Levítico

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Se llamó Levítico en la versión griega porque trata de las leyes relacionadas con los ritos, sacrificios

y servicio del sacerdocio levítico.

No todos los nombres de la tribu de Leví eran sacerdotes.

El término levita se refería a los laicos que hacían el trabajo manual en el tabernáculo.

El libro no trata de los levitas.

Todos los sacerdotes eran de la tribu de Leví.

Fue escrito como manual para los sacerdotes, pero se encuentra el escrito “Habla a los hijos de
Israel”. Contienen enseñanzas para la nación.

La revelación que se encuentra en Levítico fue entregada a Moisés cuando Israel todavía estaba
acampando ante el monte Sinaí (27:34).

Sigue el hilo de la última parte de Éxodo, la cual describe el tabernáculo.

Luego, Números continúa con lo que contiene Levítico.

Levítico difiere con Éxodo y Números en que es casi totalmente legislativo.

Narra solamente tres eventos históricos: la investidura de los sacerdotes (capítulos 8-9), el pecado
y castigo de Nadab y Abiú (capítulo 10) y el castigo de un blasfemo (24:10-14,23).

Así como Éxodo tiene por tema la comunión que Dios ofrece a su pueblo mediante su presencia en
el tabernáculo, Levítico presenta las leyes por las cuales Israel habría de mantener esa comunión.

Jehová quería enseñar a su pueblo a santificarse.

La santificación es necesaria para tener comunión con Dios.

A los israelitas las leyes e instituciones de Levítico les hacían tomar conciencia de su
pecaminosidad y de su necesidad de recibir la misericordia divina; a la vez, el sistema de sacrificios
les enseñaba que Dios mismo proveía el medio para expiar sus pecados y para santificar su vida.

Israel debe ser diferente de las otras naciones y debe separarse de sus costumbres. "No haréis
como hacen en la tierra de Egipto. .. ni haréis como hacen en la tierra de Canaán" (18:3).

El pensamiento clave se encuentra en 11:44, 45; 19:2: "Santos seréis, porque santo soy yo Jehová
vuestro Dios". La palabra santo aparece setenta y tres veces en el libro.

Se nota la santidad divina en el castigo del pecado de Nadab y Abiú (ver cap. 10), y el del blasfemo
(24:10-23).

Solamente por sus mediadores, los sacerdotes, puede un pueblo pecaminoso acercarse al Dios
santo.

Levítico habla de santidad pero a la vez de la gracia, o posibilidad de obtener perdón por medio de
sacrificios.
Los profetas destacados, Isaías, Jeremías y Ezequiel en sus visiones contemplaban verdades
permanentes dadas a través del simbolismo del templo, las ofrendas, las fiestas y las personas
sagradas.

Sin la luz que Levítico arroja sobre la Epístola a los Hebreos, ésta sería un enigma.

Se debe descartar la cascara (la forma antigua de las leyes) y guardar el grano (el principio moral o
espiritual).

Es notable que en Levítico se encuentra el precepto sublime: "Amarás a tu prójimo como a ti


mismo"(19:18).

Levítico presenta el evangelio revestido de simbolismo. Los sacrificios del antiguo pacto,
especialmente el del gran día de la expiación, anticipaban el sacrificio del mediador del nuevo
pacto. Para entender cabalmente el calvario y su gloria redentora, tenemos que verlo a la luz del
libro de Levítico; este libro pone de relieve el verdadero rostro del pecado, de la gracia y del
perdón, y así preparaba a los israelitas para la obra del Redentor.

El sacrificio era el medio por el cual su pueblo podía acercarse a Dios. Jehová mandó: "Ninguno se
presentará delante de mí con las manos vacías" (Ex. 34:20; Deut. 16:16).

Antes de que se establecieran las normas para ofrecer sacrificios ¿Cuáles se habían hecho?

Con el transcurso del tiempo, los sacrificios que ofrecían los que no conocían a Dios, se unieron a
costumbres paganas e ideas corruptas, por ejemplo, el concepto de que los dioses literalmente
comían el humo y el olor del sacrificio.

El motivo básico de los sacrificios es la substitución y su fin es la expiación.

¿Por qué la sangre de Cristo derramada tiene mucha importancia para el sacrificio?

Levítico 17:11 es el texto clave en cuanto a la expiación: "Lá vida de la carne en la sangre está, y yo
os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas". Indica que Dios ha indicado
la sangre como sacrificio, proveyendo así para la necesidad del hombre. ¿Qué significa la sangre?
Se la considera el principio vital. No tiene significado en sí misma sino como símbolo y evidencia de
que se quitó la vida de un animal inocente para pagar por los pecados del culpable.* Por lo tanto
la sangre usada en la expiación simboliza una vida ofrecida en la muerte. Al rociar sangre sobre
personas o cosas se indica que se les aplican los méritos de esa muerte.

Esta posibilidad de lograr la expiación del pecado mediante un sacrificio substitutivo evidencia la
gracia divina; constituía el corazón del antiguo pacto. Sin posibilidad de expiación la ley
permanecería espléndida pero inalcanzable. Serviría solamente para condenar al hombre
dejándolo frustrado y desesperado. Si no fuera por los sacrificios, quedaría anulada toda
posibilidad de que el hombre se acercara a Dios, un Dios santo y el antiguo pacto sería una
desilusión.

¿Qué revela la ley? ¿Qué revela la expiación por medio del sacrificio?

Mientras la ley revela las exigencias de la santidad de Dios, la expiación por medio del sacrificio
manifiesta la gracia divina que cumple las demandas de Dios.
La segunda idea relacionada con el sacrificio es la consagración. Al poner las manos sobre el
animal antes de degollarlo el oferente se identifica con el animal. Ofrecida sobre el altar, la víctima
representa al que la ofrece e indica que el oferente pertenece a Dios.

También está presente la idea de gozosa comunión con Dios en las ofrendas de paz, pues el
oferente participa de la carne sacrificada en un banquete sagrado.

Naturalmente se encuentra también la idea de adoración en el sistema sacrificial.

El salmista David y los profetas procuraron inculcar en el pueblo la verdad de que Dios no se
contenta con las víctimas ofrecidas cuando faltan el arrepentimiento, la fe, la justicia y la piedad
en quienes las ofrecen (1 Sam. 15:22; Sal. 51:16-17; Isa. 1:11-17; Miq. 6:6-8).

La ley no admitía más que estas cinco especies de animales como aptas para el sacrificio: la vaca,
la oveja, la cabra, la paloma y la tórtola. Estos eran animales limpios; el animal inmundo no podía
ser símbolo del sacrificio santo del Calvario.

Se sacrificaban solamente animales domésticos porque eran apreciados por sus dueños, costosos
y sumisos. De otro modo no podrían ser figura profética de Aquel que "como oveja delante de sus
trasquiladores, enmudeció y no abrió su boca" (Isa. 53:7). El animal tenía que ser propiedad del
oferente. Finalmente, tenía que ser sin mancha, así simbolizando al Redentor sin tacha.

La manera en que se ofrecían los sacrificios: Los pasos en el acto del sacrificio eran:

a) El oferente llevaba personalmente el animal a la puerta del cerco del tabernáculo donde estaba
el altar del holocausto.

b) Luego el oferente ponía las manos sobre el animal para indicar que era su substituto. En ciertos
sacrificios este acto indicaba la transferencia de los pecados al animal, y en otros la dedicación de
la persona misma mediante su substituto; podía indicar ambas cosas.

c) El oferente lo degollaba como señal de la justa paga de sus pecados. Así fue en el caso de Jesús:
La muerte fue la consecuencia lógica de haber cargado con el pecado de todos nosotros (Isa. 53:6).
El sacerdote luego derramaba la sangre sobre el altar.

e) Según la clase de sacrificio, todo el animal o una parte era quemada, lo restante de la res era
comido en el arca del tabernáculo por los sacerdotes y sus familias, o en el caso del sacrificio de
paz, por los sacerdotes y los adoradores.

Aunque tenía el aspecto expiatorio, representaba primordialmente la consagración del oferente,


pues la víctima se quemaba entera para Jehová. El término "holocausto" significa "lo que sube"
dado que el material sacrificado se transformaba en otro, el humo y las llamas, que subían a Dios
como un perfume grato.

Todas las mañanas y todas las tardes delante del tabernáculo se ofrecía un cordero en holocausto
para que Israel recordara su consagración a Dios (Ex. 29:38-42). De la misma manera conviene que
renovemos nuestra consagración diariamente.

Se permitía que los pobres ofreciesen palomas o tórtolas en lugar de animales de ganado para que
todos pudiesen demostrar su consagración.
Jesús se consagró al Padre en el río Jordán y toda su vida terrenal y su muerte en la cruz fueron
como el aroma del holocausto subiendo al cielo. El Padre le dijo: "Tú eres mi Hijo amado; en ti
tengo complacencia".

La oblación u ofrenda de alimento. Caps. 2:1-16; 6:14-23: El vocablo traducido "oblación" significa
en hebreo "acercamiento"; pues el creyente debe traer una dádiva al acercarse a Dios.

La oblación no era un sacrificio animal; consistía en humanas.

Una porción pequeña se quemaba sobre el altar y lo era el oferente (en tal caso era quemado).
restante pertenecía a los sacerdotes, salvo

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