Libro Cuenca de Llancahue - Capitulo 7

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Historia Natural, Servicios Ecosistémicos y Perspectivas de Desarrollo de la

Cuenca de Llancahue
Valdivia, Chile

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.
Historia Natural,
Servicios Ecosistémicos y
Perspectivas de Desarrollo
de la
Cuenca de Llancahue
Valdivia, Chile

Carlos Oyarzún Ortega, Pablo Donoso Hiriart & José J. Núñez


Editores
.
Contenido

Prefacio
Carlos Oyarzún, Pablo Donoso Hiriart 7

Historia Natural  11

1
Caracterización de Llancahue
Pablo Donoso Hiriart  13

2
Llancahue, Reducto de Bosque Antiguo Valdiviano
Andrea Pino Piderit, Carlos Oyarzún, Carlos Zurita  21

3
Flora de Llancahue
Diego B. Ponce, Pablo Donoso Hiriart  39

4
Fauna de la cuenca de Llancahue
José J. Núñez, Victoria Ordóñez, Victoria Vera-Sovier  51

5
Macroinvertebrados bentónicos de la cuenca de Llancahue
Jorge Machuca-Sepúlveda, Javiera García-Nahuelpán  63

6
Aproximación transdisciplinaria al Reino Fungi en la Reserva de
Llancahue
Daniela Barría, Ignacio Montenegro, Sebastián Marimán, José J. Núñez  83

Galería Fotográfica  97
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS  113

7
Servicios ecosistémicos que conectan la cuenca de Llancahue con
los humedales de los alrededores de Valdivia, Región de los Ríos,
Chile
Andrea Pino Piderit, Carlos Oyarzún, Romina Novoa, Ignacio Díaz, Pamela
Moreira 115

8
Llancahue: experiencias y desafíos para avanzar hacia el manejo
forestal sostenible en un sistema socio-ecológico de alta
complejidad
Pablo Donoso Hiriart, Diego B. Ponce, Patricio Ojeda González (QEPD) 131

9
Aprendizajes y experiencias en la gestión integrada y participativa
del turismo de base comunitaria: acciones en la Reserva
Periurbana Llancahue
Christian Henríquez  141

APORTES PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE DE SISTEMAS


SOCIO-ECOLÓGICOS 159

10
Educación y compromiso con el entorno: un desafío
transdisciplinario
José J. Núñez, Ingrid Rost   161

11
El Índice de desarrollo a escala humana: una Primera Evaluación
Felix Fuders, Alejandro Mora-Motta  173

ANEXOS 195

Anexo 1  Capítulos de libros y publicaciones científicas vinculados a Llancahue  197


Anexo 2  Principios P, Criterios C, Indicadores I y Verificadores para evaluar la
gestión ambiental en la Cuenca de Llancahue  201
7

Prefacio
Carlos Oyarzún,1 Pablo Donoso Hiriart2
••

E ste libro es un producto del Núcleo TESES (Núcleo Trans-


disciplinario en Estrategias Socio-Ecológicas para la Sostenibili-
dad de los Bosques Australes), un programa de investigación finan-
ciado por la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo y Creación
Artística de la Universidad Austral de Chile (UACh). Este libro pre-
senta distintas contribuciones acerca de la historia natural, biodi-
versidad, ecología, manejo forestal y aspectos socio-ambientales de
la cuenca de Llancahue. Llancahue es una reserva natural dominada
por bosques nativos y que se ubica en el límite sur de la ciudad de
Valdivia, lo cual motivó al fisco a conservar esta cuenca con el fin de
proveer de agua potable a los habitantes de esta ciudad. Llancahue
es parte de la Cordillera de la Costa, pero se ubica en un rango de al-
titudes bajas (<400 m), y representa uno de los últimos remanentes
de bosque nativo en excelente estado de conservación en las tierras
bajas correspondientes a los faldeos y altitudes medias de esta Cordi-
llera. La mayoría de su cobertura son bosques nativos, y de ellos más
del 50% bosques adultos en muy buen estado de conservación.
La UACh recibió el predio en calidad de concesión de uso gratuito
por un período de 20 años, y hasta el año 2017 los autores de este li-

1  Instituto Ciencias de la Tierra, Facultad de Ciencias, Universidad Austral de Chile, Valdivia,


Chile. E-mail: coyarzú[email protected]
2  Instituto de Bosques y Sociedad, Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, Uni-
versidad Austral de Chile. E-mail: [email protected]
8

bro trabajaron en distintos temas, en forma práctica y/o teórica, que


se vinculan a la gestión de sistemas socio-ecológicos, como la cuenca
de Llancahue. Luego de una Introducción, los capítulos de este libro
se dividen en tres secciones: Historia Natural, Servicios Ecosistémicos
y Aportes para el Desarrollo Sostenible de Sistemas Socio-ecológicos.
En la Introducción, P. Donoso provee una historia breve y una ca-
racterización general de Llancahue, especialmente del uso histórico
del suelo, poniendo de relieve su creciente valor social y ambiental.
En el Capítulo 2, A. Pino et al. documentan acerca de la Ecorregión
del Bosque Lluvioso Valdiviano poniendo como ejemplo las caracte-
rísticas del bosque de la cuenca de Llancahue, particularmente su
diversidad biológica. Destacan su valor social, poniendo énfasis en
la relación bosque-agua para finalizar comentando su situación de
protección. Por otro lado, otros cuatro capítulos describen la historia
natural de la cuenca de Llancahue. En el Capítulo 3, Ponce y Donoso
describen la diversidad florística de la reserva de Llancahue en sus
distintas formaciones vegetacionales, documentando 89 especies de
plantas vasculares en el sitio. Ellos plantean que tanto la diversidad
de plantas como la diversidad de ambientes que las albergan, reafir-
man la importancia y el valor que tiene Llancahue para la conserva-
ción de la biodiversidad. En el Capítulo 4, Núñez et al. describen la fau-
na de vertebrados (reptiles, anfibios, aves y mamíferos) presentes en
este bosque, complementando con algunos grupos de invertebrados
de singularidad ecosistémica, taxonómica y evolutiva. La fauna de
estos bosques es considerada altamente endémica, destacando entre
ellos a los anfibios. La región de Los Ríos cuenta con 23 especies de
anfibios, todos ellos asociados fuertemente a los ambientes boscosos,
donde la diversidad de anfibios presentes en la cuenca de Llancahue
corresponde a 11 especies pertenecientes a cinco familias. En el Ca-
pítulo 5, Machuca-Sepúlveda y García-Nahuelpán analizan la comu-
nidad de macroinvertebrados bentónicos de la cuenca de Llancahue.
Los autores plantean que la diversidad de hábitats acuáticos en el
área de estudio, tales como esteros, arroyos, zonas riparianas, hume-
dales y ojos de agua entre los principales, permiten la presencia trans-
versal de gran parte de los órdenes que se corresponden con este tipo
de comunidad. La gran cantidad de individuos de los órdenes Ephe-
9

meroptera, Plecoptera y Trichoptera, denotan condiciones de buena


calidad del agua, lo que refuerza las características de pristinidad
del ecosistema boscoso de Llancahue. En el Capítulo 6, Barría et al.
abordan la temática de los hongos como objeto de aprendizaje, y para
ello, consideraron ámbitos de la diversidad y ecología, sociocultural
y también una aproximación estética. De esta manera, pretenden ge-
nerar contenidos que fomenten el diálogo entre los saberes científi-
co y tradicional mediante el posicionamiento de los hongos a través
de actividades de valoración y divulgación en la comuna Valdivia.
En el Capítulo 7, Pino et al. estudian los servicios ecosistémicos de
provisión y regulación hídrica y provisión de hábitat para la biodiver-
sidad, que conectan la cuenca de Llancahue con los humedales de los
alrededores de la ciudad de Valdivia. Los autores documentan que la
cuenca de Llancahue constituye un importante proveedor y regula-
dor hídrico de los humedales periurbanos y urbanos, especialmente
a los que se encuentran asociados a la zona del río Angachilla, loca-
lizado en la zona sur de Valdivia. Siendo además un área núcleo para
la biodiversidad al proveer hábitat para diferentes especies, entre los
cuales se encuentra el rinocríptido (Rhinocryptidae) Scelorchilus ru-
becula (Chucao), especie emblemática de los bosques valdivianos. En
el Capítulo 8, Donoso destaca que el manejo de los bosques de Llan-
cahue y de los bosques en altitudes bajas e intermedias, se debería
focalizar en bosques mixtos y, con el tiempo en el caso de los bosques
secundarios, en bosques multietáneos. Los datos de crecimientos re-
portados ilustran que estos bosques manejados pueden proveer muy
buenos rendimientos, aparte de continuar proveyendo una multitud
de servicios ecosistémicos. En el Capítulo 9, C. Henríquez reflexiona
sobre las dificultades y desafíos que encuentra el desarrollo del tu-
rismo de base comunitaria y la gestión integrada y participativa de
la naturaleza cuando se encuentra con comunidades carenciadas y
prácticamente olvidadas por el actual modelo de desarrollo por un
lado, e instituciones y servicios que fragmentan el territorio por otro.
Los dos últimos capítulos detallan con aspectos transdisciplina-
rios ligados a la educación, potencialidad y limitaciones para el de-
sarrollo de las comunidades humanas en general y, aquellas en par-
ticular asociadas a estos ecosistemas.
10

En el Capítulo 10, Núñez y Rost a partir de una crítica de la educa-


ción en los estados modernos, insertos en la lógica del mercado y el
capitalismo, con una visión marcadamente reduccionista, plantean
que es necesario generar nodos de encuentro transdisciplinarios,
que faciliten integrar y renovar conocimientos y metodologías (de lo
disciplinar a lo sistémico) y que posibiliten el encuentro de conoci-
miento y experiencias que trasciendan incluso lo académico.
En el Capítulo 11, Fuders et al. analizan la posibilidad de convertir la
teoría del Desarrollo a Escala Humana en un índice del desarrollo, un
índice que combine las ventajas de los índices objetivos y subjetivos exis-
tentes. El índice propuesto es al mismo tiempo cualitativo y cuantitati-
vo. Es cuantitativo al entregar un valor (entre -10 y +10) que hace posible
la comparación del status quo del desarrollo de una región con otra, y
es cualitativo porque valoriza la percepción subjetiva de la satisfacción
de las necesidades fundamentales experimentado por las personas.
Finalmente, para aquellos investigadores interesados en profun-
dizar los distintos aspectos tratados en este libro hemos agregado
en el Anexo 1 una recopilación de la bibliografía más relevante de
la cuenca de Llancahue, publicada como capítulos de libros y revis-
tas indexadas, agrupados en cuatro temas: Silvicultura y Manejo,
Eco-hidrología, Ecología y Biodiversidad, y aspectos Socio-económi-
co-políticos. El Anexo 2 presenta aspectos relacionados principios y
criterios para la gestión ambiental de la cuenca de Llancahue.
Esperamos que este esfuerzo sirva para relevar la importancia
que tiene un sistema socio-ecológico como la cuenca Llancahue, es-
pecialmente considerando su cercanía a una de las ciudades grandes
del centro sur de Chile, Valdivia. A los autores nos complace enorme-
mente haber logrado este producto que esperamos sirva para tener
amplias perspectivas en el avance hacia un modelo de conservación
de Llancahue sólido y permanente. Ese es el esfuerzo en que nos in-
volucramos por una década, y que ahora queremos dejar plasmado
en este libro como una contribución para motivar mayores niveles de
compromiso de la UACh, agencias públicas y privadas en general, y
sociedad civil, para con la conservación de los bosques Valdivianos
Templados Lluviosos que son un eje de nuestro bienestar en el cen-
tro-sur de Chile.
Historia Natural

.
13

1
caracterización de Llancahue
Pablo Donoso Hiriart3
••

Resumen

E ste capítulo tiene como objetivo proveer una historia breve y una
caracterización general de Llancahue, especialmente del uso del
suelo. Esto permite que los lectores visualicen su condición y magni-
tud como predio periurbano y que los autores de los siguientes capí-
tulos puedan hacer referencia a los mapas, figuras y datos que aquí
aparecen. Llancahue junto a su territorio circundante determinan las
acciones que se pueden llevar a cabo en este sistema socio-ecológico.

Breve historia
Llancahue es un predio fiscal periurbano a la ciudad de Valdivia
(Figura 1.1), cuyos límites corresponden a una cuenca hidrográfica de
tamaño medio (excepto por 50 ha en la parte baja que pertenecen a
una empresa privada de provisión de agua potable). Como predio,
Llancahue tiene su origen en la primera mitad del siglo XX con el
fin de proteger una cuenca fundamentalmente cubierta con bosques
nativos para proveer de agua potable a la ciudad de Valdivia (actual-
mente cerca de 160.000 habitantes).

3  Instituto de Bosques y Sociedad, Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, Uni-


versidad Austral de Chile.
14

Figura 1.1. Ubicación geográfico-administrativa de la Reserva Llancahue.


El inserto de la esquina superior muestra Llancahue dentro de la Región
de Los Ríos, cuya ubicación en Chile se muestra en el mapa de la derecha.

Figura 1.2. Mapa de la cuenca de Llancahue al año 1948 que muestra


cinco propiedades distintas cubriendo esta cuenca.
15

Entre los antecedentes cartográficos de Llancahue, un mapa del


año 1948 (Figura 1.2) muestra que para ese entonces la cuenca la for-
maban cinco predios, dos fiscales y tres privados.
Los predios fiscales correspondían a la Municipalidad de Valdi-
via (488 ha) y al Regimiento Caupolicán (50 ha), y los tres privados
a Stolzenbach Hermanos (262 ha), a Pablo Hoffmann (104 ha) y a la
Sucesión Germán Kunstmann (465 ha). Coincidentemente con esta
tenencia de la tierra, donde hoy se concentra la gran proporción de
bosques nativos adultos y en mejor estado de conservación es preci-
samente en el lado sur-oeste que ya en ese entonces era municipal
(Figura 1.3).

Figura 1.3. Cobertura de bosques en Llancahue, donde se puede obser-


var que el lado noreste está predominantemente dominado por bosques
secundarios y matorrales (vegetación relativamente con árboles de pe-
queño tamaño y mucha vegetación competidora, especialmente el bam-
bú Chusquea quila) y el lado suroeste por bosques nativos adultos.

En cambio, toda la superficie actualmente cubierta por bosques se-


cundarios y matorrales (sector superior y nor-este del predio) corres-
ponde a los terrenos de las familias mencionadas que tenían un uso
principalmente ganadero y agrícola de estas tierras. La empresa Co-
llico, fundada en el Siglo XIX por Hermann Kunstmann Von Lütti-
chau (ver www.collico.cl) se instala en el barrio del mismo nombre
16

y adquiere terrenos que incluyeron los ya mencionados y el Fundo


Collico (vendido a Forestal Arauco a principios del presente siglo). De
hecho, el uso de la tierra al año 1960 (Figura 1.4, Medel 2013) aún apa-
rece como de pastizales o matorrales en la mayor parte de este sector
de la cuenca. Un estudio de González et al. (2015) reporta que efecti-
vamente los bosques secundarios mixtos siempreverde de la parte
alta de la cuenca tienen una edad cercana a los 60 años, es decir se
establecieron cerca de la mitad del siglo XX luego de corta de bos-
ques y abandono de terrenos agrícolas. Entre ese entonces y hoy la
cobertura de bosques nativos en Llancahue ha aumentado significa-

1960 1980

2013

Bosques nativos
Praderas
Matorrales
Plantaciones
Humedales
Línea Eléctrica

Figura 1.4. Cambios de la cobertura vegetal en Llancahue (esquina superior izquierda en


que se nota el perímetro del predio) y sus alrededores entre los años 1960 y 2013. Se puede
observar que mientras en Llancahue se ha recuperado la cubierta de bosques nativos, en
los alrededores tanto tierras cubiertas con matorrales, pastizales y bosques nativos han
sido reemplazadas por plantaciones de Pinus radiata y Eucalyptus sp. (Fuente: Medel 2013).
17

tivamente mientras que la de sus territorios circundantes ha dismi-


nuido significativamente en reemplazo de plantaciones industriales
de Pinus radiata y Eucalyptus sp. (Figura 1.4).
Los predios privados fueron adquiridos por el Fisco a mediados
del siglo XX para formar la cuenca/predio Llancahue, cuando Valdi-
via tenía cerca de 50.000 habitantes. El predio sigue siendo fiscal, y
está a cargo del Ministerio de Bienes Nacionales, pero desde princi-
pios del presente siglo este Ministerio ha generado la modalidad de
entregar predios en calidad de concesión de uso gratuito a diversas
instituciones o interesados. En el caso de Llancahue, su administra-
ción fue entregada el año 2008 a la Universidad Austral de Chile bajo
esta figura, por un período de 20 años. La Escritura Pública «Contra-
to de Concesión Gratuita Ministerio de Bienes Nacionales a Univer-
sidad Austral de Chile» (Repertorio N°2106 del 24 de septiembre del
año 2008) señala que la UACh «… se obliga a destinar los inmuebles
fiscales entregados en concesión a desarrollar un proyecto consisten-
te en la transformación de Llancahue en un Parque Periurbano de la
ciudad de Valdivia». Además el contrato señala que la UACh se com-
promete a: 1) Conservar la biodiversidad existente en el predio Llan-
cahue; 2) Promover el uso público de Llancahue, sobre la base de un
plan de educación ambiental orientado a la población urbana de Val-
divia; 3) Elaborar e implementar un plan de desarrollo comunitario
con los pequeños propietarios de Lomas del Sol, incluyendo un ma-
nejo integrado de los recursos forestales; y 4) Convertir a Llancahue
en un centro de docencia e investigación interdisciplinaria de alto
nivel. La relevancia de la propuesta de transformar a Llancahue en
parque periurbano de hecho queda consignada en el Plan Estratégi-
co de la Región de Los Ríos 2009-2019, desarrollado durante el perío-
do en que Iván Flores García era Intendente Regional.
Durante casi una década la gestión de Llancahue estuvo a cargo
del profesor Pablo Donoso H. La gestión inicial de Llancahue se in-
tentó desarrollar con un Comité de Gestión conformado por entida-
des públicas, privadas y de la sociedad civil, el que sesionó durante
aproximadamente tres años, pero nunca fue un comité de gestión
propiamente tal, sino que más bien fue un consejo consultivo. El año
2013 se conforma un Comité Académico de la Universidad Austral de
18

Chile, con los profesores Carlos Oyarzún y José Núñez de la Facultad


de Ciencias (a cargo de Hidrología y Biodiversidad respectivamente),
Roberto Morales de la Facultad de Filosofía y Humanidades (a cargo
del área Social), y Christian Henríquez, de la Facultad de Ciencias
Económicas y Administrativas (a cargo de Turismo Comunitario). En
virtud de la falta de apoyo para la gestión de Llancahue por parte de
la Facultad de Ciencias Forestales y de Recursos Naturales (a la cual
la UACh le encargó hacerse cargo de Llancahue y donde trabaja Pa-
blo Donoso H.) y de la UACh en general, a finales del año 2017 Pablo
Donoso H. y el Comité Académico de Llancahue cesaron en sus fun-
ciones de gestión y administración de Llancahue, salvo en aspectos
vinculados directamente a sus proyectos de investigación o activida-
des de docencia. Hasta el momento de esta publicación la concesión
continúa en manos de la UACh pero esta institución está en gestiones
junto al Ministerio de Bienes Nacionales para desprenderse de ésta.

La cuenca de agua de Valdivia y su


creciente valor social y ambiental
En la actualidad el valor absoluto y relativo de Llancahue ha au-
mentado ya que:
1) Sigue siendo la principal fuente abastecedora de agua potable
de la ciudad de Valdivia, especialmente durante el otoño y el invierno.
2) Constituye la reserva de bosques nativos en buen estado de
conservación más grande de la Depresión Intermedia al menos de
Región de Los Ríos. Esto le da un gran valor al predio para fines de
investigación y docencia en aspectos de ecología de bosques (biodi-
versidad, hidrología, silvicultura, etc.). Por tal motivo esta área pro-
tegida ha sido declarada como Santuario de la Naturaleza (junto al
humedal del mismo nombre a la salida de la cuenca), que correspon-
de a «aquellos sitios terrestres o marinos que ofrezcan posibilidades
especiales para estudios e investigaciones geológicas, paleontológicas,
zoológicas, botánicas o de ecología, o que posean formaciones natura-
19

les, cuya conservación sea de interés


para la ciencia o para el Estado».4
3) Tiene un acceso relativamen-
te bueno a través de un camino pú-
blico (asfaltado, pero de pendiente
fuerte), lo que junto al hecho de que
ya se encuentra muy cerca del lími-
te sur de Valdivia, convierten a éste
en un predio de alto valor potencial
para la recreación, el turismo y la
educación ambiental.
Estos valores de Llancahue lleva-
ron a que el predio fuese propuesto
como uno de los 13 sitios potenciales
para la Red de Sitios Socio-Ecológi-
cos para la Investigación de Largo
Plazo (Figura 1.5, Donoso y Zavaleta
2014). La solicitud formal para ser Figura 1.5. Ubicación geográfica de los
sitios actuales y potenciales de la LT-
parte de esta red fue hecha al De- SER-Chile. LL corresponde a Llancahue
(Donoso y Zavaleta 2013).
cano de la Facultad de Ciencias Fo-
restales y Recursos Naturales el año
2016, pero esta autoridad la desestimó. Similarmente, el predio fue
reconocido por la FAO como caso ejemplar de Manejo Forestal Soste-
nible el año 2016 (FAO 2016).
La mirada de Llancahue como socio-ecosistema es fundamental
especialmente en el contexto social y territorial de Llancahue, ya que
además de los valores ambientales y de provisión de agua del predio,
éste colinda con familias campesinas que históricamente han ejer-
cido presión de uso sobre los bosques, ya sea a través de demandas
de madera para leña y carbón o de ingresar a sus animales vacunos
para que se alimenten (ramoneo de arbustos y árboles jóvenes). Los
otros vecinos son principalmente empresas forestales (Figura 1.6).

4 https://www.monumentos.gob.cl/monumentos/definicion/santuarios-de-la-naturaleza
20

Figura 1.6. Ubicación de Llancahue ilustrando su cercanía a la ciudad de


Valdivia, su vecindad con empresas forestales (plantaciones y talas rasas),
localidad de Lomas del Sol (familias campesinas), sus accesos y su red hi-
drológica (mapa extraído de Google Earth año 2013).

Referencias bibliográficas

Donoso PJ, JC Zavaleta. 2014. Propuesta preli-


minar de incorporación de nuevos sitios de
investigaciones socio-ecológicas de largo
plazo en la Red LTSER de Chile. Bosque 35(3):
459-465.
Food and Agriculture Organization (FAO). 2016.
Casos ejemplares de manejo forestal soste-
nible en Chile, Costa Rica, Guatemala y Uru-
guay. Proyecto TCP/RLA/3404 (D) Casos de
ejemplaridad de manejo forestal sostenible
en América Latina y el Caribe: fortalecimien-
to de políticas y programas nacionales.
González ME, P Szejner, PJ Donoso, C Salas.
2015. Fire, logging and establishment patter-
ns of second-growth forests in south-central
Chile: implications for their management
and restoration. Ciencia e Investigación Agra-
ria 42(3):427-441.
Medel I. 2013. Detecting dynamic changes in
vegetation patterns in areas of natural and
semi-natural vegetation under different
property regimes in southern Chile. Master
Thesis Albert-Ludwigs Universität, Freiburg,
Alemania. 87 p.
21

2
Llancahue, Reducto de Bosque
Antiguo Valdiviano
Andrea Pino Piderit,5, 6 Carlos Oyarzún,7
Carlos Zurita8
••

Resumen

E n este capítulo describimos los distintos tipos de bosques


y especies biológicas que componen la Ecorregión del Bosque
Templado Lluvioso Valdiviano, haciendo énfasis en el bosque anti-
guo de Llancahue, sus valores de conservación, su situación de pro-
tección y rol de su conservación en el bienestar9 de los habitantes de
Valdivia en general y específicamente en el modo de vida de quienes
habitan Lomas del Sol, todo dentro de un contexto de cambio climá-
tico.

5  Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible, Univer-


sidad Austral de Chile.
6  Núcleo TESES.
7  Instituto de Ciencias de la Tierra, Universidad Austral de Chile.
8  Programa de Magíster en Ciencias mención Bosques y Medioambiente, Universidad Austral
de Chile, Casilla 567, Valdivia, Chile.
9  Díaz et al. (2006) describen el bienestar humano como una experiencia humana que incluye
los materiales básicos para vivir bien, libertad de elección y acción, salud, buenas relaciones
sociales, un sentido de identidad cultural y un sentido de seguridad. La sensación de bienestar
es específica y depende en gran medida del contexto cultural, geográfico e histórico en el que
se desarrollan diferentes sociedades humanas y está determinado por procesos culturales-so-
cioeconómicos, así como por la provisión de servicios ecosistémicos. Sin embargo, el bienestar
de la gran mayoría de las sociedades humanas está baso más o menos directamente en la pres-
tación sostenida de servicios ecosistémicos fundamentales, como la producción de alimentos,
combustible y refugio, la regulación de la calidad y cantidad del suministro de agua, el control
de los peligros naturales, etc.
22

Introducción
Durante los últimos 50 años, hemos sido testigos del continuo de-
terioro de la biodiversidad y las funciones y servicios que aportan los
ecosistemas de todo el mundo a una tasa de cambio sin precedentes
en la historia humana (IPBES 2019). El cambio climático está entre las
principales causas directas de esta pérdida, además de exacerbar los
impactos de otros factores que afectan la naturaleza e implican sus
contribuciones al bienestar humano (Kapelle et al. 1999, IPBES 2019).
El uso de combustibles fósiles, la contaminación industrial a gran
escala, la deforestación y los cambios de uso del suelo, especialmente
para un uso urbano y agrícola (Pielke et al. 2002), son las principales
actividades antrópicas que han acelerado el cambio global del clima
(Vanderheiden 2008, Quiroz-Benítez 2013). Respecto al uso urbano,
entre 1950 y 2011 el crecimiento de la población en estas áreas aumen-
tó cinco veces, concentrando aproximadamente la mitad de la po-
blación mundial en la actualidad (ONU-Habitat 2011). Junto a esto, se
espera que la población total en las ciudades de países desarrollados
se duplique entre el 2000 y 2030 y se triplique en las zonas edificadas
(ONU-Habitat 2011), llegando ese año, 2030, a un 60% de la población
en zonas urbanas (Quiroz-Benítez 2013).
Este crecimiento poblacional incrementa el proceso de urbaniza-
ción, transformando espacios naturales en espacios humanos cons-
truidos para el desarrollo de infraestructura de servicios tales como,
vivienda, transporte, suministro de alimentos, materias primas
y agua, generación y distribución de energía y disposición de resi-
duos tanto industriales como residenciales (Maldonado 2009, Fert-
ner 2012). Actualmente, a pesar de que las ciudades abarcan menos
del 2% de la superficie de la Tierra, consumen el 78% de la energía
mundial y producen entre el 40% y el 70% de las emisiones antropo-
génicas de los gases de efecto invernadero (en adelante, GEI) globales
(ONU-Habitat 2011).
También producto del crecimiento poblacional, las ciudades son
altamente vulnerables al cambio climático, aspecto que las ha defi-
nido como espacios relevantes (Hardoy et al. 2002). Al respecto, los
efectos de los diferentes fenómenos climáticos son aún más perjudi-
23

ciales en los habitantes de las ciudades con menos recursos, quienes


normalmente habitan en asentamientos irregulares y poco desarro-
llados, donde el terreno es más barato, usando materiales inade-
cuados para construir viviendas, violando códigos de construcción
o seguridad e incrementando finalmente su vulnerabilidad (Cor-
fee-Morlot et al. 2009, CEPAL 2017).
Así, las áreas urbanas se verán directamente afectadas por condi-
ciones meteorológicas extremas (tormentas, ondas de calor, sequías),
cambios en la situación sanitaria, migración y malas condiciones fí-
sicas del lugar en el que habita, mayor probabilidad de inundaciones,
deslizamientos de la tierra, sobrecarga de agua, problemas de dre-
naje y sistemas de suministro de energía (Huq et al. 2007). Al mismo
tiempo, los ecosistemas adyacentes a las ciudades también se verán
perjudicados por las variaciones del clima y consigo, la pérdida de la
biodiversidad, escasa recarga de los acuíferos, incendios y erosión,
entre otros (Quiroz-Benítez 2013).
Ante esta situación de vulnerabilidad frente al cambio climáti-
co, los gobiernos locales debieran ser actores clave en el diseño e im-
plementación de acciones anticipatorias de mitigación y adaptación
(Quiroz-Benítez 2013),10 ya que concentran la capacidad intelectual,
empresarial y financiera capaz de diseñar, probar y componer alter-
nativas con la finalidad de mitigar las emisiones de GEI y disminuir
la vulnerabilidad ante el cambio climático (PACCM 2014), lo que,
además, se traduciría en beneficios sociales.
En este contexto, y como una acción de adaptación y mitigación
al cambio climático, el gobierno local de Valdivia debiera repensar la
infraestructura hídrica y reconocer la cuenca hidrográfica de Llan-
cahue como una infraestructura natural11 por su rol central que jue-
10  Existen reuniones y acuerdos internacionales donde el tema central es la relación entre
la ciudad y el cambio climático (Quiroz-Benítez 2013), como por ejemplo: el Acuerdo de
Protección Climática de Alcaldes y Gobiernos Locales (2007); el Plan de Acción Climática de
los Gobiernos Locales (2007); la publicación del Catálogo de Copenhague de Compromisos de
las Ciudades del Mundo para Combatir el Cambio Climático (2009); el Comunicado Climático
de Copenhague (2009); el Llamado a la Acción Climática de Dunkerque (2010); la Declaración
de Bonn del Foro de Alcaldes sobre Adaptación (2010), y las Cumbres Climáticas de Grandes
Ciudades del C40.
11  Infraestructuras naturales son ecosistemas manejados, restaurados y/o conservados con
capacidades de ofrecer bienes y servicios esenciales para la producción de materiales, la salud
24

ga al abastecer de agua potable a la ciudad de Valdivia. La conserva-


ción de infraestructuras naturales puede ahorrar costos y disminuir
riesgos, ya que mejoran la calidad del agua, aseguran su suministro
y ayudan a controlar el impacto de eventos naturales extremos. Ade-
más de esto, también contribuyen con beneficios sociales y ambien-
tales, al generar empleo e incluir a habitantes en la gestión del recur-
so hídrico, por ejemplo. Pero todos estos beneficios no siempre son
reconocidos por los tomadores de decisiones, muchas veces porque
no disponen de información y herramientas para identificar y avalar
estrategias de infraestructura natural (Abell et al. 2017).
Por último, además de asegurar el abastecimiento de agua pota-
ble a los habitantes de Valdivia, restaurar, conservar y manejar Llan-
cahue permitiría ofrecer hábitat para especies y ecosistemas de alto
valor de conservación, como por ejemplo el carpintero negro (Cam-
pephilus magellanicus), zorro chilla (Lycalopex griseus) y bosques an-
tiguos del tipo Valdiviano, como se verá más adelante.

La Ecorregión Valdiviana
A lo largo del oeste de Sudamérica la vegetación es discontinua
debido al efecto del cordón andino sobre los sistemas climáticos,
donde los ecosistemas de bosques mediterráneos-subtropicales de
Chile central y templado-húmedos del sur del país son reemplazados
por semi-desiertos y desiertos hiperáridos que se extienden hasta el
Ecuador (Villagrán e Hinojosa 1997). En la porción templada, al sur
de 38°S, el aumento de precipitación, en la parte norte con lluvias
concentradas en invierno y en la parte sur con lluvias durante todo
el año, determina la presencia de bosques siempreverdes de los ti-
pos Valdiviano, Nordpatagónico y Subantártico (Villagrán e Hino-
josa 1997).
De acuerdo a lo descrito en la literatura fitogeográfica de Chile, los
bosques de la selva valdiviana poseen diversas delimitaciones (Lue-
bert y Pliscoff 2005). En este caso, nos referimos a una noción del bos-

y el bienestar de los seres humanos


25

que valdiviano sensu lato utilizadas en el campo de la conservación


biológica por Dinerstein et al. (1995) y Olson et al. (2001). Así, la Eco-
rregión de los Bosques Valdivianos se extiende desde los paralelos 34°
y 33° por la costa y por los Andes respectivamente, hasta aproxima-
damente el paralelo 46° en el límite con la Ecorregión de los Bosques
Subpolares Magallánicos, incluyendo las áreas boscosas adyacentes
de la vertiente oriental de los Andes en Argentina en el límite con la
Estepa Patagónica. En la depresión intermedia de la zona norte, la
Ecorregión del Matorral de Chile Central penetra hacia el sur hasta
aproximadamente los 38° lat. Sur (Figura 2.1) (Luebert y Pliscoff 2017).
El paisaje de esta Ecorregión ha sido transformado a lo largo de
la historia. Antes de la colonización europea, los pueblos originarios
eliminaron vegetación para habilitar terrenos agrícolas y ganaderos.
Luego, cuando el territorio fuera abandonado por los indígenas debi-
do a los continuos conflictos y guerras con los españoles, hacia 1550,
el bosque nativo había recuperado parte de su superficie, alcanzan-
do 11,3 millones de hectáreas. Actualmente, esta superficie ha dis-
minuido a 5,8 millones de hectáreas en 2007, debido a su reemplazo
por praderas y matorrales, áreas agrícolas y plantaciones forestales
(Lara et al. 2012).
La Ecorregión del Bosque Lluvioso Valdiviano es prioritaria para
la conservación de la biodiversidad a nivel mundial (Dinerstein et al.
1995) y muchas de sus regiones son internacionalmente reconocidas
como hotspots para la conservación de la diversidad biológica (Myers
et al. 2000). Su alto de valor de conservación se fundamenta especial-
mente en los altos índices de endemismo de las especies que habitan
los diferentes tipos de bosque, matorrales y humedales de la ecorre-
gión.
La mayor parte de los fragmentos de bosque nativo en la región de
los Bosques de la Selva Valdiviana de esta ecorregión son renovales.
Actualmente, subsisten tan solo unas 550 mil hectáreas de bosques
antiguos, principalmente en la Cordillera de Los Andes y de La Cos-
ta, siendo casi inexistentes en los valles de la depresión intermedia o
entre las serranías transversales (Figura 2.2; Ponce et al. 2017).
26

Figura 2.1. Mapa de la Ecorregión del Bosque Lluvioso Valdiviano y sus regiones.

Chile conserva sus ecosistemas a través del Sistema Nacional de Áreas


Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), el cual comprende 41 Par-
ques Nacionales, 46 Reservas Nacionales y 18 Monumentos Naturales,
abarcando una superficie de 18,6 millones de hectáreas que equivalen
al 20% del territorio nacional (CONAF 2019). A pesar de que se pro-
tege este porcentaje del territorio nacional, la capacidad del SNASPE
para cumplir plenamente su rol en la conservación de la biodiversi-
dad del país ha sido cuestionada (Donoso 2003). Una deficiencia se
27

refiere a la representatividad del SNASPE, ya que un gran número de


los diferentes pisos de vegetación de Chile se encuentra desprotegido.
Según Pliscoff y Fuentes-Castillo (2011) 23 de los 127 ecosistemas te-
rrestres no poseen protección en Chile. Por esto es crucial conservar
los ecosistemas que se encuentran fuera del sistema de protección
del Estado, como la cuenca de Llancahue, a través de diversos meca-
nismos de gobernanza, participación, propiedad y administración.

Figura 2.2. Usos de suelo en la Ecorregión Valdiviana.

Llancahue
Como se señalara en el Capítulo 1 [Prefacio], Llancahue es un pre-
dio de la cuenca hidrográfica del mismo nombre que abastece de
agua potable a Valdivia y cuya superficie es de 1.277 ha. Se localiza
dentro de la porción norte de los Bosques de la Selva Valdiviana, cuya
geomorfología se caracteriza por lomajes suaves con pendientes que
oscilan entre 10 y 30% y altitudes desde los 10 a los 360 m.s.n.m. El
suelo del área ha evolucionado in situ a partir de cenizas volcánicas
28

depositadas sobre roca metamórfica, perteneciendo a las series Los


Ulmos y Correltue (CIREN 2003). La zona posee características cli-
máticas de costa occidental con influencia mediterránea, registrán-
dose precipitaciones en todos los meses del año con una clara con-
centración entre mayo y agosto. La precipitación media anual es de
2.100 mm (Oyarzún et al. 2005) y la temperatura promedio es de 12°C.
De propiedad Estatal desde 1929, actualmente del Ministerio de Bie-
nes Nacionales, declarado sitio prioritario de conservación por la Co-
misión Nacional de Medio Ambiente (CONAMA) y ratificado en 2009
por el Concejo Regional de Los Ríos (Lara et al. 2002, Pino 2009, Co-
misión Regional de Medio Ambiente Región de Los Ríos 2010).
La superficie del predio está ocupada principalmente por bosque
nativo renoval y adulto y, en menor medida, matorrales y áreas abier-
tas (Figura 2.3). En cuanto a la composición del bosque, Llancahue
se encuentra cubierto en un 80% por bosques del tipo forestal Siem-
preverde12 en distintos estados de conservación (Figura 2.3; Donoso
et al. 2014). Dentro del tipo Siempreverde se encuentra los subtipos
intolerantes emergentes, Siempreverde de tolerantes y renovales de
canelo. Mientras que, en las partes más bajas del predio, son esca-
sos el tipo forestal Roble-Raulí-Coihue,13 subtipos renovales de roble
12  Tipo forestal Siempreverde: como su nombre lo indica, el tipo forestal Siempreverde (Donoso
1981) se caracteriza por la presencia de especies perennifolias. Se desarrolla en un amplio rango
altitudinal y latitudinal y de variación climática, topográfica y de sustrato (Donoso 1989). Esta
enorme variación se traduce en la gran variedad de especies, que se mezclan en distintas
proporciones y combinaciones en función de la variación medioambiental. Se subdivide en
cinco subtipos: a) Ñadi; b) Olivillo costero; c) Siempreverde con intolerantes emergentes; d)
Siempreverde de tolerantes; e) Renovales de canelo (Donoso 1981). Según las cifras reportadas
por el Departamento de Monitoreo de Ecosistemas Forestales de CONAF, al año 2018 existían
3,5 millones de hectáreas de bosques de este tipo forestal, distribuidas entre la región del Ñuble
hasta la de Magallanes, lo que representa aproximadamente del 24% de la superficie total de
bosques nativos en Chile (datos disponibles en sitio web del Sistema de Información Territorial
«SIT-CONAF»: https://sit.conaf.cl/.
13  Tipo forestal Roble-Raulí-Coihue: corresponde a renovales y bosques puros o mezclados de
las especies roble (Nothofagus obliqua), raulí (Nothofagus alpina) y coigüe (Nothofagus dombeyi).
En la tipología forestal oficial este tipo forestal es difícil de definir y delimitar porque su
origen es diverso y se traslapa en forma muy gradual con otros tipos forestales a través de
zonas ecotonales extensas y constituyendo continuos vegetacionales en sentidos latitudinal y
altitudinal. Se desarrolla entre el paralelo 36º30' S (río Ñuble, Itata) y el paralelo 40º30' S, entre
los 100 y los 1000 m.s.n.m. en ambas cordilleras, particularmente en las laderas interiores y
valles cordilleranos. Este tipo forestal presenta un alto valor económico ya que por definición
corresponden a bosques de segundo crecimiento constituidos por especies más agresivas, de
más rápido crecimiento y mayor habilidad competitiva. El Proyecto Catastro y Evaluación de
29

Figura 2.3. Mapa de uso de suelos de Llancahue, el humedal del mismo


nombre y alrededores.

remanentes originales del valle central. Las especies arbóreas más


abundantes son coigue (Nothofagus dombeyi), tepa (Laureliopsis phi-
lippiana), ulmo (Eucryphia cordifolia), olivillo (Aextoxicon puncta-
tum), tineo (Weinmannia trichosperma), avellano (Gevuina avellana)

los Recursos Vegetacionales Nativos de Chile determinó que existen 1.460.531 ha de este tipo
de bosques y que corresponden al 10,9% de los bosques nativos de Chile (datos disponibles en
https://sit.conaf.cl/).
30

y mañío hembra (Saxegothaea conspicua) en el tipo forestal siempre-


verde, y roble (Nothofagus obliqua) y laurel (Laurelia sempervirens) en
el tipo forestal Roble-Raulí-Coihue (Donoso et al. 2003, Moorman et
al. 2013).
También figuran otras especies menos abundantes, pero típi-
cas de los bosques siempreverdes como canelo (Drimys winteri), tre-
vo (Dasyphyllum diacanthoides), además de mirtáceas, como luma
(Amomyrtus luma), meli (Amomyrtus meli), patagua (Myrceugenia
planipes), y proteáceas como avellano (Gevuina avellana) y fuinque
(Lomatia ferruginea) (Donoso 2002). En este bosque habita una gran
variedad de especies de flora no arbórea, incluyendo al copihue (La-
pageria roseae) y diversos helechos de alto valor ornamental, y fauna,
como los mamíferos puma (Felis concolor), zorro chilla (Lycalopex
griseus) y pudú (Pudu puda); aves como chuncho (Glaucidium nana),
lechuza (Tyto alba), fio fio (Elaenia albiceps), pitío (Colaptes pitius),
pájaro carpintero (Campehillus magellanicus), chucao (Scelorchilus
rubecula), picaflor(Spehanoides sephanoides) y tordo (Curaeus cu-
raeus), entre otras (Matamala y Ruiz 2002).
Esta cuenca fue habitada originalmente por familias mapuche
desde 1900, quienes fueron desplazados por colonos y chilenos que
llegaron a explotar los recursos del lugar, constituyéndose en la dé-
cada de los setenta la población Lomas del Sol (Ponce y Barrientos
2010), en el sector noreste del predio, abarcando una superficie apro-
ximada de 200 ha y sustentando su economía en el comercio de car-
bón y leña, extraído por los hombres que constituyen el hogar (Ma-
tamala y Ruiz 2002, Pérez 2014). Lomas del Sol la conforman veinte
familias y setenta personas aproximadamente, 57% hombres y 43%
mujeres, constituyendo matrimonios jóvenes que no superan los 50
años (Matamala y Ruiz 2002). La actividad agropecuaria está orien-
tada fundamentalmente al autoabastecimiento, a través de la crian-
za de animales y cultivos menores (huertas). El 90% de los miembros
de esta población presenta educación básica incompleta, mientras
que sólo un 6,7% se encuentra cursando la enseñanza media. La de-
serción escolar es común en estas familias (Ídem).
De acuerdo a los mismos autores, el 56% de la población posee
predios inferiores a las 10 hectáreas, exceptuando dos predios de más
31

de 30 ha. Más de la mitad de las familias de la comunidad no po-


see bosque nativo en sus predios, por lo que la producción de leña y
carbón, equivalente al 90% de sus ingresos familiares, es obtenida
del predio Llancahue. El ingreso promedio familiar en esa época era
muy inferior al mínimo. Las vías de acceso a la población han sido
mejoradas en la última década. El camino que conecta la comuni-
dad con la principal vía hacia Valdivia es de ripio en buen estado en
la parte alta (sector Lomas del Sol) y de asfalto en la bajada hasta el
humedal, para luego conectar con el Ruta 5. No existe transporte pú-
blico hasta Llancahue.
El predio Llancahue fue reconocido por la FAO durante el año
2016 como un caso ejemplar de manejo forestal sostenible al (a) Pro-
veer de madera y trabajo a los pequeños propietarios rurales de la
comunidad vecina al bosque, (b) Conservar los bosques primarios
adultos en la cuenca y comenzar la restauración de los degradados, y
(c) Asegurar el abastecimiento de agua de la cuenca en calidad y can-
tidad a la comunidad (FAO 2016). Sin embargo, Llancahue no escapa
de la realidad latinoamericana asociada a Áreas Silvestres protegi-
das, donde cerca del 80% de la población que habita dentro o en los
alrededores de estas áreas se encuentra en condiciones de pobreza
(Ohl-Schacherer et al. 2008).

Valores sociales de Llancahue


En el contexto actual de cambio climático global, la importan-
cia que reviste la biodiversidad para el bienestar humano debiera ser
evidente. Las relaciones entre biodiversidad y funcionamiento de los
ecosistemas han sido ampliamente tratadas en la literatura, sin em-
bargo, solo en los últimos años en sociedades industrializadas –para
diferenciar de ontologías y cosmovisiones de pueblos originarios o de
pequeñas agriculturas familiares– se ha subrayado la importancia
de la biodiversidad como pilar del bienestar humano. Cada diferente
composición, funcionamiento y organización o estructura de ecosis-
temas, proporciona servicios que los seres humanos utilizamos; la
agricultura y ganadería, el turismo, la producción de agua, la cap-
32

tura y retención de carbono y la nutrición de los suelos son algunos


ejemplos de esto. En este sentido, bosques secundarios y antiguos di-
fieren, además de su estructura y composición, en sus funciones eco-
lógicas y servicios ecosistémicos que proveen.
Los bosques antiguos, al ser multi-etarios, con gran diversidad
vertical y abundante material en descomposición, suministran im-
portantes servicios ecosistémicos tales como, secuestro de carbono,
regulación hídrica y del ciclo de nutrientes, hábitat para diferentes
especies y valores culturales. Por esto, su pérdida cambia la provisión
global de dichos servicios (Ponce et al. 2017).
En Llancahue hay cerca de 800 ha de bosque nativo secundario
(60,5% de la superficie total del predio) y 400 ha de bosque antiguo,
últimos remanentes cercanos a la ciudad de Valdivia (Moorman et al.
2013). La pérdida y conservación de bosques antiguos ha sido y sigue
siendo de importancia mundial, lo que ha significado que este tipo
de bosques sea uno de los 25 puntos calientes o hotspots de biodiver-
sidad para la conservación global (Olson y Dinerstein 1998, Myers et
al. 2000) y Chile los considere como prioritarios para la conserva-
ción. El predio Llancahue, constituye prácticamente uno de los últi-
mos relictos del tipo forestal Siempreverde del valle central del sector
sur de la ciudad de Valdivia.
Antes de hacer mención a las múltiples relaciones que encontra-
mos entre la biodiversidad y el bienestar de las personas, hay que
considerar algunos aspectos. Lo primero, la mayor parte de las dis-
ciplinas que demuestran esta relación, la ocultan o permanece des-
integrada y, por lo tanto, ignorada; segundo, relativo a la planifica-
ción urbana, los profesionales a cargo de decidir sobre un espacio
urbano, comúnmente desconocen una relación simbiótica entre el
ser humano y la naturaleza, reduciéndola a espacios (o áreas) cami-
nables, comunitarios o verdes, mientras pasan por alto los benefi-
cios provenientes del funcionamiento de los ecosistemas al bienestar
(Taylor y Hochuli 2014).
Esta visión reduccionista se muestra insuficiente cuando obser-
vamos que, resultado de la conservación de la rica biodiversidad que
habita Llancahue, una de las funciones ecosistémicas más estima-
33

das socialmente, abastecer14 de agua potable a más del 80% de la po-


blación de Valdivia es proveída por esta cuenca, especialmente en la
temporada otoño-invierno (Oyarzún et al. 2005). Sobre todo, si con-
sideramos que la población de Valdivia se ubica dentro del 64% de la
población mundial que vivirá en lugares con escasez hídrica para el
año 2025 (Rosegrant et al. 2002); se prevé para esta zona menor pre-
cipitación y concentrada en épocas más cortas de tiempo y mayor
temperatura (Bozkurt et al. 2019). Un estudio reciente realizado en
la cuenca del río Cruces (Rodríguez et al. 2018) ha demostrado una
estrecha relación entre biodiversidad y los servicios ecosistémicos
como provisión de agua.
También, pone en evidencia esta insuficiencia, que, Llancahue, al
poseer un evidente valor estético, se presenta como un paisaje na-
tural hermoso de contemplar, y que este mismo atributo, junto a su
cercanía a Valdivia, representa interesantes recursos para el uso pú-
blico, con fines educacionales, recreativos y turísticos (FAO 2016). No
obstante, todos estos atributos han despertado un creciente interés
de parte de científicos, gobierno local y regional y ciudadanía en ge-
neral, centrando sus intereses en su conservación y el desarrollo de
éste para el uso público.

Conclusiones
Las ciudades, por estar densamente pobladas, concentran ries-
gos y efectos adversos. En este caso, la cuenca de Llancahue, por su
cercanía con la ciudad de Valdivia, si bien ofrece potenciales valores
sociales, también lo amenaza, especialmente si es que el crecimien-
to urbano continúa planificándose con escasas consideraciones so-
cio-ambientales. En el sector de la entrada a Llancahue desde el ca-
mino principal que conecta a Valdivia, en los últimos años hemos
observado el relleno de humedales con suelo obtenido de los cerros

14  De Groot et al. (2002) definen el abastecimiento de agua por parte de los bosques como la
«filtración, retención y almacenamiento de agua en esteros, lagos y acuíferos», esta función es la
relacionada con el abastecimiento de agua fresca a hogares e industria
34

cercanos mediante el uso de maquinaria, para subdividir y vender


sitios menores a media hectárea (Obs. personal).
Aun cuando desde el año 2010 Llancahue es reconocido como un
sitio prioritario para la conservación de la biodiversidad y la provi-
sión de agua potable a la ciudad de Valdivia, entre las principales
amenazas para la conservación de sus bosques se encuentran el fo-
rrajeo de ganado en su interior y la extracción de madera, ambas ac-
tividades ligadas a vecinos del predio, que ocurren sin normas de
manejo y con escasa supervisión de parte de la Corporación Nacio-
nal Forestal (CONAF). Si visualizaran perspectivas comerciales prove-
nientes del manejo de bosque nativo en Llancahue, extraerían, ade-
más de leña y carbón, productos nobles, como madera aserrable y
debobinable.15 Este potencial productivo y económico no es de interés
para la mayor parte de los habitantes de Lomas de Sol, a quienes les
interesa continuar con las mismas labores de extracción en el bos-
que (Moorman et al. 2013), lo que, sin normas de manejo, empeorará
la condición de degradación del bosque, hasta afectar sus funciones
ecosistémicas, como la producción de agua, y, finalmente, las condi-
ciones de bienestar de la población. Esta condición de degradación, y
su agudización, afectará los modos de vida de los vecinos inmediatos
y el bienestar en general de la población de Valdivia.
Para contrarrestar esto, se requiere estrategias capaces de redu-
cir la tala ilegal de bosques que hacen algunos campesinos y ofrecer
nuevas oportunidades para mejorar los medios de vida de la pobla-
ción local (Reboredo 2013), a través de opciones de manejo y gober-
nanza. Una alternativa es lo que proponen Moorman et al. (2013)
para Llancahue, un proyecto demostrativo de manejo sustentable de
este tipo de bosques y consistente con las necesidades de las comu-
nidades locales. Este manejo sustenta sus bases en la ecología y par-
ticipación de la comunidad local y busca acelerar el desarrollo de ca-
racterísticas de bosques antiguos en bosques secundarios, mediante
el incremento del crecimiento de árboles seleccionados, hacer más
compleja la estructura vertical, especialmente en el dosel, aumento

15  Moorman et al. (2013) señalan que manejar 10-15 ha de bosque secundario produciría al
menos 200 m3 ha-1 de madera y entre US$20.000 - US$30.000 año-1 de ingreso bruto.
35

del volumen de detrito y asegurar hábitat para la vida silvestre.


Llancahue debiera tener como destino su preservación y conser-
vación, incluyendo su restauración y manejo, esto daría respuesta a
su polifuncionalidad descrita en los apartados anteriores. Para lo an-
terior, lo primero a realizar en Llancahue es ordenar, definiendo qué
hacer en determinadas áreas y orientar el manejo del bosque hacia un
enfoque ecológico, restaurativo y de cuencas, para asegurar el funcio-
namiento del ecosistema y, de este modo, el abastecimiento de agua
a Valdivia; además, el manejo que se realice debe considerar perspec-
tivas comerciales, que permita a los pobladores de Loma de Sol obte-
ner productos, ojalá de mayor valor agregado, para consumo y venta.
La conservación de este tipo de bosques, especialmente este relic-
to de bosque antiguo valdiviano, además de mejorar la representa-
tividad ecosistémica del SNASPE, asegura el abastecimiento de agua
potable a la población de Valdivia (Núñez et al. 2006, Nahuelhual et
al. 2007, Donoso et al. 2014), mejora la calidad del aire de la ciudad
(Nowak et al. 2014), provee hábitat para diversas especies y propor-
ciona una fuente de recursos económicos; además de mejorar el va-
lor estético y paisajístico de la comuna, puerta de entrada de la ciu-
dad capital, Valdivia.

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39

3
Flora de Llancahue
Diego B. Ponce,16 Pablo Donoso Hiriart16
••

Resumen

L lancahue, al ser una reserva de bosques en distintos estados su-


cesionales, posee una amplia riqueza de especies de plantas vas-
culares. Conocer su componente florístico es de gran importancia
porque es una de las pocas reservas de bosques en buen estado de
conservación que quedan en la Cordillera de la Costa del centro-sur
de Chile. El objetivo de este capítulo es describir la diversidad florís-
tica del predio en sus distintas formaciones vegetacionales. Se han
documentado 89 especies de plantas vasculares en el predio. Este
alto número se explica por la variedad de formaciones vegetaciona-
les y estado de desarrollo de estas. Tanto la diversidad de plantas
como la diversidad de ambientes que las albergan reafirman la im-
portancia y el valor que tiene Llancahue para la conservación de la
biodiversidad.

Introducción
Conocer la biodiversidad de un sitio, sobre todo si es un área pro-
tegida, es de gran relevancia, ya que con ella se puede obtener in-

16  Instituto de Bosques y Sociedad, Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, Uni-
versidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.
40

formación relevante para determinar su valor para la conservación.


En este sentido, conocer la diversidad de plantas que tiene un deter-
minado sitio nos permite acceder a información acerca de compo-
sición, la estructura y la historia del ecosistema (Squeo et al. 2001,
Oltremari y Thelen 2003). Esto resulta ser aún más importante en
fragmentos que albergan ecosistemas nativos con escasa o nula alte-
ración antrópica (Primack et al. 2001).
Llancahue alberga una gran cantidad de plantas vasculares arbó-
reas, arbustivas, herbáceas, epífitas y parásitas, esto debido a que es
una cuenca que alberga bosques en distintos estados de desarrollo,
está en una zona de transición latitudinal entre los climas templado
lluvioso y mediterráneo con estación seca corta (Hajeck y di Castri
1975) y su extensión posee un gradiente altitudinal que va desde los
160 a los 400 m s.n.m. Lo anterior toma mas valor cuando considera-
mos que Llancahue está a solo 11 km de la ciudad de Valdivia y está
inmerso en una matriz compuesta por plantaciones forestales mo-
noespecíficas y pequeños predios campesinos (Donoso et al. 2014).
Conocer la diversidad florística de Llancahue no solo resulta ser im-
portante para el predio en sí, sino que también para conocer la diver-
sidad florística de bosques que actualmente tienen escasa presencia
en el paisaje de la cordillera de la Costa del centro-sur de Chile.
El objetivo de este capítulo es describir la riqueza florística del
predio y específicamente de los distintos tipos de formaciones vege-
tacionales que alberga. Es importante destacar que la información
contenida en este capítulo proviene de diversos estudios realizados
en ecología y silvicultura de bosques ligados a proyectos de investi-
gación ejecutados en el predio. Tanto los matorrales como las pra-
deras aún no poseen estudios de flora, sin embargo, se entrega una
descripción general ellos.

Formaciones vegetacionales de Llancahue


Las perturbaciones de origen antrópico han sido el principal mo-
delador de las formaciones vegetacionales presentes en Llancahue.
Incendios ocurridos a comienzos del siglo XX fueron los causantes
41

del establecimiento de los bosques secundarios y matorrales (Gon-


zalez et al. 2015). Actualmente se han definido 10 formaciones vege-
tacionales en el predio (Figura 3.1), las cuales se pueden agrupar en
tres categorías, bosques, matorrales y praderas. Los bosques cubren
alrededor del 90% del predio, de esta superficie, el 64% son bosques
adultos, y el restante 36% son bosques secundarios. Los matorrales
cubren el 9% y las praderas cubren un 1% de la superficie total. En
este capítulo se abordarán 8 de las 10 formaciones, ya que dos de ellas
corresponden a plantaciones, una de Nothofagus dombeyi y otra de
Nothofagus obliqua.

Bosques
Los bosques de Llancahue se pueden dividir en 6 grupos, bosques
adultos con individuos emergentes de Nothofagus dombeyi, bosques
adultos dominados por Eucryphia cordofolia, Laureliopsis philippia-
na y Aextoxicon punctatum sin individuos emergentes, bosques se-
cundarios mixtos siempreverdes, bosques secundarios dominados
por Drimys winteri, bosques secundarios dominados por Nothofaguis
dombeyi y un cipresal dominado por Pilgerodendron uviferum. Pese
a que se encuentran dentro de una misma cuenca, estos bosques, al
estar en etapas sucesionales distintas (Ponce 2014) presentan dife-
rencias en su composición florística, pudiéndose encontrar 3 grupos
similares (Figura 3.1), el primero compuesto por los bosques secunda-
rios dominados por Drimys winteri y Nothofagus dombeyi, el segundo
compuesto solo por los bosques mixtos siempreverdes y el tercero y
más disímil, compuesto por ambos bosques adultos (Figura 3.1). El ci-
presal corresponde a un grupo aparte debido a su particular compo-
sición florística. A continuación, se describen cada uno de los tipos
de bosques mencionados anteriormente.
42

Figura 3.1. Análisis de conglomerados hecho a partir del Índice de simi-


litud Jaccard para cada tipo de bosque. El índice fue calculado a partir
de datos de coberturas de especies vasculares. Los valores debajo de los
acrónimos corresponden a los índices de Shannon-Wiener reportados
por Ponce et al. (9). BsMs: bosque secundario mixto siempreverde; BsDw:
bosque secundario dominado por Drimys winteri; BsNd: bosque secunda-
rio dominado por Nothofagus dombeyi; BaNd: bosque adulto con indivi-
duos emergentes de Nothofagus dombeyi; Ba: bosque adulto dominado
por Eucryphia cordifolia, Laureliopsis philippiana y Aextoxicon punctatum.

BsDw BsNd BsMs BaNd Ba


2,09 1,77 1,08 2,73 2,49
1,0
0,9
0,8
0,7
Índice de Jaccard

0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0,0

Bosques secundarios mixtos siempreverdes


Estos bosques cubren 287,4 ha de superficie, siendo los bosques
secundarios con mayor superficie en predio. De acuerdo con las eta-
pas de la sucesión forestal definidas por Oliver y Larson (1996) es-
tos bosques se encuentran en un estado de exclusión fustal, por lo
que poseen solo un estrato arbóreo definido compuesto por 29 espe-
cies siempreverdes, donde destacan Eucryphia cordifolia, Amomyr-
tus meli, Amomyrtus luma, Dasyphyllum diacanthoides, Gevuina ave-
llana, Podocarpus saligna, Embothrium coccineum (Ponce et al. 2017,
Donoso et al. 2018). Al estar en una etapa temprana de la sucesión fo-
restal, este tipo de bosque no posee un sotobosque desarrollado, pese
a ello posee una riqueza de 24 especies de arbustos, hierbas, enreda-
deras y helechos (Cuadro 3.1). Ponce et al. (2017) reportan un índice de
Shannon-Wiener de 1,08 para este tipo de bosque.
43

Bosque secundario dominado por Drimys winteri


Solo existe un pequeño parche de 4,5 ha de este tipo de bosque. Al
igual que el bosque mixto siempreverde, se encuentra en una etapa
de exclusión fustal (8), pese a ello el índice de Shannon-Wiener es ma-
yor (2,09 según Ponce et al. 2017)). El dosel de este bosque está domi-
nado por la especie Drimys winteri y acompañado de otras 17 especies
donde destacan Eucryphia cordifolia y Laureliopsis philippiana. Una
de las características especiales de este bosque es que posee legados
biológicos vivos y muertos del bosque primario previo (6), en los cua-
les se establecen diversas especies de plantas epífitas como Asple-
nium dareoides y especies del género Hymenophyllum. El sotobosque
lo componen 23 especies (Cuadro 3.1).

Bosques secundarios dominados por Nothofagus dombeyi


Estos bosques ocupan 110,4 ha de superficie. Según las etapas su-
cesionales definidas por Oliver y Larson (8) estos bosques se encuen-
tran en reinicio de sotobosque (9), por lo que poseen al menos 3 estra-
tos de especies arbóreas, uno dominante de Nothofagus dombeyi, uno
codominante de Eucryphia coordifolia y/o Drimys winteri y uno inter-
medio compuesto por 25 especies donde destacan Laureliopsis phili-
ppiana, Aextoxicon punctatum, y Podocarpus saligna, (Cuadro 3.1). Al
estar en un estado de reinicio de sotobosque, posee mayor riqueza y
abundancia con 28 especies de arbustos, hierbas, enredaderas y he-
lechos, presentando un índice de diversidad de Shannon-Wiener de
1,77 (Ponce et al. 2017).

Bosque adulto con individuos emergentes de Nothofagus dom-


beyi
Estos bosques cubren 162,7 ha. Poseen un dosel dominante com-
puesto por las especies siempreverdes Aextoxicon punctatum, Eu-
cryphia cordifolia, Laureliopsis philippiana, y otras 17 especies (Cua-
dro 3.1), pero además poseen un estrato emergente (individuos que
sobresalen de las copas de los árboles dominantes) de individuos de
Nothofagus dombeyi. Al ser bosques adultos de multiples estratos,
poseen una diversidad estructural que permite albergar diversas es-
pecies en el sotobosque, es por ello que posee una alta riqueza de es-
44

pecies (28 especies) y un índice de diversidad de Shannon-Wiener de


2,73 (Ponce et al. 2017).

Bosques adultos dominados por Eucryphia cordofolia, Laure-


liopsis philippiana y Aextoxicon punctatum sin individuos emer-
gentes
Este grupo es la formación boscosa de mayor superficie en Llanca-
hue (564,9 ha) y junto con los bosques adultos con individuos emer-
gentes de Nothofagus dombeyi representan el área de mayor valor
para la conservación del predio (Donoso et al. 2014). Estos bosques
se caracterizan por tener múltiples estratos y por albergar árboles de
grandes dimensiones (> 1 m de diámetro) de las especies Eucryphia
cordifolia y Weinmannia trichosperma. El dosel arbóreo dominante
está compuesto por 18 especies, sin embargo, las especies Laureliop-
sis philippiana y Aextoxicon punctatum son las de mayor dominancia.
Al poseer múltiples estructuras vivas y muertas este bosque alberga
gran diversidad de especies de enredaderas y epífitas, donde destaca
Fascicularia bicolor, la cual fue descrita como especie indicadora de
bosques adultos (Sink 2009). Debido a esto, es la formación boscosa
que posee la mayor riqueza de especies en el sotobosque, con 34 es-
pecies de hierbas, enredaderas y arbustos (Cuadro 3.1).

Cipresal de Pilgerodentron uviferum


La superficie que ocupa esta formación es de solo 1 ha, sin embar-
go, las condiciones de anegamiento del sitio hacen que la composi-
ción florística de este sitio sea diferente al de las demás formaciones
boscosas. Al estar sometido a constantes presiones antrópicas (fuego
y madereo) la cobertura arbórea promedio no supera los 8 m de altu-
ra (Soto y Figueroa 2008). El estrato árboreo está dominado por Pilge-
rodendron uviferum, Tepualia stipularis y Nothofagus nitida. El soto-
bosque se encuentra dominado por Tepualia stipularis y por hierbas
como Cyperus eragrostis. Cabe mencionar que Nothofagus nítida se
encuentra en el límite norte de su distribución (Soto y Figueroa 2008).
Pese a que la riqueza de especies en este tipo de bosque es baja res-
pecto de los otros tipos de bosque mencionados anteriormente, posee
10 especies que no se encuentran en las otras formaciones descritas.
45

Cuadro 3.1. Listado de especies presentes en cada una de las formaciones boscosas de
Llancahue en base a los estudios hechos en el predio (7,10–12). OF: origen fitogeográfico
(N: nativa y I: introducido); BsMs: bosque secundario mixto siempreverde; BsDw: bosque
secundario dominado por Drimys winteri; BsNd: bosque secundario dominado por Notho-
fagus dombeyi; BaNd: bosque adulto con individuos emergentes de Nothofagus dombeyi;
Ba: bosque adulto dominado por Eucryphia cordifolia, Laureliopsis philippiana y Aextoxicon
punctatum; CPu: Cipresal dominado por Pilgerodendron uviferum.

Árboles OF BsMs BsDw BsNd BaNd Ba CPu


Aextoxicon punctatum N x x x x x -
Amomyrtus luma N x x x x x x
Amomyrtus meli N x x x x x -
Aristotelia chilensis N x x x - - -
Caldcluvia paniculata N x - x - - -
Dasyphyllum diacanthoides N x x x x x -
Drimys winteri N x x x x x -
Embothrium coccineum N x x x - - x
Eucryphia cordifolia N x x x x x -
Gevuina avellana N x x x x x x
Laurelia sempervirens N x - x x x -
Laureliopsis philippiana N x x x x x -
Lomatia dentata N x - x x x -
Lomatia ferruginea N x x x x x x
Lomatia hirsuta N x - x x - -
Luma apiculata N x x x - - -
Myrceugenia ovata N x - x x x -
Myrceugenia parvifolia N x - x - - -
Myrceugenia planipes N x x x x x -
Nothofagus dombeyi N x x x x - -
Nothofagus nitida N - - - - - x
Ovidia pillopillo N x x x - - -
Persea lingue N x x x x x -
Pilgerodendron uviferum N - - - - - x
Podocarpus nubigenus N x - x - - x
Podocarpus salignus N x x x x x -
Raukaua laetevirens N x - x x - -
Rhaphithamnus spinosus N x x x x x -
Saxegothaea conspicua N x - x x x -
Tepualia stipularis N x - - - - x
Weinmannia trichosperma N x - x x x -
Hierbas
Acaena ovalifolia N - - - x x -
Agrostis leptotrichia E - - - - - x
46

Carex acutata E - - - - - x
Centella asiatica E - - - - x -
Cerastium sp E - - - - x -
Codonorchis lessonii N x x x x x -
Cyperus eragrostis E - - - - - x
Digitalis purpurea E - - x - - -
Fascicularia bicolor N x - x x x -
Greigia sphacelata N x - x x - x
Greigia landbeckii N - x - - - -
Hydrocotyle chamaemorus N - - x x x -
Juncus procerus N - - - - - x
Lobelia tupa N - - - - x -
Nertera granadensis N x - x x x -
Osmorhiza chilensis N - - x x x -
Prunella vulgaris E - - - - x -
Ranunculus repens E - - - - x -
Solanum valdiviense N - - - - x -
Taraxacum officinale E - - - - x -
Uncinia tenuis N x x x - x -
Viola reichei N - - - - x -
Viola rubella N - x x - x -
Enredaderas
Asteranthera ovata N - - x x - -
Boquila trifoliolata N x x x x x x
Campsidium valdivianum N x x x - - x
Cissus striata N x x x x x -
Cynanchum pachyphyllum N x - x x - -
Elytropus chilensis N x x x x x -
Griselinia racemosa N x - x - x x
Hydrangea serratifolia N - - x x x -
Lapageria rosea N x x x x x -
Luzuriaga polyphylla N x x x x x -
Luzuriaga radicans N x x x x x x
Mitraria coccinea N x x x x x -
Sarmienta repens N - - - x x -
Arbustos
Acrisone denticulata N - - - x - -
Azara lanceolata N - x - x - -
Baccharis sp. N x x x x x x
Chusquea quila N x x x x x -
Desfontainia spinosa N - - - - - x
47

Gaultheria mucronata N x - - - - x
Gaultheria insana N - - - - - x
Gunnera tinctoria N - - - - - x
Rhamnus diffusus N x x - x - -
Rubus ulmifolius E x - - - - -
Helechos
Adiantum chilense N - - x - - -
Asplenium dareoides N - x - x x -
Blechnum chilense N - - x - - x
Blechnum hastatum N x x x x x -
Blechnum magellanicum N x - - - - x
Gleichenia quadripartita N - - - - - x
Lophosoria quadripinnata N x - x - - -
Megalastrum spectabile N - - x - - -
Polypodium feuillei N - - - - x -
Hymenophyllum plicatum N - x x x x x
Hymenophyllum dentatum N x x x x x x
Hymenophyllum cuneatum N - x x x x -
Riqueza total 53 39 59 49 52 27
Riqueza total de especies del sotobosque 24 21 31 28 34 19
Riqueza total de especies arbóreas 29 18 28 21 18 8

Matorrales
Los matorrales de Llancahue ocupan una superficie de 124,6 ha.
Si bien estas formaciones no han sido estudiadas, en términos gene-
rales se pueden clasificar en matorrales casi puros dominados por
Chusquea quila y matorrales dominados por Gaultheria mucronata
y Ugni molinae, acompañado en algunas áreas por las especies Em-
bothrium coccineum, Lomatia hirsuta y Ovidia pillo-pillo, formando
pequeños matorrales arborescentes.

Praderas
Cubren un área pequeña de 11,4 ha, sin embargo, contienen un
componente florístico muy distinto al resto de las formaciones debi-
48

do al alto grado de alteración, lo cual se ve reflejado en la dominan-


cia de pastos y hierbas exóticas, donde destacan Ranunculus repens,
Plantago laceolata, Taraxacum officinale, Prunella vulgaris y poaceas
en general. Dentro de las especies nativas de estas praderas destaca
la abundante presencia de Libertia chilensis.

Conclusiones
La gran diversidad de formaciones que interactúan en Llancahue
hace que la cuenca posea una rica y diversa composición de espe-
cies de plantas vasculares. Aunque las formaciones vegetacionales
del predio han sido modeladas por perturbaciones de origen antrópi-
co, la cantidad de especies exóticas presentes es baja en comparación
con la riqueza de especies nativas. Pese a ello hay que tener en consi-
deración que la información contenida en este capítulo proviene de
estudios realizados en bosques, los cuales tienen escasa evidencia de
intervención antrópica reciente.
La información recabada en este capítulo reporta un total de 89
especies de plantas vasculares, lo cual resalta el valor que tiene el
predio para la conservación de la biodiversidad. Es importante men-
cionar que el número de especies podría aumentar significativamen-
te si se considera la composición florística de aquellas formaciones
vegetacionales que aún no han sido estudiadas. Es por ello que es
importante plantear como desafío que se efectúe un levantamiento
de información completo, incluyendo todas las formaciones vegeta-
cionales presentes en el predio.

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.
51

4
Fauna de la cuenca de Llancahue
José J. Núñez,17 Victoria Ordóñez,18
Victoria Vera-Sovier19
••

Resumen

E ste capítulo entrega una revisión general de la diversidad faunís-


tica considerando vertebrados terrestres (reptiles, aves, anfibios
y mamíferos) y algunos invertebrados de importancia taxonómica y
ecosistémica de la cuenca de Llancahue. De esta revisión, se estimó
que en Llancahue habitan aproximadamente 25 especies de aves (sin
considerar aquellas de praderas), correspondiendo aproximadamen-
te al 15% de la región. Con respecto a los mamíferos, éstos están re-
presentados por 20 especies (91% del total de la región, con dominan-
cia de roedores (siete especies) y murciélagos (seis especies). Por su
parte, los anfibios están representados por 11 especies (cerca del 50%
de la diversidad de anfibios de la región), destacando especies como
Telmatobufo australis, especie catalogada como especie Vulnerable,
fuertemente adaptada a una vida acuática y sus renacuajos están
altamente especializados para vivir en arroyos prístinos y con gran
caudal. El grupo menos diverso corresponde al de los reptiles, con
tres de las ocho especies que se encuentran en la Región de Los Ríos.
Entre las especies de invertebrados más sobresalientes de Llancahue

17  Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas, Universidad Austral de Chile.


18  Programa de Magíster en Ecología Aplicada, Universidad Austral de Chile.
19  Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas, Universidad Austral de Chile. Programa de
Magíster en Ecología Aplicada, Universidad Austral de Chile.
52

se encuentran el caracol negro Macrocyclis peruvianus, la sanguijue-


la gigante Americobdella valdiviana, la planaria Polycladus gayi y el
onicóforo Metaperipatus inae. La mayoría de estas especies son mo-
notípicas y de filiación Gondwánica, es decir, pertenecen a relictos
previos a la separación de Sudamérica del resto de los continentes.

Introducción
La descripción de los patrones de distribución de las especies en
regiones con alta biodiversidad es fundamental para comprender
los mecanismos a través de los cuales tal biota es ensamblada. En
el campo investigativo, la distribución de especies es fuente de in-
formación primaria en macroecología, biogeografía y biología de la
conservación. También para modelar las distribuciones geográficas
de las especies en función de las correlaciones entre registros de pre-
sencia y las condiciones ambientales en las localidades de ocurren-
cia. Su aplicación incluye la selección de áreas de conservación, la
predicción de los efectos del cambio climático en los rangos de espe-
cies y la determinación del riesgo de invasión de especies (Halffter et
al. 2005).
Aislado de otros bosques sudamericanos desde fines del Cenozoi-
co y principios del Cuaternario, el bosque templado de Valdivia se ha
convertido en un punto caliente para especies endémicas (Smith-Ra-
mírez et al. 2019). La conservación de estos antiguos bosques, carac-
terizados por el predominio de especies caducifolias de Nothofagus,
no solo es esencial para las diversas plantas y animales endémicos
que allí habitan, sino también para las comunidades humanas que
dependen de los lagos y ríos de agua dulce que protegen los ecosiste-
mas boscosos. Paradójicamente, gran parte de estos ambientes están
considerados como vulnerables debido a la deforestación por inter-
vención antrópica.
La biota de estos bosques es considerada altamente endémica.
Por ejemplo, el 90% de las especies leñosas son consideradas en esta
categoría y son además de gran antigüedad en sus relaciones biogeo-
gráficas. También los anfibios aquí presentes muestran relaciones fi-
53

logenéticas que datan del Cenozoico Temprano, separados de la de-


más biota de América del Sur por la barrera montañosa de los Andes
y formando relaciones más cercanas con taxones Gondwánicos de
Oceanía que del continente americano. Esta relación se extiende tan-
to a plantas que datan desde el Eoceno de Patagonia (Premoli et al.
2012), como a otros grupos de animales como los invertebrados dul-
ceacuícolas (Valdovinos 2018). Por otro lado, de muchos otros gru-
pos, principalmente invertebrados, se desconoce la diversidad total
presente en estos ambientes.
El bosque de la cuenca de Llancahue, parte de los bosques de la
Cordillera de la Costa Valdiviana, representa uno de los últimos re-
manentes de bosque nativo en buen estado de conservación. Gran
parte de este bosque se considera vulnerable por la destrucción del
hábitat. En este capítulo se describe la fauna de vertebrados (reptiles,
anfibios, aves y mamíferos) presente en este bosque, complementan-
do con algunos grupos de invertebrados de singularidad ecosistémi-
ca, taxonómica y evolutiva.

Aves
La diversidad de aves da cuenta de 443 especies descritas y es-
tablecidas en el territorio chileno considerando aquellas acuáticas,
marinas y terrestres (Martínez y González 2017). Dado su largo lito-
ral, el sistema de grandes estuarios y la influencia de la Corriente de
Humboldt, Chile es importante para las aves playeras migratorias
y las aves marinas. En el contexto de los bosques, las aves son un
componente importante de estos ecosistemas, tanto por la diversi-
dad que presentan como por la función que cumplen en las cadenas
tróficas. Ejemplo de ello son las aves que dispersan semillas, las poli-
nizadoras, las insectívoras que ayudan a disminuir la herbivoría fo-
liar y las aves carroñeras que contribuyen en la descomposición y el
ciclaje de nutrientes al consumir los restos de organismos muertos
(Sidler 2016). En el contexto de su conservación, BirdLife Internatio-
nal ha categorizado el bosque templado valdiviano como un área de
aves endémicas de prioridad «urgente», amenazadas principalmente
54

por la pérdida de hábitat, y para la cual el conocimiento para guiar


los esfuerzos de conservación es incompleto. En estos ambientes des-
tacan el chuncho (Glaucidium nanum), la lechuza blanca (Tyto alba),
el fio-fío (Elaenia albiceps), el chucao (Scelorchilus rubecula), el con-
cón (Strix rufipes), el carpintero chico (Veliniornis lignarius), el hued-
hued (Pteroptochos tarnii), el cachudito (Anairetes parulus), y la diuca
(Diuca diuca).
En la Región de Los Ríos se estima que habitan 175 especies de
aves, correspondiendo aproximadamente a un 40 % del total de aves
que habitan en el país. La diversidad de aves de Llancahue, sin consi-
derar aquellas predominantes en praderas corresponde a 25 especies
(Arancibia 2012, Godoy 2013) (Cuadro 4.1), aunque el número podría
ser mayor de acuerdo a Matamala y Ruíz (2002).

Cuadro 4.1. Especies de aves presentes en la cuenca de Llancahue. La


distribución geográfica de acuerdo a Jaramillo (2005). Los estados de
conservación están basados en IUCN (2017).
Estado de
Familia Especie Nombre común
Conservación
Charadriidae Vanellus chilensis Queltehue LC
Columbidae Patagioenas araucana Torcaza LC
Emberizidae Zonotrichia capensis Chincol LC
Caracara plancus Traro LC
Falconidae
Milvago chimango Tiuque LC
Phrygilus patagonicus Cometocino LC
Fringillidae
Sporagra barbata Jilguero LC
Aphrastura spinicauda Rayadito LC
Furnariidae Pygarrhichas albogularis Comesebo LC
Sylviorthorhynchus desmursii Colilarga LC
Icteridae Curaeus curaeus Tordo LC
Muscicapidae Turdus falcklandii Zorzal LC
Campephilus magellanicus Carpintero negro LC
Picidae Colaptes pitius Pitío LC
Veniliornis lignarius Carpinterito LC
Enicognathus ferrugineus Cachaña LC
Psittacidae
Enicognathus leptorhynchus Choroy LC
Pteroptochos tarnii Hued-Hued LC
Rhinocryptidae Scelorchilus rubecula Chucao LC
Scytalopus magellanicus Churrín del Sur LC
Strigidae Strix rufipes Concón LC
55

Thraupidae Phrygilus patagonicus Cometocino LC


Trochilidae Sephanoides sephaniodes Picaflor LC
Anairetes parulus Cachudito LC
Tyrannidae
Elaenia albiceps Fío-Fío LC

Mamíferos
La diversidad de mamíferos presentes en el territorio chileno da
cuenta de 180 especies (102 terrestres y 55 marinas), de las cuales 157
son nativas, 16 son endémicas y 23 introducidas (Muñoz-Pedreros y
Yañez 2009). Actualmente, las principales amenazas son la destruc-
ción del hábitat (cambio uso de suelo), actividad pesquera, contami-
nación e introducción de especies exóticas, provocando que el 62%
de las especies se encuentre con problemas de conservación (Mu-
ñoz-Pedreros y Yañez 2009).
La región de Los Ríos cuenta con 22 especies de mamíferos te-
rrestres (Celis-Diez et al. 2011), correspondiendo aproximadamente
al 12% del total de especies de mamíferos presentes en Chile. En la
cuenca de Llancahue habitan 20 especies, pertenecientes a nueve fa-
milias (Cuadro 4.2).

Cuadro 4.2. Mamíferos presentes en la cuenca de Llancahue. La distri-


bución geográfica de acuerdo a Pedreros y Valenzuela (2009) y Rodrí-
guez-San Pedro et al. (2016). Los estados de conservación están basados
en IUCN (2017).
Familia Especie Nombre común EC
Canidae Lycalopex griseus Zorro Chilla LC
Cervidae Pudu puda Pudú VU
Abrothrix longipilis Ratón lanudo común LC
Abrothrix olivaceus Ratón oliváceo LC
Abrothrix sanborni Ratón negro de Sanborn NT
Cricetidae Geoxus valdivianus Ratón topo valdiviano LC
Irenomys tarsalis Ratita arbórea LC
Loxodontomys micropus Ratón de pie chico LC
Oligoryzomys longicaudatus Ratón de cola larga LC
Leopardus guigna Güiña VU
Felidae
Puma concolor Puma LC
Mephitidae Conepatus chinga Chingue LC
56

Microbiotheriidae Dromiciops gliroides Monito del monte NT


Mustelidae Galictis cuja Quique LC
Molossidae Tadarida brasiliensis Murciélago común LC
Histiotus montanus Murciélago orejón chico LC
Histiotus magellanicus Murciélago orejón austral LC
Vespertilionidae Lasiurus varius Murciélago rojo LC
Lasiurus cinereus Murciélago gris LC
Myotis chiloensis Murciélago oreja de ratón del Sur LC

Las familias Cricetidae (roedores) y Vespertilionidae (murciélagos)


son las que presentan un mayor número de especies en esta cuen-
ca (siete y cinco especies respectivamente), todas presentando un
estado de conservación de Preocupación Menor (LC), a excepción
del ratón negro de Sanborn (Abrothrix sanborni) que se encuentra
Casi Amenazada (NT). Entre las especies que presentan un estado de
conservación de Casi Amenazada se encuentra el monito del monte
(Dromiciops gliroides) y en estado Vulnerable, el pudú (Pudu puda) y
la guiña (Leopardus guigna).

Reptiles
Una revisión completa de la diversidad de reptiles en Chile ha sido
documentada por Demangel (2016). Esta publicación referencial se-
ñala para Chile aproximadamente 125 especies de reptiles. La mayor
riqueza específica se concentra en el norte y centro del país (entre las
regiones de Antofagasta y del Biobío). En este escenario es posible en-
contrar especies de distribución exclusiva norte (e.g. Liolaemus ata-
camensis y Microlophus quadrivittatus) o sur (e.g. Diplolaemus darwi-
nii y Liolaemus magellanicus), y otras con rangos de distribución muy
extensos (e.g. Liolaemus lemniscatus y L. tenuis). Además, se encuen-
tran cuatro especies de tortugas marinas (Dermochelys coriacea, Le-
pidochelys olivacea, Caretta caretta y Chelonia mydas) más dos tortu-
gas introducidas, una terrestre desde Argentina, Chelonoidis chilensis
y una dulceacuícola proveniente de Estados Unidos, Trachemys scrip-
ta. En la Región de los Ríos se documentan ocho especies de reptiles
57

(cuatro especies de Liolaemus, una especie de Prystidactylus y una


especie de serpiente, Tachymenis chilensis). En la región se cuenta
además con la presencia de Trachemys scripta (González et al. 2018),
que a pesar de encontrarse en poblaciones silvestres ya establecidas
en en centro del país, en la región de Los Ríos no hay evidencias de
estos eventos. Las prospecciones faunísticas realizadas en la cuenca
de Llancahue, dan cuenta de la presencia de tres especies de reptiles:
Liolaemus cyanogaster, L. pictus y Tachymenis chilensis (Cuadro 4.3).
Cuadro 4.3. Especies de reptiles presentes en la cuenca de Llancahue. Se
señala su distribución geográfica a nivel nacional. Los estados de conser-
vación están basados en IUCN (2017).
Familia Especie Nombre común EC
Liolaemus pictus Lagartija pintada LC
Liolaemidae
Liolaemus cyanogaster Lagartija de vientre azul NT
Colubridae Tachymenis chilensis Culebra de cola corta NT

Anfibios
A nivel mundial Chile está considerado dentro de los 20 países
con mayor porcentaje de endemismo en especies de anfibios (ranas
y sapos), alcanzando el 70% y sobrepasando a países como India o
Brasil, que contienen uno de los índices más altos en diversidad de
estos vertebrados. En cuanto a los endemismos por género, es decir,
aquellos que se encuentran solo en el territorio nacional, de los 14 re-
conocidos (62 especies en total), tres son endémicos: Calyptocephale-
lla (una especie), Insuetophrynus (una especie) y Telmatobufo (cuatro
especies). Destacan algunas especies de Batrachyla, Eupsophus y Rhi-
noderma donde hay una evidente tendencia hacia la terrestrialidad,
evolucionando conjuntamente con ello, el cuidado parental, es decir,
el cuidado de huevos o larvas por parte de uno de los progenitores.
La región de Los Ríos cuenta con 23 especies de anfibios, todos ellos
asociados fuertemente a los ambientes boscosos (Núñez et al. 2019).
La diversidad de anfibios presentes en la Cuenca de Llancahue co-
rresponde a 11 especies pertenecientes a cinco familias (Cuadro 4.4).
58

Cuadro 4.4. Especies de anfibios presentes en la cuenca de Llancahue. Se


señala su distribución geográfica a nivel nacional. Los estados de conser-
vación están basados en IUCN (2017).
Familia Especie Nombre común EC
Rana de pecho espinoso de
Alsodes valdiviensis EN
Valdivia
Alsodidae Eupsophus roseus Rana rosácea de hojarasca NT
Eupsophus vertebralis Rana grande de hojarasca NT
Batrachyla antartandica Rana jaspeada LC
Batrachyla leptopus Rana moteada LC
Batrachylidae
Batrachyla taeniata Rana de antifaz LC
Hylorina sylvatica Rana esmeralda LC
Calyptocephalellidae Telmatobufo australis Rana montana de dos líneas LC
Rhinoderma darwinii Rana de Darwin EN
Rhinodermatidae
Insuetophrynus acarpicus Rana verde de Mehuín CR
Leptodactylidae Pleurodema thaul Rana de cuatro ojos LC

La presencia de Eupsophus roseus y Eupsophus vertebralis en Llanca-


hue podría significar el límite de su distribución hacia el sur, signi-
ficando por tanto Llancahue un punto estratégico de conexión con
otras áreas como son la cordillera de la Costa o la cordillera de los
Andes. Cabe destacar también la presencia de Telmatobufo australis,
ya que se trata de una especie catalogada como especie Vulnerable
por la Lista Roja de Especies Amenazadas (UICN). Esta especie está
fuertemente adaptada a una vida acuática y sus renacuajos están al-
tamente especializados para vivir en arroyos con gran caudal. Por
esta peculiaridad, una de sus amenazas es la sedimentación como
consecuencia de desbordes provocados por la cosecha de monoculti-
vos forestales. En la Figura 4.1 se muestra un cuadro comparativo del
número de especies de vertebrados presentes en la cuenca de Llanca-
hue, relativa a la diversidad regional y nacional.
59

Figura 4.1. Gráfico de riqueza relativa (número de especies) de especies


de aves, mamíferos, reptiles y anfibios a nivel nacional, regional y en la
cuenca de Llancahue.
500
450 Riqueza nacional
443
Riqueza regional
400
Riqueza en Llancahue
Riqueza de especies

350
300
250
200 180
175
150 125
100
62
50 24 22 20 8 3 23 11
0
Aves Mamíferos Reptiles Anfibios

Invertebrados de relevancia
taxonómica y ecosistémica
Los invertebrados corresponden a un grupo no monofilético (que
no tienen un origen común) de animales, que incluye anélidos, mo-
luscos, nemátodos y artrópodos, entre otros. Entre las especies de
invertebrados más sobresalientes de Llancahue se encuentran el ca-
racol negro (Macrocyclis peruvianus) que es una especie de caracol de
gran tamaño, alcanzando un diámetro de 90 mm de su concha color
café que contrasta con su cuerpo de color negro (Smith-Ramírez et al.
2005). El caracol negro es una especie endémica de Chile que se dis-
tribuye entre la Región del Maule hasta la Región de Chiloé. Ecológi-
camente está muy asociada a bosques prístinos de la Cordillera o de
la Costa, siendo frecuente encontrarlo entre los helechos y musgos, o
bajo la hojarasca de bosques con gran dosel (Letelier y Ramos 2002).
Otro representante faunístico de Llancahue es la sanguijuela gi-
gante Americobdella valdiviana. Esta especie es endémica y mono-
típica (única especie representante de su género y familia) de los
bosques templados. Taxonómicamente corresponde a un anélido
segmentado que puede alcanzar los 30 cm de longitud y 14 mm de
diámetro y posee un color verde oliva. Esta especie habita en los bos-
60

ques del sur de Chile, por lo que suele encontrarse en la hojarasca


o tierra de bosques húmedos (Ringuelet 1985). A diferencia de otras
sanguijuelas, esta sanguijuela es carnívora alimentándose de ané-
lidos más pequeños tales como gusanos de tierra (Vera et al. 2005).
Polycladus gayi es una de las planarias (gusanos planos) más
grandes que se conoce (Semeneas 2013). Puede alcanzar una longi-
tud de 94 mm y un ancho de 20 mm (Schneider 1934), es de color ne-
gro y tiene dos bandas anaranjadas en la zona dorsal. Es un animal
típico de la selva valdiviana y es posible encontrarlo sobre hojarasca
del bosque, bajo troncos caídos o madera en descomposición (Grau y
Carvallo 2005). Esta especie, al igual que la mayoría de las planarias,
es carnívora y se alimenta de invertebrados pequeños anélidos e in-
vertebrados, como isópodos, opiliones, caracoles, babosas, lombrices
y colémbolos.
Los onicóforos son invertebrados terrestres de aspecto similar a
las orugas, debido a que tienen un cuerpo cilíndrico con pequeñas
patas articuladas y un par de antenas (Johow 1911). Tienen una lon-
gitud que varía entre 40 y 65 mm (hembra y macho adulto respecti-
vamente) cuando están en marcha, mientras que cuando están en
reposo el cuerpo se contrae y tiene una longitud de 34 mm; posee un
ancho que varía entre 4 y 6 mm (Claude-Joseph 1927). Posee un color
gris con pintas de color ladrillo en la zona dorsal y la zona ventral
es de color gris oscura. Actualmente son considerados como fósiles
vivientes debido a que su morfología no ha cambiado mucho desde
el Cámbrico, unos 600 millones de años atrás. Estos organismos ha-
bitan lugares húmedos y oscuros, generalmente en la hojarasca del
bosque (Morera-Brennes 2012).

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.
63

5
Macroinvertebrados bentónicos de
la cuenca de Llancahue
Jorge Machuca-Sepúlveda,20 Javiera
García-Nahuelpán21
••

Resumen

S e analizó la comunidad de macroinvertebrados bentónicos de


la cuenca de Llancahue a nivel taxonómico de familia, en base a
muestreos realizados cualitativamente en distintos sitios del sistema
lótico, entre noviembre de 2018 y enero 2019. Se demuestra la presen-
cia transversal de gran parte de los órdenes que se corresponden con
este tipo de comunidad, cuya explicación deriva de la diversidad de
hábitats acuáticos en el área de estudio, tales como esteros, arroyos,
zonas riparianas, humedales y ojos de agua entre los principales. La
gran cantidad de individuos de los órdenes Ephemeroptera, Plecopte-
ra y Trichoptera, alcanzando el 66,7% del total de la muestra completa
de organismos, denota condiciones de buena calidad del agua, como
criterio de evaluación rápida. El hallazgo de gran parte de los grupos
funcionales existentes en la muestra también refuerza las caracterís-
ticas de pristinidad del ecosistema, siendo los macroinvertebrados
colectores los dominantes, indicando una alta cantidad de descom-
posición de materia orgánica particulada fina (MOPF) en el ecosiste-
ma acuático y que a su vez se explica por la cantidad de individuos

20  Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas. Programa de Magíster en Ciencias mención


Recursos Hídricos, Universidad Austral de Chile.
21  Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas. Programa de Magíster en Ciencias mención
Recursos Hídricos, Universidad Austral de Chile.
64

del orden Diptera, especialmente de la familia cosmopolita Chirono-


midae. Se recomienda aplicar nuevos criterios para biomonitoreos
constantes en el área de estudio, en los cuales prime una caracteri-
zación más exhaustiva de la escala espacial (tipos de hábitats) y tem-
poral desde el punto de vista estacional (escenario de época estival
versus invernal) e histórico de esta comunidad (aspecto evolutivo).

Introducción
Los macroinvertebrados son organismos que habitan, en algún
momento de sus historias de vida, la interfaz sustrato-agua o en la ve-
getación acuática sumergida de diversos sistemas acuáticos (Elosegi
2009). El término «macroinvertebrado» hace alusión a aquellos ani-
males que quedan retenidos en un tamiz de diámetro de poro de 500
μm (Oscoz et al. 2009). Estos organismos cumplen un rol fundamen-
tal dentro de los ecosistemas acuáticos, ya que contribuyen al ciclaje
de nutrientes, además de ser una fuente de alimento para otros orga-
nismos que se encuentran en eslabones más altos de la cadena trófi-
ca, principalmente peces y aves acuáticas (Wetzel 2001). Dentro de un
ecosistema acuático se pueden encontrar diversos phyla, como por
ejemplo artrópodos (plecópteros, tricópteros, efemerópteros, coleóp-
teros, odonata, megalópteros, lepidópteros, entre otros), moluscos (ca-
racoles, almejas, lapas), anélidos (gusanos segmentados y sanguijue-
las), platelmintos (gusanos planos) y nematodos (gusanos redondos
sin segmentación) (Hauer y Resh 2006). Desde el siglo pasado, los ma-
croinvertebrados han sido utilizados como bioindicadores de calidad
de agua y para el análisis de perturbación en ambientes acuáticos de-
bido a que son organismos sésiles con una distribución espacial baja
y con variadas tolerancias a la contaminación (Córdova et al. 2009).
En este capítulo se caracteriza la diversidad de macroinvertebra-
dos de la cuenca de Llancahue de modo semicuantitativo, caracteri-
zando los distintos sitios de la red hídrica, su clasificación funcional,
determinación taxonómica a nivel de familia y aplicación de los prin-
cipales índices de calidad de agua sobre la base de estos organismos.
65

Clasificación funcional de los


macroinvertebrados bentónicos
Según Cummins y Klugs (1979), los macroinvertebrados pueden
clasificarse según los mecanismos que tienen estos organismos para
obtener su alimento (Vannote et al. 1979, Merrit y Cummins 1983,
Sabater y Elosegui 2009, Hanson et al. 2010). Esta clasificación se-
ñala que puede haber: a) macroinvertebrados fragmentadores, que
corresponden a aquellos que consumen material particulado grue-
so (FPOM), tales como hojarasca o tallos (>1mm) que caen desde la
zona ribereña y que son colonizados por microorganismos (bacte-
rias y hongos), que ayudan a que la materia orgánica sea procesada
aún más rápido y aumente su valor nutricional para sus depredado-
res; b) macroinvertebrados colectores, que corresponden a aquellos
que se alimentan de material orgánico fino con un tamaño <1mm;
c) macroinvertebrados depredadores, que se alimentan de cualquier
organismo vivo, como por ejemplo animales planctónicos; d) ma-
croinvertebrados raspadores, que corresponden a aquellos que se
alimentan de microalgas (perifiton) y microbios que se adhieren al
sustrato como hojas, madera y rocas y e) macroinvertebrados parási-
tos, los cuales residen en tejidos animales parasitando huevos, pupas
o larvas de modo externo.

Modelos de distribución de hábitats


Como se señaló anteriormente, los macroinvertebrados pueden
clasificarse en diferentes grupos de alimentación, lo que determi-
na la dependencia de ciertas comunidades bióticas por recursos ali-
mentarios específicos y su distribución. Tal como lo explica Vannote
et al. (1980) en el modelo del río continuo (RCC), comprender cómo
funcionan los ecosistemas fluviales releva la importancia de estos or-
ganismos en el procesamiento de la materia orgánica. Este modelo
propone a los ríos como un gradiente longitudinal que relaciona con-
diciones físicas, químicas y biológicas existiendo una fuerte depen-
dencia entre el funcionamiento del río agua abajo con los procesos
66

que ocurren en la zona de la cabecera (Pérez 2011).


Según dicho modelo, los macroinvertebrados se distribuyen en
este gradiente longitudinal de la siguiente manera: Zona de cabece-
ra, correspondiente a ríos de bajo orden (1-3) que poseen una corrien-
te fuerte y son aguas con alto contenido de oxígeno. En esta zona se
encuentran grupos funcionales de macroinvertebrados del tipo frag-
mentador y colectores, ya que procesan la materia orgánica alóctona
provenientes de la vegetación ribereña. Zona media, ríos de orden
medio (4-6), en donde a medida que se desciende en el gradiente lon-
gitudinal, el material particulado grueso disminuye e incrementa la
productividad primaria. En esta zona se encuentra en mayor canti-
dad los grupos funcionales del tipo colector y raspadores. Zona baja
del río, corresponde a ríos de orden bajo (mayor a 6), que tienen poca
corriente y mayor profundidad. La materia orgánica proveniente
desde la cabecera se ha procesado durante el gradiente longitudinal,
el ingreso de materia orgánica alóctona disminuye debido a la poca
vegetación ribereña y la productividad primaria disminuye. En esta
zona se encuentran organismos filtradores que se alimentan de ma-
terial particulado fino y depredadores.
El modelo de ola de río o River Wave Concept (RWC) (Humphries et
al. 2014), formula que la matriz acuática se compone básicamente de
una serie de ondas que varían en forma, amplitud, longitud y frecuen-
cia; la posición en la ola determina la fuente de producción o insumos
orgánicos y el almacenamiento, transformación y transporte de ma-
terial y energía. Por lo tanto, la determinación de hábitats se precisa a
la tasa de movimiento de deriva que pueden efectuar los macroinver-
tebrados y la distancia relativa que alcanzan a lo largo de un tramo
longitudinal (cuerpos lóticos) o de área circular (cuerpos lénticos).
Otro modelo de relevancia es el de pulso derivado o Pulse-shunt
Concept (PSC) (Raymond et al. 2016), modelo que concilia elemen-
tos hidrológicos y biogeoquímicos para explicar la entrada de mate-
ria orgánica disuelta (DOM) desde la interfaz terrestre a la acuática.
Considera además la propia red de drenaje, conformando «pulsos»
que mezclan los puntos de origen y destino, como dinámica de la
materia orgánica en el agua. Puesto que el destino de la materia or-
gánica proviene de la interfaz terrestre adjunta al sistema acuático
67

(procesos de inundación a distintas escalas), ésta es capaz de abar-


car directamente esa área, dado por variaciones geomorfológicas y
estacionales, lo cual provocaría una variación del hábitat debido a
una componente física de transversalidad y de captación de energía
de una parte de la comunidad de macroinvertebrados.

Los macroinvertebrados y su rol en


los procesos ecológicos
En el modelo de río continuo los macroinvertebrados cumplen un
rol fundamental en el procesamiento de materia orgánica en conjun-
to con otros microorganismos, lo que permite controlar la produc-
tividad primaria. Ya que la energía obtenida del material alóctono
(hojarasca) y autóctono (microalgas) puede moverse en los diferen-
tes niveles tróficos (Hanson et al. 2010), esto a su vez contribuye a que
los nutrientes provenientes de la materia orgánica se liberen al sis-
tema acuático y sean nuevamente reincorporados por la biota (Wet-
zel 2001). Asimismo, existe dentro de la comunidad un importante
grupo de detritívoros, los cuales se condicionan a complejos factores
para llevar a cabo este proceso, tales como preadaptación en el hábi-
tat terrestre, la abrasión física, la lixiviación y la colonización micro-
biana (Anderson y Sedell 1979).
Los macroinvertebrados también son una fuente alimenticia im-
portante para los organismos que se encuentran en niveles superio-
res de la cadena trófica, como peces, anfibios y aves acuáticas (Wet-
zel 2001, Cuellar 2016). Según Fernández (2012), los efemerópteros,
tricópteros y plecópteros componen, en su mayoría, la dieta de peces,
por ende una alteración en las condiciones de hábitat de estos órde-
nes provocaría un descenso en la población de estos vertebrados. Al
ser este grupo uno de los más conspicuos y con relativa facilidad de
análisis, los estudios más recientes se abocan al grado de sensibili-
dad que estos presentan ante las características del paisaje directo
e indirecto en el cual se asientan los sistemas acuáticos en la cuenca
(Guevara-Cardona et al. 2006). El tipo de uso de suelo (bosque nativo,
plantaciones forestales, plantaciones agrícolas, entre otros) en lade-
68

ras con influencia directa e indirecta en los ríos son de igual manera
de relevancia para la hidrodinámica del caudal, además del flujo de
energía de la materia alóctona, la temperatura del agua y sedimen-
tación, lo cual afecta el funcionamiento y la estructura comunitaria
(Jowett 2003). Esto tiene como consecuencia modificaciones en la di-
versidad, riqueza de especies y tipos de abundancia, por consiguien-
te, la diversidad funcional de los macroinvertebrados se verá afecta-
da por las diferentes variables ambientales, así como a los diferentes
tipos de impacto antropogénico (Schmera et al. 2017).
Otro indicador que es posible indagar investigando los macroin-
vertebrados es cómo la estabilidad en la variación estacional inter-
viene en los ecosistemas acuáticos, debido a que gran parte de los
macroinvertebrados poseen parte de su ciclo de vida en el medio
acuático, denota que una inestabilidad de las condiciones interanua-
les agravan la composición taxonómica y la abundancia de comuni-
dades de estos animales, en el escenario de períodos prolongados de
sequía (Bêche et al. 2006), además de que también afectan la compo-
sición de rasgos biológicos de índole reproductivo, morfológico y de
ciclos de vida, ambientes adversos de factores físicos, preponderan-
temente de la corriente, son significativos al momento de represen-
tar un filtro abiótico (Statzner et al. 2004). Esta dinámica provee de
una estabilidad espacial a gran escala de las comunidades que se evi-
dencia en la variación de la biodiversidad en la estacionalidad (Miller
y Golladay 1996).

Los macroinvertebrados como


bioindicadores de calidad de agua
Desde el siglo pasado, los macroinvertebrados han sido utilizados
para determinar la calidad del agua, para estudios de impacto ambien-
tal y biomonitoreo ambiental de los sistemas acuáticos. Esto, debido a
que poseen características que favorecen su muestreo en comparación
a otras comunidades biológicas (Seginini 2003), como por ejemplo alta
sensibilidad a los cambios físico-químicos del agua, ser de bajo costo
y se encuentran en la mayoría de los sistemas acuáticos (Córdova et
69

al. 2009). Algunas formas larvales de insectos pueden alcanzar una


alta abundancia, lo que conlleva a una masiva emergencia de adultos
que generan molestia para los seres humanos, tales como los culícidos
(Diptera), conocidos comúnmente como mosquitos o zancudos.
A modo general, los efemerópteros, plecópteros, tricópteros y co-
leópteros son organismos indicadores de buena calidad de agua. Son
organismos que se encuentran en aguas con altas concentraciones
de oxígeno, gran transparencia y bajo contenido de materia orgánica
(Hanson et al. 2010). Por otro lado, organismos tales como dípteros,
hirudíneos y oligoquetos, están adaptados a aguas con alto conte-
nido orgánico (Hanson et al. 2010). A grandes rasgos, la calidad del
agua o el estado ecológico de un ecosistema acuático puede determi-
narse a través de diferentes índices bióticos, como por ejemplo el ín-
dice biótico de familias (IBF), índice EPT (Ephemeroptera, Plecopte-
ra, Trichoptera) e índices de riqueza y abundancia e incluso a través
de estudios de biomasa (Benke et al. 1999, Álvarez 2005).
También son comunes los índices multimétricos, los cuales han
sido ampliamente utilizados en el mundo, ya que integran múltiples
atributos biológicos de conjuntos de macroinvertebrados (riqueza
taxonómica, hábitat y composición de la hermandad trófica, salud,
abundancia, entre otros) en una puntuación que indica la condición
biológica de un sitio. Este escenario es válido ya que en la naturaleza
existen múltiples perturbaciones que se producen en las corrientes,
las que a su vez generan simultáneas respuestas biológicas diferen-
tes, según cada bioma en particular (Fierro et al. 2018).

Importancia de la ecorregión valdiviana en


estudios de macroinvertebrados bentónicos
El estudio de los macroinvertebrados bentónicos en Chile ha sido
segmentado en su diversidad de ecorregiones de agua dulce. La eco-
rregión valdiviana representa un hotspot de biodiversidad para los
macroinvertebrados, aproximadamente entre los 35ºS y los 43ºS
(Valdovinos 2004). En cuanto a la Cordillera de la Costa, la concen-
tración de biodiversidad es de relevancia, siendo las posibles carac-
70

terísticas explicativas de este fenómeno la composición de sus suelos


por diferentes capas sedimentarias y contenido considerable de mi-
nerales pesados, bosques que poseen características originadas por
una influencia directa de transformación debido a la última edad
glacial, distribución discontínua de especies de coníferas, presen-
cia de relictos subantárticos y distribuciones bicéntricas de especies
magallánicas; además, representa un área de transición entre el cli-
ma estacional de Chile central y el clima no estacional del sur de Chi-
le (Armesto et al. 1996).
En esta formación está inserta la microcuenca de la Reserva Pe-
riurbana Llancahue, que contiene mayormente renovales de bosque
nativo de latifoliadas (Zhao et al. 2016), bosque caducifolio del sur
como formación vegetacional dominante (Gajardo 1995), y como piso
vegetacional predomina el bosque caducifolio templado de Nothofa-
gus obliqua y Laurelia sempervirens (Luebert y Pliscoff 2006). Por lo
general en este tipo de condición el establecimiento de sitios en la
interfaz acuático-terrestre es bastante diversa, fundamentalmen-
te por el tipo de material alóctono que estas aportan a los sistemas
acuáticos, ya sea de manera directa desde los bosques como indirec-
ta mediante escorrentía (Guevara-Cardona et al. 2006). Dicha inter-
faz proporciona hábitats bénticos o microhábitats que posibilitan la
colonización de los diferentes tipos de ensambles de la comunidad
de macroinvertebrados (Merrit y Cummins 1984).

Tipos de muestreo
En ambientes lénticos, es recomendable el uso de redes llamadas
«tipo D» y muestreadores cilíndricos de Hess. Estos instrumentos
de muestreo son pequeños y se limitan a aguas poco profundas y sin
corriente (<15 cm), similares a un colador de cocina, pero de un diá-
metro que aproximadamente lo triplica. La red tipo D es utilizada
generalmente en estudios cualitativos donde el objetivo principal es
registrar el mayor número de taxa en un sitio de muestreo (Ramírez
2010). Tiene la ventaja que es de bajo costo y puede utilizarse en si-
tios donde es difícil obtener muestras con otras redes de mayor ta-
71

maño, como en las zonas de sedimento blando, con detritus leñoso,


sustratos de grava o guijarro (Hauer y Lamberti 2011). Otro método
factible de realizar en estos ambientes es el de la inspección directa
de piedras. Este consiste en una inspección de macroinvertebrados
levantando las piedras del fondo (tamaño entre 6 y 25 cm de diáme-
tro), extrayéndose los macroinvertebrados que se encuentren en ellas
(Bello et al. 2017). Luego, con una botella de lavado y pinzas entomo-
lógicas se dejarán las muestras en una bandeja para poder realizar
la determinación taxonómica. Esta metodología tiene la ventaja de
ser de bajo costo, sin embargo se requiere de más tiempo en compa-
ración a otros métodos, además los taxones que no tienen una vida
adherida al sustrato no pueden ser capturados. Por ende, no es útil
para una investigación que tenga por objetivo determinar riqueza y
composición taxonómica.
En ambientes lóticos se utilizan comúnmente la red «de patada»
y red Surber. La primera alude a un método el cual se requiere dos
personas, una sostendrá la red perpendicular al flujo de agua y la se-
gunda deberá remover el sustrato delante de la red con los pies. Las
muestras de macroinvertebrados se recolectan en la superficie, en
el momento que se retira la red del agua (Hauer y Lamberti 2011). La
principal desventaja del muestreo es que la red se puede obstruir con
material que obstruye la malla, por lo tanto una parte de la muestra
debe devolverse al agua, eliminando un número de organismos con-
siderable. Por lo tanto, es recomendable y más eficiente usarla en
zonas de rápidos con sustrato rocoso. Por último, la red Surber es un
elemento de muestreo que ha sido utilizada por más de 60 años en
estudios de ecología fluvial, debido a que es un dispositivo estándar,
que se puede utilizar en zonas de flujo laminar o turbulento pero de
baja profundidad (<15 cm), con fondos de arena, grava o adoquines.
Es necesario remover el sustrato para que los organismos caigan a la
red (Torralba-Burrial y Ocharan 2007, Hauer y Lamberti 2011).
72

Macroinvertebrados bentónicos
presentes en la cuenca de Llancahue
En la Figura 5.1, se expone el porcentaje de cada orden hallado en
los muestreos realizados. Se registra un total de 249 individuos que
pudieron ser identificados a nivel de orden. Los órdenes más abun-
dantes fueron Plecoptera (61 individuos), Trichoptera (58), Epheme-
roptera (47) y Diptera (41). La dominancia de estos órdenes específi-
cos se condice con características prístinas de los sitios muestreados,
es decir, alta oxigenación del agua, baja cantidad de sedimentación
orgánica e inorgánica en el agua y aparente nula contaminación de
otro tipo de sustancias.

Figura 5.1. Porcentaje de órdenes de macroinvertebrados bentónicos registrados


en cuerpos de agua lóticos de Llancahue, entre noviembre 2018 y enero 2019.
0,4% Amphipoda
0,8% Dec ptera
apoda
1,2% Coleo

5%
23

,
,3

16
%

Tr
ic

a
ho

er
pt
pt

Di
er
a

Rynchobdellidae 0,8%
Ephem
eropte
ra
18,9%
ra
te
op
ec
Pl

%
,5
24
4,
0%
0, 4
6,4%

Ha
%H
Odonata 2,8%

pl
e

ot
mi
Meg

ax
pte

id
a
alop

ra
te ra

En la Figura 5.2 se observa la proporción presente de grupos fun-


cionales en el que predominan los colectores, en este se encuentran
73

ciertos individuos del orden Ephemeroptera y Diptera. La Figura 5.3


expone la abundancia de los grupos funcionales por grupos de mues-
tras, clasificados en orden. Dichos grupos de muestras corresponden
a momentos de captura de macroinvertebrados en distintos sitios de
la microcuenca, ordenados al nivel taxonómico de orden. En el Cua-
dro 5.1 se muestra la diversidad de macroinvertebrados de Llancahue
con una breve explicación acerca de su tipo de hábitat, principales
características morfológicas (Domínguez y Fernández 2009) e iden-
tificación taxonómica a nivel de familia.

Figura 5.2. Abundancia de individuos por grupos funcionales tróficos.


90 85
80
70
Abundancia

60 58
50 49
42
40
30
20
12
10
3
0
Trituradores Raspadores Predadores Colectores Detritívoros Filtradores

Figura 5.3. Abundancia de individuos en grupos de muestras identifica-


dos a nivel de orden, clasificados por grupos funcionales.

25 Colectores
Detritívoros
Filtradores
20 Predadores
Raspadores
Abundancia

15 Trituradores

10

0
a

ra

da

ra

ra

ra

a
od

id

lli d
er

er

er
at
te

te

te

te
po

ax

on
pt

pt
pt
ip

op

op

ip

op

de
ca

Di

ho
al o
ot
ph

Od
m

ec
er
le

ob
De

pl

He

ic
eg
Am

Co

Pl
Ha

ch

Tr
he

yn
Ep

Rh
74

Cuadro 5.1. Visión general de los organismos bentónicos identificados y


específicos de los sitios de muestreo.
Principales
Orden Familia Tipo de hábitat
características
Diamphipnoidae Insecta - Ninfa,
Presentes en aguas abdomen termina en
Plecoptera
con turbulencia media, 2 filamentos caudales,
Gripopterygiidae
bien oxigenadas y poca largas antenas
sedimentación orgánica Insecta - Ninfa,
Leptophlebiidae e inorgánica debido a su
abdomen termina en
Ephemeroptera respiración branquial 3 filamentos caudales,
Baetidae largas antenas
Apegados a sustratos
Hydropsychidae como bolones y piedras Insecta - Larva,
para construcción de ganchos terminales
sus refugios llamados en la mandíbula,
Trichoptera Sericostomatidae habitáculos, los cuales constructores de
fabrican con elementos habitáculos, alta
cercanos tales como diversidad de grupos
Hydroptilidae sedimentos o restos funcionales
vegetales
Chironomidae Residen tanto en
zonas estancadas
Tipulidae Insecta - Larva, cuerpo
como apegadas a
vermiforme y pequeño,
Athericidae sustratos producto de
Diptera sin patas, con colas y
la corriente, tolerantes a
Limoniidae con protuberancias
contaminación orgánica
leves
debido a su respiración
Simuliidae cutánea
Apegados a piedras, Insecta - Larva, antenas
Coleoptera Psephenidae
generalmente estáticos cortas cuerpo aplanado
Insecta - Larva,
Tolerantes a
prolongaciones
contaminación orgánica
Megaloptera Corydalidae laterales y grandes
como a ambientes bien
mandíbulas para
oxigenados
depredación
Insecta - Ninfa, patas
Divagan en la superficie en forma de remos
Hemiptera Corixidae del agua aprovechando para natación, piezas
la tensión superficial bucales en forma de
estilete
Crustacea -
Malacostraca Poseen
Parastacidae En fondos de ambientes 10 patas, los tres
lóticos de poca primeros pares
Decapoda profundidad y baja funcionan como
corriente, son presas de piezas bucales,
Aeglidae anfibios y peces denominándose
maxilípedos, el resto
son pereiópodos.
75

Malacostraca - Tórax
segmentado, cada
Se encuentran en
segmento posee un par
hábitats hiporreicos,
de apéndices que son 7
Amphipoda Hyalellidae son bioindicadores
pares de pereiópodos
de hábitats con
siendo los 2 primeros
sedimentación orgánica.
pares gnatópodos
quelados.
Se hallan en distintos
tipos de hábitats, Oligochaeta - Cuerpo
alcanzando mayor segmentado, con
densidad y riqueza quetos o pelos dorsales
en parches de arenas, que comienzan
Haplotaxida Tubificidae
hojarasca y en el en el segmento II,
detritus. Colonizan respiración mediante
sustratos sumergidos una fosa branquial
sobretodo sedimentos terminal.
finos.
En sustratos sumergidos
Hirudinea - Poseen una
tanto en sedimentos
ventosa oral y una
finos como apegados a
Rhynchobdellida Glossiphoniidae ventosa posterior
otros de mayor tamaño.
ventral, ausencia de
Algunos con hábitos
quetas.
parasitarios.
Insecta - Ninfa,
Cosmopolitas, en una características de
Gomphidae diversidad de hábitats depredador común:
tanto permanentemente grandes mandíbulas
húmedos como y ojos, antenas
Odonata
temporalmente secos, pequeñas,
sensibles a cambios de cabeza se une al tórax a
Aeshnidae temperatura y del nivel través de un cuello
del agua. estrecho y
membranoso.

Se calculó el índice cualitativo ETP (Ephemeroptera-Plecoptera-Tri-


choptera), en base a un N=249 organismos identificados. Según Le-
nat (1988), esta evaluación rápida estima de modo confiable la cali-
dad del agua mediante la calificación de estos bioindicadores, que
son precisamente los más sensibles a la contaminación. Este índice
es porcentual, un resultado entre el 100% a 75% indica una calidad
del agua muy buena, entre 74% y 50% es calidad buena, entre 49% a
25% indica calidad regular y de 24% a 0% es mala. En el caso de la mi-
crocuenca de Llancahue, el índice arroja un 66,7%, lo cual se clasifica
como un agua de buena calidad.
76

Total taxa ETP 166


Índice ETP = * 100% = = 66,7%
Total taxa determinados 249

Discusión
El muestreo se efectuó entre noviembre a diciembre del 2018, en
estaciones que corresponden a pequeños arroyos (cuerpos lóticos)
tales como zonas de rápidos poco profundos, secciones de deposi-
ción de hojarasca y material leñoso, raíces de macrófitas, entre otros.
En cuanto a la interfaz hiporréica, donde prevalecen sustratos de dis-
tinta índole, los hábitats reconocidos corresponden a bolones, gra-
vas, arena y limo, los cuales se intercalan con restos de madera en un
alcance relativamente corto. Con respecto a cuerpos lénticos, estos
se hallan en menor frecuencia identificándose principalmente sue-
los de mallines anegados con macrófitas sumergidas, emergentes y
musgos. Los individuos fueron hallados principalmente en hábitats
de gravas y bajo bolones, en zonas de alternancia de rápidos y pozo-
nes pequeños, en definitiva, características de ritron con presencia
abundante de hojarasca en el caudal, proveniente del bosque nativo
circundante, con distintos grados de descomposición.
Se presenta una composición homogénea tanto de la distribución
espacial como de los grupos bióticos en toda la microcuenca. El fac-
tor estacional de la toma de muestras es tal vez de relevancia para
este aspecto. Además, la presencia de los mismos hábitats en los pun-
tos de toma de muestras también es homogéneo, a diferencia de la
muestra proveniente del mallín en el cual el grupo hallado es dife-
rente al resto. Aún así, en general, existe una biodiversidad conside-
rable de los sitios. Esta homogeneidad también se visualiza en que
están presentes individuos de todos los grupos funcionales tróficos,
lo cual se de detallará más adelante.
En cuanto a los muestreos realizados, al ser cuerpos de agua so-
meros, la ventaja de utilizar redes de «pateo» se incrementa. Puesto
que se consideraron variables tales como corriente baja, sustrato ho-
mogéneo y tamaño de diámetro de poro < 0.5 mm, este tipo de mues-
treo resultó ser efectivo en las condiciones puntualizadas. Como
77

desventaja, en ocasiones mucho material a la deriva no fue capta-


do por la red, sobre todo por un efecto lateral, además la hojarasca
produce un efecto de balde causando una obstrucción que subesti-
ma la obtención de macroinvertebrados. El muestreo in situ a gravas
y bolones también resultó ser eficiente, sin embargo, al respecto se
menciona que se deben aplicar protocolos mejor estructurados que
permitan un muestreo cualitativo robusto para una determinada
unidad de tiempo y área.
Funcionalmente, la mayoría de los organismos identificados en
Llancahue corresponden a trituradores («shredders») y filtradores
colectores («filtering collectors»), ya que un gran número de indivi-
duos de los ordenes Plecoptera, Trichoptera y Diptera fueron hallados.
Esto se condice bien con la característica común que se aprecia en los
esteros muestreados: alta cantidad de material alóctono desde el eco-
sistema boscoso, corriente continua que reduce permanentemente
dicha materia orgánica y la entrada de diversos tipos de material (ra-
mas, hojas, tallos, entre otros), cuyo origen deriva de una comunidad
vegetal sumamente diversa en cuanto a formas de vida y especies.
Cabe señalar el enorme tamaño de gran parte de los individuos
colectados, lo cual hace estimar una alta biomasa de gran parte de
la comunidad total. Familias tales como Diamphipnoidae (Plecopte-
ra) y Corydalidae (Megaloptera) registraron individuos de una talla
mayor a 1,5 cm. No se ejecutaron cálculos de biovolumen in situ o
curvas de relación longitud-masa, lo cual hubiese sido fundamental
para evaluar parámetros del ecosistema vinculados a fenómenos ta-
les como autotrofía, heterotrofia, cantidad de materia orgánica par-
ticulada gruesa y fina, entre otros; esto, por medio de la biomasa de
los individuos pertenecientes a cada uno de los grupos funcionales
ya mencionados.
Otro aspecto interesante es la dominancia que se evidencia de los
grupos sensibles a la contaminación y sedimentación en el agua, los
ordenes Plecoptera, Trichoptera y Ephemeroptera comprenden una
dominancia cercana al 70% del total de los organismos hallados.
Esto sugiere que existe una buena calidad del agua en el ecosistema,
como aproximación cualitativa, en cuanto a grado de pristinidad,
niveles de oxigenación y estado ecológico en condiciones aceptables,
78

característica intrínseca de la microcuenca que revela una natura-


leza de conservación eficiente, en un contexto de cercanía al conur-
bano de Valdivia y rodeada de desarrollos de uso del suelo antagóni-
cos con los atributos del área de estudio. No obstante, el hallazgo de
grupos funcionales detritívoros, que a su vez pertenecen a aquellos
macroinvertebrados tolerantes a la contaminación acuática (Tubifi-
cidae, Glossiphoniidae), hace suponer no un grado de contaminación
actual como tal, sino una posible característica del ecosistema acuá-
tico, presumiblemente relacionado con episodios de sedimentación
o erosión de estos, dadas las tendencias de hidroperiodo temporal
por influencia estacional.
Es esencial establecer mayores alcances para que esta área no su-
fra en el futuro el destino de alteraciones que acontecen en sus áreas
adyacentes: plantaciones forestales y agrícolas, tala rasa, invasión de
ganado, entre las principales amenazas. Los efectos de estas acciones
podrían deteriorar de sobremanera la multiplicidad y estabilidad de
hábitats de agua dulce que se encuentran en la microcuenca, perju-
dicando así a los macroinvertebrados bentónicos como intermedia-
rios fundamentales del flujo de energía entre ecosistemas boscosos a
acuáticos, además del ciclo del carbono y la salud ecosistémica. Por
consiguiente, es preciso apoyar sociopolíticamente a esta área en sus
objetivos de conservación de los recursos naturales que alberga, pro-
porcionando investigación mediante aproximaciones metodológicas
inéditas en Chile, conocimiento que será clave para un posiciona-
miento más sólido del área como Santuario de la naturaleza, es decir,
con una planificación de manejo de mayor responsabilidad ciudada-
na, política y ambiental.

Conclusiones
El presente es un aporte al conocimiento acerca de la biodiversi-
dad de una ecorregión con una riqueza biológica y ecosistémica in-
valuable, conocimiento que aún carece de base para responder cues-
tionamientos tales como el papel de los macroinvertebrados en las
funciones del ecosistema, lo cual ha sido poco abordado transver-
79

salmente en la investigación temática. Este obstáculo puede ser su-


perado si se diseñan propuestas metodológicas y protocolares que
puedan ser aplicables de manera ventajosa, desde el punto de vista
disciplinar y económico, por medio de criterios que se han realizado
en otras partes del mundo o diseñar nuevos para un trabajo de bio-
monitoreo extensivo a largo plazo.
Diseñar nuevos parámetros para establecer criterios de biomoni-
toreo de macroinvertebrados bentónicos implica conocer y emplear
las aproximaciones más actualizadas y aceptadas por los ecólogos
de agua dulce en el mundo y que no han sido aplicados en Chile, ade-
más, producto de este procedimiento, se identifica el comportamien-
to general del ecosistema obteniéndose así modelos que logren cuan-
tificar las características más notables de las áreas de interés. Un
ejemplo es cómo la diversidad funcional es interpretada en estudios
de ecología, vista como un indicador general de cuantificación de
la biota. Pero esta representación práctica dice muy poco acerca de
cuáles son las verdaderas funciones de los macroinvertebrados en las
aguas dulces, siendo este el caso. Es por ello que el manejo de múlti-
ples factores tal vez puede ser capaz de plantear una relación más só-
lida como modelo de la realidad, el que debe considerar un punto de
vista espacial, con respecto a la escala, y temporal, vinculado a una
historia de interacciones de la biota.

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83

6
Aproximación transdisciplinaria
al Reino Fungi en la Reserva de
Llancahue
Daniela Barría,22 Ignacio Montenegro,23
Sebastián Marimán,24 José J. Núñez25
••
Resumen

E n este estudio se aborda la temática de los hongos como objeto


de aprendizaje. Para ello, se consideraron ámbitos de la diversi-
dad y ecología, sociocultural y también una aproximación estética.
De esta manera se pretendió generar contenidos que fomentará el
diálogo entre los saberes científico y tradicional mediante el posicio-
namiento de los hongos a través de actividades de valoración y di-
vulgación en la comuna Valdivia. Aunque los estudios de comunida-
des animales y vegetales en la cuenca de Llancahue han dado como
resultado recientemente datos muy interesantes sobre la diversidad
y la biogeografía de las especies aquí presentes, poco se sabe sobre
los hongos de esta área y su relación a las zonas de vegetación. Ade-
más, no existe información sobre la micosociología de este bosque,
ni sobre la recolección de hongos comestibles por las comunidades
circundantes.

22  Instituto de Ciencias de la Educación. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad


Austral de Chile.
23  Instituto de Ciencias de la Educación. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad
Austral de Chile.
24  Instituto de Ciencias de la Educación. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad
Austral de Chile.
25  Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas. Facultad de Ciencias. Universidad Austral de
Chile.
84

Introducción
El conocimiento biológico y ecológico de las especies en una re-
gión dada es una prioridad para mantener actualizadas las bases
de datos sobre biodiversidad y atender la creciente demanda de in-
formación sobre la naturaleza (Meyer et al. 2015). Por otra parte, el
uso de recursos bióticos hace necesario tener listas actualizadas de
las especies existentes, sus usos actuales y potenciales y el grado de
amenaza que representan (Botrill et al. 2011, Maron et al. 2015). Sin
embargo, la biodiversidad no sólo debe ser estudiada como fenóme-
no natural, sino también reconocida y analizada en su dimensión
económica, política, social y educativa. Por lo tanto, el conocimiento
y la conservación de la biodiversidad requiere que tanto la comuni-
dad científica, las instituciones públicas y privadas como finalmente
los países, se esfuercen por definir y conocer la biodiversidad y com-
prender por qué y cómo se pierde (Sanbrook et al. 2013, 2017). Esto fi-
nalmente permite a las entidades competentes, junto con todos los
actores relevantes, contar con herramientas más efectivas para lo-
grar la conservación y el uso sostenible de los recursos bióticos (Gui-
san et al. 2013, Redford et al. 2015).
Los hongos son un grupo cosmopolita de organismos con más de
1,5 millones de especies en todo el mundo (O›Brien et al. 2005), pero el
conocimiento acerca de su diversidad, las relaciones con respecto a
plantas y animales es limitado (Tedersoo et al. 2014). Desde el punto
de vista ecológico, la biota fúngica desempeña un papel fundamental
en los ecosistemas terrestres, especialmente en la rizósfera, donde
intervienen en muchos procesos y son influyentes para el crecimien-
to de las plantas y la salud de los suelos (Cassman et al. 2016). Ade-
más, establecen una simbiosis mutualista denominadas micorrizas,
con la mayoría de las plantas terrestres y siendo un tipo de asocia-
ción importante a nivel mundial (Bennet et al. 2017). Los hongos en
el bosque están presentes todo el año, pero sus carpóforos o cuerpos
fructíferos se observan principalmente en otoño y primavera, ya que
las condiciones ambientales tales como alta humedad y temperatura
no muy baja permiten su fructificación (Talley et al. 2002).
Dentro de la cuenca de Llancahue hay un fragmento nativo de
85

bosque templado (cerca de 700 ha), que representa parte de un hots-


pot de biodiversidad y un ecosistema amenazado reconocido inter-
nacionalmente (Myers 2000, Moorman et al. 2013). Estos bosques es-
tán formados principalmente por Ulmo (Eucryphia cordifolia Cav.),
Tepa (Laureliopsis philippiana (Looser) R.Schodde), Olivillo (Aextoxi-
con punctatum Ruiz & Pav.) y Canelo (Drimys winteri GR Forst y G.
Forst.) y a veces Coihue (Nothofagus dombeyi Mirb. Oerst.) en posicio-
nes emergentes.
Aunque los estudios de comunidades animales y vegetales en
Llancahue han dado como resultado recientemente datos muy in-
teresantes sobre la diversidad y la biogeografía de las especies aquí
presentes (Donoso et al. 2017) poco se sabe sobre los hongos de esta
área y su relación a las zonas de vegetación. Además, no existe infor-
mación sobre la micosociología de este bosque, ni sobre la recolec-
ción de hongos comestibles por las comunidades circundantes.
El objetivo de este trabajo fue abordar la temática de los hongos
como objeto de aprendizaje, para ello, se consideraron ámbitos de
la diversidad y ecología, sociocultural y también una aproximación
estética. De esta manera se pretendió generar contenidos que fomen-
tará el diálogo entre los saberes científico y tradicional mediante el
posicionamiento de los hongos a través de actividades de valoración
y divulgación en la comuna Valdivia.
El enfoque sistémico aquí utilizado considera la biodiversidad
como un conjunto de elementos interactivos que, al influir entre sí,
producen elementos cualitativamente nuevos (emergentes) no pre-
sentes antes de que tal interacción tuviera lugar. En consecuencia,
este enfoque es el que sitúa primero el estudio de las interacciones,
antes que el análisis de los elementos constitutivos del sistema. En
este contexto, la comprensión del fenómeno requiere una visión
transdisciplinaria que responda a la complejidad del problema, con-
siderando la interdependencia, en este caso, entre elementos natura-
les y socioculturales.
El enfoque transdisciplinario utilizado en este estudio permite
centrar la atención en las interacciones de los diferentes componen-
tes del ecosistema templado, y no en sus partes aisladas, de mane-
ra de comprender no sólo la relación hongo-planta, sino y de suma
86

importancia para la conservación, la interacción entre naturaleza y


cultura. En este sentido, se considera fundamental continuar desa-
rrollando perspectivas que permitan el diálogo entre ciencia, arte y
saberes tradicionales, ya que sólo así se puede hacer frente al proble-
ma de la vulnerabilidad de la biodiversidad, centrando la observa-
ción en la relación del sistema sociocultural y su entorno ecológico.

Ecología de hongos
Los hongos son un grupo de organismos que han sido escasamen-
te estudiados, se estima que a nivel mundial existen más de 1,5 mi-
llones de especies de hongos de las cuales sólo se conocen alrededor
del 5% (Watling 2003). En los últimos años se ha incrementado el in-
terés en este grupo de organismos, lo que ha permitido que hoy se
conozcan más de 56.000 especies fúngicas en el mundo (Lazo 2001)
distribuidas entre hongos superiores e inferiores. Sin embargo, se es-
tima que un gran porcentaje de especies de hongos aún no han sido
descubiertas ni descritas (Hawksworth 1991). La información en Chi-
le respecto a la diversidad es insuficiente para establecer un número
exacto de especies, sin embargo se han registrado alrededor de 3.000
especies de hongos (Moser y Horak 1975, Mujica y Vergara 1980, Ga-
rrido 1986, 1988).
Los hongos son fundamentales en las interacciones al interior de
los ecosistemas, cumpliendo tres tipos de roles: saprófitos, que se ali-
mentan de restos vegetales degradando y/o transformando los cons-
tituyentes orgánicos, y devolviendo así los nutrientes minerales al
suelo en sus respectivos ciclos biogeoquímicos; parásitos, que obtie-
nen sus nutrientes a partir de otro ser vivo, causándole daño al hués-
ped y; simbiontes, entre las más conocidas se encuentran las mico-
rrizas, que favorece la absorción de fosfato y minerales (Valenzuela et
al. 1998). La riqueza de especies de hongos en un bosque refleja el es-
tado sanitario del bosque, es así como en bosques en pleno desarrollo
predominarán los hongos simbiontes y saprófitos y, por el contrario,
en uno enfermo o muy viejo, donde no ha habido una regeneración
natural, predominarán los hongos parásitos (Valenzuela et al. 1998).
87

Durante el año 2016 se realizó un levantamiento de información


respecto a la diversidad de especies de hongos presentes en Llanca-
hue. Se realizaron muestreos estacionales de carpóforos, que fueron
recolectados para luego determinar la especie en laboratorio. Las es-
pecies registradas para este ecosistema boscoso son representadas
para el caso de ectomicorrizas por los géneros: Cortinarius, Paxillus,
Boletus, Ramaria, Amanita y Russula, en saprófitas: Mycena, Maras-
mius, Higrocybey en parásitas: Cyttaria, Fistulina, Ganoderma (Ver
Anexo 6.1 y fotografías en páginas 111 y 112). El total de especies regis-
tradas correspondió a 35, de las cuales ocho son especies ectomico-
rrizas, 25 saprófitas y tres parásitas. Se registró una alta diversidad
de especies del género Cortinarius, lo que indica una relación estre-
cha entre hongos de este género y especies de Nothofagus, como lo
mencionan Moser y Horak (1975) quienes advirtieron para Chile y Ar-
gentina, la asociación obligatoria de las especies del género Cortina-
rius a árboles de Nothofagus.
Además, de acuerdo al estudio realizado por Valenzuela et al.
(1998) en la Cordillera Pelada de la X Región, el género Cortinarius
presenta una mayor cantidad de especies asociadas a Nothofagus
dombeyi y Nothofagus obliqua. Considerando además a Salazar y Pal-
fner (2015), se deduce que los bosques de Nothofagus suelen ser los há-
bitats preferidos por la mayoría de las especies del género Cortinarius
que habitan en Chile.
Otro género micorrizógeno que se registró fue Amanita, desta-
cando la abundancia de Amanita aurantiovelata y A. rubescens, entre
otras. Para el caso de Amanita aurantiovelata, Valenzuela et al. (1998)
establece que es una especie típica de los bosques de Nothofagus de la
X (actualmente incluye la XIV Región) región ubicada en la depresión
intermedia, siendo conocida solo en esta región de Chile. Amanita
rubescens que presenta una distribución geográfica amplia, cosmo-
polita y descrita para la Región de Los Lagos y de Los Ríos se asocia
a coníferas como Pinus radiata (Furci 2007), así como a Nothofagus
(Valenzuela et al. 1998) Esta diversidad de hábitats que presenta esta
especie puede estar relacionada a una baja especificidad para formar
asociaciones micorrícicas, lo que le otorga un amplio rango para des-
plazar a algunas especies micorrícicas nativas como las de Cortina-
88

rius en los bosques andinos (Romano et al. 2017).


En base a la observación de la abundancia de A. rubescens podría
señalarse que la Reserva Llancahue estaría expresando la presión de
las grandes extensiones de plantaciones exóticas (Pinus radiata). De
acuerdo con Romano et al. (2017), el crecimiento sostenido de la super-
ficie utilizada para plantaciones forestales favorecen que A. rubescens
pueda invadir los bosques de las distintas especies de Nothofagus, lo
que sería el punto de partida de la invasión de A. rubescens. La abun-
dancia de especies saprófitas asegura que en estos bosques existe una
adecuada degradación de la materia orgánica vegetal, formación de
humus y la recirculación de elementos químicos como el N, P, S, entre
otros, a los ciclos biogénicos correspondientes, así como también a la
gran cantidad de restos vegetales (ramas, ganchos de árboles y tron-
cos) que se depositan en el piso del bosque (Valenzuela et al. 1998).
Para el caso de especies parásitas no se registró una abundan-
cia significativa, lo que, en suma, da cuenta de que este ecosistema
se encuentra en un buen estado de sanidad forestal. Además, se re-
gistraron especies de hongos comestibles tales como Butyriboletus
loyo, Boletus loyita, Cyttaria espinosae y diversas especies de changle
como Ramaria flava, entre otras de este género.

Uso tradicional de los hongos


Existe una antigua y estrecha relación entre hongos y seres huma-
nos, principalmente por el valor gastronómico, nutricional, y medi-
cinal de algunos carpóforos (Moreno-Fuentes y Garibay-Orijel 2014),
pero también en algunas culturas por las propiedades neurotrópi-
cas que dotan de carácter sagrado al hongo, como en Asia, Europa,
África y Mesoamérica (Guzmán 2014). En Chile, específicamente en
el bosque templado, podemos encontrar más de 50 especies de hon-
gos silvestres comestibles, tales como el loyo (Butyriboletus loyo), el
digüeñe (Cyttaria espinosae), diversas especies de changle (Ramaria
spp.) y el gargal (Grifola gargal), entre los más difundidos en el mer-
cado interno (FIA 2008). En Chile y Argentina las especies de Cytta-
rias eran recolectadas por mapuches, selknam, kawashkar y yáma-
89

nas (Schmeda-Hirschmann et al. 1995).


De esta manera la recolección de hongos, así como muchos otros
productos forestales no madereros (PFNM), forman parte de una rica
tradición transgeneracional (Tacón et al. 2006), lo que constituye un
intercambio de experiencias y cotidianidades en los procesos de re-
colección, procesamiento, comercialización y consumo de hongos
(Alvarado-Castillo y Benítez 2009). Intercambios que hoy se ven in-
terrumpidos principalmente por la pérdida de bosque nativo y por
el currículum formal de las escuelas, que no considera los conoci-
mientos locales ni su transmisión oral e in situ (Barreau et al. 2016).
La recolección cobra especial importancia en la matriz productiva
de comunidades indígenas y campesinas, que junto a la agricultura
y la ganadería han desarrollado estrategias de producción múltiple
(Tacón et al. 2006) o mosaicos productivos (Toledo y Barrera-Bassols
2008) que dotan de gran resiliencia tanto a las familias como al eco-
sistema en su conjunto.
Las entrevistas realizadas a recolectores/as de la localidad de Lo-
mas del Sol expresan también la importancia de la recolección res-
pecto a su componente comunitario, así como el detallado conoci-
miento en relación a su importancia ecosistémica, a la ecología de
estos organismos y su manejo. Los entrevistados expresan que desde
pequeños salían a recolectar, y que esta era una actividad familiar
donde se recolectaba sólo lo que se iba a consumir en el momento.
La recolección es considerada de gran valor puesto que la naturale-
za brinda alimento a las familias. Por otro lado, hay conocimientos
específicos relacionados a los hongos que revelan la herencia de la
práctica y la observación de la naturaleza, entre otros, que los hon-
gos aparecen en determinadas épocas del año, después de la lluvia y
cuando sale el sol, especificando para cada especie ciertos meses del
año. Además, mencionan que no aparecen en cualquier lugar, sino
que poseen hábitats específicos, vinculados a ciertos árboles (ej. en
tineo el gargal, en coigüe el loyo y el changle). Respecto a su disponi-
bilidad, algunos recolectores perciben que actualmente hay menos
hongos que antes, y lo atribuyen principalmente al cambio del clima
y a la presencia de las plantaciones forestales. Por último, mencio-
nan características específicas que deben considerarse al momento
90

de recolectar: no recolectar con lluvia puesto que se estropean los


hongos, recolectarlos sólo con la «piel firme», es decir, turgentes y
utilizando la coloración como un carácter a discriminar cuando es-
tán «pasados» o en proceso de descomposición.
Hoy, gracias a la investigación y aportes de diversos científicos en
el país, podemos agregar como recomendaciones para la recolección
sustentable la utilización de un canasto para acarrear los hongos,
que permite la liberación de las esporas mientras se transita por el
bosque, y sobre todo, dejar siempre un porcentaje de hongos sin re-
colectar para que queden remanentes en el bosque liberando esporas
(Fundación Fungi 2006), lo que es a la vez concordante con la prác-
tica de la recolección, sólo lo que se va a consumir en el momento.

Aproximación estética
Mediante el desarrollo del taller de impronta fúngica asociado al
proyecto «Hongos: el saber y la belleza de un reino por descubrir», fi-
nanciado por la Dirección de Vinculación con el Medio de la UACh
pudimos develar y reconocer el valor estético de los hongos halla-
dos en Llancahue, su riqueza visual en cuanto a formas, colores, tex-
turas, tamaños y distribución espacial en el bosque. Es decir, el po-
tencial goce estético que aporta en la experiencia de exploración del
bosque, en su interacción con hojas, musgos, cortezas, plantas y ma-
lezas circundantes, como un elemento que se hace parte y configura
un sistema visual integrado y complejo a la vez.
En un acto de camuflaje recurrente, la primera aproximación vi-
sual al bosque puede pasarlos por alto; sin embargo, al afinar la per-
cepción y establecer un plano más cercano entre observador y hon-
gos se aprecia toda su diversidad estética. Operan como entidades
visuales colectivas, pero también particulares, pues nunca encontra-
mos una seta aislada y cada especie presenta características propia-
mente distintivas (ver fotografías en página 112).
En la experiencia del taller, los asistentes comenzaron su indaga-
ción con los hongos ya desde su condición de materialidad artística.
Dicha reconversión opera como un acto quizás similar al proceso de
91

objet trouvé que realizaba Marcel Duchamp en sus ready-mades. Este


artista francés, precursor de una nueva concepción de arte durante
el siglo XX, considera el acto de encuentro estético por antonoma-
sia, para resignificar el elemento visual. La experiencia de indaga-
ción estética con los hongos, si bien se produjo ese «encuentro» su
deriva logró materialidad para la ejecución de una técnica derivada
del grabado, la «impronta fúngica», así nombrada por los talleristas.
De este modo, sus cualidades estéticas innatas: forma, color, textura
y tamaño, son las que están al servicio del proceso artístico.
Provistos de los lineamientos que implica la técnica de la impron-
ta fúngica, los asistentes hicieron un primer acto de elección, este o
aquel hongo, dentro del abanico de hongos recolectados. Esta explo-
ración estética se torna fascinante para los asistentes al taller, pues
complementan esa elección primaria con una secuencia de eleccio-
nes posteriores: adhiriendo colores, disponiéndolos en el plano, ela-
borando composiciones de acuerdo a formas, tamaños y texturas,
entre otras. Así, los hongos como materialidad artística posibilitan
un sinnúmero de disposiciones que hace del proceso creativo una
aproximación estética única, siendo complementario al reconoci-
miento ecológico y sociocultural.

Las múltiples interacciones de los


hongos: conservando un Reino
Actualmente nuestros ecosistemas están sufriendo una gran pre-
sión por diversas acciones humanas, que trae consigo consecuencias
tan severas como la pérdida de hábitats o hasta la extinción de di-
versos organismos. Esta problemática también, se puede semejar a
lo que estamos viviendo como sociedad, una desvinculación de los
sentidos con y por los demás y, de la forma que queremos construir
sociedad.
Para el caso específico de Llancahue, se releva la importancia de
conservación de este espacio, sin embargo, las presiones de empre-
sas forestales por plantaciones de especies exóticas, generan grandes
problemáticas que no solo atañe al ecosistema boscoso, sino a toda
92

su integralidad, entre estas, las interacciones ecosistémicas, las co-


munidades locales y la escasez de agua. Si bien, la problemática tiene
diversas aristas, una de las formas de poder atender a esto es a tra-
vés de los procesos educativos, una educación con sentido hacia la
conservación basada en el respeto, situada desde el contexto socioe-
cológico, de manera de comprender y respetar la vinculación de las
comunidades locales y los ecosistemas.
Es así que el educar para la conservación se torna un desafío que
reconoce a las personas como seres sintientes que conviven con los
demás organismos, empatizando con nuestras comunidades y valo-
rando el conocimiento tradicional. Por lo tanto, una de las formas
en cual podemos ir re-construyendo nuestro sistema educativo tanto
formal como no formal, puede lograrse través de un diálogo constan-
te y permanente con nuestras comunidades locales, poniendo en va-
lor el conocimiento tradicional para la elaboración de planes y pro-
gramas educativos y, llegar a generar políticas públicas educativas
de conservación.
Desde la perspectiva de este trabajo, los hongos se convirtieron en
un pretexto para prestar atención a lo que sucede con nuestros eco-
sistemas. La forma de abordarlos de manera transdisciplinaria nos
permite reconocerlos y sensibilizarnos mediantes diversas acciones,
desde el acceso al bosque, el encuentro estético con los hongos y su
recolección, hasta la posterior utilización de las setas como mate-
rialidad artística. Es así como concebimos a Llancahue y también
otros espacios naturales como un aula, en la cual los hongos u otros
organismos pueden ser utilizados desde sus particularidades las que
sirven de punto de partida para comprender la complejidad y riqueza
ecológica del bosque valdiviano y finalmente su conservación.

Agradecimientos
Proyecto Vinculación con el Medio UACh 2016 «Hongos: el conocer
y la belleza de un Reino por descubrir».
Angélica Romero, Daniela Cósimo, Paula Marín, Felipe Navarro y
Catalina Zumaeta.
Fotografías: Paula Marín y Daniela Barría D.
93

Anexo
Anexo 6.1. Tabla de diversidad de especies de hongos determinadas
para la Reserva Llancahue y su respectivo rol ecológico.
Especie Rol ecológico
1 Aleuria aurantia Saprófito
2 Aleurodiscus vitellinus Parásito
3 Amanita aurantiovelata Ectomicorriza
4 Amanita rubescens Ectomicorriza
5 Anthracophyllum discolor Saprófito
6 Boletus loyita Ectomicorriza
7 Butyriboletus loyo Ectomicorriza
8 Calocera cornea Saprófito
9 Chlorociboria aeruginascens Saprófito
10 Hydropus dusenii Saprófito
11 Cortinarius sp. Ectomicorriza
12 Coprinopsis atramentaria Saprófito
13 Cyttaria darwinii Parásito
14 Favolaschia sp. Saprófito
15 Fistulina hepatica Parásito
16 Ganoderma australe Parásito
17 Guepiniopsis alpina Saprófito
18 Hypholoma lateritium Saprófito
19 Lepista nuda Saprófito
20 Chlorophyllum rachodes Saprófito
21 Marasmius sp. Saprófito
22 Marasmiellus alliodorus Saprófito
23 Myacena cyanocephala Saprófito
24 Mycena galericulata Saprófito
25 Mycena pura Saprófito
26 Neoclitocybe byssiseda Saprófito
27 Paxillus sp. Ectomicorriza
28 Plectania chilensis Saprófito
29 Pleurotus ostreatus Saprófito
30 Ramaria flava Ectomicorriza
31 Russula sardonia Ectomicorriza
32 Russula nothofaginea Ectomicorriza
33 Stropholoma aurantiacum Saprófito
34 Trametes versicolor Saprófito
35 Tremella mesenterica Saprófito
94

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.
Galería Fotográfica

98

Vista general de la cuenca Llancahue mirando desde el norte hacia el sur-este. Aparte de
la cobertura masiva de bosques nativos, al fondo se encuentra la divisoria de aguas de
esta cuenca con la cuenca vecina en ese sector, la cual está cubierta por una plantación
de pinos (Foto Juan Carlos Gedda).

Vista hacia los humedales de la «Laguna Santo Domingo» desde Llancahue, en que se apre-
cian los principales usos de la tierra, incluyendo plantaciones y unidades campesinas con
bosques nativos secundarios (renovales) y praderas para el ganado (Foto Juan Carlos Gedda).
99

En Llancahue se encuentra una pequeña comunidad de ciprés de las Guaitecas, una de las
más septentrionales de Chile (Foto Juan Carlos Gedda).

Árboles de grandes dimensiones se encuentran en los bosques adultos de Llancahue. Las especies que
alcanzan mayores dimensiones, con árboles de más de 1 m de diámetro y cercanos a 40-50 m de altura, in-
cluyen especialmente a coihue, roble, ulmo, laurel y tineo. En esta foto un coihue (izquierda) y un roble (o
pellín, derecha) de aproximadamente 2 m de diámetro y 50 m de altura (Fotos Juan Carlos Gedda).
100

El agua es el servicio ecosistémico más preciado de Llancahue, cuenca que abastece de


agua a la ciudad de Valdivia desde la primera mitad del siglo XX (Foto Juan Carlos Gedda).
101

Los troncos muertos en el suelo son un importante componente estructural de los bosques adultos, que
es importante promover (mediante manejo) en los bosques secundarios. Estos constituyen refugio de fau-
na y nichos de regeneración y habitat de muchas especies de flora y fauna (Foto Juan Carlos Gedda).

La palmilla (Lophosoria quadripinnata) es uno de los múltiples helechos que se encuentran


en los bosques de Llancahue, donde también crece el único helecho semiarbóreo continental
de Chile, el Blechnum magallanicum (Katalapi) (Foto Juan Carlos Gedda).
102

Los bosques adultos tienen una gran diversidad de flora. Muchos árboles maduros (como los ulmos de
esta y la siguiente página) tienen cavidades y soportan una gran diversidad de lianas (Hydrangea intege-
rrima) y epífitas (Fascicularia bicolor), que son escasas en bosques más jóvenes (Foto Juan Carlos Gedda).
103
104

El lingue es una de las especies más diezmadas de los bosques chilenos, debido a la calidad de
su madera y el uso de su corteza para la industria de la curtiembre. Llancahue es tal vez la ma-
yor reserva en Chile donde se está recuperando el lingue gracias a su abundante regeneración,
especialmente en los bosques secundarios como en este dominado por coihue. Nunca se ha
visto un lingue de más de 50 cm de diámetro en Llancahue, a pesar de ser un árbol que puede
alcanzar más de un metro de diámetro y más de 30 m de altura(Foto Juan Carlos Gedda).
105

Llancahue tiene muchos senderos que en general se mantienen muy accesibles por el
tránsito habitual que en ellos hace especialmente la gente del sector de Lomas del Sol, así
como en ocasiones visitantes y ciclistas (Foto Juan Carlos Gedda).
106

El manejo de bosques en Llancahue, entre 2009 y 2015, se realizó con campesinos de la localidad vecina de
Lomas del Sol y siempre con bueyes, que generan bajo impacto sobre el suelo. La mayor parte del produc-
to obtenido en estos manejos (principalmente raleos en bosques secundarios) fue leña (derecha en la foto),
aunque también en ocasiones se generaron trozas para madera aserrada (Foto Pablo Donoso Hiriart).

Cuando la Universidad Austral de Chile se hizo cargo de la concesión de Llancahue (2008-2028)


había numerosas cortas ilegales como esta. Estas cortas disminuyeron casi en su totalidad
durante el tiempo de mayor actividad de la UACh en Llancahue (2008-2017), y el riesgo de que
continúen está absolutamente asociado a que no exista una adecuada vigilancia, la cual se
puede logar con guardaparques bien equipados y actividades permanentes de docencia, in-
vestigación, educación ambiental y recreación/turismo regulado (Foto Pablo Donoso Hiriart).
107

La cobertura permanente en los bosques permite incrementar los servicios ecosistémicos que éstos
proveen, incluyendo la mantención de ciclos de agua y nutrientes bien regulados, mayor biodiversi-
dad, y más carbono secuestrado tanto en los árboles como en el suelo (Foto Juan Carlos Gedda).
108

El canelo es una de las especies principales en los bosques de Llancahue, gracias a la abundante lluvia
y a que los suelos son de textura fina, lo que permite que retengan mayor humedad. Los veranos se-
cos de los últimos años han evidenciado que canelo es una de las especies que más se podría ver afec-
tada por el cambio climático, especialmente disminuyendo su capacidad de regeneración. La manten-
ción de bosques diversos es fundamental para que estos bosques se adapten a nuevos escenarios, ya
que la pérdida o disminución de algunas especies, y las funciones que cumplen, pueden ser reempla-
zadas por otras que cumplen similares funciones en el ecosistema (Foto Juan Carlos Gedda).
109

La fauna menor de Llancahue incluye especies como (de arriba hacia abajo) la rana Eupsophus roseus
(foto J. Núñez), la planaria Polycladus gayi (foto P. Donoso), el opilón Sadocus aff. polyacanthus (Foto
J. Núñez) y el onicóforo Metaperipatus inae (Foto J. Navarro A.).
110

Entre las aves características de la selva valdiviana y comunes en Llancahue, están el Hued Hued (Pte-
roptochos tarnii) y el Rayadito (Aphrastura spinicauda) (Fotos Marcelo Flores).
111

Llancahue, por su diversidad de bosques en excelente estado de conservación, la existencia de nu-


merosos ensayos de manejo y restauración de bosques nativos, y su cercanía a Valdivia, constituye
un excelente espacio para la docencia y la educación en general. Acá, alumnos de la carrera de in-
geniería forestal de la Universidad Austral de Chile conociendo experiencias de manejo de bosques
secundarios de coihue en el curso de silvicultura de bosques nativos (Foto Pablo Donoso Hiriart).

Llancahue fue propuesto en la Estrategia Regional de la Región de Los Ríos 2009-2019 como Parque Pe-
riurbano para Valdivia. Aquí, la entrada a la ruta Lomas del Sol, que contiene ocho estaciones de auto-in-
terpretación en un recorrido de aproximadamente 2 km. La idea fue desarrollar turismo de base comuni-
taria (TBC) (Foto Carlos Esse).
112

Registro de especies fúngicas y actividades comunitarias

Cortinarius sp. Pleurotus ostreatus

Amanita rubescens Entrevista a recolectora Comunidad Lomas del Sol

Taller de Impronta Fúngica Creación artística hongos


SERVICIOS ECOSISTÉMICOS

.
115

7
Servicios ecosistémicos que
conectan la cuenca de Llancahue
con los humedales de los
alrededores de Valdivia, Región de
los Ríos, Chile
Andrea Pino Piderit,26 Carlos Oyarzún,27 Romina
Novoa,28 Ignacio Díaz,29 Pamela Moreira30
••
Resumen

S e estudiaron los servicios ecosistémicos de provisión de hábitat


para la biodiversidad y de provisión y regulación hídrica que conec-
tan la cuenca de Llancahue con los humedales de los alrededores de
la ciudad de Valdivia. Para determinar que la cuenca de Llancahue es
un área núcleo para la biodiversidad, se modeló la conectividad fun-
cional del paisaje, desde la perspectiva de su estructura y de la de los
individuos. Para determinar la contribución de la cuenca de Llanca-
hue como proveedor de agua a los humedales periurbanos y urbanos,
se modeló la morfología topográfica de las laderas, determinando los

26  Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible, Uni-


versidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.
27  Instituto de Ciencias de la Tierra, Facultad de Ciencias, Universidad Austral de Chile, Valdi-
via, Chile.
28  Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible, Uni-
versidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.
29  Corporación Nacional Forestal, CONAF, Ministerio de Agricultura, Chile.
30  Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible, Uni-
versidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.
116

patrones por las cuales el agua circula sobre ella. Los resultados mos-
traron que la cuenca de Llancahue, una reserva de bosques nativos
del tipo forestal siempreverde, constituye un importante proveedor y
regulador hídrico de los humedales periurbanos y urbanos, especial-
mente los que se encuentran asociados a la zona del río Angachilla,
localizado en la zona sur de Valdivia. Además, es un área núcleo para
la biodiversidad al proveer hábitat para diferentes especies, entre los
cuales se encuentra el rinocríptido (Rhinocryptidae) Scelorchilus ru-
becula (Chucao), especie emblemática de los bosques valdivianos,
principalmente terrestre, que se desplaza mayoritariamente a nivel
del suelo y fuertemente asociado a bosques densos y sotobosques.

Introducción
En las últimas décadas, los seres humanos han transformado los
ecosistemas de la Tierra con la finalidad de satisfacer las crecientes
demandas de alimento, agua dulce, madera, fibras, combustibles y
minerales. Desde 1960, la población mundial se ha duplicado, aumen-
tando consigo el consumo exponencial de los recursos y disminuyendo
más del 60% de los servicios ecosistémicos (en adelante, SE) del mun-
do (MEA 2005). Estos servicios ecosistémicos son definidos como «los
componentes de la naturaleza directamente disfrutados, consumidos
o utilizados para generar bienestar humano» (Boyd y Banzhaf 2007).
Los SE son proporcionados por las funciones ecosistémicas, defi-
nidas según De Groot et al. (2002), como: «la capacidad de los proce-
sos naturales y de sus componentes, para proveer bienes y servicios
con el fin de satisfacer las necesidades humanas, directa o indirecta-
mente». Es por esto que, el funcionamiento de los ecosistemas y las
diversas interacciones y procesos en que ellos ocurren, derivan en
funciones ecosistémicas, las cuales pueden transformarse en bienes
y servicios al momento de que el ser humano las valore (De Groot et
al. 2002). Así, el concepto, nace para enfatizar la estrecha relación
que existe entre los ecosistemas y el bienestar de las poblaciones hu-
manas. Los bienes y servicios ambientales que suministran los eco-
sistemas y la diversidad biológica históricamente han sido tratados
117

como recursos gratuitos e infinitos. Sin embargo, el crecimiento de


la población y la expansión de la economía los han vuelto escasos y
han afectado el medio natural.
El Banco Mundial y la WWF (2005), en su reporte sobre la im-
portancia acerca de la protección de los bosques, enfatizan el rol po-
tencial de estas áreas en suplir agua para las grandes ciudades en
el mundo. Una gran cantidad del agua disponible para la población
mundial proviene de los bosques de montaña naturales y maneja-
dos, ya que los bosques regulan tanto la cantidad como la calidad
del agua. Por esto, constituyen la base para un manejo integrado de
los recursos hídricos de las cuencas hidrográficas y un argumento
importante para el manejo sostenible y protección de los bosques a
nivel mundial (Dudley y Stolton 2003).
En Chile los bosques templados lluviosos constituyen 13,4 millo-
nes de hectáreas y representan más de la mitad de los bosques tem-
plados del hemisferio sur (Alaback 1991, Donoso 1993). La mayor par-
te de los bosques templados de Sudamérica se encuentran dentro de
la Ecoregión Valdiviana de los Bosques Lluviosos (35 a 48° S) en Chile
y áreas adyacentes de Argentina, la cual ha sido clasificada entre las
regiones con más alta prioridad de conservación a nivel mundial (Ol-
son y Dinerstein 1998). En estos bosques, los doseles son multi-estra-
tificados y el sotobosque tiene una alta biodiversidad, por lo tanto, la
estructura y la composición de especies son muy complejas y diversas.
Los bosques nativos del sur de Chile soportan servicios ecosisté-
micos fundamentales, tales como protección del suelo, conservación
de la biodiversidad, regulación del clima y control sobre la cantidad
y calidad del agua (Nahuelhual et al. 2007, Gutiérrez et al. 2009). En
este sentido, la conversión de los bosques nativos a otros usos de sue-
lo como agricultura y plantaciones, afecta el abastecimiento de agua
de manera significativa, lo que está bien documentado en la litera-
tura (Oyarzún 2012, Oyarzún et al. 2012). A su vez, estas variaciones
en la provisión de agua pueden afectar actividades económicas rela-
cionadas con el uso consuntivo y no consuntivo y la producción de
bienes de mercado, como el agua potable. Los cambios en la produc-
ción de bienes de mercado, a su vez, son transmitidos a la sociedad a
través del sistema de precios, afectando el bienestar de las personas.
118

Estudios sobre la valoración económica de estos bosques han enfa-


tizado su regulación hídrica, lo cual soporta la producción de agua
para las ciudades (Núñez et al. 2006).
Estudios recientes (Rodríguez et al. 2017, 2018) han reportado una
fuerte conexión entre los servicios ecosistémicos de provisión hídri-
ca y la biodiversidad en la cuenca del humedal del río Cruces, una
zona cercana a la de este estudio. Estos estudios han demostrado que
la pérdida en el servicio ecosistémico de provisión hídrica está fuer-
temente ligada con las pérdidas de diversidad de los bosques nati-
vos. En este sentido, además de su importancia como principal fuen-
te abastecedora de agua potable de Valdivia (Núñez et al. 2006), la
cuenca de Llancahue es un área núcleo para la biodiversidad al pro-
veer hábitat para diferentes especies.
En este estudio analizaremos el rol de Llancahue como proveedor
de biodiversidad y servicios ecosistémicos de provisión y regulación
hídrica, que conectan la cuenca de Llancahue con los humedales que
rodean a la ciudad de Valdivia. Estos servicios ecosistémicos están
estrechamente relacionados y han sido identificados entre los más
importantes en algunas cuencas del sur de Chile (Nahuelhual et al.
2017, Rodríguez et al. 2017, 2018).

Área de estudio
La cuenca de Llancahue, de 1.277 ha con altitudes que van entre
los 230 y los 450 msnm, dominado por bosques del tipo forestal Siem-
preverde (Eugenin 2004), ubicado dentro de la Ecorregión del Bosque
Lluvioso Valdiviano, es uno de los últimos relictos del tipo forestal
siempreverde de la cordillera de la Costa del sector sur de la ciudad
de Valdivia (39°42’S, 73°15’W). Por este motivo, ha sido asignado como
una de las 40 áreas prioritarias para la conservación de ecosistemas
naturales en esta región (Lara et al. 2002). Está conformado en un
60% por bosque nativo adulto de los tipos forestales siempreverde y
roble-raulí-coihue, un 24% de renovales nativos y un 13 % de matorra-
les y áreas abiertas (Donoso et al. 2014). La vegetación de Llancahue
está dominada por bosques mixtos y multiestratificados caracteri-
119

zado por una vegetación densa y con especies como coigüe (Notho-
fagus dombeyi), tepa (Laureliopsis philippiana), ulmo (Eucryphia
cordifolia), olivillo (Aextoxicon punctatum), canelo (Drimys winteri),
avellano (Gevuina avellana) junto a extensos renovales dominados
por Canelo (Drimys winteri) y Mirtáceas como Luma (Amomyrtus
luma) y Meli (Amomyrtus meli) y otras abundantes especies arbusti-
vas como quilas y helechos, entre las más importantes (Donoso et al.
2014). La cuenca de Llancahue se encuentra rodeada de importantes
cuerpos de agua especialmente en el sector del río Angachilla (Figu-
ra 7.1).

Figura 7.1. Localización de los distintos cuerpos de agua en el sector del


río Angachilla (1) y la cuenca Llancahue (2).

Servicios ecosistémicos de la cuenca de


Llancahue
Como el área de estudio comprende una zona de humedales y una
cuenca del tipo forestal siempreverde de la cordillera de la Costa, la
cual es considerada un área prioritaria para la conservación, los ser-
120

vicios ecosistémicos más importantes son los de provisión y regu-


lación hídrica y de biodiversidad. Los principales servicios ecosisté-
micos identificados en el área en estudio son los que se indican en el
Cuadro 7.1.

Cuadro 7.1. Servicios ecosistémicos identificados en el área de estudio.


Modificado de Haines-Young y Potschin (2013)
Productos forestales no madereros
Peces (alimento)
Algas o plantas (alimento)
Provisión
Agua para consumo humano
Material genético
Plantas medicinales
Secuestro, acumulación y almacenamiento de carbono
Protección de inundaciones
Protección de la erosión
Transporte y acumulación de sedimentos
Mantención del clima local
Regulación Mantención de la calidad del agua
Capacidad de rendimiento hídrico
Capacidad buffer
Mantención de características biológicas y químicas para la subsistencia
de especies
Formación de suelo
Avistamiento de fauna (snorkelling, buceo, avistamiento simple)
Utilización directa del «paisaje» (landscape/seascape) como kayak, botes,
trekking, pesca deportiva
Identidad cultural
Culturales Contemplación del paisaje
Capacidad para preservar elementos bióticos y abióticos para futuras
generaciones (desde una perspectiva ética)
Sujeto para educación ambiental
Sujeto para investigación socio-ambiental

Provisión de hábitat para la biodiversidad


Para determinar que la cuenca de Llancahue es un área núcleo
para la biodiversidad, al proveer hábitat para diferentes especies,
modelamos la conectividad funcional del paisaje, desde la perspecti-
va de su estructura y de la de los individuos. En teoría de grafos (tam-
121

bién conocido como análisis de redes) es común representar relacio-


nes a través de un set de nodos (parches) y aristas (conectores). Los
nodos son elementos individuales dentro de la red que representan
cada parche de bosque y las aristas representan la conectividad en-
tre nodos31. Las gráficas basadas en parches son este tipo de modelos,
debido a que sus vínculos representan una respuesta funcional del
organismo al paisaje, es decir, los enlaces no son interpretados como
características estructurales o como corredores, sino más bien como
una representación de las conexiones entre los parches que algún or-
ganismo utilizaría (Galpern et al. 2011). Para esto, es necesario tener
conocimiento de estimaciones avaladas por la comunidad científica
acerca del hábitat de la especie, desplazamientos y tamaños de ran-
gos de hogar, tanto en paisajes naturales como antropizados. Este es
el caso del rinocríptido (Rhinocryptidae) Scelorchilus rubecula (Chu-
cao) (Cuadro 7.2), especie emblemática de los bosques valdivianos,
principalmente terrestre, que se desplaza mayoritariamente a nivel
del suelo y fuertemente asociado a bosques densos y sotobosques.
Aunque son reacios a entrar en hábitat abierto, utilizan franjas es-
trechas de bosque para el movimiento entre parches. Esta sensibi-
lidad de dispersión en el hábitat hace a esta especie potencialmente
valiosa como especie focal para la planificación de la conectividad
(Castellón y Sieving 2006).

Cuadro 7.2. Criterios de conectividad para chucao.


Criterio Dato
Ámbito de hogar 1 Ha
Área mínima de parche 10 Ha
Distancia máxima parche-parche 600 M
Distancia máxima en pradera 60 M
Distancia máxima en plantación forestal * 300 M
Distancia máxima en corredores 500 M
Área mínima población viable (50 a 100 parejas) 100 Ha

En base a sus requerimientos de hábitat se obtuvo parches potencia-


les, como se lista en el Cuadro 7.3 (parches núcleo, parches satélites,

31  Op. cit 28


122

parches aislados y parches de tránsito),32 y rutas de conectividad en-


tre los fragmentos de hábitat. De este modo, la cuenca de Llancahue,
fragmento de bosque nativo ubicado en el perímetro de la ciudad de
Valdivia, en continuo proceso de aislamiento y con una fuerte presión
inmobiliaria y de plantaciones industriales, aparece como el área
núcleo de mayor superficie, en una matriz dominada por praderas,
plantaciones forestales y diferentes tipos de humedales (Figura 7.2).

Cuadro 7.3. Tipos de parches de bosque del escenario de conectividad para chucao.
Parche de bosque N°
Núcleo 5
Satélite 31
Aislados 118
Tránsito 2003

Cuadro 7.4. A) Métricas de clase. B) Tamaño de los parches de bosque nativo.


Clase AC (ha) PP NP Tamaño (ha) NP %
A CA 1064 10 458 B <1 2003 92
BN 3773 36 2157 1y5 116 5,4
VH 1089 10 650 >5 38 1,8
PL 1232 12 426 NP: Número de Parches VH: Vegetación de
PR 2204 21 2125 PP: Porcentaje de Humedal
Paisaje PL: Plantación
UR 687 6 778 AC: Área de Clase PR: Pradera
CA: Cuerpo de Agua UR: Urbano
VE 554 5 488 BN: Bosque Nativo VE: Vegas

En el Cuadro 7.4 podemos ver que la cantidad de parches núcleo es


bastante baja y sólo Llancahue y otro parche (indicado con el número
1 en la Figura 7.5), permitirían el flujo de una población reproductiva
viable a través del resto del paisaje. En esta matriz, los fragmentos

32  Parches Núcleo. Cumplen con la superficie mínima para permitir por sí solos la mantención
de una población de la especie objeto. Parches Satélites. Por sí solos no cumplen con la
superficie mínima para permitir la mantención de una población de la especie objeto, pero
son suministrados por la población de un parche núcleo. Parches Aislados. Por sí solos no
cumplen con la superficie mínima para permitir la mantención de una población de la especie
objeto y no están directamente suministrados por la población de un parche núcleo. Parches
de Tránsito. Son parches que no cumplen con el área mínima para albergar a un individuo de la
especie objeto, sin embargo, sirven como conectores de tránsito dentro de la matriz permeable.
123

Figura 7.2. Localización de los usos del suelo del área de estudio.
124

remanentes de bosque nativo son en su mayoría de pequeño tamaño


(>90% son de tamaño menor a media hectárea), sobre todo al acer-
carnos al área urbana (Cuadro 7.3, Figura 7.3 y Figura 7.4). Aquellos
más grandes, generalmente son de formas más irregulares y alarga-
das y están ubicados en los bordes de humedales, destacándose la
importancia de la vegetación ribereña como elemento clave en la co-
nectividad del paisaje, tal y como se observa en la Figura 7.5 (rutas de
conectividad indicadas en rojo).

Figura 7.3. Histograma de frecuencia de parches por superficie y porcen-


taje acumulado de la frecuencia.
35 Frecuencia
100%
% acumulado 90%
30
80%
N° de parches

25 70%
20 60%
50%
15 40%
10 30%
20%
5
10%
0 0%
>10.000
5000
1000
<10

400

600

800

900
200

300

500

700
100

Superficie (m2)

Figura 7.4. Relación entre el tamaño de los parches y el índice de forma.

7
6
Índice de forma (IF)

5
4
3
2
1 Υ=8E-05x + 1,6384
R2=0,6704
0
0     10.000    20.000    30.000   40.000       50.000
Tamaño del parche (m2)
125

Figura 7.5. Escenario de conectividad funcional para el Chucao.

Provisión y regulación hídrica


El control de la calidad del agua es reconocido como uno de los
principales servicios ecosistémicos de los bosques. El nitrógeno es
esencial en la salud de los ecosistemas, pero en exceso se considera
un contaminante que lleva a la eutrofización de los cuerpos de agua
como lagos y ríos. Se ha observado que los bosques templados lluvio-
sos del Sur de Chile poseen eficientes mecanismos de retención de
nutrientes, especialmente NH4+ y NO3- (Huygens et al. 2008, Huygens
y Boeckx 2009). Los cambios de uso del suelo (como el reemplazo de
los bosques por tierras agrícolas o pastoreo) influencian fuertemente
los flujos de nutrientes en las cuencas. En particular se ha documen-
tado que la conversión del bosque nativo por plantaciones exóticas
de crecimiento rápido (Eucalyptus sp) disminuye la capacidad de re-
tención de N-inorgánico a nivel de cuencas en el Sur de Chile (Oyar-
zún et al. 2007).
Todos los servicios ecosistémicos de provisión tienen un valor de
uso directo (Hein et al. 2006) los cuales se derivan de la utilización
directa que hacen los seres humanos del ecosistema (Vermeulen y
Koziell 2002). Considerando un valor de provisión de agua de $105.717
cada hectárea de bosque nativo al año (valor obtenido de Núñez D.
126

2004, ajustado al valor del IPC en 2013), haciendo alusión a que el ser-
vicio ecosistémico de provisión hídrica estará regulado únicamente
por factores abióticos relacionados con el suelo, aislando la influen-
cia y variabilidad de las precipitaciones en la evaluación biofísica de
este servicio. Núñez et al. (2006) estiman que los beneficios econó-
micos del servicio ecosistémico de provisión hídrica de la cuenca de
Llancahue son iguales a USD 162,4 para el período de verano y USD
61,2 para el resto del año, por hectárea de bosque nativo.
Dicho lo anterior, es importante determinar la contribución de
los bosques nativos de la cuenca de Llancahue como proveedor de
agua a los humedales periurbanos y urbanos, ya que corresponden al
tercer uso de suelo con mayor superficie en el área estudiada. La for-
ma más completa de analizar los patrones de la conectividad hídri-
ca, comprendiendo los procesos y las interacciones en estos sistemas
complejos (Brierley y Fryis 2005), es a través de enfoques estructura-
les y funcionales. Sin embargo, los elementos que definen el aspecto
funcional son más difíciles de medir y cuantificar, debido a su natu-
raleza dinámica intrínseca, la complejidad y variabilidad de las inte-
racciones que los definen. Una buena aproximación para compren-
der la conectividad hídrica es la descripción y la comprensión de la
parte estructural o estática del sistema, en donde las interacciones
pendiente-corrientes influyen mucho en los patrones de transferen-
cia y en las vías de flujo (Lexartza y Wainwright 2009).
De esta forma, a través de las curvas de nivel se puede modelar
la morfología topográfica de una ladera, determinando los patrones
por las cuales el agua circula sobre ella. Las líneas de flujo siguen la
línea de máxima pendiente y a partir del trazado de estas líneas es
posible definir la red hidrológica con el área subsidiaria de una celda
que actúa como «sumidero» (Figura 7.6). A modo general, se puede
desprender de esta sección vertical del terreno, una descripción de
los posibles patrones de drenaje del área donde la cuenca de Llan-
cahue se conecta principalmente en dirección hacia el sector del río
Angachilla y sus humedales adyacentes (Figura 7.1). Además, se pue-
de observar los aportes de drenajes segundarios de las zonas de ma-
yor altitud que bordean el río Angachilla y que concentran los frag-
mentos más grandes de praderas en el área de estudio (Figura 7.2).
127

Figura 7.6. Red de drenaje y cuenca del complejo hídrico Angachilla-Llancahue.

Para determinar el área de contribución, primero se calculó la di-


rección del flujo y la acumulación del mismo, luego se indicó las ubi-
caciones de salida de agua para las que desea determinar las carac-
terísticas del área de contribución. El área de contribución se utiliza
para definir los puntos de fluidez para la cuenca hidrográfica que se-
rán los cruces de una red de arroyos derivados de la acumulación de
flujo. La Figura 7.6 es el resultado de las redes de drenaje presentes en
Valdivia, generadas a partir del MDE y con las cuales se determina-
ron los límites de la cuenca. En el caso del área de estudio, el modelo
de acumulación de flujo (Figura 7.7) indica que la red hídrica concen-
tra su acumulación dentro de la cuenca del río Angachilla, siendo la
cuenca de Llancahue la principal red que lo abastece.
128

Conclusiones
La cuenca de Llancahue, una reserva de bosques nativos del tipo
forestal siempreverde, además de ser la abastecedora de agua pota-
ble para la ciudad de Valdivia, constituye un importante proveedor
y regulador hídrico de los humedales periurbanos y urbanos, espe-
cialmente aquellos que se encuentran asociados a la zona del río An-
gachilla, localizado en la zona sur de Valdivia. Además, es un área
núcleo para la biodiversidad al proveer hábitat para diferentes espe-
cies. En este trabajo una especie analizada fue el rinocríptido (Rhi-
nocryptidae) Scelorchilus rubecula (Chucao), una especie principal-
mente terrestre y emblemática de los bosques valdivianos, que se
desplaza mayoritariamente a nivel del suelo y está fuertemente aso-
ciada bosques densos y sotobosques.

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131

8
Llancahue: experiencias y desafíos
para avanzar hacia el manejo
forestal sostenible en un sistema
socio-ecológico de alta complejidad
Pablo Donoso Hiriart,33 Diego B. Ponce,34 Patricio
Ojeda González (QEPD).34
••
Resumen

E n este capítulo se describen las distintas opciones de manejo en


la cuenca de Llancahue. En el período 2009-2015 se ejecutaron in-
tervenciones silviculturales en los bosques secundarios. Estas inter-
venciones se hicieron con el propósito de incrementar los atributos
de bosques adultos en bosques secundarios. Adicionalmente, se rea-
lizó la intervención de un rodal de bosque siempreverde adulto que
consistió en la aplicación de una corta de selección. Los datos de cre-
cimientos reportados ilustran que estos bosques manejados pueden
proveer muy buenos rendimientos, aparte de continuar proveyendo
una variedad de servicios ecosistémicos.

Introducción
El manejo forestal sostenible en Chile sigue siendo una deuda y
en consecuencia un desafío. Las plantaciones forestales de propie-

33, 34  Instituto de Bosques y Sociedad, Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales,
Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.
34  Ex estudiante de doctorado en la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales.
132

dad industrial se siguen manejando a nivel de rodal (unidades homo-


géneas) y a nivel de territorio sin consideraciones para proveer una
diversidad de servicios ecosistémicos que vaya más allá de la pro-
ducción de madera y fibra, y los bosques nativos, salvo excepciones,
son principalmente «floreados» (se saca lo mejor y se deja lo peor).
Chile sigue en una etapa de su desarrollo forestal muy abundante
en regulaciones que no se traducen en un manejo sustentable de los
ecosistemas forestales. Según Donoso y Otero (2005) el manejo sus-
tentable ocurre cuando al menos se satisfacen los requisitos de a)
mejoramiento de la calidad de vida de la población a través de los
bienes y servicios provenientes de los bosques; b) existencia de una
institucionalidad fuerte tanto pública como privada que resguarda
el cumplimiento de normas modernas que regulan el buen manejo
de plantaciones y bosques nativos, y; c) las plantaciones y los bos-
ques nativos son cuidadosamente manejados de modo de conservar
o mejorar la biodiversidad, la productividad y los servicios ecosis-
témicos que éstos proveen. Una aproximación conceptual moder-
na para avanzar hacia la construcción de un modelo forestal en que
los ecosistemas forestales se manejan en función de proveer múlti-
ples bienes y servicios demandados por la sociedad pasa por enten-
der estos ecosistemas como sistemas socio-ecológicos (SSE). Los SSE
corresponden a sistemas integrados que consisten de componentes
humanos y biofísicos conectados a través de sistemas complejos re-
troalimentados y dependientes (Berkes et al. 2003).
Llancahue es un predio fiscal de 1.277 ha de superficie cuyos lími-
tes corresponden a una cuenca hidrográfica de tamaño medio (ex-
cepto por 50 ha en la parte baja que pertenecen a una empresa pri-
vada de provisión de agua potable). Como predio, Llancahue tiene
su origen en la primera mitad del siglo XX con el fin de proteger una
cuenca fundamentalmente cubierta con bosques nativos para pro-
veer de agua potable a la ciudad de Valdivia (actualmente 160.000
habitantes; Figura 1.3). Entre ese entonces y hoy la cobertura de bos-
ques nativos en Llancahue ha aumentado significativamente mien-
tras que la de sus territorios circundantes ha disminuido en reem-
plazo de plantaciones industriales de Pinus radiata y Eucalyptus sp.
(Medel 2013). En ese contexto, el valor absoluto y relativo de Llanca-
133

hue ha aumentado ya que es la reserva más importante de bosques


nativos de la Depresión Intermedia de la región centro-sur de Chile
debido a su tamaño y buen estado de conservación de los bosques
(Figura 1.3).
El contexto social y territorial de Llancahue posiciona a este pre-
dio precisamente como una unidad socioecológica en que se debe
ordenar su uso y conservación en función de sus atributos, poten-
cialidades y limitaciones. Sin duda que el principal servicio que debe
prestar el predio en la actualidad debe continuar siendo la provisión
de agua para la ciudad de Valdivia (Núñez et al. 2006, Donoso et al.
2014). Sin embargo, el plan estratégico regional 2009-2019 de la Región
de Los Ríos explicita la necesidad de crear el Parque Periurbano Llan-
cahue, de modo que eso posiciona al predio con un rol muy relevante
para el desarrollo del turismo, la recreación y la educación ambiental
especialmente para la Región. La función de Parque Periurbano de
Llancahue no requiere de todo el predio, y es especialmente el sector
suroeste del predio y de la cuenca (Figura 2.3), que concentra los bos-
ques en mejor estado de conservación, el que debe asignarse a este
uso. La restante superficie del predio (aproximadamente dos tercios),
corresponde a bosques secundarios y matorrales o bosques degrada-
dos. Buena parte de esta superficie se propone que sea sujeta a mane-
jo y restauración. Esa proposición es muy coherente con la provisión
de servicios ecosistémicos y el carácter de sistema socioecológico de
Llancahue, ya que el manejo de bosques secundarios debe estar fo-
calizado a incrementar la diversidad estructural de estos bosques jó-
venes, y la restauración de matorrales a recuperar bosques nativos
donde en la actualidad no hay o están degradados. Tanto el trabajo
de manejo y restauración, así como iniciativas en el predio, deberían
idealmente contar con la participación de las comunidades locales.

Los bosques de Llancahue y sus opciones


y desafíos de manejo
Las principales coberturas de bosques de Llancahue incluyen los
bosques adultos dominados por ulmo, tepa y olivillo (BaSv), los bos-
134

ques adultos dominados por coihue (BaNd), y los renovales o bosques


secundarios dominados por coihue (BsNd) y aquellos dominados por
una mezcla de especies siempreverdes (BsMs) (Figura 2.3). Los bosques
adultos tienen altos valores de biomasa, con áreas basales cercanas
a 100 m2 ha-1 (Cuadro 8.1) y árboles cercanos a 50 m de altura y de 2 m
de diámetro a la altura del pecho (d) que tienen edades mayores a los
400 años (Donoso 2002). Los BsNd tienen valores intermedios en vo-
lúmenes o áreas basales y en ellos los coihues dominantes alcanzan
35 m o más. Estos bosques tienen cerca de 90 años de edad (González
et al. 2015). Los BsMs tienen valores más bajos de área basal y sus in-
dividuos dominantes (principalmente canelo, aunque a veces acom-
pañados de trevo y ulmo) algo menos de 20 m en altura. Estos son
bosques de aproximadamente 70 años de edad (González et al. 2015).

Cuadro 8.1. Diferencias en atributos de bosques secundarios y de bos-


ques adultos en Llancahue, y valores del Índice de Bosque Adulto (IBA)
para cada bosque.
Área basal Material Área basal
Densidad Área
árboles Coeficiente leñoso especies
(árbol basal IBA
>80 cm d de Gini muerto tolerantes
ha-1) (m2)
(m2) (Mg ha-1) (m2)
BsMs 4422 55,71 0,00 0,54 9,40 7,62 5,2
BsNd 1468 67,94 9,37 0,66 11,16 2,15 28,4
BaNd 1430 94,85 32,14 0,78 23,62 8,75 68,0
BaSv 872 84,52 30,00 0,70 35,86 48,75 90,6

Estos cuatro tipos de bosques representan estados sucesionales


distintos (Figura 8.1). Los BAMs corresponden a bosques en un avan-
zado estado sucesional, sin la presencia de especies pioneras (aún se
encuentran grandes árboles pioneros de coihue caídos en el suelo), y
corresponden al subtipo forestal de especies tolerantes del tipo fo-
restal Siempreverde (Donoso 2015). El BaNd corresponde a un bosque
transicional hacia una verdadera condición de bosque adulto, y per-
tenece al subtipo forestal con intolerantes emergentes del tipo fores-
tal siempreverde (Donoso 2015). Los BsNd corresponden a la etapa de
«reiniciación del sotobosque» en la clasificación clásica de dinámica
de rodales forestales de Oliver y Larson (1996), y los BsMs a la etapa
de «exclusión fustal» de la misma clasificación. Es decir, en Llanca-
135

hue se encuentran muy bien representadas (con más de 100 ha de su-


perficie en cada caso; Figura 2.3) tres de las cuatro etapas de la diná-
mica de rodales para el tipo forestal siempreverde en un mismo tipo
de sitio: «Inicio de rodal», que en realidad está presente en los ma-
torrales, «Exclusión Fustal», «Reinicio del Sotobosque», y «Bosque
adulto», donde además en la última etapa están las dos sub-etapas:
bosque adulto transicional (con intolerantes emergentes) y bosque
adulto (sin intolerantes emergentes).

Figura 8.1. Distribuciones de frecuencia diamétricas de los cuatro tipos


de bosques principales que se encuentran en Llancahue, según grupo
funcional basado en la tolerancia a la sombra de las especies.1 A: Bosque
secundario mixto siempreverde (BsMs); b: Bosque secundario dominado
por Nothofagus dombeyi (BsNd); c: Bosque adulto con coihue emergentes
(BaNd); d: Bosque adulto Mixto Siempreverde (BaMs).
1600
800 14 14
Intolerante
450
12 a 12
Semitoletrante
b
10 10
400 Tolerante
350 8 8
300 6 6
250 4 4
200 2 2
150 0 0
N° de árboles por hectárea

40
50
60
70
80
90
100
110

50
60
70
80
90
100
110
120
130
140
150
100
50
0
0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

110

0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
110
120
130
140
150
450
12 12
400
10 c 10 d
350
8 8
300
6 6
250
4 4
200
2 2
150
0 0
100
60
70
80
90
100
110
120
130
140
150

60
70
80
90
100
110
120
130
140
150
160
170
180
190
200
210

50
0
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
110
120
130
140
150

0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
110
120
130
140
150
160
170
180
190
200
210

Clase diamétrica (cm)

A pesar de que tipos de bosques secundarios no tienen una gran


diferencia en edad (60-70 años vs. 90-100 años; González et al. 2015),
los mixtos siempreverde están compuestos por especies de más lento
crecimiento que coihue, de modo que corresponden a bosques muy
densos de poca altura y diámetro medio, mientras que los domina-
dos por coihue son bosques que han tenido mayor desarrollo y avan-
ce en la sucesión forestal. Como consecuencia, si se comparan estos
136

con los bosques adultos (BaMs y BaNd), el BsMs tiene apenas un 5%


de condiciones de bosque adulto y el BsNd un 28% (Cuadro 8.1).
Considerando que todos bosques de Llancahue son mixtos en es-
pecies, que es lo que ocurre en la gran mayoría de los bosques de tie-
rras bajas y de altitud intermedia en el centro-sur de Chile, la silvi-
cultura que se realiza en este predio busca conservar esta condición
de bosques mixtos. En el caso de bosques secundarios, éstos con co-
etáneos (BsMs) o tienen un dosel dominante coetáneo con doseles
intermedios e inferiores cuyos árboles son de menor edad, es decir
al menos son bosques bietáneos (BsND). En el caso de los bosques
adultos, éstos son claramente multietáneos. En función de estas ca-
racterísticas, en Llancahue se han manejado aproximadamente 30
ha de BsNd, 25 de BsMs y 12 de BaSv. Estos manejos se describen a
continuación.

Silvicultura en los bosques mixtos de


Llancahue
En los bosques secundarios de ejecutaron intervenciones silvi-
culturales entre 2009 y 2015. Estas intervenciones se hicieron con el
propósito de incrementar los atributos de bosques adultos en bos-
ques secundarios. En primer lugar, se aplicaron los llamados raleos
de restauración, y luego los raleos de densidad variable. Los raleos de
restauración corresponden a intervenciones que tienen como prin-
cipal objetivo incrementar el crecimiento de los árboles residuales
luego del raleo con la finalidad de incrementar la estructura vertical
y favorecer los hábitats para la vida silvestre en vez de sólo focali-
zarse en el incremento del rendimiento maderero del bosque inter-
venido (Keyes 2005, Keeton 2006, Dwyer et al. 2010). En estos raleos
se corta con un poco mayor intensidad el bosque en relación a un
raleo clásico (por ejemplo, un raleo de copas que se aplicaría en este
tipo de bosques), ello con la finalidad de que entre más luz al interior
del bosque y al sotobosque para acelerar la regeneración de especies
de sucesión tardía y mayor luz a las copas de los árboles dominan-
tes para acelerar el crecimiento de los árboles individuales. Además,
137

en estos raleos también se incluye anillar individuos relativamente


grandes para que se transformen en árboles muertos que servirán
como percha para aves rapaces y como fuente de alimento (incluyen-
do el pájaro carpintero) y anidamiento de aves; y generar material
leñoso grueso en el suelo dejando árboles en el piso del bosque en
vez de cosecharlos. Los raleos de densidad variable incluyen el ma-
nejo de la matriz con la misma finalidad de un raleo de restauración,
pero además dejan sectores sin raleo (reservas) y generan pequeños
claros en medio de esta matriz, de modo que también resultan en un
bosque residual con una distribución espacial (horizontal) más cer-
cana a la de un bosque adulto (Figuras 8.2 y 8.3). Cada tipo de raleo
en consecuencia deja un bosque residual que más rápidamente irá
adquiriendo atributos de bosque adulto, y además genera productos
madereros en abundancia que financian la actividad y proveen tra-
bajo (Cuadro 8.2).

Cuadro 8.2. Volumen de leña generado en cada tipo de bosque secun-


dario según tipo de raleo, e ingresos asociados (valor neto por metro de
leña vendido en el predio US$10).
Volumen de Equivalente
Ingreso neto
Tipo de raleo y bosque leña (metros volumen neto
(US$ ha-1)
estéreo ha-1) (m3 ha-1)
BsMs Raleo de restauración 55 37 550
BsMs Raleo de densidad variable 100 67 1000
BsNd Raleo de restauración 74 50 740
BsNd Raleo de densidad variable 200 132 2000

Adicionalmente, la intervención de un rodal de bosques siempreverde


adultos del BaMs consistió en la aplicación de una corta de selección
(Figura 8.3) en que se ensayaron dos niveles distintos de áreas basales
residuales, de 40 y 60 m2 por hectárea. Este tipo de silvicultura gene-
ralmente ha sido vinculada con que favorece el desarrollo de especies
tolerantes a la sombra, pero la hipótesis es que con áreas basales resi-
duales más bajas también se verán favorecidas especies de tolerancia
media, y en este caso en particular ulmo (Eucryphia cordifolia), ca-
nelo (Drimys winteri) y mañío de hojas largas (Podocarpus salignus).
Luego de aproximadamente cinco años desde efectuadas las cortas
la regeneración es abundante y diversa (Donoso 2020a y b) y los creci-
138

mientos anuales periódicos en volumen fustal fluctúan entre 6 y 9 m3


ha-1 año en el BsMs, entre 16 y 19 m3 ha-1 año en el BsNd y entre 5 y 11 m3
ha-1 año en el bosque de selección (Ojeda et al. 2018, Donoso et al. 2020).
Esta información en crecimientos es nueva para Chile, donde hay
muy pocos reportes de crecimientos en volumen salvo para bosques
secundarios no manejados de coihue (Donoso et al. 1999) y de Notho-
fagus en general (Salas et al. 2018), con valores dentro de estos rangos.

Figura 8.2. Raleo de densidad variable en bosques secundarios mixtos


siempreverdes, donde se puede observar un claro o parche de 300 m2
con regeneración y material leñoso muerto, copas secas de árboles que
fueron anillados para generar material leñoso muerto en pie y árboles
percha (principalmente canelos), y la matriz general del bosque que se
encuentra raleado con raleos de restauración, aunque entre medio hay
reservas sin manejo.

Aparte de la ejecución de estas primeras intervenciones en los bos-


ques secundarios, para cada uno se han propuesto varias trayecto-
rias alternativas de sistemas silviculturales, es decir de actividades
de largo plazo (Donoso et al. 2018), incluyendo manejo coetáneo, de
dos estratos y multietáneo, aunque como se señalara anteriormente,
139

la silvicultura en los bosques de Llancahue se focaliza en bosques


mixtos. La silvicultura de selección en bosques adultos consiste en
continuar cortando al final de cada ciclo de corta (estimativamente
entre 10 y 15 años) el área basal (y volumen) para volver al área basal
residual propuesta (probablemente 40 m2 ha-1). La conversión de bos-
ques coetáneos hacia bosques multietáneos mediante raleos de den-
sidad variable, así como el manejo de algunos bosques multietáneos
promoviendo la heterogeneidad de estructuras, están dentro de las
prácticas principales de la silvicultura ecológica (Palik et al. 2021).

Figura 8.3. Raleos de restauración y de densidad variable en bosques secundarios domi-


nados por coihue (izquierda) y mixto siempreverde (centro), y cortas de selección en bos-
ques adultos siempreverde (derecha) en Llancahue.

Conclusiones
El manejo de bosques en Llancahue, así como en muchas áreas
silvestres, se justifica porque a través de éste se puede manipular la
estructura, la composición y el crecimiento del bosque para condu-
cirlo hacia un determinado estado deseado. En el caso de los bos-
ques secundarios y de bosques adultos parcialmente intervenidos en
el pasado se pueden ejecutar manejos que conduzcan a los prime-
ros hacia bosques con mayores atributos de bosques adultos, y que
permitan manejar los segundos de modo de mantener su estructura
multietánea. En este sentido, el manejo de los bosques de Llancahue,
140

y de bosques en altitudes bajas e intermedias, se debería focalizar en


bosques mixtos y, con el tiempo en el caso de los bosques secunda-
rios, en bosques multietáneos. Los datos de crecimientos reportados
ilustran que estos bosques manejados pueden proveer muy buenos
rendimientos, aparte de continuar proveyendo una multitud de ser-
vicios ecosistémicos.

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141

9
Aprendizajes y experiencias en la
gestión integrada y participativa
del turismo de base comunitaria:
acciones en la Reserva Periurbana
Llancahue
Christian Henríquez35
••
Resumen

S e relatan acciones, reflexiones y desafíos en materia de turismo


de base comunitaria (TBC) y gestión integrada y participativa del
territorio. A modo ilustrativo se toma como ejemplo el caso de la Re-
serva Llancahue en la zona periurbana de la comuna de Valdivia, re-
gión de Los Ríos. Bajo el plan «Turismo sustentable de base local como
herramienta de diversificación productiva en Llancahue», se entreteje
un relato descriptivo y procesual de una serie de acciones impulsa-
das por el Comité Académico Llancahue de la Universidad Austral
de Chile que funcionó entre los años 2013 y 2017, desarrollando, en
el recorte temporal de este relato, un trabajo que buscó la participa-
ción e integración «intencionada» de vecinas y vecinos de la locali-
dad Lomas del Sol, colindante con el predio Llancahue. En el periodo
relatado, que comprendió dos años, se realizaron terrenos, reuniones
y acciones con vecinas y vecinos en materia de TBC como estrategia
posible de diversificación productiva, conservación y gestión parti-
cipativa de la biodiversidad, sumando a ello la posibilidad de com-

35  Departamento de Economía y Administración, Facultad de Ciencias Sociales y Económicas,


Universidad Católica del Maule.
142

plementariedad de ingresos en la comunidad local. Se señalan los


logros y dificultades encontradas en este trabajo, y particularmente
el objetivo fue reflexionar sobre las dificultades y desafíos que en-
cuentra la bajada del TBC y la gestión integrada y participativa de la
naturaleza cuando se intenta desarrollar con comunidades caren-
ciadas y prácticamente olvidadas por el actual modelo de desarrollo,
por un lado, y por instituciones y servicios que fragmentan el terri-
torio, por otro lado.

Introducción
Entre los años 2013 y 2017 se articula el Comité Académico Llan-
cahue-UACh, conformado por un grupo de investigadores de diver-
sas áreas del conocimiento, cuyos miembros luego continúan traba-
jando juntos pero al alero del Núcleo TESES,36 y ya fuera de cualquier
responsabilidad de gestión de Llancahue. Confluyen así un diálo-
go sumado a acciones interdisciplinares que, inspirados en la idea
de interconectar investigación científica, conservación del bosque,
co-manejo y desarrollo de base local, se proponen un trabajo integra-
do y de inspiración participativa, tomando como territorio de traba-
jo la reserva periurbana de Llancahue.
En ese marco se ejecuta el plan «Turismo sustentable de base local
como herramienta de diversificación productiva en Llancahue» pro-
puesta articulada desde el Comité Académico Llancahue, el Núcleo
TESES y con apoyo del CEAM,37 todos vinculados a la Universidad
Austral de Chile. La ejecución del plan contó inicialmente con finan-
ciamiento de cinco millones aportados por la Secretaría Regional
Ministerial (SEREMI) de Bienes Nacionales de la Región de Los Ríos,
y, en una segunda fase un Bien Club de la Corporación de Desarro-
llo Productivo Los Ríos de diez millones. El apoyo de estos financia-

36  Núcleo Trasdisciplinario en Estrategias Socioecológicas para la Sostenibilidad de los Bos-


ques Australes. http://www.teses.cl/teses/
37  Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible CEAM-
UACh. https://www.uach.cl/organizacion/vicerrectoria-investigacion-desarrollo-y-crea-
cion-artistica/unidades/ceam
143

mientos, sumado al despliegue de acciones del Comité en este perio-


do, materializó un punto de encuentro entre un proyecto académico
y demandas comunitarias de vecinas y vecinos del Comité Pro Ade-
lanto de Lomas del Sol.
Desde el TBC se inicia un proceso de co-construcción, desde la
identidad local para la construcción de un relato a ser usado con fi-
nes turísticos en un sendero interpretativo de 2,5 kilómetros. En pa-
ralelo se aprovechan trabajos anteriores que ayudan a dar cuenta del
territorio, desde poblamiento del sector hasta la encrucijada de estar
a 22 km del centro de Valdivia y no contar con ningún servicio bá-
sico como agua potable, alcantarillado, energía, salud ni educación,
entre otras.
Estudios previos relatan que el poblamiento que rodea a la reser-
va periurbana de Llancahue, se produciría con ocupantes «chilenos»
en el sector denominado Lomas de Sol. Se trataba de comuneros que
habían llegado a trabajar a fundos de familias de alemanes38 y que,
posteriormente, en los periodos de reformas agrarias (Alessandri
Rodríguez, Frei Montalva y Allende Gossens),39 permanecieron en el
sector. En ese entonces ya algunos de ellos realizaban producción de
carbón vegetal, que les hizo famosos en los años 60 por ser fuente de
calefacción para la ciudad de Valdivia y la región azotada por el te-
rremoto (Ponce y Barrientos 2012).
Al pasar los años, el territorio se va despoblando producto, entre
otras cosas, de la falta de oportunidades y de servicios sociales aso-
ciados a salud, educación, agua, luz, vivienda. Como resultado de
ese despoblamiento del sector, hasta hace unos años atrás al menos
quedaban solamente 24 familias, las que fundan el Comité Pro Ade-
lanto Lomas del Sol (Ponce y Barrientos, 2012). El censo del año 2002
menciona que habían 47 personas y más del 50% de la población se
concentraba en rangos etarios menores de 39 años. El CEA40 (2006)
también señala una población principalmente adulta cuyas edades

38  Familias de colonos alemanes llegados al lugar, como las Kunstmann, Stolzenbach,
Hoffmann y Scheing (Ponce y Barrientos 2012)
39  Son conocidos por haber impulsado y consolidado el proceso de la Reforma Agraria en Chile,
entre 1962-1970.
40  Informe de Asesoría: Plan de Manejo del Fundo Llancahue, para Bienes Nacionales (CEA 2006).
144

se distribuyen entre los 30 y los 50 años (65%).


En el año 2008 el Ministerio de Bienes Nacionales (MBN) entre-
ga a modo de concesión de uso gratuito a la Universidad Austral de
Chile (UACH) el predio Llancahue, por un periodo de 20 años. La fi-
nalidad principal asociada a esta concesión es desarrollar un Plan
de Manejo Integrado de la Cuenca Llancahue, promoviendo de este
modo la conservación de las aguas y de los ecosistemas, así como el
uso público y el desarrollo local (ver Introducción en este libro). En
ese contexto, desde el inicio de la concesión se vislumbra la posibili-
dad de desarrollar ecoturismo en Llancahue y una investigación del
año 2014 (Pérez 2014) detecta que para entonces la comunidad consi-
deraba que se habían generado falsas expectativas relacionadas con
el ecoturismo en experiencias previas.
El objetivo de este capítulo es presentar la génesis de una expe-
riencia sobre TBC, un proceso de intervención acción participante, y
a partir de ello, reflexionar sobre los alcances y desafíos futuros que
encuentra la implementación de planes y estrategias de desarrollo
participativas. En esa dirección se toman los principales hitos y pro-
ductos alcanzados, así como al final se reflexiona sobre las limitacio-
nes encontradas en el proceso de implementación del plan. Se bus-
có que las organizaciones e instituciones involucradas a Llancahue
pudiesen, de manera conjunta, diseñar e implementar acciones que
permitieran impulsar un desarrollo del TBC ordenado en el territo-
rio, de acuerdo a las visiones y necesidades de la misma comunidad.
Esto significaba hacer dialogar a los actores involucrados en virtud
de la conservación y puesta en valor del Parque Urbano de Llancahue
y su zona aledaña.
Este capítulo está organizado en cuatro apartados. Una primera
parte delimita y contextualiza el capítulo de libro. Luego se descri-
be filosofía del TBC. Un tercer apartado está centrado en describir el
contexto socio-territorial de la intervención. Finalmente se presenta
el trabajo realizado, y se termina con algunas consideraciones fina-
les sobre los aprendizajes que dejó esta experiencia.
145

Estrategia de las acciones


La metodología de este escrito es descriptiva, procesual y reflexi-
va. La forma de entrada al territorio, así como la ejecución del plan,
se inspiran en la investigación-acción-participativa que tiene como
principio básico el involucramiento directo de la población local en
todo el proceso de que dure la investigación (Seixas 2005, Skewes et
al. 2012). La investigación acción encuentra un contexto favorable
cuando las y los investigadores no quieren limitar sus investigacio-
nes a los aspectos académicos y burocráticos de la mayoría de las in-
vestigaciones convencionales. Por el contrario, quieren pesquisas en
las cuales las personas implicadas directamente tengan algo que de-
cir y hacer (Seixas 2005). Con este enfoque de acción participante, el
investigador principal de este texto busca desarrollar un papel acti-
vo en la realidad de los hechos observados, así como también recono-
cer y dar valor a otras formas de saber. A su vez, estas otras formas de
saber se articulan con otras formas de conocimiento (científico y re-
ligioso) a fin de dar sentido a la experiencia cotidiana (Skewes 2004,
Skewes y Guerra 2004). Para el caso de este capítulo, la fase descrip-
tiva y procesual se divide en cuatro momentos: a) primeros acerca-
mientos, b) implementación de idea, c) quiebre y distanciamiento y
d) reflexión. La reflexión está marcada por la experiencia resultante
de los propios autores e involucrados en el proceso de implementa-
ción del plan.

Filosofías del Turismo de Base Comunitaria


Es a partir de la crítica que emergen alternativas o posibilida-
des de reaprender y repensar de otro modo la acción. Como escribe
Florit: «es a partir de la crítica a la agricultura moderna que otras
prácticas en la producción de alimentos han emergido como alterna-
tivas»(2004: 99). El fenómeno del turismo ha pasado por un proceso
similar; en efecto, es un hecho que, con base en la crítica al turismo
convencional (masificado, por ejemplo, el de sol y playa), otras for-
mas de turismo «rural» aparecen como una alternativa (Henríquez
146

et al. 2010, Sampaio et al. 2011).


El TBC se sitúa como una propuesta reciente en la historia econó-
mica del turismo en Chile (Pilquiman y Henríquez 2014). Sus inicios
surgen como expresión de respuestas locales frente actividades pro-
ductivas que amenazaban con posibles conflictos socioambientales
que impactan de manera directa en otros ámbitos como aquellos
socioculturales y sociopolíticos (Coriolano, 2007). Dichos conflictos
son muchas veces producidos por un modelo hegemónico de organi-
zar la actividad turística bajo un prisma eminentemente neoliberal,
economicista, individualista y utilitarista (Sampaio 2005, Henríquez
et al. 2010), es decir, se privatizan ganancias de corto plazo y se socia-
lizan perjuicios de mediano y largo plazo (Sampaio 2005).
A diferencia del turismo convencional, el TBC abre la mirada y el
enfoque de pensar y actuar en turismo para el siglo XXI, transitando
de un enfoque de industria turística propio de la economía clásica
y la administración de ideología competitiva, para una mirada del
turismo como fenómeno humano y no humano. Así el TBC invita a
un proceso de reflexión crítica que se nutre, a partir de miradas con-
temporáneas que incorporan una visión territorial de perspectiva in-
tercultural, acompañada de un enfoque inter y transdisciplinario y
de integración intergeneracional. Son estos conceptos con los que se
intenta dialogar y proponer cuando se organiza la actividad turística
en destinos emergentes con alto valor cultural y presencia de pueblos
originarios (Skewes et al. 2012)
En este escenario el TBC apunta a contribuir con aquellas comu-
nidades rurales y originarias generalmente olvidadas por el modelo
actual de desarrollo (Sampaio 2005, Henríquez 2007), promoviendo
la participación mediante procesos de planificación descentraliza-
dos y asociativos en materia de turismo y desarrollo de base local. En
otras palabras, el TBC viene a humanizar el turismo, sea este urbano
o rural.
El TBC invita a pensar en lo que tenemos y lo que podemos hacer
con ello de otro modo. Se trata de comprender que los seres humanos
y no humanos que hoy habitan, e históricamente han habitado estos
territorios reclaman participación, son materia que vibra y en pala-
bras de Bennett (2010): deben ser parte de los procesos de toma de de-
147

cisiones sobre cuestiones sociopolíticas, socioeconómicas, sociocul-


turales y socioambientales que les afectan directa e indirectamente.
El TBC permite comprender que la defensa del territorio en la am-
plitud del concepto, no solamente es importante para el bienestar
futuro de los pueblos originarios sino también para una reorienta-
ción más amplia de las culturas humanas y sus economías. En este
sentido, este turismo como fenómeno humano brinda la posibilidad
de construir y vivenciar experiencias desde una ética del territorio
fundada en la reciprocidad y el respeto por la alteridad (Pilquiman y
Henríquez 2014).
El estudio del TBC ha aumentado en Chile, Brasil y Latinoaméri-
ca en general (Henríquez 2014). Con el tiempo se ha venido comple-
jizando el fenómeno, introduciendo nuevos elementos, nuevas mira-
das, ocupando diversos espacios intelectuales, institucionales y de
la sociedad civil, muy variados entre ellos. Así se han incorporado
perspectivas teóricas y metodológicas trans-escalares (diversas es-
calas territoriales en interacción), intergeneracionales (diversas ge-
neraciones en interacción), interculturales (heterogeneidad y diver-
sidad cultural), e inter y transdisciplinares (diversas disciplinas en
interacción). Ello ha ocurrido junto a la observación y aprendizaje
desde la práctica cotidiana del TBC (investigación acción participan-
te), esto es, desde el acompañamiento de iniciativas de base local,
pequeñas y humildes organizaciones e iniciativas familiares e indi-
viduales.
Desde la perspectiva de quien visita, el espíritu del TBC no solo
consiste en buscar nuevos paisajes, sino que también en re-aprender
a mirar los detalles de las diversas cotidianeidades que habitan te-
rritorios. Es una invitación a cruzar a la vereda de enfrente y mirar
como se ve desde el otro lado, desde quienes viven en los paisajes que
visitamos como turistas y que ciegamente no vemos, o no queremos
ver, en nuestro afán miope por vacacionar. Esto requiere compren-
der al TBC no solo como una nueva manera de hacer negocios, sino
como un nuevo modo de aprender a ver, ser, hacer y estar (Henríquez
2014). Es así como el TBC, para merecer ese nombre, debe tener como
sello diferenciador el más profundo respeto por la integridad, la in-
dividualidad, la dignidad, la discreción y la privacidad de las y los
148

residentes de los lugares que se visitan.


En el ámbito del desarrollo, el TBC es una invitación a un pacto
territorial amplio entre la sociedad civil organizada, comunidades
locales, sector público y sector privado por desarrollar un turismo
distinto, con identidad, pertenencia y pertinencia cultural y con el
mayor respeto por el medio ambiente, la cultura e identidad local
sin «folclorizar» ni «turistificar» ese patrimonio, y dejando los be-
neficios económicos distribuidos de manera equitativa entre las y los
miembros de las mismas comunidades. Desde el punto de vista es-
tratégico, el TBC se vale de la vitrina que representa el sector turismo
en la actualidad, lo que significa que se apropia de la racionalidad
económica, pero no del cálculo de consecuencias meramente indi-
viduales, lo que se traduce en ganancias colectivas (Sampaio et al.
2011) y beneficios territoriales para los destinos que optan por esta
modalidad de turismo.
El TBC es una oportunidad para conocer y darse a conocer con-
servando el metabolismo propio del modo de vida local donde se de-
sarrolla, generando ingresos complementarios respetando la biodi-
versidad, contribuyendo con las organizaciones y dinámicas de base
local de acuerdo a las capacidades de carga biofísicas y bioculturales
para ser sustentable en el tiempo. Decimos que el TBC es una estra-
tegia concreta de pensar otro desarrollo y porque no otra economía.

Llancahue: de la llegada de las


plantaciones a los intentos por un
turismo de base comunitaria
Las características biofísicas del pedio Llancahue, así como el
vínculo más directo con la ciudad de Valdivia mediante la provisión
de agua potable, han sido ya descritas en el Capítulo 1. Ellas le dan
el contexto territorial a este capítulo que aborda un aspecto del po-
tencial desarrollo socioeconómico de la localidad de Lomas del Sol,
vecina a Llancahue (Figura 1.6).
Las primeras familias arribaron a este lugar en la primera mitad
del siglo 20, estableciendo relaciones familiares, sociales y producti-
149

vas muy atadas al lugar, pero nunca desprendidas del todo de Valdi-
via. Esta territorialidad se produjo en un espacio colindante con el
bosque nativo de Llancahue, que se convertiría en una reserva para
la conservación en el año 1930 bajo la figura de predio fiscal (propie-
dad pública) (Mora et al. 2019)
A partir de los años ochenta, llegan al territorio las empresas fo-
restales a comprar predios y establecer plantaciones de pino princi-
palmente (Medel 2013). Es justamente con esta impronta del modelo
forestal chileno y su expansión, con mucha fuerza desde los años 80
en adelante, que Lomas del Sol comienza a ir quedando en una en-
crucijada, en la expansión del modelo forestal de pino y eucaliptos,
por un lado, y con la reserva Llancahue por el otro. Este proceso, des-
encadenó un drástico y repentino cambio en los usos de suelos y con
ello una transformación socio-territorial (Mora et al. 2020)
Actualmente Lomas del Sol se sitúa entre el predio fiscal Llanca-
hue y un bloque de plantaciones forestales, lo que la hace un intere-
sante caso para reflejar las dinámicas, las transformaciones socio-
territoriales y espaciales, y las intenciones de desarrollar un TBC en
contextos desfavorables y marcados por el monocultivo por una par-
te y la conservación por otra (Henríquez y Pacheco 2017, Mora et al.
2020). A la fecha de esta intervención el comité de Adelanto Llanca-
hue estaba compuesto por 24 familias. El comité se constituye jurí-
dicamente desde 1997. La principal actividad económica de las fami-
lias de la comunidad es la extracción de leña para la venta o para la
elaboración de carbón artesanal. En menor medida, hay alguna ac-
tividad agropecuaria de muy pequeña escala como huertos e inver-
naderos, así como la crianza de aves, cerdos, corderos y vacunos. Por
otra parte, los niveles de escolaridad son bajos, sin superar el octavo
básico en casi todos los casos (Ponce y Barrientos, 2012). Adicional a
esto, la escuela rural cerró por falta de estudiantes y los campesinos
no cuentan con servicio de salud, agua potable, saneamiento básico
ni electricidad (Pacheco y Henríquez 2016).
La cuenca Llancahue estuvo abandonada luego de la privatiza-
ción del servicio de provisión de agua potable a inicios de los años
90s (desde ESSAL a Aguas décima), hasta que en el año 2008 fue en-
tregada en concesión a la Universidad Austral de Chile (UACh) por
150

un período de 20 años. Desde allí, la UACh inició un proceso de mejo-


ramiento de la conservación de la cuenca de Llancahue, con el objeti-
vo de velar por un equilibrado abastecimiento de agua, conservación
del bosque adulto y atender las necesidades de la comunidad local,
incluyendo el manejo de bosques secundarios (Moorman et al. 2010,
Moorman et al. 2013, Donoso et. al. 2014).

Plan de Turismo sustentable de base local


como herramienta de diversificación
productiva en Llancahue
Los años 2015, 2016 y 2017 fueron años de pensar y diseñar pro-
puestas económicas que generaran desarrollo para la reserva Llan-
cahue como para su zona de amortiguación. Se buscó fortalecer y
diversificar el modelo propuesto hasta entonces, que incluía en for-
ma importante el manejo de bosques en superficies anuales de 10
hectáreas de modo de trabajar con vecinos y vecinas en la gestión
del predio. Reuniones con la directiva de Lomas del Sol posibilitaron
participar de los encuentros mensuales ampliadas del Comité Pro
Adelanto Lomas del Sol. En este espacio, se dio la posibilidad de co-
mentar experiencias de TBC de otros territorios y cómo esta modali-
dad de turismo podría ser beneficiosa para el territorio de Llancahue
y Lomas del Sol.
A finales de 2015 e inicios del 2016 las personas del Comité mani-
festaban indiferencia sobre trabajar en turismo, ya que desde hace
siete años percibían al turismo como una actividad relevante pero
lejana, que es lo que ya se había detectado antes Pérez (2014), dado
que ellos no contaban con los conocimientos necesarios para reali-
zarla (Pacheco y Henríquez 2016). Además, señalan que temas bási-
cos como acceso, agua potable y energía eléctrica lo imposibilitaban.
151

Cuadro 9.1. Iniciativas desarrolladas junto al Comité Pro Adelanto Lomas


del Sol para avanzar hacia el Turismo de Base Comunitaria en Llancahue.
Acercamientos y participación
Identificación de principales
Mayo a Noviembre 2015 en reuniones Comité Adelanto
demandas comunitarias
Lomas del Sol
Implementación de Sendero
Noviembre a Marzo 2016 Primeras acciones en TBC
Interpretativo
Diseño de oferta de
vivencias de turismo;
Marzo a Diciembre 2016 Acciones de trabajo conjunto
instalación de paneles
solares en sede comunitaria
Prueba y testeo de la oferta en Plan de gestión de territorial
Enero a Mayo 2017
la fiesta de los Hongos. Llancahue 2017-2022.
Acciones en marco de Capacitación de una guía
Mayo a Diciembre 2017 programa de TBC Los Ríos, local con producto diseñado
proyecto FIC-16 y testeado
Fuente: Elaboración Propia

Luego de un intenso trabajo de cinco meses que se plasma en el «Plan


de Gestión Territorial de Llancahue 2017-2022: senderos hacia el eco-
desarrollo y la diversificación productiva», este imaginario sobre la
lejanía del turismo es revertido (Pacheco y Henríquez 2016). Esto se
logra gracias a una serie de actividades relacionadas a los senderos
interpretativos de Llancahue, cuyo resultado principal fue la im-
plementación de la Ruta Patrimonial Lomas del Sol, compuesta por
ocho estaciones más infraestructura de sendero (Figs. 9.1 y 9.2). Den-
tro del sendero, en un recorrido de 2,5 kilómetros por el bosque na-
tivo, es posible apreciar árboles catedrales de 500 años como el gran
coihue. En este trabajo la comunidad pudo contar con oportunida-
des de formación en torno al uso turístico del bosque, establecien-
do relatos que despierten los sentidos sensoriales de quienes visitan.
El guiado más el relato posibilitaría ingresos como guías locales, lo
que además podía complementarse con preparación de servicios de
alimentación en base a productos locales, lo que llevó a revertir el
imaginario inicial (Henríquez 2016, Pacheco y Henríquez 2016). Esto
se fortalece sobre todo cuando se logra vender el primer paquete tu-
rístico el 18 de noviembre de 2016, que incluía el guiado por el Parque
de Llancahue y servicio de almuerzo. El grupo dedicado al turismo
del Comité Lomas del Sol pudo organizarse para gestionar productos
turísticos mediante capacitaciones sobre guiados locales, interpre-
152

tación del patrimonio, diseño de productos turísticos y comerciali-


zación (Pacheco y Henríquez 2016). Estos temas fueron tratados en
cinco talleres desarrollados entre julio y noviembre de 2016.

Figura 9.1. Ubicación de la Ruta Patrimonial en Llancahue, frente a la


sede del Comité Pro Adelanto Lomas del Sol, indicando el nombre de
cada una de las estaciones que resaltan aspectos sobre los bosques, la
fauna, las tradiciones locales y la investigación.

En paralelo, el mejoramiento del camino (asfaltado primer semes-


tre 2016), y la intervención realizada por el equipo UACh en mate-
rias de conservación de base comunitaria del bosque, fue posible or-
denar el uso turístico del territorio. Sin embargo, las oportunidades
de empleo aún siguieron siendo muy pocas, ya que las actividades
de extracción de leña y producción de carbón han sido mayormen-
te realizadas por hombres, aunque en el caso de Llancahue existie-
ron excepciones. Estas escasas oportunidades llevaron a que muchas
personas buscaran empleo fuera de Llancahue y emigraran a la ciu-
dad. Según Donoso et al. (2014), los residentes locales producen car-
bón y leña como sus principales actividades económicas, y mencio-
nan que en la comunidad no existen oportunidades de empleo, sino
trabajos esporádicos asociados a la actividad forestal. La mayoría de
las familias han cosechado leña y no replantado en sus propiedades.
153

En este sentido, la conservación junto al TBC posibilita la participa-


ción más activa de la mujer en un sector productivo en el que su rol es
fundamental. La calidez y trabajo colectivo entre mujeres posibilita
en muchos territorios rurales que exista una oferta complementaria
de trabajo. El proceso para Llancahue abrió la posibilidad para que
mujeres también tuviesen oportunidades de desarrollo.

Figura 9.2. Señalética de acceso al predio Llancahue (arriba izquierda), de la


ruta patrimonial Sendero Lomas del Sol (arriba derecha) y de la estación 1, que
muestra también gente desplazándose por el sendero de 2,4 k de largo (abajo).

Al momento de ejecutar el plan de gestión de Llancahue, las fami-


lias ya contaban con actividades productivas relevantes en torno al
manejo forestal, producción de carbón y actividad agropecuaria a
pequeña escala, las cuales debían potenciarse en un desarrollo te-
rritorial inclusivo que facilitara la conservación de los ecosistemas
mediante prácticas socioambientalmente responsables y activida-
des socioproductivas pertinentes al territorio. Para esto, es de suma
relevancia además diversificar las actividades productivas y generar
sinergias con nuevas alternativas que faciliten la puesta en valor de
la conservación del patrimonio. El turismo, planificado y organizado
desde la base comunitaria, es un sector productivo entendido como
154

satisfactor sinérgico para apostar por niveles crecientes de autode-


pendencia y articulación orgánica entre seres humanos, tecnología y
naturaleza (Max-Neef 2005).
Durante el periodo de ejecución del plan, el grupo de turismo del
Comité Pro Adelanto Lomas del Sol que estaba compuesto por siete
personas, logró capacitarse en guiados locales, y organizarse para
brindar el servicio de alimentación para grupos. Sin duda, la nece-
sidad de nuevas iniciativas familiares es un gran desafío a la hora
de diversificar la economía local y complementarla con el TBC. Sin
embargo, para que esto sea efectivo en el mediano plazo, se requiere
de constantes esfuerzos en materias de capacitación, asesorías en
la puesta en marcha de nuevos servicios, instalación de infraestruc-
tura dentro de Llancahue (miradores, pasarelas etc.), mejoramien-
to de la accesibilidad (pavimentación del camino) y habilitación del
servicio de electricidad para la comunidad (Pacheco y Henríquez
2016). El co-manejo se define como una alianza entre múltiples acto-
res (Moorman et al. 2013) que mantienen intereses sobre un territo-
rio en específico. En esa línea, en Llancahue instituciones tanto del
sector público, privado más la comunidad local, venían trabajando
en estrategias de ecodesarrollo para Llancahue (Donoso et al. 2014).
Si bien fueron acciones estratégicas y exitosas, se necesita fomentar
las sinergias entre las distintas intervenciones territoriales en Llan-
cahue.

Consideraciones Finales
El proceso histórico de uso y apropiación, por parte de empresas
forestales, de la zona de amortiguación del predio Llancahue es lle-
vado adelante sin considerar a una pequeña población de colonos
chilenos que fundan el poblado Lomas de Sol, trabajos previos dan
cuenta de este hecho (Ponce y Barrientos 2012, Pacheco y Henríquez
2016, Motta y Henríquez 2018). En contraste, el proceso en la reserva
Llancahue aquí relatado, trató no solamente de planes de conserva-
ción, co-manejo del bosque y TBC, sino que se abrieron posibilidades
de generar un proceso de gobernanza a partir de un diálogo hacia di-
155

versificación productiva que se entreteje a partir de intentos de cons-


truir un plan participativo de TBC propuesto y trabajado de manera
participativa en el territorio (Pacheco y Henríquez 2016).
Se justificó en el texto la posibilidad de abrir el predio Llancahue
y ponerlo en valor para una actividad de turismo con administra-
ción local, esto es, turismo de base comunitaria. En esa dirección
se puso en valor una ruta patrimonial de la Selva Valdiviana, con
árboles catedrales donde la propuesta fue abrir el bosque a los sen-
tidos de quien lo visita y a su vez entregar información a lo largo de
las estaciones sobre la importancia de los estudios y conservación
de los bosques templados, resaltando la importancia y los atributos
comparativos del bosque de Llancahue. En esa dirección se buscó la
posibilidad de aumento del ingreso familiar mediante nuevas activi-
dades, pero bajo un enfoque que facilitara la conservación ecológica
y de modos de vida, la educación ambiental y la participación en la
toma de decisiones sobre el territorio. En este caso, el TBC, por sus
características propias asociadas al uso del patrimonio para su con-
servación y puesta en valor, permite potenciar sus sinergias con las
actividades productivas ya existentes, que son la base fundamental
de la experiencia turística en Llancahue.
En este caso, el TBC en Llancahue se vio como una alternativa
para complementar las actuales actividades de conservación, pro-
ducción de leña, producción de carbón y producción agropecuaria,
tradicionales entre la gente de Lomas del Sol. Esto además tuvo como
objetivo facilitar un proceso de planificación territorial centrado en
las interacciones de estas distintas actividades, fortaleciendo la plu-
riactividad en contexto de agricultura familiar campesina, en rela-
ción a las buenas prácticas productivas (capaces de convivir con el
estado de conservación del patrimonio cultural y natural).
La creación del Parque Periurbano Llancahue aparece como un
objetivo de la Estrategia Regional 2009-2019 de la Región de Los Ríos
(Gobierno Regional Región de Los Ríos 2009). En este contexto se in-
sertó el intento de haber desarrollado TBC en Llancahue junto al Co-
mité Pro Adelanto Lomas del Sol. Aparte de las limitaciones encon-
tradas, habría sido, o sería (en caso de que a futuro alguna alianza
permita desarrollar este «Parque») de suma importancia habilitar
156

la infraestructura necesaria con inversión público–privada, para el


desarrollo del Parque periurbano Llancahue. Claramente, es suma-
mente necesario contar en el mediano plazo con un ordenamiento
territorial de Llancahue que facilite las sinergias entre la conserva-
ción del bosque y las actividades productivas asociadas, ya sean fo-
restales, agropecuarias, científicas o turísticas. Este plan de gestión
que incluyó el TBC fue un primer intento para ello.

Agradecimientos. Me gustaría agradecer a Roberto Morales Urra,


por lo que caminamos y por lo que motivó a caminar y comprender,
además de leer y hacerme comentarios sobre este artículo. Un agrade-
cimiento especial a la Sra. Silvia Astete, de Lomas del Sol, su espíritu
de superación y compromiso hicieron que este trabajo valiera la pena.

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APORTES PARA EL DESARROLLO
SOSTENIBLE DE SISTEMAS
SOCIO-ECOLÓGICOS

.
161

10
Educación y compromiso
con el entorno: un desafío
transdisciplinario
José J. Núñez,41, 42 Ingrid Rost43, 44
••

Resumen

E n este capítulo se hace una exploración de las premisas episté-


micas de la educación, considerada convencionalmente como el
mecanismo que utilizan las sociedades para transmitir cultura, va-
lores, habilidades y conocimientos de una generación a otra. Nuestra
visión contrasta con una sociedad sostenida sobre ideas occidentales
y neoliberales de desarrollo socio-económico, las ha permeado puni-
tivamente en el sistema educacional y que promueven la formación
masiva de profesionales eficientes como obreros y titánicos en la di-
mensión de su huella ecológica. Sobre esta base, se plantean como
desafíos pendientes el reconocer la irreductibilidad del proceso
educativo, promoviendo el desarrollo de metodologías de enseñan-
za-aprendizaje que respondan a las necesidades de los estudiantes
en consonancia con el entorno. De este modo, se presenta la observa-
ción de la realidad educativa como un todo, vinculado a los sistemas

41  Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas, Facultad de Ciencias, Universidad Austral de


Chile.
42  Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible, CEAM.
Universidad Austral de Chile.
43  Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible, CEAM.
Universidad Austral de Chile.
44  Programa de Magister en Desarrollo Rural, Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Aus-
tral de Chile.
162

familiares, sociales, culturales, históricos y naturales, con un abor-


daje epistemológico que comprenda al ser humano como parte con-
formante de la Naturaleza y que resguarde las interconexiones entre
los seres humanos y las demás formas de vida.

Premisas epistémicas de la educación en


los Estados Modernos
La educación, formal o informal, es en su esencia el mecanismo
que utilizan las sociedades para transmitir cultura, valores, habili-
dades y conocimientos de una generación a otra (Waissbluth 2018). Si
bien es una práctica propia de la dimensión humana (Böhm y Schie-
felbein 2008), el proceso educativo responde a un objetivo superior y
a largo plazo que es entregar herramientas para la búsqueda conti-
nua por parte del humano de nuevas maneras de pensar, sentir, ac-
tuar y abordar la realidad (Yanes-Guzmán 2015). En este sentido, una
educación impartida adecuadamente debería permitir la permanen-
te transformación del conocimiento, promoviendo a través de esta
transformación, la reflexión, la autoexaminación y la autocrítica so-
bre el mismo acto de educar y ser educado.
No obstante, basta hacer una pequeña exploración en los funda-
mentos de los sistemas educativos actuales para descubrir que la ca-
racterística más sobresaliente de la educación se basa tautológica-
mente en la preconcepción que se tiene de ella (Taeli-Gómez 2010). Se
configura así una educación conductista como sinónimo de «adies-
tramiento», «capacitación», «preparación», «instrucción para el
futuro», conceptos incapaces de dar cuenta de la multidimensio-
nalidad del proceso educativo y sin embargo, muy apropiados para
describir las ideas detrás de las decisiones y programas destinados
a disciplinar y regir la escolarización de masas de acuerdo a las ne-
cesidades de los Estados Modernos, insertos en la lógica del merca-
do y el capitalismo (Zheleznyak 2013). Por lo demás, este paradig-
ma educativo se cimienta en una visión mecanicista del universo (el
gran paradigma de Occidente) formulado por René Descartes hace
163

más de 370 años y fundamentado en los principios supra lógicos de la


disyunción (el principio de separación) y la reducción (el principio de
unión). Es decir, para comprender la realidad, o bien se separa lo que
está ligado, o bien se unifica lo que es diverso.
Desde esta perspectiva se entiende que el objetivo de la educación,
como dispositivo situado en los establecimientos escolares, consista
en modelar sistemáticamente las conductas y habilidades de los edu-
candos para que estos se desenvuelvan en campos altamente técni-
cos, mecanicistas y lineales. Así, las virtudes deseables y garantes del
futuro bienestar económico y de sobrevivencia son la memorización,
el profesionalismo, la astucia, y la autoaserción agresiva. Esta visión
reduccionista de la educación moderna es el reflejo del momento
histórico que vivimos, en donde el precio de mercado ha oscurecido
otras formas de asignación de valores (Maya 2014, Waissbluth 2018) y
obedece por cierto, a la necesidad de la sociedad de proveerse de un
sistema de ideas suficiente para que sus propias doctrinas y paradig-
mas tengan sostén y legitimidad social. Como corolario sarcástico,
se ha convenido que la escolarización mecánica y conductista para
las masas es la forma más adecuada de educar a niños y jóvenes, fu-
turos trabajadores de las sociedades capitalistas y neoliberales que,
tal como los delta y los épsilon de Aldous Huxley (1932), no necesitan
mucho más que el adiestramiento para la función que están destina-
dos a cumplir durante toda su vida.
Así, en nuestra sociedad sostenida en el sistema de ideas occiden-
tales, ha sido inevitable que se hayan anquilosado y perfeccionado
condiciones políticas que promueven un modelo económico y de uso
indiscriminado de los recursos naturales, cuyo sistema de producción
intensivo fomenta además la competitividad rasa y la pérdida del va-
lor intrínseco de cada individuo en el grueso de la población. Este en-
foque neoliberal de desarrollo socio-económico ha permeado puniti-
vamente al sistema educacional, definiendo un perfil sui generis de lo
que se entiende por un educando y un ciudadano normal. Ciertamen-
te con ello se margina y exilia a un alto porcentaje de estudiantes que
«no logran adaptarse» a los parámetros de la institucionalidad para
la formación masiva de profesionales eficientes como obreros, inhu-
manos como jefes y titánicos en la dimensión de su huella ecológica.
164

Bajo esta lógica de eficiencia productiva, no hay acuerdo acerca


de la pertinencia de las horas lectivas en cursos que promuevan la
reflexión (ej. Historia, Filosofía) en la formación general común, aun-
que sean necesarias y aporten significativamente al desarrollo del
pensamiento crítico, lógico y científico (Consejo Nacional de Educa-
ción, Resolución Exenta N°47 12 de febrero de 2018). Por otro lado, la
verticalidad en las relaciones profesor-estudiante es un espacio de
poder que deviene fácilmente en violencia bilateral, falta de interés,
apatía y empobrecimiento del desempeño. Como resultado, el res-
ponsable del proceso de aprendizaje (el profesor) entrega un conoci-
miento predeterminado por la institucionalidad educativa y el edu-
cando lo recibe para agregarlo a su conocimiento existente, pero lo
nuevo aprendido no cambia las percepciones, valores y supuestos del
mismo. En términos de Freire (1970), si bien formalmente se logra sa-
tisfacer el cumplimiento de los objetivos propuestos de acuerdo con
la planificación de clases, esta recepción de conocimiento no resulta
significativa, es más bien un acto reactivo, sin apropiación ni empo-
deramiento (Figura 10.1).

Figura 10.1. Conductismo y aprendizaje significativo. El primero consiste


en cambiar lo que se hace: se puede solucionar un problema haciendo algo
diferente sin necesidad de cuestionar ni cambiar lo que se piensa o lo que se
es. El aprendizaje significativo se da no cuando se hace algo diferente sino
cuando se cambia la forma de pensar, es decir, para solucionar el problema
se requiere cambiar creencias, presuposiciones y principios.

Razonamiento Objetivos
Resultados
Reflexivo y Técnicas

Cambia nuestra conducta


Conductismo
Cambian nuestros modelos mentales

Aprendizaje significativo

Se estudia para lograr una calificación, bajo el temor de que, si no


se estudia se reprueba la asignatura, no se logrará entrar a la univer-
sidad, no se obtendrá el título profesional o no se conseguirá rankear
165

al egreso para tener un buen empleo; en definitiva, estudiar se trans-


forma en un acto reactivo en función de la mecánica del sistema
económico, social y cultural para asegurar el futuro. De acuerdo a
Yanes-Guzmán (2018), esta debilidad paradigmática ha generado y
retroalimentado un ejercicio de la profesión docente cada vez más
ineficiente y alejado de toda ética.
A menudo también la experiencia en las prácticas educativas
hace que los profesores se predispongan respecto a los estudiantes
que deben educar. Por ejemplo, si los estudiantes responden bien y
cumplen los objetivos de aprendizaje esperados, se mantiene o in-
cluso aumenta la exigencia y el interés docente. En el caso inverso,
el profesor puede bajar las exigencias para disminuir la tasa de re-
probación y aumentar el porcentaje de estudiantes que cumplen el
objetivo, pero nada cambia en lo sustancial. Probablemente el apren-
dizaje sea nulo. Como patético resultado, los fundamentos que sub-
yacen tanto al problema (cumplir con la tasa de aprobación) como a
la solución (bajar la escala de exigencia) no se cuestionan y se perpe-
túa el status quo.

En el valle de lo urgente y lo esencial:


la educación y el desarrollo sostenible
Lo complejo es un atributo de la realidad. Para el sociólogo y fi-
lósofo francés Edgar Morín, el pensamiento moderno sufre de la
patología de una hiper-simplificación que nos ha vuelto ciegos a la
complejidad de lo real. Este autor (Morín 2005) señala que una ense-
ñanza apropiada y con miras al futuro debiera saber contextualizar,
globalizar y multidimensionar el conocimiento, es decir, facilitar el
aprender a pensar complejamente para saber enfrentar los proble-
mas socio-científicos, socio-culturales y socio-ambientales de nues-
tro entorno, ya que estos son de naturaleza compleja. Enfrentar esta
encrucijada implica realizar cambios sustanciales que permitan ge-
nerar las condiciones para que los estudiantes y futuros tomadores
de decisiones desarrollen una postura subversiva frente a la realidad
impuesta. La educación para la sostenibilidad de la vida planetaria
166

supone obligatoriamente un abordaje epistemológico que compren-


da al ser humano como parte conformante de la Naturaleza y que
resguarde las interconexiones entre los seres humanos y las demás
formas de vida. La vida misma es un desafío transdisciplinario que
hay que saber integrar para salvaguardar la gran biodiversidad con
la que estrechamente coevolucionamos (Collado 2016).
Sabemos que el desarrollo sostenible implica una formación hu-
mana orientada a respetar los límites físicos y biológicos estableci-
dos por los ecosistemas naturales (Collado 2017). La conclusión lógica
apunta a la necesidad de abordajes transdisciplinares en la formación
humana y que puedan contribuir a revertir la insostenibilidad plane-
taria y a minimizar la huella ecológica y social de la humanidad en
el siglo XXI. La integración activa de la educación en cuanto al cui-
dado y respeto al medio ambiente requiere enfrentar con urgencia la
actualización de un sistema de ideas que sitúa la Naturaleza como
algo que existe para el ser humano. Tal visión obsoleta del mundo se
engarza con otra similar, emanada desde el sistema económico im-
perante, que somete a la Naturaleza y los comunes (al igual que a la
educación) a la triste categoría de bien apropiable o un recurso del
que puede disponer, explotar, descuidar e incluso destruir impune-
mente (Jiliberto-Herrera 2001). Si hemos arrastrado hasta nuestros
días un sistema de reproducción de ideas decimonónico en materia
educativa, también lo hemos hecho en materia económica y ambien-
tal, imperando la creencia de que los recursos naturales son infinitos.
Los conflictos con una economía centrada en el crecimiento y la
tecnología, los impactos sobre las especies y los sistemas naturales
exigen profundos cambios en los valores sociales y educativos. El
Acuerdo de París sobre el cambio climático global ha sido un paso
clave para el reconocimiento de los límites biofísicos de las accio-
nes humanas sobre la biósfera, pero la ciencia ha intentado sin éxi-
to resolver esta necesidad (Martin et al. 2016). Consecuentemente la
educación debe adoptar una visión proactiva que abarque todos los
sistemas, impulsados o no por actividades humanas. Esta visión de-
bería centrarse en conciliar las necesidades humanas con la capaci-
dad del planeta para sostener la diversidad de la vida a largo plazo,
reconociendo que, en un mundo que pronto albergará a 10 mil millo-
167

nes de seres humanos, las actitudes humanas están en la raíz tanto


del problema como de la solución.

La educación superior desvinculada del


entorno: oscurantismo racional en la
sociedad actual
En la universidad el desempeño docente se mide esencialmente
por el grado de especialidad del profesor. Consecuentemente, éste se
encuentra forzado a permanecer dentro los marcos de su especiali-
zación, dejando de lado frecuentemente el amor y anhelos necesa-
rios que debieran cultivar, no solo por lo que hacen, sino que funda-
mentalmente por los estudiantes que forman (Yanes-Guzmán 2015).
Algunas instituciones superiores también han mecanizado la edu-
cación, poniendo a los profesores en el solo rol de transmitir las uni-
dades de conocimiento, y a los estudiantes en el de recibirlo (Frei-
re 2005, Guzmán-Valenzuela 2018). Siguiendo esta línea, la cultura
académica mecanicista está cada vez más propensa a dejar de lado
cualquier tipo de actividad que incluya la naturaleza, el espíritu, el
diálogo, los sentidos, los orígenes, las diferencias, las vivencias y la
reflexión. En definitiva, se excluye una buena parte de las potencia-
lidades de los estudiantes y de sus correlatos con su vida personal,
en la medida que sólo se reconoce como legítima la actividad inte-
lectual, comprobable, cuantificable y fácilmente aprehensible por los
sentidos.
Por otra parte, el sistema de educación de los Estados Modernos,
basado en la escolarización masiva, disciplinaria e institucionali-
zada, dispone para sí de la sala de clases como espacio monopólico
para la producción de las futuras masas trabajadoras, o dicho de otra
forma, donde se imparte mecánica y masivamente el conocimiento y
los valores a los futuros ciudadanos (Orellana 2009). Si bien esta ins-
titucionalización y modernización de la enseñanza ha sido central
para la construcción de las identidades nacionales y de clase (Illanes
1990), ello ha traído como consecuencia en el largo plazo una rela-
ción incuestionable entre el enseñar-aprender y a la relación docen-
168

te-educando como prácticas exclusivamente circunscritas a las sa-


las de clases.
Así considerada, la educación de los Estados Modernos cierta-
mente constituye una transmisión de hechos y creencias cuidadosa-
mente seleccionados por agencias determinadas hacia la mente de
los estudiantes. Perfeccionado durante más de dos siglos, este oscu-
rantismo racional se constituye entonces en una herramienta social
usada para reproducir determinados tipos de capital humano nece-
sarios para que la sociedad avance, construyendo sujetos voraces en
consumir y disciplinados bajo el lema de competir. Esta práctica ho-
mogeneizante no deja espacio ni promueve ser cuestionada o mejora-
da. Peor aún, se difunde anulando la individualidad y contribuyendo
sinérgicamente a la inequidad, a la exclusión, a la selectividad y muy
probablemente a la estigmatización. Así mismo, el enrarecimiento
de las oportunidades de enculturación de masas y la banalización
y superficialidad de los contenidos de los medios de comunicación
son aceptables en una economía de mercado que ya no observa ni se
preocupa del ser humano que hay detrás de cada consumidor (Ca-
lixto 2013). En una sociedad en donde optimizar el tiempo es la meta
principal, la educación moderna de masas es la huella que «acorta
el camino», y desde esta comodidad pareciera muy difícil pensar en
una salida.
La educación terciaria debe aceptar con urgencia el desafío de
abrirse a derroteros epistemológicos que involucren una redefini-
ción del rol y ejercicio de las universidades y la educación universi-
taria en consonancia con su entorno. La educación como se imparte
en la actualidad no forma ciudadanos del planeta Tierra sino consu-
midores reactivos. Este sistema aborda escasamente los verdaderos
problemas de la civilización, de nuestras vidas cotidianas, de la hu-
manización y revitalización de la vida planetaria (Oliva 2008, Calix-
to 2013, Collado 2017). No es posible llamarse a engaño: así ejercida,
la educación nos condena irremediablemente a un subdesarrollo y
sobre-simplificación racional, afectivo y moral. Confundida ésta con
eficacia, pone en peligro la democracia alcanzada y las oportunida-
des de libertad, despegue y autonomía intelectual de los futuros ciu-
dadanos.
169

Un desafío transdisciplinario
Desde sus orígenes las universidades modernas son los mayores
centros de poder intelectual en la historia humana. Hay dos justi-
ficaciones para este privilegio. Una es que se han convertido en un
espacio esencial para la enseñanza y el aprendizaje con miras a la
universalidad de los saberes. La otra es que las universidades son la
principal fuente de crítica moral y social en la vida moderna. Son el
relicto principal de la conciencia social que nos queda y, si bien no
están exentas de dinámicas violentas y de abuso de poder, las uni-
versidades y sus facultades siguen siendo inmensamente privilegia-
das. Conservan una libertad de actividad y expresión no permitida
en ninguna otra institución social importante, pero como todos los
privilegios, esta libertad conlleva responsabilidades correlativas y
colectivas. En este caso, la honestidad intelectual y el coraje moral de
comprometerse con los desafíos sociales y ambientales. Sin integri-
dad la universidad puede convertirse en poco más que góndolas de
un supermercado con energía humana bruta en venta.
La universidad del siglo XXI debe necesariamente transitar hacia
una comunidad unida por entendimientos colectivos, por vínculos
de obligación recíproca y por un flujo de respeto, solidaridad y mutuo
reconocimiento que hagan que la preservación de la comunidad sea
un objeto de deseo común, no cláusulas en el compromiso de desem-
peño contraídas por prudencia estratégica. La conformación de esta
comunidad implica además una forma de obligación social gober-
nada por principios diferentes de aquellos que operan en el mercado
y el estado. Las leyes de la oferta y la demanda pierden prioridad; el
trabajo asalariado no es la plantilla para todas las relaciones huma-
nas; la traducción de individuos a productos básicos debe ser resisti-
da. La difícil tarea de definir objetivos comunes o actividades soste-
nibles no debe evitarse ni se desviarse hacia la burocracia.
Con todo, el objetivo de las universidades para el desarrollo sos-
tenible debe ser facilitar el encuentro de las personas para reflexio-
nar sobre su responsabilidad futura ante las consecuencias de sus
decisiones y actos desde miradas multiculturales, globales y de largo
plazo (Lăzăroiu 2017), formas más complejas de interpretar el cono-
170

cimiento y la educación (Oliva 2007, 2008). Para ello es necesario ge-


nerar nodos de encuentro transdisciplinarios, que faciliten integrar
y renovar conocimientos y metodologías (de lo disciplinar a lo sisté-
mico) y que posibiliten el encuentro de conocimiento y experiencias
que trasciendan incluso lo académico.
Si bien la excelencia en la investigación científica y la generación
de conocimiento constituyen los pilares fundamentales del recono-
cimiento académico de las universidades, la labor docente debería
ostentar ese mismo nivel de compromiso y excelencia convirtiéndo-
se así en un elemento crítico en la formación profesional. Todo ello
redundaría en la consolidación de un escenario educativo garante
de calidad regional y nacional donde se forman las futuras genera-
ciones de profesionales comprometidos con la sociedad y el medio
ambiente. La universidad debe conocer las tendencias de desarrollo
y transformación del entorno, enfrentando aquello que se manifiesta
como caos y proponiendo cambios en conjunto con sus estudiantes.
Uno de los desafíos pendientes es reconocer la irreductibilidad
del proceso educativo y su obligado compromiso con el entorno. Se-
guidamente, y en consonancia con lo anterior, promover e incentivar
el desarrollo de metodologías de enseñanza-aprendizaje novedosas
que respondan suficientemente a las necesidades de los estudiantes
sabiendo aprovechar, y no abandonar, los recursos disponibles en el
entorno. Claramente este derrotero involucra también reflexionar
sobre los esquemas de identidad disciplinar, lo que no significa aban-
donar los objetos de estudio o los principios metodológicos discipli-
nares que subyacen a la libertad académica. Ello implica demostrar
un compromiso genuino con el conocimiento, la naturaleza y el de-
sarrollo sostenible, en el contexto formativo del desarrollo personal,
ético y profesional del educando universitario. Es necesario observar
la realidad educativa como un todo vinculado a los sistemas fami-
liares, sociales, culturales, históricos y naturales y de cómo todo ello
influye en los educandos por estar en la base de los procesos de ense-
ñanza-aprendizaje, dentro y al margen de los sistemas de educación
académicos del aula. No reconocerlo es un error inexcusable.
171

Agradecimientos:
Los autores agradecen al profesor Milton H. Gallardo (QEPD) por
la lectura crítica de las primeras versiones de este trabajo.

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.
173

11
El Índice de desarrollo a escala
humana: una Primera Evaluación
Felix Fuders, Alejandro Mora-Motta.
45 46

••

Una sociedad sana debe plantearse, como objetivo ineludible, el


desarrollo conjunto de todas las personas y de toda la persona.
El objetivo de estas reflexiones es destacar la relevancia de ela-
borar un indicador cuantitativo, y por lo tanto medible en cifras,
de un desarrollo que es cualitativo, es decir, de todas las perso-
nas, y de toda persona (Max-Neef et al. 1998).

Resumen
En 2016 se publicó la primera propuesta de un índice que mide el
desarrollo endógeno de una región, el «Índice de Desarrollo a escala
Humana» (Fuders et al. 2016). Ese índice es muy distinto a todos los
demás ensayos existentes de medir el desarrollo, el bienestar, el buen
vivir o la calidad de vida. Se basa en la teoría del Desarrollo a Escala
Humana (Max-Neef et al. 1998) y mide la satisfacción subjetivamente
percibida de las necesidades humanas fundamentales. En ese texto
se resume la idea, se describen las dificultades que se presentaron en

45  Instituto de Economía, Universidad Austral de Chile, Chile. [email protected].


46  Right Livelihood College, Center for Development Research, University of Bonn, Germany,
[email protected]
174

un piloto de aplicarlo en la región de Los Ríos, sur de Chile y se pro-


pone algunas mejoras.

Introducción
¿Qué significa «desarrollo»? En el entendimiento económico tra-
dicional las necesidades humanas son infinitas, ilimitadas y siem-
pre cambiantes (Elizalde et al. 2006). Por ejemplo, en libros de texto
de microeconomía se suele enseñar que uno de los supuestos sobre
las preferencias del consumidor fuese «mientras más, mejor» (Frank
2015). En cuanto las necesidades se consideran infinitas es también
entendible que la producción económica medida en el Producto In-
terno Bruto (PIB) sea considerada como medida del bienestar (Doyal
und Gough 1991). Que esto sea falso es indicado por la «ley de la uti-
lidad marginal decreciente» que también se enseña en Economía (a
menudo incluso en los mismos libros de texto de microeconomía) y
que dice relación con el hecho que mientras más hemos consumido
de un bien, menos valorizaremos la próxima unidad.
El hecho de que el desarrollo no dependa únicamente del creci-
miento económico puede entenderse intuitivamente. Por ejemplo, si
cortáramos todos los árboles de todos los bosques de Chile y los ex-
portáramos como chips de madera a China el PIB podría crecer, pero
nuestro bienestar, al menos para la mayoría de las personas, no sería
mayor. Por ejemplo, el bosque en Llancahue y sus servicios eco-sis-
témicos como la retención y purificación de agua sirven a todas las
personas que viven en la ciudad de Valdivia, dado que el agua pota-
ble en Valdivia proviene de la cuenca de Llancahue.47 El crecimiento
económico, como ha dicho Manfred Max-Neef, no es lo mismo que el
desarrollo. El crecimiento económico es cuantitativo mientras que
el desarrollo es cualitativo (Max-Neef 1986, Max-Neef et al. 1998). Ro-
bert F. Kennedy dijo una vez que el producto interno bruto (PIB) de

47  Sobre el problema de las plantaciones de árboles (pino y eucalipto) en Chile ver Pastén, Nazal
y Fuders (2020); Mora-Motta (2018), Mora-Motta et al. (2020). Relativo a la problemática de
Llancahue ver además (Donoso et al. 2014).
175

un país mide «todo excepto lo que hace que la vida valga la pena» (Jac-
kson 2018).
Hoy existe un sinnúmero de nuevos intentos de medir el desarro-
llo, nuevos índices de «bienestar», «buen vivir», o «calidad de vida»,
como lo son el Índice de Desarrollo Humano (IDH), promovido por
las Naciones Unidas, el Índice de Bienestar Económico Sostenible
(IBES) propuesto inicialmente por Daly y Cobb (1989), el más recien-
te Índice de Progreso Genuino y el de la Huella Ecológica propuesta
inicialmente por Wackernagel y Rees (1996), y de alguna manera re-
lacionada a la idea de ECOSON48 de Max-Neef (2010).
No obstante, uno podría argumentar que estos índices a menudo
tienen un enfoque similarmente materialista al de usar el PIB como
indicador de bienestar, ya que utilizan variables elegidas de manera
arbitraria para medir el desarrollo (de hecho, algunos de ellos son me-
didas ajustadas del PIB); variables que los respectivos autores de es-
tos índices estimaron como indicador de bienestar, como por ejemplo
el número de médicos per cápita o el acceso al agua potable. Al igual
que el PIB, muchos de estos (a excepción de la Huella Ecológica, que
es un índice de presión sobre la capacidad de carga) se dedican a con-
tar y comparar cantidades siguiendo la máxima cuantitativa: mien-
tras más, mejor. Aquí, además uno podría cuestionar si el número de
médicos per cápita es realmente un indicador adecuado del desarro-
llo. Es posible que una persona que vive en medio de la naturaleza re-
quiera menos atención médica gracias a su estilo de vida saludable.
Muchos médicos per cápita podría más bien indicar que somos una
sociedad enferma. Asimismo, podemos preguntarnos si el acceso al
agua potable es una variable útil para definir el desarrollo cuando
las personas viven en medio de la naturaleza y tienen agua salien-
do de un glaciar al lado de sus casas, agua que es más limpia y pura
que el agua potable tratada con cloro y flúor en nuestras ciudades.

48  El indicador ECOSON (siglas para inglés «ecological person»=


«persona ecológica» en español), que mide la cuota de consumo de energía de un ciudadano que
satisface de manera sensata sus necesidades básicas sin marginar a nadie.
176

La Subjetividad del Bienestar


Como ha sido señalado en los párrafos precedentes, constatar
avances en la infraestructura, como por ejemplo el acceso a agua po-
table, no es siempre indicador de la forma en la que las personas vi-
ven y sienten su bienestar. Si el desarrollo trata de personas y no de
objetos, entonces la medición del bienestar necesariamente debe ser
subjetiva o, por lo menos contener una componente subjetiva (Veen-
hoven 2007).49 En la academia se puede notar una creciente preocu-
pación por definir y medir el desarrollo incorporando componentes
subjetivos como la medición de la felicidad. Incluso, en economía se
ha establecido una corriente que se llama «economics of happiness»50
(Esterlin 2003, Esterlin et al. 2010). Esta corriente encuentra un im-
portante antecedente en la teoría del Desarrollo a Escala Humana
(DEH) de Max-Neef et al. (1998), dado que en esta teoría las necesida-
des humanas son objetivas, mientras su satisfacción es subjetiva. Esa
teoría nos da las bases teóricas y metodológicas para elaborar un ín-
dice endógeno de desarrollo basado en la satisfacción subjetivamen-
te percibida de las Necesidades Humanas Fundamentales (NHF). Sin
embargo, mientras la aproximación al bienestar como felicidad tie-
ne una base filosófica en el hedonismo, la propuesta del DEH puede
concebirse más bien como una perspectiva de la eudaimonía (Gasper
2007), que sienta su base en la concepción Aristotélica del arte de vi-
vir bien (Cruz et al. 2009).
La idea de utilizar la matriz de la teoría del Desarrollo a Escala
Humana como base para identificar el desarrollo y construir un indi-
cador a partir de este enfoque surgió desde 2010 y fue incorporada en
las lecturas de clases de Fuders (2011) y en el proyecto DID S-2012-20
Universidad Austral de Chile.51 Las NHF en el concepto de Desarrollo

49  De acuerdo a Veenhoven, existen al menos nueve niveles de medidas del bienestar, teniendo
en cuenta que éste tiene categorías objetivas y subjetivas tanto en la sustancia de aquello que
es medido como en su evaluación.
50  Incluso existen revistas que se dedican exclusivamente a ese tema, por ejemplo el Journal of
Happiness Studies.
51 «Proyecciones teóricas y metodológicas del Desarrollo a Escala Humana», UACh (DID
S-2012-20).
177

a Escala Humana son vistas como ontológicas, es decir, derivadas de


la condición misma de ser humano. Estas NHF son pocas, finitas y
clasificables, y no varían según las culturas humanas y los períodos
históricos, a diferencia de lo que la economía define como «deseos»,
que son infinitos e insaciables. Lo que sí cambia con el tiempo y en-
tre las culturas son las estrategias a través de las cuales se satisfacen
esas necesidades.
Por lo tanto, basar un índice de desarrollo en esta teoría propor-
cionaría una forma de medir el desarrollo que se basa en la satisfac-
ción subjetivamente percibida de NHF universales y no en variables
elegidas arbitrariamente.

La Teoría del Desarrollo a Escala Humana



En su teoría del «Desarrollo a Escala Humana» Max-Neef et al.
(1998)52 proponen una matriz de nueve NHF axiológicas (subsisten-
cia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación,
identidad, libertad) y cuatro dimensiones existenciales (ser, tener,
hacer, estar) como instrumento para poder identificar los posibles
satisfactores y, de este modo, contribuir a lograr un desarrollo que
sirva a las personas ayudándolas a satisfacer sus necesidades. El
Cuadro 11.1 muestra un ejemplo de la matriz de NHF rellenada con
los respectivos satisfactores en cada celda. Por lo general, hay una
gran diferencia entre la matriz que describe el status quo y la deno-
minada matriz utópica, en la que todas las necesidades estarían per-
fectamente satisfechas. El enfoque del Desarrollo a Escala Humana
está diseñado para ser una herramienta que sirva para construir este

52  El Desarrollo a Escala Humana es una teoría de desarrollo elaborada en Chile en el Centro
de Alternativas de Desarrollo (CEPAUR) publicada por primera vez en 1986 por Manfred Max-
Neef, Antonio Elizalde y Martín Hopenhayn en una edición especial de la revista Development
Dialogue. La teoría se edita nuevamente en 1994 y 1998 por la editorial Icaria. Su traducción al
inglés se realiza en 1989 en la revista Development Dialogue (1989) y posteriormente como libro
en 1991 (Max-Neef et al. 1991). En 2009 Wayne Visser de la Universidad de Cambrige lo incorpo-
ra como uno de los 50 libros más importantes sobre sustentabilidad en The Top 50 Sustainabi-
lity Books, a la par de aquellos libros que fueron sus antecedentes y fuentes de inspiración y de
otras obras relevantes de la literatura mundial en sustentabilidad (Visser, 2009).
178

«puente» (Max-Neef et al. 1998) entre la situación actual y la desea-


da, es decir, puede ayudar a los planificadores del desarrollo a iden-
tificar cómo desarrollar una ciudad o región de la mejor forma (en
el sentido de mejorar la satisfacción de necesidades fundamentales).
Esta metodología ha sido ampliamente utilizada para la planifica-
ción participativa del desarrollo (Alkire 2002).

Cuadro 11.1: Matriz de necesidades y satisfactores


Necesidad Ser Tener Hacer Estar
Salud física, salud
Alimentar,
mental, equilibrio,
Alimentación, procrear, Entorno vital,
Subsistencia solidaridad,
abrigo, trabajo descansar, entorno social
humor,
trabajar
adaptabilidad
Sistemas de
Cuidado, seguros, ahorro,
Cooperar,
adaptabilidad, seguridad social, Contorno vital,
prevenir,
Protección autonomía, sistemas de salud, contorno social,
planificar, cuidar,
equilibrio, legislaciones, morada
curar, defender
solidaridad derechos, familia,
trabajo
Autoestima,
solidaridad, Hacer el amor,
respeto, acariciar,
Amistades, parejas,
tolerancia, expresar Privacidad, intimidad,
familia, animales
Afecto generosidad, emociones, hogar, espacios de
domésticos,
receptividad, compartir, encuentro
plantas, jardines
pasión, voluntad, cuidar, cultivar,
sensualidad, apreciar
humor

Conciencia crítica, Ámbitos de


Literatura, Investigar,
receptividad, interacción
maestros, estudiar,
curiosidad, formativa: escuelas,
método, políticas experimentar,
Entendimiento asombro universidades,
educacionales, aduar, analizar,
disciplina, academias,
políticas meditar,
intuición, agrupaciones,
comunicacionales interpretar
racionalidad comunidades, familia

Adaptabilidad, Afiliarse Ámbitos de


receptividad, Derechos, ,cooperar, interacción
solidaridad, responsabilidades proponer, participativa:
Participación disposición, obligaciones, compartir, cooperativas,
convicción, atribuciones, discrepar, acatar, asociaciones, iglesias,
entrega, respeto, trabajo dialogar, acordar, comunidades,
pasión, humor opinar vecindarios, familia
179

Curiosidad,
Divagar,
receptividad, Privacidad,
abstraerse,
imaginación, Juegos, intimidad, espacios
soñar, añorar,
Ocio despreocupación, espectáculos, de encuentro, tiempo
fantasear,
humor, fiestas, calma libre, ambientes,
evocar, relajarse,
tranquilidad, paisajes
divertirse, jugar
sensualidad
Pasión, voluntad, Ámbitos de
intuición, Trabajar, producción y
imaginación, inventar, retroalimentación,
Habilidades,
audacia, construir, idear, talleres, ateneos,
Creación destrezas, método,
racionalidad, componer, agrupaciones,
trabajo
autonomía, diseñar. audiencia, espacios
inventiva, interpretar de expresión,
curiosidad libertad temporal
Símbolos,
Comprometerse,
lenguaje, hábitos,
integrarse, Socio-ritmos,
Pertenencia, costumbres,
confundirse, entornas de la
coherencia grupos de
definirse, cotidianeidad,
Identidad diferencia, referencia,
conocerse, ámbitos de
autoestima, sexualidad,
reconocerse, pertenencia, etapas
asertividad valores,normas,
actualizarse, madurativas
roles, memoria
crecer
histórica, trabajo
Autonomía,
Discrepar, optar,
autoestima,
diferenciarse,
voluntad, pasión,
arriesgar,
asertividad, Igualdad de Plasticidad espacio-
Libertad conocerse,
apertura, derechos temporal
asumirse,
determinación,
desobedecer,
audacia, rebeldía,
meditar
tolerancia

Fuente: Max-Neef et al. (1998, p. 58) Explicación: La columna de Ser se llena con atributos, personales
o colectivos, expresados como sustantivos; la columna de Tener incluye instituciones, normas,
mecanismos, leyes, herramientas, etc., expresados en una o más palabras; el Hacer se define por
acciones formuladas con verbos; y la columna de Estar se caracteriza por espacios y ambientes de
interacción.

Mientras las Necesidades Humanas Fundamentales tienen un carác-


ter universal y normativo, los satisfactores se viven de manera sub-
jetiva, pero se comparten, construyen y cambian de forma social,
cultural y colectiva. Los satisfactores son por lo tanto indicadores
de desarrollo endógeno, en tanto son sentidos y definidos por cada
cultura, tiempo y lugar y no impuestos como dimensiones externas
a los actores. Max-Neef et al. (1998) distinguen entre diferentes tipos
o categorías de satisfactores: Los satisfactores singulares son aque-
llos que apuntan a la satisfacción de una sola necesidad. Los satis-
factores sinérgicos son aquellos que, por la forma en que satisfacen
180

una necesidad determinada, estimulan y contribuyen a la satisfac-


ción simultánea de otras necesidades. Aparte de satisfactores tam-
bién puede haber destructores que son elementos de efecto paradojal
a ser aplicados con la intención de satisfacer una determinada ne-
cesidad. Pseudo-satisfactores son elementos que estimulan una falsa
sensación de satisfacción de una necesidad determinada. Pueden in-
cluso hasta aniquilar la posibilidad de satisfacer la necesidad a que
originalmente apuntan satisfacer. Finalmente están los inhibidores
que son aquellos satisfactores que por el modo en que satisfacen (ge-
neralmente sobresatisfacen) una necesidad determinada, dificultan
seriamente la posibilidad de satisfacer otras necesidades.
Cabe hacer hincapié que en la teoría de Desarrollo a Escala Hu-
mana los autores nos explican que se debería hablar de pobrezas en
lugar de pobreza, ya que «cualquier necesidad humana fundamen-
tal que no es adecuadamente satisfecha revela una pobreza humana»
(Max-Neef et al. 1998), es por eso que existen muchas pobrezas. La re-
lación entre necesidades universales (objetivas) y bienes materiales
es la siguiente: los bienes y servicios permiten afectar la eficiencia de
un satisfactor (en sentido positivo o negativo). La teoría del Desarro-
llo a Escala Humana por lo tanto no niega la materialidad implícita
en satisfacción de las necesidades, pero no las reduce a una contabi-
lidad de objetos. En este sentido la economía tiene la tarea de servir
a la satisfacción de las necesidades suministrando los bienes necesa-
rios para potenciar la satisfacción de las necesidades.

El desarrollo consiste en la adecuada


satisfacción de las NHF
La teoría de Desarrollo a Escala Humana nos ayuda a responder
la pregunta inicial ¿qué es desarrollo? Para Max Neef et al. (1998) el
crecimiento económico no es igual a desarrollo. El crecimiento eco-
nómico es cuantitativo y trata de objetos, mientras que el desarrollo
es cualitativo y trata sobre la calidad de vida de las personas. Esta
teoría define al desarrollo como calidad de vida, o como ars viven-
di, el arte de vivir bien, que consiste en la adecuada satisfacción de
181

las NHF. Esto se puede considerar como una creativa propuesta que
re-sitúa al ser humano, sus necesidades y la calidad de vida en el cen-
tro de las preocupaciones teóricas y políticas del desarrollo.
A diferencia de la tendencia a cuantificar los bienes y servicios
que produce una economía, el Desarrollo a Escala Humana se aboca
a la identificación de satisfactores mediante una metodología cuali-
tativa donde de manera participativa se llena la matriz de necesida-
des con satisfactores (Guillén-Royo 2016; Spiering & Barrera, 2020).
Una de sus características es que los resultados que entrega la matriz
representan lo que una comunidad o grupo social considera como
las situaciones positivas y negativas que permiten u obstaculizan la
adecuada satisfacción de sus necesidades.
El Índice de Desarrollo a Escala Humana trata de traducir la ri-
queza y complejidad de la matriz en una medida cuantitativa que
permita su comparabilidad en el tiempo. El índice busca cuantificar
lo cualitativo: de cuantificar la percepción subjetiva de qué tan satis-
fechos somos en nuestras necesidades fundamentales. Cabe aclarar
que el índice no busca reemplazar la riqueza de la información cuali-
tativa, sino que provee una información complementaria.

El Índice de Desarrollo a Escala Humana


(IDEH)
Dado el análisis anterior, se hizo la siguiente pregunta: ¿qué es-
perar de un indicador endógeno de bienestar? A nuestro entender,
debería cumplir al menos con los siguientes requisitos: que i) man-
tenga la multidimensionalidad y complejidad del concepto de bien-
estar y la calidad de vida; que ii) manteniendo la ventaja de la cuan-
tificación (la comparabilidad), se centre en la satisfacción de las NHF
de las personas; que iii) respete la subjetividad individual (dado que
desarrollo se trata de personas y no de objetos); y que iv) reconozca
la dimensión cultural, colectiva y participativa de la definición de los
satisfactores (Fuders et al. 2016).
Por lo tanto, se busca un índice que no se base en la medición de
satisfactores arbitrariamente elegidos, sino que mida la intensidad,
182

subjetivamente percibida, de cómo se satisfacen las NHF. Con base


en lo anteriormente dicho, se propuso el «Índice del Desarrollo a Es-
cala Humana» (Fuders et al. 2016):
n
IDEH =
∑ i=1
ai pi

donde:
i = 1,2,3…n celdas
a = valor numérico (-10 < a < +10) asignado a un satisfactor
o a un destructor en cada celda i de la matriz.
p = ponderación. ∑ pi = n.

La matriz de Max-Neef et al. (1998) está compuesta por 36 celdas, por


lo que el valor de n será 36. No obstante, aquí se decidió reemplazar
la cifra 36 por la variable n dado que la matriz de las necesidades
fundamentales podría, en algún momento, ampliarse. Por ejemplo,
se merecería pensar en integrar la necesidad de la «espiritualidad» a
la matriz (Fuders 2020).
Para obtener los datos para el índice, se propone un taller o semi-
nario donde los participantes rellenan la matriz actual de satisfacto-
res y destructores en contraste a su matriz de utopía. Para identificar
el bienestar de una comunidad, se compara la matriz de utopía de
este grupo con el estado actual de satisfacción de necesidades. Por lo
tanto, el índice se define como el grado de realización subjetiva de la
matriz utópica de las NHF.
La cuantificación de la matriz para obtener el índice requerirá en-
tonces de una instancia complementaria que permita que los mis-
mos participantes puedan cuantificar el grado de satisfacción, así
como la ponderación o nivel de importancia de los satisfactores iden-
tificados. Para conseguir los datos, el facilitador del seminario guía
a los participantes a reconocer en cada celda de la matriz el grado
en que se ve satisfecho. Se propone aquí que los participantes del se-
minario optan por una escala de -10 a +10, que se considera suficien-
temente amplia para observar diferencias, pero a la vez suficiente-
mente reducida para que los participantes encuentren su grado de
183

realización personal. En este caso, 0 significa que ningún aspecto


de las necesidades representadas por la respectiva celda de la matriz
está satisfecho, mientras 10 representa una realización completa de
las necesidades. Si las necesidades no sólo no son satisfechas, sino
que se encuentran destructores, el valor será negativo.

Cuadro 11.2: Ejemplo de la matriz de necesidades


Necesidad Ser Tener Hacer Estar ∑ ai pi
i=1 i=2 i=3 i=4
Subsistencia a=7 a=8 a=5 a = -2 18
p=1 p=1 p=1 p=1
i=5 i=6 i=7 i=8
Protección a=9 a = 10 a=1 a=5 25
p=1 p=1 p=1 p=1
i=9 i = 10 i = 11 i = 12
Afecto a = -3 a=5 a=5 a=7 14
p=1 p=1 p=1 p=1
i = 13 i = 14 i = 15 i = 16
Entendimiento a=5 a=0 a=2 a = -5 2
p=1 p=1 p=1 p=1
i = 17 i = 18 i = 19 i = 20
Participación a = 10 a=8 a=5 a=7 30
p=1 p=1 p=1 p=1
i = 21 i = 22 i = 23 i = 24
Ocio a=3 a=5 a=5 a=5 18
p=1 p=1 p=1 p=1
i = 25 i = 26 i = 27 i = 28
Creación a = -5 a=0 a=3 a=4 2
p=1 p=1 p=1 p=1
i = 29 i = 30 i = 31 i = 32
Identidad a=5 a=5 a=5 a=5 20
p=1 p=1 p=1 p=1
i = 33 i = 34 i = 35 i = 36
Libertad a=7 a=7 a=5 a=3 22
p=1 p=1 p=1 p=1
∑ ai pi 151
HSDI = ∑ ai pi 4,19

Fuente: Elaboración propia basado en Max-Neef et al. (1994).

Para dar un ejemplo, la celda i que combina la categoría axiológica


de «subsistencia» con la categoría existencial de «ser» se denomina
«1» y representa el grado de realización subjetiva de atributos per-
sonales o colectivos que satisfacen la necesidad de subsistencia en
comparación con un mundo hipotéticamente perfecto. Esta celda i
184

tiene un valor entre -10 y 10 (-10<ai<10) que será ponderado con un


factor pi tal que ∑ pi = n. La suma de todos valores ponderados asig-
nados a cada una de las 36 celdas dividido por la cantidad de celdas
(36) será un valor entre -10 y 10. En el ejemplo del Cuadro 11.2 la suma
de los valores asignados a la satisfacción de las necesidades es de 151.
Este valor se divide por 36, la cantidad de celdas de la matriz y con
ello el IDEH = 151/36 = 4,19.

Una revisión de la propuesta inicial


Sobre el Factor de Ponderación

En la versión original publicada del índice (Fuders et al. 2016) el


factor de ponderación podría tomar valores entre 0 y 1 (0<pi<1). No
obstante, aquí se modificó la propuesta original: el factor de pon-
deración por cada celda debe ser escogido de tal forma que la suma
de todos los factores de ponderación pi de cada celda será igual a la
cantidad de celdas n, es decir 36 (mientras no se agregan necesidades
a la matriz que haría aumentar la cantidad de celdas). Por ejemplo,
podríamos asignarle un valor 1,5 a una celda i que encontramos par-
ticularmente importante. Esto significa, que se debe reducir la pon-
deración de otras celdas en un total de 0,5. Por ejemplo, a cinco otras
celdas se le asignará un valor de 0,9 en vez de 1. Esta modificación es
necesaria dado que en la propuesta original puede que la suma de
todos los factores de ponderación pi de las 36 celdas no sería 36. En
consecuencia, el valor máximo que puede alcanzar el índice no sería
10 a pesar de que todas las necesidades fuesen perfectamente satisfe-
chas. El resultado que arroja el índice difícilmente sería comparable
entre comunidades o grupos.
Algunos podrían argumentar que una ponderación no fuese ne-
cesaria, debido a que en la teoría del Desarrollo a Escala Humana se
supone que todas necesidades son igualmente importantes. Sin em-
bargo, existen argumentos poderosos de que los satisfactores de la
necesidad de subsistencia podrían ser considerados más importan-
tes que aquellos que satisfacen la necesidad de participación, dado
185

que si esta necesidad no está satisfecha adecuadamente –quizás de


tal punto que morimos de hambre– la satisfacción de los demás NHF
se podría considerar irrelevante. Es decir, aunque las necesidades
no son jerárquicas como en la pirámide de necesidades de Maslow
(2005), una celda en la matriz sí podría considerase más importante
que otra.
Además, una ponderación permite priorizar las estrategias para
el cambio dado que la ponderación que privilegia a un satisfactor en
una casilla can mayor ponderación por sobre satisfactores que se en-
cuentra en otra con menor peso definiría la estrategia de desarrollo
(endógeno) localmente definida (Fuders et al. 2016). Nos acordamos
que la teoría fue pensada para servir como herramienta para toma-
dores de decisiones para entregarles una orientación hacia «qué di-
rección» desarrollar un país o una región. Hacer el ejercicio del taller
con el fin de poder construir el índice al mismo tiempo serviría para
a los departamentos de planificación del desarrollo de países (o re-
giones o municipalidades) como orientación qué es lo que se requiere
para mejorar la satisfacción de necesidades. Aquí, una ponderación
entregaría un valor adicional a los planificadores territoriales dado
que les ayudaría saber qué es lo que se necesita con mayor urgencia.
La pregunta clave es ¿cómo elegir los valores del factor de pon-
deración para cada celda? Aquí hay dos posibilidades. Los valores
exactos podrían estar sujetos a una investigación y un discurso de-
liberativo más exhaustivo y luego se fijan para todas las aplicacio-
nes del índice (Fuders et al. 2016). Alternativamente, se podría dejar
definir la ponderación por cada grupo de personas entrevistado. El
argumento a favor de esta estrategia sería que la importancia que un
grupo de personas asigna a una celda en la matriz también es sujeta
a circunstancias individuales y por ende subjetiva. Algunos dirían
que el resultado del índice entonces no sería comparable con otras
regiones (u otros tiempos) donde posiblemente se asignan otros valo-
res al factor de ponderación de cada celda de la matriz. No obstante,
en realidad es justo la dimensión subjetiva que distingue ese índice
de muchos otros, y la percepción de la importancia que se asigna a
cada celda de la matriz puede ser diferente entre culturas o tiempos
históricos, y consecuentemente esa diferencia debería reflejarse en
186

su medición. Con otras palabras, al dejar cada grupo de personas de-


finir la importancia que le asigna a cada celda se aumentaría la au-
tenticidad del índice. Por ilustrar, pensemos que la evaluación de dos
grupos sociales muestra que la casilla de Entendimiento-Ser es cinco
(5). Es claro que el numero cinco (5) refleja dos cosas diferentes para
los dos grupos sociales, pues expresa la distancia entre la situación
presente y la utópica de los elementos que influencian su situación
concreta, es decir los satisfactores. No se puede decir que a ambos
grupos los afecta lo mismo, pero si puede decirse que ambos están
igual de insatisfechos en esa necesidad específica.
Por otra parte, la construcción de los pesos podría hacerse si-
guiendo, por ejemplo, la escala de comparación por pares de Saaty,
utilizada en metodologías sociales multicriterio (Munda 2004). Esta
herramienta permite que los actores construyan la intensidad de
preferencia de un criterio (en este caso, de la satisfacción de una ne-
cesidad) respecto a otra. Claro que esto construye una jerarquía, que
en teoría no existe. No obstante, sería interesante ver empíricamen-
te si se construyen jerarquías de necesidades. El problema operativo
que plantea el método sugerido es que requiere todo un cuestionario
aparte.

Sobre la Metodología

Existe una dificultad inherente en la metodología del índice: el


índice busca evaluar los satisfactores, pero de hecho evalúa las ne-
cesidades. Es decir, va a arrojar un único ponderador (pi) (si el grupo
define el ponderador) y un único valor subjetivo de satisfacción de la
necesidad (ai), pero no discrimina por cuantos satisfactores hacen
parte de esa necesidad. Respecto a los tres requisitos mencionados
arriba sobre la endogeneidad, se pueden encontrar algunas proble-
máticas.
Primero, en cuanto a la multidimensionalidad y complejidad del
bienestar, reflejado en la matriz de NHF, ¿cómo captura el índice las
múltiples interrelaciones o ‹no linealidades›? Es decir, de qué forma
los procesos causales circulares y acumulativos pueden capturarse
en el indicador que busca cuantificar las expresiones subjetivas. Adi-
187

cionalmente, ¿cómo se puede garantizar que la expresión subjetiva


se refiera a causas endógenas y no a causas exógenas? Si bien la per-
cepción del grupo es endógena, el indicador no tiene como diferen-
ciar entre satisfactores o inhibidores endógenos u exógenos.
Segundo, con la subjetividad surge un elemento que es problemá-
tico en cuanto a la comparabilidad: un número «5» que refleja una
subjetividad no necesariamente es comparable con un número «5»
que expresa otra subjetividad. Por ejemplo, si tomamos solo la ne-
cesidad «libertad» en sus cuatro dimensiones existenciales, ¿cuál li-
bertad es cualitativamente mejor?

Libertad grupo 1: 5 (ser) +4 (interactuar) -1 (hacer) -2 (tener) = 6


Libertad grupo 2: -3 (ser) +3 (interactuar) -4 (hacer) +10 (tener) = 6

En este ejemplo vemos que el índice suma lo mismo para Libertad


del grupo 1 y para Libertad del grupo 2, pero no nos dice mucho so-
bre cómo se agrega. Sin embargo, lo que sí muestra es una especie de
‹alarma› sobre lo negativo y lo positivo para cada casilla. Lo mismo
ocurre para IDEH agregado, pues el valor 151 en el Cuadro 11.2 puede
lograrse con múltiples combinaciones de las casillas. Si, por ejemplo,
la inhibición (valor negativo que se agregar a una casilla de la matriz)
está en la casilla de Entendimiento-Ser o en la de Subsistencia-Interac-
tuar, esto no es discriminado por indicador agregado. No obstante,
aquí se podría argumentar que es justo la subjetividad la que al mis-
mo tiempo genera la riqueza de ese índice. Si se aplica el índice a una
cantidad suficientemente grande de personas por la «ley de los nú-
meros grandes» (que dice que la precisión de los ensayos empíricos
tiende a mejorar con el número de intentos) se equilibrarán valores
atípicos. Aquí nos encontramos con un problema frente a la evalua-
ción participativa de las necesidades y la tradición cualitativa vs. la
tradición objetiva y la agregación. Por una parte, las metodologías
participativas nos dicen que los grupos no deben ser muy grandes
para poder expresar y construir explicaciones. En contraposición, la
búsqueda de generalización de las aproximaciones busca un núme-
ro mayor. Esta es una contradicción sobre la que hay que reflexionar
con más profundidad.
188

Tercero, lo dicho anteriormente genera otra cuestión para el ba-


lance entre subjetividad individual y la dimensión cultural, colectiva
y participativa: ¿cómo se agregan las subjetividades? La literatura
plantea dos maneras: i) agregar mediante promedios (método de me-
dia geométrica); crítica: las subjetividades no son adheribles; ii) mé-
todo deliberativo, es más coherente con la participación y la demo-
cracia; crítica: siempre hay agentes fuertes que sesgan la discusión; y
iii) método de votación.
Finalmente, la escala -10<ai<10 tiene un cuestionamiento teórico
y uno metodológico. A nivel teórico, si bien los satisfactores pueden
ser positivos o negativos (dado que algunos satisfactores en realidad
son «inhibidores» y «destructores»), el índice está hecho para revelar
una distancia percibida entre la situación actual de satisfacción de
una necesidad comparada con una situación ideal o utópica. En este
sentido, se podría argumentar que los valores de ai deberían ser todos
positivos, denotando insatisfacción, y ser cero cuando el grupo con-
sidera que los satisfactores de hecho satisfacen la necesidad. El pro-
blema metodológico consiste en la intensidad de la expresión subje-
tiva y se asocia al problema teórico. Al preguntar a la comunidad qué
tan satisfecha o insatisfecha se encuentra una necesidad, la escala
de veintiún opciones por necesidad es inmanejable para un taller. El
ejercicio consistiría en evaluar 36 preguntas en las que habría que
llegar a un acuerdo. Si el acuerdo es muy ágil y dura 10 minutos por
pregunta, el ejercicio de valoración duraría 360 minutos o 6 horas.
Hay que tener en cuenta que esto se hace posterior a los talleres cua-
litativos de construir las matrices que son varios y toman varias se-
siones de múltiples horas. Como ejemplo, solo para la casilla Ocio-Te-
ner, de acuerdo a la propuesta inicial, tendríamos la siguiente escala:

Muy insatisfecho Ni satisfecho ni insatisfecho Muy satisfecho


-10 -9 -8 -7 -6 -5 -4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Como se hace visualmente evidente, esta escala es compleja de res-


ponder. Basta hacerse la pregunta uno mismo para saber que no es
muy claro si uno debería asignar, por ejemplo, un -6 o un -7. Una
alternativa sería medir la distancia percibida entre el estado actual
189

y el estado utópico, que se manifiesta en una intensidad de insatis-


facción 0<ai<10. En esta aproximación, solo se vería el lado de la in-
satisfacción, y así se evita que en los agregados las necesidades más
positivas compensen a las más negativas. Ante la pregunta ¿Qué tan
insatisfecha se encuentra cierta necesidad?

En extremo
Muy poco

Bastante

Mucho
Nada

Poco
0 2 4 6 8 10

En esta representación, se asume una relación ordinal de insatisfac-


ción donde Nada equivale a la percepción de satisfacción y es equi-
valente a cero (la situación donde todas las necesidades están satis-
fechas daría un valor del indicador igual a cero). Además, la escala
ordinal de insatisfacción cualitativa Nada, Muy poco, Poco, Bastante,
Mucho, En extremo, se asocia a una cuantitativa: 0, 2, 4, 6, 8, 10.
Aquí surge una pregunta operativa. Ya que el taller es bastante
complejo, ¿en qué forma podría llegarse a construir una herramien-
ta como esta, es decir, ¿cómo altera esto la lógica del taller? Una res-
puesta podría ser que, dado que el índice mide «el grado de realiza-
ción subjetiva de la matriz utópica de las NHF» (Fuders et al. 2016,
p. 94), solamente en la fase de comparación de la matriz de síntesis
negativa con la de síntesis positiva será posible crear la noción de
satisfacción o inhibición. Los instrumentos para levantar esta infor-
mación serían aplicados aquí.

Primeras experiencias, limitaciones y


proyecciones
Aparte de las preguntas discutidas anteriormente, identificamos
otras cuestiones a resolver que se mencionan en los siguientes pá-
rrafos.
El proceso participativo y deliberativo de la construcción de la
matriz status quo y la matriz utópica que son necesarias para la cons-
190

trucción del índice fue muy exhaustivo. La experiencia nos mostró


que se forman discusiones entre los participantes, y mientras ma-
yor es el número de personas participando en los talleres, más inten-
sas son las discusiones. En ambas comunidades en las que se trató
de aplicar el índice en zonas rurales de Los Ríos (Chile) el resultado
no fue satisfactorio. Los participantes de los talleres en ambos ca-
sos dijeron que ya habían hecho mucho trabajo de expresar lo que
pensaban en los talleres para construir las dos matrices (status quo
y utópica), es decir, que ya habían identificados los problemas, y al
responder un cuestionario adicional era una carga adicional que no
querían asumir. Sin embargo, si se hubiese implementado de una for-
ma más didáctica, de tal modo que a los participantes del taller no
les hubiera aparecido como «carga adicional», podría haber resulta-
do mejor.
Como se explicó arriba, la metodología originalmente pensada
fue que se llena la matriz a partir de talleres participativas con 10-15
personas y entre los participantes se decide deliberativamente el va-
lor que se asigna a cada celda. No obstante, también sería posible que
cada persona al final del taller, es decir después de haber construi-
do comúnmente las matrices status quo y utópica, aplica de manera
individual y anónimamente un número a cada casilla de la matriz
status quo. Esto podría considerablemente disminuir el tiempo que
se requiere para construir el índice, dado que se evitan discusiones
que se pueden formar sobre qué número aplicar a cada celda de la
matriz. Es decir, no es necesario que las y los participantes en el ta-
ller llegasen a un acuerdo sobre qué número asignar a cada celda. Al
asignar los valores de forma individual luego se debe promediar los
valores finales del índice para obtener el índice por el grupo o la co-
munidad. Si se realiza una cantidad grande de talleres, el promedio
de los valores asignados en cada celda de igual forma podría consi-
derase como representativos.
Lo positivo de ese índice es que no entra en el dilema de norma-
tividad cultural y la arbitrariedad al escoger satisfactores o indica-
dores, como sucede en los casos de los índices conocidos donde ar-
bitrariamente se eligen algunos artefactos o circunstancias como
indicadores del desarrollo. Sin embargo, como ya se mencionó en la
191

publicación original (Fuders et al. 2016), el IDEH tampoco está total-


mente exento de arbitrariedad. Ésta puede resultar principalmente
del papel del moderador en el seminario o taller en el momento de
obtener los datos. Es decir, transferir la matriz de necesidades huma-
nas en números para cada celda depende de la interpretación de los
status quo y de la matriz de utopía, y podría verse influenciada por las
habilidades y por la personalidad misma del moderador.53
Para disminuir este problema se podría desarrollar un manual
comprensible que explicite la forma en cómo se debería traducir la
matriz en un valor o número. Además, el organizar capacitaciones
para los moderadores de las encuestas que les permitan ponerse de
acuerdo y practicar la forma de asignar los valores de la matriz po-
dría ayudar a «estandarizar» la valorización de la matriz. Alternati-
vamente, se podría crear un grupo de científicos bajo el techo de una
organización internacional que lleve a cabo las encuestas de manera
estandarizada en diferentes regiones o partes del mundo. Es decir, se
podría tratar de que sean las mismas personas que moderen los ta-
lleres o las encuestas y así disminuir la distorsión descrita.

Conclusiones
El índice propuesto cumple con los requisitos identificados arri-
ba. La medición es multidimensional, subjetiva y se refiere a las per-
sonas. Es decir, atrás de cada número se encuentran personas o co-
munidades con sus necesidades y las realidades de vida. De esta
forma, el índice logra lo que ninguno de los demás índices puede lo-
grar: integra ventajas de la medición subjetiva con la ventaja de la
multidimensionalidad, que hasta el momento sólo ofrecen indicado-
res objetivos (Fuders et al. 2016). A diferencia con indicadores clási-

53  Especialmente en la operacionalización de los pseudo-satisfactores e inhibidores el modera-


dor tiene una tarea difícil al explicar el significado y la envergadura de ellos a los participantes
que a menudo son poco letrados. La existencia de pseudo-satisfactores e inhibidores pueden
tener una gran influencia en el bienestar (o malestar) de las personas. Probablemente una de
las tareas más importantes al obtener los datos para el IDEH será asegurar que los pseudo-sa-
tisfactores e inhibidores sean reconocidos como tales y no sean considerados con un valor
positivo sino negativo en la valorización de la respectiva celda.
192

cos, esta multidimensionalidad se basa en la medición del grado de


satisfacción de necesidades humanas que según la teoría son iguales
en todas culturas.
El IDEH es indicador del desarrollo endógeno basado en el con-
cepto del Desarrollo a Escala Humana que mide el grado de satis-
facción subjetiva de las NHF. El índice propuesto es al mismo tiem-
po cualitativo y cuantitativo. El índice es cualitativo porque valoriza
la percepción subjetiva de la satisfacción de las NHF experimentado
por las personas interrogadas, es decir el índice trata de personas
y no de objetos. Así, el promedio de los valores en cada celda de la
matriz de necesidades refleja la satisfacción subjetiva de necesidades
objetivas, por lo que es una forma de cuantificar lo cualitativo.
Si bien los primeros intentos de aplicar el índice revelaron cier-
tas dificultades, el concepto es innovador y estamos convencidos de
que vale la pena seguir perfeccionándolo. Con un poco de práctica
se podría lograr establecer un instrumento que permita visibilizar
el grado de (in)satisfacción de NHF en grupos sociales de múltiples
regiones y países, y especialmente de lugares que se encuentren con
situaciones socio-ecológicas complejas. Llancahue es un caso ejem-
plar en este sentido, ya que es un parque periurbano, en los límites
de la ciudad de Valdivia, que provee de agua y de otros servicios eco-
sistémicos a la ciudad (aunque el servicio de recreación, educación
ambiental y turismo hasta la fecha ha sido limitado) y colinda con
familias campesinas en de Lomas del Sol, así como con grandes y
continuas plantaciones de especies exóticas, es decir Llancahu es sin
duda parte fundamental de un sistema socio-ecológico complejo. Se-
ría muy interesante construir series de tiempo y comparar el desen-
volvimiento del índice en una región y cruzar estos datos con las se-
ries de tiempo del PIB o del Happy Planet Index.
Para finalizar, cabe señalar que el IDEH no sólo permite medir y
evaluar el desarrollo endógeno a través de la satisfacción percibida
de las necesidades fundamentales, sino también es un instrumento
de gran valor para planificadores el desarrollo. Esto es porque la me-
todología del índice requiere llenar la matriz status quo y la matriz
de utopía, y este ejercicio ayudará entender qué es lo que se tiene que
hacer para desarrollase en forma «positiva», es decir para buscar ca-
193

minos hacia la satisfacción de las necesidades fundamentales. En ese


sentido, el índice permite sobrepasar la «crisis de utopías» que se
produce porque según Max-Neef et al. (1998) la gente perdió su ca-
pacidad de soñar. Es un índice que permite diseñar y soñar (disoñar
como solía decir Manfred Max-Neef) el futuro.

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ANEXOS

197

Anexo 1
Capítulos de libros y publicaciones
científicas vinculados a Llancahue

Capítulos de libros Bosques Nativos. Avances en la investigación


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Argentina y el oeste de los Estados Unidos.
Estudios en Silvicultura de Bosques Nativos Socio-Económico-Político
Volumen 2, pp. 271-317. Mora-Motta A, T Stellmacher, G Pacheco Ha-
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Soto D, C Salas, PJ Donoso, D Uteau. 2010. Struc-
201

Anexo 2
Principios (P), Criterios (C), Indicadores
(I) y Verificadores para evaluar la
gestión ambiental en la cuenca de
Llancahue
(Fuente: Roger Guardiola. 2016. Principios, criterios, indicadores y verificado-
res para evaluar la gestión ambiental en la cuenca de Llancahue (Valdivia, sur
de Chile). Trabajo final para optar al título de máster en ingeniería forestal.
Universitat de Lleida/Universidad Austral de Chile).

P C I V Nombre
1 Se deberá promover la conservación de la biodiversidad
1 Se conserva la diversidad de comunidades
La diversidad y estado de conservación de los tipos forestales se mantiene
1
o mejora en la cuenca
1 Superficie de bosque por tipo y subtipo forestal
2 Superficie de bosque por clases diamétricas y etapa de sucesión
3 Superficie de bosque con protección especial
4 Distribución de los tipos forestales dentro de la cuenca
5 Fragmentación entre la cuenca de Llancahue y el paisaje circundante
La superficie y porcentaje de bosques afectados por disturbios naturales
2
se mantiene o reduce en la cuenca
1 Superficie y tipos de vegetación dañada por plagas y enfermedades
Número de árboles y superficie dañada por sequía y temporales de lluvia
2
y viento
3 Las comunidades indicadoras no muestran cambios desfavorables
Riqueza y abundancia de anfibios como bioindicadores del estado de
1
salud del entorno
2 Riqueza y abundancia de poblaciones o grupos funcionales de insectos
Riqueza y abundancia plántulas de especies arbóreas de dosel
3
pertenecientes a diferentes gremios de regeneración
4 Riqueza y abundancia de aves dispersoras de semillas
4 Se mantienen o mejoran los atributos asociados al bosque adulto
1 Densidad de árboles y área basal por hectárea
2 Área basal aportada por los árboles >80 cm de DAP
3 Coeficiente de heterogeneidad de Gini
4 Material leñoso muerto
Área basal aportada por los individuos de las especies tolerantes a la
5
sombra
2 Se conserva la diversidad de especies
202

P C I V Nombre
1 Se conservan las especies dependientes del bosque
Listado de especies de flora y fauna nativas presentes en la cuenca de
1
Llancahue y su categoría de conservación
Protección de las especies catalogadas como vulnerables, en peligro de
2
extinción y en peligro crítico
3 Clasificación del estado de conservación de las distintas especies
2 Las especies exóticas presentes no suponen una amenaza
1 Listado de especies exóticas presentes
2 Superficie ocupada por la flora exótica
3 Se conserva la diversidad genética
1 Se mantiene o aumenta la variabilidad genética de las especies objetivo
1 Tamaño efectivo de la población
2 Flujo genético
2 Se mantiene o aumenta la diversidad genética de las especies objetivo
1 Número y frecuencia relativa de alelos
2 Varianza de genes
Se deberá promover la conservación de los recursos hídricos y edáficos de
2
la cuenca
1 Se mantienen las principales características hidrológicos de la cuenca
1 Se mantiene una buena calidad del agua en la cuenca
1 Evaluación físico-química de la calidad del agua
Evaluación de la calidad del agua según parámetros biológicos: los
2
macroinvertebrados como bioindicadores
Abundancia de determinadas especies como indicadores biológicos de la
3
calidad del agua
La cantidad de agua (caudales) mensual promedio se mantiene en la
2
cuenca
Evaluación de las características del flujo mediante la realización de
1
hidrogramas
2 Caudal y periodicidad del flujo estacional en la cuenca
3 Tasa de aprovechamiento del agua de lluvia
4 Coeficiente de escorrentía superficial
3 Se mantiene una zona ribereña con buena calidad según el Índice QBR
1 Grado de cubierta vegetal de las riberas
203

P C I V Nombre
2 Estructura vertical y horizontal de la vegetación
3 Calidad y la diversidad de la cubierta vegetal
4 Grado de naturalidad del canal fluvial
4 Se mantiene un buen estado ecológico de las riberas según el Índice RQI
1 Continuidad longitudinal de la vegetación riparia
2 Dimensiones en anchura del espacio ripario con vegetación asociada al río
3 Composición y estructura de la vegetación riparia existente
4 Regeneración natural de la vegetación arbórea y arbustiva
5 Condición de las orillas
6 Conectividad transversal
7 Permeabilidad y condición del substrato ripario
2 Los recursos edáficos de la cuenca se conservan
Se mantiene o reduce la superficie de suelo afectado por procesos de
1
erosión
1 Mapeo de la erosión actual y potencial en la cuenca
2 Puntos de erosión extrema causada por el paso de ganado
3 Presencia de zanjas y cárcavas activas
4 Ubicación de las áreas fuentes de erosión
2 Se mantiene o mejora la fertilidad del suelo
1 Alteración física de la fertilidad
2 Alteración química de la fertilidad
3 Alteración biológica de la fertilidad
4 Índice de Madurez (IM) del suelo
.
.
.
.
Esta primera edición en 500 ejemplares de
Historia Natural, Servicios Ecosistémicos y
Perspectivas de Desarrollo de la Cuenca de
Llancahue, Valdivia, Chile
de
Carlos Oyarzún, Pablo Donoso Hiriart, José J.
Núñez, Andrea Pino Piderit, Carlos Zurita, Diego
B. Ponce, Victoria Ordóñez, Victoria Vera-Sovier,
Jorge Machuca-Sepúlveda, Javiera García-Nahuel-
pán, Daniela Barría, Ignacio Montenegro, Sebas-
tián Marimán, Romina Novoa, Ignacio Díaz, Pa-
mela Moreira, Patricio Ojeda González, Christian
Henríquez, Ingrid Rost, Felix Fuders y Alejandro
Mora-Motta,
se terminó de imprimir en julio de 2021 en los ta-
lleres de Imprenta xxxx, ☎ (56 xx) x xxx xxx,
www.xxxxxx.cl para Ediciones Kultrún®,
(56 9) 98 735 924,  653,
[email protected],
Valdivia, Chile.

Diseño y cuidado de la edición a cargo de


Ricardo Mendoza Rademacher

Todos los derechos reservados. Se autoriza su


reproducción parcial para fines periodísticos,
debiendo mencionarse la fuente editorial.

© Carlos Oyarzún, Pablo Donoso Hiriart, José J.


Núñez, Andrea Pino Piderit, Carlos Zurita, Diego B.
Ponce, Victoria Ordóñez, Victoria Vera-Sovier, Jorge
Machuca-Sepúlveda, Javiera García-Nahuelpán,
Daniela Barría, Ignacio Montenegro, Sebastián
Marimán, Romina Novoa, Ignacio Díaz, Pamela
Moreira, Patricio Ojeda González, Christian
Henríquez, Ingrid Rost, Felix Fuders y Alejandro
Mora-Motta,, 2021.
RPI 2021-A-1006 | 08.02.2021
ISBN 956-7291-344-134-5

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