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TEMA 7.

EL PROCESO DE URBANIZACIÓN DE ESPAÑA Y EL


SISTEMA DE CIUDADES
POBLAMIENTO RURAL Y URBANO
El poblamiento rural
El poblamiento urbano
PRINCIPALES ETAPAS DEL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN ESPAÑA
La ciudad preindustrial
La ciudad industrial
EL SISTEMA INTERURBANO: JERARQUÍA, FUNCIONES Y ZONAS DE INFLUENCIA
Niveles de jerarquía
La función de la ciudad
PRINCIPALES ÁREAS Y EJES URBANOS
MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA DE LA CIUDAD EN ESPAÑA
PRINCIPALES RASGOS MORFOLÓGICOS DE LA CIUDAD EN ESPAÑA
LA ESTRUCTURA URBANA: LOS USOS DEL ESPACIO EN EL INTERIOR DE LA CIUDAD.
La ciudad actual

POBLAMIENTO RURAL Y URBANO


El poblamiento rural
Se entiende por poblamiento el asentamiento humano en un lugar o territorio. Se
distingue entre rural y urbano. En la actualidad la gran mayoría de los españoles viven en
núcleos grandes, en núcleos urbanos.
Por poblamiento rural, en sentido amplio, se entienden las poblaciones de menos de diez
mil habitantes. Los núcleos de dos a diez mil habitantes pueden considerarse “semi-
urbanos”.
Hay en España dos grandes tipos de poblamiento rural: disperso, en que la casa rural está
rodeada de campos de cultivo, bosque o prados, separada de otras casas, y concentrado,
cuando las viviendas se disponen unas junto a otras, sin relación con la localización de las
respectivas tierras de cultivo, pasto o bosque.
Predomina el poblamiento rural disperso en la periferia peninsular, Baleares y Canarias.
En la montaña media, costa mediterránea y archipiélagos, predomina la modalidad de
poblamiento disperso intercalar, que consiste en una dispersión de casas a partir de
primitivos núcleos de población concentrados, con los que todas las casas mantienen
relaciones religiosas, sociales y administrativas o comerciales.

Poblamiento disperso Poblamiento concentrado

El poblamiento urbano
Aproximarnos al concepto de ciudad no es fácil. Una ciudad es un espacio de extensión
variable, habitada por un grupo de población con altas densidades. Es el que caracteriza
a las poblaciones de más de 10.000 habitantes, o ciudades. Además del número de
habitantes, distinguen al poblamiento urbano del rural estos criterios:
 Criterio numérico: en España un núcleo se considera ciudad si tiene 10.000
habitantes o más.
 Criterios dados por, la morfología, aspectos formales o externos: edificación
compacta, en altura, grandes bloques de oficinas,etc.
 Criterio dado por las actividades a las que se dedican sus habitantes. En este sentido
la ciudad se define en términos negativos, las actividades que no acogen son las agrarias.
Pese a todo ello, cada día es más difícil distinguir entre los dos tipos, entre zona urbana y
rural, especialmente en la periferia de las ciudades.

PRINCIPALES ETAPAS DEL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN ESPAÑA


La evolución de la ciudad española a lo largo del tiempo ha sido la siguiente:
La ciudad preindustrial
Gran parte de las ciudades más importantes del país presentan un largo pasado histórico;
cada época ha dejado su impronta, más o menos perdurable, en la configuración de la
ciudad, de tal manera que la imagen actual está determinada por las sucesivas
adecuaciones de la ciudad a cada momento histórico.
1) Etapa pre-urbana. Las primeras ciudades de la Península son de la época de la
colonización fenicia, púnica y griega (siglo VIII a. C.). Estos pueblos de comerciantes
fundaron una serie de nuevas poblaciones a lo largo del litoral mediterráneo entre las
que destaca Cádiz, la primera ciudad de Occidente.
2) La época romana representó un avance en la consolidación de la urbanización en la
Península. Los romanos utilizaron la ciudad como vehículo de romanización, por ello, al
mismo tiempo que favorecieron su difusión, crearon un modelo propio. Su legado se
concretó en el surgimiento de nuevas ciudades o colonias romanas: unas sobre
poblaciones preexistentes, como por ejemplo Corduba (Córdoba), Tarraco (Tarragona),
Cartago Nova (Cartagena, Murcia), Emporion (Ampurias, Girona), Barcino (Barcelona) o
Carteira (Cartaya, Huelva); otras creadas entonces, como Itálica (Sevilla), Caesar Augusta
(Zaragoza), Valentia (Valencia) o Emerita Augusta (Mérida, Badajoz). Aportación romana
fue la implantación de un plano o trazado urbano de carácter geométrico configurado a
partir de dos ejes que se cortaban perpendicularmente- el cardus máximo, de orientación
norte-sur y este-oeste, decumanus-; en su interior, el espacio urbano se ordenaba en
torno a un lugar central donde se localizaban los edificios públicos: el foro, el templo, el
pretorio, etc.

3) Tras la caída del imperio romano, la urbanización peninsular que sufrió un retroceso
en la época medieval como consecuencia de la invasión de los pueblos bárbaros. Solo a
partir del siglo X se asiste a un resurgimiento de las ciudades propiciado por la apertura
del Camino de Santiago y a la intensificación del proceso de Reconquista y de repoblación.
Estas circunstancias dieron lugar a la creación de nuevas ciudades (Segovia, Ávila,
Salamanca, Soria, Palencia, etc.) cuya fundación obedeció a razones militares (defensa de
los territorios conquistados) o a motivos comerciales. Entonces habitaban la Península
dos pueblos con religiones, culturas y modos de vida diferentes, lo que se traducirá en
dos modelos de ciudad: la cristiana y la musulmana.
a) La población de la ciudad cristiana vivía de la ganadería y de la agricultura de secano, y
la actividad industrial y mercantil era muy escasa. Las ciudades desempeñaban una
función militar y estratégica, de ahí que el paisaje urbano se caracterizara por pequeños
recintos amurallados cuyas calles solían ser estrechas y estar bordeadas con pórticos y
soportales. En el centro se situaba la plaza y en ella se levantaba la iglesia, utilizada
también como lugar para el mercado. Las ciudades se componían de parroquias cuya
advocación daba nombre a los barrios. Las ciudades que surgen en esta época responden
principalmente a dos tipos de planos: el radioconcéntrico, y el plano irregular.
b) Gran parte de las ciudades musulmanas se fundaron sobre poblados anteriores. Solían
emplazarse en lugares estratégicos por su carácter defensivo (Loja, Antequera, Lorca,
Niebla, Toledo) o al lado de ríos y barrancos, que podían servir de defensa natural, aunque
otras ciudades se situaron en lugares llanos, caso de Valencia, Sevilla, Córdoba o Écija. El
paisaje de la ciudad islámica se caracterizaba por un conjunto apretado de edificios
rodeados y protegidos por una muralla que la separaba radicalmente del exterior. Lo más
representativo de la ciudad islámica es su plano, en el que destacaban unas cuantas calles
transversales o radiales de trazado sinuoso que enlazaban con las entradas o puertas de
la ciudad; las calles eran angostas, quebradas y torcidas; también eran frecuentes los
callejones ciegos o sin salida, llamados adarves.

Ciudad musulmana (Córdoba) Ciudad cristiana (modelo)

4) El Renacimiento y la Ilustración significaron etapas de prosperidad, traducidas en un


aumento demográfico y en una intensificación del proceso de urbanización. Esta
creciente urbanización derivó en una mejora de las infraestructuras urbanas (puentes) y
en una remodelación de la trama viaria, de modo que los antiguos trazados islámicos se
sometieron a una mayor regularización. Como elementos significativos de la morfología
urbana de esta época destacan la introducción de la plaza mayor y la creación de
fortificaciones (murallas, ciudadelas). Tras el paréntesis que represento el siglo XVII
debido a la crisis económica, durante el XVIII la ciudad experimentó una nueva etapa de
florecimiento. Los cambios producidos en la ciudad reflejaban las nuevas ideas impuestas
por el reformismo ilustrado y el nuevo poder político. Se llevan a cabo importantes
reformas urbanas que hacen mejorar las condiciones estéticas e higiénico-sanitarias y se
introduce la estética urbana mediante la creación de puertas monumentales (Puerta de
Alcalá, en Madrid), avenidas o bulevares, puentes e infraestructuras urbanísticas como el
alumbrado y el saneamiento. En definitiva, se produce una revalorización del espacio
público que culmina con la creación de plazas mayores (Salamanca).
La ciudad industrial
Las reformas urbanas iniciadas en el siglo XVIII continuarán en el XIX, siglo en el que
aumenta significativamente la urbanización como consecuencia del desarrollo de obras
públicas, de la modernización de la administración territorial –motivada por la creación
de las provincias-, de la desamortización, de la creación de infraestructuras viarias
(ferrocarril y carreteras), de la ejecución de obras de saneamiento urbano y de un
desarrollo industrial que se concentró en el País Vasco (industria siderometalúrgica),
Cataluña (industria textil), Asturias y Málaga. Para adaptarse a las nuevas circunstancias,
las ciudades pusieron en marcha una serie de operaciones de crecimiento y remodelación
de su espacio interior que se concretaron en los planes de alineaciones y reforma interior
y en los de ensanche.
a) Los proyectos de reforma interior perseguían aliviar la presión social, mejoras las
condiciones de vida de la población y los servicios urbanos. Se manifestaron en la
construcción de cementerios, mataderos públicos y viviendas, acometidas de aguas,
saneamiento, pavimentación de calles, etc. Pero lo que verdaderamente caracteriza este
tipo de proyectos es la remodelación de la trama viaria o “haussmanización”, que supuso
la apertura de nuevas calles o la alineación de las ya existentes con el fin de adaptarlas a
las nuevas necesidades circulatorias. Ejemplos sobresalientes de proyectos de reforma
interior fueron la apertura de grandes vías en ciudades como Madrid, Granada,
Barcelona, Salamanca y Murcia.
b) Los planes de ensanche son una de las aportaciones más interesantes del urbanismo
español de esta época. Los ensanches consistían en la yuxtaposición de un nuevo
conjunto urbano coherente, planeado de una sola vez y unido a la ciudad consolidada,
pero con una morfología y estructuras propias. Con su creación se pretendía facilitar la
construcción de viviendas, el crecimiento de la ciudad y el aumento de las rentas del suelo
urbano. El nuevo tejido urbano incorporado a la ciudad se caracterizó por su morfología
de calles perfectamente alineadas de trazado ortogonal que dibujaban manzanas de
grandes proporciones en las que se levantaban edificios dispuestos en torno a un gran
patio central. Destinados a acoger la vivienda burguesa, los ensanches eran zonas de una
calidad medioambiental muy alta, por lo que terminaron favoreciendo la segregación
social en la ciudad.
Entre las experiencias más importantes que se llevaron a cabo destacan los planes de
ensanche de Madrid (Plan de José María de Castro), de Barcelona (Plan de Ildefonso
Cerdá, aprobado en 1860), de Valencia y de San Sebastián (Plan de Ensanche de Cortázar,
en 1864).
EL SISTEMA INTERURBANO: JERARQUÍA, FUNCIONES Y ZONAS DE INFLUENCIA
Se entiende por sistema de ciudades la disposición de las ciudades sobre el territorio y
las relaciones que mantienen entre sí y en relación con su entorno, a través de flujos de
información, de capital, de tráfico de personas y mercancías, sociales, etc.
Las ciudades se organizan de forma jerárquica sobre el territorio, pues no todas tienen la
misma importancia ni desempeñan las mismas actividades económicas o funciones. Las
ciudades mantienen entre sí unas relaciones de interdependencia: las ciudades mayores
tienen un área de influencia que prestan servicios especializados a ciudades menores. La
primacía de una ciudad sobre otra puede medirse por diferentes criterios; se suele utilizar
como medida el volumen de población, que indica la capacidad de atracción de un núcleo
urbano y la importancia de las funciones que desempeña. En definitiva, nos informa sobre
el nivel de centralidad urbana.

En el sistema urbano español se diferencias los siguientes niveles de jerarquía:


1) Metrópolis nacionales. Forman el primer nivel jerárquico; en él se encuentran Madrid
y Barcelona, aglomeraciones que superan los tres millones de habitantes. Ejercen su
influencia sobre todo el territorio nacional y se relacionan con otras metrópolis
internacionales. La dimensión funcional básica de las metrópolis nacionales es la de ser
sedes de servicios altamente especializados.
2) Metrópolis regionales de primer orden. Este nivel lo integran ciudades como Valencia,
Sevilla, Bilbao y Zaragoza. Su población oscila entre 500.000 y 1.500.000 habitantes y su
influencia se extiende fundamentalmente al ámbito regional, pero estas metrópolis
mantienen lazos intensos con las nacionales. Como en el caso anterior, destacan por ser
sedes de servicios especializados.
3) Metrópolis regionales de segundo orden. En este nivel se encuentran ciudades como
Murcia, Alicante, Granada, Santander, etc. Con una población comprendida entre los
200.000 y los 500.000 habitantes, conjugan el ser centros de servicios especializados con
otras funciones del sector secundario y terciario menos especializadas. Su ámbito de
influencia es menor.
4) Ciudades medianas. Engloba capitales de provincia y ciudades que conocen un
dinamismo económico: Segovia, Burgos, Castellón, Avilés o Algeciras. Son centros
comerciales y de ámbito provincial.
5) Ciudades pequeñas. El resto de las ciudades de menos de cincuenta mil habitantes,
algunas de ellas de claro carácter agrícola, es decir agrociudades.

El modelo de sistema urbano español es un modelo concentrado y polarizado, en las que


las grandes áreas metropolitanas concentran población y actividad económica.
LAS FUNCIONES URBANAS
La función de la ciudad se refiere a la actividad principal que se realiza en ella y que sirve
para relacionarla con el territorio circundante. Las personas que viven en ellas son las que
con sus diferentes empleos, definen la función general de la ciudad. Estas funciones son
las que justifican la existencia de una ciudad en dicho emplazamiento y situación. Los
diferentes tipos de funciones son:
La función residencial: La casi totalidad de las ciudades acogen esta función, ya que las
personas que habitan una ciudad tienen su rincón, su hogar, en el que establecen su
residencia. Viviendas individuales, dúplex, pisos, grandes bloques, etc. Sirven de
referencia para señalar esta función y analizar los distintos tipos de residencias.
Función militar: explica el origen de muchas ciudades debido a un emplazamiento en
lugares estratégicos para la defensa, como en lo alto de una colina, o junto a los ríos. Hoy
en día esta función militar principal, se puede observar en las localidades próximas a
bases militares, en las que mucha población trabaja dando servicios a las instalaciones
del ejército.
Función comercial: La ubicación de ferias y mercados en tiempos medievales y
modernos, favoreció el surgimiento de ciudades en lugares bien comunicados, como
cruces de caminos o puertos de mar. Actualmente las ciudades son el centro comercial
de un amplio territorio que se abastecen de ellas. Es por tanto que en las ciudades se
concentran las principales empresas comerciales, y todas aquellas que surgen entorno a
ellas (seguros, bancos, transportes, etc.).
Función industrial: muchas ciudades buscan la localización en la ciudad, aunque no
tienen por qué estar localizadas en el medio urbano, debido a la necesidad de mano de
obra y a la concentración de clientes y otras empresas de servicios necesarias para la
producción en las ciudades.
Función cultural: la concentración de actividades culturales y sociales explican la
supervivencia de ciudades en entornos económicos hostiles. Ejemplos de ciudades con
esta función son Venecia o Toledo, Otras ciudades viven gracias a la afluencia de
peregrinos a sus santuarios o iglesias, Roma, Santiago de Compostela, Lourdes, La Meca,
etc. La existencia de universidades u otras instituciones educativas, también favoreció el
crecimiento de las ciudades donde se localizaban, debido a la atracción durante gran
parte del año de una gran cantidad de población flotante (estudiantes), por ejemplo
Salamanca.
Función de acogida: aquellos lugares cuya principal actividad es ofrecer alojamiento y
diversión a los turistas y otros visitantes. Los lugares de recreo veraniego e invernal son
los que conforman este tipo de ciudades, ejemplos de las cuales son ciudades como
Marbella, Benidorm.
Función política y administrativa: la designación de la capitalidad de un territorio para
una ciudad le supone la instalación en ella de múltiples organismos públicos, y la
Departamento de Geografía e Historia necesidad de muchos funcionarios que los
atiendan. Ejemplo es Madrid y las capitales de la CC.AA.
LAS ÁREAS DE INFLUENCIA URBANA
En cuanto al área de influencia urbana diremos que entre un núcleo urbano y su territorio
circundante se establecen múltiples lazos, que corresponden a las distintas formas de
relación. Estos vínculos se superponen y combinan, y el conjunto representa el área de
influencia, que se extiende hasta donde penetran las distintas formas de relación con la
ciudad.
El área de influencia (hinterland) se puede definir como el territorio organizado por una
ciudad y que está vinculado socio-económicamente a ella. En el área de influencia juega
un papel decisivo la distancia, de modo que la intensidad de los flujos de relación decae
al alejarnos del núcleo urbano hacia la periferia del área. Sus límites son fluidos, ya que,
sobre las márgenes, las poblaciones se reparten entre varios centros que compiten entre
sí. La teoría de los lugares centrales de Chrystaller explica las diferentes dimensiones que
puede tener el área de influencia a través del alcance máximo de los servicios ofrecidos
por un centro, que corresponde a un nivel en la jerarquía funcional de los centros.

PRINCIPALES ÁREAS Y EJES URBANOS


En la actualidad, el sistema de ciudades tiende a articularse, formando lo que se conoce
como ejes de desarrollo. Un eje de desarrollo se produce cuando las ciudades se articulan
en torno a un conjunto de infraestructuras de transportes terrestres, fundamentalmente
carreteras, a las que se une la concentración de actividades y de población. Los ejes que
conforman el sistema urbano español son los siguientes:

Eje ibérico, que une las tres grandes metrópolis peninsulares: Lisboa, Madrid, y Barcelona,
con el engarce en el Ebro de la ciudad de Zaragoza. Este eje es la columna vertebral de la
comunicación por terrestre con Europa en su salida por Cataluña. Madrid con su situación
central dentro del sistema de infraestructuras le confiere una posición de conexión entre
varios ejes. Tiene un gran peso dentro del sistema económico español, aunque sufre
problemas de congestión; por ello, está extendiendo su área de influencia a las provincias
limítrofes.
Eje mediterráneo o levantino. Se extiende de Girona a Murcia; es uno de los que tiene
mayor potencial de desarrollo. Está plenamente consolidado desde el punto de vista de
la red urbana, su nivel de urbanización es muy elevado y presenta una estructura
económica muy diversificada: industrial, terciaria, agrícola, y sobre todo turística.
Eje cantábrico. Se desarrolla desde el País Vasco a Galicia. Presenta algunas
discontinuidades y está marcado por las relaciones en sentido norte-sur; es el espacio
más debilitado porque, además del declive minero-industrial, carece de recursos
sustitutivos. Su alto nivel de urbanización, heredero de las etapas anteriores, convive con
un declive urbano, un débil crecimiento económico y una red urbana estancada y poco
integrada en las redes vecinas.
Eje del Ebro. Discurre desde Bilbao hasta Tarragona y, aunque ofrece un gran potencial,
tiene algunos vacíos demográficos en las provincias de Huesca, Zaragoza y Lleida. Es el
nexo de unión con el eje ibérico y con el eje mediterráneo.
Eje atlántico gallego. Concentra la mayor parte del sector productivo gallego y forma
parte de un eje de mayor envergadura que se prolonga hacia Oporto (Portugal) y que ya
ha hecho realidad su conexión con el eje del Cantábrico.
Ejes andaluces: a) litoral andaluz. El litoral andaluz constituye un gran corredor de gran
importancia turística y es, además la continuación natural del eje mediterráneo y enclave
de conexión con África. B) Eje transversal andaluz. Se articula en torno a la Autovía del
92 y pretende el desarrollo de las ciudades situadas en el llamado surco intrabético y la
conexión del territorio andaluz con el Levante.
Eje Madrid-Andalucía. Además de presentar problemas orográficos, hay grandes zonas
con potenciales demográficos muy bajos a su paso por Castilla-La Mancha y parte de
Andalucía; sin embargo, los ámbitos más meridionales del eje, como la zona de Sevilla y
el área de Jerez de la Frontera y Cádiz, tienen un fuerte crecimiento demográfico.
Eje del oeste. Ruta de la Plata. Se extiende desde Huelva y Sevilla hasta el Principado de
Asturias; mantiene en todo el interior tasas demográficas bajas, aunque comprende dos
focos de alto potencial. Es el menos importante.

MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA DE LA CIUDAD EN ESPAÑA


Con el estudio de la morfología urbana analizamos el interior de la ciudad. Desde el punto
de vista físico, la ciudad se encuentra en un punto geográfico determinado que ha influido
en su forma y evolución. La relación entre ciudad y entorno geográfico próximo o
distantes ha incidido en las funciones urbanas. Ambos hechos nos llevan al estudio de los
conceptos de emplazamiento y situación.
 Emplazamiento. Es el marco topográfico concreto sobre el que la ciudad se encuentra
desde su origen. El emplazamiento elegido depende de la función para la que la ciudad
se crea y de las condiciones naturales más favorables para esa función. Existen varios
tipos de emplazamientos:
1. Ríos. Es el más frecuentemente elegido por su valor militar y comercial. Muchas
ciudades han elegido puntos concretos de un río: estuarios (Bilbao); confluencias de ríos
(Cuenca, Segovia); vados (Toledo, Salamanca). 2. Colinas. Las ciudades aquí emplazadas
buscaban una mejor defensa militar, evitar inundaciones o zonas insalubres o
pantanosas. 3. Relieves costeros. Buscan buenas condiciones para establecer
fortificaciones militares o controlar una ruta marítima. Ejemplo: Cartagena. No siempre
el emplazamiento original es el idóneo para las necesidades actuales, por haber
desaparecido la función para la que se creó o por el crecimiento que han experimentado.
 Situación. Es la ubicación de la ciudad en relación con un espacio geográfico más amplio
del que depende y al que organiza. Existen varios tipos de situación: Ha ido variando a lo
largo de la historia. En el pasado se subordinaba a las facilidades de desplazamiento de
hombres y mercancías.
1. Situación de encrucijada: de ríos o rutas terrestres (Zaragoza, Madrid) 2. Situación de
contacto: entre regiones geográficas distintas 3. Situación de ciudades marítimas: los
puntos privilegiados son aquéllos en que el interior se abre paso hacia el mar en los
estuarios, deltas. A veces se busca un punto defensivo o de control de rutas marítimas.
En la actualidad: por los adelantos técnicos han aparecido ciudades en lugares de
explotación de recursos mineros o energéticos.
PRINCIPALES RASGOS MORFOLÓGICOS DE LA CIUDAD EN ESPAÑA
La morfología urbana es el “paisaje urbano”, la forma externa de las ciudades. Se ve
influenciada por:
a) el emplazamiento, como antes veíamos, es el lugar concreto en el que se sitúala
ciudad. b) La trama. Es la manera de ordenarse y agruparse las construcciones en la
ciudad. Ha evolucionado según las tendencias urbanísticas, pero lo que más ha influido
ha sido la evolución de los transportes. Los tipos de trama son dos: Trama cerrada. Las
construcciones se alinean unas junto a otras de dos formas fundamentales: a)
Agrupándose unas junto a otras, dejando sólo pequeños patios interiores libres. Es propio
de los barrios antiguos de la ciudad. b) Construcciones en grandes manzanas en torno a
un gran patio central. Es propio de los ensanches de finales del siglo XIX. Ejemplo:
Barcelona, Madrid, Bilbao, San Sebastián. Trama abierta: Las construcciones se disponen
en edificios aislados, adosados, pero dejando grandes espacios libres. Pueden formar
viviendas unifamiliares con pequeño jardín, o torres aisladas.
c) El uso del suelo (urbanizable, no urbanizable, espacios verdes…). Es la calificación que
emiten las autoridades locales para organizar el crecimiento de la ciudad. Se suelen
inscribir en la planificación urbanística de cada lugar.
d) Las vías de comunicación (rondas, circunvalaciones, autovías….) El papel que en la
actualidad juegan las comunicaciones en las ciudades es cada vez más importante: las
conexiones con las principales autovías y los accesos de las ciudades, las circunvalaciones
o rondas, la generación de vías de alta capacidad, etc. Marcan cada vez más la morfología
urbana.
e) El plano urbano (regular, irregular, radiocéntrico,…) El plano marca las formas de la
ciudad y recoge la evolución en el tiempo de la misma. Hay varios tipos de plano urbano
en cada plano de una ciudad: Zonas de plano irregular, zonas de plano ortogonal, en
damero, zonas planos lineales, o de planos radiales o radiocéntricos.
f) La tipología de los edificios (unifamiliares con jardín, manzanas, bloques…).El aspecto
externo de los edificios es parte importante del paisaje urbano. En épocas pasadas daba
a las ciudades un sello característico que las diferenciaba de las demás. Actualmente las
técnicas constructivas y los materiales nuevos han dado uniformidad a las ciudades de
todos los países de distintos continentes.
Los modelos de crecimiento urbano característicos de las ciudades del siglo XX y los
inicios del XXI se han basado, en buena parte, en proyectos teóricos surgidos en el siglo
XIX, como los que se fundamentaban en el concepto de ciudad jardín, y en las nuevas
propuestas de principios del siglo XX que proponían una ciudad funcional y racionalista
que respondiera a las nuevas necesidades urbanas. En 1943 se publica la Carta de Atenas
que recoge los principios básicos del funcionalismo y racionalismo arquitectónico,
inspirado por Le Corbusier: “las viviendas estarán en bloques aislados separados por
zonas verdes y el suelo urbano estará dividido en zonas de diferente utilización”.
Le Corbusier es un arquitecto y urbanista que fue pionero en el estudio de la mejora de
las condiciones de vida de los habitantes de las grandes ciudades. Se priorizaba la
racionalidad y la funcionalidad en la construcción de la ciudad más que la estética. Se
utilizaron los nuevos materiales como el hormigón y el acero, y se construía con criterios
homogéneos y estandarizados de manera que el derecho a la vivienda y a una ciudad
habitable pudiera convertirse en realidad.

En la mayoría de ciudades europeas se pueden encontrar polígonos de bloques altos


alrededor de los ensanches urbanos. Los “rascacielos” (sky line) están unidos al empleo
de nuevos materiales de construcción y al elevado precio del suelo en el centro de las
ciudades.
En el caso de España, se incumplió el modelo inicial de ciudad funcionalista por la
especulación y la corrupción urbanística existente en el periodo franquista. Muchos de
los barrios o polígonos residenciales de bloques altos son una concentración de edificios
sin calidad donde faltan equipamientos y zonas verdes. En el periodo democrático, la
calidad de los bloques de nueva construcción y del urbanismo mejoró muy notablemente.
LA ESTRUCTURA URBANA: LOS USOS DEL ESPACIO EN EL INTERIOR DE LA CIUDAD.
Las personas viven y trabajan en las ciudades. Los usos del suelo están en función de las
actividades y necesidades de la población. En el tejido urbano se distribuyen las
actividades económicas y áreas residenciales:
 El Centro. (CBD) Se trata del área comercial y de negocios de la ciudad. No siempre
coincide con el centro histórico. Sus características son: 1. Poca población residente. 2.
Buena accesibilidad desde cualquier punto de la ciudad en transporte público o privado.
3. Gran densidad de tráfico y de personas. 4. Alto valor del suelo, por lo que se construyen
rascacielos. 5. Escasa actividad industrial 6. Predominio de actividades comerciales y
administrativas: comercios, almacenes, bancos…. Los límites del centro: se establecen
considerando las actividades propias del centro, comercio al por menor, servicios
bancarios, concentración de oficinas. Vamos dejando de encontrar el centro cuando va
apareciendo comercio al por mayor, industrias de distinto tipo, textil, joyería, artes
gráficas.
 Áreas residenciales. Se extienden por todo el tejido urbano, disminuyendo en el CBD y
en las zonas dedicadas a almacenes y centros fabriles. En las ciudades hay una
diferenciación entre las zonas residenciales y las dedicadas a otras funciones. Cuando las
ciudades eran pequeñas no había esta diferenciación zonal. El aspecto de los edificios
permite conocer la diferenciación social de los habitantes que los ocupan.
En el siglo XIX se construyeron barrios fuera de la muralla, los ensanches, ocupados por
familias de clases medias. Se construyen bulevares y calles de mayor anchura. A finales
del XIX, los ferrocarriles y los transportes posibilitan el crecimiento de núcleos urbanos
más próximos a las ciudades. Junto a las vías de comunicación surgen arrabales y
suburbios. En la segunda mitad del siglo XX, aparecen áreas residenciales en la periferia.
El automóvil y los transportes favorecen la urbanización de estas nuevas áreas. También
han surgido barrios dormitorio, monótonos, con alta densidad de población, sin zonas
verdes, poco agradable para vivir. Del mismo modo, surgen urbanizaciones cómodas, con
zonas verdes, buenos servicios, baja densidad de población, habitadas por clases medias
de elevados ingresos.
 Áreas comerciales. Gran parte de los habitantes de las ciudades desarrolladas se dedican
a funciones de servicios, entre las que se incluye el comercio, hoteles, bares, agencias de
viaje,… Las funciones comerciales se distribuyen por la ciudad agrupándose en áreas
concretas, en función de la facilidad para llegar a ellas. En la actualidad, existe la
tendencia a concentrar estas áreas en zonas con buenas comunicaciones y
aparcamientos, grandes cadenas de hipermercados que atraen a la población. Estas
zonas se sitúan en las afueras de la ciudad.
 Áreas industriales Las ciudades han ejercido siempre atracción para la localización
industrial por varios factores: 1. Son importantes mercados por la alta densidad de
población 2. Mano de obra abundante 3. Proximidad de otras industrias que pueden ser
complementarias Actualmente solo las industrias pequeñas y que no son molestas para
los vecinos permanecen en los barrios del centro. Las que necesitan mucha materia
prima, abundante energía, contaminan,…se alejan del centro y se sitúan en la periferia
donde se han creado polígonos industriales en zonas suburbanas o localidades públicas.
La localización en estos polígonos se debe al precio del suelo, el espacio y la red de
comunicaciones pues estas zonas industriales carecen de tráfico peatonal, salvo en horas
laborales.

 Zonas de esparcimiento Son aquellos espacios reservados al ocio y la cultura. Surgen


para solucionar los problemas de la vida urbana y laboral (estrés, angustias,
depresiones…). Lo constituyen elementos tales como los museos, bibliotecas, paseos,
recintos para espectáculos, bares, instalaciones deportivas, etc. Algunos están
diseminados por el centro urbano, otros están en zonas periféricas. Su distribución es
muy heterogénea dependiendo del tipo de ciudad y de la disponibilidad de suelo que
posean. El desarrollo de zonas verdes y parques urbanos y metropolitanos se dedican a
paliar la falta de infraestructuras para el ocio y el descanso.
 Zonas suburbanas Está configurada por la yuxtaposición del espacio urbano y el rural,
confundiéndose en sus límites. Actualmente tienen un gran desarrollo por la proliferación
de urbanizaciones y edificaciones unifamiliares con espacios verdes y jardines. La
característica es que los pobladores están en contacto directo con la naturaleza, la
ausencia de contaminación atmosférica y acústica y que actúa como redistribución de la
población hacia las zonas de influencia de las ciudades en libramiento del espacio urbano
propiamente dicho.
LA CIUDAD ACTUAL
En cuanto a los usos del espacio en el interior de la ciudad la ciudad actual ha modificado
el uso del espacio urbano debido a los siguientes rasgos:
- Avances en la legislación urbanística. El nuevo marco político, social y económico
surgido en España tras la instauración del régimen democrático exigirá una renovación
de la legislación de control y gestión del desarrollo urbano. La Ley del Suelo de 1956 será
sustituida por la Ley del Suelo de 1976; el nuevo texto pretendía conseguir un crecimiento
de las ciudades más ajustado a las necesidades reales, implicando a todos los agentes
sociales y económicos en el proceso y flexibilizando los criterios de ordenación
urbanística.
- Cambios en el paisaje urbano El paisaje urbano sufrió también modificaciones
importantes, que afectaron al casco antiguo y a los ensanches. Los cascos antiguos o
centros históricos de las ciudades españolas se caracterizan por una cierta irregularidad,
por calles estrechas de trazado sinuoso y por la escasez de espacios abiertos. Para
revitalizarlos se han practicado dos tipos de operaciones urbanísticas: las de renovación
y las de rehabilitación. Las operaciones de renovación fueron importantes, sobre todo,
durante la década de los 60 del siglo XX y significaron la sustitución total de la antigua
edificación, lo que representó un grave atentado contra el patrimonio arquitectónico de
muchas ciudades y conllevó, además, la expulsión de la antigua población residente y el
cambio del adicional uso residencial por el terciario o de servicios. Las operaciones de
rehabilitación urbana son propias de los años 80 e intentan combatir y paliar las
consecuencias de las operaciones de renovación. Por ello, respetan y se adecuan a las
tipologías del entorno y procuran conservar el elemento social y funcional, aunque esto
no siempre se consiga.
- Desarrollo de las periferias urbanas. Es el resultado del deseo de las familias con ingresos
medios o altos de buscar espacios residenciales con una mejor calidad ambiental y de la
necesidad de otras muchas familias de conseguir una vivienda de precio más asequible.
Partiendo de una demanda diversificada, en las periferias urbanas se desarrollan
viviendas unifamiliares o conjuntos residenciales de pisos. Junto al desarrollo de la
función residencial, las periferias urbanas conocen la implantación de nuevos usos como
centros y áreas comerciales, zonas de equipamientos públicos (parques periurbanos) y
centros industriales (parques tecnológicos y polígonos industriales). El desarrollo de esta
área trasciende incluso los propios límites de la ciudad principal, extendiéndose hacia los
municipios limítrofes, que se transforman en nuevos centros urbanos; éstos, junto con la
ciudad central, constituyen una nueva realidad territorial, conocida como aglomeración
urbana. En Andalucía se conciben como centros urbanos las ocho capitales de provincia.
ÁREAS DE INFLUENCIA DE LAS GRANDES CIUDADES
El crecimiento urbano ha ido condicionando nuevas áreas de influencia a partir de las
relaciones de dependencia que se generan en las aglomeraciones urbanas. Las áreas
metropolitanas son conjuntos urbanos complejos formados por una ciudad central y otras
más pequeñas con las que mantiene flujos intensos (desplazamientos importantes de
población por motivos laborales, comerciales o de ocio; importantes movimientos
económicos, de capitales y mercancías, etc.) que permiten crear una unidad funcional.
Dentro de un área metropolitana distinguimos: la zona o área suburbana, que es la zona
de expansión de la ciudad y su primer anillo edificado, suele coincidir con la periferia de
la ciudad. La zona periurbana, que es el anillo exterior, formado por zonas rurales cuyos
municipios están habitados por gentes que trabajan en la ciudad o en otros municipios
del área metropolitana; y el área rurubana, que es la zona más alejada, eminentemente
rural, pero que con la llegada de la población urbana y su diferente modo de vida empieza
a transformarse, a la vez que es sede de distintas infraestructuras y servicios de la ciudad
(vertederos, estaciones de luz y agua, depuradoras, etc.).
Cuando dos ciudades crecen hasta juntarse entre ellas formando un continuo edificado y
urbanizado, hablamos de conurbación. A veces, algunas áreas metropolitanas pueden
albergar varias conurbaciones y ciudades dormitorio entre espacios comerciales e
industriales.
LA PLANIFICACIÓN URBANA
El planeamiento urbanístico o planificación urbana es el conjunto de instrumentos
técnicos y normativos que se redactan para ordenar el uso del suelo y regular las
condiciones para su transformación o, en su caso, conservación. Tiene un ámbito de
aplicación espacial que generalmente se refiere a un municipio, a un área urbana o a una
zona con escala de barrio. La planificación urbana está relacionada con la geografía,
la arquitectura, el transporte y la ingeniería civil en la medida en que ordenan espacios.
Precisa de un buen conocimiento del medio físico, social y económico que se obtiene a
través del análisis según los métodos de la geografía, la sociología y demografía,
la economía y otras disciplinas.
La planificación urbana se concreta en los Planes urbanísticos, instrumentos técnicos que
comprenden, generalmente, una memoria informativa sobre los antecedentes y
justificativa de la actuación propuesta, unas normas de obligado cumplimiento, planos
que reflejan las determinaciones, estudios económicos sobre la viabilidad de la actuación
y ambientales sobre los impactos ambientales que se pueden producir. Se organiza en
tres grandes conjuntos:

El planeamiento general: redactado a escala municipal, contiene las determinaciones


de ordenación general para todo el término municipal. En función del municipio
pueden ser (los nombres pueden variar en cada legislación autonómica): planes
generales de ordenación urbana (PGOU), y normas subsidiarias municipales

El planeamiento de desarrollo: destinado a un ámbito a escala de barrio, o, en


cualquier caso, inferior al municipal. Según la clase y categoría de suelo pueden ser
(los nombres pueden variar en cada legislación autonómica): Programa de Actuación
Urbanística, planes parciales, y planes especiales (Plan Especial de Reforma Interior
PERI).

Los instrumentos complementarios que son estudios de detalle, proyectos de


urbanización de zonas delimitadas o barrios y catálogos de normas de urbanización y
edificación para cada zona concreta de la ciudad.

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