El Pericardio y Pericarditis
El Pericardio y Pericarditis
El Pericardio y Pericarditis
El pericardio, a veces llamado saco pericárdico, es una membrana serosa de doble capa
que aísla el corazón de otras estructuras torácicas, mantiene su posición en el tórax, previene que
se llene demasiado y sirve como barrera frente a las infecciones. El pericardio tiene dos capas:
una capa interna delgada, el pericardio visceral, que se adhiere al epicardio; y una capa fibrosa
externa, el pericardio parietal, que se une a los grandes vasos que entran y salen del corazón, el
esternón y el diafragma. Estas dos capas del pericardio están separadas por un espacio potencial,
la cavidad pericárdica, que contiene cerca de 50 mL de líquido seroso. Este líquido actúa como
un lubricante que previene la fricción cuando el corazón se contrae y se relaja. Aunque el
pericardio tiene poco suministro sanguíneo, está bien inervado y su inflamación causa dolor
intenso.
ETIOLOGÍA:
• Infecciosa
• Micotica
•Fiebre reumática
•Artritis reumatoide
• Alteraciones metabólicas
•Uremia
•Desequilibrio de electrólitos secundarios a enfermedad renal en etapa terminal.
• Mixedema
• Infarto de miocardio
• Cirugia cardíaca
• Traumatismos torácicos
Alteraciones congénitas
Las alteraciones que aumentan el volumen de líquido en el saco pericárdico interfieren con el
llenado cardiaco, por lo que reducen el gasto cardiaco.
PERICARDITIS AGUDA
INCIDENCIAS Y PREVALENCIA
Un 2% de los catarros de las vías aéreas superiores siguen algún grado de compromiso
pericárdico y un tercio de ellos presentan el síndrome de pericarditis aguda. Asimismo, casi un
28% de la pericarditis aguda tienen el antecedente de un cuadro viral de las vías aéreas
superiores 1 o 2 semanas antes del inicio de los síntomas.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las manifestaciones de la pericarditis aguda incluyen una tríada de dolor torácico, frote
pericárdico y cambios electrocardiográficos (ECG). Los hallazgos clínicos varían según el agente
causal. Casi todas las personas con pericarditis aguda tienen dolor torácico. Por lo general, el
dolor es de inicio súbito y de tipo agudo, se localiza en el área precordial y puede irradiarse al
cuello, la espalda, el abdomen o los costados.
El dolor precordial está presente en el 60% de los pacientes y se caracteriza por ser urente
o quemante (a veces opresivo), intenso y de rápida instalación, localizado en la parte baja del
esternón, pero irradiado a toda la cara anterior del tórax; aumenta con la inspiración profunda y
se alivia parcialmente en la posición genupectoral (plegaria mahometana). Se prolonga hasta la
aparición del derrame pericárdico o hasta la resolución de la pericarditis seca (48 a 72 horas).
Por lo general, el dolor se intensifica con la tos, la deglución y los cambios posturales a
causa de las variaciones en el retorno venoso y el llenado cardíaco. El paciente a menudo
encuentra alivio cuando está sentado e inclinado al frente. Es importante distinguir el dolor
torácico de la pericarditis del causado por infarto de miocardio agudo o embolia pulmonar (EP).
Por su parte, el síndrome febril si bien se presenta solo en el 30% de los casos, asociado
con el dolor precordial, orienta decididamente el diagnóstico. Puede ser leve y manifestarse
únicamente por astenia y febrícula.
DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTO
PERICARDITIS CONSTRICTIVA
INCIDENCIA Y PREVALENCIA:
DIAGNÓSTICO