Acciones Preventivas

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ACCIONES PREVENTIVAS, CAPACITACIONES Y PLANES CORRECTIVOS.

Se recomienda capacitar y/o tomar un diplomado en Transparencia y


Anticorrupción, para formar conocedores de los elementos teóricos y prácticos
generales relacionados con la corrupción, que dominen el espectro legal que
abarcan estos fenómenos y que se conviertan en expertos de la estructura y
funcionamiento del Sistema Nacional Anticorrupción.
 Para obtener conocimientos sobre las principales herramientas para el
análisis y combate a la corrupción.
 Adquirir habilidades para investigar, hacer propuestas de mejoras y resolver
conflictos y litigios penales y/o administrativos relacionados con el tema.
 Identificar el fenómeno social de la corrupción en México y sus posibles
causas.
Así mismo el Fondo de la vivienda del ISSSTE (FOVISSSTE) refuerza acciones
anticorrupción, para garantizar a sus acreditados el libre acceso a los trámites,
financiamientos y no se incurra en omisiones, fraudes y malas prácticas que
dañen o afecten no solo a este organismo, sino también los derechos de los
trabajadores al servicio del Estado.
Es por eso que se pone a sus órdenes el siguiente número.

De forma correctiva se sugiere llevar acabo el Plan de 4 hábitos para


combatir la corrupción.
La corrupción no es exclusiva de los políticos y las empresas: los ciudadanos de a
pie también podemos caer en ella. Sin embargo, también podemos combatirla
incorporando hábitos en nuestra vida diaria.
La corrupción es el abuso del poder encomendado para el beneficio propio.
Diversos estudios calculan que le cuesta a México entre 2 y 10% del producto
Interno Bruto.
Esta práctica no solo se circunscribe a los presuntos desvíos de recursos hechos
por políticos, la creación de empresas fantasma o los sobornos que pagan las
grandes empresas, los ciudadanos de a pie también podemos ser
corresponsables.
Por ejemplo, mientras el 51% de los mexicanos aceptó dar un soborno en rubros
como servicios, salud y educación. “La corrupción de los ciudadanos se da en
cosas muy comunes, infracciones de tránsito, sobornos para obtener permisos o
licencias de construcción. Pero también se da en otros ámbitos, en donde los
beneficios son mayores como en losas contrataciones con gobierno, licitaciones”.
1. Exigir nuestros derechos
El primer paso es conocer los tipos de corrupción que existen. No hay una, sino
múltiples expresiones que van desde un soborno a la policía hasta el lavado de
dinero.
“No hay manera de que el país cambie si creemos que la corrupción se
únicamente darle o no mordida a un policía, para muchos ciudadanos parecería
que es el único acto de corrupción y piensan ‘si no le doy dinero, entonces no
pasa nada”.
La corrupción genera costos monetarios directos e indirectos para la sociedad. Los
directos incluyen el dinero que los ciudadanos y las empresas destinan a pagos de
sobornos para agilizar, aprobar o evitar trámites, pagos, solicitudes o
inspecciones.
Los indirectos van desde una disminución en la inversión extranjera, una mayor
desigualdad en la distribución de los recursos o en una erosión de la legitimidad y
confianza en las instituciones.
El costo promedio de un acto de corrupción fue de 3,044 pesos por adulto víctima
de corrupción en 2021, mientras que por empresa víctima de corrupción fue de
7,419 pesos en 2020, de acuerdo con el INEGI.
El ciudadano común está atado de manos en muchas ocasiones, en otras si tiene
algunos márgenes de maniobra para evitar incurrir o fomentar la corrupción. Hay
que conocer nuestros derechos, cuando nos detienen en la calle y nos amenazan
con llevar el coche al corralón, en muchas ocasiones eso está prohibido”.
2. Decir NO
No solo basta con conocer los tipos de corrupción, los ciudadanos también
debemos aprender a negarnos a estos actos.
Es muy sencillo señalar la corrupción de la clase política, de las grandes
empresas, pero es menos sencillo aprender a decir que no. Aunque pueda ser
riesgoso, decir que no es la única forma de no ser parte del problema.
No hay que facilitar este tipo de actos, debemos resistirnos porque si no, solo
logramos soluciones de corto plazo y estamos derribando lo poco o mucho que
pueda quedar de las estructuras del Estado.
3. Denunciar
México se situó en el lugar 60 de 69 del Índice Global de Impunidad en el 2020,
con lo que se ubica como la novena nación más impune. Esto es un reflejo de que
la ciudadanía confía poco en los mecanismos de denuncia.
No obstante, los especialistas coinciden en que los ciudadanos deben arriesgarse
a denunciar.
Hay que tener el valor cívico de denunciar a aquellos servidores públicos que
pretenden hacer su labor a través de la corrupción si no denunciamos nunca habrá
casos suficientes en las instancias que resuelven, investigan y sancionan y podrán
seguir diciendo ‘aquí no pasó nada.
Si el ciudadano cree que puede haber algún riesgo por presentar una denuncia
como alguna venganza de un servidor público o una empresa, puede buscar
alternativos como las denuncias anónimas, acudir a los medios de comunicación,
entre otras instancias.
4. Organizarse
Para no ser el único que intente presionar a las autoridades en un caso de
corrupción, los ciudadanos deben organizarse, para de esta manera, multiplicar su
fuerza.
A veces, es difícil ser el único que dice que no, que pretende modificar la forma de
hacer las cosas en un sector, tema o comunidad, también hay que participar en las
discusiones políticas en este contexto electoral, para conocer las soluciones que
ofrecen los candidatos para atacar la corrupción.

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