Bioetica en Investigacion
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Principios
Principio de autonomía
El principio ético de autonomía se refiere al respeto por los derechos de cada persona a
tomar sus propias decisiones. En el campo de la investigación clínica, el principio de autonomía se
concreta con la obtención de un consentimiento informado, comprensivo, competente y
voluntario de la persona que va a participar en una investigación. El proceso de consentimiento en
investigación clínica, es un ejercicio de elección inteligente que hace la persona basada en
información suficiente y comprensible.
Este principio debe entenderse como la obligación de no hacer daño a las personas que
participan en una investigación, en el terreno práctico tratando de maximizar todos los posibles
beneficios y previendo las acciones necesarias para minimizar los eventuales riesgos. En la
correcta aplicación del principio de beneficencia en la vida práctica, es de máxima relevancia
la evaluación riesgo/beneficio que de manera obligatoria debe hacer un comité ético-científico
independiente basado en la revisión del protocolo de investigación antes de su ejecución.
Principio de Justicia
La aplicación concreta del principio de justicia tiene que ver directamente con los criterios
de selección de las personas que van a participar en una investigación, en dos niveles: individual
y social. La justicia individual en la selección de los participantes, implica que el investigador es
equitativo en ofrecer a cada persona las mismas posibilidades de riesgo o beneficio,
independientemente de su condición social, étnica o de género.
La aplicación del principio de justicia en el nivel social se refiere a la distinción que debe
hacerse de grupos de personas particularmente vulnerables como prisioneros, enfermos mentales,
minorías étnicas, niños, mujeres embarazadas, enfermos terminales, en los cuáles los estudios de
investigación deben conducirse solamente en situaciones seleccionadas.
La aplicación del principio de justicia en el nivel social ha sido motivo de una intensa
transformación en las últimas décadas, ya que la exclusión de ciertas poblaciones de estudios de
investigación tales como niños, mujeres embarazadas y algunas minorías étnicas, ha generado un
efecto negativo para ellas, ya que no se genera la información médica necesaria para la aplicación
de muchos avances terapéuticos en esos grupos particulares.
Declaración de Helsinki
Otro precepto de la Declaración es que el BIENESTAR del sujeto debe estar siempre por
encima de los intereses de la ciencia y de la sociedad. Se reconoce que cuando un potencial
participante en una investigación es incompetente, física y/o mentalmente incapaz de consentir o
es un menor, el consentimiento debe darlo un sustituto que vele por el mejor interés del individuo.
Durante la Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el siglo XXI, de 1999, se concluyó
que la práctica de la investigación y el uso del conocimiento científico deben apuntar al bienestar
de la humanidad, contando con el respeto a la dignidad del ser humano y sus derechos
fundamentales. Las normas CIOMS han servido para implementar principios éticos que rijan la
conducta de la investigación, biomédica y sociológica en seres humanos. En ellas se indica que
cualquiera investigación que involucre personas (estudios intervencionales) requieren siempre de
una evaluación bioética rigurosa antes de su ejecución, por parte de un Comité Ético Científico
independiente, que garantice que en el desarrollo de los mismos se respetan los principios básicos
de la ética en investigación biomédica.
En 1990 comenzó el proyecto genoma humano, que para el 2000 pretende la identificación
y secuenciación de los 100.000 genes humanos. Conocer el genoma completo significa poder
prevenir y curar enfermedades hereditarias que causan el 30 % de la mortalidad infantil. El
problema es que se haga un mal uso de esa información genética por parte de individuos,
sociedades o Estados.
A finales de 1992 se produjeron los primeros frutos del proyecto con la publicación de los
mapas de segmentos de ADN clonados de los cromosomas Y 21 y dos pares genéticos de la
totalidad del genoma del hombre.
La meta a medio plazo del proyecto genoma humano no es obtener la secuencia total del
mismo, sino la construcción de una mapa completo de cada uno de los 24 cromosomas distintos
que constituyen nuestro material genético. Este mapa debe ser la integración de toda la
información existente sobre cada cromosoma: mapa de los lugares con alteraciones
cromosómicas, mapa genético de secuencias de ADN clonadas o marcadores, y mapa físico con
secuencias aisladas en cromosomas artificiales en levadura.
El primer criterio ético hay que fijarlo en el respeto de la dignidad de la persona humana. El
hombre no es un objeto, una cosa o un medio para conseguir otros objetivos; no puede, por tanto,
ser tratado de esa manera en el laboratorio.
En todo caso, un principio debe ser mantenido de forma clara y absoluta: la inviolabilidad
del genoma humano; es decir, no se puede éticamente alterar el genoma propio de la especie
humana. Es de esperar que los riesgos apuntados serán obviados por la competencia y
responsabilidad humana y, en todo caso, compensados por los beneficios para la humanidad, sin
caer en la manipulación de las personas, en particular de los menos favorecidas.
El término clonación describe una variedad de procesos que pueden usarse para producir
copias genéticamente idénticas de un ente biológico. El material copiado, que tiene la misma
composición genética que el original, se conoce como clon. Los investigadores han clonado una
gran variedad de materiales biológicos, entre ellos genes, células, tejidos e incluso organismos
enteros, tales como una oveja.
En los últimos 50 años, los científicos han realizado experimentos de clonación en una
gran variedad de animales usando una diversidad de técnicas. En 1979, los investigadores
produjeron los primeros ratones genéticamente idénticos al dividir embriones murinos en el tubo de
ensayo y luego al implantar los embriones resultantes en los vientres de ratonas adultas. Poco
tiempo después, los investigadores produjeron las primeras vacas, ovejas y pollos genéticamente
idénticos al transferir el núcleo de una célula tomada de un embrión en las primeras etapas a un
óvulo al que se le había quitado su núcleo.
Sin embargo, no fue sino hasta 1996, que los investigadores tuvieron éxito en clonar al
primer mamífero de una célula (somática) madura tomada de un animal adulto. Después de 276
intentos, investigadores escoceses finalmente produjeron a Dolly, el cordero de una célula de la
ubre de una oveja de seis años. Dos años después, investigadores en Japón clonaron a ocho
terneros de una sola vaca, pero sólo sobrevivieron cuatro. Además de ganado vacuno y ovejas,
otros mamíferos que han sido clonados de células somáticas incluyen: gato, venado, perro,
caballo, mula, buey, conejo y rata. Además, se ha clonado un macaco de la India mediante la
división de un embrión.
En el 2002, Clonaid, parte de un grupo religioso que cree que los seres humanos fueron
creados por extraterrestres, dio una rueda de prensa para anunciar el nacimiento de lo que
afirmaban ser el primer ser humano clonado, una niña llamada Eva. No obstante, a pesar de
reiteradas solicitudes por parte de la comunidad de investigación y los medios de comunicación,
Clonaid nunca presentó ninguna prueba para confirmar la existencia de este clon ni de los otros 12
clones humanos que supuestamente creó.
En el 2004, un grupo dirigido por Woo-Suk Hwang de la Seoul National University en Corea
del Sur publicó un artículo en la revista Science en el que afirmaba haber creado un embrión
humano clonado en un tubo de ensayo. Sin embargo, posteriormente, un comité científico
independiente no encontró ninguna prueba para respaldar dicha afirmación y, en enero de 2006, la
revista Science anunció que el artículo de Hwang había sido retractado.
Desde una perspectiva técnica, la clonación de seres humanos y otros primates es más
difícil que la de otros mamíferos. Otro motivo es que las dos proteínas esenciales para la división
celular, conocidas como proteínas fusiformes, están ubicadas muy próximas a los cromosomas en
los óvulos primates. Por consecuencia, la extracción del núcleo del óvulo para hacer espacio para
el núcleo del donante también elimina las proteínas fusiformes, interfiriendo así con la división
celular.
En otros mamíferos, tales como gatos, conejos y ratones, las dos proteínas fusiformes están
extendidas por todo el óvulo. Por lo tanto, la extracción del núcleo del óvulo no resulta en la pérdida
de las proteínas fusiformes. Además, algunos tintes y la luz ultravioleta utilizados para sacar el
núcleo del óvulo pueden dañar a la célula primate e impedir su desarrollo.