1.3 Autoestima

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ACTITUD ANTE MÌ MISMA. “MI AUTOESTIMA”

“TÚ ME SONDEAS Y ME CONOCES, ME CONOCES CUANDO ME SIENTO Y


CUANDO ME LEVANTO, DE LEJOS DISTINGUES MIS PENSAMIENTOS”

(Sal 138).

“La gracia no destruye la naturaleza, sino que la perfecciona” (Sto. Tomás).

OBJETIVO:
IDENTIFICAR LA FUERZA DE TU PERSONA, LOS DONES DE DIOS EN FUNCIÒN
DEL REINO Y TU CAPACIDAD DE ENCONTRARLE SABOR A LA VIDA.

TOCA TU REALIDAD
En la presencia de Dios que te conoce, señala las frases con las que te identifiques:

a. ( ) Me siento a gusto conmigo misma.


b. ( ) Hay aspectos de mi ser que no acepto: familia, contexto social, aspecto
físico, etc.
c. ( ) Soy capaz de reconocer mis problemas emocionales.
d. ( ) Los afronto con serenidad.
e. ( ) Con personas más fuertes me pongo a la defensiva.
f. ( ) Soy consciente de mis limitaciones y defectos.
g. ( ) Los reconozco y me abro a lo que otros me aportan.
h. ( ) Me siento amenazada con frecuencia.
i. ( ) Mis problemas emocionales me encierran en mí misma.
j. ( ) Me gozo con mi carrera o mi trabajo.
k. ( ) Me avergüenzo de mí y evito me conozcan.
l. ( ) Trato de mostrarme como soy, con sencillez.
1. Haz un balance con base a estos puntos:
Autoestima normal: a.c.d.f.g.j.l. autoestima baja: b.e.h.i.k.
2. ¿Qué inquietudes me deja este balance?
3. ¿Cuáles de tus tareas ordinarias haces con mayor gusto?
4. ¿Qué dones o cualidades has recibido de Dios?
5. ¿Cómo reaccionas habitualmente ante las dificultades?
6. ¿Cómo actúas en las tareas que no te agradan y sabes que tienes que hacer?
7. ¿Cómo es tu capacidad de perseverancia en los trabajos que te propones?
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ILUMINACIÓN
Deja que estos textos de la palabra de Dios y de sus amigos te iluminen:

Mt 7, 21-27 Construir sobre roca firme.


Mt 25, 14-30: Hacer producir los talentos.
1 Co 4, 7: ¿Qué tienes que no lo hayas recibido?
Col 3, 5-10: Proceso de crecimiento espiritual.

“Mira, de ti, eres nada y cuanto hay en ti es mío y a Mí me pertenece. Vuelve a mí


constantemente mis gracias y dones y después de emplear lo que de ellas necesites para tu
santificación y la gloria mía, sé pobre de espíritu y con esta perfección, oblígate a pedirme
siempre, desposeyéndote de todo” (Jesús a Conchita, C.C. 6/197).

“¿Qué te diré y qué te daré, después de tantos favores? Que te ofrezco, Señor, todo lo que
de tu bendita manos tengo recibido, mi cuerpo, mi alma, mi vida, mi muerte, mis potencias
y sentidos y hasta mis pecados para que me los perdones.
Te doy a todos y a cada uno de los seres queridos que me has dado, los bienes materiales,
los naturales, los de tu gracia y dones recibidos. Te regalo mi tiempo, mis pensamientos,
mi sueño, latidos, sentimientos, besos y caricias, mis lágrimas y hasta mi eternidad. Mi
pasado, mi presente y cuanto tengas determinado que sufra hasta la muerte. Quisiera darte
todo lo que tengo y lo que no tengo. Mas como todo esto nada vale, por el corazón de
María, Padre Eterno amadísimo, te ofrezco en acción de gracias a tu Verbo Divino, único
dueño de todo mi ser”. (C.C. 35/251-253. Del Diario de Conchita).

PARA ORAR Y PARA LA VIDA


Contando con la gracia de Dios, toma en la oración de lo que descubriste de ti misma en
este trabajo de conocimiento propio y punto ofrécelo al Señor. Él tiene poder para
transformarlo todo.
Ef 3, 20-21: A aquel que tiene poder…
Mt. 11, 28: Cuando estamos agobiados, nos espera…

“Ámame tal como eres”

Conozco tu miseria, los combates y tribulaciones de tu alma, la debilidad y las dolencias


de tu cuerpo. ¡Sé de tu cobardía, de tus pecados, de tus rebeldías, aun así, te digo: ¡Dame
tu corazón, ámame tal como eres!
Hijita, déjame amarte, quiero tu corazón. Ciertamente, he de transformarte, pero entretanto
tal como eres. Y deseo que tú hagas igual: quiero ver surgir el amor del fondo de tu
miseria, amo incluso tu debilidad. Amo el amor de los pobres, quiero que la indigencia se
eleve continuamente este grito: Señor, te amo.
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Es el canto de tu corazón el que me importa. ¿qué necesidad tengo de tu ciencia y de tus


talentos? Podría yo haberte destinado a grandes cosas; pero no, serás el servidor inútil y te
quitaré aún lo que tienes, porque te he creado solo para el amor. ¡Ama! El amor te hará
realizar todo lo demás sin que pienses en ello, no busques sino llenar el momento presente
con amor.

Hoy espero a la puerta de tu corazón como un mendigo, Yo el Señor de los señores. Toco
y espero: apresúrate a abrirme y no alegues tu miseria. Tu indigencia, si la conocieras
plenamente, te haría morir del dolor. Lo único que podría lastimarme el corazón, sería el
verte dudar y no tenerme confianza.
Quiero que pienses en mí a cada hora del día y de la noche; no quiero que hagas ni siquiera
la acción más insignificante por otro motivo que el amor.
Cuando tengas que sufrir, te daré fortaleza; tú me has dado tu amor, Yo te daré el amar
más allá de lo que hayas podido alguna vez soñar. Pero recuerda; Ámame tal como eres.

1. ¿Qué sientes que te pide Jesús?


2. ¿Qué crees que le puedes dar?
3. Haz propósitos concretos de superación en aquellos puntos que has descubierto que
te esclavizan o detienen en tu crecimiento. HAZLO TODO SÒLO POR AMOR.
4. Comprométete con Dios y con tu promotora.
5. Lleva un diario espiritual sobre esos puntos y comprueba tu constancia en lo que te
propones.

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