Un Zombi de La Modernidad El Patrimonio
Un Zombi de La Modernidad El Patrimonio
Un Zombi de La Modernidad El Patrimonio
Un zombi de la modernidad:
Gil-Manuel Hernàndez i
Martí es profesor de
Sociología y Antropología
Social en la Universitat de
Este artículo versa sobre la transformación producida en las últimas décadas en el patrimonio cultural,
que ha conocido, junto a una progresiva globalización, una expansión de sus contenidos, y una transfor-
mación profunda de sus significados. En este sentido, el autor pone de manifiesto las múltiples paradojas
que acompañan al patrimonio cultural en este trayecto y recurre a la figura del “zombi o muerto vivien-
te”, con la que lo describe como algo muerto en el pasado que el presente vuelve a la vida de una mane-
ra artificial, creándole un escenario nuevo, propio, encajándolo en un papel legitimador y neutro para el
cual no había sido creado. Palabras clave:
- Patrimonialización
- Hibridación
T his a rtic le de al s w ith the tra nsform ation produc ed in th e l a st d ec ade s in the cu ltura l p atr imony , w hic h h as - Patrimonio cultural
know n, b esi de a p rogre ssi ve glob al i za ti on, a n e xp ans ion of its c ontents, and a de ep tra nsf orma tion of its - Modernidad
meanings. I n th is resp ect, the author re veals th e multiple paradoxe s that accom pany on the cultural p atri -
mony a nd, to e xp la in some of them , res orts to the figure of z omb i or l iving de ad ma n, w hich de scr ib es it as
some thing de ad in the p ast that th e p res ent re turns to the lif e in an artificial way , creating a new scene and
f itting it into a neutra l role for w hic h ha d not been cre ate d.
1
EL PATRIMONIO CULTURAL EN EL TRÁNSITO 2. Del patrimonio tradicional, rural y preindustrial
HACIA LA MODERNIDAD GLOBALIZADA. En (propio de la concepción del patrimonio “nacional” de la
términos generales, el patrimonio cultu- primera modernidad), al patrimonio que incluye formas
ral puede ser definido como una cons- modernas, mediáticas y urbanas, derivadas de la diná-
trucción social, entendida ésta como la mica cultural de la modernidad avanzada y globalizada.
selección simbólica, subjetiva, procesual y reflexiva de 3. Del patrimonio mueble e inmueble de carácter tan-
elementos culturales (del pasado) que, mediante meca- gible al patrimonio intangible e inmaterial, reconocido
nismos de mediación, conflicto, diálogo y negociación institucionalmente a escala global, nacional y local en los
donde participan diversos agentes sociales, son reci- últimos años.
clados, adaptados, refuncionalizados, redituados, revi- 4. Del patrimonio nacional al patrimonio local y global,
talizados, reconstruidos o reinventados en un contexto lo que implica la ampliación de los agentes activadores
de modernidad. Tales elementos culturales se transfor- del patrimonio en función de diversos sistemas de perte-
man en una representación selectiva que se articula a nencia. Si durante buena parte de la modernidad los esta-
través de un discurso sobre los valores patrimoniales, y dos y los movimientos nacionalistas fueron los agentes
que se concreta o fija en forma de bien cultural valioso básicos de patrimonialización, tomando como referente
que expresa la identidad histórico-cultural de una de comunidad imaginada a la nación, posteriormente han
comunidad, sirve a la legitimación de las estructuras de ido incorporándose los eruditos y expertos, cada vez más
poder y permite la reproducción de los mecanismos de autónomos, que hablan en nombre de la comunidad cien-
mercado. tífica y que defienden la preservación del patrimonio
En las últimas décadas, marcadas por la radicaliza- atendiendo a su valor documental o de información.
ción de la modernidad y la aceleración del proceso Recientemente se han incorporado dos agentes más: la
secular de globalización, el patrimonio cultural ha expe- UNESCO, agente global que representa por encima del
rimentado una serie de transformaciones esenciales, Estado la comunidad genérica de la humanidad (patri-
de entre las cuales han de destacarse especialmente monio mundial de la humanidad); y la sociedad civil, que
tanto su progresiva globalización como la expansión de en paralelo al Estado y mediante redes asociativas de
sus contenidos. Veámoslas someramente. defensa del patrimonio, reivindica la activación de los
patrimonios locales (identidades locales). Quizá habría
1. Del patrimonio identificado estrictamente con la cul- que añadir también un nuevo agente: las empresas, que
tura culta al patrimonio que incluye la cultura en sentido persiguen una activación del patrimonio de acuerdo con
amplio: se pasa, así, del concepto restringido vinculado al intereses comerciales (turismo, publicidad), perspectivas
monumento clásico de la alta cultura occidental, al con- de beneficio y actividades de consumo.
cepto ampliado de bien cultural tomado en toda su exten- 5. Del patrimonio cultural al patrimonio cultural-natu-
sión social y geográfica. ral, que abarca el patrimonio histórico-artístico, arqueo-
[ 28 Un zombi de la modernidad
aludimos a una vuelta a la antigua sociedad tradicional, locales.15 La desterritorialización implica una transfor-
ya extinta, sino a la recreación de un dispositivo dis- mación por el impacto que en el ámbito local suponen
cursivo (retórico-ideológico) al servicio de las defini- las crecientes conexiones transnacionales de carácter
ciones sociales de la identidad, del ejercicio del poder o cultural, lo que produce una relativización y una trans-
de los mecanismos de mercado, consistente en una formación de las experiencias culturales locales, ya sea
reinterpretación selectiva del pasado cultural con la desde la misma vivencia de lo local o proyectando for-
finalidad de la legitimación histórica de los proyectos mas simbólicas desde lo local.
de un presente plenamente extrañado del pasado, y que Como ya se ha esbozado, la desterritorialización, lejos
se traduce en un constructo social reflexivo, multi- de implicar un proceso lineal o unívoco, provoca meca-
forme, plural, expresado en prácticas explícitas en nismos contrarios y reflexivos de reterritorialización.
constante transformación. En consecuencia, la retradi- Ésta se plasma en la búsqueda ansiosa de la diversidad
cionalización es también paradójica puesto que no recu- cultural, del particularismo, del reforzamiento de lo
pera la tradición perdida sino que se inspira en ella para local, apelando incluso para ello a medios desterritoria-
proporcionar sentido a la vertiginosidad del presente lizados. No debe olvidarse, al respecto, el mismo carác-
moderno. Por esta misma razón, la neotradición es pro- ter ambiguo o ambivalente de la desterritorialización,
ducto de la modernidad, flexible, lábil y líquida como que de la misma manera que genera beneficios produce
ella misma.11 costos tan evidentes como los sentimientos de vulnera-
La tercera dialéctica a que hacemos referencia es la bilidad existencial o las sensaciones de desarraigo cul-
que se plantea entre desterritorialización y reterritoria- tural, especialmente si se considera que los individuos
lización. Ambas definen la condición cultural de la glo- aparecen ligados a un lugar, y que éste sigue siendo
balización y se relacionan con las dos dialécticas ante- importante para ellos. De lo que se deriva que la deste-
riormente mencionadas. El desarrollo y extensión de rritorialización no significa en modo alguno el final de la
los procesos de mediatización, migración y mercantili- localidad, sino su transformación en un espacio cultural
zación que caracterizan a la modernidad globalizada, más complejo, caracterizado por diversas manifestacio-
van a producir una considerable intensificación de la nes, tendencias o efectos culturales.
desterritorialización, entendida ésta como proliferación Las manifestaciones de la desterritorialización cultu-
de experiencias culturales translocalizadas.12 La deste- ral son básicamente dos: la homogeneización cultural y
rritorialización, como rasgo central de la globalización, la heterogeneización cultural, las cuales no son más que
implica la creciente aparición de formas de contacto y las plasmaciones culturales de lo que Robertson llama
de vinculación social que van más allá de los límites de la universalización del particularismo y particulariza-
un territorio concreto, a modo de un “desanclaje”13 de ción del universalismo.16 Esto significa que lo particular
las relaciones sociales, que nos lleva a vincularnos más se puede universalizar o proyectar a lo global y que lo
con lo externo, generando proximidad en la distancia, y universal se puede particularizar y enraizar con lo local.
a alejarnos relativamente de lo próximo. Las redes Ambas manifestaciones, además, están relacionadas
mediáticas y comunicativas actúan como claros vehícu- dialécticamente en función de la dinámica glocalizadora
los de desterritorialización, de forma que la extensión (y reflexiva) de la globalización, que desaconseja soste-
de las formas de relación social desterritorializada ner una concepción de la globalización como simple uni-
tiende a generalizarse con la intensificación de la globa- formización u homogeneización del mundo. Interesa,
lización, transformando así el estatuto de los entornos en consecuencia, trascender el debate que contrapone
locales, cada vez más condicionados por las dinámicas homogeneización a heterogeneización para mostrar
globales. La experiencia de desterritorialización implica cómo ambas tendencias se implican mutuamente.
abrirse al mundo y ampliar los horizontes culturales a Conviene enfatizar, pues, la simultaneidad, reflexividad
través de los medios de comunicación globalizados, lo e interpenetración de lo global y lo local, de lo universal
que significa que la globalización transforma la relación y lo particular, de lo homogéneo y de lo heterogéneo. A
entre los lugares que habitamos y nuestras prácticas, partir de aquí, podemos hablar, en primer lugar, de la
experiencias e identidades culturales. La desterritoriali- homogeneización cultural y, en segundo lugar, de las
zación nos habla de la pérdida de relación “natural” de dos manifestaciones de la heterogeneización cultural,
la cultura con los territorios geográficos y sociales,14 como son la diferenciación y la hibridación culturales.
describiéndonos una profunda transformación del vín- De la mutua relación entre homogeneización, diferen- 11 Z. BAUMAN, Modernidad líquida,
trad. de M. Rosenberg y J.
culo entre nuestras experiencias culturales cotidianas y ciación e hibridación se deriva el establecimiento conti- Arrambide Squirru, Fondo de Cultura
nuestra configuración como seres preferentemente nuo de conexiones dialécticas que delimitan la fenome- Económica, Buenos Aires, 2003.
12 G. M. HERNÀNDEZ, La modernitat
nología glocalizadora de la experiencia cultural deste- globalitzada. Anàlisi de l’entorn
rritorializada. social, Tirant lo Blanch, València,
2002.
En suma, las transformaciones modernas del patri- 13 A. GIDDENS, Consecuencias de la
Las redes mediáticas y comunicativas actúan monio cultural se han de entender conformadas a partir modernidad, trad. de A. Lizón
Ramón, Alianza, Madrid, 1999.
como claros vehículos de desterritorilización, de las tres dialécticas señaladas: la que se dé entre des- 14 N. GARCÍA CANCLINI, Culturas híbri-
de forma que la extensión de las formas de encantamiento y desencantamiento que genera nuevo das: estrategias para entrar y salir
de la modernidad, Consejo Nacional
relación social desterritorializada tiende a desencanto; la que se da entre destradicionalización y para la Cultura y las Artes/Grijalbo,
generalizarse con la intensificación de la retradicionalización limitada; y la que se produce entre México, 1990.
15 J. TOMLINSON, Globalización y cul-
globalización, transformando así el estatuto la desterritorialización y la reterritorialización por tura, trad. de F. Martínez Valdés,
de los entornos locales, cada vez más medios desterritorializados. En los tres casos acaba pre- revisión técnica de J. L. González
Martínez, Oxford UP, México, 2001.
valeciendo la lógica tardomoderna de lo racionalizador, 16 R. ROBERTSON, ‘Globalización:
condicionados por las dinámicas sociales
lo fluido y lo global, que en última instancia acaban defi- tiempo-espacio y homogeneidad-
heterogeneidad’, Zona Abierta,
niendo la equívoca sustancia del patrimonio cultural. 92/93, pp. 213-241.
[ 30 Un zombi de la modernidad
ción y modernidad, amnesia y anamnesia, encanto y temporal” del mundo, en tanto conciencia de un nuevo
desencanto, orden y crítica. tiempo moderno que desde Occidente igualaba al pla-
neta con el ritmo de la modernidad. En este contexto
3. RELIGIÓN CIVIL GLOBAL: EL DESARROLLO DEL CULTO apareció el patrimonio cultural como patrimonio emi-
MODERNO AL PATRIMONIO CULTURAL. Como ha mostrado nentemente nacional y emergió un primer culto
Giner, la modernidad avanzada se caracteriza por un moderno a los monumentos del pasado, como bien tes-
proceso de desencantamiento de las religiones ultra- timoniaron las obras emblemáticas de Aloïs Riegl (El
mundanas, sobrenaturales y tradicionales, ligado al culto moderno a los monumentos. Caracteres y origen,
mencionado proceso de secularización, así como por 1903) y de Max Dvórak (Catecismo para la conserva-
un proceso de reencantamiento compensatorio plas- ción de monumentos, 1916).26 Ahora bien, después de
mado en una resacralización de lo profano, que com- que el concepto de patrimonio cultural se desarrollara
porta la aparición y extensión de diversas religiones a lo largo del siglo XX, entre finales de éste y comien-
civiles. Si consideramos, además, la reterritorialización zos del siglo XXI, según Tomlison, ha ido emergiendo
y la retradicionalización, observaremos que todos estos en el mundo una conciencia de la superación de la rup-
procesos definen la sustancia misma del patrimonio tura espacial, mediante el extrañamiento del espacio o
cultural en la modernidad. En ese sentido, la patrimo- desterritorialización. Se produce así la “unificación
nialización de la cultura se puede entender como un espacial” del mundo en tanto conciencia de un nuevo
nuevo culto al pasado, que se articula en rituales patri- espacio global o transnacional que iguala el planeta
monializadores y en una producción de sentido ligada a como espacio único. Es en este contexto de cambio
la memoria y al recuerdo. Sin embargo, la sacralización cuando aparece el concepto de patrimonio mundial o
patrimonial solo puede activarse mediante el recurso a de la humanidad, que a su vez es un patrimonio glocal,
la racionalidad de la tecnocultura, la única capaz de pues como corresponde a la naturaleza de la glocaliza-
obrar el milagro de la conservación, la restauración o la ción, según Robertson, articula la universalización de
puesta en valor, con la consiguiente introducción del lo particular y la particularización de lo universal.
patrimonio en la lógica capitalista de mercado y el des- La globalización del patrimonio es un proceso que se
encantamiento último que de ello se deriva. remonta en su vertiente institucional a los años treinta,
Existe, al respecto, una transferencia al culto civil pero que comienza a cuajar de manera clara a partir de
del patrimonio cultural desde la sacralidad trascen- la fundación de la UNESCO en 1946 y la celebración de
dente sobrenatural a través de la preservación del conferencias mundiales sobre el patrimonio cultural y
patrimonio religioso tradicional, por una parte secula- natural. Con todo, hay que resaltar que la globalización
rizado por la ciencia, pero por otra parte resacralizado del patrimonio es mucho más compleja que la historia
en sus aspectos profanos de arte, identidad y carisma. de sus textos legales o la acción de sus instituciones, al
De esta forma, el pasado patrimonializado se tras- implicar una gran diversidad y complejidad de agentes
forma en objeto de culto moderno, pero a su vez los sociales. En todo caso, se pueden destacar tres fenó-
otros nuevos cultos modernos (el deporte de masas, menos esenciales para desarrollar el argumento de la
los centros comerciales, lo natural, lo nacional, lo anti- sacralidad civil del patrimonio: en primer lugar, la evi-
global, la televisión, el cine, internet, etc.) generan dencia de la progresiva globalización, institucionaliza-
movimientos de patrimonialización que contribuyen a ción y ampliación del conservacionismo patrimonial,
expandir el propio concepto de patrimonio cultural. acelerada a partir del último tercio del siglo XX, en
En última instancia, con todo, debe insistirse en que clara coincidencia con la radicalización de la moderni-
esta resacralización patrimonial se realiza en un con- dad; en segundo lugar, la vinculación causal de dicho
texto que Willaime22 denomina de “ultramodernidad”, proceso de patrimonialización con la globalización de la
que no es otra cosa que una modernidad desencan- percepción de los riesgos que amenazan a la cultura y
tada y sin la esperanza que la alumbró: “Una moder- a la natura del pasado, más o menos lejano; y en tercer
nidad que sufre el efecto de la reflexividad sistemática lugar, el hecho de que a medida que avanza la globali-
que desencadenó: ésta no salva nada, ni siquiera el zación del patrimonio lo hace su sacralización civil en
encantamiento que había podido producir en su fase un orden glocal.
de conquista... La ultramodernidad es el despliegue, Debe recordarse que la UNESCO fue creada como
en diferentes ámbitos, de la incertidumbre creada por un actor cultural corporativo de carácter transnacional
la posibilidad permanente de crítica que representa la orientado a asegurar, mediante la educación, la ciencia
22 J. P. WILLAIME, ‘La secularisation propia modernidad”.23 y la cultura, el respeto universal a la justicia, a la ley, a
contemporaine du croire’, en Les
Nouvelles Manières de croire, ed. de Debe recordarse que, desde su surgimiento, el patri-
L. Babes, Les Editions de l’Atelier, monio cultural ha participado de una carga numinosa
París, 1996, pp.48-49.
23 J. P. WILLAIME, ‘La secularisation vinculada a las promesas progresistas de una moderni-
contemporaine du croire’, pp. 48- dad cada vez más globalizada. Como ha subrayado
49, citado en F. LENOIR, Las meta-
morfosis de Dios. La nueva espiri- Lenoir, “los instrumentos de desmitificación y desen- Si consideramos, además, la
tualidad occidental, p. 161. canto del mundo se mitificaron a su vez”, convirtién- reterritorialización y retradicionalización,
24 F. LENOIR, Las metamorfosis de
Dios. La nueva espiritualidad occi- dose en religiones seculares.24 Ello se debe en gran
observaremos que todos estos procesos
dental, p. 150. parte “al hecho de que la noción moderna de progreso
25 D. LOWENTHAL, El pasado es un
supone la laicización de una problemática profunda-
definen la sustancia misma del patrimonio
país extraño, trad. de P. Piedras,
Akal, Madrid, 1998 y A. GIDDENS, mente religiosa”. En el tránsito del siglo XVIII al XIX cultural de la modernidad
Consecuencias de la modernidad.
26 I. GONZÁLEZ-VARAS, Conservación apareció la conciencia de ruptura temporal, mediante el
de bienes culturales: teoría, princi- extrañamiento del pasado y la destradicionalización de
pios y normas, Cátedra, Madrid,
2003. la cultura.25 En esa época se tuvo lugar la “unificación
Política cultural 33 ]
se corresponde exactamente con nuestros recuerdos, funda de Jung, hace referencia en la psique personal a
pues trata de una memoria histórica artificialmente los rasgos o capacidades innatos del individuo que
construida e inoculada por medio de los mecanismos desde la infancia van siendo desplazados hacia el
socializadores de la cultura, que hacen que tales inconsciente, bien con un carácter negativo o de poten-
recuerdos, que tales fragmentos de pasado histórico, cialidad positiva, y que en cualquier momento puede
puedan llegar a ser sentidos como experiencias perso- aflorar, apareciendo como la cara no visible de lo visi-
nales, trascendentes incluso, de manera que memoria ble. Según Jung, lo que él denominó la “función tras-
personal y memoria social se fusionan en un concen- cendente” pretende restituir la totalidad personal lle-
trado donde los fluidos más densos provienen básica- vando aspectos reprimidos o ignorados a lo consciente,
mente del trabajo de la imaginación de las identidades. por lo que ello implica una oportunidad de crecimiento
En su condición híbrida, el patrimonio sintetiza tam- y maduración de la persona.29 Aplicando el concepto de
bién modernidad y tradición. En realidad, la patrimo- “sombra” a lo social del patrimonio, se puede sugerir
nialización de la cultura es inseparable del moder- que, con la creación histórica del zombi patrimonial, la
nismo, entendido éste como un discurso, una ideología modernidad pretende en parte rehabilitar la “sombra”
y una identidad al servicio de la destrucción creativa en la que con su vertiginoso desarrollo ha ido dejando
del presente, a su vez cercana a las imágenes del evo- a la tradición. De este modo, busca recuperar sus
lucionismo y a los grandes relatos desarrollistas. El potencialidades más positivas, reconociendo las negati-
patrimonio se constituye como producto de la concien- vas, pero alejándolas del patrimonio “presentable”. La
cia reflexiva del modernismo, y en la medida en la que modernidad persigue, al operar así, cierto equilibrio
éste triunfa y legitima los éxitos de la modernidad, entre su destrucción creativa de lo tradicional y la nece-
genera una visión modernizada, es decir, homologada, sidad de creación de sentido en el presente. Desde este
racionalizada y normalizada, del pasado cultural tradi- punto de vista, las vanguardias serían hasta cierto
cional, entre otros motivos porque de esta forma el punto patológicas, al pretender la ruptura total con la
patrimonio puede testimoniar y reforzar la pertinencia tradición, razón por la cual, con la reintegración
del proyecto de la modernidad. Por ello, el patrimonio moderna de la “sombra” del pasado, dichas vanguar-
cultural no solo es una creación moderna sino también dias son finalmente integradas en el zombi patrimonial.
modernista, engastada en el mismo proceso de civiliza- Hasta el extremo de que cuando las vanguardias mue-
ción. Irónicamente, la propia modernidad deviene tam- ren como tales, dejan de ser vanguardias y solo pueden
bién cantera de nuevas tradiciones, pues en la medida permanecer vivas como vanguardias patrimonializadas,
en que se agudiza su historicidad, a causa de su propia es decir, como vanguardias zombi.
dinámica de cambio intensificado, disminuye el umbral El carácter híbrido del zombi patrimonial se aprecia
de obsolescencia y aumenta exponencialmente la zona asimismo en lo que se podría denominar como combi-
de aquello potencialmente patrimonializable. nación de recuerdo y olvido. Efectivamente, en unos
En el seno del patrimonio cultural, así como del pro- tiempos caracterizados por el aumento del territorio
pio proceso de patrimonialización, la tradición aparece del pasado y la disminución del territorio del presente,
como un dispositivo discursivo (convención retórico- se plantea la paradoja de que el hambre de anamnesia
ideológica) al servicio de las definiciones sociales de la (de memoria y de recuerdo) pueda llevar, bajo condi-
identidad, del ejercicio del poder o de los mecanismos ciones de mercantilización, espectacularización y con-
de mercado, consistiendo en una reinterpretación sumismo, a una especie de bricolaje o hibridación de
selectiva del pasado tradicional con la finalidad de legi- pasados que acabe por producir una suerte de amnesia
timar históricamente los proyectos de un presente o “memoria amnésica”. Dicho de otro modo, la propia
extrañado del pasado, todo lo cual se traduce en un inflación y saturación del patrimonio cultural puede lle-
constructo social reflexivo, multiforme, flexible, plural gar a desactivar la pretensión primigenia de anamnesia
y en constante transformación. Como se demuestra para instaurar una amnesia con apariencia de cultura
con la patrimonialización de la cultura, la contraparte de la memoria. Esta convivencia o fusión de memoria
inevitable de la modernidad es el deseo social de “res- amnésica y anamnésica remiten a la combinación de las
taurar” la tradición como fuente de sentido y paraguas prácticas tardomodernas del zapping y el surfing sobre
legitimador. De alguna manera, podemos valorar la tra- el pasado, en una práctica que bien puede bautizarse
dición en el seno de la modernidad como la necesidad como espeleología de la memoria. El zapping plantea
de esta última de integrar su “sombra” histórica. El un tratamiento atomizado del pasado, que permite
concepto de “sombra”, tomado de la psicología pro- pasar de uno a otro fragmento de pasado en clave
espectacular, sin reflexión, sin culpa, con miras al ocio
hedonista, gozando con la programación de canales
televisivos como Canal Historia o Discovery Channel.
En estos mismos canales, pero también en los parques
temáticos, los centros comerciales y los circuitos turís-
Como se demuestra con la patrimonialización ticos, se practica el surfing, entendido como el trata-
de la cultura, la contraparte inevitable de la miento en superficie del pasado, una práctica que nos
modernidad es el deseo social de “restaurar” permite deslizarnos, sobre la suave mesa homologada
la tradición como fuente de sentido del patrimonio-atracción, por las olas estrella de la his-
y paraguas legitimador toria, sin necesidad de saber cómo se formaron éstas ni
los efectos que generaron. Simultáneamente, las ante-
riores prácticas se combinan con el shopping, o venta a 29 C. G. JUNG, Recuerdos, sueños,
pensamientos, trad. de M. R. Borràs,
la carta en el mercado de una serie de experiencias del Seix Barral, Barcelona, 2005.
[ 36 Un zombi de la modernidad
Tierra Mítica. Prats, de hecho, llama a estas activacio- nocientífico, como por cualidades netamente espiritua-
nes patrimoniales “activaciones híbridas”, ya que jue- les situadas no sólo en el seno de las religiones clási-
gan con la mezcla de patrimonios para diversos fines cas, sino más allá, en las nuevas coordenadas variables
identitarios, sociales y turísticos.32 de una espiritualidad alternativa holística de carácter
Pero la hibridación patrimonial con un claro carácter globalizado y plural.
desterritorializado no acaba aquí, ya que la podemos
detectar en otros ámbitos. Así ocurre con los patrimo-
nios híbridos de origen o en curso (fiestas, artesanías, BIBLIOGRAFÍA
músicas, lenguas, ferias o indumentaria), insertos en A. APPADURAI, La modernidad desbordada.
procesos de espectacularización o ecualización, o con Dimensiones culturales de la globalización, Trilce-FCE,
los renombrados “espacios culturales”, reconocidos Buenos Aires, 2001.
por la UNESCO como muestra de las obras maestras D. HELD, A. MCGREW, J. PERRATON Y D. GOLDBLATT,
del patrimonio oral o inmaterial, y que precisamente a The Global Transformations: Politics, Economics and
raíz de su declaración como tales acaban insertados en Culture, Polity Press, Cambridge, 1999.
los modernos circuitos turísticos, alterando así su faz y O. IANNI, La sociedad global, Siglo XXI, México, 1998.
convirtiéndose en crisol de tradiciones “típicas” (caso, R. ORTIZ, Mundialización y cultura, Alianza, Buenos
por ejemplo, del peculiar universo cultural de la Plaza Aires, 1997.
de Djemma-El-Fnaa de Marrakech). La patrimonializa- G. L. RIBEIRO, Postimperialismo. Cultura y política en
ción de híbridos culturales también deriva del impacto el mundo contemporáneo, Gedisa, Barcelona, 2003.
del turismo y de los medios de comunicación, en el sen- R. ROBERTSON, Globalization: Social Theory and
tido de la fabricación de patrimonios externos o globa- Global Culture, Sage, Londres, 1992.
les que son reincorporados posteriormente en otras
localidades e insertados en su cultura local, tal como ha
sucedido con la exportación y adaptación local del
modelo de Carnavales brasileño, los modelos festivos
anglosajones de Navidad y Halloween o el modelo alco-
yano de fiestas de Moros y Cristianos en su expansión
por el sudeste de la península ibérica.
La modernidad avanzada acentúa la hibridación de
los patrimonios en otros ámbitos: en la publicidad,
donde se fusionan estrategias comerciales y diseños
vanguardistas con la apelación a temas de la tradición,
como sucede con buena parte de la publicidad alimen-
taria; en la reivindicación ciudadana, donde los colecti-
vos “salvamos” no dudan en introducir exposiciones de
arte moderno en los patrimonios tradicionales a salvar
para realzar su propio valor cultural, con el valor aña-
dido de la obra de arte contemporánea; en la refuncio-
nalización moderna de los patrimonios, consistente en
la celebración de festivales o acontecimientos creativos
en entornos patrimoniales (una ópera rock en un teatro
romano o un festival musical intercultural en un área
patrimonial arquitectónica); en las modernas creacio-
nes cibernéticas que utilizan como baza recursos patri-
moniales; o en la generación de museos y espacios
donde se mezclan de manera implosiva lo real y aque-
llo virtual, aquello estrictamente museístico y lo espec-
tacular comercial (caso del Port Vell de Barcelona o el
complejo de los Ciutat de les Arts i les Cièncias de
Valencia).
En suma, se puede sugerir que en el seno de la aguda
desterritorialización cultural que caracteriza la globali-
zación cultural de la modernidad avanzada, el patrimo-
nio cultural está afectado de lleno por las tres manifes-
taciones características de la desterritorialización
(homogeneización, diferenciación y hibridación),
siendo específicamente su acentuado carácter híbrido
el que lo dota de una mayor complejidad y lo introduce
en los conflictos derivados de una multiculturalidad
creciente. En última instancia, el carácter híbrido del
patrimonio se expresa en la simbiosis de cultura
muerta y cultura viva que hace de él un zombi, pro-
ducto paradójico compuesto a su vez tanto por elemen-
32 L. PRATS, Antropología y
tos reencantadores de signo moderno, identitario y tec- Patrimonio, Ariel, Barcelona, 1997.