Los Pajaros de La Calle Cuento

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hos pájaros de la calle

CUENTO EN UN ACTO

DIVIDIDO EN TRES OUADROS

INSPIRADO EN UNO DE GRIMM Y ESORITO EN VERSO

POR

ENRIQUE LiÓPEZ=MfIIiIN

ESTRENADO EN EL T E A T R O P A R A L O S N I Ñ O S

•'¡EL PRÍNCIPE ALFONSO DE MADRID, EL 6 DE ENERO DE 1 9 1 0

MADRID
ARTES G R Á F I C A S < M A TEU>
Paseo del Prado, 30
1911
LOS PÁJAROS DE LA CALLE
Esta obra es propiedad de su autor, y nadie podrá, sin
su permiso, reimprimirla ni representarla en España ni
en los países con los cuales se hayan celebrado, ó se ce-
lebren en adelante, tratados internacionales de propie-
dad literaria.
El autor se reserva el derecho de traducción.
Los comisionados y representantes de la Sociedad de
Autores Españoles son los encargados exclusivamente
¿de'Corícíder ó negar-el permiso de representación y del
cobro de los derechos de propiedad.

Droits de représentation, de traduction etde reproduc-


tion reserves pour tous les pays, y compris la Suede, la
Noverge et la Hollande.

Queda hecho el depósito que marca la ley.


32150
Los pájaros de la calle
CUENTO EN UN ACTO

DIVIDIDO EN TRES CUADROS

INSPIRADO EN UNO DE GRIMM Y ESCRITO EN VERSO

POR

ENRIQUE IiÓPEZ-MflI^IN

ESTRENADO EN EL T E A T R O P A R A L O S N I Ñ O S
DEL PRÍNCIPE ALFONSO DE MADRÍD, EL 6 DE ENERO DE 1 9 1 0

MADRID
ARTES GRÁFICAS «MATEU»
Paseo del Prado, 30
1911
REPARTO

PERSONAJES ACTORES

JUANITO, niño Matilde Rodríguez.


MARGARITA, niña. María Xifrá.
E L ÁNGEL DEL SUEÑO. . . . . . . . Milagros Jiménez.
LA BRUJA TRAGONA Avelina Torres-
MARÍA, aldeana Amparo Molins.
UNA NIÑA Niña Garcés.
MATEO, aldeano Fernando Porredón*

DOS NIÑOS QUE *NÓ HABLAN

TÍTULOS DE LOS CUADROS

1." La madrastra.
2." Los niños perdidos.
3° La bruja tragona.

La época y el lugar de la acción, imaginarios-


•lltllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllttllllltllllltllllftltltllllttllllllttlllllllillllll

CUADRO PRIMERO

La Madrastra.

Interior de una casita pobre. Al foro puerta y ventana


baja, practicables, que dan al campo. En la derecha hogar
de campana, sin lumbre; cerca del hogar, en el suelo, un
cesto sin terminar, útiles del oficio de cestero, mimbres ó
juncos sueltos, etc. etc. En la izquierda, alacena, sobre una
mesita baja, con cacharros. Otra mesa rústica en el centror
sobre la cual hay un hacha de leñador. Luz de la tarde
(crepúsculo).

ESCENA PRIMERA

JUANITO, sentado en el centro, trabaja de malagana en el


cesto. MARGARITA, sentada en el poyo del hogar, hace calce-
ta y canturrea. Breve pausa. El niño deja de pronto la labor r

y la niña interrumpe su canto, sorprendida de la pereza de


su hermano que se ha quedado pensativo mirando al suelo,

MARG. ¿Qué haces, Juanito?


JUAN . - Pues, nada;
ya lo ves.
MARG. SÍ, ya lo veo,
- 6 -

que estás hecho un holgazán.


¡Trabaja chico!
JUAN ¡No quiero!
MARO. Para cuando vuelva padre
tienes que acabar el cesto.
JUAN Creo que no.
MARO, ¿Qué no, dices?
JUAN Eso digo.
MARO. ¿Qué remedio?
JUAN ¡Tengo más hambre que un oso!
MARO. Como yo, pero...
JUAN No hay «pero»;
no se puede trabajar
sin comer.
> MARO. ¡Ni más ni menos!
JUAN Luego... ¿me das la razón?
MARO. Te la doy, ¡pues ya lo creo!
Pero bien, para comer
hay que trabajar, ¿no es eso?
JUAN ¡No sabes lo que te dices!
MARO. ¿Qué no lo sé?
JUAN ¡No! Yo entiendo
v
q u e debe ser lo contrario
y ahí tienes por qué lo dejo.
Como no se haga sólito...
lo que es yo, no toco el cesto,
porque para trabajar
hay que comer antes.
MARG. Bueno,
¿y el que no lo tiene, qué hace?
JUAN ' Pues lo que yo, estarse quieto.
MARO. Y vuelve padre y te arrima
cuatro azotes!
JUAN ¡Muy mal hecho!
De postre, puede pasar
que, si soy malo y no quiero
obedecer, haya leña,
pero ¿en ayunas, solfeo?...
comprenderás Margarita
que eso está mal.
MARO. (Cuntriste/a.) ¡Lo comprendo!
JUAN ¡Tira tu también la media!
MARO. Sí, claro, para que luego
venga la madrastra y... ¡pum!
JUAN Que venga; no tengas miedo.
Con esa me atrevo yo.
¡Tírala! ¡Yo te defiendo!
MARQ. (Tirando la cestita de la media.)
¡Si las quiere que las compre!
JUAN O que ande sin ellas.
MARO. ¡Eso!
JUAN Pues no es poco presumida
para vestir, doña Pelos
que hasta quiere gastar medias.,
MARO. ¡A lo grande!
JUAN ¡Vaya al cuerno!
(Breve pausa.)
¡Ay! (Quejándose lastimosamente.)
MARO. ¿Qué te pasa?
JUAN ¡El estómago!
MARO. ¿Te duele, Juan?
JUAN . No; es que teng
como un vacío...
MARO. El vacío
- 8 —

de la falta de alimento.
Si hubiera algo por aquí...
(Buscando por la alacena.)
JUAN Algún mendrugo... Algún hueso.
Busca, busca... ya verás
que desengaño.
MARO. No encuentro
nada!
JUAN. Ya te lo decía...
Si hace poco que he revuelto
toda la casa y...jni rastro!
Cuando está el cajón abierto
y la alacena tan triste,
y el hogar sin un puchero,
no preguntes, hermanita,
tres Cruces aquí. (En el estómago.)
MARO. ¡Me alegro
por los ratones!... Así
no se comerán el queso
como ayer, que nos dejaron
sin merendar. ¡Ladronzuelos! (Muyincomoda-
- dá y dirigiéndose á los simpáticos roedores.)
JUAN. ¡NOriñasá los ratones!
MARO. ¿Cómo qué no?
JUAN. También ellos
tienen derecho á la vida!
¡Pobrecitos! Se comieron
lo suyo, después de todo.
MARO. ¿LO suyo?
JUAN. ¡Claro!
MARO. ¡LO nuestro!
¡Como no tenemos gato!...
- 9 —

JUAN. Mira, hermanita, ño quiero •


que tengas mal corazón.
MARG. ¿Yo mal corazón?... ¡No es ciertot
JUAN. El queso ló han inventado
para los ratones.
MARQ. Bueno;
y para nosotros... ¿nada?
JUAN. Pues, nosotros, ya veremos.
Como no es el primer día
que ayunamos...
MARO. ¡Buen consuelot
Si padre tarda en venir,
ó no ha vendido ni un cesto,
y á la madrastra tampoco
le han dado nada en el pueblo...
¡á la cama sin cenar!
JUAN. Lo que.es hoy, yo te prometo
que no me voy á la cama
con el estómago hueco.
MARG. Sí, señor, tú que eres hombre.
debes pensar lo que hacemos
JUAN. Ya lo he pensado.
MARO. ¿Tan pronto?
JUAN. ¡Yo soy muy listo!
MARO. ¿Y qué es ello?.
JUAN. Que nos vamos ahora mismo
á probar fortuna
MARO. ¿Lejos?...
JUAN. Donde sea; hay que comer.
MARO. Pero... ¿habrá?
JUAN. Lo buscaremos.
MARG. No conocemos á nadie.
— 10 —

JUAN. Si empiezas ya con lamentos...


MARO. Caminar á la ventura...
JUAN. ¿ Y por qué no?
MARG. ¡Me da miedo!
JUAN. LOS pájaros de la calle
nos pueden servir de ejemplo.
¿Quién les echa de comer?
¿Quién les prepara el puchero?
P o r la mañana temprano
despiertan, les dan un beso
á sus padres que se quedan
acurrucados, durmiendo,
porque aquellos son mayores
y son padres y son viejos...
C o m o en el nido no tienen
chocolate ni buñuelos;
los chiquitines ahuecan
«1 ala, tienden el vuelo
y salen de allí cantando
mil cosas que no entendemos.
Y , libres ya por el mundo,
•sin más amparo que el cielo
ni más trabajo que andar
picando á cada momento,
d e l tejadillo á la rama,
de la rama al sementero,
.aquí un granito de trigo
y allí una miga en el suelo,
se buscan ellos la vida
'y todos viven contentos.
Pues, mira, hermana, tú y yo
•que somos lo mismo que ellos,
— 11 —

dos pájaros de la calle,


casi solos, casi huérfanos,
debernos salir también
á buscarnos el sustento,
porque ya ves que, en el nido,
ni lumbre ni pan tenemos
y si los pájaros comen
sin más que tender el vuelo,
haciendo lo que ellos hacen,
lo que ellos tienen tendremos.
Los pájaros y los niños
se parecen mucho en esto:
aunque no los cuide nadie
los cuida Dios desde el cielo.
MARG. ¡Muy bien! ¿De modo que tú
quieres que nos escapemos
de casa?
JUAN. SÍ.
MARG. ¡Pues andando!
¿Y si nos echan de menos?
JUAN. Ya se sabe lo que son
cuatro azotes... Volveremos
antes del anochecer
y así no hay cuidado.
MARG. Bueno.
JUAN ¡Pajarita, abre las alas!.
MARG. ¡Pajarito, tu primero!
JUAN ¡LOS dos á la vez!
MARG. ¡La mano!
JUAN - ¡Á volar!
MARG. ¡Quién dijo miedo!
(Cantando y saltando cogiditos de la mano, vari á salir
- 12 -

por el foro en el mismo momento en que aparece María*,


con una cesta al brazo. Los niños sorprendidos y contra-
riados, se par¡.n de pronto. María trae dentro de la cesta
dos panes grandes y varios envoltorios que se suponen*
de viandas.)

ESCENA II

DICHOS, MARÍA por el foro.

MARÍA ¡Granujas! ¿A dónde vais?


JUAN (¡Doña Pelos!)
MARÍA ' ¡So tunantes!
MARO. íbamos...
JUAN Dilo, mujer;
nos íbamos á la calle.
MARÍA Pero.:, ¿á qué?
MARG. (Con temor.) A dar una vuelta.
JUAN Eso es; á tomar el aire,
que aquí, no se toma nada
y hay que distraer el hambre.
MARÍA Y el cesto... ¿lo has concluido?
JUAN Falta un rato
MARÍA ¿Trabajaste?
JUAN NO ha sido cosa mayor.
MARÍA ¡YO se lo diré á tu padre!
Y tú... ¿acabaste la media?
MARO. Media solo.
MARÍA ¡Habrá holgazanes
¡Pillos!
JUAN ¡Ya escampa!
MARÍA ¡Me vais
— 13 -

á quitar la vida!
MARO. ¡Madre,
no se incomode usté así!
Yo la acabaré más tarde.
JUAN Y yo acabaré lo mío;
hacer un cesto es muy fácil
y quien hace uno, hace un ciento...
si le dan de comer antes.
MARÍA ¿Comer?
JUAN . ¡No hay lumbre siquiera!,
de modo que... ¡Dios te ampare!
MARÍA ¡Pues, te engañas!
JUAN (Con burla.) ¡Ya lo veo!
MARÍA . Aquí traigo yo dos panes,
huevos, tocino, patatas,
bacalao, y chocolate.
JUAN ¡Digo! ¡Menudo banquete!
Esto es cosa de sentarse.
(Sentándose á lá mesa muy contento.)
Ven aquí tú, Margarita,
que trae de todo.
MARÍA^ ¡Al'instante!
JUAN ¿No dice usted?...
MARÍA LO que traigo
no es para vosotros!
JUAN ¡Diantre!
Pues, ¿para quién es?
MARÍA ¿Queríais
comer y vivir de balde?
' Ahora vais los dos al bosque.
Toma el hacha de tu padre;
tú, me traes un haz de leña
pero, que sea muy grande
y tú, una cesta de nueces.
Yo no puedo...
Este ya sabe
cuando quiere coger nidos
gatear por los nogales.
¿Y nos'manda usted así?
¿Cómo quieres que te mande?
Sin un cachito de pan
para el camino... ¡Hay dos panes!:
Bien. Ahí va: para los dos
(D<ndi les un pan de, la cesta.)
que yo no soy miserable
pero á casa no volváis
con el pretexto del hambre
sin la leña y sin las nueces.
Ya lo sabéis, ¡haraganes!
Corriente. ¡Vamos andando,
Margarita!
(Afligida.) ¡Buenas tardes!
No te apures: tú y yo somos
los pájaros de la calle,
y ya sabes que los pájaros
no necesitan á nadie.
(Los niños salen por el foro cun el hacha y la cesta que
les dio Mari ; Juaníto se detiene en la ventana un mo-
mento y le oice á Maria en tono zumbón.)
¡Doña Pelos, habrá leña
que para eso está mi padre!
(Qneriendo tirarle con algo, rabiosa por la reticencia
del niño.)
¡Sin vergüenza!... ¡Si te cojo!... (En la ventana.>
- 15 —

te deshago en cuatro partes!


Por supuesto, en cuanto venga
Mateo, verá lo que hace.
Los chicos ó yo; que elija.
Si él quiere, que los aguante,
pero á mí ya no me dice:
«¡Cuidadito con pegarles!»
porque, si están-á mi lado
un día, ¡voy á la cárcel!
Ese holgazán de Juanito
tiene el don de sublevarme.
Pues ¿y la niña? La-niña,
con esa carita de ángel,
sabe engañar á cualquiera,
más conmigo no le vale;
¡nada, los chicos ó yo,
que elija lo que le agrade!
(Dando trastazos rabiosa y violenta, gua
que trajo en \a alacena. Mientras tanto oye:
voz de Mateo que se acerca cantando.)

ESCENA III

MARÍA. Por él foro MATEO con un saco al homt


del cual trae lo que luego se indica en el diálogo,
tambalea un poco por los traidores efectos del vil
MARÍA (Fijándose en las eses que viene haciendo M
¡Hola! ¿Eres tú?
MATEO ¡Servidor!
MARÍA ¡Yo estoy que rabio!
MATEO ¡Lo siento! (sigi
— 16 —

MARÍA TU en cambio, vienes... contento.


MATEO Sí tal; de muy buen humor.
MARÍA Digo que vienes, mojado.
MATEO ¿Mojado? ¡Si no ha llovido!
Mira, como no haya sido
de la humedad, que ha calado.
MARÍA ¡Será de empinar el codo!
MATEO ¡Puede!
MARÍA ¡Milagro!
MATEO Mujer,
yo no creo que beber
sea pecado del todo.
MARÍA ¡Has aprovechado el día!
MATEO ¡Como nunca!
MARÍA ¡Menos mal!
MATEÓ ¿Y por aquí?...
MARÍA Todo igual;
ya ves, ni lumbre.
MATEO María,
yo soy un hombre decente,
. un honrado fabricante...
MARÍA ¡Y un borracho repugnante!
MATEO ¡Mejorando lo presente!
No negaré que en unión
de otros dos amigos más,
dejando penas atrás,
he tenido una expansión.
Digo, un jarro de cerveza
y un trozo de carne asada
para los tres; total, nada
que se suba á la cabeza.
Conque debes moderarte
- 17 -

y no decir nada feo.


MARÍA Está muy bien..
MATEO Tu Mateo
además, quiere obsequiarte.
(Mateo sue'ta en el suelo el saco que trae al hombro y
María sale corriendo hacia el foro,)
MARÍA ¡Y yo me voy á dejar!
MATEO ¡Ven! ¿Por qué echas á correr?
MARÍA Sé lo que quieres hacer
cuando me vas á obsequiar.
(Haciendo con la mano acción de pegar.)
MATEO Mujer, no seas así.
Hablo en serio. Ten en cuenta
que el producto de la venta
de los cestos, está aquí.
MARÍA ¿Y qué traes?
MATEO Lo que pedías
para que comas y cenes
hasta reventar. Ya tienes
colación para unos días.
Y para esos dos bribones
que, tampoco he olvidado,
traigo un enorme puñado
de castañas y orejones.
¿Dónde están?
MARÍA Te lo diré.
¡Hay que hacer un escarmiento
con ellos! Hace un momento
los eché de casa.
MATEO
¿Qué?...
MARÍA ¡No los puedo soportar!
Fueron al bosque.
MATEO ¿Qué dices?...
— 18 —

¿Al bosque?...
MARÍA I Sí!
MATEO ¡Ay, infelices!...
¡Me los van á devorar!...
MARÍA ¡Así acaban de sufrir
en este mundo!
MATEO (Amenazador.) ¡María!
MARÍA Porque, en casa, el mejor día,
de hambre se van á morir.
MATEO Eso no sucederá
mientras aliente su padre.
¡Como tú no eres su madre
á ti lo mismo te da!
¡Al bosque, Dios mío!...
MARÍA ¿Y qué?...
MATEO ¡Lleno de lobos, qué horror!
Buscaste el sitio mejor
pero... ¡yo los salvaré!
¡Fiera!... ¡No tienes entrañas!
MARÍA Oye... escúchame Mateo;
vendrán pronto...
MATEO ¡No te creo!
MARÍA Te digo que sí.
MATEO ¡Me engañas!
MARÍA ¡No hay peligro!
MATEO ¡De eso trato,
porque voy allí en seguida!
¡Hijos míos de mi vida!
¡Si no parecen, te mato!
(Mateo sale corriendo por el foro seguido de Maria.
Música en la orquesta).

MUTACIÓN
CUADRO SEGUNDO

Los niños perdidos.

Bosque frondoso d todo foro. A derecha é izquierda árbo-


les corpulentos, arbustos, peñascos, matorrales, etc. En la
izquierda, primer término, un grupo de piedras al pie de un
árbol. Noche completa. Al empezar el cuadro la escena está
sola. Cesa á poco la música. Breve pausa.

ESCENA IV

JUANITO con un haz de leña al hombro y el hacha en la


mano. MARGARITA con la cesta llena de nueces verdes.

JUAN ¡No puedo más hermanita!


MARG, ¡Ni yo!
JUAN Aquí suelto la leña
y veremos lo que pasa.
(Soltando en el suelo la leña. Lá niña deja también la
cesta.)
MARG ¡Que pase lo que Dios quiera!
No podemos caminar
por el bosque en las tinieblas.
¡Estamos perdidos!
— 20 —

JUAN SÍ,
ya lo veo y que... ¡cualquiera
llama por aquí al sereno!
¡Por vida de!...
MARO. ¡Ten paciencia!
JUAN Nos hemos armado un lío
sin caminos, ni veredas;
se vino la noche encima -
y ya no salimos de ésta.
MARG. ¡Ni una luz por ningún sitio!
JUAN ¡Nada!... ¡Ni luna siquiera!
MARG. Aquel candil que, tú dices
que parece un alma en pena,
quisieras tenerlo aquí.
JUAN ¡Ya lo creo que quisiera!
No se puede uno burlar
de las cosas.
MARO. Se desprecian
y luego, ya ves, darías
cualquier cosa por tenerlas.
JUAN ¡Lo que yo tengo es un hambre..
y una sed!...
,MARG. Te dio la idea
de venir echando migas
por todo el camino...
JUAN Espera
que, si aquello salió mal,
yo lo hacía con su cuenta
y razón. No te figures
que fué tan mala la idea
pues, no conociendo el bosque
y aquí solos, considera
— 21 -

quién nos decía el sendero


para volver á la aldea.
Por eso, siguiendo el rastro
de las migas, fácil era
salir de este laberinto.
(Oyese el silbido del viento en el bosque.)
MARG. NO contabas con, la huéspeda.
JUAN NO conté conque los pájaros
se comerían la senda.
MARO. ¿NO me dijiste tu mismo?...
JUAN SÍ, mujer, pero á cualquiera
se le marcha el santo al cielo...
Pues si yo caigo en la treta
que nos iban á jugar
los pájaros... echo piedras
en vez de migas de pan,
y así no había manera...
(Silba furioso el viento entre ios árboles. Pausa
breve.)
MARO. ¿Qué es eso?...
JUAN Parece el viento
MARO. ¿Será un lobo?...
JUAN NO te creas-
pudiera ser...
MARO. ¡Coge el hacha,
Juanito!
JUAN No tengo... fuerzas.
MARO. Entonces... ¿de qué te sirve?...
JUAN De estorbo. ¡Pero si fuera
un Sable! (Silba otra vez el viento con fuerza.)
MARO. ¡Qué miedo tengo!
JUAN Mírame á mí...
— 22 —

MARG. Si tú tiemblas.
JUAN Sí, pero te digo que
me mires para que veas
que estoy contigo y los dos
pasemos el susto á medias.
MARO. ¡Ay, Juanito!
JUAN ¡Margarita!
MARG. ¡ Y qué obscuridad!
JUAN Completa.
(Se acercan uno á otro atemorizados. El viento sigue-
silbando cada vez con mas violencia entre los árboles.);
MARG. ¿NO oyes rugir?
JUAN Es el aire
que se mete por las puertas.
MARG. ¿Qué dices?
JUAN Por las ventanas
MARG. ¿Ventanas?
JUAN ¡Por donde sea!
MARG. ¡Veo sombras!...
JUAN ¡YO también! fCanta el cuco.*
MARG. ¡Ay, otra cosa que suena!
JUAN ¡Chiss! ¡Cállate!
MARG. ¿Será el cuco?
JUAN ¡YO creo que es la pantera!
MARG. Pero ¿la pantera canta?
JUAN Canta cuando está contenta
y como ahora estará oliendo
á carne humana, se alegra.
MARG. ¡Ay, por Dios, no digas eso!...
JUAN ¡Debe haber aquí más fieras!...
(Sigue silbando el viento. Canta el cuco; óyense por todo
el bosque ruidos extraños, como de gatos que riñen, fie-
ras que rugen, lechuzas que sisean, perros que aullan,.
- 23 -

etc., etc. Entre tanto, y por obra de magia, algunas copas


de los árboles se transforman en cabezas de monstruos
fantásticos, diablos colorados, etc. En el fondo y sobre
ios árboles brillan siniestros los ojos de las lechuzas.
Una roca se vuelve un lobo, en otra aparecen dos gatos
enormes. El buen criterio de la dirección de escena sabrá
dar á este momento el efecto que se busca justificando el
terror de los niños perdidos en el bosque.)
MARO. ¡Mira, mira una visión!
¡Qué cara tiene tan fea!
JUAN ¡Y allí un monstruo!
MARG. ¡Y otro allí!
¡Nos comen! -
JUAN Dales la cesta
y que se coman las nueces,
á ver si así no se acercan.
MARG. No me separo de ti.
JUAN ¡Pues tienes buena defensa!
¡Cierra los ojos, no mires!
MARG. ¡Que la Virgen nos proteja!
(Caen de rodillas abrazándose uno á otro muertos de
miedo. Breve pausa. Los ruidos cesan y los monstruos
desaparecen poco á poco )
JUAN ¡¡Padreeeü (Llamando á voces.)
MARG. ¡Cállate, Juanito!
JUAN ¿Viene algún lobo?
MARG. . ¡No temas!
JUAN ¿Oyes algo?
MARG. No oigo nada;
es nuestro miedo el que inventa
rugidos y apariciones
que salen de la arboleda.
(Tranquilizándose poco a poco.)
JUAN ¿Nuestro miedo?
MARG. ¡Si no hay nadie!
- 24 -

JUAN (Levantándose receloso del suelo.)


¡Nadie!...
MARO. ¿NO te da vergüenza
ser tan cobarde?
JUAN ¿Quién, yo?
¿Yo cobarde?
MARG. ¡Friolera!
JUAN Tenía miedo por ti;
pero... ¡si alguno se acerca!
(El árbol del primer término derecha vuelve á transfor-
marse en monstruo un momento breve. Juan lo ve y retro-
cede asustado de nuevo.)
¡Ay, Margarita!
MARO. ¿Qué tienes?...
JUAN ¡Ahora sí que va de veras!
¡El diablo que asoma allí!
MARO. ¿Dónde?
JUAN En el árbol.
MARO. ¡TÚ sueñas!
¿Te dura el miedo?
JUAN Si es que...
¡miraba de una manera!...
MARO. ¡Hasta que sea de día
hay que estar aquí á la fuerza!
JUAN ¡Qué larga va á ser la noche!
MARO. ¿Y qué remedio nos queda?
JUAN Ninguno.
MARG. Pues á dormir.
JUAN ¿Y cómo?
MARG. Sobre la hierba.
JUAN ¡Todo por esa... señora!...
MARG. Déjala, que también ella
puede que vaya caliente
- 25 -

á la cama, si se tercia.
¡Ya sabes como las gasta
padre!
JUAN ¿NO quería leña?
MARO. El pobre andará buscándonos
medio muerto de impaciencia.
JUAN Aquí no da con nosotros
ni con un candil.
MARO. Pues, ea,
á dormir.
JUAN Bueno. A dormir.
¿Trasnochan los lobos?
MARO. Deja
de pensar en cosas tristes.
JUAN ES que...
MARO. Ven aquí; á estas piedras.
/ (Sentándose en el suelo al pie del árbol de la izquierda
y colocando las piedras á modo de almohadas.)

¿No decías esta tarde,


con absoluta firmeza,
que á los niños y á los pájaros
los cuida la Providencia?
JUAN Eso dije.
MARG. Pues entonces,
á dormir tranquilos. Reza.
JUAN ¿Que rece yo? No me acuerdo
MARG. ¡Juanita!
JUAN Mujer, dispensa,
no me enseñó la madrastra.
MARG. ¡Si puede que ella no sepa!
Yo, en la escuela lo aprendí.
JUAN Tú, porque has ido á la escuela
— 26 —

pero, como yo tenía


que trabajar...
MARG. ¡Claro!
JUAN Empieza
que de oirte algunas noches
puede que...
MARO. A ver si te acuerdas. (Breve pausa.*
Di: Con Dios me acuesto
con Dios me levanto.
(Juanito repite en voz baja, pero tiene más sueño que
ganas de rezar.)
¡Chico, que te duermes!
JUAN Es que estoy cansado.
MARG. Reza.
JUAN Si ya rezo
pero, por lo bajo.
MARG. Con la virgen madre.
¿Como sigue?... ¡Vamos!
JUAN ¡Ah!... Con Dios me acuesto
MARG. ¡NO!
JUAN Pues, me levanto.
MARG. ¡Si eso ya lo has dicho!
JUAN Ya de aquí no paso.
Como tú no reces
por los dos, no vamos
á rezar ninguno...
lodo fiel Cristiano..,. (Durmiéndose).
MARO. Eso no es de ahora.
¡Qué lío has armado!
Con la virgen madre
y el Espíritu Santo...
¿Oyes?
— 27 -

JUAN ¡Que descanses!


MARO. ¡No seas pesado!
JUAN Cierra esa ventana
que si no, pillamos
un catarro de esos 1

que nos dure un año.


MARO. ¿Cómo?
JUAN Con el aire
que entra por el campo.
MARO. Rezaré yo sola.
JUAN Mira, bien pensado...
MARG. Virgencita mía
tú eres nuestro amparo.
JUAN Oye, que nos llamen
á los dos temprano...
MARG. Calla y no interrumpas
porque estoy rezando.
JUAN Tienes que hacer media.,
Yo, el cesto empezado...
MARG. ¡Tú si que eres cesto!
¡Cállate!
JUAN Me callo.
(Quédase dormido. Música muy piano, en la orquesta-
La nlña„reza fervorosamente)
MARG. Virgencita mía
tú eres nuestro amparo.
A estos pobrecitos
niños desdichados
que sin madre viven
del cariño extraño
no los abandones,
tiéndeles los brazos.
- 28 -

¡Virgencita mía,
tú eres nuestro amparo!
(La niña se duerme también. Los dos nifíos forman un
tierno grupo acurrucados al pie del árbol. Sigue plano la
música. Por el fondo del bosque á la derecha, surge de
pronto una intensa claridad azul y en ella aparece el
< Ángel del sueñó>que avanza lentamente hacia los niños.)

ESCENA V
DICHOS. E L ÁNGEL DEL SUEÑO

E L ANO. ¡Dormid, hermanitos! Dormid sin cuidado


que el ángel del sueño del cielo bajó
y está con vosotros aquí, á vuestro lado.
¡Á Dios le rogabais, y así os lo premió!...
Feliz vuestro sueño, tranquilo, inocente,
que alegra y alumbra la luz de la fe:
dichosa la infancia, la edad sonriente
que todo en la vida de rosa lo ve.
Hoy son las quimeras de vuestros ensueños
los pobres juguetes de trapo y cartón;
mañana, anhelosos de grandes empeños,
será pesadilla lo que es ambición.
¡Soñad! Vuestras almas que son azucenas
hasta hoy sólo saben cantar y reir.
«Soñad cosas bellas, y haréis cosas buenas»
que así un gran poeta lo supo decir. (i>
Un ángel os vela, dormid sin cuidado
que vuestras plegarias llegaron á Dios:
Dormid, hermanitos, que aquí á vuestro lado
el ángel del sueño, os cuida á los dos.
(Telón de boca. Sigue la orquestaj.
MUTACIÓN

(1) J a c i n t o B e n a v e n t e .
CUADRO TERCERO

La Bruja tragona

El mismo bosque del cuadro anterior en plena luz del día.


Al fondo aparece una «Casita de turrón», con puerta prac-
ticable que se transforma á su tiempo como se indica luego.
En el lado derecho, y entre dos grandes árboles, aparece la
entrada ó boca de un gran horno construido de fábrica con
amplia puerta de hierro, por la cual debe entrar fácilmen-
te una persona. Al empezar el cuadro sigue la orquesta unos
momentos.
JUANITO y MARGARITA aparecen dormidos como queda-
roncal final del cuaaro segundo.

ESCENA VI

JUANITO Y MARGARITA

MARG, (Despertando y sentándose.)


¡Juanito!... Tú, dormilón,
despierta que ya es de día!
JUAN (id. íd.) ¿Quién va?
MARG ¡Despierta muchacho!
JUAN ¡Hola! ¿Eres tú, Margarita?
¿Dónde estamos?
En el bosque.
¿En el bosque?
¡Claro! Mira.
Ahora lo recuerdo todo.
(Se levantan del suelo los dos )
¡Qué bruto! ¡Cómo dormías!
¡Ay!
¿Qué es eso?
Es un dolor
de la cintura hasta arriba...
Se me han clavado los muelles
del colchón en las costillas.
Yo he dormido como un tronco
tan á gusto, tan tranquila...
Soñé que unos angelitos
por el cielo aparecían
y acercándose á nosotros
como quien anda y no pisa
decían... «¡Dormid en paz
que los ángeles os cuidan!»
¡Muy bonito! Yo también
he soñado.
¿Sí?
Veía
mantecadas en los árboles,
un lago lleno de almíbar
con peces de mazapán,
y, además, por las orillas
turrón de ese que se. parte
con serrucho.
¿Te darías
un banquete?
- 31 -

JUAN. ¡NO lo creas!


¡Esa fué la tontería!...
Como me gustaba todo
lo que vi, no me di prisa
por coger nada, y ahora
¡tengo un hambre!
MARG. ¡La avaricia!
¡Bien empleado te está!
JUAN Bueno, mujer, no me riñas. ^
Si vuelvo á soñar lo mismo,
le meto el diente en seguida.
(Margarita se fija de pronto en ia casita de^turrón y ex-
clama llena de asombro:)
MARG. ¡Juanito que aparición!
JUAN ¿Cual?
MARG. ¿No ves? ¡una casita
de dulce!
JUAN ¡Quiá, no es posible!
MARO. ¿Cómo que no? ¡Mira! ¡Mira!,
chantilly, almendras, hojaldres...
JUAN ¿Será una confitería?
MARO. Yemas de coco...
JUAN ¿También?
MARG, ¿Quieres una?
JUAN ¡NO, hermanita!
con el coco no me atrevo...
.MARG. Pues toma otra golosina.
Allá voy, porque si dudo
me expongo á que se repita
lo del sueño y esta vez...
¡no me lo perdonaría!
(Se acercan ios dos á la casita y empiszan á meterle
mano á las golosinas. Algunas están sobrepuestas en el
trasto para.que puedan cojerlas. De pronto óyese dentro
un golpe de tán-tán ó campana chinesca. Los chicos se
asustan y se retiran un poco en el momento que aparece
por la puerta de la casita la Bruja Tragona.)

ESCENA VII
DICHOS. LA BRUJA.TRAGONA

¡Hijos míos!
¡Ay de mí!
¿Por qué corréis, qué os pasa?
Soy la dueña de esta casa
¿Os doy miedo?
¡No! . ^
¡A mí, sí!
¡Qué cara de comadreja
y qué pelos y qué apaños!...
¡Es que tengo muchos años!
Claro, por eso es tan vieja.
¡Pobrecita!
(Haciendo señas á Juan.) ¡Inocentón!
¿Por qué ine haces esos guiños?
Venid, yo quiero á los niños
con todo mi corazón.
Para vosotros no más
tengo tanta golosina
y cosas, en la cocina,
que no comisteis jamás.
¡Anda, con el hambre que hace!
¡Buena cosa ha dicho usté\
Yo no me atrevo.
¿Por qué?
¡Déjala que lo rechace!
- 33 -

JUAN TÚ eres tonta, Margarita


BRUJA NO tendrá ganas.
JUAN ¿Que no?...
Si está lo mismo que yo;
en ayunas, abuelita.
¿Hay cocido?
BRUJA Un buen puchero.
JUAN ¿Y jamón?
BRUJA Tres hay colgados
y dos pollitos asados
que valen cualquier dinero.
(Mutis por la Izquierda.)
JUAN ¡Pollos!... ¡Cocido!... ¡Jamón!..
¡Esto es una suerte loca!
Ya se me hace agua la boca.
Yo pillo una indigestión.
(Vuelve la Bruja conduciendo una jaula «de hierro»,
que marcha sobre ruedas. La jaula es de un metió cua-
drado próximamente. Por un lado tiene una puerta con
cerradura y llave. Por otro, para la desaparición, una
puerta de dos hojas envisagradas que abren y cierran fá-
cilmente.)
MARO. Mira lo que trae
JUAN ¿Qué es eso?
BRUJA Una jaula.
JUAN ¿Para quien?
BRUJA NO te asustes, hombre, ven.
MARG. ¿Eo ves? Te va á meter preso.
BRUJA Niña, no, déjame hablar
que así la razón sabréis...
En esta casa que veis
ningún hombre puede entrar.
Tú comerás lo que quieras
aquí fuera y bien guardado
3
- 34 -

si no te dejo enjaulado
te comen á ti las fieras.
JUAN ¡Ah! (Tranquilizándose.)
MARG. ¿SÍ?
BRUJA Si el bosque está lleno
de lobos, tigres, chacales,
y como esos animales
tienen tal olfato...
JUAN Bueno.
BRUJA Esto es una precaución.
JUAN Lo comprendo.
MARG. ¡No entres, chico!
¡Vas á parecer un mico!
JUAN ¡Pero hay cocido y jamón!
BRUJA ¡Te vas á hartar de comer!
(Juanito entra decidido en la jaula «á gatas>, y sentán-
dose después La Bruja cierra con llave y se la guarda en
un bolsillo de la falda.)

¡Por goloso te has perdido!


JUAN ¿Cómo? (Muy sorprendido.)
BRUJA Que ya te he cogido
y aquí te voy á tener;
no temas que te maltrate
quiero que estés gordo y sano.
MARG. ¿Qué va usté á hacer con mi hermano?
BRUJA ¡Comérmelo con tomate!
MARG. ¡DiOS mío! (Llorando de pena )
BRUJA ¡Aquí no se llora!
En cuanto esté más llenito...
¡Será un bocado exquisito!
JUAN ¿Habla usié en serio señora?
BRUJA NO te devanes los sesos:
- 35 -

llevo^res en este mes


y con tomate los tres.
JUAN ¡Si no tengo más que huesos!
MARO. ¡Perdónele as/e! (Arrodillándose.)
BRUJA ¡Enseguida!
Si me tienes que ayudar
tu misma á hacerle engordar.
JUAN ¡Zambomba!
MARO. ¡Dios de mi vida!
¡Perdón!
BRUJA Inútil quimera
porque no has de conseguirlo
y si vuelves á pedirlo,
¡te como á ti la primera!
MARG. ¡Estamos perdidos, Juan!
JUAN ¡Grita, á ver si viene gente!
MARG.- ¡Padreéee!... (Gritando.)
BRUJA ¡No hay alma viviente
que pueda oir!
MARG. ¡Me oirán!
BRUJA En dos leguas al contorno
no encontrarás ser humano..-
Anda, juega con tu hermano
mientras yo preparo el horno.
(Se retira por la derecha dando vuelta al horno.y

ESCENA VIII

JUANITO Y MARGARITA

JUAN ¿Ha dicho el horno?-


MARG. ¡Sí, Juan!
JUAN ¿Qué es lo que pretende hacer?
- 36 -

MARO. Nada, que nos va á cocer.


JUAN Eso es que quiere hacer pan.
Por aquí no habrá tahona.
MARG. ¿Cómo escapar?
JUAN ¡Imposible!
MARG. Tengo la sospecha horrible
de que es la Bruja Tragona.
JUAN ¡NO me asustes, ay de mí,
si es la Bruja en realidad!
Tú que estás en libertad
corre á...
MARG. ¡NO te dejo aquí
en un peligro tan grave!
JUAN Si ves á alguno le dices...
MARG. Prueba á salir.
JJUAN ¡Sí! ¡Narices!
Estoy cerrado pon llave.
MARG. ¿Y qué va á ser de los dos?
JUAN ¡Mal lo vamos á pasar!
MARG. De nada sirve gritar.
JUAN Si no hace un milagro Dios,
ni que llores ni que cantes,
me come asado ó cocido.
Pero, hay tiempo, ya has oído
que me quiere engordar antes.
Así es que, por ese lado
segura está la pitanza;
¡no perdamos la esperanza!
MARG. ¡Cómo te veo enjaulado!
JUAN Bueno; ¡quién sabe! Tú deja
que yo consiga salir.
MARG. Antes me voy á morir
- 37 -

de verte...
JUAN ¡Calla! La vieja.

ESCENA IX

DICHOS. LA BRUJA que vuelve por detrás del horno.

BRUJA Niña..., ¿sabes trabajar?


MARO. Sí, S e ñ o r a . (Con humildad.)
JUAN ¿También ésta
nos va á hacer que trabajemos?
BRUJA Pues... á empezar la faena.
Tenemos que hacer el pan
á diario porque, las viejas,
no lo pueden comer duro
por la falta de herramientas.
MARG. Yo no sé como se hace eso.
BRUJA Es necesario que aprendas
ó te daré cuatro azotes '
en el...
JUAN ¡Oiga usted agüelal
Si le pega usté á mi hermana...
BRUJA ¿Qué es eso?
JUAN ¡Maldita sea!"
MARG. No te apures, hermanito,
yo haré todo lo que quiera
con tal de que á ti te saque
de la jaula.
BRUJA ¡SíL ¡Estás fresca!
Este irá, cuando yo diga,
de la jaula á la cazuela
y tú me has de obedecer
— 38 -

sin pronunciar una queja


porque Si no... (Amenazadora.)
MARG. ... ¡Sí, señora!
Dígame usted lo que ordena.
¡Cállate Juan!
JUAN (¡Esta bruja!)
(La bruja se acerpa.al horno.)
MARG. (Aparte á Juan, acercándose á é l . )
Se me ha ocurrido una idea...
BRUJA . Mira, ven. (Abriendo el horno por cuya boca sale un
vivo resplandor.)
MARG. ¡Uy, cuanta lumbre!
BRUJA Hay dos arrobas de leña.
MARG. ¿Qué tengo que hacer?
BRUJA - ¿Tú ves
los alambres que atraviesan
el horno de parte á parte?
Pues, sobre ellos, con paciencia
los panes irás poniendo
á cocer y si te dejas
caer alguno...
MARO. ¿Qué pasa?
BRUJA Metes la mano en la hoguera
y lo sacas.,
MARG. : Sí, señora,
pero, cualquiera se acerca
al horno... ¡qué calor da!
BRUJA Da calor pero no quema.
Ya ves como yo me acerco.
MARG. Sí; por la parte de. afuera
pero, al colocar los panes
hay que acercarse á la leña.
BRUJA Estirando un poco el brazo-
Mira... ¿Ves como se llega?
(Haciendo lo que dice la bruja se incorpora al interior
del horno, Margarita con rápido movimiento le da un em-
pujón, la mete de cabeza en el horno y cierra la portezue-
la con rapidez. La Bruja grita dentro del horno desespe-
radamente! Margarita palmotea y salta muy contenta.)
JUAN (Asustado de lo que ve.)

¡Ay!... ¿Qué has hecho, Margarita?


MARG. ¡Pues echarla dé cabeza!
JUAN , ¡Con la. llave de la jaula!
MARG. Ya te sacaremos de ella.
(Golpe fuerte dentro de campana chinesca. Al golpe
desaparecen como por encanto el horno y la jaula: Juani-
to queda sentado en el suelo como estaba en su prisión.
Á la vez la casita de turrón se transformará en una ca-
nastilla de flores, grande y bonita, dentro de la cual apa-
recen una niña y varios niños que tienen en las manos
saquitos de oro, collares de perlas y brillantes, etc., etc-
Todos' los tesoros de la bruja quemada en el horno.)

ESCENA ÚLTIMA

JUANITO, MARGARITA, la NIÑA y los NIÑOS, que no hablan.


Á poco por la derecha del bosque MATEO y MARÍA.
MARG. ¡Mira, mira! (Señalando la canastilla defloresdel
fondo.)
JUAN (Se levanta.) ¡Estoy soñando!
¡Se ha ido todo por el aire!
MARG. ¡Un canastillo de flores!
JUAN ¡Brujería!
MARG. ¡ES admirable!
Y entre las flores hay niños
¿no los ves?
¿Serán de carne?
(Saliendo del canastillo con los niños y ofreciéndoles
los tesoros.)
Sí; también como vosotros
un día que se hizo tarde,
nos perdimos en el bosque
y sin amparo de nadie,
aquí, la Bruja Tragona,
nos devoró en un instante.
Mas... ¿Ya ha cesado el hechizo?
Margarita ha sido el ángel
que nos ha vuelto á la vida.
La echó al horno por salvarme.
Los tesoros de la Bruja
son vuestros.
¡No nos engañes!
Aquí tenéis sus riquezas
oro, perlas y brillantes.
¿Y todo para nosotros?
Pues va á haber que dedicarse
á quemar todas las brujas
que se pongan por delante.
(Contempliindo las joyas.)
Se repartirá entre todos,
¿quieres, Juan?
Lo que tú mandes.
Estos niños serán pobres
como nosotros.
¡Quién sabe!
Tú que muy bien haces cuentas
divide en partes iguales.
(Margarita se dispone á repartir.)
— 41 -

MATEO ¡Juan! (Dentro y gritando.)


MARÍA ¡Margarita! (id. id.)
JUAN ¿Quién llama?
MATEO ¡Hijos míos!
JUAN ¡Si es mi padre!
(Saliendo al momento por la derecha.)
¡Por aquí!... ¡Padre!
MATEO (Saliendo.) ¡Hijos míos!
¡Vivos los dos!... ¡Abrazadme!
(Sale Maria. Se abrazan todns.)
MARÍA ¡Perdón! ¡Yo tuve la culpa!
JUAN ¡Se acabaron los pesares!
MARG. Somos ricos.
JUAN ¡Mira, mira!
MATEO ¿Oro?
MARÍA ¿Perlas y brillantes?
MARO. ¡ES un milagro del cielo!
JUAN LO que yo dije ayer tarde
que, por vivir como pájaros
sin el amparo de nadie,
buscando nuestras miguitas
hallamos un pan muy grande
pues, para Dios, también fuimos
\los pájaros de la calle!
(Orquesta y cuadro.)

TELÓN
' OBRAS DEL MISMO AUTOR

¡La. casa del duende, apropósito en un acto, original y en


verso.
Bordeaux, juguete cómico-lírico, en un acto, original y
en prosa. (*)
El juicio de Fuenterreal, pasillo cómico-lírico, en un
acto, dividido en cuatro cuadros, original y en
prosa.' (*) :

• Los triunviros, juguete cómico-lírico, en un acto, original
y en prosa.
Tres tristes trogloditas, trastada cómico-lírica, en un
acto, dividida en cinco cuadros, original, en prosa y
verso.
Chavea, juguete cómico-lírico, en un acto, original y en
. prosa.
La Sultana de Marruecos, juguete cómico-lírico, en un
acto, original y en prosa ( 3 . edición). (*).
a

Las manzanas del vecino, cuento viejo en acción, en un


acto, dividido en cuatro cuadros, en verso y con mú-
sica. (*).
Los murciélagos, comedia dramática, en tres actos, cua-
tro cuadros, original y en verso. (*)
S. M, el Duro, fantasía cómico-lírica, en un acto, dividi-
do en cuatro cuadros, original, en verso y prosa.
nal y en prosa. ' .
Charito, juguete cómico-lírico, en un acto, original y en
verso. (*)
El caballo de Atila, juguete cómico-lírico, en un acto,
arreglado del francés, en prosa.
La víspera de San Pedro, saínete lírico, en un acto, origi-
nal y en prosa.
Mañana será otro día, boceto cómico-lírico y casi filosó-
fico, de tipos y malas costumbres, en un acto, dividido
en cinco cuadros, original, en verso y prosa. (*)
El sueño de anoche, pesadilla cómico-lírica sin importan-
. cia, en un acto, original, en prosa y verso.
' — 44 —

A vuela pluma, exposición cómico-lírica, en un acto y


varios bocetos, original, en prosa y verso.
Madrid-Colón, humorada cómico-lírica, en un acto, divi-
dido en cinco cuadros, original, en verso y prosa. (*)•
Los maestros cantores, revista cómico-lírica, en un acto,
dividido en cuatro cuadros, original, en verso y prosa.
Año nuevo, vida nueva, fantasía cómico-lírica, en un
acto, dividido en cinco cuadros, original y en prosa.
La danza macabra, sueño cómico-lírico-tenebroso, en un
acto, dividido en cinco cuadros, original, en verso y
prosa.
Miss'Hisipí, humorada cómico-lírica, en un acto, dividi-
do en cinco cuadros, original, en prosa y verso.
Los cuentos del año, fantasía cómico-lírica-madrileña,,
en un acto, dividido en un prólogo y cuatro cuadros,
original, en prosa y verso.
Crispulín, juguete cómico-lírico, en un acto, original, en
verso y prosa.
Las hojas del calendario, revista cómico-lírica, en un
acto, dividido en un prólogo y cinco cuadros, original,
y en verso (*)
Los africanistas, humorada cómico-lírica, consecuencia
de El dúo de La Africana, en un acto, dividido en tres,
cuadros, original y en prosa ( 8 . edición).. (*)
A

La romería del halcón ó el alquimista y las villanas y


desdenes mal fingidos, presentimiento cómico-lírico y
casi bufo del admirable saínete La verbena de la Pa-
loma ó el boticario y las ehulapas y celos mal reprimi-
dos, en un acto, dividido en tres cuadros, en verso y
prosa. (*)
El primer amor, juguete cómico-inocente, en un acto,
original y en verso.
Eclipse de luna, opereta, en tres actos y en prosa, arre-.
glada del francés. (*)
El enigma (Le sphinx), drama escrito en francés por
Octave Feuillet y arreglado á la escena española, en
tres actos y en prosa. (*)
La japonesa, extravagancia cómico-lírica-acrobática, en
un acto, dividido en tres cuadros, original y en prosa.
La boda de los muñecos, juguete cómico-lírico; en acto,
original, en prosa y verso. (*)
Madrid-Cómico, revista lírica en un acto, dividido en
cinco cuadros, original, en prosa y verso. (*)
— 45 -

Música proibita, juguete cómico-lírico, en un acto, ori-


ginal y en verso.
L a lugareña, juguete cómico-lírico, en un acto, original
y en prosa. 1

Charivari, revista cómico-lírica-fantástica, en un acto,


dividido en cinco cuadros, original, en prosa y
verso (*)
El fraile descalzo, juguete cómico, en un acto y en
prosa. (*)
Simón es un lila!, parodia lírica, en un acto y en verso,
de la ópera Sansón y Dalila.
El tío Pepe, juguete cómico-lírico, en un acto, original,
en prosa y verso.
El ntentidero, revista cómico-lírica, en un acto, dividido
en cinco cuadros, original y en verso. (*)
Las de Farandul, juguete cómico-lírico, en un acto, ori-
ginal y en prosa.
El mentidero ( 2 . edición reformada).
a

Venus-Salón, fantasía cómico-lírica, en un acto, dividido


en cuatro cuadros, original, en verso y prosa ( 2 . edi-
a

ción). (*)
El balido del Zulú, parodia de la zarzuela La balada de
la luz, en un acto, dividido en tres cuadros y en
verso. (*)
Condición humana, juguete cómico, en un acto, original
y en prosa.
La dólora, juguete cómico, en un acto y en prosa, inspi-
rado en una del ilustre Campoamor. ( 2 . edición) (*)
a

Juan y Manuela, cuento de golfos en acción (imitado de


la ópera Juanita y Margarita), en un acto dividido
aen cinco cuadros, en prosa y verso. (*)
Copito de nieve, zarzuela, en un acto, dividido en tres
cuadros, original y en prosa. (*)
Venus-Salón ( 3 . edición reformada. Varias adiciones
A

impresas).
El picaro mundo, apronósito cómico-lírico, en un acto,
dividido en cuatro cuadros. (*)
Eden-Club, apropósito cómico-lírico, en un acto, dividido
en tres cuadros.
Vida galante, juguete cómico-lírico-transformista, en un
acto con prólogo.
¡ Lagarto!!... ¡¡Lagarto!!..., juguete cómico, en un
acto, escrito sobre el pensamiento de una novela ita-
liana. 2 . edición)
a
- 46 -

«La condesa X», comedia, en dos actos y en prosa ( 2 . s

edición).' (*)
La niña bonita, juguete cómico, en un acto, original y
en prosa.
El secreto de la esfinge, drama, en tres actos y en prosa,,
arreglado del francés. (*)
El torbellino, comedia, en tres y en prosa. (*)
Macbeth, drama de Shakespeare, adaptación española,,
en cuatro actos y en prosa. (*)
Music-Hall, pasatiempo cómico-lírico, en un acto, dividi-
do en dos cuadros, original, en prosa y verso.
El estuche de monerías, iugueté cómico-lírico, en un acto,'
dividido en dos cuadros, original y en prosa. ( 2 . a

edición.)
Venus-Saión ( 4 . edición, corregida y aumentada).
a

El caballo de batalla, apropósito cómico-lírico, en un.


acto, dividido en un prólogo y tres cuadros, original y
en verso.
Mar de fondo, zarzuela, en un acto, dividido en tres cua-
dros, original y en prosa. (*)
Los hijos del sol, opereta, en un acto, original y en.
verso. (*)
Los Campos Elíseos, pasatiempo cómico-lírico, en un.
acto, dividido en seis cuadros, original y en- prosa. (*)
Venus-Kursaal (sukursaal de Venus-Salón), pasatiempo-
cómico-lírico, en un acto, dividido en tres cuadros,
original, en verso y prosa. (*)
El paraíso de Mahoma, fantasía morisca,' en un acto,
dividido en tres cuadros, original, en prosa y verso. (*)•
¡ Pido la palabra!, apropósito en un acto, original, en
prosa y verso. ( 2 . edición, corregida y aumentada.)
a

La sombra del manzanillo, juguete cómico-lírico, en un


acto, original y en prosa.
Sábado blanco, capricho cómico-lírico, en un acto, divi-
dido en dos cuadros, original y en prosa.
Roberto el «diábolo», jueruete cómico, en un acto, origi-
nal y en verso.
El terror de las mujeres, aventura en un acto, original
y en prosa.
El jardín de los amores, opereta, en un acto, dividido en
dos cuadros, original y en verso.
Los pájaros de la calle, cuento en acto, dividido en tres
cuadros, en verso, del Teatro para los niños.
— 47 —

La muñequita sabia, comedia, en un acto, original y en


prosa.
El cuento del tren, juguete cómico, en un acto, original
. y en prosa.
¡ ¡ A l fin, solos!!, juguete cómico-lírico, en un acto, ori-
ginal y en prosa. (*)
El vals de los besos, juguete cómico-lírico, en un acto,
, original y en prosa.
¡Anda, la ópera! Repertorio de argumentos cómicos.
-

Prólogo de Jacinto Benavente.


El santo de las niñas, humorada en un acto, dividido
en tres cuadros, original y en prosa.

(») En colaboración.
Precio: UNA peseta

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