Enfoques y Perspectivas en Psicología Social
Enfoques y Perspectivas en Psicología Social
Enfoques y Perspectivas en Psicología Social
Ana Quiroga
GRUPO: “conjunto restringido de personas que ligadas por constantes de tiempo y espacio y
articulados por mutua representación interna se propone, en forma explícita o implícita, una tarea
que constituye su finalidad, interactuando a través de complejos mecanismos de asunción y
adjudicación de roles”.
SUJETO: Desde Pichón, la psicología se define como social a partir de la concepción del sujeto
como emergente, que se configura en una trama social compleja, en la que se entretejen vínculos y
relaciones sociales. Para Pichón la subjetividad está determinada histórica y socialmente, en tanto el
sujeto se constituye como tal en un proceso de interacción, en una dialéctica o interjuego entre
sujetos, de la que el vínculo, como relación bicorporal y el grupo, como red vincular, constituyen
unidades de análisis.
El sujeto aparece entonces bajo un doble carácter:
- Como agente: actor del proceso interaccional, y a la vez,
- Como emergente: se configura en ese proceso, emerge y es determinado por las relaciones que
constituyen sus condiciones concretas de existencia.
Concepción pichoneana de sujeto: “sujeto de la necesidad”. El eje central del análisis se sitúa en
la contradicción interna inherente a ese sujeto como ser vivo, entre: la necesidad emergente del
intercambio material del organismo con el medio y la satisfacción de esa necesidad.
Esa contradicción interna vuelca al sujeto sobre el mundo externo en busca de la fuente de
gratificación en relación con otro sujeto.
TAREA: es el punto de partida para el inicio de una acción orientada a la gratificación, a partir
de la cual el sujeto se proyecta hacia el exterior, con una direccionalidad (proyecto) en un hacer que
luego lo modifica. La noción de tarea, es doblemente fundante. Por un lado, de la noción de sujeto
de la acción, y por otro, de la noción o criterio de salud, en términos de adaptación activa de la
realidad.
Sujeto sano: El sujeto es sano, en tanto pueda integrar la realidad, transformarla, y transformarse.
El sujeto está “activamente adaptado” en la medida en que mantiene un interjuego dialéctico con el
medio, y no una relación rígida, estereotipada. Desde Pichón, la Psicología Social no es una
psicología de los grupos sino una reflexión acerca del sujeto y su comportamiento. Sin minimizar
por eso, la importancia de lo grupal, escenario e instrumento de la constitución del sujeto.
La concepción vincular del sujeto es elaborada por Pichón a partir de su práctica clínica, en la cual
se revela el mundo interno del paciente, la dimensión intrasubjetiva, estructurada como grupo
interno, un escenario interior en la cual se reconstruye la trama vincular en la que el sujeto está
inmerso, en la cual sus necesidades logran la satisfacción.
Enfermedad mental: podemos pensar a la enfermedad mental como emergente de una dinámica
vincular, la del grupo familiar. El que enferma es el portavoz mas señalado de ese proceso, y su
conducta resultado de la intolerancia a un determinado monto de sufrimiento, remite, como signo, a
una modalidad de interacción grupal, que en ese momento opera como condición de producción de
ese comportamiento patológico.
La contradicción necesidad/satisfacción reenvía al contexto vincular del sujeto, ya que el vínculo es
el escenario de la gratificación o la frustración. Entonces la conducta es esencialmente relacional y
solamente puede poseer significación dentro del contexto o red vincular de la que se configura.
Desde este encuadre grupal, la enfermedad mental como comportamiento que rompe las
expectativas sociales, pierde su carácter inicial, incompresible, transformándose en un lenguaje
complejo pero direccional y decodificable. Es en el contexto grupal (sobretodo el grupal-familiar),
que esa conducta reviste significatividad, y en tanto comprensible, resulta modificable.
Unidad interaccional (grupo): se caracteriza por ser una integración de tiempo, espacio, sujetos
que se perciben mutuamente y cuyas acciones están articuladas por leyes de causalidad recíproca.
Es un sistema con una organización interna, que articula las distintas unidades interaccionales en las
que participamos cotidianamente: pareja, grupo familiar, trabajo, equipo deportivo, etc.
Serie: antitesis de la unidad interaccional. Son formas de lo colectivo, cuya unidad es exterior, sus
principios organizadores son externos, es inestructurada, carece de coherencia interna. Ej: los
espectadores que asisten al cine, los clientes que esperan ser atendidos. Son varias personas que
comparen tiempo y espacio, que incluso desarrollan una actividad similar, pero no hay reciprocidad
en sus acciones. Lo que los reúne es un elemento externo.
los otros, aunque fueran percibidos, no aparecen como significativos, dado que no hay un interjuego
de expectativas recíprocas. La finalidad puede ser la misma, pero no aparece compartida.
El grupo: como red vincular, se estructura sobre la base de una constelación de necesidades-
objetivos-tareas.
El objetivo o proyecto del grupo: es aquello de lo que se carece y hacia lo que se tiende.
La tarea: es el conjunto de acciones destinadas al logro del objetivo. Se plantea desde la necesidad
y es la transformación de esa ausencia. Implica necesariamente, transformación de la realidad
interna y externa.
La tarea es, entonces, uno de los principios organizadores del grupo como estructura, es decir como
sistema dotado de coherencia interna. Para Pichón el grupo se define como una estructura de acción,
de operación, por eso para él, todo grupo es operativo. Esta concepción de grupo tiene
consecuencias a nivel metodológico. La técnica, el tipo de intervención psicológica que plantea
Pichon, apunta a centrar la interacción en la tarea, potencializándose así la acción grupal, en tanto se
visualicen, aborden y resuelvan los obstáculos que emergen de la marcha hacia los objetivos
grupales.
El objetivo-tarea-finalidad, se perfila entonces como un principio organizador del grupo.
Organizador porque en la red interaccional cada sujeto ocupa una posición que está ligada a su
función dentro del sistema. Este proceso se constituye a través de los mecanismos de adjudicación y
asunción de roles.
Los roles en el grupo, están referidos desde la tarea, tanto para realizarla como para negarla. La
emergencia de ciertos roles (coordinador, chivo emisario) revela la emergencia de una modalidad de
interacción grupal que remite a la relación que los miembros de ese grupo guardan con las
necesidades-objetivos y la tarea que los integra en una estructura.
La realización de la tarea, exige en primer término, que los integrantes del grupo reconozcan esas
necesidades y objetivos como comunes.
Una de las dificultades más habituales con las que se tropieza al plantear la situación grupal como
instrumento terapéutico está dada por la resistencia a reconocer la neurosis como un proceso
común. Los roles, al no reconocerse las necesidades y objetivos comunes, se hacen suplementarios
y no complementarios. Se cercenan las posibilidades de creatividad grupal. El punto de vista de la
productividad grupal es el reconocimiento que sus integrantes hacen de sus necesidades como
sujetos y como grupo. Hemos hablado hasta aquí de identificación, de reconocimiento del grupo
como instrumento, de definición de necesidades comunes, de obstáculos emergentes de ese
reconocimiento recíproco.
Pichon-Riviere:
Sujeto: como emergente, producido en una complejísima trama de vínculos y relaciones sociales.
Producido y emergente, en tanto determinado, pero a la vez productor, actor, protagonista.
Hombre: como configurándose en una actividad transformadora, en una relación dialéctica,
mutuamente modificante con el mundo; relación ésta que tiene su motor en la necesidad.
La Psicología Social se plantea el abordaje del sujeto en la interioridad de sus vínculos, en el seno
de las tramas de relación en las que sus necesidades emergen, son decodificadas y significadas,
cumpliendo su destino vincular y social de gratificación y frustración.
La Psicología Social que postula la autora, en función del abordaje del sujeto en sus condiciones
concretas de existencia, se define como crítica de la cotidianidad.
La crítica de la vida cotidiana: consiste en el análisis del destino de las necesidades de los
hombres en una organización social determinada.
Desde la perspectiva psicológica, ese análisis apuntará a determinar de qué manera esa organización
promueve en los sujetos el aprendizaje, la salud mental o, por el contrario, se constituye en un
obstáculo para la adaptación a la realidad, para el desarrollo de una relación dialéctica, de
transformación recíproca entre el sujeto y el mundo.
La indagación de la cotidianidad, enriquecida desde una comprensión psicológica, permite develar
los mecanismos por lo cuales un sistema de relaciones sociales configura los sujetos aptos para
sostener esas relaciones y desarrollarlas.