conjunción entre ciencia y religión desarrolló una teoría del universo influenciada por la
descripción de Newton de los objetos actuando sobre objetos, donde el cosmos no
tiene centro y el cuerpo humano no puede ser consciente de su cabeza. (Lang, R.
Douglas Harding y el universo viviente. Accedido en: http://www.headless.org/).

302
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funcionales de la vivienda, Tedeschi toma conceptos del manual


italiano de Enrico Griffini, el cual a su vez recupera fundamentalmente
las teorías de Alexander Klein sobre la eficiencia en el uso del espacio
en función de los principios de la organización moderna del trabajo
doméstico. Según Griffini, en el estudio planimétrico, “la casa debe
considerarse como un organismo viviente en perfecta armonía con las
condiciones de vida. Desde tal punto de vista, en el estudio del
proyecto se deben preveer y resolver en el modo más racional y
confortable las diversas funciones que la casa debe poder satisfacer:
dormir, trabajar, cocinar, comer, etc.”163
Griffini sintetiza y ejemplifica los ocho principios fundamentales
para regulan la organización planimétrica de una vivienda racional
según Klein: 1) la posibilidad de tener vistas interiores desde distintos
puntos, 2) el vínculo entre el interior y el exterior por medio de ventanas
y puertas corredizas, 3) la colocación adecuada del mobiliario para
posibilitar superficies libres concentradas y compactas, 4) vistas desde
distintos espacios hacia el lugar de juego de los niños, 5) máximo
asoleamiento, 6) ampliar la superficie de las habitaciones a expensas
del estar-comedor, 7) puerta de vidrio en la cocina para poder observar
el comedor y vigilar a los niños, 8) calefacción164. Tedeschi retoma
algunos de estos puntos y los transforma en cuatro principios para
satisfacer las necesidades de uso físico: dimensionar correctamente,
diferenciar, coordinar y concentrar las superficies libres165.

(¿Qué obras se analizaban en los cursos de Teoría?)

“Las obras de aquí, cada uno elegía una obra distinta y después eso
mismo se hacía con arquitectura internacional. Por ejemplo, las casas que
había hecho Julio Pinzani para los Di Tella. En general eran obras de los años
cincuenta, era lo nuevo que había, o las casas de Arias y Taranto, de Rébora.
Yo hice un trabajo sobre un hotel en Carlos Paz que era de Lluberá. todos

163
Griffini, E., Costruzione razionale della casa. Parte I: Distribuzione, organizzazione,
unificazione della casa. Nuovi orientamenti. Milano: Hoepli, 1948 (1° ed 1931), p. 163
(T.d.A.).
164
Ibídem, p. 185.
165
Tedeschi, E., Teoría de la Arquitectura. Buenos Aires: Nueva Visión, 1969. Según
Noemí Goytía, estas mismas categorías se utilizaban como guía para los análisis de
obras que realizaban los estudiantes en el curso de Teoría de la Arquitectura en la
UNC. (Entrevista a la arquitecta Noemí Goytía. Córdoba: julio de 2014).

303
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arquitectos del movimiento moderno de aquí de Córdoba y después


analizábamos obras de los maestros. La casa de Gropius le interesaba
muchísimo, la casa propia o también la de Breuer y Gropius, la casa
Farnsworth de Mies, y Wright ,sobre todo las Usonian” 166.

Figura 18. Diagramas de zonificación funcional: casa en New Canaan de Marcel Breuer y casa Winckler-
Goetsch de Frank Lloyd Wright y vivienda económica en Milán. Fuente: Teoría de la arquitectura. Buenos
Aires: Nueva Visión, 1962 (1° ed.), p. 51-52.

Figura 19. “Gráfico comparartivo de las superficies de las distintas zonas funcionales en las cinco casas
estudiadas”. Fuente: Teoría de la arquitectura. Buenos Aires: Nueva Visión, 1962 (1° ed.), p. 54-55.

166
Ibídem.

304
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Figura 20. Helioindicador. Apéndice en Teoría de la arquitectura. Buenos Aires: Nueva Visión, 1976 (3°
ed.).

¿Arte o coordinación?. Según Adagio y Shmidt, Teoría… es un


tratado de arquitectura que incorpora el concepto del arquitecto como
coordinador, idea que había sido propuesta anteriormente por
Giedion167, aunque Tedeschi la advierte en Gropius168 y así explicitaba
su cometido:

“Coordinar: ¿para qué fin? Para producir la obra de arquitectura, en


que se coordinan factores físicos, técnicos, psicológicos, sociales,
económicos, que se transforman en arquitectura sólo cuando
interviene la mediación del arte. Aquí radica la calidad especial de la
obra de arquitectura y la dificultad principal de la enseñanza, en
cuanto no es suficiente el conocimiento de todos los factores
enunciados para formar el arquitecto. La síntesis, la coordinación,
debe hacerse en nombre del arte, que, como es demasiado
conocido, no se enseña”169.

Tedeschi llega así en 1956 a un conflicto: ¿Cómo enseñar lo


que no se puede enseñar? Aunque compartía la idea de Gropius de

167
Adagio N.; Shmidt, C., 1942+. En Adagio, N. (ed.), La biblioteca de la arquitectura
moderna (pp.110-115). Rosario: UNR Editora, 2012. En los Estados Unidos, fue uno de
los temas debatidos en los inicios de la posguerra. Véase Holden, A., "The architect:
co-ordinator”, Pencil Points, february 1943, p. 72.
168
Tedeschi, E., “La enseñanza de la arquitectura”. Nuestra Arquitectura nº318, 1956,
pp. 17-19.
169
Ibídem, p. 18.

305
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que lo que debía hacerse era desarrollar la “personalidad” del


arquitecto más que sus habilidades profesionales, durante los
siguientes años, hasta la publicación de Teoría, Tedeschi dirigió
algunos esfuerzos a construir una aproximación científica a los
problemas del proyecto, aunque, no tan rígida. El programa de
estudios de 1956 había introducido el análisis de metodologías
proyectuales para sistematizar la organización de los programas. El
tema aparece tratado en la segunda edición de Teoría, donde se hacía
referencia en particular a las investigaciones de Christopher Alexander,
luego de que fueran publicados sus trabajos Comunidad y Privacidad
(1963) y Ensayo sobre la síntesis de la forma (1964). Uno de los
aspectos más interesantes de Teoría, y que se hace más claro en su
segunda edición de 1969, es que tiene por objetivo la búsqueda de un
método de estudio para alcanzar una definición de la forma no
apriorística, para lo cual se involucra con una búsqueda científica a los
problemas del diseño. El tema estaba en discusión en el ambiente
internacional, y especialmente en Italia170.
Esta búsqueda, que parecía prometedora, se pierde en medio
del carácter enciclopédico del libro y presenta la incongruencia de
proponer un método proyectual cuasi “científico”, matizado con
criterios subjetivos. Es así como el punto dedicado a los nuevos
métodos sistemáticos de diseño, se propone como una vía para
ordenar el programa de necesidades del proyecto, como una “reflexión
analítica de los datos”, pero no para determinar su forma, que se
considera producto de la “idea rectora” del arquitecto:

“Pues la idea rectora, y generadora, dará sentido a cada una de ellas,


ayudará a resolver las dudas, orientará las soluciones asegurando la
coherencia del diseño. Cómo la idea se hace imagen y luego ésta se
precisa en formas concretas en las que resultan satisfechas las
exigencias particulares, es más difícil de explicar, pues interesa ya al
proceso creador que es propio y particular de cada arquitecto” 171.

170
Giuseppe Samonà había organizado una serie de conferencias sobre “Metodologia
della progettazione” en el Instituto de Venecia en los cursos de 1964-65. Véase Canella,
G. (et. al), Teoria della progettazione architettonica. Bari: Dedalo Libri, 1968. (Edición
castellana: TeorÍa de la proyectación arquitectónica. Barcelona: GG, 1971).
171
Tedeschi, E., Teoría de la Arquitectura. Buenos Aires: Nueva Visión, 1969, p. 196.

306
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Figura 21. “Metodología para la formulación de un programa”. Los tres campos condicionantes de un
programa arquitectónico son: “Localización”, “Tipología” y “Técnica”. Fuente: Teoría de la Arquitectura.
Buenos Aires: Nueva Visión, 1969 (2° ed.).

Figura 22. ESPACIO. Esquema analítico para estudiar el espacio. Fuente: Teoría de la Arquitectura. Buenos
Aires: Nueva Visión, 1969 (2° ed.).

Con apoyo en los fundamentos de Henri Focillon, para quien la


forma es “la expresión del contenido” en el arte, Tedeschi introduce el
concepto del espacio en la categoría forma, estructurando una tríada
didáctica, espacio-plástica-escala:

“El espacio arquitectónico, por ser limitado, no puede desprenderse


de sus límites ni ignorarlos, y, por ser recorrible, no puede separarse
tampoco de la presencia de quien lo recorre. No puede apartarse de
la Plástica, que es la forma de sus límites, ni de la Escala, que lo mide
en relación con el observador172.

172
Tedeschi, E., Teoría de la Arquitectura. Buenos Aires: Nueva Visión, 1962, p.246.

307
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Una vez reconocido este límite, en la útlima parte del trabajo, el


“arte”, tampoco se propone guías para la creación de la forma sino
una metodología para el “análisis objetivo de las estructuras
formales”173, donde se intentan complementar los métodos
purovisualistas con otros que permitan “objetivar las sensaciones que
produce la experiencia espacial”174. El esquema plástica, escala y
espacio se complementan con el uso de métodos analíticos derivados
de las teorías de Konrad Fiedler y Heinrich Wölfflin. Tedeschi sostenía -
siguiendo una afirmación de Antonio Banfi- que estas teorías eran
útiles para construir un método crítico de análisis descriptivo y de
determinación histórica de obras porque allí los conceptos servían
como instrumentos de análisis sin convertirse en entidades
abstractas175. En consecuencia, la aproximación no exploraba la
práctica creativa sino la formación crítica:

“Puede decirse que reconocida la necesidad de renunciar a una


estética axiológica como ciencia de valores objetivos, y aceptando el
camino de la investigación de la experiencia estética como más
fecundo, el trabajo más útil puede realizarse justamente en este
campo, para afinar el análisis estructural, y establecer un lenguaje
descriptivo y analítico que facilite la crítica –sin ser crítica todavía- y la
transmisión de las experiencias estéticas” 176.

Las metodologías proyectuales introducidas en la segunda


edición de 1969 exploran un método para organizar el programa que
no se vincula con la posterior definición formal. No hay instancia de
integración entre ambos procesos, ya que se adjudica tal síntesis a la
imagen o “idea rectora” del arquitecto. Tampoco existe una conexión
entre las distintos campos de estudio que propone libro y el “análisis
estructural de la forma”. La definición formal sólo se relaciona con la
naturaleza, a través de la noción de paisaje, que allí es entendido
desde un punto de vista exclusivamente visual y no desde el punto de
vista geográfico, como se presenta en la primera parte del volumen.
Tampoco hay vínculos entre la definición formal y los usos, ni mucho

173
Se aclara que este tipo de análisis se implementa con fines didácticos y que no
alcanza a estudiar los factores de la “personalidad” y el “gusto” del arquitecto y más
aún, en los cursos de Historia, requeriría integrarse con la situación de la obra en la
historia del arte. (Tedeschi, E., op. cit., p. 206 y 278)
174
Ibídem, p. 207.
175
Tedeschi, E., Teoría de la Arquitectura. Buenos Aires: Nueva Visión, 1962, p. 167.
176
Ibídem, p. 93.

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menos un vínculo entre la definición formal y la técnica.


En síntesis, el “arte” no interacciona con la “naturaleza” ni con
la “sociedad”. Teoría de la arquitectura es un compendio de clases
sucesivas apenas articuladas. Exceptuando los sustanciales esfuerzos
por lograr consistencia en el capítulo sobre el “arte”, en las dos
primeras partes del libro no se elabora una propuesta propia sino que
se tratan numerosos temas desconectados entre sí, a través de la
revisión de estudios de carácter científico de distintos autores
especializados177. A pesar de estas fracturas, Teoría.. fue un trabajo de
mucho valor en su momento. Presentó por primera vez los temas
ambientales de la arquitectura en la cultura local y difundió
experiencias didácticas concretas como ninguna otra escuela o
cátedra de arquitectura estaba haciendo en el país.

Figuras 23-24. “Eric Mendelsohn, Cine


Universum. Un tratamiento plástico de
fajas luminosas orienta
direccionalmente el espacio” // “
Catania, Grammichele. Un caso de
espacio dinámico y centrífugo”. Fuente:
Tedeschi, E., Teoría de la arquitectura
(1a edición). Buenos Aires: Nueva
Visión, 1962.

177
Como observa Prieto, la sección del libro sobre “El arte” es más consistente debido
a que se funda en los lineamientos de su anterior trabajo, Una introducción a la historia.
(Véase Prieto, E., Tedeschi, el historiador como crítico. En: Tedeschi, E. Una
introducción a la historia de la arquitectura.Barcelona: Reverté, 2017).

309
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Entre fines de los años cincuenta y fines de los sesenta, el


IIDEHA fue una institución trascendente para las actividades
académicas de la arquitectura en el país, en primer lugar, por haber
elevado el nivel de los debates en el área de la historia, acogiendo
invitados de altísimo nivel intenacional. En particular, para los docentes
de historia -quienes no ocupaban habitualmente los espacios centrales
en las escuelas de arquitectura-, el instituto brindó un canal de
formación e intercambio alternativo al que se había fundado en Buenos
Aires, a través de un enfoque que permitía aproximarse a la historia de
una manera no cientificista, sino operativa. Se trataba de una nueva
operatividad, sostenida en una relación de continuidad entre el pasado
y el presente aunque distinta de las otras dos que relacionaban hasta
el momento la historia y el proyecto: la antigua pedagogía de la
composición por estilos y las experiencias proyectuales que se habían
emprendido hacia los años veinte a través de la búsqueda de
identidades en el pasado colonial.
Luego de esta década de oro, el área de la Historia fue
perdiendo peso en los ámbitos universitarios de todo el país hasta casi
considerarse innecesaria. La universidad estatal se vió fuertemente
transformada por las nuevas corrientes ideológicas que instalaron otras
asignaturas en reemplazo de la Historia, encauzadas en las ciencias
sociales178. Para ese entonces Tedeschi, ya se había desplazado del
área y estaba abocado a la Teoría. Aunque desde ese campo tampoco
daba respuestas a las nuevas demandas juveniles. El modelo de
arquitecto que sostenían sus enseñanzas era cuestionado por
“enciclopédico-esteticista” o “tecnocrático-eficientista”, por no
comprometerse con las necesidades reales y la función social que
debía tener la arquitectura179.

178
Gutiérrez, R.; Paterlini, O. (eds.), op. cit..
179
Malecki, J. S., Crisis, radicalización y política en el Taller Total de Córdoba, 1970-
1975. Prohistoria, año XIX, n° 25, junio 2016, pp. 79-103.

310
6. ORGANICISMO Y TÉCNICA
MENDOZA, 1959-1972

Entre 1959 y 1960 acontecieron una serie de sucesos destacados para la comunidad
de los arquitectos mendocinos. Inicialmente nucleados en la División Mendoza de la
Sociedad Central de Arquitectos, en 1959 conformaron la Sociedad de Arquitectos de
Mendoza. Ese mismo año, el gobierno municipal creó una Comisión Especial de
Planificación Urbana para realizar un diagnóstico de la ciudad y elaborar luego futuras
normas de edificación. En paralelo, el proyecto académico de fundar una escuela de
arquitectura en esa provincia, se concretó en 1960, a través de una universidad de
gestión privada.

311
…. … . …. . . . .… . . . … Ca pí tu l o 6 . O rgan i c ism o y té cn ic a …. . . . . .. . … . .. . . ……

6.1. Hacia un regionalismo técnico

Los modos en los que la atención al problema regional en la


arquitectura continuó siendo protagónica durante las décadas del
cincuenta en la agenda internacional fueron muy variados y dan cuenta
del agotamiento de algunos discursos vernaculistas en pos de miradas
más amplias y de un cambio en las fuentes de emisión de los
discursos. Algunas visiones actuales sostienen que el regionalismo no
fue tanto una convicción ideológica sino una adaptación forzada a las
circunstancias, ya que puede verse una relación directa entre el exilio
de destacados arquitectos europeos entre 1930 y 1950 con el giro
regionalista en la arquitectura moderna. Encontrar en esa postura una
estrategia para ser bien recibidos en las nuevas culturas, podría haber
originado que las condiciones específicas del lugar y el clima fueran
sus principales argumentaciones1. Para Roberto Fernández, la posición
regionalista también es estratégica, aunque no sería una pausa ni un
giro sino un camino hacia la modernidad que implicó escoger posturas
excéntricas o incluso confrontativas con respecto al ideal iluminista que
promovía la conciencia de un único mundo; sin embargo, ello no
significaría que sus propuestas no hayan involucrado un saber global
sino que estaban pensadas para lugares y sociedades específicas, y
utilizaron el recurso a lo híbrido como un instrumento de adaptación a
los contextos políticos y culturales2.
Canizaro concuerda en la identificación de vertientes
regionalistas en la arquitectura moderna a nivel mundial, cuyos valores
principales radican en su poder para conectar la arquitectura con las
“cualidades de vida locales”, con las condiciones medioambientales,
con la realidad y la diversidad propia de una región sin hacer a un lado
las posibilidades e implicancias globales3. Reconoce esta tradición en
la teoría de la arquitectura en un movimiento que tuvo lugar durante los
años veinte y que abarcó distintas disciplinas del arte y de la cultura

1
En relación a este tema Joaquín Medina Warmburg menciona en particular el trabajo
de Bernd Nikolai Architektur und Exil .(Medina Warmburg, J., Architecture, Climate and
Modern Culture. En: The Construction of Climate in Modern Architectural Culture, 1920-
1980. Madrid: Lampreave, 2015).
2
Fernández, R., Hybris americana. Sobre la Modernidad ecléctica de Costa y Barragán.
En: Fernández, R., Modos del proyecto. Buenos Aires: Nobuko, 2013, pp. 161-177.
3
Canizaro, V. (ed.), Architectural Regionalism. Nueva York: Princeton Architectural
Press, 2007, p.12.

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que buscaron apropiarse de los atributos locales como fuentes de


creatividad para construir un futuro. Según esta posición, lo moderno y
lo regional son compatibles, ya que el regionalismo se diferencia de las
prácticas vernáculas espontáneas porque responde a estas demandas
por opción y no por necesidad y también se diferencia del
provincialismo, porque no busca tomar distancia de los centros
culturales desde una visión limitada sino que busca resistir los valores
establecidos por el centro promoviendo los propios4.
Sabatino y Lejeune, encuentran que la actitud dialoguista entre
la naturaleza, las tradiciones vernáculas y la arquitectura moderna no
fue un tema ante la crisis de los años treinta y las experiencias de los
cuarenta sino que estuvo siempre presente, pero fue ocultada por los
discursos historiográficos, omitiendo aquellas obras que pudieran
revelar sensibilidad hacia las tradiciones locales, y es por ello que la
arquitectura moderna tendió a difundirse desde su condición de
homogeneidad5. Un ejemplo de esta operación uniformizante sería el
trabajo crítico de Hitchcock sobre la arquitectura de posguerra en
América Latina6, el cual, según advierte del Real, puede entenderse
como un intento por forzar y exaltar homogeneidades, seleccionando
aquello que no denota cualidades singulares7. Hitchcock caracterizaba
la producción propia de América Latina como una arquitectura
moderna, universal, considerando que los motivos que hacían que se
distinguiera de la norteamericana estaban en su raíz ibérica, su
dificultad de acceso a las tecnologías y sus condiciones climáticas8.
Fue así como, durante la década del cincuenta, la idea de lo
regional en la arquitectura no sólo atendía las características culturales
sino que empezaba a centrar su atención en el problema de los
recursos materiales y en las características del clima. Como
examinamos en el capítulo 3, se trataba de una nueva sensibilidad por
el lugar que se había encendido a fines de la década del cuarenta y se
identifica con claridad en los estudios ambientales que emprenidó

4
Ibídem.
5
Lejeune, J. F.; Sabatino, M., North versus South. En: Lejeune, J. F.; Sabatino, M.
(eds.), Modern Architecture and the Mediterranean. Nueva York: Routledge, 2010.
6
Hitchcock, H. R., Latin American architecture since 1945. Nueva York: MOMA, 1955.
7
Del Real, P., Building a Continent. The Idea of Latin American Architecture in the Early
Postwar. Tesis de Doctorado. Columbia University, 2012.
8
Hitchcock, H. R., Latin American architecture since 1945. Nueva York: Museum of
Modern Art, 1955.

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Richard Neutra9, pero que se extendió durante toda la década


siguiente en nuevos caminos interpretativos.
El mismo Giedion, intentaba ahora promover un nuevo
internacionalismo basado en la diferencia, rechazando aquella
arquitectura que “no echaba raíces” y advirtiendo que la aproximación
estilística a los problemas de la arquitectura había llegado a su fin y era
necesario entonces que el “arquitecto-planificador” trascendiera los
problemas de la forma y se involucrara con la totalidad del
medioambiente. Argumentaba que esta nueva aproximación se
vinculaba a una nueva concepción espacial que era común al arte y a
la arquitectura contemporánea de todos los países, pero que tenía
expresiones individuales vinculadas a la región en la cual operaban y
que podían verse claramente en experiencias recientes realizadas en
Africa, India y América Latina10. Gropius, desde una posición ambigua,
proclamaba por una expresión “indígena, regional, derivada del
ambiente, el clima, el paisaje, los hábitos del pueblo”, mediante un
“rejuvenecimiento que nazca desde las raíces” pero que no consistiera
en imitar rasgos del pasado sino que el “carácter regional” debía
derivar de las condiciones climáticas11.
En Argentina la circulación de este nuevo programa cultural
emergente a mediados del siglo XX no está del todo identificada o
interpretada como un corpus teórico definido y, en gran parte, se debe
a la variedad de interpretaciones12. Horacio Baliero recordaba años
más tarde, que la arquitectura en los años cincuenta se había teñido
del vigor de las experiencias de Brasil, de los Estados Unidos y de los
últimos proyectos de Le Corbusier. Se preguntaba frente a tal nuevo
panorama:

9
Véase Neutra, R., Architecture of social concern, in regions of mild climate. San Pablo:
Todtman, 1948.
10
Giedion, S., Acerca del nuevo regionalismo. En: Arquitectura y comunidad, (pp. 94-
104). Buenos Aires: Nueva Visión, 1957. (Texto originalmente publicado en Architectural
Record, enero 1954, bajo el título “The State of Contemporary Architecture I: The
Regional Approach”).
11
Gropius, W., Ocho pasos hacia una sólida arquitectura. Nuestra Arquitectura, n° 298,
mayo 1954, pp. 136-138.
12
Adagio y Shmidt recopilaron material sobre las publicaciones de arquitectura que
difundieron en Argentina distintas vertientes teóricas e ideológicas donde puede leerse
la heterogeneidad de las fuentes que nutrieron la escena local. Véase Adagio, N. (ed.),
La biblioteca de la arquitectura moderna: Argentina 1929-1963. Rosario: UNR/A&P,
2012.

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“[…] ¿cuál era la arquitectura moderna? De hecho no se podía dar


una respuesta lineal y unívoca pero se podía aceptar que convivían
distintas opciones formales, variantes regionales o modalidades para,
incluso discutirlas ferozmente, sin que una tajante y exclusiva
diferenciación tecnológica definiera el juego” 13.

La idealización del mundo rural, el gusto por lo rústico y la


revitalización de las tradiciones folklóricas que caracterizaron el tinte
regionalista de los años cuarenta persistió incluso hacia la primera
mitad de la década del sesenta entre quienes buscaban fuentes
vernáculas en el noroeste del país, señalando similitudes grandes entre
la arquitectura de las culturas precolombinas y la construida por los
españoles luego de la conquista. Esta tendencia, que legitimaba la
búsqueda de “valoraciones más próximas al hombre de una región
determinada” se apoyaba en la geografía de Daus y en la teoría sobre
la tonada en el lenguaje de Canal Feijóo, integrando regionalismo con
organicismo en la promoción de una cultura propia “del interior”. Una
cultura antimetropolitana que denunciaba el “europeísmo”
predominante de las ciudades de América Latina14.
La misma base ideológica puede leerse en quienes se
proclamaron fundadores de una tendencia renovadora, el
“casablanquismo”. Sus gestores proponían fusionar en la práctica, un
marco teórico “antirracionalista”, con una sensibilidad social, una
“humanización” de la arquitectura desde la adecuación de la técnica a
las circunstancias y la domesticidad15. Según Liernur, este fenómeno
cultural, dentro del cual se involucran tanto el regionalismo como el
organicismo, se vió acentuado en esos años como contrapartida de
los procesos de modernización, metropolización y burocratización16.
Sin embargo, lateralmente a aquella vía de abordaje al
regionalismo, existieron las aproximaciones técnica y bioclimática, que
bien podían entremezclarse en los discursos. Luego de la Segunda
Guerra Mundial la atracción por el panorama norteamericano y la

13
Baliero, H., La mirada desde el margen. Buenos Aires: FADU-UBA, 1993, p. 6.
14
Lesta, F., Carta del “interior”. Nuestra Arquitectura, n° 373, diciembre 1960, p. 16.
15
Iglesia, R., La reacción antirracionalista en Argentina. Zodiac, n° 14, 1965, pp. 146-
161.
16
Liernur, J. F., Arquitectura en la Argentina del siglo XX. La construcción de la
modernidad. Buenos Aires: Fondo Nacional de la Artes, 2001.

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intención de instalar una nueva arquitectura moderna, diferente de la


europea, fue la clave para instalar un especial interés en la producción
de América Latina. El foco se puso en la diversidad de sus climas y
recursos17. Esto significó la ampliación del concepto de región,
trascendiendo los fragmentos del interior de una nación a una unidad
territorial mucho más extensa. Concepción que fue acogida por un
movimiento político antidependentista aunque, paradójicamente,
también estuvo apoyada por factores externos18.
Buscando respuestas a esta nueva dimensión del debate, en la
década de 1960 Francisco Bullrich sostenía, por un lado, la necesidad
de definir una “personalidad cultural” para la región definida como
América Latina, aunque, admitía que dicha región estaba constituida
por un conjunto de veinte países muy diversos que tenían en común
sólo el haber acogido al funcionalismo. Sin embargo, este mismo
funcionalismo habría propiciado una “diversificación regionalista” de
matices sujetos a diferencias del clima, de condiciones sociales y de
procedimientos técnicos. Estos factores serían los causales, en el caso
de Brasil, del uso del brise-soleil- elementos atribuidos en parte a la
adaptación al clima-, de los azulejos -materiales tradicionales- y de las
formas curvas –provenientes del barroco brasileño, o también de las
formas de la vegetación o de los movimientos de la danza
afrobrasileña-. Bullrich consideraba que estas experiencias eran
reacciones contra el “funcionalismo abstracto”19.

17
Ballent revisa especialmente la incorporación de esta nueva perspectiva en el libro
de Giedion A decade of new architecture (1951). (Ballent, A., El diálogo de los
antípodas: Los CIAM y América latina. Buenos Aires: FADU-UBA, 1995).
18
Hacia 1967, la Organización de los Estados Americanos implementó cuatro
Programas Regionales de Desarrollo con el fin de fortalecer la integración de los países
de América Latina. El último programa se proponía “la búsqueda de la identidad
cultural de los pueblos” que, en el campo arquitectónico, se tradujo en financiamiento
a los trabajos de puesta en valor de los monumentos históricos. (Diez años de
cooperación interamericana. Washington: Organización de los Estados Americanos.
Desarrollo Educativo, Científico, Tecnológico y Cultural, 1978).
19
Bullrich, F., Nuevos caminos de la arquitectura latinoamericana. Barcelona: Blume,
1969.

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6.2. Organicismo estructural

La coexistencia de distintos modernismos, según Liernur,


expresa tensiones entre diferentes procesos de modernización internos
y externos, que no deben ser entendidos necesariamente como
construcciones identitarias o reacciones en contra de estímulos
externos20. Un camino de búsqueda a la resolución de esas tensiones
fueron las experimentaciones estructuralistas que indagaron formas
alternativas y paralelas a las del funcionalismo. A través de una
articulación entre eficiencia técnica y principios formales orgánicos,
estas exploraciones intentaron dar respuesta a algunas
preocupaciones de posguerra, que a simple vista, se percibían como
antagónicas: el principio de la diversidad y la sistematización
constructiva.
En los primeros capítulos caracterizamos algunas marcas que
el pensamiento organicista dejó en el urbanismo y en la arquitectura,
desde sus interpretaciones espaciales, funcionales y topográficas.
Examinamos en el pensamiento de Tedeschi, la tendencia a seguir las
ideas que habían encontrado en el concepto del espacio el
instrumento para la producción de forma y para la evasión de las
herramientas clásicas de la composición bidimensional. En la práctica
proyectual, estas premisas podían seguir los indicios de la función, de
la adición de unidades espaciales de usos diversos. Por otro camino,
las líneas orográficas o los ángulos de incidencia solar trazaban
direcciones dispositivas, otro, entender la dinámica del recorrido y de
la visión en la percepción del espacio. Algún tipo de incidencia externa
al objeto debía regir la configuración formal, la relación entre el todo y
las partes o, al menos, corregirla. En cualquier caso, se debía
contemplar la posibilidad de crecimiento, la libertad formal, o alguna
irregularidad o dinamismo equivalentes a los de un comportamiento
celular.
Según Waenerberg, existieron tres fases históricas en el
pensamiento organicista, que de algún modo conviven actualmente en
distintas líneas de expresión: desde la antigüedad hasta la primera
mitad del siglo XVIII, lo orgánico estaba relacionado con la noción de

20
Liernur, J. F., Foreword. En: Carranza, L.; Lara, F. Modern Architecture in Latin
America: Art, Technology and Utopia. Austin: University of Texas Press, 2014.

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Aristóteles de organon, donde el orden de las partes y la relación entre


las partes y el todo producen tanto una analogía formal como
funcional; a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, un nuevo
principio relacionó lo orgánico a la fuerza vital y el dinamismo y, a partir
de la segunda mitad del siglo XIX, junto al desarrollo de las ciencias
naturales, el concepto cambió hacia la idea darwiniana de evolución, y
se ocupó en idagar sobre leyes para generar formas nuevas. Las
analogías naturalistas tuvieron distintas aplicaciones en la práctica
arquitectónica, no siempre imitativas, y en muchos casos, derivaron en
formas estructurales o en estrategias compositivas21. Abrieron el
campo a diversas interpretaciones: las que buscaron la participación
social en los programas, las que exploraron la integración con la
naturaleza, las estructuralistas, las que promovieron un bioregionalismo
o las variantes funcionales de la tendencia alemana expresionista22.
Esta última había tenido lugar a partir de la década de 1920 en
Alemania, cuando el historiador alemán Behne promovía el concepto
de funcionalismo orgánico, que luego los arquitectos Finsterlin, Taut,
Scharoun y Häring desarrollaron, marcando una tendencia funcional,
antropomórfica o biomórfica, donde tomaba relieve la importancia del
espacio como configurador de las necesidades internas y las
herramientas de la geometría para la traducción de formas naturales y
simbólicas.
En la década del cincuenta, en el ambiente italiano el
organicismo se renovaba con nuevas corrientes de la fenomenología.
Hacia 1959 Enzo Paci vinculaba las concepciones arquitectónicas
wrightianas con las filosofías de Dewey, Whitehead, Husserl y Bergson,
que sostenían la idea de la experiencia vivida del hombre en su
naturaleza integral de alma y cuerpo en contraposición a los fines
económicos y técnicos de una sociedad moderna, evaluada en ese
entonces como una sociedad alienada, producto de la

21
Waenerberg, A., Organic: A brief history of the concept. Structurist n° 47/48, 2007-
2008, pp. 41-47.
22
Estas experiencias, en particular las de Hans Scharoun y Hugo Häring, tuvieron
continuidad y fueran recogidas aún en la década del ochenta tanto en Inglaterra, en
Italia, como en Argentina . Véase Organic Response. The Architectural Review, vol.
CLXXVII, n°1060, june 1985, número especial editado por Peter Blundell Jones, Organic
in Italy. Bruno Zevi reflects on organic today. The Architectural Review, vol. CLXXVII,
n°1060, june 1985, p. 89. Y Persistencia del organicismo, Summarios, vol X, n° 58,
1982, número especial editado por Marina Waisman.

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industrialización23. Edward Frank, por su parte, explicaba los vínculos


entre el pensamiento de Wright y las teorías evolucionistas
provenientes de las ciencias naturales, como las de Ludwig Bertalanffy
y Pierre de Chardin, cuyos principios de integración de las partes en un
todo se contrastaban con los de la agregación y la composición24.
En cualquier caso, las tendencias organicistas rechazaban las
ideas figurativas, la composición volumétrica y cualquier tipo de
estandarización, a ser reemplazadas por la individualidad, la variedad,
la interacción entre el observador y el espacio y la libertad formal. Esta
línea interpretativa de la forma estaba en la dualidad que establecía
Bradgon entre la arquitectura gótica –concebida como libre expresión
de las leyes de los organismos naturales- y la arquitectura renacentista
-compuesta según cánones apriorísticos-25. Zevi objetaba el simplismo
de tal categorización, aunque retomaba estas ideas y proponía
entender la arquitectura orgánica como una tendencia más amplia,
tomando nota de la importancia del par constitutivo y afirmando que la
arquitectura orgánica era:

“[…] una diversa via di concepire gli spazi e le strutture nei temi antichi
e moderni dell´edilizia”26.

Enrico Tedeschi, nunca abandonó su vocación por las


estructuras y se mantuvo firme en la voluntad de colaboración
recíproca entre arquitectos e ingenieros, en la importancia de atender
al valor estético del diseño estructural como vía para alcanzar logros en
la creación formal arquitectónica27. A principios de los años sesenta,
estudió el tema para dedicarle un extenso apartado en Teoría de la
arquitectura, con referencias a trabajos teóricos de Torroja, Nervi,

23
Paci, E., Wright e lo “spazio vissuto”. Casabella, n° 227, 1959 pp. 9-10.
24
Frank, E., Filosofia organica, architettura organica e Frank Lloyd Wright.
L´architettura, cronache e storia, año XV, n°7, novembre 1969, pp. 426-486.
25
Zevi, B., Storia dell´architettura moderna. Turín: Einaudi, 1950.
26
“(…) una manera distinta de concebir los espacios y las estructuras en los temas
antiguos y modernos de la edificación”.( Ibídem, p. 337, T.d.A.)
27
En un artículo que reseñaba un libro de Leonard Michaels sobre estructuras,
Tedeschi elogiaba al autor por su concepción del arquitecto como coordinador de
especialistas y por haber pensado y escrito el libro con mentalidad de arquitecto,
agregando a la claridad conceptual una “valoración estética” de cada estructura.
(Véase Tedeschi, E., Estructura contemporánea en arquitectura, Nuestra Arquitectura,
n° 286, mayo de 1953, pp. 152-154).

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D´Arcy Thompson28, Goldsmith y Galileo y Gallo. El punto de su interés


estaba en la relación entre la optimización de la forma para obtener la
mejor performance estructural del material. Para ello, las teorías a las
que se remitía se fundaban en analogías biológicas, tanto se tratara de
estructuras óseas animales o vegetales29.
En un sentido amplio, el pensamiento organicista en la
arquitectura tuvo múltiples expresiones, y una de ellas se situó dentro
de la cultura de la innovación técnica. De allí que el organicismo en la
arquitectura pueda interpretarse, como señalaba Waisman, como una
“línea continua de búsqueda expresiva y de sentido de globalidad” y
no como un movimiento de reacción luego del “fracaso de la línea
fundamental del Movimiento Moderno”, ya que fue en muchos casos
un fenómeno paralelo30.

Figuras 1-2. Estructuras para hangares de Pier Luigi Nervi y Eduardo Torroja. Imágenes publicadas en la
primera edición de Teoría de la arquitectura (1962).

Figuras 3-4. Estructura del Palazzetto dello Sport de Nervi y Vitellozzi, destacadas por el uso de
elementos premoldeados / Estación de Roma de los arqs. Montuori, Calini y Vitellozzi en la cual “la
solución estructural se identifica con la espacial”. Imágenes publicadas en la segunda edición de Teoría
de la arquitectura (1969).

28
Diez años más tarde, en 1972, la editorial Infinito traducía La Décima Musa de
Herbert Read, donde las ideas organicistas de D´Arcy Thompson eran revitalizadas.
29
Tedeschi, E., Teoría de la arquitectura. Buenos Aires: Nueva Visión, 3ª edición, 1976.
30
Waisman, M., Persistencia del organicismo. Summarios, año 5, n° 58, pp. 118-148.

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En una clase del seminario que dictó Joshua Taylor en Córdoba


en 1962, el crítico inglés se preguntaba:

“¿cuándo una forma es orgánica o cuando existe una forma orgánica


o una composición orgánica?” 31.

Su respuesta era que en la arquitectura no podía utilizarse el mismo


término que era útil para la pintura, para designar la cualidad de una
línea o de una forma que parecía moverse de manera orgánica Como
ejemplo, contrastaba la concepción estética de Le Corbusier en la
casa La Roche, donde:

“[…] las partes no tienen valores como partes sino solamente en la


función de estas partes en una totalidad espacial” 32.

Con la de cualquier casa de Wright, donde:

“[...] la relación es de forma a forma y no de forma a la totalidad” 33.

El camino que habían iniciado los ingenieros italianos con los


modelos de inspiración biológica durante los años cuarenta y
cincuenta, en los años sesenta estaba transitando nuevas
metodologías con la incorporación de los sistemas informáticos al
diseño. Se estudió entonces con mayor precisión la organización
geométrica de las estructuras naturales y se experimentó en torno a
geometrías modulares en base a la construcción de estructuras por
acumulación y ensamble de pequeñas unidades y a la reproducción
de ellas en macroestructuras que podían alcanzar dimensiones
territoriales. Estas experimentaciones estaban relacionadas con el gran
interés que hubo en esa década por los sistemas constructivos de
prefabricación34.

31
Taylor, J., Seminario dictado por el profesor Joshua Taylor. Instituto Interuniversitario
de Especialización en Historia de la Arquitectura. Córdoba, 9 al 19 de julio de 1962,
p.89.
32
Ibídem, p.91.
33
Ibídem, p.101.
34
Imperiale destaca la producción de un grupo reducido de arquitectos italianos, en
particular Rinaldo Semino, que no fueron los representantes de las tendencias
hegemónicas de la década del sesenta sino que produjeron sus experimentaciones
por fuera de los principales circuitos, y que experimentaron una línea organicista que
no fue la continuación de la línea orgánica iniciada por Zevi y la APAO. (Véase
Imperiale, A., Alternate Organics: The aesthetics of experimentation in art, technology &
architecture in postwar Italy. Tesis de Doctorado. Princeton University, 2014).

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Figura 5. Estudio de superficies


regladas alabeadas. FAU-UM.
Fuente: Archivo Lyda Orsi.
Figura 6.Proyecto edificio de
oficinas de Eduardo Catalano.
Fuente: Gazaneo, J., Scarone,
M. (1956).

6.3. La fundación de la carrera de arquitectura en la Universidad de Mendoza.

En las elecciones nacionales de 1958, mientras el peronismo


estaba proscripto en todo el páis, Arturo Frondizi fue electo presidente
y la provincia de Mendoza acompañó el mismo rumbo político,
asumiendo como gobernador el candidato de la Unión Cívica Radical
Intransigente, Arturo Ueltschi. Poco después, en las elecciones
municipales y legislativas de abril de 1959, el Partido Demócrata logró
un amplio triunfo sobre los radicales, volviendo a tomar poder en la
provincia hasta alcanzar la victoria en las elecciones provinciales de
1961. El Partido Demócrata en Mendoza fortaleció su identidad política
sobre la base de una competencia entre nación y provincia,
defendiendo los intereses de la provincia ante la nación, entre otras
medidas, reclamanado por la propiedad de los hidrocarburos que el
gobierno de Frondizi había cedido a YPF35.
En 1953 los arquitectos mendocinos se habían organizado
conformando la División Mendoza de la Sociedad Central de

35
Brachetta, María T. [et al], Te contamos una historia de Mendoza (de la conquista a
nuestros días). Mendoza: EDIUNC, 2011.

322
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Arquitectos, agrupación que se transformó en 1959 en la Sociedad de


Arquitectos de Mendoza (SAM)36. Entre 1955 y 1959 Tedeschi Enrico
había establecido vínculos estrechos con los principales actores de los
círculos profesionales de la sociedad mendocina37 y participó
activamente en la primera organización, junto con Daniel Ramos
Correas, Raúl Panelo Gelly, Aniceto Puig, Simón Lacerna, César
Jannello, Juan Carlos Rogé y Carlos Vallhonrat38. Daniel Ramos
Correas tenía vínculos con el Partido Demócrata de Mendoza y durante
el período peronista había sido desplazado de la administración
pública. Algunos de los arquitectos que habían integrado la agrupación
Pro Traslado de la Escuela de Arquitectura de San Juan a Mendoza en
1955, tras el fracaso de aquel intento y ante las nuevas oportunidades
que se abrieron con la ley nacional de enseñanza libre de 1958
encontraron la oportunidad de gestar nuevamente el proyecto de crear
una escuela de arquitectura y urbanismo en Mendoza39.
El objetivo se logró a través de la fundación de la Universidad
de Mendoza en noviembre de 1959, surgida como expansión del
Instituto Cuyano de Educación Integral (ICEI) creado en marzo de 1958
por iniciativa del Dr. Emilio Descotte. En una primera instancia se fundó
la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales40 y luego en septiembre de
1960 se creó la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, la cual comenzó
a funcionar en el ciclo lectivo del año 1961. Se trataba de la primera
carrera de arquitectura de gestión privada en el país. Enrico Tedeschi y
Daniel Ramos Correas estuvieron a la cabeza del proyecto, el primero

36
Según Raffa, es a partir de esta nueva entidad que empiezan los arquitectos a
ejercer una mayor influencia como corporación sobre los aspectos urbanísticos y
arquitectónicos del medio local. (Raffa, C., “Agentes y prácticas. Biografía colectiva de
la Sociedad de Arquitectos de Mendoza en sus primeros años (1953-1969)”. Registros,
n°12, Agosto 2015).
37
Durante toda la década del sesenta y los inicios de los setenta Tedeschi fue decano
de la FAU-UM, asesor de planeamiento de la Municipalidad, promotor de Jornadas de
Urbanismo y presidente del Instituto Italiano de Cultura de Mendoza. Las abundantes
notas periodísticas que lo involucran en eventos de la sociedad mendocina dan
muestra de su activa influencia en la cultura local.
38
Entre 1955 y 1956 el presidente de la División Mendoza fue César Jannello, sucedido
por Rogé entre 1957 y 1958 y luego por Ramos Correas con Raúl Panelo Gelly como
vicepresidente hasta que la entidad se transformó en la SAM. (Raffa, C., op. cit.)
39
Según Raffa, esta escuela se empezó a planificar entre 1957 y 1958. Los integrantes
del grupo eran: Enrico Tedeschi, César Jannello, Juan Carlos Rogé, Carlos Azzoni,
Miguel Giraud, Daniel Ramos Correas, Jacques Caspi, Manuel Fahone, Gerónimo
Tomba y Carles Vallhonrat. (Raffa, C., Arquitectos en Mendoza: biografías, trayectorias
profesionales y obras 1900-1960. Mendoza: UNCUYO, 2017).
40
Descotte, M. L., Historia de la Universidad de Mendoza (1960-2010). Mendoza:
EDIUM, 2010.

323
…. … . …. . . . .… . . . … Ca pí tu l o 6 . O rgan i c ism o y té cn ic a …. . . . . .. . … . .. . . ……

como decano organizador y el segundo como vicedecano41.


La carrera se estructuró en cinco áreas: Diseño, Plástica y
representación, Historia y Teoría, Estructuras y Construcciones, y
Legales42. Tedeschi fue decano desde 1961 a 1972 y se desempeñó
también como profesor titular, abandonando paulatinamente las áreas
que había ocupado en otras universidades. En 1962 tomó
ocasionalmente un curso de Historia sólo por un ciclo lectivo43, y
durante un primer período dictó Teoría de la Arquitectura. A partir de
1964, junto con la inauguración del nuevo edificio, se desempeñó
exclusivamente en el área proyectual como titular de las cátedras de
Arquitectura 5-6 y Taller de Tesis44. Desde esos talleres en ocasiones se
formaban equipos de estudiantes para participar en concursos, a
quienes Tedeschi dirigía45.
Además de involucrarse con el diseño arquitectónico y
urbanístico, Tedeschi invirtió gran parte de sus energías en la
investigación, buscando orientar la formación académica hacia un
perfil científico. A causa de esta vocación, en 1969 se creó el Instituto
de Arquitectura y Urbanismo, con el objetivo de formalizar proyectos
de investigación entre estudiantes y profesores de la FAU-UM. Este
Instituto, a partir de 1972 se estructuró en tres áreas de investigación:

41
En un Certificado de Antecedentes emitido por la Universidad consta que Tedeschi
fue decano desde 1961 hasta setiembre de 1973. (Facultad de Arquitectura y
Urbanismo, Universidad de Mendoza, 13-12-1985. Archivo Lyda Orsi).
42
El plantel docente de profesores titulares hacia 1972 lo conformaban, en el área de
Diseño: los arqs. Enrico Tedeschi, Carlos Andía, Carlos Caporalini, Juan Brugiavini y
Carlos Gainza; en el área de Plástica y Representación: Gerardo Andía, Simón
Lacerna, Carlos De Rosa, Daniel Ramos Correas y Aniceto Puig; en el área de Historia:
Liliana Rainis; en el área de Estructuras y Construcciones: el ing. Justo Pedro Gascón,
Agustín Reboredo, Roberto Azzoni y Elías Japaz; en la asignatura Teoría de la
Arquitectura: Gilberto Olguín; en el área legal: Emilio Descotte y Miguel Giraud. (Boletín
Informativo 1972. Universidad de Mendoza, Facultad de Arquitectura y Urbanismo).
43
Tedeschi asumió el cargo de Profesor Titular de Historia de la Arquitectura en la UM
sólo durante el año 1962 mientras la facultad buscaba un profesor para ese cubrir ese
cargo. (Acta n°6, Sexta Reunión del Consejo Directivo de la Facultad, 13-02-1962.
Archivo Lyda Orsi).
44
Fue profesor titular de las siguientes asignaturas: Historia de la Arquitectura y el
Urbanismo (1962), Teoría de la Arquitectura (1961-1965), Historia de la Ciudad y
Diseño Urbano (1964), Arquitectura 5-6 (1964-1973), Taller de Tesis (1965-1973).
(Certificado de antecedentes. Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de
Mendoza, 13-12-1985. Archivo Lyda Orsi).
45
En 1967 en la cátedra de Arquitectura 5 se armaron dos equipos de siete estudiantes
para participar en el concurso para el Hospital Universitario de Córdoba desarrollando
dos proyectos por separado, uno de los cuales obtuvo una mención. (Entrevista al arq.
Miguel Angel Guisasola. Mendoza, julio de 2016).

324
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Vivienda, Planeamiento y Diseño, y Tecnología de las Estructuras46, y


continuó con los temas principales sobre los que se había trabajado
hasta ese entonces: estudios bioclimáticos aplicados al proyecto de
viviendas y estudios sobre construcciones antisísmicas47. Tedeschi,
como director técnico de este instituto gestionó apoyo nacional e
internacional, por medio del Comité Argentino de Centros de
Investigación e Información para la Vivienda y mediante la obtención
de convenios con la Organización de los Estados Americanos (OEA)48.
En mayo de 1972 el instituto participó como organizador de un
Seminario Nacional sobre investigación, promoción y construcción de
viviendas auspiciado por la OEA (Región IV), la Subsecretaría de
Vivienda, y la Cámara Argentina de la Construcción con el fin de
promover el intercambio entre distintos sectores y proponer medidas
para la realización de planes experimentales. La escuela de este modo
buscaba orientar la disciplina arquitectónica hacia una aproximación
tecnológica con apoyo en la investigación científica.

6.4. El Informe de la Oficina de Planeamiento de la ciudad de Mendoza.

En octubre de 1959, por invitación de la nueva gestión de


gobierno municipal a la Comisión Directiva de la División Mendoza de
la SCA, se creó la Comisión Especial de Planificación Urbana de la
Municipalidad de Mendoza (CEPU). En paralelo a la creación de
aquella comisión, se conformaba la Sociedad de Arquitectos de
Mendoza (SAM). En ese momento, Ramos Correas se desvinculó de la
asociación gremial y se incorporó en la administración pública a través
de la CEPU como presidente, siendo su vice-presidente el ing. Pedro
Gascón y uno de sus vocales, el arquitecto Panelo Gelly49, entre otros

46
Boletín Informativo, 1972. Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de
Mendoza.
47
Los trabajos de investigación que se habían desarrollado en 1971 fueron: “La
cubierta y el control térmico de la vivienda”, “Sistemas de acondicionamiento térmico”,
“Asismidad en las construcciones bajas”, Informe sobre el Seminario Interregional
sobre construcción barata resistente a terremotos y huracanes, Anteproyecto de
reglamento para la construcciones en adobe, “El uso de modelos matemáticos en el
campo del urbanismo”, “Estudio analítico del costo de las viviendas de interés social
en sus aspectos tecnológicos, funcionales y económicos”. (Ibídem).
48
Boletín Informativo 1972, op. cit., p. 12-13. Entre los cuatro Programas Regionales de
Desarrollo que la Organización de los Estados Americanos había implementado desde
1967, estaba el de fomento científico y tecnológico.
49
Ramos Correas y Panelo Gelly habían ocupado cargos públicos en la provincia de

325
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ocho miembros50. En noviembre de 1959 esta Comisión junto con la


Dirección de Arquitectura y Urbanismo de la provincia de Mendoza, la
Sociedad Central de Arquitectos y el Centro de Ingenieros, Arquitectos
y Agrimensores de Mendoza organizaron unas Jornadas de Urbanismo
en la ciudad, en ocasión de celebrarse el Día Internacional del
Urbanismo.
Presentado como profesor de la Universidad Nacional de
Córdoba, Tedeschi fue invitado a dar una conferencia en el evento,
donde apuntó al problema de la densidad y de la extensión ilimitada de
la ciudad: “la ciudad se extiende en gran superficie por una población
no proporcionada a ella, y con ello, se produce el encarecimiento de
los servicios públicos, tales como suministros de agua potable,
transporte, gas, luz eléctrica, etc.”51. Un año más tarde, en noviembre
de1960, las Jornadas de Urbanismo se repitieron y fueron organizadas
por la Municipalidad de Mendoza en conjunto con la Comisión
Especial de Planificación Urbana. En esta ocasión, la inauguración
estuvo a cargo de Daniel Ramos Correas en compañía de Enrico
Tedeschi, ya director de la Oficina de Planeamiento dependiente de la
CEPU52.
Los intentos por reorganizar y planificar la ciudad de Mendoza
tenían importantes antecedentes. En 1938 se había creado una
Comisión Especial de Urbanismo en la ciudad de Mendoza por decreto
del gobernador Corominas Segura53. El arquitecto Daniel Ramos

Mendoza. El primero como Director de Parques y Paseos entre 1938 y 1945, puesto
desde el cual remodeló el Parque San Martín y la Plaza Independencia, además de
impulsar el Concurso internacional para el Plan Regulador de Mendoza en 1941.
Panelo, por su parte, era el Director de Arquitectura de la provincia desde 1942. (Raffa,
C., op. cit.).
50
Los funcionarios que integraban la Comisión hacia 1961 eran el ing. Granata,
Secretario Municipal de Obras Públicas e Higiene y el ing. Juan Tinelli, Director
Municipal de Obras Públicas, entre los legisladores estaban Luis Góngora, concejal
por la U.C.R. del Pueblo., Juan Francisco Rego, concejal por el Partido Demócrata y
Abraham Chocler, concejal por la U.C.R.I. (Municipalidad de la ciudad de Mendoza.
Reseña de la creación y labor de la Comisión Especial de Planeamiento Urbano y
Código de Edificación de la ciudad de Mendoza, 1959-1961. Municipalidad de la
ciudad de Mendoza, 1961).
51
“Un arquitecto de Córdoba opina sobre el Urbanismo en la Ciudad de Mendoza”.
Los Andes, 8-11-1959, p. 7.
52
Las bases del concurso incluían conceptos teóricos que Tedeschi había utilizado en
sus clases de Córdoba, como la distinción entre “paisaje natural” y “paisaje cultural”
(Véase Capítulo 5 y Municipalidad de la ciudad de Mendoza. Reseña de la
creación…op. cit., p. 70).
53
Según Cirvini, la gobernación del demócrata Corominas anticipó en el área de obras
públicas muchas de las acciones que luego se continuaron en el estado benefactor
peronista, en particular en arquitectura escolar, sanitaria y de vivienda popular. (Cirvini,

326
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Correas era en aquel entonces Director de Parques y Jardines de la


Provincia de Mendoza54 y formó parte de esta comisión, la cual impulsó
la convocatoria al Concurso Internacional para el Plan Regulador de la
Ciudad en 1940, llevado a cabo al año siguiente55. En los fundamentos
de la creación de aquella comisión, se habían establecido algunos
criterios que debía seguir el ordenamiento urbano, en los cuales ya era
explícito el enfoque a seguir:

“Que ese sistema orgánico surgirá del plan regulador de ciudades,


villas y pueblos […] y que en base al necesario legajo urbano y
estadístico, ha de involucrar aspectos regionales característicos,
teniendo en cuenta los hechos actuales, para corregirlos y orientarlos
con eficiencia, mediante una urbanización científica” 56.

Según Rigotti, esta perspectiva se vinculaba al regionalismo de


matriz francesa que había sido incorporado en la Argentina desde
mediados de la década del treinta por medio de las interpretaciones de
Federico Daus a través de la noción de "regiones geográficas",
incorporando aspectos humanos a las condiciones geomorfológicas y
a la estructura física de los asentamientos, como sus recursos
naturales, artificiales y poblacionales, su funcionamiento como parte
integrante de la región, sus actividades productivas, sus modos de
trabajo y sus vínculos con otras regiones57.
El proyecto ganador para el Plan Regulador de 1941, elaborado
por los urbanistas Bereterbide, Cravotto, Blanco y Scasso, nunca
alcanzó a materializarse más que en algunas acciones puntuales.
Según Ponte, implicaba transformaciones funcionales y sociales de
interés que no prosperaron por motivos políticos, y sólo se siguieron
algunas recomendaciones, como el emplazamiento del Centro Cívico y

S., Arquitectos y peronismo, estrategias, redes y posiciones en Mendoza durante los


años ´50. XIV Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia. Departamento de
Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional deCuyo, Mendoza,
2013).
54
Ramos Correas ejerció ese cargo entre 1938 y 1943, durante gobiernos de
orientación de liberal-conservadora. Desde la promoción de un paisajismo
pintoresquista, fue director del Plan de Mejoras para el Parque Gral. San Martín en
1940, creado en 1896 por Carlos Thays.
55
El concurso fue organizado luego de que se sancionara en 1939 una ley provincial
que obligaba a las ciudades de más de 10.000 habitantes a contar con un Proyecto de
Regulación y Extensión (Ponte, R., op. cit.).
56
Ponte, R., Mendoza, aquella ciudad de barro. Buenos Aires: CONICET, 2008, p. 406.
57
Rigotti, A. M., op. cit., p. 107.

327
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la avenida de Acceso Este, entre otros58. Rigotti observa que esas


intervenciones eran parte de una red de nodos monumentales
constituidos por proyectos volumétricos aislados y superpuestos al
tejido preexistente, y encuentra que en su concepción mezclaba
estrategias collagísticas como las del Plan Director de Buenos Aires
con la de los ejes monumentales de Rosario, sin alcanzar a ser un
verdadero plan sino un planteo de zonización de actividades y
funciones 59. Según Rigotti, el proyecto apelaba a la idea de un paisaje
singular poseedor de una cualidad única descripta como “lo cuyano”,
aunque ello servía de argumento para una arquitectura moderna
internacionalizada, que no encontraba nada singular en el patrimonio
edilicio60.
Hacia 1959 la Municipalidad volvía a encarar el problema “en
virtud de una oportunidad largamente esperada que no admitía
dilatación alguna”61. La CEPU se creó tras una serie de reuniones
llevadas a cabo en el mes de septiembre de 1959, donde se determinó
la necesidad de abordar el “Planeamiento de la Ciudad” antes de
elaborar un Código de Edificación, teniendo en cuenta
fundamentalemente que la ciudad estaba “urbanísticamente vinculada
a los departamentos limítrofes”. Para ello habría que elaborar
previamente un “detenido estudio de todas las condiciones del lugar,
los medios materiales, humanos como circunstanciales, de realización,
habituales o en potencia”62.
En noviembre se realizaron reuniones con los intendentes de
los departamentos del Gran Mendoza y en diciembre se organizó un
congreso de municipalidades, donde el ministro de gobierno Boulin
Zapata advertía que el Plan Regulador aprobado en 1942 presentaba
una “existencia marginal, sin operancia decisiva” y que “la acelerada
expansión del Gran Mendoza […] impone la necesidad de actualizar
los estudios pertinentes y adaptar el Plan Regulador a la nueva
realidad mendocina”63.

58
Ponte, R., op. cit. / Ponte, R. “Mendoza”. En:Aliata, F.; Liernur, J., Diccionario de
Arquitectura en la Argentina. Buenos Aires: AGEA, 2004.
59
Rigotti, A. M., Las invenciones del urbanismo en Argentina (1900-1960). Inestabilidad
de sus representaciones científicas y dificultades para su profesionalización. Tesis
Doctoral. Universidad Nacional de Rosario. UNR Editora, 2014.
60
Rigotti, A. M., Ciudad y paisaje como patrimonio en el temprano urbanismo en
Argentina. Registros, n°2, diciembre 2004, pp. 88-110.
61
Municipalidad de la ciudad de Mendoza. Reseña de la creación…op. cit., p. 27.
62
Ibídem, p. 28 y 30.
63
Ibídem, p. 40.

328
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En julio de 1960 se llamó a concurso público de antecedentes


para cubrir el cargo de “técnico urbanista” y en septiembre de 1960
Enrico Tedeschi fue designado Director de la Oficina de
Planeamiento64. Tedeschi contaba con importantes antecedentes en la
materia aunque también hay que considerar sus buenos lazos
locales65. La oficina a su cargo trabajó dos años con un equipo de diez
colaboradores elaborando un documento sobre la historia y
características de la ciudad de Mendoza, que fue la base para la
redacción del posterior Código de Edificación de la ciudad66. Los
criterios fijados por la Comisión eran, entre otros: mantener en claro
que el concepto del estudio no era dar soluciones al planeamiento sino
realizar un estudio que pudiera luego permitir apreciar las premisas del
planeamiento, aprovechar todos los estudios que se hubieran realizado
de distintas fuentes y fines para obtener un panorama completo de la
realidad de la ciudad, dar especial énfasis a los problemas más
relevantes, investigar las causas de los hechos y poner especial
atención a la vinculación entre Mendoza y el Gran Mendoza. De este
modo, se reforzaba la intención de llevar adelante un plan no sólo
urbano sino regional.
En el Informe Final de la Oficina de Planeamiento (IFOP)67 se
explicaba cuál sería el enfoque teórico adoptado y cuáles eran sus
diferencias respecto de las otras dos tendencias principales en los
estudios vigentes sobre urbanismo, señalando: 1) el urbanismo
académico entendido como “el plan regulador basado en esquemas
geométricos, perspectivas pintorescas, soluciones formales retóricas
con aspiración a lo monumental”. Se incluía en esta doctrina el
ensanchamiento de calles céntricas que empeoraba el problema del
congestionamiento de las grandes ciudades, facilitando la
accesibilidad desde la periferia y ocasionando la especulación y
demolición de sucesivos sectores en las ciudades antiguas; 2) el
urbanismo científico: que estudiaba a la ciudad como una entidad

64
Las bases fueron redactadas por los arqs. Ramos Correas, Panelo Gelly y el ing.
Darwich. (Municipalidad de la ciudad de Mendoza. Reseña de la creación…op. cit.).
65
El fallo del jurado adjudicó el cargo a Tedeschi por unanimidad. Ponte indica que se
presentaron un total de cinco candidatos, aunque se ignoran sus nombres. (Ponte, R.,
op. cit.).
66
Tedeschi presenta un primer informe en febrero de 1961 y un Informe Final en
septiembre de 1961. El equipo estaba integrado por los arquitectos Simón Lacerna,
Martín Abraham, Pedro Merlo, Raúl Panelo Gelly, una secretaria y algunos dibujantes.
(Municipalidad de la ciudad de Mendoza. Reseña de la creación…op. cit.).
67
En lo sucesivo denominaremos a este documento con las siglas IFOP.

329
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funcional, desde sus capacidades de producción, y por ello su


enfoque era técnico de tipo económico e higienista y analizaba los
factores físicos de la ciudad como “hechos mecánicos”, separandólos
y analizándolos mediante esquemas. El IFOP destacaba algunos
valores de esta última aproximación, como la posibilidad de estudiar
rigurosamente densidades, alturas, superficie edificada y superficie
vial, servicios públicos, espacios verdes y conectividad entre vivienda y
trabajo, pero consideraba que generalmente este tipo de planes se
orientaban hacia “esquemas racionalistas” a partir de la zonificación de
los usos en cuatro funciones -vivienda, trabajo, esparcimiento y
circulación-, mencionando como casos destacados los estudios de
Gropius y los planes ideales de Le Corbusier, especialmente en sus
proyectos de los años veinte y treinta68.
Descartando ambos caminos, se argumentaban a continuación
los principios del direccionamiento a seguir, el “urbanismo orgánico”,
un enfoque basado en los anteriores pero que “tenía en cuenta los
avances de la sociología y la psicología”, bajo la siguiente definición:

“Una ciudad es un organismo viviente compuesto por una comunidad


de hombres que constituyen un cuerpo común, y participan de otra
más vasta que se estructura en la región”.

Sus finalidades eran:

“[…] a) desenvolver una empresa regional de trabajo y producción


con miras al bienestar de sus habitantes, b) elaborar una unidad de
cultura, que es “su personalidad”, elevando el nivel cultural de todos
los miembros de la comunidad, c) crear, por consecuencia, una
estructura que satisfaga las necesidades funcionales y exprese, por
su calidad visual, su unidad de cultura” 69.

De este modo, la doctrina del “urbanismo orgánico” debía


seguir algunos principios fundamentales: alcanzar la unidad entre la
ciudad y la región, entendiendo a la ciudad como un centro
coordinado con los adyacentes, identificando las comunidades

68
Tedeshi, E., Informe Final de la Comisión de Planeamiento Urbano y Código de
Edificación de la ciudad de Mendoza. Copia mecanografiada, c1960, p. 1. Se conserva
en la Biblioteca del Colegio de Arquitectos de Mendoza una copia incompleta de este
informe. Si bien el cuerpo principal está entero, no contiene ni el punto 17: Síntesis del
Informe, ni el 18: Apéndice gráfico. Según Ponte el trabajo original fue saqueado de las
oficinas públicas. (Ponte, R. op. cit.).
69
Tedeschi, E., op. cit., p. 3.

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residenciales espontáneas que se formaron en la ciudad para poder


tener una “visión realista sobre el fenómeno urbano” y poder trabajar
en su modificación. Realizar estudios de “cinemática urbana” para
poder registrar el movimiento de las personas y cosas en la ciudad
permitiendo establecer una correcta jerarquía en la red vial -que sea
consecuencia de la estructura urbana y no al revés-. Ello permitiría
independizar la calle de la línea de edificación, de modo de poder
proveer ventilación y asoleamiento a los edificios sin ese
condicionamiento y valorizar el espacio a escala humana:

“[…] el urbanismo orgánico trata de crear ambientes limitados y


conectados entre sí, proporcionados para ser recorridos también a
pie”.

En este punto el informe se remitía a referencias históricas de


casos como el ágora griega, la plaza de San Marcos en Venecia o las
plazas medievales especializadas con función y reunidas en un
sistema, como las de Padua70.
En la Argentina, las primeras influencias teóricas de la vertiente
orgánica del urbanismo aparecieron en los cursos de Carlos María
Della Paolera, quien fundó la primera cátedra de urbanismo en el país
en 1933 y en la difusión de los escritos de Lavedan, Poëte,
Abercrombie y Unwin71. El urbanista francés Marcel Poëte, maestro y
director de tesis de Della Paollera, había trabajado entre las décadas
de 1920 y 1930 sobre una historia evolutiva de la ciudad de París,
donde introdujo el concepto de “ciclo vital” en el estudio de las
aglomeraciones humanas72.
En la década de 1920, el Municipio de la ciudad de Buenos
Aires había elaborado un “Proyecto Orgánico”, en base a una idea de
ciudad como organismo, entendido como un sistema que ordena y
clasifica las diferentes funciones. Estos instrumentos teóricos y
técnicos fueron retomados luego por Della Paolera, quien efectuó
además estudios de diagnóstico basados en métodos científicos que
articulaban los conceptos del zoning y la descentralización sobre el
paradigma orgánico. Instalaba una concepción organizativa

70
Ibídem, p.5.
71
Gutiérrez, R., Modelos e imaginarios europeos en urbanismo americano, 1900-1950.
Revista de arquitectura, n°8, 1996, pp. 2-3.
72
Della Paollera, C., El “maestro” Marcel Poëte. Revista de Arquitectura, n° 352, abril
1950, pp. 118-120.

331
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involucrando nuevos factores, discriminando las partes funcionalmente


y otorgándoles autonomía y posibilidad de adaptación a variaciones de
crecimiento en el tiempo73.
Debemos hacer una mención aquí, a las ideas y proyectos que
elaboró en la ciudad de Córdoba el arquitecto italiano Ernesto La
Padula durante la década del cincuenta74, cuyas gestiones dentro de la
municipalidad apoyaron propuestas modernizadoras aunque también
tuvieron un rol central en la recuperación del patrimonio arquitectónico
colonial de la ciudad75. Hacia 1954 La Padula fue designado técnico
redactor del Plan Regulador para la ciudad de Córdoba, proyecto en el
que siguió trabajando aún luego de los cambios políticos de 1955. Al
igual que en el diagnóstico de Tedeschi para Mendoza, La Padula
había advertido similares fenómenos urbanos en Córdoba, ante una
dinámica poblacional en aumento, indicaba acompañar el natural
crecimiento de la ciudad hacia la periferia a partir de un principio de
“descentralización racional” de la ciudad y de “concentración
orgánica” de sus barrios76. De igual manera, Tedeschi sugería
“reconocer y aprovechar las tendencias naturales del organismo
urbano” y complementarlas con los “criterios económicos, técnicos y
climáticos previstos por el urbanismo científico”77. Si bien La Padula era
algunos años mayor, habían transitado por un ambiente profesional en

73
Véase Novick, A., Planes versus proyectos: Algunos problemas constitutivos del
Urbanismo Moderno. Buenos Aires (1910-1936). Revista de Urbanismo, n° 3, 2000 y
Novick, A.; Piccioni, C., Carlos María Della Paolera, Buenos Aires (1890-1960). Los
orígenes de la profesión urbanística en la Argentina. Seminario de Crítica n° 16,
noviembre 1990, IAA, FADU-UBA.
74
Ernesto La Padula (1902-1968) fue otro de los arquitectos italianos que emigró a la
Argentina luego de la Segunda Guerra Mundial. Se formó, al igual que Tedeschi, en la
Escuela de Arquitectura de Roma, aunque algunos años antes. Tuvo una destacada
actuación profesional en la década del treinta en Italia. Entre otros antecedentes, fue el
ganador del concurso para Palazzo della Civiltà e integró el equipo que proyectó el EUR
42. Luego de la guerra se dedicó al urbanismo, trabajando en los planes de
reconstrucción de Rímini y Bracciano. Llegó a Córdoba en 1949 contratado por el
decano de la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales, Angel Lo Celso, para
realizar el proyecto de la Ciudad Universitaria de Córdoba y se incorporó al plantel
docente de la Escuela de Arquitectura en la cátedra de Composición IV. Trabajó para el
MOP y para la Municipalidad de esa ciudad hasta 1964. (Malecki, J. S., Ernesto La
Padula en Córdoba. Peronismo y ciudad, 1946-1955. Anuario de Estudios Americanos,
vol. 75, n°1, enero-junio 2018, pp. 323-352).
75
Ibídem.
76
La Padula, E., Lineamientos del Plan Regulador de la ciudad de Córdoba. Cuadernos
de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, 1, Córdoba, 1956. (Citado en Malecki, op.
cit., p. 343)
77
Tedeshi, E., Informe Final de la Comisión …, op. cit.

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común en Roma78. Ambos se apoyaron en las teorías de la


descentralización orgánica que desarrollamos en el capítulo 2, las de
Saarinen y las experiencias inglesas de posguerra, como las de
Abercrombie para Londres, que trasladaban las ideas de entreguerras
de las unidades vecinales como principio organizador de una ciudad79.
Los trabajos publicados por Tedeschi y Calcaprina en Tucumán
hacia 1950 retomaban estas ideas aunque se habían basado
principalmente en el estudio de casos europeos actualizados al estado
de la cuestión de los debates luego de la segunda posguerra. Sin
embargo, hacia 1953 Tedeschi advertía que las teorías que habían
formado a los urbanistas locales y, que estaban basadas en aquellas
experiencias, no eran útiles para aplicar a los países de Sudamérica.
Consideraba, incluso, que podían llegar a ser medidas
contraproducentes:

“Los países europeos sufren por causa de la escasez de tierra, la


elevada densidad de población, el gran desarrollo industrial que
produce consecuencias de importancia sobre la distribución de los
habitantes, mientras que en Sud América nos enfrentamos con una
situación de abundancia de tierra y escasez de pobladores, y con los
problemas creados por el limitado desarrollo de las industrias” 80.

Por otros motivos, Tedeschi creía que tampoco el caso


norteamericano podía trasladarse a los países del sur, debido a las
diferencias en el alto desarrollo industrial y de los sistemas de
transporte.
Algunos años más tarde, entonces, Tedeschi seguía advirtiendo
acerca de la necesidad de la planificación, considerando que el error

78
La relación entre Tedeschi y La Padula es mencionada por Agustín Reboredo en
“Enrico y yo”, escrito no publicado. Es posible que el primer contacto entre Tedeschi y
la Universidad Nacional de Córdoba se diera a través de su connacional.
79
Las políticas de Gran Bretaña en relación al desarrollo de nuevas ciudades seguían
siendo para Tedeschi, aún a principios de la década del setenta, ejemplos a tener en
cuenta, aunque desde sus distintos criterios que ya no siempre seguían las ideas de
las ciudades jardín, ahora se planificaban parques industriales e incluso había
reemplazado los antiguos centros cívicos organizados por sucesión de espacios
abiertos por otros concentrados en un solo edificio de gran escala, una ciudad-edificio,
como los que se estaban experimentando en la ciudad de Cumbernauld. Sin embargo,
veía dificultades en la Argentina para aplicar eficientemente esos modelos, por falta de
leyes adecuadas, falta de capacitación de sus técnicos y discontinuidad en las
acciones políticas. (Tedeschi, E., “Ante el crecimiento urbano”. Los Andes, 29 de
septiembre de 1970, p. 10).
80
Tedeschi, E., La enseñanza del urbanismo en las universidades argentinas. Nuestra
Arquitectura, n° 295, 1954, p. 52.

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habitual en el que caían algunos técnicos en la materia era el de


proyectar reformas sin estudiar a fondo las necesidades reales de una
región y, por lo tanto, sin tener en cuenta “las condiciones biológicas,
ecológicas, económicas, sociales, jurídicas, culturales e históricas que
forman la base del desarrollo de estos aglomerados urbanos”. Para
resolver ese problema era necesario un “plan con planificación” que
contara con un análisis de las condiciones de partida y una posterior
síntesis que pudiera luego convertirse en herramienta para su
aplicación81.
El IFOP se ocupó de recabar datos estadísticos y de organizar
metódicamente toda la información disponilble sobre la ciudad. Su
cuerpo central está detallado en 16 puntos ordenados según los
siguientes temas de análisis: del paisaje natural, de la estructura
urbana, del paisaje cultural, del uso de la región, demográfico general,
demográfico socio-económico, del estado de edificación, de las
normas sobre edificación, sobre los servicios públicos, de los servicios
sociales y culturales, de la vialidad, del transporte, de las actividades
industriales, de las actividades comerciales, de las actividades
turísticas, de la situación administrativa.

Figura 7. Cuadro de
relevamiento
estadístico.Fuente:
Informe Final de la
Comisión de
Planeamiento Urbano y
Código de Edificación
de la ciudad de
Mendoza. Copia
mecanografiada,
c1960, Cap. 5, Anexo.

Para avanzar en el primer análisis, el trabajo se apoya en las


concepciones de la morfología del paisaje de Carl Sauer, quien dividía

81
Tedeschi, E., “Planificación y plan”. Los Andes, 4 de abril de 1961, p. 5.

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los elementos del paisaje natural en terreno, clima y vegetación 82. En


relación al terreno, el IFOP toma un estudio de la Dirección Provincial
de Minas y Geología sobre las características geológicas del suelo de
la región. En relación al sismo, Tedeschi observaba la falta de estudios
científicos suficientes advirtiendo que recién en 1957 se había creado
por primera vez en el país un Instituto de Investigaciones Antisísmicas
en la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo sede San Juan y que la
Sociedad Central de Arquitectos División Mendoza había incluído el
problema por primera vez en el país en el temario de unas Jornadas de
1958. En materia de Clima, el informe se remite a un estudio del Dr.
Walter Georgi de la Universidad Nacional de Cuyo incluyendo
estadísticas sobre precipitaciones, humedad, temperatura,
asoleamiento y vientos, publicadas en el Anuario del Instituto de
Investigaciones Económicas y Tecnológicas de 1952.
Acerca del “paisaje cultural” el IFOP se enmarca en el concepto
de ciudad-región y en base a datos oficiales sobre la producción en la
provincia, entiende que el elemento que caracteriza el paisaje cultural
mendocino es la vitivinicultura, que ocupaba hacia 1958 el 71% de las
actividades productivas de la región y que afectaba directamente en la
vida de su ciudad en sus actividades y en su paisaje, ya que la misma
arboleda de álamos que sirve de límite a los paños de cultivo de la vid
en el campo, marca las líneas de algunos caminos donde vialidad y
riego se funden, conformando túneles arbolados que ingresan a las
calles de la ciudad a través del trazado de sus acequias83. Describe
algunas características de la población, en las distintas etapas
históricas afectadas por terremotos, inmigraciones e infraestructura
ferroviaria.
Luego de caracterizar la región, el IFOP se concentra en un
análisis más detallado de la ciudad como “hecho cultural” bajo los
siguientes aspectos: la ciudad como hecho histórico, la ciudad como

82
El informe no explicita las teorías de Sauer, sin embargo, como ya estudiamos en el
capítulo 5, la diferenciación entre “paisaje natural” y “paisaje cultural” se utiliza en el
libro Teoría de la Arquitectura con referencias a este autor y ya las utilizaba Tedeschi en
sus clases desde 1956 (Véase Tedeschi, E. Teoría de la Arquitectura. Versión
taquigráfica publicada por el Movimiento de Estudiantes Universitarios Humanistas, de
las clases dictadas por el Prof. Enrico Tedeschi, durante el año 1956. Córdoba:
Departamento de Acción Social, 1957). Nótese que estas categorías estaban así
enunciadas por la CEPU en las bases del Concurso para Técnico Urbanista, como los
“elementos básicos” a incluir en el IFOP. (Municipalidad de Mendoza. Reseña de la
creación…op. cit. p. 70).
83
Tedeschi, E., op. cit., p. 3-1.

335
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hecho físico, la ciudad como hecho social, la ciudad como empresa


económica y la ciudad como hecho estético. El examen de la historia
de la ciudad desde su fundación refiere a estudios del profesor Draghi
Lucero y está organizado en tres períodos: desde su fundación hasta
principios del siglo XIX, desde principios del siglo XIX hasta el
terremoto de 1861 y el desarrollo urbano de la ciudad a partir de la
llegada del ferrocarril en 1885, hecho que remarca como el cambio
más fuerte en su historia.
En relación a los factores físicos, se describe el trazado, la
edificación, la vialidad y el verde y el agua, y se observan
características constructivas regionales poco adaptadas a las
problemáticas del sismo y la higiene. Se indica una falta de criterio
para unificar formas en el paisaje urbano y se caracteriza la red vial
como un esquema abstracto independiente de la edificación e incluso
antecediéndola. Tedeschi apreciaba en el desarrollo histórico urbano
de la ciudad de Mendoza algunos avances que había introducido el
Plan Regulador del ingeniero francés Balloffet de 1863, posterior al
terremoto de 1861: el trazado de anchas calles, avenidas, una gran
plaza central complementada por cuatro plazas menores
simétricamente dispuestas. Lo consideraba un momento en el cual el
urbanismo se había adelantado con respecto a la arquitectura84 :

“Este trazado, modelo, es el único realizado con carácter urbanístico


que comprende un amplio sector de nuestra ciudad” 85.

Sin embargo, creía que no había introducido jerarquías


funcionales ni previsión alguna en la “creación orgánica de plazas”, por
lo cual sugería la necesidad de reelaborar la red vial de la ciudad. El
IFOP insiste en que la condición más característica del paisaje urbano
son los árboles y las acequias y su más maravilloso símbolo, su
Parque. En cuanto a la ciudad como empresa económica se señala la
falta de racionalidad para distribuir la población en el territorio,
especialmente considerando el área del Gran Mendoza, dando por
resultado una relación inconveniente entre los terrenos ocupados y el
tendido de servicios públicos. Citando un fragmento de Domingo F.
Sarmiento en Argirópolis, el IFOP concluye en este punto que la política

84
Tedeschi, E., “La arquitectura contemporánea en Mendoza”. Los Andes, 20 de
octubre de 1965, p.3.
85
Tedeschi, E., “De la Aldea a la Urbe”. Los Andes, 9 de julio de 1966, p. 6.

336
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urbanística a implementar sería la de “densificar la ciudad”, aunque


contemplando excepciones en la zona céntrica de la ciudad, donde se
indica la necesidad de establecer regulaciones para eliminar el peligro
de que se destruyan sus arboledas86.

Figura 8. Panelo Gelly, R. “La baja densidad de población del Gran Mendoza exige un cuidadoso uso del
suelo”. Los Andes, 19 de junio de 1963, p. 8

Finalmente, en cuanto a la ciudad como hecho estético, el


informe indica algunos criterios a tener en cuenta para regular la
edificación: zonificación, unidad arquitectónica, los edificios públicos y
las fachadas sobre la calle y los relativos a la regulación de los
espacios libres -privados y públicos- y las avenidas y calles. En
relación a la zonificación, se indica la necesidad de que la ciudad,
entendida como un organismo requiere que “sus partes constitutivas
respondan al principio orgánico y correlativo de función, estructura y
forma” para ello la ciudad debía organizar su forma en respuesta a una
“premisa conceptual”. Se observaba que Mendoza carecía de tal
orden, siendo híbrida, como resultado de un “desorden original, no

86
Ibídem, Cap. 3, p. 23.

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corregido en el tiempo”87 y esa ausencia de unidad funcional también


repercutía en la falta de unidad arquitecónica por diversidad de fines y
estilos, consecuencia de las políticas de especulación de la tierra, que
hacían predominar la anarquía de formas y volúmenes.
Por otra parte, se advierte que los edificios no debían
componerse de un solo frente principal a la calle sino que deberían ser
objetos de una composición espacial, ya que son apreciables desde
muchos puntos de vista. Se elogia el valor del árbol en la ciudad y se
expresan duras críticas sobre la falta de regulación y uniformidad de la
arquitectura mendocina en general:

“El árbol así, se convierte no sólo en factor principal de la fisonomía


de la calle y plazas mendocinas sino en el de la estética toda de la
ciudad, que por este sólo hecho se convierte en un ejemplo típico, de
reconocido prestigio, en el concierto de las ciudades argentinas”.

“La zona de los elementos constitutivos de la calle (vereda, calzada,


acequia y árbol) se equilibra dimensionalmente con el volumen de la
edificación que la bordea creando sensaciones armónicas de
espacio, luz y formas, lo que provoca un verdadero placer estético al
transitar por ellas, exaltándose el goce de vivir”.

“Muchas veces la fronda de las calles forma verdaderos túneles


verdes donde los rayos solares, infinita y caprichosamente
freguentados, producen los más inesperados juegos espaciales y
lumínicos que se ascienden sobre el suelo y la masa de la
edificación”.

“La ciudad toma así ciertas características de la ciudad jardín”.

”Podemos afirmar sin equivocarnos que en este sentido el árbol de


Mendoza cobra el símbolo de redentor”.”Su presencia exalta los
relativos valores urbanísticos con que cuenta la ciudad sirviendo de
velo o paliativo para ocultar o mitigar sus desaciertos, entre los que
incluímos la fealdad, vetustez y desorden de la mayor parte de su
edificación”88.

El IFOP adjudica el desorden en la edificación al mal uso de la


tierra que se hacía en las ciudades argentinas, donde abundaban los
terrenos baldíos en zonas céntricas, existiendo déficit de viviendas en

87
Ibídem, Cap.3, p.25.
88
Tedeschi, E., Ibídem, Cap. 3, p. 30.

338
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todas las ciudades del país y una dispersión del desarrollo edificatorio
hacia los suburbios. Se cita al respecto un trabajo de José María
Pastor y José Bonilla89 sobre el tema donde se ponía el acento en la
relación entre la vivienda y la ocupación del suelo y se sugería tomar
control en las futuras acciones políticas por medio de un “plan
orgánico de distribución poblacional”:

“[…] limitando severamente la extensión urbana a las tierras


necesarias y suficientes para satisfacer las necesidades de
alojamiento integral de la población en función de densidades
demográficamente óptimas”.

Pastor y Bonilla advertían que en Argentina se había creado un


mercado especulativo de terrenos baldíos edificables que decuplicaba
la cantidad de terrenos realmente necesarios para su uso y
reclamaban que el desarrollo de las tierras urbanas debía legislarse en
base a planes reguladores de ciudades y de regiones dentro de una
“política nacional de vivienda y desarrollo regional”90.

Figura 9. Ejemplo de problemas de


baja denisdad en San Vicente (Pcia de
Buenos Aires). Fuente: Pastor, J. M.;
Bonilla, J., Uso de la tierra. Lam. A-1.

89
Véase Bonilla, J.; Pastor, J. M., Estudio sobre uso de la tierra. En relación con la
vivienda y el desarrollo urbano y regional. Buenos Aires: IPRU, 1958.
90
Ibídem, p. 133.

339
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El caso que Tedeschi citaba como referencia de plan flexible a


largo plazo era, nuevamente, el caso del plan para el Tennesse Valley
de Roosevelt, porque si bien había sufrido ajustes, conservaba a lo
largo del tiempo sus lineamientos originales91 Tedeschi proponía así
una descentralización de la ciudad de Mendoza a tono con una teórica
descentralización del país, la cual reclamaba con duras críticas:

“Pero el urbanismo orgánico no puede tener éxito sino a costa de


cambios tan radicales que aparecen actualmente utópicos. Porque
pedirá que se investigue la razón de ser social, económica,
psicológica, cultural del monstruo urbano y sus relaciones con el país,
ya al constatar que socialmente es una enfermedad, económicamente
un parásito, psicológicamente una neurosis y culturalmente un
mercado, planeará que se rompa esa masa amorfa, que se
descentralicen las actividades que la fomentan –empezando por las
de Gobierno, en este sentido Martínez Estrada ha formulado una
propuesta efectivamente urbanística- que se termine con la
especulación sobre la tierra, que se devuelva el hombre a la
comunidad en escala humana que le corresponde y a la naturaleza de
que participa como ser viviente”92.

Si en 1950 Tedeschi sostenía que:

“[…] un juicio urbanístico sobre la Argentina nos lleva a constatar la


existencia de un país en función de su capital, mientras que sería
deseable constatar la realidad de una capital en función del país” 93.

Hacia 1970 su posición era nuevamente advertir que:

“[…] la trágica situación del país que tiene la tercera parte de su


población amontonada en una sola ciudad, monstruo parasitario cuya
descentralización es condición indispensable para la recuperación
económica, moral y política de la Argentina” 94.

Lo que en Europa podía ser un problema, el exceso de


población, en Sudamérica era una solución. Por este motivo, el plan

91
Tedeschi, E., “Planificación y plan”. Los Andes, 18 de abril de 1961, p.5.
92
Ibídem, p. 7.
93
Tedeschi, E.; Calcaprina, C., Urbanismo con legislación. El problema legislativo de la
planificación urbana y rural. Tucumán: IAU-UNT, 1950, p. 15.
94
Tedeschi, E., Ante el crecimiento urbano. Los Andes, 29 de septiembre de 1970,
p.10.

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para la ciudad de Brasilia resultaba un caso ejemplar95.


El IFOP, presentado en 1961 constaba de “17 capítulos, un
apéndice con 38 documentos y 70 fotografías y 39 planos ilustrativos y
complementarios. También figuran varias planillas, gráficos, diagramas
y croquis, que en su totalidad configuran una imagen completa de
Mendoza y de sus zonas próximas que comprende desde el momento
histórico de la fundación hasta nuestros días”96.
Según Ponte, aunque “el Informe Tedeschi constituyó el
segundo intento del movimiento moderno de pensar en forma de
prospectiva urbana la problemática de la ciudad de Mendoza” luego
del Plan Regulador de 1941, las consideraciones estéticas no pudieron
obtener resultados reales en la posterior normativa edilicia 97. Para
otros, el trabajo tuvo un positivo impacto en la regulación en lo referido
a retiros de la edificación y valorización del verde en la ciudad. Si bien
el IFOP no elaboró un código de edificación, por medio de una
disposición de emergencia, la Comisión Especial dispuso algunas
normas de regulación para el centro de la ciudad:

“[…] el centro comercial de la ciudad, lejos de alcanzar este ideal de


orden, decoro e importancia que inspiró la reglamentación de alturas
mínimas, presenta un aspecto caótico de edificios altos y bajos, viejos
y nuevos, mezclados. Como solución a este conflicto, la Oficina de
Planeamiento tiene en estudio esquemas de tipos especiales de
edificios, adoptadas con gran éxito en otros lugares...”98

95
Durante las Jornadas de Urbanismo de de Mendoza organizadas por Tedeschi en
1960 se proyectaron en la Biblioteca San Martín dos documentales sobre Brasilia, uno
sobre su construcción y otro sobre el acto inaugural de la ciudad. (“En forma amplia
fueron debatidos temas vinculados con el urbanismo”. (Los Andes, 9 de noviembre de
1960, p. 6). Según Panelo Gelly, el objetivo de exponer el caso de Brasilia tenía el fin de
observar una obra de gran envergadura realizada en plazos asombrosamente cortos y
entender las posibilidades que se abren cuando “les acompaña una verdadera
voluntad de hacer y no se teme poner todos los recursos al servicio de una idea”.
(Municipalidad de la ciudad de Mendoza. Reseña de la creación…op. cit., p. 168)
96
“Entregáronse las bases para el Código de Edificación”. Los Andes, 02-09-1961, p.
3.
97
Ponte, R., op. cit., p. 499. Según el autor el fracaso en los resultados se debe en
parte a la falta de “conciencia urbanística” de parte de los profesionales mendocinos
para convertirlo en actuaciones efectivas, sin revisar el trabajo críticamente ni operando
en su transformación sino tomándolo como una “verdad revelada” y en parte también
por la escasa valoración que el informe tenía sobre la evolución histórico urbanística de
la ciudad, despreciando así la arquitectura preexistente. (Ponte, R. op. cit., p. 507).
98
Municipalidad de la ciudad de Mendoza. Reseña de la creación…op. cit., p. 138.

341
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A partir de los diez metros de altura, se estableció un retiro


obligatorio del frente de tres metros y también de los lados restantes
del lote, dando como resultado, en la zona céntrica de la ciudad, un
basamento uniforme del cual luego se desprenden volúmenes exentos
separados como mínimo seis metros entre sí. Esta normativa fue
concebida para permitir el asoleamiento de la arboleda urbana y
reducir el impacto peatonal de los edificios en altura99. Sin embargo, el
plan a escala regional no se llevó a cabo porque no se logró la
coordinación de una acción común entre las administraciones
municipales y la provincia100.

99
Lacerna, S., “Tedeschi, la ciudad y el código edilicio”. Los Andes, 18 de septiembre
de 1984, 2°sección.
100
Tedeschi señalaba que tampoco existía una visión política a mediano o largo plazo
para llevar adelante los planes. (“Alternativa fácil. Crecimiento urbano dislocado o
planificado”. Los Andes, 12 de abril de 1967, p. 6).

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Figura 10. Propuesta para el código de edificación de la ciudad


de Mendoza. “Izquierda: Perfil de una calle con la construcción
sobre la línea municipal, pareja en altura, que resta iluminación
solar a las plantas y la circulación del aire libre, en mayor
proporción, en la calle. Derecha: Proyecto de edificación en base
a torres aisaladas o sobrepuestas a las plataformas comerciales,
sistema que permite una perfecta aireación y asoleamiento de la
calle y de los árboles. Abajo: Perspectiva de una manzana, de
acuerdo con el proyecto indicado, edificado bajo el moderno
criterio de bajos comerciales y torres aisladas para
viviendas”.Fuente: Los Andes, 14 de enero de 1962, p. 2

Figura 11. Concurso Privado de Anteproyecto Consejo Profesional y Colegio de Arquitectos de Mendoza.
Primer Premio: arqs. Gainza y Caporalini con el Grupo 10, 1971-76. Fuente: Guisasola, M. A., Apuntes
sobre arquitectura en Mendoza. Mendoza: EDIUNC, 2013, p. 34.

Como observa Malecki, el Plan Regulador de Córdoba de La


Padula, -y también este informe para Mendoza- no agregaban teorías
novedosas al campo del planeamiento local, ya que José M. F. Pastor
venía trabajando sobre ellas, en particular, a través del enfoque de
Lewis Mumford, de forma práctica en sus estudios para la
reconstrucción de San Juan y de manera teórico pedagógica con
publicaciones especializadas desde mediados de la década del
cuarenta101. Sin embargo, no fueron los trabajos de Pastor las primeras
referencias de los italianos, quienes habían debatido intensamente
sobre la reconstrucción de las ciudades desde 1944, y se habían
instruido en las mismas teorías inglesas y norteamericanas en esos
tres o cuatro años previos a su partida de Roma102. La cultura del
planeamiento anglosajón había llegado a Italia a través de las teorías
de Lewis Mumford, de los planes de reconstrucción para Londres, de
las experiencias norteamericanas y de los trabajos teóricos que desde
los Estados Unidos habían difundido Josep Lluis, Sert y Eliel Saarinen.
Una vez en Argentina, Pastor, La Padula, Tedeschi y Calcaprina
habían tenido ocasión de encontrarse y debatir sobre el tema en las
Jornadas de Urbanismo que organizó la FAU-UNT en 1953 en Tafí del

101
Malecki, J. S., op. cit.
102
Recordemos que Tedeschi había sido entre 1945 y 1947 delegado de los congresos
International Federation of Housing and Town Planning -canal principal de las ideas del
planeamiento anglosajón a nivel internacional-, miembro efectivo del Istituto Nazionale
di Urbanistica (INU), consultor en la Commissione Urbanistica della Comuna di Roma,
profesor asistente de Luigi Piccinato en el curso de Urbanistica en la Scuola di
Architettura Organica y redactor en Metron –revista que difundía estas ideas-.

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Valle103. Gorelik señala que existió un proceso de migración de las


ideas anglosajonas sobre planificación entre fines de 1930 y mediados
de 1960 entre los Estados Unidos y los países de América Latina, y
considera que a través de esa red continental de pensamiento urbano
se generó una importante renovación en los estudios socio-
territoriales104.
Tedeschi fue uno de los actores de esa articulación. Su
denuncia estaba dirigida a las consecuencias de la sociedad de
masas, al exceso de densidad, la congestión, la mecanización, la
estandarización, la tendencia a la “abstractificación”, la “actitud
enajenada”, la cultura del consumo105. Para alcanzar una renovación en
el urbanismo, en primer lugar, la sociedad debía emprender una
transformación, buscando articularse en comunidades de escala
humana. Según Tedeschi, para que la disciplina alcanzara respuestas
para contrastar con el “carácter nivelador” de la sociedad de masas,
se debían tener en cuenta dos valores, que eran en verdad, uno solo,
desplegado en dos escalas, “personalidades creadoras” y
“diversificación regional”:

“[…] la personalidad creadora del arquitecto, y los factores que


pueden caracterizar a la arquitectura de acuerdo a condiciones físicas
y psicológicas, y a la tradición cultural, derivadas de una situación
regional”106.

103
José Pastor (1914-1981) se involucró con el planeamiento apenas graduado de
arquitecto en 1944 en Buenos Aires a través de la difusión de las ideas de Lewis
Mumford y de experiencias inglesas y norteamericanas. Fue redactor en la Revista de
Arquitectura de la Sociedad Central de Arquitectos y en Nuestra Arquitectura. Alcanzó
una posición destacada como planificador durante el período peronista, logrando que
el Consejo de Reconstrucción de San Juan adoptara su Plan. En 1952 fundó el Instituto
de Planeamiento Regional y Urbano (IPRU) junto al ing. Bonilla desde donde impulsó
una línea de investigación renovadora aunque no logró una inserción plena en el
campo disciplinar por motivos político ideológicos. (Gorelik, A., “Pastor, J. F.”. En:
Aliata, F.; Liernur, J. F. (eds.), Diccionario de Arquitectura en la Argentina. Buenos Aires:
AGEA, 2004).
104
Gorelik, A., Miradas cruzadas. El viaje latinoamericano del planning norteamericano.
Bifurcaciones, n° 18, primavera 2014.
105
Tedeschi, E., La arquitectura en la sociedad de masas. En: Tedeschi, E.; Rodríguez
Bustamante, N., La arquitectura en la sociedad de masas. Buenos Aires: Ediciones 3,
1962.
106
Ibídem, p. 32.

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6.5. Organismos y sistemas: El edificio para la Facultad de Arquitectura y


Urbanismo de la Universidad de Mendoza y otros proyectos.

Al poco tiempo de la fundación de la Facultad de Arquitectura


de la Universidad de Mendoza, en 1960, la institución decidió
emprender la compra de un terreno para construir una nueve sede. La
dirección del proyecto estuvo a cargo de Tedeschi con la colaboración
de los ingenieros Diego Franciosi en el diseño y montaje de los
elementos prefabricados y Roberto Azzoni en el cálculo general107. La
obra se concluyó en 1964 y fue el trabajo más relevante que abordó
Tedeschi como arquitecto en toda su carrera. Siendo que esta obra
fue ampliamente estudiada, no indagaremos en detalles acerca de su
proceso proyectual y constructivo sino en el significado que ella tuvo
en la construcción de un concepto arquitectónico moderno y
organicista108.
Tedeschi describía los tres puntos centrales del programa de
necesidades del edificio como aspectos independientes y que
podemos identificar como las nociones de espacio, forma y estructura:

“El tema funcional es simple y requiere una estructura que permita


gran flexibilidad en la colocación de las divisiones interiores. La
posición del terreno cerca del parque de la ciudad induce a pensar en
formas naturales. La estructura debía ser antisísmica” 109.

Se presentaban de ese modo las tres decisiones más


importantes del proyecto: la primera y la tercera eran funcionales y
técnicas: el edificio debía ubicar la estructura en su perímetro para
poder mantener en su interior un espacio libre de apoyos y, esa
estructura debía ser antisísmica. La segunda premisa es controvertida:
la ubicación inducía a pensar en “formas naturales”. El argumento es
cuestionable en cuanto que apela a la proximidad con el parque San
Martín para justificar una apuesta que, sabemos, tenía fundamentos
teóricos más consistentes.

107
Escuela universitaria de arquitectura. Nuestra Arquitectura, n° 433, 1966.
108
Nos referimos a la tesis de maestría de Leonardo García Codina titulada La
estructura como instrumento de una idea. Enrico Tedeschi y el proyecto de la Facultad
de Arquitectura de la Universidad de Mendoza. Pontificia Universidad Católica de Chile,
2004. En lo sucesivo remitiremos a la versión publicada de esta investigación por
Ediciones 1:100 en el año 2013.
109
Tedeschi, E., Un aporte a las construcciones antisísmicas. Summa n°85, enero 1975,
p. 73.

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El uso de la piezas prefabricadas de la empresa SCAC


obedecía principalmente a un problema económico, que se tradujo en
un innovación técnica, pero se inició en la voluntad de trabajar con
bajos costos en la construcción del edificio. La conicidad de los
elementos de hormigón centrifugado, se debe en su origen a un
comportamiento estático110 -la sección del elemento disminuye a
medida que aumenta su altura-, pero esa cualidad de los elementos se
tradujo en un dato esencial para la definición del proyecto, ya que se
utilizaron como tramos de una retícula diagonal que decrece su
sección en conjunto con el desarrollo vertical de la fachada del edificio.
La diagonalidad también obedece a una solución estructural, buscada
para reducir las deformaciones ante la necesidad de resistencia al
sismo. Luego, esta retícula fue la estrategia para que no fuera evidente
la estructura geométrica ortogonal que subyace bajo la composición
de la fachada.
Según Codina, la expresión constructiva del proyecto se explica
en la búsqueda de una solución técnica innovadora y por ello se
distingue de otros usos de la expresión constructiva como génesis del
proyecto basadas en el manejo tradicional de un material111. El material
no parece haber sido determinante desde su expresividad sino desde
su performance, ya que, como advierte Codina, el edificio fue pensado
para un sistema estructural metálico pero desarrollado luego en
hormigón pretensado112. Cuando el canal de difusión era el más apto,
Tedeschi prefería resaltar la innovación técnica del edificio, por tratarse
del primer edificio del país con esa tecnología y uno de los primeros en
el mundo113.

110
Recordamos que estas piezas, fabricadas por la empresa SCAC, estaban
destinadas a postes de iluminación urbana. La SCAC (Società Cementi Armati
Centrifugati) era una fábrica italiana fundada en Trentino en 1920, dedicada a la
prefabricación de elementos de hormigón para obras de arquitectura y construcción
civil como puentes y viaductos. En 1950 instaló varios establecimientos industriales en
Argentina, que cerraron casi en su totalidad durante la década del ochenta. (Véase
Giovannardi, F., Enrico Tedeschi dal sogno alla tragedia argentina. Bologna: Pàtron,
2016).
111
Codina encuentra que la innovación a la que llega Tedeschi con este edificio es
analogable al Banco de Londres de Testa y SEPRA y a algunas experimentaciones de
Amancio Williams. (Codina, L., op. cit.).
112
Codina, L., op. cit.. El propio Tedeschi aseguraba, en una conferencia dictada en
Cordoba en 1965, que de haber sido construido en Chile probablemente se hubiese
podido proyectar en metal o en madera. (La conferencia se tituló “La arquitectura
contemporánea frente al progreso de las ciencias y de las técnicas” y fue publicada en
la Revista de la Universidad Nacional de Córdoba, diciembre 1968).
113
Tedeschi, E., La prefabricación en Mendoza, Summa, n°99, marzo-abril 1976, p. 43.

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En la década del sesenta, el uso del hormigón armado se


extendió en la producción arquitectónica local. En tal contexto, el
brutalismo de origen inglés constituyó una referencia como vía
intermedia posible entre el regionalismo y los vanguardismos técnicos,
admitiendo la libertad plástica con la adaptación a las condiciones
locales de bajo desarrollo114. Adagio observa una búsqueda de
equilibrio entre forma y tecnología, como rasgo distintivo en el proyecto
de la FAU-UM115. ¿Qué forma y qué tecnología? La clave del proyecto
está sin dudas en esa combinación en tanto involucra algunos
principios de organicidad con otros de sistematicidad, mediante un
juego con la estandarización que traiciona su esperada condición de
homogeneidad.
En una de las descripciones publicadas del proyecto se refiere
a algunas imágenes sugerentes como la “ramificación de columnas”,
la “sensación de empuje y progresiva elevación”, y los espacios
arquitectónicos entendidos como “partes del espacio de la
naturaleza”116.
La inspiración naturalista es deliberada aunque no hay una
mímesis literal sino que el mayor valor de este edificio radica en el
modo en el que alcanza una racionalización material con fundamentos
orgánicos, implementados desde una recreación figurativa obtenida,
en parte, mediante sistemas de orden geométrico y modular que,
como observa Codina, no se visualizan en forma directa117. El número
de oro en el procedimiento compositivo traduce proporciones de la
naturaleza en su progresivo crecimiento a un desarrollo vertical de la
fachada, mientras que la repetición de un módulo fijo se desarrolla en
segmentos horizontales sobre el ancho del edificio, expresando una
diferencia entre la organización horizontal y la vertical.

114
Liernur, J. F., Arquitectura en la Argentina del siglo XX. La construcción de la
modernidad. Buenos Aires: Fondo Nacional de la Artes, 2001.
115
Noemí Adagio destaca esta característica en el proyecto, aunque no comparte las
lecturas de alta determinación estructural ni la interpretación orgánica, ya que prefiere
interpretar la unicidad del edificio en la búsqueda de una respuesta “monumental”.
(Adagio, N., Forma y Tecnología. El edificio de la Facultad de Arquitectura de Mendoza
(1962-1964). En Enrico Tedeschi, Work in Progress. Mendoza: EDIUM, 2013, pp. 115-
122).
116
Escuela universitaria de arquitectura, op. cit.
117
Codina, L., op. cit..

347
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Figura 12. FAU–UM. Maqueta de la primera versión del proyecto. Archivo Claudia Tedeschi.

El naturalismo se revela con sutileza, mediante una analogía de


crecimiento e integralidad, lograda a través de la disminución
progresiva en la sección de las piezas cónicas, sumado al efecto
dinámico de la dirección diagonal de la trama. Ambas condiciones
generan perceptivamente un movimiento ascendente, efecto que
permite que una composición regular y de construcción mecánica,
tenga una apariencia orgánica. A todo aquello se le suman otros
factores de carácter orgánico: la integración de cada pieza como parte
de un conjunto mayor, donde cada parte está en una posición
determinada y no en cualquier otra, la relación entre la estructura y el
espacio por medio de la permeabilidad de la trama y de las superficies
transparentes por detrás, que hacen que la fachada no parezca una
cortina sino un diafragma entre el tratamiento del interior y el exterior y,

348
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Figura 13. FAU–UM. Plano de detalle estructural. Archivo Claudia Tedeschi.

por último, que esa misma trama, en su desarrollo decreciente en


elevación, aligera el peso de la masa contribuyendo a una ilusión de
fusión entre el objeto y el entorno, intensificada por la coloración
verdosa del hormigón a la vista:

“Vi entonces que esa fábrica produce también los postes cónicos, de
hormigón armado centrifugados (…) ¿por qué no aprovecharlos como
elementos del reticulado diagonal, explotando su conicidad para dar
una sensación más clara de la disminución de las cargas hacia arriba,
y aumentar la esbeltez de la forma? Además, si se resolvieran con una
forma simple y continua los nudos de unión del reticulado diagonal de
estos postes cónicos, ¿no podría lograrse ese carácter orgánico y
natural que el ambiente del parque sugiere, presentando las
columnas como elementos que nacen del suelo y se van haciendo
más esbeltos al elevarse, así como hacen los troncos de los
árboles?”118

118
Tedeschi, E., La arquitectura contemporánea frente al progreso de las ciencias y de
las técnicas. Revista de la Universidad Nacional de Córdoba, diciembre 1968, p. 612.

349
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El árbol es la metáfora, aunque, las cualidades podrían


corresponder a cualquier árbol, a su figura universal. Sin embargo, en
otras ocasiones Tedeschi explicaba este edificio desde su carácter
regional y vinculaba ello a una analogía muy precisa. Reconociendo un
cierto “efecto mendocino” en el edificio, “voluntario o casual”119,
Tedeschi sostenía que la estructura se asimilaba formalmente al “modo
en el que se entretejen los cultivos de la vid en la región”120.
Intentaremos ahora explicar lo confuso que resulta este argumento.
Tedeschi sugería pensar en una arquitectura regional para Mendoza,
pero advertía poco interés en la arquitectura local en desarrollar lo que
él consideraba que podía ser característico de la región: diseñar casas
solares y estructuras antisísmicas nuevas y originales, que no fueran
únicamente el resultado de aumentar la sección de las estructuras
convencionales.
Cuando se preguntaba si existía un significado regional en la
arquitectura contemporánea de Mendoza que no tuviera relación con la
imitación de formas del pasado sino con las condiciones naturales de
la región -como el clima, el terreno, la vegetación, las condiciones
sociales y los modos de vida de sus habitantes- su conclusión era que
los dos factores determinantes en la región, el clima y el carácter
sísmico, habían encontrado poca significación en el medio, ya que tan
sólo se veían cualidades propias en algunos materiales a los que no
daba mucha importancia, como la piedra rodada del río y sin labrar:

“Pocos intentos se han hecho hasta ahora de realizar casas realmente


solares, en que la presencia del sol sea realmente confortante de la
arquitectura, guiando y reguiando su orientación y disposición de
aberturas. Lo sísmico ha influído hasta ahora más en el cálculo de
edificios que en su diseño y concepción general: con la consecuencia
de que a menudo aparecen las formas estructurales que son
comunes en la arquitectura contemporánea pero engrosadas, sin la
esbeltez que puede darles gracia y armonía, cuando que un buen
diseño sísmico permitiría conseguir la necesaria resistencia al sismo
con formas fuertes pero elegantes y nuevas” 121.

119
“Nueva sede erigirá la Facultad de Arquitectura de esta ciudad”. El tiempo de Cuyo,
6 de mayo de 1962.
120
Codina, L., op. cit., p. 89.
121
Tedeschi, E., “La arquitectura contemporánea en Mendoza”. Los Andes, 20-10-1965,
p.3. La nota está ilustrada con una fotografía del edificio de la Escuela de Comercio
“Martín Zapata” proyectada por Juan Augusto Brugiavini, arquitecto egresado en San
Juan en 1959 y docente del equipo de la FAU-UM.

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Figura 14. FAU–UM . Fotografía desde el jardín de acceso. (c1964). Archivo Claudia Tedeschi.

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Figura 15. FAU–UM. Planta de techos del último proyecto con 6 módulos. Archivo Claudia Tedeschi.

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El edificio expresa una brillante síntesis entre una propuesta


organicista y sistémica, pero que nada tiene de regional. Fue leído
como una apuesta modernista en el libro de Bullrich y en la revista
inglesa Architectural Review, cuando aún el edificio de la FAU era una
pieza solitaria.
Hacia 1970 se desarrolla el proyecto del conjunto del campus
universitario, para alojar así otras dependencias en un mismo predio.
Tedeschi elaboró los proyectos para otros dos edificios: el de la
Facultad de Ingeniería Electrónica y el de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales. Las estrategias proyectuales de estos edificios,
explotan el uso del motivo figurativo como entidad unificadora. Los
edificios se organizan a los lados del jardín de acceso a la FAU y cada
uno de ellos se basa en esquemas volumétricos antagónicos: La FAU
se configura como un pabellón en tira pero con sus testeros entre
medianeras y con una altura de cuatro niveles, la FIE se organiza
alrededor de un patio central como un claustro en dos niveles y la
FCJS se desarrolla en altura, sobre un lote estrecho entre medianeras y
con fachadas equivalentes sobre frente y contrafrente. El gen figurativo
fue la pieza en “V” del pilar de hormigón armado de la FAU, replicado
en dos variaciones: se convierte en viga sobre la fachada de la FIE y se
resuelve como pilar de tres apoyos en la planta baja de la FCJS.

Figura 16. Camps universitario de la UM. Planta baja: 1) Facultad de Arquitectura y Urbanismo, 2)
Facultad de Ingeniería Electrónica, 3) Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Summa, n°99, abril
1976, p. 63.

353
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Figura 17. Perspectiva del proyecto para el campus universitario. Archivo Claudia Tedeschi.

Figuras 18-19. Facultades de Ingeniería y de Ciencias Jurídicas. Fotografía de la autora, 2011.

354
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No tan sistemático

Como contrapartida de las casas mendocinas, sumergidas en


una hibridación entre una experimentación tipológica relacionada con
la propuesta urbanística para Mendoza y un paisajismo interior, entre
1965 y 1969 Tedeschi proyectó y construyó una casa para la familia
Giboín en San Luis partiendo de otras matrices. Allí apostó sin
ambigüedades a una arquitectura antiurbana, sin un contenedor
demilitante prefigurado122. La planta presenta una configuración
compleja y articulada tanto en dirección horizontal como en vertical,
similar a algunas viviendas de Alvar Aalto o Hugo Häring. La cultura del
expresionismo y del organicismo del norte y centro de Europa fue
analizada atentamente en el ambiente italiano de posguerra123.
Se trata de un tipo de organicismo muy distinto al que
examinamos en el edificio de la FAU-UM o en el tratamiento paisajístico
de tipo “wrightiano” de Tafí del Valle. Tedeschi apreciaba las
referencias al maestro norteamericano cuando no eran directas, sino
sutiles extracciones de algunas estrategias generales124:

“Con mayor comprensión y conciencia artística han actuado en sus


obras los que de Wright han aprendido la enseñanza de libertad
formal y preocupación espacial, uniéndola al gusto de los materiales
naturales y de la vinculación con el terreno”125.

Para Tedeschi el arquitecto contemporáneo que mejor


representaba las ideas orgánicas, era Alvar Aalto, ya que desde su
obra y su pensamiento se podía llegar a elaborar una teoría orgánica
de la arquitectura, que intentaba interpretar y sintetizar en los
siguientes puntos: la Arquitectura Orgánica es funcional no sólo
técnicamene y socialmente sino también psicológicamente, debido a
que “la técnica debe servir al hombre y no el hombre a la abstracción

122
Esta estrategia cambiará en sus dos últimos proyectos, la casa en calle Gargiulo y
la casa solar, que sí parten de una forma contenedora, debido a la necesidad de
optimizar el comportamiento de la estructura, en el primer caso y la capacidad
energética, en el segundo.
123
Véase al respecto Secchi, R., Zevi e la cultura del espressionismo. Atti del convegno
internazionale di studi “Brunno Zevi per l´architettura”. Roma, 14-15 marzo 2002.
124
En 1968 Tedeschi dictó una charla sobre aruitectura alemana contemporánea en el
Museo de Arte Moderno de Mendoza. (CV Archivo Lyda Orsi).
125
Tedeschi, E., Arquitectura orgánica. Primera parte. Nuestra Arquitectura, n° 272,
marzo de 1952, p. 80.

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técnica”, la Arquitectura Orgánica rechaza la búsqueda de la regla


universal y el “formalismo de origen cubista”, buscando en cambio,
formas libres y ricas de expresión y, por último, “en el centro de la
creación arquitectónica está el espacio interno” y de ello se deduce
que “el espacio genera la plástica, y no al revés”126.

Figuras 20-21. Obras de Alvar Aalto reproducidas por Tedeschi en su ensayo “Arquitectura orgánica”, cuya
segunda parte se dedica exclusivamente a la obra y pensamiento del arquitecto finlandés.

Figura 22. Casa Giboín, ciudad de San Luis (1965-69). Planta baja. Archivo Claudia Tedeschi.

126
Tedeschi, E., Arquitectura orgánica. Segunda parte. Nuestra Arquitectura, n° 273,
abril de 1952, p. 122.

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Figura 23. Casa Giboín, ciudad de San Luis (1965-69). Fuente: Summa n°244, diciembre 1987, p.19.

Tedeschi iniciaba el proyecto de la casa Giboín poco después


de ofrecer una conferencia sobre Miguel Angel, donde advertía que el
valor principal del maestro del Renacimiento había sido el de
“interpretar dinámicamente las formas arquitectónicas antiguas” y
otorgar un carácter antropomórfico a la corporeidad de esas formas127.
El proyecto de la casa Giboín se proponía la creación de una
topografía artificial -tema que interesaría ampliamente a los arquitectos
argentinos durante los principios de la década del setenta128- , en este
caso, propicia para el desarrollo escalonado de volúmenes. Esta
desarticulación formal se acompañaba también por la diversidad de
texturas en el hormigón –trabajadas con juntas verticales que acentúan
el facetamiento de las superficies- y expresadas en el ladrillo -con
juntas trabadas en las aristas para desmaterialzar los volúmenes en
planos-. La concepción general de la planimetría fractura la idea de
partido, tan practicada en el ambiente local. La imposibilidad de
sintetizar, entonces, una idea asemejable a un esquema transmisible
verbalmente fue reemplazada por una disgregación de órganos
funcionales, donde cada ambiente interior –o conjunto de ambientes
equivalentes- tiene su propia figura identificatoria. La arquitectura que
exploró Hans Scharoun a fines de los años cincuenta y principios de
los sesenta se enmarca en esta tradición organicista y expresionista

127
Tedeschi, E., Miguel Angel, arquitecto. Boletín Bibliográfico n° 7. IIDEHA: Córdoba,
julio de 1965. pp. 7-19. La conferencia fue pronunciada en octubre de 1964 en el Teatro
San Martín de Buenos Aires. Nótese que tal como revisamos en Cap. 5, p. 261, en
enero de ese año Zevi había publicado sus trabajos didácticos sobre Miguel Ángel, los
mismos que habían dado lugar a una muestra con título homónimo, “Michelangelo,
architetto”, en el Palazzo romano delle Esposizioni. (Monica, L., La critica operativa e
l´architettura. Milán: Unicopli, 2002).
128
Nos referimos particularmente a algunas obras del estudio Manteola-Sánchez
Gómez-Santos-Solsona-Salaberry y del estudio Baudizzone-Díaz-Erbin-Lestard-Varas.

357
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que tuvo incluso sus experimentaciones en la escala urbana129.

Figura 24. Casa Giboín, ciudad de San Luis (1965-69). Archivo Claudia Tedeschi.

129
Acerca del urbanismo orgánico en la Alemania de la segunda posguerra y las
experiencias de Hans Scharoun y Hans Reinchow véase Aguirre Rodríguez , J., Hans
Scharoun y el Kollektivplan de 1946: Reconstrucción de Berlín como Stadtlandschaft,
URBS. Revista de Estudios Urbanos y Ciencias Sociales vol. 5, n°1, pp. 107-135 y
Sohn, E., Hans Bernhard Reichow and the concept of Stadtlandschaft in German
planning, Planning Perspectives n° 18, 2003, pp. 119–146.

358
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En 1971 se le presenta a Tedeschi nuevamente la oportunidad


de trabajar en el proyecto de un complejo universitario en un paisaje
privilegiado. En las afueras de la ciudad de Bariloche, en la provincia
de Río Negro, al pie del cerro López y a orillas del lago Moreno. La
Fundación Bariloche, en conjunto con el CONICET, el INTI y el Instituto
Di Tella, planeaban construir allí un Centro de Altos Estudios con el
apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo. En 1964 las entidades
habían encargado un primer proyecto al equipo conformado por los
arquitectos Francisco Bullrich, Alicia Cazzaniga y Clorindo Testa130. Sin
embargo, cinco años más tarde, ese proyecto fue desestimado y se
convocó a un nuevo equipo de proyectistas, al estudio conformado en
ese entonces por los jóvenes arquitectos Baudizzone, Díaz, Erbin,
Lestard, Traine y Varas (BDELTV). Tedeschi fue contratado en esa
ocasión como asesor del proyecto en intermediación entre la
Fundación Bariloche y el equipo proyectista131.
En aquellos años ya se había producido un quiebre en la
cultura proyectual local e internacional. El estudio BDELTV fue uno de
los más destacados en el país en introducirse en el desarrollo de una
“aproximación sistémica al diseño”. Según Waisman, el trabajo del
estudio en aquella primera etapa consistía en indagar sobre “el tema
de las tipologías, consideradas como unidades de sentido
funcional/espacial/constructivo insertas en una trama”, donde la forma,
o “el organismo arquitectónico” estaba conformado por un conjunto de
partes, originadas por su “desestructuración” y cuyo resultado era
aleatorio132. La metodología proyectual se basaba en sistemas
cerrados, lineales o de tramas abiertas, que permitían hipótesis de
crecimiento133.
La participación de Tedeschi en el plan para Bariloche fue de
apoyo a las propuestas del estudio BDELTV, ya que los planteos
permitían una adaptación al sitio, a través de distintas unidades que se
disponían siguiendo las líneas orográficas de la costa del lago.

130
Ciudad Universitaria de Bariloche, Argentina. Conescal, n°15, marzo 1970, pp. 6-11.
131
Tedeschi participa también ese mismo año como asesor en el Concurso Nacional
para el Centro Cívico de San Juan, y en el Concurso Nacional para los hospitales de La
Rioja y Catamarca. (CV Enrico Tedeschi. Archivo CCT Mendoza).
132
Waisman, M., Introducción. En: Architecture / Baudizzone, Erbin, Lestard, Varas.
París: Presse Internationale, 1980.
133
Baudizzone, Díaz, Erbin, Lestard, Traine, Varas, arquitectos “Práctica arquitectónica
y experiencia social”. Summa, n°43, noviembre 1971.

359
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Figura 25. Proyecto Campus universitario de la Fundación Bariloche, 1971. Baudizzone, Díaz, Erbin,
Lestard, Traine, Varas, arquitectos. Enrico Tedeschi, asesor. Fuente: Architecture / Baudizzone, Erbin,
Lestard, Varas. París: Presse Internationale, 1980.

Figura 26. Proyecto


urbanístico y turístico para el
“Complejo de Potrerillos”,
1971. (Enrico Tedeschi, Jorge
Rao, Raúl Sunseri y Hugo
Venturini). 1. Centro Cívico,
2. Terminal de Omnibus, 3.
Centro de salud, 4.
Destacamento de Policía, 5.
Estación de ferrocarril, 6.
Hotel, 7. Hotel existente, 8.
Motel, 9. Mirador, 10. Centro
Deportivo y Náutico, 11.
Escuela primaria y capilla, 12.
Moteles, 13. Colonia de
vacaciones, 14. Ruta
internacional a Chile. Fuente:
Summa n°99, abril 1976, p.
16.

360
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Un año más tarde Tedeschi realizó junto con los arquitectos


Casas, Rao, Venturini y Sunseri, jóvenes egresados de la FAU-UM, un
proyecto urbanístico para el aprovechamiento turístico del futuro
embalse de Potrerillos donde la intervención en el paisaje se
presentaba nuevamente como el principal desafío proyectual. 134 A
diferencia de la propuesta para Bariloche, el trazado del masterplan
responde a una organización lobular de tinte pintoresquista, con
reminsicencias de los modelos de ciudades jardín inglesas.

Volcado ya al factor “natural” de las condiciones geográficas y


de los recursos materiales, Tedeschi notaba, que no había cualidades
identitarias en la arquitectura mendocina:

“¿Existe un significado regional de la arquitectura en Mendoza?. Esta


pregunta no debe ser entendida, por supuesto, en el sentido
mezquino de un nacionalismo que busque en la imitación de formas
del pasado un valor que ya no existe, y que ni tiene razón de
plantearse en el caso de Mendoza, sino que se dan en cada región
condiciones naturales: clima, terreno y vegetación, y condiciones
sociales: modos de vida de sus habitantes” 135.

Continuando con su reflexión, unas líneas más abajo afirmaba:

“Sin duda es difícil reconocer unidad y carácter regional a la


arquitectura mendocina”136.

Tedeschi había manifestado su opinión sobre la ausencia de un


valor característico en la arquitectura existente en la ciudad de
Mendoza en el IFOP. Sin resignarse, insitía en que, a partir de las
necesidades de resistencia al sismo y de la presencia del sol, se
podría alcanzar una arquitectura moderna y regional, definida como:

“[…] una interpretación significativa de las motivaciones regionales


acorde con las necesidades de un lenguaje arquitectónico
contemporáneo”137.

134
“Se expuso ayer sobre el planeamiento del turismo en Potrerillos”. Los Andes, 23 de
junio de 1972, p. 5.
135
Tedeschi, E., “La arquitectura contemporánea en Mendoza. Debe tratar de
aprovecharse el avance cultural”. Los Andes, 20 de octubre de 1965, p. 3.
136
Ibídem.
137
Ibídem.

361
…. … . …. . . . .… . . . … Ca pí tu l o 6 . O rgan i c ism o y té cn ic a …. . . . . .. . … . .. . . ……

Este objetivo, así lo recuerdan algunos herederos de sus enseñanzas:

“La arquitectura que él proponía, moderna, indefectiblemente tenía que


estar relacionada con la arquitectura del lugar, en ese sentido se hizo
mendocina, porque él trabajaba con los materiales que había en disposición
ahí: los áridos, los hornos de ladrillo, obviamente, y con el clima y el sol, por
eso sus patios, sus cribados. Se hizo mendocina, pero también seguía siendo
arquitectura internacional, porque la modernidad plantea una arquitectura
universal”138.

138
Entrevista a Eliana Bórmida. Septiembre de 2015.

362

7. CIENCIA Y TECNOLOGÍA
ZONAS ÁRIDAS, 1973-1978

En 1972 las universidades de Mendoza atravesaron una grave crisis institucional,


como consecuencia de los hechos políticos que transcurrían en el país y del impacto
que generaron las movilizaciones estudiantiles ocurridas previamente en Córdoba.
Ante la intensificación de los conflictos, los integrantes del Instituto de Arquitectura y
Urbanismo, un centro de investigaciones que se había formado dentro de la Facultad
de Arquitectura de la Universidad de Mendoza, debieron abandonar su sede
universitaria encontrando refugio en el Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas
Áridas dependiente del CRICYT (CONICET). Desde allí se creó un laboratorio que
desarrolló investigaciones experimentales en energía solar aplicada a la arquitectura.

363
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7.1. Un giro ecológico

Hacia fines de los años sesenta en los Estados Unidos surgió


un movimiento ambientalista, que ya no sólo era promovido por las
asociaciones conservacionistas sino que fue apoyado por los medios
masivos de comunicación, poniendo en alarma a la sociedad y a los
políticos sobre el impacto que los desastres ecológicos estaban
provocando sobre el medio ambiente1. Los intelectuales
estadounidenses se adhirieron a estas reinvindicaciones ecologistas
que, agrupaban intereses muy diversos. Paralelamente, un giro
científico hizo que el funcionamiento de los procesos naturales
comenzara a explicarse en términos energéticos mediante el desarrollo
de la termodinámica y el concepto de ecosistema, que las ciencias
naturales habían desarrollado con anterioridad. La geografía fue la
primera rama de la ciencia en portar este programa, desde el estudio
de la diversidad de los ecosistemas y los paisajes, y desde la
interacción entre los factores físicos y los humanos2.
La preocupación por la energía, trascendió luego el ámbito de
las ciencias y tomó relevancia en el sistema económico mundial
debido a una importante crisis en el mercado del petróleo en 1973, que
provocó una nueva conciencia sobre el agotamiento de los recursos. A
partir de ese entonces, la ecología se extendió al estudio de los
vínculos entre los sistemas naturales y los artificiales y comenzó a
cuestionar el modo a través del cual los procesos de modernización
habían generado un mal uso de las fuentes no renovables3. En el
pensamiento filosófico, estos rumbos fueron acompañados por los
adeptos al vitalismo, un modo de interpretar el mundo que, como
explica Canguilhem, existió desde tiempos muy antiguos4.

1
Leo Marx sugiere que esta campaña, dirigida a la población más joven, intentaba
promover los valores de la calidad de vida para distraer la atracción de otros temas
como la lucha política por los derechos civiles y, luego, la protesta contra la guerra de
Vietnam. (Marx, L., Las instituciones americanas y el ideal ecológico. En: Kepes, G., El
arte del ambiente. Buenos Aires: Víctor Lerú, 1978).
2
Fressoz, J. B.; Graber, F.; Locher, F.; Quenet, G., Introduction à l´histoire
environnementale. París: La Découverte, 2014.
3
García-Germán, J., De lo mecánico a lo termodinámico. Por una definición energética
de la arquitectura y del territorio. BARCELONA: Gustavo Gili, 2010.
4
Canguilhem, G., Knowledge of Life. Nueva York: Fordham University Press, 2008.

364
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El impacto en la cultura arquitectónica de esta conciencia


ambiental no tardó en llegar y fue, en verdad bastante incipiente. En los
años setenta surgieron numerosos grupos de investigación y
experimentación sobre sistemas de autosuficiencia energética para la
vivienda que abordaron el tema desde distintas métodologías y
posiciones ideológicas: desde sistemas pasivos neovernaculares
hasta altas tecnologías. Sin embargo, como advierte García-Germán, el
pensamiento medioambiental en los estudios urbanos y
arquitectónicos había sido ya iniciado por algunos pensadores que se
preocuparon tempranamente por la relación entre el funcionamiento de
la sociedad y el medio ambiente, como Patrick Geddes, Lewis
Mumford, Richard Buckminster Fuller y Ian McHarg. Fueron las teorías
de Geddes las primeras en intentar explicar los vínculos entre las
sociedades y sus recursos energéticos y materiales, a través de la
formulación de un modelo “paleotécnico” – el de la era industrial- y
“neotécnico” -un nuevo modelo de organización propuesto-. Luego
Lewis Mumford interpretó estas teorías, avanzando sobre una ideología
que buscaba el equilibrio entre el hombre y el medio a través de la
consevación de la energía, la reciprocidad y el intercambio. Por el
contrario, las propuestas de Fuller, buscaban desarrollar modos de
explotar los recursos energéticos a través del desarrollo de la ciencia y
la tecnología5.
A partir de la década de 1970 se desarrollaron con mayor
intensidad estas dos líneas de trabajo en la arquitectura. Banham,
interesado en el camino trazado por Fuller, buscó evadir la producción
de formas convencionales debido a que identificaba a la arquitectura
vernácula con la costumbre y consecuente repetición de soluciones
que pueden no funcionan correctamente en casos singulares. Para
Banham, el camino a emprender estaba en los estudios sobre el
control del clima, que habían dado lugar a la experimentación y, por lo
tanto, a la innovación6. Sus reflexiones sobre las tecnologías de
acondicionamiento climático en la arquitectura moderna se plasmaron

5
Ibídem.
6
Banham, R., Un soplo de inteligencia. En: García-Germán, J., De lo mecánico a lo
termodinámico, op. cit. (Texto original en inglés: A breath of intelligence, en The
architecture of the well-tempered environment. Chicago: The University of Chicago
Press, 1984).

365
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en The Architecture of the Well Tempered Environment (1969). Desde la


otra línea, algunos centros de investigación norteamericanos
exploraban modos de resolver el equilibrio ambiental mediante el
análisis de las arquitecturas primitivas. Trabajos como el de Baruch
Givoni, Man, Climate and Architecture (1969) y luego el de David
Wright, Natural Solar Architecture (1978), siguieron los principios de los
sistemas pasivos y llevaron adelante la construcción de prototipos
experimentales. A las primeras aproximaciones sobre asoleamiento y
arquitectura, ilustradas con ejemplos en el trabajo de Jeffrey Aronin en
Climate and Architecture (1953) le siguieron las investigaciones de
Viktor Olgyay, Design with Climate (1963) que promovieron un
“regionalismo bioclimático” de alcance internacional7.
Según Prieto, el interés por la sustentabilidad y el bioclimatismo
en los años setenta cambió el eje de las discusiones sobre la
arquitectura, aunque abrió el paso a un “funcionalismo ecológico” que
se caracterizó por la proliferación de estudios científicos en la materia y
la consecuente falta de un debate estético o cultural interno de la
disciplina8 que, advierte en pocos trabajos, como el de Fernández-
Galiano9. Lo que particularizó la discusión hacia la década de 1970 fue
la conjunción entre las nuevas preocupaciones ecológicas con la gran
evolución tecnológica de los sistemas de climatización en la
arquitectura y la introducción en la disciplina del concepto de
ambiente, durante las décadas previas.
El surgimiento de las reflexiones sobre el concepto de
ambiente, según Maldonado, se debe a la evolución de las ideas
filosóficas y especialmente, a los avances de los científicos
naturalistas, a través de los cuales se alcanzó a comprender que el
“ambiente humano” es un subsistema dentro del sistema ecológico de
la naturaleza y que, por lo tanto, está en interacción con otros
subsistemas10. Los avances científicos se sumaron a los movimientos
en rechazo a la civilización de consumo que florecieron hacia fines de

7
Cook, J., Regionalismo e cultura postindustriale. En: Los, S. (ed.), Regionalismo
nell´architettura, (pp. 135-160). Padua: Franco Muzio, 1990.
8
Prieto, E., Máquinas o atmósferas. La estética de la energía en la arquitectura, 1750-
2000. Tesis de doctorado. Universidad Politécnica de Madrid, 2014.
9
Véase Fernández-Galiano, L., El fuego y la memoria. Sobre arquitectura y energía.
Madrid: Alianza, 1991.
10
Maldonado, T., Ambiente humano e ideología. Notas para una ecología crítica.
Buenos Aires: Nueva Visión, 1972.

366
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los años sesenta a nivel mundial. Según Maldonado, la desesperanza


de esta lucha, llevaba implícita una desconfianza en el proyecto y en
los proyectistas como actores para transformar la realidad11.
Algunas tendencias en el campo disciplinar buscaron adherirse
al cambio epistemológico desde un “punto de vista ambiental del
proyecto”, desestimando la dimensión tecnológica y considerando, en
cambio, una “interacción hombre-sociedad-ambiente” entendida como
un proceso circular y retroactivo que regularía los recursos naturales y
humanos12. Este enfoque tenía sus fundamentos teóricos en la
convergencia, desde el campo filosófico, del estructuralismo y la
fenomenología y, desde el campo proyectual, de la teoría de los
sistemas influida por la teoría orgánica13. El trabajo de Christopher
Alexander y Serge Chermayeff, Comunity and Privacity (1963) fue
fundante en esta búsqueda durante los años sesenta14.
Como no podía ser de otro modo, en Argentina este debate se
nutrió de contactos directos. Tomás Maldonado, emigrado de
Argentina a Alemania en la década del cincuenta, era una de las
referencias internacionales del pensamiento ambiental en el diseño.
Reyner Banham había introducido los temas ambientales de la
arquitectura en la Argentina en 1967, invitado por el IIDEHA, antes de
publicar sus estudios en los Estados Unidos15. Los investigadores más
avanzados en bioclimatismo, Viktor Olgyay y Baruch Givoni visitaron en
1974 el Centro Regional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas
de Mendoza (CRICYT) por intermedio de las gestiones de Enrico
Tedeschi, ya abocado completamente a estos temas.

11
Ibídem.
12
Pesci, R.; Scudo, G., Introducción a la proyectación ambiental, Summarios, año 1,
n°7, abril 1977, pp. 3-6.
13
Ibídem.
14
Fue traducido al castellano en Argentina por Nueva Visión en 1973 bajo el título
Comunidad y privacidad. Hacia una nueva arquitectura humanista. Aunque Tedeschi
tomó las investigaciones de Alexander como referencia ya en la primera edición de
Teoría de la Arquitectura (1962).
15
El seminario de Banham en Córdoba se dedicó a tres casos específicos: el
desarrollo técnico del control atmosférico en el edificio Larkin de Frank Lloyd Wright y el
Hospital Royal Victoria, las estructuras inflables del teatro de Víctor Lundy y la luz
eléctrica en la arquitectura desde Paul Scheerbart hasta Las Vegas. Las clases fueron
reproducidas en un mimeo bajo el título Aspectos ambientales de la arquitectura
moderna por el Instituto Interuniversitario de Historia de la Arquitectura en 1968.

367
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7.2. Conflictos políticos y renovación cultural en Mendoza

Tras el golpe de estado de 1966, Onganía asumió el poder


ejecutivo nacional y se inició un proceso de conflictividad social en el
país que alcanzó un alto pico en 1969 con los episodios del
Cordobazo, protagonizado especialmente por los sectores más
jóvenes de la sociedad. La agitación estudiantil había empezado a
tener repercusión luego de la ley universitaria sancionada en 1967, la
cual limitaba el acceso a las universidades nacionales mediante un
examen de ingreso y prohibía la actividad política dentro del ámbito
universitario. En 1971, ante el cambio de un presidente por otro
presidente de facto, la crisis social y económica se profundizó,
provocando una mayor tensión y disconformidad social. El movimiento
estudiantil mendocino, se sumó a los acontecimientos de protesta
social, tomando parte activa en los ecos del fenómeno cordobés, el
Mendozazo, ocurrido en abril de 197216.
Hacia fines de la década de 1960 las ideas acerca de la
necesidad de una renovación pedagógica habían circulado en toda
América Latina, inspiradas en modelos participativos contrarios a la
tradicional estructura jerárquica de las cátedras y al verticalismo en
general. Los discursos de “liberación nacional”, “socialismo” o
“revolución” fueron promovidos por sectores universitarios que
plantearon la transformación de las estructuras tradicionales de la
universidad y al mismo tiempo del sistema social en su conjunto17. Este
proceso, que se fue acrecentando hacia principios de la década del
setenta en el país, coincidió con un clima de similar agitación juvenil a
nivel internacional y se potenció además con la fuerte tensión social
que se vivía ante la acción violenta de la dictadura militar.
Particularmente en Mendoza, la reflexión teórica en torno a las
ideas de la “filosofía de la liberación” tuvo un fuerte impacto y generó
cambios en los contenidos y planes de estudio, especialmente en el
campo de las letras y la filosofía18. Tuvo lugar en un contexto nacional y
latinoamericano en el que los sectores de izquierda se organizaron en

16
Ramírez, C.; Ortubia, E. ;Lucero, M. I., “El movimiento estudiantil mendocino durante
1972”. II Jornadas de estudio y reflexión sobre el movimiento estudiantil argentino y
latinoamericano. Bahía Blanca, 2008.
17
Barletta, A., Universidad y política. La “peronización” de los universitarios (1966-
1973). Pensamiento Universitario n°9, 2001.
18
Brachetta, M.T. (et. al.), Te contamos una historia de Mendoza. Mendoza: EDIUNC,
2011.

368
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un movimiento de renovación guiados por planteos teóricos de la


pedagogía de Paulo Freire. En 1973 se intentó llevar adelante un
proyecto de educación popular mediante una nueva ley provincial de
educación que afectaría a todos sus niveles, aunque no se llegó a
promulgar. Los sectores más conservadores de la sociedad
mendocina representados por el Partido Demócrata y la Iglesia católica
se enfrentaron al proyecto acusándolo de buscar introducir entre sus
“pautas educativas” la doctrina marxista, proclamando por un cambio
revolucionario mediante la liberación de la dependencia económica y
cultural19. El contexto político provincial era tenso, ya que el gobernador
electo en marzo de 1973, Martínez Bacca, representante del FREJULI,
estaba apoyado por la Juventud Peronista y por la agrupación
Montoneros en un momento de gran polarización dentro del propio
peronismo que terminó en un crisis institucional al año siguiente20.
Las reformas proponían, en primer lugar, una gran participación
estudiantil en la elaboración de los proyectos educativos, los
contenidos y las modalidades de enseñanza, apuntando a una
estructura horizontal contraria al formato maestro-discípulo y, en
segundo lugar, una enseñanza volcada a dar respuesta a la realidad
social de los sectores más oprimidos. Entre mediados de 1972 y
marzo de 1973 se había dado un proceso político de grandes
expectativas ante la posible vuelta del peronismo al poder, promovido
desde distintos sectores, entre ellos, los sectores de izquierda
juveniles21. En este contexto, que afectó primeramente a la sede
mendocina de la Universidad Nacional de Cuyo22, en agosto de 1972
hubo un intento de toma en la FAU-UM, promovida por un grupo de
estudiantes que improvisaron una asamblea extraordinaria23. Aún

19
Aveiro, M., La irrupción de la pedagogía de la liberación. Buenos Aires: Miño y Dávila,
2006.
20
Alberto Martínez Bacca y Carlos Mendoza resultaron electos por la fórmula provincial
del Frente Justicialista de la Liberación en los comicios generales de marzo de 1973.
Bacca era cercano a los sectores de izquierda del peronismo de la provincia y
Mendoza era un dirigente metalúrgico. Las internas entre los distintos sectores del
peronismo y la violencia de los grupos extremos derivaron en un atentado e inicio de
juicio político contra el gobernador, quien termina suspendido de su cargo por la
Legislatura en junio de 1974. (Brachetta, M.T., op. cit.).
21
Ibídem.
22
Durante el año 1972, permaneciendo en estado de asamblea permanente, no se
dictaron clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo.
23
Comunicado del Consejo de la FAU-UM a sus estudiantes, 26-08-1972, en respuesta
al “Acta de la asamblea extraordinaria de estudiantes” con fecha 24-08-1972. Archivo
Lyda Orsi .

369
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desde el interior de una universidad privada, el reclamo estudiantil se


hacía eco de otras medidas semejantes que se habían tomado en las
universidades públicas tanto locales como a nivel nacional, y que
tenían de fondo el gran convulsionamiento político en el país, originado
por los hechos de violencia impartidos por el gobierno dictatorial, la
grave situación socioeconómica, la falta de libertad y la proscripción
del peronismo24.
En Mendoza, al igual que en Buenos Aires, los ecos de los
conflictos cordobeses llegaron dos años más tarde, en 1972, y las
nuevas propuestas pedagógicas empezaron a funcionar en 1973. En la
Universidad de Mendoza, la intervención se hizo primeramente a la
Facultad de Arquitectura, luego, los hechos desencadenaron la
intervención de toda la universidad. La propuesta de reorganización de
los planes de estudio de la Facultad de Arquitectura estaba guiada por
el formato de “Talleres Totales”25, el mismo que se había implementado
en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional
de Córdoba, donde habían ocurrido conflictos institucionales similares
y en los que también Tedeschi había estado involucrado.
Finalmente, en junio de 1973 un grupo de estudiantes
apoyados por algunos profesores, tomó la sede de la FAU-UM. Los
argumentos del grupo manifestante eran que la Facultad de
Arquitectura tenía un enfoque cientificista y apolítico en la enseñanza,
el cual debía ser cambiado por una orientación social y popular y, que
la universidad en su conjunto era elitista por ser privada y arancelada,
proponiendo a cambio su estatización26. En relación a los episodios
de la toma, el ingeniero Reboredo recuerda:

“El cuerpo docente estaba dividido en tres grupos: un grupo no


aceptó la toma pero no renunció, fuimos seis; otro grupo hizo mutis
por el foro, ni si ni no; y otro grupo adhirió. Los seis que nos
quedamos decidimos no dar clases mientras no se explicitara cuáles
eran los objetivos de la nueva enseñanza y nos echaron. Lo que todos
los dirigentes de la toma querían era la cabeza de Tedeschi” 27.

24
Había ocurrido dos días atrás la masacre de Trelew.
25
Resolución n°6 del Delegado Interventor de la FAU-UM, 12-09-1973. Archivo Lyda
Orsi.
26
Descotte, M., Historia de la Universidad de Mendoza (1960-2010). Mendoza: EDIUM,
2010.
27
Entrevista al ing. Agustín Reboredo. Mendoza, julio de 2016.

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Las propuestas estudiantiles proclamaban la “democratización


de la enseñanza” mediante un sistema que reunía a todos los
estudiantes de la carrera de distintos niveles en un mismo taller
trabajando sobre un mismo tema y que se irían formando de acuerdo a
las necesidades que se requirieran durante el proceso del diseño. Por
otra parte, el sistema involucraba un método de autoevaluación, a
través de planillas de acceso público donde los mismos estudiantes y
profesores aplicaban puntajes28.
En ese momento Tedeschi ya había terminado su mandato
como decano y decidió no volverse a postular29. Lo hizo en cambio
Gerardo Andía, quien había sido hasta ese entonces el vicedecano
durante el decanato de Tedeschi, acompañado por el ing. Reboredo
como nuevo vicedecano30. Ante el conflicto estudiantil y la intervención
policial, Andía renunció a su cargo. Iniciado ese proceso, en agosto de
1973 se decretó la primera intervención de la universidad con el
argumento de la existencia de conflictos internos. La intervención se
prolongó hasta enero de 1974, y se repitió dos meses más tarde, en
marzo de 1974, aunque las gestiones de las autoridades, profesores y
alumnos lograron resistirla. Finalmente, fue levantada por un decreto
del entonces presidente Perón, en abril de 197431.
Tedeschi fue separado de sus cargos de profesor titular de
Arquitectura 5-6 y Taller de Tesis el 12 de noviembre de 1973 por el
entonces Delegado Interventor de la FAU-UM, el arq. Ricardo Freire,
bajo argumento de no haber cumplido con sus funciones de profesor32.
La Facultad se encontraba desde junio a septiembre de ese año en
cese de actividades y a partir del 1° de octubre se habían reiniciado las
clases implementado el sistema de Talleres de Diseño que integraba
las cátedras anteriores, entre ellas, la asignatura que dictaba Tedeschi,
Arquitectura 5-6. En su defensa, Tedeschi solicitó por carta al Ministro
de Educación de la Nación que se dejara sin efecto el pedido de
separación de su cargo excusándose de no poder ser obligado a
dictar clases bajo condiciones que no garantizaban la calidad de la
enseñanza, ya que era:

28
Reboredo, A., “Enrico y yo”, documento no publicado.
29
Según Agustín Reboredo, Tedeschi no se postuló porque se sentía motivo de
discordia. (Reboredo, A., op. cit.).
30
Entrevista al ing. Agustín Reboredo. Julio de 2016.
31
Descotte, M., op. cit., p. 128.
32
Resolución n°39 del Delegado Interventor de la FAU-UM, 12-11-1973. Archivo Lyda
Orsi.

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“[…] fácilmente comprensible que no quisiéramos comprometernos


en la deliberada pérdida de jerarquía científica y técnica de la
Facultad”33.

Por otra parte, Tedeschi también sostenía que el reclamo por la


estatización de la universidad no era justo, y recomendaba en cambio:

“Dedicar todos los esfuerzos a la creación en Mendoza de la Facultad


estatal de arquitectura, considerando que si el Estado se ha hecho
cargo de la existente, corresponde que asuma toda la
responsabilidad derivada de ese hecho” 34.

Al ser desvinculado Tedeschi de la Universidad, los nuevos


directivos de la FAU intentaron conservar la institución como sede de
los proyectos de investigación dirigidos por él y auspiciados por la
OEA, por motivos financieros. Ello provocó un conflicto aún más severo
entre las nuevas autoridades de la facultad y Tedeschi, ya que él
mismo y su grupo de investigadores esperaban poder mantener sus
fuentes de trabajo en los proyectos que habían creado y estaban
desarrollando.

7.3. Sin arte, ni historia: ciencia y naturaleza.

La valorización positiva de la naturaleza había marcado un


sendero constante en toda la trayectoria de Enrico Tedeschi. Hacia
fines de los años treinta, su proyecto paisajístico para el área costera
del Monte Circeo en Italia exploraba una tendencia conservacionista en
el contexto de las políticas territoriales asociadas en aquel caso a un
conjunto de nuevas leyes de protección de las bellezas naturales que
habían declarado el área implicada como un nuevo Parque Nacional.
En los años cuarenta, acoplado al movimiento organicista italiano,
Tedeschi apoyaba los planes de revitalización de la características
esencialmente agrarias del país y retomaba nuevamente el problema
paisajístico y ambiental desde la consideración de las riquezas
naturales para una posible explotación turística.

33
Carta del prof. Enrico Tedeschi al Ministro de Educación Jorge Taiana, 19-12-1973.
Archivo Lyda Orsi.
34
Ibídem.

372
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A mediados de los años cincuenta Tedeschi comenzó a


interesarse por la condiciones del asoleamiento, tema tradicional de la
arquitectura moderna centroeuropea desde los años veinte, pero que
encontraba ahora algunas nuevas exploraciones por parte de
arquitectos norteamericanos que investigaban sistemas de energía
solar pasiva para la calefacción de viviendas. Paralelamente,
reenfocaba su interpretación estética del paisaje, situando el término
ahora en un marco conceptual geográfico, introduciendo la distinción
entre “paisaje natural” y “paisaje cultural”, retomando estas nociones
de los especialistas en geografía humana35.

Figuras 1 y 2.
Tedeschi, E.; Borgato, J., Asoleamiento en la arquitectura. Tucumán: UNT, 1955.

Entre los años sesenta y setenta, según Cosgrove, se produjo


un quiebre en la geografía cultural que había asociado los conceptos
de paisaje y región con la identificación y descripción de formas
humanas y físicas representables en un mapa, debido a que el
proceso de modernización y los consecuentes cambios demográficos,
económicos y culturales, habían transformado radicalmente la
naturalidad de los “paisajes culturales” tanto en Europa como en
Norteamérica36. La preocupación por el medioambiente, entonces,
aparecía como un nuevo tópico universal, una condición a atender ante

35
Recordemos que sobre este mismo marco teórico se apoyaban las teorías sobre el
planeamiento regional que José María Pastor difundía en la década del cuarenta en
Argentina. Véase Pastor, J. M. F., El Concepto de Región en el planeamiento. Revista de
Arquitectura, n°366, 1952, pp. 41-48 y En torno de la idea regional en el planeamiento,
Nuestra Arquitectura, febrero 1946, pp. 44-47.
36
Cosgrove, D., Observando la naturaleza: el paisaje y el sentido europeo de la vista,
Boletín de la A.G.E., n°34, 2002, pp. 63-89.

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las consecuencias negativas del crecimiento incontrolado de las


ciudades, la industrialización masiva y la cultura del consumo37.
Este nuevo eje ambientalista que aparecía apenas
esquematizado en Teoría de la Arquitectura, en los años setenta fue el
eje de trabajo para Tedeschi, cuando definía al hecho arquitectónico
como “interpretación funcional y sensible de la vida de los seres
humanos a quienes se destina y del paisaje natural en el cual viven”38.
El factor natural, entonces era el que debía un otorgar carácter propio a
la arquitectura y a las ciudades, de igual manera que las
construcciones autóctonas a través de los materiales y técnicas
disponibles encontraban el modo de adaptar sus formas al clima y al
terreno. Para Tedeschi, la arquitectura contemporánea debía seguir el
mismo camino, sin imitaciones “aqueológicas ni nacionalistas”, debía
“escuchar a la naturaleza” aún sin abandonar la idea de la arquitectura
como interpretación y como expresión sensible39. Lo anterior,
implicaba una posición contraria a la vía mecanicista, al respecto
afirmaba:

“Es incipiente pero particularmente atractiva, porque se presenta en


son de lucha en contra de todas las tecnologías pecaminosas que los
mecanicistas adoradores de las energías convencionales –con
Banham a la cabeza- quieren imponernos, con sus siniestras
consecuencias de deterioro ecológico y dependencia económica” 40.

Si bien era muy crítico con el teórico británico, Tedeschi también


reconocía que Banham había sido el primero en poner atención a la
relación entre la arquitectura y las tecnologías de acondicionamiento
ambiental, llegando incluso a considerar que la energía era el soporte
fundamental del ambiente, aún más que la estructura41. Advertía
Tedeschi, que la energía solar había sido tema de investigación
científica desde tiempos muy remotos, pero entre 1950 y 1970 se había
acrecentado la alarma a nivel mundial acerca de las consecuencias de
la contaminación ambiental, especialmente en los países más

37
Tedeschi, E.; Bustamante, N. La arquitectura en la sociedad de masas. Buenos
Aires:Ediciones 3, 1962.
38
Tedeschi, E., El medio ambiente natural. En: Segre, R. América Latina en su
arquitectura. Mexico: Siglo XXI/UNESCO, 1975, p. 253.
39
Ibídem.
40
Tedeschi, E., Presentación. Summarios, n°2, diciembre 1976, p. 2
41
Tedeschi, E., “El punto de vista del arquitecto”. Summarios, n°2, diciembre 1976,
p.11.

374
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desarrollados y, por otra parte, la crisis del mercado del petróleo de


1973 había concientizado acerca de la necesidad de búsqueda de
otros alternativos42.
Como advierte Denzer, el movimiento de las casas solares no
se inició con la crisis energética de la década de 1970 sino mucho
antes, a partir de numerosas experimentaciones que se desarrollaron
en los Estados Unidos durante la década de 1930 pero que hacia
mediados de la década de 1940 tuvo un pico de interés para ciertos
sectores debido a la escasez de energía que afectó a los Estados
Unidos luego de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, ni bien ese
conflicto energético fue superado, el interés por la energía solar dejó
de ser un tema popular43.

Figura 3. Diagrama del


equilibrio biológico entre el
hombre y el medio físico. En:
Cutropia, A.; Figueroa, H.;
Nonino, J. Clima y vivienda en
la región mendocina.
Mendoza: FAU-UM, c1970,
p.94. Director de la
investigación: Enrico
Tedeschi.

42
Tedeschi, E., “El sol al servicio de la humanidad”. Summarios, n°2, diciembre 1976,
p.4.
43
Según Denzer este movimiento no tuvo continuidad porque el modo en el que se
aboradaba el tópico solar era más simbólico que técnico y abundaba en opciones
estéticas muy diversas. (Denzer, A. The Solar House in 1947. Eco-Architecture.
Segunda Conferencia Internacional sobre la Armonización entre Arquitectura y
Naturaleza. Wessex Institute of Technology, El Algarve, Portugal, 2008).

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7.3. El Laboratorio de Ambiente Humano y Vivienda

A fines de 1974, luego de los conflictos institucionales y con el


apoyo del Dr. Virgilio Germán Roig, Tedeschi logró trasladar sus
proyectos de investigación al Centro Regional de Investigaciones
Científicas y Tecnológicas de Mendoza (CRICYT), donde inició una
trayectoria como investigador principal44. Roig había sido el principal
creador y ejecutor de ese Centro y el primer Director del Instituto
Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA). El CRICYT
había nacido de un proyecto institutcional que tenía por objetivos la
descentralización y la regionalización de ciertas funciones que
cumplían tanto la Secretaría de Estado de Ciencia y Tecnología de la
Nación (SECYT) como el Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET) y surgió de un convenio entre el
CONICET, el Gobierno de la Provincia de Mendoza y la Universidad
Nacional de Cuyo. Su función principal era la promoción de la
investigación en el campo de las ciencias básicas y las tecnologías
aplicadas al desarrollo de la región45.
Tedeschi relocalizó el equipo que había creado dentro del
Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la FAU-UM, donde ya dirigía
tareas de investigación y desarrollo con estudiantes de la carrera de
grado, profesores y becarios46. Ese mismo año, el instituto había
realizado, en cooperación con el IADIZA, un estudio sobre el “hábitat”,
relevando viviendas tradicionales en climas áridos de distintos puntos
del país. El relevamiento incluía un análisis desde un punto de vista
“antropológico”, analizando edificios y conjuntos urbanos y rurales, en
relación al paisaje natural y los modos de vida de sus habitantes47. Uno
de los propósitos del estudio era “establecer una regionalización más
particular de la expresión general de zonas áridas, dentro del territorio
nacional”, para lo cual se adoptó la clasificación elaborada por el
geógrafo Ricardo Capitanelli48.

44
El vínculo era previo porque el IAU – UM tenía un convenio con el CONICET.
45
Roig, A., Ciencia y Humanismo. En Roig, A., Mendoza en sus letras y sus ideas, pp.
377-393. Mendoza: Ediciones Culturales de Mendoza, 2009.
46
Véase Cap. 6.
47
Tedeschi, E., El hábitat humano en las zonas áridas. Trabajo presentado en la V
Reunión Nacional para el estudio de la zona árida y semiárida. Mendoza, 11-16 de
noviembre de 1974. Universidad de Mendoza, Facultad de Arquitectura y Urbanismo,
Instituto de Arquitectura y Urbanismo.
48
El Dr. Ricardo Capitanelli (1922-2006) se recibió de profesor de Historia y Geografía
en Mendoza y participó de la creación del Instituto de Geografía en la Universidad

376
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Figura 4. Relevamientos de viviendas tradicionales en zonas áridas y semiáridas. Casa Sotomayor en Villa
Unión, La Rioja. Fuente: Tedeschi, E., Arquitectura de zonas áridas, Summarios n° 19, 1978, p. 10.

Según los resultados de los relevamientos en el territorio


argentino, el equipo detectó que las zonas áridas presentan
dificultades particulares ya que que representaban el 60% de la
superficie total del país y estaba habitado al momento sólo por el 15%
de la población total. Los análisis realizados sobre la vivienda en la
región, abarcaban las condiciones térmicas, las particularidades de la
construcciones sismorresistentes, las tradiciones constructivas rurales
y los materiales.
También a través del IAU-UM, en 1976 se estableció un
convenio con la Organización de los Estados Americanos para
investigar tecnologías aplicables al desarrollo de prototipos de vivienda
social mediante un plan denominado “Proyecto Especial de
Investigación y Desarrollo de Vivienda Popular” en el marco del
“Programa Regional de Desarrollo Científico y Tecnológico” en el que
participaron otros cuatro países latinoamericanos: Brasil, Chile, El
Salvador y México49. El proyecto estaba estructurado en tres líneas de
trabajo: la investigación del medio físico, de la tecnología, seguridad y
economía de la construcción y, el aprovechamiento de la energía
solar50.
A partir de ese año, se creó el “Laboratorio de Ambiente

Nacional de Cuyo, en 1947, desde donde se promovío la tendencia de la escuela de la


geografía francesa y los estudios regionales. Se doctoró en Francia y luego retornó a
Mendoza donde se dedicó a la docencia y la investigación y fue representante de la
Academia Nacional de Geografía, del IPGH (Instituto Panamericano de Geografía e
Historia de la OEA y de la UGI (Unión Geográfica Internacional).
49
Tedeschi, E., Prólogo del proyecto, en De Rosa, C. Investigación de la vivienda en
zonas áridas. Aprovechamiento de la energía solar. Mendoza: CRICYT/IADIZA/LAHV,
1976.
50
Este último tema, como señala De Rosa, era prioritario en las agendas
internacionales de investigación luego de la crisis del petróleo de 1973. (De Rosa, C.,
op. cit..)

377
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Humano y Vivienda” (LAHV), donde se continuaron las investigaciones


iniciadas en los convenios con OEA y se destinó una especial atención
al campo de estudios en energía solar aplicada a la arquitectura51. Por
intermedio del laboratorio una serie de especialistas internacionales de
alto nivel llegaron a visitar el centro: Víctor Olgyay, Baruch Givoni y
Douglas Balcomb52. Durante la dirección de Tedeschi el equipo realizó
investigaciones en tres áreas: sobre aprovechamiento de la energía
solar en zonas áridas, sobre vivienda de interés social y sobre
estructuras sismorresistentes53. Inicialmente los trabajos se ocuparon
de la actualización sobre los avances nacionales e internacionales en
materia de energía solar aplicada, realizando visitas a distintos centros
de investigación de los Estados Unidos, donde se estaban ensayando
sistemas solares activos para calefacción de viviendas y sistemas
solares pasivos con tecnologías sencillas y económicas. Estos últimos
fueron adoptados por el LAHV para desarrollar prototipos de viviendas
sociales para climas áridos54.

Figura 5. Diagrama
comparativo con
Argentina de la
ubicación geográfica
de las casas solares
analizadas por el
equipo del IADIZA bajo
la dirección de
Tedeschi. Fuente:
Summarios, n° 2,
1976, p. 30.

51
Este laboratorio fue absorbido primero por el IADIZA y años más tarde por el
INCIHUSA . Actualmente el CRICYT se denomina Centro Científico Tecnológico (CCT)
CONICET Mendoza. Actualmente el LAHV se reestructuró dentro del Instituto de
Ambiente Humano y Energía (INAHE). Agradezco a su directora, arq. Andrea Pattini,
por el acceso a la información consultada.
52
De Rosa, C., Investigación de la vivienda en zonas áridas. Aprovechamiento de la
energía solar. Mendoza: CRICYT/IADIZA/LAHV, 1976.
53
Los trabajos de energía solar fueron dirigidos por Tedeschi y desarrollados por el
equipo integrado por los arqs. Carlos De Rosa, Rodolfo Vilapriñó, Gustavo Lelio, y
José Esteban Fernández; los de vivienda social por los arqs. Mirza Basso, Alberto
Cutropia y Ana Gibert de Grinfeld, los de estructuras sismorresistentes fueron dirigidos
por el ing. Agustín Reboredo con un equipo integrado por los arqs. Ernesto Tonelli y
Susana Yañez.
54
Acerca de otros centros nacionales de investigación sobre energía solar, Tedeschi
menciona uno en San Miguel, provincia de Buenos Aires y otro en Salta. (Tedeschi, E.,
op. cit)

378
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 7 . C ien c ia y t ecn ol og ía … . . . . .. … … .. . . …… . .

Las investigaciones analizaron técnicas de acondicionamiento y


control climático natural: la barrera selectiva de radiaciones en los
muros expuestos al sol mediante placas de vidrio que permiten la
entrada de radiaciones de ondas cortas e impiden la salida de
radiaciones de ondas largas, los materiales absorbentes que permiten
la ganancia de calor, como las terminaciones en pintura negra para los
muros expuestos al sol, los sistemas que independizan el
almacenamiento del calor de la aislación, mediante aislaciones móviles
como las persianas que permiten de noche evitar la salida del calor y
de día, en posición abierta, recibir el calor55.
El equipo tomó de referencia distintas investigaciones ya
realizadas sobre el tema a nivel internacional, como los estudios del
profesor Trombe y el arquitecto Michel llevadas a cabo en los pririneos
franceses durante los años cincuenta en el Centre Nationale de
Recherche Scientifique (CNRS). Este sistema consistía en un muro
vertical de hormigón y vidrio con cámara de aire que funciona a la vez
como elemento portante y como acumulador, y que reduce
considerablemente el consumo de energía para calefacción en invierno
y requiere un bajo costo de inversión. Entre los numerosos casos
estudiados56, se identificaron dos vías opuestas: la que apuntaba al
desarrollo de sistemas activos de alta tecnología y alto costo -
generalmente bajo el mando de físicos e ingenieros estadounidenses-
y la que se basaba en bajas tecnologías, recursos materiales locales y
tradicionales y bajos costos de producción -como los ejemplos del
arquitecto Henry Wright en Santa Fe, Nueva México, Estados Unidos-57.
Siguiendo estos modelos, el LAHV desarrolló un prototipo58 que
tenía por finalidad poder utilizarse para ensayar distintos sistemas de
calefacción y agua caliente con uso de energía solar: 1) un sistema de
calefacción pasivo por ganancia directa, 2) un sistema de calefacción
pasivo con pared colectora y acumuladora basado en variaciones

55
De Rosa, C., op. cit..
56
Se estudiaron las cubiertas aislantes de Harold Hay (1971), las propuestas de bajo
costo del grupo ABC de Marsella, los dispositivos de Baer (1969), entre otros.
57
Una síntesis de los resultados de este trabajo también fueron publicados en 1976 en
el segundo número de la revista Summarios.
58
El prototipo fue diseñado entre 1977 y 1978 por un equipo dirigido por Tedeschi e
integrado por los arquitectos Carlos de Rosa, José E. Fernández, Gustavo Lelio y
Rodolfo Vilapriñó, con la asesoría de los ingenieros Agustín Reboredo en estructuras y
Francisco Esteves en cálculo térrmico. Fue construido en 1979, luego del fallecimiento
de Enrico Tedeschi. (Vivienda laboratorio con utilización de energía solar, Summa, n°
136, mayo 1979, p. 59).

379
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 7 . C ien c ia y t ecn ol og ía … . . . . .. … … .. . . … … . .

sobre el tipo Anvar-Trombe-Michel, 3) un sistema de calefacción pasivo


con losa acumuladora y eventualmente con acumulación en depósitos
de piedras, inspirado en los estudios del prof. Baruch Givoni, 4) un
sistema de calefacción activo con colectores de aire en tres variantes
de circuito, para poder ser realizado en una segunda etapa59.
Hacia 1976, fecha en la que se publican las investigaciones,
Tedeschi afirmaba que el laboratorio por él dirigido, era el único que
estaba desarrollando investigaciones de energía solar aplicada a la
arquitectura en el país e incluso en América Latina, reconociendo
desarrollos en otros centros, especialmente uno en Salta y otro en
Chile, pero que no estaban conducidos por arquitectos ni se estaban
aplicando a la construcción de edificios. Hacia fines de la década del
setenta y entrando en los ochenta el tema tuvo un auge en la disciplina
arquitectónica a nivel internacional. En el ambiente argentino se
armaron otros equipos, entre los cuales se destacó el que dirigió el
arq. Elías Rosenfeld en el Instituto de Arquitectura Solar de la
Universidad de La Plata, dedicado a la investigación de prototipos de
conjuntos habitacionales, con el apoyo de la SEDUV60. También los
trabajos del arquitecto italiano Ernesto Puppo fueron pioneros en el
país, aunque exploraban sistemas exclusivamente pasivos con fines
didácticos61.

Figuras 6-7. David Wright. Casa Terry,


Santa Fe, Nuevo México, EEUU, 1975.
Fuentes: De Rosa, C., Viviendas en
zonas áridas. Uso de la energía solar.
Mendoza: IADIZA-LAHV, 1976 / De Rosa,
C., Los dos polos de la arquitectura solar,
Summarios n°2, 1976, p. 17.
.

59
Tedeschi, E.; De Rosa, C.; Vilapriñó, R.; Lelio, G.; Fernández, E., Diseño y
construcción de una vivienda prototipo para ser utilizada como estructura experimental.
Mendoza: IADIZA, 1977.
60
Véase Rosenfeld, E., Conjuntos habitacionales con energía solar. Suplemento n° 15.
Buenos Aires: Summa, 1979.
61
Ernesto Puppo (1904-1987) se graduó en Roma y fue profesor de la Escuela de
Arquitectura de Roma entre 1935 y 1946. Luego emigró a la Argentina. Publicó junto a
su hijo mayor Giorgio Acondicionamiento natural y arquitectura. Ecología en arquitecura
(1972), y luego Sol y diseño (1976) y Un espacio para vivir (1980). Para una revisión de
su trayectoria véase Gutiérrez, R; Viñuales, G. (eds.) Arquitecto Ernesto Puppo (1904-
1987). Su obra en Italia, Argentina y Uruguay. Buenos Aires: CEDODAL, 2014.

380
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 7 . C ien c ia y t ecn ol og ía … . . . . .. … … .. . . …… . .

Figura 8. Tedeschi-Fernández-Lelio-
Vilapriñó-De Rosa. Prototipo de casa
solar experimental, 1978. Fuente:
Summa n°136, mayo 1979, p. 61.

Figuras 9-10. Tedeschi-Fernández-Lelio-


Vilapriñó-De Rosa. Proyecto “Casa solar
experimental”, 1976. Fuente: Tedeschi,
E. ; De Rosa, C. [et al], Diseño y
Construcción de una vivienda prototipo
para ser utilizada como estructura
experimental, IADIZA/LAHV, 1976.

381
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Figura 11. Casa


solar en Barrio
Sur, Godoy Cruz,
Mendoza, 1980.
Única vivienda
construída en base
al prototipo
proyectado por el
LAHV-IADIZA.
Fuente: Fotografía
de la autora,
2011.

Siempre interesado en los antecedentes históricos y en el rol


del arquitecto en cada uno de los temas, Tedeschi destacaba que, a
nivel internacional, el desarrollo de sistemas de energía solar en la
arquitectura contaba con un recorrido importante desde la década de
1930. Pero no siempre los estudios realizados sobre el tema estaban
abocados a buscar una mirada disciplinar al problema tecnológico.
Este camino, según Tedeschi, podía llevarse a cabo por medio de la
renovación formal en la determinación de la envolvente:

“Por este motivo, el arquitecto que se proponga aventurarse en la


llamada arquitectura solar deberá poner un especial cuidado en lograr
las condiciones más favorables de la envolvente, en su construcción y
su forma”62.

Dentro de ese enfoque, se interesó por los proyectos de


Alexander Pike de la Universidad de Cambridge, enfocados en el
desarrollo de la “casa autónoma”, una vivienda autosuficiente que
excede la simple integración de un aparato tecnológico solar en el
edificio. Tedeschi confiaba en que aquellos modelos podían alcanzar
un lenguaje formal propio y libre, vinculando soluciones de espacio,
climatización, construcción y economía63.

62
Tedeschi, E., “El punto de vista del arquitecto”. Summarios, n°2, diciembre 1976,
p.12.
63
Ibídem.

382
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 7 . C ien c ia y t ecn ol og ía … . . . . .. … … .. . . …… . .

Figura 12. Alexander Pike, Vivienda solar autónoma, Universidad de Cambridge.Fuente: Summarios, n°2,
1976.
Figura 13. Tedeschi-Fernández-Lelio-Vilapriñó-De Rosa. Prototipo de casa solar experimental, 1978.
Fuente: Summa n°136, mayo 1979, p. 61.

Por otro lado, el tema ambiental también despertaba


preocupaciones en otras escalas. Tedeschi opinaba que había dos
tipos de soluciones para alcanzar una solución ideal al problema
energético de toda la comunidad: una de ellas, buscaría la
homogeneidad a partir de una ciudad de casas bajas en la que no
fuera posible la interposición de una construcción sobre otra en la
recepción de las radiaciones solares; la otra, respondía al esquema de
una ciudad de altas torres aisladas, donde tampoco existan tales
interacciones. Los modelos que exponía Tedeschi eran los proyectos
utópicos de Wright y Le Corbusier y advertía que, si bien eran opciones
alternativas e interesantes, no serían aplicables debido a los cambios
radicales que significarían en el uso del suelo64.
Otra investigación que inició el LAHV fue la de la vivienda de
interés social. A partir de un relevamiento de los planes de vivienda
realizados por Instituto Provincial de la Vivienda en Mendoza, se
recopilaron datos y documentación, que luego fueron analizados y
evaluados a través de encuestas, desde consideraciones climáticas,
funcionales y constructivas65 .

64
Tedeschi, E., op. cit.
65
Fue financiado por el Proyecto Especial de Investigación y Desarrollo en Vivienda
Popular de la OEA. (Tedeschi, E., Prólogo. En: Basso, M.; Cutropia, A.; Gibert de
Grinfeld, A., La vivienda de interés social en Mendoza. Mendoza: CRICYT/IADIZA/LAHV,
1976).

383
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 7 . C ien c ia y t ecn ol og ía … . . . . .. … … .. . . … … . .

El giro de timón en la carrera de Tedeschi lo condujo en julio de


1977 a participar de la curaduría de una serie de trabajos sobre
energías renovables que tuvo lugar una exposición sobre tecnologías
alternativas en la Sala Borromini de Roma, organizada por el Partito
Radicale66. El catálogo de la muestra fue luego publicado en italiano y
en castellano67.

Figuras 14-15. Energia alternativa, edición


original en italiano. Roma, Savelli, 1978.

7.4. Arquitectura y energía: el sismo y el sol.

La clave de la aproximación regionalista a la arquitectura, para


el Tedeschi de los años sesenta, estaba en resolver los condicionantes
del clima y el sismo. Ambos objetivos, fueron emprendidos
personalmente en la década del setenta, desde un enfoque científico.

66
Giovannardi, F., Enrico Tedeschi dal sogno alla tragedia argentina. Bologna: Pàtron,
2016.
67
Tedeschi, E., Energia alternativa. Come utilizare l´energia della natura. Roma: Savelli,
1978 y Energía alternativa. Cómo utilizar la energía de la naturaleza. Barcelona:
Publicaciones Trazo, 1979.

384
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 7 . C ien c ia y t ecn ol og ía … . . . . .. … … .. . . …… . .

Antes de constituir el laboratorio de energía solar en el CRICYT,


en 1974 Tedeschi proyectó y construyó nuevamente una casa propia.,
pequeña y alejada de la ciudad de Mendoza, en un barrio residencial
del departamento de Godoy Cruz. Sobre un modesto lote entre
medianeras y con una definición volumétrica muy simple, la casa
construida con muy pocos elementos y una resolución clara mediante
una estructura antisísmica que envuelve casi cúbicamente un espacio
en doble altura. El proyecto experimentó un sistema diseñado junto
con el ingeniero Reboredo, quien estaba en ese entonces dirigiendo
las investigaciones en diseño de estructuras sismorresistentes en el
LAHV y con quien había trabajado en los proyectos para los edificios
de las facultades de Ingeniería y de Derecho de la Universidad de
Mendoza en 197068.
La estructura está constituida por una caja portante de muros
de 30 cm de espesor que están compuestos de ladrillos prensados de
soga sin traba y con un alma de hormigón armado de 8 cm, que puede
verse a la vista en la franja vertical que une la puerta con la abertura
superior a ella69. Sobre estos muros se apoya una cubierta conformada
por losetas de hormigón premoldeadas y pretensadas de 1,22m de
ancho con una sección en U invertida, las mismas que se usaron en la
Facultad de Ingeniería. Estas losetas, con terminación a la vista tanto
desde el exterior como desde el interior, sobresalen del filo de la
envolvente dejando un corto voladizo al frente y contrafrente; además,
los espacios libres entre el apoyo en el muro y la sección de la loseta
funcionan como huecos de iluminación, al estar cerrados con vidrio70.
Un entrepiso de madera cuelga por medio de tensores metálicos de
esa losa y ocupa un sector de la planta en forma de L, liberando un
espacio de doble altura en una de sus esquinas.

Las aberturas fueron recuperadas de demolición y son


pequeñas, debido a que el concepto de la envolvente es optimizar las
superficies ciegas para trabajar sin la ayuda de vigas ni columnas de
arriostre. En cuanto a la expresión de la materialidad, la obra explota al

68
Entrevista al ingeniero Agustín Reboredo. Julio de 2016.
69
De Rosa, C., La serena austeridad de una obra póstuma. La casa Tedeschi. Summa
n°226, junio de 1986, pp. 38-41.
70
Un sistema similar a este fue utilizado luego por el arq. Brugiavini. (Véase Bórmida,
E., Juan Augusto Brugiavini. La estructura como base de proyecto y de buena
arquitectura. Registros, n° 12, agosto 2015, pp. 9-23).

385
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 7 . C ien c ia y t ecn ol og ía … . . . . .. … … .. . . … … . .

máximo el aspecto natural de los materiales, independizándolos


claramente y asociando la continuidad de la envolvente a un solado
cerámico rojo de pequeñas piezas rectangulares que interactúa con la
trama fina y homogénea de los muros vistos desde el interior. La
sensación de masividad de la caja compacta contra la liviandad del
entrepiso suspendido es nítida. La obra es muy sencilla y
constructivamente honesta. Resuelve con eficiencia y riqueza espacial
un programa doméstico simple desde una innovación tecnológica que,
aunque humilde, condiciona todos los otros factores.

Figura 15. Frente de la casa en calle Gargiulo, Godoy Cruz, Mendoza, 1974. Fuente: Plano municipal
original. Archivo Familia Molins.

Figura 16. Casa en calle Gargiulo, Godoy Cruz, Mendoza, 1974. Fuente: Fotografía de la autora, 2011.

386
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 7 . C ien c ia y t ecn ol og ía … . . . . .. … … .. . . …… . .

Figura 17. Casa en calle Gargiulo, Godoy Cruz,


Mendoza, 1974. Detalles de la estructura de la
cubierta. Fuente: Archivo Claudia Tedeschi.

Figura 18. Casa en calle Gargiulo, Godoy Cruz,


Mendoza, 1974. Detalle del muro armado. Fuente:
Archivo Claudia Tedeschi.

Figuras 19-20. Casa en calle Gargiulo, Godoy Cruz, Mendoza, 1974. Fuente: Archivo Claudia Tedeschi.

387
…. … … .. . . . …. . . . … Ca pí tu l o 7 . C ien c ia y t ecn ol og ía … . . . . .. … … .. . . … … . .

El carácter cada vez más científico en estos últimos trabajos de


Enrico Tedeschi da indicios de su retirada de los debates disciplinares
en los que tanta energía había invertido. Los problemas del arte no
parecían encontrarse ya en el centro de sus preocupaciones. A partir
de su llegada a zonas cuyanas, Tedeschi había empezado a
interesarse por la relación entre las determinaciones geográficas y las
variables técnicas. Los conflictos políticos lo desplazaron de sus
actuaciones pedagógicas en las universidades y constituyeron el
último empujón para definir un giro intelectual hacia la ciencia. Durante
la década de 1970 el determinismo climático y geográfico marcaron el
sendero de sus últimas indagaciones.

“[...] el método de Tedeschi intentaba darte un panorama muy amplio para ver
donde podían estar las fuentes a partir de las cuales plantear una forma, que
era el resultado, un producto que salía de tu reflexión, de las funciones, pero
también del territorio, de los modos de vivir de la gente, de los materiales
accesibles, del clima”71.

71
Entrevista a la arq. Eliana Bórmida. Buenos Aires, septiembre de 2015.

388
COMPENDIO

389
…… . . …… … . .. . . . . .. . . . . .. . . . … C ompe n d io … . . . . .. … …. . . …… … … …. … … .

Uno de los desafíos con los que debió trabajar esta tesis fue el
de trascender el carácter compendioso 1, de aquello que necesita
resumir una materia excesivamente vasta y diversa en un volumen
restringido. Tal condición obligó a este trabajo a estructurarse por
temas y a asociar a cada uno de ellos con una demarcación
geográfica. La tarea no fue sencilla, los tópicos y las fuentes se
multiplicaron y se entrelazaron hasta que se logró encontrar una clave
de lectura para decodificar la trayectoria de Enrico Tedeschi en
Argentina como un conjunto de acciones dirigido hacia la construcción
de un enfoque teórico de la arquitectura y el urbanismo desde el
interior del país.
Nos preguntamos en esta instancia: ¿cómo le fue con ese
programa? Por diversos motivos consideramos que el plan no alcanzó
los éxitos buscados. Algunas de las causas de ello fueron coyunturales
aunque también las hubo teóricas y metodológicas. Entre las primeras
debemos reconocer las de orden institucional: el motor inicial del
camino argentino de Tedeschi fue el trunco plan urbanístico,
arquitectónico y pedagógico de Tucumán, el cual se desarticuló casi
tan fugazmente como se creó, y no hay motivos para suponer que su
responsabilidad en ello haya sido determinante 2. A este suceso le
siguieron una serie de otros intentos con mayores o menores logros
por encauzar sus proyectos en la enseñanza, como el ambicioso
convenio internacional con Perú. Desde una posición de liderazgo en
otra universidad estatal, intentó gestar una renovación pedagógica en
la región cuyana, a partir de la fundación de una escuela de
arquitectura en relación estrecha con las artes y el diseño. Este plan
fracasó principalmente porque implicaba la puja por un espacio
regional ya instituido en otra localía 3. Con otro pie en la provincia de
Córdoba y en ocasión del inicio de un nuevo ciclo político, Tedeschi
articuló una tercera red desde la cual desarrolló una tendencia en la
enseñanza de la teoría y la historia de la arquitectura, que llegó a
expandirse a otras regiones del país; aunque no pudo sostenerla una
vez desacreditado ese ciclo en coincidencia con los cambios de
rumbo cultural que se precipitaban hacia fines de los años sesenta a

1
Compendio:Breve y sumaria exposición, oral o escrita, de lo más sustancial de una m
ateria ya expuesta latamente. (Real Academia Española).
2
Cap. 3, p. 174.
3
Cap. 4, p. 220.

390
…… . . …… … . .. . . . . .. . . . . .… Com pe n d i o … . .. . . . …… . . . .… … … …… . …… .

nivel mundial 4. En simultáneo, aprovechando los contactos cuyanos,


se posicionó en una cuarta localización, la ciudad de Mendoza, y
sorteando la falta de espacios institucionales estatales co-creó una
escuela de gestión privada sobre un enfoque ambientalista, marcando
un camino próspero durante diez años.
Desde la planificación, desde el paisaje, desde el diseño,
desde la historia, desde la técnica o desde la ciencia, Tedeschi insistió
en insertar demandas locales y globales en la enseñanza de la
disciplina desde tres regiones geográficas distintas y alejadas de
Buenos Aires. Esta decisión parecía coherente con uno de los aportes
más interesantes de su trayectoria: haber apoyado muy
tempranamente la vía hacia la descentralización de las estructuras de
ocupación territorial en nuestro país. Su plan tenía objetivos claros y los
desplazamientos geográficos tenían un sentido estratégico.
Al margen de los obstáculos que se presentaron al intentar
consolidarse y permanecer en las instituciones -donde alcanzó
destacados períodos de auge- Tedeschi debió enfrentarse a
dificultades propias para hacer de la vía regionalista un plan fuerte. Y
algunas de ellas pueden leerse en la inconsistencia y los giros de un
recorrido intelectual que debió acomodarse a las circunstancias, de un
discurso, que en el fondo, no dejaba de ser confuso y conciliador.
Tedeschi interpretaba y transmitía ideas tomadas de distintas fuentes
con inteligencia y nutrida formación cultural. Sus mensajes se
formaban por combinaciones, en ocasiones con aciertos y en otros
casos sin alcanzar a construir con ello un programa coherente, lo
suficientemente sólido.
La falta de congruencia en ocasiones fue metodológica,
cuando se valía de aplicar la crítica purovisualista a un enfoque
organicista o, cuando proponía un método proyectual cuasi “científico”
–hoy diríamos diagramático- aunque matizado con criterios subjetivos 5.
En otros casos fue teórica: sus enseñanzas expresaban la necesidad
de alcanzar una síntesis, pero este objetivo era presentado como el
final de un proceso analítico en el cual la combinatoria de recursos
estimuló el desarrollo de una manera de proyectar en la que a cada
problema se le diseña una solución particularizada. Así es como Teoría
de la Arquitectura inicia sus páginas presentando la idea del arquitecto

4
Cap. 5, p. 273.
5
Cap. 5, p. 306.

391
…… . . …… … . .. . . . . .. . . . . .. . . . … C ompe n d io … . . . . .. … …. . . …… … … …. … … .

como coordinador y concluye sosteniendo que el arquitecto es un


artista. El libro no alcanza a explicar la relación entre esos dos roles -si
fueran compatibles- porque no construye ninguna teoría al respecto –y
el trabajo es sincero, ya que no lo pretende- sino que está constituido
por un compendio de clases estructuradas sobre una sucesión
articulada de teorías seleccionadas y ordenadas temáticamente 6, bajo
tres áreas del saber arquitectónico que el propio autor lucha por
delimitar7. ¿Por qué fue tan difícil para Tedeschi transmitir un programa
teórico consistente para el campo proyectual? En el desarrollo de esta
investigación se encontraron algunas respuestas.

ESCISIÓN 8. Tedeschi separaba lo que no podía separarse con


el fin de trabajar con un método ordenado para el estudio de la
arquitectura y renovar la enseñanza del proyecto arquitectónico. Ello
debilitó la correlación de los conceptos disminuyendo su efectividad.
Este carácter analítico de su método, afectó notablemente a la
interpretación por partes que se hizo de sus ideas. La ambigua
relación entre la historia y el proyecto en sus enseñanzas desestimó el
estudio de la historia como disciplina científica para convertirse en
instrumento de abordaje de los objetos del pasado en cuanto
modelos. Si bien tales modelos no consistían en imágenes a imitar sino
en conceptos y estrategias sobre las cuales reflexionar, abrieron las
puertas a estímulos equivocados. ¿Fue aquello consecuencia de una
posible superficialidad en sus ideas o de la superficialidad con la que
ellas fueron interpretadas? Los pensamientos de Tedeschi no
promovían formalismos producidos con piezas del pasado, sino que
proponían estudiar los objetos del pasado desde lecturas del presente
con el fin de formar una visión crítica que pudiera potenciar los
recursos de una práctica proyectual original 9. Según testimonian sus
discípulos, el objetivo del maestro era combatir la idea de la historia

6
Adagio y Shmidt lo comparan con los manuales de Guadet. (Adagio, N. (ed.) La
biblioteca de la arquitectura moderna: Argentina 1929-1963. Rosario: A&P Ediciones,
2012).
7
Dificultad y debilidad que el propio autor reconoce necesario adoptar por motivos
didácticos. (Teoría de la arquitectura. Buenos Aires: Nueva Visión, 1969).
8
Latour encuentra que esta fue una debilidad característica de los modernos, separar
el conocimiento del mundo en campos.
9
Berman dice al respecto: “podría resultar que el retroceso fuera una manera de
avanzar: que recordar los modernismos del siglo XIX nos diera la visión y el valor para
crear los modernismos del siglo XXI”. (Berman, M., Todo lo sólido se desvanece en el
aire. La experiencia de la modernidad. México: Siglo XXI, 2000, p. 27).

392
…… . . …… … . .. . . . . .. . . . . .… Com pe n d i o … . .. . . . …… . . . .… … … …… . …… .

como una sucesión de estilos atenuando la individualidad con las


variables del clima, el lugar y la cultura. Pero, ¿este camino estimuló la
creación y el desarrollo de una arquitectura regional o de la lectura de
aquello universal en estos procesos?

POLARIZACIÓN 10: Los malentendidos se acentúan cuando los


tonos y lenguajes son demasiado enfáticos, polarizando visiones
opuestas y reduccionistas que, aunque por momentos eran matizadas,
resonaban con ecos expulsivos. Cuando Tedeschi presentaba el
concepto de espacio como protagonista de la arquitectura estaba
combatiendo el enfoque positivista que explicaba la arquitectura
únicamente desde la evolución de las técnicas constructivas pero, en
lugar de presentar una crítica polivalente, se anclaba en una
contestataria de la primera. Es decir, se encontró ante la encrucijada
de enfrentar el arte con la técnica, sin lograr exponer el modo en el que
el arte debía alcanzar un rol unificador de los campos complementarios
de la naturaleza y la sociedad. El discurso del espacio también era
presentado como negación del recurso compositivo, como liberación
respecto de la composición geométrica y de las proporciones
abstractas. Sus posiciones contra la mirada eurocentrista de la historia
lo condujeron a encontrar cualidades identitarias de lo americano que,
en ocasiones eran explicadas con visiones reduccionistas,
categorizando a la arquitectura brasileña del siglo XX como regionalista
y moderna y, por el contrario, a la mexicana como “arquelógica” 11.
¿Acaso se pueden englobar por naciones las expresiones
arquitectónicas en América? ¿Había un tipo de diversidad regional
deseada y otra no deseada?

MODELIZACIÓN: ¿Cuáles eran los modelos arquitectónicos


que promovía Tedeschi? ¿Puede la arquitectura despojarse de las
herramientas universales de su propia tradición disciplinar y de sus
condiciones artificiales de producción? Confiar en la naturaleza como
fuente de modelos con el fin de renovar una cultura disciplinar que está
fundada en los saberes de la geometría y de la técnica era difíciil de

10
Berman advierte que el hecho fundamental de la vida moderna es su radical
contradicción, al enfrentarse a las miserias originadas por su propio proceso. Otra
característica particular de las ideas de los modernos del siglo XX fueron las
polarizaciones rígidas y las visiones cerradas. (Berman, M., op. cit.)
11
Véase Cap. 5, p. 287.

393
…… . . …… … . .. . . . . .. . . . . .. . . . … C ompe n d io … . . . . .. … …. . . …… … … …. … … .

llevar a cabo sin entrenarse en el dominio de estos saberes. Kiesler


advertía, en referencia a experiencias norteamericanas, que la
arquitectura orgánica estaba enredada en una combinación de formas
convencionales. Tedeschi, aunque no practicó el formalismo y
tampoco deseaba transmitirlo, se alejaba de los métodos de la
geometría y evitaba la idea de belleza asociada a la proporción clásica
sobre el argumento de una supuesta neutralidad o pureza alcanzable
análoga a lo natural.

“La lucha de él fue romper esa idea de belleza entrecomillas,


pintoresca, que estaba relacionada con los estilos. La lucha estaba en
ni siquiera pronunciar la palabra belleza. Se erradicó del vocabulario y
se empezó a hablar de los materiales, sobre todo de los materiales en
bruto, las estructuras, y había una enorme libertad donde se hacía un
poquito de culto, o se coqueteaba, con la fealdad” 12.

El rechazo a la abstracción en el pensamiento proyectual de


Tedeschi traía rémoras de la necesidad de la cultura italiana de
posguerra de borrar todo valor asociado al regimen fascista,
incluyendo la estética del modernismo racionalista políticamente
comprometido. En Argentina, este rechazo no tuvo eco entre los
arquitectos más renovadores que, lejos de ese temor, no necesitaban
alejarse de las formas abstractas 13. ¿Cuáles eran entonces los
modelos adecuados para crear formas nuevas y regionales? ¿La
naturaleza? ¿Cuál naturaleza? Quienes estudiaron el proceso
proyectual del edificio para la FAU-UM encontraron que la geometría
subyace indefectiblemente 14.

HIBRIDEZ: Milton Santos señala:

“Según Simondón, cuanto más próximos de la naturaleza nos


encontremos, el objeto es más imperfecto, y cuanto más tecnificado,
más perfecto, permitiendo de ese modo un dominio más eficaz del
hombre sobre él” 15.

12
Entrevista a la arquitecta Eliana Bórmida. Buenos Aires, septiembre de 2015.
13
Véase García, M .A., Entre la Argentina y Brasil. Episodios en la formación de una
abstracción regional. En: Giunta, A. Malosetti Costa, L.(comp.) Arte de posguerra.
Jorge Romero Brest y la revista Ver y Estimar. Buenos Aires: Paidós, 2005.
14
Cap 6, p. 347.
15
Santos, M. La naturaleza del espacio. Técnica y tiempo. Razón y emoción. Barcelona:
Ariel, 2000, p. 36.

394
…… . . …… … . .. . . . . .. . . . . .… Com pe n d i o … . .. . . . …… . . . .… … … …… . …… .

No obstante, el geógrafo advierte que los objetos son


inseparables del medio en el que se encuentran, y que la necesaria
adaptación entre el medio técnico y el medio natural, sumada a la
lógica continua de la historia, hacen que el espacio sea un híbrido
donde los objetos se concretizan.
La arquitectura orgánica que promovía Tedeschi tenía esta
vocación de hibridez, deseaba la integración de lo diverso, pero en su
discurso era tan ambigua y en su experimentación tan inclusiva que
alojaba demasiadas cosas dentro suyo. En Tedeschi, la hibridez
incorporó la integración de las artes, la tendencia solar norteamericana,
el tradicionalismo inglés, la mediterraneidad italiana, el neoempirismo
escandinavo, todos fragmentos de episodios culturales caracterizados,
que no siempre alcanzaban a diluirse en una visión global de la obra.
La intervención artística de José Carrieri en la casa de Tedeschi es una
intensa acción de síntesis escultura-arquitectura en un espacio
protagónico y logrado, pero que no se traslada conceptualmente hacia
la totalidad del proyecto. El volumen frontal de la casa Hidalgo y su
reproducción a escala en el divisor interno, no llegan a afectar a la
totalidad de un planteo muy desarticulado que incluye un sector de
habitaciones rotadas hacia el eje del sol. Las preocupaciones por la
domesticidad y el confort en los ambientes interiores explica en parte
esta operación mitad sintética, mitad aditiva, que puede leerse en la
búsqueda de las secuencias espaciales y en el concepto de construir
la planimetría por unidades de habitación.
¿Era posible mezclar la integración de las artes con los conceptos de
la arquitectura solar?

CONTRADICCIÓN:
“La cultura moderna se realizó negando las tradiciones
y los territorios”. 16

Esta afirmación expone uno de los conflictos clave en el


pensamiento proyectual de Tedeschi. Berman observa que los
procesos de modernización pueden involucrar deseos contradictorios,
como el arraigo al pasado y el deseo de ruptura con nuestros vínculos
con él. Tedeschi sostenía un planteo moderno en tensión, desde el

16
García Canclini, N. Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad.
México: Grijalbo, 1990, p. 48.

395
…… . . …… … . .. . . . . .. . . . . .. . . . … C ompe n d io … . . . . .. … …. . . …… … … …. … … .

cual luchaba por encontrar el equilibrio entre la autorreferencialidad de


la arquitectura y su pertenencia cultural. Sus prácticas proyectuales
expresaron contradicciones en la articulación entre las condiciones
figurativas y las constructivas. En el edificio de la FAU-UM ciertas
lógicas formales se relacionan estrechamente con la optimización
estructural, donde la trama romboidal resuelve necesidades de
resistencia a las deformaciones. Por el contrario, la definición de un
hexágono como contorno espacial del comedor en la casa Giboín, no
resuelve ninguna demanda constructiva ni social, ni es sistemática
dentro de la estructura geométrica de la totalidad; responde a la lógica
de constituir una unidad espacial diferenciada entre otras figuras
variadas. Tampoco en ese caso la figura responde a una demanda del
sitio sino a la interpretación formal de diferenciaciones funcionales en
un programa doméstico. Desde un planteo opuesto, su casa propia en
Godoy Cruz retoma la síntesis de la FAU-UM con una alta coherencia
en la conjunción técnico-espacial; aunque, en parte, pierde fuerza al
tropezar contra el carácter costumbrista de los detalles.

CONCILIACIÓN 17: Los primeros pasos de formación marcaron


en Tedeschi un modo de actuar que se acomodaba a las
circunstancias y las demandas. Inició su carrera profesional junto con
la actividad de redactor en una revista políticamente comprometida,
que elegía como estrategia presentar a la arquitectura y el urbanismo
como conocimientos técnicos, en un lenguaje ascético. Una vez
volcado hacia el frente opuesto luego de la caída del fascismo, su
elección continuó por el camino neutral de la técnica y del cobijo en la
planificación. Haberse instalado con prestigio dentro de círculos
argentinos restringidos como los que formaron el IAU de Tucumán o la
revista Nueva Visión, da cuenta de una gran habilidad diplomática. En
la cultura argentina podía ser leído tanto por los grupos de avanzada
como por los sectores más conservadores. El momento en que su
discurso regionalista alcanzó mayores éxitos coincide con el ciclo
político de principios de la década del sesenta en el que el Partido
Demócrata gobernaba la provincia de Mendoza, y donde el discurso

17
SegúnTafuri en la cultura italiana fascista predominó entre los intelectuales una cierta
inmadurez que los caracterizó por su neutralidad, por su apartamiento de la realidad o
por sus acciones de pura difusión de teorías o modelos de acción. (Tafuri, M. Ludovico
Quaroni e lo sviluppo dell´architettura moderna in Italia. Milano: Edizioni di Comunitá,
1964).

396
…… . . …… … . .. . . . . .. . . . . .… Com pe n d i o … . .. . . . …… . . . .… … … …… . …… .

sobre lo regional en confrontación con lo nacional tenía intereses


precisos 18. Culminó sus pasos profesionales refugiándose en la ciencia
y la innovación tecnológica, como vía de escape ante conflictos
sociales y políticos. En una coyuntura en la que el factor social podía
convertirse en un canal de expresiones arquitectónicas identitarias, su
elección fue desplazarse hacia otra orientación más neutral, la energía.

EXPERIMENTACIÓN: La vocación experimental en Tedeschi fue


una de las claves para alcanzar valiosos aciertos. El proyecto de la
FAU-UM, articula con gran eficiencia una serie de condiciones
específicas: material y tecnología disponible, presupuesto acotado,
síntesis formal y espacial, performance estática con búsqueda estética
en la estructura y sistematicidad constructiva, temas por otra parte,
decididamente universales para la cultura arquitectónica. ¿Por qué se
ha estudiado con tanto interés este proyecto y tan poco se ha dicho
sobre el conjunto del campus de la universidad completado unos años
más tarde? Porque el campus no experimenta, recurre a lo conocido, al
esquema tradicional del claustro en la Facultad de Ingeniería, donde la
estructura pierde parte de su autonomía. Tampoco traslada con
consistencia el sistema estructural al edificio de Ciencias Jurídicas,
más que como un motivo figurativo en los pilares de la planta baja.

PERSPECTIVA: Lejos de querer minimizar los valores de una


producción que realizó sustanciales aportes a los debates en la cultura
disciplinar argentina, repasamos estas fracturas porque creemos que
las lecturas condescendientes de la trayectoria de Enrico Tedeschi no
iluminan el camino recorrido ni mucho menos el que queda por
recorrer. Es indudable que la figura que protagoniza este estudio
perteneció a una generación de arquitectos renovadores en la
enseñanza y de los pocos que buscó y alcanzó una articulación con la
práctica y la investigación de un modo creativo. Sus conceptos fueron
persistentes, siempre reelaborando ideas previas a través de una
circularidad característica en su modo de pensar. Su primer trabajo
escrito en Argentina, Una introducción a la historia, condensa con
síntesis y método, un punto de vista que, aunque “viciado de
unilateralidad”, era claro en su objetivo por construir una herramienta
crítica en los estudios de arquitectura.

18
Cap. 6, p. 322.

397
…… . . …… … . .. . . . . .. . . . . .. . . . … C ompe n d io … . . . . .. … …. . . …… … … …. … … .

Al cerrar esta etapa de nuestra investigación, identificamos en


el balance de lo examinado una meta legítima, dirigida a reflexionar
sobre el hacer proyectual. Su fortaleza consistió en incorporar
constantemente los temas nuevos a las discusiones cuestionando sin
descanso las grietas del planteo moderno, proponiendo un modo de
reflexionar sobre la arquitectura que ponía en crisis la idea del objeto
como su producto 19. Se presentaba allí un conflicto crucial para la
disciplina: articular la cultura visual con la cultura ambiental.
Sin embargo, el plan imaginado para alcanzar soluciones
tropezó con ciertas debilidades: sostenerse en la idea de la
individualidad del genio creador, en la confrontación entre la naturaleza
y la técnica, en el rechazo a la referencia a un canon. Ideas con las que
se intentaba apuntalar las incertezas que durante la segunda mitad del
siglo XX flotaron en el pensamiento proyectual irremediablemente,
como explica Joseph Rykwert:

“Resulta difícil imaginar una situación en que el orden formal


del universo pudiera ser reducido a un diagrama de dos coordenadas
que se cortan en un plano. Pero esto fue exactamente lo que ocurrió
en la antigüedad. El romano que caminaba a lo largo del cardo sabía
perfectamente que aquella vía era el eje en torno al cual giraba el sol,
y si seguía el decumanus, tenía conciencia de seguir el curso del sol
[...] Nosotros hemos perdido todas las hermosas certezas acerca de
la forma en la que funciona el universo […] Esto no nos exime de
buscar algún fundamento para la certeza en nuestros esfuerzos por
dar forma al entorno humano. No es ya verosímil que encontremos
este fundamento en el mundo que los entendidos en cosmología
están remodelando continuamente a nuestro alrededor. Esto nos
obligará a buscarle sentido dentro de nosotros mismos, en la
constitución y en la estructura de la persona humana” 20.

19
Idea clásica que Stan Allen encuentra quebrada definitivamente en la década de
1960 en el arte. (Allen, S., From object to field: Field conditions in architecture and
urbanismo. En: Allen, S., Practice: architecture, technique + representation. (pp. 216-
243). Nueva York: Routledge, 2009.
20
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Agnesotti, 2007 (Edición original Roma: Tipografia Agostiniana, 1944-45).

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----- L´architettura in Inghilterra. Florencia: Edizioni U, 1947.

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CAPITULOS Y ARTICULOS DE ENRICO TEDESCHI

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Cinematografi, Architettura, XIV, n°1, gennaio 1936, pp.17-44.
Concorso per le scuole elementari e di aviamento al lavoro a Bolzano, Architettura,
XIV, n°3, marzo 1936, pp.134-138.
Concorso per edifici tipo a Bolzano, Architettura, XIV, n°6, giunio 1936, pp.258-265.
Architetture pubblicitarie, Architettura, XIV, n°10, ottobre 1936, pp.513-516.
Una casa d´abitazione dell´architetto Cesare Pascoletti, Architettura, XIV, n°11,
novembre 1936, pp.544-546.
Concorso per i mercati coperti di Novara, Architettura, XIV, n°11, novembre 1936,
pp.561-566.
Due progetti per concorsi degli architetti Gino Franzi, Mario Martelli, Wilelmo Torri,

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La Roccia a Cannobio, arch. Luigi Vietti, Architettura, XIV, n°12, dicembre 1936,
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Distributore di bencina a Lecco, arch. Mario Cereghini, Architettura, XIV, n°12,
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Recensión del libro La protezione antiaerea nella tecnica edilizia del Dott.Ing. Rizzoli,
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REVISTAS ESPECIALIZADAS

Architettura, Quadrante, Domus, Casabella, Rassegna di Architettura, Metron,


Urbanistica, Nuestra Arquitectura, Revista de Arquitectura, Summa, Summarios, Nueva
Visión, Ciclo, Ver y estimar, Arte Madí.

PERIODICOS

Los Andes, El tiempo de Cuyo, Trópico, La Gaceta, La Voz del Interior

ARCHIVOS

Archivo Claudia Tedeschi


Archivo Lyda Orsi
Fondazione Bruno Zevi
Archivo Luigi Piccinato
Archivo Petrucci
Archivo General De La Nación
Archivo Facultad De Arquitectura Y Urbanismo - Universidad Nacional De Tucumán
Archivo Histórico De La Universidad De Buenos Aires
Archivo Colegio De Arquitectos De Mendoza
Archivo Facultad De Arquitectura Y Urbanismo - Universidad De Mendoza
Archivo Secedoc (Servicio Cetralizado De Documentación – Cct Mendoza)

ENTREVISTAS

Carlos De Rosa, mayo de 2011.


Carles Vallhonrat, mayo de 2011.
Noemí Goytía, julio de 2014.
Eliana Bórmida, septiembre de 2015
Agustín Reboredo, julio de 2016.
Miguel Angel Guisasola, julio de 2016.
Alberto Varas, septiembre de 2017.

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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES | FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO
PROGRAMA DE DOCTORADO

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