Tema 5

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TEMA 5

LA POESÍA DE 1939 A 19975. CLAUDIO RODRÍGUEZ


La poesía de los años cuarenta
A causa de la Guerra Civil, muchos escritores e intelectuales parten al exilio, y debido a la censuro se
olvidan muchos de ellos durante años. Por otra parte, los nuevos autores conviven con la censura y la sortean
o se adaptan a la situación, con una literatura más evasiva y menos comprometida políticamente. A pesar de
las dificultades, surgen escritores de gran relevancia en nuestra historia.

Empezando con los poetas exiliados, hay que decir que pertenecen a varias generaciones como:
Novecentismo con Juan ramón Jiménez, la Generación del 27 con Salinas y algunos más jóvenes como Juan
Gil Albert. El tema que tratan es el de la patria perdida y el nostálgico recuerdo.

En España, hay que nombrar a Miguel Hernández, epígono de la Generación del 27. Con El rayo que no
cesa (1936) en el que trata el tema del amor con destino trágico con símbolos como el toro y el cuchillo, en
este libro se encuentra la famosa “Elegía” a Ramón Sijé.
Durante la guerra, se alistó en el ejercito republicano y publicó Viento que no cesa y El hombre acecha. En
estos libros trata de animar a sus compañeros. Muere en la cárcel, tras haber escrito Cancionero y
romancero de ausencia en el que refleja el dolor que siente por la muerte de su primer hijo, a los diez meses,
y por la ausencia de su mujer y su segundo hijo.

La poesía se divide en dos grupos, la poesía arraigada donde se encuentran los poetas que se sienten
próximos al régimen, los que se vinculan con las revistas Escorial y Garcilaso. Tratan temas conservadores,
como Dios o el amor, sin reflejar la verdadera situación de España.
Dentro de la poesía arraigada cabe destacar a:
- Leopoldo Panero con una poesía religiosa
- Luis Rosales, con La casa encendida en el que también usa la religión metiendo versículos
- Luis Felipe Vivanco, con Continuación de la vida en el que se inspira en la religión
- José García Nieto que trata temas amorosos

En el otro gran grupo, nos encontramos con la poesía desarraigada, en la que los autores usan un lenguaje
directo para expresar el malestar que deriva de la complicada situación que vive España en ese momento,
aunque debido a la censura, muchas veces, no lo pudieran expresar con claridad. Los sentimientos que
reflejan son la angustia ante la muerte y destrucción, la soledad y el vacío. Estos se vinculan con la revista
Espadaña. Victoriano Crémer, Eugenio de Nora, Vicente Aleixandre con Sombra del paraíso y Dámaso
Alonso con Hijos de la ira, son autores que hay que destacar. Hijos de la ira de Dámaso Alonso, sirve de
inspiración para obras posteriores y en ella se ve una visión angustiada de la realidad. Una de sus
características es el uso de un léxico coloquial entre otras cosas.

Hubo otras tendencias como la poesía de vanguardia.

En la segunda mitad de la década de los 40, José Hierro, Gabriel Celaya y Blas de Otero publican libro. Blas
de Otero parte del existencialismo con temas como la búsqueda de Dios y el sentido de la existencia humana
con obras como Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia.

La poesía de los años cincuenta


POESÍA SOCIAL
En esta década la poesía pasa de lo existencialista a lo social o “del yo al nosotros” como dijo Blas de Otero.
La poesía se ve como un instrumento para cambiar la sociedad, donde se denuncian injusticias, hay
comunicación con la gente y solidaridad. Se utiliza un lenguaje claro y temas colectivos.
Los autores son los mismos que en la década de los 40. Gabriel Celaya con Cantos iberos, es uno de los más
importantes.
Blas de Otero parte del existencialismo para acabar con algo más social, como ocurre con gran parte de los
autores. Su obra es un ejemplo de “exilio interior”.

GENERACIÓN DEL 50
A finales de los cincuenta, la poesía social empieza a perder el interés y una nueva promoción de poetas, que
en muchos casos había iniciado con poesía social, renovaron el enfoque poético. Estos autores se llaman
Generación del 50, aunque la mayoría de sus obras se publicaran en los 60.
Para estos autores, la poesía pasa de ser comunicación a ser conocimiento. Usan un lenguaje realista y un
tono narrativo y personal, y aunque siguen comprometidos con la sociedad, extraen los temas de sus
vivencias personales.
Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, José Agustín Goytisolo y Claudio Rodríguez son algunos de los
poetas más relevantes.

El grupo de los novísimos


En los sesenta destacará un nuevo grupo que no ha vivido ya la Guerra Civil, a los que se les como
generación del 68 o, debido a Nueve novísimos poetas españoles de José María Castellet, como Novísimos.
Entre los poetas destacados están: Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena o Antonio Colinas. Estos
poseen las siguientes características comunes:
- Abandonan el compromiso de la poesía social y están influidos por las vanguardias
- Los temas son heterogéneos
- Abundan los recursos vanguardistas, que se mezclan con un registro coloquial

Claudio Rodríguez
Nació en Zamora, en 1934, en una familia burguesa que tenía propiedades en el campo.
Con solo 20 años recibió el Premio Adonais de Poesía por Don de la ebriedad. Durante la universidad
conoció a otros poetas de su generación.
Hizo un viaje a Inglaterra donde se vio influido con la poesía de allí y cuando volvió a España trabajó como
profesor de universidad.
En 1993 recibe el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y el Premio Reina Sofía de Poesía
Iberoamericana.
Falleció en Madrid, en 1999.

A pesar de la brevedad de su obra, es uno de los mejores ejemplos de poesía como conocimiento y es muy
original en su generación. Tiene las siguientes características:
- ritmo endecasílabo asonante combinado con uno heptasílabo, por lo que su verso es clásico y tiene una
métrica culta
- léxico es concreto y coloquial, referido a la naturaleza, al mundo rural y la vida campesina
- vocabulario abstracto con el que va más allá de las cosas sin que pierdan la presencia
- “realismo metafórico”
- adjetivación inadecuada
- figuras de reiteración
- antítesis y contrastes
- exclamaciones e interrogaciones que expresan sorpresa frecuentes
- dimensión religiosa y transcendente

En su trayectoria poética, hay que destacar los siguientes títulos:


- Don de la ebriedad (1953). Esta obra es de su juventud, con la que demuestra su coherencia y frescor y con
la que gana el Premio Adonais de Poesía.
- Conjuros (1958), dedicada a Vicente Aleixandre.
- Alianza y condena (1965). En esta pasa de la esperanza y luminosidad de sus primeras obras a la
incertidumbre. Es considerada la mejor obra del autor, con una profundidad moral y una temática ampliada.
Se nota la perfección técnica y la soltura métrica en este poemario complejo.
- El vuelo de la celebración (1976). Son poemas heterogéneos, siendo el vuelo una metáfora des
desprendimiento del mundo y el acceso a otra realidad.
- Casi una leyenda (1991). Es su última obra, donde hay una realidad va más allá de las palabras, pero el
hombre la puede buscarla a través de estas.

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