Didactica y Curriculum Tramo
Didactica y Curriculum Tramo
Didactica y Curriculum Tramo
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
UNIDAD 1
Las relaciones entre Didáctica y Curriculum
UNIDAD 2
Curriculum e institución
UNIDAD 3
Analizar la programación de la enseñanza
UNIDAD 4
La planificación de la enseñanza
UNIDAD 5
La evaluación en la enseñanza
UNIDAD 6
Sobre la organización de la enseñanza: formatos y contenidos
2
INTRODUCCIÓN
Este documento reúne temas que no siempre se tratan de manera conjunta. Son los que
corresponden a "didáctica" y a "currículum". Es sabido que ambos campos de estudio se
han desarrollado de manera relativamente separada y que esto respondió a distintas
maneras de tratar los problemas educativos.
La teoría del currículum adquirió importante desarrollo en los países anglosajones
caracterizados históricamente por sistemas educativos descentralizados y con bastante
autonomía por parte de las comunidades en la definición del currículum. En nuestro país, el
marco de decisión se desarrolla, habitualmente, entre el Plan de estudios y la enseñanza,
ya que el currículum es una decisión gubernamental. Distintos temas referidos a la teoría
del currículum se subsumieron, entonces, en unidades como "selección y organización del
contenido" o "programación".
En el Plan del Tramo De Formación Pedagógica de la formación se consideró adecuado
ofrecer elementos de ambos campos, tanto en lo que hace al aspecto más específicamente
"didáctico" del currículum, como a los problemas más generales de las políticas curriculares.
En este trabajo se realiza un planteo general con relación a la didáctica que propone
elementos metódicos para la comprensión de la actividad en clase, para su programación y
para la toma de decisiones ligadas con la enseñanza y con el marco institucional en la que
se desenvuelve.
Se quiere proponer que la utilidad de un trabajo en didáctica general -en las condiciones
actuales del conocimiento didáctico, de funcionamiento de los sistemas de formación y de
actividad docente en las escuelas- reside en su capacidad de operación sobre cuatro
dimensiones. La primera se relaciona con el establecimiento de una perspectiva o enfoque
general de trabajo (un marco general para la interpretación y la dirección de la actividad en
clase). La segunda, con la obtención de elementos conceptuales que permitan ubicar la
actividad de enseñanza en el marco de las políticas curriculares que la condicionan y
participar de la discusión político educativa en torno de esas cuestiones. La tercera consiste
en la adopción de una modalidad para la definición y la resolución de problemas, en
particular, para realizar opciones metodológicas. La cuarta, con el desarrollo de
competencias básicas en el plano instrumental.
Objetivos
Examinar y comprender la complejidad de la enseñanza.
Adentrarse en la complejidad del campo curricular, y en la comprensión de los
modos en que el curriculum atraviesa y significa las prácticas de enseñanza.
Reconocimiento de los componentes de la programación de la enseñanza.
Análisis de diversos recursos y técnicas didácticas en función de los contenidos, las
expectativas de logro, el grupo de alumnos y los fundamentos pedagógicos
Valoración de la importancia de sostener prácticas pedagógicas que resaltando el
tratamiento de los contenidos, generen mejores aprendizajes con la real
participación del alumno.
Introducción
4
En este sentido y de una manera general asumimos que el conocimiento científico
se ocupa de describir y explicar el objeto de estudio al que se refiere. Sostenemos
que la Didáctica describe la enseñanza cuando da cuenta de sus partes
constitutivas y de sus cualidades. Este tipo de explicaciones apuntan a dar cuenta de
la multiplicidad de dimensiones que intervienen en la situación a la que esperan
darle inteligibilidad, además de los sentidos que los sujetos sociales como tales les
asignan a sus acciones.
En otros términos, la Didáctica es una disciplina normativa que se ocupa de la
enseñanza. Si bien en la materia 6, DIDACTICA, se desarrolla las características de
esta disciplina, basta aquí mencionar que la Didáctica, desde su surgimiento como
disciplina, ha estado preocupada por ayudar al docente a enseñar. Muchos autores
la definen como una disciplina teórico-práctica o como una “caja de herramientas” 4
(Feldman, 2002; Davini, 2008).
En la Argentina, es la Didáctica proveniente de Europa la disciplina con mayor
tradición de pensamiento, aquella que más aportes ha brindado para pensar los
problemas educativos. No obstante y tal como lo plantea Camilloni (1996), existen
ciertas controversias acerca de si la Didáctica es una teoría de la enseñanza, como
lo indica la tradición europea; si se confunde con la Psicología educacional más
propia de la tradición norteamericana; o si debe ser reemplazada por alguno de sus
objetos de estudio, entre ellos el Curriculum.
Cols, Amantea, Cappelletti y Feeney (2002) postulan que históricamente la
Didáctica (general) se ha caracterizado por producir un discurso normativo acerca de
la enseñanza y, específicamente, acerca del contenido, el método y la evaluación.
Es precisamente esta tradición – como veremos a continuación– la que recibió en la
década del ’60 el impacto de la teoría curricular de corte tecnológico y proveniente,
principalmente, de los Estados Unidos.
Más allá de las vicisitudes por las que ha transitado la Didáctica como disciplina,
cuya profundización no es absolutamente pertinente a los fines de este capítulo, ya
que se desarrolla en la materia 6, podemos decir que la Didáctica se encuentra en la
actualidad en un “momento de reconceptualización” (Feldman, 1999, 2002; Cols,
2003) o de nueva reconceptualización.
Una acepción dada por el uso: el currículum es una norma oficial escrita
7
Desde una concepción técnica, que utiliza las metáforas de la ingeniería y de
la gestión industrial para comprender y transformar la educación, el currículum es
un documento que especifica los resultados de aprendizaje deseados.
En esta concepción, el educador es un mecánico, un práctico experto cuya
función no reside en ponerse a pensar lo que hay que hacer sino implementar una
técnica eficiente para cumplir con aquello que se le pide que haga. Según esta
concepción ingenieril e utilitaria, la base de la elaboración del currículum no son los
cuerpos de conocimiento organizado en términos académicos, sino lo que las
personas hacen. Los expertos del currículum deben analizar las habilidades, los
hábitos y las actitudes necesarios para vivir y producir en sociedad; el resultado de
este análisis provee los objetivos concretos que el currículum debe organizar. La
educación es una actividad de entrenamiento eficiente en la adquisición de esas
conductas y un individuo educado es analizable como una sumatoria de
competencias simples. Esta es, claramente, una forma de pensar la educación a
partir de un modelo tecnicista.
Según esta tradición el currículum adopta la forma de un modelo que
determina los resultados que se deben alcanzar. Estos resultados se expresan en
términos de conductas observables, medibles y evaluables. Intenta hacer más
eficiente el proceso educativo:
a. El currículum oculto
Una primera cuestión se relaciona con lo que Philip Jackson –en su libro La
vida en las aulas (1968) – denominó el “currículum oculto”. El currículum oculto es
el conjunto de influencias formativas que la escuela ejerce sistemáticamente
pero que no están explicitadas ni formalmente reconocidas. Esto incluye
diversos tipos de resultados: a) resultados no previstos y que los docentes
consideran negativos, b) resultados buscados pero no explicitados, c) resultados
ambiguos y genéricos. Estos resultados pueden implicar aprendizajes tan
importantes para el alumno como: a) el reconocimiento de los modos de satisfacer
las exigencias y los gustos de un docente, b) saber cuándo engañar o simular es
una conducta tácitamente aceptada, c) el modo en que se simula poseer
determinados conocimientos, d) las maneras de hacer transcurrir el tiempo, e) las
formas de agradar a sus compañeros, etcétera.
Su importancia tampoco es menor para el docente, ya que el funcionamiento
de un currículum oculto más o menos reconocible permite prever cómo funcionará
una clase o cuánto tiempo tardan los alumnos en realizar una tarea en forma
“normal”.
Gracias a ese funcionamiento, todo maestro sabe que, buena parte del
tiempo de clase, los chicos trabajan “a reglamento”; en este sentido, este currículum
no es “oculto” sino “no dicho”. El problema es lo que el docente hace a partir de este
“descubrimiento” Pero la experiencia del alumno y del docente también está
marcada por aquello que ha sido excluido de la escuela. Por eso, otros autores
distinguen entre el “currículum explícito”, “el currículum oculto” y el “currículum
ausente” (o “currículum nulo”). Esta última noción se refiere a todos los
conocimientos, valores y experiencias que el alumno no encontrará en la escuela y
que determinan su formación. En definitiva, no aprender o no conocer determinados
aspectos de la realidad social, es “aprender” a no ser o a no poder hacer tal o cual
cosa. Estas nociones (“currículum oculto”, “currículum nulo”, “currículum no escrito”)
son sumamente útiles para analizar aspectos no contemplados o no reconocidos
por la noción del currículum como modelo de la práctica.
14
resolver los problemas de enseñanza que se nos presentan cotidianamente a
los docentes?
En este sentido, dependiendo del posicionamiento del autor y de los límites
que visualice para su propio campo disciplinar, quedarán configuradas las
relaciones entre las dos disciplinas.
Además, con respecto a las áreas de incumbencia de la Didáctica y el
Curriculum, se puede decir que la primera ha estado más inclinada a pensar las
cuestiones de método, es decir, el cómo enseñar, mientras que el segundo se
ha ocupado de manera prioritaria por el qué enseñar. No obstante, las
preocupaciones de la Didáctica siempre fueron más amplias que el método y
abarcaron otras dimensiones, como por ejemplo, las intenciones educativas –
objetivos, fines, propósitos–, el contenido, la organización de la clase, los
recursos, la evaluación de los aprendizajes y de la enseñanza, la formación
docente, etc. (Cols, Amantea, Cappelletti y Feeney, 2002; Amantea, Cappelletti,
Cols y Feeney, 2004; Camilloni, 2007a).
Para el caso de Argentina, hay diferentes trabajos que analizan las
relaciones entre Didáctica y Curriculum desde una perspectiva histórica y
contextualizada. Por ejemplo, podemos mencionar Zoppi y Aguerrondo (1991),
Palamidessi y Feldman (2003), Feeney (2007, 2014). Estos trabajos analizan
distintas dinámicas político-educativas, los vínculos que se van generando
entre la Didáctica y el Curriculum como disciplinas y entre ellas y su
intervención en el sistema educativo nacional por medio de diferentes sujetos
del campo.
Por su parte, si bien Davini reconoce las preocupaciones de la Didáctica
sobre el curriculum, también visualiza que se ha producido una especialización
del campo curricular en los últimos años. A partir de la administración y gestión
del sistema educativo, y de las demandan vinculadas al diseño, puesta en
marcha y evaluación de curricula, para la autora se ha ido especializando la
teoría curricular. No obstante, “tanto las complejas construcciones teóricas
especializadas como el creciente papel de las burocracias han producido un
creciente distanciamiento entre las propuestas curriculares y la realidad del
desarrollo del currículo en las escuelas” (Davini, 2008: 69).
Bibliografía Unidad 1
Amantea, A., Cappelletti, G., Cols, E., y Feeney, S. (2004). “Concepciones
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15
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Introducción
El proyecto educativo y la Institución
El proyecto y los sentidos asociados
Proyecto: organización y objetivos
Proyecto, sujetos y recuperación del poder
17
Introducción
Desde un punto de vista contextual, consideramos que todo proyecto vincula con
aspectos sociales más amplios que la propia organización, siendo los conflictos y
contradicciones sus constantes dinamizadoras. En este marco se destaca el poder
convocante del proyecto siempre que constituya una vía de transformación en el
que los sujetos partícipes puedan ejercer su propio acto-poder (Mendel, 1993).
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atribuyen a la relación proyecto-organización y a la de los objetivos que consciente e
inconscientemente sustentan los grupos y sujetos implicados.
Un aspecto de importancia para el análisis es dar cuenta del carácter cultural del
proyecto y de cómo contribuyen en su configuración y se reflejan en él, la historia
institucional y las condiciones de su devenir, como así también su potencialidad,
bajo ciertas condiciones, de contribuir a la recuperación del propio poder de las
personas.
- Concibe el sistema de que trate regido por leyes o normas cuyas variables
pueden ser modificadas y cuyo comportamiento es predecible. Predomina
una idea determinista de la realidad y de máxima racionalidad en las
previsiones. En la perspectiva compleja y relacional de lo social es difícil
prever el efecto de una acción, se puede prever un espacio de posibilidades.
19
sus propósitos, deseos e intereses cambiando la realidad constantemente.
No se admiten diversas lecturas de un problema, cuyas visiones son distintas
pues las expectativas de los actores son distintas. Distanciamiento entre
éstos y otros involucrados en los procesos.
20
interpersonales, ansiedades, defensas, fantasías inconscientes que provocan
confusión entre el mundo externo y el interno e impiden cambios y desarrollos. Si
éstas no se abordan queda en peligro la integración psicosocial tanto en el eje
vertical –relaciones con la autoridad– como horizontal –las relaciones entre pares.
Por el contrario, la resolución de conflictos latentes estimula la cohesión, integración
y marcha del proyecto.
Con respecto a la faz política, toda organización tiene un sistema de autoridad que
se ocupa de la conducción, distribución y coordinación de tareas. Junto con este
sistema, surgirá espontáneamente, un nivel político paralelo que conforman grupos
de poder con intereses diversos y que producirá presiones manifiestas y
encubiertas.
En cuanto a las modificaciones del contexto, éstas no sólo se traducen allí sino que,
se manifiestan en la dinámica interna y según sea su magnitud pueden llevar a la
transformación y hasta desaparición de las organizaciones. Las crisis afectan la vida
institucional, impactando muchas veces en forma devastadora. Esta situación, se
agudiza en aquellos casos en que el proyecto no es claro, ni compartido o al que se
ha debilitado. No obstante, las organizaciones con proyectos enraizados en la
gente, con capacidad de transformación se han mantenido a pesar de condiciones
adversas.
Bibliografía Unidad 2
Introducción
Algunas especificaciones
Niveles de concreción o de especificación curricular
Funciones de la programación
Enfoques de programación
Decisiones principales del docente en torno a la programación
La importancia de la programación de la enseñanza
22
Introducción
Algunas especificaciones
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La representación de las prácticas de enseñanza se relaciona con la segunda
característica aludida, a saber, la anticipación. La programación de la enseñanza
colabora con el docente en la anticipación, en la previsión de todos aquellos medios,
acciones, recursos que se deberán utilizar para darle concreción de esas prácticas
de enseñanza representadas previamente. Pero como sucede siempre que
hablamos de procesos sociales, no podemos prever todo. Siempre va a quedar un
margen para lo imprevisible, reservado para los emergentes propios de las prácticas
de enseñanza y de aprendizaje, y de los procesos de interacción entre docentes y
estudiantes. Pero aun así, seguimos apostando a la importancia de la programación
porque la previsión realizada permite liberar energía mental para poder atender
coherente y adecuadamente a los imprevistos.
En tercer lugar, la enseñanza puede ser definida como aquella práctica intencional
en la que se ponen en diálogo al menos dos sujetos en torno a un contenido.
Fenstermacher (1989) caracteriza esta definición como concepción genérica. Es una
definición que busca aproximarse de una manera descriptiva a una práctica
compleja resaltando sus rasgos básicos.
24
programación se pasa de la selección general del curriculum al trabajo en clase”
(2010a: 42). Así conceptualizada, la programación puede ser representada como
una bisagra que vincula el curriculum prescripto y el curriculum real.
Todas las decisiones que se toman y las acciones que se desarrollan en las
escuelas deben converger en la posibilidad de hacer efectivas más y mejores
oportunidades de aprendizaje para todos los alumnos. De este modo, todas las
decisiones tienen un sentido curricular (aunque a veces este sentido no esté lo
suficientemente explícito o permanezca oculto).
Este proyecto define las señas de identidad de la institución, formula los objetivos
generales que la misma persigue y expresa su estructura organizativa, de forma
coherente con el contexto escolar en el que está inmersa
La tensión que presenta entre programa y programación ubica del lado del primero
todos aquellos controles propios de todo curriculum que busca ser llevado a la
práctica, mientras que reserva para el segundo término aquellos espacios
decisionales del docente en la bisagra que se configura en la articulación, siempre
compleja, entre el programa, lo prescripto, y los sujetos destinatarios. Nos interesa
recuperar este sentido de programación por el espacio que reserva para la
toma de decisiones por parte del docente en materia de enseñanza.
Funciones de la programación
Enfoques de programación
Esta premisa tiene varias consecuencias que pueden ser analizadas en el marco de
la Didáctica. En primer lugar, que hay una Didáctica de base tecnicista asentada
sobre estos supuestos, concebida como una disciplina que debe ayudar a los
docentes a enseñar bien pero también a planificar bien. Asimismo se entiende que
30
un docente que sabe planificar, que sabe redactar correctamente los componentes
de una planificación, es un docente que sabe enseñar.
En tercer lugar, las decisiones del docente en torno a la programación y a cada uno
de sus componentes, en el marco de la perspectiva técnica, quedan limitadas a
decisiones técnicas. Los problemas vinculados a la programación de la enseñanza
se resuelven técnicamente, como puede ser, apoyándose en los distintos materiales
disponibles destinados a la correcta redacción de los objetivos del curriculum. Es
decir, son problemas acotados, delimitados, para los cuales hay una solución ya
disponible o a construir pero con saberes disponibles que el docente puede
implementar. En este sentido, muchos de los problemas complejos relativos a la
programación (de orden cultural, social, profesional, político, ético), quedan
reducidos a problemas técnicos referidos a cómo redactar tal o cual componente.
Retomando el texto de Cols (2004), dijimos que la autora identifica además del
enfoque precedente, el procesual-práctico. Podemos decir que este enfoque se
posiciona en las antípodas del enfoque técnico, o que se configura en la crítica a
muchos aspectos defendidos por el enfoque técnico.
[…] No puede haber desarrollo educativo sin el del profesor y el mejor medio para esto
no se obtiene clarificando los fines, sino criticando la práctica […] (Stenhouse, 1991:
126).
Sobre la base de estas críticas se edifica el modelo de proceso, que recupera dos
posibilidades de diseño curricular desechadas por Tyler. Recordamos que este
último opta por la especificación de los objetivos al comienzo del diseño
descartando la entrada por las actividades que debe desarrollar el profesor así como
también por el contenido que tienen que aprender los estudiantes. Ambos casos,
para Tyler, adolecen de clarificar qué es lo que los estudiantes de-ben lograr con el
contenido, perdiendo eficacia para la orientación del proceso de aprendizaje.
¿Existe un tercer enfoque superador de los dos anteriores que nos permita
volver a pensar la programación de la enseñanza?
Cabe aclarar que cuando hablamos de intenciones, incluimos los propósitos y los
objetivos. Aunque íntimamente relacionados, podemos diferenciarlos diciendo que
los primeros se formulan en términos de lo que los docentes pretendemos con las
prácticas de enseñanza. Algunos autores y en algunos documentos curriculares, se
habla de objetivos de enseñanza para aludir a este tipo de intenciones. Los
objetivos a secas o los objetivos de aprendizaje, como algunos diseñadores
prefieren especificar, se enuncian dando cuenta de lo que esperamos que los
estudiantes alcancen, logren, hagan con determinados contenidos que circulan en la
enseñanza y en el aprendizaje (Cols, 2004; Basabe y Cols, 2007).
Por otro lado, otro componente básico de toda programación, refiere a los
contenidos. Definidos genéricamente como todo aquello que se enseña y se
aprende, o como lo que se transmite en la enseñanza, ese tercer polo que junto con
el docente y los estudiantes integra el triángulo didáctico
Es válido destacar también aquí los márgenes de realización del docente porque, si
bien los contenidos, al igual que las intenciones, aparecen definidos en el curriculum
oficial, los docentes tomamos en este sentido importantes decisiones,
principalmente en torno a su selección, secuenciación y organización en el marco de
nuestra programación.
34
Por último, aunque no menos importante, debemos mencionar el marco referencial.
Este componente básico de la programación acompaña todas las decisiones
precedentes. En el marco de la perspectiva procesual-práctica en la que nos
asentamos para entender la programación, el proceso de diseño es recursivo por lo
que los componentes se diseñan conjuntamente, yendo y viniendo de uno a otro,
hasta que el conjunto adquiere coherencia (Cols, 2004). También aquí nos
distanciamos de una perspectiva técnica o racional que propone un diseño lineal.
Bibliografía Unidad 3
35
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Cols, E.; Basabe, L. y Feeney, S. Op. Cit. (pp. 61-70).
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36
¿Para qué hacer planes en la escuela?
La planificación: ¿problema o desafío para los docentes?
¿Desde qué posición se piensa a la planificación?
La planificación en la actualidad
Los condicionantes de la planificación
Un modelo básico
Las variables de la planificación de la enseñanza
Las metas, objetivos o expectativas de logro
La selección del/de los contenido/s
La organización y secuenciación del/de los contenido/s
Las tareas y actividades
La selección de materiales y recursos (hablar sobre las nuevas
tecnologías)
La organización de la clase
La participación de los alumnos
La evaluación de los aprendizajes
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A lo largo de tiempo la planificación ha pasado por diferentes formatos, dado que se
ha planificado de diferente manera. Estas variaciones muchas veces son percibidas
como el producto de modas pasajeras. La planificación ha sufrido avatares como
consecuencia de las diferentes concepciones de currículo vigentes en cada época,
como también por la función que se le ha atribuido a la educación en cada momento
histórico y, ligado a ello, las relaciones y prioridades que se fueron con figurando
entre el aprendizaje, la enseñanza y el conocimiento.
La planificación implica, por parte de quien la realiza, una síntesis entre lo subjetivo
y lo objetivo. Esto es, en el momento en que se construye, se pone en marcha y se
evalúa la planificación, el docente pone en juego deseos, intereses y emociones
junto con aspectos objetivos (normativas, marco teórico). La instancia de
planificar es un momento cargado de emoción, compromiso y responsabilidad:
emoción porque realizar una planificación despierta en quien la hace sentimientos
variados (gusto, deseo, placer/ displacer, etc.); compromiso con la tarea de enseñar
desde un posicionamiento político pedagógico; responsabilidad de poner en diálogo
el currículo prescripto con las necesidades de aprendizaje de los niños.
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necesidad de orientaciones que ayuden a planificar cobra un lugar relevante para
comprender por qué resulta dificultosa/ problemática esta tarea.
La planificación resulta una tarea que el docente debe realizar, en tanto anticipación
y representación escrita, para enseñar determinados contenidos.
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Se traza así un plan de acción flexible- que se constituye en un organizador de lo
que se pretende enseñar y de lo que se prevé hacer para ello.
Para comprender mejor esta idea, pensemos en un ejemplo de nuestra vida diaria.
Muchos adultos tenemos una agenda en donde organizamos (anticipamos) lo
que haremos durante la semana. Pero en el transcurso de la semana suceden
situaciones imprevistas que nos llevan a modificar ese plan previo, se enferma un
hijo y tenemos que llevarlo al médico, hay un paro de transporte y ese día no se
puede llegar al trabajo, hay corte de luz y no podemos trabajar en la computadora,
etc. La realidad no coincide con lo planificado en la agenda, porque es compleja,
cambiante y dinámica.
Comparar este ejemplo de la vida cotidiana con la vida en las aulas ayuda a
entender que la complejidad de la situación de enseñanza, al igual que la
complejidad de la vida cotidiana, no puede ser programada en su totalidad, ni puede
ser aprehendida por la escritura de la planificación. No todo se puede anticipar en el
acontecer de la realidad suceden muchas cosas no contempladas en el plan escrito.
Muchas veces, esta percepción es tomada por los docentes como excusa- o al
menos como un obstáculo para escribir la planificación, lo importante es poder
comprender la puesta de marcha de ese plan escrito que -al cobrar vida en la
complejidad y el dinamismo de la situación de enseñanza- se ve modificado por la
interacción dinámica del clima de la clase, las relaciones entre el docente y los
alumnos, el contexto, etcétera.
La planificación en la actualidad:
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Para concluir y sintetizar lo dicho, indicaremos en este punto cuándo la planificación
resulta útil al trabajo profesional docente, y cuándo se transforma en una práctica
inútil, que no apoya el mejoramiento del aprendizaje en los alumnos y alumnas y
dificulta o vuelve engorroso el trabajo de los profesores y profesoras. La invitación
es, entonces, a resignificar la forma en que habitualmente se entiende la
preparación de la enseñanza, asumiéndola desde una perspectiva clara, bien
fundamentada y flexible, que trate al docente como un profesional capaz de tomar
sus decisiones, y no como un mero ejecutor que actúa según lo que se le impone
verticalmente. Ello implica, sin embargo, cambios en todos los niveles: en la
formación inicial, en la gestión de las escuelas, en la forma en que desde el
Ministerio se hacen llegar determinadas orientaciones y herramientas a los
docentes, en las condiciones laborales de los profesores y profesoras, entre muchos
otros factores.
Debemos pensar que planificar es un acto de gobierno y de control sobre los otros;
es un proceso de toma de decisiones que involucra la vida de los demás. Decir esto
no implica quitarle al docente la responsabilidad central que le cabe en esta tarea.
Simplemente, es un modo de recordar que los demás implicados en el asunto
también tienen cosas para decir y aportar.
Un modelo básico
Primeramente desarrollaremos los tipos de planificaciones se tienen en cuenta para
organizar la tare
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calendario escolar que requieren un tratamiento específico como las efemérides o
salidas didácticas.
b. Planificación periódica: Parten del plan anual y toman un período acotado. Son
más específicas que el plan general. Su duración dependerá de la propuesta y del
ritmo de aprendizajes de los alumnos y alumnas. Pueden tomar forma de unidad
didáctica, proyecto o secuencias didáctica. Deben plantearse con claridad los
objetivos, los contenidos, las actividades, los recursos y las formas de evaluación.
Deberá estructurarse de manera sencilla y clara, porque lo que importa es su
funcionalidad y comunicabilidad.
9
Esta serie de variables cambia según el planteo de los distintos autores. La cuestión central es que las variables
que se destaquen sean coherentes con la concepción de enseñanza que se quiere poner en práctica.
45
a. Las metas, objetivos o expectativas de logro
Las metas u objetivos aluden a la intención con las que se llevan a cabo las
acciones. Actúan como guía orientadora, son aspiraciones que se proponen.
Las metas y los objetivos suelen aludir a aspiraciones más bien concretas,
puntuales, más relativas a la tarea cotidiana del docente. Las finalidades y los
propósitos, en cambio, se refieren a aspiraciones más amplias, más generales y por
tanto mucho más básicas.
Estas finalidades suelen ser definidas por los responsables políticos de los sistemas
educativos, pero deberían responder a las finalidades que el conjunto de la sociedad
plantea como compartidas y necesarias. En el camino que conduce al logro de las
grandes finalidades se van realizando las pequeñas metas que hacen posibles a las
primeras.
En el lenguaje en nuestro país en este momento, las metas u objetivos han recibido
el nombre de expectativas de logro. Así es como en el Diseño Curricular para la
escuela secundaria encontramos por ejemplo, Expectativas de logros del bloque 1
de Lengua de Primer Año10:
Toda acción de enseñanza supone la fijación de objetivos; sea para una clase
determinada, un ciclo lectivo o una unidad de aprendizaje. Un objetivo puede ser
identificar los continentes y océanos por su nombre y ubicarlos en el mapa o
iniciarse en el conocimiento de la literatura argentina. Los objetivos pueden ser muy
10
http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/consejogeneral/disenioscurriculares/documentosdescarga/s
ecundaria1.pdf
46
específicos o generales, según sea la acción de enseñanza que se esté
planificando. Por lo general, un objetivo (como Describir gráficamente las parte de
una planta) se formula vinculando un contenido a enseñar (las partes de una planta)
con algún tipo de actividad (describir en forma gráfica). Aquí debemos recordar que
toda situación de enseñanza supone la existencia de un problema para el
estudiante, algo que el estudiante es capaz de resolver si recibe la ayuda y el
contenido necesario para enfrentarlo. Cuando se piensa el objetivo de una clase se
está intentando explicitar el problema que queremos plantear a los alumnos.
Hay muchas maneras y diversas técnicas para formular objetivos precisos y útiles.
Lo que no debe olvidarse es que, así como lo enseñado es múltiple, los objetivos de
la tarea que se propone también lo deben ser. Puede que el maestro no los formule
por escrito o que no los piense de manera explícita, pero son objetivos que están
actuando y que se intentan alcanzar (que los alumnos trabajen en forma individual
de manera eficiente o que realicen sus trabajos de acuerdo con ciertas pautas de
orden y de acuerdo con ciertas convenciones). Claro que no siempre es útil o
práctico escribir en una planificación estos “otros objetivos”. Pero es importante que
el docente los tenga en cuenta: puede anotarlos en una libreta para recordarlos
durante la clase, puede reflexionarlos previamente, puede plantearlos a los alumnos
para que los conozcan y expresen su acuerdo o presenten sugerencias, etc.
47
cierto contenido. La selección se hace a partir de un cierto “menú de opciones” que,
por lo general, se encuentra en el documento curricular. Pero esta selección no
debe basarse en un texto único; debe surgir de la confrontación entre diferentes
alternativas y perspectivas. En síntesis, si bien el currículum ya trae una selección
efectuada a partir de ciertos criterios, el docente debe ir un poco más allá de lo que
éste le plantea y abordar otros textos para poder realizar la selección de los
contenidos.
Es evidente que, así como están planteados estos contenidos, no podrán ser
presentados a los alumnos del primer año de la escuela secundaria. Habrá que
pensar qué es lo que hay que presentar a los chicos para concretar estos
contenidos que aquí se plantean. Los manuales y los libros de texto, realizan su
propia interpretación del currículum y, sobre esa base, seleccionan contenidos a
enseñar. Pero el docente deberá profundizar sus conocimientos lingüísticos para
poder realizar su propio recorte de contenidos. Esto es lo que le permitirá poner más
el acento en una problemática o en otra, dedicarle más tiempo aun contenido que a
otro, etcétera.
Las formas de organización del contenido son diversas y, según sean los objetivos y
las estrategias de enseñanzas propuestas, el/los docente/s puede/n -dependiendo
del nivel de enseñanza y si no hay una orientación de la escuela en sentido
contrario- organizar los contenidos que va a presentar a sus alumnos de acuerdo
con su mejor entender, siempre que se sienta seguro de que puede llevar esta tarea
a cabo. Pero el marco general para organizar el contenido le viene dado al docente
por la parcelación previa en áreas curriculares y por las especialidades de los
docentes mismos: contenidos de Física, de Matemáticas, de Ciencias Sociales.
También podemos hablar hoy de contenidos del Bloque 1 o del Bloque 3.
Cuando tenemos un único docente que desarrolla todas o varias áreas curriculares
-como es el caso de los docentes de 1° y 2° ciclo de la Escuela Primaria éste tiene
mayor libertad para organizar y ordenar en el eje temporal (secuencia) los
contenidos, estableciendo las relaciones entre ellos. Cuando éste no es el caso,
sólo la planificación conjunta entre varios profesores puede lograr una organización
y secuenciación eficaz entre los contenidos. El trabajo en equipo y la organización
escolar exigen de una coordinación en materia de contenidos. Esta coordinación
puede trabajar sobre la secuencia (contenidos que se siguen de un año a otro), la
organización (contenidos que se tratan en cada área) y la integración (contenidos
que se trabajan en forma simultánea o conjunta entre dos docentes o áreas).
49
En la organización del contenido por disciplinas se toma en cuenta la
especialización del conocimiento en campos disciplinares, con las
fundamentaciones teóricas y epistemológicas propias de cada uno. Esta
forma de organización acompañó -y acompaña- toda la trayectoria académica
de la enseñanza media y superior.
Para que los objetivos puedan ser plasmados y para que los contenidos sean
presentados, experimentados e internalizados por los aprendices es preciso
desarrollar diversas actividades y tareas escolares. Aquí reside uno de los
principales retos que enfrentan los docentes: convertir los contenidos en actividades
que constituyan verdaderas experiencias de aprendizaje.
Las tareas son las formas como los alumnos entran en contacto con los contenidos.
Dependiendo de lo que hagan se implicarán y se relacionarán con el contenido de
determinada manera. Lo que sucede a partir de lo que el docente propone depende
de la complejidad de los contenidos, de la actitud del docente, del grupo de
alumnos, de la edad de los alumnos, del contexto más general en que esta situación
educativa transcurra, etc. Al realizar las actividades, el alumno lee, comprende,
asimila, relaciona, expresa, observa, analiza, discute con los demás, aplica,
compara, deduce, generaliza, transfiere, siente, razona, construye, produce. Y, a
través de todo esto, aprende de determinada manera.
Los docentes necesitan contar con un repertorio de tareas apropiadas, para poder
elegir en el momento preciso aquellas más adecuadas y estimulantes. Este
repertorio puede ser construido por el docente mismo en el desarrollo de su práctica
o puede ser organizado por los especialistas de las empresas editoriales y
plasmado en las actividades propuestas por los manuales y los libros de texto. El
docente puede desplegar un patrón reiterativo, monótono, previsible de actividades.
Es el caso del docente que se suela denominar "tradicional", apegado a las rutinas
de la copia, el cuestionario, el dictado, las cuentas y el calcado de mapas. Otros
docentes, confiados en su capacidad de inventiva, organizan las actividades de aula
sobre la marcha: miran el tema a desarrollar y sugieren a los alumnos una actividad.
Pero el resultado de este modo último modo de actuar se asemeja en muchos
aspectos al del docente más tradicional: el patrón de actividades se empobrece, los
desafíos planteados a sus alumnos se rutinizan, la actividad empieza a girar sobre
la actividad misma y no sobre los contenidos que se intentan transmitir. En este
segundo modo de actuar se corre el riesgo de proponer trabajos de equipo porque
eso "es bueno" en cualquier circunstancia y para cualquier contenido; lo que
constituye un supuesto altamente cuestionable.
• La actividad tendrá más valor educativo si les exige a los alumnos detenerse,
reflexionar y examinar temas o aspectos en los que la mayor parte de las
personas no se detiene y que además son abordados de manera
fragmentaria y caótica por los medios de comunicación (los problemas de
género, desigualdad social, responsabilidad hacia los semejantes, guerra,
paz, etcétera.
52
• La actividad debería permitir al alumno controlar lo que va haciendo -como
forma de autorregulación- a través de la aplicación y dominio de reglas
significativas.
• La actividad tendría que incluir los intereses de los alumnos de modo que
éstos se comprometan personalmente en ella.
La presentación del contenido a los alumnos requiere de soportes sobre los que los
alumnos realizarán las actividades; estos soportes son herramientas materiales y
simbólicas que permiten la expresión y el desarrollo de habilidades cognitivas,
prácticas y afectivas. El recurso más utilizado en la situación educativa es también
el más utilizado fuera de la escuela: el lenguaje. El lenguaje hablado o escrito es el
medio principal a través del cual el conocimiento y la sensibilidad se construyen,
almacenan y expresan. Conocemos y codificamos nuestra experiencia a través de
las palabras, pero también a través de fórmulas, gráficos, imágenes fijas y en
movimiento, de modelos y del contacto directo con las cosas.
Y una máxima que conviene a toda enseñanza, pero que sirve especialmente en el
caso de los recursos a utilizar, es la de la pluralidad: los textos sobre un tema -así
como las visiones o perspectivas- deben ser, en la medida de lo posible, plurales. La
historia se puede enseñar con libros de historia comparando las opiniones de
diversos historiadores, pero también se puede promover el aprendizaje a través de
54
filmes, de músicas, de novelas, de cuadros estadísticos, de mapas. La capacidad de
la lectura y la riqueza de la interpretación se desarrollan con la abundancia de
registros, de sensaciones y de informaciones. Cabe, eso sí, al maestro, disponer
una cierta intención educadora para que esa abundancia no derive en confusión o
en sinsentido para el aprendiz poco entrenado en ciertas áreas del saber y del
hacer.
La participación de los alumnos no significa que éstos son los que van a decidir lo
que se va a aprender o no en el aula. Los alumnos pueden analizar y enriquecer el
plan de trabajo propuesto por el docente, generar tareas alternativas, analizar el
trabajo individual o colectivo realizado, buscar materiales y recursos más allá de la
escuela, organizar actividades propias en forma autónoma.
g. La organización de la clase
56
En cuanto al agrupamiento de los alumnos, el docente deberá considerar que hay
tareas que es conveniente realizar de manera individual, en pequeños grupos o en
grupo total, dependiendo del contenido, la homogeneidad o heterogeneidad del
grupo, el nivel de conocimientos, etc. Los agrupamientos pueden ser fijos y
permanentes o flexibles y circunstanciales, dependientes del tipo de tarea que se
realice. Podemos decir, a grandes rasgos, que los agrupamientos fijos tienden a
crear estereotipos en los miembros que los componen (el caso de los grados A, B y
C que agrupan alumnos según su rendimiento o las hileras o filas que agrupan a
chicos con "problemas de disciplina"). Los agrupamientos flexibles tienen como
ventaja que permiten que los alumnos jueguen distintos roles, según su capacidad,
su interés y que se acostumbren a funcionar con diferentes compañeros de trabajo.
57
Desde el momento en que se plantea la evaluación asociada a los objetivos, el
camino hacia su cumplimiento se esclarece, ya que apunta al logro de las metas
concretas planteadas y no únicamente a lo que se enseña en el aula.
58
Las técnicas e instrumentos para evaluar en cada momento son múltiples y
dependerá de cada caso y objetivo la pertinencia de cada una de ellas. A
continuación, se ofrecen algunas sugerencias:
59
Bibliografía Unidad 4
60
Camps, A. (2003). Secuencias didácticas para aprender a escribir. España:
Editorial Grao.
Coll, C (1996). “Constructivismo y educación escolar: ni hablamos siempre de
lo mismo ni lo hacemos siempre desde la misma perspectiva epistemológica”.
En: Anuario de Psicología, N° 69, pp.153-178. Barcelona: Universidad de
Barcelona.
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“Didáctica I”, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires
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Díaz Barriga, A. (2009) Pensar la didáctica, Buenos Aires: Amorrortu.
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didáctica”. En: Revista Iberoamericana de Educación Superior, Vol. IV, núm.
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Educación.
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educación secundaria. Provincia de Buenos Aires. Recuperado de:
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Feldman, D. y Palamidessi, M. (2001). “Programación de la enseñanza”.
Material de trabajo para docentes. Ciclo Básico Común (CBC), Universidad
de Buenos Aires Mimeo. Recuperado de
http://www.cbc.uba.ar/noti/jornada_iep/CT_Feldman.rtf
Fregona, D. y Báguena, P. (2011). La noción de medio en la teoría de las
situaciones didácticas: una herramienta para analizar decisiones en las
clases de matemática. Buenos Aires: Libros del Zorzal.
Meirieu, P. (2002). Aprender sí. Pero ¿cómo? Barcelona: Octaedro.
Perrenoud, P. (2012). Cuando la escuela pretende preparar para la vida.
Barcelona: Grao-Colofón.
Piaget, J. (1985). El nacimiento de la inteligencia en el niño. Barcelona:
Crítica.
61
¿Qué es evaluar?
Primer modelo: evaluar es medir productos de aprendizaje para calificar
a los estudiantes
Segundo modelo: la evaluación es un juicio
Dos modos de evaluar, dos tipos de ejercicio del poder
Nuevas funciones de la evaluación: tres tipos posibles de funciones
¿La evaluación determina el currículum y la enseñanza?
Necesidad de renovar la evaluación
¿Qué es evaluar?
La evaluación -por medio de una prueba o algún otro tipo de instrumento- produce
una cierta información. Una evaluación se propone probar, comprobar algo relativo a
las cualidades esperadas de una persona o una cosa. Como la prueba tiene el fin de
demostrar la bondad o la calidad de algo, también tiene un fin moral: demostrar que
alguien o algo e probo. Evaluar es fijar o establecer el valor social de una cosa o
persona en función de una situación de examen y de una prueba. Se puede valora
los conocimientos de un alumno, su obediencia; se puede valorar el precio fijado a
un inmueble o el costo de oportunidad de realizar una inversión. Evaluar es un acto
de sopesar, medir, estimar. Y el resultado de una evaluación suele ser una
calificación
Evaluar es una acción que supone el ejercicio de un poder; el poder del evaluador.
El que evalúa es reconocido como una autoridad capaz de preguntar, inspeccionar,
examinar, valorar, calificar, jerarquizar personas y cosas; puede tratarse de un
economista destacado, de un periodista deportivo reconocido, de un crítico de arte o
de un docente. Evaluar se parece mucho a la situación de administrar justicia. Se
trata de sopesar y valorar pruebas, calificar a un individuo y tomar una decisión
respecto de su situación. Evaluar es establecer un juicio acerca de una cosa o
persona. El evaluador no es un mero analizador de datos sino alguien que juzga,
que toma una decisión. No por casualidad la evaluación escolar se relaciona muy a
menudo con el poder de premiar, castigar o vigilar.
La evaluación en la enseñanza
62
La evaluación es una práctica pedagógica muy vieja. Mucho antes de que hubiera
una institución escolar, la educación contaba con formas específicas para evaluar
los saberes y las conductas de las personas. 14 Algunos historiadores, incluso,
sostienen que la evaluación formó parte de las primeras formas de
institucionalización de la educación. Pero además de ser una práctica casi tan
antigua como el propio fenómeno educativo, la evaluación es una práctica muy
difundida y de uso diario en los sistemas escolares en la actualidad. Toma las
formas más diversas: un profesor que observa un recreo puede estar evaluando, un
maestro que conversa con un alumno puede estar evaluándolo, cuando un directivo
toma una prueba oral o escrita está evaluando.
Los instrumentos utilizados para la evaluación son muchos y muy variados; también
son muchos y muy diversos los sujetos/actores de la institución escolar que pueden
ser evaluados.15Si bien tradicionalmente los únicos evaluados eran los alumnos, hoy
en día las cosas han cambiado. Los maestros también son evaluados y, con ellos,
toda la institución escolar. Un supervisor que observa una clase puede estar
evaluando a un maestro o incluso, observando los cuadernos puede estar
evaluando la marcha de esa institución escolar. Pero no hay una única manera, sino
diversos modelos, tradiciones o concepciones acerca de lo que es evaluar.
14 Los ritos de iniciación que diversos antropólogos han descripto como parte de la
cultura en las sociedades denominadas "primitivas" constituyen instancias de evaluación
signadas por una prueba; si el individuo supera la prueba (cazar
15 Para estudiar las cuestiones relacionadas con la evaluación de lo aprendido y el diseño de instrumentos de
evaluación, se puede consultar los capítulos 3 y 4 ("La evaluación de los 'saberes' aprendidos" y "La evaluación
de las pruebas de evaluación") de/libro de Bertoni, A., Poggi, M. y Teobaldo, M.: Evaluaci6n. Nuevos
significados para una práctica compleja. Buenos Aires, Kapelusz, 1996. También se puede consultar los trabajos
de Stuf- flebeam, D. y Shinkfield, A.: Evaluación sistemática. Guía teórica y práctica. Buenos Aires, Paidós,
1987 y Santos Guerra, M. A.: La evaluación: un proceso de diálogo, comprensión y mejora. Málaga, El Aljibe,
1993.
63
En este capítulo veremos cómo se relacionan estos tipos de decisiones con dos
modelos de evaluación. Para comprender y diferenciar al primer modelo del
segundo, plantearemos una situación de aula.
64
65
Primer modelo: evaluar es medir productos de aprendizaje para calificar a los
estudiantes
Las evaluaciones que se realizan sobre los productos del aprendizaje son llamadas
evaluaciones sumativas. La evaluación sumativa se propone apreciar el grado de
apropiación de los contenidos por parte del alumno. Su objetivo es emitir un juicio
sobre los resultados, sobre lo que el alumno ha aprendido. El enfoque de este tipo
de evaluación es retrospectiva: juzga al aprendiz desde el final del proceso y se
preocupa por ver qué y cuánto ha aprendido un alumno.
Entre los problemas que presenta este modelo de evaluación basado en la medida
de los productos del aprendizaje, está el que el evaluador efectúa una valoración y
emite un juicio pero no explica ni investiga las causas que llevaron a ese
desempeño. El problema es que no cuenta con mucha información adicional porque
los instrumentos que ha dispuesto para examinar a sus alumnos por lo general no le
aportan otro tipo de datos.
66
Segundo modelo: la evaluación es un juicio
67
4. La evaluación formativa es una tarea de carácter continuo que se puede
realizar a partir de pruebas o de otros instrumentos. En general, combina
distintos tipos de instrumentos formales e informales: la observación, las
guías de evaluación, el análisis de descripciones de clase, las entrevistas a
alumnos, los buzones de sugerencias, etcétera.
68
1. ¿Qué se evalúa?
2. ¿Cómo se evalúa?
3. ¿A quién/es se evalúa?
4. ¿Quién evalúa?
Las evaluaciones del sistema. En ellas, los exámenes evalúan a la escuela y/o al
sistema educacional. Son exámenes administrados a toda una población de
estudiantes o a una muestra representativa de la población de un determinado nivel
de escolaridad para conocer grado de aprendizaje en las escuelas, los municipios,
los estados o el país.
Los dos primeros tipos de evaluaciones no son desconocidas por las prácticas
educacionales en América Latina. El primer tipo tiene que ver con la evaluación del
aprendizaje, con las pruebas que realizan los maestros y los profesores para poder
calificar a sus alumnos, para saber cómo continuar el dictado de sus clases o para
diagnosticar lo aprendido en los anteriores cursos. El segundo tipo hace referencia a
los exámenes de ingreso en la escuela primaria, secundaria o en la universidad.
También hace referencia a un tipo de examen: los exámenes de acreditación. Los
exámenes de acreditación son aquellos que se realizan una vez finalizado el
69
cursado de un nivel educativo como requisito para la obtención del título
correspondiente; tal el caso de los exámenes finales que deben rendir los médicos
para obtener su matrícula. Las evaluaciones de competencia acreditan la
finalización de un nivelo seleccionan a población para entrar en un nivelo una
carrera determinados.
70
A mediados de este siglo, en Argentina, por ejemplo, los aspirantes en ingresar en
las escuelas normales tenían que rendir un examen que fue implantado en 1947. El
objetivo era seleccionar a los estudiantes con vocación para la docencia. Se
proponía seleccionar a los candidatos por su aptitud o vocación más que por los
conocimientos acumulados. Al respecto, el artículo cuarto del "Reglamento de
Clasificaciones, Exámenes y Promociones" de 1947 establece que:
4. Elocución fácil.
71
Ejercicio de evaluación para 6º año. Aprender 2018 16
Se evalúan las escuelas y se las califica/clasifica según lo que saben sus alumnos.
Se compara a todos los alumnos, los docentes y las escuelas. En síntesis, lo que el
tercer tipo de evaluación propone es un sistema de medición de la calidad y del
rendimiento del sistema y de las escuelas partiendo del desempeño de los alumnos
en una prueba. Lo que es seguro es que la evaluación de las competencias y la
evaluación de los sistemas implican nuevas funciones de la evaluación. Nuevas
funciones que van más allá de la evaluación de los procesos de enseñanza y
aprendizaje de los alumnos.
La escuela tiene que asumir poder de decisión -y no ser una mera aplicadora de
normas demandas de la burocracia educativa- de esta manera se hacen necesarias
ciertas condiciones. Y sin ellas, la autonomía de la escuela, del docente y de todos
los miembros de la comunidad educativa puede reducirse a elegir el mejor método
para llegar a los objetivos decididos por otros.
73
Necesidad de renovar la evaluación
¿En qué consistiría esta nueva cultura evaluativa? Esbozaremos algunas ideas y
ciertos rasgos que nos parecen fundamentales:
7. En la escuela todos son evaluadores: los directivos, los docentes, los padres,
los alumnos, el personal auxiliar. En la revisión de la tarea, también se puede
incluir otras personas significativas: miembros de la comunidad
74
comprometidos con la escuela, profesionales, representantes de instituciones
que mantienen vínculos pertinentes con la educación.
Bibliografía Unidad 5
75
Argentina (2009). Hacia una cultura de la evaluación. Dirección Nacional de
Información y Evaluación de la Calidad Educativa. Buenos Aires
Silvina, Gvirtz y Mariano, Palamidessi. El ABC de la Tarea Docente:
Currículum y Enseñanza. Grupo Editor Aique, 1998, Capital Federal.
76
En este sentido, se vuelve relevante el rol del docente en la planificación de las
actividades organizadas bajo una lógica secuenciada centrada en el aprendizaje de
los estudiantes.
Como sucede con las narraciones, las secuencias didácticas presentan una
estructura básica que se asemeja a la de una clase: introducción, desarrollo y cierre.
Para organizar dicha estructura, es necesario pensar en la selección y secuencia de
los contenidos, los objetivos de aprendizaje, las tareas y actividades con sus
tiempos, y los modos de evaluar. De esta manera, las secuencias de clase
establecen no solo un orden en los contenidos y tiempos de trabajo, sino también un
orden lógico para estudiantes y docentes.
77
retroalimentación, buenas devoluciones y orientaciones que generarán
mayores oportunidades para que los aprendizajes se construyan.
Hasta aquí, los componentes estructurales, los elementos comunes que integran y
tendrán que tenerse en cuenta a la hora de planificar las clases para construir una
secuencia didáctica.
Por último, situar la evaluación desde una perspectiva formativa, es decir, para
mejorar el proceso de aprendizaje, así como también del proceso de enseñanza.
Que colabore a estimar el trayecto recorrido por cada uno de los estudiantes y el
que aún queda por recorrer, y así nos permita tomar decisiones didácticas (de ser
necesarias) para reorientar el proceso de enseñanza. De este modo la evaluación
se inserta en el proceso de formación, ya sea en su inicio, en el transcurso o al final,
pero siempre con la intención de contribuir a los logros de los estudiantes y al
desarrollo de su autonomía
79
convertirse en una instancia de evaluación y acreditación. Cada etapa de la
secuencia ofrece evidencias del avance o dificultades en el aprendizaje. Por lo
tanto, las instancias de evaluación deben ser diversas y desarrollarse a lo largo de
la secuencia. Estas instancias de evaluación deben convertirse en insumos para
repensar la secuencia didáctica establecida.
Es importante aclarar que sólo puede evaluarse aquello que fue enseñado. Por ello,
es necesario definir a lo largo de la secuencia el o los momentos en los que el
docente decide evaluar y en cada uno de ellos una explicitación acerca de: ¿para
qué vamos a evaluar?, ¿qué vamos a evaluar?, ¿a través de qué producciones de
los alumnos?, ¿con qué frecuencia?
80
Para la elaboración de instrumentos formales de evaluación será necesario
preguntarse:
¿qué forma adoptarán estos instrumentos más allá del trabajo cotidiano?, ¿cómo
están preparados los alumnos?, ¿qué tienen en claro?, ¿cuál es el grado de
sorpresa?, ¿en qué medida representa un desafío?; poniéndose aquí en juego una
tarea conjunta del equipo docente que incorpore y sistematice los modos de evaluar
de acuerdo con las distintas estrategias de enseñanza. Lo más importante en este
caso es que el docente explicite los contenidos y la modalidad de la evaluación. La
explicitación del qué y el cómo garantiza, en parte, la incorporación de la evaluación
a los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
81
Por otra parte, encontramos que el Diseño Curricular para el Nivel Secundario
referido a 1er año, plantea que respecto de la secuencia de contenidos: existe
muchas veces la creencia de que la secuencia didáctica debería reproducir la lógica
disciplinar, suponiendo que la única manera de enseñar cierto contenido es
ordenándolo en la misma secuencia que el índice de un texto disciplinar
Sabemos que los Diseños Curriculares se ven acompañados por una cantidad de
materiales de desarrollo curricular. No es una novedad la existencia de secuencias
didácticas elaboradas y presentadas a los docentes desde diversidad de equipos de
especialistas que realizan investigación didáctica. Estas secuencias han sido muy
extendidas en la práctica docente pero también muy criticadas. El motivo de crítica
se refiere al riesgo de caer en un “aplicacionismo” de dichas secuencias a cualquier
contexto y situación, independientemente del grupo de estudiantes, la multiplicidad
de conceptualizaciones presentes en dichos grupos, la diversidad de trayectorias,
etc. En estos casos, la intervención docente, pensada como central desde esta
mira-da, queda reducida a la de réplica y repetición. La consecuencia es que en
ausencia de un adecuado enigma –el cual como dijimos debe ser presentado por el
docente a través de condiciones didácticas–, la situación problemática, deja de
funcionar como tal. Vemos que la dificultad se presenta en la posibilidad del docente
de trabajar sobre un interrogante, sostenerlo y acercarlo a sus estudiantes para que
éstos puedan construir un conocimiento nuevo en la necesidad de atender a sus
esquemas o construcciones conceptuales previas. En relación con esto, otra
82
cuestión a destacar es que muchas veces se olvida la importancia de generar
estrategias de trabajo colaborativo con los estudiantes tomando como ventaja los
diferentes puntos de partida. Por ejemplo, el intercambio, las prácticas de
complementación, de análisis grupal, de trabajo por parejas, por grupos, etc. en pos
de sostener la situación problemática para todos los estudiantes. Advertimos
entonces, que el riesgo es desconocer la importancia del rol docente como
constructor en el momento de llevar a la práctica este tipo de secuencias didácticas.
Talleres
83
la expresión de los estudiantes. Estas instancias podrán adoptar la forma de
talleres.
Los talleres suman experiencias que les permiten a los estudiantes acceder a otros
saberes y prácticas de apropiación y producción científica, académica y cultural. Por
definición, están centrados en la producción (de saberes, experiencias, objetos,
proyectos, lecturas).
Tendrán que contemplar los contenidos que el recorte específico que cada docente
plantee –en diálogo con otros docentes o con el coordinador del año o del ciclo– y,
separadamente, aquellas cuestiones, casos, perspectivas, problemas o abordajes
del campo de conocimientos que se enseña, definidos para trabajar con los
estudiantes.
Los talleres podrán estar a cargo de los docentes de cada disciplina y deberán tener
una extensión temporal acotada (según acuerden los equipos de enseñanza);
durante su duración, esta actividad se desarrollará a tiempo completo y dentro del
horario semanal regular. Dos o más talleres podrán ofrecerse simultáneamente,
para que los estudiantes de un mismo año o ciclo, según defina la institución,
puedan elegir cuál de ellos cursarán. Esto implicará que en cada taller se agrupen
estudiantes de distintas clases, cursos o secciones.
Seminarios y jornadas
Las propuestas de enseñanza que exploran formatos que organizan el trabajo entre
disciplinas tienen la intención de priorizar temas de enseñanza que requieren del
aporte de distintas asignaturas o áreas curriculares. Estas pueden adoptar la forma
de seminarios temáticos intensivos o jornadas de profundización temática.
Seminarios
Jornadas
Como se vio, y para dar un ejemplo, aquellos formatos que proponen instancias de
mayor participación y elección de los estudiantes requerirán de estrategias
didácticas menos expositivas y mucho más interactivas, donde la posición docente
encuentre momentos para la explicación pero las actividades estén más centradas
en los estudiantes que en las intervenciones directas del profesor. Estas también
son cuestiones que deben tenerse en cuenta en el momento de planificar el proceso
de enseñanza y aprendizaje: el docente o los equipos docentes eligen qué
actividades, técnicas, etc., llevar adelante en función de los objetivos propuestos
que se quieren alcanzar; estas son decisiones didácticas que deben tomarse de
manera consciente y reflexiva.
85
Las estrategias didácticas directas
Exposición-discusión:
Exposición:
86
los plazos, en la selección de tareas y actividades por realizar y en los procesos e
instrumentos de evaluación. Como en toda programación didáctica, tiene que
contemplarse un proyecto flexible, abierto, susceptible de cambios a partir de las
respuestas y del avance del grupo. Los plazos y las tareas previstas deben proveer
un guión que ayude, no un obstáculo por sortear.
El ABP se caracteriza por tener como meta un producto o resultado tangible, y una
serie de tareas y actividades encaminadas al desarrollo del producto final. Es
importante que este resultado final se vincule a los intereses del grupo para que los
motive a aprender, en tanto el proyecto se convierte en una propuesta potente
cuando es significativo y está conectado directamente con la realidad. También,
cuando permite poner en juego saberes previos, explorar instancias de investigación
y trabajar en grupo.
Compartir el trabajo final permite a los estudiantes mostrar lo que han aprendido y
tener devoluciones dialogadas sobre el proceso de aprendizaje. Además de resultar
muy motivador compartir los resultados, permite a los estudiantes autoevaluarse,
evaluarse entre pares y reflexionar sobre su propio aprendizaje. Aquí pueden
utilizarse rúbricas, como, por ejemplo la rúbrica general de capacidades ajustada
por el docente o equipo docente junto al grupo de trabajo. El proceso de
autoevaluación es fundamental para desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo
sobre el aprendizaje.
Se sugiere que:
•Se agrupe a los estudiantes de distintos modos para potenciar la calidad de sus
aprendizajes.
•El desarrollo de las experiencias se realice en espacios que den lugar a un vínculo
pedagógico más potente entre los estudiantes, los docentes y el saber, dentro de la
propia escuela o fuera de ella.
87
Las secuencias didácticas deben ayudar a que:
Existen algunos principios compartidos que interesa destacar, entre diversos autores
que se ocupan del diseño y desarrollo de unidades de enseñanza que incorporan el
aprendizaje a partir de casos o problemas.
89
Las propuestas se inician con la presentación y construcción de una situación-
problema o problema abierto, punto focal de la experiencia de aprendizaje y que da
sentido a la misma.
Según algunos autores los “buenos problemas”, los apropiados para trabajar en el
aula, son los que se definen como abiertos o no estructurados, ambiguos,
susceptibles de cambiar y de plantear diversas soluciones.
91
•Selección y elaboración del problema.
Los proyectos constituyen otra modalidad para organizar la enseñanza que permite
un fuerte involucramiento de los estudiantes. Formulado originalmente por William
Kilpatrick, el método de proyectos busca aproximar la escuela lo más posible a la
realidad de la vida. En los proyectos, lo que guía el trabajo es la realización de un
propósito: una meta, una finalidad, un producto. El propósito puede ser de diversa
naturaleza: realizar una intervención sociocomunitaria; investigar acerca de un tema
de interés; desarrollar un microemprendimiento; llevar adelante una producción o
una intervención artística o comunicativa; entre otras posibilidades.
92
• la evaluación y comunicación de lo aprendido.
Bibliografía Unidad 6
Material ampliatorio
Planificación docente en Caminos de tiza. ¿Qué lugar ocupa la planificación
en la tarea docente? ¿antenta contra la improvisación?
https://www.youtube.com/watch?v=iDH0wp2x5M8&t=184s
https://www.youtube.com/watch?v=CMscvQd01sE
Ejemplos de Proyectos
94
Integración de las TIC en proyectos áulicos
http://escuelasecundariayuniversidad.blogspot.com/p/proyectos-aulicos.html
Talleres
95