Recurso de Casación

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RECURSO DE CASACIÓN

Medio técnico de impugnación extraordinario, contra sentencias y


ejecutorias de los tribunales superiores, dictadas contra la jurisprudencia,
la ley o los trámites sustanciales. Recurso extraordinario interpuesto ante
la Corte Suprema o Tribunal Supremo contra fallos definitivos, en los
casos que el ordenamiento lo contemple, en los cuales se supone se
desconocen las doctrinas y se trasgrede las leyes, quebrantando las
garantías del debido proceso. Tiene por finalidad “casar” el error y
subsanarlo.

RECURSO DE CASACIÓN

Es un recurso extraordinario concedido a las partes para que un


Juez Superior, y que es la corte de casación, anule, case, la sentencia de
mérito que contenga error de derecho… Para Gonzáles F. Carlos recurso
ordinario es aquel en que la cuestión litigiosa se trata y discute en toda
su amplitud y mira al interés de las partes. Extraordinarios aquellos
recurso que deben fundarse en causas taxativamente señaladas por la
ley y que buscan ya la correcta aplicación de ella, ya la unificación de la
jurisprudencia.

Tanto el uno como el otro se inspiran en un interés público como privado,


más sin embargo en el segundo predomina el público. Para De la Plaza
predomina es posible diferenciar los recursos, además en principales o
incidentales o adheridos, también en relación a las resoluciones que
combaten, o tomando en cuenta las facultades de simple anulación o de
sustitución.

Pero esos criterios no juegan aisladamente en cada recurso, sino que se


combinan en las diversas figuras que las legislaciones ofrecen; y por eso
en rigor no puede discriminarse por notas bien definidas, mas que los
llamados ordinarios y extraordinarios, según que exigen o no causas
específicas y preestablecidas para su admisión, y atendida también la
circunstancia de que limiten o no limiten las facultades del tribunal Ad
quem. Nosotros, en forma muy particular, consideramos que la diferencia
entre los recursos ordinarios y extraordinarios se encuentran vinculados
al principio de la doble instancia o instancia plural, que se encuentra
reconocido en el inciso 6) del artículo 139° de nuestra Constitución
Política. Siendo así, recurso ordinario es el medio de impugnación,
estrictamente vinculado al principio de pluralidad de instancias, por el
cual las partes que lo hacen valer provocan un reexamen inmediato
sobre la controversia, un nuevo juicio sobre esta, que recién tiene una
decisión final, y como tal este recurso está previsto, en todo
procedimiento y sin más limitación que el plazo para interponerlo. El
recurso ordinario típico es el de apelación (...). En la casación es que, a
diferencia de la instancia se toma en consideración la sentencia de
mérito. La sentencia de mérito se presenta como un obstáculo para la
formación de una nueva sentencia, debiendo pues, acreditarse que en
dicha sentencia de mérito se ha incurrido en error de derecho (...).

…Es un recurso extraordinario debido principalmente a que tiene


requisitos de admisibilidad y procedencia que le son propios y, por otro
lado, porque difiere de los demás recursos en cuanto a los fines que se
persigue. En efecto, la casación tiene por objeto tender a la correcta
aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia.

En este sentido, el recurso de casación se interpone cuando se presenta


cualquiera de las siguientes causales:

 La aplicación indebida o la interpretación errónea de una norma de


derecho material, así como de la doctrina jurisprudencias.
 La inaplicación de una norma de derecho material o de la doctrina
jurisprudencial.
 La contravención de las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso, o la infracción de las formas esenciales para la eficacia y
validez de los actos procesales.

Con relación a los requisitos de admisibilidad o de forma, este recurso se


interpone contra las resoluciones señaladas en el artículo 385º del
Código Procesal Civil (sentencias y autos que en revisión ponen fin al
proceso, expedidos por la Corte Superior y otras resoluciones que la ley
señale), dentro del plazo de 10 días contados desde el días siguiente de
notificada la resolución que se impugna, y se presenta ante el órgano
jurisdiccional que expidió la resolución que se cuestiona.

Los requisitos de fondo o de procedencia son dos:

 Que el recurrente no hubiera consentido la resolución adversa de


primera instancia, cuando ésta fuera confirmada por la de segunda
instancia materia del recurso, y
 Que se fundamente con claridad y precisión en cuál de las
causales o motivos se sustenta el recurso: si en la aplicación indebida o
interpretación errónea de una norma de derecho material, se debe indicar
cómo debe ser la debida aplicación o cuál la interpretación correcta; si es
en la inaplicación de una norma de derecho material o de la doctrina
jurisprudencial, se debe indicar cuál debe ser la norma o la doctrina
jurisprudencial (inexistente hasta ahora) aplicable al caso; y si es la
contravención a las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso o la infracción de las formas esenciales para la eficacia y validez
de los actos procesales, se debe explicar en qué ha consistido la
afectación del debido proceso o la formalidad procesal incumplida.
artículos 178º, 475º y siguientes del Código Procesal Civil.

VÍA PROCEDIMENTAL:

La presente demanda debe de tramitarse en la Vía del proceso de


Conocimiento.

MEDIOS PROBATORIOS:

1. La Declaración de Parte del demandado.


2. El expediente fenecido Nº 39-94, seguido por el demandado
en su contra, sobre Desalojo por Vencimiento del Plazo del
Contrato.

SÍNTESIS DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA

Absolviendo el traslado de la demanda, con fecha 17 de octubre de 1994,


Víctor Tippe Villafuerte, con Libreta Electoral Nº 28566745, domiciliado
en el Jirón Miguel Untiveros Nº 459 y con domicilio procesal en el Jirón
Oswaldo N. Regal Nº 205 en la ciudad de Huanta; cumple con contestar
la demanda incoada y la niega en todos sus extremos, en base a lo
siguiente.

PRONUNCIAMIENTO SOBRE LOS HECHOS EXPUESTOS EN LA


DEMANDA:

 Que, la presente demanda es ambigua, pues si bien sí interpuso


una demanda sobre Desalojo a fin de que los hoy demandantes cumplan
con desocupar el bien inmueble de su propiedad, ésta fue declarada
FUNDADA, toda vez que sí cumplía con los presupuestos procesales y
condiciones de la acción; en todo caso, de haberse advertido que existía
algo extraño, se habría podido deducir una defensa de forma, planteando
una excepción de Oscuridad o Ambigüedad en el modo de proponer la
demanda, lo cual no se hizo y, tampoco apelaron al momento de haberse
declarado saneado el proceso, por lo que ahora ya no cabe ninguna
discusión.

HECHOS QUE FUNDAMENTAN LA DEFENSA:

 Que, el inmueble sublitis en el proceso sobre Desalojo, es de su


propiedad y, antes de ser ocupado por los hoy demandantes, servía
como depósito de verduras; siendo que el recurrente, ante la extrema
pobreza del demandante, compadecido de su situación le permite el
ingreso a su propiedad conjuntamente con su esposa, como inquilinos –
guardianes, pagando por ello una suma irrisoria como merced
conductiva. Sin embargo, cuando el recurrente vende dicho inmueble a
su hija, los demandantes plantearon una demanda sobre Retracto, la
cual fue desestimada ya que el inmueble no constituía casa-habitación.
 Que, evidenciando la intención de apoderarse de su propiedad, los
hoy demandantes y a la vez malos inquilinos, para evitar que se les inicie
una demanda sobre Desahucio, comenzaron a consignar judicialmente
los alquileres ante el Juzgado de Paz Letrado. Por lo que, ante esa
actitud, el recurrente dio por concluido mediante Cartas Notariales, el
contrato verbal de plazo indeterminado, dándoles un plazo para
desalojar; y, una vez vencido el plazo, como se negaban a desocupar el
bien, se los demandó, obteniendo sentencias favorables.
 Que, la demanda sobre Desalojo interpuesta en contra de los hoy
demandantes sí cumplía con todos los requisitos necesarios para su
admisibilidad; puesto que inclusive, no hubo ningún reclamo sobre ello, ni
en la contestación de la demanda, ni después de la declaración de
saneado el proceso, por ende la existencia de una relación jurídico
procesal válida entre las partes. En consecuencia, no corresponde ahora
plantear ninguna nulidad, puesto que en su oportunidad no se hizo nada.
 Que, con las sentencias expedidas tanto en Primera como en
Segunda Instancia, no se han transgredido ninguna norma del
ordenamiento legal; puesto que el recurrente es el propietario del bien
que pretendía desalojar, es más, que habiéndose apelado la sentencia,
en Segunda Instancia se confirma la sentencia a favor del hoy
demandado, ordenándose incluso se le pague las costas y costos,
además de desocupar el bien sublitis.

MEDIOS PROBATORIOS:

a. La Declaración del demandante, conforme el pliego


interrogatorio.
b. El Título de Propiedad del inmueble.
c. Copia de la Ficha de Inscripción Registral.
d. Copia de la Ejecutoria Suprema.
e. Copia simple de las consignaciones judiciales que por
concepto de alquiler se hicieron a su favor.
f. Copia de las Cartas Notariales con las que se pone fin al
arrendamiento a plazo indeterminado del inmueble.

INSERTO EN FOTOCOPIA RECAUDOS Y PRINCIPALES MEDIOS


PROBATORIOS

1. SÍNTESIS DEL AUTO DE SANEAMIENTO PROCESAL

En Huanta, con fecha 18 de octubre de 1994, en este estado del


proceso y, de conformidad con lo estipulado en los artículos 465° y
468° del Código Procesal Civil, se resuelve: Tener por contestada
la demanda y, declararse SANEADO el proceso por existir una
relación jurídica procesal válida entre las partes. Señalándose
fecha y hora para la realización de la Audiencia de Conciliación

2. SÍNTESIS DE LA AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN

Habiéndose programado una nueva fecha para la realización de esta


audiencia, el 14 de febrero de 1995, se llevó a cabo la misma; en
presencia de los apoderados judiciales de ambas partes. Siendo que,
habiéndose saneado el proceso por no existir excepciones ni defensas
previas, el Juzgado procede de conformidad con el artículo 468° del
Código Procesal Civil, a efectos de que las partes lleguen a una
conciliación.

CONCILIACIÓN:

El Juez dio inicio a la audiencia, refiriendo el apoderado de los


demandantes que es imposible celebrar la conciliación en razón de que
el apoderado del demandado no cuenta con poder suficiente para ello;
respondiendo tal afirmación, el apoderado del emplazado indica que sí
tiene las facultades para poder llegar un acuerdo conciliatorio, que lo
único que pretende la contraparte es retardar el proceso y que espera la
fórmula conciliatoria que propone el Juez de la causa o de aquellos que
participaron en el proceso sobre desalojo seguido entre las mismas
partes. Absteniéndose el Juez de proponer su fórmula conciliatoria, ante
tal observación y, porque la controversia es de puro derecho.

FIJACIÓN DE PUNTOS CONTROVERTIDOS:

Los Demandantes manifiestan:

1. Que, en el proceso sobre desalojo seguido entre las mismas partes


existía fraude, dolo y colusión de los Jueces con el hoy
demandado.
2. Que, la demanda de Desalojo adolece de vicios que conllevan a su
inadmisibilidad, por no reunir los requisitos de Ley.
3. Que, no se ha cumplido con presentar el contrato locaticio suscrito
entre las partes, habiéndose expedido una sentencia sin tener a la
vista dicho documento.
4. Que, para dictar la sentencia, sólo se tuvo en cuenta unas cartas
notariales que pretendían reemplazar al contrato locaticio.
5. Que, la demanda de Desalojo se interpuso sin presentar el Título
de Propiedad respectivo, ya que su verdadera propietaria es la
Beneficencia Pública.

En relación a los del Demandado:

1. Que, en el proceso de Desalojo no existió fraude, dolo ni colusión.


2. Que, la demanda sobre Desalojo sí cumplió con todos los
requisitos para su admisibilidad, pues de lo contrario se hubiera
deducido la Excepción de Oscuridad o Ambigüedad en el modo de
proponer la demanda.
3. Que, las sentencias expedidas se han basado en el Título de
Propiedad del Demandante, las declaraciones de las partes y otros
documentos que guardaban relación con la pretensión procesal.
4. Que, la sentencia expedida y su confirmatoria, han sido
debidamente motivadas, sin favor alguno, aplicando únicamente el
trámite de Ley.
5. Que, el proceso de Desalojo ha sido debidamente saneado,
cumpliéndose con las formalidades de Ley, no advirtiéndose
ninguna irregularidad.
6. Que, se ha acreditado la titularidad del propietario en relación al
inquilino del inmueble materia del Desalojo.

SANEAMIENTO PROBATORIO:

Acto seguido, el Juez admitió todos los medios probatorios ofrecidos por
las partes, y dio por concluida la presente audiencia señalando fecha
para la realización de la Audiencia de Pruebas.

1. SÍNTESIS DE LA AUDIENCIA DE PRUEBAS

Es con fecha 24 de abril de abril de 1995, en presencia del demandado y


del apoderado de los demandantes que, se dio inicio a la audiencia,
tomando el Juez la declaración del demandado, quien manifestó lo
siguiente:

 Que, interpuso una demanda sobre desalojo por vencimiento del


plazo del contrato, pero que no recuerda si adjuntó a la demanda el
contrato de arrendamiento, la copia de su documento de identidad y el
arancel judicial.
 Que, es el propietario del inmueble del que desalojó a los
demandados y que tiene título de propiedad para probar ello, pues
compró dicho inmueble a Paulino Ruiz, siendo que no se acuerda si la
Beneficencia Pública viene tramitando un proceso de nulidad de contrato
de promesa de venta del inmueble en referencia en contra suya y de
Paulino Ruiz.
 Que, es falso que haya actuado con fraude, dolo o colusión
durante la tramitación del proceso sobre desalojo.

Los demandantes no asistieron a la audiencia, pero sí lo hizo su


apoderado judicial, quien efectuó la declaración en representación de los
mismos, refiriendo lo siguiente:
 Que, existió un proceso de desalojo pero ignora si se realizó el
lanzamiento.
 Que, según sus patrocinados ha existido fraude en la tramitación
del proceso de desalojo y que por ello han interpuesto una denuncia
penal contra los magistrados que vieron el caso.
 Que, las irregularidades cometidas en el proceso sobre desalojo
consistieron en haber admitido la demanda sin que se haya adjuntado el
arancel judicial, la copia del documento de identidad del ahora
demandado, el contrato de arrendamiento, el título de compraventa del
inmueble sublitis y en la existencia de favoritismo de los magistrados
respecto de los hoy demandados.
 Que, los demandantes recibieron cartas notariales conminándoles
a desocupar el inmueble en cuestión.
 Que, no sabe si los demandantes depositaban una suma mensual
en el Banco de la Nación por concepto de renta por el arrendamiento del
inmueble sublitis.
 Que, los demandantes advirtieron las irregularidades en el mismo
proceso de desalojo; precisamente porque se hizo caso omiso a ellas es
que inician el presente proceso.
 Que, el contrato suscrito entre los demandantes y los esposos Ruiz
Cárdenas era una promesa de venta y no un contrato definitivo de
compraventa, puesto que el inmueble era aún de propiedad de la
Beneficencia Pública, pues ésta aún no le había entregado el título de
propiedad a los esposos Ruiz Cárdenas.
 Que, el demandado, de manera maliciosa, confirió una escritura
pública a favor de su hija y luego ésta otorgó otra escritura pública, pese
a que no tenían el título de propiedad.

Al no haber otros medios probatorios susceptibles de actuación, el


Juzgado comunica a las partes que expedirá sentencia luego de que
transcurra el plazo para que éstos presenten sus alegatos.

1. INSERTO EN FOTOCOPIA LA SENTENCIA DEL JUZGADO


CIVIL DE HUANTA
2. INSERTO EN FOTOCOPIA LA SENTENCIA DE LA SALA MIXTA
DE LA CORTE SUPERIOR DE AYACUCHO
3. INSERTO EN FOTOCOPIA LA SENTENCIA DE LA SALA CIVIL
DE LA CORTE SUPREMA
4. JURISPRUDENCIA
1. La legitimidad para obrar es la cualidad emanada de la
ley para requerir una sentencia favorable respecto del
objeto litigioso, situación que coincide en la mayoría
de los casos, con la titularidad de la relación jurídico-
sustancial.
Existe falta de legitimidad cuando no medida
coincidencia entre las personas que efectivamente
actúan en el proceso y las personas a las cuales la
ley, habilita especialmente para pretender o para
contradecir, respecto de la materia sobre la cual versa
el proceso.

Expediente 509-98/LIMA.

2. La acción de cosa juzgada fraudulenta se interpone


dentro de seis meses de ejecutada o de haber
adquirido la calidad de cosa juzgada si no fuese
ejecutable. Si el derecho ha caducado es
improcedente la demanda.

EXPEDIENTE Nº 540-98 / LIMA.

3. ... La demanda de la cosa juzgada fraudulenta no da


lugar a la revaloración de las pruebas que se hubieran
actuado en el proceso anterior para dar lugar a una
nueva decisión sustentatoria de la anterior como
aparentemente propusiera el actor, sino que da lugar a
acreditar las causales que se invocan al proponerla
para obtener finalmente, en su caso, la nulidad de la
sentencia cuestionada...

EXPEDIENTE Nº 19010 – 98 / LIMA.

4. Según la doctrina que inspira al nuevo Código


Procesal Civil, respecto al caso sub-judice, para la
procedencia de la pretensión de Nulidad de Cosa
Juzgada Fraudulenta se requiere: a) una sentencia de
mérito, es decir una sentencia que se haya
pronunciado sobre el fondo de la litis, b) que tal
sentencia se haya emitido en un proceso seguido con
dolo, fraude, colusión y afectando el derecho a un
debido proceso, c) que con aquella sentencia firme se
haya ocasionado un daño o perjuicio al nulidicente, d)
que exista una adecuada relación causal entre
aquellas consecuencias dañosas o perjudiciales y la
sentencia cuestionada, y e) que el afectado y
nulidicente haya utilizado y agotado los medios
impugnatorios (apelación, casación);

EXPEDIENTE Nº 437-98/ AREQUIPA.


5. Si la sentencia cuya nulidad se demanda, aún no ha
sido ejecutada, deviene en improcedente -por
prematura- la acción interpuesta.

Se entiende por ejecutada, el haberse pagado el


importe ordenado en decisión judicial.

EXPEDIENTE Nº 3835-98 / LIMA.

6. Las irregularidades que atribuye el demandante a "la


ejecución de la sentencia" en el proceso de desalojo,
debieron apreciarse y subsanarse, si fuera el caso, en
los mismos autos y no a través de una pretensión de
Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta, la misma que
tiene el objetivo expreso de dirigirse contra una
sentencia o acuerdo de partes homologado que ponga
fin al proceso.

EXPEDIENTE Nº 1262-98 / LIMA.

7. La Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta debe


plantearse dentro de los seis meses de ejecutada la
resolución.

Si no se ha producido la desocupación del bien en un


proceso de desalojo, no cabe admitirse la demanda de
nulidad de cosa juzgada, por prematura.

EXPEDIENTE Nº 2711-98 / LIMA.

8. Es un ritualismo formal innecesario el anular la causa


para que se interponga otra demanda en forma,
cuando ya hay suficientes elementos de juicio para
establecer qué es lo que se pide y, más aún cuando
se está a los principios de economía procesal y a su
sucedáneo, el de elasticidad o adecuación de los
formalismos a las exigencias sustantivas y humanas
de la causa.

EXPEDIENTE Nº 1426-98 / CUZCO.

9. Tratándose de arrendamiento de duración


indeterminada, el artículo 1703º del Código Civil
establece como forma de terminación del mismo el
aviso judicial o extrajudicial a una de las partes por la
otra. No estando regulada en el Código Procesal Civil
la acción de aviso de despedida, se entiende que el
aviso judicial está comprendido en la actual acción de
desalojo, debido a que no existe otra que regule tal
procedimiento.

CASACIÓN Nº 253-98 / TACNA.

10. No es tema de discusión en un proceso de


Desalojo, la determinación de la propiedad del bien
sub-litis, sino establecer si al demandante le asiste el
derecho de solicitar la devolución del bien o si la
posesión que ostenta la demandada se ampara en un
título idóneo.

Considerar que el demandante debe acreditar ser


titular del predio sub- litis viola el derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva, pues toda persona que
considere tener derecho a la restitución del bien puede
demandar el desalojo, independientemente del
derecho de propiedad.

CASACIÓN Nº 1262-98 / LIMA.

11. Los medios probatorios tienen por finalidad


acreditar los hechos expuestos por las partes, producir
certeza en el juez respecto de los puntos
controvertidos y fundamentar sus decisiones.

CASACIÓN 734-99/LIMA.

12. Si la sentencia que se atribuye como fraudulenta


no ha sido apelada, no es obstáculo de orden procesal
para declarar su improcedencia, por no distinguirlo así
el artículo 178 del CPC. Para valorar su procedencia
debe tenerse en cuenta -entre otros requisitos- si se
ha ejecutado la sentencia cuestionada y la exposición
de la demanda respecto a las supuestas
irregularidades procesales. Si se cree que el
representante del Poder Judicial debe ser parte
procesal, cabe la integración de la relación procesal.
Esta última procede cuando se advierta que la relación
material incluya a un tercero no involucrado en el
proceso.

EXPEDIENTE Nº 1544-98/LIMA.

13. «... Es factible demandar la nulidad de la cosa


juzgada fraudulenta cuando una declaración
jurisdiccional deviene en írrita como consecuencia de
un proceso seguido con dolo, fraude, colusión o
afectando el derecho a un debido proceso; que
consecuentemente, tales causales deben estar
debidamente acreditadas para amparar la pretensión
del supuesto agravio, pues de lo contrario, se estaría
haciendo mal uso de tal instituto procesal y con el
único propósito de conseguir la revisión de un proceso
en el que ha perdido el accionante».

CASACIÓN Nº 570 - 97 / CHIMBOTE.

14. «... El proceso antecedente tiene la calidad de


prueba en la presente causa (de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta)...»

CASACIÓN Nº 899 - 99 / LIMA.

15. «... Por la naturaleza de la acción incoada (sobre


nulidad de cosa juzgada fraudulenta) este proceso
(sobre otorgamiento de escritura pública) constituye
un presupuesto necesario e indispensable para
resolver, de ahí que al fallar la causa sin tener a la
vista este expediente, así como por no haberse
prescindido de él previo el agotamiento de los trámites
respectivos, se ha incurrido igualmente en vicio de
inevitable invalidez».

CASACIÓN Nº 836 - 98 / PIURA.

16. El derecho al debido proceso es una categoría


genérica, que a su vez implica una serie de derechos
específicos, como el derecho a la defensa, a la tutela
jurisdiccional efectiva, a la impugnación; al no haber
precisado el actor qué derecho específico respecto al
debido proceso se ha violado, debe declararse
improcedente la demanda sobre nulidad de cosa
juzgada fraudulenta.

EXPEDIENTE Nº 570-7-98.

17. El artículo 313° del Código Procesal Civil tiene


por objeto, entre otros, que no exista duda sobre el
recto proceder de un juez, quien dada su condición
humana puede encontrarse en medio de situaciones
inevitables que hagan peligrar la justicia o por lo
menos favorecer como dominada por cierto
favoritismo, esto es una situación de naturaleza
personal.

EXPEDIENTE Nº 984-99/ Lima

5. DOCTRINA

PROPIEDAD

"La doctrina moderna considera al derecho de propiedad (como todo


derecho subjetivo), como el poder unitario más amplio sobre la cosa,
como un señorío global, donde las llamadas facultades o derechos del
propietario no son una serie de sumandos cuya adición constituye la
propiedad, sino son sólo aspectos parciales del señorío total que esta es.
Es este sentido Manuel Albaladejo define a al propiedad con el máximo
poder jurídico pleno sobre una cosa."

"La propiedad es el derecho real por excelencia. Como expone Lafaille,


en el dominio concurren, con mayor excelencia que en cualquier otro
caso, los caracteres que distinguen el derecho real -y no podría ser de
otro modo-, porque en él se condensan todos los de ese género- y ha
sido siempre considerado como el prototipo de la categoría al agrupar el
maximun de las facultades posibles para el sujeto sobre la cosa, de
acuerdo con cada legislación."

LA NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

(…) Juan Monroy Gálvez, distinguido profesor universitario en materia


procesal, figura representativa del procesalismo en nuestro país, ha
publicado el primer tomo de su "Introducción al Derecho Procesal Civil",
obra de obligada consulta. Dedicado a la difusión del Derecho Procesal
por medio de artículos periodísticos publicaciones, entrevistas
especializadas y el libro. Hombre de ideas claras y humanista. (Extraído
de la versión original aparecida en Normas Legales).

NL: Dr. Monroy, ¿cuál fue la motivación para que se incluyera en el


C.P.C. la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, si tenemos en
cuenta que en nuestro ordenamiento procesal ya existía una acción para
la tutela del derecho al debido proceso, como es la de amparo?

JMG: La acción de amparo, como sabemos, implica el ejercicio de un


proceso constitucional en un espectro de derechos más o menos
establecido en la norma respectiva; en cambio la nulidad de cosa
juzgada fraudulenta, si bien importa una garantía al derecho al debido
proceso, no es un proceso constitucional —esto es más o menos obvio
—, es un proceso común y lo que busca es evitar se protocolice una
decisión definitiva cuando está severamente afectada por fraude
procesal. No confluyen directamente. Lo que el amparo asegura es un
espectro determinado de derechos dentro de los cuales está el derecho a
un debido proceso, pero de una manera si se quiere complementaria,
pues la norma se refiere a un procedimiento regular —que
indirectamente está fraseando al derecho a un debido proceso—. El caso
de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta es muchísimo más específico,
ya que alude a la violación de ese derecho por causas taxativamente
señaladas, como son el dolo, el fraude y la colusión. Entonces es
totalmente distinto el margen de ejercicio de la tutela jurisdiccional que
tiene una persona que está en condiciones de interponer esta acción o la
de amparo, son distintos sus ámbitos y son diversas las posibilidades de
actuación.

NL: Sin embargo, tal como se encuentran reguladas, pareciera que no


fuera así; y, es más, la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
podría devenir en una figura meramente decorativa. En efecto, esta
acción se tramita en la vía del proceso de conocimiento, a diferencia de
la acción de amparo que importa un trámite sumarísimo; está sujeta a
doble instancia, lo que no sucede con la acción de amparo que puede
tener hasta tres —pues el Tribunal Constitucional conoce en caso de
denegatoria— y, por último, no, sólo facilita al juez a conceder medidas
cautelares inscribibles, a comparación del amparo en la que la medida
cautelar consiste en una naturaleza innovativa: la suspensión del acto
que dio origen al reclamo. Es claro, pues, que el ejercicio de la acción de
amparo resulta más beneficioso para las intenciones de cualquier
justiciable.

JMG: Creo que aquí hay una diferencia que es importante señalar: la
afectación al derecho a un debido proceso puede ocurrir de cien maneras
distintas, una de ellas es el fraude procesal. En este sentido, cualquier
justiciable podrá, en ejercicio de la acción de amparo, protegerse de
dicha afectación, pero siempre y cuando no sea producto de actos
fraudulentos por que si lo es el Código Procesal Civil contempla el uso de
la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.

Entonces, es clarísimo, estas dos acciones no se interceptan, lo que


pasa es que ambas pertenecen a un mismo género: son fórmulas de
defensa para atacar decisiones obtenidas en procesos que han
vulnerado el derecha a un debido proceso, pero la acción de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta sirve sólo para aquellos casos en que la
trasgresión ha ocurrido por fraude procesal, mientras que el amparo es
para todo el otro paquete, para toda la otra gama de afectaciones no
ocurridas por fraude procesal.

NL: Pero conforme se infiere del inciso 2) del Artículo 6 de la Ley Nº


23506 (Ley de Amparo) y del Artículo 178 del Código Procesal Civil, tanto
para la procedente de la acción de amparo, como para la de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta, sólo se requiere que se vulnere el derecho a
un debido proceso que, como usted lo ha señalado, puede ocurrir de cien
maneras distintas, incluso por causa fortuita o fuerza mayor.

JMG: Lo que pasa es que allí hay un error, y es que el Artículo 178° del
Código Procesal Civil frasea una cosa que está mal: prescribe que se
puede usar la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta cuando se
ha transgredido el derecho a un debido proceso.

Se trata pues de una diferencia entre el mens legis y el mens legislatoris.


El mens legis no quiso que el artículo aludido diga eso, pero el mens
legislatoris lo dijo; o sea esa hipótesis no estuvo presente en la mente del
legislador; sin embargo, al momento de la redacción, como consecuencia
de una falla secreta- rial, el precepto apareció así. Peor, aisladamente a
ese problema, la afectación del derecho a un debido proceso por causas
distintas al fraude, no se puede tramitar en la vía de cosa juzgada
fraudulenta, esa es una barbaridad, eso es un error que, tal vez, se
desprende de la simple lectura del Artículo 178° del Código Procesal
Civil, porque en doctrina no es así.

NL: Eso significa que si por distintos medios al fraude le afecta el


derecho a un debido proceso ¿sería improcedente interponer una
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta?

JMG: En mi opinión sí, doctrinariamente sí, es probable que


legislativamente no, pues la afectación al debido proceso aparece como
una causal más, pero repito eso es un error. Yo lo aseguro porque esa
norma es de mi hechura. Lo que he querido decir es que la nulidad de
cosa juzgada fraudulenta debe usarse exclusivamente cuando se
sostiene una sentencia con autoridad de cosa juzgada sustentada en un
fraude procesal que ha determinado la afectación del derecho a un
debido proceso. Esa es la lógica del Artículo 178° del C.P.C.(…).

CONCEPTO DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

La procedencia de la revisión de la cosa juzgada, sólo puede concebirse


a través de la configuración inequívoca del fraude procesal (concretado a
través de la colusión, el cohecho, la falsificación de documentos, el falso
testimonio declarado judicialmente, etc.)".

La nulidad de cosa juzgada fraudulenta constituye la sanción dirigida a


invalidar un acto procesal (sentencia o acuerdo homologado
judicialmente que da término al litigio: conciliación y transacción) que ha
adquirido la calidad de cosa juzgada, debido a que el proceso en que
dicho acto se realizó ha sido seguido con fraude o colusión.
La nulidad de cosa juzgada fraudulenta implica la descalificación de un
acto concluyente del proceso que ha alcanzado la autoridad de cosa
juzgada en base a violaciones gravísimas del procedimiento
(representadas precisamente por el fraude y la colusión), que impiden
que tal acto cumpla con su finalidad, de ahí que se le prive de todo efecto
que, en tales circunstancias, sería sumamente reprobable para el
derecho y contrario al más elemental sentido de justicia.

La nulidad de cosa juzgada fraudulenta puede ser vista también como un


estado de anormalidad grave e intolerable que afecta a un acto que pone
fin al proceso y al que indebidamente se le ha asignado la fuerza de la
cosa juzgada, pues se ha llevado a cabo dentro de un proceso
fraudulento, lo que motiva que el acto en cuestión deba ser revisado y
declarado inválido a través de una acción (o recurso, según la vía que se
emplee) extraordinaria prevista legalmente con dicho objeto.

VÍAS PARA SOLICITAR LA NULIDAD DE COSA JUZGADA


FRAUDULENTA

Sobre el tema Véscovi nos informa lo siguiente: "Algunos entienden que


esta revisión (de la cosa juzgada) consiste en un recurso, y otros que es
una acción autónoma, pues el proceso ya está terminado. (…)

La cuestión es bastante discutida en la doctrina, pues importantes


autores sostienen que se trata realmente de un recurso, puesto que
contiene todos los elementos de este medio impugnatorio; otros
sostienen que es acción autónoma y señalan profundas diferencias.

Naturalmente que la cuestión es dudosa y depende del concepto de que


se parta acerca de lo que es un recurso y de lo que es una acción
autónoma. Asimismo, de cómo sea regulado, en cada país, este remedio.
(No olvidemos que en muchos casos dentro del recurso extraordinario se
mezclan causales y procedimientos que ni siquiera pueden incluirse en
él).

Sin embargo, en tren de dar una opinión, nos parece que se trata más
bien de una acción autónoma, y no de un recurso dentro del proceso, en
el sentido de que éste continúa en otra etapa (instancia), renovándose la
controversia a través de un distinto examen (...). Nos basamos para ello
en que en este proceso (en la mayoría de los casos) el actor plantea una
pretensión diferente -puesto que lo que solicita es la revisión del proceso
en virtud de hechos nuevos-, por lo cual estaremos ante un proceso con
un objeto diferente (...).

A ello debemos agregar que, en muchos de los sistemas, no existe un


plazo para proponer este remedio, o éste es muy amplio, y su instrucción
no paraliza (salvo casos totalmente excepcionales) ni la cosa juzgada, ni
la ejecución de sentencia.

Asimismo, porque se admite en muchos casos que inicien esta acción


quienes no han sido partes en el proceso anterior, lo cual (...) contraría el
sistema de los recursos.

La misma opinión nos merece la acción autónoma para reclamar la


revisión del proceso por fraudulento o por nulidad insanable por
indefensión (...), a pesar de que también aquí existe valiosa doctrina
contraria. En efecto, entre nosotros se ha sostenido -por una opinión
minoritaria, pero muy prestigiosa- que dicha acción de nulidad, por
ejemplo, por falta de emplazamiento (que es la más común de
indefensión), no constituye sino un incidente de nulidad dentro del mismo
proceso, dado que éste realmente no ha concluido pues si se ha
emplazado indebidamente a quien debió ser parte, faltó un presupuesto
procesal imprescindible para obtener una sentencia válida.

No obstante estas opiniones, y pese a reiterar que todo depende de cuál


es la extensión que se le da al concepto de recurso y cuál a la de acción
impugnativa autónoma, nos inclinamos por considerar estos medios
dentro de esta última categoría.

Sin embargo, al estudiar los diversos derechos positivos, veremos que


contienen algunas causales típicas del recurso (falta de congruencia de
la sentencia, etc.) y están sometidos a plazos breves, por lo cual nuestra
opinión, de que son acciones autónomas, apunta más al concepto
general, y al remedio extraordinario que en materia penal existe en la
mayoría de los códigos iberoamericanos (y del mundo), que es, por otra
parte, el más típico recurso de revisión en nuestro Derecho (...). Y
también a los recursos de revisión regulados en una minoría de los
códigos de nuestra área en la materia civil (no penal). Tendencia que los
códigos modernos recogen.

Las principales vías existentes en el derecho comparado para solicitar la


nulidad de cosa juzgada fraudulenta son, pues, las que seguidamente se
indican:

 Proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada


fraudulenta.
 Recurso de revisión.

1. Proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada


fraudulenta
A continuación veremos el pensamiento de diferentes autores en relación
al proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
(llamada también acción de nulidad, acción revocatoria o rescisoria,
acción autónoma declarativa de impugnación de un proceso, demanda
revocatoria de la cosa juzgada fraudulenta, pretensión autónoma de
sentencia declarativa revocatoria de la cosa juzgada írrita o pretensión
autónoma subsanadora de desviaciones procesales).

A. Posición de Berizonce.-

Desde que la acción de nulidad se propone volver a abrir una


relación procesal cerrada definitivamente por sentencia firme, no
se trata de un simple medio extraordinario de impugnación, sino
que tiene el carácter de una verdadera acción autónoma que pone
en jaque al proceso todo. Acción autónoma, en el sentido de
demanda principal introductiva de la instancia. La materia de la
acción de nulidad es la cosa juzgada obtenida con vicios
intrínsecos; el proceso en el que alguno de los sujetos ha obrado
mediante falta de discernimiento, vicios volitivos (dolo, violencia),
fraude o simulación prohibida por la ley"…

B. Posición de Gozaíni.-

La pretensión autónoma de nulidad "se trata en este caso de ir


contra la cosa juzgada; un proceso cualquiera sustanciado y
finiquitado que, en algún pasaje de su historia incurre en vicios
invalidantes advertidos después de dictada la sentencia". Las
nulidades del pronunciamiento radican tanto en errores in
iudicando, como en errores in procedendo, sin descartar los que
han malformado la voluntad interna de las partes o del mismo
juzgador (revocación de la cosa juzgada por defectos volitivos, o
por fraude o colisión con terceros, etc.). El objeto de revisión en
esta vía no ocupa todos estos espacios, sino aquellos que
demuestran vicios sustanciales que obtienen una sentencia
consecuencia del fraude o estafa procesal".

C. Posición de Levitán.-

La acción autónoma no es un incidente del proceso; luego, éste no


ejerce fuero de atracción en relación a la demanda de revocatoria
o nulidad. Siempre será una acción personal, no real, aunque se
refiera a un proceso que verse sobre un inmueble, por cuanto
persigue la revocatoria o nulidad de la sentencia y no el dominio
del inmueble implicado en el pleito..."

D. Posición de KelIey Hernández.-


El juicio autónomo de nulidad "se trata de un juicio que se inicia
mediante el ejercicio de una acción para anular otro juicio ya
concluido por sentencia firme.

Como ejemplo de un juicio autónomo de nulidad, sería el que se


planteara para combatir un proceso fraudulento, es decir, cuando
dos litigantes se coligan poniéndose de acuerdo para seguir un
proceso con la finalidad de perjudicar a un tercero..."

E. Posición de Couture.-

Para casos excepcionales de fraude, dolo o colusión, debe


conceptuarse concedida y no negada una acción revocatoria
dirigida a obtener la invalidación de los actos ilícitos, cubiertos de
formas procesales, realizados en perjuicio de terceros que no han
litigado"…

De todos modos, aún aceptada la posibilidad recién apuntada, no


cabe duda que la vía más idónea en orden a atacar por fraude una
sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, es incoar una
pretensión autónoma de sentencia declarativa revocatoria de la
cosa juzgada írrita (...)

A modo de colofón, una reflexión final se impone: en definitiva,


este tema menor de la eventual revisión de la cosa juzgada
mediante una acción autónoma, acaba por derivarnos al Tema con
mayúscula de todo el drama jurídico: el perenne enfrentamiento
entre Justicia y Seguridad. En nombre de la seguridad, exigiríamos
una cosa juzgada monolítica; en pro de la Justicia, nos
atreveríamos a provocar allí algunas grietas. Quizás se arguya que
en éste como en cualquier asunto jurídico, ese enfrentamiento
resulta a fa postre artificioso: una Justicia insegura no es auténtica
Justicia, una Seguridad injusta no es genuina Seguridad. Empero,
bien sabemos en concreto a qué atenernos cuando reclamamos (o
uno u o otro (...) No siendo pues confundibles ambos valores, pese
a sus nexos, forzoso será alguna vez decidirse, y entonces, la
opción extrema habrá que hacerla, nos parece, en favor de la
Justicia..."

F. Posición de Maurino.-

Dice Maurino de la acción de nulidad que:

a. En primer lugar, es una acción que se concreta, exterioriza e


instrumenta, en una demanda principal introductiva de instancia’.
b. No debe confundirse esta acción con la demanda de nulidad de los
actos jurídicos privados, pues ésta tiene su esfera de actividad
fuera del proceso.
c. Tampoco es dable asimilar al instituto en estudio, medios
extraordinarios de cancelación de la cosa juzgada, como el recurso
de revisión, rescisión, etc., al menos tal como están legislados
éstos en algunos códigos de procedimientos. Con ello no negamos
a necesidad que tendrá, que en el futuro trate de cristalizar
legislativamenle esta acción, de abrevar en as fuentes de los
recursos citados.
d. A nuestro entender, no entra dentro del ámbito invalidatorio de la
acción de nulidad independiente la cosa juzgada viciada por
irregularidades formales, sea en su presupuesto -sentencia- o en
los trámites que la precedieron.
e. Finalmente, (...) el estado de cosa juzgada es aquel de que goza
‘la última sentencia, es decir la que ha atravesado todas las
alternativas procesales y consumido todos los recursos, silos hubo,
no admitiendo más revisión por tales medios".

Maurino señala además que:

"… El planteamiento de procedencia de una acción de nulidad contra la


sentencia firme, vuelca al terreno de la discusión dos disyuntivas
clásicas.

 La primera: ¿La cosa juzgada es intangible o no?


 La segunda: ya de carácter axiológico, coloca al jurista en la
opción
entre dos valores: ¿justicia o seguridad?

Y este discurrir teórico resulta vital para dar luz a la cuestión.

a. La cosa juzgada no es intangible (...). Pero tampoco puede ser


vulnerada siempre que a las partes de un juicio o a terceros se les
ocurra.
b. La dicotomía axiológica justicia-seguridad, no es tal. No hay valor y
disvalor que se polaricen. A la justicia se opone la injusticia y a la
seguridad la inseguridad. No existe, por tanto, razón lógica para
impedir que ambas se complementen e incluso se integren en
trilogía perfecta con la equidad, para la solución del caso concreto.

Del precedente razonamiento, concluimos que es admisible una acción


de nulidad autónoma contra la sentencia pasada en autoridad de cosa
juzgada, siempre que, excepcionalmente, la justicia y equidad lo exijan.
Será en definitiva labor del magistrado valorar tan delicada situación,
para no alterar la seguridad del proceso y abrir la puerta a pleitos
inacabables.
Más exigente aún, digamos que resulta imprescindible, para su
procedencia judicial, que se halle legislada sistemática y hasta
minuciosamente, por los valores que están en juego, quizás más que en
ninguna otra situación procesal. En caso de duda, el magistrado deberá
abstenerse de anular la cosa juzgada.

1. Recurso de Revisión

Pasaremos a ver en adelante las reflexiones que sobre el recurso de


revisión se pueden encontrar en la doctrina procesal…

A. Posición de Gómez de Liaño González.-

"La generalidad de la doctrina coincide en considerar al


denominado recurso de revisión como un proceso autónomo
dirigido a obtener la anulación total o parcial de un proceso
anterior, y por lo tanto la nulidad de una resolución judicial anterior
que tenía la particularidad de ser firme..."
"La revisión constituye un equilibrio entre la seguridad jurídica, que
proporciona una resolución judicial firme, y que goza en
consecuencia de los efectos de la cosa juzgada, y la posible
injusticia de esa resolución, permitiéndose el control por vicios o
defectos graves".
Son características del recurso de revisión, según Gómez de Liaño
González, las que se indican seguidamente:

a. "La acción de impugnación, que se ejercita en el recurso de


revisión, está ligada a la existencia de un vicio en procedimiento
judicial anterior.
b. Se pretende obtener la modificación de una situación jurídica
anterior protegida por la cosa juzgada.
c. Sólo tiene lugar por motivos limitados y concretos y no constituye
un nuevo examen del objeto del proceso anterior, sino solamente
se examinará la existencia de alguno de los motivos alegados.
d. Comprende un doble enjuiciamiento. A través del juicio
rescindente, el Tribunal de revisión resuelve sobre la presencia del
motivo alegado, y dejará sin efecto la sentencia firme, cuando
aprecie su existencia. Al juicio rescisorio deberá acudir la par. te
cuando se haya dictado sentencia estimatoria de recurso para que
decida nuevamente sobre el objeto litigioso.
e. Sólo son susceptibles de revisión sentencias firmes, cualquiera
que fuera la forma en que hubiese sido ganada dicha firmeza, y sin
que por ello sea absolutamente necesario haberse agotado los
recursos ordinarios o extraordinarios.
f. La posibilidad de revisión no está abierta indefinidamente debiendo
siempre de atenerse a unos plazos..."…
A. Posición de Lino Palacio.-

",,, En sentido propio, denominase revisión al remedio tendiente a


obtener el reexamen de sentencias pasadas en autoridad de cosa
juzgada pero pronunciadas a raíz de conductas ilícitas, con
prescindencia de documentos no incorporados oportunamente al
proceso por razones inimputables al vencido, o sobre la base de
medios probatorios afectados de falsedad’.

".. Desde que (...) la interposición de todo recurso implica la


suspensión de la firmeza de la resolución impugnada, y la revisión
es admisible, en sentido propio, respecto de las sentencias
pasadas en autoridad de cosa juzgada, difícilmente puede incluirse
a aquélla en el marco de los recursos. Por ello, aun cuando el
objeto del remedio esté constituido por una sentencia y su finalidad
consista en reemplazarla por otra que se haga cargo de las
pruebas omitidas o se ajuste a las idóneas, aquél configura, en
rigor, una pretensión invalidatoria autónoma que, como tal, es
objeto de un nuevo proceso"…

B. Posición de Podetti.-

"Es evidente que la cosa juzgada, de tan inapreciables ventajas


por seguridad jurídica, puede, en ciertas hipótesis, resultar inicua.
De entonces la conveniencia de crear un recurso que, en casos
excepcionales permita revisar los procesos con sentencia pasada
en autoridad de cosa juzgada. Es decir, que el recurso de revisión
es el remedio procesal extraordinario encaminado a examinar de
nuevo una sentencia pasa autoridad de cosa juzgada, cuando se
ha llegado a ella por medios o irregulares, sin culpa o negligencia
del vencido; y prescindiendo o incorporando elementos de prueba
en el nuevo juicio"…

DISTINCIÓN ENTRE ACCIÓN PAULIANAY ACCIÓN DE


NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

Se ha sostenido que la acción autónoma de nulidad no es sino la acción


revocatoria pauliana del derecho común extendida al campo procesal.
Pero, llevada al ámbito del proceso, como único remedio contra la cosa
juzgada fraudulenta, pierde su antigua fisonomía adquiriendo mayor
amplitud comprensiva de mayores casos. La acción pauliana es una
acción encaminada a garantizar el cumplimiento de la obligación y afecta,
por ello, tan sólo a los actos reales de enajenación fraudulenta,
quedando al margen los negocios simulados perseguibles por una acción
distinta. La acción autónoma de nulidad abarca el proceso fraudulento en
sentido genérico, comprensivo del fraude y la simulación, sin que quede
limitada a los acreedores y al caso de disminución del patrimonio del
deudor". "Su ámbito, sin embargo, es aún mayor al abarcar además a
todos los vicios de la voluntad y al discernimiento".

Luis Rodríguez, acerca de la distinción entre acción pauliana y acción de


cosa juzgada fraudulenta, señala lo siguiente:

"… Es muy peligroso sinonimizar acción revocatoria o pauliana con


autónoma de nulidad.

Se pretende que la acción pauliana puede darse, incluso, contra los


actos procesales y la sentencia. Entendemos totalmente equivocada esta
posición.

Se trata de actos procesales, no de actos jurídicos (...). Dentro del


proceso existen medios de impugnación contra la resolución judicial y
terminado él, la posibilidad de la acción autónoma, pero nunca la acción
pauliana.

(...) La acción pauliana está limitada a los acreedores (...), mientras que
la acción autónoma de nulidad no tiene limitación -en cuanto a los
legitimados- ya que juega en el interés general Juega el interés de que
una sentencia con fundamento en un proceso irrito no alcance los
beneficios de la cosa juzgada.

Sentado que la acci6n pauliana es inaplicable al proceso y contra la


sentencia, tampoco cabe asimilar a acción autónoma a una acción
revocatoria. Dijimos que la acción autónoma va dirigida a los actos del
proceso. Ello es en parte verdad.

El proceso no tiene finalidad alguna, no es más que un instrumento para


la aplicación de la ley sustancial, las formas tienden a garantizar nada
más -pero nada menos- que la defensa en juicio. Si bien la acción tiene
por objeto un pronunciamiento rescindente de toda la secuencia de actos
procesales -el proceso- o de la sentencia (un acto procesal), ése es el
objeto inmediato. En atención a ese objeto inmediato la acción pauliana
es inaplicable, porque ella se refiere a actos jurídicos. Pero en atención al
objeto mediato, ese objeto es la ley de fondo. En consecuencia, no es
que existan nulidades de procedimiento absolutas, sino la nulidad
absoluta va dirigida al acto que con motivo del proceso ha quedado firme.
Un proceso que ha sido realizado con la finalidad de perjudicar, con un
objeto mediato ilícito (...) implica nulidad del acto que se intenta
consumar mediante el proceso, nulidad que es absoluta…"

Sobre la acción pauliana y la de nulidad de cosa juzgada fraudulenta


anota Parry que:
"Contemplada en su fondo mismo, la doctrina de la acción revocatoria no
es otra cosa que la extensión al campo del derecho procesal civil, de
ciertos principios simplísimos y muy antiguos en materia de fraude a los
terceros. ¿Qué es el proceso fraudulento, sino un negocio fraudulento
realizado con ánimo de disminuir el patrimonio del deudor, y la
enajenación dolosa que da mérito a la acción pauliana? ¿Qué variantes
esenciales existen entre el juicio tendiente a hacer desaparecer un
estado civil (como, por ejemplo, filiación natural) y el delito de supresión
de estado civil previsto expresamente por la ley penal? ¿Qué alteración
de fondo existe entre la confesión y allanamiento a la demanda obtenida
de un demandado incapaz y los actos que dan origen al delito de
circunvención de incapaces?

Sólo diferencias de forma y no de tondo existen entre estos casos. Una


envoltura de carácter procesal, preparada casi siempre con la finalidad
de asegurarla eficacia del fraude, separa una situación de otra".

Parry concluye que "…la acción pauliana no es, pues, otra cosa que la
extensión al campo del derecho procesal, de los principios de la acción
pauliana".

Morón Palomino indica al respecto que:

"… La acción pauliana, a nuestro juicio, no es idónea para alcanzar la


nulidad del proceso fraudulento (...).

Ante todo, hay que insistir en que, por regla general, no es correcto
resolver problemas de derecho procesal acudiendo a preceptos e
instituciones de derecho privado…

CARÁCTER EXCEPCIONAL DEL PROCESO O ACCIÓN AUTÓNOMA


DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

El proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada fraudulenta se


caracteriza por ser extraordinario o excepcional, pues sólo es procedente
en ciertos casos previstos en la ley de modo expreso (fraude y colusión).
Además, para que dicho proceso pueda iniciarse deben haberse agotado
todos los medios impugnatorios posibles legalmente, salvo que el
interesado haya estado impedido de ejercitarlos. Por otro lado, la
declaración de nulidad respectiva tendrá lugar si se acredita
fehacientemente la causa que a amerita (contemplada en la ley),
debiéndose rechazar la pretensión de nulidad a falta de prueba o en caso
de duda, hipótesis éstas en que se prefiere la validez del acto procesal
cuestionado (sentencia con calidad de cosa juzgada o acuerdo
homologado judicialmente -conciliación o transacción-) en vez de su
anulación.
Sobre el particular, Luís Rodríguez afirma que:

"Como principio debe mantenerse la cosa juzgada por razones de


seguridad jurídica, y la admisibilidad de la acción queda condicionada a
circunstancias excepcionales de colusión o de delito comprobado, que
afecten seriamente los intereses de terceros (...). La acción debe darse a
falta de otra vía y en situaciones en que aparezca conculcado el derecho
de defensa, máxima garantía que debe ser establecida en el proceso.

En consecuencia, no procede para un vicio que debió corregirse en el


mismo proceso por vía de incidente de nulidad…

CAUSALES DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

En cuanto a las causales de revisión de la cosa juzgada Véscovi nos


enseña que:

"… Según la doctrina más relevante, se considera que tienen que tener
un carácter decisivo, respecto de la sentencia (...). Asimismo, se recalca
que deben constituir una auténtica novedad con respecto al proceso
anterior; es decir, tratarse de hechos nuevos y posteriores a la sentencia,
o conocidos con posterioridad…

En relación al tema Rosa Ávila Paz y Alicia Ramos apuntan lo siguiente:

"Se considera la necesidad de que se legisle sobre la acción declarativa


de nulidad contra las sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada,
y para ello se dan las siguientes limitaciones y bases:

a. cuando haya habido indefensión absoluta de la persona


contra quien se pretende hacer valer la cosa juzgada;
b. cuando en un acto procesal decisivo haya existido vicio de la
voluntad, esencial y determinante en perjuicio de quien lo
alega;
c. cuando la cosa juzgada es el resultado del fraude o
simulación en perjuicio de una de las partes, de un tercero o
del orden público;
d. cuando al sentenciar existió cohecho, prevaricato o
violencia;
e. cuando una de las partes, por fuerza mayor o por motivos
exclusivamente imputables a dolo invencible proveniente de
la otra parte o de un tercero, se haya visto privada de aportar
una prueba decisiva o cuando se haya utilizado en el
proceso, en perjuicio del accionante y en forma
determinante, prueba cuya falsedad hubiere sido
debidamente comprobada;
f. cuando no haya habido un debido y legal proceso y se ha
violado el derecho de defensa (...).

Fuera de estos casos, que deberán ser taxativamente previstos y de


interpretación restrictiva, la cosa juzgada debe ser inimpugnable,
cualquiera que sea el vicio o defecto que se invoque, o el grado de
injusticia que se atribuya a su contenido decisorio.

Las causales de nulidad de cosa juzgada fraudulenta se pueden resumir


en dos, a saber:

 El fraude procesal.
 La colusión.

PRESUPUESTOS PARA QUE EXISTA COSA JUZGADA

1. Que la decisión sea jurisdiccional: ...Sólo existirá cosa juzgada


respecto a las decisiones que emanen del órgano jurisdiccional, es
decir, nos referimos al Poder Judicial, única entidad del Estado
cuyas decisiones tiene por naturaleza carácter definitivo. Sin
embargo, cabe indicar que existen otros casos en los que la propia
norma positiva ha dotado a determinadas decisiones de esta
calidad especial...

Los casos a que nos referimos se encuentran previstos en la


Constitución Política, y entre ellos tenemos, por ejemplo, las
decisiones arbitrales, las del Tribunal Constitucional, las del Jurado
nacional de Elecciones, asó como las del Concejo Nacional de la
Magistratura...

2. Que haya operado la preclusión: Lo indicado indica que la


oportunidad de una impugnación válida ya no se encuentra debido
al transcurso del tiempo. Es decir, que se trata de una decisión
definitiva, sea por consentida –al haber transcurrido el plazo para
impugnar sin que tal acto se haya producido-, o ejecutoriada, es
decir, que haya sido cuestionada hasta que se agoten todos los
mecanismos de impugnación que establece el ordenamiento
jurídico. (Este requisito está previsto en el artículo 123º del Código
Procesal Civil que regula la institución de la cosa juzgada).
3. Que contenga un pronunciamiento que impida volver a plantear el
mismo conflicto de intereses: Inicialmente es pertinente definir
previamente qué es lo que en doctrina se denomina cosa juzgada
material de la cosa juzgada formal, para luego dilucidar qué tipo de
pronunciamientos generan cosa juzgada.

Así, estaremos ante una resolución con autoridad de cosa juzgada


formal, cuando la decisión emitida versa sobre aspectos
procesales que sólo serán inmutables o definitivos dentro del
proceso en el que se emitió, lo que no obsta a que la pretensión
sea planteada nuevamente. Por ejemplo, la resolución que
declarar la improcedencia de la demanda por incompetencia, una
vez que adquiere el carácter de definitiva no limita en lo absoluto la
posibilidad de que se plantee nuevamente la demanda ante el Juez
que corresponda.

En cambio, cuando se afirma que una decisión tiene carácter de


cosa juzgada material quiere decir que sus alcances no sólo se
limitan al proceso en el que se emitió sino que transcienden a éste,
en la medida en que no se podrá plantear la pretensión nunca
más. Tal es el caso de la sentencia que resolviendo el conflicto se
pronuncia sobre la forma.

Ahora bien, en este sentido, cabe mencionar que la posición


mayoritaria de la doctrina consiste en sostener que sólo podrán
tener tal calidad las decisiones que contengan un pronunciamiento
sobre el fondo, es decir, sobre la pretensión, no así aquéllas que
contengan un pronunciamiento sobre la forma.

En esta línea, el profesor español Pietro Castro... señala:


"Teóricamente, la cosa juzgada es el efecto que produce la
sentencia firme (es decir, que ya es cosa juzgada formal) sobre el
fondo... irradia hacia el exterior...en sentido material, la cosa
juzgada veda teóricamente a las mismas partes la incoación de un
nuevo proceso sobre el mismo objeto y basándose en los mismos
hechos, que eran conocidos la tiempo en que pudieron alegarse , y
a los jueces veda igualmente conocer y decidir en tal proceso."…

4. Que no haya mediado fraude en su obtención: particularmente


somos de la opinión que resulta indispensable, agregar a los
requisitos clásicos de la institución de la cosa juzgada, aquellos
vinculados a la manera en que se obtuvo la decisión, así como a
aspectos intrínsecos de la misma tales como respetar, al menos,
niveles mínimos de justicia.

...Consideramos que para sostener la existencia de la calidad de la


cosa juzgada, es imprescindible que la decisión se haya obtenido
sin mediar fraude procesal.

Entendemos como fraude procesal aquella conducta procesal


dolosa destinada a obtener una decisión jurisdiccional en
apariencia legal pero que en realidad encierra un provecho ilícito.
Ahora, el fraude adquiere particular gravedad cuando se esconde
bajo la sombra de una sentencia con autoridad de cosa juzgada,
pues la dota de una apariencia de legalidad oponible a terceros,
situación que no se presenta fuera del proceso. Así, el fraude
procesal puede adoptar distintas modalidades, como la colusión
entre las partes o una de ellas y el Juez, corrupción en cualquiera
de sus modalidades, el cohecho, el falso testimonio de un testigo,
etc.

...En nuestra opinión, en los casos en que hubo fraude procesal,


no puede considerarse que existió cosa juzgada. En efecto, si
tenemos en cuenta que el objetivo inmediato del proceso es
resolver el conflicto de intereses, mientras que el mediato es
conseguir paz social, vemos que la certeza como algo impuesto
por el ordenamiento jurídico, no necesariamente genera paz, pues
podría ocurrir que estamos ante una "Paz injusta" , por lo que es
imprescindible que la obtención de una decisión por parte del
órgano jurisdiccional deba conservar ciertos parámetros que
aseguren la existencia de garantías mínimas de un debido
proceso.

Por lo indicado, en los casos que ha mediado fraude es necesario


quitar a esa decisión el "áurea" de cosa juzgada a fin de evitar que
las consideraciones de utilidad y seguridad que motivaron su
regulación, generen un daño que se derivaría de una sentencia
intrínsecamente injusta. Como señala el maestro Couture:" No hay
peor agravio a la autoridad de una decisión judicial que ésta haya
sido obtenida mediante fraude procesal o corrupción"...

LOS EFECTOS DE LA NULIDAD DE LA COSA JUZGADA


FRAUDULENTA

Entre otras dudas y perplejidades que suscita la institución regulada por


el artículo 178º de nuestro Código Procesal Civil, un lugar privilegiado
tiene el que no se sepa a ciencia cierta cuáles efectos produce la
sentencia que se dicte en el proceso denominado "nulidad de cosa
juzgada fraudulenta", Y ello es comprensible, pues el texto de la ley no
podría ser más enigmático de lo que es.

En efecto, el tercer párrafo del artículo 178º establece: "Si la decisión


fuese anulada, se repondrán las cosas al estado que corresponda",
agregándose que:"La nulidad no afectará a los terceros de buena fe ya
título oneroso". Las preguntas que inmediatamente nos sobrevienen son:
¿Qué cosas se reponen al estado que corresponda? ¿Las cosas que se
reponen al estado que corresponda están referidas a la situación
sustancial o a la situación procesal ex ante de la existencia de la
sentencia ahora anulada? ¿Por qué nuestra ley señala que esa anulación
no afecta a los terceros de buena fe y a título oneroso?...
Ana María Arrarte señala que de estimarse la demanda de nulidad "La
sentencia deberá ordenar que el proceso anulado se tramite nuevamente
por el Juez que lo conoció y de acuerdo a los trámites de su
procedimiento, pues lo contrario podría afectarlos principios básicos de
competencia".

En el mismo sentido, Nélson Ramírez señala que "el efecto de la


sentencia es anular el fallo denunciado de fraudulento, reponiendo las
cosas al estado que corresponda... por consiguiente, vuele el proceso a
manos del Juez original...

Distante de esta posición se encuentra Juan Monroy Palacios en su


meritorio trabajo sobre lo que él llama la revisión civil, el cual señala que
"En el supuesto de que la sentencia del proceso de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta declare fundada la demanda, se deberá de restituir
la situación hasta el momento anterior a la comisión del acto
fraudulento", pero indicando que "Lo que interesa al demandante, es
decir, al perjudicado con la sentencia fraudulenta, es mucho más que la
nulidad de la sentencia.

Es obvio que no sólo busca la rescisión de ella, sino y sobretodo lo que


pretende es que el órgano jurisdiccional emita una sentencia justa sobre
el conflicto del proceso originario, que se resuelva el problema como si
no hubieses existido el fraude procesal. Para ello se discute si la
sentencia del proceso nulificante sólo deberá rescindir y reformar o sólo
rescindir, remitiendo la solución definitiva otro proceso (Sería el tercero)",
concluyendo que "En nuestro medio, en principio, el proceso de nulidad
de cosa juzgada fraudulenta sólo tiene carácter rescisorio, por lo que la
obtención de un pronunciamiento justo sólo será posible mediante un
tercer proceso". Ergo, de declararse fundada una demanda de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta, el proceso terminado (El primero) no se
reabriría sino que se habilitaría la promoción de un tercero para obtener
"Una sentencia justa"...

Como es sabido, los medios de impugnación se suelen clasificar entre


ordinarios y extraordinarios. Conforme lo señala Liebman: Son ordinarias
aquellas (Impugnaciones) que mientras son oponibles o están pendientes
impiden la formación de la cosa juzgada y da lugar por eso, cuando son
propuestas, a una prolongación del mismo proceso, del cual abren una
nueva fase, mientras que son extraordinarias las impugnaciones que no
impiden la formación de la cosa juzgada... Las impugnaciones que entran
en esta categoría, además de ser de empleo poco frecuente, se dirigen
contra un acto jurisdiccional que la ley considera como normalmente no
sujeto ya a control o nuevo examen. Su proposición da vida a un nuevo
proceso, distinto de aquél en que se pronunció la sentencia que se
impugna, pero vinculado al mismo con modalidades y efectos diversos...
Las impugnaciones en general, sean ordinarias o extraordinarias, pueden
ser sustitutorias o rescindentes: Así, las impugnaciones sustitutorias
"Conducen directamente a un nueva decisión de la causa, destinada a
tomar el lugar de la sentencia impugnada ya sobreponerse en todo caso
a la eficacia de esta última; en todo caso en el sentido que la sustitución
es efecto tanto de la reforma como de la confirmación. Los remedios
rescindentes tienden, exclusivamente a un juicio sobre el
pronunciamiento impugnado dando lugar a disponer o viceversa negar su
acabamiento...Así, las impugnaciones rescindentes suponen "La
denuncia de determinados vicios de la sentencia y conducen
inmediatamente a decidir si aquellos vicios existen: En caso afirmativo, al
sentencia es anulada, después de lo cual dentro de los límites de la
anulación ocurrida, deberá pronunciarse una nueva decisión de la
controversia".

Dentro de nuestros recurso es principalmente sustitutiva la apelación, si


bien puede ser rescindente cuando el ad quem anula la resolución del a
quo; es siempre rescindente la casación en cuenta si se estima el
recurso inevitablemente conduce a la anulación de la resolución de vista.
Es siempre sustitutiva la queja en cuanto su estimación sustituye el auto
desestimatorio... Es por último rescindente, la impugnación extraordinaria
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta pues su estimación conlleva,
como su propio nombre lo india, la anulación de la sentencia...

No siendo un recurso sino un medio extraordinario de impugnación que


se articula desde fuera y no desde dentro del proceso (Pues éste ya
terminó) no puede haber iudicum rescisorium que conduzca a un
pronunciamiento sustitutorio del anulado. Si su objeto se limita a la
rescisión (Anulación) de la sentencia...allí se queda y nada más. Si fuera
un recurso (Que implica un proceso aún no terminado) la solución sería
distinta: O se emite, tras la rescisión, la resolución sustitutoria o se
repone el proceso al momento en que se cometió el vicio.

Así que ahora estamos en condiciones de decir qué es lo que se debe


entender, a nuestro parecer, por "Reponer las cosas al estado al que
corresponda": Toda sentencia de fondo (Estimatoria o desestimatoria),
produce determinados efectos: Declarativos, constitutivos, ejecutivos (En
las sentencias de condena). Efectos éstos, que adquieren estabilidad e
inmutabilidad cuando la resolución queda justamente firme: Si alguna de
estas sentencias firmes es anulada ex el procedimiento impugnatorio del
artículo 178º del Código Procesal Civil, los efectos que esa resolución
generaba deben cesar. Así:

1. Si la sentencia (Firme) declaró infundada una demanda,


simplemente ya no existe, y como tal desaparece el obstáculo para
reintentar la pretensión en su momento desestimada
2. Tratándose de sentencias estimatorias, el discurso se hace algo
más complejo:
a. Si estamos ante sentencia meramente declarativas, la
anulación de la sentencia debería por sí ser suficiente para
lograr reponer las cosas al estado anterior: El que fue
declarado propietario por usucapion ya no contará con dicha
declaración para probar su propiedad... ciertamente, en
estos casos, se requerirá de un acto ulterior para hacer
efectiva esa sentencia anulatoria: La inscripción registral de
la sentencia anulatoria de la que declaró la prescripción...
b. Si estamos ante sentencias constitutivas: ...La sentencia
habría modificado una situación (Sustancial) pre-existente.
Producida su anulación se trata de regresar a la situación tal
como estaba antes de la sentencia anulada. Así, si se había
declarado el divorcio por determinada causal en razón de la
sentencia anulatoria los divorciados dejan de ser tales,
vuelven a su status de casados...

Tratándose de sentencias de condena: ...Si la ejecución no se ha iniciado


no debería representar ningún problema: No habrá ya ejecución posible
pues el título ejecutivo ha desaparecido; si ya se ha iniciado y está aún
pendiente pues implicará que ella pierda su condición necesaria (El título
ejecutivo) y como tal el proceso de ejecución caerá... en nada; si la
ejecución se ha consumado con efectos irreversibles, no quedarán sino
remedios resarcitorios, según sea el caso...

RECURSO DE CASACIÓN

Es un recurso extraordinario concedido a las partes para que un Juez


Superior, y que es la corte de casación, anule, case, la sentencia de
mérito que contenga error de derecho… Para Gonzáles F. Carlos recurso
ordinario es aquel en que la cuestión litigiosa se trata y discute en toda
su amplitud y mira al interés de las partes. Extraordinarios aquellos
recurso que deben fundarse en causas taxativamente señaladas por la
ley y que buscan ya la correcta aplicación de ella, ya la unificación de la
jurisprudencia.

Tanto el uno como el otro se inspiran en un interés público como privado,


más sin embargo en el segundo predomina el público. Para De la Plaza
predomina es posible diferenciar los recursos, además en principales o
incidentales o adheridos, también en relación a las resoluciones que
combaten, o tomando en cuenta las facultades de simple anulación o de
sustitución.

Pero esos criterios no juegan aisladamente en cada recurso, sino que se


combinan en las diversas figuras que las legislaciones ofrecen; y por eso
en rigor no puede discriminarse por notas bien definidas, mas que los
llamados ordinarios y extraordinarios, según que exigen o no causas
específicas y preestablecidas para su admisión, y atendida también la
circunstancia de que limiten o no limiten las facultades del tribunal Ad
quem. Nosotros, en forma muy particular, consideramos que la diferencia
entre los recursos ordinarios y extraordinarios se encuentran vinculados
al principio de la doble instancia o instancia plural, que se encuentra
reconocido en el inciso 6) del artículo 139° de nuestra Constitución
Política. Siendo así, recurso ordinario es el medio de impugnación,
estrictamente vinculado al principio de pluralidad de instancias, por el
cual las partes que lo hacen valer provocan un reexamen inmediato
sobre la controversia, un nuevo juicio sobre esta, que recién tiene una
decisión final, y como tal este recurso está previsto, en todo
procedimiento y sin más limitación que el plazo para interponerlo. El
recurso ordinario típico es el de apelación (...). En la casación es que, a
diferencia de la instancia se toma en consideración la sentencia de
mérito. La sentencia de mérito se presenta como un obstáculo para la
formación de una nueva sentencia, debiendo pues, acreditarse que en
dicha sentencia de mérito se ha incurrido en error de derecho (...).

…Es un recurso extraordinario debido principalmente a que tiene


requisitos de admisibilidad y procedencia que le son propios y, por otro
lado, porque difiere de los demás recursos en cuanto a los fines que se
persigue. En efecto, la casación tiene por objeto tender a la correcta
aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia.

En este sentido, el recurso de casación se interpone cuando se presenta


cualquiera de las siguientes causales:

 La aplicación indebida o la interpretación errónea de una norma de


derecho material, así como de la doctrina jurisprudencias.
 La inaplicación de una norma de derecho material o de la doctrina
jurisprudencial.
 La contravención de las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso, o la infracción de las formas esenciales para la eficacia y
validez de los actos procesales.

Con relación a los requisitos de admisibilidad o de forma, este recurso se


interpone contra las resoluciones señaladas en el artículo 385º del
Código Procesal Civil (sentencias y autos que en revisión ponen fin al
proceso, expedidos por la Corte Superior y otras resoluciones que la ley
señale), dentro del plazo de 10 días contados desde el días siguiente de
notificada la resolución que se impugna, y se presenta ante el órgano
jurisdiccional que expidió la resolución que se cuestiona.

Los requisitos de fondo o de procedencia son dos:


 Que el recurrente no hubiera consentido la resolución adversa de
primera instancia, cuando ésta fuera confirmada por la de segunda
instancia materia del recurso, y
 Que se fundamente con claridad y precisión en cuál de las
causales o motivos se sustenta el recurso: si en la aplicación indebida o
interpretación errónea de una norma de derecho material, se debe indicar
cómo debe ser la debida aplicación o cuál la interpretación correcta; si es
en la inaplicación de una norma de derecho material o de la doctrina
jurisprudencial, se debe indicar cuál debe ser la norma o la doctrina
jurisprudencial (inexistente hasta ahora) aplicable al caso; y si es la
contravención a las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso o la infracción de las formas esenciales para la eficacia y validez
de los actos procesales, se debe explicar en qué ha consistido la
afectación del debido proceso o la formalidad procesal incumplida.

SÍNTESIS ANALÍTICA DEL TRÁMITE PROCESAL

Ejerciendo su derecho de acción, con fecha 26 de agosto de 1994, Isaías


López Pareja y Antonia Medina Girón interponen una demanda sobre
Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta en contra de Víctor Tippe
Villafuerte; a fin de que, se declare la NULIDAD de la sentencia recaída
en el proceso civil Nº 39-94 que les siguió el demandado, sobre Desalojo
por Vencimiento del Plazo del Contrato, así como la NULIDAD de la
sentencia confirmatoria del Juez revisor.

Basando su pretensión en que, la demanda sobre Desalojo no cumplía


con los requisitos establecidos en los artículos 424º y 425º del Código
Procesal Civil pues no se había especificado el monto de la demanda a
efectos de poder determinar la competencia y tampoco se adjuntó la
copia del documento de identidad del entonces demandante ni la tasa
judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas. Además, observan que
si bien se confirmó la sentencia en Segunda Instancia, se hizo sin
fundamentarla y sin que haya transcurrido el plazo legal de 03 días. Lo
cual evidencia, que todo el proceso fue llevado de manera irregular,
existiendo dolo, fraude y colusión entre el entonces demandante y los
Jueces que conocieron la causa.

Por lo cual, una vez interpuesta la demanda, el Juez la debe calificar y,


en el caso de autos, como el escrito presentado sí cumplía con las
formalidades establecidas en el artículo 130º del Código Procesal Civil,
además de los estipulados en los artículos 424º y 425º del mismo cuerpo
legal; la Judicatura, con fecha 01 de setiembre de 1994, la ADMITE a
trámite en la Vía del proceso de Conocimiento y, corre el traslado
respectivo a la parte demandada, por el término de Ley. Siendo que, por
tratarse de una demanda sobre Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta,
adicionalmente, en atención al artículo 178º del Código ya acotado que
establece otros requisitos de admisibilidad y procedibilidad, por ejemplo:
Que, se haya interpuesto dentro de los 06 meses desde que la sentencia
que se pretende anular haya sido ejecutada o haya adquirido la calidad
de cosa juzgada (sólo de no ser ejecutable), y debe de verificar,
liminarmente, si la demanda ha sido interpuesta por alguna de las partes
del proceso en cuestión o por un tercero que, por lo menos, alegue tener
legítimo derecho en solicitar la nulidad de la sentencia dado que le
representa un agravio; que en este caso sí se cumplía, pero la Judicatura
no hace mención alguna si lo revisó o no.

Es mediante Resolución de fecha 06 de setiembre que, el Juez Civil se


abstiene por decoro de conocer la causa, señalando que fue él quien
expidió sentencia en Segunda Instancia en la causa que se pretende
anular, por lo que ya tiene una opinión formada del caso y puede no ser
objetivo. El artículo 313º del Código Procesal Civil establece la facultad
del Juez de abstenerse de conocer un determinado proceso por razones
que cataloga como de "delicadeza"; en cambio, el artículo 305º indica
cuáles son las causales de impedimento, causales que, al ser advertidas
por el Juez, provocan su abstención; siendo así, parecería que sólo por
dichas causas el Juez podría abstenerse de conocer la causa pero,
gracias al artículo 313º se tiene que por diversas razones diferentes a las
indicadas en el 305º el Juez puede abstenerse de conocer el proceso.

Remitidos los autos al Juez Rolando Quesada Chunga, éste también se


abstiene de conocer la causa, basándose en el artículo 311º del Código
Procesal Civil y, no habiendo otro Juez en la ciudad de Huanta, remite
los autos al Juzgado Especializado en lo Civil de Ayacucho.

Enterado de la abstención del Juez Civil, el codemandante Isaías López


presenta un escrito en el que refiere que el Juez Civil no ha adjuntado
prueba alguna con la que verificar su participación en el anterior proceso
como dictaminador en Segunda Instancia, por lo que solicita que se
remita el expediente sobre desalojo.

El 21 de setiembre de 1994, el demandado se apersona a la instancia y


señala su domicilio procesal e indica que, al haberse abstenido los
Jueces de Huanta de conocer el proceso, el cómputo de los plazos ha
quedado suspendido hasta la fecha en que el Juez Civil ha asumido la
competencia.

Mediante resolución de fecha 05 de octubre de 1994, el Juez Civil de


Huamanga dispone devolver los autos al Juzgado Civil de Huanta en
razón de que se cambió de titular al Juzgado y, al haber sido el motivo de
la remisión del expediente la imposibilidad de conocer la causa porque el
Juez que entonces se encontraba a cargo del Juzgado había conocido el
proceso sobre desalojo que se pretende anular, tal impedimento ya no
existe.
Luego de que el Juez Civil de Huanta se avocara al conocimiento de la
causa, Víctor Tippe Villafuerte procede a contestar la demanda,
afirmando que la demanda sobre Desalojo interpuesta por él, cumplía
con todos los requisitos y anexos exigidos por ley, siendo falso que esto
haya mellado el derecho de defensa de los hoy demandantes y, en todo
caso, pudieron denunciar estas supuestas irregularidades mediante
excepciones o en el saneamiento del proceso, lo que no hicieron.
Asimismo, refiere que el amparo de la demanda se debe a que cumplía
con todos los presupuestos procesales, condiciones de la acción y que,
al ser el contrato de arrendamiento verbal e indefinido, había cumplido
con requerir a los demandados, en reiteradas oportunidades, para que
desocupen el inmueble, siendo que en la sentencia se hace referencia a
todas las pruebas aceptadas y se fundamenta debidamente el fallo, por
lo que en segunda instancia, el Juez Civil, al estar conforme con los
considerandos de la primera sentencia, se limitó a confirmar dicha
sentencia y a integrarla haciendo mención del pago de costas y costos,
habiéndose llevado todo el proceso regularmente, no existiendo fraude,
dolo ni colusión.

Mediante Resolución de fecha 18 de octubre de 1994, el Juez tiene por


contestada la demanda y declara SANEADO el proceso por existir una
relación jurídica procesal válida, fijando fecha y hora para la realización
de la Audiencia de Conciliación.

Al respecto, el artículo 466º del Código Procesal Civil establece que


"consentida o ejecutoriada la resolución que declara la existencia de una
relación jurídica procesal válida, precluye toda petición referida, directa o
indirectamente, a la validez de la relación citada"

De otro lado, observamos que en este auto el Juez ha expresado,


erróneamente, que con la contestación de la demanda se ha concluido la
etapa postulatoria del proceso, siendo esto inexacto en razón de que la
etapa postulatoria no concluye ni con la contestación de la demanda ni
con el saneamiento procesal, sino concluye con el saneamiento
probatorio.

El 11 de noviembre, el demandado señala que el Juez Civil de Huanta se


encuentra impedido de conocer la causa y que por ello debe remitir el
expediente al Juez Civil de Huamanga, pero no encontramos el escrito
en el que Juez se haya abstenido de conocer la causa o alguna de las
partes lo haya recusado. La siguiente resolución es expedida por el Juez
Penal de Huanta, el que vuelve a remitir el expediente al Juez Civil de
Huamanga. Recibido el expediente por dicho Juez, éste a su vez lo
devuelve al Juzgado Civil de Huanta refiriendo que en dicho Juzgado se
ha nombrado nuevo titular.
Al encontrarse nuevamente los autos en el Juzgado Civil de Huanta, el
Secretario del Juzgado se abstiene de continuar con la tramitación del
proceso alegando encontrarse inmerso dentro del inciso 2) del artículo
305º del Código Procesal Civil, esto es, ser cónyuge o concubino o
pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad
o de adopción con alguna de las partes o de su apoderado o abogado
patrocinante que intervienen en el proceso, pero no adjunta medio
probatorio alguno que corrobore su afirmación.

La Audiencia de Conciliación estaba programada para el 15 de


noviembre de 1994; sin embargo, la misma no se pudo realizar en razón
de que el Juez se encontraba inmerso en una causal de impedimento,
por lo que, al asumir el conocimiento otro Juez, señala fecha y hora para
su realización.

Consta a fojas 102 que el demandado se apersonó al local del Juzgado a


fin de otorgar a su abogado patrocinante los poderes generales y
especiales necesarios para que intervengan en todos los actos
procesales a su nombre, siendo este un poder por acta, fue otorgado y
firmado en presencia del secretario del Juzgado. Al regirse el
otorgamiento de poderes por el principio de literalidad, el demandado
hace mención de que su apoderado tendrá poder especial para conciliar,
transigir, allanarse a la pretensión y desistirse de la pretensión y del
proceso. Asimismo, el abogado patrocinante de los demandantes se
apersona a la instancia en calidad de representante de los accionantes,
presentando un poder conferido ante notario público y en el que se le
otorga facultades generales y especiales para éste y otros procesos.

El 14 de febrero de 1995, se realizó la Audiencia de Conciliación, la que


se inicia con un intercambio de opiniones entre los apoderados de ambas
partes sobre si el apoderado del demandado tiene o no poder especial
para realizar actos de disposición como el llegar a un acuerdo
conciliatorio. Escuchada esta divergencia de opiniones, el Juez señala
que se abstiene de proponer formula conciliatoria debido a que el
presente proceso es de puro derecho y por la observación efectuada por
el apoderado de los demandantes.

Luego, el Juez fijó los puntos controvertidos, primero los del demandante
y luego los del demandado; procediéndose luego al saneamiento
probatorio, en el que el A quo admitió todos los medios probatorios
ofrecidos por ambas partes, ordenando se oficie al Juzgado de Paz de
Huanta para que remita el expediente sobre desalojo seguido entre las
mismas partes, concluyendo la audiencia con el señalamiento de fecha y
hora para la realización de la Audiencia de Pruebas, la misma que fue
reprogramada por razones ajenas al proceso.
En la Audiencia de Pruebas, se procedió a tomar las declaraciones de los
demandantes, pero como estos no acudieron personalmente a la
audiencia sino que enviaron a su apoderado y, teniendo éste las
facultades generales y especiales, el Juez manifestó que sí podía
declarar en nombre de sus representados, por lo que se tomó su
declaración, ocurriendo lo mismo con el apoderado de la parte
demandada, siendo que en ambos casos los abogados formularon
repreguntas al amparo del segundo párrafo del artículo 213º del Código
Procesal Civil y, no habiendo otros medios probatorios que actuarse, el
Juez informa que expedirá sentencia dentro del término de ley (50 días
según el inciso 12 del artículo 478º), pudiendo las partes presentar sus
alegatos.

Cabe señalar que, el artículo 214º del Código Procesal Civil establece
que la declaración de parte debe ser dada personalmente; sin embargo,
en su segundo párrafo, establece una excepción: Que, la declaración
puede ser dada por su apoderado si es que el Juez considera que ello no
hace que la manifestación pierda su finalidad.

Por lo que, es con fecha 11 de agosto de 1995 que, el Juez del Juzgado
Civil de Huanta expide sentencia y falla: Declarando FUNDADA la
demanda interpuesta, en consecuencia NULA e INSUBSISTENTE la
sentencia expedida, y NULA e INSUBSISTENTE la sentencia
confirmatoria, debiendo reponer la causa al estado en el que el Juez de
Primera Instancia debía de resolver la nulidad del auto admisorio.

Contra dicha sentencia, el demandado interpone el Recurso de


Apelación, señalando que la sentencia de Primera Instancia vulnera su
derecho al debido proceso y ha incurrido en graves errores al no
sustentar debidamente en qué consistía el fraude, dolo o colusión y
haberse limitado a indicar la existencia de supuestas irregularidades
cometidas en el proceso de Desalojo en el momento de la interposición
de la demanda, defectos que, en el caso de haber existido, fueron
eliminados en el saneamiento procesal, pues con ésta precluye toda
discusión, más aún cuando los entonces demandados no denunciaron
estos hechos en la oportunidad debida, haciéndolo recién con la
interposición de la presente demanda, siendo que el actual Código
Procesal Civil prohíbe la interposición de una nulidad cuando quien la
conoció dejó pasar el tiempo para ello. Sostiene que si se alega que
hubo celeridad en la expedición de la sentencia de Segunda Instancia, en
todo caso se debe dejar sin efecto aquélla, pero mantener la validez de la
primera.

Luego de que el Juez verificó que el recurso interpuesto cumplía con los
requisitos establecidos en los artículos 366º y 367º del Código Procesal
Civil (fundamentación del agravio, plazo y tasa judicial), concede el
recurso de apelación con efecto suspensivo y ordena elevar los autos al
Superior Jerárquico.

Recibido el expediente por la Sala Mixta de la Corte Superior de


Ayacucho, el Relator de esta Sala se abstiene de tramitar el proceso,
alegando encontrarse inmerso dentro de una causal de impedimento por
haber sido abogado patrocinante del hoy demandado en el proceso
sobre desalojo que se pretende anular, abstención que es admitida por el
colegiado.

Al respecto, el artículo 315º del Código Procesal Civil establece que los
auxiliares jurisdiccionales también pueden abstenerse o ser recusados
en los casos en que se encuentren inmersos en algunas de las causales
de impedimento o recusación.

Siendo con fecha 26 de setiembre de 1995 que, la Sala Mixta corre


traslado del recurso de apelación a la parte demandante, la que al
absolver el traslado, se adhiere al Recurso de Apelación pero sólo en el
extremo que ha omitido pronunciarse sobre el pago de las costas y
costos del proceso por parte del demandado. Señala el apelante que el
demandado carecía de legitimidad para obrar en el proceso sobre
Desalojo seguido en su contra en razón de que no es el propietario del
inmueble, pues es la Beneficencia Pública la que tiene la propiedad,
siendo por este motivo que en la actualidad se viene tramitando un
proceso sobre nulidad de acto jurídico a fin de que se declare la nulidad
de la promesa de venta suscrita a favor del hoy demandante, y que es
este el motivo por el que se declaró fundada la demanda sobre Nulidad
de Cosa Juzgada Fraudulenta.

El artículo 373º in fine del Código Procesal Civil establece "al contestar el
traslado, la otra parte podrá adherirse al recurso, fundamentando sus
agravios, de los que se conferirá traslado al apelante por 10 días".

Con la absolución de la otra parte o del apelante si hubo adhesión, el


proceso queda expedito para ser resuelto, con la declaración del Juez
superior en tal sentido, señalando día y hora para la vista de la
adhesión".

Luego de absuelto el traslado de la adhesión al Recurso de Apelación, el


codemandante Isaías López Pareja solicita se conceda el uso de la
palabra a su abogado patrocinante para que, durante la realización de la
vista de la causa, informe oralmente a la Sala; en el mismo escrito,
solicita se acepten en calidad de medios probatorios la copia de la
demanda sobre Nulidad de Acto Jurídico interpuesta por la Beneficencia
Pública de Huanta contra Víctor Tippe y otros, de la demanda sobre
Nulidad de Escritura Pública contra Víctor Tippe, y de otra demanda
sobre Nulidad de Acto Jurídico.
Los artículos 131º y 132º de la Ley Orgánica del Poder Judicial
establecen que las audiencias en las Salas Superiores y Supremas se
realizan en audiencia pública, siendo que en ellas, a solicitud de por lo
menos una de las partes, pueden ambos abogados patrocinantes emitir
su informe oral, artículos que son concordados con el artículo 375º del
Código Procesal Civil, que establece que la designación para la fecha de
la vista de la causa en los procesos seguidos en vía de conocimiento o
abreviado, debe ser notificado a las partes con un mínimo de 10 días de
anticipación, a fin de que los abogados patrocinantes soliciten el uso de
la palabra.

La Sala concede el uso de la palabra al abogado patrocinante de los


demandados, fijándole fecha y hora para tal efecto, pero declara
inadmisible los medios probatorios ofrecidos, citando el artículo 374º del
Código Procesal Civil. El artículo en referencia establece que, en
segunda instancia y sólo en los procesos de conocimiento o abreviados,
se puede presentar medios probatorios con el recurso de apelación o con
la absolución al mismo y, siendo que el codemandado ya había
contestado el recurso de apelación, los medios probatorios ofrecidos
devenían en improcedentes.

Siendo con fecha 11 de diciembre de 1995 que, la Primera Sala Mixta de


la Corte Superior de Ayacucho, CONFIRMA la sentencia apelada que
declara fundada la demanda; y, en consecuencia nula e insubsistente la
sentencia de Primera Instancia recaída en el proceso sobre Desalojo por
vencimiento del plazo del contrato de arrendamiento.

Mediante escrito de fecha 15 de diciembre de 1995, el apoderado judicial


de los demandantes solicita se integre y complete la sentencia de vista
pronunciándose sobre las costas y costos del proceso, indicando que fue
por este motivo que se adhirió al recurso de apelación y que estos
conceptos no requieren ser demandados por ser de cargo de la parte
vencida. El artículo 407º del Código Procesal Civil establece la
posibilidad que tiene el Juez, antes de que la sentencia cause ejecutoria
y a pedido de parte o de oficio, de corregir algún error material de la
sentencia o de completar la misma (Esto último sólo a pedido e parte)
respecto a algún punto controvertido no resuelto; mientras que el artículo
412º del mismo cuerpo de leyes indica que los costos y costas, no
requieren ser demandados y son de cargo de la parte vencida a
excepción que se le exonere, lo que deberá ser debidamente
fundamentado; siendo ambas normas la base jurídica para la petición de
los demandantes.

Respecto de este pedido, la Sala Superior se limita a indicar a los


peticionantes que se atengan a lo resuelto en la sentencia de vista.
Dentro del término de ley, el demandado interpone el Recurso
Extraordinario de Casación, en base a la interpretación errónea que se
hiciera del artículo 178º del Código Procesal Civil, causal establecida en
el inciso 1) del artículo 386º del mismo cuerpo legal, indicando entre sus
fundamentos de hecho, que ninguna de las dos sentencias se ha basado
en la existencia de fraude, dolo o colusión y que, por el contrario, se ha
basado en la existencia de algunos vicios en el proceso, pero ello no es
causal para declarar fundada la presente demanda en razón de que
estos vicios fueron subsanados con el saneamiento procesal.

Revisados los requisitos de forma, con fecha 26 de diciembre de 1995,


se CONCEDE el recurso interpuesto y se ordena elevar los autos a la
Sala Civil de la Corte Suprema de la República. Por lo que, corresponde
a ésta revisar si cumple con los requisitos de fondo exigidos por nuestro
ordenamiento legal (establecido por el artículo 387º del Código Procesal
Civil), es con fecha 29 de mayo de 1996 que, luego de comprobarlo,
declara PROCEDENTE el recurso. Y, con fecha 11 de noviembre de
1996, declara FUNDADO el recurso de casación; en consecuencia,
CASA la Sentencia de Vista en cuanto confirma la sentencia apelada que
declara fundada la demanda y, actuando en sede de instancia, declara
INFUNDADA la demanda sobre Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta.

1. OPINIÓN ANALÍTICA DEL TRATAMIENTO DEL ASUNTO


SUBMATERIA

En el caso de autos, el 26 de agosto de 1994, Isaías López Pareja y


Antonia Medina Girón interponen una demanda sobre Nulidad de Cosa
Juzgada Fraudulenta en contra de Víctor Tippe Villafuerte; a fin de que,
se declare la NULIDAD de la sentencia recaída en el proceso civil Nº 39-
94 que les siguió el demandado, sobre Desalojo por Vencimiento del
Plazo del Contrato, así como la NULIDAD de la sentencia confirmatoria
del Juez revisor. Pues señalan que la demanda sobre Desalojo
interpuesta en su contra no cumplía con los requisitos establecidos en
nuestro ordenamiento legal para su admisibilidad, ya que no se había
especificado el monto de la demanda a efectos de poder determinar la
competencia y tampoco se adjuntó la copia del documento de identidad
del entonces demandante ni la tasa judicial por concepto de ofrecimiento
de pruebas. En consecuencia, sostienen que tanto la sentencia de
Primera Instancia como la de la Segunda (que no fue fundamentada, no
respetando el plazo legal de 03 días), se expidieron luego de haberse
llevado el proceso de manera irregular, existiendo dolo, fraude y colusión
entre el entonces demandante y los Jueces que conocieron la causa.

De acuerdo con el artículo 178° del Código Procesal Civil, se puede


demandar la "Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta" alegando que el
proceso ha sido seguido con fraude o colusión, afectando el derecho a
un debido proceso, cometido por una o por ambas partes, o por el Juez o
por éste y aquéllas. Es decir, dicha acción sólo se puede fundar en dos
causales: el fraude (es aquel acto que tiene por fin desviar el proceso de
su curso normal) y la colusión (consiste en la concertación entre dos o
más sujetos que, simulando la existencia de una controversia entre ellos,
hacen uso del proceso con la finalidad de lograr una declaración judicial
que satisfaga sus intereses en perjuicio de terceros).

Ante lo cual, se deduce que ninguno de los hechos alegados por los
demandantes configuraría una causal para que se declare fundada su
pretensión; lo cual, es señalado por el demandado, ya que los hoy
demandantes tuvieron oportunidad en el proceso anterior, para deducir
excepciones o solicitar nulidades, lo cual no puede ser revisado en el
presente proceso pues uno diferente al de Desalojo interpuesto y, sobre
el cual ya no cabe evaluación, más el saber si en ese proceso hubo o no
causales para ahora interponer uno por Nulidad de Cosa Juzgada
Fraudulenta.

En conclusión, si el A quo no realizó una correcta fundamentación o el Ad


quem emitió su resolución anticipadamente, al haber tenido ya todas las
oportunidades para que se revise lo ocurrido en su momento, no se ha
vulnerando el debido proceso, aunque pareceriera; y, como para que
proceda la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta no basta
que se haya vulnerado el debido proceso sino que debe tener
necesariamente como causal: el fraude o la colusión; ya que de lo
contrario se podría recurrir a la acción de amparo, que por ser el género,
procede contra la afectación del debido proceso por toda causal distinta a
las ya mencionadas.

Me encuentro de acuerdo con la sentencia expedida por la Sala Civil de


la Corte Suprema, la cual declara FUNDADO el recurso interpuesto,
CASANDO la sentencia expedida por la Primera Sala Mixta de la Corte
Superior de Ayacucho y actuando en sede de instancia declara
INFUNDADA la demanda de Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta.

DERECHO
Recursos de casación en crisis
En once años de vigencia no disminuyó carga procesal
ni mejoró predictibilidad de las sentencias

El recurso extraordinario de casación no cubrió las


expectativas generadas por su entrada en vigencia
hace once años, toda vez que la carga procesal no
disminuyó respecto del sistema anterior y la
predictibilidad de las decisiones de los órganos
jurisdiccionales tampoco es una de sus características
que ha mejorado, precisa el reciente informe elaborado
por el Centro de Investigaciones Jurídicas de la Corte
Suprema de Justicia.
Esta situación tiene un impacto negativo tanto en
nuestro ámbito social como económico, por lo que no
es casual el descontento de la población,
especialmente entre los abogados y justiciables,
precisa el documento titulado Estudio sobre el recurso
de casación en el proceso civil, a once años de su
entrada en vigencia, preparado por los expertos María
del Carmen Gallardo Neyra y Jorge Fernández
Paredes.

En consecuencia, el recurso de casación atraviesa una


crisis muy seria, lo que implica la necesidad
impostergable de establecer cambios con el propósito
de ajustar su cometido a los requerimientos de la
sociedad, considerando que la solución no está en
transformar un sistema por otro, sino que se debe
hallar el camino para poder cumplir los objetivos que
todos desean. Por ello, se hace necesaria una reforma
integral de las normas que regulan la casación,
teniendo presente lo aprendido en los pasados diez
años, refiere el informe.

En cuanto a la predictibilidad, agrega que tampoco se


avanzó mucho. Así, a la fecha sólo pudo ubicarse
jurisprudencia vinculante y la falta de unidad de
criterios se mantiene vigente aún, lo cual ha generado
que los usuarios del sistema de administración de
justicia carezcan de la seguridad de cómo se
resolverán sus casos, lo que ocasiona desconfianza de
parte de los diversos sectores de nuestra sociedad
hacia el Poder Judicial.
Sobre esto último, se propone la reformulación del
sistema a fin de que las sentencias que emita la sala
casatoria tengan efectos vinculantes para los órganos
jurisdiccionales de menor jerarquía, así como la
determinación clara y sin lugar a dudas sobre cuáles
son los fines del recurso de casación, debiendo
precisarse, de sostenerse la posibilidad de entrar en la
revisión de los hechos, su excepcionalidad y los
supuestos que deben darse para que proceda.

Recomendaciones
1) Se propone al Congreso de la República modificar el
artículo 400 del Código Procesal Civil, adoptando el
sistema por medio del cual las sentencias que expidan
las salas casatorias constituyen precedente vinculante
cuando así lo exprese la propia sentencia, tal como
ocurre en el Código Procesal Penal, Código Procesal
Constitucional y Decreto Legislativo Nº 807.

2) Las normas que regulan el recurso de casación


penal, civil y laboral deben, en lo posible, unificarse,
manteniendo las diferencias solamente en aquellos
supuestos en que la naturaleza de la materia lo
requiera.

3) Es necesario evaluar por qué más de un tercio de los


recursos de casación es del Distrito Judicial de Lima.
Dicha situación podría significar, entre otros aspectos,
que el costo que implica la interposición del recurso y
el trámite pertinente son tan onerosos para los
justiciables que los desalienta

RECURSO DE CASACION

Un método de impugnación procesal extraordinaria en materia


laboral

Síntesis de una propuesta

Por Gabriel Tosto

El presente trabajo es una síntesis de algunas pistas de investigación de


una traza primera y no definitiva acerca del recurso de casación en
materia laboral.

La propuesta es enfocada desde la perspectiva de un método de


impugnación procesal extraordinaria, como recorrido por una “ruta
intelectual”, para ser utilizada cuando se desee efectuar el estudio de un
proceso judicial en donde se ha dictado un pronunciamiento que será
objeto de impugnación.
Es difícil innovar sobre el tema de la casación, como también es
igualmente cierto la dificultad que enfrenta el abogado litigante en la
utilización de tal instrumento. Conciente de la problemática, emprendo
con estas líneas la tarea de proponer sintéticamente un cambio de
perspectiva del dilema que importa la utilización del recurso, con el
convencimiento de que más que ofrecer respuestas estoy compartiendo
interrogantes.

El conocimiento y dominio de la temática que se aborda –como de


cualquier temática en el ámbito de la práctica del derecho- es el resultado
de un saber hacer y también, en la especie, de los renovados y
reiterados intentos de los abogados litigantes que, con diversos
resultados, van provocando a través de la crítica a las decisiones de los
Tribunales de mérito la respuesta jurisprudencial del Tribunal de
Casación.

El recurso de casación es una crítica a una decisión, que como respuesta


genera un pronunciamiento de admisibilidad o rechazo por parte de un
Tribunal Superior.

El método se configura como un punto de vista que he denominado


“interno” y que posee a mi entender tres momentos.

El primero, resulta ser un momento de análisis de lo que denominaré el


sustrato del proceso de impugnación o corpus textual.

El segundo momento genera una dinámica crítica por la confrontación


entre el sustrato del proceso impugnativo y la teoría construida a lo largo
del tiempo sobre el recurso de casación, el régimen procesal aplicable al
instituto específico y la doctrina judicial, esto es, la jurisprudencia
elaborada en un ámbito especial de conocimiento que surge de los
pronunciamientos del Tribunal de Casación a través de su Sala Laboral,
analizada de manera expositiva.

El resultado o producto de la dinámica crítica es el momento sintético o


de elaboración del “recurso de casación” en sentido estricto, esto es, el
escrito impugnativo, a la luz de la normativa específica, la doctrina
judicial y algunas claves de la argumentación. Tal es un tiempo de
síntesis y propuesta del instrumento que apunta a descalificar aquel
pronunciamiento, este último tiempo es aquél en el cual la voluntades
más férreas fracasan si, previamente, no se concluyeron con idoneidad
los dos pasos anteriores.

MOMENTO ANALITICO.

El sustrato del proceso impugnativo especial. Escrito de demanda y


su contestación, las pruebas y la sentencia.
En este momento se procede al examen del sustrato del proceso de
impugnación. Tal “sustrato”, esto es, lo que sirve de asiento o base, se
configura con los discursos y argumentos (afirmaciones y negaciones)
contenidos en los escritos de demanda, escritos de contestación, los
elementos probatorios incorporados al proceso, y la sentencia definitiva o
auto interlocutorio equiparable a tal.

Las afirmaciones y negaciones de las partes, las pruebas aportadas al


proceso y el pronunciamiento dictado por el Tribunal de mérito
constituyen “el corpus textual”, “sustrato textual” o “materia prima” que
resultará sujeta a crítica. Pues, si bien la impugnación debe ser dirigida
en contra de la sentencia definitiva o resolución equiparable, en algunas
oportunidades el error o motivo por el que se pretende anular el
pronunciamiento no surge evidente de éste sino que se hace manifiesto
en la evaluación de la totalidad de la causa, y es requisito demostrarlo
con tal alcance en el escrito recursivo, pues la impugnación no puede
soslayar el contexto procesal.

La demanda y su contestación.

La demanda resulta ser el acto procesal específico en el cual se sostiene


la pretensión, el derecho material y el derecho subjetivo de acción. El
contenido de la pretensión será el derecho material que se hace valer en
el litigio, en el que se persigue la subordinación de un interés ajeno al
interés propio.

Resulta relevante analizar el escrito de demanda y su contestación, pues


el pronunciamiento que recayere contra persona no demandada podrá
ser suceptible de ser atacado por nulidad. De igual modo resultará
anulable la sentencia si el Juzgador se expidiera sobre asunto no
sometido a decisión u omitiera expedirse sobre alguna cuestión
oportunamente introducida al litigio. También es de utilidad no solayar
este primer análisis, a fin de determinar con precisión el sujeto, objeto y
causa del acto específico, pues, si ya se ha decidido con anterioridad
sobre aspectos idénticos, nos encontramos ante el valladar de la cosa
juzgada, instituto que la sentencia no puede contrariar.

Claro está, entonces, que este primer análisis debe determinar con
precisión cuál ha sido la exposición de los hechos contenidos en los
escritos de demanda y contestación o de ampliación en su caso, pues
tales afirmaciones y negaciones deben ser congruentes con las
afirmaciones y negaciones que se admitan o desestimen en el
pronunciamiento. Las afirmaciones y negaciones relevantes son aquéllas
que por sí solas pueden constituir el contenido de un pronunciamiento
judicial.

La prueba.
El proceso judicial importa una actividad humana reconstructiva del
pasado puesta en marcha por quien pretende sujetar, en el presente o
futuro inmediato, a otro.

La reconstrucción del pasado opera en el proceso a través de medios o


instrumentos legales o materiales que pueden utilizarse para que el
juzgador forme su convicción sobre la existencia de hechos que se
consideran relevantes al proceso.

Los elementos probatorios deben ser incorporados al proceso de


conformidad a las reglas establecidas para ello, pues resultará nulo aquel
pronunciamiento que se sustente en un elemento probatorio no
incorporado legalmente al juicio , en tanto aquél haya tenido valor
decisivo en la convicción del Juzgador.

Por otra parte, no le está autorizado al sentenciante la omisión de valorar


prueba dirimente. En cuanto a la valoración de la prueba el régimen
procesal de la ley 7987 ha optado por el sistema de la “sana crítica”. Tal
sistema sujeta al sentenciante a las reglas de la lógica (principios de
identidad, de no contradicción, tercero excluído y el denominado principio
de razón suficiente), a las de la psicología y a las de la experiencia.

La sentencia.

Es el resultado de la actividad desarrollada por el Juzgador, en donde


declara el derecho de los litigantes tomando como base los hechos
expresados en el escrito de demanda y su contestación, y la pretensión o
pretensiones del accionante y resistencia o resistencias del accionado,
todo con arreglo al material probatorio incorporado legalmente en el
proceso.

Si el recurso es una crítica al pronunciamiento, es menester re-correr el


camino andado por el Juzgador para advertir si en su actividad ha
respetado las condiciones y exigencias que la ley le impone en tal tarea.

Es importante tener presente que no todos los requisitos de la sentencia


están conminados bajo sanción de nulidad.

En efecto, sólo será nula la sentencia si le faltare o fuera contradictoria la


fundamentación de la mayoría del Tribunal o si le faltare o fuera
incompleta en sus elementos esenciales la parte resolutiva, o si le faltare
la fecha del acto o la firma de los miembros del Tribunal.

Por último, si el pronunciamiento definitivo es el acto por el cual el Juez


declara el derecho de los litigantes, es menester, entonces, analizar la
observancia o aplicación de la ley o Convención Colectiva de Trabajo
que se haga en el pronunciamiento.
Tales son los aspectos relevantes a determinar en este momento de
análisis.

MOMENTO CRITICO.

Este momento propone un esquema o patrón de crítica al decisorio


preparatorio del tercer momento (sintético) en el que se procede al
encuadre causal y a la confección del escrito impugnativo.

A fin de arribar adecuadamente al tercer momento, es necesario


contrastar el pronunciamiento –sin perder de vista el contexto de la causa
en el que fue dictado- con la teoría construída a lo largo del tiempo sobre
el recurso de casación, el régimen procesal aplicable al instituto
específico y la doctrina judicial, con el fin de determinar en forma
ajustada el error que ostenta el pronunciamiento.

La importancia de la correcta determinación de dicho error radica en que


son diferentes las causales o motivos para su denuncia. Es requisito del
instrumento impugnativo la concordancia entre el motivo de casación y el
agravio o lesión que el pronunciamiento ha provocado.

Para tal tarea propongo la elaboración de un instrumento a seguir como


pauta, consistente en una tabla que ordena por conjuntos los errores que
puede contener el procedimiento y el decisorio. Estos errores o vicios son
aquellos cuya denuncia por vía extraordinaria habilita la normativa
procesal y la doctrina judicial, es decir, lo denominados motivos de
injusticia relevantes.

I.- La CONGRUENCIA del pronunciamiento

El primer aspecto que propongo criticar al pronunciamiento apunta a


determinar si existe en éste “una correlación entre lo reclamado en el
litigio y lo decidido por el juzgador en la sentencia” (Guastavino, 1992).

La garantía constitucional de la defensa en juicio, por un lado, pone


límites al juzgador en cuanto a que no puede pronunciarse ni en exceso
a lo pedido, ni fuera de lo pedido, ni en menos de lo pedido. Si bien en el
proceso laboral la sentencia puede dictarse “ultra petita”, debe ajustarse
tal pronunciamiento a las disposiciones legales que rijan la cuestión, a fin
de evitar la afectación de la garantía constitucional indicada.

Tal distinción resulta, pues, de utilidad, en tanto será diferente el


encuadre causal si el pronunciamiento ha omitido o se ha expedido por
fuera o más allá de un tópico de la litis susceptible de constituir por sí un
pronunciamiento , o el quebrantamiento sólo se direcciona a simples
argumentos o defensas que en el contexto de la causa pueden invalidar
la decisión por estar insuficientemente fundada.
Resultan ser elementos integrativos de la pretensión los sujetos, el objeto
y la causa.

El respeto de la congruencia referida a cada uno de estos elementos


impone, en primer lugar, que no pueda recaer condena en contra de
persona no demandada, ni desestimarse la pretensión de quien no ha
sido actor en el proceso, pues el caso debe dirimirse entre quienes han
sido partes intervinientes en el mismo.

En segundo lugar, el Juzgador no debe expedirse sobre asunto no


sometido a su decisión –exceso-, u omitir expedirse sobre una cuestión
oportunamente propuesta y conducente a la solución del pleito –defecto-.

Por último, se debe respetar la causa petendi oportunamente introducida.

Las lesiones al principio de congruencia consideradas relevantes por el


ordenamiento adjetivo laboral son: la incongruencia subjetiva , esto es,
cuando recae pronunciamiento en contra de persona no demandada, e
incongruencia objetiva, cuando recae pronunciamiento sobre asunto no
somentido a decisión, comúnmente conocido como violación de los
términos de la litis .

La doctrina judicial también ha entendido que la sentencia es nula


cuando se ha omitido pronunciamiento sobre cuestión oportunamente
propuesta , otra variedad de incongruencia objetiva.

II.- La PRUEBA

La crítica debe centrarse en tres aspectos decisivos.

En primer lugar, debe advertirse cuál ha resultado ser la prueba


considerada dirimente por el Juzgador y, en su caso, si la misma carece
de legalidad .

En segundo lugar, debe advertirse si el Juzgador ha omitido valorar algún


elemento probatorio de carácter decisivo para la solución del litigio.

Por último, es menester verificar que el pronunciamiento haya observado


las reglas de la sana crítica para la valoración de los elementos
probatorios de valor decisivo .

Recapitulando, entonces, la crítica de este aspecto del sustrato de la


impugnación debe responder a las siguientes preguntas ¿sobre qué
elementos probatorios de valor decisivo se basa el pronunciamiento?,
¿se han incorporado tales pruebas legalmente al proceso, tanto en razón
de su “calidad” como en sus “condiciones”?, o ¿ha omitido el
sentenciante prueba de valor decisivo ? y, por último, ¿se han respetado
las reglas del sistema de valoración de las pruebas ?.

El método para apreciar la decisividad de un elemento probatorio es el de


“la supresión mental hipotética” o de “la inclusión mental hipotética” del
elemento probatorio.

En cuanto a la crítica del pronunciamiento dirigida a determinar si se


respetaron o no las reglas de la sana crítica, será abordado en el
siguiente tópico.

III.- La exigencia de MOTIVACIÓN o FUNDAMENTACION.

Para la doctrina judicial, fundamentación y motivación aparecen como


conceptos sinónimos.

En efecto, ha sostenido: “La fundamentación de las resoluciones (art.


155 [...] Constitución Provincial) requiere la concurrencia de dos
condiciones. Por un lado, debe consignarse, expresamente, el material
probatorio en el que se fundan las conclusiones a que se arriba,
describiendo el contenido de cada elemento de prueba. Por otro, es
preciso demostrar su ligazón racional con las afirmaciones o negaciones
que se admiten en el fallo. Ambos aspectos deben concurrir
simultáneamente para que pueda considerarse que la sentencia se
encuentra motivada . Cualquiera de ellos que falte (tanto el descriptivo
como el intelectual) lo privará de la debida fundamentación . El segundo
requisito requiere para que la fundamentación de la sentencia sea
válida, no sólo que el tribunal de juicio funde sus conclusiones en
pruebas de valor decisivo, sino también, que éstas no sean
contradictorioas entre sí, ni ilegales y que en su valoración se observen
las reglas fundamentales de la lógica (Principio de no contradicción, de
identidad, tercero excluído y razón sufíciente” [1] . (énfasis agregado)

En lo que sigue se opta preferentemente por el término “fundamentación”


, en razón de que la normativa adjetiva impone resolver las cuestiones en
voto “fundado” (Artículo 63, ley 7987) y conmina con sanción de nulidad
la sentencia cuando faltare o fuere contradictoria la “fundamentación” de
la mayoría del Tribunal (Artículo 65, inciso 2, ley 7987), no obstante ello,
también usaré el término motivación , en sentido equivalente a
fundamentación, en razón de la práctica judicial y científica extendida en
tal sentido.

1.- Falta de fundamentación.

1.a.- En sentido estricto


Falta o ausencia o carencia de fundamentación, en sentido estricto,
implica que el pronunciamiento no contiene razón, argumento o
enunciado alguno que sustente su conclusión.

Resulta ser la omisión palmaria de tratamiento.

Tal ausencia de fundamentación debe ser determinante en la conclusión,


en tanto no existan argumentos o enunciados independientes
susceptibles de dar base a la justificación de la resolución.

1.b.- Apariencia de fundamentación.

En este vicio incurren los pronunciamientos que reposan sobre fórmulas


vacías de contenido o que nada significan por su ambigüedad , vaguedad
o vacuidad .

En efecto, no podría reconocerse debida fundamentación a un


pronunciamiento que utilice términos o palabras de tal suerte que puedan
entenderse de varios modos o admitir distintas intepretaciones, y dar, por
consiguiente, motivo a dudas, incertidumbre o confusión. En el
pronunciamiento aparente se produce una utilización del discurso que
vela o no define claramente el camino a la conclusión, con sustento en
enunciados imprecisos e indeterminados.

1.c.- Fundamentación contradictoria.

El respeto al principio de identidad impone no incurrir en


argumentaciones contradictorias, esto es, enunciados que afirmen algo
en un sentido y referido a una misma cuestión y, en el mismo proceso
discursivo, se niega aquello afirmado, en igual sentido y referido al
mismo tópico.

1.-d.- Fundamentación insuficiente.

Predicar que la fundamentación es insuficiente es sostener que aquélla


carece de “bastante para lo que se necesita”.

El enunciado “bastante para lo que se necesita” lleva a interrogarnos


acerca de ¿cuál es la medida de fundamentación para que se considere
“bastante”? o, ¿qué elementos deben integrar necesariamente la
fundamentación para que sea “suficiente”?.

El problema de la fundamentación insuficiente tiene algún paralelismo


con la problemática del concepto de “fundamentación mínima” como
fundamentación constitucional de la sentencia no arbitraria.
Como se advierte, nos encontramos ante un concepto de no fácil
aprehensión, que ha sido relacionado, en la práctica judicial y científica,
con la vulneración del “principio de razón suficiente”.

Para su comprensión se ha optado por la vía negativa, esto es, se han


determinado los requisitos que constituyen la motivación suficiente, y así,
cuando el razonamiento del Juzgador carece de alguno de los elementos
constitutivos de la motivación, se predica su “insuficiencia”.

1.c.- Fundamentación defectuosa.

El régimen procesal de la ley 7987 ha optado por el sistema de la “sana


critica”, que circunscribe al magistrado en la apreciación de la prueba a
tres conjuntos de reglas. Tales son: las reglas de la lógica (principios de
identidad; de no contradicción; tercero excluído y el denominado principio
de razón suficiente); las reglas de la psicología y las reglas de la
experiencia .

La exclusión de limitación legal por un lado, o libertad absoluta por el


otro, significa que el juez posee una discrecionalidad, inherente a
cualquier decisión interpretativa (Guastini, 1999, página 54) en la
valoración de la prueba; un ámbito de poder reglado (Nuñez, 1994,
página 30).

Este “conjunto de reglas” debe estar expuesto en el acto de quien emite


el pronunciamiento; dicho de otra manera, debe evidenciar que las ha
respetado para arribar a la conclusión obtenida del material probatorio.

Si en la sentencia, que es “proyección intelectual” del acto de juzgar, se


observa el cumplimiento de tales pautas, se puede predicar que tal
pronunciamiento es “motivado” (Clariá Olmedo, 1983, página 202).

Para concluir, es posible sostener que la discrecionalidad en la


valoración de la prueba tiene dos fronteras, una, el respeto a las reglas
de la sana crítica y, otra, el respeto al principio de verificabilidad, que “es
la obligación de ser claro y preciso en la enunciación del pensamiento
cuando expresa la fundamentación de su decisión. Debe ser lo
suficientemente claro y expreso como para que el lector pueda seguir el
hilo (o hilos) de su razonamiento, para que éste sea verificable, esto es,
para que pueda ajercerse el control de logicidad [...]” (Ghirardi, 1987,
página 128).

Ahora bien, si se verifica que el pronunciamiento no ha respetado las


reglas de la sana crítica o el principio de verificabilidad (presupuesto del
control de logicidad), la normativa adjetiva conmina con sanción de
nulidad tales quebrantamientos.
2.- Las reglas de la lógica.

2. a.- El principio de no contradicción.

Se lo ha definido como un derivado del principio de identidad, que


impone no incurrir en argumentaciones contradictorias, esto es, formular
enunciados que afirmen en un sentido y referido a una misma cuestión y,
en idéntico proceso discursivo, se niega aquello afirmado en igual sentido
y referido al mismo tópico. El fruto de la contradicción es la destrucción
de los argumentos, pues afirmación y negación que se oponen una a
otra, se destruyen.

La contradicción puede ser típicamente discursiva, esto es, no referible a


norma substancial ni a elemento probatorio alguno. También puede
referirse al valor convictivo extraído de un elemento probatorio . Y por
último, puede referirse a los argumentos que sustenta la construcción
jurídica que da base a la aplicación o violación de la ley sustantiva o
Convenio Colectivo de Trabajo.

2. b.- El denominado “principio de razón suficiente”.

Ya me he referido en otra oportunidad al denominado “principio de razón


suficiente” ( Prólogo a Marcellino, 2000, página 6).

En la doctrina judicial “opera” tal enunciado como criterio de


descalificación de pronunciamientos que, en la inteligencia que efectúa el
Tribunal de Casación, no lo respetan.

Resulta ser un tipo especial de argumentación jurídica construído en la


práctica discursiva de un ámbito particular de saber.

Por definición, tal principio posee una carga semántica “valorativa” de la


que carecen los otros conocidos principios de la lógica clásica (de
identidad, tercero excluído y de contradicción); en efecto, predicar que un
razonamiento es “suficiente” es decir que el mismo resulta: bastante,
capaz, eficiente, conveniente, preciso, adecuado, harto, abundante,
completo, hinchado, apto, idóneo, hábil, entre otras adjetivaciones
sinónimos de “suficiente”.

Como se advierte, a la “carga semántica” del concepto le resultan


inherentes cualidades de tipo cuantitativo y cualitativo.

La distinción que Schopenhauer hace del “principio de razón suficiente”


en su cuádruple raíz (Arbonés, en Prólogo a Perrachione, 1995, página
13) pone de manifiesto que al mismo no se le puede adjudicar un
conocimiento claro y distinto, de aprehensión transparente e inmediata
con la que sí cuentan los otros enunciados de la lógica clásica.
Así, el argumento de “razón suficiente”, como un instrumento de
descalificación de pronunciamientos judiciales, se muestra como un
enunciado judicial privilegiado que entraña presunciones estatutarias de
verdad, presunciones que le son inherentes en función de quienes lo
enuncian. Son enunciados con efecto de verdad y poder que le son
específico: una especie de supralegalidad de ciertos enunciados en la
producción de la verdad judicial (Foucault, 1999, página 19).

2. c.- Las reglas de la experiencia.

La definición misma de “reglas de la experiencia” contiene elementos que


están sujetos a determinadas condiciones como la posibilidad de que
sucedan o no en el tiempo y en el espacio (S. de Aricó, 1976, página 43)
en oposición a los elementos necesarios que integran los principios de
identidad, tercero excluído y no contradicción.

Puede sostenerse, en alguna medida, que las reglas de la experiencia


resultan ser ponderaciones del orden del intelecto obtenidas de la
observación de la realidad en su más amplio sentido, que por vía de
inducción son generalizadas como normas de discernimiento general
para ser utilizadas en un proceso en el que se debate una realidad
particular a la que tales reglas le serían aplicables.

No parece plausible que si un acontecimiento (A) o experiencia


cualquiera sólo es conocida por una persona, pueda ser utilizada como
pauta de discernimiento aplicable a una generalidad. Ello, en razón de
que tal acontecimiento carecería de la notoriedad, esto es, de la cualidad
de público y sabido por todos, que es la razón de eximir de prueba a un
hecho, acontecimiento o experiencia (Devis Echandía, 1984, página
135).

Así, la divulgación y conocimiento general aparecería como una de las


condiciones para elevar a la categoría de “regla” a un acontecimiento.

Tampoco sería aconsejable elevar a criterio general un acontecimiento o


suceso aislado ocurrido una única vez, pues no podría constituir una
regularidad aplicable a todos los casos. Ello, en razón de carecer de la
cualidad de regular, esto es, que acontece en forma uniforme sin
cambios grandes o bruscos.

Por último, si tal suceso u otro cualquiera acontece en un ámbito


territorial imperceptible y por ello su notoriedad se hallara limitada a un
grupo muy reducido de personas, carecería el suceso de una extensión
aceptable para elevarlo a la categoría de criterio general de
discernimiento para ser aplicado a un universo de personas, en razón de
que estamos ante un “enunciado jurídico procesal” que va a ser utilizado
en un ámbito judicial que, como mínimo, debe comprender a la totalidad
de los individuos que habitan un determinado territorio organizado
jurídicamente.

Por lo dicho, aparece razonable que para que la “experiencia” pueda


configurarse como “regla” (Re), “máxima”, “enseñanza”, “pauta” o “criterio
general”, debería reunir ciertas condiciones necesarias.

En primer lugar, obtenerse de acontecimientos o sucesos que posean la


cualidad de ser públicos y conocidos por todos (notoriedad); en segundo
lugar, que se suceden con regularidad en un tiempo suficientemente
prolongado, condición inherente para poder advertir que tal
acontecimiento acaece sin cambios demasiados grandes o bruscos y,
por último, que el espacio en donde se desarrolle sea lo suficientemente
extenso para que pueda comprender a una totalidad de personas, como
mínimo, al universo comprendido en un territorio organizado
jurídicamente y que resulte alcanzado por el conocimiento del ámbito
judicial en donde será utilizada la regla de experiencia.

Además, las reglas de la experiencia deben poseer ciertas “reacciones


de estabilidad” o “reacciones de identidad”. Es lo que señala Falcón al
definir las máximas de la experiencia, por cuanto sostiene que, en común
con otras aproximaciones conceptuales, “son la enseñanza aprendida
por la práctica, al comprobar que ciertos hechos o sucesos se comportan
de determinada manera”, pero indicando que tal comprobación se
presenta “conforme lo demuestra su inveterada repetición en un sentido ”
(énfasis agregado) (Falcón, 1983, página 36). Que un acontecimiento se
repita inveteradamente en un sentido importa una reacción de identidad .

Entonces, tenemos que:

“A es Re, si y sólo si en determinadas condiciones (C) (notoriedad,


regularidad, extensión suficiente) tiene la tendencia (disposición) a
reaccionar en forma tal que logra mantener su identidad.”

3.- La cuestión del “control de logicidad”.

Podría definirse como la tarea de fiscalización a cargo de la Corte de


Casación tendiente a evitar que los pronunciamientos de los Tribunales
inferiores se dicten sin la debida sujeción a las reglas del correcto
entendimiento judicial, comprendido éste como razonamientos
argumentativos que sustentan el decisorio, basados en las reglas de la
lógica y de la experiencia .

El error in cogitando participa, en alguna medida, de la configuración de


los otros ya clásicos errores (in procedendo e in iudicando).
En cuanto a su diferenciación, se ha dicho que “[...] el control de los
errores in cogitando [...] radica en definitiva en el examen de las reglas
del pensar, o sea, si el razonamiento que efectúan los jueces inferiores
es correcto formalmente desde el punto de vista lógico [...] Estos
defectos formales no están precisamente referenciados a las formas
exigidas en el procedimiento, sino a las formas esenciales de las reglas
lógicas del pensamiento” [2] .

La expresión control de logicidad fue encontrada por primera vez en el


año 1961 en un pronunciamiento judicial cordobés (Ghirardi, 1987,
página 89, nota 7). Piero Calamandrei se refiere a él ya en 1937
(Calamandrei, 1959, página 107), y De La Rua también aborda la
problemática (De La Rua, 1968, página 180).

En definitiva, el control de logicidad apunta a descalificar un


pronunciamiento que verifica errores de falta de motivación o
fundamentación, o defectuosa motivación o fundamentación (Ghiradi,
1987, página 89 – Fernandez, 1993, página 115).

La pertinencia y necesidad de la habilitación del control de logicidad en


casación estriba en una exigencia de orden constitucional local y
nacional (Art. 155 Const. Prov.; Arts.1, 14, 17, 18 y 33 CN; CS,
19/02/1987, Christou, Fallos 310:324).

La doctrina judicial ha receptado dicho control y descalifica los


pronunciamiento que incurran en el error de falta de descripción completa
de los elementos de prueba ( principio de verificabiliadad ) que impide
llevar adelante el control de logicidad; así, ha sostenido: “ la a quo no
menciona de manera completa la prueba receptada, lo cual impide
efectuar el control de logicidad de sus conclusiones. Sólo transcribe la
que avala el juicio expresado, pero no vierte la valoración que hizo de
ella” (TSJ, Córdoba, Sala Laboral, Sent. N° 100, 06/08/1999 Autos:
Coronel) (énfasis agregado).

En igual sentido ha dicho que: la “parquedad impide cualquier control de


logicidad al que se la pretenda someter. Se alude a los testimonios sin
haberse dejado constancia en la decisión ni siquiera de las identidades
de los declarantes” (TSJ, Córdoba, Sala Laboral, Sent. N° 116,
14/09/1999 Autos: Cabaña) (énfasis agregado).

También se ha sostenido que “ [...] A fin de que el obligado [...] pudiera


conocer la inferencia seguida para arribar a la regulació n establecida,
era necesario expresar alguna relació n concreta con los antecedentes
particulares de la causa, de modo de revelar la justificació n del
criterio del Tribunal acerca del valor determinado confor me la
trascendencia de la labor pericial. Só lo así integrada puede constituir
suficiente fundamentació n la menció n a una de las pautas valorativas
que contempla la norma aplicable -art. 36 ley 8226” . ( TSJ, Córdoba,
Sala Laboral, Sent. N° 75, 22/06/1999 Autos: Marega. Voto de la
mayoría) (énfasis agregado).

Como se advierte, el reproche está referido a la fundamentación


insuficiente de la conclusión del juzgador, desde que éste no explicita la
inferencia [3] seguida de modo de revelar la justificación de su criterio.

Entonces, se verifica que tanto desde el punto de vista normativo como


de la doctrina judicial, el control de logicidad es hoy “un elemento
connatural a la existencia de la casación cordobesa” (Fernandez, 1993,
página 109).

IV.- OTROS motivos para descalificar el pronunciamiento

Es menester advertir si el pronunciamiento contiene en forma completa


todos los elementos esenciales correspondientes a la parte resolutiva.

Asimismo, cabe considerar si la decisión no ha sido contraria a la cosa


juzgada y, por último, si la sentencia contiene la fecha y la firma de los
miembros del Tribunal.

Elementos esenciales de la parte resolutiva del pronunciamiento

La norma adjetiva ha determinado cuáles elementos deberá contener la


resolución de la sentencia ( resuelve o parte dispositiva del
pronunciamiento), tales son “las costas y la regulación de los honorarios
de los letrados y peritos intervinientes” [4] y la “mención de las
disposiciones legales aplicables” [5] .

El Código Civil Argentino no brinda una definición de lo que debe


entenderse por cosa juzgada ; distinto tratamiento ha recibido el instituto
en el Código de Napoleón (art. 1351), y en los Códigos Civiles español e
italiano (Perrachione, 1995, página 103); tampoco brinda definición la ley
8465. En las legislaciones extranjeras indicadas se ha establecido, para
determinar que sobre un asunto existe cosa juzgada , la presencia del
tradicionalmente llamado requisito de “triple identidad”.

Así, examinando dos asuntos que han sido sometidos al conocimiento


jurisdiccional (no necesariamente judicial) los cuales poseen identidad en
sus objetos, sujetos y causas, resulta pues, que el asunto sometido en
segundo lugar a aquel conocimiento no puede ser decidido si el primero
ya fue resuelto. Dicho de otra manera, aquel asunto en el que se
pretenda reeditar una cuestión que guarda triple identidad con una
anterior debatida y resuelta, no tiene procedencia atento haber sido esa
cuestión ya decidida “porque interesa a la tranquilidad social que los
litigios no sean sucesivamente renovados” (Alsina, 1961, tomo I, página
32).

Así es que la finalidad de caracterizar a un asunto sobre el que ha


recaído cosa juzgada estriba en que una decisión no sea nuevamente
discutida por las mismas partes, evitando la ininterrumpida renovación de
conflictos y el consecuente desgaste de los órganos intervinientes, con la
consiguiente “inestabilidad” de las cuestiones ya resueltas.

Se ha señalado que “la res iudicata es un instituto que reúne dos


características: jurídico por su origen, pues lo emite un órgano
jurisdiccional –no necesariamente judicial- y político por su finalidad,
pues integra el elenco de las ficciones que posibilitan la estabilidad del
orden jurídico general” (Arbonés, 1996, página 11).

V.- La INOBSERVANCIA o ERRONEA aplicación de la ley

Esta última critica apunta a “un vicio que inficiona precisamente la


función de declarar el derecho inter partes , que es en el proceso de
cognición, la función típica del juez” (Calamandrei, 1959, página 76).

Por esta causal se le otorga al Tribunal de Casación el “contralor de la


correcta aplicación y observancia de la ley reguladora del caso
justiciable” (TSJ, Córdoba, Sala Laboral, Sent. N° 63, 29/03/1996, Autos:
Molina), “[...] con arreglo a la cual el juez resuelve el asunto del que
conoce y juzga” (Nuñez, 1994, página 16) desde que “únicamente tiende
a otorgarle al Tribunal Superior el contralor de la correcta aplicación y
observancia de la ley reguladora del caso justiciable” (TSJ, Córdoba,
Sala Laboral, A.I. N° 146, 04/05/1994, Autos: Cerioni).

Ahora bien, sólo se puede denunciar la inobservancia o errónea


aplicación de la ley o Convenio Colectivo respetándose los hechos
definitivamente fijados en el pronunciamiento objeto de impugnación
(Faure, 1994, página 73).

Inobservar la ley o aplicar erróneamente la misma “pueden refundirse en


una fórmula única: se trata siempre de la violación de la ley. La ley es
violada cuando es desobedecida, y se la infringe tanto cuando se la
desconoce, ignorando su precepto, como cuando se le atribuye un
mandato distinto al que en realidad contiene” (De La Rua, 1968, página
292).

Aquí es menester determinar, en primer lugar, cuál ha sido la norma


substancial violada, en el sentido antes indicado; en segundo lugar, con
qué argumentos o conceptos se sostiene o estructura la ensayada
construcción jurídica que da solución al caso, esto es, lo que sustenta o
motiva en forma esencial el pronunciamiento, de donde se advertirá cuál
es el “error jurídico” del decisorio, que deberá ser demostrado, para
proponer luego la aplicación normativa que se pretende.

MOMENTO SINTETICO

Construcción del escrito impugnativo

Condiciones de interposición, de admisibilidad y de procedencia.

En el sistema de la ley 7987 las resoluciones sólo son recurribles por los
medios y en los casos expresamente establecidos, y tal derecho sólo
corresponde a quien tuviere un interés directo [6] .

El recurso de casación debe ser presentado en tiempo y forma bajo pena


de inadmisibilidad (ante Tribunal que dictó la resolución, constituyéndo
domicilio legal, dentro de los diez días hábiles desde la notificación de la
resolución y por escrito fundado) [7] , bajo idéntica sanción el escrito
impugantivo debe fundarse en alguno de los motivos que la ley prevé [8] .

El recurso atribuye al Tribunal de Casación el conocimiento del proceso


sólo en cuanto a los puntos de la resolución a que se refieren los
agravios y, en el supuesto de que hubiera sido recurrida la resolución por
sólo una de las partes, la misma no podrá ser modificada en su perjuicio
[9] .

El recurso de casación sólo puede deducirse en contra de las sentencias


definitivas dictadas en juicio oral por las Cámaras o Salas del Trabajo
[10] y podrá ser interpuesto por inobservancia o errónea aplicación de la
ley o Convención Colectiva de Trabajo, o inobservancia de las normas
establecidas bajo pena de inadmisibilidad, caducidad o nulidad siempre
que, con excepción del caso del artículo 33, inciso 1 de la ley 7987, el
recurrente hubiera reclamado oportunamente la subsanación del defecto,
si era posible o hubiese hecho protesta de recurrir en casación; deberá
indicar, concretamente, las disposiciones que se consideren violadas o
erróneamente aplicadas y expresar cuál es la aplicación que se pretende;
del mismo modo deberá indicarse separadamente cada motivo con sus
fundamentos [11] .

Encuadre causal (sinopsis).

A continuación presentaré, en forma sinóptica, el criterio ordenador que


propuse al inicio, a los fines de determinar el encuadre causal de la
impugnación.

I.- La CONGRUENCIA del pronunciamiento.

Incongruencia subjetiva.
Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 4°, primer supuesto, ley 7987.

Incongruencia objetiva

Violación de los términos de la litis

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 4°, segundo supuesto, ley
7987.

Omisión de expedirse sobre asunto oportunamente propuesto

Art. 99 inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 2°, primer supuesto, ley 7987.

(TSJ, Córdoba, Sala Laboral, Sent. N° 114, 25/08/2000, Autos:


“Martinez”; TSJ, Córdoba, Sala Laboral, Sent. N° 43, 12/06/1997, Autos:
“Romero Díaz”).

Principio de congruencia en materia impugantiva

Art. 99, inc. 2°, en función de los Arts. 65, inc. 4°, segundo supuesto y 90,
ley 7987.

II.- La PRUEBA.

Carencia de legalidad

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 1°, ley 7987.

Omisión de valorar

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 2°, primer supuesto, ley 7987.

Reglas de la sana crítica

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 2°, segundo supuesto, ley
7987.

III.- MOTIVACIÓN o FUNDAMENTACIÓN.

1).- Falta de fundamentación

a.- En sentido estricto

b.- Apariencia de fundamentación

c.- Fundamentación contradictoria

d.- Fundamentación insuficiente


e.- Fundamentación defectuosa

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 2°, primer supuesto, ley 7987.

2).- Las reglas de la lógica

Art. 99, inciso 2°, en función del Art. 65, inc. 2°, segundo supuesto, ley
7987.

a.- El principio de no contradicción

Contradicción típicamente discursiva

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 2°, primer supuesto, ley 7987.

Contradicción en la valoración de la fuente de convencimiento

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 2°, segundo supuesto, ley
7987.

Contradicción en la construcción conceptual que sustenta la solución


jurídica

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 2, primer supuesto, ley 7987 o
Art. 99, inc. 1°, ley 7987.

b.- El denominado “principio de razón suficiente”

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 2°, primer y segundo supuesto,
ley 7987.

3).- Las reglas de la experiencia

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 2°, segundo supuesto, ley
7987.

4).- “Control de logicidad”.

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 2°, primer supuesto ley 7987.

Artículo 99 inciso 2°, en función del Artículo 65, inciso 2, segundo


supuesto ley 7987.

IV.- OTROS motivos para descalificar pronunciamientos.

Elementos esenciales de la parte resolutiva del pronunciamiento


Costas: aspectos rechazados de la acción. Costas: generadas por
citadas en garantía

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 3° y 64 inc. 4° ley 7987.

Intereses (TSJ, Córdoba, Sala Laboral, Sent. N° 109, 22/08/1995, Autos:


“Arriondo”)

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 3° ley 7987.

Cosa juzgada

Art. 99, inc. 2°, en función del Art. 65, inc. 4°, tercer supuesto, ley 7987.

V.- La INOBSERVANCIA o ERRONEA aplicación de la ley.

Art. 99, inc. 1°, ley 7987.

Algunas claves de argumentación.

Las consideraciones en torno a la teoría de la argumentación (Alexy,


1989) y de la nueva retórica (Andruet, 1993, página 63) han sido
plenamente recepcionadas en el discurso jurídico, ya sea vinculado al
proceso judicial, a la discusión científica (Fernández, 1999, página 562) o
al discurso del legislador (Gustini, 1999, página 65).

Distintos precedentes judiciales verifican la recepción señalada, por lo


que resulta conveniente en la construcción del escrito impugnativo tener
en cuenta algunas claves de la argumentación jurídica.

Existen distintos tipos de argumentos: a contrario , a simili o analó gico ,


a fortiori (a maiore ad minus , a minori ad maius ), a completudine o del
cará cter completo del sistema jurí dico, a coherentia , psicoló gico , histó
rico , apagó gico o de reducció n al absurdo, econó mico , ab exemplo ,
sistemá tico , naturalista , axioló gicos , socioló gicos , econó micos
(Fernandez, 1999, pá ginas 563/573) y del hecho notori o , sobre los que
no me voy a detener por exceder ello el objeto de estudio de este trabajo.

En lo que sigue efectuaré una breve consideració n en torno a qué es


argumentar en el marco del recurso de casació n tal como lo indica la
doctrina judicial y, refer iré algunas pocas reglas ú tiles tomadas de
Weston acerca de có mo construir argumentos cortos y adecuados.

Se ha dicho que argumentar significa “ofrecer un conjunto de razones o


de pruebas en apoyo de una conclusión”, pues, “los argumentos son
intentos de apoyar ciertas opiniones con razones” (Weston, 1994, página
13).
El recurso de casación es un intento por parte de quien recurre de
demostrar que su conclusión posee mayores y mejores razones, es más
adecuada que la conclusión del pronunciamiento, o, dicho de otra
manera, posee mejores argumentos que los dados por el sentenciante.

Los argumentos tienen distintas funciones. Cuatro reconocen importancia


en el marco de estudio propuesto. Aquéllos que se utilizan para destruir ,
alterar, modificar, anular otros argumentos; aquéllos que se utilizan para
explicar de qué manera se verifica el error en la argumentación contraria
o es menos plausible; aquéllos que se usan para indagar en torno a una
cuestión que nos interesa presentar al auditorio (Tribunal de Casación) y,
por último, aquéllos que utilizamos para defender , dar fortaleza y
consistencia a la propuesta, de tal suerte que ésta posea mayor
plausibilidad que la del pronunciamiento que se ataca.

Así, resulta adecuado que en la propuesta recursiva los argumentos del


recurrente destruyan, superen, modifiquen los argumentos que sustentan
o dan base a los fundamentos de la decisión.

Algunas claves resultan de distinguir premisas de conclusión , presentar


las ideas en un orden natural , partir de premisas fiables (no parcializar o
desvirtuar el contexto procesal), utilizar un lenguaje o discurso concreto,
específico y definitivo , esto es, definir previamente los enunciados
utilizados en el escrito recursivo y mantener tal definición a lo largo del
desarrollo impugnativo, evitar un lenguaje emotivo (peyorativo, insultante,
lisonjero, laudatorio, panegirista, irónico, entre otros), usar términos
consistentes , evitar la ambigüedad, vaguedad y falta de claridad .

Algunas falencias de los escritos impugnativos.

Cuadra señalar que fueron detectadas a partir de un análisis minucioso


de la doctrina judicial reciente. Se detallan en forma sintética con el fin de
que quien emprenda la tarea de la confección del escrito impugnativo no
incurra en tales errores.

1.- Utilización promiscua de los recurso de casación o de


inconstitucionalidad.

2 .- No destruir la totalidad de los argumentos que sustentan la decisió n


y desconocer los hechos fijados por el a quo.

3. No asumir los té rminos del decisorio para destruirlos y probar el error


jurí dico, a fin de habilitar la aplicació n de la normativa que se pretende.

4. Proponer, solamente, un criterio interpretativo diferente al del


pronunciamiento.
5.- Discrepar con la conclusión del pronunciamiento sin cuestionar
(desvirtuándolas) las razones que sustentan aquélla.

6.- No atacar los argumentos que estructuran la construcción jurídica del


pronunciamiento, ni explicar y justificar la aplicación que se pretende.

7.- No respetar los hechos fijados por el sentenciante procediéndose a la


construcción de una particular visión de los mismos.

8.- No atacar en forma derivada la postura del sentenciante.

9.- Discrepar con los hechos fijados por el sentenciante para la aplicación
de la norma.

10.- No concordar el vicio que verifica el pronunci amiento con la causal


que se invoca.

11.- Atenerse a la mera interpretación literal de la norma que se propone


inaplicada o inobservada.

12.- Efectuar una reflexió n teó rica de la aplicació n normativa que se


pretende sin relacionar la violació n legal con e l caso.

13.- No demostrar el error jurídico .

14.- Presentar una interpretació n (definició n) interesada de la norma


aplicable sin demostrar “ arbitrariedad” .

15.- Reconocer en el escrito impugnativo la inexistencia del vicio que se


pretende endilgar al pronunciamiento.

16.- Abundar en desarrollos teó ricos sobre los vicios del


pronunciamiento sin referirlos con lo ocurrido en el contexto procesal .

17.- Parcializar los conceptos o argumentos que fundan el


pronunciamiento.

18.- Discrepar con la valoración de la prueba.

19.- No alterar el argumento “ central” del pronunciamiento.

20 .- No lograr evidenciar lesión en el derecho de defensa al haberse


incorporado prueba ilegal.

21.- No vincular los errores denunciados con el contexto procesal a fin de


demostrar su dirimencia en el resultado (conclusió n).
22.- Alterar las constancias del contexto procesal.

23.- No demostrar la esencialidad del error .

24.- Consentir el error de procedimiento. No demostrar la trascendencia


del error invocado.

25.- Parcializar un elemento del contexto procesal (pronunciamiento)


omitié ndose el verdadero alcance de su motivació n.

26.- No indicar la norma inobservada prescripta bajo sanción de nulidad.

Final

La casación laboral cordobesa es un fenómeno jurídico político complejo,


que se ha configurado con los discursos puestos en juego en un ámbito
territorial, histórico y de conocimiento particular (Tribunal de Casación y
comunidad jurídica –en sentido amplio-).

El presente trabajo invita a “una conciencia agudizada de las palabras


para agudizar nuestra percepción de los fenómenos” J. Austin (Hart,
1998, página XII).

***

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Cuadro sinóptico de los


Procesos civiles en el Perú

1. En primera instancia
2. Conocimiento
3. Abreviado
4. Sumarísimo
5. Ejecutivo
6. En segunda instancia
7. Conocimiento
8. Abreviado
9. Sumarísimo

EN PRIMERA INSTANCIA

* Procesos: Conocimiento, Abreviado, Sumarísimo, Ejecutivo.

Conocimiento

Plazo para contestar la demanda: 30 días.

Reconvención: si hay.

Plazo para contestar la reconvención: 30 días.

Excepciones: 10 días.

Plazo para contestar excepciones: 10 días.

Tachas u oposiciones a las pruebas: 05 días.

Plazo para absolver tachas u oposiciones: 05 días.

Plazos especiales del emplazamiento: 60 o 90 días.

Saneamiento: 10 días.

Audiencia conciliatoria: 20 días.

Audiencia de pruebas: 50 días.

Alegatos: 05 días.

Sentencias: 50 días

Plazos para apelar la sentencia: 10 días.

Abreviado

Plazo para contestar la demanda: 10 días.

Reconvención: En algunos casos.

Plazo para contestar la reconvención: 10 días.


Excepciones: 05 días.

Plazo para contestar excepciones: 05 días.

Tachas u oposiciones a las pruebas: 03 días.

Plazo para absolver tachas u oposiciones: 03 días.

Plazos especiales del emplazamiento: 30 o 450 días.

Saneamiento: 15 días.

Audiencia conciliatoria: 15 días.

Audiencia de pruebas: 20 días.

Alegatos: 05 días.

Sentencias: 25 días

Plazos para apelar la sentencia: 05 días.

Sumarisimo

Plazo para contestar la demanda: 05 días.

Reconvención: No hay.

Plazo para contestar la reconvención: No hay.

Excepciones: Se interpone al contestar la demanda.

Plazo para contestar excepciones: En la audiencia única.

Tachas u oposiciones a las pruebas: se actúan en la audiencia única.

Plazo para absolver tachas u oposiciones: se actúan en la audiencia


única.

Plazos especiales del emplazamiento: 15 o 25 días.

Saneamiento: 10 días.

Audiencia conciliatoria: 10 días.

Audiencia de pruebas: 10 días.


Alegatos: no hay.

Sentencias: 10 días

Plazos para apelar la sentencia: 03 días.

Ejecutivo

Plazo para contestar la demanda: 05 días para contradecir.

Reconvención: no hay.

Plazo para contestar la reconvención: no hay.

Excepciones: 05 días excepción y defensas previas.

Plazo para contestar excepciones: 05 días excepción y defensas previas.

Tachas u oposiciones a las pruebas: 03 días.

Plazo para absolver tachas u oposiciones: 03 días.

Plazos especiales del emplazamiento: 10 días audiencia de pruebas.

Saneamiento: 10 días audiencia de pruebas.

Audiencia conciliatoria: 10 días de audiencia pruebas.

Audiencia de pruebas: 10 días de audiencia de pruebas.

Alegatos: 05 días después de la audiencia de prueba o del plazo para


contradecir.

Sentencias: 05 días después de la audiencia de prueba o del plazo para


contradecir.

Plazos para apelar la sentencia: 05 días.

EN SEGUNDA INSTANCIA

* Procesos: Conocimiento, Abreviado, Sumarisimo.

Conocimiento

Traslado de apelación: 10 días.

Adhesión al recurso de apelación: si hay.


Traslado de la adhesión: 10 días.

Pruebas: si hay.

Audiencia de pruebas: se fija fecha.

Vista de la causa e informe oral: 10 días.

Plazo para sentenciar: no hay.

Devolución de expediente (si no hay Recurso de Casación): 10 días.

Abreviado

Traslado de apelación: 10 días.

Adhesión al recurso de apelación: si hay.

Traslado de la adhesión: 10 días.

Pruebas: si hay.

Audiencia de pruebas: se fija fecha.

Vista de la causa e informe oral: 10 días.

Plazo para sentenciar: no hay.

Devolución de expediente (si no hay Recurso de Casación): 10 días.

Sumarisimo

Traslado de apelación: no hay.

Adhesión al recurso de apelación: no hay.

Traslado de la adhesión: no hay.

Pruebas: no hay.

Audiencia de pruebas: no hay.

Vista de la causa e informe oral: 10 días.

Plazo para sentenciar: no hay.

Devolución de expediente (si no hay Recurso de Casación): 10 días.


Dr. Luís Alfredo Alarcón Flores

[email protected]

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