Tesis Chalcayotl Página 31 A 40
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encuentra separado espacialmente del conjunto principal, sin embargo forma parte del
mismo territorio. Como ejemplo del caso anterior tomo el caso de Ayotzinco, en la ribera
del lago de Chalco y que pertenecía a Tenanco Tepopolla pero geográficamente separado
del territorio principal, que abarcaba parte del área nuclear (véase Monterrosa y Pineda,
2006a: 79). Los asentamientos de campesinos se encuentran dispersos por todo el territorio,
sin embargo, algunos tienden a concentrarse alrededor de edificios públicos de mayor
jerarquía, es decir, la densidad aumenta conforme la distancia al técpan y el templo
principal disminuyen.
Figura 3. Propuesta de Hirth acerca de la estructura de un altépetl hipotético con sus diferentes partes
constitutivas (Hirth, 2003: 64).
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Figura 4. Propuesta alterna de un modelo hipotético del altépetl desde la perspectiva de su distribución
espacial, con sus diversas divisiones politico-territoriales: tlayácatl, tlaxilacalli y los asentamientos de
macehualtin. A la derecha se encuentra un tlayácatl que, hipotéticamente, se localiza a varios
kilómetros del conjunto principal y, aunque no comparten el mismo espacio, conforman el territorio de
un mismo altépetl. Tomado y reinterpretado de Lockhart (1999: 35) y Hirth (2003: 64).
Es importante señalar que regiones o provincias compuestas por una serie de altépetl, como
por ejemplo, el Acolhuacan (región de Texcoco), el Tepanecapan (occidente de la cuenca
de México), Cuauhnáhuac y Chalco20 (Tabla 3) no deben ser consideradas altépetl. En
realidad, las fuentes no mencionan en ningún momento que una región o liga de unidades
20
El Acolhuacan estaba formado por 14 altépetl, el Tepanecapan por al menos 10 altépetl, Cuauhnáhuac por
alrededor de 20 altépetl (Sterpone y López, 1992: 61) y Chalco por 5 altépetl, a saber Acxotlan, Tenanco,
Amaquemecan, Tlacochcalco (Tlalmanalco) y Xochimilco Chimalhuacan (Chimalpáhin, 1997 y 2003; véase
Tabla 3).
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político-territoriales fuera considerada como un altépetl más complejo. Por ejemplo,
Chimalpáhin refiere a la liga chalca como Chalcáyotl, y no como altépetl. No obstante,
todavía hay investigadores que consideran a estos grandes conjuntos regionales de altépetl
o “confederaciones”, asociándolos con la categoría de hueyaltépetl (Hirth, 2003: 68; López
Aguilar, 2009: 19). Dichas regiones son en realidad coaliciones políticas, es decir,
hueytlatocáyotl (López Austin, 1985: 221).
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TABLA 3. LOS ALTÉPETL POR REGIÓN
Tabla 3. Principales alianzas en la cuenca de México a principios del Posclásico Tardío. Tomado y
ampliado de Obregón 2001: 296; Gibson, 2000: 40-49.
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Se considera comúnmente que Xochimilco estaba compuesto por tres altépetl (Gibson, 2000: 45; Valero de
García, 2004: 71), sin embargo, se sabe que existía uno más pues se reporta la existencia de un cuarto tlatoque
en Xochimilco (Pérez Zevallos, 1984: 446). Por otro lado, varios pueblos estuvieron adheridos a Xochimilco
por todo el sur de la cuenca de México y el valle de Morelos, como Tetela (Martínez Marín, 1968), el actual
Milpa Alta y Topilejo (Cabrero, 1980: 29-31). El altépetl chalca de Xochimilco Chimalhuacan, se constituyó
bajo la liga Xochimilca y se adhirió a la Chalcáyotl en 1303 d. C. (véase capítulo III).
22
Códice Chimalpopoca, 1975, § 106: 23.
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2.6 La caracterización desde los documentos históricos: los elementos constitutivos del
altépetl
1. El origen
Las fuentes coinciden en que cada una de estas unidades políticas fueron fundadas por
inmigrantes y refugiados procedentes de la fragmentada Tula (Hodge, 1984: 1; Lockhart,
1999: 29-30), así como de gente chichimeca (Lockhart, 1999: 29-30). Es importante tener
en consideración que los nombres tolteca y chichimeca refieren, en realidad, a pueblos muy
concretos que, aparentemente, la mayoría de los cronistas no detalló, salvo en región
poblana y en Chalco. Si se toma el caso concreto de los altépetl de Chalco, nos percatamos
que las fuentes describen pueblos muy diversos y con un origen identitario específico
(véase capítulo III).
35
Por otro lado, hay que tomar en cuenta que esta visión no niega la preexistencia de
algunos centros políticos, como es el caso de Amecameca y Xico.23 Sin embargo, en las
fuentes se aborda la fundación del altépetl por los nuevos linajes.
Durante la Colonia en la cuenca de México, las poblaciones que derivaron de
antiguos altépetl, contaban con un discurso fundacional; sustentado generalmente por
relatos inmersos en realidades míticas e históricas, que permitieron preservar la memoria
histórica del altépetl al que pertenecían (Inoue, 2007: 116). Por ejemplo, en la región de
Chalco, el grupo fundador de Amaquemecan, los totolimpanecas iztlacozauhcas, tenían un
relato entremezclado entre el mito y la realidad, relativamente detallado, acerca de su
origen y la forma en que fundaron Amaquemecan (Chimalpáhin, 2003: 141-143; véase
capítulo III). Desafortunadamente, éste es un caso excepcional, ya que para los demás
miembros de la Chalcáyotl, no contamos con relatos fundacionales detallados.
2. El territorio
Schroeder (1994: 186) supone que el altépetl surgía a partir del momento en que un grupo
migrante se volvía sedentario, estableciéndose de forma permanente en un lugar, el cual era
determinado por el teomama. Esto coincide con la idea de que esta unidad territorial sólo
existía por medio de un espacio físico real. Sin embargo, para una sociedad
tradicionalmente arraigada a la tierra como la mesoamericana, no era suficiente que el
grupo migrante se estableciera; era necesaria la sacralización del espacio para que el
altépetl pudiera existir. Esto sólo podía ser posible por medio de ritos de toma de posesión,
que legitimaban el poder del señor, su linaje y la relación con sus súbditos (Oudijk, 2002:
102). Oudijk (2002: 102) identifica cinco ceremonias fundamentales, recurrentes en las
fuentes: tirar flechas hacia los cuatro rumbos cardinales, celebración del Fuego Nuevo,
mandar principales (generalmente cuatro) que tomen posesión de la tierra, su demarcación
y la posterior división de tierras entre los nobles. El único ejemplo de una toma de posesión
existente para la región de Chalco es el de la fundación de Amaquemecan por el grupo de
23
Los cuales estaban previamente ocupados por olmecas xicallancas y por posibles grupos toltecas
provenientes de Tollan, respectivamente (Chimalpáhin, 2003: 115 y 139; Códice Chimalpopoca, 1975: 13).
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Totolimpaneca Iztlacozauhca relatada en las Relaciones Originales (Chimalpáhin, 2003:
141-143).24
Desde el plano mítico, el altépetl empieza a surgir desde el momento en que la deidad
así lo decide y manda fundar su templo, pero históricamente, se concreta con la
delimitación y la toma de posesión de tierras.
La adquisición de territorio podía tener lugar mucho antes de la instauración
definitiva del altépetl. A lo largo de su trashumancia, el grupo migrante se detenía
frecuentemente en un lugar, hasta por varios años, antes de continuar su camino. En
consecuencia, era muy común que una pequeña parte de la población se estableciera de
manera definitiva en alguna de esas escalas, separándose del grupo principal. En algunos
casos, tenía lugar una fundación preliminar del altépetl que, con el establecimiento del
definitivo podía convertirse en tlayácatl. El altépetl chalca de Tenanco es un ejemplo claro,
pues en Ayotzingo tuvo lugar un primer intento por fundar el altépetl, sin embargo, años
más tarde se estableció de manera definitiva en Tenanco Texocpalco (Tenango del Aire) y
Tzacualtítlan Tenanco en Amaquemecan.25
Por otro lado, para Fernando López (comunicación personal), el altépetl ya existía
desde el momento de la migración, dado que el bulto del dios contenía los elementos que lo
simbolizaban, además de estar vinculado con la casa real del gobernante (Oudijk, 2002:
102). No comparto la idea debido a que, para poder existir, el altépetl necesita un territorio
que haya sido apropiado y delimitado por las élites, a través de los ritos de posesión y,
finalmente, sacralizado por la deidad.
Algunos autores consideran que el altépetl no tenía fronteras precisas (Palma, 2000:
14), ya que era una entidad dinámica que modificaba constantemente su tamaño de forma
positiva o negativa, debido a factores históricos como migraciones, conquistas o anexiones,
(Lockhart, 1999: 45; Hirth, 2003: 72) o por alianzas matrimoniales. En realidad, el altépetl,
presenta fronteras fijas desde el momento en que es fundado, esto cobra sentido si
consideramos los diferentes ritos de posesión dentro de los cuales se legitima la toma de
tierras y la delimitación de los linderos. Que un altépetl gane o pierda tierras es un hecho
fortuito relacionado con el proceso histórico regional, pero de ninguna manera es inherente
24
Véase capítulo III, apartado IV, 2.
25
Para entender los detalles de ésta primera fundación, véase capítulo III, apartado IV, 1.
37
a este sistema de organización político-territorial. Por ejemplo, pocos años antes de la
guerra con la Triple Alianza, Chalco puso sus mojoneras en el Cerro de la Estrella, en pleno
corazón del ya decadente Culhuacan (Chimalpáhin, 2003, II: 47).
Las fuentes coloniales permiten reconstruir linderos y jurisdicciones de pueblos que
alguna vez fueron altépetl, al asociar parajes o cerros que se sabe eran parte del pueblo;
aunque este tipo de reconstrucción es sólo parcial.
3. La identidad
26
Esto sólo sería comprobable con estudios de ADN y con muestras osteológicas obtenidas de varios sitios de
la región y de varios tipos de contextos (urbano y rural).
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matrimoniales o de cooperación política, entre grupos asentados desde tiempos anteriores e
inmigrantes. En este sentido, las uniones se constituían con los viejos centros de poder, tal
como sucedió, con los tenochcas y tlatelolcas, cuyos antecedentes directos eran Culhuacan
y Azcapotzalco, respectivamente (Navarrete, 2002: 47; Borboa, 2004: 85). Así, la
legitimación del poder mediante alianzas matrimoniales con linajes antiguos (tolteca), fue
una política recurrente de los altépetl en gestación (García, s/f: 5).
En la región meridional del valle de México, fue bajo el amparo del antiguo centro
político Xico/Chalco Atenco que, con excepción de Xochimilco Chimalhuacan, se fundaron
todos los altépetl de la región de Chalco los cuales, además, heredaron la identidad chalca.
En Chalco, las alianzas entre las antiguas poblaciones ribereñas y los grupos migrantes se
estableció principalmente a través de alianzas políticas, más que por la vía matrimonial. El
gentilicio “chalca”, se originó entre grupos de la ribera de Chalco,27 aunque los nuevos
grupos lo adoptaron como propio, estableciendo un vínculo identitario con los más
antiguos.
El nombre del altépetl o su capital podía ser el mismo que el del grupo fundador
(Lockhart, 1999: 29-31), aunque esto no es una regla ya que podía provenir de un distintivo
geográfico o de un evento histórico puntual. Los altépetl del sur de la cuenca de México se
caracterizaban por tener nombres relativos al grupo o al conjunto de grupos fundadores,28
por ejemplo, Xochimilco había sido fundado por los xochimilcas, Cuitláhuac por los
cuitlahuacas y los mismo ocurre con los altépetl chalcas (Acxotlan/acxotecas;
Tenanco/tenancas; Tlacochcalco/tlacochcalcas, etcétera). En cambio, aquellos altépetl del
oriente (Acolhuacan o región de Texcoco) y noroccidente (Tepanecapan) estaban,
aparentemente, nombrados bajo otro modelo.
4. La autonomía
27
Los acxotecas fundan supuestamente el primer altépetl de Chalco: Acxotlan. Son el primer grupo en
llamarse chalca (Chimalpáhin, 1997 y 2003).
28
Existen varios niveles de identidad. Por ejemplo, los tenancas de Chalco, eran en realidad, un conjunto de
grupos con diferentes nombres (tenancas, cuicxocas, zacancas, temimilolcas, ihuipanecas…) pero que, por
compartir un origen, una historia e incluso un territorio común, se integraban bajo una misma identidad.
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histórica y política vis a vis de sus vecinos. Lockhart (1999: 28) y Carrasco (1996: 585)
distinguen dos circunstancias; en primera instancia, un altépetl podía ser totalmente
independiente y beneficiarse del tributo de otra entidad, o, por el contrario, ser parcialmente
autónomo con la obligación de pagar tributo.
Por otro lado, para Licate (en Palma, 2000: 16), la cualidad de autonomía depende de
la jerarquía del gobernante, en este sentido, la independencia del altépetl dependía de la del
gobernante. De otro modo, si existía una autoridad por encima del gobernante, entonces el
altépetl era el distrito del centro político dominante.
En el caso de Chalco, podemos afirmar que los altépetl de la región pasaron de una
independencia a una semi-autonomía cuando en 1367 d. C. sufrieron una primera conquista
por parte de Azcapotzalco y la incipiente injerencia política de su aliado Tenochtitlan
(Chimalpáhin, 2003, II: 44). Como tributarios del imperio tepaneca, cada señorío siguió
siendo un altépetl, ya que la estructura social y de poder no parece haber sufrido
alteraciones. Incluso el intento de golpe de estado fraguado por los Guardianes de Trojes,29
no tuvo consecuencias que implicaran el fin de los altépetl chalcas, al menos, las fuentes
no mencionan nada al respecto. Cuando la región fue conquistada definitivamente en 1465
d. C., se considera que los altépetl de Chalco fueron destruidos (Chimalpahin, 2003, II: 57),
sin embargo, cuando el tlatoani tenochca, Tízoc, restableció en 1486 d. C. la mayoría de los
linajes chalcas, las unidades político-territoriales fueron restituidas (Chimalpáhin, 1997:
197). Schroeder sugiere la posibilidad de que el término náhuatl empleado para referir la
destrucción (polihui) de un altépetl, significaría en realidad una derrota, más no la
desaparición (Schroeder, 1994: 200).
Para López Aguilar (2009: 19), la desaparición de un altépetl puede traducirse por la
desacralización del centro ceremonial a causa de diversos factores, como una conquista o
un proceso de abandono. Incluso cuando la población estuviera en posibilidad de trasladar
el altépetl de lugar, Schroeder (1994: 197) constata que la fundación del altépetl en otro
sitio y con un nombre diferente representaba su desaparición, quizás porque implicaba la
pérdida de la identidad original (López Aguilar, 2009: 19). Acerca de este último
planteamiento, considero que no se debe de entender que el territorio es el que otorga la
29
No queda claro si éstos fueron tenochas o chalcas partidarios de tenochtitlan, pero con sus intrigas para
sustituir a todos los tlatoque de Chalco, provocaron la huída de toda la cúpula de poder chalca hacia la región
poblana y el de Cuauhnáhauac (Chimalpáhin, 2003, II: 55-59).
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