El documento describe el proceso de modernización urbana que experimentó Lima, Perú durante la segunda mitad del siglo XIX. La ciudad sufrió importantes transformaciones espaciales impulsadas por ideas positivistas y el liberalismo económico. Esto incluyó la demolición de la muralla que rodeaba la ciudad a fines de los 1860, permitiendo la expansión urbana más allá de los límites coloniales originales. La modernización trajo servicios como electricidad, tranvías y ferrocarriles, así como la instalación de las primeras industrias.
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El documento describe el proceso de modernización urbana que experimentó Lima, Perú durante la segunda mitad del siglo XIX. La ciudad sufrió importantes transformaciones espaciales impulsadas por ideas positivistas y el liberalismo económico. Esto incluyó la demolición de la muralla que rodeaba la ciudad a fines de los 1860, permitiendo la expansión urbana más allá de los límites coloniales originales. La modernización trajo servicios como electricidad, tranvías y ferrocarriles, así como la instalación de las primeras industrias.
El documento describe el proceso de modernización urbana que experimentó Lima, Perú durante la segunda mitad del siglo XIX. La ciudad sufrió importantes transformaciones espaciales impulsadas por ideas positivistas y el liberalismo económico. Esto incluyó la demolición de la muralla que rodeaba la ciudad a fines de los 1860, permitiendo la expansión urbana más allá de los límites coloniales originales. La modernización trajo servicios como electricidad, tranvías y ferrocarriles, así como la instalación de las primeras industrias.
El documento describe el proceso de modernización urbana que experimentó Lima, Perú durante la segunda mitad del siglo XIX. La ciudad sufrió importantes transformaciones espaciales impulsadas por ideas positivistas y el liberalismo económico. Esto incluyó la demolición de la muralla que rodeaba la ciudad a fines de los 1860, permitiendo la expansión urbana más allá de los límites coloniales originales. La modernización trajo servicios como electricidad, tranvías y ferrocarriles, así como la instalación de las primeras industrias.
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Durante la mitad del siglo xix Lima tuvo un proceso de modernización urbana, el Antiguo Régimen comenzó a cambiar.
Fue impulsada por el
urbanismo moderno, ideas del positivismo y desarrollo del liberalismo económico y político. Influyo los ánimos de la reconstrucción de la Guerra del Pacifico, el fenómeno migratorio, la innovación a raíz de la segunda revolucion industrial. Finales de 1860, la modernización estuvo impulsado por las élites exportadoras del guano y por los ánimos de progreso del Estado peruano. Lima sufrió las transformaciones espaciales más importantes en tiempos republicanos. Finales de 1870 el proyecto de ensanche de la ciudad se vio interrumpido por la Guerra del Pacífico. Como consecuencia del conflicto, los territorios costeros pasaron a manos chilenas y dejaron de aportar el valioso guano y el salitre que se vendían por todo el mundo. La ciudad de Lima fue ocupada y saqueada por el ejército chileno en 1881. Los planes de modernización quedaron suspendidas hasta final de la guerra. El Tratado de paz de Ancón en 1883, se pusieron en marcha estrategias de reconstrucción nacional donde Lima ocupaba un lugar preponderante. Después de la guerra poco a poco hubo estabilidad política y económica. Se fundó el primer barrio obrero y el Estado decretó la creación de las primeras academias de ciencias modernas. Con la energía eléctrica, los tranvías y los ferrocarriles, transformó en urbanizaciones ortogonales y la modernización alcanzó los balnearios de la Costa Verde en forma de pequeña propiedad privada, con jardines y palacetes de arquitectura ecléctica. Se instalaron las primeras industrias que de a poco fueron sustituyendo diversos productos de importación. En esta primera industrialización (mercado interno), estuvieron presentes los ánimos emprendedores de los inmigrantes europeos, así como los del Estado, promovían el desarrollo de las artes industriales. Producción del espacio y modernización urbana en las ciudades finiseculares de América Latina: La Segunda mitad del siglo XIX. resulta angular en los procesos de producción espacial de las ciudades de América Latina, especialmente en lo que respecta a los patrones de urbanización, localización de la industria y acceso a infraestructuras y servicios. Dichos procesos ayudan a comprender (fenómenos actuales) como la fragmentación socio-espacial, el recambio residencial, la patrimonialización de los centros históricos, o los procesos de degradación y elitización de los barrios centrales de las ciudades en la región. Entre las décadas de 1870 y 1930. Estas modernizaciones tuvieron como contexto principal el periodo de consolidación de los regímenes liberales. Sus manifestaciones más importantes fueron las grandes transformaciones socio-espaciales, generadas por los impactos técnicos de la Segunda Revolución Industrial y por las ciencias modernas como el urbanismo. Todo ello se desarrolló en favor de la gestión de la industrialización, del saneamiento de las crecientes poblaciones urbanas y de la apertura de la ciudad a la circulación de bienes, personas, capitales e ideas1 . En el caso concreto de Lima, la más importante fue la paulatina ruptura de los esquemas espaciales asociados al Antiguo Régimen virreinal. las élites mercantilistas se integraron al modelo de producción capitalista moderno, como exportadores, emprendedores industriales, o como consumidores. Vieeron en las experiencias de modernización urbana de las capitales europeas, un paradigma de ruptura y transformación del pasado, materializado en la ciudad, que respondía a sus necesidades políticas y de clase, permeadas principalmente por el liberalismo económico y, un poco más tarde, dominadas por el positivismo. Caracterización de los espacios de la modernización urbana en Lima: La modernización urbana de Lima se manifestó a través de un diálogo entre dos espacios muy diferentes. El primero es el antiguo casco fundacional de la ciudad, se distinguió por conservar la tradicional traza urbana colonial basada en su damero central o Damero de Pizarro. Su paisaje era el de una ciudad clerical, bañado de cúpulas, campanarios, monasterios, abadías, atrios y claustros. Durante las décadas ulteriores, este antiguo casco fue objeto de diversas obras, siendo su apertura y ensanche una de las más importantes. La entrada del capitalismo industrial, fue factor para la utilización del espacio central de las ciudades y de sus territorios periféricos, en función de las nuevas formas de propiedad privada que tuvieron detractores organizados. Proyecto de engrandecimiento da ciudad de de Lisboa del año 1870,4 guardaron mayores similitudes con lo sucedido en Lima. La idea de una nueva forma de crecimiento urbano asociado a la Revolución Industrial y al poder burgués más allá de los antiguos límites de la muralla , se encontraban en el proceso de modernización. Debido a la a necesidad de resolver problemas espaciales y demográficas de la densificación del tejido urbano, la industrialización y el aumento de la población. Lima existió una clara idea de ensanche, donde el casco antiguo se encontraba rodeado por una muralla, ésta se demolió, se planearon la nueva ciudad, la apertura y alineación de nuevas calles y avenidas a través de un plano regulador. Las obras liberaron de su encierro y permitieron el ensanche de sus límites espaciales a través de la urbanización, en la forma de fraccionamientos habitacionales, nodos de transportes, plazas y alamedas. La modernización del casco antiguo se caracterizó por la introducción de servicios como la electrificación, el sistema de drenaje y agua potable, la remoción e higienización de las plazas públicas, la reutilización o construcción de nuevos espacios seculares destinados al ocio, el comercio, la pequeña industria, el trabajo y los servicios financieros. Así mismo, se introdujeron infraestructuras del transporte como las líneas electrificadas del tranvía, estaciones de ferrocarril y la introducción de las líneas telefónicas. La arquitectura fue otra manifestación través de la utilización de nuevos materiales para la construcción de edificios, estaciones, pasajes y demás estructuras basadas en el hierro, el vidrio y el hormigón. Los conocimientos urbanísticos se difundieron a través de revistas, libros y personal técnico. La zonificación residencial e industrial, se realizo sobre los antiguos terrenos que, hasta antes de su urbanización, no formaban parte de la ciudad de Lima, sino de las haciendas. Lima, su muralla y el ensanche Los antecedentes de la expansión sucedieron años antes de la guerra con Chile. Fueron iniciativas planteadas por el Estado , como distribución de la energía eléctrica, ensanchamiento de las líneas de telégrafo y transportes como el ferrocarril. Los nuevos rubros de los transportes, las comunicaciones, la demolición, la proyección y la construcción ligados al crecimiento de la ciudad bajo el discurso de la modernidad. Un caso emblemático de aquellas obras fue la demolición de la antigua muralla. Esta fortificación, que rodeaba la ciudad de Lima, fue construida a lo largo de la década de 1680 bajo la gestión del Virrey Melchor de Navarra. El propósito de su edificación, era la protección de la ciudad de los los piratas que navegaban. La obra le fue encargada al Cosmógrafo Mayor del virreinato del Perú, Juan Ramón Koening, quien proyectó una muralla de 14.000 varas de longitud, treinta y cuatro baluartes y cinco portadas8 . Casi dos siglos después, la muralla se convirtió en un espacio de marginación para quienes habitaban entre sus recovecos y baluartes, los cuales, además, eran utilizados como refugio para los “malhechores” de la ciudad. Se había convertido en un lugar degradado e insalubre, debido a la gran cantidad de personas que la utilizaban como letrina pública y que se servían de sus muros para acumular gran cantidad de basura. A finales 1868 una importante epidemia de fiebre amarilla, fue tan fuerte, que propuso la construcción del nuevo hospital “Dos de Mayo. José Balta, inauguró las obras del hospital y otros que quedarían truncadas por el inicio de la guerra. Esta demolición fue decretada por el presidente José Balta año 186911 . Aun cuando el decreto fue emitido diez años antes del comienzo de la guerra y las obras concluidas a finales del año 1872, se tomo en cuenta: Por un lado, muestra una serie de consideraciones previas a la demolición de la muralla que intentan justificar y promover un proyecto explícito de ensanche y crecimiento más allá de la antigua ciudad virreinal. Este decreto contemplaba la demolición de las murallas y baluartes que circundaban la ciudad, exceptuando de esta destrucción únicamente las portadas de Maravillas y del Callao. Ambas construcciones aduanales sobrevivieron a la demolición muy probablemente debido a la relevancia de su localización y a la función que éstas cumplían comunicando por sus extremos al casco virreinal. La del Callao era una de las más importantes históricamente, por su salido del puerto y la de Las Maravillas se concentraban importantes grupos de personas que llegaban desde los Andes Centrales.