Contenido 6 El Orador PDF
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En el latín es donde podemos decir que se encuentra el origen etimológico del término
orador que ahora nos ocupa. Procede de “orator”, que es fruto de la suma de dos
componentes de dicha lengua:
Actitudes de un Orador
Todo esto a que el orador ha de adoptar ciertas actitudes que le son necesarias para
cumplir con su función social se debe ejercer en bien de la comunidad.
El orador, por simple hecho de pronunciar un discurso en el que desarrolla un tema,
está ejerciendo la nobilísima profesión de instruir. La función social de todo comunicador
docente es instruir pronunciando discursos didácticos. El verdadero orador se dirige a
un auditorio heterogéneo, no solo a un grupo de personas que pertenecen a un mismo
nivel, sino que está capacitado para hablar a un grupo complejo de personas de distinta
índole; hombres, mujeres, jóvenes, estudiantes, obreros, empleados, profesionales,
ricos, pobres, políticos, burgueses, burócratas o aristócratas. Un orador que escogiera
su público o su auditorio no sería un auténtico orador.
La comunicación es un proceso que se verifica entre dos o más sujetos donde la relación
se produce por un:
• Querer decir de uno
• Querer entender del otro
Este proceso humano fundamental, preside y enmarca la vida del hombre y se asienta
en dos pilares fundamentales:
• Saber expresarse
• Saber escuchar
Características de un Orador.
Su presencia no debe ser estática, sino que debe moverse para dirigirse a distintos
sectores del público y para mostrar su entusiasmo y transmitirlo a la audiencia.
Por otro lado, la preparación también incluye la puntualidad, conocer el recinto donde
se realizará la presentación y saber con qué elementos tecnológicos contará (micrófono,
proyector, etc.).
Dicción: Las palabras deben ser pronunciadas de forma correcta pero también clara,
con una modulación distintiva de cada consonante y vocal.
Ritmo: La exposición de un buen orador debe ser dinámica, utilizando diversas técnicas
digitales o visuales que ayuden a mantener la atención del público. Parte de ese
dinamismo implica también hacer las pausas necesarias al hablar, para señalar etapas
en el discurso, crear expectativa o facilitar la comprensión del mensaje.
Gestualidad: La gestualidad tanto del rostro como del cuerpo debe ser utilizada para
enfatizar los mensajes verbales, para favorecer la empatía del público o para mantener
el dinamismo de la exposición.
Contacto Visual y Verbal: Al establecer contacto visual con diferentes miembros del
auditorio se promueve la atención e integración hacia el tema que se está exponiendo.
Además, debe apelarse a la audiencia utilizando con frecuencia en su discurso la
segunda persona del singular.
El Miedo Orador.
El gran enemigo del orador –dice Loprete- es el temor o miedo al público; éste paraliza
la lengua, seca la boca y la garganta, produce transpiración, engendra movimientos
torpes del cuerpo (brazos y piernas), traba la articulación, la voz y lo que es peor,
obnubila la mente.
6.4 La Intervención
• formal o informal
• seria o desenfadado
• sobria o entusiasta
• cercana o distante
• rigurosa o generalista
• monólogo o participativa
• con apoyo visual o sin apoyo visual
Lenguaje
Lo primero que uno debe procurar cuando habla en público es ser entendido, es
necesario emplear un lenguaje apropiado, según el público al que se dirige. Por ello, es
importante saber con anticipación el tipo de público que se espera que asista al acto.
Deben utilizarse términos y expresiones que todo el público pueda entender, los
términos técnicos se usarán solo si la audiencia conoce su significado. Si se manejan
abreviaturas o acrónimos hay que estar seguro de que el público sabe lo que significan,
si no habrá que explicarlos.
Se debería utilizar un lenguaje simple y concreto huyendo de lo rebuscado o frases
complicadas, no hay que tratar de asombrar al público con un vasto dominio del idioma,
el objetivo del discurso es ganarse al público con las ideas. La regla que debe presidir
todo discurso es la de la sencillez; mientras que en un texto escrito el lector puede volver
sobre un párrafo que no haya entendido, en un discurso no existe tal posibilidad, por lo
que hay que facilitarle a la audiencia su comprensión. El lenguaje debe ser preciso y
directo, con frases sencillas y cortas, utilizando tiempos verbales simples.
La voz es un sonido producidos en la laringe por las cuerdas vocales durante la
espiración del aire. Posee cualidades como la intensidad, la altura y el timbre. La
intensidad varía con la presión que ejerce el aire espirado para vencer la resistencia que
ejercen las cuerdas vocales, a mayor cantidad de aire espirado y mayor presión, el
sonido va a ser más intenso. La altura varía con la tensión del cierre de las cuerdas
vocales, a mayor tensión más agudo es el sonido, a menor tensión éste es más grave.
El timbre depende de las cavidades de resonancia.
Sistema postural
Es de suma importancia para que la producción de la voz sea clara y tenga una buena
proyección, la postura que adoptamos para hablar en las diferentes situaciones y el
grado de tensión que tenga nuestro cuerpo. Algunas de las causas que pueden provocar
tensión pueden ser la falta de sueño, el esfuerzo muscular intenso, situaciones de
estrés, entre otras. La manera orgánica de manifestar este aumento del tono muscular
es a través del dolor de cuello, de espalda o de pecho. Para aliviar este tipo de molestias
existen diferentes tipos de relajaciones que se pueden utilizar ante estas circunstancias.
Uso incorrecto de la voz
• Muchas veces en situaciones habituales, el uso incorrecto de la voz puede
ocasionarnos perjuicios a nuestra salud, algunos ejemplos son:
• Hablar cuando presentamos disfonía o hacerlo en exceso cuando existe algún
tipo de alergia respiratoria.
• Gritar, produce un cierre brusco de las cuerdas vocales ocasionando irritación
laríngea.
• Hablar excesivamente sin una adecuada técnica vocal, trae como consecuencia
los síntomas vistos en la fonastenia.
• Excesivo aclaramiento de la garganta y demasiada tos.
• Cantar con una técnica vocal inapropiada o en malas condiciones ambientales.
Cuidados de la voz
Es importante utilizar la voz adecuadamente ya que es una de las principales
herramientas que tenemos para comunicarnos. Algunas sugerencias para su cuidado
son:
• Utilizar un volumen moderado de la voz en todas las situaciones del día.
• No hablar en sitios excesivamente ruidosos como en fábricas o edificios en
construcción.
• No competir con la conversación en voz alta en fiestas, reuniones o conferencias.
• No hablar en presencia de música elevada.
• No gritar en situaciones como partidos de fútbol, en la escuela, con los miembros
de la familia y durante actividades de entrenamiento.
• Tratar de reducir al mínimo la tos y carraspera, sustituir estos malos hábitos por
un sorbo de agua ante la molestia.
• Restringir al máximo el hábito de fumar y tomar alcohol, ya que irritan la mucosa
de la laringe
• Usar la voz en periodos cortos durante el transcurso del día.
• No usar ropa que presione el abdomen o el cuello, ya que deberemos forzar la
respiración y fonación.
• Comer poco y lentamente, para realizar una buena digestión y evitar el
endurecimiento del abdomen impidiendo realizar correctamente la respiración
costo-diafragmática-abdominal. Dormir ocho horas por día.
• Calefaccionar con agua humeante para humedecer el ambiente.
• Evitar someterse a cambios bruscos de temperatura.
• Evitar ingerir bebidas muy frías o muy calientes para no irritar la mucosa laríngea.
Los componentes del discurso oral
El discurso oral tiene una serie de componentes que lo hacen más o menos interesante,
más o menos claro. Pensemos en algún discurso que nos haya emocionado, además
del contenido, qué cosas nos llegaron. Ahora pensemos en un discurso muy aburrido,
que nos haya provocado sueño y ganas de irnos.
En cada uno hay características diferentes en cuanto a velocidad, ritmo, volumen y
proyección, intención y énfasis.
A continuación, se describirán los componentes del discurso.
Velocidad y articulación
A la hora de expresarse oralmente cada persona tiene una velocidad para hablar que
depende de la personalidad, lugar de procedencia, edad, entre otros. También los
individuos tienen una determinada articulación correcta o incorrecta. En el caso de los
adolescentes hay una tendencia a hablar muy rápido y con deficiencias en la
articulación, un ejemplo es que unen las sílabas provocando que entre las palabras no
haya un silencio natural y que dos parezcan una, en vez de decir cómo andás dicen
“moanda”. En algunos casos también debido a la rápida velocidad y a la mala
articulación, no abren la boca lo suficiente y hay una pérdida de claridad, un ejemplo es
que no pronuncian la última letra de la palabra que puede ser una “s”, “r” o una vocal.
La velocidad con la que se dice el discurso también tiene que ver con los estados de
ánimo, ya que no vamos a tener la misma velocidad para hablar cuando estamos
aburridos que cuando estamos ansiosos por contarle a alguien algo importante que nos
pasó. Ritmos y silencios Pensemos en el discurso como en una melodía, para que sea
interesante debe poseer distintos acordes, silencios y velocidades, si una melodía es
monótona aburre. Pasa lo mismo con el discurso, si el orador habla siempre con el
mismo ritmo y no deja silencios o deja muchos silencios, no marca transiciones cuando
pasa de un momento a otro, el discurso se vuelve monótono y aburrido. El interés que
el discurso suscite tiene que ver con el contenido en sí, la elección del tema adecuado
al público, con la velocidad, la entonación y sobretodo con los ritmos y silencios que el
orador utilice. Volumen Las personas tienen un determinado volumen de acuerdo a
características físicas, también de acuerdo a la situación, según sea intimidante o no.
Por ejemplo, algunas personas en sus casas o con sus amigos hablan mucho, muy
desinhibidas y en un volumen altísimo, ante situaciones que son incómodas bajan
notablemente el volumen de la voz, aspecto fundamental para ser escuchado y
entendidos por el auditorio. Muletillas Las muletillas son los sonidos o palabras que
surgen, en una presentación oral, cuando estamos pensando; expresan duda. Entre las
más frecuentes encontramos eh, este, digamos, o sea, así que, y, nada, no, no sé,
bueno, entre otras. Estas palabras son muletillas cuando se utilizan a repetición y su
uso no tiene que ver con el sentido de la oración; se utilizan sin ningún significado. Estas
reiteraciones provocan en el receptor una interferencia no deseada y el uso excesivo de
las mismas un rechazo al discurso, es por ello que deben ser eliminadas del vocabulario
del orador.
Además, existe otra forma de vocalización incorrecta que es estirar la última letra de
una palabra por ejemplo queeeeeee, esto también causa una interferencia y expresa
duda. Un ejercicio conveniente para eliminar las muletillas es grabarse de 3 a 5 minutos
diciendo un discurso que no haya practicado y tampoco sea leído, puede ser una
historia, un cuento, una anécdota u otros. Luego debe escucharse y tratar de detectar
qué muletillas tuvo. También puede pedirle a alguien que lo escuche y cuente las
muletillas que dijo.
El primer paso para eliminarlas es saber que uno las tiene, luego a lo largo de la práctica
deberá hacer conciencia sobre cuando las usa y de esta manera ir evitándolas. Cabe
destacar que cuando uno más seguro esta de lo que va a decir menos muletillas
aparecen.
Cuando preparamos o decimos un discurso hay tres momentos que no deben ser
dejados de lado, ya que darán un orden a la presentación tanto a nosotros oradores,
como al público que nos escucha; estos son: la introducción, el cuerpo y el final.
Por otro lado, no es lo mismo contar una historia que proponer un punto de vista o idea,
por ello además de estos tres segmentos, el discurso debe organizarse en secuencias
tomando como base diferentes estructuras discursivas.
Estas estructuras son extraídas de los textos escritos y deben ser adaptadas a los
discursos a través del uso de los componentes del discurso y el lenguaje corporal. Cabe
destacar, que una persona cuando tiene un esquema preparado se enfrenta con mucha
más seguridad al público, evitando nervios o ansiedad.
En este Módulo vamos a estudiar los tres momentos por los que debe transitar el
discurso y la importancia de las estructuras narrativas y argumentativas para
organizarlo. Además, veremos la forma más emocionante de diálogo, el debate y se
explicarán los tipos existentes.
Capacidad de asimilación del oyente
La capacidad que tiene el oyente para asimilar un discurso sigue siendo desde hace dos
mil años la misma y su esquema puede encontrarse en cualquier texto escolar:
introducción, núcleo, final. Además, existe una distribución temporal en relación con la
importancia de cada una de las partes del discurso.
Las tres partes tienen la misma importancia, pero a la parte central se le ha asignado
mucho mayor tiempo ya que en ella se desarrolla el contenido específico del discurso.
Por otro lado, al tener menor extensión y mayor impacto la parte introductoria y final
deben estar especialmente preparadas. “Los oradores profesionales, políticos, por
ejemplo, cuidan sus frases introductorias y finales hasta en el más mínimo detalle,
aprendiéndoselas, conscientes de la importancia psicológica que poseen”.
La introducción sirve para captar la atención de los oyentes, para atraerlos al tema que
el orador plantea. Esto puede lograrse tanto a través de una broma como por medio de
una referencia a un asunto de actualidad conocido por todos.
Estructuras discursivas
Tener una secuencia establecida nos sirve para organizar el discurso y lograr que sea
comprensible y dinámico, además para transmitir correctamente nuestro objetivo. Todas
las estructuras que presentaremos tienen un ordenamiento interno, que respetan la
introducción el desarrollo y el final. A continuación, analizaremos la estructura
argumentativa y la narrativa, con sus ejemplos de aplicación. Es importante saber que
en la realidad estas estructuras no se encuentran en estado puro, sino que están
fusionadas en los discursos.
Estructura argumentativa
Es utilizada cuando una persona quiere establecer su punto de vista sobre algún tema
y tratar de convencer a su público. Para ello esboza un tema, su punto de vista respecto
a la cuestión, plantea argumentos y utiliza material de refuerzo para sustentar su
análisis. “La orientación del discurso argumentativo es constitutiva del discurso, en la
medida que todo enunciado comporta una orientación interna hacia un tipo de
conclusiones, y comporta una orientación externa hacia cierto tipo de intervención en un
destinatario (hacer saber, hacer- creer, hacer- hacer, convencer, manipular)”
El primer momento de un discurso argumentativo es la presentación de un tema y la
toma de posición con respecto a ese tema, existe siempre una premisa que supone lo
que debería ser y puede estar explícita o no.
A continuación, se presenta un ejemplo una carta de lector, que tiene una estructura
argumentativa y cada elemento descripto con anterioridad.
Sr. director: Tesis Expreso aquí mi inquietud por la basura que se nos presenta día a
día en la televisión de nuestro país. (reserva) Ya sé, el lector dirá: “Si no le gusta que
apague el televisor, nadie la obliga a mirar” Premisa Este no es el caso, puesto que un
medio de comunicación tan poderoso debería emplearse de una manera mejor, con
programas educativos: entretenidos y divertidos sí, pero sin llegar a la grosería.
Conclusión (refuerzo: pregunta retórica) ¿Por qué no empezar por mejorar la T.V.?
Estructura narrativa
Situación Inicial
Conflicto
– Entrá, pero tené cuidado con el caballo loco -le contestó la vaca Aurora-.
_ ¿Dónde está el caballo loco? -preguntó Bhuhb, que era un gnomo experto en
psicología-.
– Está en aquel establo –le contestó la vaca mientras se iba a jugar a las cartas con el
chancho Juancho.
– Vamos a hacer una cosa. Yo te voy a llevar al gallinero y vos me vas a decir si sos
un gallo.
Desenlace
-dijo Bhuhb-.
El debate
Según Reiner Brehler, en “Prácticas de Oratoria Moderna” debatir proviene del latín
batiere, que significa golpear. Debatir es luchar con palabras. De ahí que en estas
ocasiones se recurra también a la dialéctica negativa. El debate conoce manifestaciones
exaltadas, trucos retóricos, juegos de palabras y artificios estilísticos. Para el público,
los debates son la forma más emocionante de diálogo, ya que hay ocasiones en que no
resulta fácil distinguir si se están haciendo peticiones, planteando exigencias o lanzando
amenazas.
Tipos de debate
No hay debate que pueda prescindir de alguien que dirija o modere el enfrentamiento
dialéctico. Esta persona tiene que tener el derecho de llamar al orden. En ocasiones se
le concede también el papel de árbitro encargándose, concluido el debate, de valorar
los argumentos que las partes hayan lanzado a la lid. Es costumbre útil levantar acta de
los debates, puesto que uno suele ser consecuencia del otro. Siguiendo a Brehler
podemos mencionar cuatro tipos de debates: el debate abierto, el americano, el debate
inglés y la disputa entre expertos.
En el debate americano las dos partes en litigio, formada cada una por un mismo
número de contrincantes, se encuentran sentadas cara a cara a ambos lados de una
mesa. En un extremo está sentado el moderador, en el otro, el encargado de levantar
acta. Los dos bandos se alternan en el uso de la palabra. Cada participante puede hacer
una sola vez uso de ésta. Queda a discreción táctica de las fracciones el decidir cuándo
uno de sus miembros toma la palabra. La suerte decide cuál de las dos partes inicia el
debate. Automáticamente, a la parte contraria le corresponde cerrar el debate.
El debate inglés muestra la misma distribución espacial que el debate americano. Sin
embargo, el turno de intervenciones es consecutivo según el orden de los asientos. En
el debate abierto, los oradores pueden intervenir varias veces y replicar a ataques de
contrincantes. En las otras dos modalidades son los que hablan en último lugar los
oradores encargados de sintetizar y ofrecer réplica a intervenciones anteriores.
La disputa entre expertos es una forma especial de debate. En este caso un grupo que
pregunta frente a otro que contesta. No resulta infrecuente que las sesiones tengan lugar
sin moderador. A una de las partes le está permitido únicamente preguntar, a la otra,
contestar. Las preguntas se dirigen a una persona concreta del grupo. El orden de las
preguntas y respuestas es aleatorio.