El Maíz, Autor Imanol, Brayan, Daniel.
El Maíz, Autor Imanol, Brayan, Daniel.
El Maíz, Autor Imanol, Brayan, Daniel.
El maíz es una planta originaria de América y ha sido cultivada durante miles de años en diferentes
regiones del continente. Se cree que el maíz fue domesticado por primera vez en el área conocida
como el Bajío en México, alrededor de 9,000 años atrás, a partir de una planta silvestre llamada
teocintle.
Desde su origen en México, el cultivo del maíz se extendió a otras partes de América, incluyendo
América Central y del Sur. Los arqueólogos han encontrado evidencia de la presencia de maíz en
Perú que data de al menos 6,700 años atrás. Durante milenios, el maíz ha sido un alimento básico en
la dieta de muchas culturas precolombinas en la región andina.
En el antiguo Perú, el maíz jugó un papel fundamental en la alimentación y la cultura de las
civilizaciones prehispánicas como los Incas. Se cultivaron diferentes variedades de maíz adaptadas a
los diversos microclimas de la región, y su consumo estaba muy arraigado en la vida cotidiana de las
comunidades.
El maíz también tuvo un significado simbólico y religioso en la cultura peruana. Fue venerado como
un regalo de los dioses y se le atribuyeron propiedades sagradas. Además, el maíz estaba presente
en mitos y leyendas, y se utilizaba en ceremonias y rituales.
Con la llegada de los españoles a América en el siglo XVI, el maíz se difundió a nivel mundial. Los
españoles llevaron el maíz a Europa y, a su vez, introdujeron otras plantas y cultivos en América. El
maíz se adaptó bien a diferentes climas y su cultivo se expandió por todo el mundo, convirtiéndose
en uno de los alimentos más importantes a nivel global.
En resumen, el maíz es originario de México y se domesticó hace aproximadamente 9,000 años.
Llegó al Perú hace unos 6,700 años y se convirtió en un alimento fundamental en la dieta y la cultura
de las civilizaciones precolombinas en la región andina.
Como sembrar maíz correctamente según un ing. Agrónomo:
Preparación del suelo: Elige un terreno bien drenado y trabaja el suelo para eliminar malezas, piedras y residuos
vegetales. Puedes arar o utilizar técnicas de labranza mínima, dependiendo de las condiciones y recomendaciones
locales.
Elección de semillas: Selecciona variedades de maíz adaptadas a tu región y a las condiciones de cultivo. Ten en
cuenta factores como el clima, el tipo de suelo y las plagas comunes. Puedes obtener semillas certificadas de
proveedores confiables.
Época de siembra: Determina el momento adecuado para sembrar según tu ubicación geográfica y el clima local. El
maíz generalmente se siembra en primavera o al comienzo de la temporada de lluvias, cuando las temperaturas son
adecuadas y el suelo se ha calentado lo suficiente.
Preparación de la siembra: Siembra las semillas en hileras o al voleo, dependiendo del método que prefieras o que se
adapte mejor a tu contexto. Puedes utilizar sembradoras mecánicas para asegurar una distribución uniforme de las
semillas.
Distancia de siembra: La distancia entre plantas y filas puede variar según la variedad y las recomendaciones
específicas, pero generalmente se sugiere dejar entre 20 a 30 centímetros entre plantas y entre 60 a 90 centímetros
entre filas.
Profundidad de siembra: La profundidad ideal para sembrar las semillas de maíz es de aproximadamente 3 a 5
centímetros, dependiendo de las condiciones del suelo. Asegúrate de cubrir las semillas con suficiente tierra para
proporcionarles protección y un buen contacto con el suelo.
Riego: Después de la siembra, proporciona un riego inicial para ayudar a las semillas a germinar. El maíz necesita
agua regularmente durante su crecimiento, especialmente durante las etapas críticas como la floración y la
formación de las mazorcas.
Manejo de malezas y plagas: Controla las malezas mediante técnicas de deshierbe y utiliza métodos de control
integrado de plagas para manejar insectos y enfermedades que puedan afectar el cultivo.
Recuerda que estas son pautas generales, y las prácticas agrícolas pueden variar según la región y las condiciones
específicas. Siempre es recomendable consultar a expertos locales y seguir las recomendaciones específicas para
obtener los mejores resultados en tu área de cultivo.
¿Qué semilla es mejor para sembrar maíz?
La etapa VE dentro de la fenología del maíz está referida a la emergencia a través del suelo del coleóptilo
u hojas (Abendroth et al., 2011). Una adecuada germinación no garantiza la emergencia exitosa del
cultivo de maíz, para ello el coleóptilo debe alcanzar la superficie del suelo antes de que las hojas que
tiene en su interior se expandan. Normalmente el maíz requiere de 100 a 120 GDD (grados días de
desarrollo o suma térmica) para emerger, es entonces que la emergencia bajo condiciones favorables
puede tomar de 5 a 7 días o hasta cuatro semanas en suelos con temperaturas muy frías.
La elongación del meso cotilo permite la elevación del coleóptilo hacia la superficie del suelo, su
capacidad para alongarse puede llegar aproximadamente hasta los 15 cm. El meso cotilo es blanco y
tubular, responsable de la conexión entre la semilla y el coleóptilo; técnicamente es el primer entrenudo
del tallo. Por otro lado, cuando el coleóptilo está cercano a la superficie del suelo comienza a estar
expuesto a longitudes de onda corta (infrarrojo), las cuales provocan que se dé un cambio en la oferta de
una o más hormonas de crecimiento del meso cotilo, ocasionando que se detenga en este último su
crecimiento (Vanderhoef y Briggs, 1978). Dado que la profundidad a la que la planta detecta la luz
infrarroja es bastante constante, la profundidad de la corona o base del coleóptilo es similar,
encontrándose entre 1.3 a 1.9 cm, a pesar de ser siembras de 2.5 cm de profundidad o mayores.
hoja
Figura 2. Emergencia del coleóptilo del maíz en donde se aprecia el inicio de la expansión de la primera
hoja verdadera.
La continua expansión de las hojas dentro del coleóptilo termina en algún momento determinado por
romperlo en su punta, permitiendo que la primera hoja verdadera pueda emerger. Si el alargamiento del
meso cotilo ha sido el adecuado se tendrá la punta del coleóptilo, así como la emergencia de las hojas por
encima de la superficie del suelo.
Temperatura adecuada y uniforme. Temperaturas menores a 10 °C provocan una lenta y/o irregular
germinación, por lo que es esencial evitar en lo máximo las posibilidades de sembrar bajo estas
condiciones de temperatura. Por el contrario, las temperaturas altas son responsables de una
germinación rápida (5 a 7 días), siempre y cuando cuenten con la humedad adecuada. La des uniformidad
de temperaturas en la zona donde se deposita la semilla puede ser a causa de la textura, color y drenaje
del suelo, la cobertura de residuos en el terreno o la profundidad de siembra.
Contacto adecuado y uniforme de la semilla con el suelo. Un contacto uniforme entre el suelo y la semilla
permite de manera rápida y uniforme la imbibición o absorción de agua. Se debe evitar que se tengan
terrones, piedras y una excesiva cantidad de residuos que obstruyan el contacto de la humedad.
Superficie del suelo libre de costra. La formación de costra o compactación de la capa superficial restringe
la aparición del coleóptilo, causando que emerjan las hojas por debajo suelo e incluso ser causante de su
muerte. Es recomendable evitar labranzas excesivas, sobre todo si se prevén lluvias antes de la
emergencia del cultivo, además de no ejercer presiones excesivas con la rueda compactadora que limite
la emergencia del coleóptilo.
LA FERTILIZACIÓN DEL MAÍZ
La fertilización del maíz es importante para garantizar que la planta reciba los nutrientes que
necesita para alcanzar su máximo potencial. Veamos cuándo y cómo abonar el maíz, así como
algunos consejos para elegir el abono adecuado para su jardín.
Hay muchos tipos de abono que puedes utilizar para tu maíz. Sólo es cuestión de saber elegir el
mejor abono para el maíz y cuándo aplicarlo, para que tengas buenos resultados con plantas
de maíz sanas.
Un abono orgánico: este tipo utiliza materiales animales o vegetales como ingredientes. Se
alimentan de bacterias en el proceso de descomposición que liberan los nutrientes lentamente
en el suelo. Esto significa que entran menos nutrientes en tus cultivos, pero permanecen más
tiempo porque no son arrastrados fácilmente por el agua de lluvia después de aplicarlos en el
suelo durante el tiempo de fertilización. Los fertilizantes orgánicos se consideran más seguros
que los químicos, ya que éstos tienden a dañar a los insectos beneficiosos que viven en la zona
y que ayudan a proteger otros tipos de plantas de plagas como los pulgones.
Abono NPK: este tipo utiliza nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). El nitrógeno es muy
importante para el crecimiento de las plantas, ya que favorece la fotosíntesis. El fósforo ayuda
a fortalecer el sistema radicular de las plantas, mientras que el potasio regula la absorción de
agua para favorecer la salud de las hojas, los tallos y la producción de frutos. (granulados,
foliar, urea.)
La mejor guía de alimentación dependerá del tipo de plantas de maíz que tengas: el abono
para el maíz dulce necesita menos que el maíz de campo.
Abonar el maíz cuando es joven: si utilizas abono orgánico, abónalo cuando se forme la
primera hoja después de plantar las semillas, mezclándolo con la tierra alrededor de cada
plántula o aplicándolo en la capa superior de la tierra hasta antes de la fase de floración, pero
no demasiado cerca de la época de la cosecha para que no se quemen durante ésta. En el caso
de los fertilizantes NPK, aplíquelos tres semanas después de la germinación y, a continuación,
cada 30 días hasta que comience la brotación, lo que significa que está casi listo para la
cosecha.
Autores:
-Imanol Leonel López de la cruz
-Brayan
-Daniel villa