5A T4a Cir. Prod. Del Algodón

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Espacio curricular: Geografía económica y social de la

Argentina actual
curso: 5to A Nivel: Secundaria Superior.
Departamento: Ciencias Sociales. Profesora: Yamila Marecos

Complejo agroindustrial del algodón


La distribución espacial del cultivo del algodón en La República Argentina ocupa principalmente la provincia del Chaco, el nordeste
de Santiago del Estero, y el norte de Santa fe. Esta área nuclear comprende alrededor del 95% de la superficie cosechada y
produce el 95,5% del total nacional. El resto se da en sus alrededores como en la Formosa y Salta. Esta última provincia tiene buen
rendimiento por hectárea, mayor al del Chaco y al promedio del país que es alrededor de 1,700
Kg/ha. Ello se debe a que en el oeste lo poco que se cultiva es con riego como en Catamarca cuyo rendimiento casi duplica el
promedio del país (3,200 kg/ha).
La superficie sembrada y cosechada es inestable porque varía según las campañas de acuerdo con la demanda y los precios del
mercado internacional, la reducción de la demanda por la competencia del hilado sintético, el avance de cultivos competidores como
la soja, la acción del picudo algodonero que produce perforaciones en los capullos por donde se introducen los microorganismos que
deterioran la fibra y también influyen las consecuencias de adversidades climáticas como sequías, granizos e inundaciones, entre
otros factores. Por ejemplo, a comienzos de la década de 1990 por la apertura de la economía argentina y el aumento de los
precios del mercado internacional aumentó la superficie sembrada, la producción y exportación de fibra, pero antes de terminar
dicha década disminuyó el interés de los productores por este cultivo debido al descenso de los precios internacionales y el aumento
de los precios de otros cultivos competidores y rentabilidad como la soja. En la actualidad se recuperó la rentabilidad del cultivo
porque se maximizaron los rendimientos achicando los costos. Ello se logró por la modernización y los nuevos avances tecnológicos y
genéticos. Por esta causa a pesar del picudo algodonero y la fluctuación de los precios internacionales, la producción del algodón
sigue siendo una buena alternativa para los productores de la región. El complejo agroindustrial del algodón quedó fragmentado
regionalmente. La fase agraria y la primera parte de la etapa industrial se localizan en el NEA porque las desmotadoras se
establecieron en la zona de producción por el costo del transporte y para que la materia prima no pierda las condiciones
requeridas para su procesamiento. El resto del proceso industrial como las hilanderías y las tejedurías se localizan
preferentemente en el Gran Buenos Aires por la cercanía a los talleres donde se confeccionan las prendas, al mercado consumidor
y al principal puerto de exportación.
La etapa agraria: para aprovechar mejor la superficie del terreno y aumentar el rendimiento por hectárea se redujo la distancia
entre los surcos. La ingeniería genética creó variedades de algodón transgénicas, con mayor resistencia a las plagas y uniformidad
en la altura de las plantas que favorece la cosecha mecánica.
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Dentro del área algodonera la superficie de las explotaciones difiere mucho de acuerdo como la localización y el desarrollo
tecnológico de las mismas. De acuerdo con las variables anteriores se puede clasificar a los productores en tres estratos
productivos: pequeños, medianos y grandes. La mayor parte corresponde a los pequeños productores, hasta 50 ha, pero dentro de
ellos se deben distinguir los minifundistas (hasta 10 ha) que generalmente no son dueños de la tierra, por ello no tiene créditos
bancarios y reciben apoyo de organismos estatales como el INTA y de distintas organizaciones No Gubernamentales (ONG). La mano
de obra utilizada es principalmente familiar y contratan para trabajos especiales. El resto de los pequeños productores son en
general propietarios de la tierra, tiene maquinarias, aunque en muchos casos obsoletos, hacen rotación de cultivos con soja, maíz,
sorgo, entre otros. Venden su producción a cooperativas o acopiadores y desmotadoras particulares.
Los medianos productores tiene entre 50 y 250 ha, tienen mejores maquinarias que los pequeños, mano de obra permanente y
transitorias para las labores complementarias. Envían la producción a desmotadoras particulares para que realicen el desmote y
luego generalmente los mismos productores
la comercializan.
Los grandes productores son empresas propietarias de tierra y además, en algunos casos, también tienen tierras arrendadas. Por
ello la superficie de la unidad es mayor a las 250 ha., con mayor uso de riego y maquinarias modernas como las cosechadoras que
cortan el capullo, compactan la fibra y la reparan para el transporte. Algunas empresas tienen integración vertical: plantación,
desmote y comercialización.
La transformación industrial el primer proceso es el desmote del capullo. Se denomina desmotadora a la máquina que separa la
fibra de la semilla. La mayor parte de las desmotadoras corresponden al sector privado y el resto a cooperativas, las primeras
cuentan con maquinarias más modernas de alta producción. La fibra es la parte más importante de este cultivo, es procesada en

a
las hilanderías y los hilados e utilizan como materia prima textil. La resistencia y finura del hilado dependen del largo, el diámetro

Geografí
y la resistencia de la fibra. Sobre la base de estas características se crearon patrones para distinguir las calidades y fijar sus
precios, tarea que realizan los clasificadores comerciales.
Una pequeña parte e la producción de semillas se utilizan para la siembra, el resto para la obtención de aceite y harina o
expellers para la alimentación animal y humana por sus proteínas de alta calidad, la fibrilla se destina a la elaboración de
algodón hidrófilo.
La comercialización: la primera transacción comercial es la del algodón en bruto, luego la de la fibra y la semilla y luego
subproductos.
El algodón cosechado puede ser comercializado como algodón en bruto por distintos canales, como los productores independientes que
lo venden a las desmotadoras o a acopiadores. También los medianos y pequeños productores los comercializan a través de las
cooperativas de las que son socios y pueden
defender mejor el precio.

Profe Yamila Marecos


Las exportaciones de las producciones, especialmente las de fibra, las pueden realizar los propios productores, las desmotadoras,
las compañías internacionales que compran el algodón a los anteriores y lo exportan, o los corredores y/o consignatarios que
representan a los productores o desmotadoras.

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