Compendio Mat Univ
Compendio Mat Univ
Compendio Mat Univ
Compendio de Matemáticas
Universitarias 2023
Prólogo
El presente libro pretende abordar los temas de manera rigurosa y desde sus fundamentos
los temas de matemáticas que generalmente se abordan en las universidades, de tal manera
que sea autocontenido y sirva de consulta para los estudiantes y profesores universitarios, así
como los que deseen aprender a redactar y abordar temas de matemáticas más profundos en
el área de investigación de su preferencia.
No hay un requisito previo para la lectura de este libro, aunque es recomendable, que haya
llevado cursos de matemáticas a nivel medio y tenga una cultura general de al menos ese nivel.
El primer capítulo comienza con una breve descripción del razonamiento lógico y deductivo.
En el capítulo 2 se establecen los axiomas que describen el concepto de función y de conjunto,
los cuales son fundamentales en todas las matemáticas de la actualidad. Tales axiomas se
escogieron tratando de que fueran claros a la intuición y que fueran resultados aceptados y
usados por la comunidad matemática, ya sea en forma explícita o implícita. El capítulo 3 trata
sobre los principales resultados de los números naturales basándose en los llamados axiomas
de Peano. En él se introduce además el concepto de pareja ordenada, operación, conjunto
infinito, factorial y se establecen técnicas de conteo, entre otras cosas. En el capítulo 4 se
estudia las propiedades de los números reales, exceptuando el axioma del supremo, el cual se
ve hasta el capítulo 7. Al final del capítulo 4 se abordan algunos temas de teoría de números.
Los capítulos 5 y 6 abarcan los temas que tradicionalmente se ven en los cursos de álgebra,
aunque algunos temas como lo son los de progresiones aritméticas y geométricas se ven en el
capítulo 8, en el cual se introducen los conceptos de sucesiones y series. En el capítulo 9 se
definen las funciones logarítmicas y las exponenciales, aunque no de la forma tradicional que
es a través de integrales definidas, sino de una forma más natural basada en aproximaciones.
El capítulo 10 cubre un poco más de los temas que generalmente se ven en un curso cálculo
diferencial, a excepción de los temas relacionados con las funciones trigonométricas, los cuales
pueden ser estudiados en el capítulo 15. En los cursos de cálculo generalmente se estudian
primero los temas del capítulo 10, después lo concerniente a integrales y después la mayor
parte de los temas que aparecen en los capítulos 7 y 9. Creemos que el orden seguido en este
libro es el más adecuado lógica e intuitivamente, aunque no necesariamente sigue el orden
en que históricamente se han desarrollado los temas. El capítulo 11 aborda la geometría
elemental sin definir conceptos elementales como el de distancia, punto recta plano y espacio,
pero estableciendo sus propiedades y relaciones entre ellos en base a postulados que los
describen. En el capítulo 12 se definen con precisión los conceptos de determinante y matriz,
además de establecer sus principales propiedades y proveer de métodos para resolver sistemas
de ecuaciones lineales. El capítulo 13 es una breve introducción a las estructuras algebraicas.
El capítulo 14 aborda los temas y resultados topológicos más importantes. El capítulo 15 trata
de la geometría analítica en Rn y estudia como casos particulares la geometría analítica plana
y la trigonometría. El capítulo 16 desarrolla parte de la teoría de homotopías, y haciendo uso
de algunos resultados se demuestra el teorema de la curva de Jordan y se introduce el concepto
de índice de un camino cerrado simple en el plano. El capítulo 17 aborda temas relacionados
con la integral definida e indefinida. En el capítulo 18 se estudia el cálculo en varias variables,
donde se demuestran teoremas importantes como son el de los multiplicadores de Lagrange, el
de Green y el de Fubini para funciones Riemann-integrables, así como el teorema de cambio de
variables. En el capítulo 19 se estudian los números complejos y sus principales propiedades.
III
Contenido
Prólogo II
Contenido IV
2. Conjuntos y funciones 13
2.1. Introducción 13
2.2. Conjuntos 15
2.3. Funciones 16
2.4. Predicados 19
2.5. Los cuantificadores universal y existencial 26
2.6. El recorrido de una función 28
2.7. Uniones e intersecciones arbitrarias 30
2.8. Notaciones de uso común 32
Epílogo 1031
1.1. Introducción
En las matemáticas para que una afirmación nueva tenga aceptación universal es necesario
que se haya demostrado lógicamente basándose en conocimientos previamente aceptados. Tal
demostración debe tener un rigor lógico de tal manera que la veracidad de la afirmación no
tenga lugar a dudas.
Un ejemplo no es aceptado como demostración lógica debido a que sólo muestra el cumpli-
miento de la afirmación en un caso particular y es posible que en otros casos la afirmación sea
falsa. Por ejemplo, si tomamos la afirmación «todos los mamíferos son rumiantes» y toma-
mos como ejemplo a una cebra, no podemos concluir que debido a que la cebra es rumiante,
entonces todos los mamíferos son rumiantes.
En las ciencias naturales cuando se quiere probar el cumplimiento de una hipótesis se
realiza una serie de experimentos. Una vez hechos los experimentos, si en todos ellos se
verificó la hipótesis, ésta es aceptada (los principios de Arquímedes y la ley de la gravitación
universal, por ejemplo, no se pueden demostrar matemáticamente sino que son aceptados en
base a observaciones, aunque sí son descritos por fórmulas matemáticas). En las matemáticas
y en la lógica esta forma de proceder no es aceptada. Es decir, no es suficiente con verificar
varios ejemplos, aunque sean muchos, para aceptar una suposición.
Analicemos, por ejemplo, la afirmación «si n es un número natural, entonces n2 ´n`11 es
un número primo» (un número primo es un número natural mayor que 1 que sólo es divisible
por 1 y por sí mismo).
1
2 1.1. Introducción
Los números 11, 13, 17, 23, 31 y 41 son primos. En los 6 ejemplos anteriores el resultado de
n2 ´n`11 fue un número primo pero no es suficiente para concluir que n2 ´n`11 es primo para
todo número natural n, de hecho lo único que demuestra es que n2 ´n`11 es primo cuando n es
1, 2, 3, 4, 5 ó 6. Podemos observar que si n “ 11, entonces n2 ´n`11 “ p11q2 ´11`11 “ p11q2
el cual no es un número primo.
Vale la pena aclarar que aún y cuando la conclusión de un razonamiento sea algo verda-
dero, este razonamiento no se considera una demostración si el razonamiento no fue correcto.
Parte del razonamiento lógico involucra la expresión por medio de símbolos. Supondremos
que el lector distinguirá con sus sentidos cuando dos símbolos sean iguales o diferentes y no
habrá polémica alguna en ese sentido, por ejemplo, distinguirá la escritura de las letras α, β,
γ, etc.
En las secciones siguientes de este capítulo se abordarán los conceptos básicos referentes
al razonamiento lógico.
1.2. Proposiciones 3
1.2. Proposiciones
«Le grand fondement des Mathématiques «El gran fundamento de las matemáticas es el
est le principe de contradiction ou de principio de contradicción o identidad, esto es,
l’identité, c’est-à-dire qu’une énonciation que una proposición no puede ser verdadera y
ne saurait être vraie et fausse en même falsa al mismo tiempo, y que, en consecuencia,
temps; et qu’ainsi A est A et ne saurait A es A y no puede ser no A. Y ese único princi-
être non A. Et ce seul principe suffit pour pio es suficiente para demostrar cualquier par-
démontrer toute l’Arithmétique et toute te de la aritmética y de la geometría, es decir,
la Géométrie, c’est-à-dire tous les princi- todos los principios matemáticos» (fragmento
pes Mathématiques.» de la Segunda carta de Leibniz a Clarke 1).
En lógica una proposición es una oración, frase o cualquier afirmación que tiene asignado
un único valor de verdad, donde los valores de verdad pueden ser solamente verdadero o
falso. Es decir toda proposición es verdadera o falsa pero no puede ser verdadera y falsa a
la vez.
Tenemos los siguientes ejemplos de proposiciones:
1. El caballo es un mamífero.
3. 2 ` 5 “ 7.
4. 3 ´ 1 ą 7.
El sentido común nos dice que las proposiciones 1, 3 y 5 son verdaderas, mientras que las
proposiciones 2 y 4 son falsas.
No son aceptadas como proposiciones las afirmaciones que emitan un juicio o digan algo
sobre sí mismas. Por ejemplo, si la oración «estoy diciendo una mentira» se refiere a que la
oración misma es falsa, entonces no se le puede asignar un valor de verdad puesto que si fuera
falsa, entonces estaría diciendo una mentira, lo cual confirmaría la oración y sería verdadera.
Por otro lado, si la oración fuese verdadera, entonces estaría diciendo una mentira, lo cual
haría falsa a la oración. Es decir tal afirmación sería falsa y verdadera a la vez. En el lenguaje
usual, cuando alguien dice «estoy diciendo una mentira» generalmente se refiere a que otra
expresión que se dijo con anterioridad es mentira.
Cuando una proposición es expresada por medio de símbolos matemáticos (no en forma
gramatical) a la expresión le llamamos fórmula.
A veces a las proposiciones se les representa por letras como p, q, r, s, t, etc.
4 1.3. Negación
1.3. Negación
«Les vérités de Raisonnement sont néces- «Las verdades de razonamiento son necesarias,
saires et leur opposé est impossible, et ce- y su opuesto es imposible, y las de hecho son
lles de Fait sont contingentes et leur oppo- contingentes y su opuesto es posible. Cuan-
sé est possible. Quand une vérité est né- do una verdad es necesaria, se puede hallar
cessaire, on en peut trouver la raison par su razón por medio de análisis, resolviéndola
l’analyse, la résolvant en idées et en véri- en ideas y verdades más simples, hasta que se
tés plus simples, jusqu’à ce qu’on vienne llega a las primitivas» (Gottfried Leibniz, La
aux primitives.» Monadología 33, 1714).
p p
V F
F V
Para los cinco ejemplos de proposiciones dadas en la sección anterior sus negaciones se
pueden expresar respectivamente como:
1. El caballo no es un mamífero.
3. 2 ` 5 ‰ 7.
4. 3 ´ 1 ĺ 7.
p q p^q p q p_q
V V V V V V
V F F V F V
F V F F V V
F F F F F F
6 1.5. Implicación
1.5. Implicación
Al símbolo ùñ se le conoce como símbolo de implicación. Si p y q son dos proposiciones,
la expresión p ùñ q es de nuevo una proposición cuyo valor de verdad es de falso si p es
verdadero y q es falso, y en todos los otros casos el valor de verdad es de verdadero. La
proposición p ùñ q se lee «p implica q» o bien «q ó no p (es decir q _ p)» o bien «si p,
entonces q» y afirma que la proposición q es verdadera cuando lo es la proposición p.
Observemos que si p es verdadera, entonces p ùñ q es verdadera solamente si q es también
verdadera, lo que indica que a partir de una proposición verdadera se debe concluir una
proposición verdadera. Pero si p es falsa, entonces p ùñ q es verdadera, independientemente
de si q es verdadera o falsa, lo que indica que a partir de una proposición falsa se puede
concluir cualquier proposición, ya sea verdadera o falsa.
Otra forma de leer e interpretar el significado de la expresión p ùñ q es diciendo «p es
suficiente para que se cumpla q» o bien «q es necesario para que se cumpla p».
Cuando tengamos una proposición de la forma p ùñ q, a la proposición p se le llama
hipótesis, premisa, condición o antecedente y a la proposición q se le llama conclusión
o consecuente.
Lo anterior se ilustra en la tabla siguiente, donde V significa que la proposición es verda-
dera y F que es falsa.
p q p q_ p
V V F V
V F F F
F V V V
F F V V
es decir,
p q p ùñ q
V V V
V F F
F V V
F F V
p q p ðñ q
V V V
V F F
F V F
F F V
a) «Si Ramiro está loco, entonces Ramiro está loco.» Esta proposición es del tipo p ùñ p,
la cual es siempre verdadera independientemente del valor de verdad de p.
b) «La rosa es una flor o no es una flor.» Esta proposición es del tipo p _ p, la cual
también es siempre verdadera, independientemente del valor de verdad de p.
c) «Si x es un zorro, y el hecho de que x sea zorro implica que x es canino, y el hecho de
que x sea canino implica que x es carnívoro, entonces x es carnívoro.» La afirmación
anterior es del tipo pp ^ pp ùñ qq ^ pq ùñ rqq ùñ r, la cual es siempre verdadera,
independientemente de los valores de verdad de p, q y r.
a) «Alejo está loco y si Alejo está loco, entonces no está loco.» Esta proposición es del
tipo p ^ pp ùñ pq, la cual es siempre falsa, independientemente del valor de verdad
de p.
b) «La margarita es una flor y no es una flor.» Esta proposición es del tipo p ^ p, la cual
es siempre falsa, independientemente del valor de verdad de p.
Veremos a continuación algunos tipos de argumentos válidos en lógica que sirven para
obtener conclusiones: Un tipo de razonamiento válido es el llamado modus ponens, que
consiste en que si tenemos dos proposiciones p y q, y suponemos que son verdaderas las pro-
posiciones p y p ùñ q, entonces podemos concluir que la proposición q también es verdadera.
Dicho razonamiento se basa en el hecho de que la proposición pp ^ pp ùñ qqq ùñ q es una
tautología, en efecto, veamos la siguiente tabla de verdad que muestra dicha tautología.
1.7. Razonamientos válidos y falacias 9
p q p ùñ q p ^ pp ùñ qq pp ^ pp ùñ qqq ùñ q
V V V V V
V F F F V
F V V F V
F F V F V
a) Los perros tienen pelo; pero si los perros tienen pelo, entonces son mamíferos. Por lo
tanto, los perros son mamíferos.
Otro tipo de razonamiento válido es el llamado modus tollens, que consiste en que
si tenemos dos proposiciones p y q, donde q es falsa, pero p ùñ q es verdadera, entonces
podemos concluir que la proposición p es falsa. Dicho razonamiento se basa en el hecho de
que pp qq ^ pp ùñ qqq ùñ p es una tautología. En efecto, veamos la tabla siguiente que
muestra dicha tautología.
p q q p ùñ q p qq ^ pp ùñ qq p pp qq ^ pp ùñ qqq ùñ p
V V F V F F V
V F V F F F V
F V F V F V V
F F V V V V V
a) Si las garzas tienen pelo, entonces son mamíferos; pero las garzas no son mamíferos.
Por lo tanto, las garzas no tienen pelo.
b) Fidel no es uruguayo, pero si Fidel fuera de Piriápolis, entonces sería uruguayo. Como
Fidel no es uruguayo, podemos concluir que no es de Piriápolis.
Otro tipo de razonamientos son los del tipo reductio ad absurdum o reducción a
lo absurdo que consiste en concluir una proposición al demostrar que la negación de ella
conduce a una contradicción.
Tenemos también que p ùñ q equivale a q ùñ p, de manera que el demostrar que
p ùñ q puede hacerse demostrando que q ùñ p. Este métodos de hacer demostraciones
se llama método indirecto.
Los razonamientos no válidos de hacer conclusiones se llaman falacias. Ejemplos de fa-
lacias son:
c) Otro tipo de falacias son los argumentos ad hominem, el cual intenta negar una
proposición p basándose en desacreditar a la persona o personas que afirman p, o bien
en el desprestigio que pudiera tener dicha persona, por ejemplo: «Has nacido todo
entero en pecado, de manera que tus enseñanzas no son buenas.»
Ejercicios.
4. Cuando una persona dice «si tú eres músico, yo soy Supermán» ¿qué está tratando de
decir? ¿Por qué? (usar modus tollens).
5. A continuación en cada inciso se darán dos proposiciones, las cuales, aunque parezca
absurdo en algunos casos, supondremos que son verdaderas. Posteriormente se dará una
serie de proposiciones. El lector deberá marcar con una V las que se puedan concluir
1.7. Razonamientos válidos y falacias 11
que son verdaderas a partir de las dos proposiciones dadas al inicio y con una F las que
se puedan concluir que son falsas (las que no se pueda concluir su valor de verdad con
las dos proposiciones dadas se dejarán sin marcar).
a) Los miembros de la tribu Tarahumara tienen el pelo lacio. En África hay personas
con el pelo rizado.
I) Los miembros de la tribu Tarahumara no son africanos.
II) Algunos habitantes de África no pertenecen a la tribu Tarahumara.
III) Solamente algunos africanos pertenecen a la tribu Tarahumara.
IV) Algunos africanos tienen el pelo lacio y otros no.
V) Ningún africano con pelo rizado pertenece a la tribu Tarahumara.
b) Perro que ladra no muerde. Los perros negros muerden.
I) Un perro me mordió sin ladrar.
II) Los perros que no ladran son negros.
III) Los perros negros no ladran.
IV) Los perros blancos ladran.
V) Los perros pintos ladran y muerden.
c) Con la lluvia se riegan las plantas. Es necesario regar las plantas para que sobre-
vivan.
I) Si no llueve, las plantas no sobreviven.
II) Si llueve, las plantas sobreviven.
III) Es necesario que llueva para que se rieguen las plantas.
IV) Cuando llueve feo, las plantas no sobreviven.
V) Perro que ladra no muerde.
d) El que nace para maceta no sale del corredor. Juan salió del corredor.
I) Juan no nació para maceta.
II) A Juan no le gustan las macetas.
III) Juan entra y sale del corredor sin macetas.
IV) Los que no salen del corredor nacieron para maceta.
V) Si alguien no nació para maceta, ese es precisamente Juan.
e) Al que madruga Dios lo ayuda. Al que no se ayuda Dios no lo ayuda.
I) El que no madruga no se ayuda.
II) El que madruga se ayuda.
III) El que no se ayuda no madruga.
IV) Perro que ladra, muerde y madruga, con seguridad se ayuda.
V) Perro que no se ayuda, ni ladra ni muerde ni madruga.
f) Todos los saltillenses son coahuilenses. Los venezolanos no son coahuilenses.
I) Los venezolanos no son coahuilenses ni saltillenses.
12 1.7. Razonamientos válidos y falacias
CONJUNTOS Y FUNCIONES
2.1. Introducción
Los conceptos matemáticos están definidos en términos de los conceptos de conjuntos y
funciones, así como su relación entre ellos. Consideraremos a los conjuntos y funciones como
conceptos básicos no definidos.
En las matemáticas hay conceptos básicos que no es posible definir ya que para hacerlo
sería necesario tener otros conceptos que a su vez para estar definidos se necesitarían otros,
y así sucesivamente, de tal suerte que para definirlos necesitaríamos hacerlo en base en ellos
mismos, lo cual sería un círculo vicioso, o bien tener una infinidad de términos, lo cual sería
imposible de definir. Así, hay conceptos básicos que no están definidos, se supone que se
entiende su significado por sentido común, aunque tienen propiedades básicas que pueden
clarificar su significado. De los términos no definidos y sus propiedades básicas se definen
nuevos conceptos y se demuestran otras propiedades usando el razonamiento lógico.
En el capítulo anterior, los conceptos de proposición, verdadero y falso no fueron de-
finidos; sin embargo se establecieron propiedades básicas y en base en ellas se definieron
conceptos y símbolos tales como conjunción, implicación, ðñ, , etc. y así se dedujeron
algunas propiedades (no básicas) y se le pidió al lector que dedujera otras.
En este libro a las propiedades básicas que no se demuestran y se supondrá que son verda-
deras las llamaremos axiomas, aunque en algunas ocaciones, principalmente en la geometría,
se les llama postulados. Las propiedades que se concluyen directa o indirectamente de las
definiciones o de los axiomas se llaman teoremas. A algunos teorema se les suele llamar
lemas y a otros corolarios. Generalmente un lema es un teorema cuyo objetivo principal es
el de demostrar un teorema más importante y un corolario es un teorema que se deduce di-
rectamente o casi directamente de otro, aunque técnicamente hablando los términos teorema,
lema y corolario son lo mismo.
Una condición necesaria y suficiente para que un objeto forme parte de un concepto
definido es que debe satisfacer todas las propiedades de la definición. Por ejemplo para definir
el concepto de ave veamos de las siguientes proposiciones cuál es la definición correcta.
13
14 2.1. Introducción
c) Un ave es un vertebrado de sangre caliente, ovíparo que tiene plumas y que tiene pico.
d) Un ave es un vertebrado de sangre caliente, ovíparo, que tiene plumas, alas, pico, dos
patas y además vuela.
La proposición a) no corresponde a una correcta definición para ave pues por ejemplo
las moscas vuelan y no son aves. La proposición b) tampoco lo es, pues por ejemplo el
ornitorrinco es un vertebrado de sangre caliente y ovíparo pero no es ave. La proposición c)
parece ser una buena definición para ave pues las aves son vertebradas, de sangre caliente,
ovíparos, tienen plumas y pico, además cualquier animal con estas características es un ave.
La proposición d) tiene el defecto de que hay aves que no vuelan, por ejemplo los avestruces.
La proposición e) no es una buena definición para ave puesto que los murciélagos satisfacen
esas características y no son aves. La proposición f) también sería una buena definición de
ave puesto que todas las aves son animales con plumas y todos los animales con plumas son
aves.
«Si alguien dijera que el conocimiento se basa
«Εί δέ τις λέγοι τὴν ἐπιστήμην ἀποδεικ-
en la demostración mediante la razón, que se-
τικὴν εἶναι μετὰ λόγου, ἀκουσάτω ὅτι καὶ
pa que sus principios son indemostrables» (San
αἱ ἀρχαὶ ἀναπόδεικτοι· οὔτε γὰρ τέχνῃ οὔτε
Clemente de Alejandría, fragmento de Stroma-
μὴν φρονήσει γνωσταί.»
ta 2.4.13).
2.2. Conjuntos 15
2.2. Conjuntos
En este capítulo uno de los términos no definidos es el de objeto. En matemáticas un
objeto será cualquier cosa de la cual podamos hablar o decir algo. Otro término muy im-
portante no definido es el de conjunto. Para darnos una idea de su significado podemos
considerar «sinónimos» de conjunto como colección, familia, clase, agrupación de objetos,
etc. El concepto de pertenecer es también un término no definido. Cuando decimos que un
objeto a pertenece a un conjunto A queremos decir que a es un miembro de los objetos que
forman al conjunto A. Usaremos el símbolo P para formar expresiones como a P A la cual se
lee «a pertenece a A». Otro concepto que no se definirá será el de existencia. Comencemos
por establecer los primeros axiomas.
2.2.1. Axioma de existencia de conjuntos. Existe al menos un conjunto.
2.2.2. Axioma. Si a es un objeto y A un conjunto, entonces a P A es una proposición.
2.2.3. Definición. Si A es un conjunto y a P A, es decir si a pertenece al conjunto A;
decimos también que a es elemento de A, que a es miembro de A o que a está en A. A
la negación de a P A se le representa como a R A y se lee «a no pertenece a A».
En matemáticas la igualdad es otro término no definido. La idea de que dos objetos sean
iguales es que son exactamente lo mismo aunque pueden estar representados por diferentes
símbolos. A la proposición que afirma que dos objetos a y b son iguales se le representa así
a “ b y se lee «a es igual a b». A la negación de a “ b se le representa como a ‰ b y se lee a
es diferente de b».
2.2.4. Axioma de equivalencia para la igualdad. Si a, b y c son objetos, entonces se
satisfacen las siguientes propiedades:
2.3. Funciones
El concepto de función de A en B, donde A y B son conjuntos, será otro término no
definido. Una función de A en B se puede ver como una regla que hace corresponder a cada
elemento de un conjunto A un único elemento de un conjunto B. Si a P A, entonces denota-
remos por f paq al único elemento en B tal que la función f le asigna o le hace corresponder
a a. Si f es una función, la expresión f paq se lee «f de a». Al objeto f paq se le llama también
la imagen de a bajo f ó el valor de f en a. Como sinónimos del término función tenemos
también el de aplicación y el de transformación.
Si f es una función, a la proposición que afirma que a cada elemento del conjunto A, la
función f le asigna un único elemento en el conjunto B se le denota así
f : A ÝÑ B.
f
A j
u
B
u
XXX
XXX : u
u
X
u
X XXX XX
XXX
X XXX
u
XX
Xz u
u X
XXX
XXX
u Xz u
X
-
u
El diagrama anterior representa la forma en que la función f asigna a cada elemento del
conjunto A un solo elemento del conjunto B. Podemos observar que de cada elemento del
conjunto A sale solamente una flecha, mientras que a los elementos del conjunto B pueden
llegar una, varias o ninguna flecha.
2.3.1. Ejemplo. Si A es el conjunto de habitantes de Guadalajara, R el conjunto de números
reales y f : A ÝÑ R es la función que a cada habitante de Guadalajara le asigna su edad
en años, entonces si a es un habitante de Guadalajara, f paq es la edad en años de a. Todo
habitante de Guadalajara tiene una edad y esa edad es única, es decir ningún habitante de
Guadalajara tiene más de una edad.
2.3. Funciones 17
-4 -2 2 4 6 8
2.3.3. Ejemplo. Tomemos un conjunto P H cuyos elementos son los pacientes de un cierto
hospital. Cada paciente x tiene asignado un factor sanguíneo Rhpxq en el conjunto t`, ´u.
Así la función Rh es la que a cada paciente x del hospital le asigna su factor sanguíneo Rhpxq.
Tenemos así que Rh : P H ÝÑ t`, ´u.
2.3.4. Notaciones. Si A y B son dos conjuntos y f es una función, entonces la proposición
f : A ÝÑ B
aÞÑb
significa que f : A ÝÑ B y además que f paq “ b, es decir significa que la función f asigna a
cada elemento de A un único elemento en B y además a a le asigna b. La función g dada en
el ejemplo 2.3.2 podría escribirse
g : R ÝÑ2 R.
xÞÑx
Debido a que los conjuntos y las funciones son objetos, el axioma anterior nos permite
hablar de conjuntos de funciones y de conjuntos.
2.3.7. Axioma de sustitución de iguales. Si f : A ÝÑ B, s P A y s “ t, entonces t P A
y f ptq “ f psq.
2.3.8. Axioma de igualdad de funciones. Las funciones f y g son iguales (f “ g) si y
sólo si tienen el mismo dominio A y además si a P A, entonces f paq “ gpaq.
2.4. Predicados 19
2.4. Predicados
Cuando se hable acerca de un objeto y no se especifique en qué conjunto está se sobreen-
tenderá que está en un conjunto U llamado conjunto universo. Por ejemplo cuando se habla
acerca de personas, el conjunto universo al cual pertenecen las personas es el conjunto de
todos los seres humanos. Si las personas en cuestión habitan en una cierta ciudad, entonces
el conjunto universo puede tomarse como el conjunto de habitantes de dicha ciudad. Cuando
se habla de números puede considerarse como universo al conjunto de números reales. Si se
habla de países se puede considerar como universo al conjunto de países del mundo.
2.4.1. Definición. Diremos que un símbolo p es un predicado, si es tal que si x es un objeto,
entonces la expresión denotada por ppxq será una proposición. Cuando p sea un predicado
y tengamos una expresión ppxq, donde se sobreentienda que x está en algún conjunto U ,
al conjunto U lo llamamos universo del discurso o conjunto universo del predicado p.
Cuando x no sea un elemento del universo del discurso de p, supondremos que ppxq es una
proposición falsa. Cabe aclarar que es posible que algunos predicados no tengan conjunto
universo debido a no estar especificado ni sobreentendido cuál es el conjunto universo.
Es decir si p es un predicado cuyo conjunto universo es U y x P U , entonces ppxq es una
proposición. Recordemos que si ppxq es una proposición, entonces tiene un único valor de
verdad, ya sea verdadero o falso. Se puede interpretar como predicado p a una afirmación
que diga algo sobre un objeto desconocido en el universo. Generalmente si no sabemos de qué
objeto x se trata, tampoco sabremos si ppxq es verdadera o falsa. Con la restricción ppxq ‰ x
evitamos construir proposiciones que hablen de sí mismas.
2.4.2. Ejemplo. Sea U el conjunto de mexicanos y ppxq la proposición «x es un médico
mexicano». Tal proposición ppxq tiene un valor de verdad, pero tal valor de verdad depende
de quién sea x. Si x es médico, entonces ppxq es verdadera; si x no es médico, entonces ppxq
es falsa. Gramaticalmente hablando, el predicado sería «es un médico mexicano». Si x fuera
«Juan Sánchez Gutiérrez», entonces ppxq se expresaría diciendo «Juan Sánchez Gutiérrez es
un médico mexicano».
2.4.3. Ejemplo. Sea U “ R (conjunto de números reales) y qpxq la proposición expresada
mediante la fórmula «3x ` 2 “ 0». En el caso en que x “ ´ 23 la proposición es verdadera y
en cualquier otro caso la proposición es falsa.
2.4.4. Ejemplo. Veamos un ejemplo donde se puede ver el por qué es necesario pedir para
un predicado p que ppxq ‰ x. Si ppxq es la afirmación «x es una proposición falsa», entonces
no podemos tener que ppxq “ x ya que si x fuera una proposición verdadera, entonces ppxq
sería falsa, pero como ppxq “ x, concluimos que x es verdadera y falsa a la vez, contradiciendo
el hecho de que toda proposición tiene un único valor de verdad. Ahora bien, si x fuera una
proposición falsa, entonces ppxq sería verdadera, y de nuevo como ppxq “ x, tendríamos que
x es verdadera y falsa a la vez, contradiciendo nuevamente el hecho de que toda proposición
tiene un único valor de verdad.
2.4.5. Definición. Se dice que x es el único objeto que satisface ppxq, si ppxq es verdadera
y ppaq ùñ a “ x, para cualquier objeto a.
2.4.6. Axioma de especificación de conjuntos. Sea p un predicado cuyo conjunto
20 2.4. Predicados
universo es U . Existe un único conjunto A cuyos elementos son todos los objetos x en U tales
que la proposición ppxq es verdadera.
2.4.7. Definición. Al conjunto A dado en el axioma de especificación de conjuntos se le
llama conjunto solución de p y se le denota por
tx : ppxqu
o por
tx P U : ppxqu,
si se quiere hacer énfasis en el conjunto universo U del predicado p. A veces se utiliza la
notación tx|ppxqu en lugar de tx : ppxqu. En general, si A es un conjunto cualquiera y p es
un predicado, la expresión
tx P A : ppxqu
representará al conjunto
tx : x P A y ppxqu.
o por
BĄA
aunque la segunda notación se acostumbra leer como «B incluye a A» o «B contiene a
A». La notación A Ă B significa que todos los elementos de A son también elementos de B.
Cuando A Ă B también se dice que A es subconjunto de B o que A está contenido en B.
Para evitar confusiones trataremos de evitar usar el término «contenido en» debido a que a
veces se toma como sinónimo de «pertenece a» y no de «incluido en».
U
B
A
AĂB
A “ B ðñ pA Ă B y B Ă Aq.
El siguiente axioma expresa que dados dos conjuntos cualesquiera siempre hay un conjunto
«más grande» que los dos, es decir un conjunto del cual los conjuntos dados son subconjuntos.
2.4.18. Axioma. Si A y B son conjuntos, entonces existe un conjunto U tal que A Ă U y
B Ă U.
2.4.19. Definición. Sean A y B dos conjuntos. Definimos la unión de A y B como el
conjunto
tx P U : x P A ó x P Bu,
donde U es un conjunto tal que A Ă U y B Ă U . La definición anterior tiene sentido debido
al axioma 2.4.18.
Se puede demostrar que la definición anterior no depende de cuál sea el conjunto U
siempre que cumpla con las propiedades. A la unión de A y B se le denota por
AYB
b) Sea a un objeto. (Como los conjuntos son objetos, entonces por a) y por el axioma
2.4.22, podemos hablar de la existencia de objetos).
objetos pues el suponer la existencia de tal conjunto nos lleva a contradicciones. El axioma
siguiente evita la existencia de un conjunto S en el cual S P S.
2.4.27. Axioma. Si A es un conjunto y B Ă A, entonces A R B. En particular A R A.
El axioma 2.4.27 afirma que ningún conjunto es elemento de sí mismo. Por ejemplo, si A
es el conjunto de caballos en la Tierra, entonces cualquier elemento de A es un caballo, pero
el conjunto de todos los caballos no es un caballo, por lo que A R A. Tomemos otro ejemplo.
Si N es el conjunto de los números naturales, entonces N R N pues N no es un número natural,
N no es el 1, ni el 2, ni el 3, ni ningún otro número natural. La naturaleza del axioma 2.4.27
no es de lo que está permitido hacer con los conjuntos, sino de lo que no está permitido hacer
con los conjuntos.
2.4.28. Teorema. Si A es un conjunto, existe un conjunto B tal que A está incluido pro-
piamente en B.
Demostración. Supongamos que A es un conjunto y definamos al conjunto B como B “
A Y tAu. Tenemos que A P B y A Ă B, pero por el axioma 2.4.27 tenemos que A R A, de
manera que A ‰ B, por lo tanto A está incluido propiamente en B. ‚
Ejercicios.
1. De las siguientes proposiciones decir cuales son falsas y cuales son verdaderas (justificar
las respuestas).
a) 5 P t5, 6u. b) 5 “ t5u.
c) t5u Ă t5, 6u. d) t5u P t5, 6u.
e) t5u P t5, 6, t5, 6uu. f) t5u P t5, 6, t5uu.
g) t5u Ă t5, 6, t5uu. h) t5u Ă t5, 6, t5, 6uu.
i) t5, 6u P t5, 6, t5uu. j) t5, 6u P t5, 6, t5, 6uu.
k) ∅ Ă ∅. l) t5, 6u “ t6, 5, 6, 6u.
m) tu “ ttuu. n) ∅ P t5, 6u.
ñ) ∅ Ă t5, 6u. o) t4, 5, 6u X t5, 6, 7, 8u “ t5, 6, 6, 5, 5u.
p) t4, 5, 6u Y t5, 6, 7, 8u “ t5, 6, 7, 8u. q) ∅ P ∅.
2. Expresar los siguientes conjuntos por listado de sus elementos.
y
@x, ppxq ðñ @x, qpxq.
y
p Dx, ppxqq ðñ @x, ppxq.
El axioma anterior expresa que el hecho de negar que una proposición ppxq sea válida
para todo x es equivalente a decir que hay al menos un x para el cual la proposición ppxq no
se cumple. También expresa que el hecho de que no exista un x para el cual la proposición
ppxq sea verdadera, equivale a decir que todo x hace la proposición ppxq falsa o que ningún x
hace que se cumpla ppxq (decir que ppxq no se cumple significa lo mismo que decir que ppxq
es verdadera).
Siempre que tengamos una fórmula de la forma ppxq (donde p es un predicado y x una
variable) querremos decir @x, ppxq.
Los axiomas anteriores se pueden utilizar cuando tengamos cuantificadores múltiples, por
ejemplo una proposición de la forma @x, Dy, ppxq ùñ qpyq es equivalente a Dx, @y, (ppxq
y qpyq), pues negar que ppxq implica qpyq equivale a afirmar que se cumple ppxq y no se
cumple qpyq.
2.5.5. Ejemplo. Negar que para todo número real positivo x existe un número natural N
tal que N ą x equivale a decir que existe algún número real positivo x tal que para todo
número natural N se cumpla que N ĺ x.
Aunque pueda no gustarnos, en español la frase «no existe ningún x» significa «no existe
algún x», «ningún x» o simplemente «no existe x», es decir la expresión «no existe ningún»
no es una doble negación, sino más bien una confirmación de una negación. Algo similar
sucede con expresiones como «no tienes nada» que significa «no tienes algo».
2.5.6. Ejemplo. Una forma de negar la frase «todos los peruanos tienen un hermano que es
médico» es con la frase «algún peruano no tiene un hermano que es médico» o con la frase
«existe algún peruano tal que ninguno de sus hermanos sea médico».
28 2.6. El recorrido de una función
ty P B : Dx P A, y “ f pxqu .
g : t1, 2, 3, 4, 5u ÝÑ t1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9u
nÞÑ2n´1
y f p0q “ gp0q, por lo que de acuerdo al axioma anterior existe una función h : R ÝÑ R
tal que si x ľ 0, entonces hpxq “ x y si x ĺ 0, entonces hpxq “ ´x. El lector que tenga
conocimientos básicos de matemáticas podrá darse cuenta que hpxq “ |x|, el valor absoluto
de x.
2.6.9. Notación. Sean f , g y h como las dadas en el teorema de funciones seccionadas, y
además p y q predicados cuyos conjuntos solución son A y B respectivamente. Denotaremos
hpxq como:
& f pxq, si
$
ppxq
hpxq “
gpxq, si qpxq
%
o bien
si
$
& f pxq, xPA
hpxq “
gpxq, si x P B.
%
si
$
& x, xľ0
hpxq “ |x| “
´x, si x ĺ 0.
%
f |B : B ÝÑ C.
xÞÑf pxq
30 2.7. Uniones e intersecciones arbitrarias
ta P U : DA P F, a P Au ;
Es decir, APF A es el conjunto de todos los objetos que pertenecen al menos a un elemento
Ť
de la familia F.
2.7.4. Definición. Sea F una familia de conjuntos. Definimos la intersección de todos los
conjuntos de F como el conjunto
ta : @A P F, a P Au ;
ď ď
Aλ :“ A
λPΛ APRpϕq
y č č
Aλ :“ A,
λPΛ APRpϕq
ď
Aλ “ tx : Dλ P Λ, x P Aλ u
λPΛ
y č
Aλ “ tx : @λ P Λ, x P Aλ u .
λPΛ
2.7.5. Axioma de elección. Sea F una familia de conjuntos no vacíos. Existe una función
ď
ψ : F ÝÑ A
APF
2.7.7. Definición. A los axiomas que se han enunciado hasta este momento, es decir a los
18 axiomas de este capítulo, los llamaremos axiomas básicos.
32 2.8. Notaciones de uso común
El símbolo 7 representa la frase «puesto que» o «como». Este símbolo es poco usado.
El símbolo :“ significa «igual por definición» y se emplea para definir algo mediante
una igualdad, por ejemplo a :“ b significa que se está definiendo a de tal manera que
a “ b.
El símbolo ‚ lo usaremos y de hecho lo hemos usado para indicar el fin de una demos-
tración.
b) Existe una función que a cada número natural n le asigna otro número natural, denotado
n ` 1; es decir la función es tal que n ÞÑ n ` 1.
c) Si n P N, entonces n ` 1 ‰ 1.
d) Si n P N, m P N y n ` 1 “ m ` 1, entonces n “ m.
I) 1 P M ;
II) n P M ùñ n ` 1 P M , para todo n P N;
entonces N “ M .
33
34 3.1. Axiomas de Peano
A ˆ B :“ tpa, bq : a P A y b P Bu.
3.2.4. Ejemplo. t1, 2, 3, 4u ˆ t1, 2u “ tp1, 1q, p1, 2q, p2, 1q, p2, 2q, p3, 1q, p3, 2q, p4, 1q, p4, 2qu.
1 2 3 4
3.2.7. Definición. Una función f : A ˆ B ÝÑ C es una función que a cada pareja pa, bq P
A ˆ B le asigna un único elemento c P C. A menudo a una función como la anterior se
le llama función de dos variables puesto que el valor de f ppa, bqq depende tanto de la
variable a P A como de la variable b P B, aunque estrictamente hablando f depende de la
pareja pa, bq P A ˆ B. Para simplificar la notación, a la expresión f ppa, bqq se le representará
simplemente por f pa, bq. Veamos algunos ejemplos.
El dominio de la función f es Dompf q “ tp2, 3q, p3, 3q, p4, 3q, p2, 4q, p3, 4q, p4, 4qu y el reco-
rrido es Rpf q “ t$8000, $9000, $10000, $11000, $12000u. Observemos que el dominio tiene 6
elementos mientras que el recorrido tiene 5. La función de costo de producción también puede
ser representada mediante una tabla de la siguiente forma.
3.2. Parejas ordenadas 37
25 1.5
0
0 1 h
1
2 0.5
r 3
40
3.2.12. Ejemplo. Sea A el conjunto aspirantes para ser contratados como actores en una
película. Sea c el color de piel y h la altura del aspirante. Un aspirante será contratado
solamente si el color de piel y su estatura satisfacen una condición requerida. Tal condición
puede ser expresada mediante una función f : C ˆ H ÝÑ taceptado, rechazadou, donde C es
el conjunto de colores y H el conjunto de alturas posibles de personas. Es decir, la función f
asigna a cada pareja ordenada pc, hq el valor f pc, hq que puede ser «aceptado» o «rechazado».
La función f depende del criterio que se tome para la elección de los actores.
3.3. Relaciones 39
3.3. Relaciones
3.3.1. Definición. Una relación binaria o simplemente relación „ de un conjunto A en
un conjunto B es un predicado cuyo conjunto universo es A ˆ B, es decir el conjunto universo
es
A ˆ B “ tpa, bq : a P A y b P Bu.
Grp„q :“ tpa, bq : a „ bu
se le llama la gráfica de f .
Observemos que dos funciones son iguales si y sólo si tienen la misma gráfica. Es decir,
una función está determinada por su gráfica.
3.3.6. Definición. Si una relación „ es tal que su gráfica es la gráfica de una función f ,
decimos que f está determinada por „ o que „ determina a la función f . También
decimos que la gráfica de f determina a f .
Observemos que toda función está determinada por alguna relación. (¡Verificarlo!)
3.3.7. Teorema. Si „ es una relación de A en B tal que para cualesquiera tres objetos a, b,
c, con a P A y b, c P B se cumple que
pa „ b y a „ cq ùñ b “ c;
40 3.3. Relaciones
3.3.8. Teorema. Sean A y B dos conjuntos y G Ă A ˆ B tal que para todo x se cumple
que si px, b1 q y px, b2 q pertenecen a G, entonces b1 “ b2 . El conjunto G es la gráfica de alguna
función.
Demostración. Sea „ la relación tal que a „ b significa pa, bq P G. Como px, b1 q, px, b2 q P
G ùñ b1 “ b2 , entonces px „ b1 y x „ b2 q ùñ b1 “ b2 por lo que, debido al teorema 3.3.7,
la relación „ determina una función y como la gráfica de „ es G, entonces la gráfica de la
función determinada es G. ‚
3.3.11. Ejemplo. Las relaciones ĺ y ľ son inversas. Las relaciones ą y ă son inversas. Las
relaciones Ă y Ą son relaciones inversas. La igualdad “ es una relación cuya inversa es la
misma igualdad “.
f
j g
A “ Dompf q B j
D
E C “ Dompgq
Notemos que para que tenga sentido la expresión gpf pxqq es necesario que x pertenezca al
dominio de f , el cual es A, y que f pxq pertenezca al dominio de g, el cual es C. Observemos
también que si f es una biyección de A en B, entonces para a P A se tiene que f ´1 ˝ f paq “ a
y para todo b P B se tiene que f ˝ f ´1 pbq “ b.
Cuando „ sea una relación de A en A diremos simplemente que es una relación en A.
3.3.16. Definición. Sea „ una relación en A. Decimos que „ es:
reflexiva cuando a „ a (para todo a en A);
simétrica cuando a „ b ùñ b „ a;
transitiva cuando pa „ b y b „ cq ùñ a „ c.
Una relación que sea reflexiva, simétrica y transitiva se dice que es una relación de equi-
valencia.
La igualdad es el ejemplo típico de relación de equivalencia. En geometría la relación de
congruencia de ángulos es una relación de equivalencia. También en geometría la semejanza
entre triángulos es una relación de equivalencia. Si A es el conjunto de personas de la Re-
pública Mexicana y para a, b P A escribimos a ˛ b cuando el primer apellido de a y de b son
iguales, entonces ˛ es una relación de equivalencia.
3.3.17. Definición. Si tenemos que A es un conjunto y F es una colección de subconjuntos
disjuntos no vacíos de A cuya unión es A, decimos que F es una partición en clases de A.
Cuando „ es una relación de equivalencia en un conjunto A y x P A, decimos que el
conjunto x„ :“ ta P A : a „ xu es una clase de equivalencia de la relación „. Más
específicamente, decimos que x„ es la clase de x (con respecto a la relación „).
3.3.18. Teorema. Si „ es una relación de equivalencia en un conjunto A, entonces el conjunto
de todas las clases de equivalencia de „ es una partición en clases de A.
Demostración. Sea F el conjunto de todas las clases de equivalencia de „. Por la propiedad
reflexiva, todo a P a„ , por lo que A Ă B, pero como para todo x P a„ se tiene que x P A,
Ť
ŤBPF
entonces A Ą B, por lo que A “ B. Ahora, si B1 y B2 son dos elementos de F, tenemos
Ť
BPF BPF
que existe un x1 P B1 y un x2 P B2 tales que B1 “ x„ 1 y x2 “ B2 . Mostremos que B1 y B2
„
3.3.23. Definición. Sea A un conjunto parcialmente ordenado por ĺ. Decimos que la pareja
pA, ĺq es un retículo o latis, o que A forma un retículo con ĺ, si para cualesquiera dos
elementos a, b P A se tiene que tanto ínf ta, bu como supta, bu existen. Observemos que todo
conjunto A totalmente ordenado forma un retículo con el orden, donde ínf ta, bu, supta, bu P
ta, bu para todo a, b P A.
Como ejemplos de retículos tenemos a pN, ĺq y a pppAq, Ăq, para cualquier conjunto A.
Sin embargo, el conjunto tt1, 2u, t1u, t1, 3uu no forma un retículo con el orden parcial Ă.
3.3.26. Aclaración. Tenemos que desde el punto de vista estrictamente lógico pudiera no
tener sentido la expresión pL, ĺq debido a que ésta es una pareja ordenada de un objeto con
una relación, que de acuerdo a nuestra definición una relación es un predicado y un predicado
no ha quedado establecido como objeto. Si esto pudiera crear algún problema, tal problema
se resuelve estableciendo que cuando tengamos que una de las componente sea una relación,
en realidad nos estaremos refiriendo a la gráfica de la relación, por ejemplo, estableceremos
que pL, ĺq significa pL, Grpĺqq.
Ejercicios.
1. Decir cuáles de las siguientes relaciones entre a y b son reflexivas, simétricas o transi-
tivas, cuáles son de equivalencia, de orden total o de orden lineal. Dar un conjunto en
el cual puede estar definida la relación.
a) a Ă b. b) a ` 1 “ b. c) a ą b.
d) a P b. e) a tiene el mismo tipo de sangre que b. f) a ĺ b.
g) 2a ľ b. h) a2 “ b2 . i) a k b (a es paralela a b).
j) a K b. k) a ‰ b. l) a ¨ b “ 1.
a) f pxq “ 2 ¨ x ` 1; gpsq “ s2 .
b) f paq “ # de artículos producidos por la fábrica a; gpnq “ costo de producir n
artículos.
c) El volumen en metros cúbicos de un cilindro de 3 metros de alto y base de área a
metros cuadrados está dado por gpaq “ 3 ¨ a, donde el área (en metros cuadrados)
de la base circular de radio r metros es de f prq “ π ¨ r2 .
pa ` bq ` c “ a ` pb ` cq,
entonces
ppa ` bq ` cq ` 1 “ pa ` pb ` cqq ` 1,
pero por una parte
ppa ` bq ` cq ` 1 “ pa ` bq ` pc ` 1q
y por otra parte
por lo tanto
pa ` bq ` pc ` 1q “ a ` pb ` pc ` 1qq.
46 3.4. Definiciones recursivas
pa ` bq ` c “ a ` pb ` cq.
pa ` 1q ` 1 “ p1 ` aq ` 1,
pero
p1 ` aq ` 1 “ 1 ` pa ` 1q,
por lo tanto
pa ` 1q ` 1 “ 1 ` pa ` 1q.
De donde a ` 1 “ 1 ` a para todo número natural a. Es decir la propiedad conmutativa
a ` b “ b ` a es valida cuando b “ 1. Demostremos ahora por inducción matemática sobre b
que la igualdad es válida. Supongamos que la igualdad se cumple para algún número natural
b, es decir
a ` b “ b ` a,
sumando 1 en ambos lados de la igualdad obtenemos
pa ` bq ` 1 “ pb ` aq ` 1,
pb ` aq ` 1 “ 1 ` pb ` aq “ p1 ` bq ` a “ pb ` 1q ` a,
por lo tanto
a ` pb ` 1q “ pb ` 1q ` a.
Es decir a ` b “ b ` a para cualesquier número natural a y cualesquier número natural b. ‚
En lo sucesivo para agilizar las demostraciones se usarán las propiedades de los números
naturales que se vallan demostrando sin necesidad de hacer la mención explícita correspon-
diente.
3.4.4. Teorema (propiedad de la cancelación para la suma). Dados tres números
naturales a, b y c se tiene que
a ` c “ b ` c ðñ a “ b.
a “ b ùñ a ` c “ b ` c.
a ` pc ` 1q “ b ` pc ` 1q ùñ pa ` cq ` 1 “ pb ` cq ` 1 ùñ a ` c “ b ` c ùñ a “ b.
a “ b ` c.
a ą b ó a “ b.
a ľ b ðñ a ` c ľ b ` c.
a ą b ùñ a ‰ b.
aľb ó b ľ a.
pa ľ bq ùñ b ľ a.
Veamos primero por inducción matemática que todo número natural es mayor o igual que 1.
Si n “ 1, entonces n ľ 1. Si n ľ 1, entonces por las propiedad de cancelación tenemos que
n ` 1 ľ 1 ` 1 ą 1, por lo que debido a la propiedad transitiva n ` 1 ľ 1. Así todo número
natural es mayor o igual que 1. Demostremos ahora por inducción matemática sobre b que
pa ľ bq ùñ b ľ a.
pa ľ b ` 1q ùñ b`1ľa
o equivalentemente
a ľ b ó b ľ a.
pa ľ b y b ľ aq ùñ a “ b.
a ¨ pb ` pc ` 1qq “ a ¨ ppb ` cq ` 1q
“ a ¨ pb ` cq ` a
“ pa ¨ b ` a ¨ cq ` a
“ a ¨ b ` pa ¨ c ` aq
“ a ¨ b ` a ¨ pc ` 1q.
a ¨ pb ¨ pc ` 1qq “ a ¨ pb ¨ c ` bq
“ a ¨ pb ¨ cq ` a ¨ b
“ pa ¨ bq ¨ c ` a ¨ b
“ pa ¨ bq ¨ pc ` 1q.
Por lo tanto es válida la propiedad asociativa.
I) Antes de demostrar la propiedad conmutativa, demostremos la propiedad distributiva por
la izquierda, es decir demostremos que
pa ` bq ¨ c “ a ¨ c ` b ¨ c.
3.5. Multiplicación de números naturales 51
n ` 0 “ 0 ` n “ n;
n ¨ 0 “ 0 ¨ n “ 0;
nľ0 y n ą 0 ðñ n ‰ 0.
Ejercicios.
3.6. Operaciones
3.6.1. Definición. Sea A un conjunto. Una operación en A es una función ˚ : AˆA ÝÑ C.
Cuando A y B sean dos conjuntos, no necesariamente iguales, una operación entre A y
B será una función ˚ : A ˆ B ÝÑ C. Generalmente cuando ˚ es una operación se toma la
notación x ˚ y en lugar de ˚px, yq.
3.6.2. Definición. Sea ˚ una operación en A. Decimos que la operación ˚ es:
I) cerrada si a ˚ b P A (para todo a, b P A);
II) conmutativa si a ˚ b “ b ˚ a (para todo a, b P A);
III) asociativa si pa ˚ bq ˚ c “ a ˚ pb ˚ cq (para todo a, b, c P A).
En el caso en que la operación ˚ sea asociativa, la expresión a ˚ pb ˚ cq se denota simplemente
como a ˚ b ˚ c.
Como ejemplos de operaciones tenemos la suma «`» y la multiplicación «¨» en el conjunto
N de los números naturales; cuando A es un conjunto, tenemos que la intersección X y la
unión Y son operaciones en el conjunto ppAq, es decir son operaciones en el conjunto de
todos los subconjuntos de A; cuando la pareja ordenada pA, ĺq es un retículo, entonces ^ y
_ (ínfimo y supremo) son operaciones en A. Los anteriores son ejemplos de operaciones que
son cerradas, conmutativas y asociativas.
3.6.3. Definición. Supongamos que ˚ es una operación cerrada en un conjunto A, decimos
que un elemento e P A es un elemento identidad para la operación ˚ si para todo a P A se
tiene que a ˚ e “ e ˚ a “ a.
En los ejemplos anteriores, el número 1 es un elemento identidad para la multiplicación ¨;
la suma no tiene elemento identidad en los números naturales, pero sí lo tiene en el conjunto
N Y t0u; la unión Y tiene como elemento identidad al conjunto vacío ∅ y la intersección
X tiene como elemento identidad al conjunto A; cuando A forma un retículo con un orden
parcial ĺ y además existe en A el ínfimo y el supremo de A, tenemos que ínf A es un elemento
identidad para la operación _, mientras que sup A es un elemento identidad para la operación
^.
3.6.4. Teorema. Supongamos que en un conjunto L están definidas dos operaciones " y
! que son cerradas, conmutativas, asociativas y además se tiene que para cualesquiera dos
elementos a, b P L se cumple que a ! pa " bq “ pa ! bq " a “ a. Si definimos la relación
ĺ de tal manera que la expresión a ĺ b signifique que a ! b “ b y a " b “ a, entonces el
conjunto L forma un retículo con la relación ĺ.
Demostración. Veamos primero que la relación ĺ es un orden parcial, es decir que satisface
las propiedades reflexiva, antisimétrica y transitiva. Si a P L, entonces a ! a “ a ! ppa !
aq " aq “ a ! pa " pa ! aqq “ a, y también a " a “ a " pa ! pa " aqq “ pa ! pa "
aqq " a “ a, por lo tanto a ĺ a, es decir ĺ es una relación reflexiva.
Para ver que la relación es simétrica supongamos que a ĺ b y que b ĺ a, es decir a ! b “ b
y a " b “ a, y también b ! a “ a y b " a “ b. Del hecho de que las operaciones " y !
son conmutativas concluimos que a “ b, es decir la relación ĺ es antisimétrica.
3.6. Operaciones 55
Ejercicios.
1. En cada uno de los siguientes casos se define una operación en el conjunto N Y t0u
de los enteros no negativos. En cada caso determinar si la operación es conmutativa,
asociativa o tiene elemento identidad. En caso de que tenga elemento identidad, decir
cual es.
a) m ˚ n “ m ` n ` 1. b) m ˚ n “ 2mn. c) m ˚ n “ mn . d) m ˚ n “ 4.
2. Cada una de las tablas siguientes describe una operación ˚ en el conjunto t1, 2, 3u, donde
a ˚ b es el número que está en el renglón que tiene a la izquierda a a y la columna que
tiene arriba a b. Determinar en cada caso si la operación ˚ es conmutativa, asociativa
o tiene elemento identidad. En caso de que tenga elemento identidad, decir cual es.
56 3.6. Operaciones
˚ 1 2 3 ˚ 1 2 3 ˚ 1 2 3
1 1 2 3 1 2 3 1 1 3 2 1
2 2 1 3 2 3 1 2 2 3 1 1
3 3 3 3 3 1 2 3 3 1 2 3
3.7. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos 57
J6
1XX A
2 XXXX : e -d
XXX
3XX
X
4 XX X XXXX -c
XXX XXX
5
XXX za
XXX
6 XXX -f
XXX
zb
XXX
3.7.3. Definición. Un conjunto A es finito si existe un entero no negativo n, tal que A tiene
n elementos. Si un conjunto no es finito diremos que es infinito. Si A es un conjunto finito,
al número de elementos de A lo denotaremos como #A y a veces se le llama la cardinalidad
de A.
3.7.4. Teorema. Sean A y B dos conjuntos con n elementos. Existe una biyección de A en
B.
Demostración. Por definición, existen biyecciones ϕ de Jn en A y ψ de Jn en B. Demos-
traremos que la función
γ : A ÝÑ´1B
aÞÑψ ˝ ϕ paq
ψ de Jn sobre B, por lo que ψ ˝ ϕ´1 es una función de A sobre B (ver ejercicio 6 de la sección
3). De esta forma se ve que γ es una biyección de A en B. ‚
3.7.5. Teorema. Si k P Jn`1 , entonces tm P Jn`1 : m ‰ ku tiene n elementos.
Demostración. Tómese la función ϕ : Jn ÝÑ tm P Jn`1 : m ‰ ku de la siguiente forma,
ϕplq “ l si l ă k y ϕplq “ l ` 1 si l ľ k la cual el lector podrá verificar que es una biyección
de Jn en tm P Jn`1 : m ‰ ku. ‚
3.7.6. Teorema. Sean m, n P N tales que m ą n. No existe ninguna biyección de Jn en Jm .
Demostración. Procedamos por inducción sobre n. Si m ą 1, entonces, si ϕ fuera una
función de t1u en Jm , tendríamos que ϕp1q ‰ 1 ó ϕp1q ‰ m, por lo que alguno de los
elementos 1 ó m no serían elementos del recorrido de ϕ, de tal suerte que ϕ no sería sobre
Jm , de donde no existe ninguna biyección de J1 en Jm .
Supongamos ahora que n es un número natural tal que si m ą n, entonces no existe
ninguna biyección de Jn en Jm . Sea l ą n ` 1 y t tal que t ` 1 “ l. En estas condiciones
tenemos que t ą n. Si existiera una biyección ϕ de Jn`1 en Jl , entonces la función
sería una biyección de Jn sobre Jl ztϕpn ` 1qu, pero por el teorema 3.7.5 el conjunto Jl ztϕpn `
1qu tiene t elementos y existiría una biyección γ de Jl ztϕpn ` 1qu en Jt , por lo que γ ˝ ψ
será una biyección de Jn en Jt , lo que debido a la hipótesis de inducción es imposible ya que
t ą n. Por lo que si l ą n ` 1, entonces no existe ninguna biyección ϕ de Jn`1 en Jl , con lo
cual el teorema queda demostrado ‚
La demostración del siguiente corolario se deja como ejercicio al lector.
3.7.7. Corolario. Si m y n son dos números naturales diferentes, entonces no existen con-
juntos con n elementos y con m elementos a la vez.
3.7.8. Teorema. El conjunto N de los números naturales es infinito.
Demostración. Suponiendo que N fuera finito. Sea n el número de elementos de N y ϕ :
t1, 2, . . . , nu ÝÑ N una biyección de t1, 2, . . . , nu en N. Tomemos γ : t1, 2, . . . , n, n`1u ÝÑ N
tal que
ϕpkq ` 1, si 1 ĺ k ĺ n
#
γpkq “
1, si k “ n ` 1.
Afirmamos que γ es una biyección de t1, 2, . . . , n ` 1u en N. En efecto, si m “ 1, entonces
γpn ` 1q “ m, además, por el tercer axioma de Peano, no existe ningún k ‰ n ` 1, en el
dominio de γ, tal que γpkq “ m. Si m es un número natural diferente de 1, entonces sea
k P t1, 2, . . . , nu el único número tal que ϕpkq “ m ´ 1. Así, por el axioma de Peano 3.7.1
d), tenemos que k es el único número tal que γpkq “ m, por lo que γ es una biyección de
t1, 2, . . . , n ` 1u en N, contradiciendo el corolario 3.7.6 debido a que N tendría n elementos
y n ` 1 elementos a la vez. Por lo tanto N es infinito. ‚
3.7.9. Definición. Cualquier conjunto que se pueda poner en correspondencia biunívoca con
3.7. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos 59
Ejercicios.
3. Hallar el error en el argumento que daremos de la afirmación «Todas las pelotas del
mundo son del mismo color». Si tenemos un conjunto con una sola pelota, entonces todas
las pelotas de ese conjunto tienen el mismo color, es decir tienen el color de la única
pelota del conjunto. Supongamos que para todo conjunto con n pelotas, las pelotas de
ese conjunto tienen el mismo color y sea A “ tP1 , P2 , . . . , Pn , Pn`1 u un conjunto con
n ` 1 pelotas diferentes. Como el conjunto B “ AztPn`1 u tiene n elementos, entonces
todas las pelotas de B son del mismo color, en particular tienen el color de la pelota
Pn . Ahora, el conjunto C “ AztP1 u “ tP2 , P3 , . . . , Pn , Pn`1 u también tiene n elementos,
60 3.7. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos
por lo que todas las pelotas de C tienen el mismo color, es decir tienen el color de la
pelota Pn , por lo tanto todas las pelotas del conjunto A tienen el color de la pelota Pn .
Así hemos demostrado por inducción matemática que todas las pelotas pertenecientes
a cualquier conjunto finito tienen el mismo color, pero como el conjunto de todas las
pelotas del mundo es finito, entonces todas las pelotas del mundo son del mismo color.
3.8. Técnicas de conteo 61
˜ ¸
n
ÿ n`1
ÿ
“ #Ak ` #An`1 “ #Ak .
k“1 k“1
3.8. Técnicas de conteo 63
2
5 4
1 3
1 2 3 4 5
se pueden formar palabras con 5 caracteres diferentes (sin repetir caracteres) si disponemos
solamente de 5 caracteres? Ambas respuestas serán el número total de permutaciones de
orden 5, es decir #S5 . Veremos un método no sólo para calcular #S5 sino en general para
calcular #Sn , para cualquier número natural n. Definamos primero lo que es el factorial de
un entero no negativo.
3.8.14. Definición. El factorial de un número natural n, denotado n!, es el producto de
los primeros n números naturales. Es decir
1! “ 1;
2! “ 1 ¨ 2;
3! “ 1 ¨ 2 ¨ 3;
·
·
·
n! “ 1 ¨ 2 ¨ 3 ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ n;
pn ` 1q! “ 1 ¨ 2 ¨ 3 ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ n ¨ pn ` 1q “ n! ¨ pn ` 1q.
Observemos que aún no hemos definido 0! (el factorial de cero), pero para cualquier número
natural n diferente de 1 se tiene que n! “ pn ´ 1q! ¨ n. Así para que la última igualdad se
cumpla también para n “ 1 es necesario que
1 “ 1! “ p1 ´ 1q! ¨ 1 “ 0! ¨ 1 “ 0!.
Ésta es una de las razones por las cuales es conveniente definir 0! :“ 1, lo cual siempre se toma
y tomaremos como su definición. De esta forma queda definido el factorial de n (denotado
n!) para cualquier entero no negativo n.
Demostraremos ahora que #Sn (el número de permutaciones de orden n) es igual a n!
pero antes veremos un lema técnico.
3.8.15. Lema. Sea n un número natural y A, B conjuntos con n elementos. El número de
biyecciones de A en B es #Sn .
Demostración. Sean f : t1, . . . , nu ÝÑ A y g : t1, . . . , nu ÝÑ B biyecciones de t1, . . . , nu
en A y de t1, . . . , nu en B respectivamente, además sean ak “ f pkq y bk “ gpkq; es decir
los elementos diferentes de A son a1 , a2 , . . . , an y los de B son b1 , b2 , . . . , bn . Demostremos
que toda biyección ϕ de A en B es de la forma ϕ : ak ÞÑ bσpkq para algún σ P Sn . Sea ϕ
una biyección de A en B y σ “ g ´1 ˝ ϕ ˝ f . Como f , ϕ y g ´1 son biyecciones, entonces
σ P Sn . Pero ϕpak q “ g ˝ σ ˝ f ´1 pak q “ g ˝ σpkq “ gpσpkqq “ bσpkq . Ahora, si σ, σ ˚ P Sn
son tales que bσpjq “ bσ˚ pjq para todo j P t1, . . . , nu, entonces (por definición de bk ) tenemos
que σpjq “ σ ˚ pjq, por lo tanto, a cada biyección ϕ de A en B le corresponde una única
permutación σ de orden n tal que ϕ : ak ÞÑ bσpkq . Recíprocamente, si σ P Sn , entonces
ϕ “ g˝σ˝f ´1 es una biyección de A en B y ϕpak q “ g˝σ˝f ´1 pak q “ g˝σpkq “ gpσpkqq “ bσpk ).
Así tenemos que Ψ : σ ÞÑ g ˝ σ ˝ f ´1 es una biyección de Sn al conjunto de biyecciones de A
en B. ‚
3.8.16. Teorema. El número de permutaciones en Jn es n!. Es decir #Sn “ n!.
Demostración. Procedamos por inducción matemática. Si n “ 1, entonces hay una úni-
ca permutación σ : t1u ÝÑ t1u. Supongamos que para algún n P N hay n! permuta-
3.8. Técnicas de conteo 65
ciones diferentes en Jn . Sea k P t1, 2, . . . , n, n ` 1u. Ahora, hay una correspondencia bi-
unívoca entre el conjunto de permutaciones σ P Sn`1 con σp1q “ k y el de biyecciones
σ 1 : t2, 3, . . . , n, n ` 1u ÝÑ t1, 2, . . . , n, n ` 1uztku por lo cual, debido al lema 3.8.15, hay n!
diferentes permutaciones σ P Sn`1 tales que σp1q “ k. Para cada k P t1, 2, . . . , n, n ` 1u sea
Se dejan al lector la demostración de las identidades I), II) y III). Demostraremos nosotros
solamente la identidad IV).
m! ¨ pn ` 1q m! ¨ pm ´ nq
“ `
pn ` 1q ¨ n! ¨ pm ´ nq! pn ` 1q! ¨ pm ´ nq ¨ pm ´ n ´ 1q!
m! ¨ pn ` 1q m! ¨ pm ´ nq m! ¨ pn ` 1q ` m! ¨ pm ´ nq
“ ` “
pn ` 1q! ¨ pm ´ nq! pn ` 1q! ¨ pm ´ nq! pn ` 1q! ¨ pm ´ nq!
ˆ ˙
m! ¨ pm ` 1q pm ` 1q! m`1
“ “ “ . ‚
pn ` 1q! ¨ pm ´ nq! pn ` 1q! ¨ ppm ` 1q ´ pn ` 1qq! n`1
Demostración. Veamos primero que el resultado es válido para algunos casos particulares.
Si n “ 0, entonces el único subconjunto con cero
`m˘ elementos de A es ∅, por lo que A tiene
solamente un subconjunto con cero elementos y n “ 0 “ 1.
`m˘
5 6 2 7
4
1 3
1 2 3 4
3 bolas). ¿De cuántas formas diferentes podemos hacer esto? Responder a esta pregunta
equivale a responder ¿cuántas funciones inyectivas hay de t1, 2, 3, 4u en t1, 2, 3, 4, 5, 6, 7u?
Responderemos como de costumbre a una pregunta más general, a saber ¿cuántas funciones
inyectivas hay de Jn en Jm con n ĺ m? La respuesta la da el teorema siguiente.
3.8.21. Notación. Al conjunto de funciones de B en A se le denota como BA.
m!
3.8.22. Teorema. Sean n y m enteros no negativos con n ĺ m. Hay pm´nq!
diferentes
funciones inyectivas de Jn en Jm . Es decir
m!
#tf P JnJm : f es inyectivau “ .
pm ´ nq!
Ak : f es inyectiva y Rpf q “ Ak u, por el corolario 3.8.17 tenemos que #∆k “ n!. Ahora,
Jn
m m
pŤ
nq př
nq
por el teorema 3.8.7, tenemos que #tf P Jm : f es inyectivau “ #
Jn
∆k “ #∆k “
k“1 k“1
. Con lo que terminamos la demostración.
`m ˘ m! m!
n
¨ n! “ n!¨pm´nq! ¨ n! “ pm´nq! ‚
La demostración del siguiente corolario se deja para el lector.
3.8.23. Corolario. Sea A un conjunto con n elementos y B un conjunto con m elementos,
con n ĺ m. El número total de funciones inyectivas de A en B es
m!
.
pm ´ nq!
Respondiendo ahora a la pregunta ¿de cuántas formas diferentes podemos colocar una
bola en cada una de las 4 cajas si tenemos 7 bolas diferentes (distinguibles)? Como una bola
no puede estar en dos cajas diferentes, entonces a cada forma posible se le identifica con una
función inyectiva del conjunto de las 4 cajas en el conjunto de las 7 bolas y el número total
de funciones inyectivas es p7´4q!
7!
“ 7¨6¨5¨4¨3!
3!
“ 7 ¨ 6 ¨ 5 ¨ 4 “ 840.
Supongamos ahora que tenemos una lista de 6 personas y a cada una se le pide que escoja
un número entero secreto del 1 al 9. Para poder abrir una caja de seguridad cada una de
las seis personas deberá teclear su número secreto, en el orden de aparición de la lista. ¿De
cuántas formas diferentes se pudo formar la clave secreta? Responder a esta pregunta equivale
a saber cuántas funciones hay de J6 en J9 . La respuesta la da el siguiente teorema.
` ˘
3.8.24. Teorema. Si m y n son números naturales, entonces # JnJm “ mn .
Demostración. Procedamos por inducción matemática (sobre n). Si n “ 1, hay una corres-
pondencia biunívoca entre los elementos de Jm y las funciones f : t1u ÝÑ Jm , a saber la que
hace corresponder a cada elemento k P Jm la función 1 ÞÑ k, de modo que hay m “ m1 “ mn
funciones
`J diferentes de t1u en Jm . Supongamos que para un entero positivo N se cumple
que # Jm “ m . Para todo k P Jm sea ∆k “ tf P JN `1Jm : f pN ` 1q “ ku. Hay una
˘ N
N
m
por lo que #∆k “ # Jm “ mN , además tenemos que Jm y los conjuntos
`J ˘ Ť JN `1
N
∆k “
k“1
m m
∆1 , ∆2 , . . . , ∆k , . . . , ∆m son disjuntos, por lo cual #
`J ˘ Ť ř
N `1
Jm “ # ∆k “ #∆k “
k“1 k“1
m
mN “ m ¨ mN “ mN `1 , con lo que la demostración está completa.
ř
‚
k“1
Volviendo al planteamiento del problema previo al teorema. El número de formas diferen-
tes de formar la clave secreta es 96 “ 531441 formas diferentes, es decir más de medio millón
de formas diferentes, por lo que sería muy difícil descifrar la clave secreta.
El teorema 3.8.24 tiene el corolario siguiente.
` ˘
3.8.25. Corolario. Si A es un conjunto con m elementos, entonces # JnA “ mn . En
particular #pA ˆ Aq “ m2 .
3.8. Técnicas de conteo 69
N!
“ . ‚
n1 ! ¨ n2 ! ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ nm ! ¨ nm`1 !
ˆ ˙
N N!
:“ .
n1 , n2 , . . . , nk n1 ! ¨ n2 ! ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ nk !
k
Más aún, si nj ĺ N , tomaremos
ř
j“1
ˆ ˙
N N!
:“ ˜ ¸.
n1 , n2 , . . . , nk k
ř
n1 ! ¨ n2 ! ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ nk ! N ´ nj !
j“1
3.8.31. Teorema. Sea A un conjunto. Existe una biyección entre el conjunto At0, 1u y el
conjunto potencia de A.
Demostración. Para cada B Ă A tomemos la función 1lB : A ÝÑ t0, 1u tal que
1, si x P B,
#
1lB pxq :“
0, si x R B.
Dejamos como ejercicio para el lector el demostrar con detalle que la función F : ppAq ÝÑ
BÞÑ1lB
A
t0, 1u es una biyección de ppAq en t0, 1u. A
‚
3.8.32. Definición. A la función 1lB dada en la demostración del teorema 3.8.31 se le llama
función indicadora del conjunto B.
3.8.33. Corolario. Si A es un conjunto finito, entonces #ppAq “ 2#A .
Demostración. Por el corolario 3.8.26 tenemos que #pAt0, 1uq “ 2#A , y por el teorema
3.8.31 tenemos que At0, 1u y ppAq tienen la misma cardinalidad, por lo tanto #ppAq “ 2#A .
‚
Debido al corolario 3.8.33, al conjunto potencia de un conjunto A se le denota a veces por
2 .
A
Ejercicios.
1. Una persona con $2 en el bolsillo apuesta de uno en uno contra lo mismo en un «volado»
hasta que se termine el dinero o completar cuatro apuestas. ¿En cuántos de los casos
posibles estará:
2. Las cinco finalistas del concurso Señorita México son las representantes de Tlaxcala,
Yucatán, Puebla, Jalisco y Veracruz. ¿En cuántas formas pueden elegir los jueces a la
ganadora y a la primera suplente?
Graduados No graduados
Al menos 3 años de experiencia 18 9
Menos de 3 años de experiencia 36 27
4. En una ciudad los números telefónicos son de 8 cifras, pero las primeras dos cifras sólo
pueden variar entre el 22 y el 83. ¿Para cuántos números telefónicos tiene capacidad la
ciudad?
6. Demostrar con detalle que la función F dada en la demostración del teorema 3.8.31 es
en efecto una biyección de ppAq en At0, 1u.
7. Tenemos un lote de 100 piezas de las cuales 20 son defectuosas. Se eligen 10 piezas al
azar.
10. En una fiesta se tienen diez niños y ocho mazapanes. ¿De cuántas maneras se pueden
escoger a ocho niños para darles un mazapán a cada uno de ellos?
11. En un estuche de instrumentos de óptica hay seis lentes cóncavos, cuatro convexos y tres
prismas. ¿En cuántas maneras diferentes se pueden elegir uno de los lentes cóncavos,
tres de los convexos y uno de los prismas?
72 3.8. Técnicas de conteo
12. ¿De cuántas maneras puede ocurrir que en un grupo de 21 personas: 5 tengan tipo de
sangre A, 4 tipo de sangre B, 10 tipo de sangre O y 2 tipo de sangre AB?
13. ¿De cuántas formas puede escogerse un comité compuesto de 3 hombres y 2 mujeres,
de un grupo de 7 hombres y 5 mujeres?
14. Una delegación de 4 estudiantes de una escuela se selecciona todos los años para asistir
a la asamblea anual de la Asociación de Estudiantes. a) ¿De cuántas maneras puede
elegirse la delegación si hay 12 estudiantes elegibles? b) ¿De cuantas maneras si dos de
los estudiantes elegibles no asisten al mismo tiempo? c) ¿De cuántas maneras si dos de
los estudiantes elegibles son casados y sólo asistirán si van ambos?
16. ¿De cuántas maneras puede un profesor escoger uno o más estudiantes de seis elegibles?
17. En una clase hay 12 estudiantes. ¿De cuántas maneras los 12 estudiantes pueden pre-
sentar 3 pruebas diferentes si a cada prueba le corresponden 4 estudiantes?
18. a) Hallar el número de formas en que cinco personas pueden sentarse en una fila. b)
¿Cuántas maneras hay si se sientan juntos una determinada pareja de novios?
19. Los candidatos para ocupar los puestos de presidente, secretario, tesorero, primer vocal,
segundo vocal, primer suplente y segundo suplente son Antonio, Claudio, Pompeyo,
Fabián, Octavio, Julio, Mario, Lépido, Tito, Constantino, Emilio, Británico, Tiberio y
Germánico. ¿De cuántas maneras puede quedar la conformación de los puestos?
20. En un equipo de futbol que tiene 20 jugadores inscritos se deben escoger 11 jugadores.
¿De cuántas maneras se pueden escoger los jugadores?
21. Si un club tiene cuatro candidatos para presidente, tres para vicepresidente, dos para
secretario y tres para tesorero, ¿de cuántas formas puede elegirse la mesa directiva?
24. ¿De cuántas maneras se puede seleccionar una mano (cinco cartas) de la baraja?
26. 10 niños que le van a pegar a una piñata deben formarse en una fila. ¿De cuántas
maneras pueden formarse?
27. El club de futbol Toluca tiene contratados 22 jugadores. En su próximo partido contra
el Santos el director técnico deberá decidir sobre el cuadro titular y los suplentes. En
tal partido se permite un máximo de 11 titulares y 6 suplentes.
3.8. Técnicas de conteo 73
a) Si el director técnico decide presentar el equipo que jugará con los 11 titulares, uno
de los cuales deberá ser presentado como portero, y los 6 suplentes ¿de cuántas
maneras puede hacer la presentación inicial del equipo?
b) Si de los 22 jugadores del equipo hay sólo tres que están habilitados como porteros
y el director técnico decide que uno de ellos deberá iniciar como titular en dicha
posición y al menos uno de los otros dos deberá iniciar ya sea como suplente o como
titular en el terreno de juego ¿de cuántas maneras puede hacer la presentación
inicial del equipo?
28. Después de haber elegido a los nueve abridores del equipo de beisbol Sultanes de Mon-
terrey en el juego contra los Saraperos de Saltillo, ¿cuántos órdenes al bate puede tener
el director del equipo si el pícher batea siempre en cuarta posición?
29. Se tiene la pintura azul necesaria para pintar 3 casas, la roja para pintar 5 y la verde
para pintar 6. En un barrio con 20 casas del mismo tamaño, ¿de cuántas maneras
pueden ser pintadas las casas con a lo más un color de tal manera que se ocupe toda
la pintura?
74 3.9. Segundo método de inducción matemática
q si n es impar
#
ϕp n`1
2
χpnq “
ψp n2 q si n es par
es una función sobre A Y B, de manera que por el teorema 3.10.4 tenemos que A Y B es
numerable. Ahora, como un conjunto infinito está incluido en A Y B, entonces A Y B no
puede ser finito debido al teorema 3.7.11. ‚
Usando inducción matemática se puede demostrar fácilmente el corolario siguiente.
3.10.6. Corolario. Si pAk qN
k“1 es una sucesión finita de N conjuntos numerables, entonces
ŤN
Ak es un conjunto numerable.
k“1
76 3.10. Conjuntos infinito numerables
3.11. Diagramas
3.11.1. Definición. En las matemática es muy común usar diagramas, de hecho en este
texto ya los hemos usado. Si bien el uso de diagramas o dibujos no se considera válido
como argumento formal en las demostraciones matemáticas, esto sirve para ilustrar, hacer
más comprensible o amena la explicación de algún concepto. Sin que la siguiente sea una
definición rigurosa, entenderemos que un diagrama es un dibujo o figura que sirve para
ilustrar o ejemplificar un concepto. Unos de los diagramas más usados en las matemáticas
son los diagramas de Venn o diagramas de Euler. Los diagramas de Venn se emplean
para representar conjuntos de las siguientes formas:
III) Al hecho de que dos conjuntos A y B tengan intersección no vacía se le representa así.
78 3.11. Diagramas
A B
IV) Al hecho de que dos conjuntos A y B tengan intersección vacía se le representa así.
A B
II) Los elementos de A se representan en el diagrama como pequeños círculos a los cuales
les llamamos nodos.
III) Si se tiene que xRy, es decir si px, yq P GrpRq, entonces esto se representa en el grafo
uniendo el nodo correspondiente a x con el nodo correspondiente a y con una flecha, es
decir con una línea que comienza en el nodo que representa a x y termina en el nodo
que representa a y y apunta hacia el nodo que representa a y. A la flecha que comienza
en el nodo correspondiente a x y termina en el correspondiente a y, y que representa
el hecho de que x está relacionada con y se le llama arco dirigido. Al arco dirigido
que va del nodo correspondiente a x al nodo correspondiente a y generalmente se le
representa con la pareja ordenada px, yq.
3.11. Diagramas 79
Por ejemplo, el siguiente grafo representa la relación cuya gráfica es tp1, aq, p2, bq, p3, aq,
p3, cq, pc, cqu.
1 e
HH
H
2 e j ea
HH
H
HH *
H
3 e j eb
HH
H
H
HH
j ec
H
H
H
Al representar una relación de orden parcial mediante su grafo suele suceder que ha-
ya muchas flechas y que éstas estén muy amontonadas, esto debido a que las relaciones
de orden parcial son reflexivas y transitivas, lo que lleva a que la representación se con-
vierta en una maraña y no sea agradable a la vista. Por ejemplo, si tenemos el conjunto
A “ ttau, tbu, tcu, ta, du, tb, cu, ta, d, eu, ta, b, c, du, ta, b, c, d, f u, ta, b, c, d, f, guu y lo ordena-
mos mediante la relación de inclusión Ă, entonces el grafo que representa dicho orden sería
de la siguiente forma.
-e -e -e
@ @
@-e
R
@ @- e
R
@
PP )
H
Q H PP A
Q H PP
Q HH PP A
Q H P A
Q H R PP
Q Hj
- e PPP q
- e
AU ?
q
Q
Q
Q
Q Q
Q
Q
e - e
R
Q
sN ?
-
- -
6 *
Además, como podemos ver, casi no queda espacio para etiquetar los nodos.
3.11.3. Definición. Los diagramas de Hasse o diagramas de árbol son diagramas que
sirven para representar conjuntos finitos parcialmente ordenados. La representación de un
conjunto parcialmente ordenado por la relación ĺ mediante diagramas de Hasse sigue las
reglas que a continuación se enlistan:
I) Los elementos del conjunto se representan generalmente por puntos, aunque a veces
también se representan con círculos, cuadros, rectángulos, etcétera.
80 3.11. Diagramas
II) Si a ĺ b y a ‰ b, el punto que representa a a se pone en una posición más alta que el
punto que representa a b.
Pongamos nuevamente como ejemplo al conjunto A “ ttau, tbu, tcu, ta, du, tb, cu, ta, d, eu,
ta, b, c, du, ta, b, c, d, f u, ta, b, c, d, f, guu con el orden parcial Ă, pero ahora representémoslo
con un diagrama de Hasse.
tau
u
tbu
u
tcu
u
@ @
@ @
@uta, du @u
@ tb, cu
@
u @u
ta, b, c, du
ta, d, eu
uta, b, c, d, f u
u
ta, b, c, d, f, gu
II) Los elementos de A se representan en el diagrama como pequeños círculos a los cuales
les llamamos vértices.
III) Si se tiene que xRy, es decir si px, yq P GrpRq, entonces esto se representa en el grafo
no dirigido uniendo el vértice correspondiente a x con el vértice correspondiente a y
con una sola línea. A la línea que une el punto que representa x con el que representa
y, y que representa el hecho de que x está relacionada con y (y también que y está
3.11. Diagramas 81
Por ejemplo, si R es una relación simétrica cuya gráfica es GrpRq “ tpa, aq, pa, bq, pb, aq,
pc, dq, pd, cq, pc, eq, pe, cq, pe, f q, pf, equ, esta relación se puede representar por medio del si-
guiente grafo no dirigido.
e
a be ce
d
e
ee
e
f
82 3.11. Diagramas
Capítulo 4
4.1. Introducción
En el conjunto N de los números naturales están definidas las operaciones de suma (`),
multiplicación (¨) y potencia. Es decir la suma de dos números naturales es un número
natural, la multiplicación de dos números naturales es un número natural, y un número
natural elevado a un número natural es un número natural. Para dos números naturales m, n
no siempre está definida la resta m ´ n como un número natural, m ´ n es un número natural
solamente cuando m ą n. Para lograr que la resta de dos números esté siempre definida hay
que ampliar apropiadamente el conjunto N de tal manera que la resta de dos números de esté
nuevo conjunto sea un número del conjunto. Primero que nada (como se hizo anteriormente
en la definición 3.5.3) al conjunto N se le agrega el número cero, denotado 0. El número cero
es tal que para m, n P N se define
n ´ n “ 0,
n ` 0 “ 0 ` n “ n,
n0 “ 1,
0n “ 0,
n ¨ 0 “ 0 ¨ n “ 0,
n ą 0,
0 ` 0 “ 0.
83
84 4.1. Introducción
menos el costo del producto. De no tener el dinero suficiente para pagar el producto, la
persona quedaba con una deuda que consistía en el valor del producto menos la cantidad de
dinero pagado o abonado. De esta forma, el hecho de restar a una cantidad x una cantidad
y con y ą x adquiere sentido si a tal resta la identificamos con deudas. En la actualidad
esta práctica es muy común, por ejemplo, con las tarjetas de crédito. De esta forma nace la
necesidad de agregarle al conjunto N Y t0u otros elementos de tal forma que la resta de dos
números x e y esté definida sin importar cual de los dos sea mayor.
Para ampliar el conjunto N Y t0u, a cada número natural n le hacemos corresponder un
objeto ´n que no esté en N Y t0u de tal manera que si m y n son dos números naturales
diferentes, entonces ´m y ´n son diferentes. Además si m ą n, definimos n ´ m como
´pm ´ nq. Al conjunto expandido de esta forma lo denotamos por Z y lo llamamos conjunto
de números enteros.
Se puede definir en Z apropiadamente la suma, la resta y la multiplicación de manera tal
que satisfaga las propiedades asociativa, conmutativa, distributiva, etc. Así tenemos
N Ă N Y t0u Ă Z.
El conjunto Z tiene la desventaja de que no siempre es posible dividir dos números enteros,
es decir la división de dos números enteros no siempre es un número entero. Si m ¨ n “ k,
decimos que m “ k{n. Por ejemplo 8 ¨ 5 “ 40 por lo que 5 “ 40{8. Pero no existe ningún
entero tal que sea igual a 10{7. Se ve la necesidad de expandir aún más el conjunto Z a
un conjunto más amplio, el llamado conjunto de los números racionales. Tal conjunto es
necesario en la práctica. Por ejemplo, si tenemos 10 litros de agua y los queremos repartir
entre 7 personas de tal forma que cada uno obtenga la misma cantidad de agua, entonces
cada persona obtendrá 10/7 de litro.
Un número será racional si es de la forma m{n, donde m y n son enteros y n ‰ 0.
Observemos que m “ m{1. Dos números racionales m{n y k{l son iguales si y sólo si m ¨ l “
k ¨ n. Definiremos las operaciones de dos números racionales de la siguiente manera:
t1, 2u Ă N Ă N Y t0u Ă Z Ă Q.
¿Es necesario expandir aún más el conjunto Q de números racionales? Veamos algunas
razones geométricas que dan una respuesta afirmativa. Supongamos que tenemos un triángulo
?
2 1
1
?
rectángulo
? cuya longitud de cada cateto
? ? es 1. La longitud de la hipotenusa es 2, donde
2 es un número positivo tal que 2 ¨ 2 “ 2. Más adelante se demostrará que no existe
ningún número racional q tal que q 2 “ 2. Se tiene entonces que los números racionales no
son suficientes para medir longitudes. Otro ejemplo de un número que no es racional es π.
El número π representa el área de un círculo de radio 1 ó la mitad de la longitud de una
circunferencia de radio 1. Así pues, se tomará un conjunto de números más grande al que
llamaremos conjunto de números reales, el cual denotaremos por R, de tal forma que Q Ă R.
En R estarán definidas apropiadamente las operaciones de suma, resta, multiplicación y
división (con la única excepción de que la división entre cero no está definida). Se tendrá
pues que
t1, 2u Ă N Ă N Y t0u Ă Z Ă Q Ă R.
Existe una forma de extender el conjunto R de los números reales a un conjunto C llamado
conjunto de números complejos, tal conjunto se estudiará posteriormente, por el momento
cuando hablemos de números nos estaremos refiriendo a los números reales.
86 4.2. Operaciones en el conjunto de números reales
a ` pb ` cq “ pa ` bq ` c.
4.2.5. Propiedad del inverso aditivo. Para todo a P R existe un único número real
(denotado por) ´a tal que
a ` p´aq “ p´aq ` a “ 0.
a ` b “ b ` a.
a ¨ pb ¨ cq “ pa ¨ bq ¨ c.
4.2.9. Propiedad del elemento unitario. Existe un único número real 1, tal que 1 ‰ 0 y
si a P R, entonces
a ¨ 1 “ 1 ¨ a “ a.
4.2. Operaciones en el conjunto de números reales 87
4.2.10. Propiedad del inverso multiplicativo. Para todo número real a ‰ 0 existe un
único número real, denotado por a1 , o por 1{a, tal que
1 1
a¨ “ ¨ a “ 1.
a a
a ¨ b “ b ¨ a.
Debemos enfatizar en el hecho de que para que un número tenga inverso multiplicativo,
tal número debe ser diferente de cero, pues como veremos más adelante 0 ¨ x “ 0 y 0 ‰ 1
como se estableció en la propiedad del elemento unitario.
4.2.13. Propiedad distributiva. Si a, b, c P R, entonces
a ¨ pb ` cq “ a ¨ b ` a ¨ c.
Es importante aclarar que bajo ausencia de paréntesis se efectúan primero las operaciones
de multiplicación y después las de suma.
Resumamos todas las propiedades anteriores en forma conjunta:
a ` pb ` cq “ pa ` bq ` c.
a ` 0 “ 0 ` a “ a.
a ` p´aq “ p´aq ` a “ 0.
a ` b “ b ` a.
a ¨ pb ¨ cq “ pa ¨ bq ¨ c.
a ¨ 1 “ 1 ¨ a “ a; 1 ‰ 0.
para a ‰ 0.
`1˘ `1˘
a¨ a
“ a
¨ a “ 1;
a ¨ b “ b ¨ a.
a ¨ pb ` cq “ a ¨ b ` a ¨ c.
88 4.2. Operaciones en el conjunto de números reales
0 ` a ¨ 0 “ a ¨ 0 ` a ¨ 0.
a ´ b.
Demostración. Demostraremos solamente que a ¨ p´bq “ ´pa ¨ bq, la otra igualdad se puede
demostrar con la misma idea y usando la propiedad conmutativa para la multiplicación.
Tenemos las siguientes igualdades
donde se usó el teorema 4.2.20 dos veces, la propiedad asociativa dos veces y la conmutativa
una vez. ‚
4.2.22. Teorema. Para todo a P R, ´p´aq “ a.
Demostración. Tenemos primero que por definición de inverso aditivo
.
a b
`1 ˘ ` ˘
Demostración. c
¨ d
“ a ¨ 1c ¨ b ¨ 1
d
“ pa ¨ bq ¨ c
¨ 1
d
“ pa ¨ bq ¨ 1
c¨b
“ a¨b
c¨d
‚
4.2.26. Teorema. Si a, b, c, d son números reales tales que c, d ‰ 0, entonces
a b a¨d`b¨c
` “ .
c d c¨d
4.3. Desigualdades
4.3.1. Axioma. Existe una relación de R en R, denotada por ą, la cual satisface las siguientes
propiedades:
4.3.2. Propiedad de tricotomía. Si a, b P R, entonces solamente una de las siguientes tres
proposiciones es verdadera:
I) a ą b.
II) a “ b.
III) b ą a.
a ą b ðñ a ` c ą b ` c.
pa ą b y c ą 0q ùñ a ¨ c ą b ¨ c.
4.3.6. Definición. A la relación ą se le llama mayor que. Decimos que a es menor que
b, y lo denotamos como a ă b, cuando b ą a. Diremos que a es mayor o igual que b,
denotado a ľ b, cuando a ą b ó a “ b. Diremos que a es menor o igual que b, denotado
a ĺ b, cuando b ľ a.
Observemos que las propiedades anteriores para la relación ą en los números reales son
también válidas para la relación ă.
4.3.7. Definición. Decimos que un número real a es positivo cuando a ą 0 y decimos que
es negativo cuando a ă 0.
Debido a la propiedad de tricotomía podemos ver que todo número real a satisface sólo
una de las siguientes tres proposiciones:
a es positivo; a es negativo; a “ 0.
Para hacer las demostraciones con mayor fluidez, solamente haremos mención de los axio-
mas y resultados de esta sección, los de las secciones anteriores los usaremos sin mencionarlos
explícitamente.
4.3.8. Teorema. Si a ą b y c ą d, entonces a ` c ą b ` d.
Demostración. Si a ą b, entonces, por la propiedad de cancelación para desigualdades,
a ` c ą b ` c. De la misma manera si c ą d, entonces b ` c ą b ` d. Ahora por la propiedad
transitiva a ` c ą b ` d. ‚
4.3. Desigualdades 91
El teorema anterior implica que la suma de números positivos es un número positivo y que
la suma de números negativos es un número negativo. De la misma forma que la propiedad
de preservación por la multiplicación de positivo implica que la multiplicación de números
positivos es positivo y la multiplicación de un número positivo por un negativo es un número
negativo. Veamos qué propiedades podemos obtener de los siguientes teoremas.
4.3.9. Teorema. Si a ą b, entonces ´a ă ´b.
Demostración. Por la propiedad de cancelación, a ą b ðñ a ` p´aq ` p´bq ą b ` p´aq `
p´bq, es decir ´b ą ´a o equivalentemente ´a ă ´b. ‚
El teorema 4.3.9 tiene como consecuencia que el inverso aditivo de un número positivo es
negativo y que el inverso aditivo de un número negativo es un número positivo.
4.3.10. Teorema. Si a ą b y c ă 0, entonces a ¨ c ă b ¨ c.
Demostración. Por el teorema anterior
c ă 0 ùñ ´c ą 0.
a ¨ p´cq ą b ¨ p´cq ùñ a ¨ c ă b ¨ c. ‚
aą0 ó a ă 0.
b ¨ d ą a ¨ c. ‚
4.3.13. Definición. Decimos que dos números tienen el mismo signo si ambos son positivos
o ambos son negativos y se dice que tienen signos opuestos o signos diferentes si uno es
positivo y el otro negativo.
92 4.3. Desigualdades
a2 ą b2 ðñ a ą b.
6¨x´3ą7´2¨x
ðñ 6 ¨ x ` 2 ¨ x ą 7 ` 3
ðñ 8 ¨ x ą 10
10
ðñ x ą 8
5
ðñ x ą 4
.
biyección de N sobre Z, lo cual el lector debe poder verificar. Observemos también que todo
número racional es de la forma pq , donde p P N y q P Z.
Tenemos que el recorrido de la función ζ : N ˆ Z ÝÑ Q es Q. Ahora, por el corolario
pp,qqÞÑ pq
3.10.8 existe una biyección ϕ de N sobre N ˆ Z, de manera que la función ζ ˝ ϕ : N ÝÑ Q es
sobre Q, de manera que por el teorema 3.10.4 se concluye que Q es numerable. ‚
94 4.5. Exponentes enteros
a1 “ a,
a2 “ a ¨ a,
a3 “ a ¨ a ¨ a, en general
III) pabqn “ an bn ;
` ˘n n
IV) ab “ abn (para b ‰ 0);
am
V) an
“ am´n (para m ą n y a ‰ 0);
am
VI) an
“ 1
an´m
(para n ą m y a ‰ 0);
am
VII) an
“1 (para n “ m y a ‰ 0).
Hagamos algunos comentarios ilustrativos sobre estas leyes. En la parte izquierda de la
igualdad I) tenemos que
am an “ paa ¨ ¨ ¨ aqpaa
loomoon ¨ ¨ ¨ aq,
loomoon
m veces n veces
4.5. Exponentes enteros 95
por lo que a se multiplica por si mismo mn veces. En la parte izquierda de III) tenemos
pabqn “ loooooooomoooooooon
pabqpabq ¨ ¨ ¨ pabq,
n veces
por lo que el número a aparece n veces y el b también, aplicando varias veces la propiedad
conmutativa se obtiene que esto último es
paa ¨ ¨ ¨ aqpbb
loomoon ¨ ¨ ¨ b q “ an b n .
loomoon
n veces n veces
Las leyes V) y VI) son consecuencias de las anteriores, por ejemplo cuando n ą m tenemos
que
am am
“ .
an an´m am
Surge la siguiente pregunta ¿Cómo definir a0 de tal manera que se sigan cumpliendo las
leyes de los exponentes?.
Si definimos a0 “ 1 para a ‰ 0, entonces las leyes de los exponentes se cumplen, por
m
ejemplo am`0 “ am a0 “ am , 1 “ aam “ am´m “ a0 , pero en la segunda serie de igualdades
am ‰ 0, por lo que si m ‰ 0 tendríamos que a debe ser diferente de cero.
4.5.4. Definición. Si a es un número real diferente de cero, definimos a0 :“ 1. (Vale la pena
m
remarcar que cuando a “ 0 y m ‰ 0, no tiene sentido la expresión aam ).
Definamos ahora apropiadamente ak cuando a ‰ 0 y k es un entero negativo.
4.5.5. Definición. Si a ‰ 0 y n es un entero positivo, definimos
1
a´n “ .
an
Observemos que la definición anterior es equivalente a decir que si k es un entero negativo,
entonces
1
ak “ ´k .
a
Con las definiciones así dadas para los exponentes, se tienen las leyes de los exponentes
en una forma menos restringida en cierto aspecto, las cuales el lector podrá verificar.
4.5.6. Leyes de los exponentes enteros. Si a, b son diferentes de cero y m, n son enteros,
entonces
96 4.5. Exponentes enteros
I) am an “ am`n ;
III) pabqn “ an bn ;
` ˘n n
IV) ab “ abn ;
am
V) an
“ am´n “ 1
an´m
.
Ejercicios.
En los ejercicios siguientes, la palabra «simplificar» significa sustituir la expresión dada
por una en la que las literales (números representados por letras) aparezcan a lo sumo una
sola vez y no tengan exponentes negativos.
O
s
Ps -
0 x
de las distancias entre dos puntos es que nunca son negativas. Así, tenemos la siguiente
definición.
4.6.1. Definición. Si x es un número real, el valor absoluto de x, denotado |x|, se define
de la siguiente manera
x, si x ľ 0,
#
|x| :“
´x, si x ĺ 0.
6
@ 5
@
@
@ 4
@
@
@ 3 y “ |x|
@
@
@ 2
@
@
@ 1
@
@ -X
´5 ´4 ´3 ´2 ´1 1 2 3 4 5
?
? ` ? ˘ ?
4.6.2. Ejemplos. |5| “ 5, | ´ 4| “ ´p´4q “ 4, |3{8| “ 3{8, | ´ 2| “ ´ ´ 2 “ 2,
| ´ 1{2| “ ´p´1{2q “ 1{2, |0| “ 0, | ´ 3{8| “ ´p´3{8q “ 3{8.
4.6.3. Teorema. Si x P R, entonces |x| “ | ´ x|.
Demostración. Si x ľ 0, entonces ´x ĺ 0, por lo que |x| “ x y | ´ x| “ ´p´xq “ x. Ahora
si x ă 0, entonces ´x ą 0 en cuyo caso |x| “ ´x y | ´ x| “ ´x. En ambos casos tenemos que
|x| “ | ´ x|. ‚
Del teorema anterior y del hecho de que b ´ a “ ´pa ´ bq se tiene el siguiente corolario.
4.6.4. Corolario. |a ´ b| “ |b ´ a|.
Volvamos de nuevo a la recta numérica para ilustrar el resultado.
98 4.6. El valor absoluto
A
s
B
s -
a b
4.7. Aritmética
En esta sección deduciremos las propiedades básicas de los números enteros. Comencemos
con alguna terminología que será de utilidad en esta sección y posteriormente.
4.7.1. Notación. Si para todo número natural k se tiene que ak es un número real, entonces
se denota ˜ ¸
ÿ1 n`1
ÿ ÿn
ak :“ a1 y ak :“ ak ` an`1
k“1 k“1 k“1
Las siguientes propiedades que son fáciles de demostrar se tomarán como obvias.
Si c es un número, entonces
n
ÿ n
ÿ n
ÿ n
ź n
ź n
ź
cak “ c ak , c “ nc, cak “ cn ak , c “ cn .
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1 k“1
a ľ mb
y será suficiente con demostrar que r “ a ´ mb es menor que b. Si r fuera mayor o igual que
b, entonces r “ b ` t, donde t es un entero no negativo, por lo que pm ` 1qb ` t “ r ` mb “ a,
es decir kb ĺ a, contradiciendo el hecho de que kb ą a (donde k “ m ` 1).
100 4.7. Aritmética
I) c | a y c | b,
II) (d | a y d | b) ùñ d | c.
Al máximo común divisor de a y b lo denotamos como MCDpa, bq, por ejemplo MCDp4, 10q “
2, MCDp15, ´7q “ 1, MCDp´30, 40q “ 10, MCDp60, 24q “ 12.
Surge ahora el problema de saber si el máximo común divisor de dos enteros siempre existe.
Si éste existe podemos observar que es en efecto «el máximo de los divisores comunes» de a
y b. El siguiente teorema contesta a esta interrogante.
4.7.8. Teorema. Si a y b son enteros, no ambos cero, entonces MCDpa, bq existe; además
podemos encontrar enteros m0 y n0 tales que MCDpa, bq “ m0 a ` n0 b.
Demostración. Sea A “ tx P Z : x “ ma`nb, m, n P Zu. Como a ‰ 0 y b ‰ 0, entonces hay
elementos diferentes de cero en A. Si x “ ma`nb P A, entonces ´x “ p´mqa`p´nqb P A, por
lo que A tiene elementos positivos, luego A X N tiene un mínimo (primer elemento) c. Como
c P A, entonces c “ m0 a ` n0 b para algunos enteros m0 y n0 . Veamos que c “ MCDpa, bq.
Sea d un entero tal que d | a y d | b. Bajo estas condiciones tenemos que d | pm0 a ` n0 bq, es
decir d | c. Falta ver que c | a y c | b.
Sea x un elemento de A. Tenemos que x “ ma ` nb para algunos enteros m y n. Ahora,
por el algoritmo de Euclides existen t y r, con 0 ĺ r ă c, tales que x “ tc ` r, pero como
c “ m0 a ` n0 b, y x “ ma ` nb, tenemos que
ma ` nb “ tpm0 a ` n0 bq ` r,
por lo cual
r “ pm ´ m0 tqa ` pn ´ n0 tqb,
ri “ pi , ν i “ αi , si i ă l;
rl “ q1 , ν l “ β1 , y
ri “ pi´1 , νi “ αi´1 , si i ą l.
a) pt “ qs , b) pt ą qs , c) pt ă qs .
104 4.7. Aritmética
Veamos primero
śs βique los casosβb) y c) son imposibles. Supongamos que se tiene pt ą qs .
Ahora, pt | i“1 qi , pero pt - qi para 1 ĺ i ĺ s, lo cual contradice al corolario 4.7.15.
i
Para n “ 2 tenemos que, como q1 y q2 son primos relativos, entonces, por el corolario
10, existen enteros m0 y n0 tales que m0 q1 ` n0 q2 “ 1. Tomando m1 “ m0 pa2 ´ a1 q y
n1 “ ´n0 pa2 ´ a1 q, tenemos que m1 q1 ´ n1 q2 “ a2 ´ a1 , de donde m1 q1 ` a1 “ n1 q2 ` a2 , por
lo que al tomar x “ n1 q2 ` a2 , tenemos que x ” a1 pmód q1 q y x ” a2 pmód q2 q. Ahora, si
y ” a1 pmód q1 q y y ” a2 pmód q2 q, entonces q1 | x ´ y y q2 | x ´ y, pero como q1 y q2 son
primos relativos, entonces al dar la factorización de x ´ y, q1 y q2 , como la dada en el teorema
fundamental de la aritmética, tenemos que los factores de q1 y q2 son también factores de
x ´ y, y como q1 y q2 no tienen factores en común, entonces el producto de potencias de
números primos de q1 q2 divide a x ´ y, es decir x ” y pmód q1 q2 q. Obsérvese además que
todos los números de la forma x ` lq1 q2 son congruentes con x módulo q1 q2 , con a1 módulo
q1 y con a2 módulo q2 .
Supongamos ahora que para algún número natural m el resultado es válido cuando n “ m
y además para todo entero l y todo k P Jn se tiene que x ` lq1 q2 ¨ ¨ ¨ qn es congruente con
ak módulo qk y con x módulo q1 q2 ¨ ¨ ¨ qn . Demostremos que el resultado también es válido
para n “ m ` 1. Si los números q1 , q2 , . . . , qm , qm`1 son primos relativos entre sí, también lo
son los números q1 q2 ¨ ¨ ¨ qm y qm`1 , por lo que existe un número entero x tal que para todo
entero l y todo k P Jm se tiene que x ` lq1 q2 ¨ ¨ ¨ qm es congruente con ak módulo qk y con x
módulo q1 q2 ¨ ¨ ¨ qm , y además, usando el hecho de que el resultado es válido para n “ 2, x
es congruente con am`1 módulo qm`1 . Ahora, si para todo k P t1, 2, . . . , m, m ` 1u se tiene
que y ” ak pmód pk q, entonces x ” y pmód q1 q2 ¨ ¨ ¨ qm q, x ” y pmód qm`1 q, y por lo tanto
también x ” y pmód q1 q2 ¨ ¨ ¨ qm qm`1 q. ‚
108 4.7. Aritmética
Capítulo 5
5.1. Radicales
5.1.1. Definición. Sea a un número real y n un entero positivo. Decimos que x es una raíz
n-ésima de a si a “ xn .
Haremos algunas observaciones usando el hecho de que si n es par, entonces n{2 es entero.
Si n es un entero positivo par y x es una raíz n-ésima de a, entonces ´x también es una raíz
n-ésima de a pues
n
p´xqn “ p´xq2p 2 q “ pp´xq2 qn{2 “ px2 qn{2 “ xn “ a.
109
110 5.1. Radicales
´ a ? ¯mn ´´ a ? ¯m ¯n ` ? ˘n ? a ?
III) “ n b “ b, por lo tanto mn b “
m n m n m n
b “ b b. ‚
? ?
5.1.4. Notación. El símbolo x significa 2 x.
?
5.1.5. Teorema. Si x es un número real, entonces x2 “ |x|.
Demostración. El número x?2 tiene dos raíces ? cuadradas, a saber x y ´x (a menos que
x “ 0, en cuyo caso |0| “ 0 “ 0). El símbolo x2 representa la raíz cuadrada no negativa
de x2 , es decir
si x ľ 0
#
? x,
x2 “
´x, si x ĺ 0,
?
pero esta última igualdad es la definición del valor absoluto de x, por lo tanto x2 “ |x|. ‚
5.2. Exponentes racionales 111
Es posible verificar que con la definición anterior de exponentes racionales se siguen cum-
pliendo las leyes de los exponentes. En el capítulo 7 se demostrará que la definición anterior
no depende de la forma en que se haya expresado el número racional m{n. Es decir, se de-
` ? ˘m ´ ?1 ¯m1
mostrará que si m, m1 ,n y n1 son enteros tales que m{n “ m1 {n1 , entonces n b “ n b .
Ejercicios.
En los ejercicios siguientes, la palabra «simplificar» significa sustituir la expresión dada
por una en la que las literales (símbolos representados por letras) aparezcan a lo sumo una
sola vez de ser posible y no tengan exponentes negativos ni radicales en los denominadores.
1. Demostrar que las leyes de los exponentes son verdaderas para los exponentes racionales,
siempre que tengan sentido las expresiones dadas en las mismas, es decir
` ˘r r
I) ar as “ ar`s , IV) ab “ abr ,
ar
II) par qs “ ars , V) as
“ ar´s ,
III) pabqr “ ar br ,
2. Sea x es un número real. Decir cuál es la diferencia entre las siguientes expresiones:
? 2
a) x, b) |x|, c) p xq .
3. Simplificar cada una de las expresiones siguientes (todas las letras denotan números
positivos):
? ? ? ?
a) 49, b) b4
256, c) 3 125, d) 3
135,
? ? ? ? ? ?
e) ?3 ,
1
2
f) 1
7
, g) 5 20 ´ 45 ` 2 80, h) 162 ` 4 32 ´ 4 2,
4
a ? b b
i) 9x´4 y 6 , j) 3 8a6 b´3 , k) 3 54a , l) 3u13 b ,
2
b2
b b a a
m) 4 p3x5 y ´2 q4 , n) 5 8x , ñ) 6 32p4 y 5 z 3 6 2p2 yz 3 .
a 3 4
5 4x
y4 y2
112 5.2. Exponentes racionales
Ejercicios.
1. La masa de un átomo de hidrógeno es aproximadamente 0.000 000 000 000 000 000 000
0017 g. Exprésese este número en notación científica.
5.5. Polinomios
5.5.1. Definición. Sea f : R ÝÑ R, decimos que f es una función polinomial o función
polinómica si existen números reales a0 , a1 , a2 , . . . , an tales que para todo x P R
f pxq “ a0 ` a1 x ` a2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an xn ,
es decir n
ÿ
f pxq “ a0 ` ak x k .
k“1
Si f es una función polinomial, entonces a una expresión de la forma f pxq se le llama poli-
nomio en x, es decir un polinomio en x es una expresión de la forma
a0 ` a1 x ` a2 x 2 ` ¨ ¨ ¨ ` an x n .
A los números a0 , a1 , a2 , ¨ ¨ ¨ , an se les llama coeficientes del polinomio. Si an ‰ 0, decimos
que el polinomio es de grado n, en cuyo caso decimos que an es el coeficiente principal del
polinomio. Al símbolo ak xk se le llama término de grado k del polinomio y al coeficiente ak
se le llama coeficiente de grado k del polinomio f pxq. Observemos que el número cero es
un polinomio que no tiene coeficiente principal, pues todos los coeficientes son cero. Conven-
dremos en que el polinomio cero tiene grado ´8 (menos infinito). Los números constantes
diferentes de cero son polinomios de grado cero.
5.5.2. Definición. A una expresión de la forma a0 ` a1 x ` a2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an xn también se
le llama polinomio con una variable. Cuando f : R2 ÝÑ R sea una función tal que
para cada x P R la función y ÞÑ f px, yq es una función polinomial cuyos coeficientes son
polinomios en x, entonces diremos que f es una función polinomial de dos variables y
a la expresión f px, yq se le llama polinomio con dos variables. De manera más general,
si n es un entero positivo y f : Rn`1 ÝÑ R es una función tal que para cada x1 P R la
función px2 , . . . , xn`1 q ÞÑ f px1 , x2 , . . . , xn , xn`1 q es una función polinomial de grado n cuyos
coeficientes son polinomios en x1 ; entonces decimos que f es una función polinomial de
n ` 1 variables y a la expresión f px1 , x2 , . . . , xn , xn`1 ) se le llama polinomio con n ` 1
variables.
5.5.3. Ejemplo. La expresión 3x ` 6x2 4x5 es un polinomio con una variable.
5.5.4. Ejemplo. La expresión 6x2 ` p5x3 ` 1qy 5 ` 2xy 7 es un polinomio con dos variables.
5.5.5. Ejemplo. La expresión 7xy ` xy 2 zz 2 es un polinomio con tres variables.
Ejercicios.
Efectuar las operaciones indicadas y expresar el resultado en forma de polinomio:
a) p4x3 ` 2x2 x ` 5q ` px3 3x2 5x ` 1q, b) px4 3x2 ` 7x ` 4q ` px3 ` 3x2 4x3 q,
c) p5y 3 6y 2 ` y7qp5y 3 ` 6y 2 ` y ` 2q, d) p3u ` 1qp2u3 q ` 6upu ` 5q,
e) ps ` tqps2 st ` t2 q, f) pr2 ` 2r ` 3qp3r2 2r ` 4q,
8x2 y 3 ´10x3 y
g) p3x ` 1qp2x2 x ` 2qpx2 ` 4q, h) 2x2 y
,
3u3 v 4 w´2u5 v 2 w`pu2 v 2 q2 w2
i) u3 v 2 w
.
116 5.6. Productos notables
I) px ` yqpx ´ yq “ x2 ´ y 2 ;
Ejercicios.
1. Utilizar los productos notables para escribir las expresiones siguientes en forma de
polinomios:
a) px ´ 3qp2x ` 1q, b) p3x ` 2qp3x ´ 5q, c) p2s ´ 7tqp4s ´ 5tq,
d) `p6t ´ 5vqp6t
? ˘ `?` 5vq,? ˘ e) p8u ` 3q ,
2
f) p10p2 ´ 7q 2 q2 ,
?
g) a` b a´ b , h) p3r ` 4sq ,3
i) px2 ` y 2 q3 ,
j) pu ´ 3vq ,
2 3
k) pa1{3 ´ b1{3 q3 , l) pa ` bq2 pa ´ bq2 ,
m) px ` y ` zqpx ` y ´ zq, n) p2a ´ b ` 3cqp2a ´ b ´ 3cq, ñ) p3x ` 2y ` zq2 ,
o) px2 ` y 2 ` z 2 q2 .
5.7. Factorización 117
5.7. Factorización
5.7.1. Definición. Cuando un polinomio se escribe como producto de otros polinomios, a
cada uno de los polinomios que se multiplican se le llama factor del polinomio resultante. Al
hecho de expresar un polinomio como producto de sus factores se le llama factorización. Por
ejemplo el expresar el polinomio 5x2 `11x`2 como p5x`1qpx`2q se le llama factorización de
5x2 ` 11x ` 2 y los polinomios 5x ` 1 y x ` 2 son los factores de 5x2 ` 11x ` 2. La factorización
sirve en algunas ocasiones para simplificar algunas expresiones algebraicas, por ejemplo
5.7.2. Definición. Un polinomio con coeficientes enteros P pxq se dice que es primo o
irreducible si sus únicos factores son P pxq, ´P pxq, 1 y ´1.
Si un polinomio tiene coeficientes racionales o reales (pero no todos enteros), entendere-
mos, mientras no se diga otra cosa, por factorización al expresarlo como producto de polino-
mios con coeficientes racionales o reales según sea el caso.
5.7.3. Definición. Un polinomio P pxq con coeficientes racionales o reales se dice que es
primo o irreducible si sus únicos factores son de la forma a ó bP pxq donde a y b son
números racionales o reales, según sea el caso.
5.7.4. Definición. Entenderemos por factorizar completamente un polinomio al hecho
de expresarlo como producto de polinomios irreducibles.
118 5.8. Factorización de expresiones especiales
Ejercicios.
Factorizar cada uno de los polinomios siguientes:
a) 4u2 ´ 2uv, b) 10xy ` 15xy 2 , c) ´8p4 qr2 ´ 4p3 q 3 r2 ,
d) 6x ` x ´ 5,
2
e) 12m ´ 17m ,
2 4
f) 4x2 ` 12x ` 9,
g) 20y 2 ´ 41y ` 20, h) 36a2 ´ 49b2 , i) 45x2 ` 38xy ` 8y 4 ,
j) 25p 16v ,
2 4
k) 64y ` 113y ` 49, l) x3 ` 8y 3 ,
2
Bpxq
pdonde Apxq ‰ 0q.
Cpxq
Ejercicios.
Simplificar cada una de las siguientes expresiones fraccionarias:
10x2 ` 29x ´ 21 4z 2 ` 12z ` 9 6y ´ 5y 2
a) , b) , c) ,
5x2 ´ 23x ` 12 2z 2 ` 3z 25y 2 ´ 36
16x4 ` 8x3 ` x2 3s 6 3u ` 2 4u ` 1
d) 3 , e) ´ , f) ` ,
4x ` 25x2 ` 6x 2
s ` 1 2s ´ 1 u´4 5u ` 2
a2 `4a`3 3a2 ´2a x3 ´ 8 x
g) 3a2 `a´2
¨ 2a2 `13a`21
, h) 2
˜ 3 , i) p5x´2q
4
2 ` 5x´2 ,
x
x ´4 x `8
6 t ` 5 1 ´ 2t2 8 3 7x
j) ` 3 ` , k) ` ` 2 , l) x2 ` x72 ` 2x´3
5 1
` p2x´3q 2,
3t t t4 x 2x ´ 4 x ´ 4
p4 ` 3p3 ´ 8p ´ 24 px ` hq´2 ´ x´2
m) 3 , n) ´ 5x´2 ˜ h, ñ) ,
` 7 7
˘
5x`5h´2
p ´ 2p2 ´ 9p ` 18 h
? x3
2x 1 ´ x2 ´ ?1´x 2 3s3 ´ 18s4 ` 27s5 p3x2 `xq`p6x`2q
o) 2
, p) , q) x`2
,
1´x s ´ 3s2
4x2 ´ 4x
r) 2 .
px ´ 1qp2x2 ` 8q
120 5.10. Teorema del binomio
n ` ˘
Demostración. Si n “ 0, entonces px ` yqn “ px ` yq0 “ 1; por otra parte n
ř
k
xn´k y k “
k“0
n ` ˘
y “ 1 ¨ 1 ¨ 1 “ 1, es decir px ` yq “ y cuando n “ 0. Si n “ 1, entonces
`0˘ 0´0 0 n
ř n n´k k
0
x k
x
k“0
n ` ˘ 1 ` ˘
px`yqn “ px`yq1 “ x`y y por otra parte
ř n ř 1
`1 ˘ `1˘
k
xn´k y k “ k
x1´k y k “ 0
x` 1
y “ x`y,
k“0 k“0
n ` ˘
es decir px ` yqn “ n
xn´k y k cuando n “ 1.
ř
k
k“0
Supongamos que para un entero positivo N se cumple la fórmula
N ˆ ˙
N
ÿ N
px ` yq “ xN ´k y k .
k“0
k
Entonces
N ˆ ˙
N `1
ÿ N
px ` yq “ px ` yq xN ´k y k
k“0
k
N ˆ ˙ N ˆ ˙
ÿ N N `1´k k
ÿ N
“ x y ` xN ´k y k`1
k“0
k k“0
k
N ˆ ˙ ˙ N ˆ
ÿ N N `1´k k N pN `1q´pk`1q k`1
ÿ
“ x y ` x y
k“0
k k“0
k
N ˆ ˙ N `1 ˆ ˙
ÿ N N `1´k k ÿ N
“ x y ` xN `1´k y k
k“0
k k“1
k ´ 1
ˆ ˙ N ˆˆ ˙ ˆ ˙˙ ˆ ˙
N N `1 0 ÿ N N N `1´k k N 0 N `1
“ x y ` ` x y ` xy
0 k“1
k k´1 N
ˆ ˙ N ˆ ˙ ˆ ˙
N ` 1 N `1 0 ÿ N ` 1 N `1´k k N ` 1 0 N `1
“ x y ` x y ` xy
0 k“1
k N `1
N `1 ˆ ˙
ÿ N ` 1 N `1´k k
“ x y .
k“0
k
‚
5.10.2. Definición. Debido al teorema del binomio, al número k también se le llama
`n˘
binomiales están dados mediante la siguiente tabla llamada triángulo de Pascal, donde
todas las componentes de la primera columna, que está identificada con el 0 son iguales a 1,
todas las elementos del primer renglón, que también está identificado con el 0, que no están
en la primera columna son 0, además de que cada componente que no está ni en el primer
renglón ni en la primera columna es igual a la componente inmediata superior de la misma
columna más la componente inmediata superior de la columna de la izquierda.
`kn˘ 0 1 2 3 4 5 6 7 8 ¨¨¨
n k
0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 ¨¨¨
1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 ¨¨¨
2 1 2 1 0 0 0 0 0 0 ¨¨¨
3 1 3 3 1 0 0 0 0 0 ¨¨¨
4 1 4 6 4 1 0 0 0 0 ¨¨¨
5 1 5 10 10 5 1 0 0 0 ¨¨¨
6 1 6 15 20 15 6 1 0 0 ¨¨¨
7 1 7 21 35 35 21 7 1 0 ¨¨¨
.. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
. . . . . . . . . .
El corolario 3.8.33 también se puede demostrar usando el teorema del binomio. A conti-
nuación lo demostraremos, pero lo identificaremos como teorema 5.10.3.
5.10.3. Teorema. Si A es un conjunto con n elementos, entonces A tiene 2n subconjuntos
diferentes. Es decir #ppAq “ 2n .
Demostración. Sea Ck “ tD Ă A : #D “ ku. Tenemos por el teorema 3.8.7 que #ppAq “
n n
#Ck , ahora, por el teorema del binomio y el teorema 3.8.20, tenemos que
Ť ř
# Ck “
k“0 k“0
n n ` ˘ n ` ˘
n n
1n´k 1k “ p1 ` 1qn “ 2n .
ř ř ř
#Ck “ k
“ k
‚
k“0 k“0 k“0
122 5.10. Teorema del binomio
Capítulo 6
ECUACIONES Y DESIGUALDADES
6.1. Introducción
6.1.1. Definición. Sea p un predicado. Si la proposición ppxq se expresa mediante una
fórmula donde aparezca el símbolo «“», entonces la proposición se llama ecuación. Por
ejemplo
x`1
2x ` 1 “ 0, 5x2 ` 2 “ 8x, “3
x´1
son ecuaciones. Si ppxq es una ecuación, a cualquier valor x que haga que ppxq sea verdadera
se le llama solución o raíz de las ecuación ppxq. Es decir si ppaq es verdadera, entonces a es
solución de la ecuación ppxq, también decimos que a satisface la ecuación ppxq. Entenderemos
por resolver una ecuación al hecho de hallar todas las soluciones de la ecuación. Si una
ecuación ppxq es verdadera para cualquier valor de x en el dominio del predicado p, entonces
decimos que ppxq es una identidad. Por ejemplo las siguientes son identidades:
1 1
“ , psen xq2 ` pcos xq2 “ 1, px ` 2q2 “ x2 ` 4x ` 4.
x2 ´ 25 px ` 5qpx ´ 5q
6.1.2. Definición. Por otra parte, una desigualdad ppxq es una proposición expresada
mediante una fórmula donde aparezca alguno de los símbolos «ă», «ĺ», «ą» ó «ľ». El
conjunto de todos los valores de x que hagan que la desigualdad ppxq sea verdadera se llama
conjunto solución de la desigualdad. Por resolver una desigualdad entenderemos hallar
su conjunto solución.
123
124 6.2. Ecuaciones lineales
ax ` b “ 0
donde a y b son números constantes y a ‰ 0 se llama ecuación lineal (con una variable).
Para resolver la ecuación lineal restemos b en ambos lados y dividamos entre a (lo cual
es válido pues a ‰ 0), para obtener
ax ` b “ 0
ðñ ax “ ´b
b
ðñ x “ ´ ,
a
lo cual indica que ´ ab es la única solución de la ecuación ax`b “ 0, es decir hemos demostrado
el siguiente teorema.
6.2.2. Teorema. Si a ‰ 0, la ecuación ax ` b “ 0 tiene como única solución a
b
x“´ .
a
Ejercicios.
5px ´ 5qpx ` 1q “ 0,
x´5“0 ó x ` 1 “ 0,
es decir
x“5 ó x “ ´1.
Así, las únicas soluciones de la ecuación
5x2 ´ 20x ´ 25 “ 0
son 5 y ´1.
El método anterior para resolver ecuaciones cuadráticas se llama método de factoriza-
ción.
A veces el factorizar un polinomio de segundo grado no es fácil por lo que se tiene que
recurrir a otros métodos. Por ejemplo en la ecuación
x2 ´ 6 “ 0,
x2 ` 4x ´ 20 “ 0.
126 6.3. Ecuaciones cuadráticas
En este caso en lugar de despejar x2 haremos lo que se llama completar el trinomio cuadrado
perfecto. Concentrémonos por el momento en la parte x2 `4x que no tiene términos constantes
y hallemos un número c tal que
x2 ` 4x ` c2 “ px ` cq2 .
2xc “ 4x
px2 ` 4x ` 4q ´ 20 “ 4,
? ?
es decir con px ` 2q2 “ 24, por lo tanto x ` 2 “ 24 ó x ` 2 “ ´ 24 lo cual equivale a
? ?
x “ ´2 ` 24 ó x “ ´2 ´ 24
y simplificando obtenemos
? ?
x “ ´2 ` 2 6 ó x “ ´2 ´ 2 6
ax2 ` bx ` c “ 0
b c
ðñ x2 ` x ` “ 0
˜ a a
ˆ ˙2 ¸ ˆ ˙2
2 b b c b
ðñ x ` x ` ` “
a 2a a 2a
ˆ ˙2 ˆ ˙2
b b c
ðñ x ` “ ´
2a 2a a
ˆ ˙2
b b2 ´ 4ac
ðñ x ` “
2a 4a2
c c
b b2 ´ 4ac b b2 ´ 4ac
ðñ x ` “ ó x ` “ ´
2a 4a2 2a 4a2
ðñ
? ?
b b2 ´ 4ac b b2 ´ 4ac
x` “ ó x` “ . p1q
2a 2|a| 2a ´2|a|
Ahora, si a ą 0, entonces 2|a| “ 2a y ´2|a| “ ´2a, y si a ă 0, entonces 2|a| “ ´2a y
´2|a| “ 2a, en ambos casos (1) es equivalente a
? ?
b b2 ´ 4ac b b2 ´ 4ac
x` “ ó x` “ ,
2a 2a 2a ´2a
es decir ? ?
´b ` b2 ´ 4ac ´b ´ b2 ´ 4ac
x“ ó x“ ,
2a 2a
con lo que queda demostrado el teorema. ‚
Observemos que si b2 ´ 4ac ă 0, entonces la ecuación
ax2 ` bx ` c “ 0
no tiene raíces reales; si b2 ´ 4ac ą 0, entonces tiene dos raíces diferentes, y si b2 ´ 4ac “ 0,
entonces tiene una única raíz. Por ese motivo al valor b2 ´4ac se le llama el discriminante de
la ecuación. El discriminante de una ecuación cuadrática nos permite distinguir si la ecuación
tiene dos soluciones, una o ninguna.
Ejercicios.
2x2 px2 ´ 1q “ 0,
ˆ ? ˙1{3 ˆ ? ˙1{3
1` 5 ´1 ` 5
x“´ ó x“ .
2 2
sería x “ 93
4
, pero como podemos ver, 93
4
satisface la ecuación, por lo tanto la ecuación tiene
como única solución a x “ 934
.
? ?
6.4.8. Ejemplo. Resolver 2x ´ 10 “ x ´ 8.
? ?
Solución. Tenemos que 2x ´ 10 “ x ´ 8 ùñ 2x ´ 10 “ x ´ 8 ùñ x “ 2. Pero 2 no es
solución de la ecuación debido a que no está definida la raíz cuadrada de ´6.
130 6.5. Resolución de desigualdades
pa; bq :“ tx : a ă x ă bu.
Por ejemplo el intervalo p´2; 1q es el conjunto de todos los números reales que están entre
´2 y 1. El intervalo p´2; 1q se representa en la recta así.
c c -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5
ra; bs :“ tx : a ĺ x ĺ bu.
Por ejemplo el intervalo r1; 5s es el conjunto de los números reales que son mayores o iguales
que 1 y menores o iguales que 5. El intervalo [1; 5] se representa en la recta así.
s s -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5
s c -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5
Por otra parte, el intervalo p´6; ´2s abierto por la izquierda y cerrado por la derecha se
representa en la recta así.
6.5. Resolución de desigualdades 131
c s -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5
c -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5
c -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5
s -
a
s -
a
respectivamente.
6.5.6. Definición. Si a ă b, los siguientes tipos de intervalos son acotados por la izquierda
pa; bq, pa; bs, ra; bq, ra; bs, pa; `8q y ra; `8q
132 6.5. Resolución de desigualdades
6.5.7. 8 ĺ 6x ` 5 ă 9
es equivalente a 3 ĺ 6x ă 4, que a su vez es equivalente a 1{2 ĺ x ă 2{3, es decir el conjunto
solución de 6.5.7 es r 21 ; 32 q cuya representación en la recta está dada por
s c -
1 1 1 2 5 7 4 3 5 11
0 6 3 2 3 6
1 6 3 2 3 6
c -
´30 ´28 ´26 ´24 ´22 ´20
10 ĺ x ´ 5 ă 8,
multiplicando por x ` 1
1 ĺ x ` 1,
despejando x
0 ĺ x,
o equivalentemente x ľ 0, por lo que el conjunto solución sería r0; `8q. Pero por ejemplo
´5 R r0; `8q y si satisface la desigualdad x`1
1
ĺ 1.
El error estuvo al multiplicar por x ` 1. Recordemos que la desigualdad no se altera si
se multiplica por números positivos, pero x ` 1 puede ser negativo o cero. Así, una forma
correcta de resolver
1
ĺ1
x`1
es
1
ĺ1
x`1
ðñ p1 ĺ x ` 1 y x ` 1 ą 0q ó p1 ľ x ` 1 y x ` 1 ă 0q
ðñ 1 ĺ x ` 1 ó x ` 1 ă 0
ðñ x ľ 0 ó x ă ´1,
c s -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5
x ă ´2.
c -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5
6.5. Resolución de desigualdades 135
p1 ´ 4xq´1 ą 0.
p1 ´ 4xq´1 ľ 0.
Las potencias enteras negativas están definidas solamente para números diferentes de cero,
por lo que
1
p1 ´ 4xq´1 ľ 0 ðñ 1 ´ 4x ą 0 ðñ xă ,
4
así el conjunto solución es p´8; 14 q. Observemos que hubiéramos cometido un error si «resol-
vemos» la desigualdad de la siguiente forma
1
p1 ´ 4xq´1 ľ 0 ðñ 1 ´ 4x ľ 0 ðñ xĺ ,
4
lo cual nos daría como solución el intervalo cerrado p´8; 14 s, pero 14 no satisface la desigualdad
p1 ´ 4xq´1 ľ 0.
Otro posible error hubiera sido proceder de la siguiente forma
1
p1 ´ 4xq´1 ľ 0 es equivalente a ľ 0.
1 ´ 4x
Multiplicando ambos lados por 1 ´ 4x, «obtenemos» 1 ľ 0p1 ´ 4xq, es decir 1 ľ 0. Pero para
cualquier valor de x se tiene que 1 ľ 0, por lo que el conjunto solución sería R. El lector debe
poder detectar el error en ambos procedimientos incorrectos.
6.5.15. Ejemplo. Otro tipo de desigualdades son como la siguiente
p3x ` 1qpx ´ 5q ă 0,
Ejercicios.
Demostración. I) |y| ă b ðñ py ĺ 0 y ´y ă bq ó py ľ 0 e y ă bq ðñ py ĺ 0 e
y ą ´bq ó py ľ 0 e y ă bq ðñ ´b ă y ĺ 0 ó 0 ĺ y ă b ðñ ´b ă y ă b.
II) |y| ą b ðñ py ĺ 0 y ´y ą bq ó py ľ 0 e y ą bq ðñ py ĺ 0 e y ă ´bq ó py ľ 0
e y ą bq ðñ y ă ´b ó y ą b.
III) |y| “ b ðñ py ĺ 0 y ´y “ bq ó py ľ 0 e y “ bq ðñ py ĺ 0 e y “ ´bq ó py ľ 0
e y “ bq ðñ y “ ´b ó y “ b. ‚
Observemos que I) y II) también son verdaderas si b ă 0
Veamos ahora algunos ejemplos.
6.6.2. Ejemplo. Resolver
a) |x| ă 6, b) |x| ą 6 y c) |x| “ 6.
Solución. a) |x| ă 6 ðñ ´6 ă x ă 6, por lo que el conjunto solución de |x| ă 6, es p´6; 6q.
b) |x| ą 6 ðñ x ą 6 ó x ă ´6, por lo que el conjunto solución de |x| ą 6 es p´8; ´6q Y
p6; `8q.
c) |x| “ 6 ðñ x “ 6 ó x “ ´6, por lo que el conjunto solución de |x| “ 6 es t´6, 6u.
6.6.3. Ejemplo. Resolver la desigualdad |2x ´ 3| ă 1{3.
Solución. |2x ´ 3| ă 31 ðñ ´ 31 ă 2x ´ 3 ă 13 ðñ 3 ´ 31 ă 2x ă 13 ` 3 ðñ 83 ă 2x ă 10 3
ðñ
4
3
ă x ă 3 ðñ x P p 3 ; 3 q, es decir el conjunto solución de |2x ´ 3| ă 3 es el intervalo abierto
5 4 5 1
p 34 ; 35 q.
6.6.4. Ejemplo. Resolver |8 ´ 6x| ľ 5.
Solución. |8 ´ 6x| ľ 5 ðñ 8 ´ 6x ľ 5 u 8 ´ 6x ĺ ´5 ðñ ´6x ľ 5 ´ 8 ó ´6x ĺ ´5 ´ 8 ðñ
´6x ľ ´3 ó ´6x ĺ ´13 ðñ x ĺ ´6 ´3
ó x ľ ´13´6
ðñ x ĺ 21 ó x ľ 13 6
, es decir el conjunto
solución de |8 ´ 6x| ľ 5 es p´8; 21 s Y r 13
6
; `8q, que se representa en la recta así.
s s -
1 1 2 5 7 4 3 5 11 6 13
3 2 3 6
1 6 3 2 3 6 3 6
Ejercicios.
Resolver las desigualdades siguientes:
a) |2x ´ 3| ă 1, b) |2x ` 1| ĺ 12 , c) |x ´ 5| ĺ ´4, d) ´| ´ 5x2 ` 36| ă x2 ,
e) |2x ` 1| ľ x, f) |3x ´ 2| ĺ x2 , g) |2x ` 3| ă ´x.
138 6.7. División de polinomios
6.7.2. Definición. A los polinomios M pxq y Rpxq de la igualdad anterior se les llama co-
ciente y residuo o resto respectivamente de la división de P pxq entre Qpxq.
Demostración del teorema 6.7.1. Sean m y n los grados de P pxq y Qpxq respectiva-
mente. Procedamos a hacer la demostración por inducción sobre m, usaremos el segundo
método de inducción matemática 3.9.4.
Demostremos primero la existencia de tales polinomios, comenzando con los casos senci-
llos.
Si n “ 0, entonces Qpxq es un número constante diferente de cero y
P pxq
P pxq “ Qpxq ` 0,
Qpxq
Tenemos que
˜ ¸
n´1
aN `1 N `1´n c0 aN `1 N `1´n ÿ cj aN `1 N `1´n`j
aN `1 xN `1 “ x ¨ Qpxq ´ x ` x
cn cn j“1
cn
N `1´n
(para el caso en que N ` 1 “ n tomamos xN `1´n “ 1). Ahora, el polinomio c0 aN `1cxn `
n´1
ř cj ¨aN `1 N `1´n`j
cn
x es de grado menor o igual que N , por lo que existen polinomios M1 pxq y
j“1
n´1
c0 aN `1 N `1´n cj ¨aN `1 N `1´n`j
R1 pxq tales que “ M1 pxqQpxq ` R1 pxq, con el grado de
ř
cn
x ` cn
x
j“1
R1 pxq menor que n.
Finalmente,
N
ÿ
P pxq “ a0 ` aj xj ` aN `1 xN `1
j“1
aN `1 N `1´n
“ M0 pxq ¨ Qpxq ` R0 pxq ` x ¨ Qpxq ´ pM1 pxq ¨ Qpxq ` R1 pxqq
cn
ˆ ˙
aN `1 N `1´n
“ M0 pxq ` x ´ M1 pxq ¨ Qpxq ` pR0 pxq ´ R1 pxqq,
cn
pero como R0 pxq y R1 pxq son de grado menor que n, entonces R0 pxq ´ R1 pxq es de grado
menor que n.
Demostremos ahora la unicidad. Supongamos que M 1 pxq y R1 pxq son polinomios, tales
que el grado de R1 pxq es menor que n ó R1 pxq “ 0 y
Si M 1 pxq ‰ M pxq, entonces pM pxqM 1 pxqq ¨ Qpxq tiene grado mayor o igual que n, por lo
que por 6.7.3, el grado de Rpxq´R1 pxq también sería mayor o igual que n, lo cual es imposible
pues Rpxq y R1 pxq son cero o tienen grado menor que n, por lo que M 1 pxq “ M pxq. Ahora
0 “ Rpxq ´ R1 pxq, es decir R1 pxq “ Rpxq por lo que se tiene la unicidad. ‚
P pxq “ am xm ` ¨ ¨ ¨ ` a1 x ` a0
y
Qpxq “ bn xn ` ¨ ¨ ¨ ` b1 x ` b0 ‰ 0
140 6.7. División de polinomios
P pxq “ M pxq ¨ px ´ cq ` k.
Si evaluamos P en c obtenemos
P pcq “ M pcq ¨ pc ´ cq ` k “ k,
Raíces de Polinomios
6.7.6. Definición. Decimos que un número c es raíz de un polinomio P pxq si es solución de
la ecuación P pxq “ 0.
En general no existen métodos para encontrar las raíces de un polinomio. El teorema del
factor dice que c es una raíz de un polinomio si y sólo si x ´ c es un factor del mismo, de
esto se puede ver que hay un vínculo muy estrecho entre la factorización y la solución de
ecuaciones. En la demostración del siguiente teorema se usará el teorema del factor.
6.7.7. Teorema. Un polinomio P pxq de grado n tiene a lo más n raíces reales diferentes.
6.7. División de polinomios 141
donde Qpxq es un polinomio de grado N . Ahora, toda raíz de P pxq diferente de c debe ser
raíz de Qpxq puesto que para que el producto de dos números reales sea cero, alguno de los
números debe ser cero. Pero Qpxq tiene a lo más N raíces diferentes, por lo que P pxq tiene a
lo más N ` 1 raíces diferentes, a saber c y las de Qpxq. ‚
6.7.8. Definición. Sea P pxq un polinomio y c una de sus raíces, decimos que el entero
positivo k es la multiplicidad de la raíz c si px ´ cqk es factor de P pxq pero no lo es
px ´ cqk`1 .
c | a0 y d | an .
Ejercicios.
2. Dados los polinomios P pxq “ 3x6 ´ 2x4 ` 4x2 ` x ´ 1 y Qpxq “ 8x3 ` x2 ´ 2x ` 2. Hallar
el cociente y el residuo de la división Qpxq
P pxq
.
3. Hallar todas las raíces racionales del polinomio P pxq “ 12x6 ´ 2x4 ` 4x2 , así como la
multiplicidad de cada raíz encontrada.
6.8. Sistemas de ecuaciones lineales 143
a1 x 1 ` a2 x 2 ` ¨ ¨ ¨ ` an x n “ b
cpa1 x1 ` a2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an xn q “ cb.
se le llama sistema de ecuaciones lineales o cuando se quiere ser más específico se le llama
sistema de m ecuaciones lineales con n incógnitas.
6.8.3. Teorema. El sistema de 2 ecuaciones lineales
a1,1 x1 ` a1,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` a1,n xn “ b1 ,
a2,1 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` `a2,n xn “ b2
es equivalente al sistema
Demostración. pùñq Por sustitución de iguales tenemos que el primer sistema implica la
segunda ecuación del segundo sistema, y obviamente la primera ecuación del primer sistema
implica la primera ecuación del segundo sistema.
pðùq Supongamos ahora que se satisface el sistema
y utilizando la primera parte de la demostración vemos que este último sistema implica el
sistema
´a1,1 x1 ` ´a1,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` ´a1,n xn “ ´b1 ,
a2,1 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` `a2,n xn “ b2 ,
el cual, al multiplicar por ´1 la primera ecuación, equivale a
5x `2y `6z “ 1,
3x `2y ´4z “ 0,
4x `y `z “ 2.
2x `10z “ 1,
3x `2y ´4z “ 0,
4x `y `z “ 2.
Multiplicando ahora la tercera ecuación del nuevo sistema por ´2 y sumándola a la segunda,
obtenemos
2x `10z “ 1,
´5x ´6z “ ´4,
4x `y `z “ 2.
Multipliquemos la primera ecuación por 1
2
para obtener
x `5z “ 12 ,
´5x ´6z “ ´4,
4x `y `z “ 2.
19z “ ´ 32 ,
´5x ´6z “ ´4,
4x `y `z “ 2,
concluyendo que z “ ´ 38 3
. Sustituyendo este valor de z en la segunda ecuación, tenemos que
3
´5x ´ 6p´ 38 q “ ´4, es decir x “ 19 17
y finalmente tenemos que 4p 17
19
3
q ` y ´ 38 “ 2, es decir
y “ 2 ` 38 ´ 4p 19 q “ ´ 2 .
3 17 3
Capítulo 7
145
146 7.1. Conjuntos Acotados
superiormente ni inferiormente.
7.1.11. Notación. Si x es el máximo de A, entonces escribimos x “ máxA y si r es el
mínimo de A, entonces escribimos r “ mínA.
7.1.12. Teorema. Si A Ă R, entonces A tiene a lo más un máximo.
Demostración. Supongamos que x1 y x2 son máximos de A. Entonces x1 ĺ x2 y x2 ĺ x1
y por la propiedad de tricotomía x1 “ x2 . ‚
Similarmente se tiene el siguiente teorema cuya demostración es análoga a la anterior.
7.1.13. Teorema. Si A Ă R, entonces A tiene a lo más un mínimo.
7.1.14. Definición. Sea A Ă R. Decimos que el número real α es el supremo de A si:
sup A e ínf A.
α “ sup A.
7.1. Conjuntos Acotados 147
r ĺ ´α ĺ b,
es decir ´α es el ínfimo de B. ‚
7.1.19. Propiedad arquimediana. Si x P R, existe un n P N tal que n ą x.
Demostración. Si no existiera ningún número natural n tal que n ą x, entonces x sería
una cota superior de N y por el axioma del supremo existiría un α, tal que α “ sup N. Sea
m P N, entonces m ` 1 P N por lo que
m`1ĺα
de donde
m ĺ α ´ 1 ă α,
por lo tanto α ´ 1 sería una cota superior de N menor que α, contradiciendo el hecho de que
α es el supremo de N. Por lo tanto N no es acotado superiormente. En particular, x no es
una cota superior de N, por lo cual existe un n P N tal que n ą x. ‚
7.1.20. Corolario. Si x, y ą 0, entonces:
I) Existe un n P N tal que nx ą y.
n ą y{x,
pero como x ą 0 la última desigualdad equivale a
nx ą y.
II) Como y ą 0 y 1 ą 0, entonces existe un n P N tal que ny ą 1. Ahora, esta última
desigualdad equivale a que y ą 1{n y como n es positivo, entonces 1{n ą 0, por lo tanto
0 ă 1{n ă y.
III) Sea Ay “ tk P N : y ă ku. Por la propiedad arquimediana tenemos que Ay ‰ ∅.
Ahora, Ay tiene un mínimo n, el cual es su primer elemento (teorema 3.9.3), de donde
n ´ 1 ĺ y ă n.
IV) Por el inciso I) existe un número natural n tal que ny ą x, por lo que tomando
cualquier número positivo ε ĺ n1 tendremos que εx ă y. ‚
7.1.21. Teorema. Si a, b ą 1, existe un N P N tal que bn ą a para todo n ľ N .
148 7.1. Conjuntos Acotados
Demostración. Por el teorema del binomio tenemos que para todo número natural n se
tiene
n ˆ ˙
n n
ÿ n
b “ p1 ` pb ´ 1qq “ pb ´ 1qk ľ 1 ` npb ´ 1q,
k“0
k
ahora, por el corolario a la propiedad arquimediana se tiene que existe un N P N tal que
N pb ´ 1q ą a, por lo tanto si n ľ N , entonces
bn ľ 1 ` npb ´ 1q ą N pb ´ 1q ą a. ‚
Como consecuencia inmediata del teorema anterior tenemos el siguiente corolario.
7.1.22. Corolario. Si a, b ą 1, existe un N P N tal que b ą a1{n para todo n ľ N . (Siempre
que existan todas las raíces enteras de a, lo cual es un hecho que aún no está demostrado).
7.1.23. Teorema. Si A es un subconjunto de los números reales acotado superiormente,
b ą 0 y X “ tx : x “ ba, para algún a P Au, entonces
sup X “ b sup A.
ínf X “ b ínf A.
ínf X “ ´ sup A.
sup X “ ´ínf A.
Ejercicios.
1. De los siguientes subconjuntos de números reales decir cuales son acotados superior-
mente y cuales son acotados inferiormente; de los que sean acotados superiormente decir
cual es el supremo, y de los que sean acotados inferiormente decir cual es el ínfimo. En
caso de existan el supremo o el ínfimo, decir si éstos pertenecen al conjunto, es decir
decir si son máximos o mínimos.
„ ˙ " *
3 2
a) p0; `8q, b) ; 500 , c) r5; 8szQ, d) :nPN ,
2 n
" * „ ˙
1 7 ? ? ?
e) n ` : n P N , f) ´ ; `8 X Z, g) Q X p 2; 3s, h) t n n : n P Nu X Z.
n 4
150 7.2. Raíces cuadradas
por lo que
ˆ ˙2
1
x` ă a,
n
lo cual significa que x ` 1{n P Ba , pero esto es imposible pues x es el supremo de Ba .
Si x2 ą a, sea n un número natural tal que 1{n ă px2 ´ aq{2x. Ahora, debe existir un
b P Ba tal que x ´ 1{n ă b, de otra forma x ´ 1{n sería una cota superior de Ba . Pero esto
nos lleva a que
ˆ ˙2
2x
2 2x 1 1
aăx ´ ă x2 ´ ` 2 “ x´ ă b2 ,
n n n n
es decir a ă b2 , contrario al hecho de que b P Ba . Por lo tanto, la única posibilidad es que
x2 “ a.
Falta demostrar que existe un x tal que x2 “ a cuando 0 ă a ĺ 1.
Si a “ 1 es suficiente con tomar x “ 1.
Si 0 ă a ă 1, entonces 1{a ą 1, por lo que existe un r ą 0 tal que r2 “ 1{a, pero esto es
equivalente a que a “ p1{rq2 y es suficiente con tomar x “ 1{r. ‚
Observemos que si x es una raíz cuadrada de a, entonces ´x también es una raíz cuadrada
de a. Observemos también que los números negativos ? no tienen raíces cuadradas en R. A la
raíz cuadrada no negativa de a la denotaremos por a. ?
Veamos ahora un ejemplo de un número real que no es racional, a saber 2.
?
7.2.3. Teorema. El número 2 es irracional.
? ?
Demostración. Supongamos que 2 es racional. Como 2 ą 0, entonces se puede ? expresar
como n , donde m, n P ?
m
N. Sean m0 , n0 P N tales que n0 “ míntn P N : n “ 2 para algún
m
número natural m} y 2 “ m 0
n0
. La elección de m0 y n0 garantiza que no tengan factores
m20
comunes, en particular que 2 no divida a m0 y a n0 a la vez. Pero n20
“ 2, por lo que
7.2. Raíces cuadradas 151
m20 “ 2n20 , es decir m20 es par. El número m0 debe ser par, puesto que si no lo fuera, entonces
m0 “ 2k ` 1 para algún entero k, por lo que m20 “ 4k 2 ` 4k ` 1 “ 4kpk ` 1q ` 1, el cual
es impar, por lo tanto m0 es par. Así existiría un r P N tal que m0 “ 2r, pero m20 “ 4r2 y
4r2
n20
“ 2, es decir 2r2 “ n20 , de donde n20 también es par. De manera similar podemos concluir
que n0 es par, de donde ? 2 divide a m0 y a n0 a la vez, contradiciendo a la elección de n0 ,
demostrando así que 2 es irracional. ‚
Ejercicios.
?
1. Demostrar que si p es primo, entoncesp es irracional.
? ?
2. Demostrar que si n es un número natural tal que n no es entero, entonces n es
irracional.
152 7.3. Exponentes racionales
es decir
7.3.2. p1 ` εqn ă 1 ` 2n ε.
Ahora, si y n ă a entonces por el corolario 7.1.20 IV) existe un ε ą 0, que se puede tomar
menor que 1, tal que p2yqn ε ă a ´ y n , es decir
7.3.3. y n p1 ` 2n εq ă a,
2n aε ă y n ´ a,
es decir
ap1 ` 2n εq ă y n ,
de modo que por la desigualdad 7.3.2
pero entonces ˆ ˙n
y
aă ă yn,
1`ε
` y ˘n
de donde se tiene que si u P tx ą 0 : xn ĺ au, entonces un ă 1`ε , lo cual implica
? que
u ă 1`ε ă y, contradiciendo la definición de y. Por lo tanto y “ a, es decir y “ a.
y n n
‚
7.3.4. Teorema. Todo número positivo tiene una raíz n-ésima positiva.
?
Demostración. Si a ą 1, por el lema 7.3.1 n aˆ existe
˙ny es igual a suptx ą 0 : x ĺ au. Si
n
? ?
a “ 1, entonces n a “ 1. Si 0 ă a ă 1, entonces ?1
n 1
“ 11 “ a, es decir n a “ ? 1
n 1
. ‚
a a a
7.3. Exponentes racionales 153
` ?1 ˘m1 ? p
Análogamente se puede ver que n
a “ p q aq , de modo que ar está bien definido.
7.3.5. Teorema. Si r, s P Q, r ą s y a ą 1, entonces
ar ą as .
II) Usando ahora las leyes de los exponentes enteros y las de los radicales varias veces,
tenemos que par qs “ pppa1{q qp q1{n qm “ pppa1{q q1{n qp qm “ pa1{pqnq qpm “ appmq{pqnq “ ars .
III) pabqr “ pabqp{q “ ppabq1{q qp “ pa1{q b1{q qp “ pa1{q qp pb1{q qp “ ar br .
IV) De la tercera ley concluimos que pa{bqr br “ ppa{bqbqr “ ar y dividiendo entre br se
tiene la cuarta ley.
V) De la primera ley tenemos que ar “ ar´s as y al dividir entre as se tiene la quinta ley.
‚
Capítulo 8
SUCESIONES Y SERIES
8.1. Introducción
8.1.1. Definición. Una sucesión infinita o simplemente sucesión de elementos de un
conjunto A es una función cuyo dominio es el conjunto N de todos los números naturales y
cuyo recorrido es un subconjunto de A. Una sucesión de la forma f : N ÝÑ A se denotará
kÞÑak
de alguna de las siguientes formas pak q8 k“1 , pak q, pa1 , a2 , . . . , ak , . . . q o simplemente como
pa1 , a2 , . . . q cuando no haya peligro de confusión.
En este capítulo consideraremos solamente sucesiones de números reales. Los siguientes
son ejemplos de sucesiones de números reales:
8.1.2. Ejemplo. p3k ´ 1q8
k“1 “ p2, 5, 8, . . . , 3k ´ 1, . . . q.
8.1.4. Ejemplo. p 2j q8 2 1 2
j“1 “ p2, 1, 3 , 2 , . . . , j , . . . q.
155
156 8.1. Introducción
Como notación, cuando j sea un entero, una expresión de la forma pak q8 k“j representará
la sucesión pak`j´1 qk“1 , es decir, es una sucesión que en vez de empezar en a1 empieza en aj ,
8
por ejemplo
p3k ` 1q8
k“5 “ p16, 19, 22, 25, . . . , 3k ` 1, . . . q,
2 8
p i`2 qi“0 “ p1, 23 , 21 , 25 , 13 , 27 , 41 , . . . , i`2
2
, . . . q.
8.1.9. Definición. En una sucesión pak q8
k“1 , si aj es el j-ésimo término de la sucesión,
entonces el término siguiente del j-ésimo es aj`1 y decimos que aj y aj`1 son términos
sucesivos o consecutivos. También decimos que aj es el anterior del j ` 1-ésimo término
de la sucesión.
8.2. Progresiones aritméticas 157
an “ a1 ` pn ´ 1q ¨ d.
n 1
Demostración. Procedamos por inducción matemática. Si n “ 1, entonces
ř ř
ak “ ak “
k“1 k“1
a1 , además n2 p2a1 ` pn ´ 1qdq “ 12 p2a1 ` 0dq “ a1 y n pa1 `a
2
nq
“ 1 pa1 `a
2
1q
“ a1 .
Supongamos que la fórmula es válida para algún entero positivo n “ N . Es decir, supon-
gamos que
N
ÿ N pa1 ` aN q
ak “ p2a1 ` pN ´ 1qdq “ N ,
k“1
2 2
entonces
N `1
ÿ N N
ak “ p2a1 ` pN ´ 1qdq ` aN `1 “ p2a1 ` pN ´ 1qdq ` a1 ` N d
k“1
2 2
N pN ´ 1qd ` 2N d N pN ` 1qd
“ pN ` 1qa1 ` “ pN ` 1qa1 `
2 2
ppN ` 1q ´ 1qpN ` 1qd pN ` 1q
“ pN ` 1qa1 ` “ p2a1 ` ppN ` 1q ´ 1qdq,
2 2
por otra parte
pN ` 1q pN ` 1q
p2a1 ` ppN ` 1q ´ 1qdq “ pa1 ` pa1 ` ppN ` 1q ´ 1qdqq
2 2
N `1
“ pa1 ` aN `1 q,
2
158 8.2. Progresiones aritméticas
por lo tanto
N `1
ÿ pN ` 1q pa1 ` aN `1 q
ak “ p2a1 ` ppN ` 1q ´ 1qdq “ pN ` 1q . ‚
k“1
2 2
1000p1 ` 1000q
“ 500 ¨ p1001q “ 500500.
2
8.2.6. Ejemplo. Hallar la suma de los primeros 100 números pares no negativos.
Solución. El primer par no negativo es el cero y el centésimo par no negativo es 198, por
lo que de acuerdo al teorema 8.2.2 la suma de los primeros 100 pares no negativos es
p0 ` 198q
100 ¨ “ 100 ¨ 99 “ 9900.
2
8.2.7. Ejemplo. Hallar la suma de los primeros 63 múltiplos de 3 mayores o iguales que 60.
Solución. El hallar la suma de los primeros 63 múltiplos de 3 mayores o iguales que 60 es
hallar la suma de los primeros 63 términos de la progresión aritmética cuyos primeros dos
términos son 60 y 63, es decir cuyo primer término es 60 y la diferencia común es 3. De
acuerdo al teorema 8.2.4 tal suma está dada por
63 63 306
p2p60q ` 62 ¨ 3q “ p120 ` 186q “ 63 ¨ “ 63p153q “ 9639.
2 2 2
Ejercicios.
8.3.3. Ejemplo. Encontrar los primeros cinco términos de la progresión geométrica (3, 6,
. . . ).
Solución. Observemos que no hay lugar a confusión acerca de la sucesión (3, 6, . . . ), puesto
que estamos aclarando que es una progresión geométrica, así a1 “ 3, a2 “ 6 y la razón común
es r “ 6{3 “ 2, de modo que an “ 3 ¨ 2n´1 , en particular a3 “ 3 ¨ 22 “ 12, a4 “ 3 ¨ 23 “ 24 y
a5 “ 3 ¨ 24 “ 48.
8.3.4. Ejemplo. Un banco ofrece una tasa de interés mensual del 1 %. Si un inversionista
deposita $6000 ¿cuál será el saldo a los n meses?
Solución. Planteemos el problema de una forma más general. Supongamos que el depósito
inicial es a0 y la tasa es de r. En el primer mes tendrá a0 ` a0 r “ a0 p1 ` rq, en el segundo
mes tendrá a0 p1 ` rq ` a0 p1 ` rqr “ a0 p1 ` rqp1 ` rq “ a0 p1 ` rq2 , en general si en el k-
ésimo mes tiene a0 p1 ` rqk , entonces en el k ` 1-ésimo mes tendrá a0 p1 ` rqk ` a0 p1 ` rqk r
“ a0 p1 ` rqk p1 ` rq “ a0 p1 ` rqk`1 . Es decir, se tiene una progresión geométrica cuyo primer
término (el saldo al primer mes) es a0 p1`rq y cuya razón común es 1`r. En el caso particular
de que la inversión inicial es de $6000 y el interés mensual es del 1 % = 1/100, se tiene que
el saldo a los n meses será de $6000p1 ` 1{100qn (esto suponiendo que no se hizo retiros
ni depósitos y que la tasa no varió). Por ejemplo, el saldo a los 2 años (24 meses) será de
$6000p1 ` 1{100q24 « $7618.4.
8.3.5. Ejemplo. Supongamos que en una colonia de bacterias hay 25 y se duplica cada dos
días ¿Cuál será la población dentro de 20 días?
Solución. Llamémosle a0 “ 25 a la cantidad inicial de bacterias, a1 “ 50 a la cantidad a
los 2 días y an al número de bacterias a los 2n días. El número an puede calcularse por la
fórmula an “ a1 2n´1 , en particular a10 , el número de bacterias a los 20 días, es 50 ¨ 29 .
8.3.6. Ejemplo. El isótopo del polonio 210
Po tiene una vida media de 140 días, es decir, si
160 8.3. Progresiones geométricas
se tiene una cierta cantidad de 210 Po, la mitad se desintegrará en 140 días. Determinemos la
cantidad de 210 Po que habrá a los 840 días si actualmente hay 50 mg.
Solución. Si actualmente hay 50 mg de 210 Po y medimos el tiempo en unidades de 140 días,
entonces deseamos saber la cantidad de 210 Po que habrá a las 6 unidades de tiempo, es decir
a los 840 días. Tomando a0 “ 50, a1 “ 25, tendremos que an “ 25 ¨ p1{2qn´1 , en particular la
cantidad de 210 Po en mg que habrá a los 840 días será a6 “ 25 ¨ p1{2q5 . En el capítulo 9 se
verá un método más general para calcular la cantidad at que debe haber en cualquier tiempo
t, sin necesidad de que el tiempo se evalúe en cantidades enteras.
Veamos ahora que sucede con expresiones de la forma
a1 ` a1 r ` a1 r2 ` ¨ ¨ ¨ ` a1 rn´1 ,
es decir veamos cómo calcular la suma de los primeros n términos de una progresión geomé-
trica.
8.3.7. Teorema. Sea pa1 , a2 , . . . , ak , . . . q una progresión geométrica cuya razón común es
r ‰ 1.
n
ÿ p1 ´ rn q
ak “ a1 .
k“1
1 ´ r
Es decir n
ÿ p1 ´ rn q
a1 rk´1 “ a1 .
k“1
1´r
Demostración.
˜ ¸
n
ÿ n
ÿ n
ÿ n
ÿ n
ÿ
p1 ´ rq a1 rk´1 “ a1 rk´1 ´ r a1 rk´1 “ a1 rk´1 ´ rk
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1
˜ ¸ ˜ ¸
n´1
ÿ n
ÿ n´1
ÿ n´1
ÿ
“ a1 rk ´ rk “ a1 1 ` rk ´ rk ´ rn “ a1 p1 ´ rn q,
k“0 k“1 k“1 k“1
es decir n
ÿ
k´1 a1 p1 ´ rn q
a1 r “ . ‚
k“1
1´r
cada día. ¿Cuánto deberá guardar el décimo día? ¿Cuál es el total del dinero ahorrado a los
20 días? ¿A los 40 días?
Solución. Tenemos la progresión geométrica pa1 , a1 r, a1 r2 , . . . , a1 rk´1 , . . . q con a1 “ 1 y
r “ 2. El décimo día deberá guardar a1 r10´1 , es decir 1 ¨ 29 “ 512 centavos, o lo que es
20
lo mismo $5 con 12 centavos. La cantidad de centavos guardados a los 20 días es de
ř
1¨
k“1
1p1´220 q
2k´1
“ 1´2
“ 2 ´ 1 “ 1048575, es decir tendrá guardado a los 20 días la cantidad
20
de $10485 con 75 centavos. Ahora, el número de centavos guardados a los 40 días será de
40 40 q
1 ¨ 2k´1 “ 1p1´2 “ 240 ´ 1 « 1.0995 ¨ 1012 , es decir es una cantidad mayor que un billón
ř
1´2
k“1
de centavos, es decir más de diez mil millones de pesos.
Ejercicios.
sin importar qué tan grande o pequeño sea), por la propiedad arquimediana existe un número
natural N tal que N ą 1ε , es decir N1 ă ε, de modo que si k ľ N , tenemos que
ˇˆ ˙ ˇ ˇ ˇ
ˇ 1 ˇ ˇ1ˇ 1 1
|ak ´ 2| “ ˇˇ 2 ` ´ 2ˇˇ “ ˇˇ ˇˇ “ ĺ ă ε,
k k k N
˘8
es decir la sucesión 2 ` k1 k“1 converge a 2.
`
8.4.4. Ejemplo. Veamos ahora que la sucesión p3k ` 1q8 k“1 no converge a ningún número.
Para esto sea b un número real cualquiera y veamos que p3k ` 1q8
k“1 no converge a b. Sea N0
un número natural tal que 3N0 ą b. Tenemos que si k ľ N0 , entonces
p3k ` 1q ´ b ľ 3N0 ` 1 ´ b ą b ` 1 ´ b “ 1,
es decir
|p3k ` 1q ´ b| ą 1 si k ľ N0 ,
8.4. Convergencia de sucesiones 163
k ľ N ùñ |p3k ` 1q ´ b| ă 1,
la cual es una expresión que se lee «el límite cuando k tiende a infinito de ak es a». Al hecho
de que la sucesión anterior converja a a también se le denota como
ak ÝÑ a cuando k ÝÑ 8,
usando la desigualdad del triángulo, tenemos que |pak ` bk q ´ pa ` bq| “ |pak ´ aq ` pbk ´ bq|
ĺ |ak ´ a| ` |bk ´ b| ă 2ε ` 2ε “ ε, por lo tanto ak ` bk ÝÑ a ` b cuando k ÝÑ 8. ‚
8.4.12. Ejemplo. La sucesión p3 ` k5 q8
k“1 converge a 3 + 0 = 3.
ε0 ε0
|ak bk ´ ab| ĺ pε0 ` |a|q|bk ´ b| ` |b||ak ´ a| ă pε0 ` |a|q ` |b|
1 ` |a| ` |b| 1 ` |a| ` |b|
p1 ` |a|qε0 ` |b|ε0
ă “ ε0 ĺ ε.
1 ` |a| ` |b|
por otra parte |a| ´ |ak | ĺ |ak ´ a| ă |a|{2, por lo que |ak | ą |a|{2, y así
ˇ ˇ a2
ˇ1 1 ˇ |ak ´ a| |a k ´ a| ε
ˇ ´ ˇ“
ˇ ak a ˇ ă |a| ă a22 “ ε,
|ak a| |a| 2
2
concluyendo que 1
ak
ÝÑ 1
a
cuando k ÝÑ 8. ‚
8.4. Convergencia de sucesiones 165
kľN ùñ ak ą M.
kľN ùñ ak ă M.
ak ÝÑ `8 cuando k ÝÑ 8,
lo cual se lee «ak tiende a más infinito cuando k tiende a infinito», o bien
lím ak “ `8,
kÑ8
lo cual se lee «el límite cuando k tiende a más infinito de ak es más infinito».
Similarmente si la sucesión pak q8
k“1 diverge a ´8 lo denotaremos así
ak ÝÑ ´8 cuando k ÝÑ 8
o bien
lím ak “ ´8.
kÑ8
la sucesión prn q8
n“1 diverge pero el tipo de divergencia no hace que el valor absoluto de
los términos crezca indefinidamente, sino que es del tipo «oscilante», es decir pp´1qn q8n“1
“ p´1, 1, ´1, 1, ´1, 1, ´1, 1, . . . q.
8.5. Tipos de divergencia 169
para todo
? N P N, contradiciendo el hecho de que p1 ` εqn ÝÑ `8 cuando n ÝÑ 8. Por lo
tanto n a ÝÑ 1 cuando n ÝÑ 8. b
Supongamos ahora que 0 ă a ă 1. En este caso a1 ą 1, por lo que ?
1
na “
n 1
a
ÝÑ 1 cuando
?
n ÝÑ 8. Así, por el teorema 8.4.15,
?
n
a ÝÑ 1 cuando n ÝÑ 8.
Finalmente, si a “ 1, entonces a “ 1 ÝÑ 1 cuando n ÝÑ 8, con lo que terminamos la
n
Ejercicios.
5. Decir si una progresión geométrica con razón común r mayor que ´1 y menor que 1,
y componente inicial a0 es una sucesión convergente. En caso de que sea convergente
decir a que valor converge.
7. Decir si la sucesión p 2i`1 q8 converge y, en caso de que converja, decir a qué número
3i`2 i“0
converge.
3
8. Decir si la sucesión p 2i3i`2 qi“0 converge y, en caso de que converja, decir a qué número
`1 8
converge.
? ?
9. Demostrar que la sucesión p n ` 1 ´ nq8 n“1 converge a cero.
170 8.6. Series
8.6. Series
8.6.1. Definiciones y notaciones. Sea j un número entero, la sucesión de sumas parcia-
n
les de una sucesión pak q8 se define como la sucesión , donde ak (recordemos
8
ř
k“j ps n qn“j s n “
k“j
n
que sn “ ak “ aj ` aj`1 ` ¨ ¨ ¨ ` an ). Una suma infinita o serie es una expresión de la
ř
k“j
forma
8
ÿ
ak “ aj ` aj`1 ` aj`2 ` ¨ ¨ ¨ ` ak ` ¨ ¨ ¨ .
k“j
8.6.3. Ejemplo. Tomemos ahora la progresión aritmética p3 ` 5kq8 k“1 que se puede expresar
en la forma p8 ` pk ´ 1q5qk“1 , donde la primera componente es 8 y la diferencia común es 5.
8
8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ
pak ` bk q “ ak ` bk y c ¨ ak “ c ¨ ak .
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1
8.6.5. Definición. Las series cuyos términos son las componentes de una progresión arit-
mética se llaman series aritméticas y las series cuyos términos son las componentes de
una progresión geométrica se llaman series geométricas, es decir las series geométricas son
series de la forma
8
ÿ
ark´1 “ a ` ar ` ar2 ` ar3 ` ¨ ¨ ¨ ` ark´1 ` ark ` ¨ ¨ ¨ .
k“1
8.6.6. Teorema.
8
I) Si |r| ă 1, la serie 1
ř
rk´1 converge a 1´r
.
k“1
8
II) Si |r| ľ 1, la serie
ř
rk´1 diverge.
k“1
si k es impar,
#
1
rk´1 “ p´1qk´1 “
´1 si k es par,
Solución. Si se suelta de una altura h, en el primer ciclo del recorrido la pelota queda a
una altura de 34 h, habiendo recorrido h ` 34 h “ 47 h. En el segundo ciclo la pelota recorrerá
3
4
h ` 34 p 34 hq “ p 21
16
qh quedando al final del ciclo a una altura de 16 9
h. En el n-ésimo ciclo la
` 3 ˘n´1 ` ˘n´1
pelota comenzará a descender de una altura de 4 h y recorrerá 34 h ` 34 p 34 qn´1 h “
p 4 ` 1qp 4 q h “ 4 p 4 q h, de modo que el recorrido total de la pelota será de
3 3 n´1 7 3 n´1
8 ˆ ˙n´1 8 ˆ ˙n´1
ÿ 7 3 7 ÿ 3 7 1 7 1
h“ h “ h 3 “ h 1 “ 7h.
n“1
4 4 4 n“1 4 4 1´ 4 4 4
Así, si la pelota se suelta a una altura de 3 m., recorrerá un total de 21 m. (En este ejemplo
se supuso un movimiento perpetuo).
8
ř
8.6.8. Teorema. Si una serie ak converge a un número real, entonces la sucesión pak q8
k“1
k“1
converge a 0.
8
Demostración. Sea s el número al cual converge la serie ak y N un número natural tal
ř
ˇ ˇ k“1
n
que si n ľ N , entonces ˇˇ ak ´ sˇˇ ă 2ε . Si tomamos n ľ N ` 1, tendremos que n, n ´ 1 ľ N ,
ˇř ˇ
k“1
por lo cual
ˇ˜ ¸ ˜ ¸ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ÿn n´1
ÿ ˇ ˇÿ n ˇ ˇn´1 ˇ
ˇ ˇÿ
ak ´ s ´ ak ´ s ˇ ĺ ˇ ak ´ s ˇ ` ˇ ak ´ s ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
|an | “ ˇ
ˇ k“1 k“1
ˇ ˇk“1 ˇ ˇk“1 ˇ
ε ε
ă ` “ ε,
2 2
de donde concluimos que la sucesión pak q8
k“1 converge a 0. ‚
8
8.6.9. Definición. A la serie 1
se le llama serie armónica.
ř
n
n“1
8
1
ř
8.6.10. Teorema. La serie armónica n
diverge a `8.
n“1
N
Demostración. Sea M ą 0 y veamos que existe un N P N tal que 1
ą M . Si r P N
ř
n
n“1
entonces
˜ i`1 ¸ ˜ i`1 ¸
2r r´1 2ÿ r´1 2ÿ r´1
ÿ 2i`1 ´ 2i r´1
ÿ 1 ÿ 1 ÿ 1 ÿ1
“1` ľ1` “ 1 ` “ 1 `
n“1
n i“0
n i“0
2i`1 i“0
2i`1 i“0
2
n“2i `1 n“2i `1
r r
“1` ą ,
2 2
de manera que si tomamos r suficientemente grande, de modo tal que r
2
ą M , y tomamos
N “ 2r , entonces para todo m ľ N tenemos que
m 2r
ÿ 1 ÿ 1 r
ľ ą ą M,
n“1
n n“1 n 2
8.6. Series 173
Ejercicios.
1. ¿Bajo qué condiciones es convergente una serie cuyos términos son las componentes de
una progresión aritmética?
2. ¿Bajo qué condiciones es convergente una serie cuyos términos son las componentes de
una progresión geométrica?
3. Dadas las series siguientes, decir si son convergentes y, en caso de que lo sean, decir a
qué número converge.
8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙2k 8 ˆ ˙2k
ÿ 2 ÿ 2 ÿ 2 ÿ 3
a) , b) , c) , d) ,
k“0
3 k“1
3 k“0
3 k“0
2
˜c ¸3j
8 ˆ ˙3k`2 8 ˆ ˙2k`3 8 ? 8
ÿ 2 ÿ 1 ÿ ÿ 3 2
e) , f) 5 , g) 2p 3qk , h) ,
k“0
3 k“3
4 k“0 j“3
3
8 ˆ ˙2n 8 ˆ ˙2t´3 8 ˆ ˙n 8
ÿ 5 ÿ ? ´1 ÿ 1 2 ÿ 5
i) , j) π , k) , l) .
n“1
3 t“1
6 n“0
4 i“3
i`2
174 8.7. Criterios de convergencia
8.7.3. Teorema. Si pak q8 k“1 es una sucesión que converge a un número x, entonces toda
8
subsucesión de pak qk“1 converge a x.
Demostración. Como ak ÝÑ x cuando k ÝÑ 8, entonces para todo ε ą 0 existe un N P N
tal que
kľN ùñ |ak ´ x| ă ε.
k“1 una sucesión creciente de números naturales. Como nk ľ k ¡verificarlo! entonces
Sea pnk q8
k ľ N ùñ nk ľ N ùñ |ank ´ x| ă ε 6 ank ÝÑ x cuando k ÝÑ 8. ‚
8.7.4. Definición. Una sucesión pak q8
k“1 es acotada si existe un a P R tal que para todo
˚
k“1 .
pak q8
Observemos que una sucesión es acotada si y sólo si su recorrido es un conjunto acotado.
8.7.5. Definición. Una sucesión pak q8
k“1 es acotada superiormente si existe un a P R
˚
tal que para todo k P N se tiene que ak ĺ a˚ . En este caso al número a˚ se le llama cota
superior de la sucesión pak q8
k“1 .
8.7.6. Definición. Una sucesión pbk q8k“1 es acotada inferiormente si existe un b P R tal
˚
que para todo k P N se tiene que b˚ ĺ bk . En este caso al número b˚ se le llama cota inferior
k“1 .
de la sucesión pbk q8
8.7.7. Teorema. Toda sucesión convergente es acotada.
Demostración. Sea pak q8 k“1 una sucesión que converge a un número a. Existe un N P N
tal queřsi n ľ N , entonces |an ´ a| ă 1, por lo que |an | ă 1 ` |a|. Ahora, si n ă N , entonces
|an | ĺ Nk“1 |ak |, por lo tanto para todo n P N
N
ÿ
|an | ĺ 1 ` |a| ` |ak |,
k“1
|ak ´ α| ľ ε,
es decir
ak ´ α ľ ε ó ak ´ α ĺ ´ε,
o equivalentemente
ak ľ ε ` α ó ak ĺ α ´ ε.
Ahora, si ak ľ ε ` α, entonces ak ą α, lo cual es imposible pues α es una cota superior
de la sucesión. Ahora, sea n un número natural. Si n ĺ k, entonces, como la sucesión es no
decreciente, tenemos que an ĺ ak ĺ α ´ ε, es decir an ĺ α ´ ε. Si n ľ k, entonces existe un
n1 ľ n tal que an1 ĺ α ´ ε, por lo que an ĺ an1 ĺ α ´ ε. Con lo cual tenemos que para todo
número natural n, an ĺ α ´ ε ă α, lo que contradice que α “ suptak : k P Nu, por lo tanto
ak ÝÑ α cuando k ÝÑ 8. ‚
8.7.10. Corolario. Cualquier sucesión no creciente y acotada inferiormente es convergente.
Demostración. Sea pak q8 k“1 una sucesión no creciente y acotada inferiormente. Observemos
que la sucesión p´ak q8
k“1 es no decreciente y acotada superiormente, por lo que debido al
teorema 8.7.9 converge a un número a y por el teorema 8.4.9 la sucesión pak q8k“1 converge a
´a. ‚
8
ř 8
ř
8.7.11. Criterio de comparación de series. Dadas dos series ak y bk de términos
k“1 k“1
8
ř
no negativos, tales que para todo k P N se tiene que 0 ĺ ak ĺ bk . Si la serie bk es
k“1
8
ř
convergente, entonces también lo es la serie ak .
k“1
8 n
Demostración. Sea b “ bk y s n “ ak . Como ak ľ 0 para todo número natural k,
ř ř
k“1 k“1
n n
entonces psn q8
n“1 es una sucesión no decreciente, pero como sn “ bk ĺ b, entonces
ř ř
ak ĺ
k“1 k“1
8
n“1 es una sucesión convergente, es decir ak es una serie convergente.
ř
psn q8 ‚
k“1
kľN ùñ ak ĺ b k ĺ c k
y además pak q8 8 8
k“1 y pck qk“1 convergen a un mismo número β, entonces la sucesión pbk qk“1
converge también a β.
Demostración. Para ε ą 0 sean N1 y N2 números naturales tales que
k ľ N1 ùñ |ak ´ β| ă ε
y
k ľ N2 ùñ |ck ´ β| ă ε.
176 8.7. Criterios de convergencia
´ε ă ak ´ β ĺ bk ´ β ĺ ck ´ β ă ε,
k“1 converge a β.
por lo que ´ε ă bk ´ β ă ε, es decir pbk q8 ‚
8.7.13. Teorema. Si pak q8 8
k“1 y pbk qk“1 son dos sucesiones convergentes tales que para algún
número natural N se tiene que k ľ N ùñ ak ĺ bk , entonces lím ak ĺ lím bk .
kÑ8 kÑ8
Demostración. Sean a y b los números a los cuales convergen las sucesiones pak q8
k“1 y
pbk qk“1 respectivamente. Para ε ą 0 sea N0 tal que
8
k ľ N0 ùñ |ak ´ bk ´ pa ´ bq| ă ε.
Tomemos k1 un entero positivo tal que |a˚1 ´ ak1 | ă 1 y definamos recursivamente kj`1
de tal manera que |a˚kj `1 ´ akj`1 | ă 1{pj ` 1q. Observemos que la sucesión pa˚j q8 j“1 es no
creciente y acotada, por lo tanto es convergente. Sea x el número al cual converge pa˚j q8 j“1 y
veamos que pakj qj“1 también converge a x. Dado ε ą 0, sea N un número natural tal que
8
m, n ľ N ùñ |am ´ an | ă ε.
Observemos que la anterior definición significa que a partir de un momento todos los
términos de la sucesión están suficientemente cercanos entre sí.
8.7.16. Criterio de la sucesión de Cauchy. Toda sucesión de números reales es conver-
gente si y sólo si es de Cauchy.
Demostración. Supongamos que pak q8 k“1 es una sucesión convergente y sea a el número
al cual converge. Para cualquier ε ą 0 existe un número natural N , tal que k ľ N ùñ
|ak ´ a| ă 2ε . Ahora, si m, n ľ N ; entonces |an ´ a| ă 2ε y |am ´ a| ă 2ε , por lo que
|am ´ an | ĺ |am ´ a| ` |an ´ a| ă 2ε ` 2ε “ ε; por lo tanto toda sucesión convergente es de
Cauchy.
Supongamos ahora que pak q8 k“1 es una sucesión de Cauchy. Por ser pak qk“1 de Cauchy,
8
existe un número natural N 1 tal que si n ľ N 1 , entonces |aN 1 ´ an | ă 1, por lo que |an | ă
N1
1 ` |aN 1 |. Ahora, para cualquier número natural k se tiene que |ak | ă p1 ` |aN 1 |q `
ř
|an |,
n“1
por lo que la sucesión pak q8
k“1 es acotada y por el teorema 8.7.14 ésta tiene una subsucesión
8.7. Criterios de convergencia 177
2N 2N
ÿ 1 ÿ 1 2N ´ pN ` 1q ` 1 1
|s2N ´ sN | “ s2N ´ sN “ ľ “ “ “ ε,
k“N `1
k k“N `1 2N 2N 2
n“1 no es de Cauchy.
de manera que al tomar n “ 2N y m “ N se ve que la sucesión psn q8
A continuación veremos que cuando se cambia el orden de aparición de los términos de
una serie infinita de términos no negativos la convergencia no se altera.
8
ř
8.7.18. Teorema. Sea an una serie de términos no negativos y ρ una biyección de N en
n“1
8
ř 8
ř
N. Se tiene la siguiente igualdad an “ aρpnq .
n“1 n“1
N 8
Demostración. Demostremos primero que si N P N, entonces an . Para cada
ř ř
aρpnq ĺ
n“1 n“1
N P N sea N ˚ un número natural tal que para todo n P t1, . . . , N u se tenga N ˚ ľ ρpnq,
N ř˚
N
de modo que an ya que todos los términos de la primera suma aparecen en
ř
aρpnq ĺ
n“1 n“1
N 8
la segunda al menos el mismo número de veces, por lo tanto an para todo
ř ř
aρpnq ĺ
n“1 n“1
8 8
número natural N y así tenemos an . Ahora como an “ aρpρ´1 pnqq y ρ´1 es una
ř ř
aρpnq ĺ
n“1 n“1
8 8
biyección de N en N, entonces por un razonamiento análogo se tiene que aρpnq ,
ř ř
an ĺ
n“1 n“1
con lo cual el teorema queda demostrado. ‚
8
8.7.19. Definición. Decimos que la serie an converge absolutamente o que es abso-
ř
n“1
178 8.7. Criterios de convergencia
8
lutamente convergente si la serie |an | converge a un número real.
ř
n“1
Demostración. Denotemos por txu al mayor entero menor o igual que x. Dejaremos al lector
que justifique los detalles del por qué son verdaderas las siguientes igualdades y desigualdades
ˇ˜ ¸˜ ¸ ˜ ¸ˇ
ˇ ÿ 8 ÿ8 N
ÿ ÿn ˇ
an bn ´ an´k bk ˇ
ˇ ˇ
ˇ
ˇ n“0 n“0 n“0
ˇ
ˇ˜ ¸˜ ¸ ˜ k“0 ¸ ˜ ¸ ˜ ¸˜ ¸
ˇ ÿ N ÿN N
ÿ ÿ8 ÿ8 ÿN
a bn ` an bn ` an bn
ˇ
“ˇ
ˇ n“0 n n“0 n“0 n“N `1 n“N `1 n“0
˜ ¸˜ ¸ ˜ ¸ˇ
ÿ8 ÿ8 N
ÿ ÿn ˇ
an bn ´ an´k bk ˇ
ˇ
`
n“N `1 n“N `1 n“0 k“0
ˇ
ˇ˜ ¸˜ ¸ ˜ ¸ˇ ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
ˇ ÿ N ÿN ÿN ÿn ˇ ˇ ÿ N ÿ 8 ˇ
an bn ´ an´k bk ˇ ` ˇ an bn ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
ĺˇ
ˇ n“0 n“0 n“0 k“0
ˇ ˇ n“0 n“N `1
ˇ
ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
ˇ ÿ 8 ÿN ˇ ˇ ÿ 8 ÿ8 ˇ
an bn ˇ ` ˇ an bn ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
`ˇ
ˇ n“N `1 n“0
ˇ ˇ n“N `1 n“N `1
ˇ
˜ ¸ ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
2N
ÿ ÿn ˇ ÿ N 8
ÿ ˇ
|an´k bk | ` ˇ an bn ˇ
ˇ ˇ
ĺ
n“N `1 k“0
ˇ n“0 n“N `1
ˇ
ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
ˇ ÿ 8 ÿN ˇ ˇ ÿ 8 ÿ8 ˇ
an bn ˇ ` ˇ an bn ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
`ˇ
ˇ n“N `1 n“0
ˇ ˇ n“N `1 n“N `1
ˇ
8.7. Criterios de convergencia 179
¨ ˛˜ ¸ ¨ ˛˜ ¸
2N
ÿ 2N
ÿ 2N
ÿ 2N
ÿ
ĺ˝ |an |‚ |bn | `˝ |bn |‚ |an |
n“t N2`1 u n“0 n“t N2`1 u n“0
ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
ˇ ÿN ÿ8 ˇ ˇ ÿ 8 N
ÿ ˇ
an bn ˇ ` ˇ an bn ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
`ˇ
ˇ n“0 n“N `1
ˇ ˇ n“N `1 n“0
ˇ
ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
ˇ ÿ 8 ÿ8 ˇ
an bn ˇ ,
ˇ ˇ
`ˇ
ˇ n“N `1 n“N `1
ˇ
lím sup ak
kÑ8
o bien como
lím ak .
kÑ8
180 8.7. Criterios de convergencia
8.7.25. Definición. Sea pak q8 k“1 una sucesión de números reales acotada inferiormente y A
el conjunto de todos los números que son límites de alguna subsucesión de pak q8 k“1 . Cuando
A ‰ ∅, definimos el límite inferior de la sucesión pak q8k“1 como el ínfimo de A. Cuando
A “ ∅, decimos que `8 es el límite inferior de pak qk“1 . Cuando la sucesión pak q8
8
k“1 no es
acotada inferiormente, decimos que ´8 es el límite inferior de la sucesión. Al límite inferior
de una sucesión pak q8
k“1 se le denota como
límı́nf ak
kÑ8
o bien como
lím ak .
kÑ8
Demostración. Sea n1 el primer número natural tal que |an1 ´ L| ă 1, n2 el primer número
natural mayor que n1 tal que |an2 ´ L| ă 12 y así sucesivamente, una vez teniendo definido
nk , definimos nk`1 como el primer número natural mayor que nk tal que |ank`1 ´ L| ă k`1
1
.
La construcción anterior es posible debido a que para todo ε ą 0 existe una subsucesión de
k“1 que converge a un número M P pL ´ ε; Ls. Tenemos así que la subsucesión pank qk“1
pak q8 8
de pak q8
k“1 converge a L. ‚
k“1 y pbk qk“1 son dos sucesiones de números reales tales que lím ak
8.7.30. Corolario. Si pak q8 8
kÑ8
8.7. Criterios de convergencia 181
Demostración. Por el teorema 8.7.27 existen subsucesiones convergentes paαk q8 k“1 , pbβk qk“1
8
y paγk ` bγk qk“1 de pak qk“1 , pbk qk“1 y pak ` bk qk“1 respectivamente tales que lím aαk “ lím ak ,
8 8 8 8
kÑ8 kÑ8
lím bβk “ lím bk y lím paγk ` bγk q “ lím pak ` bk q. Ahora, tomando una subsucesión pηk q8
k“1
kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8
de pγk q8
k“1 para la cual tanto paηk qk“1 como pbηk qk“1 converjan (observemos que no pueden
8 8
lím pak ` bk q “ lím paηk ` bηk q “ lím aηk ` lím bηk ĺ lím ak ` lím bk ,
kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8
k“1 y pbk qk“1 son dos sucesiones de números reales tales que lím ak
8.7.32. Corolario. Si pak q8 8
kÑ8
y lím bk son números reales, entonces
kÑ8
k“1 una subsucesión de pbk qk“1 que converja a lím bk . Tomemos una subsucesión
Sea pbβk q8 8
kÑ8
k“1 de pβk qk“1 tal que la sucesión paηk qk“1 converja. Tenemos así que
pηk q8 8 8
lím paηk ` bηk q “ lím aηk ` lím bηk “ lím aηk ` lím bk
kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8
ľ lím ak ` lím bk ą lím pak ` bk q,
kÑ8 kÑ8 kÑ8
ˆ ˙´ ¯
lím ak lím bk ĺ lím ak bk .
kÑ8 kÑ8 kÑ8
II) Para todo M ą L existe una infinidad de números naturales n tales que an ă M .
k“1 y pbk qk“1 son dos sucesiones de números reales tales que lím ak
8.7.35. Corolario. Si pak q8 8
kÑ8
y lím bk son números reales, entonces
kÑ8
8.7.37. Teorema. Una sucesión de números reales pak q8 k“1 converge (ya sea a un número
real, a `8 ó a ´8) si y sólo si lím ak “ lím ak . En el caso en que la sucesión converja, se
kÑ8 kÑ8
tiene que lím ak “ lím ak “ lím ak .
kÑ8 kÑ8 kÑ8
? 8
a) Si lím
ř
k u ă 1, entonces uk ă `8.
k
kÑ8 k“1
? 8
b) Si lím
ř
k u ą 1, entonces uk “ `8.
k
kÑ8 k“1
?
Demostración. Sea L “ lím k u . Supongamos primero que L ă 1 y sea M un número
k
kÑ8
real tal que L ă M ă 1. Por el corolario 8.7.29, existe un N P N tal que si n ľ N , entonces
?n u ă M , por lo tanto 0 ĺ u ă M n y así tenemos, por el criterio de comparación de series
n n
8
8.7.11 y por el teorema 8.6.6, que la serie un converge a un número no negativo, es decir
ř
n“0
8
ř
un ă `8.
n“0
184 8.7. Criterios de convergencia
Supongamos ahora que L ą 1. Por el corolario 8.7.28, tenemos que para` una infinidad
? ? ˘8
de números naturales n se tiene que n un ą 1, es decir existe un subsucesión nk unk k“1 tal
?
que nk unk ą 1 para todo k P N. De esta manera tenemos que si definimos an “ 1 para cada
8
n en el recorrido de pnk q8 y en otro caso, vemos claramente que ak “ `8, por
ř
k“1 a n “ 0
k“1
8
lo que usando el criterio de comparación de series 8.7.11 vemos que
ř
uk “ `8. ‚
k“1
Los siguientes dos corolarios son ligeras variante del criterio de la raíz.
8.7.41. Corolario. Sea puk q8
k“1 una sucesión de números reales.
8
a) Si lím
a
k
ř
|uk | ă 1, entonces uk es absolutamente convergente.
kÑ8 k“1
8
b) Si lím
a
k
ř
|uk | ą 1, entonces la serie uk es divergente.
kÑ8 k“1
8
b) Si lím
a
k
ř
|uk | ą 1, entonces la serie uk diverge.
kÑ8 k“1
8
a) Si lím uuk`1
ř
k
ă 1, entonces uk ă `8.
kÑ8 k“1
8
b) Si existe un N P N tal que un`1 ř
un
ľ 1 para todo n ľ N , entonces uk “ `8.
k“1
uN `k uN `1 uN `2 uN `k
“ ¨¨¨ ă rk ,
uN uN uN `1 uN `k´1
la sucesión puk q8
k“1 no converge a 0. Ahora, por el teorema 8.6.8, la serie no es convergente,
8
pero uk “ `8 debido al teorema 8.7.43.
ř
‚
k“1
Demostración.
ˇ ˇ El inciso a) es una consecuencia inmediata del criterio de la razón. Si
ˇ uk`1 ˇ
lím ˇ uk ˇ ą 1, entonces, por el teorema 8.7.34 III), existe un número natural N tal que si
kÑ8 ˇ ˇ
n ľ N , entonces ˇ uun`1 ˇ ą 1, por lo que |un | ą |uN | ą 0 y la sucesión puk q8
k“1 no converge a 0,
ˇ ˇ
n
8
luego, por el teorema 8.6.8, la serie uk diverge.
ř
‚
k“1
ˇ ˇ
ˇ uk`1 ˇ
8.7.46. Corolario. Sea puk q8
k“1 una sucesión de números reales y supongamos que lím ˇ uk ˇ
kÑ8
existe.
ˇ ˇ 8
a) Si lím ˇ uuk`1
ř
1, entonces la serie uk es absolutamente convergente.
ˇ ˇ
k
ˇ ă
kÑ8 k“1
186 8.7. Criterios de convergencia
ˇ ˇ 8
b) Si lím ˇ uuk`1
ř
1, entonces la serie uk diverge.
ˇ ˇ
k
ˇ ą
kÑ8 k“1
Demostración. El corolario es una consecuencia del corolario 8.7.45 y del teorema 8.7.37.
‚
8
8.7.47. Definición. Decimos que una serie uk es alternante si para todo número natural
ř
k“1
k tenemos que puk qpuk`1 q ă 0, es decir cualquier término tiene diferente signo que el siguiente.
8.7.48. Criterio de convergencia para series alternantes. Supongamos que puk q8
k“1 es
una sucesión de números reales tal que:
a) lím uk “ 0;
kÑ8
8
ř
Entonces la serie uk es convergente.
k“1
8
Demostración. Sea psn q8
n“1 la sucesión de sumas parciales de la serie un y ptk q8
k“1 la
ř
n“1
8
sucesión de sumas parciales de la serie 2 u2k . Por el teorema 8.7.9 las anteriores sucesiones
ř k
k“1
de sumas parciales convergen si y sólo si son acotadas. Veamos que la sucesión psn q8 n“1 es
acotada si y sólo si también lo es ptk qk“1 . Supongamos primero que psn qn“1 es acotada y sea
8 8
s el límite de la sucesión. Para todo k P N sea nk un entero mayor que 2k . Tenemos que
˜ ¸
nk
ÿ 2k
ÿ k
ÿ 2k
ÿ
s ľ snk “ un ľ un “ u1 ` um
n“1 n“1 n“1 m“2k´1 `1
˜ ¸
k
ÿ 2k
ÿ k
ÿ
ľ u1 ` u2k “ u1 ` p2k ´ 2k´1 qu2k
n“1 m“2k´1 `1 n“1
k k
ÿ 1ÿ k 1
ľ 2k´1 u2k “ 2 u2k “ tk ,
n“1
2 n“1 2
8
2k
Demostración. Sea s ą 1 y veamos que la serie es convergente. En efecto, por
ř
p2k qs
k“1
8 8
2k k 21´s
el teorema 8.6.6 la serie p21´s q converge a . Ahora, debido al teorema
ř ř
p2k qs
“ 1´21´s
k“1 k“1
8
8.7.49, tenemos que la serie 1
es convergente.
ř
ns
‚
n“1
8
ř 8
ř
8.7.51. Criterio de comparación de series. Dadas dos series ak y bk de términos
k“1 k“1
8 8
positivos, tales que lím abkk “ 1, tenemos que
ř ř
bk ă `8 si y sólo si ak ă `8.
kÑ8 k“1 k“1
188 8.7. Criterios de convergencia
8
ˆ n
˙8
Demostración. Supongamos que ak ă `8, es decir que la sucesión conver-
ř ř
ak
k“1 k“1 n“1
8 8
ge a un número real. Si tuviéramos que bk “ `8, entonces tendríamos que
ř ř
pbk ´ ak q “
k“1 ˇ ˇ k“1
8 N ´1 8 N ´1 8 ˆ ˙
ÿ ÿ ÿ ÿ ÿ bk
pbk ´ ak q “ pbk ´ ak q ` pbk ´ ak q “ pbk ´ ak q ` ak ´1
k“1 k“1 k“N k“1 k“N
ak
N ´1 ˇ 8 ˇ N ´1 8
ÿ ˇ bk
ÿ ˇ ÿ ÿ
ĺ pbk ´ ak q ` ak ˇ ´ 1ˇˇ ă
ˇ pbk ´ ak q ` ak ă `8,
k“1 k“N
a k k“1 k“N
8
por lo tanto necesariamente
ř
bk ă `8.
k“1
8
Usando el hecho de que lím abkk “ 1 se puede demostrar de manera similar que si
ř
bk ă
kÑ8 k“1
8
`8, entonces
ř
ak ă `8. ‚
k“1
representa al número # +
ÿ
sup zλ : Λ es finito y Λ Ă Ω ,
λPΛ
8
An , de manera que algún An es no numerable, donde n P N Y t0u. En particular,
Ť
Ω1 “
n“0
algún An es infinito, de manera que para todo número natural N podemos tomar un A1n Ă An
con pn ` 2qN elementos, teniendo así que
ÿ ÿ ÿ 1 1
zω ľ zω ľ “ pn ` 2qN ą N.
ωPΩ ωPA1n ωPA1n
n`1 n`1
Ejercicios.
2. Decir si son convergentes o divergentes cada una de las series siguientes. En caso de
que sean convergentes decir ademas si son absolutamente convergentes.
8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙2k 8 ˆ ˙
ÿ 1 ÿ 1 ÿ p´1qk`1 ÿ k
a) , b) ? , c) ? , d) ,
k“1
k2 k“1 k k“1
3
k k“0
k`1
˙k ˆ ˙2k`3 ˜d ¸
8 ˆ 8 8 8
ÿ k ÿ ´1 ÿ k! ÿ j!
e) , f) 5 , g) k
, h) 3
,
k“0
2k ` 1 k“3
4k k“1
k j“3
jj
8 ˆ ˙2n 8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙n 8
ÿ 2 ÿ k ÿ 1 ÿ p´1qi
i) n , j) , k) n 2
, l) .
n“1
3 k“0
k`1 n“0
4 i“3
i`2
190 8.8. La constante de Napier
Demostración. Demostremos primero que lím p1 ` 1{nqn ĺ e. Por el teorema del binomio
nÑ8
tenemos que
ˆ ˙n ÿ n ˆ ˙ ˆ ˙k n n
1 n 1 ÿ n! ÿ n! 1
1` “ “ k
“ k
¨
n k“0
k n pn ´ kq!k!n pn ´ kq!n k!
˜ ¸ k“0 k“0
n k´1
źn´j n ˆ ˙n ÿ n
ÿ 1 ÿ 1 1 1
“ ¨ ĺ 6 1` ĺ .
k“0 j“0
n k! k“0 k! n k“0
k!
pero como lím p1`1{nqn ĺ lím p1`1{nqn , entonces lím p1`1{nqn existe y es igual al número
nÑ8 nÑ8 nÑ8
e, con lo que terminamos la demostración. ‚
192 8.9. Sistema decimal
8.9.1. aN aN ´1 aN ´2 ¨ ¨ ¨ a2 a1 .b1 b2 b3 ¨ ¨ ¨ ,
8
Para que la expresión anterior tenga sentido la serie bk ¨ 10´k debe converger. Para
ř
k“1
ver que esto sucede usaremos el criterio de comparación, es decir compararemos la serie
8 8
bk ¨ 10´k con 9 ¨ 10´k en donde, como 0 ĺ bk ĺ 9, tenemos que 0 ĺ bk ¨ 10´k ĺ 9 ¨ 10´k .
ř ř
k“1 k“1
Ahora, tenemos que
8 8 ˆ ˙k´1
ÿ
´k
ÿ 9 1 9 1
9 ¨ 10 “ ¨ “ ¨ 1 “ 1,
k“1 k“1
10 10 10 1 ´ 10
como era de esperarse puesto que 1 “ 0.999, el cual es un número que se representa por la
8 8
serie 9 ¨ 10´k . De modo que la serie bk ¨ 10´k representa un número en el intervalo r0; 1s.
ř ř
k“1 k“1
8.9.3. Teorema. Si un número r al ser expresado en la forma 8.9.2 (la forma decimal) es tal
que existen enteros positivos M y l tales que si k ľ M , se tiene bk “ bk`l ; entonces r es un
número racional.
Demostración. Tenemos que
N
ÿ 8
ÿ N
ÿ M
ÿ ´1 8
ÿ
ak ¨ 10k´1 ` bk ¨ 10´k “ ak ¨ 10k´1 ` bk ¨ 10´k ` bk ¨ 10´k .
k“1 k“1 k“1 k“1 k“M
N Mř
´1
Es claro que bk ¨10´k es racional, por lo que nos concentraremos únicamente
ř
ak ¨10k´1 `
k“1 k“1
8 M `n´1
en el sumando bk ¨ 10´k . Tomando sn “ bk ¨ 10´k , tenemos que la sucesión psn q8
ř ř
n“1
k“M k“M
8
converge a bk ¨ 10´k , por lo que también lo hará la subsucesión psnl q8
n“1 , pero
ř
k“M
˜ ¸
n
ÿ Mÿ
`l´1
snl “ bk ¨ 10´k 10´pm´1ql ,
m“1 k“M
8.9. Sistema decimal 193
por lo que
˜ ¸
8
ÿ 8
ÿ Mÿ
`l´1
´k ´k
bk ¨ 10 “ bk ¨ 10 10´pm´1ql
k“M m“1 k“M
˜ ¸ ˜ ¸
8 Mÿ
`l´1 Mÿ
`l´1
ÿ
´k ´l m´1 ´k 1
“ bk ¨ 10 p10 q “ bk ¨ 10 ,
m“1 k“M k“M
1 ´ 10´l
el cual es racional. ‚
8.9.4. Teorema. Sea β P r0; 1q y pbk q8 k“1 una sucesión cuyas componentes están en t0, 1, 2, 3, 4,
5, 6, 7, 8, 9u “ J9 Yt0u y son tales que b1 es el máximo número en J9 Yt0u tal que b1 ¨10´1 ĺ β;
k
ř
. . . ; bk es el máximo número en J9 Yt0u tal que bj ¨10´j ĺ β. Bajo las condiciones anteriores
j“1
se tiene que
8
ÿ
bk ¨ 10´k “ β.
k“1
Ejercicios.
194 8.9. Sistema decimal
9.1. Introducción
9.1.1. Definición. Anteriormente se definieron expresiones de la forma ar cuando a ą 0 y
r P Q que representa un número real que se llama la r-ésima potencia de a. Al número a
se la llama la base y al número r el exponente de la r-ésima potencia de a.
Se definió ar cuando r “ m
n
, con m y n enteros, m ‰ 0 y n ą 0 como
m `? ˘m
ar “ a n “ n
a .
Se vio que tal definición hacía que se cumplieran las leyes de los exponentes y que tenía
sentido, es decir que el valor de ar no variaba si se sustituían los enteros m y n por otros
cuyo cociente fuera r. Además se demostró que siempre existen las raíces n-ésimas positivas
de números positivos.
Queremos generalizar más este concepto para el caso en que a ą 0. Más precisamente,
queremos definir expresiones de la forma
ax
195
196 9.2. Definición de potencias con exponentes reales
En la sección 8.9 se puede ver que cuando x ą 0, existe una tal sucesión prj q8 j“1 no
decreciente y de números racionales positivos que converge a x. Si x ĺ 0 , podemos tomar
un número natural M ą ´x y una sucesión no decreciente psj q8 j“1 que converja a M ` x. En
este último caso, al tomar rj “ sj ´ M , vemos que prj q8 j“1 es una sucesión no decreciente de
números racionales que converge a x. Tenemos así que para cualquier número real x siempre
existe una sucesión no decreciente de números racionales que converge a x.
Nuestra primera tarea es verificar que tal definición tiene sentido, es decir que no depende
de la sucesión tomada con tal de que cumpla con las condiciones y que si x es racional, coincida
con el valor ya definido de ax , además, por supuesto, que la sucesión parj q8 j“1 converja.
Como prj q8 j“1 es no decreciente, entonces pa rj 8
qj“1 es no decreciente pues a ą 1. Si tomamos
un racional s mayor que x, entonces para todo número natural j tenemos que arj ă as , por
j“1 converge por ser acotada superiormente y no decreciente.
lo tanto parj q8
Veamos el caso particular en que x P Q. Sea sj “ x ´ rj , el cual es un número racional
x
no negativo que tiende a cero cuando j tiende a infinito y arj “ ax´sj “ aasj . Afirmamos
j“1 es una sucesión de números racionales
que si psj q8 no negativos que converge a 0, entonces
´ 1 ¯8 ? 8
asj ÝÑ 1 cuando j ÝÑ 8. En efecto, la sucesión a n “ p n aqn“1 converge a 1 debido
n“1 ˇ ˇ
ˇ 1
al teorema 8.5.14, por lo que para todo ε ą 0 existe un n P N, tal que ˇa n ´ 1ˇ ă ε, en
ˇ
1
particular a n ă 1 ` ε. Ahora, como psj q8 j“1 converge a 0, existe un N P N tal que si j ľ N ,
1
entonces 0 ĺ sj ă n , por lo que 1 ´ ε ă 1 ĺ asj ă a n ă 1 ` ε, es decir ´ε ă asj ´ 1 ă ε, por
1
x
lo que asj ÝÑ 1 cuando j ÝÑ 8. Como sj “ x ´ rj , tenemos que arj “ aasj ÝÑ ax cuando
j ÝÑ 8. Por lo que el valor de ax , cuando x es racional, coincide con el valor definido con
anterioridad.
Verifiquemos ahora que si pr11 , r21 , r31 , . . . , rj1 , . . . q y pr1 , r2 , r3 , . . . , rj , . . . q son dos sucesiones
no decrecientes de números racionales que convergen a un mismo número x, entonces para
rj1 8
a ą 1, las sucesiones parj q8
j“1 y pa qj“1 convergen al mismo número. Sean u y u los números
1
1
a los cuales convergen las sucesiones parj q8 j“1 y pa qj“1 respectivamente y demostremos que
rj 8
u “ u1 .
Para δ ą 0, sean N0 y N01 números naturales tales que
j ľ N0 ùñ |rj ´ x| ă δ{2
y
j ľ N01 ùñ |rj1 ´ x| ă δ{2.
Si j ľ N0 ` N01 , entonces
1 1
Como a n ÝÑ 1 cuando n ÝÑ 8, entonces también a´ n “ 1
1 ÝÑ 1 cuando n ÝÑ 8,
an
por lo que para cualquier ε ą 0 existe un n P N, tal que
1 1
|a n ´ 1| ă ε y |a´ n ´ 1| ă ε,
es decir
1 1
1 ´ ε ă an ă 1 ` ε y 1 ´ ε ă a´ n ă 1 ` ε,
1 1
pero como a´ n ă 1 ă a n , entonces
1 1
1 ´ ε ă a´ n ă a n ă 1 ` ε.
Ahora, como rj ´ rj1 ÝÑ 0 cuando j ÝÑ 8, entonces existe un número natural N tal que si
j ľ N , entonces ´ n1 ă rj ´ rj1 ă n1 , por lo que
1 1 1
1 ´ ε ă a´ n ă arj ´rj ă a n ă 1 ` ε,
ax`y “ lím arj `sj “ lím arj ¨ asj “ lím arj ¨ lím asj “ ax ¨ ay ,
jÑ8 jÑ8 jÑ8 jÑ8
` 1 ˘x Como
` 1 ˘y a ą 1,1 por el 1teorema 9.3.4 y por definición de ax y ay , tenemos que
1
Demostración.
x ă y ðñ a ă a ðñ 1 x ą 1 y ðñ ax ą ay . ‚
paq paq
9.3.6. Teorema. Si a, b ą 0, entonces ax bx “ pabqx .
Demostración. Sea prj q8 j“1 una sucesión no decreciente de números racionales que converge
a x. Si a, b ą 1, entonces
ˆ ˙ˆ ˙
a b “ lím a
x x rj
lím b rj
“ lím parj brj q “ lím pabqrj “ pabqx .
jÑ8 jÑ8 jÑ8 jÑ8
9.3. Propiedades de los exponentes 199
1 1 1 1
ax bx “ ` 1 ˘x ` 1 ˘x “ ` 1 ˘x ` 1 ˘x “ ` 1 ˘x “ pabqx .
a b a b ab
Si 0 ă a ă 1 y b ą 1, entonces
lím brj
1 bx jÑ8 br j
a b “ ` 1 ˘ x bx “ ` 1 ˘ x “
x x
` 1 ˘rj “ lím ` 1 ˘rj “ lím pabqrj .
a a
lím a jÑ8
a
jÑ8
jÑ8
1 1 1
lím pabqrj “ lím ` 1 ˘rj “ ` 1 ˘rj “ ` 1 ˘x “ pabqx .
jÑ8 jÑ8
ab
lím
jÑ8 ab ab
Demostración. Para j P N sea rj un número racional positivo tal que prj q8 j“1 sea no
decreciente y xj ´ 1j ĺ rj ĺ xj . Afirmamos que rj ÝÑ x cuando j ÝÑ 8. En efecto, por el
teorema 8.7.12 tenemos que rj ÝÑ x cuando j ÝÑ 8. Ahora,
arj ĺ axj ĺ ax ,
por lo cual, volviendo a usar el teorema 8.7.12, obtenemos que axj ÝÑ ax cuando j ÝÑ 8.
‚
9.3.13. Teorema. Si a ą 0 y además x, y P R, entonces pax qy “ axy .
Demostración. Supongamos primero que a ą 1 y sean prj q8 j“1 y psj qj“1 sucesiones no
8
Ahora, por el lema 9.3.12, lím a “ a , por lo tanto si a ą 1, entonces axy “ pax qy .
xsn xy
nÑ8
Si a “ 1 el resultado es directo. ` ˘ `` ˘x ˘y
xy
Ahora, si 0 ă a ă 1, se tiene que a1 “ a1 , pero de la definición de axy cuando
` 1 ˘xy `` ˘x ˘y ` ˘y
0 ă a ă 1 se obtiene que a “ a1xy y, debido al corolario 9.3.7, a1 “ a1x “ pax1qy ,
concluyendo así que a1xy “ pax1qy , es decir axy “ pax qy , por lo que el resultado es válido para
todo a ą 0. ‚
A continuación resumiremos las propiedades fundamentales de los exponentes que se
expusieron en esta sección.
9.3.14. Leyes de los exponentes. Sean a, b ą 0 y x, y P R, entonces se cumplen las
siguientes relaciones:
I) ax`y “ ax ay ; V) pax qy “ axy ;
ax
II) ax´y “ ay
; VI) si a ą 1, entonces x ă y ðñ ax ă ay ;
III) pabqx “ ax bx ; VII) si a ă 1, entonces x ă y ðñ ax ą ay .
` ˘x x
IV) ab “ abx ;
9.4. Funciones exponenciales 201
5
expa : R ÝÑx p0; `8q.
xÞÑa 4 y= ax
Sea ahora
Ay :“ tx : ax ă yu.
Debido a lo anterior Ay es no vacío y acotado superiormente por lo que x˚ :“ sup Ay existe,
así tenemos tres posibilidades:
˚ ˚ ˚
aq ax “ y, bq ax ă y y cq ax ą y.
para todo x P Ay y x˚ no sería el supremo de Ay ). Ahora, por el teorema 8.7.13 y por el lema
9.3.12
˚ ˚
y ľ lím ax ´1{n “ ax ,
nÑ8
N p1q “ p1 ` qqN0 ,
Es decir, N es una exponencial base a multiplicada por una constante N0 . Es muy común
expresar a la función N descrita anteriormente como
N ptq “ N0 ekt ,
De manera que a los 6 años se tendrán $10 000p1 ` 0.05q6 « $13 400.1.
9.5.2. Ejemplo. El isótopo del polonio 210 Po tiene una vida media de 140 días, es decir, si
se tiene una cierta cantidad de 210 Po, la mitad se desintegrará en 140 días. Determinemos la
cantidad de 210 Po que habrá a los 35 días si actualmente hay 50 mg.
Solución. El problema puede resolverse obteniendo la tasa diaria de desintegración o bien
tomando 140 días como unidad de tiempo. Tomemos 140 días como unidad de tiempo, de
manera que 35 días es 41 de la unidad de tiempo. Si M0 es la masa inicial y M ptq es la masa
que queda de 210 Po en el tiempo t, entonces
M ptq “ M0 p1 ` qqt ,
donde ´q “ 12 es la proporción del material que se desintegra en una unidad de tiempo (40
días), es decir 1 ` q “ 12 . De esta forma, la masa en miligramos que habrá dentro de 35 días
será de ˆ ˙ ˆ ˙ 14
1 1
M “ 50 « 42.
4 2
9.6. Funciones logarítmicas 205
exp´1
a : p0; `8q ÝÑ R, donde x “ expa pyq “ ay .
xÞÑy
Demostración. a) Hagamos
t “ loga u y s “ loga v.
at`s “ uv
o equivalentemente
t ` s “ loga puvq,
es decir
loga puvq “ loga u ` loga v,
con lo que hemos demostrado a).
b) Tomemos de nuevo t y s como en la demostración del inciso a).
con lo cual hemos demostrado b). c) Haciendo de nuevo t “ loga puq, tenemos
ur “ pat qr “ art ,
es decir
r loga puq “ rt “ loga pur q,
con lo que terminamos la demostración de c) y del teorema. ‚
9.6.4. Definición. El logaritmo base e es también llamado logaritmo natural o logaritmo
neperiano y lo denotaremos por ln.
9.6.5. Aclaración. En algunos textos, cuando no se especifica, el símbolo log significa log10
y el símbolo ln significa loge . En otros textos, sin embargo, sobre todo en los de matemáticas
avanzadas o de variable compleja, el símbolo log significa loge . Generalmente en las calcula-
doras la tecla log se refiere al logaritmo base 10, mientras que la tecla ln se refiere al logaritmo
base e.
En la mayoría de las calculadoras y tablas de logaritmos, sólo podemos encontrar los
valores de los logaritmos base 10 y base e. Haciendo uso de calculadora o de tablas ¿cómo
podemos encontrar el valor de un logaritmo base a, cuando a es un número positivo diferente
de e y de 10? La respuesta la da la fórmula que está en el siguiente teorema.
9.6.6. Teorema. Sean a, b y x tres números positivo, con a, b ‰ 1. Se cumple la siguiente
fórmula:
logb x
loga x “ .
logb a
ax “ bplogb aqx ,
Ejercicios.
4. Una colonia de bacterias crece exponencialmente a razón 3 % por minuto durante los
primeros 60 minutos. Si inicialmente hay 150 000 bacterias:
10.1. Introducción
En este capítulo estudiaremos las funciones reales con variables reales, es decir fun-
ciones de la forma f : A ÝÑ R, donde A Ă R. Veremos el comportamiento de las funciones
a través de sus gráficas y veremos algunos temas relacionados con tales comportamientos.
Recordemos que la gráfica de una función f : A ÝÑ R es
10.1.1. Definiciones. Definiremos a continuación algunas de las gráficas más sencillas que
son subconjuntos de R2 y daremos algo de terminología general. Al conjunto tpx, yq P R2 : y “
0u lo llamaremos eje X o eje de las abscisas, al conjunto tpx, yq P R2 : x “ 0u lo llamaremos
eje Y o eje de las ordenadas. A los ejes de las abscisas y de las ordenadas se les llama ejes
de coordenadas. Si a es un número dado, diremos que el conjunto tpx, yq P R2 : x “ au es
una recta vertical y que el conjunto tpx, yq P R2 : y “ au es una recta horizontal. En
general una recta incluida en R2 es un conjunto de la forma tpx, yq P R2 : αx ` βy ` γ “ 0u
para algunos números dados α, β y γ, con α ‰ 0 ó β ‰ 0 (observemos que cuando α “ 0 y
β “ 0, el conjunto anterior es el vacío o es todo R2 ). Podemos ver que las rectas verticales
no son la gráfica de ninguna función y que las rectas no verticales son la gráfica de alguna
función f dada por f pxq “ ax ` b, tal función se dice que es una función afín y en el
caso particular en que b “ 0 se llama función lineal. Observemos que una función de la
forma f pxq “ b es una función afín cuya gráfica es una recta horizontal, a una función como la
anterior se le llama función constante. En esta sección, a los elementos de R2 los llamaremos
puntos. Al conjunto tpx, yq P R2 : x ľ 0 e y ľ 0u se le llama primer cuadrante, al conjunto
tpx, yq P R2 : x ĺ 0 e y ľ 0u se le llama segundo cuadrante, al conjunto tpx, yq P R2 : x ĺ 0
e y ĺ 0u se le llama tercer cuadrante y al conjunto tpx, yq P R2 : x ľ 0 e y ĺ 0u se le llama
cuarto cuadrante.
10.1.2. Teorema. Dados dos puntos diferentes px0 , y0 q y px1 , y1 q, existe una única recta a
la cual pertenecen.
Demostración. Si x0 “ x1 , entonces es claro que la única recta a la cual pertenecen esos
dos puntos es la recta vertical con ecuación x “ x0 . Si x0 ‰ x1 , entonces los puntos no
209
210 10.1. Introducción
pertenecen a ninguna recta vertical y, para que los dos puntos pertenezcan a una recta, ésta
debe ser la gráfica de una función afín f de la forma f pxq “ ax ` b, y los número a y b deben
satisfacer las condiciones y0 “ ax0 ` b e y1 “ ax1 ` b, es decir a “ py1 ´ y0 q{px1 ´ x0 q y
b “ y0 ´ x0 py1 ´ y0 q{px1 ´ x0 q, recíprocamente podemos ver que para estos valores de a y b,
los puntos px0 , y0 q y px1 , y1 q forman parte de la recta que es la gráfica de f y ésta es la única
recta afín que satisface las condiciones y0 “ ax0 ` b e y1 “ ax1 ` b. ‚
10.1.3. Definiciones. Decimos que una recta que es la gráfica de una función afín f de la
forma f pxq “ ax ` b tiene pendiente a. De la demostración del teorema anterior, podemos
observar que si a tal recta pertenecen dos puntos diferentes px0 , y0 q y px1 , y1 q, entonces la
pendiente está dada por py1 ´ y0 q{px1 ´ x0 q. Diremos además que una recta vertical tiene
pendiente infinita. Si la intersección de dos rectas incluidas en R2 es el conjunto vacío,
diremos que las rectas son paralelas.
10.1.4. Ejemplo. La gráfica de la función f determi-
Y
nada por f pxq “ 2x ` 1 es una recta cuya ecuación es
y “ 2x ` 1. Como la gráfica es una recta, basta que 12
tomemos dos punto de ella para trazarla, por ejemplo 10
si x “ 0, entonces y “ 1 y si x “ 2, entonces y “ 5.
8
Un primer criterio para analizar el comportamien-
6
to de una gráfica es determinar la intersección con
los ejes de coordenadas y algunos otros puntos de la 4 y=2x+1
gráfica. Además es importante determinar el dominio 2
y el recorrido de la función. La función del ejemplo
-4 -2 2 4 6X
10.1.4 tiene como dominio al conjunto R, el punto de
-2
intersección con el eje X es p´ 12 , 0q y el punto de in-
tersección con el eje Y es p0, 1q. -4
-6
Veamos ahora un tipo de funciones un poco menos
sencillas que las rectas. -8
b2
do x “ ´ 2a
b
. Al punto b
´ 2a ,c ´ 4a
se le llama vértice de la parábola vertical.
10.1. Introducción 211
Los conceptos anteriores sirven para trazar la gráfica de una función a partir de otra
más sencilla o de otra cuya gráfica sea conocida y esté relacionada de alguna de las formas
anteriores.
Si f es una función tal que existe un número positivo T tal que para cualquier valor de x
en el dominio de la función f se tiene que x ` T también está en el dominio de la función y
además f pxq “ f px ` T q, entonces decimos que f es una función periódica y que T es un
período de f .
Observemos que para conocer el comportamiento y la gráfica de una función periódica
basta con conocerlo en un intervalo semiabierto de longitud T , es decir en uno de la forma
pa; a ` T s o de la forma ra; a ` T q. (Si a ĺ b, decimos que la longitud de cualquiera de los
intervalos pa; bq, pa; bs, ra; bq ó ra; bs es b ´ a).
Sea A Ă R y f : A ÝÑ R. Decimos que la función f es creciente o estrictamente
creciente cuando x ă y ùñ f pxq ă f pyq, para x, y P A. Decimos que f es decreciente o
estrictamente decreciente cuando x ă y ùñ f pxq ą f pyq, para x, y P A. Decimos que
f es no decreciente cuando x ă y ùñ f pxq ĺ f pyq, para x, y P A. Decimos que f es no
creciente cuando x ă y ùñ f pxq ľ f pyq, para x, y P A. Una función que sea no decreciente
o no creciente se dice que es monótona. Sea B Ă A, decimos que la función f es creciente,
decreciente, no decreciente o no creciente en B si la función f |B (la restricción de f al
conjunto B) es respectivamente creciente, decreciente, no decreciente o no creciente.
Ejercicios.
2. Decir cuales de las siguientes funciones son monótonas en su domino. En caso de que
sean monótonas decir si son no creciente o no decrecientes:
@ε ą 0, DM ą a, x ľ M ùñ |f pxq ´ k| ă ε
significa que si queremos que f pxq esté suficientemente cercano a k (|f pxq ´ k| ă ε) basta
con tomar un x suficientemente grande (x ľ M ). ¿Qué tan grande debemos de tomar x? La
respuesta depende de qué tan cercano a k queremos el valor de f pxq.
10.2.2. Ejemplo. Sea f pxq “ 2{x ` 3. Intuitivamente vemos que si x es grande, el valor de
f pxq “ 2{x ` 3 se aproxima a 3. Si queremos que la distancia entre f pxq y 3 sea menor que
1{100, es decir que 3 ´ 1{100 ă 2{x ` 3 ă 3 ` 1{100, es suficiente con tomar x ľ 201. Si
queremos que la distancia entre f pxq y 3 sea menor que 1000000
1
, es decir que 3 ´ 1000000
1
ă
2{x ` 3 ă 3 ` 1000000 , es suficiente con tomar x ľ 2000001.
1
x ĺ M ùñ |f pxq ´ k| ă ε.
a X
214 10.2. Asíntotas horizontales
lím f pxq :“ k
xÑ´8
lím f pxq “ `8
xÑ`8 X
-4 -2 2 4
10.2. Asíntotas horizontales 215
Y
Observemos que la gráfica de f no tiene asínto-
tas horizontales pues lím f pxq “ `8 y lím f pxq “ 8
xÑ´8 xÑ`8
`8. En efecto, si L P R y x ľ |L| ` 2, tenemos
que f pxq “ 2x2 ´ 1 ľ 2p|L| ` 2q2 ´ 1 “ 2p|L|2 ` 6
4|L| ` 4q ´ 1 ą |L| ľ L 6 lím f pxq “ `8. Aho-
xÑ`8 4 y=2x2 -1
ra si x ă ´|L| ´ 2, entonces f pxq “ 2x ´ 1 ľ 2
@L P R, Dδ ą 0, 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ f pxq ą L.
@L P R, Dδ ą 0, 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ f pxq ă L.
0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ f pxq ă L Y
Dδ ą 0, 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ f pxq ă L
y=fHxL
@L P R, Dδ ą 0, 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ f pxq ă L,
es decir lím f pxq “ ´8 significa que el valor de f pxq puede hacerse menor que cualquier
xÑx0
número si x ‰ x0 pero x está suficientemente cercano x0 .
10.3.2. Ejemplo. Sea f pxq “ ´1
px´2q2
. Demostrar que lím f pxq “ ´8.
xÑ2
0 ă |x ´ 2| ă ? 1
, por lo tanto 0 ă |x ´ 2| ă ? 1
ùñ px´2q2 ă L, es decir tomando
´1
|L|`1 |L|`1
δ“? 1
en la definición de límite tenemos que lím ´1 2 “ ´8.
|L|`1 xÑ2 px´2q
218 10.3. Asíntotas verticales
x=2
X
-1 1 2 3 4 5 6 7 8
-4
-6
y=-1Hx-2L2
-8
10.3.4. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un intervalo pa; x0 q, con
a ă x0 . Decimos que el límite cuando x tiende a x0 por la izquierda de f pxq es `8
(respectivamente ´8) si
10.3.6. Definición. Sea f una función. Si se tiene una o varias de las siguientes igualdades
10.3. Asíntotas verticales 219
lím f pxq “ `8, lím f pxq “ ´8, lím f pxq “ `8 ó lím f pxq “ ´8;
xÑx`
0 xÑx`
0 xÑx´
0 xÑx´
0
-3
10.3.8. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a -4
x3 x
f pxq ´ p´xq “ 2
´ p´xq “
1´x 1 ´ x2
3
Veamos ahora que lím ` 1´x
x
2 “ ´8. Para tal efecto tomemos cualquier número real L
xÑ´1
x3 3
y encontremos un δ ą 0 tal que ´1 ă x ă ´1 ` δ ùñ ă L. Tenemos que 1´x
1´x2
x
2 ă L
´ ¯3
x3
ðù 1´x2
ă ´|L| ´ 1 ðù x3 ă ´p|L| ` 1qp1 ´ x2 q y ´1 ă x ă 0 ðù |L|`11
´1 ă
1 3
p´1` |L|`1 q
p|L| ` 1qpx ´ 1q y ´1 ă x ă ´1 `
2 1
|L|`1
ðù 1 ` |L|`1
ă x2 y ´1 ă x ă ´1 ` |L|`1 1
c c
1 3 1 3
p´1` |L|`1 q p´1` |L|`1 q
ðù 1 ` |L|`1
ă |x| y ´1 ă x ă ´1 ` |L|`1 ðù x ă ´ 1 `
1
|L|`1
y ´1 ă
# c +
1 3
p´1` |L|`1 q
1
x ă ´1 ` |L|`1 ðù ´1 ă x ă mín ´ 1 ` |L|`1
1
, ´1 ` |L|`1 . Ahora si tomamos
# c +
1 3
p´1` |L|`1 q x3
δ “ 1 ` mín ´ 1 ` |L|`1
1
, ´1 ` |L|`1 , tenemos que ´1 ă x ă ´1 ` δ ùñ 1´x 2 ă L.
@ε ą 0, Dδ ą 0, 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ |f pxq ´ y0 | ă ε.
lím f pxq “ y0
xÑx0
y significa que si queremos que f pxq esté suficientemente cercano a y0 (de tal manera que la
distancia entre f pxq e y0 sea menor que ε) basta con tomar x suficientemente cercano a x0 ,
con x ‰ x0 (de tal manera que la distancia entre x y x0 sea menor que algún δ adecuado).
10.4.2. Ejemplo. Verificar que lím1 x2 “ 14 .
xÑ 2
@ε ą 0, Dδ ą 0, x0 ă x ă x0 ` δ ùñ |f pxq ´ y0 | ă ε.
La definición anterior indica que si queremos que f pxq esté suficientemente cerca de y0
basta con que tomemos x ą x0 pero suficientemente cercano a x0 . Análogamente tenemos la
siguiente definición.
10.4.4. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un intervalo pa; x0 q y y0 P R.
Decimos que el límite cuando x tiende a x0 por la izquierda de f pxq es y0 si
@ε ą 0, Dδ ą 0, x0 ´ δ ă x ă x0 ùñ |f pxq ´ y0 | ă ε.
Al hecho de que y0 sea el límite cuando x ÝÑ x0 por la derecha de f pxq lo denotamos así
0 ă |x ´ x0 | ă δ1 ùñ |f pxq ´ L1 | ă ε{2
y
0 ă |x ´ x0 | ă δ2 ùñ |f pxq ´ L2 | ă ε{2.
Ahora, si 0 ă |x ´ x0 | ă míntδ1 , δ2 u, entonces
pero como ε puede ser cualquier número real positivo, entonces L1 “ L2 (si L1 ‰ L2 , tomando
ε ĺ |L1 ´ L2 | llegamos a una contradicción). ‚
10.4.7. Teorema del sándwich.
a) Si @x P px0 ; bq, f pxq ĺ gpxq ĺ hpxq y lím` f pxq “ lím` hpxq “ L, entonces
xÑx0 xÑx0
lím gpxq “ L.
xÑx`
0
lím gpxq “ L.
xÑx´
0
c) Si @x P pa; x0 q Y px0 ; bq, f pxq ĺ gpxq ĺ hpxq y lím f pxq “ lím hpxq “ L, entonces
xÑx0 xÑx0
lím gpxq “ L.
xÑx0
10.4.8. Teorema.
Ejercicios.
10.5. Continuidad
10.5.1. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un intervalo abierto pa; bq y
x0 P pa; bq. La función f es continua en x0 si
donde L1 , L2 P R; entonces
lím pf pxq ` gpxqq “ L1 ` L2 .
xÑx0
n
ÿ n
ÿ
lím fj pxq “ Lj .
xÑx0
j“1 j“1
10.5. Continuidad 225
donde L1 , L2 P R; entonces
lím pf pxq ¨ gpxqq “ L1 ¨ L2 .
xÑx0
n
ź n
ź
lím fj pxq “ Lj .
xÑx0
j“1 j“1
donde L1 , L2 P R y L2 ‰ 0; entonces
ˆ ˙
f pxq L1
lím “ .
xÑx0 gpxq L2
0 ă |x ´ x0 | ă δ1 ùñ |f pxq ´ L1 | ă ε{2
y
0 ă |x ´ x0 | ă δ2 ùñ |gpxq ´ L2 | ă ε{2.
226 10.5. Continuidad
míntε, 12 u
0 ă |x ´ x0 | ă δ1 ùñ |f pxq ´ L1 | ă
1 ` |L1 | ` |L2 |
y
míntε, 12 u
0 ă |x ´ x0 | ă δ2 ùñ |gpxq ´ L2 | ă .
1 ` |L1 | ` |L2 |
Tomando δ “ míntδ1 , δ2 u tenemos que
0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ
por otra parte |L2 | ´ |gpxq| ĺ |L2 ´ gpxq| ă |L22 | , por lo que |gpxq| ą |L2 |
2
, por lo tanto
ˇ ˇ
ˇ 1 1 ˇ |gpxq ´ L2 | εL22 {2
ˇ gpxq ´ L2 ˇ ĺ |L2 |
ˇ ˇ ă 2 “ ε,
|L2 | L2 {2
2
4 y= ax
2 a>1
X
-4 -2 2 4
10.5.17. Teorema. Si lím f pxq “ y0 y lím gpyq “ gpy0 q, entonces lím gpf pxqq “ gpy0 q.
xÑx0 yÑy0 xÑx0
Demostración. Supongamos que lím f pxq “ y0 y lím gpyq “ gpy0 q. Para un ε ą 0 dado sea
xÑx0 yÑy0
η ą 0 tal que |y ´ y0 | ă η ùñ |gpyq ´ gpy0 q| ă ε. Ahora, sea δ ą 0 tal que 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ
|f pxq ´ y0 | ă η. Por la construcción anterior tenemos que 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ |f pxq ´ y0 | ă
η ùñ |gpf pxqq ´ gpy0 q| ă ε, es decir lím gpf pxqq “ gpy0 q. ‚
xÑx0
10.5.20. Definición. Decimos que una función f es continua por la derecha (respec-
tivamente por la izquierda) en un número x0 si lím` f pxq “ f px0 q (respectivamente
xÑx0
lím f pxq “ f px0 q). Además decimos que f es continua en un intervalo cerrado ra; bs si
xÑx´
0
es continua en cualquier elemento de pa; bq, es continua por la derecha en a y es continua por
la izquierda en b.
10.5.21. Teorema del valor intermedio. Sea Y
f una función continua en un intervalo cerrado
ra; bs tal que f paq ‰ f pbq y sea d un número entre
f paq y f pbq. Existe un número c entre a y b tal
que f pcq “ d.
d
Demostración. Haremos la demostración para
el caso en que f paq ă f pbq (el valor de c cuando
y=fHxL
f paq ą f pbq es el que corresponde en la función
´f al número ´d). Sea C “ tx P pa; bs : f ptq ă d
para todo t P pa; xqu y c “ sup C (nuestro can-
didato). Veamos primero que C ‰ ∅. Si C fuera
X
el conjunto vacío, entonces para todo x P pa; bs a c b
tendríamos que existiría un t entre a y x tal que
f ptq ľ d, de modo que si tomamos ε “ d ´ f paq tenemos f ptq ´ f paq ľ ε, de modo que f no
sería continua por la derecha en a. Si f pcq ą d, entonces para a ă h ă c existe un x P C entre
h y c, de modo que f phq ă d; así, tomando ahora ε “ f pcq ´ d tendríamos f pcq ´ f phq ą ε,
de tal manera que f no sería continua por la izquierda en c, por lo tanto es imposible que
f pcq ą d. Si f pcq ă d, entonces por un razonamiento análogo al anterior se observa que el
conjunto tx P pc; bs : f ptq ă d para todo t P pc; xqu es no vacío, pero esto contradice al hecho
de que c “ sup C, de manera que también es imposible que f pcq ă d de modo que f pcq “ d.
Y ‚
10.5.22. Teorema del valor máximo. Sea f
una función continua en un intervalo cerrado
fHcL
ra; bs. Existe un c P ra; bs tal que f pcq ľ f pxq
para todo x P ra; bs.
Demostración. Para cada número natural n,
sea an,0 “ a y an,j “ a ` pb ´ aqj{n, para y=fHxL
j P t1, 2, . . . , nu. Sea An “ tan,j
Ť : j es un en-
tero y 0 ĺ j ĺ nu y xn P Ťnk“1 Ak tal que
f pxn q ľ f pxq para todo x P nk“1 Ak . Como
la sucesión pxn q8 n“1 es acotada, entonces existe X
a c b
una subsucesión pxnk q8 kn“1 que converge a un nú-
mero c (nuestro candidato). Ahora, la sucesión
10.5. Continuidad 229
sión pf pxnk qq8k“1 no fuera acotada, entonces tendería a `8 cuando k ÝÑ 8, por lo tanto
existiría un número natural N tal que si k ľ N , entonces f pxnk q ą 1 ` |f pcq|, de donde
concluimos que |f pxnk q ´ f pcq| ą 1. Pero para cada δ ą 0 y k suficientemente grande tene-
mos que |xnk ´ c| ă δ, de manera que f no sería continua en c, lo cual contradice nuestra
hipótesis. Por lo tanto la sucesión pf pxnk qq8 k“1 es acotada.
Como la sucesión pf pxnk qqk“1 es no decreciente y acotada, entonces converge a un número
8
d. Demostraremos ahora que d “ máxtf pxq : x P ra; bsu y que f pcq “ d. Por ser f continua
en ra; bs tenemos que para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que x P ra; bs y |x ´ c| ă δ
ùñ |f pxq ´ f pcq| ă ε, ahora sea N un número natural tal que k ľ N ùñ |xnk ´ c| ă δ
y |f pxnk q ´ d| ă ε, pero |xnk ´ c| ă δ ùñ |f pxnk q ´ f pcq| ă ε, por lo tanto, para k ľ N ,
tenemos |d ´ f pcq| “ |pf pxnk q ´ dq ´ pf pxnk q ´ f pcqq| ĺ |f pxnk q ´ d| ` |f pxnk q ´ f pcq| ă 2ε,
pero como ε es arbitrario, entonces d “ f pcq.
Demostremos ahora que d “ máxtf pxq : x P ra; bsu. Si d fuera diferente de máxtf pxq :
x P ra; bsu entonces existiría un d1 ą d y un c1 ‰ c (con c1 P ra; bs) tales que f pc1 q “ d1 , pero
por ser f continua en ra; bs tenemos que existe un δ ą 0 tal que x P ra; bs y |x ´ c1 | ă δ ùñ
|f pxq ´ d1 | ă d1 ´ d. Ahora, sea k un entero positivo tal que pb ´ aq{k ă δ y observemos que
si x es el elemento de Ak más próximo a c1 entonces |x ´ c1 | ă δ y además d ľ f pxq, por lo
cual |f pxq ´ d1 | “ pd1 ´ dq ` pd ´ f pxqq contradiciendo el hecho de que x P ra; bs y |x ´ c1 | ă δ
ùñ |f pxq ´ d1 | ă d1 ´ d, por lo tanto d “ máxtf pxq : x P ra; bsu. ‚
10.5.23. Corolario (teorema del valor mínimo). Sea f una función continua en un
intervalo cerrado ra; bs. Existe un c P ra; bs tal que f pcq ĺ f pxq para todo x P ra; bs.
Demostración. Como f es continua en ra; bs entonces también lo es ´f , por lo que debido
al teorema 10.5.22 existe un c P ra; bs tal que ´f pcq ľ ´f pxq para todo x P ra; bs, lo cual es
equivalente a que f pcq ĺ f pxq para todo x P ra; bs. ‚
10.5.24. Corolario. Si f : ra; bs ÝÑ R es continua y no es constante, entonces el recorrido
de f es un intervalo cerrado rc; ds, donde c ă d.
Demostración. El corolario se sigue del teorema del valor máximo, del teorema del valor
mínimo y del teorema del valor intermedio, donde c es el valor mínimo y d el máximo que
toma la función f . ‚
10.5.25. Teorema. Sea f una función continua que además es una biyección de ra; bs en
rc; ds. La función f es estrictamente creciente o estrictamente decreciente.
Demostración. Veamos primero que f paq “ c ó f paq “ d. Si f paq es diferente de c y
de d, entonces f paq “ y con c ă y ă d, pero como f es una biyección de ra; bs en rc; ds,
entonces existen x1 , x2 P pa; bs tales que f px1 q “ c y f px2 q “ d. Ahora, por el teorema del
valor intermedio existe un x0 entre x1 y x2 tal que f px0 q “ y, por lo que se tiene que x0 ‰ a
y f px0 q “ f paq, contradiciendo el hecho de que f es una biyección de ra; bs en rc; ds, por lo
tanto f paq “ c ó f paq “ d.
Veamos ahora que si f paq “ c, entonces f es estrictamente creciente en ra; bs. De no
ser así existirían dos números x1 y x2 con a ĺ x1 ă x2 ĺ b tales que f px1 q ľ f px2 q;
pero si f px1 q “ f px2 q, la función no sería inyectiva y si f px1 q ą f px2 q, entonces, como
f px1 q ą f px2 q ą c y a ă x1 , tenemos que debido al teorema del valor intermedio existiría un
x0 entre a y x1 tal que f px0 q “ f px2 q y de nuevo la función no sería inyectiva. Por lo tanto,
230 10.5. Continuidad
|x ´ b| ă δ ùñ |f pxq ´ f pbq| ă ε.
Ejercicios.
3px ´ 2q
a) f : Rzt2u ÝÑ R, donde f pxq “ ;
x´2
3px ´ 2q3
b) f : Rzt2u ÝÑ R, donde f pxq “ ;
x´2
10.5. Continuidad 231
& 3px ´ 2q ,
$
si x ‰ 2
c) f : R ÝÑ R, donde f pxq “ x´2 ;
si x “ 2
%
1,
& 3px ´ 2q ,
$
si x ‰ 2
d) f : R ÝÑ R, donde f pxq “ x´2 ;
si x “ 2
%
3,
$ 3
& 3px ´ 2q , si x ‰ 2
e) f : R ÝÑ R, donde f pxq “ x´2 ;
si x “ 2
%
3,
$ 3
& 3px ´ 2q , si x ‰ 2
f) f : R ÝÑ R, donde f pxq “ x´2 .
si x “ 2
%
0,
2. De las funciones que hayan resultado ser discontinuas en 2, en el ejercicio 1, decir cual
es el tipo de discontinuidad.
Ejercicios.
1. Supongamos que pak q8 k“1 es una sucesión de números reales diferentes de 2, pero que
converge a 2. Para cada una de las funciones f del ejercicio 1 de la sección 10.5 calcular
lím f pak q.
kÑ8
234 10.7. La Función exponencial natural
10.7.4. Teorema. Si x e y son dos números reales, entonces exp px ` yq “ exp pxq exp pyq.
Demostración. Si x e y son positivos el resultado es el teorema 10.7.2. Si x e y son
ambos negativos se tiene por los teoremas 10.7.2 y 10.7.3 que exp px ` yq “ exp p´x´yq 1
“
1
pexp p´xq exp p´yqq
“ exp pxq exp pyq. Si alguno de los números x ó y es cero, el resultado es
obvio debido a que expp0q “ 1. Si un número es positivo y el otro negativo, por ejemplo
si x es positivo e y es negativo, tenemos dos posibilidades: x ` y ľ 0 ó x ` y ă 0. En
el primer caso tenemos que exp pxq “ exp px ` y ´ yq “ exp px ` yq exp p´yq “ exp px`yq
exp pyq
,
por lo tanto exp px ` yq “ exp pxq exp pyq. En el segundo caso, exp pyq “ exp px ` y ´ xq “
exp px ` yq exp p´xq “ exp px`yq
exp pxq
por lo que también se tiene que exp px ` yq “ exp pxq exp pyq.
‚
Por inducción matemática y usando el teorema 10.7.4 se puede demostrar fácilmente el
siguiente teorema.
10.7.5. Teorema. Si n es un número natural y x es un número real, entonces exp pnxq “
pexp pxqqn .
Si en el teorema 10.7.5 tomamos x “ 1 y recordamos que e “ exp p1q obtenemos el
corolario siguiente.
10.7.6. Corolario. Si n es un número natural, entonces exp pnq “ en .
De nuevo del teorema 10.7.5 deduciremos el siguiente corolario.
10.7.7. Corolario. Si n es un número natural, entonces exp p1{nq “ e1{n .
Demostración. Por el teorema 10.7.5, tenemos pe1{n qn “ e “ exp p1q “ exp pn ¨ n1 q “
pexp p1{nqqn , de donde concluimos que e1{n “ exp p1{nq. ‚
10.7.8. Corolario. Si m es un número entero, entonces exp pmq “ em .
Demostración. Si m ą 0 el resultado es el corolario 10.7.6. Si m “ 0 se tiene que exp pmq “
exp p0q “ 1 “ e0 “ em . Si m ă 0, del teorema 10.7.3 obtenemos que exp pmq “ exp p´mq1
“
1
e´m
“e .m
‚
Tenemos ahora que el corolario 10.7.8 se puede generalizar para el caso en que m es un
número racional.
10.7.9. Corolario. Si r es un número racional, entonces exp prq “ er .
Demostración. Si r es un número racional, entonces existen un número natural n y un en-
tero m tales que r “ m{n, de modo que por el teorema 10.7.5 y por el corolario 10.7.7
tenemos que si m ą 0, entonces exp prq “ exp pm{nq “ exp pm ¨ n1 q “ pexp p1{nqqm “
pe1{n qm “ em{n “ er . Si m “ 0 tenemos que exp prq “ 1 “ er , y si m ă 0 tenemos que
exp prq “ exp pm{nq “ exp pm ¨ n1 q “ exp p´m ¨ p ´1
n
qq “ pe´1{n q´m “ em{n “ er . ‚
10.7.10. Teorema. La función exp es continua.
Demostración. Demostremos primero que la función exp es continua en 0. Sea N un
236 10.7. La Función exponencial natural
8
pero 1
ÝÑ 0 cuando N ÝÑ 8, por lo tanto lím | exp phq ´ exp p0q| “ 0, es decir la
ř
k! hÑ0
k“N `1
función exp es continua en 0.
Demostremos ahora que la función exp es continua en cualquier número real x. Del coro-
lario 10.5.19 tenemos que
lím | exp pyq ´ exp pxq| “ lím | exp px ` hq ´ exp pxq| “ lím | exp pxqpexp phq ´ 1q|
yÑx hÑ0 hÑ0
“ | exp pxq||1 ´ 1| “ 0,
Ejercicios. 2
y=1x
1
1. De las funciones que hayan resultado ser
X
discontinuas en 2, en el ejercicio 1 de la -4 -2 2 4
sección 10.5, decir cual es el tipo de -1
discontinuidad. -2
-3
-4
238 10.9. Velocidad y aceleración
xpt1 q ´ xpt0 q
v̄ “ ,
t1 ´ t0
xpt1 q ´ xpt0 q
vpt0 q “ lím .
t1 Ñt0 t1 ´ t0
En todos los casos prácticos del movimiento de partículas, el límite anterior existe, aunque
no siempre se sabe como calcularlo. La velocidad representa la razón o tasa de cambio de la
posición de la partícula con respecto al tiempo.
10.9.3. Definición. Se define también la aceleración media de la partícula entre un tiempo
t0 y un tiempo t1 por medio de la fórmula
vpt1 q ´ vpt0 q
ā “ .
t1 ´ t0
1.5
1 recta secante
P0
Q 0.5
-2 -1 1 2 3 4
-0.5
gráfica de f
-1
punto p1, 3q. La recta tangente debe pasar por p1, 3q y tener pendiente igual a
por lo que la recta tangente a la gráfica de f en el punto p1, 3q es la recta cuya ecuación está
dada por y ´ 3 “ 6px ´ 1q.
Refiriéndonos a la sección anterior, podemos observar que si xptq es la posición de un
objeto en movimiento sobre una recta en el tiempo t, entonces la velocidad media v̄ del
objeto entre los tiempos t0 y t1 es la pendiente de la recta secante a la gráfica de x en los
puntos pt0 , xpt0 qq y pt1 , xpt1 qq, mientras que la velocidad instantánea vpt0 q del objeto en el
tiempo t0 es la pendiente de la recta tangente a la gráfica de x en el punto pt0 , xpt0 qq.
2. Hallar las ecuaciones de las rectas tangentes a la gráfica de y “ x3 que tengan pendiente
12.
242 10.11. Definición de derivada
f pxq ´ f paq
lím ,
xÑa x´a
decimos que f es derivable en a y al límite anterior se le llama la derivada de f en a y se
le denota por f 1 paq. Observemos que f 1 paq es la pendiente de la recta tangente a la gráfica
de f en el punto pa, f paqq.
Haciendo el cambio de variable ∆ “ x ´ a, observando que con este cambio x “ a ` ∆ y
que ∆ ÝÑ 0 cuando x ÝÑ a, tenemos que otra forma equivalente de definir la derivada de f
en a es
f pa ` ∆q ´ f paq
lím .
∆Ñ0 ∆
El valor f 1 paq es un indicador de la rapidez con la cual cambia f pxq comparada con el
cambio de la variable x, cuando x “ a. Es decir, f 1 paq es la razón o tasa de cambio de f pxq
con respecto al cambio de x cuando x “ a.
10.11.2. Ejemplo. Hallar la derivada de la función g dada por gpxq “ 4x ` 5. La gráfica
de g es una recta con pendiente 4, por lo que es de esperarse que la recta tangente a esa
recta en cualquier punto sea la misma recta, la cual tiene pendiente 4. Así, es de esperarse
que la derivada de g en cualquier valor x sea 4. Veamos que en efecto sucede lo que hemos
sospechado.
como f p2q . Observemos que cuando f ptq representa la posición de una partícula en el tiempo
t, entonces f 1 ptq representa la velocidad instantánea de la partícula en el tiempo t, mientras
que f 2 ptq representa la aceleración en el tiempo t. En general si n es un número natural y se
tiene definida f pnq , definimos f pn`1q como la derivada de f pnq . En general a f pnq se le llama
la derivada de orden n de f o n-ésima derivada de f . Cuando establecemos que y “ f pxq,
a la expresión f pnq pxq, que representa la derivada n-ésima de f evaluada en x, se le suele
n
denotar como dd xny o a veces como y pnq .
Algunas veces puede suceder que el límite
f pa ` ∆q ´ f paq
lím
∆Ñ0 ∆
no exista, sin embargo pueden existir uno o los dos límites siguientes
f pa ` ∆q ´ f paq
lím` ,
∆Ñ0 ∆
f pa ` ∆q ´ f paq
lím´ .
∆Ñ0 ∆
En el caso de que alguno de los límites anteriores exista, se les llamará derivada por
la derecha y derivada por la izquierda respectivamente de f en a y se les denotará res-
pectivamente por D` f paq y D´ f paq. Observemos que para que D` f paq exista, es necesario
que el dominio de f contenga un intervalo de la forma ra; bq, mientras que para que D´ f paq
exista, es necesario que el dominio de f contenga un intervalo de la forma pc; as.
Si una función f es derivable en cada elemento de un intervalo abierto I incluido en su
dominio, entonces decimos que f es derivable en I.
10.11.5. Ejemplo. Si f pxq “ |x|, tenemos que D` f p0q “ lím` f p0`∆q´f
∆
p0q
“ lím` ∆
∆
“
Ƅ0 Ƅ0
1, mientras que D´ f p0q “ lím´ f p0`∆q´f
∆
p0q
“ lím´ ´∆
∆
“ ´1. Si a ą 0 y tomamos ∆
Ƅ0 Ƅ0
suficientemente cercano a 0, por ejemplo |∆| ă a, entonces |a ` ∆| “ a ` ∆, por lo que
|a`∆|´|a|
∆
“ 1, por lo que f 1 paq “ 1. Ahora, si a ă 0 y tomamos ∆ suficientemente cercano a
0, por ejemplo |∆| ă ´a, entonces |a ` ∆| “ ´pa ` ∆q, por lo que |a`∆|´|a|
∆
“ ´pa`∆q`a
∆
“ ´1,
por lo que en este caso f paq “ ´1.
1
244 10.12. Teoremas sobre derivadas
f pa ` ∆qgpa ` ∆q ´ f paqgpaq
D f gpaq “ lím
∆Ñ0 ∆
pf pa ` ∆qgpa ` ∆q ´ f pa ` ∆qgpaqq ` pf pa ` ∆qgpaq ´ f paqgpaqq
“ lím
∆Ñ0 ∆
f pa ` ∆qgpa ` ∆q ´ f pa ` ∆qgpaq f pa ` ∆qgpaq ´ f paqgpaq
“ lím ` lím
Ƅ0
ˆ ∆ ˙ ∆Ñ0 ∆
gpa ` ∆q ´ gpaq f pa ` ∆q ´ f paq
“ lím f pa ` ∆q ` lím gpaq
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆
gpa ` ∆q ´ gpaq
“ lím f pa ` ∆q lím ` f 1 paqgpaq “ f paqg 1 paq ` f 1 paqgpaq,
∆Ñ0 ∆Ñ0 ∆
con lo que el teorema queda demostrado. ‚
1 ´1
10.12.5. Teorema. Si f pxq “ x
para x ‰ 0, entonces f 1 pxq “ x2
.
Demostración. Utilizando la definición de derivada tenemos que
1 1
f px ` ∆q ´ f pxq ´ ´∆ ´1 ´1
f pxq “ lím
1
“ lím x`∆ x
“ lím “ lím “ 2,
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 x∆px ` ∆q ∆Ñ0 xpx ` ∆q x
Analicemos ahora el caso en que para cada δ ą 0 existe un t P p´δ; δqzt0u tal que gpx`tq “
gpxq. En tal caso, existe una sucesión ptn q tal que tn P p´1{n; 1{nqzt0u y gpx ` tn q “ gpxq,
tal sucesión converge obviamente a 0. Ahora, observemos que
Por lo que en este caso pf ˝ gq1 pxq “ 0. En general siempre se tiene que pf ˝ gq1 pxq “
f 1 pgpxqqg 1 pxq. ‚
10.12.7. Teorema. Si f y g son dos funciones derivables en a, con gpaq ‰ 0, entonces
f f 1 paqgpaq ´ f paqg 1 paq
D paq “ .
g pgpaqq2
8
ÿ ∆k
lím ∆ “0
Ƅ0
k“0
pk ` 2q!
1
pf ´1 q1 pbq “ .
f 1 pf ´1 pbqq
Demostración. Sea I la función identidad, es decir la función tal que Ipxq “ x y ob-
servemos que I 1 pxq “ 1. Como I “ f ˝ f ´1 , obtenemos al usar la regla de la cadena que
f 1 pf ´1 pbqqpf ´1 q1 pbq “ 1, es decir pf ´1 q1 pbq “ f 1 pf ´1
1
pbqq
. ‚
10.12.12. Teorema. D lnpxq “ x1 .
Demostración. De los teoremas 10.12.9 y 10.12.11 y usando el hecho de que el logaritmo
natural es la función inversa de la función exponencial tenemos que D lnpxq “ exp1 plnpxqq
1
“
1
expplnpxqq
“ x.
1
‚
d ln |x|
10.12.13. Corolario. dx
“ x1 .
Demostración. Observemos que ln |x| sólo está definido cuando x ‰ 0. Sea f la función
definida por f pxq “ |x| y observemos que si x ą 0, entonces f 1 pxq “ 1, mientras que si x ă 0,
248 10.12. Teoremas sobre derivadas
entonces f 1 pxq “ ´1 (véase el ejemplo 10.11.5). Ahora, por la regla de la cadena y por el
teorema 10.12.12 tenemos que si x ą 0, entonces d ln |x|
dx
1
“ |x| 1 “ x1 , mientras que si x ă 0,
entonces d ln |x|
dx
“ 1
|x|
p´1q “ 1
´x
p´1q “ x1 . ‚
El siguiente teorema es en cierto sentido una generalización del teorema 10.12.8.
10.12.14. Teorema. Si r P R y f : p0; `8q ÝÑ R es la función definida como f pxq “ xr ,
entonces f 1 pxq “ rxr´1 .
Demostración. Como xr “ er lnpxq , obtenemos al aplicar
` ˘ la regla de la cadena y los teoremas
10.12.9 y 10.12.12 que f 1 pxq “ er lnpxq ¨r x1 “ xr r ¨ x1 “ rxr´1 .
` ˘
‚
Ejercicios.
concluyendo que D f pcq “ 0, es decir f 1 pcq “ 0. Si existe un x P pa; bq tal que f pxq ă f paq, se
demuestra de manera similar (usando el teorema del valor mínimo 10.5.23) que también en
este caso existe un número c P pa; bq tal que f 1 pcq “ 0. ‚
10.13.3. Teorema del valor medio de Lagrange (teorema del valor medio para
derivadas) (teorema del incremento finito). Sea f una función continua en un intervalo
cerrado ra; bs y derivable en pa; bq, (con a ă b). Existe un número c P pa; bq tal que
f pbq ´ f paq
f 1 pcq “ .
b´a
250 10.13. Máximos y mínimos relativos
Y
Demostración. Sea g : ra; bs ÝÑ R la fun-
ción definida por
f pbq ´ f paq
gpxq “ f pxq ´ px ´ aq
b´a
y observemos que gpaq “ f paq “ gpbq, de
modo que por el teorema de Rolle 10.13.2
existe un c P pa; bq tal que g 1 pcq “ 0, pero
y=fHxL
X
g 1 pxq “ f 1 pxq ´ f pbq´f
b´a
paq
, de donde concluimos
a c b
que f pcq “ b´a .
1 f pbq´f paq
‚
local en un número c,
c) f 1 pcq existe; X
a c b
entonces f 1 pcq “ 0.
pero como f 1 pcq “ 0, entonces f paq “ f pbq. De manera análoga se tiene que f paq “ f pbq
cuando a ą b. Así para cualesquiera dos valores a, b P I se tiene que f paq “ f pbq, es decir f
es constante en el intervalo I. ‚
10.13.8. Corolario. Si f y g son dos funciones derivables en un intervalo I y además
f 1 pxq “ g 1 pxq para todo x P I, entonces existe un número k tal que
f pxq “ gpxq ` k.
Demostración. Sea h “ f ´g. Como para todo x P I, se tiene que h1 pxq “ f 1 pxq´g 1 pxq “ 0,
entonces, por el teorema 10.13.7, se tiene que la función h es constante en I, es decir existe
un número k tal que hpxq “ k para todo x P I, es decir f pxq ´ gpxq “ k, por lo tanto
f pxq “ gpxq ` k. ‚
10.13.9. Teorema. Supongamos que a ă b y que f es una función continua en ra; bs y
derivable en pa; bq.
a) Si f 1 pxq ą 0 para todo x P pa; bq, entonces f es estrictamente creciente en ra; bs.
b) Si f 1 pxq ă 0 para todo x P pa; bq, entonces f es estrictamente decreciente en ra; bs.
a) Si f 1 pxq ą 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ă 0 para todo x P pc; bq, entonces f toma un
máximo relativo en c.
b) Si f 1 pxq ă 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ą 0 para todo x P pc; bq, entonces f toma un
mínimo relativo en c.
c) Si f 1 pxq ą 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ą 0 para todo x P pc; bq, o bien si f 1 pxq ă 0
para todo x P pa; cq y f 1 pxq ă 0 para todo x P pc; bq, entonces f no toma un máximo
relativo ni un mínimo relativo en c.
252 10.13. Máximos y mínimos relativos
Demostración. a) Si f 1 pxq ą 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ă 0 para todo x P pc; bq,
entonces, por el teorema 10.13.9, se tiene que f es estrictamente creciente en pa; cq y es
estrictamente decreciente en pc; bq. Por lo tanto f pcq ą f pxq para todo x P pa; bq diferente de
c, teniéndose así que f toma un máximo relativo en c. La demostración del inciso b) se hace
de manera similar.
c) Supongamos primero que f 1 pxq ą 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ą 0 para todo x P pc; bq
y sea I un intervalo abierto al cual pertenece c. Observemos que I X pa; bq es también un
intervalo abierto al cual pertenece c. Sea x1 P I Xpa; bq un número menor que c y x2 P I Xpa; bq
un número menor que c. Por el teorema 10.13.9 se tiene que f px1 q ă f pcq ă f px2 q, por lo
cual f no toma un máximo relativo ni un mínimo relativo en c. De manera análoga se puede
demuestra que si f 1 pxq ă 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ă 0 para todo x P pc; bq, entonces f
no toma un máximo relativo ni un mínimo relativo en c. ‚
10.13.11. Criterio de la segunda derivada. Supongamos que a ă b, f es derivable en
pa; bq, c P pa; bq, f 1 pcq “ 0 y f 2 pcq existe.
1 1
Demostración. a) Supongamos que f 2 pcq ă 0 y sea k “ f 2 pcq. Como 0 ą k “ lím f ptq´f
t´c
cq
“
tÑc
1 ptq
lím ft´c , por ser f continua en c, existe un δ ą 0 tal que si t P pc ´ δ; c ` δq, entonces
2
tÑc
1
f ptq
t´c
ă k2 ă 0. De este modo tenemos que si t P pc ´ δ; cq, entonces f 1 ptq ą 0, mientras que si
t P pc; c ` δq, entonces f 1 ptq ă 0. Ahora, por el criterio de la primera derivada, tenemos que
f toma un máximo relativo en c.
La demostración del inciso b) es análoga a la del inciso a). ‚
10.13.12. Definición. Supongamos que f : A ÝÑ R, J es un intervalo abierto y J Ă A Ă R.
Decimos que la gráfica de f es cóncava hacia arriba en el intervalo J si la derivada de f
existe y es creciente en J. De manera similar, si la derivada de f existe y es decreciente en
J, decimos que la gráfica de f es cóncava hacia abajo en el intervalo J.
Los diagramas siguientes muestran posibles formas que tienen las gráficas que son cóncavas
hacia arriba.
10.13. Máximos y mínimos relativos 253
Como ejemplos típicos de gráficas que son cóncavas hacia arriba tenemos las parábolas
que se abren hacia arriba y las funciones exponenciales.
Los diagramas siguientes muestran posibles formas que tienen las gráficas que son cóncavas
hacia abajo.
Como ejemplos típicos de gráficas que son cóncavas hacia abajo tenemos las de las fun-
ciones logarítmicas, la de la función raíz cuadrada positiva y las parábolas que se abren hacia
abajo.
El teorema siguiente da una idea de la forma que debe tener la gráfica de una función en
los intervalos donde son cóncavas hacia arriba o cóncavas hacia abajo. Comparar el resultado
del teorema con las figuras anteriores.
10.13.13. Teorema. Sea I un intervalo abierto incluido en el dominio de una función f , sea
c P I y sea g la función cuya gráfica es la recta tangente a la gráfica de f en pc, f pcqq.
Sea ahora x P I mayor que c. De nuevo por el teorema del valor medio para derivadas,
existe un número real a P pc; xq tal que f 1 paq “ f pxq´f
x´c
pcq
, pero
El siguiente teorema da una técnica para encontrar los intervalos donde una función es
cóncava hacia arriba o cóncava hacia abajo.
10.13.14. Criterio de concavidad. Sea f una función cuya segunda derivada existe en un
intervalo abierto I.
II) La gráfica de f es cóncava hacia abajo en pc ´ δ; cq y cóncava hacia arriba en pc; c ` δq.
Se puede decir que el punto de inflexión de una gráfica es el punto donde hay un cambio
de concavidad. Los siguientes diagramas ilustran unas gráficas de funciones resaltando sus
puntos de inflexión.
Ejercicios.
1. Hallar el valor de x que en el intervalo r´10; 10s haga máxima la expresión x3 ´ 3x2 `
3x ´ 1. Hallar además los extremos relativos y los puntos de inflexión.
10.14. Formas indeterminadas 255
Como Gpaq “ Gpbq “ 0, entonces por el teorema de Rolle 10.13.2, existe un c P pa; bq tal que
G1 pcq “ 0, pero G1 pxq “ pgpbq ´ gpaqqf 1 pxq ´ pf pbq ´ f paqqg 1 pxq y al evaluar en x “ c tenemos
que pgpbq ´ gpaqqf 1 pcq “ pf pbq ´ f paqqg 1 pcq. Ahora, como g 1 pxq ‰ 0 para todo x P pa; bq,
tenemos de nuevo por el teorema de Rolle que gpbq´gpaq b´a
‰ 0, por lo que gpbq ´ gpaq ‰ 0 y así
f 1 pcq
g 1 pcq
“ gpbq´gpaq .
f pbq´f paq
‚
10.14.3. Teorema. Sean f y g funciones derivables en pa; bq y continuas en ra; bq. Si f paq “
gpaq “ 0, entonces
f pxq f 1 pxq
lím` “ lím` 1 .
xÑa gpxq xÑa g pxq
1
Demostración. Si lím` fg1 pxq
pxq
“ L (con L finito), entonces tomando x P pa; a`b
2
q tenemos,
xÑa
f 1 pcx q
por el teorema del valor medio de Cauchy 10.14.2, que existe cx P pa; xq tal que f pxq
gpxq
“ g 1 pcx q
.
Para ε ą 0 sea δ ą 0 tal que
ˇ 1 ˇ
ˇ f pxq ˇ
a ă x ă a ` δ ùñ ˇ 1
ˇ ´ Lˇˇ ă ε,
g pxq
pero como a ă cx ă a ` δ, entonces
ˇ 1 ˇ
ˇ f pcx q ˇ
ˇ g 1 pcx q ´ Lˇ ă ε,
ˇ ˇ
256 10.14. Formas indeterminadas
y así
f pxq f 1 pxq
lím` “ lím` 1 .
xÑa gpxq xÑa g pxq
f 1 pxq
Si lím` g1 pxq “ ´8, entonces para todo N ą 0 existe un δ ą 0 tal que si 0 ă x ă a ` δ,
xÑa
1 pxq f 1 pcx q
entonces fg1 pxq ă ´N , por lo que g 1 pcx q
ă ´N y así f pxq
gpxq
ă ´N , por lo que lím` fgpxq
pxq
“ ´8. De
xÑa
1 1
manera similar se puede demostrar que lím` fgpxq
pxq
“ lím` fg1 pxq
pxq
cuando lím` fg1 pxq
pxq
“ `8. ‚
xÑa xÑa xÑa
De manera análoga a como se demostró el teorema 10.14.3 se puede demostrar el teorema
siguiente.
10.14.4. Teorema. Sean f y g funciones derivables en pa; bq y continuas en pa; bs. Si f pbq “
gpbq “ 0, entonces
f pxq f 1 pxq
lím “ lím´ 1 .
xÑb´ gpxq xÑb g pxq
10.14.6. Teorema. Si f y g funciones derivables en pa; `8q con a ą 0, y además lím f pxq “
xÑ`8
lím gpxq “ 0, entonces
xÑ`8
f pxq f 1 pxq
lím “ lím 1 .
xÑ`8 gpxq xÑ`8 g pxq
10.14.8. Definición. Las fórmulas dadas de los teoremas 10.14.3 al 10.14.7 para calcular
formas indeterminadas 0{0 se conocen como regla de l’Hôpital.
10.14.9. Definición. Diremos que un límite es de la forma indeterminada 8{8 si está
expresado en la forma lím fgpxq
pxq
, donde lím f pxq “ `8 ó lím f pxq “ ´8, y lím gpxq “ `8 ó
xÑa xÑa xÑa xÑa
lím gpxq “ ´8.
xÑa
Veamos que la regla de l’Hôpital también sirve para calcular formas indeterminadas 8{8.
1 pxq
Si tenemos que lím` fg1 pxq “ L, donde L es un número real, ( lím` f pxq “ `8 ó lím` f pxq “
xÑa xÑa xÑa
´8) y ( lím` gpxq “ `8 ó lím` gpxq “ ´8), entonces para todo ε ą 0, existe un xε ą a tal
xÑa xÑa
que a ă x ă xε ùñ |f 1 pxq{g 1 pxq ´ L| ă 2ε , f pxq ‰ 0, gpxq ‰ 0 y g 1 pxq ‰ 0. Por el teorema del
f 1 pyq
valor medio de Cauchy existe un y P px; xε q tal que fgpxq´gpxpxq´f pxε q
εq
“ g 1 pyq
, por lo que si a ă x ă xε ,
entonces ˇ ˇ
ˇ f pxq ´ f pxε q ˇ ε
ˇ
ˇ gpxq ´ gpxε q ´ L ˇă .
ˇ 2
Como f pxq ‰ 0 y gpxq ‰ 0, entonces
ˇ f pxq 1 ´ f pxε q
ˇ ˜ ¸ ˇ
ˇ ε
f pxq
10.14.10. ´ Lˇ ă .
ˇ ˇ
gpx
ˇ
ˇ gpxq 1 ´ ε q ˇ 2
gpxq
f pxq f 1 pxq
lím “ lím 1 .
xÑβ gpxq xÑβ g pxq
de manera que de 10.14.15 y 10.14.16 tenemos que D` f p0q “ 0 y además la fórmula 10.14.14
es válida para n “ 1 y para n “ 3.
Aplicando de nuevo la regla de l’Hôpital tenemos que
f pxq s2 2s ´s2
lím` 2
“ lím s 2 “ lím s 2 ““ lím e “ 0,
xÑ0 x sÑ`8 e sÑ`8 2s e sÑ`8
f pxq
por lo que lím` “ 0, terminando así con la demostración de la fórmula 10.14.14.
xÑ0 xN `1
Observemos ahora que para todo n P N y x ą 0 f pnq pxq “ Pn px´1 q e´x , donde Pn es
´2
una función polinomial de grado positivo con coeficientes positivos. Sea gn el grado de Pn pzq
y mn el coeficiente máximo de Pn pzq. Tenemos que para 0 ă x ă 1
´2 f pxq
0 ĺ f pnq pxq ĺ mn pgn ` 1qx´gn e´x “ mn pgn ` 1q ,
xg n
de manera que debido a la fórmula 10.14.14
f pxq
0 ĺ lím` f pnq pxq ĺ mn pgn ` 1q lím` “ 0,
xÑ0 xÑ0 xg n
teniendo así que lím` f pnq pxq “ 0, y si f pnq p0q “ 0, entonces la derivada por la derecha de
xÑ0
f pnq
evaluada en 0 es 0 pues
f pnq p0 ` xq ´ f pnq p0q f pnq pxq f pxq
0 ĺ lím` “ lím` ĺ mn pgn ` 1q lím` gn `1 “ 0,
xÑ0 x xÑ0 x xÑ0 x
10.14.19. Observación. Observemos que si lı́m f pxqgpxq es una forma indeterminada 08,
xÑβ
ésta puede expresarse como una forma indeterminada 0{0 ó 8{8 al escribirla como lím f pxq
1{gpxq
xÑβ
o bien como lím gpxq
, y unja vez hecho ese cambio se puede usar una técnica ya conocida
xÑβ 1{f pxq
para calcular el límite en caso de que exista..
10.14.20. Definiciones. Una expresión del tipo lı́m pf pxqqgpxq es:
xÑβ
Una técnica usual de calculas las formas indeterminadas dadas en la definición 10.14.20
es hacer el desarrollo siguiente:
ˆ ˙
gpxq
lı́m pf pxqq “ lı́m exp pgpxq lnpf pxqqq “ exp lı́m gpxq lnpf pxqq ,
xÑβ xÑβ xÑβ
10.14. Formas indeterminadas 261
?
n“1 converge a 1.
Tenemos así que la sucesión p n nq8
Como generalización del ejemplo 10.14.21 tenemos el siguiente teorema.
10.14.22. Teorema. Si α ľ 0, M ą 0 y m P N, entonces lı́m pM xm ` αq1{x “ 1.
xÑ`8
Ejercicios.
1. Evaluar los límites siguientes:
2x2 ´ 2 3x2 ´ 1 e2x ´1
a) lím , b) lím , c) lím .
xÑ´1 x ` 1 xÑ`8 2x2 ` 1 xÑ0 ex ´1
ELEMENTOS DE GEOMETRÍA
11.1. Introducción
En este capítulo estudiaremos las propiedades elementales de la geometría euclidiana ba-
sándonos en un conjunto de postulados básicos que supondremos verdaderos. Introduciremos
cinco conceptos básicos no definidos, a saber los de punto, recta, plano, espacio y distan-
cia entre dos puntos, además de los conceptos de área y volumen que se establecen en las
últimas secciones del capítulo. Se pretende que los postulados sean intuitivamente aceptables
de acuerdo a las ideas preconcebidas que pudiera tener el lector de los conceptos básicos.
Por punto entenderemos un objeto sin grosor, sin longitud ni anchura pero que está en algún
lugar (aun cuando al hacer dibujos, un punto es representado con una bolita con un peque-
ño grosor, esto es solamente una manera de poder visualizar su localización). Una recta no
tiene grosor ni anchura, pero tiene una longitud infinita, no tiene comienzo ni fin y no se
interrumpe en ningún lugar, además jamás se enchueca. Un plano es algo que no tiene grosor
pero tiene longitud y anchura infinita, además no se dobla ni está pando. El espacio es algo
que tiene longitud, anchura y grosor infinito, y representa el universo donde se encuentran
todas las cosas materiales. La distancia entre dos puntos dados es algo que nos dice qué tan
separados o alejados están dos puntos. Lo anterior no constituyen definiciones, recordemos
que son términos no definidos, sólo se intenta de dar una idea de lo que representan. Los
postulados que veremos en este capítulo describirán con mayor precisión lo que queremos
que represente, sus propiedades y relaciones entre ellos.
11.1.1. Postulado del espacio. El espacio es el conjunto de todos los puntos. Además las
rectas y los planos son subconjuntos del espacio; es decir, las rectas y los planos son conjuntos
cuyos elementos son puntos.
En este capítulo espacio significará espacio de tres dimensiones. Al espacio lo deno-
taremos con el símbolo E .
11.1.2. Postulado de la distancia. Existe una única función dist : E ˆ E Ñ r0; 8q tal que
si P , Q y S son tres puntos cualesquiera del espacio, entonces
a) distpP, Qq “ 0 ðñ P “ Q,
263
264 11.1. Introducción
b) distpP, Qq “ distpQ, P q,
11.1.3. Notación. Si A y B son dos puntos, al número distpA, Bq dado en el postulado 11.1.2
lo denotaremos generalmente como AB (aunque también se denota a veces como |A ´ B|).
11.1.4. Postulado de la recta. Toda recta tiene al menos dos puntos diferentes y dados
dos puntos diferentes existe solamente una recta a la cual pertenecen.
P
i
PP
PP
P PP B
PrP
P PPA
r
P PP
P PP
q
11.1.5. Notación. Dados dos puntos diferentes A y B, a la única recta a la cual pertenecen
ÐÑ
estos puntos se le denota como AB o bien como xA; By.
ÐÑ ÐÑ
11.1.6. Postulado de la regla. Dada una recta AB, existe una única biyección de AB en
R de tal manera que:
ÐÑ
a) Si P, Q P AB, entonces P Q “ |x ´ y|, donde x e y son los números que la biyección le
asigna a P y Q respectivamente.
pr ą 0q
Br Pr Ar Q
r -
r x 0 y
PA
rP
PP
PP B
PrP
P PPCr
P PP
P PP
El siguiente teorema ilustra el hecho de que la definición anterior describe lo que enten-
demos por la palabra «entre».
11.2.2. Teorema. Sean A, B y C tres puntos en una recta y sean x, y y z sus coordenadas
respectivamente (con respecto a un sistema de coordenadas). El punto B está entre A y C si
y sólo si x ă y ă z ó x ą y ą z.
Demostración. Si B está entre A y C, entonces AB ` BC “ AC por lo que debido al
postulado de la regla 11.1.6 tenemos |x ´ y| ` |y ´ z| “ |x ´ z| “ |px ´ yq ` py ´ zq|, pero una
expresión de la forma |a| ` |b| “ |a ` b| implica que a y b son del mismo signo o que alguno
de los dos es cero (ver todas las posibilidades). Por lo tanto px ´ yq e py ´ zq tienen el mismo
signo o alguno de los dos es cero. Ahora, si x ´ y “ 0, entonces x “ y, por lo que A “ B;
similarmente si y ´ z “ 0, entonces B “ C. Pero si B está entre A y C, entonces A, B y
C son diferentes por lo que deben tener diferentes coordenadas. Así tenemos que px ´ yq e
py ´ zq son del mismo signo, es decir (x ´ y ą 0 e y ´ z ą 0) ó (x ´ y ă 0 e y ´ z ă 0) pero
esto significa que (x ą y e y ą z) ó (x ă y e y ă z), es decir x ą y ą z ó x ă y ă z.
Ahora, si x ą y ą z ó x ă y ă z, entonces los puntos A,B y C son diferentes y
además x ă y ă z ñ z ´ y ą 0, y ´ x ą 0 y z ´ x ą 0 ñ AB ` BC “ CB ` BA “
|z ´ y| ` |y ´ x| “ pz ´ yq ` py ´ xq “ z ´ x “ |z ´ x| “ CA “ AC. Ahora, también tenemos
que x ą y ą z ñ x ´ y ą 0, y ´ z ą 0 y x ´ z ą 0 ñ AB ` BC “ |x ´ y| ` |y ´ z| “
px ´ yq ` py ´ zq “ x ´ z “ |x ´ z| “ AC. ‚
11.2.3. Definición y notación. Dados dos puntos diferentes A y B, definimos el segmento
AB como el conjunto de los puntos C tales que C “ A, C “ B ó C está entre A y B. Al
segmento AB también se le denotará como rA; Bs.
Ar
PP
PP
P PP
PBr
P PP
y B se les llama extremos del segmento AB. A la longitud del segmento AB también se le
denotará como |A ´ B|.
11.2.5. Definición. Dos segmentos son congruentes si tienen la misma longitud.
PP
PP
PP
PP
P
Ar
PP
PPB
r
P PP
P PP
P
q
P
ÝÝÑ ÝÝÑ
11.2.7. Definición. Dado un rayo AB, al punto A se le llama extremo del rayo AB.
ÝÝÑ ÝÝÑ
11.2.8. Definición. Si A está entre B y C, entonces a los rayos AB y AC se les llama rayos
opuestos.
Br
1
Ar
C
r
)
ÝÝÑ
11.2.9. Teorema de localización de puntos. Sea AB un rayo y x ą 0. Existe solamente
ÝÝÑ
un punto P P AB, tal que AP “ x.
Br Pr Ar
r x 0
11.2. Segmentos y rayos 267
aq x ă r, bq x “ r ó cq x ą r.
Por el teorema 11.2.2 y por definición de segmento AB tenemos que en los casos a) y b)
se tiene que P P AB y en el caso c) se tiene que B está entre A y P , por lo que en general
ÝÝÑ ÝÝÑ
P P AB. Si P 1 P AB es diferente de P , entonces su coordenada x1 es diferente de x y además
por el teorema 11.2.2 anterior y definición de rayo, tenemos que 0 ĺ x1 ĺ r ó 0 ă r ă x1 , es
decir x1 ľ 0, por lo que AP 1 “ |0 ´ x1 | “ x1 ‰ x “ AP , por lo que P es el único punto en
ÝÝÑ
AB tal que AP “ x. ‚
ÐÑ
11.2.10. Teorema. Sea AB una recta en la cual está definido un sistema de coordenadas
ÝÝÑ
tal que la coordenada de A es cero y la de B es un número positivo. El punto P P AB si y
sólo si la coordenada de P es AP .
ÝÝÑ
Demostración. Si P P AB, por el teorema 11.2.2 la coordenada x de P es mayor o igual
que 0, por lo que x “ |0 ´ x| “ AP . Ahora, si la coordenada de P es AP tenemos que P tiene
ÝÝÑ
coordenada no negativa por lo que por el teorema 11.2.2 y la definición de rayo AB tenemos
ÝÝÑ
que P P AB. ‚
11.2.11. Definición. Sea A ‰ B. Decimos que P es el punto medio de AB, si P está entre
A y B y AP “ P B.
Ar Pr Br
11.2.12. Teorema del punto medio. Todo segmento tiene únicamente un punto medio.
ÝÝÑ
Demostración. Sea AB un segmento. Tomemos como M el punto en AB tal que AM “ AB 2
(esto es posible debido al teorema de localización de puntos). Si tomamos el sistema de
coordenadas cuya coordenada de A es 0 la de B es positiva, entonces por el teorema 11.2.10
la coordenada de M es AB2
. Ahora, la distancia entre B y M es AB ´ AB2
“ AB2
, por lo que
AM “ M B, es decir M es un punto medio de AB. Ahora, si M 1 es también un punto medio
de AB, entonces debe cumplir las siguientes igualdades
AM 1 ` M 1 B “ AB y AM 1 “ M 1 B,
segmento.
11.2.14. Definición. Cuando algunos puntos están todos en una misma recta decimos que
están alineados o que son colineales.
ÝÝÑ
11.2.15. Definición y notación. A un conjunto de la forma ABztAu, donde A y B son
dos puntos diferentes, se le llama semirrecta, y en tal caso al punto A se le llama extremo
de la semirrecta. Observemos que, a diferencia de los rayos, el extremo de una semirrecta no
ÝÝÑ
pertenece a la semirrecta. A la semirrecta ABztAu también la denotaremos com pA; By.
Ab
PP
PPB
r
P PP
ÝÝÑ PP
semirrecta ABztAu PP
q
P
Ejercicios.
1. Dados dos puntos distintos P y Q, demostrar que existe al menos un punto entre P y
Q.
2. Demostrar que dados tres puntos diferentes en una recta, uno y sólo uno de ellos está
entre los otros dos.
4. Demostrar que si A, B y C son tres puntos diferentes en una recta l tales que B está
entre A y C, y si A1 , B 1 y C 1 son tres puntos diferentes en una recta l1 tales que B 1 está
entre A1 y C 1 , y además AB “ A1 B 1 y BC “ B 1 C 1 , entonces AC “ A1 C 1 .
11.3. Planos 269
11.3. Planos
11.3.1. Postulado.
a) A todo plano pertenecen al menos tres puntos diferentes que no están alineados.
11.3.2. Teorema. Si dos rectas diferentes tienen intersección no vacía, entonces la intersec-
ción tiene solamente un elemento.
PP
i
:
P PP
PP
PPr
P
PPP
PP
PP
PP
9
PP
PP
q
11.3.5. Teorema de llaneza. Si dos puntos diferentes de una recta pertenecen a un plano,
entonces la recta a la que pertenecen los puntos está incluida en el plano.
ÐÑ
Demostración. Sean A y B dos puntos diferentes en un plano Π, y sea C P AB. Si C no
estuviera en Π, entonces, por el postulado del plano 11.3.3, existiría un plano Π0 ‰ Π tal
que A, B, C P Π0 , pero por el postulado de la intersección de planos 11.3.4 tendríamos que
ÐÑ
Π XΠ0 sería una recta, y debido al postulado de la recta 11.1.4 Π XΠ0 “ AB, contradiciendo
ÐÑ
el hecho de que C ‰ Π. Por lo tanto C P Π, es decir AB Ă Π. ‚
270 11.3. Planos
Los dos teoremas siguientes se deducen directamente del postulado del plano 11.3.3 del
teorema de llaneza 11.3.5 y del postulado 11.1.4. Dejamos al lector los detalles de las demos-
traciones.
11.3.6. Teorema. Dada una recta y un punto que no está en ella, existe solamente un plano
al cual pertenece el punto y en el cual la recta está incluida.
11.3.7. Teorema. Dadas dos rectas diferentes que se intersecan, existe un único plano en el
cual están incluidas.
Ejercicios.
11.4.2. Postulado de la separación del plano. Sean l una recta y α un plano en el cual
está incluida l. El conjunto de puntos del plano α que no están en la recta l son la unión de
dos conjuntos Λ1 y Λ2 tales que:
Ejercicios.
1. Demostrar que los planos, rectas, rayos, segmentos e intersecciones de conjuntos con-
vexos son conjuntos convexos.
11.5.3. Definición. Sea =ABC un ángulo. Definimos el interior del =ABC como el con-
junto de todos los puntos del plano en el cual está incluido el ángulo tales que estén en el
ÐÑ ÐÑ
mismo lado que C de la recta AB y en el mismo lado que A de la recta BC. Al conjunto de
todos los puntos del plano que no están en el ángulo ni en su interior se le llama exterior
del ángulo.
Ahora definiremos lo que es el interior y el exterior de un triángulo.
11.5.4. Definición. Sea ŸABC un triángulo. Al conjunto de todos los puntos del plano en el
cual está incluido el triángulo tales que están en los interiores de los ángulos =ABC, =BAC
y =ACB se le llama interior del ŸABC. El exterior del ŸABC es el conjunto de todos los
puntos del plano que no están en el triángulo ŸABC ni en su interior.
11.5.5. Definición. A la unión de un triángulo con su interior se le llama región triangular.
El triángulo será el borde de la región triangular y el interior de él también será el interior
de la región triangular correspondiente.
274 11.6. Circunferencias
11.6. Circunferencias
11.6.1. Definición. Sea O un punto en un plano
y r un número positivo. Al conjunto de los puntos
del plano que están a una distancia r de O lo
llamamos circunferencia. Al punto O se le llama
centro de la circunferencia y al número r se le
llama el radio de la circunferencia.
O r
11.6.2. Definición. Dada una circunferencia en
un plano. Al conjunto de los puntos del plano
cuya distancia al centro de la circunferencia es
menor que el radio se le llama interior de la cir-
cunferencia. Al conjunto de puntos del plano cuya
distancia al centro de la circunferencia es mayor
que el radio se le llama exterior de la circunfe-
circunferencia con centro
rencia. A la unión de una circunferencia con su en O y radio r
interior se le llama región circular o círculo.
El borde de la región circular es la circunferencia. El interior de la región circular es el
interior de la circunferencia. Definimos el diámetro de la circunferencia (y de la región
circular correspondiente) como el doble de su radio.
11.6.3. Definición. Se dice que dos circunferencias son congruentes si tienen el mismo
radio.
'$
'$
&%
&%
circunferencias congruentes
11.7. Longitud de arco 275
```
@ ```
P @ ```
PPP `
@
PP @
PP
P @
@
@
@
@
longitud de algún polígono inscrito en c}, a tal número lo llamamos la longitud o perímetro
de la circunferencia c.
11.7.5. Postulado. Siempre existe la longitud de cualquier circunferencia dada.
El postulado anterior nos permite hablar libremente de la longitud de cualquier circunfe-
rencia sin preocuparnos de su existencia.
Definamos ahora los conceptos de arcos de cir-
cunferencia y sus longitudes.
B
O
A 11.7.6. Definición. En un plano sea c una cir-
cunferencia con centro en O. Sean A y B dos pun-
tos en la circunferencia tales que el punto medio
ÐÑ
de AB es el centro O de la circunferencia y Λ uno de los lados de AB en el plano. Al
conjunto cuyos elementos son A, B y todos los elementos de c que están en Λ se le llama
media circunferencia y los puntos A y B son los extremos de la media circunferencia.
Al conjunto de puntos de una media circunferencia diferentes de sus extremos le llamaremos
semicircunferencia.
11.7.7. Definición. Sea c una circunfe-
rencia con centro en O. Sean A y B dos B
B
puntos en c tales que A, B y O no están O O
alineados. Definimos el arco menor de A A
c con extremos A y B como el conjun-
to cuyos elementos son A, B y todos los arco menor de
circunferencia
arco mayor de
circunferencia
elementos de c que están en el interior
del =AOB. Asimismo definimos el arco mayor de c con extremos A y B como el conjunto
cuyos elementos son los puntos A, B y todos los elementos de c que están en el exterior del
=AOB.
11.7.8. Definición. Cualquier arco mayor, arco menor o media circunferencia se llama arco
de circunferencia. El centro de un arco de una circunferencia es el centro de la circunferencia.
El símbolo AB
Ŋ denotará siempre un arco de circunferencia con extremos A y B. Si se
quiere ser más específico se usará el símbolo AXB
Ŕ para denotar al arco de circunferencia con
extremos A y B donde X es un elemento del arco diferente de A y de B.
Definamos ahora el concepto de longitud de arco de circunferencia.
11.7.9. Definición. Sea AB
Ŋ un arco de circunferencia. Defini-
mos la longitud del arco ABŊ como
A
Ŋ :“ supts : s es la longitud de una poligonal simple
`AB
B con extremos A y B, cuyos vértices están en el
arco ABu.
Ŋ
a) Si AB
Ŋ es una media circunferencia incluida en
B
c, entonces A
Ŋ “ x.
`AB 2 D
b) Si AB
Ŋ y BD Ŋ son dos arcos diferentes incluidos
en c cuya intersección es tBu y cuya unión es un
arco AD
Ŋ incluido en c, entonces
`AD
Ŋ “ `AB
Ŋ ` `BD.
Ŋ
11.8.7. Teorema. La medida de un ángulo es un número real mayor que 0 y menor que π.
Demostración. Del teorema 11.7.10 y la definición de medida de ángulo se deduce que la
medida de un ángulo es mayor que 0. Sea =ABC un ángulo. Por el teorema de localización de
ÝÝÑ ÝÝÑ ÝÝÑ
puntos podemos tomar A1 P BA, C 1 P BC y D en el rayo opuesto a BA tales que BA1 “ BC 1
“ BD “ 1. Sean ahora A Ő1C 1 y CŊ 1 D los arcos correspondientes a los ángulos =ABC y
>ABC “ `A
Ő 1 C 1 “ `ppA
Ő1 C 1 q Y pC
Ŋ 1 Dqq ´ `C
Ŋ 1 D “ π ´ `C
Ŋ 1 D.
Br
1
A
X
D
XXX
HH
HHXXrX
H r XXXz
HH
C HH
j
:
D
r
A
r
Br
@
@C
9
@
r
@
@R
@
ÝÝÑ ÝÝÑ
11.8.15. Definición. Si =BAC es recto, entonces decimos que los rayos AB y AC son
ÝÝÑ ÝÝÑ
perpendiculares (en A) y a tal hecho lo denotamos como AB K AC. De manera más
11.8. Medidas de ángulos 281
ÐÑ
general, si l1 es una recta, rayo o segmento tal que A P l1 Ă AB y l2 es una recta, rayo o
ÐÑ
segmento tal que A P l2 Ă AC, entonces decimos que l1 es perpendicular a l2 o que l1 y l2
son perpendiculares y lo denotamos como l1 K l2 .
11.8.16. Definición. Dos ángulos que tienen la misma medida se dice que son congruentes,
también se dice que uno es congruente con el otro.
Observemos que estrictamente hablando no es lo mismo que dos ángulos sean congruentes
a que sean iguales. Podemos tener dos ángulos diferentes que tengan la misma medida (vistos
éstos como la unión de dos rayos). Al igual que hacemos la distinción entre el concepto de
ángulo y el de medida de ángulo, también haremos la distinción entre congruencia e igualdad
de ángulos.
Denotaremos al hecho de que dos ángulos =ABC y =DEF sean congruentes como
=ABC – =DEF,
lo cual significa
>ABC “ >DEF.
Podemos ver que la relación de congruencia es una relación de equivalencia, es decir es
reflexiva, simétrica y transitiva.
ÝÝÑ
11.8.17. Definición. Dos ángulos =ABC y =DBE son opuestos por el vértice si BD
es opuesto a un lado de =ABC y el otro lado de =DBE es opuesto al otro lado de =ABC.
@ rE
I :
@
D
r
@
@
Br
Ar
@
@C
@
r
9
@
@R
@
11.8.18. Teorema de los ángulos opuestos por el vértice. Dos ángulos opuestos por el
vértice son congruentes.
Demostración. Sean =CBD y =ABE dos ángulos opuestos por el vértice, sin pérdida
ÝÝÑ ÝÝÑ ÝÝÑ ÝÝÑ
de generalidad supongamos que BA y BD son opuestos, y BC y BE son opuestos. Por el
teorema del suplemento tenemos que
>ABC ` >CBD “ π
>ABC ` >ABE “ π,
de donde >CBE “ π ´ >ABC “ >ABE, por lo que los ángulos opuestos por el vértice
=CBD y =ABE son congruentes. ‚
Ejercicios.
1. Demostrar el siguiente teorema: Si la unión de dos rectas que se cortan incluye un
ángulo recto, entonces incluye a cuatro ángulos rectos.
282 11.9. Congruencia de triángulos
A ÞÑ D,
B ÞÑ E y
C ÞÑ F.
A tal biyección la llamaremos correspondencia entre los ángulos de ambos triángulos y la
denotaremos por
ABC ÐÑ DEF.
Similarmente ABC ÐÑ DEF define una biyección entre los lados del ŸABC y los del
ŸDEF de la forma
AB ÞÑ DE,
BC ÞÑ EF y
AC ÞÑ DF ;
a la cual llamaremos correspondencia entre lados. Así decimos por ejemplo que A y D son
correspondientes, los ángulos =CAB y =F DE son correspondientes y que los lados AC
y DE son correspondientes de acuerdo a la correspondencia
ABC ÐÑ DEF.
11.9.1. Definición. Dados dos triángulos ŸABC y ŸDEF . Decimos que la corresponden-
cia ABC ÐÑ DEF es una congruencia si cualesquiera dos ángulos correspondientes son
congruentes y cualesquiera dos lados correspondientes son congruentes. Más precisamente
ABC ÐÑ DEF es una congruencia si
AB – DE, BC – EF y AC – DF .
Al hecho de que ABC ÐÑ DEF sea una congruencia lo denotamos así
ABC – DEF.
lados del triángulo que tienen como extremo común al vértice del ángulo. Por ejemplo, en un
ŸABC, el ángulo =ABC está comprendido por AB y por BC, y el lado AB está comprendido
por =BAC y por =ABC.
11.9.4. Definición. En un triángulo, si un ángulo dado está comprendido por dos lados,
al otro lado se le llama lado opuesto al ángulo dado. Similarmente, si un lado dado está
comprendido por dos ángulos, al otro ángulo se le llama ángulo opuesto al lado dado.
Por ejemplo en el ŸABC, AC es el lado opuesto a =ABC y el lado AB es opuesto al ángulo
=ACB. Un ángulo y un lado de un triángulo que no son opuestos se dice que son adyacentes
o que uno es adyacente al otro.
Se definirá a continuación el significado general de que dos subconjuntos del espacio sean
congruentes.
11.9.5. Definición. Dos subconjuntos del espacio S1 y S2 son congruentes si existe una
correspondencia biunívoca f : S1 ÝÑ S2 entre S1 y S2 tal que para cualesquiera dos puntos
P y Q de S1 se tiene que la distancia entre P y Q es igual a la distancia entre f pP q y f pQq.
A una correspondencia como la anterior se le llama isometría. Al hecho de que S1 y S2 sean
congruentes se le denota así
S1 – S2 .
Observemos que esta definición de congruencia es una generalización de las otras definicio-
nes de congruencia dadas anteriormente para segmentos, círculos, arcos, ángulos y triángulos.
284 11.10. Postulados y teoremas de congruencia de triángulos
B
B
B
B
XXX B
XXX
XX B
X B
B
B
T
T
T
T
T
T
T
11.10.9. Teorema del triángulo isósceles. Si dos lados de un triángulo son congruentes,
entonces los ángulos opuestos a éstos son congruentes. Es decir, en un triángulo isósceles los
ángulos opuestos a los lados congruentes son congruentes.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo tal que AB “ BC. La correspondencia ABC ÐÑ
CBA es una correspondencia LAL por lo que es una congruencia, por lo tanto=BAC –
=BCA, pero =BAC y =BCA son los ángulos opuestos a BC y AB respectivamente. ‚
Del teorema del triángulo isósceles se deduce directamente el siguiente corolario.
11.10.10. Corolario del triángulo equilátero. Todo triángulo equilátero tiene sus tres
ángulos congruentes.
11.10.11. Recíproco del teorema del triángulo isósceles. Si dos ángulos de un triángulo
son congruentes, entonces los lados opuestos son congruentes.
Demostración. La demostración de este teorema es similar a la anterior pero usando el
teorema ALA 11.10.5. ‚
Como consecuencia del teorema 11.10.11 tenemos.
11.10.12. Corolario. Todo triángulo que tiene todos sus ángulos congruentes es equilátero.
11.10.13. Teorema LLL. Toda correspondencia LLL es una congruencia.
Demostración. Sea ABC ÐÑ DEF una correspondencia LLL. Por localización de puntos
ÐÑ
y por construcción de ángulos existe un único punto G en el lado de AC opuesto al lado
en el cual está B tal que =CAB – =EDF y tal que AG “ DF . Por LAL se tiene que
AGC – DEF . Ahora, como F E “ CG y F E “ CB, tenemos que CB “ CG, análogamente
tenemos que AB “ AG, por lo que debido al teorema del triángulo isósceles tenemos que
=ABG – =AGB y =CBG – =CGB. Ahora, por adición de ángulos tenemos que =ABC –
=AGB de donde por LAL se tiene que ABC – AGC y por transitividad ABC – DEF , lo
cual demuestra el teorema. ‚
Un ejemplo donde se utiliza el teorema LLL es en la demostración del teorema de la
bisectriz. Definamos antes lo que es una bisectriz.
11.10.14. Definición. Si D está en el interior del =BAC y =BAD – =CAD, entonces el
ÝÝÑ
rayo AD biseca al =BAC y se llama la bisectriz del =BAC.
Br
1
A D
r -
PP
PP
PP
PP C
Pr P
PP
q
P
286 11.10. Postulados y teoremas de congruencia de triángulos
11.11. Perpendicularidad
En esta sección estudiaremos algunos resultados relacionados con el concepto de perpen-
dicularidad.
11.11.1. Teorema. En un plano, dada una recta l y Q P l. Existe solamente una recta l1 tal
que l K l1 y Q P l1 .
Demostración. La existencia de l1 es consecuencia del postulado de construcción de ángulos
y la unicidad es consecuencia del teorema del suplemento. Dejamos al lector los detalles de
la demostración. ‚
11.11.2. Lema. Dada una recta l y un punto Q R l. Existe una recta l1 perpendicular a l tal
que Q P l1 .
ÐÑ ÐÑ
Demostración. Sea P P l. Si P Q K l, tomamos l1 “ P Q y se cumple la conclusión.
ÐÑ
Supongamos que P Q no es perpendicular a l. Sea S P l tal que S ‰ P . Por el postulado
de construcción de ángulos 11.8.8, sea R1 un punto tal que Q y R1 están en lados opuestos
de l y tal que >SP R1 “ >SP Q. Por el teorema de localización de puntos 11.2.9 podemos
ÝÝÑ
tomar ahora un punto R P P R1 tal que P R “ P Q. Sea finalmente T P l tal que T P RQ (esto
es posible debido al postulado de la separación del plano 11.4.2).
Con esta construcción tenemos que QP S ÐÑ RP S es una correspondencia LAL por lo
que QS “ RS y =QSP – =RSP . Observemos que si =QT S – =RT S, entonces por el
ÐÑ ÐÑ
teorema del suplemento 11.8.13 tenemos QT K l y es suficiente con tomar l1 “ QT . Si S “ T ,
ÝÑ ÝÑ
entonces =QT S – =RT S. Si SP “ ST , entonces =QST – =RST por lo que debido al
ÝÑ
postulado LAL 11.10.4 tenemos RST – QST , de donde =QT S – =RT S. Finalmente si ST
ÝÑ
y SP son rayos opuestos, entonces =QST – =RST debido a que son suplementos de ángulos
congruentes y de nuevo se tiene RST – QST , de donde =QT S – =RT S. ‚
11.11.3. Teorema. Dada una recta l y un punto Q que no está en ella. Existe solamente
una recta l1 perpendicular a l tal que Q P l1 .
ÐÑ
Demostración. Por el lema anterior existe un punto P en l tal que P Q K l. Supongamos
ÐÑ
que exista una recta h a la cual pertenezca Q tal que h K l y h ‰ P Q. Sea R P h X l y S
ÐÑ
un punto en el rayo opuesto a P Q tal que P S “ P Q. Por el teorema del suplemento se tiene
que QP R ÐÑ SP R es una correspondencia LAL, por lo que >SRP “ 90˝ . Pero debido al
ÐÑ Ð Ñ
teorema 11.11.1 QR “ SR, es decir Q, S P h, contradiciendo al postulado de la recta, por lo
ÐÑ ÐÑ
que no existe ninguna recta h a la cual pertenezca Q tal que h K l y h ‰ P Q. Luego P Q es
la única recta perpendicular a l a la cual pertenece Q. ‚
11.11.4. Corolario. Ningún triángulo tiene dos ángulos rectos diferentes. Es decir si un
ángulo de un triángulo es recto, entonces los otros dos no son rectos.
Demostración. Si un triángulo tuviera dos ángulos rectos diferentes, entonces el vértice del
otro ángulo estaría en dos rectas diferentes, ambas perpendiculares al lado comprendido entre
los ángulos rectos y por lo tanto también a la recta que incluye a tal lado, lo que contradice
al teorema 11.11.3. ‚
11.11.5. Definición. Un triángulo rectángulo es un triángulo en el cual uno de sus ángulos
es recto.
288 11.11. Perpendicularidad
subconjunto A del espacio en una recta es el conjunto formado por las proyecciones en la
recta de todos los elementos de A .
11.11.12. Definición. Una recta dada y un plano son perpendiculares si se intersecan y
además toda recta en el plano que pasa por el punto de intersección es perpendicular a la
recta dada. Cuando una recta l y un plano Π son perpendiculares escribimos l K Π.
11.11.13. Lema. Si B, C, P y Q son cuatro puntos diferentes tales que P B “ QB, P C “ QC
y X es un punto entre B y C, entonces P X “ QX.
Demostración. Por el teorema LLL 11.10.13 tenemos que P BC – QBC, por lo que
=P BX – =QBX, de donde por el postulado LAL P BX – QBX y así P X “ QX. ‚
11.11.14. Teorema. Si una recta l es perpendicular a dos rectas diferentes l1 y l2 que se
intersecan, entonces l es perpendicular al plano que incluye a las dos rectas l1 y l2 .
Demostración. Sean l1 y l2 dos rectas incluidas en un plano Π tales que l1 X l2 “ tAu,
l una recta perpendicular a l1 y l2 , P, Q P l tales que A es el punto medio de P Q y l3 una
recta incluida en Π a la cual pertenece A. Tomemos B P l1 y C P l2 tales que estén en lados
opuestos de l3 y sea X el punto en l3 que está entre B y C.
Como l1 y l2 son mediatrices de P Q, por el teorema de la mediatriz P B “ QB y P C “
QC. Ahora, por el lema 11.11.13 tenemos que P X “ QX, pero como P A “ QA, entonces
debido al corolario 11.11.8 concluimos que l3 también es mediatriz de l, de donde l K l3 , por
lo tanto l K Π. ‚
11.11.15. Teorema. Sea l una recta y P P l. Existe un plano Π tal que l K Π y P P Π.
Demostración. Sean Q un punto que no está en l, Λ el plano al cual pertenece Q que
incluye a l, R un punto que no está en Λ y Γ el plano al cual pertenece R que incluye a l.
Sabemos que Λ X Γ “ l y que existen dos únicas rectas l1 y l2 tales que l1 Ă Λ, l1 K l,
l2 Ă Γ , l2 K l y P P l1 X 2 . Pero como l1 ‰ l2 tenemos que el plano Π que incluye a ambas
rectas y la recta l son perpendiculares, además P P Π. ‚
11.11.16. Teorema. Si una recta dada y un plano son perpendiculares, entonces el plano
incluye a toda recta perpendicular a la recta dada en su punto de intersección.
Demostración. Sean l y Π una recta y un plano perpendiculares, P P l X Π, l1 una recta
perpendicular a l en P y Γ el plano que incluye a l1 y l.
Demostraremos que l1 Ă Π. La recta Γ X Π es perpendicular a l en P , pero solamente
existe una recta incluida en Γ que sea perpendicular a l en P , por lo que l1 “ Γ X Π Ă Π.
‚
De los teoremas 11.11.15 y 11.11.16 se concluye el siguiente teorema.
11.11.17. Teorema. Dados una recta y un punto en la recta, existe solamente un plano
perpendicular a la recta al cual pertenece el punto.
11.11.18. Teorema. Sea Π un plano y P P Π. Existe una única recta l tal que P P l y
l K Π.
Demostración. Sea Q un punto que no esté en Π y R P Π diferente de P . Por el teorema
ÐÑ
11.11.1, el plano que incluye al Ÿ P QR incluye también a una única recta l1 K P R con P P l1
ÐÑ
y existe una única recta l2 incluida en Π tal que P P l2 y l2 K P R. Ahora, el plano que incluye
290 11.11. Perpendicularidad
Ejercicios.
B
Q
AQ
A QQ
A Q
A C D
11.12.4. Teorema del ángulo externo. Un ángulo externo de un triángulo es mayor que
cada uno de sus ángulos internos no contiguos.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo y =BCD un ángulo externo no contiguo a los
ángulos =A y =B del triángulo. Llamémosle E al punto medio de BC y F al punto que está
ÝÝÑ
en el rayo opuesto a EA tal que EA “ EF . Ahora por el teorema de los ángulos opuestos por
el vértice =BEA – =CEF y se tiene que BEA ÐÑ CEF es una correspondencia LAL, así
=ECF – =EBA, es decir =BCF – =B. Ahora, por el teorema de adición de ángulos 11.8.9
y el teorema 11.8.7 tenemos que =BCD ą =BCF , por lo tanto =BCD ą =B. Ahora sea
ÝÝÑ ÝÝÑ
CG un rayo opuesto a CB. Por un argumento análogo al anterior tenemos que =ACG ą =A,
pero =ACG – =BCD por ser opuestos por el vértice, de modo que también =BCD ą =A
con lo que el teorema queda demostrado. ‚
11.12.5. Definición. Decimos que un ángulo es agudo si mide menos de 90˝ y que es
obtuso si mide más de 90˝ .
Como consecuencia inmediata del teorema anterior tenemos los siguientes 3 corolarios.
11.12.6. Corolario. Si un triángulo tiene un ángulo recto, entonces los otros dos ángulos
son agudos.
11.12.7. Corolario. Si un triángulo tiene un ángulo obtuso, entonces los otros dos ángulos
292 11.12. Desigualdades geométricas
son agudos.
11.12.8. Corolario. En cualquier triángulo al menos dos de sus ángulos son agudos.
11.12.9. Definición. Sea ABC ÐÑ DEF una correspondencia entre dos triángulos. Si
AB “ DE, =ABC – =DEF y =BCA – =EF D, entonces decimos que es una correspon-
dencia lado-ángulo-ángulo o LAA.
11.12.10. Teorema LAA. Toda correspondencia LAA es una congruencia.
Demostración. Sean ŸABC y ŸDEF dos triángulos tales que AC “ DF , =CAB – =F DE
y =ABC – =DEF .
Si AB “ DE, entonces ABC ÐÑ DEF es una congruencia debido al postulado LAL
11.10.4. Veamos que es imposible que AB ă DE. Supongamos que AB ă DE. Sea B 1 P
ÝÝÑ
AB tal que AB 1 “ DE. Con estas condiciones =ABC es un ángulo externo no contiguo
al =BB 1 C en el triángulo ŸBB 1 C por lo que =ABC ą =BB 1 C, pero como =DEF –
=ABC, entonces =DEF ą =BB 1 C y observando que =BB 1 C “ =AB 1 C tenemos =DEF ą
=AB 1 C contradiciendo al postulado LAL 11.10.4 puesto que CAB 1 ÐÑ F DE sería una
correspondencia LAL, por lo tanto es imposible que AB ă DE. Análogamente es imposible
que AB ą DE, por lo tanto AB “ DE y ABC ÐÑ DEF es una congruencia. ‚
11.12.11. Definición. En un triángulo rectángulo al lado opuesto al ángulo recto se le llama
la hipotenusa y a cada lado adyacente al ángulo recto se le llama cateto.
11.12.12. Teorema de la hipotenusa y el cateto. Dada una correspondencia entre dos
triángulos rectángulos tal que las hipotenusas de ambos son correspondientes. Si la hipotenusa
y un cateto de un triángulo son congruentes con las partes correspondientes del segundo,
entonces la correspondencia es una congruencia.
Demostración. Sea ABC ÐÑ DEF una correspondencia tal que >ACB “ >DF E “ π2 ,
AB “ DE y BC “ EF , es decir satisface las hipótesis del teorema. Sea G un punto en el
ÝÝÑ
rayo opuesto a F D tal que F G “ CA. Se tiene que ABC ÐÑ GEF es una correspondencia
LAL por lo que EG “ BA “ ED y =BAC – =EGF , ahora por el teorema del triángulo
isósceles =EGF – =EDF de modo que =EDF – =BAC, luego ABC ÐÑ DEF es una
correspondencia LAA, por lo que es una congruencia. ‚
11.12.13. Teorema. Si dos lados de un triángulo no son congruentes, entonces los ángulos
opuestos a estos lados no son congruentes y el ángulo mayor es el opuesto al lado mayor.
Demostración. Si dos lados de un triángulo no son congruentes, entonces los ángulos
opuestos no son congruentes puesto que si lo fueran contradiría al recíproco del teorema del
triángulo isósceles.
ÝÝÑ
Sea ŸABC tal que AB ą AC y D P AC tal que AB “ AD. Por el teorema del triángulo
isósceles =ABD – =ADB pero por el teorema de adición de ángulos y el teorema 11.8.7
tenemos =ABC ă =ABD. Ahora, =ADB ă =ACB debido al teorema del ángulo externo.
Por lo tanto =ABC ă =ACB. ‚
Procediendo por contradicción se tiene que una consecuencia inmediata del teorema
11.12.13 es el siguiente teorema.
11.12.14. Teorema. Si dos ángulos de un triángulo no son congruentes, entonces los lados
11.12. Desigualdades geométricas 293
opuestos a estos ángulos no son congruentes y el lado mayor es opuesto al ángulo mayor.
11.12.15. Primer teorema de la distancia mínima. Sea l una recta, P un punto que no
está en ella, Q P l tal que P Q K l y S P l tal que S ‰ Q. Tenemos que P Q ă P S.
Dicho de otra manera, el segmento más corto que une un punto con una recta es el
segmento perpendicular a la recta.
Pr
EHH
E HH
(
H(((
((
S
( E ( (
(( Q
((((
l
Demostración. Este teorema es una consecuencia inmediata del teorema 11.12.14 y del
corolario 11.12.6 ‚
11.12.16. Definición. Sea l una recta y P un punto que no está en ella. Definimos la
distancia entre P y l como la longitud del segmento P Q tal que Q P l y P Q K l.
11.12.17. Desigualdad del triángulo. Sea ŸABC un triángulo.
AB ` BC ą AC.
Demostración. Si AC no es mayor que los otros dos lados del triángulo, la conclusión es
directa. Supongamos que AC es mayor que AB y que BC. Sea D P AC tal que AD “ AB.
Por el teorema del triángulo isósceles =ABD – =ADB. Ahora, por el corolario 11.12.8
=ABD y =ADB son agudos. Debido al teorema del suplemento =BDC es obtuso. Ahora,
por el corolario 11.12.7 y el teorema 11.12.13 , BC ą BD. Por lo anterior se tiene que
AB ` BC “ AD ` BC ą AD ` DC “ AC,
es decir AB ` BC ą AC. ‚
11.12.18. Definición. Una circunferencia y una recta incluidas en un mismo plano se dice
que son tangentes si su intersección tiene solamente un punto. En estas condiciones también
se dice que una es tangente a la otra en el punto de intersección. También decimos que un
segmento es tangente a una circunferencia cuando se intersecan y la recta que contiene al
segmento es tangente a la circunferencia.
11.12.19. Teorema. Sea c una circunferencia con centro en Q y l una recta tangente a la
circunferencia c en un punto P . Bajo estas condiciones se tiene que l K QP .
Demostración. Procedamos por contradicción. Si l no fuera perpendicular a QP , entonces
por el primer teorema de la distancia mínima la proyección A de Q en l está en el interior de
ÝÝÑ
c y si tomáramos P 1 en el rayo opuesto a OP tal que OP “ OP 1 , entonces por el postulado
LAL el punto P 1 también estaría en la intersección de l y c, luego l y c no serían tangentes.
Por lo tanto l K QP . ‚
294 11.12. Desigualdades geométricas
C C1
!! !
A !
A!!
!! A
!!! A
! A
!
!
! A
A B
Demostración. Sea M el punto donde la bisectriz del ángulo =CBC 1 corta al segmento
AC 1 .
C 6 C1
aa !! !
A a!
A!! M
!! A
!!! A
! A
!
!
! A
A B
11.13.1. Definición. Dos rectas son paralelas si están incluidas en un mismo plano y
su intersección es el conjunto vacío. Al hecho de que dos rectas l1 y l2 sean paralelas lo
denotaremos así
l1 k l2 .
De manera más general, si m1 es una recta, rayo o segmento incluido en l1 , m2 es una recta,
rayo o segmento incluido en l2 y además l1 k l2 , entonces decimos que m1 es paralelo con
m2 y lo denotamos como m1 k m2 .
11.13.2. Teorema. Dos rectas paralelas están incluidas solamente en un plano.
Demostración. Sean l1 y l2 dos rectas paralelas. Por definición de rectas paralelas l1 y l2
están incluidas en al menos un plano Π. Sea P P l1 , por el teorema 3.3 existe sólo un plano
que incluye a l1 y tP u, por lo que tal plano debe ser Π y ningún otro plano puede incluir a
l1 y l2 . ‚
11.13.3. Teorema. Si dos rectas diferentes incluidas en un mismo plano son perpendiculares
a una tercera, entonces las rectas son paralelas.
Demostración. Este teorema se deduce del corolario 11.12.6. ‚
11.13.4. Teorema. Sea l una recta y P un punto que no está en l. Existe una recta l1 tal
que P P l1 y l k l1 .
ÐÑ
Demostración. Sea Q P l tal que P Q K l. Ahora en el plano en que está incluido l Y tP u
ÐÑ
tomemos la recta l1 perpendicular a P Q tal que P P l1 . Del teorema anterior concluimos que
l1 k l. ‚
11.13.5. Definición. Una secante a dos rectas en un mismo plano es una recta que las
interseca a cada una en puntos diferentes.
recta secante a l1 y l2
l1
((
((((((
l ((
((2(
( (
11.13.6. Definición. Dadas dos rectas l1 y l2 incluidas en un plano y cortadas por una
secante t en los puntos P y Q respectivamente. Sean A P l1 y B P l2 en lados opuestos de
t. Bajo estas condiciones decimos que los ángulos =AP Q y =P QB son ángulos alternos
internos.
296 11.13. Rectas paralelas
t
l1 P A
((
Q (((((( l
(( ( 2
((((
B
11.13.7. Definición. Dadas dos rectas l1 y l2 incluidas en un mismo plano y cortadas por
una secante t en los puntos P y Q respectivamente. Sean A P l1 y C P l2 del mismo lado
ÝÝÑ ÝÝÑ
de t y P D un rayo opuesto a P Q. Bajo estas condiciones decimos que los ángulos =DP A y
=P QC se dice que son ángulos correspondientes, y que los ángulos =AP Q y =P QC son
ángulos internos del mismo lado.
t
D
l1 P A
(
(
Q ((((((
(((
(
(( (
C
l2
ÐÑ
efectivamente, del mismo lado de AB que C. En efecto, si se cortaran en un punto F del
ÐÑ
lado opuesto a C de AB, entonces el triángulo ŸABF tendría dos ángulos obtusos, lo cual
contradice al corolario 11.12.7. Así tenemos que el punto donde se cortan las rectas que
contienen a las bisectrices pertenecen a las bisectrices. ‚
11.13.25. Lema. Cualquier par de bisectrices de ángulos de un triángulo se cortan en el
interior del triángulo.
Demostración. Este lema es consecuencia del lema 11.13.24 y del hecho de que el interior
de un triángulo es la intersección del interior cualesquiera dos de sus ángulos. ‚
11.13.26. Lema. Cualquier punto de la bisectriz de un ángulo equidista de las rectas que
contienen a los lados del ángulo.
ÝÝÑ
Demostración. Sea AD la bisectriz de un ángulo =CAB y sean B 1 y C 1 los puntos más
ÐÑ ÐÑ
cercanos a D de las rectas AB y AC respectivamente. Por el primer teorema de la distancia
mínima 11.12.15 tenemos que >AB 1 D “ >AC 1 D “ 90˝ , por lo que debido al teorema LAA
ÐÑ ÐÑ
11.12.10 tenemos que la distancia de D a AC es igual a la distancia de D a AB. ‚
11.13.27. Teorema. Las bisectrices de los ángulos de un triángulo se cortan en un mismo
punto en el interior del triángulo.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo y D el punto donde
se cortan las bisectrices de los ángulos =CAB y =ABC. Por el
lema 11.13.25 tenemos que D está en el interior del triángulo y
por el lema 11.13.26 tenemos que D equidista de las rectas que
contienen a los lados del triángulo. Así tenemos que D equidista
ÐÑ ÐÑ
de las rectas CB y CA, de modo que usando el primer teorema
de la distancia mínima 11.12.15 y el postulado LAL 11.10.4
vemos que D está en la bisectriz del ángulo =ACB. ‚
11.13.28. Definición. Al punto donde se cortan las bisectrices de los ángulos de un triángulo
se le llama incentro del triángulo.
11.13.29. Teorema. El incentro de un triángulo está a la misma distancia r de cada recta
que contiene a uno de los lados del triángulo. Además, en el plano que contiene al triángulo,
la circunferencia cuyo centro es el incentro del triángulo y tiene radio r es tangente a los
lados del triángulo.
Demostración. Por el lema 11.13.26 tenemos que el incentro de un triángulo está a la
misma distancia r de cada recta que contiene a los lados del triángulo. Ahora, por el primer
teorema de la distancia mínima 11.12.5 y el teorema 11.12.20 tenemos que la circunferencia
de radio r cuyo centro es el centro del triángulo es tangente a las rectas que contienen a
los lados del triángulo. Para demostrar que los puntos donde se cortan tales rectas con la
circunferencia están en los lados de los triángulos, supongamos que tenemos un triángulo
ÐÑ ÐÑ
ŸABC cuyo incentro es I y sea P P AC tal que IP K AC y veamos que P P AC. Como lo
ángulos =CAI y =ACI son agudos, entonces A no puede estar entre P y C puesto que en tal
caso tendríamos al ŸAIP con un ángulo recto (=IP A) y otro obtuso (=IAP ). Análogamente
vemos que C no está entre A y P , por lo cual P P AC con lo cual terminamos la demostración.
300 11.13. Rectas paralelas
‚
11.13.30. Definición. La circunferencia que es tangente a los lados de un triángulo se dice
que está inscrita en el triángulo.
11.13.31. Teorema. Dado un triángulo, éste solamente tiene una circunferencia inscrita y
el centro de la circunferencia es el incentro del triángulo.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo y c una circunferen-
cia inscrita a éste con radio r y centro I. Sea P el punto donde
se cortan la circunferencia y AC y Q el punto donde se cortan
la circunferencia y AB. Por el teorema 11.12.19 y el teorema
ÝÑ
de la hipotenusa y el cateto 11.12.12 tenemos que AI es la bi-
ÝÑ
sectriz de =BAC. Análogamente BI es la bisectriz de =ABC
ÝÑ
y CI es la bisectriz de =ACB, por lo que I es el incentro del
triángulo y por el teorema 11.13.29 y el primer teorema de la distancia mínima 11.12.15, el
radio r es la distancia de I a las rectas que contienen a los lados del triángulo. ‚
11.13.32. Teorema. Si un triángulo ŸABC está inscrito en una circunferencia c y AB es el
diámetro de la circunferencia, entonces el ángulo =ACB es recto.
Demostración. Sean θ “ >ABC y α “ >BAC. Por el
teorema del triángulo isósceles tenemos que θ “ >BCQ y
α “ >ACQ. Ahora, por el teorema de adición de ángulos,
tenemos que >ACB “ θ ` α, y por el teorema 11.13.17
A B
1 1 1 1
>ABC “ >ABQ ` >QBC “ >AQR ` >RQC “ p>AQR ` >RQCq “ >AQC,
2 2 2 2
por lo que el resultado también es válido cuando Q está en el interior del ángulo =ABC.
11.13. Rectas paralelas 301
Ejercicios.
11.14. Cuadriláteros
En esta sección definiremos distintos tipos de cuadriláteros y conceptos relacionados con
éstos.
11.14.1. Definición. Cualquier polígono de cuatro lados incluida en un plano se llama
cuadrilátero. Es decir un cuadrilátero es la unión de cuatro segmentos AB, BC, CD y
DA que no se cortan más que posiblemente en sus extremos. Los ángulos =DAB, =ABC,
=BCD y =CDA se llaman ángulos del cuadrilátero.
A
B Z
D Z
C
cuadrilátero ˝ABCD
11.14.2. Definición. Un cuadrilátero convexo es un cuadrilátero tal que para todo vértice
del cuadrilátero y todo ángulo del cuadrilátero tenemos que el vértice no está en el exterior
del ángulo. En general, un polígono convexo es un polígono l que está incluido en un plano
tal que si AB es uno de los lados del polígono l, entonces todos los vértices de l diferentes de
ÐÑ
A y de B están en un mismo lado de la recta AB.
A
B
B
B
B
BB
D
C
cuadrilátero convexo ˝ABCD
=ADB – =CBD,
=CDB – =ABD,
ADB – CBD, por lo tanto AB “ DC y AD “ BC. ‚
11.14.20. Teorema. Si tres rectas paralelas m, n y l son cortadas por dos rectas diferentes
r y s en los puntos A, B, C y D, E, F respectivamente y además AB “ BC, entonces
DE “ EF .
Demostración. Si s y r son paralelas, entonces el resultado se sigue directamente del
teorema 11.14.19. Supongamos que r y s no son paralelas. Sea G P n tal que DG k r y H P l
tal que EH k r. Por el postulado de las paralelas 11.13.11 tenemos que DG k EH, además
por el teorema 11.14.19 y la hipótesis tenemos que DG “ AB “ BC “ EH. Ahora, por
el corolario 11.13.10, =GDE – =HEF y =DEG – =EF H y del teorema LAA 11.12.10
concluimos el teorema. ‚
11.14.21. Teorema. Un cuadrilátero convexo ˝ABCD está inscrito en alguna circunferencia
si y sólo si >ABC ` >CDA “ 180˝ .
Demostración. Si ˝ABCD está inscrito en alguna circunferencia, llamémosle Q al centro
de tal circunferencia. Si ADC
Ŕ es una media circunferencia, entonces también lo es ABC,
Ő por
lo que debido al teorema 11.13.32, los ángulos =ABC y =ADC son rectos, teniéndose así
>ABC ` >CDA “ 180˝ .
Si ADC
Ŕ es un arco menor, entonces ABC Ő es un arco mayor y por los teoremas 11.13.33
y 11.13.34 se tiene >ABC ` >CDA “ 180˝ ´ >AQC 2
` >AQC
2
“ 180˝ y análogamente se tiene
el resultado cuando ADC
Ŕ es un arco mayor. De esta forma, el hecho de que ˝ABCD está
inscrito en alguna circunferencia implica que >ABC ` >CDA “ 180˝ .
Supongamos ahora que >ABC ` >CDA “ 180˝ y sea c la circunferencia en la cual está
ÝÝÑ
inscrito el triángulo ŸABC y D1 el punto en el rayo BD tal que D1 P c. De lo ya demostrado
tenemos que >ABC ` >CD1 A “ 180˝ . Si D estuviera en el interior de c, entonces por el
teorema 11.13.35 >ADC ą >AD1 C y no se cumpliría que >ABC ` >CDA “ 180˝ . Si D
estuviera en el exterior de c, entonces por el teorema 11.13.35 >ADC ă >AD1 C y tampoco
se cumpliría que >ABC ` >CDA “ 180˝ . Así, la única posibilidad es que D P c. ‚
Ejercicios.
ÝÝÑ
En efecto, para cada número natural k, sea Dk P AB tal que ADk “ kpAD1 q. Sea ahora
ÝÝÑ
Ek P AC, tal que Dk Ek k BC (o bien Dk Ek “ BC). Observemos que Dk Dk`1 “ AD1 , luego,
por el teorema 11.14.20 AE1 “ E1 E2 “ E2 E3 “ ¨ ¨ ¨ “ Ek Ek`1 “ Ek`1 Ek`2 “ ¨ ¨ ¨ , por lo
tanto
AB npAD1 q n npAE1 q AC
“ “ “ “ ,
AD mpAD1 q m mpAE1 q AE
con lo que queda demostrada la afirmación.
ÝÝÑ
En el caso general, para k P N sea Dk˚ P AD tal que ADk˚ “ ADk
y sea mk el primer entero
ÝÝÑ
positivo tal que mk pADk q ą AB. Sea a la vez Ek P AE tal que Dk Ek k BC. Tomemos ahora
˚ ˚ ˚ ˚
ÝÝÑ ÝÝÑ
Bk P AD tal que ABk “ mk pADk˚ q y Ck P AE tal que Bk Ck k BC (o bien Bk Ck “ BC, en
cuyo caso el teorema ya está demostrado).
De la afirmación demostrada anteriormente concluimos que AB AD
k
“ AC
AE
k
, pero podemos
observar que ABk “ AB ` δk y ACk “ AC ` k , donde 0 ă δk ĺ k y 0 ă k ĺ AE
AD
k
, por lo
cual
AB ` δk AC ` k
“ ,
AD AE
por lo tanto ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ AB AC ˇ ˇ k δ k ˇ k δk 2
ˇ AD AE ˇ ˇ AE AD ˇ ĺ AE ` AD ĺ k ,
´
ˇ ˇ“ˇ ´ ˇ
es decir | AD
AB AC
´ AE | ĺ k2 para todo k P N y debido a la propiedad arquimediana, lo anterior
significa que el número | AD
AB AC
´ AE | ľ 0 es menor que cualquier número positivo, pero el único
número real no negativo menor que cualquier número positivo es el cero, por lo tanto
ˇ ˇ
ˇ AB AC ˇ
ˇ AD ´ AE ˇ “ 0,
ˇ ˇ
2. AB
DE
“ AC
DF
“ BC
EF
.
3. AB
AE 1
“ AC
AF 1
.
4. ABC – AE 1 F 1 .
5. E1F 1
BC
“ AE 1
AB
.
6. E 1 F 1 “ BC AE
1
AB
“ BC DE
AB
.
7. EF “ BC DE
AB
.
8. E 1 F 1 “ EF .
9. AE 1 F 1 – DEF .
11.15.14. Teorema. Sea ŸABC un triángulo rectángulo con =ACB recto. Tomando como
ÐÑ
base la longitud de la hipotenusa y D P AB tal que CD es la altura correspondiente. Tenemos
que D está entre A y B, y además ABC „ ACD „ CBE.
Demostración. Como los ángulos =CBA y =CAB son agudos, entonces D debe estar
entre A y B porque de otro modo se contradiría al teorema del ángulo externo. Ahora,
como los ángulos agudos de un triángulo rectángulo son complementarios, se tiene que las
correspondencias ABC ÐÑ ACD y ACD ÐÑ CBD son semejanzas debido al teorema de
semejanza AAA. ‚
11.15. Semejanza y proporcionalidad 309
El siguiente teorema (teorema de Pitágoras) es uno de los más importantes de las mate-
máticas. Se ha creído que Pitágoras o alguno de sus discípulos fue el primero en demostrarlo,
aunque la demostración más antigua de la que se tenga registro en la antigua Grecia se en-
cuentra en «Los Elementos» de Euclides que fueron escritos alrededor de 300 años antes de
Cristo, es decir casi 200 años después de la muerte de Pitágoras. Sin embargo, en China,
durante la dinastía Han (206 A. C. al 220 D. C.) los astrónomos usaban el libro «Chou Pei
Suan Ching» (La aritmética clásica del gnomon y las órbitas del firmamento), en el cual
se encuentra una demostración del teorema de Pitágoras. No se conoce la fecha en que fue
escrito el Chou Pei Suan Ching, las fechas estimadas varían desde 500 años antes de Cristo
hasta 300 años antes de Cristo, aunque hay quienes dicen que es más antiguo. Se sabe que
en la antigua Babilonia, mil años antes de Pitágoras ya se tenía conocimiento del teorema,
pero no hay vestigios de ninguna demostración de esa época.
11.15.15. Teorema de Pitágoras. En un triángulo rectángulo la suma de los cuadrados
de las longitudes de los catetos es igual al cuadrado de la longitud de la hipotenusa.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo rectángulo con =ACB recto. Sea D P AB tal
que CD K AB. Por el teorema 11.15.14 tenemos que BC
AB BC
“ BD y AB
AC
AC
“ AD , por lo tanto
pBCq ` pACq “ pABqpBDq ` pABqpADq “ pABqpBD ` ADq “ pABqpABq “ pABq2 , con
2 2
C
B
B
B
B
B
A D
B B
El siguiente teorema, que se puede ver como una generalización del teorema de Pitágoras,
fue demostrado en el siglo II por el astrónomo griego Claudio Ptolomeo quien tenía una
concepción geocéntrica del universo.
11.15.16. Teorema de Ptolomeo. Una condición necesaria y suficiente para que un cua-
drilátero ˝ABCD esté inscrito en una circunferencia es que se satisfaga la siguiente fórmula
Demostración. Supongamos primero que ˝ABCD está inscrito en una circunferencia. Sea
E P AC tal que =ADB – =CDE. Por el teorema 11.13.33, =ABD – =ACD, =DAC –
=DBC, =ADB – =ACB y =CDB – =CAB. Por el teorema de adición de ángulos 11.8.9
=ADE – =CDB. Ahora, por el corolario AA 11.15.9 tenemos que CDE „ BDA y AED „
BCD. Por lo tanto
CD EC
“
BD AB
y
AD AE
“ ,
BD BC
310 11.15. Semejanza y proporcionalidad
de donde obtenemos
con lo que, por el teorema 11.14.21, ˝ABCD está inscrito en una circunferencia. ‚
Ejercicios.
11.16. Áreas
Otro término no definido que introduciremos a continuación es el de área. Dado cualquier
plano, a algunos subconjuntos Ω del plano se les asigna un único número apΩq mayor o igual
que cero que se llama el área de Ω y es tal que satisface los postulados de esta sección.
11.16.1. Definición. Una región poligonal es las unión de un número finito de regiones
triangulares en un plano, tales que si dos regiones triangulares se intersecan, entonces su
intersección está incluida en un segmento.
11.16.2. Postulado de la congruencia para áreas. Si dos conjuntos con área son con-
gruentes, entonces tienen la misma área.
En particular, si dos triángulos son congruentes, las regiones triangulares determinadas
por ellos tienen la misma área.
11.16.3. Postulado de adición de áreas. Si Ω es la unión de dos conjuntos en un plano Ω1
y Ω2 con áreas apΩ1 q y apΩ2 q respectivamente, y Ω1 X Ω2 es la unión finita de subconjuntos
de segmentos. Entonces
apΩq “ apΩ1 q ` apΩ2 q.
a) Si Ω1 Ă Ω2 . Entonces
apΩ2 zΩ1 q “ apΩ2 q ´ apΩ1 q.
decir ˝ACBD es un rectángulo. Pero como ABC – BAD y ŸABC X ŸBAD “ AB, se tiene
que
ap˝ACBDq “ apŸABCq ` apŸBADq “ 2 apŸABCq,
es decir
ap˝ACBDq pACqpBCq
apŸABCq “
“ . ‚
2 2
11.16.8. Teorema. El área de un triángulo es la mitad del producto de cualquier base y su
altura correspondiente.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo, tomemos AB como base y sea CD la altura con
ÐÑ
D P AB. Tenemos tres posibilidades:
a) D está entre A y B;
b) D “ A ó D “ B; y
c) D R AB.
Cuando se tiene la posibilidad b), entonces ŸABC es un triángulo rectángulo y el resultado
se sigue del teorema 11.16.7. Si se tiene la posibilidad a), entonces por el postulado de adición
de áreas 11.16.3 y por el teorema 11.16.7
pADqpDCq pDBqpDCq
apŸABCq “ apŸADCq ` apŸCDBq “ ` ,
2 2
pero como D está entre A y B tenemos que AD ` DB “ AB, por lo cual
pABqpDCq
apŸABCq “ .
2
Ahora supongamos que D R AB y consideremos el caso en que A está entre D y B (el caso
en que B está entre D y A se resuelve de manera análoga). Por argumentos similares a los
del caso (a) tenemos que
pDA ` ABqpDCq pDBqpDCq
“ “ apŸCDBq “ apŸCDAq ` apŸABCq
2 2
pDAqpDCq
“ ` apŸABCq,
2
por lo que apŸABCq “ pABqpDCq
2
. ‚
El lector debe estar listo para demostrar el siguiente teorema importante.
11.16.9. Teorema del área de un trapecio. El área de un trapecio es la mitad de la
suma de sus bases por su altura correspondiente. Es decir, si en el trapecio ˝ABCD tenemos
ÐÑ ÐÑ
BC k AD y CE es la distancia entre BC y AD, entonces ap˝ABCDq “ 12 pAD ` BCqCE.
B C
Q
Q
Q
Q
Q
Q
Q
Q
Q
Q
Q
A E D
11.16. Áreas 313
La demostración queda como ejercicio aunque se sugiere calcular las áreas de los triángulos
ŸABC y ŸACD tomando como altura común al número CE.
11.16.10. Teorema de las áreas de triángulos semejantes. Si ŸABC y ŸDEF son dos
AB
triángulos tales que ABC „ DEF , entonces apŸABCq “ α2 apŸDEF q, donde α “ DE “
BC AC
EF
“ DF .
Demostración. Cuando los triángulos son congruentes, se tiene que α “ 1 y la igualdad
se cumple por el postulado de la congruencia. Supongamos, sin pérdida de generalidad que
ÝÝÑ ÝÝÑ ÐÑ
α ă 1. Sean A P ED y C P EF tales que EA “ BA y EC “ BC; tomemos Q P DF tal
1 1 1 1
ÐÑ ÐÑ ÐÑ ÐÝ1Ñ1 ÐÑ ÐÑ
que EQ K DF y sea P el punto de intersección de EQ con A C . Como AC k DF , tenemos
que
DF DE QE
1 1 “ 1 “ “ α,
AC AE PE
por lo que
1 1 1 1
apŸABCq “ apŸA EC q “ 12 pA C qpP Eq “ 12 αpDF qαpEQq “ α2 apŸDEF q. ‚
2s “ a ` b ` c
2ps ´ aq “ ´a ` b ` c
2ps ´ bq “ a ´ b ` c
2ps ´ cq “ a ` b ´ c
y
p ` q “ c.
Del teorema de Pitágoras tenemos
h2 ` p2 “ a2 y h2 ` q 2 “ b2 ,
a2 ` c 2 ´ b 2
p“ .
2c
314 11.16. Áreas
Ejercicios.
nales con la misma constante de proporcionalidad r (lo anterior es también por el teorema
fundamental de la proporcionalidad). Ahora, esto nos da una correspondencia biunívoca (bi-
yección) entre las poligonales cerradas simples inscritas en c y las inscritas en la circunferencia
con centro en Q y radio 1 de tal forma que si la poligonal inscrita en la de radio 1 tiene lon-
gitud α, la inscrita en c tiene longitud rα. Como la longitud de una circunferencia de radio
1 es 2π, de la definición de longitud de circunferencia se deduce que la longitud de c es 2πr.
Es decir, tenemos el teorema siguiente.
11.17.2. Teorema. La longitud de una circunferencia de radio r es 2πr.
De forma similar se deduce el siguiente teorema.
11.17.3. Teorema. Sea AB
Ŋ un arco de circunferencia con centro en Q, radio r y que es
interceptado por =AQB. Si θ “ >AQB, entonces `AB
Ŋ “ rθ.
11.17.4. Postulado. El área de un círculo es el supremo de las áreas de las regiones delimi-
tadas por polígonos inscritos en él.
11.17.5. Postulado. El área de un sector determinado por AB Ŋ con centro en Q es el supremo
de las áreas de las regiones poligonales que están delimitadas por los segmentos QA y QB y
una poligonal inscrita en AB.
Ŋ
vértices de una poligonal cerrada simple k“1 Pk Pk`1 que está inscrita en c. La región deli-
n
Pk Pk`1
mitada por tal poligonal tiene un área de ak , donde ak es la altura correspondiente
ř
2
k“1
316 11.17. Área del círculo y sectores circulares
a la base Pk Pk`1 en el triángulo ŸPk QPk`1 . El lema se deduce del hecho de que
n n n
ÿ pPk Pk`1 q ÿ pPk Pk`1 q rÿ r
ak ă r“ Pk Pk`1 ĺ 2πr “ πr2 . ‚
k“1
2 k“1
2 2 k“1 2
n n n ˆ ˙
ÿ ÿ pPk Pk`1 q rÿ r 2α
ap˝Pk QPk`1 Pk˚ q “ r “ Pk Pk`1 ą “ α.
k“1 k“1
2 2 k“1
2 r
Es decir, el área del círculo de radio r es mayor que α para todo α ă πr2 , por lo tanto el
área es mayor o igual que πr2 . ‚
Los lemas 11.17.8 y 11.17.9 nos conducen al siguiente teorema.
11.17.10. Teorema. El área de un círculo de radio r es πr2 .
De manera similar a como se demostró el teorema 11.17.10 (usando lemas similares a los
lemas 11.17.8 y 11.17.9 que el lector podrá enunciar y cuyas demostraciones son análogas) se
demuestra el siguiente teorema.
11.17.11. Teorema. El área de un sector determinado por un arco cuyo ángulo central mide
θ es 21 r2 θ.
El lector que haya leído y comprendido lo que va de la sección, debe ser capaz de demostrar
fácilmente el siguiente teorema.
11.17.12. Teorema. Si un sector circular está inscrito en una región poligonal, entonces el
área del sector circular es menor que el área de la región poligonal. Si una región poligonal
está inscrita en un sector circular, entonces el área de la región poligonal es menor que el
área del sector circular.
Cualquier circunferencia C de radio r está incluida en un círculo de radio r y fuera de un
círculo de radio r ´ ε, para todo ε P p0; rq, de manera que, por el teorema 11.17.10 y por el
postulado 11.16.4 la circunferencia C está incluida en un conjunto con área πpr2 ´ pr ´ εq2 q
que tiende a 0 cuando ε tiende a 0, resultando así natural el postulado siguiente.
11.17.13. Postulado. El área de cualquier circunferencia es cero.
Ejercicios.
11.17. Área del círculo y sectores circulares 317
1. Demostrar que π ą 2.
?
2. Demostrar que π ą 2 2.
3. Demostrar que π ą 3.
4. Demostrar que π ă 4.
?
5. Demostrar que π ă 2 3.
11.18.11. Definición. Sean P y Q dos puntos tales que tienen la misma abscisa y la
ordenada de P es menor que la de Q. En estas condiciones decimos que Q está arriba de P
o que P está abajo de Q.
11.18.12. Definición. Sean P y Q dos puntos tales que tienen la misma ordenada y la
abscisa de P es menor que la de Q. En estas condiciones decimos que Q está a la derecha
de P o que P está a la izquierda de Q.
Así como se definió un sistema de coordenadas en el plano XY también se puede definir
un sistema de coordenadas en el espacio de tres dimensiones de la siguiente forma.
11.18.13. Definición. Supongamos que tenemos el plano XY con su sistema de coordenadas.
Sea Z la recta perpendicular al plano XY en el origen O y tómese en la recta Z un sistema
de coordenadas tal que la coordenada de O sea el número 0. Tomemos la biyección entre el
espacio y el conjunto R3 de ternas de números reales tal que a cada punto P del espacio le
hace corresponder la única terna px, y, zq con la propiedad de que px, yq son las coordenadas
de la proyección del punto P en el plano XY e y es la coordenada de la proyección del punto
P en la recta Z. Una biyección como la anterior se llama sistema de coordenadas del
espacio; a la terna px, y, zq se le llama coordenadas del punto P (con respecto al sistema
de coordenadas establecido); se dice que los números x, y, y z son las primera, segunda y
tercera coordenadas respectivamente del punto P . De acuerdo al sistema de coordenadas en
el espacio establecido, a las rectas X, Y y Z se les llama ejes del espacio.
Deduciremos ahora la fórmula para calcular la distancia entre dos puntos del espacio
dadas sus coordenadas.
11.18.14. Fórmula para la distancia entre dos puntos en el espacio. Sea P un punto
320 11.18. Sistemas de coordenadas
en el espacio con coordenadas px, y, zq y Q otro punto en el espacio con coordenadas pa, b, cq.
La distancia entre P y Q está dada por
a
P Q “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 ` pz ´ cq2 .
Demostración. Haremos la demostración con todo detalle para todos los posibles casos.
Sean P 1 y Q1 las proyecciones de P y Q al plano XY, P 2 y Q2 las proyecciones de P y Q al
eje Z y V el punto con coordenadas pa, b, zq.
Observemos que QV “ Q2 P 2 (en el caso en que Q, V P Z se tiene que Q “ Q2 y que
V “ P 2 , y en el caso en que Q y V no están en Z se tiene un rectángulo ˝QV P 2 Q2 , por lo
que los lados opuestos QV y Q2 P 2 son congruentes.
Analicemos primeroael caso extremo en que px, yq “ pa, bq. En este caso P Q “ P 1 Q1 “
|z ´ c| “ pz ´ cq2 “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 ` pz ´ cq2 , por lo que la fórmula es válida para
a
este caso.
Supongamos ahora que px, yq ‰ pa, bq, es decir queP 1 ‰ Q1
Si z “ 0, entonces P “ P 1 y V “ Q1 por lo que la distancia entre P y V es px ´ aq2 ` py ´ bq2 .
a
PQ “ PV “ P Q “ 1 1 2 2
px ´ aq ` py ´ bq “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 ` pz ´ cq2 , y si z ‰
c, entonces QV “ Q V “ |z ´ c| y por el teorema de Pitágoras y a
2 2
observando V es el
vértice
b a del ángulo recto del triángulo rectángulo ŸP V Q tenemos P Q “ pP V q2 ` pQV q2 “
p px ´ aq2 ` py ´ bq2 q2 ` |z ´ c|2 “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 ` pz ´ cq2 por lo que la fórmula
a
b) QP “ tS P XY : CpSq “ pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 q, para algún t P r0; 1su.
ÐÑ
c) En el sistema de coordenadas de la recta QP que le hace corresponder a Q el cero y
a P un número positivo tenemos que la coordenada del punto S “ C ´1 pp1 ´ tqx0 `
tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 q es tpQP q.
11.18. Sistemas de coordenadas 321
Si en particular 0 ĺ t ĺ 1, entonces
decir R “ Sp QP
x
q. Finalmente, si x ă 0, entonces distpSp QP
x |x|
q, Qq ` QP “ QP QP ` QP “
p1 ´ QP qQP “ |1 ´ QP |QP “ distpSp QP q, P q, por lo que Q está entre P y Sp QP
x x x x
q y la
coordenada de Sp QP
x
q es ´distpSp QP
x
q, Qq “ ´|x|
QP
QP “ x, es decir Sp QP
x
q “ R, por lo que
Ð Ñ
la afirmación de que R “ Sp QP q está demostrada, por lo tanto QP Ă tS P XY : CpSq “
x
pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 q para algún t P Ru. Para demostrar que tS P XY : CpSq “
ÐÑ
pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 q para algún t P Ru Ă QP solamente observemos que el punto
Sptq “ Sp tQP
QP
q es el punto sobre la recta con coordenada tQP con lo que queda demostrado
a) y c). ‚
Queda como ejercicio para el lector la demostración del siguiente teorema que es una
generalización del anterior para el caso en que P y Q son puntos cualesquiera en el espacio
de tres dimensiones.
11.18.16. Teorema. En el espacio sean Q y P puntos con coordenadas px0 , y0 , z0 q y px1 , y1 , z1 q
respectivamente. Se tienen las siguientes propiedades:
ÐÑ
a) QP “ tS : las coordenadas de S son pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 , p1 ´ tqz0 ` tz1 q
para algún t P Ru.
322 11.18. Sistemas de coordenadas
b) QP “ tS : las coordenadas de S son pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 , p1 ´ tqz0 ` tz1 q
para algún t P r0; 1su.
ÐÑ
c) En el sistema de coordenadas de la recta QP que le hace corresponder a Q el cero y a
P un número positivo tenemos que la coordenada del punto S con coordenadas en el
espacio pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 , p1 ´ tqz0 `tz1 q es tpQP q.
Ejercicios.
ÝÝÑ
1. Si Q “ px0 , y0 q y P “ px1 , y1 q, entonces el rayo QP “ tpx, yq : x “ p1 ´ tqx0 ` tx1 y
y “ p1 ´ tqy0 ` ty1 para algún t ľ 0}.
11.19. Volúmenes
En esta sección se deducirán las fórmulas para obtener los volúmenes de los principales
cuerpos geométricos como son los de los prismas, pirámides, los cuerpos cónicos y esféricos.
A continuación se generalizará el concepto de semejanza.
11.19.1. Definición. Dos subconjuntos del espacio S1 y S2 son semejantes si existe una
correspondencia biunívoca f : S1 ÝÑ S2 entre S1 y S2 y una constante positiva α tal que
para cualesquiera dos puntos P y Q de S1 se tiene que la distancia entre P y Q es α veces la
distancia entre f pP q y f pQq. A una correspondencia como la anterior se le llama semejanza.
Al hecho de que S1 y S2 sean semejantes se le denota así
S1 „ S2 .
Observemos que con la definición anterior se conserva la idea de que dos figuras son
semejantes si tienen la misma forma.
Definamos ahora lo que es un prisma.
11.19.2. Definición. Sea B una región poligonal en un plano Π1 y Π2 un plano paralelo
a Π1 ; sea además l una recta que corta a Π1 y Π2 pero que no corta a B. A la unión de
todos los segmentos paralelos a l tales que uno de sus extremos está en B y el otro en Π2 se
le llama prisma. A la región poligonal B se le llama base del prisma y a la distancia entre
Π1 y Π2 se le llama altura del prisma. Cuando la recta l es perpendicular a Π1 , entonces el
prisma se llama prisma recto. Cuando la base del prisma es una región delimitada por un
paralelogramo, entonces el prisma se llama paralelepípedo. Cuando la base de un prisma
recto es una región rectangular, al prisma recto se le llama paralelepípedo rectangular.
Cuando la intersección de un prisma con un plano paralelo al plano en el cual está una de
las bases es no vacía, entonces a la intersección se le llama sección transversal del prisma.
Definiremos ahora lo que es una pirámide.
11.19.3. Definición. Sea B una región poligonal en un plano Π y V un punto que no está
en Π. A la unión de todos los segmentos tales que uno de sus extremos es V y el otro está en
B se le llama pirámide. A la región poligonal B se le llama base de la pirámide, al punto
V se le llama vértice de la pirámide y a la distancia entre el plano Π y el vértice V se le
llama altura de la pirámide. Cuando la intersección de una pirámide con un plano paralelo
al plano en el cual está la base es no vacía, entonces a la intersección se le llama sección
transversal de la pirámide.
11.19.4. Definición. Sea B un conjunto en un plano Π1 y Π2 un plano paralelo a Π1 ; sea
además l una recta que corta a Π1 y Π2 pero que no corta a B. A la unión de todos los
segmentos paralelos a l tales que uno de sus extremos está en B y el otro en Π2 se le llama
cilindro. Al conjunto B se le llama base del cilindro y a la distancia entre Π1 y Π2 se le
llama altura del cilindro. Cuando la recta l es perpendicular a Π1 , entonces el cilindro se
llama cilindro recto. Cuando la intersección de un cilindro con un plano paralelo al plano
en el cual está una de las bases es no vacía, entonces a la intersección se le llama sección
transversal del cilindro. Cuando la base de un cilindro es un círculo, decimos que el cilindro
es un cilindro circular.
324 11.19. Volúmenes
Observemos que los prismas son los cilindros cuya base es una región poligonal y que
todos los cilindros tienen dos bases.
11.19.5. Definición. Sea B un conjunto contenido en un plano Π y V un punto que no
está en Π. A la unión de todos los segmentos tales que uno de sus extremos es V y el otro
está en B se le llama cono. Al conjunto B se le llama base del cono, al punto V se le llama
vértice del cono y a la distancia entre el plano Π y el vértice V se le llama altura del cono.
Cuando la intersección de un cono con un plano paralelo al plano en el cual está la base es
no vacía, entonces a la intersección se le llama sección transversal del cono. Cuando la
base del cono es un círculo, decimos que el cono es un cono circular. Si el segmento, cuyos
extremos son el vértice del cono circular y el centro del círculo B, es perpendicular al plano
Π, entonces decimos que el cono circular es un cono circular recto.
Observemos que cualquier pirámide es un cono cuya base es una región poligonal.
11.19.6. Definición. Sea C un punto en el espacio y r un número positivo. Al conjunto de
todos los puntos del espacio que están a una distancia r del punto C se le llama esfera. Al
punto C se le llama centro de la esfera y al número r se le llama el radio de la esfera. Al
conjunto de todos los puntos del espacio que están a una distancia menor que r del centro
C de la esfera se le llama interior de la esfera y al conjunto de todos los puntos del espacio
que están a una distancia mayor que r de C se le llama exterior de la esfera. A la unión de
una esfera con su interior se le llama cuerpo esférico y el centro y radio de la esfera serán
el centro y radio del cuerpo esférico respectivamente. Al igual que en la circunferencia, al
doble del radio se le llama diámetro (de la esfera o del cuerpo esférico).
Introduzcamos ahora la idea de volumen de subconjuntos del espacio la cual es similar a
la de área.
El término de volumen será el último no definido en este capítulo. Aceptemos que a
algunos subconjuntos Ω del espacio se les asigna un único número volpΩq mayor o igual que
cero que se llama el volumen de Ω y que satisface los siguientes 6 postulados.
11.19.7. Postulado de la congruencia para volúmenes. Si dos conjuntos con volumen
son congruentes, entonces tienen el mismo volumen.
11.19.8. Postulado de adición de volúmenes. Si Ω es la unión de dos conjuntos en el
espacio Ω1 y Ω2 con volúmenes volpΩ1 q y volpΩ2 q respectivamente, y Ω1 X Ω2 “ ∅. Entonces
a) Si Ω1 Ă Ω2 , entonces
volpΩ2 zΩ1 q “ volpΩ2 q ´ volpΩ1 q.
transversal de la pirámide que se encuentra a una distancia x del plano en el cual está la base
es p h´x
h
q2 veces el área de la base.
Demostración. Dada una pirámide con base triangular T y altura h; sean A, B y C los
vértices en la base T y sea D el vértice de la pirámide tomando a T como base. Sean A ,
1
B y C los puntos que están en AD, BD y CD respectivamente y que además están a una
1 1
distancia x del plano que contiene a la base T . Tomemos la recta l que pasa por D y es
perpendicular al plano que contiene a T . Sean además P, P P l tales que P está en el plano
1
que contiene a T y P está en el plano en el que están los puntos A , B y C . Por el teorema
1 1 1 1
V1 del plano que contiene a T1 , tal que la pirámide Υ1 con base triangular T1 y vértice V1
1 1
es congruente con Υ2 . (¡Verificar que es posible localizar V1 con tales propiedades!) Por el
1
volumen, pero por el postulado de la congruencia para volúmenes 11.19.7 tenemos que Υ1 1 y
Υ2 tienen el mismo volumen. De lo anterior concluímos que las pirámides Υ1 y Υ2 tienen el
mismo volumen. ‚
11.19.18. Teorema. El volumen de una pirámide con base triangular es un tercio del área
de la base multiplicada por la altura.
Demostración. Sea Υ una pirámide de altura h y base triangular T , donde A, B y C son los
vértices de la base. Sea Ψ un prisma recto con base T y altura h, y l una recta perpendicular
al plano que contiene a T y que no interseca a Ψ . Sea T la otra base de Ψ , y A , B y C los
1 1 1 1
vértices de T tales que los segmentos AA1 , BB 1 y CC 1 son paralelos a l. Observemos ahora
1
que debido a los postulados 11.19.8 y 11.19.9, el volumen de Ψ es la suma de los volúmenes
de Υ1 , Υ2 y Υ3 , donde Υ1 es la pirámide con base T y vértice A ; Υ2 es la pirámide con base
1
Afirmamos que las pirámides Υ1 , Υ2 y Υ3 tienen el mismo volumen. En efecto, las pirámides
Υ1 y Υ2 tienen el mismo volumen debido al teorema 11.19.17, mientras que las pirámides Υ2
y Υ3 tienen el mismo volumen también por el teorema 11.19.17 pero tomando a la región
triangular con vértices B, B y C como base de Υ2 , en cuyo caso el vértice correspondiente
1 1
11.19. Volúmenes 327
es A . De esta forma, el volumen de Υ1 es un tercio del volumen del prisma Ψ . De nuevo por
1
el teorema 11.19.17, el volumen de Υ es un tercio del volumen del prisma Ψ , pero debido al
postulado 11.19.10 el volumen de la pirámide Υ es un tercio del área de su base T multiplicado
por su altura h. ‚
Como consecuencia inmediata del teorema 11.19.18 y de los postulados 11.19.8 y 11.19.9
se tiene el corolario siguiente.
11.19.19. Corolario. El volumen de una pirámide es un tercio del área de la base multipli-
cada por la altura.
Se deja al lector los detalles de la demostración.
11.19.20. Teorema. Dado un cono circular recto de altura h y radio de la base r. El radio
r0 de la sección transversal cuyo centro está a una distancia x del centro de la base, está dado
por r0 “ ph´xq
h
r.
Demostración. Sea V el vértice del cono y Q el centro de la base. Tomemos la sección
transversal A del cono que está a una distancia x de la base y sea P el punto de intersección de
A y V Q. Observemos que A es un círculo con centro en P . En efecto, hay una correspondencia
biunívoca entre los puntos P 1 de A y los puntos Q1 de la base B del cono de tal manera que
P 1 es el único punto en la intersección de V Q1 y A. Ahora, por el teorema fundamental de
la proporcionalidad 11.15.5 y por el teorema de semejanza LAL 11.15.12, tenemos que si P 1
está en el plano que contiene a A, entonces P 1 P A si y sólo si P P 1 h´xh
“ QQ1 para algún
Q1 P B, es decir P P 1 ĺ ph´xq
h
r si y sólo si P 1 P A. Lo anterior demuestra que A es un círculo
con centro en P y radio r0 “ ph´xqh
r. ‚
Una generalización del teorema anterior es el siguiente.
11.19.21. Teorema. Dado un cono circular de altura h y radio de la base r. El radio r0 de
la sección transversal cuyo centro está a una distancia x del plano que contiene a la base,
está dado por r0 “ ph´xq
h
r.
Demostración. Debido al teorema 11.19.20 es suficiente suponer que el cono es un cono
circular, pero no es un cono circular recto. Sean V el vértice del cono, P la proyección de
V al plano que contiene a la base, Q un punto en el borde de la base, Q0 el punto en el
borde de la sección transversal que está entre Q y el vértice V , C el centro de la base, C0 el
centro de la sección transversal y P0 el punto donde se corta el segmento P V y el plano que
contiene a la sección transversal. Por el teorema fundamental de la proporcionalidad 11.15.5
y el teorema de semejanza LAL 11.15.12, tenemos que
r QV PV h
“ “ “ ,
r0 Q0 V P0 V ph ´ xq
la cual es la misma que la de la sección transversal del cono K (la intersección de K con
Π0 ). De esta manera, por el principio de Cavalieri tenemos que K y CzS ` tienen el mismo
volumen, el cual debido al teorema 11.19.23 es igual a 31 πr3 .
Ahora, por el postulado de adición de volúmenes 11.19.8 , el volumen de S ` es el volumen
del cilindro menos el de CzS ` , es decir es
1 2
πr3 ´ πr3 “ πr3 .
3 3
Análogamente se demuestra que el volumen de la intersección de la esfera S con el otro
lado de Π diferente de E ` es 32 πr3 . Finalmente, por los postulados 11.19.8 y 11.19.9 se tiene
que el volumen de S es 43 πr3 . ‚
Capítulo 12
MATRICES Y DETERMINANTES
12.1. Introducción
Las matrices son muy útiles en la resolución de sistemas de ecuaciones lineales, como
veremos en la sección 12.8.
12.1.1. Definiciones. El concepto de matriz se puede ver como un arreglo o expresión de
la forma ¨ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ‹
˚ .. .. .. ‹ ,
˚ ‹
˝ . . . ‚
am,1 am,2 ¨ ¨ ¨ am,n
donde m y n son números naturales, ai,j (con 1 ĺ i ĺ m y 1 ĺ j ĺ n) son elementos de algún
conjunto (supondremos en nuestro estudio de este capítulo que son números reales aunque
también pueden ser números complejos o elementos de algún otro conjunto). La representación
anterior es la de una matriz de m filas o renglones y n columnas o simplemente una matriz
m ˆ n. Así un renglón o fila de n componentes es una sucesión finita pb1 , b2 , . . . , bn q de n
componentes. A la componente bj (donde j es un entero tal que 1 ĺ j ĺ n) se le llama la
componente en la columna j. Una matriz de m renglones y n columnas o simplemente
matriz mˆn es una sucesión finita de m renglones de n componentes cada uno. Una matriz
A de m renglones y n columnas se puede representar en la forma A “ pai,j qpi,jqPt1,...,muˆt1,...,nu ,
donde cada ai,j es la componente del i-ésimo renglón en la j-ésima columna, a veces por
simplicidad y cuando el contexto no permita confusión la matriz A se representará como
pai,j qi,j o simplemente como pai,j q. Se dice que ai,j es la componente i, j o la componente
que se encuentra en el renglón i y en la columna j. Una columna o matriz columna de m
componentes es simplemente una matriz de m ˆ 1 la cual se expresa en la forma
¨ ˛
c1
˚ c2 ‹
˚ .. ‹ .
˚ ‹
˝ . ‚
cm
Diremos que una matriz que tiene m renglones y n columnas tiene orden m ˆ n. Una
matriz que tiene tantas filas como columnas se llama matriz cuadrada.
329
330 12.1. Introducción
Observemos que un renglón de n componentes se puede ver como una matriz 1ˆn. Debido
a lo anterior, a una matriz 1 ˆ n se le llama matriz renglón.
12.2. Suma y resta de matrices 331
Una matriz tal que cada componente es 0 se llama matriz nula. Así mismo, un renglón
cuyas componentes son cero se llama renglón nulo. La demostración del siguiente teorema
queda como ejercicio para el lector.
12.2.2. Teorema. Para la suma de matrices se cumplen las propiedades conmutativa y
asociativa, además el elemento neutro de la suma de matrices es la matriz nula.
Ejercicios.
Ejercicios.
Observemos que para que exista la matriz AB es necesario y suficiente que el número
de columnas de A sea igual al número de renglones de B. En la multiplicación de matrices
no siempre es válida la propiedad conmutativa. Demostremos que en la multiplicación de
matrices se vale la propiedad asociativa siempre que tenga sentido. En efecto, sea A “ pai,j q
una matriz m ˆ n, B “ pbj,k q una matriz n ˆ p y C “ pck,l q una matriz p ˆ q.
˜ ¸ ˜ p ˜ ¸ ¸
ÿn ÿ ÿ n
pABqC “ ai,j ¨ bj,k C“ ai,j ¨ bj,k ck,l
j“1 i,k k“1 j“1 i,l
˜ p
˜ ¸¸ ˜ ˜ p
¸¸
ÿ n
ÿ n
ÿ ÿ
“ ai,j ¨ bj,k ¨ ck,l “ ai,j ¨ bj,k ¨ ck,l
k“1 j“1 i,l j“1 k“1 i,l
˜ ˜ p
¸¸ ˜ p
¸
n
ÿ ÿ ÿ
“ ai,j bj,k ¨ ck,l “A bj,k ¨ ck,l “ ApBCq.
j“1 k“1 i,l k“1 j,l
Sea A una matriz cuadrada n ˆ n e In la matriz identidad del mismo orden que A. El
lector debe ser capaz de demostrar las siguientes identidades para matrices.
12.4.5. Teorema.
AIn “ In A “ A.
334 12.4. Multiplicación de matrices
AA´1 “ A´1 A “ I.
Ejercicios.
Es decir, conservando el orden de las componentes, los renglones se hacen columnas y las
columnas renglones.
Observemos que la transpuesta de una matriz renglón es una matriz columna y la trans-
puesta de una matriz columna es una matriz renglón.
Cuando tengan sentido las operaciones se tienen las siguientes propiedades cuyas verifi-
caciones son fáciles y las dejamos al lector.
12.5.2. Teorema.
Ejercicios.
12.6. Permutaciones
En esta sección deduciremos algunas propiedades de las permutaciones que servirán de
herramientas para deducir algunas de las propiedades más importantes de los determinantes,
los cuales se abordarán en la sección 12.7.
Recordemos que si n es un entero no negativo, Sn denota al conjunto de permutaciones
de orden n y Jn al conjunto de enteros positivos menores o iguales que n.
12.6.1. Definición. Si i y j son dos enteros positivos diferentes menores o iguales que un
entero n, a la permutación τi,j P Sn tal que τi,j piq “ j, τi,j pjq “ i y τi,j pkq “ k para todo
k P Jn zti, ju se le llama transposición.
12.6.2. Definición. Sea σ P Sn una permutación de orden n. Un conjunto no vacío A Ă Jn
se llama ciclo de la permutación σ si para todo i P A tenemos que σ #A piq “ i, mientras que
si 0 ă k ă #A, tenemos que σ k piq ‰ i y además A “ ti, σpiq, σ 2 piq, . . . , σ #A´1 piqu.
12.6.3. Teorema. Los ciclos de una permutación σ P Sn forman una partición en clases de
equivalencia de Jn .
Demostración. Sea i P Jn . Veamos primero que σ k piq “ i para algún k ĺ n. Procedamos
por contradicción suponiendo que σ k piq ‰ i para todo k ĺ n. En estas condiciones tendríamos
que el conjunto tσpiq, σ 2 piq, . . . , σ n piqu, al cual no pertenece i, tiene menos de n elementos,
es decir alguno de los números σpiq, σ 2 piq, . . . , σ n piq está repetido. Sea j el primer número
tal que la componente j de la sucesión finita pσpiq, σ 2 piq, . . . , σ n piqq está repetida y sea l el
primer entero mayor que j tal que σ j piq “ σ l piq. Como σ j´1 piq ‰ σ l´1 piq, entonces σ no sería
inyectiva con lo cual llegamos a una contradicción. De esta forma tenemos que σ k piq “ i para
algún k ĺ n.
Sea k el primer entero positivo que satisface la propiedad σ k piq “ i y observemos que
tσpiq, σ 2 piq, . . . , σ k piqu es un ciclo de σ al cual pertenece i. Hemos demostrado que todo
elemento de Jn pertenece a algún ciclo de σ. Tenemos además que si A Ă Jn es un ciclo de
σ y j P A, entonces σpjq P A, de donde podemos concluir que dos ciclos diferentes no se
intersecan. En efecto, si A y B son dos ciclos a los cuales pertenece j, entonces el conjunto
tσpjq, σ 2 pjq, . . . , σ n pjqu, con posibles repeticiones, es a la vez igual a A y a B. ‚
12.6.4. Definición. Una permutación σ P Sn se llama permutación cíclica si para alguno
de sus ciclos A Ă Jn se tiene que si i R A, entonces σpiq “ i.
12.6.5. Teorema. Toda permutación es la composición de una o varias permutaciones cícli-
cas.
Demostración. Sea σ P Sn una permutación y A1 , . . . , Ak sus ciclos diferentes p1 ĺ k ĺ n).
Para todo entero l P t1, . . . , ku definamos la permutación σl P Sn como σl piq “ i si i R Al y
como σl piq “ σpiq si i P Al . La demostración se concluye al observar que σ “ σ1 ˝ σ2 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ σk
y que para l P t1, . . . , ku la permutación σl es una permutación cíclica. ‚
12.6.6. Teorema. Toda permutación cíclica en Jn (con n ą 1) es la composición de varias
transposiciones.
Demostración. Si σ es la permutación identidad, entonces σ “ τi,j ˝ τi,j , donde i y j son
dos elementos cualesquiera diferentes en Jn . Supongamos que σ P Sn es una permutación
cíclica diferente de la identidad y supongamos que A es el único ciclo de la permutación con
338 12.6. Permutaciones
Observemos que para una transposición τk,l el polinomio de n variables pxτk,l pjq ´ xτk,l piq q
ś
iăj
es igual a ´ pxj ´ xi q. Para cada permutación σ P Sn definamos la función σ ˚ : tP u ÝÑ
ś
iăj
tP, ´P u tal que σ ˚ pP qpx1 , x2 , . . . , xn q “ P pxσp1q , xσp2q , . . . , xσpnq q. Observando que P ‰ ´P ,
que σ ˚ pP q “ P si σ es una permutación par y que σ ˚ pP q “ ´P si σ es una permutación
impar, se concluye la demostración del teorema. ‚
12.6.10. Teorema. Una permutación σ P Sn es par si y sólo si hay un número par de parejas
pi, jq (con i, j P Jn ) tales que i ă j pero σpiq ą σpjq.
Demostración. Tomando la misma notación y terminología que en la demostración del
teorema 12.6.9 y recordando que σ ˚ pP q “ P si σś
es una permutación par yśque σ ˚ pP q “ ´P
si σ es una permutación impar, observemos que pxσpjq ´ xσpiq q “ p´1qm pxj ´ xi q, donde
iăj iăj
m es la cantidad de parejas pi, jq tales que i ă j pero σpiq ą σpjq. Ahora, p´1qm “ 1 si y
sólo si m es par, por lo tanto por lo tanto σ es par si la cantidad de parejas pi, jq tales que
i ă j y σpiq ą σpjq es par. ‚
12.6.11. Definición. El signo de una permutación σ, denotado sgnpσq, se define por
si σ es par
#
1
sgnpσq :“
´1 si σ es impar.
12.6. Permutaciones 339
Cuando dos permutaciones tienen el mismo signo decimos también que tienen la misma
paridad, es decir tienen la misma paridad si ambas son pares o ambas son impares, de otro
modo decimos que tienen diferente paridad. Siempre consideraremos que el signo de una
permutación identidad es 1, es decir la permutación identidad es par.
12.6.12. Teorema. Si σ, η P Sn , entonces sgnpσ ˝ ηq “ sgnpσq sgnpηq.
Demostración. Supongamos que σ es la composición de n transposiciones y η es la compo-
sición de m transposiciones y observemos que sgnpσq “ p´1qn y que sgnpηq “ p´1qm . Como
σ˝η es la composición m`n transposiciones, entonces sgnpσ˝ηq “ p´1qm`n “ p´1qm p´1qn “
sgnpσq sgnpηq. ‚
12.6.13. Corolario. Si σ P Sn , entonces sgnpσq “ sgnpσ ´1 q.
Demostración. Del teorema 12.6.12 y del hecho de que el signo de la permutación identidad
es 1 se tiene que sgnpσq sgnpσ ´1 q “ sgnpσ ˝ σ ´1 q “ 1, de manera que σ y σ ´1 no pueden tener
diferente paridad.
340 12.7. Determinantes
12.7. Determinantes
12.7.1. Definición. Sea A “ pai,j q una matriz n ˆ n. El determinante de A se define como
ÿ n
ź
det A :“ sgnpσq ai,σpiq .
σPSn i“1
Como consecuencia inmediata de los teoremas 12.7.2 y 12.7.3 tenemos el siguiente coro-
lario.
12.7.4. Corolario. Si una matriz cuadrada A tiene una columna cuyas componentes son
ceros, entonces |A| “ 0.
12.7.5. Teorema. Si A “ pai,j q y B “ pbi,j q son matrices cuadradas, donde bi,j “ ai,j para
i R tk, lu, con k ‰ l, bk,j “ al,j y bl,j “ ak,j para j P t1, 2, . . . , nu; entonces |B| “ ´|A|. Es
12.7. Determinantes 341
ÿ n
ź ÿ n
ź
|B| “ sgnpσq bi,σpiq “ sgnpσq aτk,l piq,σpiq
σPSn i“1 σPSn i“1
ÿ źn ÿ n
ź
“ sgnpσq ai,σ˝τk,l piq “ ´ sgnpσ ˝ τk,l q ai,σ˝τk,l piq
σPSn i“1 σPSn i“1
ÿ n
ź
“´ sgnpσq ai,σpiq “ ´|A|. ‚
σPSn i“1
Como consecuencia inmediata de los teoremas 12.7.2 y 12.7.5 tenemos el siguiente coro-
lario.
12.7.6. Corolario. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
j R tk, lu, bi,k “ ai,l y bi,l “ ai,k para i P t1, 2, . . . , nu; entonces |B| “ ´|A|. Es decir si B es
la matriz que se obtiene al intercambiar dos columnas de la matriz A, entonces |B| “ ´|A|.
12.7.7. Teorema. Si A es una matriz cuadrada que tiene dos de sus renglones iguales (en
diferente posición), entonces |A| “ 0.
Demostración. Supongamos que k ‰ l y que los renglones k y l de la matriz A son iguales.
Por el teorema 12.7.5 tenemos que |A| “ ´|A|, por lo tanto |A| “ 0. ‚
Como consecuencia inmediata de los teoremas 12.7.2 y 12.7.7 tenemos el siguiente coro-
lario.
12.7.8. Corolario. Si A es una matriz cuadrada que tiene dos de sus columnas iguales,
entonces |A| “ 0.
12.7.9. Teorema. La matriz identidad tiene determinante 1.
n n
Demostración. Tenemos que det In “ sgnpσq ai,σpiq . Ahora, observando que
ř ś ś
ai,i “
σPSn i“1 i“1
n
1 y que ai,σpiq “ 0 para σ diferente de la permutación identidad se tiene que det In “ 1. ‚
ś
i“1
12.7.10. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
i ‰ k y bk,j “ αak,j , entonces |B| “ α|A|.
Demostración. Para todo σ P Sn tenemos que b1,σp1q ¨ b2,σp2q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ bn,σpnq “ a1,σp1q ¨ a2,σp2q ¨
n
¨ ¨ ¨ ¨ αak,σpkq ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq “ αpa1,σp1q ¨ a2,σp2q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq q, por lo cual |B| “
ř ś
sgnpσq bi,σpiq
σPSn i“1
ř n
ś ř n
ś
“ sgnpσqα ai,σpiq “ α sgnpσq ai,σpiq “ α|A|. ‚
σPSn i“1 σPSn i“1
342 12.7. Determinantes
Como consecuencia inmediata de los teoremas 12.7.2 y 12.7.10 tenemos el siguiente coro-
lario.
12.7.11. Corolario. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
j ‰ k y bi,k “ αai,k , entonces |B| “ α|A|.
12.7.12. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
i ‰ k y bk,j “ ak,j ` αal,j , con l ‰ k, entonces |B| “ |A|. Es decir, si B es la matriz que se
obtiene dejando igual los renglones de la matriz A diferentes del k-ésimo y el renglón k-ésimo
de B es la suma de los renglones k-ésimo y un múltiplo del l-ésimo renglón de la matriz A,
entonces |B| “ |A|.
Demostración. Tenemos que b1,σp1q ¨ b2,σp2q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ bn,σpnq “ a1,σp1q ¨ a2,σp2q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ pαal,σpkq `
ak,σpkq q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq , por lo que
ÿ n
ź
|B| “ sgnpσq bi,σpiq
σPSn i“1
ÿ
“ sgnpσqa1,σp1q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ pαal,σpkq ` ak,σpkq q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq
σPSn
ÿ
“ sgnpσqa1,σp1q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ αal,σpkq ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq
σPSn
ÿ
` sgnpσqa1,σp1q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ak,σpkq ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq
σPSn
ÿ
“α sgnpσqa1,σp1q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ al,σpkq ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq ` |A|,
σPSn
ÿ n
ź
Ak,j “ sgnpσq ai,σpiq .
σPSn ,σpkq“j i“1,i‰k
Para cada σ P Sn´1 y k, l P t1, 2, . . . , nu sea σk,l P Sn la permutación tal que: σk,l pkq “ l;
σk,l piq “ σpiq si i ă k y σpiq ă l; σk,l piq “ σpi ´ 1q si i ą k y σpi ´ 1q ă l; σk,l piq “ σpiq ` 1
si i ă k y σpiq ą l, y σk,l piq “ σpi ´ 1q ` 1 si i ą k y σpi ´ 1q ą l. Veamos que sgnpσk,l q “
p´1qk`l sgnpσq.
Observemos que el número de parejas pσk,k piq, σk,k pjqq con i, j P t1, 2, . . . , nuztku tales
que i ă j y σk,k piq ą σk,k pjq es el mismo que el número de parejas pσpiq, σpjqq con i, j P
t1, 2, . . . , n ´ 1u tales que i ă j y σpiq ą σpjq. Observemos además que hay tantos elementos
i en t1, 2, . . . , k ´ 1u tales que σk,k piq ą k como elementos j en tk ` 1, . . . , n ` 1u tales que
σk,k pjq ă k, por lo que el número total de parejas pσk,k piq, σk,k pjqq con i, j P t1, 2, . . . , nu
tales que i ă j y σk,k piq ą σk,k pjq es igual a un número x más un número par, donde x es el
número de parejas pσpiq, σpjqq con i, j P t1, 2, . . . , n ´ 1u tales que i ă j y σpiq ą σpjq, y el
número par es el doble del número de elementos j en tk ` 1, . . . , n ` 1u tales que σk,k pjq ă k.
Así tenemos que σ y σk,k tienen la misma paridad para todo k P t1, 2, . . . , nu.
Demostremos ahora que sgnpσq “ p´1qk`l sgnpσk,l q, lo cual ya está demostrado cuan-
do l “ k. Supongamos primero que l ă k. Debido a que σl,l “ τl,σk,l plq ˝ τl,σk,l pl`1q ˝ ¨ ¨ ¨ ˝
τl,σk,l pk´2q ˝ τl,σk,l pk´1q ˝ σk,l y a que τl,σk,l pk´1q , τl,σk,l pk´2q , . . . , τl,σk,l pl`1q y τl,σk,l plq son k ´ l trans-
posiciones, tenemos que de aplicar varias veces el teorema 12.6.12 resulta p´1qk`l sgnpσk,l q
“ p´1qk´l sgnpσk,l q “ sgnpσl,l q “ sgnpσk,k q “ sgnpσq. Análogamente, cuando l ą k tenemos
el mismo resultado al observar que σl,l “ τl,σk,l plq ˝ τl,σk,l pl´1q ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ τl,σk,l pk`2q ˝ τl,σk,l pk`1q ˝ σk,l .
344 12.7. Determinantes
ÿ n´1
ź ÿ n
ź
Ak,l “ p´1qk`l |Mk,l | “ p´1qk`l sgnpσq mi,σpiq “ p´1qk`l sgnpσq ai,σk,l piq
σPSn´1 i“1 σPSn´1 i“1,i‰k
ÿ n
ź ÿ n
ź
“ p´1qk`l p´1qk`l sgnpσk,l q ai,σk,l piq “ sgnpσk,l q ai,σk,l piq
σPSn´1 i“1,i‰k σPSn´1 i“1,i‰k
ÿ n
ź
“ sgnpσq ai,σpiq ,
σPSn ,σpkq“l i“1,i‰k
Ejercicios.
a1 x1 ` a2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an xn “ b,
se llama sistema de ecuaciones lineales, en el caso en que las ecuaciones lineales sean
homogéneas se dice que el sistema es homogéneo. El conjunto solución de un sistema de
ecuaciones lineales representa la intersección de m hiperplanos (posiblemente repetidos) en
el espacio de dimensión n.
12.8.3. Definición. El anterior sistema de ecuaciones se puede representar en forma de
ecuación matricial de la siguiente manera
¨ ˛¨ ˛ ¨ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n x1 b1
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ‹ ˚ x2 ‹ ˚ b2 ‹
˚ .. .. .. ‹ ˚ .. ‹ “ ˚ .. ‹.
˚ ‹˚ ‹ ˚ ‹
˝ . . . ‚˝ . ‚ ˝ . ‚
am,1 am,2 ¨ ¨ ¨ am,n xn bm
12.8.5. Definición. Si dos matrices ampliadas del mismo orden representan sistemas de
ecuaciones lineales equivalentes (es decir con el mismo conjunto solución), se dice que las
matrices son equivalentes.
En el teorema siguiente podemos ver lo importante que es el poder calcular la inversa de
una matriz para resolver un sistema de ecuaciones lineales.
12.8.6. Teorema. Si una matriz cuadrada
¨ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ‹
A “ ˚ ..
˚ ‹
.. .. .. ‹
˝ . . . . ‚
an,1 an,2 ¨ ¨ ¨ an,n
12.9.2. Definición. Las matrices cuadradas descritas en los incisos anteriores a), b) y c)
asociadas con las operaciones elementales por renglón se llaman matrices elementales.
348 12.9. Operaciones elementales por renglón
Veremos que cualquier matriz invertible puede transformarse por medio de operaciones
elementales por renglón en la matriz identidad y recíprocamente, la matriz identidad puede
transformarse por medio de operaciones elementales por renglón en cualquier matriz inver-
tible. Lo anterior equivale a decir que cualquier matriz invertible es el producto (finito) de
matrices elementales.
12.9.3. Definición. Si una matriz A se puede transformar por medio de operaciones ele-
mentales por renglón en una matriz B se dice que A y B son semejantes y se denota por
A „ B.
12.9.4. Observación. Observemos que la relación de semejanza entre matrices es una rela-
ción de equivalencia, es decir es reflexiva, simétrica y transitiva.
12.9.5. Método de Gauss. Un método para calcular la inversa de una matriz cuadrada
A “ pai,j qpi,jqPt1,...,nuˆt1,...,nu , cuando exista, es el método de Gauss que se desarrolla par-
tiendo de la matriz ampliada
¨ ˇ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n ˇˇ 1 0 ¨ ¨ ¨ 0
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ˇ 0 1 ¨ ¨ ¨ 0 ‹
pA|Iq “ ˚ .. .. .. .. ˇ .. .. . . .. ‹
˚ ˇ ‹
˝ . . . . ˇ . .
ˇ . . ‚
an,1 an,2 ¨ ¨ ¨ an,n ˇ 0 0 ¨ ¨ ¨ 1
I) Todos los renglones nulos (si los hay) aparecen en la parte inferior de la matriz. Es
decir, si algún renglón es nulo, los renglones siguientes también son nulos.
III) Si un renglón dado no está compuesto únicamente por ceros, entonces el renglón anterior
(si lo hay) tiene un 1 en una posición anterior (más a la izquierda) a la del primer 1 del
renglón dado.
IV) Cualquier columna que tenga una componente que sea el primer 1 de un renglón tendrá
ceros en las demás posiciones.
no están en la diagonal serían 0, de modo que B sería la matriz identidad, lo cual es una
contradicción, por lo tanto algún elemento en la diagonal de B es cero.
Ahora, si bk,k “ 0 y k “ n, entonces el último renglón de B es nulo. Si bk,k “ 0 y k ă n,
entonces la primer componente diferente de cero, si la hay, en el renglón k ` 1 está después de
la componente k ` 1 y siguiendo este proceso podemos ver que bn,n “ 0. En efecto, si no fuera
así existiría un primer l ą k tal que bl,l “ 1, de modo que bl´1,l´1 “ 0 y concluiríamos a la vez
que bl,l “ 0, llegando así a una contradicción, por lo tanto bn,n “ 0 y la última componente
debe ser cero. ‚
12.9.10. Teorema. Una matriz cuadrada es semejante a la matriz identidad si y sólo si su
determinante es diferente de cero.
Demostración. Supongamos que una matriz cuadrada A es semejante a la matriz iden-
tidad I y sean E1 , E2 , . . . , Ek matrices elementales tales que I “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A. Por el
teorema 12.9.8 y el 12.7.9 tenemos que 1 “ |I| “ |Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A| “ |Ek ||Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A|
“ |Ek ||Ek´1 ||Ek´2 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A| “ ¨ ¨ ¨ “ |Ek ||Ek´1 | ¨ ¨ ¨ |E2 ||E1 ||A|, por lo cual |A| ‰ 0.
Supongamos ahora que A es una matriz n ˆ n que no es semejante a la matriz identidad.
Por el teorema 12.9.7, la matriz A es semejante a una matriz escalonada B “ pbi,j q diferente
de la matriz identidad. Por el teorema 12.9.9, el último renglón de B es nulo, de modo que
por el teorema 12.7.3 |B| “ 0. Sean ahora E1 , E2 , . . . , Ek matrices elementales tales que B
“ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A. Por un razonamiento similar al anterior, 0 “ |B| “ |Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A|
“ |Ek ||Ek´1 | ¨ ¨ ¨ |E2 ||E1 ||A|, y como las matrices elementales tienen determinante diferente
de 0, tenemos que |A| “ 0. ‚
12.9.11. Teorema. Una matriz cuadrada A es invertible si y sólo si A „ I.
Demostración. Supongamos que A es invertible. Por el teorema 12.9.7, la matriz A es
semejante a una matriz escalonada B por lo que existen matrices elementales E1 , E2 , . . . , Ek
tales que B “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A. Como la matriz A es invertible y las matrices elementales
son invertibles, entonces por el teorema 12.4.8 tenemos que B también es invertible. Ahora,
si B ‰ I, entonces el último renglón de B es nulo, por lo que para toda matriz cuadrada
C que sea del mismo orden que B se tiene que BC tiene el último renglón nulo, de donde
tenemos que B no sería invertible, por lo tanto B “ I con lo que concluimos que A „ I.
Supongamos ahora que A „ I. Existen matrices elementales E1 , E2 , . . . , Ek tales que
I “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A, es decir A “ E1´1 E2´1 ¨ ¨ ¨ Ek´1
´1
Ek´1 y A´1 “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 , por lo
que A es invertible. ‚
Como consecuencia de los teoremas 12.9.10 y 12.9.11 tenemos el siguiente corolario.
12.9.12. Corolario. Una matriz cuadrada es invertible si y sólo si su determinante es dife-
rente de cero.
12.9.13. Teorema. Si A y B son matrices cuadradas del mismo orden y AB “ I, entonces
A “ B ´1 y B “ A´1 .
Demostración. Demostremos primero que A es invertible. Si A no fuera invertible, por el
teorema 12.9.11 tampoco sería semejante a la matriz identidad I, por lo que sería semejante
a una matriz D con el último renglón nulo y existirían matrices elementales E1 , E2 , . . . , Ek
tales que D “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A y tendríamos que DB “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 también tendría
12.9. Operaciones elementales por renglón 351
el último renglón nulo, de modo que 0 “ |Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 | “ |Ek ||Ek´1 | ¨ ¨ ¨ |E2 ||E1 | ‰ 0,
llegando así a una contradicción que demuestra que A es invertible. Ahora,
a) |A| “ 0.
b) |B| “ 0 y |A| ‰ 0.
c) |A| ‰ 0 y |B| ‰ 0.
Si |A| “ 0, entonces A es semejante a una matriz escalonada C con el último renglón nulo,
por lo que existen matrices elementales E1 , E2 , . . . , Ek tales que A “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 C, y
así |AB| “ |Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 CB| “ |Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 ||CB| pero como CB tiene el último
renglón nulo, entonces |CB| “ 0, concluyéndose que |AB| “ 0 “ |A||B|.
Si |B| “ 0 y |A| ‰ 0, entonces B es semejante a una matriz escalonada D cuyas compo-
nentes en el último renglón son solamente ceros y A es semejante a I. Así, existen matrices
elementales F1 , . . . , Fp , G1 , . . . , Gq tales que F1 F2 . . . Fp “ A y G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq D “ B, por lo que
|AB| “ |F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq D| “ |F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq ||D| “ |F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq |0
“ 0, concluyéndose que |AB| “ 0 “ |A||B|.
Si |B| ‰ 0 y |A| ‰ 0, entonces A y B son semejantes a I. Así, existen matrices elemen-
tales F1 , . . . , Fp , G1 , . . . , Gq tales que F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp “ A y G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq “ B, por lo que |AB|
“ |F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq | “ |F1 ||F2 | ¨ ¨ ¨ |Fp ||G1 ||G2 | ¨ ¨ ¨ |Gq | “ |F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp ||G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq | “
|A||B|. ‚
1
12.9.15. Corolario. Si A es una matriz cuadrada invertible, entonces |A´1 | “ |A|
.
Demostración. Este corolario es una consecuencia de los teoremas 12.9.14 y 12.7.9 y del
corolario 12.9.12. ‚
12.9.16. Definición. Supongamos que tenemos un sistema de n ecuaciones lineales homo-
géneas con n incógnitas
tiene una solución única si y sólo si la matriz A “ pai,j q de orden n ˆ n tiene determinante
diferente de cero.
Recordemos que la solución del sistema de ecuaciones dado en el teorema 12.9.17 está
dado por px1 x2 . . . xn qt “ A´1 pb1 b2 . . . bn qt cuando la matriz A es invertible, es decir cuando
tiene determinante diferente de cero. Introduciremos a continuación el concepto de matriz
adjunta que servirá para calcular, cuando exista, la inversa de una matriz.
12.9.18. Definición. Dada una matriz cuadrada A “ pai,j q de orden n ˆ n, si Ai,j es el
cofactor de la componente i, j de la matriz A, a la transpuesta de la matriz pAi,j q se la
llama la matriz adjunta de A o adjunta de la matriz A. A la adjunta de la matriz A la
denotaremos por A˚ ó por adj A.
12.9.19. Lema. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y pAi,j q es las matriz de cofactores,
entonces para i ‰ j tenemos
n
ÿ
ai,k Aj,k “ 0.
k“1
n n
y por el teorema 12.7.15 tenemos que |B| “ ai,k Aj,k , por lo tanto
ř ř
ai,k Aj,k “ 0. ‚
k“1 k“1
ApA˚ q “ |A|I.
Demostración. Sea pbi,j q “ ApA˚ q. La i-ésima fila de A es pai,1 , ai,2 , . . . , ai,n q y la j-ésima
columna de A˚ es pAj,1 Aj,2 . . . Aj,n qt . Ahora, como bi,j es la componente i, j de ApA˚ q,
entonces n
ÿ
bi,j “ pai,1 ai,2 . . . ai,n qpAj,1 Aj,2 . . . Aj,n qt “ ai,k Aj,k ,
k“1
y por el teorema 12.7.15 llegamos a que bk,k “ |A|, pero por el lema 12.9.19, para i ‰ j, se
tiene bi,j “ 0, por lo tanto pbi,j q “ |A|I, es decir ApA˚ q “ |A|I. ‚
12.9.21. Corolario. Si A es una matriz invertible, entonces
1 ˚
A´1 “ A .
|A|
Demostración. Observando que la matriz |A| I conmuta con cualquier matriz, tenemos
1 ˚
´ ¯ ´ ¯ ´ ¯
que A |A|
1 1
A˚ “ A |A| 1
I A˚ “ |A| 1
I ApA˚ q “ |A| 1
ApA˚ q “ |A| |A|I “ I. ‚
Otro método para resolver un sistema de ecuaciones lineales lo da el siguiente teorema que
se le conoce como la regla de Cramer. Antes de enunciar la regla de Cramer establezcamos
algo de notación. En el sistema de ecuaciones lineales
a1,1 x1 ` a2,1 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,1 xn “ b1
a1,2 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,2 xn “ b2
..
.
a1,n x1 ` a2,n x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,n xn “ bn ,
Ejercicios.
1. Hallar las adjuntas de las matrices siguientes y en caso de que sean invertibles calcular
su inversa:
¨ ˛
¨
3 1 5
˛ 4 2 ´1 1
˜ 3 1
¸ ˜ ¸ ´2 2 2
1 1 ˚ 4 6 ´3 3 ‹
˚ ‹
2
´ 2
a) , b) , c) ˚
˝ 4 6 ´7 ‚, d) ˚ ‹.
˚ ‹
‹
´2 2 2 2 ˚ 2 2 1
˝ 2 ‹‚
2 2 1
1 6 4 ´2
2. Decir si la siguiente matriz es invertible y en caso de ser invertible calcular su inversa
por el método de Gauss: ¨ ˛
3 2 ´1 1
˚ 4 6 3 ‹
˚ ‹
´3
˚ ‹.
˚ 2 ´2 1 2 ‹
˝ ‚
1 6 4 ´2
3x ` 2y ´ z ` w “ 2
4x ` 6y ´ 3z ` 3w “ 1
2x ´ 2y ` z ` 2w “ 0
x ` 6y ` 4z ´ 2w “ 3.
Capítulo 13
CONJUNTOS Y ESTRUCTURAS
13.1. Introducción
En este capítulo se estudiarán alguna de las estructuras algebraicas más importantes en las
matemáticas como son las de grupo, anillo y cuerpo. Los temas no se verán con la profundidad
de los libros especializados y se darán sólo los resultados más importantes, principalmente
los que tienen vinculación con la teoría de números y que deducen propiedades de éstos. Al
lector que esté interesado en profundizar con los temas de estructuras algebraicas se le invita
a estudiar las siguientes obras: «Algèbre» de N. Bourbaki (Hermann, Paris), «The Theory
of Groups» de H. Hall (The McMillan Company, New York 1959) y «Lectures in Abstract
Algebra I, II, III» de N. Jacobson (Springer-Verlag, New York 1975).
Se decidió poner este capítulo en esta parte del libro con el objeto de poder darle al lector
una buena variedad de ejemplos de estas estructuras sin que les sean extraños.
Comenzaremos el estudio con la estructura algebraica conocida como grupo.
355
356 13.2. Grupos
13.2. Grupos
13.2.1. Definición. Sea G un conjunto y ˚ una operación definida en G. Decimos que el
conjunto G con la operación ˚ forma un grupo, o más precisamente, que la pareja pG, ˚q
es un grupo, si se satisfacen las siguientes cuatro propiedades:
de a se le denotará como ´a. En lo que reste del capítulo, G siempre denotará un conjunto
que forma un grupo con alguna operación ¨, a menos que expresamente se diga otra cosa.
Observemos que no siempre es válida la propiedad conmutativa en los grupos. Por ejemplo,
si GLn es el conjunto de matrices invertibles de n ˆ n, no siempre se vale que AB “ BA para
A, B P GLn .
13.2.7. Definición. Cuando tengamos un grupo pG, ¨q en el que se cumpla que ab “ ba para
todo a, b P G, diremos que el grupo es un grupo conmutativo o también que es un grupo
abeliano.
13.2.8. Teorema. Si a, b P G, entonces pabq´1 “ b´1 a´1 .
Demostración. De la propiedad asociativa tenemos que pabqpb´1 a´1 q “ apbpb´1 a´1 qq “
appbb´1 qa´1 q “ apea´1 q “ aa´1 “ e, además tenemos también que pb´1 a´1 qpabq “
b´1 pa´1 pabqq “ b´1 ppa´1 aqbq “ b´1 pebq “ b´1 b “ e, por lo tanto b´1 a´1 es el inverso de ab. ‚
13.2.9. Observación. Debido a la propiedad asociativa, no hay ambigüedad en cuanto al
significado de expresiones como abc ó abcd, etc., cuando a, b, c, d P G. Es decir, no importa
cuál de las operaciones se realice primero y cuál después, aunque sí importa el orden de
aparición de los elementos de G cuando el grupo no es conmutativo.
13.2.10. Notación. Siempre que tengamos una operación que se denote por ¨, donde escri-
bimos ab en lugar de a ¨ b, cuando tengamos una sucesión finita pa1 , a2 , . . . , an q de elementos
n
del conjunto en el cual está definida la operación, el símbolo ak denotará lo siguiente:
ś
k“1
˜ ¸
1
ź 2
ź n`1
ź n
ź
ak “ a1 , ak “ a1 a2 , ..., ak “ ak ak`1 ,
k“1 k“1 k“1 k“1
n
donde intuitivamente a veces escribimos ak “ a1 a2 a3 ¨ ¨ ¨ an . De manera similar, cuando la
ś
k“1
n
operación se denote como +, la expresión ak representará lo siguiente:
ř
k“1
˜ ¸
1
ÿ 2
ÿ n`1
ÿ n
ÿ
ak “ a1 , ak “ a1 ` a2 , ..., ak “ ak ` ak`1 ,
k“1 k“1 k“1 k“1
n
donde intuitivamente escribimos ak “ a1 ` a2 ` a3 ` ¨ ¨ ¨ ` an . Además, cuando n sea un
ř
k“1
n n
entero positivo tomaremos an :“ a y na :“ a. También definiremos a0 :“ e y cuando
ś ř
k“1 k“1
n se un entero negativo an :“ pa q ´1 ´n
.
El siguiente corolario es una consecuencia del teorema 13.2.8 y el lector lo puede demostrar
con detalle usando inducción matemática.
13.2.11. Corolario. Si pa1 , a2 , . . . , an q es una sucesión finita de elementos de G, entonces
´1 ´1 ´1
pa1 a2 ¨ ¨ ¨ an q´1 “ a´1
n an´1 ¨ ¨ ¨ a2 a1 . Más precisamente,
˜ ¸´1
n
ź n
ź
ak “ a´1
n´k`1 .
k“1 k“1
358 13.2. Grupos
aq ax “ bx ùñ a “ b. bq xa “ xb ùñ a “ b.
tiene que x´1 “ ex´1 P H, por lo que todo elemento de H tiene su inverso en H. De lo
anterior concluimos que H ă G, terminando la demostración del teorema. ‚
13.2.18. Definición. Supongamos que H ă G y que a P G. Sea Ha :“ tha : h P Hu.
Cualquier conjunto de la forma Ha donde a P G se llama clase lateral derecha de H. Ob-
servemos que la notación anterior tiene sentido siempre y cuando no sucedan cosas «extrañas»
como el hecho de que, además de que H ă G, se tenga que H P G. Hecha la aclaración, mien-
tras no se especifique lo contrario, supondremos siempre que si H ă G, entonces H R G de tal
manera que la notación Ha no se preste a confusión. Así mismo aH :“ tah : h P Hu y a tal
conjunto se le llamará clase lateral izquierda de H. Además si K y L son dos subconjuntos
cualesquiera de G, el símbolo KL representará al conjunto tkl : k P K y l P Lu, mientras que
el símbolo K ´1 representará al conjunto tk ´1 : k P Ku. Al conjunto de las clases laterales
derechas de H incluidas en G lo denotaremos como G{H.
13.2.19. Teorema. Sea pG, ¨q un grupo y H ă G. El conjunto tHa : a P Gu, de todas las
clases laterales derechas de H, es una partición en clases de G.
Demostración. Como para todo a P G tenemos que a “ ea P Ha, entonces la unión de
todas las clases laterales derechas de H es G. Demostremos ahora que dos clases laterales
derechas de H son disjuntas o iguales. Sea c un elemento de G que pertenece a dos clases
laterales derechas Ha y Hb. Existen un h1 P H y un h2 P H tales que h1 a “ h2 b “ c. Ahora,
para todo h P H tenemos que ha “ hph´1 1 h1 aq “ hph1 h2 bq “ phh1 h2 qb P Hb, por lo tanto
´1 ´1
Ha Ă Hb. Análogamente se puede demostrar que Hb Ă Ha, teniendo así que Ha “ Hb.
Hemos demostrado pues que dos clases laterales derechas son disjuntas o iguales y así que el
conjunto de clases laterales derechas de H es una partición de G. ‚
13.2.20. Teorema. Si H ă G y H es un conjunto finito, entonces el número de elementos
de cualquier clase lateral derecha de H es igual al número de elementos de H.
Demostración. Sea Ha una clase lateral derecha de H. Demostremos que la función f :
H ÝÑ Ha tal que f phq “ ha es una biyección de H en Ha. Por definición de clase lateral
derecha de H, la función f es una función sobre Ha. Ahora, por la ley de la cancelación por
la derecha, si h1 ‰ h2 , entonces h1 a ‰ h2 a, de tal manera que f es una biyección de H en
Ha y así H y Ha tienen el mismo número de elementos. ‚
13.2.21. Definiciones. Los dos resultados anteriores y la mayoría de los resultados referentes
a clases laterales derechas también son válidos para las clases laterales izquierdas, haciendo
los cambios obvios en los enunciados. Cuando H ă G y el conjunto de las clases laterales
derechas de H es finito, llamaremos al número de clases laterales derechas de H el índice
de H en G y lo denotaremos así rG : Hs. (Debido a la observación anterior, rG : Hs es
también el número de clases laterales izquierdas de H). Cuando pG, ¨q sea un grupo y G sea
un conjunto finito, diremos que pG, ¨q es un grupo finito y al número de elementos de G se
le llama orden del grupo pG, ¨q. En el caso en que G tenga un número infinito de elementos
diremos que pG, ¨q es de orden infinito. Al orden de pG, ¨q lo denotaremos así opGq y por
simplicidad también decimos que es el orden de G.
De los teoremas 13.2.19 y 13.2.20, se deduce el siguiente resultado.
13.2.22. Teorema de Lagrange. Si pG, ¨q es un grupo finito y H ă G, entonces opGq “
opHqrG : Hs.
360 13.2. Grupos
Demostración. Por el teorema 13.2.29, existe un entero m tal que m opgq “ opGq, por lo
tanto g opGq “ g m opgqs “ pg opgq qm “ em “ e. ‚
13.2.31. Corolario. Si pG, ¨q es un grupo finito cuyo orden es un número primo, entonces
el grupo es cíclico y generado por cualquier elemento de G diferente de la identidad.
Demostración. Supongamos que e ‰ g P G y que el orden de G es un número primo p.
Los únicos enteros positivos que dividen a p son 1 y p, pero como g ‰ e, el teorema 13.2.29
nos lleva a que el orden de g es p. Ahora, como xgy Ă G, por el teorema 13.2.28 tenemos que
opxgyq “ opgq “ p “ opGq, entonces necesariamente xgy “ G. ‚
13.2.32. Definición. Sea ϕ : N ÝÑ N definida de la siguiente manera ϕp1q “ 1 y si n ą 1,
entonces ϕpnq es el número de enteros positivos menores que n que sean primos relativos con
n. A tal función ϕ se le llama la función de Euler y se le denotará así a lo largo de este
capítulo. Por ejemplo, los enteros positivos menores que 10 y que son primos relativos con
10 son 1, 3, 7 y 9, por lo que ϕp10q “ 4, de manera similar ϕp2q “ 1, ϕp3q “ 2, ϕp4q “ 2,
ϕp5q “ 4, ϕp6q “ 2, ϕp7q “ 6, ϕp8q “ 4, etc. Observemos que si p es un número primo,
entonces ϕppq “ p ´ 1.
El siguiente lema servirá para dar algunas aplicaciones de los grupos en la teoría de
números.
13.2.33. Lema. El conjunto Pn :“ trjsn : j ă n y j es primo relativo con nu, que está
incluido en Zn , forma un grupo con la multiplicación módulo n.
Demostración. Observemos que debido al teorema 4.7.31, la multiplicación módulo n es
asociativa y r1sn es elemento identidad con la multiplicación módulo n, por lo que es suficiente
demostrar que la multiplicación módulo n es cerrada en Pn y que todo elemento de Pn tiene un
inverso en Pn . Demostremos primero que la operación es cerrada. Sean m, k P t0, 1, . . . , n´1u
tales que rmsn , rksn P Pn . Como m y k son primos relativos con n, entonces también lo es
mk, pero por el algoritmo de la división, existen enteros a y r, tales que mk “ an ` r y
0 ĺ r ă n, ahora, si r no fuera primo relativo con n, entonces tampoco lo sería an ` r “ mk,
de donde tenemos que necesariamente r es primo relativo con n teniéndose así que rmsn rksn “
rrsn P Pn , quedando demostrado que la multiplicación es cerrada en Pn . Demostremos ahora
que todo elemento de Pn tiene un inverso multiplicativo. Tomemos un elemento de Pn y
denotémoslo como rmsn , donde 0 ĺ m ă n (en realidad se tiene también que 0 ă m). Como
la multiplicación módulo n es cerrada en Pn y el conjunto Pn tiene menos de n elementos,
entonces alguno de los elementos rms1n , rms2n , . . . , rmsnn , está repetido, es decir existen dos
enteros positivos diferentes k, l ĺ n, tales que rmskn “ rmsln . Supongamos que l es el primer
entero positivo tal que existe un entero k mayor que l y menor que n`1, tal que rmskn “ rmsln .
De la igualdad anterior, obtenemos que n | mk ´ ml “ ml pmk´l ´ 1q y así n | mk´l ´ 1, es
decir rmsk´l´1
n rmsn “ r1sn , con lo cual concluimos que rmsk´l´1 n es el inverso multiplicativo
de rmsn , terminando así la demostración del lema. ‚
13.2.34. Teorema de Euler. Si n es un entero positivo y a es primo con respecto a n,
entonces aϕpnq ”n 1.
Demostración. El teorema se sigue del lema 13.2.33, de la definición de la función de Euler
ϕ y del corolario 13.2.30. ‚
362 13.2. Grupos
Como aplicación del teorema de Euler a la teoría de números, tenemos el siguiente coro-
lario conocido como corolario de Fermat.
13.2.35. Corolario de Fermat. Si p es un número primo y a es un entero, entonces ap ”p a.
Demostración. Como p es un número primo, entonces ϕppq “ p ´ 1, por lo tanto, si p
no divide a un entero a, tenemos que p y a son primos relativos, y además rasp “ rrsp para
algún r P t0, 1, . . . , p ´ 1u, por lo que debido al teorema de Euler tenemos que rap sp “ raspp “
p rrsp “ r1sp rrsp “ rrsp “ rasp , por lo tanto a ”p a. Ahora, si p divide al número a,
rrspp “ rrsp´1 p
entonces también divide a a y se tiene que a ”p a, con lo que el corolario queda demostrado.
p p
‚
13.2.36. Definición. Sea pG, ¨q un grupo y N ă G. Decimos que pN, ¨q es un subgrupo
normal de pG, ¨q si para todo g P G tenemos que gN g ´1 Ă N . Al hecho de que pN, ¨q sea
un subgrupo normal de pG, ¨q se le denotará como pN, ¨q C pG, ¨q o simplemente como N C G
cuando la referencia a la operación ¨ sea clara.
13.2.37. Lema. Sea pG, ¨q un grupo y N C G. Toda clase lateral derecha de N es también
una clase lateral izquierda de N y toda clase lateral izquierda de N es también una clase
lateral derecha de N . Más precisamente, para todo g P G tenemos que N g “ gN .
Demostración. Sea g P G, es decir sea gN una clase lateral izquierda de N . Por hipótesis
tenemos que gN g ´1 Ă N . Ahora, por la propiedad asociativa tenemos que gN “ gN pg ´1 gq “
pgN g ´1 qg Ă N g. Como pg ´1 q´1 “ g tenemos también por hipótesis que g ´1 N g Ă N y
de nuevo por la propiedad asociativa tenemos que N g “ pgg ´1 qN g “ gpg ´1 N gq Ă gN ,
concluyendo así que N g “ gN . ‚
13.2.38. Definición. Cuando pG, ¨q es un grupo y N C G, a cualquier clase lateral izquierda
o derecha le llamamos simplemente clase lateral. Esta definición tiene sentido debido al
lema anterior. En este contexto, cuando dos elementos g, h P G están en una misma clase
lateral, decimos que g y h son congruentes módulo N y a tal hecho se le denota así g ”N h
ó así g ” hpmódN q.
13.2.39. Ejemplo. Como ejemplo tenemos que si n es un número entero y nZ es el conjunto
de los múltiplos enteros de n, entonces el conjunto de los enteros módulo n coincide con
el conjunto de clases laterales de nZ con la operación de suma, es decir, con esta nueva
terminología, los enteros módulo n son los enteros módulo nZ, teniéndose que Zn “ Z{ nZ,
donde las clases laterales se están tomando con respecto a la operación de suma.
13.2.40. Lema. Sea pG, ¨q un grupo y N C G. El producto de dos clases laterales es una
clase lateral.
Demostración. Sean g, h P G, es decir sean gN y hN dos clases laterales. Por el lema
13.2.37 y por la propiedad asociativa tenemos que pgN qphN q “ pgN hqN “ pghN qN . Obser-
vemos que N N “ N , en efecto si n P N , entonces, como e P N tenemos que n “ ne P N , y
si n1 , n2 P N , entonces, por ser N ă G, tenemos que n1 n2 P N . Del hecho de que N N “ N y
de la propiedad asociativa tenemos que pghN qN “ ghpN N q “ ghN . ‚
13.2.41. Lema. Sea pG, ¨q un grupo y N ă G. Si toda clase lateral derecha de N es una
clase lateral izquierda de N o si toda clase lateral izquierda de N es una clase lateral derecha
de N , entonces N C G y además para todo g P G se tiene que gN g ´1 “ N .
13.2. Grupos 363
Demostración. Supongamos que toda clase lateral derecha de N es una clase lateral iz-
quierda de N . Tenemos pues que si g P G, entonces existe un h P G tal que gN “ N h,
pero como g P N h, entonces N h “ N g, por lo que gN “ N g, de donde obtenemos que
gN g ´1 “ pN gqg ´1 “ N pgg ´1 q “ N e “ N . De manera análoga se demuestra que si toda clase
lateral izquierda de N es una clase lateral derecha de N , entonces gN g ´1 “ N , para todo
g P G. ‚
13.2.42. Lema. Sea pG, ¨q un grupo y N ă G. Si el producto de cualesquiera dos clases late-
rales derechas (o izquierdas) de N es una clase lateral derecha (o izquierda respectivamente),
entonces N C G.
Demostración. Se hará la demostración solamente para el caso de clases laterales derechas.
Supongamos que el producto de dos clases laterales derechas es una clase lateral derecha y sea
g P G. El conjunto pN gqpN g ´1 q es una clase lateral derecha a la cual pertenece la identidad
e, por lo que N pgN g ´1 q “ pN gqpN g ´1 q “ N e “ N , teniéndose así que gN g ´1 “ epgN g ´1 q
Ă N pgN g ´1 q “ N , por lo tanto N C G. ‚
13.2.43. Teorema. Sea pG, ¨q un grupo y N ă G. Las siguientes proposiciones son equiva-
lentes:
a) N C G.
b) Toda clase lateral derecha de N es una clase lateral izquierda de N . Más precisamente,
para todo g P N se tiene que gN “ N g.
Demostración. Debido al lema 13.2.37 se tiene que a) implica b). Debido al lema 13.2.40
se tiene que a) implica c). Debido al lema 13.2.41 se tiene que b) implica las proposiciones
a) y d). Debido al lema 13.2.42 se tiene que c) implica a). Por definición de grupo normal se
tiene que d) implica a). Por definición de grupo se tiene que e) implica c).
Hasta aquí podemos observar que las proposiciones a), b), c) y d) son equivalentes y que
e) implica cualquiera de éstas. Observemos que si se cumple c), entonces pN gqpN hq “ N pghq,
para todo g, h P G, en particular pN gqpN eq “ N g “ pN eqpN gq y pN gqpN g ´1 q “ N e, por
lo que N “ N e es el elemento identidad para la multiplicación de clases laterales derechas
y el inverso de N g es N g ´1 . Si g, h, k P G, entonces pN gqppN hqpN kqq “ pN gqpN phkqq
“ N pgphkqq “ N ppghqkq “ pN pghqqpN kq “ ppN gqpN hqqpN kq. Por lo tanto también se
cumple la propiedad asociativa, es decir el conjunto G{N de clases laterales derechas de N
forma un grupo con la multiplicación de clases laterales. ‚
Ejercicios.
1. Demostrar que pZn , `q es un grupo conmutativo.
364 13.2. Grupos
4. Sea pG, ¨q un grupo con identidad e tal que para todo g P G se tiene que g ¨ g “ e.
Demostrar que dicho grupo es abeliano.
5. Dar un ejemplo de un grupo con más de dos elementos en donde se cumpla la propiedad
descrita en el ejercicio 4.
7. Sea pG, ¨q un grupo tal que para cualesquiera dos g, h P G se tiene que pghq´1 “ g ´1 h´1 .
¿Dicho grupo necesariamente es conmutativo?
8. Sea GLn el conjunto de las matrices n ˆ n que son invertibles y SLn el conjunto de
las matrices n ˆ n con determinante 1. Tomando la multiplicación de matrices como
operación, demostrar que SLn ă GLn .
10. Sea pG, ¨q un grupo cuya identidad es e y sea H :“ tg P G : g 2 “ eu. Demostrar que
H ă G.
13.3. Homomorfismos 365
13.3. Homomorfismos
13.3.1. Definición. Sean pG, ¨q y pG1 , ˚q dos grupos y f : G ÝÑ G. Decimos que f es un
homomorfismo entre los grupos pG, ¨q y pG1 , ˚q si para cualesquiera dos elementos g, h P G
se tiene que f pg ¨ hq “ f pgq ˚ f phq.
Un ejemplo interesante de homomorfismo de grupo es el siguiente. Tomemos los grupos
pR, `q y pRzt0u, ¨q y la función exp : R ÝÑx Rzt0u. Tal función exp es un homomorfismo
xÞÑe
entre los grupos pR, `q y pRzt0u, ¨q puesto que exppx ` yq “ ex`y “ ex ¨ ey “ exppxq ¨ exppyq.
El siguiente teorema muestra dos propiedades muy importantes de los homomorfismos de
grupos como son los hechos de preservar la identidad y los inversos.
13.3.2. Teorema. Si f : G ÝÑ G1 es un homomorfismo entre los grupos pG, ¨q y pG1 , ˚q, con
identidades e y e1 respectivamente entonces:
a) f peq “ e1 .
b) f px´1 q “ f pxq´1 .
misma y todas las propiedades interesantes de uno las tiene el otro. Al hecho de que los
grupos pG, ¨q y pG1 , ˚q sean isomorfos se le denota así pG, ¨q – pG1 , ˚q. Un automorfismo de
un grupo pG, ¨q es un isomorfismo (con respecto a la misma operación ¨) f : G ÝÑ G cuyo
recorrido es G. Es obvio que todo grupo pG, ¨q es isomorfo consigo mismo, pues la función
identidad en G siempre es un automorfismo. Al conjunto de todos los automorfismos de un
grupo pG, ¨q lo denotaremos así AutpGq o como AutpG, ¨q si se quiere ser específico.
13.3.7. Teorema. Si f : G ÝÑ G es un automorfismo de un grupo pG, ¨q, entonces f ´1
también es un automorfismo del mismo grupo.
Demostración. Sean a, b P G. Tenemos que f ´1 pa ¨ bq “ f ´1 pf pf ´1 paqq ¨ f pf ´1 pbqqq “
f ´1 pf pf ´1 paq ¨ f ´1 pbqqq “ f ´1 paq ¨ f ´1 pbq. ‚
13.3.8. Teorema. La composición de dos automorfismos es un automorfismo.
Demostración. Sean f y g dos automorfismos de un grupo pG, ¨q y a, b P G. Tenemos que
f ˝ gpabq “ f pgpabqq “ f pgpaqgpbqq “ f pgpaqqf pgpbqq “ pf ˝ gpaqqpf ˝ gpbqq. ‚
13.3.9. Teorema. El conjunto AutpGq forma un subgrupo del grupo pA pGq, ˝q de biyeccio-
nes de G en G con la composición de funciones.
Demostración. El teorema 13.3.9 se sigue de los teoremas 13.3.7 y 13.3.8 y del teorema
13.2.17. ‚
13.3.10. Teorema de Cayley. Todo grupo es isomorfo a algún subgrupo de pA pSq, ˝q para
algún conjunto S.
Demostración. Sea pG, ¨q un grupo. Demostraremos que el grupo pG, ¨q es isomorfo a un
subgrupo de pA pGq, ˝q. En nuestro caso el conjunto adecuado S del teorema será el propio
G.
Para cada g P G definamos la función τg : G ÝÑ G dada por τg paq :“ ga y sea T :“
tτg : g P Gu. Afirmamos que τg es una biyección de G en G. En efecto, τg paq “ τg pbq ðñ
ga “ gb ðñ a “ b, por lo que τg es inyectiva, pero además a P G ùñ τg pg ´1 aq “ a de modo
que τg es una biyección de G en G. Observando que τg´1 es la función inversa de τg y que
τg ˝ τh “ τgh (en particular τg ˝ τh´1 “ τgh´1 ), de modo que por el teorema 13.2.17 tenemos
que T ă A pGq.
Para terminar de demostrar el teorema, mostraremos que pG, ¨q y pT, ˝q son isomorfos. El
candidato a ser un isomorfismo de G sobre T es la función ψ : G ÝÑ T dada por ψpgq “ τg .
Veamos primero que ψ es un homomorfismo. En efecto, ψpghq “ τgh “ τg ˝ τh “ ψpgq ˝ ψphq.
Veamos ahora que ψ es un homomorfismo sobre T . En efecto, todo elemento de T es de la
forma τg para algún g P G y así ψpgq “ τg . Finalmente veamos que y es inyectiva. Tenemos
que ψpgq “ ψphq ùñ τg “ τh ùñ τg peq “ τh peq ùñ ge “ he ùñ g “ h. ‚
El teorema anterior indica que cualquier grupo tiene la estructura de un subgrupo de
biyecciones con la operación de composición, por lo que al estudiar solamente este tipo
de subgrupos estaremos prácticamente estudiando todos los grupos, de hecho el significado
original de la palabra grupo era de grupo de biyecciones. Aun así, el trabajo de estudiar los
grupos y sus propiedades es ilimitado. Observemos que en el transcurso de la demostración
del teorema de Cayley se ha demostrado también el teorema siguiente.
13.3.11. Teorema. Sea pG, ¨q un grupo. Si τg : G ÝÑ G es la función tal que τg paq “ ga,
13.3. Homomorfismos 367
13.4. Anillos
En esta sección estudiaremos una estructura algebraica en donde, a diferencia de la es-
tructura de grupo, intervienen dos operaciones en vez de una. Después de algunas definiciones
veremos unos ejemplos.
13.4.1. Definiciones. Sea R un conjunto en el cual están definidas dos operaciones ` y ¨
a las cuales les llamaremos suma (o adición) y producto (o multiplicación) y que para
cualesquiera a, b, c P R se satisfacen las siguientes propiedades:
b) a ¨ b P R.
c) a ¨ pb ¨ cq “ pa ¨ bq ¨ c.
d) a ¨ pb ` cq “ pa ¨ bq ` pa ¨ cq y pb ` cq ¨ a “ pb ¨ aq ` pc ¨ aq.
Con las condiciones anteriores diremos que la terna pR, `, ¨q es un anillo o que el conjunto R
forma un anillo con las operaciones de suma y multiplicación. Cuando exista un elemento
1 P R tal que a ¨ 1 “ 1 ¨ a “ a para todo a P R, entonces diremos que el anillo es un anillo
con elemento unitario y al elemento 1 se le llama el elemento unitario o uno (se le
llama uno generalmente cuando se denota con ese símbolo). Cuando se cumpla la propiedad
conmutativa para la multiplicación, es decir que para todo a, b P R se tenga que a ¨ b “ b ¨ a,
diremos que el anillo es un anillo conmutativo. Cuando la terna pR, `, ¨q satisfaga las
propiedades a), b) y d), pero para algunos a, b, c P R no se cumpla la propiedad asociativa
de la multiplicación (propiedad c)), diremos que pR, `, ¨q es un anillo no asociativo.
Estudiaremos algunas propiedades de los anillos, pero no analizaremos de momento los
anillos no asociativos.
Como ejemplos de anillos tenemos al conjunto de los números reales con la suma y multi-
plicación usuales, tal anillo es un anillo con elemento unitario y es un anillo conmutativo; el
conjunto de las matrices n ˆ n de números reales con la suma y multiplicación de matrices,
el cual es un anillo con elemento unitario, pero no es un anillo conmutativo; el conjunto de
los números enteros con la suma y multiplicación usuales, el cual es un anillo conmutativo y
también es un anillo con elemento unitario; el conjunto de los enteros que son múltiplos de 2
con la suma y multiplicación usuales, el cual es un anillo conmutativo, pero no es un anillo
con elemento unitario; el conjunto de los enteros módulo n con la suma y multiplicación
módulo n es un anillo conmutativo y también es un anillo con elemento unitario; el conjunto
de funciones polinomiales con coeficientes enteros con la suma y multiplicación de funciones
es un anillo conmutativo y anillo con elemento unitario.
En lo sucesivo escribiremos a veces ab en lugar de a ¨ b y, como sucede con el anillo de los
números reales con la suma y multiplicación usuales, supondremos que una expresión donde
aparezcan sumas y multiplicaciones, con ausencia de paréntesis se realizarán primero las
operaciones de multiplicación y luego las de suma, así por ejemplo ab ` c significará pabq ` c.
13.4. Anillos 369
Veamos otras definiciones que servirán para hacer otras clasificaciones de los anillos.
13.4.2. Definición. Cuando pR, `, ¨q es un anillo conmutativo, existe un a tal que 0 ‰ a P R,
existe un b tal que 0 ‰ b P R y además ab “ 0, decimos que a es un divisor del cero (en el
anillo).
13.4.3. Ejemplo. Tenemos que el conjunto Z8 con la suma y multiplicación módulo 8 forma
un anillo conmutativo y que los elementos r2s8 , r4s8 y r6s8 son divisores del cero (en este caso
el cero es r0s8 “ r8s8 ).
13.4.4. Definición. Un anillo conmutativo pR, `, ¨q es un dominio entero, si en R no
existen divisores del cero. Es decir, un anillo conmutativo pR, `, ¨q es un dominio si para
a, b P R se tiene que ab “ 0 ùñ a “ 0 ó b “ 0.
13.4.5. Ejemplos. Como ejemplos de dominios enteros tenemos a pR, `, ¨q, pZ, `, ¨q, pQ, `, ¨q,
pZ3 , `3 , ¨3 q.
13.4.6. Definición. Un anillo pR, `, ¨q es un anillo con división, semicuerpo o semicam-
po, si pRzt0u, ¨q es un grupo. En el caso en que pR, `, ¨q se un anillo con división y a P Rzt0u
escribiremos a veces a1 en lugar de a´1 , es decir a1 es el número tal que a ¨ a1 “ a1 ¨ a “ 1
13.4.7. Ejemplos. Como ejemplos de anillos con división tenemos a pR, `, ¨q, pQ, `, ¨q,
pZ7 , `7 , ¨7 q y pGLn Y t0u, `, ¨q, donde GLn es el conjunto de matrices invertibles de n ˆ n y
0 es la matriz de n ˆ n tal que todas sus componentes son 0.
13.4.8. Definición. Un anillo conmutativo pR, `, ¨q es un campo o cuerpo, si pRzt0u, ¨q
es un grupo abeliano. Es decir, un cuerpo es un anillo con división que es a su vez un anillo
conmutativo. En el caso en que pR, `, ¨q sea un campo, b P R y a P Rzt0u escribiremos a
veces ab en lugar de a1 ¨ b.
Observemos que todo cuerpo es un dominio entero.
13.4.9. Ejemplos. Como ejemplos de cuerpos tenemos a pR, `, ¨q, pQ, `, ¨q, pZ7 , `7 , ¨7 q. No
todos los dominios enteros son cuerpos, por ejemplo pZ, `, ¨q es un dominio entero que no es
cuerpo. El anillo pGLn Y t0u, `, ¨q, con n ľ 2, es un ejemplo de un anillo con división que no
es un cuerpo.
Veamos ahora algunos resultados importantes de la teoría de anillos.
13.4.10. Teorema. Si pR, `, ¨q es un anillo, entonces para todo a, b P R tenemos:
a) a0 “ 0a “ 0.
c) p´aqp´bq “ ab.
a) p´1qa “ ´a.
b) p´1qp´1q “ 1.
Demostración. Por el teorema 13.4.10 b) tenemos que p´1qa “ ´p1aq “ ´a, obteniéndose
así la parte a) del teorema. Por el teorema 13.4.10 c) tenemos que p´1qp´1q “ p1 ¨ 1q “ 1,
obteniéndose así la parte b) del teorema. ‚
13.4.12. Teorema. Todo dominio entero finito es un cuerpo.
Demostración. Sea pR, `, ¨q un dominio entero finito, es decir un dominio entero en el
cual el conjunto R es finito. Supongamos que #R “ n y que R “ t0, x1 , . . . , xn´1 u, es decir
x1 , . . . , xn´1 son todos los n ´ 1 elementos diferentes de 0 de R. Para todo r P R diferente
de 0, la función τr : R ÝÑ R dada por τr pxq “ rx es una biyección de R en R (para
verificar esto se puede seguir parte de la demostración del teorema de Cayley, observando
que τr pxq “ 0 ðñ x “ 0 ). Sea b el único elemento de R tal que rb “ r. Si y P R, entonces
y “ rc, para algún c P R. Ahora, yb “ prcqb “ rpcbq “ rpbcq “ prbqc “ rc “ y, por lo que b
es el elemento unitario al cual denotaremos por 1. Ahora, como también existe un d tal que
rd “ 1, éste debe ser el inverso de r y como r se escogió de manera arbitraria (sólo se pidió
que r ‰ 0), entonces el dominio entero finito es, en efecto, un cuerpo. ‚
13.4.13. Corolario. Si p es un número primo, entonces el anillo pZp , `p , ¨p q es un cuerpo.
Demostración. Sean m, n P Jp´1 “ t1, 2, . . . , p ´ 1u. Por ser p un número primo, en la
factorización de mn como producto de potencias de primos no aparece p, por lo que p no
divide a mn, es decir rmsp rnsp ‰ r0sp . Ahora, por ser pZp , `p , ¨p q un anillo conmutativo, este
es un dominio entero y por ser finito, del teorema 13.4.12 se sigue que es un cuerpo. ‚
Observemos que el corolario 13.4.13 también se pudo haber demostrado usando el lema
13.2.33.
13.4.14. Definición. Sean pR, `, ¨q y pR1 , `1 , ¨1 q dos anillos y f : R ÝÑ R1 . Decimos que la
función f es un homomorfismo de anillos si es homomorfismo con respecto a la suma y
además f pr ¨ sq “ f prq ¨1 f psq, para r, s P R. En el caso de que f sea inyectiva diremos que
es un isomorfismo de anillos. Si además de ser f un isomorfismo tenemos que f rRs “ R1 ,
diremos que R y R1 son isomorfos o, si se quiere ser más específico, diremos que pR, `, ¨q y
pR1 , `1 , ¨1 q son anillos isomorfos, lo cual se denota pR, `, ¨q – pR1 , `1 , ¨1 q o simplemente R – R1
cuando no haya peligro de confusión.
Ejercicios.
"ˆ ˙ *
α β
1. Demostrar que el conjunto : α, β P R forma un cuerpo con la suma y
´β α
multiplicación de matrices. (El conjunto anterior es isomorfo con el llamado conjunto
de los números complejos que estudiaremos en el capítulo 19).
13.4. Anillos 371
2. Demostrar que el conjunto de los números reales con la suma y multiplicación de nú-
meros reales es isomorfo con un subconjunto del conjunto dado en el ejercicio anterior
con la suma y multiplicación de matrices.
forma un anillo con división con la suma y multiplicación de matrices, pero tal anillo
con división no es un cuerpo.
372 13.5. Espacios vectoriales
a) α ˚ pu`vq
˜ “ pα ˚ uq`pα
˜ ˚ vq;
b) pα ` βq ˚ u “ pα ˚ uq`pβ
˜ ˚ uq;
c) pαβq ˚ u “ α ˚ pβ ˚ uq;
d) 1 ˚ u “ u.
a) 0u “ 0;
b) α0 “ 0;
c) αu “ 0 ùñ (α “ 0 ó u “ 0);
d) Si α ‰ 0, entonces αu “ αv ùñ u “ v;
e) Si u ‰ 0, entonces αu “ βu ùñ α “ β;
subgrupo de pR3 , `q, pero pZ3 , `q no es un subespacio vectorial de pR3 , `q. Para verificar lo
anterior basta con observar que 13 p2, 2, 1q “ p 32 , 23 , 13 q R Z3 .
13.5.10. Teorema. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo pK, `, ¨q y U Ă V . Una
condición necesaria y suficiente para que pU, `q sea un subespacio vectorial de pV, `q es que
para todo α P K y para todo u, v P U se satisfagan las siguientes dos propiedades:
a) u ` v P U ;
b) αu P U .
13.5.14. Definición. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo pK, `, ¨q y sea S Ă V .
Decimos que S es linealmente independiente o que los elementos de S son linealmente
independientes cuando para cualquier conjunto finito ts1 , s2 , . . . , sn u Ă S, se tiene que si
α1 , α2 , . . . , αn P K son tales que
n
ÿ
αk sk “ 0,
k“1
entonces α1 “ α2 “ ¨ ¨ ¨ “ αn “ 0.
13.5.15. Observación. Observemos que S es un conjunto linealmente independiente si y
sólo si ningún elemento v P S puede ser expresado como combinación lineal de elementos de
S diferentes de v. En particular tenemos que si S es un conjunto linealmente independiente,
entonces el vector cero 0 no pertenece a S.
13.5.16. Definición. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo K y S Ă V . Cuando
W “ tw P V : existe un conjunto finito ts1 , . . . , sn u Ă S tal que w es una combinación lineal
de los elementos de ts1 , . . . , sn uu, decimos que W está generado por S (o que S genera a
W ). Estableceremos que el conjunto generado por el conjunto vacío es t0u. A veces se usa la
palabra engendrar como sinónimo de generar.
13.5.17. Teorema. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo K y S Ă V . El conjunto
W que está generado por S forma un subespacio vectorial de pV, `q.
Demostración. Sean u, v P W y γ P K. Sean A y B subconjuntos finitos de S tales que u
es combinación lineal de elementos de A y v es combinación lineal de elementos de B. Como
A y B son finitos, también lo es A Y B, de modo que A Y B tiene m elementos diferentes
e1 , e2 , . . . , em , para algún m P NYt0u. Así, existen α1 , α2 , . . . , αm , β1 , β2 , . . . , βm P K tales que
m m m
αk ek y v “ βk ek , obteniendo así que u ` v “ pαk ` βk qek , es decir u ` v P W .
ř ř ř
u“
k“1 k“1 k“1
m
Ahora, γu “ pγαk qek , por lo que γu P W . Usando el teorema 13.5.10 concluimos la
ř
k“1
demostración del teorema. ‚
13.5.18. Definición. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo K y pW, `q un subes-
pacio vectorial de pV, `q. Se dice que un subconjunto S de V es una base de W (o de pW, `q),
si es linealmente independiente y además genera a W . Cuando S sea igual a un conjunto finito
te1 , e2 , . . . , en u con n elementos, a la sucesión pe1 , e2 , . . . , en q le llamaremos base ordenada.
13.5.19. Observación. Observemos que en cualquier espacio vectorial, el vector cero 0 no
es elemento de ninguna base.
13.5.20. Ejemplo. En el espacio vectorial pR4 , `q, el conjunto tp1, 0, 0, 0q, p0, 1, 0, 0q,
p0, 0, 1, 0qu es una base de tpx, y, z, 0q P R4 : x, y, z P Ru.
13.5.21. Ejemplo. Sea C pRq el conjunto de todas las funciones reales continuas con dominio
en el conjunto de los números reales y observemos que forma un espacio vectorial con la suma
de funciones sobre el cuerpo pR, `, ¨q. Para cada k P N Y t0u sea ek : R ÝÑ R. Podemos
xÞÑxk
observar que el conjunto tek : k P N Y t0uu es una base del espacio vectorial formado por
el conjunto de polinomios. Por ejemplo el polinomio 6 ` x2 ` 3x4 ´ 7x5 es igual a 6e0 pxq `
1e2 pxq ` 3e4 pxq ` p´7qe5 pxq. Siguiendo las mismas ideas tenemos por ejemplo que el conjunto
376 13.5. Espacios vectoriales
dim W ĺ dim V.
Ejercicios.
1. Supongamos que tenemos el espacio vectorial pR3 , `q. Sean α, β, γ P R. Demostrar que
tpαx, βx, γxq P R3 : x P Ru forma un subespacio vectorial de pR3 , `q.
3. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo pK, `, ¨q. Demostrar que la intersección
de dos conjuntos que forman subespacios vectoriales de pV, `q es un conjunto que forma
un subespacio vectorial de pV, `q.
4. Decir si lo que se pide demostrar en el ejercicio anterior sigue siendo válido en general
si se sustituye la palabra «intersección» por la palabra «unión». Justificar la respuesta.
6. Demostrar que en el espacio vectorial pR3 , `q el conjunto tp1, 0, 0q, p1, 1, 0q, p1, 1, 1qu
es una base de R3 . Expresar el vector p3, 4, ´1q como una combinación lineal de esta
base.
a) T pv ` wq “ T pvq ` T pwq;
b) T pαvq “ αT pvq.
Como sinónimos de transformación lineal existen los términos de función lineal y aplica-
ción lineal.
13.6.2. Observación. Observemos que una función T : V1 ÝÑ V2 es una transformación
lineal si y sólo si para cualesquiera dos vectores v, w P V1 y para cualesquier escalar α se tiene
que T pαv ` wq “ αT pvq ` T pwq.
13.6.3. Observación. La propiedad a) de la definición de transformación lineal indica que
una transformación lineal T : V1 ÝÑ V2 es necesariamente un homomorfismo del grupo pV1 , `q
en el grupo pV2 , `q, de modo que se pueden utilizar todas las propiedades referentes a los
homomorfismos entre grupos conmutativos. Observemos que el núcleo de una transformación
lineal T (visto como el núcleo de un homomorfismo de grupos) es kerpT q “ tv P V1 : T pvq “
0u.
Del teorema 13.5.10 y de la definición de transformación lineal se sigue el teorema si-
guiente.
13.6.4. Teorema. Sea T : V1 ÝÑ V2 una transformación lineal. El núcleo de T forma un
subespacio vectorial de V1 y el recorrido de T forma un subespacio vectorial de V2 .
13.6.5. Definición. Sean T : V1 ÝÑ V2 y S : V1 ÝÑ V2 dos transformaciones lineales y α
un escalar. Definiremos las funciones S ` T y αS como S ` T : V1 ÝÑ V2 y αS : V1 ÝÑ V2 .
vÞÑSpvq`T pvq vÞÑαSpvq
13.6.6. Observación. Observemos que si pV1 , `q y pV2 , `q son dos espacios vectoriales sobre
un cuerpo K, con la definición anterior, el conjunto de todas las transformaciones lineales de
V1 en V2 forma un espacio vectorial sobre el cuerpo K.
13.6.7. Notación. Al conjunto de las transformaciones lineales de V1 en V2 lo denotaremos
como LpV1 , V2 q o, si queremos especificar el cuerpo de escalares K sobre el cual se está
trabajando, lo denotaremos como LK pV1 , V2 q.
13.6.8. Definición. Decimos que dos espacios vectoriales pV1 , `q y pV2 , `q sobre un mismo
cuerpo son isomorfos si existe una transformación lineal T : V1 ÝÑ V2 que es una biyección
382 13.6. Transformaciones lineales
por lo tanto T es una transformación lineal. El hecho de que T sea una biyección de Kn en
V proviene de la definición de base y del teorema 13.5.22. ‚
Del teorema anterior y del hecho que la relación de isomorfismo entre espacios vectoriales
es una relación de equivalencia se deduce inmediatamente el siguiente corolario.
13.6.12. Corolario. Dos espacios vectoriales de dimensión finita sobre un mismo cuerpo son
isomorfos si y sólo si tienen la misma dimensión.
En vista del teorema 13.6.11 y del corolario 13.6.12, el estudiar un espacio vectorial de
dimensión finita n sobre un cuerpo K se reduce a estudiar el espacio vectorial pKn , `q.
A continuación veremos cómo una transformación lineal, cuyo dominio y recorrido son
espacios de dimensión finita, puede ser representada por medio de una matriz, es decir veremos
una relación importante que existe entre los conceptos de transformación lineal y de matriz.
En adelante, si no se especifica, supondremos que tenemos un espacio vectorial sobre un
cuerpo pK, `, ¨q; cuando hablemos de matrices, nos estaremos refiriendo a matrices cuyas
componentes son elementos en K; quedará definida la suma y resta de matrices de la misma
forma en que se definió en el capítulo 12, lo mismo que la multiplicación de matrices, y la
multiplicación de un escalar α por una matriz A “ pai,j q estará dada por αA :“ pαai,j q,
así como ´A :“ p´1qA, sólo que en este caso los ai,j y α son elementos de K, y 1 es el
elemento identidad para la multiplicación en K; de manera similar se definen los conceptos
de diagonal de una matriz, matriz identidad, matriz invertible, matriz inversa, matriz nula,
renglón nulo, multiplicación de un renglón por una matriz, transpuesta de una matriz o de
un renglón, matriz simétrica, determinante de una matriz cuadrada, menor y cofactor de una
componente, matriz ampliada, matrices equivalentes, operaciones elementales por renglón,
matrices elementales, matrices semejantes, forma escalonada de una matriz, solución trivial
de un sistema de ecuaciones (pero ahora con coeficientes en K) y matriz adjunta.
13.6. Transformaciones lineales 383
13.6.16. Teorema.
AIn “ In A “ A.
Es decir la matriz In es en efecto la identidad con respecto a la multiplicación de matrices
cuadradas de orden n ˆ n.
13.6.17. Teorema. Si una matriz tiene inversa, tal inversa es única.
13.6.18. Teorema. Si A y B son matrices invertibles del mismo orden, entonces
j R tk, lu, bi,k “ ai,l y bi,l “ ai,k para i P t1, 2, . . . , nu; entonces |B| “ ´|A|. Es decir si B es
la matriz que se obtiene al intercambiar dos columnas de la matriz A, entonces |B| “ ´|A|.
13.6.25. Teorema. Si A es una matriz cuadrada que tiene dos de sus renglones iguales (en
diferente posición), entonces |A| “ 0.
13.6.26. Corolario. Si A es una matriz cuadrada que tiene dos de sus columnas iguales,
entonces |A| “ 0.
13.6.27. Teorema. La matriz identidad tiene determinante 1.
13.6.28. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
i ‰ k y bk,j “ αak,j , entonces |B| “ α|A|.
13.6.29. Corolario. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
j ‰ k y bi,k “ αai,k , entonces |B| “ α|A|.
13.6.30. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
i ‰ k y bk,j “ ak,j ` αal,j , con l ‰ k, entonces |B| “ |A|. Es decir, si B es la matriz que se
obtiene dejando igual los renglones de la matriz A diferentes del k-ésimo y el renglón k-ésimo
de B es la suma de los renglones k-ésimo y un múltiplo del l-ésimo renglón de la matriz A,
entonces |B| “ |A|.
13.6.31. Corolario. Si B es la matriz cuadrada que se obtiene dejando igual las columnas
de la matriz A diferentes de la k-ésima y la k-ésima columna de B es la suma de la columna
k-ésima y un múltiplo de la l-ésima columna de la matriz A (con l ‰ k), entonces |B| “ |A|.
13.6.32. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz nˆn (con n ľ 2) y k P t1, 2, . . . , nu, entonces
n
ÿ
|A| “ ak,j Ak,j .
j“1
tiene una solución única si y sólo si la matriz A “ pai,j q de orden n ˆ n tiene determinante
diferente de cero.
13.6.48. Teorema. Para toda matriz cuadrada A,
ApA˚ q “ |A|I.
386 13.6. Transformaciones lineales
1 ˚
A´1 “ A .
|A|
Regresemos al estudio de las transformaciones lineales con el resultado que indica que
si conocemos los valores de una transformación lineal evaluada en una base de su dominio
entonces podemos conocer el valor de la transformación lineal evaluada en cualquier elemento
de su dominio.
13.6.50. Teorema. Sean pV1 , `q y pV2 , `q dos espacios vectoriales sobre un mismo cuerpo.
Si B es una base de V1 y f : B ÝÑ V2 , entonces existe una única transformación lineal
T : V1 ÝÑ V2 tal que T pbq “ f pbq para todo b P B.
Demostración. Para cada v P V1 sean b1 , . . . , bn elementos diferentes en B y α1 , . . . , αn
n n
escalares tales que v “ αk bk y definamos T pvq como αk f pbk q. Afirmamos que la función
ř ř
k“1 k“1
T así definida es una transformación lineal y es la única tal que T pbq “ f pbq para todo b P B.
En efecto, T es una transformación lineal puesto que si v, w P V1 y γ es un escalar, entonces,
para un número natural n suficientemente grande, existen diferentes elementos
ˆ n b1 , . . . , bn ˙P B
n n
tales que v “ αk bk y w “ βk bk , de modo que T pγv ` wq “ T
ř ř ř
pγαk ` βk qbk “
k“1 k“1 k“1
n
ř n
ř n
ř n
ř n
ř
pγαk `βk qf pbk q “ γαk f pbk q` βk f pbk q “ γ αk f pbk q` βk f pbk q “ γT pvq`T pwq,
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1
por lo que T es una transformación lineal y obviamente T pbq “ f pbq para todo b P B. Ahora, si
T 1 : V1 ÝÑ ˆ V2 fuera una
˙ transformación lineal tal que T 1 pbq “ f pbq para todo ˙ entonces
ˆ n b P B,
n
ř řn n
ř n
ř ř
T 1 pvq “ T 1 αk bk “ αk T 1 pbk q “ αk f pbk q “ αk T pbk q “ T αk bk “ T pvq,
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1
de donde se tiene la unicidad. ‚
13.6.51. Teorema. Si A es una matriz de orden n ˆ m, entonces la función T : Kn ÝÑ Km
vÞÑvA
es una transformación lineal.
Demostración. Por el teorema 13.6.19 tenemos que si u, v P Kn , entonces T pu ` vq “
pu`vqA “ uA`vA “ T puq`T pvq. Ahora, por el teorema 13.6.15, si α P K, entonces T pαuq “
pαuqA “ ppαIn quqA “ pαIn qpuAq “ αpuAq “ αT puq, por lo que T es una transformación
lineal. ‚
El teorema 13.6.51 tiene una especie de recíproco.
13.6.52. Teorema. Si T : Kn ÝÑ Km es una transformación lineal, entonces existe una
única matriz A de orden n ˆ m tal que para todo u P Kn se tiene que T puq “ uA.
Demostración. Tomemos es Kn la base te1 , . . . , en u, donde ek es el vector que tiene la
k-ésima componente igual a 1 y las otras iguales a 0. Sea A la matriz de orden n ˆ m cuyo
i-ésimo renglón es T pei q. Observando que si B es una matriz de n ˆ m, entonces ei B es el
13.6. Transformaciones lineales 387
columnas, a diferencia de aquí que son vistos como vectores renglón. En caso de que los
elementos de Kn sean vistos como vectores columna, es decir como una matriz n ˆ 1, se
acostumbra definir la matriz asociada a una transformación lineal T : Km ÝÑ Kn como la
matriz A de n ˆ m tal que T pvq “ Av, que es la transpuesta de lo que aquí consideramos
la matriz asociada. En tal caso la matriz cambio de base de una base de una base sería la
transpuesta de lo que nosotros hemos definido como matriz cambio de base.
Ejercicios.
2. Hallar la matriz asociada a la transformación lineal del ejercicio anterior con respecto
a las bases usuales en R3 y R2 .
TOPOLOGÍA
391
392 14.1. Espacios métricos
b) ρpx, yq “ 0 si y sólo si x “ y;
b) A es cerrado si y sólo si A “ A.
˝ ˝
c) A “ XzpXzAq; A “ XzintpXzAq; BA “ AzA.
d) pA Y Bq “ A Y B.
Demostración. Del teorema 14.1.13 se sigue a) y del teorema 14.1.15 se sigue b).
˝
De la definición de frontera, interior y de cerradura de un conjunto se sigue que BA “ AzA.
˝
De los teoremas 14.1.9, 14.1.13 y 14.1.15 se sigue que A “ XzpXzAq y que A “ XzintpXzAq,
con lo que tenemos c).
Para demostrar d) supongamos primero que x P A Y B. Si x P A, entonces toda bola con
centro en x interseca a A, y por lo tanto también interseca a A Y B, es decir x P pA Y Bq.
De manera similar, si x P B, entonces x P pA Y Bq, por lo tanto A Y B Ă pA Y Bq. Ahora,
si x P pA Y Bq, entonces cualquier bola con centro en x interseca a A Y B, es decir interseca
a A o interseca a B. Si x P A entonces x P A Y B. Si x R A entonces existe un r0 ą 0 tal
que Bpx, r0 q no interseca a A, por lo que si r ĺ r0 , entonces Bpx, rq tampoco intersecará a
A, de modo que si r ĺ r0 entonces Bpx, rq interseca a B y obviamente también lo interseca
si r ą r0 , por tanto x P B. Tenemos así que en cualquier caso x P A Y B, por lo tanto
pA Y Bq Ă A Y B, concluyendo que d) es verdadera. ‚
A continuación estudiaremos brevemente el concepto de conexidad. Comencemos defi-
niendo el significado de conjunto conexo.
14.1.17. Definición. Un espacio métrico pX, ρq se dice que es conexo cuando los únicos
subconjuntos de X que son abiertos y cerrados a la vez son X y ∅. Por otro lado, si pX, ρq
es un espacio métrico, decimos que un conjunto E Ă X es conexo cuando el espacio métrico
pE, ρ|E ˆ Eq es conexo (donde ρ|E ˆ E es la métrica ρ con el dominio restringido).
El teorema siguiente caracteriza los subconjuntos conexos del conjunto de números reales.
14.1.18. Teorema. Un conjunto E Ă R es conexo si y sólo si es un intervalo.
Demostración. Consideraremos al espacio métrico pE, dq, donde d es la distancia eucli-
diana. Supongamos primero que E es un conjunto conexo. Si E es el conjunto vacío o es
396 14.1. Espacios métricos
suptρpa1 , a2 q : a1 , a2 P Eu
tal que x P Ax , lo cual es posible debido a que Ψ es una cubierta abierta de E, teniendo así
que tAx : x P Eu es una cubierta abierta finita de E que tiene a lo más el mismo número de
elementos que E.
14.1.24. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico y E Ă X. Si E es compacto, entonces es
acotado.
Demostración. Supongamos que E es compacto. Tenemos que la colección tBpx, 1q : x P Eu
es una cubierta abierta de E. Como E es compacto, existe una subcolección finita que
es una cubierta de E, es decir existe un n P N y n elementos x1 , x2 , . . . , xn P E ta-
les que tBpx1 , 1q, Bpx2 , 1q, . . . , Bpxn , 1qu es una cubierta de E. Afirmamos que para r “
máxtρpx1 , xk q : k P t1, 2, . . . , nuu tenemos E Ă Bpx1 , r ` 1q. En efecto, si x P E, enton-
ces x P Bpxk , 1q para algún k P t1, 2, . . . , nu y ρpx1 , xq ĺ ρpx1 , xk q ` ρpxk , xq ă r ` 1, es decir
x P Bpx1 , r ` 1q. ‚
14.1.25. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico y E Ă X. Si E es compacto, entonces es
cerrado.
Demostración. Supongamos que E es compacto y veamos que el complemento de E es
abierto. Sea y P XzE y para cada x P E sea rx “ 21 ρpx, yq, teniéndose que la colección
tBpx, rx q : x P Eu es una cubierta abierta de E. Por ser E compacto, existe un n P N y n
elementos x1 , x2 , . . . , xn P E tales que tBpx1 , rx1 q, Bpx2 , rx2 q, . . . , Bpxn , rxn qu es una cubierta
de E. Tomemos ry “ míntrx1 , rx2 , . . . , rxn u. Si w P E, entonces pertenece a alguna bola
Bpxk , rk q, y no puede pertenecer a Bpy, ry q, puesto que de ser así tendríamos 2rxk “ ρpy, xk q ĺ
ρpy, wq ` ρpw, xk q ă ry ` rxk ĺ 2rxk . Como la bola Bpy, ry q no está incluida en ninguno de
los Bpxk , rxk q, entonces no está incluida en E, por lo que XzE es abierto y por el teorema 9,
E es cerrado. ‚
14.1.26. Teorema. Sean a, b P R tales que a ă b. El intervalo ra; bs es compacto.
Demostración. Sea Ψ una cubierta abierta de ra; bs, B “ td P ra; bs : existe un subconjunto
finito de Ψ que es cubierta de ra; bs} y c “ sup B. Tomemos un conjunto abierto Ac tal que
c P Ac P Ψ . Obviamente a ă c ĺ b. Veamos ahora que necesariamente c “ b. Si c fuera
menor que b, existiría un r ą 0 tal que pc ´ r; c ` rq Ă Ac , de modo que c ´ 2r P Ac y existe
un subconjunto finito Ψ 1 Ă Ψ tal que Ψ 1 es una cubierta de ra; c ´ 2r s. Ahora, el conjunto
Ψ 1 Y tAc u es un subconjunto finito de Ψ y es una cubierta abierta de ra; míntc ` 2r , bus, lo cual
contradice el hecho de que c “ sup B. ‚
14.1.27. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico, E Ă X un conjunto compacto y F Ă X
un conjunto cerrado. El conjunto E X F es compacto.
Demostración. Sea Ψ una cubierta abierta de E X F y notemos que Ψ Y tXzF u es una
cubierta abierta de E y, como E es compacto, existe un conjunto finito Ψ ˚ Ă Ψ Y tXzF u.
Ahora, Ψ ˚ es una cubierta abierta finita de E X F , pero como ningún elemento de E X F
está en XzF , entonces el conjunto Ψ ˚ ztXzF u Ă Ψ también es una cubierta abierta finita de
E X F , por lo tanto E X F es compacto. ‚
El teorema siguiente describe la forma en que deben ser los subconjuntos compactos del
conjunto de números reales.
14.1.28. Teorema. Un subconjunto E Ă R es compacto si y sólo si es cerrado y acotado.
398 14.1. Espacios métricos
Ejercicios.
1. Verificar que las funciones dadas en los ejemplos 14.1.2, 14.1.3, 14.1.4, 14.1.5 y 14.1.6
son métricas.
a) f es continua.
Cuando una función sea uniformemente continua en todo su dominio, diremos simplemente
que es uniformemente continua, sin necesidad de especificar en qué conjunto.
14.2.15. Observación. Notemos que si f es uniformemente continua en E, entonces es
continua en E.
14.2.16. Teorema. Sean pX, ρq y pZ, ζq dos espacios métricos. Si C Ă X es un conjunto
compacto y f : X ÝÑ Z es continua en C, entonces f es uniformemente continua en C.
Demostración. Sea C un subconjunto compacto de X y f : X ÝÑ Z una función
continua en C. Para todo ε ą 0 y todo x P C sea δx ą 0 tal que para y P C tene-
mos que ρpx, # yq˜ ă δx ¸ùñ ˜ζpf pxq, ¸ f pyqq ă ˜2ε . Como¸+ C es compacto, existe una colec-
δx1 δx2 δx n
ción finita B x1 , , B x2 , , . . . , B xn , que cubre C, donde cada xi es-
2 2 2
# +
δx1 δx2 δx n
tá en C. Ahora, si x, y P C son tales que ρpx, yq ă mín , ,..., y tomamos
2 2 2
# + ˜ ¸
δx1 δx2 δx n δx i
δ “ mín , ,..., , entonces, al tomar un i P t1, 2, . . . , nu tal que x P B xi , ,
2 2 2 2
δx i δxi
tendremos que ρpxi , yq ĺ ρpxi , xq ` ρpx, yq ă ` “ δxi , por lo que ζpf pxq, f pyqq ĺ
2 2
ζpf pxq, f pxi qq ` ζpf pxi q, f pyqq ă 2 ` 2 “ ε. Es decir, ρpx, yq ă δ ùñ ζpf pxq, f pyqq ă ε, para
ε ε
x, y P C. ‚
14.2.17. Definición. Sean pX, ρq y pZ, ζq dos espacios métricos. Siempre que exista una
biyección f entre X y Z tal que f : X ÝÑ Z es continua y f ´1 : Z ÝÑ X también es
continua, diremos que los espacios métricos pX, ρq y pZ, ζq son homeomorfos y se dice que
la función f es un homeomorfismo de espacios métricos.
14.2.18. Observación. Tenemos que si pX, ρq y pZ, ζq son dos espacios métricos y f : X ÝÑ
Z es un homeomorfismo sobre Z, entonces un conjunto A Ă X es abierto si y sólo si f rAs es
abierto; es cerrado si y sólo si f rAs es cerrado; es compacto si y sólo si f rAs es compacto; es
conexo si y sólo si f rAs es conexo; aunque puede suceder que A sea acotado y no lo sea f rAs.
14.2.19. Definición. Sea pX, ρq un espacio métrico. Decimos que una sucesión pxn q8n“1 de
elementos de X converge a un x P X (con respecto a la métrica ρ) si para todo ε ą 0 existe
un N P N tal que
nľN ùñ ρpxn , xq ă ε.
hipótesis tenemos que alguna subsucesión pxnk q8 k“1 de pxk qk“1 converge a algún x P X. Ahora,
8
debido al teorema 14.2.30 tenemos que pyk qk“1 converge a un y P X, y por el teorema 14.2.33
8
tenemos que y P Y . ‚
14.2.35. Teorema. Si pX, ρq un espacio métrico, E Ă X y x es un punto de acumulación
de E, entonces x P E.
Demostración. Como E “ E Y BE tenemos que si x P E, entonces x P E, pero si x R E,
entonces, por ser x un punto de acumulación, tenemos que para todo r ą 0 se tiene que
Bpx, rq X E ‰ ∅ y además, debido a que x R E se tiene que Bpx, rq X pXzEq ‰ ∅, de manera
que x P BE. En todo caso se tiene que x P E. ‚
El teorema 14.2.34 tiene un recíproco.
14.2.36. Teorema. Todo subespacio completo de un espacio métrico completo es cerrado.
Demostración. Sea pX, ρq un espacio métrico completo y sea Y Ă X tal que pY, ρq es
completo. Sea x P E y veamos que necesariamente x P E. Si x no estuviera en E tendríamos
que x P BE y sería un punto de acumulación de E, de manera que tendríamos una sucesión
n“1 de elementos de X que converge a x (verificar con detalle esta afirmación). Ahora,
pxn q8
por el teorema 14.2.30 tenemos que pxn q8
n“1 es una sucesión de Cauchy, y por definición de
espacio métrico completo tenemos que x P E, llegando a una contradicción. ‚
Dejamos al lector el demostrar el siguiente teorema (véanse las demostraciones correspon-
dientes para el caso de funciones en los cuales el dominio y el recorrido son subconjuntos de
R).
14.2.37. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico, sean f : X ÝÑ R y g : X ÝÑ R funciones
continuas, y sea α P R:
408 14.2. Funciones en espacios métricos
ε ´ ε¯ ε
f pyq ĺ ρpy, eq ĺ ρpx, yq ` ρpx, eq ă ` f pxq ` “ f pxq ` ,
4 4 2
por lo cual |f pxq´f pyq| “ f pyq´f pxq ă ε. De manera análoga podemos ver que si f pxq ą f pyq
entonces |f pxq ´ f pyq| “ f pyq ´ f pxq ă ε. ‚
14.2.40. Teorema del número de Lebesgue. Sea A una cubierta abierta de un espacio
métrico compacto pX, ρq. Existe un número δ ą 0 tal que cualquier subconjunto de X con
diámetro menor que δ está incluido en algún elemento de A.
Demostración. En el caso en que X P A el resultado se cumple de manera obvia. Demos-
tremos el teorema para el caso en que X R A.
Sea tA1 , A2 , . . . , An u Ă A una subcubierta finita con n elementos, y para cada k P
t1, 2, . . . , nu sea Ek “ XzAk . Como X es compacto y cada Ek es cerrado, entonces cada
Ek es compacto. Sea f : X ÝÑ p0; `8q la función dada por
n
1 ÿ
f pxq “ ρpx, Ek q,
n k“1
la cual es continua debido a los teoremas 14.2.37 y 14.2.39. Para cada x P X y cada Ak
tal que x P Ak sea εx,k ą 0 tal que Bpx, εx,k q Ă Ak , de manera que ρpx, Ek q ľ εx,k . Sea
εx “ míntεx,k : x P Ak u y observemos que f pxq ľ εnx ą 0. Como f es continua, por el
corolario 14.2.8 se tiene que el conjunto f rXs tiene un valor mínimo δ, y por lo anterior
tenemos que δ ą 0. Sea B Ă X un conjunto con diámetro menor que δ. En caso de que
B “ ∅ tenemos que B está incluido en cualquier Ak . Veamos el caso en que B ‰ ∅ y
tomemos b P B. Sea k0 P t1, 2, . . . , nu tal que ρpb, Ek0 q “ máxtρpb, Ek q : k P t1, 2, . . . , nuu
para obtener
δ ĺ f pbq ĺ ρpb, Ex0 q,
14.2. Funciones en espacios métricos 409
converge a algún punto x0 P X y tómese dicha subsucesión de tal manera que ρpx0 , uk q ă k1
observando que ηpf puk q, gpuk qq ą k. Sea M “ ηpf px0 q, gpx0 qq y N P N suficientemente
grande de manera tal que si k ľ N entonces ηpf puk q, f px0 qq ă 1 y ηpgpuk q, gpx0 qq ă 1. De la
desigualdad del triángulo tenemos que
la sucesión pwk q8k“1 y veamos que ηpf pcq, gpcqq “ C. Sea ε ą 0 y tomemos k suficientemente
grande de tal manera que ηpf pcq, f pwk qq ă ε y ηpgpcq, gpwk qq ă ε, de tal suerte que
ηpf pwk q, gpwk qq ĺ ηpf pwk q, f pcqq ` ηpf pcq, gpcqq ` ηpgpcq, gpwk q ă ηpf pcq, gpcqq ` 2ε,
de manera que al hacer tender k al infinito y luego ε a cero tenemos que C ĺ ηpf pcq, gpcqq, pero
como C no puede ser menor que ηpf pcq, gpcqq tenemos que necesariamente ηpf pcq, gpcqq “ C.
Habiendo demostrado ya que β está bien definida, demostremos ahora que es una métrica
en Z. Sean f , g y h elementos de Z. Si f “ g, entonces βpf, gq “ βpf, f q “ máxtηpf pxq, f pxqq :
x P Xu “ máxt0u “ 0, pero si f ‰ g existe un x P X tal que f pxq ‰ gpxq, de manera
que ηpf pxq, gpxqq ą 0, y así βpf, gq ľ ηpf pxq, gpxqq ą 0; es decir βpf, gq “ 0 si y sólo si
f “ g. Obviamente se tiene que βpf, gq “ βpg, f q, quedando por demostrar solamente que
βpf, gq ĺ βpf, hq ` βph, gq. Sea r P X tal que βpf, gq “ ηpf prq, gprqq. Tenemos que
βpf, gq “ ηpf prq, gprqq ĺ ηpf prq, hprqq ` ηphprq, gprqq ĺ βpf, hq ` βph, gq,
métrica del supremo evaluada en pf, gq la denotaremos por }f ´ g}8 , y en el caso de que g
sea la función constante 0 se le denotará por }f }8 .
14.2.45. Definición. Sea pX, ρq un espacio métrico. Decimos que un conjunto D Ă X es
denso (con respecto a la métrica ρ) si cualquier conjunto abierto no vacío interseca a D, es
decir si D “ X. En el caso en que tengamos D Ă Y Ă X, decimos que D es denso en Y si
es denso con respecto al espacio métrico pY, ρq.
14.2.46. Teorema de categoría de Baire. Sea pX, ρq un espacio métrico completo y
8
Ş
pUk q8
k“1 una sucesión de subconjuntos de X que son abiertos y densos. El conjunto Uk es
k“1
también denso en X.
Demostración. Sea x0 P X y r0 ą 0. Observemos que es suficiente demostrar que existe
8
un x P Bpx0 , r0 q que pertenece al conjunto Uk .
Ş
k“1
Como U1 es denso en X, existe un x1 P U1 tal que ρpx0 , x1 q ă ε, pero como además U1
es abierto, existe un r1 ą 0 tal que Bpx1 , r1 q Ă U1 . Tomemos el valor de r1 suficientemente
pequeño para que además se satisfaga que r1 ă 1 y Bpx1 , r1 q Ă U1 X Bpx0 , r0 q. Con un
argumento similar, tomando x1 en lugar de x0 y r1 en lugar de r0 , tenemos que existe un
x2 P X y un r2 P p0; 12 q tal que Bpx2 , r2 q Ă U2 X Bpx1 , r1 q. Así, de manera recursiva podemos
definir una sucesión pxk q8k“1 de elementos de X y una sucesión de radios prk qk“1 de tal manera
8
que 0 ă rk ă k1 y
14.2.47. Bpxk , rk q Ă Uk X Bpxk´1 , rk´1 q;
en particular tenemos
14.2.48. Bpxk`1 , rk`1 q Ă Bpxk , rk q Ă Bpxk´1 , rk´1 q Ă Bpx0 , r0 q.
De la propiedad 14.2.48 tenemos que para enteros positivos m y n, con m ą n, resulta que
xm P Bpxn , rn q, de manera que ρpxm , xn q ă rn , pero rn tiende a 0 cuando n tiende a 8,
teniendo así que pxk q8
k“1 es una sucesión de Cauchy. Ahora, como el espacio métrico pX, ρq es
completo entonces la sucesión pxk q8k“1 converge a un x P X. Del teorema 14.2.33 y del hecho
de que para todo n P N la sucesión pxk q8k“n tiene sus componentes en Bpxn , rn q y converge a
x, tenemos que x P Bpxn , rn q para todo n P N, de manera que al usar la propiedad 14.2.47
8
obtenemos que x P Un para todo n P N, es decir x P Uk .
Ş
‚
k“1
14.2.49. Definiciones y notaciones. Sea pX, ρq un espacio métrico. Decimos que un con-
junto C Ă X es un Fσ (pronúnciese «efe sigma»), si es una unión numerable de conjuntos
cerrados. Decimos que un conjunto A Ă X es un Gδ (pronúnciese «ge delta»), si es una in-
tersección numerable de conjuntos abiertos. Al conjunto de todos los subconjuntos de X que
sean Fσ lo denotaremos por Fσ pXq, o por Fσ pX; ρq si se quiere ser más específico. Al conjunto
de todos los subconjuntos de X que sean Gδ lo denotaremos por Gδ pXq, o por Gσ pX; ρq si se
quiere ser más específico.
El teorema de categoría de Baire se puede reformular de la manera siguiente.
14.2.50. Corolario. Sea pX, ρq un espacio métrico completo y pUk q8
k“1 una sucesión de
8
Ş
subconjuntos de X que son Gδ y densos. El conjunto Uk es también denso en X.
k“1
14.2. Funciones en espacios métricos 411
Ejercicios.
1. Demostrar que si pX, ρq es una espacio métrico y pxk q8 k“1 es una sucesión de elementos
de X tal que las subsucesiones px2k qk“1 , px2k`1 qk“1 y px3k q8
8 8
k“1 son convergentes, entonces
la sucesión pxk qk“1 es convergente.
8
2. Dar un ejemplo de una función f : R ÝÑ R tal que sea continua en cada número
irracional, pero que sea discontinua en cada número racional.
I) X, ∅ P T.
II) Si A, B P T, entonces A X B P T.
Decimos que el conjunto T es una topología del conjunto X y que la pareja pX, Tq es un
espacio topológico.
El ejemplo típico de una topología es la topología inducida por una métrica, es decir es el
conjunto de todos los conjuntos abiertos de un espacio métrico (tal conjunto es una topología
debido al teorema 14.1.10).
14.3.2. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico. Diremos que cualquier elemento de T
es un conjunto abierto (con respecto a la topología T ó con respecto al espacio topológico
pX, Tq).
14.3.3. Observación. Aclaramos que cuando se hable de conjunto abierto siempre se debe
tener presente con respecto a qué topología lo es, de otro modo deberemos especificarlo, pues
un conjunto puede ser abierto con respecto a una topología y no serlo con respecto a otra.
14.3.4. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico. Diremos que un subconjunto C de X
es un conjunto cerrado si existe un conjunto abierto A P T tal que C “ XzA.
Observemos que en un espacio topológico pX, Tq tanto X como ∅ son conjuntos cerrados.
Como consecuencia directa de las definiciones de conjuntos abiertos y cerrados tenemos
el siguiente teorema.
14.3.5. Teorema. Sea pX, Tq un espacio topológico.
b) A es cerrado si y sólo si A “ A.
˝ ˝
c) A “ XzpXzAq; A “ XzintpXzAq; BA “ AzA.
d) pA Y Bq “ A Y B.
n n
n P N y cada yk P C tal que C Ă Vyk . Ahora, Wx :“ Uk es un conjunto abierto que
Ť Ş
k“1 k“1
no interseca a C y al cual pertenece x, por lo que x no es un punto de acumulación de C.
Tenemos puesŤque para todo x R C, existe una vecindad Wx que no interseca a C, de modo
que XzC “ Wx es un conjunto abierto, por lo que C es cerrado. ‚
xPXzC
a) La función f es continua.
c) Para todo x P X y toda vecindad V de f pxq existe una vecindad U de x tal que
f rU s Ă V .
Como x, y P f rr0; 1ss Ă E y, por los teoremas 14.3.38 y 14.3.18, f rr0; 1ss es conexo y tenemos
que x e y pertenecen a la misma componente conexa de E. En general cualquier elemento
de E pertenece a la misma componente conexa que x y debido al corolario 14.3.24, la única
componente conexa de E es E, teniéndose así que E es un conjunto conexo. ‚
A continuación daremos algo de terminología de problemas de optimización.
14.3.41. Definiciones. Cuando pX, Tq un espacio topológico y tenemos una función f :
X ÝÑ R, de la cual deseamos conocer un valor b P X tal que f pbq “ mínf rXs o bien
f pbq “ máxf rXs, decimos que estamos en un problema de optimización (problema
de minimización o problema de maximización según sea el caso) y se dice que f es
la función objetivo del problema de optimización. Cuando b satisface la ecuación f pbq “
mínf rXs decimos que b es una solución mínima del problema, mientras que cuando satisface
f pbq “ máxf rXs decimos que es una solución máxima. Una solución óptima de un proble-
ma de optimización es una solución mínima cuando el problema es de minimización, mientras
que es una solución máxima cuando el problema es de maximización. Si A P T, es decir si
A es un subconjunto abierto de X, y a P A es un óptimo de la función f |A, decimos que a
es un óptimo local u óptimo relativo de la función f (máximo local o mínimo local
según sea el caso).
Cuando deseamos que los elementos donde se desea evaluar la función objetivo f , además
de pertenecer a X, satisfaga unos predicados p1 , p2 , . . . , pn , tenemos el problema de opti-
mización, donde la función objetivo es la función restringida f |D, donde D “ tx P X :
p1 pxq, p2 pxq, . . . , pn pxqu. Tenemos así un nuevo problema de optimización que suele llamarse
problema de optimización con restricciones. A las proposiciones de la forma pi pxq tales
que i P t1, 2, . . . , nu (donde x es una variable libre) se les llama restricciones del proble-
ma de optimización, a los elementos del conjunto D se les llama soluciones factibles del
problema.
14.3.42. Teorema. Sean pX, T1 q un espacio topológico y pY, T2 q un espacio de Hausdorff,
C Ă X un conjunto compacto y f : C ÝÑ Y una función continua e inyectiva. La función
f ´1 : f rCs ÝÑ C es continua.
Demostración. Por el teorema 14.3.32 cualquier subconjunto F cerrado de C es compac-
to y por los teoremas 14.3.35 y 14.3.31 el conjunto f rF s es cerrado. Tenemos así que si
pf ´1 q´1 rF s “ f rF s es cerrado, de modo que si usamos el teorema 14.3.34 b), concluimos que
f ´1 es una función continua. ‚
14.3.43. Teorema. Sean pX, T1 q, pY, T2 q y pZ, T3 q tres espacios topológicos y sean f : X ÝÑ
Y y g : Y ÝÑ Z funciones continuas. La función g ˝ f : X ÝÑ Z es continua.
Demostración. El teorema se sigue de la definición de continuidad en espacios topológicos
y del hecho de que para todo conjunto A Ă Z se tiene que pg ˝ f q´1 rAs “ f ´1 rg ´1 rAss. ‚
Establezcamos ahora el concepto de convergencia de sucesiones en espacios topológicos.
14.3.44. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico y pan q8
n“1 una sucesión de elementos
de X. Decimos que la sucesión pan qn“1 converge a un x P X si para toda vecindad V de x
8
sucesión pan q8
n“1 de elementos de X converge a x P X si y sólo si para todo B P B existe un
N P N tal que si n ľ N , entonces an P B.
Demostración. Por definición se tiene que si pan q8 n“1 converge a x, entonces para todo
B P B existe un N P N tal que si n ľ N , entonces an P B.
Supongamos que para todo B P B existe un N P N tal que si n ľ N , entonces an P B.
Sea V una vecindad de x, por definición de base local, existe un B P B tal que B Ă V y por
hipótesis existe un N P N tal que si n ľ N , entonces an P B, pero el hecho de que an P B
implica que an P V , de modo que pan q8
n“1 converge a x. ‚
14.3.46. Observación. Debido al teorema 14.3.45, la definición anterior de convergencia es
consistente con la definición de convergencia en espacios métricos al tomar como base local
de un punto x al conjunto de todas las bolas abiertas con centro en x.
14.3.47. Definición. Decimos que un espacio topológico pX, Tq es primero numerable si
todo elemento de X tiene una base local numerable y decimos que es segundo numerable
si la topología T tiene una base numerable.
Tenemos que todo espacio métrico pX, dq induce un espacio topológico primero numerable.
En efecto, es suficiente tomar como base local de cada x P X a la colección de todas las bolas
abiertas con centro en x y radio racional positivo. Tenemos así el siguiente teorema.
14.3.48. Teorema. Todo espacio métrico induce un espacio topológico primero numerable.
14.3.49. Teorema. Sea pX, Tq un espacio topológico primero numerable, x P X y pan q8 n“1
una sucesión de elementos de X. La sucesión pan q8
n“1 tiene una subsucesión que converge ax
si y sólo si para toda vecindad V de x el conjunto tn P N : an P V u es un conjunto infinito.
Demostración. Supongamos primero que pan q8 n“1 tiene una subsucesión pank qk“1 que con-
8
verge a x. Sea V una vecindad de x y sea m un número natural tal que ank P V para todo
k ľ m. Tenemos que tnk : k ľ mu Ă tn P N : an P V u, y como tnk : k ľ mu es un conjunto
infinito, entonces también lo es tn P N : an P V u.
Supongamos ahora que para Ť toda vecindad V de x el conjunto tn P N : an P V u es un
conjunto infinito y sea B “ tBj u una base local de x que sea numerable. Analicemos
jPN
primero el caso en que B :“ B P B. Definamos en este caso n1 como el primer número
Ş
natural tal que an1 P B y definamos recursivamente nk`1 como el primer número natural
mayor que nk tal que ank`1 P B. Tenemos así que para toda vecindad V de x, ank P B Ă V ,
para todo k P N, de modo que laŞsubsucesión pank q8 k“1 converge a x.
Veamos ahora el caso en que B R B. Tomemos una subsucesión pank q8 k“1 de la siguiente
manera: n1 es el primer número natural tal que an1 P B1 , m1 :“ 1 y tomemos V1 :“ B1 ;
definamos recursivamente Vk`1 :“ Bmk`1 , donde mk`1 es el primer número natural mayor
mŞk
que mk tal que Bmk`1 Ă Bj y definamos nk`1 como el primer número natural mayor que
j“1
nk tal que ank`1 P Vk`1 . De esta manera tenemos que Vk`1 Ă Vk Ă Bk . Ahora bien, si V es
una vecindad de x, existe un N P N tal que BN Ă V , de modo que para todo k ľ N se tiene
que ank P Vk Ă BN Ă V . De esta manera tenemos que la subsucesión pank q8
k“1 así construida
converge a x, terminando así la demostración del teorema. ‚
14.3.50. Notación. Si tenemos que X e Y forman espacios topológicos y A Ă X, se denotará
por C A al conjunto de todas las funciones reales cuyo dominio es un subconjunto de X y
420 14.3. Espacios topológicos
que son continuas en el conjunto A, mientras que CY pAq denotará al conjunto de todas las
funciones cuyo dominio es un subconjunto de X, que son continuas en el conjunto A y cuyo
recorrido está incluido en Y . Las dos notaciones anteriores obviamente dependen del contexto,
puesto que se da por sobreentendido cuál es el conjunto X y su topología.
14.3.51. Definición. Decimos que un espacio topológico pX, Tq (o la topología T) es T3 ó
regular si además de ser T1 se tiene que para cualquier conjunto cerrado F y para cualquier
x P XzF se tiene que existen dos conjuntos abiertos disjuntos U y V tales que x P U y
F ĂV.
14.3.52. Definición. Decimos que un espacio topológico pX, Tq (o la topología T) es T4 ó
normal si además de ser T1 se tiene que para cualquier dos conjuntos cerrados disjuntos F
y H se tiene que existen dos conjuntos abiertos disjuntos U y V tales que H Ă U y F Ă V .
14.3.53. Observación. Fácilmente podemos ver que T4 ùñ T3 ùñ T2 ùñ T1 ùñ T0 .
14.3.54. Teorema. Sea pX, dq un espacio métrico. La topología inducida por la métrica d
es normal.
Demostración. Sea T la topología inducida por d. Veamos primero que T es T1 . Sean x
e y dos elementos diferentes de X y r “ dpx, yq. Tenemos obviamente que x P Bpx, 4r q e
y P Bpy, 4r q, donde Bpx, 4r q y Bpy, 4r q son abiertos disjuntos, concluyendo así que T es T1 .
Sean ahora F y G dos conjuntos cerrados disjuntos. Para cada x P F sea rx ą 0 tal que
G X Bpx, rxŤq “ ∅ y para cada y P G sea ry Ť ą 0 tal que F X Bpy, ry q “ ∅. Observemos que
G Ă U :“ tBpy, r4y q : y P Gu y F Ă V :“ tBpx, r4x q : x P F u. Si los conjuntos U y V son
abiertos y además son disjuntos el teorema queda demostrado. Tales conjuntos son abiertos
por ser unión de abiertos. Si U y V no fueran disjuntos, existiría un z P U X V y para tal
z existiría un x P F y un y P G tales que dpx, zq ă r4x y dpz, yq ă r4y , teniéndose así que
dpx, yq ă r4x ` r4y . Ahora, al tomar r˚ :“ máxtrx , ry u tendríamos que dpx, yq ă r˚ , estando en
contradicción con la definición de rx o con la de ry . ‚
La demostración del siguiente teorema la dejamos al lector.
14.3.55. Teorema. Un espacio topológico pX, Tq es normal si y sólo si además de ser T1 se
tiene que para cada cerrado F Ă X y cada abierto W Ą F , existe un abierto U Ą F tal que
U Ă W.
La siguiente definición es muy importante y será de utilidad en la demostración del teo-
rema que enunciaremos próximamente.
14.3.56. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico. Decimos que un conjunto D Ă X
es denso (con respecto a T) si cualquier conjunto abierto no vacío interseca a D, es decir si
D “ X. En el caso en que tengamos D Ă Y Ă X, decimos que D es denso en Y si es denso
con respecto a la topología relativa a Y .
14.3.57. Ejemplo. Como ejemplo típico de conjunto denso tenemos que Q es denso en R.
14.3.58. Observación. Si en el espacio topológico pX, Tq tenemos que B es una base de T,
entonces un conjunto D Ă X es denso si y sólo si cualquier elemento de B interseca a D.
14.3.59. Lema de Urysohn. Sea pX, Tq un espacio topológico normal. Dados dos conjuntos
F y G cerrados y disjuntos, existe una función continua f : X ÝÑ r0; 1s tal que f pxq “ 0
para todo x P F y f pyq “ 1 para todo y P G.
14.3. Espacios topológicos 421
Demostración. Si tomamos U1 “ XzG, tenemos del teorema 14.3.55 que existe un abierto
U 1 tal que F Ă U 1 Ă U 1 Ă U1 . Usando de nuevo el teorema 14.3.55 tenemos que existen
2 2 2
dos conjuntos abiertos U 1 y U 3 , el primero siendo tal que F Ă U 1 Ă U 1 Ă U 1 y el segundo
4 4 4 4 2
siendo tal que U 1 Ă U 3 Ă U 3 Ă U1 . Procedamos de manera recursiva suponiendo que para
2 4 4
cada entero positivo n tenemos definidos 2n conjuntos abiertos de la forma U kn , con k P
2
t1, 2, . . . , 2n u tales que F Ă U 1n y U kn Ă U kn Ă U k`1 para k P t1, 2, . . . , 2n ´ 1u. Definamos
2 2 2 2n
los conjuntos de la forma U n`1 k , para k P t1, 2, . . . , 2
k`1
u observando que ya los tenemos
2
definidos para el caso en que k es par. Por el teorema 14.3.55 existe un conjunto abierto
U n`1
1 tal que F Ă U n`1 1 Ă U n`1
1 Ă U 1n “ U n`1
2 y para cada entero impar k, mayor que 1
2 2 2 2 2
y menor que 2 n`1
, existe un conjunto abierto U k tal que U k´1 ĂU k ĂU k Ă U k`1 .
2n`1 2 n`1 2n`1 2n`1 n`1
2
Tenemos así que para t, s P D :“ : n P N y k P J2n u se tiene que D es un conjunto
t 2kn
denso en r0; 1s y si t ă s, entonces F Ă Ut Ă Us Ă U1 “ XzG. Construyamos pues la función
f : X ÝÑ r0; 1s de la siguiente manera:
para x P G
#
1,
f pxq “
f pxq “ ínf ts P D : x P Us u, para x P XzG.
Terminemos con la demostración del teorema demostrando que f es continua y que f pxq “
0 para todo x P F . Si x P F , entonces x P Us para todo s P D, pero como ínf D “ 0 tenemos
que f pxq “ 0.
Demostremos ahora que f es continua en cada x P X. Sea ε ą 0. Si f pxq “ 0, sea
s P D tal que s ă ε y observemos que x P Us y f rUs s Ă p´ε; εq “ pf pxq ´ ε; f pxq ` εq.
Si f pxq “ 1, sea s P D tal que s ą 1 ´ ε y observemos que f rXzUs s Ă p1 ´ ε; 1 ` εq “
pf pxq ´ ε; f pxq ` εq. Si 0 ă f pxq ă 1, sea s P D tal que f pxq ´ ε ă s ă f pxq y sea t P D tal
que f pxq ă t ă f pxq ` ε y observemos que Ut zUs es un conjunto abierto, x P Ut zUs y además
f rUt zUs s Ă pf pxq ´ ε; f pxq ` εq. ‚
14.3.60. Corolario. Sea pX, Tq un espacio topológico normal, sean F y G dos conjuntos
cerrados y disjuntos, y sean dos números reales a, b P R tales que a ă b. Existe una función
continua f : X ÝÑ ra; bs tal que f pxq “ a para todo x P F y f pyq “ b para todo y P G.
Demostración. Por el lema de Urysohn, existe una función continua g : X ÝÑ r0; 1s tal
que gpxq “ 0, para todo x P F y gpyq “ 1, para todo y P G, de modo que es suficiente con
tomar la función f dada por f pwq “ pb ´ aqgpwq ` a, la cual obviamente es continua. ‚
14.3.61. Teorema. Sean pX, Tq un espacio topológico, pY, ρq un espacio métrico y pfn q8n“1
una sucesión de funciones de X en Y que converge uniformemente a una función f : X ÝÑ Y .
Si cada fn es continua en algún punto x0 P X, entonces f es continua en x0 . En particular,
si cada fn es continua, entonces f es continua.
Demostración. Para cada ε ą 0 sea Nε P N tal que ρpfn pxq, f pxqq ă 3ε para todo
x P X y todo n ľ Nε . Como fNε es continua en x0 , existe un abierto U de x0 tal que
ρpfNε pxq, fNε px0 qq ă 3ε para todo x P U , de modo que
ε ε ε
ρpf pxq, f px0 qq ĺ ρpf pxq, fNε pxqq ` ρpfNε pxq, fNε px0 qq ` ρpf px0 q, fNε px0 qq ă ` ` “ ε,
3 3 3
422 14.3. Espacios topológicos
2n`1 c0
14.3.64. |f pxq ´ h0 pxq ´ h1 pxq ´ ¨ ¨ ¨ ´ hn pxq| ĺ para todo x P F.
3n`1
En efecto, supongamos las funciones h0 , h1 , . . . , hm : X ÝÑ R han sido construidas de tal
manera que son continuas y se satisfacen las desigualdades 14.3.63 y 14.3.64. Tomemos
y repitamos el argumento anterior reemplazando a c0 por cm para obtener una función con-
tinua hm`1 : X ÝÑ r´ c3m ; c3m s tal que
cm
|hm`1 pxq| ĺ para todo x P X
3
y
2cm
|f pxq ´ h0 pxq ´ h1 pxq ´ ¨ ¨ ¨ ´ hm pxq ´ hm`1 pxq| ĺ para todo x P F.
3
Como las desigualdades 14.3.63 y 14.3.64 son verdaderas para n “ m, tenemos que cm ĺ
2m`1
c , obteniendo 14.3.63 y 14.3.64 para n “ m ` 1 y en consecuencia para todo n P N.
3m`1 0
Tomemos ahora gn :“ h0 ` h1 ` ¨ ¨ ¨ ` hn , para n P N. Si n ą m, entonces
ˇ ˇ ˜ ˆ ˙k ¸
n ˇ c n
ˇ ÿ
0
ÿ 2
|gn pxq ´ gm pxq| “ ˇ hk pxqˇ ĺ
ˇ ˇ
ˇk“m`1 ˇ 3 k“m`1 3
ˆ ˙m`1 ˜ ˆ ˙n´m ¸ ˆ ˙m`1
2 2 2
“ c0 1´ ĺ c0 ,
3 3 3
14.3. Espacios topológicos 423
por lo que g no sólo es acotada, sino que tiene la misma cota que f . ‚
14.3.66. Corolario. Sea pX, Tq un espacio topológico normal, F Ă X un conjunto cerrado
y f : F ÝÑ ra; bs una función continua (donde a y b son número reales tales que a ă b).
Existe una función continua g : X ÝÑ ra; bs tal que g|F “ f .
Demostración. Definamos h : F ÝÑ ´ b´a como hpxq “ f pxq ´ b`a . Del teorema
“ b´a
‰
2
; 2 2
anterior y de la conclusión de su demostración podemos concluir que existe una función
continua i : X ÝÑ ´ 2 ; 2 tal que i|F “ h. Ahora, si tomamos gpxq “ ipxq ` b`a
“ b´a b´a ‰
2
obtendremos el resultado deseado. ‚
El siguiente es un resultado que da un condición suficiente para que un espacio T2 sea
T4 .
14.3.67. Teorema. Cualquier espacio topológico Hausdorff y compacto es normal.
Demostración. Sea pX, Tq un espacio topológico Hausdorff y compacto y sean F y G dos
conjuntos cerrados y disjuntos. Por el teorema 14.3.32 tenemos que F y G son compactos. Para
cada par de puntos diferentes x, y P X sean Vx,y y Vy,x vecindades de x e y respectivamente
tales que Vx,y X Vy,x “ ∅. Para cada x R G tenemos la colección tVy,x : y P Gu, la cual es una
cubierta abierta de G que no interseca a txu, pero por ser G compacto existe una subcubierta
finita tVyx,k ,x : k P t1, 2, . . . , npxquu, donde cada yx,k P G. Para x R G tomemos los conjuntos
npxq npxq
abiertos Ux :“ Vyx,k ,x y Wx :“ Vx,yx,k , los cuales son tales que x R Ux Ą G, x P Wx y
Ť Ş
k“1 k“1
Ux X Wx “ ∅. Como podemos ver, hemos demostrado que el espacio topológico es regular.
Tenemos ahora que la colección tWx : x P F u es una cubierta abierta de F , pero por ser F
compacto existe una subcubierta finita tWxk : k P t1, 2, . . . , muu, donde cada xk P F . Ahora,
m m
los conjuntos A :“ Wxk y B :“ Uxk no solamente son abiertos disjuntos, sino además
Ť Ş
k“1 k“1
F Ă A y G Ă B. ‚
14.3.68. Definiciones. La razón por la cual se acostumbra denotar con la letra T a las
propiedades T1 , T2 , T3 y T4 proviene de la palabra alemana «trennungsaxiome» que significa
axioma de separación. Así, en lugar de decir que un espacio topológico es Tn a veces se
424 14.3. Espacios topológicos
dice que satisface el n-ésimo axioma de separación o que satisface el axioma de separación
número n. De manera similar, a veces en lugar de decir que un espacio topológico es primero
numerable o segundo numerable, se dice respectivamente que satisface el primer axioma
de numerabilidad o que satisface el segundo axioma de numerabilidad.
14.3.69. Definición. Decimos que un espacio topológico pX, Tq (o la topología T) es sepa-
rable si existe un conjunto numerable denso D Ă X. Decimos así mismo que un subconjunto
Y de X es separable si es separable con su topología relativa, es decir si existe un conjunto
numerable E Ă Y tal que Y Ă E.
Observemos que a pesar del nombre, la propiedad de que un espacio topológico sea sepa-
rable, más que ser una propiedad de separación es una propiedad de numerabilidad.
14.3.70. Teorema. Sean pX, T1 q e pY, T2 q espacios topológicos. Si X “ A Y B, los conjuntos
A y B son cerrados, las funciones f : A ÝÑ Y y g : B ÝÑ Y son continuas y f pxq “ gpxq
para todo x P A X B, si además la función h : X ÝÑ Y está dada por
#
f pxq si x P A
hpxq “ ,
gpxq si x P B
entonces h es continua.
Demostración. Este teorema es una consecuencia inmediata del teorema 14.3.34 al aplicar
la equivalencia entre los incisos a) y c). ‚
14.3.71. Definiciones. Sean pX, T1 q e pY, T2 q espacios topológicos. Decimos que f : X ÝÑ
Y es una función abierta (con respecto a las topologías T1 y T2 ) si para todo A P T1 se
tiene que f rAs P T2 ; es decir, f es abierta si la imagen de un conjunto abierto bajo f es un
conjunto abierto. Así mismo, decimos que f es una función cerrada si para todo conjunto
cerrado C Ă X se tiene que f rCs es cerrado.
Ejercicios.
1. Sea pX, Tq un espacio topológico y A Ă X. Demostrar que si para cada a P A existe un
U Ă T tal que a P U Ă A, entonces A es abierto.
2. Sea X un conjunto y tTα : α P Au una colección de topologías en X:
a) Demostrar que Tα es una topología en X.
Ş
αPA
b) Dar un ejemplo en el cual Tα no sea una topología en X.
Ť
αPA
c) Demostrar que existe una única topología T en X tal que Tα Ă T para toda α P A
y para toda topología T1 que satisfaga Tα Ă T1 para toda α P A se tenga T Ă T1 .
d) Demostrar que existe una única topología T en X tal que T Ă Tα para toda α P A
y para toda topología T1 que satisfaga T1 Ă Tα para toda α P A se tenga T1 Ă T.
3. Sea T la familia de todos los subconjuntos A de R tales que RzA es finito ó A “ ∅.
Demostrar que pR, Tq es un espacio topológico.
4. ¿La topología dada en el problema 3 es de Hausdorff?
5. Dar un ejemplo de una función f : R ÝÑ R que sólo sea continua en 0.
14.4. Topología producto 425
de Xδ y δ P Λu, la cual, como podemos ver, es base de alguna topología. Tenemos pues la
siguiente definición de topología producto que garantiza que las proyecciones sean continuas.
14.4.6. Definición. Sea Λ un conjunto de índices y para cada λ P Λ sea pXλ ,Ś
Tλ q un espacio
topológico. Definimos la topología producto en el producto cartesiano Xλ como la
λPΛ
generada por conjuntos de la forma Aλ , donde para algún δ P Λ se tiene que Aδ es abierto
Ś
λPΛ
en Xδ y Aλ “ Xλ para todo λ P Λztδu.
14.4.7. Teorema. Sea Λ un conjunto de índices, donde para cadaŚλ P Λ pXλ , Tλ q es un
espacio topológico, y sea B la colección de conjuntos de la forma Aλ , donde existe un
λPΛ
conjunto finito de índices F “ tλ1 , λ2 , . . . , λn u tales que para cada j P Jn se tiene
Śque Aλj es
abierto en Xλj y Aλ “ Xλ para todo λ P ΛzF . La colección B es una base de Aλ con la
λPΛ
topología producto.
Demostración. Veamos primero que todos los elementos de B son abiertos. Sea
Ś
Aλ P B
Ś λPΛ Ş
y sea F un subconjunto finito de Λ tal que Aλ “ Xλ si λ P ΛzF . Tenemos que Aλ “ Bβ ,
λPΛ βPF
donde Bβ “ Uλ,β y cada Uλ,β es un abierto en Xλ tal que si λ ‰ β, entonces Uλ,β “ Xλ .
Ś
λPΛ
Como podemos ver, Aλ es una intersección finita de conjuntos abiertos, por lo que es un
Ś
λPΛ
conjunto abierto. Más aún, la intersecciónŤ
de dos elementos de B es un elemento de B.
Ahora, observemos que el conjunto t D : D Ă Bu es una topología incluida en la
topología producto cuya baseŤes B, pero como el generador de la topología producto está
incluido en B tenemos que t D : D Ă Bu es la topología producto, es decir B es una base
de la topología producto. ‚
Ś
14.4.8. Corolario. Si A es un conjunto abierto de Xλ con la topología producto, entonces
λPΛ
existe un conjunto finito Λ0 Ă Λ tal que prλ rAs “ Xλ para todo λ P ΛzΛ0 .
Demostración. Como la colección B dada en el teorema 14.4.7 es una base de la topología
producto, entonces cualquier abierto A en la topología producto es de la forma γPΓ Bγ ,
Ť
donde cada Bγ P Γ está en B. Ahora, sea γ0 P Γ y Λ0 “ tλ P Λ : prλ rBγ0 s ‰ Xλ u.
Debido al teorema 14.4.7, se tiene que Λ0 es finito, además para todo λ P ΛzΛ0 se tiene que
Xλ Ą prλ rAs Ą prλ rBγ0 s “ Xλ . ‚
14.4.9. Definición. Sea Λ un conjunto de índices y para cada λ P ΛŚsea pXλ , Tλ q un espacio
topológico. Definimos la topología caja en el producto cartesiano Xλ como la generada
λPΛ
por conjuntos de la forma Aλ , donde cada Aλ es un conjunto abierto de Xλ con respecto
Ś
λPΛ
a la topología Tλ .
De manera parecida, pero aún más sencilla, a como se demostró el teorema 14.4.7, se
puede demostrar el siguiente teorema.
14.4.10. Teorema. Sea Λ un conjunto de índices, donde para cada Ś λ P Λ pXλ , Tλ q es un
espacio topológico, y sea B la colección de conjuntos de la forma Aλ , donde cada Aλ es
Ś λPΛ
abierto en Xλ . La colección B es una base de Xλ con la topología caja.
λPΛ
14.4. Topología producto 427
continua. ‚
14.4.15. Definición. Siea ρ una métrica en un conjunto X. A la función ρ˚ : X ˆ X ÝÑ R
dada por
ρ˚ px, yq :“ míntρpx, yq, 1u
se le llama métrica acotada estándar correspondiente a ρ.
14.4.16. Lema. Sea ρ una métrica en X y ρ˚ su correspondiente métrica acotada estándar.
La función ρ˚ es una métrica en X que induce la misma topología que ρ.
Demostración. Para ver que ρ˚ es en efecto una métrica sólo vale la pena demostrar la
desigualdad del triángulo. Sean x, y, z P X. Si ρpx, yq ĺ 1 y ρpy, zq ĺ 1, entonces ρ˚ px, zq ĺ
ρpx, zq ĺ ρpx, yq ` ρpy, zq “ ρ˚ px, yq ` ρ˚ py, zq. Si ρpx, yq ą 1 ó ρpy, zq ą 1, entonces
ρ˚ px, yq ` ρ˚ py, zq ľ 1, por lo que ρ˚ px, zq ĺ ρ˚ px, yq ` ρ˚ py, zq. Tenemos pues que se cumple
la desigualdad del triángulo y así ρ˚ es una métrica.
Para ver que ρ y ρ˚ inducen la misma topología, observemos que el conjunto B formado
por todas las bolas con respecto a la métrica ρ con radio menor que 12 es una base para la
topología inducida por ρ y también para la topología inducida por ρ˚ , tenemos que ambas
métricas inducen la misma topología. ‚
14.4.17. Definición. Sea Λ un conjunto de índices, donde para cada λ P Λ tenemos un
espacio métrico pXλ , dλ q. Para cada dλ Ś
sea d˚λ su métrica acotada estándar correspondiente.
A la métrica ρ definida en el conjunto Xλ por
λPΛ
donde x “ pxλ qλPΛ e y “ pyλ qλPΛ son elementos de Xλ , se le llama métrica uniforme del
Ś
λPΛ
producto Xλ .
Ś
λPΛ
Veamos queŚ la métrica uniforme ρ dada en la definición anterior es en efecto una métrica.
Sean x, y, z P Xλ . Es obvio que ρpx, yq “ ρpy, xq, que ρpx, yq ľ 0 y que ρpx, yq “ 0 si
λPΛ
14.4. Topología producto 429
y sólo si x “ y, restando sólo por verificar la desigualdad del triángulo. Para cada λ P Λ
tenemos
ρpx, yq ` ρpy, zq ľ d˚λ pxλ , yλ q ` d˚λ pyλ , zλ q ľ d˚λ pxλ , zλ q,
por lo que
ρpx, yq ` ρpy, zq ľ suptd˚λ pxλ , zλ q : λ P Λu “ ρpx, zq,
cumpliéndose así la desigualdad del triángulo.
14.4.18. Teorema. Sea Λ un conjunto de índices, donde para cada λ P Λ tenemos un espacio Ś
métrico pXλ , dλ q y Tλ es la topología inducida por dλ . Sea T la topología producto en Xλ ,
λPΛ
Tu la topología inducida por la métrica uniforme ρ y Tb la topología caja. Tenemos que
T Ă Tu Ă Tb .
Demostración. Demostremos primero que T Ă Tu . Para cada λ P Λ sea Bλ la base
de la topología Tλ cuyos elementos son las bolas con respecto Ś a la métrica d˚λ dada en la
definición anterior. Sea B la colección de conjuntos de la forma Bλ , donde cada Bλ P Bλ
λPΛ
y existe un conjunto finito Λ0 Ă Λ tal
Ś que si λ P ΛzΛ0 , entonces Bλ “ Xλ . Observemos
que B es una base de T. Sea B “ Bλ P B y para cada λ P Λ sean cλ y rλ el centro
λPΛ
y radio respectivamente de Bλ . Sea ahora x P B y para cada λ P Λ sean xλ “ prλ pxq,
r̂λ,x “ rλ ´d˚λ pxλ , cλ q y B̂λ,x “ tyλ P Xλ : d˚λ pxλ , yλ q ă r̂λ,x u. Observemos ahora que B̂λ,x Ă Bλ ,
para
" cada λ P Λ. Sean Λ0 *:“ tλ P Λ : Bλ ‰ Xλ u y řx :“ míntr̂λ,x : λ P Λ0 u, y observemos que
Xλ : ρpx, yq ă řx Ă B y más aún
Ś
yP
λPΛ
# +
ď ą
B“ yP Xλ : ρpx, yq ă řx .
xPB λPΛ
" *
Ahora, cada conjunto y P Xλ : ρpx, yq ă řx es un abierto con respecto a la métrica
Ś
λPΛ
uniforme ρ, por lo que B P Tu , es decir T Ă Tu .
Demostremos ahora que Tu Ă Tb . Denotemos por Bu a la base de Tu compuesta por
todas las bolas con respecto a la métrica uniforme ρ. Sea B P Bu , donde c “ pcλ qλPΛ es su
centro y r es su radio. Observando que
ď ą
B“ tyλ P Xλ : d˚λ pcλ , yλ q ă su P Tb ,
0ăsăr λPΛ
tenemos que Tu Ă Tb . ‚
14.4.19. Teorema. Bajo las condiciones del teorema 14.4.18 tenemos que si Λ es un conjunto
infinito y si cuando 0 ă ε ă δ ă 1, λ P Λ y xλ P Xλ se tiene que tyλ P Xλ : d˚λ pxλ , yλ q ă εu Ĺ
tyλ P Xλ : d˚λ pxλ , yλ q ă δu ‰ Xλ , entonces las topologías T, Tu y Tb son diferentes.
Demostración. Sea ε ą 0 como en la hipótesis del teorema y x “ pxλ qλPΛ P Xλ . Para
Ś
λPΛ
cada λ P Λ sea Bλ “ tyλ P Xλ : d˚λ pxλ , yλ q ă εu. Tenemos que la bola
# +
ą
B :“ y P Xλ : ρpx, yq ă ε ,
λPΛ
430 14.4. Topología producto
y ninguno de los conjuntos tyλ P Xλ : d˚λ pxλ , yλ q ă su está incluido en Cλ , puesto que
Ś Ś
λPΛ λPΛ
si k ą 1s , entonces Cλk Ĺ tyλk P Xλk : d˚λk pxλk , yλk q ă su. ‚
" ˚ *
d pan , bn q
ρpa, bq :“ sup ;
nPN n
entonces ρ es una métrica que induce a la topología producto en NR.
Demostración. Dejemos al lector la demostración de que ρ es una métrica y mostremos
primero que la topología inducida por ρ está incluida en la topología producto. Sea U un
abierto con respecto a ρ y sea x “ pxn q8n“1 P U . Encontremos un abierto Vx con respecto a la
topología producto tal que x P Vx Ă U . Para cada r ą 0 sea Bx,r la bola abierta con respecto a
la métrica ρ con centro en x y radio r. Tomemos r suficientemente pequeño para que Bx,ε Ă U
y sea N un número natural tal que N1 ă ε. Para cada n ă N sea An “ pxn ´ nε; xn ` nεq y
para cada n ľ N sea An “ R. Tomemos el abierto en la topología producto dado por
ą
Vx :“ An
nPN
dpyi , xi q d˚ pyi , xi q εi
“ ă ε˚y ă ,
i i i
es decir dpyi , xi q ă εi , por lo que xi P Wi , por lo tanto By,ε˚y Ă W . Tenemos pues que
ď
W “ By,ε˚y ,
yPW
npxq npxq
Ux,yi tenemos que txu ˆ Y Ă Ux ˆ Y Ă pUx,yi ˆ Vx,yi q Ă W . Si tomamos ahora
Ş Ť
i“1 i“1
Ux , obtendremos que E ˆY Ă U ˆY Ă W , con lo que el teorema queda demostrado.
Ť
U :“
xPE
‚
Ejercicios.
2. Sea tXα : α P Au una familia de conjuntos no vacíos con sus respectivas topologías Tα
y Eα Ă Xα para cada α P A.
b) Demostrar que E α.
Ś Ś
Eα “
αPA αPA
ANÁLISIS GEOMÉTRICO
435
436 15.1. Distancia entre dos Puntos
a pp1 ´ q1 q ` pp2 ´ q2 q , mientras que la distancia de T a Q debe ser |p3 ´ q3 |, por lo que
2 2
a
“ pp1 ´ q1 q2 ` pp2 ´ q2 q2 ` pp3 ´ q3 q2 ,
que es como se definió la distancia entre dos puntos para el caso en que el espacio es R3 .
En general, si m es un entero positivo y la distancia
d entre dos puntos P 1 “ pp1 , p2 , . . . , pm q
m
y Q1 “ pq1 , q2 , . . . , qm q en Rm está dada por ppk ´ qk q2 , entonces, para deducir la dis-
ř
k“1
tancia entre los dos puntos P “ pp1 , p2 , . . . , pm , pm`1 q y Q “ pq1 , q2 , . . . , qm , qm`1 q en Rm`1 ,
definimos el punto T “ pq1 , q2 , . . . , qm , pm`1 q en Rm`1 y podemos considerar a los puntos P ,
Q y T como los vértices de un triángulo rectángulo cuya hipotenusa es la distancia entre P
y Q, y cuyos catetos son las distancias de P a T y de Q a T . Ahora, la distancia entre P y
T es igual a la distancia entre P 1 y Q1 , y la distancia entre Q y T es |pm`1 ´ qm`1 |, por lo
15.1. Distancia entre dos Puntos 437
lo que nos lleva a que la fórmula para calcular la distancia entre dos puntos es también válida
en Rm`1 , lo que es consistente con nuestra definición de distancia entre dos puntos en Rn
para todo número natural n.
438 15.2. Álgebra en Rn
15.2. Álgebra en Rn
En esta sección estableceremos el álgebra en Rn y la usaremos para definir los conceptos
de recta, plano, hiperplano, etc. en Rn .
15.2.1. Definiciones. Definimos la suma de dos puntos P “ pp1 , p2 , . . . , pn q y Q “ pq1 , q2 ,
. . . , qn q en Rn como el punto
P ` Q :“ pp1 ` q1 , p2 ` q2 , . . . , pk ` qk , . . . , pn ` qn q.
P ´ Q :“ pp1 ´ q1 , p2 ´ q2 , . . . , pk ´ pk , . . . , pn ´ qn q.
P
i
PP
PP
PP
P P
PrP
P PPR
r
P PP
PP
P
q
Pr
PP
PPR
r
P PP
PP
P P
q
P
15.2. Álgebra en Rn 439
ÝÝÑ ÝÝÑ
15.2.4. Definición. A la unión de dos rayos P Q y P R que no estén incluidos en una misma
recta y que tengan el mismo extremos P se le llama ángulo y se le denota por =RP Q. Al
punto P del ángulo =RP Q se le llama vértice (del ángulo).
Q1
r
P
HH
H
HH
Rr
H
HH
HH
j
15.2.5. Definición. Si R y P son dos puntos diferentes de Rn , el conjunto tS P Rn : S “
P ` tpR ´ P q para algún t P r0; 1su se llama segmento de recta o simplemente segmento,
y se le denota por P R. A los puntos P y R de tal segmento se les llama extremos del
segmento. Observemos que los extremos del segmento pertenecen al segmento. A la distancia
entre los extremos de un segmento se le llama longitud del segmento.
Pr
PP
PP
P PP
PRr
P PP
Pr M
r Rr
Hilbert (1862-1943), quién trabajó sobre los fundamentos de la geometría, creando un sistema
axiomático y demostrando su consistencia.
Observemos que es válida la propiedad conmutativa del producto punto y la propiedad
distributiva del producto punto con respecto a la suma de puntos.
El resultado siguiente se conoce como la desigualdad de Schwarz, aunque también tiene
los nombres de otros matemáticos como Cauchy y Buniacovski.
15.2.15. Desigualdad de Schwarz. Si P y Q P Rn , entonces
? a
|P ¨ Q| ĺ P ¨ P Q ¨ Q.
n
ÿ
0ĺ |pQ ¨ Qqpk ´ pP ¨ Qqqk |2
k“1
ÿn
“ ppQ ¨ Qqpk ´ pP ¨ Qqqk qppQ ¨ Qqpk ´ pP ¨ Qqqk q
k“1
n
ÿ n
ÿ
2
“ pQ ¨ Qq p2k ´ pQ ¨ QqpP ¨ Qq pk q k
k“1 k“1
n
ÿ ÿn
2
´ pP ¨ QqpQ ¨ Qq qk pk ` pP ¨ Qq qk2
k“1 k“1
“ pQ ¨ Qq pP ¨ P q ´ 2pQ ¨ QqpP ¨ Qq ` pP ¨ Qq2 pQ ¨ Qq
2
|P ` Q| ĺ |P | ` |Q|.
|P ´ Q| ĺ |P ´ R| ` |Q ´ R|.
442 15.2. Álgebra en Rn
R
A
A
A
A
A
Q
A
P
|P ´ Q| “ |P ´ R| ` |R ´ Q|.
A “ P ` t0 Q y B “ P ` t1 Q.
15.2.22. A “ P ` t1 Q ` s1 R, B “ P ` t2 Q ` s2 R y C “ P ` t3 Q ` s3 R.
p0, 0, 0q y pα, β, γq ‰ spδ, η, ρq para todo s P R. Tenemos que si px, y, zq P Γ , entonces existen
valores de s y t para los cuales se satisface el siguiente sistema de ecuaciones
x ´ x0 “ tα ` sδ
15.2.25. y ´ y0 “ tβ ` sη
z ´ z0 “ tγ ` sρ.
x ´ x0 “ tα ` sδ
15.2.26. α1 px ´ x0 q ´ py ´ y0 q “ spα1 δ ´ ηq
α2 px ´ x0 q ´ pz ´ z0 q “ spα2 δ ´ ρq.
a) P está entre Q y R;
b) Q está entre P y R;
c) R está entre P y Q.
Q
1
C
A
H
HH
B H
H
HH
P H
HH
j
ÐÑ
Demostración. Como A, B y C son no alineados, entonces P, Q R CB. Ahora, Q ´ P “
ÐÑ
tpC ´ Bq, por lo que la recta QP es igual a tS : S “ P ` spC ´ Bq para algún s P Ru, la cual
ÐÑ
es paralela a tS : S “ B ` spC ´ Bq para algún s P Ru “ CB. ‚
448 15.3. Trayectorias y sus longitudes
ϕ : ra; bs ÝÑ Rn sea una parametrización de γ tal que ϕpaq “ ϕpbq y además ϕpxq ‰ ϕpyq pa-
ra x e y diferentes y pertenecientes al intervalo ra; bq, diremos que ϕ es una parametrización
simple de γ.
15.3.7. Observación. Una trayectoria puede tener varias parametrizaciones. Por ejemplo
el segmento con extremos P y Q tiene la parametrización ϕ : r0; 1s ÝÑ Rn dada por ϕptq “
tP ` p1 ´ tqQ, la parametrización ψ : r0; 1s ÝÑ Rn dada por ψptq “ p1 ´ tqP ` tQ, la
parametrización η : r0; 1s ÝÑ Rn dada por γptq “ p1 ´ t2 qP ` t2 Q, o bien la parametrización
τ : r0; 12 s ÝÑ Rn dada por τ ptq “ p1 ´ 2tqP ` 2tQ.
15.3.8. Definición. Si ϕ : I ÝÑ Rn es una función, decimos que ϕi : I ÝÑ R, con i P
t1, 2, . . . , nu, es una función componente (la i-ésima función componente) de ϕ, si para
todo x P I tenemos que ϕi pxq es la i-ésima componente de ϕpxq. Mientras no se establezca
lo contrario, a la k-ésima función componente de una función ϕ la denotaremos por ϕk .
15.3.9. Teorema. Sea I un intervalo y x0 P I. Una función ϕ : I ÝÑ Rn es continua en x0
si y sólo si sus funciones componentes son continuas en x0 .
Demostración. Supongamos primero que las funciones componentes ϕ1 , ϕ2 , . . . , ϕn de ϕ
son continuas en x0 P I. Para ε ą 0 existen n números positivos δ1 , δ2 , . . . , δn tales que para
todo k P t1, 2, . . . , nu se tiene
ε
|y ´ x0 | ă δk e y P I ùñ |ϕk px0 q ´ ϕk pyq| ă ,
n
por lo que si hacemos δ “ míntδ1 , δ2 , . . . , δn u tenemos entonces que
n n
ÿ ÿ ε
|y ´ x0 | ă δ e y P I ùñ |px0 q ´ pyq| ĺ |ϕk px0 q ´ ϕk pyq| ă ĺ ε,
k“1 k“1
n
por lo tanto ϕ es continua en x0 .
Supongamos ahora que ϕ es continua en x0 . Dado ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que si |y´x0 | ă
δ e y P I, entonces |ϕpyq ´ ϕpx0 q| ă ε. Pero como |ϕk pyq ´ ϕk px0 q| ĺ |ϕpyq ´ ϕpx0 q| ă ε para
todo k P t1, 2, . . . , nu, entonces cada una de las funciones componentes de ϕ son continuas. ‚
15.3.10. Corolario. Sea I un intervalo. Una función ϕ : I ÝÑ Rn es continua si y sólo si
sus funciones componentes son continuas.
Demostración. La función ϕ es continua ðñ ϕ es continua en cada elemento de I ðñ
cada ϕk es continua en cada elemento de I ðñ cada ϕk es continua. ‚
15.3.11. Definición. Dado un intervalo cerrado ra; bs, decimos que ∆ es una partición
del intervalo ra; bs si ∆ es una sucesión finita pxk qnk“0 , donde x0 “ a, xk ă xk`1 para
k P t0, 1, . . . , n ´ 1u y xn “ b. Al conjunto de todas las particiones del intervalo ra; bs lo
denotaremos por Pba .
15.3.12. Definición. Si γ es una trayectoria simple y ϕ : ra; bs ÝÑ Rn es una parametriza-
ción simple de γ, definimos la longitud de γ como
# +
ÿn
`pγq :“ sup |ϕpxk q ´ ϕpxk´1 q| : px0 , x1 , . . . , xn q P Pba .
k“1
Cuando `pγq P R diremos que γ tiene longitud finita o que es rectificable, de otro modo
diremos que tiene longitud infinita.
450 15.3. Trayectorias y sus longitudes
Demostración. Demostremos primero que `pγq ľ `pγ1 q ` `pγ2 q. Para cada ∆1 “ px0 , . . . ,
xn q P Pxa y ∆2 “ py0 , . . . , ym q P Pbx tenemos que px0 , . . . , xn , y1 , . . . , ym q P Pba , por lo cual
n
ÿ m
ÿ
`pγq ľ |ϕpxk q ´ ϕpxk´1 q| ` |ϕpyk q ´ ϕpyk´1 q|.
k“1 k“1
Ahora, si en esta última desigualdad tomamos el supremo sobre todas las particiones ∆1 ,
obtenemos
`pγq ľ `pγ1 q ` `pγ2 q.
Demostremos ahora que `pγq ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q. Sea ∆ “ pt0 , t1 , . . . , ts q P Pba . Si x es una
componente de ∆, entonces existe un entero positivo i ă s tal que x “ ti , obteniéndose así
que pt0 , . . . , ti q P Pxa y pti , . . . , ts q P Pbx , de donde
s
ÿ i
ÿ s
ÿ
|ϕptk q ´ ϕptk´1 q| “ |ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ` |ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q,
k“1 k“1 k“i`1
15.3. Trayectorias y sus longitudes 451
es decir s
ÿ
|ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q.
k“1
Veamos que la última desigualdad también es válida si x no es una componente de ∆. Si x no
es una componente de ∆, existe un entero positivo i ĺ s tal que ti´1 ă x ă ti , obteniéndose
que pt0 , t1 , . . . , ti´1 , xq P Pxa y px, ti , . . . , ts q P Pbx y al usar la desigualdad del triángulo 15.2.17
obtenemos
˜ ¸
ÿ s i´1
ÿ
|ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ĺ |ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ` |ϕpxq ´ ϕpti´1 q|
k“1
˜ k“1 ¸
s
ÿ
` |ϕpti q ´ ϕpxq| ` |ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q,
k“i`1
es decir s
ÿ
|ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q
k“1
para cualquier partición ∆ “ pt0 , t1 , . . . , ts q P Pba , de donde al tomar el supremo sobre todos
los ∆ se obtiene
`pγq ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q. ‚
15.3.16. Teorema. Sea r ą 0. La circunferencia incluida en R2 con centro en el origen
0 “ p0, 0q y radio r es una trayectoria cerrada simple con longitud finita.
Demostración. Por definición de circunferencia y de distancia entre dos puntos, tenemos
que la circunferencia con centro en el origen y radio r es el conjunto de todos los puntos px, yq
que satisfacen la ecuación
x2 ` y 2 “ r 2 ,
? ?
por lo que el punto px, yq está en la circunferencia si y sólo si y “ r2 ´ x2 ó y “ ´ r2 ´ x2 ,
con x P r´r; rs. Ahora, la circunferencia tpx, yq : x2 ` y 2 “ r2 u es la unión de γ1 “ tpx, yq :
x2 `y 2 “ r2 e y ľ 0u y γ2 “ tpx, yq : x2 `y 2 “ r2 e y ĺ 0u, y la intersección de estos dos últimos
conjuntos es tp´r, 0q, pr, 0qu. Tenemos además que una parametrización simple ? de γ1 con
extremos p´r, 0q y pr, 0q es la función ψ1 : r´r; rs ÝÑ R definida como ψ1 ptq “ pt, r2 ´ t2 q,
2
f px1 q “ `pγx1 q ă `pγx1 q ` |f px2 q ´ f px1 q| ĺ `pγx1 q ` `pϕ rrx1 ; x2 ssq “ `pγx2 q “ f px2 q.
Al tomar un número y1 en el intervalo abierto pa; x1,1 q tal que |ϕpx1,1 q ´ ϕpaq| ă ε
4
y observar
que |ϕpy1 q ´ ϕpaq| ` |ϕpx1,1 q ´ ϕpy1q| ľ |ϕpx1,1 q ´ ϕpaq| tenemos que
n
ÿ ε
|ϕpx1 q ´ ϕpy1 q| ` |ϕpxk q ´ ϕpxk´1 q| ą ,
k“2
4
por lo que `pϕrry1 ; y0 ssq ą 4ε . De manera análoga, existe un y2 P pa; y1 q tal que `pϕrry2 ; y1 ssq
ą 4ε y de manera recursiva, para cualquier entero positivo m, una vez determinado el
ym P pa; ym´1 q tal que `pϕrrym ; ym´1 ssq ą 4ε , podemos tomar un ym`1 P pa; ym q tal que
`pϕrrym`1 ; ym ssq ą 4ε . Ahora, por la propiedad arquimediana, existe un número natural N tal
que N4ε ą s, de modo que aplicado N ` 1 veces el teorema 15.3.15 tenemos que
N
ÿ Nε
`pγq “ `pϕ rry0 ; bssq ` `pϕ rrym ; ym´1 ssq ` `pϕ rra; yN ssq ą ą s,
m“1
4
por lo tanto si cada ηk1 es derivable en t0 , entonces η es derivable en t0 y η 1 pt0 q “ pη11 pt0 q, η21 pt0 q,
. . . , ηn1 pt0 qq.
Supongamos ahora que η es derivable en t0 y para cada k sea ηk˚ la k-ésima componente
de η 1 pt0 q. Tenemos que para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que
ˇ ˇ
ˇ ηptq ´ ηpt0 q 1
ˇ
0 ă |t ´ t0 | ă δ ùñ ˇ ˇ ´ η pt0 qˇˇ ă ε.
t ´ t0
por lo que cada ηk es derivable en t0 y además ηk1 pt0 q “ ηk˚ , es decir η 1 pt0 q “ pη11 pt0 q, η21 pt0 q,
. . . , ηn1 pt0 qq. ‚
15.4. Ortogonalidad 455
15.4. Ortogonalidad
15.4.1. Definición. Decimos que dos puntos P y Q pertenecientes a Rn son ortogonales
si P ¨ Q “ 0. Por ejemplo los puntos p1, 1, 0q y p0, 0, 1q en R3 son ortogonales, también en R2
son ortogonales los puntos pa, bq y p1, ´ ab q siempre que b sea diferente de cero.
15.4.2. Definición. Si tenemos una recta que pasa por dos puntos diferentes P y Q, podemos
observar que el conjunto Π “ tA P Rn : pA ´ Qq ¨ pP ´ Qq “ 0u es un hiperplano. Diremos que
tal hiperplano es ortogonal en Q a la recta que pasa por los puntos P y Q (también se dice
que tal recta es ortogonal en Q a dicho hiperplano). Observemos que la definición anterior
no depende de la elección que se haya hecho del punto P en la recta, con tal de que éste sea
diferente de Q. En efecto, si S “ Q ` tpP ´ Qq y t ‰ 0, entonces pA ´ Qq ¨ pP ´ Qq “ 0 ðñ
tpA ´ Qq ¨ pP ´ Qq “ 0 ðñ pA ´ Qq ¨ ptpP ´ Qqq “ 0 ðñ pA ´ Qq ¨ pQ ` tpP ´ Qq ´ Qq “
0 ðñ pA ´ Qq ¨ pS ´ Qq “ 0.
Conservemos la notación y terminología de la definición anterior y veamos que si A P Π,
entonces la distancia entre A y P es la misma que la distancia entre A y 2Q ´ P . Para esto
tomemos A “ pa1 , . . . , an q, P “ pp1 , . . . , pn q y Q “ pq1 , . . . , qn q teniendo así
g g
f n f n
f ÿ fÿ
|A ´ p2Q ´ P q| “ e pak ´ 2qk ` pk q “ e ppak ´ qk q ` ppk ´ qk qq2
2
k“1 k“1
g
f n n n
fÿ ÿ ÿ
“ e 2
pak ´ qk q ` 2
ppk ´ qk q ` 2 pak ´ qk qppk ´ qk q
k“1 k“1 k“1
g
f n n
fÿ ÿ
“ e 2
pak ´ qk q ` ppk ´ qk q2 ` 2pA ´ Qq ¨ pP ´ Qq
k“1 k“1
g
f n n
fÿ ÿ
“ e 2
pak ´ qk q ` ppk ´ qk q2
k“1 k“1
g
f n n
fÿ ÿ
“ e pak ´ qk q2 ` ppk ´ qk q2 ´ 2pA ´ Qq ¨ pP ´ Qq
k“1 k“1
g
f n n n
fÿ ÿ ÿ
“ e pak ´ qk q2 ` ppk ´ qk q2 ´ 2 pak ´ qk qppk ´ qk q
k“1 k“1 k“1
g g
f n f n
f ÿ fÿ
“ e ppak ´ qk q ´ ppk ´ qk qq “ e pak ´ pk q2 “ |A ´ P |.
2
k“1 k“1
tenemos que |A ´ P |2 “ |A ´ Q|2 ` |P ´ Q|2 . Enunciemos estos dos últimos resultados como
teoremas.
15.4.3. Teorema. Sean P y Q dos puntos diferentes. Si Π es el hiperplano ortogonal en el
punto Q a la recta que pasa por P y Q, y A P Π, entonces la distancia entre A y P es la
misma que la distancia entre A y 2Q ´ P .
15.4.4. Teorema. Si A, P y Q son tres puntos tales que pA ´ Qq ¨ pP ´ Qq “ 0, entonces
|A ´ P |2 “ |A ´ Q|2 ` |P ´ Q|2 .
15.4.5. Definición. Cuando nuestro espacio sea Rn , diremos que una recta l1 es ortogonal
a otra recta l2 en un punto Q si ambas rectas pasan por Q y l2 está incluida en el hiperplano
ortogonal a l1 en Q. También se dice que l1 y l2 son ortogonales (en Q). En el caso en que
n ľ 3, diremos que un plano Γ (de dimensión 2) y una recta l son ortogonales en un punto
Q, si tanto el plano como la recta pasan por Q y Γ está incluida en el hiperplano ortogonal
a l1 en Q.
Veamos que dada una recta incluida en Rn que pasa por dos puntos diferentes P y Q, y
un punto R P Rn que no esté en la recta, siempre existe un único hiperplano ortogonal a tal
recta y al cual pertenece R.
15.4.6. Teorema. Sean P , Q y R tres puntos diferentes no alineados en Rn y l una recta
tal que P , Q P l. Existe un único hiperplano ortogonal a l al cual pertenece R. Además, el
punto donde se interseca la recta l y el hiperplano ortogonal es Q ` pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
pP ´ Qq.
! )
pR´Qq¨pP ´Qq pR´Qq¨pP ´Qq
Π :“ A P Rn : pA ´ Q ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq ¨ pP ´ Q ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq “ 0 .
Pero R P Π. En efecto,
pR´Qq¨pP ´Qq pR´Qq¨pP ´Qq
pR ´ Q ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq ¨ pP ´ Q ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq
pR´Qq¨pP ´Qq pR´Qq¨pP ´Qq
“ ppR ´ Qq ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq ¨ ppP ´ Qq ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq
ppR´Qq¨pP ´Qqq2 ppR´Qq¨pP ´Qqq2
“ pR ´ Qq ¨ pP ´ Qq ´ |P ´Q|2
´ pR ´ Qq ¨ pP ´ Qq ` |P ´Q|2
“ 0.
|P ´ R| ă |Q ´ R|.
15.4. Ortogonalidad 459
l3
l1
Q
l2
de η es
a
|Q ´ Q ` pα1 ´ α2 qu ` pβ1 ´ β2 qv| “ |pα1 ´ α2 qu ` pβ1 ´ β2 qv|2
a
“ |pα1 ´ α2 qu|2 ` |pβ1 ´ β2 qv|2
a
“ pα1 ´ α2 q2 ` pβ1 ´ β2 q2 .
‚
Una generalización del teorema 15.5.2 es el siguiente teorema.
15.5.3. Teorema. Si u1 , u2 , . . . , um son m puntos ortonormales en Rn y Q P Rn , entonces
la función η que a cada punto pα1 , α2 , . . . , αm q P Rm le asigna el punto Q ` α1 u1 ` α2 u2 `
¨ ¨ ¨ ` αm um , es una isometría entre el plano Rm y el conjunto tS P Rn : S “ Q ` α1 u1 `
α2 u2 ` ¨ ¨ ¨ ` αm um para algunos α1 , α2 , . . . , αm P Ru.
Demostración. Sean pα1 , α2 , . . . , αm q y pβ1 , β2 , . . . , βm q elementos de Rm . La distancia
entre estos puntos es
a
pα1 ´ β1 q2 ` pα2 ´ β2 q2 ` ¨ ¨ ¨ ` pαm ´ βm q2
X
-1 1 2 3 4 5
-1
circunferencia con centro en
H0,0L y radio 1
-2
1 Π
X
-1 1
De manera similar, al aplicar la isometría δ tal que δpα, βq “ p´α, βq, obtenemos que
`pS1 X tpx, yq : y ľ 0 y x ľ 0uq “ `pS1 X tpx, yq : y ľ 0 y x ĺ 0uq “ `pS1 X tpx, yq : y ĺ 0 y
x ĺ 0uq “ `pS1 X tpx, yq : y ĺ 0 y x ľ 0uq “ π2 .
464 15.5. Isometrías entre planos
Π
1
2
X
-1 1
B B
O O
A A
pero por el corolario 15.5.19 tenemos `pU q “ π, de manera que `pSq “ πr. ‚
Del teorema anterior y del teorema 15.3.15 se concluye el resultado siguiente.
15.5.23. Fórmula para la longitud de una circunferencia. La longitud de cualquier
circunferencia de radio r es 2πr.
15.6. Medidas de ángulos 467
Existe también el concepto de «radián», que se acostumbra definir como una revolución
entre 2π ó como 180˝ entre 2π, pero tal cantidad es igual al número 1, por lo que consideramos
que es innecesario establecer tal concepto debido a que no ganamos nada con cambiarle de
nombre al número 1.
A continuación estudiaremos el concepto de perpendicularidad y temas relacionados con
este concepto.
15.6.5. Definición. A cualquier ángulo cuya medida sea π2 , o lo que es lo mismo, que su
medida sea de 90˝ , se le llama ángulo recto. Si la medida de un ángulo es mayor que 90˝ ,
decimos que el ángulo es obtuso. Si la medida de un ángulo es menor que 90˝ , decimos que
el ángulo es agudo.
15.6.6. Definición. Sea =QOP un ángulo recto. Si l es un segmento, recta o rayo incluido
ÐÑ ÐÑ
en la recta OP tal que O P l y si m es un segmento, recta o rayo incluido en la recta OQ
tal que O P m, entonces decimos que l y m son perpendiculares (más específicamente que
son perpendiculares en el punto O). Al hecho de que l y m sean perpendiculares se le denota
l K m.
El teorema siguiente muestra la relación que existe entre los conceptos de perpendicula-
ridad y ortogonalidad.
ÐÑ ÐÑ
15.6.7. Teorema. Dos rectas OP y OQ son perpendiculares en O si y sólo si los puntos
ÐÑ ÐÑ
Q ´ O y P ´ O son ortogonales. Es decir las rectas OP y OQ son perpendiculares si y sólo
si son ortogonales.
ÐÑ ÐÑ
Demostración. Sea Π el plano en el cual están incluidas las rectas OP y OQ. Supongamos
ÐÑ ÐÑ
primero que las rectas OP y OQ son ortogonales. Por el teorema 15.5.2 la función η : R2 ÝÑ
Π, tal que para todo pα, βq P R2 se tiene que ηpα, βq “ O ` α |P ´O|
1 1
pP ´ Qq ` β |Q´O| pQ ´ Oq,
es una isometría sobre el plano Π . Ahora, por los teoremas 15.5.15 y 15.6.3 tenemos que
ÐÑ ÐÑ
=QOP “ π2 , es decir OP K OQ.
ÐÑ ÐÑ
Partamos ahora del supuesto de que OP K OQ con >QOP “ π2 . Definamos la función η :
R2 ÝÑ Π como la isometría tal que ηp0, 0q “ O, ηp1, 0q “ O ` |P ´O|
1
pP ´Qq y ηp0, 1q “ O `v,
donde v es el vector unitario ortogonal a P ´O tal que O`v “ O` |P ´O|t s
pP ´Oq` |Q´O| pQ´Oq,
para algún t P R y algún s ą 0, es decir que O ` v y Q estén del mismo lado de la recta
ÐÑ
OP . Por el teorema 15.5.2 la función η es una isometría y por el teorema 15.5.8 los puntos v
y P ´ O son ortogonales. Por los teoremas 15.5.15 y 15.6.3 tenemos que >pO ` vqOP “ π2 .
ÝÝÑ ÝÝÑ
Afirmamos que O ` v P OQ. En efecto, si O ` v R OQ, entonces por el teorema 15.3.15
tendríamos una de las siguientes dos posibilidades: a) >P OQ ` >QOpO ` vq “ π2 ó b)
>P OpO ` vq ` >QOpO ` vq “ π2 . Pero ambas posibilidades son falsas ya que >P OQ “ π2 “
ÝÝÑ ÐÑ ÐÑ
>P OpO ` vq y >QOpO ` vq ą 0. Por lo tanto O ` v P OQ, luego las rectas OP y OQ son
ortogonales. ‚
Con el teorema 15.6.7 podemos ver que el concepto de rectas perpendiculares dado en
este capítulo es consistente con el dado en el capítulo 10.
15.6.8. Definición. Cuando A, B y C son tres puntos alineados tales que B está entre A y
C, y además D es un punto que no está en la recta a la cual pertenecen los puntos A, B y
15.6. Medidas de ángulos 469
ÐÑ ÐÑ
segmento QP no cortaría a la recta OA ni a OB, de modo que P estaría en el exterior de
ÐÑ
=AOB. Por lo tanto el rayo OP corta al arco menor AB.
Ŋ ‚
15.6.16. Teorema de adición de ángulos. Si un punto D está en el interior de un ángulo
=ABC, entonces >ABC “ >ABD ` >DBC.
Demostración. El resultado es una consecuencia de los teoremas 15.3.15, 15.6.14 y 15.6.15,
y de las definiciones de interior y de medida de un ángulo. ‚
15.6.17. Definición. Decimos que dos ángulos son complementarios si la suma sus me-
didas es 90˝ . En tales condiciones también decimos que un ángulo es el complemento del
otro.
15.6.18. Teorema. Sean l1 y l2 dos rectas paralelas y l3 una recta que corta a l1 y l2 en
los puntos P y Q respectivamente. Si R es un punto de l3 tal que P está entre Q y R, y S
y T son puntos de l1 y l2 respectivamente tales que están en el mismo lado de l3 ; entonces
>P QT “ >RP S.
ÐÑ
Demostración. Sean A P l1 y B P l2 puntos alineados con R tales que AB K l1 y sean
ÝÑ ÝÝÑ ÐÑ
C P QT y D P QP tales que |Q ´ C| “ |P ´ A| y DC K l2 . Por los teoremas 15.4.18 y 15.6.7
ÐÑ ÐÑ ÐÑ
tenemos que AB K l2 y DC k AB. Ahora, por la unicidad de las paralelas y por los teoremas
15.2.36 y 15.2.37 tenemos que |D ´ C| “ |R ´ A| y |Q ´ D| “ |P ´ R|. Observemos ahora
que tenemos una isometría η tal que ηpAq “ C, ηpRq “ D y ηpP q “ Q. Por el teorema 15.6.3
tenemos que las isometrías preservan ángulos, es decir >P QT “ >RP S. ‚
15.6.19. Corolario. Sean l1 y l2 dos rectas paralelas y l3 una recta que corta a l1 y l2 en los
puntos P y Q respectivamente. Si T y U son puntos de l2 y l1 respectivamente que están en
lados opuestos de l3 , entonces >P QT “ >QP U .
Demostración. Sea S un punto de l1 que está del mismo lado de l3 que T , y R un punto
de l3 tal que P está entre Q y R. Por el teorema 15.6.18 tenemos que >P QT “ >RP S,
pero por el teorema de los ángulos opuestos por el vértice >QP U “ >RP S, por lo que
>P QT “ >QP U . ‚
15.6.20. Teorema. La suma de las medidas de los ángulos de un triángulo es 180˝ .
ÐÑ
Demostración. Sea ŸABC un triángulo. Llamémosle l a la recta paralela a AC que pasa
por B y sean P y Q puntos de l tales que B está entre P y Q, con P del mismo lado que A
ÐÑ ÐÑ
de la recta BC y por consiguiente Q del mismo lado que C de la recta AB. Por el corolario
15.6.19 tenemos que >ACB “ >QBC y que >CAB “ >P BA, pero por los teoremas de
adición de ángulos y del suplemento tenemos que >P BA ` >ABC ` >QBC “ 180˝ , por lo
tanto >CAB ` >ABC ` >ACB “ 180˝ . ‚
15.6.21. Corolario. Sea ŸABC un triángulo y D un punto tal que C está entre A y D.
Tenemos que >BCD “ >ABC ` >BAC.
Demostración. El corolario es consecuencia del teorema 15.6.20 y del teorema del suple-
mento 15.6.10. ‚
Como consecuencia inmediata del teorema 15.6.20 tenemos los siguientes dos corolarios.
15.6.22. Corolario. Ningún triángulo tiene más de un ángulo obtuso.
15.6.23. Corolario. Ningún triángulo tiene más de un ángulo recto.
15.6.24. Definición. En un triángulo ŸABC el ángulo =ABC se dice que es opuesto al
15.6. Medidas de ángulos 471
lado AC y que es adyacente a los lados AB y BC. Similarmente decimos que el lado AC
es opuesto al ángulo =ABC y adyacente a los ángulos =CAB y =ACB.
15.6.25. Definición. Decimos que un triángulo es un triángulo rectángulo si alguno de
sus ángulos es recto. Al lado opuesto al ángulo recto se le llama hipotenusa del triángulo y
los lados adyacentes del ángulo recto se llaman catetos del triángulo.
Como consecuencia de los teoremas 15.4.4 y 15.6.7 tenemos el siguiente teorema famoso.
15.6.26. Teorema de Pitágoras. En un triángulo rectángulo la suma de los cuadrados de
las longitudes de los catetos es igual al cuadrado de la longitud de la hipotenusa.
15.6.27. Definición. Una recta que es perpendicular a un segmento en su punto medio se
llama mediatriz del segmento.
rB
:
C
mediatriz del segmento AB
C
C
C
C
CrA
9
y radio r que está incluida en Π y l es una recta incluida en Π tal que c y l se intersecan
solamente en un punto P , entonces para todo punto Q P l se tiene que |Q ´ O| ľ r.
El teorema 15.6.35 tiene el siguiente recíproco.
15.6.37. Teorema. Dado un plano Π. Si c es una circunferencia incluida en Π, con centro en
un punto O; l es una recta incluida en Π, y P P l X c es tal que l K OP ; entonces l X c “ tP u.
Demostración. Si P 1 P l es diferente de P , entonces OP 1 es la hipotenusa del triángulo
ŸOP 1 P , por lo que |O ´ P 1 | ą |O ´ P |, luego P 1 R c. ‚
15.6.38. Teorema. Si en un triángulo ŸABC existe un punto D entre A y B tal que
|A ´ D| “ |A ´ C|, entonces |B ´ C| ą |C ´ D|.
Demostración. Por el teorema del triángulo isósceles, >ADC “ >ACB, pero por los
corolarios 15.6.22 y 15.6.23 tenemos que el ángulo =ADC es agudo. Ahora, debido al teorema
del suplemento, =BDC es obtuso y de nuevo por el corolario 15.6.22 y el teorema 15.6.32
tenemos que |B ´ C| ą |C ´ D|. ‚
15.6.39. Teorema. Supongamos que incluidos en un plano están un triángulo ŸABC tal
que el ángulo =ACB no es agudo y una circunferencia c con centro en A y radio r “ |A ´ C|.
Sea D el punto que pertenece a la circunferencia c y al lado AB del triángulo ŸABC y sea
CD
Ŋ el arco menor de c con extremos C y D. La longitud de CD Ŋ es menor que la de BC.
Ahora, debido al teorema 15.6.38, tenemos que |Ri ´ Qi´1 | ą |Qi ´ Qi´1 |. De lo anterior
tenemos que
ÿn n
ÿ
|B ´ C| “ |Pi ´ Pi´1 | ą |Qi ´ Qi´1 |,
i“1 i“1
Utilizando la conclusión del párrafo anterior para cada uno de los arcos menores de c con
extremos Qi´1 y Qi , los cuales denotaremos como QŔ i´1 Qi , tenemos que la longitud de Qi´1 Qi
Ŕ
es menor o igual que la del segmento Qi´1 Ri , pero la longitud de Qi´1 Ri es menor que la
de Pi´1 Pi (excepto cuando i “ 1, en cuyo caso tales segmentos son iguales), por lo que la
n n
longitud de CD,
Ŋ que es igual a ř `pQŔ i´1 Qi q, es menor que `pPi´1 Pi q, pero este último
ř
i“1 i“1
número es la longitud del segmento BC. ‚
15.7. Conceptos generales 475
Un cuadrado es un rectángulo tal que todos sus lados son congruentes, es decir es un
rectángulo que es a la vez un rombo.
Un cuadrilongo es un rectángulo que no es un cuadrado.
Un romboide es un paralelogramo que no es un rombo.
Un trapezoide es un cuadrilátero que no es trapecio.
Definimos la distancia entre dos rectas paralelas como la distancia de cualquiera de los
puntos de una recta a la otra recta. En un trapecio, a las longitudes de los lados paralelos se
les llama bases y a la distancia entre las rectas que incluyen a tales lados se le llama altura
correspondiente a tales bases. En un triángulo, a la longitud de uno de sus lados se le llama
base y su altura correspondiente es la distancia del vértice que no está en el lado, a la recta
que incluye el lado.
Una región triangular es la unión de un triángulo con su interior; una región cuadrada
es la unión de un cuadrado con su interior; una región rectangular es la unión de un
rectángulo con su interior; una región trapecial es la unión de un trapecio con su interior.
Una región circular es un círculo, es decir es la unión de una circunferencia con su interior.
Diremos que dos hiperplanos son paralelos cuando éstos no se cortan. Por ejemplo en
R3 dos planos son paralelos si no se cortan y en R2 dos rectas son paralelas si no se cortan.
Una esfera es un conjunto de puntos px, y, zq P R3 tales que existe un punto pa, b, cq P R3
y un número r ą 0 con la propiedad de que la distancia entre pa, b, cq y px, y, zq es r. Al punto
pa, b, cq le llamamos centro de la esfera y al número r le llamamos radio de la esfera.
Un conjunto C Ă R3 es un cilindro si existe un conjunto plano A tal que C es la unión
de todas las rectas que cortan a A y son perpendiculares al plano en el cual está incluido A,
es decir C es el conjunto de todos los puntos cuya proyección en el plano en el cual está A es
el conjunto A. En las condiciones anteriores decimos que el conjunto A genera al cilindro C.
Si tenemos en R3 dos planos paralelos Π1 y Π2 , al conjunto T de puntos de C que están ya
sea en Π1 , en Π2 o entre puntos de Π1 y Π2 se le llama cilindro truncado. A los conjuntos
Π1 X C y Π2 X C le llamamos bases del cilindro truncado T y a la distancia entre los planos
Π1 y Π2 le llamamos altura del cilindro truncado T . Cuando nos refiramos a la base o a la
altura de un cilindro significará (sin necesidad de hacer aclaración alguna) a la base o a la
altura de un cilindro truncado.
Un conjunto K Ă Rn se llama cono si existe un punto V P K tal que para todo P P K
y para todo λ ľ 0, el punto V ` λpP ´ V q P K. Si el punto V con la propiedad anterior
es único, a tal punto se le llama vértice del cono K. Si c es una circunferencia y V es un
punto que no está en el plano en el cual está incluida la circunferencia c, decimos que el
conjunto tV ` λpP ´ V q : P P c y λ P Ru es un cono circular. Como podemos observar, el
cono circular es en efecto un cono. Cuando tenemos un cono circular tV ` λpP ´ V q : P P c
y λ P Ru, tal que el plano en el cual está incluida la circunferencia c es perpendicular a la
recta que pasa por el centro O de la circunferencia c y por el vértice V , entonces decimos
que el cono circular es un cono circular recto y que la recta que pasa por O y por V
es su eje. Si C es un círculo, es decir la unión de una circunferencia con su interior, y V
es un punto que no está en el plano en el cual está incluido el círculo C, decimos que el
conjunto tV ` λpP ´ V q : P P C y λ P Ru es un cono circular sólido. Si tenemos en Rn dos
hiperplanos paralelos Π1 y Π2 , al conjunto T de puntos de K que están ya sea en Π1 , en Π2
o entre puntos de Π1 y Π2 se le llama cono truncado. A los conjuntos Π1 X K y Π2 X K le
llamamos bases del cono truncado T y a la distancia entre los planos Π1 y Π2 le llamamos
15.7. Conceptos generales 477
altura del cono truncado T . Cuando nos refiramos a la base o a la altura de un cono nos
estaremos refiriendo a la base o a la altura de un cono truncado.
Dado un número r ą 0 y un punto O en un conjunto S isométrico a R3 , al conjunto E
de todos los puntos de S que están a una distancia r de O se le llama esfera con centro en
O y radio r. Así mismo, al conjunto de todos los puntos de S que estén a una distancia de
O menor o igual que r le llamaremos esfera rellena con centro en O y radio r.
Similarmente a la definición anterior tenemos que dado un número r ą 0 y un punto O
en un conjunto S isométrico a Rn , al conjunto E de todos los puntos de S que están a una
distancia r de O se le llama esfera de dimensión n ´ 1 con centro en O y radio r. Así
mismo, al conjunto de todos los puntos de S que estén a una distancia de O menor o igual
que r le llamaremos esfera rellena de dimensión n con centro en O y radio r.
478 15.8. Funciones trigonométricas
Las funciones sen, cos, tan, cot, sec y csc reciben el nombre de funciones trigonométricas.
Tomamos por definición senp0q “ 0, cosp0q “ 1, tanp0q “ 0 y secp0q “ 1. Los valores de cotp0q
y cscp0q quedarán indefinidos, al menos por el momento. Así mismo, definimos senp π2 q “ 1,
cosp π2 q “ 0, cotp π2 q “ 0 y cscp π2 q “ 1. Los valores de tanp π2 q y secp π2 q quedarán indefinidos por
el momento.
El lector podrá observar que las definiciones anteriores no dependen del triángulo ŸABC
que se haya a escogido, siempre y cuando =ACB sea recto y >BAC “ θ.
Debido a las definiciones anteriores y a que la suma de las medidas de los ángulos de un
triángulo es π, tenemos las identidades dadas en el teorema siguiente.
15.8.2. Teorema. Si θ P r0; π2 s, entonces
` ˘ ` ˘ ` ˘
sen π2 ´ θ “ cospθq, cos π2 ´ θ “ senpθq, tan π2 ´ θ “ cotpθq,
` ˘ ` ˘ ` ˘
cot π2 ´ θ “ tanpθq, sec π2 ´ θ “ cscpθq, csc π2 ´ θ “ secpθq,
B P
ë
45ë 60
!!!!
2 1 2 1
45ë 30ë
A 1 C Q !!!! M
3
15.8.3. Funciones trigonométricas de 30˝ , 45˝ y 60˝ . Se tienen las siguientes identidades:
? ?
2 3
senp30˝ q “ 21 , senp45˝ q “ ?1
2
“ 2
, senp60˝ q “ 2
,
? ?
3 ?1 2
cosp30˝ q “ 2
, cosp45˝ q “ 2
“ 2
, cosp60˝ q “ 12 ,
?
3
?
tanp30˝ q “ ?1 “ , tanp45˝ q “ 1, tanp60˝ q “ 3,
3 3
? ?
3
cotp30˝ q “ 3, cotp45˝ q “ 1, cotp60˝ q “ ?1 “ ,
3 3
? ?
secp30˝ q “ ?23 “ 23 3, secp45˝ q “ 2, secp60˝ q “ 2,
? ?
cscp30˝ q “ 2, cscp45˝ q “ 2, cscp60˝ q “ ?23 “ 23 3.
Demostración. Tomemos un triángulo rectángulo ŸABC tal que su ángulo =ACB sea recto
y los catetos tengan longitud 1. Tenemos que los ángulos agudos =A y =B del triángulo son
congruentes. Como la suma de las medidas de los ángulos de un triángulo es 180 ?
˝
, entonces ?la
medida de los ángulos =A y =B?es 45 , además la longitud
˝
? de la hipotenusa es 1 ` 1 “ 2.
2 2
además la longitud de ψrr0; θss es igual a θ, para todo θ P p0; 2πs. Para θ P r0; 2πs definimos
el coseno de θ como la abscisa del punto ψpθq y el seno de θ como la ordenada del punto
ψpθq, es decir ψpθq “ pcospθq, senpθqq. De manera más general, si t es un número real y la
pareja de números pk, θq P Z ˆ r0; 2πs es tal que t “ θ ` 2kπ, definimos cosptq :“ cospθq y
senptq :“ senpθq. Cuando cospθq ‰ 0, definimos tanpθq :“ senpθq
cospθq
y secpθq :“ cospθq
1
, y cuando
senpθq ‰ 0, definimos cotpθq :“ senpθq
cospθq
y cscpθq :“ senpθq
1
. Debido a la parametrización anterior,
a las funciones trigonométricas también se les llama funciones circulares.
1
HcosHΘL,senHΘLL
0.5
Θ
-0.5
-1
Demostración. Antes de dar la demostración general, veámosla para algunos casos parti-
culares. Si θ P r0; πs, entonces los puntos pcospθq, senpθqq y pcospθ ` πq, senpθ ` πqq son los
extremos de la media circunferencia incluida en la circunferencia con centro en p0, 0q y radio
1, por lo que también son los extremos de un segmento de longitud 2 cuyo punto medio es
p0, 0q, por lo tanto pcospθ ` πq, senpθ ` πqq “ p´ cospθq, ´ senpθqq, es decir el resultado se
cumple cuando t P r0; πs.
Ahora, si t P pπ; 2πs, entonces por lo demostrado en el párrafo anterior y por el teorema
15.8.5 tenemos que senptq “ ´ senpt ´ πq “ ´ senppt ´ πq ` 2πq “ ´ senpt ` πq, es decir
senpt ` πq “ ´ senptq y análogamente se demuestra que cospt ` πq “ ´ cosptq.
Supongamos en general que t P R y sean θ P r0; 2πs y k P Z tales que t “ θ ` 2kπ. Para el
caso en que θ P r0; πs tenemos que θ ` π P r0; 2πs, por lo que senpt ` πq “ senpθ ` π ` 2kπq “
senpθ`πq “ ´ senpθq “ ´ senpθ`2kπq “ ´ senptq. Para el caso en que θ P pπ; 2πs tenemos que
θ´π P r0; 2πs, por lo que senpt`πq “ senpθ`2kπ`πq “ senpθ´π`2pk `1qπq “ senpθ´πq “
´ senpθ ´ π ` πq “ ´ senpθq “ ´ senptq. Análogamente se tiene que cospt ` πq “ ´ cosptq. ‚
15.8. Funciones trigonométricas 481
Demostración. Supongamos primero que θ P p0; π2 q. La recta vertical que corta al eje de
las abscisas en el punto Q “ pcospθq, 0q, corta a la circunferencia con centro en 0 “ p0, 0q
y radio 1 en el primer cuadrante en el punto P “ px, yq “ pcospθq, senpθqq, teniéndose así
un triángulo rectángulo ŸP 0Q cuyo ángulo =P 0Q mide θ. Ahora, tal recta vertical también
corta a la circunferencia en el cuarto cuadrante en el punto P 1 “ px, ´yq, teniéndose que
el ángulo =P 1 0Q mide también θ, de tal manera que P 1 “ pcosp2π ´ θq, senp2π ´ θqq “
pcosp´θq, senp´θqq. Con lo anterior tenemos que cosp´θq “ cospθq y senp´θq “ ´ senpθq.
Para el caso en que t “ 0 una simple evaluación muestra que el resultado del teorema es
válido. Para el caso en que t “ π2 , con el uso del teorema 15.8.6 y una evaluación se muestra
que el resultado es también válido. Tenemos así que el resultado es válido cuando t P r0; π2 s.
Si t P r´ π2 ; 0s, entonces tomando θ “ ´t tenemos que cosp´tq “ cospθq “ cosp´θq “ cosptq
y senp´tq “ senpθq “ ´p´ senpθqq “ ´ senp´θq “ ´ senptq, por lo que tenemos ahora que el
teorema es valido cuando t P r´ π2 ; π2 s.
Cuando t P r π2 ; πs, tenemos que ´t P r´π; ´ π2 s y ´t ` π P r0; π2 s, por lo que del teore-
ma 15.8.6 y del párrafo anterior tenemos que cosp´tq “ ´ cosp´t ` πq “ ´ cospt ´ πq “
´p´ cosptqq “ cosptq y senp´tq “ ´senp´t ` πq “ senpt ´ πq “ ´ senptq. Ahora cuando
t P r´π; ´ π2 s, entonces ´t P r π2 ; πs, por lo cual se tiene que cosp´tq “ cosp´p´tqq “ cosptq
y senp´tq “ ´ senp´p´tqq “ ´ senptq. De esta forma tenemos que la fórmula del teorema es
válida cuando t P r´π; πs.
En general, si t P R, entonces existe un número θ P r´π; πs y un entero k tales que
t “ θ ` 2kπ, por lo que, debido al teorema 15.8.5, cosp´tq “ cosp´θ ´ 2kπq “ cosp´θq “
cospθq “ cosptq y senp´tq “ senp´θ ´ 2kπq “ senp´θq “ ´ senpθq “ ´ senptq. ‚
15.8.9. Corolario. Las funciones tan y cot son funciones impares. Es decir, si t P R, entonces:
psenptqq2 ` pcosptqq2 “ 1.
482 15.8. Funciones trigonométricas
1 ` pcotptqq2 “ pcscptqq2 .
1 ` ptanptqq2 “ psecptqq2 .
Demostración. Por los teoremas 15.8.6 y 15.8.8 tenemos que senp π2 `tq “ ´ senp π2 `t´πq “
´ senpt ´ π2 q “ senp π2 ´ tq y cosp π2 ` tq “ ´ cosp π2 ` t ´ πq “ ´ cospt ´ π2 q “ ´ cosp π2 ´ tq. ‚
El siguiente teorema es una generalización del teorema 15.8.2.
15.8.15. Teorema. Si t P R, entonces
` ˘ ` ˘ ` ˘
sen π2 ´ θ “ cospθq, cos π2 ´ θ “ senpθq, tan π2 ´ θ “ cotpθq,
` ˘ ` ˘ ` ˘
cot π2 ´ θ “ tanpθq, sec π2 ´ θ “ cscpθq, csc π2 ´ θ “ secpθq,
Hemos demostrado que senp π2 ´ θq “ senpθq y que cosp π2 ´ θq “ senpθq cuando θ P r´π; πs.
Supongamos que t P R, entonces t “ θ ` 2kπ, donde θ P r´π; πs y k es un número entero. En
tales circunstancias tenemos que senp π2 ´ tq “ senp π2 ´ θ ´ 2kπq “ senp π2 ´ θq “ cospθq “ cosptq
y cosp π2 ´ tq “ cosp π2 ´ θ ´ 2kπq “ cosp π2 ´ θq “ senpθq “ senptq. Por lo tanto se cumplen las
dos primeras fórmulas del teorema. Las otras fórmulas se deducen de estas y de la forma en
que están definidas las funciones trigonométricas evaluadas en número real arbitrario. ‚
15.8.16. Fórmula para el coseno de una diferencia. Si α y β son números reales,
entonces
cospβ ´ αq “ cospαq cospβq ` senpαq senpβq.
1
HcosHΑL,senHΑLL=P1
P3 =HcosHΒ-ΑL,senHΒ-ΑLL
Β-Α 0.5 Β-Α
HcosHΒL,senHΒLL=P2
R
-2 -1.5 -1 -0.5 0.5 1 1.5 2
-0.5
-1
Ahora, usando el hecho de que x23 ` y32 “ x22 ` x22 “ x21 ` y12 “ 1 tenemos que ´2x3 `
2 “ ´2px2 x1 ` y2 y1 q ` 2, pero simplificando tenemos x3 “ x2 x1 ` y2 y1 , o equivalentemente
cospβ ´ αq “ cospβq cospαq ` senpβq senpαq. Tenemos pues que el teorema se cumple cuando
0 ĺ α ă β ă 2π.
484 15.8. Funciones trigonométricas
Demostración. Del teorema 15.8.8 y de la fórmula para el coseno de una diferencia 15.8.16
tenemos que cospβ ` αq “ cospβ ´ p´αqq “ cosp´αq cospβq ` senp´αq senpβq “
cospαq cospβq ´ senpαq senpβq. ‚
15.8.18. Fórmula para el seno de una diferencia. Si α y β son números reales, entonces
15.8.20. Fórmula para la tangente de una suma. Si α y β son números reales, entonces
tanpβq ` tanpαq
tanpβ ` αq “ .
1 ´ tanpβq tanpαq
De la fórmula 15.8.20 y del hecho de que la tangente es una función impar obtenemos el
siguiente corolario.
15.8.21. Fórmula para la tangente de una diferencia. Si α y β son números reales,
entonces
tanpβq ´ tanpαq
tanpβ ´ αq “ .
1 ` tanpβq tanpαq
De las fórmulas para el seno, coseno y tangente de una suma obtenemos las siguientes
fórmulas.
15.8.22. Fórmulas del ángulo doble. Si θ es un número real, entonces
A continuación deduciremos una fórmula que nos permite calcular las longitudes de los
lados de un triángulo cuando conocemos solamente la longitud de un lado y la medida de
dos ángulos.
15.8.24. Ley de los senos. Si ŸABC es un triángulo, a “ |B ´ C|, b “ |A ´ C|, c “ |A ´ B|,
α “ >BAC, β “ >ABC y γ “ >ACB, entonces
a b c
“ “ .
senpαq senpβq senpγq
β CC
a
Cc
C
γ αC
C
b
486 15.8. Funciones trigonométricas
Ejercicios.
y también
lím cosptq “ lím cosps ` 2kπq “ lím cospsq “ cospθq “ cospt0 q,
tÑt0 sÑθ sÑθ
por lo que en este caso las funciones sen y cos son continuas en t0 cuando t0 “ θ ` 2kπ con
θ P p0; 2πq. Ahora, si t0 “ 2kπ con k P Z, entonces
lím cosptq “ lím` cosps ` 2kπq “ lím` cospsq “ cospsq “ cosp0q “ 1 “ cospt0 q
tÑt`
0
sÑ0 sÑ0
y también
por lo que la función cos es continua en t0 , para cualquier número real t0 y análogamente
se demuestra que la función sen es continua en cualquier número real. Tenemos así que las
funciones sen y cos son continuas. ‚
15.9.2. Teorema. H1,tanHΘLL
1
senptq
lím “ 1. Hx,yL
tÑ0 t
0.5 Θ
Demostración. Si 0 ă θ ă π2 , entonces
tenemos que el segmento cuyos extremos son
pcospθq, senpθqq y pcosp´θq, senp´θqq es una cuer- -1 -0.5 0.5Hx,0L 1
da de la circunferencia incluida en R2 con cen-
tro en p0, 0q y radio 1. Los extremos de tal cuer-
da también son extremos de un arco menor cuya -0.5
longitud es 2θ. Ahora, la longitud de la cuerda es
2 senpθq y como la longitud de la cuerda es menor
que la del arco, tenemos que 2 senpθq ă 2θ, es de- -1
cir senpθq ă θ, donde además θ es la longitud del
arco menor con extremos pcospθq, senpθqq y p1, 0q.
Ahora, observemos que el punto p1, tanpθqq está en la recta vertical que pasa por p1, 0q y en el
488 15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas
rayo con extremo p0, 0q y que pasa por px, yq “ pcospθq, senpθqq, por lo que debido al teorema
15.6.39, la distancia de p1, 0q a p1, tanpθqq (la cual es tanpθq) es mayor que la longitud del
arco menor con extremos p1, 0q y px, yq (la cual es θ ), por lo tanto
15.9.3. senpθq ă θ ă tanpθq.
Si en 15.9.3 dividimos entre senpθq, obtenemos la fórmula
θ 1
1ă ă ,
senpθq cospθq
la cual es equivalente a
senpθq
15.9.4. cospθq ă ă 1.
θ
Ahora, debido a que cosp´θq “ cospθq y a que senp´θq
´θ
“ senpθq
θ
, tenemos que la fórmula 15.9.4
también se cumple cuando ´ 2 ă θ ă 0. Usando en la fórmula 15.9.4, el teorema del sándwich
π
Demostración. Utilizando el teorema 15.9.2 y el hecho de que las funciones sen y cos son
continuas tenemos que
1 ´ cosptq p1 ´ cosptqqp1 ` cosptqq 1 ´ pcosptqq2 psenptqq2
lím “ lím “ lím “ lím
tÑ0 t tÑ0 tp1 ` cosptqq tÑ0 tp1 ` cosptqq tÑ0 tp1 ` cosptqq
senptq senptq
“ lím lím “ 1p0{2q “ 0.
tÑ0 t tÑ0 1 ` cosptq
‚
15.9.6. Teorema. La derivada de cos es ´ sen y la derivada de sen es cos.
Demostración. Usaremos los teoremas 15.9.2 y 15.9.5, el hecho de que las funciones sen y
cos son continuas y las fórmulas para el seno y el coseno de una suma para calcular cos1 ptq y
sen1 ptq. Por una parte tenemos que
cospt ` ∆q ´ cosptq
cos1 ptq “ lím
∆Ñ0 ∆
cosptq cosp∆q ´ senptq senp∆q ´ cosptq
“ lím
∆Ñ0 ∆
senp∆q 1 ´ cosp∆q
“ ´ senptq lím ´ cosptq lím “ ´ senptq,
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆
por otra parte
senpt ` ∆q ´ senptq
sen1 ptq “ lím
∆Ñ0 ∆
senptq cosp∆q ` cosptq senp∆q ´ senptq
“ lím
∆Ñ0 ∆
1 ´ cosp∆q senp∆q
“ ´ senptq lím ` cosptq lím “ cosptq,
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆
15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas 489
en el intervalo cerrado r π2 ; 3π
2
s. Debido a que la función sen tiene período 2π podemos observar
que el valor máximo del seno es 1 y lo toma en π2 y en cualquier número de la forma π2 ` 2kπ
(con k P Z), y el valor mínimo es ´1 y lo toma en ´ π2 , en 3π 2
y en cualquier número de la
forma ´ π2 ` 2kπ (con k P Z). Podemos ver así que hay un único valor de x en el intervalo
abierto p´ π2 ; π2 q tal que senpxq “ 0 y un único valor de x en el intervalo abierto p π2 ; 3π
2
q tal que
senpxq “ 0, por lo tanto los dos únicos valores de x que hacen que senpxq “ 0 son 0 y π. De
nuevo, como sen tiene período 2π, entonces el conjunto de todos los x tales que senpxq “ 0
es t2kπ : k P Zu.
Observando que cos2 pxq “ ´ cospxq y que sen2 pxq “ ´ senpxq tenemos que la función
cos es cóncava hacia abajo en r´ π2 ; π2 s y cóncava hacia arriba en r π2 ; 3π2
s. Así, los puntos de
inflexión del coseno son los de la forma p π2 ` kπ, 0q (con k P Z); la función sen es cóncava
hacia abajo en r0; πs y cóncava hacia arriba en rπ; 2πs, de modo que los puntos de inflexión
del seno son los de la forma pkπ, 0q (con k P Z).
Con la descripción anterior tenemos datos suficientes para trazar una muy buena gráfica
de las funciones seno y coseno. Además podemos determinar el dominio de las funciones tan,
cot, sec y csc.
Y Y
1 y=senHxL 1 y=cosHxL
X X
-2 Π -Π -1 Π 2Π 3Π -2 Π -Π -1 Π 2Π
en r 3π
2
; 2πq; lím` cscpxq “ lím´ cscpxq “ `8 y lím` cscpxq “ lím´ cscpxq “ ´8, por lo que
xÑ0 xÑπ xÑπ xÑ2π
la gráfica de la función csc tiene como asíntotas verticales a las rectas con ecuaciones x “ 0,
x “ π y x “ 2π ; además la gráfica de la cosecante es cóncava hacia arriba en p0; πq y cóncava
hacia abajo en pπ; 2πq.
Y
Con lo anterior y usando el hecho de que las 6
funciones trigonométrica tienen período 2π, esta- 5
mos en condiciones de trazar las gráficas de las 4
funciones sec y csc. 3
y=cscHxL
1 y=tanHxL
X
3Π -Π Π Π Π 3Π 2Π 5Π
- -
2 2 -1 2 2 2
sólo si y “ senpθq y θ P r´ π2 ; π2 s se le llama función arco seno. Es decir, la función arco seno
es la inversa de la función seno con restricción del dominio al intervalo r´ π2 ; π2 s.
Podemos asimismo observar que el recorrido de la función cos es r´1; 1s y para cualquier
valor de x en el intervalo cerrado r´1; 1s existe un único θ P r0; πs tal que x “ cospθq, de
donde tenemos la siguiente definición.
15.9.12. Definición. A la función arc cos : r´1; 1s ÝÑ r0; πs tal que arc cospxq “ θ si y sólo
si x “ cospθq con θ P r0; π] se le llama función arcocoseno. Es decir, la función arco coseno
es la inversa de la función coseno con restricción del dominio al intervalo r0; πs.
Observemos ahora que el recorrido de la función tan es el conjunto de todos los números
reales y que para cualquier valor z P R existe un único θ P p´ π2 ; π2 q tal que tanpθq “ z,
teniendo así la siguiente definición.
15.9.13. Definición. A la función arctan : R ÝÑ p´ π2 ; π2 q tal que arctanpzq “ θ si y sólo
si z “ tanpθq y θ P p´ π2 ; π2 q se le llama función arco tangente. Es decir, la función arco
tangente es la inversa de la función tangente con restricción del dominio al intervalo p´ π2 ; π2 q.
De manera similar tenemos que el recorrido de la función cot es R y que para todo z P R
existe un único θ P p0; πq tal que cotpθq “ z, por lo que podemos establecer la siguiente
definición.
15.9.14. Definición. A la función arccot : R ÝÑ p0; πq tal que arccotpzq “ θ si y sólo
si z “ cotpθq y θ P p0; πq se le llama función arco cotangente. Es decir, la función arco
cotangente es la inversa de la función cotangente con restricción del dominio al intervalo
p0; πq.
Observando ahora que el recorrido de la función sec es el conjunto p´8; ´1s Y r1; `8q y
que para todo z P p´8; ´1s Y r1; `8q existe un único θ P r0; π2 q Y p π2 ; πs tal que secpθq “ z,
tenemos la siguiente definición.
15.9.15. Definición. A la función arcsec : p´8; ´1s Y r1; `8q ÝÑ r0; π2 q Y p π2 ; πs tal que
arcsecpzq “ θ si y sólo si z “ secpθq y θ P r0; π2 q Y p π2 ; πs se le llama función arco secante. Es
decir, la función arco secante es la inversa de la función secante con restricción del dominio
al conjunto r0; π2 q Y p π2 ; πs.
Finalmente tenemos que el recorrido de la función csc es el conjunto p´8; ´1sYr1; `8q y
que para todo z P p´8; ´1s Y r1; `8q existe un único θ P r´ π2 ; 0q Y p0; π2 s tal que cscpθq “ z,
teniendo así la siguiente definición.
15.9.16. Definición. A la función arccsc : p´8; ´1s Y r1; `8q ÝÑ r´ π2 ; 0q Y p0; π2 s tal que
arccscpzq “ θ si y sólo si z “ cscpθq y θ P r´ π2 ; 0q Y p0; π2 s se le llama función arco cosecante.
Es decir, la función arco cosecante es la inversa de la función cosecante con restricción del
dominio al conjunto r´ π2 ; 0q Y p0; π2 s.
15.9.17. Definición. A las funciones arco seno, arco coseno, arco tangente, arco cotangente,
arco secante y arco cosecante se les llama funciones trigonométricas inversas.
Veamos algunas propiedades de cada una de las funciones trigonométricas inversas que
servirán, entre otras cosas, para hacer un buen trazo de sus gráficas.
15.9.18. Teorema. arc sen1 pxq “ ? 1 .
1´x2
15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas Y 493
Π
Demostración. Tenemos que arc sen1 pxq “ sen1 parc1senpxqq “
2
1
cosparc senpxqq
, pero como ´ π2 ĺ arc senpxq ĺ π2 , entonces
cosparc senpxqq ľ 0 y como 1 “ pcosparc senpxqqq2 ` y=arcsenHxL
psenparc senpxqqq2 ? “ pcosparc senpxqqq2 ` x2 , entonces
cosparc senpxqq “ 1 ´ x2 , de donde concluimos que -1 1
X
2.
1
arc sen1 pxq “ ?1´x ‚
Observemos que para todo x P p´1; 1q tenemos
que arc sen1 pxq ą 0, por lo que la función arc sen es Π
creciente, en particular arc sen1 p0q “ 1. Tenemos que -
2
D arc senp1q “ D arc senp´1q “ `8, por lo que las
` ´
psecparctanpxqqq2 “ 1 ` ptanparctanpxqqq2 “ 1 ` x2 ,
pcscparccotpxqqq2 “ 1 ` pcotparccotpxqqq2 “ 1 ` x2 ,
Ejercicios.
1. Hallar las derivadas de las funciones siguientes:
a) px P Rq ÞÑ senpx3 q, b) px P p1; `8qq ÞÑ px ´ 1qcospxq .
2. Demostrar
ˆ ˙ que hay un número c P p0; 1q tal que la derivada de la función pt P Rq ÞÑ
πt
sen evaluada en c es 1.
2
senptq
3. Calcular lím .
tÑ0 t2
4. Sean l0 , l1 y l2 tres rectas paralelas en un plano. Supongamos que los puntos de l1 están
del lado opuesto l0 al lado en que están los puntos de l2 y sean d1 la distancia entre l0
y l1 , y d2 la distancia entre l0 y l2 . Sean A y A1 dos puntos diferentes de l0 .
496 15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas
a) Para cada θ P p0; π2 q tomemos Cpθq P l2 tal que >A1 ACpθq “ θ y r1 pθq :“
dist pA, Cpθqq. Demostrar que la función pθ P p0; π2 qq ÞÑ r1 pθq es continua.
b) Demostrar que límr1 pθq “ `8 y límπ r1 pθq “ d1 .
θÑ0 θÑ 2
y0 ´ y1 ´py1 ´ y0 q y1 ´ y0
m“ “ “ . ‚
x0 ´ x 1 ´px1 ´ x0 q x1 ´ x0
15.10.5. Teorema. Sea l una recta no vertical con pendiente m, P0 “ px0 , y0 q un punto en
l y P1 “ px1 , y1 q diferente de P0 tal que
y1 ´ y0
m“ .
x1 ´ x0
Entonces P1 P l.
Demostración. Como l no es vertical, entonces no tiene pendiente infinita y x1 ‰ x0 .
Ahora, sea P11 “ px1 , y11 q el punto en l cuya proyección en el eje X es px1 , 0q. Por el teorema
y 1 ´y
15.10.4 tenemos que m “ x11 ´x00 , pero por otra parte m “ xy11 ´y
´x0
0
, de modo que y11 ´y0 “ y1 ´y0 ,
es decir y11 “ y1 , por lo que P1 “ P11 , luego P1 P l. ‚
Observemos que de los dos teoremas anteriores podemos concluir que existe solamente
una recta con pendiente m que pasa por un punto dado P0 . El teorema siguiente nos da una
caracterización de la recta por medio de una fórmula cuando conocemos un punto de la recta
y su pendiente.
15.10.6. Teorema. La ecuación de la recta no vertical que pasa por el punto P0 “ px0 , y0 q
y tiene pendiente m está dada por
15.10.7. y ´ y0 “ mpx ´ x0 q.
Demostración. Para el caso en que m sea cero, la recta es horizontal y cualquier punto
P “ px, yq está en la recta si y sólo si y “ y0 , es decir y ´ y0 “ 0 “ 0px ´ x0 q. Si la pendiente
m es diferente de 0 y P “ px, yq es un punto que satisface la ecuación 15.10.7, entonces
y ´ y0
px, yq “ px0 , y0 q ó m“ ;
x ´ x0
en ambos casos, por el teorema 15.10.5, P está en la recta con pendiente m que pasa por
px0 , y0 q.
15.10. Ecuaciones de la recta 499
15.10.11. Ax ` By ` C “ 0,
dado. Supongamos que l es una recta que no es vertical ni horizontal y cuya ecuación es
Ax ` By ` C “ 0 y P0 “ px0 , y0 q. La pendiente de la recta l es ´A{B. Sea l1 la recta
perpendicular a l tal que P0 P l1 . Como l1 K l, entonces la pendiente de l1 es B{A. Sea
P1 “ px1 , y1 q el punto donde se intersecan l y l1 , es decir sea P1 la proyección de P0 en l. La
distancia de P0 a P1 es la distancia de P0 a l. La ecuación de l1 está dada por
B
y ´ y0 “ px ´ x0 q.
A
Ahora, px1 , y1 q satisface las ecuaciones
B
y ´ y0 “ px ´ x0 q y Ax ` By ` C “ 0,
A
de donde ˆ ˙
B
Ax1 ` B px1 ´ x0 q ` y0 ` C “ 0,
A
pero ˆ ˙
B
Ax1 ` B px1 ´ x0 q ` y0 ` C “ 0
A
ðñ
B2 B2
Ax1 ` x1 ´ x0 ` By0 “ ´C
A A
ðñ
pA2 ` B 2 qx1 “ B 2 x0 ´ ABy0 ´ AC
ðñ
B 2 x0 ´ ABy0 ´ AC
x1 “ .
A2 ` B 2
Análogamente se tiene que
B 2 y0 ´ ABx0 ´ AC
y1 “ ,
A2 ` B 2
y la distancia entre px0 , y0 q y px1 , y1 q es
a
px1 ´ x0 q2 ` py1 ´ y0 q2
dˆ ˙2 ˆ 2 ˙2
B 2 x0 ´ ABy0 ´ AC A x0 ´ ABx0 ´ BC
“ ´ x0 ` ´ y0
A2 ` B 2 A2 ` B 2
d
p´A2 x0 ´ ABy0 ´ ACq2 p´B 2 y0 ´ ABx0 ´ BCq2
“ `
pA2 ` B 2 q2 pA2 ` B 2 q2
d
A2 pAx0 ` By0 ` Cq2 B 2 pBy0 ` Ax0 ` Cq2
“ `
pA2 ` B 2 q2 pA2 ` B 2 q2
c
pAx0 ` By0 ` Cq2 |Ax0 ` By0 ` C|
“ 2 2
“ ? ,
A `B A2 ` B 2
15.10. Ecuaciones de la recta 501
|Ax0 ` By0 ` C|
? .
A2 ` B 2
Supongamos ahora que l es una recta horizontal con ecuación Ax ` By ` C “ 0. En este
caso A “ 0 y la ecuación de la recta es equivalente a y “ ´C{B,?por lo que la distancia de
px0 , y0 q a l es | ´ C{B ´ y0 | “ |By0 ` C|{|B| “ |Ax0 ` By0 ` C|{ A2 ` B 2 . Análogamente,
si l es una recta ? vertical con ecuación Ax ` By ` C “ 0, la distancia de px0 , y0 q a l es
|Ax0 ` By0 ` C|{ A2 ` B 2 . Así pues, hemos demostrado el siguiente teorema.
15.10.14. Teorema. Dada una recta incluida en el plano X Y con ecuación Ax ` By ` C “ 0
y un punto P0 “ px0 , y0 q. La distancia de P0 a la recta está dada por
|Ax0 ` By0 ` C|
? .
A2 ` B 2
punto px0 , y0 q. -2 -1 1 2 3 4
Ejercicios.
px ´ aq2 ` py ´ bq2 “ r2 .
15.11.2. x2 ` y 2 ` Ax ` By ` C “ 0,
x2 ` y 2 ` Ax ` By ` C “ 0
ðñ ˆ ˙2 ˆ ˙2 ˆ ˙ 2 ˆ ˙2
2 A 2 B A B
x ` Ax ` ` y ` By ` “ ` ´C
2 2 2 2
ðñ ˆ ˙2 ˆ ˙2 ˆ ˙ 2 ˆ ˙2
A B A B
x` ` y` “ ` ´ C,
2 2 2 2
b` ˘
A 2
` B ˘2
lo cual representa una circunferencia con centro en p ´A , ´B q y radio ` ´C
` A ˘2 ` B ˘2 ` A ˘2 ` B ˘2 2 2 2 2
solamente cuando 2 ` 2 ´ C ą 0. Si 2 ` 2 ´ C ă 0, entonces la ecuación 15.11.2
representa al conjunto vacío, pues es
` A ˘2 ` B ˘2 imposible que dos números reales al cuadrado sumen
un número negativo. Si 2 ` 2 ´ C “ 0, entonces la ecuación 15.11.2 representa al
conjunto cuyo único elemento es el punto p ´A
2
, ´B
2
q, debido a que para que la suma de dos
15.11. Ecuaciones de la circunferencia 503
números reales elevados al cuadrado sea cero es necesario y suficiente que los números sean
cero. Resumimos lo anterior en el teorema siguiente.
15.11.3. Teorema. Si A, B y C son constantes, entonces:
b` ˘ la `ecuación dada en 15.11.2 es la de
A 2 B 2
´A ´B
˘ ` A ˘2 ` B ˘2
una circunferencia con centro en p 2 , 2 q y radio 2
` 2
´ C cuando ` ą
´A ´B
` A ˘2 `2 B ˘2 2
C; es la del conjunto cuyo único elemento es el punto p 2 , 2 q cuando 2 ` 2 “ C; es
` ˘2 ` ˘2
la del conjunto vacío cuando A2 ` B2 ă C.
504 15.12. Ecuaciones de la parábola
V “ A`F 2
, se le llama vértice de la parábola. Observemos que el vértice V es el punto de
la parábola más cercano al foco y a la directriz. A cualquier segmento cuyos extremos son
puntos que pertenecen a la parábola se le llama cuerda de la parábola. A cualquier cuerda
de la parábola que pase por el foco se le llama cuerda focal. La cuerda focal perpendicular
al eje de la parábola se le llama lado recto. Observemos que la longitud del lado recto es 4
veces la distancia del vértice al foco.
Deduzcamos ahora en forma general la ecuación de una parábola cuya directriz es hori-
zontal y cuyo eje es vertical.
Sea V “ ph, kq el vértice de una parábola y F “ ph, k ` pq su foco, donde p es un número
diferente de cero. Observemos que el eje de la parábola es vertical y su ecuación es x “ h,
además la directriz es horizontal y su ecuación es y “ k ´ p.
Si p ą 0, el foco está arriba de la directriz y si p ă 0, entonces el foco está abajo de la
directriz.
Ahora, la ecuación de la directriz puede expresarse en la forma
y ` pp ´ kq “ 0.
|y ` pp ´ kq| a
? “ px ´ hq2 ` py ´ pk ` pqq2 ,
1 2
ðñ
2py ´ 2kp “ px ´ hq2 ´ 2py ` 2kp
ðñ
px ´ hq2 “ 4ppy ´ kq.
Lo anterior se puede resumir en el teorema siguiente.
15.12.4. Teorema. La ecuación de una parábola con vértice V “ ph, kq, foco F “ ph, k ` pq
y directriz con ecuación y “ k ´ p está dada por
Observemos que la ecuación de una parábola con eje vertical puede expresarse en la forma
x2 ` Ax ` By ` C “ 0,
mientras que la ecuación de una parábola con eje horizontal puede expresarse en la forma
y 2 ` Ax ` By ` C “ 0.
Ejercicios.
1. Hallar la ecuación de la parábola que tiene como directriz a la recta con ecuación y “ 2x
y foco el punto p1, 1q.
2. Hallar la ecuación de la parábola que tiene eje vertical, tiene vértice en p3, 2q y pasa
por el punto p1, 0q.
eje normal
15.13.1. Definiciones. Sean F1 y F2 dos
A1 puntos en un plano y s un número mayor
L1 que la distancia entre F1 y F2 . Al conjunto de
puntos P en el plano tales que la distancia de
eje focal P a F1 más la distancia de P a F2 es igual a
V2 F2 C F1 V1 la constante s se le llama elipse. Los puntos
F1 y F2 se llaman focos de la elipse y al
L2 número s se llama constante de la elipse. A
A2 la recta l que pasa por los focos se le llama
eje focal. Los puntos V1 y V2 de la elipse,
que están en el eje focal, se llaman vértices de la elipse. Al segmento cuyos extremos son
los vértices de la elipse se le llama eje mayor de la elipse. Al punto medio C del eje mayor
de la elipse se le llama centro de la elipse. La recta l1 incluida en el mismo plano en el cual
está la elipse, perpendicular al eje focal l y que pasa por el centro C se llama eje normal
de la elipse. Designemos por A1 y A2 los puntos donde se cortan el eje normal y la elipse.
Al segmento cuyos extremos son A1 y A2 se le llama eje menor. Si B1 y B2 son dos puntos
diferentes de la elipse, al segmento cuyos extremos son B1 y B2 se le llama cuerda de la
elipse. Cualquier cuerda que pase por uno de los focos se llama cuerda focal. A la cuerda
focal L1 L2 que sea perpendicular al eje focal se le llamará lado recto de la elipse.
15.13.2. Ejemplo. Hallar la ecuación de la elipse con focos F1 “ p´1, ´4q y F2 “ p´4, ´2q
y cantidad constante 5.
Solución. Un punto P “ px, yq está en la elipse si y sólo si
|P ´ F1 | ` |P ´ F2 | “ 5,
es decir
a a
15.13.3. px ´ p´1qq2 ` py ´ p´4qq2 ` px ´ p´4qq2 ` py ´ p´2qq2 “ 5,
ðñ a a
px ` 1q2 ` py ` 4q2 ` px ` 4q2 ` py ` 2q2 “ 5
ðñ
a a
15.13.4. px ` 1q2 ` py ` 4q2 “ 5 ´ px ` 4q2 ` py ` 2q2
ùñ
a ˇ a ˇ
15.13.5. px ` 1q2 ` py ` 4q2 “ ˇ5 ´ px ` 4q2 ` py ` 2q2 ˇ
ˇ ˇ
ðñ a
px ` 1q2 ` py ` 4q2 “ 25 ´ 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 ` px ` 4q2 ` py ` 2q2
508 15.13. Ecuaciones de la elipse
ðñ
a
x2 ` 2x ` 1 ` y 2 ` 8y ` 16 “ 25 ´ 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 ` x2 ` 8x ` 16 ` y 2 ` 4y ` 4
ðñ
a
15.13.6. 6x ´ 4y ` 28 “ 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2
ùñ
a
15.13.7. |6x ´ 4y ` 28| “ 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2
ðñ
36x2 ` 16y 2 ` 784 ´ 48xy ` 336x ´ 224y “ 100px ` 4q2 ` 100py ` 2q2
ðñ
9x2 ` 4y 2 ` 196 ´ 12xy ` 84x ´ 56y “ 25px ` 4q2 ` 25py ` 2q2
ðñ
9x2 ` 4y 2 ` 196 ´ 12xy ` 84x ´ 56y “ 25x2 ` 200x ` 400 ` 25y 2 ` 100y ` 100
ðñ
por lo que la elipse debe satisfacer la ecuación 15.13.8. Para demostrar que la fórmula 15.13.8
es la ecuación de la elipse es suficiente demostrar que 15.13.7 ùñ 15.13.6 y que 15.13.5 ùñ
15.13.4.
Para ver que 15.13.7 ùñ 15.13.6, demostremos que es imposible que se cumpla la ecuación
a
15.13.9. 6x ´ 4y ` 28 “ ´10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 .
Tenemos que a
6x ´ 4y ` 28 “ ´10 px ` 4q2 ` py ` 2q2
ðñ
a
x2 ` 2x ` y 2 ` 8y ` 17 “ 25 ` 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 ` x2 ` 8x ` y 2 ` 4y ` 20
ðñ
x2 ` 2x ` 1 ` y 2 ` 8y ` 16
a
“ 25 ` 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 ` x2 ` 8x ` 16 ` y 2 ` 4y ` 4
ðñ a
px ` 1q2 ` py ` 4q2 “ 25 ` 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 ` px ` 4q2 ` py ` 2q2
ðñ ´ a ¯2
px ` 1q2 ` py ` 4q2 “ 5 ` px ` 4q2 ` py ` 2q2
15.13. Ecuaciones de la elipse 509
ðñ
a a
15.13.10. px ´ p´1qq2 ` py ´ p´4qq2 ´ px ´ p´4qq2 ` py ´ p´2qq2 “ 5.
Pero la ecuación 15.13.10 es imposible puesto que, debido a la desigualdad del triángulo,
a a
px ´ p´1qq2 ` py ´ p´4qq2 ´ px ´ p´4qq2 ` py ´ p´2qq2
a ? ?
ĺ p´1 ´ p´4qq2 ` p´4 ´ p´2qq2 “ 9 ` 4 “ 13 ă 5,
y tal imposibilidad nos lleva a que la ecuación 15.13.5 implica la 15.13.4. Así la igualdad
15.13.8 es la ecuación de la elipse, es decir el punto P “ px, yq está en la elipse si y sólo si
satisface 15.13.8.
Establezcamos ahora fórmulas de la elipse para los casos particulares en que los ejes sean
paralelos a los ejes de coordenadas.
Veamos el caso en que la elipse tiene eje mayor horizontal. Sean C “ ph, kq el centro de
la elipse; F1 “ ph ´ c, kq, F2 “ ph ` c, kq los focos, con c ą 0; V1 “ ph ´ a, kq, V2 “ ph ` a, kq
los vértices, con a ą c.
Observemos que la constante de la elipse es 2a, de modo que un punto P “ px, yq está en
la elipse si y sólo si
|F1 ´ P | ` |F2 ´ P | “ 2a,
es decir a a
px ´ ph ´ cqq2 ` py ´ kq2 ` px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2 “ 2a,
pero tenemos que
a a
px ´ ph ´ cqq2 ` py ´ kq2 ` px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2 “ 2a
ðñ
a a
15.13.11. px ´ ph ´ cqq2 ` py ´ kq2 “ 2a ´ px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2
ùñ
a ˇ a ˇ
15.13.12. cqq2 kq2 2 2
“ ˇ2a ´ px ´ ph ` cqq ` py ´ kq ˇ
ˇ ˇ
px ´ ph ´ ` py ´
ðñ a
4xc ´ 4hc ´ 4a2 “ ´4a px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2
ðñ
a
15.13.13. a2 ´ cpx ´ hq “ a px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2
510 15.13. Ecuaciones de la elipse
ùñ
ðñ
a4 ´ 2a2 cpx ´ hq ` c2 px ´ hq2 “ a2 ppx ´ hq2 ´ 2px ´ hqc ` c2 ` py ´ kq2 q
ðñ
a4 ` c2 px ´ hq2 “ a2 px ´ hq2 ` a2 c2 ` a2 py ´ kq2
ðñ
Ahora, los extremos del lado menor son de la forma A1 “ ph, k ` bq y A2 “ ph, k ´ bq con
b ą 0, pero |F1 ´ A1 | “ a, de donde, por el teorema de Pitágoras, tenemos que b2 “ a2 ´ c2
y tenemos que la ecuación 15.13.13 es equivalente a
px ´ hq2 py ´ kq2
15.13.16. ` “ 1.
a2 b2
Para ver que la ecuación 15.13.16 es la ecuación de la elipse es suficiente con demostrar que
cualquier punto que satisfaga 15.13.15 debe estar en la elipse. Ahora, la ecuación 15.13.15
2
conduce a que px´hq
a2
ĺ 1, de donde ´a ĺ x ´ h ĺ a, pero como a ą c, tenemos que
cpx ´ hq ă a , es decir a2 ´ cpx ´ hq ą 0, de donde se puede ver que la ecuación 15.13.14
2
implica la 15.13.13.
Veamos ahora que la ecuación 15.13.12 implica la 15.13.11. Para demostrarlo es suficiente
demostrar la imposibilidad de la ecuación
a a
´ px ´ ph ´ cqq2 ` py ´ kq2 “ 2a ´ px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2 ,
por lo que la ecuación 15.13.16 es la de la elipse con centro en ph, kq, focos ph ´ c, kq y
ph `´c, kq, vértices¯ ph´ ´ a, kq y ph¯` ´
a, kq. Observemos
¯ ´que los extremos
¯ de los lados rectos
2 2 2 2
son k ` c, k ` ba , k ` c, k ´ ba , k ´ c, k ` ba y k ´ c, k ´ ba , y la longitud de cada
2
lado recto es 2 ba .
Resumamos los análisis anteriores en el siguiente teorema.
15.13.17. Teorema. La ecuación de una elipse con centro en ph, kq, vértices en ph ` a, kq y
ph ´ a, kq, y extremos del eje menor en ph, k ` bq y ph, k ´ bq es de la forma
px ´ hq2 py ´ kq2
` “ 1,
a2 b2
15.13. Ecuaciones de la elipse 511
px ´ hq2 py ´ kq2
` “ 1,
b2 a2
donde los focos son ph, k ´ cq y ph, k ` cq, con c2 “ a2 ´ b2 , la constante de la elipse es 2a,
2
a ą b ą 0, y la longitud de cada lado recto es 2 ba .
15.13.19. Ejemplo. Dada la ecuación de la elipse
px ´ 2q2 py ` 1q2 Y
` “ 1,
9 25 V1
hallar los vértices, centro, foco, extremos del eje menor 4
y utilizar lo anterior para trazar la gráfica de la elipse.
3 F1
Solución. Observemos que la ecuación de la elipse
es 2
px ´ 2q2 py ´ p´1qq2
` “ 1,
32 52 1
por lo que la elipse tiene su centro en C “ ph, kq “
p2, ´1q. Como 5 ą 3, el eje mayor es vertical. Tenemos -1 1 2 3 4 5
X
que 2a “ 2p5q “ 10 es la constante de la elipse, así los
-1 C
vértices de la elipse son p2, ´1`5q y p2, ´1´5q, es decir
son V1 “ p2, 4q y V2 “ p2, ´6q. Los extremos del eje
-2
menor son p2`3, ´1q y p2´3, ´1q, es decir son p5, ´1q
y p´1, ´1q. Los focos son p2, ´1 ` cq y p2, ´1 ´ cq, -3
donde c2 “ a2 ´ b2 “ 25 ´ 9 “ 16, es decir c “ 4
por lo que los focos son F1 “ p2, 3q y F2 “ p2, ´5q. -4
Para hacer un buen trazo de la elipse es conveniente
encontrar los extremos de los lados rectos, los cuales -5 F2
2 2 2 2
son p2 ` ba , 3q, p2 ´ ba , 3q, p2 ` ba , ´5q y p2 ´ ba , ´5q,
es decir son p2 ` 95 , 3q “ p 19 5
, 3q, p2 ´ 59 , 3q “ p 51 , 3q, -6
V2
p2 ` 95 , ´5q “ p 195
, ´5q y p2 ´ 59 , ´5q “ p 15 , ´5q. Con
estos datos podemos trazar la gráfica de la elipse.
15.13.20. Ejemplo. Hallar la ecuación de la elipse con focos p3, 5q y p1, 5q, cuya longitud
del lado recto es 1.
512 15.13. Ecuaciones de la elipse
6
Ax2 ` Cy 2 ` Dx ` Ey ` F “ 0,
Solución. Agrupando los términos que contengan a x y los que contenga a y, y completando
al cuadrado obtenemos
lo que equivale a
p9x ´ 2q2 ` p7y ` 3q2 “ 3969
Y
o bien
px ´ 29 q2 py ` 73 q2 V1
3969 ` 3969 “ 1, 8
81 49
6
es decir F1
2 2 3 2
px ´ 9
q py `7
q 4
` “ 1.
49 81 2
El centro
? de la elipse ? es C ? “ p2{9, ´3{7q, a “ 9, b “ 7,
c “ 81 ´ 49 “ 32 “ 4 2 « 5.66 y la longitud de -6 -4 -2 C 2 4 6
X
2
los lados rectos es 2 ba “ 2p49{9q “ 98{9. De esto -2
podemos
? concluir que los?focos son F1 “ p 92 , ´ 37 ` -4
4 2q y F2 “ p 29 , ´ 37 ´ 4 2q, los vértices son V1 “
p 29 , ´ 73 ` 9q “ p 29 , 60
7
q y V2 “ p 29 , ´ 73 ´ 9q “ p 29 , ´ 66
7
q, -6 F2
Los puntos clave para prácticamente hacer un buen trazo de una elipse son los vértices,
los extremos del eje menor y los extremos de los lados rectos.
Ejercicios.
1. Hallar la ecuación de la elipse que tiene focos en p0, 0q y p2, 2q, y pasa por el punto
p6, 6q.
2. Hallar la ecuación de la elipse cuyos focos son los puntos p3, 1q y p2, 1q, y pasa por el
punto p4, 1q.
es decir
p2cq2 ` d2 “ |F2 ´ L|2 ,
pero por definición de hipérbola tenemos que 2a “ |F2 ´ L| ´ d, por lo que
desarrollando tenemos
4c2 ` d2 “ 4a2 ` 4ad ` d2 ,
2 2 2
luego c2 ´ a2 “ ad, es decir d “ c ´a a
o bien d “ ba . Análogamente se puede ver que la
distancia de F1 al otro extremo del lado recto es , por lo que d es la mitad de la longitud del
2
lado recto, de modo que la longitud del lado recto es 2 ba .
Determinemos ahora una ecuación de la hipérbola cuando sus ejes son paralelos o per-
pendiculares a los ejes de coordenadas.
Supongamos que una hipérbola tiene eje focal horizontal con centro en C “ ph, kq. Los
vértices deben ser de la forma V1 “ ph ` a, kq y V2 “ ph ´ a, kq, y los focos de la forma
15.14. Ecuaciones de la hipérbola 515
ðñ a a
ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2 ´ ppx ´ hq ` cq2 ` py ´ kq2 “ 2a
o bien a a
ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2 ´ ppx ´ hq ` cq2 ` py ´ kq2 “ ´2a
ðñ a a
ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2 “ 2a ` ppx ´ hq ` cq2 ` py ´ kq2
o bien a a
ppx ´ hq ` cq2 ` py ´ kq2 “ 2a ` ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2
ðñ
px ´ hq2 ´ 2px ´ hqc ` c2 ` py ´ kq2
a
“ 4a2 ` 4a ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2
` px ´ hq2 ` 2px ´ hqc ` c2 ` py ´ kq2
o bien
px ´ hq2 ` 2px ´ hqc ` c2 ` py ´ kq2
a
“ 4a2 ` 4a ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2
` px ´ hq2 ´ 2px ´ hqc ` c2 ` py ´ kq2
ðñ ´ a ¯
4|x ´ h|c “ 4a a ` pc ´ |x ´ h|q2 ` py ´ kq2
ðñ
|x ´ h|c a
´ a “ pc ´ |x ´ h|q2 ` py ´ kq2
a
ðñ
px ´ hq2 c2
2
´ 2|x ´ h|c ` a2 “ c2 ´ 2|x ´ h|c ` px ´ hq2 ` py ´ kq2 ,
a
con |x´h|c
a
´aľ0
ðñ
px ´ hq2 c2
´ px ´ hq2 ´ py ´ kq2 “ c2 ´ a2 ,
a2
con |x´h|c
a
ľa
ðñ
px ´ hq2 pc2 ´ a2 q
´ py ´ kq2 “ c2 ´ a2 ,
a2
516 15.14. Ecuaciones de la hipérbola
2
a2
con px´hq
a2
ľ c2
ðñ
px ´ hq2 b2
2
´ py ´ kq2 “ b2 ,
a
2
a2
con px´hq
a2
ľ c2
ðñ
px ´ hq2 py ´ kq2
15.14.3. ´ “ 1,
a2 b2
2 2 2 2
con px´hq
a2
ľ ac2 . Ahora, como c ą a tenemos que la ecuación 15.14.3 implica que px´kq a2
ľ ac2 ,
por lo que la ecuación 15.14.3 es equivalente a la ecuación 15.14.2, es decir la ecuación 15.14.3
es la ecuación de la hipérbola, estableciendo así el siguiente teorema.
15.14.4. Teorema. En R2 la ecuación de una hipérbola con centro en C “ ph, kq, focos
F1 “ ph ` c, kq y F2 “ ph ´ c, kq, vértices V1 “ ph ` a, kq y V2 “ ph ´ a, kq, está dada por
px ´ hq2 py ´ kq2
´ “ 1,
a2 b2
2
donde b2 “ c2 ´ a2 y la longitud de cada lado recto es 2 ba .
De manera análoga se puede demostrar el siguiente teorema.
15.14.5. Teorema. En R2 la ecuación de una hipérbola con centro en C “ ph, kq, focos
F1 “ ph, k ` cq y F2 “ ph, k ´ cq, vértices V1 “ ph, k ` aq y V2 “ ph, k ´ aq, está dada por
py ´ kq2 px ´ hq2
´ “ 1,
a2 b2
2
donde b2 “ c2 ´ a2 y la longitud de cada lado recto es 2 ba .
F2
Ax2 ` Cy 2 ` Dx ` Ey ` F “ 0,
donde AC ă 0.
V2
ÐÑ ÐÝÑ
pasa por V1 y la recta perpendicular al eje conjugado que pasa por A1 . Las rectas CG y CG1
se llaman asíntotas de la hipérbola.
Supongamos que tenemos una hipérbola con eje focal vertical, es decir una hipérbola cuya
ecuación es de la forma que aparece en el teorema 15.14.5. En tales condiciones la hipérbola
es la unión de las gráficas de las funciones f y g, dadas por
c c
px ´ hq2 px ´ hq2
f pxq “ a 1 ` ` k y gpxq “ ´a 1 ` ` k,
b2 b2
cuyo dominio común es el conjunto de números reales y cuyos recorridos son ra ` k; `8q y
p´8; ´a ` ks respectivamente. Observemos que el eje normal de esta hipérbola es la recta
con ecuación y “ k y que la parte de la hipérbola, que está arriba del eje normal, es la gráfica
de la función f , mientras que la parte de la hipérbola, que está abajo del eje normal, es la
gráfica de g. En este caso a las gráficas de f y de g las llamamos ramas de la hipérbola. En
general, para cualquier hipérbola tenemos la siguiente definición.
15.14.7. Definición. Al conjunto de puntos de una hipérbola que están de un lado de su
eje normal se le llama rama de la hipérbola.
Si una hipérbola tiene eje focal horizontal, tiene una ecuación como la dada en la ecuación
15.14.3 con una rama con ecuación
c
py ´ kq2
15.14.8. x“a 1` `h
b2
y la otra con ecuación
c
py ´ kq2
15.14.9. x “ ´a 1 ` ` h.
b2
Observemos que las asíntotas de tal hipérbola con eje focal horizontal son las rectas con
ecuaciones
a
15.14.10. x “ py ´ kq ` h
b
y
a
15.14.11. x “ ´ py ´ kq ` h,
b
las cuales se cortan en el centro ph, kq de la hipérbola. Podemos demostrar que cuando y tien-
de a `8, la diferencia de los lados derechos de 15.14.8 y 15.14.10, y la diferencia de los lados
derechos de 15.14.9 y 15.14.11 tienden a cero, mientras que si y tiende a ´8, la diferencia
de los lados derechos de 15.14.8 y 15.14.11 y la diferencia de los lados derechos de 15.14.9 y
15.14.10 tienden a cero. Lo anterior nos da una forma de ver que si un punto de la hipérbola
está lejos de su centro, entonces tal punto está cerca de alguna de las asíntotas. Aplicando
isometrías podemos ver en general que la afirmación anterior es válida para cualquier hipér-
bola, es decir si un punto de una hipérbola está lejos de su centro, entonces el punto está
cerca de alguna de las asíntotas de la hipérbola, independientemente de la inclinación del eje
518 15.14. Ecuaciones de la hipérbola
focal. Por lo anterior las asíntotas sirven como guía para hacer un buen trazo de la gráfica
de una hipérbola.
Demostremos que la diferencia entre el lado derecho de 15.14.8 y el de 15.14.10 tiende a
cero cuando y tiende a `8.
˜ c ¸
py ´ kq2 ´a ¯
lím a 1 ` `h´ py ´ kq ` h
yÑ`8 b2 b
˜ c ¸ ˜c ¸
s2 as a 2 s2 as
“ lím a 1 ` 2 ´ “ lím a2 ` 2 ´
sÑ`8 b b sÑ`8 b b
´? ¯ a2
“ lím a ` s ´ s “ lím
2 2 ? “ 0.
sÑ`8 sÑ`8 a2 ` s2 ` s
De manera similar se puede demostrar que la diferencia entre el lado derecho de 15.14.9 y el
de 15.14.11 tiende a cero cuando y tiende a `8, y que las diferencias entre el lado derecho
de 15.14.8 y 15.14.11, y entre el lado derecho de 15.14.9 y 15.14.10 tienden a cero cuando y
tiende a ´8.
15.14.12. Ejemplo. Hallar el centro, focos, vértices, asíntotas y trazar la gráfica de la
hipérbola cuya ecuación es
px ´ 1q2 py ` 2q2
´ “ 1.
4 9
py ` 2q2 px ´ 1q2
´ “ 1.
9 4
p1, ´5q y?p1, 1q, y los focos son los puntos p1, ´2 ´ 13q y 6
p1, ´2 ` 13q.
4
Ejercicios. 2 F2
V2
1. Demostrar que una hipérbola tiene solamente dos vérti- -4 -2 2 4 6
X
ces. -2 C
-4
V1
-6 F1
-8
15.14. Ecuaciones de la hipérbola 519
a) senhp0q “ 0;
15.15. Funciones hiperbólicas 521
e) senh es cóncava hacia arriba en r0; `8q y cóncava hacia abajo en r´8; 0q;
a) senhp0q “ 1;
Con los teoremas 15.15.2 y 15.15.3 tenemos la herramienta suficiente para trazar una
buena gráfica de las funciones senh y cosh, además de deducir las derivadas y propiedades de
las demás funciones hiperbólicas y poder trazar sus gráficas, las cuales son como se muestran
a continuación.
522 15.15. Funciones hiperbólicas
Y
y=cotHxL
1
X
3Π
-2 Π - -Π Π Π Π 3Π 2Π
-
2 2 -1 2 2
3
2
1
X
-4 -2 2 4
-1
F1 C F2
V1 V2
-3
-4
-5
-6
-7
-8
Y
Y
6
6
y=senhHxL 5
4
Y
2 4
1
0.5 y=tanhHxL
X 3 X
-2 2 4 6 8 -3 -2 -1 1 2 3
-0.5
-2 2 -1
y=coshHxL
-4 1
-6 X
-2 -1 1 2
15.15. Funciones hiperbólicas 523
Y
Y
4 y=cschHxL
4 y=cothHxL
2
2
Y
1
y=sechHxL
X X
-3 -2 -1 1 2 3 -3 -2 -1 1 2 3
X
-3 -2 -1 1 2 3
-2
-2
-4
-4
Ejercicios.
y
y 1 “ rpsenpαq cospθq ` cospαq senpθqq “ y cospθq ` x senpθq,
por lo cual ˆ ˙
cospθq senpθq
ρθ px, yq “ px, yq .
´ senpθq cospθq
Un hecho intuitivamente claro, que demostraremos a continuación, es que las rotaciones
son isometrías.
15.16.2. Teorema. Las rotaciones en R2 son isometrías.
Demostración. Sea ρθ una rotación en R2 y px0 , y0 q, px1 , y1 q P R2 . Tenemos que
con lo que se tiene que |ρθ px0 , y0 q ´ ρθ px1 , y1 q| “ |px0 , y0 q ´ px1 , y1 q|. ‚
A la transformación η : R2 ÝÑ R2 dada por ηpx, yq “ px, ´yq, para toda pareja px, yq P
R , se le llama reflexión con respecto al eje X. En general, una reflexión τl : R2 ÝÑ R2 , con
2
es decir sea px1 , y 1 q la rotación ´θ del punto px, yq. Podemos ver que 15.17.2 es equivalente a
Ax2 ` Bxy ` Cy 2 ` Dx ` Ey ` F “ 0
ðñ
Apx1 cospθq ´ y 1 senpθqq2 ` Bpx1 cospθq ´ y 1 senpθqqpy 1 cospθq ` x1 senpθqq
` Cpy 1 cospθq ` x1 senpθqq2 ` Dpx1 cospθq ´ y 1 senpθqq
` Epy 1 cospθq ` x1 senpθqq ` F “ 0
ðñ
pApcospθqq2 ` Bpcospθq senpθqq ` Cpsenpθqq2 qx12
` p2pC ´ Aqpcospθq senpθqq ` Bppcospθqq2 ´ psenpθqq2 qqx1 y 1
` pApsenpθqq2 ´ Bpcospθq senpθqq ` Cpcospθqq2 qy 12
` pD cospθq ` E senpθqqx1 ` pE cospθq ´ D senpθqqy 1 ` F “ 0
ðñ
pApcospθqq2 ` Bpcospθq senpθqq ` Cpsenpθqq2 qx12
` pB cosp2θq ´ pA ´ Cq senp2θqqx1 y 1
` pApsenpθqq2 ´ Bpcospθq senpθqq ` Cpcospθqq2 qy 12
` pD cospθq ` E senpθqqx1 ` pE cospθq ´ D senpθqqy 1 ` F “ 0,
el punto px, yq satisface la ecuación 15.17.2 si y sólo si el punto px1 , y 1 q satisface la ecuación
15.17.4. A1 x12 ` B 1 x1 y 1 ` C 1 y 12 ` D1 x1 ` E 1 y 1 ` F 1 “ 0.
Observemos que si en la ecuación 15.17.4 se cumple que B 1 “ 0, entonces con la herramienta
que tenemos hasta el momento y conociendo los valores de las demás constantes, podemos
deducir qué tipo de figura es la gráfica de la ecuación. Por ejemplo, en el caso en que una
de las constantes A1 ó C 1 sea cero, es decir cuando B 12 ´ 4A1 C 1 “ 0, tenemos que 15.17.3 es
la ecuación de una parábola, una recta, dos rectas paralelas o bien el conjunto vacío. Si A1
y C 1 son ambas positivas o ambas negativas, es decir si B 12 ´ 4A1 C 1 ă 0, entonces 15.17.3
puede ser la ecuación de una elipse, una circunferencia como caso particular de una elipse, un
conjunto con un solo punto o bien el conjunto vacío. Si A1 C 1 ă 0, es decir si B 12 ´ 4A1 C 1 ą 0,
entonces 15.17.4 representa la ecuación de una hipérbola o bien la de dos rectas que se cortan
en un solo punto.
Para trazar la gráfica de 15.17.2 podemos realizar la transformación dada por 15.17.3 y
encontrar el valor de θ que haga que B 1 “ 0. Una vez encontrado tal valor de θ, se traza la
gráfica de 15.17.3, y la gráfica de 15.17.2 será una rotación θ de la gráfica de 15.17.4.
Encontremos el valor de θ que haga que B 1 “ 0, es decir un valor de θ tal que B cosp2θq ´
pA ´ Cq senp2θq “ 0. Si B “ 0, es suficiente tomar θ “ 0, es decir no hay necesidad de hacer
rotación alguna. Si B ‰ 0 pero A “ C, entonces θ debe ser tal que B cosp2θq “ 0, es decir
cosp2θq “ 0, con lo que es suficiente tomar θ “ 45˝ . Si B ‰ 0 y A ‰ C, entonces es necesario
y suficiente que A´C
B
“ tanp2θq, por lo que es suficiente con tomar θ “ 21 arctanp A´CB
q.
Tenemos que, independientemente del valor de θ, B ´ 4A C “ B ´ 4AC. En efecto,
12 1 1 2
B 1 ´ 4A1 C 1
“ pB cosp2θq ´ pA ´ Cq senp2θqq2
´ 4pApcospθqq2 ` B cospθq senpθq ` Cpsenpθqq2 q
pApsenpθqq2 ´ B cospθq senpθq ` Cpcospθqq2 q
“ B 2 pcosp2θqq2 ` 4pcospθq senpθqq2 q
` ABp´2 cosp2θq senp2θq ` 4pcospθqq2 cospθq senpθq
´ 4psenpθqq2 cospθq senpθqq
` BCp2 cosp2θq senp2θq ´ 4pcospθqq2 cospθq senpθq ` 4psenpθqq2 cospθq senpθqq
` A2 ppsenp2θqq2 ´ 4pcospθqq2 psenpθqq2 q
` C 2 ppsenp2θqq2 ´ 4pcospθqq2 psenpθqq2 q
` ACp´2psenp2θqq2 ´ 4ppcospθqq4 ` psenpθqq4 qq
“ B 2 ppcosp2θqq2 ` psenp2θqq2 q
´ ABp2 cosp2θq senp2θq ´ 4ppcospθqq2 ´ psenpθqq2 q cospθq senpθqq
` BCp2 cosp2θq senp2θq ´ 4ppcospθqq2 ´ psenpθqq2 q cospθq senpθqq
` A2 ppsenp2θqq2 ´ psenp2θqq2 q ` C 2 ppsenp2θqq2 ´ psenp2θqq2 q
´ 4ACp2pcospθq senpθqq2 ` pcospθqq4 ` psenpθqq4 q
“ B 2 ´ ABp2 cosp2θq senp2θq ´ 2 cosp2θq senp2θqq
` BCp2 cosp2θq senp2θq ´ 2 cosp2θq senp2θqq
´ 4ACppcospθqq2 ` psenpθqq2 q2 “ B 2 ´ 4AC.
528 15.17. La ecuación general de segundo grado
Ax2 ` Bxy ` Cy 2 ` Dx ` Ey ` F “ 0,
A1 x2 ` B 1 xy ` C 1 y 2 ` D1 x ` E 1 y ` F 1 “ 0,
b) Si A “ C y θ “ 45˝ , entonces B 1 “ 0.
c) Si A ‰ C y θ “ 21 arctanp A´C
B
q, entonces B 1 “ 0.
Ejercicios.
1. De las ecuaciones de segundo grado dadas a continuación decir a qué genero pertenecen:
a) 2x2 ´ 3xy ` y 2 ´ 5x ` 3y ´ 4 “ 0.
b) 2x2 ´ 2xy ` y 2 ´ 5x ´ 4 “ 0.
c) x2 ` xy ` y 2 “ 1.
2. En caso de que proceda, hallar los vértices de las figuras cuyas ecuaciones están dadas
en el ejercicio anterior.
15.18. El cilindro en R3 529
15.18. El cilindro en R3
Si en R3 queremos dar una ecuación de un cilindro C generado por un conjunto A en
el plano X Y, es decir en el plano cuya ecuación es z “ 0, y existe una relación R tal que
A “ tpx, y, 0q : xRyu, entonces el cilindro quedará descrito por la proposición xRy, es decir
C “ tpx, y, zq : xRyu. Por ejemplo, en caso de que xRy sea la ecuación de una circunferencia
en R2 , entonces C será el cilindro generado por tal circunferencia. Observemos que un cilindro
generado por una recta es un plano, por lo que si a, b y c son constantes, entonces el conjunto
tpx, y, zq P R3 : ax ` by ` c “ 0u es un plano perpendicular al plano X Y. Veamos algunas
definiciones de casos particulares de cilindros.
15.18.1. Definición. Un cilindro que es generado por una circunferencia se llama cilindro
circular. Un cilindro que es generado por una elipse se llama cilindro elíptico. Un cilin-
dro que es generado por una hipérbola se llama cilindro hiperbólico. Un cilindro que es
generado por una parábola se llama cilindro parabólico.
Como ejemplo de un cilindro
parabólico tenemos a tpx, y, zq : x´
3z 2 “ 1u, el cual es generado por
2
una parábola en el plano X Z. 1
Z
0
-1
-2 4
0
2
5 0
Y
X -2
10
-4
2.5
Z
0
-2.5
-5
0
2.5
5
X 7.5
10
530 15.18. El cilindro en R3
Como ejemplo de un cilindro elíptico tenemos al conjunto tpx, y, zq : px ´ 2q2 ` 3py ` 3q2 “
9u, el cual está generado por una elipse en el plano X Y.
Y
-2
-3
-4
2
1
Z
0
-1
-2
0
2
X
4
15.19. Rotaciones y reflexiones en Rn 531
y las demás componentes son 0; su j-ésimo renglón es el que tiene componente i-ésima igual
a ´ senpθq , j-ésima componente igual a cospθq, y si k R ti, ju, entonces el k-ésimo renglón es
ek . Cuando ρ : Rn ÝÑ Rn es tal que ρpνq “ νA, decimos que ρ es una rotación elemental.
El lector podrá demostrar el teorema siguiente.
15.19.5. Teorema. Las rotaciones y las reflexiones elementales son isometrías.
15.20. El cono circular recto en R3 533
2
Y
1
0
-1
-2
2
1
Z
0
-1
-2
-2
-1
0
X 1
2
15.21. El elipsoide en R3
´D C
ó d “ ´ ´D C
), es una elipse si Cd2 ` D ą
0, y bes el conjuntobvacío si Cd2 ` D ă 0 (es decir
si ´ ´ DC
ă d ă ´D C
). En el caso en que D ă 0
decimos que cualquier conjunto congruente con H es
un hiperboloide elíptico de dos hojas.
15.22.5. Definición. En el caso en que A “ B diremos que cualquier conjunto que sea
congruente con H es un hiperboloide de revolución.
538 15.23. El paraboloide elíptico en R3
15.25.2. Definición. Sea f : r0; `8q ÝÑ R la función que está dada por f pθq “ aθ, donde
a es una constante positiva. A la gráfica en coordenadas polares de f (o a cualquier conjunto
congruente con una gráfica en coordenadas polares de una función de este tipo de este tipo)
se le llama espiral de Arquímedes.
15.25. Coordenadas polares 541
2
1
r= Θ
2
X
-6 -4 -2 2 4 6 8
-2
-4
-6
espiral de Arquímedes
Y
15.25.3. Definición. Al conjunto cuya ecuación en
coordenadas polares es a
r=aH1-cosHΘLL
r “ ap1 ´ cospθqq,
-2 a -a a 2a X
r2 “ a2 senp2θq.
X
A cualquier conjunto congruente con L se le llama -a a 2a
lemniscata.
-a
lemniscata
r “ a cosp2θq.
a r=aHcosH2ΘLL
-a a 2a X
-a
rosa de cuatro pétalos
15.26. Coordenadas cilíndricas y esféricas 543
Z
6 px, y, zq
r
px, y, 0q
r
6 -Y
θ p0, y, 0q
X
y
gppx1 , . . . , xn q, py1 , . . . , yn qq “ máxt|x1 ´ y1 |, . . . , |xn ´ yn |u.
A manera de ejemplos tenemos que en R2 los círculos son bolas cerradas cuya frontera
es una circunferencia; la frontera de una bola en R3 es una esfera; en Rn la frontera de un
semiespacio es un hiperplano.
15.27.1. Aclaración. Con respecto al término «cerrado» no debemos confundirnos cuando
hacemos referencia al concepto de «trayectoria cerrada» y cuando es con respecto a un espacio
métrico.
15.27.2. Definición. Sean a1 , a2 , . . . , an , b1 , b2 , . . . , bn números reales tales que a1 ĺ b1 , a2 ĺ
b2 , . . . , an ĺ bn . Un conjunto de la forma ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 sˆ ¨ ¨ ¨ ˆran ; bn s se llama caja
cerrada, o si se queremos ser más específicos n-caja cerrada o caja cerrada de dimensión
n. Bajo las mismas condiciones, una caja abierta es un conjunto de la forma pa1 ; b1 q ˆ
pa2 ; b2 qˆ ¨ ¨ ¨ ˆpan ; bn q. Observemos que cuando a1 ă b1 , a2 ă b2 , . . . , an ă bn una caja
cerrada de dimensión 1 es un intervalo cerrado, una caja cerrada de dimensión 2 es una
región rectangular, y una caja de dimensión 3 es un prisma rectangular recto. Bajo las
condiciones anteriores, si un conjunto C cumple la condición de que pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 qˆ ¨ ¨ ¨
ˆpan ; bn q Ă C Ă ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 sˆ ¨ ¨ ¨ ˆran ; bn s se le llama caja.
15.27.3. Teorema. Cualquier caja cerrada ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s Ă Rn es un
conjunto cerrado y cualquier caja abierta pa1 ; b1 qˆpa2 ; b2 qˆ¨ ¨ ¨ˆpan ; bn q Ă Rn es un conjunto
abierto.
Demostración. Si x “ px1 , x2 , . . . , xn q P pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 q ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ pan ; bn q; rk “ míntxk ´ ak ,
bk ´ xk u, para todo k P t1, 2, . . . , nu, y r “ míntr1 , r2 , . . . , rn u; entonces Bpx, rq Ă pa1 ; b1 q ˆ
pa2 ; b2 q ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ pan ; bn q. En efecto, si un elemento y “ py1 , y2 , . . . , yn q no está en la caja abierta
pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 qˆ ¨ ¨ ¨ ˆpan ; bn q, entonces existe un k P t1, 2, . . . , nu tal que yk R pak ; bk q, por
lo que dpx, yq ľ |xk ´ yk | ľ rk ľ r. Por lo tanto el conjunto pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 q ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ pan ; bn q
es abierto.
Supongamos ahora que z “ pz1 , z2 , . . . , zn q R ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s. Existe un
k P t1, 2, . . . , nu tal que zk R rak ; bk s. Tenemos que zk ă ak ó zk ą bk . Supongamos sin pérdida
de generalidad que zk ă ak . Tomemos ahora r “ ak ´ zk y w “ pw1 , w2 , . . . , wn q P Bpz, rq
para obtener que |wk ´ zk | ă r “ ak ´ zk y concluir que wk no puede ser mayor o igual que
ak , es decir wk ă ak , luego w R ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s. Hemos demostrado que existe
una bola abierta con centro en z que está incluida en Rn zra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆran ; bn s, es
15.27. Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados en Rn 545
decir que el conjunto Rn zra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s es abierto, de donde se obtiene, por
el teorema 14.1.9, que el conjunto ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s es cerrado. ‚
15.27.4. Teorema. Si E Ă Rn y x es un punto que está en el interior de E, entonces existe
una caja cerrada ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s tal que x P pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 q ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ pan ; bn q Ă
˝
ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s Ă E.
Demostración. Sea r ą 0 tal que Bpx, rq Ă E. Para todo k P t1, 2, . . . , nu tomemos
r
ak “ xk ´ 2n , bk “ xk ` 2n
r
y w “ pw1 , w2 , . . . , wn q P ra1 ; b1 sˆra2 ; b2 sˆ¨ ¨ ¨ˆradn ; bn s. Afirmamos
n
que w P Bpx, rq, es decir que distpx, wq ă r. En efecto, distpx, wq “
ř
pxk ´ wk q2 ĺ
k“1
d
n
q “ 2?r n ă r. Por lo tanto, la caja ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s está incluida en el
r 2
ř
p 2n
k“1
interior de E, y además x P pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 q ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ pan ; bn q Ă ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s.
‚
15.27.5. Notación. Dados dos puntos a “ pa1 , a2 , . . . , an q y b “ pb1 , b2 , . . . , bn q en Rn , la
expresión a ĺ b denotará el hecho de que a1 ĺ b1 , a2 ĺ b2 , . . . , an ĺ bn . De esta forma,
una caja cerrada en Rn es un conjunto de la forma ra; bs :“ tv P Rn : a ĺ v ĺ bu “
ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s, donde a, b P Rn .
15.27.6. Definición. Cuando tengamos dos puntos x1 , x2 P Rm y dos puntos y1 , y2 P Rn ,
donde x1 “ pa1,1 , a1,2 , . . . , a1,m q, x2 “ pa2,1 , a2,2 , . . . , a2,m q, y1 “ pb1,1 , b1,2 , . . . , b1,n q e y2 “
pb2,1 , b2,2 , . . . , b2,n q, entonces definiremos la distancia o distancia euclidiana entre px1 , y1 q P
Rm ˆ Rn y px2 , y2 q P Rm ˆ Rn , como
g
fm n
fÿ ÿ
e pa1,k ´ b1,k q2 ` pa2,k ´ b2,k q2
k“1 k“1
15.27.7. Observación. Con la notación dada en la definición anterior tenemos que la función
f : Rm ˆ Rn ÝÑ Rm`n dada por f px1 , y1 q “ pa1,1 , a1,2 , . . . , a1,m , b1,1 , b1,2 , . . . , b1,n q es un
homeomorfismo de los espacios métricos formados por los conjuntos Rm`n y Rm ˆ Rn .
n
15.27.8. Teorema. Sea ppx1,k , . . . , xn,k qq8 k“1 una sucesión de elementos de R . La sucesión
n
ppx1,k , . . . , xn,k qq8
k“1 converge a algún pa1 , . . . , an q P R si y sólo si para cada l P t1, . . . , nu,
8
la sucesión de números reales pxl,k qk“1 converge a al .
Demostración. Supongamos primero que la sucesión ppx1,k , . . . , xn,k qq8 converge a pa1 ,
k“1 c
n
. . . , an q, es decir para todo ε ą 0 existe un N P N tal que si k ľ N , entonces
ř
pxi,k ´ ai q2
cn i“1
ă ε. Observando que |al,k ´al | ĺ pxi,k ´ ai q2 , tenemos que si k ľ N , entonces |xl,k ´al | ă
ř
i“1
ε, por lo que pxl,k q8
k“1 converge a al .
Supongamos ahora que para cada l P t1, . . . , nu la sucesión pxl,k q8
k“1 converge a al , es
decir para todo ε ą 0 existe un Nl P N tal que si k ľ Nl , entonces |xl,k ´ al | ă nε . Si
546 15.27. Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados en Rn
subsucesión pmk,2 q8 k“1 de pmk,1 qk“1 tal que px2,mk,2 qk“1 converge a algún y2 P ra2 ; b2 s; de
8 8
t1, 2, . . . , l ` 1u la sucesión pxi,mk,l`1 q8 k“1 converge a algún yi P rai ; bi s. De esta forma tenemos
la subsucesión pxmk,n qk“1 q de pxk qk“1 tal que para cada i P t1, . . . , nu la sucesión pxi,mk,n q8
8 8
k“1
converge a yi y por el teorema 15.27.8 la sucesión pxmk,n q8 k“1 , que es una subsucesión de
pxk qk“1 , converge a py1 , y2 , . . . , yn q P ra; bs. Por lo tanto, ra; bs es compacto.
8
‚
El teorema siguiente da una caracterización simple de los subconjuntos compactos de Rn .
15.27.10. Teorema de Heine-Borel. Todo subconjunto de Rn es compacto si y sólo si es
cerrado y acotado.
Demostración. Sea E Ă Rn . Si E es compacto, entonces, por los teoremas 14.1.24 y 14.1.25,
el conjunto E es cerrado y acotado. Ahora, si E es un conjunto cerrado y acotado, entonces
E está incluido en una caja cerrada C, pero por el teorema 15.27.9, la caja cerrada C es un
conjunto compacto y por el teorema 14.1.27, el conjunto E “ E X C es compacto. ‚
15.27.11. Teorema. Toda sucesión de Cauchy en Rn es convergente
Demostración. Sea pxk q8 k“1 una sucesión de Cauchy de elementos de R y para cada
n
suficientemente grande, de tal manera que todos los términos de la sucesión pxk q8k“1 estén
en Bp0, rq. Si para cada número natural i tenemos que Mi :“ r´r; rs, entonces todos lo
términos de la sucesión están en la caja cerrada C1 :“ M1 ˆ M2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Mn . La caja C1 es
15.27. Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados en Rn 547
la unión de 2n cajas cerradas diferentes de la forma ra2,1 ; b2,1 s ˆ ra2,2 ; b2,2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ra2,n ; b2,n s,
donde cada a2,j P t´r, 0u y b2,j “ a2,j ` r. Tenemos pues que para alguna de tales cajas
ra˚2,1 ; b˚2,1 s ˆ ra˚2,2 ; b˚2,2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ra˚2,n ; b˚2,n s, a la que llamaremos C2 , hay una infinidad de enteros
positivos k tales que xk P C2 . Sea m1 :“ 1 y sea m2 el primer entero positivo mayor que
m1 tal que xm2 P C2 . Continuando de manera recursiva, para cada caja cerrada CN “
ra˚N,1 ; b˚N,1 sˆra˚N,2 ; b˚N,2 sˆ¨ ¨ ¨ˆra˚N,n ; b˚N,n s, con b˚N,n “ a˚N,n ` 2Nr´2 , definamos una caja cerrada
CN `1 “ ra˚N `1,1 ; b˚N `1,1 s ˆ ra˚N `1,2 ; b˚N `1,2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ra˚N `1,n ; b˚N `1,n s incluida en CN , tal que para
cada j se tiene a˚N `1,j P ta˚N,j , a˚N,j ` 2Nr´1 u y b˚N `1,j “ a˚N `1,j ` 2Nr´1 . Definamos además mN `1
como el primer entero positivo mayor que mN tal que xmN `1 P CN `1 . Observemos` que ˘ cada
CN está incluido en una bola de diámetro 2N ´2 , de manera que si ε ą 0, N ą log2 ε ` 2 y
2nr 2nr
l, k ľ N , entonces |xml ´xmk | ă ε, teniéndose así que la subsucesión pxmk q8 k“1 es una sucesión
de Cauchy, y debido al teorema 15.27.11 dicha subsucesión es convergente. ‚
El teorema siguiente da una caracterización de los conjuntos conexos en Rn que son
abiertos.
15.27.13. Teorema. Sea A Ă Rn un conjunto abierto. El conjunto A es conexo si y sólo si
para cualesquiera dos x, y P A existe una parametrización η : ra; bs ÝÑ A tal que ηpaq “ x y
ηpbq “ y.
Demostración. Si tenemos que para cualesquiera dos x, y P A existe una parametrización
η : ra; bs ÝÑ A tal que ηpaq “ x y ηpbq “ y, entonces la conexidad de A se sigue del corolario
14.2.11 (observando que la parametrización puede ser tomada de tal manera que el dominio
sea el intervalo r0; 1s).
Supongamos ahora que A Ă Rn es abierto y conexo. Si A “ ∅, entonces no hay nada que
demostrar. Supongamos que A ‰ ∅. Para cada x P A sean ΓxŤ “ tγ : γ es la trayectoria de
una parametrización η : ra; bs ÝÑ A, con ηpaq “ xu y Cpxq “ γ. Por los teoremas 14.2.9
γPΓx
y 14.1.33, el conjunto Cpxq es conexo y además está incluido en A.
Veamos que cada Cpxq es abierto (por ser A abierto en Rn , ser abierto en A significa ser
abierto en Rn ). Para cada trayectoria γ P Γx sea Dγ una cubierta abierta formada por bolas
incluidas en A con
Ť centro en algún elemento de γ. Tenemos que γ está incluida en el conjunto
abierto Gγ :“ B Ă A. Ahora, si z P Gγ , entonces existe un B P Dγ tal que z P B y el
BPDγ
centro de la bola B es un w P γ; de esta forma, si η : ra; bs ÝÑ A es una parametrización
de la trayectoria γ, entonces existe un c P ra; bs, tal que ηpcq “ w y el segmento de recta wz
está incluido en B. Tomemos una parametrización ψ : rc; c ` 1s ÝÑ B del segmento wz tal
que ψpcq “ w y ψpc ` 1q “ z y definamos
#
ηptq si aĺtĺc
λptq :“
ψptq si c ĺ t ĺ c ` 1,
para obtener Ť
que z P Cpxq. Tenemos así que γ Ă Gγ Ă Cpxq para cada γ P Γx , de manera
que Cpxq “ Gγ , y como cada Gγ es abierto entonces Cpxq es abierto.
γPΓx
Veamos ahora que si x, y P A, entonces Cpxq y Cpyq son disjuntos o son iguales. Si no son
disjuntos, existe un z P Cpxq X Cpyq y tenemos dos parametrizaciones α : r0; 1s ÝÑ Cpxq y
548 15.27. Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados en Rn
β : r1; 2s ÝÑ Cpyq tales que αp0q “ x, αp1q “ z, βp1q “ z y βp2q “ y, por lo que al tomar
#
αptq si 0 ĺ t ĺ 1
ηptq :“
βptq si 1 ĺ t ĺ 2,
Como Cpxq es abierto y Cpyq “ AzCpxq también es abierto, tenemos que Cpxq es
Ť
yRCpxq
cerrado en A, pero como A es conexo, entonces Cpxq “ A. ‚
Ejercicios.
1. Dar un ejemplo de un subconjunto E de Rn que sea conexo y sin embargo tenga dos
elementos que no estén en ninguna trayectoria incluida en E.
15.28. Áreas y volúmenes 549
Demostremos que las expresiones dadas en 15.28.8 y 15.28.9 son iguales. Procedamos por
inducción matemática. Cuando n “ 1 la expresión dada en 15.28.8 es b1 ´ a1 , mientras que la
m
ř1
expresión dada en 15.28.9 es ptj,1 ´ tj´1,1 q “ tm1 ,1 ´ t0,1 “ b1 ´ a1 . Con el fin de reducir la
j“1
escritura tomemos kn˚ :“ pk1 , . . . , kn q y An :“ Jm1 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Jmn . Supongamos que el resultado
es válido cuando n “ r. Tenemos que
˜ ¸m
ź mi
r`1 ÿ ź r ÿmi ÿr`1
ÿ r
ź
“ ptkr`1 ,r`1 ´ tkr`1 ´1,r`1 q ptki ,i ´ tki ´1,i q
˚ i“1
kr`1 PAr`1
ÿ r`1
ź
“ ptki ,i ´ tki ´1,i q,
˚
kr`1 PAr`1 i“1
y así ¨ ˛
ÿ ÿ ÿ ÿ
voln pD1 q “ ˝ voln pD1 q‚ ĺ voln pDq,
D1 PEB,P 1 DPEB,P D1 PEB,P 1 XHD DPEB,P
por lo tanto ÿ ÿ
voln pDq ĺ voln pDq.
DPEB,P 1 DPEB,P
por lo tanto ÿ ÿ
voln pDq ĺ voln pD1 q,
DPGB,P D1 PGB,P 1
incluida en B y toda caja cerrada que interseca a A también interseca a B, tenemos que
v11 ĺ v 1 2 y u11 ĺ u1 2 . Ahora, como P21 es un refinamiento de P2,ε , tenemos que v2 ĺ v21 y
u12 ĺ u2 . De manera similar tenemos que v1 ĺ v11 y u11 ĺ u1 , por lo cual
y
vol˚n pAq ĺ u11 ĺ u12 ĺ u2 ă vol˚n pBq ` ε.
Haciendo ε Ñ 0 tenemos voln˚ pAq ĺ voln˚ pBq y vol˚n pAq ĺ vol˚n pBq. ‚
˝
15.28.21. Corolario. Si C es una caja cerrada, entonces C (el interior de C) es Jordan-
medible y además ˆ ˙
˝
voln C “ voln pCq.
v̂i “ voln pRq y ûi “ voln pRq, por lo que v̂3 ľ v̂1 ` v̂2 ´ û4 y û3 ĺ û1 ` û2 ´ v̂4 ,
RPHi˚ RPHi˚
obteniéndose
voln pAq ´ ε ` voln pBq ´ ε ´ pvol˚n pA X Bq ` εq ă v1 ` v2 ´ v4
ĺ v̂1 ` v̂2 ´ û4 ĺ v̂3 ĺ voln˚ pA Y Bq ĺ vol˚n pA Y Bq ĺ û3 ĺ û1 ` û2 ´ v̂4
ĺ u1 ` u2 ´ v4 ă voln pAq ` ε ` voln pBq ` ε ´ pvoln˚ pA X Bq ´ εq,
por lo tanto
Ahora, tenemos que û1 ´ v̂1 ă 2ε y û2 ´ v̂2 ă 2ε y û4 ´ v̂4 es la suma de los volúmenes de
los elementos de H4˚ menos la suma de los volúmenes de los elementos de H4˚ , pero como
H4˚ zH4˚ Ă pH1˚ zH1˚ q Y pH2˚ zH2˚ q, entonces û4 ´ v̂4 ĺ pû1 ´ v̂1 q ` pû2 ´ v̂2 q ă 4ε, de modo que
por lo tanto
0 ĺ vol˚n pA X Bq ´ voln˚ pA X Bq ă 4ε,
para todo ε ą 0, es decir A X B es Jordan-medible. Así, al hacer tender ε a cero en la
expresión 15.28.23, se obtiene que también A Y B es Jordan-medible y además
Del teorema anterior y del hecho de que el conjunto vacío tiene volumen de dimensión n
igual a cero se sigue el corolario siguiente.
15.28.24. Corolario. Si A, B Ă Rn son conjuntos disjuntos Jordan-medibles, entonces
15.28.27. u1 ă v1 ` ε y u2 ă v2 ` ε.
En vista del lema 15.28.19 podemos suponer además que todas las subcajas de C1 correspon-
dientes a P1 son subcajas de C2 correspondientes a P2 . Observemos que que v :“ v2 ´ u1 es
un subvolumen de BzA y que u :“ u2 ´ v1 es un supervolumen de BzA. De esta forma, al
usar 15.28.23 obtenemos
vol˚n pBzAq ă u “ u2 ´ v1 ă v2 ´ u1 ` 2ε “ v ` 2ε
ĺ voln˚ pBzAq ` 2ε ĺ vol˚n pBzAq ` 2ε,
pero como ε ą 0 es arbitrario, tenemos que vol˚n pBzAq “ voln˚ pBzAq, es decir BzA es
Jordan-medible.
Ahora, Como B “ pBzAq Y A, y pBzAq X A “ ∅, tenemos del corolario 15.28.24 que
voln pBq “ voln pBzAq ` voln pAq, es decir voln pBzAq “ voln pBq ´ voln pAq, con lo que el
teorema queda demostrado. ‚
15.28.28. Lema. La frontera de cualquier caja incluida en Rn tiene volumen de dimensión
n igual a cero.
Demostración. Sea C una caja cerrada. Por el corolario 15.28.21 tenemos que voln pCq “
˝ ˝
voln pCq, por el teorema 15.28.26 tenemos que CzC “ BC es Jordan-medible y además por el
corolario 15.28.24 tenemos
˝
voln pCq “ voln pCq ` voln pBCq “ voln pCq ` voln pBCq,
15.28. Áreas y volúmenes 557
vol˚n pBq ĺ vol˚n pAq “ voln pAq “ voln˚ pAq ĺ voln˚ pBq ĺ vol˚n pBq,
pαck , αdk q si α ą 0
#
pc1k , d1k q “ .
pαdk , αck q si α ă 0
La demostración del teorema anterior se puede hacer siguiendo una técnica similar a la
empleada en los teoremas 15.28.29 y 15.28.30 y se deja al lector.
Observemos que en la transformación T del teorema anterior det T “ ´1 y la matriz
asociada a T es la asociada a la operación elemental de intercambiar el orden de dos renglones
diferentes.
15.28.33. Teorema. Sea B Ă Rn un conjunto Jordan-medible. El conjunto B (la cerradura
de B) es Jordan-medible y además
˝
Demostración.ˆ De
˙ los teoremas 15.28.33 y 15.28.34 se tiene que B y B son Jordan-medibles
˝
y además voln B “ voln pBq “ voln pBq. Ahora, por el teorema 15.28.26 tenemos que
˝
BB “ BzB es Jordan-medible y además
ˆ ˙
˝
voln pBBq “ voln pBq ´ voln B “ 0. ‚
de modo que cualquier supervolumen u1 de BB es mayor o igual que d y así vol˚n pBBq ľ d ą 0.
‚
Como consecuencia inmediata de los lemas 15.28.36 y 15.28.37 tenemos el teorema si-
guiente.
15.28.38. Teorema. Sea B Ă Rn un conjunto acotado. El conjunto B es Jordan-medible si
y sólo si BB es Jordan-medible y además voln pBBq “ 0.
15.28.39. Definición. Decimos que dos conjuntos A, B Ă Rn se traslapan cuando la
intersección de sus interiores es diferente del vacío. Es decir A y B se traslapan siempre y
˝ ˝
cuando A X B ‰ ∅.
De la definición anterior tenemos que si A y B no se traslapan, entonces AXB Ă BAYBB,
de modo que tenemos el corolario siguiente.
15.28.40. Corolario. Si A, B Ă Rn son dos conjuntos Jordan-medibles que no se traslapan,
entonces
voln pA Y Bq “ voln pAq ` voln pBq.
El siguiente lema nos da la fórmula para calcular el área de un tipo de región triangular
muy específica.
15.28.42. Lema. Sea R Ă R2 la región triangular tpx, yq : 0 ĺ x ĺ a y 0 ĺ y ĺ ´ ab x ` bu,
donde a, b ą 0. El conjunto R es un conjunto con área y además
ab
apRq “ .
2
Demostración. Sea δN “ Na y observemos que ppk ´1qδN qN k“1 es una partición del intervalo
`1
r0; as. Tomemos ahora para cada j P JN las cajas cerradas Rj˚ :“ tpx, yq P R2 : pj ´ 1qδN ĺ
x ĺ jδN y 0 ĺ y ĺ ´ ab pj ´ 1qδN ` bu y Rj :“ tpx, yq P R2 : pj ´ 1qδN ĺ x ĺ jδN y
N N
0 ĺ y ĺ ´ ab jδN ` bu. Tenemos que Rj˚ . Del corolario 15.28.41 obtenemos
Ť Ť
Rj Ă R Ă
j“1 j“1
˜ ¸
N N N N
que tanto Rj como Rj son conjuntos con área y además a apRj q y
Ť Ť ˚ Ť ř
Rj “
j“1 j“1 j“1 j“1
˜ ¸
N N
apRj˚ q, donde apRj q “ δN p´ ab jδN ` bq y apRj˚ q “ δN p´ ab pj ´ 1qδN ` bq.
Ť ř
a Rj˚ “
j“1 j“1
Ahora, por los teoremas 15.28.15 y 15.28.20
N ˆ ˙ N ˆ ˙
ÿ b ˚
ÿ b
δN ´ jδN ` b ĺ a˚ pRq ĺ a pRq ĺ δN ´ pj ´ 1qδN ` b ,
j“1
a j“1
a
ÿ ÿ ÿ ÿ
u“ voln`m pĈq “ voln pĈ 1 qvolm pCˆ2 q “ voln pĈ 1 qvolm pCˆ2 q
ĈPK ĈPK Ĉ 1 PK 1 Cˆ2 PK 2
ĈXE‰∅ ĈXE‰∅ Ĉ 1 XA‰∅ ˆ
C 2 XB‰∅
¨ ˛¨ ˛
˚ ÿ ‹˚ ÿ ‹
voln pC 1 q‹ ˚ volm pC 2 q‹ “ u1 u2
˚ ‹˚ ‹
“˚
˝ 1 1 ‚˝ ˆ2 2 ‚
Ĉ PK C PK
Ĉ 1 XA‰∅ Cˆ2 XB‰∅
15.28. Áreas y volúmenes 563
y también
ÿ ÿ ÿ ÿ
v“ voln`m pĈq “ voln pĈ 1 qvolm pCˆ2 q “ voln pĈ 1 qvolm pCˆ2 q
ĈPK ĈPK Ĉ 1 PK 1 Cˆ2 PK 2
ĈĂE ĈĂE Ĉ 1 ĂA Cˆ2 ĂB
¨ ˛¨ ˛
˚ ÿ ‹˚ ÿ
1 ‹˚
‹
2 ‹ 1 2
“˚
˝ voln pC q‚˝ volm pC q‚“ v v .
Ĉ 1 PK 1 Cˆ2 PK 2
Ĉ 1 ĂA Cˆ2 ĂB
voln pAqvolm pBq ĺ voln`m ˚ pEq ` pvoln pAq ` volm pBq ` εqε
ĺ vol˚n`m pEq ` pvoln pAq ` volm pBq ` εqε
ĺ voln pAqvolm pBq ` 2pvoln pAq ` volm pBq ` εqε,
Demostración. Haremos la demostración para casos cada vez más generales hasta llegar
al resultado general del teorema.
Demostremos primero el caso en que l “ 1, k “ 2, n “ 2, A es una caja cerrada ra1 ; b1 s ˆ
ra2 ; b2 s y α ą 0. En este caso apAq “ pb1 ´ a1 qpb2 ´ a2 q y T rAs “ tpx, yq P R2 : a1 ĺ x ĺ b1 y
a2 ` αx ĺ y ĺ b2 ` αxu. Cuando a1 “ b1 , se sigue inmediatamente que apAq “ apT rAsq “ 0.
Supongamos que a1 ă b1 y observemos que la caja envolvente de T rAs es C “ tpx, yq P
R2 : a1 ĺ x ĺ b1 y a2 ` αa1 ĺ y ĺ b2 ` αb1 u y además C “ T rAs Y R1 Y R2 , donde
R1 :“ tpx, yq P R2 : a1 ĺ x ĺ b1 y a2 ` αa1 ĺ y ĺ a2 ` αxu, R2 :“ tpx, yq P R2 : a1 ĺ x ĺ b1
y b2 ` αx ĺ y ĺ b2 ` αb1 u y T rAs “ CzpR1 Y R2 q, de manera que por los teoremas 15.28.22,
564 15.28. Áreas y volúmenes
es válida para todo ε ą 0, por lo que T rAs es Jordan-medible y además voln pT rAsq “ voln pAq
para el caso en que l “ 1 y k “ 2.
El caso general se sigue del caso en que l “ 1 y k “ 2 y del teorema 15.28.32. En efecto, si
T es como en el enunciado del teorema 15.28.46; L1,l pa1 , a2 , . . . , an q “ pc1 , c2 , . . . , cn q, donde
c1 “ al , cl “ a1 y cj “ aj para j R t1, lu; L1,k pa1 , a2 , . . . , an q “ pd1 , d2 , . . . , dn q, donde d2 “ ak ,
dk “ a2 y cj “ aj para j R t2, ku, y T 1 pa1 , a2 , . . . , an q “ pe1 , e2 , . . . , en q, donde e2 “ a2 ` αe1
y ej “ aj para j ‰ 2; entonces
también que si Rk es la región triangular cuya frontera es el triángulo ŸPk´1 OPk y Rk1 es la
región triangular cuya frontera es el triángulo ŸPk´1
1
OPk1 , entonces las regiones R1 , R2 , . . . ,
Rn no se traslapan y tampoco se traslapan las regiones R11 , R21 , . . . , Rn1 , y además
n
ď n
č n
ď
15.28.57. Rk Ă C Ă Πk “ Rk1 .
k“1 k“1 k“1
Tenemos además que apRk q “ 21 |Pk ´ Pk´1 |r cospθn q, de manera que de 15.28.57, el corolario
15.28.41 y el teorema 15.28.20 obtenemos
n n
ÿ 1 1 ÿ 1
a˚ pCq ľ |Pk ´ Pk´1 |r cospθn q “ r cospθn q |Pk ´ Pk´1 | ą rp2πrq cospθn q,
k“1
2 2 k“1
2
y haciendo tender de nuevo n a infinito obtenemos que a˚ pCq ĺ πr2 , lo cual junto con la
desigualdad 15.28.58 muestra que πr2 ĺ a˚ pCq ĺ a˚ pCq ĺ πr2 , de manera que el círculo C
es Jordan-medible y su área es πr2 . ‚
15.28.59. Fórmula para el volumen de una esfera rellena. El volumen de una esfera
rellena de radio r es 34 πr3 .
Demostración. El enunciado dice algo explícito (da una fórmula para encontrar el volu-
men), pero dice también algo implícito y es que la esfera rellena es Jordan-medible. Veamos
pues que el volumen exterior y el interior coinciden y que son iguales a 43 πr3 .
Debido al corolario 15.28.50 es suficiente demostrar la fórmula para el caso en que la
esfera rellena está incluida en R3 y tiene su centro en el punto p0, 0, 0q. Sea pues E la esfera
rellena en R3 con centro en p0, 0, 0q y radio r y observemos que si E ` “ tpx, y, zq P E : z ľ 0u
y E ´ “ tpx, y, zq P E : z ĺ 0u entonces E ` y E ´ no se traslapan y además E “ E ` Y E ´ .
Observemos además que E ` y E ´ son isométricos por lo que debido a los corolarios 15.28.40
y 15.28.50 tenemos que si E ` es Jordan-medibe, entonces volpEq “ 2volpE ` q. Veamos que
E ` es Jordan-medible y calculemos su volumen. Sea n P N y pzi qni“1 la partición del intervalo
r0; rs tal que zi “ ri
n
, y para cada i P t1, 2, . . . , nu pongamos Ci´ “ tpx, y, zq P R3 : zi´1 ĺ
z ĺ zi y x2 ` y 2 ĺ r2 ´ zi2 u, el cual es un cilindro circular recto incluido en E ` , cuya altura
es nr y el radio al cuadrado de la base es r2 ´ zi2 (salvo el caso en que i “ n, en donde se
568 15.28. Áreas y volúmenes
trata de un segmento de recta incluido en E ` ). Además los conjuntos C1´ , C2´ , . . . , Cn´ , no
se traslapan, de manera que por el corolario 15.28.41 y por el teorema 15.28.20 obtenemos
˜ ¸
n n n n
ď ÿ ÿ r 2 2 3
ÿ i2
`
15.28.60. vol˚ pE q ľ vol ´
Ci “ ´
volpCi q “ πpr ´ zi q “ πr ´ πr3 3 .
i“1 i“1 i“1
n i“1
n
n
Ahora, por inducción matemática se demuestra fácilmente que npn`1qp2n`1q
, de manera
ř
i2 “ 6
i“1
que de la desigualdad 15.28.60 se obtiene
ˆ ˙ ˆ ˙
3 npn ` 1qp2n ` 1q 2 3 1 1
`
vol˚ pE q ľ πr 1 ´ “ πr ´ ` πr3 ,
6n3 3 2n 6n2
Ejercicios.
En esta sección definiremos en R3 una operación que tiene propiedades geométricas im-
portantes y es muy útil en la mecánica.
15.29.1. Definiciones y notaciones. Los símbolos 0, ı̂, ̂ y k̂ denotarán a los puntos
p0, 0, 0q, p1, 0, 0q, p0, 1, 0q y p0, 0, 1q respectivamente. Para dos puntos u “ a1 ı̂ ` a2 ̂ ` a3 k̂ y
v “ b1 ı̂ ` b2 ̂ ` b3 k̂ en R3 (donde a1 , a2 , a3 , b1 , b2 , b3 P R) definimos el producto vectorial o
producto cruz de u con v, el cual se denota u ˆ v o bien ru, vs, como
Para recordar la definición anterior podemos expresar el producto vectorial, como si fuese un
determinante, mediante la expresión
ˇ ˇ
ˇ a1 a2 a3 ˇ
ˇ ˇ
ˇ b1 b2 b3 ˇ :“ u ˆ v.
ˇ ˇ
ˇ ı̂ ̂ k̂ ˇ
El concepto de producto vectorial fue introducido por primera vez por el matemático
irlandés William Rowan Hamilton (1805-1865) despuéss de trabajar con los cuaternios (una
generalización de los números complejos).
Dejaremos al lector la demostración del teorema siguiente.
15.29.2. Teorema. Dados tres vectores u, v, w P R3 y α P R tenemos la propiedades siguien-
tes:
ı̂ ˆ ̂ “ k̂, ̂ ˆ k̂ “ ı̂ y k̂ ˆı̂ “ ̂; ı̂ ˆı̂ “ ̂ ˆ ̂ “ k̂ ˆ k̂ “ 0;
pαuq ˆ v “ u ˆ pαvq “ αpu ˆ vq; u ˆ pv ` wq “ pu ˆ vq ` pu ˆ wq;
pu ` vq ˆ w “ pu ˆ wq ` pv ˆ wq; u ˆ 0 “ 0 ˆ u “ 0, y
v ˆ u “ ´pu ˆ vq;
Demostración. Por los teoremas 15.29.2 y 15.29.3 tenemos que v ¨ pu ˆ vq “ v ¨ p´pv ˆ uqq
“ ´pv ¨ pv ˆ uqq “ ´0 “ 0, por lo tanto v y u ˆ v son ortogonales. ‚
15.29.5. Teorema. Si u P R3 , entonces u ˆ u “ 0.
Demostración. Sean a1 , a2 , a3 P R tales que u “ a1 ı̂ ` a2 ̂ ` a3 k̂. Tenemos por definición
uˆu “ pa1 ı̂`a2 ̂`a3 k̂qˆpa1 ı̂`a2 ̂`a3 k̂q “ pa2 a3 ´a3 a2 qı̂`pa3 a1 ´a1 a3 q̂`pa1 a2 ´a2 a1 qk̂ “ 0.
‚
15.29.6. Corolario. Si u P R3 y t P R, entonces u ˆ tu “ 0.
Demostración. Tenemos de los teoremas 15.29.2 y 15.29.5 que u ˆ tu “ tpu ˆ uq “ t0 “ 0.
‚
15.29.7. Teorema. Si u, v P R3 y θ “ >u0v, entonces
|u ˆ v| “ |u||v| senpθq.
Demostración. Tomemos como base del paralelepípedo a la región que contiene las aristas
V P y V Q, la cual, por el corolario 15.29.8, tiene área |pP ´ V q ˆ pQ ´ V q|. Ahora, por el
teorema 15.29.3 y el corolario 15.29.4, el vector pP ´ V q ˆ pQ ´ V q es ortogonal al plano que
contiene a la base. Sea ~u un vector unitario ortogonal a la base. Por el teorema 15.8.26, la
altura del paralelepípedo es |pR ´ V q ¨ ~u|, por lo que el volumen del paralelepípedo es
pero
pQ ´ V q ˆ pP ´ V q “ |pP ´ V q ˆ pQ ´ V q|~u
o bien
pQ ´ V q ˆ pP ´ V q “ |pP ´ V q ˆ pQ ´ V q|p´~uq,
por lo tanto el volumen del paralelepípedo es |pR ´ V q ¨ ppQ ´ V q ˆ pP ´ V qq|. ‚
Como aplicación a la mecánica del producto cruz tenemos que si F ~ es un vector que
representa la fuerza que se aplica en el punto P de una palanca con apoyo en un punto Q,
entonces el momento está dado por M :“ pP ´ Qq ˆ F. ~ El momento mide la tendencia a
que la palanca gire alrededor del punto de apoyo Q, más precisamente alrededor del rayo
rQ; Q ` M y (en sentido contrario a las manecillas del reloj, donde el observador está en el
punto Q`M viendo hacia el punto Q). Cuando se aplican varias fuerzas a diferentes palancas
con un punto de apoyo común Q, el momento resultante es la suma de los momentos.
572 15.30. La medida de Lebesgue en Rn
N
Ahora, como K es compacto, tendríamos que K Ă Bk , para algún N P N, de manera
Ť
k“1
N
que K Ă Bk y además
Ť
k“1
˜ ¸
N
ď N
ÿ N
ÿ 8
ÿ
vol˚n pKq ĺ vol˚n Bk ĺ voln pBk q ĺ voln pBk q ĺ voln pBk q ă vol˚n pKq,
k“1 k“1 k“1 k“1
15.30. La medida de Lebesgue en Rn 573
lo cual es absurdo. Tenemos así la imposibilidad de que λ˚k pKq ă vol˚n pKq, de manera que
λ˚n pKq “ vol˚n pKq. ‚
15.30.5. Definición. Si A Ă Cν , para algún ν P Zn , definimos
λn˚ pAq :“ 1 ´ λ˚n pCν zAq,
lo cual se llama medida interior de Lebesgue de A.
15.30.6. Teorema. Si A Ă Cν , entonces λn˚ pAq ĺ λ˚n pAq.
Demostración. Supongamos que λn˚ pAq ą λ˚n pAq. Por definición de medida interior de
Lebesgue tendríamos que
1 ´ λ˚n pCν zAq ą λ˚n pAq,
es decir,
λ˚n pAq ` λ˚n pCν zAq ă 1,
de manera que existirían cubiertas numerables pA
Čk qk“1 y pBk qk“1 de A y Cν zA respectiva-
8 Č 8
si k es par
#
Ak
de manera que si hacemos Dk “ , tenemos que pDk qk“1 es una cu-
2 Č 8
B k`1 si k es impar
2
bierta de Cν , de manera que
8
ÿ
voln pDk q ă 1 “ λ˚k pCν q,
k“1
Demostración. Dado ε ą 0, tenemos que para cada k P N existe una cubierta numerable
k,j qj“1 de Ak cuyos elementos son cajas tales que
8
pDČ
8
ÿ ε
voln pDk,j q ă λ˚n pAk q ` .
j“1
2k
8
Tenemos además que tDk,j : k P N y j P Nu, teniendo así que
Ť Ť
Ak Ă
k“1
˜ ¸
8 8 ÿ
8 8 ´ 8
ď ÿ ÿ ε¯ ÿ ˚
λ˚n Ak ĺ voln pDk,j q ĺ λ˚n pAk q ` k “ λn pAk q ` ε,
k“1 k“1 j“1 k“1
2 k“1
574 15.30. La medida de Lebesgue en Rn
˜ ¸
8
ď 8
ÿ
pero como ε es cualquier número positivo, se tiene que λ˚n Ak ĺ λ˚n pAk q. ‚
k“1 k“1
Del hecho obvio de que B Ă A ùñ λ˚n pBq ĺ λ˚n pAq y del teorema anterior tenemos el
corolario siguiente.
15.30.8. Corolario. Si para algún ν P Zn tenemos que pAk q8
k“1 es una sucesión de subcon-
8
ď
juntos de Cν y B Ă Ak , entonces
k“1
8
ÿ
λ˚n pBq ĺ λ˚n pAk q.
k“1
y además ÿ ÿ
voln pEq ` voln pEq “ voln pCν q “ 1,
EPD2 EPD1
de manera que
vol˚n pCν zAq ` voln˚ pAq ´ ε ĺ 1 ĺ vP˚2 pCν zAq ` vP1 ˚ pAq ĺ vol˚n pCν zAq ` voln˚ pAq ` ε,
por lo cual voln˚ pAq`vol˚n pAq “ 1, es decir voln˚ pAq “ 1´vol˚n pCν zAq, pero como λ˚n pCν zAq ĺ
vol˚n pCν zAq, entonces λn˚ pAq “ 1 ´ λ˚n pCν zAq ľ 1 ´ vol˚n pCν zAq “ voln˚ pAq. ‚
15.30.10. Definición. Sea ν P Zn y A Ă Cν . Decimos que A es Lebesgue-medible si
λn˚ pAq “ λ˚n pAq.
15.30.11. Observación. Debido a la observación 15.30.3 y al teorema 15.30.9 tenemos que
todo subconjunto Jordan-medible de algún Cν es también Lebesgue-medible.
15.30. La medida de Lebesgue en Rn 575
ÿ8 8
ÿ
`ptxk uq “ 0 “ 0, por lo que necesariamente λ˚1 pQ X r0; 1sq “ 0. Es decir, Q X r0; 1s no
k“1 k“1
es Jordan-medible, pero sí es Lebesgue-medible.
15.30.13. Lema. Si ν P Zn y A Ă Cν es un conjunto Lebesgue-medible, entonces Cν zA es
Lebesgue-medible.
Demostración. Si A Ă Cν es Lebesgue-medible, entonces λn˚ pCν zAq “ 1 ´ λ˚n pAq “
1 ´ λn˚ pAq “ 1 ´ p1 ´ λ˚n pCν zAqq “ λ˚n pCν zAq, de manera que Cν zA también es Lebesgue-
medible. ‚
15.30.14. Lema. Sea ν P Zn . Para dos conjuntos cualesquiera A, B Ă Cν se tiene
y análogamente
λ˚n pBq ĺ λ˚n pAq ` λ˚n pA4Bq,
de manera que, ya sea que λ˚n pAq ľ λ˚n pBq o que λ˚n pAq ă λ˚n pBq, tenemos que la desigualdad
que aparece en el lema es verdadera. ‚
15.30.15. Teorema. Sea ν P Zn . Un conjunto A Ă Cν es Lebesgue-medible si y sólo si para
todo ε ą 0 existe un conjuinto Jordan-medible B Ă Cν tal que
λ˚n pA4Bq ă ε.
pero como pCν zAq4pCν zBq “ A4B tenemos que al usar un argumento similar
Ahora, como voln pBq ` voln pCν zBq “ voln pCν q “ 1, de las desigualdades 15.30.16 y 15.30.17
obtenemos que
|λ˚n pAq ` λ˚n pCν zAq ´ 1| ă 2ε,
pero como ε es arbitrario, entonces λ˚n pAq ` λ˚n pCν zAq “ 1, es decir A es Lebesgue-medible.
Supongamos ahora que A es Lebesgue-medible, es decir que λ˚n pAq ` λ˚n pCν zAq “ 1. Para
ε ą 0 sean pBČk qk“1 y pDk qk“1 cubiertas de A y Cν zA respectivamente, cuyos elementos son
8 Č 8
de manera que
8
ÿ 8
ÿ
λ˚n pQq “ voln pDk X Bq “ pvoln pDk q ´ voln pDk zBqq
k“1 k“1
8 8
ÿ ÿ 2ε
“ voln pDk q ´ voln pDk zBq ă ,
k“1 k“1
3
15.30. La medida de Lebesgue en Rn 577
Demostración. Al igual que en el lema 15.30.21 haremos la demostración sólo para el caso
en que r “ 2. Sea ε ą 0 y sean B1 , B2 Ă Cν conjuntos Jordan-medibles tales que
por L pAq.
15.30.28. Lema. Sea ν P Zn , La unión numerable y la intersección numerable de conjuntos
en L pCν q pertenecen a L pCν q.
ď8
Demostración. Sea pAk qk“1 una sucesión de elementos de L pCν q y A “
8
Ak . Para cada
k“1
N
ď ´1 8
ď
N P N sea A1N “ AN z Ak y observemos que A “ A1k y que los conjuntos A11 , . . . , A1k , . . .
k“1 k“1
son disjuntos. Por el teorema 15.30.21 y el corolario 15.30.22 cada A1k es Lebesgue medible.
Tenemos así que por el lema 15.30.23
˜ ¸
ÿN N
ď
λn pA1k q “ λn A1k ĺ λ˚n pAq,
k“1 k“1
8
ÿ
por lo que λn pAk q ă `8, de manera que para todo ε ą 0 existe un N P N tal que
k“1
8
ÿ ε
15.30.29. λn pA1k q ă .
k“N `1
2
N
ď
Por ser medible el conjunto D “ A1k , existe un conjunto Jordan-medible B Ă Cν tal que
k“1
ε
15.30.30. λn pD4Bq ă .
2
Ahora, como ˜ ¸
8
ď
A4B Ă pD4Bq Y A1k ,
k“N `1
15.30. La medida de Lebesgue en Rn 579
λ˚n pA4Bq ă ε.
tales que tpy1 , y2 , . . . , yn q P Rn : |yj ´ xk,j | ă r para todo j P Jn u está incluida en el conjunto
abierto A. Sea Bk la caja abierta tpy1 , y2 , . . . , yn q P Rn : |yj ´ xk,j | ă rk para todo j P Jn u y
ď8
observemos que Bk Ă A, y más aún A “ Bk , tenemos del lema 15.30.28 que A P L pCν q.
k“1
‚
15.30.35. Corolario. Si ν P Zn y K Ă Cν es un conjunto compacto, entonces K P L pCν q.
Demostración. El resultado se sigue del teorema anterior y del lema 15.30.13. ‚
15.30.36. Teorema. Si ν P Zn y A Ă Cν es un conjunto abierto, entonces λn pAq “ voln˚ pAq.
Demostración. Para cada k P N sea Bk como en la demostración del lema 15.30.34.
k
ď
Tomemos B11 :“ B1 , y para todo k P N definamos Bk`1
1
:“ Bk`1 z Bi , teniendo así que
i“1
k“1 es una sucesión de conjuntos disjuntos Jordan-medibles cuya unión es A. Tenemos
pBk1 q8
ďk
que el conjunto Ak :“ Bi1 es Jordan-medible y además
i“1
k
ÿ
voln pAk q “ voln pBi1 q,
i“1
pero dicha suma tiende a λn pAq cuando k ÝÑ 8, debido a que A y cada Ak son Lebesgue-
medibles, de manera que para todo ε ą 0 existe un N P N tal que si k ľ N , entonces
8
č
Demostración. Sea A “ Ak . Tenemos que
k“1
8
ď
Ak “ A Y pAk`i´1 zAk`i q,
i“1
8
ÿ
15.30.38. λn pAk q “ λn pAq ` λn pAi zAi`1 q.
i“k
15.30. La medida de Lebesgue en Rn 581
En particular,
8
ÿ
15.30.39. λn pA1 q “ λn pAq ` λn pAi zAi`1 q,
i“1
de manera que la serie que aparece en 15.30.39 es convergente, lo cual implica que la serie
que aparece en 15.30.38 tiende a cero cuando k ÝÑ 8, con lo que de la ecuación 15.30.38 se
implica
lím λn pAk q “ λn pAq,
kÑ8
teniendo así demostrado el lema. ‚
15.30.40. Lema. Si ν P Zn y pAk q8 k“1 es una sucesión de conjuntos Lebesgue-medibles
incluidos en Cν tales que Ak Ă Ak`1 para todo k P N, entonces
˜ ¸
8
ď
λn Ak “ lím λn pAk q.
kÑ8
k“1
8
č 8
ď
pero pCν zAk q “ Cν z Ak , de manera que
k“1 k“1
˜ ¸
8
ď
1 ´ lím λn pAk q “ 1 ´ λn Ak ,
kÑ8
k“1
˜ ¸
8
ď
es decir λn Ak “ lím λn pAk q, con lo cual el lema queda demostrado. ‚
kÑ8
k“1
De la definición de conjunto Lebegue-medible y de medida de Lebesgue en Rn se tienen
los siguientes teoremas que son generalizaciones de algunos de los lemas de esta sección y
cuyas demostraciones detalladas dejamos como ejercicios para el lector.
15.30.41. Teorema. Sea pAk q8
k“1 una sucesión de conjuntos disjuntos pertenecientes a
L pRn q. ˜ ¸
8
ď 8
ÿ
λn Ak “ λn pAk q.
k“1 k“1
Ejercicios.
1. Dar un ejemplo de un subconjunto de Rn que sea abierto y acotado, pero que no sea
Jordan-medible.
HOMOTOPÍAS
583
584 16.1. Caminos homotópicos
en el conjunto R2 ztpa, bqu. Así mismo, decimos que el camino γ da una vuelta alrededor
del punto pa, bq en el sentido de las manecillas del reloj si es homotópico como camino
cerrado al camino cerrado
η2 : r0; 1s ÝÑ R2
tÞÑpa`cosp2πtq,b´senp2πtqq
si 0 ĺ t ĺ 12
#
η1 p2tq
η1 ö̀ η2 ptq :“ .
η2 p2t ´ 1q si 21 ĺ t ĺ 1
Así mismo, definimos el camino inverso de η1 o reversa de η1 como el camino ö́η1 : r0; 1s
ÝÑ X tal que ö́η1 ptq :“ η1 p1 ´ tq. En el caso en que η0 : r0; 1s ÝÑ X sea un camino tal que
η0 p1q “ η1 p1q, definimos la resta de los caminos η0 y η1 como el camino η0 ö́η1 :“ η0 ö̀pö́η1 q.
Llamaremos poligonal, trayectoria poligonal o poligonal simple a cualquier arco que sea
el recorrido de la concatenación finita de caminos que tengan como recorrido a un segmento
de recta.
Si η1 ptq y η2 ptq representan las posiciones de partículas en el instante t, es decir si η1 y η2
describen el movimiento de partículas, la función η1 ö̀ η2 , cuando esté bien definida, describe
el movimiento de una partícula que recorre primero la trayectoria de η1 y luego la de η2 , pero
con el doble de rapidez que las de las partículas descritas por η1 y η2 .
En lo que sigue de la sección consideraremos solamente caminos cuyo domino sea el
intervalo r0; 1s.
16.1.10. Teorema. Si X es un subconjunto convexo de Rn y a, b P X, entonces cualesquiera
dos caminos en X de a a b son caminos homotópicos con extremos fijos.
Demostración. Sean η0 y η1 caminos en X de a a b y observemos que la función λ :
r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ X dada por λpt, uq “ p1 ´ uqη0 ptq ` uη1 ptq es una homotopía de caminos
con extremos fijos. ‚
586 16.2. Clases de homotopía
y de manera similar se demuestra que para todo lazo η en X basado en a se tiene β̂pα̂rηsaa q “
rηsaa . ‚
16.4. Funciones cubrientes y levantamientos 589
sobre U . Se dice que la función p es una función cubriente (sobre X) si prEs “ X y además
cada x P X tiene una vecindad que está cubierta equitativamente por p. En este último caso
decimos que E es un espacio cubriente sobre X y para cada x P X al conjunto p´1 rtxus se
le llama fibra sobre x.
16.4.2. Observación. Si p : E ÝÑ X es una función cubriente sobre X, entonces para todo
x P X la fibra p´1 rtxus es un subespacio topológico discreto de E y x tiene una vecindad U
tal que p´1 rU s es homeomorfo con p´1 rtxus ˆ U .
16.4.3. Definición. Cuando U es un conjunto abierto que está cubierto equitativamente por
una función continua p y además F es como en la definición anterior decimos que cada V P F
es una hoja de p´1 rU s.
16.4.4. Observación. Cuando U es un conjunto abierto y conexo que está cubierto equita-
tivamente por p, las hojas de p´1 rU s coinciden con sus componentes conexas.
16.4.5. Definición. Sea p : E ÝÑ X una función cubriente sobre X, sea Y un espacio
topológico y sea f : Y ÝÑ X una función continua. Cuando g : Y ÝÑ E sea una función
continua tal que f “ p ˝ g diremos que g es un levantamiento de f o más precisamente un
p-levantamiento de f .
Un resultado acerca de la unicidad de los levantamientos está dado en el siguiente lema.
16.4.6. Lema. Sea p : E ÝÑ X una función cubriente sobre X, sea Y un conjunto conexo
y sean g, h : Y ÝÑ E dos levantamientos de f . Si gpyq “ hpyq para algún y P Y , entonces
g “ h.
Demostración. Sean
Como e0 P W1 y η es una función continua, podemos suponer además que ηptq P W1 para
t P r0; ε0 s. De esta manera tenemos que
Por el teorema 16.4.8 existe un único levantamiento G de F tal que Gp0, 0q “ α0 p0q, y
por hipótesis también es igual a α1 p0q. Para cada s P r0; 1s sea βs el camino en E tal que
βs ptq “ Gps, tq. Como el recorrido de β1 está incluido en la fibra p´1 rtγ0 p1qus (la cual, como
podemos notar a partir de la observación 16.4.4 y de la definición de función cubriente, forma
un subespacio topológico discreto), entonces tal recorrido debe estar incluido en una de las
componentes conexas de dicha fibra, la cual es un conjunto con un solo elemento, teniéndose
así que la función β1 es constante. Ahora, las funciones F p¨, 0q y F p¨, 1q son levantamientos de
γ0 y γ1 respectivamente, de manera que por el teorema de levantamiento de caminos (16.4.7)
tenemos que α0 “ F p¨, 0q y α1 “ F p¨, 1q, en particular α0 p1q “ F p1, 0q “ β1 p0q “ β1 p1q “
F p1, 1q “ α1 p1q. ‚
16.4.10. Teorema. Sean E un conjunto simplemente conexo, e0 P E, p : E ÝÑ X una
función cubriente sobre X, b “ ppe0 q P X y sea Φ : π1 pX, bq ÝÑ p´1 rtbus la función tal que
Φprγsbb q es el punto final del levantamiento de γ cuyo punto inicial es e0 . La función Φ es una
correspondencia biunívoca entre π1 pX, bq y la fibra p´1 rtbus.
Demostración. Del lema 16.4.9 la función Φ está bien definida. Sean y P p´1 rtbus y sea α
un camino en E que va de e0 a y. Tomemos γ “ p˝α y observemos que α es un levantamiento
de γ con punto inicial e0 y punto final y, por lo que Φprγsbb q “ y. Tenemos así que Φ es una
función sobre p´1 rtbus, quedando sólo por demostrar que Φ es inyectiva.
Supongamos que γ0 y γ1 son dos lazos en X basados en b tales que Φprγ0 sbb q “ Φprγ1 sbb q y
sean α0 y α1 los levantamientos de γ0 y γ1 respectivamente tales que el punto inicial de ambos
592 16.4. Funciones cubrientes y levantamientos
es e0 . Por definición de Φ, α0 y α1 tienen el mismo punto final, de manera que α0 ö́α1 es un lazo
basado en e0 . Como E es simplemente conexo, existe una homotopía F : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ E
de α0 ö́ α1 al camino constante e0 . Así, p ˝ F : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ X es una homotopía del lazo
γ0 ö́ γ1 al camino constante b. Por lo tanto, rγ0 sbb ´ rγ1 sbb “ rbsbb y así rγ0 sbb “ rγ1 sbb , es decir Φ
es inyectiva. ‚
16.4.11. Definición. A la función Φ dada en el teorema anterior le llamaremos la corres-
pondencia de levantamiento derivada de la función cubriente p (tal función depende de la
elección del punto e0 y está bien definida en vista del lema 16.4.9, aún y cuando el conjunto
E no sea simplemente conexo).
16.5. El índice de un camino cerrado 593
Φ : π1 pS1 , b0 q ÝÑ Z
Demostración. Sea β el lazo en B2 dado por βptq “ pcosp2πtq, senp2πtqq. Tenemos que
α “ f ˝ β. Como B2 Ă R2 es convexo, del corolario 16.5.9 tenemos que α es homotópico con
extremos fijos al lazo constante en S1 basado en p1, 0q. Ahora, por el teorema 16.5.7 tenemos
que indpαq “ 0. ‚
16.5.11. Teorema. No existe función continua f : B2 ÝÑ S1 tal que f pxq “ x para todo
x P S1 .
Demostración. Si existiera dicha función, por el teorema 16.5.10, el lazo t ÞÑ pcosp2πtq,
senp2πtqq en S1 tendría índice cero. Sin embargo, como podemos ver de la definición de índice,
dicho lazo tiene índice 1. ‚
16.5.12. Definición. Sea X un conjunto con estructura de espacio topológico y f : X ÝÑ X
una función continua. Decimos que un punto x P X es un punto fijo de f si f pxq “ x. En
16.5. El índice de un camino cerrado 595
caso de que exista algún punto fijo de f diremos que f tiene un punto fijo.
16.5.13. Teorema del punto fijo de Brouwer en B2 . Toda función continua f : B2 ÝÑ B2
tiene un punto fijo.
Demostración. Supongamos que f no tiene punto fijo. Para cada x P B2 sea gpxq el
elemento de S1 que está en el rayo que pasa por x y tiene como extremo a f pxq.
Afirmamos que g es continua. En efecto, sea x0 P B2 y pxk q8 k“1 una sucesión en B que
2
converge a x0 . Como f es continua, entonces pf pxk qq8 k“1 converge a f px0 q, el cual estamos
suponiendo que es diferente de x0 . Ahora, sea ε ą 0 y N suficientemente grande, de tal
manera que para k ľ N se tenga que |xk ´ x0 | ă δ y |f pxk q ´ f px0 q| ă δ, donde δ ą 0 es
un número tal que 2δ|gpx 0 q´f px0 q|
|x0 ´f px0 q|
ă ε. Usando adecuadamente el teorema 15.2.36 podemos ver
que |gpx0 q ´ gpxk q| ă ε, con lo que g es continua.
Como gpxq “ x para todo x P S1 , estamos en contradicción con el teorema 16.5.11. ‚
Como una consecuencia del teorema 16.5.13 tenemos el corolario siguiente cuya demos-
tración se deja al lector.
16.5.14. Corolario. Sea A un conjunto homeomorfo con B2 . Cualquier función continua
f : A ÝÑ A tiene un punto fijo.
596 16.6. El teorema de la curva de Jordan
clases del conjunto rαd ; βd s que está incluido en γ rV s. Veamos que la familia V es
dPγ ´1 rΓ1 s
finita. Sean αd˚ :“ máxpt0uYtt P r0; αd q : γptq R V uq, βd˚ :“ mínpt1uYtt P pβd ; 1s : γptq R V uq,
α `α˚ β `β ˚
αd1 :“ d 2 d , βd1 :“ d 2 d y observemos que γpαd1 q, γpβd1 q P U X V , pαd1 ; βd1 q Ă rαd ; βd s, pero
pαd1 ; βd1 q no interseca a ningún elemento de V diferente de rαd ; βd s, siendo el conjunto V 1 :“
tpαd1 ; βd1 q : d P γ ´1 rΓ1 su una cubierta abierta de γ ´1 rΓ1 s cuya única subcubierta es ella misma,
de manera que por ser γ ´1 rΓ1 s un conjunto compacto, tenemos que V 1 es un conjunto finito
de la forma tpαd1 1 ; βd1 1 q, . . . , pαd1 n ; βd1 n qu, para algún n P N, donde los pαd1 i ; βd1 i q X pαd1 j ; βd1 j q “ ∅
si i ‰ j
16.6. El teorema de la curva de Jordan 597
b) cuando S1 “ U y S2 “ V se cumple
I) x P W0 , j “ m y k “ n,
II) x P W1 , j “ m ` 1 y k “ n,
III) x P W2 , j “ m ‰ 0 y k “ n,
ó
IV) x P W2 , j “ m “ 0, k “ n ` 1;
y
598 16.6. El teorema de la curva de Jordan
Las condiciones a) y b) dan la manera en que están dadas las clases de equivalencia que
identifican cómo están unidas las copias de U con las copias de V . Tomemos ahora E :“ Y {R
con la topología cociente y sea π : E ÝÑ X la función tal que si e P E y x es la primer
coordenada común de todos los elementos de e, entonces πpeq “ x. Observemos que π es una
función continua sobre X y además es una función cubriente.
Sea Um,n ˚
el subconjunto de E cuyos elementos son las clases a las cuales pertenecen los
elementos de Um,n y sea Vm,n ˚
el subconjunto de E cuyos elementos son las clases a las cuales
pertenecen los elementos de Vm,n , así mismo, para cada z P Y denotemos por z˚ a la clase a
la cual pertenece z.
Fijemos p P U . Para j P t1, 2u sea αj un lazo en X que inicia en p, primeramente entra a
W0 sin salirse de U (es decir, existe un t0 P p0; 1q tal que αj pt0 q P W0 y αj ptq P U , para todo
t P r0; t0 s), continuando en V ingresa a Wj (es decir, existe un tj P pt0 ; 1s tal que αj ptj q P Wj
y αj ptq P V para todo t P rt0 ; tj s), y regresa a p permaneciendo en U (es decir, αj p1q “ p y
αj ptq P U para todo t P rtj ; 1s). Podemos ver que el π-levantamiento de α1 en E que inicia
en pp, U, 0, 0q˚ , permanece un momento en U0,0 ˚
, luego a través de V0,0
˚
pasa por el conjunto
U1,0 , hasta llegar finalmente al punto pp, U, 1, 0q˚ . Similarmente, el π-levantamiento de α2 en
˚
E que comienza en pp, U, 1, 0q˚ , termina en pp, U, 1, 0q˚ , de tal suerte que el levantamiento
de α1 ö̀ α2 que inicia en pp, U, 0, 0q˚ termina en pp, U, 1, 0q˚ , sin embargo, el levantamiento
de α2 ö̀ α1 en E que inicia en pp, U, 0, 0q˚ termina en pp, U, 1, 1q˚ . Tenemos así que hay dos
levantamientos de α2 ö̀ α1 y α1 ö̀ α2 que inician en el mismo punto, pero terminan en puntos
diferentes, por lo que, de acuerdo al teorema 16.4.10, los caminos α1 ö̀ α2 y α2 ö̀ α1 no son
homotópicos, es decir rα1 ö̀ α2 spp ‰ rα2 ö̀ α1 spp , por lo cual rα1 spp ` rα2 spp ‰ rα2 spp ` rα1 spp , de
manera que pπ1 pX, pq, `q no es abeliano. Ahora, por el teorema 16.3.6, para todo b P X el
grupo pπ1 pX, bq, `q no es abeliano. ‚
16.6.4. Lema. Sea T Ł R2 un conjunto cerrado y sea Q “ R3 ztpx, y, 0q : px, yq P T u.
U X V “ tpx, y, zq : px, yq R T y ´ 1 ă z ă 1u
Como f1 además de ser continua tiene inversa continua dada por f1´1 px, y, zq “ px, y, z ´
Gpx, yqq, entonces f1 es un homeomorfismo. Sea f2 : R3 ÝÑ R3 la función dada por
Como f2 además de ser continua tiene inversa continua dada por f2´1 px, y, zq “ px`h1 pzq, y `
h2 pzq, zq, entonces f2 es también un homeomorfismo. Sea f :“ f2 ˝ f1 , el cual es un homeo-
morfismo de R2 en R2 . De la ecuación 16.6.6 concluimos que
R3 ztp0, 0, tq : ´8 ă t ă `8u
pR2 zt0uq ˆ R.
π1 pQ, bq – Z.
En efecto, para ppx0 , y0 q, z0 q P pR2 zt0uq ˆ R y para cada lazo α en pR2 zt0uq ˆ R basado
en ppx0 , y0 q, z0 q sean α1 , α2 , α3 : R ÝÑ R tales que αptq “ ppα1 ptq, α2 ptqq, α3 ptqq. El lazo α1
en Pz0 :“ tppx, yq, z0 q : ppx, yq, z0 q P pR2 zt0uq ˆ Ru basado en ppx0 , y0 q, z0 q dado por α1 ptq “
ppα1 ptq, α2 ptqq, z0 q es homotópico en pR2 zt0uqˆR con α. Observemos además que dos lazos α y
β en pR2 zt0uqˆR basados en ppx0 , y0 q, z0 q son homotópicos si y sólo si los lazos α1 y β 1 basados
en ppx0 , y0 q, z0 q son homotópicos en Pz0 , por lo que π1 pPz0 , ppx0 , y0 q, z0 qq – π1 ppR2 zt0uq ˆ
R, ppx0 , y0 q, z0 qq. Notemos además que π1 pPz0 , ppx0 , y0 q, z0 qq – π1 pR2 ztp0, 0qu, p0, 1qq y que en
R2 ztp0, 0qu dos lazos basados en p0, 1q tienen el mismo índice si y sólo si son homotópicos,
por lo que la función
ρ : π1 pR2 ztp0, 0qu, p0, 1qq ÝÑ Z
p0,1q
rγsp0,1q ÞÑindpγq
16.6. El teorema de la curva de Jordan 601
es un isomorfismo de π1 pR2 ztp0, 0qu, p0, 1qq sobre Z. Tenemos así que para todo b P Q se tiene
que π1 pQ, bq – Z.
Como π1 pQ, bq no es trivial, del lema 16.6.4 a) se tiene que R2 zhrRs no es conexo. Como
π1 pQ, bq es abeliano, del lema 16.6.4 b) se tiene que R2 zhrRs tiene menos de tres componentes
conexas. De esta manera el conjunto R2 zhrRs tiene exactamente dos componentes conexas.‚
16.6.8. Notación. Denotaremos por S2 al conjunto tv P R3 : |v| “ 1u. En general se denota
por Sn al conjunto tv P Rn`1 : |v| “ 1u y por Bn al conjunto tv P Rn : |v| ĺ 1u.
16.6.9. Lema. Sea v0 P S2 . Existe un homeomorfismo ϕ de S2 ztv0 u sobre R2 tal que
Demostración. Mediante rotaciones se puede ver que los conjuntos S2 ztv0 u y S2 ztp0, 0, 1qu
son homeomorfos, de manera que es suficiente
` x demostrar el lema para el caso en que v0 “
p0, 0, 1q. En tal caso tomemos ϕpx, y, zq “ 1´z y haciendo manipulaciones algebraicas
y
˘
, 1´z
´ ¯
x2 `y 2 ´1
y haciendo cálculos podemos ver que ϕ´1 px, yq “ x2 `y 2x
, 2y
,
2 `1 x2 `y 2 `1 x2 `y 2 `1 y que
(sin olvidar jamás que en el límite anterior las variables deben satisfacer la relación x2 ` y 2 `
z 2 “ 1) para así tener el homeomorfismo deseado. ‚
16.6.10. Teorema. Sea Γ Ă S2 una trayectoria cerrada simple. El conjunto S2 zΓ tiene
exactamente dos componentes conexas.
Demostración. Sea γ : r0; 1s ÝÑ S2 una parametrización de Γ tal que γp0q “ γp1q y
γptq ‰ γpsq para cualesquiera dos s, t P r0; 1q diferentes. Sea v0 “ γp0q “ γp1q. Por el lema
16.6.9 existe un homeomorfismo ϕ : S2 ztv0 u ÝÑ R2 (sobre R2 ) tal que
Demostración. Sea γ : r0; 1s ÝÑ R2 una parametrización de Γ tal que γp0q “ γp1q y γptq ‰
γpsq para cualesquiera dos s, t P r0; 1q diferentes. Sea ϕ un homeomorfismo como el dado en el
lema 16.6.9. Por el teorema 16.6.10 el conjunto S2 zϕ´1 rΓ s tiene exactamente dos componentes
conexas diferentes C1 y C2 . Observemos que v0 P C1 ó v0 P C2 . Sin perder generalidad
supongamos que v0 P C2 y notemos que C2 ztv0 u es conexo. Tenemos que R2 “ Γ Y ϕrC1 s Y
ϕrC2 ztv0 us, donde Γ , ϕrC1 s y ϕrC2 ztv0 us “ ϕrC2 s son disjuntos y tanto ϕrC1 s como ϕrC2 s
son abiertos conexos, de manera que ϕrC1 s y ϕrC2 s son las dos únicas componentes conexas
de R2 zΓ . Ahora, si tomamos una sucesión pvn q8 n“1 que converja a v0 , cuyas componentes estén
en C2 ztv0 u, entonces pϕpvn qqn“1 será una sucesión en ϕrC2 s tal que
8
de manera que la componente ϕrC2 s no es acotada. Por otro lado tenemos que como Γ
es compacto, existe una bola cerrada Bpp0, 0q, rq Ă R2 tal que Γ Ă Bpp0, 0q, rq, pero co-
mo R2 zBpp0, 0q, rq, es un abierto conexo, entonces está incluido en una de las componentes
conexas y la otra componente conexa debe estar incluida en Bpp0, 0q, rq, es decir debe ser
acotada.
Veamos ahora que Γ es la frontera común de cada una de las componentes conexas de
R2 zΓ . Sea U una de las componentes conexas de R2 zΓ . Por definición la otra componente
no interseca a U y BU “ U pR2 zU q Ă Γ . Observemos que si Γ ‰ BU , existe un arco A Ă Γ
en el cual está incluido BU . Sea p un punto en la componente conexa acotada de R2 zΓ y
D una bola cerrada con centro en p tal que Γ está incluida en el interior de D. Como A es
homeomorfo al intervalo cerrado r0; 1s, el corolario 14.3.66 (corolario al teorema de extensión
de Tietze) asegura que existe una función r : D ÝÑ A tal que r|A es la función identidad. Si
p P U , es decir si U es acotado, sea f : D ÝÑ Dztpu la función dada por
#
rpxq si x P U
f pxq “ ,
x si x P R2 zU
Como BU “ U pR2 zU q Ă A la función f en ambos casos está bien definida y, como podemos
ver, es continua y f |BD es la identidad. Sea g : Dztpu ÝÑ BD la función tal que gpxq es el
elemento diferente de x de BD que está en el rayo Ý Ñ Ahora, g ˝ f : D ÝÑ D no tiene puntos
xp.
fijos, lo cual contradice al corolario 16.5.14 (corolario al teorema del punto fijo de Brouwer
en B2 ). ‚
16.6.12. Definiciones. Sean σ : rc; ds ÝÑ X y γ : ra; bs ÝÑ X dos caminos. Decimos que
los caminos σ y γ son equivalentes si existe una función continua y estrictamente creciente
ϕ : rc; ds ÝÑ ra; bs tal que ϕpcq “ a, ϕpdq “ b y σ “ γ ˝ ϕ. Observando que en efecto la
relación de que dos caminos sean equivalentes es una relación de equivalencia, a cada una de
sus clases de equivalencia le llamaremos curva o trayectoria dirigida. Si H es una curva
a la cual pertenece un camino η : r0; 1s ÝÑ X, diremos que la curva H va de ηp0q a ηp1q, o
16.6. El teorema de la curva de Jordan 603
bien que ηp0q es el punto inicial de H y que ηp1q es el punto final o punto terminal de
H. Así mismo, denotaremos por ´H a la curva a la cual pertenece ö́η y diremos que es la
curva opuesta de H.
16.6.13. Definición. A una trayectoria cerrada simple en R2 se le llama trayectoria de
Jordan y a la curva a la cual pertenece un camino cerrado simple se le llama curva de
Jordan. También se le llama trayectoria de Jordan a una trayectoria cerrada simple en un
plano (o en un conjunto que sea homeomorfo a R2 ) y curva de Jordan a la curva a la cual
pertenece un camino cerrado simple γ : ra; bs ÝÑ X, donde X es homeomorfo a R2 .
16.6.14. Notaciones. Si Γ es una trayectoria simple con extremos u y v y γ : ra; bs ÝÑ Γ
es una parametrización simple de Γ cuyo punto inicial es u y punto final es v, a la curva a
la cual pertenece γ la denotaremos por Γ u,v . En el caso en que Γ sea una trayectoria cerrad
simple, cuya parametrización simple sea γ : ra; bs ÝÑ Γ , c1 , c2 P pa; bq con c1 ă c2 , u “ γpaq,
v “ γpc1 q y w “ γpc1 q, entonces Γ u,v,w denotará a la curva a la cual pertenece γ.
16.6.15. Definición. Sea Π un plano y Γ Ă Π una trayectoria de Jordan; sea A1 la com-
ponente conexa acotada de ΠzΓ y sea A2 la componente conexa no acotada de ΠzΓ . Al
conjunto A1 se le llama el interior de la trayectoria Γ y al conjunto A2 se le llama el exte-
rior de Γ . Cuando a P A1 diremos que a está encerrado por Γ o que Γ encierra al punto
a; también diremos que Γ encierra a un conjunto C cuando C Ă A1 .
16.6.16. Aclaración. Como el lector podrá notar, debemos tener cuidado en no confundir
el concepto de interior y exterior de una trayectoria cerrada simple Γ con el de interior y
exterior del conjunto Γ en el sentido topológico. En el sentido topológico (con la topología
usual de R2 ) el interior de Γ es el conjunto vacío y el exterior es R2 zΓ . Siempre que se hable
de interior y exterior debe quedar bien claro el contexto en el cual se está hablando.
Del lema 16.6.9 se puede ver que los siguientes dos lemas son equivalentes.
16.6.17. Lema. Sean a y b elementos diferentes de S2 . Sea A un conjunto compacto y
f : A ÝÑ S2 zta, bu una función continua. Si a y b están en la misma componente conexa de
S2 zf rAs, entonces f es homotópica en S2 zta, bu a una función constante.
En lugar de demostrar el lema 16.6.17 estableceremos y demostraremos el siguiente lema
que, como podemos ver, es equivalente.
16.6.18. Lema. Sea A un conjunto compacto y f : A ÝÑ R2 ztp0, 0qu una función continua. Si
el punto p0, 0q está en la componente conexa no acotada de R2 zf rAs, entonces f es homotópica
en R2 ztp0, 0qu a una función constante.
Demostración. Sea B Ă R2 una bola abierta con centro en p0, 0q tal que f rAs Ă B y sea
p un punto en el exterior de B.
Tenemos que las componentes conexas del conjunto abierto R2 zf rAs son las componentes
conexas por trayectorias del mismo conjunto de tal manera que existe un camino α en R2 zf rAs
que va de p0, 0q a p. Definamos la homotopía F : A ˆ r0; 1s ÝÑ R2 ztp0, 0qu dada por F px, tq “
f pxq ´ αptq, la cual no tiene al punto p0, 0q como elemento de su recorrido, pues f pxq P f rAs
y αptq P R2 zf rAs. F es una homotopía entre f y la función k : A ÝÑ R2 ztp0, 0qu dada por
kpxq “ f pxq ´ p. Definamos ahora la homotopía G : A ˆ r0; 1s ÝÑ R2 ztp0, 0qu mediante la
604 16.6. El teorema de la curva de Jordan
ecuación Gpx, tq “ tf pxq ´ p y observemos que es una homotopía entre una función constante
y la función k que, como hemos visto, es homotópica a f . ‚
16.6.19. Lema. Sean a, b y c tres elementos diferentes de Rn . Si Γ1 es un arco cuyos extremos
son a y b, y Γ2 es un arco cuyos extremos son b y c, entonces existe un arco Γ Ă Γ1 Y Γ2
cuyos extremos son a y c.
Demostración. Sean α1 : r0; 1s ÝÑ Γ1 y α2 : r0; 1s ÝÑ Γ2 caminos cerrados simples cuyos
recorridos son Γ1 y Γ2 respectivamente tales que α1 p0q “ a, α1 p1q “ b, α2 p0q “ b y α2 p1q “ c.
Sea ahora t1 “ míntt P r0; 1s : α1 ptq P Γ2 u y t2 el elemento de r0; 1s tal que α2 pt2 q “ α1 pt1 q.
Tenemos que la trayectoria del camino α : r0; 1 ` t1 ´ t2 s ÝÑ Γ1 Y Γ2 dado por
si 0 ĺ t ĺ t1
#
α1 ptq
αptq “ ,
α2 pt ` t2 ´ t1 q si t1 ĺ t ĺ 1 ` t1 ´ t2
es un arco que está incluido en Γ1 Y Γ2 . ‚
2
16.6.20. Teorema. Sea U Ă R un conjunto abierto y sean a, b P U dos elementos que están
en una trayectoria Γ Ă U . Existe un arco A Ă U al cual pertenecen a y b. Dicho arco puede
ser una poligonal.
Demostración. Observemos que como Γ es compacto, existe una poligonal P incluida en
U a la cual pertenecen a y b. Como la poligonal P es una unión finita de segmentos de recta
(los cuales son arcos), del lema 16.6.19 y usando inducción matemática se puede concluir que
existe un arco A Ă U al cual pertenecen los puntos a y b. ‚
16.6.21. Teorema. Sea X “ U Y V un espacio topológico tal que U y V son abiertos.
Supongamos que U X V es conexo por trayectorias y que a P U X V . Para cada lazo η basado
en a y con recorrido en X, existe una cantidad finita de lazos η1 , η2 , . . . , ηn basados en a cuyos
recorridos están en U o en V , tales que rηsaa “ rη1 ö̀ η2 ö̀ ¨ ¨ ¨ ö̀ ηn saa .
Demostración. como el recorrido de η está cubierto por tU, V u, entonces el intervalo r0; 1s,
el cual es un conjunto compacto, está cubierto por tη ´1 rU s, η ´1 rV su, de manera que por el
teorema del número de Lebesgue (14.2.40) podemos tomar un número de Lebesgue δ ą 0
para r0; 1s con respecto a la cubierta tη ´1 rU s, η ´1 rV su. Ahora, al tomar un número natural
N ą 1δ y ak “ Nk , para k P t0, 1, . . . , N u, tenemos que ηrrak´1 ; ak ss está incluido en U o en
V . Observemos que a “ ηpa0 q “ ηpaN q P U X V y que existe una partición pb0 , b1 , . . . , bn q del
intervalo r0; 1s tal que pa0 , a1 , . . . , aN q sea un refinamiento de pb0 , b1 , . . . , bn q, cada ηrrbk´1 ; bk ss
esté incluido ya sea en U o en V y cada ηpbk q pertenezca a U X V para k P t1, 2, . . . , nu.
Escogida así la partición pbk qnk“0 podemos representar a η como la concatenación
η “ β1 ö̀ β2 ö̀ ¨ ¨ ¨ ö̀ βn ,
donde βk p0q “ ηpbk´1 q y βk p1q “ ηpbk q y además βk rr0; 1ss está incluida en U o en V . Ahora,
para cada k P t0, 1, . . . , nu sea αk : r0; 1s ÝÑ U X V un camino que va de ηpbk q al punto
a (lo anterior es posible debido a que el conjunto U X V es conexo por trayectorias). Como
rβk sbbkk´1 “ rpβk ö̀ αk q ö́ αk sbbkk´1 tenemos que si hacemos α0 : r0; 1s ÝÑ tau, αn “ α0 y
ηk “ ppö́αk´1 q ö̀ βk q ö̀ αk , entonces ηk P π1 pX, aq, donde el recorrido de ηk está incluido en
U o en V y además
rηsaa “ rη1 ö̀ η2 ö̀ ¨ ¨ ¨ ö̀ ηn saa . ‚
16.6. El teorema de la curva de Jordan 605
en R2 ztp0, 0qu a un punto. Por el teorema de extensión homotópica la función j puede ser
extendida a una función continua k : C YA ÝÑ R2 ztp0, 0qu que en R2 ztp0, 0qu sea homotópica
a un punto. Ahora, si i es la función identidad en A Y D tenemos que j es continua y por el
teorema 14.3.70, la función h : R2 ÝÑ R2 ztp0, 0qu, dada por
ipxq si x P A Y D
#
hpxq “ ,
kpxq si x P A Y C
es continua.
Queremos demostrar que p0, 0q está en una componente conexa no acotada de R2 zA, es
decir que C no es acotado. Si C fuera acotado lo sería también C Y A, debido a que A es
compacto, por lo que existiría una constante M ą 0 tal que C Y A Ă B :“ Bpp0, 0q, M q,
de manera que si tomamos g :“ h|B, tendríamos que gpxq “ x para todo x P BB. Podemos
ver así que, vía la homotopía F : pR2 ztp0, 0quq ˆ r0; 1s ÝÑ R2 ztp0, 0qu es una homotopía,
px,tqÞÑp1´tqhpxq`tM x{|x|
relativa a BB en R ztp0, 0qu, entre las funciones h|R ztp0, 0qu y x ÞÑ M x{|x|. Tendríamos
2 2
pues, en el caso de que C fuera acotado, una función continua F p¨, 1q ˝ g : B ÝÑ BB cuya
restricción a BB es la identidad, lo cual contradice al teorema 16.5.11 al observar que B2 y B
son homeomorfos, al igual que BB y S1 . Tenemos así que necesariamente C no es un conjunto
acotado, es decir el punto p0, 0q está en una componente conexa no acotada de R2 zA. ‚
16.7.6. Corolario. Ningún arco en S2 separa a S2 .
Demostración. Si A es un arco en S2 y f es la función identidad en A, como A es compacto
y homotópico por ejemplo a uno de sus extremos, tenemos que al aplicar el lema de Barsuk
cualesquiera dos puntos diferentes a, b P S2 zA están en la misma componente conexa de S2 zA.
‚
608 16.8. Grafos lineales
tales que todo elemento de A tiene un extremo en A y otro en H y para cada ph, sq P H ˆ S
existe una única arista del grafo lineal cuyos extremos son h y s.
16.8.7. Teorema del grafo de servicios. Sea pG, Aq un grafo de servicios cuyo conjunto
de servicios tiene tres elementos y cuyo conjunto de hogares tiene tres elementos. G no es
homeomorfo a ningún subconjunto de S2 .
Demostración. Demostremos que es imposible que G Ă S2 . Sea H “ th1 , h2 , h3 u el conjunto
de tres hogares y S “ tg, a, eu el conjunto de tres servicios. Tomemos para cada i P t1, 2, 3u
las aristas Gi :“ gh
Ňi , Ai :“ ah
Ňi y Ei :“ eh
Ňi .
Supongamos que G Ă S2 para llegar a una contradicción. Sea Bi “ Gi Y Ai para cada
i P t1, 2, 3u. Cada uno de los arcos B1 , B2 y B3 se intersecan solamente en sus extremos g y
a, de manera que Y “ B1 Y B2 Y B3 es un espacio theta. Por el lema 16.8.5 tenemos que Y
separa a S2 en tres componentes conexas U , V y W cuyas fronteras son B1 Y B2 , B2 Y B3 y
B3 Y B1 respectivamente.
Tenemos que el vértice e del grafo de servicios pertenece a alguna de las tres componentes
conexas U , V , ó W de S2 zY , de manera que los arcos E1 , E2 y E3 están incluidos en la
cerradura de tal componente conexa. La componente conexa no puede ser U puesto que
U “ U Y B1 Y B2 , el cual es un conjunto al cual no pertenece h3 . De manera similar se ve
que la componente no puede ser V ni W , llegando así a una contradicción. ‚
Del hecho de que R2 es homeomorfo a un subconjunto de S2 se tiene el corolario siguiente.
16.8.8. Corolario. Sea pG, Aq un grafo de servicios cuyo conjunto de servicios tiene tres
elementos y cuyo conjunto de hogares tiene tres elementos. G no es homeomorfo a ningún
subconjunto de R2 .
16.8.9. Lema. Sea G un subespacio de S2 que es un grafo completo formado por los seis
arcos cuyos extremos son los cuatro vértices v1 , v2 , v3 y v4 . El conjunto G separa a S2 en
cuatro componentes conexas. Tenemos además que las fronteras de las componentes conexas
de S2 zG son X1 , X2 , X3 y X4 , donde cada Xi es la unión de las aristas que no tienen a vi
como extremo.
Demostración. Sea Y la unión de las aristas de G diferentes de vŊ 2 v4 . Podemos ver que Y
es un espacio theta al ser la unión de los arcos A “ vŔ 1 v2 v3 , B “ vŊ
1 v3 y C “ v 1 v4 v3 .
Ŕ
Debido al lema 16.8.5 el conjunto Y separa a S2 en tres componentes conexas U , V y W ,
cuyas fronteras son A Y B, B Y C y C Y A respectivamente. El conjunto K :“ vŊ 2 v4 ztv2 , v4 u
por ser conexo debe estar incluido en alguna de las componentes conexas de S2 zY . No es
posible que K esté incluido en U puesto que v4 no está en la frontera A Y B de U . Tampoco
es posible que K esté incluido en V puesto que v2 no está incluido en la frontera B Y C de
V . Tenemos así que necesariamente K Ă W .
Ahora U Y V es conexo debido a que U y V son conexos y tienen intersección no vacía B.
Tenemos además que U YV no separa a S2 puesto que S2 zpU YV q “ W . Por el corolario 16.7.6
tenemos que los arcos vŊ1 v3 y vŊ
1 v4 tampoco separan a S . Ahora tv2 , v4 u “ vŊ
2
2 v4 X pU Y V q, de
manera que por el teorema 16.7.2 se tiene que vŊ 2 v4 Y pU Y V q separa a S en dos componentes
2
conexas W1 y W2 .
Tenemos así que S2 zG es la unión de los cuatro conjuntos disjuntos U , V , W1 y W2 , los
cuales son abiertos y conexos, es decir son las componentes conexas de S2 zG.
610 16.8. Grafos lineales
Así, una de las componentes conexas, digamos U , tiene a X4 como su frontera. Análoga-
mente se tienen los resultados para X1 , X2 y X3 . ‚
16.8.10. Teorema. Ningún conjunto que sea un grafo completo con cinco vértices diferentes
puede estar incluido en S2 .
Demostración. Supongamos que G es un grafo completo con cinco vértices diferentes v1 ,
v2 , v3 , v4 y v5 y que además G Ă S2 para así llegar a una contradicción. Sea X la unión
de las aristas de G que no tienen a v5 como extremo. Como X es un grafo completo con
cuatro vértices incluido en S2 entonces, por el teorema anterior, X separa a S2 en cuatro
componentes conexas cuyas fronteras son los conjuntos de la forma Xi , donde Xi es la unión
de las aristas de X que no tienen a vi como extremo. El punto v5 pertenece a alguna de las
cuatro componentes conexas. Tenemos que el conjunto conexo
A “ pvŊ
1 v5 Y vŊ
2 v5 Y vŊ
3 v5 Y vŊ
4 v5 qztv1 , v2 , v3 , v4 u,
que está incluido en S2 zX, está también incluido en la componente conexa de S2 zX a la cual
pertenece v5 . Para cada i P t1, 2, 3, 4u sea Ui la componente conexa de S2 zX que tiene a Xi
como frontera y sea j P t1, 2, 3, 4u tal que A Ă Uj . Tenemos que aj R A, pero aj P A Ă Uj ,
de manera que aj P BUj “ Xj llegando así a una contradicción. ‚
Como consecuencia inmediata del teorema anterior tenemos el corolario siguiente.
16.8.11. Corolario. Ningún conjunto que sea un grafo completo con cinco vértices diferentes
puede estar incluido en R2 .
16.8.12. Definición. Sea p : E ÝÑ X una función cubriente sobre X tal que pe0 , x0 q P E ˆX
y ppe0 q “ x0 . A la función p˚ : π1 pE, e0 q ÝÑ π1 pX, x0 q tal que para cada rγsee00 P π1 pE, e0 q
se tiene que p˚ prγsee00 q “ rηsxx00 , donde η “ p ˝ γ se llama homomorfismo inducido por la
función cubriente p.
16.8.13. Teorema. El homomorfismo inducido por una función cubriente es en efecto un
homomorfismo entre los grupos fundamentales y más aún es un isomorfismo sobre π1 pX, x0 q.
Demostración. Utilicemos la notación de la definición 16.8.12. Veamos primero que la
función p˚ está bien definida. Sean γ0 y γ1 dos lazos en E basados en e0 que son homotópicos
como caminos cerrados y sea F : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ E una homotopía con extremos fijos entre
γ0 y γ1 , es decir
Tenemos que p ˝ F es una homotopía en X con extremos fijos entre los caminos p ˝ γ0 y p ˝ γ1 ,
de manera que p˚ está bien definida.
Supongamos ahora que γ0 y γ1 son dos lazos cualesquiera en E basados en e0 . Para todo
t P r0; 1s se tiene
si 0 ĺ t ĺ 21
#
ppγ0 p2tqq
p ˝ pγ0 ö̀ γ1 qptq “ “ pp ˝ γ0 q ö̀ pp ˝ γ1 qptq,
ppγ1 p2t ´ 1qq si 12 ĺ t ĺ 1
16.8. Grafos lineales 611
de manera que p˚ prγ0 see00 q ` rγ1 see00 q “ p˚ prγ0 ö̀ γ1 see00 q “ rp ˝ pγ0 ö̀ γ1 qsxx00 “ rpp ˝ γ0 q ö̀ pp ˝ γ1 qsxx00 “
rp ˝ γ0 sxx00 ` rp ˝ γ1 sxx00 “ p˚ prγ0 see00 q ` p˚ prγ1 see00 q, de manera que p˚ es un homomorfismo. Ahora,
por el teorema de levantamiento de caminos 16.4.7 podemos ver que p˚ es un homomorfismo
sobre π1 pX, x0 q.
Para ver que p˚ es un isomorfismo sea γ un lazo en E basado en e0 tal que rγsee00 P kerpp˚ q.
Tenemos que existe en X un lazo η P rx0 sxx00 basado en x0 tal que p ˝ γ “ η, pero como η
es homotópica a x0 existe una función continua F : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ X tal que para todo
ps, tq P r0; 1s ˆ r0; 1s se tiene que x0 “ F p0, tq “ F p1, tq, y además F ps, 0q “ ηpsq y F ps, 1q “
x0 . Ahora, por el teorema 16.4.8 existe un único p-levantamiento G : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ E de
F tal que Gp0, 0q “ e0 . Haciendo βt :“ Gp¨, tq tenemos que el recorrido de β1 está incluido
en p´1 rtx0 us, el cual es un conjunto discreto, de manera que al ser β1 una función continua
tenemos que es constante, es decir β1 psq “ e0 . Tenemos además que β0 es un p-levantamiento
η, de manera que del teorema de levantamiento de caminos 16.4.7 resulta ser β0 “ γ, pero
como β0 es homotópica con extremos fijos a β1 tenemos que γ es homotópica con extremos
fijos a e0 . ‚
16.8.14. Teorema. Sea p : E ÝÑ B una función cubriente sobre B y sea b0 “ ppe0 q, con
e0 P E.
φ : π1 pB, b0 q{H ÝÑ
´
p´1¯ rtb0 us
b b
H`rγsb0 ÞÑΦ rγsb0
0 0
es inyectiva.
b) Si π1 pX, aq es un grupo cíclico infinito, entonces éste está generado por rf saa .
que para cada entero positivo m la clase de lazos rf m saa no es elemento identidad en π1 pX, aq.
Llamemos m-hoja de X al conjunto pU ˆ t2nuq Y pV ˆ t2n ` 1uq. Tenemos que en E el camino
16.8. Grafos lineales 613
donde H “ p˚ rπ1 pE, e0 qs; el recorrido de φ es p´1 rtaus porque éste es el de Φ. Se sigue que
H es el subgrupo trivial porque el grupo cociente de un grupo cíclico infinito entre cualquier
subgrupo cíclico no trivial debe ser finito. Tenemos así que Φ es una correspondencia biunívoca
entre π1 pB, aq y ÝÑ p´1 rtaus. como ésta es una función que va del subgrupo generado por
rf saa sobre p´1 rtaus, este subgrupo tiene que ser π1 pX, aq conn lo que queda demostrado b).
Demostremos finalmente el inciso c) del teorema. Dado g “ γ ö̀ δ, definamos un levanta-
miento de g en E así: Como γ es un camino en U , podemos definir
Demostración. Como en la demostración del lema 16.8.9, el espacio theta C Y vŊ1 v3 separa
S en tres componentes U , V y W , una de las cuales, digamos que es W , tiene a C como
2
614 16.8. Grafos lineales
16.8.21. Observación. En el corolario 16.8.20 b) el valor de indP pηq no depende del punto
P que se haya tomado en el interior de C.
16.8.22. Definición. Sea C una trayectoria cerrada simple en R2 , P un punto en el interior
de C y η una parametrización simple de C. Cuando indP pηq “ 1 diremos que η es una
parametrización en sentido contrario a las manecillas del reloj de C, y cuando
indP pηq “ ´1 diremos que η es una parametrización en sentido de las manecillas del
reloj de C.
16.9. Aproximación por poligonales 617
Demostración. Sea N ą 3 y R una región poligonal con N lados cuyos vértices son
N
P1 , P2 , . . . , PN , donde, al tomar P0 “ PN tenemos BR “ Pk´1 Pk . Sea E0 E2 un arco de
Ť Ő
k“1
circunferencia con centro en P1 , incluido en la región poligonal R y cuyos extremos E0 y E1
son tales que E0 P P1 P0 y E2 P P1 P2 . Cuando E Ő0 E2 es un arco menor tenemos dos posibles
casos, uno de los cuales es que P0 P2 Ă R, donde podemos tomar V1 “ P0 , V2 “ P2 , R1 igual
a la región triangular cuya frontera es el triángulo ŸP0 P1 P2 y a R2 igual a la región poligonal
N
cuya frontera es V1 V2 Y Pk´1 Pk , teniendo que R1 tiene tres lados y R2 tiene N ´ 1 lados,
Ť
k“3
ambos con menos de N lados. Si E Ő 0 E2 es un arco menor pero la región triangular con frontera
ŸP0 P1 P2 no está incluida en R, entonces observemos que debe haber un vértice Pl de R en
el interior del triángulo ŸP0 P1 P2 , donde 2 ă l ă N , tal que el segmento de recta P1 Pl esté
incluido en R. En este segundo caso tenemos que si tomamos V1 “ P1 , V2 “ Pl , R1 la región
l
poligonal cuya frontera es V1 V2 Y Pk´1 Pk y R2 es la región poligonal cuya frontera es
Ť
k“2
N
Pk´1 Pk , entonces tanto R1 como R2 tienen menos de N lados. Cuando E 0 E2 es un
Ť
V1 V2 Y Ő
k“l
ÝÝÑ ÝÝÝÑ
arco mayor sea Q P E Ő0 E2 tal que el rayo P1 Q sea opuesto al rayo P1 E0 y sea T el elemento
ÝÝÑ
de pP1 QztP1 uq X BR más cercano a P1 . En este último caso tenemos dos posibilidades, una
de las cuales es que T sea un vértice de R y la otra que no lo sea. Cuando T es un vértice Pl
de R tenemos que 2 ă l ă N y se toman R1 y R2 de manera similar a la segunda posibilidad
cuando el arco E Ő0 E1 era menor. Cuando T no es un vértice de R, entonces es un punto entre
dos vértices Pl´1 y Pl , con 2 ă l ă N , de manera que si tomamos V1 “ P1 , V2 “ T , R1
l´1
igual a la región poligonal cuya frontera es Pl´1 V2 Y V1 V2 Y Pk´1 Pk y R2 igual a la región
Ť
k“2
N
poligonal cuya frontera es P0 V2 Y V2 Pl Y Pk´1 Pk , tenemos que tanto R1 como R2 tienen
Ť
k“l`1
menos de N lados. Observemos que en todos los casos V1 V2 “ R1 X R2 y R “ R1 Y R2 . ‚
2
16.9.8. Teorema. Para cualquier región poligonal R Ă R existe un homeomorfismo ϕ :
R ÝÑ B2 tal que ϕrBRs “ BB2 .
Demostración. Procederemos usando el segundo método de inducción matemática sobre
el número de lados de la región poligonal. Cuando la poligonal es una región triangular
entonces el resultado se sigue del lema 16.9.4. Supongamos que el resultado es válido para
cualquier región poligonal con menos de N lados y sea R una región poligonal con N lados.
Por el lema 16.9.7 existen dos regines poligonales R1 y R2 con menos de N lados y dos
puntos V1 , V2 P BR tales que R “ R1 Y R2 y V1 V2 “ R1 X R2 . Sean ϕ1 : R1 ÝÑ B2 y
ϕ2 : R2 ÝÑ B2 homeomorfismos entre R1 y B2 y entre R2 y B2 respectivamente tales que
BB2 “ ϕ1 rBR1 s “ ϕ2 rBR2 s. Tomemos los arcos de circunferencia A1 :“ ϕ1 rV1 V2 s y A2 :“
ϕ2 rV1 V2 s. De las observaciones 16.9.5 y 16.9.6 podemos ver que existen dos homeomorfismos
ψ1 : B2 ÝÑ D` y ψ2 : B2 ÝÑ D´ entre B2 y D` , y entre B2 y D´ respectivamente tales
que ψ1 rA1 s “ ψ2 rA2 s “ p´1, 0qp1, 0q, y además ψ1 ˝ ϕ1 pV1 q “ ψ2 ˝ ϕ2 pV1 q “ p´1, 0q y
ψ1 ˝ ϕ1 pV2 q “ ψ2 ˝ ϕ2 pV2 q “ p1, 0q. Sea χ : p´1, 0qp1, 0q ÝÑ p´1, 0qp1, 0q el homeomorfismo de
p´1, 0qp1, 0q en sí mismo tal que para todo P P V1 V2 se tenga que ψ2 ˝ ϕ2 pP q “ χ ˝ ψ1 ˝ ϕ1 pP q.
Extendamos el hoeomorfismo χ al conjunto D` , de tal manera que sea un homeomorfismo
620 16.9. Aproximación por poligonales
del conjunto D` en sí mismo. Para cada x P r´1; 1s sea x̂ la primera componente de χpx, 0q
y definamos χ̂ : D` ÝÑ D` como
si |x| “ 1
$
& px̂, 0q
χ̂px, yq “ ´ b ¯ ,
si ´ 1 ă x ă 1
2
% x̂, y 1´x̂
1´x2
la cual, como podemos ver, es una extensión de la función χ que además es un homeomorfismo
entre D` con sigo mismo tal que χ̂rBD` s “ BD` .
Tenemos así que la función ϕ : R ÝÑ B2 dada por
si P P R2
#
ψ2 ˝ φ2 pP q
ϕpP q “
χ̂ ˝ ψ1 ˝ φ1 pP q si P P R1
están en V . Como Γ3 es compacto, podemos tomar una cubierta finita de Γ3 cuyos elementos
son bolas incluidas en V , cuyos centros son diferentes, están en Γ3 y cada bola tienen a lo más
un elemento de tu1 , u2 , . . . , uN u y sólo interseque a las aristas de la poligonal Γ3 en la cual está
su centro. Sean pues B1 , B2 , . . . , Bm dichas bolas que forman la cubierta finita y x1 , x2 , . . . , xm
sus correspondientes centros. Sin pérdida de generalidad escojamos las bolas y su numeración
de tal manera que para una partición pt̂i qm i“1 del intervalo rt ; 1s tengamos que xi “ η1 pt̂i q.
˚
Sea Γ4 la trayectoria formada por la unión de las fronteras de los Bi , para i P t1, 2, . . . , mu.
Podemos ver que para todo y1 P BB1 zΓ3 e ym P BBm zΓ3 existe una trayectoria Γ5 Ă Γ4 zΓ3
tal que y1 , ym P Γ5 , de manera que por el teorema 16.6.20 existe una poligonal simple Γ6 Ă V
16.9. Aproximación por poligonales 621
0 ă ρk,j`1 ă 19 |yk,j`1 ´ ŷk,j |, además de que ŷk,j`1 e yk,j`1 estén en la misma componente
conexa de Γ X Bpyk,j`1 , ρk,j`1 q e yk,j ă ŷk,j`1 ; tomemos al igual que en el primer caso lk,j`1 “
ŷk,j ŷk,j`1 , continuando así el proceso hasta que lleguemos a que para algún t P N tengamos
t
ŷk,t “ xk , en cuyo caso pk “ t y Hk “ lk,i .
Ť
i“1
Verifiquemos que en efecto el proceso se termina, es decir que queda siempre definido
pk
pk P N y Hk “ lk,i , donde Hk es una poligonal simple con a lo más pk lados. Supongamos
Ť
i“1
j“1 de puntos
que el proceso nunca se termina. En tal caso existiría la sucesión infinita pŷk,j q8
en el arco xŔ k´1 xk de Γ , la cual sería «estrictamente creciente» con respecto al orden ĺ,
y tales puntos de la sucesión estarían todos incluidos en Vk zBpxk , rk q, y, como podemos
ver, dicha sucesión necesariamente convergería al punto yk˚ “ suptŷk,j : j P Nu, pero por
ser xŔk´1 xk zBpxk , rk q un conjunto compacto al cual pertenecen todas las componentes de la
sucesión, entonces yk˚ P xŔ k´1 xk zBpxk , rk q. Tomemos en ese supuesto caso un εk P p0; rk s tal
que Bpyk , εk q Ă Vk y sea ν el primer número natural para el cual ŷk,ν P Bpyk˚ , εk q.
˚
Analicemos primero el caso en que yk˚ P BBpxk , rk q. En tal caso el segmento ŷk,ν xk no
interseca a Aν`1 , de manera que ŷk,ν`1 “ xk , contradiciendo el hecho de que todos los ŷk,t
son elementos de Vk zBpxk , rk q.
Analicemos ahora el caso en que yk˚ R BBpxk , rk q. En tal caso tomemos el valor de εk
suficientemente pequeño para que Bpyk˚ , εk q Ă Vk zBpxk , rk q y observemos que yk,ν`1 no está
en Bpyk˚ , εk q y si yk,ν`1 ă x, entonces x tampoco está en Bpyk˚ , εk q, de manera que para
cualquier entero ι ą 1 tendríamos que ŷk,ν`ι R Bpyk˚ , εk q, contradiciendo el hecho de que yk˚
es un punto de acumulación de la sucesión pŷk,j q8 j“1 .
m
De acuerdo a la construcción de las poligonales H1 , H2 , . . . ,Hm , tenemos que Π :“
Ť
Hk
k“1
es una poligonal simple con extremos x0 y xm , de tal manera que existe una parametrización
simple η : r0; 1s ÝÑ U de Π cuyo punto inicial es x0 y cuyo punto terminal es xm de tal
manera que ηpti q “ xi . ‚
De manera muy parecida a como se demostró el teorema 16.9.14 puede ser demostrado el
corolario siguiente.
16.9.15. Corolario. Sea U Ă Rn un conjunto abierto, γ : r0; 1s ÝÑ U un camino cerrado
simple y ptk qmk“0 una partición del intervalo r0; 1s. Existe un camino poligonal cerrado simple
η : r0; 1s ÝÑ U tal que ηptk q “ γptk q para todo k P t0, 1, . . . , mu y además todos los vértices
de la poligonal cerrada ηrr0; 1ss pertenecen a γrr0; 1ss, y si v es uno de los vértices, entonces
η ´1 rtvus “ γ ´1 rtvus.
16.9.16. Lema. Sea Γ Ă R2 una trayectoria de Jordan, x P Γ , B una bola con centro en x,
E el exterior de Γ , B 1 :“ BzE, y B 2 la componente conexa de B 1 a la cual pertenece x. El
conjunto abierto B 2 zΓ es conexo.
Demostración. Sea γ : r0; 1s ÝÑ R2 una parametrización simple de Γ tal que γp0q “ x. Si y
es un elemento de la trayectoria de γ que no esté en la cerradura de B 2 , tomemos ty el número
tal que γpty q “ y, ty,0 :“ máxtt P r0; 1s : t ă ty y t P B 2 u, y ty,1 :“ míntt P r0; 1s : t ą ty
y t P B 2 u. Sea Ay el arco de la circunferencia con centro en x y radio r cuyos extremos son
γpty,0 q y γpty,1 q, y que sea homotópico en R2 ztxu a la trayectoria γrty,0 ; ty,1 s. Observemos
que ningún elemento de B 2 está en el interior de la trayectoria de Jordan que es la unión de
624 16.9. Aproximación por poligonales
con extremos u˚k y vk˚ tal que η1 p0q “ u˚1 , η1 p1q “ u˚1 , η1 p 41 q “ u1 , η1 p 34 q “ v1 y η1 p1q “ v1˚
(dicha función existe debido al lema 16.9.9).
Definamos recursivamente los caminos ηn . Suponiendo que para algún N P N está definido
un camino simple con extremos ηN : r0; 1s ÝÑ U zpΓ1 Y Cn q tal que ηN p 2i`1 1
q “ ui , ηN p1 ´
1
2i`1
q “ vi para i P t1, 2, . . . , N u, η N p0q “ u ˚
N , η N p1q “ vN
˚
, η N rr0; 1
2N `1
ss Ă Bpa, 1
N
q, ηN rr1 ´
1
2N `1
; 1ss Ă Bpb, N q, y además ηN ptq “ ηn ptq para todo t P r 2n`1 ; 1 ´ 2n`1 s y todo n P
1 1 1
vN `1 , y además
$
’ αN `1 ptq, si t P r0; 2N `2 s
1
’
&
ηN `1 ptq :“ ηN ptq, si t P r 2N1`2 ; 1 ´ 2N1`2 s .
’
ptq, si t P r1 ´ 1 ; 1s
’
% β
N `1 2N `2
Definiendo así ηn tenemos que la función η : r0; 1s ÝÑ U tal que para todo t P r0; 1s
se tenga que ηptq “ lím ηn ptq es un camino que tiene como trayectoria a un arco Γ2 con
nÑ8
16.9. Aproximación por poligonales 625
extremos a y b. ‚
16.9.18. Teorema. Sea γ : r0; 1s ÝÑ R2 un camino cerrado simple y A Ă R2 la unión de la
trayectoria de γ y su interior. El camino cerrado γ es contractible en A. Más aún, existe una
homotopía inyectiva sobre A entre γ y cualquier punto en el interior de A.
Demostración. Observemos primero que el resultado es válido en el caso de que γ sea un
˝
polígono. Sea a P A y para cada i P N sea ki P N tal que |γptq ´ γpsq| ă 1i si |t ´ s| ă 2´ki ,
donde k1 ľ 2; dicha elección de cada ki puede ser hecha debido a que γ es una función
uniformemente continua. Para cada i P N sea el conjunto abierto Ui :“ ty P R2 : y ‰ a y
|y ´ γptq| ă 1i para algún t P r0; 1su. Para cada i P N y j P t0, 1, . . . , 2ki u sean ti,j “ 2jki y
xi,j “ γpti,j q. Definamos recursivamente bolas Bi,j como sigue. Sean B1,0 , B1,1 , . . . , B1,2k1 ´1
bolas que no se intersequen, con centros en x1,0 , x1,1 , . . . , x1,2k1 ´1 respectivamente, que estén
incluidas en U1 , además de que para todo l P t0, 1, 2, . . . , 2k1 ´1 u y todo j P t1, 2, . . . , 2k1 ´1 u
se cumpla que B1,l X γrrt1,j´1 ; t1,j ss ‰ ∅ si y sólo si t1,l P tt1,j´1 , t1,j u. Por el corolario
16.9.12 tenemos que incluidos en el conjunto U1 existen vecindades V1,1 , V1,2 , . . . , V1,2k1 de
γrrt1,0 ; t1,1 ss, γrrt1,1 ; t1,2 ss, . . . , γrrt1,2k1 ´1 ; t1,2k1 ss respectivamente, tales que para todo j P
t1, 2, . . . , 2k1 u se tenga que V1,j X V1,j`1 “ B1,j , pero V1,j X V1,j`s “ ∅ cuando s R t´1, 0, 1u.
Tomemos B1,2k1 :“ B1,0 , B1,j 1
:“ B1,j X A, B1,j 2
la componente conexa de B1,j1
a la cual
˝
pertenece x1,i e y1,j P B1,j
2
.
Veamos que para j P t1, 2, . . . , 2k1 u se tiene que y1,j e y1,j´1 están en la misma componente
˝
conexa de V1,j X A. Como γrrt1,j´1 ; t1,j ss es un conjunto compacto vemos que existe una
cubierta finita compuesta por n bolas abiertas D1 , D2 , . . . , Dn incluidas en V1,j , donde n P N;
los centros de dichas bolas están en γrrt1,j´1 ; t1,j ss; si para cada k P t1, 2, . . . , nu tomamos
rk P rt1,j´1 ; t1,j s tal que cada γprk q sea el centro de Dk , y además p ă q ùñ rp ă rq , para
p, q P t1, 2, . . . , nu; si para cada k P t1, 2, . . . , nu definimos Dk˚ como la componente conexa
de Dk X A a la cual pertenece γprk q, entonces la familia tD1˚ , D2˚ , . . . , Dn˚ u es una cubierta
de γrrt1,j´1 ; t1,j ss; y1,j´1 P D1˚ e y1,j P Dn˚ . Tomemos ahora una ˆk´1permutación
˙ σ P Sn tal que
˝ ˝ ˝ ˝
‰ ∅ y para cada k P t2, . . . , nu se tenga que ‰ ∅ para
˚ ˚
Ť ˚ ˚
Dσp1q X Dσp2q Dσpiq X Dσpkq
i“1
n ˝ ˝
observar que el conjunto es conexo y está incluido en V1,j X A, de manera que y1,j e
Ť
Dk˚
k“1
˝
y1,j´1 están en la misma componente conexa de V1,j X A.
˝
Tenemos que usando adecuadamente el lema 16.9.9 podemos construir un polígono en A
˝
con una parametrización simple η1 : r0; 1s ÝÑ Aztau tal que η1 pt1,j q “ y1,j . Sea C0 “ ∅ y C1
la unión de la trayectoria de η1 con su interior, A0 “ Aztau y A1 “ A0 zC0 “ A.
Una vez definidas las bolas Bi,0 , Bi,1 , . . . , Bi,2i`1 ´1 para i P N, definiendo además
˝
Bi,2i`1 “ Bi,0 y Ci como la unión de la trayectoria de ηi : r0; 1s ÝÑ Ai con su interior,
donde Ai “ Ai´1 zCi´1 , definamos las bolas Bi`1,0 , Bi`1,1 , . . . , Bi,2pi`1q`1 ´1 que no se interse-
quen con centros en xi`1,0 , xi`1,1 , . . . , xi`1,2pi`1q`1 ´1 respectivamente, y que no intersequen a
la trayectoria de ηi ; tomemos además Bi`1,2pi`1q`1 “ Bi`1,0 y el radio de cada Bi`1,j menor
˝
que 2pi`1q`1
1
. Para cada i P N y cada j P t0, 1, . . . , 2pi`1q`1 ´ 1u sea yi`1,j P Bi`1,j X Ai`1 (don-
de Ai`1 “ Ai zCi ), tomando además yi`1,2pi`1q`1 “ yi`1,0 . De nuevo usando adecuadamente
626 16.9. Aproximación por poligonales
el lema 16.9.9, además del corolario 16.9.15 y el lema 16.9.17, vemos que existe un polígono
˝
ηi`1 : r0; 1s ÝÑ Ai`1 tal que ηi`1 pti`1,j q “ yi`1,j , además de que ηi`1 rrti`1,j´1 ; ti`1,j ss Ă Vi`1,j .
Ahora, observemos que existe una homotopía inyectiva λ1 : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ C1 , sobre
C1 , entre η1 y el punto a, y en general, para cada i P N, existe una homotopía inyectiva
˝ ˝
de trayextorias cerradas λi`1 : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ Ci`1 zCi , sobre Ci`1 zCi , entre ηi y ηi`1 tal
que λi`1 pt, 0q “ ηi ptq y λi`1 pt, 1q “ ηi`1 ptq para todo t P r0; 1s, además de que para cada
j P t0, 1, . . . , 2ki u; teniendo así que la función λ : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ A dada por
INTEGRACIÓN
17.1. Antiderivadas
17.1.1. Ejemplo. Supongamos que tenemos un proyectil de propulsión a chorro cuya masa
con el tanque lleno de combustible es M y cuya masa con el tanque vacío es µ (obviamente
µ ă M ). Supongamos también que las unidades de masa, tiempo y distancia son kg, min y m
respectivamente; además el proyectil gasta combustible a razón constante de ´c kg{min, es
decir la razón de cambio de la masa del proyectil es de c kg{min, provocando una propulsión
de tal manera que la masa multiplicada por la aceleración sea una constante F y en el tiempo
t0 “ 0 tiene una masa inicial m0 y una velocidad inicial v0 . ¿Cuál es la velocidad del proyectil
cuando se termina el combustible? ¿Cuál es el tiempo en que se termina el combustible?
Solución. Sean mptq, vptq y aptq la masa, velocidad y aceleración del proyectil respectiva-
mente en un tiempo t.
Si tenemos que dos funciones g y h definidas en un intervalo abierto I son tales que
g 1 pxq “ h1 pxq para x P I, entonces Dpg ´ hqpxq “ 0, por lo que gpxq ´ hpxq “ k, donde k
es una constante que no depende de x, por lo tanto gpxq “ hpxq ` k. Ahora, tenemos que
F “ mptq ¨ aptq y m1 ptq “ c (para t P r0; tf s, donde tf es el tiempo en que se termina el
combustible), por lo tanto, como ddt pctq “ c, para alguna constante k tenemos que
F
mptq “ ct ` k y aptq “ .
mptq
mptq “ m0 ` ct,
F
v 1 ptq “ aptq “ .
m0 ` ct
Si queremos conocer la velocidad en función del tiempo, tenemos que hallar una función p
tal que p1 ptq “ m0F`ct y esto lo podemos lograr tomando pptq “ Fc lnpm0 ` ctq, por lo que
627
628 17.1. Antiderivadas
teniendo así expresada la velocidad en términos de la masa y además en función del tiempo.
Volviendo a la pregunta ¿cuál es la velocidad del proyectil cuando se termina el combus-
tible? La respuesta es ˆ ˙
F µ
v0 ` ln
c m0
puesto que µ es la masa del proyectil sin combustible.
Para responder a la pregunta ¿cuál es el tiempo en que se termina el combustible? Te-
nemos que µ “ mptf q “ m0 ` ctf , por lo tanto
µ ´ m0
tf “ .
c
En la solución del problema anterior se ve la importancia que juega la función logaritmo
natural, así como el proceso inverso a la derivación.
17.1.2. Definición. Cuando F sea una función derivable y f sea una función tal que F 1 pxq “
f pxq para todo x P Dompf q diremos que F es una antiderivada de f . Cuando la fórmula
F 1 pxq “ f pxq se vale para todo x P I, donde I es un intervalo, decimos que F es una
antiderivada de f en el intervalo I. Como sinónimos de antiderivada tenemos los términos
de primitiva e integral indefinida.
17.1.3. Teorema. Cuando F y G son dos primitivas de una función f en un intervalo I,
entonces existe un número k tal que para todo x P I se tiene que Gpxq “ F pxq ` k.
Demostración. Supongamos que F y G son dos primitivas de f en un intervalo I. Para
x P I tenemos que pG ´ F q1 pxq “ G1 pxq ´ F 1 pxq “ f pxq ´ f pxq “ 0, por lo que la función
G ´ F es constante en I, es decir existe un número k P R tal que Gpxq ´ F pxq “ k para todo
x P I. Concluyendo así que Gpxq “ F pxq ` k para todo x P I. ‚
17.1.4. Notación. Cuando f sea una función con primitiva en un intervalo I y x P I, el
símbolo
ż
17.1.5. f pxq d x
ż
II) a d x “ ax ` c;
ż ż ż
III) paf pxq ` bgpxqq d x “ a f pxq d x ` b gpxq d x;
xr`1
ż
IV) xr d x “ ` c, para r ‰ ´1;
r`1
ż
1
V) d x “ lnp|x|q ` c;
x
ż
VI) eax d x “ 1
a
eax `c;
ax
ż
VII) x
a dx “ ;
lnpaq
ż
1
VIII) senpaxq d x “ ´ cospaxq ` c;
a
ż
1
IX) cospaxq d x “ senpaxq ` c;
a
ż
1
X) psecpaxqq2 d x “ tanpaxq ` c;
a
ż
1
XI) pcscpaxqq2 d x “ ´ cotpaxq ` c;
a
ż
1
XII) secpaxq tanpaxq d x “ secpaxq ` c;
a
630 17.1. Antiderivadas
ż
1
XIII cscpaxq cotpaxq d x “ ´ cscpaxq ` c;
a
ż
1
XIV) tanpaxq d x “ ´ lnp| cospaxq|q;
a
ż
1
XV) cotpaxq d x “ lnp| senpaxq|q;
a
ż
1 ´x¯
XVI) ? d x “ arc sen ` c, donde a ą 0;
a2 ´ x 2 a
ż
1 1 ´x¯
XVII) d x “ arctan ` c;
a2 ` x 2 a a
ż
1 1 ´x¯
XVIII) ? d x “ arcsec ` c;
|x| x2 ´ a2 a a
ż ˆˇ ˇ˙
1 1 ˇa ` xˇ
XIX) dx “ ln ˇˇ ˇ para a ą 0 y |x| ‰ a;
a2 ´ x 2 2a a ´ xˇ
ż ?
1 ´ˇ ˇ¯
XX) d x ln x x 2 ` a2 ˇ ;
? ˇ
“ ˇ ` ˇ
a2 ` x 2
ż ?
1 ´ˇ ˇ¯
XXI) 2 2
d x “ ln ˇx ` x ´ a ˇ ;
? ˇ ˇ
x2 ´ a 2
ż
1
XXII) senhpaxq d x “ coshpaxq ` c;
a
ż
1
XXIII) coshpaxq d x “ senhpaxq ` c;
a
ż
1
XXIV) tanhpaxq d x “ lnp| coshpaxq|q;
a
ż
1
XXV) cothpaxq d x “ lnp| senhpaxq|q;
a
ż
XXVI) lnp|ax|q d x “ x lnp|ax|q ´ x ` c;
ż
XXVII) f 1 pupxqqu1 pxq d x “ f pupxqq ` c, cuando f es derivable en upxq y u es derivable en x;
17.1. Antiderivadas 631
ż ż
XXVIII) 1
upxqv pxq d x “ upxqvpxq ´ vpxqu1 pxq d x, cuando u y v son derivables en x;
ż
1
XXIX) tanpaxq d x “ ´ lnp| cospaxq|q ` c;
a
ż
1
XXX) cotpaxq d x “ lnp| senpaxq|q ` c;
a
ż
1
XXXI) secpaxq d x “ lnp| secpaxq ` tanpaxq|q ` c;
a
ż
1
XXXII) cscpaxq d x “ lnp| cscpaxq ´ cotpaxq|q ` c;
a
ż
x senp2axq
XXXIII) pcospaxqq2 d x “ ` ` c;
2 4a
ż
x senp2axq
XXXIV) psenpaxqq2 d x “ ´ ` c;
2 4a
ż
senppa ´ bqxq senppa ` bqxq
XXXV) senpaxq senpbxq d x “ ´ ` c, |a| ‰ |b|;
2pa ´ bq 2pa ` bq
ż
senppa ´ bqxq senppa ` bqxq
XXXVI) cospaxq cospbxq d x “ ` ` c, |a| ‰ |b|;
2pa ´ bq 2pa ` bq
ż
cosppa ´ bqxq cosppa ` bqxq
XXXVII) senpaxq cospbxq d x “ ´ ´ ` c, |a| ‰ |b|;
2pa ´ bq 2pa ` bq
pcospaxqqk´1 senpaxq k ´ 1
ż ż
XXXVIII) k
pcospaxqq d x “ ` pcospaxqqk´2 d x;
ka k
psenpaxqqk´1 cospaxq k ´ 1
ż ż
XXXIX) k
psenpaxqq d x “ ´ ` psenpaxqqk´2 d x;
ka k
psecpaxqqk´2 tan ax k ´ 2
ż ż
XL) k
psecpaxqq d x “ ` psecpaxqqk´2 d x, para k ą 1;
pk ´ 1qa k´1
pcscpaxqqk´2 cot ax k ´ 2
ż ż
XLI) k
pcscpaxqq d x “ ´ ` pcscpaxqqk´2 d x, para k ą 1;
pk ´ 1qa k´1
632 17.1. Antiderivadas
psecpaxqqk tanpaxq
ż
XLII) psecpaxqqk tanpaxq d x “ ` c;
ka
pcscpaxqqk cotpaxq
ż
XLIII) k
pcscpaxqq cotpaxq d x “ ´ ` c.
ka
Ejercicios.
Bernhard Riemann
1826-1866
En esta sección definiremos el concepto de in-
tegral definida que es de utilidad, entre otras co-
sas, para el cálculo de áreas de algunos tipos de
regiones. Necesitaremos el concepto de partición
de un intervalo. Recordemos que dado un inter-
valo ra; bs con a ă b, una partición del intervalo
ra; bs es una sucesión finita ∆ “ px0 , x1 , . . . , xn q
tal que x0 ă x1 ă ¨ ¨ ¨ ă xn , x0 “ a y xn “ b.
Al conjunto de todas las particiones del intervalo
ra; bs lo denotamos como Pba .
17.2.1. Definición. Si f es una función real aco-
tada cuyo dominio incluye al intervalo ra; bs y
además ξi P rxi´1 ; xi s para i P t1, 2, . . . , nu, a una
expresión de la forma
n
ÿ
spf, ∆, pξ1 , . . . , ξn qq :“ f pξi qpxi ´ xi´1 q
i“1
n
ÿ n
ÿ
mi pxi ´ xi´1 q ĺ A ĺ Mi pxi ´ xi´1 q.
i“1 i“1
17.2.4. Definición. Denotando al valor del lado izquierdo de la desigualdad 17.2.3 como
s˚ pf, ∆q y al valor del lado derecho como s˚ pf, ∆q, le llamaremos a s˚ pf, ∆q la suma inferior
de Riemann de la función f correspondiente a la partición ∆, y a s˚ pf, ∆q la suma superior
de Riemann de la función f correspondiente a la partición ∆.
634 17.2. La integral de Riemann
Veremos más adelante que si ∆1 y ∆2 son dos particiones de un intervalo cerrado ra; bs y f
es una función real acotada definida en ra; bs, entonces s˚ pf, ∆1 q ĺ s˚ pf, ∆2 q. Para demostrar
esto utilizaremos el concepto de refinamiento de una partición que a continuación definimos.
17.2.5. Definición. Cuando ∆ “ pa0 , . . . , an q y ∆1 “ pb0 , . . . , bm q sean particiones de ra; bs
tales que ta0 , . . . , an u Ă tb0 , . . . , bm u, decimos que la partición ∆1 es un refinamiento de la
partición ∆.
17.2.6. Teorema. Si f es una función real acotada y definida en ra; bs y además ∆, ∆1 P Pba
son tales que ∆1 es un refinamiento de ∆, entonces
Demostración. Observemos que debido a 17.2.3 sólo es necesario demostrar que s˚ pf, ∆q ĺ
s˚ pf, ∆1 q y que s˚ pf, ∆1 q ĺ s˚ pf, ∆q, pero demostraremos solamente la primera de estas des-
igualdades debido a que la demostración de la otra es totalmente análoga.
Supongamos que ∆ “ pa0 , . . . , an q y ∆1 “ pb0 , . . . , bn q son particiones de ra; bs tales que
∆ Ă ∆1 . Para i P t1, 2, . . . , nu tomemos a mi como el ínfimo del conjunto tf pξi q : ξi P
rai´1 ; ai su y a ji el entero tal que bji “ ai . Observando que ∆i :“ pbji´1 , bji´1 `1 , . . . , bji q es
una partición de rai´1 ; ai s, tal que s˚ pf, ∆i q ľ mi pai ´ ai´1 q y que s˚ pf, ∆1 q “ s˚ pf, ∆1 q `
s˚ pf, ∆2 q ` ¨ ¨ ¨ ` s˚ pf, ∆n q, tenemos que
n
ÿ
1
s˚ pf, ∆ q ľ mi pai ´ ai´1 q “ s˚ pf, ∆q. ‚
i“1
17.2.7. Corolario. Si f es una función real acotada y definida en ra; bs, y además ∆1 , ∆2 P
Pba , entonces
s˚ pf, ∆1 q ĺ s˚ pf, ∆2 q.
17.2.8. Definiciones y notaciones. Sea f una función real acotada y definida en un inter-
valo cerrado ra; bs. Definimos la integral superior de Riemann de la función f sobre el
intervalo ra; bs como
żb
f pxq d x :“ ínf ts˚ pf, ∆q : ∆ P Pba u.
a
şb şb
17.2.10. Definición. Cuando tengamos que f pxq d x “ f pxq d x diremos que f es Rie-
a a
şb
mann integrable o integrable según Riemann en ra; bs y a la expresión f pxq d x la
a
şb
denotaremos simplemente como f pxq d x y le llamaremos integral de Riemann de f sobre
a
el intervalo ra; bs o integral definida de f desde a hasta b. Al conjunto de las funciones
Riemann integrables en el intervalo ra; bs lo denotaremos por Rra; bs.
17.2.11. Observación. Observemos que cuando f es integrable según Riemann y f no toma
valores negativos, la integral definida de f desde a hasta b representa el área de la región
tpx, yq P R2 : a ĺ x ĺ b y 0 ĺ y ĺ f pxqu.
şb
17.2.12. Observación. Hacemos la aclaración de que el valor de f pxq d x no depende del
a
símbolo x que se haya escogido, siempre que no sea un símbolo definido de antemano. Por
şb şb
ejemplo, es lo mismo escribir f pxq d x que escribir f ptq d t cuando ni el símbolo x ni el
a a
şb
símbolo t están definidas. Debido a lo anterior, a veces la expresión f pxq d x se denota
a
simplemente por
żb
f.
a
A manera de motivación, cuando f y g son dos funciones integrables según Riemann en
un intervalo ra; bs y f pxq ĺ gpxq para todo x P ra; bs, una simple inspección de las propiedades
del área y de la definición de la integral de Riemann nos hace concluir que el área de la región
R :“ tpx, yq P R2 : a ĺ x ĺ b y gpxq ĺ y ĺ f pxqu está dada por la fórmula
żb
17.2.13. apRq “ pf pxq ´ gpxqq d x.
a
El problema al cual nos enfrentamos ahora es el de cómo calcular la integral definida de
una función que sea integrable según Riemann.
Demos un ejemplo de una función acotada que no es integrable según Riemann. Si defi-
nimos la función f de la siguiente manera
1 si x es un número racional en r0; 1s
#
f pxq “
0 si x es un número irracional en r0; 1s,
636 17.2. La integral de Riemann
şb şb
podemos deducir que f pxq d x “ 0, mientras que f pxq d x “ 1.
a a
17.2.14. Teorema. Si f pxq “ c para todo x P ra; bs, entonces f P Rra; bs y además
żb
c d x “ cpb ´ aq.
a
şb şb
por lo tanto a
c d x “ cpb ´ aq y similarmente se demuestra que a
c d x “ cpb ´ aq. ‚
żb żb
αf pxq d x “ α f pxq d x.
a a
żb żb żb żb
α f pxq d x “ 0 f pxq d x “ 0 “ 0pb ´ aq “ 0dx “ αf pxq d x.
a a a a
Supongamos ahora que α ă 0. En este caso tenemos que |α| ą 0 y α “ ´|α|, teniendo así
17.2. La integral de Riemann 637
şb şb şb
por lo tanto αf pxq d x “ α f pxq d x, y de manera similar se demuestra que αf pxq d x “
a a a
şb şb
α f pxq d x, por lo cual, también cuando α ă 0, se tiene que la integral αf pxq d x existe y
a a
şb
es igual a α f pxq d x. ‚
a
17.2.16. Teorema. Si f, g P Rra; bs, entonces f ` g P Rra; bs y además
żb żb żb
pf pxq ` gpxqq d x “ f pxq d x ` gpxq d x.
a a a
por lo cual
żb
17.2.17. pf pxq ` gpxqq d x ĺ s˚ pf, ∆1 q ` s˚ pf, ∆2 q.
a
Tomando en 17.2.17 el ínfimo sobre las posibles particiones ∆1 P Pba y luego el ínfimo sobre
las posibles particiones ∆2 P Pba , obtenemos
żb żb żb
17.2.18. pf pxq ` gpxqq d x ĺ f pxq d x ` gpxq d x.
a a a
638 17.2. La integral de Riemann
żb żb żb
pf pxq ` gpxqq d x ĺ f pxq d x ` gpxq d x
a a a
17.2.20.
żb żb
ĺ pf pxq ` gpxqq d x ĺ pf pxq ` gpxqq d x
a a
şb şb
y con 17.2.20 concluimos que a pf pxq ` gpxqq d x “ a pf pxq ` gpxqq d x, es decir
şb şb şb
f ` g P Rra; bs, y además a pf pxq ` gpxqq d x “ a f pxq d x ` a gpxq d x. ‚
17.2.21. Observación. Los teoremas 17.2.15 y 17.2.16 dicen de manera conjunta que Rra; bs
forma un espacio vectorial con la suma de funciones y la multiplicación de un número real
por una función, además de que la función T : Rra; bs ÝÑ R es una transformación lineal.
şb
f ÞÑ a f pxq d x
por lo tanto
żc żb żc
17.2.23. f pxq d x ĺ f pxq d x ` f pxq d x.
a a b
17.2. La integral de Riemann 639
Observemos ahora que para cada ∆ P Pca existe un refinamiento ∆3 de ∆ tal que b sea una
componente de ∆3 . Tomemos pues ∆3 “ ptk qm`n
k“0 P Pa tal que tn “ b y ∆3 sea un refinamiento
c
żb żc
f pxq d x ` f pxq d x ĺ s˚ pf, ∆1 q ` s˚ pf, ∆2 q “ s˚ pf, ∆3 q ĺ s˚ pf, ∆q,
a b
żb żc
17.2.24. f pxq d x ` f pxq d x ĺ s˚ pf, ∆q.
a b
Tomando en el lado derecho de 17.2.24 el ínfimo sobre los posibles ∆ P Pca , obtenemos
żb żc żc
17.2.25. f pxq d x ` f pxq d x ĺ f pxq d x.
a b a
żc żb żc
f pxq d x “ f pxq d x ` f pxq d x. ‚
a a b
17.2.26. Teorema. Sean a, b, c P R tales que a ă b ă c y sea f P Rra; cs. Tenemos que
f P Rra; bs, f P Rrb; cs y además
żc żb żc
f pxq d x “ f pxq d x ` f pxq d x.
a a b
żb żc
f pxq d x ` f pxq d x ĺ s˚ pf, ∆1 q ` s˚ pf, ∆2 q “ s˚ pf, ∆3 q ĺ s˚ pf, ∆q,
a b
żb żc
f pxq d x ` f pxq d x ĺ s˚ pf, ∆q,
a b
por lo tanto
żb żc żc
17.2.27. f pxq d x ` f pxq d x ĺ f pxq d x
a b a
żc żb żc
17.2.28. f pxq d x ĺ f pxq d x ` f pxq d x.
a a b
a a b b
pero debido al corolario 17.2.9, los dos términos entre paréntesis en 17.2.29 son menores o
iguales que cero, pero como la suma es mayor o igual que cero, entonces cada uno de ellos
debe ser 0, es decir f P Rra; bs y f P Rrb; cs. Ahora, usando la igualdad dada en el teorema
17.2.22 concluimos la demostración del teorema. ‚
17.2.30. Notación. Cuando A sea un conjunto, denotaremos por C A al conjunto de todas
las funciones con valores reales que son continuas en A, es decir C A :“ tf P AR : f es
continua}.
El teorema siguiente afirma que todas las funciones continuas en un intervalo cerrado son
Riemann integrables en dicho intervalo cerrado.
17.2.31. Teorema. Sean a, b P R tales que a ă b. Si f P C ra; bs, entonces f P Rra; bs.
Demostración. Sea f P C ra; bs. Por los teorema del valor máximo y del valor mínimo,
f es acotada en ra; bs. Ahora, por los teoremas 14.1.26 y 14.2.16 tenemos que la función f
es uniformemente continua en ra; bs, por lo cual, para cada ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que
17.2. La integral de Riemann 641
żb żb n
ÿ
f pxq d x ĺ ˚
f pxq d x ĺ s pf, ∆ε q “ máxtf pxq : x P rai´1 ; ai supai ´ ai´1 q
i“1
a a
n
ÿ
ĺ pmíntf pxq : x P rai´1 ; ai su ` εqpai ´ ai´1 q “ s˚ pf, ∆ε q ` εpb ´ aq
i“1
żb
ĺ f pxq d x ` εpb ´ aq,
a
şb şb
por lo cual, al hacer tender ε a cero, obtenemos que a
f pxq d x “ a
f pxq d x, es decir f P
Rra; bs. ‚
17.2.32. Teorema. Sean f, g P Rra; bs tales que f pxq ĺ gpxq para todo x P ra; bs.
żb żb
f pxq d x ĺ gpxq d x.
a a
Demostración. Tenemos claramente que para cada ∆ “ pxi qni“0 P Pba y cada ξ “ pξi qni“1
con ξi P rxi´1 ; xi s se cumple que spf, ra; bs, ∆, ξq ĺ spg, ra; bs, ∆, ξq, de modo que s˚ pf, ∆q ĺ
s˚ pg, ∆q y así
żb żb żb żb
f pxq d x “ f pxq d x ĺ gpxq d x “ gpxq d x. ‚
a a a a
17.2.33. Teorema. Sean f P Rra; bs; m, M P R tales que para todo x P ra; bs se tiene que
m ĺ f pxq ĺ M ; ϕ P C rm; M s, y h “ ϕ ˝ f . Tenemos que h P Rra; bs.
Demostración. Sea ε ą 0. Por el teorema 14.2.16 la función ϕ es uniformemente continua
en el intervalo ra; bs, por lo que existe un δ P p0; εq tal que
17.2.34. |s ´ t| ă δ y s, t P rm; M s ùñ |ϕpsq ´ ϕptq| ă ε.
Como f P Rra; bs, existe una partición ∆ “ pxi qni“0 P Pba tal que
17.2.35. s˚ pf, ∆q ´ s˚ pf, ∆q ă δ 2 .
Para cada i P t1, 2, . . . , nu sean Mi “ suptf pxq : x P rxi´1 ; xi su, mi “ ínf tf pxq : x P
rxi´1 ; xi su, Mi1 “ supthpxq : x P rxi´1 ; xi su y m1i “ ínf tf pxq : x P rxi´1 ; xi su. Sea A :“ ti P
Jn : Mi ´ mi ă δu y B :“ Jn zA. Por 17.2.34 tenemos que si i P A, entonces Mi1 ´ m1i ă ε. En
general, si hacemos K :“ máxt|ϕptq| : t P rm; M su tenemos que Mi1 ´ m1i ĺ 2K. En particular
por 17.2.35 tenemos
ÿ ÿ
δ pxi ´ xi´1 q ĺ pMi ´ mi qpxi ´ xi´1 q ĺ s˚ pf, ∆q ´ s˚ pf, ∆q ă δ 2 ,
iPB iPB
642 17.2. La integral de Riemann
żb żb n
ÿ
hpxq d x ´ hpxq d x ĺ s˚ ph, ∆q ´ s˚ ph, ∆q “ pMi1 ´ m1i qpxi ´ xi´1 q
i“1
a a
ÿ ÿ
“ pMi1 ´ m1i qpxi ´ xi´1 q ` pMi1 ´ m1i qpxi ´ xi´1 q
iPA iPB
ĺ εpb ´ aq ` 2Kδ ă εpb ´ a ` 2Kq,
Demostración. Por definición tenemos que si f P Rra; bs, entonces f es acotada en ra, bs,
por lo que existen números reales m y M tales que m ĺ f pxq ĺ M para todo x P ra; bs. Por
el teorema 17.2.33 tenemos que |f | P Rra; bs y por el teorema 17.2.32 tenemos que
żb żb żb żb
´ |f pxq| d x “ ´|f pxq| d x ĺ f pxq d x ĺ |f pxq| d x
a a a a
y por lo tanto ˇż b ˇ żb
ˇ ˇ
ˇ f pxq d xˇ ĺ |f pxq| d x. ‚
ˇ ˇ
a a
y también
żc
pf pcq ´ εq|h| ĺ f ptq d t ĺ pf pcq ` εq|h|,
c´|h|
de modo que
f pcq ´ ε ĺ D` F pcq ĺ f pcq ` ε
y
f pcq ´ ε ĺ D´ F pcq ĺ f pcq ` ε.
Tomando en las últimas desigualdades el límite cuando ε tiende a cero obtenemos que
D` F pcq “ D´ F pcq “ f pcq, es decir F 1 pcq “ f pcq. ‚
17.2.39. Notación. Sean a, b P R tales que a ă b. Si f P Rra; bs, convendremos en que
şa şb
f pxq d x :“ ´ f pxq d x, además para cualquier t P ra; bs convendremos en que
b a
şt
f pxq d x :“ 0.
t
17.2.40. Teorema. Sean a, b P R tales que a ă b y f P Rra; bs. Si F : ra; bs ÝÑ R es tal que
şx
F pxq “ f ptq d t para x P ra; bs, entonces la función F es continua en ra; bs.
a
644 17.2. La integral de Riemann
Demostración. Como f P Rra; bs, entonces f es acotada en el intervalo cerrado ra; bs. Sea
M ą 0 tal que ´M ă f pxq ă M , para todo x P ra; bs.
Veamos primero que F es continua por la derecha en a. Dado ε ą 0 tomemos δa “
mín M , b ´ a . Tenemos que si x ´ a ă δa , entonces ´M δa ă F pxq ă M δa , pero como
ε
(
F paq “ 0, tenemos que las últimas desigualdades implican que |F pxq´F paq| ă ε, obteniéndose
así que F es continua por la derecha en a.
Veamos ahora que F es continua en t para cada t P ra; ˇbs. Para εˇ ą 0 tomemos δt “
ˇşx
mín Mε , b ´ t, t ´ a . Si |x ´ t| ă δt , entonces |F pxq ´ F ptq| “ ˇˇ f psq d sˇˇ, pero como ´M δt ă
( ˇ
t
şx
f psq d s ă M δt , tenemos que |F pxq ´ F ptq| ă M δt ĺ ε, teniéndose así que F es continua en
t
todo t P ra; bs.
Veamos finalmente que F es continua por la izquierda en b. De nuevo sea εˇ ą 0 y tomemos
ˇ
ˇşb
ahora δb “ δa “ mín M , b ´ a . Si b ´ x ă δb , entonces |F pbq ´ F pxq| “ ˇ f psq d sˇˇ, pero
ε
( ˇ
ˇ
x
şb
´M δb ă ´M pb ´ xq ă f psq d s ă pb ´ xqM ă M δb , por lo que |F pbq ´ F pxq| ă ε, teniéndose
x
así la continuidad por la izquierda de F en b y concluyendo la demostración del teorema. ‚
17.2.41. Segundo teorema fundamental del cálculo. Sean a, b P R tales que a ă b y
f P Rra; bs. Si F es una función continua en ra; bs tal que F 1 pxq “ f pxq para todo x P pa; bq,
entonces
żb
f pxq d x “ F pbq ´ F paq.
a
Demostración. Sea ∆ “ pa0 , a1 , . . . , an q una partición del intervalo ra; bs. Por el teorema
del valor medio para derivadas 10.13.3, para cada i P t1, 2, . . . nu existe un ξi P rai´1 ; ai s tal
que f pξi q “ F 1 pξi q “ F paai q´F pai´1 q
i ´ai´1
, por lo que
n
ÿ n
ÿ
f pξi qpai ´ ai´1 q “ pF pai q ´ F pai´1 qq “ F pbq ´ F paq.
i“1 i“1
es decir
żb
f pxq d x “ F pbq ´ F paq. ‚
a
17.2. La integral de Riemann 645
żb żb
F pxqgpxq d x “ F pbqGpbq ´ F paqGpaq ´ f pxqGpxq d x. ‚
a a
El siguiente teorema es una consecuencia directa del segundo teorema fundamental del
cálculo y de la definición anterior.
17.2.44. Teorema. Si f y F son funciones de ra; bs en Rn tales que f es Riemann integrable
en ra; bs y F 1 “ f , entonces
żb
f ptq d t “ F pbq ´ F paq.
a
Por el teorema 17.2.33 cada una de las funciones x ÞÑ pfk pxqq2 es Riemann integrable, por
el teorema 17.2.16 aplicado n ´ 1 veces tenemos que x ÞÑ pf1 pxqq2 ` pf2 pxqq2 ` ¨ ¨ ¨ ` pfn pxqq2
646 17.2. La integral de Riemann
Demostración. Sea ∆ “ pak qrk“o una partición del intervalo ra; bs. Para cada i P Jj sean
mi “ míntf pxq : ai´1 ĺ x ĺ ai u y Mi “ máxtf pxq : ai´1 ĺ x ĺ ai u y observemos que
r
ÿ r
ÿ
s˚ pπ f ¨ f, ∆q “ π m2i pai ´ ai´1 q ĺ vol3 pEq ĺ πMi2 pai ´ ai´1 q “ s˚ pπ f ¨ f, ∆q,
i“1 i“1
de manera que
żb
(
πf pxq2 d x “ sup s˚ pf ¨ f, ∆q : ∆ P Pba ĺ vol3 pEq
a
żb
(
˚
ĺ ı́nf s pf ¨ f, ∆q : ∆ P Pba “ πf pxq2 d x,
a
Ejercicios.
2. Hallar el área de la región delimitada por el eje X, el eje Y, la recta con ecuación x “ 2
y la gráfica de y “ x2 ` 1.
3. Hallar el área de la región delimitada por el eje X, la recta con ecuación x “ ´2, la
recta con ecuación x “ 1 y la gráfica de y “ ex .
ż3π
6. Calcular psenp2tqq6 cosp2tq d t.
´π
Sea Γ un arco que tiene como parametrización simple a una función γ : ra; bs ÝÑ Rn .
Deseamos tener condiciones y algún método sencillo para calcular la longitud `pΓ q del arco
Γ.
Recordemos que la longitud de Γ está dada por
# +
n
ÿ
`pΓ q “ sup |γpxi q ´ γpxi´1 q| : pxi qni“0 P Pba ,
i“1
γk de γ se tiene que γk1 P Rra; bs. Ahora, de los teoremas 17.2.44 y 17.2.45 tenemos
ˇż x i ˇ ż xi
ˇ 1
ˇ
|γpxi q ´ γpxi´1 q| “ ˇˇ γ ptq d tˇˇ ĺ |γ 1 ptq| d t,
xi´1 xi´1
m
ÿ żb
|γpxi q ´ γpxi´1 q| ĺ |γ 1 ptq| d t,
i“1 a
y así
żb
17.3.1. `pΓ q ĺ |γ 1 ptq| d t.
a
Veamos ahora que la desigualdad inversa también es válida. Fijemos cualquier ε ą 0. Por el
teorema 14.2.16 la función γ 1 es uniformemente continua en el intervalo ra; bs, de manera que
existe un δ ą 0 tal que
Supongamos que la partición pxi qni“0 del intervalo ra; bs es tal que xi ´ xi´1 ă δ para todo
i P t1, 2, . . . , nu. De 17.3.2 tenemos que si xi´1 ĺ t ĺ xi , entonces
|γ 1 ptq| ĺ |γ 1 pxi q| ` ε,
y así
17.3. Cálculo de la longitud de un arco 649
¨ ˛
żb n
ÿ żxi n
ÿ
|γ 1 ptq| d t “ ˝ |γ 1 ptq| d t‚ ĺ p|γ 1 pxi q| ` εqpxi ´ xi´1 q
i“1 i“1
a xi´1
ˇ x ˇ
i
n
ÿˇ ˇ ż ˇ
1 1 1
ˇ
“ ˇ pγ ptq ` γ pxi q ´ γ ptqq d tˇ ` εpb ´ aq
ˇ ˇ
i“1 ˇ ˇ
xi´1
ˇ x ˇ ˇ x ˇ
ÿn ˇ żi ˇ ÿ n ˇ żi ˇ
ˇ 1
ˇ ˇ 1 1
ˇ
ĺ ˇ
ˇ γ ptq d tˇ
ˇ ` ˇ
ˇ pγ px i q ´ γ ptqq d tˇ ` εpb ´ aq
ˇ
i“1 ˇ ˇ i“1 ˇ ˇ
xi´1 xi´1
n
ÿ ÿn
ĺ |γpxi q ´ γpxi´1 q| ` εpxi ´ xi´1 q ` εpb ´ aq
i“1 i“1
ÿn
“ |γpxi q ´ γpxi´1 q| ` 2εpb ´ aq ĺ `pΓ q ` 2εpb ´ aq.
i“1
żb
17.3.3. |γ 1 ptq| d t ĺ `pΓ q,
a
żb
|γ 1 ptq| d t “ `pΓ q.
a
żb
`pΓ q “ |γ 1 ptq| d t.
a
żb a
`pGrrf sq “ 1 ` pf 1 ptqq2 d t.
a
650 17.3. Cálculo de la longitud de un arco
así mismo VTpf qpaq :“ 0. En caso de que VTpf qpxq ă `8 para todo x P ra; bs diremos que
f es de variación acotada. En el caso de que f sea un camino de variación acotada diremos
que es un camino rectificable.
17.3.7. Observación. Cuando γ : ra; bs ÝÑ Rn es una parametrización simple de un arco
Γ , entonces VTpγqpbq “ `pΓ q.
De manera similar a como se demostró el teorema 17.3.4 se puede demostrar el corolario
siguiente.
17.3.8. Corolario. Si γ : ra; bs ÝÑ Rn es un camino con derivada continua, entonces, para
cada x P ra; bs se tiene
żx
VTpγqpxq “ |γ 1 ptq| d t.
a
|f pdq´f pcq| ĺ |f peq´f pcq|`|f pdq´f peq|. De lo anterior se deduce que si pxk qsk“0 , pyk qrk“0 P Pba ,
donde pyk qrk“0 es un refinamiento de pxk qsk“0 , entonces
s
ÿ r
ÿ
p`q
pf pxk q ´ f pxk´1 qq ĺ pf pyk q ´ f pyk´1 qqp`q ,
k“1 k“1
s
ÿ r
ÿ
p´q
pf pxk q ´ f pxk´1 qq ĺ pf pyk q ´ f pyk´1 qqp´q
k“1 k“1
y
s
ÿ r
ÿ
|f pxk q ´ f pxk´1 q| ĺ |f pyk q ´ f pyk´1 q|.
k“1 k“1
l
ÿ
|f pxi q ´ f pxi´1 q| ` ε ą VTpf qpxq,
i“1
m
ÿ
pf pyi q ´ f pyi´1 qqp`q ` ε ą VPpf qpxq
i“1
y
n
ÿ
pf pzi q ´ f pzi´1 qqp´q ` ε ą VNpf qpxq.
i“1
Ahora, debido a la observación 17.3.10, si pwi qqi“0 P Pxa es un refinamiento común de las
i“0 y pzi qi“0 , entonces
particiones pxi qli“0 , pyi qm n
q
ÿ
VTf pxq ` 2ε ľ |f pwi q ´ f pwi´1 q| ` 2ε
i“1
˜ q
¸ ˜ q
¸
ÿ ÿ
“ pf pwi q ´ f pwi´1 qqp`q ` ε ` pf pwi q ´ f pwi´1 qqp´q ` ε
i“1 i“1
q
ÿ q
ÿ
p`q
ą VPf pxq ` VNf pxq ľ pf pwi q ´ f pwi´1 qq ` pf pwi q ´ f pwi´1 qqp´q
i“1 i“1
q
ÿ
“ |f pwi q ´ f pwi´1 q| ą VTf pxq ´ ε,
i“1
pero como ε es arbitrario, al hacerlo tender a 0 obtenemos VTf pxq ľ VPf pxq ` VNf pxq ľ
VTf pxq, de donde VTf pxq “ VPf pxq ` VNf pxq. ‚
17.3.12. Observación. Cuando f es una función no decreciente en un intervalo ra; bs se
tiene que VTpf qpxq “ VPpf qpxq “ f pxq ´ f paq, para todo x P ra; bs. En general, del hecho de
652 17.3. Cálculo de la longitud de un arco
n n
que f pxq ´ f paq “ pf pxi q ´ f pxi´1 qqp´q para cualquier pxi qni“0 P Pxa ,
ř ř
pf pxi q ´ f pxi´1 qqp`q ´
i“1 i“1
tenemos que si f : ra; bs ÝÑ R es una función de variación acotada, entonces f pxq “ f paq `
VPpf qpxq ´ VNpf qpxq.
17.3.13. Notación. Cuando χ sea una partición, o cualquier sucesión finita o infinita, de-
notaremos por χ
r al conjunto de todas las componentes de χ. Por ejemplo, p1,Č 7, 5, 8q “
t1, 7, 5, 8u.
17.3.14. Lema. Si f : ra; bs ÝÑ R es una función continua de variación acotada, entonces
n ´ ´
ÿ x ´ a¯ ´ x ´ a ¯¯p`q
VPf pxq “ lím f a`k ´ f a ` pk ´ 1q ,
nÑ8
k“1
n n
n ´ ´
ÿ x ´ a¯ ´ x ´ a ¯¯p´q
VNf pxq “ lím f a`k ´ f a ` pk ´ 1q
nÑ8
k“1
n n
y
n ˇ ´
ÿ x ´ a¯ ´ x ´ a ¯ˇˇ
VTf pxq “ lím ˇf a ` k ´ f a ` pk ´ 1q ˇ.
ˇ
nÑ8
k“1
n n
de pxk qsk“0 cuyas componentes son componentes de pxk qsk“0 ó de pa ` k b´a qn , debido a la
n k“0
observación 17.3.10 y a la implicación 17.3.16, se satisface la desigualdad
n ´ ´
ÿ x ´ a¯ ´ x ´ a ¯¯p`q ε
f a`k ´ f a ` pk ´ 1q `
k“1
n n 4
n
ÿ ´ ´ x´a ¯ ´ x ´ a p`q
¯¯
ą f a`k ´ f a ` pk ´ 1q
k“1
n n
17.3.17. ÿ
` ppf pyk q ´ f pyk´1 qq ` pf pyk`1 q ´ f pyk qqp`q q
p`q
s
tkPJr´1 :yk PpxČ
i qi“0 u
ÿr ÿs
p`q
ľ pf pyk q ´ f pyk´1 qq ľ pf pxk q ´ f pxk´1 qqp`q
k“1 k“1
17.3. Cálculo de la longitud de un arco 653
Ejercicios.
1. Calcular la longitud del arco de la parábola con ecuación y “ x2 que tiene como
extremos a los puntos p´1, 1q y p1, 1q.
ˆ ˙
t cosptq t senptq
2. Calcular la longitud de la trayectoria de pt P r0; 2πsq ÞÑ , .
π π
3. Hallar la variación total de la función pt P r0; 2πsq ÞÑ senptq.
5. Dar un ejemplo de una sucesión de funciones pfn q8 n“1 que converjan uniformemente a
una función continua de variación acotada f : r0; 1s ÝÑ R, tal que cada fn : r0; 1s ÝÑ R
sea continua y de variación acotada, pero que la sucesión pVTfn p1qq8 n“1 no converja a
VTf p1q.
654 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes
Con las dos definiciones anteriores, definamos ahora la integral superior e integral inferior
de Riemann-Stieltjes.
17.4.4. Definición. Sea f una función real acotada en un intervalo cerrado ra; bs y α una
función no decreciente en ra; bs. Definimos la integral superior de Riemann-Stieltjes de
f en el intervalo ra; bs con respecto a α como
żb
f pxq d αpxq :“ ínf s˚ pf, ∆, αq : ∆ P Pba ,
(
a
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 655
şb şb
Cuando f d α “ f d α decimos que f es Riemann-Stieltjes integrable en ra; bs con
a a
respecto a α y al valor común lo denotamos por
żb żb
f pxq d αpxq o simplemente por f d α.
a a
17.4.6. Corolario. Si f es una función real acotada y definida en ra; bs, α es no decreciente
en ra; bs y además ∆1 , ∆2 P Pba , entonces
s˚ pf, ∆1 , αq ĺ s˚ pf, ∆2 , αq.
żb żb
f pxq d αpxq ĺ f pxq d αpxq.
a a
656 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes
17.4.14. Teorema. Sean α una función no decreciente en ra; bs; f P RSα ra; bs; m, M P R
tales que para todo x P ra; bs se tiene que m ĺ f pxq ĺ M ; ϕ P C rm; M s, y h “ ϕ˝f . Tenemos
que h P RSα ra; bs.
17.4.15. Teorema. Si α es una función no decreciente en ra; bs, f P RSα ra; bs, entonces
|f | P RSα ra; bs y además ˇb ˇ
ˇż ˇ żb
ˇ ˇ
ˇ f d αˇ ĺ |f | d α.
ˇ ˇ
ˇ ˇ
a a
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 657
Por el teorema del valor medio para derivadas 10.13.3, para cada i P t1, 2, . . . , nu existe un
ξi P rxi´1 ; xi s tal que
De 17.4.19 tenemos
n
ÿ n
ÿ
f psi qpαpxi q ´ αpxi´1 qq “ f psi qα1 pξi qpxi ´ xi´1 q,
i“1 i“1
de manera que al hacer M :“ supt|f pxq| : x P ra, bsu y aplicar 17.4.20 tenemos
ˇ ˇ
ˇÿn ÿn ˇ
1
17.4.21. ˇ f psi qpαpxi q ´ αpxi´1 qq ´ f psi qα psi qpxi ´ xi´1 qˇ ă M ε.
ˇ ˇ
ˇi“1 i“1
ˇ
por lo cual
n
ÿ
f psi qpαpxi q ´ αpxi´1 qq ĺ s˚ pf α1 , ∆q ` M ε,
i“1
658 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes
de modo que
żb
17.4.22. f pxq d αpxq ĺ s˚ pf, ∆, αq ĺ s˚ pf α1 , ∆q ` M ε.
a
Observemos que 17.4.18 sigue siendo válida si se sustituye ∆ por cualquier refinamiento suyo
y, por consecuencia, lo mismo ocurre con 17.4.22, obteniendo
żb żb
f pxq d αpxq ĺ f pxqα1 pxq d x ` M ε,
a a
y análogamente se demuestra
żb żb
17.4.26. f pxqα1 pxq d x “ f pxq d αpxq.
a a
es decir
żb ϕ´1
ż pbq
f ˝ ϕdα ˝ ϕ “ f psq d αpsq.
a ϕ´1 paq
Demostración. Observemos que tenemos una correspondencia biunívoca η entre los con-
juntos de particiones Pba y Pdc , a saber la correspondencia que a cada ∆ “ px0 , x1 , . . . , xn q P Pba
le asigna la partición ηp∆q :“ pϕpx0 q, ϕpx1 q, . . . , ϕpxn qq P Pdc . Si f P RSα rc; ds, entonces para
cada ε ą 0 existe una partición ∆1 “ py0 , y1 , . . . , yn q P Pdc tal que
Si tomamos Mi :“ suptf psq : s P ryi´1 ; yi su y mi :“ ínf tf psq : s P ryi´1 ; yi su, podemos ver que
tanto Mi “ suptgptq : t P rϕ´1 pyi´1 q; ϕ´1 pyi qsu como mi “ ínf tgptq : t P rϕ´1 pyi´1 q; ϕ´1 pyi qsu.
Además, αpyi q ´ αpyi´1 q “ βpϕ´1 pyi qq ´ βpϕ´1 pyi´1 qq, de tal suerte que
żb żb
´1
s˚ pg, η p∆1 q, βq ĺ gptq d βptq ĺ gptq d βptq ĺ s˚ pg, η ´1 p∆1 q, βq,
a a
obtenemos
żb żb
0ĺ gptq d βptq ´ gptq d βptq ă ε
a a
żb żb żb
f pxq d αpxq :“ f pxq d VPpαqpxq ´ f pxq d VNpαqpxq,
a a a
żb
f d α.
a
De los teoremas 17.4.8, 17.4.9, 17.4.10, 17.4.11, 17.4.12, 17.4.14 y 17.4.16, y de la definición
anterior se deducen los siguientes 7 teoremas.
17.4.32. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ R una función de variación acotada. Si f P RSα ra; bs
y c P R, entonces cf P RSα ra; bs y además
żb żb
cf pxq d αpxq “ c f pxq d αpxq.
a a
żb żb żb
pf ` gq d α “ f dα ` g d α.
a a a
żc żb żc
f dα “ f dα ` f d α.
a a b
żx żx
1 p`q
VPpαqpxq “ pα ptqq dt y VNpαqpxq “ pα1 ptqqp´q d t.
a a
Demostración. Observemos que las funciones t ÞÑ tp`q y t ÞÑ tp´q son continuas. Del
teorema 17.2.33 tenemos que las funciones β ` : ra; bs ÝÑ R y β ´ : ra; bs ÝÑ R son Riemann
tÞÑpα1 pxqqp`q tÞÑpα1 pxqqp´q
integrables. Observemos además que si β :“ β ´ β , entonces β “ α . Para cada x P pa; bs
` ´ 1
sea ∆x,ε “ pxk qnk“0 P Pxa tal que para todo ξ “ pξk qnk“1 , con xk´1 ĺ ξk ĺ xk , se tiene que
ˇ ˇ
ˇÿn żx ˇ ε
` `
ˇ β pξk qpxk ´ xk´1 q ´ β ptq d tˇ ă ,
ˇ ˇ
ˇk“1 a ˇ 2
y además ˇ ˇ
ˇÿn ˇ ε
p`q
αpx VPpαqpxqˇă .
ˇ ˇ
ˇ pαpx k q ´ k´1 qq ´
ˇk“1 ˇ 2
Ahora,
ˇż x ˇ ˇˇ ÿ n
ˇ
ˇ β ` ptq d t ´ VPpαqpxqˇ ĺ ˇˇ β ` pξk qpxk ´ xk´1 q ´ VPpαqpxqˇˇ ` ε ,
ˇ ˇ ˇ
ˇ
a
ˇ ˇ
k“1
ˇ 2
pero, por el teorema del valor medio para derivadas 10.13.3, para cada k existe un ξk P
p`q
rxk´1 ; xk s tal que βpξk q “ αpxxkkq´αpx
´xk´1
k´1 q
, de modo que β ` pξk q “ pαpxk xq´αpx k´1 qq
k ´xk´1
, teniendo así
ˇx ˇ ˇ ˇ
ˇż ˇ ˇ n p`q
ˇ ˇ
ˇ β ` ptq d t ´ VPpαqpxqˇ ĺ ˇˇ
ÿ pαpx k q ´ αpx k´1 q ˇ
x VPpαqpxq
ˇ
px k ´ k´1 q ´ ˇ
ˇ
ˇ
ˇ ˇ
ˇ k“1
x k ´ x k´1 ˇ
a
ˇ ˇ
n
ε ˇˇ ÿ ˇ ε
` “ ˇ pαpxk q ´ αpxk´1 qp`q ´ VPpαqpxqˇ `
ˇ
2 ˇk“1 ˇ 2
ε ε
“ ` “ ε.
2 2
662 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes
şx şx
Tenemos pues que VPpαqpxq “ β ` ptq d t “ pα1 ptqqp`q d t y análogamente se demuestra que
a a
şx
VNpαqpxq “ pα1 ptqqp´q d t. ‚
a
żb żb
f pxq d αpxq “ f pxqα1 pxq d x.
a a
żb
f d α.
a
tendremos que
ˇb ˇ
ˇż ˇ
ˇ ˇ
17.4.47. ˇ f d α ´ spf, ra; bs, ∆, ξ, αqˇ ă ε.
ˇ ˇ
ˇ ˇ
a
664 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes
y ˇb ˇ
ˇż ˇ
ˇ f d VNpαq ´ spf, ra; bs, ∆, ξ, VNpαqqˇ ă ε .
ˇ ˇ
ˇ ˇ 2
ˇ ˇ
a
żb żb żb
f dpα ` βq “ f dα ` f d β.
a a a
żb żb
f d rα “ r f d α.
a a
żb żb
f pxq d αpxq “ f pxqα1 pxq d x.
a a
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 665
k“0 del
17.4.51. Definición. Dados un intervalo cerrado ra; bs y una partición ∆ “ ptk qm
intervalo ra; bs, definimos la norma de la partición ∆ como el número
siempre que pξk qm k“1 sea una sucesión finita de números reales tal que tk´1 ĺ ξk ĺ tk , para
todo k P t1, 2, . . . , mu.
Demostración. Supongamos primero que α : ra; bs ÝÑ R es una función no decreciente.
Como f es continua y ra; bs es un conjunto compacto, entonces, del teorema 14.2.16, tenemos
que existe un δ ą 0 tal que si x1 , x2 P ra; bs y además |x1 ´ x2 | ă δ entonces |f px1 q ´ f px2 q| ă
ε
2pαpbq´αpaqq k“0 P Pa es tal que }∆} ă δ y pξk qk“1 es una sucesión
; por lo tanto, si ∆ “ ptk qm b m
finita de números reales que satisface tk´1 ĺ ξk ĺ tk para todo k P t1, 2, . . . , mu, entonces
ε
17.4.53. 0 ĺ s˚ pf, ∆, αq ´ s˚ pf, ∆, αq ĺ ,
2
pero como
m
ÿ
17.4.54. s˚ pf, ∆, αq ĺ f pξk qpαptk q ´ αptk´1 qq ĺ s˚ pf, ∆, αq,
k“1
żb
17.4.55. s˚ pf, ∆, αq ĺ f d α ĺ s˚ pf, ∆, αq,
a
ˇb ˇ
ˇż m ˇ
ˇ ÿ ˇ ε
ˇ f d αj ´ f pξk qpα j ptk q ´ α j ptk´1 qqˇă . ‚
ˇ ˇ n
ˇ
a k“1 ˇ
17.4.56. Lema. Sean f y γ elementos del conjunto C ra; bs de funciones continuas de ra; bs en
R, donde γ es no decreciente. Sea pfk q8 k“1 una sucesión de funciones en C ra; bs que converge
a f con la métrica del supremo. Sea p∆k q8 k“1 una sucesión de particiones del intervalo ra; bs
mk
tal que }∆k } Ñ 0 cuando k Ñ 8. Sean ptˆ i,k qi“0 “ ∆k ,˙las funcionesˆ de la forma γ˙ i,k :
t ´ ti´1,k t ´ ti´1,k
rti´1,k ; ti,k s ÝÑ R dadas por γi,k ptq “ γpti,k q ` γpti´1,k q 1 ´ y
ti,k ´ ti´1,k ti,k ´ ti´1,k
γk : ra; bs ÝÑ R tal que γk ptq “ γi,k ptq para todo t P rti´1,k ; ti,k s. Entonces
żb żb
lím fk ptq d γk ptq “ f ptq d γptq.
kÑ8
a a
ˇ ˇ
ˇÿmk żb ˇ ε
ˇ f pti,k qpγpti,k q ´ γpti´1,k qq ´ f ptq d γptqˇ ă ,
ˇ ˇ
ˇi“1 a ˇ 8
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 667
teniendo así que para cada ε ą 0 existe un N P N tal que se cumple la desigualdad
ˇb ˇ
ˇż żb ˇ
ˇ ˇ
ˇ fk ptq d γk ptq ´ f ptq d γptqˇ ă ε. ‚
ˇ ˇ
ˇ ˇ
a a
ψk : ra; bs ÝÑ R es tal que ηk ptq “ ηi,k ptq para todo t P rti´1,k ; ti,k s; de tal manera que si defi-
nimos νk ptq :“ γpaq ` ψk ptq ´ ηk ptq, para t P ra; bs la gráfica de νk |rti´1,k ; ti,k s es un segmento
cuyos extremos son los puntos pti´1,k , γpti´1,k qq y pti,k , γpti,k qq y además.
żb żb żb
lím fk ptq d νk ptq “ lím fk ptq d ψk ptq ´ lím fk ptq d ηk ptq
kÑ8 kÑ8 kÑ8
a a a
żb żb żb
“ f ptq d VPpγqptq ´ f ptq d VNpγqptq “ f ptq d γptq.
a a a
Ahora, por definición se puede generalizar aun más el resultado del lema para el caso en
que γ es un camino rectificable en Rn , es decir tenemos el lema siguiente.
17.4.57. Lema. Sean f P C ra; bs y γ : ra; bs ÝÑ Rn un camino rectificable en Rn . Sea
k“1 una sucesión de funciones en C ra; bs que converge a f con la métrica del supremo.
pfk q8
Sea p∆k q8 k“1 una sucesión de particiones del intervalo ra; bs tal que }∆k } Ñ 0 cuando k Ñ 8.
Sean ptˆi,k qm
i“0 “ ∆k˙
k
ˆ de la forma γi,k
, las funciones n
˙ : rti´1,k ; ti,k s ÝÑ R dadas por γi,k ptq “
t ´ ti´1,k t ´ ti´1,k
γpti,k q ` γpti´1,k q 1 ´ y γk : ra; bs ÝÑ Rn tal que γk ptq “ γi,k ptq
ti,k ´ ti´1,k ti,k ´ ti´1,k
para todo t P rti´1,k ; ti,k s. Entonces
żb żb
lím fk ptq d γk ptq “ f ptq d γptq.
kÑ8
a a
Ejercicios.
1. Sea g : R ÝÑ R una función continua, c P pa; bq, F pxq “ 0 para x ă c, y F pxq “ 1 para
żb
x ľ c. Demostrar que gpxq d F pxq “ gpcq.
a
ż2
2. Calcular px4 ` 2x3 ` 6q dpx3 q.
´1
17.5. Desarrollo de Taylor 669
donde:
f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ px ´ tqn px ´ aq;
n!
f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ px ´ tqn`1 ;
pn ` 1q!
żx
f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ px ´ tqn d t.
n!
a
para todo t P ra; xs. Dejemos por el momento fijo el valor de x y definamos la función
g : ra; xs ÝÑ R como
n
ÿ f pkq ptq
gptq :“ f ptq ` px ´ tqk ` Sptq
k“1
k!
670 17.5. Desarrollo de Taylor
para obtener de 17.5.2 que gptq “ f pxq y así g 1 ptq “ 0 para todo t. Tomemos ahora hk ptq :“
f pkq ptq
k!
px ´ tqk para obtener
f pn`1q ptq
17.5.3. S 1 ptq “ ´ px ´ tqn .
n!
Apliquemos ahora el teorema del valor medio para derivadas 10.13.3 a la función S en el
intervalo ra; xs para obtener
para algún t P pa; xq. Recordando que Sptq “ Rn,t pxq, podemos observar que Spxq “
Rn,x pxq “ 0 y que Spaq “ Rn,a pxq, para obtener de 17.5.4 que
es decir
f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ px ´ tqn px ´ aq,
n!
teniendo así demostrado el inciso a) del teorema.
Para deducir el inciso b) del teorema tomemos mptq :“ px ´ tqn`1 y apliquemos el teorema
del valor medio de Cauchy 10.14.2 a las funciones S y m de manera que veamos que existe
un t P pa; xq tal que
pn`1q
Rn,a pxq Spxq ´ Spaq S 1 ptq ´ f n! ptq px ´ tqn f pn`1q ptq
“ “ “ “ ,
px ´ aqn`1 mpxq ´ mpaq m1 ptq ´pn ` 1qpx ´ tqn pn ` 1q!
es decir
f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ px ´ aqn`1 ,
pn ` 1q!
teniendo así demostrada la parte b) del teorema.
17.5. Desarrollo de Taylor 671
Finalmente, usando la ecuación 17.5.3, tenemos que si f pn`1q es integrable en ra; xs, en-
tonces
żx żx
f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ ´pSpxq ´ Spaqq “ ´ S 1 ptq d t “ ´ ´ px ´ tqn d t
n!
a a
żx
f pn`1q ptq
“ px ´ tqn d t,
n!
a
y
n żx
ÿ x2k cosp2n`1q ptq
17.5.7. cospxq “ p´1qk ` px ´ tq2n d t.
k“0
p2kq! p2nq!
0
Ahora, tenemos que para todo número real t, | cosp2n`1q ptq| ĺ 1, por lo que
ˇx ˇ
ˇż ˇ ˆ 2 ˙n ˆ ˙n
ˇ cos p2n`1q
ptq 2n
ˇ x2n`1 x2n x 1
ˇ px ´ tq d tˇ ĺ
ˇ ĺ nx“ xă x,
ˇ
ˇ p2nq! ˇ p2nq! n n 2
0
y de 17.5.10 tenemos
8 2k`1 8
ÿ
k p´xq x2k`1 ÿ
k
senpxq “ ´ senp´xq “ ´ p´1q “ p´1q ,
k“0
p2k ` 1q! k“0 p2k ` 1q!
por lo que las ecuaciones 17.5.9 y 17.5.10 se cumplen para todo número real x, es decir
tenemos el siguiente teorema.
17.5.11. Teorema. Para todo número real x se tiene que
8
ÿ x2k
cospxq “ p´1qk
k“0
p2kq!
y
8
ÿ x2k`1
senpxq “ p´1qk .
k“0
p2k ` 1q!
Ejercicios.
1. Usar el desarrollo de Taylor de la función cos para dar el valor de cosp3q con un error
de aproximación menor de una milésima.
existe, a tal límite se le llama integral impropia (del primer tipo) y se le denota por
żc
f ptq d αptq.
a
existe, a tal límite se le llama integral impropia (del segundo tipo) y se le denota por
żc
f ptq d αptq.
a
żb
f ptq d αptq,
a
se define como
żb
lím f ptq d αptq,
xÑa`
x
entonces a tal límite se le llama integral impropia (del sexto tipo) y se le denota por
`8
ż
f ptq d αptq.
´8
exista; a tal límite se le llama integral impropia (del séptimo tipo) y se le denota por
`8
ż
f ptq d αptq.
c
exista; a tal límite se le llama integral impropia (del octavo tipo) y se le denota por
żc
f ptq d αptq.
´8
El término integral impropia significará integral impropia ya sea del primero, segundo,
tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo u octavo tipo.
17.6.2. Criterio de convergencia de la integral. Sea pak q8 k“1 una sucesión no creciente
de números reales positivos tale que existe una función no creciente f : r1; `8q ÝÑ R con la
8
ř
propiedad de que f pkq “ ak para todo k P N. La serie ak converge a un número real si y
k“1
sólo si la integral impropia
`8
ż
f ptq d t
1
8 `8
17.6.3. Ejemplo. Sabemos que “ `8, por lo que d x “ `8, en efecto
ř 1
ş 1
n x
n“1 1
`8
ż żs
1 1
d x “ lím d x “ lím lnpsq “ `8.
x sÑ`8 x sÑ`8
1 1
8 `8
17.6.4. Ejemplo. Si 0 ă r ă 1, entonces tenemos que , de manera que
ř 1
ş
rk “ 1´r
rx d x
k“1 1
es un número real positivo, en efecto
`8 żs
rs ´ r
ż
´r
r d x “ lím
x
rx d x “ lím “ .
sÑ`8 sÑ`8 lnprq lnprq
1 1
17.7. La función gamma 677
Γpx ` 1q “ xΓpxq.
pero como todo x ą 0 está en algún intervalo p0; ks, para algún k P N, tenemos entonces que
Γpxq existe, obviamente es positivo, y además Γpx ` 1q “ xΓpxq. ‚
Del lema 17.7.3 y del teorema 17.7.4 se sigue el corolario siguiente.
17.7.5. Corolario. Si n P N Y t0u entonces n! “ Γpn ` 1q.
Capítulo 18
es decir
ż żb
f p~xq d ~x “ f pγptqq d γptq,
γ a
Cuando F~ : A ÝÑ Rn es tal que F~ p~xq “ pF1 p~xq, F2 p~xq, . . . , Fn p~xqq, decimos que F~ es un
campo vectorial en A y definimos la integral de línea de F~ sobre el camino γ (o a lo
largo del camino γ) como
ż
F~ p~xq ¨ d ~x
γ
żb żb żb
:“ F1 pγptqq d γ1 ptq ` F2 pγptqq d γ2 ptq ` ¨ ¨ ¨ ` Fn pγptqq d γn ptq,
a a a
679
680 18.1. Integración sobre caminos
o como n
ż ÿ
Fk d prk .
γ k“1
18.1.5. Ejemplo. Supongamos que un disco de radio ρ gira alrededor de su centro con
velocidad angular constante ω, mateniéndose el disco en un mismo plano. Tomemos nuestro
sistema de referencia de tal manera que el punto 0 “ p0, 0, 0q sea el centro del disco y los
18.1. Integración sobre caminos 681
puntos del disco tienen tercera coordenada 0, es decir los puntos del disco están en el conjunto
U “ tpx, y, 0q P R3 : x2 ` y 2 ĺ ρ2 u, de manera que la velocidad de una partícula en el punto
punto P “ px, y, 0q de U está dada por ω k̂ ˆ P , donde k̂ “ p0, 0, 1q. Tenemos pues que si
vpP q es la velocidad de la partícula en el punto P P U , entonces v : U ÝÑ R3 es el campo
vectorial de velocidad dado por
vpP q “ ω k̂ ˆ P.
de donde tenemos que VTpγ ˝ ϕqpdq ĺ VTpγqpbq ă `8. Tenemos así, que si f es continua
en el recorrido de γ (o más
ş generalmente si f ˝ γ es Riemann-Stieltjes integrable en ra; bs con
respecto a γ) entonces f está bien definida.
γ˝ϕ
Ahora, ϕ es uniformemente continua en rc; ds, por lo que existe un δ ą 0, que podemos tomarlo
de manera tal que δ ă δ1 y con la propiedad de que si |s ´ s1 | ă δ entonces |ϕpsq ´ ϕps1 q| ă δ2 .
Así, si ps0 , s1 , . . . , sm q P Pdc con sk ´ sk´1 ă δ ă δ1 y tk “ ϕpsk q, entonces pt0 , t1 , . . . , tm q P Pba
con tk ´ tk´1 ă δ2 . Si tomamos sk´1 ă σk ă sk y τk “ ϕpσk q entonces se satisfacen las
682 18.1. Integración sobre caminos
desigualdades 18.1.8 y 18.1.9, donde las sumas que se están restando dentro de las barras de
valor absoluto son iguales, concluyendo así que
ˇ ˇ
ˇż ż ˇ
ˇ ˇ
ˇ f´ f ˇ ă ε.
ˇ ˇ
ˇ ˇ
γ γ˝ϕ
El teorema siguiente da condiciones para las cuales la integral de una función a lo largo
de una trayectoria puede ser aproximada por la integral de esa misma función a lo largo de
una poligonal.
18.1.12. Teorema. Sea A Ă Rn un conjunto abierto, f : A ÝÑ R continua, γ : ra; bs ÝÑ Rn
un camino rectificable simple con extremos (no constante). Para todo ε ą 0 existe una
poligonal con extremos γpaq y γpbq, cuyos vértices están en la trayectoria de γ, con una
parametrización η : ra, bs ÝÑ Rn ; tal que ηpaq “ γpaq, ηpbq “ γpbq, ηrra; bss Ă A y
ˇ ˇ
ˇż ż ˇ
ˇ ˇ
ˇ f ´ f ˇ ă ε.
ˇ ˇ
ˇ ˇ
γ η
˝
C :“ rk“1 Vk Ă A, donde C es compacto y su interior C incluye a Γ . Como C es compacto
Ť
entonces f |C (la restricción de f a C) es absolutamente continua, de manera que existe un
δ ą 0 tal que si x, y P C y |x ´ y| ă δ, entonces |f pxq ´ f pyq| ă 3`pΓ ε
q
. Así mismo, como
γ es continua y ra; bs es compacto, entonces γ es absolutamente continua, de manera que si
tomamos una partición pt0 , t1 , . . . , tm q del intervalo ra; bs con norma suficientemente pequeña
como para que |γptq ´ γpsq| ă 2δ siempre que t, s P rtk´1 ; tk s, para todo k P t1, 2, . . . , mu.
Tomemos para cada k P t1, 2, . . . , mu el segmento Sk Ă Rn con extremos γptk´1 q y γptk q
y sea ηk una parametrización simple de Sk tal que ηk ptk´1 q “ γptk´1 q y ηk ptk q “ γptk q.
Observemos que si para cada k P t1, 2, . . . , mu y cada t P rtk´1 ; tk s tomamos ηptq :“ ηk ptq,
entonces η : ra; bs ÝÑ Rn está bien definida; denotemos por H a la trayectoria de η. Veamos
que una adecuada función η satisface las condiciones del teorema. En efecto, del teorema
17.4.52, existe un δ 1 ą 0 tal que si ps0 , s1 , . . . , sq q es una partición de ra; bs con norma menor
que δ 1 , entonces
ˇ ˇ
ˇż q ˇ
ˇ ÿ ˇ ε
18.1.13. ˇ f´ f pγpξk qqpγpsk q ´ γpsk´1 qqˇˇ ă
ˇ 3
ˇ
ˇ
γ k“1
y
ˇ ˇ
ˇż q ˇ
ˇ ÿ ˇ ε
18.1.14. ˇ f´ f pηpξk qqpηpsk q ´ ηpsk´1 qqˇˇ ă ,
ˇ 3
ˇ
ˇ
η k“1
para toda sucesión finita pξk qqk“1 de números reales tales que sk´1 ĺ ξk ĺ sk , para todo
k P t1, 2, . . . , qu. Ahora, la partición ptk qm k“0 puede ser tomada de tal manera que tenga las
propiedades de la partición psk qqk“0 , de tal suerte que
ˇ ˇ
ˇÿm ÿm ˇ
f γpt f ηpt
ˇ ˇ
ˇ pγpξ k qqpγptk q ´ k´1 qq ´ pηpξ k qqpηptk q ´ qq
k´1 ˇ
ˇk“1 k“1
ˇ
ˇ ˇ
ˇÿm m
ÿ ˇ
“ ˇ f pγpξk qqpηptk q ´ ηptk´1 qq ´ f pηpξk qqpηptk q ´ ηptk´1 qqˇ
ˇ ˇ
ˇk“1 ˇ
18.1.15. m
k“1
ÿ
ĺ |f pγpξk qq ´ f pηpξk qq||ηptk q ´ ηptk´1 q|
k“1
m
ε ÿ ε ε
ĺ |ηptk q ´ ηptk´1 q| “ `pHq ĺ .
3`pΓ q k“1 3`pΓ q 3
De las desigualdades 18.1.13, 18.1.14 y 18.1.15, y de la desigualdad del triángulo obtenemos
ˇ ˇ
ˇż ż ˇ
ˇ ˇ
ˇ f ´ f ˇ ă ε. ‚
ˇ ˇ
ˇ ˇ
γ η
H
684 18.1. Integración sobre caminos
y
ż ż
18.1.21. f p~xq d xi “ ´ f p~xq d xi .
´H H
ż ¿
18.1.22. Notación. El símbolo ö podrá ser sustituido algunas veces por el símbolo .
continua; p∆k q8 k“1 es una sucesión de particiones del intervalo ra; bs tal que }∆k } Ñ 0 cuando
k Ñ 8; para pti,k qm i“0ˆ“ ∆k , tomemos
k
˙ las funciones
ˆ de la forma ˙ γi,k : rti´1,k ; ti,k s ÝÑ R dadas
t ´ ti´1,k t ´ ti´1,k
por γi,k ptq “ γpti,k q ` γpti´1,k q 1 ´ y γk : ra; bs ÝÑ R tal que
ti,k ´ ti´1,k ti,k ´ ti´1,k
γk ptq “ γi,k ptq para todo t P rti´1,k ; ti,k s. Cuando
żb
lím gpγk ptqq d γk ptq
kÑ8
a
existe y su valor no depende de la elección de p∆k q8 k“1 siempre que satisfaga las propiedades
exigidas, entonces a tal límite le llamamos integral de g sobre γ y se denota como
ż
gp~xq d ~x.
γ
carece de sentido, pues ~h P Rn y no tiene sentido dividir un número real entre un elemento
de Rn (al menos en lo que tenemos definido hasta el momento).
Recordemos que LpRn , Rm q es el conjunto de funciones lineales de Rn en Rm , donde los
escalares son los números reales, y observemos que cada elementos T P LpR, Rq es tal que
T pxq “ αx para algún único α P R y para todo x P R. Recíprocamente, para cada número
real α existe una única transformación lineal λα : R ÝÑ R, de manera que al número α lo
xÞÑαx
podemos identificar con la función lineal λα . Tenemos pues que si E Ă R y f : E ÝÑ R,
entonces
f pa ` hq ´ f paq
lím “α
hÑ0 h
ðñ
pf pa ` hq ´ f paqq ´ αh
lím “0
hÑ0 h
ðñ
pf pa ` hq ´ f paqq ´ λα phq
lím “0
hÑ0 h
ðñ
|pf pa ` hq ´ f paqq ´ λα phq|
lím “ 0.
hÑ0 |h|
Así, el hecho de que f sea derivable y que la derivada sea α implica que existe una única
función lineal λα : E ÝÑ R tal que
Con respecto a la ecuación 18.2.1, la cantidad λα|h|phq (la cual es igual a f 1 paq cuando h ą 0
y a ´f 1 paq cuando h ă 0) representa la tasa de crecimiento de la gráfica de f en el punto
pa, f paqq, cuando hacemos variar a en dirección de h.
Supongamos ahora que n es un número natural mayor que 1, E Ă Rn , ~a P E, V es una
vecindad de ~a incluida en E, f : E ÝÑ R y que existe una función lineal λ : Rn ÝÑ R tal
que se satisface la siguiente ecuación
~
En las condiciones de la ecuación 18.2.2, la cantidad λp|~h|hq también representa la tasa de
crecimiento de la gráfica de f en el punto p~a, f p~aqq, cuando hacemos variar ~a en dirección de
~h, con la observación de que ahora ~a, ~h P Rn .
18.2.3. Definiciones. Bajo las condiciones dadas en la ecuación 18.2.2, a la función lineal
λ se le llama la derivada total de la función f en el punto ~a, mientras que a la expresión
λphq se le llama diferencial de f en el punto ~a. A la derivada total de f en ~a la denotaremos
por D f p~aq, es decir en la ecuación 18.2.2 tenemos que D f p~aq “ λ. Cuando la derivada total
de f en un punto ~a existe, decimos que f es derivable o diferenciable en ~a. A la derivada
total de f en ~a también se le denota como f 1 p~aq.
18.2.4. Observación. Observemos que la notación D f p~aq representa la derivada de f en
~a, la cual es una función lineal de Rn en R, de manera que D f p~aqp~hq representa la derivada
total de f en ~a evaluada en ~h, el cual es un número real. Así mismo, la expresión D f es una
función que a cada elemento de Rn en el cual f es derivable le asigna una función lineal de
Rn en R.
18.2.5. Observación. Observemos que cualquier función lineal λ : Rn ÝÑ R está carac-
terizada por un único vector α
~ “ pα1 , α2 , . . . , αn q P Rn tal que para todo ~v P Rn se tiene
18.2.6. λp~v q “ α ~ t.
~ ¨ ~v “ ~v α
cero, entonces |t~h| Ñ 0 cuando t Ñ 0 (donde t varía en el conjunto de los números reales),
por lo que tenemos que
|µpt~hq ´ λpt~hq| |µp~hq ´ λp~hq| |µp~hq ´ λp~hq|
0 “ lím “ lím “ ,
tÑ0 |t~h| tÑ0 |~h| |~h|
teniéndose así que necesariamente µ “ λ. ‚
18.2.8. Definición y notación. Sea E Ă Rn , ~a P E, f : E ÝÑ R y ~v P Rn . Tenemos la
notación
f p~a ` t~v q ´ f p~aq
D~v f p~aq :“ lím ,
tÑ0 t
688 18.2. Derivadas de funciones de varias variables
siempre y cuando el límite exista. En caso de que |~v | “ 1 definimos la derivada direccional
de f en ~a, en la dirección de ~v como D~v f p~aq. En general, definimos la derivada direccional
de f en ~a, en la dirección de ~v como D ~v f p~aq.
v|
|~
1 si i “ j
δi,j “ y ei “ pδi,1 , δi,2 , . . . , δi,n q, para i P t1, 2, . . . , nu. En caso de que el
0 si i ‰ j
siguiente límite exista
En particular tenemos
por lo cual
D f p~aqpt~uq f p~a ` t~uq ´ f p~aq
D f p~aqp~uq “ lím “ lím “ D~u f p~aq. ‚
tÑ0 t tÑ0 t
Supongamos que E Ă Rn , ~a P E y f : E ÝÑ R es una función derivable en ~a. Si
λ “ D f p~aq y α
~ es como en la ecuación 18.2.6, entonces de la ecuación 18.2.6 y del teorema
anterior tenemos el corolario siguiente.
18.2.13. Corolario. Sea E Ă Rn y f : E ÝÑ R una función derivable en ~a. La derivada de
f en ~a evaluada en un punto ~v P Rn está dada por la fórmula
u “ f px, y, zq,
Bu Bu Bu
, y .
Bx By Bz
u “ f px1 , x2 , . . . , xn q,
De nuevo por el corolario 18.2.13 tenemos que si |~u| “ 1, entonces D f p~aqp~uq “ ∇f p~aq ¨ ~u, por
lo que debido al teorema 15.8.26 tenemos
18.2.20. D f p~aqp~uq “ |∇f p~aq||~u| cosp>p∇f p~aqq0~uq ĺ |∇f p~aq||~u| “ |∇f p~aq|,
ˇ ˇ
ˇ ∇f p~aq ˇ
y como ˇ |∇f p~aq| ˇ
“ 1, el teorema se sigue de 18.2.19 y 18.2.20. ‚
18.2.21. Definición. Sean E Ă Rn , A Ă E un conjunto abierto y f : E ÝÑ R. Decimos que
f es derivable en el conjunto A cuando es derivable en cada elemento de ~a.
18.2.22. Teorema. Si λ : Rn ÝÑ R es una función lineal, entonces λ es derivable en Rn y
además la derivada de λ en cualquier punto es igual a λ, es decir
D λp~aqp~hq “ λp~hq,
D gp~aqp~hq “ 0,
o equivalentemente
|pf~p~xq ´ f~p~aqq ´ λp~x ´ ~aq|
lím “ 0.
~
xÑ~a |~x ´ ~a|
A la función lineal λ dada anteriormente se le llama derivada total o diferencial de f~ en
el punto ~a y se le denota por f~1 p~aq o por D f~p~aq.
18.2. Derivadas de funciones de varias variables 691
por lo que la función f~ ˝~g : p0; 1q ÝÑ R tiene derivada cero en todo su dominio, por lo que es
constante, es decir f~p~aq “ f~ ˝ ~g p 21 q “ f~ ˝ ~g psq para todo s P p0; 1q, es decir f~p~bq “ f~p~aq para
todo ~b P A~a,~v . Ahora, Bp~a, r~a q “ |~v|“1 A~a,~v , por lo cual f~p~bq “ f~p~aq para todo ~b P Bp~a, r~a q.
Ť
Supongamos que tenemos dos puntos c~1 , c~2 P A y demostremos que f~p~ c1 q “ f~p~
c2 q. Por
el teorema 15.27.13 existe una trayectoria T incluida en A cuyos extremos son los puntos c~1
y c~2 . Sabemos que T es un conjunto compacto y conexo (teoremas 14.3.35 y 14.3.38), por
lo que existe una cubierta abierta finita tBpa~k , ra~k q : k P JN u de la trayectoria T , donde
N P N.ŤDenotemos por Bk a la bola abierta Bpa~k , ra~k q, sean Ť M1 :“ tBk : k P Jn y c~1 P Bk u,
C1 :“ M1 , M2 :“ tBk :Ťk P JN y Bk X C1 ‰ ∅u, C2 :“ M2 , . . . , Mj :“ tBk : k P JN y
Bk X Ck´1 ‰ ∅u y Cj :“ Mj , para j ą 1. Como podemos ver, Cj Ă Cj`1 . Afirmamos que
c~2 P Ci para algún i suficientemente grande (en realidad tenemos que c~2 P CN ). En efecto,
del hecho de que el conjunto de bolas tB1 , B2 , . . . , Bn u es finito tenemos que Ci “ Ci`1 “ Cl ,
para algún entero positivo i y para todo l ľ i, de manera que si c~2 R Ci , entonces c~2 P B :“
tBk : k P JN y Bk X Ci “ ∅u, pero los conjuntos Ci y B serían abiertos y disjuntos tales
Ť
T Ă Ci X B, contradiciendo el hecho de que T es conexo. Tenemos así que c~2 P Ci para algún
i P N. De lo visto anteriormente vemos que f~p~bq “ f~p~ c1 q para todo ~b P C1 , teniendo así que
f~p~bq “ f~p~ c1 q para todo ~b P C2 , . . . , f~p~bq “ f~p~
c1 q para ~b P Ci , por lo cual f~p~
c1 q “ f~p~
c2 q, es
~
decir f es constante en A.
Para el caso general en que f~ : E ÝÑ Rm tenemos que f~ es de la forma f~p~aq “
pf1 p~aq, f2 p~aq, . . . , fm p~aqq, de modo que si D f~p~aqp~v q “ 0 para todo ~a P A y todo ~v P Rn ,
entonces la matriz jacobiana de f~ en ~a es nula, en particular los renglones de la matriz ja-
cobiana son cero, de manera que por el corolario 18.2.13 tenemos que D fk p~aqp~v q “ 0 para
cada k P Jm y por lo visto para el caso de funciones de E en R, tenemos que cada función
componente fk es constante en A, de manera que f~ es constante en A. ‚
18.2.28. Lema. Sea T : Rn ÝÑ Rm una función lineal. Existe un número M ľ 0 tal que
|T p~xq| ĺ M |~x| para todo ~x P Rn .
Demostración. Del hecho de que T p~xq puede expresarse como ~xA para alguna matriz
adecuada A, obtenemos que T es una función continua y en consecuencia también lo es
~x ÞÑ |~x|. Ahora, el conjunto Bn´1 :“ t~x P Rn : |~x| “ 1u es cerrado y acotado, por lo que
debido al corolario 14.2.7 existe un h˚ P Bn´1 tal que para todo ~h P Bn´1 se tiene que
|T p~hq| ĺ |T ph˚ q|. Tomando M “ |T ph˚ q| y observando que todo ~x P Rn es de la forma ~x “ t~h
para algún t P R y algún ~h P Bn´1 se tiene que |T p~xq| “ |T pt~hq| “ |t||T p~h| ĺ |t|M “ M |~x|. ‚
18.2.29. Teorema. Si A Ă Rn es un abierto y f~ : A ÝÑ Rm es una función derivable,
entonces f~ es continua.
Demostración. Si f~ es derivable se tiene que para todo ~x P A
por lo que
Ahora, del lema 18.2.28, la desigualdad del triángulo, las propiedades de los límites y la
ecuación 18.2.30 tenemos que
lím |f~p~x ` ~hq ´ f~p~xq| ĺ lím |f~p~x ` ~hq ´ f~p~xq ´ D f~p~xqp~hq| ` lím | D f~p~xqp~hq|
~hÑ0 ~hÑ0 ~hÑ0
“ 0. ‚
Como el lector seguramente habrá observado, para remarcar el hecho de que un elemento
pertenece a Rn ó a Rm hemos puesto una flechita sobre ellos, lo mismo para funciones que
toman valores en esos conjuntos. En adelante, para no sobrecargar la escritura, omitiremos
a veces el poner la flechita sin que esto deba ser problema alguno para el lector.
El teorema siguiente es una consecuencia inmediata del significado de derivable y de
derivada total.
18.2.31. Teorema. Sea T : Rn ÝÑ Rm una transformación lineal. La función T es derivable
y además D T pxq “ T para todo x P Rn .
18.2.32. Regla de la cadena para funciones de varias variables. Si f : Rn ÝÑ Rm es
diferenciable en a y g : Rm ÝÑ Rp es diferenciable en f paq, entonces g ˝ f : Rn ÝÑ Rp es
diferenciable en a y además
Dpg ˝ f qpaq “ D gpf paqq ˝ D f paq.
Demostración. Sea M ľ 0 tal que | D f paqpyq| ĺ M |y| y | D gpf paqqpxq| ĺ M |x| para todo
y P Rm y x P Rn . Para cada ε ą 0 sea δ ą 0 tal que si 0 ă |y ´ f paq| ă δ, entonces
|gpyq ´ gpf paqq ´ D gpf paqqpy ´ f paqq|
ă ε.
|y ´ f paq|
Supongamos además que h P Rn es tal que h ‰ 0 y es suficientemente cercano a 0 para que
|f pa ` hq ´ f paq ´ D f paqphq|
ă míntε, δu.
|h|
Tenemos que
|g ˝ f pa ` hq ´ g ˝ f paq ´ pD gpf paqq ˝ D f paqqphq|
|h|
|gpf pa ` hqq ´ gpf paqq ´ D gpf paqqpf pa ` hq ´ f paqq|
18.2.33. ĺ
|h|
| D gpf paqqpf pa ` hq ´ f paqq ´ D gpf paqqpD f paqphqq|
` .
|h|
Ahora, si f pa ` hq “ f paq, el primer término del lado derecho de la desigualdad 18.2.33 es
igual a cero y en otro caso tenemos que
|gpf pa ` hqq ´ gpf paqq ´ D gpf paqqpf pa ` hq ´ f paqq|
|h|
|f pa ` hq ´ f paq| |gpf pa ` hqq ´ gpf paqq ´ D gpf paqqpf pa ` hq ´ f paqq|
“
|h| |f pa ` hq ´ f paq|
ˆ ˙
| D f paqphq|
ă ` ε ε ĺ pM ` εqε,
|h|
694 18.2. Derivadas de funciones de varias variables
Tenemos además que, debido al lema 18.2.28, el segundo término del lado derecho de la
desigualdad 18.2.33 es menor o igual que M |f pa`hq´f paq´D
|h|
f paqphq|
, que a su vez es menor que
M ε y como ε es arbitrario concluimos que
´ fj py1 , . . . , yj´1 , xj , . . . , xn qq
Finalmente tenemos
n
ÿ
|f pyq ´ f pxq| ĺ |fi pyq ´ fi pxq| ĺ n2 M |y ´ x|. ‚
i“1
˝
Demostremos que para cada y P W existe un único x P C tal que f pxq “ y. Consideremos
la función r : C ÝÑ R dada por
n
ÿ
rpxq :“ |y ´ f pxq|2 “ pyi ´ fi pxq|2 .
i“1
Debido a 18.2.37 la matriz pDj fi pxqqpi,jqPJn ˆ Jn tiene determinante diferente de cero, por lo
que yi ´ fi pxq “ 0 para todo i P Jn , es decir y “ f pxq, lo cual demuestra que existe un
˝
x P f ´1 rW s X C tal que y “ f pxq. La unicidad del elemento x es consecuencia inmediata de
˝
18.2.39. Tomando V “ f ´1 rW s X C y g “ f |V es inyectiva y g ´1 : W ÝÑ V . Tenemos pues
que la relación 18.2.39 puede escribirse como
18.2.41. |g ´1 py1 q ´ g ´1 py2 q| ĺ 2|y1 ´ y2 | para todo y1 , y2 P W ,
lo cual demuestra que g ´1 es continua. Demostremos ahora que g ´1 es derivable en cada
y P W . Sea x “ g ´1 pyq y µx “ D f pxq. La función lineal µx es invertible pues su determinante
es diferente de cero. Veamos que µ´1 x es la derivada de g
´1
en y “ g ´1 pxq. Sea φx phq :“
f px ` hq ´ f pxq ´ µx phq. Haciendo x1 “ x ` h se tiene
|φx px1 ´ xq|
18.2.42. lím “0
x1 Ñx |x1 ´ x|
y además
µ´1 ´1
x pf px1 q ´ f pxqq “ x1 ´ x ` µx pφx px1 ´ xqq.
Como cada y1 P W es de la forma f px1 q para algún x1 P V , lo anterior puede escribirse como
g ´1 py1 q ´ g ´1 pyq ´ µx´1 py1 ´ yq “ ´µ´1 ´1 ´1
x pφx pg py1 q ´ g pyqqq,
por lo que el hecho de que µ´1 x sea pg q pyq se sigue de 18.2.42 y de la continuidad de g .
´1 1 ´1
función dada por F px, yq “ px, f px, yqq y observemos que det F 1 pa, bq “ det M ‰ 0. Debido
al teorema de la función inversa (18.2.35) existe un conjunto abierto W Ă Rn ˆ Rm al cual
pertenece F pa, bq “ pa, 0q y un conjunto abierto en Rn ˆ Rm al cual pertenece pa, bq, el
cual se puede tomar y lo tomaremos de tal manera que sea de la forma A ˆ B, tal que
F |A ˆ B : A ˆ B ÝÑ W tiene una inversa diferenciable h : W ÝÑ A ˆ B. Debido a la forma
de la función F tenemos que h es de la forma hpx, yq “ px, kpx, yqq para alguna función
diferenciable k : O ÝÑ Rm . Sea π : O ÝÑ Rm la función dada por πpx, yq “ y, de manera
que π ˝ F “ f . De la construcción anterior tenemos que
Tenemos así que f px, kpx, 0q “ 0, por lo que al tomar gpxq “ kpx, 0q se tiene el resultado
deseado. ‚
18.2.46. Definición. Con la notación dada en el teorema anterior decimos que g es la
función implícita (y en términos de x) dada mediante la relación f px, yq “ 0 en el punto
pa, bq cuyo dominio es el conjunto A.
18.2.47. Teorema. Sea O Ă R ˆ R un conjunto abierto y F : O ÝÑ R derivable con
derivadas parciales continuas y pa, bq P O tal que F pa, bq “ 0, donde D2 F pa, bq ‰ 0. Si g es
la función implícita y en términos de x dada mediante la relación F px, yq “ 0 en el punto
pa, bq, cuyo dominio es un conjunto abierto A Ă R, entonces
D1 F px, gpxqq
g 1 pxq “ ´ .
D2 F px, gpxqq
Demostración. Sea Gptq “ F pt, gptqq, tenemos, debido a la regla de la cadena 18.2.32, que
dt
G1 ptq “ D1 F pt, gptqq ` D2 F pt, gptqqg 1 ptq,
dt
pero como para t P A tenemos que Gptq “ F pt, gptqq “ 0, entonces G1 ptq “ 0, por lo cual
D1 F pt, gptqq
g 1 ptq “ ´ . ‚
D2 F pt, gptqq
Dk f˘px1 , x2 , . . . , xn , gpx1 , x2 , . . . , xn qq
Dk gpx1 , x2 , . . . , xn q “ ´ .
Dn`1 f˘px1 , x2 , . . . , xn , gpx1 , x2 , . . . , xn qq
18.2. Derivadas de funciones de varias variables 699
d tk
0 “ Dk Gpt1 , t2 , . . . , tn q “ Dk f˘pt1 , t2 , . . . , tn , gpt1 , t2 , . . . , tn qq
d tk
` Dn`1 f˘pt1 , t2 , . . . , tn , gpt1 , t2 , . . . , tn qq Dk gpt1 , t2 , . . . , tn q,
de manera que
Dk f˘pt1 , t2 , . . . , tn , gpt1 , t2 , . . . , tn qq
Dk gpt1 , t2 , . . . , tn q “ ´ ,
Dn`1 f˘pt1 , t2 , . . . , tn , gpt1 , t2 , . . . , tn qq
Dα1 ,α2 ,...,αr ,αr`1 f paq :“ Dαr`1 pDα1 ,α2 ,...,αr qf paq,
y en caso de que tal expresión tenga sentido se le llama derivada parcial de orden r ` 1, la
cual cuando no se preste a confusión se le podrá denotar como
B r`1 f paq
.
Bxαr`1 Bxαr . . . Bxα1
B r f paq
ms´1 m1
Bxm
βs Bxβs´1 . . . Bxβ1
s
en lugar de
B r f paq
,
Bxαr Bxαr´1 . . . Bxα1
por ejemplo en lugar de
B 7 f paq
BxBxByByByBzBz
escribiremos
B 7 f paq
.
Bx2 By 3 Bz 2
700 18.2. Derivadas de funciones de varias variables
B r gpaq
ms´1 m1
Bxm
βs Bxβs´1 . . . Bxβ1
s
˜ ¸
B r g1 paq B r g2 paq B r gm paq
:“ ms´1 m1 , ms´1 m1 , . . . , ms´1 m1 ,
Bxm ms
βs Bxβs´1 . . . Bxβ1 Bxβs Bxβs´1 . . . Bxβ1
s
Bxm
βs Bxβs´1 . . . Bxβ1
s
Dα1 ,α2 ,...,αr gpaq :“ pDα1 ,α2 ,...,αr g1 paq, Dα1 ,α2 ,...,αr g2 paq, . . . , Dα1 ,α2 ,...,αr gm paqq .
donde
Dk hpaq :“ D ϕa,k pak q,
lo cual también se escribe como
Bhpaq
Bxk
cuando no se preste a confusión.
18.2.51. Notaciones. El símbolo C n pAq denota al conjunto de todas las funciones en AR
cuyas derivadas parciales de orden n existen y son continuas en el conjunto A. En particular
C 1 pAq denota al conjunto de funciones que tienen primeras derivadas parciales continuas en
su dominio A, es decir funciones con gradiente continuo en A. Así mismo, C 8 pAq denota al
conjunto de funciones reales que tienen derivadas parciales de cualquier orden entero positivo
en el conjunto A. De manera similar denotamos CRnd pAq al conjunto de funciones en ARd con
8
derivadas parciales de orden n continuas y CR8d pAq “ CRnd pAq. Al conjunto de funciones
Ş
n“1
en ARd que tengan derivadas parciales de orden n se le denotará por DRnd pAq y en caso de que
d “ 1 se le denotará simplemente por D n pAq. Notemos que se tiene el siguiente diagrama de
inclusiones
d pAq Ă CRd pAq Ă DRd pAq Ă CRd pAq Ă R .
CR8d pAq Ă DRn`1 n n A d
en tal caso al operador ∇ˆ se le llama operador rotacional y también se le denota como rot,
o bien para recordar el orden en que se realizan las operaciones, como si fuese un determinante,
como ˇ ˇ
ˇ D1 D2 D3 ˇ
ˇ ˇ
ˇ f1 f2 f3 ˇ :“ ∇ ˆ f.
ˇ ˇ
ˇ ı̂ ̂ k̂ ˇ
Ejercicios.
3. Sea f P C k pRq para algún k P N tal que f pxq “ 1 para x ĺ 0 y 0 ĺ f pxq ă 1 para
x ą 0. Demostrar que si n P N y hp~xq :“ f p|~x|q, entonces h P C k pRn q.
es decir m
ÿ
λ0 Dj f paq ` λi Dj gi paq “ 0 para todo j P t1, 2, . . . , nu.
i“1
Si además los vectores ∇g1 paq, ∇g2 paq, . . . , ∇gm paq son linealmente independientes, entonces
podemos tomar λ0 “ 1.
Si en el teorema 18.3.1 ponemos ´f en lugar de f deducimos inmediatamente el siguiente
corolario.
18.3.3. Corolario. Sean m, n P N con m ă n, A Ă Rn un conjunto abierto, f P C 1 pAq.
Además para cada i P t1, 2, . . . , mu sea gi P C 1 pAq y
Si además los vectores ∇g1 paq, ∇g2 paq, . . . , ∇gm paq son linealmente independientes, entonces
podemos tomar λ0 “ 1.
18.3. El teorema de los multiplicadores de Lagrange 703
i“1
Sea pxk q8
k“1una sucesión de vectores de tal manera que al sustituir k por M se satisfaga 18.3.5.
Las componentes de la sucesión pxk q8 k“1 están en BBp0, ε0 q, que es un conjunto acotado, de
manera que, por el teorema de Bolzano-Weierstrass 15.27.12, la sucesión pxk q8 k“1 tiene una
subsucesión pxtk qk“1 que converge a algún punto x P BBp0, ε0 q, es decir |x | “ ε0 . Tenemos
8 ˚ ˚
y por lo tanto
m
f pxtk q ` |xtk |2 ÿ
18.3.7. ľ pgi pxtk qq2 .
´k i“1
Tenemos que
f pxtk q Ñ f px˚ q, |xtk |2 Ñ ε20 y gi pxtk q Ñ gi px˚ q,
cuando k Ñ 8, deduciendo de 18.3.7 que
ÿm
pgi px˚ qq2 ĺ 0,
i“1
de tal suerte que gi px˚ q “ 0, para todo i P t1, 2, . . . , mu, obteniéndose que x˚ P D y por lo
tanto f px˚ q ľ 0. Por otra parte, la desigualdad 18.3.7 nos conduce a que
m
ÿ
f pxtk q ` |xtk |2 ĺ ´k pgi pxtk qq2 ĺ 0,
i“1
de donde obtenemos que f pxtk q ĺ ´|xtk | “ ´ε20 y así f px˚ q ĺ ´ε20 ă 0 lo cual contradice
2
i“1
es continua en el conjunto compacto Bp0, εq, por lo que la función F restringida a ese conjunto
toma un mínimo absoluto. Por el lema 18.3.4, F pxq ą 0 para todo x P BBp0, εq, pero además
F p0q “ 0, por lo que el mínimo de la función F restringida a al conjunto Bp0, εq lo alcanza
en un punto x̂ “ px̂1 , x̂2 , . . . , x̂n q que está en el interior del conjunto. Como F es diferenciable
en la bola abierta Bp0, εq, debe suceder que D F px̂q “ 0 (es decir D F px̂q : Rn ÝÑ R), de
xÞÑ0
modo que las derivadas parciales de F en x̂ son todas iguales a 0. Tenemos pues que
m
ÿ
18.3.9. Dj f px̂q ` 2x̂j ` 2M gi px̂q Dj gi px̂q “ 0, para todo j P t1, 2, . . . , nu.
i“1
Sea ahora
˜ ¸1{2
m
ÿ
L“ 1` p2M gi px̂qq2
i“1
y tomemos
1 2M gi px̂q
µ0 “ y µi “ , para todo i P t1, 2, . . . , mu,
L L
m
para obtener µ2i “ 1. Ahora, si la ecuación 18.3.9 la multiplicamos por 1
obtenemos
ř
L
i“0
m
ÿ
µ0 pDj f px̂q ` 2x̂j q ` µi Dj gi px̂q “ 0, para todo j P t1, 2, . . . , nu. ‚
i“1
Demostración del teorema 18.3.1. Sea pεk q8 k“1 una sucesión decreciente de números
reales positivos que converja a cero. Por el lema 18.3.8, para cada k P N existe un yk “
m
pyk,1 , yk,1 , . . . , yk,n q P Bp0, εk q y m ` 1 números reales µk,0 , µk,1 , . . . , µk,m tales que
ř
µ2k,i “ 1
i“0
y
ÿm
µk,0 pDj f pyk q ` 2yk,j q ` µk,i Dj gi pyk q “ 0, para todo j P t1, 2, . . . , nu.
i“1
m
origen y radio 1, es decir k“1 converge a 0, por lo que la
µ2i “ 1. Tenemos además que pyk q8
ř
i“0
subsucesión pytk q8
k“1 también converge a 0. Ahora, como
m
ÿ
µtk ,0 pDj f pytk q ` 2ytk ,j q ` µtk ,i Dj gi pytk q “ 0 para todo j P t1, 2, . . . , nu,
i“1
es decir
m
ÿ
18.3.10. µ0 ∇f paq ` µi ∇gi paq “ 0.
i“1
Si los vectores ∇g1 paq, ∇g2 paq, . . . , ∇gm paq son linealmente independientes, es necesario
que µ0 ‰ 0, de otro modo tendríamos de la ecuación 18.3.10 " µque µ1 “ µ2 “ ¨ ¨ ¨ “ µm “ 0
m i
si µ0 ‰ 0
y no se cumpliría que µ2i “ 1. Definamos ahora λi “ , para obtener
ř µ0
i“0 µi si µ0 “ 0
finalmente m
ÿ
λ0 ∇f paq ` λi ∇gi paq “ 0,
i“1
teniéndose que λ0 “ 1 cuando ∇g1 paq, ∇g2 paq, . . . , ∇gm paq son linealmente independientes.
‚
El teorema de los multiplicadores de Lagrange es de utilidad en la búsqueda de soluciones
óptimas de problemas de optimización con restricciones, donde las restricciones son de la
forma gi pxq “ 0 y la función objetivo es f |D. Si resolvemos el sistema de ecuaciones 18.3.2,
tendremos los posibles candidatos a ser soluciones óptimas del problema de optimización con
restricciones.
18.3.11. Definición. A los números λ0 , λ1 , . . . , λm que satisfagan la ecuación 18.3.2 y las
condiciones del teorema 18.3.1 se acostumbra llamarles multiplicadores de Lagrange.
706 18.4. Integración de funciones de varias variables
Tomemos ahora mk1 ,k2 ,...,kn :“ ínf tf pxq : x P Ck1 ,k2 ,...,kn u y Mk1 ,k2 ,...,kn :“ suptf pxq : x P
Ck1 ,k2 ,...,kn u y definamos la suma inferior de Riemann de f correspondiente a la partición
P como el número
u1 ÿ
ÿ u2 un
ÿ
18.4.2. s˚ pf, P q :“ ¨¨¨ mk1 ,k2 ,...,kn voln pCk1 ,k2 ,...,kn q ,
k1 “1 k2 “1 kn “1
Generalicemos los conceptos de integral inferior y superior de Riemann sobre conjuntos aco-
tados. Sea B Ă Rn un conjunto acotado y B̃ la caja envolvente de B. Definimos la integral
inferior de Riemann de f sobre B como
ż ż
f pxq d x :“ 1lB pxqf pxq d x,
B B̃
18.4. Integración de funciones de varias variables 707
o simplemente por ż
f;
B
s˚ pf, P 1 q ´ s˚ pf, P 1 q ă ε.
ż ż
cf “ c f.
C C
708 18.4. Integración de funciones de varias variables
tenemos que ż ż
voln˚ pEq ĺ 1lE pxq d x ĺ 1lE pxq d x ĺ vol˚n pEq,
Ẽ Ẽ
pero como E es Jordan medible tenemos que 1lE es Riemann integrable sobre Ẽ, es decir 1
es Riemann integrable sobre E y además
ż ż
voln pEq “ 1lE pxq1 d x “ 1 d x. ‚
Ẽ E
px1 , . . . , xl , y1 , . . . , yr q P Rl`r .
18.4. Integración de funciones de varias variables 709
C C1 C2 C C1 C2
¨ ˛ ¨ ˛
ż ż ż ż ż ż
f“ ˝ f px|yq d x‚d y, f“ ˝ f px|yq d x‚d y.
˚ ‹
C C2 C1 C C2 C1
Demostración. De los teoremas 18.4.2 y 18.4.3, para todo ε ą 0 existe una partición
P “ p∆1 , . . . , ∆l , ∆l`1 , . . . , ∆l`r q de C tal que
ż ż
˚
f ´ ε ĺ s˚ pf, C, P q ĺ s pf, C, P q ĺ f ` ε.
C C
u2
u1 ÿ ul`r
ÿ ÿ ` ˘
s˚ pf, P q “ ¨¨¨ mk1 ,k2 ,...,kl`r voll`r Ck1 ,k2 ,...,kl`r
k1 “1 k2 “1 kl`r “1
¨ ˛
u1 ul ul`1 ul`r
ÿ ÿ ÿ ÿ ` ˘
“ ¨¨¨ ˝ ¨¨¨ mk1 ,k2 ,...,kl`r voll`r Ck1 ,k2 ,...,kl`r ‚
k1 “1 kl “1 kl`1 “1 kl`r “1
¨ ˛
u1 ul ul`1 ul`r
ÿ ÿ ÿ ÿ
“ ¨¨¨ ˝ ¨¨¨ mk1 ,k2 ,...,kl`r volr pCk2l`1 ,...,kl`r q‚voll pCk1 1 ,...,kl q.
k1 “1 kl “1 kl`1 “1 kl`r “1
710 18.4. Integración de funciones de varias variables
Ahora, para cada xk1 ,k2 ,...,kl P Ck1 1 ,k2 ,...,kl se tiene que
por lo que
u1
ÿ ul
ÿ
s˚ pf, P q ĺ ¨¨¨ s˚ pf pxk1 ,k2 ,...,kl |¨q, P2 qvoll pCk1 1 ,...,kl q
k1 “1 kl “1
u1
ÿ ul
ÿ
ĺ ¨¨¨ pL1 pxk1 ,k2 ,...,kl qq voll pCk1 1 ,...,kl q
k1 “1 kl “1
u1
ÿ ul
ÿ
ĺ ¨¨¨ U1 pxk1 ,k2 ,...,kl qvoll pCk1 1 ,...,kl q.
k1 “1 kl “1
de manera que
0 ĺ s˚ pL1 , P1 q ´ s˚ pL1 , P1 q ĺ s˚ pf, P q ´ s˚ pf, P q ă ε,
por lo que L1 es Riemann integrable en C1 y además
ż u1
ÿ ul
ÿ ż
f ´εĺ ¨¨¨ L1 pxk1 ,k2 ,...,kl qvoll pCk1 1 ,...,kl q ĺ f ` ε,
k1 “1 kl “1
C C
luego ż ż ż
f ´εĺ L1 pxq d x ĺ f ` ε.
C C1 C
C C1 C1 C2
Demostración. Sea m una cota inferir de f y M una cota superior de f . De las definiciones
de integral sobre A y de volumen de Jordan, y del teorema 18.4.6 tenemos que
ż
0 “ m voln pAq ĺ f ĺ M vol˚n pAq “ 0,
˚
A continuación enunciaremos una serie de resultados que son versiones particulares del
llamado teorema de Green. Tales resultados servirán como herramienta para demostrar dicho
teorema en una versión más general.
18.4.14. Lema. Sea R una región en R2 tal que existen funciones continuas f1 , f2 : ra; bs ÝÑ
R, donde a ă b, f1 pxq ă f2 pxq para todo x P pa; bq y además R “ tpx, yq P R2 : a ĺ x ĺ b y
f1 pxq ĺ y ĺ f2 pxqu. Si P : R ÝÑ R es una función continua tal que D2 P existe y es continua
˝
en R, entonces
ż ż
18.4.15. D2 P pvq d v “ œ P px, yq d x.
R BR
Demostración. Del teorema de Fubini 18.4.9 y del segundo teorema fundamental del cálcu-
lo 17.2.41 tenemos que
¨ ˛
ż żb fż2 pxq żb
D2 P pvq d v “ ˝ D2 P px, yq d y ‚d x “ pP px, f2 pxqq ´ P px, f1 pxqqq d x
˚ ‹
R a f1 pxq a
żb żb ż ż
“ P px, f2 pxqq d x ´ P px, f1 pxqq d x “ P px, yq d x ` P px, yq d x,
a a γ1 γ3
contrario a las manecillas del reloj. Observemos que γ0 y γ2 son homotópicos con extremos
fijos en R2 zth1 u, de manera que indh1 pγ1 ö̀ γ2 q “ 1, es decir γ1 ö̀ γ2 es una parametrización en
˝
sentido contrario a las manecillas del reloj. Por otro lado tenemos que h2 P R, de manera que
˝
indh2 pγ1 ö̀ γ2 q “ 1, pero como también h2 P H2 tenemos que γ1 y ö́γ0 son homotópicos con
extremos fijos en R2 zth2 u, teniendo así que pö́γ0 q ö̀ γ2 tiene sentido contrario a las manecillas
del reloj. Tenemos pues que
ż ż
ö Qpx, yq d y ` ö Qpx, yq d y
BH1 ż BH2 ż
“ Qpx, yq d y ` Qpx, yq d y
γ1 ö̀γ0 pö́γ0 qö̀γ2
18.4.22. ż ż
“ Qpx, yq d y “ Qpx, yq d y
pγ1 ö̀γ0 qö̀ppö́γ0 qö̀γ2 q γ1 ö̀γ2
ż
“ ö Qpx, yq d y,
BR
de manera que de las fórmulas 18.4.21 y 18.4.22 se deduce la fórmula 18.4.18 y la fórmula
18.4.15 se demuestra de manera similar. ‚
18.4.23. Teorema de Green. Sea A Ă R2 un conjunto abierto y R Ă A una región Jordan-
medible cuya frontera es una trayectoria de Jordan. Si P : A ÝÑ R y Q : A ÝÑ R son
funciones continuas tales que D2 P y D1 Q son continuas en A entonces
ż ż
18.4.24. pD1 Qpvq ´ D2 P pvqq d v “ ö pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq,
R BR
siempre que la integral del lado derecho de la ecuación 18.4.24 esté bien definida.
Demostración. Como R es una región Jordan-medible tenemos que debido al lema 15.28.36
apBRq “ 0, de manera que para todo k P N existe un conjunto finito tC1,k , C2,k , . . . , Cmk ,k u
compuesto de mk cajas cerradas ˜ (de dimensión
¸ 2) diferentes e incluidas en A que cubre a
m
Ťk
la trayectoria BR, tales que a Cj,k ă k1 . Tenemos así que podemos escoger mk cajas
j“1
abiertas diferentes O1,k , O2,k , . . . , Omk ,k tales que para toda j P t1, 2, . . . , mk u se tenga que
mŤk
Cj,k Ă Oj,k Ă A y además al tomar Ok :“ Oj,k tengamos apOk q ă k1 y O1 Ă A. Observemos
j“1
que la construcción de cada Ok puede ser hecha de tal manera que Ok`1 Ă Ok , ¡elijamos la
construcción de cada Ok de tal manera que se cumpla dicha inclusión!
Sea γ : r0; 1s ÝÑ A una parametrización simple de BR.
Del teorema 16.9.20, para cada k P N existe un polígono Γk˚ Ă Ok en el interior de R con
una parametrización simple γk˚ que es homotópica a γ en Ok y un polígono Γk˚˚ Ă Ok en el
exterior de R con una parametrización simple γk˚˚ que es homotópica en γ en Ok . Escojamos
además Γk˚ , Γk˚˚ , γk˚ y γk˚˚ de tal manera que si k ą 1 entonces }γ ´ γk˚ }8 ă k1 , }γ ´ γk˚˚ }8 ă k1 ,
18.4. Integración de funciones de varias variables 715
de manera que usando el lema 18.4.20, la igualdad anterior y la desigualdad 18.4.25 se deduce
el teorema. ‚
D1,2 u “ D2,1 u.
para algún ∆ ą 0 suficientemente pequeño, donde una expresión de la forma rD; Es representa
el segmento con extremos D y E. Ahora, usando el teorema fundamental del cálculo, tenemos
716 18.4. Integración de funciones de varias variables
que
ż ż
ö pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq “ ö pD1 upx, yq d x ` D2 upx, yq d yq
BRa BRa
a1ż`∆ a2ż`∆
“ D1 upx, a2 ´ ∆q d x ` D2 upa1 ` ∆, yq d y
a1 ´∆ a2 ´∆
a1ż´∆ a2ż´∆
` D1 upx, a2 ` ∆q d x ` D2 upa1 ´ ∆, yq d y
a1 `∆ a2 `∆
por otra parte, al usar esta última igualdad y el teorema de Green tenemos
ż ż
pD2,1 upwq ´ D1,2 upwqq d w “ pD1 D2 upwq ´ D2 D1 upwqq d w
Ra Ra
18.4.28. ż ż
“ pD1 Qpwq ´ D2 P pwqq d w “ ö pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq “ 0.
Ra BRa
Ahora, si tuviéramos que D2,1 upaq ´ D1,2 upaq ‰ 0, entonces, para el caso en que D2,1 upaq ´
D1,2 upaq ą 0 tendríamos debido a la continuidad de las funciones D2,1 u y D1,2 u que si
tomamos ∆ suficientemente pequeño, entonces D2,1 upwq ´ D1,2 upwq ą 0 para todo w P Ra ,
de manera que sería imposible que se cumpliera la igualdad 18.4.28 y de manera análoga
ocurriría una contradicción cuando D2,1 upaq ´ D1,2 upaq ă 0, de manera que necesariamente
D2,1 upaq ´ D1,2 upaq “ 0, es decir D1,2 upaq “ D2,1 upaq y esto ocurre para cualquier a P A. ‚
18.4.29. Definición. Sea E Ă Rn un conjunto abierto conexo, Q1 , Q2 , . . . , Qn P ER. Decimos
que para todo x P E y todo ∆ “ p∆1 , ∆2 , . . . , ∆n q P Rn la expresión
n
ÿ
Qk pxq∆k
k“1
żb
18.4.31. gptq “ ϕps, tq d s.
a
Demostración. Veamos primero que g es continua. Por ser ra; bs ˆ rc; ds compacto y ϕ
continua, entonces ϕ es uniformemente continua. Para cada ε ą 0 sea δ ą 0 tal que
ε
|ϕpx, yq ´ ϕps, tq| ă siempre que |px, yq ´ ps, tq| ă δ.
pb ´ aq
Ahora, si |y ´ t| ă δ, entonces
ˇb ˇ
ˇż ˇ żb żb
ˇ ˇ ε
|gptq ´ gpyq| “ ˇˇ pϕps, tq ´ ϕps, yqq d sˇˇ ĺ |ϕps, tq ´ ϕps, yq| d s ă d s “ ε,
ˇ ˇ pb ´ aq
a a a
Ahora, para cada s P ra; bs fijo tenemos que la función D2 ϕps, ¨q ´ D2 ϕps, t0 q es la derivada
de la función Φs dada por Φs ptq “ ϕps, tq ´ t D2 ϕps, t0 q. Tenemos así que del segundo teorema
fundamental del cálculo 17.2.41 y de la ecuación 18.4.34 tenemos que
ε|t ´ t0 |
|ϕps, tq ´ ϕps, t0 q ´ pt ´ t0 q D2 ϕps, t0 q| ĺ ,
b´a
718 18.4. Integración de funciones de varias variables
de manera que se cumple la ecuación 18.4.32. Ahora, del primer enunciado del teorema y de
la fórmula 18.4.32 tenemos que g 1 es continua. ‚
18.4.35. Teorema. Sean I1 , I2 Ă R intervalos abiertos, P, Q P C 1 pI1 ˆ I2 q. Para todo
px, yq P I1 ˆ I2 y todo p∆1 , ∆2 q P R2 la expresión
18.4.36. P px, yq∆1 ` Qpx, yq∆2
es una forma diferencial exacta en I1 ˆ I2 si y sólo si
D2 P px, yq “ D1 Qpx, yq.
de manera que al usar el primer y segundo teorema funadamental del cálculo 17.2.38 y 17.2.41
y la regla de Leibniz 18.4.30 obtenemos que
żx żx
D2 F px, yq “ D2 P ps, yq d s ` Qpx0 , yq “ D1 Qps, yq d s ` Qpx0 , yq
x0 x0
Demostración. Si P px, yq∆1 ` Qpx, yq∆2 es una forma diferencial exacta en A, entonces
por definición existe una función diferenciable F : A ÝÑ R tal que D1 F px, yq “ P px, yq
y D2 F px, yq “ Qpx, yq para cada px, yq P A. Ahora, si px, yq P A, podemos tomar dos
intervalos abiertos I1 e I2 tales que px, yq P I1 ˆ I2 Ă A, para aplicar el teorema 18.4.35 al
considerar la función diferenciable F |I1 ˆ I2 y obtener D2 P px, yq “ D2 pP |I1 ˆ I2 qpx, yq “
D1 pQ|I1 ˆ I2 qpx, yq “ D1 Qpx, yq. ‚
18.4.39. Lema. Sean I1 I2 dos intervalos abiertos de números reales, px0 , y0 q, px1 , y2 q P I1 ˆI2 ,
γ : r0; 1s ÝÑ I1 ˆ I2 , P, Q P C 1 pI1 ˆ I2 q tales que para todo ∆ “ p∆1 , ∆2 q la expresión
tÞÑp1´tqpx0 ,y0 q`tpx1 ,y1 q
ż ż
pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq “ pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq
γ γ
ż ż
` pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq “ pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq
γ1 ö̀γ2 ö́γ γ
ż ż
` pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq ´ pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq
γ1 ö̀γ2 γ
ż ż
“ pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq ` pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq
γ1 γ2
ż
pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq “ F px1 , y1 q ´ F px0 , y0 q.
γ
además de tomar en cuenta al primer teorema fundamental del cálculo 17.2.38 y el teorema
10.13.9 a). ‚
18.5.3. Lema. Sean a, b, c y d números reales tales que a ă b ĺ c ă d. Existe una función
f P C 8 pRq tal que: f pxq “ 0 si x R pa; dq; f pxq “ 1 si b ĺ x ĺ c; la función f es estrictamente
creciente en ra; bs y estrictamente decreciente en rc; ds.
Demostración. Por el lema 18.5.2 podemos tomar funciones f1 , f2 P C 8 pRq tales que:
f1 pxq “ 0 si x ĺ a; 0 ă f1 pxq ă 1 si a ă x ă b; f1 pxq “ 1 si x ľ b; f1 es estrictamente
creciente en ra; bs; f2 pxq “ 0 si x ĺ c; 0 ă f2 pxq ă 1 si c ă x ă d; f2 pxq “ 1 si x ľ d, y f2 es
estrictamente creciente en rc; ds. El lema se sigue al tomar f :“ f1 ´ f2 . ‚
18.5.4. Lema. Sea n P N y sean C Ă A Ă Rn , tales que C es una n-caja cerrada y A es una
n-caja abierta. Existe una función f P C 8 pRn q tal que: f pxq “ 0 si x P Rn zA; f pxq “ 1 si
x P C, y 0 ă f pxq ă 1 si x P AzC.
Demostración. Sean a1 , a2 , . . . , an , b1 , b2 , . . . , bn , c1 , c2 , . . . , cn , d1 , d2 , . . . , dn números reales
n
tales que para cada j P Jn se tiene que aj ă bj ă cj ă dj , donde A “ paj ; dj q y C “
Ś
j“1
n
rbj ; cj s. Para cada j P Jn tomemos fj P C 8 pRq tal que: fj pxj q “ 0 si xj R paj ; dj q;
Ś
j“1
fj pxj q “ 1 si bj ĺ xj ĺ cj ; la función fj sea estrictamente creciente en raj ; bj s y estrictamente
decreciente en rcj ; dj s; lo cual puede hacerse debido al lema 18.5.3. Tenemos que el lema se
n
sigue al tomar f px1 , x2 , . . . , xn q “
ś
fj pxj q. ‚
j“1
Demostración. Para cada x P K sea βx P A tal que x P Vβx . Sean Ux y Wx bolas con
centro en x tales que:
18.5.8. Ux Ă Wx Ă Wx Ă Vβx .
Como K es compacto existe un s P N y s puntos x1 , x2 , . . . , xs P K tales que
s
ď
18.5.9. KĂ Uxi .
i“1
para cada i P Js´1 y cada x P Rn . Observemos que con estas funciones ψi se cumplen las
propiedades a) y b) del teorema y que la igualdad
i
ÿ i
ź
18.5.11. ψk pxq “ 1 ´ p1 ´ ϕk pxqq
k“1 k“1
Tenemos así que si x P K, entonces, por la igualdad 18.5.9, x pertenece a algún Uxj , de
s
manera que ϕj pxq “ 1, y de la fórmula 18.5.11 obtenemos que ψk pxq “ 1, con lo que el
ř
k“1
teorema queda demostrado. ‚
18.5.13. Definición. Se dice que el conjunto de funciones tψ1 , ψ2 , . . . , ψs u dado en el teorema
de la partición de la unidad 18.5.7 es una partición de la unidad de K con funciones de
clase C 8 subordinada a la cubierta tVα : α P Au.
Como consecuencia inmediata de la definición anterior tenemos el resultado siguiente.
18.5.14. Teorema. Si K Ă Rn es un conjunto compacto con una cubierta abierta tVα :
α P Au, tψ1 , ψ2 , . . . , ψs u es una partición de la unidad de K subordinada a tVα : α P Au y
f : Rn ÝÑ R tal que f ´1 rRzt0us Ă K; entonces
s
ÿ
18.5.15. f“ ψk f.
k“1
hay una suma de Riemann correspondiente a la otra con el mismo valor. Dejamos los detalles
de la demostración como ejercicio para el lector. ‚
18.5.17. Lema. Sean n P N, A Ă Rn un conjunto abierto acotado, y ~h : A ÝÑ Rn tal que
su n-ésima función componente hn es inyectiva y además hn P C 1 pAq, mientras que para
k P Jn´1 la k-ésima función componente es la identidad. Es decir, ~hpx1 , x2 , . . . , xn´1 , xn q “
px1 , x2 , . . . , xn´1 , hn px1 , x2 , . . . , xn´1 , xn qq. Si f : Rn ÝÑ R es Riemann-integrable en alguna
caja en la cual esté incluido ~hrAs y Riemann-integrable sobre ~hrAs, entonces
ż ż
f p~y q d ~y “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x.
~hrAs A
donde
bN
ż`1
Gp~y q “ 1lA p~y |xN `1 qf ˝ ~hp~y |xN `1 q| Jac ~hp~y |xN `1 q| d xN `1
aN `1
bN
ż`1
“ 1lA p~y |xN `1 qf ˝ ~hp~y |xN `1 q| DN `1 hN `1 p~y |xN `1 q| d xN `1
aN `1
ż
“ 1l~hrAs p~y |wqf p~y |wq d w,
hN `1 rraN `1 ;bN `1 ss
de manera que
¨ ˛
ż ż ż
f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ 1l~hrAs p~y |wqf p~y |wq d w‚d ~y
˚ ‹
˝
A N
Ś hN `1 rraN `1 ;bN `1 ss
rak ;bk s
k“1
ż
“ 1l~hrAs pwqf
~ pwq
~ dw
~
ra1 ;b1 sˆ¨¨¨ˆraN ;bN sˆhN `1 rraN `1 ;bN `1 ss
ż
“ f p~y q d ~y ,
~hrAs
| Jac ~hp~xq| “ | Jac τ ˝ s ˝ τ pxq| “ | Jac τ pspτ p~xqqq Jac spτ p~xqq Jac τ p~xq|
“ | Jac τ pspτ p~xqqq|| Jac spτ p~xqq|| Jac τ p~xq| “ | Jac spτ p~xqq|
tenemos
ż ż ż
f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ ~hp~xq| Jac spτ p~xqq| d ~x “ f ˝ τ pspτ p~xqqq| Jac spτ p~xqq| d ~x
A A A
ż ż ż
“ f ˝ τ pwq
~ dw
~“ f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y ,
s˝τ rAs τ ˝s˝τ rAs ~hrAs
para todo ~x P U , donde cada Gi es una función primaria en U con G1i p0q invertible y cada
Bi es una permutación elemental de componentes o bien la identidad.
Demostración. Sea p~e1 , ~e2 , . . . , ~en q la base canónica ordenada de Rn , es decir ~ej “ pδi,j qni“1 ,
donde δi,j es la delta de Kronecker. Sea además para cada j P Jn´1 Yt0u la función Pj :
l
Rn ÝÑ Rn tal que para todo ~x “ pxi qni“1 se tenga que P0 p~xq “ 0 y Pl p~xq “ xi~ei , para todo
ř
i“1
l P Jn .
728 18.5. Cambio de variables
Veamos que hay n funciones ~h1 , ~h2 , . . . , ~hn que satisfacen la propiedad siguiente: «f~ “ ~h1
y para cada m P Jn existe una vecindad Vm del 0 tal que ~hm |Vm P CR1n pVm q, ~hm p0q “ 0,
~h1 p0q es invertible y
m
Como ~h1N p0q es invertible, el jacobiano de ~hN en 0 es diferente de 0, de manera que el lado
izquierdo de la igualdad 18.5.24 es diferente de 0, de manera que existe un entero kN tal que
N ĺ kN ĺ n y DN αkN p0q ‰ 0.
Si kN ‰ N sea BN la permutación elemental de componentes que intercambia las com-
ponentes kN -ésima y N -ésima. Si kN “ N sea BN la función identidad en Rn y definamos
~gN : Rn ÝÑ Rn tal que
Notemos que ~gN es primaria en VN , y en vista de que DN αkN p0q ‰ 0 tenemos que | Jac ~gN p0q|
“ | DN αkN p0q| ‰ 0, de manera que ~gN 1
p0q es invertible.
Por el teorema de la función inversa 18.2.35 existe un conjunto abierto UN tal que 0 P
UN Ă VN tal que ~rN :“ ~gN |UN es una biyección de UN en una vecindad VN `1 del punto 0, y
además ~rN´1
P CR1n pVN `1 q.
Definamos ahora ~hN `1 P CR1n pVN `1 q de manera que
De la regla de la cadena para funciones de varias variables 18.2.32 podemos ver que en
efecto ~hN `1 P CR1n pVN `1 q, pero además ~hN `1 p0q “ 0 y ~h1N `1 p0q es invertible. Ahora bien,
de la ecuación 18.5.23, para todo ~x P UN se tiene existen unas funciones βN `1 , βN `2 , . . . , βn
tales que
teniendo así que PN ˝~hN `1 p~y q “ PN p~y q, para todo y P VN `1 , cumpliéndose la ecuación 18.5.22
para m “ N ` 1, es decir existen n funciones ~h1 , ~h2 , . . . , ~hn que satisfacen la propiedad
requerida, a saber que «f~ “ ~h1 y para cada m P Jn existe una vecindad Vm del 0 tal que
~hm |Vm P C 1n pVm q, ~hm p0q “ 0, ~h1 p0q es invertible y
R m
f~p~xq “ ~h1 p~xq “ B1 ˝ ~h2 ˝ ~g1 p~xq “ B1 ˝ B2 ˝ ~h3 ˝ ~g2 ˝ ~g1 p~xq “ . . .
“ B1 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ Bn´1 ˝ ~hn ˝ ~gn´1 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ ~g1 p~xq,
para todo ~x que esté en alguna vecindad del 0 suficientemente pequeña, por ejemplo en un
conjunto abierto U tal que 0 P U Ă U1 y ~gn´1 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ ~g1 rU s Ă Vn . Observando que debido a la
ecuación 18.5.22 la función ~hn es primaria, teniendo así el resultado deseado. ‚
18.5.28. Definición. Sea f : X ÝÑ R, donde X es un conjunto con alguna topología. Al
conjunto f ´1 rRzt0us se le llama el soporte de f (con respecto a la topología dada de X).
18.5.29. Lema. Sean n P N, A Ă Rn un conjunto abierto y acotado, y K Ă A un conjunto
compacto. Sea ~h : Rn ÝÑ Rn tal que su restricción ~h|A al conjunto A está en CR1n pAq, es
inyectiva, y además Jac ~hp~xq ‰ 0 para todo ~x P A. Si f : Rn ÝÑ R es Riemann-integrable
˝
sobre ~hrKs y Riemann-integrable en alguna caja cerrada Q tal que ~hrAs Ă Q, entonces
ż ż
f p~y q d ~y “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x.
~hrKs K
Demostración. Por el teorema de la función inversa 18.2.35 tenemos que ~h|A tiene inversa
continua p~h|Aq´1 : ~hrAs ÝÑ A que es derivable.
Supongamos primero el caso en que ~hp0q “ 0 P A. Del lema 18.5.20, existe un abierto U
tal que 0 P U Ă A y
ż ż
f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ bn´1 ˝ gn p~xq| Jac bn´1 ˝ gn p~xq| d ~x
U U
ż
“ f ˝ bn´1 ˝ gn p~xq| Jac gn p~xq| d ~x
U
ż
“ f ˝ bn´1 ˝ gn´1 p~xq| Jac gn´1 p~xq| d ~x
G1 rU s
ż
“ f ˝ bn´1 ˝ gn´2 p~xq| Jac gn´2 p~xq| d ~x “ ¨ ¨ ¨
G2 ˝G1 rU s
ż
“ f ˝ bn´1 ˝ Gn p~xq| Jac Gn p~xq| d ~x
Gn´1 ˝¨¨¨˝G2 ˝G1 rU s
ż ż ż
“ f ˝ bn´1 p~xq d ~x “ f p~xq d ~x “ f p~y q d ~y ,
gn rU s bn´1 ˝gn rU s ~hrU s
de manera que
ż ż
18.5.30. f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f p~y q d ~y ,
U ~hrU s
ż ż
18.5.31. f p~x ´ zq d ~x “ f p~xq d ~x.
U `z U
es decir
ż ż
18.5.32. f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f p~y q d ~y .
Ua `a ~hrUa `as
Ť ~
Tenemos que la colección C :“ thrUa ` asu es una cubierta abierta del conjunto com-
aPK
pacto ~hrKs, de manera que por el teorema de la partición de la unidad 18.5.7 y el teorema
18.5.14 existe una partición de la unidad tψ1 , ψ2 , . . . , ψs u de ~hrKs subordinada a C y además
s
ÿ
18.5.33. 1l~hrKs f “ ψk 1l~hrKs f.
k“1
Existen s elementos de K, digamos a1 , a2 , . . . , as , tales que para k P Js el soporte de ψk
está incluido en ~hrUak ` ak s, de manera que de las ecuaciones 18.5.32 y 18.5.33 tenemos
ż ż ż ˜ÿ
s
¸
f p~y q d ~y “ 1l~hrKs f p~y q d ~y “ ψk p~y q 1l~hrKs p~y qf p~y q d ~y
k“1
~hrKs ~hrKs ~hrKs
ÿs ż s
ÿ ż
“ ψk p~y q 1l~hrKs p~y qf p~y q d ~y “ ψk p~y q 1l~hrKs p~y qf p~y q d ~y
k“1 k“1
~hrKs ~hrUa `ak s
k
s
ÿ ż
“ ψk p~hp~xqq 1l~hrKs p~hp~xqqf p~hp~xqq| Jac ~hp~xq| d ~x
k“1
Uak `ak
s
ÿ ż
“ ψk p~hp~xqqf p~hp~xqq| Jac ~hp~xq| d ~x
k“1
K
ż ˜ÿ s
¸ ż
“ ψk p~hp~xqqf p~hp~xqq | Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x,
k“1
K K
732 18.5. Cambio de variables
entonces
lím máxtgpx, ∆q : x P Ku “ 0.
Ƅ0
Demostración. Para cada ∆ P Bp0, δq, sea αp∆q :“ máxtgpx, ∆q : x P Ku. Para ver que
lím αp∆q “ 0 veamos que para cualquier sucesión p∆j q8
j“1 de elementos de Bp0, δq tenemos
Ƅ0
que lím αp∆j q “ 0.
jÑ8
Supongamos que p∆j q8 j“1 es una sucesión que converge a 0, pero pαp∆j qqj“1 no converge a
8
para la cual αp∆mj q ľ ε, pero como ésta última subsucesión es acotada entonces tiene a su
vez una subsucesión pαp∆kj qq8 j“1 que converge a un número u ą 0. Ahora, por ser g continua
y K compacto, para cada j P N existe un xj P K tal que αp∆j q “ gpxj , ∆j q. Pero la sucesión
j“1 tiene una subsucesión pxrj qj“1 que converge a algún y P K, de manera que al tomar
pxj q8 8
j“1 que sea una subsucesión común de prj qj“1 y pkj qj“1 tendremos por una parte que
psj q8 8 8
pαp∆sj qqj“1 debe converger a u y por otra debe converger a gpy, 0q “ 0, lo cual es una
8
contradicción. Dicha contradicción viene del hecho de suponer que pαp∆j qq8 j“1 no converge a
0. ‚
18.5.35. Teorema de Sard. Si A Ă Rn es un conjunto abierto y acotado, B “ tx P A :
Jac f pxq “ 0u y f : Rn ÝÑ Rn es tal que f |A P CR1n pAq, entonces λn pf rBsq “ 0.
Demostración. Sea Q Ă A una caja cerrada cuyas aristas tienen la misma longitud l ą 0.
Observemos que para demostrar el teorema es suficiente demostrar que λn pf rB X Qsq “ 0.
Para cada N P N podemos expresar a Q como unión de N n cajas Q1 , Q2 , . . . , QN n que no
se traslapan y que tienen aristas de longitud Nl . Tomemos g como en el lema 18.5.34 tomando
K “ Q y definamos la función β : p0; δq ÝÑ r0; `8q tal que
? l n 2 n´1
ˆ ˙ ˆ ˙
? l
λn pf rQkx sq ĺ 2 n pn M q β n .
N N
Concluimos
` ? l de
˘n lo 2anterior que
`? para
˘ todo j P JN n , si Qj X B “ ∅ obviamente λn pQj X Bq “
0 ĺ 2 n` N pn˘M q β n N` , mientras
n´1 l
que si Qj X B ‰ ∅, entonces λn pQj X Bq ĺ
? l n 2 n´1 ? l ˘
λn pQj q ĺ 2 n N pn M q β n N , por lo cual
˜ n ¸
N
ď Nn
ÿ
λn pf rB X Qsq “ λn f rB X Qj s ĺ λn pf rB X Qj sq
j“1 j“1
Nn
ÿˆ ˙n ˆ ˙
? l 2 n´1
? l
ĺ 2 n pn M q β n
j“1
N N
ˆ ˙
` ? ˘n ? l
“ 2 nl pn2 M qn´1 β n ,
N
pero esto último tiende a cero cuando N tiende a 8, por lo que λn pf rB X Qsq “ 0, terminado
así la demostración. ‚
18.5.39. Lema. Sean n P N, A Ă Rn un conjunto abierto y acotado, y K Ă A un conjunto
compacto. Sea ~h : Rn ÝÑ Rn tal que su restricción ~h|A al conjunto A está en CR1n pAq, es
inyectiva y además los conjuntos K, ~hrKs, t~x P A : Jac ~hp~xq “ 0u y ~hrt~x P A : Jac ~hp~xq “ 0us
son Jordan-medibles. Si f : Rn ÝÑ R es Riemann-integrable en alguna caja cerrada Q tal
˝
que ~hrAs Ă Q, entonces
ż ż
f p~y q d ~y “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x.
~hrKs K
734 18.5. Cambio de variables
Demostración. Sean A1 :“ t~x P A : Jac ~hp~xq “ 0u y A2 :“ t~x P A : Jac ~hp~xq ‰ 0u. Por el
lema 18.5.29 y el teorema de Sard 18.5.35 tenemos que
ż ż ż ż
f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y ` f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y
~hrKs ~hrKsX~hrA1 s ~hrKsX~hrA2 s ~hrKsX~hrA2 s
ż ż ż
“ f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y
~hrKsX~hrA2 s ~hrKsX~hrA2 s ~hrKXA2 s
ż ż
“ f ˝ ~hpxq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ ~hpxq| Jac ~hp~xq| d ~x
KXA2 KXA2
ż ż
“ f ˝ ~hpxq| Jac ~hp~xq| d ~x ` f ˝ ~hpxq| Jac ~hp~xq| d ~x
KXA1 KXA2
ż
“ f ˝ ~hpxq| Jac ~hp~xq| d ~x,
K
Demostración. Sea M ą 0 tal que |f pxq| ă M , para todo x P A. Por el teorema 15.30.44
para todo ε ą 0 existe un N P N tal que si k ľ N se tiene
ˇ ˜ ¸ˇ
ˇ k
ď ˇ
ˇvoln pKq ´ voln Kj ˇ ă ε,
ˇ ˇ
ˇ j“1
ˇ
˜ ¸
k
de manera que voln Kz Kj ă ε, es decir voln pKzKk q ă ε.
Ť
j“1
Ahora, por el teorema 18.4.11 tenemos que
ż ż ż
f pxq d x “ f pxq d x ` f pxq d x,
K KzKk kk
pero ˇ ˇ
ˇ ż ˇ
ˇ ˇ
f pxq d xˇ ă M voln pKzKk q ă M ε,
ˇ ˇ
ˇ
ˇ ˇ
ˇKzKk ˇ
18.5. Cambio de variables 735
Demostración. El teorema se sigue de los lemas 18.5.39 y 18.5.40, y de los teoremas 18.4.10,
˝
18.4.11, 15.28.34 y 15.28.38 al observar que K es Jordan-medible y se puede expresar como
una unión numerable de cajas cerradas, y así como el límite creciente de conjuntos compactos
Jordan-medibles. ‚
Veamos algunas aplicaciones del teorema de cambio de variables.
18.5.42. Fórmula de integración en coordenadas polares. Sea K Ă r0; `8q ˆ r0; 2πs
un conjunto Jordan-medible y f : R2 ÝÑ R una función Riemann-integrable en una caja en
la cual está incluido K. Si hpr, θq “ pr cospθq, r senpθqq, entonces
ż ż
f pr cospθq, r senpθqqr dpr, θq “ f px, yq dpx, yq.
K hrKs
˝
Demostración. Observando que h es inyectiva en K, el resultado se sigue del teorema de
cambio de variables 18.5.41 y del hecho de que | Jac hpr, θq| “ r. En efecto,
ˇ ¨ B B ˛ˇ
r cospθq r senpθq ˇ ˇ
ˇ ˇ ˇ ˜ ¸ˇ
ˇ
˚ Br Br cospθq senpθq ˇ
ˇdet ˝ ‚ˇ “ ˇdet
ˇ ‹ˇ ˇ ˇ
ˇ
ˇ B B ˇ ˇ ´r senpθq r cospθq ˇ
ˇ r cospθq r senpθq ˇ
Bθ Bθ
“ |rpcospθqq2 ` rpsenpθqq2 | “ r,
736 18.5. Cambio de variables
donde K “ r0; ρs ˆ r0; 2πs. Tenemos así que por el teorema de Fubini 18.4.9
¨ ˛
ż2π żρ2
¨ ˛
ż ż ż2π żρ
2 `y 2 q 2 2 ˚ 1 ´u ‹
e´px dpx, yq “ e´r r dpr, θq “ ˝ e´r r d r‚d θ “ ˝ e d u‚d θ
2
C K 0 0 0 0
ż2π ´ ż2π
1 ´ρ2
¯
´0 1 2 2
“ p´ e q ´ p´ e q d θ “ p1 ´ e´ρ q d θ “ p1 ´ e´ρ qπ.
2 2
0 0
`8
ż
2
Usemos el resultado del ejemplo 18.5.43 para calcular e´x d x. Para tal efecto obser-
´8
vemos que
`8
ż żs ż2s
´x2 ´x2 2
e d x “ lím e d x “ lím e´x d x
sÑ`8 sÑ`8
´8 ´s ´2s
de manera que
g¨ ˛2 g ¨ s ˛2 g
`8 f `8 f
ż f ż f ż f ż
´x2 2
d x‚ “ e lím ˝ e 2
d x‚ “ e lím e´px2 `y2 q dpx, yq
f˝ f
e dx “ e e ´x ´x f
sÑ`8 sÑ`8
´8 ´8 ´s C2s
b ?
“ lím p1 ´ e ´p2sq2 qπ “ π.
sÑ`8
18.5. Cambio de variables 737
˝
Demostración. Observando que h es inyectiva en K, el resultado se sigue del teorema de
cambio de variables 18.5.41 y del hecho de que | Jac hpr, θ, zq| “ r. Se dejan los detalles de
los cálculos al lector.
18.5.47. Fórmula de integración en coordenadas esféricas. Sea K Ă r0; `8qˆr0; πsˆ
r0; 2πs un conjunto Jordan-medible y f : R3 ÝÑ R una función Riemann-integrable en una
caja en la cual está incluido K. Si hpρ, φ, θq “ pρ senpφq cospθq, ρ senpφq senpθq, ρ cospφqq,
entonces
ż ż
2
f pρ senpφq cospθq, ρ senpφq senpθq, ρ cospφqqρ senpφq dpρ, φ, θq “ f px, y, zq dpx, y, zq.
K hrKs
˝
Demostración. Observando que h es inyectiva en K, el resultado se sigue del teorema
de cambio de variables 18.5.41 y del hecho de que | Jac hpρ, φ, θq| “ ρ2 senpφq. Se dejan los
detalles de los cálculos al lector.
Ejercicios.
1. Demostrar con detalle el lema 18.5.16.
19.1. Introducción
Para determinar el conjunto de los números complejos aceptaremos el axioma siguiente.
19.1.1. Axioma de números complejos. Existe un conjunto C (llamado conjunto de
números complejos) en el cual están definidas dos operaciones `ˆ y ˆ¨ (suma y producto
o multiplicación respectivamente) que satisfacen las propiedades siguientes:
I) R Ă C.
II) Si z, w P R, entonces z `w
ˆ “ z `w y zˆ¨w “ z¨w. (En adelante para z, w P C escribiremos
z ` w en lugar de z `w, y escribiremos z¨w en lugar de zˆ¨w, o simplemente zw en lugar
ˆ
de zˆ¨w).
III) Existe un i P C tal que i i “ ´1. (Al número i se le llama unidad imaginaria).
Observemos que i R R.
IV) Si z P C, existen dos números reales a, b P R, tales que z “ a`b i. (El orden de prioridad
en la realización de las operaciones será el mismo que el de la suma y la multiplicación
en R).
V) Si a, b, c, d P R y a ` b i “ c ` d i, entonces a “ c y b “ d.
VI) 0 “ 0 ` 0 i e i “ 0 ` 1 i “ 0 ` i.
a) z1 z2 “ z2 z1 ;
b) z1 ` z2 “ z2 ` z1 ;
c) z1 pz2 z3 q “ pz1 z2 qz3 ;
d) z1 ` pz2 ` z3 q “ pz1 ` z2 q ` z3 ;
e) z1 pz2 ` z3 q “ z1 z2 ` z1 z3 .
739
740 19.1. Introducción
entre z como
w
:“ wz ´1 .
z
19.1.10. Observación. Observemos que el teorema 19.1.8, junto con la propiedad 19.1.1
VII), muestran que C forma un cuerpo con la suma y la multiplicación, es decir que pC, `, ¨q
es un cuerpo, llamado campo de los números complejos.
19.1.11. Definición.?Definimos el módulo o norma de un número complejo z como |z| :“
|z ´ 0|, es decir |z| “ zz.
19.1.12. Notación. Al igual que para los números reales, si z P C, denotaremos z 0 :“ 1,
z 1 :“ z, z 2 :“ zz, . . . , z n`1 :“ z n z para todo número natural n.
19.1. Introducción 741
z “ |z|pcospαq ` i senpαqq,
si x ą 0
` ˘
arctan xy ,
$
’
’
’
` π, si x ă 0
`y˘
& arctan
’
x
θ“
’
’
’
π
2
, si x “ 0 e y ą 0
’
si x “ 0 e y ă 0.
% π
´2,
x “ r cospθq e y “ r senpθq.
Sean z y w dos números complejos diferentes de 0 con coordenadas polares pr, θq y pρ, αq
respectivamente, tenemos que
´ a ¯n ˆ ˆ α ` 2kπ ˙ ˆ
α ` 2kπ
˙˙
wkn “ n
|z| cos n ` i sen n
n n
“ |z|pcospα ` 2kπq ` i senpα ` 2kπqq “ |z|pcospαq ` i senpαqq “ z,
19.1. Introducción 743
por lo tanto cada wk es una raíz n-ésima de z. Veamos ahora que si k ‰ j, entonces
wk ‰ wj . Si tuviéramos que wk “ wj entonces tendríamos que
ˆ ˙ ˆ ˙ ˆ ˙ ˆ ˙
α ` 2kπ α ` 2kπ α ` 2jπ α ` 2jπ
cos ` i sen “ cos ` i sen ,
n n n n
α ` 2jπ α ` 2kπ
por lo que existiría un número entero l tal que ` 2lπ “ , lo cual implica
n n
que k ´ j “ nl, pero si l “ 0, entonces k “ j y tendríamos wk “ wj y si l ‰ 0, entonces
|k ´ j| ľ n, lo que contradice el hecho de que k, j P t0, 1, 2, . . . , n ´ 1u. De esta manera hemos
visto que w0 , w1 , . . . , wn´1 son n números complejos diferentes.
Ahora, cualquier número complejo w que sea raíz n-ésima de z debe tener como módulo a
|z| y su argumento θ debe ser tal que nθ sea algún argumento de z, por lo tanto nθ “ α`2lπ
an
α ` 2lπ
para algún entero l, es decir θ “ . Por el algoritmo de la división, podemos encontrar
n
α ` 2kπ
un entero k P t0, 1, . . . , n ´ 1u y un entero m tales que mn ` k “ l, y así θ “ ` 2mπ,
n
el cual es un argumento de wk , es decir w “ wk para algún k P t0, 1, . . . , n ´ 1u. ‚
De manera análoga a como se demostró la fórmula para resolver una ecuación cuadrática
con coeficientes reales se demuestra que la fórmula es también válida cuando los coeficientes
son números complejos, con números complejos como solución, con la gran diferencia de que
en los números complejos siempre existen soluciones de una ecuación cuadrática.
Terminemos esta sección enunciando el teorema del binomio para números complejos.
Omitiremos la demostración debido a que se hace de la misma manera que para el caso real
(véase si se desea el teorema 5.10.1 y su demostración).
19.1.24. Teorema del binomio. Sean z1 , z2 P C y n P N Y t0u.
n ˆ ˙
n
ÿ n
pz1 ` z2 q “ z1n´k z2k .
k“0
k
Como consecuencia inmediata del teorema del binomio tenemos el siguiente corolario.
19.1.25. Corolario. Sea z P C y n P N Y t0u.
n ˆ ˙
ÿ n
z k p1 ´ zqn´k “ 1.
k“0
k
744 19.1. Introducción
Algunas consecuencias del corolario anterior que usaremos más adelante serán los teoremas
siguientes.
19.1.26. Teorema. Sean z1 , z2 P C y n P N.
n ˆ ˙
ÿ n
kz1k z2n´k “ nz1 pz1 ` z2 qn´1 .
k“0
k
Demostración.
n ˆ ˙ n
ÿ n ÿ n!
kz1k z2n´k “ kz1k z2n´k
k“0
k k“1
k!pn ´ kq!
n
ÿ pn ´ 1q! n´1´pk´1q
“ nz1 z1k´1 z2
k“1
pk ´ 1q!pk ´ 1 ´ pk ´ 1qq!
n´1
ÿ pn ´ 1q!
“ nz1 z j z n´1´j “ nz1 pz1 ` z2 qn´1 ,
j“0
j!pn ´ 1 ´ jq! 1 2
El lector que tenga algo de conocimiento de la teoría de probabilidad podrá darse cuenta
que en el caso en que z P p0; 1q el corolario 19.1.27 da la fórmula para el valor esperado de
una variable aleatoria con distribución binomial con parámetros n y z.
19.1.28. Teorema. Sean z1 , z2 P C y n P N.
n ˆ ˙
ÿ n
kpk ´ 1qz1k z2n´k “ npn ´ 1qz12 pz1 ` z2 qn´2 .
k“0
k
Como consecuencia inmediata de los teoremas 19.1.26 y 19.1.28 tenemos el teorema si-
guiente.
19.1.30. Teorema. Sean z1 , z2 P C y n P N.
n ˆ ˙
ÿ n
k 2 z1k z2n´k “ nz1 pz1 ` z2 qn´2 ppn ´ 1qz1 ` 1q.
k“0
k
Ejercicios.
746 19.1. Introducción
6. a) Hallar el módulo de 1
2
` 43 i.
b) Demostrar que la ecuación cospxq ` i senpxq “ 1
2
` 34 i no tiene raíces reales.
ζ ˝ ηpP q si P ‰ N
#
ξpP q :“ .
8 si P “ N
748 19.2. El plano complejo extendido
N
P
ΗHPL
S X
H0,0,ΓL
P
O ΗHPL
HΑ,Β,0L
Como los puntos O, pα, β, 0q y ηpP q están en una misma recta y los puntos pα, β, 0q y ηpP q
están del mismo lado del eje Z tenemos que existe un número real at ą 0 tal queatpα, β, 0q “
ηpP q, es decir tα “ x y tβ “ y, con lo cual además tenemos que t α ` β “ x2 ` y 2 , y
2 2
α β
19.2.8. x“ e y“ .
1´γ 1´γ
Para el caso en que P “ S “ p0, 0, 0q tenemos ηpP q “ p0, 0, 0q, de manera que también
son válidas las ecuaciones 19.2.8. Así pues, podemos dar una forma más explícita para la
proyección estereográfica ξ, a saber
$
& α ` β i si γ ‰ 1
’
19.2.9. ξpα, β, γq “ 1´γ .
si γ “ 1
’
%
8
750 19.3. Sucesiones y series de números complejos
Supongamos que pzn q8n“1 en una sucesión de números complejos, que zn “ an ` bn i, donde
an , bn P R y que z “ a ` b i, con a, b P R. Del hecho de que
|zn ´ z| “ |pan , bn q ´ pa, bq|
tenemos que
lím zn “ lím pan ` bn iq “ a ` b i ðñ lím pan , bn q “ pa, bq
nÑ8 nÑ8 nÑ8
ðñ lím an “ a y lím bn “ b,
nÑ8 nÑ8
es decir
lím “ z ðñ lím Re zn “ Re z y lím Im zn “ Im z.
nÑ8 nÑ8 nÑ8
I) Re z “ lím Re zn y Im z “ lím zn .
nÑ8 nÑ8
V) lím wznn “ z
w
, siempre que w ‰ 0.
nÑ8
19.3.3. Definición. Una sucesión de números complejos pzn q8n“1 es de Cauchy si para todo
ε ą 0 existe un número natural N tal que si n, m P N y n, m ľ N , entonces
|zn ´ zm | ă ε.
Tenemos que si pzn q8n“1 es una sucesión que converge a un número complejo z, entonces
existe un N P N tal que para todo número natural n ľ N se tiene que |zn ´ z| ă 2ε , en
particular si n, m ľ N , entonces |zn ´ zm | ĺ |zn ´ z| ` |z ´ zm | ă 2ε ` 2ε “ ε, de modo
que la sucesión pzn q8
n“1 es de Cauchy. Recíprocamente, si pzn qn“1 es una sucesión de Cauchy,
8
de Cauchy 8.7.16 tenemos que convergen a números reales a y b respectivamente, y así, por
el teorema 15.27.8,
lím zn “ a ` b i .
nÑ8
Lo anterior lo podemos resumir en el teorema siguiente.
19.3.4. Teorema. Toda sucesión de números complejos converge a un número complejo si
y sólo si es de Cauchy.
Del hecho de que el conjunto de los números complejos es homeomorfo con R2 y del teo-
rema de Bolzano-Weierstrass 15.27.12 se deduce la siguiente versión del teorema de Bolzano-
Weierstrass.
19.3.5. Teorema de Bolzano-Weierstrass. Toda sucesión acotada de números complejos
tiene una subsucesión convergente.
19.3.6. Definición. Sea pzn q8
n“1 una sucesión de números complejos. Decimos que la sucesión
converge a infinito si para todo M ą 0 existe un número natural N tal que si n ľ N ,
752 19.3. Sucesiones y series de números complejos
lím zn :“ 8.
nÑ8
1
lím zn “ 8 ðñ lím “ 0.
nÑ8 nÑ8 zn
19.3.9. Notación. Al igual que en el caso de sucesiones reales, si tenemos una sucesión
k“1 de números complejos y para cada número natural n definimos
pzk q8
n
ÿ
sn :“ zk ,
k“1
es decir si psn q8
n“1 es la sucesión de sumas parciales de la sucesión pzk qk“1 y tal sucesión de
8
8
19.3.10. Definiciones. Diremos que cualquier expresión de la forma wn es una serie de
ř
n“r
números complejos, donde cada wn es un número complejo.
8 8
En caso de que tengamos dos series de números complejos wn y w´n , al símbolo
ř ř
n“0 n“1
`8
ÿ
wn
n“´8
8 8
le llamaremos serie bilateral y será igual a w´n en el caso en que esté definida
ř ř
wn `
n“0 n“1
la última suma.
19.3. Sucesiones y series de números complejos 753
Cuando tengamos que una serie de números complejos es igual a un número complejo
diremos que dicha serie es convergente en el conjunto de números complejos, de otro modo
diremos que en C la serie es divergente. En el caso de que la serie de números complejos
sea igual a 8 diremos que diverge a 8.
Decimos que una serie de números complejos
8
ÿ
zn
n“1
8
es absolutamente convergente si la serie |zn | converge a un número real.
ř
n“1
Sea pak´1 q8
k“1 una sucesión de números complejos y z P C. A una expresión de la forma
8
ÿ
ak z k
k“0
Veamos algunos criterios con los cuales podemos saber si una serie de números complejos
es convergente o no lo es.
8
ř
19.3.11. Teorema. Una condición necesaria para que una serie de números complejos wn
n“1
converja a un número complejo es que lím wn “ 0.
nÑ8
8
Demostración. Observemos que la serie wn converge a un número complejo si y sólo
ř
n“1
8 8
si las series de números reales Re wn y Im wn convergen a un número real, pero una
ř ř
n“1 n“1
condición necesaria para que estas dos últimas series converjan a un número real es que
lím Re wn “ 0 y que lím Im wn “ 0, lo cual equivale a que lím wn “ 0. ‚
nÑ8 nÑ8 nÑ8
19.3.12. Teorema. Si una serie de números complejos converge absolutamente, entonces
converge a algún número complejo.
8
Demostración. Sea ak una sucesión de números complejos que converge absolutamente
ř
k“1
n n 8
y sean sn “ ak y tn “ |ak |. Como ak converge absolutamente, entonces ptn q8
ř ř ř
n“1
k“1 k“1 k“1
es una sucesión de Cauchy, de modo que para todo ε ą 0 existe un N P N tal que si
n, m ľ N , entonces |tm ´ tn | ă ε. Sin perder generalidad supondremos que n ă m. Ahora,
de la desigualdad del triángulo tenemos que
ˇ ˇ
ˇ ÿm ˇ ÿm
|sm ´ sn | “ ˇ ak ˇ ĺ |ak | “ |tm ´ tn | ă ε,
ˇ ˇ
ˇk“n`1 ˇ k“n`1
754 19.3. Sucesiones y series de números complejos
Demostración. Si |z| ľ 1 tenemos que lím z k ‰ 0, o bien el límite no existe, por lo que
kÑ8
8
debido al teorema 19.3.11 tenemos que la serie z k diverge.
ř
k“0
n
En el caso en que z ‰ 1 y n P N tenemos que p1 ´ zq z n “ 1 ´ z n`1 , por lo cual
ř
k“0
n
ÿ
n1 ´ z n`1
z “ ,
k“0
1´z
8 8
de modo que 1
si |z| ă 1 y z k “ 8 si |z| ą 1.
ř ř
zk “ 1´z
‚
k“0 k“0
Al igual que para series absolutamente convergentes de números reales, a continuación ve-
remos que cuando se cambia el orden de aparición de los términos de una serie absolutamente
convergente de números complejos la convergencia no se altera ni el valor de la serie.
8
ř
19.3.15. Teorema. Sea an una serie absolutamente convergente de números complejos
n“1
8
ř 8
ř
y ρ una biyección de N en N. Se tiene la igualdad an “ aρpnq .
n“1 n“1
lector.
19.3.16. Lema de Abel en C. Sea pak q8k“1 una sucesión de números complejos. Si existen
dos números positivos M y r tales que
El teorema siguiente es una versión del criterio de la raíz para el caso de series de números
complejos.
19.3.17. Criterio de la raíz. Sea puk q8
k“1 una sucesión de números complejos.
8
a) Si lím
a
k
ř
|uk | ă 1, entonces uk es absolutamente convergente.
kÑ8 k“1
8
b) Si lím
a
k
ř
|uk | ą 1, entonces la serie uk es divergente.
kÑ8 k“1
Demostración. El inciso a) se sigue del teorema 8.7.40 a). El inciso b) se sigue del teorema
19.3.11 y del hecho de que si lím |uk | ą 1, entonces la sucesión puk q8
k“1 no converge a cero.
a
k
kÑ8
‚
8
Supongamos que tenemos una serie entera ak z k con los coeficientes ak P C y queremos
ř
k“0
saber para qué valores de z P C la serie converge. De acuerdo al criterio de la raíz, si
8
lím k |ak ||z|k ă 1, es decir si |z| lím k |ak | ă 1, entonces la serie entera
a
ak z k converge
a ř
kÑ8 kÑ8 k“0
absolutamente, mientras que si |z| lím k |ak | ą 1 la serie es divergente. Lo anterior equivale
a
kÑ8
a decir que si |z| ă 1
? , entonces la serie converge absolutamente, mientras que si |z| ą
lím
kÑ8
k
|ak |
8
b) Si |z| ą ρ, entonces la serie
ř
ak z k es divergente.
k“0
por lo cual tenemos que ambas series de potencias tienen el mismo radio de convergencia. ‚
El criterio de la razón puede ser generalizado al caso de series de números complejos
mediante el siguiente teorema.
19.3.27. Criterio de la razón. Sea puk q8 k“1 una sucesión de números complejos.
ˇ ˇ 8
a) Si lím ˇ uuk`1
ř
1, entonces la serie uk es absolutamente convergente.
ˇ ˇ
k
ˇ ă
kÑ8 k“1
ˇ ˇ 8
ˇ uk`1 ˇ
b) Si lím ˇ uk ˇ ą 1, entonces la serie
ř
uk diverge.
kÑ8 k“1
y
8
ÿ x2k`1
senpxq “ p´1qk ,
k“0
p2k ` 1q!
por lo que la siguiente definición de las funciones seno y coseno de números complejos resulta
natural.
19.3.38. Definición. En lo que sigue tendremos las funciones sen : C ÝÑ C y cos : C ÝÑ C
las cuales se llaman seno y coseno respectivamente y están dadas por las fórmulas
8
ÿ z 2kk
cospzq “ p´1q
k“0
p2kq!
760 19.3. Sucesiones y series de números complejos
y
8
ÿ z 2k`1
senpzq “ p´1qk ,
k“0
p2k ` 1q!
para todo z P C.
Del lema 19.3.33 podemos ver que las series de potencias que definen a las funciones sen y
cos tienen radio de convergencia `8, de manera que las definiciones anteriores tiene sentido,
es decir están bien definidas para todo número complejo z. Veremos que las propiedades más
importantes de las funciones seno y coseno de números reales se siguen cumpliendo cuando
son evaluadas en números complejos. Una fórmula muy importante que relaciona la función
exponencial con las funciones seno y coseno la da el teorema siguiente.
19.3.39. Teorema. Para todo número complejo z se tiene
ei z “ cospzq ` i senpzq.
Demostración. Relacionando cada una de las series de potencias asociadas a las funciones
involucradas en la fórmula, obtenemos
8 8 8
ÿ pi zqk ÿ pi zq2k ÿ pi zq2k`1
ei z “ “ `
k“0
k! k“0
p2kq! k“0
p2k ` 1q!
8 8
ÿ z 2k
k
ÿ z 2k`1
“ p´1q ` i p´1qk “ cospzq ` i senpzq,
k“0
p2kq! k“0
p2k ` 1q!
Demostración. Del hecho de que cospzq es una serie de potencias pares de z se tiene que
cospzq “ cosp´zq y del hecho de que senpzq es una serie de potencias impares de z se tiene
que senp´zq “ ´ senpzq, por lo que debido al teorema 19.3.39 tenemos
ei z ` e´ i z pcospzq ` i senpzqq ` pcosp´zq ` i senp´zqq
“ “ cospzq
2 2
y
ei z ´ e´ i z pcospzq ` i senpzqq ´ pcosp´zq ` i senp´zqq
“
2i 2i
2 i senpzq
“ “ senpzq,
2i
con lo que el corolario está demostrado ‚
Dejaremos al lector la demostración del siguiente corolario.
19.3.41. Corolario. Para todo par de números complejos z y w se tiene:
19.3. Sucesiones y series de números complejos 761
a) pcospzqq2 ` psenpzqq2 “ 1;
Las funciones hiperbólicas de números complejos se definen de la misma manera que para
los números reales, es decir para todo número complejo z se define
ez ` e´z ez ´ e´z
coshpzq :“ y senhpzq :“ .
2 2
19.3.42. Observación. Notemos que cospzq “ coshpi zq y senpzq “ ´ i senhpi zq. Además la
función pt P r0; 1sq ÞÑ e2π i t es una parametrización cerrada simple de la circunferencia en C
con centro en 0 y radio 1.
Tenemos ya definida la función exponencial compleja, de manera que resulta natural
definir el logaritmo natural de un número complejo de la siguiente manera.
19.3.43. Definición. Sea z P C. Decimos que un número complejo w es un logaritmo
natural de z si se cumple la fórmula
ew “ z.
Al conjunto de todos los logaritmos naturales de un número complejo z lo denotaremos como
Lnpzq.
Tenemos que si w es un logaritmo natural de un número complejo z y w “ µ ` i θ, para
µ, θ P R, entonces
z “ ew “ eµ ei θ “ eµ pcospθq ` i senpθqq,
de tal manera que θ P Argpzq y eµ “ |z|, es decir θ es un argumento de z y µ “ lnp|z|q.
Recíprocamente, si θ es un argumento de z y µ “ lnp|z|q tenemos de la fórmula de de Moivre
que
z “ |z|pcospθq ` i senpθqq “ eµ pcospθq ` i senpθqq,
de manera que tenemos el siguiente teorema.
19.3.44. Teorema. Sea z P C. Tenemos que w P Lnpzq si y sólo si Re pwq “ lnp|z|q y
Im pwq P Argpzq.
19.3.45. Observación. Del teorema anterior podemos ver que cualquier número complejo
z tiene algún logaritmo natural si y sólo si es diferente de cero.
762 19.3. Sucesiones y series de números complejos
Tenemos la fórmula dada en el corolario siguiente que se sigue del teorema 19.3.44 y de
la representación polar de un punto.
19.3.46. Corolario.
az :“ ez lnpaq .
z P A y 0 ă |z ´ z0 | ă δ ùñ |f pzq ´ w0 | ă ε.
Cuando además f pz0 q “ lím f pzq, decimos que f es continua en el número z0 . Cuando
zÑz0
B Ă A es un conjunto tal que f es continua en cada elemento de B, decimos que f es
continua en el conjunto B. Si f es continua en todo su dominio decimos simplemente que f
es continua.
Daremos a continuación las definiciones de otros tipos de límites.
19.4.3. Definición. Sea f : A ÝÑ C una función de variable compleja tal que el exterior de
alguna bola está incluido en A. Decimos que el límite cuando z tiende a 8 de f pzq es un
número complejo w si para todo ε ą 0 existe un M ą 0 tal que
|z| ą M ùñ |f pzq ´ w| ă ε.
19.4.4. Definición. Sea f : A ÝÑ C una función de variable compleja tal que el exterior de
alguna bola está incluido en A. Decimos que el límite cuando z tiende a 8 de f pzq es 8 si
para todo L ą 0 existe un M ą 0 tal que
|z| ą M ùñ |f pzq| ą L.
z P A y 0 ă |z ´ z0 | ă δ ùñ |f pzq| ą L.
764 19.4. Funciones complejas de variable compleja
0 ă |z ´ z0 | ă δε ùñ |f pzq ´ w0 | ă ε
n“1 una sucesión de elementos de A diferentes de z0 que converge a z0 . Como pzn qn“1
y sea pzn q8 8
V) lím fgpzq
pzq
“ ab , siempre que b ‰ 0.
zÑz0
19.5. Polinomios complejos 765
ppzq “ 0
tiene al menos una solución compleja. Para demostrar ese importante resultado haremos uso
de algunos resultados previos.
n
ř
19.5.2. Teorema. Sean n P N y ak z k un polinomio de grado n. Tenemos que
k“0
n
ÿ
lím ak z k “ 8.
zÑ8
k“0
n´1
donde A “ 1 ` |ak |. Ahora, si |z| ą 1, entonces
ř
k“0
ˇ ˇ
ˇÿn ˇ n´1
ÿ
kˇ n
ˇ ak z ˇ ľ |an ||z| ´ A |z|k ľ |an ||z|n ´ nA|z|n´1 “ |z|n´1 p|an ||z| ´ nAq,
ˇ
ˇk“0 ˇ k“0
766 19.5. Polinomios complejos
n
Por lo tanto lím
ř
ak z k “ 8. ‚
zÑ8 k“0
n, por lo cual existe una sucesión finita de n ` 1 componentes complejas pb0 , b1 , . . . , bn q con
bn “ an tal que
n
ÿ
qpzq “ bk z k “ bn z n ` bn´1 z n´1 ` ¨ ¨ ¨ ` b1 z ` b0 .
k“0
19.5.7. b0 ` bm z m “ 0
tiene m soluciones complejas diferentes. Sea α una de las soluciones de 19.5.7, es decir αm “
´ bbm0 . Tenemos necesariamente que m ă n, de otro modo f pα ` z0 q “ |qpαq| “ 0 ă |b0 |.
Tomemos el polinomio hpzq “ qpαzq. Como podemos ver
ˆ ˙ n
b0 ÿ
hpzq “ b0 ` bm ´ zm ` pbk αk qz k
bm k“m`1
n´m
ÿ
m m
“ b0 p1 ´ z q ` z bm`k αm`k z k
k“1
y además
n´m
ÿ
lím bm`k αm`k z k “ 0
zÑ0
k“1
en particular
|hp|z|q| ă |b0 ||1 ´ |z m || ` |z m ||b0 | “ |b0 |,
es decir
f pα|z| ´ z0 q “ |ppα|z| ´ z0 q| “ |qpα|z|q| “ |hp|z|q| ă |b0 |,
768 19.5. Polinomios complejos
19.5.10. Definición. A los polinomios mpzq y rpzq de la igualdad anterior se les llama
cociente y residuo o resto respectivamente de la división de ppzq entre qpzq.
19.5.11. Teorema del residuo. Si un polinomio ppzq se divide entre z ´ c, donde c es un
número complejo, entonces ppcq es el residuo.
19.5.12. Teorema del factor. El polinomio z ´ c es un factor del polinomio ppzq si y sólo
si ppcq “ 0.
19.5.13. Teorema. Cualquier polinomio ppzq de grado n con coeficientes complejos tiene a
lo más n raíces complejas diferentes.
19.5.14. Definición. Sea ppzq un polinomio y c un cero del polinomio. Si m es el máximo
entero positivo tal que
ppzq
pz ´ cqm
tiene residuo 0, decimos m es la multiplicidad del cero c del polinomio ppzq ó que c es un
cero de ppzq de multiplicidad m.
19.5.15. Observación. Observemos que si ppzq y qpzq son polinomios de grados m y n
respectivamente, entonces ppzqqpzq es un polinomio de grado m ` n.
De los teoremas 19.5.6 al 19.5.13 se concluye el siguiente teorema importante.
19.5.16. Teorema. Sea ppzq un polinomio de grado n ľ 0 cuyos ceros diferentes son los k nú-
meros complejos diferentes c1 , c2 , . . . , ck con multiplicidades m1 , m2 , . . . , mk respectivamente.
Existe un único número complejo b tal que
k
ź
ppzq “ b pz ´ cj qmj ,
j“1
19.5. Polinomios complejos 769
donde además
k
ÿ
n“ mj .
j“1
19.5.17. Teorema. Sea ppzq un polinomio complejo con coeficientes reales y z0 un cero del
polinomio. El conjugado z̄0 de z0 también es un cero de ppzq.
n
Demostración. Supongamos que para todo z P C tenemos que ppzq “ cj z j , donde cada
ř
j“0
cj P R y que z0 es un número complejo tal que ppz0 q “ 0. Tenemos que
n
ÿ n
ÿ n
ÿ n
ÿ n
ÿ
ppz̄0 q “ cj z̄0j “ cj z0j “ c̄j z0j “ cj z0j “ cj z j “ 0̄ “ 0. ‚
j“0 j“0 j“0 j“0 j“0
19.5.18. Definición. Decimos que un polinomio es mónico cuando el coeficiente del término
de mayor grado es 1.
řn
19.5.19. Teorema. Sea ppzq “ aj z j un polinomio de grado n con coeficientes reales
j“0
a0 , a1 , a2 , . . . , an . Existe un número real b; dos enteros no negativos s y r; r números naturales
t1 , . . . , tr ; s números naturales l1 , . . . , ls ; r polinomios mónicos diferentes de segundo grado
g1 pzq, . . . , gr pzq con coeficientes reales, y s polinomios mónicos diferentes de primer grado
q1 pzq, . . . , qs pzq con coeficientes reales, tales que
˜ ¸˜ ¸
ź r źs
ppzq “ b pgj pzqqtj pqj pzqqlj ,
j“1 j“1
r
ř s
ř
donde n “ 2tj ` lj y ningún polinomio gj pzq tiene raíces reales.
j“1 j“1
donde c1 , c2 , . . . , ck son los diferentes ceros del polinomio ppzq. Supongamos sin pérdida de
generalidad que del conjunto tc1 , c2 , . . . , ck u los elementos c1 , c2 , . . . , cs son números reales y
los k ´ s elementos restantes no lo son.
Del teorema 19.5.17 podemos observar que k ´ s es un número par y además para cada
i P ts ` 1, . . . , ku hay otro j P ts ` 1, . . . , kuztiu tal que c̄i “ cj . Podemos suponer sin pérdida
de generalidad que para cada número par j P t1, 2, . . . , k ´ su tenemos cs`j “ c̄s`j´1 y con
esta suposición tomemos gj{2 pzq :“ pz ´ cs`j qpz ´ cs`j´1 q, de tal manera que
k´s
k
ź 2
ź
pz ´ cj qmj “ pgj pzqqms´j`2j ,
j“s`1 j“1
770 19.5. Polinomios complejos
k
ź r
ź
19.5.21. pz ´ cj qmj “ pgj pzqqtj .
j“s`1 j“1
Observemos que para todo z P C y todo j P t1, . . . , ru el polinomio gj pzq no tiene raíces
reales.
Hagamos ahora qj pzq :“ z ´ cj y lj :“ mj , para todo z P C y todo j P t1, 2, . . . , su, para
obtener de 19.5.20 y 19.5.21 que
˜ ¸˜ ¸
źr źs
tj lj
ppzq “ b pgj pzqq pqj pzqq
j“1 j“1
El teorema siguiente nos da condiciones bajo las cuales una función f : r0; 1s ÝÑ C puede
ser aproximada mediante polinomios de Bernstein.
Demostración. Sea M ą 0 tal que |f ptq| ă M para todo t P r0; 1s. Tomemos, si es posible,
un número t0 P r0; 1s en el cual la función f es continua y sea ε ą 0. Por ser f continua en
t0 , existe un δ0 ą 0 tal que para todo t P r0; 1s se tenga que
ε
19.5.24. |t ´ t0 | ă δ0 ùñ |f ptq ´ f pt0 q| ă .
2
A los elementos del conjunto Jn Yt0u los clasificaremos en dos tipos, a saber los que están
en el conjunto C1 :“ tk P Jn Yt0u : | nk ´ t0 | ă δ0 u y lo que están en el conjunto C2 :“ tk P
Jn Yt0u : | nk ´t0 | ľ δ0 u, de manera que demos una aproximación del número |Bn pf, t0 q´f pt0 q|
para n suficientemente grande. Bajo estas condiciones, usando los corolarios 19.1.25 y 19.1.32
19.5. Polinomios complejos 771
tenemos
ˇ ˆ ˙ ˇ
n
ˇÿ n ´ ´ k ¯ ¯
k
ˇ
n´k ˇ
|Bn pf, t0 q ´ f pt0 q| “ ˇ f ´ f pt0 q t0 p1 ´ t0 q ˇ
ˇ
ˇk“0 k n ˇ
ˆ
ÿ n ˇ k ˙ ˇ ´ ¯ ˇ
ˇf ´ f pt0 qˇtk0 p1 ´ t0 qn´k
ˇ
ĺ
kPC1
k n
ˆ ˙
ÿ n ˇˇ ´ k ¯ ˇ
ˇf ´ f pt0 qˇtk0 p1 ´ t0 qn´k
ˇ
`
kPC2
k n
ˆ ˙ ÿ ˆn˙
ε ÿ n k n´k ε
ĺ t0 p1 ´ t0 q ` 2M tk0 p1 ´ t0 qn´k ĺ
2 kPC k kPC2
k 2
1
ˇ ˇ2
ÿ ˆn˙ ˇˇ k ´ t0 ˇˇ ε
` 2M ˇn ˇ tk0 p1 ´ t0 qn´k ĺ
kPC2
k ˇ δ0 ˇ 2
n ˆ ˙
2M ÿ n ε 2M
` 2 2 pk ´ nt0 q2 tk0 p1 ´ t0 qn´k “ ` 2 2 nt0 p1 ´ t0 q
δ0 n k“0 k 2 δ0 n
ε 2M
ă ` 2
2 δ0 n,
y en caso de que f sea continua, tenemos que por ser r0; 1s un conjunto compacto la función
f es uniformemente continua (teorema 14.2.16), teniéndose así que el valor de δ0 dado en la
implicación 19.5.24 pudimos haberlo tomado de tal manera que no dependa de t0 , y así tam-
poco dependa de t0 el número natural r 4M
δ02 ε
s, con lo cual la sucesión de funciones pBn pf, ¨qq8
n“1
converge uniformemente a f . ‚
19.5.25. Teorema de aproximación de Weierstrass. Sean a, b P R tales que a ă b y
f : ra; bs ÝÑ C una función continua. Existe una sucesión de polinomios pPk q8
k“1 tales que la
8
sucesión pPk |ra; bsqk“1 converge uniformemente a f .
Demostración. Sea g : ra; bs ÝÑ r0; 1s y notemos que el teorema se deduce del teorema de
t´a
tÞÑ b´a
Bernstein 19.5.23 al tomar para cada k P N el polinomio Pk cuya restricción al intervalo ra; bs
sea Pk |ra; bs “ Bk pf ˝ g ´1 , ¨q ˝ g. ‚
772 19.6. Funciones holomorfas
8
por lo que f 1 pz1 q “ kak z1k´1 , para todo z1 P Bp0, rq, para el caso en que z0 “ 0
ř
k“1
En el caso en que z0 ‰ 0 tenemos que al definir gpzq “ f pz ` z0 q, la función g se puede
8 8
representar como serie entera de la forma gpzq “ ak z k , y además g 1 pzq “ kak z k´1 , por
ř ř
k“0 k“1
8
lo que debido a la regla de la cadena f 1 pzq “ g 1 pz ´ z0 q “ kak pz ´ z0 qk´1 .
ř
‚
k“1
para z P Bpz0 , rq y n P N.
Del corolario 19.6.13 se deduce inmediatamente el corolario siguiente.
19.6.14. Corolario. Si f : A ÝÑ C es una función analítica en un punto z0 P A y f pzq “
ř8
ak pz ´ z0 qk para z P Bpz0 , rq Ă A, con r ą 0, entonces
k“0
f pkq pz0 q
ak “ .
k!
y por otra
βn ´ z0 1{n
f 1 pz0 q “ lím “ lím “ 1,
nÑ8 βn ´ z0 nÑ8 1{n
f pzq ´ f pz0 q
f 1 pz0 q “ lím
zÑz0 z ´ z0
ðñ ˇ ˇ
ˇ f pzq ´ f pz0 q ´ f 1 pz0 qpz ´ z0 q ˇ
lím ˇ ˇ“0
zÑz0 ˇ z ´ z0 ˇ
ðñ
|f pzq ´ f pz0 q ´ pRe pf 1 pz0 qq ` i Im pf 1 pz0 qqqpz ´ z0 q|
lím “0
zÑz0 |z ´ z0 |
ðñ
|f˜px, yq ´ f˜px0 , y0 q ´ f˜1 px0 , y0 qpx ´ x0 , y ´ y0 q|
lím “ 0,
px,yqÑpx0 ,y0 q |px ´ x0 , y ´ y0 q|
donde f˜1 px0 , y0 q : R2 ÝÑ R2 es la función lineal tal que para todo px, yq P R2 se tiene
f˜1 px0 , y0 qpx, yq “ pRe pf 1 pz0 qqx ´ Im pf 1 pz0 qqy, Im pf 1 pz0 qqx ` Re pf 1 pz0 qqyq,
Re pf 1 pz0 qq Im pf 1 pz0 qq
ˆ ˙
.
´Im pf 1 pz0 qq Re pf 1 pz0 qq
Tenemos así que el hecho de que f sea holomorfa en un punto z0 implica que f˜ es diferenciable
en el punto correspondiente px0 , y0 q. Ahora, si nos aproximamos a z0 por medio de números
776 19.6. Funciones holomorfas
de la forma x ` y0 i, es decir por una recta horizontal que pasa por z0 , tenemos
f px ` y0 iq ´ f px0 ` y0 iq
f 1 pz0 q “ lím
xÑx0 x ´ x0
upx, y0 q ` i vpx, y0 q ´ upx0 , y0 q ´ i vpx0 , y0 q
“ lím
xÑx0 x ´ x0
“ D1 upx0 , y0 q ` i D1 vpx0 , y0 q,
es decir
19.6.18. f 1 pz0 q “ D1 upx0 , y0 q ` i D1 vpx0 , y0 q.
Por otra parte, si nos aproximamos a z0 por medio de números de la forma x0 ` y i, es decir
por una recta vertical que pasa por z0 , tenemos
f px0 ` y iq ´ f px0 ` y0 iq
f 1 pz0 q “ lím
yÑy0 py ´ y0 q i
upx0 , yq ` i vpx0 , yq ´ upx0 , y0 q ´ i vpx0 , y0 q
“ lím
yÑy0 py ´ y0 q i
´ i upx0 , yq ` vpx0 , yq ` i upx0 , y0 q ´ vpx0 , y0 q
“ lím
yÑy0 y ´ y0
“ D2 vpx0 , y0 q ´ i D2 upx0 , y0 q,
es decir
19.6.19. f 1 pz0 q “ D2 vpx0 , y0 q ´ i D2 upx0 , y0 q.
De 19.6.18 y 19.6.19 tenemos que cuando f es holomorfa en z0 “ x0 ` y0 i, se satisfacen las
ecuaciones
19.6.20. D1 upx0 , y0 q “ D2 vpx0 , y0 q y D1 vpx0 , y0 q “ ´ D2 upx0 , y0 q.
upx, yq “ upx0 , y0 q ` D1 upx0 , y0 qpx ´ x0 q ` D2 upx0 , y0 qpy ´ y0 q ` αpx, yq|px, yq ´ px0 , y0 q|,
vpx, yq “ vpx0 , y0 q ` D1 vpx0 , y0 qpx ´ x0 q ` D2 vpx0 , y0 qpy ´ y0 q ` βpx, yq|px, yq ´ px0 , y0 q|,
donde βpx, yq Ñ 0 cuando px, yq Ñ px0 , y0 q. Haciendo f pzq “ upx, yq ` i vpx, yq tenemos que
donde ᾰpzq “ αpx, yq y β̆pzq “ βpx, yq, y obviamente ᾰpzq, β̆pzq Ñ 0 cuando z Ñ z0 . Ahora,
de la ecuación 19.6.28 y de las ecuaciones de Cauchy-Riemann tenemos
así mismo VTpγqpaq :“ 0. En caso de que VTpγqpxq ă `8 para todo x P ra; bs diremos que
γ es de variación acotada. En caso de que γ sea un camino de variación acotada diremos
que es un camino rectificable.
19.7.2. Definición. Sea α : ra; bs ÝÑ C una función de variación acotada tal que para
t P ra; bs y k P t1, 2u tenemos que α1 ptq “ Re pαptqq y α2 ptq “ Im pαptqq. Decimos que una
función f : ra; bs ÝÑ R es Riemann-Stieltjes integrable con respecto a α en el intervalo
ra; bs, lo cual denotamos como f P RSα si f P RSα1 y f P RSα2 ; en tal caso definimos la
integral de Riemann-Stieltjes de f con respecto a α desde a hasta b como
żb żb żb
f ptq d αptq :“ f ptq d α1 ptq ` i f ptq d α2 ptq,
a a a
Cuando g : ra; bs ÝÑ C sea tal que su parte real y su parte imaginaria sean Riemann-
Stieltjes integrables con respecto a α, diremos que g es Riemann-Stieltjes integrable con
respecto a α en ra; bs y definimos la integral de Riemann-Stieltjes de g con respecto a α
desde a hasta b como
żb żb żb
gptq d αptq :“ Re pgptqq d αptq ` i Im pgptqq d αptq,
a a a
existe en el conjunto de los números complejos. En tal caso a dicho límite se le llama la
derivada de α en t0 y se le denota como α1 pt0 q. Cuando α es derivable en cualquier elemento
de un conjunto A decimos que es derivable en A, y cuando es derivable en su dominio decimos
simplemente que α es derivable.
19.7.5. Observación. Si α : ra; bs ÝÑ C es derivable en un elemento t0 de ra; bs, entonces
las funciones α1 : ra; bs ÝÑ R y α2 : ra; bs ÝÑ R son también derivables en t0 y además
tÞÑRepαptqq tÞÑImpαptqq
Usando el teorema 17.4.52 podemos demostrar el teorema siguiente que es su similar para
el caso de integrales de funciones compleja.
19.7.7. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ C una función de variación acotada y f : ra; bs ÝÑ C
una función continua. Para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que para toda partición ∆ “ ptk qm
k“0
del intervalo ra; bs con la propiedad de que si }∆} ă δ se tiene que
ˇb ˇ
ˇż
ÿm ˇ
ˇ ˇ
ˇ f dα ´ f pξk qpαptk q ´ αptk´1 qqˇˇ ă ε,
ˇ
a
ˇ k“1 ˇ
siempre que pξk qm k“1 sea una sucesión finita de números reales tal que tk´1 ĺ ξk ĺ tk , para
todo k P t1, 2, . . . , mu.
En vista del teorema anterior, podría tener sentido generalizar el concepto de integral de
funciones continuas con respecto a caminos que no necesariamente sean rectificables mediante
la definición siguiente.
19.7.8. Definición. Sea α : r0; 1s ÝÑ C un camino y f : ra; bs ÝÑ C una función continua.
Cuando existe un número I con la propiedad de que para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que
para toda partición ∆ “ ptk qm
k“0 del intervalo ra; bs con la propiedad de que siempre que se
tenga }∆} ă δ se tenga también
ˇ ˇ
ˇ ÿm ˇ
ˇI ´ f pξk qpαptk q ´ αptk´1 qqˇ ă ε,
ˇ ˇ
ˇ k“1
ˇ
19.7. Integración compleja 781
siempre que pξk qm k“1 sea una sucesión finita de números reales tal que tk´1 ĺ ξk ĺ tk , para todo
k P t1, 2, . . . , mu, al número I lo llamaremos integral de f (desde a hasta b) con respecto a
α y lo denotaremos por
żb żb
f dα o bien por f ptq d αptq.
a a
żb żb żb
pc1 f1 ptq ` c2 f2 ptqq d αptq “ c1 f1 ptq d αptq ` c2 f2 ptq d αptq.
a a a
żb żb żb
f ptq dpc1 α1 ` c2 α2 qptq “ c1 f ptq d α1 ptq ` c2 f ptq d α2 ptq.
a a a
Del segundo teorema fundamental del cálculo 17.2.41 y de las propiedades de las derivadas
de funciones complejas de variable real tenemos el teorema siguiente.
19.7.11. Teorema. Sean a, b P R tales que a ă b y f P Rra; bs. Si F : ra; bs ÝÑ C es
continua, y además F 1 ptq “ f ptq para todo t P pa; bq, entonces
żb
f ptq d t “ F pbq ´ F paq.
a
ż żb
f pzq d z :“ f pγptqq d γptq,
γ a
782 19.7. Integración compleja
ż
la cual también se denota como f. Ahora bien, del corolario 18.1.6 podemos concluir que
γ ż ż
si γ y η son caminos equivalentes entonces f “ f , de manera que si H es la curva a la
γ η
cual pertenecen esos caminos, al valor común lo podemos denotar y lo denotaremos por
ż
f,
H
de donde tenemos que VTpγ ˝ şϕqpdq ĺ VTpγqpbq ă `8. Tenemos así, que si f es continua
en el recorrido de γ, entonces f está bien definida.
γ˝ϕ
19.7.15. Notación. Cuando γ : ra; bs ÝÑ C sea una función de variación acotada tendremos
que
ż żb
f pzq| d z| :“ f pγpzqq d VTpγqptq.
γ a
19.7. Integración compleja 783
Demostración. Tenemos que el camino β : r´b; ´as ÝÑ C dado por βptq “ γp´tq es una
parametrización de ´Γ , de manera que
ż ż ż´a ż´a
´ f pzq d z “ ´ f pzq d z “ ´ f pβptqq d βptq “ ´ f pγp´tqq d γp´tq
´Γ β ´b ´b
żb ż
“ f pγpsqq d γpsq “ f pzq d z,
a Γ
Demostración. Sea ra; bs el dominio de γ. Por el corolario 17.4.58 existe una sucesión de
caminos poligonales pγk q8 k“1 , tales que para todo k P N γk : ra; bs ÝÑ A, existe una partición
de ra; bs de la forma ptk,j qm
j“0 tal que γptk,j q “ γk ptk,j q, el conjunto de vértices o extremos del
k
żb żb
19.7.18. lím f pγk ptqq d γk ptq “ f pγptqq d γptq.
kÑ8
a a
Ahora, del teorema 19.7.11 y haciendo un cambio de variable tenemos que para todo k P N
żb tk,j tk,j
mk ż
ÿ mk ż
ÿ
f pγk ptqq d γk ptq “ f pγk ptqq d γk ptq “ f pγk ptqqγk1 ptq d t
j“1 j“1
a tk,j´1 tk,j´1
tżk,j
mk
ÿ mk
ÿ
“ pF ˝ γk q1 ptq d t “ pF pγk ptk,j qq ´ F pγk ptk,j´1 qqq
j“1 j“1
tk,j´1
¨ ˛
ż ż ż ż
öupx, yq d x ´ övpx, yq d y ` i ˝övpx, yq d x ` öupx, yq d y ‚.
Γ1 Γ1 Γ1 Γ1
en lugar de ż
öf pzq d z,
Γ
ż ż
por ejemplo ö f pzq d z “ ö f pzq d z.
|z´a|“ρ B Bpa,ρq
ei s
Solución. Hagamos ϕps, tq “ para t P r0; 1s y s P r0; 2πs. Tenemos así que la función
ei s ´tz
g dada por
ż2π
gptq “ ϕps, tq d s
0
786 19.7. Integración compleja
pero para cada t P r0; 1s tenemos que la función Φt dada por Φt psq “ z ipei s ´tzq´1 tiene
derivada dada por Φ1t psq “ ´z ipei s ´tzq´2 pi ei s q “ z ei s pei s ´tzq´2 , de manera que, por el
teorema fundamental del cálculo 17.2.41, g 1 ptq “ Φt p2πq ´ Φt p0q “ 0. Tenemos así que g es
constante, es decir gptq “ gp0q “ 2π. Tomando t “ 1 tenemos que
ż2π
ei s
d s “ 2π.
ei s ´z
0
d
pues f pz ` twq{t “ f 1 pz ` twq. Tenemos así que la función gz es constante, de manera
dw
que gz p0q “ gz ptq, pero
¨ ˛
ż2π is ż
f pzqr e 1 1
19.7.25. gz p0q “ i s
d s ´ 2πf pzq “ f pzq ˝ d w ´ 2π‚.
a ` r e ´z i w´z
0 γ
19.7. Integración compleja 787
ż2π ż2π
i r ei s i ei s
ż
1
dw “ ds “ d s “ 2π i,
w´z r ei s ´z ei s ´z{r
γ 0 0
por lo que de esta última igualdad y de la igualdad 19.7.25 obtenemos que gz p0q “ 0, pero
como gz es constante tenemos también que gz p1q “ 1, es decir
ż2π ˆ ˙
f pa ` r ei s qr ei s
´ f pzq d s “ 0,
a ` r ei s ´z
0
o equivalentemente
ż2π
f pa ` r ei s qr ei s
ż
1 1 f pwq
f pzq “ i s
ds “ d w,
2π a ` r e ´z 2π i w´z
0 γ
ż2π
1
f pz0 q “ f pz0 ` r ei θ q d θ.
2π
0
ż2π ż2π
f pz0 ` r ei θ q
ż
1 f pwq 1 1
f pz0 q “ dw “ i θ
dpz0 ` r ei θ q “ f pz0 ` r ei θ q d θ,
2π i w ´ z0 2π i z0 ` r e ´z0 2π
γ 0 0
Demostración. Sea ε ą 0. Por hipótesis existe un N P N tal que para todo n P N que
satisfaga que n ľ N se tiene que |fn pzq ´ f pzq| ă VTpγqpbq
ε
para todo z P Γ . Tenemos que por
el teorema 19.7.16 b) que
ˇż ż ˇ ˇż ˇ ż
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ fn pzq d z ´ f pzq d z ˇ “ ˇ pfn pzq ´ f pzqq d z ˇ ĺ |fn pzq ´ f pzq|| d z| ĺ ε,
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
γ γ γ γ
ż 8
1 ÿ f pwq
f pzq “ ö k`1
pz ´ aqk d w,
2π i k“0
pw ´ aq
BBpa,rq
de manera que de 19.7.30 y 19.7.31 obtenemos 19.7.29, teniendo así que f es analítica en a,
y por el corolario 19.6.13 la función f tiene derivada de todos los órdenes en a. ‚
Del teorema anterior, considerando que cualquier punto z perteneciente a un conjunto
abierto A Ă C es el centro de una bola cerrada incluida en A, y del corolario 19.6.14 se tiene
el corolario siguiente
19.7.32. Corolario. Sea A Ă C un conjunto abierto, sea f : E ÝÑ C una función holomorfa
en G, donde A Ă E. La función f es analítica en A. Además, si a P A y Bpa, rq Ă A, entonces
ż
pnq n! f pwq
19.7.33. f paq “ ö d w.
2π i pw ´ aqn`1
BBpa,rq
19.7.34. Aclaración. Tenemos de los teoremas 19.6.10 y 19.7.28 que los conceptos de función
holomorfa y función analítica en un conjunto abierto A Ă C son equivalentes. Es por eso que
algunos llaman «analítica» a lo que en este texto se llama «holomorfa» y viceversa.
19.7.35. Estimación de Cauchy. Si f una función holomorfa en Bpa, Rq y |f pzq| ĺ M
para todo z P Bpa, Rq, entonces
n!M
|f pnq paq| ĺ n .
R
8
Demostración. Para z P Bpa, Rq tenemos que f pzq es de la forma ak pz ´ aqk , de manera
ř
k“0
que si 0 ă r ă R, entonce la serie converge absolutamente y uniformemente en Bpa, rq. Por el
8
teorema 19.3.26 tenemos que la serie ak
pz ´ aqk`1 tiene el mismo radio de convergencia
ř
k`1
k“0
8
que la serie ak pz ´ aqk , de manera que si para cada z P Bpa, Rq tomamos F pzq como
ř
k“0
8
ak
´ aqk`1 , entonces, debido al teorema 19.6.10, F 1 pzq “ f pzq.
ř
k`1
pz
k“0
790 19.7. Integración compleja
La función f es analítica en CzΓ y además, para cada a P CzΓ y cada Bpa, rq Ă CzΓ se tiene
que si z P Bpa, rq, entonces
¨ ˛
8 ż
˝ 1 gpwq
ÿ
19.7.39. f pzq “ k`1
d w‚pz ´ aqk .
k“0
2π i pw ´ aq
γ
ˇ ˇ
ˇz´aˇ
Demostración. Tenemos que si z P Bpa, rq Ă CzΓ y w P Γ , entonces ˇ ˇ ˇ ă 1, de
w ´ aˇ
manera que
8 ˆ ˙k ÿ n ˆ ˙k 8 ˆ ˙k
w´a 1 ÿ z´a z´a ÿ z´a
“ z´a “ “ `
w´z 1 ´ p w´a q k“0 w ´ a k“0
w´a k“n`1
w´a
n ˆ ˙ n`1 n
ÿ pz ´ aqk z´a w´a ÿ pz ´ aqk pz ´ aqn`1
` “ ` ,
k“0
pw ´ aqk w´a w ´ z k“0 pw ´ aqk pw ´ aqn pw ´ zq
teniendo así n
gpwq ÿ gpwq k gpwq pz ´ aqn`1
“ pz ´ aq ` ,
w ´ z k“0 pw ´ aqk`1 pw ´ zq pw ´ aqn`1
e integrando obtenemos
¨ ˛
n
gpwq pz ´ aqn`1
ż ż ż
gpwq ÿ gpwq
19.7.40. dw “ ˝ d w‚pz ´ aqk ` d w.
w´z k“0
pw ´ aqk`1 pw ´ zq pw ´ aqn`1
γ γ γ
gpwq pz ´ aqn`1
ż
1
donde Rn pzq “ d w.
2π i pw ´ zq pw ´ aqn`1
γ
De la ecuación anterior tenemos que la demostración
! estará terminada
) una vez compro-
bado que lím |Rn pzq| “ 0. Si z P Bpa, rq y Mz “ máx |w´a| : w P Γ tenemos que Mz ă 1,
|z´a|
nÑ8
de tal suerte que aplicando el teorema 19.7.16 b) resulta
Ahora, de la fórmula del producto notable que nos da la diferencia de potencias 5.6 VII),
tenemos que
ˆ ˙ k´1
1 1 1 1 ÿ 1 1
k
´ “ ´
pw ´ zq pw ´ aqk w ´ z w ´ a j“0 pw ´ zq k´1´j pw ´ aqj
k´1
ÿ 1 1
“ pz ´ aq k´j pw ´ aqj`1
,
j“0
pw ´ zq
Tomemos una sucesión pzn q8 n“1 de elementos de Bpa, rq que converja a a y veamos que debido
a la compacidad
´ de Γ y a la continuidad
¯8 de g, para cada j P N y cada k P N, la sucesión de
funciones w ÞÑ pw´zn qk´j pw´aqj`1
gpwq
converge uniformemente en Γ . Tomemos u “ máxt|w´
n“1 "ˇ ˇ *
ˇ gpwq ˇ
a| : w P Γ u, l “ mínt|w ´ a| : w P Γ u, Uj “ máx ˇ ˇ ˇ : w P Γ ; para cada ε ą 0 sea
pw ´ aqj ˇ
Nε P N tal que si n ľ Nε es un entero, entonces |zn ´ a| ă 12 míntε, l, 1u, de manera que para
m P N tenemos
ˇ ˇ ˇ ˇ m´1
ˇ 1 1 ˇ ˇ 1 1 ˇÿ 1 1
ˇ ´ ˇ“ˇ ´
ˇ pw ´ zn qm pw ´ aqm ˇ ˇ w ´ zn w ´ a ˇ
ˇ
m´1´ν
ν“0
|w ´ zn | |w ´ a|ν
|zn ´ a| 4 ε 4 2mε
ĺ m m´1 ă m m´1 “ m`1 ,
|w ´ zn ||w ´ a| l pl{2ql l l
792 19.7. Integración compleja
de manera que
ˇ ˇ ˇ ˇˇ ˇ
ˇ gpwq gpwq ˇ ˇ gpwq ˇ ˇ 1 1 ˇ
ˇ ´ ˇ ĺ ˇ ˇ ˇ ´ ˇ
ˇ pw ´ zn qk´j pw ´ aqj`1 pw ´ aqk´j pw ´ aqj`1 ˇ ˇ pw ´ aqj`1 ˇ ˇ pw ´ zn qk´j pw ´ aqk´j ˇ
2pk ´ jqε
ĺ Uj`1 k´j`1 .
l
k´j`1
Ahora, si tomamos ε˚ “ 2pk´jqU
εl
j`1
y n ľ Nε˚ , entonces
ˇ ˇ
ˇ gpwq gpwq ˇ
ˇ pw ´ zn qk´j pw ´ aqj`1 pw ´ aqk´j pw ´ aqj`1 ˇ ă ε,
´
ˇ ˇ
Tenemos así que G es constante en los subintervalos de ra; bs donde es derivable, pero como
G es continua, entonces es constante en ra; bs, en particular Gpbq “ Gpaq, es decir
de manera que por el lema 19.7.44 llegamos a que Iγ pz0 q “ 0. Tenemos además, por el teorema
19.7.37, que la la función Iγ es continua en CzΓ , de manera que por el teorema 14.3.38 el
conjunto Iγ rBs es conexo, pero debido al teorema 19.7.44 tenemos Iγ rBs Ă Z, y por ser Iγ rBs
conexo, entonces Iγ rBs “ t0u, es decir Iγ pzq “ 0 para todo z en la componente conexa no
acotada de CzΓ . ‚
19.7.46. Lema. Sean: z0 P C; γ0 y γ1 dos caminos homtópicos en Cztz0 u que son cerrados
y seccionalmente suaves; Iγ0 e Iγ1 definidas como en el lema 19.7.44. Tenemos que Iγ0 pz0 q “
Iγ1 pz0 q.
Demostración. Tomemos en consideración que para cualesquiera dos números complejos
z y w la expresión rz; ws denota al segmento en C con extremos z y w. Sea ra; bs el dominio
común de γ0 y γ1 y tomemos una homotopía η : ra; bs ˆ r0; 1s ÝÑ Cztz0 u tal que γ0 “ ηp¨, 0q,
γ1 “ ηp¨, 1q y para cada u P r0; 1s la función γu :“ ηp¨, uq sea seccionalmente suave. Tomemos
además R ą 0 tal que |z ´ z0 | ą R para todo z P Rpηq.
Para ε P p0; R2 q sea N P N tal que para` todo ˘ número natural n ľ N se tenga que
|ηpt, uq ´ ηpr, sq| ă ε siempre que |t ´ r| ă 2 n y |u ´ s| ă n . Tomemos así la partición
b´a 2
pck qnk“0 :“ pa ` k b´a qn del intervalo ra; bs y la partición p nk qnk“0 del intervalo r0; 1s de manera
n k“0
que la trayectoria cerrada
” ı ” ı
Γk,j :“ γ k rrcj´1 ; cj ss Y γ k´1 rrcj´1 ; cj ss Y γ k´1 pcj´1 q; γ k pcj´1 q Y γ k pcj q; γ k´1 pcj q
n n n n n n
tenga a z0 en la componente conexa no acotada de CzΓk,j . Sea γk,j : r0; 1s ÝÑ C una para-
metrización de Γ tal que γk,j p0q “ γ k´1 pcj´1 q, γk,j p 14 q “ γ k pcj´1 q, γk,j rr0; 14 ss “
” ı n n
γ k´1 pcj´1 q; γ k pcj´1 q , γk,j p 2 q “ γ k pcj q, γk,j rr 4 ; 2 ss “ γ k rrcj´1 ; cj ss, γk,j p 43 q “ γ k´1 pcj q,
1 1 1
n ”n ı n n n
γk,j rr 2 ; 4 ss “ γ k pcj q; γ k´1 pcj q , γk,j p1q “ γk,j p0q “ γ k´1 pcj´1 q y γk,j rr 4 ; 1ss “ γ k´1 rrcj´1 ; cj ss,
1 3 3
n n n n
794 19.7. Integración compleja
Demostración. Sea pγk q8 k“1 una sucesión de caminos poligonales homotópicos en Cztz0 u
a γ tales que para todo k P N exista una partición ptk,j qm j“0 tal que γk ptk,j q “ γptk,j q, el
k
conjunto de vértices o extremos de cada γk sea tγk ptk,0 q, γk ptk,1 q, . . . , γk ptk,mk qu, y además,
por el corolario 17.4.58, se cumple la igualdad 19.7.18, que aplicándola a nuestro caso es
ż ż
1 1 1 1
19.7.49. lím dz “ d z.
kÑ8 2π i z ´ z0 2π i z ´ z0
γk γ
19.7. Integración compleja 795
Como γj y γ son caminos homotópicos en Cztz0 u tenemos que indz0 pγj q “ indz0 pγq, de
manera que de la ecuación 19.7.49 y del lema 19.7.46, aunado a que indz0 pγj q no depende de
j, tenemos que
ż ż ż
1 1 1 1 1 1
indz0 pγq “ indz0 pγj q “ d z “ lím dz “ d z,
2π i z ´ z0 kÑ8 2π i z ´ z0 2π i z ´ z0
γj γk γ
ż ż1 ż1
“ f pwq d w “ f ptpz ` ∆q ` p1 ´ tqzq∆ d t “ ∆ f pz ` t∆q d t.
rz;z`∆sz,z`∆ 0 0
ż ż1 ż1
“ f pwq d w “ f ptpz ` ∆q ` p1 ´ tqzq∆ d t “ ∆ f pz ` t∆q d t.
rz;z`∆sz,z`∆ 0 0
796 19.7. Integración compleja
ż1
“∆ f pz ` t∆q d t.
0
En el caso d) tenemos
ż ż1 ż1
F pz`∆q´F pzq “ F pz0 `∆q “ f pwq d w “ ∆ f pz0 `t∆q d t “ ∆ f pz`t∆q d t.
rz0 ;z0 `∆sz0 ,z0 `∆ 0 0
Ahora, como f es continua tenemos que para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que si |∆| ă δ,
entonces |f pz ` ∆q ´ f pzq| ă ε, de manera que
ˇ ˇ ˇ1 ˇ
ˇ ˇ ˇż1 ˇ ˇż ˇ
ˇ F pz ` ∆q ´ F pzq ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ´ f pzqˇ “ ˇ f pz ` t∆q d t ´ f pzqˇ “ ˇ pf pz ` t∆q ´ f pzqq d tˇ
ˇ ∆ ˇ ˇ
ˇ
ˇ ˇ
ˇ ˇ
ˇ
ˇ
0 0
ż1 ż1
ĺ |f pz ` t∆q ´ f pzq| d t ĺ ε d t “ ε,
0 0
por lo que f pzq “ F 1 pzq para todo z P Bpz0 , rq. Así pues, F es holomorfa en Bpz0 , rq, y
debido al teorema 19.7.28 tiene derivada de todos los órdenes en z0 , por lo cual f también
tiene derivada de todos los órdenes en z0 , en particular f es derivable en z0 pero como z0
puede ser cualquier elemento de A, entonces f es holomorfa en A ‚
19.7.51. Teorema de Cauchy-Goursat. Sea A Ă C un conjunto abierto y Γ Ă A una
trayectoria cerrada simple de longitud finita cuyo interior está incluido en A. Si f es una
función holomorfa en A, entonces ż
öf pzq d z “ 0.
Γ
19.7. Integración compleja 797
y sea Tn˚˚ la unión de dicho triángulo con su interior, sea además un un elemento en el interior
de Tn˚˚ . Como cada un P T1˚˚ , entonces pun q8 n“1 tiene una subsucesión convergente pumk qk“1 .
8
Sea u0 el límite de esa subsucesión. Como f ˇes holomorfa en u0 , para ˇ todo ε ą 0 existe un
ˇ f pzq ´ f pu0 q
δ ą 0 tal que si 0 ă |z ´ u0 | ă δ, entonces ˇˇ ´ f 1 pu0 qˇˇ ă ε. Tomemos K P N
ˇ
z ´ u0
suficientemente grande, de tal manera que si k ľ K, entonces |z ´ u0 | ă δ para todo z P Tm˚˚k .
Por otro lado tenemos que
ˆ ˙
d 1 pz ´ u0 q2
f pu0 qz ` f pu0 q “ f pu0 q ` f 1 pu0 qpz ´ u0 q,
dz 2
de manera que por el corolario 19.7.19 tenemos que
ż
ö pf pu0 q ` f 1 pu0 qpz ´ u0 qq d z “ 0,
˚
Tm k
p ε diámpT q
ĺ .
22mk
798 19.7. Integración compleja
de manera que el resultado se cumple en el caso en que Γ es una región poligonal cerrada
simple.
En el caso general en que Γ es cualquier trayectoria cerrada simple de longitud finita cuyo
interior está incluido en A, por el corolario 17.4.58 existe una sucesión pΓk q8
k“1 de trayectorias
cerradas simples en A que converge uniformemente a Γ , cuyas componentes son homotópicas
a Γ y tienen sus vértices en Γ , y además cumple que
ż ż
lím ö f pzq d z “ öf pzq d z,
kÑ8
Γk Γ
ż ż
pero como cada öf pzq d z “ 0, entonces öf pzq d z “ 0. ‚
Γk Γ
Ahora, si |v ´ z0 | ă δ, entonces
ˇ ˇ
ˇż ˇ ż
ˇ ˇ
|gpvq ´ gpz0 q| “ ˇˇ pϕpw, vq ´ ϕpw, z0 qq d wˇˇ ĺ |ϕpw, vq ´ ϕpw, z0 q|| d w|
ˇ ˇ
γ γ
ε
ĺ VTpγqpbq “ ε,
VTpγqpbq
de manera que g es continua en cualquier z0 P C2 , en particular es continua en z, para cada
z P A, es decir g es continua en A.
Supongamos ahora que D2 ϕ es continua y para cada z P A tomemos de nuevo rz ą 0 tal
que Cz :“ Bpz, rz q Ă A de tal manera que D2 ϕ es uniformemente
b continua en Γ ˆCz . Tenemos
así que para cada ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que si pu ´ wqpu ´ wq ` pz0 ´ vqpz0 ´ vq ă δ,
entonces
ε
| D2 ϕpu, z0 q ´ D2 ϕpw, vq| ă ,
VTpγqpbq
en particular
ε
| D2 ϕpw, z0 q ´ D2 ϕpw, z1 q| ă , si |z1 ´ z0 | ă δ.
VTpγqpbq
De la desigualdad anterior tenemos que para todo w P Γ
ˇ1 ˇ
ˇż ˇ
ˇ pD2 ϕpw, z0 ` tpz1 ´ z0 qq ´ D2 ϕpw, z0 qq dpz0 ` tpz1 ´ z0 qqˇ ă ε|z1 ´ z0 | .
ˇ ˇ
19.7.54. ˇ ˇ VTpγqpbq
ˇ ˇ
0
γ
demostrada la forma compleja de la regla de Leibniz. ‚
19.7.55. Teorema de Liouville. Si f : C ÝÑ C es holomorfa y acotada, entonces f es
constante.
Demostración. Sea M ą 0 y supongamos que |f pzq| ĺ M para todo z P C. Debido a la
estimación de Cauchy 19.7.35 tenemos que |f 1 pzq| ĺ MR
para todo R ą 0, de manera que
f pzq “ 0 y por el teorema 19.6.24 tenemos que f es constante.
1
‚
19.7.56. Fórmula integral de Cauchy. Sea A Ă C un conjunto abierto, f : A ÝÑ C una
función holomorfa. Sea γ un camino rectificable cerrado en A tal que indz pγq “ 0 para todo
z P CzA. Si Γ es la trayectoria de γ, entonces para todo a P AzΓ
ż
1 f pwq
inda pγqf paq “ d w.
2π i w ´ a
γ
ϕpz, wq “ z´w
si z “ w,
% 1
f pzq
y así lím gpzq “ 0, lo cual implica que existe un R ą 0 tal que si |z| ą R, entonces |gpzq| ă 1,
zÑ8
pero como g es continua, entonces es acotada en Bp0, Rq, de manera que g es acotada en todo
C y por el teorema de Liouville 19.7.55 es también constante. Ahora, como lím gpzq “ 0,
zÑ8
tenemos que gpzq “ 0 para todo z P C, de manera que si a P AzΓ , entonces
ż ż ż
f pwq ´ f paq f pwq 1
0 “ gpaq “ dw “ d w ´ f paq dw
w´a w´a w´a
γ γ γ
ż
f pwq
“ d w ´ f paq2π i inda pγq,
w´a
γ
final αk p0q, de tal manera que los recorridos de cada ηk no se intersequen, tomando η0 :“ ηn ,
además de tomar un camino simple βk : r0; 1s ÝÑ G que vaya de γk p0q a γk´1 p 12 q, considerando
por conveniencia γ0 :“ γn y tomados los caminos de manera tal que no se intersequen
entre sí, y no se intersequen con ningún ηk mas que posiblemente en uno de sus extremos;
consideraremos finalmente dos caminos γk˚ : r0; 1s ÝÑ αk rr 21 s; 1s y γk˚˚ : r0; 1s ÝÑ αk rr0; 21 ss
que tengan como punto inicial a γk p 12 q y como punto final a γk p0q. Observemos que de acuerdo
al teorema de Cauchy-Goursat 19.7.51 y a las propiedades de las integrales de línea obtenemos
ż ż ż ż ż
f pzq d z ` f pzq d z ` f pzq d z ` f pzq d z ` f pzq d z “ 0
αk ηk βk ˚ ö́ηk´1
γk´1
802 19.7. Integración compleja
y además
n
ÿ ż
f pzq d z “ 0,
k“1
ö́pγk˚˚ ö̀βk q
Demostración. Sea M la variación total de γ y para cada ε ą 0 sea N P N tal que para
todo número natural k ľ N se tenga que |fk pzq ´ f pzq| ă Mε , para todo z P Γ . Tomemos
pues k ľ N para obtener
ˇż ż ˇ ż ż
ˇ ˇ ε
ˇ fk pzq d z ´ f pzq d z ˇ ĺ |fk pzq ´ f pzq|| d z| ĺ | d z| “ ε,
ˇ ˇ
ˇ ˇ M
γ γ γ γ
8
ż ˆÿ ˙ 8 ż
ÿ
fk pzq d z “ fk pzq d z.
γ k“1 k“1 γ
19.8. Ceros y singularidades aisladas 803
tenemos que g es holomorfa en Bpa, Rq y f pzq “ pz ´ aqk gpzq, con gpaq “ ak ‰ 0. Por
ser g holomorfa, es continua, de manera que existe un r P p0; Rq tal que gpzq ‰ 0 para
todo z P Bpa, rq. Ahora, como a es un punto de acumulación de Z tenemos que existe un
b P Bpa, rqztau tal que f pbq “ 0, de manera que 0 “ pb ´ aqk gpbq, lo cual implica que gpbq “ 0,
llegando así a una contradicción. Por lo tanto no hay k P N tal que f pkq paq ‰ 0, teniendo así
el inciso b).
804 19.8. Ceros y singularidades aisladas
Veamos finalmente que b) implica a): Sea G “ tz P A : f pkq pzq “ 0 para todo k P NYt0uu.
Por hipótesis de b) tenemos que G ‰ ∅. Veremos que G es abierto y cerrado en A, y así que
A “ G. Sea z0 P G y pzj q8
j“1 una sucesión de elementos de G que converge a z0 . Por ser cada
f una función continua tenemos que f pkq pz0 q “ 0, de manera que z0 P G, teniendo así que
pkq
G es cerrado. Para ver que G es abierto, sea a P G y R ą 0 tal que Bpa.Rq Ă A y expresemos
a f como serie de potencias alrededor de a mediante
8
ÿ
f pzq “ ak pz ´ aqk ,
k“0
cuyo radio de convergencia es mayor o igual que R. Ahora, como f pkq paq “ 0 tenemos del
corolario 19.6.14 que ak “ 0 para todo k P N Y t0u, de manera que f pzq “ 0 para todo
z P Bpa, Rq, de lo cual se concluye que f pkq pzq “ 0 para todo z P Bpa, Rq y todo k P N Y t0u,
teniendo así que G es abierto en A. Como A “ G tenemos, en particular, que f pzq “ 0, para
todo z P A. ‚
Demostración. Del teorema 19.8.3 se sigue que a es un punto aislado de tz P A : f pzq “ 0u,
y de tal hecho se tiene el corolario. ‚
Demostración. Sea k el mayor entero tal que f pjq paq “ 0 para 0 ĺ j ă k y sea gpzq “
pz ´ aq´k f pzq para todo z P Aztau y gpaq “ k!1 f pkq paq. Observemos que g es holomorfa
en Aztau, de manera que para ver que g es holomorfa en A es suficiente mostrar que g es
gpzq ´ gpaq
holomorfa en a, es decir que lím existe y es un número complejo. En efecto,
zÑa z´a
19.8. Ceros y singularidades aisladas 805
ż2π
1
f paq “ f pa ` R ei t q d t,
2π
0
ż2π
1
19.8.8. |f paq| ĺ |f pa ` R ei t q| d t ĺ |f paq|,
2π
0
ż2π
p|f paq| ´ |f pa ` R ei t q|q d t “ 0,
0
z P Bpa, Rq. Ahora. como A es conexo, para todo z0 P A existe un camino γ : r0; 1s ÝÑ A cuyo
punto inicial es a y cuyo punto final es z0 . Tenemos que |f pγptqq| ĺ |f paq| para todo t P r0; 1s.
Veamos que es imposible que |f pz0 q| ă |f paq|. De ser esto posible al tomar t˚ “ ínf tt P r0; 1s
tal que |f pγptqq| ă |f paq|u y r˚ ą 0 tal que Bpγpt˚ q, r˚ q Ă A tendríamos algún t0 P pt˚ ; 1s
satifacería γpt0 q P Bpγpt˚ q, r˚ q y además |f pγpt0 qq| ă |f paq| “ |f pγpt˚ qq|, en contradicción
con lo ya demostrado, pero jugando ahora γpt˚ q el papel de a. Debido a que es imposible que
|f pz0 q| ă |f paq| tenemos que |f pz0 q| “ |f paq|, por lo que |f pzq| es constante para todo z P A.
Tenemos así que del teorema 19.6.24 b) se concluye que f es constante. ‚
19.8.9. Corolario. Si K Ă C es un conjunto compacto, f : K ÝÑ C es una función continua
que es holomorfa en el interior de K, entonces existe un z0 P BK tal que |f pz0 q| “ máxt|f pzq| :
z P Ku.
Demostración. Por ser |f | : K ÝÑ R una función continua y K un conjunto compacto,
zÞÑ|f pzq|
existe un z1 P K tal que |f pz1 q| “ supt|f pzq| : z P Ku. Si z1 P BK el resultado se sigue al
˝ ˝
hacer z0 “ z1 . Si z1 P K sea G la componente conexa de K en la cual está z1 . Tenemos
que f |G es una función holomorfa, de manera que por el principio del módulo máximo
19.8.7 tenemos que f |G es constante, es decir f es constante en G y por lo tanto también
es constante en G, de manera que al tomar cualquier z0 P BG tenemos que z0 P BK y
|f pz0 q| “ |f pz1 q| “ máxt|f pzq| : z P Ku. ‚
El teorema siguiente es una versión de la regla de l’Hôpital en variable compleja.
19.8.10. Teorema (regla de l’Hôpital en C). Si r ą 0, a P C, f y g son funciones
holomorfas en Bpa, rq, y f paq “ gpaq “ 0, entonces
f pzq f 1 pzq
lím “ lím 1 .
zÑa gpzq zÑa g pzq
y por otra
8
ÿ 8
ÿ
j´1
jaj pz ´ aq pz ´ aqp´1
pj ` pqaj`p pz ´ aqj
f 1 pzq j“p j“0 pap
lím “ lím 8 “ lím 8 “ lím pz ´ aqp´q
zÑa g pzq
1 zÑa ÿ zÑa ÿ qbq zÑa
jbj pz ´ aqj´1 pz ´ aqq´1 pj ` qqbj`q pz ´ aqj
j“q j“0
19.8. Ceros y singularidades aisladas 807
f pzq ap f 1 pzq
En caso de que p “ q tenemos lím “ “ lím 1 . En caso de que p ą q tenemos
zÑa gpzq bp zÑa g pzq
1
f pzq f pzq f pzq
lím “ 0 “ lím 1 . Finalmente, en caso de que p ă q tenemos lím “ 8 “
zÑa gpzq zÑa g pzq zÑa gpzq
f 1 pzq
lím 1 . ‚
zÑa g pzq
19.8.11. Lema de Schwarz. Si f es una función compleja holomorfa en Bp0, 1q tal que:
a) |f pzq| ĺ 1 para todo z P Bp0, 1q,
b) f p0q “ 0;
entonces |f 1 p0q| ĺ 1 y |f pzq| ĺ |z| para todo z P Bp0, 1q. Más aún, si |f 1 p0q| “ 1 ó |f pzq| “ |z|
para algún z ‰ 0, entonces existe un c P C con |c| “ 1 tal que f pwq “ cw, para todo
w P Bp0, 1q.
Demostración. Sea g : Bp0, 1q ÝÑ C la función dada por
$
& f pzq , si z ‰ 0,
gpzq “ z
f p0q, si z “ 0.
% 1
8
ÿ f pk`1q p0q k
Como podemos ver, gpzq “ z , de manera que g es holomorfa.
k“0
pk ` 1q!
De a) tenemos que si 0 ă |z| “ r ă 1, entonces |gpzq| “ |f|z| pzq|
ĺ 1r , pero por el corolario
al principio del módulo máximo 19.8.9 tenemos que |gpzq| ĺ 1r si |z| ĺ r, por lo que de b)
obtenemos que |f pzq| ĺ |z|r´1 para todo z P Bp0, rq, pero al hacer tender r ˇa 1 obtenemos ˇ
ˇ f pzq ˇ
que |f pzq| ĺ |z| para todo z P Bp0, 1q. Ahora, si z P Bp0, 1qzt0u, entonces ˇ ˇ ˇ ĺ 1, de
z ˇ
manera que al hacer tender z a 0 obtenemos que |f 1 p0q| ĺ 1.
Ahora, si |f 1 p0q| “ 1, o bien para algún z P Bp0, 1qzt0u se tiene que |f pzq| “ |z|, entonces
|gpz0 q| “ 1 para algún z0 P Bp0, 1q, pero como gpwq ĺ 1 para todo w P Bp0, 1q tenemos, por
el principio del módulo máximo 19.8.7, que g es constante, teniendo así que f pkq p0q “ 0 para
todo entero no negativo k ‰ 1, teniendo así que f pwq “ f 1 p0qw. Al tener que g es constante
tenemos además que |gpwq| “ 1 para todo w P Bp0, 1q, de tal suerte que necesariamente
|f 1 p0q| “ 1, con lo que el resultado se concluye al tomar c “ f 1 p0q. ‚
19.8.12. Definiciones. Supongamos que pck q8 k“0 y pc´k qk“1 son dos sucesiones de números
8
en caso de que ambas series sean números complejos, o que una de ellas sea un número
complejo y la otra sea 8. Recordemos que si z P C, entonces z ` 8 “ 8 ` z “ 8. En caso
`8
ÿ 8
ÿ
de que las dos series ck pz ´ aq y
k
c´k pz ´ aq´k converjan absolutamente diremos que
k“0 k“1
`8
ÿ
la serie de Laurent ck pz ´ aqk converge absolutamente. Similarmente diremos que
k“´8
la serie de Laurent converge uniformemente en un conjunto si ambas series convergen
uniformemente en el conjunto.
19.8.13. Definiciones y notaciones. Si a P C, ρ1 ľ 0 y ρ2 ľ 0, al conjunto tz P C : ρ1 ă
|z ´ a| ă ρ2 u le llamaremos anillo abierto o corona con centro en a, radio exterior ρ2 y
radio interior ρ1 , el cual denotaremos por
annpa, ρ1 , ρ2 q,
dicha notación proviene de la abreviación de palabra latina «annulus» que significa anillo.
Así mismo, annpa, ρ1 , ρ2 q :“ annpa, ρ1 , ρ2 q y le llamaremos anillo cerrado con centro en a,
radio exterior ρ2 y radio interior ρ1 . Observemos que si ρ1 ľ ρ2 , entonces annpa, ρ1 , ρ2 q “
∅. En caso de que 0 “ ρ1 ă ρ2 ă `8, al anillo abierto annpa, ρ1 , ρ2 q le llamaremos disco
pinchado (en su centro a).
`8
ÿ
19.8.14. Definición. Dada una serie de Laurent ck pz ´ aqk , donde a es un número
k“´8
8
ÿ
constante, tenemos que si ρ2 es el radio de convergencia de la serie de potencias ck w k
k“0
8
ÿ
y τ es el radio de convergencia de la serie de potencias c´k wk , entonces las series las
k“1
8
ÿ 8
ÿ
series ck pz ´ aqk y c´k pz ´ aq´k serán absolutamente convergentes en annpa, ρ1 , ρ2 q,
k“0 k“1
donde ρ1 “ τ1 y serán uniformenete convergentes en cualquier subconjunto compacto de
annpa, ρ1 , ρ2 q. En tal caso al conjunto annpa, ρ1 , ρ2 q le llamaremos anillo de convergencia
`8
ÿ
de la serie de Laurent ck pz ´ aqk .
k“´8
19.8.15. Observación. Tenemos que la serie de Laurent dada en la definición anterior
no está definida como número complejo para valores de z en el exterior de su anillo de
convergencia, mientras que la función f : annpa, ρ1 , ρ2 q ÝÑ C, dada por
`8
ÿ
f pzq “ ck pz ´ aqk
k“´8
es holomorfa.
19.8.16. Teorema. Sea f : annpa, ρ1 , ρ2 q ÝÑ C una función holomorfa definida mediante la
serie de Laurent
`8
ÿ
f pzq “ ck pz ´ aqk .
k“´8
19.8. Ceros y singularidades aisladas 809
para todo k P Z y ρ1 ă r ă ρ2 .
Demostración. Aplicando el teorema 19.7.27, luego el corolario 19.7.19 y el teorema 19.7.48
tenemos que
8
cj pz ´ aqj
ż ż
1 f pzq 1 ÿ
ö d z “ ö dz
2π i pz ´ aqk`1 2π i j“´8 pz ´ aqk`1
BBpa,rq BBpa,rq
¨ ˛
8
cj pz ´ aqj cj pz ´ aqk cj pz ´ aqj
ż ż ż
1 ˚ÿ ÿ
d z d z d z‚
‹
“ ö ` ö ` ö
pz ´ aqk`1 pz ´ aqk`1 k`1
˝
2π i jăk j“k`1
pz ´ aq
BBpa,rq BBpa,rq BBpa,rq
¨ ˛
ż ż 8 ż
1 ˚ÿ cj 1 ÿ
d z ` ck dz ` ö cj pz ´ aqj´pk`1q d z ‚
‹
“ ˝ ö ö
2π i jăk pz ´ aqpk´jq`1 z´a j“k`1
BBpa,rq BBpa,rq BBpa,rq
˜ ¸
8
1 ÿ ÿ
“ 0 ` ck 2π i ` 0 “ ck ,
2π i jăk j“k`1
tenemos que
8
ÿ g pk`1q paq
f pzq “ pz ´ aqk ,
k“0
pk ` 1q!
de manera que f es analítica y por lo tanto holomorfa en Bpa, rq. ‚
19.8.19. Teorema. Sea f : annpa, ρ1 , ρ2 q ÝÑ C una función holomorfa. Tenemos que la
función f se puede expresar mediante una serie de Laurent de la forma
`8
ÿ
f pzq “ ck pz ´ aqk .
k“´8
810 19.8. Ceros y singularidades aisladas
Demostración. Observemos que debido al teorema 19.8.16 si f pzq puede ser expresada
mediante una serie de Laurent en el anillo annpa, ρ1 , ρ2 q, entonces los coeficientes de la serie
de Laurent están dados por la fórmula 19.8.17, para cualquier r P pρ1 ; ρ2 q.
Observemos que para todo k P Z la función gk : annpa, ρ1 , ρ2 q ÝÑ C es holomorfa y si r1
f pzq
zÞÑ
pz´aqk`1
y r2 son números positivos tales que ρ1 ă r1 ă r2 ă ρ2 , entonces, debido al teorema 19.7.57,
ż ż
ö gk pzq d z “ ö gk pzq d z,
BBpa,r2 q BBpa,r1 q
es decir, el valor de
ż ż
1 1 f pzq
ö gk pzq d z “ ö dz
2π i 2π i pz ´ aqk`1
BBpa,rq BBpa,rq
1 Mr Mr
|ck | ĺ 2πr “ ,
2π rk`1 rk
y si |z ´ a| ą r1 , entonces
8
ÿ Mr1
|c´k ||z ´ a|´k ĺ r1 ,
k“1
1 ´ |z´a|
`8
ÿ
de manera que la serie de Laurent hpzq :“ ck pz ´ aqk es absolutamente convergente en
k“´8
annpa, r1 , r2 q. Observemos que si tomamos r1˚ y r2˚ tales que ρ1 ă r1˚ ă r1 y r2 ă r2˚ ă ρ2 ,
entonces hpzq es también absolutamente convergente en annpa, r1˚ , r2˚ q, de manera que es
además uniformemente convergente en annpa, r1 , r2 q.
Para cada z0 P annpa, r1 , r2 q sean A, B P C tales que |A ´ a| “ r1 , |B ´ a| “ r2 y
z0 R rA; Bs Ă annpa, r1 , r2 q. Sea η : r0; 1s ÝÑ rA; Bs la parametrización de rA; Bs que va
de A a B tal que ηptq “ A ` tpB ´ Aq; γ1 : r0; 1s ÝÑ C una parametrización simple en
sentido de las manecillas del reloj de la circunferencia con centro en a y radio r1 tal que
γ1 p0q “ γ1 p1q “ A; γ2 : r0; 1s ÝÑ C una parametrización simple en sentido contrario a las
manecillas del reloj de la circunferencia con centro en a y radio r2 tal que γ2 p0q “ γ2 p1q “ B;
19.8. Ceros y singularidades aisladas 811
Observemos que
pkq ż
f2 paq 1 f pwq
“ ck “ ö d w, para todo k P N Y t0u.
k! 2π i pw ´ zqk`1
BBpa,r2˚ q
˙ ˆ ˆ ˙
1 1
Definamos ahora la función s : B 0, ˚ ÝÑ C como spzq “ f1 a ` si z ‰ 0, y
r1 ˆ ˙ ˆ z ˙
1 1
sp0q “ 0. Observemos que s holomorfa en ann 0, 0, ˚ y continua en B 0, ˚ , y debido
ˆ ˙ r1 rˆ
1 ˙
1 1
al lema 19.8.18 es holomorfa en B 0, ˚ . Tenemos así que para cada z P B 0, ˚ spzq
r1 r1
puede expresarse como una serie de potencias alrededor de 0, es decir
8
ÿ
spzq “ bk z k ,
k“1
812 19.8. Ceros y singularidades aisladas
de manera que
ˆ ˙ ˆ ˙ 8 ˆ ˙k 8
1 1 ÿ 1 ÿ
f1 pzq “ f1 a` “s “ bk “ bk pz ´ aq´k ,
1{pz ´ aq z´a k“1
z´a k“1
ˇ ˇ
ˇ 1 ˇ
para ˇˇ ˇ ă 1 , es decir para |z ´ a| ą r1˚ .
z ´ a ˇ r1˚
Tenemos así que para cada z P annpa, ρ1 , ρ2 q siempre existen r1˚ y r2˚ tales que ρ1 ă r1˚ ă
|z ´ a| ă r2˚ ă ρ2 , de manera que
8
ÿ 8
ÿ
k
f pzq “ ck pz ´ aq ` bk pz ´ aq´k ,
k“0 k“1
donde, debido al teorema 19.8.16, bk “ c´k para k P N y c´k está dado mediante la fórmula
`8
ÿ
19.8.17, es decir f pzq “ ck pz ´ aqk . ‚
k“´8
f pzq ´ w
tiene un polo en a. Si n es el orden de dicho polo entonces lím |z´a|n`1 |f pzq´w| “ 0.
z´a zÑa
Ahora, como |z´a| |f pzq| ĺ |z´a| |f pzq´w|`|z´a| |w| entonces lím |z´a|n`1 |f pzq| “
n`1 n`1 n`1
zÑa
0. Tenemos así que a es un polo o singularidad evitable de f , contradiciendo la hipótesis, de
manera que para todo w P C y todo ε ą 0 existirá un z P annpa, 0, δq tal que |f pzq ´ w| ă ε,
es decir w P f rannpa, 0, δqs, con lo que el teorema queda demostrado. ‚
19.8.26. Definición. Sea A Ă C un conjunto abierto, f : A ÝÑ C y a P C. Decimos que
f es meromorfa en a si es holomorfa en a, o bien a es un polo de f o una singularidad
evitable de f . Decimos que f es meromorfa en un conjunto abierto U si es meromorfa en
cada elemento de U .
19.8.27. Teorema. Si f y g son dos funciones complejas de variable compleja que son
holomorfas en un abierto conexo A y gpuq ‰ 0 para algún u P A, entonces la función h dada
f pzq
por hpzq “ es meromorfa en A.
gpzq
Demostración. Sea a P A. Si gpaq ‰ 0 ó f pzq “ 0 para todo z P A, entonces h es holomorfa
en a o tiene una singularidad evitable en a.
Si gpaq “ 0 y f puq ‰ 0 para algún u P A entonces, por el teorema 19.8.6, existen funciones
g1 y f1 analíticas en A (y por lo tanto holomorfas en A), tales que g1 paq ‰ 0, f1 paq ‰ 0,
gpzq “ pz ´ aqm g1 pzq, f pzq “ pz ´ aqn f1 pzq, para todo z P A, algún m P N y algún n P N Y t0u.
Tenemos así que si m ą n, entonces a es un polo de orden m ´ n de h, y si m ĺ n, entonces
a es una singularidad evitable de h. ‚
19.8.28. Teorema. Sea f una función compleja de variable compleja. Si f es meromorfa en
a, entonces su derivada f 1 también es meromorfa en a. Además, si a es un polo de orden m
de f , entonces es un polo de orden m ` 1 de f 1 . Ahora, si f tiene un cero a de multiplicidad
r, con r ą 1, entonces a es un cero de f 1 de multiplicidad r ´ 1. Si a es un cero de f de
multiplicidad 1, entonces a no es cero de f 1 .
Demostración. Tenemos que para algún n P Z la expresión como serie de Laurent de f pzq,
para cada z en algún disco pinchado annpa, 0, rq está dada por
8
ÿ
19.8.29. f pzq “ ck pz ´ aqk ,
k“n
1
Respf, aq “ g pm´1q paq,
pm ´ 1q!
o de manera equivalente
1 dm´1
Respf, aq “ lı́m ppz ´ aqm f pzqq .
pm ´ 1q! zÑa d z m´1
de manera que
`8
ÿ 8
ÿ
n`m
gpzq “ ck pz ´ aq “ ck´m pz ´ aqk
k“´m k“0
para cada z P Bpa, rq, de manera que al derivar m ´ 1 veces tenemos que los primeros m ´ 1
términos de la serie se anular y así
8
ÿ k!
g pm´1q pzq “ ck´m pz ´ aqk´pm´1q ,
k“m´1
pk ´ pm ´ 1qq!
1
Respf, aq “ g pm´1q paq,
pm ´ 1q!
1 d2 6z 36 6z
Respf, 8q “ lı́m e “ lı́m e “ 18 e48 .
zÑ8 2! d z 2 zÑ8 2!
19.8.35. Lema. Sea f una función compleja de variable compleja que es meromorfa en una
bola cerrada Bpa, rq, holomorfa en Bpa, rqztau y f pzq ‰ 0 para todo z P annpa, 0, rq.
donde h es una función que es holomorfa en Bpa, rq tal que hpaq “ 1, teniendo así que el
1
residuo de ff en a es n. Tenemos así que el inciso a) se sigue del teorema de los residuos
19.8.32.
La demostración del inciso b) es similar a la del inciso a), sustituyendo en el desarrollo el
valor de n por el de ´p. ‚
19.8.37. Principio del argumento. Sea A Ă C abierto y conexo, Γ Ă A una trayectoria
de Jordan de longitud finita y f : A ÝÑ C una función que es holomorfa en cada elemento de
Γ y meromorfa en el interior de Γ tal que f pzq ‰ 0 para todo z P Γ . Si z1 , z2 , . . . , zr son los
r diferentes ceros de f en el interior de Γ de multiplicidades n1 , n2 , . . . , nr respectivamente
y w1 , w2 , . . . , wm son los m diferentes polos de f en el interior de Γ de órdenes p1 , p2 , . . . ,
ÿr ÿm
pm respectivamente, y además N “ nk y P “ pk , entonces
k“1 k“1
ż 1
1 f pzq
ö d z “ N ´ P.
2π i f pzq
Γ
Por el lemma 19.8.35 tenemos que para cada i P t1, . . . , ru y cada j P t1, . . . , mu
ż ż
1 f 1 pzq 1 f 1 pzq
ö d z “ ni y ö d z “ ´pj ,
2π i f pzq 2π i f pzq
BBpzi ,ρi q BBpwj ,%j q
pf 1 ` g 1 qf ´ pf ` gqf 1 f 1 ` g1 f ` g 1
h1 “ “ ´ f,
f2 f f2
de manera que
h1 f 1 ` g1 f 1
“ ´ .
h f `g f
Como f no tiene ceros en Γ tenemos que h es holomorfa en Γ . La función h tampoco tiene
ceros en Γ , ya que si los tuviera existiría un z P Γ tal que f pzq ` gpzq “ 0, contradiciendo
el hecho de que |f pzq| ą |gpzq| para todo z P Γ . Sea γ : r0; 1s ÝÑ Γ una parametrización
simple de Γ en sentido contrario a las manecillas del reloj. Por hipótesis tenemos que para
todo t P r0; 1s
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ f pγptqq ` gpγptqq f pγptqq ˇ ˇ gpγptqq ˇ
|hpγptqq ´ 1| “ ˇˇ ´ ˇ“ˇ ˇ ă 1,
f pγptqq f pγptqq ˇ ˇ f pγptqq ˇ
lo que significa que la trayectoria de h ˝ γ está incluida en Bp1, 1q. Así pues, 0 está incluido
en la componente conexa no acotada de Czh ˝ γrr0; 1ss, de manera que
ind0 ph ˝ γq “ 0,
teniendo así que por el principio del argumento 19.8.37 la suma de las multiplicidades de los
ceros de h en el interior de Γ es igual a la suma de los órdenes de los polos de h en el interior
de Γ . Pero los ceros de h y su multiplicidad son los de f ` g y cada polos de h de orden m
en el interior de Γ es un cero de multiplicidad m de f en el interior de Γ , de manera que la
suma de las multiplicidades de los ceros f ` g en el interior de Γ es igual a la suma de las
multiplicidades de los ceros de f en el interior de Γ , con lo que el teorema queda demostrado
para el caso en que Γ es una poligonal.
19.8. Ceros y singularidades aisladas 819
Ahora, haciendo gpzq “ fn pzq ´ f pzq en el teorema de Rouché 19.8.38 tenemos que la suma
del las multiplicidades de los ceros de fn “ f ` g en el interior de Γ es la suma de las
multiplicidades de los ceros de f en el interior de Γ . ‚
Ejercicios.
senpπz 2 q ` cos πz 2
ż ż
1
e) ö d z, j) ö d z.
1 ` z 12 pz ´ 1qpz ´ 2q
|z|“2 |z|“3
5. Demostrar que todos los ceros del polinomio z 7 ´5z 3 `12 están en la corona annp0, 1, 2q.
representara a la integral ż
gpzq d z,
γ
donde gpzq “ f pzq para z ‰ a y gpaq “ lı́m f pzq. Algo similar ocurrirá cuando el número
zÑa
complejo a P rb; cs y queramos integrar sobre el intervalo rb; cs, es decir, la expresión
żc
f pxq d x
b
representará a la integral
żc
gpxq d x,
b
donde g es como se definió anteriormente.
Recordemos que si A es una trayectoria simple con extremos z0 y z1 , entonces Az0 ,z1
denota a la trayectoria dirigida de z0 a z1 cuyos elementos tienen a A como trayectoria.
Como ejemplo de métodos para calcular integrales impropias de funciones reales de va-
riable real usando métodos de variable compleja tenemos la demostración del lema siguiente.
19.9.2. Lema.
`8
ż
senpxq
d x “ π.
x
´8
Demostración. Para demostrar el lema haremos uso del hecho de que ei z “ cospzq`i senpzq
ei z
y de que la función z ÞÑ tiene al número 0 como único polo simple y a 1 como su residuo
z
senpzq
correspondiente, además de que 0 es una singularidad evitable de la función z ÞÑ .
z
Para cada ρ ą 0 sea Γρ :“ tz P C : |z| “ ρ y Im pzq ľ 0u y para cualesquiera dos números
reales r y R tales que 0 ă r ă 1 ă R definamos la trayectoria cerrada simple
Γr,R :“ r´R; ´rs Y Γr Y rr; Rs Y ΓR ,
tal y como se muestra en la figura dada a continuación.
822 19.9. Algunas integrales de funciones de variable real
ż iz
e ri
ö d z “ 0,
z ´R ´r 0 r R
Γr,R
ż iz ż´r żR
ei z ei z ei z ei z
ż ż
e
ö dz “ dz ` dz ` dz ` d z,
z z z z z
Γr,R R,´R
ΓR ´R Γr´r,r r
8
ei z 1 ÿ k`1 z k ei z 1
Ahora, “ ` i , de manera que “ ` f pzq, donde f es una función
z z k“0 pk ` 1q! z z
8
ÿ zk
holomorfa que tiene como primitiva a la función holomorfa F dada por F pzq “ ik .
k“1
k!k
Así, al tomar una parametrización γr de la trayectoria Γr que comience en ´r y termine en r
tendremos que ind0 pγr q “ ´ 12 , de manera que por el teorema 19.7.48 y por el teorema 19.7.17
tenemos que
ż iz
e
d z “ π i `F prq ´ F p´rq,
z
Γr´r,r
żR
ei z
ż
senpxq
i dx “ iπ ´ d z,
x z
´R R,´R
ΓR
19.9. Algunas integrales de funciones de variable real 823
es decir,
żR
ei z
ż
senpxq
dx “ π ` i d z.
x z
´R R,´R
ΓR
Veamos ahora que el segundo término del lado derecho de esta última igualdad tiende a 0
cuando R tiende a `8 y con eso habremos terminado la demostración del lema.
Primero que nada tenemos que
ˇ ˇ ˇ ˇ ˇπ ˇ ˇπ ˇ
ˇ ż ˇ ˇżπ
i R ei t
iz it
ˇ ˇż ˇ ˇż ˇ
ˇ e ˇ ˇ e
ˇ ˇ iRe ˇ ˇ i R ei t
ˇ ˇ i Rpcosptq`i senptqq
ˇ
ˇi d zˇ “ ˇ d t e d t e d t
ˇ ˇ “ ˇ ˇ “ ˇ ˇ
ˇ z ˇ ˇ R ei t ˇ ˇ
ˇ ˇ
ˇ ˇ
ˇ ˇ
ˇ
ˇ
ˇ Γ R,´R ˇ 0 0 0
R
ˇπ ˇ
ˇż ˇ żπ
ˇ i R cosptq ´R senptq ˇ
“ ˇˇ e e d tˇˇ ĺ e´R senptq d t,
ˇ ˇ
0 0
żδ π´δ
ż żπ
ĺ 1dt ` e´R senpδq d t ` 1 d t “ pπ ´ 2δq e´R senpδq `2δ,
0 δ π´δ
P pzqz
lı́m “ 0,
zÑ8 Qpzq
y si hacemos z “ R ei t obtenemos que
P pR ei t qR ei t
lı́m “ 0,
RÑ`8 QpR ei t q
de manera que
ˇ ˇ ˇπ ˇ
ˇż ˇ ˇż i t i t
ˇ żπ ˇ ˇ
ˇ P pzq ˇ ˇ P pR e q i R e ˇ ˇ P pR ei t qR ei t ˇ
ˇ Qpzq d z ˇ “ ˇ d tˇ ĺ ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ d t,
QpR e i tq QpR e i tq ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
γR 0 0
ˇ ˇ
ei t qR ei t ˇ
y para cualquier ε ą 0, si tomamos R suficientemente grande, obtenemos que ˇ P pR ă ε,
ˇ
QpR ei t q ˇ
de manera que ˇ ˇ
ˇż ˇ
ˇ P pzq ˇ
lı́m ˇ d z ˇ ă πε,
RÑ`8 ˇˇ Qpzq ˇˇ
γR
y comoˇ la desigualdad
ˇ anterior es válida para cualquier número positivo ε se tiene que
ˇż ˇ ż
ˇ P pzq ˇ P pzq
lı́m ˇ d z ˇ “ 0, o bien lı́m
ˇ d z “ 0, lo cual pretendíamos demostrar. ‚
RÑ`8 ˇˇ Qpzq ˇ RÑ`8 Qpzq
γR γR
el interior de GR . ‚
z2
Solución. Observemos que la función f dada por f pxq “ pz 2 `a2 q2
no tiene singularidades en
R y por ser par se tiene
`8 `8
x2 x2
ż ż
1
2 2 2
dx “ d x.
px ` a q 2 px2 ` a2 q2
0 ´8
Ahora bien, las singularidades de f son los valores de z P C tales que z 2 ` a2 “ 0, es decir
son los números a i y ´a i, de manera que la única singularidad de f con parte imaginaria
positiva es a i, la cual es un polo de orden 2 y de la fórmula para el cálculo de residuos en un
polo 19.8.33 tenemos que
ˆ ˙2
d ` 2
˘ d z
Respf, a iq “ lı́m pz ´ a iq f pzq “ lı́m
zÑa i d z zÑa i d z z ` ai
ˆ ˙ˆ ˙
z pz ` a iq ´ z ai i
“ lı́m 2 2
“ 2
“´ ,
zÑa i z ` ai pz ` a iq p2a iq 4a
`8
ż
P pxq i x
19.9.7. Integrales del tipo e d x cuando la integral impropia es conver-
Qpxq
´8
gente, P pXq y QpXq son polinomios tales que deg P pXq ă deg QpXq y el integrando
no tiene singularidades reales. Para calcular este tipo de integrales impropias se procede
826 19.9. Algunas integrales de funciones de variable real
de manera similar a la demostración del teorema 19.9.5, evaluando la integral sobre el mismo
tipo de trayectorias y aplicando el teorema de los residuos 19.8.32. Notemos que al calcular
ese tipo de integrales. estamos calculando de manera implícita integrales de la forma
`8
ż `8
ż
P pxq P pxq
cospxq d x y senpxq d x,
Qpxq Qpxq
´8 ´8
y la última integral se calcula usando el teorema de los residuos 19.8.32, tomando en cuenta
que el integrando es una función racional en z. La anterior técnica se puede usar aún y cuando
G no sea racional en las variables, pero el integrando de la última integral sea una función
meromorfa en el interior de la bola Bp0, 1q y no tenga singularidades en la frontera de la
bola.
19.9.9. Ejemplo. Calcular la integral
ż2π
1
d θ, para a ą b ą 0.
pa ` b cospθqq2
0
interior de B Bp0, 1q, de manera que de acuerdo al teorema de los residuos 19.8.32
ż2π ˆ ? ˙ ˆ ? ˙
1 ´i ´a ` a2 ´ b2 2π ´a ` a2 ´ b2
d θ “ 2 2π i Res f, “ 2 Res f, ,
pa ` b cospθqq2 b b b b
0
pero por la fórmula para el cálculo del residuo en un polo 19.8.33 tenemos que
¨ ˛
ˆ ? ˙
´a ` a2 ´ b2 d ˚ 4z
Res f, lı́m
‹
“ ? ˝´ ? ¯2 ‚
b 2 2 dz 2 2
zÑ ´a` ba ´b z ´ ´a´ ba ´b
´ ? ¯2 ´ ? ¯
2 2 2 2
4 z ´ ´a´ ba ´b ´ 8z z ´ ´a´ ba ´b
“ lı́m
? ´ ? ¯4
2 2 2 2
zÑ ´a` ba ´b z ´ ´a´ ba ´b
´ ? ¯2 ? ´ ? ¯
a2 ´b2 ´a` a2 ´b2 a2 ´b2
4 2 b ´8 b
2 b ab2
“ ´ ? ¯4 “ 2 ,
2 2 pa ´ b2 q3{2
2 a b´b
ż2π
1 2aπ
teniéndose así que 2
dθ “ 2 .
pa ` b cospθqq pa ´ b2 q3{2
0
Ejercicios.
π
0ż ĺ argpzq ĺ π4 u Y rR e 4 i ; 0s y calcular
1 ΓR
ż2π
1
a) d θ, para a ą 1;
a ` cospθq
0
ż2π
1
b) d θ, para a P Czt1, ´1u;
1 ´ 2a cospθq ` a2
0
ż2π
c) cotpθ ` aq d θ, donde Im paq ‰ 0.
0
19.10. Funciones armónicas en R2 829
se le llama laplaciano, de manera que la ecuación de Laplace puede expresarse como ∆upxq “
0, donde x “ px1 , x2 , . . . , xn q. Al laplaciano también se le denota como ∇2 ó bien como ∇ ¨ ∇.
Concentrémonos ahora en funciones armónicas definidas en subconjuntos de R2 . En este
contexto definimos el concepto siguiente.
19.10.3. Definición. Sea A Ă R2 un abierto conexo y supongamos que u y v son dos
funciones armónicas en A que cumplen con las ecuaciones de Cauchy-Riemann 19.6.20 en
cada punto px0 , y0 q P A. En tal caso decimos que la función v es conjugada armónica de
u.
Tenemos el teorema siguiente que relaciona las funciones armónicas con las holomorfas.
Tomemos siempre en esta sección, a menos que se diga lo contrario, que z “ x ` i y, donde
x “ Re z e y “ Im z.
19.10.4. Teorema. Sea A Ă C un abierto conexo, f : A ÝÑ C con f pzq “ upx, yq ` i vpx, yq,
donde upx, yq “ Re f pzq y vpx, yq “ Im f pzq para todo z P A. Una condición necesaria y
suficiente para que f sea holomorfa es que u sea armónica en à y v sea conjugada armónica
de u.
Demostración. Supongamos primero que f es holomorfa y demostremos que v es la con-
jugada armónica de u en Ã. Del teorema 19.6.22 se tiene que para todo z0 “ x0 ` i y0 P A
830 19.10. Funciones armónicas en R2
debido a que las derivadas parciales son continuas, teniendo así que u es armónica en Ã.
De manera similar tenemos que
pudiendo verificar directamente que tanto u como v son armónicas en R2 y además que v es
la conjugada armónica de u.
19.10.6. Teorema. Sea A Ă R2 una abierto simplemente conexo, u : A ÝÑ R una función
armónica y γ : r0; 1s ÝÑ A un camino rectificable cerrado.
ż
p´ D2 upx, yq d x ` D1 upx, yq d yq “ 0.
γ
de manera que el resultado se tiene para el caso en que γ es un camino cerrado simple.
Observemos que en el caso en que γ es un camino poligonal cerrado tenemos que la integral
puede expresarse como suma de integrales a lo largo de caminos poligonales cerrados simples
19.10. Funciones armónicas en R2 831
y de eso podemos ver que el resultado es válido siempre que γ sea cualquier camino poligonal
cerrado. De esta observación el resultado se sigue al aplicar el corolario 17.4.58. ‚
Como consecuencia inmediata del teorema anterior tenemos el corolario siguiente.
19.10.7. Corolario. Sea A Ă R2 una abierto simplemente conexo, u : A ÝÑ R una función
armónica, y γ1 , γ2 P r0;1sA dos caminos rectificables tales que γ1 p0q “ γ2 p0q y γ1 p1q “ γ2 p1q.
ż ż
p´ D2 upx, yq d x ` D1 upx, yq d yq “ p´ D2 upx, yq d x ` D1 upx, yq d yq .
γ1 γ2
El teorema siguiente nos indica que si tenemos una función armónica definida en un sub-
conjunto abierto simplemente conexo de C siempre existirá su conjugada armónica, además
de decirnos la manera de calcularla.
19.10.8. Teorema. Sea A Ă R2 un abierto simplemente conexo, u : A ÝÑ R una función
armónica, px0 , y0 q P A, y para cada px, yq P A tomemos un camino rectificable γpx,yq : r0; 1s ÝÑ
A tal que γpx,yq p0q “ px0 , y0 q y γpx,yq p1q “ px, yq. La función v P AR dada por
ż
19.10.9. vpx, yq “ p´ D2 ups, tq d s ` D1 ups, tq d tq
γpx,yq
el cual, por el corolario 19.10.8, no depende de la elección del camino γw que se haya elegido.
Observemos que podemos tomar una colección finita tCw,k : k P Jmw u de cajas abiertas
incluidas en A que sea una cubierta de la trayectoria de γw tal que para alguna partición
pt0 , t1 , . . . , tmw q del intervalo cerrado r0; 1s se tenga que γw rrtk´1 ; tk ss Ă Cw,k . Para los valores
de k P Jmw sean las funciones de la forma Fw,k : Cw,k ÝÑ R que cumplan con las propiedades
de que para cada ps, kq P Cw,k se tenga que D1 Fw,k ps, tq “ P ps, tq, D2 F ps, tq “ Qps, tq
y además Fw,1 px0 , y0 q “ 0, y si ps, tq P Cw,k´1 Y Cw,k , entonces Fw,k´1 ps, tq “ Fw,k ps, tq
(lo anterior puede hacerse debido a que si en un abierto conexo tenemos que D F “ D G,
entonces F “ G ` c para alguna constante c P R y sólo hay que elegir cada constante de
832 19.10. Funciones armónicas en R2
“ Fw,mw pγw ptmw qq ` p´Fw,k`1 ptk q ` Fw,k ptk qq “ Fw,mw pγw ptmw qq ´ Fw,1 pγw pt0 qq
k“1
“ Fw,mw px, yq ´ Fw,1 px0 , y0 q “ Fw,mw px, yq,
donde este último valor no depende del camino γw que se haya elegido. Tenemos así que
D1 vpx, yq “ D1 Fw,mw px, yq “ P px, yq “ ´ D2 upx, yq y D2 vpx, yq “ D2 Fw,mw px, yq “
Qpx, yq “ D1 upx, yq, de manera que se satisfacen la ecuaciones de Cauchy-Riemann. Ahora,
pero como D1 pv ˚ ´ vq∆1 ` D2 pv ˚ ´ vq∆2 es una forma diferencial exacta que es igual a 0
para todo p∆1 , ∆2 q tenemos que Dpv ˚ ´ vq “ p0, 0q, teniendo así que v ˚ ´ v es igual a una
constante c P R, es decir v ˚ “ v ` c, con lo que terminamos la demostración del teorema. ‚
Supongamos que A Ă R2 es un conjunto abierto y que u : A ÝÑ R es una función
armónica, y que para algún ρ ą 0 tenemos Bpp0, 0q, ρq Ă A. Para cada px, yq P Bpp0, 0q, ρq
tomemos z “ x ` i y, θ P r0; 2πq, r P r0; ρq con z “ r ei θ y la función holomorfa f : Ă ÝÑ C
tal que upx, yq “ Re f pzq con f p0q P R.
Tenemos una versión de la propiedad del valor medio para funciones armónicas.
19.10.10. Propiedad del valor medio para funcione armónicas. Sea A Ă R2 , px0 , y0 q P
A y r ą 0 tal que Bppx0 , y0 q, rq Ă A. Si u : A ÝÑ R es armónica, entonces
ż2π
1
upx0 , y0 q “ upx0 ` r cospθq, y0 ` r senpθqq d θ.
2π
0
19.10. Funciones armónicas en R2 833
Demostración. Sea f : Ă ÝÑ C la una función holomorfa tal que Re f pzq “ upx, yq. De la
propiedad del valor medio para funciones holomorfas 19.7.26 tenemos
¨ ˛
ż2π ż2π
1 1
upx0 , y0 q “ Re f pz0 q “ Re ˝ f pz0 ` r ei θ q d θ‚ “ Re f pz0 ` r ei θ q d θ
2π 2π
0 0
ż2π
1
“ upx0 ` r cospθq, y0 ` r senpθqq d θ,
2π
0
con lo que la propiedad del valor medio para funciones armónicas queda demostrada. ‚
Sigamos suponiendo que A Ă R2 es un conjunto abierto, que u : A ÝÑ R es una función
armónica y además que para algún ρ ą 0 tenemos Bpp0, 0q, ρq Ă A. Para cada px, yq P
Bpp0, 0q, ρq tomemos z “ x ` i y, θ P r0; 2πq, r P r0; ρq con z “ r ei θ y la función holomorfa
f : Ă ÝÑ C tal que upx, yq “ Re f pzq, con f p0q P R.
Sea pck q8
k“0 la sucesión de números complejos tal que
8
ÿ
f pzq “ ck z k .
k“0
Tenemos que
˜ ¸
8
ÿ 8
ÿ
k i kθ
` ˘
upr cospθq, r senpθqq “ c0 ` Re r ck e “ c0 ` rk Re ck ei kθ
k“1 k“1
19.10.11. 8
1 ÿ k ` i kθ ˘
“ c0 ` r ck e `ck e´ i kθ .
2 k“1
ŭpzq
Ahora, si en la fórmula 19.10.11 tomamos además 0 ă r ă 1 obtenemos que z ÞÑ es
z n`1
continua en B Bp0, rq, de manera que tiene sentido la expresión
ż
1 ŭpzq
ö dz
πi z n`1
B Bp0,rq
Veamos que dicho número complejo es igual a la constante cn . En efecto, las series dadas
em 19.10.11 convergen uniformemente para z P B Bp0, rq, de manera que usando el corolario
19.7.59 en la siguiente serie de igualdades es válido intercambiar el orden entre integrales y
sumas infinitas, es decir
´ 8 ¯
1
ř
ż2π ż2π c0 ` 2
rk pck ei kθ `c̄k e´ i kθ q
1 upr cospθq, r senpθqq 1 k“1
d θ “ dθ
π pr ei θ qn π pr ei θ qn
0 0
˜ ż2π 2π 2π
n´1 ż n´1 ż
1 i θ ´n 1ÿ i θ k´n 1ÿ
“ c0 pr e q dθ ` ck pr e q dθ ` c̄k pr ei θ q´pn`kq d θ
π 2 k“1 2 k“1
0 0 0
ż2π ż2π 8 ż2π
1 1 ´2n i θ 1 ÿ
` cn d θ ` c̄n e dθ ` ck pr ei θ qk´n d θ
2 2 2 k“n`1
0 0 0
8 ż2π ¸ ˜
n´1 n´1
1 ÿ 1 1ÿ 1ÿ 1 1
` c̄k pr ei θ q´pn`kq d θ “ 0` ck 0 ` c̄k 0 ` cn 2π ` 0
2 k“n`1 π 2 k“1 2 k“1 2 2
0
¸
8 8
1 ÿ 1 ÿ
` ck 0 ` c̄k 0 “ cn ,
2 k“n`1 2 k“n`1
por lo tanto
ż2π
1 upr cospθq, r senpθqq
19.10.13. cn “ d θ.
π pr ei θ qn
0
Así bien, teniendo una función u que es armónica en una bola Bpp0, 0q, ρq, con ρ ą 0, y
conociendo los valores de ck dados en la ecuación 19.10.11 por medio de las ecuaciones
19.10.12 y 19.10.13 tenemos que para k P N
ζ `z ρ ei ϕ `r ei θ pρ ei ϕ `r ei θ qpρ e´ i ϕ ´r e´ i θ q ρ2 ´ r2 ` 2 i ρr senpθ ´ ϕq
“ iϕ “ “ ,
ζ ´z ρ e ´r ei θ pρ ei ϕ ´r ei θ qpρ e´ i ϕ ´r e´ i θ q ρ2 ` r2 ´ 2ρr cospθ ´ ϕq
pero por otra parte
z 8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙k
ζ `z 1` ζ
ÿ z ÿ z ÿ z
“ z “ ` “1`2
ζ ´z 1´ ζ k“0
ζ k“1
ζ k“1
ζ
8 ˆ ˙k i kθ 8 ˆ ˙k
ÿ r e ÿ r
“1`2 i kϕ
“1`2 ei kpθ´ϕq
k“1
ρ e k“1
ρ
8
ÿ r ˆ ˙ k 8 ˆ ˙k
ÿ r
“1`2 cospkpθ ´ ϕqq ` 2 i senpkpθ ´ ϕqq,
k“1
ρ k“1
ρ
donde las series convergen uniformemente para todo θ ´ ϕ P R y todo r P r0; r0 s, con
r0 P r0; ρq.
Observemos que en las ecuaciones 19.10.12 y 19.10.13 los valores de cn no dependen del
valor de r que hayamos tomado, con tal de que 0 ă r ă ρ. Así, si tomamos 0 ă r0 ă ρ y
z P Bp0, r0 q, debido a que para series uniformemente convergente podemos intercambiar el
orden de sumas e integración (corolario 19.7.59), al hacer uso de las ecuaciones 19.10.12 y
8
19.10.13 para f pzq “ ck z k , obtenemos la ecuación
ř
k“0
ż2π ˆ 8 ´ ˙
1 ÿ z ¯k
19.10.16. f pzq “ upr0 cospθq, r0 senpθqq 1 ` 2 iθ
d θ.
2π k“1
r 0 e
0
Ahora, de la ecuación
8 ´
ÿ z ¯k r0 ei θ `z
1`2 iθ
“
k“1
r0 e r0 ei θ ´z
y de la fórmula 19.10.16 obtenemos la fórmula
ż2π
1 r0 ei θ `z
19.10.17. f pzq “ upr0 cospθq, r0 senpθqq d θ,
2π r0 ei θ ´z
0
836 19.10. Funciones armónicas en R2
ż2π
1 r02 ´ |z|2
19.10.18. upx, yq “ upr0 cospθq, r0 senpθqq d θ,
2π |r0 ei θ ´z|2
0
Del lema 19.10.15 y de las fórmulas 19.10.17 y 19.10.18 tenemos que si ρ ą 0 y u es armónica
en Bpp0, 0q, ρq, entonces la función v : Bpp0, 0q, ρq ÝÑ R dada por
ż2π
1 2r|z| senpθ ´ argpzqq
19.10.23. vpx, yq “ upr cospθq, r senpθqq dθ
2π r2 ` |z|2 ´ 2r|z| cospθ ´ argpzqq
0
teorema 19.10.8 existe una función v : Bppx0 , y0 q, Rq ÝÑ R que sea la armónica conjugada de
u| Bppx0 , y0 q, Rq. Tomemos z0 “ x0 ` i y0 y definamos la función holomorfa f : Bpz0 , Rq ÝÑ C
como f pzq “ ŭpz0 q ` i v̆pz0 q. Tomemos además g :“ exp ˝f , la cual también es holomorfa y
además tiene la propiedad importante de que
Demostración. Por ser K compacto y u continua tenemos que existen tanto en máximo
˝
como el mínimo de u|K. Ahora K es una unión de conjuntos abiertos conexos, de manera
que por los dos teoremas anteriores, ni el máximo ni el mínimo lo pueden en ninguno de esos
conjuntos abiertos abiertos, luego lo deben tomar en BK. ‚
19.10.27. El problema de Dirichlet. Dado un conjunto abierto conexo A y una función
continua µ : BA ÝÑ R. El problema de Dirichlet consiste en hallar una función continua
u : A ÝÑ R tal que:
a) u|A es armónica;
b) u|BA “ µ.
ż2π
1
19.10.29. upx, yq “ µpx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq Poiρ,ϕ px ` i yq d ϕ
2π
0
838 19.10. Funciones armónicas en R2
y
upx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq “ µpx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq, para todo ϕ P R,
resuelve el problema de Dirichlet para el conjunto Bppx0 , y0 q, ρq y para la función µ. Es decir,
u es una función continua que es armónica en Bppx0 , y0 q, ρq.
Demostración. Para simplificar la escritura demostraremos sólo el caso en que px0 , y0 q “
p0, 0q, dejando para el lector la demostración para el caso general. Tengamos siempre en
mente la notación µ̆px ` i yq “ µpx, yq.
Demostremos primero que la función u dada en 19.10.29 es armónica en Bp0, ρq. De
acuerdo al lema 19.10.15, al corolario 19.7.59, así como la fórmula para el coseno de una
diferencia 15.8.16, tenemos que
ż2π
1
upr cospθq, r senpθqq “ µ̆pρ ei ϕ q d ϕ
2π
0
8 ż2π
ÿ 1 ´ r ¯k
` µ̆pρ ei ϕ q cospkpθ ´ ϕqq d ϕ
k“1
π ρ
0
ż2π 8
˜ˆ ż2π ˙
1 iϕ
ÿ 1
“ µ̆pρ e q ` µ̆pρ e q cospkϕq d ϕ rk cospkθq
iϕ
2π k“1
πρk
0 0
ˆ ż2π ˙ ˙¸
1
` µ̆pρ ei ϕ q senpkϕq d ϕ rk senpkθq
πρk
0
8
a0 ÿ
“ ` pak cospkθq ` bk senpkθqrk q,
2 k“0
donde
ż2π ż2π
1 1
a0 “ µpρ cospϕq, ρ senpϕqq d ϕ, ak “ k µpρ cospϕq, ρ senpϕqq cospkϕq d ϕ y
π πρ
0 0
ż2π
1
bk “ µpρ cospϕq, ρ senpϕqq senpkϕq d ϕ,
πρk
0
de manera que el radio de convergencia R de la serie es mayor o igual que ρ, teniendo así que
debido al teorema 19.6.10 la función f : Bp0, ρq ÝÑ C dada por
8
ÿ
f pzq “ ck z k
k“0
es holomorfa en Bp0, ρq, y por el teorema 19.10.4 la función u es armónica en Bpp0, 0q, ρq.
Falta por demostrar que u es continua, pero observemos que es suficiente que demostremos
que para toda pa, bq P B Bpp0, 0q, ρq y toda sucesión pxk , yk q8 k“1 de elementos de Bpp0, 0q, ρq que
converja a pa, bq, la sucesión pupxk , yk qqk“1 converge a upa, bq. Sean pues pa, bq y pxk , yk q8
8
k“1 con
dichas propiedades. Consideremos primero el caso en que argpa ` i bq ‰ 0 tomando para cada
k P N suficientemente grande los números rk ą 0 y θ0 , θk P p0; 2πq tales que xk ` i yk “ rk ei θk
y a ` i b “ ρ ei θ0 . Como la sucesión pxk , yk q8 k“1 converge a pa, bq para todo ε ą 0 existe un
N P N tal que para todo entero k ľ N se tiene |pxk , yk q ´ pa, bq| ă ε, de manera que debido
a la fórmula 19.10.22 tenemos
ˇ ż2π ˇ
ˇ 1 ˇ
|upxk , yk q ´ µpa, bq| “ ˇ µ̆pρ ei ϕ q Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ ´ µpa, bqˇ
ˇ ˇ
ˇ 2π ˇ
0
19.10.30. ˇ ż2π ˇ
ˇ 1 ˇ
iϕ i θ0 i θk
pµ̆pρ e q ´ µ̆pρ e qq Poiρ,ϕ prk e q d ϕˇ,
ˇ ˇ
“ˇ
ˇ 2π ˇ
0
pero la expresión del lado derecho de 19.10.34 es menor que 2ε para k suficientemente grande,
de manera que al tomar k suficientemente grande y usar las relaciones 19.10.32, 19.10.33 y
19.10.34 obtenemos que
lı́m upxk , yk q “ µpa, bq.
kÑ8
y “ y0 ` r senpθq se tenga
ż2π
1
upx, yq “ µpx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq Poiρ,ϕ px ` i yq d ϕ
2π
0
y
upx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq “ µpx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq, para todo ϕ P R,
es la única función que resuelve el problema de Dirichlet para el conjunto Bppx0 , y0 q, ρq y para
la función µ. Es decir, u es la única función continua en Bppx0 , y0 q, ρq que es armónica en
Bppx0 , y0 q, ρq y que satisface la igualdad µpx, yq “ upx, yq para todo px, yq P B Bppx0 , y0 q, ρq.
Demostración. Debido al lema anterior sólo tenemos que demostrar la unicidad. Cual-
quier función w que resuelva tal problema de Dirichlet tiene la propiedad de que u ´ w
resuelve el problema de Dirichlet para el conjunto Bppx0 , y0 q, ρq y la función constante µ ´
w|B Bppx0 , y0 q, ρq que es idénticamente igual a 0, de manera que por el teorema del valor
máximo para funciones armónicas 19.10.24 no existe px1 , y1 q P Bppx0 , y0 q, ρq que maximice
u ´ w en Bppx0 , y0 q, ρq, a menos que u ´ w sea constante, de manera que el máximo de u ´ w
debe ser tomado en B Bppx0 , y0 q, ρq, por lo que el máximo debe ser 0. De manera similar, al
usar el teorema del valor mínimo para funciones armónicas 19.10.25 tenemos que el mínimo
de u ´ w debe ser 0, por lo cual u ´ w “ 0, es decir w “ u. ‚
19.10.36. Definiciones. Cuando tengamos dos sucesiones de números pak q8
k“0 y pbk qk“1 , a
8
se le llama serie trigonométrica. En caso de que h : r0; 2πs ÝÑ R sea una función para la
cual existan los números
ż2π ż2π
1 1
19.10.38. ak “ hpsq cospksq d s y bk “ hpsq senpksq d s, para todo k P NYt0u,
π π
0 0
donde la serie converge uniformemente para t P r0; 2πs. Ahora, como u es continua y está
definida en el compacto Bpp0, 0q, 1q, entonces es uniformemente continua, de manera que
dado ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que siempre que z0 , z1 P Bp0, 1q y |z0 ´ z1 | ă δ tendremos
que |ŭpz1 q ´ ŭpz0 q| ă 2ε . Tomemos ahora una sucesión prn q8
n“1 de números positivos que sea
estrictamente creciente y que converja a 1 y sea N un entero positivo tal que para todo entero
m ľ N se tenga |rm ´ 1| ă δ. Ahora, fijando un entero j ľ N , tenemos que la serie
8
1 ÿ
a0 ` pak rjk cospktq ` bk rjk senpktqq
2 k“1
converge uniformenete para t P r0; 2πs, de manera que existe un ij P N tal que
ˇ ´1 ij ¯ˇ ε
ÿ
it
ˇŭprj e q ´ a0 ` pak rjk cospktq ` bk rjk senpktqq ˇ ă ,
ˇ ˇ
2 k“1
2
obteniendo
ˇ ´1 ij ¯ˇ
ÿ
ˇhptq ´ a0 ` pak rjk cospktq ` bk rjk senpktqq ˇ
ˇ ˇ
2 k“1
ˇ ´1 ij ¯ˇ
ÿ
it it
ĺ |hptq ´ ŭprj e q| ` ˇŭprj e q ´ a0 ` pak rjk cospktq ` bk rjk senpktqq ˇ ă ε,
ˇ ˇ
2 k“1
llegamos a que |pn ptq ´ hptq| ă n1 , para todo t P r0; 2πs, con lo que el teorema queda demos-
trado. ‚
19.10.40. Definición. Sea B Ă R2 . Decimos que una función f : B ÝÑ R tiene la propie-
dad del valor medio si para toda bola cerrada Bppx0 , y0 q, rq Ă B se tiene la igualdad
ż2π
1
f px0 , y0 q “ f px0 ` r cospθq, y0 ` r senpθqq d θ.
2π
0
19.10. Funciones armónicas en R2 843
˝
19.10.41. Lema. Sea B Ă C y f : B ÝÑ R una función continua tal que f |B tiene la
propiedad del valor medio. La función f tiene la propiedad del valor medio.
Demostración. Sean B y f como en la hipótesis del lema y Bppx0 , y0 q, rq Ă B. Tomemos
k“1 de números reales positivos tales que converja a
una sucesión estrictamente creciente prk q8
˝
r. Como f |B tiene la propiedad del valor medio, entonces
ż2π
1
f px0 , y0 q “ f px0 ` rk cospθq, y0 ` rk senpθqq d θ,
2π
0
|P ´ Q| ă δ ùñ |f pP q ´ f pQq| ă ε.
Ahora, como la sucesión prk q8k“1 converge a r, existe un N P N tal que para todo entero
k ľ N se tiene que |rk ´ r| ă δ, de manera que
es decir
ż2π
1
f px0 , y0 q “ lı́m f px0 ` rk cospθq, y0 ` rk senpθqq d θ
kÑ8 2π
0
ż2π
1
“ f px0 ` r cospθq, y0 ` r senpθqq d θ,
2π
0
Demostración. Sea f : A ÝÑ R una función continua con la propiedad del valor medio y
P0 “ px0 , y0 q P A. Veremos que f es armónica en una vecindad de P0 . Sea BpP0 , rq Ă A; por
el teorema 19.10.35 existe una única función continua u : BpP0 , rq ÝÑ R que es armónica
en BpP0 , rq y que f px, yq “ upx, yq para todo px, yq P B BpP0 , rq. Debido al lema 19.10.41 la
función u tiene la propiedad del valor medio y así tenemos que la función F dada por F “ f ´u
es cero en B BpP0 , rq y tiene la propiedad del valor medio, de tal suerte que F pP0 q “ 0 debido
a que F pP q “ 0 para todo P P B BpP0 , rq. Ahora, si F no es idénticamente 0, existe un punto
P1 “ px1 , y1 q P BpP0 , rq tal que F pP1 q ‰ 0, de manera que al tomar r1 “ |P1 ´ P0 |, debido
a la continuidad y a la propiedad del valor medio de F , debe existir un P2 P B BpP0 , r1 q tal
que F pP2 q ą 0. En efecto, si para todo P P B BpP0 , r1 q se tiene que F pP q ĺ 0 y para alguno
de tales puntos, como es el caso de P1 , se tiene la desigualdad extricta, entonces
ż2π
1
0 “ F pP0 q “ F px0 ` r1 cospθq, y0 ` r1 senpθqq d θ ă 0.
2π
0
Pero, debido a la compacidad de BpP0 , rq debería existir un punto P3 “ px3 , y3 q P BpP0 , rq tal
que 0 ă F pP3 q “ máxtF px, yq : px, yq P BpP0 , rqu. Tomemos ahora r3 “ |P3 ´ P0 |, de manera
que tomando ρ “ r ´ r3 y usando de nuevo la propiedad del valor medio de F tenemos que
ż2π
1
F pP3 q “ F px3 ` ρ cospθq, y3 ` ρ senpθqq d θ,
2π
0
donde el integrando no puede tomar valores mayores que F pP3 q por la forma en que se
eligió P3 , ni menores puesto que debido a la continuidad de F el lado derecho de la igualdad
sería menor que F pP3 q. Así, para todo P P B BpP3 , ρq se tiene que F pP q “ F pP3 q. Pero en
tales condiciones hay un punto en P4 P pB BpP3 , ρqq X pB BpP0 , rqq para el cual se tendría
0 “ F pP4 q “ F pP3 q ą 0, llegando a una contradicción que proviene del supuesto de que F no
es idénticamente 0, de manera que f px, yq “ upx, yq para todo px, yq P BpP0 , rq, obteniéndose
que f es armónica en BpP0 , rq. Concluimos así que ∆f pP0 q “ 0 para todo P0 P A, terminando
con la demostración del teorema. ‚
Ejercicios.
TEORÍA DE CONJUNTOS
@u, u P x ùñ u P y.
20.1.2. Axioma de existencia del conjunto vacío. Existe un conjunto sin elementos. Es
decir
Dx, @u, u R x.
845
846 20.1. Axiomas de Zermelo-Fraenkel y de elección
Del axioma 20.1.1 se ve que si x e y son objetos, entonces el conjunto z, tal que para todo
u se tiene que u P z ðñ pu “ x _ u “ yq, es único. A tal conjunto z lo denotamos, como
ya sabemos, así tx, yu.
20.1.5. Axioma de la unión. Dada cualquierŤcolección de conjuntos x (en nuestro caso,
dado cualquier conjunto x), existe un conjunto x al cual pertenecen todos y únicamente
todos los elementos que están en algún elemento de x. Es decir
20.1.6. Axioma del conjunto potencia. Dado cualquier conjunto x, existe un conjunto
ppxq al cual pertenecen todos y únicamente todos los subconjuntos de x. Es decir
20.1.8. Observación. Por medio del axioma de extensión se puede ver que los conjuntos
x, ppxq y tz P x : ppzqu dados en los axiomas 20.1.5, 20.1.6 y 20.1.7 son únicos.
Ť
20.1.9. Notación. Cuando p sea un predicado tal que existe un conjunto U tal que para
todo objeto x se tenga que ppxq ùñ x P U , entonces el conjunto tx P U : ppxqu se podrá
denotar simplemente por
tx : ppxqu.
20.1. Axiomas de Zermelo-Fraenkel y de elección 847
D!x, ppxq
significa que existe un único x para el cual la proposición ppxq es verdadera, es decir significa
La interpretación del axioma de reemplazo consiste en aceptar que si se tiene una función
cuyo dominio es un conjunto A, entonces existe un conjunto B que es el recorrido de dicha
función. Más adelante se definirá el concepto de función con precisión, es decir no se tomará
como término no definido como se hizo anteriormente.
20.1.13. Notación. De nuevo tenemos que si utilizamos el axioma de extensión, para cada
conjunto A, dado en el axioma de reemplazo, el conjunto B es único. A tal conjunto B se le
denotará así
ty : Dx P A, qpx, yqu .
Así mismo, si para cada a P A, al único elemento b P B que hace verdadera la proposición
qpa, bq lo denotamos por ejemplo como gpaq, entonces el conjunto B también se puede denotar
como
tgpxq : x P Au ,
o bien como
grAs :“ tgpxq : ppxqu
cuando para todo x las proposiciones ppxq y x P A son equivalentes. Convendremos además
en tomar la notación: ď ď
gpxq :“ tgpxq : x P Au .
xPA
848 20.1. Axiomas de Zermelo-Fraenkel y de elección
Dx, p∅ P x ^ @y P x, y Y tyu P xq .
El axioma de infinidad nos permitirá construir un conjunto que satisfaga los axiomas de
Peano dados en el capítulo 3.
20.1.15. Axioma de regularidad. Para todo conjunto no vacío x existe un conjunto y P x
tal que x X y “ ∅. Es decir
@x, px ‰ ∅ ùñ Dy P x, @z P x, z R yq .
20.1.16. Definición. Los axiomas del 20.1.1 al 20.1.15 son conocidos como axiomas de
Zermelo-Fraenkel y para referirnos a tal sistema de axiomas usaremos la abreviación ZF.
En el capítulo 3 se definió el concepto de pareja ordenada px, yq como la función f :
t1, 2u ÝÑ tx, yu tal que f p1q “ x y f p2q “ y y se vio la propiedad característica de que
px, yq “ pu, vq si y sólo si x “ u y y “ v. Además en el capítulo 2 se estableció el concepto de
función como término no definido, pero que tenía ciertas propiedades. Aquí definiremos un
concepto similar en el fondo al de pareja ordenada, en el sentido de que satisface la propiedad
anterior, pero formalmente diferente.
20.1.17. Definición. Dados los objetos (en nuestro caso conjuntos) x e y, al conjunto
ttxu, tx, yuu le llamaremos pareja ordenada conjuntista y lo denotaremos por px, yq‚ .
A los objetos x e y les llamamos primera componente y segunda componente respec-
tivamente de px, yq‚ .
El nombre de «pareja ordenada conjuntista» en lugar del nombre simple de «pareja orde-
nada», al igual que la notación de poner una bolita en la parte superior derecha del paréntesis
derecho se hace para no crear conflicto lógico con las notaciones y definiciones previas.
Usando el axioma 20.1.1, el lector podrá demostrar el teorema siguiente.
20.1.18. Teorema. Dados los objetos x, y, u y v, tenemos que px, yq‚ “ pu, vq‚ si y sólo si
x “ u e y “ v.
20.1.19. Definición. Dados dos conjuntos A y B, definimos el producto cartesiano con-
juntista de A con B como el conjunto
es decir ˜ ¸
ď ď
A ˆ‚ B “ tpx, yq‚ u .
yPB xPA
20.1.25. Notación. Para referirnos al sistema de axiomas del 20.1.1 al 20.1.24 utilizaremos
la abreviación ZFC (del inglés «Zermelo-Fraenkel choice axioms»).
Podemos observar que del axioma 20.1.2 se deduce inmediatamente el axioma 2.2.1.
850 20.1. Axiomas de Zermelo-Fraenkel y de elección
El axioma 2.3.6 queda demostrado al aplicar el axioma de pares 20.1.4, obteniéndose que
si Ψ es un objeto, entonces Ψ P tΨ, Ψ u. Como es de esperarse, al conjunto tΨ, Ψ u se le denota
simplemente por tΨ u. El axioma 2.3.8 es el teorema 20.1.18.
El axioma 2.4.27, como su nombre lo dice es el axioma de especificación 20.1.7; el axioma
2.4.14 es el axioma de extensión 20.1.1; el axioma 2.4.15 es el axioma 20.1.6; el axioma 2.4.18
se deduce del axioma 20.1.5. Veamos que el axioma 2.4.27 se puede deducir de los axioma de
este capítulo, en especial del de regularidad.
20.1.26. Teorema. Si A es un conjunto y B Ă A, entonces A R B.
Demostración. Supongamos que B Ă A. Por el axioma de regularidad aplicado al conjunto
tAu tenemos que A X tAu “ ∅, por lo tanto A R A, y como B Ă A, entonces A R B. ‚
20.1.27. Teorema. Si x e y son conjuntos, entonces px P y P xq.
Demostración. Supongamos que x e y son conjuntos. Por el axioma de regularidad aplicado
al conjunto tx, yu, tenemos que
x X tx, yu “ ∅ ó y X tx, yu “ ∅,
20.2.11. 0 ‰ 1 y que 1 ‰ 2.
852 20.2. Construcción de los números naturales y enteros
20.2.12. @n P ℵ0 , n ` 1 P ℵ0 .
20.2.13. @n P ℵ0 , n ` 1 ‰ 0.
20.2.14. @n P ℵ0 , @m P ℵ0 , n ` 1 “ m ` 1 ùñ n “ m.
I) 0 P M,
II) @n P M , n ` 1 P M.
como un objeto, cuando A no es finito, dicha definición debe ser tal que no contradiga en
ningún momento el significado de las notaciones anteriores.
20.3.9. Teorema. Si B es un conjunto, entonces #B ă #ppBq.
Demostración. Si B 1 es el conjunto de todos los subconjuntos de B con un solo elemento,
es fácil ver que B y B 1 tienen la misma cardinalidad. Por lo tanto #B ĺ #ppBq.
Veamos ahora que es imposible que #B “ #ppBq. Supongamos que #B “ #ppBq y sea
f una correspondencia biunívoca de B en ppBq. Definamos al conjunto F como F :“ tx P B :
x R f pxqu. Sea y P B tal que f pyq “ F. El elemento y de B no puede estar en F puesto que si
estuviera, entonces y R f pyq “ F, lo que es una contradicción. Por otro lado, como y no está
en F, entonces y P f pyq “ F, lo cual también es una contradicción. Así pues, no puede haber
una correspondencia biunívoca entre B y ppBq, por lo tanto #B ă #ppBq. ‚
20.3.10. Teorema de Cantor-Bernstein-Schröder. Si A y B son dos conjuntos tales que
existe un subconjunto de A con la misma cardinalidad que B y existe un subconjunto de B
con la misma cardinalidad que A, entonces A y B tienen la misma cardinalidad.
Demostración. Sea A1 Ă A un conjunto con la misma cardinalidad que B y sea B1 Ă B
un conjunto con la misma cardinalidad que A. Sea f una función biyectiva de A en B1 y g
una función biyectiva de B en A1 , es decir f y g son funciones inyectivas, cuyos dominios son
A y B respectivamente, tales que
f rAs “ B1 Ă B y grBs “ A1 Ă A.
A Ą A1 Ą A2 Ą ¨ ¨ ¨ Ą Ak Ą Ak`1 Ą ¨ ¨ ¨ .
Tomemos
8
č
D :“ Ak .
k“1
8
ď 8
ď 8
ď
A1 “ pAk zAk`1 q Y D “ pA2k zA2k`1 q pA2k´1 zA2k q Y D.
k“1 k“1 k“1
De esta forma vemos que A y A1 tienen la misma cardinalidad, pero como A1 y B tienen la
misma cardinalidad, entonces A y B tienen también la misma cardinalidad. ‚
20.3.11. Teorema. Si f : A ÝÑ B es una función de A sobre B, entonces #B ĺ #A.
Demostración. Para cada a P A sea Ba “ tb P B : f paq “ bu. La colección de los ŤBa es una
partición de B. Por el axioma de elección existe una función ϕ : tBa : a P Au ÝÑ aPA Ba tal
que ϕpBa q P Ba . Sea B 1 Ă B el recorrido de ϕ y observemos que existe una correspondencia
biunívoca entre A y B 1 (la función g : A ÝÑ B 1 tal que gpaq “ ϕpBa q). Por lo tanto
#B ĺ #A. ‚
20.3.12. Principio de inducción transfinita. Sea X un conjunto bien ordenado por ĺ
y p un predicado con dominio en X (es decir para todo x, ppxq es una proposición). Si la
proposición ppeq es verdadera cuando e es el primer elemento de X y además si x P X, el
hecho de que la proposición ppaq sea verdadera para todo a ă x implica ppxq; entonces ppxq
es verdadera para todo x.
Demostración. Supongamos que ppeq es verdadera cuando e es el primer elemento de X y
además se tiene que si ppaq es verdadera para todo a ă x, entonces ppxq es verdadera.
Supongamos que para algún elemento y P X la proposición ppyq es falsa. Sea y0 el primer
elemento de ty P X : ppyqu, como ppxq es verdadera para todo x ă y0 , entonces ppy0 q es
verdadera, con lo que llegamos a una contradicción. ‚
20.3.13. Definición. Al conjunto ℵ0 se le llama también primer cardinal infinito o
primer número cardinal infinito. Así mismo cualquier conjunto que tenga la misma
cardinalidad que ℵ0 , es decir que sea infinito numerable, se dice que tiene cardinalidad ℵ0 .
A los elementos de ℵ0 se les llama cardinales finitos o números cardinales finitos. Si un
conjunto A tiene la misma cardinalidad que un x P ℵ0 , decimos que tiene cardinalidad x.
20.3.14. Observación. Tenemos que de acuerdo a la manera en que se construyó en la
sección 2 el conjunto de los enteros no negativos N Y t0u (como ℵ0 ), la relación de menor o
igual ĺ en N Y t0u no es otra que la de inclusión Ă en ℵ0 , además la relación de inclusión en
ℵ0 es un buen orden.
20.3.15. Definiciones. Al conjunto bien ordenado pℵ0 , Ăq se le llama primer ordinal
infinito o primer número ordinal infinito y lo denotaremos por ω. Si n P ℵ0 , al conjunto
bien ordenado pn, Ăq se le llama n-ésimo número ordinal o n-ésimo ordinal y diremos
que es un número ordinal finito.
20.3.16. Definición. Cuando B es un conjunto sucesor bien ordenado por la inclusión y tal
que b P B ùñ b Ł B, diremos que B es un conjunto sucesor ordinal.
Como ejemplos de conjuntos sucesores ordinales tenemos a ℵ0 .
20.3.17. Definiciones. Si n P ℵ0 y pA, ĺq tiene el mismo tipo ordinal que pn, Ăq, diremos
que su tipo ordinal es pn, Ăq. Si pA, ĺq tiene el mismo tipo ordinal que ω, diremos que el
tipo ordinal de pA, ĺq es ω. En general, si a es un conjunto que pertenece a un conjunto
sucesor ordinal bien ordenado por la inclusión, diremos que pa, Ăq es un número ordinal o
simplemente que es un ordinal. Si pA, ĺq tiene el mismo tipo ordinal que un número ordinal
α, diremos que el tipo ordinal de pA, ĺq es α. Un número ordinal pb, Ăq es el sucesor de un
20.3. Cardinalidad y conjuntos bien ordenados 857
número ordinal pa, Ăq si b “ a Y tau. Un número ordinal pb, Ăq es un ordinal límite cuando
b ‰ ∅ y además pb, Ăq no es sucesor de ningún número ordinal.
El hecho de que el concepto de tipo ordinal está bien definido se sigue del teorema si-
guiente.
20.3.18. Teorema. Si α y β son dos números ordinales isomorfos, entonces α “ β.
Demostración. Por definición los números ordinales α y β son conjuntos bien ordenados de
la forma α “ pA, Ăq y β “ pB, Ăq. Supongamos que α ‰ β. Sea f : A ÝÑ B un isomorfismo
de orden de A sobre B y a1 el primer elemento de A tal que f pa1 q ‰ a1 . Si a1 tiene un
máximo a0 con respecto a la inclusión, entonces a1 “ a0 ` 1 y a0 P A X B, de modo que
también a1 P A X B y por ser f un isomorfismo de orden tenemos que f pa1 q “ a1 . Tenemos
pues que a1 no tiene máximo y del hecho de estar bien ordenado tenemos que, al igual que
f pa1 q, es un conjunto sucesor ordinal, de manera que a P a1 si y sólo si a “ f paq P f pa1 q, de
manera que a1 “ f pa1 q, contradiciendo lo que se supuso de a1 . ‚
Argumentos similares a los dados en la demostración anterior nos llevan al siguiente
teorema.
20.3.19. Teorema. Sean pA1 , ĺ1 q y pA2 , ĺ2 q conjuntos bien ordenados que son isomorfos.
Existe un único isomorfismo entre los conjuntos bien ordenados.
20.3.20. Teorema. Cualquier conjunto bien ordenado es isomorfo con algún número ordinal.
Demostración. Sea pA, ĺq un conjunto bien ordenado. Supongamos que pA, ĺq no es iso-
morfo con ningún número ordinal.
Analicemos primero el caso en que existe un a P A tal que el conjunto bien ordenado
ptx P A : x ĺ au, ĺq no es isomorfo con ningún número ordinal. Denotemos por Aa al
conjunto tx P A : x ĺ au y sea a0 el primer elemento de A tal que pAa0 , ĺq no es isomorfo
con ningún número ordinal. Tenemos así que para cada b ă a0 existe un número ordinal
βb “ pBb , Ăq tal que pAb , ĺq tiene tipo ordinal β, por lo que existe una función inyectiva
fb : Ab ÝÑ Bb sobre Bb que es isomorfismo de orden entre pAb , ĺq y βb , y de acuerdo con el
teorema 3.6 dicho isomorfismo es único. Ahora, por la unicidad del isomorfismoŤ tenemos que
si c ĺ b ă a0 , entonces fc pcq “ fb pcq, de modo que si tomamos la función f : Ab ÝÑ
băa0 xÞÑfx pxq
Bb , ésta es un isomorfismo entre el conjunto bien ordenado pAa0 zta0 u, ĺq y el número
Ť
băa0 ˆ ˙
ordinal Bb , Ă , por lo que si g es la extensión de la función f al conjunto Aa0 tal
Ť
băa0 Ť
que gpa0 q :“ Bb , tenemos que ésta es un isomorfismo entre pAa0 , ĺq y el número ordinal
ˆˆ ˙ băa0 ˙
Bb ` 1, Ă , en contradicción con el hecho de que pAa0 , ĺq no es isomorfo con ningún
Ť
băa0
número ordinal.
Para el caso en que para todo a P A el conjunto bien ordenado ptx P A : x ĺ au, ĺq sí
es isomorfo con algún número ordinal, Ť definamos fa , Aa y Ba como en el párrafo anterior de
manera que la función f : A ÝÑ Ba sea un isomorfismo de orden entre el conjunto bien
aÞÑfa paq aPA
ˆ ˙
ordenado pA, ĺq y el número ordinal Ba , Ă , contradiciendo el hecho de que pA, ĺq no
Ť
aPA
858 20.3. Cardinalidad y conjuntos bien ordenados
g-conjunto a cualquier subconjunto bien ordenado C Ă X tal que para todo c P C se tenga
c “ gptc1 P C : c1 ă cqu. (Ejemplos de g-conjuntos son tu, tgptuqu, tgptuq, gptgptuququ, ¨ ¨ ¨ .)
Afirmamos que si C y D son g-conjuntos, entonces C ĺ˚ D ó D ĺ˚ C. En efecto,
sea W la unión de todos los subconjuntos B Ă X que satisfacen B ĺ˚ C y B ĺ˚ D. Si
w P W , entonces w pertenece a algún conjunto F tal que F ĺ˚ C y F ĺ˚ D, por lo que
tx P C : x ă wu Ă F Ă W y tx P D : x ă wu Ă F Ă W , de donde tenemos que W ĺ˚ C
y W ĺ˚ D y además todo subconjunto de X con esta propiedad está incluido en W . Si
W “ C ó W “ D la afirmación está demostrada. Supongamos que W ă˚ C y W ă˚ D.
Sea c el primer elemento de tc1 P C : w ă c1 para todo w P W u y d el primer elemento de
td1 P D : w ă d1 para todo w P W u (Observemos que estos conjuntos son no vacíos). Como
podemos ver W “ tc1 P C : c1 ă cu “ td1 P D : d1 ă du. Como C y D son g-conjuntos,
entonces c “ gpW q “ d. Ahora, W Y tgpW qu es también un g-conjunto que no está incluido
en W con W Y tgpW qu ĺ˚ C y W Y tgpW qu ĺ˚ D, lo cual contradice la definición de W .
Por lo tanto si C y D son g-conjuntos, entonces C ĺ˚ D ó D ĺ˚ C.
Sea ahora Y la unión de todos los g-conjuntos. Por el lema 20.4.5, el conjunto Y está
bien ordenado y para todo g-conjunto C se tiene que C ă˚ Y , por lo tanto tc1 P C : c1 ă
cu “ tc1 P Y : c1 ă cu para todo c P C. Ahora, Y es un g-conjunto pues si y P Y , entonces y
pertenece a algún g-conjunto C y y “ gptc1 P C : c1 ă yuq “ gptc1 P Y : c1 ă yuq. Como Y
es un g-conjunto, también lo es Y Y tgpY qu, pero éste último no está contenido en Y , lo cual
nos conduce a una contradicción. ‚
Como corolario del lema anterior tenemos el teorema de Zorn.
20.4.7. Teorema de Zorn. Un conjunto parcialmente ordenado X con cotas superiores
para sus subconjuntos totalmente ordenados tiene un elemento maximal.
Demostración. Si X es un conjunto parcialmente ordenado con cotas superiores para sus
subconjuntos totalmente ordenados, entonces tiene cotas superiores para sus subconjuntos
bien ordenados, de modo que aplicando el lema de Zorn se deduce el teorema. ‚
20.4.8. Aclaración. Algunos textos al teorema de Zorn también le llaman lema de Zorn
pero nosotros le llamaremos teorema de Zorn para diferenciarlo.
20.4.9. Principio de maximalidad de Hausdorff. Toda cadena de un conjunto parcial-
mente ordenado está contenida en alguna de las cadenas maximales de ese conjunto.
Demostración. Sea X un conjunto parcialmente ordenado por ĺ y C una cadena. El
principio afirma que existe una cadena C 1 tal que C Ă C 1 y si C 2 es una cadena con C 1 Ă C 2 ,
entonces C 2 Ă C 1 .
Sea F el conjunto de todas las cadenas en X que contienen a C, con el orden parcial Ă.
Si en F existe una cadena B (es decir, una cadena con respecto Ť al orden parcial Ă cuyos
elementos son cadenas con respecto al orden parcial ĺ), entonces APB A es una cota superior
de B y pertenece a F, por lo tanto toda cadena en F está acotada superiormente. Ť Ahora, por
el teorema de Zorn, F tiene un elemento maximal C y también se tiene que APC A es una
cadena maximal en X que contiene a C. ‚
20.4.10. Teorema de Zermelo. Para todo conjunto X existe un buen orden ĺ en X.
Demostración. Observemos que la inclusión Ă define un orden parcial en F :“ ppXqztA P
ppXq : A no puede ser bien ordenado }.
20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección 861
SeaŤC una cadena en F. Si C está bien ordenada, afirmamos que existe un buen orden
ĺ en APC A de tal manera que a ĺ b si a P A P C, b P B P C y b R A. En efecto, para
cada A P C existe un buen orden ĺA , en particular para el primer elemento E de C existe un
buen orden ĺE . Definamos el orden ĺ en APC A de manera tal que para e1 , e2 P E se tenga
Ť
que e1 ĺ e2 ðñ e1 ĺE e2 , ahora, para cualquier B P C sea B 1 el conjunto formado por los
elementos de B que no están en ningún elemento de C incluido en B y supongamos que el
buen orden ĺ está dado en cualquier elemento de la cadena contenido en BzB 1 . Si a, b P B 1 ,
definamos a ĺ b si y sólo si a ĺB b; si a P BzB 1 y b P B 1 tomemos a ĺ b; si a, b P BzB 1 , el
significado de a ĺ b ya está dado. Por inducción transfinitaŤel buen orden ĺ está dadoŤ en
cualquier elemento de la cadena C, por lo que está dado en APC A. Así vemos que APC A
es una cota superior de C, por lo que, debido al lema de Zorn, F tiene un elemento maximal
Y . Ahora, necesariamente Y “ X, de otro modo existiría un x P XzY y fácilmente podemos
ver que Y Y txu puede ser bien ordenado, contradiciendo la maximalidad de Y . ‚
Otra versión del lema de Zorn es la proposición siguiente, conocida como el principio del
elemento maximal.
20.4.11. Principio del elemento maximal. Si todo subconjunto bien ordenado de un
conjunto parcialmente ordenado X tiene cotas superiores, entonces para todo x P X existe
un elemento maximal y P X tal que x ĺ y.
Demostración. Supongamos que todo subconjunto bien ordenado de X tiene cotas supe-
riores y para cada x P X sea Xx “ tz P X : x ĺ zu. Si A es un subconjunto bien ordenado
de Xx , entonces A tiene una cota superior a P X, pero como x ĺ a, entonces a P Xx , es decir
todo conjunto bien ordenado de Xx al menos una cota superior a P Xx . Por el lema de Zorn
Xx tiene un elemento maximal y (con el orden parcial restringido a Xx ). Ahora, el elemento
maximal y de Xx es también un elemento maximal de X, pues si existiera un y 1 P X tal que
y ĺ y 1 , entonces y 1 P Xx , de modo que y 1 “ y. ‚
A continuación procederemos a demostrar la equivalencia del axioma de elección con
el lema de Zorn, el teorema de Zorn, el teorema de Zermelo, el principio de maximalidad
de Hausdorff y el principio del elemento maximal. Observemos que en la demostración del
lema 20.4.5 no fue necesario utilizar el axioma de elección ni directa ni indirectamente. Tal
demostración se hará demostrando primero que el teorema de Zermelo implica el axioma
de elección, luego que el principio de maximalidad de Hausdorff (junto con el lema 20.4.5)
implica el lema de Zorn y finalmente que el principio del elemento maximal implica el lema
de Zorn. Observemos que de acuerdo a como se han hecho las demostraciones en esta sección
se tienen las implicaciones siguientes: (axioma de elección ùñ lema de Zorn); (lema de Zorn
ùñ teorema de Zorn); (teorema de Zorn ùñ principio de maximalidad de Hausdorff); (lema
de Zorn ùñ teorema de Zermelo), y (lema de Zorn ùñ principio del elemento maximal).
20.4.12. Proposición. Teorema de Zermelo ùñ axioma de elección.
Demostración. SeaŤ F una familia de conjuntos no vacíos. Por el teorema de Zermelo, existe
un buen orden en A. Para cada A P F sea ϕpAq el primer elemento de A. De esta forma
APF
vemos que ϕ es una función de elección para F. ‚
20.4.13. Proposición. Principio de maximalidad de Hausdorff ùñ lema de Zorn.
862 20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección
Demostración. Sea X un conjunto parcialmente ordenado por ĺ con cotas superiores para
sus subconjuntos bien ordenados.
En la colección de subconjuntos bien ordenados de X tomemos el orden parcial ĺ˚ . Debido
al principio de maximalidad de Hausdorff existe una cadena
Ť maximal C de elementos de F
para el ordenŤparcial ĺ . Por el lema 4.2 el conjunto APC A está
˚
Ť bien ordenado por ĺ,
por lo tanto APC A tiene una cotaŤsuperior c. Afirmamos que cŤP APC A y es un elemento
maximal de de X. En efecto, si c R APC A, entonces B ĺ˚ tcuY APC A R Ť C para todo B P C,
contradiciendo el hecho de que la cadena C es maximal, por lo tanto c P APC A. Ahora si c
no fuera un elemento maximal de X, tendríamos un b P X con c ă b y de nuevo llegaríamos
a la conclusión de que la cadena C no es maximal, de modo que c es un elemento maximal
de X. ‚
20.4.14. Proposición. Principio del elemento maximal ùñ lema de Zorn.
Demostración. Sea X un conjunto parcialmente ordenado por ĺ con cotas superiores para
sus subconjuntos bien ordenados. Si tomamos x P X tenemos por el principio del elemento
maximal que existe un elemento maximal y tal que x ĺ y, pero para que se cumpla el lema
de Zorn es suficiente con que y sea maximal. ‚
A continuación, como una aplicación del teorema de Zermelo, se demostrará que cuales-
quiera dos conjuntos pueden ser comparados con respecto a su cardinalidad.
20.4.15. Teorema. Si A y B son dos conjuntos, entonces
#A ĺ #B ó #B ĺ #A.
Demostración. El resultado es claro cuando alguno de los dos conjuntos es el vacío. Su-
pongamos que ni A ni B son vacíos. Por el teorema de Zermelo el conjunto A puede ser bien
ordenado por alguna relación ĺ.
Tenemos dos posibilidades:
I) Si los elementos
Ś de una colección de conjuntos tAλ : λ P Λu son no vacíos, entonces el
conjunto Aλ es no vacío.
λPΛ
Demostración. (CA ùñ I)) Sea F “ tAλ : λ P Λu. Por el CA, existe una función Ś de
elección g para la familia F. Tomando para cada λ P Λ f pλq “ gpAλ q vemos que f P Aλ .
λPΛ
(I) ùñ II)) Sea F Ś una colección de conjuntos disjuntos y no vacíos y tomemos Λ “ F.
Debido a I) existe f P A. Haciendo B igual al recorrido de f vemos que cada elemento de
APF
B pertenece a un elemento de F y que para cada A P F se tiene que A X B “ tf pAqu, de lo
cual se sigue II).
864 20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección
(II) ùñ CA) Sea F una colección de conjuntos no vacíos. Definamos para cada A P F los
conjuntos A1 “ tpa, Aq : a P Au y F1 “ tA1 : A P Fu, y observemos que F1 es una familia
de conjuntos no vacíos y disjuntos. En efecto, si C1 y C2 son dos elementos diferentes de
F1 y además c1 P C1 y c2 P C2 , entonces c1 y c2 son diferentes por ser parejas ordenadas
con segundas componentes diferentes. De II) tenemos que existe un conjunto B tal que cada
elemento de B pertenece a un elemento de F1 y que para cada A1 P F1 se tiene que A1 X B
tiene solamente un elemento al cual denotaremos como a1 . Finalmente, para cada A P F sea
gpAq “ a˚ , donde a˚ es la primer componente de a1 . Así tenemos que a˚ P A lo cual hace de
g una función de elección para F. ‚
20.4.19. Definición. Al conjunto B dado en el teorema 20.4.18 II) se le llama conjunto
de elección de la familia F.
20.4.20. Aclaración. En algunos textos cuando se habla del axioma de elección se refiere a
alguna de las proposiciones I) ó II) del teorema 20.4.18.
Definamos ahora el concepto de cardinalidad de un conjunto.
20.4.21. Definición. Sea A un conjunto. Por el teorema de Zermelo existe un buen orden ĺ
en A y por el teorema 20.3.20 el conjunto bien ordenado pA, ĺq es isomorfo con algún número
ordinal α “ pAα , Ăq, donde obviamente Aα y A tienen la misma cardinalidad. Tenemos que
la colección B de todos los conjuntos B Ă Aα tales que pB, Ăq es un número ordinal es un
conjunto bien ordenado por Ă. Sea Bα el mínimo de los elementos de B que tienen la misma
cardinalidad que A. A tal conjunto Bα le llamaremos la cardinalidad de A y lo denotaremos
por #A. Cuando A es un conjunto, el conjunto #A es un representante de todos los conjuntos
que tienen la misma cardinalidad que A y se dice que tal representante #A es un cardinal
o número cardinal.
20.4.22. Observación. De acuerdo a la definición anterior, cuando A y B son conjuntos
cualesquiera, las expresiones #A ĺ #B y #A ă #B son respectivamente equivalentes a
#A Ă #B y #A Ł #B.
20.4.23. Definiciones. Si α y β son números cardinales definimos las operaciones de suma,
multiplicación y exponente de cardinales como:
α ` β :“ #ppt0u ˆ αq Y pt1u ˆ βqq;
α ¨ β :“ #pα ˆ βq;
αβ :“ #pβαq.
1
tenemos que obviamente αβ ĺ α1 β , con lo que se cumple para todos los casos dados en la
hipótesis del lema. ‚
20.4.26. Observación. Si β 1 ą 0, entonces 0β “ 0, mientras que 00 “ 1. Esa es la razón de
1
b) Si n P ℵ0 , entonces n es un cardinal.
d) ℵ0 es un cardinal.
Para cada número cardinal infinito α sea pγα , Ăq el número ordinal al cual es isomorfo
el conjunto bien ordenado pα ˆ α, ĺq. Cuando α “ ℵ0 tenemos que #γα “ #pα ˆ αq “
#pℵ0 ˆ ℵ0 q “ ℵ0 “ α. Supongamos que para todo número cardinal infinito β ă α tengamos
que #γβ “ β. Supongamos que existe un número cardinal η tal que #pη ˆ ηq ą η. Sea κ el
primer cardinal con la propiedad de que #pκ ˆ κq ą κ y sea δ :“ #pκ ˆ κq.
Si β ă κ es un conjunto sucesor ordinal tenemos que #pβ ˆ βq ă κ, pues si β es finito
entonces β ˆ β es finito, mientras que si es infinito #pβ ˆ βq “ #β ă κ.
Sea f el isomorfismo entre pδ, Ăq y pκˆκ, ĺq. Tomemos pδ1 , δ2 q :“ f pκq y η :“ máxtξ1 , ξ2 u`
1. Ahora, η ă κ debido a que κ es un ordinal límite y, por definición de ĺ, f rκs Ă η ˆ η,
teniendo así que κ ĺ #pη ˆ ηq ă κ, llegando así a una contradicción. Tenemos así que para
todo cardinal infinito α se tiene que #pα ˆ αq “ α. ‚
20.4.29. Teorema. Sea α un cardinal infinito. Ť
Si F es una familia de conjuntos tal que
#F ĺ α y #X ĺ α para todo X P F, entonces # F ĺ α.
Demostración. En el caso en que F “ ∅ el resultado se cumple de manera obvia, de manera
que supondremos que F ‰ ∅. Sea f : α ÝÑ F una función sobre F, y para cada B P F existe
una función g : α ÝÑ B una función sobre B, en particular, para todo cardinal β ă α existe
una función gβ : α ÝÑ f pβq sobre f pβq. Definamos ahora la función h cuyo domino es α ˆ α
y cuyo recorrido es F de manera que hpη, γq “ gf pηq pγq. Por Ť
el teorema 20.4.28 tenemos que
#pα ˆ αq “ α de manera que existe una función de α sobre F, y así # F ĺ α.
Ť
‚
Ejercicios.
no crea conflicto con la notación, de manera que como es costumbre así se denotará tal
división. Notemos además de que en caso de que los números racionales r y s sean diferentes
de 0, el inverso multiplicativo de rs es rs . Más aún, si r, s, t, u P Q, con s, u ‰ 0, tenemos que
r
¨ t “ su
s u
rt
.
Diremos que un número racional r es positivo si existen dos números naturale m, n tales
que r “ m n
. Observemos que todos los números naturales, entre ellos el número 1, son positi-
vos. A los números racionales diferentes de 0 que no sean positivos les llamaremos negativos.
Definamos ahora la relación ‘ĺ’ (que se lee «menor o igual que») en el conjunto de los
números racionales. Dados dos números racionales r y s, diremos que r ă s (o que s ą r)
cuando s ´ r es positivo y diremos que r ĺ s (o que s ľ r) cuando r ă s ó r “ s. Observemos
que esta definición de ĺ es una generalización de la dada en Z y es una relación de orden
total.
20.5.3. Definición. Decimos que el objeto pF, `, ¨, ĺq es un cuerpo ordenado si pF, `, ¨q
es un cuerpo y ĺ es un orden total en F con las siguientes propiedades:
a ă b ðñ a ` c ă b ` c.
20.5.4. Observación. Notemos que pQ, `, ¨, ĺq es un campo ordenado al cual pertenecen los
números enteros (¡demuéstrece!), además todas las propiedades y resultados de los números
reales dadas antes del capítulo 7 se basan en este hecho.
20.6. Construcción de los números reales 869
20.6.2. Definición. Decimos que una sucesión de números racionales pqk q8k“1 converge a un
número racional q cuando para todo número racional positivo ε existe un N P N tal que para
todo n P N se tiene que
n ľ N ùñ |qn ´ q| ă ε.
20.6.3. Observación. Observemos que si suponemos la existencia del cuerpo de los números
reales las definiciones anteriores de convergencia y de sucesión de Cauchy son consistentes
con las dadas en capítulos anteriores, es decir con las dadas tomando ε P R en lugar de ε P Q.
20.6.4. Lema. Si pak q8k“1 es una sucesión de números racionales que converge a un número
racional a, entonces pak q8
k“1 es una sucesión racional de Cauchy.
Demostración. Supongamos que pak q8 k“1 es una sucesión de números racionales que con-
verge a un número racional a. Para cualquier número racional ε ą 0 existe un número natural
N , tal que k ľ N ùñ |ak ´ a| ă 2ε . Ahora, si m, n ľ N ; entonces |an ´ a| ă 2ε y |am ´ a| ă 2ε ,
por lo que |am ´ an | ĺ |am ´ a| ` |an ´ a| ă 2ε ` 2ε “ ε; por lo tanto toda sucesión de números
racionales convergente es una sucesión racional de Cauchy. ‚
De manera completamente análoga a como se demostraron los teoremas de la sección 8.4
se pueden demostrar los siguientes diez lemas.
20.6.5. Lema. Sea c un número racional. La sucesión constante pcq8
k“1 converge al número
c.
` ˘8
20.6.6. Lema. La sucesión de números racionales k1 k“1 converge a 0.
20.6.7. Lema. Sea c un número racional y pak q8
k“1 una sucesión de números racionales que
870 20.6. Construcción de los números reales
20.6.13. Lema. Si pak q8 k“1 es una sucesión de números racionales que converge a los números
racionales a y a1 , entonces a “ a1 . Es decir, si el número racional al cual converge la sucesión
de números racionales existe, éste es único.
20.6.14. Lema. Una sucesión de números racionales pak q8
k“1 converge a cero si y sólo si
8
p|ak |qk“1 converge a cero.
20.6.15. Lema. Toda sucesión racional de Cauchy es acotada. Es decir si pak q8
k“1 es una
sucesión racional de Cauchy, entonces existe un número racional M ą 0 tal que para todo
n P N se tiene |an | ĺ M .
Demostración. Sea pak q8 k“1 una sucesión racional de Cauchy. Existe un número N P N tal
que para todo n, m P N se tiene
n, m ľ N ùñ |an ´ am | ĺ ε,
en particular
nľN ùñ |an ´ aN | ĺ ε,
de modo que para todo k P N se tiene
N
ÿ
|ak | ĺ ε ` |aN | ` |ai |,
i“1
Demostración. Para cada racional positivo ε sea Nε P N tal que para cualquier par de
números naturales n, m ľ Nε se tiene que |an ´ am | ă ε y |bn ´ bm | ă ε. Ahora, si n, m ľ N 2ε
se tiene que
ε0
n, m ľ N1 ùñ |an ´ am | ă
1 ` |M1 | ` |M2 |
y
ε0
n, m ľ N2 ùñ |bn ´ bm | ă .
1 ` |M1 | ` |M2 |
Si n, m ľ N1 ` N2 , entonces n, m ľ N1 y n, m ľ N2 , por lo tanto
y así pak bk q8
k“1 es una sucesión racional de Cauchy. ‚
20.6.17. Lema. Sea pak q8k“1 una sucesión racional de Cauchy que no converge a 0. Existen
un número racional positivo M y un N P N tales que si n ľ N , entonces |an | ą M .
Demostración. Supongamos que para todo racional positivo M y todo N P N exista un
número natural n ľ N tal que |an | ĺ M . Para cada k P N sea nk ľ k tal que |ank | ĺ k1 .
Del lema 20.6.6 se deduce que la subsucesión pank q8
k“1 converge a 0, por lo que para todo
ε ą 0 existe un K1 P N tal que si k ľ K1 , entonces |ank ă 2ε . Como pak q8 k“1 es una
sucesión racional de Cauchy tenemos que para todo racional ε ą 0 existe un K2 P N tal que
m, k ľ K2 ùñ |am ´ ank | ă 2ε . Si además tomamos m, k ľ K1 ` K2 , tenemos
ε
|am | ´ |ank | ĺ |am ´ ank | ă ,
2
872 20.6. Construcción de los números reales
luego
ε ε ε
|am | ă ` |ank | ă ` “ ε,
2 2 2
contradiciendo el hecho de que pak qk“1 no converge a 0.
8
‚
20.6.18. Lema. Sea pak q8
k“1 una sucesión racional
´ ¯8 de Cauchy que no converge a 0 y cuyas
1
componentes son diferentes de 0. La sucesión ak es una sucesión racional de Cauchy
k“1
que no converge a 0.
Demostración. Por el lema 20.6.17 tenemos que existen un número racional M ą 0 y
un N P N tales que si n, m ľ N , entonces |an |, |am | ą M y |an ´ am | ă εM 2 . Con esta
condiciones tenemos que
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ1 1 ˇ ˇ am a n ˇ |an ´ am | εM 2
ˇ ´ ˇ“ˇ ´
ˇ an am ˇ ˇ an am an am ˇ
ˇ“ ă “ ε. ‚
|an ||am | MM
si para todo número racional ε ą 0 existe un número natural N tal que si n es un número
natural mayor o igual que N , entonces
|an ´ bn | ă ε.
la sucesión pak ` bk q8
k“1 . Similarmente definamos ¨ tomando A ¨ B como el elemento de R2
˚ ˚
además los conjuntos ordenados pQ˚ , ĺ˚ q y pQ, ĺq son isomorfos, donde la correspondencia
biunívoca ϕ : Q ÝÑ Q˚ entre los conjuntos Q y Q˚ es el isomorfismo de orden.
rÞÑr˚
20.6.25. Lema. Para todo conjunto no vacío acotado superiormente A Ă R2 existe una cota
superior b P R2 del conjunto A tal que para toda cota superior r del conjunto A se tiene que
b ĺ˚ r.
Demostración. Para cada x P R2 sea x̂ P x Ă R1 . Sea a P A y s P R2 una cota superior de
A. Por el lema 20.6.15 existen dos números racionales positivos M1 y M2 tales que ´M1 es
menor o igual que cualquier componente de â y M2 es mayor o igual que cualquier componente
de ŝ. Definamos las sucesiones racionales de Cauchy pyk q8 k“1 y pzk qk“1 de la manera siguiente:
8
caso z2˚ es cota superior de A y x˚2 no lo es. Procedamos de manera recursiva suponiendo que
tenemos números racionales xn y zn tales que zn˚ es una cota superior de A y x˚n no es una
cota superior de A y definamos yn`1 :“ xn `z 2
n
; si yn`1
˚
es una cota superior de A tomemos
zn`1 “ yn`1 y xn`1 “ xn , pero si yn`1 no es una cota superior de A tomemos zn`1 “ zn
˚
y xn`1 “ yn`1 . Como podemos ver x˚n`1 no es una cota superior de A, mientras que zn`1 ˚
de números racionales que esté en r. Similarmente a lo ya expuesto, tenemos que para todo
número natural k, x˚k ĺ˚ r ĺ˚ rk˚ , por lo que xk ĺ rk , es decir prk ´ xk q8 k“1 está en algún
elemento de R2 , de modo que b ĺ r. Es decir b es la mínima cota superior de A.
` ˚
‚
Estamos ya listos para dar una definición del conjunto de los números reales. Tomemos
la función ϕ dada en el párrafo anterior y su inversa ϕ´1 : Q˚ ÝÑ Q que además de ser un
isomorfismo de anillos, también es un isomorfismo de orden. Por el teorema de extensión de
funciones inyectivas, existe una función inyectiva h cuyo dominio es el conjunto R2 tal que
para todo x P Q˚ se tiene que hpxq “ ϕpxq. Tomemos por definición de R al recorrido de h,
es decir R :“ hrR2 s y definamos en R las operaciones ` y ¨ tomando para todo x, y P R la
suma como x ` y :“ hph´1 pxq `˚ h´1 pyqq y la multiplicación como x ¨ y :“ hph´1 pxq ¨˚ h´1 pyqq.
Definamos además en R el orden parcial ĺ diciendo que para todo x, y P R se tiene que x ĺ y
874 20.6. Construcción de los números reales
si y sólo si h´1 pxq ĺ˚ h´1 pyq. Con estas definiciones se puede ver fácilmente que Q Ă R y
que las restricciones de `, ¨ y ĺ al conjunto de los números racionales coinciden con las ya
dadas anteriormente. Además h es un isomorfismo de anillos y un isomorfismo de orden, lo
que nos lleva a que pR, `, ¨, ĺq es un cuerpo ordenado.
Con teorema siguiente quedará establecida la existencia de un conjunto con las propieda-
des del conjunto de los números reales. El teorema siguiente se sigue del lema 20.6.25 y del
hecho de que la función h dada en el párrafo anterior es una biyección de R2 en R que es a
su vez isomorfismo de anillos y de orden.
20.6.26. Teorema. Para todo conjunto no vacío acotado superiormente A Ă R existe una
cota superior a P R del conjunto A tal que para toda cota superior x del conjunto A se tiene
que a ĺ x.
Ejercicios.
1. Demostrar que todo cuerpo ordenado pR, `,˛ ˛¨, ĺq, en el cual todo conjunto acotado su-
periormente tenga una mínima cota superior, es isomorfo con pR, `, ¨, ĺq (en el sentido
de que existe una biyección ϕ de R en R tal que es isomorfismo de anillos y de orden).
21.1. Introducción
En este capítulo K siempre denotará al cuerpo R de los número reales o al cuerpo C de
los números complejos, de manera que cuando hablemos de un cuerpo K se sobreentenderá
que nos referimos a R o a C. Se estudiarán varias de las estructuras y conceptos definidos
en los espacios vectoriales sobre un cuerpo K, como es el caso de los operadores lineales,
los funcionales lineales, el concepto de norma y espacio vectorial normado, el de producto
interno, forma bilineal, cuadrática y multilineal, espacios de Banach y de Hilbert, así como
el concepto de derivada de una función en espacios normados y su aplicación en la obtención
de máximos y mínimos.
Establezcamos nuestro primer resultado del capítulo.
21.1.1. Teorema. Todo espacio vectorial V sobre un cuerpo K tiene una base.
Demostración. Observemos que si un conjunto A tiene un buen orden, entonces tiene un
buen orden con respecto al cual tiene además un último elemento. En efecto, es suficiente con
tomar el primer elemento del conjunto y definir un nuevo orden de tal manera que pongamos
al primer elemento como el último, y los demás dejarlos como estaban, es decir si ĺ es un
buen orden en A con a0 como primer elemento, podemos tomar el orden ĺ1 de manera que
a ĺ1 b cuando a ĺ b y a ‰ a0 ‰ b, y tomar c ĺ1 a0 para todo c P A.
De la observación anterior y del teorema de Zermelo 20.4.10, tenemos que para todo
conjunto V que forma un espacio vectorial sobre un cuerpo K, existe un buen orden ĺ y un
v0 P V tal que v ĺ v0 , para todo v P V . Para cada v P V sea Wv el subespacio vectorial de V
generado por tw P V : w ĺ vu. Del hecho de que V “ Wv0 , el teorema quedará demostrado
si tenemos que Wv tiene una base, para todo v P V . Demostrémoslo usando el principio de
inducción transfinita 20.3.12, mostrando que cada Wv tiene una base Bv tal que si u ĺ v,
entonces Bu Ă Bv . Consideremos a t0u como el espacio vectorial generado por ∅. Sea v1 el
primer elemento de V con respecto al buen orden ĺ; en tal caso Wv1 es el espacio generado
por tv1 u si v1 ‰ 0, o bien Wv1 “ t0u. Sea v P V y supongamos que para todo w ă v se
tiene que Ww tiene una base Bw (donde w ă v significa que w ĺ v y w ‰ v), y además
si w1 ĺ w2 y w2 ă v, entonces Bw1 Ă Bw2 . Notemos que los elementos de Bv1 :“
Ť
Bw
wĺv
877
878 21.1. Introducción
son linealmente independientes, de manera que si v pudiera ser expresado como combinación
lineal de elementos de Bv1 , entonces Bv1 generaría a Wv , siendo así una base de Wv , pudiendo
tomar en ese caso Bv :“ Bv1 ; si v no fuera combinación lineal de elementos de Bv1 , entonces
los elementos de Bv1 Y tvu serían linealmente independientes, de manera que si en ese caso
tomamos Bv :“ Bv1 Y tvu tenderemos que Bv sería una base de Wv , teniendo en particular
que V “ Wv0 tiene como base a Bv0 . ‚
21.1.2. Corolario. Si V es un espacio vectorial sobre un cuerpo K y U es un subespacio de
V , entonces existen bases B1 y B2 de U y V respectivamente tales que B1 Ă B2 .
Demostración. Por el teorema 21.1.1 tenemos que existe una base B1 de U . Para cada v P V
definamos U `v :“ tu`v : u P U u, donde pU `v1 q`pU `v2 q :“ U `pv1 `v2 q y para cada k P K
tomamos kpU ` v1 q :“ U ` pkv1 q, formando así el conjunto V {U :“ tU ` v : v P V u un espacio
vectorial sobre K con la operación `. Por el teorema 21.1.1, dicho espacio vectorial tiene una
base B21 . Sea B22 :“ tCzt0u : C P B11 u y observemos que los elementos de B22 sonŤ no vacíos,
de manera que por el axioma de elección 20.4.1 existe una función ϕ : B22 ÝÑ B22 tal que
ϕpxq P x. Se deja al lector el verificar con detalle que el conjunto B2 :“ B1 Y tϕpxq : x P B22 u
es una base de V , con lo que el teorema quedaría demostrado. ‚
21.1.3. Teorema. Si V es un espacio vectorial sobre un cuerpo K y tenemos que B1 y B2
son bases de V , entonces #B1 “ #B2 , es decir B1 y B2 tienen la misma cardinalidad.
Demostración. Para el caso en que V es de dimensión finita el resultado es bien conocido
(teorema 13.5.25). Supongamos pues que V es de dimensión infinita. Para cada e P B2
sea me P N tal que existen me elementos diferentes b1,e , . . . , bme ,e P B1 tales que e es una
combinación lineal de estos me elementos de B1 . Sea Ae “ tb1,e , . . . , bŤ
me ,e u. Afirmamos que
Ae . En efecto, si existiera algún b P B1 que no estuviera en Ae tendríamos que
Ť
B1 “
ePB2 ePB2
b sería una combinación lineal de elementos de B2 , pero como cada una de las componentes
de dicha combinación lineal es a su vez una combinación lineal de elementos de B1 diferentes
de b, tenemos que b es combinación lineal de elementos de B1 diferentes
Ť de b, contradiciendo
el hecho de que B1 sea una base de V . Tenemos así que B1 “ Ae , de manera que
ePB2
por el teorema 20.4.29 obtenemos que #B1 ĺ #B2 . De manera análoga se demuestra que
#B2 ĺ #B1 , obteniendo así que #B1 “ #B2 , lo cual queríamos demostrar. ‚
21.1.4. Definición. Si V es un espacio vectorial sobre un cuerpo K y tenemos que B es una
base de V , a la cardinalidad de B le llamamos dimensión de V .
21.2. Operadores lineales en espacios reales o complejos de dimensión finita 879
es decir
pα1 , α2 , . . . , αn qpA ´ λIq “ 0,
donde pα1 , α2 , . . . , αn q ‰ 0, teniendo así que detpA ´ λIq “ 0. Observemos que de manera
recíproca se tiene que si detpA ´ λIq “ 0, entonces existen α1 , α2 , . . . , αn P C, no todos cero,
tales que
pα1 , α2 , . . . , αn qA “ λpα1 , α2 , . . . , αn q,
es decir el vector w “ α1 e1 `α2 e2 ` ¨ ¨ ¨ ` αn en es un vector propio de T correspondiente al
valor propio λ, de manera que λ es un valor propio de T si y sólo si detpA ´ λIq “ 0. Ahora,
observemos que detpA ´ λIq es un polinomio de grado n en λ, de manera que por el teorema
fundamental del álgebra 19.5.6 existe un λ P C tal que detpA ´ λIq “ 0 y ese λ es un valor
propio de T . ‚
21.2.5. Teorema. Sea V un espacio vectorial de dimensión finita n ą 0 sobre el cuerpo C
y T : V ÝÑ V un operador lineal invertible. Existe una base ordenada pv1 , v2 , . . . , vn q de V
cuyas componentes son vectores propios de T .
Demostración. Procedamos por inducción matemática sobre la dimensión del espacio vec-
torial V .
Si dimpV q “ 1, entonces por el teorema 21.2.4 existe un valor propio de T y por ende
un vector propio v1 de T , de manera que pv1 q es una base ordenada de V . Supongamos
que el resultado es válido siempre que dimpV q “ K y veamos que también es válido si
dimpV q “ K ` 1. Por ser T invertible tenemos que kerpT q “ t0u, de manera que por el
teorema 21.2.4 existe un valor propio λ1 de T , y como kerpT q “ t0u, dicho valor propio es
diferente de 0. Sea v1 un vector propio de T correspondiente a λ1 y pe1 , e2 , . . . , eK , eK`1 q
una base ordenada de V , además de que A “ pai,j qi,jPJK`1 sea la matriz asociada de T con
respecto esa base. Si v1 “ α1 e1 ` α2 e2 ` ¨ ¨ ¨ ` αK`1 eK`1 podemos suponer que α1 ‰ 0, de
otro modo cambiamos el orden en las componentes de la base ordenada de tal manera que la
primera componente de v1 sea diferente de 0. Observemos que pv1 , e2 , . . . , eK , eK`1 q es una
base ordenada de V y sea B “ pbi,j qi,jPJK`1 la matriz asociada a T con respecto a esa base.
Tenemos que T pv1 q “ λ1 v1 y
bi,1
y al hacer ui “ ei ´ v1 tenemos que pv1 , u2 , . . . , uK , uK`1 q es una base de V tal que la matriz
λ1
asociada a T con respecto a esta última base tiene como primer renglón al pλ1 δi,1 qiPJK`1 y
como primer columna a la transpuesta de ese renglón, de manera que el subespacio U de V
generado por tu2 , . . . , uK , uK`1 u es tal que T rU s Ă U , es decir T |U es un operador lineal en
U de dimensión K, y observando que T |U es invertible tenemos por hipótesis de inducción
que U tiene una base ordenada pv2 , . . . , vK , vK`1 q cuyas componentes son vectores propios
21.2. Operadores lineales en espacios reales o complejos de dimensión finita 881
tengan parte imaginaria diferente de cero. Observemos que debido al teorema anterior n´t es
un número par y además λt`k`1 “ λt`k , para k P t1, 3, . . . , n´t´1u. Tenemos así que el vector
de valores propios pλ1 , λ2 , . . . , λn q es de la forma pλ1 , . . . , λt , α1 , α1 , α2 , α2 , . . . , α n´t , α n´t q. Si
2 2
cada αj tiene como módulo´a rj y como argumento a θj , entonces el vector de valores ¯ propios
~λ “ pλj qn es de la forma λ1 , . . . , λt , r1 ei θ1 , r1 e´ i θ1 , . . . , r n´t ei θ n´t
2 , r n´t e
´ i θ n´t
2 . Tenemos
j“1 2 2
así que la matriz asociada al operador S con respecto a la base de vectores propios pvj qnj“1
es
´ ¯
~λI “ λ1 , . . . , λt , r1 ei θ1 , r1 e´ i θ1 , . . . , r n´t ei θ n´t
2 , r n´t e
´ i θ n´t
2 I
2 2
¨ ˛
λ1 0 ¨ ¨ ¨ 0 0 0 ¨¨¨ 0 0
˚ 0 λ2 ¨ ¨ ¨ 0 0 0 ¨¨¨ 0 0 ‹
˚ .. .. . . .. .. .. .. ..
˚ ‹
˚ . . . . . . . .
‹
‹
˚ ‹
˚ 0 0 ¨ ¨ ¨ λt 0 0 ¨¨¨ 0 0
21.2.11.
‹
i θ
˚ ‹
“ ˚ 0 0 ¨ ¨ ¨ 0 r1 e 0 0 0
1
˚ ¨¨¨ ‹.
‹
˚ 0 0 ¨¨¨ 0 ´ i θ1
˚ . 0 r 1 e ¨ ¨ ¨ 0 0 ‹
˚ . .
.. .
.. .
.. .
.. .. .
.. .
..
‹
˚ . . ‹
‹
˚ i θ n´t ‹
˚ 0 0 ¨¨¨ 0 0 0 ¨ ¨ ¨ r n´t e 2 0 ‹
˝ 2 ‚
´ i θ n´t
0 0 ¨¨¨ 0 0 0 ¨¨¨ 0 r n´t e 2
2
pv1 , . . . , vt , u1,1 , u1,2 , . . . , ud,1 , ud,2 q. Para j P Jt tenemos que Spvj q “ λj vj , mientras que para
k P Jd tenemos por una parte
ˆ ˙
1 1
Spuk,1 q “ S pvt`2k´1 ´ vt`2k q “ pSpvt`2k´1 q ´ Spvt`2k qq
2i 2i
1
“ prk ei θk vt`2k´1 ´ rk e´ i θk v t`2k´1 q
2i
rk
“ ppcospθk q ` i senpθk qqpRe vt`2k´1 ` i Im vt`2k´1 q
2i
´ pcosp´θk q ` i senp´θk qqpRe vt`2k´1 ´ i Im vt`2k´1 qq
rk
“ ppcospθk q ` i senpθk qqpRe vt`2k´1 ` i Im vt`2k´1 q
2i
´ pcospθk q ´ i senpθk qqpRe vt`2k´1 ´ i Im vt`2k´1 qq
rk
“ p2 i senpθk qRe vt`2k´1 ` 2 i cospθk qIm vt`2k´1 q
2i
“ rk psenpθk quk,2 ` cospθk quk,1 q “ rk cospθk quk,1 ` rk senpθk quk,2
y por otra parte
ˆ ˙
1 1
Spuk,2 q “ S pvt`2k´1 ` vt`2k q “ pSpvt`2k´1 q ` Spvt`2k qq
2 2
1
“ prk ei θk vt`2k´1 ` rk e´ i θk v t`2k´1 q
2
rk
“ ppcospθk q ` i senpθk qqpRe vt`2k´1 ` i Im vt`2k´1 q
2
` pcosp´θk q ` i senp´θk qqpRe vt`2k´1 ´ i Im vt`2k´1 qq
rk
“ ppcospθk q ` i senpθk qqpRe vt`2k´1 ` i Im vt`2k´1 q
2
` pcospθk q ´ i senpθk qqpRe vt`2k´1 ´ i Im vt`2k´1 qq
rk
“ p2 cospθk qRe vt`2k´1 ´ 2 senpθk qIm vt`2k´1 q
2
“ rk pcospθk quk,2 ´ senpθk quk,1 q “ ´rk senpθk quk,1 ` rk cospθk quk,2 .
En resumen, cuando j P Jt tenemos que Spvj q “ λj vj , pero cuando k P Jd tenemos que
Spuk,1 q “ rk cospθk quk,1 `rk senpθk quk,2 y Spuk,2 q “ ´rk senpθk quk,1 `rk cospθk quk,2 , de manera
que la matriz B asociada al operador lineal S con respecto a la base pv1 , . . . , vt , u1,1 , u1,2 , . . . ,
ud,1 , ud,2 q está dada por
¨ ˛
λ1 0 ¨ ¨ ¨ 0 0 0 ¨¨¨ 0 0
˚ 0 λ2 ¨ ¨ ¨ 0 0 0 ¨¨¨ 0 0 ‹
˚ . . . . . . .
˚ . . .. . . . . .
‹
˚ . . . . . . . .
‹
‹
˚ 0 0 ¨ ¨ ¨ λt 0 0 0 0
˚ ‹
¨¨¨ ‹
21.2.13. B “ ˚ 0 0 0 r cospθ r senpθ 0 0 ‹.
˚ ‹
¨ ¨ ¨ 1 1 q 1 1 q ¨ ¨ ¨
˚ 0 0 ¨ ¨ ¨ 0 ´r1 senpθ1 q r1 cospθ1 q ¨ ¨ ¨ 0 0
˚ ‹
‹
˚ . . . . . . . .
˚ .. .. .. .. .. .. .. ..
‹
‹
˚ ‹
˝ 0 0 ¨¨¨ 0 0 0 ¨ ¨ ¨ rd cospθd q rd senpθd q ‚
0 0 ¨¨¨ 0 0 0 ¨ ¨ ¨ ´rd senpθd q rd cospθd q
884 21.2. Operadores lineales en espacios reales o complejos de dimensión finita
El siguiente teorema dice cómo una norma definida en un espacio vectorial sobre K de-
termina una métrica.
21.3.2. Teorema. Supongamos que el conjunto V forma un espacio vectorial sobre K y que
en V está definida una norma } ¨ }. Si ρ : V ˆ V ÝÑ R, entonces pV, ρq es una métrica en V .
pv,wqÞÑ}v´w}
sentido debido al axioma del supremo 7.1.17). De manera similar a como se hizo en LpV, W q,
definimos la suma de dos elementos S, T P CLpV, W q como pS ` T qpvq :“ Spvq ` T pvq y el
producto por escalar como pαT qpvq :“ αpT pvqq, lo cual sin peligro de confusión escribiremos
αT pvq.
21.3.12. Teorema. El conjunto CLpV, W q forma un subespacio vectorial de LpV, W q, donde
la función } ¨ } dada en la definición anterior es en efecto una norma.
Demostración. Dejamos al lector los detalles de verificar que CLpV, W q es un subespacio
vectorial de LpV, W q. Verifiquemos lo correspondiente a la norma. Sean S, T P CLpV, W q y
α P R. Tenemos por una parte que
" * " *
}αT pvq} }T pvq}
}αT } “ sup : v P V zt0u “ sup |α| : v P V zt0u
}v} }v}
" *
}T pvq}
“ |α| sup : v P V zt0u “ |α|}T }
}v}
y por otra
" * " *
}pT ` Sqpvq} }T pvq} ` }Spvq}
}S ` T } “ sup : v P V zt0u ĺ sup : v P V zt0u
}v} }v}
" *
}T pvq} }Spvq}
“ sup ` : v P V zt0u
}v} }v}
" * " *
}T pvq} }Spvq}
ĺ sup : v P V zt0u ` sup : v P V zt0u “ }S} ` }T }.
}v} }v}
21.3. Espacios vectoriales normados 887
Demostración. Como }T pv1 ´v2 q} ĺ }T }}v1 ´v2 }, tenemos que a) implica b), y obviamente
b) implica c). Supongamos que T es continua en v0 . Para cada ε ą 0 sea δ ą 0 tal que
}v ´ v0 } ă δ ùñ }T pvq ´ T pv0 q} ă ε. Tenemos así que si }z} ă δ, con z P V , entonces, al
tomar v “ v0 ` z, tenemos }T pv0 ` zq ´ T pv0 q} ă ε, }T pzq} ă ε, y al usar el teorema 21.3.13
tenemos así }T } ĺ δε , con lo cual c) implica a). ‚
21.3.15. Definición. Un espacio vectorial normado es un espacio de Banach cuando el
espacio métrico correspondiente (el formado por la métrica dada en el teorema 21.3.2) sea
completo, es decir que toda sucesión de Cauchy sea convergente.
21.3.16. Ejemplo. El conjunto C r0; 1s con la norma } ¨ }8 forma un espacio de Banach.
En efecto, sea pfk q8 k“1 una sucesión de Cauchy de elementos de C r0; 1s. Tenemos que para
todo ε ą 0 existe un Nε P N tal que si k, l P N y k, l ľ Nε , entonces }fk ´ fl }8 ă ε.
Ahora, para todo t P r0; 1s tenemos que |fk ptq ´ fl ptq| ă ε, de manera existe un número
f ptq al cual la sucesión pfk ptqq8 k“1 converge pues R es completo. Veamos que la función
pt P r0; 1sq ÞÑ f ptq es continua y además pfk q8 k“1 converge uniformemente a f . Para cada
entero l ľ N 4ε tenemos que existe un δ ą 0 tal que siempre que tengamos |t1 ´ t0 | ă δ, con
t0 , t1 P r0; 1s, tendremos |fl pt1 q ´ fl pt0 q| ă 4ε , y además |fl ptq ´ f ptq| ă 4ε para todo t P r0; 1s.
Tenemos así que |f pt1 q´f pt0 q| “ |pf pt1 q´fl pt1 qq`pfl pt1 q´fl pt0 qq`pfl pt0 q´f pt0 qq| ă 43 ε ă ε,
siempre que |t1 ´ t0 | ă δ, de manera que f es uniformemente continua en r0; 1s, pero como
|fl ptq ´ f ptq| ă 4ε ă ε para todo t P r0; 1s y todo l ľ N 4ε tenemos que }fl ´ f }8 ă ε, de
manera que pfk q8 k“1 converge a f con la norma } ¨ }8 , siendo así C r0; 1s un espacio de Banach
con la norma } ¨ }8 .
21.3.17. Ejemplo. El conjunto Rn con la norma euclidiana es un espacio de Banach sobre
el cuerpo R, lo mismo que el conjunto Cn sobre el cuerpo C con la norma euclidiana dada en
el ejemplo 21.3.10.
21.3.18. Teorema. Si V es un espacio normado, entonces la norma definida en V es una
función uniformemente continua.
888 21.3. Espacios vectoriales normados
Demostración. Debido a la desigualdad del triángulo (definición 21.3.1 c)) tenemos que
}v1 } ĺ }v1 ´ v2 } ` }v2 }, de manera que }v1 } ´ }v2 } ĺ }v1 ´ v2 }, e intercambiando los papeles
de v1 por v2 tenemos que }v2 } ´ }v1 } ĺ }v2 ´ v1 } “ }v1 ´ v2 }, teniendo así
}Tα } ĺ M,
o bien
b)
supt}Tα pvq} : α P Au “ `8,
para todo v perteneciente a algún Gδ denso en V
}Tα pyq} ĺ }Tα pv0 q ` Tα pvq} ĺ }Tα pvq} ` }Tα pv0 q} ĺ 2N,
Demostración. Por ser T una función sobre W , para cada w P W existe un v P V tal
que T pvq “ w, y si v P Bp0V , kq, entonces w P T rBp0V , kqs, para cada k P N, de manera
8
que W “ T rBp0V , kqs. Como W es completo, tenemos del corolario 14.2.52 al teorema de
Ť
k“1
categoría de Baire que existe un N P N y un abierto no vacío E Ă T rBp0V , N qs. Teniendo así
j“1 , donde cada vj P Bp0V , N q;
que cada elemento de E es el límite de una sucesión pT pvj qq8
dejemos fijos al número N y al abierto E.
Sean w0 P E y η ą 0 tales que Bpw0 , ηq Ă E. Si w P E, existen sucesiones pvj1 q8
j“1 y pvj qj“1
2 8
n“1 es de
Hagamos sn :“ v1 ` v2 ` ¨ ¨ ¨ ` vn para obtener de 21.3.24 que la sucesión psn q8
Cauchy, de manera que, por ser V completo la sucesión converge a un v P V . La desigualdad
}v1 } ă 1 y 21.3.24 muestran que }v} ă 1 ` ε. Como T es continua tenemos que lím T psn q “
nÑ8
T pvq, pero por 21.3.23 tenemos que lím T psn q “ w, de manera que T pvq “ w.
nÑ8
Hasta ahora hemos demostrado que
Bp0W , δq Ă T rBp0V , 1 ` εqs,
es decir que
21.3.25. Bp0W , p1 ` εq´1 δq Ă T rBp0V , 1qs,
para todo ε ą 0. Observando que Bp0W , p1 ` εq´1 δq “ Bp0W , δq tenemos de 21.3.25 que
Ť
εą0
Bp0W , δq Ă T rBp0V , 1qs, con lo que el teorema queda demostrado. ‚
21.3.26. Teorema de la transformación abierta. Sean V y W espacios de Banach y
T P CLpV, W q tal que su recorrido es W . La transformación lineal T es una función abierta.
890 21.3. Espacios vectoriales normados
es decir › ›
›1
› T pαvq ´ Tn pvq› ĺ ε ,
›
›α › |α|
con lo que T pvq “ lím Tn pvq “ α1 T pαvq, y así T pαvq “ αT pvq. Sean ahora u, v P V y veamos
nÑ8
que T pu ` vq “ T puq ` T pvq. De nuevo tenemos que para todo ε ą 0 existe un N P N tal que
si n ľ N , entonces
ε ε
}Tn puq ´ T puq} ă y }Tn pvq ´ T pvq} ă ,
2 2
de manera que usando la desigualdad del triángulo 21.3.1 c) y la linealidad de Tn obtenemos
M
la sucesión de funciones lineales pTn q8
n“1 está uniformemente acotada por Q :“ 1 `
ř
}Tk }.
j“1
Ahora, para cada ε ą 0 existe un N P N, que posiblemente dependa de v, tal que si n ľ N ,
entonces
}T pvq} “ }pT pvq ´ Tn pvqq ` Tn pvq} ĺ }Tn pvq ´ T pvq} ` }Tn pvq} ĺ ε ` }Tn pvq}
ĺ ε ` }Tn } ĺ ε ` 1 ` Q,
de manera que }T } ĺ ε ` 1 ` Q, teniendo así que T P CLpV, W q.
Veamos ahora que T es el límite de la sucesión pTn q8n“1 con la norma dada en CLpV, W q.
Para esto sea de nuevo N P N tal que si n, m ľ N se tiene que }Tn ´ Tm } ă 3ε y para cda
n P N sea vn,ε P V tal que }vn,ε } “ 1 y además
ε ε
}Tn ´ T } ă }pTn ´ T qpvn,ε q} ` “ }Tn pvn,ε q ´ T pvn,ε q} ` ,
3 3
de manera que
ε ε
}Tn`p ´ T } ĺ }Tn`p ´ Tn } ` }Tn ´ T } ă ` }Tn pvn,ε q ´ T pvn,ε q} ` ,
3 3
para todo p P N con p ľ n, pero para n suficientemente grande }Tn pvn,ε q ´ T pvn,ε q} ă 3ε , de
manera que }Tn`p ´ T } ă ε para algún n suficientemente grande y p ľ 0, concluyendo así la
demostración del teorema. ‚
Dejamos al lector la demostración del teorema siguiente.
21.3.29. Teorema. Sean V y W espacios vectoriales normados con normas } ¨ }V y } ¨
}W respectivamente. La norma ppv, wq P V ˆ W q ÞÑ máxt}v}V , }w}W u induce la topología
producto de las topologías inducidas por } ¨ }V y } ¨ }W .
21.3.30. Teorema de la gráfica cerrada. Si V y W son espacios de Banach y T : V ÝÑ W
es una transformación lineal tal que GrpT q es un conjunto cerrado en V ˆ W , entonces
T P CLpV, W q.
Demostración. Sean π1 y π2 las proyecciones GrpT q en V y W respectivamente, es decir
π1 pv, T pvqq “ v y π2 pv, T pvqq “ T pvq. Observemos que GrpT q es un subespacio vectorial
de V ˆ W , π1 P CLpGrpT q, V q y π2 P CLpGrpT q, W q. Observemos también que π1 es una
biyección de GrpT q en V . Como los espacios normados V y W son de Banach tenemos que
V ˆ W es completo, es decir es de Banach, de manera que si aplicamos el corolario 21.3.27
tenemos que π1´1 P CLpV, GrpT qq, teniendo así que T “ π2 ˝ π1´1 P CLpV, W q. ‚
21.3.31. Definición. Decimos que dos normas } ¨ } y } ¨ }˚ definidas en un espacio vectorial
V son equivalentes si existen dos números M1 y M2 tales que para todo v P V se tiene
}v} ĺ M1 }v}˚ y }v}˚ ĺ M2 }v}.
21.3.32. Definiciones y notaciones. Dado un espacio vectorial normado pV, K, } ¨ }q. De-
cimos que una sucesión pvk q8
k“1 de elementos de V es sumable y que la suma de las
componentes es un s P V cuando
› ›
› ÿn ›
lı́m ›s ´ vk › “ 0,
› ›
nÑ8 › ›
k“1
892 21.3. Espacios vectoriales normados
Tenemos así que la sucesión psk q8 k“1 es de Cauchy, y por ser V completo tenemos que converge
a un s P V , lo cual significa que pvk q8
k“1 es sumable, con lo que concluimos que si una sucesión
es absolutamente sumable, entonces es sumable.
Supongamos ahora que toda sucesión absolutamente sumable es sumable y sea pvk q8 k“1
una sucesión de Cauchy. Tomemos una sucesión estrictamente creciente de enteros positivos
pnk q tales que para cualesquiera dos números naturales m, n se tenga que
m, n ľ nk ùñ }vn ´ vm } ă 2´k .
Tenemos así que la sucesión de Cauchy pvk q8k“1 tiene una subsucesión pvnk qk“1 que converge a
8
concluyendo así que el espacio pV, K, } ¨ }q es de Banach, con lo que el teorema queda demos-
trado. ‚
Ejercicios.
3. Demostrar que si U y V son espacios vectoriales normados cuyas normas son respecti-
vamente } ¨ }U y } ¨ }V , entonces la función ppu, vq P U ˆ V q ÞÑ }u}U ` }v}V es una norma
en U ˆ V que induce la topología producto.
4. Demostrar que si en un mismo espacio vectorial tenemos definidas dos normas equiva-
lente, entonces ambas normas inducen la misma topología.
894 21.4. Funcionales lineales
es decir
f pu1 q ´ ppu1 ´ eq ĺ ppe ` u2 q ´ f pu2 q,
21.4. Funcionales lineales 895
de manera que
la multiplicación de un número real por una función. En V podemos definir ν : V ÝÑ r0; `8s
como
ż1
νpf q :“ |f pxq| d x.
0
Ejercicios.
1. Demostrar que la función ν dada en el ejemplo 21.4.7 es una seminorma pero no es una
norma.
21.5. Espacios vectoriales toplógicos 897
ta P A : f paq “ ku
21.5. Espacios vectoriales toplógicos 899
pλ1 f1 ` λ2 f2 qpp1 ´ tqv0 ` tv1 q “ λ1 f1 pp1 ´ tqv0 ` tv1 q ` λ2 f2 pp1 ´ tqv0 ` tv1 q
` ˘ ` ˘
ĺ p1 ´ tqλ1 f1 pv0 q ` tλ1 f1 pv1 q ` p1 ´ tqλ2 f2 pv0 q ` tλ2 f2 pv1 q
“ p1 ´ tqpλ1 pf1 pv0 q ` λ2 f2 pv0 qqq ` tpλ1 pf1 pv1 q ` λ2 f2 pv1 qqq
“ p1 ´ tqpλ1 f1 ` λ2 f2 qpv0 q ` tpλ1 f1 ` λ2 f2 qpv1 q,
sprtΣ pp1 ´ λqu ` λvq “ suptσpp1 ´ λqu ` λvq : σ P Σu ĺ suptp1 ´ λqσpuq ` λσpvq : σ P Σu
ĺ suptp1 ´ λqσpuq : σ P Σu ` suptλσpvq : σ P Σu
“ p1 ´ λq suptσpuq : σ P Σu ` λ suptσpvq : σ P Σu
“ p1 ´ λq sprtΣ puq ` λ sprtΣ pvq,
Obviamente D Ă te P E : f1 peq ` f2 peq ą ku, de manera que es suficiente con demostrar que
si u es un elemento de E que satisface la desigualdad f1 puq ` f2 puq ą k, entonces pertenece
a D. Ahora, si f1 puq ` f2 puq ą k, entonces existe un ε ą 0 tal que f1 puq ` f2 puq ą k ` ε,
de manera que si tomamos x “ ε ´ f2 puq, tenemos que u P D, con lo cual el teorema queda
demostrado. ‚
21.5.18. Teorema. Sea E un conjunto en el cual está definida una topología y sea f : E ÝÑ
R Y t`8u. La función f es sci si y sólo si epipf q es un conjunto cerrado en E ˆ R.
Demostración. Supongamos primero que f es sci. Sea pek q8 k“1 una sucesión de elementos
de epipf q que converge a un e P E ˆ R y demostremos que e P epipf q para concluir así que
epipf q es cerrado. Para cada k sean ak P E y sk P R tales que ek “ pak , sk q. Sean además a
y s tales que e “ pa, sq. Si e no estuviera en el epígrafe de f , es decir, si s fuera menor que
f paq, tendríamos, por el teorema 21.5.16 que al tomar un ε ą 0 existiría una vecindad U de
a tal que para todo u P U tengamos f puq ą f paq ´ ε, en particular, para k suficientemente
grande tendríamos que ak P U , y así sk ľ f pak q ą f paq ´ ε ą s ´ ε, de tal suerte que
lı́m sk ľ f paq ą s y la sucesión psk q8
k“1 no convergería a s. Tenemos así que necesariamente
kÑ8
epipf q es cerrado cuando f es sci.
Supongamos ahora que epipf q es cerrado y observemos que para todo r P R el conjunto
E ˆ p´8; rs es cerrado en E ˆ R, teniendo así que epipf q X pE ˆ p´8; rsq es cerrado en E ˆ R.
Sea r P R y Er es el conjunto subnivel r de f . Tomemos una sucesión pak q8 k“1 de elementos
de Er que converja a un a P E y veamos que a P Er , para demostrar así que Er es cerrado.
La sucesión pak , rq8
k“1 es una sucesión de elementos de epipf q X pE ˆ p´8; rsq que converge
a pa, rq, de manera que pa, rq P epipf q X pE ˆ p´8; rsq por ser epipf q X pE ˆ p´8; rsq un
conjunto cerrado, de manera que a P Er , terminando así con la demostración. ‚
21.5.19. Teorema. Sea E un conjunto con una topología y Σ un subconjunto de EpR Y t`8uq
cuyos elementos son funciones semicontinuas inferiormente. La función sprtΣ es sci.
902 21.5. Espacios vectoriales toplógicos
Demostración.
Ş El resultado se sigue del teorema 21.5.18 y del hecho de que epipsprtΣ q “
epipσq. ‚
σPΣ
21.5.20. Teorema. Sea E un conjunto compacto y f : E ÝÑ R Y t`8u una función sci tal
que dompf q ‰ ∅. Existe un e˚ P E tal que f pe˚ q “ ı́nf f peq P R.
ePE
Demostración. Sea pek q8 una sucesión de elementos de dompf q Ă E tal que pf pek qq8
k“1 k“1
es una sucesión no creciente de números reales que converja a ı́nf f peq. Como E es compacto
ePE
existe una subsucesión pck q8k“1 de pek qk“1 que converge a un e˚ P E. Por el teorema 21.5.16
8
para cada ε ą 0 existe una vecindad U Ă E de e˚ tal que para todo u P U se tiene que
f puq ą f pe˚ q ´ ε, de manera que para k suficientemente grande tenemos que ck P U , y así
f pck q ą f pe˚ q ´ ε.
Ejercicios.
1. Demostrar que el espacio vectorial topológico dado en el ejemplo 21.3.30 es localmente
convexo.
n
!ř
3. Sea V un espacio vectorial y A Ă V . Demostrar que cvxpAq “ λk vk : donde n P N,
k“1
n )
para todo k P Jn se tiene que vk P A, λk ľ 0 y λk “ 1 .
ř
k“1
8
ÿ
xpzk q8 8
k“1 , pwk qk“1 y :“ zk wk .
k“1
żb
xf, gy :“ f ptqgptq d t.
a
Ahora, el lado derecho de la desigualdad 21.6.8 es mínimo cuando t “ }v}´2 |xu, vy|, de manera
que si tomamos ese valor de t obtenemos que
Demostración. El resultado se sigue del hecho de que }u ` v}2 “ }u}2 ` 2Re xu, vy ` }v}2
y de que }u ´ v}2 “ }u}2 ´ 2Re xu, vy ` }v}2 . ‚
21.6.14. Definiciones y notaciones. Si V es un espacio vectorial con producto interno,
decimos que dos vectores u, v P V son ortogonales, lo cual se denota como u K v, cuando
xx, yy “ 0. Cuando E Ă V , definimos el complemento ortogonal de E como el conjunto
}v ´ w1 }2 “ }v ´ w}2 ` }w ´ w1 }2 ľ }v ´ w}2 ,
es decir |xv, uα y|2 ĺ }v}2 , para cualquier E Ă A que sea finito, obteniéndose así la
ř
αPE
desigualdad deseada.
ř Ahora, 2el conjunto tuα : xv, uα y ‰ 0u es numerable ya que de otro modo la suma
|xv, uα y| sería infinita debido al teorema 8.7.53 y no sería menor o igual que }v} .
2
‚
αPA
Cuando tengamos una sucesión ortonormal cuyo recorrido sea un sistema cerrado diremos
que dicha sucesión es una sucesión cerrada de elementos de V .
21.6.28. Teorema de Riesz-Fischer. Sea puk q8 k“1 una sucesión ortonormal en un espacio
8
ř
de Hilbert V y sea pck q8
k“1 una sucesión de elementos en K tales que c2k ă `8. Existe un
k“1
v P V tal que para todo k P N se tiene
ck “ xv, uk y
y
8
ÿ
c2k “ }v}2 .
k“1
k
Demostración. Hagamos vk :“ ci ui y veamos que la sucesión pvk q8
k“1 converge a un
ř
i“1
vector v que satisface las condiciones del teorema. Para tal efecto veamosˆ k que˙8la sucesión
de Cauchy, de manera que para todo ε ą 0 existe un N P N tal ›que para› cualesquiera dos
m
números naturales m y n que satisfagan m ą n ľ N se tiene que ›› c2i ›› ă ε2 , de manera
› ř ›
i“n`1
que por el teorema de Pitágoras 21.6.16 tenemos
› ›2
› ÿm › ÿm
2
}vm ´ vn } “ › ci u k › “ c2i ă ε2 ,
› ›
›i“n`1 › i“n`1
k“1 converge
de manera que }vm ´ vn } ă ε, y por ser V un espacio de Hilbert la sucesión pvk q8
a un vector v P V . Ahora,
xv, ui y “ xvk , ui y ` xv ´ vk , ui y,
donde el primer término del lado derecho de la igualdad anterior es ci cuando k ľ i y el
segundo término tiende a 0 cuando k Ñ 8 debido a que el funcional x¨, ui y es continuo, de
manera que xv, ui y “ ci , teniéndose demostrada la primera igualdad del teorema.
Para demostrar la segunda igualdad observemos que }v ´ vk }2 Ñ 0 cuando k Ñ 8, de
manera que C G
ÿk k
ÿ k
ÿ
2
}v ´ vk } “ v ´ ck u k , v ´ ck uk “ xv, vy ´ c2i ,
i“1 i“1 i“1
que tiende a 0 cuando k Ñ 8, cumpliéndose así la segunda igualdad del teorema. ‚
Ejercicios.
1. Dar un ejemplo de un espacio euclidiano que tenga un subespacio que no sea cerrado.
2. Con respecto al ejemplo 21.6.6:
a) Para cada k P N sean vk : ra; bs ÝÑ K y demostrar que la sucesión pvk q8
k“1 es
tÞÑtk´1
completa. (Sugerencia: utilizar el teorema de aproximación de Weierstrass 19.5.25).
b) Hallar la norma de cada uno de las componentes vk de dicha sucesión.
c) Demostrar que la sucesión pvk q8 k“1 no es un sistema ortonormal, aunque su reco-
rrido es un sistema linealmente independiente.
d) ¿El espacio vectorial CK pra; bsq es separable?
e) Con respecto al producto interno ahí definido, ¿el espacio vectorial CK pra; bsq es
de Hilbert?
3. Sea V un espacio de Hilber y T, S P CLpV, V q. Demostrar lo siguiente:
a) Existe un único T ˚ P CLpV, V q tal que xT v, wy “ xv, T ˚ wy para todo v, w P V .
b) }T ˚ } “ }T }, }T ˚ T } “ }T }2 , paS ` bT q˚ “ aS ˚ ` bT ˚ , pST q˚ “ T ˚ S ˚ y T ˚˚ “ T .
c) RpT qK “ kerpT ˚ q y kerpT qK “ RpT ˚ q.
d) T es unitario ðñ T es invertible y T ´1 “ T ˚ .
Al operador T ˚ se le llama el operador adjunto de T .
4. Demostrar que todo subconjunto convexo, cerrado y no vacío de un espacio de Hilbert
tiene un único elemento con norma mínima.
21.7. Funciones multilineales 911
Queda como ejercicio para el lector el verificar que dicha función } ¨ } es en efecto de una
912 21.7. Funciones multilineales
norma.
21.7.5. Observación. El conjunto LK pV1 , . . . , Vn ; W q forma un espacio vectorial sobre el
cuerpo K con la suma vectorial definida como la suma de funciones.
21.7.6. Definición. Decimos que una función n lineal f P Ln pV, W q es simétrica si para
toda permutación σ P Sn y todo pvi qni“1 P V n se tiene que f ppvi qni“1 q “ f ppvσpiq qni“1 q.
Ejercicios.
2. Con respecto al ejercicio 1. Para cada g que sea polinomio homogéneo de grado n, ¿es
única la función n lineal simétrica f que satisfaga la propiedad pedida?
significará que f pvq es igual gpvq más alguna expresión o1 pvq, donde o1 satisface la ecuación
21.8.2 para k “ 1.
21.8.3. Definición. Sean V y W espacios normados, A Ă V un conjunto abierto, a P A y
f : A ÝÑ W . Decimos que f es derivable en a si existe un λ P CLpV, W q tal que
para todo h P V tal que a ` h P A. En tal caso a la función lineal λ se le llama derivada de
Fréchet de f en a ó simplemente derivada de f en a.
21.8.4. Observaciones. En la definición anterior tenemos que cuando V “ W “ K la
definición de f 1 paq será una función lineal de K en K, pero las únicas funciones lineales de
K en K son las de la forma ph P Kq ÞÑ αh, para algún α P K. En ese caso la derivada está
identificada con dicho valor α que es el que conocíamos como la derivada de f en a antes de
generalizar el concepto de derivada. Cuando W es un espacio más arbitrario, pero V “ K,
tendremos que f 1 paq está identificada con un vector α ~ P W , de tal manera que para todo
h P K se tiene que f paqphq “ h~
1
α; en ese caso α 1
~ “ f paqp1q.
21.8.5. Teorema. Sean V y W espacios normados, A Ă V un conjunto abierto, a P A y
f : A ÝÑ W . Si f es derivable en a, la derivada de Fréchet de f en a es única.
Demostración. Supongamos que f tiene en a dos derivadas de Fréchet λ1 y λ2 , es decir
supongamos que
Tenemos que
λ1 phq ´ λ2 phq “ o3 phq,
donde }h} es suficientemente pequeña, de manera que si }v} “ 1, entonces
para M suficientemente grande, de tal manera que si hacemos tender M a `8 vemos que
}pλ1 ´ λ2 qpvq} “ 0. En general, si u P V existe un α P K y un v P V con }v} “ 1 tal que
u “ αv, de manera que }pλ1 ´ λ2 qpuq} “ |α|}pλ1 ´ λ2 qpvq} “ 0, teniendio así que λ1 “ λ2 . ‚
21.8.6. Notación. Si V y W son espacios normados, A Ă V un conjunto abierto, a P A y
f : A ÝÑ W es derivable en a, a la única derivada de Fréchet de f en a la denotaremos por
D f paq ó por f 1 paq.
21.8.7. Teorema. Si V y W son espacios normados, A Ă V un conjunto abierto, a P A,
f : A ÝÑ W y g : A ÝÑ W funciones derivables en a, entonces f ` g es derivable en a y
además pf ` gq1 paq “ f 1 paq ` g 1 paq.
Demostración. Como f y g son derivables en a tenemos, para un vector h suficientemente
pequeño, que
de manera que
pf ` gqpa ` hq ´ pf ` gqpaq “ pf pa ` hq ´ f paqq ` pgpa ` hq ´ gpaqq
“ pf 1 paqphq ` o1 phqq ` pg 1 paqphq ` o2 phqq “ pf 1 paq ` g 1 paqqphq ` o3 phq,
con lo cual el teorema queda demostrado. ‚
21.8.8. Teorema. Si V y W son espacios normados, A Ă V es un conjunto abierto, a P A,
f : A ÝÑ W es derivable en a y c P K, entonces cf es derivable en a y además pcf q1 paq “
cf 1 paq.
Demostración. Usaremos el hecho de que si o1 satisface la ecuación 21.8.2, entonces tam-
bién lo satisface la función o2 dada por o2 “ c o1 .
Tenemos que
cf pa ` hq ´ cf paq “ cpf pa ` hq ´ f paqq “ cpf 1 paqphq ` o1 phqq “ cf 1 paqphq ` c o1 phq
“ cf 1 paqphq ` o2 phq,
con lo que el teorema queda demostrado. ‚
21.8.9. Teorema. Si V y W son espacios normados y T P CLpV, W q, entonces T es derivable
en cualquier a P V y además T 1 paq “ T .
Demostración. Por ser T una función lineal tenemos que para todo a y todo h en V
tenemos
T pa ` hq ´ T paq “ T phq “ T phq ` ophq,
donde ophq “ 0. ‚
21.8.10. Teorema. Si V y W son espacios normados, A Ă V es un conjunto abierto y
w P W , entonces la función constante pv P Aq ÞÑ w es derivable y su derivada en cualquier
elemento de A es la función lineal constante pv P V q ÞÑ 0, donde 0 es el vector nulo en W .
Demostración. Sea f la función pv P Aq ÞÑ w, a P A y h P V tal que a ` h P A. Tenemos
que
f pa ` hq ´ f paq “ w ´ w “ 0 “ 0phq ` ophq. ‚
21.8. Cálculo en espacios normados 915
21.8.11. Observación. Si tenemos una función o que satisface la ecuación 21.8.2, entonces
lím }opvq} “ 0.
vÑ0
21.8.18. pphi qni“1 P V n q ÞÑ f pnq puqph1 qph2 q ¨ ¨ ¨ phi´1 qphi qphi`1 q ¨ ¨ ¨ phn q
pero si ph1 , h2 q ‰ p0, 0q tenemos dos posibilidades, una de las cuales es que alguno de los
vectores h1 ó h2 es igual a 0, en cuyo caso }f}phph11,h,h22q}q} “ 0, y la otra es que tanto h1 como h2
sean diferentes de 0, en cuyo caso tenemos que
n
ÿ
spf, ∆, pξ1 , ξ2 , . . . , ξn qq :“ pti ´ ti´1 qf pξi q
i“1
żb
f ptq d t.
a
n
`prtn,i ; tn,i´1 s X rtm,j ; tm,j´1 sq, tenemos que
ř
i“1
del segmento ra; bs y sea pξk qlk“1 tal que para cada k P Jl se tiene que tk´1 ĺ ξk ĺ tk . De
manera similar a como se hizo en 21.8.24 se puede ver que si n es suficientemente grande, de
tal manera que |∆n | ă δ y si |∆| ă δ, entonces
y podemos tomar δ ą 0 de tal manera que además de que se cumpla la desigualdad 21.8.25
se cumpla también que
żb żb
a) αf ptq d t “ α f ptq d t;
a a
żb żb żb
b) pf ptq ` gptqq d t “ f ptq d t ` gptq d t;
a a a
21.8. Cálculo en espacios normados 919
¨ ˛
żb żb
c) T pf ptqq d t “ T ˝ f ptq d t‚;
a a
żb żc żb
d) f ptq d t “ f ptq d t ` f ptq d t, para todo c P pa; bq;
a a c
›b ›
›ż › żb
e)
› ›
› f ptq d t› ĺ }f ptq} d t.
› ›
› ›
a a
entonces
para todo x P ra; bs. Una vez demostrada esa fórmula se puede ver que en particular es válida
cuando x “ b, y haciendo tender ε a 0 se obtendrá la fórmula 21.8.33.
Sea A el conjunto de todos los x P ra; bs para los cuales la fórmula 21.8.34 es falsa, es
decir para los cuales se cumple la fórmula
y además
gpxq ´ gpcq ε
g 1 pcq ĺ ` ,
x´c 2
de manera que de estas dos últimas desigualdades y de la desigualdad 21.8.36 obtenemos
demostrando así que si x P rc; c ` ηs, entonces x R A, siendo así imposible que c sea el ínfimo
de A, por lo que es imposible que A ‰ ∅, terminando así la demostración del teorema. ‚
Si en el teorema 21.8.31 tenemos que gpxq “ kx para alguna constante k ľ 0, entonces
obtenemos el corolario siguiente.
21.8.37. Corolario. Sean a, b P R tales que a ă b. Sea W un espacio de Banach y sea
f : ra; bs ÝÑ W una función continua. Si f es derivable en todo elemento de pa; bq y para
algún k ľ 0 tenemos
}f 1 pxq} ĺ k para todo x P pa; bq,
entonces
}f pbq ´ f paq} ĺ kpb ´ aq,
y más aún
21.8.39. Definición. Una función f que cumpla la proposición 21.8.38 se dice que satisface
las condiciones de Lipschitz en el intervalo ra; bs. De manera más general, cuando pX, ρ1 q
e pY, ρ2 q son espacios métricos y f : X ÝÑ Y , decimos que f satisface la condición de
Lipschitz si existe algún k ľ 0 tal que para cualesquiera dos x1 , x2 P X se tiene
Demostración. Sea hptq “ f pp1 ´ tqu ` tvq. Debido al teorema 21.8.14 tenemos
y así
}h1 ptq} ĺ }f 1 pp1 ´ tqu ` tvq}}v ´ u},
de manera que el resultado se sigue al aplicar el corolario 21.8.37 a la función h en el intervalo
r0; 1s. ‚
Como consecuencia de la fórmula del incremento finito tenemos el corolario siguiente.
21.8.41. Corolario. Sean V y W dos espacios de Banach. Si U Ă V es un conjunto abierto
y convexo, f : U ÝÑ W es derivable y existe un k ľ 0 tal que }f 1 puq} ĺ k para todo u P U ,
entonces f es k-lipschitziana.
De este último corolario, al tomar k “ 0, obtenemos inmediatamente el corolario que
sigue.
21.8.42. Corolario. Bajo las hipótesis del corolario anterior, si f 1 puq “ 0 para todo u P U ,
entonces f es constante en U .
21.8.43. Corolario. Sean V y W dos espacios de Banach. Si U Ă V es un conjunto abierto
y convexo, f : U ÝÑ W es derivable y u, v P U , entonces
Ahora, la partición ∆ puede ser tomada de la forma p0, n1 , n2 , . . . , nk , . . . , 1q, y debido a que F 1
es uniformemente continua en el segmento rv0 ; v1 s tenemos que si n es tomada suficientemente
grande, obtendremos sup }F 1 puk´1 ` tpvk`1 ´ vk qq ´ F 1 pvk´1 q} ă ε, teniendo la parte derecha
tPr0;1s
de las desigualdades 21.8.47 menor o igual que ε}v1 ´ v0 }. Finalmente, de lo último que
acabamos de decir y usando las desigualdades 21.8.45 y 21.8.47, junto con la ecuación 21.8.46
obtenemos que
›v ›
›ż1 ›
› ›
› F 1 pvq d v ´ pF pv1 q ´ F pv0 qq› ă εp1 ` }v1 ´ v0 }q,
› ›
› ›
v0
N
ÿ 1 k 1
21.8.50. f 1 pu ` hq ´ f 1 puq “ D f puqphk q ` ωpu, hq,
k“1
k!
donde }ωpu, hq} “ op}h}N q. Observemos que para algún r ą 0, suficientemente pequeño,
tenemos que la función ph P Bp0, rqq ÞÑ ωpu, hq es uniformemente continua. Ahora, de la
924 21.8. Cálculo en espacios normados
u`h
ż ż1
1
f pu ` hq ´ f puq “ f pvq d v “ f 1 pu ` thqphq d t
u 0
ż1 ˜ N
¸
ÿ 1
“ f 1 puq ` pDk f q1 puqppthqk q ` ωpu, thq phq d t
k“1
k!
0
ż1 ˜
N
¸ ż1
ÿ tk k 1
“ pD f q puqphk q phq d t ` ωpu, thqphq d t
k“0
k!
0 0
ż1 ˜
N
¸ 1
tk k`1
ÿ ż
“ D f puqphk`1 q d t ` ωpu, thqphq d t,
k“0
k!
0 0
şb
pero observemos que si a, b P R y v es un elemento de un espacio vectorial, entonces tk v d t “
´ k`1 k`1 ¯ a
b ´a
k`1
v, de manera que
N ż1
1 ÿ
f pu ` hq ´ f puq “ Dk`1 f puqphk`1 q ` ωpu, thqphq d t
k“0
pk ` 1q!
0
21.8.51.
N `1 ż1
ÿ 1 k
“ D f puqphk q ` ωpu, thqphq d t.
k“1
k!
0
Ahora bien, sea r ą 0 suficientemente pequeño, de tal manera que la función ph P Bp0, rqq ÞÑ
ωpu, hq sea uniformemente continua y sea br P Bp0, rqzt0u tal que }ωpu, br q} “ máxt}ωpu, hq} :
}h} ĺ ru. Del teorema 21.8.27 e) tenemos que cuando }h} es suficientemente pequeño tienen
lugar la desigualdades
›1 ›
›ż › ż1 ż1
› ›
› ωpu, thqphq d t› ĺ }ωpu, thqphq} d t ĺ }ωpu, thq}}h} d t ĺ }ωpu, b}h} q}}h},
› ›
› ›
0 0 0
pero
}ωpu, b}h} q}}h} }ωpu, b}h} q} }ωpu, b}h} q}
lím N
“ lím N
ĺ lím “0
hÑ0 }h} `1 hÑ0 }h} hÑ0 }b}h} }N
ż1
pues b}h} ÝÑ 0 cuando h ÝÑ 0. Tenemos así que ωpu, thqphq d t “ oN `1 p}h}N `1 q, con lo
0
que el teorema de Taylor se sigue de la desigualdad 21.8.51. ‚
21.8. Cálculo en espacios normados 925
de manera que si f 1 px0 q fuese diferente de 0 tendríamos que existiría un v P V tal que
f 1 px0 qpvq ‰ 0, en particular, como f 1 px0 qpvq “ ´f 1 p´vq, debería existir un w P V tal que
f 1 px0 qpwq ą 0, de manera que para todo t ą 0 tendríamos que f 1 px0 qptwq ą 0. Ahora, como f
toma un mínimo local en x0 , existe una vecindad U Ă V de x0 tal que f puq ľ f px0 q para todo
u P U , en particular para t ą 0 suficientemente pequeño tenemos que f px0 ` twq ľ f px0 q y
f px0 ´twq ľ f px0 q, de manera que f px0 ´twq´f px0 q “ ´f 1 px0 qptwq`optwq, y así, para t ą 0
f px0 ´ twq ´ f px0 q }w}optwq
suficientemente pequeño tenemos que “ ´f 1 px0 qpwq ` ă 0, de
t }tw}
lo cual se desprende que f px0 ´ twq ă f px0 q, contradiciendo el hecho de que f tome un
mínimo relativo en x0 . ‚
21.8.53. Corolario. Si V es un espacio vectorial normado, A Ă V es un conjunto con interior
no vacío y f : A ÝÑ R es una función que toma un máximo local en un punto x0 en el interior
de A tal que f es derivable en x0 ; entonces f 1 px0 q “ 0.
Demostración. El corolario se sigue al aplicar el teorema 21.8.52 en la función ´f . ‚
21.8.54. Teorema. Sea f un funcional real definido en un espacio de Banach V , con segunda
derivada continua en una vecindad de un punto x0 P V . Si la función f toma un mínimo local
en x0 , entonces D2 f px0 qph, hq ľ 0 para todo h P V .
Demostración. Procedamos por contradicción suponiendo que D2 f px0 qph, hq ă 0 para
algún h P V . De acuerdo al teorema de Taylor 21.8.48 tenemos que
1 2
f px0 ` vq ´ f px0 q “ D f px0 qpvq ` D f px0 qpv, vq ` op}v}2 q,
2
pero por el teorema 21.8.52 tenemos que
1 2
f px0 ` vq ´ f px0 q ´ D f px0 qpv, vq “ op}v}2 q,
2
de manera que si tomamos t ‰ 0, pero suficientemente pequeño tal que
t2 2
f px0 ` thq ´ f px0 q ´ D f px0 qph, hq “ op}th}2 q,
2
o equivalentemente
2
f px0 ` thq ´ f px0 q 2 2 op}th} q
2 ´ D f px 0 qph, hq “ 2}h} ,
t2 }th}2
926 21.8. Cálculo en espacios normados
obteniéndose así que para t suficientemente pequeño, pero diferente de cero tendríamos que
f px0 ` thq ´ f px0 q ă 0, lo cual contradice nuestra hipótesis. ‚
21.8.55. Corolario. Sea f un funcional real definido en un espacio de Banach V , con segunda
derivada continua en una vecindad de un punto x0 P V . Si la función f toma un máximo
local en x0 , entonces D2 f px0 qph, hq ĺ 0 para todo h P V .
Demostración. Aplicando el teorema 21.8.54 a la función ´f tenemos que
a) f 1 px0 q “ 0;
1 2
f px0 ` hq ´ f px0 q “ D f px0 qph, hq ` op}h}2 q,
2
de manera que si tomamos ε ą 0 tal que si }h} ă ε entonces
c
|op}h}2 q| ă }h}2 ,
4
de manera que
c
f px0 ` hq ´ f px0 q ą }h}2 ą 0,
4
para }h} ă ε. Tenemos así que f tiene un mínimo local en x0 . ‚
De manera obvia se deduce del teorema 21.8.57 el siguiente corolario.
21.8.58. Corolario. Sea f un funcional real definido en un espacio de Banach V , con
segunda derivada continua en una vecindad de un punto x0 P V . Si se cumplen las siguientes
dos condiciones:
a) f 1 px0 q “ 0;
En este caso, del teorema 21.8.57 tenemos que si f tiene segunda derivada continua en una
vecindad de a, el gradiente de f en a es 0 y Hess f paq es diagonalizable y tiene todos sus va-
lores propios positivos (o negativos), entonces f tiene un mínimo relativo (o respectivamente
máximo relativo) en a. Por otro lado, del teorema 21.8.54 tenemos que si f tiene segunda
derivada continua y toma un mínimo relativo en a, entonces, para todo v P Rn tenemos que
el gradiente de f en a es 0 y v Hess f paqv t ľ 0.
21.8.61. Teorema. Sea f : V ÝÑ R Y t`8u convexa y x P Dompf q. Para todo v P V existe
Dd f px, vq P R Y t´8, `8u y además
f px ` tvq ´ f pxq
Dd f px, vq “ ı́nf .
tPp0;`8q t
vk ´ a
v “ a ` lı́m .
kÑ8 tk
Al cono tangente al conjunto A en el punto a lo denotaremos por TgA paq. Observemos que,
en efecto, el cono tangente TgA paq es un cono, más precisamente es un a-cono. Al 0-cono
TgA paq ´ a le llamaremos 0-cono tangente al conjunto A en el punto a y lo denotaremos
por 0-TgA paq. Cuando V es un espacio de Hilbert definimos el cono normal al conjunto A
en el punto a como el conjunto de todos los puntos v P V tales que para todo w P TgA paq
se tenga xv ´ a, w ´ ay ĺ 0. Al cono normal al conjunto A en el punto a lo denotaremos
por NrA paq. El 0-cono normal al conjunto A en el punto a será por definición el conjunto
NrA paq ´ a y lo denotaremos por 0-NrA paq. Cuando V es un espacio vectorial normado real,
no necesariamente de Hilbert, definimos el cono normal dual al conjunto A en un punto
a P A como el conjunto de todos los σ P V ˚ tales que para todo v P 0-TgA paq se cumpla que
σpvq ĺ 0. Al cono normal dual al conjunto A en el punto a lo denotaremos por Nr˚A paq.
21.8.63. Teorema. Si f : V ÝÑ R derivable, A Ă V y f alcanza el mínimo sobre A en un
punto x˚ P A, entonces
Demostración. Sea v P 0-TgA px˚ q y hagamos uso del hecho de que existe una sucesión
k“1 de elementos de v y una sucesión decreciente de números positivos ptk qk“1 que converge
pvk q8 8
a 0 tales que @k P N, x˚ ` tk vk P A (ejercicio 10). Tomemos pues dichas sucesiones con esas
propiedades. De la hipótesis del teorema tenemos que
@k P N, f px˚ ` tk vk q ´ f px˚ q ľ 0,
de manera que
y tomando el límite cuando k Ñ 8 tenemos que D f px˚ qpvq ľ 0. Queda por demostrar que
´ D f px˚ q P Nr˚A px˚ q, pero eso se sigue inmediatamente del significado de Nr˚A px˚ q y del hecho
de que ´ D f px˚ qpvq ĺ 0. ‚
Dejamos al lector la demostración del teorema siguiente.
21.8.64. Teorema. Sea A Ă V un conjunto convexo y a P A.
b) A Ă TgA paq.
pero como ´ D f px˚ q P Nr˚A px˚ q tenemos que f puq ´ f px˚ q ľ 0, es decir f px˚ q ĺ f puq,
terminando así la demostración del teorema. ‚
21.8.66. Teorema. Sea A Ă V un conjunto abierto y conexo y f : A ÝÑ R una función que
es derivable en cada punto de A.
a) f es convexa en A si y sólo si
f px ` py ´ xqq ´ f pxq
D f pxqpy ´ xq “ Dd px, y ´ xq ĺ “ f pyq ´ f pxq,
1
con lo que tenemos que si f , entonces es convexa se cumple la desigualdad 21.8.67. Suponga-
mos ahora que se cumple la desigualdad 21.8.67 y para cada t P p0; 1q sea zt “ p1 ´ tqx ` ty.
Por ser A un conjunto convexo tenemos que zt P A, de manera que
es decir
f pp1 ´ tqx ` tyq ĺ p1 ´ tqf pxq ` tf pyq,
lo cual significa que f es convexa.
b) Sean x, y P A con x ‰ y y sean además a, b P A tales que rx; ys Ă pa; bq Ă A; dichos
puntos a y b existen debido a la compacidad del intervalo rx; ys. Tomemos también al vector
930 21.8. Cálculo en espacios normados
unitario u :“ 1
}b´a}
pb ´ aq y a la función ϕ : pa; bq ÝÑ p0; }b ´ a}q. Veamos que ϕ es una
xÞÑ}x´a}
isometría entre pa; bq y p0; }b ´ a}q. En efecto, si z, w P pa; bq, entonces z “ a ` }z ´ a}u,
w “ a ` }w ´ a}u y
1 2
gpϕpyqq “ gpϕpxqq ` g 1 pϕpxqqpϕpyq ´ ϕpxqq ` D gpcqpϕpyq ´ cq2
21.8.68. 2
1
“ gpϕpxqq ` g 1 pϕpxqqpϕpyq ´ ϕpxqq ` g 2 pcqpϕpyq ´ c, ϕpyq ´ cq,
2
para algún c P pϕpxq; ϕpyqq. Para cada s P p0; }b ´ a}q tenemos que ϕ´1 psq “ a ` su, de donde
deducimos que f es convexa si y sólo si g es convexa. Ahora, usando la regla de la cadena
21.8.14 tenemos que f 1 pvqphq “ g 1 pϕpvqqpϕ1 pvqphqq, y volviéndola a aplicar obtenemos
Al observar que ϕ1 pvq : ttu : t P Ru ÝÑ R y que ϕ1 pvqptuq “ t tenemos que ϕ1 pvq es invertible
y no depende de v, deduciendo que f 2 pvq es semipositiva definida en un v P pa; bq si y sólo
si g 2 pwq es semipositiva definida en w “ ϕpvq, y más aún f 2 pvq es semipositiva definida en
todo v P pa; bq si y sólo si g 2 pwq es semipositiva definida en todo w “ p0; }b ´ a}q.
Tenemos pues que si f 2 pvq es semipositiva definida para todo v P A, lo será para todo
v P pa; bq y también lo será g 2 pwq para todo w P p0; }b ´ a}q, y debido a la ecuación 21.8.68
tendremos
Ejercicios.
TEORÍA DE LA MEDIDA
22.1. Introducción
La Teoría de la Medida es la rama de las matemáticas que trata sobre medir algunos
conjuntos bajo algún criterio establecido. Por ejemplo, el volumen de un objeto en alguna
región, la masa de ese mismo objeto, el número de elementos de un conjunto o la probabilidad
de que un objeto esté en una región. Dicho criterio debe satisfacer ciertas reglas elementales.
Para establecer dichas reglas necesitamos el concepto que estableceremos a continuación.
22.1.1. Definiciones. Dado un conjunto no vacío X, decimos que una colección X de subcon-
juntos de X es una σ-álgebra o σ-campo de subconjuntos de X, si cumple las propiedades
siguientes:
a) X P X.
En tal caso, a la pareja ordenada pX, Xq le llamaremos espacio medible y a los elementos
de X se les llama conjuntos medibles.
Si en la definición de σ-álgebra la propiedad c) es reemplazada por la propiedad que dice
«para cualesquiera dos elementos A, B P X tenemos que A Y B P X», diremos que X es un
álgebra o campo de subconjuntos de X.
22.1.2. Teorema. Si pX, Xq un espacio medible, entonces:
a) ∅ P X.
b) Si A, B P X, entonces A Y B, A X B, AzB P X.
8
c) Si pAk q8
Ş
k“1 es una sucesión de elementos de X, entonces Ak P X.
k“1
933
934 22.1. Introducción
8 8
hecho de que pXzAk q. Para demostrar el inciso b) sean A1 “ A, A2 “ B y
Ş Ť
Ak “ Xz
k“1 k“1
An “ ∅ para n ą 2, teniendo así, por el inciso c) de la definición 22.1.1 y por el inciso a)
8
de este teorema, A Y B “ Ak P X. Hagamos ahora B1 “ A, B2 “ B y Bn “ X para
Ť
k“1
n ą 2, para obtener del inciso c) de este teorema y del inciso a) de la definición 22.1.1,
8
Bk P X. Finalmente tenemos de lo ya demostrado y del inciso b) de la definición
Ş
AXB “
k“1
22.1.1 que AzB “ A X pXzBq P X. ‚
Usando inducción matemática, del inciso b) del teorema 22.1.2, se deduce el corolario
siguiente.
22.1.3. Corolario. Si pX, Xq un espacio medible y A1 , A2 , . . . , An P X, entonces A1 Y A2 Y
¨ ¨ ¨ Y An P X y A1 X A2 X ¨ ¨ ¨ X An P X.
22.1.4. Definiciones. Sea pX, Xq un espacio medible. Decimos que una función
µ : X ÝÑ r0; `8s es una medida, medida positiva o masa, si µp∅q “ 0, y además, para
cada sucesión pAk q8
k“1 de elementos de X tales que Ai X Aj “ ∅, para i ‰ j, se tiene que
˜ ¸
ď8 ÿ8
µ Ak “ µpAk q.
k“1 k“1
En tal caso a la terna pX, X, µq se le llama espacio de medida. Cuando exista una sucesión
n
k“1 de elementos de X tal que X “ Bk y además µpBk q ă `8 para cada k P N,
Ť
pBk q8
k“1
decimos que la medida µ es σ-finita.
22.1.5. Teorema. Si pX, X, µq es un espacio de medida y A1 , A2 , . . . , An P X son conjuntos
disjuntos, entonces ˜ ¸
n
ď ÿn
µ Ak “ µpAk q.
k“1 k“1
8
Demostración. Usemos el hecho de que Ak , An zAn`1 , An`1 zAn`2 , . . . , Am zAm`1 , . . .
Ş
k“n
8 8
son conjuntos disjuntos cuya unión es An , además de que Ak , para todo n P N.
Ş Ş
Ak “
ˆ8 ˙ k“1 k“n
8 8
Tenemos que µpAn q “ µ µpAk zAk`1 q, pero como la serie
Ş ř ř
Ak ` µpAk zAk`1 q
k“1 ˆ 8k“n ˙ k“1
8
converge (al número real µpA1 q ´ µ Ak ), tenemos que la serie µpAk zAk`1 q tiende a
Ş ř
k“1 ˆ ˙ k“n
8
0 cuando n tiende a 8, de manera que µ Ak “ lím µpAn q.
Ş
‚
k“1 nÑ8
22.1.10. Teorema. Si pX, X, µq es un espacio de medida y pAk q8 k“1 es una sucesión creciente
de elementos deˆX (es decir
˙ los conjuntos son tales que A k Ă Ak`1 , para todo k P N). Entonces
8
Ak “ lím µpAn q.
Ť
tenemos que µ
k“1 nÑ8
n
Demostración. Sea B1 “ A1 , B2 “ A2 zA1 , y en general sea Bn`1 “ An`1 z Ak . Obser-
Ť
k“1
8 8
vemos que Bk , de manera que
Ť Ť
Ak “
k“1 k“1
˜ ¸ ˜ ¸
8
ď 8
ď 8
ÿ 8
ÿ
µ Ak “µ Bk “ µpBk q ĺ µpAk q. ‚
k“1 k“1 k“1 k“1
se cumple casi en todas partes si existe un A P X tal que µpAq “ 0 y la propiedad ppxq
es verdadera para todo x P XzA. Al hecho de que la propiedad ppxq se cumpla casi en todas
partes se le denota por ppxq c.t.p., o en caso de que quiera ser específico se le denota por ppxq
µ-c.t.p., o si se quiere ser aún más específico por ppxq µ-c.t.p. pxq.
Ejercicios.
22.2.5. Definiciones. Sea pX, X, νq un espacio de medida signada. Decimos que un conjunto
A P X es ν-positivo si para cualquier conjunto medible B Ă A se tiene que νpBq ľ 0.
Decimos que un conjunto A P X es ν-negativo si para cualquier conjunto medible B Ă A se
tiene que νpBq ĺ 0. Un conjunto A P X se llama ν-nulo si es ν-positivo y ν-negativo.
22.2.6. Teorema. Sea pX, X, νq un espacio de medida signada.
a) Cualquier subconjunto medible de un conjunto ν-positivo es ν-positivo y la unión nu-
merable de conjuntos ν-positivos es un conjunto ν-positivo.
b) Cualquier subconjunto medible de un conjunto ν-negativo es ν-negativo y la unión
numerable de conjuntos ν-negativos es un conjunto ν-negativo.
22.2. Medidas signadas 939
con lo que el inciso a) queda demostrado. Los otros dos incisos se demuestran de manera
obvia. ‚
22.2.7. Definición. Sea pX, X, νq un espacio de medida signada. Decimos que la pareja
ordenada pP, N q es una descomposición de Hanh de ν (o del espacio de medida signada
pX, X, νq) si P es un conjunto ν-positivo, N es un conjunto ν-negativo, X “ P Y N y
P X N “ ∅.
22.2.8. Teorema de descomposición de Hanh. Sea pX, X, νq un espacio de medida
signada. Existe una descomposición de Hanh de ν y si tenemos dos descomposiciones de
Hanh pP, N q y pP 1 , N 1 q de ν, entonces P 4P 1 y N 4N 1 son conjuntos ν-nulos.
Demostración. Veamos primero el caso en que νpAq ă `8 para todo A P X. Tomemos en
ese caso p “ suptνpAq : A es ν-positivo}. Sea pAk q8
k“1 una sucesión de conjuntos ν-positivos
n
tal que lím νpAk q “ p. Los conjuntos de la forma Cn “ Ak son positivos en vista del
Ť
kÑ8 k“1
teorema 22.2.6 a), además de que pCn q8
n“1 es un a sucesión creciente de conjuntos, de manera
8
que si tomamos P “ Ak y aplicamos el teorema 22.2.4, obtenemos
Ť
k“1
˜ ¸ ˜ ˜ ¸¸
n´1
ď n´1
ď
νpP q “ lím νpCn q “ lím ν An Y pAk zAn q “ lím νpAn q ` ν pAk zAn q
nÑ8 nÑ8 nÑ8
k“1 k“1
ľ lím νpAn q “ p,
nÑ8
pero como P es un conjunto ν-positivo tenemos que no es posible que νpP q ą p, de manera
que νpP q “ p.
Nuestra siguiente tarea será demostrar que el conjunto N “ XzP es ν-negativo. Si N no
fuera ν-negativo, existiría un conjunto medible B Ă N tal que νpBq ą 0, pero dicho conjunto
B no puede se ν-positivo puesto que en tal caso P Y B también sería ν-positivo y νpP Y Bq
sería mayor que p, en contradicción con la definición de p. Afirmamos que para cada conjunto
C P X tal que νpCq ą 0 existe un D Ă C perteneciente a X tal que νpDq ą νpCq. En efecto,
como C no es ν-positivo debe existir A Ă C que sea medible tal que νpAq ă 0, teniendo así
que al tomar D “ CzA tenemos que νpCq “ νpDq ` νpAq, y así νpDq ą νpCq.
No puede existir ningún C P X que sea subconjunto de B tal que νpCq “ ´8 debido a que
en tal caso tendríamos que νpBq “ νpCq ` νpBzCq “ ´8 ` νpBzCq “ ´8, contradiciendo
el supuesto de que νpBq ą 0.
940 22.2. Medidas signadas
Sea pnj q8
j“1 una sucesión de números naturales y pAj qj“1 una sucesión de elementos de
8
B tales que: n1 es el menor número natural que satisface νpCq ą n11 , para algún C medible
incluido en B y tomemos A1 P X un subconjunto de B que satisfaga νpA1 q ą n11 ; de manera
recursiva para cada m P N definamos nm`1 como el mínimo número natural que satisfaga
8
νpAm`1 q ą νpAm q, donde Am`1 P X, Am`1 Ă Am y νpAm`1 q ą nm`1 1
. Sea ahora A “ Aj y
Ş
j“1
observemos que ´8 ă νpA1 q ă `8, de manera que podemos aplicar el teorema 22.2.3 para
8
obtener que νpAq “ lím pAj q ą 1
, de donde concluimos que lím nj “ `8. Tenemos así
ř
jÑ8 nj jÑ8
j“1
que nuevamente debería existir un C P X que esté incluido en A tal que νpCq ą νpAq ` n1
para algún n P N, pero para j suficientemente grande tenemos que n ă nj , lo cual contradice
la construcción de Aj y de nj ya que C Ă Aj´1 .
Tenemos así que necesariamente N debe ser un conjunto ν-negativo.
En el caso en que exista un A P X tal que νpAq “ `8 tenemos de la definición 22.2.1
de medida signada que para todo B P X se tiene que νpBq ą ´8 y por lo ya demostrado
´ν es una medida signada que satisface la propiedad de que existe un descomposición de
Hanh pN, P q para ´nu, pero en tal caso es obvio que pP, N q es una descomposición de Hanh
para ν. Hemos así pues demostrado que todo caso existe una descomposición de Hanh para
cualquier medida signada ν.
Supongamos ahora que tenemos dos descomposiciones de Hanh pP, N q y pP 1 , N 1 q para la
medida signada ν. En tal caso tenemos, al usar el teorema 22.2.6, que P zP 1 Ă P y P zP 1 Ă N 1 ,
de manera que debido al P zP 1 es un conjunto ν-nulo, y de manera similar se puede demostrar
que los conjuntos P 1 zP , N zN 1 y N 1 zN son ν-nulos y así que también lo son los conjuntos
P 4P 1 y N 4N 1 , con lo que queda terminada la demostración del teorema de descomposición
de Hanh. ‚
22.2.9. Definición y notación. Sea pX, Xq un espacio medible. Decimos que dos medidas
signadas µ y ν son singulares si existen dos conjuntos A, B P X tales que A Y B “ X,
A X B “ ∅, A es µ-nulo y B es ν-nulo. Al hecho de que µ y ν sean singulares se le denota
como
µ K ν.
22.2.10. Definición. Sea pX, X, νq un espacio de medida signada. Si tenemos dos medidas
positivas µ y τ definidas en X tales que ν “ µ ´ τ y µ K τ decimos que pµ, τ q es una
descomposición de Jordan de ν.
22.2.11. Teorema de descomposición de Jordan. Sea pX, X, νq un espacio de medida
signada. Existe una única descomposición de Jordan de ν.
Demostración. Sea pP, N q una descomposición de Hanh de ν y definamos las medidas
µ : X ÝÑ r0; `8s y τ : X ÝÑ r0; `8s. Claramente tenemos que µ y τ son medidas positivas
AÞÑνpAXP q AÞÑ´νpAXN q
tales que ν “ µ ´ τ y µ K τ . Si tuviéramos dos medidas positivas µ1 : X ÝÑ r0; `8s y
τ 1 : X ÝÑ r0; `8s tales que ν “ µ1 ´ τ 1 y µ1 K τ 1 , entonces existirían dos conjuntos P 1 y
N 1 tales que P 1 Y N 1 “ X, P 1 X N 1 “ ∅, µ1 pN 1 q “ τ 1 pP 1 q “ 0, teniendo así que pP 1 , N 1 q
es también una descomposición de Hanh de ν, de manera que P 4P 1 es ν-nulo y para todo
22.2. Medidas signadas 941
b) VTpνq ! µ.
c) VPpνq ! µ y VNpνq ! µ.
22.2.16. Definición. Sea pX, Xq un espacio medible, ν una medida signada σ-finita y µ una
medida positiva. Si existen dos medidas signadas ν0 y ν1 en X tales que ν0 K µ, ν1 ! µ y
ν “ ν0 ` ν1 , decimos que la pareja ordenada pν0 , ν1 q es una descomposición de Lebesgue
de ν con respecto a µ.
22.2.17. Teorema de descomposición de Lebesgue. Sea pX, Xq un espacio medible, ν
una medida signada σ-finita y µ una medida positiva σ-finita. Existen dos únicas medidas
signadas σ-finitas ν0 y ν1 tales que pν0 , ν1 q es una descomposición de Lebesgue de ν con
respecto a µ.
Demostración. Haremos la demostración para el caso en que tanto ν como µ son medidas
positivas finitas. Sea N “ tE P X : µpEq “ 0u y α “ suptνpEq : E P Nu y observemos
que α ĺ νpXq. Sea pEk q8 k“1 una sucesión de elementos de N tal que lím νpEk q “ α y
kÑ8
8 n
Ek . Tenemos que E P N y al tomar An “ Ek obtenemos del teorema 22.1.10
˚
Ť ˚
Ť
E “
k“1 k“1
que νpE ˚ q “ lím νpAn q ľ lím νpEn q “ α ľ νpE ˚ q, por lo que νpE ˚ q “ α.
nÑ8 nÑ8
Sea ν0 la medida A ÞÑ νpA X E ˚ q. Tenemos que si A Ă XzE ˚ , con A P X, entonces
ν0 pAq “ 0, mientras que si A Ă E ˚ , entonces µpAq “ 0, teniendo así que ν0 K µ. Sea ahora
ν1 la medida A ÞÑ νpAzE ˚ q. Veamos que ν1 ! µ. En efecto, si A P X y µpAq “ 0, entonces
942 22.2. Medidas signadas
b) Si pEk q8
k“1 es una sucesión de conjuntos disjuntos pertenecientes a X, entonces
˜ ¸
8
ď ÿ8
µ Ek “ µpEk q.
k“1 k“1
En tal caso a las medidas signadas A ÞÑ Re µpAq y A ÞÑ Im µpAq se les llama respectivamente
parte real y parte imaginaria de la medida compleja µ.
Ejercicios.
ˆ 8
˙ 8
1. Demostrar que en la definición 22.2.1, cuando ν P R, la serie νpEk q es
Ť ř
Ek
k“1 k“1
absolutamente convergente.
3. Dada una σ-álgebra X. Demostrar que el conjunto de todas las medidas complejas en
X es un espacio vectorial.
a) f P M pXq.
f pxq si f pxq ľ 0,
#
f ` pxq “ .
0 si f pxq ă 0
´f pxq si f pxq ĺ 0,
#
f ´ pxq “ .
0 si f pxq ą 0
1
f pxqgpxq “ ppf pxq ` gpxqq2 ´ pf pxq ´ gpxqq2 q,
4
22.3. Funciones medibles 947
Demostración. El resultado se sigue del teorema 22.3.11, del corolario 22.3.12, del hecho
de que lím fk pxq “ ínf tsuptfm pxq : m ľ n y m P Nu : n P Nu (ver ejercicio 3) y de que
kÑ8
lím fk pxq “ ´ lím p´fk pxqq. ‚
kÑ8 kÑ8
22.3.14. Corolario. Sea pX, Xq un espacio medible y para todo n P N sea fn : X ÝÑ R una
función medible. El conjunto tx P X : la sucesión pfk pxqq8
k“1 converge} es medible.
Demostración. El resultado se sigue del lema 22.3.5 "y del corolario 22.3.13, teniendo * en
k“1 convergeu “ x P X : lím fk pxq “ lím fk pxq . ‚
cuenta que tx P X : la sucesión pfk pxqq8
kÑ8 kÑ8
Del corolario 22.3.14 y del hecho de que una sucesión de números reales converge si y sólo
si el límite superior es igual al límite inferior, tenemos el corolario siguiente.
22.3.15. Corolario. Sea pX, Xq un espacio medible y para todo n P N sea fn : X ÝÑ R una
función medible. Si para todo x P X tenemos que la sucesión pfn pxqq8
n“1 converge a f pxq,
entonces la función px P Xq ÞÑ f pxq es medible.
22.3.16. Definición. Sea pX, X, µq un espacio de medida y pfn q8
n“1 una sucesión de funciones
reales con dominio en X. Decimos que pfn qn“1 converge casi en todas partes a una función
8
f : X ÝÑ R si
lím fk pxq “ f pxq µ-c.t.p.
kÑ8
948 22.3. Funciones medibles
22.3.17. Ejemplo. Supongamos que para cada número natural n definimos la función
fn : r0; 1s ÝÑ R tal que
´n2 px ´ n1 q si x P r0; n1 s,
#
fn pxq “
0 si x P r n1 ; 1s.
Tenemos que la sucesión pfn pxqq8n“1 converge casi en todas partes a 0 con respecto a la medida
de Lebesgue restringida a la σ-álgebra de borelianos en r0; 1s. En efecto, el conjunto de valores
de x P r0; 1s donde la sucesión no converge a 0 es t0u, el cual tiene medida de Lebesgue 0.
22.3.18. Teorema. Sea pX, X, µq un espacio de medida tal que µ es completa y sean f :
X ÝÑ R y g : X ÝÑ R dos funciones tales que f pxq “ gpxq µ-c.t.p. La función g es medible
si y sólo si la función f es medible.
Demostración. Observemos que es suficiente demostrar que si f es medible, entonces g es
medible. Supongamos pues que f es medible. Sea α P R. Tenemos que tx P X : gpxq ĺ αu “
tx P X : f pxq ĺ αu Y A, donde A P X y µpAq “ 0, teniendo así que g es medible. ‚
22.3.19. Teorema. Sea pX, X, µq un espacio de medida tal que µ es completa y pfn q8 n“1 una
sucesión de funciones medibles que converge casi en todas partes a una función f . La función
f es medible.
Demostración. El resultado se sigue del teorema 22.3.18, del corolario 22.3.13 y del hecho
de que f pxq “ lím fk pxq µ-c.t.p. ‚
kÑ8
22.3.20. Teorema de Egórov. Sea pX, X, µq un espacio de medida tal que µpXq ă `8 y
pfn q8
n“1 una sucesión de funciones medibles que converge casi en todas partes a una función f .
Para todo δ ą 0 existe un Eδ P X tal que µpXzEδ q ă δ y la sucesión de funciones pfn |Eδ q8n“1
converge uniformemente a f |Eδ .
Demostración. Por el teorema 22.3.19 la función f es medible. Sea
8 " *
č 1
Dn,m :“ x P X : |fi pxq ´ f pxq| ă
i“n
m
y
8
ď
Gm :“ Dn,m .
n“1
Dk,m Ă Dk`1,m .
δ
µpXzDNm ,m q “ µpGm zDNm ,m q ă .
2m
Finalmente tenemos que
˜ ¸ ˜ ¸
8 8 8 8
č ď ÿ ÿ δ
µpXzEδ q “ µ Xz DNm ,m “ µ pXzDNm ,m q ĺ µpXzDNm ,m q ă “ δ,
m“1 m“1 m“1 m“1
2m
Ejercicios.
3. Sea pak q8
k“1 una sucesión de números reales. Demostrar que
donde la x puede ser sustituida por alguna otra variable adecuada. Aclaramos que el supremo
lo estamos tomando en el conjunto de los reales extendidos r´8; `8s. También definimos la
integral de Lebesgue de f con respecto a µ sobre un conjunto medible B como
ż ż
f d µ :“ 1lB f d µ,
B
Partiendo de la definición de integral de una función simple y medible con respecto a una
medida dada en 22.4.4, el lector podrá demostrar el lema siguiente.
22.4.5. Lema. Sea pX, X, µq un espacio de medida. Si ϕ1 y ϕ2 son funciones simples, medibles
y no negativas, y si α ą 0, entonces:
ż ż
a) αϕ1 d µ “ α ϕ1 d µ;
ż ż ż
b) pϕ1 ` ϕ2 q d µ “ ϕ1 d µ ` ϕ2 d µ;
ż ż
c) ϕ1 ĺ ϕ2 ùñ ϕ1 d µ ĺ ϕ2 d µ;
ż
d) pA P Xq ÞÑ ϕ1 d µ es una medida en X.
A
y ϕ ĺ hu para cada h P M ` pXq, tenemos que el teorema se sigue del hecho de que, de
şacuerdo al lema 22.4.6 a), Aαf “ tx
ş P R : x “ αy, para algún y P Af u, obteniendo así que
αf d µ “ sup Aαf “ α sup Af “ α f d µ. ‚
22.4.8. Teorema de la convergencia monótona. Sea pX, X, µq un espacio de medida,
n“1 una sucesión de elementos de M pXq tal que fj ĺ fj`1 para todo j P N y sea f la
pfn q8 `
ˆż ˙8
Demostración. Debido al teorema 22.4.6 tenemos que fn d µ es una sucesión no
ż ż n“1 ż
decreciente de elementos de r0; `8s y además fn d µ ĺ f d µ, por lo que lím fn d µ ĺ
nÑ8
952 22.4. La integral de Lebesgue
ż
f d µ. Para establecer la desigualdad inversa, tomemos α P p0; 1q, sea ϕ una función simple
y medible tal que 0 ĺ ϕ ĺ f , y para cada n P N sea En “ tx P X : fn pxq ľ αϕpxqu. Tenemos
n“1 es una sucesión no decreciente de conjuntos medibles cuya unión es X y además
que pEn q8
ż ż ż
22.4.9. fn d µ ľ fn d µ ľ α ϕ d µ.
En En
Como la desigualdad anterior es válida para todo α P p0; 1q, ésta permanece válida para
α “ 1, de manera que si tomamos el supremo sobre todas las funciones simples medibles ϕ,
con 0 ĺ ϕ ĺ f , tenemos que ż ż
lím fn d µ ľ f d µ,
nÑ8
ż
f d µ “ 0 ðñ f pxq “ 0 µ-c.t.p. pxq.
n
Demostración. En el caso en que f sea simple es de la forma f “ αk 1lEk , con cada
ř
ż k“1
para cada n P N y cada k P JNn . Ahora bien, como la sucesión de funciones pϕn q8 n“1 es
creciente y f pxq “ lím ϕn pxq, tenemos que f pxq ą 0 si y sólo si x está en algún An,k , es decir,
nÑ8 ˆ8 N ˙
8 NŤn Ť Ťn
si y sólo si x P An,k , pero como podemos ver, µ An,k “ 0, de manera que
Ť
n“1 k“1 n“1 k“1
f pxq “ 0 µ-c.t.p. pxq. ‚
El teorema siguiente es una generalización del teorema de la convergencia monótona.
22.4.15. Teorema. Sea pX, X, µq un espacio de medida, pfn q8
n“1 una sucesión de elementos
de M pXq tal que fj ĺ fj`1 para todo j P N y f : X ÝÑ r0; `8s tal que f pxq “ lím fn pxq
`
nÑ8
µ-c.t.p. pxq. ż ż
f d µ “ lím fn d µ.
nÑ8
! )
Demostración. Sea E “ x P X : f pxq “ lím fn pxq . Del teorema 22.4.14 tenemos que
nÑ8
ż ż
pf ´ 1lE f q d µ “ pfn ´ 1lE fn q d µ “ 0,
de manera que por el teorema 22.4.11 y del teorema de la convergencia monótona 22.4.8
tenemos que ż ż ż ż
lím fn d µ “ lím 1lE fn d µ “ 1lE f d µ “ f d µ. ‚
nÑ8 nÑ8
Demostración. Al tomar gn pxq “ ínf tfk pxq : k ľ nu tenemos que pgn q8 n“1 es una suce-
sión no decreciente de funciones que converge puntualmente a lím fn , de manera que por el
nÑ8
teorema de la convergencia monótona 22.4.8 tenemos
ż ż ż ż ż
lím fn d µ “ lím gn d µ “ lím gn d µ “ lím gn d µ ĺ lím fn d µ. ‚
nÑ8 nÑ8 nÑ8 nÑ8 nÑ8
es una medida en X.
Demostración. Sea ν dicha función. Tenemos por la definición de integral de una función
simple 22.4.3 y por la definición de la integral de una función sobre un conjunto 22.4.4 que
νp∅q es la integral de la función constante 0 y que es igual a 0.
22.4. La integral de Lebesgue 955
Sea ahora pEk q8k“1 una sucesión de conjuntos disjuntos en X. Por el teorema de Beppo
Levi 22.4.13 tenemos
˜ ¸ ż ˜ÿ ¸
8
ď ż ż 8 8 ż
ÿ 8
ÿ
ν Ek “ f d µ “ 1l Ť8 f dµ “ 1lEk f d µ “ f dµ “ νpEk q. ‚
Ek
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1
8
Ť Ek
Ek
k“1
A A A
Al conjunto de todas las funciones Lebesgue integrables con respecto a µ lo denotaremos por
L 1 pµq, o bien como L 1 cuando la referencia a la medida µ sea obvia.
Dejamos al lector la demostración del teorema siguiente.
22.4.19. Teorema. Sea pX, X, µq un espacio de medida y f P M pXq.
ż
f P L pµq ðñ
1
|f | d µ ă `8.
y ż ż ż ż ż
gdµ ´ f d µ ĺ lím pg ´ fn q d µ “ g d µ ´ lím fn d µ,
nÑ8 nÑ8
de manera que ż ż ż
lím fn d µ ĺ f d µ ĺ lím fn d µ,
nÑ8 nÑ8
ż ż
concluyendo así que lím fn d µ “ f d µ. ‚
nÑ8
Demostración. Observando que la fórmula es válida si y sólo si para toda sucesión ptk q8
k“1
de elementos de p0; bq que converja a 0 se tiene que
ż ż
lím ftk d µ “ f0 d µ,
kÑ8
Demostración.
ż ş ş ż
f pt ` ∆, ¨q d µ ´ f pt, ¨q d µ f pt ` ∆, ¨q ´ f pt, ¨q
D f pt, ¨q d µ “ lím “ lím d µ,
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆
de manera que por los corolarios 22.4.21 y 22.4.22 tenemos que
ż ż ż
f pt ` ∆, ¨q ´ f pt, ¨q
D f pt, ¨q d µ “ lím d µ “ D1 f pt, xq d µpxq,
∆Ñ0 ∆
con lo que el corolario queda demostrado. ‚
El lema siguiente será de utilidad en la demostración del teorema de Radon-Nikodým que
será enunciado posteriormente.
22.4.24. Lema. Sea pX, Xq un espacio medible. Si µ y ν son medidas finitas definidas en
X tales que ν ! µ y ν no es idénticamente 0, entonces existe un ε ą 0 y un A P X tal que
µpAq ą 0 y A es pν ´ εµq-positivo.
958 22.4. La integral de Lebesgue
Tenemos además que si g es otra función medible que satisface 22.4.26 al ponerla en lugar
de f , entonces f pxq “ gpxq µ-c.t.p. pxq.
Demostración. Como X es una unión numerable de conjuntos disjuntos y medibles tales
que si µ ó ν son evaluados en algún subconjunto medible de estos conjuntos obtenemos un
valor finito, podemos suponer, sin pérdida de generalidad, que µ y ν son finitas.
Como, debido al lema 22.2.15, la suposición de que ν ! µ es equivalente a la validez
simultánea de las condiciones
VPpνq ! µ y VNpνq ! µ,
ż
Sea ahora, pfn q8
n“1 una sucesión de funciones en K tal que lím fn d µ “ α y tomemos
nÑ8
gn pxq :“ máxtfk pxq : k P Jn u. Veamos que cada gn pertenece a K. Observemos que cualquier
n
conjunto E P X puede ser escrito en la forma E “ Ek , donde los conjuntos E1 , . . . , En
Ť
k“1
22.4. La integral de Lebesgue 959
son disjuntos, medibles y además gn pxq “ fj pxq, para algún j P Jn y todo x P Ej . Tenemos
así que
ż ÿn ż ÿn ż n
ÿ
gn d µ “ gn d µ “ fj d µ ĺ νpEj q “ νpEq,
j“1 j“1 j“1
E Ej Ej
por lo que gn P K. Si tomamos ahora f pxq :“ suptfn pxq : n P Nu, entonces f pxq “ lím gn pxq,
nÑ8
de manera que f P K. Ahora,
ż ż
α “ lím fn d µ ĺ lím gn d µ ĺ α,
nÑ8 nÑ8
ż
de manera que por el teorema de la convergencia monótona 22.4.8 tenemos que f d µ “ α,
Demostraremos que la medida ν0 dada por
ż
ν0 pEq “ νpEq ´ f dµ
E
es nula.
Si ν0 no fuese idénticamente 0, por el lema 22.4.24 existiría un ε ą 0 y un conjunto
medible A tal que µpAq ą 0 y para todo E P X se tenga 0 ĺ ν0 pE X Aq ´ εµpE X Aq, por lo
cual ż
εµpE X Aq ĺ ν0 pE X Aq “ νpE X Aq ´ f d µ, para todo E P X.
EXA
para todo E P X, de manera que por el teorema 22.4.14 tenemos que pf ´ gqpxq “ 0 µ-
c.t.p. pxq, es decir f pxq “ gpxq µ-c.t.p. pxq, con lo que queda demostrado el teorema. ‚
Ejercicios.
2. Demostrar que la definición 22.4.3 de integral de una función simple no negativa está
bien definida, es decir, no depende de la representación dada como suma de funciones
de la forma αk 1lAk , con αk ľ 0.
ż ż
lím fn d µ ă lím fn d µ.
nÑ8 nÑ8
żb n
ÿ
b) f pxq d x “ sup ı́nftf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q.
pxk qn b
k“0 PPa k“1
a
n
ÿ
s“ ı́nf suptf pxq : x P rxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q
pxk qn b
k“0 PPa k“1
ÿn
ľ ı́nf suptf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q,
pxk qn b
k“0 PPa k“1
por lo que sólo nos queda por demostrar la desigualdad inversa. Al tomar una partición
pxk qnk“1 del intervalo ra; bs, c “ suptf pxq : x P ra; bsu, ε ą 0 y δ P p0; mı́ntxk ´ xk´1 : k P Jn u
tal que δc ă nε tendremos que
suptf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q ľ suptf pxq : x P pxk´1 ; xk´1 ` δquδ
` suptf pxq : x P rxk´1 ` δ; xk supxk ´ pxk´1 ` δqq
ε
ľ suptf pxq : x P rxk´1 ; xk´1 ` δsupxk´1 ` δ ´ xk´1 q ´ ` suptf pxq : x P rxk´1 ` δ; xk supxk ´ pxk
n
por lo cual, al tomar la partición pyk qm k“0 del intervalo ra; bs cuyas componente son las
componentes de pxk qnk“0 y las de pxk ` δqk“0 n´1
, es decir tomando el refinamiento pyk qm
k“0 “
px0 , x0 ` δ, x1 , x1 ` δ, . . . , xn´1 , xn´1 ` δ, xn q de la partición pxk qk“0 tendremos que
n
n
ÿ m
ÿ
suptf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q ľ suptf pxq : x P ryk´1 ; yk supyk ´ yk´1 q ´ ε,
k“1 k“1
962 22.5. Algunas propiedades de la medida de Lebesgue
por lo cual
n
ÿ
ı́nf suptf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q ľ s ´ ε,
pxk qn b
k“1 PPa k“1
k“0 y además
pxn,k qm n
żb mn
1 ÿ
f pxq d x ´ ĺ ı́nftf pxq : x P pxn,k1 ; xn,k supxn,k ´ xn,k´1 q
n k“1
a
22.5.3.
mn żb
ÿ 1
ĺ suptf pxq : x P pxn,k1 ; xn,k supxn,k ´ xn,k´1 q ĺ f pxq d x ` .
k“1
n
a
Ahora, si tomemos
mn
ÿ mn
ÿ
ϕn “ ı́nftf pxq : x P pxn,k´1 ; xn,k su1lpxn,k´1 ;xn,k s y ψn “ suptf pxq : x P pxn,k´1 ; xn,k su1lpxn,k´1 ;xn,k s
k“1 k“1
para obtener para cada x P ra; bs que pϕn pxqq8 n“1 es una sucesión no decreciente, mientras
que pψn pxqq8
n“1 es una sucesión no creciente, y como f es acotada, entonces ambas sucesiones
convergen a números ϕpxq y ψpxq respectivamente, con ϕpxq ĺ f pxq ĺ ψpxq para todo
x P ra; bs. Ahora, podemos observar que ϕn , ψn P L 1 pµq y así también ϕ, ψ P L 1 pµq, de
manera que por el teorema de la convergencia monótona 22.4.8 y por las desigualdades
22.5.3 tenemos que
żb ż ż
22.5.4. f pxq d x “ ϕpxq d µpxq “ ψpxq d µpxq,
a ra;bs ra;bs
y debido a que ψpxq ´ ϕpxq ľ 0 y al teorema 22.4.14 llegamos a que ψpxq ´ ϕpxq “ 0
µ-c.t.p. pxq, es decir ψpxq “ ϕpxq “ f pxq µ-c.t.p. pxq, por lo que f es µ-medible y por las
desigualdades 22.5.4
żb ż
f pxq d x “ f pxq d µpxq,
a ra;bs
senpxq
debido a que al tomar f pxq “ tendremos que
x
ż ż
f p`q pxq d λ1 pxq “ `8 y también f p´q pxq d λ1 pxq “ `8.
p0;`8q p0;`8q
Podemos observar que no todas las funciones que son Lebesgue integrables con respecto
a la medida de Lebesgue λ1 en un intervalo cerrado acotado ra; bs son Riemann integrables
en ese intervalo como lo muestra el ejemplo siguiente.
22.5.6. Ejemplo. Sea f : r0; 1s ÝÑ t0, 1u la función dada por
0, si x P r0; 1s X Q,
#
f pxq “
1, si x P r0; 1szQ
ż1
Como podemos ver f no es Riemann integrable em r0; 1s, pues f pxq d x “ 1, mientras que
0
ż1
f pxq d x “ 0. Por otra parte tenemos que
0
ż
f pxq d λ1 pxq “ 1
r0;1s
964 22.5. Algunas propiedades de la medida de Lebesgue
b) Cada Aη es numerable.
ď ď ´ ˝ ¯
c) p0; 1s “ Aη “ H ` r , donde las dos formas de representar el intervalo
ηPH rPp0;1sXQ
p0; 1s son uniones de conjuntos disjuntos.
llegando en ambos casos a una contradicción que proviene del hecho de suponer que H es
Lebesgue medible. Tenemos por lo tanto que H no es Lebesgue medible. ‚
Ejercicios.
ż ż
1. Demostrar que si f pxq “ senpxq
x
, entonces f p`q
pxq d λ1 pxq “ f p´q pxq d λ1 pxq “
p0;`8q p0;`8q
`8.
22.5. Algunas propiedades de la medida de Lebesgue 965
˝
2. De acuerdo a como se definió ` en la demostración del teorema 22.5.7, demostrar con
˝
detalle que si B Ă p0; 1s es Lebesgue
´ medible
¯ y x P p0; 1s, entonces B ` x también es
˝
Lebesgue medible y además λ1 B ` x “ λ1 pBq.
22.6.1. Definiciones. Sea A una familia de conjuntos y sea f : A ÝÑ r0; `8s. Decimos
que f es monótona si para cualesquiera dos conjuntos A, B P A tales que A Ă B se
tiene que f pAq ĺ f pBq. Decimos que f es aditiva si para cualesquiera A, B P A tales que
A Y B P A y A X B “ ∅ se tiene que f pA Y Bq “ f pAq ` f pBq. Decimos que f es σ-aditiva
8
si para toda sucesión pAk q8 de elementos disjuntos de tal que Ak P A se tiene que
Ť
k“1 A
ˆ8 ˙ k“1
8
f pAk q. Decimos que f es subaditiva si para cualesquiera A, B P A tales que
Ť ř
f Ak “
k“1 k“1
AYB P A se tiene que f pAYBq ĺ f pAq`f pBq. Decimos que f es σ-subaditiva
ˆ8 ˙ si para toda
8 8
sucesión pAk q8
k“1 de elementos de A tal que Ak P A se tiene que f
Ť Ť ř
Ak ĺ f pAk q.
k“1 k“1 k“1
22.6.2. Teorema. Sea A un álgebra de conjuntos y sea f : A ÝÑ r0; `8s una función
monótona. Si f es aditiva, entonces es subaditiva y si f es σ-aditiva, entonces es σ-subaditiva.
Demostración. Supongamos que f es σ-aditiva y sea pAk q8
k“1 una sucesión de elementos
8
de A tales que son disjuntos y además Ak P A. Tomemos B1 “ A1 y para todo n P N
Ť
k“1
n 8 8
tomemos Bn`1 :“ An`1 z Ak y observemos que Bk y además pBk q8
k“1 es una
Ť Ť Ť
Ak “
k“1 k“1 k“1
sucesión de elementos disjuntos de A, de manera que
˜ ¸ ˜ ¸
ď8 ď8 ÿ8 8
ÿ
f Ak “ f Bk “ f pBk q ĺ f pAk q,
k“1 k“1 k“1 k“1
8 8
Nk P N, de manera que Nk P N y así
Ť Ť
Bk Ă
k“1 k“1
˜ ¸ ˜ ¸
8
ď 8
ď 8
ď
Dk “ Ak Y Bk P X,
k“1 k“1 k“1
de manera que µ es una medida en X. Para ver que es la única medida que satisface µpAq “
µpAq para todo A P X supongamos que ν es un a medida en X tal que para todo A P X se
tiene µpAq “ νpAq. Tomemos cualquier D P X y pongámoslo de nuevo en la forma D “ A`B
con B Ă N P N y A P X. Tenemos que
por lo que νpDq “ νpA Y Bq “ µpA Y Bq “ µpDq, con lo que el teorema queda demostrado.
‚
22.6.6. Definición. Si µ es una medida, a la medida µ dada en el teorema 22.6.5 se le llama
completación de µ.
22.6.7. Definición. Sea X un conjunto no vacío y µ˚ : ppXq ÝÑ r0; `8s. Se dice que µ˚ es
una medida exterior si satisface las condiciones siguientes:
a) µ˚ es monótona.
b) µ˚ es σ-subaditiva.
c) µ˚ p∅q “ 0.
Observemos que para cada A Ă X el conjunto à es no vacío (para verificar esto tómese
Ek “ X) además de que sus elementos pertenecen a r0; `8s, teniendo así que µ˚ : ppXq ÝÑ
8
r0; `8s. Si para cada k P N tomamos Ek “ ∅, entonces ∅ Ă Ek , y como en este caso
Ť
k“1
ρpEk q “ 0, tenemos que µ˚ p∅q “ 0. Ahora, si A Ă B Ă X entonces B̃ Ă Ã, de manera que
de manera que µ˚ es monótona. Para ver que µ˚ es σ-subaditiva sea pAk q8 k“1 una sucesión
de subconjuntos de X, y para cada ε ą 0 y cada k P N tenemos que existe una sucesión
8 8
j“1 de elementos de A tales que Ak Ă Ek,j y ρpEk,j q ĺ µ˚ pAk q ` 2εk . Tenemos así
Ť ř
pEk,j q8
j“1 j“1
8
la colección numerable de conjuntos tEk,j : pk, jq P N2 u y esa colección cubre a Ak , de
Ť
k“1
manera que
˜ ¸ ˜ ¸
8 8 8 8 ´ 8
ď ÿ ÿ ÿ ÿ ε¯ ÿ ˚
µ˚ Ak ĺ ρpEk,j q “ ρpEk,j q ĺ µ˚ pAk q ` k “ µ pAk q ` ε,
k“1 pk,jqPN2 k“1 j“1 k“1
2 k“1
ˆ 8
˙ 8
pero como ε puede ser cualquier número positivo tenemos que µ ˚
Ť ř
Ak ĺ µ˚ pAk q,
k“1 k“1
con lo cual el teorema queda demostrado. ‚
22.6.9. Definición. Decimos que la medida exterior µ˚ dada en el teorema 22.6.8 es la
medida exterior generada o engendrada por ρ.
22.6.10. Definición. Sea X un conjunto no vacío y µ˚ : ppXq ÝÑ r0; `8s una medida
exterior. Decimos que un subconjunto E de X es µ˚ -medible si para todo A Ă X se tiene
que
µ˚ pAq “ µ˚ pA X Eq ` µ˚ pAzEq.
y de las desigualdades 22.6.15 tenemos que B P M, y de ahí podemos concluir que M es una
σ-álgebra. De nuevo de las desigualdades 22.6.15 tenemos que para todo E P M
8
ÿ
µ˚ pEq “ µ˚ pEzBq ` µ˚ pE X Ak q ,
k“1
de manera que en el caso particular en que E “ B tenemos que µ˚ |M es σ-aditiva, con lo que
es una medida. Lo único que queda por demostrar es que dicha medida es completa, pero al
usar a monoticidad y subaditividad de µ˚ tenemos que si G Ă N P M, µ˚ pN q “ 0 y E Ă X,
entonces
µ˚ pEq “ 0 ` µ˚ pEq ľ µ˚ pE X Gq ` µ˚ pEzGq ľ µ˚ pEq,
de donde se ve que G P M, terminando así la demostración del teorema. ‚
22.6.16. Definición. Sea X un conjunto no vacío y A un álgebra de conjuntos de X.
Decimos que una función µ0 : A ÝÑ r0; `8s es una premedida en A si es σ-aditiva y
además µ0 p∅q “ 0.
22.6.17. Ejemplo. Sea C Ă Rn una caja de dimensión n y A el conjunto de todos los sub-
conjuntos de C que sean Jordan-medibles. Tenemos en este caso que voln |A es una premedia,
donde voln es el volumen de dimensión n.
22.6.18. Observación. Toda premedida es σ-subaditiva.
22.6.19. Teorema de extensión de Carathéodory. Sea A una álgebra de subconjuntos
de un conjunto no vacío X P A y µ0 : A ÝÑ r0; `8s una premedida. Sea B la σ-álgebra
generada por A y µ˚ la medida exterior generada por µ0 . La función pB P Bq ÞÑ µ˚ pBq es
una medida y además µ˚ pAq “ µ0 pAq para todo A P A.
Demostración. Sea M la familia de los conjuntos µ˚ -medibles. Demostraremos que A Ă M.
Sea A P A, E Ă X y pCk q8k“1 una sucesión de elementos de A cuyas componentes forman
una cubierta de E. Tenemos que las componentes de la sucesión pCk X Aq8 k“1 forman una
cubierta de E X A, mientras que las de pCk zAqk“1 forman una cubierta de EzA, de manera
8
que
8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ
˚ ˚ ˚
22.6.20. µ pEq ĺ µ pE X Aq ` µ pEzAq ĺ µ0 pCk X Aq ` µ0 pCk zAq ĺ µ0 pCk q.
k“1 k“1 k“1
pero como ε es arbitrario tenemos que µ˚ pBq “ νpBq, con lo que la demostración queda
terminada. ‚
Ejercicios.
N1
ď N2
ď N1 ď
ď N2
R1 X R2 “ pA1,k ˆ B1,k q X pA2,k ˆ B2,k q “ pA1,k ˆ B1,k q X pA2,l ˆ B2,l q,
k“1 k“1 k“1 l“1
debido a quel es una intersección de dos elementos de U, con lo que queda demostrado que
la intersección finita de elementos de U es un elemento de U.
Supongamos que R P U. Tenemos que
N
ď
R“ pAk ˆ Bk q,
k“1
Teniendo así que Y también puede expresarse como una unión disjunta y finita de la forma
ď
Y “ TI .
IPppJN q
donde dicha unión es de conjuntos disjuntos, pudiendo se algunos de los conjuntos que forman
dicha unión igual a ∅. Afirmamos que si pSI ˆTK qXR ‰ ∅, entonces pSI ˆTI q Ă R. En efecto,
si existe un px0 , y0 q P pSI ˆ TK q X R, entonces, como px0 , y0 q P R, debe existir un i P JN tal
que px0 , y0 q P Ai ˆBi de manera que i P I XK, pero por la construcción de SI y de TI tenemos
que cualquier px, yq P SI ˆ TK debe pertenecer a Ai ˆ Bi Ă R, teniendo así que pSI ˆ TI q Ă R.
Tenemos así, de la ecuación 22.7.7, que si R :“ tpI, Kq P ppJN q ˆ ppJN q : pSI ˆ TK q X R ‰ ∅u,
entonces ď ď
R“ pSI ˆ TK q X R “ pSI ˆ TK q,
pI,KqPppJN qˆppJN q pI,KqPR
K
ď L
ď
Ak ˆ Bk “ El ˆ Fl ,
k“1 l“1
entonces
K
ÿ L
ÿ
µpAk qνpBk q “ µpEl qνpFl q.
k“1 l“1
µpP qνpQq “
¨ ˛ ¨ ˛
ď ď
µ˝ P X SI1 X UI2 ‚ν ˝ Q X TI1 X VI2 ‚ “
pI1 ,I2 qPppJK qˆppJL q pI1 ,I2 qPppJK qˆppJL q
¨ ˛¨ ˛
22.7.11. ÿ ÿ
˝ µpP X SI1 X UI2 q‚˝ µpQ X TI1 X VI2 q‚ “
pI1 ,I2 qPppJK qˆppJL q pI1 ,I2 qPppJK qˆppJL q
¨ ˛
ÿ ÿ
˝ µpP X SI1 X UI2 qνpQ X TJ1 X VJ2 q‚,
pI1 ,I2 qPppJK qˆppJL q pJ1 ,J2 qPppJK qˆppJL q
K L
de manera que si usamos 22.7.11, tomamos R :“ El ˆ Fl y usamos el lema
Ť Ť
Ak ˆ Bk “
k“1 l“1
976 22.7. Medidas producto
22.7.9, obtenemos
¨ ˛
K
ÿ K
ÿ ÿ
µpAk qνpBk q “ ˝ µpAk X SI1 X UI2 qνpBk X TJ1 X VJ2 q‚
k“1 k“1 pI1 ,I2 ,J1 ,J2 qPppJK qˆppJL qˆppJK qˆppJL q
ÿ
“ µpSI1 X UI2 qνpTJ1 X VJ2 q
pI1 ,I2 ,J1 ,J2 qPppJK qˆppJL qˆppJK qˆppJL q, pSI1 XUI2 qˆpTJ1 XVJ2 qĂR
¨ ˛
L
ÿ ÿ
“ ˝ µpEl X SI1 X UI2 qνpFl X TJ1 X VJ2 q‚
l“1 pI1 ,I2 ,J1 ,J2 qPppJK qˆppJL qˆppJK qˆppJL q
L
ÿ
“ µpEl qνpFl q,
l“1
y usando esta última ecuación y de nuevo el teorema de Beppo Levi 22.4.13 tenemos que
ż ż ÿ8 8 ż
ÿ
µpAqµpBq “ µpAq 1lB d νpyq “ µpAk q 1lBk pyq d νpyq “ µpAk q 1lBk pyq d νpyq
k“1 k“1
8
ÿ
“ µpAk qνpBk q,
k“1
Demostremos pues la ecuación 22.7.13 bajo los supuestos mencionados. Sea pDk ˆ Ek qm
k“1
una sucesión finita de subconjuntos disjuntos de X b Y donde caada Dk P X y cada Ek P Y,
8 m
y además pEk ˆ Fk q. Tenemos, del lema 22.7.12, que
Ť Ť
pAk ˆ Bk q “
k“1 k“1
˜ ¸ ˜ ˜ ¸¸
8
ď m
ď 8
ď
ρ pAk ˆ Bk q “ρ pEj ˆ Fj q X pAk ˆ Bk q
k“1 j“1 k“1
˜ ˜ ¸¸
m
ď 8
ď
“ρ pEj ˆ Fj q X pAk ˆ Bk q
j“1 k“1
˜ ¸
m
ÿ 8
ď m ÿ
ÿ 8
“ ρ pEj ˆ Fj q X pAk ˆ Bk q “ ρ ppEj ˆ Fj q X pAk ˆ Bk qq
j“1 k“1 j“1 k“1
8
ÿÿ m 8
ÿ 8
ÿ
“ ρ ppEj ˆ Fj q X pAk ˆ Bk qq “ ρpAk ˆ Bk q “ µpAk qνpBk q,
k“1 j“1 k“1 k“1
es medible debido al corolario 22.3.15 y a que cada una de las funciones fpAk ˆBk qXE es medible.
‚
22.7.17. Teorema. Sean pX, X, µq e pY, Y, νq dos espacios de medida tales que µ y ν son
σ-finitas. Si E P X b Y, entonces
ż ż
µ b νpEq “ νpE1,x q d µpxq “ µpE2,y q d νpyq.
ż
Demostración. Demostremos primero que la función pE P X b Yq ÞÑ νpE1,x q d µpxq
es una medida. Tenemos que si pEk q8
k“1 es una sucesión de elementos disjuntos de X b Y,
entonces ¨˜ ¸ ˛
8
ď 8
ÿ
ν ˝ Ek ‚ “ νppEk q1,x q,
k“1 1,x k“1
22.7. Medidas producto 979
ż ż
y obviamente νp∅1,x q d µpxq “ 0, por lo que la función pE P X b Yq ÞÑ νpE1,x q d µpxq
es una medida. Veamos ahora que dicha medida y µ b ν coinciden cuando son evaluadas en
elementos básicos de X b Y. En efecto, si A P X y B P Y, entonces
ż ż
µ b νpA ˆ Bq “ µpAqνpBq “ 1lA pxqνpBq d µpxq “ νppA ˆ Bq1,x q d µpxq.
Tenemos así que si A es el álgebra generada por los elementos básicos, que son las uniones
finitas
ż y disjuntas de elementos básicos de X b Y, entonces las medidas µ b ν y E ÞÑ
νpE1,x q d µpxq coinciden en A, de manera que por el teorema 22.6.22 ésta son iguales, de
manera que ż
µ b νpEq “
νpE1,x q d µpxq,
ż
y de manera similar se puede demostrar que µ b νpEq “ µpE2,y q d νpyq. ‚
22.7.18. Definiciones. Sean pX, X, µq e pY, Y, νq dos espacios de medida tales que µ y ν
son σ-finitas. Si h : X ˆ Y ÝÑ R Y t`8, ´8u es una función X b Y-medible a la expresión
ż ż
h d µ b ν “ hpx, yq d µ b νpx, yq,
cuando exista se llama integral doble. Así mismo, a cada una de las expresiones
ż ż ż ˆż ˙ ż ż ż ˆż ˙
h d µ d ν :“ hpx, yq d µpxq d νpyq y h d ν d µ :“ hpx, yq d νpyq d µpxq
se le llama integral iterada (la primera es primero con respecto a µ y luego con respecto a
ν, y la segunda es primero con respecto a ν y luego con respecto a µ).
Nuestro problema a estudiar es ver si las integrales iteradas son iguales independiente-
mente del orden de iteración, y si éstas a su vez son iguales a la integral doble.
22.7.19. Teorema. Sean pX, X, µq y pY, Y, νq espacios de medida con µ y ν σ-finitas y sea
E P X b Y. Tenemos que µ b νpEq “ 0 si y sólo si νpE1,x q “ 0 µ-c.t.p. pxq. Y también
µ b νpEq “ 0 si y sólo si µpE2,y q “ 0 ν-c.t.p. pyq.
Demostración. Por los teoremas 22.7.17 y 22.4.14 tenemos que
ż
µ b νpEq “ νpE1,x q d µpxq “ 0 ðñ νpE1,x q “ 0 µ-c.t.p. pxq
y ż
µ b νpEq “ µpE2,y q d µpyq “ 0 ðñ νpE2,y q “ 0 ν-c.t.p. pyq ‚
980 22.7. Medidas producto
de manera que el teorema se cumple cuando h es una función indicadora, pero por la pro-
piedad de linealidad de las integrales el teorema también se cumple para funciones simples.
Ahora, por el teorema 22.4.10 existe una sucesión creciente de funciones medibles pϕk q8
k“1
que converge a h, de manera que por el teorema de la convergencia monótona 22.4.8 tenemos
ż ż ż ż
h d µ b ν “ lím ϕk d µ b ν “ lím ϕk px, yq d µpxq d νpyq
kÑ8 kÑ8
ż ż ż ż
“ lím ϕk px, yq d µpxq d νpyq “ hpx, yq d µpxq d νpyq. ‚
kÑ8
ż ż ż ż
`
“ h px, yq d µpxq d νpyq ´ h´ px, yq d µpxq d νpyq
ż ˆż ż ˙ ż ż
` ´
“ h px, yq d µpxq ´ h px, yq d µpxq d νpyq “ hpx, yq d µpxq d νpyq,
ż ż ż
y de manera similar se tiene que hdµ b ν “ hpx, yq d νpyq d µpxq. ‚
22.8. Espacios Lp 981
22.8. Espacios Lp
Antes de profundizar en esta sección establezcamos algo de terminología que usaremos.
22.8.1. Definiciones y notaciones. Dado un espacio de medida pX, X, µq un espacio de
medida y p ą 0. El símbolo L p pµq denotará al conjunto tf P M pXq : f p P L 1 pµqu. Existe
una partición en clases de equivalencia del conjunto L p , la cual será denotada por Lp pµq,
en la cual dos elementos f, g P L p pµq estarán en la misma clase de equivalencia si y sólo si
µptx P X : f pxq ‰ gpxquq “ 0. Cuando la referencia a la medida µ sea obvia, el conjunto
Lp pµq podrá ser denotado simplemente por Lp . En caso de que f P h P Lp pµq denotaremos
ż ż
h d µ :“ f p d µ.
p
}f }8 :“ supes |f |,
En caso de que h sea una función medible, pero h R L p pµq, es decir cuando la integral que
aparece en la igualdad anterior sea `8, diremos que }h}p “ `8. Cuando f se una función
medible el símbolo rf sµ denotará al conjunto tg P M pXq : f pxq “ gpxq µ-c.t.p. pxqu.
El lema siguiente será de utilidad para demostrar la llamada desigualdad de Hölder.
22.8.2. Lema. Sean α, β P r0; `8q y 0 ă λ ă 1. Tenemos la desigualdad αλ β 1´λ ĺ λα `
p1 ´ λqβ, donde la igualdad se obtiene solamente si α “ β.
Demostración. Cuando β “ 0 el lema se cumple de manera trivial. Supongamos pues que
β ą 0. Tomemos ϕ : r0; `8q ÝÑ R. Como podemos ver ϕ1 ptq “ λp1 ´ tλ´1 q y λ ´ 1 ă 0,
tÞÑp1´λq`λt´tλ
de manera que si t ă 1, entonces ϕ1 ptq ą 0, y si t ą 1, entonces ϕ1 ptq ă 0. De lo anterio
982 22.8. Espacios Lp
concluimos que ϕ1 p1q “ 0, pero como ϕ2 ptq “ λp1 ´ λqtλ´2 ą 0 tenemos que ϕptq ą ϕp1q “ 0
para todo t P r0; 1q Y p1; `8q. Así
22.8.3. tλ ĺ p1 ´ λq ` λt,
}f g}1 ĺ }f }p }g}q ,
donde la igualdad se tiene solamente en el caso en que exista un b P Rzt0u tal que |f pxq|p “
b|gpxq|q µ-c.t.p. pxq. La desigualdad también es válida cuando f R L p pµq o cuando g R
L q pµq.
Demostración. Se deja la demostración al lector el caso en que p “ 1 y q “ 8. Supongamos
pues que 1 ă p ă `8. Demostremos primero el caso particular en que }f }p “ }g}q “ 1 y
sean f P L p pµq y g P L q pµq. Apliquemos el lema 22.8.2 cuando α “ |f ptq|p , β “ |gptq|q ,
λ “ p1 y 1 ´ λ “ 1q , para obtener
1 1
22.8.5. |f ptq||gptq| ĺ |f ptq|p ` |gptq|q ,
p q
1 1
}f g}1 ĺ ` “ 1 “ }f }p }g}q ,
p q
donde la igualdad se da solamente cuando |f pxq|p “ |gpxq|q µ-c.t.p. pxq, en ese caso particular
tendríamos b “ 1.
En el caso en que }f }p “ 0 tenemos que f pxq “ 0 µ-c.t.p. pxq, de donde podemos ver que
el resultado se cumple de manera inmediata, y lo mismo ocurre para el caso en que }g}q “ 0.
Supongamos ahora que }f }p ‰ 0 ‰ }g}q . En ese caso tomemos f1 :“ }ff}p y g1 :“ }g}g q y
observemos que f1 P L p pµq, g1 P L q pµq, }f1 }p “ }g1 }q “ 1, de manera que
donde la igualdad se daría sólo en caso de que |f1 pxq|p “ |g1 pxq|q µ-c.t.p. pxq, es decir cuando
}f |p
|f pxq|p “ b|gpxq|q µ-c.t.p. pxq, con b “ }g}pqq .
La afirmación final del enunciado se cumple de manera obvia. ‚
22.8.6. Desigualdad de Minkowski. Sea p P r1; `8s. Si f, g P L p pµq, entonces f ` g P
L p pµq y además
}f ` g}p ĺ }f }p ` }g}p .
22.8. Espacios Lp 983
de manera que
p´ pq
}f ` g}p “ }f ` g}p ĺ }f }p ` }g}p .
con lo que la desigualdad queda demostrada. ‚
22.8.7. Teorema de Riez-Fischer. Sea pX, X, µq un espacio de medida σ-finita y p P
r1; `8s. El espacio normado Lp pµq es de Banach.
Demostración. Concentrémonos primero en el caso en que p ă `8. De la desigualdad de
Minkowski 22.8.6 tenemos que es suficiente demostrar que Lp pµq es completo, y del teorema
21.3.33 es suficiente demostrar que en Lp pµq toda sucesión absolutamente sumable es sumable.
k“1 una sucesión absolutamente sumable de elementos de L pµq y sea l “
Sea pues prfk sµ q8 p
8 n
}fk }p ă `8. Para cada k tomemos gn pxq “ |fk pxq|. De la desigualdad de Minkowski
ř ř
k“1 k“1
22.8.6 tenemos que
n
ÿ
}gn }p ĺ }fk }p ĺ M,
k“1
de manera que ż
gnp d µ ĺ M p .
n
`8. Definida así la función s y tomando sn :“ fk , tenemos que s es medible y además
ř
k“1
|sn pxq| ĺ gpxq y |spxq| ĺ gpxq µ-c.t.p. pxq, con lo que s, sn P L p pµq y
|sn pxq ´ spxq|p ĺ 2p pgpxqqp ,
pero como 2p g p P L p pµq tenemos del hecho de que lı́m |sn pxq ´ spxq|p “ 0 µ-c.t.p. pxq y del
nÑ8
teorema de la convergencia dominada 22.4.20 que
ż
lı́m |sn ´ s|p d µ “ 0,
nÑ8
ECUACIONES DIFERENCIALES
ORDINARIAS
23.1. Introducción
En este capítulo estudiaremos las ecuaciones diferenciales ordinarias. Comenzaremos, co-
mo es de esperarse, con las más simples. Dicho a groso modo, una ecuación diferencial de
orden 1 es una ecuación en la cual está involucrada una variable x, llamada variable depen-
diente, y una variable y que suponemos que se puede expresar como función de x, así como la
dy
expresión . El objetivo es hallar de manera explícita la función f tal que al poner y “ f pxq
dx
y que satisfaga la ecuación diferencial. Veremos la utilidad de las ecuaciones diferenciales en
el modelado de fenómenos naturales.
De una manera más precisa tenemos la definición dada a continuación.
23.1.1. Definición. Sea I un intervalo abierto de números reales, D0 , D1 Ă C y F : I ˆ
D0 ˆ D1 ÝÑ C. Una expresión equivalente a una de la forma
23.1.2. F px, y, y 1 q “ 0
F pt, y, yq
9 “ 0.
985
986 23.1. Introducción
para x ą 0, tenemos que una solución es la función f : p0; `8q ÝÑ R dada por f pxq “ 2x2 .
23.1.5. Ejemplo. Para el crecimiento poblacional tenemos un modelo en el cual la población
aumenta con una rapidez que es proporcional al tamaño de la población. Si la población P
en nuestro modelo se expresa, más que como un número natural que represente el número
de elementos de la población, como una masa que depende de manera continua del tiempo,
entonces podemos expresar nuestro modelo poblacional por medio de la ecuación diferencial
23.1.6. P9 “ AP,
donde A es una constante positiva. En ese caso una solución de la anterior ecuación diferencial
de orden 1 es la función f dada por f ptq “ eAt , aunque también lo es cualquier función
t ÞÑ K eAt , para cualquier constante K P C. En el caso de que P represente la masa de una
sustancia radiactiva que se degrada con el tiempo, la ley del comportamiento de P puede
expresarse también mediante la ecuación diferencial de primer orden 23.1.6, pero en este caso
A ă 0.
Veamos casos más generales de ecuaciones diferenciales.
23.1.7. Definiciones. Sea n P N, I un intervalo abierto de números reales, D0 , D1 , . . . , Dn Ă
C y F : I ˆ D0 ˆ D1 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Dn ÝÑ C. Una expresión de la forma
o una ecuación equivalente a ella, se llama ecuación diferencial ordinaria, o más especí-
ficamente ecuación diferencial de orden n. Una función f : I ÝÑ D0 que tenga derivada
de orden n, f pkq : I ÝÑ Dk para cada k P Jn , y además satisfaga la ecuación
dk y dn y
ˆ ˙
dy
F x, y, ,..., ,..., “ 0.
dx d xk d xn
P px, yq d y ` Qpx, yq d x “ 0.
Gpx, f pxqq “ K,
En caso de que la ecuación diferencial 23.2.3 sea exacta, una forma práctica de hallar
la función G descrita en el teorema 23.2.4 es obtener una «antiderivada parcial» U1,y de la
función x ÞÑ Qpx, yq, una «antiderivada parcial» U2,x de la función y ÞÑ P px, yq y después
encontrar respectivamente otras antiderivadas V1,y y V2,x de tal manera que V1,y pxq “ U1,y pxq`
rpyq y V2,x pyq “ U2,x pyq ` spxq, tomando rpyq y spxq de tal manera que coincidan V1,y pxq y
V2,x pyq. Una vez encontradas las funciones V1,y y V2,x tenemos que podemos tomar G de tal
manera que Gpx, yq “ V1,y pxq.
Una vez teniendo dicha función G ponemos a y en función de x de tal manera que se
cumpla la ecuación dada en el teorema 23.2.4.
Veamos el ejemplo siguiente.
23.2.5. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial
Solución. Sea U1,y pxq “ 25 x2 ` 4xy y U2,x pyq “ 4xy ´ 2y 4 , y tomemos rpyq y spxq de tal
manera que
5 2
x ` 4xy ` rpyq “ 4xy ´ 2y 4 ` spxq.
2
Como podemos ver, una forma de lograr lo anterior, aunque no la única, es hacer spxq “ 25 x2
y rpyq “ ´2y 4 , pudiendo tomar así Gpx, yq “ 52 x2 ` 4xy ´ 2y 4 . Tenemos así que si K es una
constante y tenemos una función f que satisfaga la ecuación
5 2
x ` 4xf pxq ´ 2pf pxqq4 “ K,
2
entonces f es solución de la ecuación diferencial.
23.2.6. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial
ey d x ` px ey `2yq d y “ 0.
Solución. Sea U1,y pxq “ x ey y U2,x pyq “ x ey `y 2 , y tomemos rpyq y spxq de manera que
x ey `rpyq “ x ey `y 2 ` spxq.
Como podemos ver, una forma de lograr lo anterior es hacer rpyq “ y 2 y spxq “ 0, pudiendo
tomar así Gpx, yq “ x ey `y 2 . Tenemos así que si K es una constante y tenemos una función
f que satisfaga la ecuación
x ef pxq `pf pxqq2 “ K,
entonces f es solución de la ecuación diferencial.
23.2.7. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial
x2 d y ` pcospxq ` 2xyq d x “ 0,
Solución. Sea U1,y pxq “ senpxq ` x2 y y U2,x pyq “ x2 y, y tomemos rpyq y spxq de tal manera
que
senpxq ` x2 y ` rpyq “ x2 y ` spxq.
Una forma de lograr lo anterior es hacer rpyq “ 0 y spxq “ senpxq, teniendo así que si K es
una constante, la función f que satisfaga la ecuación
senpxq ` x2 f pxq “ K,
para alguna constante K, será solución de la ecuación diferencial. Ahora, si f pxq “ 1 cuando
x “ π, entonces K “ π2 , de manera que la función solución f estará dada por
π2 ´ senpxq
f pxq “ ,
x2
para x ą 0, ya que necesariamente x ‰ 0 y π, que es un posible valor de x, es positivo.
Un caso particular de las ecuaciones diferenciales exactas son las ecuaciones diferenciales
de variables separadas que se dan en la definición siguiente.
23.2.8. Definiciones. Sea I Ă R un intervalo, D0 Ă C, P : D0 ÝÑ C y Q : I ÝÑ C.
Decimos que una ecuación diferencial de la forma
es de variables separadas. Así mismo, una ecuación diferencial que sea equivalente a una
de la forma dada en 23.2.9 es de variables separables.
23.2.10. Observación. Toda ecuación diferencial de variables separadas como la dada en
la ecuación 23.2.9 es una ecuación diferencial exacta y cualquiera de sus soluciones está
determinada por una ecuación de la forma
ż ż
P pyq d y ` Qpxq d x “ K,
9yy 1 ` 4x “ 0.
9y d y ` 4x d x “ 0,
la cual al usar la observación 23.2.10 tiene como solución a una función f que está determinada
por la solución implícita
9 2 4 2
y ` x “ c,
2 2
23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden 991
x2 y 2
` “ k,
9 4
pero si queremos considerar sólo soluciones que sean
? funciones?reales cuyo dominio sea un
intervalo abierto, debemos tener que k ą 0, con ´3 k ă x ă 3 k. Al despejar y obtenemos
que c c
x2 x2
y“2 k´ o bien y “ ´2 k ´ .
9 9
Tenemos así, para? cada
? k ą 0 dos posibles soluciones?de la
? ecuación diferencial, a saber la
función f1 : p´3 k; 3 b kq ÝÑ R y la función f2 : p´3 k; 3b kq ÝÑ R.
2 2
xÞÑ´2 k´ x9 xÞÑ2 k´ x9
Solución. Podemos ver que la ecuación diferencial no es exacta y no está expresada como
en la forma 23.2.9, pero sí es de variables separables pues es equivalente a la ecuación
e´py`1q d y ` px2 ` 1q d x “ 0,
la cual, debido a la observación 23.2.10, tiene como solución una función f que esté determi-
nada por
x3
´ e´py`1q ` ` x “ K,
3
para alguna constante K, es decir la solución f es de la forma
ˆ 3 ˙
x
f pxq “ ´ ln ` x ´ K ´ 1,
3
x3
donde f tiene como dominio a un intervalo incluido en el conjunto tx P R : 3
` x ą Ku.
23.2.13. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial
y1 “ 1 ` y2.
arctanpyq ´ x “ c,
992 23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden
y 2 x2
´ “ c,
2 2
para alguna constante c. Para simplificar un poco la ecuación anterior tomemos k “ 2c, de
tal manera que la solución implícita queda de la forma
y 2 ´ x2 “ k.
Intentemos despejar y para hallar una solución explícita f que satisfaga que f p1q “ 3. Al
despejar y tenemos que ? ?
y “ k ` x 2 ó y “ ´ k ` x2 .
Observemos
? que la solución f que satisfaga las condiciones requeridas no puede ser x ÞÑ
´ k ` x2 debido a que f p1q debe ser igual? a 3, es decir debe ser igual a un número positivo;
tenemos
? así que f pxq debe ser igual a k ` x2 , y al tomar x “ 1 debemos obtener que
?k ` 1 “ 3, de manera que k “ 8. Así, la solución buscada f debe satisfacer que f pxq “
8 ` x2 , y podemos tomar como dominio al intervalo abierto R.
23.2.15. Definición. Sea α un número. Decimos que una función de dos variables g : I ˆ
D0 ÝÑ C es homogénea de grado α si para todo t P I y todo px, yq P I ˆ D0 , con tx P I
y ty P D0 se tiene que
gptx, tyq “ tα gpx, yq.
donde la función P
Q
es homogénea de grado 0.
Daremos una forma de resolver una ecuación diferencial como la dada en 23.2.17 ó en
23.2.18. Supongamos que f es una solución de 23.2.18 y que g es una función tal que f pxq “
xgpxq. Tenemos que f 1 pxq “ xg 1 pxq ` gpxq, de manera que
Qp1, wq
23.2.19. xw1 ` w “ ´ ,
P p1, wq
siempre que 1 P I.
Tenemos así el teorema siguiente
23.2.21. Teorema. Si g es solución de la ecuación diferencial 23.2.20, entonces la función
x ÞÑ xgpxq es solución (para x en un intervalo abierto adecuado) de la ecuación diferencial
23.2.17 cuando ésta es homogénea.
23.2.22. Observación. Tal vez al lector le resulte difícil memorizar la fórmula 23.2.20 para
aplicar el teorema 23.2.21. En tal caso se recomienda que haga el cambio de variable w “ xy y
exprese la ecuación 23.2.17 ó 23.2.18 en términos de w, transformando esta nueva ecuación en
una ecuación diferencial de variables separables. Una vez hallada la solución de esa ecuación,
hacer el cambio y “ xw para hallar la solución de la ecuación diferencial homogénea original.
23.2.23. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial
2xy d y ` px2 ` y 2 q d x “ 0
x3 ` 3xy 2 “ 4,
23.2.27. y 1 ` apxqy “ 0
y luego encontrar una solución particular fp de la ecuación 23.2.26 para así tener a fp ` fh
como solución general de 23.2.26.
Tomemos al funcional lineal L : CC1 pIq ÝÑ CC pIq y usemos el hecho de que si Lpfp q “ b,
f ÞÑf 1 `af
entonces cualquier solución f de la ecuación Lpf q “ b es de la forma fp ` fh , donde fh
23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden 995
φpxq “ c e´Apxq .
´
x
ş
apsq d s
żx şt
apsq d s
fp pxq “ e x0
ex0 bptq d t
x0
y 1 ` apxqy “ bpxq
´
x
ş
apsq d s ´
x
ş
apsq d s
żx şt
apsq d s
f pxq “ c e x0
`e x0
ex0 bptq d t.
x0
996 23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden
´
x
ş
apsq d s ´
x
ş
apsq d s
żx şt
apsq d s
f pxq “ y0 e x0
`e x0
ex0 bptq d t.
x0
Del corolario anterior se concluye que, cuando las funcione a y b son continuas, para
cualquier x0 P I y cualquier y0 P C siempre existe una solución única f de la ecuación
diferencial lineal de primer orden tal que f px0 q “ y0 , es decir se tiene el corolario siguiente.
23.2.30. Corolario. Sean I un intervalo abierto de números reales, sean a : I ÝÑ C y
b : I ÝÑ C funciones continuas y sean x0 P I e y0 P C. Existe una función única f : I ÝÑ C
que es solución de la ecuación diferencial lineal de primer orden
y 1 ` apxqy “ bpxq
y 1 ` apxqy “ bpxqy α ,
donde a y b son continuas en un intervalo abierto I. Sea f : I ÝÑ p0; `8q una función
derivable y gpxq “ pf pxqq1´α . La función f es solución de la ecuación diferencial de Bernoulli
si y sólo si g es solución de la ecuación diferencial lineal de primer orden
w1 ` p1 ´ αqapxqw “ p1 ´ αqbpxq.
Demostración. Tenemos que g 1 pxq “ p1 ´ αqpf pxqq´α f 1 pxq, de manera que f es solución
de la ecuación diferencial de Bernoulli en el intervalo abierto I si y sólo si
y 1 ` apxqy “ bpxqy α ,
donde a y b son continuas en un intervalo abierto I y α P Zzt0, 1u. Sea f : I ÝÑ Czt0u una
función derivable y gpxq “ pf pxqq1´α . La función f es solución de la ecuación diferencial de
Bernoulli si y sólo si g es solución de la ecuación diferencial lineal de primer orden
w1 ` p1 ´ αqapxqw “ p1 ´ αqbpxq.
Solución. Tenemos que la ecuación diferencial anterior es una ecuación diferencial de Ber-
noulli con apxq “ x1 , bpxq “ ´2x y α “ 2, de manera que 1 ´ α “ ´1. Apliquemos el teorema
23.2.34 y resolvamos primero la ecuación diferencial lineal
1
w1 ´ w “ 2x,
x
de manera que su solución general g está dada, debido al teorema 23.2.28, por una función g
de la forma
¨ ˛ ¨ ˛
x
ş 1 żx şs ´1 żx
˝c ` 2x e1 t d s‚ “ x ˝c ` 2 s d s‚ “ cx ` 2px2 ´ xq “ kx ` 2x2 ,
s
ds dt
gpxq “ e1
s
1 1
para 0 ă x ă 43 .
23.2.36. Ejemplo. Hallar la solución particular real de la ecuación diferencial
? 1 a 3
yy ` y “ 1
a cuya gráfica pertenece el punto p0, 4q.
Solución. Observemos primero que ninguna solución de dicha ecuación diferencial tiene al
cero como parte de su recorrido, de ma nera que podemos dividir ambos lados de la igualdad
?
entre y, obteniendo así la ecuación equivalente
1
y 1 ` |y| “ ? ,
y
pero como 4 es parte del recorrido de la función que buscamos y 0 no forma parte de dicho
recorrido, tenemos que la solución sólo puede tomar valores positivos, teniendo así que bajo
la condición de que el punto p0, 4q pertenece a la gráfica de la solución la ecuación anterior
es equivalente a la ecuación diferencial de Bernoulli
1
y1 ` y “ y´ 2 .
Tomando apxq “ 1, bpxq “ 1 y α “ ´ 21 , obtenemos que 1 ´ α “ 32 . Aplicando el teorema
3 1
23.2.33 obtenemos que si gpxq “ pf pxqq 2 , entonces f es solución de y 1 ` y “ y ´ 2 si y sólo si
g es solución de
3 3
w1 ` w “ ,
2 2
que es una ecuación de variables separables, donde cualquier solución g es de la forma gpxq “
3 3
1 ` k e´ 2 x , para alguna constante k. En efecto, g 1 pxq “ ´ 32 k e´ 2 x y
3 3 3 3 3 3
g 1 pxq ` gpxq “ ´ k e´ 2 x ` p1 ` k e´ 2 x q “ .
2 2 2 2
23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden 999
? a 2
Ahora bien, para que f sea solución de yy 1 ` y 3 “ 1 debemos tener que f pxq “ pgpxqq 3 “
3 2 2
p1 ` k e´ 2 x q 3 , que bajo la condición de que f p0q “ 4 tendremos p1 ` kq 3 “ 4, es decir k “ 7,
3 2
teniendo así que la solución buscada es la función f dada por f pxq “ p1 ` 7 e´ 2 x q 3 .
Ejercicios.
2y d y ´ 6 e2x p1 ` 2xq d x “ 0.
y 1 ` 5x4 y 2 “ 0
px ` 2y ex q d y ` py ` y 2 ex q d x “ 0,
dar una relación de y en términos de x que describa una solución implícita f tal que
f p0q “ 2.
a) 3y d x ` p7x ´ yq d y, c) px ´ yq d x ` p2x ` yq d y “ 0,
b) px2 ` y 2 q d x ´ 2xy d y “ 0, d) y 1 “ x
y
` xy .
a) y 1 ´ 3y “ 6, f) y 1 ` 2xy “ x,
b) y 1 ` y “ senp2xq, g) y 1 ` y “ ex ,
c) xy 1 ´ 4y “ x6 ex , h) 3y 1 ` y “ 2 e´x ,
d) y 1 ´ 2y “ 1, i) y 1 ` ex y “ 3 ex .
e) y 1 ´ 2y “ x2 ` x, j) cospxqy 1 ` senpxqy “ 1.
a) y 1 ´ 2xy “ xy 2 , c) xy 1 ´ y
2 lnpxq
“ y2,
?
b) y 1 ´ 2xy “ 4x y, d) y 1 ´ x1 y “ ´ 2y
1
.
1000 23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden
lineal será igual a la solución general de ecuación diferencial lineal homogénea correspondiente
más la solución particular de la ecuación diferencial lineal.
A continuación estudiaremos la forma para resolver ecuaciones diferenciales lineales ho-
mogéneas de grado n con coeficientes constantes, es decir ecuaciones de la forma
23.3.10. Definición. Dada la ecuación diferencial lineal homogénea 23.3.9, decimos que la
ecuación polinomial
px ´ λ1 qpx ´ λ2 q ¨ ¨ ¨ px ´ λn q “ 0,
23.3.16. pD ´λqpf q “ 0,
f 1 pxq “ λf pxq,
y a su vez, en el caso en que f px0 q ‰ 0 para algún x0 , entonces f pxq ‰ 0 para todo x en
algún intervalo I al cual pertenezca x0 , equivale a
f 1 pxq
“ λ.
f pxq
1
Ahora, tenemos así que x ÞÑ lnp|f pxq|q es una antiderivada de la función x ÞÑ ff pxq
pxq
y que
x ÞÑ λx es una antiderivada de la función constante x ÞÑ λ, de manera que existe una
constante K tal que lnp|f pxq|q “ λx ` K (teorema 17.1.3). Tenemos así que cualquier función
f no nula que satisfaga la ecuación 23.3.16 debe satisfacer también la ecuación
|f pxq| “ eλx eK .
por lo que toda solución de 23.3.16 es de la forma x ÞÑ A eλx , para algún A P C (el caso en que
f pxq “ 0 se da al tomar A “ 0), y recíprocamente, para cualquier constante A P C la función
x ÞÑ A eλx es solución de la ecuación 23.3.16, como el lector podrá verificar fácilmente.
Hemos demostrado así el lema siguiente.
23.3.17. Lema. La solución general de la ecuación diferencial 23.3.16 es la función f dada
por f pxq “ A eλx donde A es una constante arbitraria. Es decir, para toda constante A P C,
la función px P Rq ÞÑ A eλx es una solución de la ecuación diferencial 23.3.16.
El teorema siguiente es parecido al teorema del binomio.
23.3.18. Teorema. Sea n P N y sean f y g funciones que tienen n-ésima derivada. Se tiene
la fórmula siguiente:
n ˆ ˙
n
ÿ n
D pf gq “ pDn´k f qpDk gq.
k“0
k
de manera que el resultado es válido para n “ 0. Sea N P N Y t0u un número tal que el
resultado es válido cuando n “ N . Tenemos de la regla para la derivada de un producto que
1004 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes
por lo que el resultado también es válido para n “ N `1, quedando así demostrado el teorema
por inducción matemática. ‚
El teorema 23.3.18 será usado en la demostración del teorema siguiente.
23.3.19. Teorema. Sea λ P C y n P N. Una función f P RC satisface la ecuación diferencial
pD ´λqn pf q “ 0
pD ´λqN `1 pf q “ 0,
23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1005
pD ´λqpD ´λqN pf q “ 0,
es que
Ahora, del teorema 23.3.6 tenemos que f es solución de 23.3.20 si y sólo si f es de la forma
N
Ak xk´1 eλx , donde fp es una solución de 23.3.20. Sea hpxq “ xN eλx y
ř
f pxq “ fp pxq `
k“1
calculemos pD ´λqN hpxq:
N ˆ ˙ N
N
ÿ N r N ´r N! ÿ dr N λx
N ´r
pD ´λq hpxq “ D p´λq hpxq “ p´λq px e q
r“0
r r“0
r!pN ´ rq! d xr
N r ˆ ˙ˆ
dj N
˙ ˆ r´j ˙
ÿ
N ´r N! ÿ r d λx
“ p´λq j
x r´j
e
r“0
r!pN ´ rq! j“0
j d x d x
N r ˆ ˙
ÿ
N ´r N! ÿ r N!
“ p´λq xN ´j λr´j eλx
r“0
r!pN ´ rq! j“0 j pN ´ jq!
N r
λx
ÿ
2p´1qN ´r ÿ λN ´j xN ´j
“ e pN !q
r“0
pN ´ rq! j“0 j!pr ´ jq!pN ´ jq!
˜ ¸
N N ´j N N ´r
ÿ λ ÿ p´1q
“ eλx pN !q2 xN ´j
j“0
pN ´ jq!j! r“j
pN ´ rq!pr ´ jq!
˜N ´j ¸
N
ÿ λ N ´j k
ÿ p´1q
“ eλx pN !q2 xN ´j
j“0
pN ´ jq!j! k“0 k!ppN ´ jq ´ kq!
˜N ´j ¸
N ´1 N ´j ÿ pN ´ jq!1pN ´jq´k p´1qk
ÿ λ
“ eλx N ! ` eλx pN !q2 2 j!
xN ´j
j“0
ppN ´ jq!q k“0
k!ppN ´ jq ´ kq!
N ´1
ÿ λN ´j
“ eλx N ! ` eλx pN !q2 p1 ´ 1qN ´j xN ´j “ N ! eλx .
j“0
ppN ´ jq!q2 j!
no solamente para algún B, sino para todo B P C. Para cada AN `1 podemos tomar B de
manera que AN `1 “ NB! , teniendo así que f satisface la ecuación pD ´λqN `1 pf q “ 0 si y sólo
si f es de la forma
N
ÿ `1
λx λx N ´1 λx N λx
f pxq “ A1 e `A2 x e ` ¨ ¨ ¨ ` AN x e `AN `1 x e “ Ak xk´1 eλx ,
k“1
1006 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes
es una constante no negativa multiplicada por eλk x para concluir que la solución general de
m nk
m ř
pD ´λk qnk pf q “ 0 es de la forma f pxq “ Ak,j xj´1 eλk x . Para el caso en que nm ą 1
ś ř
k“1 k“1 j“1
demuéstrese que
pD ´λm qnm ´1 pxnm ´1 eλk x q
es una constante no negativa multiplicada por eλk x (aquí se puede hacer algo análogo a lo
que se hizo en la demostración del teorema 23.3.19) y luego hágase lo mismo con
m´1
ź
pD ´λm qnm ´1 pD ´λk qnk pxnm ´1 eλk x q
k“1
m
para concluir que la solución general de pD ´λk qnk pf q “ 0 es de la forma f pxq “
ś
k“1
nk
m ř
Ak,j xj´1 eλk x .
ř
‚
k“1 j“1
Solución. Tenemos que tal ecuación diferencial lineal homogénea tiene como ecuación aso-
ciada a la ecuación
x3 ´ 8x2 ` 19x ´ 12 “ 0,
23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1007
px ´ 3qpx ´ 4qpx ´ 1q “ 0,
tomando en cuenta que la función fp dada por fp ptq “ t2 ` 1 es una solución particular.
Solución. Si fh es la solución general de la ecuación diferencial lineal homogénea
23.3.25. y 3 ` y 2 ´ 8y 1 ´ 12y “ 0,
entonces, por el teorema 23.3.6, tenemos que la solución general de 23.3.24 es pt, c1 , c2 , c3 q ÞÑ
fh pt, c1 , c2 , c3 q ` fp ptq. Hallemos pues la solución general fh de 23.3.25. La ecuación asociada
a tal ecuación es
x3 ` x2 ´ 8x ´ 12 “ 0,
la cual, al factorizar, vemos que es equivalente a la ecuación
px ` 2q2 px ´ 3q “ 0,
de manera que, de acuerdo al teorema 23.3.21, fh pt, c1 , c2 , c3 q “ c1 e´2t `c2 t e´2t `c3 e3t , y así
cualquier solución de 23.3.24 es una función f de la forma
23.3.26. C “ A ` B y D “ pA ´ Bq i .
1008 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes
Ahora, observemos que para todo C, D P C, existen A, B P C tales que se cumple la ecuación
23.3.26, y viceversa, para todo A, B P C, existen C, D P C tales que se cumple 23.3.26.
Tenemos así el teorema siguiente.
23.3.27. Teorema. Sean λ1 , λ2 , . . . , λ2l P CzR, λ2l`1 , λ2l`2 , . . . , λm P R números diferentes,
y n1 , n2 , . . . , nm P N, donde λ1 “ λ2 , λ3 “ λ4 . . . , λ2l´1 “ λ2l y n1 “ n2 , n3 “ n4 . . . ,
n2l´1 “ n2l . Una función f P RC satisface la ecuación diferencial lineal homogénea
m
ź
pD ´λk qnk pf q “ 0
k“1
f pxq “ xj´1 eRe pλ2k qx pCk,j cospIm pλ2k qxq ` Dk,j senpIm pλ2k qxqq
k“1 j“1
ÿm nk
ÿ
` Ak,j xj´1 eλk x ,
k“2l`1 j“1
y así
n´1
ÿ n´1
ÿ
pk`1q ¯pkq
1
v “ f f ` f pkq f¯pk`1q ,
k“0 k“0
de tal suerte que para todo x P I tenemos
n´1
ÿ
1
23.3.31. |v pxq| ĺ 2|f pkq pxq||f pk`1q pxq|.
k“0
y así
n´1
ÿ
23.3.32. |f pnq pxq| ĺ |ak ||f pkq pxq|,
k“0
Ahora, para cualesquiera dos número z1 , z2 P C tenemos que p|z1 | ´ |z2 |q2 ľ 0, de donde
deducimos que
23.3.34. 2|z1 ||z2 | ĺ |z1 |2 ` |z2 |2 .
Usemos ahora la fórmula 23.3.34 en la desigualdad 23.3.33 para obtener la desigualdad
n´2
ÿ n´1
ÿ n´1
ÿ n´1
ÿ
2 2 2
1
|v pxq| ĺ |f pkq
pxq| ` |f pkq
pxq| ` |ak ||f pkq
pxq| ` |ak ||f pn´1q pxq|2
k“0 k“1 k“0 k“0
˜ ¸
n´2
ÿ n´1
ÿ
2 2
“ p1 ` |a0 |q|f pxq| ` p2 ` |ak |q|f pkq
pxq| ` 1 ` |an´1 | ` |ak | |f pn´1q pxq|2
k“1 k“0
n´2
ÿ n´1
ÿ
ĺ 2s|f pxq|2 ` 2s|f pkq pxq|2 ` 2s|f pn´1q pxq|2 “ 2s |f pkq pxq|2 “ 2svpxq.
k“1 k“0
1010 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes
es decir
es decir
23.3.38. vpxq ľ vpx0 q e2spx0 ´xq “ vpx0 q e´2s|x´x0 | , para x P I X rx0 ; `8q.
23.3.39. vpxq ĺ vpx0 q e2spx0 ´xq “ vpx0 q e2s|x´x0 | , para x P I X rx0 ; `8q.
y el teorema se sigue al extraer la raíz cuadrada no negativa en cada una de las tres partes
de la desigualdad anterior. ‚
23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1011
Siguiendo la misma pauta que en la demostración del lema anterior, podemos demostrar
un resultado parecido, pero sin exigir que los coeficientes de la ecuación diferencial sean
constantes. En efecto, si en lugar de dicha ecuación diferencial tenemos una de la forma
y pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ 0,
donde a0 , a1 , . . . , an´1 son funciones continuas en I y en lugar del tomar s como el valor
constante dado tomamos la función s dada por
spxq “ 1 ` |an´1 pxq| ` ¨ ¨ ¨ ` |a1 pxq| ` |a0 pxq|,
entonces, una vez tomado el valor arbitrario x P I, podemos tomar un intervalo cerrado y
acotado Ex al cual pertenezcan x0 y x, pero sin que estos últimos valores sean extremos
del intervalo Ex , luego tomamos Mx “ máxtspwq : w P Ex u. Así, en lugar de deducir las
desigualdades 23.3.35 deducimos las desigualdades
˝
´2Mx vpwq ĺ v 1 pwq ĺ 2Mx vpwq, para todo w P E x ,
y de ahí, de manera similar a como se dedujo el lema 23.2.33 poder deducir el lema siguiente.
23.3.40. Lema. Si f es una solución de la ecuación diferencial lineal homogénea
y pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ 0
en un intervalo abierto I y x0 P I, entonces para todo x P I existe un Mx ą 0 tal que
}f }n´1,x0 e´Mx |x´x0 | ĺ }f }x,n´1 ĺ }f }n´1,x0 eMx |x´x0 | .
donde a0 , a1 , . . . , an´1 son funciones continuas en I. Tales soluciones son linealmente inde-
pendientes si y sólo si Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq ‰ 0 para todo x P I.
Demostración. Sean c1 , c2 , . . . , cn constantes tales que
Tenemos de la ecuación 23.3.43 y del hecho de que la derivada de una función constante
evaluada en cualquier punto es siempre 0 y que para todo x P I y todo k P Jn´1
m
con n “ nk , cuya solución f , de acuerdo al teorema 23.3.21, es de la forma
ř
k“1
nk
m ÿ
ÿ
f pxq “ Aj,j xj´1 eλk x ,
k“1 k“1
de manera que tenemos una base ordenada del espacio de soluciones pf1 , f2 , . . . , fn q donde
cada fi es de la forma x ÞÑ xj´1 eλk x y cualquier solución f de la ecuación diferencial es de
la forma n
ÿ
f pxq “ ci fi pxq,
i“1
de manera que la solución pc1 , c2 , . . . , cn q del sistema anterior es única debido a que, por ser
f1 , f2 , . . . , fn linealmente independiente y por el teorema 23.3.42, Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq ‰ 0.
Así, para tal solución pc1 , c2 , . . . , cn q del sistema es la que hace que la única solución f de la
n
ecuación diferencial sea la dada por f pxq “ ci fi pxq, para todo x P R.
ř
‚
i“1
de manera que
˜ ¸
ÿ źn
pσpiq´1q
W 1 pxq “ sgnpσq D fi pxq
σPSn i“1
23.3.47. ÿ n
ÿ ź n
ÿ
pσpjqq pσpiq´1q
“ sgnpσq fj pxq fi pxq “ det Vj pxq,
σPSn j“1 iPJn ztju j“1
1014 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes
donde
´ ¯ es la matriz n ˆ n tal que tiene los mismos
Vj pxq ´ renglones que ¯ la matriz
salvo el j-ésimo renglón, el cual debe ser f1 pxq, . . . , fn pxq en lugar
pl´1q pjq pjq
fk pxq
´ pl,kqPJn ˆ Jn ¯
de f1 pxq, . . . , fn pxq . Ahora, si j ‰ n, entonces la matriz Vj pxq tiene dos renglones
pj´1q pj´1q
´ ¯
repetidos, a saber el j-ésimo y el pj ` 1q-ésimo que es f1 pxq, . . . , fn pxq , de manera que
pjq pjq
De las propiedades de las funciones lineales se tiene el resultado siguiente que es de utilidad
para resolver ecuaciones diferenciales lineales.
23.3.50. Principio de superposición para ecuaciones diferenciales lineales. Sea I Ă
n
R un intervalo abierto y T la función lineal en LC pCCn pIq, CC pIqq dada por T pf q “
ř
ak f pkq ,
k“0
donde an “ 1 y a0 , . . . , an´1 P CC pIq. Para todo b1 , b2 P CC pIq y f1 , f2 P CCn pIq tenemos que
T pf1 q “ b1 y T pf2 q “ b2 ùñ T pf1 ` f2 q “ b1 ` b2 .
Ejercicios.
1. Hallar las soluciones generales reales de las siguientes ecuaciones diferenciales lineales:
a) y 2 ´ 4y “ 0, b) y 2 ` 16y “ 0, c) y 2 ´ 4y 1 ` 5y “ 0,
d) y 2 “ 0, e) 3y 2 ` 2y 1 “ 0, f) y 3 “ x3 .
2. Hallar las soluciones generales complejas de las siguientes ecuaciones diferenciales li-
neales:
a) y 2 ` 2 i y 1 ` y “ 0, b) y 2 ` p3 i ´1qy 1 ´ 3 i y “ 0.
donde ˆ ˙´ i
l d ¯´ dl´i ¯
αx
Al,i pxq “ Pc pxq e ,
i d xi d xl´i
y podemos observar que cuando i ą m tenemos que Al,i pxq “ 0, mientras que si i ĺ m
tenemos ˆ ˙ÿm
l k!
Al,i pxq “ ck αl´i xk´i eαx ,
i k“i pk ´ iq!
teniendo así que
mı́ntm,lu
ÿ ˆ ˙ m mı́ntm,lu
ÿ ˆl ˙ m´i
l l ÿ k! l´i k´i αx
ÿ pj ` iq! l´i j αx
D fc pxq “ ck α x e “ cj`i α x e .
i“0
i k“i pk ´ iq! i“0
i j“0 j!
Tenemos pues que para que fc sea solución de la ecuación diferencial 23.4.1 es necesario y
suficiente que
n mı́ntm,lu
ÿ ˆl ˙ m´i
ÿ ÿ pj ` iq! l´i j αx
23.4.3. al cj`i α x e “ xm eαx .
l“0 i“0
i j“0
j!
Ahora, el coeficiente de xm eαx del lado izquierdo de la igualdad 23.4.3 debe ser por una parte
n
igual a 1 y por otra debe ser al cm αl , de manera que
ř
l“0
1
cm “ ř
n ,
al α l
l“0
1018 23.4. El método de los coeficientes indeterminados
n
donde al αl ‰ 0 debido a que por hipótesis α no es solución de la ecuación polinomial
ř
l“0
asociada a la ecuación homogénea correspondiente. Para j ă m el coeficiente de xj eαx del
lado izquierdo de 23.4.3 debe ser por una parte igual a 0 y por otra igual a
n mı́ntm,lu
ÿ ˆ ˙
ÿ l pj ` iq! l´i
al cj`i α ,
l“0 i“0
i j!
de manera que
n n mı́ntm,lu
ÿ ˆ ˙
ÿ
l
ÿ l pj ` iq! l´i
c j al α “ ´ al cj`i α ,
l“0 l“0 i“1
i j!
es decir, cuando j ă m tenemos
n mı́ntm,lu
ř ` ˘
l
cj`i pj`iq!
ř
al i j!
αl´i
i“1
cj “ ´ l“0 n
ř .
al αl
l“0
y 3 ´ 2y 2 ´ y 1 ` 2y “ x2 .
y 3 ´ 2y 2 ´ y 1 ` 2y “ x2 eαx ,
En el siguiente lema se hace uso de la expresión eα¨ , tengamos en mente que tal expresión
representa a la función x ÞÑ eαx .
23.4.6. Lema. Si f es una función que tiene n derivadas y α P C, entonces
de manera que
m
ˆÿ ˙
r r αx pk ` rq! k αx
pD ´αq fc pxq “ pD Pc pxqq e “ ck x e .
k“0
k!
Así, para que fc sea solución de la ecuación diferencial 23.4.1 es necesario y suficiente que
pD ´αqr fc sea solución de la ecuación diferencial 23.4.8, pero por el teorema 23.4.2 debemos
tener pD ´αqr fc “ f ˚ , es decir
k!
ck “ dk ,
pk ` rq!
con lo que el teorema queda demostrado. ‚
23.4.9. Ejemplo. La ecuación diferencial lineal
y 2 ´ 4y 1 ´ 5y “ x2 e5x
tiene como ecuación diferencial lineal homogénea correspondiente a la ecuación y 2 ´4y 1 ´5y “
0 y su ecuación polinomial asociada es λ2 ´ 4λ ´ 5 “ 0, cuyas raíces son 5 y ´1, ambas
de multiplicidad 1. Tenemos así que la solución general h de la ecuación diferencial lineal
homogénea está dada por
hpx, A1 , A2 q “ A1 e5x `A2 e´x .
Tenemos así, por el teorema 23.4.7, que una solución particular fp de la ecuación diferencial
lineal original es de la forma
3 2
y así, c2 “ 18
1
, c1 “ ´ 361
y c0 “ 108 1
por lo que necesariamente fp pxq “ p x18 ´ x36 ´ x
108
q e5x .
Ahora bien, la solución general fg de la ecuación diferencial lineal está dada por
ˆ 3 ˙
5x x x2 x
fg px, A1 , A2 q “ A1 e `A2 e `´x
´ ´ e5x .
18 36 108
Ejercicios.
1. Halla la solución general de cada una de las siguientes ecuaciones diferenciales lineales:
a) y 2 ` y 1 ´ 6y “ 2x, e) y 3 ´ 2y 2 ´ 4y 1 ` 8y “ 6x e2x ,
b) 4y 2 ´ 9y “ 15, f) y p4q ´ y 2 “ 4x ` 2x e´x ,
c) y 2 ´ 8y 1 ` 20y “ 100x2 ´ 26x ex , g) 4y 2 ´ 4y 1 ´ 3y “ cosp2xq,
d) y 2 ` 4y 1 ´ 4y “ p3 ` xq e´2x , h) y 3 ´ 6y 2 “ 3 ´ cospxq.
2. Dadas las siguientes ecuaciones diferenciales lineales hallar la solución f que satisfaga
las condiciones dadas:
para alguna única función b0 P CC pIq; en efecto lo anterior ocurre sólo cuando b0 “ ppnq `
an´1 ppn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a2 p2 ` a1 p1 ` a0 p.
Deseamos hallar un método para encontrar las funciones u1 , u2 , . . . , un P CC1 pIq de tal
manera que la función g satisfaga la ecuación diferencial 23.5.1, es decir, forzar a que b0 “ b
y así tener una solución de dicha ecuación diferencial.
De manera recursiva podemos observar que en el caso en que se cumpla la igualdad
n
ÿ n
ÿ
“ 0, para todo k P Jn´1 , y
pk´1q pn´1q
23.5.3. u1j fj u1j fj “b
j“1 j“1
n
´ř ¯pkq n n
´ř ¯pnq n
tendremos que para k P Jn´1 y uj fj `b. Ahora
ř pkq ř pnq
uj fj “ uj fj uj fj “
j“1 j“1 j“1 j“1
23.5. El método de variación de constantes 1023
bien, si p “ u1 f1 ` u2 f2 ` ¨ ¨ ¨ ` un fn , entonces
bpxqWj pxq
u1j pxq “ ,
W pxq
entonces u1 , u2 , . . . , un P CC1 pIq son funciones que satisfacen las hipótesis del lema 23.5.4, de
manera que si x0 P I y para todo x P I definimos
żx
bpsqWj psq
uj pxq :“ d s,
W psq
x0
entonces la función
n n żx
ÿ ÿ bpsqWk psq
x ÞÑ uk pxqfk pxq “ fk pxq ds
k“1 k“1
W psq
x0
ecuación diferencial lineal 23.5.1 cuando los coeficientes a0 pxq, a1 pxq, . . . , an´1 pxq son cons-
tantes. Más adelante veremos métodos para encontrar funciones linealmente independientes
f1 , f2 , . . . , fn para casos más generales, donde dichos coeficientes no necesariamente son
constantes.
23.5.6. Ejemplo. Hallar la solución general de la ecuación diferencial
y 2 ´ y “ senhp2xq.
Solución. Por los métodos vistos en la sección 23.3 podemos ver que tenemos dos soluciones
linealmente independientes f1 y f2 de la ecuación diferencial homogénea correspondiente
dadas por f1 pxq “ ex y f2 pxq “ e´x , de manera que por el teorema 23.5.5 tenemos que una
solución particular de la ecuación diferencial lineal es la función g dada por
2 żx
ÿ senhp2sq Wrnk pf1 , f2 qpsqq
ppxq “ fk pxq d s,
k“1
Wrnpf1 , f2 qpsq
0
ˇ s ˇ ˇ ˇ
ˇ e e´s ˇˇ ˇ 0 e´s
donde Wrnpf1 , f2 qpsq “ ˇ s y
ˇ
ˇ ´s ˇ “ ´2, Wrn 1 pf 1 , f2 qpsq “ ˇ ˇ “ ´ e´s
e ´ e ˇ 1 ´ e´s ˇ
ˇ s ˇ
ˇ e 0 ˇ
Wrn2 pf1 , f2 qpsq “ ˇˇ s ˇ “ es , de manera que
e 1 ˇ
żx żx żx
x senhp2sqp´ e´s q senhp2sq es q pe2s ´ e´2s qp´ e´s q
ppxq “ e d s ` e´x d s “ ex ds
´2 ´2 ´4
0 0 0
żx żx żx
pe2s ´ e´2s q es e´3s ´ es e3s ´ e´s
` e´x d s “ ex d s ` e´x ds
´4 ´4 ´4
0
x
ˆ ´3x 0
˙ 0 ´x ˆ 3x 0
0
˙
e e x e 0 e e ´x e 0
“ ´e ´ `e ` `e ´ ´e
´4 ´3 ´3 ´4 3 3
2x ´2x 2x ´2x x ´x
e ´e e ´e e ´e 1 1
“´ ` ` “ senhp2xq ´ senhpxq.
12 4 3 3 6
Tenemos así que por el principio de superposición 23.3.50 tenemos que una forma de expresar
la solución general es mediante la función px, C1 , C2 q ÞÑ 31 senhp2xq´ 61 senhpxq`C1 ex `C2 e´x .
23.5.7. Ejemplo. Hallar una solución f de la ecuación diferencial
2
y 2 ` y 1 “ x5
x
en el intervalo p0; `8q, para la cual f p1q “ 1 y f p1q “ ´1.
Solución. Observemos que esta ecuación diferencial lineal no es de coeficientes constantes,
de manera que la ecuación diferencial lineal homogénea correspondiente
2
y2 ` y1 “ 0
x
23.5. El método de variación de constantes 1025
Ejercicios.
1. Con respecto al teorema 23.5.5 y a la manera como se definió la función p, ¿es necesario
que el valor de x0 que aparece en el límite inferior de la integral sea el mismo para cada
término de la suma para que p sea solución de la ecuación diferencial lineal?
2. Hallar la solución general de cada una de las siguientes ecuaciones diferenciales lineales:
para el caso en que cada ak pxq pueden expresarse como series de potencias de la forma
8
αk,j xj , para cada k P Jn´1 Yt0u y el radio de convergencia de cada una de estas
ř
ak pxq “
j“0
series es mayor o igual que algún R ą 0.
Si f es solución de la ecuación diferencial 23.6.1 y si se puede expresar como serie de
potencias de la forma
ÿ8
f pxq “ cj x j ,
j“0
Ahora, por el teorema 8.7.21, para todo k P Jn´1 Yt0u tenemos que
˜ ¸˜ ¸ ˜ ¸
8 8 8 l
ÿ ÿ pj ` kq! ÿ ÿ pl ´ j ` kq!
ak pxqf pkq pxq “ αk,j xj cj`k xj “ αk,j cl´j`k xl ,
j“0 j“0
j! l“0 j“0
pl ´ jq!
y
8
ÿ pl ` nq! l
f pnq pxq “ cl`n x,
l“0
l!
de modo que si f es solución de la ecuación diferencial 23.6.1 en el intervalo abierto p´R; Rq,
para cada l P N Y t0u, debe cumplirse
n´1 l
pl ` nq! ÿ ÿ pl ´ j ` kq!
cl`n ` αk,j cl´j`k “ 0,
l! k“0 j“0
pl ´ jq!
es decir,
n´1 l
l! ÿÿ pl ´ j ` kq!
23.6.2. cl`n “ ´ αk,j cl´j`k .
pl ` nq! k“0 j“0 pl ´ jq!
Notemos que si son dadas las constantes c0 , c1 , . . . , cn´1 , cada constante de la forma cl`n puede
expresarse como combinación lineal de estas primeras n constantes. Veamos pues que, en
efecto, si tenemos n constantes c0 , c1 , . . . , cn´1 , y definimos recursivamente las constantes cl`n
8
mediante la fórmula 23.6.2, entonces la serie de potencias ck xk tiene radio de convergencia
ř
k“0
23.6. El método de series de potencias 1027
8
mayor o igual que R y además la función px P p´R; Rqq ÞÑ ck xk es solución de la ecuación
ř
k“0
diferencial 23.6.1.
23.6.3. Teorema. Sea n P Nzt1u. Si en la ecuación diferencial lineal 23.6.1 cada una de las
funciones ak , para k P Jn´1 Yt0u, puede expresarse como serie de potencias de la forma
8
ÿ
23.6.4. ak pxq “ αk,j xj
j“0
y tienen radio de convergencia mayor o igual que un número positivo R, tenemos n números
c0 , c1 , . . . , cn´1 , y para cada l P N Y t0u definimos de manera recursiva cl`n como en la
ecuación 23.6.2, entonces la serie de potencias
8
ÿ
ck x k
k“0
Para cada j P Jn´1 Yt0u tomemos Bj :“ |cj | y para l P NYt0u definamos de manera recursiva
Bl`n como el número
˜ ¸
l n´1
l!M ÿ ÿ pj ` kq!
23.6.7. Bl`n :“ l
Bj`k rj
pl ` nq!r j“0 k“0 j!
y observemos que de 23.6.6 podemos demostrar por inducción matemática que |ck | ĺ Bk ,
para cada k P N Y t0u.
1028 23.6. El método de series de potencias
8
Demostremos ahora que la serie Bk xk es convergente siempre que |x| ă r. De 23.6.7
ř
k“0
tenemos que
˜ ¸
l`1 n´1
pl ` 1q!M ÿ ÿ pj ` kq!
Bl`1`n “ Bj`k rj
pl ` 1 ` nq!rl`1 j“0 k“0
j!
˜ ¸
l n´1
pl ` 1ql!M ÿ ÿ pj ` kq!
“ Bj`k rj
pl ` 1 ` nqpl ` nq!rl r j“0 k“0 j!
n´2
pl ` 1q!M ÿ pl ` 1 ` kq! l`1 pl ` 1q!M
` l`1
Bl`1`k r ` Bl`n rl`1
pl ` 1 ` nq!r k“0 pl ` 1q! pl ` 1 ` nq!rl`1
n´2
pl ` 1q Bl`n ÿ pl ` 1 ` kq! M
“ ` M Bl`1`k ` Bl`n ,
pl ` 1 ` nq r k“0
pl ` 1 ` nq! l ` 1 ` n
8
ÿ
Falta ver que la función f : p´R; Rq ÝÑ C dada por f pxq “ ck xk es solución de la
k“0
ecuación diferencial lineal homogénea 23.6.1, pero en los comentarios previos a la fórmula
23.6.2, donde se definen las constantes cl`n , vimos que
˜ ¸
8 l
ÿ ÿ pl ´ j ` kq!
ak pxqf pkq pxq “ αk,j cl´j`k xl
l“0 j“0
pl ´ jq!
y
8
pnq
ÿ pl ` nq! l
f pxq “ cl`n x,
l“0
l!
de manera que el coeficiente de xl de la serie de potencias que resulta de la expresión
n´1
ÿ
23.6.10. f pnq pxq ` ak pxqf pkq pxq
k“0
es el número
n´1 l
pl ` nq! ÿ ÿ pl ´ j ` kq!
cl`n ` αk,j cl´j`k
l! k“0 j“0
pl ´ jq!
˜ ¸
l
l! ÿ pl ´ j ` kq! pl ` nq!
“ cl`n ` αk,j cl´j`k
pl ` nq! j“0 pl ´ jq! l!
pl ` nq!
“ pcl`n ´ cl`n q “ 0,
l!
teniendo así que la expresión dada en 23.6.10 es 0, es decir f satisface la ecuación diferencial
lineal homogénea 23.6.1, con lo que terminamos la demostración del teorema. ‚
23.6.11. Ejemplo. Hallar los primeros 9 términos la solución f de la ecuación diferencial
y 2 ` xy 1 ` 5x3 y “ 0,
expresada como serie de potencias, con las condiciones de que f p0q “ 1 y f 1 p0q “ 0.
Solución. Proponemos una función solución f de la forma
8
ÿ
f pxq “ cj x j .
j“0
pero como f p0q “ 1, tenemos que c0 “ 1, y como f 1 p0q “ 0, tenemos que c1 “ 0. Además,
por ser f solución de la ecuación diferencial, debe cumplirse la igualdad
donde
8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ
f 2 pxq ` xf 1 pxq ` 5x3 f pxq “ pj ` 2qpj ` 1qcj`2 xj ` x pj ` 1qcj`1 xj ` 5x3 cj x j
j“0 j“0 j“0
2 3
“ 2 ¨ 1c2 ` p3 ¨ 2c3 ` 1c1 qx ` p4 ¨ 3c4 ` 2c2 qx ` p5 ¨ 4c5 ` 3c3 ` 5c0 qx
8
ÿ
` ppj ` 2qpj ` 1qcj`2 ` jcj ` 5cj´3 qxj
j“4
de manera que, para que f sea solución de la ecuación diferencial con las condiciones dadas,
es necesario y suficiente que, además de que c0 “ 1 y c1 “ 0, que c2 “ 0, c3 “ 0, c4 “ 0,
5
c5 “ ´ 20 c0 “ ´ 14 y pj ` 2qpj ` 1qcj`2 ` jcj ` 5cj´3 “ 0 para j ľ 4, Es decir
jcj ` 5cj´3
cj`2 “ ´ , para j ľ 4.
pj ` 2qpj ` 1q
´5 6p´ 16 q
Tenemos así que c6 “ ´ 4cp6qp5q
4 `5c1
“ ´ 61 , c7 “ ´ 5cp7qp6q
5 `5c2
“ ´ 7¨64 “ 5
7¨6¨4
, c8 “ ´ 6c68¨7
`5c3
“´ 8¨7
“
5
7 7¨6¨4
1
8¨7
, c9 “ ´ 7c79¨8
`5c4
“´ 9¨8
5
“ ´ 9¨8¨6¨4 , de manera que
1 1 5 1 8 5
f pxq “ 1 ´ x5 ´ x6 ` x7 ` x ´ x9 ` ¨ ¨ ¨ .
4 6 7¨6¨4 8¨7 9¨8¨6¨4
Epílogo 1031
EPÍLOGO
Siempre habrá cosas interesantes por añadir en un libro como éste, lamentablemente si
quisiéramos poner todo lo interesante de las matemáticas nunca terminaríamos y siempre
tendríamos una obra inconclusa. Sin embargo invitamos a los lectores que hayan detectado
errores o aspectos que se puedan mejorar a contactar a alguno de los autores para sugerir
modificaciones del trabajo, teniendo siempre en mente la utilidad para el lector y el estilo del
libro. Agradecemos siempre su amable colaboración e interés por este trabajo.
«Καὶ εἰ μὲν καλῶς εὐθίκως τῇ συντάξει, «Si la composición ha quedado bella y logra-
τοῦτο καὶ αὐτὸς ἤθελον· εἰ δὲ εὐτελῶς καὶ da, era eso lo que yo pretendía; si imperfecta y
μετρίως, τοῦτο ἐφικτὸν ἦν μοι. καθάπερ mediocre, diré que he hecho cuanto me ha sido
γὰρ οἶνον κατὰ μόνας πίνειν, ὡσαύτως δὲ posible. Es perjudicial beber vino solo o sola
καὶ ὕδωρ πάλιν πολέμιον· ὃν δὲ τρόπον οἶ- agua; en cambio, el vino mezclado con agua,
νος ὕδατι συγκερασθεὶς ἡδὺς καὶ ἐπιτερ- es agradable; es un placer para el gusto. Igual-
πῆ τὴν χάριν ἀποτελεῖ, οὕτως καὶ τὸ τῆς mente el estilo variado del relato encanta los
κατασκευῆς τοῦ λόγου τέρπει τὰς ἀκοὰς oídos de los que leen la obra. Doy aquí fin a
τῶν ἐντυγχανόντων τῇ συντάξει. ἐνταῦθα mi trabajo» (Segundo Libro de los Macabeos
δἑ ἔσται ἡ τελευτή.» 15.38-39).
1032 Epílogo
Apéndice A. Lista de símbolos 1033
D Dqpxq, ppxq Cuantificador existencial. Existe x que satisface qpxq tal que
se cumple ppxq.
D! D!qpxq, ppxq Existe un único x que satisface qpxq tal que se cumple ppxq.
q Negación. No se cumple q.
ðñ p ðñ q Equivalencia. p si y sólo si q.
∅ Conjunto vacío.
P bPA b pertenece a A.
R bRA b no pertenece a A.
1034 Apéndice A. Lista de símbolos
“ a“b a es igual a b.
‰ a‰b a es diferente de b.
Ă AĂB A es subconjunto de B.
Ą AĄB B es subconjunto de A.
Ł AŁB A Ă B pero A ‰ B.
Ń AŃB A Ą B pero A ‰ B.
Y AYB Unión de A y B.
X AXB Intersección de A y B.
6 Por lo tanto.
7 Como.
i.e. Es decir.
cf. Comparar.
a
b
a entre b ó 1b a.
| a|b a divide a b.
- a-b a no divide a b.
pak q8
k“1 Sucesión infinita cuya k-ésima componente es ak .
r χ
r Cuando χ es una sucesión, es el conjunto de todas
las componentes de χ, es decir pa
Č 8
k qk“1 “ ta1 , . . . , ak , . . . u.
ı̂ ı̂ “ p1, 0, 0q.
̂ ̂ “ p0, 1, 0q.
k̂ k̂ “ p0, 0, 1q.
C
p C Y t8u. Conjunto extendido de los números complejos.
" n
*
ĺ1 .
n n
ř
B px1 , x2 , . . . , xn q P R : x2k
k“1
Apéndice A. Lista de símbolos 1039
B
A Conjunto de funciones de B en A.
p; q pa; bq tx P R : a ă x ă bu cuando a, b P R y a ă b.
pa; `8q tx P R : x ą au cuando a P R.
p´8; bq tx P R : x ă bu cuando b P R.
p´8; `8q Variante de R.
pA; Bq ABztA, Bu cuando A y B son elementos de un espacio.
p; s pa; bs tx P R : a ă x ĺ bu cuando a, b P R y a ă b.
p´8; bs tx P R : x ĺ bu cuando b P R.
pA; Bs ABztAu cuando A y B son elementos de un espacio.
r; q ra; bq tx P R : a ĺ x ă bu cuando a, b P R y a ă b.
ra; `8q tx P R : x ľ au cuando a P R.
rA; Bq ABztBu cuando A y B son elementos de un espacio.
r; s ra; bs tx P R : a ĺ x ĺ bu cuando a, b P R y a ă b.
rA; Bs Variante de AB cuando A y B son elementos de un espacio.
ÝÝÑ
r; y rA; By Variante de AB.
ÝÝÑ
p; y pA; By ABzA.
ÐÑ
x; y xA; By Variante de AB.
Apéndice A. Lista de símbolos 1041
8 Infinito.
`8 Más infinito.
´8 Menos infinito.
ÝÑ a ÝÑ b a tiende a b.
f : A ÝÑ B Función f con dominio A y recorrido incluido en B.
Gr Grpf q Gráfica de f .
p`q
xp`q Parte positiva de x.
p´q
xp´q Parte negativa de x.
ÿ n
ÿ
ak Suma desde k “ 1 hasta n de los ak .
k“1
ÿ
aλ Suma de los aλ tales que la propocisión ppλq es verdadera.
ppλq
ź n
ź
ak Producto desde k “ 1 hasta n de los ak .
k“1
Apéndice A. Lista de símbolos 1043
ď m
ď
Ak Unión. Unión desde k “ n hasta m de los Ak .
k“n
ď
Aλ Unión de los Aλ tales que la proposición ppλq es verdarera.
ppλq
ď
F Unión de los conjuntos A tales que A P F.
č m
č
Ak Intersección. Intersección desde k “ n hasta m de los Ak .
k“n
č
Aλ Intersección de los Aλ tales que la proposición ppλq
ppλq
es verdadera.
č
F Intersección de los conjuntos A tales que A P F.
9 f 9g f y g son proporcionales.
Ŋ AB
Ŋ Arco con extremos A y B.
AXB
Ŕ Arco con extremos A y B y que pasa por X.
` `X Longitud de X.
a aΩ Área de Ω.
annp , , q annpa, r1 , r2 q Anillo abierto con centro a, radio interior r1 y radio exterior r2 .
annp , , q annpa, r1 , r2 q Anillo cerrado con centro a, radio interior r1 y radio exterior r2 .
Apéndice A. Lista de símbolos 1047
˝
x˝ Grados. x grados cuando x P R.
1
x1 Minutos. x minutos cuando x P R.
2
x2 Segundos. x segundos cuando x P R.
v Velocidad media.
a Aceleración media.
1048 Apéndice A. Lista de símbolos
d
dx
d f pxq
dx
, ddx f pxq Derivada de f pxq con respecto a x.
dy
dx
Derivada de y con respecto a x.
B B
f px1 , . . . , xn q Variante de Di f px1 , . . . , xn q.
Bxi Bxi
Apéndice A. Lista de símbolos 1049
∇ ∇f Gradiente de f .
dn dn y
d xn d xn
Derivada de orden n de y con respecto a x.
∇2 ∇2 f Variante de ∆f .
∇¨∇ ∇ ¨ ∇f Variante de ∆f .
1050 Apéndice A. Lista de símbolos
żb żb
f pxq d x, f Integral definida de f desde a hasta b.
a a
żb żb
f pxq d αpxq, f dα Integral de Riemann-Stieltjes de f con respecto a
a a
α desde a hasta b.
żb żb
f pxq d x, f Integral inferior de Riemann de f sobre el intervalo
a a
ra; bs.
żb żb
f pxq d αpxq, f dα Integral inferior de Riemann-Stieltjes de f sobre el
a a
intervalo ra; bs, con respecto a α.
żb żb
f pxq d x, f Integral superior de Riemann de f
a a
sobre el intervalo ra; bs.
żb żb
f pxq d αpxq, f dα Integral superior de Riemann-Stieltjes de f sobre el
a a
intervalo ra; bs, con respecto a α.
ż ż
f p~xq d ~x, f Integral de línea de f sobre el camino o la curva γ.
γ γ
ż ż
f d µ, f pxq d µpxq Integral de Lebesgue de f con respecto a la medida µ.
ż
f dµ Integral de Lebesgue de f con respecto a la medida µ,
B
sobre el conjunto B.
1052 Apéndice A. Lista de símbolos
Har HarpAq Conjunto de funciones cuyo recorrido está incluido en R y que son
armónicas en A.
˚
A˚ Adjunta de A cuando A es una matriz.
r : s rG : Hs Índice de H en G.
‘ U ‘V Suma directa de U y V .
EK Complemento ortogonal de E.
¯ z̄ Conjugado de z.
i Unidad imaginaria.
ϕ Función de Euler.
A`1 El sucesor de A.
c.t.p. ppxq µ-c.t.p. (x) Significa que la proposición ppxq se cumple casi en todas
partes con respecto a la medida µ.
ppxq µ-c.t.p. Variante de ppxq µ-c.t.p. (x).
`
f` Parte positiva de f .
´
f´ Parte negativa de f .
} ¨ }8 }f }8 Supremo esencial de |f |.
ˆż ˙ p1
} ¨ }p }f }p Cuando p es un número positivo significa p
|f | d µ .
Apéndice C. Bibliografía
Lars Valerian Ahlfors, Complex Analysis: An Introduction to the Theory of Analytic Fun-
ctions of One Complex Variable, third edition, McGraw-Hill (International series in pure and
applied mathematics), New York, 1979.
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Analiytiques d’une ou Plusieurs Variables Complexes, sixième édition, Hermann (Enseigne-
ment des sciences), Paris, 1961.
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11), New York, 1978.
Gerald B. Foland, Real Analysis: Modern Techniques and Their Applications, second edi-
tion, John Wiley & Sons (Pure and applied mathematics), New York, 1999.
Theodore W. Gamelin and Robert Everist Greene, Introduction to Topology, second edi-
tion, Dover, Mineola, N. Y., 1999.
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matics), New York, 1974.
Pascual Julián Iranzo, Lógica Simbólica para Informáticos, Alfaomega, México, 2005.
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Alexei Ivanovich Markushevish, Teoría de las Funciones Analíticas, Mir, Moscú, 1978.
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wada), Encyclopedic Dictionary of Mathematics, MIT Press, Cambridge, Massachusetts,
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Edward James McShane, The Lagrange multiplier rule, American Mathematical Monthly,
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caciones electrónicas, Serie Textos, Vol. 7), México, 2006.