Cancer y Pruebas Diagnosticas - PDF
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Análisis clínicos:
1. Radiología convencional
Suele ser una de las primeras pruebas que se realizan ante la sospecha de una neoplasia.
Permite la visualización de determinadas estructuras mediante la utilización de Rayos X.
El paciente, sobre una camilla e inmóvil, se le coloca en contacto con una placa
radiográfica, donde se plasman las imágenes de las distintas partes del organismo que
atraviesa la radiación.
Es una prueba incruenta, no dolorosa, sin efectos secundarios inmediatos, aunque supone
para el organismo un acúmulo de radiación.
Es una técnica que proporciona imágenes anatómicas muy precisas, por lo que se emplea
mucho para el diagnóstico de aquellos procesos que no se aprecian adecuadamente en la
radiología convencional, o que deben delimitarse perfectamente antes de un
planteamiento terapéutico.
En algunas ocasiones es necesario introducir contraste por vía intravenosa, para permitir
la correcta visualización de distintas estructuras anatómicas.
4. Ecografía
Permite obtener imágenes procedentes de ecos sonoros. Consta de un emisor de
ultrasonidos, que se aplica sobre el cuerpo, cerca de la zona que se quiere explorar. En
función de las diferentes densidades de los órganos y tejidos que las ondas atraviesan,
estas son reflejadas o absorbidas. Las ondas sonoras reflejadas, son recogidas por un
aparato que las transforma en una imagen que se muestra en un monitor de televisión.
La persona debe permanecer tumbada mientras le aplican sobre la zona a estudiar una
sonda que es emisora y captadora a la vez de los ultrasonidos. Este transductor se desliza
sobre la superficie corporal. El aire es un mal conductor de los ultrasonidos, por lo que,
para evitar las irregularidades de la superficie se aplica un gel, que impide la separación
entre la piel y la sonda.
Es de gran utilidad como guía para drenar abscesos (colecciones líquidas en órganos
internos) o para realizar punciones o biopsias. En oncología se usa con frecuencia para ver
posibles lesiones en los órganos abdominales, principalmente hígado, y distinguir entre
quistes (generalmente benignos) y masas sólidas.
Sólo la presencia de hueso, aire u obesidad extrema interfieren con la generación
adecuada de imágenes.
La ecografía es indolora, y no presenta peligro alguno, incluso durante el embarazo y la
infancia. Puede repetirse las veces necesarias sin suponer peligro para la salud.
Requiere de personal bien entrenado para su interpretación, porque no es una imagen de
tipo fotográfico.
5. Medicina Nuclear
Las exploraciones diagnósticas en Medicina Nuclear se dividen en 4 grandes áreas:
Gammagrafía, Tomografía de fotón único (SPECT), Tomografía por emisión de
positrones (PET) y Densitometrías (la primera y la tercera son de mayor interés en
oncología)
La Gammagrafía consiste en la introducción intravenosa de sustancias o elementos
radiactivos, denominados radiosiótopos o radiofármacos. Estas sustancias se distribuyen
en el organismo en distinta proporción, dependiendo del elemento utilizado y de la
afinidad por los distintos órganos. Se fijan en los tejidos normales y estructuras afectadas
por cáncer u otras enfermedades, emitiendo una radiación que es captada por una
cámara llamada gamma-cámara que configura la imagen.
La PET es otra técnica de Medicina Nuclear que, a diferencia de la anterior, utiliza isótopos
emisores de positrones. Las indicaciones de la PET abarcan tres grandes áreas, Oncología,
Neurología y Cardiología,
Pruebas endoscópicas
Es la introducción en el interior del cuerpo de un tubo largo y flexible con luz y una pequeña
cámara en el extremo. El especialista observa, a través de un monitor de televisión, todas
las zonas por las que pasa este tubo.
Este sistema permite ver directamente el interior de un órgano o cavidad. Para introducirlo
pueden usarse orificios naturales (boca en una gastroscopia, por ejemplo.) A veces, es
preciso realizar una pequeña incisión o corte para introducir el endoscopio en la cavidad que
se precisa observar (por ejemplo, a nivel del ombligo en la laparoscopia, para explorar la
cavidad abdominal).
Unido a este tubo, un complejo sistema de accesorios de pequeño tamaño permite realizar
pequeñas intervenciones.
Dependiendo de la cavidad a estudiar, la endoscopia recibe diferentes nombres:
Colonoscopia: cuando se estudia el interior del colon y recto.
Esófago-gastroscopia: cuando se estudia el esófago y estómago.
Broncoscopia: cuando se utiliza para estudiar bronquios y pulmones.
Actualmente, la mayoría de las endoscopias se realizan con sedación, de tal forma que son
bastante bien toleradas por el paciente.
Pueden darse diferentes efectos secundarios o molestias, en función del grado de irritación
de las distintas estructuras exploradas.
Pruebas histológicas
Es el estudio microscópico de las células obtenidas por diversos métodos. Proporciona el
diagnóstico definitivo, necesario en oncología para poder iniciar los distintos tratamientos.
Los tejidos obtenidos después de la biopsia se examinan al microscopio, con el fin de:
Determinar si hay células cancerosas.
Conocer de qué tipo es el cáncer.
Determinar su agresividad.
Las técnicas más utilizadas para obtener una muestra de tejido son la citología y la biopsia:
- Citología: Se trata de una toma de células, generalmente, mediante un frotis de la zona
que se desea estudiar. No presenta efectos secundarios. Un ejemplo es la citología o
frotis del cuello uterino.
Existe una técnica que permite la obtención de las células mediante un pinchazo mínimo
con una aguja fina, llamada PAAF (punción aspiración con aguja fina). Los efectos
secundarios de esta prueba son una ligera molestia e inflamación en la zona de la
punción.
- Biopsia: Se estudian, al microscopio, las células contenidas en una pieza de tejido que se
obtiene mediante una pequeña intervención quirúrgica. Son pruebas cruentas y
dolorosas, que en la mayoría de los casos requieren algún tipo de anestesia.