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lon, arece , el saco a de lo el 1e se uno a un cons: con rigs. Va- doc- a he o de iende sa es spén- pa uesta do” . Por- e la. CAMBIO DE GUARDIA 25 do, Se trata de un negocio donde puede pasar un millén de mano amano”. La palabra negocio pone en marcha en Mafiuco todos los circuitos de su talento. “Veamos de qué se trata”. El doctor Marel aleja su vaso: “Esta bestia me ha traido agua mineral con gas, Para las tlceras es mortal. Bueno, jes cierto ono?”. Mafiuco medita un momento: “La red no es solo mia. Son veinticinco panaderias y tres molinos. Soy el accionista mas im- portante, eso es todo”. “Perfecto, dice Marel, mozo cdmbieme esta agua”. 17.— LA Venus de Ebano, mientras retumba el tamboril y el bongé, menea las caderas y escudrifia la sala en penumbra, Ca- ras pastosas, ojos desorbitados que parecen fascinados por su om- bligo, No distingue a ese sefior deportista que dos veces la ha Ilevado a un departamento de lujo, un hombre fino, limpio, que pagé siempre sin regatear y afiadié paiuelos, pulseritas de fan- tasia, Ve en cambio en las primeras mesitas a dos muchachos, ung de ellos moreno, de rostro agresivo, que la mira a los ojos con desdén. Los miusicos aceleran el ritmo y la Venus se dirige hacia las bambalinas a pasitos cortos, quebrando la cintura, pa- ando la grupa, una mano en la cadera y Ia otra en el aire, des- pidiéndose del piblico. “Carne de primera para el mejor pos- tor”, dice Samuel Montani. Carlos le cuenta que una vez la invité a bailar y le pregunt6 cuanto cobraba y ella dijo que mil soles, Samuel mira a su alrededor: “;Qué caras! zde donde sale esta. gente? Es bueno venir de vez en cuando a estos sitios para conocer el fondo de la podredumbre, la crisis del sistema”: Co- mo es el entreacto algunas parejas salen a bailar a media luz. “Antes de buscarte fui a dar una vuelta por el malecén, dice Carlos, desde la baranda vi las instalaciones, al fondo del barran- co, pegaditas al mar”. “Y seguro que bailaban, seguro que se divertian, afiade Samuel, son unos verdaderos sdtrapas, unos oli- gareas, En los periddicos vi la foto de la expulsion, Los echa- ron como a perros, Mafiuquito dijo: me van a Ienar de piojos el local”. “Tengo una idea, dice Carlos, he hablado ya con Héec- tor...”. “Estamos pisados, estamos acogotados, lo interrumpe Samuel, tienen la sartén por el mango y no hay forma de aga- rrarlos. Solo cabe la organizacién, el trabajo en las bases. ;Has visto lo que pasa en Puno? Una sequia terrible, la gente se muere de hambre. Y Estados Unidos nos manda alimentos, li- mosnas mejor-dicho, no piensas ti?”. Carlos no piensa nada, CAMBIO DE GUARDIA 25 do, Se trata de un negocio donde puede pasar un millén de mano amano”. La palabra negocio pone en marcha en Majiuco todos los circuitos de su talento, ““Veamos de qué se trata” doctor Marel aleja su vaso: “Esta bestia me ha traido agua mineral con gas. Para las tilceras es mortal. Bueno, jes cierto ono?”, Mafiuco medita un momento: “La red no es solo mia, Son veinticinco panaderias y tres molinos. Soy el accionista mas im- portante, eso es todo”. “Perfecto, dice Marel, mozo cémbieme esta agua”, 17.— LA Venus de Ebano, mientras retumba el tamboril y el ne bongé, menea las caderas y escudrifia la sala en penumbra, Ca- uere ras pastosas, ojos desorbitados que parecen fascinados por su om- eta: bligo, No distingue a ese sefior deportista que dos veces la ha Ievado a un departamento de lujo, un hombre fino, limpio, que pago siempre sin regatear y afiadio paftuelos, pulseritas de fan- tasia, Ve en cambio en las primeras mesitas a dos muchachos, lien, j ung de ellos moreno, de rostro agresivo, que la mira a los ojos arece | con desdén. Los misicos aceleran el ritmo y la Venus se dirige s, el i hacia las bambalinas a pasitos cortos, quebrando la cintura, pa- saco 1 rando la grupa, una mano en la cadera y Ia otra en el aire, des- a de | pidiéndose del publico, “Carne de primera para el mejor pos- Jo el tor”, dice Samuel Montani. Carlos le cuenta que una vez la le se | | invité a bailar y le pregunté cuanto cobraba y ella dijo que mil uno | soles, Samuel mira a su alrededor: “;Qué caras! ;de donde sale aun | esta gente? Es bueno venir de vez en cuando a estos sitios para i cons- conocer el fondo de la podredumbre, la crisis del sistema”: Co- con mo es el entreacto algunas parejas salen a bailar a media luz. rig6. | “Antes de buscarte fui a dar una vuelta por el malecén, dice Va- | Carlos, desde la baranda vi las instalaciones, al fondo del barran- doe- ) eo, pegaditas al mar”. “Y seguro que bailaban, seguro que se a he | divertian, afiade Samuel, son unos verdaderos sitrapas, unos ol 0 de | garcas. En los periddicos vi la foto de la expulsion. ‘Los echa- iende | ron como a perros, Mafiuquito dijo: me van a Ienar de piojos sa es | el local”, “Tengo una idea, dice Carlos, he hablado ya con Héc- spon- | tor... “Estamos pisados, estamos acogotados, lo interrumpe , pas Samuel, tienen la sartén por el mango y no hay forma de aga- uesta rrarlos, Solo cabe la organizacién, el trabajo en las bases. ;Has do”. | visto Io. que pasa en Puno? Una sequia terrible, la gente se Por- | muere de hambre, Y Estados Unidos nos manda’ alimentos, li- © la mosnas mejor‘dicho, ino piensas ti?”, Carlos no piensa nada,

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