Wrigth Mills La Imaginacion Sociologica

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C.

WRIGHT MILLS

Traducción de
FLORENTINO M. TORNER LA
IMAGINACION
SOCIOLOGICA
PRÓLOGO DE GINo GERMANI

••
EDICION REVOLUCIONARIA

••
INSTITUTO DEL LIBRO
I'
I,

A HARVEY y BETTE

instituto del libro


H 19 No. 1002
Vedado, Habana

impreso en Cuba
PROLOGO

LA TRADUCCIÓN de un libro implica algo más que un mero problema


lingüístico. Se trata de introducir en cierta cultura el producto
de otra, alejada o próxima de la primera pero, en todo caso, dis-
tinta. Es bien sabido que la traducción en este sentido especia]
será tanto más fácil cuanto más "comunicable" es el significado
del objeto cultural de que se trata. La máxima comunicabilidad la
encontramos obviamente en la ciencia, sobre todo a través del len-
guaje universal de la matemática. Pero aun aquí hallamos notables
diferencias, pues la comunicabilidad podrá variar en razón de la uni-
versalidad del contenido, de la problemática y conceptualización
de cada disciplina en particular. La Sociología se halla a este res-
pecto en una fase de comunicabilidad por cierto menor de la que
existe, por ejemplo, en Economía, para quedar en el ámbito de las
Ciencias Sociales. Debe reconocerse que en las últimas décadas
,se ha ido acentuando un proceso de universalización de esta disci-
plina y que está emergiendo lo que podríamos llamar una Socio-
logía "mundial" en oposición a las Sociologías "nacionales" tan.
características de una etapa previa de su desarrollo, con su estrecha
vinculación a las tradiciones intelectuales y a las peculiaridades
culturales de cada país.
Este libro trata por cierto problema universales, problemas que
surgen de algunos de los dilemas que debe enfrentar la disciplina
en la presente fase de su desarrollo; no obstante, el examen que
realiza Mil1s no deja de darse en un contexto intelectual y cientí-
fico bien distinto del que existe en América Latina: en este sen-
tido la "traducción" requiere un esfuerzo por ubicar el contenido
del libro dentro de su contexto originario y a la vez evaluar su sig-
nificado con relación al contexto intelectual y científico propio
de la cultura en que se trata de introducirlo.
La Sociología -ya se ha dicho- atraviesa una fase de universa-
lización. ¿De qué manera se caracteriza esta emergente "Sociolo~
gía mundial"? Quizás sea posible sintetizar en unos puntos lo
esencial del cambio: a) En primer lugar, la acentuación del carác-
ter científico de la disciplina con la adopción de principios básicos
del conocer científico en genyral, aunque con su propia especifi-
cidad metodológica; las antiguas controversias sobre el carácter más
"filosófico" o más "empírico" pueden considerarse superadas: na-
die ya duda de que la Sociología es una disciplina positiva, en la
que la fase "empírica" se hal1a indisolublemente unida a Ja etapa
9
1

10 PRóLOGO PRóLOGO 11
"teórica", siendo una sola y misma cosa del mismo modo que hi- organización humana y material, con una concentración conside-
pótesis y verificación constituyen "momentos" inseparables de todo rable de recursos económicos, y, también, con todas las consecuen-
conocer científico. Análogamente, es muy difícil, por no decir im- cias malas y buenas de la burocratización. Puede decirse que se ha
posible, encentrar hoy quien defienda el carácter "culturalista" o pasado de una fase artesanal a una fase industrial de la investiga-
"espiritualista" de la Sociología en los términos tan propios del ción, y esta transición ha sido genuinamente requerida por las in-
f1;;nsamiento alemán de fines del siglo pasado y comienzos del ac- novaciones metodológicas y técnicas, aun cuando las exageraciones
tual y que tanta difusión Y. aceptación encontró en el mundo de de una época dominada por la organización puedan haber intro-
habla hispana. Hoy en día el problema de las relaciones entre ducido en ciertos casos deformaciones perjudiciales; d) Un cuarto
teoría e investigación se plantea en términos en extremo más con- proceso -también vinculado con el anterior- es la creciente dife-
cretos -operacionales, diríamos- y, por ejemplo, parte de las renciación interna de la Sociología, el surgimiento de numerosísi-
preocupaciones de Mills versan precisamente sobre la forma más. mas ramas especiales. Esto es por supuesto el resultado del creci-
productiva de entender y llevar a cabo el proceso de verificación; miento y expansión de los estudios. Así, ya desde la época de
b) El desarrollo de procedimientos de investigación en extremo más Durkheim, al lado de la Sociología general (cuya legitimidad este
refinados y poderosos de los que existían en el pasado: mientras autor ponía en duda, por lo menos para las primeras fases del des-
en la época de Durkheim o Simmel, por ejemplo, el sociólogo de- arrollo de la disciplina), surgió una considerable variedad de espe-
bía limitarse a utilizar únicamente datos preexistentes ahora dis- cializaciones, y la nomenclatura adoptada en el Année Sociologique
pone de técnicas que han ampliado de manera insospechada sus todavía ejerce su influencia en la clasificación de las disciplinas
posibilidades de observación y de experimentación en el campo sociológicas. En la actualidad el crecimiento de la bibliografía y
de los hechos sociales. Las estadísticas oficiales, las obras históri- la enorme expansión de la labor de investigación, hacen práctica-
cas, los documentos personales o de otra índole, constituían antes mente inasequible la posibilidad de que una sola persona pueda al-
las únicas fuentes para el investigador. Incluso en antropología los canzar y mantener un nivel de conocimientos adecuados en todas
relatos de viajeros fueron todo el material sobre el que trabajaron o incluso en varias de las ramas de la Sociología. De ahí la nece-
los antropólogos clásicos. La observación. sobre el terreno apoyada sidad de especialización y de especialistas con todas sus conocidas
en el uso de una gran variedad de técnicas se ha transformado ventajas y desventajas; e) La tecnificación, expansión y diferencia-
ahora en una práctica habitual del investigador social, y de este ción interna debían conducir necesariamente a otro cambio: al
modo el alcance de la observación se está extendiendo cada vez surgimiento de escuelas específicamente dedicadas a la enseñanza
más, y sectores del comportamiento humano, una vez del todo de la Sociología, en reemplazo de 1as antiguas "cátedras" aisladas
inaccesibles, pueden ahora ser objeto de un estudio perfectamente incluidas en el currículum de las facultades de Filosofía, Derecho
ajustado a los más ortodoxos cánones de la metodología científica. u otras. De este modo, y de manera análoga a lo ocurrido en el
La experimentación strícto sensu que siempre pareció vedada al campo de la investigación, la enseñanza de la Sociología requirió
sociólogo es ahora posible, por lo menos en ciertas esferas. Este una forma mucho más compleja de institucionalización: institu-
desarrollo ha implicado lo que podríamos llamar una creciente ciones especiales, multiplicidad de cursos y de materias, títulos pro-
tecnificación de la Sociología: estandarización de procedimientos fesionales específicos, y él paralelo surgimiento de los medios de
de investigación, uso generalizado de determinados instrumentos, control científico y académico destinados a asegurar un nivel profe-
rutinización de tareas y carácter colectivo de las mismas; necesidad sional adecuado; f) También en relación con este desarrollo, con
de invertir considerables recursos para ciertas investigaciones, de la profesionalización de la Sociología -tanto como actividad pura-
contar con equipo material, locales, personal administrativo y técni- mente académica, como en cuanto actividad "aplicada"- se pro-
co, etc.; e) Estos requerimientos de la nueva metodología y la dujeron o se están produciendo una serie de otros cambios: surgi-
tecnificación de ciertas fases de la investigación sociológica han miento del "rol" del sociólogo, diferenciado en el del "científico
conducido a otras importantes innovaciones y particularmente al puro" y en el del "profesional" o del "técnico", el primero dedicado
crecimiento del aspecto organizativo de la labor científica. Mien- principalmente a tareas académicas de enseñanza o de investiga-
tras que en el pasado la regla era el investigador aislado y su biblio- ción en el campo de la "ciencia básica" (como suele decirse hoy),
teca, en la actualidad lo normal es el Instituto, con su compleja y el segundo desempeñando tareas en toda clase de instituciones
12 PRóLOGO PRÓLOGO 13
públicas y privadas, en los más diferentes campos: económicos, o a las entidades internacionales, es decir, siempre a organizacio-
asistenciales,. educacionales, religiosos, etc. De aquí una serie de nes que trascienden "la escala humana" y que se caracterizan por
1 ¡ nuevos problemas de carácter material y -especialmente- moral, su estructura burocrática y por la concentración del poder. El he-
¡j:i derivantes éstos de la particular situación del soció1ogo y de las cho de que ahora este proceso empieza a a,fectar el campo de lo
difíciles alternativas que se le presentan una vez puesto a intervenir que en un tiempo se incluía en las "humanidades", en particular
1.

!
-de una manera u otra- en esa misma realidad hu mana que en la Antropología Cultural o Social, la Psicología y la Sociología, sólo
el pasado se limitaba a estudiar, a tratar como mero y desintere- pone de relieve de manera más dramática aún los problemas y los
sado observador; g) Un efecto digno de ser notado, dlerivado de la dilemas que el hombre de ciencia moderno está llamado a enfren-
extrema diferenciación interna, ha originado otro rasgo caracterís- tar, cualquiera que sea el campo específico de su quehacer cien-
tico de la Sociología actual, rasgo por lo demás íntimamente vincu- tífico.
lado a la naturaleza misma de la disciplina: la tendencia hacia 1 la El libro de Mills refleja los problemas teóricos, prácticos y mo-
llamada cooperación interdisciplinari:i, el trabajo en equipo de es- rales del proceso de transición que hemos tratado de sintetizar en
1 ¡
pecia.listas de diferentes ramas de la Sociología y de otras ciencias las páginas precedentes. Lo hace sobre todo con respecto a la
sociales. Esta cooperación supone desde luego un proceso previo situación norteamericana y esta circunstancia está lejos de limitar
de especialización, y aun cuando sólo sea posible en base al uso de su validez, pues la Sociología de ese país ofrece un caso que es o
un lenguaje común, de una base compartida de com:unicación, su puede ser singularmente sintomático o predictivo del desarrollo de
sentido es justamente el de aprovechar las ventajas de la especia- la disciplina en los demás países. Es en los Estados Unidos, en
lización, corrigiendo al mismo tiempo su inevitable unilateralidad. efecto, donde la Sociología ha alcanzado su mayor desarrollo y es
Propósito en extremo difícil de lograr de manera cumplida y que, también en ese país donde han aparecido los rasgos señalados.
puede decirse de paso, tiende a reforzar algunos ae los rasgos Desde allí y con singular rapidez se los ha visto difundir a muchos
apuntados anteriormente, en particular el aspecto organizativo, el países de Europa occidental, a la mayoría de las nuevas nacio-
trabajo en equipo, y más espetíficamente en "comisiones", "grupos 1).eS de Africa, Oceanía y Asia, para llegar a penetrar por fih en el
de trabajo" y formas similares, los que se han vuelto hoy una mundo socialista, donde hasta hace poco, la Sociología era violen-
experiencia habitual para el sociólogo y el científico social en gene- tamente rechazada como "ciencia burguesa" .1 Esta rápida difusión
ral; h) Por último todos estos cambios, que han transformado tan no es fruto del azar, o del prestigio que acompaña el poder político
radicalmente a la Sociología, no podían dejar de influir de manera (aunque puede haber algo de esto también), sino de manera mu-
no menos poderosa sobre el tipo de personalidad req¡uerido al so- cho más esencial, del hecho que mientras por un lado la emergente
ciólogo en sus nuevos papeles en considerable medida contradic- sociedad industrial requiere en todas partes el desarrollo de la in-
torios -el de "hombre organización", por un lado, y el de "erudi- vestigación científica de la realidad social, por el otro es precisa-
to", por el otro. mente en los Estados Unidos donde se ha alcanzado el más alto
Se advertirá fácilmente que esta profunda transición no es de nivel en el campo de la metodología y de las técnicas de investiga-
ninguna manera peculiar o exclusiva de la Sociología: por el ción a la vez que el acervo del pensamiento sociológico universal
contrario, corresponde a una tendencia Claramente perceptible en recibía una elaboración particularmente adecuada para el análisis
toda la ciencia contemporánea a la vez que refleja ciertos rasgos
esenciales y bien conocidos de la sociedad industrial. La creciente 1 Rusia y otros países del Este ingresaron en la Asociación Internacional

importancia de la organización, con su consecuente burocratiza- de Sociología en 1955 aproximadamente. En el tercer congreso mundial hicie-
ron su primera aparición en una actitud claramente "propagandística"; en el
ción, impersonalidad del trabajo, fragmentación de tareas es ob- congreso siguiente (Stresa, 1959), se observaron cambios notables. La relación
via en el campo de las ciencias de la naturaleza; también es inevi- rusa sobre el estado de la Sociología en aquel país da cuenta, por ejemplo, de
table hoy la separación del sabio con respecto a la propiedad o el varios estudios empíricos en los que se hace uso de los procedimientos de en-
control de los instrumentos científicos que usa: la magnitud de cuesta; el tono seguía siendo polémico pero era más informativo y más objetivo
que en las contribuciones de tres años antes. En Polonia la Sociología se halla
la inversión necesaria para montar un moderno laboratorio rebasa relativamente desarrollada y existen frecuentes relaciones entre sociólogos norte·
infinitamente las posibilidades individuales y en la mayoría de los americanos (y de otros países occidentales) y los sociólogos polacos. Las téc-
casos sólo resulta asequible al Estado o a las grandes fundaciones nicas son las mismas.
14 PRóLOGO PRóLOGO 15
de la moderna sociedad industrial. Es necesario insistir sobre el norteamericana, una sociedad superdesarrollada como él suele lla-
1"1! hecho de que el aporte del pensamiento sociológico clásico -la ge- marla, irónicamente. Una postura análoga lo ha llevado acaso a
neración de los Durkheim, Weber, Simmel, Pareto y otros- com- una posición heterodoxa con respecto a las tendencias imperantes
binóse allí con la vigórosa tradición empirista sajona y que el flo- en la Sociología de ese país.
recimiento originado por esta confluencia, ocurrido particularmente Intentaremos sugerir alguna contestación a esas tres preguntas.
a partir de los años treinta, tuvo lugar a la vez corno respuesta, y Tarea por cierto en extremo difícil, pero incomparablemente más
dentro del contexto, de los cambios sociales producidos en las últi- simple que la de hallar una respuesta satisfactoria al interrogante
mas fases del desarrollo de la sociedad industrial, precisamente en aludido en último término.
el país y en el momento en que ésta iba a alcanzar su expresión Pocas dudas caben de que el análisis de Mills apunta certera-
más ava·nzada. mente a ciertas deformaciones graves de la Sociología en los Esta-
La aguda crítica de Mills al estado ach1al de la Sociología en dos Unidos: "gran teoría", "empirismo abstracto", "ethos burocrá-
los Estados Unidos debe ser examinada a la luz de las considera- tico". Pero resulta igualmente claro para quien conozca la sociedad
ciones que se acaban de formular. Su significado para el desarrollo norteamericana y a la vez haya examinado con alguna atención el
de la Sociología en general, y en particular sus implicaciones para desarrollo, estado actual y tendencias visibles que la Sociología pre-
América Latina, pueden acaso sintetizarse en tres preguntas. senta en sus centros más avanzados en otros países que no se trata
¿En qué medida las deformaciones que el autor denuncia son realmente de defectos inherentes a las nuevas orientaciones meto-
inherentes al desarrollo científico de la disciplina, es decir a las dológicas y a las exigencias organizativas, sino que reflejan sobre
nuevas condiciones requeridas por el hecho mismo de su expan- todo (aunque no exclusivamente) ciertos rasgos de la sociedad
sión, diferenciación interna, perfeccionamiento técnico y deman- norteamericana, rasgos que han conducido a desarrollos unilatera-
das ~e la sociedad industrial? ¿Y en qué medida, por el contrario, les y extremos, a la exasperación de actitudes que, en su expresión
se vmculan a la forma peculiar asumida por la disciplina en el más moderada, lejos de resultar perjudici~les o "deformantes" cons-
contexto histórico peculiar de la sociedad norteamericana, con su tituyen un avance necesario en la evolución de la Sociología como
propia tradición intelectual y con sus rasgos culturales específicos? disciplina científica. Tómese el ejemplo del "perfeccionismo"
¿En qué medida es posible una Sociología que, manteniendo metodológico, y la reducción de la fase creadora en la actividad
un carácter científico -es decir positivo y empírico- logre evitar científica a mera manipulación rutinaria de técnicas perfecta-
aquellas deformaciones? mente estandarizadas, o la producción masiva de datos de es-
¿En qué medida el análisis de Mills es relevante para la situa- casa significación, y el formalismo en la selección de ternas de
ción de la Sociología en América Latina? investigación (elegidos más por la apiicabilidad de procedimientos
Obsérvese que la pregunta formulada en primer término coin- "elegantes" que por la importancia teórica del contenido): no hay
cide con otro interrogante, un interrogante angustioso que, en un duda de que todo esto ocurre en los Estados Unidos y con dema-
ámbito infinitamente más vasto, suele formularse en relación a siada frecuencia. Pero mientras por un lado nunca deberá perderse
los "modelos" de sociedad industrial que nos presentan los dos de vista el hecho esencial de que el empleo abusivo de ciertas téc-
opuestos casos de la Unión Soviética y los Estados Unidos: ¿Cuá- nicas de ningún modo resta el valor que las mismas puedan tener
les son los rasgos de la sociedad industrial como tal? ¿Cuáles -y efectivamente tienen- como instrumentos de investigación,
son los que tan sólo se vinculan con esas dos particulares expresio- por el otro es fácil descubrir en la deformación "metodologista" la
nes históricas? Tal pregunta, como es obvio, no es únicamente el expresión en el campo de los estudios sociales de ciertas tendencias
resultado de una legítima curiosidad científica, es también -o qui- "obsesivas" claramente perceptibles en muchas otras esferas de la
zás lo es sobre todo- el fruto de una actitud vital: de una actitud vida norteamericana: desde la educación a la propaganda, los ne-
decididamente crítica con respecto a ambos modelos históricos. Si gocios, la industria (recuérdese el fetichismo del gadget o las exa-
por un lado el desarrollo económico es necesario (y deseable), ¿de geraciones en la renovación .;inual de los modelos de auto), tenden-
qué manera evitar las deformaciones que -de acuerdo con nues- cias que con suma frecuenci'a conducen a la aplicación crítica de
tros valores- afectan aquellas dos expresiones particulares de socie- principios e innovaciones que empleados con discernimiento cons-
dad "desarrollada"? Mills es un crítico riguroso de la sociedad tituirían aportes muy valiosos. Análogamente no cabe restar im-
16 PRóLOGO PRÓLOGO 17
P.~rtancia al impacto que la creciente significación de la organíza- démica de Oxford o Cambridge, ha sido acusada una y otra vez de
1l,i1 c10n, con su estructura burocrática y con su centralización del constituir un útil apéndice del Colonial Office. Para no hablar
poder, puede ejercer sobre la libertad del investigador; sin embargo, de Jo que ocurre en Rusia, donde las ciencias sociales fueron trans-
aquí también hallamos en los Estados Unidos ejemplos extremos formadas en abiertos instrumentos ideológicos. Una clara con-
que no necesariamente han de repetirse en otras partes, si se logra ciencia teórica en cuanto a las implicaciones ideológicas del propio
mantener una clara y vigilante percepción de la realidad. No pa~ pensamiento y una actitud vigilante orientada exclusivamente en
rece haber duda de que eI papel de la organización en la actividad la búsqueda de la verdad constituyen dos condiciones esenciales de
científica irá aumentando y que tal proceso es irreversible; en este todo quehacer científico. La imparcialidad absoluta es quizá tan
~entido una posición aferrada a estructuras pretéritas puede resultar sólo una meta ideal hasta cierto punto inalcanzable, pero la hones-
11:1ocua o contraproducente. Pero los necesarios cambios organiza- tidad moral y la claridad intelectual -de las que Mills da un
tivos pueden llevarse a cabo sin una pérdida de la indispensable excelente ejemplo- son calidades indispensables para el investi-
autonomía del científico. La solución francesa con su carrera de gador.
investigador científico, recientemente adoptada también en la Ar· En el divorcio entre teoría e investigación -otro de los temas:
ge~tina, y el desarrollo ?e
los centros universitarios y extrauniversi- centrales en el análisis de Mills- hallarnos sin duda un problema
tan_os do~a~os de la mas completa autonornía,1 y sobre todo una universal de la Sociología, aunque la forma específica examinada
actitud vigilant~ por parte de los mismos estudiosos constituyen
elementos e~enciales a este respecto. Por lo demás, en los mismos
r
por nuestro autor (la escisión e?tre. "gran teoría(" "empiri~mo abs-
tracto") puede considerzrse mas bien una expresión peculiar de la
Estados Umdos abundan ejemplos de libertad y autonomía inte- situación norteamericana. A fines del siglo pasado y en el primer
lectual y científica en el contexto de estructuras burocráticas, y el cuarto del actual, en Europa y· particularmente en Alemani~ la
hecho _que el apoyo de las fundaciones y de las organizaciones in- misma tendencia asumió diferentes rasgos: se apoyó en la procla-
temac10nales o del Estado puede utilizarse sin menoscabo de mada dicotomía entre ciencia natural y ciencia del espíritu y tra-
aquellos valores esenciales para la tarea científica está siendo com- dújose en la separación entre la llamada "Sociografía" (investiga-
probado diariamente en países tan distintos como Polonia o Yu- ción empírica, considerada de menor prestigio intelectual) y la
goslavi~ (cuyos .sociólogos han u.tilizado y utilizan el apoyo de Sociología propiamente dicha, concebida como una disciplina filo-
fun?ac10nes occidentales), Francia, Inglaterra, Alemania y otras sófica, ajena por la naturaleza de su objeto a los métodos "na-
naé10nes europeas. turalistas" de la ciencia en general. Los resultados fueron devas-
Debe reconocerse, sin embargo, que el peligro de deformación tadores, especialmente en aquellos países -como los de América
ideológica que Mills denuncia con tanto vigor constituye una ame- Latina- donde esta posición fue adoptada con el excesivo celo de
naza constante en el campo del conocer social en todas partes · los epígonos y seguidores algo desprovistos de sentido crítico: los
y no solamente en los Estados Unidos. No puede decirse, con temas propios de la Sociología fueron reemplazados por los conte-
todo, qu~ _las huevas f?rmas asumidas por la Sociología en su as- nidos más arbitrarios y esta indeterminación acerca del objeto fue
pecto teonco o en su mfraestructura organizativa representen un sin duda responsable en buena medida del retraso en la enseñanza
~am~io e~encial .ª e~t~ respecto: Las tendencias especulativas y el y la investigación que se nota en gran parte del continente, espe-
irrac10nahsmo filosofico florecido en la estructura tradicional de cialmente en cuanto se tornó en un obstáculo para el mejoramien-
la universidad en Alemania constituyó sin duda uno de los ejem- to del nivel académico del sociólogo y la adquisición por parte de
plos más típicos de deformación ideológica, tal como se hizo pa- éste de una formación seria y específica.1
tente cuando gran parte de la Sociología alemana (precisamente Tal experiencia -y varias más en que abunda la historia del pen-
las corrientes más "espiritualístas" a lo Freyer) se puso desembo~ samiento sociológico- muestra que la escisión puede surgir tanto
za~amen~e ~l servicio de I_a ideología .totalitaria. Toda la antropo-
Iogia social mglesa, florecida en el clima de perfecta libertad aca- 1 Un análisis detallado de este proceso fue realizado por el autor en el libro,
La sociología científica, México, Universidad Nacional Autónoma de México,
1 En algunos países de América Latina -por ejemplo Brasil-, aunque 1956, cap. r, y más recientemente en ."Development and Present ~tate of ~o­
e:x.iste un Centro nacional para el desarrollo de la ciencia, únicamente incluye ciology in Latin America" en Proceedmgs del IV Congreso Mundial de Socio·
las ciencias naturales. · logía, Londres, 1959, vol. I.
18 PRóLOGO
PRóLOGO 19
.de un abuso de la teoría, como de un abuso. de la técnica, o -como
parece ocurrir en ciertos casos en los Estados Unidos- de ambas. ventiva mas su significado variará en función de las distintas
Con acierto Mills señala en el ejemplo delos grandes maestros de situaci~nes en que se halle la Sociología en cada país. .
la Sociología europea -Durkheim y Weber especialmente-- el ca- En los países de América Lat.ina nos encontramos en u:ia situa-
mino a seguir; sin embargo el hecho sin precedentes de la creación ción que es casi opuesta a la existente en los Estados Umdos. El
de poderosas técnicas de investigación confiere al problema aspec- "ensayismo" el culto de la palabra, la falta de rigor son los ras~os
tos nuevos. En primer lugar, tras la superación de la reacción anti- más cornun~s en la producción sociológica del co~tinente. 1=-e1os
positivista -con todo lo bueno y todo lo malo que ella significó- del "perfeccionismo" y el "formalism~ meto~oló~p70" ya1?'qms es-
cs imposible volver a poner la cuestión en aquellos términos. Para casea o falta la noción misma de metodo cienhfic? ap~1cado al
Mills el problema ni siquiera aparece: la solución que él propone, estudio de la realidad social. Sólo en contadas umvers1dades se
y de la que un ejemplo concreto, en el apéndice, es la vuelta a la enseña algo de metodología Y. técnica d~ ~nvestigaci?!1· Faltan
"artesanía" del "analista social clásico", a la vinculación íntima, textos modernos en esta materia de tan rap1da .evoluc10n 1 ~ -:-lo
como parte de la tarea diaria del investigador, entre teoría y em- que es mucho más grave-· casi no existe!1 bibhoteca.s especiahza-
pirie: una y otra resultado de la imaginación, del trabajo creador das y la información s?bre la en~r~e ht~~atura existente es .en
del sociólogo. En esta re-unificación en un solo individuo de los extremo escasa. Tan solo en los ulhmos nempos han aparecido
separados papeles del manipulador de conceptos por un lado y algunos centros ~nsri~ados ~n un~ noción seria y adec~1ada de la
del manipulador de técnicas por el otro, hallamos uno de los ele- investigación soc10logica, e mveshgadores q~e. no neces1t~n ~u.sea!
mentos esenciales de la solución propuesta por Mills. Solución su sustento económico en alguna otra a<;bv1d,ad extrac1e?hfi<;~·
excelente sin duda, mas que sólo puede ser entendida plenamente La tarea de orientar el desarrollo de la Soc10logia en una direcc10n
dentro del contexto de la particular situación norteamericana, r
fructífera, que supere el estado actual ~ la vez evite l.a imitación
como reactivo a la especie de fascinación que las nuevas técnicas de los errores ajenos no es por cierto facil cuando .se piensa ~n los
están ejerciendo especialmente en la joven generación de sociólo- grandes obstáculos materiales existentes y ~n ciertos rasgos de
gos, y a sus consecuencias teóricas y organizativas, como una nuestra cultura. Mas a la vez no debemos olvidar aquellos elemen-
necesaria reacción al formalismo técnico y al teórico, mas no a tos de la tradición intelectual latinoamericana 'lue sin duda n~s
las innovaciones metodológicas mismas ni a la formulación de colocan en una posición más favorable que la existente en el pms
· teorías generales que realmente resulten fecundas para el cono- del norte: así no cabe duda que el "pensamiento social" de.América
cimiento de la realidad social y no se reduzcan a meros juegos Latina presenta más de un !1ermos~ ejemplo de lo qu~ M:H~ llama
conceptuales. análisis social clásico. La mfluenc1a profunda del histonc~smo, y
El empleo de los nuevos procedimientos de investigación se algunas de las características mismas de la cultura predisponen
está extendiendo a todas partes del mundo, y con ellos los corres- casi "naturalmente" a fa ubicación de los problemas dentro del
pondientes cambios en la estructura organizativa d.el trabajo cien- c~ntexto mayor de la estructur~ social percibida, hist~ricament~,
tífico en Sociología: el problema que debe enfrentarse es cómo procedimiento que Mills recomienda con tanto enfasis. El peli-
evitar las deformaciones del "empirismo abstracto", la "gran teo- gro es en todo caso el opuesto: la incapacidad para los detalles, la
ría", el "ethos burocrático". Si la interpretación anterior no está.
1 Los únicos dos textos de metodología sociológica en. los que se expone,n
del todo equivocada, los males que Mills denuncia -aunque en
las nuevas técnicas tienen ya más de 20 años y n~ refle¡an los avances mas
parte resultan de tendencias presentes en toda sociedad industrial- significativos que han ocurrido sobre todo en la última década (G. ~- ~und·
son sobre todo la expresión de una particular cultura: la sociedad her : Investigacíón social, publicado por el Fond~ de Cultura E:con?m1ca, Y
norteamericana. Ello no implica que las deformaciones no pue- el !anual de P. V. Young, publicado por el ~?shtuto 4e Inves~1gac10n~s So·
dan exportarse; por el contrario, el "efecto de demostración" no ciales de la Universidad de México). Paradópcamente, \~os latmoamencan?s
están más familiarizados con las críticas dirigidas a la m~dern~ metodol?g1a
se da solamente en el terreno económico sino a menudo en el ue con la metodoloofa misma. El poco afortunado y del todo mexacto libro
intelectual también, con la adopción de la ultimísima novedad de de Sorokin sobre este tema (Achaques y maní~s de la sociologí~ ~ont~mp~ránea,
los países "desarrollados": en este sentido la valiente crítica de Mills Aguilar 19 57) fue publicado casi contemporaneamente al ongmal mgles.
constituye un aporte que puede resultar de singular eficacia pre- 2 lÍsta es probablemente una de las causas más. serias ?el atraso en que se
encuentra la Sociología en muchos países de Aménca Latma.
20 PRóLOGO
impaciencia hacia el trabajo minucioso que inevitablemente -cual-
9me~a que sea el papel de la imaginación- representa una parte
1?ev1table de! trabajo ?ientí~ico,, ~l ret~aso en el aspecto organiza- AGRADECIMIENTOS
tivo Y material de la mveshgac10n. S1 la Sociología latinoameri-
cana sabe apro~echar estos elementos valiosos y a la vez utilizar Las primeras versiones de este libro fueron presentadas en un
los extraordmarios avances realizados en las últimas décadas, recu- seminario de ciencia social durante la primavera de 1957, orga-
~eran?o el. retraso en que se encuentra, podrá acaso lograr aquella nizado en Copenhague por Henning Friis, consejero del Social-
smtes1s feliz q1;1e cons~rve los valores de la gran tradición clásica ministrat. Les estoy muy agradecido a él y a los siguientes miem-
-de la que l\íills es sm duda un ejemplo- con los nuevos insos- bros del seminario por sus penetrantes críticas y bondadosas indi-
p~chados horizontes que los desarrollos recientes de nuestra disci- caciones: Kirsten Rud,feld, Bent Anderson, P. H. Kühl, Poul
plma han logrado conquistar.1 Vidriksen, Knud Erik Svensen, Torben Agersnap y B. V. Elberling.
Grno GERMANI El capítulo primero, "La promesa", con otras pequeñas seccio-
Berkeley, Cal., febrero de 1961 nes de este libro, fue presentado en forma abreviada a la American
Political Science Association en septiembre de 1958 en St. Louis.
En el capítulo VI he aprovechado un ensayo, "Two Styles of
Research in Current Social Study'', publicado en Philosophy
of Science, vol. XX, núm. 4, octubre de 1953. Una primera redac-
ción de las cinco primeras secciones del Apéndice aparecieron en
Symposium on Sociological Theory, editado por L. Cross, Evans-
ton, Peterson, 1959. Las secciones 5 y 6 del capítulo vm fueron
publicadas en Monthly Review, octubre de 1958. De una manera
general, he usado también observaciones publicadas primero en
The Saturday Revfew de 19 de mayo de 1954. Algunos pasajes
de los capítulos IX y x fueron utilizados en conferencias públicas
sustentadas en la Escuela de Economía de Londres y en la Aca-
demia Polaca de Ciencias, de Varsovia, en enero, y radiadas por
la BBC en su Tercer Programa, en febrero de 1959.
Las últimas redacciones del manuscrito fueron criticadas, en
su totalidad o en parte, por los siguientes colegas, a quienes debo
mucho del mérito que el libro pueda tener. Sólo desearía disponer
de algún medio más adecuado para agradecer su generosa ayuda:
Harold Barger, Robert Bierstadt, Norman Birnbaum, Herbert
Blumer, Tom Bottomore, Lyman Bryson, Lewis Coser, Arthur K.
Davis, Robert Dubin, Si Goode, Marjorie Fiske, Peter Gay, Lle-
wellyn Gross, Richard Hofstadter, Irving Howe, H. Stuart Hugues,
Floyd Hunter, Sylvia Jarrico, David Kettler, Walter Klink, Charles
E. Lindblom, Ernst Manheim, Reece McGee, Ralph Miliband,
Barrington Moore Jr., David Riesman, J\iieyer Schapiro, George
Rawick, Arnold Rogow y Paul Sweezy.
Estoy muy agradecido a mis amigos William Miller y Harvey
: J. Me~ina E?~avarría en un libro publicado hace 20 años (Sociología: Swados por sus constantes esfuerzos para ayudarme a escribir
teoria y .técr1;1ca, M.e~1co, Fondo de Cultura Económica, 194 2), pero que posee claramente.
extraordmana ?ctu~l1dad, realizó un análisis total de las condiciones y posibili-
dades de esa smtes1s. (1
C.W.M.
21

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- ·- -- - ... -
------~------------- ''--·-~
-·~

.......
-
l. LA PROMESA

HoY EN DÍA los hombres advierten con frecuencia que sus vidas
privadas son una serie de aüagazas. Se dan cuenta de que en sus
mundos cotidianos no pueden vencer sus dificultades, y en eso mu-
chas veces tienen toda la razón: lo que los hombres corrientes saben
directamente y lo que tratan de hacer está limitado por las órbitas
privadas en que viven; sus visiones y sus facultades se limitan al ha-
bitual escenario del trabajo, de la familia, de la vecindad; en otros
medios, se mueven por sustitución y son espectadores. Y cuanto
más cuenta se dan, aunque sea vagamente, de las ambiciones y de
las amenazas que trascienden de su ambiente inmediato, más atra-
pados parecen sentirse.
Por debajo de esa sensación de estar atrapados se encuentran
cambios aparentemente impersonales de la estructura misma de so-
ciedades de dimensiones continentales. Los hechos de la historia
contemporánea son también hechos relativos al triunfo y al fracaso
de hombres y mujeres individuales. Cuando una sociedad se indus-
trializa, el campesino se convierte en un trabajador, y el señor feu-
dal es liquidado o se convierte en un hombre de negocios. Cuando.
las clases suben o bajan, un hombre tiene trabajo o no lo tiene;
cuando la proporción de las inversiones aumenta o disminuye, un
hombre toma nuevos alientos o se arruina. Cuando sobrevienen
guerras, un agente de seguros se convierte en un lanzador de cohe-
tes, un oficinista en un experto en radar, las mujeres viven solas y
los niños crecen sin padre. Ni la vida de· un individuo ni la his-
toria de una sociedad pueden entenderse sin entender arnb.:is cosas.
Pero los hombres, habitualmente, no definen las inquietudes
que sufren en relación con los cambios históricos y las contradic-
ciones institucionales. Por lo común, no imputan el bienestar de
que gozan a los grandes vaivenes de la sociedad en que viven. Rara
vez conscientes de la intrincada conexión entre el tipo de sus pro-
pias vidas y el curso de la historia del mundo, los hombres corrien-
tes suelen ignorar lo que esa conexión significa para el tipo de
hombres en que se van convirtiendo y para la clase de actividad
histórica en que pueden tener parte. No poseen la cualidad men-
tal esencial para percibir la interrelación del hombre y la sociedad,
de la biografía y de la historia, del yo y del mundo. No puedelll
hacer frente a sus problemas personales en formas que les permi--
tan controlar las transformaciones estructurales que suelen estar
detrás de ellas.
23

r
24 LA PROMESA
'
LA PROMESA 25
1 !
No es de extrañar, desde luego. ¿En qué época se han visto
tantos hombres expuestos a paso tan rápido a las sacudidas de tan- tuales lo que necesitan, aunque muchas veces la lucha para conse-
t~s cambios? Qu~ los norteamericanos no hayan conocido cam- guirlas agota su limitada energía mor~l. .
bios tan catastr6ficos como los hombres y las mujeres de otras Lo que necesitan y lo que ellos sienten que necesitan, es una
sociedades, se debe a hechos hist6ricos que ahora se van convir- cualidad mental que '1es ayude. a usa! la inf?r?1ación y a desarrollar
tiendo velozmente en "mera historia". La historia que ahora afecta 1a razón para conseguir recap1tulac10nes lucidas de lo que ocurre
a todos los hombres es la historia del mundo. En este escenario y en el mundo y de lo que quizás está ocurriendo dentr~ d~ ellos. Y
en esta. época, en el curso de una sola generación, Ja sexta parte lo que yo me dispongo a sostener es que lo que los pe!iodistas y los
de la humanida? de feudal y atrasada ha pasado a ser moderna, sabios los artistas y el público, los científicos y los editores esperan
avanzada y tcmi ble. Las colonias políticas se han liberado, y han de lo que puede llamarse imaginación sociológica, es precisamente
surgi~o nuevas y menos visibles formas de imperialismo. Hay re- esa cualidad.
v_oluc10ncs, y ~os hombres sienten Ia opresión interna de nuevos
tipos de autondad. Nacen socieda:des totalitarias v son reducidas 1
a pe~a~os ... o ~riu.nf:m fabulosamente. Desp!..lés de dos siglos de
domm10, al capitalismo se le señala sólo como uno de los medios La imaginación sociológica p~rmi-te a su poseedor. co?1.prender., el
~e convertir 1a sociedad en un aparato industrial. Después de dos escenario histórico más amplio en cuan~o a su. sigi;1ficado par~
siglos· de esperanza, aun la democracia formal está limitada a una la vida interior y para la trayectoria exter~or de di~er~i~ad de md1-
porción muy pequeña de la humanida<l. Por todas partes, en el víduos. Ella le permite tener en cuenta como los mdi_viduos, en el
mundo subdesarrollado, se abandonan antiguos estilos de vida y tumulto de su experiencia cotidiana, son con frecuencia falsamente
vagas expectativas se convierten en demandas urgentes. Por todas conscientes de sus posiciones sociales. En aquel tumulto se busca
partes, en el mundo superdesarrollado. los medios de ejercer la la trama de la sociedad moderna, y dentro de esa trama .se formu-
a.utoridad y la violencia se hacen totales en su alcance y burocrá- lan las psicoloofas de una diversidad de hombres y muieres. Por
ticos en su forma. Yace ahora ante nosotros la humanidad misma tales medios el malestar personal de los individuos se enfoca s?bre
míentras las supernaciones que constituyen sus polos concentra~ inquietudes ~xplícitas y_ la indi~er~ncia de los públicos se convierte
sus esfuerzos más coordinados e ingentes en preparar la tercera en interés por las cuest10nes publicas. . .,
guerra mundial. El primer fruto de esa imaginación -y la pnmer~ le~c.1011 de, la
La plasmación misma de la historia rebasa actualmente la ha- ciencia social que la encar~a- es l~ id~a de que el mdlVld~o solo
?il~dad de los l~ombres para orientarse de acuerdo con valores pre. puede comprender su propia expenencia y evaluar su propio des-
fendos. ¿Y que valores? Aun cuando no se sientan consternados tino localizándose a sí mismo en su época; de que puede con_oc~r
los hombres advierten con frecuencia que los viejos modos de sen ti; sus propias posibilidades en la vida si conoce las de todos los mcli-
y de pensar se han ido abajo y que los com.ienzos más recientes viduos que se hallan en sus circunstancias. Es, ei:, muchos ,a~pectos,
son ambiguos hasta el punto de producir parálisis moral. ¿Es de una lección terrible, y en otros muchos una lecc1on magmfica. No
'~xtrañar que los hombr~s c~rrientes sientan que no pueden hacer conocemos los límites de la capacidad humana para el. esfuerzo
frente a los mundos mas dilatados ante los cuales se encuentran supremo o para la degradación voluntaria, para la angustia o para
de un modo tan súbito? ¿Que no puedan comprender el sentido de la alegría, para la brutalidad placentera o para la dulzura d~ 1~
su época en relación con sus propias vidas? ¿Que, en defensa de su razón. Pero en nuestro tiempo hemos llegado a saber_ que los hm1-
yo, se insensibilicen moralmente, esforzándose por seguir siendo tes de la "naturaleza humana" son espantosamente dilatados._ ,He-
hoi;ibres t?talmente privad~s, o particular~s? ¿Es de extrañar que mos llegado a saber que tod? individ~10 viv~, de una gei:erac10n a
csten poseidos por la sensac10n de haber sido atrapados? otra, en una sociedad, que vive una b10graf1a, y .fJ.Ue la ".'ive dentro
de una sucesión histórica. Por el hecho de vivu contn~mye, aun-
No es sólo información lo que ellos necesitan. En esta Edad que sea en pequeñísima medida, a dar forma a esa sociedad_ y al
del Dato la i1'.formación d_on~ina con frecuencia su atención y re- curso de su historia, aun cuando él está formado por la sociedad
basa su capacidad para asumlarla. No son sólo destrezas inteiec- y por su impulso histórico. . . .
La imaginación sociólogica nos permite captar la histona y la
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LA PROMESA LA PROMESA 27

~~ºf~:!~1 ~' sl~ pr~~1~~~ enRtreec ambas


dentro de la sociedad. Ésa es un credo, ésos son los tipos de preguntas que han formulado los
_ · onocer esa tarea y esa p mejores analistas sociales. Ellas constituyen los pivotes intelec-
sena1 del analista social clásico E l ' . romesa es 1a
Spencer, ampuloso verboso co . s .ª caractensbca de Herbert tuales de los estudios clásicos sobre el hombre y la sociedad, y son
revelador, probo· de Augu;te ~¿r~nsivo~ d~I A. E. Ros_s, gracioso, las preguntas que inevitablemente formula toda mente que posea /
trincado y sutil Karl 1Mannh . mEe Y mi~ Durkhe1m; del in- imaginación sociológica. Porque esa imaginación es la capacidad
. t · eim. s 1a cualidad de tod l de pasar de una perspectiva a otra: de la política a la psicológi-
es m e1ectualmente excelente e C l M . o o que ·"' ca, del examen de una sola familia a la estimación comparativa de
llante e irónica penetración denThar ots. ªvrx, es la clave de la bri-
. ·
t icas · · ors em eblen de l lºf , los presupuestos nacionales del mundo, de la escuela teológica al
mtcrpretaciones de la realidad ª ' as po I ace-
base del alcance psicológico de W ~.., ~scph Schumpeter; es la establecimiento militar, del estudio de la industria del petróleo
de la profundidad y la claridad de \V ~ecky no menos que
M· . al de la poesía contemporánea. Es la capacidad de pasar de las
transformaciones más impersonales y remotas a las características
todo lo mejor de los estudio ax ,e .JCr. y es la señal de
y la sociedad. s contemporancos sobre el hombre más íntimas del yo humano, y de ver las relaciones entre ambas
cosas. Detrás de su uso está siempre la necesidad de saber el sig-
Ningún estudio social que 1
grafía, de la historia y de sus i:e~s~~;.a a lo~ problemas de la bio-
nificado social e histórico del individuo en la sociedad y el periodo
ha terminado su jornada intelectual wnes ent~o de la sociedad, en que tiene su cualidad y su ser.
problemas del analista social clásico · C~~le~q~iera que sean los
En suma, a esto se debe que los hombres esperen ahora captar,
por medio de la imaginación sociológica, lo que está ocurriendo
9ue sean los rasgos de la realidad so;ia)or imita os ? por amplios
Imaginativamente han tenido ·c . 9uedha exammado, los que en el mundo y comprender fo que está pasando en ellos mismos
onc1encia e lo que p t' como puntos diminutos de las intersecciones de la biografía y de
ob ra h an formulado siem¡Jre tres t" el rome ia su la historia dentro de la sociedad. En gran parte, la conciencia que
1) C 'l I ipos e pre0 untas·
¿ ua es a estructura de es,.a s · el el .b • • de sí mismo tiene el hombre contemporáneo como de un extraño
junto? ¿Cuáles son sus com one~-te~ º.~1e ~ partic~lar en su con-
nan entre sí? ¿·En qué se d·.fP . dc~enciales, y como se relacio- por lo menos, si no como de un extranjero permanente, descansa
.' . . I erencia e otras varie I d el . sobre la comprensión absorta de la relatividad social y· del poder
zac10n social? ¿Cuál es dentro de 11 . ~ ~ es e orgam-
rasgo particular para su ~ontinuºd ~~ el sigmfic~do de todo transformador de la historia. La imaginación sociológica es la for-
2) ·O ' l 1 ael oe para su cambw? ma más fértil de esa conciencia de sí mismo. Por su uso, hombres
' -ue ugar ocupa esta sociedad en la h "st . 1 • cuyas mentalidades sólo han recorrido una serie de órbitas limita-
es el mecanismo por el ne está . I ona l?mana? ¿Cuál
en el desenvolvimiento el¿ con ·u< t ca;b1ando? ¿S:ual es su lugar das, con frecuencia llegan a tener la sensación de despertar en una
fica para. él? ¿Cómo afecta todo ~a~ e la ~umamdad y qué signi-
casa con la cual sólo habían supuesto estar familiarizados. Correc-
minando al periodo histórico gt? pa1lt1cular que estamos exa- ta o incorrectamente, llegan a creer con frecuencia que ahora
, .. 'l v , en que iene twar v cómo f d pueden proporcionarse a sí mismos recapitulaciones adecuadas,
J:01 e ? ¿ cuales son las caract , tº
E
j_
, elº .
º .' ,
ens icas esenciales de es
es a ecta o
. el ? estimaciones coherentes, orientaciones amplias. Antiguas decisio-
¿ ? 9ue 1f1ere de otros periodos? ·C 'l- e peno o. nes, que en otro tiempo parecían sólidas, les parecen ahora pro-
tensbcos de hacer historia? ' ua es son sus .modos carac-
ductos de mentalidades inexplicablemente oscuras. Vuelve a
3) ¿Qué variedades de hombres el ·_ adquirir agudeza su capacidad de asombrarse. Adquieren un modo
en esta sociedad y en este periodo? Yy e n;u¡er~s prevalecen ahora
zando a prevalecer' ·De qué m . ¿ quelvar~edades están empe- nuevo de pensar, experimentan un trastrueque de valores; en una
l"b d . ¿ anera son se ecc10nados y f el palabra, por su reflexión y su sensibilidad comprenden el sentido
,; era os y reprimidos, sensibilizados b d ? • ' orma os,
naturaleza humana" se revelan en
observamos en esta sociedad e
1I
t
~~dota os. ¿Que ,dases de
~ ucta y el caracter que
cultural de las ciencias sociales.

ficado para la "naturaleza h~m~~:,,e xer~o~o? ¿y cuál es el signi- 2


rasgos de la sociedad que examinamos? e o os y cada uno de los
La distinción más fructuosa con que opera la imaginación socio-
Ya sea e1 punto de interés un Estado el
talento literario de poca importancia t ,
g~l~n podeno? .º un
' ' una anu ia, una pns1ón o
lógica es quizás la que hace entre "las inquietudes personales del
medio" y "los problemas públicos de la estructura social". Es~a
LA PROMESA 29
28 LA PROMESA
distinción es un instrumento esencial de la imaginación socioló- nor, cómo enriquecerse con ella, cómo trel?ar .ª lo r-1ás alto d~l
gica y una característica de toda obra clásica en ciencia social. aparato 'nilitar .de seguridad, o CÓJl10 contnbmr a p.,aerle térmi-
, S_e presentan inquietu~es en. el carácter de un individuo y en el no. En suma, encontrar, de acuerdo .con los valores ~u~ uno
ambito de sus relaciones mmediatas con otros; tienen relación con reconoce, unJ serie de ambientes, y dentro de ella sobrevivir a la
su yo y con las áreas limitadas de vida social que conoce directa guerra o hacer significativa la muerte de uno en ella. Pero los pro-
y person~lm~nte. En consecuencia, el enunciado y la resolución blemas estructurales de la guerra se refieren a sus causas, a los tipos
de hombres que lleva al mando, a sus efectos sobre la economía y
de .esas ii:qm~t?des corresponde propiamente al individuo como
entidad b10grafica y dentro del ámbito de su ambiente inmediato· la política, sobre 1a familia y las instituciones religiosas, ~ la irres-
el ám~ito social directamente abierto a su experiencia personai ponsabilidad desorganizada de un mundo de Estados-nac10nes.
y, en c1ert.o grado, a su actividad deliberada. Una inquietud es un Veamos el matrimonio. En el matrimonio el hombre y la mu-
asunto pnvad?: los valores amados por un individuo le parecen jer pueden experimentar inquietudes persona~es, pero_cuando la
a éste que estan amenazados. proporción de divorcios durante los cuatro primeros anos de ma-
Los problemas se relacionan con materias que trascienden del trimonio es de 250 por cada l 000, esto es prueba de un pr~ble~a
estructural que tiene que ver con las instituciones del matnmomo
ambiente local del individuo y del ámbito de su vida interior. Tie-
nen que ver con la organización de muchos ambientes dentro de las y de la familia y con otras relacionadas con ellas.
. O veamos las metrópolis: el horrible, hermoso, repugnante y
instituciones de. una sociedad histórica en su conjunto, con las ma-
magnífico desparramamiento de la gran ciudad. Para muchas per-
neras en que diferentes medios se imbrican e interpenetran para
formar la estructura más amplia de la vida social e histórica. Un sonas de las clases altas, la solución personal del "problema de la
problema es un asunto público: se advierte que está amenazado ciudad" es tener un departamento con garage privado en el cora-
un valor amado por la gente. Este debate carece con frecuencia zón de la ciudad, y a cuarenta millas de ella una casa proyectada
por Henry Hill con un jardín diseñado por Garrett Eckbo, en un
de ~nfoqu~, porque está en la naturaleza misma de un problema,
a diferencia de lo que ocurre con la inquietud aun más generali- terreno de cuarenta hectáreas de propiedad personal. En e~o.s dos
zada, el que no se le pueda definir bien de acuerdo con los ambien- ambientes controlados -con un pequeño cuerpo de serv1c10 en
tes inmediatos y cotidianos de los hombres corrientes. En realidad cada extremo y una comunicación por helicóptero entre ellos-, la
~m pro~Iema implica muchas veces una crisis en los dispositivo~ mayor parte de las personas resolvería muchos de lo~ problemas
msbtuc10nales, y con frecuencia implica también lo que los mar- de ambiente personal ?ªusados por los hechos de la cmdad~ ~ero
xistas llaman "contradicciones" o "antagonismos". todo eso, aunque esplendido, no resuelve los problemas p~bhcos
que el hecho estructural de la ciudad plantea. ¿Qué habr~a que
Consideremos a esa luz el desempleo. Cuando en una ciudad hacer con ese maravilloso monstruo? ¿Fragmentarlo en umda~es
~e 100 00~ ha~itantes sólo carece de trabajo un hombre, eso cons- diseminadas que reuniesen la residencia y el lugar de traba¡o?
tituye su mqmetud personal, y para aliviarla atendemos propia- ·Dejarla como es, con algunos retoques? ¿O evacuarla y volada
mez;te al c~rácte~ de aquel hombre, a sus capacidades y a sus opor- ~on dinamita, y construir ciudades nuevas de acuer~~ con plano.s
tumdades mmediatas. Pero cuando en una nación de 50 millones y lugares nuevos? ¿Cómo serían esos planos? ¿Y qmen va a deci-
de trabajadores 15 millones carecen de trabajo, eso constituye un dir y a realizar lo que se elija? !!so~ son probl~mas estructurales;
problema, y no podemos esperar encontrarle solución dentro del hacerles frente y resolverlos nos obliga .ª exammar los pr~blemas
margen de oportunidades abiertas a un solo individuo. Se ha veni- políticos y económicos que afectan a mnumerables med10s.
do abajo la estructura misma de oportunidades. Tanto el enun- Mientras una economía esté organizada de manera que haya
ciado c~rrecto del.problema.coi:io ~1 margen de soluciones posibles crisis, el problema del d~sempleo no ~dmite una solución p~rsonal.
nos o~hga a considerar las mshtu?10ne~ económicas y políticas de Mientras la guerra sea mherente al sistema de. Es~a?os-nac101;es Y
la sociedad, y no meramente la s1tuac1ón y el carácter personales a la desigual industrialización del mundo, el md1v1duo .cor.r;ei:te
de individuos sueltos. en su medio restringido será impotente -con ayud_a psiqmatnca
Veamos la guerra. El problema personal de la guerra, cuando 0
sin ella- para resolver las inquietudes qu~ ~ste s1ste~a .º f~lta
se presenta, puede estar en cómo sobrevivir o cómo morir con ho- de sistema le impone. Mientras que la familia como msbtuc16n

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30 LA PRO MES A
LA PRO MES A 31
convierta a fa.s mujeres en esclavas queridas
y a los hombres en sus El nuestro es un tiempo de malestar e indif
jefes proveedores y sus dependientes aún erencia, pero aún
no destetados, el pro- no formulados de n;,mera que permitan el
blem a de un matrimonio satisfactorio no pued trabajo de la razón y el
e tenez una solución juego de la sensibiiidad. En lugar de inqu
pura men te privada. Mientras la megalópol ietudes -?ef inid as e?
is superdesarrollada y relación con valores y ame naza s-, hay con
el automóvil superdesarrollado sean rasgos cons
titutivos de la so- dad de un malestar vago; en vez de problema
frccue~c~a la calami-
ciedad superdesarrollada, los problemas de s cxphc1tos, muchas
la vida urbana no po- veces hay sólo el desalentado sentimiento
drán resolverlos ni el ingenio personal ni la
riqueza privada. de que nada m?rch~
bien . No se ha dicho cuáles son los valor
es amenazados m que
·es lo que los amenaza; en suma, ~o han
Lo que experimentamos en medios diversos siclo llevados a punt o
y específicos es, de decisión. Muc ho menos han sido form
como hemos observado, efecto de cambios ulados como proble-
estructurales. En con- mas de la ciencia social.
secuencia, para comprender los cambios de
muchos medios perso- En los años treinta apenas se duda ba -salv
nales, nos vemos obligados a mirar más allá o en ciertos ,cír~u-
de ellos. Y el número 1os de negocios aluc inad os- que había un
y va.rie~ad ?e tales cambios estructurales. aum problema econom1co
enta n a medida que que era también un haz de inquietudes perso
las mshtuc10nes dent ro de las cuales vivim nales. En ~os argu-
os se extienden y se mentos acerca de "la crisis del capitalismo",
relacionan más intri ncad amen te entre sí. Dars las formulac10nes de
e cuen ta de la idea Marx v las numerosas re-formulaciones de
asient~n los principales términ~s d~l problema, probable?1ei:t~
de estructura social y usarla con sensatez su obra
es ser capaz de descu-
brir esos vínculos entre una gran diversidad
de medios; y ser capaz y algunos md~~i­
duos llegan a comprender sus mqmetudes
de eso es poseer imaginación sociológica. personale~ ~n relac10n
con tales términos. Los valores amenazad
os eran faciles de ver
y estimados por todos; las contradicciones
3 estructurales que l~s
amenazaban tamb ién parecían fáciles. Amb
as cosas eran az:npha
¿Cuáles son en nuestro tiempo los mayores y prnfundamente experimentadas. Fue una e<la~
problemas para los Pero Jos valores amenazados en la era post política.
públicos y las inquietudes clave de los indiv enor a la segunda
iduos particulares? Guerra Mun dial muchas veces no son ni amp
Para formular problemas e inquietudes, liam ente reconocidos
debemos preguntamos 1
<::orno valores ni se advierte de un modo gene
qué valores son preferidos, pero amenazad ral que estén amena-
os, y cuáles preferidos zados. :Niuchas inquietudes privadas no son
y apoyados por las tendencias características formubdas; m_ucho
de nuestro tiempo. malestar público y muchas decisiones de en?rn
Tan to en el caso de amenaza como en el de
apoyo, debemos pre- _ie importanc1~ es-
guntamos qué contradicciones notorias de tructural no llegan nunca a ser problemas
la estructura pued en pubhcos. Para qmenes
acep tan valores hereditarios, .como l~ raz?n
malestar mismo lo que constituye la mqm ctud la lib~rta.d, es ~l
estar implicadas. y
. Cuan do la gente estima una tabla de valor , es la mchferencia
es y no advierte misma lo que constituye el pro?lema. Y_ esta
nmguna amenaza contra ellos, experimenta
bienestar. Cuan do si.tu~ci?n de malestar
estima. ~nos valores y ad.vierte que están amen e indiferencia es lo que constituye el signo
azad distmtivo de nuestro
una cnsis, ya como mqm etud personal, ya como os, experimenta tiempo.
problema público. Todo esto es tan sorprendente, que much .
Y si ello afecta a todos sus valores, experime as veces es mterpre-
nta la amenaza total tado por los observadores como un cambio
del pánico. en la clase misma ~e
Pero supongamos que la gente no sienta estim los problemas que ahora reclaman ser form
ación por ning ún ulad,as. Se nos dice
valor ni perciba ninguna amenaza. l!sta es con frecuencia oue los problemas de nues
la experiencia de la tra decada, o aun las
crisis de nuestro 'tiem po, han salido de~ camp
i~diferencía, la cual, si parece afect
ar a todos los valores, se con- o exte.rno .d~.1~ eco-
vierte en apatía. Supongamos, en fin, que nomía y se relacionan ahora con la ca11dad
no sienta estimación de la vida mclVldnal,
en realidad con el problema d~ si tardará. m~ch
por ningún valor, pero que, no obstante, perci
ba agudamente una algo que pueda llamarse pr.op1ament~ vid.a
~ :n dejar rde habe r
amenaza. Ésta es la experiencia del malestar,
de la ansiedad, la mdlVlclual. No ei ~m­
cual, si es suficientemente total, se convierte bajo de los nifios, sino los libros de lustonetas
en una indisposición , no la pobreza, smo
el ocio en masa, son los centros de inter
mortal no específica.
problemas públicos, lo mismo que muchas
~s. ~1uchos g~andes
mqmetndes pnvadas,
32 LA PROMESA LA PROMESA 33
se definen como cuestiones "psiquiátricas", con frecuencia, según esas· demandas por lo que, creo yo, las ciencias social~s se están
parece, en un intento patético de evita~ los ~andes problemas de· convirtiendo en el común denominador de nuestro periodo cultu-
la sociedad moderna. A veces esta afrrmac10n parece descansar ral, y la imaginación sociológica en la cualidad mental más nece-
sobre un angosto interés provinciano que sólo tiene en cuenta saria.
las sociedades occidentales, o quizás sólo a los Estados Unidos,.
ignorando, de esa suerte, las dos terceras partes de la humanidad;.
muchas veces, también, divorcia arbitrariamente la vida individuar 4
de las grandes instituciones dentro de las cuales se desenvuelve esa En todas las épocas intelectuales tiend.e a conv~rtirse en con:ún
vida y que con frecuencia pesan sobre ella más penosamente que denominador de la vida cultural determmado estilo de pensamien-
los ambientes íntimos de la infancia. to. Es cierto que hoy en día muchas modas intelectuales se difun-
Los problemas del ocio, por ejemplo, ni siquiera pueden formu-
den ampliamente para ser abandoi::adas por .º~ras nuevas ~n el
larse sin tener en cuenta los problemas del trabajo. Las inquietu- curso de uno o dos años. Esos entusiasmos qmza sazonan el 1uego
des de la familia relativas a los libros de historietas no pueden cultural pero dejan poca huella intelectual, si es que dejan alguna.
formularse como problemas sin tener en cuenta la situación de la No pu;de decirse lo mismo de modos de pensar como la "físic?
familia contemporánea en sus nuevas relaciones con las institucio- newtoniana" o la "biología darwiniana". Cada uno de estos um-
nes más recientes de la estructura social. Ni el ocio ni sus usos. versos intelectuales se convirtió en una influencia que llegó mucho
enervantes pueden entenderse corno problemas sin reconocer la más lejos que cualquier esfera especial de ideas y de fantasías.
medida en que el malestar y la indiferencia forman actualmente En relación con ellos, o en relación con cosas derivadas de ellos,
el clima social y personal de la sociedad norteamericana contem- sabios desconocidos y comentaristas de moda re-enfocan sus obser-
poránea. En e~ dima no pueden plantearse ni resolverse proble,.. vaciones y re-formulan sus problemas.
mas de "la vida~privada" sin tener en cuenta la crisis de ambición En la época moderna, las ciencias físicas y .biológica~ han sido
que forma parte de la carrera misma de muchos hombres que el principal común denomii:ador del pens~miento" seno y .de la
trabajan en una economía de grandes compañías o empresas. metafísica popular en las sociedades de Occidente. La técmca de
Es verdad, como constantemente señalan los psicoanalistas, que laboratorio" ha sido el modo consagrado de proceder y la fuente
con frecuencia las gentes tienen "la sensación creciente de ser de la seguridad intelectual. Bse es uno de los significados de la
movidas por fuerzas oscuras que actúan dentro de ellas mismas y idea de un común denominador intelectual: los hombres pueden
que son incapaces de definir". Pero no es verdad, como dijo- formular sus convicciones más poderosas según sus términos. Otros
Ernest Jones, que "el principal enemigo y el principal peligro del términos y otros estilos de pensamiento parecen meros vehículos
hombre es su misma indócil naturaleza y las fuerzas ocultas repri- · de escape y oscuridad.
midas dentro de él". Por el contrario: "el principal peligro" para El que prevalezca un común ~enominador n? significa, nati:iral-
el hombre reside hoy en las fuerzas ingobernables de la sociedad mente, que no existan otros estilos de pensamiento y otros tipos
contemporánea misma, con sus métodos impersonales de produc- de sensibilidad. Lo que quiere decir es que los intereses intelec-
ción, sus técnicas envolventes de dominación política, su anarquía: tuales más generales tienden a entrar en su ámbito, para ser formu-
internacional, en una palabra, con sus penetrantes transformacio- lados en él más rigurosamente y pensar, una vez formulados así,
nes de la "naturaleza" misma del hombre y las condiciones y que si no han tenido solución, por lo menos han sido llevados
finalidades de su vida. adelante de un modo provechoso.
Creo yo que la imaginación sociológica se está convirtiendo
La primera tarea política e intelectual -porque aquí coinciden en el principal común denon:inador de nuestra vida cultu_ral Y. en
ambas cosas- del científico social consiste hoy en poner en claro su rasgo distintivo. Esta cualidad mental se encuentra en las cien-
los elementos del malestar y la indiferencia contemporáneos. Bsta cias sociales y psicológicas, pero va mucho má~ .ª1.1~ de esas ~isc~­
es la demanda central que le hacen los otros trabajadores de la plinas tal como ahora las. conocemos. Su adqmsic10n por los mdi-
cultura: los científicos del mundo físico y los artistas, y en gene- viduos y por la comumdad cultural en general es lenta y en
ral toda la comunidad intelectUal. Es a causa de esta tarea y de ocasiones torpe; muchos científicos sociales mismos la desconocen
34 LA PROMESA LA PROMESA 35

por completo. Parecen ignorar que el uso de esta imaginación es hoy corrientes son profanas, humanistas, y con frecuencia abso-
central para mejorar el trabajo que pueden hacer, que por no lutamente confusas. Los progresos recientes de las cienci~s físicas
desarrollarla y emplearla dejan de responde~ ~ las es~e~anzas cul- -con su clímax tecnológico en la bomba H y los medios para
turales que ~~ ~ienen en ellos ~ qu~ ~~s trad1c10nes clas1cas de sus transportarla- no han sido sentidos como solución a ninguno de
diversas disCJ.plmas ponen a d1spos1c10n de ellos. . los problemas ampliamente conocidos y profundamente ponde-
Pero las cualidades de esta imaginación son regularmente exi- rados por comunidades intelectuales y públicos culturales muy
:1; gidas en mate~i~s de hecho y de mor~l, en el trabajo literario y ~n dilatados. Esos progresos , han sido considerados, correctamente.
el análisis pohtico. Se han convertido en rasgos fundamenta1es como resultado de una investigación altamente especializada, e in-
de esfuerzo intelectual y de sensibilidad cultural en una gran correctamente como misterios maravillosos. Han suscitado más
diversidad de expresiones. Los buen?s ?ríticos _son ejemplo~ de problemas -tanto intelectuales como morales- que los que han
esas cualidades, lo mismo que los penod1stas senos, y en realidad resuelto, y los problemas que han plante~do radican ,c~si com-
se juzga según ellas la obra de unos y otr~s. Las ~at~gorías popu- pletamente en la esfera de los asuntos sociales,. y no fISicos. La
lares de la crítica -muy intelectual, med1anamenre mtelectual. o conquista manifiesta de la natural~za, la superac10n de la escasez,
sin pretensiones intelectuales, po~ ejemplo- aho;a son tan so.c10- las sienten los hombres de las sociedades superdesarrolladas como
lógícas por lo menos como estéticas. Los novelistas -c~ya obr:J, cosa virtualmente acabada. Y ahora, en esas sociedades se cree
seria encarna las definiciones más difundidas de la reahdad hu- que la ciencia -principal instrumento de esa conquista- vaga a
mana- poseen con frecuencia esta imagina~ión y se esfuerzan su antojo, sin objetivo, y que necesi~a s~r revalorada. .
en satisfacer la demanda de ella. Por med10 de ella, se busca La estimación moderna por la ciencia en gran parte ha sido
meramente supuesta, pero ahora el ethos tecnológico y una espe-
orientar el presente como historia. A ,medida qu,e. las imá~enes
de la "naturaleza humana" se hacen mas problemahcas, se siente cie de imaginación ingenieril asociados con la ciencia probable-
cada vez más la necesidad de prestar atención más estrecha, pero mente parecen más temibles y ambiguos que esperanzadores y
más imaginativa, a las prácticas y a las catástrofes sociale.s que progresivos. Naturalmente, no es eso todo lo que. hay en. la
"ciencia", pero se teme que llegue a serlo. La necesidad sentida
revelan (y que moldean) la naturaleza del hombre en este tiempo
de revalorar la ciencia física refleja la necesidad de un nuevo deno-
de inquietud civil y de conflicto ideológico. Au~que.alg~nas ve~es
se manifiesta la moda de intentar usarla, la 1magmac1ón soc10- minador común. Es el sentido humano y el papel social de la
ciencia, sus consecuencias militares y comerciales, su significación
lógica no es una mera moda. Es una cualidad mental que parece
prometer de la manera más dramática la comprensión de nuestras política, lo que ·está experimentando una revaloración confusa.
Los progresos científicos de las armas quizás lleven a la "necesi-
propias realidades íntimas en relación con_ las más ampli~s reali-
dades sociales. No es meramente una cualidad mental mas entre dad" de reajustes políticos del mundo; pero esa "necesidad" no se
cree que pueda satisfacerla la ciencia física por sí misma.
el margen contemporáne? de s~nsi~ilí~ades culturales: es la cua-
lidad cuyo uso más amplio y mas habil ofrece la promesa ~e que Mucho que ha pasado por "ciencia" .se tiene ahora por filoso-
todas esas sensibilidades -y de hecho la razón humana m1sma- fía dudosa; mucho que se considera como "verdadera cien~;~" ~=
llegarán a representar un papel más importante en los asuntos cree con frecuencia que sólo proporciona fragmentos confusos
humanos. de las realidades entre las cuales viven los hombres. Está muy
difundido el sentimiento de que los hombres de ciencia ya no
tratan de representar la realidad como un todo o de trazar un es-
El significado cultu.ra1 de la ciencfa fís~ca -el mayor y más
antiguo común denommador- se esta haciendo dudoso. Como bozo real del destino humano. Además, la "ciencia" les parece
estilo intelectual, la ciencia física empieza a ser conside;ada por a muchos no tanto un ethos creador y una orientación, como un
muchos como algo insuficiente.. La sufici~ncia .de ~~s estilos ~1~i:­ juego de máquinas cientípcas ma~:jadas por t~cnicos y co~trola­
tíficos de pensamiento y sentimiento, de 1magmac10n y sens1b1h- das por hombres economistas y m1htares que m encarnan m com-
dad ha estado naturalmente, desde sus orígenes sometida a la prenden la ciencia como ethos y orientación. Entretanto, los
y
duda religiosa a 1a controve~sia teológica, pe~o. nuestros padres filósofos que hablan en nombre de la ciencia con frecuencia la
convierten en "cienticismo", sosteniendo que su experiencia es
y abuelos científicos han reducido esas dudas religiosas. Las dudas
36 LA PROMESA LA PROMESA 37
idéntica a la experiencia humana y que únicamente con sus méto- cualidad. . . particularmente valiosa para percibir relaciones entre los
dos pueden resolverse los problemas humanos. Con tod~, 7so, fenómenos sociales: la cualidad de la firmeza. Estaba demasiado in-
muchos trabajadores culturales han llegado a pensar que la cien- teresado en el presente para ser un buen historiador, era demasiado
cia" es un Mesías falso y pretencioso, o por lo menos un elemento teórico para ser novelista, y veía demasiado la literatura como docu-
marcadamente ambiguo de la civilización moderna. mento de la cultura de una época o de un país para ser un crítico de
primera fila ... Su obra sobre la literatura inglesa es menos un estudio
de la literatura inglesa que un comentario sobre la moral de la sociedad
Pero, según la frase de C. P. Snow, ?ªY ."dos culturas": la inglesa y un vehículo de su positivismo. Es un teórico social, antes
científica y la humanista. Ya como histo:ia o como drama, que nada.1
ya como biografía, poesía o novela, la ese~ci~ ~e la cultura h:i-
manista ha sido la literatura. Pero ahora se msmua con frecuencia Que haya sido un "literato" más bien que un "científico social",
que la literatura seria se ha convertido en un arte secundario. atestigua quizás el dominio sobre gran parte de la ciencia social
Si es así, no es solamente por el crecimiento de los públicos de del siglo x1x ejercido por la búsqueda celosa de "leyes" supuesta-
masas y de los medios de comunicació~ pa~a las .masas.' y por todo mente comparables a las que nos imaginarnos que encuentran los
lo que eso significa para la producc10~ ht~rana sena. Se. debe científicos de la naturaleza. A falta de una ciencia social ade-
también a la cualidad misma de la h1stona de nuestro bií:mpo cuada, los críticos y los novelistas, los dramaturgos y los poetas
y a los tipos de necesida~~s que los hombres sensibles advierten han sido los principales, si no los únicos, forrnuladores de inquie-
que reclaman aquella cuaüdad. . tudes individuales y hasta de problemas públicos. El arte expresa
·Qué novela, qué periodismo, qué esfuerzo artístico puede esos sentimientos y a veces se concentra en ellos -en los mejores
co~petir con la realidad histórica y los hechos políticos de nuestro momentos con dramática agudeza-, pero no aún con la claridad
tiempo? ¿Qué visión dramática del inf~erno puede competir. con intelectual necesaria para su comprensión y alivio en la actua-
los acontecimientos de la guerra en el siglo xx? ¿Qué acusac10nes lidad. El arte no formula ni puede formular esos sentimientos
morales pueden afectar a la insensibilidad ~e homb:es en .la ,a~o­ como problemas que contienen las inquietudes y las dudas a las
nía de la acumulación primaria? Es la realidad social e h1stonca que los hombres tienen que hacer frente ahora si han de vencer
lo que Ios hombres necesitan conocer, y muchas veces no encuen- su malestar e indiferencia y las insufribles angustias a que con-
tran en la literatura contemporánea un medio adecuado para ducen. En realidad, el artista muchas veces no intenta hacerlo.
conocerla. Quieren hechos, buscan su significado, desean un "gran Además, el artista serio experimenta él mismo gran inquietud, y
panorama" en el cual puedan creer y dentro del cual puedan ~legar le iría bien con alguna ayuda intelectual y cultural de una ciencia
a comprenderse a sí mismos. Qui~ren t~mbién valo~es orienta- social aí.limada por la imaginación sociológica.
dores y maneras apropiadas de sentir y estilos de ~~oc1ón y voca.,
bularios de motivación. Y no encuentran eso facilmente en la 5
literatura de hoy. No importa que esas cualidades deban encon-
trarse allí; lo que importa ¡s que con frecuencia no las encuentran Mi propósito en este libro es definir el significado de las ciencias
allí los hombres. sociales para las tareas culturales de nuestro tiempo. Deseo espe-
En el pasado, literatos en función de crític?s.y de historiadores cificar las clases de esfuerzo que están detrás del desarrollo. de la
escribieron notas sobre Inglaterra y sobre via¡es a los Estados imaginación sociológica, indicar lo que ella implica para la vida
Unidos. Se esforzaron por caracterizar sociedades en su conjunto política y para la vida cultural, quizá señalar algo de lo que se
y de discernir su sentido moral. Si Tocqueville o Taine vivieran necesita para poseerla. Deseo, de esa manera, aclarar la natura-
hoy, ¿no serían sociólogos? Fo~ulándose esta p:egunta acerca leza y los usos de las ciencias sociales en la actualidad, y dar un
de Taine, un reseñador de The 1 imes (Londres) dice: limitado informe de su situación contemporánea en los Estados
Unidos.2
Taine vio siempre al hombre primordialmente como un animal 1 Times Literary Supplement, 15 de noviembre de 19 57.
social y la sociedad como ux:ia colección de .gruRos: sabia o~servar 2 Siento la necesidad de decir que prefiero con mucho la expresión "los
minuciosamente, era un traba1ador de campo mfatigable y posera una estudios sociales" a la de "las ciencias sociales", no porque no me agraden
LA PROMESA LA PROMESA 39
38
En cualquier momento dado, naturalmente, la "ciencia social" sociales un malestar muy generalizado, tanto intelectual como
consiste en lo que están haciendo los científicos sociales debida- moral, por la dirección que parece ir tomando la disciplina de su
mente reconocídos; ps;ro no todos ellos están, de ningún m_odo, elecci_ón. Ese malesta~, así como las infortunadas tendencias que
haciendo lo mismo; en realidad ni siquiera hacen cosas del mismo contnbuyen .a producirlo, forman parte, según supongo, de un
género. La ciencia social es también lo que han hecho los cien.tí- malestar general de la vida intelectual contemporánea. Pero
ficos sociales del pasado; pero cada estudioso de estas materias quizás el malestar es más agudo entre los cultivadores de las
elige una determinada tradición de su disciplina. Cuando hablo ciencias sociales, aunque no sea más que por el dilatado alcance
de "la promesa de la ciencia social", espero que esté claro que me de la promesa que guió gran parte del trabajo anterior realizado
refiero a esa promesa tal como yo la veo. en su campo,_por la naturaleza de los asuntos que trata y por la
Precisamente ahora hay entre los cultivadores de las ciencias ?rgente n~cesidad que hoy se siente de trabajo significativo y de
importancia.
los científicos del mundo físico (por el contrario, me agradan mucho), sino No todos sienten ese malestar, pero el hecho de que muchos
porque la palabra "ciencia" ha adquirido gran prestigio y _u~ se~tido más bi~n no lo sientan es en sí mismo causa de nuevo malestar entre los
impreciso. No siento ninguna necesidad de restarle prestig~o ~1. de hacer aun q_ue no olvid~n la pro~es~ y son bastante honrados para no admi-
menos preciso su sentido usándola como una metafora f1losofica. Pero sos· tir la pretenciosa med10cndad de mucho de lo que se hace. Dicho
pecho que si escribo "los estudios sociales", los lectores pensarán sólo en la
teoría del crobierno civil de las escuelas superiores, que es, de todos los camp?S con toda franqueza, espero aumentar ese malestar, definir algunas
de la sabiduría humana, el único con el que deseo evitar toda clase de asocia· de sus fuentes, contribuir a transformarlo en un apremio espe-
ción. "Las ciencias de la conducta" es sencillamente imposible; supongo que cífico para comprender la promesa de la ciencia social y limpiar
esta denominación fue concebida como un medio de propaganda para con· el terreno para empezar de nuevo: en suma, indicar algunas de las
seguir dinero destinado a investigaciones sociales de las fundaciones y de los
diputados que confunden "ciencia social'' con "socialismo_". La mejor de.no- tareas que hay que hacer y los medios disponibles para hacer
minación debe incluir la historia (y la psicología, en la medida en que se refiere el trabajo que hay que hacer hoy.
a seres humanos) y ha de prestar~e a discusiones lo menos posible, porque
nosotros argumentamos con palabras, pero no luchamos acerca de ellas. Quizás . E1, co?c~pto de la ciei:cia social que yo sustento no ha predo-
iría bien "disciplinas humanas''. Pero ni pensarlo. Con la esperanza ~e no mmaao ulbmamente. M1 concepto se opone a la ciencia social
ser demasiado ampliamente mal interpretado, me atengo al uso convemdo y
empleo la consagrada expresión de "ciencias sociales". . , ... . ., como conjunto de técnicas burocráticas que impiden la investiga-
Otra cosa más: Espero que mis colegas acepten la expresion 1magmac10~ ción soc~al con sus pretensiones metodológicas, que congestionan
sociológica". Los cultivador~s d.~ las ?}.enci~s p_olíticas, ~n~ han leído n;-1 el traba10 con conceptos oscurantistas o que lo trivializan intere-
manuscrito sugieren la denommac10n de 1magmación pohtica ; y los antropo· sándose en pequeños problemas sin relación con los problemas
lagos la de "imaainación antropológica", y así sucesivamente. Las palabras
p~b.Iic_amente important~s. Esos impedimentos, oscuridades y
importan menos que la idea, la cual espero que se aclarará en el decurso ~e
este libro. Con su empleo no quiero, desde luego, sugerir meramente _la .~1s­ tnviahdades han producido actualmente una crisis en los estu-
ciplina académica llamada "sociología". . ~fo cho de lo que la fras~ s'.grufica dios sociales, sin que señalen en absoluto un camino para salir
para mí no lo dicen ~n. aJ;>soluto l~s ?oc10logos. ~n Inglaterra,. por eiemplo, de ella.
1~ sociología como d1sc1plma academ1ca es todav1a algo mar~ma~, :pero en Unos cultivadores de las ciencias sociales insisten en la nece-
buena parte del periodismo, de la i;ovela y sobre todo. de la bis tona mgleses,
la imaginación sociológica está, ciertamente! muy bien desarr?llada. Cosa sidad de "equipos técnicos de investigación", otrós en la primacía
análoga ocurre en Francia: tanto la confusión. como la audacia del pens~­ del investigador individual. Unos gastan mucha energía en el
miento francés desde la segunda Guerra Mundial descansan sobre su senti- r~finamiento de los métodos y las técnicas de investigación; otros
miento de las características sociolóuicas del destino del hombre en nuestro piensan que han sido abandonados los tipos doctos del artesano
tiempo; pero esas tendencias las su;tentan }!~erat?s 1'.1ás bie~ ~u.e ~.ociólogos intelectual y que deben ser rehabilitados ahora. Unos desarrollan
profesionales. No obstante, empleo la frase 1magmac16n socwlog1ca porque:
1) cree el zapatero remendón que no hay más que cuero, y P.~ra bien o para su trabajo de acuerdo con un rígido conjunto de procedimientos
mal yo soy un sociólogo; 2) creo que históricamei;te ~s~ cualidad mei:tal ha mecánicos; otros trátan de desarrollar, incitar y emplear la imagi-
sido poseida más frecuentemen~e y de manera _mas. VlVld~ por los sociólogos nación sociológica. Algunos -adeptos del alto formulismo de la
clásicos que por los demás cultivadores de las c1enc;ias s?ciales; _3) puesto q_ue "teoría"- asocian y disocian conceptos de manera que a otros les
voy a examinar críticamente muchas escuelas soc10l6g1cas curiosas, necesito'
parece extraña; y estos otros apremian para la elaboración de pala-
un término contrario en que apoyarme.
LA PROMESA 41
40 LA PROMESA
bras sólo cuando es manifiesto que ello amplía el alcance de la ciencias sociales como en sus .ambientes académico y político-;
sensibilidad y aumenta el ámbito del razonamiento. Unos estu- pero ~ue, no ?b~tante, las cualidades mentales que la constituyen,
'''' se estan convIIhendo en un denominador común de nuestra vida
dian estrictamente sólo ambientes en pequeña escala, con la es-
peranza de "armar" después con esas piezas concepciones de estruc- cul!ural gene~al y que, ~unque vagamente y bajo una confusa
turas mayores; otros examinan las estructuras sociales en que tratan variedad de disfraces, estan empezando a dejarse sentir como una
<le "situar" muchos medios pequeños. Unos, olvidando por com- necesidad.
pleto los estudios comparativos, estudian sólo una pequeña comu- Muchos profesionales de la ciencia social, especialmente en los
nidad en una sociedad y en un tiempo; otros trabajan directamente Estados Unidos, me parecen curiosamente renuentes a aceptar el
y de un modo plenamente comparativo las estructuras sociales ~eto que ahora se les lanza. De hecho, muchos abdican las tareas
de las naciones del mundo. Unos limitan sus rigurosas investiga- mtelectuales y políticas del análisis social· otros indudablemente
no estan. a la alt~ra del papel que, sm
; ' . embargo,
' ' se han asignado.'
ciones a secuencias muy reducidas de asuntos humanos· otros se
i1:1ter~an, ~n problemas qu~ s?lo se adviert~n en una larg~ perspec- En o_cas10nes cas~ parecen ha?e~ acogido deliberadamente viejas
tiva h1stonca. Unos especializan su traba¡o de acuerdo con corn- astuc;:ias y prod~?1d~ nuevas timideces. Mas, a pesar de esa resis-
pa.rtimientos aca~é~icos; otros, saltándose todos los comparti- tencia, l~ .atenc10n m~~lectual y la atención pública están ahora
mientos, se especializan por asuntos o problemas, sin tener en tan mamfiestamente fi¡as sobre los mundos sociales que se supone
cuenta dónde están situados académicamente. Unos atienden a ~u~ ellos estudian, que hay que reconocer que se encuentran por
la diversidad de la historia, de la biografía, de la sociedad; otros no. umca vez ai:te una oportunidad. En esa oportunidad se revelan
Esos contrastes, y muchos más de tipo parecido, no son nece- Ja promesa mtelectual de las cieµcias sociales, los usos culturales
sariamente verdaderas alternativas, aunque en el calor de la con- de la imaginación sociológica y el sentido pblítico de los estudios
troversia o en la indolente seguridad de la especialización se les sobre el hombre y la sociedad.
tome por tales. En este punto, yo meramente los enuncio de un
modo inicial, para volver a ellos al final de este libro. Tengo la 6
esperanza, desde luego, de que se dejarán ver todas mis tenden-
cias o prejuicios personales, porque los juicios que formule serán De un m?do bastante embaraz?so para qui~n,se confiesa s.ociólogo,
explícitos. Pero también intento, independientemente de mis pro- todas las 1~fortun~d~s tendencias (salvo qmzas una) que estudiaré
pios juicios, enunciar los significados culturales y políticos de la en l~s capitulas sigmentes caen dentro de lo que generalmente se
ciencia social. Mis prejuicios no son, naturalmente, ni más ni considera "el campo de la sociología'', aunque la abdicación cul-
menos prejuicios que los que voy a examinar. ¡Que quienes no se tural y política. que. i~plican indudablemente caracteriza a gran
cuiden de los míos usen su oposición a ellos para hacer los suyos parte del traba¡o dia~10. d~ otras ciencias sociales. Haya lo que
tan explícitos y tan reconocidos como tales, como yo trataré de haya de v~rdad en d_isci~lmas tales como las ciencias políticas y
hacer los míos! Entonces se reconocerán los problemas morales la economia, en la. histona y la antropología, es evidente que hoy
del estudio social -el problema de la ciencia social como pro- en }os Estados Um.dos lo que se conoce con el nombre de socio-
blema público-, y se hará posible la discusión. Entonces cada l?gia s~ ha convertido en el centro de reflexión acerca de la cien-
uno se conocerá mejor a sí mismo, lo que es, desde luego, condi- cia so~ial. Se ha co~,vertido en el centro de interés en cuanto a
ción previa para la objetividad en la empresa de la ciencia social los metodos; y tambien encontramos en ella un interés extremado
en su conjunto. por la "teoría general". Una diversidad de trabajo intelectual
Creo, en resumen, que lo que puede llamarse análisis social verdaderan~e~te not~bl~ ?a entrado a tomar parte en el desarrollo
clásico es una serie de tradiciones definibles y usab1es; que su de la tradic10n socwlogica. Interpretar esa variedad como una
característica esencial es el interés por las estructuras sociales his- tradición es audaz por sí i:nismo. Pero .quizá. se admita general-
tóricas; y que sus problemas tienen una relación directa con los mente que lo que ahora se reputa traba¡o soc10lógico ha tendido
''I
urgentes problemas públicos y las insistentes inquietudes humanas. a moverse en una o más de tres direcciones generales, cada una
Creo también que hay actualmente grandes obstáculos en el ca- de las cuales está expuesta a ciertas deformaciones.
mino de la continuidad de esa tradición -tanto dentro de las
42 LA PROMESA LA PROMESA 43
Tendencia I: Hacia una teoría de la historia. Por ejemplo, fácilmente en una especie de trabajador suelto entre las ciencias
en manos de Comte, como en las de Marx, Spencer y Weber, la sociales ocupado en estudios misceláneos de sobrantes académicos.
sociología es una empresa enciclopédica, relativa a la totalidad Hay estudios de ciudades y de familias, de relaciones raciales y
de la vida social dél hombre. Es al mismo tiempo histórica y étnicas, y, desde luego, de "pequeños grupos". Como veremos, la
sistemática: histórica porque trata de materiales del pasado y los miscelánea resultante se convirtió en un estilo de pensamiento que
emplea; sistemática porque lo hace con objeto de distinguir examinaré bajo el dictado de "practicidad liberal".
"las etapas" del curso de la historia y las regularidades de la vida El estudio de los hechos contemporáneos fácilmente puede
social. convertirse en una serie de datos de ambiente sin relación entre
. La teoría de la historia del hombre puede ser deformada muy sí y con frecuencia insignificantes. Muchos cursos docentes de
fácilmente y convertirse en un estrecho molde trans-histórico en sociología norteamericana pueden servír de ejemplo; pero quizás
el cual se meten a la fuerza los materiales de la historia humana lo revelen mejor los libros de texto relativos a la desorganización
y del cual salen visiones proféticas (por lo general sombrías) del social. Por otra parte, los sociólogos han tendido a hacerse espe-
futuro .. Las obras de Arnold Toynbee y de Oswald Spengler son cialistas en la técnica de la investigación de casi todo. Entre ellos,
ejemplos bien conocidos. los métodos se han convertido en metodología. Gran parte de la
obra -y más aón del ethos- de George Lundberg, Samuel Stouf-
Tendencia II: Hacia una teoría sistemática de "la naturaleza fer, Stuart Dodd y Paul F. Lazarsfeld son ejemplos actuales. Estas
del hombre y de la sociedad". Por ejemplo, en las obras de los tendencias -de dispersar la atención y cultivar el método por el
formalistas, principalmente Simmel y Von Wiese, la sociología método- son dignas compañeras entre sí, aunque no se den nece-
trata de conceptos destinados a servir para clasificar todas las rela- sariamente juntas.
ciones sociales y penetrar sus características supuestamente inva-
riables. En suma, se interesa en una visión más bien estática y Las peculiaridades de la sociología pueden entenderse como
abstracta de los componentes de la estructura social en un nivel deformaciones de una o más de sus tendencias tradicionales. Pero
muy elevado de generalidad. también sus promesas pueden entenderse en relación con esas ten-
Quizá por reacción contra la deformación de la Tendencia 1,. dencias. En los Estados Unidos se ha producido actualmente una
la historia puede ser totalmente abandonada: la teoría sistemá- especie de amalgama helenística que incorpora diversos elementos
tica de la naturaleza del hombre y de la sociedad se convierte .y finalidades de las sociologías de las diferentes sociedades . occi-
con facilidad excesiva en un formalismo complicado y árido en el dentales. El peligro está en que, en medio de tanta abundancia
que la descomposición de conceptos y sus interminables recorn- sociológica, otros científicos sociales se impacienten tanto, y que
posiciones y combinaciones se convierte en la tarea central. Entre los sociólogos sientan tanta urgencia de "investigar", que pierdan
los que llamaré Grandes Teóricos, las concepciones se han conver- el dominio sobre un legado verdaderamente valioso. Pero hay
tido verdaderamente en conceptos. El ejemplo contemporáneo también una oportunidad en nuestra situación: la tradición socio-
más importante en la sociología norteamericana es la obra de lógica contiene las mejores formulaciones de la plena promesa de
Talcott Parsons. las ciencias sociales en conjunto, así como algunas realizaciones
parciales de ellas. El matiz y la sugerencia que los estudiosos de la
Tendencia III: Hada el estudio empírico de los hechos y los sociología pueden encontrar en sus tradiciones no pueden resu-
problemas sociales contemporáneos. Aunque Comte y Spencer mirse en breves términos, pero el investigador social que las tome
fueron los soportes de la ciencia social norteamericana hasta 1914 en sus manos quedará ricamente recompensado. Su dominio sobre
aproximadamente, y la influencia teórica alemana fue grande, la ellas puede convertirse rápidamente en nuevas orientaciones para
actitud empírica fue fundamental en los Estados Unidos desde su propio trabajo en la ciencia social.
tiempos tempranos. En parte se debió esto a haber sido anterior ·Volveré a ocuparme c;le las promesas de la ciencia social (en los
la consagración académica de la economía y de la ciencia polí- capítulos VII a x, después de haber examinado algunas de sus
tica. Dado esto, en la medida en que es definida como el estudio deformaciones más habituales (capítulos n a VI).
de algón sector especial de la sociedad, la sociología se convierte
LA GRAN TEORÍA 45
Quizás algunos lectores sientan el deseo de pasar al capítulo
siguiente. Espero que no cedan a ese impulso. La gran teoría
IJ.. LA GRAN TEORtA -la asociación y disociación de conceptos- merece alguna con-
sideración. No ha tenido, es cierto, un efecto tan importante como
EMPECEMOS por una muestra de gran teoría tomada de The Social
la inhibición metodológica que examinaremos en el capítulo si-
System de Talcott Parsons, generalmente considerado como libro guiente, porgue como estilo de trabajo su difusión ha sido limi-
muy importante de un representante muy eminente del estilo. tada. El hecho es que no resulta fácilmente comprensible; y hasta
se sospecha que no sea inteligible en absoluto. Esto es, segura-
Un elemento de un sistema simbólico compartido que sirve como
criterio normativo para la elección entre las alternativas de orientación mente, una ventaja protectora; pero es una desventaja por cuanto
que están inlTÍnsecamente abiertas en una situación, puede llamarse sus pronunciamientos están destinados a influir en los hábitos de
un valor ... Pero desde este aspecto de la orientación motivacional de trabajo de los científicos sociales. No para burlarnos, sino para
la totalidad de la acción es necesario, en vista del papel de los siste- consignar un hecho, tenemos que admitir que sus producciones
mas simbólicos, distinguir . un aspecto de "orientación-valor". Este han sido recibidas por los investigadores sociales en una o más de
aspecto concierne, no al significado para el actor del estado esperado las siguientes maneras:
de las cosas en relación con su balance de goces y privaciones, sino al Para algunos, por lo menos, de los que pretenden entenderlo,
contenido de las normas selectivas mismas. El concepto de orienta- y a quienes les gusta, es uno de los mayores avances en toda la
ciones-valores es, pues, en este sentido el instrumento lógico para historia de la ciencia social.
formular un aspecto central de la articulación de las tradiciones cul- Para muchos de los que pretenden entenderlo, pero a quienes
turales en el sistema de acción. no les gusta, es un tosco trabajo de pesadez impertinente. (Éstos
De la derivación de la orientación normativa y del papel de los
valores en acción, tal como queda expuesto, se sigue que todos los va- son raros, aunque no sea más que porque el desagrado y la impa·
lores implican lo que puede llamarse una referencia social. . . Es inhe- ciencia les impiden a muchos tratar de descifrarlo.)
rente a un sistema de acción que la acción sea, para decirlo en pocas Para los que no pretenden entenderlo, pero a quienes les gusta
palabras, "normativarnente orientada". Esto se sigue, como se ha de- muchísimo -y hay muchos de éstos- es un laberinto maravilloso,
mostrado, del concepto de expectativas y su lugar en la teoría de la fascinador precisamente porque es con frecuencia espléndidamente
acción, especialmente en la fase "activa" en que el actor persigue ininteligible.
metas. Así pues, las expectativas, en combinación con la "doble con- A los que no pretenden entenderlo y a quienes no les gusta
tingencia" del proceso de interacción, como se le ha llamado, crea un -si es que tienen el valor de sus convicciones- les parecerá que,
problema de orden decisivamente imperativo. A su vez, pueden dis- verdaderamente, el emperador va desnudo.
tinguirse dos aspectos en este problema de orden: orden en los sistemas También hay, desde luego, muchos que suavizan sus opiniones,
simbólicos que hacen posible la comunicación, y orden en la mutua- y muchos más que permanecen pacientemente neutrales, esperan-
lidad de la orientación motivacional para el aspecto normativo de las do a ver qué éxito profesional tiene, si es que tiene alguno. Y aun-
expectaciones, el problema "hobbesiano" del orden. que es, quizás, una idea espantosa, muchos investigadores sociales
El problema del orden, y por lo tanto de la naturaleza de la integra- no saben nada de ello, salvo que es cosa de la que se habla mucho.
ción de sistemas estables de interacción social, es decir, de estructura
social, se enfoca así sobre la integración de la motivación de actores Ahora bien, todo esto suscita un penoso asunto de inteligibili-
con los criterios culturales normativos que integran el sistema de ac- dad. Ese asunto, naturalmente, va más allá de la gran teoría,1 pero
ción, en nuestro contexto interpersonalmente. Esos criterios son, según los grandes teóricos están tan profundamente complicados en él,
los términos empleados en el capítulo anterior, tipos de orientación- que me temo que, en realidad, debamos preguntarnos: ¿Es la gran
valor, y en cuanto tales son una parte especialmente decisiva de la tra- teoría mera palabrería confusa, o hay algo en ella, después de todo?
dición cultural del sistema sociaJ.1 La respuesta, creo yo, es la siguiente: Hay algo, enterrado muy
profundamente, desde luego; pero. algo dice, a pesar de todo. La
cuestión se convierte en lo siguiente: Después de eliminados todos
1 Talcott Parsons: The Social System. The Free Press, Glencoe, Illínois,
1951, pp. 12, 36-7. 1 Véase Apéndice, sección 5.
44
LA GRAN TEORíA 47
46 LA GRAN TEORíA
<del sistema de expectativa que está integrado en relación con él. Por
los impedimentos para la comprensión de la gran teoría y quedar otra parte, hay las expectativas que conciernen a, y en parte establecen,
disponible lo que hay en ella de inteligible, ¿qué es lo que dice? normas para la conducta del actor, ego, que se toma como punto de
referencia; ~sas son sus "papel-expectativas". Por otra parte, desde su
l punto de vista, hay una serie de expectativas relativas a las reacciones
contingentemente probables de los demás (altera), que se llamarán
Sólo hay una manera de contestar a esa pregunta: debemos tradu- "sanciones" y que a su vez pueden subdividirse en positivas y negativas
cir un ejemplo eminente de ese estilo de pensamiento y estudiar ·según el ego las sienta como promotoras de satisfacción o de privación.
después la traducción. Ya he señalado e1 ejemplo que elijo. Deseo I:a relación ent~e las papel-expectativas y las sanciones es, pues, mani-
aclarar aquí que no pretendo juzgar el valor de la obra de Parsons fiestamente reciproca. Las que son sanciones para el ego son papel-
en su conjunto. Si me refiero a otros escritos suyos, es sólo con el expectativas para el alter y viceversa.
objeto de aclarar, de una manera económica, algún punto conte- Así pues, un papel es un sector del sistema total de orientación de
un actor individual que se organiza en torno de las expectativas en rela-
nido en este volumen. Al traducir al inglés el contenido de The ción con un contexto particular de interacción, es decir, integrado con
Social System, no pretendo que mi traducción sea excelente, sino una serie particular de valores-normas que gobiernan la interacción
sencillamente que no se pierda en ella ningún significado explícito. con uno o más altera en los papeles complementarios apropiados. Esos
La traducción -digo--- contiene todo lo que hay en la obra de .altera no necesitan ser un grupo definido de individuos, sino que pue-
inteligible. En particular, trataré de separar las aseveraciones acer- den comprender a cualquier alter si y cuando entra en una relación de
ca de algo y las definiciones de palabras y de sus relaciones verba- interacción complementaria particular con el ego, lo cual implica una
les. Ambas cosas son importantes; confundirlas es fatal para la reciprocidad de expectativas con referencia a normas comunes de valor-
claridad. Para evidenciar lo que es necesario, primero traduciré {)rientación.
varios pasajes; después, ofreceré dos traducciones abreviadas del I:a institucionalización de una serie de papel-expectativas y de las
conjunto del libro. sanc10nes correspondientes es, evidentemente, cuestión de grado. Este
Traducción del ejemplo citado al comienzo de este capítulo: Las grado es una fu1:1~ión .d.e dos series de ~ariables: por un lado las que
gentes admiten con frecuencia las mismas normas y esperan que afectan a la parhc1pabihdad real de los tipos de valor-orientación, y de
otro las que determinan la orientación motivacional o el compromiso
todos se atengan a ellas. En la medida en que lo hacen así, su socie-
para Ja sa~isfacción de las expectativas pertinentes. Como veremos, pue-
dad puede ser una sociedad ordenada. (Hasta aquí la traducción.) <len mflmr en e~te grado de institucionalización diversidad de factores
~ tr~vés. de ~ada. uno de esos canale~. La antítesis polar de la plena
Parsons ha escrito: mshtuc10nahzac1ón es, pues, la anomza, la falta de complementariedad
Hay, a su vez, una doble estructura de esa "vinculación a". En primer estructurada del proceso de interacción, o, lo que es lo mismo, la quie-
lugar, por virtud de la interiorización de la norma, la conformidad con bra completa del orden normativo en ambos sentidos. Éste es sin em-
ella tiende a ser de importancia personal, expresiva y/o instrumental bargo, un concepto }imitador que no define nunca un siste1~a social
para el ego. En segundo lugar, la estructuración de las reacciones del concreto. Así como hay grados de institucionalización hay también
alter a la acción del ego como sanciones es una función de su confor- grados de anomia. Lo uno es el anverso de lo otro. '
midad con la norma. Por consiguiente, la conformidad como modo Se dirá que una institución es un complejo de papeles instituciona-
directo de la satisfacción de sus propias necesidades-disposiciones tiende lizados integrados de significación estructural estratégica en el sistema
a coincidir con la conformidad como una condición para suscitar las social en cuestión. Se consideraría la institución como una unidad de
reacciones favorables y evitar las desfavorables de los demás. En la me- estructura social de orden más elevado que el papel, y ciertamente está
dida en que, en relación con las acciones de una pluralidad de actores, formada por una pluralidad de pape1es-tipo interdependientes o por
la conformidad con una norma de orientación-valor satisface ambos componentes de e11os.1
criterios, es decir, desde el punto de vista de todo actor dado en el sis-
tema, es a la vez un modo de satisfacer sus propias necesidades-disposi- O en otras palabras: Los hombres actúan a favor y en contra
ciones y una condición para "optimizar" las reacciones de otros actores unos de otros. Cada uno tiene en cuenta lo que los demás espe-
importantes, se dirá que dicha norma está "institucionalizada". ran. Cuando esas mutuas expectativas son suficientemente defi-
Un tipo de valor en este sentido siempre es institucionalizado en un 1 Parsons, op. cit., pp. 38-9.
contexto de ínter-acción. Por lo tanto, hay siempre un doble aspecto
48 LA GRAN TEOR1A LA GRAN TEORÍA 49

nidas y duraderas, las llamamos normas. Cada individuo también en los sistemas de acción más amplios, o sea, sociales, en que participa.
espera que los demás reaccionen a lo que él hace. A esas reaccio- Evidentemente, el foco específico de responsabilidad es Ja colectividad,
que está constituida por un particular valor-orientación común.
nes esperadas las llamámos sanciones. Algunas de ellas parecen Finalmente, es absolutamente claro que los "sentimientos" que apo-
muy agradables, otras no. Cuando los hombres se guían por nor- yan a esos valores comunes no son ordinariamente, en su estructura
mas. y sanciones, podemos d7cir qu7 están representando papeles específica, manifestaciones de propensiones constitucionalmente dadas
con1untamente: E.s ui:~ metafora cornada. Y en realidad, lo que del organismo. Por lo general son aprendidos o adquiridos. Además, 1a
llamamos una mshtuc10n probablemente se define mejor como un misión que desempeñan en la orientación de la acción no es predomi-
conjunto más o menos estable de papeles. Cuando, dentro de una nantemente la de objetos culturales conocidos y a los cuales hay que
institución -o de toda una sociedad compuesta de tales institucio- "adaptarse", sino que los tipos de cultura se han interiorizado, forman
nes- las normas y las sanciones no dirigen a los individuos, pode- parte de la estructura del sistema de la personalidad del actor mismo.
mo~ ha~lar,. con Durkheim, de anomia. En un extremo, pues, están Tales sentimientos o "actitudes-valores", como se les puede llamar, son,
las mshtuc10nes, con normas y sanciones, todo claro y ordenado. pues, genuinas necesidades -disposiciones- de la personalidad. Sólo
En el otro extremo está la anomia: como dice Yeats, el centro no por virtud de la interiorización de los valores institucionalizados tiene
cuenta; o, como digo yo, el orden normativo se ha venido abajo. lugar una verdadera integración motivacional de la conducta en la es-
(Hasta aquí la traducción.) tructura social, y quedan equipados para la satisfacción de los papclo.:s-
expectativas los estratos "más profundos" de la motivación. Sóio cuan-
Tengo que admitir que no he sido completamente fiel en esta do esto ha tenido lugar en alto grado es posible decir que está altamente
traducción. He ayudado un poco, porque hay ahí ideas muy bue- integrado un sistema social y que los intereses de la colectividad y los
nas. De hecho, muchas de las ideas de los grandes teóricos cuando intereses privados de sus individuos constituyentes pueden considerarse
se las traduce, son lugares más o menos comunes que se' encuen- próximos * a la coincidencia. ·
~'~an ~n i_rmch,os texto~ :1~ ,sociología. Pero en lo que afecta a las
mshtuc10nes .' la defi111:10n dada arriba no es del todo completa. * La coincidencia exacta sería considerada como un caso límite
A lo que ha .s1d? tr~~uc1do, debemos añadir que los papeles que análogo al de la ausene:ia de roce en una máquina. Aunque la integra-
~?nnan una ms.btuc1~n n~ suelen ~er precisame~te sólo una gran ción completa de un sistema social de motivación con un conjunto
complementanedad de expectac10nes compartidas". ¿Han visto plenamente congruente de tipos culturales es empíricamente descono-
ustedes alguna vez un ejército, una fábrica o -para el caso- una cida, el concepto de tal sistema social integrado es de alta importancia
fan:iilia? Bien, ésas. so? _instituciones. Dentro de ellas, las expec- teórica. (Nota de Parsons. [A.].)
tativas de algunos md1v1duos parecen un poco más urgentes que
las de los demás. Ello es así porque, como solemos decir esos Esta integración de un conjunto de tipos de valores comunes con
la estructura interiorizada de necesidades-disposiciones de las persona-
individuos tienen más poder. O para decirlo más sociológicau'iente, lidades componentes es el fenómeno núcleo de la dinámica de los sis-
aunque no del todo aún: una institución es una serie de papeles temas sociales. Puede decirse que el teorema dinámico fundamental
graduados en autoridad. de la sociología es que la estabilidad de todo sistema social, excepto el
proceso más evanescente de interacción, depende en cierto grado de
Dice Parsons: esa integración. Es el punto fundamental de referencia para todo aná-
lisis que pretenda ser un análisis dinámico del proceso sociaJ.1
La adhesión a valores comunes significa, motivacionalmente conside-
r~da, que los actores tienen "sent!~ientos" comunes en apoyo de los O en otras palabras: Cuando las gentes estiman los mismos va-
tipos de va~ores, lo cual puede defmirse como queriendo significar que lores, tienden a conducirse de acuerdo con el modo que los unos
la conformidad con las expectativas pertinentes se considera una "cosa
buena" con relativa independencia de toda "ventaja" instrumental es- esperan de los otros que han de conducirse. Adem<Í.s, con frecuen-
pecífica que se obtenga de tal conformidad, por ejemplo en la evita- cia consideran esa conformidad como cosa muy buena, aun cuando
ción de sanciones negativas. Además, esa adhesión a valo~es comunes parezca ir contra sus intereses inmediatos. Que esos valores com-
al mismo tiempo que puede colmar las necesidades de satisfacción in: partidos sean aprendidos y no heredados no los hace menos impor-
mediata. del acto.r, siemp:e tiene un asp~cto "moral" por cuanto esa
conformidad defme en cierto grado las 'responsabilidades" del actor 1 Ibid., pp. 41-2.
'ºtantes en la motivaciónLAhumana.
GRAN TEORíA
s~ convierten
Por el contrario,
LA GRAN TEORÍA 51
así, hay "regularidades sociales", que podernos ?bscrvar y q~1e con
en parte de la personalidad misma. Como tales, unen a una socie- frecuencia son muy duraderas. A esas rcgulan<ladcs duraa~ras Y
dad, porque lo que es socialmente esperado se hace individual- estables podemos llamarlas "estructurales". Es. posible cr:ms1ckrar
mente necesitado. Es esto tan importante para la estabilidad de todas esas regularidades existentes dentro del ~1stema social como
todo sistema social que voy a usarlo corno mi principal punto un equilibrio grande e intrincado. Voy a olvidar ahora que esto
de partida si alguna vez analizo una sociedad como entidad en es una metáfora, porque quiero que considere usted como muy real
marcha. (Hasta aquí la traducción.) mi concepto: el equilibrio social. .. . .
Hay dos modos principales de conservar el eqmhbn? .so~ial, Y
Supongo que uno podría traducir de un modo parecido las 555 del fracaso de uno de ellos o de ambos resulta el desequ:hbno. El
páginas de The Social System en unas 150 páginas de buen inglés. primero es la "socialización", que inclu~e todos los .mcd10s por !os
El resultado no sería muy impresionante. Sin embargo, contiene cuales el individuo recién nacido se convierte en un~ persona socrn.~.
los términos en que el problema clave del libro, y la solución que Parte de esta formación social de las personas c?ns1ste en la adqu,i-
éste da al problema, son más claramente enunciables. Desde lue- sición de motivos para aceptar las acciones sociales que los <lemas
go, cualquier idea, cualquier libro, puede sugerirse en una frase o exigen o esperan. El segundo es el "contra~ social'', por el cual en-
extenderse en veinte volúmenes. Es cuestión de lo necesario que tiendo todos los medios de mantener en lmea a 1a gente Y por el
se considere un desarrollo pleno para hacer clara una cosa y de la cual ella se mantiene en línea. Entiendo por "línea", natural-
importancia que esa cosa parezca tener: cuántas experiencias haga mente, toda acción típicamentf esperada y aprobada dentro del
inteligibles, qué cantidad de problemas nos permita resolver o por sistema social. .. . .
lo menos formular. El primer problema del map.tenimiento del e~mhbno social es
Para sugerir en dos o tres frases el libro de Parsons, por ejem- conseguir que la gente quiera hacer lo que se exige y se espera .<le
plo, diríamos: "Se nos pregunta: ¿Cómo es posible el orden social? ella. Si eso fracasa, el segundé) problema es. ~do~tar otros n_ie~h.os
La respuesta que se nos da parece ser: Por los valores comúnmente para mantenerla en línea. Lis mejores clas1ficaciones y c1efm1c10-
aceptados." ¿Es esto todo lo que hay en él? Desde luego que no, nes de esos controles sociales las ha dado Max V!eber, y yo ,tengo
pero es lo principal. Mas, ¿no es esto injusto? ¿Puede tratarse un poco que añadir a lo que él y algLinos otros escntores <lespucs han
libro cualquiera de este modo? Sin duda que sí. He aquí un libro dicho tan bien. ..
mío tratado de esa suerte: "¿Quién, después de todo, gobierna a Hay un punto que me desconcierta u~ poco: dado,s ese ec¡ml~­
los Estados Unidos? Nadie lo gobierna por completo, pero si al- brio social y todos los controles de que esta armado, ¿corno es r_os1-
gún grupo lo hace, es Ja minoría del poder." 1 Y he aquí el libro ble que alguien se salga alguna vez de la l~nea? ~o puedo exp1.1car
que tienen ustedes en la mano: "¿De qué tratan las ciencias socia- eso muy bien, es decir, de acuerdo con rn1 Teona General y Siste-
les? Deben tratar del hombre y de la sociedad, y alguna vez lo mática del sistema social. Y aún hay otro punto que .no es_ todo
hacen. Son intentos para ayudarnos a comprender la biografía y lo claro que yo quisiera: ¿Cómo podré explicar el carnb10 social? es
1a historia y las conexiones entre las dos en diversidad de estruc- decir, la historia? En relación con estos dos pro~ler:ias, r~c01:11en­
turas sociales." do que siempre que s,e os. prese~!en, ernprendais mvesbgac10nes
He aquí una traducción del libro de Parsons en cuatro párrafos: empíricas. (Hasta aqm la traducc10n.)
Imaginemos algo que podemos llamar "el sistema social", en el
que los individuos actúan con referencia el uno al otro. Esas accio- Quizás baste eso. Desde luego, podríamos l_iac~~ una trad~c­
nes son con frecuencia ordenadas, porque los individuos del sistema ción más completa; pero "más completa" no s1¡smfica .ncces~~1a­
comparten tipos de valor y de modos apropiados y prácticos de mente "más adecuada", y yo invito al lector a mspecc10nar I he
conducta. A algunos de esos tipos podernos llamarlos normas; Social System y a encontrar más ei;i él. Entr~tan~o'. tenemos de-
quienes actúan de acuerdo con ellos tienden a portarse de un modo lante tres tareas: primera, caracten~ar el estilo log1co ~e _lensa-
análogo en circunstancias análogas. En fa medida en que esto es míento representado por l~ gran teona.; segunda, adar~r ~1eLa ;on-
fusión genérica en este eiemplo particular; te.rcer~'. md1ca~ como
1 C. \\'. Mills, La élite del poder. F.C.E., 2" ed., 1960. plantean y resuelven la mayor parte de los c1entihcos sociales el
52 LA GRAN TEORíA
LA GRAN TEORfA 53
problema del orden ,el~ Parsons. Mi propósito en todo esto es ayu- tan rígidamente confinados en niveles tan altos de abstracción, que
dar a los grandes teoncos a descender de sus inútiles alturas. las "tipologías" que inventan -y el trabajo que realizan para in-
ventarlas- más bien parecen un árido juego de conceptos que un
2 esfuerzo para definir sistemáticamente -es decir, de una manera
clara y ordenada- los problemas que tienen delante y para guiar
En.tre los investigadores sociales no hay serias diferencias entre nuestros esfuerzos dirigidos a resolverlos.
qmenes observan sin pensar y quienes piensan sin observar· las di-
ferencias más bien se refieren a qué clase de pensamiento, qué cla- Una gran lección que en la obra de los grandes teóricos pode-
se~ de observación y qué clases de vínculos, si es que hay alguno, 1ilos aprender de su sistemática ausencia, es que todo pensador
existen entre ambas cosas. consciente de sí mismo debe conocer en todos los momentos -y
L~ causa funda~ental de la gran teoría es la elección inicial de ser capaz, en consecuencia, de controlarlos- los niveles de abstrac-
un mvel ~e _Pensamiento tan general, que quienes lo practiquen no ción en que está trabajando. La capacidad de ir y venir de un
pt~e~1an log1camente. descender a la observación. Como grandes nivel de abstracción a otro con facilidad y claridad es señal distin-
teoncos, nunca descienden de sus altas generalidades a los proble- tiva del pensador imaginativo y sistemático.
mas que presentan sus contextos históricos y estructurales Esa En torno de palabras como "capitalismo", o "clase media", o
fal~a de _un sentido sólido de los verdaderos problemas, es ca~sa de "burocracia", o "minoría del poder", o "democracia totalitaria",
la irrealidad tan notoria en sus páginas. Una característica resul- hay con frecuencia connotaciones embrolladas y oscuras, y al em-
t~nte es la el~borac~ón de distinciones aparentemente arbitrarias y plear esas palabras dichas connotaciones deben ser cuidadosamente
ci.ertamente, mten:nmables, que ni amplían nuestra comprensión vio"iladas y controladas. Alrededor de esas palabras hay con fre-
m hacen mas s:ns1~!e nuest.ra experiencia. Esto, a su vez, se revela c:encia series "compuestas" de hechos y relaciones, así corn0 fac-
co11.1º. una ab~hcac10n parcialmente organizada del esfuerzo para tores y observaciones meramente supuestos. También éstos deben
defmir y explicar con sencillez la conducta humana y la sociedad. ser cuidadosamente clasificados y aclarados en nuestra definición
Cuando pensamo~ er_i lo que representa una palabra, tratamos y en nuestro uso.
de sus aspectos semanticos; cuando la consideramos en relación Para aclarar las dimensiones sintácticas y semánticas de esos
con otras palabras, tratamos de sus características sintácticas 1 Em- conceptos, debemos conocer la jerarquía de especificidad que ~orres­
pleo ,es~os términ?s taquigráficos porque suministran u~· modo ponde a cada uno de ellos, y tenemos que ser capaces de considerar
eco~1om1c~ y P.rec1so. para decir lo siguiente: la gran teoría está todos los niveles de esa jerarquía. Debemos preguntarnos: ¿En-
ebna de smtax1s y ciega para la semántica. Quienes la practican tendemos por "capitalismo", tal como vamos a usar esta palabra,
no comprenden ~erd~de:amente que cuando definimos una pala- meramente el hecho de que todos los medios de producción son de
bra no hacemos smo m~ita: a los demás a usarla corno querríamos propiedad privada? ¿O queremos también incluir en la palabra la
que sel~, usase; que la fmahdad de la definición es enfocar la argu- idea de un mercado libre como mecanismo determinante del pre-
me:it~~i?n sobre el hecho; y que el resultado propio de la buena cio, de los salarios, de las ganancias? ¿Y en qué medida tenemos
defimc10n es transformar la argumentación sobre palabras en des- derecho a suponer que, por definición, la palabra implica asercio-
~cuer~os ~obre el hecho, dejando así abierta la argumentación para nes acerca del régimen político y de las instituciones económicas?
mvesbgac10nes posteriores. Supongo que esos hábitos mentales son las claves del pensamiento
, ~_,os grandes teóricos están tan preocupados con los sentidos sin- sistemático, y su ausencia la clave del fetichismo del concepto.
tacbcos Y tan desentendidos de las referencias semánticas, están Onizás resulte más clara la consecuencia de esa ausencia al estu-
iliar, más detalladamente, una gran confusión del libro de Parsons.
Tambi~n. podemos considerarla en relación con quienes la usan: el as-
1

pecto P.ragm~hco, acerca del cual no necesitamos inquietarnos aquí. Son esas
tres "d1mens1ones de significación" las que Charles M. Morris ha sistemati- 3
zado ta~ cla~~mente en su _útil estudio sobre los "Fundamentos de 1a teoría
de los signos , en Intematzonal Encyclopedía of United Science vol J nú- Pretendiendo exponer "una teoría sociológica general'', los grandes
mero 2. University of Chicago Press, 1938. ' · ' . teóricos exponen en realidad nna esfera de conceptos de los cuales
LA GRAN TEORfA 55
54 l,,A GRAN TEORÍA
están excluidos muchos rasgos estructurales de la sociedad humana, fundamentales pueden referirse a un dios o a varios dioses, al "voto
rasgos reconocidos durante mucho tiempo y de manera exacta de la mayoría", a "la v~lunt;!d del pue?l;>", a "la aristoc;:acia del
como fn.ndamentales para comprenderla. Aparentemente, es esto talento y de la riqueza' , al derecho d1vmo de l?s reyes , o .ª la,s
cosa deliberada en interés a hacer de la ocupación de los sociólo- supuestas dotes. ex~raordinarias del gobernante mismo. Los ,?1~~t~~
gos un esfuerzo especializado diferente del de los economistas y los ficos sociales, s1gmendo a Weber, 11.am~~ a ~~º~,conceptos kg1b
teóricos políticos. La sociología, según Parsons, trata de "aquel maciones" o a veces "símbolos de ¡usbhcac1on . .
aspecto de la teoría de los sistemas sociales relativo a los fenóme- Divers~s pensadores han usado térn:_inos diferentes J?ª~ª re~~nr­
nos de la institucionalización de los tipos de valor-orientación del se a ellos: la "fórmula política" o las grandes s~p~rstic10nes .de
sistema social, con las condiciones de esa institucionalización; y de Mosca; el "principio de soberanía" de Locke; el m1t?, de~ _gob1~r­
los cambios de los tipos, con las condiciones de conformidad con no" de Sorel; el "folklore" de 1:'hurman A:nol~; las leg1ti:n~c10-
y desviación de, una serie de dichos tipos, y de los procesos moti~ nes" de Weber las "representac10nes colectivas de Durkhe1m, las
vacionales en cuanto están implicados en ellos". 1 Traducido y des- "ideas domina~tes" de Marx; la "voluntad general" de Rousseau;
cargado de presunción, como debe ser una definición, quiere decir: Jos "símbolos de autoridad" de Lasswell; la "ideología" de Mann-
Los sociólogos de mi clase gustan de estudiar lo que las gentes heinr los "sentimientos públicos" de Spencer: todas estas deno·
quier_en Y. acarician. Tambié~ nos gustaría averiguar por qué hay mina~iones y otras parecidas atestiguan el lugar central de los
tal d1vers1dad de valores de esos y por qué cambian. Cuando en- símbolos del amo en el análisis social.
contramos una serie más o menos unitaria de valores, nos gustaría Análogamente, en el análisis psicológico,_ esos símbolos del
averiguar por qué unas gentes se acomodan a ellos y otras no. (Fin amo, pertinentes cuando se recurre a ellos pnvad~mente, se con-
de la traducción.) vierten en las razones, y muchas veces en los motivos, q~e llevan
Como ha observado David Lockwood,2 esa formulación libra al r
a las personas a desempeñar det~rminados P.ªPe!es sanc10na~ s~
sociólogo de toda incumbencia respecto del "poder" y de las insti- representación de ellos. Si, por e¡empl?; las msbtuc1ones econo~11-
tuciones económicas y políticas. Yo aún iría más allá. Esa formu- cas se justifican públicamente en relac10n con ellos, las refere~cia_s
lación, y en realidad todo el libro de Parsons, trata mucho más de al egoísmo pueden ser justificació.n aceptable de 1~ c?nd~~ta md1-
l? qu.e se ha llama?o !radicionalmcnte "!.egitimaciones" que de ins- vidual. Pero, si se considera públicamente neces~no iustificar ~s~s
t1tuc10nes de cualgmcr clase. Se me f!gma que la consecuencia instituciones desde el punto de vista de "la confomza y el serv1c1?
es transformar, por definición, todas las cstructhras institucionales públicos", los antiguos motivos y razones egoístas pueden condu~1r
en una especie de esfera moral, o más exactamente, en lo que se ha a sentimientos de culpabilidad, o por lo .menos de n:alestar, entre
llamado "la esfera del símbolo".3 Para aclarar este punto, me gus- Jos capitalistas. Las legitimaciones púbhca_mente eficaces s~ con-
taría primero decir algo acerca de esa esfera; después estudiar su vierten con frecuencia, a su tiempo, en motivos personales eficaces.
supuesta autonomía; y en tercer lugar indicar cómo las concepcio-
nes de Parsons hacen extraordinariamente difícil ni siquiera plan- Ahora bien, lo que Parsons y otros gra~d~~ teóri~os llan:~n '.'va-
tear algunos de los problemas más importantes de todo análisis de lores-orientaciones" y "estructura normativa se refieren p1mc1pal-
la estructura social. mente a los símbolos de legitimación del amo. Éste es; oertamen-
te, asunto importante y útil. Las relaciones de esos snnbolos co;i
Los que ejercen autoridad intentan justificar su dominio sobre la estructura de las instituciones cuentan entre los problemas mas
las instituciones vinculándolo, como si fuera una consecuencia ine- importantes de la ciencia social. Pero esos_ símbolos _no. ~orn:~n
vitable, con los símbolos morales en que generalmente se cree, con ninguna esfera autónoma dentro de una so~1ed~?; su s1grnhcac10n
los emblemas sagrados, con las fórmulas legales. Estos conceptos social está en su uso para justificar la orgamzac1on del poder y las
1Parsons, op. cit., p. 552. situaciones que dentro de ~lla ~cup,a~ los P?derosos, o para opo-
2Véase su excelente "Algunas observaciones sobre El sistema social" en nerse a ella. Su importancia ps1colog1ca esta en el hecho de que
The Britísh Joumal of Sociology, vol. VII, 2 de junio de 19 56. ' se convierten en la base de la adhesión a la estructura del poder o
3 H. H. Gcrth y C. Wright Milis: Character and Social Structure, Har-
court, Brace, Nueva York, 1953, pp. 274-7, del que me estoy valiendo libre- de la oposición a ella. .
mente en esta sección y en la sección 5, más abajo.
No podemos suponer meramente que una sene de estos valo-
56 LA GRAN TEORfA
res, o legitii:nacion~s~ deb~n prevalecer por miedo de que una es- LA GRAN TEORfA 57
t:uctura social se d1v1<la, m debemos suponer que una estructura so- A menos que justifiquen las instituciones y muevan a las per-
cial de~a !;acerse. coherente o unificada por ninguna "estructura sonas a representar papeles institucionales, "los valores" de una
normativa pare~~da. Ciertamente,. no podemos suponer simple- sociedad, aunque sean muy importantes en diversos medios priva-
men~c q?e toda. estructura normativa" que pueda prevalecer sea, dos, histórica y sociológicamente son insignificantes. Hay, natu-
en .mngun sen~1do de la palabra, autónoma. De hecho, para las ralmente, una acción recíproca entre los símbolos justificativos, las
sociedades occ1?cntales contemporáneas -y en particular para autoridades institucionales y las personas que obedecen. A veces
los Estados l!mdos- hay muchos indicios de que lo más cierto no titubearíamos en asignar un papel causal a los símbolos del amo;
es lo contrario de cada uno de esos supuestos. Con frecuencia pero no debemos emplear ma.l la idea corno. la teoría del ~.rden
-aunque no en ~os Estados Unidos a partir de la segunda Guerra social ni de la unidad de la sociedad. Hay me¡ores modos de mter-
:Mundial- hay s.1m~o.los de opo~ición :nuy bien organizados que pretar una "unidad", como en breve veremos, modos que son más
se emplean para ¡ushficar movum~nt~s msurgentes y deponer a las útiles para la formulación de problemas importantes de la estruc-
autond~des gobernantes. La contmmdad del sistema político nor- tura social y más cercanos a los materiales observables.
tca1:1enca?º. es a~solu1tamente única, habiendo sido amenazada por Hasta donde nos interesen los "valores comunes", lo mejor es
l~ v10lencia mtenor solo una vez en su historia. Este hecho q · ' formar nuestro concepto de ellos examinando las legitimaciones
f1gure e tr I ] · d 'd mzas
. " n e os que ian 1.n uc1 o a error a Parsons en su concepto de cada orden institucional en toda estructura social dada, y no
de la estructura normativa del valor-orientación" .empezar intentando primero entenderlos y a su luz "explicar" la
"~os g~biernos" n.o tie?en necesariamente, c~mo creía Emer- -composición y la unidad de la sociedad.1 Podemos hablar, supongo
son, su or~gen en 1~ .identidad moral de los hombres". Creer eso yo, de "valores cornui:es". cu~ndo una gran proporc~ó.n de. los indi-
es co~fundir sus legrtnnaciones con sus causas. Con la misma fre- viduos de un orden msbtuc10nal aceptan esas leg1bmac10nes del
cuencia, o hasta con mayor frecuencia, las identidades morales que orden, cuando tales legitimaciones son las condiciones con .que se
puedan tener los hombres de una sociedad quizás descansan en e] exige, con buen éxito, obediencia, o por lo menos,,se ~b~1ene 1~
hecho de 9ue los gobernantes institucionales monopolizan con éxi- 1
anuencia. Esos s1mbolos se emplean entonces para defm1r las si-
to, y aun imponen, sus símbolos del amo. tuaciones" a que hay que hacer frente en diversos papeles y como
Hace u~?s cien años, este tema fue fructíferamente estudia- patrones para las valuaciones de jefes y secuaces. Las estructuras
d~ e? relac1on con !os supuestos de quienes creen que las esferas :sociales que despliegan símbolos universales y centrales son natu-
del s!mbolo s.on a.utonomas y que esos "valores" pueden en verdad ralmente tipos extremos y "puros".
?ommar ~a lustona: Los símbolos que justifican una autoridad son En el otro extremo de la escala hay sociedades en que un con-
mdepenc11entes de las personas reales o de los sectores que la ejer- iunto predominante de instituci~nes c?ntrola a toda la socie~ad y
cen. Entonces se cree que las "ideas'', no los sectores ni las per- sobreimpone sus valores por la v10lenc1a y la amenaza de la v10len-
S?na.s que las usan, son las que gobiernan. A fin de prestar con- cia. Esto no tiene por qué implicar ninguna quiebra de la estruc-
tmm?ad a la: su~esión de esos símbolos, se los presenta como tura social, porque los hombres pueden ser eficazmente condicio-
relac10nados en cierto modo el uno con el ot·r·o Asi' lo / b l nados por la disciplina formal; y en ocasiones, a menos que acepten
" d · · , s s1m o os
~arecen .~uto-· etermmantes". Para hacer más plausible esta cu- las exigencias institucionales de disciplina, pueden no tener opor-
nosa noc10n, con frecuencia se "personalizan" los símbolos tunidad é\e ganarse la vida.
les sur o " • t d
• J ne ~?nsc1en es e s1 mismos". Entonces se les puede con-
I • y se
:~e?~r co~,º Jos concep~os de la historia" o como una serie de Un buen cajista empleado por un periódico reaccionario, por ejem-
fdosofos cuy~ p~nsanuento determina la dinámica institucional plo, puede, para ganarse la vida y conservar su e?1p.le~, someterse a las
O, ~,°demos anad1~, ~;1ede convertirse en un fetiche el concepto exigencias disciplinarias de su p~trono. En su i~b?11dad, y fuera del
del orden normativo . Desde luego, yo acabo de parafrasear a taller, puede ser un agitador radical. Muchos socialistas alemanes con-
Marx y Engels cuando hablan de Hegel.1
1 Para una exposición detallada y empírica de los "valores" que los hom·
p b~· {'éaseNKarl Myarxky Flr9i3e9drich
u 1s lers, neva or ,
Engcls:
, pp. 42 ss.
La ideología alemana, Intcrnational bres de negocios norteameric.anos, por ejei;iplo, tr~tan de promulgar, véas~
Sutton, Harris, Kaysen y Tobm: The American Business Creed, Harvard Um·
versity Press, Cambridge, Mass., 1956.
LA GRAN TEORíA
59
58 LA G~AN TEORfA
mente arbitraria suponer la "estructura normativa" que Parsons
sintieron en conv;r~irse en soldados perfectamente disciplinados bajo
las band~ras del I'-a1se.r, no. obstante que sus valores subjetivos eran los imagina ser el c¿razón del "sistema social".
del marxismo revoluc10nano. Hay mucha distancia de los símbolos a
la conducta y viceversa, y no toda unidad se basa en símbolos.1
4
Señ~lar es~ confl~~to de valores no es negar "la fuerza de las con- El "poder", tal como ahora se usa ge~eralme.n~~ esta palabrn en la
gruencia~ rac10nales .. La di~crepancia entre las palabras y los he- ciencia social, se relaciona con cualqmer dec1s10n que los h~mbres
chos es con frecuencia característica; pero también lo es la lucha tomen en relación con las organizaciones bajo las cu~les ~iven, Y
por la consecuencia. Qué es lo que predomina en una sociedad dada en relación con los acontecimientos que forman la historia d.e. ~u
no puede decidirse a priori a base de la "naturaleza humana" ni tiempo. Ocurren acontecimientos que ca~n fu.era de t?da dec1s10n
de los "pr~ncip~os de la sociología", ni por el fíat de la gran te;ría.
humana; y los dispositivos sociales cambian sm. r;iecesidad de una
decisión explícita. Pero en cuanto se toman.~ec1s10nes (y en cuan-
Podemos 1m_agmar muy bien un "tipo puro" de sociedad, una es-
to podrían no tornarse) el problema de qmen las toma (o no las
truct_ura social perfectamente di3ciplinada, en la que los hombres
dommad?s no pueden, por diversas razones, remmciar a sns pape- toma) es el problema fundamental del poder.
No podemos suponer actualmente que l?s hombr~s cl~ben, e~
última instancia, ser gobernados con su prop;a anuencia. E~tr~ 1?"
les presentas, pero no compartir, sin embargo, ninguno de los valo-
res del dominador, y en consecuencia no creer de ninaún modo en
medios de poder que al~ora pr:valecen, esta el poder de ac,mims~
la legitimidad del orden. Sería como un barco tripulado por for-
zados a galeras, en el que el disciplinado movimiento de los remos trar y manipular la aqmescenc1a de los hombres. Que n_a c01;0~
camos los límites de ese poder -y que esperemos que tc11ga ~11;1i­
reduce ~ los ~emer~s a en~ra~ajes de una máquina, y rara vez es
tes- no invalida el hecho de que hoy se emplea con b_nen. ex1to
necesaria la v10lencia del comrtre. Los forzados ni siquiera necesi-
mucho poder sin fa sanción de la razón ni de la conciencia del
tan :aber el rumbo ,de.l barco, aunque cada giro de la proa evoca
la calera del a.mo, um~o hombre a bordo que puede mirar ade- que obedece. . d' ·
lante. Pero qmzás empiezo yo a describir más bien que a imaginar. Seguramente en neestro tiempo ~? n~c~s.ita~os iscutir que,
en definitiva, la coacción es la forma defmihva del poder., P.ero
. ~n~re estos ~fos tipos -un "sistema de valores comunes" y una
entonces de ningún modo estamos constantemente ~~ esa ultima
d1s~1P},ma sobre1mpuesta- hay numerosas formas de "integración
instancia. Al lado de 1a coacción hay que tener t~mb1en en c1'.enta
social . La mayor parte de las sociedades occidentales han incor-
la autoridad (el poder justificado por las cre~n~1as ~el obediente
voluntario) y la manipulación ~el poder esgrm.udo sm que 1o ad-
porado muchos "valores-orientaciones" divergentes; sus unidades
comprenden mezclas div~rsas de legitimación y coerción. Y eso,
vierta el impotente). En realidad, los tres tipos deben tenerse
naturalmente, puede decnse de todo orden institucional no sólo
en cuenta constantemente al pensar en la naturaleza del poder.
d~l político Y. ~1 económico. Un padre puede imponer sds exigen- Creo que debemos tener presente q:ie ~n el mundo moderno
cias .ª su familia con la amenaza de desheredarla, o usando la vio-
e1 poder no es, con frecuencia, tan autontano como p~rece h~be~l?
lencia que le permita el or.d.en político. Aun en pequeños grupos siéio ¡;n la época medieval; ya no parecen tan nccesanas las 1ustifi-
consagrados, como las familias, no es en absoluto necesaria 1a uni-
cajunes de los gobernantes para ejercer su. poder. Por l~ menos,
dad de "valores ~omunes": la desconfi~nza y el odio pueden ser muchas de las decisiones ele nuestro tiempo -:-especialmente
las cosas necesarias para mantener umda a una familia amante de carácter internacional- no ha sido "necesaria" la "persua-
También una sociedad puede, naturalmente, florecer de un mod~ ,·' " de las masas· el hecho es, sencillamente, un hecho consn-
a el'isposic10n
' · ' el e 1os pocle-
absolutamente satisfactorio sin esa "estructura normativa" que los 51011
mado. Además, las' ideologías que estan.'
grandes teóricos creen universal. rosos, muchas veces no son admitidas m empleadas por ellos .._~?r
N~ des~o exponer aquí ~inguna solución del problema del or-
lo general las ideologías surgen como respuesta a .1:~ª depos1c:on
den, smo simplemente suscitar i:reguntas. Porque si no podemos efectiva del poder; en los Estados Unidos. es.a oposic10n no ha sido
hacer eso, debemos, como lo exige el fiat de una definición total- suficientemente eficaz para crear el sentimiento de que son nece-
sarias nuevas ideologías relativas al gobierno.
1 Gerth y l\Iills, op. cit., p. 30.
LA GRAN TEORíA 61
60 LA GRAN TEORfA
de conflicto. Los antaaonismos estructurales, las rebeli,.,nes en gran
En la a~tual.idad, desd~ luego, mucha gente que se ha librado escala, fos revolucion:S no pueden ni imaginarse. Rtalmente, se
de las obediencias predommantes, no se ha obligado a otras nue- supone que "el sistema", u~a vez establecido! no sólo es est.able,
vas, y así no presta la menor atención a ninguna clase de asuntos sino intrínsecamente armomoso; en su lengua¡e, las perturbac10nes
políticos. No son ni radicales ni reaccionarios. Son "inacciona-
rios". Si aceptamos la definición griega del idiota como un hombre tienen que ser "introducidas en e1 sistema" .1 ~a idea exp~esta ~el
orden normativo nos lleva a suponer una especie de armoma de m-
absol1;1ta~~nte reservado o pa!ticular, debemos concluir que mu-
chos mdlVlduos de muchas sociedades son verdaderos idiotas. Esta tereses como característica natural de toda sociedad; tal como aquí
-y uso la palabra con cuidado- situación espiritual me parece
aparece, esta idea tiene tanto de ancla metafísica como lo ~~vo la
idea absolutamente análoga del orden natural entre los filosofas
la clave d~ ~ran parte del malestar que prevalece entre los intelec-
tuales pohticos y de mucha de la perplejidad política de la socie- del siglo xvm. 2 • •,

dad contemporánea. La "convicción" intelectual y la "creencia" La eliminación máaica del conflicto y la maravillosa consecuc10n
moral no son necesarias en los gobernantes ni en los gobernados de la armonía alejanb de esta teoría "sistemática" y "general" las
para que perdure y aun florezca una estructura de poder. Por lo posibilidades de tratar el cambio social, la historia. No sólo no
encuentran lugar en las estructuras sociales normativamente crea-
qu~ .resp~sta al pap~l de las ideologías, la frecuente ausencia de
leg1hmac10n persuasiva y el predominio de la apatía de la masa das de los grandes teóricos la "conducta colecti~a': de masas aterro-
seguramente son dos de los hechos políticos centrales en las socie- rizadas y de multitudes, muchedumbres y movnmentos p:ovoc~dos
dades occidentales de hoy. -de que tan Heno está nuestro tiempo-, sino que toda idea siste-
mática de cómo sucede la historia, de su mecánica y procesos, son
En el curso de to~a investigación importante se presentan mu- inasequibles para la gran teoría, y en consecuencia,. cree Par~ons,
chos problemas a qmenes sustentan acerca del poder la opinión para la ciencia social. "Cuando esa teoría sea aseqmble habra lle-
q~e yo he venido sugiriendo. Pero no nos ayudan nada los des- gado el milenio para la ciencia social. ·Eso
/ no ocurriríat en snuestro
orientadores supuestos de Parsons, quien simplemente supone que tiempo y muy probabl emente no ocurnra nunca"s. """ r.,S a e ,
c1'erta
- -
hay, pr.obab.lemente en toda sociedad, la "jerarquía de valores" mente una afirmación extraordinariamente vaga.
que él 1magma. Por otra parte, sus implicaciones dificultan siste- Vi;tualmente no puede formularse Claramente ningún proble-
máticamente la clara formulación de problemas importantes. ma de importancia que se plantee en los términos de la gran t~oría.
Para aceptar su sistema nos vemos obligados a eliminar del cua- Peor aún: su enunciado trae muchas veces el lastre de valoraciones
dro los hechos de poder y, en realidad de todas las estructuras y está oscurecido con palabras parásitas. ~s difícil, ~or ejemplo,
institucionales, en particular la económi~a, la política y la militar. imaginar esfuerzo más útil que el de analizar la sociedad norte-
En esa curiosa "teoría general" no tienen lugar esas estructuras de americana en relación con "el tipo de valor" de "realización uni-
dominio. versalista" sin mencionar la naturaleza, e1 sentido y las formas
En las condiciones que nos ofrece, no podemos formular ade- cambiantes de sucesos característicos del capitalismo contempor~­
cuadamente la ~u.estión emp!ric~ de. la medida en que, y de qué neo, y la estructura cambiante del capita~ismo mismo;.? de an~,h­
ma~era, son legitimadas las msbtuc1ones en cualquier caso dado. zar la estratificación de los Estados Umdos en relacwn con. el
La idea que expone del orden normativo, y el modo como 1a sistema dominante de valores" sin tener en cuenta las conocidas
manej~n lo~ ~randes teóricos, nos lleva a suponer que, virtualmen- estadísticas de posibilidades de vida basadas en los niveles de la
te, esta legitimado todo poder. En realidad: que en el sistema propiedad y del ingreso.4
social,. "la conservación de l~ complementariedad de los papeles-ex-
pectativas, una vez establecida, no es problemática ... No se nece- 1 Ibid., p. 262. . .
2 Cf. Carl Becker: The Heavenly Cíty; y Lew1s A. Coser: Conflict, The
sitan mecanismos especiales para explicar la conservación de la in- Free Press, Glencoe, Illinois, 19 56. .
teracción-orientación complementaria" .1 s Parsons tomado de "Sorne observations on Systemat1c Theory, 19~5·
En esas condiciones no puede formularse eficazmente Ja idea 19 55", de Al~in W. Gou1dner, en Socíology in the Uníted States of Amenca,
UNESCO, París, 19 56, p. 40.
4 Cf. Lockwood, op. cit., p. 138.
1 Parsons, op. cit., p. 205.
62 LA GRAN TEORíA 63
LA GRAN TEORÍA
No creo i:xce:ivo decir que en la medida en que los roblemas 1866, de la Gran Bretaña en 1950, de Roma en tiempos de Dio-
s~n t.ratad~s n.:ahstamente por los grandes teóricos, son tfatados en deciano. Sólo el enumerar esta diversidad seguramente es sugerir
termrnos qti~ no ~ncucntran lugar en la gran teoría y rmichas veces que 1o que pueden tener en común esas sociedades hay que des-
son. contracl1ctonos con e!la. "Verdaderamente -ha observado cubrirlo mediante un examen empírico. Predicar algo más allá
Alvm, <??uld~c.r-·, la mc;d~cla en que los esfuerzos de Parsons en de las fórmulas vacías acerca del alcance histórico de la estructura
el ª 1?ª.~sis teonco Y cmpmco del cambio le llevan súbitamente a social, es desconocer uno su propia capacidad para hablar de todo
a_dmiti1' todo un cuerpo de conceptos y supuestos marxistas no es lo que significa el trabajo de investigación social.
smo. e es~onccrtante.:. c;a.si. parece como si se llevasen d~~ series Puede uno concebir útilmente tipos de estructura social en
de ~ 1,bros, una Pª.r~. el anahs1s del equilibrio y otra para la investi- relación con órdenes institucionales como la política y la del pa-
gac10n del ca~1 b10 .1 . Gouldner observa después cómo en el caso rentesco, la militar y 1a económica, y 1a religiosa. Habiendo defi-
el~ la. Akmama ven;,rda, Parsons re~~mienda atacar a los junkers nido cada una de ellas de tal manera que le permita distinguir
P r Ja
base, c_o'.110 . un caso de pnv11egio exclusivo de clase" sus contornos en una sociedad histórica dada, se pregunta uno
anal!:ª e~, sc~v1cw ~1vil
en relación con la "base cfasista del red1J. cómo se relaciona con las demás cada una de ellas, cómo, en
tam1ento ·. ~n suma,, toc'.a la estructura económica y de ocupacio- suma, se coordinan en una estructura social. Las respuestas son
ne.s -conccb1d~ en termmos absolutamente marxistas, no en tér- ·cómodamente presentadas como una serie de "modelos-guías" que
mmos de la estructura normativa proyectada por la gran tcoría- se emplean para que conozcamos mejor, al examinar sociedades
surge de ~ro~to a~tc }ª. vista. Esto mantiene en uno la esperanza específicas en tiempos específicos, los vínculos que las "mantie-
de que los.g 1 ?1~dcs teoncos no hayan perdido todo contacto con la nen unidas".
realidad lnstonca. Puede imaginarse uno de esos modelos en relación con el fun-
cionamiento en cada orden institucional de un principio estruc-
tural análogo. Piénsese, por ejemplo, en los Estados Unidos de
5
Tocquevillc. En aquella sociedad liberal clásica se considera autó-
~uelvo aho~a al problema del orden, que, en una versión más nomo cada orden de instituciones y libre de toda coordinación
bien dho~bcswna, parece ser el problema más importante del li- -con los demás. En la economía rige el laissez-faire; en la esfera
r~ e l arsons. Es posible tratarlo con brevedad porque ha sido religiosa compiten en el mercado de la salvación diversidad de
refmaclo
f .en
, el , curso
, . del des,1rrol10
·- de la c1e11c1a
· - · socia· 1 y en su sectas e iglesias; las instituciones del parentesco se levantan sobre
or11'.~11ac101'. mas util,yucde llamarse ahora el problema <le'la inte- un mercado de matrimonios, donde los individuos se eligen el uno
grncwn social.. Reqmere, desde luego, un concepto básico de la al otro. No un hombre hecho por la familia, sino un hombre he-
estructura social y del cambio histórico Creo qu'° d"f · cho por sí mismo, toma e1 ascendiente en la esfera de la posición
d'' Jo'· " ] t ' · · ~, a I erenc1a social. En el orden político, Ios partidos compiten por los votos
- _·' ?ranc es eon:os, 1a mayor parte de los investigadores socia-
les clarnm contestacwnes parecidas a la siguiente: de los individuos; hasta en 1a zona militar es grande la libertad
,A:i~,~. tod?, no hay una respuesta para esta pregunta: ·Qué para el reclutamiento de las milicias de los Estados, y en sentido
maahe,ic umda a una cstructur'1 ]ato -sentido muy importante- un hombre significa un rifle. El
~ l 'e l o ,_ ~- e: social?. No l1ay una respuesta,

¿
Pº_1_c1ue la0 e~Lrncturas sociales difieren profundamente en el grado principio de integración -que es también la legitimación básica
Y tipo dr~ umdad. D~,hccho, se conciben útilmente tipos de estruc- <le esa sociedad- es el ascendiente, dentro de cada orden de ins-
n, ., sodal en rclacwn con los c1"·':•crentes modos de In
tura · t egrac1on.
·' tituciones, de la libertad de iniciativa de hombres independientes
~·1 ú n:1o de:ce:1.d~1r10s c'.cl pla:10 de la gran teoría a las realidades en competencia unos con otros. En el hecho de esa reciproci-
1
L,st,)ncas, advcrtnnos
• 1Pmcdnt·:ir1c•1~c
• , , -' , L , ],., · t·1·d
-" inu i I ao' d e sus con- dad es donde podemos comprender el modo como se unifica una
ccp~_os monolíticos. Con ellos no podemos pensar acerca de Ja di- sociedad liberal clásica.
ve1s1da~ humana, acerca de la Alemania nazi de 1936, de la Es ar- Pero esa "reciprocidad" es sólo un tipo, sólo una respuesta al
ta del siglo vn a. c., de los Estados Uuidos de 1836, del Japói~ de "problema del orden". Hay otros tipos de unidad. La Alemania
nazi, por ejemplo, estaba unida por "coordinación". El modelo
1 Gouldner, op. cit., p. 41. general puede exponerse en los términos siguientes: Dentro del
LA GRAN TEORÍA 65
64 LA GRAN TEORÍA
tuciones educativas. Todos los símbolos son refundidos para for-
orden económico, las instituciones están altamente centralizadas; mar la leaitimación fundamental de la sociedad coordinada. El
unas pocas grandes unidades controlan más o menos todas las
operaciones. Dentro del orden político, la fragmentación es ma-
principio dela jefatu:a absoluta X mágica (gobierno carismático!
en una jerarquía estncta es amp!1amente pr?mulgac~o en una es-
yor: compiten muchos partidos por influir en el Estado, pero tructura social que en gran medida se mantiene umda por la ac-
ninguno de ellos es bastante poderoso para controlar las conse- ción de una red de pandillas. 1
cuencias de la concentración económica, una de las cuales -jun-
tamente con otros factores- es la pérdida de actividád. El movi- Pero seauramente basta eso para hacer evidente lo que yo con-
sidero cosa obvia: que no hay "gran teoría", ningún si~tema uni-
0
miento nazi explotó con éxito la desesperación de las masas, espe-
cialmente la de la clase media baja, ante la baja económica y puso versal de acuerdo con e1 cual podamos entender la umdad de la
en estrecha relación los órdenes político, militar y económico. Un estructura social, ninguna respuesta al viejo y ~an~a?o problema
solo partido monopoliza y rehace el orden político, aboliendo o i
del orden social, tomado en general. El traba¡o ubl sobre esos
amalgamando todos los otros partidos que pueden competir por 1. problemas procede de acuerdo con una variedad de modelos-guía
el poder. Para hacer esto, es preciso que el partido nazi encuentre que yo he esbozado aquí, y esos modelos se usarán en. estrecha y
puntos de interés coincidentes con los monopolios del orden eco- empírica conexión con una serie de estructuras soCiales tanto
nómico así como con ciertas minorías del orden militar. En esos históricas como contemporáneas. " . . ,,
órdenes principales se produce, primero, la correspondiente con- Es importante comprender que tales mo?os de mte¡;rac1.ón
centración del poder; después cada uno de ellos coincide y coope- pueden concebirse también como model?s-gma de camb;o histó-
ra en la torna del poder. El ejército del presidente Hindenburg rico. Si, por ejemplo, observamos Ia sociedad i;iorteamencana en
no tiene interés en defender la República de Weimar ni en aplas- los tiempos de Tocqueville y a mediados del s1~lo xx, ~~mos de
tar las columnas en marcha de un partido popular belicoso. Los un golpe que el modo como 1.a :structura del siglo xrx . se man-
círculos de los grandes negocios están dispuestos a dar ayuda fi. tiene unida" es totalmente d1stmto de sus modos comentes de
nanciera al partido nazi, que, entre otras cosas, promete aplastar integración. Nos preguntamos: ¿Cómo ha ca~biado cada. uno
el movimiento obrero. Y los tres tipos de minorías se unen en de sus órdenes institucionales? ¿Cuáles han sido los tempi, las
una coalición, no siempre cómoda, para conservar el poder en sus proporciones de la variación en qu,e esos ca.mbios estructurales
respectivos órdenes y coordinar el resto de la sociedad. Los par- han ocurrido? Y, en cada caso, ¿cuales han sido las causas nece-
tidos políticos rivales o son suprimidos o declarados ilegales, o sarias y eficientes de esos camb~o~? Por l? común, naturalmen~e~
se disuelven voluntariamente. Las instituciones de parentesco y la investiaación de la causa suf1c1ente exige por lo menos algun
religiosas, así como todas las organizaciones que existen dentro trabajo el~ carácter co~parativ? .e. histórico. !Je m.1a manera ge-
de todos los órdenes o entre ellos, son infiltradas por el partido neral, podemos resmmr ese anah~1s del camb10 social, y f?nr;.ular
nazi y coordinadas, o por lo menos neutralizadas. así más económicamente una sene de grandes problemas md1can-
El Estado-partido totalitario es el medio por el cual los altos do que los cambios han sido cons~cuencia de! :paso ~k un
agentes de cada uno de los tres órdenes predominantes se coordi- "modo de integración" a otro. Por e¡emplo, el ulh.~~ s1glo de·
nan entre sí y coordinan otros órdenes institucionales. Se con- ]a historia de los Estados Unidos muestra una trans1c10n de .una
vierte en el armazón general de la organización que impone estructura social ampliamente integrada por correspondencia a
objetivos a todos los órdenes institucionales, en vez de limitarse otra mucho más sometida a coordinación.
a garantizar el "gobierno de la ley". El partido se extiende, bus- El problema general de una teoría de la historia no puede se-
cando por todas partes "auxiliarías" y "afiliaciones". Las disuelve pararse del problema general de una t~oría de.la estructr:ra social.
o se infiltra en ellas, y en cualquier caso llega a controlar todos Creo que es obvio que en sus estudios propiamente dichos, los
los tipos de organizaciones, induida la familia.
Las esferas-símbolo de todas las instituciones son dominadas 1 Franz Neumann: Behemoth, Nueva York, Oxford, 1942; es un modelo

por el partido. Con la excepción parcial del orden religioso, na verdaderamente espléndido de lo ~ue debe s~r el análisis estruct~ral de u?'a
sociedad histórica. Para la exposicion dada arriba, véase Gerth y M1lls, op. cit.,,
se permiten pretensiones rivales a la legitimidad. Hay un mono-- pp. 363 SS.
polio de partido de comunicaciones formales, incluidas las insti-
66 LA GRAN TEORÍA LA GRAN TEORfA 67
investigadores sociales no experimentan grandes dificultades teó- hallamos ahora delante de otra retirada formalista y una vez más
ricas para comprender ambos prvblemas de una manera unifica- lo que propiamente es sólo una pausa parece habe~se hecho pe:-
da. Quizá se deba a eso que un Behemoth vale, para la ciencia manente.
social, veinte Social Systems. Como dicen en España, "son muchos los que barajan las cartas
y no pueden jugar".1
Desdé luego, no presento estos puntos en un esfuerzo para
hacer un enunciado definitivo de los problemas del orden y del
cambio, es decir, de la estructura social y de la historia. Lo hago
meramente para sugerir un esbozo de dichos problemas e indicar
algo del tipo de trabajo que se ha hecho acerca de ellos. Quizás
estas observaciones sean también útiles para hacer más específico
un aspecto de la promesa de la ciencia social. Y, desde luego, las
he expuesto aquí para .indicar cuán inadecuadamente han tra-
tado los grandes teóricos un problema fundamental de la ciencia
social.
En The Social System, Parsons no ha podido descender al
trabajo de la ciencia social porque está poseído por la idea de
que el modelo de orden social que él ha construido es una especie
de modelo universal, porque, en realidad ha convertido en feti-
ches sus conceptos. Lo que es "sistemático" en esta gran teoría
particular es el modo como deja atrás todo problema específico
y empírico. No se la formula para enunciar de manera más pre- 1
Debe. resultar evidente que la opinión particular acerca de la sociedad
cisa o más adecuada cualquier problema nuevo de reconocida im- q~e es. posible ex!r~er del texto de Parsons es más bien para un uso ideoló-
portancia. No ha nacido de la necesidad de volar alto durante gico d~recto; tradicionalmente, esa opinión ha sido asociada, naturalmente, a
algún tiempo a fin de ver algo del mundo social más claramente, los e_sblos conservado'.es de pensamiento. Los grandes teóricos no han des-
para resolver algún problema que pueda formularse en términos c~ndi~o con frecuencia a la palestra política; no han admitido con frecuen-
cia, c1ertai_nente, que sus problemas caen dentro de los contextos políticos
de la realidad histórica en que los hombres y las instituciones de la sociedad contemporánea. Pero eso, naturalmente no exime a su
desarrollan su existencia. Su problema, su trayectoria y sus solu- obra de un .sig~!ficado id;?lógico. No estudiaré a Pars01;s en este aspecto,
ciones son extremadamente teóricos. porqu~ .el s1gmf1cado pohtico de The Social System está tan cerca de su
superf1c1e, cuando se le traduce adecuadamente, que no creo necesario acla-
rarlo. La gran teoría no representa ahora ningún papel burocrático directo
La retirada al trabajo sistemático sobre concepciones sería sólo Y como _he o~servado, su falta de inteligibilidad limita el favor ~.<t-1:. .~:
un momento formal dentro del trabajo de la ciencia social. Es que. pudiera disfr~tar. Esto puede, desde luego, convertirse en u~a partida
útil recordar que en Alemania el rendimiento de ese trabajo for- positiva: su. osc~ndad _le da un gran potencial ideológico. -
mal no tardó en ser orientado hacia un uso enciclopédico e histó- El sentido 1deológ1co de la gran teoría tiende fuertemente a legitimar
rico. Ese uso, presidido por el ethos de Max Weber, fue el clímax las formas permanentes de dominio. Pero únicamente si suscitase entre los
:grupos c?nservadores una necesidad mucho mayor de legitimaciones refina-
de la tradición clásica alemana. En parte muy importante, lo ~as, podna la gran teo,ría tener la probabilidad de adquirir importancia polí-
hizo posible un cuerpo de trabajo sociológico en que las concep- tica. Empecé este capitulo con una pregunta: La [;Ttin teoría, tal como está
dones generales acerca de la sociedad iban estrechamente unidas representada en The Social System, ¿es pura palabrería, o es también profun-
a la exposición histórica. El marxismo clásico ha sido fundamen- da? A esa pregunta contesto: Sólo en el 50 por ciento es palabrería· el 40
tal para el desarrollo de la sociología contemporánea. Max P?r ciento es soci?logía .muy conocida ?e !ibro de _texto. El otro ÍO por
<:1ento, como podna decir Parsons, me mclmo a de¡arlo abierto a ""estras
Weber, como muchos otros sociólogos, desarrolló gran parte de propias invest!gaciones empíricas. Mis propias investigaciones indican que
su obra en diálogo con Karl Marx. Pero hay que reconocer siem- e~e 10 por ciento restante es de un uso ideológico posible, aunque más
pre la amnesia del erudito norteamericano. En la gran teoría nos bien vago.
EMPIRISMO ABSTRACTO 69
ha. ~ido la si~ple ~lasificación ~e preguntas: ¿Quién dijo qué a
III. EMPIRISMO ABSTRACTO qmen en que med10s y con que resultados? Las definiciones de
las palabras claves son las siguientes:
CoMo LA GRAN TEORÍA, el empirismo se aprovecha de uIJ.a coyun- : .. Por "púb~ic~" entiendo referirme a la magnitud implicada, es
tura en el proceso del trabajo y le permite dominar el entendi- <leer~, a los sentim1ent,os y las respuestas no particulares, no indivi-
miento. Ambas cosas son retiradas de la tarea de las ciencias so- du~l~~ados,, d~ gran numero de personas. Esta característica de la
ciales. Son esenciales, desde luego, consideraciones de método ~p1~1~n ,i;ubh?a necesita, el empl~o de examen de muestras. Por
y de teoría para trabajar en nuestras tareas, pero en esos dos esti- .opm16n entiendo no solo el sentido usual de la opinión sobre cues-
los se han convertido en obstáculos: la inhibición metodológica tiones lo?al~s, efímeras y típicamente políticas, sino también actitu-
es paralela al fetichismo del concepto. des, sentimientos, valores, in~ormación y acciones conexas. El llegar
a ella~ adec~adamen~e reqmere el uso no sólo de cuestiona.ríos y
entreVIstas, smo también de recursos de proyección y de escalas.1
l
~ay en esas aseveraciones una pronunciada tendencia a con-
No es mi intención, naturalmente, resumir los resultados de todo fundir lo que ~e quiere estudiar con la serie de métodos sugeridos
el trabajo de los empíricos abstractos, sino únicamente aclarar el para .su estud1? .. Lo que probablem~nt~ quiere decirse es algo
carácter general de su estilo de trabajo y algunos de sus supues- parecido.ª lo s1gmente: La palabra publico, como yo voy a usar-
tos. Autorizados estudios en este estilo tienden ahora por lo re- 1~, se refiere a todo agregado de regular tamaño y, en consecuen-
gular a caer dentro de un tipo más o menos uniforme. En la cia? .puede ser reducido estadísticamente a muestras; como las
práctica, la nueva escuela suele tomar como fuente básica de sus op11110nes son sustentadas por personas, para conocerlas tiene
"datos" la entrevista más o menos igual con una serie de indivi- usted que hablar con la gente. Pero ésta a veces no querrá o no
duos seleccionados por un procedimiento de muestreo. Se clasi- po d ra, d ecirse"as;
' l entonces puede usted ensayar el empleo de
fican sus respuestas y, para mayor comodidad, son horadadas en "recursos de. proyección y de escalas".
tarjetas Hollerith que se emplean después para hacer series esta- ~os estudios de la ?Pinión pública se han hecho en su mayor
dísticas por medio de las cuales se buscan relaciones. Indudable- parte d~ntro de una misma estructura social nacional de los Esta-
mente, este hecho, y la consiguiente facilidad con qne aprende el d?s Umdos y, desd~ !uego, se refieren sólo al último decenio apro-
procedimiento una persona medianamente inteligente, explica en ~1m~d-~men,te .. q~1z.as por eso no han refinado el significado de
gran parte su atractivo. A los resultados se les da normalmente opm10n publica m replanteado los principales problemas de este
la forma de aseveraciones estadísticas: en el nivel más simple, esos campo: No pueden hacerlo adecuadamente. ni aun de un modo
resultados específicos son aseveraciones de proporción; en niveks prelu:~mar, dentro de los límites históricos y estructurales que han
más complicados, se combinan las respuestas a varías preguntas escogido.
en clasificaciones cruciales con frecuencia bastante complicadas,. El problema de "el público" en las sociedades occidentales
que después se empalman de diversas maneras para formar esca- nace de la t~ansformación del consenso tradicional y convencio-
las. Hay varias maneras de manipular esos datos, pero no tienen nal d~ la soCiedad de la Edad Media, y alcanza su clímax actual
por qué interesarnos aquí, ya que, independientemente de su gra- en l~ idea de la sociedad de masas. Lo qne se llamó "públicos" en
do de complicación, no dejan de ser manipulaciones de la clase de los siglos xvm y x1x se está convirtiendo en una sociedad de "ma-
material indicado. sas". Por otra parte, la importancia estructural de los públicos
v~ desapareciendo a medida que los hombres en general se con-
Aparte de la publicidad y de la investigación de medios, la vierten en "hombres masa", atrapados en medios totalmente im-
"opinión pública" quizás es la materia más trabajada en este potentes. Eso, o algo parecido, puede sugerir el armazón que se
estilo, aunque no se ha asociado con él ninguna idea que replantee-
los problemas de la opinión pública y de las comunicaciones como ~ Be~1ard Bere~son: "The Study of Public Opinion", en The State of the
un campo de estudio inteligible. El armazón de dichos estudios So~tal Sciences, editado por Leonard D. White, University of Chicago Press
Ch1cago, Illinois, 1956, p. 299. '
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70 EMPIRISMO ABSTRACTO
EMPIRISMO ABSTRACTO 71
necesita para la selección y la estructura de es~ud~os sobre públi-
cos, sobre Ja opinión pública y sobre las comumcac10nes d~ u;a~as. de alguna profundidad psicológica, si se toma en serio la frase
Se necesita también _yna exposición cabal de las fases h1stoncas "sentido político". Pero estas preguntas -y yo formulo estas
de las sociedades democráticas, y en especial de lo qu~ s~ ha lla- observaciones sólo como preguntas- no pueden suscitarse acerca
mado "totalitarismo democrático" o "democracia totahtana". En de "investigaciones políticas" como ésas. ¿Cómo debieran ser?
suma en este campo no pueden enunciarse los probl~~1as de la Exigen un conocimiento histórico y un estilo de reflexión psico-
ciencia social dentro del ámbito y términos del empmsmo abs- lógica que no están debidamente acreditados por los empíricos
tracto tal como ahora se practica. abstractos ni, en verdad, al alcance de la mayor parte de quienes
Muchos problemas que intentan tratar quienes. lo practican practican ese empirismo.
-las consecuencias de los medios de masas, por e1emplo-, no
pueden ser adecuadamente planteados sin un am?iente estruct~­ Quizás el acontecimiento clave de los dos decenios últimos
ral. ·Puede esperarse comprender las consecuencias de esos me- es la segunda Guerra Mundial; sus consecuencias históricas y psi-
dios :_y mucho menos su signific~ción con:bin,ada para el desarro- cológicas constituyen gran parte de lo que hemos estudiado acer-
llo de una sociedad de masas- s1 se estudia solo, aunque sea con ca del último decenio. Me parece curioso que no tengamos toda-
la mayor precisión, una población .que ha s.ido "saturada" de esos vía una obra definitiva sobre las causas de dicha guerra, aunque
medios durante casi una generac~ón? El mtento ~e separa~ l~s es cierto que todavía estamos tratando, con cierto éxito, de carac-
individuos "menos expuestos" al m1smo,o a otro medio .d~ los mas terizarla como una forma específicamente histórica de hacer la
expuestos", puede ser del mayor intere~ para la pubhc~dad, pe.ro guerra y situarla como eje de nuestro tiempo. Aparte de las his-
no es base suficiente para la formulación de una teona del sig- torias oficiales de la guerra, el cuerpo más completo de investiga-
nificado social de los medios de masas. ciones es probablemente la investigación que durante varios años
se hizo para el ejército norteamericano bajo la dirección de Sa-
En el estudio de la vida política de esta escuela,. "la conducta muel Stouffer. Esos estcdios demuestran, a lo que me parece, que
en la votación" ha sido la materia principal, elegida, supoi:go, la investigación social puede tener utilidad administrativa sin tra-
porque parece muy a propósito par? la ii:vestigación estadístI:a. tar los problemas de la ciencia social. Los resultados sin duda
La inconsistencia de los resultados solo es igualada por .la elabo.a- han de ser una decepción para quien desee entender algo del sol-
ción de los métodos y el cuidado empleado. ¿Pued~ ser mteresan~e dado norteamericano que estuvo en la guerra, y en especial para
para los investigadores en ciencias po~íticas .exammar un e?tud1~ quienes preguntan: ¿cómo fue posible ganar tantas batallas con
en gran escala del su~ragio que..no conh:ne,,mn~una refe~enc1a a la hombres de "moral tan baja"? Pero el intento de contestar a tales
maquinaria de partido para sacar VOLOS , m en realidad para preguntas llevaría a uno muy lejos del ámbito del estilo consa-
a]P-una institución política? Pero eso es lo que sucede con The grado y al frívolo terreno de la "especulación".
P;oples' Choice, estudio ju?tai_nente fari:oso y. celebrado d~. las La History of Militarism de Alfred Vagts, en un solo tomo, y
elecciones de 1940 en el d1stnto de Ene, Oh10. Por ese n?ro la maravillosa técnica reporteril para llegar a los hombres en plena
aprendemos que las gent~s ricas, campesinas y prot:stantes h~~1- batalla empleada por S. L. A. Marshall en su Men Under. Fire,
den a votar a los republicanos; que las gentes de tipo contr:Lo tienen valor mucho más sustancial que los cuatro tomos de
se inclinan hacia los demócratas, y así sucesivamente .. Pero apren- Stouffer.
cemos poco de la dinámica de la política norteam.encana.
La idea de legitimación es una de las concepc10nes centrales En la medida en que los estudios sobre estratificación han
de la ciencia política, particularmente en cua_n~~ los proble~as de sido hechos en el nuevo estilo, no ha nacido de ellos ningún con-
esta disciplina versan sobre cuestiones de opm10n e 1deol~gia. La cepto nuevo. En realidad, no han sido "traducidos" los conceptos
investigación de "la opinión política" es de 1o más. cunoso, te- claves disponibles en otros estilos de trabajo; por lo común, se ha
niendo en cuenta que la política electoral norteame71cana es una acudido a "índices" de "posición económico-social". Los dificilí-
especie de política sin opinión, .s~ se. toma en seno. la pal;~ra simos problemas de "conciencia de clase" y de "falsa conciencia",
"opinión"; una especie de votac10n sm mucho sentido pohbco de los conceptos de posición como opuestos a los de clase, y de
la idea de "clase social" de Weber, tan discutible estadísticamcn-
EMPIRISMO ABSTRACTO EMPIRISMO ABSTRACTO 73
72
te, no han hecho ningún progreso en manos de los trabajadores 2
de este estilo. Además, y esto es lo más lamentable en muchos
sentidos, persiste en toda su fuerza la elección de pequeñas ciu- Como estilo de ciencia social, el empirismo abstracto no se ca-
dades como "campo de muestra" para estos estudios, a pesar de racteriza por ninguna proposición o teoría importante. No se
que es evidente del todo que con la suma de estudios de ese tipo basa en ningún concepto nuevo de la naturaleza de la sociedad
no puede tenerse una opinión adecuada de la estructura nacio- ni del hombre, ni sobre ningunos hechos particulares acerca de
nal de clase, de posición y de poder. ellos. Es verdad que se le puede reconocer por las clases de pro-
blem~s que los que lo practican seleccionan típicamente para sus
Al examinar los cambios en los estudios sobre la opinión pú- es~ud10s, y por la manera corno típicamente los estudian. Pero,
blica, Bernard Berelson ha hecho una declaración que vale, creo evidentemente, esos estudios no son razón ninguna para el aplau-
yo, para casi todos los estudios hechos a la manera empírica abs- so que pueda merecer este estilo de investigación social.
tracta: En sí mismo, sin embargo, el carácter de los resultados verda-
deros de esta escuela no es base suficiente para juzgarla. Como
Reunidas, esas diferencias [hace 25 años y hoy] significan un -escuela, es nueva; como método, reciente; y como estilo de traba-
cambio revolucionario en el campo de los estudios sobre la opinión jo, sólo ahora empieza a extenderse a un margen más amplio de
pública: ese campo se ha hecho técnico y cuantitativo, ateórico, seg- "'campos de problemas".
mentario y particularizado, especializado e institucionalizado, "mo- Las más conspicuas -aunque no necesariamente las más im-
dernizado" y "grupizado'', en suma, como ciencia conductista ca-
po.rt~ntes:- de sus características se relacionan con el aparato ad-
racterística, "americanizada". Hace veinticinco años y antes, escritores
eminentes estudiaban eruditamente, como parte de su interés general rn1mstrahvo que ha llegado a emplear y con los tipos de trabaja-
por la naturaleza y funcionamiento de la sociedad, la opinión públi- -dores intelectuales que ha reclutado y preparado. Ese aparato es
ca ?º "por ella misma", sino en amplios términos históricos, teóricos ahora un aparato en gran escala, y hay muchos indicios de que
y filosóficos, y escribían tratados. Hoy, equipos de técnicos estudian se extenderá más y ganará más influencia. El administrador inte-
proyectos sobre asuntos específicos y registran los resultados. Hace lectual y el técnico en investigación -los dos son tipos completa-
veinte años el estudio de la opinión pública era una parte de la eru- mente nuevos de profesionales- compiten actualmente con los
dición. Hoy es parte de la ciencia.1 tipos más usuales de profesores y eruditos.
~ero tampoco todos esos progresos, aunque de enorme impor-
En este breve intento de caracterizar los estudios del estilo tancia para el. carácter de la futura universidad, para la tradición
empírico abstracto no digo meramente: "Esas gentes no han estu- de las artes liberales y para las cualídades mentales que quizá
diado los importantes problemas que me interesan'', ni simplemen- ganen ascendiente en la vida académica norteamericana sumi-
te: "No han estudiado los problemas que la mayor parte de los n!stran base suficiente para juzgar este estilo de investiga~ión so-
&nvestigadores sociales consideran importantes." Lo que vengo cial. Esos ~r?gresos van mucho más lejos de lo que probable-
·diciendo es: han estudiadq problemas de empirismo abstracto; mente admitirían muchos partidarios del empirismo abstracto
pero sólo dentro de las limitaciones impuestas, cosa curiosa, por para e~plicar el a~ractivo y la eminencia de su estilo. Aunque no
ellos mismos a su arbitraria epistemología han formulado sus pre- sea mas, proporc10nan empleo a técnicos semi-expertos en una
guntas y respuestas. Y yo creo que no he usado palabras sin el escala y de una manera antes desconocidas; le5 abren carreras
debido cuidado: están poseídos por -la inhibición metodológica. ~ue ~~recen .la seguridad d~ 1~ ~ntigua vida aca~érnica sin exigir
Todo lo cual ·significa, desde el punto de vista de los resultados, e~, anuguo tipo de logros mdIVIduales. Este estilo de investiga-
que en esos estudios se apilan los detalles con atención insuficiente ~10n, en resumen, va acompañado de un demiurgo administrativo
~l' la forma; en realidad, muchas veces no hay forma, si no es la
importar:te .~ara el futuro del estudio social y para su posible
que dan los tipógrafos y los encuadernadores. Los detalles, por burocrabzac10n.
numerosos que sean, no nos convencen de nada que merezca que Pero las características intelectuales del empirismo abstracto
se tengan convicciones acerca de ello. cuyo conocimiento es más importante son la filosofía de la cien-
da que sustentan quienes lo practican, cómo la sustentan y cómo
1 Berelson, op. cit., pp. 304·5.
74 EMPIRISMO ABSTRACTO EMPIRISMO ABSTRACTO 75
la emplean. Es esa filosofía la que sirve de base tanto al tipo decir con esto que las clases de problemas a que se prestará aten-
de las investigaciones reales emprendidas como a su aparato ad- ción y el modo en que se los formulará están muy severamente
ministrativo y de p~sonal. La tenuidad e inconsistencia de los• limitados por el método científico. En resumen, parece que la
verdaderos estudios y la necesidad sentida de aquel aparato en- metodología determina los problemas. Y esto, después de todo,
cuentran su principal justificación intelectual en esa especial filo- es lo único que podía esperarse. El método científico que aqu~ se
sofía de la ciencia. proyecta no nació de los que general y correctamente se conside-
Es importante ver este punto con toda claridad, porque po- ran lineamientos clásicos del trabajo de la ciencia social ni es
dría suponerse que no son fundamentales los principios filosófi- una generalización de ellos. Se le ha sacado, en gran parte, con
cos para dar forma a una empresa que con tanto énfasis pretende modificaciones oportunas, de una filosofía de la ciencia natural.
ser una ciencia. Es también importante, porque los que practican Las filosofías de las ciencias sociales parecen, en general, con-
el estilo no parecen por lo general advertir que es una filosofía lo sistir en dos tipos de esfuerzos. 1) Los filósofos pueden tratar de
que les sirve de base. Probablemente nadie familiarizado con examinar lo que realmente ocurre en el proceso del estudio social,
ellqs se cuidaría de negar que muchos están dominados por el y después generalizar y hacer congruentes los procedimientos de
interés en su propia situación científica. En sus argumentos sobre investigación que parecen más prometedores. Éste es un .tipo
diversas cuestiones filosóficas de la ciencia social, uno de los pun- difícil de trabajo y fácilmente puede dar por resultado desatmos;
tos invariables es que ellos son "científicos naturales", o que por pero es mucho menos difícil si lo realizan todos los investigadores
lo menos "representan el punto de vista de la ciencia natural". sociales que trabajan, y hay un sentido en el que todos deben
En el pensamiento de los más sofisticados, o en presencia de un hacerlo. Hasta ahora se ha hecho poco de ese trabajo, y ha sido
físico risueño y envanecido, la imagen de sí mismos es muy pro- aplicado sólo a ciertas clases de métodos. 2) El estilo de investi-
bable qve se reduzca meramente a la de un científico''.1 gación social que yo he llama~o empirismo abstracto parece con-
En cuanto a la práctica, los empíricos abstractos muchas veces sistir con frecuencia en esfuerzos para formular de nuevo y adop-
parecen más interesados en la filosofía de la ciencia que en el es- tar filosofías ·de la ciencia natural de tal suerte que formen un
tudio social mismo. Lo que han hecho es, en suma, adoptar una programa y un canon de trabajo en la ciencia social.
filosofía de la ciencia que ahora suponen ser el método científico. Los métodos son procedimientos que emplean los hombres
Este modelo de investigación es en gran parte una construcción que tratan de entender o de explicar algo. La metodologfo es el
epistemológica; dentro de las ciencias sociales, su resultado más estudio de los métodos; ofrece teorías acerca de lo que están
decisivo ha sido una especie de inhibición metodológica. Quiero haciendo los hombres cuando trabajan en sus estudios. Como
puede haber muchos métodos, la metodología tiende inevitable-
1 Tengo a la mano el siguiente ejemplo. Al estudiar algunas cuestiones
mente a ser de carácter más bien general y, en consecuencia, no
filosóficas, en particular la naturaleza de los fenómenos "mentales" y las
consecuencias de sus opiniones acerca de ellos sobre los prol:¡lemas de la epis- suele -aunque, desde luego, puede- suministrar procedimientos
temología, observa George A. Lundberg: "A causa de esta inseguridad de la específicos a los hombres que estudian. La epistemología es aún
definición de la 'escuela', y más especialmente a causa de las muchas asocia· más general que la metodología, porque quienes la practican se
ciones curiosas que la palabra 'positivismo' tiene en muchas mentes, yo siem- ocupan de los fundamentos y los límites, en suma, del carácter,
pre he preferido caracterizar mi propio punto de vista como el de la ciencia del "conocimiento". Los epistemólogos contemporáneos han ten-
natural antes que tratar de identificarlo con cualquiera de las escuelas con-
vencionales de filosofía tradicional, de las cuales una ha sido el positivismo, dido a tomar sus principios de los que consideran ser los métodos
por lo menos desde Comte." Y aún: "Dodd y yo en común, creo yo, con de b física moderna. Habiendo tendido a preguntar y responder
todos los demás científicos naturales, procedemos verdaderamente de acuerdo cuestiones generales acerca del conocimieúto, de acuerdo con el
con el postulado de que los datos de la ciencia empírica consisten en reac- modo como entienden esa ciencia, se han convertido, en efecto,
ciones simpolizadas a través de los medios de los sentidos humanos (es decir, en filósofos de la física. Algunos investigadores en ciencias natu-
todas nuestras respuestas, incluidas las de los 'órganos de los sentidos')". Y
todavía más: "En común con todo los científicos naturales, rechazamos, cier- rales parecen interesados en ese trabajo filosófico, otros parecen
tamente, lá r¡oción de que... ". "The Natural Trend in Sociology", en The divertidos, simplemente; unos están de acuerdo con el modelo
American Journal of Socíology, vol. LXI, núm. 3, noviembre de 1955, pp. 191 corriente que gran parte de los filósofos aceptan, y otros no, y pue-
y 192. de sospecharse que muchos científicos lo ignoran por completo.
76 EMPIRISMO ABSTRACTO EMPIRISMO ABSTRACTO 77
La física, se nos dice, ha llegado a una situación en que de una Lazarsfeld define la "sociología" como una especialidad, no en
teoría rigurosa y matemática pueden derivarse problemas de rigu- relación con ningún método que le sea peculiar, sino porque es
rosa y exacta experimentación. No llegó a esa situación porque la suya la especialidad metodológica. Según esa opinión, el soció-
los epistemólogos presenten esa acción recíproca dentro de un logo se convierte en el metodólogo de todas las ciencias sociales.
modelo de investigación que ellos han construido. La verdad
parece haber sido lo contrario: la epistemología de la ciencia es Ésta, pues, es la primera función del sociólogo que podemos hacer
sufiCÍentemente explícita. Él es, por así decirlo, el exfJlorador del ejér-
parásita de los métodos que los físicos usan teórica y experimen- cito en marcha de los científicos sociales, cuando un nuevo sector de
talmente. asuntos humanos está. a punto de convertirse en objeto de investiga-
Polykarp Kusch, Premio Nobel de Física, ha declarado que no ciones científicas empíricas. Es el sociólogo quien da los primeros
hay "método científico", y que lo que se llama así sólo puede bos- pasos. Él es el puente entre el filósofo social, el observador y comen-
quejarse para problemas muy sencillos. Percy Bridgman, otro tador individual de un lado, y el trabajo organizado de equipo de los
Premio Nobel de Física, aún va más lejos: "No hay método cientí- investigadores y analistas empíricos del otro lado. . . Históricamente
fico -como tal, sino que la característica vital del procedimiento del hablando, tenemos que distinguir tres maneras importantes de consi-
dentífico ha sido simplemente hacer todo lo posible con su inte derar las materias sociales: el análisis social tal como lo practica el
ligenda, y no los cotos cerrados." "No es conocida -observa observador individual; las ciencias empíricas perfectamente organiza-
William S. Beck- la mecánica del descubrimiento. . . Creo que das; y una fase transitoria que llamamos sociología de cualquier campo
el proceso creador está tan estrechamente vinculado a la estruc- de conducta social. . . Sería útil insertar en este punto algunos comen- ·
tura emocional del individuo ... que ... se presta poco a la genera- tarios acerca ·de lo que ocurre en el momento de esa transición de la
lización ..." 1 filosofía social a la sociología empírica.1
Adviértase que "el observador individual" es notablemente pa-
3 recido al "filósofo social". Adviértase también que ésa es una
exposición no sólo de un programa intelectual, sino también de
Los especialistas en métodos tienden también a ser especialistas un plan administrativo: "Ciertos campos de la cultura humana
en uno u otro tipo de filosofía social. Lo importante acerca de se han convertido en objeto de ciencias sociales organizadas que
ellos, en la sociología actual, no es que sean especialistas, sino que tienen nombres, institutos, presupuestos, datos, personal, y así
uno de los resultados de su especialidad es impulsar el proceso sucesivamente. Otros campos han quedado sin cultivar a este
de especialización dentro de las ciencias sociales en su conjunto. respecto." Todo campo puede ser cultivado o "sociologizado".
Además, lo impulsan de acuerdo con la inhibición metodológica y Por ejemplo: "En realidad aún no tenemos nombre para una
en relación con el instituto de investigación a que puedan estar ciencia que estudiara lo relativo a la felicidad de la población. Pero
incorporados. No es la suya una propuesta para todo sistema de no hay nada que haga imposible esa ciencia. No sería más difícil,
especialización local de acuerdo con "los campos inteligibles de es- ni siquiera más caro, recoger estimaciones de felicidad que datos
tudio", ni una concepción de los problemas de la estructura social. sobre ingresos, ahorros y precios."
Es una especialización que se funda únicamente en el uso del mé-
todo, independientemente del conteilido, del problema y del cam- La sociología, pues, como comadrona de una serie de "ciencias
po de estudios. No son impresiones sueltas y desordenadas; se las sociales" especializadas, está situada entre los campos que no se
documenta inmediatamente. han convertido aún en objeto del método, de un lado, y "las cien-
. La exposición más explícita y clara del empirismo abstracto
como estilo de trabajo y del papel que representa en la ciencia septiembre de 1948 ( mimeogra~i~do). Este trabajo fue le!do .ante un ~rupo. de
social, la hizo Paul F. Lazarsfeld, que figura entre los portavoces personas que buscaba.u orientac10n general para crear ui: mstitu~o de mvestiga-
más sofisticados de esta escuela.2 ci6n. En consecuencia, es sumamente adecuado para m1 propósito actual, por-
que es breve, claro y emana de una autoridad. Pueden encontrarse exposiciones
1 William S. Beck: Modero Science and the Nature of Life, Harcourt, más complicadas y elegantes, por ejemplo en The Language of Social Research,
Brace, Nueva York, 19 57. editado por Lazarsfcld y Rosenberg, The Free Press, Glencoe, Illinois, 19 55.
2 What is Sociology?, Universitets Studentkontor, Akrivemaskinstua, Oslo, 1 Ibíd., pp. '1-5.
78 EMPIRISMO ABSTRACTO EMPIRISMO ABSTRACTO 79

cias sociales plenamente desarrolladas" del otro. No resulta com- eso implica revela muchas veces una tendencia clara al Hamado
pletamente claros cuáles son las que se considera "ciencias socia- "psicologismo", y, además, la persistente evitación de los proble-
les plenamente desarrolladas", pero va implícito que únicamente mas de estructura en favor de los de ámbiente.
la demogratía y la economía tienen títulos suficientes: "Nadie du- 2) "Hay, en segundo lugar -continúa Lazarsfeld- la tenden-
dará ya más que es necesario y posible tratar los asuntos humanos cia no a estudiar aisladamente un sector de Jos asuntos humanos
de un modo científico. Durante 100 o más años hemos tenido sino a relacionarlo con los demás sectores." Creo que esto no e~
verd~d. Para ver que no lo es, sólo se necesita comparar las pro-
ciencias plenamente desarrolladas, como la economía y la demo-
grafía, que tratan de diversos sectores de la conducta humana." ducc,i~nes de Marx, º. Spencer, o Weber, con las de cualquier
No encuentro más especificaciones de las "ciencias sociales perfec- eml?mco abstracto. Sm embargo, lo que probablemente quiere
tas" en las veinte páginas de este ensayo. decir descansa en un sentido especial de "relacionar": se limita
. Cu,ando s~ le .asigna a la sociología la tarea de convertir la a la estadística.
filosofia en ciencias, se supone o se implica que el genio del 3) "Hay, en tercer lugar, una preferencia por el estudio de
1r1;é~odo es tal que no requiere ningún conocimiento erudito tra-
situaciones y problemas sociales que se repiten, más bien que
d1c10n.al .del carnp~ ;n que va a c?nvertirse. Seguramente que ese por los que ocurren una sola vez." Puede considerarse esto como
un intento de señalar hacia consideraciones estructurales, porque
conoc.n~!ento ex1gma un poc~ ~as de tiempo del que supone esa
expos1c10n de La~arsfeld. Qmza resulte claro lo que quiere decir las "repeticiones" y las "regularidades" de la vida socia] están, natu-
p~r una ob~ervac1ón ca~ual. acerca de la ciencia política: " ... Los
ralmente, enraizadas en estructuras ya fijadas. De ahí que para
gnegos tuvieron una c1enc1a de la política, los alemanes hablan entender, por ejemplo, las campañas políticas de los Estados Uní,
de Staatslehre y los anglo-sajones de ciencia política. Nadie ha dos, es preciso conocer la estructura de los partidos, sus papeles
hecho aún un buen análisis de su contenido que le permita a uno en la economía, etc. Pero no es esto 1o que quiere decir Lazars-
saber realmente de qué tratan los libros de esta materia ..." 1 feld: lo que quiere decir es que las elecciones exigen a muchas
personas participar en un acto similar, y que haya elecciones: de
Hay, pues, los equipos organizados de científicos de las cien-
ahí que la conducta de los individuos en la votación pueda ser
cias sociales empíricas perfectas; hay los filósofos sociales indivi-
estudiada estadísticamente, y re-estudiada, y vuelta a estudiar.
duales desorganizados. Como metodólogo, el sociólogo convierte
a estos últimos en Jos primeros. En resumen, él es el hacedor de 4) "Y finalmente, se concede mayor importancia a los aconte-
ciencia, al mismo tiempo intelectual, o más bien científico y ad- cimientos sociales contemporáneos que a los históricos ..." Este
ministrativo. ' interés a-histórico se debe a una preferencia epistemológica:
La transición lde "las filosofías sociales" y del "observador " ... El sociólogo, por lo tanto, tenderá a estudiar acontecimien-
individual". a las "ciencias empíricas perfectamente organizadas"] tos contemporáneos, para los cuales es más probable que obtenga
se caractenza generalmente por cuatro direcciones del trabajo de la clase de datos que necesita ..." Este prejuicio epistemológico
los estudiosos interesados: está en contradicción con la formulación de problemas esenciales
como punto orientador del trabajo en ciencia social.1
1) "Hay primero el cambio de interés, que pasa de la historia
de las instituciones y las ideas a la conducta concreta de los pue-
Antes de estudiar más detenidamente esos puntos, debo termi-
blos." No es esto muy sencillo, el empirismo abstracto, como nar mi información sobre esta exposición de la sociología, la cual
veremos en el capítulo v1, no es un empirismo de todos los días.
se considera que tiene otras dos tareas:
"La conducta concreta de] pueblo" no es su unidad de estudio.
Poco más adelante demostraré que, en la práctica, la elección que .. Ja investigación sociológica consiste en aplicar procedimientos
cien~íficos a ca~pos nu.evos. Ellas [las ?bservaciones de Lazarsfeld]
1 Ibid., p. 5. "El análisis del contenido de una serie de materiales consis- precisamente estan destmadas a caractenzar a la ligera la atmósfera
te esencialmente en clasificar pequeñas unidades de los documentos (pala- que es probable que prevalezca durante la transición de la filosofía
bras, frases, temas) de acuerdo con una serie de categorías a priori." Peter H. social a la investigación social empírica. . . Cuando un sociólogo em-
Rossi: "Methods of Social Research, 1945-55", en Sociology in the United
States of America, editado por Hans L. Zetterberg UNESCO París 1956
p. 33. ' • • ' 1 Todas las citas de este párrafo son de Lazarsfeld, op. cit., pp. 5-6.
80 EMPIRISMO ABSTRACTO EMPIRISMO ABSTRACTO. 81
pieza a estudiar nuevos sectores de los asuntos humanos, tiene que Los llamamos conceptos sociológicos porque se aplican a muchas
recoger por sí mismo todos los datos que necesita. . . En relación con variedades de conducta social. . . Asignamos al sociólogo la tarea de
esta situación se desarrolló la segunda función importante del soció- recoger y analizar esos conceptos, que son útiles para la interpretación
logo. En ese momento tiene algo de un forjador de herramientas para de los resultados empíricos hallados en campos específicos, como el
las otras ciencias sociales. Permítanme recor9.arles algunos de los mu- análisis de las estadísticas de precios, de delincuencia, de suicidios o de
chos problemas que el científico social encuentra cuando tiene que votaciones. A veces se emplea 1a frase "teoría social" para designar una
recoger sus propios datos. Muchas veces debe preguntar a las perso- representación sistemática de tales conceptos y de las relaciones que
nas mismas qué hicieron, qué vieron o qué desearon. Con frecuencia hay entre ellos.1
no quieren esas personas recordar íáci1mente, o se resisten a decírnoslo,
o no entienden exactamente qué es lo que deseamos saber. Así se 11a Advertiré de pasada que no está del todo claro si esta exposi-
desarrollado el importante y difícil arte de la entrevista... ción en su conjunto es una teoría del papel histórico que el
... Pero [el sociólogo] ha tenido históricamente una tercera fun- sociólogo ha desempeñado en realidad, caso en el cual es, sin duda
ción como intérprete. . . es útil distinguir entre la descripción y la alguna, insuficiente; o si es simplemente una insinuación de que
interpretación de las relaciones sociales. En el plano de la interpre- los sociólogos deben ser comadronas técnicas y custodios de la
tación, formularíamos principalmente preguntas que e1 lenguaje de interpretación de todo, caso en el cual, naturalmente, todo soció-
t?dos los días .~nicia con las palabras "por qué". ¿Por qué la gente logo es libre de declinar la invitación en interés de sus propios
tiene men.os hi¡os ahora que antes? ¿Por qué se pierden o se ganan problemas esenciales. Pero, ¿es hecho o precepto, afirmación o
unas e1ecc10nes? ... programa?
Las técnicas fundamentales para encontrar esas explicaciones son Quizás es propaganda de una filosofía de la técnica y admira-
_estadí~t!cas. Te~emos que comparar familias que tienen muchos hijos
ción por la energía administrativa, disfrazada como parte de la
y familias que tien~n pocos; .tenemos que comparar trabajadores que
faltan con frecuencia al traba¡o con trabajadores que asisten a él regu- historia natural de la ciencia.
larmente. Pero, ¿qué es lo que tenemos que comparar de ellos? i Este concepto del sociólogo, bien alojado en 1os institutos de
investigación, como forjador de ciencia, forjador de herramientas
El sociólogo parece asumir de repente una actitud enciclopé- y guardián de las interpretaciones -así como todo eI estilo de tra-
dica: todas las secciones de las ciencias sociales contienen inter- bajo del que es ésta la exposición más clara que conozco- supone
pretaciones y teorías, pero ahora se nos dice que la "interpreta- varios problemas que examinaré ahora más sistem<Íticamente.
ción" y la "teoría" son dominios del sociólogo. Comprendemos
lo que quiere decirse cuando nos damos cuenta de que esas otras
interpretaciones todavía no son científicas. Las clases de "inter- 4
pretaciones" con que tiene que trabajar el sociólogo cuando con- Hay dos defensas corrientes del empmsmo abstracto que, si se
vierte las filosofías en ciencias, son "variables interpretativas" aceptan, querrían decir que la poquedad de sus resultados se debe
útiles er: la inves~igación ~stadística. Nótese, por otra parte, la menos a un rasgo inherente al método que a causas de "carácter
t~ndenc1a a redu~ir la~ reaJc?ades sociológicas a variables psicoló- accidental", a saber, e1 dinero y el tiempo.
gicas, en lo que sigue mmec.lratamente a la cita anterior: Puede decirse, en primer lugar, que como esos estudios suelen
Tenemos que suponer que hay algo en la personalidad, experiencia ser muy caros, deben tener alguna importancia para los intereses
y actitud de las personas que las hace actuar diferentemente de lo que que los pagan; y además, que la suma de esos intereses haya tenido
parece desde fuera de las mismas situaciones. Lo que se necesita son problemas dispersos. En consecuencia, los investigadores no han
ideas y concepciones explicativas que puedan ser sometidas a prueba podido seleccionar problemas de tal manera que pem1ita una ver-
por la investigación empírica ... dadera acumulación de resultados, es decir, de una manera que
La "teoría social" en conjunto se convierte en una recolección fuese más significativamente productiva. Hicieron lo mejor que pu-
sistemática de tales conceptos, es decir, de variables útiles en las dieron; no podían interesarse en una serie fructífera de problemas
interpretaciones de los datos estadísticos: esenciales, y tuvieron que especializarse en crear métodos que

i Ibid., pp. 7-8, 12-13. 1 Ibid., p. 17.


'82 EMPIRISMO ABSTRACTO
EMPIRISMO ABSTRACTO 83
pudierJn ser empleados independientemente de la importancia Dejando a un l~do por el momento sus ambigüedades políticas,
de los resultados. e~ pr?grama sugendo es restringir el trabajo a "pequeñas" inves-
En suma, la economía de la verdad -los costos de investir.ra- bgac10nes, a base de suponer que sus resultados pueden "combi-
ción- parece estar en conflicto con la política de la verdad ~el narse", y que esto, a su vez, constituirá "una ciencia social com-
uso de la inv~stiga~i~n par~ aclarar cuestiones importantes y llevar pleta:'. P~ra explicar por qué es ésta una opinión inadecuada, debo
la controversia pohtica mas cerca de las realidades-. La conclu- ir Il1ªs alla de las razones extrínsecas de la pequeñez de los resul-
sión es que si sólo las instituciones de investigación social tuvie- tadbs obtenidos por esos investigadores, y volver a las razones
sen, digamos, el 25 por ciento del total de los fondos para fines inherentes a su estilo y programa.
cie?-~íficos de la na~i?n, y si pudieran hacer con ese dinero lo que
qms~eran, las cosas man mucho mejor. Debo reconocer que yo no
El primer punto que deseo señalar se refiere a la relación entre
sé s1 eso es o no una expectativa razonable. Ni lo sabe nadie, teoría e investigación, a la conducta que los científicos sociales
aunque debe ser la convicción de nuestros intelectuales adminis- adoptarían acerca de la prioridad de las grandes concepciones o de
trativos que han dejado francamente el trabajo en la ciencia social los campos reducidos para un estudio detallado.
por actividades que les permitan ascender. Pero tomar esto como Abundan, naturalmente, los comentarios generosos en todas
fo cuestión, sería eliminar la pertinencia de toda crítica intelectual.
l~s esc~elas de ciencia social sobre la ceguera de los datos empí-
Por lo demás, una cosa es absolutamente clara: a causa de lo
ncos sm teoría y el vacío de la teoría sin datos empíricos. Pero
costoso del método, quienes lo practican se han visto envueltos
haremos mejor en examinar la práctica y sus resultados, corno
con frecuencia en los usos comerciales y burocráticos de su tra-
estoy tratando de hacer aquí, que los bordados filosóficos. En las
ba jo, y éste ciertamente ha afectado su estilo.
Puede pensarse, en segundo lugar, que los críticos son sencilb- declaraciones más sinceras, como la de Lazarsfeld, las ideas bási-
cas de "teona/ " y de "elatos empmcos
/ . " aparecen muy caras:
1 "Teo-
mente impacientes, y tengo noticia de alguna disertación magiste-
rial acerca de que "las exigencias de la ciencia" son del orden de ría" son las variables útiles para interpretar los resultados estadís-
siglos y no de decenios. Puede decirse que "a su debido tiempo" tic.os; "datos empJri~os", com? se insinúa fuertemente y resulta
evidente en la practica, son solo los hechos y las relaciones esta-
esos estud.ios se acumuia:án de tál manera, que permitirán que dísticamente determinaclos en cuanto son numerosos, repetibles y
se generalicen resultados importantes acerca de la sociedad. Este
mensurables. Con unas ideas tan restringidas de la teoría y de los
'modo de justi~icac~ón m.e parece que supone un concepto del des-
datos, Ja generosidad del comentario sobre sus relaciones mutuas
arrollo de la c1enc1a social como un extraño esfuerzo de construc-
parece contraerse a un mezquino conocimiento, en realidad a nin-
ción en bloque. Supone que estudios como ésos son por su
gún conocimiento en absoluto. No hay bases filosóficas, y no las
naturaleza capaces de constituir "unidades" que en algún mo-
hay desde luego en el trabajo de la ciencia social, como ya he indi-
men~o del futuro podrán "sumarse" o "ajustarse" para "armar"
cado, para restringir de tal manera esos términos.
una imagen segura y comprobada de un todo. No es sólo un su-
puesto, es una política explícita. . Para v~r~ficar y remodelar una concepción amplia, son necesa-
rias expos1c10nes detalladas, pero las exposiciones detalladas no
Las ciencias empíricas -dice Lazarsfeld- tienen que trabajar sobre tienen necesariamente por qué ser aptas para que se las reúna a
problemas específicos y formar un conocimiento más extenso combi- fin de constituí! ~na concepción amplia. ¿Qué es lo que se elige
nando los resultados de muchas investigaciones pequeñas, cuidadosas para una expos1c10n detallada? ¿Cuáles son los criterios de selec-
y que llevan mucho tiem}'9. Es de desear, ciertamente, que se dedi- ción? ¿Y qué significa "reunir"? No es tarea tan mecánica como
quen a las ciencias sociales más estudiosos. Pero no porque esto haya la hace parecer esa sencilla frase. Hablamos de la acción recí-
de salvar al mundo de la noche a la mañana, sino más bien porque proca entre la concepción más amplia y la información detallada
acelerará algo la difícil tarea de crear al fin una ciencia social com- (teoría e investigación), pero tenemos que hablar también de pro-
pleta que pueda ayudamos a comprender y dirigir los asuntos sociales.1 blemas. Los problemas de la ciencia social se enuncian sef.'Ún
concepciones que habitualmente se relacionan con estrnct~~ras
histórico-s~ciales. Si tomamos esos problemas como reales, parece,
1 Op. cit., p. 20. entonces, msensato emprender estudios detallados de campos en
84 EMPIRISMO ABSTRACTO EMPIRISMO ABSTRACTO 85
pequeña escala antes de que tengamos buenas razones para creer hecho de que su fuente fundamental de información es una mues-
que, cualesquiera que sean los resultados, nos permitirán sacar tra de los individuos. Las preguntas formuladas en esos estudios
inferencias útiles para resolver o aclarar problemas de importan- se refieren siempre a las reacciones psicológicas de los individuos.
cia estructural. No "traducimos" esos problemas cuando nos limi- En consecuencia, es necesario suponer que la estructura institucio-
tamos a adoptar una perspectiva en que todos los problemas se nal de la sociedad, en la medida en que se la puede estudiar de
ven como una dispersión de demandas para una información dise- .esa manera, puede ser conocida mediante esos datos acerca de los
minada, estadística o de otra clase, acerca de individuos esparcidos individuos.
y sus desperdigados ambientes. El· percibir Jos problemas de la estructura y su importancia
Por lo que respecta a las ideas, rara vez podremos sacar de una explicativa aun para la conducta individual requiere un tipo de
investigación verdaderamente detallada más de las que hayamos empirismo mucho más amplio. Por ejemplo, dentro de la estruc-
puesto en ella. Lo que saquemos de una información empírica tura de la misma sociedad norteamericana -.y especialmente de
como tal, es información, y lo que podamos hacer con esa infor- una ciudad norteamericana en un momento dado, que es lo que
mación depende en gran parte de que en el curso de nuestro suele tomarse como "campo d.e muestra"-, hay tantos denomi-
trabajo hayamos o nó seleccionado nuestros estudios empíricos nadores comunes, sociales y psicológicos, que la variedad de con-
específicos como puntos de comprobación de construcciones más ducta que el investigador social debe tomar en cuenta no se ofrece
amplias. Al emprender el forjador de ciencia 1a transformación fácilmente de buenas a primeras. Esa variedad, y, por ende, la
de las filosofías sociales en ciencias empíricas y Ja creación de formulación misma de los problemas, sólo se ofrece a nuestra dis-
instituciones de investigación en que albergarlas, surgen proble- posición cuando nuestra visión se ensancha hasta abarcar estructu-
mas en gran número. No hay, ciertamente, principio ni teoría que ras sociales relativas e históricas. Pero, a causa del dogma epistemo-
guíe en la selección de lo que va a ser asunto de esos estudios. lógico, los empiristas abstractos son sistemáticamente ahistóricos y
La "felicidad", como hemos visto, puede ser uno de esos princi- antirrelativistas; estudian campos en pequeña escala y se inclinan
pios; la conducta comercial, otro. Se supone, simplemente, que al psicologismo. Ni para definir sus problemas ni para explicar
sólo con que se use el método, los estudios resultantes -esparcidos sus propios hallazgos microscópicos hacen ningún uso efectivo de
desde Elmira hasta Zagreb y hasta Shanghai-, formarán fina1- Ja idea básica de estructura social histórica.
mente una ciencia del hombre y de la sociedad "perfectamente Ni aun como estudios de ambientes puede esperarse que esos
organizada". Entretanto, la práctica consiste en proseguir esos estudios sean muy perceptivos. Por definición, lo mismo que a
estudios. base de nuestros estudios, sabemos que las causas de muchos cam-
bios sobrevenidos en los ambientes son muchas veces desconocidas
Al sostener que tales estudios probablemente no pueden "su- para las personas (las entrevistadas) que viven dentro de un am-
marse" en resultados más importantes, tengo en cuenta la teoría biente específico, y que esos cambios sólo pueden entenderse en
de la sociedad hacia la cual tiende en realidad el empirismo abs- relación con transformaciones estructurales. Esta visión general,
tracto. Todo tipo de empirismo implica una elección metafísica naturalmente, es diametralmente opuesta al psicologismo. Lo que
-una elección en cuanto a lo que es más real-, y ahora debemos implica para nuestros métodos parece claro y sencillo: la selección
ver algo acerca de la elección requerida por este tipo particular <le ambientes para estudios de detalle debe hacerse de acuerdo
de empirismo. Creo yo que puede sostenerse de modo convincente con problemas de importancia estructural. Los tipos de "variables"
que esos estudios son con gran frecuencia ejemplos de lo que se que deben aislarse y estudiarse en los ambientes han de ser los que
denomina psicologismo.1 La argumentación puede basarse en el se ha visto que son importantes para nuestro estudio de la estruc-
tura. Debe haber una doble interacción entre los estudios de
1 La palabra "psicologismo" se refiere al intento de explicar los fenóme-
nos humanos de acuerdo con los datos y las teorías acerca del modo de ser vía más general y de interés más directo para nuestra incumbencia con las
de los individuos. Históricamente, corno teoría, descansa sobre una explícita investigaciones corrientes de la ciencia social, el psicologismo descansa en la
negación metafísica de la realidad de la estructura social. En otras ocasiones, idea de que si estudiarnos una serie de individuos en sus ambientes, los resul-
sus partidarios quizá formulan un concepto de la estructura que la rednce, en tados de nuestros estudios pueden sumarse en cierto modo para formar el
lo que respecta a explicaciones, a una serie de ambientes. De un modo toda- conocimiento de la estructura social.
86 EMPIRISMO .ABSTRACTO EMPIRISMO ABSTRACTO 87
ai:ibientes y los estudios d~ es~ructu~as. No puede pensarse muy del tipo de los que vengo examinando, cuando se les analiza desde
bren del desarrollo de la ciencia social como consecuencia de un • un punto de vista lógico, revelan que los "conceptos interesantes"
grupo diseminado de mujeres, cada una de las cuales hace una usados para interpretar y explicar "los datos" casi siempre apun-
P.arte de una gran colcha: las piezas pequeñas, por mucha preci- tan a: 1) "factores" estructurales e históricos por encima del nivel
sión con que se las defina, no pueden unirse de un modo tan asequible mediante la entrevista; 2) "factores" psicológicos que
mecánico y externo. están por debajo de la profundidad a que puede llegar el entrevis-
Pero no es raro, en la práctica de los empiristas abstractos tador. Pero lo importante es que entre los términos con que se ha
"coger los datos" y "moldearlos" mediante un análisis estadístic~ formulado Ja investigación y recogido "los datos'', no figuran con-
más . o menos uniforme, realizad~ generalmente por un analista ceptos ni de estructura ni de profundidad psicológica. Esos tér-
medianamente preparado. Despues se contrata a un sociólogo, o minos quizás apunten grosso modo en una u otra de esas direc-
a un grupo de ellos, "para que realmente los analicen". Lo cual ciones, pero no figuran entre las variables específicas y "limpias"
me lleva a tratar de mi segundo punto. que están debidamente acreditadas por este estilo de trabajo.
La razón principal de esto parece clara: en la práctica, la entre-
Hay entre los empiristas abstractos una tendencia reciente a vista más o menos uniformada -que es la fuente básica de infor-
prologar los estudios empíricos con un capítulo o dos en que resu- mación- requiere por lo común una especie curiosa de "bchavio-
men "la literatura del problema". Esto, desde luego, es una buena rismo" o conductismo social. Dados los hechos administrativos y
señal, y constituye, creo yo, en cierta medida una respuesta a las financieros, esto es casi inevitable. Porque, ¿no es obvio que en-
críticas procedentes de las disciplinas sociales consagradas. Pero trevistadores, semipreparados en el mejor caso, no pueden obtener
en reali~ad ese trabajo se ha~e con exce?iva frecuencia después -en realidad, nadie puede, independientemente de la prepara-
de recogidos los datos y descntos. Ademas, como requiere tiem- ción- en una entrevista de veinte minutos o hasta de un día los
po y paciencia considerables, en las instituciones de investiga- tipos de materiales profundos que sabemos, por las más hábiles y
ción, cargadas de trabajo, se le confía muchas veces a un ayudante prolongadas entrevistas, que pueden recogerse? 1 Ni es posible
laborioso. Al memorándum que él escribe se le da después nueva obtener, por el tipo usual de examen de muestras, la clase de in-
forma en un esfuerzo por rodear el estudio empírico de "teoría" formación acerca de la estructura que sabemos que es accesible
y "darle sentido", o -como se dice frecuentemente- "sacar de él por estudios adecuadamente orientados hacia la historia.
una historia mejor". Quizás esto sea mejor que nada; pero muchas Pero a los estudios en el estilo empírico abstracto se les enca-
veces desorienta al no iniciado, quien puede suponer apresurada- jan concepciones de estructura y de psicología profunda. Obser-
mente que ~se estudio empírico particular fue seleccionado y pro- vaciones particulares se explican mediante apelaciones ad hoc a
y~ctado y e¡ecutado para so~eter a una prueba empírica concep- concepciones generales. Y se emplean concepciones generales para
c10nes o supuestos mas amplios. formular problemas estructurales o psicológicos en la "solapa des-
No creo que ésa sea la práctica corriente. En realidad, sólo es criptiva" de un estudio.
habitual en las manos de individuos que toman en serio "la litera- En algunos "talleres" de investigación se emplea a veces la
tura" de la ciencia social, en sus propios términos y para conocer palabra "brillante" cuando hechos o relaciones de detalles se ex-
de lejos las concepciones, teorías y problemas que contiene. Sólo plican persuasivamente mediante supuestos más amplios. Cuando
entonces sería concebible que, sin abandonar los problemas y las se emplean diminutas variables, cuya significación se estira, para
concepciones, pudieran traducirse sus resultados en problemas más explicar cuestiones amplias, quizás se llame "vivaz" el resultado_
específicos y de menor escala fácilmente dóciles al método. Esa 1 Debo advertir, de pasada, que una causa del endeble formulismo o aun
tra~ucción es, desde l_ue~o, lo q~e h_ace~, tod~s. los investigadores vacío de esos estudios abarrotados de hechos es que contienen muy poca, o
sociales, aunque no limiten el termmo empmco" a la informa- quizás ninguna, observación directa hecha por los encargados de realizarlos.
ción abstracta y estadística acerca de una serie de individuos con- Los "hechos empíricos" son hechos recogidos por un conjunto de indtviduos
temporáneos, ni el término "teoría" a: una colección de "variables burocráticamente dirigidos y por lo general medianamente preparados. Se ha
olvidado que la observación social requiere gran habilidad y sensibilidad aguda,
interpretativas". y que el descubrimiento tiene lugar con frecuencia precisamente cuando un:?i
En esas discusiones se emplean tretas interesantes. Los estudios mentalidad imaginativa desciende en medio de las realidades sociales.
88 EMPIRISMO ABSTRACTO EMPIRISMO ABSTRACTO 89
Menciono estas cosas para indicar que está naciendo un "lenguaje importancia. No estoy conforme con eso. Cada vez me mara:villo
de taller" para designar los procedimientos que estoy reseñando. más de cuán verdadero es. Me maravillo de cómo la exactitud,
A lo que todo esto equivale es al uso de estadísticas para ilus- o hasta la seudo-precisión, se confunde aquí c?n. la "verdad':: y d~
trar puntos generales y al uso de puntos generales para ilustrar cómo el empirismo abstracto se toma por la umca maner~ emp1-
estadísticas. Los puntos generales ni se someten a prueba ni se rica" de trabajar. Si usted ha es~udiado algun~ vez senarnente,
especifican. Se les adapta a las cifras, como las cifras se adaptan durante un año o dos, algunos miles de entrevistas de una, hora
a ellos. Los puntos y las explicaciones generales pueden usarse de duración cuidadosamente codificadas y taladradas, habra em-
también con otras cifras, y éstas pueden usarse con otros puntos pezado a ve~ cuán maleable puede ~er en re~~idad la es_f~;a de los
generales. Estas tretas lógicas se emplean para dar un aparente "hechos". Además, por lo que se tef1ere a la m1p?rta:1cia , segura-
sentido estructural e histórico y psicológico a estudios que por su mente es ~mportante que algunas. de nuestras mas vigorosas :nen-
mismo estilo abstracto eliminan ese sentido. De las maneras indi- talidades se empleen en el estudio de detalles, porque_ el meto~o
cadas, y de otras más, es posible ser fiel al método y, sin embargo, al oue están dogmáticamente consagradas no les permite estudiar
tratar de disfrazar la trivialidad de sus resultados. ninguna otra cosa. Gran parte de ese trabaj~, ~hora e~toy con:ven-
Ejemplos de dichos procedimientos están a la vista común- cido, se ha convertido en el mero cumplimiento de u? ntual
mente en los principales párrafos de ciertos capítulos, en las "in- -·ritual que se da el caso que ha adquirido valor come,~cral y de
troducciones generales", y a veces en un capítulo o sección "inter- fundación-, v no, como dicen sus portavoces, en una consagra-
pretativa" que se "empalma" al estudio. Mi propósito no puede ción a las du;as exigencias de la ciencia".
ser ahora el examen detallado de determinados estudios; sólo deseo La precisión no es el único criterio para elegir método; evi-
advertir al lector de manera que por sí mismo aguce su propio dentemente, no debe confundirse la precisión, como tantas veces
examen de estudios de este tipo. se hace con "empírico" ni con "verdadero". Debemos ser todo
La cuestión es, sencillamente, ésta: La investigación social 1o exactos que podamos en nuestro trabajo sobre los problemas
de cualquier clase sólo progresa mediante ideas, y sólo es disci- que nos interesan. Pero no debe usarse ningún método, como ta1
plinada por los hechos. Esto es tan cierto de los estudios empíricos método, para delimitar los problemas que debemos ac~m~ter,
abstractos acerca de "por qué la gente vota como vota", como del aunque no sea más que porque las cuestiones d.e método_ m~s, mte-
relato de un historiador acerca de la posición y perspectivas de la resantes y difíciles suelen empezar donde no tienen aphcac10n las
intelligentsia rusa del siglo XIX. El ritual de los primeros suele ser técnicas consagradas.
más complicado y desde luego más pretencioso. La posición lógica Si tenemos el sentido de los problemas reales, tal como nacen
del resultado no es diferente. <le la historia, 1a cuestión de la verdad y de la importancia tiende
a resolverse por sí misma: debemos trabajar sobre esos problem~s
Hay, por último, una explicación de la endeblez habitual del con todo el cuidado y toda la exactitud que podamos. El tra~a10
resultado del empirismo abstracto, que más bien debe formularse importante en ciencia social ha consistido usualmente, y consiste,
como una pregunta: ¿Hay una tensión inevitable entre lo que es en hipótesis cuidadosamente elaboradas, documentadas en .los pun-
cierto pero insignificante y lo que es importante pero no necesaria- tos claves con una información más detallada. En reahdad, no
mente cierto? Puede formularse mejor la pregunta diciendo: ¿En hay, por lo menos todavía, otro modo ~e hace: frente a los asun-
qué nivel de verificación deben establecerse los trabajadores de la tos y temas que por 1o general se consideran imp?rtantes.
ciencia social? Podríamos, ciertamente, ser tan exigentes en nues- ¿Qué significa la exigencia de que nuest:os estud10: versen sob.re
tras demandas que no tuviéramos más que exposiciones muy de- problemas importantes, o como suele decme con mas. frecuencia,
talladas; o tan poco exigentes, que no tuviéramos más que concep- significativos? ¿S~gnificat~vos para qué? Debe advertus~ ~n. este
ciones muy grandes. punto que no qmero decir meram.ente que tengan ~n s1gmfrcado
Los que son prisioneros de la inhibición metodológica se niegan político, o práctico, o moral, en nmguno de los sentidos que pue-
con frecuencia á decir nada sobre la sociedad contemporánea que den darse a esas palabras. Lo que desde luego queremos decir
no haya pasado por el fino molinillo del ritual estadístico. Es habi- es que tengan una relación verdadera con nuestro concept~ de ~~a
tual decir que lo que producen es verdadero, aunque no tiene estructura social y con lo que sucede en ella. Por una relac10n
90 EMPIRISMO ABSTRACTO EMPIRISMO ABSTRACTO 91
verdadera" entiendo que nuestros estudios estén lógicamente co- quieren puede formar parte de una admirable busca de precisión
necta~os ;?n nuestras concepci~nes. Y por "lógicamente conec- y exactitud; también puede formar parte de una división del tra-
tados ennendo que haya una mtercomunicación abierta y clara bajo intelectual, de una especialización a la que, repitámoslo, nadie
entre nuestras concepciones más amplias y la información más tiene por qué oponerse. Pero seguramente tenemos derecho a
de.tall~da, dentro de la fase del problema y dentro de la fase ex- preguntar: Si se pretende que esos estudios son partes de una divi-
plicativa. de ?ues,tro trabajo. El sentido político de "significativo" sión del trabajo que en su conjunto constituye el esfuerzo de la
lo ex~1mnare mas ade!~nte. Entretanto, es evidente, con toda ciencia social, ¿dónde están las otras secciones de que son parte
s~gundad, qu~ un. en:pmsmo tan cauteloso y rígido como el empi- esos estudios? ¿Y dónde está la "sección" dentro de la cual pre-
nsmo abstracro ehmma de la investigación los grandes problemas cisamente esos estudios forman un cuadro más amplio?
hu~anos y las grandes cuestiones humanas de nuestro tiempo.
Qmenes desean comprender esos problemas y resolver esas cues- Debe advertirse que quienes practican casi todos los estilos
tiones tendrán que dirigirse en petición de luces a otras maneras. de trabajo tienden a emplear consignas parecidas. Todo el que
de formular las creencias. se dedica a contar letrinas (y esta vieja broma de ningún modo es
sólo una broma) hoy se da clara cuenta de sus implicaciones con-
5 ceptuales; todo el que elabora distintivos (y muchos lo hacen)
tiene plena conciencia del "paradigma de comprobación empírica".
Los mé!~dos específicos -en cuanto distintos de la filosofía- Se reconoce comúnmente que todo intento sistemático de com-
del empmsmo son claramente adecuados y cómodos para trabaiar prender supone algún tipo de alternación entre ingestión ( empí-
sobre muchos problemas, y no veo por qué alguien haya de opo- rica) y asimilación (teórica), que los conceptos y las ideas deben
ne:s~ razonablemente ª.~se uso de ellos. Claro está que podemos, guiar la investigación de los hechos, y que las investigaciones de-
m~d1ante una abstracc10n adecuada, ser exactos acerca de cual- talladas deben usarse para comprobar y re-formar las ideas.
qmer cosa. Nada es por sí mismo inmune a la medición Lo que ha ocurrido con la inhibición metodológica es que los
, ?i los problemas. sobre los cuales trabaja uno son frí~ilmente hombres se han atascado, no tanto en 1a ingestión empírica como
do:rles a !os pro~ed1rnientos est~dísticos, uno procurará siempre en los que son esencialmente problemas epistemológicos de mé-
~sarlos; . Sr, por e¡.emplo, al traba¡ar sobre una teoría de las mino- todo. Como muchos de esos individuos, en especial los más jóve-
nasªo elites, ne_cesrtamos conoce~ los orígenes soc!ales de un grupo nes, no saben mucho de epistemología, tienden a ser absoluta-
de ~enerales, ~rataremos de aver~guar la~ proporc10nes en que pro- mente dogmáticos en lo que se refiere al conjunto de cánones que
ced,_,n de l~s diversos estratos sociales. Si queremos saber la medida los dominan.
en. que el mgreso real de burócratas y profesionistas ha subido 0 Lo que ha ocurrido con el fetichismo del concepto es que los
ba¡ado .desde 1900, re?istramos el ingreso en fechas sucesivas y por hombres se han atascado camino arriba en un nivel muy alto de
o_cupac10nes, ,en relación con algún índice de precios. Pero nadie generalización, por lo común de carácter sintáctico, y no pueden
t~ene por que ~ceptar esos procedimientos, cuando se les genera- descender a los hechos. Ambas tendencias o escuelas existen y
liza'. co!llo los unic?s de que puede disponerse. Indudablemente, fln;ecen dentro de lo que debieran ser pausas en el proceso de tra-
nadie trer~e por que aceptar ese modelo como un canon absoluto. bajo de la ciencia social. Pero en ellas, lo que debiera ser una
No es la umca manera empírica. pequeña pausa se ha convertido, si puedo decirlo así, en el ingreso
Elegiremos rasgos particulares y menudos para un estudio in- en la infructuosidad.
tens.o y exacto? de acuerdo con nuestra visión menos exacta del Intelectualmente, esas escuelas representan abdicaciones de la
con¡unto y a fm de resolver problemas relacionados con todos es- ciencia social clásica. El vehículo de su abdicación es la preten-
tructurales. Es una elección hecha de acuerdo con las exigencias ciosa super-elaboración de "método" y de "teoría"; y la razón
de nuestros problemas, no una "necesidad" que se sigue de un principal de esto es la falta ?e conexió~ firme c~n problemas· ~us­
dogma epistemológico. tantivos. Si el alza y la ba1a de doctrmas y metodos se debiera
No supongo que _alguien tenga derecho a oponerse a estudios enteramente a una competencia puramente intelectual entre ellas
detallados de pcquenos problemas. El estrecho enfoque que re- (en que ganase el más adecuado y fec:indo, y quedase en la cuneta
92 EMPIRISMO ABSTRACTO
el menos adec~ado y fe~~ndo), la gran. teoría y el empirismo abs-
trac~o no, habnan a?qumdo el ~scend1ente que tienen. La gran
te~n~ sena tendencia de po.ca importancia entre los filósofos, y IV. TIPOS DE PRACTICIDAD
qmzas en~rase en ell~ algún ¡oven. ~cadémico; y el empirismo abs-
tracto sen~ u?~ teona entre los filosofas de la ciencia y también LA CONFUSIÓN en las ciencias sociales es moral tanto como "cientí-
un accesono ubl entre los varios métodos de investigación social fica", política tanto como intelectual. Los esfuerzos para ignorar
Si no hubiera más que esas dos escuelas, soberanas ambas 1~ este hecho figuran entre las causas de que persista la confusión.
una al lado de la otra, nuestra situación sería verdaderamente una Para juzgar los problemas y los métodos de escuelas diversas de
mala situa~ión. Como prácticas, podemos ver en ellas medios ciencia social, tenemos que acomodar nuestras inteligencias a in-
que garantizan que no aprenderemos mucho acerca del hombre numerables valores políticos así como a incontables cuestiones
Y de la sociedad, la primera por su oscurantismo formal y nebu- intelectuales, porque no podemos enunciar bien un problema hasta
loso, y la segunda por su inventiva formal y vacía. que no sabemos para quién es un problema. Lo que es problema
para un individuo no es problema para otro; depende de lo que
le interese a cada uno de ellos y de la conciencia que tengan de
sus íntereses. Por otra parte, surge una desdichada cuestión ética:
Los hombres no siempre se interesan en lo que conviene a sus
intereses. No todos son tan racionales corno con frecuencia creen
serlo los investigadores sociales. Todo ello significa que por su
trabajo todos los estudiosos del hombre y de la sociedad asumen
e implican decisiones morales y políticas.

1
El trabajo de la ciencia social ha ido siempre aco::.-11pañado de
valoraciones. Las tradiciones de esas ciencias contienen una larga
serie de resoluciones con frecuencia dogmáticas, muchas posicio-
nes equívocas con un pie en cada campo, y también muchas opi-
niones bien razonadas e inteligentes. Muchas veces el problema
no ha sido mirado directamente de frente, sino que, sencillamente,
se han supuesto -o adoptado- respuestas esporádicas, como en
la sociología aplicada del técnico en investigación que se ofrece
en alquiler. Este practicón no escapa a este problema por la su-
puesta neutralidad de sus técnicas; en realidad, deja que otros tipos
de hombres lo resuelvan por él. Pero el artesano intelectual segura-
mente procurará hacer su trabajo con conocimiento de sus supues-
tos y complicaciones, los menores de los cuales no son su signifi-
cado moral y político para la sociedad en que trabaja y para su
papel dentro de ella.
El acuerdo es ahora suficientemente general para que sea un
lugar común la noción de que no pueden inferirse juicios de valor
de enunciados de hecho ni de definiciones de conceptos. Pero no
quiere decir esto que esos enunciados y definiciones carezcan de
importancia para el juicio. Es fácil ver que la mayor parte de las
93
94 TIPOS DE PRACT.ICIDAD TIPOS DE PRACTICIDAD 95
cuestiones sociales entrañan un revoltijo de errores de hecho y ·evitar en cuanto se pueda prejuicios valorativos en. su ~olución, no
de conceptos confusos, así como de prejuicios vaiorativos. única- importa cómo esa solución pueda afectar a uno m cuales sean sus
mente despúés de haberlas desembrollado lógicamente es posible implicaciones morales o políticas. . , . .
saber si dichas cuestiones implican en realidad un conflicto de Diremos de pasada que ciertos tipos de cnbcos ¡uzgan el tra-
valores. bajo en ciencias sociales según sus conclusiones s~an sombrías o
Determinar si existe o no existe ese conflicto, y si existe sepa- risueñas, negativas o constructivas. Estos moralistas de sol~na
rar el hecho del valor, constituye, desde luego, una de las primeras quieren una sacudida lírica, por lo menos al final: los hace felices
tareas que con frecuencia emprende el investigador social. Ese un poco de humor optimista vigoroso y serio. Pero el mundo que
desenmarañamiento lleva algunas veces fácilmente a enunciar de nos esforzamos por comprender no siempre nos. hace a todos P.olí-
nuevo la cuestión en una forma que la deja abierta a la solución, ticamente esperanzados y moralmente complacidos, lo cual qmere
porque puede revelar una incongruencia de los valores sustentados ·decir que algunas veces los investigadores sociales encuentran difí-
por los mismos intereses: un valor naciente no puede ser reali- cil hacer el papel del idiota alegre. Ocurre que yo, personalme~te,
zado si no se sacrifica un valor viejo, y así, para actuar, los intere- soy un tipo muy optimista, pero debo confesar que no he podido
sados deben decidir cuál de los dos estiman más. nunca pensar que una cosa deba ser o no ser según lo lleve o no a
Pero cuando hay valores sustentados tan firme y comecuente- uno a sentirse alegre. Primero trata uno de verla correctamente,
mente por intereses verdaderamente opuestos, que el conflicto no para enunciarla de manera adecuada: si es sombría, pues qué
puede resolverse por el análisis lógico y la investigación de hecho, malo; si infunde esperanza, magnífico. Entretanto, clamar por
entonces parece haber llegado a su fin el papel de la razón en aquel "el programa constructivo" y "la nota esperanzadora" es muchas
asunto humano. Podemos aclarar el sentido y las consecuencias veces síntoma de incapacidad para ver los hechos corno son, aun
de los valores, podemos hacerlos congruentes entre sí y averiguar cuando sean decididamente desagradables, y no tiene nada que
a cuál corresponde realmente la prioridad, podemos rodearlos de ver con la verdad o la falsedad ni con los juicios relativos a lo
hechos; pero al fin quizá nos encontremos reducidos a meras afir- que es trabajo correcto en la ciencia social.
maciones y contrafirmaciones, y entonces sólo podemos alegar
o persuadir. Y en el fin mismo, si se llega al fin, los problemas El científico social que gasta su fuerza intelectual en los detalles
morales se convierten en problemas de poder, y en último extremo, -de ambientes de pequeña escala, no pone su trabajo al margen de
si se llega al último extremo, la forma definitiva de poder es la los conflictos y las fuerzas políticas de su tiempo, sino que, por lo
coacción. menos indirectamente y de hecho, "acepta" la estructura de su
De lo que creemos no podemos deducir -dice la famosa frase sociedad. Pero nadie que acepte la plena tarea intelectual de las
de Hume- cómo debemos obrar. Ni podemos deducir cómo debe ciencias sociales puede aceptar sencillamente esa estructura. En
obrar otro hombre de cómo creemos nosotros que debemos obrar. realidad su tarea consiste en hacer explícita esa estructura y estu-
Al final," si es que llega el final, tenemos que dar en la cábeza a diarla e~ su conjunto. Emprender esa tarea es su juicio más im-
quienes no están de acuerdo con nosotros; esperemos que el final portante. Y como hay tantas falsificaciones de la sociedad norte-
se presente pocas veces. Entretanto, siendo todo lo razonables americana, el describirla meramente de un modo neutral se con-
que podamos, debernos discutir. sidera con frecuencia un "naturalismo salvaje". No es, desde
En la selección de los problemas que estudiamos van implícitos luego, muy difícil ocultar los valores que el investigador social
valores; también van implícitos valores en algunos de los concep- puede suponer, o aceptar, o insinuar. Como todos sa~emos, para
tos claves que usamos en nuestros enunciados de esos problemas, y eso está a la mano un tosco apar::ito: gran parte de la ¡erga de las
los valores afectan al curso de su solución. Por lo que respecta ciencias sociales, y especialmente de la sociología, es co?secnmcia
a los conceptos; el objetivo debe ser emplear tantos términos "neu- <le la curiosa pasión por el latiguillo de quienes no qmeren com-
trales" como sea posible, darse cuenta de los valores implícitos que prometerse. .
aún quedan, y hacerlos explícitos. Por lo que respecta a los pro- Quiéralo o no, o sépalo o no, todo el que emplea su ~ida en e1
blemas, el objetivo debe ser, de nuevo, advertir con claridad los estudio de la sociedad y en publicar sus resultados, esta obrando
valores en relación con los cuales son seleccionados, y después moralmente y, por lo general, políticamente también. La cuestión
96 TIPOS DE PRACTICIDAD TIPOS DE PRACTICIDAD 97

está en si afronta esta situación y acomoda su mentalidad a ella, 2


o si se la oculta a sí mismo y a los demás y va moralmente a la
. Muchos, yo diría fa mayor parte, de los investigadores En sí mismo, todo esto no es nada que pueda desconcertar a uno:
sociales norteamencanos de hoy son sobrada o escasamente Iibe- es ampliamente reconocido, aun cuando no directamente experi-
r~les. Se someten al miedo dominante a toda consagración apa- mentado. Hoy en día la investigación social está con frecuencia al
sw~ada. Esto, y no la "objetividad científica", es lo que realmente servicio directo de los generales del ejército y de los trabajadores
qmeren esos hombres cuando se lamentan de que se "hagan jui- sociales, de los gerentes de empresas y de los celadores de las pri-
cios de valor". siones. Este uso burocrátíco ha venido aumentando, y seguirá
Diré de pasada que no considero a la enseñanza totalmente aumentando, indudablemente. Los estudios st emplean también
en el mismo caso que el escribir. Cuando uno publica un libro, -por los investigadores sociales y por otras gentes- de diversas
éste se convierte en propiedad pública; la única responsabilidad maneras ideológicas. Realmente, la importancia ideológica de la
del autor ante sus lectores, si es que tiene alguna, es hacer un ciencia social es inherente a su misma existencia como hecho social.
libro todo Io bueno que pueda, y él es el juez definitivo en eso. Toda sociedad se forma imágenes de su propio carácter, en particu-
Pero el maestro tiene más responsabilidades. En cierta medida, los lar imágenes y consignas que justifican su sistema de poder y la
estudiantes son un auditorio cautivo; y en cierta medida necesitan conducta de los poderosos. Las imágenes e ideas producidas por
a su maestro, que es para ellos algo así como un modelo. Su tarea los investigadores sociales pueden ser o no ser congruentes con las
primera es revelarles tan plenamente como pueda cómo trabaja imágenes que prevalecen, mas para ellos siempre implican o supo-
una mente supuestamente auto-disciplinada. El arte de enseñar es nen algo. Cuando esas implicaciones llegan a ser conocidas, por lo
en gran. parte el arte de pensar en voz alta pero inteligiblemente. general se las discute y se las usa:
En un hbro, e1 autor trata con frecuencia de persuadir a los demás l) Al justificar la organización del poder y e1 ascendiente de
del resultado de su meditación; en una sala de clase, el maestro los poderosos, las imágenes e ideas transforman el poder en auto-
debe tratar de enscfiar a los demás cómo piensa un hombre, y al ridad.
mismo tiempo revela qué bello sentimiento experimenta cuando 2) Al criticar o hacer descender de su pedestal a los organis-
lo hace bien. El maestro debe, pues, a lo que me parece, hacer mos y los gobernantes que prevalecen, los despojan de autoridad.
muy explícitos los supuestos, los hechos, los métodos, los juicios. 3) Al distraer la atención de las cuestiones de poder y de au-
No debe reservar nada, sino que debe exponerlo lentamente y en to:idad, la apartan de las realidades estructurales de la sociedad
todos Jos casos hacer ver claramente todo el margen de alternativas misma.
morales antes de dar su propia opinión. Escribir de ese modo sería Tales usos no son necesariamente materia de las intenciones
enormemente pesado y exigiría una constante autocrítica verdade- de los investigadores sociales. Como quiera que sea, ha sido total-
ramente imposible. f':sa es 1a razón por 1a cual conferencias de mu- mente usual entre ellos darse cuenta del sentido político de su
cho éxito pierden sentido al ser publicadas. trabajo. Si uno de ellos no lo hace, probablemente lo hará otro,
en esta edad de la ideología.
Es difícil ser optimista como Kenneth Bou1ding, quien escribe: La demanda de justificaciones ideológicas explícitas se ha am-
"Contra todos los intentos de nuestros positivistas por deshumani- pliado mucho, aunque no sea sino porque han nacido nuevas insti-
zar las ciencias del hombre, sigue habiendo una ciencia moral." tuciones de poderío enorme, pero no han sido legitimadas, y por-
Pero aún es más difícil no estar de acuerdo con Lione1 Robbins que los viejos poderes han rebasado sus viejas sanciones. El poder
quien escribe: "No es exagerado decir que, en el día de hoy, un~ de la sociedad anónima moderna, por ejemplo, no queda automá-
de los principales peligros de la civilización nace de la incapa- ticamente autorizado de acuerdo con las doctrinas liberales here-
cidad de las mentalidades preparadas en las ciencias naturales para dadas del siglo XVIII, doctrinas que son los principales lineamientos
percibir la diferencia entre lo económico y lo técnico." 1 de la autoridad legítima en los Estados Unidos. Todo interés y
todo poder, toda pasión y todo prejuicio, todo odio y toda espe-
ranza, tienden a adquirir un aparato ideológico para competir con
1 Estas dos citas proceden de Barzun y Graff, The Modern Researcher,
Harcourt, Brace, Nueva York, 1957, p. 217.
las consignas y los símbolos, las doctrinas y las pretensiones de otros
98 TIPOS DE PRACTICIDAD TIPOS DE PRACTICIDAD 99

intereses. A medida que las comunicaciones públicas ganan en La confusión actual de los economistas abarca cuestiones de
extensión y en rapidez, su eficacia se deteriora por la repetición, y política tanto como de métodos y opiniones. Economistas igual-
así hay una demanda-constante de consignas, creencias e ideolo- mente eminentes formulan opiniones completamente contradicto-
gías. En esta situación de comunicación de masas y de relaciones rias. Así, por ejemplo, Gardiner C. Means ataca a sus colegas por
públicas intensas, sería en verdad extraño que los estudios sociales aferrarse a las imágenes de las empresas atómicas "del siofo xvrn"
fueran inmunes a la demanda de pertrechos ideológicos, y más aún y pide un nuevo modelo de la economía en el que la~ grande;
que los investigadores sociales dejaran de suministrarlos. empresas anónimas hagan y controlen los precios. Por otro lado,
Pero dése cuenta o no el investigador social, siemplemente por Vassily Leontief ataca la escisión de sus colegas en teóricos puros
trabajar como investigador social está, en cierta medida, represen- y re~ol~ctores de hecho.s, y pide sistemas complicados de gastos y
tando un papel burocrático o ideológico. Por lo demás, cada uno rend1m1entos. Pero Colm Clark considera esos sistemas "inútilmen-
de esos papeles lleva fácilmente al otro. El empleo de las técni- te detallados y análisis que hacen desperdiciar tiempo", exhorta a
cas de investigación más formularias para fines burocráticos lleva los economistas para que piensen cómo mejorar "el bienestar ma-
fácilmente a la justificación de decisiones tomadas probablemente terial de la humanidad" ... y pide que se reduzcan los impuestos.
a base de esas investígaciones. A su vez, los usos ideológicos de Pe:o Joh? K. Galbraith sostiene que los economistas debieran ya
los hallazgos de la ciencia social fácilmente se convierten en parte de1ar de mt~resarse por el aumento del bienestar material, que los
de ~~s operaciones burocráticas: en la actualidad, los intentos para Estados Umdos son ya demasiado ricos y que es estúpido aumentar
legitimar el ~oder y para hacer aceptables las políticas específicas, la producción más todavía. Invoca a sus colegas para que pidan
con frecuencia y en gran medida forman parte de la "administra- que se aumenten los servicios públicos y los impuestos (exacta-
ción del personal" y de las "relaciones públicas". mente, los impuestos sobre las ventas) .1
Hasta la demografía, especialidad totalmente estadística se ha
Históricamente, la ciencia social ha tenido más uso ideológico visto prof1;1ndamente coi;nplicada en los conflictos político~ y las
que burocrático; aún ahora es así, probablemente, aunque la ba- controversias .sobre cuestmnes de hecho suscitadas por primera vez
lanza parezca cambiar con frecuencia. En cierta medida los usos por Thomas Malthus. Muchas de esas cuestiones se centran ahora
i~eol?gicos. se hap debido al hecho de que muchísima p~rte de la sobre territori?s antiguamente colo,niales, en los que hallarnos que,
ciencia social moderna ha sido un debate, reconocido como tal con de maneras diversas, la antropologia cultural se ha interesado pro-
gran frecuencia, con la obra de Marx, así como un reflejo del reto fundamente en los hechos y el ethos del colonialismo. Desde un
de los movimientos socialistas y de los partidos comunistas. punto de vista ~iberal o ra.dical, los problemas políticos y económi-
La economía clásica ha sido la principal ideología del capitalis- cos de esos paises se defmen generalmente como una necesidad
mo como sistema de poder. En esto, ha sido con frecuencia "fruc- de progreso económico rápido, en particular la industrialización y
tíferamente mal entendida", exactamente como hoy emplean la todQ lo que esto significa. Los antropólogos por lo general han
obra de Marx los publicistas soviéticos. Que los economistas se han entrado en estos asuntos con precauciones que, como las de los
adherido tenazmente a la metafísica de la ley natural y a la filo- viejos poderes coloniales, han parecido evitar los levantarn~':!:-:~:;~
sofía moral del utilitarismo, lo han puesto en claro las críticas de y las tensiones que hoy acompañan casi inevitablemente a los cam-
la teoría clásica y neo-clásica formuladas por las escuelas econó- bios en las zonas subdesarrolladas. El contenido y la historia de la
micas históricas e institucionales. Pero esas mismas escuelas s01o antropología cult?r~l no pueden "explicarse", desde luego, por los
pueden ser entendidas por referencia a "filosofías sociales" conser- hechos del colomahsmo, aunque tales hechos no carezcan de im-
vadoras, liberales o radicales. En especial a partir de 1930, los eco- portancia. para ella .. Ella ha servid~ t~mbién a fines liberales y
nomist~s -convertidos en consejeros de gobiernos y de empresas hasta radicales, especialmente por su ms1stencia sobre la relatividad
come.rciales- han ~o:mulado técnicas a~n:inistrativas, se han pro- social del carácter del hombre y por su propaganda anti-localista
nunciado sobre pohtica y han creado habitas de reportaje econó- entre los occidentales.
mico detallado. De un modo muy activo, aunque no siempre de
una manera explícita, todo esto implica un uso ideológico tanto 1 Compárese la información sobre los economistas en Business W eek 2
como burocrático. de agosto de 1958, p. 48. '
100 TIPOS DE PRACTICIDAD TIPOS DE PRACTICIDAD 101
Algunos historiadores parecen ansiosos de re-escribir lo pasado forma y a las actividades dirigidas al mejoramiento social. Lo que
para servir a los que sólo pueden ser considerados propósitos ideo- se conoce con el nombre de "movimiento de la ciencia social"
lógicos del presente. Un ejemplo corriente es la "re-consideración" -organizado en 1865 con el de "Asociación Norteamericana de
norteamericana de la época que siguió a la Guerra Civil, en que Cie:ici,a. Social" - fue un intento de fines del siglo x1x para "aplicar
tomaron vida las empresas anónimas y otras negocios. Al examinar la ciencia" a los problemas sociales sin recurrir a tácticas políticas
cuidadosamente gran parte de la historia de los Estados Unidos explícitas. En resumen, sus socios tratan de convertir las inquietu-
en los últimos decenios, tenemos que advertir que, sea la historia d~s ~e la gente de las d~ses más hu~ildes en problemas para los
lo que sea o deba ser, se convierte también fácilmente en una pubhcos de la clase media. En los pnmeros decenios del siglo xx:
pesada reelaboración de los mitos nacionales y de clase. Al produ- este movimiento hizo su camino. No siguió siendo portador de
cirse los usos burocráticos de la ciencia social, ha habido, en espe- ninguna ideología reformista de la clase media radical; su interés
cial desde la segunda Guerra Mundial, el intento de encomiar "la por el bienestar general se limitó a intereses restringidos de trabajo
significación histórica de los Estados Unidos", y en ese encomio social, de asociaciones de caridad, de bienestar infantil y de refor-
algunos historiadores han hecho historia útil para la propensión ma de las prisiones. Pero de "The American Social Science As-
conservadora y para sus beneficiarios espirituales y materiales. sociation" nacieron también las diversas asociaciones profesionales
Los investigadores en ciencias políticas, especialmente al tratar y, a su debido tiempo, las diversas disciplinas académicas de las
de las relaciones internacionales desde la segunda Guerra Mundial, ciencias sociales.
no pueden ser acusados, ciertamente, de haber examinado la polí- Así, lo que le sucedió a la primitiva sociología de la reforma,
tica de los Estados U nidos con ánimo de oposición. Quizás el de la clase media, es que se escindió de un lado en especialidades
profesor Neal Houghton va demasiado lejos cuando afirma que académicas y de otro en actividades de bienestar social más especí-
"muchísimo de lo que ha venido pasando por erudición en ciencia ficas e institucionales. Esta escisión, sin embargo, no significó que
política ha sido poco más que una racionalización en notas al pie las especialidades académias se hicieran moralmente neutras y
de página y el regateo de esas políticas'',1 pero no debe dejarse a científicamente antisépticas.
un lado lo que dice sin un examen muy detenido. Ni puede con-
testarse la pregunta "¿Qué ha pasado con las grandes cuestiones?'? En los Estados Unidos el liberalismo ha sido virtualmente el
del profesor Amold Rogow, sin comprobar que mucha ciencia po- c??1ú~ denominador político de todos los estudios sociales y, tam-
lítica ha sido inútil recientemente para comprender las realidades br,en .virtualmente~ la fuente de toda la retórica y toda la ideología
políticas importantes, pero no para el aplauso científico dedicado publicas. Se admite en general que se debe esto a circunstancias
a la política y a las faltas oficiales. históricas bien conocidas, quizá sobre todo a la ausencia del feuda-
Menciono estos pocos usos e implicaciones sin intención crítica lismo y, en consecuencia, de una base aristocrática para las mino-
ni tratar de señalar prejuicios. Lo hago simplemente para recordar rías anticapitalistas y para los intelectuales. El liberalismo de la
al lector que la ciencia social es inevitablemente importante para economía clásica, que todavía informa el pensamiento de sectores
los hábitos burocráticos y las cuestiones ideológicas, que esa impor- importantes de la élite de los negocios, ha sido de uso político
tancia va implícita en la diversidad y confusión actuales de las constante; el concepto de equilibrio sigue poderosamente adherido
ciencias sociales, y que es mejor hacer explícitos sus sentidos polí- aún a las exposiciones económicas más complicadas.
ticos que dejarlos ocultos. Aunque de manera algo más difusa, el liberalismo ha infor-
mado también la sociología y la ciencia política. En contraste con
sus precurores europeos, los sociólogos norteamericanos han tendi-
3 do fuertemente a estudiar un solo detalle o un solo problema de
En la segunda mitad del siglo XIX, la ciencia social estuvo en los medio en cada momento. En una palabra, han tendido a dise-
Estados Unidos directamente vinculada a los movimientos de re- minar la atención. De acuerdo con la "teoría democrática del
conocimiento", han supuesto que todos los hechos son creados
1 Discurso a la Western Political Science Association, 12 de abril de 1958. iguales. Han insistido, además, en que para todo fenómeno social
2 American Political Science Review, septiembre de 19 57. con seguridad ha de haber un gran número de causas menudas.
102 TIPOS DE PRACTICIDAD TIPOS DE PRACTICIDAD 103-
. Esta "causación p1uralista", como se la llama, es perfectamente contrar las causas adecuadas de algo, y después de halladas, de
adecuada para servir a una política libe;al de reform~s ''.de detall~". exponer una opinión acerca de los factores estratégicos que, como
En realidad, la idea de que las causas ?e l~s acontecimientos so,ci~­ objetos de acción política y admin~str~tiva, ofrecen a los hol1_1bres
les son ine'.!itablemente numerosas, d1semmadas y menudas, facil- la oportunidad de hacer que la razon mtervenga en el tratamiento
mente cae dentro de la perspectiva de lo que puede denominarse de los asuntos humanos.
practicidad liberal.~ . ., . , . . , . Pero en la metafísica "orgánica" de la practicidad liberal pro-
Si hay alguna lmea de onentac10n histoncamente n~i:i~icita en bablemente se subrayará todo lo que tienda a un equilibrio armo-
la ciencia social norteamericana, seguramente es la aficion a los nioso. Considerándolo todo como un "proceso continuo", los cam-
estudios sueltos, al examen de hechos y al dogma conc.omitante bios súbitos de espacio y las dislocaciones revolucionarias -tan
de la confusión pluralista de causas. Éstas son carac~erístI~as esen- características de nuestro tiempo- no se advierten, y si se advier-
ciales de la practicidad liberal como estilo de estudio social. Por- ten, se toman como meros síntomas de lo "patológico'', lo "inadap-
que si todo es causado por innumerables "fact~res", ha~en;ios bien tado". El formulismo y la supuesta unidad que implican frases tan
en ser sumamente cuidadosos en todas las acc10nes practicas que inocentes como "las costumbres" o "la sociedad" disminuyen la
emprendamos. Tenemos que estudiar muchos detalles, y es acon- posibilidad de ver lo que puede ser una estructura social en todas
sejable proceder a reformar una pequeña pieza y ver lo que s'.lcede, sus partes.
antes de reformar otra piececita. Y seguramente haremos bien en
no ser dogmáticos y formar un plan de acción excesivamente am- ¿Cuáles son las razones del carácter fragmentario de la practi-
plio. Tenemos que entrar en la corriente de las interacciones recí- cidad liberal? ¿Por qué esa sociología de medios dispersos? La
procas con la tolerante idea de que bien podemos no conocer aún, curiosa división en departamentos académicos quizás ha ayudado
y quizás no lleguemos a conocerlas nunca, todas las causas múlti- a los investigadores sociales a fragmentar sus problemas. Los soció-
ples que actúan. Como el investigador social de ambientes, t.ene- logos en particular parecen creer muchas veces que los represen-
mos que llegar a conocer muchas pequeñas causas; para obrar mte- tantes de las ciencias sociales más antiguas no están dispuestos a
ligentemente, como hombres prácticos, debemos ser reformadores admitir que haya lugar para la sociología. Quizá, como Augusto
de ambientes por partes, una aquí y otra allí. Comte -y como los grandes teóricos cual Talcott Parsons-, los
Anda con cuidado -quizá dijo alguien en determinado mo- sociólogos han querido para sí algo exclusivamente suyo, comple-
mento-, porque las cosas no son tan sencillas. Si descomponemos tamente distinto de la economía y de la ciencia política. Pero no
una sociedad en pequeños "factores", necesitaremos, naturalmente, creo que las limitaciones de los compartimientos en la lucha aca-
unos cuantos de ellos para explicar algo, y nunca podemos estar démica -o la falta general de capacidad- sea explicación total-
seguros de haber tomado todos los necesarios. El conceder una mente adecuada del bajo nivel de abstracción de la practicidad
importancia meramente formal al "todo orgánico", a lo que se liberal y del fracaso concomitante de sus partidarios para tomar en
suma el fracaso al tener en cuenta las causas adecuadas -que sue- cuenta los problemas de estructura social.
len ser estructurales-, así como la obligación de examinar sólo Piénsese en los públicos para los que fueron escritos tantos
una situación en cada momento, son ideas que dificultan la com- libros de sociología. La mayor parte del trabajo "sistemático" o
prensión de la estructura del statu quo. Quizá debamos, en bien "teórico" en esta disciplina ha sido hecho por maestros en libros
del equilibrio, recordar otras opiniones: de texto para fines docentes. El hecho, exactamente señalado, .de
En primer lugar, ¿no es evidente que el "pluralismo absoluto" que la sociología muchas veces ha ganado su derecho académico
pueda ser tan dogmático como el "monismo absoluto"? En segun- a la existencia en oposición con otros deparh;mentos, puede haber
do lugar, ¿no es posible estudiar causas sin sentirse abrumado por aumentado la necesidad de libros de texto. Ahora bien, los libros
su número? En realidad, ¿no es esto precisamente lo que los inves- de texto organizan los hechos para hacerlos asequibles a los jó-
tigadores sociales deben estar haciendo cuando examinan b estruc- venes, y no con fines de investigación y descubrimi~nto. En con-
tura social? Mediante esos estudios seguramente tratamos de en- secuencia, fácilmente los libros de texto se convierten en una
1 Cf. Mills: "The Professional ldeology of Social Pathologists", en Ame· recolección mecánica de hechos para ilustrar concepciones más o
rican Journal of Socíology, septiembre de 194 3. menos consagradas. Las posibilidades de investigación de ideas
104 TIPOS DE PRACTICIDAD TIPOS DE PRACTICIDAD 105
nuevas, las relaciones recíprocas entre ideas y hechos, no suelen con- La noc10n de "retraso cultural" es parte importante de este
siderarse muy importantes para someter un cúmulo de detalles a un estilo de pensamiento "utópico" y progresivo. Esa noción sugiere
determinado orden propio de libro de texto. Las ideas antiguas y la necesidad de cambiar algo para "ponerlo en línea" con el estado
los hechos nuevos son con frecuencia más importantes que las ideas de la tecnología progresiva. Lo que se piensa que está "retrasado"
nuevas, las cuales muchas veces restringen peligrosamene el nú- existe en el presente, pero se considera que su razón de ser está
mero de "adopciones" de un texto para su uso en las aulas. En en el pasado. Así se disfrazan los juicios como enunciados relati-
que sea adoptado o no un libro de texto hacen consistir su éxito vos a una sucesión temporal. Como aseveración valorativa de "pro-
los profesores. Debemos recordar que, después de todo, exige mu- greso" desit,nal, el retraso cultural es de mucho uso para hombres
cho tiempo el redactar nuevas notas para las lecciones. de temple liberal y optativo: les dice qué cambios "se requieren",
Pero, ¿quiénes son los estudiantes para los que se escriben esos y qué cambios debían haberse operado, pero no se operaron. Les
libros? Son, principalmente, jovencitos de la clase media, muchos dice dónde han hecho progresos y dónde no los han hecho. El des-
de ellos -en las escuelas del Medio Oeste sobre todo- hijos de cubrimiento de un "retraso" patológico es, naturalmente, algo que
labradores o de pequeños industriales, que han tomado el camino se complica con el disfraz histórico con que se le presenta y con
conducente para hacerse profesionales y jóvenes ejecutivos o direc- los pequeños programas tan crudamente impuestos en frases seudo-
tores de empresas. Escribir para ellos es escribir para un tipo objetivas como "se requieren".
específico de público de clase media ascendente. Autor y público, Enunciar problemas en términos de retraso cultural es disfrazar
maestro y estudiante, han tenido una experiencia social análoga. valoraciones, pero la cuestión más importante es: ¿Qué clases de va-
Tienen en común el origen, el destino y lo que puede interponerse loraciones han sido más gustosamente usadas por los individuos
en su camino. liberalmente prácticos? La idea de que las "instituciones" en gene-
ral están retrasadas respecto de la "tecnología y de la ciencia" en
En la antigua sociología práctica de ambientes, rara vez se estu- general, es una idea muy popular. Supone una valoración positiva
dian radicalmente problemas de política. La practicidad liberal de la ciencia y del cambio ordenadamente progresivo; en suma, es
tiende a ser apolítica o aspira a una suerte de oportunismo demo- una continuación liberal de la Ilustración, con su racionalismo
crático. Cuando sus secuaces tocan algo político, denominan sus pleno, su mesiánica y ahora políticamente ingenua admiración por
rasgos "patológicos" con palabras como "lo antisocial" o "corrup- la ciencia física como modelo de pensamiento y de acción, y
ción". En otros contextos, "lo político" parece identificarse con el su concepto del tiempo como progreso. Esta noción de progreso
funcionamiento adecuado del statu quo político, y fácilmente se fue llevada a los colegios norteamericanos por la filosofía moral es-
le identifica con la ley o la administración. Rara vez se examina el cocesa, predominante en otro tiempo. Desde la Guerra Civil
orden político mismo; se le supone, sencillamente, una estructura hasta hace sólo una generación aproximadamente, la clase media
a,bsolutamente fija y distante. urbana de los Estados Unidos estaba, en parte, formada por indi-
La practicidad liberal es simpática a las personas que, por virtud viduos con negocios florecientes, que iban tomando posesión de
de su posición social, manéjan, por lo común con algún grado de Jos medios de producción y adquiriendo poder político y prestigio
autoridad, una serie de casos individuales. Jueces, trabajadores so- social. Muchos de los individuos académicos de la vieja generación
ciales, higienistas mentales, maestros y reformadores locales tienden de sociólogos o fueron reclutados en esos sectores ascendentes o se
a pensar de acuerdo con "situaciones"~ Sus perspectivas tienden a mezclaron activamente con ellos. Sus estudiantes -el público de
limitarse a patrones existentes, y su trabajo profesional tiende sus ideas- fueron los productos de esos sectores. La idea de pro-
a adiestrarlos para cierta incapacidad funcional de elevarse por en- greso, se ha dicho muchas veces, suele ser simpática a quienes están
cima de una serie de "casos". Su experiencia y los puntos de vista ascendiendo en la escala del ingreso y de la posición social.
desde que cada uno de ellos mira a la sociedad, son demaisado Quienes usan Ja noción de retraso cultural no suelen examinar
análogos, demasiado homogéneos, para permitir la competencia de las posiciones de los grupos de intereses y de los individuos que
ideas y la controversia de opiniones que pueden conducir a un in- deciden y que pueden estar detrás de los variables "tipos de cam-
tento de interpretar el conjunto. La practicidad liberal es una bio" en diferentes sectores de una sociedad. Puede decirse que, en
sociología moralizadora de ambientes. relación con los tipos de cambio en que" se mueven los sectores
106 TIPOS DE PRACTICIDA D TIPOS DE PRACTICIDA D 107
de la cultura, lo que con frecuencia está "atrasado" es la tecnolo- general no tienen en cuenta si ciertos grupos o individuos, sorpren-
gía. Ése fue, indudablement e, el caso durante el decenio de los didos en situaciones no privilegiadas, pueden o no encontrarse en
años treinta, y sigue siendo en gran medida el caso en, por ejemplo, posibilidad de alcanzar esas metas sin modificación de la estruc-
la tecnolo&Ía casera y el transporte individual. tura institucional en su conjunto.
En contraste con el uso que de la idea de "retraso" hacen La idea de adaptación parece más directamente aplicable a un
:nuchos-sociólogos, la frase "retraso, escape y fricción" de Thorstein escenario social en que, por una parte, está "la sociedad'', y por
Veblen le llevó al análisis estructural de "la industria contra el otra "el inmigrante individual". El inmigrante tiene, entonces, que
negocio". Se preguntó: "¿Dónde aprieta el retraso?" E intentó "adaptarse" a la sociedad. El "problema del inmigrante" ocupó
revelar cómo la cultivada incapacidad de los hombres de negocios antes el centro de la atención del sociólogo, y las nociones emplea-
actuando de acuerdo con los cánones del empresario tuvieron por das para enunciarlo muy bien pueden haberse convertido en parte
consecuencia un sabotaje eficaz de la producción y la producti- del modelo general para la formulación de todos los "problemas".
vidad. También percibió algo del papel del lucro en un sistema Mediante el detallado examen de casos específicos de inadap-
de propiedad privada, y no se preocupó especialmente por la "cha- tación, es fácil inferir el tipo de persona que se considera ideal-
pucería de los resultados". Pero el punto esencial es que reveló la mente "adaptada".
mecánica estructural del "retraso". Muchos investigadores sociales El hombre ideal de la generación anterior de sociólogos, y en
usan la noción políticamente ajada de "retraso cultural", que ha general del liberalmente práctico, e~ el hombre "socializ~,do"; Es~?
perdido todo sentido específico y estructural: generalizaron la idea /
significa muchas veces que es lo ehcamente opuesto al ego1smo .
para aplicarla a todo, siempre de un modo fragmentario. Estando socializado, piensa en los demás y es bondadoso con ellos;
no cavila ni se abate; por el contrario, es algo extravertido, participa
4 con entusiasmo en las costumbres de su comunidad y la ayuda a
"progresar" a un ritmo claramente adaptable. Forma parte de
Descubrir problemas prácticos es hacer valoraciones. Muchas veces algunas organizaciones de la comunidad, y es de ellas Y. para ellas.
lo que el hombre liberalmente práctico toma como "problema" Si no está en todas partes, ciertamente le falta poco. Felizmente, se
es: 1) lo que se aparta del modo de vida de la clase media y de la somete a la moral y a los móviles convencionales; felizmente, par-
pequeña población; 2) lo que no se ajusta a los principios rurales ticipa en el progreso gradual de instituciones respetables. Su padre
de estabilidad y orden; 3) lo que no está de acuerdo con las opti- y su madre no se divorciaron nunca, y su hogar nunca fue cruel-
mistas consignas progresivas del "retraso cultural"; y 4) lo que no mente destrozado. Es "triunfador'', por lo menos en medida mo-
se ajusta al "progreso social" pertinente. Pero el meollo de la desta, porque es modestamente ambicioso; pero no trata de cosas
practicidad liberal lo revelan en muchos aspectos 5) la noción que están demasiado lejos de sus medios, a menos que se convierta
de "adaptación" y la contraria de "inadaptación" . en un "pensador de fantasía". Como hombrecito decente, no se
A estas nociones se las vacía con frecuencia de todo contenido afana sin escrúpulos por lograr una gran fortuna. Algunas de sus
específico; pero, también con frecuencia, su contenido es, en rea- virtudes son muy generales, y entonces no podemos decir lo que
lidad, propaganda a favor de la conformidad con las normas y significan. Pero otras son muy particulares, y entonces llegamos
rasgos idealmente asociados con la clase media de pequeña ciudad. a saber que las virtudes de este hombre adaptado al ambiente local
Pero esos elementos sociales y morales se enmascaran con la metá- corresponden a las normas que se esperan de la pequeña clase
fora biológica que encierra la palabra "adaptación"; en realidad, la media independiente, que verbalmente vive según los ideales pro-
palabra va acompañada de un cortejo de vocablos socialmente testantes en las pequeñas ciudades de los Estados Unidos.
vacíos, como "existencia" y "supervivencia". La idea de "adapta- Este grato mundillo de practicidad liberal -estoy dispuesto a
ción", por metáfora ideológica, se hace formal y universal. Pero reconocerlo- debe haber existido en alguna parte; de otro modo,
el uso efectivo del término hace evidente muchas veces la acepta- seguramente hubiera tenido que ser inventado. Ningún grupo de
ción de los fines y los medios del ambiente de pequeña comunidad. hombres más adecuado para su invención que los individuos de fi-
J\fochos escritores sugieren técnicas menos perturbadoras que las las de la anterior generación de sociólogos norteamericanos, y nin-
demás, a simple vista, con el fin de alcanzar metas dadac, por lo gunas ideas más útiles para la tarea que las de la practicidad liberal.
108 TIPOS DE PRACTICIDAD TIPOS DE PRACTICIDAD 109

5 la infeliz irracionalidad de los trabajadores? ¿En qué medida es


ese consejo -en cuanto síntesis de esos estudios- un consejo al
J:?urante los últimos ~eéenios, ha surgido un tipo nuevo de practi- gerente de personal para que suavice sus maneras autoritarias y aflo-
c.1dad ~l lado del antiguo; realn;ente, han surgido varios tipos. El je su presión manipuladora sobre los empleados, comprendiéndolos
hberahsmo ha llegado a ser, mas que un movimiento de reforma mejor y combatiendo su informal solidaridad contra la gerencia,
la administración de servicios sociales en un Estado benefactor. L~ a fin de conseguir una eficacia directiva más suave y menos mo-
sociología ha perdido su impulso reformador; sus tendencias hacia lesta? Todo esto lo enfoca con notoria claridad el concepto de
los problemas fragmentarios y la causación dispersa fueron encatI- "moral".
zada~ c~nservadoramente al servicio de las empresas comerciales,
del e¡émto y del Estado. Corno esas burocracias se han hecho más El trabajo en la industria moderna es trabajo dentro de una
p:edominantes en las esferas económica, política y militar, ha cam- jerarquía: hay una línea de autoridad y de ahí hacia abajo una lí-
biado el sentido de la palabra "práctico": se considera "práctico" nea de obediencia. Gran parte del trabajo es semirrutina, lo cual
lo que se cree que sirve a los fines de esas grandes instituciones.1 significa que, para conseguir una producción mayor, las operaciones
de cada trabajador son desmenuzadas y estereotipadas. Si combi-
Quizás la escuela de "las relaciones humanas en la industria" namos estos dos hechos -el carácter jerárquico de la estructura
pueda servir de breve ejemplo de la nueva practicidad antiliberal.2 industrial y el carácter semirrutinario de gran parte del trabajo-
Cuando examinamos todos los vocablos de "la literatura" de este resulta evidente que el trabajo en una fábrica moderna supone
estilo relativos a gerentes y a trabajadores, vemos que de los ge- disciplina: obediencia pronta y estereotipada a la autoridad. El
rentes suele hablarse en términos de "inteligente-no inteligente" factor poder, tan esquivamente tratado por los expertos en relacio-
"racional-irracional", "sabiduría-ignorancia"; mientras que de lo~ nes humanas, es, pues, fundamental para la comprensión adecuada
obreros con la mayor frecuencia se habla en términos de "feliz- de los problemas de moral.
infeliz", "eficaz-ineficaz", "buena moral-mala moral". Puesto que las fábricas son, después de todo, lugares donde se
Casi todo lo que aconsejan esos eruditos -explícita y tácita- trabaja, y donde se forman relaciones sociales, para definir la mo-
mente- puede resumirse claramente en esta simple fórmula: Para ral debemos tener en cuenta criterios objetivos y subjetivos. Subfe~
hacer al obrero feliz, eficaz y cooperador, lo único que necesitamos tivamente, moral parecería significar la buena disposición para
es hacer a los gerentes inteligentes, racionales, instruidos. ¿Es ésta hacer el trabajo que está a la mano, para hacerlo de buen humor
la fórmula política de las relaciones humanas en la induf~ria? Si y hasta disfrutando con ello. Obietivamente, moral parecería sig-
no lo es, ¿qué otra cosa va implícita en ella? Si lo es, ¿no consti- nificar que el trabajo se haga eficazmente, y que se haga la mayor
tuye esa fórmula, hablando prácticamente, una "psicologización" cantidad posible de trabajo en el menor tiempo, con la menor
de los problemas de las relaciones industriales? ¿No descansa sobre molestia y con el menos dinero posibles. Por lo tanto, la moral
las fórmulas clásicas de la armonía natural de intereses, interferida en una fábrica moderna norteamericana se relaciona con la com-
ahora desdichadamente por la fragilidad de las relaciones huma- placiente obediencia por parte del trabajador, que tiene por resul-
nas, tal como la revelan la falta de inteligencia de los gerentes y tado. la eficaz ejecución del trabajo pendiente, a juicio de la ge-
rencia.
1 Hasta la especialidad de "problemas sociales" -importante sede aca· Toda noción clara de "moral" requiere que sean enunciados
démica de practicidad liberal- ha reflejado ese cambio de la vieja a la nueva los valores que se emplean como criterios. Dos valores relevantes
practicidad. El curso de "desorganización social" no ha seguido siendo lo que
era. E? 1958 hay u? conocin;i~nto más complicado de los valores de que tra- parecen ser la buena voluntad o satisfacción del trabajador, y la
tan qmenes lo practican. Pohticamente, el campo se ha convertido, en cierta ampliación de sus facultades para determinar por sí mismo el curso
me~ida, en parte de la ideología general y en uno de los grupos de presión de su vida ele trabajo. Si ensanchamos un poco nuestro punto de
crítJca y uno de los aditamentos administrativos del Estado benefactor. vista, recordaremos que hay una clase de "moral" característica
2
Para una información detallada sobre "The Mayo School", véase Mills: del artesano independiente que toma parte en las decisiones relati-
"The Contributions of Sociology to Studics of Industrial Relations" en Pro-
ceedings of First Annual Meeting of Industrial Relations Research As~ociation vas a su trabajo y es feliz haciéndolo. He ahí el hombre inalienado
Cleveland, Ohio, 1948. ' de Aclam Smith y Jefferson, o, como lo llamó Whitman, "el hom-
110 TIPOS DE PRACTICIDAD TIPOS DE PRACTICIDAD 111

bre al aire libre". Recordaremos también que todos los supuestos 6


requeridos para imaginarse a ese hombre los ha hecho absurdos la
introducción ~e. una -org~nización jerárquica del trabajo en gran La nueva practici.dad lleva a nuevas imágenes de la ciencia so-
esca.la. El socialismo clásico puede, en realidad, deducirse en lógica cial. .. y de los investigadores sociales. Han nacido nuevas insti-
estricta del .liberalismo clásico por la introducción de este solo tuciones en las que se ha instalado esta practicidad antiliberal:
factor .. Así, pues, ~uede proyectarse un segundo tipo de moral, y centros de relaciones industriales, departamentos de investigación
en realidad lo ha sido, en las nociones clásicas de "control de los de las universidades, nuevas ramas de investigación de sociedades
trabajadores". Es la forma imaginada por el hombre inalienado en anónimas, de la fuerza aérea y del gobierno. No se interesan por
las condiciones objetivas de un trabajo colectivo en gran escala. los maltratados seres humanos que viven en el fondo de la socie-
.En contraste con esos dos tipos, la "lli0ral" del experto en re- dad: los malos muchachos, las mujeres perdidas, el trabajador
laciones humanas es la moral de un trabajador impotente y sin migratorio, el inmigrante inadaptado. Se interesan, por el con-
e1:11ba~go contento. Desde luego, cae en esta categoría una gran trario, realmente y en fantasía, por los estratos superiores de la
d1vers1dad de gentes, pero la cuestión está en que, sin cambiar la sociedad, en especial por los círculos ilustrados de directores de
estruct~ra de poder, no es posible ninguna artesanía colectiva in- negocios y de generales que manejan presupuestos considerables.
dependiente. La moral proyectada por los expertos en "relaciones Por primera vez en la historia de sus disciplinas, los investigadores
humana~" es la n:ioral de hombres alienados pero sometidos a las sociales han entrado en relaciones profesionales con poderes pri-
e~pectahvas mampuladas y convencionales de la "moral". Supo- vados y públicos muy por encima del nivel de la agencia de bien-
mendo q?e ~a estructura actual de la industria es inalterable y estar social y del agente de distrito.
que las fmahdades de los gerentes son las finalidades de todos, Sus situaciones cambian: desde la académica hasta la buro-
los expertos en "relaciones humanas" no examinan la estructura crática; sus públicos cambian: desde los movimientos de los re-
~utoritaria ~e la industria moderna y el papel en ella del traba- formadores hasta los círculos de quien~s toman decisiones reso-
¡ador. Defmen el, pr?blema de la moral en términos muy limi- lutorias; y sus problemas cambian: desde los que ellos han elegido
tados, y con sus tecmcas tratan de revelar a su clientela directiva hasta los de sus nuevos clientes. Los eruditos mismos tienden a
cómo pueden mejorar la moral del empleado dentro de la estruc-
tu~~ vigente de poder. Es el suyo un empeño manipulativo. Per- hecho algo mejor en este campo de investigación que la escuela de las relacio-
nes humanas en la industria. Por el contrario, se ha hecho mucho trabajo
mitirán al empleado "desahogarse" sin cambiar la estructura excelente y está en ejecución mucho más. Por ejemplo, los trabajos de Charles
den~ro ~; la cual ha de vivir su vida de trabajo. Lo que han "des- E. Lindblom, John T. Dunlap, \Villiam Form, Delbert Miller, Wilbert Moore,
cubierto es: 1) que dentro de la estructura autoritaria de la in- V. L. Allen, Seymour Lipset, Ross Stagner, Arthur Kornhauser, William F.
dustria moderna ("organización formal") hay posiciones o jerar- Whyte, Robert Dubin y Arthur M. Ross, para mencionar sólo a unos cuantos.
quías ("organizaciones informales"); 2) que muchas veces estas Una de las grandes tesis de las ciencias sociales del siglo x1x es que, en la
evolución del capitalismo moderno, muchas gentes han caído, a causa de cam-
organizaciones ofrec~n resistencia a las autoridades y tratan de bios estructurales, en una situación de desamparo, y que simultáneamente se
proteger a los traba1adores contra el ejercicio de la autoridad; hacen rebeldes y exigentes por caminos psicológicos. En consecuencia, se pro-
3) que en consecuencia, en bien de la eficacia y para evitar ten- yecta la línea central del desarrollo histórico: con la divulgación del conoci-
dencias "anticolaboracionistas", los gerentes no intentan destruir miento racional, el trabajador saltará, en una nueva síntesis colectiva, de la
alienación a la moral del proletariado triunfante. Karl Marx tuvo mucha razón
esas organizaciones, sino que más bien tratan de explotarlas para en gran parte de lo que dijo acerca del cambio estructural; pero se equivocó y
sus ~.ropios fines ("para los fines colectivos de la organización fue insuficiente en lo relativo a sus consecuencias psicológicas.
total ) ; y 4) que esto puede hacerse reconociéndolas y estudián- El problema teórico de la sociología industrial, al llegar a su clímax inte-
dolas, ~ fin de manejar a los trabajadores que forman parte de lectual y político en la concepción de la moral, es el problema de explorar los
ell~s, sm darles sólo órdenes autoritarias. En una palabra, las re- diversos tipos de alienación y de moral que nos encontramos al examinar siste-
máticamente la estructura de poder y su sentido para las vidas individuales de
lac10nes humanas han ampliado la tendencia general de la socie- los trabajadores. Es un problema que nos obliga a estudiar en qué medida han
dad moderna a racionalizarse de un modo inteligente y al servicio acompañado cambios psicológicos a los cambios estructurales, y en cada caso,
de la élite directora.1 · por qué lo han hecho. En esa dirección está la promesa de una ciencia social
1 No debe suponerse, desde luego, que los investigadores sociales no han de la vida de trabajo del hombre moderno.
112 TIPOS DE PRACTICIDAD TIPOS DE PRACTICIDAD lB
hicerse menos intelectualmente insurgentes y más administrati- consagrados, surge la necesidad de nuevas ideologías de justifica-
vamente prácticos. Aceptando por lo general el statu quo, tien- ción. Los conservadores sofisticados -que se caracterizan por el
den a formular problémas de las inquietudes y dificultades que uso que hacen de símbolos liberales para fines conservaclores-
ellos creen que afrontan los administradores. Estudian, como se remontan ya por lo menos a comienzos del siglo, en que Jos
hemos visto, a obreros inquietos y sin moral, y a gerentes que "no negocios estaban siendo atacados por buscadores de trapos sucios
comprenden" el arte de manejar las relaciones humanas. Tam- y periodistas de cruzadas contra abusos. En la atmósfera de la
bién sirven diligentemente a los fines comerciales de las industrias gran crisis, y con la promulgación de la Ley Wagner, volvieron
de la propaganda y la publicidad. a aparecer y ganaron ascendiente durante la segunda Guerra Mun··
dial y después.
La nueva practicidad es una respuesta académica a una de- En contraste con los prácticos hombres de filas ele las dere-
manda cada vez mayor de técnicos administrativos que se encar- chas, los cons~rvadores sofisticados están muy atentos a las con-
guen de las "relaciones humanas", y de nuevas justificaciones de diciones políticas del lucro en una economía en que poderosos
las sociedades anónimas como sistema de p9der. Estas nuevas sindicatos obreros se enfrentan a poderosos consorcios de nego-
demandas de personal y de ideología son c6nsecuencia de cam- cios dentro de la estructura administrativa ele un Estado liberal
bios en la sociedad norteamericana tales como la aparición de ampliado. Están atentos a la necesidad de nuevos símbolos de
los sindicatos como centros competidores de la fidelidad obrera justificación de su poder en una época en que los sindicatos y eI
y la hostilidad pública hacia los grandes negocios durante las gobierno compiten por ganar 1a fidelidad de trabajadores y ciu-
crisis; de la enorme escala y concentración del poder de las mo- dadanos.
dernas empresas anónimas; de la ampliación de las funciones del
Estado benefactor, de su aceptación pública y de la intervención Parece claro el interés de los hombres de negocios por la nue-
cada vez mayor en los asuntos económicos. Co~as así van implí- va practicidad. Pero, ¿y los profesores? ¿Cuáles son sus intereses?
citas en el cambio operado en el mundo de los grandes negocios A diferencia de los portavoces de los negocios, no están primor-
desde lo que púede llamarse económicamente práctico al conser- dialmente interesados en los aspectos pecuniarios, directivos n:i:
vadurismo políticamente sofisticado. políticos de la practicidad. Para ellos, esos resultados son pri-
Los conservadores prádicos, con su imagen del lai.ssez-faíre mordialmente medios para otros fines, que tienen por centro, creo
del capitalismo utópico, en realidad no han aceptado nunca los yo, sus propias "carreras". Es cierto que los profesores induda-
sindicatos obreros como características necesarias ni útiles de la blemente reciben con beneplácito los pequeños aumentos de sala-
economía política. Siempre que ha sido posible, han pedido que rios que pueden venir acompañados de nuevas actividades inves-
se disuelvan o se restrinjan los sindicatos. La finalidad pública tigadoras y de nuevas consultas. Pueden sentirse o no satisfechos
de los conservadores prácticos ha sido la libertad para el lucro de ayudar a los gerentes a administrar sus fábricas con más pro-
privado, aquí y ahora. Esta franca opinión predomina todavía en vecho y menos perturbaciones; pueden ser o no paderosamente
muchos círculos de pequeños negocios -especialmente entre de- elevados formulando nuevas y más aceptables ideologías para los
tallistas- así como en los negocios grandes. La General Motors poderes consagrados de los negocios. Pero en la medida en que
y la U. S. Steel, que figuran entre los mayores, muchas veces pa- siguen siendo eruditos, sus propósitos extra-intelecfoales no tie-
recen sobresalir entre los grandes negocios por la "practicidad" de nen por qué centrarse necesariamente en esas satisfacciones.
su confesado conservadurismo. Históricamente, el conservaduris- Su participación es, en parte, una respuesta a las oportunida-
mo práctico ha descansado sobre el hecho de que los hombres de des de nuevas tareas que forman parte del aumento general de fa
negocios no han sentido la necesidad de una ideología de nueva escala y del carácter burocrático de los negocios y del gobierno, y
creación o más complicada: el contenido de su ideología ha coin- de las relaciones institucionales más recientes entre la sociedad
cidido demasiado estrechamente con el contenido de ideas públi- anónima, el gobierno y el sindicato. Esos cambios significan un
cas generalizadas y no discutidas. aumento de la demanda de expertos y, en consecuencia, la aper-
Sólo cuando aparecen nuevos centros de poder, todavía no tura de nuevas carreras fuera y dentro de las universidades. En
legitimados ni aptos para cubrirse con los símbolos de autoridad respuesta a estas demandas exteriores, los centros de enseñanza:
·'

114 TIPOS DE PRACTICIDAD TIPOS DE PRACTICIDl\D 115


superior tienden cada vez más a producir técnicos aparentemente teamericanos rara vez, si es que alguna, se han comprometido
apolíticos. políticamente en gran medida; la t~i:dencia h~cia el. papel de té~-·
Para los que siguen siendo académicos, se ofrece una nueva nicos ha reforzado su actitud apohtrca, reducido ( s1 esto es posi-
especie de carrera, diferente, de la anticuad~ ,~e profesor ~ ~ue ble) su interés político y, con frecuencia, por desuso, su \apacidad
puede llamarse carrera de ' nuevo empresario . Este ª?1bic.10so aun para percibir los problemas po~íti~os. Ést,a es la. razon por la
tipo de consejero puede impulsar su carrera en la umversidad cual uno conoce muchas veces periodistas mas despiertos y pers-
conquistando prestigio y aun poderes en pequ~~a escala ~uer~ picaces políticamente que los sociólogos, los econ?mis.tas y, ~i~nto
de ella. Sobre todo, puede dar lugar a la creac10n de un msb- tener que decirlo, qi.:e los profesionales de bs oencias .pohhcas.
tuto de investigación y enseñanza respetablemente financiado El sistema universitario norteamericano rara vez proporc10na edu-
que ponga a la comunidad académica en contacto vivo con hom- cación política; rara vez enseña a calibrar l? que está sucedi~ndo
bres de negocios .. Entre sus colegas más enclaustrad?s, este nuevo en la lucha general por el poder en la sociedad contemporanea.
empresario puede convertirse muchas veces en director de los La mayor parte de los cultivadores de la ciencia política han te-
asuntos de la universidad. nido poco o quizás ningún contacto con los sectore~ de_ la comu-
La profesión académica en los Estados Unidos ha fra~asado nidad que han sido insurgentes; no hay prensa de izqmerda ~on
con frecuencia, creo que debemos reconocerlo, en consegmr que 1a que pueda entrar en relaciones mutuamente educadoras el tipo
hombres ambiciosos se contenten con carreras meramente acadé- corriente de profesional académico en el curso de su carrera. No
micas. El prestigio de la profesión no ha sido proporcionado al hay movimiento que apoye ni dé prestigi?, no digai;io~ ocupac!ón,
sacrificio económico que muchas veces supone; el sueldo, y en a los intelectuales políticos, y la comumdad academica no tiene
consecuencia el tipo de vida, han sido con frecuencia miserables, raíces en los círculos obreros.
y el descontento de muchos profesores se ve reforzado cuando, Todo esto quiere decir que la situaci~~ del ~rofe~or porteam~­
como es frecuente, se dan cuenta de que son más brillantes que ricano le permite adoptar la nueva prachcidad sm mngun cambio
individuos que han conquistado poder y prestigio en otros terre- ideológico y sin ningún pecado político. Así, pues, sería tan in-
nos. Para esos profesores desgraciados los nuevos desarrollos en genuo como inadecuado sugerir que todos están "en v~nta", ~o:­
los usos administrativos de la ciencia social ofrece satisfactorias que esa dura frase seguramente puede usarse con propiedad um-
oportunidades de ser, por decirlo así, ejecutivos o directores sin camente cuando hay algo que vender.
tener que llegar a decanos.
Y sin embargo hay indicios, acá y allá, y aun entre individuos
jóvenes con gran prisa de llegar, de que esas nuevas carreras, des-
pués de sacar a los profesores de la senda académica, los han lle-
vado a cosas por lo menos tan insatisfactorias. Sea como fuere, es
lamentable todo esto, y muchas veces los nuevos empresarios aca-
démicos parecen ignorar cuáles sean precisamente sus nuevas me-
tas; realmente, con frecuencia no parecen tener firmemente pre-
sentes ni aun los términos con que puede definirse el éxito en la
consecución de esas conflisas metas. ¿No es ésta la fuente de su
ansioso estado de excitada confusión?
En los Estados Unidos, la comunidad académica en su con-
junto está moralmente abierta a la nueva practicidad en qu~ ha
llegado a verse envuelta. Tanto dentro como. fu.e~a de la umver-
sidad en los centros de enseñanza muchos mdividuos se hacen
expe;tos en las interioridades de las . ~áquinas administrativas.
Esto indudablemente angosta su atenc10n y el alcance de su pen-
samiento político. Como grupo, los investigadores sociales nor-
EL "ETHOS" BUROCRÁTICO 117
fluencia, e1 empirismo abstracto, tal como ordinariamente se
V. EL "ETHOS" BUROCRATICO practica, representa una creación "burocrática". 1) En un intento
de estandarizar y racionalizar cada fase de la investigación so-
DURANTE el último cuarto de siglo ha habido un cambio decisivo cial, las mismas operaciones intelectuales del estilo empírico abs-
en los usos administrativos y en el sentido político de la ciencia tracto se están haciendo "burocráticas". 2) Esas operaciones son
social. La antigua practicidad liberal de "problemas sociales" aún adecuadas para hacer usualmente colectivos y sistematizados los
continúa, pero ha sido eclipsada por usos conservadores más re- estudios del hombre: en la clase de instituciones, organismos y
cientes de un tipo directivo y de manipulación. Esta nueva y departamentos de investigación en que está propiamente instalado
antiliberal practicidad asume formas diversas, pero es una ten- el empirismo abstracto, se desarrollan rutinas, aunque sólo sea en
dencia general que afecta al conjunto de las disciplinas humanas. atención a la eficacia, tan racionalizadas como las del departamen-
Puedo muy bien iniciar el estudio de su "ethos" o espíritu con to de contabilidad de toda sociedad anónima. 3) Esos dos hechos,
un ejemplo de su principal racionalización: "Es necesaria una a su vez, tienen mucho que ver con la selección y formación de
palabra final de advertencia para el estudiante que proyecta ha- nuevas cualidades mentales entre el personal de la escuela, cua-
cerse sociólogo", ha escrito Paul Lazarsfeld. lidades tanto intelectuales como políticas." 4) Como se practica
en los negocios -especialmente en los aditamentos de comunica-
Probablemente lo inquiete el estado del mundo. El peligro de ción publicitaria-, en las fuerzas armadas, y también cada vez
una nueva guerra, el conflicto entre sistemas sociales, los rápidos cam- más en las universidades, "la nueva ciencia social" ha venido a
bios sociales que ha observado en su país probablemente le han hecho servir cualesquiera fines que sus clientes burocráticos tengan a la
sentir que es de grnn urgencia el estudio de las cuestiones sociales. vista. Quienes promueven y practican este estilo de investigación
El peligro está en que quizás espere poder resolver todos los problemas adoptan fácilmente la perspectiva política de sus clientes y jefes
actuales si estudia precisamente sociología durante algunos años. Pero burocráticos. Adoptar la perspectiva es con frecuencia aceptarla
no será ése el caso, desgraciadamente. Aprenderá a comprender mejor a su debido tiempo. 5) En la medida en que dichos esfuerzos
lo que ocurre en torno suyo. De vez en cuando encontrará orienta- investigadores son efectivos en sus fines prácticos confesados, sir-
ciones para una acción social acertada. Pero la sociología aún no está
en la fase en que pueda proporcionar una base segura para la ingenie-
ven para aumentar la eficiencia y la reputación -y en esa medida
ría social. .. Tardaron las ciencias naturales unos 250 años, desde la preponderancia- de formas de dominio burocrático en la socie-
Galileo hasta los comienzos de la revolución industrial, en adquirir dad contemporánea. Pero sean o no efectivos en esas finalidades
influencia importante en la historia del mundo. La investigación explícitas (la cuestión queda abierta), sirven para llevar el espí·
social empírica tiene una historia de tres o cuatro décadas. Si espe- ritu burocrático a otras esferas de la vida cultural, moral e inte-
ramos de ella soluciones rápidas a los mayores problemas del mundo, lectual.
si no le exigimos más que resultados inmediatamente prácticos, no
haremos otra cosa que perturbar su curso natural.1 l
Lo que en años recientes se ha llamado "la nueva ciencia so- Puede parecer una ironía que precisamente las personas más ur-
cial", no sólo se refiere al empirismo abstracto, sino también a la gentemente interesadas en crear métodos moralmente antisépti-
nueva y antiliberal practicidad. La frase se refiere tanto al méto- cos figuren entre las más profundamente dedicadas a "la ciencia
do como al uso, y de un modo absolutamente correcto: porque social aplicada" y a la "ingeniería humana" Como el trabajo
la técnica del empirismo abstracto y su use burocrático están aho- a la manera empírica abstracta es caro, sólo grandes instituciones
ra unidos, por lo común. Lo que yo sostengo es que, unidos así, se lo pueden permitir con facilidad. Entre e11as se cuentan las
dan por consecuencia el desarrollo de una ciencia social buro- grandes sociedades anónimas, el ejército, el Estado, y también sus
crática. adjuntos, especialmente la publicidad, la promoción y las relacio-
En todos y cada uno de los rasgos de su existencia y su in- nes públicas. También hay fundaciones, pero el personal que las
tiene a su cargo tiende con frecuencia a obrar según los nuevos
1 Paul Lazarsfeld, op. cit., pp. 19-20. El subrayado es mío. cánones de lo práctico, es decir, de lo burocráticamente relevante"
116
118 EL "ETHOS" BUROCRÁTIC O EL "ETHOS" BUROCRÁTIC O 119

En consecuencia, el estilo ha llegado a incorporarse a centros ins- cionar la clase adecuada de material, o quizás debo decir de
ti.tucionales definidos: después de 1920 en las agencias de publi- afluencia de trabajo. Practicar el empirismo abstracto exige una
cidad y de ventas; desde 1930, en las uniones o consorcios de institución para investigaciones y, académicamente hablando, fon-
empresas y en las organizaciones electorales; desde 1940, en la dos considerables. Al aumentar los costos de la investigación, al
vida académica, en diversos departamentos de investigación; y du- entrar en existencia el equipo de investigadores, al hacerse más
rante la segunda Guerra :Mundial, en diferentes ramas de investi- caro el estilo mismo de trabajo, se produce un control corporativo
gación del gobierno federal. El tipo institucional se está exten- sobre una sección ele trabajo. La idea de la universidad como un
diendo ahora, pero ésos siguen siendo sus principales reductos. círculo de pares profesionales, cada uno con sus aprendices y
El formalismo de esas técnicas costosas las hace especialmente practicando cada uno un oficio, tiende a ser reemplazada por la
útiles para proporcionar b clase de información que necesitan idea de la universidad como un conjunto de burocracias investi-
quienes pueden y quieren pagarlas. El nuevo enfoque se ha diri- gadoras, cada una de las cuales contiene una complicada sección
gido, típicamente, a problemas específicos, destinados a aclarar de trabajo, y por lo tanto de técnicos intelectuales. Para el em-
las alternativas para la acción práctica, o lo que es lo mismo, pe- pleo eficaz de esos técnicos, aunque no sea por ninguna otra cau-
cuniaria y administrativa. No es absolutamente cierto que sólo sa, aumenta la necesidad de codificar los procedimientos a fin de
cuando se descubren "principios generales" puede ofrecer la cien- que puedan ser aprendidos rápidamente.
cia social "una sólida guía práctica"; muchas veces necesita el ad-
ministrador conocer detalladamente ciertos hechos y relaciones, v El instituto de investigación es también en gran medida un
e~o es todo lo q?~ necesita o quiere saber. Puesto que los praé- centro de preparación. Lo mismo que otras instituciones, selec-
hcantes del empmsmo abstracto se interesan poco, con frecuencia, ciona tipos de mentalidades, y, en virtud de las recompensas que
en plantear sus propios problemas sustantivos, tanto más dispues- ofrece, viene a conceder un premio al desarrollo de ciertas cuali-
t?s. están a delegar en otros la elección de sus problemas espe- dades mentales. En esas instituciones han nacido dos tipos de
c1ficos. hombres, nuevos en el escenario académico, al lado de los profe-
El sociólogo de investigación social aplicada por lo general sores e investigadores anticuados.
no ha~la "al púb!ico"; tiene clientes específicos con intereses y Hay, en primer lugar, los administradores intelectuales y los
perpleJidades particulares. Este paso del público al cliente indu- promotores de investigaciones, acerca de quienes no puedo yo
dablemente mina fa idea de la objetividad-como-indiferencia, idea decir nada que no sea, supongo, familiar en los medios académi-
que probablemente ha descansado en la correspondencia a presio- cos. Sus reputaciones académicas descansan en su poder acadé-
nes vagas, desenfocadas, y por lo tanto más de acuerdo con los mico: son miembros de la Comisión, forman parte del Consejo
intereses del investigador, quien, en pequeño, puede dividir y en de Directores; pueden dar trabajo y becas de viaje y de investi-
consecuencia no ser gobernado. gación. Son una nueva y extraña clase de burócratas. Son los
Todas las "escuelas de pensamiento" tienen sentido para Ja ejecutivos de la inteligencia, hombres de relaciones públicas espe-
carrera del hombre académico. El "buen trabajo" se define en cializados en esas funciones. Para ellos, como para cualesquiera
términos agradables para determinadas escuelas, y así el éxito aca- promotores y ejecutivos, el memorándum sustituye al libro. Pue-
démico viene a depender de los dogmas de una escuela dominante. den formular o crear otro proyecto u otro instituto de investiga-
Mientras haya muchas, o por lo menos varias, "escuelas" diferen- ción de un modo más eficaz, y administran la producción de
tes, y especialmente en un mercado profesional en crecimiento ese "libros". El lapso de tiempo en que dicen que trabajan es de "mil
requisito no tiene por qué abrumar a nadie. ' millones de horas-hombre de trabajo técnico". Entretanto, no
Muy pocas cosas, salvo sus propias limitaciones individuales esperemos muchos conocimientos importantes: primero hay que
se han interpuesto entre el artesano individual de la ciencia sociaÍ hacer muchas investigaciones metodológicas -sobre los métodos
y el trabajo de más elevada categoría. Pero esos hombres sueltos y sobre las investigaciones-, y después hay que hacer todos los
no pueden hacer investigaciones empíricas abstractas en escala "estudios pilotos". Muchos administradores de fundaciones gus-
adecu~da, ~orque. es~ trabajo no puede adelantar hasta que una tan de dar dinero para proyectos en gran escala y, en consecuen-
agencia de mvcsbgac10nes se desarrolle lo suficiente p~ua propor- cia, más fáciles ele "administrar" que pequeños proyectos más
120 EL "ETHOS" BUROCRÁTICO EL "ETHOS" BUROCRÁTICO 121
numerosos; y para proyectos Científicos con C mayúscula -lo problema, esa clase de curiosidad ql!e impulsa a la mente a viajar
ieual muchas veces sólo significa que son "seguros" porque son a todas partes y por todos los medios, para re-hacerse a sí misma
triviales-, pues no quieren convertirse en objeto de atención en caso necesario a fin de averiguar. Esos jóvenes son menos
política. Por lo tanto, las grandes fundaciones tienden a fomc.1- inquietos que metódicos, menos imaginativos que pacientes, sobre
tar la investigación burocrática en gran escala sobre problemas todo son dogmáticos, en todos los sentidos históricos y teológicos
en pequeíía escala y a buscar administradores intelectuales para de la palabra. Algo de esto no es sino parte de la lamentable
la tarea. situación intelectual de tantos estudiantes de hoy en los colegios
En segundo lugar, están los jóvenes reclutas, mejor definidos y las universidades norteamericanos; pero creo que es más eviden-
como técnicos en investigación que como investigadores sociales. te entre los técnicos en investigación del empirismo abstracto.
Es ésta, lo sé muy bien, una afirmación muy amplia, pero la hago Han tomado la investigación social corno una carrera; han lle-
con el debido cuidado. Para comprender el sentido social de un gado pronto a una especialización extremada, y han adquirido
estilo de pensamiento, debemos distinguir siempre los jefes de una indiferencia o un desprecio por la "filosofía social", que para
los secuaces, los innovadores de los traba¡·adores de rutina la "pri- ellos significa "escribir libros sacándolos de otros libros" o "mera
' <
mera generación", que inicia, de las generaciones segunda y ter- especulación". Escuchando sus conversaciones, para calibrar la
cera, que continúan. Todas las escuelas, si obtienen éxito, cuentan calidad de su curiosidad, no se encuentra sino una tremenda li-
con ambos tipos de individuos, y esto constituye ciertamente el mitación mental. No los inquietan los mundos sociales acerca de
único criterio para saber si una escuela "ha triunfado". Es tam- los cuales se consideran ignorantes tantos eruditos.
bién una pista importante para las consecuencias intelectuales Gran parte de la fuerza propagandista de la ciencia social bu-
del éxito. rocrática se debe a sus pretensiones filosóficas de método cientí-
Muchas veces existe una diferencia entre las cualidades men- fico; gran parte de su fuerza de reclutamiento se debe a la relativa
tales características de los secuaces y las de los innovadores y fun- facilidad de preparar individuos y ponerlos a trabajar en una
dadores. En este punto difieren profundamente las escuelas de carrera con un futuro. En ambos casos, los métodos explícita-
pensamiento. En medida considerable, las diferencias dependen mente codificados, fácilmente accesibles para los técnicos, son las
del tipo de organización social que el estilo de trabajo de cada principales llaves del éxito. En algunos de los fundadores, las téc-
escuela acepta o estimula. Varios por lo menos de los inventores nicas empíricas sirven a una imaginación que, es cierto, ha sido
y administradores del estilo que estamos examinando son menta- curiosamente suprimida muchas veces, pero que uno advierte que
lidades altamente cultivadas. En su juventud, antes de que flo- está allí. Cuando habláis con uno de los fundadores, estáis siem-
reciera este estilo, absorbieron los principales modelos de pensa- pre en trato con una mentalidad. Pero después que un joven ha
miento de la sociedad occidental; estos individuos han tenido empleado tres o cuatro años en eso, no podéis en "realidad hablar
años de experiencia cultural e intelectual. Son, en realidad, hom- con él sobre los problemas del estudio de la sociedad contempo-
bres educados: imaginativamente conocedores de sus propios ta- ránea. Su posición y su carrera, su ambición y su amor propio se
1entos y capaces de seguir cultivándose por sí mismos. basan en gran parte en esa única perspectiva, en ese único voca-
Pero la segunda generación, los jóvenes procedentes de lo bulario, en ese único conjunto de técnicas. Verdaderamente no
·que es, supongo que se reconocerá así, el ambiente intelectual- sabe ninguna otra cosa.
mente empobrecido de la escuela secundaria norteamericana, no En algunos de esos estudiantes la misma inteligencia está diso-
:han tenido una experiencia comparable. Con Ja misma frecuen- ciada de 1a personalidad, y la consideran como una especie de
cia han hecho o no suficiente trabajo de colegio; por lo menos dispositivo adiestrado que esperan vender provechosamente: Fi-
hay razones para sospechar -aunque yo no lo sé- que no se guran entre los empobrecidos humanísticamente, y viven con re-
seleccionan precisamente 1os más brillantes para esos institutos ferencia a valores que excluyen todo asomo de respeto por la
<le investigación. razón humana. Figuran entre los técnicos enérgicos y ambiciosos
Rara vez he visto a uno de esos jóvenes, una vez que ha sido a quienes una rutina educativa defectuosa y una demanda corrup-
bien acogido, en situación de auténtica perplejidad intelectual. y tora han hecho incapaces de adquirir la imaginación sociológica.
no he visto nunca ninguna curiosidad apasionada acerca de un gran Uno sólo puede esperar que cuando un número suficiente de
122 EL "ETHOS" BUROCRÁTICO EL "ETHOS" BUROCRÁTICO lH
estos }óvenes llegue en sus. ;:ar~eras al nivel de profesor adjunto las "escuelas" es más complicado que todo eso; su importancia
llegaran, por .alg;rna mutac10n mtelectual, a saber que ya no de- en el moldeamiento del desarrollo de la ciencia social merece un
penden de nmgun emperador sin ropas.* mejor conocimiento por nuestra parte. Debemos hacerles frente,
aunque sólo sea porque toda actividad cultural requiere apoyo fi-
La manera empírica abstracta, .1~ inhibición metodológica que nanciero de alguna clase y también un cierto público que Je dé
sustenta,. el .enfoque de el apoyo de la crítica. Ni el dinero ni la crítica se dan únicamente
. . su practicidad' las cualidades mentales a base de juicios objetivos de valor, y además suele haber disen-
que sus msbtuc10nes henden a seleccionar y preparar, todas éstas
s~?. cosas. que plant7an .proble?rns de gran urgencia sobre la po- sión acerca de la objetividad de los juicios mismos y del valor.
htica social de las ciencias sociales. Este estilo burocrático v su La función de la camarilla académica no consiste sólo en re-
encarnación institucional están en línea con las tendencias domi- gular la competencia, sino en fijar las condiciones de la compe-
n,a~tes de la estru~tura social contemporánea y sus tipos caracte- tencia y conceder premios al trabajo hecho de acuerdo con tales
nsticos de pensamiento. ~o creo que se le pueda explicar, ni aun condiciones en un tiempo dado. Son los cánones por los cuales
c?mprei:der plenamente, sm reconocer esto. Esas mismas tenden- se juzgan los hombres y se critica el trabajo los que constituyen
c~as sociales, en. realidad, no sólo afectan a las ciencias sociales, el rasgo intelectual más importante de la camarilla. A mi punto
smo a toda la vida intelectual de los Estados Unidos y de hecho anterior acerca del "ethos de los técnicos" de la ciencia social
al papel mismo de la razón en los asuntos humanos' de hoy. burocrática -sus cualidades mentales y su influencia sobre la for-
Lo que está a discusión parece claro: si la ciencia social no es mación de reputaciones. y, por lo tanto, sobre las modas dominan-
autóno?1a, no puede ser una empresa públicamente responsable. tes en la ciencia social y en los cánones de juicio crítico que
A ;ned1da qu~ los medios de investigación se hacen más grandes y prevalecen- sólo necesito añadir aquí que los medios por los
mas caros, tienden a ser "expropiados"; en consecuencia sólo cuales se realizan las tareas internas de la camarilla comprenden:
mientras un investigador social, en alguna forma colectiva, 'ejerza
0
el dar consejos amistosos a los jóvenes; ofertas de trabajo y reco-
ple?º control so~re esos medios de investigación puede la ciencia mendaciones para el ascenso; la asignación de libros a revisteros
social de este estilo ser verdaderamente autónoma. En la medida admiradores; la pronta aceptación de artículos y libros para su
en que ~l inv.estigador social individual depende en su trabajo de publicación; la distribución de fondos para investigaciones; arre-
burocracias, hende a perder su autonomía individual· en la medi- glos o politiqueos para cargos honoríficos dentro de las asociacio-
da en que l~ cien~ia social, s.ea trabajo burocrático, ti;nde a perder nes profesionales y en las redacciones de periódicos profesionales.
su autonomia soc1~l y poht~c.a. Quiero subrayar el a medida que. En el grado en que estos medios constituyen concesiones de
Porque yo he vemdo mamf1estamente estudiando una sola ten- prestigio, que a su vez es en gran medida un determinante de ca-
dencia, aunque muy importante, y no el estado total de nuestros rreras académicas, afectan a las expectativas económicas del pro-
asuntos. fesor individual tanto como a su reputación profesional.

En otro tiempo se esperaba, en general, que las reputaciones


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académicas se basaran en la producción de libros, estudios, mo-
Si .hemos de ent~nder lo que está ocurriendo en un sector de tra- nografías, en suma, sobre la producción de ideas y de obras eru-
~a¡o c?ltural e mtelectual, debemos entender su contexto social ditas, y sobre el juicio que acerca de esos libros formulasen cole-
mmediato. Por. lo tanto: ~ebo hace~ ahora una breve digresión gas académicos y legos inteligentes. Una razón de que esto haya
sobr7 las camarillas a.cadem1cas. Es cierto, desde luego, que en Ja sido así en ciencia social y en humanidades es que la competencia
i:ied1da en qu~ una idea es duradera y significativa, una persona- o incompetencia de un hombre estaba expuesta a la inspección
lidad o camarilla dadas sólo pueden ser símbolos temporales su- de todos, ya que el viejo mundo académico no tenía situaciones
yos. Pero el asunto de las "camarillas" y las "personalidades" y privilegiadas de competencia. Es difícil saber si la supuesta com-
petencia de un presidente de una gran sociedad anónima, por
* Con. esto a~ude el autor al cuento tradicional del rey a quien se hizo ejemplo, se debe a sus propios talentos personales o a los poderes
creer que iba vestido cuando en realidad estaba desnudo. [T.] y facilidades de que dispone por virtud de su posición. Pero no
124 EL "ETHOS" BUROCRÁTICO EL "ETHOS" BUROCRÁTICO 125

había lugar para esas dudas en lo que respecta a los profesores en problemas de fusiones, en los problemas inheren' -s a la cons-
que trabajaban, como trabajaban los profesores anticuados, como titución de una asociación más amplia de camarilla~. Y, natural-
artesanos. . mente si una escuela sufre un ataque efectivo por parte de gente
Pero, por su prestigio, el nuevo estadista académico, como el extrañ~, o pvr la de otras camarillas, una de sus prim~ras estr~t~­
ejecutivo de un negocio y el jefe militar, ha adquirido medios de gias consiste en negar que en reali~ad sea una camanl1a y n.1 si-
competencia que deben distinguirse de su competencia personal, quiera una escuela. En estas ocasiones es cuando los estadistas
pero que no se distinguen así en su reputación. Un secretario hacen valer sus derechos.
profesional permanente, un oficinista para la biblioteca, una má- Muchas veces se confunden las tareas de importancia para la
quina eléctrica de escribir, un dictáfono, un mimeógrafo, y quizás camarilla con las tareas de importancia para el verdadero trabajo
un pequeño presupuesto de tres o cuatro mil dólares para com- de una escuela. Entre los individuos más jóvenes, esto afecta a
prar libros y revistas: hasta ese pequeño equipo de material y sus posibilidades de carrera; entre los mayores, hay un premio de
personal de oficina aumenta enormemente la apariencia de sabi- la camarilla a las habilidades administrativas y de adelantamien-
duría de un profesor. Cualquier ciirector de negocios se reirá ante to, políticas y amistosas. Especialmente entre estos mayores, las
la pequeñez de tales medios; los colegas profesores no, porque son reputaciones pueden, por eso, tener bases más bien un tanto am-
pocos, aun entre los más fecundos, los que cuentan con tales me- biguas. ¿Se debe la reputación de este individuo -pueden pre-
dios de un modo seguro. Pero ese equipo es un medio de compe- guntarse los extraños- al valor intelectual del trabajo que en rea-
tencia y de carrera, que la pertenencia segura a la camarilla hace lidad haya hecho, o a su posición dentro de la camarilla~
mucho más probable que el profesorado suelto. El prestigio de la Cuando examinamos las relaciones entre las camanllas, en-
camarilla aumenta la posibilidad de conseguirlo, y el tenerlo au- contramos inmediatamente a individuos que no son portavoces
menta a su vez la posibilidad de adquirir reputación. de una camarilla, sino de todo "el campo" en su conjunto. No
Éste, pues, según creo, es un tipo de situación que ayuda a son simplemente ejecutivos de una firma, son portavoces de toda
explicar cómo pueden los individuos adquirir considerable repu- la industria. Quien aspire a representar el papel de "estadist~"
tación sin haber producido gran cosa, verdaderamente. Acer- de todo un campo, habitualmente debe negar, en efecto, que exis-
ca de uno de esos hombres observaba recientemente en términos tan verdaderas diferencias intelectuales, pongamos por caso, entre
totalmente amistosos, un colega interesado por la posteridad: las dos camarillas principales del campo. De hecho, como porta-
"l'vfientras viva, será el hombre más eminente en su campo; dos voz conjunto de las dos, su primera tarea intelectual consist~ en
semanas después de muerto, no lo recordará nadie." Que la expre- hacer ver que "realmente las dos trabajan por alcanzar la rmsma
sión sea tan dura quizás es testimonio de las penosas ansiedades finalidad". Llega a ser un símbolo de prestigio de lo que cada
que frecuentemente atormentan al estadista en su mundo de ca- camarilla pretende ser su propia especialidad, y un símbo~o ta~­
marillas académicas. bién de su "verdadera" unidad, o por lo menos de su umdad fi-
Si hay competencia entre varias camarillas en un campo de nal. Tomando su prestigio de cada una de las camarillas, lo con-
estudios, las posiciones relativas de los diversos competidores fiere a las dos. Es una especie de agente de bolsa que coloca
tienden a determinar las estrategias camarillescas. Camarillas pe- valores de prestigio de ambos equipos. .
queñas y consideradas sin importancia pueden ser excluidas a su Supongamos, por ejemplo, que en un campo de estud10s haya
debido tiempo por las camarillas principales de la direcci6n de los dos escuelas principales, nna Ha.macla Teoría y otra llamad~ !n-
negocios. Sus individuos serán ignorados, o vencidos, o rechaza- vestigación. El estadista de éxito lleva con las dos un trafico
dos, y al fin mueren sin haber preparado a la generaci6n siguiente. muy activo. Se le ve como formando parte de ambas, pero ~ai:n­
Debe te.nerse presente siempre que una función importante de bién como situado entre ellas. Parece prometer, con su prestigio,
las camarillas es formar a la siguiente generación académica. que Teoría e Investigación no sólo son compatibles, sino que
Decir que una camarilla no tiene importancia es decir que tiene ambas son partes de un modelo integral de trabajo en el conjunto
poca mano en esa formación. Pero si hay, por ejemplo, dos es- de la ciencia social. Es él un símbolo de esa promesa. Pero la
cuelas principales, ambas con jefes muy poderosos y de mucho promesa no se apoya en ningún libro ni estudio que realmente
prestigio, entonces las relaciones entre ellas tienden a convertirse haya hecho. Lo que ocurre es 1o siguiente: En toda obra de In-
126 EL "ETHOS" BUROCRATICO EL "ETHOS" BUROCRATICO 127

vestigación que debe ser alabada, el estadista busca Teoría, e inva- :alabanza mutua -por, de y para los individuos de la camarilla~·
riablemente la encuentra de una manera absolutamente inmejo- no es suficiente. , .
rable. En toda obra de Teoría debidamente alabada, d estadista Pero entre los individuos sueltos quizás hay tambien qmer;i~s
busca Investigación, y nunca deja de encontrarla, y de la mejor no quieren tomar parte en el juego, quienes no quieren a~qu~nr
calidad. Estos "hallazgos" son del orden de extensas reseñas de li- prestigio por ese medio. De éstos, .unos s~n meramente 111d1f~­
bros, y tienen que ver con la concesión de prestigio a los hombres rentes y están absorbidos en su prop1? traba10, y otros so~ categ~­
tanto como con los exámenes de estudios por su propio derecho. ricamente hostiles. Critican el trabajo ele la escuela. S1 es posi-
El estudio acabado, en que Teoría e Investigación aparezcan ble, la camarilla los ignorará a ellos y su trabajo. Pero es.ta estra-
realmente como una misma cosa, es, como ya he dicho, una pro- tegia sencilla sólo es adecuad.a y segura cuancl~ la ?amanlla goza
mesa, un símbolo. Entretanto, el prestigio del estadista no des- de un prestigie verdaderamente grande._ A~em~s, solo p~ede d~s­
cansaº sobre ningún estudio parecido, y en realidad pocas veces plegarse de un modo verdaderamente senonal s_i la c~manlla ~0111-
descansa sobre ningún estudio de ninguna clase. cide virtualmente con todo el campo de estud10 y tiene de ~l un
Creo que hay un hecho trágico en todos estos papeles de dominio monolítico. No es éste, naturalmente, el caso hab1tu~l;
estadistas. Quienes los representan tienen con frecuencia inteli- por lo común, hay muc~~s personas neu~rales y much?s tra~a1a­
gencias de primer rango; en realidad, estos papeles no pueden <lores eclécticos, y tamb1en otras camanllas, ~n el mismo cam-
ser verdaderamente representados por mediocridades, aunque mu- po. Hay, además, c~m~os de , es~udio asocia?o~; y, fuer~ de
chos las imiten, desde luego, verbalmente. El papel que ha lle- eso diversidad de aucl1tonos y pubhcos no acaclcm1cos cuyo mte-
gado a representar el estadista lo aparta de todo verdadero traba- rés' 0 aplauso desbarata, por lo menos ~a~ta ahora, el . ~ontro1
jo. El prestigio que ha acumulado es tan desproporcionado con lo monolítico de las camarillas sobre e1 prestigio, la reputac10n y fa
que en realidad ha hecho, la promesa que ha hecho es tan gran- carrera.
de, que con frecuencia se siente inhibido de descender al "Estu- En consecuencia si los críticos no pueden ser ignorados, de-
dio", y 'cuando toma una parte importante en un estudio o un ben adoptarse otras ~strategias . .To?~s los medios que se empl~~n
libro, se resiste a terminarlo o a publicarlo, aun cuando los de- para el manejo interior de los mdrvicluos de la escuela, tam~1en
más crean que ya está terminado. Entonces se lamenta de las se emplean, naturalme~te, para tratar con los ex~raños ~10stiles.
comisiones y demás cargas que tiene que soportar, pero al mismo No necesito sino exammar uno de ellos: la resena de libros, el
tiempo acepta -en realidad, muchas veces las busca- otras mu- medio más común para la concesión de prestigio. Sup~?gamo_s
chas cargas. Su mismo papel de estadista es al mismo tiempo que un profesor suelto publica un libro que at.rae atenc1on, s~fi­
causa y excusa de no ponerse a trabajar. Está atrapado, como él ciente para que no sea posible hacer ~ue_ s_e le i~nore. La tachca
dice frecuentemente; pero realmente tiene que seguir atrapán- más tosca consiste en dárselo a un md1viduo import~nte ele 1~
dose a sí mismo, o en otro caso su mismo papel de estadista será camarilla, especialmente a uno que se se~a que compite.. en opi-
considerado como una mera excusa por los demás y por él mismo. niones con el autor o que hasta le sea abie.rt~mente hosb~, o que
por lo menos tiene alguna relación coi; 01;n?10nes cont:anas a las
El mundo de las camarillas no es todo lo que hay en el mundo suyas. Es más sutil entregarlo a un mdlVldi.:-o poco 1mpor~ante
académico. Hay también los individuos sueltos, que en verdad pero que empieza a de~t~carse y que todavía ,no ha pubhca~o
presentan muchas variedades y cuyo trabajo también es variado. muchas cosas y cuyas op1mones, por lo tant~, aun no son. amplia-
Desde el punto de vista de una camarilla importante, los indivi- mente conocidas. Esto tiene muchas venta¡as. Para el. ¡oven es
duos sueltos pueden parecer amigos, o por lo menos neutrales, en una remuneración a su fidelidad así como una oportumdad p~ra
lo que respecta a la escuela de la camarilla; quizá son 'ecléticos" hacerse conocer por su crítica ele un indi:Viduo mad~iro Y bien
en su trabajo o sencillamente sin inclinación social determina- conocido. Además, pone al libro en posición menos importante
da. En la medida en que su trabajo atrae favorablemente .la que si se le diera a un profesor eminente. Por_ otra par~e, .e~ un
atención o que a ellos se les juzga meritorios, útiles o valiosos, los papel que el joven puede r~presentar .con segun~ad: e~, md1v~du?,
individuos de la camarilla quizás intenten atraerlos, abrirles el bien conocido quizá no qmera, por cierto esnob1s~o, contestar
camino y al fin reclutarlos. La alabanza que es simplemente a la crítica; no es obligado para el autor de un hbro contestar a
128 EL "ETHOS" BUROCRÁTICO 129
EL "ETHOS" BUROCRATICO
críticas de profesores; en realidad, la política de ciertas revistas con que se empleasen "para controlar la conducta soci~l" los r;ié·
cultas es irnpedirlo. Pero aunque la reseña sea contestada, no
todos científicos con que el hombre ha llegado a doT?mar el ato-
tiene mucha importancia. Todo el que ha escrit? no sólo reseñ~s
sino también libros sabe que una de las faenas mtclectuales mas
rno, se resolverían pronto los problemas de !ª humamdad y se les
garantizarían a todos la paz y la abundancia.
fáciles es "rebajar" un libro --cualquier libro- en una reseña de
Detrás de esas frases hay curiosas nociones de poder, de razón,
dos o tres columnas, y que es virtualmente imposible "contestar"
de historia, todas ellas cosas poco claras y todas ellas en un d~pl?­
a esa reseña en el mismo espacio. No sería imposible si el libro rable estado de confusión. El uso de esas frases revela un opbm1s·
hubiera sido leído con algún cuidado por todos los lectores de la
rno racionalista y vacío que descansa sobre la ignorancia de los
controversia, y el que esto no pueda darse por supuesto da al rese-
diferentes papeles posibles de la ra~ón en los asuntos ~uI?anos, de
ñador una ventaja arrolladora.
la naturaleza del poder y sus relac10nes con el conocnme~to, del
Pero si el libro en cuestión atrae mucho la atención dentro
significado de la acci ón moral y .del .lugar que en él tiene el
o fuera de su campo, o en ambos sitios, lo único que entonces hay 1
conocimiento del caracter de la h1stona y del hecho de que los
que hacer es dárselo a un individuo dist~ngui~o de. Ja camari11~, hombres son' no sólo criaturas de la historia, sino en ocasiones
de preferencia a un estadista, que lo aiabara debidamente sm creadores dentro de ella y aun de ella. Antes de ocuparme en es-
prestar mucha atención a su contenido y hará ver cómo contri-
tas cuestiones, ya que influyen en el significado político de. las.
buye a su manera a las tendenci~s predomi~ar:tes y prometed~ras ciencias sociales, me propongo examinar brevemente la con.signa
del campo de estudio en su con¡unto. Lo u~rco que d~be .e~1tar clave de los filósofos tecnoéráticos, la relativa a la predicción y
toda camarílla seria y aplicada es entregar e1 hbro a otro mdlVlduo el control de la conducta .
.suelto que, en primer lugar, diría exacta y claramente lo que el
libro contiene, y en segundo lugar lo criticaría en términos abso- Hablar de predicción y control con la frivoli~ad con que a~gu­
lutamente independientes de escuelas y camarillas y modas. nos lo hacen, es tomar el punto de vista del burocrata. para qmen, ·
como dijo Marx en cierta ocasión, el mundo es un ob¡eto q~e hay
3 que manipular. Para ver la cosa claramente, tomemos un e¡emplo
extremo: Si un hombre tiene un sutil y poderoso aparato de con-
Entre las consignas usadas por divi:rsidad de escuelas de ciencia trol sobre una división de un ejército en Üna isla apartada y sin
social, ninguna tan frecuente como: "El objeto de la ciencia so- enemigos, está, debemos reconocerlo, en situación de predomiI~i~.
cial es la predicción y el control de la conducta humana." Hoy Si emplea plenamente sus poderes y ha hecho planes defm1-
se oye en algunos medios hablar mucho de "ingeniería humana", dos, puede predecir, dentro de márgenes muy estrechos, lo 9ue
frase indefinida auc a menudo se toma equivocadamente por un cada hombre estará haciendo en determinada hora de determma-
objetivo claro y ~rnnifiesto. Se le cree claro y manifiesto porque do día de determinado año. Hasta puede predecir muy bien los
descansa soh::e una analogía no discutida entre "dominio de la sentimientos de varios de aquellos hombres, porque los manipula
naturaleza" y "dominio de la sociedad". Quienes habitualmente como manipularía· objetos inertes; tiene el poder de rechazar mu-
usan estas frases, probablemente figuran entre los más apasiona- chos de los planes que quizás hagan ellos, y de vez en cua:id<>
damente interesados en "convertir los estudios sociales en verda- puede considerarse con toda propiedad co~o un d~spota.,ammp~
deras ciencias" y que consideran su propio trabajo políticamente tente. Si puede controlar puede predecir. Gobierna regulan-
neutral y sin significación moral. Muy frecuentemente, la idea dades".
básica se enuncia como "el atraso" de la ciencia social respecto Pero nosotros como científicos sociales, no podemos suponer
de la ciencia física y la consiguiente necesidad de acortar la dis- que estamos trat~ndo con objetos tan altamente manipulables, y
tancia. Estas consignas tecnocráticas son el sustitutivo de una no podemos suponer que somos entre los hombres déspotas sa-
filosofía política entre muchos de los científicos de quienes acabo bios. Por lo menos, aceptar uno u otro supuesto es tomar una
de hablar. Suponen ellos que van a hacer con la sociedad lo ~ue actitud política que parece muy curiosa en profesores. Ninguna
creen que los físicos han hecho con la naturaleza. Toda su filo- sociedad histórica está construida dentro de un armazón tan rígi-
sofía política está contenida en la sencilla opinión de que sólo do como el que encierra a mi hipotética división de ejército. Ni
BO EL "ETHOS" BUROCRATICO EL "ETHOS" BUROCRATICO 131
son los investigadores sociales -y agradezcámoslo mucho- ge- niero humano. En la actualidad se concibe frecuentemente el
nerales de la historia. Pero hablar de "predicción y control" a papel del investigador social· dentro de tal perspectiva burocráti-
renglón seguido, como hacen tantos, habitualmente es suponer ca. Actuar a la manera de como-si-yo-fuera-un-ingeniero-humano
cierto tipo .de control unilateral, como el de mi general imagina- podría ser sencillamente divertido en una sociedad en que la ra-
rio, cuyos poderes he exagerado algo para que el punto se viese zón humana es~uviera amplia y democráticamente instalada, pero
claramente. los Estados Umdos no son esa sociedad. Sean lo que fueren, se-
Deseo aclararlo a fin de revelar el significado político del ethos guramente es evidente esto: son una sociedad en que se emplean
burocrático. Se le ha empleado principalmente en y para sectores cada vez más burocracias funcionalmente racionales en asuntes
no democráticos de la sociedad: un establecimiento militar, una humanos y en decisiones que hacen historia. No todas las épocas
sociedad anónima, una agencia de publicidad, una sección admi- se parecen en. el grado. en que los cambios que se operan dentro
nistrativa del gobierno. En y para tales organizaciones burocráti- de ellas son mdepend1entes de un control premeditado y pesan
cas han sido invitados a trabajar muchos científicos sociales, y los sobre las espaldas de todos los hombres. La nuestra parece ser
problemas por los que allí se interesaron son los tipos de proble- una época ~n q,ue las de?i~iones clave, o la falta de ellas, adqp-
mas que interesan a los individuos más eficientes de tales máqui- tadas por mmonas burocraticamente instituidas, son cada vez más
nas administrativas. fuente ?e cambios históricos: '!'rátase, además, de una época y
No veo cómo pueda nadie estar razonablemente en desacuer- u?a sociedad en que la ampliación y la centralización de los me-
do con el siguiente comentario del profesor Robert S. Lynd sobre d10s de control, de poder, incluyen ahora generalmente el em-
El soldado norteamericano: pleo de 1~ ciencia social para cualesquiera fines que le asignen
los que tienen en sus manos el control de esos medios. Hablar
Estos volúmenes describen cómo se emplea la ciencia con gran de "predicción y control" sin pensar en las cuestiones que plan-
habilidad para escoger y controlar hombres para fmes que no son de tean es abandonar toda la autonomía moral y política que uno
su propia voluntad. Es una medida significativa de la impotencia pueda tener.
de la democracia liberal el que deba usar cada vez más sus ciencias
sociales no directamente en los problemas propios de la democracia
sino tangencial e indirectamente; tiene que recoger las migajas d~ ¿Es posible hablar de "control" desde algún otro punto de vis-
las investigaciones hechas en negocios privados sobre problemas como ta que _no s~a el burocrático? ,~í, desde luego que lo es. Se han
el modo de medir la reacción de un auditorio a fin de presentar pro- concebido drversas clases de auto-control colectivo". El enun-
gramas sintéticos de radio y de cine, o, como en el caso presente, de ciado. adecuado de esa idea incluye todas las cuestiones relativas
las investigaciones del ejército acerca de cómo convertir fríos reclutas a ~a I_ibertad y la raci~,nalidad, c?~;o ideas )". como valores. Incluye
en heroicos soldados que lucharán en una guerra cuyas finalidades no asimismo la idea de democracia , como tipo de estructura social
eomprenden. Orientando el uso de la ciencia social objetivos tan Y. como conjunto ~e expectativas políticas. La democracia signi-
extraños socialmente, cada progreso en su uso tiende a convertirla en ~1ca el poder y la libertad de los controlados por la ley de cambiar
un instrumento de control de masas, y por consiguiente en una ame- esta, de acuer~o. con el conse::is~ s.obre determinados principios, v
naza más para la democracia.1 a~n co? mochficar estos pnnc1p10s, pero, sobre todo, s1gnmca
Las consignas de los ingenieros humanos sirven para llevar el cierto tipo de auto-control colectivo sobre la mecánica estructural
espíritu burocrático más allá del uso actual de ese estilo de pen- de, la historia misr~a. ~s ésta u?a idea complicada y difícil que
samiento y de método de investigación. Emplear esas consignas mas adel~nte e~amm_are con algll:n detalle. Aquí sólo deseo indi-
como enunciados de '.'lo que uno hace" es aceptar un papel buro- c~r que s~ lo~ mvestigador~s. sociales_, en una .sociedad que con-
crático aun cuando uno no lo representa. Ese papel, en suma, es tiene aspirac10nes democraticas, qmere estudiar seriamente las
aceptado con frecuencia a base de un como si. Adoptar el punto co?secuencias de "la predicción y el control'', deben examinar
de vista tecnocrático, y tratar de actuar de acuerdo con él como cmdadosamente esos problemas.
investigador social, es obrar como si uno fuera de verdad un inge- ¿Es posible hablar de "predicción" desde algún otro punto de
vista. q~e no sea el burocrático? ,~í, desde luego que Jo es. Las
1 'The Science of Inhuman Relations", The New Republic, 27 de agos·
to de 1949. predicciones pueden apoyarse en regularidades inesperadas" más
132 EL "ETHOS" BUROCRÁTICO EL "ETHOS" BUROCRATICO 133
bien que en controles prescriptivos. Sin tener su control, podemos acuerdo con principios firmes. Para el teórico, el mundo es un
predecir acerca de aquellos sectores de la vida social sobre los cua- mundo de conceptos que hay que manipular, muchas veces sin
les nadie tiene control, aquellos en que las actividades "volunta- principios discernibles. La teoría sirve, en una gran diversidad
rias" y no rutinarias constituyen un mínimo. Los usos del lenguaje, de maneras, como justificación ideológica de la autoridad. La in-
por ejemplo, cambian y persisten "por detrás de la espalda de los vestigación para fines burocráticos sirve para hacer la autoridad
hombres". Quizá esas regularidades ocurren también en relación más efectiva y más eficaz, proporcionando información útil para
con la mecánica estructural de la historia. Si podemos captar lo los planeadores autoritarios.
que Jolm Stuart Mill llamó los principia media de una sociedad, El empirismo abstracto es empleado burocráticamente, aun-
si podemos captar sus tendencias principales, en resumen, si pode- que tiene, desde luego, claras significaciones ideológicas, que en
mos comprender la transformación estructural de nuestra época, ocasiones se usan como tales. La gran teoría, como ya he indica-
podemos tener una "base para la predicción". do, no tiene utilidad burocrática directa; su significación política
Pero debemos recordar que, dentro de ambientes específicos, es ideológica, y en eso estriba el uso que puede tener. Si estos·
los hombres controlan con frecuencia su actuación; el grado en dos estilos de trabajo -empirismo abstracto y gran teoría- lle-
que puedan hacerlo figura entre los objetos de nuestro estudio. gasen a gozar una situación de "duopolio'', o aun a ser los estilos
Debemos recordar que hay generales verdaderos así como los hay predominantes de trabajo, constituirían una grave amenaza para
hipotéticos, y lo mismo directores de empresas y jefes de Estado. la promesa intelectual de la ciencia social y para la promesa polí-
Además, como se ha observado con frecuencia, el hecho de que tica del papel de la razón en los asuntos humanos, tal como este
los hombres no sean objetos inertes quiere decir que pueden llegar papel ha sido clásicamente concebido en la civilización de las
a conocer las predicciones que se hacen acerca de sus activida- sociedades occidentales.
des, y que en consecuencia pueden, y muchas veces lo hacen, re-
dirigirse a sí mismos: pueden desmentir o cumplir las prediccio-
nes. Lo que harán no c¡:stá todavía eyujeto a predicciones muy
seguras. Mientras los hombres gocen de cierto grado de libertad,
no será fácilmente predecible lo que harán.
Pero la cuestión es: Decir que "el fin real y último de la inge-
niería humana" o de la "ciencia social" es "predecir" significa
sustituir un lema tecnocrático por lo que debería ser una elección
moral razonada. También esto es asumir la perspectiva democrá-
tica dentro de la que -una vez adoptada plenamente- hay mucha
menos elección moral obtenible.

La burocratización del estudio social es una tendencia suma-


mente generalizada; quizás, a su debido tiempo, se imponga por
completo en una sociedad en la que están llegando a ser supremas
las rutinas burocráticas. Va acompañada, naturalmente, de una
teoría jesuítica y de alto vuelo, que como tal no tiene interacción
ninguna con la investigación administrativa. Las investigaciones
particulares, por lo general estadísticas y limitadas a usos admi-
nistrativos, no afectan a la gran elaboración de "conceptos"; esta
elaboración, a su vez, no tiene nada que ver con los resultados
de las investigaciones particulares, sino más bien con la legitim<1-
ción del régimen y de sus características cambiantes. Para el bu-
rócrata, el mundo es un mundo de hechos que hay que tratar de
FILOSOFíAS DE LA CIENCIA 135
más que como un límite puesto a nuestros problemas. Limitar
en nombre de la "ciencia natural" los problemas sobre los que
VI. FILOSOF1AS DE LA CIENCIA hemos de trabajar me parece una timidez curiosa. Desde luego,
si investigadores semi-preparados desean limitarse a esos proble-
LA CONFUSIÓN en las ciencias sociales -ahora resultará evidente- mas, quizá sea una autolimitación prudrnte; fuera de eso, tal
va envuelta en la interminable controversia acerca de la natura- limitación no tiene base significativa.
leza de la ciencia. La mayor parte de los estudiosos de la
sociedad seguramente estarán de acuerdo en que su gratuita acep- l
tación como "ciencia" suele ser tan ambigua corno formal. El
"empirismo científico" significa muchas cosas, y no hay una ver- El analista social clásico ha evitado toda serie rígida de procedi-
sión consagrada, y mucho menos un uso sistemático de una versión mientos; ha tratado de desarrollar y de usar en su trabajo la ima-
·determinada. Las expectativas profesionales son absolutamente ginación sociológica. Repelido por la asociación y disociación de
confusas y el sentido de artesanía puede verificarse según modelos conceptos, ha empleado términos más complicados sólo cuando
de investigación totalmente diversos. En cierta medida, es a cau- ha tenido buenas razones para creer que con su empleo ensancha
sa de esta situación por lo que los modelos epistemológicos de los el alcance de sus talentos, la precisión de sus referencias y la pro-
filósofos de las ciencias naturales tienen el atractivo que tienen.1 fundidad de su razonamiento. No ha sido inhibido por el método
Reconociendo la existencia de diversos estilos de trabajo en las y la técnica; el modo clásico ha sido el de la artesanía intelectual.
ciencias sociales, muchos estudiosos se muestran afanosamente de Generalmente las discusiones de métodos y de teoría surgen
acuerdo en que "debemos unirlos". Algunas veces se expone este como notas marginales sobre el trabajo en marcha o sobre el que
programa en términos persuasivos: la tarea en los próximos dece- va a emprenderse. El "método" tiene que ver, ante todo, con el
nios -se dice- consiste en unir los grandes problemas y el tra- modo de formular y resolver cuestiones con cierta seguridad de
bajo teórico del siglo x1x, especialment.e el de los alemanes, con que las soluciones son más o menos duraderas. La "teoría" tie-
las técnicas de investigación predominantcos en el siglo xx, espe- ne que ver, sobre todo, con la estrecha atención que se preste a
cialmente con las de los norteamericanos. Dentro de esta gran las palabras que usamos, especialmente a su grado de generalidad
dialéctica se cree que han de hacerse señahdos y continuos avan- y a sus relaciones lógicas. El objetivo primordial de ambas cosas
ces en una concepción dominante y en un procedimiento riguroso. es la claridad de concepción y la economía de procedimiento, y de
Como problema filosófico, no es muy difícil "unirlos" .2 Pero manera mucho más importante precisamente ahora, la amplia-
la cuestión pertinente es ésta: supongamos que los "unimos" en ción más bien que la restricción de la imaginación sociológica.
uno o en otro gran modelo de investigación. ¿Qué utilidad tiene Haber dominado el "método" y la "teoría" es haber llegado a
ese modelo para el trabajo en ciencia social, para el manejo de sus ser un pensador consciente de sí mismo, un hombre que trabaja
tareas principales? y conoce los supuestos y las complicaciones de lo que está hacien-
Ese trabajo filosófico es, creo yo, de a1guna utilidad para los do. Ser dominado por el "método" o por la "teoría" es sencilla-
científicos sociales. El saberlo nos permite ser más conscientes mente verse impedido para trabajar, para tantear, es decir, para
de nuestros conceptos y de nuestros procedimientos, y aclararlos. averiguar lo que está sucediendo en el mundo. Sin penetrar el
Proporciona un lenguaje con el que podemos hacer esas cosas. modo como se lleva a cabo el trabajo, los resultados del estudio
Pero su empleo debe ser de carácter general; ningún científico so- son poco sólidos; sin la determinación de que el estudio llegue a
cial necesita tomar muy en serio ningún modelo de esos. Y sobre resultados significativos, todo método es pretensión insignificante.
todo, debemos tomarlo como una liberación de nuestra imagina- Para el investigador social clásico, ni el método ni la teoría
ción y como fuente de sugestiones para nuestros procedimientos, son dominios autónomos. Los métodos son métodos para cierto
tipo de problemas; las teorías son teorías para cierto tipo de fenó-
1 Cf. capítulo m, sección 1. menos. Son como el lenguaje del país en que uno vive: no pode-
2 Cf., por ejemplo, el esfuerzo más bien juguetón titulado "Two Styies
of Research in Current Social Studies", en Philosophy of Science, vol. 20, mos jactarnos de que lo hablemos, pero es una desgracia y un in~
núm. 4, noviembre de 1953, pp. 266-75. conveniente si no lo hablamos.
134
136 FILOSOFÍAS DE LA CIENCIA FILOSOFfAS DE LA CIENCIA 137

El investigador social, al trabajar, debe conservar siempre er1 métodos prometen conducimos a mejores modos de estudiar algo,
primer lugar un pleno sentido del problema que tiene entre ma- muchas veces, en realidad, de estudiarlo casi todo. Las elabora-
nos. Esto significa, evidentemente, que debe conocer muy bien ciones de teorías, sistemáticas y asistemáticas, prometen hacernos
y de un modo esencial el estado de los conocimientos en el cam- más despiertos para establecer distinciones en lo que podamos
po a que corresponden los estudios que está examinando. Signi- ver, o en lo que podamos hacer de lo que vemos, cuando llegamos
fica, también, en medida que no creo que pueda hacerse explí- a interpretarlo. Pero ni el Método ni la Teoría pueden por sí
cita, que ese trabajo se hace mejor cuando los varios estudios solos tomarse como partes del trabajo efectivo de los estudios
examinados se relacionan con un campo análogo de estudio. Fi- sociales. De hecho, ambos son con frecuencia precisamente lo
nalmente, ese trabajo no se hace mejor como especialidad única contrario: son alejamientos de los problemas de la ciencia social.
de una sola persona, y mucho menos de un joven que, en reali- Por lo general, según hemos visto, se basan en algún gran modelo
dad, ha hecho poco trabajo verdadero, si es que ha hecho alguno, de investigación con que se les da en la cabeza a otras gentes. Que
o que quizá sólo ha tomado parte en estudios hechos en uno u ese gran modelo no sea apto para un uso totalmente pleno no es,
otro estilo particular. quizás, demasiado importante, ya que siempre se le puede usar
de un modo ritualista. Habitualmente está hecho, como ya he
Cuando hacemos una pausa en nuestros estudios para refle- explicado, a base de alguna filosofía de la ciencia natural, y más
xionar sobre la teoría y el método, el mayor beneficio es una re- habitualmente aún, ¡quién lo creyera!, de una glosa filosófica
formulación de nuestros problemas. Quizás es por eso por lo que, sobre la física, quizás un poco anticuada. Este jueguecito, y otros
en la práctica real, todo investigador social activo debe ser su que tienen reglas parecidas, conduce menos a avanzar en el tra-
propio metodólogo y su propio teórico, lo cual sólo quiere decir "bajo que al tipo de agnosticismo científico de que ha dicho Max
que debe ser un artesano intelectual. Todo artesano puede, natu- Horkheimer:
ralmente, aprender algo de los intentos generales para codificar
La constante admonición contra las conclusiones prematuras y
los métodos, pero con frecuencia no mucho más que un conoci- las brumosas generalidades implica, a menos de que se la limite ade-
mientó de tipo muy general. Por eso no es probable que los "pro- cuadamente, un posible tabú contra todo pensamiento. Si toda idea
gramas ruidosos" en metodología contribuyan al desarrollo de la ha de ser tenida en suspenso hasta que haya sido completamente co-
ciencia social. No pueden imponerse de ese modo informaciones rroborada, no parece posible ningún enfoque fundamental y nos li-
verdaderamente útiles sobre métodos, si no se relacionan muy fir- ·mitaríamos al plano de los meros síntomas.1
memente con el trabajo efectivo del estudio social, el sentido de
1a importancia del problema y la pasión de resolverlo -actual- Los jóvenes, se ha obsetvado muchas veces, con frecuencia son
mente perdidos con tanta frecuencia- no pueden tener pleno corruptibles, pero ¿no es curioso ver a viejos eruditos de la ciencia
juego en la mente del investigador social al trabajar. social inquietos también por las pretensiones de los filósofos de
Lo más probable, pues, es que el progreso en los métodos ten- la ciencia que tenemos entre nosotros? Cuánto más inteligente e
ga efecto como generalizaciones modestas originadas en el trabajo ilustrativa que las ruidosas proclamas de ciertos sociólogos norte-
en marcha. Por lo tanto, debemos mantener en nuestra práctica americanos es la advertencia, en tono sencillo de conversación,
individual y en la organización de nuestra disciplina, un estado <fe dos economistas, suizo uno e inglés el otro, que expresa bien la
muy estrecho de interacción entre el método y el trabajo en reali- opinión clásica acerca del lugar del método:
zación. Sólo debe dedicarse una atención seria a las discusiones
generales de metodología cuando se refieren directamente al trabajo Muchos autores se disponen instintivamente a abordar estos problemas
real. Esas discusiones de métodos ocurren entre investigadores en forma correcta, pero después de estudiar la metodología se dan
sociales, y más adelante, en un apéndice, intentaré demostrar cuenta de numerosas trampas y peligros qúe les acechan. Así resulta
uno de los modos en que pueden realizarse. que pierden la seguridad que tenían y se extravían siguiendo direccio-
Formulaciones de métodos y discusiones acerca de ellas, dis-
tinciones de teorías y más distinciones -aunque estimulantes y 1 Tensions That Cause W ars, editado por Hadley Cantril, U niversity cif

hasta entretenidas- son meras promesas. Las formulaciones de Illinois Press, Urbana, Illinois, 1950, p. 297.
138 FlLOSOFfAS DE LA CIENCIA FILOSOFÍAS DE LA CIENCIA 139

nes equivocadas. A los intelectuales de este tipo aconsejamos que sentan una visión muy abstracta de los mundos sociales cotidianos.
prescindan de la metodología. 1 Normalmente tratan, por ejemplo, de un grupo de ingresos de edad
y sexo determinados en ciudades de mediano tamaño. Es decir,
Las consignas que debemos lanzar son, sin duda, las siguientes: cuatro variables, más de las que muchos empíricos hacen que en-
¡Cada uno su propio metodólogo! tren en una de sus instantáneas del mundo. Y todavía hay, natu-
¡Metodólogos, pónganse a trabajar! ralmente, otra variable: esa gente vive en los Estados Unidos. Pero
Aunque no podamos tomar demasiado literalmente esas con- esto no figura, corno "dato", entre las menudas, precísas y abstrac-
signas, como investigadores sociales activos necesitamos defender- tas variables que forman el mundo empírico del empirismo abs-
nos; y dado el curioso e indocto celo de algunos de nuestros cole- tracto. Incluir "los Estados Unidos" requeriría un concepto de
gas, quizá se nos perdonen nuestras exageraciones. estructura social y también una idea menos rígida del empirismo.
La mayor parte del trabajo clásico (llamado a veces macroscó-
2 pico en este aspecto) está situado entre el empirismo abstracto
y la gran teoría. Ese trabajo implica también una abstracción
El empirismo cotidiano de sentido común está lleno de supues- de lo que puede observarse en un ambiente cotidiano, pero la
tos y clichés de una u otra sociedad particular; porque e1 sentido dirección de su abstracción va hacia estructuras sociales e histó-
común determina lo que se ve y cómo debe explicársele. Si inten- ricas. Está en el plano de la realidad histórica, lo cual es decir
ta usted huir de esa situación por el empirismo abstracto, termi- sencillamente que los problemas clásicos de la ciencia social han
nará en un nivel microscópico o sub-histórico y se esforzará lenta- sido formulados en relación con estructuras sociales e históricas, y
mente en apilar los detalles abstractos con que está tratando. Si las soluciones ofrecidas también según ellas.
intenta usted huir del empirismo del sentido común por la gran Ese trabajo no es menos empírico que el del empirismo abs-
teoría, vaciará usted los conceptos con que está tratando de toda tracto. En realidad, lo es más. Con frecuencia está más cerca del
referencia empírica clara y presente, y, si no tiene usted cuidado, mundo de las significaciones y las experiencias de todos los días.
se encontrará completamente solo en el mundo trans-histórico La cosa es muy sencilla: la información de Franz Neurnann
que está construyendo. sobre la estructura social nazi es por lo menos tan empírica -y tan
Un concepto es una idea con contenido empírico. Si la idea "sistemática"- como la de Samuel Stouffer sobre la moral de la
es demasiado amplia para el contenido, tiende usted hacia la tram- unidad número 10079 del ejército; la de Max Weber sobre el man-
pa de la gran teoría; si el contenido se traga a la idea, tiende darín chino, o la de Barrington Moore sobre la Rusia Soviética, o
usted hacia la añagaza del empirismo abstracto. El problema la de Eugene Staley sobre los países subdesarrollados, son tan
general que esto implica se enuncia con frecuencia como "la ne- "empíricas" como los estudios de Paul Lazarsfeld sobre la opinión
cesidad de índices", y figura actualmente entre las demandas téc- en el distrito de Erie o en la pequeña población de Elmira.
nicas más importantes del trabajo efectivo en ciencias sociales. Lo Además, del trabajo clásico es de donde han nacido la mayor
saben los individuos de todas las escuelas. Muchas veces los em- parte ele las ideas empleadas en los planos sub-histórico y trans-
píricos abstractos resuelven el problema de los índices elimi~a~do histórico de trabajo. ¿Qué idea realmente fructífera, qué concepto
el alcance y la significación ele lo que se supone que es contemdo del hombre y de la sociedad y de sus relaciones, han resultado del
del índice. La gran teoría no hace frente al problema útilmente; empirismo abstracto o de la gran teoría? Por lo que se refiere a
sigue elaborando el "concepto" precisamente de acuerdo con otros ideas, ambas escuelas son parásitos que viven de la tradición de la
igualmente abstractos. ciencia social clásica.
Lo que los empíricos abstractos llaman "datos" empíricos repre-
3
\V. A. Johr y H. vV. Singer: El papel del economista como. asesor. ofi-
1
cial, Fondo de Cultura Económica, México, 19 57, p. 15. Este libro, dicho El problema de la verificación empmca consiste en "cómo des-
sea de pasada, es un modelo de la manera apropiada de proceder en las dis- cender a los hechos", pero sin ser abrumado por ellos; cómo anclar
cusiones de métodos en la ciencia social. Fue escrito, muy significativamente,
a manera de conversación entre dos artesanos experimentados. las ideas en hechos, pero sin que las ideas se hundan. El problema
140 FILOSOFÍAS DE LA CIENCIA FILOSOFÍAS DE LA CIENCIA 141
consiste primero en qué verificar y segundo en cómo verificarlo. mas sentido la necesidad de escoger y manejar de esta manera
En la gran teoría, la verificación es esperanzadamente deductiva; nuestros conceptos en relación con nuestros problemas, quizá sea-
ni qué verificar ni cómO' verificarlo parecen todavía un problema mos con frecuencia capaces de hacer la exposición detallada en la
muy definido. manera abstracta y más precisa de la investigación estadística. Para
En el empirismo abstracto, el qué verificar no parece a menudo otros problemas y conceptos, nuestra verificación será como 1a del
que se tome como cuestión seria. El cómo verificar lo proporcio- historiador; es el problema de la prueba. Es cierto, desde luego,
nan casi automáticamente los términos en que el problema es que nunca estamos seguros, que de hecho lo que hacemos muchas
planteado, los cuales se alimentan en procedimientos estadísticos veces es "conjeturar"; pero no es cierto que todas las conjeturas
de correlaciones y de otras clases. En realidad, los requisitos dog- tengan las mismas probabilidades de ser correctas. La ciencia social
máticos para esa verificación parecen con frecuencia lo único que clásica, puede decirse en homenaje a ella, es, entre otras cosas, un
interesa, y de ahí que limiten o hasta determinen los conceptos intento para aumentar las probabilidades de que puedan ser correc-
empleados y los problemas estudiados por los .consagrados a este tas nuestras conjeturas sobre materias importantes.
estilo microscópico. La verificación consiste en convencer racionalmente a otros así
En la práctica clásica, el qué verificar es considerado habitual- como a nosotros mismos. Mas para hacerlo debemos seguir las re-
mente tan importante o quizás más importante que el cómo veri- glas consagradas, sobre todo la regla de que el trabajo se presente
ficarlo. Se elaboran ideas en estrecha conexión con una serie de de tal suerte, que en todos los momentos esté abierto a la com-
problemas sustantivos; la elección de lo que ha de verificarse se probación de los demás. No hay un modo único de hacer esto; pero
determina de acuerdo con alguna regla como la siguiente: Tra- siempre exige un cuidado y una atención exquisitos para el detalle,
te de verificar los rasgos de la idea elaborada que parecen prometer la costumbre de ser claro, el examen ·minucioso y escéptico de los
más inferencias de importancia para la elaboración. A esos rasgos hechos alegados y una infatigable curiosidad acerca de sus posibles
los llamamos "centrales": si esto es así, de ahí se sigue que esto significados y su influencia sobre otros hechos y nociones. Exige
y esto y esto deben ser también así. Si esto no es así, de ahí. .. y orden y sistema. En una palabra, exige la práctica firme y conse-
sigue otra serie de inferencias. Una razón de este procedimiento cuente ele la ética de la erudición. Si no está presente esto, de
es la necesidad de economizar trabajo: verificación empírica, prue- nada servirán la técnica ni el método.
ba, documentación, determinación del hecho, llevan mucho tiempo
y con frecuencia son aburridas. En consecuencia, uno desea un 4
trabajo que diferencie lo más posible las ideas y las teorías con que
está trabajando. Toda manera ele trabajar en estudios sociales, toda elección de es-
El artesano clásico no suele hacer ningún gran proyecto para tudios y de métodos para hacerlos, implican una "teoría del pro-
ningún gran estudio empírico. Su política consiste en permitir y greso científico". Supongo que todos estamos de acuerdo en que
fomentar una constante comunicación entre concepciones macros- el progreso científico es acumulativo, que no es la creación de un
cópicas y exposiciones de detalle. Hace esto al proyectar su tra- hombre, sino la obra de muchos hombres que revisan y critican,
ba¡o como una serie de estudios empíricos en pequeña escala (que que suman y restan sus esfuerzos los unos a los otros. Para que
pueden, desde luego, incluir trabajo microscópico y estadístico), cuente el trabajo de uno, el que lo hace debe ponerlo en relación
cada uno de los cuales parece ser central para una parte u otra de con el que ha sido hecho antes y con el que se está haciendo en-
la solución que está elaborando. Esa solución es confirmada, mo- tcnces. Esto es necesario para comunicarse, y es necesario también
dificada o refutada de acuerdo con los resultados de esos estudios para la "objetividad". Cada uno debe decir lo que ha hecho de
empíricos. tal suerte que todos los demás puedan comprobarlo.
El cómo verificar enunciados, proposiciones, hechos putativos, La política de progreso de los empíricos abstractos es muy
no le parece al practicante clásico tan difícil como con frecuencia lo especial y muy esperanzadora: Acumulemos muchos estudios mi-
hacen parecer los trabajadores microscópicos. El practicante clásico croscópicos; lentamente y poco a poco, como hormigas que reú-
verifica un enunciado mediante la exposición detallada de todos nen innumer¡.bles briznas en un gran montÓP "construiremos la
los materiales empíricos pertinentes, y naturalmente, repito, si he- ciencia".
142 FILOSOF1AS DE LA CIENCIA FILOSOF1AS DE LA CIENCIA 143
La política de los grandes teóricos parece ser: En alguna parte
y en algún momento entraremos en contacto vivo con materiales
5
empíricos; cuando ese día llegue, estaremos preparados para mane- Sépalo él o no, la agrupación de los problemas de un individuo
jarlos "sist~náticamente"; entonces sabremos lo que significa hacer -cómo los enuncia y qué prioridad le asigna a cada uno- des-
la teoría sistemática lógicamente accesible al modo científico de cansa sobre métodos, teorías y valores.
verificación empírica. Pero hay que admitir que algunos individuos que trabajan en
La teoría del progreso científico sustentada por quienes deben la ciencia social no disponen de ninguna respuesta para la pregunta
cumplir la promesa de la ciencia social clásica no les permite su- fundamental de la agrupación de sus problemas. No sienten la
poner que una serie de estudios microscópicos se combinarán nece- necesidad de ella, porque en realidad no son ellos quienes deter-
sariamente en una,,dencia social "plenamente desarrollada". No minan los problemas sobre los cuales trabajan. Unos dejan que las
están dispuestos a süponer que esos materiales serán necesariamente inquietudes inmediatas que experimentan los hombres corrientes
útiles para otros fines que los presentes. En suma, no aceptan la en sus ambientes cotidianos les planteen los problemas sobre los
teoría de la construcción por bloques (o de juntar piezas sueltas, cuales trabajan; otros aceptan como puntos de orientación las cues-
como hacen colchas las ancianas) para el desarrollo de la ciencia tiones definidas oficial o inoficialmente por autoridades e intereses.
social. No creen que de ese trabajo salga un Newton o un Darwin Acerca de esto sabrán mucho más que nosotros nuestros colegas
que lo reúna y ordene, ni creen que lo que hicieron Darwin o de la Europa oriental y de Rusia, porque la mayor parte de nos-
Newton fue "reunir" hechos microscópicos corno los que está otros no hemos vivido nunca bajo una organización política que
acumulando hoy la ciencia social. El practicante clásico se resiste dirija oficialmente la esfera cultural e intelectual. Pero de ningún
también a suponer, con los grandes teóricos, que la juiciosa elabo- modo es desconocido el fenómeno en Occidente, y desde luego no
ración y diferenciación de conceptos llegará a ser de un modo o lo es en los Estados Unidos. La orientación política, pero más
de otro y a su debido tiempo sistemáticamente congruente con los especialmente la orientación comercial de los problemas por inves-
materiales empíricos. No hay razón -dicen- para creer que esas tigadores sociales, puede tener lugar por su voluntaria y hasta afa-
elaboraciones conceptuales sean alguna vez más que lo que son nosa auto-coordinación.
ahora. Entre los sociólogos liberalmente prácticos, se han abordado
La ciencia social clásica, en resumen, no "construye" con es- excesivamente las inquietudes en su propio nivel; los valores según
tudios microscópicos ni "deduce" de elaboraciones conceptuales. los cuales han sido descubiertos sus problemas no han sido acla-
Quienes la practican procuran construir y deducir al mismo tiempo, rados; y las situaciones estructurales en que pueden ser verificados
en el mismo proceso del estudio, y hacerlo mediante la formulación no han sido ni resueltas ni afrontadas. El trabajo ha sido entor-
y re-formulación adecuada de los problemas y de sus adecuadas pecido por hechos indigestos; los profesores no han dispuesto de
solu~iones. Practicar esta política -lamento la repetición, pero las técnicas intelectuales necesarias para asimilar y ordenar esos
éste es el punto clave- es abordar los problemas esenciales en el hechos, y esto ha llevado a la idea de una romántica pluralidad
nivel histórico de la realidad, formular esos problemas en los tér- de causas. En todo caso, los valores, aceptados o no, supuestos por
minos apropiados, y después, por alta que vuele la teoría, por los investigadores sociales liberalmente prácticos, están ahora am-
penoso que sea el serpear entre los detalles, al final de cada acto pliamente incorporados en el liberalismo administrativo del Estado
de estudio realizado, enunciar la solución en los términos macros- benefactor.
cópicos del problema. En suma, el enfoque clásico se dirige a los En la ciencia social burocrática -cuyo instrumento más apro-
problemas esenciales. El carácter de esos problemas limita y sugiere piado es el empirismo abstracto y cuya gran teoría es la ausencia
los métodos y los conceptos que se emplean y el modo de em- de teoría- todo el esfuerzo de la ciencia social se ha limitado a
plearlos. La controversia sobre diferentes opiniones acerca del los servicios prestados a las autoridades dominantes. Ni la vieja
"método" y de la "teoría" se desenvuelve apropiadamente en es- practicidad liberal ni la ciencia social burocrática manejan las cues-
trecha y constante relación con problemas esenciales. tiones públicas y las inquietudes privadas de modo que se incorpo-
ren a los problemas de la ciencia social. El carácter intelectual y
los usos políticos de esas escuelas (porque eso es lo que importa de
144 FILOSOFíAS DE LA CIENCIA FILOSOFfAS DE LA CIENCIA 145'

toda escuela de ciencia social) no pueden separarse fácilmente:: amenazados en las inquietudes y las cuestiones examinadas, quién
son sus usos políticos tanto como su carácter intelectual (y su los aceuta como valores y por quién están amenazados. Esas formu-
organización académica? lo que las ha llevado a la posición que Iacion~s se ven con frecuencia muy complicadas por el hecho de
ocupan en la ciencia social contemporánea. que los valores amenazados no siempre son los que los individuos
y el público creen que están en peligro, o en todo caso no son
En la tradición clásica de la ciencia social, los problemas se sólo ésos. En consecuencia, debemos hacemos preguntas como las
formulan de tal manera que su mismo enunciado incorpora mu- sigi..lientes: ¿Qué valores creen en peligro los actores? ¿Por quién
chos ambientes específicos y las inquietudes privadas que en ellos o por qué los creen amenazados? Si supiesen cuáles son los valores
experimentan diversidad de individuos. Esos ambientes, a su vez,.. verdaderamente afoctados, ¿se sentirían inquietos por su peligro?
son localizados de acuerdo con estructuras históricas y sociales más. Es absolutamente necesario incluir esos valores y sentimientos, ar-
amplias. gumentos y temores, en nuestra formulación del problema, porque
Ningún problema puede ser adecuadamente formulado a me- esas creencias y expectativas, por inadecuadas y erróneas que pue-
nos que se expresen los valores afectados y la amenaza manifiesta dan ser, constituyen la sustancia misma de las cuestiones y las in-
a los mismos. Esos valores y su peligro constituyen los términos. quietudes; la solución del problema, si la hay, debe ser probada
del problema mismo. Los valores que han sido la médula del aná- en parte por su utilidad para explicar las inquietudes y dificultades
lisis social clásico, son, creo yo, la libertad y la razón; las fuerzas. tal como son experimentadas.
que actualmente los ponen en peligro parecen a veces ser co-e:'(ten- Diré de pasada que el "problema básico" y su solución por lo
sivas con las tendencias principales de la sociedad contemporánea> general exigen atención al malestar procedente de la "profundidad"
si es que no constituyen los rasgos característicos del periodo con- de la bioarafía y a la indiferencia procedente de la estructura
temporáneo. Los principales problemas de los estudios sociales. misma de ~na sociedad histórica. Por nuestra elección y enuncfo.do
tienen hoy en común esto: conciernen a situaciones y tendencias. de los problemas debemos, prirn~ro, traducir la ,indiferencia en d~f~­
que parecen poner en peligro esos dos valores, y a las consecuen- cultades y el malestar en inqmetud; y despues debernos admitir
cias de ese peligro para la naturaleza del hombre y la realización; inquietudes y dificultades en la formulación de nuestro problema.
de.:: 1 a historia. En ambas etapas, debemos tratar de enunciar, de una manera todo
Ptw aquí me interesa menos toda agrupación particular de pro- lo simple y precisa que podamos, los diversos valores y amenazas
blemas, incluso los de mi propia elección, que la necesidad de implicados y relacionarlos entre sí.
que los investigadores sociales reflexionen sobre los problemas rea- Toda "respuesta" adecuada a un problema contendrá, a su vez,
les que parecen suponer por su trabajo y en sus planes. Sólo en una visión de los puntos estratégicos de intervención: de l~~ "pa-
vista de esa reflexión pueden examinar explícita y cuidadosamente lancas" con que la estructura puede ser conservada o rnod1f1cada;
sus problemas y las alternativas posibles de ellos. Sólo de ese modo y un avalúo de quienes están en situación de intervenir pero no
pueden proceder objetivamente. Porque la objetividad en el tra- lo hacen. La formulación de los problemas implica más cosas
bajo de la ciencia social requiere el intento constante de llegar a -muchas más-, pero aquí sólo me he propuesto trazar un esbozo.
saber explícitamente todo lo que va implícito en la empresa; re-
quiere un intercambio amplio y crítico de tales intentos. No es.
con modelos dogmáticos de método científico ni con pretenciosas.
proclamas de los problemas de la ciencia social corno pueden los:
investigadores sociales esperar desenvolver sus disciplinas de un.
modo fructíferamente acumulativo.
La formulación de los problemas, pues, debe incluir una aten-
ción explícita a un margen de cuestiones públicas y de inquietudes
personales, y debe abrir a la investigación las conexiones causales
entre ambientes y estructuras sociales. Al formular problemas de-
bemos hacer ver con claridad qué valores están verdaderamente
LA DIVERSIDAD HUMANA 147

captar y comprender. En esa imaginación un bra~má~ hind~


está al lado de un colono de Illinois, un caballero mgles del Sl··
VII. LA DIVERSIDAD HUMANA glo XVIII al lado de un aborigen australiano, juntamente con un
campesino chino de hace cien años, un político de la Bolivia ac-
HABIENDO CRITICADO con bastante detenimiento varias tendencias tual un caballero feudal de Francia, una sufragista inglesa de
que prevalecen en la ciencia social, me propongo ahora volver a 1914 en huelga de hambre, una estrellita de Hollywood y un
ideas más positivas -y hasta programáticas- de la promesa de patricio romano. Escribir sobre "el hombre" es escribir sobre to-
dicha ciencia. La ciencia social quizá es confusa, pero su confu- dos esos hombres y mujeres ... y también sobre Goethe y sobre
sión más bien es explotada que lamentada. Quizá está enferma, la muchacha vecina.
pero el reconocimiento de este hecho puede y debiera considerarse
como una necesidad de diagnóstico y quizá hasta como un signo El investigador social trata de comprender la diversidad hu-
de salud futura. mana de un modo ordenado, pero teniendo en cuenta la exten-
sión y hondura, de esa diversidad, muy bien P1:1~de pregunt~rse~e:
1 ¿Es esto realmente posible? ¿No es la ~onfus10n de l~s c1e?cias
sociales un reflejo inevitable de lo qu~ 11ntent~n e~tudiar qmenes
La ciencia social trata propiamente de la diversidad humana, cons- las practican? Mi respuesta es que qmza la d1vers1dad. ,no es tan
tituida por todos .los mundos sociales en que han vivido, viven y "desordenada" como la hace parecer la mera enurnerac10n de una
podrán vivir los hombres. Esos mundos contienen comunidades parte de ella; quizá ni siquiera tan desordenada ~orno con ~re­
primitivas que, por lo que sabemos, han cambiado poco en mil cuencia se la hace parecer en los cursos de estud10s que se dan
años; pero también Estados muy poderosos que, por decirlo así, en los colegios y las universidades. El orden y el desor~~n son cosas
han entrado de pronto en una existencia violenta. Bizancio y Eu- relativas a un punto de vista: llegar a 1:1na compre~s10n ordenada
ropa, la China clásica y la antigua Roma, la ciudad de Los Angeles de los hombres y de las sociedades requiere una s~ne de puntos de
y el imperio del antiguo Perú: todos los mundos que los hombres vista lo suficientemente simples para hacer posible la compren-
han conocido están ahora ante nosotros, abiertos a nuestro escru- sión, pero suficientemente amplios para permiti.mos. incluir en
tinio. nuestras opiniones la extensión y hondura de la d1vers1dad huma-
En esos mundos hay países abiertos a la colonización, grupos na. La lucha por esos puntos de vista es la primera e incesante lu-
de presión, bandas de malhechores e indios navajos dueños de cha de la ciencia social.
petróleo; fuerzas aéreas destinadas a demoler zonas metropolitanas Todo punto de vista descansa, naturalmente, ~obr~ una ~erie
de centenares de kilómetros cuadrados; policías en las esquinas; de cuestiones, y las cuestiones generales de las ciencias sociales
círculos íntimos y públicos sentados en un salón; sindicatos de (que dejo indicadas en el capítulo 1) acuden fá~ilme1~te a lamen-
delincuentes; masas apiñadas una noche en los cruces y las plazas te que tiene un firme dominio de la concepción onentadora de
de las ciudades del mundo; niños Hopi y tratantes de esclavos en la ciencia social como estudio de la biografía, de la historia y
Arabia, partidos alemanes, clases polacas, escuelas menonitas, tibe- de los problemas de su intersección dentro d~ la ~structura social.
tanos mentalmente perturbados, y redes de radio que dan la vuelta Estudiar esos problemas, darse cuenta de la d1vers1dad humana, re-
al mundo. Troncos raciales y grupos étnicos se mezclan en los quieren que nuestro trabajo se relacione continua y estrechamente
cinematógrafos y al mismo tiempo se rechazan mutuamente; gen- con el plano de la realidad histórica, Y. con .las. s~gnificaciones de
tes felizmente casadas y que también odian sistemáticamente; mil esa realidad para los hombres y las muieres mdlVldn.ale~ .. N~1estro
ocupaciones ele detalle dirigen negocios e industrias, gobiernos y propósito es definir esa realidad y discernir esas s1gmf1cac~one.s;
situaciones, naciones del tamaño ele continentes. Todos los días se en relación con ellos se formulan los problemas de la ciencia
hacen millones de pequeños contratos, y por dondequiera hay más social clásica, y así se afrontan las cuestiones y las inquietudes que
"pequeños grupos" de los que nadie podría contar. esos nroblemas encarnan. Esto exige que busquemos una com-
La diversidad humana incluye también la diversidad de los prensión totalmente relativa de las estructuras sociales que h.an
seres humanos individuales, que la imaginación sociológica debe apare'cido y que existen ahora en la historia del mundo. Exige
146
LA DIVERSIDAD HUMANA H9
148 LA DIVERSIDAD HUMANA
que ~e seleccionen y estudien ambientes en pequeña escala en instituciones y los ambientes específicos en que la mayor parte
re1.ac1ón con estr~ct.ura~ histór~cas. de mayor escala. Exige que de los hombres viven sus vidas públicas y privadas están organi-
evitemos la especiahzacrón arb1trélna en departamentos académi- zados ahora dentro de uno u otro de 1os Estados-naciones.
cos, que especialicemos nuestro trabajo diversamente de acuer- Los investigadores sociales, desde luego, no siempre estudian
do con el as~nto. ~ sobre todo de acuerdo con el problema, y que sólo estructuras sociales nacionales. El hecho es que el Estado-
al hacerlo as1 utrhcemos las perspectivas y las ideas, los materia- nación es e1 armazón dentro del cual sienten más frecuentemente
les y los métodos de todos y cada uno de los estudios satisfactorios la necesidad de formular los problemas de las pequeñas y las
sobre el hombre corno actor histórico. Prandes unidades. Otras "unidades" son consideradas de mejor
o
gana como "pre-nacionales " o como " pos-nac10na . l es " . p orque,
Históficamente, los investigadores sociales han prestado 1a ma-
yor atención a las instituciones políticas y econóniícas pero tam- naturalmente' las unidades nacionales pueden "pertenecer"
. . a una
.
bién han. ~ido muy estu~iadas las instituciones rnilita;es y paren- de las "civilizaciones", lo que suele querer decir que sus msbtu-
tales, r~h¡¡;1osas y educativas. Esta clasificación según las funcio- ciones religiosas son las de una u otra de las "religiones mundü:-
nes ob¡ehvas que por lo general desempeñan las instituciones es les". Los datos de "civilización" y otros muchos pueden sugenr
engañosamente simple, pero, no obstante, es cómoda. Si enten- maneras de comparar la actual diversidad de Estados-nacio_nes.
d.emos cómo se relacionan unos con otros esos órdenes institu- Pero tal como las usan escritores como Amold Toynbee, por e1em-
c10~ales, entenden:o~, la estructura social de una sociedad. Porque
plo, me parece a mí que las "civilizaciones" son cosas demasiado
la ~structura soc1al. , tal c~mo este concepto suele usarse más desparramadas e imprecisas para ser las unidades primas, los "cam-
comunmente, se refiere precisamente a eso, a la combinación de pos de estudio inteligibles", de las ciencias sociales. .
instituciones clasificadas según las funciones que cada una de ellas Al elegir la estructura social nacional corno . nuestra umdad
desempeña. En este .senti~o, es la uni?ad de trabajo más amplia genérica de trabajo, adoptamo~ un J?lano convemente de genera-
con que tratan los mvesbgadores sociales. En consecuencia la lidad, un plano que nos perrmte evitar el abandono .d.e nuestros
f~nalidad más amplia de éstos es comprender cada una de las' va- problemas y abarcar las fuerzas estructu:ales mamf1estamente
neda?es de estructura social en sus partes componentes y en su implícitas en muchos ?etalles y I!~rturbacwnes de la ~onducta
totalidad. La expresión "estructura social" es definida de manera 1rnmana actual. Ademas, la eiecc10n de estructuras sociales na-
n:uy diferente, y s~ emplean otras para decir lo mismo, pero si se cionales nos permite afrontar más fácilmente las cuestiones
tiene presente la diferencia entre medio y estructura al lado de la importantes de interés público, porque es .dentro y entre los ~s­
noción de institución, nadie dejará de reconocer la idea de estruc- tados-naciones del mundo donde, para bien o para mal, estan
tura social cuando se le presente. sólidamente organizados ahora los medios efectivos de poder, y
en consecuencia, en grado considerable, de forjar la historia.
Es cierto, desde luego, que no todos los Estados-naciones son
2 iguales en cuanto a su poder para forjar historia. Algunos son tan
En nuestra época, las estructuras sociales están habitualmente pequeños y dependen tanto de otros, que lo que sucede en ellos
organ.i~adas bajo Estados polí~icos ..En relación con el poder, .y sólo puede entenderse estudiando los Estados que son grande.s
tambien en otras muchas relacrones importantes, la unidad de es- potencias. Pero ése es simplemente otro .problema de la cla~1-
tructura social más amplia es el Estado-nación. El Estado-nación ficación útil de nuestras unidades -las nac10nes- y de su estudio
es ahora la forI?a predominante en la historia del mundo y, corno necesariamente comparativo. También es cierto que todos los
tal, un hecho importante en la vida de cada individuo. El Esta- Estados-naciones reobran entre sí, y algunos grupos de ellos pro-
do-nación ha escindido y organizado, en grados y maneras diver- ceden de contextos tradicionales análogos. Pero eso es cierto de
sas, las "civilizaciones" y los continentes del mundo. La medida toda unidad de rer:nfar tamaño que podamos elegir para el estn-
de su cxpan~ión. y las fases de su desarrollo son pistas importan- clio social. Además, especialmente desde la primera Guerra Mun-
tes de la h1stona moderna y hoy de la universal. Dentro del dial, todo Estado-nación capaz de ello se ha hecho cada vez más
~stado-nación están organizados ahora los medios políticos y mi- autosuficiente.
litares, culturales y económicos, de decisión y poder; todas las La mayor parte de los economistas y de los cultivadores de las
150 LA DIVERSIDAD HUMANA LA DIVERSIDAD HUMANA 151
ciencias políticas consideran evidente que su unidad primordial imaginación sociológica, como ya he d~~ho, es ~~ parte consi~e­
es el Estado-nación; aun cuando se interesen por la "economía rable una consecuencia de la preparac10n adqumda en ese tipo
internacional" y .las "relaciones internacionales", deben trabajar de esfuerzo. Pero en la actualidad esa opinión y esa práctica no se
estrechamente en relación con diversos y específicos Estados-na- limitan de ningún modo a los sociólogos y los ai_itr?p?logos. Lo
ciones. La condición y la práctica continuada de los antropólogos que en otro tiempo fue una prom~sa. de esas c~1sc1plmas, se .~ª
son, naturalmente, el estudio del "conjunto" de una sociedad o convertido por lo menos en una practica balbuciente, y tamb1en
una "cultura", y cuando estudian sociedades modernas intentan en una intención, de las ciencias sociales en general.
de buena gana, con éxito variable, comprender las naciones como La antropología cultural, en su tradición clásica y en sus ma-
todos. Pero los sociólogos -o más exactamente los técnicos de la nifestaciones actuales, no me parece distinguible, en ningún as-
investigación- que no tienen un dominio muy firme del concep- pecto fundamental, del estudio sociológico. Hace algún tiempo,
to de estructura social, con frecuencia estudian las naciones en cuando no había, o había muy pocos, estudios de sociedades
escala dudosamente grande. Indudablemente, se debe esto al contemporáneas, los antropólogos tenían que recoger materiales
prejuicio de que la "recolección de datos" puede hacerse de ma- sobre pueblos analfabetos en lugares remotos. Otras ciencias so-
ne~a men~s costosa sólo en unidades en pequefia escala. Esto ciales -en particular la historia, la demografía y la ciencia polí-
qmere decu, desde luego, que su elección de unidades no está de tica- han dependido desde sus orígenes de materiales documen-
acuerdo con. lo que es necesario. para cualesquiera problemas que tales acumulados en sociedades que tenían escritura. Y este hecho
hayan escogido; antes al contrario, el problema y la unidad están tendió a diferenciar las disciplinas. Pero ahora se usan "estudios
determinados por la elección de método. empíricos" de diversos tipos en todas las ciencias sociales, y en
En cierto modo, este libro es en su conjunto un argumento realidad las técnicas han sido más plenamente desarrolladas por
con~ra ese prej~icio. Creo que cuando la mayor parte de los in- los psicólogos y los sociólogos en relación con las sociedades his-
~estigadores sociales se ponen seriamente a estudiar un problema tóricas. En los últimos afios también los antropólogos han estu-
importante, les resulta muy difícil formularlo en relación con diado comunidades adelantadas y hasta Estados-naciones, con
una unidad menor que el Estado-nación. Esto es exacto en lo que frecuencia a distancia considerable; a su vez, los sociólogos y los
se refiere al estudio de la estratificación social y de la política economistas han estudiado los "pueblos subdesarrollados". No
eco;i?mica, de la .opinión pública y de la naturaleza del poder hav una diferencia de método ni un límite de contenido que
P?hhco, del. t_raba¡o y del asueto. Ni siquiera problemas de go- ve~daderamente distinga a la antropología de la economía y la so-
bierno mmucipal pueden formularse adecuadamente sin una re- ciología actuales.
ferencia plena a la estructura nacional. Así, pues, la unidad del La mayor parte de los economistas y de los cultivadores de la
Estad?-nac~ón se ;~comiend~ por sí misma por un alto grado ciencia política se han interesado por sectores institucionales es-
d~ evidencia. empmca accesible a todo el que tenga experien- peciales de estructura social. Sobre la "economía" y sobre el "Esta-
cia del traba¡o sobre los problemas de la ciencia social. do", los científicos de la política en menor medida, y los econo-
mistas en mayor medida, han formulado "teorías clásicas" que
3 han persistido durante generaciones de estudiosos. En suma,
construyeron modelos, aunque los científicos de la política (jun-
La idea de estructura social, juntamente con su concepto como tamente con los sociólogos) han sido tradicionalmente menos
unidad genérica de la ciencia social, está históricamente asociada conscientes de su actividad como constructores de modelos que
de modo muy estrecho con la sociología, y los sociólogos han sido los economistas. La teoría clásica, naturalmente, consiste en la
sus exponentes clásicos. El asunto tradicional tanto de la socio- formulación de conceptos y supuestos de los cuales se sacan de-
logía como de la antropología ha sido la sociedad total, o, como ducciones y generalizaciones, las cuales, a su vez, se comparan
la llaman los antropólogos, "la cultura". Lo que es específica- con diversidad de proposiciones empíricas. En ese trabajo, los
mente s.ociológico en el ~studio de cualquier rasgo particular de conceptos, los procedimientos y hasta las cuestiones son por lo
una sociedad total ~s el mcesante esfuerzo para relacionar aquel menos implícitamente codificados.
rasgo con otros, a fm de formarse un concepto del conjunto. La Todo eso puede estar muy bien. Sin embargo, para la econo-
152 LA DIVERSIDAD HUMANA
LA DIVERSIDAD HUMANA 153
mía indudablemente y para la ciencia política y la sociología a su
debido tiempo, dos hechos tienden a restar importancia a los y fuera de las ciencias sociales, y así están todos; en cuant? un
modelos formales de Estado y de economía con límites claros, individuo llega a dominar uno de esos "campos", .se ve obligado
que quiere decir tanto como formales y en gran medida mutua- a entrar en las especialidades de los otros, _e~ <leer~,. en la esfera
mente excluyentes: 1) el desarrollo económico y político de las <le todos los campos pertenecientes a la tr~d1~1ón. clasrca. Pueden,
zonas llamadas subdesarrolladas; y 2) las tendencias de las formas <lesde luego, especializarse en un orden mstrtuc10nal, pero ~,U la
de la "economía política" en el siglo xx, tanto las totalitarias medida en que captan lo que le es esencial, llegan tamb1en a
como las formalmente democráticas. Las consecuencias de la se- comprender su lugar dentro de la estructura ~o~ial . tot~l ~' en
gunda Guerra Mundial han sido a la vez erosivas y fructíferas consecuencia, sus relaciones con los otros dom1m~s mstrtuc10na-
para los economistas teóricos atentos, en realidad para todos los 1es. Porque en parte considerable, coT?o ya se va viendo claro, su
investigadores sociales dignos de ese título. misma realidad consiste en esas relaciones.
Una ''teoría de los precios", que es meramente económica,
puede ser lógicamente clara, pero no puede ser empíricamente No puede suponerse, natural~en~e, que los i~vestig~dores• so-
adecuada. Esa teoría exige el estudio de la administración de ins- ciales enfrentados con la gran d1vers1dad de la vida ,social, h~yan
tituciones de negocios y del papel de los directores dentro de y <lividido racionalmente el trabajo que tienen ante si. En pnmer
entre ellas; exige atención a la psicología de las expectativas acer- lugar, cada una de las disciplinas implicadas se. ~a desarrollado
ca de los costos, y en especial acerca de los salarios; a la fijación por sí misma y en respuesta a demandas y condlClones absoluta-
de precios por consorcios de pequeñas empresas cuyos jefes pue- mente específicas; ninguna se ha desarrollado como parte de un
den entenderse, etc. De un modo análogo, entender "el tipo de plan general. En segundo lugar, hay, des~e luego,. n_iu7ho des~
interés" requiere con frecuencia el conocimiento del tráfico ofi- acuerdo acerca de las relaciones de esas diversas d1sc1plmas, as1
cial y personal entre los banqueros y los mecanismos económicos .como acerca del grado de especialización de cada una. P~ro el
oficiales e impersonales del gobierno. hecho importante hoy e!' que esos ~esacuerd?s pueden cons1der~~­
No hay otro remedio, creo yo, sino que cada investigador so- se ahora más como hechos de la vida academ1ca que como difi-
cial se incorpore a la ciencia social y haga en ella trabajo compa- cultades intelectuales, y hasta académicamente, creo yo, actual-
rativo, y eso me parece que es ahora un cambio de interés muy mente tienden con frecuencia a resolverse, a ser rebasados.
grande. El trabajo comparativo, teórico y empírico, es hoy el Intelectualmente, el hecho central hoy es la flu~~ez crecie.nte
camino más prometedor para la ciencia social, y ese trabajo pue- de las líneas límites; los conceptos pasan con fac1hdad crecien-
de hacerse mejor dentro de una ciencia social unificada. te de una disciplina a otra. Hay varios casos notabl~s de carreras
basadas exclusivamente en el dominio .del vo,cabulano de un cam;
4 po y su hábil uso en el terreno tradicional ~e ot~o .. ~ay y h;ibra
especialización, pero no deb~ ~acerse segun d1sc1plmas mas o
Al progresar cada una de las ciencias sociales, su acción recíproca menos accidentalmente conshtmdas como nosotros las conoce-
con las demás se ha intensificado. El asunto de la economía está mos. Se hará siguiendo los lineamientos de problema~ ~uya solu-
volviendo a ser lo que fue en el origen: la "economía política", ción requiere un equipo intelectual perten~c1ent~ trad1c10nal1?en-
vista cada día más dentro de una estructura social total. Un eco- te a esas varias disciplinas. Todos los mveshgadores sociales
nomista como John Galbraith es un científico de la política tanto emplean cada vez más conceptos y métodos similares. .
-como lo son Robert Dahl o David Truman; en realidad, su obra Cada ciencia social ha sido moldeada p~r desarro~l,os mt~r:ios
sobre la estructura actual del capitalismo norteamericano tiene de tipo intelectual; cada. una ~~ .ell~s h~ sido tamb1en dec1s1va-
tanto de teoría sociológic~ de_ la economía política como las opi- mente influida por "accidentes mshtuc10nales, hecho claramen-
niones de Schumpeter sobre el capitalismo y la democracia o las te revelado por los diferentes modos en que cada una de ellas ha
de los grupos políticos de Earl Latham. Harold D. Lasswell, o tomado forma en cada una de ~as .nacioi:es más iml?o~ta~tes de
David Riesman, o Gabriel Almond, tienen tanto de sociólogos Occidente. La tolerancia o la md1ferenc1a de las d1sc1plmas ya
como de psicólogos y de científicos de la política. Están dentro consagradas, incluidas la filos?fía, la historia y las ~uma~idades,
11a condicionado con frecuencia los campos de la soc10log1a, de la
154 LA DIVERSIDAD HUMANA LA DIVERSIDAD HUMANA 155

economía, de la antropología, de la ciencia política y de la psico- de texto que con cualquiera otra producción intelectual como se
logía. En realidad, en algunas instituciones de alta cultura esa hace la integración y la determinación de fronteras de. los "cam-
tolerancia o su ausencia ha determinado la presencia o la ausen- pos". Es difícil imaginar una sit:1ación menos ap~opiada. Pero
cia de las ciencias sociales como departamentos académicos. En los mayoristas de libros de texto tienen muy reales .mtereses crea-
Oxford y en Cambridge, por ejemplo, no hay "departamentos de dos en sus producciones, aun cuando salgan perdiendo los pro-
sociología". ductores v los consumidores. Al lado de la integración de los
El peligro de tomar demasiado en serio la "departamentaliza- libros de texto, el intento de integrar las ciencias sociales procede
ción" de la ciencia social estriba en el supuesto concomitante de de acuerdo con conceptos y métodos y no de acuerdo con pro-
que las instituciones económicas, políticas y otras forman siste- blemas y materias. En consecuencia, la idea de "campos" dife-
mas autónomos. Desde luego, como ya he indicado, ese supuesto rentes se basa menos en férreos sectores de problemas que en
ha sido y es usado para construir "modelos analíticos" que con conceptos de papel de estaño. Esós conceptos son, sin embargo,
frecuencia son muy útiles, verdad~ramente. Generalizados, y difíciles de superar, y no sé si llegarán a serlo. Pero me parece
congelados en los departamentos de una escuela, los modelos que hay alguna probabilidad de que ciertas tendencias estructu-
clásicos de "la política" y de "la economía" probablemente se rales, dentro de la sociedad de disciplinas académicas, venzan con
acercan a la· estructura de Inglaterra y especialmente de los Esta- el tiempo a quienes -con frecuencia atrincherados y contuma-
dos Unidos a principios del siglo x1x. En realidad, históric~men­ ces- todavía están atrapados en sus ambientes especializados.
te, las ciencias económica y política como especialidades deben Entretanto, seguramente muchos investigadores sociales indi-
ser interpretadas, en cierta parte, de acuerdo con la fase histórica viduales comprueban que en "sus propias disciplinas" pueden rea-
del moderno Occidente durante la cual cada orden institucional lizar mejor sus fines si admiten más explícitamente las tareas
pretendió constituir un campo autónomo. Pero es claro que un orientadoras comunes de la ciencia social. Ahora es absolutamen-
modelo de sociedad compuesta de órdenes institucionales autóno- te posible para el practicante individual desconocer los cambios
mos no es, ciertamente, el único modelo según el cual pueda tra- "accidentales" de departamentos, y elegir y dar forma a su propia
bajarse en la ciencia social. No podemos tomar ese tipo único especialidad sin muchos impedimentos de carácter departamen-
como base adecuada para todo nuestro sector de trabajo intelec-. tal. Cuando llega a tener un sentido auténtico de los problemas
tual. La comprobación de esto es uno de los impulsos que operan importantes y a sentirse apasiona~amente i?tere~ado en su, solu-
ahora para unificar las ciencias sociales. Una fusión verdadera- ción se ve obligado con frecuencia a dommar ideas y metodos
mente activa de las diversas disciplinas de la ciencia política y la que 'por ventura han nacido dentro de una u otra de esas disci-
economía, de la antropología cultural y la historia, de la sociología plinas. Ninguna especialidad de la ciencia social le parecerá, en
y por lo menos un gran sector de la psicología, se ha venido ningún sentido intelectualmente significativo, un mundo cerrado.
operando en los planes de los cursos académicos así como en los Además, llega a comprender que en realidad está practicando la
proyectos ideales de estudios. ciencia social, y no una de las ciencias sociales, y que ello es así
Los problemas intelectuales planteados por la unificación de no importa cuál sea el sector particular de la vida social en cuyo
las ciencias sociales se refieren principalmente a las relaciones estudio se interesa más.
de los órdenes institucionales -el político y el económico, el mi- ~:uele decirse que nadie puede tener una mentalidad total-
litar y el religioso, la familia y la educación- en sociedades y mente enciclopédica sin incurrir en diletantismo. No creo que sea
periodos dados; son, como ya he dicho, problemas importantes. así, pero si lo es, ¿no saldremos ganando por lo menos algo con
Las numerosas dificultades prácticas que plantean las relaciones ese sentido enciclopédico? Es absolutamente imposible, cierta-
activas de las diferentes ciencias sociales se refieren a la formula- mente, dominar todos los materiales, conceptos y métodos de
ción de programas y de carreras académicas, a la confusión lin- cada una de esas disciplinas. Por otra parte, los intentos de "inte-
güística y a los mercados de trabajo ya consagrados para los grar las ciencias sociales" por "traducción conceptual" o por la
graduados en cada campo. Un gran obstáculo para la unificación exposición detallada de materiales suelen ser nimiedades de man-
del trabajo en la ciencia social es el libro de texto que presenta darín; así en gran parte de lo que se hace en muchos de los
sólo una materia. Frecuentemente, es más de acuerdo con libros cursos sobre "ciencia social general". Pero ese dominio, esa tra-
156 LA DIVERSIDAD HUMANA
ducción, esa exposición, esos cursos, no son lo que quiere decir
"la unificación de las ciencias sociales".
Eso quiere decir lo siguiente: Formular y resolver todos los VIII. USOS DE LA HISTORIA
probemas importantes de nuestra época requiere la selección de
materiales, conceptos y métodos de más de una de esas varias LA CIENCIA socIAL trata de problemas de biografía, de historia y
disciplinas. Un investigador social no necesita "dominar el cam- de sus intersecciones dentro de estructuras sociales. Que esas tres
po" para estar bastante familiarizado con sus materiales y pers- cosas -biografía, historia, sociedad-: son l?s puntos coordenados
pectivas y usarlos en aclarar los problemas que le interesan. La del estudio propio del hombr~, ha s1d~ ~a ri;nporta.nte plataforma
especialización debe hacerse de acuerdo con ese grupo de proble- sobre la cual me mantuve mientras cnhque las diferentes escue-
las actuales de sociología cuyos practicantes han abandonado esta
mas y no de acuerdo con fronteras académicas. Esto es, según
me parece, lo que está sucediendo ahora. tradición clásica. Los problemas de nuestro tiempo -que ahora
incluyen el problema de la naturalez~ misma d~l hombre- no
/
pueden enunciarse adecuadament~ s1~ la practica consecuen~e
de la opinión según la cual la h1stona es el fust~ del estu.d10
social y sin reconocer 1a necesidad de desarrolla.r 1;11~s una ps1~0-
logía del hombre sociológica~en~e ba~ada e his~or1ca?1e,n~e sig-
nificativa. Sin el uso de la h1stona y sm un sentido hIStonco de
las materias psicológicas, el investigador social no puede enunciar
adecuadamente los tipos de problemas que deben ser ahora los
puntos de orientación de sus estudios.

El tedioso debate acerca de si el estudio histórico es o no es o si


debe ser considerado una ciencia social no es importante ni inte-
resante. La conclusión depende muy claramente de la clase de
historiadores y de la clase de investigadores sociales de que esta-
mos .hablando. Algunos historiadores son, manifiestamente, com-
piladores de hechos que procuran abstenerse de "interpr~tar'~; se
dedican a veces fructíferamente, a un fragmento de historia y
parecen' resistirse a situarlo dentro de un campo más vasto de
acontecimientos. Algunos se sitúan más allá de la historia -a
veces también fructíferamente- en visiones transhistóricas de la
ruina inminente o de la gloria futura. La historia como disci-
plina incita a la busca del detalle, pero tambi~n ~stimula a am-
pliar la visión de uno hasta abarcar los acontecnmentos centrales
de la época en el desarrollo de estructuras sociales.
Quizás la mayor parte de los historiadores se interesan en "ad-
quirir la seguridad de los hechos" nec~saria par~ comprender. la
transformación histórica de las instituciones sociales, y en la m-
terpretación de esos hechos, usualmente mediant~ na~raciones.
Por otra parte, muchos historiadores no dudan en_ mclmr. en sus
estudios todos y cada uno de los sectores de la vida social. Su
157
158 USOS DE LA HISTORIA USOS DE LA HISTORIA 159

alcance es, pues, el de la ciencia social, aunque, como los otros sitamos la proyección imaginativa de. Ge?rge Orwell para saber
investigado:::<.s sociales, puedan especializarse en historia política, cuán fácilmente puede falsearse la h1stona en e,l proc~s? de su
o historia económica, o historia de las ideas. En Cl~'.mto estudian ·constante reelaboración, aunque su 1984 lo señalo dramaticamen-
como historiadores tipos de instituciones, tienden a ciestacar los te y, esperémoslo, asustó con razón a algunos de nuestros colegas
cambios ocurridos en determinado periodo de tiempo y a trabajar historiadores.
de un modo no comparativo, mientras que el trabajo de muchos in-
vestigadores sociales al estudiar tipos de instituciones ha sido más Pueden considerarse las producciones de los historiadores como
comparativo que histórico. Pero esta diferencia seguramente no un gran archivo indispensable para toda cien:ia social; cr~o
éste un punto de vista exacto y fruchfero. Se p1ens.a e~ oca~10-
1
es sino una mera diferencia de punto de vista y de especialización
dentro de una tarea común. nes que la historia como discip~!na con~ien~. toda l~ c1enc1a socia}
:r-.fochos historiadores norteamericanos, precisamente ahora, pero sólo creen eso algunos ~~x,namstas. desonentados. ~a~
están muy influidos por las concepciones, los problemas y los mé- fundamental que una u otra opm10n es. la id~ de. que tod.a cien-
todos de las diversas ciencias sociales. Barzun y Graff han indi- cia social -o mejor dicho, todo estudio social bien med1tado-
cado recientemente que quizá "los investigadores sociales se requíere una concepción de alcance hist?rico y un u~o plen~ de
abstienen de pedir a los historiadores que modernicen sus técni- materiales históricos. Esta sencilla noción es la pnnc1pal idea
cas" porque "los investigadores sociales están demasiado ocupa- a favor de la cual vengo arguyendo.
dos para leer historia" y "no reconocen sus propios materiales Al principio, quizá encontremos un~ obje.ción frecue~te con-
cuando se ks presentan de un modo diferente" .1 tra el uso de materiales históricos por mvestigadores sociales: se
En todo trabajo de historia hay, desde luego, más problemas dice que esos materiales no ~~n precisa ni siquiera pl~namente
de método de lo que suelen figurarse muchos historiadores. Pero conocidos. para que sea ~erm1tido .su uso ~:i comparac~ones con
en la actualidad algunos de ellos no piensan tanto en cuestiones los matenales contemporaneos me¡or confnmados y mas exactos
de método como de epistemología, y de una manera que sólo de que se d1spone. Esta objecióX: apu_nta,_ desde. luego, a ?n
problema muy inquietante de la mvestI~ac10n so~~al, per~ .solo
1
puede tener por resultado un curioso alejamiento de la realidad
histórica. La influencia sobre algunos historiadores de ciertas tiene fuerza si limitamos los tipos de mforrnac10n admitidos.
clases de "ciencia social" es con frecuencia absolutamente infor- Como ya he advertido, la consideración suprema del analista. se:
tunada; pero es una influencia que todavía no está bastante difun- cial clásico ha sido las exigencias de su problema y no las hm1-
dida para que exija qne la estudiemos aquí más detenidamente. taciones de ningún método rígido. La objeción, pues, es válida
La tarea esencial del historiador consiste en mantener com- sólo para ciertos problemas, y en realidad muchas vece.s puede
pleto el archivo humano; pero ésta es, verdaderamente, una simple ser obviada: para muchos problemas podemos obt~~er mform~­
y engañosa declaración de propósitos. El historiador representa ción adecuada sólo acerca del pasado. El secreto of1c1al y no ofi-
la memoria organizada de la humanidad, y esa memoria, como cial, y el uso extenso de relaciones públicas, son hechos co~tem­
historia escrita, es enormemente maleable. Cambia, algunas ve- poráneos que indudablemente hay que tener en cuenta al 1uzgar
ces radicalmente, de una generación de historiadores a otra, y no Ja veracidad de la información sobre el pasad0 y s??re el pr~se~t~.
sólo porque una investigación más detallada aporte al archivo Esta objeción, en una palabra, es :ina nu(~va vers~o1.1 de la m~1b1-
hechos y documentos nuevos, sino que cambia también porque ción metodológica, y con frecuenc:a una car_acter~shca de la ideo-
cambian los puntos de interés y el armazón dentro del cual el logía agnóstica del individuo políticamente macbvo.
archivo se ordena. Ésos son los criterios de selección de los innu-
merables hechos disponibles, y al mismo tiempo las interpreta-
2
ciones principales de su significado. El historiador no puede dejar
de hácer una selección de los hechos, aunque puede intentar des- Más importante que la medida en que los historiadores s~an i?-
conocerla con interpretaciones ligeras y circunspectas. No nece- vestigadores sociales, o cómo se conduzcan, es ~l p~1lto au'.1 ~na.s
1 Jacques Barzun y Henry Graff: The Modem Researcher, Harcourt and discutible de que las ciencias sociales son por s1 mismas d1s_c1ph-
Brace, Nueva York, 1957, p. 221. nas históricas. Para realizar sus tareas, o aun para enunciarlas
USOS DE LA HISTORIA 161
160 USOS DE LA HISTORIA
temporánea, que sueJe ser una sociedad. occid~ntal, posiblemente
bien, los investigadores sociales tienen que usar materiales de la no podemos esperar descu?rir muchas d1ferenc1.as ~erd~deramen.te
historia. A no ser que se suponga una teoría transhistórica de·
la naturaleza de la historia, o que el hombre en sociedad es una
entidad no histórica, no puede suponerse que ninguna ciencia
• fundamentales entre los tipos humanos y las 1i;istituc10nes soc1~­
les. Esta verdad general tiene ún sentido especial para el trabaio
en ciencia social: En el momento de operar un corte transve~­
social trascienda a la historia. Toda sociología digna de ese nom- sal en una sociedad con frecuencia puede haber tantos denomi-
bre es "sociología histórica". Es, según la excelente frase de Paul' nadores comunes d~ creencia, valor, forma institucional,. que ~or
Sweezy, el intento de escribir "la historia presente". Son varias detallado que sea nuestro estudio no encontraremo~ d1~ere~cias
las razones de estas relaciones íntimas entre la historia y la so- verdaderamente sianificativas entre las gentes y las mshtuc10nes
ciología. en aquel moment~ y en aquella sociedad. fi'.n re.alidad, los estu-
dios sobre un tiempo y un lugar suponen o implican muchas ve-
a) En nuestro mismo enunciado de lo que hay que explicar~ ces una homogeneidad que, si es cierta, .necesita. mucho que se la
necesitamos el gran alcance que sólo puede proporcionar el co- cónsidere un problema. No puede re~uc~rse fru~tuosamente? com?
nocimiento de las variedades históricas de sociedad humana. Que con tanta frecuencia se hace en la practica comente de la mvesti-
a una cuestión dada -las relaciones de las formas del nacionalis- gación, a un problema de procedimiento de muestreo. No puede
mo con los tipos de militarismo, por ejemplo- haya que darle ser formulada como problema en relación con un momento y un
con frecuencia respuestas diferentes cuando se formula sobre <!& lugar determinados. ·
sociedades y épocas diferentes, significa que la pregunta misma Las sociedades parecen diferir con respecto al margen de va-
necesita muchas veces ser formulada de nuevo. Necesitamos la riación de los fenómenos específicos que ocurren, dentro de ellas,
variedad que proporciona la historia aun para formular adecuada- así como de una manera más general, respecto al grado de ho-
mente preguntas sociológicas, y mucho más para contestarlas. Las mogeneidad social. Com~, ha observa~o .Morri~ ~ir:sberg, si l?
respuestas o explicaciones que con frecuencia, si no habitualmen- que estamos estudiando presenta vanac1ones 1:id1v1dual_es sufi-
te, damos son comparativas. Las comparaciones son necesarias. cientes dentro de la misma sociedad, o en el mismo penado de
para comprender cuáles pueden ser las condiciones esenciales de tiempo, puede ser posible establecer conexiones reales sin salir
lo que estemos tratando de comprender, ya sean formas de escla- de aquella sociedad o tiempo" .1 Esto es verdad muchas. veces, pero
vitud, o el sentido especial de un delito, tipos de familia o de co- habitualmente no es tan cierto que se le pueda dar simplemente
munid_ades campesinas p de granjas colectivas. Debemos observar por supuesto; para saber si es o no cierto, con frecuencia tenemos
aquello en que estemas interesados en circunstancias muy diver- que proyectar nuestros estudios como comparaciones e~tre estruc-
sas. De otro modo, estaremos limitados a una descripción in- turas sociales. Hacer esto de un modo adecuado reqmere por lo
sulsa. común que hagamos uso de 1a variedad suministrada por la his-
Para ir más allá de eso, debemos estudiar todo el margen toria. El problema de 1a homogeneidad socia~ -en la ~?<lema
disponible de estructuras sociales, incluidas las históricas tanto sociedad de masas, o, por contraste, en Ja sociedad tradrcwnal-
como las contemporáneas. Si no tomamos en cuenta ese margen, no puede ni aun ser propiamente. enunciado, y m~cho menos ~de­
que no abarca, desde luego, todos los casos existentes, nuestros cuadamente resuelto, si no exammamos comparativamente el am··
enunciados no pueden ser empíricamente adecuados. No pueden bito de las sociedades contemporáneas e históricas.
discernirse claramente las regularidades o las relaciones que se pue- El sentido, por ejemplo, de problemas clave de la ciencia po-
den advertir entre diferentes características de la sociedad. Los lítica como los de "público" y "opinión pública", no pueden acla-
tipos históricos, en suma, son parte muy importante de lo que rarse sin ese trabajo. Si no incluimos un campo más extenso en
estamos estudiando, y son también indispensables para las ex- nuestro estudio, muchas veces nos condenamos a resultados super-
plicaciones que de ello demos. Eliminar esos materiales -el archi- ficiales v engañosos. Yo no supongo, por ejemplo, que nadie
vo de todo lo que el hombre ha hecho y ha llegado a ser- de quiera dÍscuth la aserción de que el hecho de la indiferencia poH-
nuestros estudios sería como pretender estudiar el proceso del na-
1 Morris Ginsberg: Essays in Sociology and Social Philosophy, vol. II, 39,
cimiento ignorando la maternidad. Heinemann, Londres, 19 56.
Si nos limitamos a una unidad nacional de una sociedad con-
162 USOS DE LA HISTORIA USOS DE LA HISTORIA 163
tica es uno de los hechos principales de la escena política co_ntern- especificidad histórica" se refiere, en primer lugar, a una línea
poránea en las sociedades occidentales. Pero en esos estud10s de guía: toda sociedad dada debe ser entendida en relación con el
"'la psicología política de los electores" que no son ni comparati- periodo específico en que existe. Como quiera que se defina la
vos ni históricos, ni siquiera encontramos una clasificación de los palabra "periodo", las instituciones, las ideologías, los tipos de
"electores" -o de los "hombres políticos"- que verdaderamente hombres y de mujeres que predominan en un periodo dado cons-
:torne en cuenta esa indiferencia. De hecho, la idea históricamen- tituyen algo así como un patrón único. No quiere esto decir que
te específica de una tal indiferencia política, y mucho menos su ese tipo histórico no pueda compararse con otros, y desde luego
sentido, no puede formularse en los términos habituales de esos no quiere decir que el patrón pueda ser captado sólo intuitiva-
estudios de votaciones. mente. Pero sí quiere decir -y ésta es la segunda referencia del
Decir de los campesinos del mundo pre-industrial que son citado principio- que dentro de ese tipo histórico tienen algún
"políticamente indiferentes" no tiene igual significación que de- modo específico de intersección diversos mecanismos de cambio.
cir lo mismo del hombre de la moderna sociedad de masas. Entre Esos mecanismos, que Karl Mannheim, siguiendo a John Stuart
otras cosas, la importancia de las instituciones políticas para_ el Mill, llamó principia media, son los mecanismos verdaderos que
modo de vida y sus condiciones son totalmente diferentes en los desea captar el investigador social, interesado en la estructura
dos tipos de sociedad. Además, difiere h oportunida_d form~l de social.
afiliarse políticamente. Y por otra parte, la perspectiva de mter- Los antiguos teóricos sociales se esforzaron en formular leyes
venir en la vida política promovida por todo el cnrso de la demo- invariables de la sociedad, leyes que valdrían para todas las socie-
cracia burguesa en el Occidente moderno no siempre existió en dades, así como los procedimientos abstractos de la ciencia física
el mundo pre-industrial. Para comprender la "indiferencia políti- condujeron a leyes que eliminan de raíz la riqueza cualitativa de
ca", para explicarla, para captar su significado en las sociedades la "naturaleza". No hay, creo yo, ninguna "ley" formulada por
modernas, tenemos que tomar en cuenta los tipos y condiciones un investigador social que sea transhistórica, que no deba ser in-
totalmente distintos de indiferencia, y para hacerlo tenemos que terpretada en relación con la estructura específica de alguna épo-
examinar materiales históricos y comparativos. ca. Otras "leyes" son vacías abstracciones o tautologías confusas.
El único sentido de "leyes sociales", o aun de "regularidades
b) Los estudios a-históricos tienden por l_o genc~al. a ser estu- sociales", está en los principia media que podemos descubrir, o
dios estáticos, o a muy corto plazo, de ambientes lumtados. No si se prefiere, construir, para una estructura social dentro de una
puede esperarse otra cosa, porque conocemos más fácilmente las época históricamente específica. No conocemos principios uni-
grandes estructuras cuando cambian, y probablemente llegamos a versales de cambio histórico; los mecanismos de cambio que co-
conocer esos cambios únicamente cuando ensanchamos nuestra nocemos varían con la estructura social que examinamos. Porque
~isión hasta abarcar un periodo histórico suficiente. La posibi- el cambio histórico es cambio de estructuras sociales, de las rela-
lidad de que entendamos cómo obran entre sí pequeños ambien- ciones entre sus partes componentes. Así como hay diversidad de
tes y grandes estructuras, y la posibilidad c'.e que ~or:iprenda~os estructuras sociales, hay diversidad de principios de cambio his-
las grandes causas que operan en esos ambientes limitados, exige tórico.
<_!Ue tratemos materiales históricos. El conocimiento de la estruc-
tura, en todos los sentidos de esta palabra fundamental, así como e) Que el conocimiento de la historia de una sociedad es indis-
el adecuado enunciado de las inquietudes y problemas de los pensable muchas veces para comprenderla, resulta absolutamente
.ambientes limitados, exigen que reconozcamos las ciencias socia- claro a todo economista, o estudioso de la ciencia política, o so-
les como disciplinas históricas y que las practiquemos como tales. ciólogo, cuando deja su avanzada nación industrial para examinar
No sólo aumentan nuestras posibilidades de llegar a conocer las instituciones de una estructura social diferente, en el Medio
la estructura mediante el trabajo histórico; no podernos esperar Oriente, en Asia, en Africa. En el estudio de "su propio país" con
entender ninguna sociedad, ni aun como cosa estática, sin usar frecuencia ha hecho incursiones en la historia, cuyo conocimiento
materiales históricos. La imagen de toda sociedad es una imagen está incorporado en todos los conceptos con que trabaja. Cuando
específicamente histórica. Lo que Marx llamó el "principio de la estudia un ámbito mayor, cuando compara, se hace más conscien-
164 USOS DE LA HISTORIA USOS DE LA HISTORIA 165
te de lo histórico corno intrínseco a lo que desea comprender y una sola estructura nacional-, necesitamos materiales históricos.
no simplemente como "fondo general". Sólo por un acto de abstracción que viola innecesariamente la
En nuestro tiempo los problemas de las sociedades occiden- realidad social, podemos tratar de congelar un momento estrecho
tales son casi inevitablemente problemas universales. Quizá cons- como el corte de un cuchillo. Podemos, desde luego, construir
tituye una característica definidora de nuestra época el que por vislumbres y hasta panoramas estáticos de ese tipo, pero no pode-
primera vez en el.1a las diversidades ele mundos sociales que con·· mos terminar con esas construcciones nuestro trabajo. Sabiendo
tiene se encuentren en una interac:cíón seria, rápida y manifiesta. que lo que estamos estudiando está sujeto a cambios, en los más
El estudio de nuestra época debe ser un examen comparativo de simples niveles descriptivos, debemos preguntarnos: ¿Cuáles son
esos mundos y de sus acciones recíprocas. Quizá sea por eso por las tendencias predominantes? Para contestar a esta pregunta
lo que aquello que constituyó en otro tiempo el coto exótico del tenemos que enunciar por lo menos el "desde qué" y el "hasta
antropólogo se ha convertido en Ios "países subdesarrollados" qué".
del mundo que los economistas, no menos que los científicos de El enunciado que hagamos de la tendencia puede ser a muy
la política y los sociólogos, incluyen regularmente entre sus obje- corto plazo o por toda la duración de la época; eso dependerá,
tos de estudio. Por eso alguna de 1a mejor sociología que se hace naturalmente, de nuestro propósito. Pero habitualmente, en tra··
hoy es trabajo relativo a zonas y regiones del mundo. bajos de alguna escala, encontramos necesarias tendencias de dura-·
El estudio comparativo y el estudio histórico están profunda- ción considerable. Tendencias de mayor duración sólo suelen ser
mente entrelazados. No podemos comprender cconornías po- necesarias para superar el provincia1is~o histórico, o sea la suposi-
líticas subdesarrolladas, comi..mista y capitalista, tal como existen ción de que el presente es una especie <le creación autónoma.
actualmente en el mundo, mediante comparaciones insulsas e Si queremos entender los cambios dinámicos en una estructura
intemporales. Tenen1os que e1 ámbito temporal de nucs· social contemporánea, debemos tratar de discernir su desarrollo en
tro análisis. Para comprender y los comparativos plazo muy 1argo, y de acnerdo con él preguntamos: ¿En virtud de
tal como hoy se nos que conocer las foses qué mecánica han tenido 1ugar esas tendencias y está cambiando
históricas y las razones históricas de las de ritmo 1a estmcttúa de b sociedad? En preguntas así llega a su clímax
de dirección del pro~:n::so o dt; fa ausencia de Dcbemoc' nuestro interés por las tendencias. Ese clímax se relaciona con la
saber, por ejemplo, '" fas colonias u"c.'u'"'·',·º transición histórica de una época a otra y con 1a que podemos
les en A.mérica del y en AustrnJi;i en los llamar estructura de una época.
han convertido con el en sociedades Los investigadores sociales desean comprender el carácter de
menb; fl.orccientcs, por la época presente, esbozar su estructura y discernir las fuerzas prin-
de Africa siguieron v su.bdesarro1fadas cipales que operan dentro de ella. Cada época, cuando se Ia define
el siglo xx. adecuadamente, es "un campo inteligible de estudio" que revela
Así, e1 punto de histórico ::ondnce a1 c.studio la mecánica del de "hacer historia" que le es peculiar. El pa-
ti.vo <le las sociedades. ]\io ni explicar l;Js pel de las minorías del poder, por ejemplo, en ese "hacer historia"
foses por las que ha moderna, ni varía de acuerdo con la medida en que están centralizados los me-
1a for:ma que asume día, únicamente en relación con su pm· dios institucionales que pueden ador)tar decisiones.
historia nacional. simµkmente que en su La noción de la estructura y de la dinámica del "periodo mo-
realidad histórica ha tenido - con e1 desarro· derno", y de los rasgos esenciales y ünicos que pueda tener, es
no de otras sociedades; quiero <lecÍI que el intdecto no fundamental, aunque desconocida con frecuencia, para las ciencias
puede ni siquiera formular los problemas históricos y sociológicos sociales. Los cultivadores de la ciencia política estudian e1 Estado
de esa estructura social sin ínterpretarlos en contraste y en com- moderno; los economistas, el capitalismo rnodemo. Los sociólogos
paración con otras sociedades. -especialmente en su controversia con el marnismo-- plantean mu-
chos de sus problemas en ielación con "las características de los
d) Aun cuando nuestro trabajo no sea explícitamente tiempos modernos'', y In antropólogos usan sus talentos para estu-
rntivÓ --·aun cuando nos interesemos por un sector limitado diar el mundo moderno en el examen de sociedades pre-literarias.
166 USOS DE LA HISTORIA USOS DE LA HISTORIA 167
Ouizás la mayor parte de los problemas clásicos de la ciencia social con "descripción". Pero estas dos cosas no deben ser radicalmente
i'.ñoderna -de la. ciencia política y de la economía no menos que separadas, y no son las únicas maneras de ver las tendencias.
de la sociología- se ¡dacionan, en realidad, con una interpreta- Podemos examinar las tendencias en un esfuerzo para contestar a
ción histórica específica: la interpretación del nacimiento, los la pregunta: "¿A dónde vamos?", y esto es lo que los investiga-
componentes, la forma de las sociedades industriales urbanas del dores sociales tratan de hacer con frecuencia. Al hacerlo así, tra-
Occidente moderno, por lo general en contraste con la época tamos de estudiar historia más bien que de meternos en ella, de
feudal. prestar atención a las tendencias contemporáneas sin ser "mera- ,
Muchas de las concepciones más comúnmente usadas en cien- mente periodísticos", de calcular el futuro de esas tendencias sin
cia social se relacionan con la transición histórica de la comunidad ser meramente proféticos. Todo eso es difícil de hacer. Debernos
rural de los tiempos feucl.¡¡les a la sociedad urbana de la época recordar que estamos tratando con materiales hístóricos, que esos
· moderna. La "posición" y el "pacto" de Maine; la "comunidad" n:aterü!1es cambian muy rápidaf!lente y que existen contratenden-
y la "sociedad" de Tonnies; la "situación" y la "clase" de Weber; cias. Y tenemos siempre que equilibrar la inmediación del presente
las '.'tres etapas" de St.-Simon; lo "militar" y lo "industrial" de angosto como el filo de un cuchillo con la generalidad necesaria
Spencer; la "circulación de minorías" de Pareto; los "grupos pri- para descubrir el sentido de tendencias específicas para el periodo
mario y secundario" de Cooley; lo "mecánico" y lo "orgánico" de en su conjunto. Pero sobre todo, el investigador social procura
Durkheim; el "pueblo" y lo "urbano" de Redfield; lo "sagrado" ver juntas las varias tendencias principales, estructuralmente, más
y lo "profano" de Becker; la "sociedad contratante" y el "Estado bien que como acontecimientos en una dispersión de ambientes,
de guarnición" de Lasswell: todas éstas son concepciones histórica- que no añaden nada nuevo, en realidad que no añaden nada en
mente enraizadas, aunque su uso esté muy generalizado. absoluto. Ésa es la finalidad que presta al estudio de las tenden-
Es en relación con la atención prestada a la forma y la dinámica cias su importancia para la comprensión de una época y que exige
del "periodo moderno", y a la naturaleza de sus crisis, como la pleno y hábil uso de los materiales de la historia.
norma del investigador social atañe a "tendencias" que deben
ser comprendidas. Estudiamos tendencias con el intento de ir 3
detrás de los hechos v de entenderlos ordenadamente. En esos
estudios tratamos conJ frecuencia de enfocar cada tendencia un Hay un "uso de la historia'', común hoy en la ciencia socia~, que
poco por delante de donde ella está ahora y, lo que es más impor- en realidad es más un rito que un verdadero uso. Me refiero a los
tante, de ver todas las tendencias a la vez, como partes motrices rellenos llamados "esbozos del ambiente histórico" con que suelen
de la estructura "total del periodo. Es, desde luego, intelectual- en_ipezar los estudios de la sociedad contemporánea, y al procedi-
mente más fácil (y políticamente más aconsejable) conocer una m1ento ad hoc denominado "explicación histórica". Tales exvli-
tendencia por vez, manteniéndolas separadas, por decirlo así, caciones, que versan sobre el pasado de una sola sociedad, r~ra
que hacer el esfuerzo de verlas todas juntas. Al empírico litera- vez son suficientes, y acerca de eUas hay que decir tres cosas:
rio, que escribe unos ensayitos sobre esto y sobre aquello, toda En primer lugar, creo que debemos admitir que muchas vec.::s
tendencia a "ver el conjunto" le parece con frecuencia una "exage- tenemos que estudiar historia para librarnos de ella. Quiero decir
ración extremista". con esto que las que suelen tomarse como explicaciones históricas
Hay, desde luego, muchos peligros intelectuales en el intento de más bien debieran considerarse como partes del enunciado de lo
"ver el conjunto". Entre otras cosas, lo que uno ve como un todo que hay que explicar. Antes que "explicar" algo como "una per-
otro lo ve sólo como una parte, y en ocasiones, por falta de visión sistencia del pasado", debemos preguntarnos: "¿Por qué ha persis·
sinóptica, el intento es anulado por la necesidad de la descrip- tido?" Generalmente encontraremos que la respuesta varía según
ción. El intento puede, naturalmente, ser influido por prejuicios, las fases por que haya pasado lo que estamos estudiando; para
pero no creo que lo sea más que la selección de detalles precisa- cada una de esas fases podemos, entonces, intentar descubrir qué
mente examinables pero sin referencia a idea de conjunto, porque papel ha representado y cómo y por qué pasó a la fase siguiente_
tal selección tiene que ser arbitraria. En el trabajo históricamente En segundo lugar, creo que con frecuencia es una buena regla,
orientado, tambien a· " ,.. , "
, estamos expuestos a con f un ir preei1cc10:1
al trabajar sobre una sociedad contemporánea, intentar explicar
168 USOS DE LA HISTORIA USOS DE LA HISTORIA 169
sus rasgos contemporáneos en relación con su función contem- -noroeste de Europa, o Australia en su situación presente, no están
poránea. Esto quiere decir localizarlos, verlos como partes de otros -atrapadas en ningún ciclo histórico de hierro. Ese tipo de ciclo
rasgos de su ambiente contemporáneo y aun como debidos a ellos. TIO los tiene en sus garras, como en el mundo desierto de Aben-
Aunque sólo sea para definirlos, para delimitarlos claramente, para jaldún.1 Todos los intentos para comprenderlos en esos términos
hacer más específicos sus componentes, lo mejor es empezar con un me parece que han fracasado y tienden en realidad a convertirse
periodo más o menos reducido, pero histórico aún, naturalmente. en un desatino transhistórico.
En sus trabajos sobre los problemas de los individuos adultos, En resumen, la importancia de la historia está c1la misma
algunos neo-freudianos -y quizá más claramente que ninguno sometida al principio de la especificidad histórica. Con seguridad
Karen Horney- parecen haber llegado a usar procedimientos de puede decirse que "todo viene del pasado"; pero el sentido de esa
un orden similar. Se estudian las causas genéticas, biográficas, sólo frase -"venir del pasado" -- es lo que está en discusión. En oca-
después de haber agotado los rasgos y el ambiente contemporá- siones hay en el mundo cosas completamente nuevas, lo cual
neos del carácter. Y, naturalmente, ha tenido lugar un debate .quiere decir que la "historia" se repite o no se repite; depende
clásico sobre la materia en su conjunto entre la escuela funcional <le la estructura social y de la época en cuya historia estamos
y la escuela histórica de antropología. Supongo que una razón interesados. 2
de esto es que las "explicaciones históricas" muchas veces se con- Que ese principio sociológico pueda ser ahora aplicable a los
vierten en ideologías conservadoras: las instituciones son, después Estados Unidos, que la nuestra quizá sea una sociedad para la
de todo, transitorias; por lo tanto, esas instituciones particulares cual son menos pertinentes las explicaciones históricas que para
no son eternas ni "naturales" al hombre, sino que también cam- muchas otras sociedades y épocas, me parece que puede ayudarnos
biarán. Ambas opiniones suelen descansar sobre una especie de mucho a comprender varios rasgos importantes de la ciencia norte-
determinismo histórico o sobre una inevitabilidad que fácilmente americana: 1) por qué muchos investigadores sociales, interesados
puede llevar a una actitud pasiva y a una concepción erróne-1 únicamente en las sociedades occidentales contemporáneas, o más
acerca de cómo se ha hecho y cómo puede hacerse 1a historia. limitadamente aún en los Estados Unidos, consideran el estudio
No quiero poner sordina al sentido histórico que tanto trabajo histórico sin importancia para su trabajo; 2) por qué algunos histo-
me ha costado adquirir, pero tampoco quiero reforzar mis modos Yiadores hablan ahora, desatinadamente a lo que me parece, de
de ell.'Plicación con empleos conservadores ni radicales de la no-
ción ·de destino histórico. No acepto el "destino" como categoría 1 Véase Ibn Khaldoun's Philosophy of History, por Muhsin Mahdi,
histórica universal, según explicaré más adelante. George Allen and Umvin, Londres, 1957; e Historical Essays, Macrnillan,
Londres, 19 57, que contiene un revelador comentario acerca de él de H. R.
Trevor-Roper.
Mi último punto es más discutible aún, pero si es cierto, es de 2_ Se~alo un raz?namien~o en mi apoyo en una excelente reseña de tipos
importancia considerable: Creo que épocas y sociedades difieren de h1stona ~el tr~bn¡o, l'.º.r e3emplo, de Walter Calenson: " ... la renta margi-
en cuanto a que su comprensión requiera o no requiera referencias nal de cultivar tierra v1e¡a puede ser menor. .. a falta de ... material nuevo
directas a "factores históricos". El carácter histórico de una socie- i.mportant~. . . ~ero no es ést~ 1.a única justificación para concentrarse en
sucesos i_nas recientes. El mov1m1cnto obrero contemporáneo difiere del de
dad dada en una época dada puede ser tal, que el "pasado histó- hace tremta años no sólo cuantitativamente, sino cualitativamente. Antes
rico" tenga sólo una importancia indirecta para comprenderlo. ·de 19 30 era de carácter sectario; sus decisiones no eran un factor económico
Es manifiesto, desde luego, que comprender una sociedad que im~o.rtante y se ,,interesaba más en pequeños problemas internos que en la
se mueve lentamente, amisionada durante siglos en un ciclo de pohhca nac10na1 C\Valter Galenson: "Rdlections on the vVritina of Labor
History", en Industrial and Labor Relations Review, octubre de 19 57). En lo
pobreza, tradición, enfr medad e ignorancia, requiere que estudie- q~~ ;esp~cta,,a la antropología, el :Jebate entre las explicaciones "funcionales"
mos la base histórica y los persistentes mecanismos históricos de e h1stoncas ha durado m'.1cho tiempo, naturalmente. Los antropólogos tie-
ese terrible aprisionamiento en su propia historia. La explicación ue:1 que ser más veces func10nalcs que lo contrario, porque no pueden descu-
de ese ciclo y de la mecánica de cada una de sus fases requiere b_rir nada a.cerca de la _historia de ks "culturas" que examinan. Realmente,
un análisis histórico muy profundo. Lo que ante todo hay que tienen que mtentar explicar el presente por el presente, buscando explicaciones
en las 1_nutuas relaciones significativas de diversos rasgos contemporáneos de
explicar es el mecanismo de todo el ciclo. ,:ma sociedad. Para un penetrante estudio reciente, véase "Time and Theory
Pero los Estados Unidos, por ejemplo, o las naciones del in Social Anthropology", de Erncst Cellner, en Mind, abril de 1958.
170 USOS DE LA HISTORIA USOS DE LA HISTORIA 171

Historia Científica e intentan en su trabajo técnicas tan pronun- terreno donde ahora llegan a una incitante confluencia las prin-
ciadamente formalistas y hasta explícitamente a-históricas; 3) por cipales tradiciones intelectuales de nuestros tiempos, y en realidad
qué otros historiadores..nos dan con tanta frecuencia la impresión, de la civilización occidental. En ese terreno es donde "la natura-
sobre todo en los suplementos dominicales, de que la historia en leza de la naturaleza humana" -la imagen genérica del hombre
realidad es palabrería, que forja mitos acerca del pasado para usos heredada de la Ilustración- ha sido puesta a discusión en nuestros
ideológicos actuales tanto liberales como conservadores. Realmen- días por el advenimiento de los gobiernos totalitarios, por el rela-
te, el pasado de los Estados Unidos es una fuente maravillosa de tivismo etnográfico, por el descubrimiento del gran potencial de
imágenes felices; y, si estoy en lo cierto acerca de la poca impor- irracionalidad que existe en el hombre, y por la rapidez misma
tancia. de gran parte de la historia para la época contemporánea, con que hombres y mujeres pueden ser transformados histórica-
ese mismo hecho hace muy fácil el uso ideológico de la historia. mente.
Hemos llegado a ver que las biografías de hombres y de mujeres,
La importancia del trabajo histórico para las tareas y la pro- los tipos de individuos en que se convierten diversamente, no
mesa. de la ciencia social no se limita, naturalmente; a las "expli- pueden entenderse sin referencia a las estructuras históricas en que
caciones históricas" de este "tino norteamericano" único de es- están organizados los ambientes de su vida diaria. L;:is transfor-
tructura social. Por otra parte: esta noción de la importancia maciones históricas implican significaciones no sólo para los modos
variable de la explicación histórica es en sí misma una idea histó- individuales de vida, sino para el carácter mismo, pata los límites
rica, que debe ser discutida y sometida a prueba sobre bases y las posibilidades del ser humano. Como unidad forjadora de
históricas. Aun para este tipo único de sociedad contemporánea historia, el Estado-nación dinámico es también la unidad dentro
fácilmente puede llevarse demasiado lejos la falta de importanci~ de la cual se seleccionan y se forman la diversidad de hombres
de la historia. Sólo mediante estudios comparativos podemos y mujeres, y donde se liberan y se reprimen; es la unidad en que
llegar a conocer la ausencia de ciertas fases históricas en una se hace el hombre. Ésta es una razón por la cual las luchas entre
sociedad, lo cual es muchas veces absolutamente esencial para naciones y entre bloques de naciones son también luchas sobre
comprender su forma contemporánea. La ausencia de una época los tipos de seres humanos que finalmente prevalecerán en el
feudal es condición esencial de muchos rasgos de la sociedad norte- Medio Oriente, en la India, en China y en los Estados Unidos;
americana, entre ellos el carácter de su élite y su extremada fluidez es por eso por lo que ahora están tan íntimamente relacionadas
en lo que respecta a situaciones sociales, lo cual se ha confundido cultura y política, y por lo que es ahora tan necesaria la imagina-
muchas veces con la falta de una estructura de clases y de una ción sociológica y por lo que se la pide tanto. Porque no podemos
"conciencia de clase". Los investigadores sociales pueden -y en: entender adecuadamente al "hombre" como una criatura bioló-
realidad lo hacen muchos- intentar alejarse de la historia me- gica aislada, como un haz de reflejos o un conjunto de instintos,
diante un carácter indebidamente formal de concepto y de téc- como un "campo inteligible" o como un sistema en y por sí mismo.
nica. Pero esos intentos los obligan a hacer supuestos sobre la Además de cualquiera otra cosa que pueda ser, el hombre es desde
naturaleza de la historia y de la sociedad que no son ni fructíferos luego un actor social e histórico que debe ser entendido, si es
ni ciertos. Ese alejamiento de la historia hace imposible -y elijo que ha de entendérsele, en estrecha e intrincada interrelación con
la palabra con cuidado- comprender con precisión la mayor estructuras sociales e históricas.
parte de los rasgos contemporáneos de esta sociedad única, que Las controversias sobre las relaciones entre la "psicología" y
es una estructura histórica que no podemos esperar entender a "las ciencias sociales" no tienen fin, naturalmente. La mayor
menos que nos guiemos por el principio sociológico de la espe- parte de ellas han sido intentos formales para integrar una diversi-
cificidad histórica. dad de ideas sobre el "individuo" y el "grupo". Es indudable que
todas son útiles en cierto modo a alguien; afortunadamente, en
nuestro esfuerzo por formular aquí el alcance de la ciencia social,
4 no tienen por qué interesarnos. Aunque los psicólogos pueden defi-
Los problemas de la psicología social e histórica son en muchos nir su campo de trabajo, el economista, el sociólogo, el cultivador
respectos los más intrigantes que podemos estudiar hoy. Es en ese de la ciencia política, e1 antropólogo y el historiador, en sus estu-
172 USOS DE LA HISTORIA USOS DE LA HISTORIA 173
dios de la sociedad humana tienen que atenerse a supos1c10rfes Segundo, el elemento social se arn.plió grandemente bajo las
sobre la "rnturaleza humana". Esas suposiciones suelen caer ahora lupas del psicoanálisis, en especial por lo que puede 11amarse tra-
en la disciplina fronteriza de la "psicología social". bajo sociológico sobre el super-ego. En los Estados Unidos, a la
El interés por este campo de estudios ha aumentado a causa tradición psicoanalítica se unió otra que procede de fuentes total-
de que la psicología, como la historia, es tan fundamental para mente diferentes y que tuvo su primer florecimiento en el beha-
trabajar en ciencias sociales, que hasta que los psicólogos no se viorismo o conductismo social de George H. Mead. Pero después
dedicaron a los problemas implicados en él, investígaclores socia- se produjo en ella una limitación o una vacilación. El ambiente
les tuvieron que ser sus propios psicólogos. Los economistas, los en pequefia escafa de las "relaciones interpersonales" se ve ahora
más "formalizados" con mucho de los investigadores sociales, han claramente; pero no se ve el amplio contexto en qve esas rela-
llegado a saber que el antiguo "hombre económico", hedonista y ciohes mismas, y en consecuencia el individuo rn[smo, están
calculador, ya no puede ser considerado corno fundamento psi- situados. Hay, desde luego, excepciones, particularmente Erich
cológico de un estudio adecuado de fas instituciones económicas. Fromm, que ha relacionado las instituciones económicas y religio-
Dentro de la antropología ha surgido un fuerte interés por la sas e investigado sus significados para diferentes tipos de indivi-
"personalidad y la cultura"; dentro de la sociología, como de la psi- duos. Una razón del titubeo general es el limitado papel social
cología, la "psicología social" es ahora un campo de estudio muy del analista: su trabajo y sus perspectivas están profesionalmente
trabajado. vinculados a1 paciente individual; son limitados íos problemas de
En reacción contra estos acontecimientos intelectuales, algunos que puede fácilmente tener conocimiento, dadas las especiales
psicólogos han emprendido diversidad de trabajos sobre "psico- condiciones de su trabajo. Infortunadamente, e1 psicoanálisis no
logía social", otros han intentado, en variedad de modos, redefinir se ha convertido en una parte firme e integrante de 1a investig::i-
la psicología para retener un campo de estudio independiente de ción académica. 1
factores manifiestamente sociales, y otros han limitado sus activi- El siguiente poso adelante en psicoanálisis es hacer plenamente
dades a trabajar sobre psicología humana. No deseo examinar aquí para otros sectores institucionales lo que Freud empezó a hacer
las especialidades académicas que han surgido dentro de b psico-· tan magníficamente para las instituciones parentales de un tipo
logía -campo actualmente muy roto y escindido- y mucho menos seleccionado. Lo qee es necesario es 1a idea de estructura social
juzgarlas. en cuanto compuesta de órdenes institucionales, c::ida uno de los
cuales debemos estudiar psicológicamente como Freud estudió
Hay un estilo de reflexión psicológica que no ha sido admi- ciertas instituciones parentales. En psiquiatría -la verdadern tera-
tido explícitamente por psicólogos académicos, pero que no por pia de las .rc1aciones "interpersonales"- ya hemos empezado a
eso ha dejado de ejercer influencia sobre ellos, lo misrno que sobre plantear cuestiones acerca de un punto fundamental inquietante:
toda nuestra vida intelectual. En psicoanálisis, y especialmente la tendencia a enraizar valores y normas en las supuestas necesida-
en la obrn, misma de Freud, el problema de la naturaleza de la des del individuo per se. Pero si la misma naturaleza del individuo
naturaleza humana es enunciado en su sentido más amplio. En no puede ser comprendida sin una estrecha referencia a la reali-
suma, dur~nte _la última generación 1os psicoanalistas menos rígi- dad social, tenemos que analizarlo en esa referencia. Tal análisis
dos y los mfh.udos por ellos han dado dos pasos adelante: comprende no sólo la localización del individuo, como entidad
Primero, la fisiología del organismo individual ha sido trascen- biográfica, dentro de diversos medios interpersonales, sino la locaii-·
dida y empiezan a estudiarse los pequeños círculos familiares en
1 Otra razón importante de la tendencia a "apoteotizar" las "relaciones
que ocurren tan espantosos melodramas. Puede decirse que Freud interpersonales" son la calidad esponjosa y las limitaciones de la palabra "cul-
descubrió desde un punto de vista inesperado -el médico- e1 tura", en relación con la cual se han reconocido y enunciado muchos de Jos
análisis del individuo y de su familia parental. La "influencia" elementos sociales de las zonas profundas del hombre. En contraste con el de
de 1a familia sobre el inviduo ya había sido advertida, natural- estructura social, el concepto "cultura" es una de las palabras más esponjo-
sas en la ciencia social, aunque, quizás por esa razón, enormemente útil en
mentt; lo nuevo fue que, como institución social, se convirtió, manos de un experto. En la práctica, el concepto "cultura" es con la mayor
según 1a opinión de Freud, en factor intrínseco del carácter y frecuencia una débil referencia al ambiente social más "tradición" más que
del destino interiores del individuo. una idea adecuada de estructura social.
174 USOS DE LA HISTORIA USOS DE LA HISTORIA 175
zación de esos medios dentro de las estructuras sociales de que -ciones de los hombres, y aun el grado variable en que los diferentes
forman parte. tipos de hombres tienen un conocimiento típico de ellas, deben
interpretarse en relación con los vocabularios de motivación que
5 prevalecen en una sociedad y con los cambios y confusiones socia-
les que tienen lugar entre esos vocabularios.
~:obre la· base de los progresos del psicoanálisis, así como del con- La biografía y el carácter del individuo no pueden ser enten-
junto de la psicología social, es posible ahora exponer brevemente didos meramente en relación con los ambientes, y seguramente
los intereses psicológicos de las ciencias sociales. Enumero aquí no del todo en relación con los primeros ambientes, es decir, los
del modo más escueto sólo aque11as proposiciones que considero del niño y del muchacho. La comprensión adecuada exige que
como los atisbos más fértiles o, por lo menos, como supuestos legí- captemos el juego recíproco entre esos ambientes íntimos y su
timos por parte del investigador social al trabajo. 1 armazón estructural más amplio, y que tengamos en cuenta las
No puede entenderse adecuadamente la vida de un individuo transformaciones de ese armazón y los consiguientes efectos sobre
sin referencias a las instituciones dentro de las cuales se desarrolla los ambientes. Cuando comprendemos las estructuras sociales y los
su biografía. Porque esa biografía registra la adquisición, el aban- cambios estructurales tal como actúan sobre escenarios y expe-
dono, la modificación, y de un modo muy íntimo, el paso de un riencias más íntimos, podemos comprender las causas de la con-
papel a otro. El individuo es un niño de cierto tipo de familia, ducta y de los sentimientos individuales de que los hombres
un compañero en cierto tipo de grupo de muchachos, estudiante, situados en medios específicos no tienen conocimiento. La prueba
obrero, presidente de un jurado, general, madre. Gran parte de de que es adecuada una concepción de cualquier tipo de hombre
la vida humana consiste en la representación de esos papeles no puede estribar en que los ii;dividuos de e~e tipo la e?cu~ntren
dentro de instituciones específicas. Para comprender la biogra- gratamente conforme con la imagen que tienen de s1 mismos.
fía de un individuo, tenemos que comprender la significación y Puesto que viven en medios restringidos, no puede ni de?e esRe-
el sentido de los papeles que representó y que representa; para rarse que los hombres conozcan todas las causas de su situac10n
comprender esos papeles, tenemos <pe comprender las institucio- y los límites de su personalidad. Son verdaderamente raros los
nes de que forma parte. grupos de hombres que tienen opiniones adecuadas de sí 1;Ilismos y
Pero el concepto del hombre como criatura social nos permite de sus propias situaciones sociales. Suponer lo contrano, como
ahondar mucho .más que en la mera biografía externa como serie se hace con frecuencia, por virtud de los métodos de algunos inves-
de papeles sociales. Ese concepto nos obliga a comprender los tigadores sociales, es suponer un grado de autoconciencia y auto-
rasgos más internos y "psic?lógicos" del ho1;Ilbr~, en p~rticular la conocimiento racionales que no admitirían ni aun los psicólogos
imagen que tiene de s1 mismo y su consc1enc1a y, ciertamente, del siglo xvm. La idea de ,Max \Veber del ''.hoi;1br~ puritan?'~, de
el desarrollo mismo de su mente. Muy bien puede ser que el des- sus móviles y de su funcion dentro de las mshtuc1ones rehg10sas
cubrimiento más radical en la psicología y la ciencia social recien- y económicas, nos permite comprenderlo mejor que se comprende
tes sea el de cómo tantos de los rasgos más íntimos de 1a persona él mismo: el uso que hace Weber de la noción de estructura le
son socialmente compartidos y hasta incuka~os. Dentro d~ los permitió trascender el conocimiento que de sí mismo y de su am-
amplios límites del aparato glandular y nerv10so, las emociones biente tiene e1 "individuo".
de miedo y odio, amor y cólera, en todas sus v~riedades,. deb~n La importancia de la primera experiencia, el "peso" de la in-
ser interpretadas en estrecha y constante referencia a la b10grafn fancia en la psicología del carácter adulto, es relativo al tipo de
y al contexto sociales en que son experimentadas y expresadas. infancia y al tipo de biografía social que prevalece en diferentes
Dentro de los amplios límites de la fisiología de los órganos de los sociedades. Es manifiesto ahora, por ejemplo, que el papel del
sentidos nuestra misma percepción del mundo físico, los colo- "padre" en la formación de la personalidad debe formularse den-
res que' distinguimos, los olores que percibimos, los ruidos 9ue tro de los límites de tipos específicos de familias y en relación
oímos, están socialmente tipificados y circunscritos. Las mohva- con el lugar que dichas familias ocupan en la estructura social
1 Para un estudio detallado del punto de vista expresado aquí, véase Ger.th <le que forman parte.
y Mills, Character and Social Structure, Harcourt & Brace, Nueva York, 1953. La idea de estructura social no puede formarse sólo con ideas
176 USOS DE LA HISTORIA USOS DE LA HISTORIA 177
o hechos relativos a una serie específica de individuos y al modo humana rnisma en una pequeña y árida jaula <le conceptos sobre
como reaccionan ante sus ambientes. Los intentos de explicar los. humana", con 1a misma frecuencia con que se la
acontecimientos sociales e históricos a base de teorías psicológicas sobre algunas trivialidades precisas e insignificantes rela- ·
sobre "el individuo", se apoyan a menudo en el supuesto de que tivas ratón metido en un laberinto.
la sociedad no es otra cosa que una gr<!n dispersión de individuos Barzun y Graff observan que "el título de Sexual Behavior in
y que, en consecuencia, si lo sabemos todo acerca de esos "átomos',.. the Human Male, del famoso libro del Dr. Kinsey, es ejemplo
podremos reunir de algún modo nuestras informaciones y conocer notable de un supuesto oculto -y en este caso falso-: el libro
así la sociedad. No es un supuesto provechoso. En realidad, no· no trata de machos humanos, sino de hombres de los Estados
podemos conocer ni lo más elemental acerca del "individuo" por Unidos a mediados del siglo xx ... La idea misma de naturaleza
ningún estudio psicológico suyo que lo considere como una cria- humana es un supuesto de la ciencia social, y decir que forma eJ
tura socialmente incomunicada. Salvo en la construcción abstracta asunto de sus informaciones es incurrir en petición del principio
de modelos, que puede ser útil, desde luego, los economistas no fundamental. No puede haber más que 'cultura humana', cosa
pueden dar por supuesto el "hombre económico"; ni pueden los sumamente mudable" .1
psiquiatras de la vida de familia (y prácticamente todos los psi- La idea de una "naturaleza humana" común al hombre como
quiatras son, de hecho, especialistas de ese solo sector social} hombre es una violación de la especificidad social e histórica que
dar por supuesto el clásico hombre edipiano. Porque así como exige el cuidadoso trabajo en los estudios humanos; por lo menos
las relaciones estructurales de los papeles económico y político son es una abstracción que los investigadores sociales no tienen derecho
ahora decisivas para comprender la conducta económica de los a hacer. Indudablemente, debemos recordar de vez en cuando
individuos, así lo son tambíén los grandes cambios sobrevenidos, a que en realidad no sabemos mucho acerca del hombre, y que
partir de la paternidad victoriana, en los papeles dentro de 1a todo el conocimiento que tenemo; no elimina por completo ·el
familia y en la localización de 1a familia como institución dentro misterio que rodea a su diversidad tal como ésta se revela en la his-
de las sociedades modernas. toria y en la biografía. Algunas veces queremos sumergimos en
El principio de 1a especificidad histórica es tan válido en psico- ese misterio, saber que somos, en definitiva, una parte de él, y
logía como en ciencias sociales. Aun rasgos absolutamente ínti- quizá debiéramos hacerlo; pero como somos hombres de Occi-
mos de la vida interior del hombre se formulan mejor como pro- dente, inevitablemente estudiaremos también la diversidad hu-
blemas dentro de contextos históricos específicos. Para darse mana, lo cual significa para nosotros eliminar e1 misterio de nues-
cuenta de que ésta es una suposición enteramente razonable, no tra opinión acerca de ella. No olvidemos, al hacerlo, que es 1a
hay más que pensar por un momento en la enorme variedad de diversidad humana lo que estamos estudiando y cuán poco sabe-
hombres y mujeres que se despliega en el curso de la historia mos del hombre, de la historia, de la biografía y de las sociedades
humana. Los psicólogos, lo mismo que los investigadores sociales,. de las cuales somos al mismo tiempo creatura1 y creadores.
debieran pensar bien lo que es el "hombre" antes de decir nada
acerca de él.
La diversidad humana es tal, que ninguna psicología "elemen-
tal", ninguna teoría de los "instintos", ningún principio de "na-
turaleza humana fundamental'', entre los que conocemos, nos
permite explicar la enorme variedad de tipos y de individuos huma-
nos. Nada que pueda decirse de1 hombre, aparte de lo que es
inherente a las realidades histórico-sociales de la vida humana,
se referirá meramente a los amplios límites biológicos de la especie
humana y a sus potencialídades. Pero dentro de esos límites y
originado en esas potencialidades, se nos ofrece un panorama de
tipos humanos. Tratar de explicarlo de acuerdo con una teoría t Barzun y Graff: The !vfodern Researcher, Harcourt & Brace, Nueva
de la "naturaleza fundamental del hombre" es confinar la historia York, 1957, pp. 222-3.
SOBRE LA RAZóN Y LA LIBERTAD 179
tes de una sola generación, hayan estado los hombres tan plena-
mente expuestos, y a ritmo tan rápido, a cambios tan radicales.
IX. SOBRE LA RAZON Y LA LIBERTAD No quiero decir meramente que sentimos que nos hallamos en
un momento de transición de una época a otra, y que luchamos
LA CULMINACIÓN del interés del investigador social por la historia por captar el perfil de la época nueva que suponemos que está
es la idea que llega a formarse de la época en que vive. La culmi- empezando. Quiero decir que cuando tratamos de orientamos
nación de su interés por la biografía es la idea que llega a hacerse -si es que tratamos- encontramos que demasiadas de nuestras
de la naturaleza fundamental del hombre y de los límites que antiguas expectativas e imágenes son, después de todo, histórica-
ella puede pon"!r a la transformación del hombre por el curso mente limitadas; que demasiadas de nuestras categorías normativas
de la historia. de pensamiento y de sentimiento tan pronto nos desorientan como
Todos los investigadores sociales clásicos se han interesado por nos ayudan a explicar lo que sucede en torno nuestro; que dema-
las características sobresalientes de su época y por el problema de siadas de nuestras explicaciones proceden de la gran transición
cómo se está haciendo en ella la historia; por "la naturaleza de la histórica de la Edad Media a la Moderna; y qUtl; cuando se las
naturaleza humana" y por la diversidad de individuos que preva- generaliza para usarlas hoy, se hacen pesadas, inaplicables, no con-
lece en sus periodos. Marx, Sombart y V/eber, Comte y Spencer, vincentes. Quiero decir también que nuestras principales orienta-
Durkheim y Veblen, Mannheirn, Schurnpeter y Michel han afron- ciones -el liberalismo y el socialismo- se han desplomado virtual-
tado esos problemas, cada uno a su manera. En nuestros tiempos mente como explicaciones adecuadas del mundo y de nosotros
más inmediatos, sin embargo, no lo han hecho muchos investiga- mismos.
dores sociales. Pero es precisamente ahora, en la segunda mitad Esas dos ideologías proceden de la Ilustración, y han tenido
del siglo xx, cuando esas cuestiones son urgentes corno problemas, muchos supuestos y valores comunes. En ambas; se considera la
persistentes como inquietudes y'vitales para la orientación cultural creciente racionalidad como la condición primera de una creciente
de nuestros estudios humanos. libertad. La noción liberadora del progreso por la razón, la fe en
la ciencia como un bien puro y sin mezcla, la demanda de educa-
1 ción popular y la fe en su significación política para la democracia,
todos estos ideales de la Ilustración han descansado sobre el feliz
En la actualidad los hombres buscan en todas partes saber dónde supuesto de las relaciones inmanentes entre la razón y la libertad.
c5tán, a dónde van y qué pueden hacer -si es que pueden hacer Los pensadores que más han hecho por moldear nuestros modos
alcro- sobre el presente corno historia y el futuro como responsa- de pensar, han procedido de acuerdo con ese supuesto. Está en la
bilidad. Esas preguntas no puede contestarlas nadie de una vez base de cada movimiento y cada matiz de la obra de Freud: Para
por todas. Cada época da sus propias respuestas. Pero precisa- ser libre, el individuo debe ser más racionalmente consciente; la
mente ahora hay una dificultad para nosotros. Estamos a fines terapia es una ayuda para dar a la razón su oportunidad para tra-
de una época y tenemos que buscar nuestras propias contestaciones. bajar libremente en el curso de la vida de un individuo. El mismo
Estamos al final de la que se ha llamado Edad Moderna. Así supuesto apuntala la línea principal de la obra marxista: Los hom-
corno la Edad Antigua fue seguida de varios siglos de predominio bres, aprisionados en la anarquía irracional de la producción,
oriental, que los occidentales llamaron, con sentido provincial, la deben ser racionalmente conscientes de su situación en la socie-
Edad Media o Edad del Oscnrantisrno, así ahora la Edad Moder- dad, deben adquirir "conciencia de clase", cuyo sentido marxista
na empieza a ser seguida por una edad posrnoderna. Quizás po- es tan racionalista como el sentido de cualquier expresión de
damos llamarla la Cuarta Época. Bentham.
El final de una época y el comienzo de otra es, seguramente, El liberalismo se ha interesado por la libertad y la razón
cuestión de definiciones. Pero las definiciones, colT!.O todo 1o social, como hechos supremos en lo que afecta al individuo; el mands-
son históricamente específicas. Y ahora nuestras definiciones bási- mo, como hechos supremos en lo que afecta al papel del hombre
cas de b sociedad y del yo están siendo rebasadas por realidades en el hacer político de la historia. Los liberales y los radicales
nuevas. No quiero decir meramente que nunca antes, en los lími- de la Epoca Moderna han sido por lo general hombres que ere-
178
180 SOBRE LA RAZóN Y LA LIDERTAD SOBRE LA RAZóN Y LA LIBERTAD 181
yeron que la historia se forjq. racionalmente y que cada individuo general, no. Aprisionados en los limitados ambientes de sus vidas
forja del mismo modo su propia biografía. cotidianas, los hombres corrientes no pueden con frecuencia razo-
Pero lo que ha estado ocurriendo en_,el mundo evidencia, según nar sobre las grandes estructuras -racionales e irracionales- de
creo, por qué las ideas de libertad y de razón parecen ahora tan que sus ambientes son partes subordinadas. En consecuencia,
frecuentemente ambiguas tanto en la nueva sociedad capitalista llevan a cabo series de acciones aparentemente racionales sin tener
como en la sociedad comunista de nuestro tiempo; por qué el idea de los fines a los que sirven, y hay la creciente sospecha de
marxismo se ha convertido tantas veces en una monótona retórica que también los que están en l.a cumbre -como los generales
de defensa y abuso burocráticos, y el liberalismo en un modo de Tolstoi- sólo pretenden conocerlos. El crecimiento de esas
trívial e insignificante de enmascarar la realidad social. Los acon- organizaciones, dentro de una división cada vez más grande del
tecimientos principales de nuestro tiempo creo que no pueden trabajo, afecta a más y más esferas de vida .en las que es difícil o
entenderse correctamente de acuerdo con la interpretación liberal imposible razonar. E1 soldado, por ejemplo, "lleva a cabo con
ni de acuerdo con 1a interpretación marxista de la política y de la exactitud toda una serie de acciones funcionalmente racionales
cultura. Esas maneras de pensar nacieron como guías de la re- sin tener idea del fin último de esas acciones" ni de la función de
flexión acerca de tipos de sociedad que no exísten ahora. Jolm cada una de ellas dentro del conjunto. 1 Hasta hombres de inteli-
Stuart Mi11 no examinó nunca los tipos de economía política que gencia técnicamente suprema pueden realizar eficazmente el tra-
están naciendo ahora en: el mundo capitalista. Karl l\!farx no bajo que les ha sido asignado y no saber, sin embargo, que su
analizó nunca los tipos de sociedad que están naciendo ahora resultado iba a ser 1a primera bomba atómica.
en el bloque comunista. Y ninguno de ellos p~usó nunca en los Resulta que la ciencia no es un Segundo Advenimiento tecno-
problemas de los llamados países subdesarrollados, en que se es~ lógico. Que sus técnicas y su racionalidad tengan un lugar central
fuerzan por vivir hoy siete de cada diez•hombrcs. Ahora tenemos en una sociedad no quiere decir que los hombres viván racional-
delante nuevos tipos de estructura social que, en relación con mente y sin mitos, fraudes ni supersticiones. La instrucción uni-
los ideales "modernos", no admiten el análisis en los términos versal puede llevar a la idiotez tecnológica y al provincialismo
liberales y socialistas que hemos heredado. nacionalista, y no a la inteligencia ilustrada e independiente. La
La marca ideológica de la Cuarta Época -lo que la contra- distribución en masa de la cultura histórica no puede elevar .e1 nivel
pone a la Edad Moderna- es que las ideas de libertad y de razón de la sensibilidad cultural, sino más bien trivializarla, simple-
se ·han hecho discutibles, y que la creciente racionalidad ya no mente, y rivalizar poderosamente con la opmlnnidad para la inno-
puede suponerse que trabaje en favor de una libertad creciente. vación creadora. Un alto nivel de racionalidad btuocrática y de
tecnología· no significa un alto nivel de inte1igei1cia individual
2 o social. Del primero no puede inferirse el segundo. Porque la
racionalidé>d social, tecnológica o burocrática no es meramente
El papel de la razón en los asuntos httmanos y h idea del indi- una gran recapitulación de la voluntad y el talento del individuo
viduo libre como sede de la razón son los temas .más importantes para razonar. La oportunidad misma para adquirir esa voluntad
heredados por los investigadores sociales del siglo xx de los filó- y ese talento más bien parecen, en realidad, disminuir con ella.
sofos de la Ilustración. Si han de seguir siendo los valores claves Los dispositivos sociales racionalmente organizados no son nece-
de acuerdo con los cuales se especifican las inquietudes y se sariamente medios de aumentar la libertad para e1 individuo o
enfocan los problemas, entonces los ideales de razón y de libertad para la sociedad. De hecho, muchas veces son medios de tiranía
tienen que ser re-formulados ahora como problemas de manera y de manipulación, medios de expropiarle a la razón su oportu-
más precisa y resoluble que la que conocieron los pensadores e nidad, la capacidad misma para obrar como hombre libre.
investigadores anteriores. Porque en nuestro tiempo esos dos valo- Sólo desde unas pocas posiciones de mando o -como puede
res, razón y libertad, corren peligro .manifiesto aunque sutiL ser e1 caso- simplemente ventajosas, es fácilmente posible en la
Las tendencias subyacentes son bien conocidas. Las grandes estructura racionalizada comprender fas fuerzas estrncturales que
y racionales organizaciones -en suma, las burocracias- han au- l Cf. Mannheim: Libertad y planificación socíal, Fondo de Cultura Eco-
mentado, ciertamente, pero la razón sustantiva del individuo en uómica, Méxíco, 1946, p. 59.
182 SOBRE LA RAZóN Y LA LIBERTAD SOBRE LA RAZÓN Y LA LIBERTAD 183
operan en el conjunto que afectan así a cada parte limitada de tiene por consecuencia no sólo la pérdida de su oportunidad y,
que tienen conocimiento los hombres corrientes. con el tiempo, de su upacidad y su voluntad para razonar; afecta
Las fuerzas que dan forma a esos ambientes no se originan en también a sus oportunidades y su capacidad para obrar como un
ellos ni pueden controlarlas quienes viven sumergidos en ellos. hombre libre. Verdaderamente, ni el valor de la libertad ni el de
Además, esos ambientes son ellos mismos cada vez racionalizados. la razón parecen serle conocidos.
Las familias lo mismo que las fábricas, el asueto lo mismo que el Esos hombres adaptados no son necesariamente poco inteli-
trabajo, los vecinos lo mismo que los Estados, tienden también gentes, aun después de haber vivido y trabajado y jugado en tales
a convertirse en partes de una totalidad funcionalmente racional, o circunstancias durante algún tiempo. Karl Mannheim ha acla-
están sujetos a fuerzas incontroladas e irracionales. rado el punto al hablar de "auto-racionalización", que se refiere
La creciente racionalización de la sociedad, la contradicción al modo en que un individuo, aprisionado en los limitados seg-
entre esa racionalidad y la razón, la quiebra de la supuesta coinci- mentos de las grandes organizaciones racionales, llega sistemática-
dencia de razón y libertad, estos hechos están detrás de la apari- mente a regular sus impulsos y sus aspiraciones, su modo de viv.ir
ción del hombre "con" racionalidad pero sin razón, que cada y sus modos de pensar, con estricto apego a las "reglas y estatutos
vez es más auto-racionalizado y cada vez se encuentra más a dis- de la organización". La organización racional es, de esta suerte,
gusto. Es en relación con este tipo de hombre como mejor puede una organización enajenadora: los principios guías de la conducta
enunciarse el problema contemporáneo de la libertad. Pero esas y de la reflexión, y con el tiempo también los de la emoción, no
tendencias y recelos con frecuencia no se formulan como proble- tienen su asiento en la conciencia individual del hombre de la
mas, y seguramente no son reconocidos en general como dificul- Reforma ni en la razón independiente del hombre cartesiano.
tades ni sentidos como inquietudes. En realidad, esos principios guías son ajenos a todo lo que se ha
Realmente, es el hecho de no reconocer su carácter, de su falta entendido históricamente por individualidad, y están en contra-
de formulación, el rasgo más importante del problema contempo- dicción con ella. No es decir demasiado el afirmar que en su
ráneo de la libertad y la razón. extremo desarrollo la oportunidad para la razón de la mayor parte
de los hombres es destruida al aumentar la racionalidad y pasar
su localización y su control del individuo a la organización en
3 gran escala. Hay, pues, racionalidad sin razón. Tal racionalidad
Desde el punto de vista del individuo, mucho de lo que ocurre no es conmensurable con la libertad, sino destructora de ella.
parece resultado de manipulaciones, de gestiones, de impulsos No es extraño que el ideal de la individualidad se haya hecho
ciegos; con frecuencia la autoridad no es explícita; los que ejercen controvertible: en nuestro tiempo, lo que está en discusión es la
el poder creen muchas veces no necesitar hacerla explícita y justi- naturaleza misma del hombre, la imagen que nosotros tenemos
ficarla. f:sa es una razón por la cual los hombres corrientes, de sus límites y posibilidades como hombre. La historia no se
cuando se sienten disgustados o están en dificultades, no pueden hace todavía con la exploración de los límites y significados de la
ver blancos claros para su pensamiento y su acción, no pueden de- "naturaleza humana". No sabemos cuán profunda puede s~r
terminar qué es lo que pone en peligro los valores que vagamente la transformación psicológica del hombre al pasar de la Edad
disciernen como suyos. Moderna a la época contemporánea. Pero ahora podemos fornm-
Dados estos efectos de la tendencia ascendente a la racionali- lar la pregunta en una forma definitiva: ¿Llegará a prevalecer, o
zación, el individuo "hace todo lo que puede". Engrana sus siquiera a florecer, entre los hombres contemporáneos lo qne
aspiraciones y su trabajo con la situación en que está, y de la cual puede llamarse el Robot Alegre?
no puede salir. A su debido tiempo, no busca una sali<la: se adapta. Sabemos, desde luego, que el hombre puede ser convertido en
La parte de su vida que no dedica al trabajo, la emplea en jugar, un robot por medios químicos y psiquiátricos, por la coacción in-
en consumir, en ''divertirse". Pero también esta esfera de consumo cesante y por la acción de un ambiente controlado, pero también
está siendo racionalizada. Enajenado de la producci6n, del tra- por presiones fortuitas y series de circunstancias no planeadas.
bajo, lo es también del consumo, del verdadero descanso. Esta Pero, ¿puede hacérsele que quiera convertirse en un robot ani-
adaptación del individuo y sus efectos sobre su medio y su yo mado y complaciente? ¿Puede ser feliz en ese estado, y cuáles son
184 SOBRE LA RAZóN Y LA LIBERTAD SOBRE LA RAZÓN Y LA LIBERTAD 185
las cualidades y c1 significado de esa felicidad? Eso ya no supone -y mucho más de la angustia y el pensamiento tradicional y
meramente, como metafísica de la naturaleza humana, que existe <:orriente entre los estudiosos del hombre serios e inteligentes-
muy profundamente, en el hombre-como-hombre, el impulso hacia está el hecho simple y decisivo de que el hombre enajenado es la
la liberta~ y la voluntad de razonar. Ahora debemos preguntar- antítesis de la imagen occidental del hombre libre. La sociedad
nos: ¿Que es lo que en la naturaleza del hombre, en la actual en que ese hombre, en que este robot animado, florece, es la
situación humana, en cada una de las variedades de estructura antítesis de la sociedad libre, o en el sentido literal y llano de
social, contribuye al ascendiente del robot animado? ¿Y qué es 1a palabra, de una sociedad democrática. El advenimiento de ese
lo que actúa contra él? hombre apunta a la libertad como inquietud, como problema, y
El advenimiento del hombre enajenado y todos los temas que -esperémoslo- como problema también para los investigadores
están detrás de su advenimiento afecta al conjunto de toda nues- sociales. Formulado como inquietud del individuo -de cuyos
tra vida intelectual seria y causa nuestro malestar intelectual términos y valores éste se siente penosamente ignorante-, es la
inmediato. Es uno de los temas principales de la situación humana :inquietud llamada "enajenación". Como problema para los pú}:ili-
en la época contemporánea y de todos los estudios dignos de ese cos -a cuyos términos y valores son principalmente indiferentes-,
nombre. No conozco idea, tema ni problema tan profundo en la es en igual grado el problema de la sociedad democrática, como
tradición clásica y tan relacionado con la posible insolvencia de hecho y como aspiración.
la ciencia social contemporánea. Precisamente porque este problema y esta inquietud no son
Es lo que Karl l\farx distinguió tan brillantemente en sus pri- ahora ampliamente reconocidos, y así no existen de hecho como
meros ensayos sobre "enajenación"; y es lo que más le interesa a inquietudes y problemas explícitos, el malestar y la indiferencia
Georg Simrnel en su justamente famoso ensayo sobre "The Metro- que los presagian son tan profundos y tan extensos en su signifi-
polis"; y Graham \Vallas tuvo conocimiento de ello en su obra cado y sus efectos. Esto es hoy una parte importante del pro-
sobre la Gran Sociedad. Está detrás de 1a concepción del "autó- blema de la libertad, visto como su contexto político, y es parte
mata" de Fromm. El miedo a que ese tipo de hombre tome aseen- . importante del reto intelectual que la formulación del problema
diente está en la base de muchos de los usos más recientes de de 1a libertad ofrece a los investigadores sociales contemporáneos.
conceptos sociológicos clásicos como los de "situación y contrato" No es simplemente paradójico decir que los valores de 1a liber-
"comunidad y sociedad". Es el duro sentido de nociones como 1; tad y de la razón están detrás de Ja ausencia de inquietudes,
del "otro-dirigido" de Riesman y la "ética social" de \Vhyte. <letrás del incómodo sentimiento de malestar y enajenación. De un
Y, desde luego, en forma más popular, el triunfo -si es que esto modo análogo, el problema al cual llevan más típicamente las mo-
puede llamarse triunfo- de semejante hombre es el sig;1ificado dernas amenazas a 1a libertad y a la razón, es, , sobre todo, 1a
clave de 1984 de George Orwell. ausencia de problemas explícitos, a la apatía y no a problemas
En el lado positivo -lado más que real anhelado actua1rnente- explícitamente definidos corno tales.
los amplios significados del "ello" de FreucL de 1a "Freiheit" de Los problemas y las inquietudes no han sido aclarados porque
Marx, del "yo" de George Mead, de la "espontaneidad" de Karen Jos talentos y las cualidades del hombre que se requieren para
Horney, radican en c1 uso de esas concepciones contra el triunfo aclararlos son la libertad y la razón mismas que están amenazadas
del hombre enajenado. Intentan encontrar en e1 hombre como y disminuidas. Ni las inquietudes ni los problemas han sido seria-
tal alg~n centro q~1e les per?1ita creer que al fin no podrá ser mente formulados como problemas de los tipos de ciencia social
"Con;ert1do en tal cnatura ena¡enada, que no llegará a serlo nunca: que he venido criticando en este libro. La promesa de la ciencia
·ena¡enada de la naturaleza, de Ja sociedad, de sí mism~. La cla- social clásica es, en parte considerable, que lo serán.
morosa pe~ición de "comunidad" es un intento, equivocado creo
yo, para ~fmnar las circunstancias que eliminarían la probabilidad 4
de seme1ante hombre. Y muchos pensadores humanistas han
llegado a creer que muchos psiquiatras, con su práctica, produ- Las inquietudes y los problemas suscitados por las crisis de la
cen esos hombres enajenados y auto-racionalizados, por lo cual razón y de la libertad no pueden, naturalmente, formularse como
rechazan esos procedimientos adaptativos. Detrás de todo esto un gran problema único, pero tampoco pueden ser planteados, y
186 SOBRE LA RAZóN Y LA LIBERTAD SOBRE LA RAZóN Y LA LIBERTAD 187
mucho menos resueltos, manejando microscópicamente cada uno historia ahora. Estudiamos estructuras sociales históricas, en suma,
?e ellos como una serie de problemas en pequeña escala, o de para encontrar en ellas los modos como son y como pueden ser
mquictudes confinadas a una dispersión de ambientes. Son pro- controladas. Porque sólo de esta manera llegaremos a conocer
blemas estructurales, y el enunciarlos requiere que trabajemos en los límites y el sentido de la libertad humana.
l~s .términos clásicos ~e b.iografía humana y de historia de época. La libertad no es meramente la oportunidad de que uno actúe
Umcamente en esos termmos pueden ser descubiertas las conexio- como le plazca, ni es simplemente la oportunidad de elegir entre
nes de estructura y ambiente que efectúan hoy esos valores v- alternativas dadas. La libertad es, ante todo, la oportunidad de .
hacerse el análisis casual. La crisis de la individualidad y la crisis formular las elecciones posibles, de discutirlas, y después la opor-
de la realización de la historia; el papel de la razón en Ja vida indi- tunidad de elegir. Por eso no puede existir libertad sin un amplio
vidual libre y en la realización de la historia: en la re-formulació11 papel de la razón humana en los asuntos humanos. Dentro de la
y aclaración de esos problemas radica la promesa de las ciencia<> biografía de un individuo y dentro de la historia de una sociedad,
sociales. la tarea social de la razón es formular términos de elección, am-
La promesa moral e intelectual de las ciencias sociales es que pliar el alcance de las decisiones humanas y la realización de la
la libertad y la razón seguirán siendo valores estimados, que serán historia. El futuro de los asuntos humanos no es meramente una
usados seria y consecuentemente e imaginativamente en la formu- serie de variables que puedan predecirse. El futuro es lo que se
lación de los problemas. Pero ésta es también la promesa política decidirá, dentro de los límites, sin duda alguna, de la posibilidad
de lo que se llama vagamente cultura occidental. Dentro de las histórica. Pero esa posibilidad no está fijada; en nuestro tiempo
ciencias sociales coinciden las crisis políticas y las crisis intelectua- los límites parecen, en verdad, muy amplios.
les de nuestro tiempo: el trabajo serio en una de esas esferas es Además de em; el problema de la libertad es el problema de
también trabajo serio en la otra. Las tradiciones políticas del cómo se tomarán decisiones acerca del futuro de los asuntos hu-
liberalismo clásico y del socialismo clásico juntas constituyen manos y quién las tomará. En el aspecto de la organización, es el
nuestras principales tradiciones políticas. El colapso de esas tra- problema de una maquinaria justa de decisión. Moralmente, es
diciones corno ideologías ha tenido relación con la decadencia el problema de la responsabilidad política. Intelectualmente, es el
de la individualidad libre y de la razón en los asuntos humanos. problema de cuáles son ahora los posibles futuros de los asuntos
Toda re-formulación política contemporánea de fines liberales ,, humanos. Pero los mayores aspectos del problema de la libertad
socialistas debe incluir como fundamental la idea de una socié- conciernen hoy no sólo a la naturaleza de la historia y a la oportu-
dad en la que todos los hombres serían hombres de razón inde- nidad estructural para decisiones explícitas que vc¡ríen su curso;
pendiente y cuyo libre razonar tendría consecuencias estructurales conciernen también a la naturaleza del hombre y al hecho de que
para sns sociedades, su historia y, en consecuencia, para los des- el valor de la Jibertad no puede basarse sobre "la naturaleza básica
tinos de sus propias vidas. del hombre". El problema definitivo de la libertad es el del robot
El interés del investigador social en la estructura social no se alegre, y surge hoy en esta forma porque hoy se nos ha hecho evi-
debe a ninguna opinión de que el futuro esté estructuralmente de- dente que no todos los hombres quieren por naturaleza ser libres;
terminado. Estudiamos los límites estructurales de la decisión que no todos los hombres están dispuestos o son capaces, según
humana con el intento de encontrar puntos de intervención efec- los casos, de esforzarse en adquirir la razón que la libertad exige.
tiva, a fin de saber lo que puede y lo que debe ser cambiado ¿En qué condiciones llegan los hombres a querer ser libres y
estructuralmente si ha de ampliarse el papel de la decisión explí- capaces de obrar libremente? ¿En qué condiciones están dispuestos
cita en la realización de la historia. Nuestro interés por la historia y son capaces de soportar las cargas que la libertad impone y verlas
no se debe a ninguna opinión de que el futuro es inevitable, de menos como cargas que como auto-transformaciones gustosamente
que el futuro está decidido por el pasado. Que los hombres hayan emprendidas? Y en el lado negativo: ¿Puede hacerse a los hombres
vivido en el pasado en ciertos tipos de sociedad no pone límites querer convertirse en robots alegres? -
exactos ni absolutos a los tipos de sociedad que puedan crear en lo
futuro. Estudiamos la historia para discernir las alternativas dentro ¿No debemos, en nuestro tiempo, tener presente la posibilidad
de las cuales la razón humana y la libert<!d humana p:._1eden hacer de qúe la mente humana como hecho social pueda estar en <leca-
188 SOBRE LA RAZóN Y LA LIBERTAD
dencia en cuanto a calidad y nivel cultural, y que haya aún mu-
chos que no lo adviertan a causa de la abrumadora acumulación
de artificios tecnológicos? ¿No es ése uno de los sentidos de la X. SOBRE POUTICA
racionalidad sin razón? ¿De la enajenación humana'? ¿De la au-
sencia ele todo papel libre para la razón en los asuntos humanos? No ES NECESAmo que los investigadores sociales permitan que el
La acumulación de artefactos oculta estos sentidos: Los que usan sentido político de su trabajo sea modelado por los "accidentes" de
esos artefactos no los entienden; los que los inventan no entienden su ambiente, o que determinen su uso los fines de otros hombres.
otras muchas cosas. Por eso no pqdemos, sin gran ambigüedad, Está pcr~cctamente dentro de sus facultades discutir su significa-
usar la abundancia tecnológica como índice de la calidad humana ción y decidir de su uso corno cosas de su propia incnmbcncia. En
y del progreso cultural. medida considerable, y no comprobada en gran parte, pueden in-
La formulación de todo problema requiere que enunciemos los fluir o hasta deterr:ninar esas políticas. Tal determinación requiere
valores implicados y Ja amenaza a esos valores. Porque la amenaza que hagan juicios exp-:ícitos y tomen decisiones acerca de teoría,
sentida a los valores estimados --tales como los de la libertad y método y hechos. En cuanto materia de po1ítica, esos juícios son de
de la razón- es la sustancia moral necesaria de todos los proble- 1a incumbencia propia del sabio individual así corno de la fraterni-
mas importantes de investigación social y también de todos los dad. Pcrc, ¿no es evidente que los juicios morales y políticos im-
problemas públicos y de todas las inquietudes privadas. plícito:: iicnen mncha más influencia que las díscusiones explícitas
Los valores implícitos en el problema cultural de la individua- de personal y profesional? lJnicamente haciendo esas in-
lidad están convenientemente encarnados en todo lo que sugiere flucnc;;:. ~ materia de debate político pueden los hombres tener ple-
el ideal del Hombre del Renacimiento. La amenaza a ese ideal no conocimiento de ellas y tratar de controlar sus consecuencias
es el ascendiente entre nosotros del robot alegre. sobre la obra de 1a ciencia social y sobre su sentido político.
Los valores implícitos en el problema político de la realización No hay modo de qne un investigador social pueda evitar el
de la historia están encarnados en el ideal prometeico de hacerla hacer juicios de. valor e implicados en el conjunto de su trabajo.
humana. La amenaza a ese ideal es doble: Por una parte, la reali- Los problemas y las inquietudes se refieren a las amenazas con·
zación de la historia puede pecar de omisión o incumplimiento, tra Jos valores y no pueden ser formulados claramente
pues los hombres pueden seguir renunciando a hacerla deliberada- sin reconocer esos valores. La investigación y los ínvcstigadorcs
mente, dejándose llevar a la deriva; por otra parte, la historia puede sociales son usados cada vez rn<c'is para fines burocráticos e ideol6-
ser realmente hecha, pero por pequeñas minorías sin responsabili- .r>;icos. Siendo zisí, los estudiosos del hombre y de 1a sociedad ticneu
dad efectiva ante quienes deben esforzarse en sobrevivir a las con- ante sí, como individuos y como profesionales, cuestiones como
secuencias de sus decisiones y de sus omisiones. éstas: si conocen 1os usos y valores de su trabajo, si ambas cosas
No conozco respuesta para la cuestión de fa irresponsahiHdad pueden estar a su control, si quieren tener el control de e1fo.s.
política en nuestro tiempo ni para la cuestión cultural y política Su respuesta a esai> nreguntas, o su de y el modo
del robot alegre. Pero, ¿no es evidente que no se encontrarán como usen o dejen <le usar esas respuestas en su trabajo y en sus
soluciones a no ser que por lo menos se afronten esos problemas? vidas orofesícnaks determínan su respuesta a fa prc¡:;mlta final: si
¿No es manifiesto que quienes deben afrontarlos son, más que na- en su trabajo ~:orno investigadores sociales soH a) ino~almente autó-
die, los investigadores sociales de las sociedades ricas? Que muchos nomos, b) si están sometidos a la moral de otros hombres, o e) si
de ellos no lo hagan ahora es con toda seguridad la mayor omisión en el terreno moral se dejan ir a ~a deriva. Las fórmulas con que
humana cometida por hombres privilegiados en nuestros tiempos. estos problemas han sido enunciados -muchas veces con buenas
intenciones, estoy seguro- ya no sirven. Los investigadores socia-
les tienen ahora que afrontar de verdad esas cuestiones decisivas.
En este capítulo voy a insinuar algunas de las cosas que parece
necesario tener en cuenta en toda respuesta a ellas, y también a
formular el tipo de respuesta que, en los años más recientes, he
llegado a creer razonable.
189
190 SOBRE POLíTICA SOBRE POLíTICA 191
· Gran parte de la ciencia social, quizá especialmente la socio-
1 logía, contiene el tema del rey-filósofo. Desde Auguste Comte
El investigador social no se encuentra súbitamente ante la nece- hasta Karl Mannheim encontramos la petición de más poder para
sidad de elegir valores. Está trabajando ya sobre la base de ciertos "'el hombre sabio" y el intento de justificarla. En términos más
valores. Los valores que esas disciplinas encarnan actualmente han específicos, la entronización de la razón significa, naturalmente, la
sido seleccionados entre los valores creados por la sociedad occi- entronización del "hombre de razón". Esta sola idea del papel de
dental; en todas las demás partes, la ciencia social es una importa- la razón en los asuntos humanos ha contribuido mucho a hacer
ción. Algunos hablan, desde luego, corno si los valores que han ·que los investigadores sociales se abstengan en general de aceptar
seleccionado "trascendieran" la sociedad occidental o toda otra la razón como un valor social. Han deseado evitar el disparate d<~
sociedad cualquiera; otros hablan de sus normas corno si estuvie- semejante idea cuando se la considera en relación con los hechos
ran "inmanentes" en alguna sociedad existente, como una especie de poder. La idea va también contra el grano de muchas versio-
de potencial no realizado. Pero segun:mente ahora será casi general nes de la democracia, porque implica una aristocracia, aunque sea
el acuerdo acerca de que los valores inherentes a las tradic~ones una aristocracia del talento y no del nacimiento ni de la riqueza.
de la ciencia social no son ni trascendentes ni inmanentes. Son Pero la idea un tanto insensata de que pudiera convertirse en un
simplemente valores proclamados por muchos y dentro de límites rey-filósofo no es sino la idea del papel público que el investigador
practicados en pequeños círculos. Lo que un individuo llama juicio social puede intentar desempeñar.
moral es meramente su deseo de generalizar, y hacerlos así accesi- La calidad de la política depende muchísimo de las cualidades
bles a otros, los valores que él eligió. intelectuales de quienes la practican. Si el "filósofo" fuese rey,
Tres ideales políticos desdeñados me parecen inherentes a las yo me sentiría muy tentado a abandonar su reino; pero cuando los
tradiciones de la ciencia social, y seguramente implícitos en su reyes no tienen una "filosofía", ¿no son incapaces de un gobierno
promesa intelectual. El primero de ellos es sencillamente el valor responsable?
de la verdad, del hechq. La empresa misma de la ciencia social,
en cuanto determina el hecho, toma sentido político. En un mun- El segundo papel, y ahora el más usual, es convertirse en con-
do de insensatez ampliamente comunicada, toda afirmación de sejero dePrey. Los usos burocráticos que yo he descrito son la
hecho tiene sentido político y moral. Todos los investigadores encarnación corriente de esto. El investigador social individual
sociales, por el hecho de existir, están complicados en la lucha entre tiende a dejarse envolver por las muchas tendencias de la sociedad
ilustración y oscurantismo. En un mundo como el nuestro, prac- moderna que hacen del individuo una parte de una burocracia fun-
ticar la ciencia social es, ante todo, practicar la política de la cionalmente racional, y a ajustarse en su alvéolo especializado de
verdad. tal manera que no le interese explícitamente la estructura de la so-
Pero la política de la verdad no es enunciado adecuado de los ciedad posmoderna. Hemos visto que en este papel la ciencia
valores que guían nuestra empresa. La verdad de nuestros hallaz- social misma tiende con frecuencia a convertirse en una máqui-
gos, la exactitud de nuestras investigaciones -cuando se las mira na funcionalmente racional; el investigador social individual tiende
en su marco social- pueden ser o no ser importantes para los asun- a perder su autonomía moral y su racionalidad independiente, y el
tos humanos. Si lo son, y cómo lo son, es en sí mismo el segundo papel de la razón en los asuntos humanos tiende a convertirse en
valor, que es, en suma, el valor del papel de la razón en los asun- un mero refinamiento de técnicas para usos administrativos y mani-
tos humanos. Al lado de esos hay un tercer valor, la libertad hu- puladores. ·
mana, con toda la ambigüedad de su significado. Tanto la libertad Pero ése es el papel de consejero de reyes en una de sus peores
como la razón, como ya he dicho, son centrales para la civilización formas; ese papel no necesita, creo yo, tomar la forma y el signi-
<lel mundo occidental; ambas son constantemente proclamadas ficado del estilo burocrático. Es un papel difícil de desempeñar
como ideales. Pero en toda aplicación dada, como criterios o como en forma tal que conserve su iritegridad moral e intelectual, y en
metas, son motivo de grandes discrepancias. Por eso una de nues- consecuencia, libertad para trabajar en las tareas de la ciencia so-
tras tareas intelectuales como investigadores sociales, consiste en cial. Es fácil para los consultores imaginarse a sí mismos filósofos
ttclarar el ideal de la libertad y el ideal de la razón. y a sus clientes gobernantes ilustrados. Pero aun cuando ellos foe-
192 SOBRE POL1TICA SOBRE POLtTICA 193
sen filósofos, aquellos a quienes sirven no pueden ser ilustrables. sostengo yo que si los hombres no hacen la historia, tienden cada
Ésta es una de las razones por las cuales me siento tan impresio- vez más a ser los utensilios de quienes la hacen, así como meros
nado por la lealtad de algunos consultores a los incultos déspotas. objetos de la realización de la historia.
a quienes sirven. Es una lealtad que no parece afectada ni por la La amplitud del papel que toda decisión explícita representa
incompetencia despótica ni por la necedad dogmática. en la realización de la historia es por sí misma un problema histó-
No afirmo que no pueda ser bien ejecutado el papel de conse- rico. Depende muchísimo de los medios de poder disponibles en
jero; sé que realmente puede serlo, y que hay hombres que lo están todo momento dado en toda sociedad dada. En algunas soc.ieda-
haciendo. Si hubiera más de estos hombres, las tareas políticas e des, las innumerables q.cciones de innumerables hombres modifican
intelectuales de los investigadores sociales que eligen el tercer pa- sus ambientes, y así modifican gradualmente la estructura misma.
pel serían mucho menos pesadas, porque este papel se sobrepone Esa$ modificaciones son el curso de la historia; la historia marcha
al otro. a la deriva, aunque en total "la hacen los hombres". De esta suerte,
innumerables hombres de empresa e innumerables consumidores
El tercer modo en que el investigador social puede intentar la pueden moldear y remoldear con diez mil decisiones por minuto
realización del valor qe la razón y su papel en los asuntos humanos la economía del mercado libre. Quizá fue ése el principal género
es bien conocido asimismo, y algunas veces es hasta practicado. de limitación que tuvo presente Marx cuando escribió en El 18 de
Consiste en permanecer independiente, en que uno haga su propio Brumario: "Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen
trabajo y elija sus propios problemas, y dedicar ese trabajo a los precisamente como les gustaría; no la hacen en circunstancias ele·
reyes tanto como a los "públicos". Esta concepción nos mueve gidas por ellos ..." .
a imaginar la ciencia social como una especie de aparato de inteli- El destino, o la "inevitabi1idad", se relaciona con los aconteci-
gencia pública, interesado en los problemas públicos y en las in- mientos de la historia que están fuera del control de todo círculo
quietudes privadas así como en las tendencias estructurales de nues- o grupo de hombres que reúna las tres características siguientes:
tro tiempo subyacentes en unos y otras; y nos mueve también a 1) suficientemente compacto para ser identificable; 2) bastante
imaginar a los investigadores sociales individuales como miembros poderoso para decidir con consecuencias; y 3) que esté en situación
racionales de una asociación auto-controlada que UarM!mos cien- de prever esas consecuencias y se le pueda tener por responsable de
cias sociales. ellas. Los acontecimientos, según esta concepción, son las conse-
Al asumir ese papel, que explicaré más detenidamente dentro cuencias sumaria.5 e inesperadas de innumerables decisiones de in·
de un instante, intentamos actuar sobre el valor de la razón; a! numerables hombres. Cada una de sus decisiones tiene.consecuen·
suponer que podemos no ser totalmente ineficaces, suponemos una cías muy pequeñas y está sujeta a ser' anulada o reforzada por otras
teoría de la realización de la historia: suponemos que "el hombre'~ decisiones semejantes. No hay vínculo entre la intención de un
es libre y que con sus esfuerzos racionales puede influir en el curso individuo y el resultado sumario de las innumerables decisiones.
de la historia. No me interesa ahora discutir los valores de la Los acontecimientos están más allá de las decisiones humanas: la
libertad y de la razón, sino sólo según qué teo¡:ía pueden ser reali- historia se hace a espaldas de los hombres.
zables. Así entendido, el destino no es un hecho universal; no es inhe-
rente a la naturaleza de la historia ni a la naturaleza del hombre.
2 El destino es una característica de un tipo de estructura social
históricamente específico. En una sociedad donde el arma defi-
Los hombres son libres para hacer la historia, pero unos hombres nitiva es el rifle, en que la unidad económica típica es 1a granja
son mucho más libres que otrJs. Tal libertad requiere el acceso familiar y la pequeña tienda, en que el Estado nacional todavía
a los medios donde se tornan decisiones y se ejerce el poder por e] no existe o es meramente una estructura lejana, en que la comuni-
cual la historia puede hacerse ahora. No siempre se hace así; en cación es de viva voz, por volantes o por el púlpito, en una socie-
las páginas que siguen hablo sólo del periodo contemporáneo dad así, la historia es realmente el destino.
en que los medios del poder de hacer la historia se han ampliado . ~ero consideremos ahora el principal indicio de nutstra situa-
y centralizado en tan alto grado. Con referencia a ese periodo ción: ¿No es, en una palabra, la enorme ampliación y la centra·
194 SOBRE POUTICA SOBRE POLfTICA 195
lización decisiva de todos los medios de poder y de decisión, es ahora entre los hombres de poder una ignorancia tan grande y tan
decir, de todos los medios de hacer historia? En la sociedad indus- irresponsable?
trial moderna, los mec!Jos de producción económica se han desarro- En los Estados Unidos de hoy los intelectuales, los artistas, los
llado y centralizado, y los campesinos y los artesanos son reempla- ministros, los profesores y los científicos están haciendo una guerra
zados por compañías privadas y por industrias del gobierno. En el fría en la que repiten y complican las confusiones de los círculos
Estado-nación moderno los medios de violencia y de administra- oficiales. Ni formulan demandas a los poderosos para que se des-
ción política experimentan desarrollos similares, al doni.inar los arrollen otras alternativas políticas, ni exponen esas alternativas
reyes a los nobles y ser reemplazados los caballeros que se equipa- ante los públicos. No intentan poner un contenido responsable en
ban a sí mismos por ejércitos permanentes y ahora por espantosas la política de los Estados Unidos; contribuyen a vaciar la política y
máquinas militares. La culminación posnwderna de las hes eYo- a mantenerla vacía. Lo que debe llamarse deficiencia cristiana del
luciones -en economía, en política y en los medios de ejercer la clero es una buena parte de esta lamentable situación moral, como
violencia- está teniendo lugar ahora del modo más dramático en lo es la captura de los científicos por los mecanismos de la ciencia
los Estados Unidos y en la URSS. En nuestro tiempo se están nacionalista. La mentira periodística, convertida en rutina, tam-
centralizando los medios de hacer historia tanto internacionales bién es parte de ella, lo mismo que mucha de la pretenciosa trivia-
como nacionales. ¿No es, pues, evidente que el ámbito y la opor- lidad que pasa por ciencia social.
tunidad para la acción humana consciente en la realización de la
historia son únicos precisamente ahora? Minorías de poder que 3
tienen en sus manos esos medios hacen ahora la historia, con toda
seguridad "en circunstancias no elegidas por ellas"; pero en rela- No espero (ni lo requiere mi presente argumentación en su con-
ción con otros hombres y con otras épocas esas circunstancias mis- junto) que esta opinión sea aceptada por todos los investigadores
mas ciertamente no parecen ser abrumadoras. sociales. Lo que más deseo decir aquí es que, habiendo aceptado
los valores de la razón y de la libertad, es tarea primordial de todo
Seguramente es ésta la paradoja de nuestra situación inmediata: investigador social determinar los límites de la libertad y los del
Los hechos acerca de los medios más recientes de hacer historia son papel de la razón en la historia.
una prueba de -que los hombres no están inevitablemente en las Al asumir el tercer papel, el investigador social .no se ve a sí
garras del destino, de que ahora pueden hacer historia. Pero este mismo como nn ser autónomo situado "fuera de la sociedad". En
hecho se convierte en una ironía ante el otro hecho de que precisa- común con la mayor parte de las otras gentes, siente que está fuera
mente ahora esas ideologías que ofrecen a los hombres la esperanza de las grandes decisiones que hacen la historia en ésta época; al
de hacer historia han declinado y están en colapso en las sociedades mismo tiempo, sabe que está entre los que sufren muchas de
occidentales. Ese colapso es también el colapso de las expectativas las consecuencias de esas decisiones. :Ésta es una razón importante
de la Ilustración según las cuales la razón y la libertad prevalecerían de por qué, en la medida en que sabe lo que está haciendo, se
<:orno fuerzas supremas en la historia humana. Y detrás de él está convierte en un hombre explícitamente político. Nadie está "fuera
asimismo la insolvencia intelectual y política de la comunidad in- de la sociedad". La cuestión es dónde está cada uno dentro de ella.
telectual. El investigador social suele vivir en circunstancias de posición
¿Dónde está la intelligentsia que continúa el gran discurso del y poder de clase media. Por sus actividades en esos medios, no
mundo occidental y cuya obra como intelectuales tenga influencia está con frecuencia en mejor posición que el individuo corriente
entre los partidos y los públicos y tenga importancia para las gran- para resolver problemas estructurales, porqu~ su solución nunca
d.es decisiones de nuestro tiempo? ¿Dónde están los medios de puede ser ni meramente intelectual ni meramente privada. Su
masas abiertos a esos hombres? ¿Quién entre los que tienen en planteamiento propio no puede confinarse a los medios abiertos
sus manos el Estado de los dos partidos y sus feroces máquinas a la voluntad de los investigadores sociales; ni sus soluciones pue-
militares están atentos a lo que sucede en el mundo del conoci- den serlo, lo cual significa, naturalmente, qué son problemas de
miento, de la razón y de la sensibilidad? ¿Por qué está el intelecto poder social, político y económico. Pero el investigador social no
libre tan divorciado de las decisiones del poder? ¿Por qué prevalece es sólo un "hombre corriente". Su misma tarea trasciende intelec-
196 SOBRE POLfTICA SOBRE POLlTICA 197

tualmente el ambiente en que vive, y hace esto cuando examina e1 A quienes regularmente carecen de tal poder y cuyo conoci-
orden económico de la Inglaterra del siglo xi;x o la jerarquía de miento se limita a su ambiente cotidiano, les revela con su trabajo
posiciones sociales de los Estados Unidos del siglo xx, las institu- el sentido de las tendencias y decisiones estructurales en relación
ciones militares de la Roma imperial o la estructura política de la con dicho ambiente y los modos como las inquietudes personales
Unión Soviética. están conectadas con los problemas públicos; en el curso de esos
En lo que concierne a los valores de la libertad y de la razón, esfuerzos, dice lo que ha descubierto concerniente a las acciones
uno de sus temas de estudio se relaciona con las oportunidades de los más poderosos. Éstas son sus principales tareas educativas,
objetivas de que disponen tipos dados de hombres dentro de tipos y son sus principales tareas públicas cuando habla a grandes audi-
dados de estructura social para llegar a ser libres y racionales en torios. Examinemos ahora algunos de los problemas y de las tareas
cuanto individuos. Otro de sus temas son las posibilidades, si es que que plantea este tercer papel.
hay alguna, que tienen hombres de diferentes posiciones en diferen-
tes tipos de sociedad, 1) para trascender, por su razón y su experien- 4
cia, su ambiente cotidiano, y 2) para obrar, por virtud de su po-
der, con consecuencias para la estructura de su sociedad y de su Independientemente del alcance de su saber, el investigador social
época. Estos son los problemas del papel de la razón en la historia. es por lo común un profesor, y este hecho profesional determina
Al estudiarlos, es fácil advertir que en las sociedades modernas en gran medida lo que es capaz de hacer. Corno profesor, habla a
unos individuos tienen el poder de actuar con muchas consecuen- estudiantes, y ocasionalmente, por discursos y escritos, a públicos
cias estructurales y conocen bien las consecuencias de sus acciones; más extensos y en posición más estratégica. Al estudiar cuál pueda
otros tienen ese poder, pero no conocen su alcance efectivo; y hay ser su papel público, no perdamos de vista esos simples hechos ele
muchos que no pueden trascender sus ambientes cotidianos me- poder, o si ustedes lo prefieren, los hechos de su falta de poder.
diante su conocimiento de la estructura ni efectuar cambios estruc- En cuanto interesado en la educación liberal, es decir, libera-
turales por ninguno de los medios de acción de que disponen. dora, su papel público tiene dos finalidades: Lo que debe hacer
Después nos situamos a nosotros mismos como investigadores para el individuo es convertir las inquietudes e intereses personales
sociales. Por la naturaleza de nuestro trabajo, conocemos la estruc- en cuestiones y problemas sociales abiertos a la razón: su finalidad
tura social y sabemos algo de la mecánica histórica de su movi- es ayudar al individuo a convertirse en un hombre que se· educa
miento. Pero, evidentemente, no tenemos acceso a los principales a sí mismo, quien sólo entonces será razonable y libre. Lo que
medios de poder que ahora existen y con los cuales puede ser in- debe hacer por la sociedad es combatir todas esas fuerzas que están
fluida ahora esa mecánica. Pero tenemos un "medio de poder" destruyendo los verdaderos públicos y creando una sociedad de
que con frecuencia es frágil, y es esto lo que nos proporciona una masas: o, dicho en términos positivos, su finalidad es ayudar a
pista para nuestro papel político y para el sentido político de formar y fortalecer públicos que se cultiven a sí mismos. Sólo en-
nuestro trabajo. tonces puede ser la sociedad razonable y libre.
La tarea política del .investigador social que acepta los ideales Ésas son metas muy amplias, y debo explicarlas de un modo
de libertad y razón es, creo yo, dedicar su trabajo a cada uno de ligeramente indirecto. Nos interesan destrezas y valores. Pero en-
los otros tres tipos de hombres que yo he distinguido en relación tre las "destrezas", unas son más y otras son menos importantes
con el poder y la sabiduría. para las tareas de liberación. No creo que destrezas y valores pue.
A los que tienen poder y lo saben, les imputa grados variables dan ser separados tan fácilmente como con frecuencia wponemos
de responsabilidad por las consecuencias estructurales que descubre en nuestra busca de "destrezas neutrales". Es una cue:>tión de
por su trabajo que están decisivamente influidas por sus decisiones grado, con las destrezas en un e:--:tremo y los valores en el otro.
o por sus omisiones. Pero en los grados intermedios de esa escala están las qne llamaré
A aquellos cuyas acciones tienen esas consecuencias, pero que sensibilidades, y son ellas lo que más nos interesa. Enseñar a uno
parecen no saberlo, les atribuye todo lo que ha descubierto acerca a manejar un torno o a leer y escribir es en gran parte prepararlo
de aquellas consecuencias. Intenta educar y después, de nuevo, pzra el ejercicio de una destreza; ayudar a alguien a decidir qué es
;mputa una responsabilidad. lo que realmente quiere hacer de su vida, o discutir con él sobre los
198 SOBRE POLíTICA SOBRE POLíTICA 199

tipos de vida estoico, cristiano y humanista, es el cultivo o la edu- mujeres que están públicamente expuestos a ellos. Asegurar esos
cación de valores. fines es asegurar la razón y la individualidad y convertir estas cosas
Al lado de la destreza y del valor, debemos poner la sensibili- en los valores predominantes de una sociedad democrática.
dad, que lo.s incluye a ambos, y más también: incluye una especie
de terapia en el antiguo sentido de que aclara el conocimiento que Quizá ahora se estén diciendo ustedes: "Bien, a esto hemos
!iuo tiene del yo. Incluye el cultivo de todas esas destrezas de llegado. El autor nos propone un ideal tan elevado, que en rela-
cotroversia con uno mismo que llamamos pensamiento, y que, ción con él todo tiene que parecer bajo." El que pueda pensarse
cuando se hace con otros, llamamos debate. Un educador debe que estoy haciendo eso atestigua la falta de seriedad con que se
empezar con lo que más profundamente interesa al individuo, aun- toma ahora la palabra democracia y la indiferencia de muchos
que parezca trivial y de poco valor. Debe proceder de tal manera observadores ante el alejamiento azaroso de todo sentidoUano de
y COIL tales materiales, que le permita al estudiante adquirir una esa palabra. La democracia es, desde luego, una idea complicada
penetración racional cada vez mayor en esos intereses y en otros acerca de la cual hay mucho desacuerdo legítimo. Pero segura-
que adquirirá en el proceso de su educación. Y el educador debe mente no es tan complicada ni tan ambigua, que no pueda ya ser
tratar de formar hombres y mujeres que puedan y quieran conti- usada por personas que desean razonar conjuntamente.
nuar por sí mismos lo que él empezó: el producto final de toda Lo que yo entiendo por democracia es un ideal que ya he in-
educación liberadora es sencillamente el hombre y la mujer que se tentado exponer. En esencia, la democracia implica que los indi-
educan y se cultivan a sí mismos, en suma, el individuo libre y viduos vitalmente afectados por una decisión tomada por hombres
racional. tienen voz efectiva en dicha decisión. Esto, a su vez, significa que
Una sociedad en la que tienen ascendiente tales individuos es, todo poder de tomar tales decisiones sea públicamente legitimado
en uno de los principales sentidos de la palabra, democrática. Tam- y que quienes las adopten respondan públicamente de ellas. Nin-
bién se la puede definir como una sociedad en la que prevalecen guno de estos tres puntos puede prevalecer, me parece a mí, a me-
verdaderos públicos y no masas. Con esto entiendo lo siguiente: nos que predominen en una sociedad los tipos de públicos y los
Sépanlo o no, los hombres en una sociedad de masas son presa tipos de individuos que he descrito. Algunas otras condiciones re-
de inquietudes personales que no pueden convertir en problemas sultan evidentes en seguida.
sociales. No comprenden la acción recíproca entre esas inquietudes La estructura social de los Estados U nidos no es completamen-
personales de sus ambientes y los problemas de estructura social. te democrática. Tomemos éste como punto de acuerdo mínimo.
El hombre reconocible en un verdadero público, por otra parte, es No conozco ninguna sociedad que sea completamente democrá-
capaz de hacer precisamente eso. Comprende que lo que él piensa tica: eso sigue siendo un ideal. Los Estados Unidos son hoy, diría
y siente como inquietudes personales también son muchas veces yo, democráticos en general principalmente en la forma y en la
problemas compartidos por otros, y, cosa aun más importante, que retórica de las expectativas. En sustancia y en la práctica no son
no pueden ser resueltos por un individuo solo, sino por modifica- democráticos con mucha frecuencia, y esto es absolutamente claro
ciones de la estructura de los grupos en que él vive, y a veces de la en muchos sectores institucionales. La economía corporativa no se
estructura de la sociedad toda. Los hombres de masas tienen desenvuelve ni como una serie de asambleas públicas ni como un
inquietudes, pero no suelen saber ni su fuente ni su verdadero sig- conjunto ele poderes responsables ante aquellos a quienes sus acti-
nificado; los hombres de públicos afrontan problemas y por lo vidades afectan muy seriamente. Los mecanismos militares y, cada
general llegan a conocer su carácter público. vez más, el Estado político, están en la misma situación. No quiero
La tarea política del investigador social -co~o de todo educa- dar la impresión de que soy optimista acerca de las posibilidades
dor liberal- consiste en traducir constantemente las inquietudes de. que muchos investigadores sociales puedan o quieran desem-
personales en problemas públicos, y los problemas públicos en los peñar un papel público democrático, ni -aunque muchos de ellos
términos de su significación humana para diversidad de individuos. lo hagan- acerca de las posibilidades de que esto tenga como
Su tarea consiste en desplegar en su trabajo -y, como educador, consecuencia inevitable una rehabilitación de los públicos. Yo no
también en su vida- este tipo de imaginación sociológica. Y su hago más que esbozar un papel que me parece estar abierto y
finalidad es cultivar esos hábitos mentales entre los hombres y las que, de hecho, es practicado por algunos investigadores sociales.
200 SOBRE POLITICA SOBRE POLITICA 201
Ocurre también que es un papel que está de acuerdo con las opi-
niones tanto liberales COJTIO socialistas del papel de la rnzón en los 5
asuntos humanos. 1 .¿Cuáles son las probabilidades de éxito? Dada la estructura polí-
Mi argumento es que el papel político de la ciencia social -cuál tica dentro de la cual tenemos que actuar, no creo que sea muy
pueda ser ese papel, cómo sea desempeñado y con cuánta eficacia- probable que los investigadores sociales lleguen a ser mensajeros
tiene relación con el grado en que prevalezca la democracia. eficaces de la. razón. Tienen que darse ciertas condiciones para que
Si tomarnos el tercer papel de la razón, el papel autónomo, tra- hombres sab10s desempeñen ese papel estratégico. Los hombres,
tamos de actuar de un modo democrático en una sociedad que no -dijo Marx, hacen su propia historia, pero no la hacen en condicio-
es completamente democrática. Pero actuamos como si estuviéra- nes elegidas por ellos. ¿Cuáles son, pues, las condiciones que nos-
mos en una sociedad plenamente democrática, y al hacerlo así, in- otro~ exigimos para desempeñar eficazmente ese papel? Lo que se
tentarnos suprimir el "como si". Nos esforzamos por hacer más reqmere son partidos y movimientos y públicos que tengan dos
democrática la sociedad. Yo sostengo que ese papel es el único car~c~e.rísticas: 1) que en su seno se discutan de verdad ideas y
mediante el cual podemos hacer eso en cuanto investigadores so- pos1b1hdades; y 2) que realmente tengan oportunidad de influir
ciales. Por lo menos, yo no conozco otro modo por el que podamos ·en las decisiones de consecuencias estructurales. únicamente si
intentar contribuir a poner en pie una política democrática. Y a existieran esas organizaciones podríamos ser realistas y optimistas
causa de esto, el problema de la ciencia social como mensajera acerca del papel de la razon en los asuntos humanos que he inten-
de la razón en los asuntos humanos es hoy en realidad un pro- tado esbozar. Considero esa situación, dicho sea de paso uno de
blema fundamental de la democracia. '¡O~
- ~eqmsrtos
. . f undamentales para una sociedad plenamente ' demo-
cratrca.
En esa política, los investigadores sociales, en sus papeles polí-
1 Me gustaría recordar de pasada al lector que, totalmente aparte de su ticos, probablemente hablarían "a favor" y "en contra" de dife-
contexto y uso democráticos presentes, el estilo del empirismo abstracto (y la
inhibición metodológica que sustenta) no es apropiado para el papel político
rentes movimientos, estratos e intereses, en vez de diriairse mera-
democrático que estoy describiendo. Los que practican ese estilo como su acti- mente a un público muchas veces vago y temo que cada ~ez menor.
vidad única, que lo conciben como "el verdadero trabajo de la ciencia social", En ~esumen, entrarían en competencia sus ideas, y esta compe-
y que viven en su ethos, no pueden desempeñar un papel educativo liberador. tencia (corno proceso y en sus consecuencias en cualquier momento
Este papel exige que se dé confianza a los individuos y a los públicos en sus dado) tendría importancia política. Si tomamos en serio la idea
propias capacidades para razonar, y, mediante la crítica, el estudio y la prác-
tica individuales, ampliar su alcance y mejorar su calidad. Exige que se les es- tle la democracia, si tomamos en serio el papel democrático de la
timule, según la frase de George Orwell, a "salir de la ballena", o según la razón en los asuntos humanos, nuestra participación en esa com-
maravillosa frase norteamericana, a "convertirse en sus propios hombres". De- petencia de ninguna manera nos apenará. Desde luego no pode-
cirles que pueden conocer "verdaderamente" la realidad social sólo mediante mos suponer que todas las definiciones de la rea1idad social, y
un tipo de investigación inevitablemente burocrático es poner un tabú, en mucho menos todas las formulaciones de modos y medios políticos,
nombre de la Ciencia, sobre sus esfuerzos para hacerse hombres independientes
y pensadores originales. Es minar la confianza del artesano individual en su y mucho menos todas las sugerencias de metas, tendrían por con-
propia capacidad para conocer la realidad. Es, en efecto, estimular a los hom· secuencia una doctrina unificada e indiscutible. 1
bres a fijar sus creencias sociales por referencia a la autoridad_ de un aparato Por falta de tales partidos, movimientos y públicos, vivimos en
ajeno, y eso está de acuerdo, naturalmente, con toda la burocratización de la una sociedad que es democrática principalmente en sus formas
razón operada en nuestro tiempo, y es reforzado por ella. La industrialización
de la vida académica y la fragmentación de los p1oblemas de la ciencia social legales y en sus expectativas formales. No debemos menospreciar
no puede tener como consecuencia un papel educativo liberador para los inves- el valor enorme de la considerable oportunidad que esas circuns-
tigadores sociales. Porque lo que esas escuelas ele pensamiento desmontan en
piezas tienden a mantenerlo desmontado en piezas diminutJs acerca ele las cua- 1
La idea de semejante monopolio en la esfera de las ideas sociales es una
les pretenden estar muy seguras. Pero sólo pueden estar seguras de meros de las nociones autoritarias que están en la base dd concepto de "El Mé-
fragmentos abstractos, y la tarea de b ednc::ición liberal, y el p:ipel político de todo" de los científicos como admin:stradores de h razón y qne tan tenue-
la ciencia social, )' su promesa intelectual, consisten precisamente en capaci- mente disfrazada está en los "valores sagrados" ele los grandes teóricos. Aún
tar· al hombre para trascender esos ambientes fragmentados y abstractos, para aparece más claramente incorporada en fas consi:;nas tecnocráticas que he ana-
llegar a conocer las estructuras históricas y su lngar propio dentro de ellas. lizado en el capítulo v.
202 SOBRE POLíTICA SOBRE POL1TICA 203
tancias ofrecen. Conoceremos su valor por el hecho de su ausencia . El papel de la razón que vengo esbozando ni significa ni re-
en el mundo soviético, y por el tipo de guerra contra el cual están qmere que uno sea un azotacalles, que tome el primer aeroplano
los intelectuales de ese mundo. Que la democracia sea en los Es- hacia el escenario de la crisis del día, que corra al Congreso, que
tados Unidos tan ampliamente formal, no quiere decir que poda- compre una imprenta para publicar un periódico, que se mezcle
mos esquivar la conclusión de que si la razón ha de desempeñar con los pobres, que subaste una caja de jabón. Esas acciones son
un papel libre en la realización democrática de la historia, uno de admirables con frecuencia, y fácilmente puedo imaginar ocasiones
sus principales sustentadores seguramente han de ser las ciencias en que yo personalmente encontraría imposible no desear ejecu-
sociales. La ausencia de partidos, movimientos y públicos demo- tarl_as. Per? convertirlas en_ sus actividades normales el investigador
cráticos no quiere decir que los investigadores sociales en cuanto ~ooal, e~ simplemente abdicar su papel y ostentar por su acción la
educadores no deban tratar de hacer de sus instituciones educativas mcreduhdad en la promesa de la ciencia social y en el papel de
una estructura dentro de Ia·cual pueda existir ese público liberador !ª raz?n en los ~suntos hum~nos. Este papel sólo requiere que el
de individuos, por lo menos en sus comienzos, y en que sus discu- mveshgador social se lleve bien con el trabajo de la ciencia social
siones puedan ser estimuladas y apoyadas. No quiere decir tam- y 9ue evite impulsar la burocratización de la razón y del pensa-
poco que no traten de cultivar esos públicos en sus papeles menos miento.
académicos. No todoslos investigadores sociales aceptan todas las opiniones
Proceder así es, desde luego, exponerse a tener "inquietudes"; o, qu~ yo sustento sobre estas cuestiones, ni yo deseo que las acepten.
lo que aún es peor, a encontrarse con una indiferencia mortal. Exi- M~ t~ma es que una de sus tareas consiste en determinar sus propias
ge que presentemos deliberadamente teorías y hechos discutibles y opm10nes sobre la naturaleza del cambio histórico y el lugar, si lo
que estimulemos activamente la controversia. Con la ausencia de hay, de los hombres libres y razonables dentro de él. Sólo entonces
debate político amplio, abierto y bien informado, las gentes no puede llegar a conocer su propio papel intelectual y político dentro
pueden entrar en contacto ni con las realidades efectivas de su de las socieda?es _que estudia, y al hacerlo así descubrir precisa-
mundo ni con las realidades de ellas mismas. Hoy en particular, mente lo que el piensa de los valores de la libertad y la razón que
a lo que me parece, el papel que vengo describiendo requiere nada tan profundamente forman parte de la tradición y la promesa de
menos que la presentación de definiciones contradictorias de la la ciencia social.
realidad misma. Lo que suele llamarse "propaganda", en especial Si los hom?res individualmente y los pequeños grupos de hom-
de carácter nacionalista, no sólo consiste en opiniones sobre diver- bres no son libres para actuar con consecuencias históricas, y al
sidad de temas y cuestiones. Como observó Paul Kecskemeti en mismo tiempo no son suficientemente razonables para ver esas
cierta ocasión, es la promulgación de las definiciones oficiales de consecuencias; si la estructura de las sociedades modernas, o de
la realidad. algun~ de ellas, es ahora tal que la historia marcha ciegé1mente a
Nuestra vida pública descansa ahora con frecuencia sobre esas l~ denva y no pu~de_ ser hecha de otro modo con los medios dispo-
definiciones oficiales, así como sobre mitos, embustes y nociones mbles y el conoc1m1ento que puede adquirirse, entonces el único
descabelladas. Cuando muchas políticas -discutidas y no discuti- papel autónomo de la ciencia social es registrar y comprender;· la
das- se basan en definiciones inadecuadas y erróneas de la rea- idea de la responsabilidad de los poderosos será una necedad; y
lidad, quienes se afanan por definirla más adecuadamente están los valores de la libertad y de la razón serán realizables únicamente
obligados a derribar influencias. Por eso los públicos del tipo que en los ambientes excepcionales de ciertas vidas privadas favore-
he descrito, lo mismo que los hombres con individualidad, son, por cidas.
su misma existencia en tal sociedad, radicales. Pero ése es el papel . Pero eso es una serie de supuestos. Y aunque hay amplio espa-
de la intelio-encia, del estudio, del intelecto, de la razón, de las c10 para el desacuerdo sobre los grados de libertad y la escala de
ideas: defi~r la realidad adecuadamente y de manera pública- las con~ecuencías, no creo que haya pruebas suficientes de que sea
mente importante. El papel educativo y político de la ciencia social necesario abandonar los valores de la libertad y de la razón, que
en u~a democracia es contribuir a cultivar y sostener públicos e pueden actualmente orientar el trabajo de la ciencia social.
individuos capaces de formular definiciones adecuadas de las reali- Intentos para evitar las cuestiones inquietantes que venao es-
dades personales y sociales y de vivir y actuar de acuerdo con ellas. '.udiando son defendidos ahora con la consigna de que la cÍencia
204 SOBRE POLITICA
SOBRE POLíTICA 205'
social "no debe empeñarse en salvar al mundo". Unas ~e~es todo lo que nos concierne moralmente, corrernos el riesgo de vio-
esto es la renuncia de un modesto profesor; otras veces es el cm1co lar valores democráticos. Podemos convertirnos en manipulado-
desdén del especialista por todas las cuestiones de gran alcance; res o en coaccionadores, o en ambas cosas, y no en persuasores
otras es la desilusión de esperanzas juveniles; con frecuencia es la
dentro de una sociedad en la que los hombres tratan de razonar
pose de individuos que tratan de apropiarse el prestigio del cien-
conjuntamente y en que el valor de la razón es tenido en estima-
tífico, considerado como intelecto puro y desencarnado. Pero en ción muy alta.
ocasiones se basa en un juicio meditado de los hechos de poder.
Lo que yo sugiero es que, dirigiéndonos a dificultades e in-
A causa de esos hechos, no creo yo que la ciencia social "salve
quietudes y formulándolas como problemas de la ciencia social,
al mundo'', aunque no veo nada de erróneo en "tratar de sal-
tenemos la mejor oportunidad, creo que la única oportunidad, de
var al mundo", frase con la que quiero decir aquí evitar la guerra
hacer a la razón democráticamente importante para los asuntos
y reajustar los asuntos humanos de acuerdo con los ideales de la
humanos en una sociedad libre, realizando así los valores clásicos
libertad y de la razón humanas. Lo que yo sé n_ie. ~leva a hacer subyacentes en la promesa de nuestros estudios.
cálculos más bien pesimistas acerca de las pos1b1hdades. Pero
aunque sea ésa nuestra situación actual, debemos pr~guntarnos
todavía: Si hay modo de salir de la crisis de nuestro tiempo po.r
medios intelectuales, ¿no le corresponde formularlos al ~nvesh­
gador social? Lo que nosotros representamos -aunque no siempre
sea manifiesto- es al hombre que ha llegado a conocer a la hu-
manidad. Es en el plano del conocimiento humano donde deben
buscarse ahora todas las soluciones a los grandes problemas.
Apelar a los poderosos, a base de los conocimientos que ahora
tenemos, es una utopía en el sentido más disparatado de la pala-
bra. Nuestras relaciones con ellos probablemente serán sólo las
que a ellos les parezcan útiles, lo cual quiere decir que ?º~ con-
vertimos en técnicos que admiten sus problemas y des1gmos, o
en ideólo&os que promueven su prestigio y autoridad. Para ser
algo más que eso, por lo que respecta a nuestro papel político, de-
bemos ante todo someter a revisión el carácter de nuestro esfuerzo
colectivo como investigadores sociales. No es utópico en absoluto
para un investigador social apelar a sus colegas para e~prendcr
dicha revisión. Todo investigador social que tenga noción de lo
que es debe afrontar el importante dilema moral que va impl~cito
en este cavítu1o: la diferencia entre aquello por lo cual se mte-
resan los l;ombres y lo que constituye su verdadero interés.
Si adoptamos la simple opinión democrática de que lo que les
interesa a los hombres es lo que nos incumbe, entonces acepta-
mos los valores que, unas veces accidentalmente, otras veces de-
liberadamente, han sido inculcados por los intereses creados. Eso.s
valores son con frecuencia los únicos que los hombres han tem-
do oportunidad de cultivar. Son hábitos adquiridos inconsciente-
mente y no por elección deliberada. .
Sí adoptamos la opinión dogmática de que lo que constituye
el verdadero interés de los hombres, interéscles o no de hecho, es
SOBRE ARTESANfA INTELECTUAL 20í
L? qt~e significa esto es que debéis aprender a usar vuestra
expenencia de la vida en vuestro trabajo intelectual, examinán-
APÉNDICE
<lola e interpretándola sin cesar. En este sentido la artesanía es
SOBRE ARTESANiA INTELECTUAL vuestro propio centro y estáis personalmente complicados en todo
producto intelectual sobre el cual podáis trabajar: Decir que po-
PARA EL INVESTIGADOR social individual que se siente como parte déis "tener experiencia" significa, entre otras cosas, que vuestro
de la tradición clásica, la ciencia social es la práctica de un oficio. pasado influye en vuestro presente y lo afecta, y que él define
En cuanto hombre que trabaja sobre problemas esenciales, figura vuestra capacidad para futuras experiencias. Como investigadores
entre los que rápidamente se impacientan y se cansan de discu- sociales, tenéis que dirigir esa complicada acción recíproca, captar
siones complicadas sobre método-y-teoría-en-general; que interrum- lo que experimentáis y seleccionarlo; sólo de esa manera podéis
pen sus propios estudios. Cree que es mucho mejor la informa- esperar usarlo para guiar y poner a prueba vuestro pensamiento, y
ción de un estudioso activo acerca de cómo procede en su trabajo en ese proceso formaros como trabajadores intelectuales. Pero,
que una docena de "codificaciones de procedimiento" hechas por ¿cómo podréis hacerlo? Una solución es: debéis organizar un
especialistas que quizá no han realizado ningún trabajo de im- archivo, lo cual es, supongo yo, un modo de decir típico de soció-
portancia. únicamente mediante conversaciones en que pensa- logo: llevad un diario. Muchos escritores creadores llevan diarios;
dores experimentados intercambien información acerca de su ma- 1a necesidad de pensamiento sistemático que siente el sociólo-
nera real de trabajar puede comunicarse al estudiante novel un go lo exige.
concepto útil del método y de la teoría. Por lo tanto, creo útil En el archivo que voy a describir, están juntas la experiencia
referir con algún detalle cómo procedo en mi oficio. Esto es, in- personal y las actividades profesionales, los estudios en marcha y
evitablemente, una declaración personal, pero está escrita con la Jos estudios en proyecto. En ese archivo, vosotros, como trabaja-
esperanza de que otros, en especial los que inician un trabajo dores intelectuales, procuraréis reunir lo que estáis haciendo inte-
independiente, la harán menos personal por los hechos de su pro- lectualmente y lo que estáis experimentando corno personas. No
pia experiencia. temáis emplear vuestra experiencia y relacionarla directamente
con el trabajo en marcha. Al servir como freno de trabajo reitera-
1 tivo, vuestro archivo os permite también conservar vuestras ener-
gías. Asimismo, os estimula a captar "ideas marginales": ideas
Creo que lo mejor es empezar por recordaros a los estudiantes diversas que pueden ser sub-productos de la vida diaria, fragmen-
principiantes que los pensadores más admirables de la comunidad tos de conversaciones oídas casualmente en la calle, o hasta sue-
escolar a que habéis decidido asociarnos no separan su trabajo de ños. U na vez anotadas, esas cosas pueden llevar a un pensamiento
sus vidas. Parecen tomar ambas cosas demasiado en serio para per- más sistemático así como prestar valor intelectu::1l a la experien-
mitirse tal disociación y desean emplear cada una de ellas para cia más directa.
enriquecer a la otra. Desde luego, esa escisión es la convención Habréis advertido muchas veces con cuánto cuidado tratan
que prevalece entre los hombres en general, y se deriva, supongo sus propias inteligencias pensadores consumados, y cuán atenta-
yo, del vacío del trabajo que los hombres en general hacen hoy. mente observan su desarrollo y organizan su experiencia. La razón
Pero habréis advertido que, como estudiantes, tenéis la excepcio- de que atesoren sus menores experiencias es que, en el curso de
nal oportunidad de proyectar un tipo de vida que estimule los una vida, el hombre moderno tiene muy poca experiencia perso-
hábitos de la buena artesanía. El trabajo intelectual es la elec- nal, y sin embargo la experiencia es sumamente importante como
ción de un tipo de vida tanto como de una carrera; sépalo o no, el fuente de trabajo intelectual original. He llegado a creer que el
trabajador intelectual forma su propio yo a medida que trabaja ser fiel a su experiencia sin fiarse demasiado de ella es una señal
por perfeccionarse en su oficio; para realizar sus propias poten- de madurez del trabajador. Esa confianza ambigua es indispensa-
cialidades y aprovechar las oportunidades que se ofrezcan en su ble para la originalidad en todo trabajo intelectual, y el archivo
camino, forma un carácter que tiene como núcleo las cualidades es un medio por el que podéis desarrollar y justificar tal confianza.
del buen trabajador. Llevando un archivo adecuado y desarrollando de ese modo
206
208 APÉNDICE SOBRE ARTESANíA INTELECTUAL 209
hábitos de auto-reflexión, aprendéis a mantene:: despierto vuestro y qmza para discutirla con los amigos. De tiempo en tiempo
mundo interior. Siempre que os impresionen fuertemente suce- debe revisarla muy cuidadosamente y con fines muy determina-
sos o ideas, no debéis dejarlos irse de vuestra mente, antes al dos, y en ocasiones también cuando esté descansado.
contrario, debéis formdarlos para vuestro archivo y, al hacerl~>, Un procedimiento así es uno de los medios indispensables por
desentrañar todo lo que implican, y demost~aros a vosotr.os. :n1s- los cuales vuestra empresa intelectual se mantiene orientada y
mos la insensatez de aquellos sentimientos o ideas o la pos1b1hdad bajo control. El intercambio amplio e informal de esas revisiones
de articularlos en forma productiva. El archivo os ayuda también del "estado de mis problemas" entre investigadores sociales acti-
a formaros el hábito de escribir. No podéis tener la "mano dies- vos, es, me parece, la única base para una formulación adecuada
tra" si no escribís alao por lo menos cada semana. Desarrollando· de "los principales problemas de la ciencia social". Es improba-
b l .
el archivo, podéis tener experiencia de escritores y cu hvar, .como. ble que en una comunidad intelectual libre haya, y es seguro que
suele decirse, vuestros medios de expresión. Llevar un archivo es no deba haberlo, un bloque "monolítico" de problemas. En
controlar la experiencia. esa comunidad, si florece de una manera vigorosa, habría inter-
ludios de discusión entre los individuos acerca del trabajo futuro.
Una de las peores cosas qu~ les sucede~ ~ los i,?vestig~dores Tres clases de interludios -sobre problemas, sobre métodos, so-
sociales es que sienten la necesidad de escnbir sus _Plane~ s?}<> bre teoría- deben resultar del trabajo de los investigadores y
en una ocasión: cuando van a pedir dinero para una mvestigac10n conducir a él de nuevo; deben recibir su forma del trabajo en
específica o para "un proyecto". La mayor parte de los "plan_es"· marcha y en cierta medida deben orientarlo. Esos interludios
se escriben para pedí~ fondos, o por 1o ~e~os se ;edactan cmd~­ constituyen la razón de ser una asociación profesional. Y tam-
dosamente para ese fm. Aunque ~sta practica esta muy ~enerah­ bién es necesario para ellos vuestro archivo personal.
zada, la considero muy mala: esta condenada a convertirse, por
lo menos en cierta medida, en un "arte de vender" y, dadas las Bajo diversos encabezados hay en vuestro archivo ideas, notas
expectativas que hoy prevalecen, en acabar muy probablemente personales, resúmenes de libros, notas bibliográficas y esbozos de
en afanosas pretensiones; el proyecto quizá va a ser "presenta- proyectos. Es, supongo yo, cuestión de hábito arbitrario, pero
do" después de redondearlo de una manera arbitraria mucho creo que os resultaría bien clasificar todos esos asuntos en un
antes de lo que debiera; muchas veces es una cosa amañada, fichero de "proyectos" con muchas subdivisiones. Los asuntos,
destinada a conseguir dinero para fines diferentes, aunque va- naturalmente, cambian, a veces con gran frecuencia. Por ejem-
liosos, de los de la investigación ofrecida. Un investigador se; plo, como estudiantes que preparan su examen preliminar, que
cial que trabaja debe revisar periódicamente "el estad~ de mis escriben su tesis y que al mismo tiempo hacen sus trabajos del
planes y problemas". Un joven, pre~isamente al comienzo de semestre, vuestros ficheros se dividirán en esos tres sectores de tra-
su trabajo independiente, debe reflex10nar acerca de esto, pero- bajo. Pero después de un año de trabajo como graduados, comen-
.Do puede esperarse -ni lo esperará él mismo- que vaya muy zaréis a reorganizar todo el archivo en relación con el proyecto
lejos con eso, y evidentemente no debe entr.egarse con . exce- principal de vuestra tesis. Después, al proseguir vuestro trabajo,
siva rigidez a ningún plan. Todo lo que puede hace: es onent~r advertiréis que no siempre lo domina un solo proyecto ni deter-
su tesis, que infortunadamente. ~e supone ser s~ pnmer. traba¡<> mina las categorías principales en que está ordenado. De hecho,
independiente de alguna extens1on. Cuando este1s a la mitad del el empleo del archivo estimula la expresión de las categorías que
tiempo de que disponéis para el t rabajo, o en su tercera J?ª,rt~, es usáis en vuestras reflexiones. Y la manera como cambian esas
1
cuando esa revisi6n puede ser mas fructuosa y hasta qmza mte- categorías, abandonando unas y añadiendo otras, es un índice de
resante par:. los demás. . . vuestro progreso y aliento intelectual. Finalmente, los archivos
Un investiaador social activo que avanza en su cammo debe habrán de ser ordenados de acuerdo con varios grandes proyectos
tener siempre btantos planes, que es t anto como deci~ i~eas, que y con muchos sub-proyectos que cambian de un año para otro.
se pregunte constantemente: ¿En cual de ellos ~raba¡are?~ ¿debo
1
Todo esto supone que hay que tornar notas. Tendréis que
trabajar, después? Y debe llevar. un pequeño archivo espec;ial .Pªra adquirir e1 hábito de tomar muchas notas de todo libro que me-
su agenda principal, que escribuá una y otra vez para s1 mismo rezca ser leído, aunque tengo que decir que no os será inútil leer
210 AP~NDICE
SOBRE ARTESANfA INTELECTUAL 211

libros realmente malos. El primer paso en la traducción de la trilogía, escri~iendo u? li~ro sobre las clases superiores. Pensé que
expe:ien~ia, ya de los escritos de otros individuos, ya de vuestra
me sena posible; h~bia leido de vez en cuando a Balzac, especial-
propia vida, a la esfera intelectual, es darle forma. Simplemente mente en el decemo de 1940 a 1950, y me había impresionado
la tarea que se había impuesto a sí mismo de "describir" todas las
el dar ?ombre a un fongl6n de la experiencia os invita a expli-
carlo; simplemente el tomar una nota de un libro es con frecuen- clases y tipos importantes de la sociedad de la época que deseaba
cia una incitación a reflexionar. Al mismo tiempo, desde luego, hacer suya. Yo había escrito también un trabajo sobre "La mino-
el tomar notas es una gran ayuda para comprender lo que estáis ría de los negoci~s" ("The Business Elite"), y había recogido y
leyendo. ordenado estadísticas acerca de las carreras de los individuos más
Vuestras notas pueden ser, como las mías, de dos clases: al descollantes de la política norteamericana desde la Constitución.
leer ciertos libros muy importantes, tratáis de captar la estructura Ar:ibas tare~s h~bían sido ~nsp~radas primordialmente por el tra-
de! razonami~nto del autor, y para ello tomáis notas; pero con ba10 de semmanos sobre histona de los Estados Unidos.
Al hacer esos diversos artículos y libros y al preparar los cursos
n:as frecu~ncia? y después d~ algunos años de trabajo indepen-
diente, mas bien que leer libros enteros, muchas veces leeréis sobre estratificación, quedaba, naturalmente, un residuo de ideas
y hechos acerca de las clases altas. Particularmente en el estudio
partes de muchos libros desde el punto de vista de algún tema o
asunto particular en que estéis interesados y acerca del cual tenéis de la estratificación es difícil evitar el ir más allá de la finalidad
inmediata de uno, porque la "realidad" de todo estrato son en
planes en vuest~~ archivo. Por lo tanto, tomaréis notas que no
gran parte sus relaciones con los otros. En consecuencia, empecé
7epresent~n suficientemente los libros que leéis. Empleáis una
a pensar en un libro sobre la minoría o élite.
idea .Particular, un dato particular, para la realización de vuestros
prop10s proyectos. ,, Y sin embargo, no es as~ ,"realmente" c~mo nació "el proyec-
to . ~o 9ue realmente ocumo fue 1) que la idea y el plan salieron
de n:is fichero~, porque todos mis proyectos empiezan en ellos, y
2 los libros son simplemente descansos organizados del trabajo cons-
¿Pero cómo se usa este archivo -que hasta ahora quizá os parez- tante empleado en ellos; 2) que al cabo de algún tiempo llegó a
~a más bien una especie de diario "literario"- en la producción
dominarme todo el conjunto de problemas que abarca el asunto.
mtelectual? Sólo el hecho de llevarlo es ya producción intelec- Después de hecho mi primer esbozo examiné todo mi archi-
tual. Es un depósito de hechos y de ideas que crece sin cesar, vo, no so'1o las partes de él que tenían ' una relación directa con
d~sde las más vagas a las precisas. Por ejemplo, lo primero que
el. asunto, sino también las que parecían no tener .con él relación
hice al decidirme a estudiar las minorías fue trazar un primer nu7guna. Muchas veces la imaginación es incitada con éxito re-
esbozo basado en una lista de los tipos de personas que deseaba umendo cosas hasta entonces aisladas y descubriendo entre ellas
comprender. relaciones inesl?eradas. Abrí apartados nuevos en el archivo para
Precisamente el cómo y el porqué decidí hacer ese estudio este grupo particular de problemas, lo cual me llevó natur:::~-:::----~v
puede indicar el modo en que las experiencias vitales de uno ali- a nuevas ordenacion..:s de sus otras partes.
mentan su trabajo intelectual. He olvidado cuándo llegué a intere- Al ordenar un archivo con frecuencia le parece a uno que. está
s::rme técnicamente en la "estratificación'', pero creo que debe de dando rienda suelta a su imaginación. Esto sucede indudable-
~abcr sido al ~eer po_r primera vez a Veblen. Me había parecido
mente, _mediante el intento de combinar ideas y n¿tas diversas
siempre muy impreciso y hasta vago en lo que se refiere al em- sobre diferentes asuntos. Es una especie de lógica combinatoria
pleo de las palabras "negocios" e "industriales'', que son una es- r la "casualidad" juega a veces en ella un papel curiosament~
~mportante. Uno se esfuer;-a libremente por emplear sus recursos
pecie de traducción de Marx para el público académico norteame-
ricano. Sea como fuere, escribí un libro sobre las organizaciones mtelectuales, tal como estan representados en el archivo, en los
~breras y sus líderes, tarea motivada políticamente, y después un
nuevos temas.
hbro sobre las clases medias, tarea primordialmente motivada por En el presente caso, yo empecé a usar también mis observa-
c~ones y mis ~xperie.ncias dia_rias. Pensé primero en las experien-
el deseo de articular mi propia experiencia de Nueva Y orle desde
1945. Luego me sugirieron algunos amigos que debía hacer una cias que hab1a temdo relativas a los problemas de la élite, y
212 APÉNDICE SOBRE ARTESANÍA INTELECTU'AL 213
después hablé con quienes me parecía que los habían experimen- sistemáticamente las teorías disponibles como un margen donde
tado o habían pensado sobre ellos. De hecho, empecé entonces elegir, y dejar que su alcance organice el problema mismo. 1 Pero
a modificar el carácter de mis prácticas habituales para incluir otras veces sólo permito a esas teorías entrar en mi propia orde-
ei;i ellas 1) a personas que figuraban entre las que yo quería estu- nación, en contextos muy diferentes. De cualquier modo, en el
diar, 2) a personas en estrecho contacto con ellas, y 3) a personas libro sobre la élite tuve que tomar en cuenta las obras ele hombres
interesadas en ellas habitualmente de un modo profesional. como Mosca, Schumpeter, Veblen, Marx, Lasswell, Michel, W e-
No conozco las condiciones sociales plenas de la mejor arte- ber y Pareto.
sanía intelectual, pero es indudable que el rodearse de un círculo Al mirar algunas notas sobre esos autores, encuentro que ofre-
de personas que escuchen y hablen -y que tengan en ocasiones cen tres tipos ele enunciados: a) de unos aprendemos directamen-
caracteres imaginativos- es una de ellas. En todo caso, procuré te, re-enunciando sistemáticamente lo que dicen sobre puntos
rodearme de todo el ambiente importante --social e intelectual- dados o en conjunto; b) otros los aceptamos o rechazamos, dando
que yo creía que me llevaría a pensar correctamente de acuerdo razones y argumentos; e) y otros los usamos como fuentes ele su-
con los lineamientos de mi trabajo. Esto es uno de los sentidos gestiones para nuestras propias elaboraciones y proyectos. Esto
de mis anteriores observaciones acerca de la fusión de la vida per- supone comprender un punto y preguntarse después: ¿Cómo
sonal y la vida intelectual. puedo dar a esto forma demostrable, y cómo puedo demostrarlo?
¿Cómo puedo usarlo como centro ele trabajo, como perspectiva
En la actualidad el buen trabajo en ciencia social no está de la cual emerjan con sentido detalles descriptivos? En esta ma-
constituido, ni en general puede estarlo, por la "investigación" nipulación ele ideas existentes es, naturalmente, donde uno ad-
empírica definida. Se compone más bien de muchos estudios que vierte su continuidad en relación con el trabajo anterior. He aquí
en los puntos clave formulan enunciados generales relativos a la dos extractos ele notas preliminares sobre Mosca que pueden ilus-
forma y la tendencia del asunto. Así, pues, no puede adoptarse trar lo que estoy tratando ele exponer:
una decisión sobre cuáles sean esos puntos hasta que se reelabo-
ren lo~ materiales existentes y se formulen enunciados hipotéticos Además de sus anécdotas históricas, Mosca respalda su tesis con
generales. esta afirmación: "Es la fuerza de la organización la que permite siem-
Ahora bien, entre los "materiales existentes-,, encontré en los pre a la minoría dominar." Hay minorías organizadas que gobiernan
archivos tres tipos importantes para mi estudio de la minoría: va- las cosas y a los hombres. Hay mayorías desorganizadas que son go-
rias teorías relacionadas con el asunto, materiales ya elaborados bernadas.2 Pero por qué no examinar 1) la minoría organizada, 2) la
mayoría organizada, 3) la minoría desorganizada, 4) la mayoría des-
por otros como pruebas ele aquellas teorías, y materiales ya reuni-
organizada. Esto merece una exploración en gran escala. Lo primero
dos y en fases diversas ele centralización asequible pero no hechos que hay que aclarar: ¿cuál es precisamente la significación de "or-
aún teóricamente importantes. únicamente después ele haber ganizada"? Creo que Mosca quiere decir: capaz de conductas y
terminado un primer esbozo de una teoría con ayuda de esos ma- acciones más o menos continuadas y coordinadas. Si es así, su tesis
teriales existentes puedo situar eficazmente mis propias asevera- es correcta por definición. También podría decir, creo yo, que una
ciones centrales e impulsar y proyectar investigaciones p;:ira pro- "mayoría organizada" es imposible, porque equivaldría a que estuvie-
barlas, y quizá no tenga que hacerlo, aunque sé, naturalmente, que sen a la cabeza de esas organizaciones mayoritarias jefes nuev:os, mi-
más tarde tendré que ir y venir una y otra vez ele los materiales norías nuevas, y está plenamente decidido a sacar esos jefes de sus
existentes a mi propia investigación. , Toda formulación final no "clases gobernantes". Los llama "minorías directoras", todo lo cual
sólo debe "cubrir los elatos" en la medida en que los elatos esté1n es bastante flojo al lado de su gran afirmación.
disponibles y me son conocidos, sino que también debe tomar en 1 Véase, por ejemplo, Mills, White Collar, Oxford University Press,
cuenta, ele alguna manera, positiva o negativamente, las teorías 1951, capítulo 13. Hice lo mismo, en mis notas, con Lederer y Gasset versus
de que dispone. En ocasiones este "tomar en cuenta" una idea se "teóricos de la élite" como dos reacciones contra la doctrina democrática de
los siglos XVIII y XIX.
hace fácilmente por la simple confrontación de la idea con el he- 2 También hay en Mosca aseveraciones acerca de leyes psicológicas que
cho que la contradice o la apoya; en ocasiones se hace necesario supone apoyan su opinión. Adviértase su uso de la palabra "natural". Pero
un análisis o una delimitación detallados. A veces puedo ordenar esto no es fundamental y además no merece ser tenido en cuenta.
214 APf:NDICE SOBRE ARTESANÍA INTELECTUAL 215
Una cosa que se me ocurre (Creo que es el núcleo de los proble- ro, seleccionamos los niveles superiores como una especie de agregado
mas de definición que Mosca nos presenta) es ésta: del siglo xrx al XX poco compacto y nos guiamos por la posición. Pero cuando intenta-
hemos presenciado el paso de una sociedad organizada como 1) y 4) mos lo segundo, debemos indic~r claramente y. en detalle cómo .mane-
a una sociedad más de acuerdo con 3) y 2). Hemos pasado de un Es- jan el poder y cómo se relac10nan con los mstrumentos sociales a
tado mlnorhario a un Estado de organización, en el que la minoría través de los cuales se ejerce el poder. También tratamos más con
ya no está tan organizada ni es tan 1;milateralmente poder:osa, y la personas que con posiciones, o por lo menos las tomamos en cuenta.
ma~a está más organizada y es más poderosa. Ha surgido en las calles
Ahora bien, en los Estados Unidos el poder comprende más de
cierto poder, y en tomo de él han girado las estructuras sociales en su una minoría. ¿Cómo podemos juzgar las posicíones relativas de esas
conjunto y sus élites. ¿Y qué s.ector de la clase gobernante está, i;nás diferentes minorías? Depende de las decisiones que se adopten. Una
organizado que el bloque agrano? No es ésta una _Pregunta reton?;: minoría ve a otra como formando parte de los que cuentan. Hay
Puedo contestarla de un modo o de otro en este tiempo; es cuest10n entre las élites este mutuo reconocimiento: que las demás élites
de grado. Todo lo que ahora quiero es sacarla al aire lil;>Fe. cuentan. De un modo o de otro, son gentes importantes las unas
Mosca señala un punto que me parece excelente y digno de ulte- para las otras. Proye?to: seleccionar 3 o 4 ,de7isiones :Iav~ de~, último
rior elaboración: Según él, muchas veces hay en "la clase gobernan- decenio -el lanzamiento de la bomba atomica, la d1smmucion o el
te" una camarilla cimera y un segundo estrato más amplio con el aumento de la producción de acero, la huelga de la G. M. en 1945-
que a) la cumbre está en continuo e inmediato contacto, y con el que y estudiar en detalle el personal que intervino en cada una de ellas.
b) coll!parte sus ideas y sentimientos y, cree él, la política (pág. 4 30). Usar las "decisiones" y su adopción como pretexto de entrevistas
Buscar y ver si en otras partes del li~ro señala o~ros puntos de co- cuando salga en busca de contenido.
nexión. ¿Se recluta en gran proporc10n la camarilla en el segundo
uivel? ¿Es la cumbre responsable en cierto modo ante este segundo
estrato, o por lo menos tiene para él alguna consideración? . 3
Olvidemos ahora a Mosca: en otro vocabulario tenemos a) la mi-
noría, por la cual se entiende la camarilla d~ la cumbre, b) los que Llega un momento en el curso de vuestro trabajo en que ya no
cuentan, y e) todos los demás. La pertenencia a los grupo~ segundo tenéis nada que ver con otros libros. Todo lo que necesitáis de
y tercero es definida por el primero, y el segundo puede vanar mucho ellos está en vuestras notas y resúmenes; y en los márgenes de esas
en tamaño y composición y por sus relaciones con el primero y el notas, así como en un fichero independiente, están las ideas para
tercero. (¿Cuál es, de paso, el margen de variación de las relaciones estudios empíricos.
de b) con a) y con e)? Buscar indicaciones en Mosca y extender esto Pero no me gusta hacer trabajo empírico si me es posible evi-
después estudiándolo sistemáticamente.) tarlo. Si no se dispone de personal, son muchas las molestias; y
Este esquema puede permitirme tomar más claramente en cuenta si uno emplea personal, las molestias son con frecuencia mayo-
las diferentes minorías, que son minorías según las diversas dimen- res aún.
siones de la estratificación. Recoger también; naturalmente, de una En la situación intelectual de las ciencias sociales en la actua-
manera clara la distinción paretiana de minorías gobernantes y no lidad, hay tanto que hacer a modo de "estructuración" (permíta-
gobernantes de modo menos formal que Pareto. Indudablemente,
muchas personas que están en el sector más alto debieran estar en el seme esta palabra para designar el tipo de trabajo a que me re-
segundo por lo menos, como los grandes ricos. La camarilla y la mi- fiero) inicial, que buena parte de la "investigación empírica" está
noría pueden serlo del poder o de la autoridad, según los casos. En condenada a ser ligera y poco interesante. Gran parte de ella, en
este vocabulario minoría significa siempre la del poder. Las demás efecto, es un ejercicio formal para estudiantes noveles, y a veces
personas del se~tor elevado serían las clases altas o los círculos su- ocupación útil para quienes no son capaces de manejar los pro-
periores. blemas esenciales, más difíciles, de la ciencia social. No hay más
Así quizá podremos al mismo tiempo usar esto en conex10n con virtud. en la investigación empírica como tal que en la lectura
dos grandes problemas: la estructura de la minoría, y las relaciones como tal. La finalidad de la investigación empírica es resolver
conceptuales -después quizá las esenciales- entre las teorías de la desacuerdos y dudas acerca de hechos, haciendo así más fructífe-
estratificación y de la minoría. (Trabajar esto.) ros los razonamientos basando todos sus lados más sólidamente.
Desde el punto de vista del poder, es más fácil distinguir los que Los hechos disciplinan la razón; pero la razón es la avanzada en
cuentan que los que gobiernan. Cuando tratamos de hacer lo prime- todo campo de saber.
216 APÉNDICE SOBRE ARTESANÍA INTELECTUAL 217

Aunque no podáis conseguir nunca el dinero para hacer mu- masiado tiempo. Las etapas son: 1) los elementos y definiciones
chos de los estudios empíricos que proyectáis, es necesario que que, por vuestro conocimiento general del tema, cuestión o cam-
sigáis proyectándolos. Porque una vez que hayáis proyectado un po de interés, pensáis que vais a tener que tomar en cuenta; 2) las
est~dio empírico, aun cuando no podáis llevarlo a término, os relaciones lógicas entre esas definiciones y elementos; la construc-
obliga a una nueva busca de datos, que en ocasiones resultan tener ción de esos pequeños modelos preliminares, dicho sea de paso,
inesperada importancia para vuestros problemas. Así como no ofrece la mejor oportunidad para el despliegue de la imaginación
tiene sentido proyectar un estudio de campo si puede encontrarse sociológica; 3) la eliminación de opiniones falsas debidas a omi-
la solución en una biblioteca, no tiene sentido creer que habéis siones de elementos necesarios, a definiciones impropias o confu-
agotado los libros antes de haberlos traducido en estudios empí- sas de los términos o a conceder indebida importancia a alguna
ricos apropiados, lo cual quiere decir simplemente en cuestiones parte del asunto y a sus prolongaciones lógicas; 4) formulación y
de hecho. re-formulación de las cuestiones de hecho que queden.
Los proyectos empíricos necesarios para mi género de trabajo El tercer paso, por cierto, es parte muy necesaria, pero con
han de prometer, primero, tener importancia para el primer esbo- frecuencia descuidada, de toda formulación adecuada de un pro-
zo de que he hablado más arriba; tienen que confirmarlo en su blema. El conocimiento popular del problema -el problema
forma original y tienen que motivar su modificación. O, para como dificultad y como inquietud- debe ser cuidadosamente to-
decirlo en términos más pretenciosos, deben ofrecer incitaciones mado en cuenta, porque eso es parte del problema. Las formula-
para construcciones teóricas. En segundo lugar, los proyectos de- ciones sabias, naturalmente, deben ser cuidadosamente examina-
ben ser eficaces y claros y, si es posible, ingeniosos. Quiero decir das y empleadas en la re~formulación que se está haciendo, o
con esto que deben prometer rendir gran cantidad de materiales deben excluirse.
en proporción con el tiempo y el esfuerzo que suponen. Antes de decidir acerca de los estudios empmcos necesarios
Pero, ¿cómo ha de hacerse esto? La manera más económica para la tarea que tengo ante mí, empiezo a esbozar un proyecto
de plantear un problema es hacerlo de modo que permita resolver más amplio dentro del cual comienzan a surgir varios estudios
la mayor parte posible de él por el razonamiento solo. Por el en pequeña escala.
razonamiento tratamos de a) aislar cada cuestión de hecho que Otra vez recurro a los archivos:
aún queda; y b) resolver esas cuestiones de hecho de tal manera
que las soluciones prometan ayudarnos a resolver nuevos proble- Aún no estoy en situación de estudiar los altos círculos en con-
mas con nuevos razonamientos. 1 junto de un modo sistemático y empírico. Así, lo que hago es formu-
Para ~?mprender los problemas de este modo, tenéis que pres- lar algunas definiciones y procedimientos que forman una especie de·
tar atenc10n a cuatro etapas; pero en general es preferible recorrer proyecto ideal de dicho estudio. Después puedo intentar, primero,
las cuatro muchas veces que atascarse en cualquiera de ellas de- recoger materiales existentes que se aproximen a ese proyecto; segun-
do, pensar en los modos convenientes de recoger materiales, dados
los índices existentes, que los satisfagan en puntos fundamentales; y
. 1 Qui_zá debiera yo .decir las n:ismas cosas en un lenguaje más preten- tercero, al avanzar, especificar más las investigaciones empíricas en
c10so, a fm de hacer evidente a qmenes no lo saben, lo importante que pue- gran escala que al fin serán necesarias.
de ser todo esto, a saber: Los altos círculos deben, desde luego, ser definidos sistemática-
Las situaciones problemáticas deben ser formuladas con la debida aten-
ción ~ sus im~licaci?ne~, teórica~ y concept_uales, así como a los paradigmas mente en relación con variables específicas. Formalmente -y esto
apropiados de mvesbgac1on empmca y los aaecuados modelos de verificación. es más o menos al modo de Pareto- hay las personas que "tienen"
A su. vez, esos paradigmas y modelos deben estructurarse de manera que casi todo lo que puede tenerse de cualquier valor o tabla de valores
permitan que de ~~ e~1pl~o se ded~zcan nuevas implicaciones teóricas y dada. Tengo, pues, que decidir dos cosas: ¿Qué variables t01rniré
conceptuales. Las 1mphcac10nes teóncas y conceptuales de las situaciones como criterios, y qué quiero decir con "casi todo"? Después de deci-
prob~emát!cas deben. ser primero ~?mpletamente exploradas. El hacerlo exige dir acerca de l~s v~ria?les, deb~ .formular ~os mej_ore: índices que
del mvesbgador social que especifique cada una de esas implicaciones y las pueda, a ser posible md1ces cuantificables, a fm de d1stnbuir la pobla-
examine en relación unas con otras, pero también de tal manera que enca- ción de acuerdo con ellos. Sólo entonces puedo empezar a decidir
je en los paradigmas de investigación empírica y en los modelos de verifi-
cación. lo que entiendo por "casi todo". Pues quedaría en parte, para deter-
218 APÉNDICE SOBRE ARTESANfA INTELECTUAL 219
minarlo por la inspección empírica de las diferentes distribuciones y IV. Ocupación, referida a actividades pagadas. También aquí
sus traslapos o imbricaciones. tengo que decidir qué característica de la ocupación debo tomar en
Mis variables clave serían, a lo primero, suficientemente generales cuenta. a) Si uso los ingresos medios de diferentes ocupaciones para
para permitjrme alguna latitud en la elección de índices, pero sufi- jerarquizarlas, estoy usando, naturalmente, la ocupación como índice
cientemente_ específicas para invitar a la busca de índices empíricos. de clase y como la base de ésta. Del mismo modo: b), si uso la posición
:\1 avanzar en mi trabajo, tendré que moverme entre concepciones e o el poder típicamente inherentes a diferentes ocupaciones, uso las ocu-
índices, guiado por el deseo de no perder significaciones propuestas paciones como índices y bases de poder, habilidad o talento. Pero
y ser, sin embargo, totalmente específico acerca de ellas. He aquí las éste de ningún modo es un modo fácil de clasificar a la gente. La
cuatro variables weberianas con que empezaré: habilidad o destreza no es, al igual que la posición, una cosa homo-
I. Clase, con referencia a la fuente y cuantía del ingreso. Nece- génea de la que hay más o menos. Los intentos de tratarla como tal
sitaré, pues, distribuciones de la propiedad y distribuciones del ingre- se han hecho por lo común en relación con el tiempo necesario para
so. El material ideal (muy escaso y desgraciadamente sin fechas) es adquirir diversas habilidades, y quizá habrá que hacerlo así, aunque
aquí una tabulación transversal de la fuente y la cuantía del ingreso espero encontrar algo mejor.
anual. Así, sabemos que el X por ciento de la población recibió en Ésos son los tipos de problemas que tendré que resolver para defi-
1936 Y millones o más, y que el Z por ciento de todo ese dinero nir analítica y empíricamente los círculos superiores, en relación con
procedía de la propiedad, el W por ciento de ganancias de empresas esas -euatro variables clave. Para los fines de mi proyecto, supongo que
de negocios, y el Q por ciento de sueldos y salarios. De acuerdo con los he resuelto a mi satisfacción y que he distribuido la población de
esta dimensión de la clase, puedo definir los altos círculos -los que acuerdo con cada una de ellas. Tendré entonces cuatro grupos de per-
tienen lo más- ya como los que reciben cuantías dadas de ingresos sonas: las que están en la cumbre en clase, posición, poder y destreza.
durante un tiempo dado, o como los que forman el dos por ciento Supóngase además que he seleccionado el dos por ciento más alto <le
más elevado de la pirámide del ingreso. Examinar los informes de cada distribución como el círculo más alto. Después me formulo esta
Hacienda y las listas de grandes contribuyentes. Ver si pueden poner- pregunta empíricamente contestable: ¿Qué grado de traslapo hay, si
se al día las tablas de TNEC sobre fuente y cuantía del ingreso. es que hay alguno, entre esas distribuciones? Un margen de posibili-
II. Posición, con referencia a la suma de deferencias recibidas. dades puede localizarse en este sencillo cuadro ( + = dos por ciento de
Para esto no hay índices simples ni cuantificables. Los índices exis- la cumbre; - = 98 por ciento inferior) :
tentes requieren para su aplicación entrevistas personales, se limitan
hasta ahora a estudios de comunidades locales y en su mayor parte Clase
no son de ningún modo buenos. Hay además el problema de que, a
diferencia de la clase, la posición implica relaciones sociales: por lo +
Posición Posíción
· menos uno que reciba y otro que otorgue la deferencia.
Es fácil confundir la publicidad con la deferencia, o más bien no + +
sabemos aún si el volumen de publicidad debe usarse o no como un
indicio de la posición social, aunque es sumamente fácil disponer de
--L
' 2 3 4
ella. (Por ejemplo: En uno o dos días sucesivos de mediados de mar- +Destreza
zo de 19 52 fueron mencionadas por su nombre las siguientes catego- 5 6 7 8
rías de personas en el New York Times, o en páginas selectas. Aca- Poder
bar esto.) + 9 10 11 12
- Destreza
III. Poder, referido a la realización de la voluntad propia, aunque
otras se le opongan. Como la posición, esto no ha sido bien recogido
13 14 15 16
~ índices. No creo que pueda considerarlo en una sola dimensión,
smo que tendré que hablar a) de autoridad formal, definida por fa- Este cuadro, si tuviera yo materiales para llenarlo, contendría datos
cultades y derechos de posiciones en diferentes instituciones, especial- fundamentales y muchos problemas importantes para un estudio de
mente militares, políticas y económicas, y b) poderes que se sabe se los altos círculos. Suministraría claves para muchas cuestiones defini-
ejercen informalmente pero no formalmente instituidos: líderes de torias y esenciales.
grupos de presión o influencia, propagandistas con amplios medios No tengo los datos, ni posibilidades de tenerlos, lo cual da mayor
a su disposición, y así sucesivamente. importancia a mis especulaciones sobre el asunto, porque en el curso
SOBRE AR TESANíA INTELECTUAL 221
220 APENDICE
de esas reflexiones, si van guiadas por el deseo de aproximarse a los mente comprenderá, primero, un entrevista en que la vida pasada y
requisitos empíricos de 1.m proyecto ideal, llegaré a zonas importantes la situación actual del individuo se expresen claramente; segundo,
en las cuales puedo consiguir materiales interesantes como hitos y observaciones del día, sentándose en un rincón de la oficina del indi-
guías para la reflexión subsiguiente. · viduo y siguiéndole en cuanto hace; tercero, una entrevista un poco
Hay dos puntos adicionales que debo añadir a este modelo general extensa, aquella noche o al día siguiente, sobre las ocupaciones de
para hacerlo formalmente completo. Las concepciones plenas de los todo el día y que sondee los procesos subjetivos implicados en la con-
estratos superiores exigen atención a la duración y a la movilidad. La ducta externa que hemos observado.
tarea consiste aquí en determinar posiciones ( 1-16) entre las cuales 2) Un análisis de los fines de semana ele la clase alta, en que se
haya un movimiento típico de individuos y grupos, dentro de la gene- observen detalladamente las ocupaciones habituales y las sigan entre-
ración actual y entre las dos o tres generaciones últimas. vistas ele sondeo con el individuo y otros miembros de la familia, el
Esto introduce la dimensión temporal de la biografía (o de la lunes siguiente.
carrera) y de la historia en el proyecto. No son éstas meras cuestiones Para estas dos tareas tengo relaciones bastante buenas y, natural-
empíricas nuevas; son también definitoríamente importantes. Porque mente, las buenas relaciones, si se manejan ·adecuadamente, llevan a
a) queremos dejar resuelto si al clasificar las gentes en relación con cual- otras mejores. [Añadido en 1957: esto resultó ser una ilusión.]
quiera el~, nuestras v.ariables clave, definiremos o no nuestras categorías 3) Estudio de la cuenta de gastos y otros privilegios que, con los
en rclac10n con el tiempo durante el cual ellas o sus familias han ocu- sueldos y otros ingresos, forman el nivel y el estilo de vida de los estra-
pado la posición ele que se trate. Por ejemplo, puedo querer decir que tos superiores. La idea es aquí conseguir algo concreto sobre "la buro-
el dos por ciento más alto en cuanto a posición -o por lo menos de cratización del consumo", la transferencia de los gastos privados a las
un tipo importante de jerarquía por la posición- está formado por los cuentas ele los negocios.
que lo ocupan por lo menos durante dos generaciones. Además 4) Poner a la fecha el tipD de información contenida en libros
b) quiero dejar resuelto si constituiré o no "un estrato" no sólo en como America's Sixty Families de Lunclberg, cuyos datos sobre pago
relación con una intersección de diferentes variables sino también ele impuestos son de 1923. .
de acuerdo con la olvidada definición que dio \.Veber d~ "clase social" 5) Recoger y sistematizar, de los informes de Hacienda y de .otras
como formada por las posiciones entre las cuales hay una "movilidad fuentes gubernativas, la distribución ele diversos tipos de propiedad
típica y fácil". Así, las ocupaciones burocráticas inferiores y los traba- privada por las cantidades poseídas. ·
jos ele los asalariados medios y altos de ciertas industrias parecen for- 6) Estudio de la carrera de los presidentes, de todos los miembros
mar, en este sentido, un estrato. del gabinete y de todos los de la Suprema Corte. Esto lo he hecho
ya en tarjetas IBM del periodo constitucional del segundo mandato de
En el curso de la lectura y el análisis de las teorías de otros y Truman, pero deseo ampliar los renglones empleados y analizarlos
mientras proyectáis una investigación ideal y escudriñáis los fiche- de nuevo.
ros, empezaréis a redactar una lista de estudios específicos. Algu-
i:os de ~Ilos son demasiado grandes para dominarlos, y con el Hay otros -unos 35- proyectos de este tipo (por ejemplo,
tiempo tienen que ser penosamente abandonados; otros termina- una comparación de las cantidades de dinero gastadas en las elec-
rán sirviendo como materiales para un párrafo, una sección, una ciones presidenciales de 1896 y 1952, una comparación detallada
frase o un capítulo; otros se convertirán en temas expansivos que de Morgan en 1910 y de Kaiser en 1950, y algo concreto sobre las
se entretejen en todo el contenido de un libro. He aquí, una vez carreras de "Almirantes y Generales"). Pero, al avanzar en el tra-
más, algunas notas para varios proyectos de ésos: .bajo, uno tiene, naturalmente, que acomodar sus propósitos a lo
que es posible.
. 1). Empleo del tiempo en un día típico ele trabajo de diez altos Después de redactados estos proyectos, empecé a leer obras
e¡ecutivos ele grandes empresas, y lo mismo de diez individuos del históricas sobre los grupos superiores, tomando notas sin. orden
gobierno federal. Estas observaciones se combinarán con entrevistas (y sin organizarlas en fichero) e interpretando lo que leía., .fü1 rea-
detalladas sobre las vidas de dichos individuos. El objeto aquí es des-
lidad, no tenéis que estudí.ar un asunto sobre el cuaJ. es! n 1s. fr:1 '1:1
cribir las ocupaciones y las decisiones importantes, en parte al menos
jando, porque, corno he dicho, una vez que os hay:11s lll('l_1do 1·11
?e ac~erclo con el tiem~o. que se les dedica, y conocer los factores que
él, está en todas partes. Sois susceptibles a sns lcrn:is, los 11·1•; \' lm
intervienen en las clec1s1ones adoptadas. El procedimiento variará,
naturalmente, con el grado de ·cooperación conseguida, pero ideal- oís por dondequiera en vuestra cxpcricucia, c:;¡J('('i:il1111·1il(', 1w
222 APÉNDICE SOBRE ARTESANÍA INTELECTUAL 223

parece siempre a mí, en campos que aparentemente no tienen 1) En el plano más concreto, la re-ordenación del fichero
ninguna relación con él. Hasta los medios de masas, muy en par- es, como ya he dicho, un modo de incitar a la imaginación. Sim-
ticular las malas películas, las novelas baratas, los grabados de las plemente, vaciáis de golpe carpetas hasta entonces desconectadas,
revis~as y la radio nocturna adquieren para vosotros nueva impor- mezcláis sus contenidos y después los clasificáis de nuevo. Procu-
tancia. rad hacerlo de un modo más o menos descansado. La frecuencia
y la extensión en que re-organicéis los ficheros variarán, natural-
mente, con los diferentes problemas y con el modo como se vayan
4 <lesarrollando. Pero la mecánica de la operación es siempre igual-
Pero ¿cuándo vienen las ideas?, preguntaréis. ¿Cómo se espolea la mente sencilla. Tendréis presentes, desde luego, los diferentes
imaginación para reunir todas las imágenes y todos los hechos, problemas en que estáis trabajando activamente, pero procuraréis
para formar imágenes significativas y dar sentido a los hechos? No también ser pasivamente receptivos para las relaciones imprevis-
creo que realmente pueda responder a eso; todo lo que puedo tas y no planeadas.
hace_r es hablar de las condiciones generales y de algunas técnicas 2) Una actitud de juego hacia las frases y las palabras con que
sencillas que parecen haber aumentado mis posibilidades de reve- se definen diversas cuestiones a menudo libera la imaginación.
lar algo. ~ Buscad sinónimos de cada una de vuestras palabras clave en diccio-
Os rec~erdo que la imaginación sociológica consiste, en una narios y en libros técnicos, para conocer toda la extensión de sus
parte considerable, en la capacidad de pasar de una perspectiva acepciones. Esta sencilla costumbre os incitará a elaborar los tér-
a otra .y en el proceso de formar una opinión adecuada de minos del problema y, en consecuencia, a definirlos con menos
una sociedad total y de sus componentes. Es esa imaginación, natu- palabrería y con más precisión. Pero sólo si conocéis los diversos
ralmente, lo que separa al investigador social del mero técnico. En sentidos que pueden darse a las palabras o a las frases podréis selec-
unos pocos años pueden prepararse técnicos satisfactorios. Tam- cionar los exactos con que deseáis trabajar. En todo trabajo, pero
bién puede cultivarse la imaginación sociológica; ciertamente, se especialmente en el examen de enunciados teóricos, procuraréis
presenta pocas veces sin una gran cantidad de trabajo con frecuen- vigilar estrechamente el grado de generalidad de cada palabra cla-
cia rutinario. 1 Pero posee una cualidad inesperada, quizá porque ve, y con frecuencia encontraréis útil descomponer un enunciado
St~ esencia es. la combinación de ideas que nadie esperaba que pu- muy general en sentidos más concretos. Cuando se hace eso, el
<l1eran combmarse -una mezcla de ideas de la filosofía alemana y enunciado se descompone frecuentemente en dos o tres compo-
de la economía inglesa, pongamos por caso-. Detrás de tal com- nentes, cada uno de los cuales corresponde a un dimensión dife-
binación hay un juego mental y un impulso verdaderamente deci- rente. Procuraréis, asimismo, elevar el grado de generalidad: su-
dido para dar sentido al mundo, de lo cual suele carecer el técnico primid los calificativos específicos y examinad el enunciado o la
como tal. Quizá el técnico está demasiado bien preparado, precisa- inferencia modificados de un modo más abstracto, para ver si po-
mente demasiado preparado. Como uno puede ser preparado déis extenderlo o elaborarlo. Así, procuraréis sondear desde arriba
sólo en lo que ya es conocido, muchas veces la preparación lo y desde abajo, en busca de un sentido más claro, en cada uno de
incapacita para aprender modos nuevos, y lo hace rebelde contra los aspectos y de las implicaciones de la idea.
lo que no puede menos de ser vago y aun desmañado al principio. 3) Muchas de las nociones generales que encontraréis se con-
Pero debéis aferraros a esas imágenes y nociones vagas, si son vues- vertirán en tipos al pensar en ellas. Una clasificación nueva es e1
tras, y debéis elaborarlas. Porque en esas formas es como aparecen comienzo habitual de desarrollos fructíferos. La habilidad de
casi siempre al principio las ideas originales, si las hay. formular tipos y buscar después las condiciones y consecuencias
de cada uno de ellos se convertirá, en resumidas cuentas, en un
Hay modos definidos, creo yo, de estimular la imaginación procedimiento automático. Más bien que contentarse con las cla-
sociológica: sificaciones existentes, en particular con las de sentido común,
buscaréis sus comunes denominadores y los factores diferenciales
1 Véanse los excelentes artículos de Hutchinson sobre "penetración" y
que hay en cada una y entre todas ellas. Los tipos bien formu-
"esfuerzo creador" en Study of Interpersonal Relations, editado por Patrick
Mullahy, Nelson, Nueva York, 1949.
lados requieren que los criterios de clasificación sean explícitos y
224 APÉNDICE SOBRE ARTESANÍA INTELECTUAL 225

sistemáticos. Para hacerlos así, debéis adquirir la costumbre dé la acabáis de leer, o cómo lo enfocan aquel psicólogo o este historia-
clasificación transversal,. dor. Procuraréis pensar de acuerdo con puntos de vista diversos, y
La técnica de la clasificación transversal no se limita, natural- de este modo vuestra mente se convierte en un prisma en movi-
mente, a materiales cuantitativos; en realidad, es el mejor modo miento que capta luz de todas las direcciones posibles. A este
de imaginar y captar nuevos tipos, así como de criticar y aclarar respecto, muchas veces resulta útil escribir diálogos.
los antiguos. Los cuadros, las tablas y los diagramas de género Con gran frecuencia os sorprenderéis pensando contra algo, y
cualitativo no son sólo modos de presentar trabajo ya hecho; con al tratar de comprender un nuevo campo intelectual, una de las
mucha frecuencia, son verdaderos instrumentos de producción. primeras cosas que podéis hacer es formular los argumentos prin-
Aclaran las "dimensiones" de los tipos que ayudan también a ima- cipales. Una de las cosas que quiere decir "estar empapado en
ginar y formar. De hecho, en los quince años últimos no creo literatura" es ser capaz de localizar a los opositores y a los parti-
haber escrito más de una docena de páginas sin una pequeña darios de cada uno de los puntos de vista. Diré de pasada que
clasifi~ación transversal, aunque, desde luego, no siempre, ni si- no es bueno estar demasiado "empapado de literatura"; podéis
quiera habitualmente, presente tales diagramas. La mayor parte ahogaros en ella, como Mortimer Adler. Quizá la cuestión está
de ellos se malogran, caso en el cual aún saldréis ganando algo. en saber cuándo debéis leer y cuándo no.
Ellos os permiten descubrir el alcance y las relaciones de los mis- 5) El hecho de que, por amor a la sencillez, en la clasificación
mos términos con que estáis pensando y de los hechos con que transversal, trabajéis al principio en términos de sí-o-no, os estimula
estáis tratando. a pensar en extremos contrarios. Eso, en general, es buen.o, por-
Para un sociólogo activo, la clasificación transversal es lo que que el análisis cualitativo no puede, naturalmente, proporcionaros
para un gramático diligente esquematizar una oración. En mu- frecuencias ni maP"nitudes. Su técnica y su objeto es daros el .. al-
chos sentidos, la clasificación transversal es la verdadera gramática cance de los tipos~ Para muchas cosas no necesitáis más que ése,
de la imaginación sociológica. Corno toda gramática, debe ser aunque para otras, naturalmente, necesitáis adquirir una idea más
controlada y no hay que dejarla salirse de sus objetivos propios. precisa de las proporciones implícitas.
4) Con frecuencia conseguiréis una mayor penetración pensan- La liberación de la imaginación puede conseguirse a veces
do en los extremos: pensando en lo opuesto a aquello en que invirtiendo deliberadamente el sentido de la proporción.1 Si una
estáis directamente interesados. Si pensáis en la desesperación~ cosa parece muy diminuta, imaginadla simplemente enorme, y
pensad también en la alegría; si estudiáis el avaro, estudiad tam- preauntaos: ¿En qué puede importar eso? Y al contrario con los
bién el pródigo. Lo más difícil del mundo es estudiar un solo fenÓmenos gigantescos. ¿Qué parecerían aldeas analfabetas con
objeto; cuando comparáis objetos, tenéis un conocimiento mejor una población de 30 millones de habitantes? Actualmente por
de los materiales y después podéis escoger las dimensiones en rela- lo menos, yo nunca pienso en contar o medir realmente al?~' antes
ción con las cuales se hacen las comparaciones. Advertiréis que de haber jugado con cada uno de sus elementos, cond1c1ones y
es muy instructivo el ir y venir ele la atención entre esas dimen- consecuencias en un mundo imaginado en el que controlo la es-
siones y los tipos concretos. Esta técnica es también lógicamente cala de todas las cosas. füta es una de las cosas que los estadísticos
sólida, porque sin una muestra sólo podéis conjeturar acerca de deben querer decir, pero nunca parece así, con la frase de "conocer
frecuencias estadísticas a saJga lo que saliere: lo que podéis hacer el universo antes de tornar muestras de él".
es dar el alcance y los tipos principales de un fenómeno, y para 6) Sea cualquiera el problen:a en q~1e estéis int~resados, halfa-
eso es más económico empezar por formular "tipos polares'', opues- réis útil tratar de obtener una 1mpres10n comparativa de los ma-
tos en diferentes dimensiones. Esto no quiere decir, naturalmente, teriales. La busca de casos comparables, ya en una civilización y
que no os esforcéis por adquirir y conservar un sentido de la pro- periodo histórico, ya en ~a~ios, os .Pr~por:~ona ori~ntacion~s. No
porción: el buscarlo conduce a las frecuencias de los tipos dados. pensaréis nunca en ~esc.nb17 una :ns~1tuc10_n del s1gJo xx sm .p~o­
En realidad, uno trata constantemente de combinar esa busca con curar tener rmesente mshtuc10nes similares de otros tipos de estruc-
la de índices para los cuales pueda encontrar o reunir estadísticas. 1 Dicho sea de pasada, algo de esto es lo que, estudiando a Nietzsche, ha
La idea es usar puntos de vista diferentes: por ejemplo, os pre- llamado Kenneth Bnrke "perspectiva por incongruencia". Véase sin falta
guntaréis cómo enfoca esto un tratadista de ciencia política que Burke, Permancnce and Change, New Republic Books, Nueva York, 1936.
226 APÉNDICE SOBRE ARTESANfA INTELECTUAL 227
turas y de épocas. Y ello es así aun cuando no os propongáis modo general tan clara y brevemente como os sea posible. Des-
hacer comparaciones explícitas. Con el tiempo llegaréis a orien- pués, de manera absolutamente sistemática, debéis clasific~rlo~ .de
tar casi de un modo automático vuestro pensamiento histórica- acuerdo coa todo el alcance de vuestros asuntos. Esto s1gmftca
mente. Una de las razones para hacerlo así es que con frecuencia que os preguntaréis acerca de cada asunto: ¿Cómo ~s afectad,o
lo que estáis examinando es limitado en número: para tener una exactamente por cada uno de estos temas? Y también: ¿Cual
impresión comparativa de ello, tenéis que situarlo dentro de una es exactamente el significado, si es que tienen alguno, de cada
estructura histórica. Para decirlo de otro modo, el enfoque por uno de estos temas de cada uno de los asuntos?
contraste requiere con frecuencia el examen de materiales históri- En ocasiones un terna requiere un capítulo o una sección para
cos. Esto tiene a veces consecuencias útiles para el análisis de una él solo, quizá cuando se le presente por primera vez o quizá en
tendencia, o conduce a una tipología ele fases. Usaréis, pues, ma- un resumen hacia el final del libro. En general, creo que la mayor
teriales históricos, por el deseo de dar un alcance mayor o un parte de los escritores -así como la mayor parte de los, pensado-
alcance más conveniente a algún fenómeno, por lo cual entiendo res sistemáticos- estarán de acuerdo en que en algun punto
un alcance que comprenda las variaciones en un conjunto cono- todos los temas deben aparecer reunidos, en relación los unos con
cido de dimensiones. Al sociólogo le es indispensable algún los otros. Frecuentemente, aunque no siempre, es _posibl~ hacerlo
conocimiento de la historia universal. Sin ese conocimiento está al principio de un libro. Usualmente, en todo libro bien com-
sencillamente mutilado, por muchas otras cosas que sepa. puesto debe hacerse cerca del final. Y, desde luego, durante todo
7) Finalmente, hay un punto que tiene más relación con el el libr¿ uno debe por lo menos procurar relacionar los temas con
oficio de componer un libro que con la liberación de la imagina- cada asunto. Es más fácil escribir sobre esto, que hacerlo, porque
ción. Pero ambas cosas muchas veces no son más que una: cómo no suele ser una cuestión tan mecáni~a como pued~ earec~r.
debéis ordenar los materiales para que su presentación afecte Pero en ocasiones lo es, por lo menos s1 los te1-i:as estan prop.1~­
siempre al contenido de vuestra obra. La idea que tengo presente rnente escogidos y esclarecidos. Pero eso es precisamente lo difi-
la aprendí de un gran editor, Lambert Davis, quien supongo que cil. Porque lo que yo he llamado aquí, en el co~tex.to de la arte-
después de haber visto lo que hice con ella, no querrá reconocerla sanía literaria, temas, en el contexto del traba10 mtelectual se
como hija suya. Es la diferencia entre tema y asunto. llaman ideas.
· Un asunto es una materia, como "las carreras de los ejecutivos Algunas veces, entre paréntesis, po~éis advertir que un libro
de empresas", o "el poder creciente de los oficiales militarts", o en realidad no tiene temas. Es una nstra de asuntos, rodeada,
"la decadencia de las matronas de sociedad". Por lo general, la naturalmente, de introducciones metodológicas a la n:etodología
mayor parte de lo que hay que decir acerca de un asunto puede y de introducciones teóricas a la ~~oría. ~sas son, c1ertament.e,
encerrarse fácilmente en un solo capítulo o en una sección de un
capítulo. Pero el orden en que están dispuestos todos vuestros
cosas indispensables para la redacc1?n a.e .Ii?:os
por hombres sm
ideas. Y de ahí resulta la falta de mtehg1b1hdad.
asuntos os lleva muchas veces al campo de los temas.
Un tema es una idea, por lo general de una tendencia seña-
lada, de alguna concepción importante; o de una distinción clave,
5
como la de racionalidad y razón, por ejemplo. Al trabajar en la Yo sé que estaréis de acuerdo en presentar .vuestro trabajo en un
ordenación de un libro, cuando lleguéis a haceros cargo de los lenguaje tan sencillo y claro como lo p1~rmitan el asun.to y vues-
dos o tres, o, como puede ocurrir, de los seis o siete temas, sa- tras ideas acerca de él. Pero como pode1s haber advertido, en las
bréis que estáis en la cima de vuestra tarea. Reconoceréis esos ciencias sociales parece prevalecer una prosa ai;np_ulosa y P~!a?rer~.
temas porque los encontraréis en toda clase de asuntos y quizá Supongo que los que la emplean creen que imitan a la c1enc~a
lleguen a pareceros meras repeticiones. ¡Y muchas veces eso física", e ignoran que gran parte de aquella prosa n? es necesana
es todo lo .que son! Ciertamente, con gran frecuencia se encon- en absoluto. En efecto, se ha dicho co_n. ~uto~1~ad que hay
trarán en las secciones de vuestro manuscrito más confusas y "una crisis grave de la cal?acida? de escnb1: , c~1s1s e;i 1a que
peor escritas. participan muchísimo los mveshgadores sociales. ¿Debese ese
Lo que debéis hacer es seleccionarlos y enunciarlos de un 1 Lo ha dicho Edmund Wilson, considerado en general como "el mejor
228 APÉNDICE SOBRE ARTESANÍA INTELECTUAL 229
peculiar lenguaje a que se discutan cuestiones, conceptos, métodos joven académico parfr:ipa muchísimo en ambas pretensiones, y
profundos y sutiles? Si no, ¿cuáles son, pues, las razones de lo que como siente su falta de posición pública, muchas veces antepone
Makolm Cowley llamó acertadamente "jerigonza"? 1 ¿Es realmen- el deseo de una posición personal al de atraer la atención de los
te necesario para vuestro trabajo? Si lo es, no hay nada que hacer; lectores hacia lo que dice. De hecho, en los Estados Unidos, ni
si no lo es, ¿cómo podréis evitarlo? aun los intelectuales más eminentes gozan de gran co11sideración
Me parece que semejante falta de inteligibilidad por lo general en círculos y públicos amplios. A este respecto, el caso de la
tiene poco o nada que ver con la complejidad de 1a materia y sociología ha sido un caso extremo: en gran parte los hábitos esti-
nada en absoluto con la profundidad del pensamiento. Con lo lísticos sociológicos proceden del tiempo en que los sociólogos
que tiene que ver mucho es con ciertas confusiones del escritor P'Ozaban de poco prestigio aun entre los demás académicos. El
aco.C:émico sobre s~1 propia posición. deseo de prestigio es una razón por la cual el académico cae tan
En muchos círculos académicos de hoy, todo el que procure fácilmente en ininteligibilidad. Y esto, a su vez, es una razón por
escribir de un modo ampliamente inteligible está expuesto a que la cual no tienen el prestigio que desean. Es un verdadero círculo
se le condene como un "mero literato", o, lo que es aún peor, vicioso, pero un círculo vicioso del cual todo estudioso puede salir
como un "mero periodista". Quizá habéis aprendido ya que esas fácilmente.
frases, tal como comúnmente se las usa, sólo indican esta infe- Para superar la prosa académica .tenéis que super~r prime1;0_ 1a
rencía ilegítima: superficial porque es legible. El académico en pose académica.* Es mucho menos importante estuchar grarnabca
los Estados Unidos se esfuerza por llevar una vida intelectual y raíces anglosajonas qu~ esclarecer y~1e?trns resp 1:estas a _estas t~es
1
seria en un con texto social que con frecuencia parece estar com- preguntas: 1) ¿Hasta que punto es d1fic1l y comp11cada m1 matena?
pletamente en contra de él. Su prestigio debe compensar muchos 2) Cuando escribo, ¿qué posición es Ja que deseo para mí? 3) ¿Para
de los valores predominantes que ha sacrificado al elegir una quién estoy tratando de escribir?
carrera académica. Su deseo de prestigio se asocia fácilmente a la
imagen que se ha forjado de sí mismo como "científico". El qne 1) La respuesta habitual a la primera pregm_lt~ es: No hm difí-
se le llame un "mero periodista" le hace sentirse humillado y su- cil ni complicada como el modo en que escnb1s acerca de ella.
perficial. Creo que es esta situación la que con frecuencia está La prueba de esto está al alcance de la m':no en .tod~s part~s: lo
en cI fo11do del complicado vocabulario Y' de la retorcida manera revela la facilidad con que pueden traducirse al mgles el 9) por
de L1bbr y de escribir. Es menos difícil adquirir esa manera que ciento de los libros de ciencia social.1
no adquirirla. Se ha convertido en una convención, y quienes no la ~ero preguntaréi.s: ¿No necesitamos a vece~, \mª. t~;mino1.ogí~
usan est{m expuestos a la desaprobación moral. Es posible que técmca? 2 La necesitamos, desde luego; pero tecmca no s1gm-
sea consecuencia de un "apretar las filas" académico por parte
de los mediocres, quienes, muy comprensiblemente, desean eli- " El autor hace aquí un juego de palabras con la paronomasia prose y
minar a los que atraen la atención de las personas inteligentes, pose. [T] . . , ,
1 Para algunos ejemr,los de ese tipo de traducc16n, vca~c supra, cap1t~lo rr.
académicas o no.
Diré de paso que el me¡or libro que yo conozco sobre c1 arte de escnb.ir es
The Reader Over Your Shoulder, de Robert Graves y Alan Hodge, Macnullan,
Escribir es formular una pretensión a la atención de los lec- Nueva York 1944. Véanse también los excelentes estudios de Barzun y Graff:
tores. Eso forma parte de todo estilo. Escribir es también preten- The Moder;i Rcscarcher, ed. cit.; G. E. i\fonta:suc: A \\lríter's Notes on His
der para sí por lo menos una posición que amerite ser leído. El Trade, Pelican Books, Londres, 1930-1949; y Bcmamy Dobrée: 1\fodem Frase
Style, The Clarendon Press, Oxford, l 934-50.
crítico del mundo de habla inglesa", quien ha escrito: "Por lo que respecta 2 Quienes entienden el lenguaje matemático mncho mc:jor que yo me
a mi experiencia con artículos de expertos en antropología y sociología, me dicen que es preciso, económico, claro. Por eso desconfío yo taIJto de m1;c:'.ws
ha llevado a la conclusión de que el requisito, en mi universidad ideal, de que invcstioadores sociales que piden un lugar funcbmental para bs nwtcrnal1c:1s
los trabajos de cada departamento pasen por un profesor de inglés puede can·· entre ~s métodos de estudio social, pero que escriben nna prosa irnpw<'1s:1,
sar uua revolución en esas materias, si lograba sobrevivir el segundo de ellos." anb:eon6miea y oscura, Debieran tomar una lección ele l'aul L:il.:11,sl"lil,
A Piece of A1y Jl.fo;d, Farrar, Straus and Cudahy, Nueva York, 1956, p. 164. qnien cree en las matemáticas mnchisimo, "·-·rcl:irkra111t'11ii', y <_<1p _ p1,1·;:1
1 lvfalcolrn Cowley: "Sociological Habit Patterns in Linguistic Transmo- revela siempre, aun en un primer borrador, 1.1s c11alicbd"1; 111:11<'111;1!1< :111 111111< ,1
grificatíon", en The Re/Jorter, 20 de septiembre de 19 56, pp. 41 ss. das. Cuando no puedo entender sus rnJJc'111:i1:1-.1•; s<" <pw '·" ,J, J,,, .1 <¡<1 1
'"'\'
230 APÉNDICE SOBRE ARTESANíA INTELECTUAL 231
fi~a necesar.iamen te ~ifí~il, y de ningún modo quiere decir "jerga". siempre está allí. También es claro de qué tipo de hombre se trata:
S1 esa ~ermmo1og1a. ~e~mca es realmente necesaria y a la vez clara
1

confiado o neurótico, claro o intrincado, es un centro de experien-


Y precisa, no es dificil usarla en un contexto de inglés claro y cia y de razonamiento; ahora bien, ha encontrado algo y os está
hacerla inteligible para el lector. . hablando de ello y de cómo lo encontró. gsta es la voz que
Quizá objetaréis que las palabras corrientes de uso común está detrás de las mejores exposiciones de que se dispone en idioma
muchas veces están ''.cargadas" de sentimientos y de valoraciones, inglés.
y que en consecuencia puede ser preferible evitarlas en favor de El otro modo de presentar el trabajo no usa ninguna voz de
pala~ras nuevas o de términos .técnicos. He aquí mi respuesta: ningún hombre. Ese modo de escribir no es una "voz" en abso-
Es cierto que las palabras comentes llevan con frecuencia esa luto. Es un sonido autónomo. Es una prosa manufacturada por
carga; pero también la llevan muchos términos técnicos usados una máquina. El que sea una mera jerga no resulta tan notorio
en ~a ciencia social. Escribir ~on claridad es controlar esas cargas, como el que es fuertemente amanerada: no sólo es impersonal, es
decir exactamente lo que qmere deci~se de tal modo que eso, y pretenciosamente impersonal. Algunas veces están escritos de este
s?Io eso, sea lo que entiendan los <lemas. Supongamos que el sen- modo los boletines del gobierno. También las cartas de negocios.
tido de vuestras palabras se circunscribe a un círculo de dos metros Y gran parte de la ciencia social. Toda manera de escribir -aparte
e1:1 el que estáis metidos; supongamos que el sentido compren- quizá de la de cierto,s verdaderamente grandes estilistas- que no
dido por. vuestros lectores es otro círculo igual, en el cual están es imaginable como habla humana es una mala manera de escribir.
ellos meti?,os. Es de suponer que e~os dos círculos se traslaparán.
La extens10n del traslapo es la medida en que os comunicáis con 3) Pero hay, finalmente, la cuestión relativa a quiénes han de
los lectores. En el círculo de éstos la parte no traslapada es una oír la voz. El pensar en esto también lleva a características de es-
zona de ,significación incontrolada y que ellos completan. En tilo. Es muy importante para un escritor tener en cuenta precisa-
vuestro Circulo I~. parte no traslapada es otra prueba de vuestro mente a qué clase de personas trata de hablar, así como lo que
frac~s?: no ha beis logrado haceros comprender. El talento de realmente piensa de ellas. No son éstas cuestiones fáciles: e1 con-
escnbir es hacer que el círculo del lector coincida exactamente testarlas bien exige tomar decisiones acerca de sí mismo y el cono-
co:1 el vuestro, escribir de tal manera, que ambos estéis dentro del cimiento de los públicos lectores. Escribir es formular la preten-
nusmo círculo de significación controlada. sión de ser leído, pero ¿por quién?
M!, prim~r punto,. ~s, ~ues, que la mayor parte de la "jeri- Una respuesta la ha sugerido mi colega Lionel Trilling, quien
gor;za . no ben~ relacwn nmguna con la complejidad de 1a ma- me ha autorizado a publicarla. Debéis suponer que se os ha pedido
tena m de las ideas. ~e emplea .-creo que casi por completo- dar una conferencia sobre una materia que conocéis bien, ante un
para sustenta.r las propias pretenswnes académicas; escribir de ese auditorio de maestros y estudiantes de todos los departamentos
modo es decirle al lector (estoy seguro de que muchas veces sin de una universidad importante y de cierto número de personas in-
saberlo): "Sé algo qu.e ~s ~uy difícil que puedas entender si pri- teresadas que viven en una ciudad cercana. Suponed que ese
/
mero no ªl?rei:des m1 dificil lenguaje. Entretanto, no serás más auditorio está ante vosotros y que tiene derecho a saber; suponed
que un penod1sta, un profano o alguna otra especie de tipo sub- que queréis permitirle saber. Ahora, poneos a escribir.
desarrollado." El investigador social tiene ante sí como escritor cuatro amplias
posibilidades. Si se considera a sí mismo como una voz y supone
2) Para contestar la segunda pregunta, debemos distincruir dos que está hablando a un público como el que he indicado, procu-
mo?os de presentar el trabajo de la ciencia social de acue~do con rará escribir una prosa legible. Si supone que es una voz pero
la idea que el autor tiene de sí mismo y con la voz con que no sabe nada del público, fácilmente puede caer en desvaríos in·
habla. Un modo es consecuencia de la idea de que él es un hom- inteligibles. Ese individuo hará bien en tener cuidado. Si se ('011
bre que puede vociferar, cuchichear o reír entre dientes, pero que sidera a sí mismo menos una voz que un agente de 1m sor11<lo

dem;is_iado !gnorante; cuando discrep? de que escribe en lenguaje no ma-
impersonal, entonces -si encuentra un público-·-- proh:1hlrn1rnl 1

temahco, se que se debe a . que esta equivocado, porque uno siempre sabe actuará como en un culto o rito. Si, no c0110cicrnlo "" l''"I" 1
exactamente qué es lo que dice y, en consecuencia, cuándo se equivoca. voz, no encontrase un público, sino que hahh solil.111.11111 111, 1· ,, •
232 APÉNDICE
SOBRE ARTESANíA INTELECTUAL 233
un registro que no lleva nadie, entonces supongo que tendremos
que admitir que es un verdadero fabricante de prosa estandari- sea en un filón personal, o en los ficheros, o tomando no.~s o en
zada: un sonido autónomo en una gran sala vacía. Todo esto es -0cupaciones guiadas por otros. Siguiendo ese modo ele v1v1r Y, d.e
más bien espantoso, como en una novela de Kafka, y debe serlo: trabajar, siempre tendréis muchos asunt~s. sobre los que ~ue;,na1s
1

hemos hablado poniéndonos en los límites de la razón. seguir trabajando. Despues de haber decidid? tomaros algun. des-
La línea divisoria entre profundidad y palabrería muchas canso", procuraréis usar todo vue~tro archivo, vuestro. cunosear
veces es delicada, y hasta peligrosa. Nadie negará el curioso en- por bibliotecas, vuestras conversaciones, vuestras rel~~10nes con
canto de aquellos que -como en el poemita de Whitman-, al personas escogidas, para vuestro tema o asunto. Esta1s tratando
empezar sus estudios, sienten tanto agrado y temor en los primeros de formar un pequeño mundo que contenga todos los elementos
pasos, que difícilmente acceden a seguir adelante. El lenguaje clave que entren en vuestro trabajo, de poner a cada uno en su
forma por sí mismo un mundo maravilloso, pero, enmarañados lugar de un modo sistemático, reajustando constantemente esa
en ese mundo, no debemos tomar la confusión de los comienzos trama mediante reelaboraciones de cada una de sus partes. Mera-
por la profundidad de resultados definitivos. En cuanto miem- mente el vivir en ese mundo construido es saber lo que es nece-
bros de la comunidad académica, debéis consideraros a vosotros sario: ideas, hechos, ideas, cifras, ideas. .
mismos como representantes de un lenguaje ,verdaderamente gran- Así descubriréis y describiréis, formando tipos para 1~ ordena-
de, y debéis esperar de vosotros, y exigíroslo, que cuando habléis ción de 1o que habéis encontrado, enfocando y orgamzando la
o escribáis practiquéis el discurso de un hombre civilizado. experiencia, distinguiendo los apart.ados con un .nombre. Esta
busca de orden os moverá a buscar tipos y tendencias, a encontr~r
Hay un último punto que se relaciona con la acción recíproca relaciones que pueden ser típicas y causales. En suma, ~uscaré1s
entre el escribir y el pensar. Si escribís únicamente con referencia el sentido de lo que hayáis encontrado, lo qu~ .puede m~~rpre­
a lo que Hans Reichenbach ha llamado el "contexto de descubri- tarse como señal visible de algo que no es v1Slble. Har~1s un
miento", seréis comprendidos por muy pocas personas; además inventario de todo lo que parece implícito en 1o que estáis ~ra­
tenderéis a ser completamente subjetivos en vuestros enunciados. tando de comprender; lo reduci~éis ª,~o esencial, y después, cm~a­
Para hacer más objetivo lo que pensáis, debéis trabajar en el dosa y sistemáticamente, relac10nare1s esos a~artados entre s1 a
contexto de la presentación. Primeramente, "presentáis" vuestro fin de formar una especie de modelo de traba¡o. Y después rela-
pensamiento a vosotros mismos, lo cual se llama a veces "esclare- cionaréis ese modelo con lo que estéis tratando de explicar. A veces
cer las ideas". Después, cuando creáis que ya está correcto, lo es fácil; otras no lo será tanto. . . .
presentáis a los demás, que muchas veces encuentran que no lo ha- Pero siempre, entre todos los detalles, buscaréis i.nd1cadores que
béis aclarado. Ahora estáis en el "contexto de presentación". señalen el principal impulso, las formas y !endencias subyacent~s
Algunas veces advertiréis que el tratar de presentar vuestro pen- del ámbito de la sociedad a mediados del siglo xx. Porque, al fm
samiento, lo modificáis, no sólo en su forma y presentación, sino y al cabo, es esto -la diversidad humana- el asunto de todo lo
también en su contenido. Tendréis nuevas ideas al trabajar en el que escribís. .,
contexto de presentación. En suma, se convertirá en un nuevo con- Pensar es luchar por el orden y a la vez por la compren~~on.
texto de descubrimiento, diferente del primero, en un plano más No debéis dejar de pensar demasiado pronto, o n.o lleg~re1s a
elevado de pensamiento, porque es más socialmente objetivo. saber todo lo que debierais; no debéis prolongarlo mtermmable-
Tampoco aquí podéis divorciar vuestro modo de pensar del de es- mente, u os agotaréis. Éste es el dilema, supongo yo, que hace
cribir. Tenéis que moveros atrás y adelante entre estos dos con- de la reflexión en los raros momentos en que se desenvuelve con
textos, y siempre que os mováis es bueno saber a dónde vais. más o menos éxito, el esfuerzo más apasionante de que es capaz
el ser humano.
6
Quizá sea lo mejor resumir lo 9ue he intentado decir en forma
Por lo que llevo dicho comprenderéis que en la práctica nunca de algunos preceptos y advertencias: . . , .
"empezáis a trabajar en un proyecto"; ya estáis "trabajando", bien 1) Sed buenos artesanos. Huid de todo proced1m1~nto ng~do.
Sobre todo, desarrollad y usad la imaginación sociológica. Evitad
234 APÉNDICE SOBRE ARTESANÍA INTELECTUAL 235

e~ 1 fetichis~o del ~étodo y d~ la técnica. Impulsad la rehabilita- ria humana y situad dentro de ella las semanas, los años o las
CIOn del arLesano I?telectual sm pret~nsi?~es y esforzaos en llegar épocas que examinéis.
a s~rlo vosotros m1s~o~ .. Que cada md1v1duo sea su propio me- 5) Daos cuenta de que vuestro objetivo es la plena compren-
todolo&o; que cada md1v1duo sea su propio teórico; que la teoría sión comparativa de las estructuras sociales que han aparecido y
Y el metodo vuelvan a ser parte del ejercicio de un oficio. Defen- que existen ahora en la historia universal. Daos cuenta de que
ded la primacía del estudio individual. Oponeos al ascendiente para llevarla a cabo debéis evitar la arbitraria especialización de
de l~s equipos de investigación formados por técnicos. Sed inteli- los departamentos académicos que hoy prevalecen. Especializad
gencias que afrontan por sí mismas los problemas del hombre y vuestro trabajo diversamente, de acuerdo con el asunto, y sobre
de la sociedad. todo de acuerdo con el problema fundamental. Al formular esos
. , 2) Evitad el bizantino despropósito de la asociación y disocia- problemas y tratar de resolverlos, no titubeéis, antes procurad apro-
c1~n de con~eptos y la palabrería amanerada. Exigías a vosotros vechar constante e imaginativamente las perspectivas y los ma-
n;ISr~os Yex;grd a los demás la sencillez del enunciado claro. Usad teriales, las ideas y los métodos, de todos y cada uno de los
termmos ,mas complicados sólo cuando creáis firmemente que su estudios inteligentes sobre los hombres y la sociedad. Ellos son
uso am~lra el alcance de vuestros talentos, la precisión de vuestras vuestros estudios, ellos forman parte de lo mismo de que formáis
referencias, la profundidad de vuestro razonamiento. Evitad el parte vosotros. No permitáis que os los quiten quienes desean
emRleo de. l~ i.ninteligibilidad como un medio para rehuir la formu- envolverlos en una jerga misteriosa con pretensiones de lenguaje
lacIOn. d~ .JUICIOS sobre la sociedad ... y corno un medio de escapar de expertos.
a los JUICIOS de vuestros lectores sobre vuestra propia obra. 6) Mantened siempre abiertos los ojos a la imagen del hom-
3) Ha:ed todas las int~rpretaciones trans:?istóricas q~ creáis bre -a la noción genérica de su naturaleza humana- que dais
que necesita vuestro traba¡o; ahondad tamb1en en minuci'!is sub- por supuesta con vuestro trabajo; y lo mismo a la imagen de la
históricas. ~orrnulad te,~rías abso~utamente formales y haced mo- historia -a vuestra idea de cómo se está haciendo la historia.
delos lo m~¡or que poda.is. Exammad en detalle pequeños hechos En una palabra, trabajad y revisad constantemente vuestras opi-
y sus relacIOnes, y también grandes acontecimientos únicos. Pero niones sobre los problemas de la historia, los problemas de la
no seáis fanátic;:~s: poned todo ese trabajo, constante y estrecha- biografía y los problemas de estructura social en que se cortan
n;~nte, en rel~cIOn co? el plano de la realidad histórica. No supon- la biografía y la historia. Mantened los ojos abiertos a las diver-
gais que algmen hara eso por vosotros, en algún momento y en sidades de la individualidad y a los modos como ocurren en cada
alguna parte. Tomad por tarea vuestra la definición de esa reali- época los cambios. Emplead lo que veis y lo que imagináis como
dad; formulad vuestros problemas de acuerdo con ella; tratad de guías para vuestro estudio de la diversidad humana.
resolv~r e~ su plano esos problemas, resolviendo así las dificulta- 7) Sabed que heredáis y continuáis la tradición del análisis
d~s .e mq~uetudes que implican. Y no escribáis nunca más de tres social clásico; procurad, pues, comprender al hombre no como un
pagmas rsm te~er. ~~esente po.r lo menos un ejemplo sólido. fragmento aislado, no como un campo o un sistema inteligible
4) No ?S hmrte1s a estudiar ~n pequeño ambiente después de en y por sí mismo. Procurad comprender a los hombres y las
otro;. estudiad las ~structuras sociales en que están organizados los mujeres como actores históricos y sociales, y las maneras en que
ambientes. Seleccionad los ambientes que necesitéis estudiar en la diversidad de hombres y mujeres son intrincadamente seleccio-
det~lle, en relación con esos estudios de grandes estructuras, y es- nados e intrincadamente formados por la diversidad de sociedades
tud1~dlos de tal manera que comprendáis la acción recíproca entre humanas. Antes de dar por terminado un trabajo orientadlo, aun-
medro Y est:uctura. ~roceded _de ~1.1 modo análogo en lo que res- que sea muy indirectamente en ciertos casos, hacia la tarea central
pe,c_ta al penado de tiempo. No sears meros periodistas, aunque lo e incesante de comprender la estructura y la tendencia, la forma
sears muy ~scrupulosos. Sabed que el periodismo puede ser una y el sentido de vuestra propia época, el terrible y magnífico mundo
gran tarea mtelectual, pero sabed también que la vuestra es más de la sociedad humana en la segunda mitad del siglo xx.
grande. As~, pues, no os. limitéis a registrar investigaciones dimi- 8) No permitáis que las cuestiones públicas, tal como son
nutas. refendas a meros 11:stantes ni a periodos de tiempo muy formuladas oficialmente, ni las inquietudes tal como son privada-
reducidos. Tomad como tiempo yuestro todo el curso de la histo- mente senti~as, determinen los problemas que escogéis para estu-
236 APf:NDICE
diados. Sobre todo, no renunciéis a vuestra autonomía moral y
política aceptando en los términos de cualquier otra persona la 1NDICE
practicidad antiliberal del ethos burocrático ni la practicidad libe-
ral de la dispersión moral. Sabed que muchas inquietudes perso-
nales no pueden ser tratadas como meras inquietudes personales, 9
PRÓLOGO de Gino Germaní
sino que deben interpretarse en relación con las cuestiones públicas 21
y en relación con los problemas de la realización de la historia. AGRADECIMIENTOS .
Sabed que el sentido humano de las cuestiones públicas debe reve- 23
I. La promesa.
larse relacionándolas con las inquietudes personales y con los 44
problemas de la vida individual. Sabed que los problemas de la II. La gran teoría
ciencia social, cuando se formulan adecuadamente, deben com- 68
III. Empirismo abstracto.
prender inquietudes personales y cuestiones públicas, biografía e 93
historia, y el ámbito de sus intrincadas relaciones. Dentro de ese IV. Tip1.1s de practicidad.
ámbito ocurren la vida del individuo y la actividad de las socie- 116
v. El "ethos" burocrático.
dades; y dentro de ese ámbito tiene la imaginación sociológica 134
su oportunidad para diferenciar la calidad de la vida humana en VI. Filosofías de la ciencia
nuestro tiempo. 146
VII. La diversidad humana ·
157
VIII. Usos de la historia · ·
178
IX. Sobre Ja razón y la libertad.
189
X. Sobre política. · · · · · ·
206
APÍ<:NDICE. Sobre artesanía intelectual

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