LUST

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Taehyung es un violador.

JungKook es un asesino.
Parte única.

Taehyung deambulaba por los pasillos de la estúpida


institución llamada Universidad, odiaba ese sitio, no
veía el caso de asistir diariamente, constantemente
faltaba y nadie se atrevía a ponerle un alto, todos lo
preferían así.

Estaba en busca
de su siguiente víctima "Jung Hoseok" el estúpido
muchacho que se atrevió a hacerle frente, nadie se
acercaba a Taehyubg, era casi una ley en ese lugar,
incluso los alumnos de nuevo ingreso recibían un
reglamento y una de las reglas, específicamente la
primera era:

No te acerques a Kim Taehyung.

El muchacho rubio comenzaba a molestarse, aquella


asquerosa molestia no aparecía por ningún lado,
odiaba que sus víctimas huyeran de el.
A punto de terminar de buscar en el quinto y ultimo
piso escuchó ruido y la horrible voz de quien buscaba.
La última aula de Artes que ahora se ocupaba como
una bodega era de donde provenía y no dudo en ir.

-¡P-para!

Gritos de terror se oian cada vez mas audibles con


cada paso que daba, y eso a Taehyung le encantaba.

-¡J-j-jung-Kook!

Taehyung había oído rumores sobre un chico, muchos


hacían referencias como enfermo mental y a el le
daba curiosidad, abrió la puerta y se encontró dos
siluetas, una acorralada entre un montón de cajas
suplicando por su vida, y justo al frente otra, quien
supuso, era el aclamado JungKook, al contrario del
otro chico se veía tan natural, sin ninguna expresión
en su rostro.
No supo exactamente cuando había entrado, cuando
había cerrado la puerta y cuando JungKook se
encontraba riendo mientras el cuchillo de su mano se
impactaba contra el vientre de Hoseok.

Una.

Dos.

Tres.

Perdió la cuenta después de 12.1

Taehyung no mostraba asombro, ni miedo, realmente


no mostraba ninguna expresión, es mas, estaba
disfrutando mucho lo que veía.

La risa de JungKook se detuvo junto los movimientos


del cuerpo apuñalado, giró la cabeza y observó a
Taehyung aun con una gran sonrisa.
— Es lamentable que vieras eso... -Habló JungKook.-
No me gusta que me miren mientras estoy jugando, es
molesto.

JungKook no mostraba reacción alguna, a pesar de


mostrar una radiante sonrisa como si nada hubiese
pasado, pero no estaba feliz, sus ojos transmitian
tranquilidad, seguridad y una gran confianza.

— Me temo que ese juguete me pertenecía.

— ¿Piensas hacer algo al respecto? -Retó el pelinegro


haciendo sonreír ampliamente al rubio.-

Por lo general Taehyung disfruta ver las caras de


miedo de sus víctimas, sus gritos de ayuda y suplicas,
JungKook no mostraba nada de eso, y entonces pensó,
que es bueno tener un reto finalmente.

Taehyung pateó el cuerpo sin vida de Hoseok lejos


como un balón de fútbol y se situó frente a JungKook.5
Era mas bajo que el, su cabello era demasiado oscuro
y contrastaba contra su blanca piel apenas
ligeramente bronceada, tenia ojos grandes, labios
rosas.

A Taehyung le gustaba.

— Tu tomarás su lugar.1

Las grandes manos de Taehyubg fueron a parar en las


caderas del pelinegro y lo haló hacia el. No supo decir
si es que tenia mas fuerza o el otro no se había
molestado en oponerse.

Esto era nuevo.

Acercó sus labios al hombro descubierto del menor


gracias a una camisa que no lograba cubrirle tan piel y
mordió dicha zona.

JungKook gimió.
Nadie había tocado a JungKook en mucho tiempo y
debía admitir que disfrutaba demasiado aquel
momento.

El rubio se apartó y observó la marca roja que quedó,


resaltaba demasiado y eso le encanto, quería marcar
todo su cuerpo y verlo lleno de moretones.

Esto comenzaba a emocionarlo.

JungKook tiró el cuchillo en cuanto el mayor de cargó


y lo depósito sobre un viejo y algo empolvado
escritorio.
Retiro sus prendas llenas de sangre y lo hizo sentarse
boca abajo en sus piernas.

JungKook obedeció.

Uno.

Dos
Tres.

Nuevamente perdió la cuenta.

No sabía cuantos golpes había dado contra la suave


piel de los glúteos adversos, pero si sabía que los
dulces gemidos que recibía a cambio le gustaban
mucho.

— No te detengas... -Suplicó JungKook y Taehyubg


siguió.

Su mano comenzaba a doler y fue cuando se dio cuenta


que la piel era incluso mas roja que la sangre que había
por todo el lugar.

Pero JungKook seguía gimiendo.

— Vamos sigue, sigue...

— Eres una perra.6


— Lo sé.

Taehyung también estaba disfrutando.

Apartó al chico de sus piernas y este se quejó, no de


dolor, sino porque se había detenido.
Se estaba volviendo loco.

Bajó su pantalón y bóxer dejando libre una enorme y


bastante dolorosa erección. Los ojos de JungKook
estaban brillando.

El pelinegro se situó frente a las piernas del rubio sin


necesidad que este se lo ordenara, sus labios
envolvieron su hombría y Taehyung sabia que este
sería el mejor sexo de toda su puta vida.

Y JungKook también lo sabía.


No podía aguantar tanto, estaba demasiado excitado
en aquel momento, incluso había olvidado donde se
encontraban, había olvidado hasta su jodido nombre.

JungKook era un experto en el sexo oral.

— Eres una puta.8

Y JungKook sonrió, solo le bastaba con verlo para


saber que el lo sabía perfectamente.
No podía apartar su vista de aquella vulgar escena, su
latente miembro estaba literalmente fallando hasta la
garganta del chico y este parecía no inmutarse,
definitivamente debió haber conocido a JungKook
mucho antes.

Había llegado a su punto y JungKook no se detenía, el


líquido blanco bajaba por su mentón y el no se
inmutaba a ello. A Taehyung definitivamente le
encantaba.
La última vez que Taehyung había tenido sexo había
sido hace varios meses, después de violar y asesinar a
Park Jihyun.
Por otro lado la última vez que alguien se había
atrevido a tocar de manera sexual a JungKook fue un
par de años, Min YoonGi no pudo soportar el extraño
y ninfómano sexo, a lo que terminó con la cabeza en la
fuente de su preparatoria hasta no poder respirar
más.6

TaeHyung no tenía miedo de JungKook ni viceversa.


En ese momento cambiaron de posición, el pelinegro
estaba sobre el escritorio mostrando su bonito trasero
lleno de golpes, mientras TaeHyung entraba y salía de
el de manera brutal, poco le importaba lastimar al
joven bajo el, solo se concentraba en su propio placer,
no sabía si era gracias a que en mucho tiempo no había
tenido sexo, no sabía si era por lo malditamente
apretado que se encontraba JungKook, o ambas, solo
sabía que se sentía en el paraíso, nunca se había
sentido tan excitado, nunca había deseado tanto a
alguien, deseaba tanto a JungKook, deseaba tanto
romperlo ahí mismo, y los gemidos de este solo lo
hacían perder la poca cordura que aún tenía, estaba
demasiado cegado por el placer que no notó cuanto
tiempo pasó, solo sabía que lo había disfrutado,
constantemente cambiaron de posición, contra el
escritorio, la pared incluso el suelo, no tenía
inconveniente y no podía resistirse cada que las
bonitas piernas del pelinegro se habrían para el, por
un momento no se pudo considerar humano, estaba
arremetiendo con demasiada fuerza que su cadera
dolía, realmente dolía, pero cada que tomaba en
cuenta de parar JungKook continuaba gimiendo y
pidiendo por más.

Ambos estaban empapados en sudor, en su propio


líquido preseminal. Exactamente habían sido poco
más de cuatro horas teniendo sexo, lleno de orgasmos,
rasguños, mordidas, besos demasiado subidos de
tono, gemidos y maldiciones.
Ambos estaban agotados ninguno podía más, ambos
se colocaron de pie y volvieron a vestirse, justo cuando
iban a salir de aquel lugar un chico entró a la bodega.

— Hoseok, estas a... ¡HOSEOK!

Por un momento ambos chicos habían olvidado el


asesinato se miraron uno al otro y luego a aquel chico
en estado de shock.

— Es lamentable que vieras eso.


— Pero no te preocupes por el.
— Te llevaremos al mismo lugar.+

— N-no por favor... ¡NO!

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