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RESUMEN
El trabajo aborda la normativa jurídica que rige en la provincia de Santiago del
Estero (Argentina) referida al Código de aguas, aprobado por ley nº 4.869/83,
modificado por la ley n° 4.939. Sus “objetivos” son: establecer su enfoque; la
internalización de los principios ambientales; la consideración de los efectos
nocivos degradantes del ambiente; las regulaciones jurídicas que implementa; la
organización administrativa. Todo ello a la luz de los Planes Nacional Federal de
Recursos Hídricos y Maestro provincial; las leyes nacionales argentinas nº
25.675/00 de “política y gestión ambiental” y nº 25.688/03, que regula el “régimen
de gestión ambiental de aguas”; la Constitución provincial y la ley n° 6.321/96 de
“defensa conservación y mejoramiento del ambiente y los recursos naturales” de
Santiago del Estero y los derechos humanos al ambiente, el desarrollo
sustentable, la calidad de vida, la biodiversidad y el agua. Se concluye que el
Código, en su contenido, internaliza la dimensión ambiental.
Palabras clave: Código de aguas, ambiente, provincia de Santiago del Estero.
ABSTRACT
The paper deals with the legal regulations in force in the province of Santiago del
Estero (Argentina) relative to the Water Code, approved by law nº 4.869/83, as
amended by law nº 4.939. Their "goals" are to establish their approach;
internalization of environmental principles; consideration of degrading harmful
effects of the environment; implementing legal regulations; administrative
organization. All this in light of the Federal National Water Resources Plans and
provincial Master; Argentine national laws nº 25.675/00 of "environmental policy
and management" and nº 25.688/03, which regulates the "regime of
environmental water management"; the provincial Constitution and law nº
6.321/96 "defense conservation and improvement of the environment and natural
resources" of Santiago del Estero and human rights to the environment,
sustainable development, quality of life, biodiversity and water. We conclude
that the Code, its content, internalizes the environmental dimension.
Keywords: Water Code, environment, province of Santiago del Estero.
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1. Introducción
La mayor parte de la naturaleza es vida y sin agua no hay vida. Por ende, el
agua condiciona la existencia de la vida, en sentido genérico, como así también de
las vidas de todos los seres vivientes de los reinos vegetal, animal y humano. Este
condicionamiento, que es de vida o muerte, lleva a la necesidad de un enfoque
holístico, sistémico, dinámico, interdisciplinario del ambiente, por ser el ambiente
una dimensión que corta horizontalmente (Gligo, 1986), todos los sectores y
actividades, en suma todos los seres, todas las vidas. No es una variable o un
aspecto más sino una parte sustantiva y compleja de la realidad misma que a
veces ha sido dejada de lado (Sánchez, 1983). Dicha dimensión opera como un
común denominador que amalgama, orienta y da sentido a la existencia y las
acciones (Victoria, 1999).
Hoy existe una mayor conciencia acerca de la importancia del recurso agua, el
cual es indispensable para la vida y el desarrollo de todas las actividades
humanas, y tal conciencia implica además que el agua no es inagotable, y que la
misma debe conservarse, controlarse e incrementarse. A la vez, existe una
creciente preocupación por la calidad del agua, que influye además en su aspecto
cuantitativo, ocupando tal problema un lugar preponderante en la actual política
hídrica de los países. De ahí que se pone el acento en la importancia del agua no
sólo para la vida humana sino para la vida natural, cuestión que también debe
considerarse en las regulaciones internas (Pastorino et al., 2013). Por ello, en el
presente trabajo se aborda el estudio de la normativa jurídica que rige en la
provincia de Santiago del Estero (Argentina) referida al recurso hídrico. A tales
fines constituyen sus “objetivos”: establecer su enfoque; la internalización de los
principios ambientales; la consideración de los efectos nocivos degradantes del
ambiente; las regulaciones jurídicas que implementa; la organización administra-
tiva receptados por el Código de aguas de la provincia de Santiago del Estero,
aprobado por ley nº 4.869/83, modificado por la ley n° 4.939. Todo ello a la luz del
Plan Nacional Federal de Recursos Hídricos (PNFRH; el Plan Maestro provincial
del Recurso Hídrico de Santiago del Estero; las leyes nacionales argentinas nº
25.675/00 de “política y gestión ambiental” y nº 25.688/03, sobre el “régimen de
gestión ambiental de aguas”; la Constitución y la ley provincial n° 6.321/96 de
“defensa conservación y mejoramiento del ambiente y los recursos naturales” de
Santiago del Estero y los derechos humanos al ambiente, el desarrollo
sustentable, la calidad de vida, la biodiversidad y el agua.
2. Enfoque sistémico
Dada la complejidad de la política hídrica, se hace necesario un abordaje ho-
lístico, y por ser lo ambiental un todo, deben estar presentes todos sus elementos,
considerando al ambiente como una totalidad, en un proceso permanente –
histórico (dinámico) y referido a un territorio determinado (especial), aportando
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sus estudios a diversas disciplinas científicas (interdisciplinario). Dicho enfoque
está presente en la consideración que hace el Código de aguas respecto de los
recursos hídricos y, en la noción de cuenca como se verá en Infra 2.a. y 2.b.
2.b. Cuenca
El tratamiento de la cuenca como sistema, se debe a que el ambiente no tiene
fronteras y los recursos hídricos atraviesan más de una provincia, y hasta países,
por lo cual, a los fines de la regulación la cuenca se presenta como la unidad
óptima. Este enfoque sistémico está presente en el Código (arts. 28 a 32). Criterio
también evidenciado en la organización del Comité de Cuenca Salí- Dulce,
conforme se verá en Infra 5.
El Código brinda un concepto de “sistema”, el que se entiende como el área
territorial dentro de la cual es conveniente o beneficio, el uso de aguas de un
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origen determinado (art. 28), pudiendo la autoridad determinar los límites de los
sistemas, las obras necesarias para el uso beneficioso de las aguas y las
modalidades de su construcción, reembolso y manejo (art. 29), la modificación del
ámbito territorial del sistema (art. 30), el cálculo de cargas (art. 31).
La ley n° 6.321/96 establece el tratamiento integral del recurso teniendo en
cuenta las regiones hidrográficas y/o las cuencas hídricas existentes en la
provincia; propiciándose a ese fin la creación de Comité de Cuencas (art. 45),
conforme se verá en Infra 5.
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Se habla del clima cuando se establece que en las concesiones para riego la
dotación de agua se entregará en base a una tasa de uso benéfico que, teniendo en
cuenta la categoría de las concesiones, las condiciones de la tierra, del clima, y de
las posibilidades de la fuente; fijará la autoridad de aplicación para cada sistema
(art. 106).
Se hace referencia a los yacimientos mineros y petrolíferos cuando se dispone
que el uso y consumo de aguas con tal destino necesita concesión (art. 133).
2) “Unidad de ciclos”, por cuanto los recursos hídricos comprenden al agua
en sus diferentes estados, que se integran como una unidad por lo cual se hace
necesario su tratamiento integral por parte de la legislación respecto de los
diferentes tipos de aguas. Así el Código dispone respecto a las aguas superficiales
públicas (arts. 28 a 148), privadas (arts. 12 a 16, 149 a 151, 154), subterráneas (arts.
136, 158 a 179), atmosféricas (arts. 155 a 157, 203), pluviales (art. 154) y vapores
endógenos (art. 179).
3) “Uso múltiple”, está expresamente estipulado en el Código, coordinándolo
y armonizándolo con el de los demás recursos naturales. A tal efecto inventariará
y evaluará los recursos hídricos, planificará y regulará su utilización en procura
de su conservación e incrementación y del máximo bienestar público teniendo en
cuenta la proyección de demanda futura (art. 5), conforme a los usos comunes
(arts. 33 a 36) y especiales (arts. 37 a 45), estableciéndose prioridades respecto a
los últimos (art. 55), conforme se verá en Infra 7) y 12).
4) “Uso eficiente”, el Código regula el costo del agua (art. 6) y ante la
reconocida escasez del recurso establece que las concesiones permanentes pueden
sujetarse a turno o reducción proporcional en cuyo caso la dotación la fijará la
autoridad de aplicación por alícuota de caudal para todos sus titulares. Todas las
concesiones permanentes tienen igual rango. En los casos de escasez previstos en
la norma la autoridad de aplicación dará aviso del régimen establecido (art. 68).
Asimismo, cuando el Código alude a las obligaciones del concesionario se afirma
que el uso del agua o álveo debe ser efectivo y eficiente, conforme los términos de
la concesión (art. 76).
La ley nº 6.321/96 se refiere al principio de la economía del recurso (art. 43, inc. c)
y a la actualización de valores y agentes contaminantes contenidos en las
reglamentaciones vigentes, teniendo en cuenta para ello las normas nacionales e
internacionales aplicables (art. 46).
5) “Economicidad del agua” y su costo social, implica procurar el uso óptimo
de los recursos. El Código no se refiere al reuso de aguas recicladas después de su
uso en la industria, pero si alude a las aguas recuperadas en el uso agrícola. Así,
cuando el concesionario con los caudales otorgados pueda por obras de
mejoramiento o aplicación de técnicas especiales regar mayor superficie que las
concesionadas solicitará ampliación de la concesión la que se acordará
inscribiéndose en el Registro pertinente. (art. 107). Por otra parte se estipula en
relación a la contaminación (arts. 181 a 185) conforme se verá en Infra 15).
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El cálculo del canon y demás cargas financieras que deban abonar los usuarios
de cada sistema, se efectuará teniendo en cuenta las obras realizadas, el costo de
operación, su incidencia en cada usuario y la rentabilidad en los productos en que
se use el agua como insumo y los demás factores que en cada caso estime
necesario ponderar la autoridad de aplicación por resolución fundada (art. 31). En
caso de subdivisión de un inmueble con derecho a uso de agua para riego, la
autoridad de aplicación determinará la extensión del derecho de uso que
corresponderá a cada fracción pudiéndose no adjudicar derecho a una de las
fracciones o declarar la caducidad de la concesión si el uso del agua en ellas
pudiera resultar antieconómico (art. 109). Asimismo el Código dispone respecto
a: el cargo del costo de obras necesarias para evitar inundaciones, cambio o
alteración de cauces, corrección de torrentes, encausamiento o alimentación de
obstáculos en los cauces realizados por el Estado, que serán bajo el régimen de
fomento o no (art. 186); los proyectos de uso múltiple técnica, económica y
socialmente justificados los que tienen prioridad sobre los de uso singular (art. 7).
6) “Uso racional”, esto es, de acuerdo con lo que dicta la razón pero basado en
los reclamos de la naturaleza y compatibles con el bien común, su uso debe ser
economizado y cuidadoso. El Código al regular el referido uso múltiple
planificará y regulará su utilización en procura de su conservación e
incrementación y del máximo bienestar público teniendo en cuenta la proyección
de demanda futura (art. 5).
7) “Distribución equitativa”, conforme a las necesidades de la comunidad, en
tal sentido se fijan las prioridades de las concesiones, conforme se verá en Infra
12), estableciéndose que para zonas determinadas, con carácter general, en
función del interés social o para lograr mayor eficacia y rentabilidad en el uso del
agua, el Poder Ejecutivo, por resolución fundada, podrá alterar el orden de
prioridades establecido (art. 55). El Código establece la política de regulación,
mediante el sistema de reservas, vedas, declaración de agotamiento, limitaciones,
estímulos, concesiones, permisos, prioridades y turnos, condicionándolo a las
disponibilidades y necesidades reales (art. 10).
8) “Uso coordinado”, está puesto de manifiesto en la política de aprovecha-
miento que implementa el Código, a través de planes en que las aguas sean
necesarias como factor de desarrollo, coordinando la autoridad de aplicación con
los demás organismos públicos, señalándose los sectores prioritarios y las obras
necesarias (art. 7).
9) “Contaminador- pagador”, el Código expresamente establece que podrá
convenirse entre concesionarios que descarguen en un mismo cauce o depósito de
aguas que el grado de contaminación se calcule en conjunto y la condición de
validez de estos convenios, será su aprobación por la autoridad de aplicación (art.
184).
10) “Inherencia”, cuando el Código dispone que en caso de subdivisión de un
inmueble que tenga derecho a uso de aguas públicas para una superficie inferior
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a su extensión total, la anotación se hará conforme a la proporción que la
autoridad de aplicación haya determinado para cada una de las subdivisiones. En
el caso de aguas privadas, la subdivisión la harán los interesados, la autoridad de
aplicación podrá no aprobarla solo cuando se viole lo establecido en el artículo
2326 del Código Civil y las leyes provinciales dictadas en su consecuencia (art.
21). El derecho al uso de aguas públicas inherentes a un inmueble, será inscripto
en el Registro de la Propiedad Inmueble como registración complementaria de la
descripción del inmueble e integrativa del asiento del dominio. (art. 23). Además
el Código estipula las obligaciones de los escribanos quienes, previo a la firma de
escrituras de transferencia o constitución de derechos reales sobre inmuebles,
deberán obtener un certificado en el que conste si es inherente al inmueble el de-
recho a usar aguas públicas o privadas y que no se adeude suma alguna en razón
del uso (art. 24).
En caso de subdivisión de un inmueble con derecho a uso de agua para riego,
la autoridad de aplicación determinará la extensión del derecho de uso que
corresponderá a cada fracción pudiéndose no adjudicar derecho a una de las
fracciones o declarar la caducidad de la concesión si el uso del agua en ellas
pudiera resultar antieconómico (art. 109).
La Constitución provincial expresa que el uso de las aguas del dominio
público destinadas al riego es un derecho inherente a los predios, en beneficio de
los cuales se concede en la medida y condiciones determinadas por la ley y en
atención a su función social y económica (art. 108).
11) “Regulación legal de los usos”, debe ser integral, abarcando la cuenca y su
zona de influencia, teniendo en mira el desarrollo sustentable de la región. En tal
sentido regula el Código conforme se señalará en Infra 12).
12) “Prelación de uso”, se fija teniendo en cuenta la realidad socio económica
y la rentabilidad en el uso del agua. Esta es la razón por la cual el Código estable-
ce las prioridades en el siguiente orden: 1) abastecimiento de poblaciones; 2) uso
pecuario; 3) uso agrícola; 4) uso industrial; 5) uso medicinal; 6) uso energético; 7)
uso recreativo; 8) uso piscícola; 9) uso minero. Para zonas determinadas, con
carácter general; en función del interés social o para lograr mayor eficacia y
rentabilidad en el uso del agua, el Poder Ejecutivo, por resolución fundada, podrá
alterar el orden de prioridades establecido (art. 55). En caso de concurrencia de
solicitudes de concesión de un mismo uso, serán preferidas las que a juicio
exclusivo de la autoridad concedente, tengan mayor importancia y utilidad
económico social; en igualdad de condiciones, será preferida la solicitud que
primero haya sido presentada (art. 56).
13) “Componente técnico reglado”, según el cual toda política del medio
ambiente debe tener en cuenta los datos científicos y técnicos disponibles, y
respecto de los recursos hídricos y su calidad para la conservación o mejora-
miento de las aguas es necesario el dictado de reglamentaciones específicas en las
que se fijan los estándares.
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El Código establece que los proyectos de uso múltiple técnica, económica y
socialmente justificados tienen prioridad sobre los de uso singular (art. 7).
Asimismo, el Código al referirse al hallazgo de aguas subterráneas, quienes las
encuentren están obligados a poner el hecho en conocimiento de la autoridad de
aplicación a: suministrar a la autoridad de aplicación información sobre el núme-
ro de éstos y profundidad a que se hallan; la naturaleza; la calidad de las aguas
de cada uno y demás los datos técnicos que establezca la reglamentación (art.
136).
En el año 2010, se dictó el “Reglamento para el control de vertidos de líquidos
residuales”, de aplicación a todos los establecimientos ya instalados o a instalarse
en el territorio de la provincia de Santiago del Estero destinados total o
parcialmente a usos industriales (fábricas, talleres, etc.), a usos comerciales (hote-
les, restaurantes, estaciones de servicio, etc.), o a usos especiales (hospitales,
escuelas, clubes, etc.) que generen efluentes líquidos contaminantes. Establece los
límites para descargas de efluentes líquidos industriales y descargas conjuntas de
líquidos industriales y cloacales.
14) “Pluralidad de objeto de regulación”, implica que debe tender a regular
las restricciones al dominio privado y todas las actividades relacionadas con el
aprovechamiento, conservación y la defensa contra los efectos nocivos de las
aguas, álveos y obras hidráulicas en la provincia (art. 1).
15) “Preservación, conservación, protección de las aguas”, el Código contiene
un libro referido a la protección, conservación y defensa contra efectos dañosos
en las aguas. Prevé de modo general, respecto a la conservación de las aguas y en
tal sentido, la autoridad de aplicación dispondrá las medidas necesarias para
prevenir, proteger y conservar la calidad de las aguas, atenuar o suprimir sus
efectos nocivos, entendiéndose por tales los daños que puedan causar a personas,
cosas o medio ambiente (art. 180). Asimismo se refiere a la contaminación a partir
del concepto de aguas contaminadas, entendidas como las que por cualquier
causa son peligrosas para la salud, inaptas para el uso que se les dé, perniciosas
para el medio ambiente y la vida que se desarrolla en el agua o álveo, o que por
su olor, sabor, temperatura o color, cause molestias o daño (art. 181). Aclara que
la alteración del estado natural de las aguas podrá efectuarse en los modos y
grados que la autoridad de aplicación determine en los reglamentos que dictará
previa consulta con la autoridad sanitaria. Estos reglamentos estarán orientados a
mantener y mejorar el nivel de calidad de vida existente y a posibilitar el mejor
uso de las aguas (art. 185).
Dicho libro se completa con disposiciones referidas a: inundaciones, erosión
de márgenes (arts. 186 a 194); desecación de pantanos (arts. 195, 196); reveni-
miento y salinización (art. 197); avenamiento y desagües generales (arts. 198, 199);
filtraciones (arts. 201, 202); defensa contra los efectos nocivos de las aguas
atmosféricas (art. 203).
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Asimismo está vigente el referido “Reglamento para el control de vertidos de
líquidos residuales” indicado en Supra 13).
Por otra parte, se establece que la autoridad de aplicación podrá fijar áreas de
protección de cuencas, fuentes, cursos o depósitos de agua, donde no será per-
mitido el pasaje de animales, la tala de árboles, la alteración de la vegetación, ni
las actividades que la autoridad de aplicación prohíba. También podrá la
autoridad de aplicación disponer la plantación de árboles, bosques protectores o
las medidas de protección o conservación pertinentes (art. 190).
En relación a las aguas subterráneas, el Código alude a la conservación,
ajustándose a las siguientes condiciones, que: 1) el alumbramiento no ocasione
sensibles cambios físicos o químicos que dañen las condiciones naturales del
acuífero o del suelo; 2) la explotación no produzca interferencia con otros pozos o
cuerpos de aguas ni perjudique a terceros (art. 173). Entre las obligaciones del
concesionario se estipula no infectar las aguas (art. 76).
La Constitución de la provincia establece que los poderes públicos preservan
la calidad y reglan el uso y aprovechamiento de las aguas superficiales,
subterráneas y termales que integran el dominio de la Provincia (art. 108).
La mencionada ley n° 6.321/96, al fijar los “criterios ambientales en el manejo
de los recursos hídricos” se refiere a: la implementación de patrones de calidad
de agua y/o niveles guías de los cuerpos receptores (ríos, arroyos, lagunas,
canales, diques, presas); la evaluación en forma permanente de la evolución del
recurso tendiendo a optimizar la calidad del mismo (art. 44 incs. b, c); la
reglamentación de la calidad de los afluentes cuyo volcamiento puede ser
permitido en la masas de agua; la producción, fraccionamiento, transporte, distri-
bución, almacenamiento, utilización y eliminación de productos o subproductos
cuyo volcamiento, voluntario o accidental, pudiera contaminar, degradar o
disminuir la calidad d las aguas (art. 44, inc. h ptos. 1, 2).
16) “Responsabilidad y restauración”, conforme a la responsabilidad objetiva
y solidaria y, en tal sentido, los dueños y tenedores del fundo sirviente son soli-
dariamente responsables de toda sustracción o disminución de agua que se
verifique en su predio y de los daños que se causen al acueducto, salvo que
demuestre su falta de culpabilidad (art. 256).
Además el Código prevé los perjuicios a terceros, en el uso del agua para
industria que pueda producir alteraciones en las condiciones físicas o químicas de
agua o álveos o en el flujo natural del caudal el instrumento de concesión deberá
aprobar los programas de manejo de la obra hidráulica (art. 114). Y, si con motivo
de la concesión el uso del agua para industria, se causare perjuicio a terceros, se
suspenderá su ejercicio hasta que el concesionario adopte oportuno remedio. La
reiteración de las infracciones a este artículo determinará la caducidad de la
concesión (art. 117).
También se prevé respecto de las aguas utilizadas en una explotación minera,
las que serán devueltas a los cauces en condiciones tales que no produzcan
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perjuicios a terceros. Los relaves o residuos de explotaciones mineras en cuya
producción se utilice el agua; deberán ser depositadas a costa del minero en
lugares donde no contaminen las aguas o degraden el ambiente (art. 138).
A su vez, la autoridad de aplicación responde por los perjuicios que se causen
por anotaciones erróneas o nulas y por el funcionamiento irregular del registro
sin perjuicio de la responsabilidad solidaria de los autores del hecho generador
del daño (art. 22).
17) “Ecodesarrollo y la sustentabilidad”, implica que el desarrollo económico
no debe degradar más allá de los parámetros establecidos para cada recurso, ni
aún pagando. Se trata de construir un modelo de desarrollo integrado, fundado
en el respeto a la naturaleza y en la solidaridad entre los hombres, en el cual se
sustituyen los criterios productivos tradicionales por criterios ecoproductivos que
implican el aprovechamiento racional de los recursos naturales.
La Secretaría del Agua tiene como “visión”: una provincia con un modelo de
Gestión Integral del Recurso Hídrico (GIRH) en funcionamiento. Su “misión” es:
lograr que el agua deje de ser una limitante y se convierta en un factor de desa-
rrollo sustentable.
18) “Descentralización operativa”, según surge de la organización institu-
cional del gobierno de los recursos hídricos como se verá en Infra 5. Además, la
ley nº 6.321/96 se refiere a los principios de: la descentralización operativa (art. 43,
inc. d), la unidad en la gestión (art. 43, inc. a).
19) “Coordinación institucional”, la política de aprovechamiento del Código
establece que en los planes en que las aguas sean necesarias como factor de
desarrollo la autoridad de aplicación en coordinación con los demás organismos
públicos señalará los sectores prioritarios y las obras necesarias (art. 7).
En la concesión para uso recreativo se estipula que debe oírse previamente a
la autoridad cuyo cargo esté la actividad recreativa o turística en la provincia; esta
autoridad regulará; en coordinación con la autoridad de aplicación todo lo
referido al uso establecido en este Título; la imposición de servidumbres y
restricciones al dominio privado y el ejercicio de la actividad turística o recreati-
va; conforme a una adecuada planificación (art. 129).
El Plan Maestro provincial del Recurso Hídrico de Santiago del Estero, habla
de la coordinación y cooperación entre todos los organismos, hídricos y no
hídricos, que influyen sobre la gestión hídrica, conforme lo establece el Plan
Nacional Federal de Recursos Hídricos (PNFRH).
La ley nº 6.321/96 se refiere a la coordinación y cooperación entre organismos
de aplicación públicos o privados, involucrados en el manejo del recurso (art. 43,
inc. e).
20) “Participación ciudadana”, al preveer la conformación de consorcios de
usuarios. El Código establece que los concesionarios pueden asociarse formando
consorcios para mantener, conservar, administrar o colaborar en la administra-
ción del agua, canales, lagos u obras hidráulicas conforme normas especiales que
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les acordarán el derecho de elegir sus autoridades y administrar sus rentas bajo
control y supervisión de la autoridad de aplicación (art. 75) y en los sistemas
demarcados, la autoridad de aplicación podrá: 1) crear uno o más distritos; 2)
homologar por resolución los acuerdos, laudos, usos y costumbres existentes
relativos a forma de distribución de las aguas, entrega de dotación, contribucio-
nes o trabajos necesarios para construcción y mantenimiento de obras y
construcción de consorcios, en los que pueden ser obligados a participar todos los
usuarios cuando la mayoría de ellos así lo decida. (art. 32).
Asimismo cuando se regula las concesiones del uso de agua con destino al
abastecimiento a poblaciones, éstas serán otorgadas por la autoridad de aplica-
ción; sea que el servicio se preste por la misma autoridad o mediante concesión o
convenios con otras entidades estatales, consorcios o particulares; bajo control de
la autoridad de aplicación (art. 93).
Por otra parte, la construcción y mantenimiento de desagües podrá ser encar-
gada o autorizada por la autoridad de aplicación o consorcios de usuarios en la
forma y condiciones que en cada caso se establezca (art. 200).
La Secretaría del Agua, entre sus objetivos estipula la participación y compro-
miso de la comunidad.
La Constitución de la provincia establece que los poderes públicos estimulan
la expansión de las zonas bajo riego y la constitución de consorcios de regantes.
Los usuarios del agua pública tienen participación en todo lo concerniente al
aprovechamiento de aquélla (art. 108). La ley nº 6.321/96 se refiere al principio de
la participación de los usuarios” (art. 43 inc. g).
21) “Integración al resto de la legislación ambiental y sobre recursos
naturales”, dado que los recursos hídricos en cuanto recursos naturales renova-
bles forman parte del ambiente, la legislación que los regule debe integrarse a la
legislación ambiental. El Código no contempla de modo expreso este principio
aunque sí la interdependencia de los recursos conforme se señaló en Supra 1).
4.a. Dominiales
En el tratamiento jurídico del uso y aprovechamiento de las aguas interesa el
circuito de dicho uso y aprovechamiento (Victoria et al., 2002).
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El Código realiza el tratamiento de las aguas públicas (arts. 28 a 148); privadas
(arts. 12 a 16, 149 a 151, 154); subterráneas (arts. 136, 158 a 179), atmosféricas (arts.
155 a 157, 203), pluviales (art. 154) y vapores endógenos (art. 179).
Respecto a las aguas privadas establece su regulación (art. 12), su uso (art. 13),
obligaciones de los titulares de derechos sobre las mismas respecto al suministro
de datos requeridos por la autoridad de aplicación y la inscripción de su título en
el “Registro de Aguas Privadas” que llevará la autoridad de aplicación (art. 14);
efectos de la inscripción (art. 15).
La “política de regulación”, es mediante el sistema de reservas, vedas, decla-
ración de agotamiento, limitaciones, estímulos, concesiones, permisos prioridades
y turnos, condicionado a las disponibilidades y necesidades reales (art. 10). El
Código de modo exprese se refiere a las “reservas, vedas, limitaciones” (art. 8).
El Código expresamente establece que su “objeto” son las restricciones al
dominio privado y todas las actividades relacionadas con el aprovechamiento,
conservación y la defensa contra los efectos nocivos de las aguas, álveos y obras
hidráulicas en la provincia de Santiago del Estero (art. 1).
Hay usos comunes y usos especiales. Toda persona tiene derecho al uso
común de las aguas, siempre que tenga libre acceso a ellas y no excluya a otro de
ejercer el mismo derecho (art. 33). Se enumeran como usos comunes: 1) la bebida,
higiene humana, uso doméstico y riego de plantas, siempre que la extracción se
haga precisamente a mano; sin género alguno de máquinas o aparatos, sin
contaminar las aguas, deteriorar álveos, márgenes u obras hidráulicas, ni detener,
demorar o acelerar el curso o la surgencia de las aguas; 2) abrevar o bañar el
ganado en tránsito, navegación no lucrativa, uso recreativo y pesca doméstica y
deportiva; 3) el alumbramiento; uso y consumo de aguas subterráneas (art. 34),
formas del uso (art. 35), prioridad y gratuidad de los mismos (art. 36).
El Código también se refiere a: las restricciones al dominio (arts. 226 a 229),
específicamente a las limitaciones al dominio con motivo del uso del agua sub-
terránea (art. 170); la ocupación temporal (arts. 230 a 232); a las servidumbres
urbanas (art. 244), mineras (art. 245), privadas (art. 246), de acueducto (arts. 249 a
256), desagüe (art. 257), avenamiento (art. 258), abrevadero (arts. 260 a 264);
expropiación (arts. 265 a 266).
La mencionada Constitución provincial establece que la Provincia regula el
uso y aprovechamiento de los ríos interprovinciales que atraviesan su territorio,
mediante tratados con las otras provincias sobre la base de la participación
equitativa y razonable, priorizando los usos consuntivos de las aguas de la
cuenca, evitando la contaminación y agotamiento de las fuentes (art. 109);
implementa el consejo de aguas para uso agropecuario (arst. 110); el aforo de los
ríos y canales de la provincia para acordar nuevas concesiones de agua o ampliar
las zonas de cultivo (art. 111).
La ley nº 6.321/96 se refiere al principio de la regulación del uso de las napas
de agua termo minerales (art. 43, inc. f).
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4.b. Formales
El Código estipula tres registros obligatorios, de: 1) las aguas pertenecientes al
dominio privado que se anoten de conformidad a lo establecido en el Código; 2)
las aguas públicas otorgadas en uso mediante concesión o permiso; 3) las
empresas perforadoras para extracción de aguas subterráneas y profesionales
universitarios responsables (art. 17). Se establece el carácter público del registro y
el efecto de la inscripción (art. 18); la rectificación de errores de inscripción (art.
19) y su procedimiento (art. 20). El derecho al uso de aguas públicas inherentes a
un inmueble se inscribe en el Registro de la propiedad inmueble (art. 23). Se
estipulan las obligaciones de los escribanos quienes, previo a la firma de
escrituras de transferencia o constitución de derechos reales sobre inmuebles,
deberán obtener un certificado en el que conste si es inherente al inmueble el
derecho a usar aguas públicas o privadas y que no se adeude suma alguna en
razón del uso (art. 24). También se refiere a las anotaciones de modificaciones del
dominio y derechos reales (art. 25). También se refiere al Registro de aguas
privadas (art. 14) y los efectos de su inscripción (art. 15).
Asimismo se regula el Catastro de aguas superficiales y subterráneas que
indicará la ubicación de cursos de agua, lagos, fuentes, lagunas, esteros, aguas
termominerales, fluidos o vapores endógenos, o geotérmicos, pozos, acuíferos,
caudal aforado, volúmenes en uso, usos otorgados, naturaleza jurídica del
derecho al uso, obras de regulación y de derivación efectuadas y aptitud que
tengan o puedan adquirir las aguas para servir usos de interés general (art. 26) y
la información necesaria para el catastro (art. 27).
También el Código hace alusión de modo general, al inventario y evalúo de
los recursos hídricos (art. 5) y, específicamente al inventario de aguas
contaminadas en el que debe establecerse su grado de contaminación que se
registrará en el catastro de aguas. Este inventario será actualizado anualmente.
También deberán formularse planes quinquenales para evitar o disminuir la
contaminación (art. 183).
La mencionada ley n° 6.321/96 habla de la realización de un catastro físico-
químico general, implementando los convenios necesarios con los organismos
técnicos y de investigación (art. 44 inc. d).
4.c. Contractuales
El Código prevé que los concesionarios que descarguen en un mismo cauce o
depósito de aguas podrán convenir que el grado de contaminación se calcule en
conjunto. Será condición de validez de estos convenios su aprobación por la
autoridad de aplicación (art. 184).
4.d. Concesionales
El uso del agua pública solo puede ser realizado mediante permiso o
concesión que determinará la extensión y modalidades del derecho de uso. Es así
95
que toda persona pública, privada o mixta, para usar privativamente de las aguas
deberá obtener previamente permiso o concesión (art. 37). La autoridad de
aplicación podrá, por resolución fundada, modificar las modalidades del derecho
de uso cuando un cambio de circunstancias lo determine y no se modifique
sustancialmente el ejercicio funcional del derecho acordado (art. 38). Los usos
especiales de las aguas son aleatorios y se encuentran condicionados a la
disponibilidad del recurso y a las necesidades reales del titular. El Estado no
responde por disminución, falta de agua o agotamiento de la fuente (art. 39); éste
tiene un poder discrecional ya que no es obligatorio el otorgamiento del derecho
de uso especial, aún cuando el agua no se encuentre sujeta a reserva, veda o
limitación. La autoridad competente puede denegar la petición por razones de
oportunidad o conveniencia que deberán ser alegadas y debidamente
fundamentadas (art. 40). Operan limitaciones al otorgamiento de usos ya que no
serán autorizados usos especiales que alteren la integridad física o química de las
aguas o varíen su régimen en perjuicio de la ecología regional (art. 41). Se prevé el
caso de agotamiento de la fuente, cuando la disponibilidad de agua de una
determinada fuente se encuentre totalmente comprometida con concesiones o
permisos acordados, la autoridad de aplicación podrá declararla agotada; en cuyo
caso no se recibirán más solicitudes de concesiones o de permisos (art. 42). Se
regula el derecho implícito ya que el que tiene derecho a un uso especial lo tiene
igualmente a los medios necesarios para ejercitarlo; y puede, con sujeción a las
normas del Código y a la vigilancia de la autoridad de aplicación, usar de las
obras públicas y hacer a su costa, previa autorización, las obras necesarias para el
uso de su derecho (art. 43).
Se estipula expresamente los casos de otorgamiento de permisos para: 1) la
realización de estudios y ejecución de obras; 2) las labores transitorias y
especiales; 3) el uso de aguas en los casos de período de reserva o veda (no se
acordarán concesiones del recurso reservado ni del uso vedado) (art. 9); los
aprovechamientos anteriores según leyes provinciales (art. 276) mientras se
tramita la legitimación del aprovechamiento; 4) el uso eventual y temporario de
aguas sobrantes y desagües, supeditado a posible disponibilidad; 5) las pequeñas
utilizaciones de agua o álveos, o para utilizaciones de carácter transitorio; 6) los
usos de aguas públicas por concesión, a quienes no pueden acreditar su calidad
de dueños del terreno cuando esta acreditación sea necesaria para otorgar
concesión; 7) la pesca (art. 46).
Hay diferencias entre los permisos y las concesiones. Los permisos serán
otorgados a persona determinada, no son cesibles, solo crearán a favor de su
titular un interés legítimo y salvo que exprese su duración, pueden ser revocados
por la autoridad de aplicación con expresión de causa en cualquier momento sin
indemnización (art. 47). Mientras que las concesiones constituyen el derecho
subjetivo al uso especial de aguas, obras, material en suspensión o álveos
públicos; se ejercerá por concesiones que la autoridad de aplicación otorgará de
96
oficio a petición de parte previo los trámites establecidos en el Código y su
reglamentación (art. 54).
En el caso de aguas atmosféricas los permisos y las concesiones tienen carac-
terísticas especiales ya que serán personales o temporarios; pudiendo exigirse a
su titular; previo a su otorgamiento; fianza que a juicio de la autoridad de
aplicación sea suficiente para cubrir los perjuicios que pueda demostrarse; son
efecto directo o inmediato de los experimentos o usos permitidos o concedidos
(art. 157).
Las concesiones permanentes pueden ser restringidas en su uso o suspen-
didas temporariamente en caso de escasez o falta de caudales o para abastecer a
concesiones que las precedan en el orden establecido en el Código. En caso que la
escasez o falta de caudales se deba a actos de autoridad pública, el Estado indem-
nizará solamente el daño emergente que se cause al concesionario. En general las
concesiones tienen derecho a indemnización cuando son suspendidas sin justa
causa (art. 82).
Pero si falta el objeto concesible, la concesión se extinguirá, sin que ello genere
indemnización a favor del concesionario, salvo culpa del Estado por: 1) agota-
miento de la fuente de provisión; 2) perder las aguas aptitud para servir al uso
para el que fueron concedidas. La declaración producirá efectos desde que se
produjo el hecho generador de la declaración de extinción y será hecha por la
autoridad de aplicación a oficio o a petición de parte con audiencia del interesado
y no exime al concesionario de las causas que tuviere pendientes en razón de la
concesión (art. 87). Cuando medien razones de oportunidad o conveniencia, o las
aguas sean necesarias para abastecer nuevas concesiones de usos propietarios
según el orden establecido en el Código, la autoridad de aplicación podrá revocar
cualquier concesión indemnizando el daño emergente (art. 88). Se estipula en
relación al monto de la indemnización de tal modo que la falta de acuerdo sobre
el monto de la indemnización autorizará al concesionario a recurrir a la vía
judicial. El desacuerdo sobre el monto de la indemnización o su falta de pago, en
ningún caso, suspenderá los efectos de la renovación por falta de objeto conce-
sible en los casos de falta de objeto concesible y que procede indemnizar (art. 89).
Se establecen las prioridades de las concesiones ya señaladas en Supra 3. Se
efectúa una clasificación de las concesiones: 1) permanentes y eventuales (arts. 65
a 68); 2) continuas y discontinuas (arts. 69, 70); perpetuas temporarias (arss. 71,
72); reales o personales (art. 73). Se estipulan las obligaciones del concesionario
(art. 76).
97
harán los interesados, la autoridad de aplicación podrá no aprobarla solo cuando
se viole lo establecido en el artículo 2326 del Código Civil (división de las cosas
cuando convierta en antieconómico su uso) y las leyes provinciales dictadas en su
consecuencia (art. 21). En caso de subdivisión de un inmueble con derecho a uso
de agua para riego, la autoridad de aplicación determinará la extensión del
derecho de uso que corresponderá a cada fracción pudiéndose no adjudicar
derecho a una de las fracciones o declarar la caducidad de la concesión si el uso
del agua en ellas pudiera resultar antieconómico (art. 109). También se prevé el
caso de una heredad en la que corren aguas de una vertiente se divida por
cualquier título; quedando el lugar en donde las aguas nacen en manos de un
propietario diferente del lugar en donde murieren; las vertientes y sus aguas
pasarán al dominio y su aprovechamiento se rige por las disposiciones del
Código (art. 149).
4.f. Procesales
El Código establece la jurisdicción y competencia. Como regla general, todas
las cuestiones vinculadas a los derechos y obligaciones emergentes de concesio-
nes o permisos otorgados, administración, distribución, conservación, protección
y defensa contra efectos nocivos de las aguas, imposición de limitaciones al
dominio y expropiaciones que no sean diferidas a la competencia de los tribu-
nales ordinarios u otras entidades serán resueltas por la autoridad de aplicación
(art. 267). Además se contempla la audiencia de parte (art. 268); el procedimiento
administrativo (art. 269); la no admisión de interdictos ni medidas de no innovar
contra resoluciones de la autoridad pública (asrt. 270); la competencia judicial
ordinaria respecto a las cuestiones referidas a: 1) el dominio de aguas, álveos y
márgenes; 2) las servidumbres y restricciones al dominio de índole civil; 3) los
montos indemnizatorios, si no hay acuerdo en sede administrativa; 4) los daños y
perjuicios (art. 271).
Asimismo se dispone respecto a: la impugnación de las resoluciones adminis-
trativas que hayan creado derechos subjetivos, y que se ejercerá por la admi-
nistración o por los interesados ante los Tribunales en lo contencioso adminis-
trativo por acción ordinaria o de lesividad, según corresponda, de acuerdo a la
competencia establecida en las leyes respectivas (art. 272) y la ejecución fiscal
para el cobro de canon, tasa, contribuciones de mejoras, reembolso de obras o
trabajos efectuados por cuenta o en beneficio de personas titulares o no de uso de
agua, álveos u obras públicas, multas, sanciones conminatorias, o cualquier
obligación pecuniaria establecida por este Código, leyes conexas o reglamentos
de aplicación (art. 273).
98
4.g. De contralor
El Código de modo general se refiere al control y vigilancia del uso de las
aguas, álveos, obras hidráulicas y de las actividades que pueden afectarlos, el que
estará a cargo de la autoridad de aplicación del mismo a la que se facilitará el uso
de la fuerza pública y las órdenes de allanamiento necesarios (art. 3).
En las concesiones de agua, en general se establece sobre el control de
extracción por medio de dispositivos que permitan aforar el caudal extraído
conforme a lo que disponga la autoridad de aplicación (art. 60).
Respecto a las aguas del dominio privado quedan sujetas al control y a las
restricciones que en interés público se establezcan (art. 12).
Específicamente, se regula las concesiones para: uso del agua con destino a las
poblaciones, las que serán controladas por la autoridad de aplicación (art. 93); el
embotellamiento de aguas minerales será reglamentado y controlado por la
autoridad sanitaria (art. 121); las de uso energético que serán otorgadas por la
autoridad de aplicación, pero el control de la actividad comercial; técnica y
económica del concesionario estará a cargo de la entidad estatal encargada de la
supervisión y coordinación de la generación de energía (art. 123); en este último
uso, se establece que intervendrá necesariamente, entidad estatal encargada del
control y coordinación de la generación de energía (art. 126); el suministro de
agua o prestación de un servicio, donde la autoridad de aplicación tendrá los más
amplios derechos de inspección y contralor sobre el concesionario pudiendo en
caso de interés público tomar a su cargo; a costa del concesionario; la prestación
del servicio o el suministro de agua (art. 143); los estudios y trabajos tendientes a
la modificación del clima; para evitar el granizo y provocar y evitar lluvias;
deberán ser autorizados por las entidades que regulen la actividad aeronáutica y
los servicios de meteorología y controlados por éstas en todas sus etapas; aún las
experimentales (art. 155).
En el uso y aprovechamiento de las aguas subterráneas, los trabajos serán
controlados y supervisados por la autoridad de aplicación (art. 165).
Respecto a los usos especiales, se habla de vigilancia por parte de la autoridad
de aplicación (art. 43).
La mencionada ley n° 6.321/96, al establecer los “criterios ambientales en el
manejo de los recursos hídricos” se refiere a c) la evaluación en forma
permanente de la evolución del recurso tendiendo a optimizar la calidad del
mismo (art. 44, incs. c) y a la reglamentación de la implementación de sistemas de
monitoreo periódicos que controlen el cumplimiento de normas reglamentarias”
(art. 44, ins. h, pto 3).
4.h. Contravencionales
El Código contiene un título referido al régimen contravencional, que prevé:
multas y sanciones conminatorias. Se aplican multas por el uso indebido del
servicio, y la autoridad de aplicación, tendrá en cuenta las circunstancias del caso,
99
graduará, con un mínimo equivalente al doble del valor del canon de dos
hectáreas año y hasta un máximo de veinte veces de dicho valor, sin perjuicio del
pago por las hectáreas servidas indebidamente al momento en que se verifique la
infracción (art. 274). En los casos en que según el Código corresponda la apli-
cación de sanciones conminatorias la autoridad de aplicación, teniendo en cuenta
las circunstancias del caso, las graduará y obligará al pago de una suma cuyo
máximo será el importe del canon anual establecido para una hectárea perma-
nente y cuyo mínimo la décima parte el máximo. Las sanciones se aplicarán por
día, por semana o por mes mientras la infracción subsista (art. 275).
Además, en el Código se encuentran diversas normas que hacen referencia a
la aplicación de multas y sanciones conminatorias (arts. 14, 27, 45, 136, 138, 178,
185, 193, 197, 242, 249, 273).
En el “Estatuto de las sociedades de agricultores regantes de las comunales de
la zona del Río Dulce – Santiago del Estero” del año 1971, se establece, entre las
atribuciones y deberes de las mismas: fijar el porcentaje de multa que deberá
imponerse al socio moroso o al que no contribuya a la limpieza o reparación de
obras de arte de la comunal o ramal particular, la cual no deberá superar el 30 %
del importe que le corresponde abonar por hectárea empadronada; adoptar
cuantas disposiciones sean necesarias, con sujeción al Reglamento de Riego Río
Dulce, a fin de hacer efectivas las cuotas individuales de los socios y de las
indemnizaciones o multas que se impongan en función de las penalidades de este
Estatuto (art. 7 incs. j, k).
100
La Secretaría del Agua tiene como “visión”: una provincia con un modelo de
Gestión Integral del Recurso Hídrico (GIRH) en funcionamiento. Su “misión” es:
lograr que el agua deje de ser una limitante y se convierta en un factor de
desarrollo sustentable. Sus “objetivos” son: el agua potable y saneamiento; el
ordenamiento jurídico e institucional; el plan Maestro provincial del Recurso
Hídrico; la eficacia y eficiencia en la gestión del recurso; las obras de
infraestructura y tareas de mantenimiento; la participación y compromiso de la
comunidad. El Plan Maestro internaliza el proceso participativo que facilita la
coordinación y cooperación entre todos los organismos, hídricos y no hídricos,
que influyen sobre la gestión hídrica, conforme lo establece el Plan Nacional
Federal de Recursos Hídricos (PNFRH).
La ley nº 6.321/96 se refiere al principio de la descentralización operativa (art.
43, inc. d) y al de unidad en la gestión (art. 43, inc. a), asimismo propició la
creación del Comité de Cuencas (art. 45) y alude al principio de la coordinación y
cooperación entre organismos de aplicación públicos o privados, involucrados en
el manejo del recurso (art. 43, inc. e)
El 19 de octubre de 2006, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable
de la Nación, la Subsecretaría de Recursos Hídricos, y los gobiernos de Santiago
del Estero y Tucumán, acordaron formular, en forma conjunta, un Plan de
Gestión de la Cuenca. Esta iniciativa fue informada y aprobada en el Comité Téc-
nico de Cuenca. En dicho Comité Técnico, integrado por representantes de orga-
nismos de las áreas hídrica y ambiental de las provincias y de la Nación, se
consensuó también la creación formal del Comité de Cuenca Interjurisdiccional
del Río Salí Dulce (CCI), a través de un Tratado Interjurisdiccional.
El actual Comité de la Cuenca Salí Dulce nació el 21 de Marzo 2007, cuando se
firmó el acta Acuerdo para su creación, por parte de las provincias de Catamarca,
Córdoba, Salta, Santiago del Estero, Tucumán los Ministerios del Interior, de
Planificación Federal e Inversión Pública y Servicios y Jefatura de Gabinete de
Ministros.
Este Comité es una instancia de cooperación, colaboración y de coordinación
entre las provincias integrantes de la cuenca y las autoridades nacionales involu-
cradas en la materia. Su “objetivo” es: acordar y avalar propuestas de acciones
conjuntas o coordinadas dirigidas a facilitar una gestión eficiente, equitativa y
sustentable de las aguas de la Cuenca del Río Salí Dulce. Su sede está en la ciudad
de Santiago del Estero, pudiéndose establecer subsedes en cualquiera de las pro-
vincias de la cuenca, previo acuerdo del Consejo de Gobierno del Comité de
Cuenca. Sus “integrantes” son el Consejo de Gobierno, la Comisión Técnica y la
Unidad del Plan de Gestión Ambiental.
Por otra parte, se destaca en el Código normas referidas a la conformación de
consorcios de usuarios. Así, los concesionarios pueden asociarse formando
consorcios para mantener, conservar, administrar o colaborar en la administra-
ción del agua, canales, lagos u obras hidráulicas conforme normas especiales que
101
les acordarán el derecho de elegir sus autoridades y administrar sus rentas bajo
control y supervisión de la autoridad de aplicación (art. 75). También otras
normas del Código (arts. 75, 32, 93, 200) y de la Constitución provincial (art. 108)
hacen referencia a los consorcios, conforme se vio en Supra 3.
Con antelación al vigente Código, se dictó el Estatuto de las sociedades de
agricultores regantes de canales comuneros del Río Dulce, Santiago del Estero.
Sus propósitos primordiales son: a) agremiar a los agricultores de la citada
comunera con la finalidad de administrar la distribución del agua de riego, velar
por sus intereses y conseguir su mejoramiento técnico social y económico,
aconsejando a la vez las medidas que más convengan para el perfeccionamiento
de su sistema de regadío; b) evitar las cuestiones y litigios entre los diversos
usuarios del agua y en casos concretos proporcionar a sus asociados soluciones
amistosas y ajustadas a disposiciones estatutarias en todos los conflictos que
pudieran suscitarse sobre su verdadera interpretación; c) persuadir a sus
asociados de la necesidad de someterse voluntariamente a lo preceptuado en las
Ordenanzas y Reglamento de Riego aprobado por la Comisión Coordinadora
Mixta y a su exacto cumplimiento, renunciando expresamente a toda otra
jurisdicción o fuero para su observancia, siempre que sean respetados sus
derechos en concordancia a las estipulaciones del mismo; d) crear dentro de ella
si fuera necesario, sub-comisiones tendientes a procurar el estricto cumplimiento
de los fines que motivan la fundación de esta Comisión de Agricultores Regantes
(art. 2). La participación como socio de una comunera es obligatoria para todos
los usuarios tributarios de dicho cauce y con derecho de riego; cesa únicamente
con la extinción de la condición de regante, pero se transmite al nuevo propietario
u ocupante (art. 17).
Este Estatuto es de aplicación actual a los consorcios conformados en el área
de riego del Río Dulce, por lo que los mismos funcionan bajo la forma de
asociaciones de agricultores regantes, a las que se les exige personería jurídica
cuando nuclean un sector mucho mas amplio de riego como ser A Paz 4, 5,
Asociaciones de Regantes de La Banda; no exigiéndose dicho requisito para los
consorcios con reducido número de miembros que a su vez conformen los
consorcios de mayores proporciones.
En el área del Río Dulce se pueden citar los consorcios de regantes: Canal sur
segunda sección; Canal la Cuarteada; Canal Norte; Canal Secundario a T 2 y sus
derivados. Para el área del Río Salado en el presente año (2014) se conformó el
Consorcio de Regantes de Taboada, con facultades sobre los canales de riego que
atraviesan dicho departamento y el Consorcio Hídrico del Sudeste Santiagueño.
También de antigua data (1970), es el Reglamento para el aprovechamiento de
las aguas del Río Dulce en la zona del proyecto Río Dulce que se sigue usando en
la organización interna de los consorcios de regantes. Así, la distribución del
riego en las secciones será ejercida por consorcios (art. 36); los que tendrán
jurisdicción sobre una o más secciones de riego, según lo determine la autoridad
102
de aplicación (art. 69); debiendo ser obligatoriamente miembros del consorcio de
regantes correspondiente, todos los regantes que se proveen de un mismo canal
secundarios, terciario, o cuaternario o pertenezcan a una misma sección de riego
serán, obligatoriamente (art. 70); cesando el carácter de miembro del consorcio
con la extinción de su condición de regante, pero se transmite al nuevo propie-
tario (art. 71). Se establecen obligaciones para los consorcios como ser: los gastos
de distribución de caudales, de conservación de canales de riego, desagües,
drenajes y de obras de arte, como así también los de construcción de nuevas
obras, si ello fuera necesario, para mantener la eficiencia del servicio y así lo orde-
nara la autoridad de aplicación. Los miembros del consorcio contribuirán al pago
de estos gastos y al de los de la Administración en la proporción de las magnitu-
des de sus respectivas concesiones reconocidas por la autoridad de aplicación y
con independencia de la ubicación del predio dentro de los límites de la zona del
consorcio (art. 72). Por otra parte, los consorcios exigirán a todos sus integrantes
la ejecución, dentro de las respectivas propiedades, de todas las labores de
limpieza y mantenimiento del sistema de riego, desagüe y drenaje que sean nece-
sarias para obtener un alto grado de eficiencia en el aprovechamiento del agua
que le sea entregada, debiendo disponer en su estatuto la adopción de medidas
punitivas eficaces para la consecución de este fin, pudiendo, en este caso, realizar
aquellas tareas directamente el consorcio con cargo al regante remiso (art. 73).
6. Conclusiones
El agua es un recurso que debe estar disponible no solo en la cantidad
necesaria sino con la calidad que se requiere para los diferentes usos y aprovecha-
mientos. Por ello la “sustentabilidad” constituye una limitación en la utilización
de los recursos, entendida como una utilización racional, con un consumo del
agua que satisfaga las necesidades presentes, pero sin desmedro de las generacio-
nes futuras.
Por lo que el objetivo de la política de aprovechamiento del recurso hídrico
debe realizarse armonizando el valor “social”, “económico” y “ambiental”.
El Código de aguas de la provincia de Santiago del Estero, internaliza dichas
dimensiones. Específicamente, la dimensión ambiental, está puesta de manifiesto
en: la noción sistémica de cuenca y recursos hídricos; los principios ambientales;
la consideración del uso, aprovechamiento racional y los efectos nocivos, degra-
dantes; la presencia de algunas relaciones jurídicas como las: dominiales;
formales; contractuales; concesionales; transmisionales o sucesorales; procesales;
de contralor y contravencionales y la organización y funciones de los organismo
de aplicación.
La única forma de lograr utilizar el agua en beneficio de la sociedad proven-
drá de encontrar el balance justo en la aplicación de estos tres faros que guían
103
nuestra política hídrica; lo cual sólo será posible alcanzar a través de la
participación ciudadana en la toma de decisiones.
El eficiente manejo de nuestros recursos hídricos se logrará a través del cum-
plimiento de todos, y de no solo algunos de los principios de política hídrica
enunciados. En este sentido, se puede afirmar que el Código de aguas de la pro-
vincia de Santiago del Estero (1982), anterior a: la sanción de la norma ambiental
provincial (1996) y la reforma de la Constitución provincial (2005); las leyes
nacionales de “política y gestión ambiental” (2000) y sobre el “régimen de gestión
ambiental de aguas” (2003); el Plan Nacional Federal de Recursos Hídricos
(PNFRH) y el Plan Maestro provincial del Recurso Hídrico, fue una norma visio-
naria que encarnó las dimensiones ambiental y social y el modo de gestión inte-
gral participativa que facilita la coordinación y cooperación entre todos los orga-
nismos, hídricos y no hídricos, que influyen sobre la gestión hídrica, contribuyen-
do de este modo al desarrollo sustentable de la provincia.
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105