Formacion de La Autoestima
Formacion de La Autoestima
Formacion de La Autoestima
La valoración que tenemos sobre nosotros mismos influye en nuestro desarrollo personal y en
nuestra inserción en la sociedad. Una buena autoestima implica que percibamos de manera
óptima la realidad, derivando en una comunicación social adecuada y favorece nuestra autonomía
y nuestras relaciones interpersonales. Tener una baja autoestima puede cambiar, puesto que el
desarrollo de la autoestima es un aprendizaje y puede ser modificado a lo largo del tiempo.
La autoestima se desarrolla desde que somos pequeños y nunca para de cambiar, evolucionar,
mejorar o deteriorarse. Está en continuo movimiento y no es espontánea ni voluntaria, sino que
proviene de lo que cada uno experimentamos en distintas situaciones.
La autoestima en la infancia
La autoestima en la adolescencia
La adolescencia está marcada por la búsqueda de la propia identidad, lo que la convierte en una
de las etapas más complicadas. Es la etapa en la que el adolescente, poco a poco deja de depender
tanto de su familia, y empieza a ser independiente y a confiar en sus propios recursos. Si ha
desarrollado una fuerte autoestima durante la infancia, le resultará más fácil superar la crisis
durante la búsqueda de su identidad, y alcanzar la madurez. Es por esto que el apoyo de su
entorno es fundamental para forjar una adecuada autoestima durante su desarrollo.
En la edad adulta, la autoestima se define como el juicio positivo o negativo sobre uno mismo.
Aunque durante la adolescencia ya se ha intentado forjar una identidad firme, si durante esa etapa
o durante la infancia no se han reunido todos los factores necesarios para tener una buena
autoestima, en la edad adulta también es posible desarrollar las bases para adoptar una buena
autoestima, que nos aporte sentimientos de valía y bienestar emocional.
1.- Sobregeneralización: A partir de un hecho aislado se crea una regla universal, general, para
cualquier situación y momento. Un pequeño error puede ser interpretado como «todo me sale
mal». Un gesto de desaprobación de otra persona puede ser interpretado como «todo el mundo
me rechaza»
2.- Valoración global: Se utilizan términos peyorativos para describirse a uno mismo como persona
global. No tener habilidad para un determinado tipo de tareas puede ser interpretado como «soy
muy torpe» o «soy un fracasado» en lugar de decir «no se me da bien …»
3.- Filtrado negativo: Nos fijamos sólo en lo negativo de una situación y no nos damos cuenta de lo
que puede tener de positivo.
4.- Autoacusación: Uno se encuentra culpable de todo. Tengo yo la culpa, ¡Tendría que haberme
dado cuenta!
El niño y la niña...
Se les da seguridad.
• Sentir que somos amados por la familia, que nos aman, nos cuidan, y si no es así, buscamos una
familia sustituta; amigos con quienes compartimos nuestros momentos agradables, vecinos que
nos respetan... Ser reconocidos en nuestras cualidades, capacidades, habilidades, destrezas y
dones.