TP Nacionalismo Argentino

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTIAGO DEL ESTERO

HISTORIA DEL PENSAMIENTO POLÍTICO Y JURÍDICO

TEMA: Nacionalismo Argentino


ALUMNO: Laura Yampe
COMISIÓN: 6
PROFESORA: ATAIDE, Aldana
AÑO: 2019
PRÓLOGO
El “Nacionalismo en Argentina” es relevante para la historia nacional porque es un
movimiento que surge como resistencia a los cambios promovidos por el crecimiento
comercial con el propósito de establecer e identificar la identidad o ese sentimiento de
pertenencia hacia nuestra Nación.
Su importancia radica en que el nacionalismo promueve un patriotismo en los
ciudadanos, llevándolos a reconocer los derechos que como sociedad poseen, creando
así su propia identidad.
En este trabajo se propone analizar la aparición, el desarrollo y el apogeo del
movimiento nacionalista en la Argentina. Conscientes de que tiene cierta complejidad, se
privilegia temas genéricos que militaron en esta corriente de pensamiento.
Para poder comprender con mejor precisión como se dio este nacionalismo en
nuestro país, se considera que es apropiado establecer un ordenamiento cronológico que
refleje de manera clara la evolución del nacionalismo argentino, describiendo así cada una
de sus etapas.
INTRODUCCION
Con la formación del estado moderno (estado nacional) se instala en el vocabulario
cotidiano el concepto de nación, que se entiende por “Conjunto de personas de un mismo
origen étnico que comparten vínculos históricos culturales, religiosos, dentro de un mismo
territorio”. La misma se desarrolló en un proceso que se extendió entre el siglo XVI y XVIII
en el continente europeo.
La aceleración de los procesos de cambio impulsados por los avances científicos,
los adelantos tecnológicos y el incremento de las actividades comerciales fomentaron en
cada uno de los Estados nacionales el surgimiento de esa poderosa clase que los diseña a
su medida. En la búsqueda de legitimar su dominación y control social, la burguesía
comenzó a utilizar al pueblo como elemento de presión. Pero para tan fin debió seducir a
las clases populares, y uno del os recursos preferidos estuvo en exaltar aquellos elementos
que hermanasen a la burguesía con las clases más postergadas: además del odio a la
nobleza, necesito priorizar los valores que se asociaron con la reafirmación de la identidad
y así aparecieron la historia común, los sentimientos de amor a la tierra, la simbología y la
liturgia patriótica (la bandera, el himno, la conmemoración de fechas fundamentales, etc.).
Naturalmente la exacerbación de estos valores favoreció el surgimiento de un fuerte
sentimiento nacionalista.
El nacionalismo incide en el desarrollo de una nación al punto de inventarla o
destruirla.
Otro factor que contribuyó al desarrollo del nacionalismo fue la coyuntura, ya que el
equilibrio europeo pensado por los estadistas de las grandes potencias demostró el poco
interés que para aquellos tuvieron los problemas puntuales de los habitantes de las
regiones repartidas, lo que determino la existencia de Estados sumamente heterogéneos,
cultural, étnica y sobre todo comercialmente.
La principal destinataria de la critica nacionalista fue la ideología liberal,
especuladora en esencia, y por asociación todas las corrientes de pensamiento
universalistas, que no reparaban en el respeto irrestricto a las características peculiares de
cada nación. En esa línea también plantearon su abierta discrepancia con el socialismo y
el anarquismo.
El fin del siglo XIX y los comienzos del XX condujeron al enfrentamiento denominado
la Gran Guerra, ya que la avidez por conquistar nuevos mercados ocasionó la superposición
de intereses capitalistas en un mundo donde no quedaba espacio por ocupar. Esta
competencia entre naciones obligó a los gobiernos liberales a inculcar un desmesurado
amor a la patria como fórmula para obtener ciudadanos dispuestos a comprometerse y por
ende dar su vida si fuera necesario, en favor de la causa nacional.
El Nacionalismo en la Argentina
Los gobiernos nacionales del modelo agroexportador le permitió al país insertarse
exitosamente en el mercado internacional, pero generando el desplazamiento de algunos
sectores económicos; producto de estos cambios, quedaron marginados y en gran medida
subordinados a los grupos que ensamblaron una alianza con el capital extranjero,
especialmente inglés. El sector excluido comenzó a establecer su perfil propio, y distinguió
el nacionalismo vernáculo del universal, pues el nuestro se plasmo en una resistencia
empecinada en los cambios promovidos por el crecimiento comercial. Por lo tanto, podemos
identificar nuestro primer nacionalismo por: 1) estar constituido por un conjunto, escaso y
heterogéneo, de personalidades; 2) provenir mayoritariamente del interior del país; 3) tener
una visión de la vida retrospectiva y nostálgica, basada en la asociación prestigio = tenencia
de la tierra y antigüedad en el lugar; 4) poseer una axiología que enaltecía la tradición y la
veneración por los ritos y las costumbres ancestrales del hombre de campo;5) sentir un
gran desconsuelo por el ritmo vertiginoso de los cambios producidos por el modelo
económico aplicado y las ideas ultraliberales proclamadas por los gobernantes; 6) una
postura xenófoba frente al inmigrante a quien consideraba una amenaza para el acervo
cultural criollo.
Llegado este momento nos parece apropiado establecer un ordenamiento
cronológico que ilustre fehacientemente la evolución del pensamiento argentino, esta
división nos permite enunciar cuatro periodos:
1) Protonacionalismo: fase de generación intelectual del pensamiento
2) Nacionalismo elitista: tramo en el cual los nacionalistas realizan el pasaje de la teoría
a la acción.
3) Nacionalismo corporativo: periodo en el que el nacionalismo desperdicia una
excelente oportunidad de consolidarse con seguridad y es rápidamente desplazado
de una posición de privilegio.
4) Nacionalismo populista: lapso en el que se produce modificaciones en el pensamiento
nacional y se allanan los caminos para la recuperación del poder político, hecho que
se produce con la revolución del 4 de junio, a partir de la irrupción de Juan Domingo
Perón.
Protonacionalismo (hasta 1912)
Surge con la aparición de intelectuales posteriores a mayo, quienes comenzaron a
pensar desde una óptica Argentina. Al respecto Sarmiento y Alberdi concluyeron que, para
cancelar definitivamente un pasado, las transformaciones debían ser más drásticas.
Los rasgos distintivos de este periodo son:
❖ Se presentan una serie de condiciones básicas que prefiguran el marco para la
formación de un movimiento nacionalista, la necesidad de autodefinirse.
❖ Adoptan una actitud de resistencia frente a lo que consideran la imposición del
pensamiento liberal en todos los ámbitos.
❖ Discrepan con Mitre en cuanto a las virtudes del proceso civilizatorio encarnado
especialmente en la aparición masiva del inmigrante.
❖ Revalorizan el rol de la Iglesia Católica como bastión de los valores tradicionales
frente al advenimiento de doctrinas exóticas que ponían en peligro la verdadera
idiosincrasia del ser argentino.
❖ Rescatan el conjunto de valores cultural hispánico mucho más a fin con nuestra
tradición.
❖ Califican de cínica la actitud de aquellos argentinos que pretendieron modificar
arbitrariamente la narración de los acontecimientos.
No existe en ese entonces un pensamiento nacionalista hegemónico, pero al menos
hallamos un sustento de ideas comunes que en este período nunca se tradujeron en
acciones, por lo tanto en ese lapso solo tomaron conciencia, a través de la revista Ideas.
Los mayores exponentes del momento son Ricardo Rojas, Manuel Gálvez, y Leopoldo
Lugones, hombres convencidos de la necesidad de propagar el fervor patriótico del
argentino.
El NACIONALISMO ELITISTA (hasta 1930)
La Ley Sáenz Peña amplió la participación electoral de la ciudadanía haciendo cada
vez más dificultoso el control social que los sectores dominantes ejercían. Ésta situación
provoco grandes cambios, como la llegada por primera vez a la presidencia de la República
de un representante del partido radical Hipólito Yrigoyen, caudillo de clase media donde
militaban los hijos de los inmigrantes. Los sectores más tradicionales de las elites no
tomaron con agrado tener un presidente no surgido de sus filas.
Algunos acontecimientos externos incidieron en el fortalecimiento del nacionalismo,
fundamentalmente la Revolución Mexicana, la revolución bolchevique y el clima de conflicto
social en la Europa de posguerra.
Los nacionalistas coincidieron en su rechazo frente a estos hechos, la respuesta fue
la aparición de la Liga Patriótica Argentina, cuyos miembros combinaban el horror pro el
caos social con la necesidad de protegerse a través de los valores tradicionales y el rol
tutelar del Ejército.
Las características distintivas de la etapa fueron:
❖ Los nuevos nacionalistas de la liga privilegiaron la acción a la retórica.
❖ Identificaron al principal enemigo “el inmigrante”.
❖ Se estrecharon fuertemente los vínculos con las dos instituciones destinadas a la
defensa de los valores tradicionales, el Ejército y la Iglesia.
❖ Pensadores alemanes y franceses comenzaron a influir progresivamente en su
formación ideológica, atacaban al liberalismo y al capitalismo, a los que sindicaron
como máximos responsables de las mayores desgracias del universo.
❖ Carlos Ibarguren, Ernesto Palacio, Vicente Sierra, José María Rosa, Leopoldo
Marechal y los hermanos Julio y Rodolfo Irazusta toman la posta dejada por los
escritores protonacionalistas.
La Liga Patriótica tuvo un desempeño fundamental, dotó a la ideología en cuestión
de un brazo armado que la obligó a estructurarse, a punto tal que en sus estatutos
enunciaba que se proponía infundir el respeto a la ley, a las autoridades constituidas y al
orden social establecido, además de preocuparse por otorgarle a la enseñanza oficial un
sesgo bien argentino, utilizando como herramienta fundamental la escuela.
La Liga estuvo integrada por numerosos militares de muy diferente rango, reclamaron
la responsabilidad de proteger las fronteras argentinas, nacionalizar el sistema educativo y
promover el bienestar de la clase trabajadora.
El nacionalismo corporativo (1932)
La llegada de un nuevo jefe consolidó los vínculos entre la Iglesia y el Ejército, como
lo manifestaron con declaraciones y actitudes concretas ambas copulas, renovando la
antigua alianza entre la espada y la cruz en defensa de la nacionalidad.
El Ejército encaró la nacionalidad y se convirtió en el cancerbero del patrimonio
cultural, lo que lo vinculó con la raíz católica y con su superioridad sobre la política y las
instituciones posteriores a la formación del Estado. Esta situación lo legitimó, por un lado,
para garantizar el orden social correspondiente a los principios de la doctrina católica y, por
el otro, para combatir a los enemigos de ésta. A la Iglesia le correspondió la facultad de
juzgar la legitimidad de una eventual intervención militar en la política nacional.
La fecha elegida para la elección a gobernador en la provincia de Buenos Aires fue
el 5 de Abril de 1931, permitiéndose la participación de los radicales, quienes se alzaron
con la victoria, provocando una profunda crisis interna en el gobierno que salió herido de
muerte tras la expresión de la ciudadanía.
Uriburu tomó la insólita y antipopular medida de anular las elecciones. Esa actitud
debilitó la imagen del presidente y fortaleció la otra facción interna del gobierno comandada
por los liberales y liberada por Agustín P. Justo.
Las características distintivas de esta etapa fueron:
1) Tuvieron el máximo poder, pero por falta de claridad en el proyecto de base y de
desinteligencias entre los propios integrantes del movimiento perdieron la
oportunidad que fortuitamente se les presentó;
2) El descalabro en que finalizó la aventura de Uriburu les hizo replantear muchos de
los postulados básicos (falta de apoyo popular, programa sin suficiente consenso,
dificultades para accionar en forma mancomunada y coherente, etc.);
3) Advirtieron que debían cuidarse más de los “aliados liberales" que de los radicales y
los partidos de izquierda;
4) Lo ocurrido tras el fracaso del gobierno de Uriburu provocó un sismo, que cambió la
visión de los nacionalistas sobre casi todos los temas trascendentes (economía,
participación popular, política exterior, construcción de poder, control social,
vinculación con la Iglesia, etc.);
5) Comprendieron que la política era acción y que los cambios suceden por el ejercicio
práctico a través de medidas concretas tendientes a la mejora en la calidad de
vida de las clases trabajadoras.

El nacionalismo populista (desde 1932)


El gobierno Justo nació presionando por los grupos nacionalistas, cada vez más
vinculados a la Iglesia católica, Ejército e Iglesia se hallaron fuertemente enfrentados con
el liberalismo, doctrina a la que responsabilizaron de facilitar el camino para la propagación
del comunismo.
La década en cuestión puso de manifiesto la crisis de esa ideología como soporte del
Estado, en los aspectos políticos y sociales. El pasaje hacia una nueva sociedad urbana e
industrial puso en evidencia conflictos no resueltos con respecto a la integración vertical de
nuestra sociedad, obligando a algunos sectores de la burguesía a un reacomodamiento
forzado, que produjo en algunos grupos un enorme rechazo.
La nueva generación nacionalista, decidió definitivamente alinearse con el Ejército
como brazo ejecutor y la Iglesia como sustento espiritual.
La iglesia advirtió la necesidad de un mayor acercamiento entre la congregación
argentina y la Santa Sede a través bebé la creación de nuevos obispados; de la creación
de la Acción Católica y la organización del Congreso Eucarístico Internacional de 1934,
creyendo que estos elementos contribuirían a cimentar las bases de un renovado bloque
conformado por Iglesia, Ejército y pueblo.
La década del 30 otorgo los elementos indispensables para la última etapa de nuestro
estudio: las relaciones con Gran Bretaña, el pacto Roca - Runciman y el centenario de la
usurpación de las islas Malvinas, el avance constante de las ideologías socialista y
comunista, la revisión de nuestro pasado con ánimo crítico hacia el modelo político y
económico diseñado por los liberales, la creciente preocupación de la Iglesia por la cuestión
social, el auge de los fascismos ultranacionalista en Italia y Alemania y la guerra civil
española con la fuerte repercusión que generó el enfrentamiento directo entre la
ultraizquierda y la ultraderecha. Todas estas circunstancias obligaron al nacionalismo a
definirse con mayor nitidez y evidenciar más aún la gran brecha que los separaba de sus
ex aliados los liberales representados por el gobierno Justo.
Cuando los radicales se pronunciaron decididamente por la defensa del laicismo
escolar y el gobierno republicano español, ante la desilusión que provocó tal
pronunciamiento Federico Ibarguren concluyó "todos los partidos políticos son iguales,
ninguno me representa y los analizó en conjunto porque aunque quieran diferenciarse, son
hijos de nuestro demoliberalismo" (citado por Rock 2011). Las concepciones de los grupos
mayoritarios de la Iglesia y el Ejército fueron coincidiendo en el tipo que formará la esencia
de su pensamiento "militarismo político, justicia social, centralidad militar".
El reemplazo de Ortiz por su vicepresidente Castillo trajo cierto alivio ya que freno el
impulso demoliberal, pero a la vez planteo otro dilema cuando ese período presidencial
llegase a su fin ¿qué ocurriría?, ¿seguiría la hipócrita práctica del fraude? ¿se volvería a la
nefasta Ley Sáenz Peña?
La constitución de 1853 no daba respuestas a los tiempos que corrían y solo una
profunda reforma, que incluyera modificaciones en la ley electoral, la cristianización del
Estado y un régimen corporativo de representación podrían devolver la normalidad a una
sociedad corrompida por ideologías y sistemas contrario a la idiosincrasia argentina.
En el plano externo, la Segunda Guerra Mundial estaba en pleno desarrollo y confirmo
las sospechas nacionalistas respecto de que las potencias liberales terminarían aliándose
a la Rusia comunista, enfrentándose con las potencias fascistas. Una explicación a la
resistencia argentina a romper la neutralidad fue dada por el sostén que significaron
internamente la Iglesia y los militares y externamente el Vaticano con el que nuestro país
estableció una relación de privilegio.
Las características distintivas de la etapa fueron: 1) se han encontrado factores
externos e internos que han obligado a los nacionalistas a cambiar el prisma con el que
apreciaban la realidad circundante, en esta nueva etapa se ha dejado definitivamente la
adhesión retórica y principista de los primeros tiempos por una militancia comprometida con
objetivos pragmáticos y puntuales que interpretasen los anhelos del pueblo; 2) el
movimiento se ha nutrido de la presencia enjundiosa, idealista e impetuosa de jóvenes que
comenzaron a abordar temáticas de mayor alcance que en el pasado incluyendo el aspecto
económico; 3) la Iglesia aportando su organización, otorgándole al movimiento el carácter
de cruzada e involucrando obviamente al Ejército en esta causa y poniendo a su servicio
toda su estructura; 4) algunos políticos vislumbraron la importancia de contar con una base
amplia para imponer el proyecto nacionalista y advirtieron la presencia de estratos sociales
desclasados a los que intentaron incorporar a través de respuestas sociales y culturales; 5)
había absoluta certeza de que los otros sistemas han fracasado rotundamente en la
solución de los problemas en cuanto a lograr la convivencia armónica de los pueblos y que
todo proyecto que pretendiese comentarse sobre el régimen democrático hubiese generado
el caos social, que por entonces acosaba a la mayor parte del planeta, incluyendo la
Argentina.
BIBLIOGRAFÍA
• Barroetaveña, Parson, Román, Rosal y Santoro. 2007. Ideas política, economía, y
sociedad en la Argentina. Buenos Aires, Argentina. Editorial Biblos.
• https://www.definicionabc.com/politica/nacion.php

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