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I

Compendio de Matemáticas
Universitarias 2023

César Emilio Villarreal Rodríguez


Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica de la
Universidad Autónoma de Nuevo León
II Prólogo

Prólogo
El presente libro pretende abordar los temas de manera rigurosa y desde sus fundamentos
los temas de matemáticas que generalmente se abordan en las universidades, de tal manera
que sea autocontenido y sirva de consulta para los estudiantes y profesores universitarios, así
como los que deseen aprender a redactar y abordar temas de matemáticas más profundos en
el área de investigación de su preferencia.
No hay un requisito previo para la lectura de este libro, aunque es recomendable, que haya
llevado cursos de matemáticas a nivel medio y tenga una cultura general de al menos ese nivel.
El primer capítulo comienza con una breve descripción del razonamiento lógico y deductivo.
En el capítulo 2 se establecen los axiomas que describen el concepto de función y de conjunto,
los cuales son fundamentales en todas las matemáticas de la actualidad. Tales axiomas se
escogieron tratando de que fueran claros a la intuición y que fueran resultados aceptados y
usados por la comunidad matemática, ya sea en forma explícita o implícita. El capítulo 3 trata
sobre los principales resultados de los números naturales basándose en los llamados axiomas
de Peano. En él se introduce además el concepto de pareja ordenada, operación, conjunto
infinito, factorial y se establecen técnicas de conteo, entre otras cosas. En el capítulo 4 se
estudia las propiedades de los números reales, exceptuando el axioma del supremo, el cual se
ve hasta el capítulo 7. Al final del capítulo 4 se abordan algunos temas de teoría de números.
Los capítulos 5 y 6 abarcan los temas que tradicionalmente se ven en los cursos de álgebra,
aunque algunos temas como lo son los de progresiones aritméticas y geométricas se ven en el
capítulo 8, en el cual se introducen los conceptos de sucesiones y series. En el capítulo 9 se
definen las funciones logarítmicas y las exponenciales, aunque no de la forma tradicional que
es a través de integrales definidas, sino de una forma más natural basada en aproximaciones.
El capítulo 10 cubre un poco más de los temas que generalmente se ven en un curso cálculo
diferencial, a excepción de los temas relacionados con las funciones trigonométricas, los cuales
pueden ser estudiados en el capítulo 15. En los cursos de cálculo generalmente se estudian
primero los temas del capítulo 10, después lo concerniente a integrales y después la mayor
parte de los temas que aparecen en los capítulos 7 y 9. Creemos que el orden seguido en este
libro es el más adecuado lógica e intuitivamente, aunque no necesariamente sigue el orden
en que históricamente se han desarrollado los temas. El capítulo 11 aborda la geometría
elemental sin definir conceptos elementales como el de distancia, punto recta plano y espacio,
pero estableciendo sus propiedades y relaciones entre ellos en base a postulados que los
describen. En el capítulo 12 se definen con precisión los conceptos de determinante y matriz,
además de establecer sus principales propiedades y proveer de métodos para resolver sistemas
de ecuaciones lineales. El capítulo 13 es una breve introducción a las estructuras algebraicas.
El capítulo 14 aborda los temas y resultados topológicos más importantes. El capítulo 15 trata
de la geometría analítica en Rn y estudia como casos particulares la geometría analítica plana
y la trigonometría. El capítulo 16 desarrolla parte de la teoría de homotopías, y haciendo uso
de algunos resultados se demuestra el teorema de la curva de Jordan y se introduce el concepto
de índice de un camino cerrado simple en el plano. El capítulo 17 aborda temas relacionados
con la integral definida e indefinida. En el capítulo 18 se estudia el cálculo en varias variables,
donde se demuestran teoremas importantes como son el de los multiplicadores de Lagrange, el
de Green y el de Fubini para funciones Riemann-integrables, así como el teorema de cambio de
variables. En el capítulo 19 se estudian los números complejos y sus principales propiedades.
III

El capítulo 20 da una breve introducción a la teoría de conjunto de Zermelo-Fraenkel y,


basándose en dicha teoría, se demuestran los axiomas dados en los capítulos anteriores. El
capítulo 21 trata sobre operadores lineales, análisis funcional y cálculo en espacios normados.
El capítulo 22 trata sobre la teoría de la medida y de la integral de Lebesgue. El capítulo 23
trata sobre las ecuaciones diferenciales ordinarias.
Al final del libro hay unos apéndices. En el apéndice A se da una lista de símbolos usados
en el texto con su significado. En el apéndice B se enlistan las letras del alfabeto helénico con
sus nombres en español. En el apéndice C se da una bibliografía complementaria al texto. En
el apéndice D se da un índice alfabético, donde se indica en qué sección se define o introduce
cada concepto.
IV Contenido

Contenido
Prólogo II

Contenido IV

1. Razonamiento lógico y deductivo 1


1.1. Introducción 1
1.2. Proposiciones 3
1.3. Negación 4
1.4. Conjunción y disyunción 5
1.5. Implicación 6
1.6. Proposiciones equivalentes 7
1.7. Razonamientos válidos y falacias 8

2. Conjuntos y funciones 13
2.1. Introducción 13
2.2. Conjuntos 15
2.3. Funciones 16
2.4. Predicados 19
2.5. Los cuantificadores universal y existencial 26
2.6. El recorrido de una función 28
2.7. Uniones e intersecciones arbitrarias 30
2.8. Notaciones de uso común 32

3. Elementos de matemáticas discretas 33


3.1. Axiomas de Peano 33
3.2. Parejas ordenadas 35
3.3. Relaciones 39
3.4. Definiciones recursivas 45
3.5. Multiplicación de números naturales 50
3.6. Operaciones 54
3.7. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos 57
3.8. Técnicas de conteo 61
3.9. Segundo método de inducción matemática 74
3.10. Conjuntos infinito numerables 75
3.11. Diagramas 77
Contenido V

4. El conjunto de los números reales 83


4.1. Introducción 83
4.2. Operaciones en el conjunto de números reales 86
4.3. Desigualdades 90
4.4. Subconjuntos de números reales 93
4.5. Exponentes enteros 94
4.6. El valor absoluto 97
4.7. Aritmética 99

5. Álgebra de números reales 109


5.1. Radicales 109
5.2. Exponentes racionales 111
5.3. Expresiones algebraicas 113
5.4. Notación científica 114
5.5. Polinomios 115
5.6. Productos notables 116
5.7. Factorización 117
5.8. Factorización de expresiones especiales 118
5.9. Simplificación de expresiones fraccionarias por factorización 119
5.10. Teorema del binomio 120

6. Ecuaciones y desigualdades 123


6.1. Introducción 123
6.2. Ecuaciones lineales 124
6.3. Ecuaciones cuadráticas 125
6.4. Otras ecuaciones 128
6.5. Resolución de desigualdades 130
6.6. Desigualdades con valor absoluto 137
6.7. División de polinomios 138
6.8. Sistemas de ecuaciones lineales 143

7. Axioma del supremo 145


7.1. Conjuntos acotados 145
7.2. Raíces cuadradas 150
7.3. Exponentes racionales 152
VI Contenido

8. Sucesiones y series 155


8.1. Introducción 155
8.2. Progresiones aritméticas 157
8.3. Progresiones geométricas 159
8.4. Convergencia de sucesiones 162
8.5. Tipos de divergencia 166
8.6. Series 170
8.7. Criterios de convergencia 174
8.8. La constante de Napier 190
8.9. Sistema decimal 192

9. Funciones exponenciales y logarítmicas 195


9.1. Introducción 195
9.2. Definición de potencias con exponentes reales 196
9.3. Propiedades de los exponentes 198
9.4. Funciones exponenciales 201
9.5. Aplicaciones de la función exponencial 203
9.6. Funciones logarítmicas 205

10. Funciones y sus gráficas 209


10.1. Introducción 209
10.2. Asíntotas horizontales 213
10.3. Asíntotas verticales 217
10.4. Límites finitos 221
10.5. Continuidad 224
10.6. Sucesiones y límites de funciones de variable real 232
10.7. La función exponencial natural 234
10.8. Algunos tipos de discontinuidades 237
10.9. Velocidad y aceleración 238
10.10. La recta tangente 240
10.11. Definición de derivada 242
10.12. Teoremas sobre derivadas 244
10.13. Máximos y mínimos relativos 249
10.14. Formas indeterminadas 255
Contenido VII

11. Elementos de geometría 263


11.1. Introducción 263
11.2. Segmentos y rayos 265
11.3. Planos 269
11.4. Conjuntos convexos 271
11.5. Ángulos y triángulos 273
11.6. Circunferencias 274
11.7. Longitud de arco 275
11.8. Medidas de ángulos 278
11.9. Congruencia de triángulos 282
11.10. Postulados y teoremas de congruencia de triángulos 284
11.11. Perpendicularidad 287
11.12. Desigualdades geométricas 291
11.13. Rectas paralelas 295
11.14. Cuadriláteros 302
11.15. Semejanza y proporcionalidad 305
11.16. Áreas 311
11.17. Área del círculo y sectores circulares 315
11.18. Sistemas de coordenadas 318
11.19. Volúmenes 323

12. Matrices y determinantes 329


12.1. Introducción 329
12.2. Suma y resta de matrices 331
12.3. Multiplicación por escalar 332
12.4. Multiplicación de matrices 333
12.5. La transpuesta de una matriz 336
12.6. Permutaciones 337
12.7. Determinantes 340
12.8. Matrices y sistemas de ecuaciones lineales 345
12.9. Operaciones elementales por renglón 347

13. Conjuntos y estructuras 355


13.1. Introducción 355
13.2. Grupos 356
13.3. Homomorfismos 365
13.4. Anillos 368
13.5. Espacios vectoriales 372
13.6. Transformaciones lineales 381
VIII Contenido

14. Topología 391


14.1. Espacios métricos 391
14.2. Funciones en espacios métricos 400
14.3. Espacios topológicos 412
14.4. Topología producto 425
14.5. Topología cociente 433

15. Análisis geométrico 435


15.1. Distancia entre dos puntos 435
15.2. Álgebra en Rn 438
15.3. Trayectorias y sus longitudes 448
15.4. Ortogonalidad 455
15.5. Isometrías entre planos 460
15.6. Medidas de ángulos 467
15.7. Conceptos generales 475
15.8. Funciones trigonométricas 478
15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas 487
15.10. Ecuaciones de la recta 497
15.11. Ecuaciones de la circunferencia 502
15.12. Ecuaciones de la parábola 504
15.13. Ecuaciones de la elipse 507
15.14. Ecuaciones de la hipérbola 514
15.15. Funciones hiperbólicas 520
15.16. Rotaciones y reflexiones en R2 524
15.17. La ecuación general de segundo grado 526
15.18. El cilindro en R3 529
15.19. Rotaciones y reflexiones en Rn 531
15.20. El cono circular recto en R3 533
15.21. El elipsoide en R3 535
15.22. El hiperboloide elíptico en R3 536
15.23. El paraboloide elíptico en R3 538
15.24. El paraboloide hiperbólico en R3 539
15.25. Coordenadas polares 540
15.26. Coordenadas cilíndricas y esféricas 543
15.27. Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados en Rn 544
15.28. Áreas y volúmenes 549
15.29. El producto vectorial en R3 569
15.30. La medida de Lebesgue en Rn 572
Contenido IX

16. Homotopías 583


16.1. Caminos homotópicos 583
16.2. Clases de homotopía 586
16.3. El grupo fundamental 588
16.4. Funciones cubrientes y levantamientos 589
16.5. El índice de un camino cerrado 593
16.6. El teorema de la curva de Jordan 596
16.7. Separación de conjuntos 606
16.8. Grafos lineales 608
16.9. Aproximación por poligonales 617

17. Integración 627


17.1. Antiderivadas 627
17.2. La integral de Riemann 633
17.3. Cálculo de la longitud de un arco 648
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 654
17.5. Desarrollo de Taylor 669
17.6. Integrales impropias 673
17.7. La función gamma 677

18. Funciones de varias variables 679


18.1. Integración sobre caminos 679
18.2. Derivadas de funciones de varias variables 686
18.3. El teorema de los multiplicadores de Lagrange 702
18.4. Integración de funciones de varias variables 706
18.5. Cambio de variables 722

19. Los números complejos 739


19.1. Introducción 739
19.2. El plano complejo extendido 747
19.3. Sucesiones y series de números complejos 750
19.4. Funciones complejas de variable compleja 763
19.5. Polinomios complejos 765
19.6. Funciones holomorfas 772
19.7. Integración compleja 779
19.8. Ceros y singularidades aisladas 803
19.9. Algunas integrales de funciones de variable real 821
19.10. Funciones armónicas en R2 829

20. Teoría de conjuntos 845


20.1. Axiomas de Zermelo-Fraenkel y de elección 845
20.2. Construcción de los números naturales y enteros 851
20.3. Cardinalidad y conjuntos bien ordenados 854
20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección 859
X Contenido

20.5. Construcción de los números racionales 867


20.6. Construcción de los números reales 869
20.7. Construcción de los números complejos 875

21. Estudio de los espacios vectoriales y las funciones lineales sobre


RóC 877
21.1. Introducción 877
21.2. Operadores lineales en espacios reales o complejos de dimensión finita 879
21.3. Espacios vectoriales normados 885
21.4. Funcionales lineales 894
21.5. Espacios vectoriales toplógicos 897
21.6. Espacios euclidianos y de Hilbert 904
21.7. Funciones multilineales 911
21.8. Cálculo en espacios normados 913

22. Teoría de la medida 933


22.1. Introducción 933
22.2. Medidas signadas 938
22.3. Funciones medibles 944
22.4. La integral de Lebesgue 950
22.5. Algunas propiedades de la medida de Lebesgue 961
22.6. Generación de medidas 966
22.7. Medidas producto 972
22.8. Espacios Lp 981

23. Ecuaciones diferenciales ordinarias 985


23.1. Introducción 985
23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden 988
23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1001
23.4. El método de los coeficientes indeterminados 1017
23.5. El método de variación de constantes 1022
23.6. El método de series de potencias 1026

Epílogo 1031

Apéndice A. Lista de símbolos 1033

Apéndice B. Alfabeto helénico 1061

Apéndice C. Bibliografía 1063

Apéndice D. Índice alfabético 1066


Contenido -1
0 Contenido
Capítulo 1

RAZONAMIENTO LÓGICO Y DEDUCTIVO

1.1. Introducción
En las matemáticas para que una afirmación nueva tenga aceptación universal es necesario
que se haya demostrado lógicamente basándose en conocimientos previamente aceptados. Tal
demostración debe tener un rigor lógico de tal manera que la veracidad de la afirmación no
tenga lugar a dudas.
Un ejemplo no es aceptado como demostración lógica debido a que sólo muestra el cumpli-
miento de la afirmación en un caso particular y es posible que en otros casos la afirmación sea
falsa. Por ejemplo, si tomamos la afirmación «todos los mamíferos son rumiantes» y toma-
mos como ejemplo a una cebra, no podemos concluir que debido a que la cebra es rumiante,
entonces todos los mamíferos son rumiantes.
En las ciencias naturales cuando se quiere probar el cumplimiento de una hipótesis se
realiza una serie de experimentos. Una vez hechos los experimentos, si en todos ellos se
verificó la hipótesis, ésta es aceptada (los principios de Arquímedes y la ley de la gravitación
universal, por ejemplo, no se pueden demostrar matemáticamente sino que son aceptados en
base a observaciones, aunque sí son descritos por fórmulas matemáticas). En las matemáticas
y en la lógica esta forma de proceder no es aceptada. Es decir, no es suficiente con verificar
varios ejemplos, aunque sean muchos, para aceptar una suposición.
Analicemos, por ejemplo, la afirmación «si n es un número natural, entonces n2 ´n`11 es
un número primo» (un número primo es un número natural mayor que 1 que sólo es divisible
por 1 y por sí mismo).

Si tomamos n “ 1, tenemos n2 ´ n ` 11 “ 12 ´ 1 ` 11 “ 11;

si tomamos n “ 2, tenemos n2 ´ n ` 11 “ 22 ´ 2 ` 11 “ 13;

si tomamos n “ 3, tenemos n2 ´ n ` 11 “ 32 ´ 3 ` 11 “ 17;

si tomamos n “ 4, tenemos n2 ´ n ` 11 “ 42 ´ 4 ` 11 “ 23;

si tomamos n “ 5, tenemos n2 ´ n ` 11 “ 52 ´ 5 ` 11 “ 31;

si tomamos n “ 6, tenemos n2 ´ n ` 11 “ 62 ´ 6 ` 11 “ 41.

1
2 1.1. Introducción

Los números 11, 13, 17, 23, 31 y 41 son primos. En los 6 ejemplos anteriores el resultado de
n2 ´n`11 fue un número primo pero no es suficiente para concluir que n2 ´n`11 es primo para
todo número natural n, de hecho lo único que demuestra es que n2 ´n`11 es primo cuando n es
1, 2, 3, 4, 5 ó 6. Podemos observar que si n “ 11, entonces n2 ´n`11 “ p11q2 ´11`11 “ p11q2
el cual no es un número primo.
Vale la pena aclarar que aún y cuando la conclusión de un razonamiento sea algo verda-
dero, este razonamiento no se considera una demostración si el razonamiento no fue correcto.
Parte del razonamiento lógico involucra la expresión por medio de símbolos. Supondremos
que el lector distinguirá con sus sentidos cuando dos símbolos sean iguales o diferentes y no
habrá polémica alguna en ese sentido, por ejemplo, distinguirá la escritura de las letras α, β,
γ, etc.
En las secciones siguientes de este capítulo se abordarán los conceptos básicos referentes
al razonamiento lógico.
1.2. Proposiciones 3

1.2. Proposiciones

«Le grand fondement des Mathématiques «El gran fundamento de las matemáticas es el
est le principe de contradiction ou de principio de contradicción o identidad, esto es,
l’identité, c’est-à-dire qu’une énonciation que una proposición no puede ser verdadera y
ne saurait être vraie et fausse en même falsa al mismo tiempo, y que, en consecuencia,
temps; et qu’ainsi A est A et ne saurait A es A y no puede ser no A. Y ese único princi-
être non A. Et ce seul principe suffit pour pio es suficiente para demostrar cualquier par-
démontrer toute l’Arithmétique et toute te de la aritmética y de la geometría, es decir,
la Géométrie, c’est-à-dire tous les princi- todos los principios matemáticos» (fragmento
pes Mathématiques.» de la Segunda carta de Leibniz a Clarke 1).

En lógica una proposición es una oración, frase o cualquier afirmación que tiene asignado
un único valor de verdad, donde los valores de verdad pueden ser solamente verdadero o
falso. Es decir toda proposición es verdadera o falsa pero no puede ser verdadera y falsa a
la vez.
Tenemos los siguientes ejemplos de proposiciones:

1. El caballo es un mamífero.

2. Todos los reptiles pueden volar.

3. 2 ` 5 “ 7.

4. 3 ´ 1 ą 7.

5. El agua es necesaria para la vida humana.

El sentido común nos dice que las proposiciones 1, 3 y 5 son verdaderas, mientras que las
proposiciones 2 y 4 son falsas.
No son aceptadas como proposiciones las afirmaciones que emitan un juicio o digan algo
sobre sí mismas. Por ejemplo, si la oración «estoy diciendo una mentira» se refiere a que la
oración misma es falsa, entonces no se le puede asignar un valor de verdad puesto que si fuera
falsa, entonces estaría diciendo una mentira, lo cual confirmaría la oración y sería verdadera.
Por otro lado, si la oración fuese verdadera, entonces estaría diciendo una mentira, lo cual
haría falsa a la oración. Es decir tal afirmación sería falsa y verdadera a la vez. En el lenguaje
usual, cuando alguien dice «estoy diciendo una mentira» generalmente se refiere a que otra
expresión que se dijo con anterioridad es mentira.
Cuando una proposición es expresada por medio de símbolos matemáticos (no en forma
gramatical) a la expresión le llamamos fórmula.
A veces a las proposiciones se les representa por letras como p, q, r, s, t, etc.
4 1.3. Negación

1.3. Negación

«Les vérités de Raisonnement sont néces- «Las verdades de razonamiento son necesarias,
saires et leur opposé est impossible, et ce- y su opuesto es imposible, y las de hecho son
lles de Fait sont contingentes et leur oppo- contingentes y su opuesto es posible. Cuan-
sé est possible. Quand une vérité est né- do una verdad es necesaria, se puede hallar
cessaire, on en peut trouver la raison par su razón por medio de análisis, resolviéndola
l’analyse, la résolvant en idées et en véri- en ideas y verdades más simples, hasta que se
tés plus simples, jusqu’à ce qu’on vienne llega a las primitivas» (Gottfried Leibniz, La
aux primitives.» Monadología 33, 1714).

Si p es una proposición, a la proposición que afirma que p es falsa se le llama la negación


de p y se le representa por el símbolo p, el cual se lee «no p». Se tienen las siguientes reglas
lógicas:

Si p es verdadera, entonces p es falsa.

Si p es falsa, entonces p es verdadera.

Lo anterior se ilustra en la tabla siguiente, donde V significa que la proposición es verda-


dera y F que es falsa.

p p
V F
F V

Para los cinco ejemplos de proposiciones dadas en la sección anterior sus negaciones se
pueden expresar respectivamente como:

1. El caballo no es un mamífero.

2. Algunos reptiles no pueden volar.

3. 2 ` 5 ‰ 7.

4. 3 ´ 1 ĺ 7.

5. El agua no es necesaria para la vida humana.


1.4. Conjunción y disyunción 5

1.4. Conjunción y disyunción


Si p y q son dos proposiciones, la conjunción de p y q, representada por p ^ q ó por
p &q es una proposición cuyo valor de verdad es verdadero si tanto p como q son verdaderos
y de falso si al menos una de las proposiciones es falsa. La proposición p ^ q se lee «p y q» y
afirma que ambas proposiciones p y q son verdaderas.
Por otra parte, la disyunción de p y q, representada por p _ q, es una proposición cuyo
valor de verdad es de verdadero cuando al menos una de las dos proposiciones ya sea p ó q
es verdadera y de falso cuando tanto p como q son falsas. La proposición p _ q se lee «p ó q»
y afirma que al menos una de las proposiciones p ó q es verdadera.
Lo anterior se ilustra en las tablas siguientes, donde V significa que la proposición es
verdadera y F que es falsa.

p q p^q p q p_q
V V V V V V
V F F V F V
F V F F V V
F F F F F F
6 1.5. Implicación

1.5. Implicación
Al símbolo ùñ se le conoce como símbolo de implicación. Si p y q son dos proposiciones,
la expresión p ùñ q es de nuevo una proposición cuyo valor de verdad es de falso si p es
verdadero y q es falso, y en todos los otros casos el valor de verdad es de verdadero. La
proposición p ùñ q se lee «p implica q» o bien «q ó no p (es decir q _ p)» o bien «si p,
entonces q» y afirma que la proposición q es verdadera cuando lo es la proposición p.
Observemos que si p es verdadera, entonces p ùñ q es verdadera solamente si q es también
verdadera, lo que indica que a partir de una proposición verdadera se debe concluir una
proposición verdadera. Pero si p es falsa, entonces p ùñ q es verdadera, independientemente
de si q es verdadera o falsa, lo que indica que a partir de una proposición falsa se puede
concluir cualquier proposición, ya sea verdadera o falsa.
Otra forma de leer e interpretar el significado de la expresión p ùñ q es diciendo «p es
suficiente para que se cumpla q» o bien «q es necesario para que se cumpla p».
Cuando tengamos una proposición de la forma p ùñ q, a la proposición p se le llama
hipótesis, premisa, condición o antecedente y a la proposición q se le llama conclusión
o consecuente.
Lo anterior se ilustra en la tabla siguiente, donde V significa que la proposición es verda-
dera y F que es falsa.

p q p q_ p
V V F V
V F F F
F V V V
F F V V

es decir,

p q p ùñ q
V V V
V F F
F V V
F F V

La recíproca de una proposición de la forma p ùñ q, se define como la proposición


q ùñ p.
1.6. Proposiciones equivalentes 7

1.6. Proposiciones equivalentes


Decimos que dos proposiciones p y q son equivalentes, denotándose p ðñ q, cuando
p ùñ q y q ùñ p. Es decir p ðñ q es verdadera cuando la proposición pp ùñ qq ^ pq ùñ pq
es verdadera.
Podemos observar que p ðñ q es verdadera cuando p y q tienen el mismo valor de
verdad. En efecto, si ambas proposiciones p y q tienen el mismo valor de verdad, entonces las
proposiciones p ùñ q y q ùñ p son verdaderas, por lo que pp ùñ qq ^ pq ùñ pq es verdadera.
Ahora bien, si las proposiciones p y q tienen diferente valor de verdad, entonces alguna de
las proposiciones p ùñ q ó q ùñ p es falsa por lo que pp ùñ qq ^ pq ùñ pq es falsa, es decir
si las proposiciones p y q tienen diferente valor de verdad, entonces p ðñ q es falsa (a saber
p ùñ q es falsa si q es falsa y p verdadera, y q ùñ p es falsa si p es falsa y q verdadera). La
expresión p ðñ q a veces se lee como «p si y sólo si q» o como «p es necesario y suficiente
para q».
Lo anterior se resume en la tabla siguiente, donde V significa que la proposición es ver-
dadera y F que es falsa.

p q p ðñ q
V V V
V F F
F V F
F F V

Observemos lo importante que es el uso adecuado de paréntesis o símbolos de agrupación,


por ejemplo la proposición pp ùñ pq ^ pqq ùñ p no es equivalente a la proposición pp ùñ
qq^pq ùñ pq cuando p es verdadera y q es falsa, puesto que en dicho caso pp ùñ pq^pqq ùñ p
sería verdadera y pp ùñ qq ^ pq ùñ pq sería falsa (como lo podrá verificar el lector).
8 1.7. Razonamientos válidos y falacias

1.7. Razonamientos válidos y falacias


Una tautología es una expresión que es siempre verdadera, independientemente del valor
de verdad de las proposiciones que la forman, por ejemplo:

a) «Si Ramiro está loco, entonces Ramiro está loco.» Esta proposición es del tipo p ùñ p,
la cual es siempre verdadera independientemente del valor de verdad de p.
b) «La rosa es una flor o no es una flor.» Esta proposición es del tipo p _ p, la cual
también es siempre verdadera, independientemente del valor de verdad de p.
c) «Si x es un zorro, y el hecho de que x sea zorro implica que x es canino, y el hecho de
que x sea canino implica que x es carnívoro, entonces x es carnívoro.» La afirmación
anterior es del tipo pp ^ pp ùñ qq ^ pq ùñ rqq ùñ r, la cual es siempre verdadera,
independientemente de los valores de verdad de p, q y r.

Una contradicción es una expresión que es siempre falsa, independientemente de los


valores de verdad de las proposiciones que la forman, por ejemplo:

a) «Alejo está loco y si Alejo está loco, entonces no está loco.» Esta proposición es del
tipo p ^ pp ùñ pq, la cual es siempre falsa, independientemente del valor de verdad
de p.
b) «La margarita es una flor y no es una flor.» Esta proposición es del tipo p ^ p, la cual
es siempre falsa, independientemente del valor de verdad de p.

Observemos que la negación de una tautología es una contradicción, mientras que la


negación de una contradicción es una tautología.
Una contingencia es una expresión formal cuyo valor de verdad depende de los valores de
verdad que tengan las proposiciones que la forman, donde para algunos valores de verdad de
tales proposiciones la expresión es verdadera, mientras que para otros la proposición formada
es falsa. Como ejemplos de contingencias tenemos:

a) «Está haciendo frío y está lloviendo.» Esta expresión es del tipo p ^ q.


b) «Si conduces correctamente, entonces no tendrás accidentes.» Esta proposición es del
tipo p ùñ q.
c) «Los alacranes no pican dos veces a la misma persona.» Esta proposición es del tipo p.
d) «O juegas futbol o juegas beisbol.» Esta proposición es del tipo p _ q.

Veremos a continuación algunos tipos de argumentos válidos en lógica que sirven para
obtener conclusiones: Un tipo de razonamiento válido es el llamado modus ponens, que
consiste en que si tenemos dos proposiciones p y q, y suponemos que son verdaderas las pro-
posiciones p y p ùñ q, entonces podemos concluir que la proposición q también es verdadera.
Dicho razonamiento se basa en el hecho de que la proposición pp ^ pp ùñ qqq ùñ q es una
tautología, en efecto, veamos la siguiente tabla de verdad que muestra dicha tautología.
1.7. Razonamientos válidos y falacias 9

p q p ùñ q p ^ pp ùñ qq pp ^ pp ùñ qqq ùñ q
V V V V V
V F F F V
F V V F V
F F V F V

Ejemplos de razonamientos mudus ponens son:

a) Los perros tienen pelo; pero si los perros tienen pelo, entonces son mamíferos. Por lo
tanto, los perros son mamíferos.

b) Tito es de Piriápolis y si Tito es de Piriápolis, entonces es uruguayo. Por lo tanto Tito


es uruguayo.

Otro tipo de razonamiento válido es el llamado modus tollens, que consiste en que
si tenemos dos proposiciones p y q, donde q es falsa, pero p ùñ q es verdadera, entonces
podemos concluir que la proposición p es falsa. Dicho razonamiento se basa en el hecho de
que pp qq ^ pp ùñ qqq ùñ p es una tautología. En efecto, veamos la tabla siguiente que
muestra dicha tautología.

p q q p ùñ q p qq ^ pp ùñ qq p pp qq ^ pp ùñ qqq ùñ p
V V F V F F V
V F V F F F V
F V F V F V V
F F V V V V V

Ejemplos de razonamientos mudus tollens son:

a) Si las garzas tienen pelo, entonces son mamíferos; pero las garzas no son mamíferos.
Por lo tanto, las garzas no tienen pelo.

b) Fidel no es uruguayo, pero si Fidel fuera de Piriápolis, entonces sería uruguayo. Como
Fidel no es uruguayo, podemos concluir que no es de Piriápolis.

Otro tipo de razonamientos son los del tipo reductio ad absurdum o reducción a
lo absurdo que consiste en concluir una proposición al demostrar que la negación de ella
conduce a una contradicción.
Tenemos también que p ùñ q equivale a q ùñ p, de manera que el demostrar que
p ùñ q puede hacerse demostrando que q ùñ p. Este métodos de hacer demostraciones
se llama método indirecto.
Los razonamientos no válidos de hacer conclusiones se llaman falacias. Ejemplos de fa-
lacias son:

a) Deducir la veracidad de p a partir de la veracidad de q y de la veracidad de p ùñ q.


Por ejemplo: «Si un animal es lobo, entonces es un canino, pero como los zorros son
caninos, entonces los zorros son lobos.»
10 1.7. Razonamientos válidos y falacias

b) Deducir la falsedad de q a partir de la falsedad de p y de la veracidad de p ùñ q. Por


ejemplo: «Si Manuel fuera de Piriápolis, entonces sería uruguayo, pero sabemos que
Manuel no es de Piriápolis, por lo que no es uruguayo.» Con la información que se
tiene, a saber que los de Piriápolis son uruguayos y que Manuel no es de Piriápolis, no
se puede concluir que Manuel no sea uruguayo, aunque tampoco se puede concluir que
lo sea.

c) Otro tipo de falacias son los argumentos ad hominem, el cual intenta negar una
proposición p basándose en desacreditar a la persona o personas que afirman p, o bien
en el desprestigio que pudiera tener dicha persona, por ejemplo: «Has nacido todo
entero en pecado, de manera que tus enseñanzas no son buenas.»

Ejercicios.

1. Supongamos que p, q y r son proposiciones. Verificar que las siguientes parejas de


proposiciones son equivalentes independientemente de los valores de verdad de p, q y
r.
aq p pq, p. bq p^pq_rq, pp^qq_pp^rq.
cq p _ pq ^ rq, pp _ qq ^ pp _ rq. dq p _ q, q _ p.
eq p ^ q, q ^ p. fq p ðñ q, q ðñ p.
gq pp _ qq, p pq ^ q. hq pp ^ qq, p pq _ q.
iq p ùñ q, p qq ùñ p. jq pp _ qq _ r, p _ pq _ rq.
kq pp ^ qq ^ r, p ^ pq ^ rq. lq p _ q, p pq ùñ q.
mq q ùñ p, p qq _ p. nq pp ùñ qq, q ^ p.

2. Si p, q y r representan respectivamente las proposiciones «el caballo es un mamífero»,


«todos los reptiles pueden volar» y «2 + 5 = 7» expresar las siguientes proposiciones
con palabras y sin usar los símbolos p, q, r, , ^, _, ùñ ni ðñ. Además, dar su valor
de verdad.
aq p ùñ q. bq q ùñ r. cq p ^ q.
dq p _ q. eq p _ q. fq p pq ^ r.

3. Supongamos que p, q y r son proposiciones. Verificar que las siguientes parejas de


proposiciones no son equivalentes para valores de verdad adecuados de p, q y r.

aq p ^ pq _ rq, pp ^ qq _ r. bq pp _ qq, p pq _ p qq.


cq p ùñ q, q ùñ p. dq pp ùñ qq _ pq ùñ rq, p ùñ q.
eq pp ùñ qq _ pq ùñ rq, p ùñ r. fq p ùñ q, p pq ùñ q.

4. Cuando una persona dice «si tú eres músico, yo soy Supermán» ¿qué está tratando de
decir? ¿Por qué? (usar modus tollens).

5. A continuación en cada inciso se darán dos proposiciones, las cuales, aunque parezca
absurdo en algunos casos, supondremos que son verdaderas. Posteriormente se dará una
serie de proposiciones. El lector deberá marcar con una V las que se puedan concluir
1.7. Razonamientos válidos y falacias 11

que son verdaderas a partir de las dos proposiciones dadas al inicio y con una F las que
se puedan concluir que son falsas (las que no se pueda concluir su valor de verdad con
las dos proposiciones dadas se dejarán sin marcar).

a) Los miembros de la tribu Tarahumara tienen el pelo lacio. En África hay personas
con el pelo rizado.
I) Los miembros de la tribu Tarahumara no son africanos.
II) Algunos habitantes de África no pertenecen a la tribu Tarahumara.
III) Solamente algunos africanos pertenecen a la tribu Tarahumara.
IV) Algunos africanos tienen el pelo lacio y otros no.
V) Ningún africano con pelo rizado pertenece a la tribu Tarahumara.
b) Perro que ladra no muerde. Los perros negros muerden.
I) Un perro me mordió sin ladrar.
II) Los perros que no ladran son negros.
III) Los perros negros no ladran.
IV) Los perros blancos ladran.
V) Los perros pintos ladran y muerden.
c) Con la lluvia se riegan las plantas. Es necesario regar las plantas para que sobre-
vivan.
I) Si no llueve, las plantas no sobreviven.
II) Si llueve, las plantas sobreviven.
III) Es necesario que llueva para que se rieguen las plantas.
IV) Cuando llueve feo, las plantas no sobreviven.
V) Perro que ladra no muerde.
d) El que nace para maceta no sale del corredor. Juan salió del corredor.
I) Juan no nació para maceta.
II) A Juan no le gustan las macetas.
III) Juan entra y sale del corredor sin macetas.
IV) Los que no salen del corredor nacieron para maceta.
V) Si alguien no nació para maceta, ese es precisamente Juan.
e) Al que madruga Dios lo ayuda. Al que no se ayuda Dios no lo ayuda.
I) El que no madruga no se ayuda.
II) El que madruga se ayuda.
III) El que no se ayuda no madruga.
IV) Perro que ladra, muerde y madruga, con seguridad se ayuda.
V) Perro que no se ayuda, ni ladra ni muerde ni madruga.
f) Todos los saltillenses son coahuilenses. Los venezolanos no son coahuilenses.
I) Los venezolanos no son coahuilenses ni saltillenses.
12 1.7. Razonamientos válidos y falacias

II) Los argentinos no son venezolanos ni coahuilenses.


III) Algunos coahuilenses son venezolanos.
IV) Ningún coahuilense es venezolano.
V) Los saltillenses no son venezolanos.
g) Mi abuelita no tiene ruedas. Mi abuelita no es bicicleta.
I) Si mi abuelita tuviera ruedas, sería bicicleta.
II) Si mi abuelita no tuviera ruedas, no sería bicicleta.
III) Si mi abuelita tuviera ruedas, no sería bicicleta.
IV) Si mi abuelita no tuviera ruedas, sería bicicleta.
V) Mi abuelita tiene ruedas y aún así no es bicicleta.
h) Si Luis no arregla su cuarto, no tendrá permiso de ir a la fiesta. Luis arregló su
cuarto.
I) Luis tendrá permiso de ir a la fiesta debido a que arregló su cuarto.
II) Si Luis va a la fiesta con permiso, entonces arregló su cuarto.
III) Luis no tiene permiso de ir a la fiesta aunque haya arreglado su cuarto.
IV) Como Luis arregló su cuarto, entonces irá a la fiesta aunque no tenga permiso.
V) Luis no irá a la fiesta aunque tenga permiso.
i) Los santos no se bañan con agua caliente. Los santos ayunan.
I) Los santos no se bañan.
II) Los santos ayunan y se bañan con agua fría.
III) Los que no ayunan ni se bañan no son santos.
IV) Los que ayunan y se bañan con agua fría son santos.
V) Los glotones son santos.
j) Mikal no tuvo hijos hasta el día de su muerte. Mikal es hija de Saúl.
I) Las hijas de Saúl no tienen hijos.
II) Mikal tuvo hijos después de muerta.
III) Algunas hijas de Saúl no tienen hijos.
IV) Alguna hija de Saúl murió sin tener hijos.
V) Todos los hijos de Mikal nacieron después de que ella ya había muerto.
Capítulo 2

CONJUNTOS Y FUNCIONES

2.1. Introducción
Los conceptos matemáticos están definidos en términos de los conceptos de conjuntos y
funciones, así como su relación entre ellos. Consideraremos a los conjuntos y funciones como
conceptos básicos no definidos.
En las matemáticas hay conceptos básicos que no es posible definir ya que para hacerlo
sería necesario tener otros conceptos que a su vez para estar definidos se necesitarían otros,
y así sucesivamente, de tal suerte que para definirlos necesitaríamos hacerlo en base en ellos
mismos, lo cual sería un círculo vicioso, o bien tener una infinidad de términos, lo cual sería
imposible de definir. Así, hay conceptos básicos que no están definidos, se supone que se
entiende su significado por sentido común, aunque tienen propiedades básicas que pueden
clarificar su significado. De los términos no definidos y sus propiedades básicas se definen
nuevos conceptos y se demuestran otras propiedades usando el razonamiento lógico.
En el capítulo anterior, los conceptos de proposición, verdadero y falso no fueron de-
finidos; sin embargo se establecieron propiedades básicas y en base en ellas se definieron
conceptos y símbolos tales como conjunción, implicación, ðñ, , etc. y así se dedujeron
algunas propiedades (no básicas) y se le pidió al lector que dedujera otras.
En este libro a las propiedades básicas que no se demuestran y se supondrá que son verda-
deras las llamaremos axiomas, aunque en algunas ocaciones, principalmente en la geometría,
se les llama postulados. Las propiedades que se concluyen directa o indirectamente de las
definiciones o de los axiomas se llaman teoremas. A algunos teorema se les suele llamar
lemas y a otros corolarios. Generalmente un lema es un teorema cuyo objetivo principal es
el de demostrar un teorema más importante y un corolario es un teorema que se deduce di-
rectamente o casi directamente de otro, aunque técnicamente hablando los términos teorema,
lema y corolario son lo mismo.
Una condición necesaria y suficiente para que un objeto forme parte de un concepto
definido es que debe satisfacer todas las propiedades de la definición. Por ejemplo para definir
el concepto de ave veamos de las siguientes proposiciones cuál es la definición correcta.

a) Un ave es un animal que vuela.

b) Un ave es un vertebrado de sangre caliente y que es ovíparo.

13
14 2.1. Introducción

c) Un ave es un vertebrado de sangre caliente, ovíparo que tiene plumas y que tiene pico.

d) Un ave es un vertebrado de sangre caliente, ovíparo, que tiene plumas, alas, pico, dos
patas y además vuela.

e) Un ave es un vertebrado de sangre caliente que tiene alas y vuela.

f) Un ave es un animal que tiene plumas.

La proposición a) no corresponde a una correcta definición para ave pues por ejemplo
las moscas vuelan y no son aves. La proposición b) tampoco lo es, pues por ejemplo el
ornitorrinco es un vertebrado de sangre caliente y ovíparo pero no es ave. La proposición c)
parece ser una buena definición para ave pues las aves son vertebradas, de sangre caliente,
ovíparos, tienen plumas y pico, además cualquier animal con estas características es un ave.
La proposición d) tiene el defecto de que hay aves que no vuelan, por ejemplo los avestruces.
La proposición e) no es una buena definición para ave puesto que los murciélagos satisfacen
esas características y no son aves. La proposición f) también sería una buena definición de
ave puesto que todas las aves son animales con plumas y todos los animales con plumas son
aves.
«Si alguien dijera que el conocimiento se basa
«Εί δέ τις λέγοι τὴν ἐπιστήμην ἀποδεικ-
en la demostración mediante la razón, que se-
τικὴν εἶναι μετὰ λόγου, ἀκουσάτω ὅτι καὶ
pa que sus principios son indemostrables» (San
αἱ ἀρχαὶ ἀναπόδεικτοι· οὔτε γὰρ τέχνῃ οὔτε
Clemente de Alejandría, fragmento de Stroma-
μὴν φρονήσει γνωσταί.»
ta 2.4.13).
2.2. Conjuntos 15

2.2. Conjuntos
En este capítulo uno de los términos no definidos es el de objeto. En matemáticas un
objeto será cualquier cosa de la cual podamos hablar o decir algo. Otro término muy im-
portante no definido es el de conjunto. Para darnos una idea de su significado podemos
considerar «sinónimos» de conjunto como colección, familia, clase, agrupación de objetos,
etc. El concepto de pertenecer es también un término no definido. Cuando decimos que un
objeto a pertenece a un conjunto A queremos decir que a es un miembro de los objetos que
forman al conjunto A. Usaremos el símbolo P para formar expresiones como a P A la cual se
lee «a pertenece a A». Otro concepto que no se definirá será el de existencia. Comencemos
por establecer los primeros axiomas.
2.2.1. Axioma de existencia de conjuntos. Existe al menos un conjunto.
2.2.2. Axioma. Si a es un objeto y A un conjunto, entonces a P A es una proposición.
2.2.3. Definición. Si A es un conjunto y a P A, es decir si a pertenece al conjunto A;
decimos también que a es elemento de A, que a es miembro de A o que a está en A. A
la negación de a P A se le representa como a R A y se lee «a no pertenece a A».
En matemáticas la igualdad es otro término no definido. La idea de que dos objetos sean
iguales es que son exactamente lo mismo aunque pueden estar representados por diferentes
símbolos. A la proposición que afirma que dos objetos a y b son iguales se le representa así
a “ b y se lee «a es igual a b». A la negación de a “ b se le representa como a ‰ b y se lee a
es diferente de b».
2.2.4. Axioma de equivalencia para la igualdad. Si a, b y c son objetos, entonces se
satisfacen las siguientes propiedades:

I) a “ a (propiedad reflexiva de la igualdad).

II) a “ b ùñ b “ a (propiedad simétrica de la igualdad).

III) (a “ b y b “ c) ùñ a “ c (propiedad transitiva de la igualdad).


16 2.3. Funciones

2.3. Funciones
El concepto de función de A en B, donde A y B son conjuntos, será otro término no
definido. Una función de A en B se puede ver como una regla que hace corresponder a cada
elemento de un conjunto A un único elemento de un conjunto B. Si a P A, entonces denota-
remos por f paq al único elemento en B tal que la función f le asigna o le hace corresponder
a a. Si f es una función, la expresión f paq se lee «f de a». Al objeto f paq se le llama también
la imagen de a bajo f ó el valor de f en a. Como sinónimos del término función tenemos
también el de aplicación y el de transformación.
Si f es una función, a la proposición que afirma que a cada elemento del conjunto A, la
función f le asigna un único elemento en el conjunto B se le denota así

f : A ÝÑ B.

f
A j
u
B
u
XXX
XXX  : u
u  
X
u
X XXX  XX
XXX
X XXX
u
 XX
 Xz u
u X
 XXX
XXX
u Xz u
X
-
u

El diagrama anterior representa la forma en que la función f asigna a cada elemento del
conjunto A un solo elemento del conjunto B. Podemos observar que de cada elemento del
conjunto A sale solamente una flecha, mientras que a los elementos del conjunto B pueden
llegar una, varias o ninguna flecha.
2.3.1. Ejemplo. Si A es el conjunto de habitantes de Guadalajara, R el conjunto de números
reales y f : A ÝÑ R es la función que a cada habitante de Guadalajara le asigna su edad
en años, entonces si a es un habitante de Guadalajara, f paq es la edad en años de a. Todo
habitante de Guadalajara tiene una edad y esa edad es única, es decir ningún habitante de
Guadalajara tiene más de una edad.
2.3. Funciones 17

2.3.2. Ejemplo. Si R es el conjunto de números 20

reales y g : R ÝÑ R es tal que a cada número real le 18


asigna su cuadrado, entonces si x P R, tenemos que 16
gpxq “ x2 , por ejemplo gp1q “ 1, gp2q “ 4, gp´ 34 q “ 14
9
16
. Observemos que tiene sentido que g sea función 12
puesto que cada número real tiene exactamente un
10
cuadrado.
8
6
4 gHxL=x2
2

-4 -2 2 4 6 8

2.3.3. Ejemplo. Tomemos un conjunto P H cuyos elementos son los pacientes de un cierto
hospital. Cada paciente x tiene asignado un factor sanguíneo Rhpxq en el conjunto t`, ´u.
Así la función Rh es la que a cada paciente x del hospital le asigna su factor sanguíneo Rhpxq.
Tenemos así que Rh : P H ÝÑ t`, ´u.
2.3.4. Notaciones. Si A y B son dos conjuntos y f es una función, entonces la proposición

f : A ÝÑ B
aÞÑb

significa que f : A ÝÑ B y además que f paq “ b, es decir significa que la función f asigna a
cada elemento de A un único elemento en B y además a a le asigna b. La función g dada en
el ejemplo 2.3.2 podría escribirse
g : R ÝÑ2 R.
xÞÑx

Al hecho de que f paq “ b también se le denota por f : a ÞÑ b. La expresión x ÞÑ f pxq


representa a una función tal que a cada valor de x le asigna f pxq, pero si se quiere ser
específico se puede escribir px P Aq ÞÑ f pxq, lo cual representará a la función que a cada
elemento x del conjunto A le asigna f pxq, en esta última notación se está especificando que
A es el dominio de la función. Con esta última notación, la función g dada en el ejemplo 2.3.2
puede representarse como px P Rq ÞÑ x2 .
2.3.5. Definición. Si f : A ÝÑ B, decimos que A es el dominio de la función f . Al dominio
de f se le denota por Dompf q.
En el primero de los ejemplos anteriores el dominio de f es el conjunto de habitantes de
Guadalajara y en el segundo ejemplo el dominio de g es R.
La expresión que dice que una proposición p se vale o es verdadera para algún objeto x
significa que existe un objeto x tal que p es verdadera. El término de «algún» es también un
concepto no definido que se utiliza en el siguiente axioma y en otros.
2.3.6. Axioma. Si Ψ es un objeto, entonces Ψ pertenece a algún conjunto.
18 2.3. Funciones

Debido a que los conjuntos y las funciones son objetos, el axioma anterior nos permite
hablar de conjuntos de funciones y de conjuntos.
2.3.7. Axioma de sustitución de iguales. Si f : A ÝÑ B, s P A y s “ t, entonces t P A
y f ptq “ f psq.
2.3.8. Axioma de igualdad de funciones. Las funciones f y g son iguales (f “ g) si y
sólo si tienen el mismo dominio A y además si a P A, entonces f paq “ gpaq.
2.4. Predicados 19

2.4. Predicados
Cuando se hable acerca de un objeto y no se especifique en qué conjunto está se sobreen-
tenderá que está en un conjunto U llamado conjunto universo. Por ejemplo cuando se habla
acerca de personas, el conjunto universo al cual pertenecen las personas es el conjunto de
todos los seres humanos. Si las personas en cuestión habitan en una cierta ciudad, entonces
el conjunto universo puede tomarse como el conjunto de habitantes de dicha ciudad. Cuando
se habla de números puede considerarse como universo al conjunto de números reales. Si se
habla de países se puede considerar como universo al conjunto de países del mundo.
2.4.1. Definición. Diremos que un símbolo p es un predicado, si es tal que si x es un objeto,
entonces la expresión denotada por ppxq será una proposición. Cuando p sea un predicado
y tengamos una expresión ppxq, donde se sobreentienda que x está en algún conjunto U ,
al conjunto U lo llamamos universo del discurso o conjunto universo del predicado p.
Cuando x no sea un elemento del universo del discurso de p, supondremos que ppxq es una
proposición falsa. Cabe aclarar que es posible que algunos predicados no tengan conjunto
universo debido a no estar especificado ni sobreentendido cuál es el conjunto universo.
Es decir si p es un predicado cuyo conjunto universo es U y x P U , entonces ppxq es una
proposición. Recordemos que si ppxq es una proposición, entonces tiene un único valor de
verdad, ya sea verdadero o falso. Se puede interpretar como predicado p a una afirmación
que diga algo sobre un objeto desconocido en el universo. Generalmente si no sabemos de qué
objeto x se trata, tampoco sabremos si ppxq es verdadera o falsa. Con la restricción ppxq ‰ x
evitamos construir proposiciones que hablen de sí mismas.
2.4.2. Ejemplo. Sea U el conjunto de mexicanos y ppxq la proposición «x es un médico
mexicano». Tal proposición ppxq tiene un valor de verdad, pero tal valor de verdad depende
de quién sea x. Si x es médico, entonces ppxq es verdadera; si x no es médico, entonces ppxq
es falsa. Gramaticalmente hablando, el predicado sería «es un médico mexicano». Si x fuera
«Juan Sánchez Gutiérrez», entonces ppxq se expresaría diciendo «Juan Sánchez Gutiérrez es
un médico mexicano».
2.4.3. Ejemplo. Sea U “ R (conjunto de números reales) y qpxq la proposición expresada
mediante la fórmula «3x ` 2 “ 0». En el caso en que x “ ´ 23 la proposición es verdadera y
en cualquier otro caso la proposición es falsa.
2.4.4. Ejemplo. Veamos un ejemplo donde se puede ver el por qué es necesario pedir para
un predicado p que ppxq ‰ x. Si ppxq es la afirmación «x es una proposición falsa», entonces
no podemos tener que ppxq “ x ya que si x fuera una proposición verdadera, entonces ppxq
sería falsa, pero como ppxq “ x, concluimos que x es verdadera y falsa a la vez, contradiciendo
el hecho de que toda proposición tiene un único valor de verdad. Ahora bien, si x fuera una
proposición falsa, entonces ppxq sería verdadera, y de nuevo como ppxq “ x, tendríamos que
x es verdadera y falsa a la vez, contradiciendo nuevamente el hecho de que toda proposición
tiene un único valor de verdad.
2.4.5. Definición. Se dice que x es el único objeto que satisface ppxq, si ppxq es verdadera
y ppaq ùñ a “ x, para cualquier objeto a.
2.4.6. Axioma de especificación de conjuntos. Sea p un predicado cuyo conjunto
20 2.4. Predicados

universo es U . Existe un único conjunto A cuyos elementos son todos los objetos x en U tales
que la proposición ppxq es verdadera.
2.4.7. Definición. Al conjunto A dado en el axioma de especificación de conjuntos se le
llama conjunto solución de p y se le denota por
tx : ppxqu
o por
tx P U : ppxqu,
si se quiere hacer énfasis en el conjunto universo U del predicado p. A veces se utiliza la
notación tx|ppxqu en lugar de tx : ppxqu. En general, si A es un conjunto cualquiera y p es
un predicado, la expresión
tx P A : ppxqu
representará al conjunto
tx : x P A y ppxqu.

Cuando tengamos un símbolo no definido x, y p sea un predicado, en la expresión ppxq,


al símbolo x se le llama variable o variable libre y a la expresión ppxq se le llama fór-
mula o proposición abierta. En tal caso llamaremos conjunto solución de la fórmula o
proposición ppxq al conjunto solución del predicado p. El dominio de la variable x será por
definición el universo del discurso de p.
Observemos que cualquier conjunto es el conjunto solución de algún predicado, pues si A
es un conjunto, entonces
A “ tx : x P Au
(donde se está tomando como dominio de la variable x en la proposición x P A a un conjunto
U tal que todo elemento de A sea también un elemento de U ).
2.4.8. Notación. A los conjuntos tx : x “ au, tx : x “ a ó x “ bu, tx : x “ a, x “ b
ó x “ cu, etc. se les denotará respectivamente como tau, ta, bu, ta, b, cu, etc. Se dice que
esta última notación describe al conjunto por listado de sus elementos. Es decir se ponen
entre llaves todos los elementos del conjunto separados por comas. Esto es posible hacerlo
solamente cuando los conjuntos tienen un número finito de elementos.
En algunas proposiciones aparecen dos variables y el valor de verdad de tales proposiciones
depende del valor que tomen cada una de las variables. Por ejemplo, en la proposición «x ă y»
su valor de verdad no solamente depende del valor de x, sino también del de y; el valor de
verdad de la proposición «los zapatos del modelo x son para practicar el deporte y» depende
tanto del modelo como del deporte. Estableceremos así el concepto de predicado de dos
variables.
2.4.9. Definición. Diremos que un símbolo q es un predicado de dos variables, si es tal
que cuando x e y sean objetos, la expresión denotada por qpx, yq será una proposición.
2.4.10. Definición. Sean A y B dos conjuntos. Decimos que A está incluido en B si para
cualquier objeto x se tiene que x P A ùñ x P B. Al hecho de que A esté incluido en B se le
denota por
AĂB
2.4. Predicados 21

o por
BĄA
aunque la segunda notación se acostumbra leer como «B incluye a A» o «B contiene a
A». La notación A Ă B significa que todos los elementos de A son también elementos de B.
Cuando A Ă B también se dice que A es subconjunto de B o que A está contenido en B.
Para evitar confusiones trataremos de evitar usar el término «contenido en» debido a que a
veces se toma como sinónimo de «pertenece a» y no de «incluido en».

U
B
A

AĂB

2.4.11. Ejemplo. Si A es el conjunto de patos y B el conjunto de aves, entonces A Ă B


debido a que todos los patos son aves. Es decir, si x es pato, entonces x es ave.
2.4.12. Ejemplo. tx : 3x ` 2 “ 0u Ă tx : x2 “ 94 u. Observemos que tx : 3x ` 2 “ 0u “ t´ 23 u
mientras que tx : x2 “ 94 u “ t´ 23 , 23 u.
2.4.13. Notación. A la negación de A Ă B se le denotará A Ă
{ B. Así mismo, cuando tenga-
mos que A Ă B pero A ‰ B, diremos que A está incluido propiamente en B. Cualquiera
de las expresiones A Ł B ó B Ń A denotarán el hecho de que A está incluido propiamente
en B.
2.4.14. Axioma de igualdad de conjuntos. Dos conjuntos A y B son iguales si y sólo si
A Ă B y B Ă A. Es decir,

A “ B ðñ pA Ă B y B Ă Aq.

2.4.15. Axioma de existencia del conjunto potencia. Si A es un conjunto, entonces


existe un conjunto cuyos elementos son todos los subconjuntos de A. Dicho de otra manera;
si A es un conjunto, entonces existe un conjunto B tal que x P B si y sólo si x Ă A.
2.4.16. Definición. Sea A un conjunto. Al conjunto cuyos elementos son todos los subcon-
juntos de A se le llama el conjunto potencia de A y se le denota por ppAq ó por 2A . La
notación 2A se deberá usar solamente cuando el contexto no permita confusión.
2.4.17. Ejemplo. Si A “ ta, b, cu, entonces ppAq “ ttu, tau, tbu, tcu, ta, bu, ta, cu, tb, cu,
ta, b, cuu.
22 2.4. Predicados

El siguiente axioma expresa que dados dos conjuntos cualesquiera siempre hay un conjunto
«más grande» que los dos, es decir un conjunto del cual los conjuntos dados son subconjuntos.
2.4.18. Axioma. Si A y B son conjuntos, entonces existe un conjunto U tal que A Ă U y
B Ă U.
2.4.19. Definición. Sean A y B dos conjuntos. Definimos la unión de A y B como el
conjunto
tx P U : x P A ó x P Bu,
donde U es un conjunto tal que A Ă U y B Ă U . La definición anterior tiene sentido debido
al axioma 2.4.18.
Se puede demostrar que la definición anterior no depende de cuál sea el conjunto U
siempre que cumpla con las propiedades. A la unión de A y B se le denota por

AYB

y es el conjunto de todos los objetos que pertenecen a A ó a B.


2.4.20. Definición. Sean A y B dos conjuntos. Definimos la intersección de A y B como
el conjunto
tx P A Y B : x P A y x P Bu
el cual se denota por
AXB
y es el conjunto de todos los objetos que son elementos tanto de A como de B.
Definamos ahora la resta de dos conjuntos.
2.4.21. Definiciones y notaciones. Sean A y B dos conjunto. Definimos la resta de A
con B, denotada AzB, como
AzB :“ tx P A : x R Bu.
El anterior es el conjunto de todos los elementos de A que no están en B.
Así mismo, definimos la diferencia simétrica de A y B como el conjunto

A4B :“ pAzBq Y pBzAq.

El anterior es el conjunto de todos los elementos de A Y B que no están en A X B.


2.4.22. Axioma. Supongamos que p y q son predicados. Si ppxq es verdadera para algún x
y además ppxq ùñ qpxq, entonces qpxq es verdadera para algún x.
2.4.23. Definición. Decimos que un conjunto A no tiene elementos si dado cualquier
objeto a, se tiene que a R A.
A continuación enunciaremos nuestro primer teorema el cual afirma la existencia de con-
juntos sin elementos.
2.4.24. Teorema. Existe un conjunto que no tiene elementos.
Demostración. Haremos la demostración detallada y en varios pasos. Pondremos entre
paréntesis la justificación de cada paso.
2.4. Predicados 23

a) Sea B un conjunto. (Axioma de existencia de conjuntos 2.4.15).

b) Sea a un objeto. (Como los conjuntos son objetos, entonces por a) y por el axioma
2.4.22, podemos hablar de la existencia de objetos).

c) a R BzB. (Si a P BzB, entonces a P B y a R B; pero alguna de las proposiciones a P B


ó a R B es falsa puesto que una es la negación de la otra, por lo tanto se concluye
a R BzB por reducción a lo absurdo).

d) BzB no tiene elementos. (Paso c) y significado o definición de no tener elementos). ‚

2.4.25. Teorema. Existe solamente un conjunto que no tiene elementos.


Demostración. Por el teorema 2.4.24 existe al menos un conjunto que no tiene elementos.
Sean A y B conjuntos que no tienen elementos. Como A y B no tienen elementos, entonces
las proposiciones x P A y x P B son falsas, por lo cual x P A ùñ x P B y además
x P B ùñ x P A, es decir A Ă B y B Ă A, y de acuerdo al axioma de igualdad de conjuntos
2.4.14 concluimos que A “ B. ‚
2.4.26. Definiciones. Al único conjunto que no tiene elementos se le llama conjunto vacío.
Al conjunto vacío se le denota por ∅ ó por tu. Se dice que los conjuntos A y B son disjuntos
o ajenos si su intersección es el conjunto vacío, es decir si no tienen elementos en común.
Cuando la intersección de A y B no es el conjunto vacío, decimos que estos conjuntos se
intersecan.
Podríamos preguntarnos sobre la existencia
de un «superconjunto» S, es decir un conjun- Bernard Russell

to S al cual pertenezcan todos los objetos, en 1872-1970

particular todos los conjuntos. Tal pregunta se


puede responder por medio del planteamiento si-
guiente conocido como paradoja de Russell,
en honor del matemático británico Bernard Rus-
sell quien lo planteo por primera vez en 1901:
«Suponiendo la existencia de tal conjunto S. Sea
A “ tx P S : x R xu y preguntémonos ¿A P A?
Si la respuesta es sí, entonces A R A, lo cual es
una contradicción (estamos suponiendo que S es
un superconjunto, por lo que A debe pertenecer
a S). Si la respuesta es no, entonces A R A, por lo
que A es elemento de A, es decir A P A, tenien-
do de nuevo una contradicción». La paradoja de
Russell es similar a la del barbero que dice: «En
un pueblo hay un barbero (hombre) que afeita
solamente a todos los hombres del pueblo que no se afeitan ellos mismos. ¿Quién afeita al
barbero?»
El razonamiento anterior nos lleva a que no es posible la existencia de un conjunto S al
cual pertenezcan absolutamente todos los conjuntos y menos al cual pertenezcan todos los
24 2.4. Predicados

objetos pues el suponer la existencia de tal conjunto nos lleva a contradicciones. El axioma
siguiente evita la existencia de un conjunto S en el cual S P S.
2.4.27. Axioma. Si A es un conjunto y B Ă A, entonces A R B. En particular A R A.
El axioma 2.4.27 afirma que ningún conjunto es elemento de sí mismo. Por ejemplo, si A
es el conjunto de caballos en la Tierra, entonces cualquier elemento de A es un caballo, pero
el conjunto de todos los caballos no es un caballo, por lo que A R A. Tomemos otro ejemplo.
Si N es el conjunto de los números naturales, entonces N R N pues N no es un número natural,
N no es el 1, ni el 2, ni el 3, ni ningún otro número natural. La naturaleza del axioma 2.4.27
no es de lo que está permitido hacer con los conjuntos, sino de lo que no está permitido hacer
con los conjuntos.
2.4.28. Teorema. Si A es un conjunto, existe un conjunto B tal que A está incluido pro-
piamente en B.
Demostración. Supongamos que A es un conjunto y definamos al conjunto B como B “
A Y tAu. Tenemos que A P B y A Ă B, pero por el axioma 2.4.27 tenemos que A R A, de
manera que A ‰ B, por lo tanto A está incluido propiamente en B. ‚

Ejercicios.

1. De las siguientes proposiciones decir cuales son falsas y cuales son verdaderas (justificar
las respuestas).
a) 5 P t5, 6u. b) 5 “ t5u.
c) t5u Ă t5, 6u. d) t5u P t5, 6u.
e) t5u P t5, 6, t5, 6uu. f) t5u P t5, 6, t5uu.
g) t5u Ă t5, 6, t5uu. h) t5u Ă t5, 6, t5, 6uu.
i) t5, 6u P t5, 6, t5uu. j) t5, 6u P t5, 6, t5, 6uu.
k) ∅ Ă ∅. l) t5, 6u “ t6, 5, 6, 6u.
m) tu “ ttuu. n) ∅ P t5, 6u.
ñ) ∅ Ă t5, 6u. o) t4, 5, 6u X t5, 6, 7, 8u “ t5, 6, 6, 5, 5u.
p) t4, 5, 6u Y t5, 6, 7, 8u “ t5, 6, 7, 8u. q) ∅ P ∅.
2. Expresar los siguientes conjuntos por listado de sus elementos.

a) t4, 5, 6, 7u X t5, 6, t5, 6uu.


b) t4, 5, 6, 7u Y t5, 6, t5, 6uu.
c) t4, 5, 6, 7u X tt5, 6uu.
d) tx : x es un número entero tal que 2x “ 8 ó x2 “ 49u.
e) tx : x es un número entero tal que 2x “ 8 ó x2 “ 15u.
f) tx : x es un número real tal que 2x “ 8 ó 5x “ 18u.
g) tx : x es un número entero tal que 2x “ 8 ó 5x “ 18u.
2.4. Predicados 25

h) tx : x es un número real tal que 2x “ 8 y 5x “ 18u.


i) {Pedro, Rodrigo, Ramón, Silvia, Poncio, Rosa, Pamela}XA, donde A es el conjunto
de todos los nombres de persona que comienzan con la letra «P».
26 2.5. Los cuantificadores universal y existencial

2.5. Los cuantificadores universal y existencial


«Y notando que esta verdad: “yo pienso, por lo
«Et remarquant que cette vérité: je pen-
tanto soy” era tan firme y cierta, que no podían
se, donc je suis, était si ferme et si assurée,
quebrantarla ni las más extravagantes suposi-
que toutes les plus extravagantes supposi-
ciones de los escépticos, juzgué que podía ad-
tions des sceptiques n’étaient pas capables
mitirla, sin escrúpulo alguno, como el primer
de l’ébranler, je jugeai que je pouvais la re-
principio de la filosofía que estaba buscando»
cevoir sans scrupule pour le premier prin-
(Renato Cartesio, fragmento de Discurso del
cipe de la philosophie que je cherchais.»
Método, 1637).

2.5.1. Notación. Sea p un predicado, la expresión


@x, ppxq
es la proposición que dice que para cualquier x la proposición ppxq es verdadera y se lee «para
todo x, ppxq».
Como ejemplo de un predicado p que haga que la proposición @x, ppxq sea siempre ver-
dadera tenemos al predicado p en el cual ppxq significa x “ x. En este caso la expresión
«@x, x “ x» es una proposición verdadera.

Si se quiere ser más específico en cuanto al dominio de la variable x se escribe


@x P A, ppxq
lo cual significa
@x, x P A ùñ ppxq.
Interpretamos el significado de @x P A, ppxq como la proposición que indica que para cualquier
x perteneciente a A la proposición ppxq es verdadera y se lee «para todo x en A, ppxq».
Ahora, la expresión
Dx, ppxq
es la proposición que dice que existe al menos un x tal que ppxq es verdadera y se lee «existe
un x tal que ppxq». En este caso la expresión existe un x se refiere a que existe un x en algún
conjunto dado. Si se quiere ser más específico se escribe
Dx P A, ppxq
lo cual significa
Dx, x P A y ppxq
y es la proposición que indica que existe al menos un x perteneciente al conjunto A tal que
ppxq es verdadera y se lee «existe un x en A tal que ppxq».
2.5.2. Definición. Al símbolo @ se le llama cuantificador universal y al símbolo D se le
llama cuantificador existencial.
2.5.3. Axioma. Si para todo x, las proposiciones ppxq y qpxq son proposiciones equivalentes;
entonces
Dx, ppxq ðñ Dx, qpxq
2.5. Los cuantificadores universal y existencial 27

y
@x, ppxq ðñ @x, qpxq.

2.5.4. Axioma (leyes de de Morgan). Si p es un predicado, entonces

p @x, ppxqq ðñ Dx, ppxq

y
p Dx, ppxqq ðñ @x, ppxq.

El axioma anterior expresa que el hecho de negar que una proposición ppxq sea válida
para todo x es equivalente a decir que hay al menos un x para el cual la proposición ppxq no
se cumple. También expresa que el hecho de que no exista un x para el cual la proposición
ppxq sea verdadera, equivale a decir que todo x hace la proposición ppxq falsa o que ningún x
hace que se cumpla ppxq (decir que ppxq no se cumple significa lo mismo que decir que ppxq
es verdadera).
Siempre que tengamos una fórmula de la forma ppxq (donde p es un predicado y x una
variable) querremos decir @x, ppxq.
Los axiomas anteriores se pueden utilizar cuando tengamos cuantificadores múltiples, por
ejemplo una proposición de la forma @x, Dy, ppxq ùñ qpyq es equivalente a Dx, @y, (ppxq
y qpyq), pues negar que ppxq implica qpyq equivale a afirmar que se cumple ppxq y no se
cumple qpyq.
2.5.5. Ejemplo. Negar que para todo número real positivo x existe un número natural N
tal que N ą x equivale a decir que existe algún número real positivo x tal que para todo
número natural N se cumpla que N ĺ x.
Aunque pueda no gustarnos, en español la frase «no existe ningún x» significa «no existe
algún x», «ningún x» o simplemente «no existe x», es decir la expresión «no existe ningún»
no es una doble negación, sino más bien una confirmación de una negación. Algo similar
sucede con expresiones como «no tienes nada» que significa «no tienes algo».
2.5.6. Ejemplo. Una forma de negar la frase «todos los peruanos tienen un hermano que es
médico» es con la frase «algún peruano no tiene un hermano que es médico» o con la frase
«existe algún peruano tal que ninguno de sus hermanos sea médico».
28 2.6. El recorrido de una función

2.6. El recorrido de una función


2.6.1. Definición. Sea f : A ÝÑ B. Definimos el recorrido de f como

ty P B : Dx P A, y “ f pxqu .

Al recorrido de f lo denotaremos por Rpf q.


Observemos que el recorrido de f es un subconjunto del conjunto B.
2.6.2. Ejemplo. El recorrido de la función f : x ÞÑ x2 ` 1 es Rpf q “ ty : y ľ 1u.
2.6.3. Ejemplo. El recorrido de la función

g : t1, 2, 3, 4, 5u ÝÑ t1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9u
nÞÑ2n´1

es Rpgq “ t2 ¨ 1 ´ 1, 2 ¨ 2 ´ 1, 2 ¨ 3 ´ 1, 2 ¨ 4 ´ 1, 2 ¨ 5 ´ 1u “ t1, 3, 5, 7, 9u.


2.6.4. Axioma. Si f es una función, entonces f no pertenece ni al dominio ni al recorrido
de f .
El axioma anterior es de la misma naturaleza del que afirma que un conjunto no pertenece
a sí mismo y del hecho de que una proposición no hable de sí misma.
2.6.5. Axioma. Sea Λ un conjunto tal que para todo elemento λ de Λ existe un único objeto
denotado por aλ (es decir para todo λ P Λ existe un único y tal que y “ aλ ). Existe una
única función τ cuyo dominio es Λ tal que τ : λ ÞÑ aλ .
Para evitar confusiones siempre será sano que un mismo símbolo no represente más de un
objeto aunque muy frecuentemente un mismo objeto se representará con diferentes símbolos.
2.6.6. Notación. Si tenemos que el dominio de una función τ : λ ÞÑ aλ es Λ, entonces la
expresión taλ : λ P Au representará al conjunto tx P Rpτ q : existe un λ P Λ X A tal que
x “ aλ u. Cuando por alguna razón se sobreentienda cual es el conjunto A al cual pertenecen
los λ, entonces podremos escribir simplemente taλ u en lugar de taλ : λ P Au.
2.6.7. Teorema de funciones seccionadas. Sean f : D ÝÑ B y g : C ÝÑ B funciones
tales que si e P D X C, entonces f peq “ gpeq. Existe una única función h : D Y C ÝÑ B tal
que si d P D, entonces hpdq “ f pdq y si c P C, entonces hpcq “ gpcq.
Demostración. Sea Λ “ D Y C, aλ “ f pλq para λ P D y aλ “ gpλq para λ P ΛzD “ CzD.
Por el axioma 2.6.5 existe una única función h : Λ ÝÑ B tal que hpλq “ aλ . Ahora, si d P D,
entonces hpdq “ ad “ f pdq. Si c P C, tenemos que c P CzD ó c P C X D; en el primer caso
hpcq “ ac “ gpcq; en el segundo caso hpcq “ ac “ f pcq “ gpcq. Por lo tanto la función h
satisface las condiciones del teorema. Para ver que h es la única función que satisface las
condiciones del teorema tomemos una función k : D Y C ÝÑ B tal que si d P D, entonces
kpdq “ f pdq y si c P C, entonces kpcq “ gpcq. Si d P D, entonces kpdq “ f pdq “ hpdq y si
c P C, entonces kpcq “ gpcq “ hpcq, por lo que k “ h, es decir h es la única función que
satisface las condiciones del teorema. ‚
2.6.8. Ejemplo. Sean f : tx : x ľ 0u ÝÑ R y g : tx : x ĺ 0u ÝÑ R tales que f pxq “ x
y gpxq “ ´x. La intersección de Dompf q “ tx : x ľ 0u con Dompgq “ tx : x ĺ 0u es {0}
2.6. El recorrido de una función 29

y f p0q “ gp0q, por lo que de acuerdo al axioma anterior existe una función h : R ÝÑ R
tal que si x ľ 0, entonces hpxq “ x y si x ĺ 0, entonces hpxq “ ´x. El lector que tenga
conocimientos básicos de matemáticas podrá darse cuenta que hpxq “ |x|, el valor absoluto
de x.
2.6.9. Notación. Sean f , g y h como las dadas en el teorema de funciones seccionadas, y
además p y q predicados cuyos conjuntos solución son A y B respectivamente. Denotaremos
hpxq como:

& f pxq, si
$
ppxq
hpxq “
gpxq, si qpxq
%

o bien

si
$
& f pxq, xPA
hpxq “
gpxq, si x P B.
%

En la descripción anterior, se acostumbra decir que la función h es una función seccio-


nada.
2.6.10. Ejemplo. La función h del ejemplo 2.6.8 está dada por

si
$
& x, xľ0
hpxq “ |x| “
´x, si x ĺ 0.
%

2.6.11. Definición. Si f : A ÝÑ C y B Ă A, definimos la restricción de f al conjunto B


como la función denotada por f |B y definida por

f |B : B ÝÑ C.
xÞÑf pxq
30 2.7. Uniones e intersecciones arbitrarias

2.7. Uniones e intersecciones arbitrarias


En esta sección se usará frecuentemente el concepto de familia de conjuntos.
2.7.1. Definición. Se acostumbra llamar familia o colección a los conjuntos cuyos elemen-
tos son conjuntos. Decimos que una familia de conjuntos es disjunta o que sus elementos son
conjuntos disjuntos si dos conjuntos diferentes cualesquiera de la familia son disjuntos. Es
decir, los elementos de una familia de conjuntos F son disjuntos si A P F, B P F y A ‰ B
implica que A X B “ ∅.
El siguiente axioma es una generalización del axioma 2.4.18.
2.7.2. Axioma. Sea F una familia de conjuntos. Existe un conjunto U tal que si A P F y
a P A, entonces a P U .
2.7.3. Definición. Sea F una familia de conjuntos y U como en el axioma anterior. Definimos
la unión de todos los conjuntos de F como

ta P U : DA P F, a P Au ;

este conjunto se denota como


ď ď
A o como F.
APF

Es decir, APF A es el conjunto de todos los objetos que pertenecen al menos a un elemento
Ť
de la familia F.
2.7.4. Definición. Sea F una familia de conjuntos. Definimos la intersección de todos los
conjuntos de F como el conjunto

ta : @A P F, a P Au ;

este conjunto se denota como


č č
A o como F.
APF

Veamos otras notaciones para uniones e intersecciones arbitrarias. Supongamos que Λ es un


conjunto, F una familia de conjuntos y ϕ : Λ ÝÑ F, tomaremos las siguientes notaciones:
λÞÑAλ

ď ď
Aλ :“ A
λPΛ APRpϕq

y č č
Aλ :“ A,
λPΛ APRpϕq

donde Rpϕq es el recorrido de ϕ.


En la notación anterior a los elementos λ de Λ se les llama índices y al conjunto Λ se le
llama conjunto de índices. Observemos que
2.7. Uniones e intersecciones arbitrarias 31

ď
Aλ “ tx : Dλ P Λ, x P Aλ u
λPΛ
y č
Aλ “ tx : @λ P Λ, x P Aλ u .
λPΛ

Cuando q es un predicado cuyo conjunto universo es Λ, acordaremos las siguientes nota-


ciones: ď
Aλ :“ tx : Dλ P Λ, x P Aλ y qpxqu
qpλq
y č
Aλ :“ tx : @λ P Λ, x P Aλ y qpxqu .
qpλq

2.7.5. Axioma de elección. Sea F una familia de conjuntos no vacíos. Existe una función
ď
ψ : F ÝÑ A
APF

tal que @A P F, se tiene que ψpAq P A.


La función ψ dada en el axioma de elección asigna a cada conjunto de la clase F un
«representante» a “ ψpAq en A. Por ejemplo, si nuestra familia de conjuntos está formada
por los grupos de alumnos de una escuela, de cada grupo se puede escoger un alumno de tal
manera que cada grupo tenga un único representante. Si algún alumno pertenece a varios
grupos es posible que sea representante de uno, varios o ningún grupo.
Una forma alternativa de interpretar las leyes de de Morgan es a través del siguiente
teorema cuya demostración se sigue precisamente de las leyes de de Morgan, de la notación
establecida en esta sección y de la definición que hemos dado para la unión e intersección de
una familia de conjuntos.
2.7.6. Teorema. Si tAλ : λ P Λu es una colección de conjuntos incluidos en un conjunto U ,
entonces ď č č ď
Uz Aλ “ pU zAλ q y Uz Aλ “ pU zAλ q.
λPΛ λPΛ λPΛ λPΛ

2.7.7. Definición. A los axiomas que se han enunciado hasta este momento, es decir a los
18 axiomas de este capítulo, los llamaremos axiomas básicos.
32 2.8. Notaciones de uso común

2.8. Notaciones de uso común


En esta breve sección daremos algunos símbolos y notaciones que generalmente son usadas
para abreviar la escritura, algunos de ellos son más usados en los apuntes de libreta y en la
escritura de pizarrón, otras en cambio llegan a usarse en textos. El uso de esta terminología
se suele usar según el estilo y criterio de quien escribe.

El símbolo ðù significa «es necesario para», por ejemplo p ðù q se lee «p es necesario


para q», es decir p ðù q significa q ùñ p.

El símbolo 6 representa la frase «por lo tanto».

El símbolo « significa aproximadamente igual, por ejemplo a « b se lee «a es aproxi-


madamente igual a b».

El símbolo # significa la palabra «número».

El símbolo ąą significa muy grande, por ejemplo a ąą b se lee «a es muy grande


comparado con b».

El símbolo % se lee «por ciento» y significa 1


100
.

El símbolo 7 representa la frase «puesto que» o «como». Este símbolo es poco usado.

La abreviación de origen latín i.e. significa «es decir».

La abreviación de origen latín cf. significa «comparar».

El símbolo :“ significa «igual por definición» y se emplea para definir algo mediante
una igualdad, por ejemplo a :“ b significa que se está definiendo a de tal manera que
a “ b.

El símbolo ‚ lo usaremos y de hecho lo hemos usado para indicar el fin de una demos-
tración.

Para indicar que a P A ^ b P A se puede escribir simplemente a, b P A.

Cuando no se especifique, ppaq ùñ qpbq significará @a, @b, ppaq ùñ qpbq.

Los símbolos N, Z, Q, R, P y C representan los conjuntos de los números naturales, ente-


ros, racionales, reales, positivos y complejos respectivamente; los cuales se establecerán
posteriormente; aunque a veces se les representa por N, Z, Q, R, P y C.
Capítulo 3

ELEMENTOS DE MATEMÁTICAS DISCRETAS

3.1. Axiomas de Peano


Al conjunto N que se describirá en esta sección se le llama conjunto de números natu-
rales.
Los axiomas dados en esta sección se conocen como axiomas de Peano y describen al
conjunto N de los números naturales. Los 5 axiomas de Peano se enuncian a continuación.
3.1.1. Axiomas de Peano. Existe un conjunto N que satisface las siguientes proposiciones:

a) Existe un objeto, denotado por 1, tal que 1 P N.

b) Existe una función que a cada número natural n le asigna otro número natural, denotado
n ` 1; es decir la función es tal que n ÞÑ n ` 1.

c) Si n P N, entonces n ` 1 ‰ 1.

d) Si n P N, m P N y n ` 1 “ m ` 1, entonces n “ m.

e) Si M es un subconjunto de N que cumple con las siguientes propiedades:

I) 1 P M ;
II) n P M ùñ n ` 1 P M , para todo n P N;

entonces N “ M .

3.1.2. Definiciones. Al número 1 dado en el axioma 3.1.1 a) se le llama uno.


Al número n ` 1 dado en el axioma 3.1.1 b) se le llama sucesor o siguiente de n.
El axioma 3.1.1 c) establece que 1 no es sucesor de ningún número natural.
Decimos que un número natural n es el antecesor o anterior de n ` 1. Observemos que
el axioma 3.1.1 d) establece que el antecesor de un número natural, si existe, es único, o
equivalentemente, que dos números naturales diferentes tienen diferente sucesor.
Al axioma 3.1.1 e) se le conoce como principio de inducción matemática o como
principio de recurrencia. Tratemos, no de demostrar, pero sí de hacer plausible el principio
de inducción matemática. Supongamos que M es un conjunto que satisface I) y II). Debido

33
34 3.1. Axiomas de Peano

a I) tenemos que 1 P M ; debido a II) y a que 1 P M , tenemos que 2 :“ 1 ` 1 P M ; debido de


nuevo a II) y a que 2 P M , tenemos que 3 :“ 2 ` 1 P M . Siguiendo el mismo razonamiento se
llegará a que 4 :“ 3 ` 1 P M , 5 :“ 4 ` 1 P M , 6 :“ 5 ` 1 P M , etc., etc. Así, si n P N después
de un número finito de pasos (a saber, después de n pasos) habremos concluido que n P M .
Es decir que si n P N, entonces n P M ; lo cual significa que N Ă M , pero como M Ă N,
entonces N “ M .
El principio de inducción matemática nos da un método, llamado método de inducción
matemática, para deducir que algunas proposiciones ppnq se cumplen, para todo n P N. El
método consiste en demostrar que pp1q es verdadera y en demostrar que @n P N, ppnq ùñ
ppn ` 1q. La validez del método se deduce del principio de inducción matemática tomando
M como conjunto solución de p, es decir tomando M “ tn P N : ppnqu y observando que
pp1q equivale a decir 1 P M , ppnq ùñ ppn ` 1q equivale a decir n P M ùñ n ` 1 P M y ppnq
equivale a decir n P M .
El siguiente es un teorema que se demostrará usando el método de inducción matemática.
3.1.3. Teorema. Si n es un número natural, entonces n ` 1 ‰ n.
Demostración. Debido al axioma 3.1.1 c) tenemos que 1 ` 1 ‰ 1, es decir el resultado es
válido para n “ 1. Veamos que si el resultado es verdadero para n, también lo es para n ` 1.
Supongamos que n ` 1 ‰ n, por el axioma 3.1.1 d) tenemos que pn ` 1q ` 1 ‰ n ` 1 (de otro
modo n ` 1 sería igual a n) con lo que por inducción matemática se tiene que n ` 1 ‰ n para
todo n P N. ‚
3.2. Parejas ordenadas 35

3.2. Parejas ordenadas


3.2.1. Definición. La pareja ordenada pa, bq es la función f : t1, 2u ÝÑ ta, bu tal que
f p1q “ a y f p2q “ b. Al objeto a se le llama primera componente y al objeto b se le llama
segunda componente de la pareja ordenada pa, bq.
Observemos que por el axioma de igualdad de funciones, dos parejas ordenadas pa, bq y
pc, dq son iguales si y sólo si a “ c y b “ d. Así mismo, por el mismo axioma, podemos
observar que si a ‰ b, entonces pa, bq ‰ pb, aq; es decir, tiene importancia el orden en que
aparece cada componente de la pareja. Enunciemos esto que acabamos de demostrar en el
siguiente teorema.
3.2.2. Teorema de caracterización de parejas ordenadas.

I) pa, bq “ pc, dq ðñ pa “ c y b “ dq.

II) a ‰ b ùñ pa, bq ‰ pb, aq.

3.2.3. Definición. Sean A y B dos conjuntos. Se define el producto cartesiano de A con


B, denotado A ˆ B, como el conjunto

A ˆ B :“ tpa, bq : a P A y b P Bu.

3.2.4. Ejemplo. t1, 2, 3, 4u ˆ t1, 2u “ tp1, 1q, p1, 2q, p2, 1q, p2, 2q, p3, 1q, p3, 2q, p4, 1q, p4, 2qu.

1 2 3 4

Tomemos ahora otro ejemplo.


3.2.5. Ejemplo. Si R es el conjunto de números reales, entonces R ˆ R es el conjunto de
parejas ordenadas de números reales, las cuales son coordenadas de algún punto en el plano.
3.2.6. Definición. La terna pa, b, cq se define como la función f : t1, 2, 3u ÝÑ ta, b, cu tal
que f p1q “ a, f p2q “ b y f p3q “ c.
Observemos que dos ternas pa, b, cq y px, y, zq son iguales si y sólo si a “ x, b “ y y c “ z.
Ahora, si A, B y C son tres conjuntos, definimos A ˆ B ˆ C como el conjunto de ternas
pa, b, cq tales que a P A, b P B y c P C. En el caso del conjunto R ˆ R ˆ R, podemos observar
36 3.2. Parejas ordenadas

que es el conjunto de ternas de números reales o el conjunto de coordenadas en el espacio de


tres dimensiones.

3.2.7. Definición. Una función f : A ˆ B ÝÑ C es una función que a cada pareja pa, bq P
A ˆ B le asigna un único elemento c P C. A menudo a una función como la anterior se
le llama función de dos variables puesto que el valor de f ppa, bqq depende tanto de la
variable a P A como de la variable b P B, aunque estrictamente hablando f depende de la
pareja pa, bq P A ˆ B. Para simplificar la notación, a la expresión f ppa, bqq se le representará
simplemente por f pa, bq. Veamos algunos ejemplos.

3.2.8. Ejemplo. Sea f : R ˆ N ÝÑ R la función dada por f px, nq “ xn , es decir la función


f le asigna a cada pareja px, nq P R ˆ N el número x multiplicado por sí mismo n veces.

3.2.9. Ejemplo. La fuerza de atracción que


la Tierra ejerce sobre un cuerpo de masa
m que está a una distancia d del centro de
la Tierra está dada por una función F :
P ˆ P ÝÑ P de la forma F pm, dq “ G ¨ m{d2 , 100
donde G es un número llamado constante 80
F 60 4
gravitacional y P es el conjunto de los nú- 40
20 3
meros positivos. La fórmula anterior expre- 0
0
2 d
sa el hecho de que la fuerza de atracción es 1
2
proporcional a la masa e inversamente pro- m 3 1
porcional al cuadrado de la distancia. La si- 4
guiente figura muestra el comportamiento de la función F en base a los valores de m y
d.

3.2.10. Ejemplo. Supongamos que un fabricante produce dos tipos de artículos, A y B;


tiene una cuota mínima de producción de dos artículos del tipo A y tres del tipo B, y tiene
una capacidad máxima de producción de cuatro artículos del tipo A y de cuatro del tipo B.
El costo de producción de cada artículo del tipo A es de $1000 y del tipo B es de $2000.
Supongamos que f pa, bq representa el costo total de producir a artículos del tipo A y b del
tipo B. La función f está determinada por la siguiente correspondencia:

p2, 3q ÞÑ $8000, p3, 3q ÞÑ $9000, p4, 3q ÞÑ $10000,


p2, 4q ÞÑ $10000, p3, 4q ÞÑ $11000, p4, 4q ÞÑ $12000.

El dominio de la función f es Dompf q “ tp2, 3q, p3, 3q, p4, 3q, p2, 4q, p3, 4q, p4, 4qu y el reco-
rrido es Rpf q “ t$8000, $9000, $10000, $11000, $12000u. Observemos que el dominio tiene 6
elementos mientras que el recorrido tiene 5. La función de costo de producción también puede
ser representada mediante una tabla de la siguiente forma.
3.2. Parejas ordenadas 37

a = número de b = número de f pa, bq = costo


artículos del tipo A artículos del tipo B de producción
2 3 $ 08 000
2 4 $ 10 000
3 3 $ 09 000
3 4 $ 11 000
4 3 $ 10 000
4 4 $ 12 000
38 3.2. Parejas ordenadas

3.2.11. Ejemplo. El volumen de un cilindro


de base circular de radio r y de altura h está
descrito por la función V de dos variables de
la siguiente forma V ph, rq “ πr2 h, donde π es 100
75
un número fijo. V
50
2

25 1.5
0
0 1 h
1
2 0.5
r 3
40

3.2.12. Ejemplo. Sea A el conjunto aspirantes para ser contratados como actores en una
película. Sea c el color de piel y h la altura del aspirante. Un aspirante será contratado
solamente si el color de piel y su estatura satisfacen una condición requerida. Tal condición
puede ser expresada mediante una función f : C ˆ H ÝÑ taceptado, rechazadou, donde C es
el conjunto de colores y H el conjunto de alturas posibles de personas. Es decir, la función f
asigna a cada pareja ordenada pc, hq el valor f pc, hq que puede ser «aceptado» o «rechazado».
La función f depende del criterio que se tome para la elección de los actores.
3.3. Relaciones 39

3.3. Relaciones
3.3.1. Definición. Una relación binaria o simplemente relación „ de un conjunto A en
un conjunto B es un predicado cuyo conjunto universo es A ˆ B, es decir el conjunto universo
es
A ˆ B “ tpa, bq : a P A y b P Bu.

3.3.2. Notación. Si „ es una relación de A en B, a P A y b P B; entonces a la proposición


„ pa, bq también se le denotará como
a „ b.

Como ejemplos de relaciones de R en R tenemos “, ą, ă, ľ, ĺ, etc., siempre que el


universo del discurso quede sobreentendido que es RˆR. Si A es cualquier conjunto, entonces
P es una relación de A en ppAq (donde ppAq es el conjunto de todos los subconjuntos de A),
cuando el universo del discurso de P es A ˆ ppAq. El símbolo Ă nos da una relación de ppAq
en ppAq si consideramos al universo del discurso de Ă como ppAq ˆ ppAq.
Decimos que a está relacionada con b mediante la relación „ cuando a „ b es una
proposición verdadera.
3.3.3. Definición. Sea „ una relación de A en B. Al conjunto

Grp„q :“ tpa, bq : a „ bu

se le llama la gráfica de „. Es decir, la gráfica de „ es el conjunto solución de „.


Observemos que la gráfica de „ dada en la definición anterior es un subconjunto de AˆB.
3.3.4. Notación. Cuando A y B sean dos conjuntos y R Ă AˆB, la expresión aRb significará
que pa, bq P R, de esta forma el conjunto R «se convierte» en una relación de A en B cuya
gráfica es el mismo conjunto R. De esta manera, por abuso si se quiere ver así, se emplea
indistintamente el significado de relación y de gráfica de una relación.
3.3.5. Definición. Sea f : A ÝÑ B una función. Al conjunto

Grpf q :“ tpa, bq P A ˆ B : b “ f paqu

se le llama la gráfica de f .
Observemos que dos funciones son iguales si y sólo si tienen la misma gráfica. Es decir,
una función está determinada por su gráfica.
3.3.6. Definición. Si una relación „ es tal que su gráfica es la gráfica de una función f ,
decimos que f está determinada por „ o que „ determina a la función f . También
decimos que la gráfica de f determina a f .
Observemos que toda función está determinada por alguna relación. (¡Verificarlo!)
3.3.7. Teorema. Si „ es una relación de A en B tal que para cualesquiera tres objetos a, b,
c, con a P A y b, c P B se cumple que

pa „ b y a „ cq ùñ b “ c;
40 3.3. Relaciones

entonces „ determina alguna función.

Demostración. Sea A1 “ ta P A : existe un b P B tal que a „ bu y para cada a P A1 sea ba el


único elemento de B tal que a „ ba . Afirmamos que la función f : A1 ÝÑ B tal que f paq “ ba
está determinada por „. En efecto, pa, bq P Grpf q ðñ pa P A1 y b “ f paqq ðñ pa P A1 y
b “ ba q ðñ a „ b ðñ pa, bq P Grp„q. ‚

3.3.8. Teorema. Sean A y B dos conjuntos y G Ă A ˆ B tal que para todo x se cumple
que si px, b1 q y px, b2 q pertenecen a G, entonces b1 “ b2 . El conjunto G es la gráfica de alguna
función.

Demostración. Sea „ la relación tal que a „ b significa pa, bq P G. Como px, b1 q, px, b2 q P
G ùñ b1 “ b2 , entonces px „ b1 y x „ b2 q ùñ b1 “ b2 por lo que, debido al teorema 3.3.7,
la relación „ determina una función y como la gráfica de „ es G, entonces la gráfica de la
función determinada es G. ‚

3.3.9. Definición. A la función cuya gráfica es el conjunto vacío se le llama la función


vacía.

3.3.10. Definición. Sea „ una relación binaria de A en B. Definimos la relación inversa


de „ o la inversa de la relación „ (denotada por „´1 ) como la relación de B en A tal que
b „´1 a significa a „ b.

3.3.11. Ejemplo. Las relaciones ĺ y ľ son inversas. Las relaciones ą y ă son inversas. Las
relaciones Ă y Ą son relaciones inversas. La igualdad “ es una relación cuya inversa es la
misma igualdad “.

3.3.12. Definición. Decimos que f : A ÝÑ B es una función sobre B si B “ Rpf q, es decir


si para todo b P B existe un a P A tal que f paq “ b. Decimos que f : A ÝÑ B es inyectiva
si para cada x1 , x2 P A con x1 ‰ x2 , se tiene que f px1 q ‰ f px2 q. Decimos que f : A ÝÑ B es
una biyección de A en B si es inyectiva y es sobre B. A las biyecciones de A en B también
se les llama correspondencias biunívocas de A en B.

Observemos que si f : A ÝÑ B es una biyección de A en B, entonces existe una única


función f ´1 : B ÝÑ A tal que

3.3.13. f paq “ b ðñ f ´1 pbq “ a.

3.3.14. Definición. Sea f : A ÝÑ B una biyección de A en B. A la función f ´1 : B ÝÑ A


descrita en la fórmula 3.3.13 se le llama la inversa de f .

3.3.15. Definición. Si f : A ÝÑ B y g : C ÝÑ D, definimos la composición de g con f


como la función denotada por g ˝ f que es tal que g ˝ f : E ÝÑ D con E “ tx P A : f pxq P Cu
y está definida por g ˝ f peq “ gpf peqq para todo e P E.
3.3. Relaciones 41

f
j g
A “ Dompf q B j
D
E C “ Dompgq

Notemos que para que tenga sentido la expresión gpf pxqq es necesario que x pertenezca al
dominio de f , el cual es A, y que f pxq pertenezca al dominio de g, el cual es C. Observemos
también que si f es una biyección de A en B, entonces para a P A se tiene que f ´1 ˝ f paq “ a
y para todo b P B se tiene que f ˝ f ´1 pbq “ b.
Cuando „ sea una relación de A en A diremos simplemente que es una relación en A.
3.3.16. Definición. Sea „ una relación en A. Decimos que „ es:
reflexiva cuando a „ a (para todo a en A);
simétrica cuando a „ b ùñ b „ a;
transitiva cuando pa „ b y b „ cq ùñ a „ c.
Una relación que sea reflexiva, simétrica y transitiva se dice que es una relación de equi-
valencia.
La igualdad es el ejemplo típico de relación de equivalencia. En geometría la relación de
congruencia de ángulos es una relación de equivalencia. También en geometría la semejanza
entre triángulos es una relación de equivalencia. Si A es el conjunto de personas de la Re-
pública Mexicana y para a, b P A escribimos a ˛ b cuando el primer apellido de a y de b son
iguales, entonces ˛ es una relación de equivalencia.
3.3.17. Definición. Si tenemos que A es un conjunto y F es una colección de subconjuntos
disjuntos no vacíos de A cuya unión es A, decimos que F es una partición en clases de A.
Cuando „ es una relación de equivalencia en un conjunto A y x P A, decimos que el
conjunto x„ :“ ta P A : a „ xu es una clase de equivalencia de la relación „. Más
específicamente, decimos que x„ es la clase de x (con respecto a la relación „).
3.3.18. Teorema. Si „ es una relación de equivalencia en un conjunto A, entonces el conjunto
de todas las clases de equivalencia de „ es una partición en clases de A.
Demostración. Sea F el conjunto de todas las clases de equivalencia de „. Por la propiedad
reflexiva, todo a P a„ , por lo que A Ă B, pero como para todo x P a„ se tiene que x P A,
Ť
ŤBPF
entonces A Ą B, por lo que A “ B. Ahora, si B1 y B2 son dos elementos de F, tenemos
Ť
BPF BPF
que existe un x1 P B1 y un x2 P B2 tales que B1 “ x„ 1 y x2 “ B2 . Mostremos que B1 y B2

son disjuntos o iguales. Si no fueran disjuntos, existiría un x P B1 X B2 . Ahora, para todo


b1 P B1 se tiene que x „ x2 , x „ x1 y b1 „ x1 , de modo que aplicando el hecho de que „ es
42 3.3. Relaciones

una relación de equivalencia tenemos que b1 „ x2 , es decir b1 P B2 . Análogamente podemos


concluir que todo elemento de B2 es elemento de B1 , teniendo así que B1 “ B2 . Por lo tanto,
si B1 y B2 no son disjuntos entonces son iguales, de manera que F es una partición en clases
de A. ‚
El teorema 3.3.18 tiene un recíproco.
3.3.19. Teorema. Si A es un conjunto y F es una partición en clases de A, entonces existe
una relación de equivalencia „ en A tal que a „ b ðñ a y b pertenecen a un mismo elemento
de F.
Demostración. Definamos la expresión a „ b como la proposición que afirma que a y b
están en el mismo elemento de F y veamos que „ es una relación de equivalencia. Si x P A,
entonces x pertenece a un elemento de la partición en clases F, por lo que x „ x y se cumple
la propiedad reflexiva. Si x „ y, entonces existe un B P F tal que x, y P B, lo cual también
significa que y „ x, cumpliéndose la propiedad simétrica. Si tenemos que x „ y y también
y „ z, el elemento de partición en clases al cual pertenece y es el mismo al cual pertenece x y
al cual pertenece z, por lo tanto x „ z, cumpliéndose así la propiedad transitiva, de manera
que la relación „ es de equivalencia. ‚
Observemos que los elementos de la partición F, dada en el teorema 3.3.19, son las clases
de equivalencia de la relación de equivalencia „ dada en el mismo teorema.
3.3.20. Definición. Decimos que una relación ĺ en A es antisimétrica si se tiene que
(a ĺ b y b ĺ a) ùñ a “ b. Una relación que sea reflexiva, antisimétrica y transitiva se dice
que es una relación de orden parcial (o simplemente que es un orden parcial). Por ejemplo,
si A es un conjunto, en el conjunto potencia de A la relación de inclusión Ă es una relación de
orden parcial. Cuando ĺ es un orden parcial en un conjunto A en el que existen a, b P A tales
que a ĺ b ó b ĺ a, diremos que los elementos a y b son comparables (con respecto a ĺ). Un
orden parcial ĺ en un conjunto A, en el cual se cumple que para cualesquiera dos elementos
x, y P A se tiene siempre que x ĺ y o bien y ĺ x, se llama orden total u orden lineal, es
decir un orden total es un orden parcial en un conjunto tal que cualesquiera dos elementos
del conjunto son comparables, en tal caso se dice que A es una cadena con respecto a ĺ.
Como ejemplo de orden total tenemos la relación ĺ (menor o igual) definida en el conjunto
R de los números reales. Una relación ă en un conjunto A se dice que es un orden estricto
cuando existe un orden total ĺ en A tal que para cualesquiera dos elementos x e y de A, se
tiene que x ă y ðñ px ĺ y y x ‰ y).
3.3.21. Definición. Sea B Ă A y ĺ es un orden parcial en A. Decimos que un elemento a
de A es el ínfimo de B (con respecto al orden parcial ĺ) si para todo b P B se tiene que
a ĺ b y además si c ĺ b para todo b P B, entonces c ĺ a. De manera similar, decimos que
un elemento a de A es el supremo de B si para todo b P B se tiene que b ĺ a y además
si b ĺ c para todo b P B, entonces a ĺ c. Al supremo de B (si existe) lo denotaremos por
sup B mientras que al ínfimo de B por ínf B. De la propiedad antisimétrica para los órdenes
parciales, podemos deducir que si el ínfimo (o el supremo) de B existe, éste debe ser único.
3.3.22. Definición. Sea ĺ un orden parcial definido en un conjunto A. Si B Ă A y existe
un a P A tal que para todo b P B se tiene que b ĺ a, decimos que a es una cota superior del
conjunto B (con respecto al orden ĺ) y que el conjunto B está acotado superiormente
3.3. Relaciones 43

por a. De manera similar, si C Ă A y existe un a P A tal que a ĺ c para todo c P C, decimos


que a es una cota inferior de C y que C es un conjunto acotado inferiormente por a.
Un conjunto acotado es un conjunto que es acotado inferiormente y acotado superiormente
(con respecto al orden dado).

3.3.23. Definición. Sea A un conjunto parcialmente ordenado por ĺ. Decimos que la pareja
pA, ĺq es un retículo o latis, o que A forma un retículo con ĺ, si para cualesquiera dos
elementos a, b P A se tiene que tanto ínf ta, bu como supta, bu existen. Observemos que todo
conjunto A totalmente ordenado forma un retículo con el orden, donde ínf ta, bu, supta, bu P
ta, bu para todo a, b P A.

Como ejemplos de retículos tenemos a pN, ĺq y a pppAq, Ăq, para cualquier conjunto A.
Sin embargo, el conjunto tt1, 2u, t1u, t1, 3uu no forma un retículo con el orden parcial Ă.

3.3.24. Notación. También se denotará a supta, bu como a _ b y a ínf ta, bu como a ^ b,


pero cuando se utilice esta notación no debemos confundirnos con los conectivos lógicos «o»
e «y» (a menos que el conjunto sea un conjunto de proposiciones con el orden parcial ùñ)
y será mejor representar los conectivos lógicos con las palabras «o» e «y». En lo sucesivo los
conectivos lógicos serán representados con las palabras «o» e «y».

3.3.25. Definición. Un retículo pL, ĺq se dice que es completo si todo subconjunto no


vacío de L tiene un supremo y un ínfimo.

3.3.26. Aclaración. Tenemos que desde el punto de vista estrictamente lógico pudiera no
tener sentido la expresión pL, ĺq debido a que ésta es una pareja ordenada de un objeto con
una relación, que de acuerdo a nuestra definición una relación es un predicado y un predicado
no ha quedado establecido como objeto. Si esto pudiera crear algún problema, tal problema
se resuelve estableciendo que cuando tengamos que una de las componente sea una relación,
en realidad nos estaremos refiriendo a la gráfica de la relación, por ejemplo, estableceremos
que pL, ĺq significa pL, Grpĺqq.

Ejercicios.

1. Decir cuáles de las siguientes relaciones entre a y b son reflexivas, simétricas o transi-
tivas, cuáles son de equivalencia, de orden total o de orden lineal. Dar un conjunto en
el cual puede estar definida la relación.
a) a Ă b. b) a ` 1 “ b. c) a ą b.
d) a P b. e) a tiene el mismo tipo de sangre que b. f) a ĺ b.
g) 2a ľ b. h) a2 “ b2 . i) a k b (a es paralela a b).
j) a K b. k) a ‰ b. l) a ¨ b “ 1.

2. Decir cuáles de las siguientes relaciones entre a y b determinan funciones y decir si


la relación inversa determina una función. En caso de que determine función, dar su
dominio y su recorrido, además decir si es inyectiva.
44 3.3. Relaciones

a) a es el tipo de sangre de la persona b. b) La persona a tiene tipo de sangre b.


c) a2 “ b2 . d) a ¨ b “ 1.
e) a es hermano de b. f) b es el grupo étnico al cual pertenece a.
g) b “ 5 ¨ a. h) ab “ 1, donde a, b P N.
3. Demostrar que toda función está determinada por alguna relación.

4. Dada la proposición «a es madre de b». ¿Cuál es la relación inversa de la relación «ser


madre de»?

5. Demostrar que la composición de dos funciones inyectivas es una función inyectiva.

6. Demostrar que si f : A ÝÑ B es sobre B y g : B ÝÑ C es sobre C, entonces g ˝ f es


sobre C.

7. En los siguientes incisos, dadas las funciones f y g, determinar g ˝ f y f ˝ g cuando


tenga sentido, así como sus dominios y recorridos de cada una de ellas.

a) f pxq “ 2 ¨ x ` 1; gpsq “ s2 .
b) f paq “ # de artículos producidos por la fábrica a; gpnq “ costo de producir n
artículos.
c) El volumen en metros cúbicos de un cilindro de 3 metros de alto y base de área a
metros cuadrados está dado por gpaq “ 3 ¨ a, donde el área (en metros cuadrados)
de la base circular de radio r metros es de f prq “ π ¨ r2 .

8. Sean A y B dos conjuntos y C “ tttau, ta, buu : a P A y b P Bu. Demostrar que la


función f : A ˆ B ÝÑ C definida como f px, yq “ ttxu, tx, yuu es una biyección de
A ˆ B en C.

9. Supongamos que un conjunto L forma un retículo con un orden parcial ĺ. Demostrar


que a _ b “ b _ a, a _ pb _ cq “ pa _ bq _ c, a _ pb ^ aq “ pa _ bq ^ a “ a y a _ a “ a.
3.4. Definiciones recursivas 45

3.4. Definiciones recursivas


3.4.1. Teorema. Sea M un conjunto, f : N ˆ M ÝÑ M y a P M . Existe una única función
ϕ : N ÝÑ M tal que ϕp1q “ a y ϕpn ` 1q “ f pn, ϕpnqq para todo n P N.
Antes de demostrar el teorema haremos algunos comentarios. Una función ϕ como la
anterior se dice que está definida de manera recursiva. La razón por la cual se le da ese
nombre es que para saber cuál es el valor de ϕpn ` 1q es suficiente con conocer n y ϕpnq.
Por ejemplo, tenemos ϕp1q “ a, ϕp2q “ f p1, aq, ϕp3q “ f p2, ϕp2qq, ϕp4q “ f p3, ϕp3qq, etc.
Las definiciones recursivas son muy usadas en la elaboración de algoritmos computacionales.
Procedamos a demostrar el teorema 3.4.1.
Demostración del teorema 3.4.1. Afirmamos que para todo n P N existe un único λn
tal que λ1 “ a y λn`1 “ f pn, λn q. En efecto, si n “ 1, la única posibilidad es que λ1 “ a.
Supongamos que para un número natural n, λn es el único elemento de M que satisface las
condiciones anteriores, entonces λn`1 es el único elemento de M que satisface la condición
λn`1 “ f pn, λn q por lo que la afirmación está confirmada. Ahora la única función ϕ : N ÝÑ M
que satisface las condiciones del teorema es la dada por ϕpnq “ λn . ‚
Utilizaremos las formas recursivas para definir la suma de dos números naturales cuales-
quiera. Los axiomas de Peano definen para todo número natural n al número n ` 1.
3.4.2. Definición. Teniendo definido n ` m, definamos n ` pm ` 1q como pn ` mq ` 1. A
la expresión a ` b donde a y b son números naturales se le llama adición o suma de los
números naturales a y b. Al símbolo ` se le conoce como símbolo de adición o suma y la
expresión a ` b se lee «a más b» o «la suma de a y b». Veamos algunas propiedades de la
adición de números naturales.
3.4.3. Teorema. Sean a, b, c P N, entonces:
I) a`b“b`a (propiedad conmutativa).
II) pa ` bq ` c “ a ` pb ` cq (propiedad asociativa).
Demostración. Demostremos primero la propiedad asociativa por inducción matemática
sobre el tercer sumando c. Por definición de suma la propiedad es válida cuando c “ 1. Si
para algún número natural c se tiene la igualdad

pa ` bq ` c “ a ` pb ` cq,

entonces
ppa ` bq ` cq ` 1 “ pa ` pb ` cqq ` 1,
pero por una parte
ppa ` bq ` cq ` 1 “ pa ` bq ` pc ` 1q
y por otra parte

pa ` pb ` cqq ` 1 “ a ` ppb ` cq ` 1q “ a ` pb ` pc ` 1qq,

por lo tanto
pa ` bq ` pc ` 1q “ a ` pb ` pc ` 1qq.
46 3.4. Definiciones recursivas

Así la propiedad asociativa se cumple, es decir si a, b y c son números naturales, entonces

pa ` bq ` c “ a ` pb ` cq.

Demostremos ahora la propiedad conmutativa. En la demostración haremos uso frecuente


de la propiedad asociativa. Veamos primero por inducción matemática que es válida en el
caso en que b “ 1. Es decir, demostremos primero que a ` 1 “ 1 ` a para cualquier número
natural a. La igualdad anterior es obvia si a “ 1. Ahora si para algún número natural a se
cumple que a ` 1 “ 1 ` a, entonces

pa ` 1q ` 1 “ p1 ` aq ` 1,

pero
p1 ` aq ` 1 “ 1 ` pa ` 1q,
por lo tanto
pa ` 1q ` 1 “ 1 ` pa ` 1q.
De donde a ` 1 “ 1 ` a para todo número natural a. Es decir la propiedad conmutativa
a ` b “ b ` a es valida cuando b “ 1. Demostremos ahora por inducción matemática sobre b
que la igualdad es válida. Supongamos que la igualdad se cumple para algún número natural
b, es decir
a ` b “ b ` a,
sumando 1 en ambos lados de la igualdad obtenemos

pa ` bq ` 1 “ pb ` aq ` 1,

pero por una parte


pa ` bq ` 1 “ a ` pb ` 1q
y por otra parte

pb ` aq ` 1 “ 1 ` pb ` aq “ p1 ` bq ` a “ pb ` 1q ` a,

por lo tanto
a ` pb ` 1q “ pb ` 1q ` a.
Es decir a ` b “ b ` a para cualesquier número natural a y cualesquier número natural b. ‚
En lo sucesivo para agilizar las demostraciones se usarán las propiedades de los números
naturales que se vallan demostrando sin necesidad de hacer la mención explícita correspon-
diente.
3.4.4. Teorema (propiedad de la cancelación para la suma). Dados tres números
naturales a, b y c se tiene que

a ` c “ b ` c ðñ a “ b.

Esta propiedad se demostrará a continuación por inducción matemática sobre c aunque


se recomienda al lector que antes de ver la demostración trate de demostrarla por sí mismo.
3.4. Definiciones recursivas 47

Demostración. Por el axioma de sustitución de iguales se tiene que si a “ b, entonces


a ` c “ b ` c. Es decir se tiene que

a “ b ùñ a ` c “ b ` c.

Demostraremos por inducción la implicación recíproca. Por el axioma de Peano 3.4.1 d)


tenemos que para c “ 1
a ` 1 “ b ` 1 ùñ a “ b.
Suponiendo que la propiedad es válida para algún número natural c. De nuevo por el axioma
de Peano 1 d) y por la proposición anterior se tienen las siguientes implicaciones

a ` pc ` 1q “ b ` pc ` 1q ùñ pa ` cq ` 1 “ pb ` cq ` 1 ùñ a ` c “ b ` c ùñ a “ b.

Es decir, si se puede cancelar c, también se puede cancelar c ` 1, por lo que la propiedad de


la cancelación queda demostrada. ‚
Definiremos a continuación una relación que ordena al conjunto de los números naturales.
3.4.5. Definición. Decimos que un número natural a es mayor que un número natural b
si existe un número natural c tal que

a “ b ` c.

La proposición «a es mayor que b» se representa por a ą b. Decimos que un número natural


a es mayor o igual que un número natural b si

a ą b ó a “ b.

A la proposición «a en mayor o igual que b» se le denota por a ľ b.


Como ejemplos tenemos que 5 ą 3 pues 5 “ 3 ` 2; 23 ą 15 pues 23 “ 15 ` 8; 13 ľ 5 pues
13 ą 5 ya que 13 “ 5 ` 8; 4 ľ 4 pues 4 “ 4.
3.4.6. Definición. Diremos que a es menor que b cuando b ą a y lo denotaremos por a ă b.
De manera similar diremos que a es menor o igual que b cuando b ľ a y lo denotamos por
a ĺ b.
A las proposiciones que contengan uno o varios de los símbolos ĺ, ľ, ă ó ą se les llama
desigualdades.
Veamos algunas propiedades de los números naturales con respecto a las desigualdades.
3.4.7. Teorema. Sean a, b, c P N.
I) aľa (propiedad reflexiva).
II) pa ľ b y b ľ aq ùñ a “ b (propiedad antisimétrica).
III) pa ľ b y b ľ cq ùñ a ľ c (propiedad transitiva).
IV) a ą b ðñ a ` c ą b ` c (propiedad de cancelación).
V) aľb ó bĺa (propiedad de comparación).
VI) a ą b ùñ a ‰ b.
48 3.4. Definiciones recursivas

Demostración. I) La propiedad reflexiva es directa de la definición de ľ.


III) Demostremos la propiedad transitiva para el caso en que a ą b y b ą c. Para los demás
casos se deja como ejercicio al lector. Si a ą b y b ą c, entonces existen números t, s P N tales
que a “ b ` t y b “ c ` s, por lo que a “ pc ` sq ` t “ c ` ps ` tq, de lo que concluimos que
a ą c, por lo tanto a ľ c.
IV) Para demostrar la propiedad de la cancelación veamos primero que a ľ b ùñ a ` c ùñ
b ` c. Si a “ b, entonces a ` c “ b ` c, por lo que a ` c ľ b ` c. Si a ą b, existe un número
natural t, tal que a “ b ` t 6 a ` c “ pb ` tq ` c “ pb ` cq ` t, es decir a ` c ą b ` c, por lo
que a ` c ľ b ` c. Por lo tanto a ľ b ùñ a ` c ľ b ` c.
Veamos ahora que a ` c ľ b ` c ùñ a ľ b. Si a + c = b + c, entonces por el teorema
3.4.4, tenemos que a “ b 6 a ľ b. Si a ` c ą b ` c, entonces existe un número natural t
tal que a ` c “ pb ` cq ` t, es decir a ` c “ pb ` tq ` c y por el teorema 3.4.4 tenemos que
a “ b ` t, por lo que a ą b 6 a ľ b. Así tenemos que a ` c ľ b ` c ùñ a ľ b y como además
a ľ b ùñ a ` c ľ b ` c, concluimos que

a ľ b ðñ a ` c ľ b ` c.

VI) Demostremos ahora que si a y b son números naturales, entonces

a ą b ùñ a ‰ b.

Si a ą b, existe un número natural t tal que a “ b ` t. Veamos pues que b ` t ‰ b. Procedamos


por inducción matemática sobre b. Si b “ 1, entonces por el axioma de Peano 3.4.1 c) tenemos
que 1 ` t “ t ` 1 ‰ t. Supongamos que para algún número natural b se tiene que b ` t ‰ b.
Por el teorema 3.4.4 pb ` tq ` 1 ‰ b ` 1, de donde pb ` 1q ` t ‰ b ` 1. Por lo tanto b ` t ‰ b
para todo b, t P N. Así, si a “ b ` t, entonces a ‰ b.
V) Demostremos ahora que si a y b son números naturales, entonces

aľb ó b ľ a.

Esto lo haremos demostrando la proposición equivalente

pa ľ bq ùñ b ľ a.

Veamos primero por inducción matemática que todo número natural es mayor o igual que 1.
Si n “ 1, entonces n ľ 1. Si n ľ 1, entonces por las propiedad de cancelación tenemos que
n ` 1 ľ 1 ` 1 ą 1, por lo que debido a la propiedad transitiva n ` 1 ľ 1. Así todo número
natural es mayor o igual que 1. Demostremos ahora por inducción matemática sobre b que

pa ľ bq ùñ b ľ a.

Para b “ 1 tenemos que a ľ b es falsa, por lo cual la implicación se cumple. Supongamos


ahora que para un número natural b se tiene que pa ľ bq ùñ b ľ a y en base a ello
demostremos que
pa ľ b ` 1q ùñ b ` 1 ľ a.
3.4. Definiciones recursivas 49

Tenemos los siguientes casos:


a) a “ b, b) a ą b y c) pa ľ bq.
Para el caso a) tenemos que a ` 1 ą a, pero como a “ b, entonces b ` 1 ą a, por lo tanto
pa ľ b ` 1q ùñ b ` 1 ľ a es verdadera si a “ b.
Para el caso b) tenemos que existe un c P N tal que a “ b ` c, donde c ľ 1. Ahora, hay
dos posibilidades, c “ 1 ó c ą 1. Si c “ 1, se tiene que b ` 1 “ a y así b ` 1 ľ a. Si c ą 1,
entonces existe un t P N tal que c “ 1 ` t, por lo que a “ b ` p1 ` tq “ pb ` 1q ` t, es decir
pa ľ b ` 1q es una proposición falsa, por lo que pa ľ b ` 1q ùñ b ` 1 ľ a es verdadera.
Veamos ahora el caso c) en que pa ľ bq. En este caso, por hipótesis de inducción y por
ser a ‰ b, tenemos que b ą a, pero como b ` 1 ą b, entonces, por la propiedad transitiva,
tenemos que b ` 1 ľ a. Con lo cual demostramos que

pa ľ b ` 1q ùñ b`1ľa

o equivalentemente
a ľ b ó b ľ a.

II) Finalmente, demostremos la propiedad antisimétrica

pa ľ b y b ľ aq ùñ a “ b.

Si a fuera diferente de b, tendríamos que si a ľ b y b ľ a, entonces a ą b y b ą a,


es decir existirían números naturales t y s tales que a “ b ` t y b “ a ` s, por lo que
a “ pa ` sq ` t “ a ` ps ` tq, es decir tendríamos que a ą a, lo cual contradice la propiedad
VI). Por lo tanto es imposible que se cumplan simultáneamente las proposiciones pa ľ b y
b ľ aq y a ‰ b, de donde tenemos que si pa ľ b y b ľ aq, entonces a “ b. ‚
La demostración del siguiente corolario es parte de la demostración de la propiedad V)
del teorema 3.4.7.
3.4.8. Corolario. Si n P N, entonces n ľ 1.
3.4.9. Corolario. Si n es un número natural diferente de 1, entonces n ą 1.
Demostración. Este corolario se sigue del corolario 3.4.8 y de la definición de ľ. ‚
50 3.5. Multiplicación de números naturales

3.5. Multiplicación de números naturales


3.5.1. Definición. Definamos de manera recursiva la multiplicación o producto de dos
números naturales cualesquiera a y b como el número denotado a ¨ b tal que a ¨ 1 “ a y
a ¨ pb ` 1q “ a ¨ b ` a. Seguramente el lector ya sabe que a ¨ b representa la suma de a con
sigo mismo b veces. En ausencia de paréntesis cuando una expresión tenga multiplicaciones
y sumas se efectuarán primero las multiplicaciones y luego las sumas. Verifiquemos en el
siguiente teorema algunas propiedades para la multiplicación de números naturales.
3.5.2. Teorema. Sean a, b, c P N.
I) a ¨ b “ b ¨ a (propiedad conmutativa).
II) a ¨ pb ¨ cq “ pa ¨ bq ¨ c (propiedad asociativa).
III) a ¨ pb ` cq “ a ¨ b ` a ¨ c (propiedad distributiva).
IV) a ¨ c “ b ¨ c ðñ a “ b (propiedad de la cancelación en la
igualdad).
V) a ¨ c ą b ¨ c ðñ a ą b (propiedad de la cancelación en la
desigualdad).
Demostración. III) Demostraremos primero la propiedad distributiva. Si c “ 1, entonces
a ¨ pb ` 1q “ a ¨ b ` a “ a ¨ b ` a ¨ 1 (definición de producto). Si la propiedad es verdadera para
un número natural c, es decir si a ¨ pb ` cq “ a ¨ b ` a ¨ c, entonces

a ¨ pb ` pc ` 1qq “ a ¨ ppb ` cq ` 1q
“ a ¨ pb ` cq ` a
“ pa ¨ b ` a ¨ cq ` a
“ a ¨ b ` pa ¨ c ` aq
“ a ¨ b ` a ¨ pc ` 1q.

Por lo tanto se vale la propiedad distributiva.


II) Demostremos ahora la propiedad asociativa por inducción matemática sobre c. Si c “ 1,
entonces
a ¨ pb ¨ 1q “ a ¨ b “ pa ¨ bq ¨ 1 (definición de multiplicación).
Si la propiedad es verdadera para algún número natural c, entonces

a ¨ pb ¨ pc ` 1qq “ a ¨ pb ¨ c ` bq
“ a ¨ pb ¨ cq ` a ¨ b
“ pa ¨ bq ¨ c ` a ¨ b
“ pa ¨ bq ¨ pc ` 1q.
Por lo tanto es válida la propiedad asociativa.
I) Antes de demostrar la propiedad conmutativa, demostremos la propiedad distributiva por
la izquierda, es decir demostremos que

pa ` bq ¨ c “ a ¨ c ` b ¨ c.
3.5. Multiplicación de números naturales 51

Para c “ 1 tenemos que pa ` bq ¨ 1 “ a ` b “ a ¨ 1 ` b ¨ 1. Si para un número natural c se


cumple que
pa ` bq ¨ c “ a ¨ c ` b ¨ c,
entonces
pa ` bq ¨ pc ` 1q “ pa ` bq ¨ c ` pa ` bq
“ pa ¨ c ` b ¨ cq ` pa ` bq
“ a ¨ c ` pb ¨ c ` pa ` bqq
“ a ¨ c ` ppb ¨ c ` aq ` bq
“ a ¨ c ` ppa ` b ¨ cq ` bq
“ a ¨ c ` pa ` pb ¨ c ` bqq
“ pa ¨ c ` aq ` pb ¨ c ` bqq
“ a ¨ pc ` 1q ` b ¨ pc ` 1q,
por lo que también es válida la propiedad distributiva por la izquierda.
Procedamos ahora a demostrar la propiedad conmutativa. Demostremos primero que
1 ¨ a “ a ¨ 1. Si a “ 1, claramente es válido que 1 ¨ a “ a ¨ 1. Si para algún número natural a
se cumple que a ¨ 1 “ 1 ¨ a, entonces 1 ¨ pa ` 1q “ 1 ¨ a ` 1 “ a ¨ 1 ` 1 ¨ 1 “ pa ` 1q ¨ 1, por
lo que a ¨ 1 “ 1 ¨ a para todo número natural a. Así tenemos que a ¨ b “ b ¨ a cuando b “ 1
y a es cualquier número natural. Supongamos que a ¨ b “ b ¨ a para algún número natural b.
Por una parte a ¨ pb ` 1q “ a ¨ b ` a, por otro lado pb ` 1q ¨ a “ b ¨ a ` a “ a ¨ b ` a, de donde
obtenemos que a ¨ pb ` 1q “ pb ` 1q ¨ a, quedando demostrada la propiedad conmutativa.
IV) Demostremos ahora la propiedad de la cancelación en la igualdad. Es claro que a “ b ùñ
a ¨ c “ b ¨ c. Demostremos entonces que
a ¨ c “ b ¨ c ùñ a “ b.
Si a ‰ b, hay dos posibilidades, a saber a ą b ó b ą a. Sin pérdida de generalidad
supongamos que a ą b. En tal caso existe un número natural t, tal que a “ b ` t, luego
a ¨ c “ pb ` tq ¨ c, de donde a ¨ c “ b ¨ c ` t ¨ c, por lo cual a ¨ c ą b ¨ c. De manera similar se
demuestra que si b ą a, entonces b ¨ c ą a ¨ c. En general
a ‰ b ùñ a ¨ c ‰ b ¨ c
lo cual equivale a que
a ¨ c “ b ¨ c ùñ a “ b.
V) Para demostrar la propiedad de la cancelación en la desigualdad, observemos que ya se
demostró que a ą b ùñ a ¨ c ą b ¨ c, por lo que es suficiente demostrar que
a ¨ c ą b ¨ c ùñ a ą b.
Si no fuera cierto que a ą b, entonces tendríamos dos posibilidades
a“b ó a ă b.
En el primer caso concluiríamos que a¨c “ b¨c y en el segundo caso que b¨c ą a¨c. Es decir, en
caso de ser falso que a ą b, también será falso que a ¨ c ą b ¨ c, por lo que a ¨ c ą b ¨ c ùñ a ą b.

3.5.3. Definición. Tomemos un objeto 0 diferente de cualquier número natural al cual
llamaremos el número cero. Al conjunto N Y t0u lo llamaremos conjunto de los números
enteros no negativos. Si n es un entero no negativo definimos:
52 3.5. Multiplicación de números naturales

n ` 0 “ 0 ` n “ n;

n ¨ 0 “ 0 ¨ n “ 0;

nľ0 y n ą 0 ðñ n ‰ 0.

3.5.4. Definición. Si a “ b ` c decimos que c es la diferencia entre a y b ó que c es a


menos b y se denota así
c “ a ´ b.
Si a “ b ¨ c decimos que c es la división de a y b ó que c es a entre b y se denota
a
c “ a{b, c“a˜b ó c“ .
b

Ejercicios.

1. Demostrar que a ´ a “ 0 para todo entero no negativo a.

2. Demostrar que a ´ 0 “ a para todo entero no negativo a.

3. Si a1 , a2 , a3 , ..., an´2 , an´1 , an son números y n es un número natural, el símbolo


n
ÿ
ak
k“1

representa la expresión a1 ` a2 ` a3 ` ¨ ¨ ¨ ` an´2 ` an´1 ` an . Usar el método recursivo


para definir con precisión tal símbolo.

4. Demostrar que si x es un número, entonces


n
ÿ
x “ n ¨ x.
k“1

5. Si a es un número y n es un número natural, entonces el símbolo an representa la


expresión a ¨ a ¨ a ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ a (a multiplicado por sí mismo n veces). Usar el método recursivo
para definir con precisión an .

6. De acuerdo a la definición hecha en el ejercicio anterior, demostrar que si a y b son


números y n es un número natural, entonces pa ¨ bqn “ an ¨ bn .

7. Sean f y g biyecciones de A en B y de B en C respectivamente. Demostrar que pg ˝f q´1


es una biyección de C en A y que además pg ˝ f q´1 “ f ´1 ˝ g ´1 . (Nótese la importancia
del orden de aparición de las funciones en la composición).
3.5. Multiplicación de números naturales 53

8. Demostrar las fórmulas siguientes:


n n n
ÿ npn ` 1q ÿ npn ` 1qp2n ` 1q ÿ n2 pn ` 1q2
a) k“ ; b) 2
k “ ; c) 3
k “ ;
k“1
2 k“1
6 k“1
4
n
ÿ 1 ´ xn`1
d) 1 ` xk “ , para x ‰ 1.
k“1
1´x

9. Supongamos que definimos a1 “ 1, a2 “ 1, y cuando k es un número natural mayor que


2 definimos ak “ ak´1 ` ak´2 . Demostrar que para todo número natural n se tiene que
a3n es par. (Un número natural b es par si existe un número natural a tal que b “ 2 ¨ a).
54 3.6. Operaciones

3.6. Operaciones
3.6.1. Definición. Sea A un conjunto. Una operación en A es una función ˚ : AˆA ÝÑ C.
Cuando A y B sean dos conjuntos, no necesariamente iguales, una operación entre A y
B será una función ˚ : A ˆ B ÝÑ C. Generalmente cuando ˚ es una operación se toma la
notación x ˚ y en lugar de ˚px, yq.
3.6.2. Definición. Sea ˚ una operación en A. Decimos que la operación ˚ es:
I) cerrada si a ˚ b P A (para todo a, b P A);
II) conmutativa si a ˚ b “ b ˚ a (para todo a, b P A);
III) asociativa si pa ˚ bq ˚ c “ a ˚ pb ˚ cq (para todo a, b, c P A).
En el caso en que la operación ˚ sea asociativa, la expresión a ˚ pb ˚ cq se denota simplemente
como a ˚ b ˚ c.
Como ejemplos de operaciones tenemos la suma «`» y la multiplicación «¨» en el conjunto
N de los números naturales; cuando A es un conjunto, tenemos que la intersección X y la
unión Y son operaciones en el conjunto ppAq, es decir son operaciones en el conjunto de
todos los subconjuntos de A; cuando la pareja ordenada pA, ĺq es un retículo, entonces ^ y
_ (ínfimo y supremo) son operaciones en A. Los anteriores son ejemplos de operaciones que
son cerradas, conmutativas y asociativas.
3.6.3. Definición. Supongamos que ˚ es una operación cerrada en un conjunto A, decimos
que un elemento e P A es un elemento identidad para la operación ˚ si para todo a P A se
tiene que a ˚ e “ e ˚ a “ a.
En los ejemplos anteriores, el número 1 es un elemento identidad para la multiplicación ¨;
la suma no tiene elemento identidad en los números naturales, pero sí lo tiene en el conjunto
N Y t0u; la unión Y tiene como elemento identidad al conjunto vacío ∅ y la intersección
X tiene como elemento identidad al conjunto A; cuando A forma un retículo con un orden
parcial ĺ y además existe en A el ínfimo y el supremo de A, tenemos que ínf A es un elemento
identidad para la operación _, mientras que sup A es un elemento identidad para la operación
^.
3.6.4. Teorema. Supongamos que en un conjunto L están definidas dos operaciones " y
! que son cerradas, conmutativas, asociativas y además se tiene que para cualesquiera dos
elementos a, b P L se cumple que a ! pa " bq “ pa ! bq " a “ a. Si definimos la relación
ĺ de tal manera que la expresión a ĺ b signifique que a ! b “ b y a " b “ a, entonces el
conjunto L forma un retículo con la relación ĺ.
Demostración. Veamos primero que la relación ĺ es un orden parcial, es decir que satisface
las propiedades reflexiva, antisimétrica y transitiva. Si a P L, entonces a ! a “ a ! ppa !
aq " aq “ a ! pa " pa ! aqq “ a, y también a " a “ a " pa ! pa " aqq “ pa ! pa "
aqq " a “ a, por lo tanto a ĺ a, es decir ĺ es una relación reflexiva.
Para ver que la relación es simétrica supongamos que a ĺ b y que b ĺ a, es decir a ! b “ b
y a " b “ a, y también b ! a “ a y b " a “ b. Del hecho de que las operaciones " y !
son conmutativas concluimos que a “ b, es decir la relación ĺ es antisimétrica.
3.6. Operaciones 55

Veamos finalmente que ĺ es transitiva. Supongamos que a ĺ b y que b ĺ c, es decir


a ! b “ b, a " b “ a, b ! c “ c y b " c “ b. Tenemos que a ! c “ pa " bq ! pb ! cq “
ppa " bq ! bq ! c “ b ! c “ c y también tenemos que a " c “ pa " bq " pb ! cq “ a "
pb " pb ! cqq “ a " b “ a, por lo tanto a ĺ c, es decir la relación ĺ es transitiva. Hemos
pues demostrado que ĺ es una relación de orden parcial.
Si a, b P L, entonces a " pa ! bq “ a y a ! pa ! bq “ pa ! aq ! b “ a ! b, por lo
que a ĺ a ! b y análogamente podemos ver que a " b ĺ a, b ĺ a ! b y a " b ĺ b, de
tal manera que a " b es una cota inferior de ta, bu y a ! b es una cota superior de ta, bu.
Ahora, si c es también una cota inferior de ta, bu entonces c " a “ c, c ! a “ a, c " b “ c
y c ! b “ b, por lo cual c " pa " bq “ pc " aq " b “ c " b “ c y c " pa " bq “ pc "
bq ! pa " bq “ ppc " aq " bq ! pa " bq “ pc " pa " bqq ! pa " bq “ a " b, por lo
tanto c ĺ a " b y así a " b “ ínf ta, bu. Análogamente se demuestra que a ! b “ supta, bu,
teniendo así que pL, ĺq es un retículo. ‚
3.6.5. Definición. Cuando en un conjunto A tenemos definidas dos operaciones ! y ",
decimos que dichas operaciones cumplen la propiedad de absorción cuando para cualquier
a, b P A se tiene que pa ! bq " a “ pa " bq ! a “ a.
3.6.6. Definición. Sea A un conjunto en el cual están definidas dos operaciones ! y ".
Decimos que la terna pA, !, "q es un álgebra de Boole o un álgebra booleana cuando las
operaciones son cerradas, conmutativas, asociativas, tienen elementos identidad ω y φ para
! y " respectivamente, cumplen la propiedad de absorción, cumplen con las propiedades
distributivas a ! pb " cq “ pa ! bq " pa ! cq y a " pb ! cq “ pa " bq ! pa " cq para
todo a, b, c P A, y además para todo a P A existe un a1 P A tal que a ! a1 “ ω y a " a1 “ φ
(al elemento a1 se le llama complemento de a). Cuando pA, !, "q es un álgebra booleana,
también decimos que el conjunto A forma un álgebra booleana con las operaciones ! y ".
Como ejemplo típico de álgebra booleana tenemos a pppAq, Y, Xq, donde A es un conjunto,
el elemento identidad para Y es A, el elemento identidad para X es ∅ y el complemento de
cualquier B Ă A es AzB.
3.6.7. Definición. Cuando Σ sea una colección de conjuntos tal que pΣ, Y, Xq es un álgebra
booleana, diremos que Σ es un álgebra o un álgebra de conjuntos.

Ejercicios.

1. En cada uno de los siguientes casos se define una operación en el conjunto N Y t0u
de los enteros no negativos. En cada caso determinar si la operación es conmutativa,
asociativa o tiene elemento identidad. En caso de que tenga elemento identidad, decir
cual es.
a) m ˚ n “ m ` n ` 1. b) m ˚ n “ 2mn. c) m ˚ n “ mn . d) m ˚ n “ 4.

2. Cada una de las tablas siguientes describe una operación ˚ en el conjunto t1, 2, 3u, donde
a ˚ b es el número que está en el renglón que tiene a la izquierda a a y la columna que
tiene arriba a b. Determinar en cada caso si la operación ˚ es conmutativa, asociativa
o tiene elemento identidad. En caso de que tenga elemento identidad, decir cual es.
56 3.6. Operaciones

˚ 1 2 3 ˚ 1 2 3 ˚ 1 2 3
1 1 2 3 1 2 3 1 1 3 2 1
2 2 1 3 2 3 1 2 2 3 1 1
3 3 3 3 3 1 2 3 3 1 2 3
3.7. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos 57

3.7. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos


La idea de que un conjunto A es finito es que podemos contar sus elementos y terminar
de contarlos todos en algún momento, comenzando desde el 1 y terminando en algún número
natural n, sin que ningún elemento de A sea contado varias veces y todos sean contados al
menos una vez. Observemos que el proceso de contar los elementos del conjunto A (con n
elementos) define una biyección ϕ de t1, 2, 3, . . . , nu en A, donde ϕp1q es el primer elemento
que se cuenta, ϕp2q el segundo, . . . , ϕpkq el k-ésimo y ϕpnq el último elemento contado con
el cual se termina el conteo.
Tratemos el asunto de contar con más precisión.
3.7.1. Notación. Si n P N, denotemos por Jn :“ tk P N : k ĺ nu. Es decir Jn es el conjunto
de los primeros n números naturales. Por razones técnicas denotemos J0 “ ∅. Cuando
no se preste a confusión se denotará Jn como t1, 2, 3, . . . , nu.
3.7.2. Definición. Decimos que A es un conjunto con n elementos si existe una biyección
de Jn en A.

J6
1XX A
2 XXXX : e -d

XXX 
3XX 
X
4 XX X  XXXX -c

 XXX XXX
5
  XXX za
XXX
6 XXX -f
XXX
zb
XXX

El conjunto A tiene 6 elementos

3.7.3. Definición. Un conjunto A es finito si existe un entero no negativo n, tal que A tiene
n elementos. Si un conjunto no es finito diremos que es infinito. Si A es un conjunto finito,
al número de elementos de A lo denotaremos como #A y a veces se le llama la cardinalidad
de A.
3.7.4. Teorema. Sean A y B dos conjuntos con n elementos. Existe una biyección de A en
B.
Demostración. Por definición, existen biyecciones ϕ de Jn en A y ψ de Jn en B. Demos-
traremos que la función
γ : A ÝÑ´1B
aÞÑψ ˝ ϕ paq

es una biyección de A en B. Veamos primero que γ es inyectiva. Sean a1 , a2 P A tales que


a1 ‰ a2 . Como ϕ es inyectiva, entonces ϕ´1 es inyectiva, por lo cual ϕ´1 pa1 q ‰ ϕ´1 pa2 q.
Ahora, como ψ es inyectiva, entonces ψ ˝ ϕ´1 pa1 q “ ψpϕ´1 pa1 qq ‰ ψpϕ´1 pa2 qq “ ψ ˝ ϕ´1 pa2 q,
es decir γpa1 q ‰ γpa2 q, por lo que γ es inyectiva. Ahora ϕ´1 es una función de A sobre Jn y
58 3.7. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos

ψ de Jn sobre B, por lo que ψ ˝ ϕ´1 es una función de A sobre B (ver ejercicio 6 de la sección
3). De esta forma se ve que γ es una biyección de A en B. ‚
3.7.5. Teorema. Si k P Jn`1 , entonces tm P Jn`1 : m ‰ ku tiene n elementos.
Demostración. Tómese la función ϕ : Jn ÝÑ tm P Jn`1 : m ‰ ku de la siguiente forma,
ϕplq “ l si l ă k y ϕplq “ l ` 1 si l ľ k la cual el lector podrá verificar que es una biyección
de Jn en tm P Jn`1 : m ‰ ku. ‚
3.7.6. Teorema. Sean m, n P N tales que m ą n. No existe ninguna biyección de Jn en Jm .
Demostración. Procedamos por inducción sobre n. Si m ą 1, entonces, si ϕ fuera una
función de t1u en Jm , tendríamos que ϕp1q ‰ 1 ó ϕp1q ‰ m, por lo que alguno de los
elementos 1 ó m no serían elementos del recorrido de ϕ, de tal suerte que ϕ no sería sobre
Jm , de donde no existe ninguna biyección de J1 en Jm .
Supongamos ahora que n es un número natural tal que si m ą n, entonces no existe
ninguna biyección de Jn en Jm . Sea l ą n ` 1 y t tal que t ` 1 “ l. En estas condiciones
tenemos que t ą n. Si existiera una biyección ϕ de Jn`1 en Jl , entonces la función

ψ :Jn ÝÑ ts P Jl : s ‰ ϕpn ` 1qu


xÞÑϕpxq

sería una biyección de Jn sobre Jl ztϕpn ` 1qu, pero por el teorema 3.7.5 el conjunto Jl ztϕpn `
1qu tiene t elementos y existiría una biyección γ de Jl ztϕpn ` 1qu en Jt , por lo que γ ˝ ψ
será una biyección de Jn en Jt , lo que debido a la hipótesis de inducción es imposible ya que
t ą n. Por lo que si l ą n ` 1, entonces no existe ninguna biyección ϕ de Jn`1 en Jl , con lo
cual el teorema queda demostrado ‚
La demostración del siguiente corolario se deja como ejercicio al lector.
3.7.7. Corolario. Si m y n son dos números naturales diferentes, entonces no existen con-
juntos con n elementos y con m elementos a la vez.
3.7.8. Teorema. El conjunto N de los números naturales es infinito.
Demostración. Suponiendo que N fuera finito. Sea n el número de elementos de N y ϕ :
t1, 2, . . . , nu ÝÑ N una biyección de t1, 2, . . . , nu en N. Tomemos γ : t1, 2, . . . , n, n`1u ÝÑ N
tal que
ϕpkq ` 1, si 1 ĺ k ĺ n
#
γpkq “
1, si k “ n ` 1.
Afirmamos que γ es una biyección de t1, 2, . . . , n ` 1u en N. En efecto, si m “ 1, entonces
γpn ` 1q “ m, además, por el tercer axioma de Peano, no existe ningún k ‰ n ` 1, en el
dominio de γ, tal que γpkq “ m. Si m es un número natural diferente de 1, entonces sea
k P t1, 2, . . . , nu el único número tal que ϕpkq “ m ´ 1. Así, por el axioma de Peano 3.7.1
d), tenemos que k es el único número tal que γpkq “ m, por lo que γ es una biyección de
t1, 2, . . . , n ` 1u en N, contradiciendo el corolario 3.7.6 debido a que N tendría n elementos
y n ` 1 elementos a la vez. Por lo tanto N es infinito. ‚
3.7.9. Definición. Cualquier conjunto que se pueda poner en correspondencia biunívoca con
3.7. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos 59

algún subconjunto de N se dice que es numerable o contable.


3.7.10. Observación. Claramente todos los conjuntos finitos son numerables.
3.7.11. Teorema. Si B es un conjunto finito y A Ă B, entonces el conjunto A también es
finito.
Demostración. Demostremos primero el resultado para el caso en que B “ Jn para algún
entero no negativo n. Procederemos por inducción matemática. Si B “ J0 “ ∅, entonces el
único subconjunto de B es B, el cual es finito. Si B “ J1 , entonces los únicos subconjuntos
de B son B y ∅, los cuales son finitos. En efecto, si A Ă J1 , tenemos que 1 P A ó 1 R A. En
cualquier caso se tiene que b P J1 ùñ b “ 1 (corolario 3.4.9 y propiedad de tricotomía). Si
1 P A, entonces J1 Ă A, y como A Ă J1 , entonces A “ J1 . Si 1 R A, entonces ningún b P J1
está en A, en cuyo caso A “ ∅.
Sea n P N tal que cualquier subconjunto de Jn es finito. Veamos que si A Ă Jn`1 , entonces
A es finito. Si A “ Jn`1 , entonces, por definición, A es finito. Si A es un subconjunto de Jn`1
diferente de Jn`1 , entonces existe un b P Jn`1 tal que b R A. Ahora, por el teorema 3.7.4, el
conjunto Jn`1 ztbu tiene n elementos, por lo que existe una biyección ϕ : Jn ÝÑ Jn`1 ztbu de
Jn en Jn`1 ztbu. Ahora la restricción ϕ|ϕ´1 rAs de ϕ al conjunto ϕ´1 rAs es una biyección de A1
en A, donde A1 es un subconjunto de Jn , por lo tanto A1 es finito. Como A1 es finito, existe
una biyección ψ de Jk en A1 , para algún entero no negativo k. Vemos así que ϕ ˝ ψ es una
biyección de Jk en A, es decir A es finito.
Veamos ahora el caso general en que B es un conjunto finito con n elementos y A Ă B.
Existe una biyección γ de Jn en B y γ ´1 rAs es un subconjunto de Jn , por lo que tiene
k elementos, para algún entero no negativo k, por lo que existe una biyección η de Jk en
γ ´1 rAs, y la composición γ ˝ η es una biyección de Jk en A. Por lo tanto, A es finito. ‚
3.7.12. Teorema. Sea n P N. Si A y B dos conjuntos tales que existe una biyección de A
en B y el conjunto A tiene n elementos, entonces el conjunto B tiene también n elementos.
Demostración. Sea ϕ : Jn ÝÑ A una biyección de Jn en A y ψ : A ÝÑ B una biyección
de A en B. El teorema se sigue del hecho de que la función ψ ˝ ϕ es una biyección de Jn en
B. ‚

Ejercicios.

1. Demostrar que si A Ă N y A es infinito, entonces existe una biyección entre A y N.

2. Sea pL, ĺq un retículo y S “ ta1 , a2 , . . . , an u Ă L un conjunto con n elementos. Demos-


trar que existen en L el supremo y el ínfimo de S.

3. Hallar el error en el argumento que daremos de la afirmación «Todas las pelotas del
mundo son del mismo color». Si tenemos un conjunto con una sola pelota, entonces todas
las pelotas de ese conjunto tienen el mismo color, es decir tienen el color de la única
pelota del conjunto. Supongamos que para todo conjunto con n pelotas, las pelotas de
ese conjunto tienen el mismo color y sea A “ tP1 , P2 , . . . , Pn , Pn`1 u un conjunto con
n ` 1 pelotas diferentes. Como el conjunto B “ AztPn`1 u tiene n elementos, entonces
todas las pelotas de B son del mismo color, en particular tienen el color de la pelota
Pn . Ahora, el conjunto C “ AztP1 u “ tP2 , P3 , . . . , Pn , Pn`1 u también tiene n elementos,
60 3.7. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos

por lo que todas las pelotas de C tienen el mismo color, es decir tienen el color de la
pelota Pn , por lo tanto todas las pelotas del conjunto A tienen el color de la pelota Pn .
Así hemos demostrado por inducción matemática que todas las pelotas pertenecientes
a cualquier conjunto finito tienen el mismo color, pero como el conjunto de todas las
pelotas del mundo es finito, entonces todas las pelotas del mundo son del mismo color.
3.8. Técnicas de conteo 61

3.8. Técnicas de conteo


En esta sección deduciremos métodos para determinar el número de elementos de algunos
tipos de conjuntos finitos. Tales métodos tienen muchas aplicaciones en la teoría de proba-
bilidades y en la combinatoria. Definamos para empezar el importante concepto de sucesión
finita.
3.8.1. Definición. Sea n un número natural. Una sucesión finita (de n componentes)
en un conjunto A es una función f : t1, . . . , nu ÝÑ A. Si denotamos por ak “ f pkq, entonces
a la sucesión la podemos denotar como
pak qnk“1 ,
ó como
pa1 , a2 , . . . , an q
cuando no se preste a confusión. A ak se le llama la k-ésima componente de la sucesión.
Observemos que una sucesión de dos componentes es una pareja ordenada, una sucesión de
tres componentes es una terna, etc. A las sucesiones de n componentes también se les llama
n-adas ó n-uplas.
3.8.2. Ejemplo. Se lanza una moneda cinco veces y se observa después de cada lanzamiento
si el resultado es a “ águila ó s “ sol, obteniéndose una sucesión finita pr1 , r2 , r3 , r4 , r5 q de
águilas y soles, donde rk “ a si en el k-ésimo lanzamiento se obtuvo águila y rk “ s si se
obtuvo sol.
3.8.3. Ejemplo. En la ciudad de Monterrey se quiere estudiar el comportamiento de la tem-
peratura al amanecer durante el mes de enero. Así cada día del mes se toma la temperatura
ambiental a las 7:00 a.m., obteniendo una sucesión de 31 componentes pT1 , T2 , T3 , . . . , T29 , T30 ,
T31 q, donde en general la k-ésima componente Tk es la temperatura del k-ésimo día del mes
de enero a las 7:00 a.m.
3.8.4. Notación. Si para todo número natural k se tiene que ak es un número, entonces se
denota ˜ ¸
ÿ1 n`1
ÿ ÿn
ak :“ a1 y ak :“ ak ` an`1 ;
k“1 k“1 k“1
˜ ¸
1
ź n`1
ź n
ź
ak :“ a1 y ak :“ ak ¨ an`1 ;
k“1 k“1 k“1
para todo número natural n. Si para todo número natural k se tiene que Ak es un conjunto,
entonces se denota n n
ď ď č č
Ak :“ Ak y Ak :“ Ak
k“1 kPJn k“1 kPJn
para todo número natural n.
El siguiente teorema tal vez resulte evidente pero lo demostraremos para seguir con el
rigor matemático y adquirir más experiencia para hacer demostraciones.
3.8.5. Teorema. Si A y B son dos conjuntos disjuntos finitos, entonces
#pA Y Bq “ p#Aq ` p#Bq.
62 3.8. Técnicas de conteo

Demostración. Sean n “ #A y m “ #B. Existen dos biyecciones ϕ y ψ de t1, . . . , nu en


A y de t1, . . . , mu en B respectivamente. Sea η : t1, 2, . . . , n ` mu ÝÑ A Y B definida de la
siguiente manera:
si k ĺ n
#
ϕpkq,
ηpkq “
ψpk ´ nq, si n ă k ĺ n ` m.
(Observemos que la función η lo que hace es contar primero los elementos de A y luego
continúa contando los de B). Veamos que en efecto η es una biyección de t1, 2, . . . , n ` mu
en A Y B demostrando primero que es sobre A Y B y luego que es inyectiva.
Sea y P A Y B. Si y P A, entonces existe un k en t1, . . . , nu tal que ϕpkq “ y, pero
ηpkq “ ϕpkq, por lo que y “ ηpkq. Ahora, si y P B, entonces existe un j en t1, . . . , mu tal que
ψpjq “ y, por lo que si tomamos k “ n ` j obtenemos que ηpkq “ ψpk ´ nq “ ψpjq “ y. Por
lo tanto η es una función de t1, 2, . . . , n ` mu sobre A Y B.
Supongamos ahora que x y y son elementos diferentes de t1, 2, . . . , n`mu. Si ambos están
en t1, 2, . . . , nu, entonces ηpxq “ ϕpxq ‰ ϕpyq “ ηpyq, es decir ηpxq ‰ ηpyq. Si ambos están
en tn ` 1, n ` 2, . . . , n ` mu, entonces como x ´ n ‰ y ´ n tenemos que ηpxq “ ψpx ´ nq ‰
ψpy ´ nq “ ηpyq. Ahora si una de las variables x ó y está en t1, 2, . . . , nu y la otra en
tn ` 1, n ` 2, . . . , n ` mu, entonces uno de los valores ηpxq ó ηpyq está en A y el otro en
B, de modo que por ser A y B disjuntos, también se tiene que ηpxq ‰ ηpyq. De esta forma
concluimos que η es inyectiva, por lo que es una biyección de t1, 2, . . . , n ` mu en A Y B, lo
cual implica que A Y B tiene n ` m elementos. ‚
3.8.6. Corolario. Si B es un conjunto finito y A Ă B, entonces #A ĺ #B.
Demostración. Como los conjuntos A y BzA son disjuntos y B “ A Y pBzAq, entonces
por el teorema 3.8.5 tenemos que #B “ #A ` #pBzAq. Así, si #pBzAq “ 0, se tiene que
#A “ #B, y cuando #pBzAq ‰ 0, se tiene que #A ă #B. ‚
Una generalización del teorema 3.8.5 es el siguiente teorema.
3.8.7. Teorema. Si pA1 , A2 , . . . , An q es una sucesión finita de conjuntos finitos que son
disjuntos entre sí, entonces
ďn n
ÿ
# Ak “ #Ak .
k“1 k“1

Demostración. Procedamos por inducción sobre n. Si n “ 1, entonces los lados izquierdo


y derecho de la igualdad de arriba son ambos iguales a #Ak . Supongamos que la igualdad es
válida para algún número natural n.
˜˜ ¸ ¸ ˜ ¸
n`1
ď ďn ď n
# Ak “ # Ak Y An`1 “ # Ak ` #An`1
k“1 k“1 k“1

˜ ¸
n
ÿ n`1
ÿ
“ #Ak ` #An`1 “ #Ak .
k“1 k“1
3.8. Técnicas de conteo 63

Por lo que la igualdad es válida para todo número natural n. ‚


3.8.8. Corolario. Si ψ : B ÝÑ B es una función inyectiva y B es un conjunto finito, entonces
ψ es una biyección de B en B.
Demostración. Si Rpψq (el recorrido de ψ) no fuera B, entonces Bz Rpψq sería no vacío
y por el teorema 3.7.11 también sería finito, por lo que #pBz Rpψqq ą 0 y además #B “
# Rpψq ` #pBz Rpψqq “ #B ` #pBz Rpψqq ą #B, lo cual es falso, por lo que la función ψ
debe ser biyectiva. ‚
3.8.9. Corolario. Si ψ : B ÝÑ B es una función sobre B y B es finito, entonces ψ es una
biyección de B en B.
Demostración. Si ψ no fuera una biyección de B en B, entonces sea A “ ta P B : existen
b, c P B, b ‰ c y ψpbq “ ψpcq “ au. Sea n el número de elementos de A “ ta1 , a2 , . . . , an u. Para
cada a P A sea Ba “ tb P B : ψpbq “ au. Sea a1 el primer elemento de Ba y A1 “ ta1 : a P Au.
Como #B “ #A`#pBzAq “ n`#pBzAq ă #Ba1 `#Ba2 `¨ ¨ ¨`#Ban `#ψ ´1 rBzAs “ #B,
lo cual es absurdo, concluyendo así el teorema. ‚
Dejamos al lector el demostrar detalladamente los siguientes dos corolarios.
3.8.10. Corolario. Si ψ : B ÝÑ A es una función sobre A, donde A y B son conjuntos
finitos con la misma cardinalidad, entonces ψ es una biyección de B en A.
3.8.11. Corolario. Si ψ : B ÝÑ A es una función inyectiva, donde A y B son conjuntos
finitos con la misma cardinalidad, entonces ψ es una biyección de B en A.
3.8.12. Definición. Si A es un conjunto, una biyección de A en A se llama permutación en
A. El conjunto de permutaciones en Jn “ t1, . . . , nu lo denotaremos por Sn y a sus elementos
los llamaremos permutaciones de orden n.
3.8.13. Ejemplo. Supongamos que tenemos 5 cajas diferentes numeradas del 1 al 5, tenemos
además 5 bolas diferentes numeradas del 1 al 5 y colocamos una bola en cada caja. La forma
como fueron colocadas las bolas en las cajas se


  2
5  4  
 1  3
 

1 2 3 4 5

puede representar mediante una permutación. La permutación que corresponde al esquema


de la figura sería la sucesión de 5 componentes p5, 1, 4, 2, 3q. Podríamos preguntarnos ¿de
cuántas maneras diferentes podemos colocar las 5 bolas en las 5 cajas, una en cada caja?
Una pregunta similar y con la misma respuesta es la siguiente ¿De cuántas formas diferentes
64 3.8. Técnicas de conteo

se pueden formar palabras con 5 caracteres diferentes (sin repetir caracteres) si disponemos
solamente de 5 caracteres? Ambas respuestas serán el número total de permutaciones de
orden 5, es decir #S5 . Veremos un método no sólo para calcular #S5 sino en general para
calcular #Sn , para cualquier número natural n. Definamos primero lo que es el factorial de
un entero no negativo.
3.8.14. Definición. El factorial de un número natural n, denotado n!, es el producto de
los primeros n números naturales. Es decir
1! “ 1;
2! “ 1 ¨ 2;
3! “ 1 ¨ 2 ¨ 3;
·
·
·
n! “ 1 ¨ 2 ¨ 3 ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ n;
pn ` 1q! “ 1 ¨ 2 ¨ 3 ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ n ¨ pn ` 1q “ n! ¨ pn ` 1q.
Observemos que aún no hemos definido 0! (el factorial de cero), pero para cualquier número
natural n diferente de 1 se tiene que n! “ pn ´ 1q! ¨ n. Así para que la última igualdad se
cumpla también para n “ 1 es necesario que
1 “ 1! “ p1 ´ 1q! ¨ 1 “ 0! ¨ 1 “ 0!.
Ésta es una de las razones por las cuales es conveniente definir 0! :“ 1, lo cual siempre se toma
y tomaremos como su definición. De esta forma queda definido el factorial de n (denotado
n!) para cualquier entero no negativo n.
Demostraremos ahora que #Sn (el número de permutaciones de orden n) es igual a n!
pero antes veremos un lema técnico.
3.8.15. Lema. Sea n un número natural y A, B conjuntos con n elementos. El número de
biyecciones de A en B es #Sn .
Demostración. Sean f : t1, . . . , nu ÝÑ A y g : t1, . . . , nu ÝÑ B biyecciones de t1, . . . , nu
en A y de t1, . . . , nu en B respectivamente, además sean ak “ f pkq y bk “ gpkq; es decir
los elementos diferentes de A son a1 , a2 , . . . , an y los de B son b1 , b2 , . . . , bn . Demostremos
que toda biyección ϕ de A en B es de la forma ϕ : ak ÞÑ bσpkq para algún σ P Sn . Sea ϕ
una biyección de A en B y σ “ g ´1 ˝ ϕ ˝ f . Como f , ϕ y g ´1 son biyecciones, entonces
σ P Sn . Pero ϕpak q “ g ˝ σ ˝ f ´1 pak q “ g ˝ σpkq “ gpσpkqq “ bσpkq . Ahora, si σ, σ ˚ P Sn
son tales que bσpjq “ bσ˚ pjq para todo j P t1, . . . , nu, entonces (por definición de bk ) tenemos
que σpjq “ σ ˚ pjq, por lo tanto, a cada biyección ϕ de A en B le corresponde una única
permutación σ de orden n tal que ϕ : ak ÞÑ bσpkq . Recíprocamente, si σ P Sn , entonces
ϕ “ g˝σ˝f ´1 es una biyección de A en B y ϕpak q “ g˝σ˝f ´1 pak q “ g˝σpkq “ gpσpkqq “ bσpk ).
Así tenemos que Ψ : σ ÞÑ g ˝ σ ˝ f ´1 es una biyección de Sn al conjunto de biyecciones de A
en B. ‚
3.8.16. Teorema. El número de permutaciones en Jn es n!. Es decir #Sn “ n!.
Demostración. Procedamos por inducción matemática. Si n “ 1, entonces hay una úni-
ca permutación σ : t1u ÝÑ t1u. Supongamos que para algún n P N hay n! permuta-
3.8. Técnicas de conteo 65

ciones diferentes en Jn . Sea k P t1, 2, . . . , n, n ` 1u. Ahora, hay una correspondencia bi-
unívoca entre el conjunto de permutaciones σ P Sn`1 con σp1q “ k y el de biyecciones
σ 1 : t2, 3, . . . , n, n ` 1u ÝÑ t1, 2, . . . , n, n ` 1uztku por lo cual, debido al lema 3.8.15, hay n!
diferentes permutaciones σ P Sn`1 tales que σp1q “ k. Para cada k P t1, 2, . . . , n, n ` 1u sea

Vk “ tσ P Sn`1 : σp1q “ ku.

Observemos que si i ‰ j, entonces Vi X Vj “ ∅ y que


n`1
ď
Sn`1 “ Vk ,
k“1

por lo que debido al teorema 3.8.7 tenemos que


n`1
ÿ n`1
ÿ
#Sn`1 “ #Vk “ n! “ pn ` 1q ¨ n! “ pn ` 1q!,
k“1 k“1

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


Una consecuencia inmediata del teorema 3.8.16 y del lema 3.8.15 es el corolario siguiente.
3.8.17. Corolario. Si A y B son conjuntos con n elementos, entonces el número de biyec-
ciones de A en B es n!.
Con este corolario podemos responder ya a la pregunta ¿de cuantas formas diferentes
podemos colocar 5 bolas en 5 cajas, una bola en cada caja? La respuesta es de 5! “ 120
formas diferentes, donde cada forma diferente la identificamos con una biyección del conjunto
de 5 bolas en el conjunto de 5 cajas.
Planteemos ahora el siguiente problema: ¿Cuántos subconjuntos de 6 elementos tiene un
conjunto de 8 elementos? Resolveremos el problema en forma más general, pero es conveniente
dar antes algunas definiciones.
3.8.18. Definición. Sean m y n enteros tales que 0 ĺ n ĺ m. Definimos el número de
combinaciones de n en m como
ˆ ˙
m m!
:“ .
n n! ¨ pm ´ nq!

Para el caso en que m y n son enteros, pero no se cumple que 0 ĺ n ĺ m, definimos m


` ˘
n
:“ 0.
Veamos algunos ejemplos:
`5˘ 5! 5¨4¨3! 20
3
“ 3!¨p5´3q!
“ 3!¨2!
“ 2
“ 10,
`6˘ 6! 6!
0
“ 0!¨p6´0q!
“ 1¨6!
“ 1.
El teorema siguiente nos provee de algunas identidades importantes.
3.8.19. Teorema. Sean m y n enteros no negativos tales que n ĺ m.
ˆ ˙ ˆ ˙
n n
I) “ “ 1;
0 n
66 3.8. Técnicas de conteo
ˆ ˙
n
II) “ n;
1
ˆ ˙ ˆ ˙
m m
III) “ ;
n m´n
ˆ ˙ ˆ ˙ ˆ ˙
m`1 m m
IV) “ ` .
n`1 n n`1

Se dejan al lector la demostración de las identidades I), II) y III). Demostraremos nosotros
solamente la identidad IV).

Demostración de IV). Para el caso en que m “ n tenemos m .


` ˘ `m˘ ` ˘
n
` n`1 “ 1`0 “ 1 “ m`1 n`1
Para el caso en que n ă m tenemos
ˆ ˙ ˆ ˙
m m m! m!
` “ `
n n`1 n! ¨ pm ´ nq! pn ` 1q! ¨ pm ´ pn ` 1qq!

m! ¨ pn ` 1q m! ¨ pm ´ nq
“ `
pn ` 1q ¨ n! ¨ pm ´ nq! pn ` 1q! ¨ pm ´ nq ¨ pm ´ n ´ 1q!
m! ¨ pn ` 1q m! ¨ pm ´ nq m! ¨ pn ` 1q ` m! ¨ pm ´ nq
“ ` “
pn ` 1q! ¨ pm ´ nq! pn ` 1q! ¨ pm ´ nq! pn ` 1q! ¨ pm ´ nq!
ˆ ˙
m! ¨ pm ` 1q pm ` 1q! m`1
“ “ “ . ‚
pn ` 1q! ¨ pm ´ nq! pn ` 1q! ¨ ppm ` 1q ´ pn ` 1qq! n`1

3.8.20. Teorema. Sea A un conjunto finito


`m˘con m elementos y n un entero no negativo
menor o igual que m. El conjunto A tiene n subconjuntos diferentes con n elementos, es
decir ˆ ˙
m
#tB : B Ă A y #B “ nu “ .
n

Demostración. Veamos primero que el resultado es válido para algunos casos particulares.
Si n “ 0, entonces el único subconjunto con cero
`m˘ elementos de A es ∅, por lo que A tiene
solamente un subconjunto con cero elementos y n “ 0 “ 1.
`m˘

Si n “ m, entonces el único subconjunto de A con n elementos es el mismo A, por lo que


`Amtiene
˘ `m solamente
˘ un subconjunto con m elementos y por el teorema 3.8.19 III) tenemos que
n
“ m “ 1.
De lo anterior se concluye que el resultado es válido para m “ 0 y para m “ 1. Suponga-
mos que el resultado es válido para m “ M , donde M P N, y demostremos en base a ello que
también es válido para m “ M ` 1. Si n “ 0 ó n “ M ` 1, el resultado ya está demostrado.
Tomemos pues n de tal manera que 0 ă n ă M ` 1. Sea A un conjunto con M ` 1 elementos
y c un elemento de A. Los subconjuntos de A con n elementos los dividimos en dos tipos:

a) los que pertenecen a F :“ tD : D Ă A, c R D y D tiene n elementos};


3.8. Técnicas de conteo 67

b) los que pertenecen a F1 :“ tD : D Ă A, c P D y D tiene n elementos}.

Los subconjuntos de A que pertenecen F son todos los subconjuntos


` ˘ de Aztcu con n elementos
y Aztcu tiene M elementos, por lo que la cardinalidad de F es M . Ahora, Aztcu tiene n´1
`M˘
n
subconjuntos con n ´ 1 elementos y existe una biyección del conjunto de subconjuntos de
` Mcon
˘ n ´ 1 elementos en F , a saber E ÞÑ E Y tcu, `de modo que F1 es un conjunto
1
Aztcu
con n´1 elementos. Ahora, por el teorema 3.8.5, A tiene M ` M subconjuntos con n
˘ ` ˘
`M ˘ n ` M ˘n´1 `M `1˘
elementos, pero por el teorema 3.8.19 IV) tenemos que n ` n´1 “ n , con lo que el
teorema queda demostrado. ‚
Respondamos ahora a la pregunta ¿cuántos subconjuntos con 6 elementos tiene un con-
junto con 8 elementos? Según el teorema anterior la respuesta es
ˆ ˙
8 8! 8 ¨ 7 ¨ 6! 56
“ “ “ “ 28.
6 6! ¨ p8 ´ 6q! 6! ¨ 2! 2
Veamos ahora otro tipo de problema. Tenemos 4 cajas numeradas y 7 bolas numeradas,
de las 7 bolas queremos colocar una en cada caja (sobrarán

 
 
5 6  2 7
  4 

 
1  3
 

1 2 3 4

3 bolas). ¿De cuántas formas diferentes podemos hacer esto? Responder a esta pregunta
equivale a responder ¿cuántas funciones inyectivas hay de t1, 2, 3, 4u en t1, 2, 3, 4, 5, 6, 7u?
Responderemos como de costumbre a una pregunta más general, a saber ¿cuántas funciones
inyectivas hay de Jn en Jm con n ĺ m? La respuesta la da el teorema siguiente.
3.8.21. Notación. Al conjunto de funciones de B en A se le denota como BA.
m!
3.8.22. Teorema. Sean n y m enteros no negativos con n ĺ m. Hay pm´nq!
diferentes
funciones inyectivas de Jn en Jm . Es decir
m!
#tf P JnJm : f es inyectivau “ .
pm ´ nq!

Demostración. Observemos que si f es inyectiva, entonces Rpf q (el recorrido de f ) tiene


n elementos, además cualquier subconjunto de Jm con n elementos `m˘es el recorrido de alguna
función inyectiva de Jn en Jm . Por el teorema 3.8.20, Jm tiene n subconjuntos diferentes
con n elementos, denotemos a tales subconjuntos por A1 , A2 , . . . , Apmq . Ahora, sea ∆k “ tf P
n
68 3.8. Técnicas de conteo

Ak : f es inyectiva y Rpf q “ Ak u, por el corolario 3.8.17 tenemos que #∆k “ n!. Ahora,
Jn
m m

nq př
nq
por el teorema 3.8.7, tenemos que #tf P Jm : f es inyectivau “ #
Jn
∆k “ #∆k “
k“1 k“1
. Con lo que terminamos la demostración.
`m ˘ m! m!
n
¨ n! “ n!¨pm´nq! ¨ n! “ pm´nq! ‚
La demostración del siguiente corolario se deja para el lector.
3.8.23. Corolario. Sea A un conjunto con n elementos y B un conjunto con m elementos,
con n ĺ m. El número total de funciones inyectivas de A en B es
m!
.
pm ´ nq!

Respondiendo ahora a la pregunta ¿de cuántas formas diferentes podemos colocar una
bola en cada una de las 4 cajas si tenemos 7 bolas diferentes (distinguibles)? Como una bola
no puede estar en dos cajas diferentes, entonces a cada forma posible se le identifica con una
función inyectiva del conjunto de las 4 cajas en el conjunto de las 7 bolas y el número total
de funciones inyectivas es p7´4q!
7!
“ 7¨6¨5¨4¨3!
3!
“ 7 ¨ 6 ¨ 5 ¨ 4 “ 840.
Supongamos ahora que tenemos una lista de 6 personas y a cada una se le pide que escoja
un número entero secreto del 1 al 9. Para poder abrir una caja de seguridad cada una de
las seis personas deberá teclear su número secreto, en el orden de aparición de la lista. ¿De
cuántas formas diferentes se pudo formar la clave secreta? Responder a esta pregunta equivale
a saber cuántas funciones hay de J6 en J9 . La respuesta la da el siguiente teorema.
` ˘
3.8.24. Teorema. Si m y n son números naturales, entonces # JnJm “ mn .
Demostración. Procedamos por inducción matemática (sobre n). Si n “ 1, hay una corres-
pondencia biunívoca entre los elementos de Jm y las funciones f : t1u ÝÑ Jm , a saber la que
hace corresponder a cada elemento k P Jm la función 1 ÞÑ k, de modo que hay m “ m1 “ mn
funciones
`J diferentes de t1u en Jm . Supongamos que para un entero positivo N se cumple
que # Jm “ m . Para todo k P Jm sea ∆k “ tf P JN `1Jm : f pN ` 1q “ ku. Hay una
˘ N
N

correspondencia biunívoca entre ∆k y JNJm , a saber la que a cada f P ∆k le corresponde


g : JN ÝÑ Jm ,
xÞÑf pxq

m
por lo que #∆k “ # Jm “ mN , además tenemos que Jm y los conjuntos
`J ˘ Ť JN `1
N
∆k “
k“1
m m
∆1 , ∆2 , . . . , ∆k , . . . , ∆m son disjuntos, por lo cual #
`J ˘ Ť ř
N `1
Jm “ # ∆k “ #∆k “
k“1 k“1
m
mN “ m ¨ mN “ mN `1 , con lo que la demostración está completa.
ř

k“1
Volviendo al planteamiento del problema previo al teorema. El número de formas diferen-
tes de formar la clave secreta es 96 “ 531441 formas diferentes, es decir más de medio millón
de formas diferentes, por lo que sería muy difícil descifrar la clave secreta.
El teorema 3.8.24 tiene el corolario siguiente.
` ˘
3.8.25. Corolario. Si A es un conjunto con m elementos, entonces # JnA “ mn . En
particular #pA ˆ Aq “ m2 .
3.8. Técnicas de conteo 69

Demostración. Sea ϕ una biyección de Jm en A. La demostración se sigue del hecho de


que existe una correspondencia biunívoca entre JnA y JnJm , a saber g ÞÑ ϕ ˝ g, la cual el lector
podrá verificar que es una biyección de JnJm en JnA. ‚
La demostración del siguiente corolario se deja como ejercicio al lector.
3.8.26. Corolario.
`B ˘ Si A es un conjunto
`B ˘con m elementos y B es un conjunto con n elementos,
n #B
entonces # A “ m . Es decir # A “ p#Aq .
3.8.27. Teorema (algoritmo multiplicativo). Si A y B son conjuntos con m y n elementos
respectivamente, entonces #pA ˆ Bq “ m ¨ n. (Recordemos que A ˆ B “ tpa, bq : a P A y b P
Bu).
Demostración. Sea pb1 , b2 , . . . , bk , . . . , bn q una biyección de t1, 2, . . . , nu en B y Ak “
tpa, bk q : a P Au. Cada conjunto Ak tiene m elementos (verificarlo); A1 , A2 , . . . , An son dis-
n n n n
juntos, y A ˆ B “ Ak , por lo que #pA ˆ Bq “ #
Ť Ť ř ř
Ak “ #Ak “ m “ m ¨ n.
k“1 k“1 k“1 k“1

Una generalización del algoritmo multiplicativo es el siguiente corolario.
3.8.28. Corolario. Si A1 , A2 , . . . , Am son conjuntos con n1 , n2 , . . . , nm elementos respecti-
vamente, entonces #pA1 ˆ A2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Am q “ n1 ¨ n2 ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ nm .
La demostración del corolario anterior se puede hacer por inducción matemática y apli-
cando el teorema 3.8.7. Se dejan los detalles de la demostración al lector.
3.8.29. Teorema. Sea A un conjunto con N elementos, pn1 , n2 , . . . , nk q una sucesión con k
componentes enteras no negativas tales que n1 ` n2 ` ¨ ¨ ¨ ` nk “ N . El conjunto de sucesiones
de la forma pA1 , A2 , . . . , Ak q tales que tA1 , A2 , . . . , Ak u es una partición en clases de A y cada
Aj tiene nj elementos, es un conjunto con
N!
n1 ! ¨ n2 ! ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ nk !
elementos.
Demostración. Demostraremos el teorema por inducción sobre k. Si k “ 1, entonces
n1 “ N y A1 “ A, por lo que sólo hay una sucesión pA1 q “ pAq con una sola componente que
satisfaga las hipótesis del teorema y además N !{n1 ! “ N !{N ! “ 1. Supongamos ahora que el
resultado es válido para k “ m y sea pn1 , n2 , . . . , nm , nm`1 q una sucesión con m ` 1 compo-
nentes de enteros no negativos tales que n1 ` n2 ` ¨ ¨ ¨ ` nm ` nm`1 “ N . Ahora, utilizando la
hipótesis de inducción, podemos observar que por cada forma diferente en que podamos es-
coger un subconjunto Am`1 de A con nm`1 elementos, hay exactamente pnn11`n 2 `¨¨¨`nm q!
!¨n2 !¨¨¨¨¨nm !
formas
diferentes en que podemos escoger una sucesión de la forma pA1 , A2 , . . . , Am , Am`1 q tal que
tA1 , A2 , . . . , Am , Am`1 u sea una partición en clases de A, donde cada Aj tiene nj elementos.
Del teorema 3.8.20 vemos que el número de formas que podemos tomar un subconjunto Am`1
de A con nm`1 elementos es pN ´nm`1 N!
q!¨nm`1 !
N!
“ pn1 `n2 `¨¨¨`n m q!¨nm`1 !
. Ahora, por el teorema 3.8.7,
el número de formas en que podemos tomar una sucesión de la forma pA1 , A2 , . . . , Am , Am`1 q,
tal que tA1 , A2 , . . . , Am , Am`1 u sea una partición en clases de A y cada Aj tenga nj elementos,
es
pn1 ` n2 ` ¨ ¨ ¨ ` nm q! N!
¨
n1 ! ¨ n2 ! ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ nm ! pn1 ` n2 ` ¨ ¨ ¨ ` nm q! ¨ nm`1 !
70 3.8. Técnicas de conteo

N!
“ . ‚
n1 ! ¨ n2 ! ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ nm ! ¨ nm`1 !

3.8.30. Notación. Cuando N P N Y t0u y n1 , n2 , . . . , nk sean enteros no negativos tales que


k
nj “ N , entonces podremos usar la notación dada por
ř
j“1

ˆ ˙
N N!
:“ .
n1 , n2 , . . . , nk n1 ! ¨ n2 ! ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ nk !
k
Más aún, si nj ĺ N , tomaremos
ř
j“1

ˆ ˙
N N!
:“ ˜ ¸.
n1 , n2 , . . . , nk k
ř
n1 ! ¨ n2 ! ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ nk ! N ´ nj !
j“1

3.8.31. Teorema. Sea A un conjunto. Existe una biyección entre el conjunto At0, 1u y el
conjunto potencia de A.
Demostración. Para cada B Ă A tomemos la función 1lB : A ÝÑ t0, 1u tal que

1, si x P B,
#
1lB pxq :“
0, si x R B.

Dejamos como ejercicio para el lector el demostrar con detalle que la función F : ppAq ÝÑ
BÞÑ1lB
A
t0, 1u es una biyección de ppAq en t0, 1u. A

3.8.32. Definición. A la función 1lB dada en la demostración del teorema 3.8.31 se le llama
función indicadora del conjunto B.
3.8.33. Corolario. Si A es un conjunto finito, entonces #ppAq “ 2#A .
Demostración. Por el corolario 3.8.26 tenemos que #pAt0, 1uq “ 2#A , y por el teorema
3.8.31 tenemos que At0, 1u y ppAq tienen la misma cardinalidad, por lo tanto #ppAq “ 2#A .

Debido al corolario 3.8.33, al conjunto potencia de un conjunto A se le denota a veces por
2 .
A

Ejercicios.

1. Una persona con $2 en el bolsillo apuesta de uno en uno contra lo mismo en un «volado»
hasta que se termine el dinero o completar cuatro apuestas. ¿En cuántos de los casos
posibles estará:

a) a mano, b) exactamente $2 adelante?


3.8. Técnicas de conteo 71

2. Las cinco finalistas del concurso Señorita México son las representantes de Tlaxcala,
Yucatán, Puebla, Jalisco y Veracruz. ¿En cuántas formas pueden elegir los jueces a la
ganadora y a la primera suplente?

3. Hay 90 solicitantes de empleo para un departamento de noticias. Algunos de ellos


son graduados universitarios y otros no; algunos de ellos tienen al menos 3 años de
experiencia y otros no, donde la separación exacta está dada en la siguiente tabla:

Graduados No graduados
Al menos 3 años de experiencia 18 9
Menos de 3 años de experiencia 36 27

Sea G el conjunto de los aspirantes graduados y T el conjunto de los aspirantes con


más de 3 años de experiencia.
a) ¿Cuántos aspirantes graduados hay? b) ¿Qué porcentaje de los que pertenecen a T
no tienen experiencia de al menos 3 años?

4. En una ciudad los números telefónicos son de 8 cifras, pero las primeras dos cifras sólo
pueden variar entre el 22 y el 83. ¿Para cuántos números telefónicos tiene capacidad la
ciudad?

5. En un estado de la Federación las claves de las placas de los automóviles particulares


tienen primero 3 letras de las 27 del alfabeto español, seguidas por 3 dígitos del 0 al 9.
¿Cuántas claves diferentes de placas puede haber? Si además se pone la restricción de
que las letras no pueden estar repetidas en una misma placa ¿Cuántas claves diferentes
de placas puede haber?

6. Demostrar con detalle que la función F dada en la demostración del teorema 3.8.31 es
en efecto una biyección de ppAq en At0, 1u.

7. Tenemos un lote de 100 piezas de las cuales 20 son defectuosas. Se eligen 10 piezas al
azar.

a) ¿De cuántas maneras se pueden escoger las 10 piezas?


b) ¿De cuántas maneras podemos escoger 2 piezas defectuosas y 8 buenas?

8. ¿De cuántas maneras se pueden formar 6 personas en una fila?

9. En un zoológico hay 5 tigres, 3 elefantes, 6 camellos, 4 leones, 10 cabras y 9 antílopes.


¿De cuántas maneras podemos tomar 2 animales de cada especie?

10. En una fiesta se tienen diez niños y ocho mazapanes. ¿De cuántas maneras se pueden
escoger a ocho niños para darles un mazapán a cada uno de ellos?

11. En un estuche de instrumentos de óptica hay seis lentes cóncavos, cuatro convexos y tres
prismas. ¿En cuántas maneras diferentes se pueden elegir uno de los lentes cóncavos,
tres de los convexos y uno de los prismas?
72 3.8. Técnicas de conteo

12. ¿De cuántas maneras puede ocurrir que en un grupo de 21 personas: 5 tengan tipo de
sangre A, 4 tipo de sangre B, 10 tipo de sangre O y 2 tipo de sangre AB?

13. ¿De cuántas formas puede escogerse un comité compuesto de 3 hombres y 2 mujeres,
de un grupo de 7 hombres y 5 mujeres?

14. Una delegación de 4 estudiantes de una escuela se selecciona todos los años para asistir
a la asamblea anual de la Asociación de Estudiantes. a) ¿De cuántas maneras puede
elegirse la delegación si hay 12 estudiantes elegibles? b) ¿De cuantas maneras si dos de
los estudiantes elegibles no asisten al mismo tiempo? c) ¿De cuántas maneras si dos de
los estudiantes elegibles son casados y sólo asistirán si van ambos?

15. Un estudiante debe contestar 8 de 10 preguntas en un examen. a) ¿Cuántas maneras


de escoger tiene? b) ¿Cuántas maneras si las primeras tres preguntas son obligatorias?
c) ¿Cuántas, si tiene que contestar al menos 4 de las primeras 5 preguntas?

16. ¿De cuántas maneras puede un profesor escoger uno o más estudiantes de seis elegibles?

17. En una clase hay 12 estudiantes. ¿De cuántas maneras los 12 estudiantes pueden pre-
sentar 3 pruebas diferentes si a cada prueba le corresponden 4 estudiantes?

18. a) Hallar el número de formas en que cinco personas pueden sentarse en una fila. b)
¿Cuántas maneras hay si se sientan juntos una determinada pareja de novios?

19. Los candidatos para ocupar los puestos de presidente, secretario, tesorero, primer vocal,
segundo vocal, primer suplente y segundo suplente son Antonio, Claudio, Pompeyo,
Fabián, Octavio, Julio, Mario, Lépido, Tito, Constantino, Emilio, Británico, Tiberio y
Germánico. ¿De cuántas maneras puede quedar la conformación de los puestos?

20. En un equipo de futbol que tiene 20 jugadores inscritos se deben escoger 11 jugadores.
¿De cuántas maneras se pueden escoger los jugadores?

21. Si un club tiene cuatro candidatos para presidente, tres para vicepresidente, dos para
secretario y tres para tesorero, ¿de cuántas formas puede elegirse la mesa directiva?

22. De un comité de 11 personas se debe escoger un subcomité de cuatro, ¿de cuantas


manera puede hacerse?

23. ¿Cuál es el número de formas de escoger tres cartas de la baraja?

24. ¿De cuántas maneras se puede seleccionar una mano (cinco cartas) de la baraja?

25. ¿Cuántos pókeres de ases hay?

26. 10 niños que le van a pegar a una piñata deben formarse en una fila. ¿De cuántas
maneras pueden formarse?

27. El club de futbol Toluca tiene contratados 22 jugadores. En su próximo partido contra
el Santos el director técnico deberá decidir sobre el cuadro titular y los suplentes. En
tal partido se permite un máximo de 11 titulares y 6 suplentes.
3.8. Técnicas de conteo 73

a) Si el director técnico decide presentar el equipo que jugará con los 11 titulares, uno
de los cuales deberá ser presentado como portero, y los 6 suplentes ¿de cuántas
maneras puede hacer la presentación inicial del equipo?
b) Si de los 22 jugadores del equipo hay sólo tres que están habilitados como porteros
y el director técnico decide que uno de ellos deberá iniciar como titular en dicha
posición y al menos uno de los otros dos deberá iniciar ya sea como suplente o como
titular en el terreno de juego ¿de cuántas maneras puede hacer la presentación
inicial del equipo?

28. Después de haber elegido a los nueve abridores del equipo de beisbol Sultanes de Mon-
terrey en el juego contra los Saraperos de Saltillo, ¿cuántos órdenes al bate puede tener
el director del equipo si el pícher batea siempre en cuarta posición?

29. Se tiene la pintura azul necesaria para pintar 3 casas, la roja para pintar 5 y la verde
para pintar 6. En un barrio con 20 casas del mismo tamaño, ¿de cuántas maneras
pueden ser pintadas las casas con a lo más un color de tal manera que se ocupe toda
la pintura?
74 3.9. Segundo método de inducción matemática

3.9. Segundo método de inducción matemática


En esta sección veremos una nueva técnica para hacer demostraciones. Tal técnica es
otra versión del método de inducción matemática. El método consiste en lo siguiente: para
demostrar que una proposición ppnq es verdadera para todo número natural n es suficiente
demostrar que pp1q es verdadera y que si ppnq es verdadera para todo número natural n
menor o igual que un número natural k, entonces la proposición ppk ` 1q es verdadera.
Veamos primero algunos resultados y nociones preliminares.
3.9.1. Definición. Dado un conjunto A Ă N. Decimos que un número m P A es el primer
elemento de A si para todo a P A se tiene que m ĺ a.
3.9.2. Lema. Sean k y a dos números naturales. Si k ă a, entonces k ` 1 ĺ a.
Demostración. Si k ă a, entonces a “ k`t para algún t P N. Si t “ 1, se tiene que k`1 “ a.
Si t ą 1, entonces existe un s P N tal que t “ s`1, por lo que a “ k`t “ k`ps`1q “ pk`1q`s,
es decir a ą k ` 1, por lo tanto k ` 1 ĺ a. ‚
3.9.3. Teorema. Sea A un subconjunto no vacío de números naturales. El conjunto A tiene
un primer elemento.
Demostración. Supongamos que no existe ningún m P A tal que para todo a P A se tenga
que m ĺ a. Es decir supongamos que para todo m P A existe un a P A tal que a ă m. Sea
B “ tn P N : n ă a para todo a P Au y demostremos bajo la suposición anterior que B “ N.
El número 1 no puede pertenecer a A debido a que sería el primer elemento de A. Si n P B,
entonces para todo a P A se tiene que n ă a, por lo que debido al lema anterior n ` 1 ĺ a,
pero es imposible que n ` 1 P A puesto que contradice la suposición de que no existe ningún
m P A tal que para todo a P A se tenga m ĺ a, por lo tanto n ` 1 R A y así concluimos
que n ` 1 ă a para todo a P A, de modo que n ` 1 P B. Hemos demostrado por inducción
matemática que B “ N. Ahora los conjuntos A y B son disjuntos, es decir A X B “ ∅,
pero como B “ N, tenemos que A X N “ ∅, pero como A Ă N, entonces A “ A X N “ ∅,
contradiciendo la hipótesis del teorema. ‚
3.9.4. Teorema (segundo método de inducción matemática). Para cada número na-
tural n sea ppnq una proposición. Si pp1q es verdadera y además
@k P N, p@n ĺ k, ppnqq ùñ ppk ` 1q
es verdadera; entonces el conjunto solución del predicado p es N, es decir ppnq es verdadera
para todo número natural n.
Demostración. Sea p un predicado cuyo dominio es N tal que pp1q y
@k P N, p@n ĺ k, ppnqq ùñ ppk ` 1q.
Tomemos A “ tn P N : ppnqu. Si A ‰ ∅, por el teorema 3.9.3, existe un m P A tal que para
todo a P A se tiene que m ĺ a. Como pp1q es verdadera, entonces m es el sucesor de algún
número natural s, es decir m “ s ` 1. Ahora si t ĺ s, entonces t ă m y se cumple pptq, por
lo que se debe cumplir pps ` 1q, es decir se debe cumplir ppmq, contradiciendo el hecho de
que m P A, por lo tanto A “ ∅. Es decir ppnq es verdadera, para todo n P N. ‚
El segundo método de inducción matemática se utilizará más adelante cuando se vean
algunas propiedades de los números enteros.
3.10. Conjuntos infinito numerables 75

3.10. Conjuntos infinito numerables


En esta sección estableceremos algunas propiedades útiles de los conjuntos que son infi-
nitos y además numerables.
3.10.1. Definición. Decimos que un conjunto es infinito numerable si es infinito y además
es numerable.
3.10.2. Teorema. Si A es un conjunto infinito numerabe entonces existe una correspondencia
biunívoca entre N y A.
Demostración. Sea N Ă N un conjunto infinito tal que existe una correspondencia biuní-
voca ψ : N ÝÑ A entre N y A. Definamos recursivamente una biyección ϕ : N ÝÑ N entre N
y N de la manera siguiente: ϕp1q es el primer elemento de N ; ϕpk ` 1q es el primer elemento
de N ztϕprq : r P Jk u. Tenemos así que ϕ ˝ ψ es una correspondencia biunívoca entre N y A. ‚
3.10.3. Teorema. Sea A un conjunto infinito numerable y B un conjuinto finito. El conjunto
A Y B es infinito numerable.
Demostración. El teorema se sigue al tomar una biyección ψ de N sobre A, una biyección
γ de J#B sobre B y observar que si ζ : N ÝÑ A Y B es la función tal que ζpnq “ γpnq cuando
n ĺ #B, pero ζpnq “ ψpn ´ #Bq cuando n ą #B, entonces ζ es una biyección de N sobre
A Y B. ‚
3.10.4. Teorema. Sea A un conjunto tal que existe una función ψ : N ÝÑ A sobre A. El
conjunto A es numerable.
Demostración. Para cada a P A sea na el primer número natural n tal que ψpnq “ a y
observemos que la función ζ : A ÝÑ N es inyectiva, de manera que al tomar B Ă N como el
aÞÑna
recorrido de ζ tenemos que ζ : B ÝÑ A es una biyección entre un subconjunto de N y el
´1

conjunto A, es decir A es numerable. ‚


3.10.5. Teorema. Si A y B son conjuntos infinito numerables, entonces AYB es un conjunto
infinito numerable.
Demostración. Sean ϕ y ψ biyecciones de N en A y en B respectivamente. Observemos
que la función χ : N ÝÑ A Y B dada por

q si n es impar
#
ϕp n`1
2
χpnq “
ψp n2 q si n es par

es una función sobre A Y B, de manera que por el teorema 3.10.4 tenemos que A Y B es
numerable. Ahora, como un conjunto infinito está incluido en A Y B, entonces A Y B no
puede ser finito debido al teorema 3.7.11. ‚
Usando inducción matemática se puede demostrar fácilmente el corolario siguiente.
3.10.6. Corolario. Si pAk qN
k“1 es una sucesión finita de N conjuntos numerables, entonces
ŤN
Ak es un conjunto numerable.
k“1
76 3.10. Conjuntos infinito numerables

Tenemos un tipo de generalización del corolario anterior.


3.10.7. Teorema.
Ť Si para cada k P N tenemos que Ak es un conjunto infinito numerable,
entonces Ak es un conjunto infinito numerable.
kPN

Demostración. Para cada k P N sea ψk : N ÝÑ Ak una biyección de N sobre Ak . Sea


Ak . Construiremos una función ψ : N ÝÑ A y dejaremos al lector los detalles de
Ť
A “
kPN
demostrar que ψ es una función de N sobre A, y luego demostrar que A es un conjunto
infinito numerable. Para cada j P N y cada i P Jj sea ai,j “ ψj piq Sea ψp1q “ ψ1 p1q; sea
r
s0 “ 0 y para cada r P N sea sr “ k y si n P N es tal que sr ă n ĺ sr`1 tomemos
ř
k“1
ψpnq “ ψn´sr p1 ` sr`1 ´ nq. ‚
3.10.8. Corolario. Si A y B son conjunto infinito numerables, entonces AˆB es un conjunto
infinito numerable.
Demostración. Sean ψ y ζ biyecciones de N sobre A y de N sobre B respectivamente.
observemos que cada elemento de A ˆ B es de la forma pψpmq, ζpnqq, donde m, n P N.
Observemos además que para cada n P N el conjunto An :“ tpa, ζpnqq : a P Au es infinito
numerable debido a que existe una biyección entre A y An , de manera que por el teorema
3.10.7 y por el hecho de que A ˆ B “ An , tenemos que A ˆ B es infinito numerable. ‚
Ť
nPN

3.10.9. Teorema. Cualquier subconjunto infinito de un conjunto numerable es un conjunto


numerable.
Demostración. Sea A un conjunto infinito numerable y B Ă A un conjunto infinito.
Tomemos una biyrcción ψ de N sobre A. La función ψ ´1 |B que es la restricción de ψ ´1 al
conjunto B es una función inyectiva, de manera que pψ ´1 |Bq´1 es una biyección entre ψ ´1 rBs,
el cual es un subconjunto de N, y el conjunto B, por lo que B es numerable. ‚
3.11. Diagramas 77

3.11. Diagramas

3.11.1. Definición. En las matemática es muy común usar diagramas, de hecho en este
texto ya los hemos usado. Si bien el uso de diagramas o dibujos no se considera válido
como argumento formal en las demostraciones matemáticas, esto sirve para ilustrar, hacer
más comprensible o amena la explicación de algún concepto. Sin que la siguiente sea una
definición rigurosa, entenderemos que un diagrama es un dibujo o figura que sirve para
ilustrar o ejemplificar un concepto. Unos de los diagramas más usados en las matemáticas
son los diagramas de Venn o diagramas de Euler. Los diagramas de Venn se emplean
para representar conjuntos de las siguientes formas:

I) Se dibuja un rectángulo que representa el conjunto universo y dentro de el se dibujan


círculos u óvalos que representan conjuntos incluidos en el conjunto universo. Por ejem-
plo, el siguiente diagrama de Venn representa a un conjunto A que está incluido en un
conjunto universo U .

II) Al hecho de que un conjunto A sea subconjunto de un conjunto B, se le representa así.

III) Al hecho de que dos conjuntos A y B tengan intersección no vacía se le representa así.
78 3.11. Diagramas

A B

IV) Al hecho de que dos conjuntos A y B tengan intersección vacía se le representa así.

A B

Representaciones similares se pueden hacer para el caso de 3 o más conjuntos, donde en


algunos casos se usan colores para hacer más agradable la presentación.
3.11.2. Definición. Otro tipo de diagramas que se usan en matemáticas para representar
relaciones definidas en algún conjunto finito son las llamadas grafos dirigidos. Un grafo
dirigido o digrafo es un diagrama que representa una relación R definida en un conjunto
A de la siguiente manera:

I) Se determina la gráfica GrpRq “ tpx1 , y1 q, px2 , y2 q, . . . , pxn , yn qu Ă A ˆ A de la relación


R.

II) Los elementos de A se representan en el diagrama como pequeños círculos a los cuales
les llamamos nodos.

III) Si se tiene que xRy, es decir si px, yq P GrpRq, entonces esto se representa en el grafo
uniendo el nodo correspondiente a x con el nodo correspondiente a y con una flecha, es
decir con una línea que comienza en el nodo que representa a x y termina en el nodo
que representa a y y apunta hacia el nodo que representa a y. A la flecha que comienza
en el nodo correspondiente a x y termina en el correspondiente a y, y que representa
el hecho de que x está relacionada con y se le llama arco dirigido. Al arco dirigido
que va del nodo correspondiente a x al nodo correspondiente a y generalmente se le
representa con la pareja ordenada px, yq.
3.11. Diagramas 79

Por ejemplo, el siguiente grafo representa la relación cuya gráfica es tp1, aq, p2, bq, p3, aq,
p3, cq, pc, cqu.

1 e
HH
H
2 e j ea
HH
H
HH *


H 

3 e j eb
HH
H
H
HH
j ec
H
H
H


Al representar una relación de orden parcial mediante su grafo suele suceder que ha-
ya muchas flechas y que éstas estén muy amontonadas, esto debido a que las relaciones
de orden parcial son reflexivas y transitivas, lo que lleva a que la representación se con-
vierta en una maraña y no sea agradable a la vista. Por ejemplo, si tenemos el conjunto
A “ ttau, tbu, tcu, ta, du, tb, cu, ta, d, eu, ta, b, c, du, ta, b, c, d, f u, ta, b, c, d, f, guu y lo ordena-
mos mediante la relación de inclusión Ă, entonces el grafo que representa dicho orden sería
de la siguiente forma.

-e -e -e
 
@ @ 
@-e
R
@ @- e
R
@ 
PP )
H
Q H PP  A
Q H PP
Q HH PP  A
Q H P  A
Q H R PP
Q Hj
- e  PPP q
- e
AU ?
q
Q 
Q
Q 
Q  Q
 Q
Q
e - e
R 

Q
sN ?
-
-  -
6 *

Además, como podemos ver, casi no queda espacio para etiquetar los nodos.
3.11.3. Definición. Los diagramas de Hasse o diagramas de árbol son diagramas que
sirven para representar conjuntos finitos parcialmente ordenados. La representación de un
conjunto parcialmente ordenado por la relación ĺ mediante diagramas de Hasse sigue las
reglas que a continuación se enlistan:

I) Los elementos del conjunto se representan generalmente por puntos, aunque a veces
también se representan con círculos, cuadros, rectángulos, etcétera.
80 3.11. Diagramas

II) Si a ĺ b y a ‰ b, el punto que representa a a se pone en una posición más alta que el
punto que representa a b.

III) Si a ĺ b, a ‰ b y además no existe ningún c entre a y b, es decir no existe ningún c


diferente de a y de b tal que a ĺ c y c ĺ b; entonces los puntos que representan a a
y a b se unen mediante un segmento de línea (generalmente recta y sin necesidad de
usar flecha) que comienza en el punto que representa a a y termina en el punto que
representa a b.

Pongamos nuevamente como ejemplo al conjunto A “ ttau, tbu, tcu, ta, du, tb, cu, ta, d, eu,
ta, b, c, du, ta, b, c, d, f u, ta, b, c, d, f, guu con el orden parcial Ă, pero ahora representémoslo
con un diagrama de Hasse.

tau
u
tbu
u
tcu
u
@ @
@ @
@uta, du @u
@ tb, cu
@
u @u
ta, b, c, du
ta, d, eu

uta, b, c, d, f u

u
ta, b, c, d, f, gu

El representar una relación de equivalencia mediante un digrafo lleva al mismo tipo de


problemas que la relación de un orden parcial. Una alternativa para representar mediante
diagramas una relación de equivalencia es representar por puntos a los elementos del conjunto
en el cual está definida la relación de equivalencia y mediante diagramas de Venn encerrar
en un mismo círculo u óvalo a los elementos que estén en la misma clase, de tal manera que
los círculos u óvalos que encierran a clases distintas no se corten.
3.11.4. Definición. Cuando sabemos que una relación R es simétrica, generalmente se
representa por un tipo de diagrama llamado grafo no dirigido o red no dirigida, la cual
se construye del siguiente modo:

I) Se determina la gráfica GrpRq “ tpx1 , y1 q, px2 , y2 q, . . . , pxn , yn qu Ă A ˆ A de la relación


R.

II) Los elementos de A se representan en el diagrama como pequeños círculos a los cuales
les llamamos vértices.

III) Si se tiene que xRy, es decir si px, yq P GrpRq, entonces esto se representa en el grafo
no dirigido uniendo el vértice correspondiente a x con el vértice correspondiente a y
con una sola línea. A la línea que une el punto que representa x con el que representa
y, y que representa el hecho de que x está relacionada con y (y también que y está
3.11. Diagramas 81

relacionada con x, ya que la relación R es simétrica) se le llama arista o arco no


dirigido. Al la arista que une x con y generalmente se le representa con el conjunto
tx, yu.

Por ejemplo, si R es una relación simétrica cuya gráfica es GrpRq “ tpa, aq, pa, bq, pb, aq,
pc, dq, pd, cq, pc, eq, pe, cq, pe, f q, pf, equ, esta relación se puede representar por medio del si-
guiente grafo no dirigido.

e
a be ce



d 
e
 ee



e

f
82 3.11. Diagramas
Capítulo 4

EL CONJUNTO DE LOS NÚMEROS REALES

4.1. Introducción
En el conjunto N de los números naturales están definidas las operaciones de suma (`),
multiplicación (¨) y potencia. Es decir la suma de dos números naturales es un número
natural, la multiplicación de dos números naturales es un número natural, y un número
natural elevado a un número natural es un número natural. Para dos números naturales m, n
no siempre está definida la resta m ´ n como un número natural, m ´ n es un número natural
solamente cuando m ą n. Para lograr que la resta de dos números esté siempre definida hay
que ampliar apropiadamente el conjunto N de tal manera que la resta de dos números de esté
nuevo conjunto sea un número del conjunto. Primero que nada (como se hizo anteriormente
en la definición 3.5.3) al conjunto N se le agrega el número cero, denotado 0. El número cero
es tal que para m, n P N se define

n ´ n “ 0,

n ` 0 “ 0 ` n “ n,

n0 “ 1,

0n “ 0,

n ¨ 0 “ 0 ¨ n “ 0,

n ą 0,

0 ` 0 “ 0.

En el conjunto N Y t0u de los enteros no negativos no se ha logrado mucho. El logro


principal es el de poder restar dos cantidades iguales «si a x le quito x no queda nada».
Históricamente el cero se introdujo con la necesidad de representar «la nada». Pero en el
conjunto N Y t0u no se puede restar a x un número y si y ą x. En el razonamiento humano
primitivo esto puede tener sentido puesto que no se concibe la idea de quitarle a alguien
o a algo lo que no tiene. Pero después, por ejemplo, cuando una persona tenía el dinero
suficiente para pagar un producto, al comprarlo quedaba con la cantidad de dinero que tenía

83
84 4.1. Introducción

menos el costo del producto. De no tener el dinero suficiente para pagar el producto, la
persona quedaba con una deuda que consistía en el valor del producto menos la cantidad de
dinero pagado o abonado. De esta forma, el hecho de restar a una cantidad x una cantidad
y con y ą x adquiere sentido si a tal resta la identificamos con deudas. En la actualidad
esta práctica es muy común, por ejemplo, con las tarjetas de crédito. De esta forma nace la
necesidad de agregarle al conjunto N Y t0u otros elementos de tal forma que la resta de dos
números x e y esté definida sin importar cual de los dos sea mayor.
Para ampliar el conjunto N Y t0u, a cada número natural n le hacemos corresponder un
objeto ´n que no esté en N Y t0u de tal manera que si m y n son dos números naturales
diferentes, entonces ´m y ´n son diferentes. Además si m ą n, definimos n ´ m como
´pm ´ nq. Al conjunto expandido de esta forma lo denotamos por Z y lo llamamos conjunto
de números enteros.
Se puede definir en Z apropiadamente la suma, la resta y la multiplicación de manera tal
que satisfaga las propiedades asociativa, conmutativa, distributiva, etc. Así tenemos
N Ă N Y t0u Ă Z.
El conjunto Z tiene la desventaja de que no siempre es posible dividir dos números enteros,
es decir la división de dos números enteros no siempre es un número entero. Si m ¨ n “ k,
decimos que m “ k{n. Por ejemplo 8 ¨ 5 “ 40 por lo que 5 “ 40{8. Pero no existe ningún
entero tal que sea igual a 10{7. Se ve la necesidad de expandir aún más el conjunto Z a
un conjunto más amplio, el llamado conjunto de los números racionales. Tal conjunto es
necesario en la práctica. Por ejemplo, si tenemos 10 litros de agua y los queremos repartir
entre 7 personas de tal forma que cada uno obtenga la misma cantidad de agua, entonces
cada persona obtendrá 10/7 de litro.
Un número será racional si es de la forma m{n, donde m y n son enteros y n ‰ 0.
Observemos que m “ m{1. Dos números racionales m{n y k{l son iguales si y sólo si m ¨ l “
k ¨ n. Definiremos las operaciones de dos números racionales de la siguiente manera:

‚ pm{nq ¨ pk{lq “ pm ¨ kq{pn ¨ lq, n, l ‰ 0;


‚ pm{nq{pk{lq “ pm ¨ lq{pk ¨ nq, n, k, l ‰ 0;
‚ m{n ` k{l “ pm ¨ l ` k ¨ nq{pn ¨ lq, n, l ‰ 0;
‚ m{n ´ k{l “ m{n ` p´k{lq, n, l ‰ 0;
‚ ´ pm{nq “ p´mq{n, n ‰ 0;
‚ pm{nq1 “ m{n, pm{nqk`1 “ pm{nqk pm{nq, n ‰ 0, k P N;
‚ pm{nq´k “ 1{pm{nqk , n ‰ 0, k P N;
‚ pm{nq0 “ 1, m, n ‰ 0.
Al conjunto de los números racionales se le denota por Q. La suma, resta y multiplicación
de dos números racionales es un número racional. La división p{q de dos números racionales
p y q está definida siempre que q ‰ 0. ¿Por qué no definir p{0? Si p ‰ 0, entonces no existe
ningún número racional c tal que c ¨ 0 “ p. Si p “ 0, entonces cualquier número racional c
satisface c ¨ 0 “ 0 “ p. ¿Cuál de los valores de c debemos tomar para definir 0{0? Se opta por
no definir 0{0 y se ve que si p ‰ 0 es imposible definir p{0 de tal manera que pp{0q ¨ 0 “ p.
4.1. Introducción 85

Observemos que hasta ahora tenemos la siguiente serie de inclusiones

t1, 2u Ă N Ă N Y t0u Ă Z Ă Q.

¿Es necesario expandir aún más el conjunto Q de números racionales? Veamos algunas
razones geométricas que dan una respuesta afirmativa. Supongamos que tenemos un triángulo

?
2 1

1
?
rectángulo
? cuya longitud de cada cateto
? ? es 1. La longitud de la hipotenusa es 2, donde
2 es un número positivo tal que 2 ¨ 2 “ 2. Más adelante se demostrará que no existe
ningún número racional q tal que q 2 “ 2. Se tiene entonces que los números racionales no
son suficientes para medir longitudes. Otro ejemplo de un número que no es racional es π.
El número π representa el área de un círculo de radio 1 ó la mitad de la longitud de una
circunferencia de radio 1. Así pues, se tomará un conjunto de números más grande al que
llamaremos conjunto de números reales, el cual denotaremos por R, de tal forma que Q Ă R.
En R estarán definidas apropiadamente las operaciones de suma, resta, multiplicación y
división (con la única excepción de que la división entre cero no está definida). Se tendrá
pues que
t1, 2u Ă N Ă N Y t0u Ă Z Ă Q Ă R.
Existe una forma de extender el conjunto R de los números reales a un conjunto C llamado
conjunto de números complejos, tal conjunto se estudiará posteriormente, por el momento
cuando hablemos de números nos estaremos refiriendo a los números reales.
86 4.2. Operaciones en el conjunto de números reales

4.2. Operaciones en el conjunto de números reales


Comencemos esta sección aceptando el siguiente axioma.
4.2.1. Axioma. Existe un conjunto R en el cual están definidas las operaciones ` y ¨ que
son cerradas en R. Además son verdaderas las propiedades que enunciaremos a continuación:
4.2.2. Propiedad asociativa para la suma. Si a, b, c P R, entonces

a ` pb ` cq “ pa ` bq ` c.

En el caso de la suma de tres números a ` b ` c se entenderá que representa el valor


común a ` pb ` cq y pa ` bq ` c. La propiedad anterior indica que el resultado de sumarle a a
el número b ` c será el mismo que el de sumarle a a ` b el número c. Por ejemplo (5 + 8) +
3 = 13 + 3 = 16 y 5 + (8 + 3) = 5 + 11 = 16.
4.2.3. Definición. Al conjunto R se le llama conjunto de números reales.
4.2.4. Propiedad del elemento neutro para la suma. Existe un número 0, tal que para
todo a P R tenemos que
a ` 0 “ 0 ` a “ a.

4.2.5. Propiedad del inverso aditivo. Para todo a P R existe un único número real
(denotado por) ´a tal que
a ` p´aq “ p´aq ` a “ 0.

4.2.6. Definición. Al número ´a se le llama el inverso aditivo de a.


Observemos que el número 0 es el único número tal que a ` 0 “ a, pues si x fuera un
número tal que a ` x “ a, entonces x “ 0 ` x “ p´a ` aq ` x “ ´a ` pa ` xq “ ´a ` a “ 0.
Lo que acabamos de ver es que 0 (el número cero) es el único número que cumple con la
propiedad del elemento neutro para la suma.
4.2.7. Propiedad conmutativa para la suma. Si a, b P R, entonces

a ` b “ b ` a.

La propiedad anterior indica que no importa el orden en que se realice la suma.


Veremos ahora algunas propiedades para la multiplicación.
4.2.8. Propiedad asociativa para la multiplicación. Si a, b, c P R, entonces

a ¨ pb ¨ cq “ pa ¨ bq ¨ c.

4.2.9. Propiedad del elemento unitario. Existe un único número real 1, tal que 1 ‰ 0 y
si a P R, entonces
a ¨ 1 “ 1 ¨ a “ a.
4.2. Operaciones en el conjunto de números reales 87

4.2.10. Propiedad del inverso multiplicativo. Para todo número real a ‰ 0 existe un
único número real, denotado por a1 , o por 1{a, tal que

1 1
a¨ “ ¨ a “ 1.
a a

4.2.11. Definición. Si a es un número real diferente de cero, al número 1


a
se le llama el
inverso multiplicativo de a.
4.2.12. Propiedad conmutativa para la multiplicación. Si a, b P R, entonces

a ¨ b “ b ¨ a.

Debemos enfatizar en el hecho de que para que un número tenga inverso multiplicativo,
tal número debe ser diferente de cero, pues como veremos más adelante 0 ¨ x “ 0 y 0 ‰ 1
como se estableció en la propiedad del elemento unitario.
4.2.13. Propiedad distributiva. Si a, b, c P R, entonces

a ¨ pb ` cq “ a ¨ b ` a ¨ c.

Es importante aclarar que bajo ausencia de paréntesis se efectúan primero las operaciones
de multiplicación y después las de suma.
Resumamos todas las propiedades anteriores en forma conjunta:

a ` pb ` cq “ pa ` bq ` c.

a ` 0 “ 0 ` a “ a.

a ` p´aq “ p´aq ` a “ 0.

a ` b “ b ` a.

a ¨ pb ¨ cq “ pa ¨ bq ¨ c.

a ¨ 1 “ 1 ¨ a “ a; 1 ‰ 0.

para a ‰ 0.
`1˘ `1˘
a¨ a
“ a
¨ a “ 1;

a ¨ b “ b ¨ a.

a ¨ pb ` cq “ a ¨ b ` a ¨ c.
88 4.2. Operaciones en el conjunto de números reales

Establezcamos algunos teoremas derivados de las propiedades anteriores.


4.2.14. Ley de la cancelación para la suma. Si a ` x “ b ` x, entonces a “ b.
Demostración. a ` x “ b ` x ùñ pa ` xq ` p´xq “ pb ` xq ` p´xq ùñ a ` px ` p´xqq “
b ` px ` p´xqq ùñ a ` 0 “ b ` 0 ùñ a “ b. ‚
4.2.15. Ley de la cancelación para la multiplicación. Si a ¨ x “ b ¨ x y x ‰ 0, entonces
a “ b.
La demostración de la ley 4.2.15 se puede hacer con un método similar a la de la ley
4.2.14 y se deja como ejercicio para el lector.
4.2.16. Teorema. ´0 “ 0.
Demostración. Como 0 ` 0 “ 0, entonces 0 es el inverso aditivo de 0, es decir ´0 “ 0. ‚
4.2.17. Teorema. Si a P R, entonces a ¨ 0 “ 0.
Demostración. 0 ` a ¨ 0 “ a ¨ 0 “ a ¨ p0 ` 0q “ a ¨ 0 ` a ¨ 0, es decir

0 ` a ¨ 0 “ a ¨ 0 ` a ¨ 0.

Cancelando a ¨ 0 en ambos lados de la igualdad anterior obtenemos que 0 “ a ¨ 0. ‚


Como 1 ‰ 0, con el teorema 4.2.17 vemos que el cero no tiene inverso multiplicativo.
Definamos ahora la operación de resta.
4.2.18. Definición. A la resta de a y b se le definirá como a ` p´bq y se le denotará por

a ´ b.

Esta última expresión se lee «a menos b».


Obsérvese que el símbolo ´ juega dos papeles. Por una parte indica la operación de resta
o sustracción y por otra ´a denota el inverso aditivo de a.
Definamos ahora la operación de división.
4.2.19. Definición. Sean a, b P R con b ‰ 0. Definimos la división de a y b como a ¨ .A
`1˘
b
la división de a y b se le denotará por
a
b
y se lee «a entre b» ó «a partido en b».
Debido a que 1{0 no está definido, tampoco está definido a{0. Observemos que 1{b denota
por una parte al inverso multiplicativo de b y por otra a la división de 1 y b. Esto no constituye
ningún problema debido a que 1 entre b es el inverso multiplicativo de b (si b ‰ 0).
4.2.20. Teorema. Para todo a P R, ´a “ p´1q ¨ a.
Demostración. Tenemos que a ` p´1q ¨ a “ 1 ¨ a ` p´1q ¨ a “ p1 ` p´1qq ¨ a “ 0 ¨ a “ 0.
Ahora, por la unicidad del inverso aditivo, tenemos que p´1q ¨ a “ ´a. ‚
4.2.21. Corolario. Si a, b P R, entonces

a ¨ p´bq “ ´pa ¨ bq “ p´aq ¨ b.


4.2. Operaciones en el conjunto de números reales 89

Demostración. Demostraremos solamente que a ¨ p´bq “ ´pa ¨ bq, la otra igualdad se puede
demostrar con la misma idea y usando la propiedad conmutativa para la multiplicación.
Tenemos las siguientes igualdades

a ¨ p´bq “ a ¨ pp´1q ¨ bq “ pa ¨ p´1qq ¨ b “ pp´1q ¨ aq ¨ b “ p´1q ¨ pa ¨ bq “ ´pa ¨ bq,

donde se usó el teorema 4.2.20 dos veces, la propiedad asociativa dos veces y la conmutativa
una vez. ‚
4.2.22. Teorema. Para todo a P R, ´p´aq “ a.
Demostración. Tenemos primero que por definición de inverso aditivo

p´aq ` p´p´aqq “ 0 “ p´aq ` a,

de donde obtenemos por la ley de la cancelación que ´p´aq “ a. ‚


4.2.23. Teorema. Si a, b P R, entonces p´aq ¨ p´bq “ a ¨ b.
Demostración. Usando el teorema 4.2.22 y el corolario 4.2.21 obtenemos

p´aq ¨ p´bq “ ´pa ¨ p´bqq “ ´p´pa ¨ bqq “ a ¨ b. ‚

4.2.24. Teorema. Si a y b son números reales diferentes de cero, entonces


1 1 1
¨ “ .
a b a¨b

Demostración. Tenemos que pa ¨ bq ¨ a1 ¨ 1b “ a ¨ “ 1 ¨ 1 “ 1, por lo que es el


` ˘ 1 1 1 1
a
¨b¨ b a
¨ b
inverso multiplicativo de a ¨ b, es decir a1 ¨ 1b “ a¨b
1
. ‚
4.2.25. Teorema. Si a, b, c, d son números reales tales que c, d ‰ 0, entonces
a b a¨b
¨ “ .
c d c¨d

.
a b
`1 ˘ ` ˘
Demostración. c
¨ d
“ a ¨ 1c ¨ b ¨ 1
d
“ pa ¨ bq ¨ c
¨ 1
d
“ pa ¨ bq ¨ 1
c¨b
“ a¨b
c¨d

4.2.26. Teorema. Si a, b, c, d son números reales tales que c, d ‰ 0, entonces
a b a¨d`b¨c
` “ .
c d c¨d

Demostración. ac ` db “ ac ¨ dd ` db ¨ cc “ a¨d c¨d


b¨c
` d¨c “ a¨d
c¨d
b¨c
` c¨d 1
“ pa ¨ dq ¨ c¨d 1
` pb ¨ cq ¨ c¨d
1
“ pa ¨ d ` b ¨ cq ¨ c¨d “ a¨d`b¨c
c¨d
. Se deja al lector el completar los detalles de la demostración,
diciendo el resultado que se utilizó en cada igualdad. ‚
90 4.3. Desigualdades

4.3. Desigualdades
4.3.1. Axioma. Existe una relación de R en R, denotada por ą, la cual satisface las siguientes
propiedades:
4.3.2. Propiedad de tricotomía. Si a, b P R, entonces solamente una de las siguientes tres
proposiciones es verdadera:
I) a ą b.

II) a “ b.

III) b ą a.

4.3.3. Propiedad transitiva. Si a ą b y b ą c, entonces a ą c.


4.3.4. Propiedad de cancelación para desigualdades. Si a, b, c P R, tenemos que

a ą b ðñ a ` c ą b ` c.

4.3.5. Propiedad de preservación por multiplicación de positivo.

pa ą b y c ą 0q ùñ a ¨ c ą b ¨ c.

4.3.6. Definición. A la relación ą se le llama mayor que. Decimos que a es menor que
b, y lo denotamos como a ă b, cuando b ą a. Diremos que a es mayor o igual que b,
denotado a ľ b, cuando a ą b ó a “ b. Diremos que a es menor o igual que b, denotado
a ĺ b, cuando b ľ a.
Observemos que las propiedades anteriores para la relación ą en los números reales son
también válidas para la relación ă.
4.3.7. Definición. Decimos que un número real a es positivo cuando a ą 0 y decimos que
es negativo cuando a ă 0.
Debido a la propiedad de tricotomía podemos ver que todo número real a satisface sólo
una de las siguientes tres proposiciones:
a es positivo; a es negativo; a “ 0.
Para hacer las demostraciones con mayor fluidez, solamente haremos mención de los axio-
mas y resultados de esta sección, los de las secciones anteriores los usaremos sin mencionarlos
explícitamente.
4.3.8. Teorema. Si a ą b y c ą d, entonces a ` c ą b ` d.
Demostración. Si a ą b, entonces, por la propiedad de cancelación para desigualdades,
a ` c ą b ` c. De la misma manera si c ą d, entonces b ` c ą b ` d. Ahora por la propiedad
transitiva a ` c ą b ` d. ‚
4.3. Desigualdades 91

El teorema anterior implica que la suma de números positivos es un número positivo y que
la suma de números negativos es un número negativo. De la misma forma que la propiedad
de preservación por la multiplicación de positivo implica que la multiplicación de números
positivos es positivo y la multiplicación de un número positivo por un negativo es un número
negativo. Veamos qué propiedades podemos obtener de los siguientes teoremas.
4.3.9. Teorema. Si a ą b, entonces ´a ă ´b.
Demostración. Por la propiedad de cancelación, a ą b ðñ a ` p´aq ` p´bq ą b ` p´aq `
p´bq, es decir ´b ą ´a o equivalentemente ´a ă ´b. ‚
El teorema 4.3.9 tiene como consecuencia que el inverso aditivo de un número positivo es
negativo y que el inverso aditivo de un número negativo es un número positivo.
4.3.10. Teorema. Si a ą b y c ă 0, entonces a ¨ c ă b ¨ c.
Demostración. Por el teorema anterior

c ă 0 ùñ ´c ą 0.

Por la propiedad de preservación por multiplicación de positivo y la implicación anterior


tenemos
a ą b y c ă 0 ùñ a ¨ p´cq ą b ¨ p´cq,
pero por el teorema 4.3.9

a ¨ p´cq ą b ¨ p´cq ùñ a ¨ c ă b ¨ c. ‚

Del teorema anterior concluimos que la multiplicación de dos números negativos es un


número positivo.
4.3.11. Teorema. Si a ‰ 0, entonces a2 ą 0 (donde a2 “ a ¨ a).
Demostración. Si a ‰ 0, tenemos dos posibles casos, a saber

aą0 ó a ă 0.

En el primer caso tenemos que a ¨ a “ a2 es mayor que cero. Ahora si a ă 0, entonces el


teorema anterior nos lleva a que, a2 ą 0. ‚
4.3.12. Teorema. Si b ą a ľ 0 y d ą c ľ 0, entonces b ¨ d ą a ¨ c.
Demostración. Supongamos que b ą a ľ 0 y d ą c ľ 0. En el caso en que a “ 0 ó c “ 0
tenemos que a ¨ c “ 0, pero por la propiedad transitiva b ą 0 y d ą 0, por lo que b ¨ d ą 0,
es decir b ¨ d ą a ¨ c. Ahora si a ‰ 0 y c ‰ 0, entonces b ą a ą 0 y d ą c ą 0, por lo cual
b ¨ d ą a ¨ d y a ¨ d ą a ¨ c, luego por la propiedad transitiva

b ¨ d ą a ¨ c. ‚

4.3.13. Definición. Decimos que dos números tienen el mismo signo si ambos son positivos
o ambos son negativos y se dice que tienen signos opuestos o signos diferentes si uno es
positivo y el otro negativo.
92 4.3. Desigualdades

Las demostraciones de los siguientes 4 teoremas serán ejercicios para el lector.


4.3.14. Teorema. Si a y b tienen el mismo signo, entonces a ¨ b ą 0. Si a y b tienen signos
opuestos, entonces a ¨ b ă 0.
4.3.15. Teorema. El número 1{a tiene el mismo signo que a (si a ‰ 0).
4.3.16. Teorema. Si a y b tienen el mismo signo y a ą b, entonces
1 1
ă .
a b

4.3.17. Teorema. Si a ľ 0 y b ľ 0, entonces

a2 ą b2 ðñ a ą b.

Estamos en condiciones de resolver desigualdades lineales, por ejemplo

6¨x´3ą7´2¨x
ðñ 6 ¨ x ` 2 ¨ x ą 7 ` 3
ðñ 8 ¨ x ą 10
10
ðñ x ą 8
5
ðñ x ą 4
.

Así el conjunto solución de 6 ¨ x ´ 3 ą 7 ´ 2 ¨ x es tx P R : x ą 5{4u. El lector debe ser


capaz de ver qué resultado se utilizó en cada paso.
4.4. Subconjuntos de números reales 93

4.4. Subconjuntos de números reales


4.4.1. Axioma. El conjunto N Y t0u de números enteros no negativos es un subconjunto del
conjunto R de números reales. Además las operaciones de suma «`» y multiplicación «¨»,
junto con la relación de orden «ą» dadas en R coinciden con las dadas en N Y t0u.
4.4.2. Teorema. Todo número natural es positivo.
Demostración. Haremos la demostración por inducción matemática. Como 1 ‰ 0, entonces
12 ą 0, pero 12 “ 1, por lo que 1 ą 0, es decir 1 es positivo. Si n es un número natural positivo,
entonces como 1 ą 0, tenemos que n ` 1 ą n, pero como n ą 0, entonces n ` 1 ą 0; es decir
n ` 1 es positivo por lo que todos los números naturales son positivos. ‚
4.4.3. Observación. Observemos que el elemento identidad en N es el mismo que el elemento
identidad en R. En efecto, denotemos momentáneamente al elemento unitario en R como 11 .
Es decir sea 11 el número real tal que para todo x P R se tiene que x ¨ 11 “ x y sea 1 el
número natural tal que para todo n P N se tiene que n ¨ 1 “ n. En particular, cuando x es
un número natural tenemos que x ¨ 11 “ x “ x ¨ 1, y por la ley de la cancelación tenemos que
11 “ 1. Análogamente se demuestra que el número cero dado en el conjunto de los enteros no
negativos es el mismo que el dado en la propiedad del elemento neutro para la suma.
4.4.4. Definición. Al conjunto cuyos elementos son los números naturales, el cero y todos
los inversos aditivos de números naturales se le llama conjunto de números enteros y se le
denota por Z. Al conjunto de números naturales también se le llama conjunto de enteros
positivos.
4.4.5. Definición. El conjunto de todos los números reales de la forma m
n
, donde m y n son
enteros y n ‰ 0 se le llama conjunto de los números racionales y se le denota por Q.
Todas las propiedades dadas hasta aquí sobre el conjunto R de números reales con respecto
a las operaciones de suma, resta, multiplicación, división y con respecto a la relación ą se
cumplen también para el conjunto Q de números racionales. ¿Qué propiedad tiene R que no
tenga ya Q? La respuesta la daremos cuando se vea el axioma del supremo.
Una de la propiedades que tiene el conjunto de los números racionales es que es numerable,
es decir se tiene el teorema siguiente.
4.4.6. Teorema. El conjunto Q de números racionales es numerable.
Demostración. Observemos primero que el conjunto Z de números enteros es numerable
tomando la función ψ : N ÝÑ Z dada por ψpnq “ n´1 2
cuando n sea impar y tomando
ψpnq “ ´ 2 cuando n sea par. El que Z es numerable se sigue de que la función ψ es una
n

biyección de N sobre Z, lo cual el lector debe poder verificar. Observemos también que todo
número racional es de la forma pq , donde p P N y q P Z.
Tenemos que el recorrido de la función ζ : N ˆ Z ÝÑ Q es Q. Ahora, por el corolario
pp,qqÞÑ pq
3.10.8 existe una biyección ϕ de N sobre N ˆ Z, de manera que la función ζ ˝ ϕ : N ÝÑ Q es
sobre Q, de manera que por el teorema 3.10.4 se concluye que Q es numerable. ‚
94 4.5. Exponentes enteros

4.5. Exponentes enteros


Tenemos las siguientes expresiones para representar la potencia de un número real x:

a1 “ a,

a2 “ a ¨ a,

a3 “ a ¨ a ¨ a, en general

a ¨ a ¨ a ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ a, donde n es un entero positivo.


an “ looooooomooooooon
n veces

De manera más precisa tenemos la siguiente definición.


4.5.1. Definición. Definimos a1 “ a, an`1 “ an ¨ a para cualquier entero positivo n. Al
número an se le llama la potencia n-ésima de a. En la expresión an al número a se le llama
la base y al número n el exponente.
4.5.2. Ejemplos. 53 “ 5¨5¨5 “ 125, p´3q2 “ p´3q¨p´3q “ 9, p´3q3 “ p´3q¨p´3q¨p´3q “ ´27,
`? ˘2 ? ? `? ˘3 ? ? ? ? `? ˘4 ? ? ? ?
2 “ 2
`? ? ˘ `? ? ˘¨ 2 “ 2, 2 “ 2 ¨ 2 ¨ 2 “ 2 ¨ 2, 2 “ 2¨ 2¨ 2¨ 2 “
2 ¨ 2 ¨ 2 ¨ 2 “ 4.
Vale la pena aclarar algo sobre la simbología. Con ausencia de paréntesis tiene prioridad
en cuanto al orden de operación la potencia, luego la multiplicación y división y finalmente
la suma, resta y símbolo de inverso aditivo. Mientras no se preste a confusión la expresión
xy significa x ¨ y. Por ejemplo la expresión 4x2 significa 4 ¨ px2 q y no p4 ¨ xq2 ; ´2bn significa
p´2q ¨ bn y no p´2 ¨ bqn ; ´64 significa ´p64 q y no p´6q4 .
El lector podrá demostrar por inducción matemática las siguientes leyes de los exponentes.
4.5.3. Leyes de los exponentes. Si a, b son números reales y m, n son enteros positivos,
entonces
I) am an “ am`n ;

II) pam qn “ amn ;

III) pabqn “ an bn ;
` ˘n n
IV) ab “ abn (para b ‰ 0);
am
V) an
“ am´n (para m ą n y a ‰ 0);
am
VI) an
“ 1
an´m
(para n ą m y a ‰ 0);
am
VII) an
“1 (para n “ m y a ‰ 0).
Hagamos algunos comentarios ilustrativos sobre estas leyes. En la parte izquierda de la
igualdad I) tenemos que

am an “ paa ¨ ¨ ¨ aqpaa
loomoon ¨ ¨ ¨ aq,
loomoon
m veces n veces
4.5. Exponentes enteros 95

en total a se multiplica por si mismo m ` n veces. En la parte izquierda de II) tenemos


pam qn “ a m m
a ¨ ¨ ¨ am “ paa
looooomooooon ¨ ¨ ¨ aqpaa
loomoon ¨ ¨ ¨ aq ¨ ¨ ¨ paa
loomoon ¨ ¨ ¨ aq
loomoon
n veces m veces m veces m veces
loooooooooooooooooomoooooooooooooooooon
n veces

por lo que a se multiplica por si mismo mn veces. En la parte izquierda de III) tenemos
pabqn “ loooooooomoooooooon
pabqpabq ¨ ¨ ¨ pabq,
n veces

por lo que el número a aparece n veces y el b también, aplicando varias veces la propiedad
conmutativa se obtiene que esto último es
paa ¨ ¨ ¨ aqpbb
loomoon ¨ ¨ ¨ b q “ an b n .
loomoon
n veces n veces

En la parte izquierda de IV) tenemos


n veces
hkkikkj
´ a ¯n aa a aa ¨ ¨ ¨ a an
“ ¨¨¨ “ “ n.
b bb b
looomooon bb ¨ ¨ ¨ b
loomoon b
n veces n veces

Las leyes V) y VI) son consecuencias de las anteriores, por ejemplo cuando n ą m tenemos
que
am am
“ .
an an´m am
Surge la siguiente pregunta ¿Cómo definir a0 de tal manera que se sigan cumpliendo las
leyes de los exponentes?.
Si definimos a0 “ 1 para a ‰ 0, entonces las leyes de los exponentes se cumplen, por
m
ejemplo am`0 “ am a0 “ am , 1 “ aam “ am´m “ a0 , pero en la segunda serie de igualdades
am ‰ 0, por lo que si m ‰ 0 tendríamos que a debe ser diferente de cero.
4.5.4. Definición. Si a es un número real diferente de cero, definimos a0 :“ 1. (Vale la pena
m
remarcar que cuando a “ 0 y m ‰ 0, no tiene sentido la expresión aam ).
Definamos ahora apropiadamente ak cuando a ‰ 0 y k es un entero negativo.
4.5.5. Definición. Si a ‰ 0 y n es un entero positivo, definimos
1
a´n “ .
an
Observemos que la definición anterior es equivalente a decir que si k es un entero negativo,
entonces
1
ak “ ´k .
a
Con las definiciones así dadas para los exponentes, se tienen las leyes de los exponentes
en una forma menos restringida en cierto aspecto, las cuales el lector podrá verificar.
4.5.6. Leyes de los exponentes enteros. Si a, b son diferentes de cero y m, n son enteros,
entonces
96 4.5. Exponentes enteros

I) am an “ am`n ;

II) pam qn “ amn ;

III) pabqn “ an bn ;
` ˘n n
IV) ab “ abn ;
am
V) an
“ am´n “ 1
an´m
.

Ejercicios.
En los ejercicios siguientes, la palabra «simplificar» significa sustituir la expresión dada
por una en la que las literales (números representados por letras) aparezcan a lo sumo una
sola vez y no tengan exponentes negativos.

1. Escribir los números dados en la forma a{b, donde a y b son enteros:


` 3 ˘3 ` 4 ˘´2 ` 2 ˘3
´5 , p´2q4 , 32 ` 2 ¨ 3, p´3q2 ´ 23 , 5 5
,
5´2 32 ¨5´3
2´5
, 30 ` 03 , 2´4 ` p´4q2 , 5¨3´1
.

2. Simplificar las siguientes expresiones:


p2c2 qp3c2 q
p4a3 qp3a5 q, 12c2
, p8t3 u5 qp2´1 tu´3 q, p´4x3 q2 p8x4 q´1 ,
´ ¯2 ´ ¯3 ´ ¯ ´ ¯´1
p´6a3 q2 y ´1
9a4
, 3p
q3
´q
2p2
, pa ` bq pa ` bq ,
2 ´2
8 2x´1
2x
y
.
4.6. El valor absoluto 97

4.6. El valor absoluto


Si representamos al conjunto de los números reales como las coordenadas de una recta
numérica, el valor absoluto de un número x representa la distancia entre el origen O y el
punto P cuya coordenada es x. Una propiedad


O
s
Ps -
0 x

de las distancias entre dos puntos es que nunca son negativas. Así, tenemos la siguiente
definición.
4.6.1. Definición. Si x es un número real, el valor absoluto de x, denotado |x|, se define
de la siguiente manera
x, si x ľ 0,
#
|x| :“
´x, si x ĺ 0.

6
@ 5
@
@
@ 4
@
@
@ 3 y “ |x|
@
@
@ 2
@
@
@ 1
@
 @ -X
´5 ´4 ´3 ´2 ´1 1 2 3 4 5
?

? ` ? ˘ ?
4.6.2. Ejemplos. |5| “ 5, | ´ 4| “ ´p´4q “ 4, |3{8| “ 3{8, | ´ 2| “ ´ ´ 2 “ 2,
| ´ 1{2| “ ´p´1{2q “ 1{2, |0| “ 0, | ´ 3{8| “ ´p´3{8q “ 3{8.
4.6.3. Teorema. Si x P R, entonces |x| “ | ´ x|.
Demostración. Si x ľ 0, entonces ´x ĺ 0, por lo que |x| “ x y | ´ x| “ ´p´xq “ x. Ahora
si x ă 0, entonces ´x ą 0 en cuyo caso |x| “ ´x y | ´ x| “ ´x. En ambos casos tenemos que
|x| “ | ´ x|. ‚
Del teorema anterior y del hecho de que b ´ a “ ´pa ´ bq se tiene el siguiente corolario.
4.6.4. Corolario. |a ´ b| “ |b ´ a|.
Volvamos de nuevo a la recta numérica para ilustrar el resultado.
98 4.6. El valor absoluto


A
s
B
s -
a b

Si los puntos A y B de la recta tienen coordenadas a y b respectivamente, entonces la distancia


entre A y B será |a ´ b|, pero la distancia entre A y B es la misma que la distancia entre B
y A, es decir |a ´ b| “ |b ´ a|.
4.6.5. Teorema. Si a, b, c P R, entonces |a ´ b| ĺ |a ´ c| ` |c ´ b|.
Demostración. Veamos primero el caso en que a ´ b ľ 0, es decir en que a ľ b. Tenemos
tres posibilidades, a saber b ĺ c ĺ a, c ą a y c ă b. Cuando b ĺ c ĺ a tenemos que
|a ´ b| “ a ´ b “ pa ´ cq ` pc ´ bq “ |a ´ c| ` |c ´ b|, teniéndose en este caso que la conclusión
es válida. Cuando c ą a tenemos que |a ´ b| “ a ´ b “ pc ´ bq ´ pc ´ aq ă c ´ b “ |c ´ b| ă
|a ´ c| ` |c ´ b|, por lo que en este caso la conclusión es válida. Cuando c ă b tenemos que
|a ´ b| “ a ´ b “ pa ´ cq ´ pb ´ cq ă a ´ c “ |a ´ c| ă |a ´ c| ` |c ´ b|, por lo que en este
caso la conclusión también es válida. Tenemos pues que la fórmula |a ´ b| ĺ |a ´ c| ` |c ´ b|
se cumple en el caso en que a ´ b ľ 0.
Para el caso en que a ´ b ă 0, remontándonos al caso anterior y al corolario 4.6.4,
obtenemos que |a ´ b| “ |b ´ a| ĺ |b ´ c| ` |c ´ a| “ |a ´ c| ` |c ´ b|. ‚
4.6.6. Corolario. Si a, b, c P R, entonces ||a ´ b| ´ |b ´ c|| ĺ |a ´ c|.
Demostración. Del teorema 4.6.5 y del corolario 4.6.4 se sigue que |a ´ b| ´ |b ´ c| ĺ |a ´ c|
y que ´p|a ´ b| ´ |b ´ c|q “ |b ´ c| ´ |a ´ b| ĺ |a ´ c| con lo que se concluye el corolario. ‚
4.7. Aritmética 99

4.7. Aritmética
En esta sección deduciremos las propiedades básicas de los números enteros. Comencemos
con alguna terminología que será de utilidad en esta sección y posteriormente.
4.7.1. Notación. Si para todo número natural k se tiene que ak es un número real, entonces
se denota ˜ ¸
ÿ1 n`1
ÿ ÿn
ak :“ a1 y ak :“ ak ` an`1
k“1 k“1 k“1

para todo número natural n. Análogamente denotamos


˜ ¸
ź1 n`1
ź n
ź
ak :“ a1 y ak :“ ak an`1 .
k“1 k“1 k“1

Las siguientes propiedades que son fáciles de demostrar se tomarán como obvias.
Si c es un número, entonces
n
ÿ n
ÿ n
ÿ n
ź n
ź n
ź
cak “ c ak , c “ nc, cak “ cn ak , c “ cn .
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1 k“1

4.7.2. Definición. A cada elemento ak , donde k P Jn “ t1, 2, . . . , nu, se le llama término


n n
de la suma ai o factor del producto ai . Cuando no se preste a confusión escribiremos a
ř ś
i“1 i“1
n n
veces a1 ` a2 ` ¨ ¨ ¨ ` an en lugar de ai y a1 a2 ¨ ¨ ¨ an en lugar de ai . Denotaremos además
ř ś
i“1 i“1
0 0 n n´k`1
por razones técnicas a ai “ 0 y ai “ 1. Además aj será por definición
ř ś ř ř
aj`k´1
i“1 i“1 j“k j“1
“ ak ` ak`1 ` ¨ ¨ ¨ ` an , es decir será ak más ak`1 y así sucesivamente hasta llegar a an .
En lo que sigue de la sección siempre que se hable de un número entenderemos que es un
número entero a menos que se especifique otra cosa.
El siguiente teorema básico se le conoce con el nombre de algoritmo de Euclides o
algoritmo de la división.
4.7.3. Algoritmo de Euclides. Dados dos números a, b con b ‰ 0, existen dos números m
y r tales que
a “ mb ` r y 0 ĺ r ă |b|.

Demostración. Demostremos primero el resultado para el caso en que a ą 0 y b ą 0.


Si a ă b, entonces tomamos m “ 0 y r “ a. Si a ą b, sea k el mínimo número natural
para el cual kb ą a. Si tomamos m “ k ´ 1, tenemos que

a ľ mb

y será suficiente con demostrar que r “ a ´ mb es menor que b. Si r fuera mayor o igual que
b, entonces r “ b ` t, donde t es un entero no negativo, por lo que pm ` 1qb ` t “ r ` mb “ a,
es decir kb ĺ a, contradiciendo el hecho de que kb ą a (donde k “ m ` 1).
100 4.7. Aritmética

Si a “ b tomamos m “ 1 y r “ 0. Por lo que el resultado es cierto cuando a ą 0 y b ą 0.


Si a “ 0 el resultado se cumple tomando m “ 0 y r “ 0.
Si b ă 0 y a ą 0 entonces sea k tal que
a “ kp´bq ` r con 0 ĺ r ă |b|
y tomando m “ ´k se obtiene el resultado.
Así el resultado está demostrado de manera general cuando a ľ 0.
Ahora, si a ă 0, sean a1 “ ´a y m1 y r1 tales que
a1 “ m1 b ` r1 con 0 ĺ r1 ă |b|.
Si r1 “ 0 tomando r “ r1 y m “ ´m1 obtenemos
a “ mb ` r.
Si r1 ą 0, entonces
a “ p´m1 qb ´ r1 “ p´m1 qb ´ |b| ` p|b| ´ r1 q,
pero
0 ă r1 ă |b| ðñ 0 ą ´r1 ą ´|b|
ðñ |b| ą |b| ´ r1 ą 0 ðñ 0 ă |b| ´ r1 ă |b|,
tomando r “ |b| ´ r1 obtenemos
a “ p´m1 qb ´ |b| ` r con 0 ă r ă |b|.
Si b ą 0, tomamos m “ ´m1 ´ 1; si b ă 0, tomamos m “ ´m1 ` 1 para obtener
a “ mb ` r. ‚

4.7.4. Unicidad del algoritmo de la división. Si a, b son enteros con b ‰ 0 y tenemos


cuatro números m1 , m2 , r1 , r2 tales que
a “ m1 b ` r1 , 0 ĺ r1 ă |b|,
a “ m2 b ` r2 , 0 ĺ r2 ă |b|;
entonces m1 “ m2 y r1 “ r2 .
Demostración. Si r1 “ r2 , entonces m1 b “ a ´ r1 “ a ´ r2 “ m2 b, pero como b ‰ 0,
tenemos que m1 “ m2 .
Veamos que es imposible que r1 ‰ r2 . Supongamos que r1 ‰ r2 , y sin pérdida de genera-
lidad supongamos que r1 ă r2 , teniendo
0 “ m2 b ` r2 ´ pm1 b ` r1 q “ pm2 ´ m1 qb ` pr2 ´ r1 q,
de manera que |b| ą r2 ľ r2 ´ r1 ą 0 y además r2 ´ r1 “ pm1 ´ m2 qb “ |m2 ´ m1 ||b|,
concluyendo que r2 ´ r1 es un múltiplo positivo de |b|, teniendo así que r2 ´ r1 ľ |b|, llegando
así a una contradicción. ‚
4.7.5. Definición. Al número r dado en el algoritmo de Euclides se le llama residuo o resto
de la división de a entre b.
4.7.6. Definición. Sea b ‰ 0. Decimos que b divide a a cuando a “ mb para algún entero
m. Al hecho de que b divida a a lo denotaremos como b | a. Al hecho de que b no divida a a
4.7. Aritmética 101

lo denotaremos como b - a, es decir b - a significa b | a. Observemos que si a | 1, entonces


a “ 1 ó a “ ´1. Observemos también que si a | b y b | a, entonces a “ b ó a “ ´b. Si b | a
decimos que b es un divisor de a o que a es un múltiplo de b. Notemos también que si b | c
y b | d, entonces b | mc ` nd para cualesquier enteros m y n. Si n es un entero múltiplo de 2
decimos que es un número par.
4.7.7. Definición. Decimos que un número natural c es el máximo común divisor de a y
b si:

I) c | a y c | b,

II) (d | a y d | b) ùñ d | c.

Al máximo común divisor de a y b lo denotamos como MCDpa, bq, por ejemplo MCDp4, 10q “
2, MCDp15, ´7q “ 1, MCDp´30, 40q “ 10, MCDp60, 24q “ 12.
Surge ahora el problema de saber si el máximo común divisor de dos enteros siempre existe.
Si éste existe podemos observar que es en efecto «el máximo de los divisores comunes» de a
y b. El siguiente teorema contesta a esta interrogante.
4.7.8. Teorema. Si a y b son enteros, no ambos cero, entonces MCDpa, bq existe; además
podemos encontrar enteros m0 y n0 tales que MCDpa, bq “ m0 a ` n0 b.
Demostración. Sea A “ tx P Z : x “ ma`nb, m, n P Zu. Como a ‰ 0 y b ‰ 0, entonces hay
elementos diferentes de cero en A. Si x “ ma`nb P A, entonces ´x “ p´mqa`p´nqb P A, por
lo que A tiene elementos positivos, luego A X N tiene un mínimo (primer elemento) c. Como
c P A, entonces c “ m0 a ` n0 b para algunos enteros m0 y n0 . Veamos que c “ MCDpa, bq.
Sea d un entero tal que d | a y d | b. Bajo estas condiciones tenemos que d | pm0 a ` n0 bq, es
decir d | c. Falta ver que c | a y c | b.
Sea x un elemento de A. Tenemos que x “ ma ` nb para algunos enteros m y n. Ahora,
por el algoritmo de Euclides existen t y r, con 0 ĺ r ă c, tales que x “ tc ` r, pero como
c “ m0 a ` n0 b, y x “ ma ` nb, tenemos que

ma ` nb “ tpm0 a ` n0 bq ` r,

por lo cual
r “ pm ´ m0 tqa ` pn ´ n0 tqb,

es decir r P A, pero como 0 ĺ r ă c y c es el mínimo de los positivos de A, tenemos que


r “ 0, de manera tal que x “ tc, es decir c | x. Hemos demostrado que c divide a cualquier
elemento de A, en particular c divide a a y a b con lo que el teorema queda demostrado. ‚
4.7.9. Definición. Decimos que dos enteros a y b son primos relativos si MCDpa, bq “ 1.
Como consecuencia de esta definición y del teorema 4.7.8 tenemos el siguiente corolario.
4.7.10. Corolario. Dos números enteros a, b son primos relativos si y sólo si podemos
encontrar enteros m, n tales que ma ` nb “ 1.
102 4.7. Aritmética

Demostración. Si a, b son primos relativos, entonces MCDpa, bq “ 1, y por el teorema 8


podemos encontrar enteros m, n tales que ma ` nb “ 1. Ahora, si ma ` nb “ 1, d | a y d | b,
entonces d | pma ` nbq, es decir d | 1, pero como 1 | a y 1 | b, tenemos que 1 “ MCDpa, bq. ‚
4.7.11. Definición. Un entero p se dice que es primo si es mayor que 1 y sus únicos divisores
son 1, ´1, p y ´p.
4.7.12. Observación. Observemos que si p es un número primo y no es primo relativo con
n, entonces p | n debido a que el máximo común divisor de p y n es p ó 1.
4.7.13. Teorema. Si a es primo relativo con b, pero a | bc; entonces a | c.
Demostración. Sean a y b primos relativos y c tal que a | bc. Por el teorema 8 existen
enteros m y n tales que ma ` nb “ 1, por lo que mac ` nbc “ c. Ahora, a | mac y como
a | bc, entonces a | nbc, por lo tanto a | pmac ` nbcq, es decir a | c. ‚
4.7.14. Definición. Para cualquier número natural n se define la suma de los n núme-
n
ros a1 , a2 , . . . , an como ai . De manera similar definimos el producto de los n números
ř
i“1
n
a1 , a2 , . . . , an como ai . A cada número ak , donde k P Jn “ t1, 2, . . . , nu, se le llama k-ésimo
ś
i“1
n n
término de la suma ai ó k-ésimo factor del producto ai .
ř ś
i“1 i“1
4.7.15. Corolario. Si un número primo divide al producto de ciertos enteros, entonces divide
al menos a uno de los enteros.
Demostración. Si el producto tiene un solo factor, entonces el resultado es directo. Su-
n`1
pongamos que el resultado es válida para n factores. Si tenemos ahora el producto ak de
ś
k“1
n ` 1 factores y un número primo p que divide a este producto, entonces, por la observación
anterior, p | ak`1 ó p es primo relativo con ak`1 . En el primer caso el resultado es válido, en
n
el segundo tenemos por el teorema 4.7.13 que p | ak , pero como el resultado es válido para
ś
k“1
n tenemos que p | ak para algún ak con k P Jn . ‚
4.7.16. Definición. Decimos que un número natural a se puede expresar como producto
t
de potencias de números primos si a “ pαi i , donde pi es primo para 1 ĺ i ĺ t, αi ą 0
ś
i“1
y pi ă pi`1 para 1 ĺ i ĺ t ´ 1.
4.7.17. Teorema. Si dos enteros positivos u y v pueden ser expresados como producto de
potencias de números primos, entonces uv pueden ser expresados como producto de potencias
de números primos.
Demostración. Sean u y v dos números que se pueden factorizar como producto de poten-
cias de primos, a saber
źt źs
u“ pαi i y v“ qiβi .
i“1 i“1

Procederemos por inducción sobre s. Si s “ 1, entonces v “ q1β1 . Tenemos dos posibilidades


a) @1 ĺ i ĺ t, q1 ‰ pi , b) q1 “ pk para algún 1 ĺ k ĺ t.
4.7. Aritmética 103

Para el caso a) si para todo iś


P t1, . . . , tu se tiene que q1 ą pi , entonces tomamos pt`1 “ q1
y αt`1 “ β1 para obtener uv “ t`1 i“1 pi . Si por el contrario q1 ă pi para algún i, tomemos l
αi

como el mínimo número i para el cual se vale que q1 ă pi . Así tomamos

ri “ pi , ν i “ αi , si i ă l;
rl “ q1 , ν l “ β1 , y
ri “ pi´1 , νi “ αi´1 , si i ą l.

con lo que uv “ t`1 i“1 ri .


νi
ś
Para el caso b) tomamos ri “ pi , νi “śαi cuando pi ‰ q1 , pero cuando pk “ q1 tomamos
rk “ q1 y νk “ αk ` β1 , con lo cual uv “ ti“1 riνi .
Ahora ´supongamos que para s “ n el resultado es válido y tomemos v “ i“1 qi , lo cual
śn`1 βi
śn βi βn`1¯
es igual a qn`1 . Por hipótesis de inducción u i“1 qi se puede representar como
śn βi
i“1 qi
producto de potencias de primos y como ´śel resultado
¯ es válido cuando el segundo factor es la
βn`1
potencia de un primo, entonces uv “ n βi
i“1 qi qn`1 también puede ser representado como
producto de potencias de primos. ‚
El siguiente teorema nos dice que todo entero se puede factorizar en forma única como
producto de potencias de números primos.
4.7.18. Teorema de factorización única. Cualquier entero positivo a ą 1 puede factori-
zarse en forma única como a “ pα1 1 , pα2 2 ¨ ¨ ¨ pαt t , donde p1 ă p2 ă ¨ ¨ ¨ ă pt son primos y donde
t
pαi i , donde pi ă pi`1 , los αi ą 0 y los pi son primos
ś
αi ą 0, para 1 ĺ i ĺ t. Es decir a “
i“1
con 1 ĺ i ĺ t, además tales números son únicos.
Demostración. Demostraremos primero la existencia de tal factorización y después de-
mostraremos la unicidad. Utilizaremos para la demostración el segundo método de inducción
matemática 3.9.4. La inducción se hará sobre a. Para a “ 1 no hay nada que hacer puesto
que el teorema afirma la validez para a ą 1. Para a “ 2 se tiene la factorización con t “ 1,
p1 “ 2 y α1 “ 1. Supongamos que la factorización se tiene para cualquier α con 1 ă α ĺ k
y demostremos que k ` 1 puede ser factorizado de tal forma. Si k ` 1 es primo, entonces
tomamos t “ 1, α1 “ 1 y p1 “ k ` 1. Si k ` 1 no es primo, entonces k “ uv, donde 1 ă u ĺ k
y 1 ă v ĺ k por lo cual, por hipótesis de inducción, u y v tienen dicha factorización y por el
teorema 16 tenemos que n ` 1 “ uv tienen la factorización.
Veamos ahora que la factorización es única, es decir que si a “ ti“1 pαi i con pi ă pi`1
ś

primos y a “ si“1 qiβi con qi ă qi`1 primos, entonces s “ t, αi “ βi y pi “ qi .


ś
Hagamos la demostración usando de nuevo el segundo método de inducción matemática
3.9.4. Como se exige que a ą 1, comencemos con a “ 2. Como ś21 es primo, entonces no puede
ser factorizado mas que de la forma a “ 2, es decir con a “ i“1 2.
Supongamos que el resultado es válido para cualquier ś a tal queś1 ă a ĺ k y demostremos
la unicidad de la factorización para k ` 1. Si k ` 1 “ ti“1 pαi t “ si“1 qiβi , donde αi , βi ą 0,
pi y qi son primos, pi ă pi`1 y qi ă qi`1 ; entonces tenemos tres casos posibles:

a) pt “ qs , b) pt ą qs , c) pt ă qs .
104 4.7. Aritmética

Veamos primero
śs βique los casosβb) y c) son imposibles. Supongamos que se tiene pt ą qs .
Ahora, pt | i“1 qi , pero pt - qi para 1 ĺ i ĺ s, lo cual contradice al corolario 4.7.15.
i

Similarmente es imposible que pt ă qs . Tenemos entonces que pt “ qs . Veamos ahora que


αt “ βs . Si αt ‰ βs , supongamos sin pérdida de generalidad que αt ą βs . Dividiendo k ` 1
entre qsβs tendríamos ˜ ¸
źt´1 s´1
ź
αt ´βs
αi
pi pt “ qiβi ,
i“1 i“1

pero de nuevo pt | y pt - para ningún i P t1, . . . , s ´ 1u, lo cual contradice al


śs´1 βi
i“1 qi qiβi
corolario 4.7.15, por lo tanto αt “ βs . Dividiendo ahora k ` 1 entre el valor común pαt t “ qsβs
tenemos que
t´1
ź s´1
ź
αi
pi “ qiβi ĺ k
i“1 i“1
y por hipótesis de inducción tenemos que t ´ 1 “ s ´ 1, es decir t “ s, pi “ qi y αi “ βi , por
lo que el teorema queda demostrado. ‚
Una consecuencia del teorema de factorización única es el corolario siguiente, al cual por
su importancia se le conoce como teorema fundamental de la aritmética. Dejamos al lector
los detalles de la demostración.
4.7.19. Teorema fundamental de la aritmética. Cualquier entero a ‰ 1 puede facto-
rizarse en forma única como a “ upα1 1 pα2 2 ¨ ¨ ¨ pαt t , donde p1 ă p2 ă ¨ ¨ ¨ ă pt son primos,
t
u P t´1, 1u y cada αi ą 0, para 1 ĺ i ĺ t. Es decir, a “ u pαi i , donde pi ă pi`1 , los αi ą 0
ś
i“1
y los pi son primos, para 1 ĺ i ĺ t, además tales números son únicos.
4.7.20. Corolario. Existe una infinidad de números primos, es decir el conjunto de números
primos es un conjunto infinito.
Demostración. Haremos la demostración por contradicción. Supongamos que el conjunto
de los números primos es un conjunto finito y sea n el número de elementos del conjunto de
números primos y tp1 , p2 , . . . , pn u el conjunto de números primos, donde p1 ă p2 ă ¨ ¨ ¨ ă pn .
Como p1 ă p2 ă ¨ ¨ ¨ ă pn ă p1 p2 ¨ ¨ ¨ pn ` 1, entonces p1 p2 ¨ ¨ ¨ pn ` 1 no sería un número primo
y por el teorema de factorización única se tiene una expresión de la forma p1 p2 ¨ ¨ ¨ pn ` 1 “
pα1 1 pα2 2 ¨ ¨ ¨ pαnn , donde cada αi es un entero no negativo (en caso de que un número primo
pk no sea uno de los que aparecen en el teorema de factorización única, se toma αk “ 0).
Observemos que debe existir un entero positivo l, tal que 0 ĺ l ĺ n par el cual αl ą 0, por
lo que pl divide tanto a p1 p2 ¨ ¨ ¨ pn como a pα1 1 pα2 2 ¨ ¨ ¨ pαnn y siendo así también debe dividir a
1 “ pα1 1 pα2 2 ¨ ¨ ¨ pαnn ´ p1 p2 ¨ ¨ ¨ pn , lo cual es imposible (en efecto, si m es un entero negativo,
entonces pm ă 0 ă 1; si m “ 0, entonces pm “ 0 ă 1, y si m es un entero positivo, entonces
pm ľ p ą 1). Por lo tanto, el conjunto de números primos es un conjunto infinito. ‚
4.7.21. Definición. Sea M un conjunto de números enteros. El máximo común divisor
de M es el entero positivo c tal que para todo m P M se tiene que c | m, y para todo d que
divida a cualquier elemento de M se tiene que d | c.
4.7.22. Teorema. Supongamos que M es un conjunto de enteros positivos cerrado bajo
la adición y que el máximo común divisor de M es 1. Al conjunto M pertenecen todos los
enteros mayores que algún número n0 .
4.7. Aritmética 105

Demostración. Sea M1 el conjunto de enteros de la forma m, ´m y m´m1 con m, m1 P M .


Observemos que M1 es cerrado bajo la adición y la resta. Sea d el menor elemento positivo de
M1 . Si n P M1 , podemos poner n “ qd ` r, con 0 ĺ r ă d. Como r “ n ´ qd P M1 , entonces
r “ 0. Así, M1 es el conjunto de los múltiplos de d, por lo cual d divide a todos los elementos
de M , luego por hipótesis tenemos que d | 1 y así d “ 1. Por lo tanto M1 es el conjunto de
los números enteros.
Sean m, m1 P M tales que m ´ m1 “ 1 y n0 “ pm ` m1 q2 . Dado n ą n0 , pongamos n “
qpm`m1 q`r, con 0 ĺ r ă m`m1 . De lo anterior y del hecho de que n ą n0 ľ pr`1qpm`m1 q se
tiene que q “ pn´rq{pm`m1 q “ pn{pm`m1 qq´pr{pm`m1 qq ą r`1´r{pm`m1 q ą r`1´1 “ r.
Pero n “ qpm ` m1 q ` rpm ´ m1 q “ pq ` rqm ` pq ´ rqm1 y como q ` r ľ q ´ r ą 0, tenemos
que n P M . ‚
4.7.23. Corolario. Supongamos que M es un conjunto de enteros positivos cerrado bajo
la adición y que el máximo común divisor de M es d. Entonces a M pertenecen todos los
múltiplos de d mayores que algún n0 .
Demostración. Sea M 1 el conjunto de todos los enteros positivos m1 de la forma m1 “ m{d,
para algún m P M . Observemos que el máximo divisor común de M 1 es 1 y que la función
f : M 1 ÝÑ M tal que f pm1 q “ dm1 es una biyección de M 1 en M . Sea n10 un número tal que
todos los n1 ą n10 pertenecen a M 1 y sea n0 “ dn10 . Si n ą n0 es un múltiplo de d, entonces
n{d ą n10 , por lo que n{d P M 1 , de donde concluimos que n P M . ‚
4.7.24. Notación. Cuando n es un número natural y r es un entero tal que 0 ĺ r ă n, al
conjunto de todos los números enteros a tales que r es el residuo de la división de a entre n
lo denotaremos por rrsn , es decir
rrsn :“ ta P Z : a “ nb ` r para algún b P Zu.

4.7.25. Definición. Cuando n es un número natural, a la familia tr0sn , r1sn , . . . , rn ´ 1sn u,


la cual tiene n elementos, se le llama conjunto de los enteros módulo n. Al conjunto
de los enteros módulo n lo denotaremos como Zn . Cuando a y b sean dos enteros, diremos
que a es congruente con b módulo n (o que a es congruente módulo n con b) si existe un
r P t0, 1, . . . , n ´ 1u tal que a, b P rrsn . Al hecho de que a sea congruente módulo n con b lo
denotaremos así a ”n b o bien así a ” b (mód n). Cuando r P t0, 1, . . . , n ´ 1u y a ”n r, al
conjunto rrsn lo denotaremos también por rasn .
4.7.26. Teorema. Sean a y b dos números enteros. Tenemos que a ”n b ðñ n | pa ´ bq.
Demostración. Supongamos primero que a ”n b. Sea r P t0, 1, . . . , n ´ 1u y m1 , m2 los
enteros tales que a “ nm1 ` r y b “ nm2 ` r. Como n | npm1 ´ m2 q y npm1 ´ m2 q “ a ´ b,
tenemos que a ”n b ùñ n | pa ´ bq.
Supongamos ahora que n | pa ´ bq. Sea r P t0, 1, . . . , n ´ 1u y m1 , m los enteros tales que
a “ nm1 ` r y a ´ b “ nm. Como b “ npm1 ´ mq ` r, tenemos que a, b P rrsn , por lo que
a ”n b, concluyendo así que n | pa ´ bq ùñ a ”n b. ‚
4.7.27. Observación. Observemos que la relación ”n es una relación de equivalencia en Z,
cuyas clases de equivalencia son los n elementos diferentes r0sn , r1sn , . . . , rn ´ 1sn del conjunto
de los enteros módulo n.
4.7.28. Definición. Definiremos la suma módulo n en el conjunto Zn como la operación
106 4.7. Aritmética

`n definida de la siguiente forma: para r1 , r2 P t0, 1, . . . , n ´ 1u definimos rr1 sn `n rr2 sn


:“ rr1 ` r2 sn . Para simplificar la notación escribiremos simplemente ` en lugar de `n .
4.7.29. Teorema. La operación ` definida en Zn es asociativa.
Demostración. Sean a, b, c P Zn y r1 , r2 , r3 P t0, 1, . . . , n ´ 1u tales que a “ rr1 sn , b “ rr2 sn
y c “ rr3 sn . Sean ahora s, t, u P t0, 1, . . . , n ´ 1u tales que rssn “ rr1 ` r2 sn , rtsn “ rr2 ` r3 sn y
rusn “ rr1 ` r2 ` r3 sn . Tenemos que existen números m1 , m2 y m3 tales que r1 ` r2 “ m1 n ` s,
r2 `r3 “ m2 n`t y r1 `r2 `r3 “ m3 n`u. Ahora, s`r3 “ ´m1 n`r1 `r2 `r3 “ pm3 ´m1 qn`u
y además r1 ` t “ ´m2 n ` r1 ` r2 ` r3 “ pm3 ´ m2 qn ` u, por lo tanto pa ` bq ` c “
rr1 ` r2 sn ` rr3 sn “ rssn ` rr3 sn “ rusn “ rr1 sn ` rtsn “ a ` pb ` cq. ‚
4.7.30. Definición. Definiremos la multiplicación módulo n en el conjunto Zn como la
operación ¨n definida de la siguiente forma: para r1 , r2 P t0, 1, . . . , n´1u definimos rr1 sn ¨n rr2 sn
:“ rr1 r2 sn . Para simplificar la notación escribiremos simplemente ¨ en lugar de ¨n y también
cuando a, b P Zn escribiremos alguna veces ab en lugar de a ¨ b.
4.7.31. Teorema. La operación ¨ definida en Zn es asociativa.
Demostración. Sean a, b, c P Zn y r1 , r2 , r3 P t0, 1, . . . , n ´ 1u tales que a “ rr1 sn , b “ rr2 sn
y c “ rr3 sn . Sean ahora s, t, u P t0, 1, . . . , n ´ 1u tales que rssn “ rr1 r2 sn , rtsn “ rr2 r3 sn y
rusn “ rr1 r2 r3 sn . Tenemos que existen números m1 , m2 y m3 tales que r1 r2 “ m1 n ` s, r2 r3
“ m2 n ` t y r1 r2 r3 “ m3 n ` u. Ahora, sr3 “ ´m1 nr3 ` r1 r2 r3 “ pm3 ´ m1 r3 qn ` u y además
r1 t “ ´m2 nr1 ` r1 r2 r3 “ pm3 ´ m2 r1 qn ` u, por lo tanto pabqc “ rr1 r2 sn rr3 sn “ rssn rr3 sn
“ rusn “ rr1 sn rtsn “ apbcq. ‚
Cuando aparezcan operaciones de suma y multiplicación módulo n, la prioridad en el
orden de realización de las operaciones (con ausencia de paréntesis) será, al igual que en la
suma y multiplicación de números reales, primero la multiplicación y después la suma.
4.7.32. Teorema. En Zn la multiplicación es distributiva con respecto a la suma, es decir
para cualesquiera tres a, b, c P Zn se tiene que apb ` cq “ ab ` ac.
Demostración. Sean a, b, c P Zn y r1 , r2 , r3 P t0, 1, . . . , n ´ 1u tales que a “ rr1 sn , b “ rr2 sn
y c “ rr3 sn . Sean ahora s, t, u, v P t0, 1, . . . , n ´ 1u tales que rssn “ rr1 r2 sn , rtsn “ rr1 r3 sn ,
rusn “ rr2 ` r3 sn y rvsn “ rs ` tsn . Tenemos que existen números m1 , m2 , m3 y m4 tales que
r1 r2 “ m1 n`s, r1 r3 “ m2 n`t, r2 `r3 “ m3 n`u y s`t “ m4 n`v. Ahora, r1 u “ r1 pr2 `r3 ´
m3 nq “ r1 r2 ` r1 r3 ´ m3 r1 n “ s ` t ` pm1 ` m2 ´ m3 r1 qn “ pm4 ` m1 ` m2 ´ m3 r1 qn ` v, por
lo tanto apb ` cq “ rr1 sn prr2 ` r3 sn q “ rr1 sn rusn “ rvsn “ rs ` tsn “ rr1 r2 sn ` rr1 r3 sn “ ab ` ac.

El resultado siguiente se conoce como el teorema chino del residuo o como teorema
chino del resto y fue utilizado en la antigüedad para hacer predicciones astronómicas.
4.7.33. Teorema chino del residuo. Supongamos que tenemos n números enteros positivos
q1 , q2 , . . . , qn que son primos relativos entre si, además supongamos que tenemos enteros
a1 , a2 , . . . , an . Existe un número x tal que para todo k P Jn se cumple que x ” ak pmód qk q
y además, si algún otro número y satisface que y ” ak pmód qk q para todo k P Jn , entonces
x ” y pmód q1 q2 ¨ ¨ ¨ qk q.
Demostración. Si n “ 1, basta tomar x “ a1 . Además claramente, y ” a1 pmód q1 q ðñ
x ” y pmód q1 q.
4.7. Aritmética 107

Para n “ 2 tenemos que, como q1 y q2 son primos relativos, entonces, por el corolario
10, existen enteros m0 y n0 tales que m0 q1 ` n0 q2 “ 1. Tomando m1 “ m0 pa2 ´ a1 q y
n1 “ ´n0 pa2 ´ a1 q, tenemos que m1 q1 ´ n1 q2 “ a2 ´ a1 , de donde m1 q1 ` a1 “ n1 q2 ` a2 , por
lo que al tomar x “ n1 q2 ` a2 , tenemos que x ” a1 pmód q1 q y x ” a2 pmód q2 q. Ahora, si
y ” a1 pmód q1 q y y ” a2 pmód q2 q, entonces q1 | x ´ y y q2 | x ´ y, pero como q1 y q2 son
primos relativos, entonces al dar la factorización de x ´ y, q1 y q2 , como la dada en el teorema
fundamental de la aritmética, tenemos que los factores de q1 y q2 son también factores de
x ´ y, y como q1 y q2 no tienen factores en común, entonces el producto de potencias de
números primos de q1 q2 divide a x ´ y, es decir x ” y pmód q1 q2 q. Obsérvese además que
todos los números de la forma x ` lq1 q2 son congruentes con x módulo q1 q2 , con a1 módulo
q1 y con a2 módulo q2 .
Supongamos ahora que para algún número natural m el resultado es válido cuando n “ m
y además para todo entero l y todo k P Jn se tiene que x ` lq1 q2 ¨ ¨ ¨ qn es congruente con
ak módulo qk y con x módulo q1 q2 ¨ ¨ ¨ qn . Demostremos que el resultado también es válido
para n “ m ` 1. Si los números q1 , q2 , . . . , qm , qm`1 son primos relativos entre sí, también lo
son los números q1 q2 ¨ ¨ ¨ qm y qm`1 , por lo que existe un número entero x tal que para todo
entero l y todo k P Jm se tiene que x ` lq1 q2 ¨ ¨ ¨ qm es congruente con ak módulo qk y con x
módulo q1 q2 ¨ ¨ ¨ qm , y además, usando el hecho de que el resultado es válido para n “ 2, x
es congruente con am`1 módulo qm`1 . Ahora, si para todo k P t1, 2, . . . , m, m ` 1u se tiene
que y ” ak pmód pk q, entonces x ” y pmód q1 q2 ¨ ¨ ¨ qm q, x ” y pmód qm`1 q, y por lo tanto
también x ” y pmód q1 q2 ¨ ¨ ¨ qm qm`1 q. ‚
108 4.7. Aritmética
Capítulo 5

ÁLGEBRA DE NÚMEROS REALES

5.1. Radicales

5.1.1. Definición. Sea a un número real y n un entero positivo. Decimos que x es una raíz
n-ésima de a si a “ xn .
Haremos algunas observaciones usando el hecho de que si n es par, entonces n{2 es entero.
Si n es un entero positivo par y x es una raíz n-ésima de a, entonces ´x también es una raíz
n-ésima de a pues
n
p´xqn “ p´xq2p 2 q “ pp´xq2 qn{2 “ px2 qn{2 “ xn “ a.

Si n es un entero positivo par y a es un número negativo, entonces no existe ningún número


real que sea la raíz n-ésima de a pues xn “ px2 qn{2 , donde x2 ľ 0, por lo que px2 qn{2 ľ 0,
es decir xn no es ningún número negativo a. Si n es un entero positivo impar y x es la raíz
n-ésima de a ‰ 0, entonces x y a son de signos iguales, es decir ambos son positivos o ambos
son negativos. Si n es un entero positivo, entonces la única raíz n-ésima de 0 es 0.
5.1.2. Notación. Si n es? un entero positivo
? y a ľ 0, entonces a la raíz n-ésima no negativa
de a se le denotará por a. (Al símbolo
n n
se le llama radical).
? ?
Por ejemplo 2 9 “ 3, aunque ´3 también es una raíz cuadrada de 9; 3 8 “ 2.
Observemos
? que si a ă 0 y n es un entero positivo impar, entonces la raíz n-ésima de a
es ´ ´a.
n

5.1.3. Leyes de los radicales. Si b, c ą 0 y si m, n P N, entonces


c ?
n
b?
? ? ? b b ? m n
I) II) III)
n n n mn
bc “ b n c, “ n ,
? b“ b.
c c

(Siempre que las raíces existan).


` ? ? ˘n ` ? ˘ n ? n ? ? ?
Demostración. I) n b n c “ n b p n cq “ bc, por lo tanto n bc “ n b n c.
´? ¯n ?
n n b ?
n p? bq n
II) ?
nc
b
“ p n cq n “ b
c
, por lo tanto n b
c
“ n c.
? b

109
110 5.1. Radicales
´ a ? ¯mn ´´ a ? ¯m ¯n ` ? ˘n ? a ?
III) “ n b “ b, por lo tanto mn b “
m n m n m n
b “ b b. ‚
? ?
5.1.4. Notación. El símbolo x significa 2 x.
?
5.1.5. Teorema. Si x es un número real, entonces x2 “ |x|.
Demostración. El número x?2 tiene dos raíces ? cuadradas, a saber x y ´x (a menos que
x “ 0, en cuyo caso |0| “ 0 “ 0). El símbolo x2 representa la raíz cuadrada no negativa
de x2 , es decir
si x ľ 0
#
? x,
x2 “
´x, si x ĺ 0,
?
pero esta última igualdad es la definición del valor absoluto de x, por lo tanto x2 “ |x|. ‚
5.2. Exponentes racionales 111

5.2. Exponentes racionales


5.2.1. Definición. Si b ą 0 y n es un entero positivo, definimos
?
n
b1{n :“ b.

En general tenemos la siguiente definición para exponentes racionales de números reales


positivos.
5.2.2. Definición. Si m{n es un número racional donde n es un entero positivo, m un entero
y además b ą 0, entonces definimos
´ ? ¯m
n
bm{n :“ b .

Es posible verificar que con la definición anterior de exponentes racionales se siguen cum-
pliendo las leyes de los exponentes. En el capítulo 7 se demostrará que la definición anterior
no depende de la forma en que se haya expresado el número racional m{n. Es decir, se de-
` ? ˘m ´ ?1 ¯m1
mostrará que si m, m1 ,n y n1 son enteros tales que m{n “ m1 {n1 , entonces n b “ n b .

Ejercicios.
En los ejercicios siguientes, la palabra «simplificar» significa sustituir la expresión dada
por una en la que las literales (símbolos representados por letras) aparezcan a lo sumo una
sola vez de ser posible y no tengan exponentes negativos ni radicales en los denominadores.

1. Demostrar que las leyes de los exponentes son verdaderas para los exponentes racionales,
siempre que tengan sentido las expresiones dadas en las mismas, es decir
` ˘r r
I) ar as “ ar`s , IV) ab “ abr ,
ar
II) par qs “ ars , V) as
“ ar´s ,
III) pabqr “ ar br ,

donde a, b P R y r, s P Q (siempre que las expresiones de ambos lados de la igualdad


tengan sentido).

2. Sea x es un número real. Decir cuál es la diferencia entre las siguientes expresiones:
? 2
a) x, b) |x|, c) p xq .

3. Simplificar cada una de las expresiones siguientes (todas las letras denotan números
positivos):
? ? ? ?
a) 49, b) b4
256, c) 3 125, d) 3
135,
? ? ? ? ? ?
e) ?3 ,
1
2
f) 1
7
, g) 5 20 ´ 45 ` 2 80, h) 162 ` 4 32 ´ 4 2,
4

a ? b b
i) 9x´4 y 6 , j) 3 8a6 b´3 , k) 3 54a , l) 3u13 b ,
2
b2
b b a a
m) 4 p3x5 y ´2 q4 , n) 5 8x , ñ) 6 32p4 y 5 z 3 6 2p2 yz 3 .
a 3 4
5 4x
y4 y2
112 5.2. Exponentes racionales

4. Escribir las expresiones siguientes con exponentes fraccionarios y sin radicales:


? ? ? a ? a ?
a) 4 x3 , b) 5 x6 , c) 3 a2 ` b2 , d) 3 pa ` bq2 , e) a ` b, f) x2 ` y 2 , g) 3 r3 ´ s3 .
a

5. Escribir las expresiones siguientes con radicales y sin exponentes fraccionarios:


a) 4x3{2 , b) p4xq3{2 , c) 4 ` x3{2 , d) 8y 1{3 , e) p8yq1{3 , f) p8 ´ yq1{3 .

6. Simplificar las siguientes expresiones dadas:


a) 163{2 , b) p0.027q´1{3 , c) p243q´2{5 , d) p2u5{2 qp6u1{2 q,
´ ´1{3 ¯6
px´4 yq´1{2
e) y 1{6 p8y 1{3 q, f) p8w6 q2{3 , g) p6x1{3 y 3{2 q2 , h) ww3{2 , i) px2 y 3 q´1{3
,
pa´1{5 b5{2 q10
` 1 ˘1{2
j) 4x , k) a1{2 a1{3 a1{6 , l) pa2{3 b´3{5 q15
, m) s1{3 ps2{3 ´ s5{3 q.
5.3. Expresiones algebraicas 113

5.3. Expresiones algebraicas


Una expresión en donde aparezcan solamente algunas de las operaciones de suma, resta,
multiplicación, división, potencia o raíces, y quizás algunas variables, se le llama expresión
algebraica.
Generalmente se dice que una expresión algebraica está simplificada cuando no aparecen
exponentes negativos y en ningún denominador aparecen raíces o exponentes que no sean
enteros. El término simplificar que significa hacer simple es muy subjetivo. Cuando se pida
que se simplifique una expresión, además de las condiciones antes señaladas trataremos que
aparezcan la menor cantidad posible de radicales y de operaciones en general, además de que
la expresión sea lo más reducida posible.
114 5.4. Notación científica

5.4. Notación científica


En las ciencias naturales es muy común expresar cantidades muy grande o muy pequeñas
como múltiplos de potencias de 10. Generalmente, para no usar muchas cifras decimales o para
tener una idea más clara del tamaño del número, los números o sus aproximaciones se expresan
como un número mayor o igual a 1 y menor que 10, pero multiplicado por una potencia de 10,
por ejemplo el número 455654643554354.3454001 se expresa como 4.556546435543543454001¨
1014 , donde la potencia del 10 indica los espacios que se debe recorrer a la derecha el punto
decimal si se quiere expresar en la notación acostumbrada.

Ejercicios.

1. La masa de un átomo de hidrógeno es aproximadamente 0.000 000 000 000 000 000 000
0017 g. Exprésese este número en notación científica.

2. La masa de un electrón es aproximadamente 9.1 ¨ 10´31 kg. Exprésese este número en


forma decimal.
5.5. Polinomios 115

5.5. Polinomios
5.5.1. Definición. Sea f : R ÝÑ R, decimos que f es una función polinomial o función
polinómica si existen números reales a0 , a1 , a2 , . . . , an tales que para todo x P R
f pxq “ a0 ` a1 x ` a2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an xn ,
es decir n
ÿ
f pxq “ a0 ` ak x k .
k“1
Si f es una función polinomial, entonces a una expresión de la forma f pxq se le llama poli-
nomio en x, es decir un polinomio en x es una expresión de la forma
a0 ` a1 x ` a2 x 2 ` ¨ ¨ ¨ ` an x n .
A los números a0 , a1 , a2 , ¨ ¨ ¨ , an se les llama coeficientes del polinomio. Si an ‰ 0, decimos
que el polinomio es de grado n, en cuyo caso decimos que an es el coeficiente principal del
polinomio. Al símbolo ak xk se le llama término de grado k del polinomio y al coeficiente ak
se le llama coeficiente de grado k del polinomio f pxq. Observemos que el número cero es
un polinomio que no tiene coeficiente principal, pues todos los coeficientes son cero. Conven-
dremos en que el polinomio cero tiene grado ´8 (menos infinito). Los números constantes
diferentes de cero son polinomios de grado cero.
5.5.2. Definición. A una expresión de la forma a0 ` a1 x ` a2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an xn también se
le llama polinomio con una variable. Cuando f : R2 ÝÑ R sea una función tal que
para cada x P R la función y ÞÑ f px, yq es una función polinomial cuyos coeficientes son
polinomios en x, entonces diremos que f es una función polinomial de dos variables y
a la expresión f px, yq se le llama polinomio con dos variables. De manera más general,
si n es un entero positivo y f : Rn`1 ÝÑ R es una función tal que para cada x1 P R la
función px2 , . . . , xn`1 q ÞÑ f px1 , x2 , . . . , xn , xn`1 q es una función polinomial de grado n cuyos
coeficientes son polinomios en x1 ; entonces decimos que f es una función polinomial de
n ` 1 variables y a la expresión f px1 , x2 , . . . , xn , xn`1 ) se le llama polinomio con n ` 1
variables.
5.5.3. Ejemplo. La expresión 3x ` 6x2 4x5 es un polinomio con una variable.
5.5.4. Ejemplo. La expresión 6x2 ` p5x3 ` 1qy 5 ` 2xy 7 es un polinomio con dos variables.
5.5.5. Ejemplo. La expresión 7xy ` xy 2 zz 2 es un polinomio con tres variables.

Ejercicios.
Efectuar las operaciones indicadas y expresar el resultado en forma de polinomio:
a) p4x3 ` 2x2 x ` 5q ` px3 3x2 5x ` 1q, b) px4 3x2 ` 7x ` 4q ` px3 ` 3x2 4x3 q,
c) p5y 3 6y 2 ` y7qp5y 3 ` 6y 2 ` y ` 2q, d) p3u ` 1qp2u3 q ` 6upu ` 5q,
e) ps ` tqps2 st ` t2 q, f) pr2 ` 2r ` 3qp3r2 2r ` 4q,
8x2 y 3 ´10x3 y
g) p3x ` 1qp2x2 x ` 2qpx2 ` 4q, h) 2x2 y
,
3u3 v 4 w´2u5 v 2 w`pu2 v 2 q2 w2
i) u3 v 2 w
.
116 5.6. Productos notables

5.6. Productos notables


Se dejará al lector el demostrar la validez de las siguientes fórmulas que son en general
consecuencia de la propiedad distributiva, tales fórmulas se llaman productos notables.

I) px ` yqpx ´ yq “ x2 ´ y 2 ;

II) pax ` bqpcx ` dq “ acx2 ` pad ` bcqx ` bd;

III) px ` yq2 “ x2 ` 2xy ` y 2 ;

IV) px ´ yq2 “ x2 ´ 2xy ` y 2 ;

V) px ` yq3 “ x3 ` 3x2 y ` 3xy 2 ` y 3 ;

VI) px ´ yq3 “ x3 ´ 3x2 y ` 3xy 2 ´ y 3 ;

VII) px ´ yqpxn ` xn´1 y ` ¨ ¨ ¨ ` xy n´1 ` y n q “ xn`1 ´ y n`1 .

Ejercicios.

1. Utilizar los productos notables para escribir las expresiones siguientes en forma de
polinomios:
a) px ´ 3qp2x ` 1q, b) p3x ` 2qp3x ´ 5q, c) p2s ´ 7tqp4s ´ 5tq,
d) `p6t ´ 5vqp6t
? ˘ `?` 5vq,? ˘ e) p8u ` 3q ,
2
f) p10p2 ´ 7q 2 q2 ,
?
g) a` b a´ b , h) p3r ` 4sq ,3
i) px2 ` y 2 q3 ,
j) pu ´ 3vq ,
2 3
k) pa1{3 ´ b1{3 q3 , l) pa ` bq2 pa ´ bq2 ,
m) px ` y ` zqpx ` y ´ zq, n) p2a ´ b ` 3cqp2a ´ b ´ 3cq, ñ) p3x ` 2y ` zq2 ,
o) px2 ` y 2 ` z 2 q2 .
5.7. Factorización 117

5.7. Factorización
5.7.1. Definición. Cuando un polinomio se escribe como producto de otros polinomios, a
cada uno de los polinomios que se multiplican se le llama factor del polinomio resultante. Al
hecho de expresar un polinomio como producto de sus factores se le llama factorización. Por
ejemplo el expresar el polinomio 5x2 `11x`2 como p5x`1qpx`2q se le llama factorización de
5x2 ` 11x ` 2 y los polinomios 5x ` 1 y x ` 2 son los factores de 5x2 ` 11x ` 2. La factorización
sirve en algunas ocasiones para simplificar algunas expresiones algebraicas, por ejemplo

5x2 ` 11x ` 2 p5x ` 1qpx ` 2q x`2 1 1


2
“ “ px ‰ ´ , x ‰ q.
10x ´ 3x ´ 1 p5x ` 1qp2x ´ 1q 2x ´ 1 5 2

Mientras no se especifique lo contrario, entenderemos por factorizar un polinomio con


coeficientes enteros el expresarlo como producto de polinomios con coeficientes enteros. Por
ejemplo el polinomio 10x2 ´ 3x ´ 1 puede expresarse como p10x ` 2qpx ´ 12 q, pero uno de los
polinomios, a saber px ´ 12 q no tiene todos sus coeficientes enteros por lo que la factorización
correcta de acuerdo al criterio anterior será

p5x ` 1qp2x ´ 1q.

5.7.2. Definición. Un polinomio con coeficientes enteros P pxq se dice que es primo o
irreducible si sus únicos factores son P pxq, ´P pxq, 1 y ´1.
Si un polinomio tiene coeficientes racionales o reales (pero no todos enteros), entendere-
mos, mientras no se diga otra cosa, por factorización al expresarlo como producto de polino-
mios con coeficientes racionales o reales según sea el caso.
5.7.3. Definición. Un polinomio P pxq con coeficientes racionales o reales se dice que es
primo o irreducible si sus únicos factores son de la forma a ó bP pxq donde a y b son
números racionales o reales, según sea el caso.
5.7.4. Definición. Entenderemos por factorizar completamente un polinomio al hecho
de expresarlo como producto de polinomios irreducibles.
118 5.8. Factorización de expresiones especiales

5.8. Factorización de expresiones especiales


De los productos notables y de la propiedad distributiva podemos ver algunas reglas para
factorizar
Suma con factor común: ax ` ay “ apx ` yq.
Diferencia de cuadrados: x2 ´ y 2 “ px ` yqpx ´ yq.
Trinomio cuadrado perfecto: x2 ` 2xy ` y 2 “ px ` yq2 ,
x2 ´ 2xy ` y 2 “ px ´ yq2 .
Suma y diferencia de cubos: x3 ` y 3 “ px ` yqpx2 ´ xy ` y 2 q,
x3 ´ y 3 “ px ´ yqpx2 ` xy ` y 2 q.
Cuando tengamos un polinomio de segundo grado con coeficientes enteros y con coeficiente
principal 1 de la forma
x2 ` Bx ` C
para factorizarlo, si es posible, debemos hallar enteros a y b tales que
ab “ C y a ` b “ B,
de tal suerte que
x2 ` Bx ` C “ px ` aqpx ` bq.
Ahora cuando el polinomio de segundo grado con coeficientes enteros no tiene coeficiente
principal 1 su factorización puede tornarse más laboriosa. Es decir si
Ax2 ` Bx ` C
es un polinomio en x, donde A, B y C son enteros, la factorización del polinomio cuando sea
posible será de la forma
Ax2 ` Bx ` C “ pax ` bqpcx ` dq,
donde
bd “ C, ac “ A y ad ` bc “ B.
Es decir hay que encontrar enteros a, b, c y d con la propiedad anterior.

Ejercicios.
Factorizar cada uno de los polinomios siguientes:
a) 4u2 ´ 2uv, b) 10xy ` 15xy 2 , c) ´8p4 qr2 ´ 4p3 q 3 r2 ,
d) 6x ` x ´ 5,
2
e) 12m ´ 17m ,
2 4
f) 4x2 ` 12x ` 9,
g) 20y 2 ´ 41y ` 20, h) 36a2 ´ 49b2 , i) 45x2 ` 38xy ` 8y 4 ,
j) 25p 16v ,
2 4
k) 64y ` 113y ` 49, l) x3 ` 8y 3 ,
2

m) 8r3 ´ 27s3 , n) 216 ´ y 3 , ñ) 8r3 ´ 27s3 ,


o) 18ck ` 4dk ` 9cj ` 2dj, p) 6w4 ` 17w2 ` 12, q) x8 ´ 16,
r) a ` a ` 1,
2
s) 16x2 ` 40x ´ 24, t) 60x2 ´ 85x ` 30,
u) 64x2 ´ 16, v) 18x2 ´ 50, w) 2x2 y ` xy ´ 2xz ´ z,
x) 12x z ` 8y z ´ 15x w ´ 10y w, y) 8c ´ 19c ´ 27,
2 2 2 2 6 3
z) pa ` bq4 ´ 1,
α) 4x3 ` 4x2 ` x, β) x16 ` 1.
5.9. Simplificación de expresiones fraccionarias por factorización 119

5.9. Simplificación de expresiones fraccionarias por fac-


torización
5.9.1. Definición. Una expresión fraccionaria es el cociente de dos expresiones algebrai-
cas.
Observemos que una expresión fraccionaria es también una expresión algebraica.
Si tenemos dos expresiones algebraicas P pxq y Qpxq con un factor común Apxq, es de-
cir P pxq es de la forma ApxqBpxq y Qpxq es de la forma ApxqCpxq, entonces la expresión
fraccionaria
P pxq ApxqBpxq

Qpxq ApxqCpxq
puede simplificarse como

Bpxq
pdonde Apxq ‰ 0q.
Cpxq

Ejercicios.
Simplificar cada una de las siguientes expresiones fraccionarias:
10x2 ` 29x ´ 21 4z 2 ` 12z ` 9 6y ´ 5y 2
a) , b) , c) ,
5x2 ´ 23x ` 12 2z 2 ` 3z 25y 2 ´ 36
16x4 ` 8x3 ` x2 3s 6 3u ` 2 4u ` 1
d) 3 , e) ´ , f) ` ,
4x ` 25x2 ` 6x 2
s ` 1 2s ´ 1 u´4 5u ` 2
a2 `4a`3 3a2 ´2a x3 ´ 8 x
g) 3a2 `a´2
¨ 2a2 `13a`21
, h) 2
˜ 3 , i) p5x´2q
4
2 ` 5x´2 ,
x
x ´4 x `8
6 t ` 5 1 ´ 2t2 8 3 7x
j) ` 3 ` , k) ` ` 2 , l) x2 ` x72 ` 2x´3
5 1
` p2x´3q 2,
3t t t4 x 2x ´ 4 x ´ 4
p4 ` 3p3 ´ 8p ´ 24 px ` hq´2 ´ x´2
m) 3 , n) ´ 5x´2 ˜ h, ñ) ,
` 7 7
˘
5x`5h´2
p ´ 2p2 ´ 9p ` 18 h
? x3
2x 1 ´ x2 ´ ?1´x 2 3s3 ´ 18s4 ` 27s5 p3x2 `xq`p6x`2q
o) 2
, p) , q) x`2
,
1´x s ´ 3s2
4x2 ´ 4x
r) 2 .
px ´ 1qp2x2 ` 8q
120 5.10. Teorema del binomio

5.10. Teorema del binomio


5.10.1. Teorema del binomio. Sean x e y números reales diferentes de cero y n un entero
no negativo.
n ˆ ˙
n
ÿ n n´k k
px ` yq “ x y .
k“0
k

n ` ˘
Demostración. Si n “ 0, entonces px ` yqn “ px ` yq0 “ 1; por otra parte n
ř
k
xn´k y k “
k“0
n ` ˘
y “ 1 ¨ 1 ¨ 1 “ 1, es decir px ` yq “ y cuando n “ 0. Si n “ 1, entonces
`0˘ 0´0 0 n
ř n n´k k
0
x k
x
k“0
n ` ˘ 1 ` ˘
px`yqn “ px`yq1 “ x`y y por otra parte
ř n ř 1
`1 ˘ `1˘
k
xn´k y k “ k
x1´k y k “ 0
x` 1
y “ x`y,
k“0 k“0
n ` ˘
es decir px ` yqn “ n
xn´k y k cuando n “ 1.
ř
k
k“0
Supongamos que para un entero positivo N se cumple la fórmula
N ˆ ˙
N
ÿ N
px ` yq “ xN ´k y k .
k“0
k

Entonces
N ˆ ˙
N `1
ÿ N
px ` yq “ px ` yq xN ´k y k
k“0
k
N ˆ ˙ N ˆ ˙
ÿ N N `1´k k
ÿ N
“ x y ` xN ´k y k`1
k“0
k k“0
k
N ˆ ˙ ˙ N ˆ
ÿ N N `1´k k N pN `1q´pk`1q k`1
ÿ
“ x y ` x y
k“0
k k“0
k
N ˆ ˙ N `1 ˆ ˙
ÿ N N `1´k k ÿ N
“ x y ` xN `1´k y k
k“0
k k“1
k ´ 1
ˆ ˙ N ˆˆ ˙ ˆ ˙˙ ˆ ˙
N N `1 0 ÿ N N N `1´k k N 0 N `1
“ x y ` ` x y ` xy
0 k“1
k k´1 N
ˆ ˙ N ˆ ˙ ˆ ˙
N ` 1 N `1 0 ÿ N ` 1 N `1´k k N ` 1 0 N `1
“ x y ` x y ` xy
0 k“1
k N `1
N `1 ˆ ˙
ÿ N ` 1 N `1´k k
“ x y .
k“0
k


5.10.2. Definición. Debido al teorema del binomio, al número k también se le llama
`n˘

coeficiente binomial de n en k y representa el coeficiente del k ` 1-ésimo término en el


5.10. Teorema del binomio 121

desarrollo binomial de px ` yqn . Debido a las identidades` para


˘ las`combinaciones (o coeficien-
tes binomiales), principalmente debido a la identidad k`1 “ k ` k`1 , los coeficientes
n`1 n
˘ ` n ˘

binomiales están dados mediante la siguiente tabla llamada triángulo de Pascal, donde
todas las componentes de la primera columna, que está identificada con el 0 son iguales a 1,
todas las elementos del primer renglón, que también está identificado con el 0, que no están
en la primera columna son 0, además de que cada componente que no está ni en el primer
renglón ni en la primera columna es igual a la componente inmediata superior de la misma
columna más la componente inmediata superior de la columna de la izquierda.

`kn˘ 0 1 2 3 4 5 6 7 8 ¨¨¨
n k
0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 ¨¨¨
1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 ¨¨¨
2 1 2 1 0 0 0 0 0 0 ¨¨¨
3 1 3 3 1 0 0 0 0 0 ¨¨¨
4 1 4 6 4 1 0 0 0 0 ¨¨¨
5 1 5 10 10 5 1 0 0 0 ¨¨¨
6 1 6 15 20 15 6 1 0 0 ¨¨¨
7 1 7 21 35 35 21 7 1 0 ¨¨¨
.. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
. . . . . . . . . .

El corolario 3.8.33 también se puede demostrar usando el teorema del binomio. A conti-
nuación lo demostraremos, pero lo identificaremos como teorema 5.10.3.
5.10.3. Teorema. Si A es un conjunto con n elementos, entonces A tiene 2n subconjuntos
diferentes. Es decir #ppAq “ 2n .
Demostración. Sea Ck “ tD Ă A : #D “ ku. Tenemos por el teorema 3.8.7 que #ppAq “
n n
#Ck , ahora, por el teorema del binomio y el teorema 3.8.20, tenemos que
Ť ř
# Ck “
k“0 k“0
n n ` ˘ n ` ˘
n n
1n´k 1k “ p1 ` 1qn “ 2n .
ř ř ř
#Ck “ k
“ k

k“0 k“0 k“0
122 5.10. Teorema del binomio
Capítulo 6

ECUACIONES Y DESIGUALDADES

6.1. Introducción
6.1.1. Definición. Sea p un predicado. Si la proposición ppxq se expresa mediante una
fórmula donde aparezca el símbolo «“», entonces la proposición se llama ecuación. Por
ejemplo
x`1
2x ` 1 “ 0, 5x2 ` 2 “ 8x, “3
x´1
son ecuaciones. Si ppxq es una ecuación, a cualquier valor x que haga que ppxq sea verdadera
se le llama solución o raíz de las ecuación ppxq. Es decir si ppaq es verdadera, entonces a es
solución de la ecuación ppxq, también decimos que a satisface la ecuación ppxq. Entenderemos
por resolver una ecuación al hecho de hallar todas las soluciones de la ecuación. Si una
ecuación ppxq es verdadera para cualquier valor de x en el dominio del predicado p, entonces
decimos que ppxq es una identidad. Por ejemplo las siguientes son identidades:
1 1
“ , psen xq2 ` pcos xq2 “ 1, px ` 2q2 “ x2 ` 4x ` 4.
x2 ´ 25 px ` 5qpx ´ 5q

6.1.2. Definición. Por otra parte, una desigualdad ppxq es una proposición expresada
mediante una fórmula donde aparezca alguno de los símbolos «ă», «ĺ», «ą» ó «ľ». El
conjunto de todos los valores de x que hagan que la desigualdad ppxq sea verdadera se llama
conjunto solución de la desigualdad. Por resolver una desigualdad entenderemos hallar
su conjunto solución.

123
124 6.2. Ecuaciones lineales

6.2. Ecuaciones lineales


6.2.1. Definición. Una ecuación equivalente a una de la forma

ax ` b “ 0

donde a y b son números constantes y a ‰ 0 se llama ecuación lineal (con una variable).
Para resolver la ecuación lineal restemos b en ambos lados y dividamos entre a (lo cual
es válido pues a ‰ 0), para obtener

ax ` b “ 0
ðñ ax “ ´b
b
ðñ x “ ´ ,
a
lo cual indica que ´ ab es la única solución de la ecuación ax`b “ 0, es decir hemos demostrado
el siguiente teorema.
6.2.2. Teorema. Si a ‰ 0, la ecuación ax ` b “ 0 tiene como única solución a
b
x“´ .
a

Ejercicios.

1. Resolver las ecuaciones siguientes:


?
a) 3x ` 16 “ 0, b) 3x ´ 2 “ 0, c) 8x ´ 5 “ 6x ` 4,
d) 2p9z ` 2q ´ 5pz ´ 8q “ 0, e) 34 u ´ 1 “ 2 ` 15 u, f) 3r`2
8
“1´ r
12
,
g) 18´5p
3p`2
“ 73 , h) 6
5v´2
“ 9
7v`3
, i) px ´ 1q3 “ px ` 1q3 ´ 6x2 .

2. Determinar si los pares de ecuaciones dadas en cada inciso son equivalentes.


?
a) x2 “ 4, x “ 2; b) x “ 4, x “ 2; c) 2x “ 4, x “ 2.
6.3. Ecuaciones cuadráticas 125

6.3. Ecuaciones cuadráticas


6.3.1. Definición. Una ecuación cuadrática o de segundo grado es una ecuación equi-
valente a una de la forma
ax2 ` bx ` c “ 0,
donde a, b y c son números reales y a ‰ 0.
Hay varias formas para resolver una ecuación cuadrática, una es factorizar cuando sea
posible el polinomio
ax2 ` bx ` c,
de tal manera que quede expresado como producto de dos polinomios de primer grado. Para
que la ecuación sea verdadera alguno de los dos factores deben ser cero, por ejemplo para la
ecuación
5x2 ´ 20x ´ 25 “ 0,
al factorizar obtenemos la ecuación equivalente

5px ´ 5qpx ` 1q “ 0,

pero para que se de la igualdad es necesario y suficiente que

x´5“0 ó x ` 1 “ 0,

es decir
x“5 ó x “ ´1.
Así, las únicas soluciones de la ecuación

5x2 ´ 20x ´ 25 “ 0

son 5 y ´1.
El método anterior para resolver ecuaciones cuadráticas se llama método de factoriza-
ción.
A veces el factorizar un polinomio de segundo grado no es fácil por lo que se tiene que
recurrir a otros métodos. Por ejemplo en la ecuación

x2 ´ 6 “ 0,

¿cómo podemos factorizar x2 ´ 6? En lugar de responder a esta pregunta despejemos x2 para


obtener
x2 “ 6,
? ?
es decir las soluciones de x2 ´ 6 “ 0 son las dos raíces cuadradas de 6, es decir 6 y ´ 6.
En el caso anterior fue fácil despejar x2 de tal manera que quedara igual a una constante
que no dependiera de x, esto no siempre sucede, por ejemplo

x2 ` 4x ´ 20 “ 0.
126 6.3. Ecuaciones cuadráticas

En este caso en lugar de despejar x2 haremos lo que se llama completar el trinomio cuadrado
perfecto. Concentrémonos por el momento en la parte x2 `4x que no tiene términos constantes
y hallemos un número c tal que

x2 ` 4x ` c2 “ px ` cq2 .

Ahora, como px ` cq2 “ x2 ` 2xc ` c2 , tenemos que

2xc “ 4x

y el único número c que satisface la última igualdad para cualquier valor de x es c “ 2, de


donde volviendo a la ecuación original vemos que es equivalente con

px2 ` 4x ` 4q ´ 20 “ 4,
? ?
es decir con px ` 2q2 “ 24, por lo tanto x ` 2 “ 24 ó x ` 2 “ ´ 24 lo cual equivale a
? ?
x “ ´2 ` 24 ó x “ ´2 ´ 24

y simplificando obtenemos
? ?
x “ ´2 ` 2 6 ó x “ ´2 ´ 2 6

El anterior método usado para resolver ecuaciones de segundo grado es el método de


completar el cuadrado o completar el trinomio cuadrado perfecto.
Algunas ecuaciones de segundo grado no tienen solución, por ejemplo la ecuación x2 `25 “
0 es equivalente a x2 “ ´25, pero no existe ningún número real que al elevarlo al cuadrado
obtengamos un número negativo, en particular no existe ningún número real que al elevarlo
al cuadrado obtengamos ´25. Por lo tanto x2 “ ´25 no tiene solución por lo que tampoco
la tiene la ecuación equivalente x2 ` 25 “ 0.
Deduzcamos ahora un método general para resolver ecuaciones cuadráticas. Tal método
viene dado en el siguiente teorema.

6.3.2. Fórmula general para la ecuación cuadrática. Si a ‰ 0, entonces las raíces de la


ecuación ax2 ` bx ` c “ 0, si existen, son
? ?
´b ` b2 ´ 4ac ´b ´ b2 ´ 4ac
y .
2a 2a

Demostración. El resultado lo demostraremos poniendo una serie de proposiciones equi-


6.3. Ecuaciones cuadráticas 127

valentes a la ecuación ax2 ` bx ` c “ 0.

ax2 ` bx ` c “ 0
b c
ðñ x2 ` x ` “ 0
˜ a a
ˆ ˙2 ¸ ˆ ˙2
2 b b c b
ðñ x ` x ` ` “
a 2a a 2a
ˆ ˙2 ˆ ˙2
b b c
ðñ x ` “ ´
2a 2a a
ˆ ˙2
b b2 ´ 4ac
ðñ x ` “
2a 4a2
c c
b b2 ´ 4ac b b2 ´ 4ac
ðñ x ` “ ó x ` “ ´
2a 4a2 2a 4a2
ðñ
? ?
b b2 ´ 4ac b b2 ´ 4ac
x` “ ó x` “ . p1q
2a 2|a| 2a ´2|a|
Ahora, si a ą 0, entonces 2|a| “ 2a y ´2|a| “ ´2a, y si a ă 0, entonces 2|a| “ ´2a y
´2|a| “ 2a, en ambos casos (1) es equivalente a
? ?
b b2 ´ 4ac b b2 ´ 4ac
x` “ ó x` “ ,
2a 2a 2a ´2a
es decir ? ?
´b ` b2 ´ 4ac ´b ´ b2 ´ 4ac
x“ ó x“ ,
2a 2a
con lo que queda demostrado el teorema. ‚
Observemos que si b2 ´ 4ac ă 0, entonces la ecuación

ax2 ` bx ` c “ 0

no tiene raíces reales; si b2 ´ 4ac ą 0, entonces tiene dos raíces diferentes, y si b2 ´ 4ac “ 0,
entonces tiene una única raíz. Por ese motivo al valor b2 ´4ac se le llama el discriminante de
la ecuación. El discriminante de una ecuación cuadrática nos permite distinguir si la ecuación
tiene dos soluciones, una o ninguna.

Ejercicios.

1. Resolver las siguientes ecuaciones por el método de factorización.


a) x2 ´ 3x ´ 10 “ 0. b) x2 ´ 9 “ 0. c) 6x2 ´ 5x ` 1 “ 0.
d) 5x3 ` 3x2 ` 5x ` 3 “ 0. e) y 4 ´ 9 “ 0. f) 3x3 ´ 3x2 ´ 12x ` 12 “ 0.
128 6.4. Otras ecuaciones

6.4. Otras ecuaciones


Algunas veces la factorización y otras manipulaciones algebraicas puede servir para resol-
ver algunos tipos de ecuaciones diferentes de las cuadráticas, como vemos en los siguientes
ejemplos.

6.4.1. Ejemplo. Resolver 2x4 ´ 2x2 “ 0.

Solución. Al factorizar el lado izquierdo de la ecuación, obtenemos la ecuación equivalente

2x2 px2 ´ 1q “ 0,

la cual se satisface si y sólo si x2 “ 0 ó x2 “ 1, es decir si x “ 0, x “ 1 ó x “ ´1.

6.4.2. Ejemplo. Resolver x1{2 “ x3 .

Solución. x1{2 “ x3 ðñ x3 ´ x1{2 “ 0 ðñ x1{2 px5{2 ´ 1q “ 0 ðñ x1{2 “ 0 ó x5{2 “ 1


ðñ x “ 0 ó x “ 1. Por lo tanto, el conjunto solución de la ecuación x1{2 “ x3 es t1, 0u.

6.4.3. Ejemplo. Resolver x6 ` x3 ´ 1 “ 0.

Solución. Hagamos un cambio de variable definiendo u “ x3 , de tal manera que la ecuación


adquiera la forma
u2 ` u ´ 1 “ 0.
? ?
Resolviendo para u tenemos que u “ ´1´ 5
2
óu“ ´1` 5
2
. Así,

ˆ ? ˙1{3 ˆ ? ˙1{3
1` 5 ´1 ` 5
x“´ ó x“ .
2 2

6.4.4. Ejemplo. Resolver 1


x3
“ 1
x2
.
3 3
Solución. Observemos que x13 “ x12 ùñ xx3 “ xx2 ùñ x “ 1. Observemos que x “ 1 satisface
la ecuación x13 “ x12 y además es la única solución.
?
6.4.5. Ejemplo. Resolver 7 ´ 5x “ 8.
? `? ˘2
Solución. 7 ´ 5x “ 8 ðñ 7 ´ 5x “ 82 ùñ 7 ´ 5x ? “ 64 ùñ 5x “ ´57 ùñ x “
´57{5. Observemos que x “ ´57{5 es la única solución de 7 ´ 5x “ 8.
? ?
6.4.6. Ejemplo. Resolver 2x ` 3 “ 2x ´ 3.
? ?
Solución. Tenemos que 2x ` 3 “ ? 2x ´ 3 ùñ ? 2x ` 3 “ 2x ´ 3 ùñ 3 “ ´3. Pero 3 “ ´3
es una proposición falsa, por lo tanto 2x ` 3 “ 2x ´ 3 es falso para todo valor de x, es
decir, la ecuación no tiene solución.
? ?
6.4.7. Ejemplo. Resolver x ´ 3 ´ x ` 7 ` 1 “ 0.
6.4. Otras ecuaciones 129

Solución. Tenemos que


? ?
x´3´ x`7`1“0
? ?
ùñ x ´ 3 “ ´1 ` x ` 7
?
ùñ x ´ 3 “ 1 ´ 2 x ` 7 ` x ` 7
?
ùñ 2 x ` 7 “ 11
121
ùñ x ` 7 “
4
93
ùñ x “ .
4
Así tenemos que la única posible solución de la ecuación
? ?
x´3´ x`7`1“0

sería x “ 93
4
, pero como podemos ver, 93
4
satisface la ecuación, por lo tanto la ecuación tiene
como única solución a x “ 934
.
? ?
6.4.8. Ejemplo. Resolver 2x ´ 10 “ x ´ 8.
? ?
Solución. Tenemos que 2x ´ 10 “ x ´ 8 ùñ 2x ´ 10 “ x ´ 8 ùñ x “ 2. Pero 2 no es
solución de la ecuación debido a que no está definida la raíz cuadrada de ´6.
130 6.5. Resolución de desigualdades

6.5. Resolución de desigualdades


Conviene que antes de seguir con el estudio de resolución de desigualdades el lector re-
cuerde sus propiedades fundamentales dadas en la sección de desigualdades 4.3.
Daremos a continuación las definiciones y simbologías que usaremos de los diferentes tipos
de intervalos.
6.5.1. Definición. Si a ă b, definimos el intervalo abierto acotado pa; bq como el conjunto
de todos los números reales que están entre a y b, es decir

pa; bq :“ tx : a ă x ă bu.

Por ejemplo el intervalo p´2; 1q es el conjunto de todos los números reales que están entre
´2 y 1. El intervalo p´2; 1q se representa en la recta así.

 c c -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5

6.5.2. Definición. Si a ă b, definimos el intervalo cerrado acotado ra; bs como el conjunto


cuyos elementos son a, b y todos los números reales que están entre a y b, es decir

ra; bs :“ tx : a ĺ x ĺ bu.

Por ejemplo el intervalo r1; 5s es el conjunto de los números reales que son mayores o iguales
que 1 y menores o iguales que 5. El intervalo [1; 5] se representa en la recta así.

 s s -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5

6.5.3. Definición. Un intervalo semiabierto o semicerrado es un intervalo de la forma


pa; bs ó ra; bq, donde
pa; bs :“ tx : a ă x ĺ bu
y
ra; bq :“ tx : a ĺ x ă bu.
El intervalo pa; bs se dice también que es abierto por la izquierda y cerrado por la
derecha, mientras que el intervalo ra; bq se dice que es cerrado por la izquierda y abierto
por la derecha. Por ejemplo el intervalo r´5; 4q es el conjunto de números reales que son
mayores o iguales que ´5 y menores que 4. el cual se representa en la recta así.

 s c -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5

Por otra parte, el intervalo p´6; ´2s abierto por la izquierda y cerrado por la derecha se
representa en la recta así.
6.5. Resolución de desigualdades 131

 c s -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5

Presentaremos a continuación los intervalos no acotados.


6.5.4. Definición. Si a P R, definimos el intervalo abierto no acotado por la derecha
pa; `8q y el intervalo abierto no acotado por la izquierda p´8; aq respectivamente
como
pa; `8q :“ tx : x ą au
y
p´8; aq :“ tx : x ă au.
Por ejemplo el intervalo p´5; `8q “ tx : x ą ´5u se representa gráficamente en la recta
numérica así,

 c -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5

mientras que el intervalo p´8; 1q “ tx : x ă 1u se representa en la recta numérica así.

 c -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5

6.5.5. Definición. Si a P R, los intervalos cerrados no acotados ra; `8q y p´8; as se


definen respectivamente como
ra; `8q :“ tx : x ľ au
y
p´8; as :“ tx : x ĺ au,
y se representan gráficamente como

 s -
a

 s -
a

respectivamente.
6.5.6. Definición. Si a ă b, los siguientes tipos de intervalos son acotados por la izquierda

pa; bq, pa; bs, ra; bq, ra; bs, pa; `8q y ra; `8q
132 6.5. Resolución de desigualdades

mientras que los de la forma


pa; bq, pa; bs, ra; bq, ra; bs, p´8; bs y p´8; bq
son acotados por la derecha.
Un intervalo es acotado si es acotado por la izquierda y por la derecha. Si a P R , el
símbolo ra; as denotará al conjunto tau que tiene solamente un elemento y se le considerará
como un intervalo cerrado y acotado, mientras que si b ă a, los símbolo ra; bs, pa; bs, ra; bq,
pa; bq, pa; as, ra; aq y pa; aq denotarán al conjunto vacío ∅, el cual también se le considera
intervalo acotado. Finalmente definimos p´8; `8q como el conjunto de todos los números
reales, es decir p´8; `8q :“ R, el cual es un intervalo no acotado (no es acotado ni por la
izquierda ni por la derecha).
Generalmente se pide, cuando sea posible, que el conjunto solución de una desigualdad se
exprese como un intervalo o como la unión de intervalos disjuntos. Por ejemplo la desigualdad

6.5.7. 8 ĺ 6x ` 5 ă 9
es equivalente a 3 ĺ 6x ă 4, que a su vez es equivalente a 1{2 ĺ x ă 2{3, es decir el conjunto
solución de 6.5.7 es r 21 ; 32 q cuya representación en la recta está dada por

 s c -
1 1 1 2 5 7 4 3 5 11
0 6 3 2 3 6
1 6 3 2 3 6

Es muy importante recordar que si en ambos lados de una desigualdad multiplicamos o


dividimos por un número negativo, para que la desigualdad resultante sea equivalente con la
primera es necesario que se altere el sentido de la desigualdad, por ejemplo
´ 1 ă 8 ´ 3x ă 2 ðñ ´1 ´ 8 ă ´3x ă 2 ´ 8
´9 ´3x ´6
ðñ ´9 ă ´3x ă ´6 ðñ ą ą
´3 ´3 ´3
ðñ 3 ą x ą 2 ðñ 2 ă x ă 3,
Obsérvese que al dividir entre ´3 cambió el sentido de la desigualdad.
6.5.8. Ejemplo. Las temperaturas en las escalas Fahrenheit y centígrados están relacionadas
por la ecuación
5
C “ pF ´ 32q
9
donde C es la temperatura en grados centígrados y F en grados Fahrenheit. ¿Qué tempera-
turas en grados Fahrenheit corresponde a las temperaturas entre ´5 y 5 grados centígrados
inclusive?
Solución.
5
´ 5 ĺ C ĺ 5 ðñ ´5 ĺ pF ´ 32q ĺ 5
9
ðñ ´9 ĺ F ´ 32 ĺ 9 ðñ ´9 ` 32 ĺ F ĺ 9 ` 32
ðñ ´23 ĺ F ĺ 41,
6.5. Resolución de desigualdades 133

es decir si la temperatura en grados centígrados está entre ´5 y 5, la temperatura en grados


Fahrenheit está entre ´23 y 41.
6.5.9. Ejemplo. Resolver la desigualdad
1 1
x ´ 4 ă x ´ 6.
3 4

Solución. Tratemos de despejar x. Restemos primero 14 x en ambos lados


ˆ ˙
1 1
´ x ´ 4 ă ´6,
3 4
es decir
1
x ´ 4 ă ´6,
12
ahora sumemos 4
1
x ă ´6 ` 4,
12
es decir
1
x ă ´2,
12
multiplicando por 12 obtenemos
x ă ´24.
Así el conjunto solución de 31 x ´ 4 ă 14 x ´ 6 es p´8; ´24q, cuya representación gráfica está
dada en la siguiente figura.

 c -
´30 ´28 ´26 ´24 ´22 ´20

6.5.10. Ejemplo. Para resolver la desigualdad

10 ĺ x ´ 5 ă 8,

vemos que es equivalente a


15 ĺ x ă 13,
pero no existe ningún número que sea mayor o igual que 15 y menor que 13, por lo que
el conjunto solución de 10 ĺ x ´ 5 ă 8 es ∅. De hecho desde el principio pudimos haber
observado que es imposible que 10 ĺ x ´ 5 ă 8 puesto que 10 no es menor que 8.
6.5.11. Ejemplo. Resolver 1
x`1
ĺ 1.
Solución. En este tipo de desigualdades debemos tener mucho cuidado con la forma de
proceder. Un error muy común es proceder de la siguiente manera
1
ĺ 1,
x`1
134 6.5. Resolución de desigualdades

multiplicando por x ` 1
1 ĺ x ` 1,
despejando x
0 ĺ x,
o equivalentemente x ľ 0, por lo que el conjunto solución sería r0; `8q. Pero por ejemplo
´5 R r0; `8q y si satisface la desigualdad x`1
1
ĺ 1.
El error estuvo al multiplicar por x ` 1. Recordemos que la desigualdad no se altera si
se multiplica por números positivos, pero x ` 1 puede ser negativo o cero. Así, una forma
correcta de resolver
1
ĺ1
x`1
es
1
ĺ1
x`1
ðñ p1 ĺ x ` 1 y x ` 1 ą 0q ó p1 ľ x ` 1 y x ` 1 ă 0q
ðñ 1 ĺ x ` 1 ó x ` 1 ă 0
ðñ x ľ 0 ó x ă ´1,

por lo que el conjunto solución de 1


x`1
ĺ 1 es

r0; `8q Y p´8; ´1q,

que en la recta se representa así.

 c s -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5

6.5.12. Ejemplo. Podemos tener otro tipo de desigualdades como la siguiente


3
ă 0.
4x ` 8
Esta desigualdad indica que el número 4x`8 3
es negativo, pero para que la división de dos
números sea negativa, es necesario y suficiente que los números sean de signos opuestos, pero
como 3 es positivo, entonces 4x ` 8 es negativo. Así, la desigualdad 4x`8
3
ă 0 es equivalente
a 4x ` 8 ă 0, la cual podemos resolver rápidamente obteniendo

x ă ´2.

Por lo tanto, el conjunto solución de 3


4x`8
ă 0 es p´8; ´2q.

 c -
´6 ´5 ´4 ´3 ´2 ´1 0 1 2 3 4 5
6.5. Resolución de desigualdades 135

6.5.13. Ejemplo. Una desigualdad similar a la anterior es una de la forma

p1 ´ 4xq´1 ą 0.

p1´4xq´1 ą 0 si y sólo si 1´4x ą 0, que al resolverla obtenemos x ă 1


4
y el conjunto solución
es p´8; 41 q.
6.5.14. Ejemplo. Modifiquemos ligeramente el ejemplo anterior y resolvamos la desigualdad

p1 ´ 4xq´1 ľ 0.

Las potencias enteras negativas están definidas solamente para números diferentes de cero,
por lo que
1
p1 ´ 4xq´1 ľ 0 ðñ 1 ´ 4x ą 0 ðñ xă ,
4
así el conjunto solución es p´8; 14 q. Observemos que hubiéramos cometido un error si «resol-
vemos» la desigualdad de la siguiente forma
1
p1 ´ 4xq´1 ľ 0 ðñ 1 ´ 4x ľ 0 ðñ xĺ ,
4
lo cual nos daría como solución el intervalo cerrado p´8; 14 s, pero 14 no satisface la desigualdad
p1 ´ 4xq´1 ľ 0.
Otro posible error hubiera sido proceder de la siguiente forma
1
p1 ´ 4xq´1 ľ 0 es equivalente a ľ 0.
1 ´ 4x
Multiplicando ambos lados por 1 ´ 4x, «obtenemos» 1 ľ 0p1 ´ 4xq, es decir 1 ľ 0. Pero para
cualquier valor de x se tiene que 1 ľ 0, por lo que el conjunto solución sería R. El lector debe
poder detectar el error en ambos procedimientos incorrectos.
6.5.15. Ejemplo. Otro tipo de desigualdades son como la siguiente

p3x ` 1qpx ´ 5q ă 0,

la cual se satisface si y sólo si

pp3x ` 1q ą 0 y px ´ 5q ă 0q ó pp3x ` 1q ă 0 y px ´ 5q ą 0q,

pero esto último equivale a


1 1
px ą ´ y x ă 5q ó px ă ´ y x ą 5q,
3 3
es decir
1
´ ăxă5
3
(puesto que es imposible que 5 ă x ă ´ 31 ).
136 6.5. Resolución de desigualdades

En la resolución del ejemplo anterior se usó el hecho de que la multiplicación de dos


números es un número negativo si y sólo si los dos factores son de signos opuestos.
6.5.16. Aclaración. En la mayoría de los textos, los intervalos pa; bq, pa; bs, ra; bq y ra; bs se
denotan respectivamente como pa, bq, pa, bs, ra, bq y ra, bs, pero preferimos utilizar la notación
acordada (con punto y coma) para que no haya posibles confusiones con el concepto de pareja
ordenada. En otros textos en cambio, sobre todo en los de estilo francés, tales intervalos se
denotan respectivamente como sa, br, sa, bs, ra, br y ra, bs.

Ejercicios.

1. Resolver las siguientes desigualdades y representar la respuesta en forma geométrica en


la recta de los números reales.
a) 4x ă ´2, b) ´4x ľ 2, c) 8s ´ 1 ă ´9,
?
d) 2x ´ 3 ă 4 ` 7x, e) 8px ` 1q ă 3p2xq ` 1, f) x ` 2 ă 3 ´ x,
g) ´ 21 x ą 6, h) 4x ´ 1 ľ 4px ´ 2q ` 7, i) 3p2t´2q
2
ą 6t´3
5
` t
10
.
2. Durante cada uno de los meses del año pasado, una compañía obtuvo utilidades que
fueron superiores a $37 000, pero inferiores a $53 000. Si S representa las utilidades
totales del año, describir S utilizando desigualdades.

3. Resolver las desigualdades siguientes:


a) 1
2
ă x ă 34 , b) ´6 ĺ 1 ´ x ă 4, c) ´5 ă 2x ´ 4 ă 5,
d) 0 ĺ 4 ´ x ă 3, e) x ´ 1 ă 3 ´ 2x ă 1 ` x, f) x ă 4x´1
3
ă 1 ` x,
g) x2 ľ x ´ 2 ľ 0, h) 2x ą x2 , i) x2 ă 9,
j) x ĺ x2 ĺ 2, k) x2 ľ 2x ´ 3 ą 0, l) 1´2x
x`3
ľ 1,
m) 1
u´1
ă 2
1´u
, n) 1´2x
x`1
ă 1 ` 2x, ñ) u`1
2´u
ľ u,
o) ´1 ĺ x`2
x
ĺ ´1, p) x´1
1´x
ĺ ´2, q) 1
x´1
ľ 2
1´3x
,
x2 `x´1 x2 ´1
r) 0 ă 1´x
2x´3
ĺ 3, s) x´1
ľ x ` 2, t) x2 `2
ĺ 3,
x2 ´4x
u) x2
ą 1 ´ x.
6.6. Desigualdades con valor absoluto 137

6.6. Desigualdades con valor absoluto


El siguiente teorema es muy importante en la resolución de desigualdades en que aparezcan
valores absolutos
6.6.1. Teorema. Si y es un número real y b ľ 0, entonces
I) |y| ă b ðñ ´b ă y ă b,
II) |y| ą b ðñ y ą b ó y ă ´b,
III) |y| “ b ðñ y “ b ó y “ ´b.

Demostración. I) |y| ă b ðñ py ĺ 0 y ´y ă bq ó py ľ 0 e y ă bq ðñ py ĺ 0 e
y ą ´bq ó py ľ 0 e y ă bq ðñ ´b ă y ĺ 0 ó 0 ĺ y ă b ðñ ´b ă y ă b.
II) |y| ą b ðñ py ĺ 0 y ´y ą bq ó py ľ 0 e y ą bq ðñ py ĺ 0 e y ă ´bq ó py ľ 0
e y ą bq ðñ y ă ´b ó y ą b.
III) |y| “ b ðñ py ĺ 0 y ´y “ bq ó py ľ 0 e y “ bq ðñ py ĺ 0 e y “ ´bq ó py ľ 0
e y “ bq ðñ y “ ´b ó y “ b. ‚
Observemos que I) y II) también son verdaderas si b ă 0
Veamos ahora algunos ejemplos.
6.6.2. Ejemplo. Resolver
a) |x| ă 6, b) |x| ą 6 y c) |x| “ 6.
Solución. a) |x| ă 6 ðñ ´6 ă x ă 6, por lo que el conjunto solución de |x| ă 6, es p´6; 6q.
b) |x| ą 6 ðñ x ą 6 ó x ă ´6, por lo que el conjunto solución de |x| ą 6 es p´8; ´6q Y
p6; `8q.
c) |x| “ 6 ðñ x “ 6 ó x “ ´6, por lo que el conjunto solución de |x| “ 6 es t´6, 6u.
6.6.3. Ejemplo. Resolver la desigualdad |2x ´ 3| ă 1{3.
Solución. |2x ´ 3| ă 31 ðñ ´ 31 ă 2x ´ 3 ă 13 ðñ 3 ´ 31 ă 2x ă 13 ` 3 ðñ 83 ă 2x ă 10 3
ðñ
4
3
ă x ă 3 ðñ x P p 3 ; 3 q, es decir el conjunto solución de |2x ´ 3| ă 3 es el intervalo abierto
5 4 5 1

p 34 ; 35 q.
6.6.4. Ejemplo. Resolver |8 ´ 6x| ľ 5.
Solución. |8 ´ 6x| ľ 5 ðñ 8 ´ 6x ľ 5 u 8 ´ 6x ĺ ´5 ðñ ´6x ľ 5 ´ 8 ó ´6x ĺ ´5 ´ 8 ðñ
´6x ľ ´3 ó ´6x ĺ ´13 ðñ x ĺ ´6 ´3
ó x ľ ´13´6
ðñ x ĺ 21 ó x ľ 13 6
, es decir el conjunto
solución de |8 ´ 6x| ľ 5 es p´8; 21 s Y r 13
6
; `8q, que se representa en la recta así.

 s s -
1 1 2 5 7 4 3 5 11 6 13
3 2 3 6
1 6 3 2 3 6 3 6

Ejercicios.
Resolver las desigualdades siguientes:
a) |2x ´ 3| ă 1, b) |2x ` 1| ĺ 12 , c) |x ´ 5| ĺ ´4, d) ´| ´ 5x2 ` 36| ă x2 ,
e) |2x ` 1| ľ x, f) |3x ´ 2| ĺ x2 , g) |2x ` 3| ă ´x.
138 6.7. División de polinomios

6.7. División de polinomios


Dados dos polinomios P pxq y Qpxq de grados m y n respectivamente, el grado del polino-
mio P pxq`Qpxq es menor o igual al máximo entre m y n, y el grado del polinomio P pxq¨Qpxq
es m ` n.
Estos últimos resultados pueden ser verificados por el lector. El cociente de los polinomios
P pxq
Qpxq
puede no ser un polinomio, de modo que no tiene sentido hablar del grado de Qpxq P pxq
, sin
embargo hay una versión del algoritmo de la división para polinomios.
6.7.1. Teorema (algoritmo de la división para polinomios). Dados dos polinomios
P pxq y Qpxq, donde Qpxq no es el polinomio cero. Existen dos únicos polinomios M pxq y
Rpxq, con el grado de Rpxq menor que el grado de Qpxq (ó Rpxq “ 0), tales que

P pxq “ M pxq ¨ Qpxq ` Rpxq.

6.7.2. Definición. A los polinomios M pxq y Rpxq de la igualdad anterior se les llama co-
ciente y residuo o resto respectivamente de la división de P pxq entre Qpxq.
Demostración del teorema 6.7.1. Sean m y n los grados de P pxq y Qpxq respectiva-
mente. Procedamos a hacer la demostración por inducción sobre m, usaremos el segundo
método de inducción matemática 3.9.4.
Demostremos primero la existencia de tales polinomios, comenzando con los casos senci-
llos.
Si n “ 0, entonces Qpxq es un número constante diferente de cero y

P pxq
P pxq “ Qpxq ` 0,
Qpxq

por lo que tomando M pxq “ Qpxq


P pxq
y Rpxq “ 0 se tiene el resultado.
Supongamos que n ą 0. Si m ă n ó P pxq “ 0, entonces tomamos M pxq “ 0 y Rpxq “
P pxq. Si m “ 1 “ n, entonces P pxq y Qpxq son de la forma

P pxq “ a0 ` a1 x y Qpxq “ c0 ` c1 x, con a1 , c1 ‰ 0.

De esta forma tomamos M pxq “ ac11 y Rpxq “ a0 ´ ac11c0 . Si m “ 1 ă n, entonces tomamos


M pxq “ 0 y Rpxq “ P pxq.
Supongamos que el resultado es válido cuando m ĺ N , donde N es un entero positivo.

`1
Sea P pxq “ a0 ` aj xj , con aN `1 ‰ 0. Si N ` 1 ă n, el resultado ya está demostrado, por
j“1
N
lo que supongamos que N ` 1 ľ n. Observemos que el polinomio a0 ` aj xj es de grado
ř
j“1
N
menor o igual que N , por lo que existen polinomios M0 pxq y R0 pxq tales que a0 `
ř
aj x j “
j“1
n
M0 pxq¨Qpxq`R0 pxq, donde el grado de R0 pxq es menor que n. Escribamos Qpxq “ c0 ` ck x k .
ř
k“1
6.7. División de polinomios 139

Tenemos que
˜ ¸
n´1
aN `1 N `1´n c0 aN `1 N `1´n ÿ cj aN `1 N `1´n`j
aN `1 xN `1 “ x ¨ Qpxq ´ x ` x
cn cn j“1
cn
N `1´n
(para el caso en que N ` 1 “ n tomamos xN `1´n “ 1). Ahora, el polinomio c0 aN `1cxn `
n´1
ř cj ¨aN `1 N `1´n`j
cn
x es de grado menor o igual que N , por lo que existen polinomios M1 pxq y
j“1
n´1
c0 aN `1 N `1´n cj ¨aN `1 N `1´n`j
R1 pxq tales que “ M1 pxqQpxq ` R1 pxq, con el grado de
ř
cn
x ` cn
x
j“1
R1 pxq menor que n.
Finalmente,
N
ÿ
P pxq “ a0 ` aj xj ` aN `1 xN `1
j“1
aN `1 N `1´n
“ M0 pxq ¨ Qpxq ` R0 pxq ` x ¨ Qpxq ´ pM1 pxq ¨ Qpxq ` R1 pxqq
cn
ˆ ˙
aN `1 N `1´n
“ M0 pxq ` x ´ M1 pxq ¨ Qpxq ` pR0 pxq ´ R1 pxqq,
cn
pero como R0 pxq y R1 pxq son de grado menor que n, entonces R0 pxq ´ R1 pxq es de grado
menor que n.
Demostremos ahora la unicidad. Supongamos que M 1 pxq y R1 pxq son polinomios, tales
que el grado de R1 pxq es menor que n ó R1 pxq “ 0 y

P pxq “ M 1 pxq ¨ Qpxq ` R1 pxq.

Tenemos además que


P pxq “ M pxq ¨ Qpxq ` Rpxq,
por lo que

6.7.3. 0 “ pM pxq ´ M 1 pxqq ¨ Qpxq ` pRpxq ´ R1 pxqq.

Si M 1 pxq ‰ M pxq, entonces pM pxqM 1 pxqq ¨ Qpxq tiene grado mayor o igual que n, por lo
que por 6.7.3, el grado de Rpxq´R1 pxq también sería mayor o igual que n, lo cual es imposible
pues Rpxq y R1 pxq son cero o tienen grado menor que n, por lo que M 1 pxq “ M pxq. Ahora
0 “ Rpxq ´ R1 pxq, es decir R1 pxq “ Rpxq por lo que se tiene la unicidad. ‚

Descripción del Método de División de Polinomios


Supongamos que tenemos dos polinomios

P pxq “ am xm ` ¨ ¨ ¨ ` a1 x ` a0

y
Qpxq “ bn xn ` ¨ ¨ ¨ ` b1 x ` b0 ‰ 0
140 6.7. División de polinomios

de grados m y n. Si m ă n, entonces, el residuo de P pxq


Qpxq
es P pxq y el cociente es cero. Si
m “ n entonces el cociente de P pxq
Qpxq
es abm
m
y el residuo es el polinomio Rpxq “ pam´1 ´ abm m
¨
m´1 am m´2 am am
bm´1 qx ` pam´2 ´ bm ¨ bm´2 qx ` ¨ ¨ ¨ ` pa1 ´ bm ¨ b1 qx ` pa0 ´ bm ¨ b0 q.
Si m ą n, entonces el cociente de Qpxq P pxq
es abm
n
¨ xm´n más el cociente de la división del
polinomio Spxq “ pam´1 ´ abm n
bn´1 qxm´1 ` pam´2 ´ abm n
bn´2 qxm´2 ` ¨ ¨ ¨ ` pam´n ´ abm
n
b0 qxm´n `
pam´1´n xm´1´n ` ¨ ¨ ¨ ` a1 x ` a0 q entre Qpxq y el residuo es el residuo de Qpxq Spxq
.
Si el lector observa con detenimiento, podrá notar que el método anterior se basa en dos
hechos fundamentales:

a) La propiedad distributiva de la división con respecto a la suma.

b) El hecho de que a “ bc ` pa ´ bcq.

6.7.4. Teorema del residuo. Si un polinomio P pxq se divide entre x ´ c, donde c es un


número real, entonces P pcq es el residuo.
Demostración. Como x´c es de grado 1, entonces el residuo es una constante k. Sea M pxq
el cociente de P pxq entre x ´ c, tenemos

P pxq “ M pxq ¨ px ´ cq ` k.

Si evaluamos P en c obtenemos

P pcq “ M pcq ¨ pc ´ cq ` k “ k,

es decir el residuo es P pcq. ‚


6.7.5. Teorema del factor. El polinomio x ´ c es un factor del polinomio P pxq si y sólo si
P pcq “ 0.
Demostración. Si x ´ c es un factor de P pxq, entonces el residuo al dividir P pxq entre
px ´ cq es cero, pero por el teorema del residuo, tenemos que P pcq “ 0. Recíprocamente, si
P pcq “ 0, entonces el residuo al dividir P pxq entre x ´ c es cero, por lo que

P pxq “ M pxq ¨ px ´ cq ` 0 “ M pxq ¨ px ´ cq

para algún polinomio M pxq, lo que significa que x ´ c es factor de P pxq. ‚

Raíces de Polinomios
6.7.6. Definición. Decimos que un número c es raíz de un polinomio P pxq si es solución de
la ecuación P pxq “ 0.
En general no existen métodos para encontrar las raíces de un polinomio. El teorema del
factor dice que c es una raíz de un polinomio si y sólo si x ´ c es un factor del mismo, de
esto se puede ver que hay un vínculo muy estrecho entre la factorización y la solución de
ecuaciones. En la demostración del siguiente teorema se usará el teorema del factor.
6.7.7. Teorema. Un polinomio P pxq de grado n tiene a lo más n raíces reales diferentes.
6.7. División de polinomios 141

Demostración. Procederemos por inducción matemática sobre n. Si n “ 1, el polinomio


es de la forma
P pxq “ ax ` b, con a‰0
y la raíz es el número ´b{a.
Supongamos la validez del resultado para n “ N y demostrémosla para n “ N ` 1. Sea
P pxq un polinomio de grado N ` 1. Si P pxq no tiene raíces el resultado se cumple para P pxq.
Si P pxq tiene al menos una raíz c, entonces

P pxq “ Qpxq ¨ px ´ cq,

donde Qpxq es un polinomio de grado N . Ahora, toda raíz de P pxq diferente de c debe ser
raíz de Qpxq puesto que para que el producto de dos números reales sea cero, alguno de los
números debe ser cero. Pero Qpxq tiene a lo más N raíces diferentes, por lo que P pxq tiene a
lo más N ` 1 raíces diferentes, a saber c y las de Qpxq. ‚
6.7.8. Definición. Sea P pxq un polinomio y c una de sus raíces, decimos que el entero
positivo k es la multiplicidad de la raíz c si px ´ cqk es factor de P pxq pero no lo es
px ´ cqk`1 .

Raíces racionales de un polinomio con coeficientes enteros


Aunque no existen métodos algebraicos para calcular todas las raíces de un polinomio,
si existen métodos para calcular todas las raíces racionales de polinomios con coeficientes
enteros. El teorema siguiente es de gran utilidad para tal fin.
6.7.9. Teorema de las raíces racionales. Sea P pxq “ an xn ` an´1 xn´1 ` ¨ ¨ ¨ ` a1 x ` a0 un
polinomio de grado n con coeficientes enteros. Si c{d es una raíz del polinomio P pxq, donde
c ľ 0 y d ‰ 0 son enteros sin factores comunes primos, entonces

c | a0 y d | an .

Demostración. Como P pc{dq “ 0, tenemos

an pc{dqn ` an´1 pc{dqn´1 ` ¨ ¨ ¨ ` a1 pc{dq ` a0 “ 0.

Como d ‰ 0, podemos multiplicar por dn , obteniendo

an cn ` an´1 dcn´1 ` ¨ ¨ ¨ ` a1 dn´1 c ` a0 dn “ 0.

De aquí se deducen dos ecuaciones

cpan C n´1 ` an´1 dcn´2 ` ¨ ¨ ¨ ` a1 dn´1 q “ ´a0 dn


y
dpan´1 C n´1 ` ¨ ¨ ¨ ` a1 dn´2 c ` a0 dn q “ ´an cn ,
es decir
c | a0 d n y d | an c n .
142 6.7. División de polinomios

Como c y d no tienen factores comunes primos, tampoco lo tienen c y dn ni d y cn , por lo


que, debido al teorema 4.7.13,
c | a0 y d | an . ‚
El uso de este teorema nos permite hallar todas las raíces racionales de polinomios con
coeficientes enteros.

Ejercicios.

1. Sean c1 , c2 , . . . , ck raíces de un polinomio P pxq de grado n y sean m1 , m2 , . . . , mk sus


respectivas multiplicidades. Demostrar que m1 ` m2 ` ¨ ¨ ¨ `mk ĺ n.

2. Dados los polinomios P pxq “ 3x6 ´ 2x4 ` 4x2 ` x ´ 1 y Qpxq “ 8x3 ` x2 ´ 2x ` 2. Hallar
el cociente y el residuo de la división Qpxq
P pxq
.

3. Hallar todas las raíces racionales del polinomio P pxq “ 12x6 ´ 2x4 ` 4x2 , así como la
multiplicidad de cada raíz encontrada.
6.8. Sistemas de ecuaciones lineales 143

6.8. Sistemas de ecuaciones lineales


6.8.1. Definición. Cuando tenemos n variables x1 , x2 , . . . , xn y los números a1 , a2 , . . . , an y
b son constantes, a una ecuación equivalente a una de la forma

a1 x 1 ` a2 x 2 ` ¨ ¨ ¨ ` an x n “ b

se le llama ecuación lineal con n variables o simplemente ecuación lineal. Observemos


que si c ‰ 0, la ecuación anterior es equivalente a la ecuación

cpa1 x1 ` a2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an xn q “ cb.

6.8.2. Definición. Cuando tenemos n variables x1 , x2 , . . . , xn y para cada i P t1, 2, . . . , mu


tenemos una ecuación lineal ai,1 x1 ` ai,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` ai,n xn “ bi , entonces a la expresión

a1,1 x1 ` a1,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` a1,n xn “ b1 ,


a2,1 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` a2,n xn “ b2 ,
..
.
am,1 x1 ` am,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` am,n xn “ bm

se le llama sistema de ecuaciones lineales o cuando se quiere ser más específico se le llama
sistema de m ecuaciones lineales con n incógnitas.
6.8.3. Teorema. El sistema de 2 ecuaciones lineales
a1,1 x1 ` a1,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` a1,n xn “ b1 ,
a2,1 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` `a2,n xn “ b2

es equivalente al sistema

a1,1 x1 ` a1,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` a1,n xn “ b1 ,


pa1,1 ` a2,1 qx1 ` pa1,2 ` a2,2 qx2 ` ¨ ¨ ¨ ` pa1,n ` a2,n qxn “ b1 ` b2 .

Demostración. pùñq Por sustitución de iguales tenemos que el primer sistema implica la
segunda ecuación del segundo sistema, y obviamente la primera ecuación del primer sistema
implica la primera ecuación del segundo sistema.
pðùq Supongamos ahora que se satisface el sistema

a1,1 x1 ` a1,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` a1,n xn “ b1 ,


pa1,1 ` a2,1 qx1 ` pa1,2 ` a2,2 qx2 ` ¨ ¨ ¨ ` pa1,n ` a2,n qxn “ b1 ` b2 .

Multiplicando por ´1 la primera ecuación, vemos que el sistema es equivalente a

´a1,1 x1 ` ´a1,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` ´a1,n xn “ ´b1 ,


pa1,1 ` a2,1 qx1 ` pa1,2 ` a2,2 qx2 ` ¨ ¨ ¨ ` pa1,n ` a2,n qxn “ b1 ` b2 ,
144 6.8. Sistemas de ecuaciones lineales

y utilizando la primera parte de la demostración vemos que este último sistema implica el
sistema
´a1,1 x1 ` ´a1,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` ´a1,n xn “ ´b1 ,
a2,1 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` `a2,n xn “ b2 ,
el cual, al multiplicar por ´1 la primera ecuación, equivale a

a1,1 x1 ` a1,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` a1,n xn “ b1 ,


a2,1 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` `a2,n xn “ b2 ,

con lo que terminamos la demostración. ‚


El teorema anterior sirve para resolver, cuando sea posible, un sistema de ecuaciones
lineales.
6.8.4. Ejemplo. Resolver el siguiente sistema de 3 ecuaciones con 3 incógnitas:

5x `2y `6z “ 1,
3x `2y ´4z “ 0,
4x `y `z “ 2.

Solución. Si la segunda ecuación la multiplicamos por ´1 y la sumamos a la primera nos


queda el siguiente sistema equivalente al anterior

2x `10z “ 1,
3x `2y ´4z “ 0,
4x `y `z “ 2.

Multiplicando ahora la tercera ecuación del nuevo sistema por ´2 y sumándola a la segunda,
obtenemos
2x `10z “ 1,
´5x ´6z “ ´4,
4x `y `z “ 2.
Multipliquemos la primera ecuación por 1
2
para obtener

x `5z “ 12 ,
´5x ´6z “ ´4,
4x `y `z “ 2.

Multiplicando ahora la primera ecuación por 5 y sumándola a la segunda obtenemos

19z “ ´ 32 ,
´5x ´6z “ ´4,
4x `y `z “ 2,

concluyendo que z “ ´ 38 3
. Sustituyendo este valor de z en la segunda ecuación, tenemos que
3
´5x ´ 6p´ 38 q “ ´4, es decir x “ 19 17
y finalmente tenemos que 4p 17
19
3
q ` y ´ 38 “ 2, es decir
y “ 2 ` 38 ´ 4p 19 q “ ´ 2 .
3 17 3
Capítulo 7

AXIOMA DEL SUPREMO

7.1. Conjuntos Acotados


7.1.1. Definición. Sea A Ă R. Decimos que A es acotado superiormente si existe un
x P R tal que para todo a P A, se tiene que a ĺ x. Al número x se le llama cota superior de
A. Decimos que A es acotado inferiormente si existe un r P R tal que para todo a P A, se
tiene que r ĺ a. Al número r se le llama cota inferior de A. Si A es acotado superiormente
y acotado inferiormente se dice que es acotado.
7.1.2. Ejemplo. El conjunto N de los números naturales es un conjunto acotado inferior-
mente.
7.1.3. Ejemplo. El conjunto tx P R : 4{3 ă x ĺ 6u es acotado.
7.1.4. Ejemplo. El conjunto de números negativos es acotado superiormente pero no es
acotado inferiormente.
7.1.5. Ejemplo. El conjunto Q de los números racionales no es acotado superiormente ni
acotado inferiormente.
7.1.6. Definición. Sea A Ă R. Decimos que x es el máximo de A si x P A y es cota superior
de A, es decir, si x P A y para todo a P A se tiene que a ĺ x. De la misma manera decimos
que r es el mínimo de A si r P A y es cota inferior de A; es decir si r P A y para todo a P A
se tiene que r ĺ a.
Observemos que para que un conjunto tenga máximo es necesario que sea acotado supe-
riormente aunque esto no es suficiente.
7.1.7. Ejemplo. El mínimo de N es el número 1 y N no tiene máximo.
7.1.8. Ejemplo. El conjunto tx P R : 4{3 ă x ĺ 6u no tiene mínimo aunque es acotado
inferiormente (podría pensarse que el mínimo es 4/3, pero 4/3 no pertenece al conjunto). Tal
conjunto tiene como máximo a 6.
7.1.9. Ejemplo. El conjunto de números negativo es acotado superiormente, aunque no tiene
máximo (podría pensarse que 0 es el máximo, pero 0 no es negativo).
7.1.10. Ejemplo. El conjunto Q no tiene ni máximo ni mínimo por no ser acotado ni

145
146 7.1. Conjuntos Acotados

superiormente ni inferiormente.
7.1.11. Notación. Si x es el máximo de A, entonces escribimos x “ máxA y si r es el
mínimo de A, entonces escribimos r “ mínA.
7.1.12. Teorema. Si A Ă R, entonces A tiene a lo más un máximo.
Demostración. Supongamos que x1 y x2 son máximos de A. Entonces x1 ĺ x2 y x2 ĺ x1
y por la propiedad de tricotomía x1 “ x2 . ‚
Similarmente se tiene el siguiente teorema cuya demostración es análoga a la anterior.
7.1.13. Teorema. Si A Ă R, entonces A tiene a lo más un mínimo.
7.1.14. Definición. Sea A Ă R. Decimos que el número real α es el supremo de A si:

I) Para todo a P A se tiene que a ĺ α.

II) Si x es una cota superior de A, entonces α ĺ x.

Al supremo de A (si existe) también se le llama la mínima cota superior de A.


Tenemos la siguiente definición dual a la anterior.
7.1.15. Definición. Sea A Ă R. Decimos que el número real β es el ínfimo de A si:

I) Para todo a P A se tiene que β ĺ a.

II) Si r es una cota inferior de A, entonces r ĺ β.

Al ínfimo de A también se le llama la máxima cota inferior de A.


7.1.16. Notación. Al supremo e ínfimo de A (si existen) se les denota respectivamente como

sup A e ínf A.

7.1.17. Axioma del supremo. Si A es un conjunto no vacío de números reales, acotado


superiormente, entonces existe el supremo de A.
El principio anterior no es válido para los números racionales en el sentido de que hay
conjuntos acotados superiormente que no tienen su supremo en Q.
El siguiente teorema es el dual del axioma del supremo.
7.1.18. Teorema del ínfimo. Si B es un conjunto no vacío de números reales, acotado
inferiormente, entonces existe el ínfimo de B.
Demostración. Supongamos que B es un conjunto acotado inferiormente. Sea A “ ta P
R : ´a P Bu y r una cota inferior de B. Si a P A, entonces ´a P B, pero r ĺ ´a por lo que
a ĺ ´r. Así pues vemos que A es un conjunto acotado superiormente y que el hecho de que
r sea una cota inferior de B implica que ´r es una cota superior de A por lo que existe un
número real α tal que

α “ sup A.
7.1. Conjuntos Acotados 147

Ahora si a P A, entonces a ĺ α ĺ ´r, de donde r ĺ ´α ĺ ´a, pero observemos que


a P A ðñ ´a P B, por lo que para todo b P B

r ĺ ´α ĺ b,

es decir ´α es el ínfimo de B. ‚
7.1.19. Propiedad arquimediana. Si x P R, existe un n P N tal que n ą x.
Demostración. Si no existiera ningún número natural n tal que n ą x, entonces x sería
una cota superior de N y por el axioma del supremo existiría un α, tal que α “ sup N. Sea
m P N, entonces m ` 1 P N por lo que

m`1ĺα

de donde
m ĺ α ´ 1 ă α,
por lo tanto α ´ 1 sería una cota superior de N menor que α, contradiciendo el hecho de que
α es el supremo de N. Por lo tanto N no es acotado superiormente. En particular, x no es
una cota superior de N, por lo cual existe un n P N tal que n ą x. ‚
7.1.20. Corolario. Si x, y ą 0, entonces:
I) Existe un n P N tal que nx ą y.

II) Existe un n P N tal que 0 ă 1{n ă y.

III) Existe un n P N tal que n ´ 1 ĺ y ă n.

IV) Existe un ε ą 0 tal que εx ă y.

Demostración. I) Como x ą 0, entonces y{x P R, por lo que existe un n, tal que

n ą y{x,
pero como x ą 0 la última desigualdad equivale a

nx ą y.
II) Como y ą 0 y 1 ą 0, entonces existe un n P N tal que ny ą 1. Ahora, esta última
desigualdad equivale a que y ą 1{n y como n es positivo, entonces 1{n ą 0, por lo tanto

0 ă 1{n ă y.
III) Sea Ay “ tk P N : y ă ku. Por la propiedad arquimediana tenemos que Ay ‰ ∅.
Ahora, Ay tiene un mínimo n, el cual es su primer elemento (teorema 3.9.3), de donde
n ´ 1 ĺ y ă n.
IV) Por el inciso I) existe un número natural n tal que ny ą x, por lo que tomando
cualquier número positivo ε ĺ n1 tendremos que εx ă y. ‚
7.1.21. Teorema. Si a, b ą 1, existe un N P N tal que bn ą a para todo n ľ N .
148 7.1. Conjuntos Acotados

Demostración. Por el teorema del binomio tenemos que para todo número natural n se
tiene
n ˆ ˙
n n
ÿ n
b “ p1 ` pb ´ 1qq “ pb ´ 1qk ľ 1 ` npb ´ 1q,
k“0
k

ahora, por el corolario a la propiedad arquimediana se tiene que existe un N P N tal que
N pb ´ 1q ą a, por lo tanto si n ľ N , entonces

bn ľ 1 ` npb ´ 1q ą N pb ´ 1q ą a. ‚
Como consecuencia inmediata del teorema anterior tenemos el siguiente corolario.
7.1.22. Corolario. Si a, b ą 1, existe un N P N tal que b ą a1{n para todo n ľ N . (Siempre
que existan todas las raíces enteras de a, lo cual es un hecho que aún no está demostrado).
7.1.23. Teorema. Si A es un subconjunto de los números reales acotado superiormente,
b ą 0 y X “ tx : x “ ba, para algún a P Au, entonces

sup X “ b sup A.

Demostración. Si a P A y x “ ba, entonces como a ĺ sup A y b ą 0, tenemos que


x “ ba ĺ b sup A, por lo tanto sup X ĺ b sup A. Ahora, como A “ ta : a “ b´1 x para algún
x P Xu, entonces sup A ĺ b´1 sup X, por lo tanto sup X ĺ b sup A ĺ bb´1 sup X “ sup X. ‚
De manera similar se demuestra el teorema siguiente.
7.1.24. Teorema. Si A es un subconjunto de los números reales acotado inferiormente, b ą 0
y X “ tx : x “ ba, para algún a P Au, entonces

ínf X “ b ínf A.

7.1.25. Teorema. Si A un subconjunto de los números reales acotado superiormente y


X “ tx : x “ ´a, para algún a P Au, entonces

ínf X “ ´ sup A.

Demostración. Tenemos que a ĺ u para todo a P A equivale a decir que ´u ĺ ´a para


todo a P A. Es decir ´u es una cota inferior de X si y sólo si u es una cota superior de A.
Sea s el supremo de A. Como s es una cota superior de A, entonces ´s es una cota inferior
de X. Ahora, si t es una cota inferior de X, entonces ´t es una cota superior de A, de modo
que s ĺ ´t, lo cual significa que t ĺ ´s, teniendo así que ´s es la máxima cota inferior de
X, es decir ínf X “ ´s “ ´ sup A. ‚
7.1. Conjuntos Acotados 149

De manera análoga a la demostración del teorema 7.1.24 se puede demostrar el teorema


siguiente.
7.1.26. Teorema. Si A un subconjunto de los números reales acotado inferiormente y X “
tx : x “ ´a, para algún a P Au, entonces

sup X “ ´ínf A.

7.1.27. Teorema. Sea Λ un conjunto, y sean taλ : λ P Λu y tbλ : λ P Λu subconjuntos de


números reales acotados superiormente.

suptaλ ` bλ : λ P Λu ĺ suptaλ : λ P Λu ` suptbλ : λ P Λu.

Demostración. Si a es una cota superior de taλ : λ P Λu, b es una cota superior de


tbλ : λ P Λu, aλ1 P taλ : λ P Λu y bλ2 P tbλ : λ P Λu, entonces aλ1 ` bλ2 ĺ a ` b teniendo así
que el conjunto taλ ` bλ : λ P Λu es acotado superiormente. Sean γ “ suptaλ ` bλ : λ P Λu,
α “ suptaλ : λ P Λu y β “ suptbλ : λ P Λu. Si c P taλ ` bλ : λ P Λu, entonces existe un λ0 P Λ
tal que c “ aλ0 ` bλ0 , pero como aλ0 ĺ α y bλ0 ĺ β, entonces c ĺ α ` β. Hemos demostrado
que α ` β es una cota superior de taλ ` bλ : λ P Λu, por lo tanto γ ĺ α ` β. ‚
De manera similar a como se demostró el teorema 7.1.27 se puede demostrar el teorema
siguiente.
7.1.28. Teorema. Sea Λ un conjunto, y sean taλ : λ P Λu y tbλ : λ P Λu subconjuntos de
números reales acotados inferiormente.

ínf taλ ` bλ : λ P Λu ľ ínf taλ : λ P Λu ` ínf tbλ : λ P Λu.

Ejercicios.

1. De los siguientes subconjuntos de números reales decir cuales son acotados superior-
mente y cuales son acotados inferiormente; de los que sean acotados superiormente decir
cual es el supremo, y de los que sean acotados inferiormente decir cual es el ínfimo. En
caso de existan el supremo o el ínfimo, decir si éstos pertenecen al conjunto, es decir
decir si son máximos o mínimos.
„ ˙ " *
3 2
a) p0; `8q, b) ; 500 , c) r5; 8szQ, d) :nPN ,
2 n
" * „ ˙
1 7 ? ? ?
e) n ` : n P N , f) ´ ; `8 X Z, g) Q X p 2; 3s, h) t n n : n P Nu X Z.
n 4
150 7.2. Raíces cuadradas

7.2. Raíces cuadradas


En esta sección se establecerá la existencia de las raíces cuadradas de cualquier número
positivo.
7.2.1. Definición. Decimos que x es una raíz cuadrada de un número real a, si x2 “ a.
7.2.2. Teorema. Sea a ą 0. Existe un número positivo x tal que x2 “ a.
Demostración. Dividiremos la demostración en dos casos, a saber cuando a ą 1 y cuando
0 ă a ĺ 1.
Si a ą 1, sea Ba “ tb P R : b ľ 0 y b2 ĺ au. Podemos ver que Ba está acotado
superiormente por a (verificarlo) por lo que debido al axioma del supremo, existe un número
real x “ sup Ba . Observemos que x ľ 1 ya que 1 P Ba .
Tenemos tres posibilidades para x, a saber x2 “ a, x2 ą a y x2 ă a. Veamos que las dos
últimas son imposibles.
2q
1 2
Si x2 ă a, existe un n P N tal que n1 ă pa´x . Con el dado así, tenemos que
` ˘
2x`1
n x ` n

a´x2
x ` n ` n2 ĺ x ` n ` n “ x ` n , pero n ă 2x`1 ðñ n ă a´x ðñ x ` n ă a,
2 2x 1 2 2x 1 2 p2x`1q 1 2x`1 2 2 p2x`1q

por lo que
ˆ ˙2
1
x` ă a,
n
lo cual significa que x ` 1{n P Ba , pero esto es imposible pues x es el supremo de Ba .
Si x2 ą a, sea n un número natural tal que 1{n ă px2 ´ aq{2x. Ahora, debe existir un
b P Ba tal que x ´ 1{n ă b, de otra forma x ´ 1{n sería una cota superior de Ba . Pero esto
nos lleva a que
ˆ ˙2
2x
2 2x 1 1
aăx ´ ă x2 ´ ` 2 “ x´ ă b2 ,
n n n n
es decir a ă b2 , contrario al hecho de que b P Ba . Por lo tanto, la única posibilidad es que
x2 “ a.
Falta demostrar que existe un x tal que x2 “ a cuando 0 ă a ĺ 1.
Si a “ 1 es suficiente con tomar x “ 1.
Si 0 ă a ă 1, entonces 1{a ą 1, por lo que existe un r ą 0 tal que r2 “ 1{a, pero esto es
equivalente a que a “ p1{rq2 y es suficiente con tomar x “ 1{r. ‚
Observemos que si x es una raíz cuadrada de a, entonces ´x también es una raíz cuadrada
de a. Observemos también que los números negativos ? no tienen raíces cuadradas en R. A la
raíz cuadrada no negativa de a la denotaremos por a. ?
Veamos ahora un ejemplo de un número real que no es racional, a saber 2.
?
7.2.3. Teorema. El número 2 es irracional.
? ?
Demostración. Supongamos que 2 es racional. Como 2 ą 0, entonces se puede ? expresar
como n , donde m, n P ?
m
N. Sean m0 , n0 P N tales que n0 “ míntn P N : n “ 2 para algún
m

número natural m} y 2 “ m 0
n0
. La elección de m0 y n0 garantiza que no tengan factores
m20
comunes, en particular que 2 no divida a m0 y a n0 a la vez. Pero n20
“ 2, por lo que
7.2. Raíces cuadradas 151

m20 “ 2n20 , es decir m20 es par. El número m0 debe ser par, puesto que si no lo fuera, entonces
m0 “ 2k ` 1 para algún entero k, por lo que m20 “ 4k 2 ` 4k ` 1 “ 4kpk ` 1q ` 1, el cual
es impar, por lo tanto m0 es par. Así existiría un r P N tal que m0 “ 2r, pero m20 “ 4r2 y
4r2
n20
“ 2, es decir 2r2 “ n20 , de donde n20 también es par. De manera similar podemos concluir
que n0 es par, de donde ? 2 divide a m0 y a n0 a la vez, contradiciendo a la elección de n0 ,
demostrando así que 2 es irracional. ‚

Ejercicios.
?
1. Demostrar que si p es primo, entoncesp es irracional.
? ?
2. Demostrar que si n es un número natural tal que n no es entero, entonces n es
irracional.
152 7.3. Exponentes racionales

7.3. Exponentes racionales


7.3.1. Lema. Si a ą 1 y n P N, entonces
?n
a “ suptx ą 0 : xn ĺ au.

Demostración. Sea y “ suptx ą 0 : xn ĺ au. Queremos demostrar que y n “ a. Si


0 ă ε ă 1, tenemos que
n ˆ ˙ n ˆ ˙ n ˆ ˙
n
ÿ n k ÿ n k´1 ÿ n
p1 ` εq “ ε “1`ε ε ă1`ε “ 1 ` 2n ε,
k“0
k k“1
k k“0
k

es decir

7.3.2. p1 ` εqn ă 1 ` 2n ε.

Ahora, si y n ă a entonces por el corolario 7.1.20 IV) existe un ε ą 0, que se puede tomar
menor que 1, tal que p2yqn ε ă a ´ y n , es decir

7.3.3. y n p1 ` 2n εq ă a,

de modo que por las desigualdades 7.3.2 y 7.3.3

pyp1 ` εqqn “ y n p1 ` εqn ĺ y n p1 ` 2n εq ă a,

pero entonces yp1 ` εq P tx ą 0 : xn ĺ au e y ă yp1 ` εq, contradiciendo el hecho de que


y “ suptx ą 0 : xn ĺ au.
Ahora, si a ă y n entonces, por el corolario 7.1.20 IV), existe un ε P p0; 1q tal que

2n aε ă y n ´ a,

es decir
ap1 ` 2n εq ă y n ,
de modo que por la desigualdad 7.3.2

ap1 ` εqn ă ap1 ` 2n εq ă y n ,

pero entonces ˆ ˙n
y
aă ă yn,
1`ε
` y ˘n
de donde se tiene que si u P tx ą 0 : xn ĺ au, entonces un ă 1`ε , lo cual implica
? que
u ă 1`ε ă y, contradiciendo la definición de y. Por lo tanto y “ a, es decir y “ a.
y n n

7.3.4. Teorema. Todo número positivo tiene una raíz n-ésima positiva.
?
Demostración. Si a ą 1, por el lema 7.3.1 n aˆ existe
˙ny es igual a suptx ą 0 : x ĺ au. Si
n

? ?
a “ 1, entonces n a “ 1. Si 0 ă a ă 1, entonces ?1
n 1
“ 11 “ a, es decir n a “ ? 1
n 1
. ‚
a a a
7.3. Exponentes racionales 153

Recordemos que cuando r P Q y r “ m{n, donde m y n son enteros y n ą 0, se definió


para a ą 0 ` ? ˘m
ar “ n a .
Veamos que ar está bien definida, es decir veamos que si r “ m1 {n1 , con m1 y n1 enteros y
n1 ą 0, entonces
`?n
˘m ` ?1 ˘m1
a “ n a .
Sean p y q enteros sin factores comunes diferentes de 1 y ´1 tales que q ą 0 y p{q “ m{n.
Observemos que q | n de modo que qt “ n y pt “ m, para algún entero positivo t. Por las
propiedades de los radicales y los exponentes enteros tenemos que
˜ˆb ˙ ¸p
`?n
˘ m ` ?
qt
˘ pt ? t
t q
` ? ˘p
a “ a “ a “ qa .

` ?1 ˘m1 ? p
Análogamente se puede ver que n
a “ p q aq , de modo que ar está bien definido.
7.3.5. Teorema. Si r, s P Q, r ą s y a ą 1, entonces

ar ą as .

Demostración. Sean m, n, m1 y n1 enteros tales que n, n1 ą 0, r “ m{n y s “ m1 {n1 . Como


m{n ą m1 {n1 , tenemos que mn1 ą m1 n. Ahora,
1 1 ` ?1 ˘mn1
ar “ am{n “ apmn q{pnn q “ nn a
` ?1 ˘m1 n 1 1 1 1
ą nn a “ apm nq{pnn q “ am {n “ as ,

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


7.3.6. Corolario. Si r, s P Q, r ą s y 0 ă a ă 1, entonces ar ă as .
Demostración. 1{a ą 1, por lo tanto p1{aqr ą p1{aqs , pero 1{ar “ p1{aqr ą p1{aqs “ 1{as ,
es decir 1{ar ą 1{as , por lo que as ą ar . ‚
7.3.7. Leyes de los exponentes racionales. Si a, b ą 0 y r, s P Q, entonces se cumplen
las siguientes relaciones:
` ˘r r
I) ar as “ ar`s , IV) ab “ abr ,
ar
II) par qs “ ars , V) as
“ ar´s .
III) pabqr “ ar br ,

Demostración. Sean p, q, m y n, números enteros tales que q, n ‰ 0, r “ p{q y s “ m{n.


I) Usando la definición de exponentes racionales y las leyes de los exponentes enteros,
tenemos que ar as “ ap{q am{n “ appnq{pqnq apmqq{pqnq “ pa1{qn qpn pa1{qn qmq “ pa1{qn qpn`mq “
appn`mqq{pqnq “ ar`s .
154 7.3. Exponentes racionales

II) Usando ahora las leyes de los exponentes enteros y las de los radicales varias veces,
tenemos que par qs “ pppa1{q qp q1{n qm “ pppa1{q q1{n qp qm “ pa1{pqnq qpm “ appmq{pqnq “ ars .
III) pabqr “ pabqp{q “ ppabq1{q qp “ pa1{q b1{q qp “ pa1{q qp pb1{q qp “ ar br .
IV) De la tercera ley concluimos que pa{bqr br “ ppa{bqbqr “ ar y dividiendo entre br se
tiene la cuarta ley.
V) De la primera ley tenemos que ar “ ar´s as y al dividir entre as se tiene la quinta ley.

Capítulo 8

SUCESIONES Y SERIES

8.1. Introducción
8.1.1. Definición. Una sucesión infinita o simplemente sucesión de elementos de un
conjunto A es una función cuyo dominio es el conjunto N de todos los números naturales y
cuyo recorrido es un subconjunto de A. Una sucesión de la forma f : N ÝÑ A se denotará
kÞÑak
de alguna de las siguientes formas pak q8 k“1 , pak q, pa1 , a2 , . . . , ak , . . . q o simplemente como
pa1 , a2 , . . . q cuando no haya peligro de confusión.
En este capítulo consideraremos solamente sucesiones de números reales. Los siguientes
son ejemplos de sucesiones de números reales:
8.1.2. Ejemplo. p3k ´ 1q8
k“1 “ p2, 5, 8, . . . , 3k ´ 1, . . . q.

8.1.3. Ejemplo. p4 ´ jq8


j“1 “ p3, 2, 1, 0, ´1, . . . , 4 ´ j, . . . q.

8.1.4. Ejemplo. p 2j q8 2 1 2
j“1 “ p2, 1, 3 , 2 , . . . , j , . . . q.

8.1.5. Ejemplo. p10k´1 q8


k“1 “ p1, 10, 100, 1000, 10000, . . . , 10
k´1
, . . . q.
n 8
8.1.6. Ejemplo. p n`1 qn“1 “ p 12 , 23 , 34 , 45 , . . . , n`1
n
, . . . q.
n“1 a ak se le llama la k-ésima componente de la
8.1.7. Definición. En una sucesión pan q8
sucesión o el k-ésimo término de la sucesión.
En el ejemplo 8.1.2, el número 5 es la segunda componente de la sucesión; en el ejemplo
8.1.3, el número 3 es la primera componente de la sucesión; en el ejemplo 8.1.4, el número
2/3 es la tercera componente de la sucesión; en el ejemplo 8.1.5, el número 1000 es la cuarta
componente de la sucesión, y en el ejemplo 8.1.6, el número 3/4 es la tercera componente de
la sucesión.
8.1.8. Observación. Si tenemos sucesiones expresadas en formas como la siguiente p2, 4, 6, 8,
10, . . . q, podemos conocer las primeras 5 componentes de la sucesión, pero no podemos cono-
cer la sexta ni las demás componentes. Podría suponerse que la sexta componente fuera 12,
si pensáramos que la sucesión en cuestión es p2kq8 k“1 , pero hay una infinidad de sucesiones
con las primeras cinco componentes iguales, por ejemplo en la sucesión definida como p2k`
pk ´ 1qpk ´ 2qpk ´ 3qpk ´ 4qpk ´ 5qq8 k“1 , las primeras 5 componentes son 2, 4, 6, 8, 10, pero
la sexta componente no es 12 sino 132.

155
156 8.1. Introducción

Como notación, cuando j sea un entero, una expresión de la forma pak q8 k“j representará
la sucesión pak`j´1 qk“1 , es decir, es una sucesión que en vez de empezar en a1 empieza en aj ,
8

por ejemplo
p3k ` 1q8
k“5 “ p16, 19, 22, 25, . . . , 3k ` 1, . . . q,
2 8
p i`2 qi“0 “ p1, 23 , 21 , 25 , 13 , 27 , 41 , . . . , i`2
2
, . . . q.
8.1.9. Definición. En una sucesión pak q8
k“1 , si aj es el j-ésimo término de la sucesión,
entonces el término siguiente del j-ésimo es aj`1 y decimos que aj y aj`1 son términos
sucesivos o consecutivos. También decimos que aj es el anterior del j ` 1-ésimo término
de la sucesión.
8.2. Progresiones aritméticas 157

8.2. Progresiones aritméticas


8.2.1. Definición. Una progresión aritmética es una sucesión pak q8
k“1 , donde existe un
número d P R tal que para todo k P N, se tiene ak`1 “ ak ` d. Al número d se le llama
diferencia común de la progresión aritmética.
k“1 es una progresión aritmética con diferencia común d, entonces
Observemos que si pak q8
tenemos que a1 “ a1 ` 0 ¨ d, a2 “ a1 ` 1 ¨ d, a3 “ a1 ` 2 ¨ d, a4 “ a1 ` 3 ¨ d, a5 “ a1 ` 4 ¨ d,
etc. Siguiendo este esquema el lector podrá demostrar por inducción matemática el siguiente
teorema.
8.2.2. Teorema. Si pak q8
k“1 es una progresión aritmética con diferencia común d, entonces

an “ a1 ` pn ´ 1q ¨ d.

8.2.3. Ejemplo. Encontrar la dieciochava componente de la progresión aritmética con pri-


mera y segunda componente 5 y 29
4
respectivamente.
Solución. La diferencia común de la progresión aritmética es 29 4
´ 5 “ 49 y la primera
componente es 5, por lo que de acuerdo al teorema 8.2.2 la dieciochava componente es 5 `
p18 ´ 1q 49 “ 5 ` 153
4
“ 173
4
.
8.2.4. Teorema. Si pak q8
k“1 es una progresión aritmética con diferencia común d, entonces
n
ÿ n a1 ` an
ak “ p2a1 ` pn ´ 1qdq “ n .
k“1
2 2

n 1
Demostración. Procedamos por inducción matemática. Si n “ 1, entonces
ř ř
ak “ ak “
k“1 k“1
a1 , además n2 p2a1 ` pn ´ 1qdq “ 12 p2a1 ` 0dq “ a1 y n pa1 `a
2
nq
“ 1 pa1 `a
2
1q
“ a1 .
Supongamos que la fórmula es válida para algún entero positivo n “ N . Es decir, supon-
gamos que
N
ÿ N pa1 ` aN q
ak “ p2a1 ` pN ´ 1qdq “ N ,
k“1
2 2
entonces
N `1
ÿ N N
ak “ p2a1 ` pN ´ 1qdq ` aN `1 “ p2a1 ` pN ´ 1qdq ` a1 ` N d
k“1
2 2
N pN ´ 1qd ` 2N d N pN ` 1qd
“ pN ` 1qa1 ` “ pN ` 1qa1 `
2 2
ppN ` 1q ´ 1qpN ` 1qd pN ` 1q
“ pN ` 1qa1 ` “ p2a1 ` ppN ` 1q ´ 1qdq,
2 2
por otra parte
pN ` 1q pN ` 1q
p2a1 ` ppN ` 1q ´ 1qdq “ pa1 ` pa1 ` ppN ` 1q ´ 1qdqq
2 2
N `1
“ pa1 ` aN `1 q,
2
158 8.2. Progresiones aritméticas

por lo tanto
N `1
ÿ pN ` 1q pa1 ` aN `1 q
ak “ p2a1 ` ppN ` 1q ´ 1qdq “ pN ` 1q . ‚
k“1
2 2

8.2.5. Ejemplo. Hallar la suma de los primeros 1000 enteros positivos.


Solución. De acuerdo al teorema 8.2.4 tenemos que tal suma es

1000p1 ` 1000q
“ 500 ¨ p1001q “ 500500.
2

8.2.6. Ejemplo. Hallar la suma de los primeros 100 números pares no negativos.
Solución. El primer par no negativo es el cero y el centésimo par no negativo es 198, por
lo que de acuerdo al teorema 8.2.2 la suma de los primeros 100 pares no negativos es

p0 ` 198q
100 ¨ “ 100 ¨ 99 “ 9900.
2

8.2.7. Ejemplo. Hallar la suma de los primeros 63 múltiplos de 3 mayores o iguales que 60.
Solución. El hallar la suma de los primeros 63 múltiplos de 3 mayores o iguales que 60 es
hallar la suma de los primeros 63 términos de la progresión aritmética cuyos primeros dos
términos son 60 y 63, es decir cuyo primer término es 60 y la diferencia común es 3. De
acuerdo al teorema 8.2.4 tal suma está dada por
63 63 306
p2p60q ` 62 ¨ 3q “ p120 ` 186q “ 63 ¨ “ 63p153q “ 9639.
2 2 2

Ejercicios.

1. Hallar la décima componente de la progresión aritmética cuyo primer término es 7 y


cuya diferencia común es ´4.

2. Hallar la suma de las primeras 10 componentes de la progresión aritmética cuyo primer


término es 7 y cuya diferencia común es ´4.
8.3. Progresiones geométricas 159

8.3. Progresiones geométricas


8.3.1. Definición. Una sucesión pak q8k“1 “ pa1 , a2 , . . . , ak , . . . q es una progresión geomé-
trica si existe un número real r ‰ 0 tal que para todo entero positivo k se tiene que
ak`1
“ r.
ak
Al número r se le llama razón común de la progresión geométrica.
Observemos que si r es la razón común de una progresión geométrica pa1 , a2 , . . . , ak , . . . q,
entonces
ak`1 “ ak r.
Además, a1 “ a1 r0 , a2 “ a1 r “ a1 r1 , a3 “ a2 r “ pa1 rqr “ a1 r2 , . . . , an “ a1 rn´1 , an`1 “
an r “ pa1 rn´1 qr “ a1 rpn`1q´1 . Es decir, tenemos el siguiente teorema.
8.3.2. Teorema. Si pa1 , a2 , . . . , ak , . . . q es una progresión geométrica con razón común r,
entonces
an “ a1 rn´1 .

8.3.3. Ejemplo. Encontrar los primeros cinco términos de la progresión geométrica (3, 6,
. . . ).
Solución. Observemos que no hay lugar a confusión acerca de la sucesión (3, 6, . . . ), puesto
que estamos aclarando que es una progresión geométrica, así a1 “ 3, a2 “ 6 y la razón común
es r “ 6{3 “ 2, de modo que an “ 3 ¨ 2n´1 , en particular a3 “ 3 ¨ 22 “ 12, a4 “ 3 ¨ 23 “ 24 y
a5 “ 3 ¨ 24 “ 48.
8.3.4. Ejemplo. Un banco ofrece una tasa de interés mensual del 1 %. Si un inversionista
deposita $6000 ¿cuál será el saldo a los n meses?
Solución. Planteemos el problema de una forma más general. Supongamos que el depósito
inicial es a0 y la tasa es de r. En el primer mes tendrá a0 ` a0 r “ a0 p1 ` rq, en el segundo
mes tendrá a0 p1 ` rq ` a0 p1 ` rqr “ a0 p1 ` rqp1 ` rq “ a0 p1 ` rq2 , en general si en el k-
ésimo mes tiene a0 p1 ` rqk , entonces en el k ` 1-ésimo mes tendrá a0 p1 ` rqk ` a0 p1 ` rqk r
“ a0 p1 ` rqk p1 ` rq “ a0 p1 ` rqk`1 . Es decir, se tiene una progresión geométrica cuyo primer
término (el saldo al primer mes) es a0 p1`rq y cuya razón común es 1`r. En el caso particular
de que la inversión inicial es de $6000 y el interés mensual es del 1 % = 1/100, se tiene que
el saldo a los n meses será de $6000p1 ` 1{100qn (esto suponiendo que no se hizo retiros
ni depósitos y que la tasa no varió). Por ejemplo, el saldo a los 2 años (24 meses) será de
$6000p1 ` 1{100q24 « $7618.4.
8.3.5. Ejemplo. Supongamos que en una colonia de bacterias hay 25 y se duplica cada dos
días ¿Cuál será la población dentro de 20 días?
Solución. Llamémosle a0 “ 25 a la cantidad inicial de bacterias, a1 “ 50 a la cantidad a
los 2 días y an al número de bacterias a los 2n días. El número an puede calcularse por la
fórmula an “ a1 2n´1 , en particular a10 , el número de bacterias a los 20 días, es 50 ¨ 29 .
8.3.6. Ejemplo. El isótopo del polonio 210
Po tiene una vida media de 140 días, es decir, si
160 8.3. Progresiones geométricas

se tiene una cierta cantidad de 210 Po, la mitad se desintegrará en 140 días. Determinemos la
cantidad de 210 Po que habrá a los 840 días si actualmente hay 50 mg.
Solución. Si actualmente hay 50 mg de 210 Po y medimos el tiempo en unidades de 140 días,
entonces deseamos saber la cantidad de 210 Po que habrá a las 6 unidades de tiempo, es decir
a los 840 días. Tomando a0 “ 50, a1 “ 25, tendremos que an “ 25 ¨ p1{2qn´1 , en particular la
cantidad de 210 Po en mg que habrá a los 840 días será a6 “ 25 ¨ p1{2q5 . En el capítulo 9 se
verá un método más general para calcular la cantidad at que debe haber en cualquier tiempo
t, sin necesidad de que el tiempo se evalúe en cantidades enteras.
Veamos ahora que sucede con expresiones de la forma

a1 ` a1 r ` a1 r2 ` ¨ ¨ ¨ ` a1 rn´1 ,

es decir veamos cómo calcular la suma de los primeros n términos de una progresión geomé-
trica.
8.3.7. Teorema. Sea pa1 , a2 , . . . , ak , . . . q una progresión geométrica cuya razón común es
r ‰ 1.
n
ÿ p1 ´ rn q
ak “ a1 .
k“1
1 ´ r
Es decir n
ÿ p1 ´ rn q
a1 rk´1 “ a1 .
k“1
1´r

Demostración.
˜ ¸
n
ÿ n
ÿ n
ÿ n
ÿ n
ÿ
p1 ´ rq a1 rk´1 “ a1 rk´1 ´ r a1 rk´1 “ a1 rk´1 ´ rk
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1
˜ ¸ ˜ ¸
n´1
ÿ n
ÿ n´1
ÿ n´1
ÿ
“ a1 rk ´ rk “ a1 1 ` rk ´ rk ´ rn “ a1 p1 ´ rn q,
k“0 k“1 k“1 k“1

es decir n
ÿ
k´1 a1 p1 ´ rn q
a1 r “ . ‚
k“1
1´r

8.3.8. Corolario. Si n P N, entonces el polinomio 1 ´ xn se factoriza como


˜ ¸
n´1
ÿ
p1 ´ xq 1 ` xk .
k“1

Demostración. La demostración se sigue del teorema 8.3.7 tomando a1 “ 1, r “ x y


n´1 n
usando el hecho de que 1 ` xk´1 .
ř k ř
x “ ‚
k“1 k“1
8.3.9. Ejemplo. Un hombre desea ahorrar dinero y guarda un centavo el primer día, dos
centavos el segundo día, 4 centavos el tercer día y así sucesivamente duplicando la cantidad
8.3. Progresiones geométricas 161

cada día. ¿Cuánto deberá guardar el décimo día? ¿Cuál es el total del dinero ahorrado a los
20 días? ¿A los 40 días?
Solución. Tenemos la progresión geométrica pa1 , a1 r, a1 r2 , . . . , a1 rk´1 , . . . q con a1 “ 1 y
r “ 2. El décimo día deberá guardar a1 r10´1 , es decir 1 ¨ 29 “ 512 centavos, o lo que es
20
lo mismo $5 con 12 centavos. La cantidad de centavos guardados a los 20 días es de
ř

k“1
1p1´220 q
2k´1
“ 1´2
“ 2 ´ 1 “ 1048575, es decir tendrá guardado a los 20 días la cantidad
20

de $10485 con 75 centavos. Ahora, el número de centavos guardados a los 40 días será de
40 40 q
1 ¨ 2k´1 “ 1p1´2 “ 240 ´ 1 « 1.0995 ¨ 1012 , es decir es una cantidad mayor que un billón
ř
1´2
k“1
de centavos, es decir más de diez mil millones de pesos.

Ejercicios.

1. Hallar la décima componente de la progresión geométrica cuyo primer término es 7 y


cuya razón común es 4.

2. Hallar la suma de las primeras 10 componentes de la progresión geométrica cuyo primer


término es 7 y cuya razón común es 4.

3. Hallar la décima componente de la progresión geométrica cuyo primer término es 7 y


cuya razón común es 32 .

4. Hallar la suma de las primeras 10 componentes de la progresión geométrica cuyo primer


término es 7 y cuya razón común es 23 .
162 8.4. Convergencia de sucesiones

8.4. Convergencia de sucesiones


Dada una sucesión pa1 , a2 , . . . , ak , . . . q, puede ocurrir que conforme el valor de k es grande,
el valor de ak se aproxime a un número a, pudiendo estar el valor de ak tan o más próximo
de lo que` queramos al valor de a si tomamos k suficientemente grande. Por ejemplo en la
1 8
sucesión 2 ` k k“1 “ p3, 52 , 73 , 94 , 11 , 13 , 15 , 17 , 19 , . . . , 2 ` k1 , . . . q el valor de 2 ` k1 se aproxima
˘
5 6 7 8 9
cada vez más a 2 cuando k se hace grande. Sin embargo también puede ocurrir que en una
sucesión pb1 , b2 , . . . , bk , . . . q los términos bk no se aproximen a ningún número cuando k crece
indefinidamente, por ejemplo en la sucesión p4, 7, 10, 13, 16, 19, . . . , 3k ` 1, . . . q los términos
3k`1 no tienen la tendencia de aproximarse a ningún número cuando k crece indefinidamente.
Establezcamos la siguiente definición para poder hablar con más precisión y con un lenguaje
menos subjetivo.
8.4.1. Definición. Sea pa1 , a2 , . . . , ak , . . . q una sucesión de números reales. Decimos que la
sucesión converge al número real a si para cualquier ε ą 0 existe un número natural N , tal
que
k ľ N ùñ |ak ´ a| ă ε.
Analicemos el significado de la definición anterior. La expresión |ak ´a| ă ε significa que la
distancia entre ak y a es menor que el número positivo ε. La expresión k ľ N ùñ |ak ´ a| ă ε
significa que si k ľ N , entonces la distancia entre ak y a es menor que ε. Finalmente, el decir
que para cualquier ε ą 0 (cualquiera sin importar qué tan pequeño sea) existe un número
natural N , tal que k ľ N ùñ |ak ´ a| ă ε significa que si se desea hacer el valor de ak
suficientemente cercano al valor de a (|ak ´ a| ă ε con ε «pequeño») basta con tomar k
suficientemente grande (k ľ N para algún N ).
8.4.2. Definición. Si ppnq es una proposición que depende de un número n, el decir que
ppnq es verdadera para n suficientemente grande significa que existe un número natural
N tal que si n ľ N , entonces ppnq es verdadera. Así por ejemplo, la sucesión de números
reales pa1 , a2 , . . . , ak , . . . q converge al número a si para todo ε ą 0 se tiene que |ak ´ a| ă ε
para k suficientemente grande.
˘8
8.4.3. Ejemplo. Demostremos que la sucesión 2 ` k1 k“1 converge a 2. Sea ε ą 0 (cualquiera
`

sin importar qué tan grande o pequeño sea), por la propiedad arquimediana existe un número
natural N tal que N ą 1ε , es decir N1 ă ε, de modo que si k ľ N , tenemos que
ˇˆ ˙ ˇ ˇ ˇ
ˇ 1 ˇ ˇ1ˇ 1 1
|ak ´ 2| “ ˇˇ 2 ` ´ 2ˇˇ “ ˇˇ ˇˇ “ ĺ ă ε,
k k k N
˘8
es decir la sucesión 2 ` k1 k“1 converge a 2.
`

8.4.4. Ejemplo. Veamos ahora que la sucesión p3k ` 1q8 k“1 no converge a ningún número.
Para esto sea b un número real cualquiera y veamos que p3k ` 1q8
k“1 no converge a b. Sea N0
un número natural tal que 3N0 ą b. Tenemos que si k ľ N0 , entonces

p3k ` 1q ´ b ľ 3N0 ` 1 ´ b ą b ` 1 ´ b “ 1,

es decir
|p3k ` 1q ´ b| ą 1 si k ľ N0 ,
8.4. Convergencia de sucesiones 163

de modo que si tomamos ε “ 1 no existe ningún número natural N tal que

k ľ N ùñ |p3k ` 1q ´ b| ă 1,

puesto que si tomamos k mayor que N y que N0 , entonces k ľ N y


k“1 no converge a ningún número b.
|p3k ` 1q ´ b| ą 1. Por lo tanto la sucesión p3k ` 1q8
Veamos a continuación algo de terminología y algunas reglas para la convergencia de
sucesiones.
8.4.5. Notación. Al hecho de que una sucesión pak q8
k“1 converja a un número a lo denotamos
así
lím ak “ a,
kÑ8

la cual es una expresión que se lee «el límite cuando k tiende a infinito de ak es a». Al hecho
de que la sucesión anterior converja a a también se le denota como

ak ÝÑ a cuando k ÝÑ 8,

lo cual se puede expresar diciendo «ak tiende a a cuando k tiende a infinito».


8.4.6. Definición. Si una sucesión no converge a ningún número decimos que diverge o que
es divergente. Cuando una sucesión converge a algún número decimos que es convergente.
8.4.7. Teorema. Sea c un número. La sucesión constante pcq8
k“1 converge al número c.

Demostración. En efecto, si ε ą 0, entonces |c ´ c| “ 0 ă ε, es decir por ejemplo k ľ


1 ùñ |c ´ c| ă ε. ‚
` 1 ˘8
8.4.8. Teorema. La sucesión k k“1 converge a 0.
Demostración. Sea ε ą 0. Por la propiedad arquimediana existe un número natural N ą 1ε .
Tenemos que si k ľ N , entonces k1 ĺ N1 ă ε, pero k1 “ | k1 ´0|, por lo que k ľ N ùñ | k1 ´0| ă ε.
` ˘8
Por lo tanto k1 k“1 converge a 0. ‚
8.4.9. Teorema. Sea c un número y pak q8k“1 una sucesión que converge a un número a. La
8
sucesión pc ¨ ak qk“1 converge a c ¨ a.
Demostración. Si c “ 0, entonces c ¨ ak “ 0 y c ¨ a “ 0, por lo que debido al teorema 8.4.7
c ¨ ak ÝÑ c ¨ a cuando k ÝÑ 8. Supongamos que c ‰ 0 y sea ε ą 0. Como ak ÝÑ a cuando
k ÝÑ 8, existe un número natural N tal que si k ľ N , entonces |ak ´ a| ă |c| ε
, pero esta
última desigualdad es equivalente a |c ¨ ak ´ c ¨ a| ă ε, por lo tanto c ¨ ak ÝÑ c ¨ a cuando
k ÝÑ 8. ‚
` 5 ˘8
8.4.10. Ejemplo. La sucesión ´ n n“1 converge a p´5q ¨ 0 “ 0 debido a los teoremas 8.4.8
y 8.4.9.
8.4.11. Teorema. Sean pak q8 8
k“1 y pbk qk“1 dos sucesiones que convergen a los números a y b
respectivamente. La sucesión pak ` bk q8
k“1 converge al número a ` b.

Demostración. Sea ε ą 0. Existen dos números naturales N1 y N2 tales que si k ľ N1 ,


entonces |ak ´ a| ă 2ε y si k ľ N2 , entonces |bk ´ b| ă 2ε . Ahora, tomando k ľ N1 ` N2 y
164 8.4. Convergencia de sucesiones

usando la desigualdad del triángulo, tenemos que |pak ` bk q ´ pa ` bq| “ |pak ´ aq ` pbk ´ bq|
ĺ |ak ´ a| ` |bk ´ b| ă 2ε ` 2ε “ ε, por lo tanto ak ` bk ÝÑ a ` b cuando k ÝÑ 8. ‚
8.4.12. Ejemplo. La sucesión p3 ` k5 q8
k“1 converge a 3 + 0 = 3.

8.4.13. Teorema. Sean pak q8 8


k“1 y pbk qk“1 dos sucesiones que convergen a los números a y b
respectivamente. La sucesión pak ¨ bk q8
k“1 converge al número a ¨ b.

Demostración. Sea ε ą 0 y ε0 “ míntε, 21 u. Tomemos dos números naturales N1 y N2 tales


que
ε0
k ľ N1 ùñ |ak ´ a| ă
1 ` |a| ` |b|
y
ε0
k ľ N2 ùñ |bk ´ b| ă .
1 ` |a| ` |b|
Si k ľ N1 ` N2 , entonces k ľ N1 y k ľ N2 , por lo tanto

|ak bk ´ ab| “ |pak bk ´ ak bq ` pak b ´ abq| ĺ |ak bk ´ ak b| ` |ak b ´ ab|


“ |ak ||bk ´ b| ` |b||ak ´ a|.

Ahora, como |ak | ´ |a| ĺ |ak ´ a| ă ε0


1`|a|`|b|
ĺ ε0 tenemos que |ak | ă ε0 ` |a|, por lo tanto

ε0 ε0
|ak bk ´ ab| ĺ pε0 ` |a|q|bk ´ b| ` |b||ak ´ a| ă pε0 ` |a|q ` |b|
1 ` |a| ` |b| 1 ` |a| ` |b|
p1 ` |a|qε0 ` |b|ε0
ă “ ε0 ĺ ε.
1 ` |a| ` |b|

Por lo tanto ak bk ÝÑ ab cuando k ÝÑ 8. ‚


8.4.14. Corolario. Sea pak q8
k“1 una sucesión que converge a un número a, entonces si n es
un número natural, la sucesión pank q8 n
k“1 converge al número a .

Demostración. La demostración se hace por inducción matemática y utilizando el teorema


8.4.13. ‚
8.4.15. Teorema. Sea pak q8k“1 una sucesión de términos diferentes de 0 que converge a un
número a ‰ 0. La sucesión p a1k q8 1
k“1 converge a a .
! 2 )
Demostración. Para ε ą 0 sea N P N tal que si k ľ N , entonces |ak ´ a| ă mín εa2 , |a|
2
.
Con estas condiciones tenemos
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ1
ˇ ´ 1 ˇ “ ˇ a ´ ak ˇ “ |ak ´ a| ,
ˇ ˇ ˇ
ˇ ak a ˇ ˇ ak a ak a ˇ |ak a|

por otra parte |a| ´ |ak | ĺ |ak ´ a| ă |a|{2, por lo que |ak | ą |a|{2, y así
ˇ ˇ a2
ˇ1 1 ˇ |ak ´ a| |a k ´ a| ε
ˇ ´ ˇ“
ˇ ak a ˇ ă |a| ă a22 “ ε,
|ak a| |a| 2
2

concluyendo que 1
ak
ÝÑ 1
a
cuando k ÝÑ 8. ‚
8.4. Convergencia de sucesiones 165

Una consecuencia directa de los teoremas 8.4.13 y 8.4.15 es el siguiente teorema.


8.4.16. Teorema. Sean pak q8 8
k“1 y pbk qk“1 sucesiones que convergen a a y b respectivamente,
´ ¯8
ak
con b ‰ 0 y los términos de la sucesión pbk q8
k“1 son diferentes de cero. La sucesión bk
k“1
converge al número ab .
´ 2 ¯8
8.4.17. Ejemplo. Veamos si la sucesión 2n `3n´1
5n2 `n
converge. El n-ésimo término de la
n“1
3 1
2n2 `3n´1 2` n ´
sucesión es 5n2 `n
“ 1
5` n
n2
. Ahora 3
n
ÝÑ 0 cuando n ÝÑ 8; 1
n
ÝÑ 0 cuando n ÝÑ 8,
por lo que también 1
n2
ÝÑ 0 cuando n ÝÑ 8. Por otra parte 5 ` 1
n
ÝÑ 5 cuando n ÝÑ 8,
3
2` n ´ 12
´ 2 ¯8
2n2 `3n´1
por lo que 5n2 `n
“ 5` n1
n
ÝÑ 2
5
cuando n ÝÑ 8; es decir la sucesión 2n5n`3n´1
2 `n
n“1
converge a 2
5
.
8.4.18. Teorema. Si pak q8 1
k“1 es una sucesión que converge a los números a y a , entonces
a “ a1 . Es decir, si lím ak existe, este límite es único.
kÑ8

Demostración. Supongamos que pak q8


k“1 converge a a y a a la vez. Para cualquier ε ą 0
1

existen N, N 1 P N tales que


ε
kľN ùñ |ak ´ a| ă
2
y
ε
k ľ N1 ùñ |ak ´ a1 | ă .
2
Ahora, tomando k ľ N ` N 1 tenemos
ε ε
|a ´ a1 | “ |pa ´ ak q ` pak ´ a1 q| ĺ |a ´ ak | ` |ak ´ a1 | ă ` “ ε,
2 2
con lo que para todo ε ą 0 se tiene que |a ´ a1 | ă ε. Así, es imposible que a ‰ a1 puesto
que si fueran diferentes, entonces |a ´ a1 | ą 0 y tomando ε “ |a ´ a1 |{2 tendríamos que
0 ă |a ´ a1 | ă |a ´ a1 |{2, lo cual es imposible y con esto el teorema queda demostrado. ‚
8.4.19. Teorema. Una sucesión pak q8 8
k“1 converge a cero si y sólo si p|ak |qk“1 converge a cero.

Demostración. La demostración es directa de la definición de convergencia. Supongamos


que ak ÝÑ 0 cuando k ÝÑ 8. Para todo ε ą 0, existe un N P N tal que k ľ N ùñ
|ak ´ 0| ă ε, pero |ak ´ 0| ă ε ðñ |ak | ă ε ðñ ||ak | ´ 0| ă ε 6 ak ÝÑ 0 cuando
k ÝÑ 8 ùñ |ak | ÝÑ 0 cuando k ÝÑ 8. Supongamos ahora que |ak | ÝÑ 0 cuando k ÝÑ 8.
Para todo ε ą 0, existe un N P N tal que k ľ N ùñ ||ak | ´ 0| ă ε , pero ||ak | ´ 0| ă ε ðñ
|ak | ă ε ðñ |ak ´ 0| ă ε 6 |ak | ÝÑ 0 cuando k ÝÑ 8 ùñ ak ÝÑ 0 cuando k ÝÑ 8. ‚
166 8.5. Tipos de divergencia

8.5. Tipos de divergencia


Antes de seguir con el estudio de las sucesiones demos algo de terminología.
8.5.1. Definición. Al conjunto de los números reales le añadiremos dos objetos diferentes
que no son números reales, uno de los cuales lo denotaremos como ´8 y le llamaremos
menos infinito, y al otro lo denotaremos como `8 y le llamaremos más infinito. Al
conjunto R Y t´8, `8u le llamaremos el conjunto extendido de los números reales.
Extenderemos a R Y t´8, `8u la relación de orden estricto ă estableciendo que x ă `8,
´8 ă `8, y ´8 ă x para todo número real x, es decir cualquier número real será menor que
`8, y ´8 será menor que cualquier número real (para el caso en que x e y sean números
reales la expresión x ă y seguirá teniendo el mismo significado que ya tenía). El símbolo
ą seguirá denotando la relación inversa de ă, pero ahora en el conjunto extendido de los
números reales, es decir a ą b si y sólo si b ă a. Para dos elementos a y b en el conjunto
extendido de los números reales la expresión a ĺ b significará que a ă b ó que a “ b,
similarmente la expresión a ľ b significará que a ą b ó que a “ b. Cuando un conjunto A
de números reales no está acotado superiormente por ningún número real, decimos que el
supremo de tal conjunto, denotado por sup A, es `8. Cuando un conjunto B de números
reales no está acotado inferiormente por ningún número real, decimos que el ínfimo de tal
conjunto, denotado por ínf B, es ´8. Cuando decimos que un subconjunto de números reales
no tiene supremo o que no tiene ínfimo nos referimos a que no tiene supremo o ínfimo en R,
aunque siempre tendrá supremo e ínfimo en R Y t´8, `8u.
8.5.2. Definición. Decimos que una sucesión pak q8
k“1 diverge a `8 ó que converge a `8
si para todo M ą 0 existe un N P N tal que

kľN ùñ ak ą M.

La idea de la definición anterior es que el valor absoluto de ak puede hacerse suficiente-


mente grande (alejado del cero y con valores positivos) si tomamos k suficientemente grande.
8.5.3. Ejemplo. La sucesión p 34 kq8k“1 diverge a `8. En efecto, sea M ą 0, por la propiedad
arquimediana, existe un entero positivo N tal que 43 N ą M , así k ľ N ùñ 34 k ľ 34 N ą M ,
por lo tanto p 34 kq8
k“1 diverge a `8.

8.5.4. Definición. Decimos que una sucesión pak q8


k“1 diverge a ´8 o que converge a ´8
si para todo M ă 0 existe un N P N tal que

kľN ùñ ak ă M.

8.5.5. Ejemplo. La sucesión p3 ´ 5nq8


n“1 diverge a ´8. En efecto, si M ă 0 tomemos N P N
tal que 5N ą ´M ` 3. Así, n ľ N ùñ 5n ľ 5N ą ´M ` 3, por lo que ´5n ă M ´ 3, es
decir 3 ´ 5n ă M .
El lector debe poder demostrar el siguiente teorema.
8.5.6. Teorema. La sucesión pak q8 8
k“1 diverge a `8 si y sólo si la sucesión p´ak qk“1 diverge
a ´8.
8.5.7. Teorema. Si c ą 0 y pak q8 8
k“1 diverge a `8, entonces pc ¨ ak qk“1 diverge a `8.
8.5. Tipos de divergencia 167

Demostración. Sea M ą 0 y N P N tal que k ľ N ùñ ak ą M {c. La última desigualdad


equivale a c ¨ ak ą M , por lo tanto la sucesión pc ¨ ak q8
k“1 diverge a `8. ‚
Al hecho de que una sucesión pak q8
k“1 diverja a `8 lo denotamos así

ak ÝÑ `8 cuando k ÝÑ 8,

lo cual se lee «ak tiende a más infinito cuando k tiende a infinito», o bien

lím ak “ `8,
kÑ8

lo cual se lee «el límite cuando k tiende a más infinito de ak es más infinito».
Similarmente si la sucesión pak q8
k“1 diverge a ´8 lo denotaremos así

ak ÝÑ ´8 cuando k ÝÑ 8

o bien
lím ak “ ´8.
kÑ8

8.5.8. Teorema. Si pak q8 8 8


k“1 y pbk qk“1 divergen a `8, entonces pak ` bk qk“1 diverge a `8.

Demostración. Para M ą 0 sean N1 , N2 P N tales que k ľ N1 ùñ ak ą M y k ľ N2 ùñ


bk ą M . Si k ľ N1 ` N2 , entonces ak ` bk ą 2M ą M , por lo tanto ak ` bk ÝÑ `8 cuando
k ÝÑ 8. ‚
8.5.9. Teorema. Si pak q8 8 8
k“1 y pbk qk“1 divergen a `8, entonces pak ¨ bk qk“1 diverge a `8.

Demostración. Para M ą 0 sean N1 , N2 P N tales que k ľ N1 ùñ ak ą M y k ľ N2 ùñ


bk ą 1. Si k ľ N1 ` N2 , entonces ak ¨ bk ą M ¨ 1 “ M , por lo tanto ak ¨ bk ÝÑ `8 cuando
k ÝÑ 8. ‚
8.5.10. Teorema. Si pak´q8 8
k“1¯es una sucesión de términos diferentes de cero, entonces pak qk“1
8
1
converge a 0 si y sólo si |ak |
diverge a `8.
k“1
Demostración. Supongamos que pak q8 k“1 converge a 0. Para M ą 0 podemos tomar un
número´natural N tal que k ľ N ùñ |ak ´ 0| ă 1{M , es decir k ľ N ùñ 1{|ak | ą M , por
¯ 8
lo que 1
|ak |
diverge a `8.
k“1 ´ ¯8
Supongamos ahora que |a1k | diverge a `8. Para ε ą 0 podemos tomar un número
k“1
natural N tal que k ľ N ùñ 1{|ak | ą 1{ε, es decir k ľ N ùñ |ak ´ 0| ă ε, por lo que
k“1 converge a 0.
pak q8 ‚
Veamos ahora qué sucede con la suma de dos sucesiones, una de las cuales converge y
la otra diverge a `8 ó con el producto de dos sucesiones, una de las cuales converge a un
número positivo y la otra diverge a `8.
8.5.11. Teorema. Sean pak q8 8
k“1 y pbk qk“1 dos sucesiones tales que la primera converge a un
número a y la segunda diverge a `8. La sucesión pak ` bk q8 k“1 diverge a `8.

Demostración. Para M ą 0 sean N1 y N2 números naturales tales que k ľ N1 ùñ


|ak ´ a| ă 1 y k ľ N2 ùñ bk ą M ` 1 ´ a. Si k ľ N1 ` N2 , entonces ´1 ă ak ´ a ă 1, lo
168 8.5. Tipos de divergencia

cual implica que a ´ 1 ă ak . Pero si k ľ N1 ` N2 , tenemos también que bk ą M ` 1 ´ a, por


lo que ak ` bk ą M , por lo tanto la sucesión pak ` bk q8
k“1 diverge a `8. ‚
8.5.12. Teorema. Sean pak q8 8
k“1 y pbk qk“1 dos sucesiones tales que la primera converge a un
número a ą 0 y la segunda diverge a `8. La sucesión pak ¨ bk q8k“1 diverge a `8.

Demostración. Para M ą 0 sean N1 y N2 números naturales tales que k ľ N1 ùñ


|ak ´ a| ă a{2 (es decir ´a{2 ă ak ´ a ă a{2) y k ľ N2 ùñ bk ą 2M {a. Ahora, si
k ľ N1 ` N2 , entonces bk ą 2M {a y ak ą a{2, por lo que ak ¨ bk ą pa{2qp2M {aq “ M , por lo
k“1 diverge a `8.
tanto la sucesión pak ¨ bk q8 ‚
Quisiéramos saber si sucesiones como pp1{3qn q8 n“1 convergen o divergen, y en caso de
que converjan saber a dónde convergen. Inspeccionemos un poco el comportamiento de esta
sucesión. pp1{3qn q8
n“1 “ p1{3, 1{9, 1{27, 1{81, 1{243, 1{729, 1{2187, 1{6561, . . . q de manera que
podemos «sospechar» que la sucesión converge a cero. El teorema siguiente nos da un criterio
más general.
8.5.13. Teorema.

I) Si |r| ă 1, entonces rn ÝÑ 0 cuando n ÝÑ 8.

II) Si |r| ą 1, entonces la sucesión prn q8


n“1 diverge.

III) Si r ą 1, entonces rn ÝÑ `8 cuando n ÝÑ 8.

Demostración. Demostraremos primero III), luego I) y finalmente II).


III) Si r ą 1, entonces r ´ 1 ą 0, por lo que
n ˆ ˙
n n
ÿ n
r “ p1 ` pr ´ 1qq “ pr ´ 1qk ľ 1 ` npr ´ 1q.
k“0
k

Para M ą 0 sea N P N tal que N pr ´ 1q ą M . Si n ľ N , entonces rn ľ 1 ` npr ´ 1q ľ


1 ` N pr ´ 1q ą M . Por lo tanto rn ÝÑ `8 cuando n ÝÑ 8.
I) Si |r| ă 1, entonces 1{|r| ą 1, por lo que debido a III) 1{|rn | “ |1{r|n ÝÑ `8 cuando
n ÝÑ 8 y por el teorema 8.5.10 tenemos que rn ÝÑ 0 cuando n ÝÑ 8.
II) Sea |r| ą 1. Procedamos por contradicción. Suponiendo que prn q8 n“1 convergiera a
algún número real x, en tal caso, para ε “ 1 existiría un número natural N1 tal que si
n ľ N1 entonces |rn ´ x| ă 1, es decir ´1 ă rn ´ x ă 1. Pero por III) |r|n ÝÑ `8 cuando
n ÝÑ 8, por lo que para M “ 1 ` |x| existe un número natural N2 tal que si n ľ N2 ,
entonces |r|n ą 1 ` |x|. Tomemos n “ 2pN1 ` N2 q. Es claro que n ľ N1 , N2 y que n es par,
por lo que rn “ |r|n ą 1 ` |x| ľ 1 ` x, es decir rn ´ x ą 1, contradiciendo el hecho de que
´1 ă rn ´ x ă 1. ‚
Observemos que si |r| ą 1 pero r es negativo, entonces la sucesión prn q8
n“1 diverge pero
no diverge ni a `8 ni a ´8. Si r “ 1, entonces la sucesión pr qn“1 converge a 1. Si r “ ´1,
n 8

la sucesión prn q8
n“1 diverge pero el tipo de divergencia no hace que el valor absoluto de
los términos crezca indefinidamente, sino que es del tipo «oscilante», es decir pp´1qn q8n“1
“ p´1, 1, ´1, 1, ´1, 1, ´1, 1, . . . q.
8.5. Tipos de divergencia 169

Terminemos esta sección con el siguiente teorema.


?
8.5.14. Teorema. Si a ą 0, entonces n a ÝÑ 1 cuando n ÝÑ 8.
Demostración. Supongamos primero que ? a ą ?1. Como ya sabemos (teorema 7.3.5), si
nľN ? , entonces a 1{N
ľ a ą 1, es decir a ľ ?
1{n N n
a ą 1.
? Sea ε ą 0. Si existe un
? N P N tal
que a ă 1 ` ε,
N
?entonces n ľ N ùñ 1 ´ ε ă 1 ă a ĺ a ă 1 ` ε, por lo que | a ´ 1| ă ε
n N n

n“1 converge a 1. Si por el contrario,?


y?la sucesión p n aq8 no existiera ningún N P N tal que
N
a ă 1 ` ε, es decir si para todo N P N, tuviéramos a ľ 1 ` ε, entonces p1 ` εqN ĺ a
N

para todo
? N P N, contradiciendo el hecho de que p1 ` εqn ÝÑ `8 cuando n ÝÑ 8. Por lo
tanto n a ÝÑ 1 cuando n ÝÑ 8. b
Supongamos ahora que 0 ă a ă 1. En este caso a1 ą 1, por lo que ?
1
na “
n 1
a
ÝÑ 1 cuando
?
n ÝÑ 8. Así, por el teorema 8.4.15,
?
n
a ÝÑ 1 cuando n ÝÑ 8.
Finalmente, si a “ 1, entonces a “ 1 ÝÑ 1 cuando n ÝÑ 8, con lo que terminamos la
n

demostración del teorema. ‚

Ejercicios.

1. Decir si una progresión aritmética con diferencia común d ‰ 0 y con componente


inicial a0 es una sucesión convergente. En caso de que sea convergente decir a que valor
converge.

2. Decir si una progresión geométrica con razón común r ą 0 y componente inicial a0 ‰ 0


es una sucesión convergente. En caso de que sea convergente decir a que valor converge.

3. Decir si una progresión geométrica con razón común r “ 1 y componente inicial a0 es


una sucesión convergente. En caso de que sea convergente decir a que valor converge.

4. Decir si una progresión geométrica con razón común r “ ´1 y componente inicial


a0 ‰ 0 es una sucesión convergente. En caso de que sea convergente decir a que valor
converge.

5. Decir si una progresión geométrica con razón común r mayor que ´1 y menor que 1,
y componente inicial a0 es una sucesión convergente. En caso de que sea convergente
decir a que valor converge.

6. Decir si la sucesión p i`2


2 8
qi“0 “ p1, 23 , 21 , 25 , 13 , 27 , 41 , . . . , i`2
2
, . . . q converge y, en caso de que
converja, decir a qué número converge.

7. Decir si la sucesión p 2i`1 q8 converge y, en caso de que converja, decir a qué número
3i`2 i“0
converge.
3
8. Decir si la sucesión p 2i3i`2 qi“0 converge y, en caso de que converja, decir a qué número
`1 8

converge.
? ?
9. Demostrar que la sucesión p n ` 1 ´ nq8 n“1 converge a cero.
170 8.6. Series

8.6. Series
8.6.1. Definiciones y notaciones. Sea j un número entero, la sucesión de sumas parcia-
n
les de una sucesión pak q8 se define como la sucesión , donde ak (recordemos
8
ř
k“j ps n qn“j s n “
k“j
n
que sn “ ak “ aj ` aj`1 ` ¨ ¨ ¨ ` an ). Una suma infinita o serie es una expresión de la
ř
k“j
forma
8
ÿ
ak “ aj ` aj`1 ` aj`2 ` ¨ ¨ ¨ ` ak ` ¨ ¨ ¨ .
k“j

n“1 de la sucesión pak qk“1 converge a un número


Cuando la sucesión de sumas parciales psn q8 8
8
s, decimos que la serie ak es convergente o que converge a s y además representará al
ř
k“1
8 8
número s, es decir ak “ s. Si la serie ak no converge a ningún número decimos que
ř ř
k“1 k“1
diverge o que la serie es divergente. Si la sucesión de sumas parciales psn q8
n“1 diverge a
`8 ó a ´8, entonces decimos que la serie diverge a `8 ó a ´8 respectivamente y además
8 8
denotamos ak “ `8 ó ak “ ´8 respectivamente según sea el caso. Al número aj se
ř ř
k“1 k“1
8 n
le llama el j-ésimo término de la serie ak y al número sn “ ak se le llama la n-ésima
ř ř
k“1 k“1
8
suma parcial de la serie ak .
ř
k“1

Veamos algunos ejemplos de series.


8 n
8.6.2. Ejemplo. La serie 1
tiene como suma parcial a 1
. Ahora,
ř ř
2k´1
n-ésima s n “ 2k´1
` 1 ˘8 k“1 k“1
como 2k´1 k“1
es una progresión geométrica, tenemos por el teorema 8.3.7 que
ˆ ˙n ˙
1 ´ p 12 qn
ˆ
1
sn “ 1 “2 1´ ,
1´ 2 2
8
por lo tanto sn ÝÑ 2 cuando n tiende a 8, de manera que la serie 1
converge a 2, es
ř
2k´1
k“1
8
decir 1
ř
2k´1
“ 1 ` 1{2 ` 1{4 ` 1{8 ` 1{16 ` 1{32 ` ¨ ¨ ¨ “ 2.
k“1

8.6.3. Ejemplo. Tomemos ahora la progresión aritmética p3 ` 5kq8 k“1 que se puede expresar
en la forma p8 ` pk ´ 1q5qk“1 , donde la primera componente es 8 y la diferencia común es 5.
8

De acuerdo al teorema 8.2.4 tenemos que


n
ÿ n
p3 ` 5kq “ p2 ¨ 8 ` pn ´ 1q ¨ 5q,
k“1
2
n
de donde se puede ver que la serie p3 ` 5kq diverge a `8.
ř
k“1
8.6. Series 171

La demostración del siguiente teorema se deja de ejercicio al lector.


8
ř 8
ř
8.6.4. Teorema. Si ak y bk son series convergentes y c es un número, entonces
k“1 k“1

8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ
pak ` bk q “ ak ` bk y c ¨ ak “ c ¨ ak .
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1

8.6.5. Definición. Las series cuyos términos son las componentes de una progresión arit-
mética se llaman series aritméticas y las series cuyos términos son las componentes de
una progresión geométrica se llaman series geométricas, es decir las series geométricas son
series de la forma
8
ÿ
ark´1 “ a ` ar ` ar2 ` ar3 ` ¨ ¨ ¨ ` ark´1 ` ark ` ¨ ¨ ¨ .
k“1

8.6.6. Teorema.
8
I) Si |r| ă 1, la serie 1
ř
rk´1 converge a 1´r
.
k“1

8
II) Si |r| ľ 1, la serie
ř
rk´1 diverge.
k“1

Demostración. Demostremos primero I) y después II).


8 n
1´rn
I) Por el teorema 8.3.7 la n-ésima suma parcial de la serie rk´1 es ,
ř ř
rk´1 “ 1´r
k“1 k“1
pero si |r| ă 1, entonces rn ÝÑ 0 cuando n ÝÑ 8, por lo tanto la serie converge a 1´r 1
.
II) Para demostrar esta parte veamos las tres diferentes posibilidades siguientes:

a) |r| ą 1, b) r “ 1c) r “ ´1. y


` 1´rn ˘8
a) Si |r| ą 1, la sucesión de sumas parciales psn q8
n“1 “ 1´r n“1
no converge, puesto que
si convergiera también lo haría la sucesión ppr ´ 1qsn ` 1q8 n“1 “ pr qn“1 , la cual sabemos que
n 8

no converge debido al teorema 8.5.13.


n n
b) Si r “ 1 entonces 1 “ n ÝÑ `8 cuando n ÝÑ 8.
ř ř
rk´1 “
k“1 k“1
c) Si r “ ´1 entonces

si k es impar,
#
1
rk´1 “ p´1qk´1 “
´1 si k es par,

de donde se puede ver que psn q8


n“1 no converge, ¡verificarlo! ‚
8.6.7. Ejemplo. Una pelota tiene una elasticidad tal que al soltarla de una altura h, después
de rebotar con el suelo alcanza una altura de 34 h. Si la pelota se suelta de 3 m. de altura y se
deja que rebote sin interrupción indefinidamente ¿cuál es la longitud total de la trayectoria
recorrida?
172 8.6. Series

Solución. Si se suelta de una altura h, en el primer ciclo del recorrido la pelota queda a
una altura de 34 h, habiendo recorrido h ` 34 h “ 47 h. En el segundo ciclo la pelota recorrerá
3
4
h ` 34 p 34 hq “ p 21
16
qh quedando al final del ciclo a una altura de 16 9
h. En el n-ésimo ciclo la
` 3 ˘n´1 ` ˘n´1
pelota comenzará a descender de una altura de 4 h y recorrerá 34 h ` 34 p 34 qn´1 h “
p 4 ` 1qp 4 q h “ 4 p 4 q h, de modo que el recorrido total de la pelota será de
3 3 n´1 7 3 n´1

8 ˆ ˙n´1 8 ˆ ˙n´1
ÿ 7 3 7 ÿ 3 7 1 7 1
h“ h “ h 3 “ h 1 “ 7h.
n“1
4 4 4 n“1 4 4 1´ 4 4 4

Así, si la pelota se suelta a una altura de 3 m., recorrerá un total de 21 m. (En este ejemplo
se supuso un movimiento perpetuo).
8
ř
8.6.8. Teorema. Si una serie ak converge a un número real, entonces la sucesión pak q8
k“1
k“1
converge a 0.
8
Demostración. Sea s el número al cual converge la serie ak y N un número natural tal
ř
ˇ ˇ k“1
n
que si n ľ N , entonces ˇˇ ak ´ sˇˇ ă 2ε . Si tomamos n ľ N ` 1, tendremos que n, n ´ 1 ľ N ,
ˇř ˇ
k“1
por lo cual
ˇ˜ ¸ ˜ ¸ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ÿn n´1
ÿ ˇ ˇÿ n ˇ ˇn´1 ˇ
ˇ ˇÿ
ak ´ s ´ ak ´ s ˇ ĺ ˇ ak ´ s ˇ ` ˇ ak ´ s ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
|an | “ ˇ
ˇ k“1 k“1
ˇ ˇk“1 ˇ ˇk“1 ˇ
ε ε
ă ` “ ε,
2 2
de donde concluimos que la sucesión pak q8
k“1 converge a 0. ‚
8
8.6.9. Definición. A la serie 1
se le llama serie armónica.
ř
n
n“1
8
1
ř
8.6.10. Teorema. La serie armónica n
diverge a `8.
n“1
N
Demostración. Sea M ą 0 y veamos que existe un N P N tal que 1
ą M . Si r P N
ř
n
n“1
entonces

˜ i`1 ¸ ˜ i`1 ¸
2r r´1 2ÿ r´1 2ÿ r´1
ÿ 2i`1 ´ 2i r´1
ÿ 1 ÿ 1 ÿ 1 ÿ1
“1` ľ1` “ 1 ` “ 1 `
n“1
n i“0
n i“0
2i`1 i“0
2i`1 i“0
2
n“2i `1 n“2i `1
r r
“1` ą ,
2 2
de manera que si tomamos r suficientemente grande, de modo tal que r
2
ą M , y tomamos
N “ 2r , entonces para todo m ľ N tenemos que
m 2r
ÿ 1 ÿ 1 r
ľ ą ą M,
n“1
n n“1 n 2
8.6. Series 173

de manera que la serie armónica diverge a `8. ‚

Ejercicios.

1. ¿Bajo qué condiciones es convergente una serie cuyos términos son las componentes de
una progresión aritmética?

2. ¿Bajo qué condiciones es convergente una serie cuyos términos son las componentes de
una progresión geométrica?

3. Dadas las series siguientes, decir si son convergentes y, en caso de que lo sean, decir a
qué número converge.
8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙2k 8 ˆ ˙2k
ÿ 2 ÿ 2 ÿ 2 ÿ 3
a) , b) , c) , d) ,
k“0
3 k“1
3 k“0
3 k“0
2
˜c ¸3j
8 ˆ ˙3k`2 8 ˆ ˙2k`3 8 ? 8
ÿ 2 ÿ 1 ÿ ÿ 3 2
e) , f) 5 , g) 2p 3qk , h) ,
k“0
3 k“3
4 k“0 j“3
3
8 ˆ ˙2n 8 ˆ ˙2t´3 8 ˆ ˙n 8
ÿ 5 ÿ ? ´1 ÿ 1 2 ÿ 5
i) , j) π , k) , l) .
n“1
3 t“1
6 n“0
4 i“3
i`2
174 8.7. Criterios de convergencia

8.7. Criterios de convergencia


8.7.1. Definición. Decimos que pak q8 k“1 es una sucesión creciente o estrictamente cre-
ciente si para todo k P N se tiene que ak ă ak`1 . Decimos que pak q8 k“1 es una sucesión
decreciente o estrictamente decreciente si para todo k P N se tiene que ak ą ak`1 . Deci-
k“1 es una sucesión no decreciente si para todo k P N se tiene que ak ĺ ak`1 .
mos que pak q8
k“1 es una sucesión no creciente si para todo k P N se tiene que ak ľ ak`1 .
Decimos que pak q8
8.7.2. Definición. Sea pak q8
k“1 una sucesión y pnk qk“1 una sucesión creciente de números
8

naturales. Decimos que la sucesión pank qk“1 es una subsucesión de pak q8


8
k“1 .

8.7.3. Teorema. Si pak q8 k“1 es una sucesión que converge a un número x, entonces toda
8
subsucesión de pak qk“1 converge a x.
Demostración. Como ak ÝÑ x cuando k ÝÑ 8, entonces para todo ε ą 0 existe un N P N
tal que
kľN ùñ |ak ´ x| ă ε.
k“1 una sucesión creciente de números naturales. Como nk ľ k ¡verificarlo! entonces
Sea pnk q8
k ľ N ùñ nk ľ N ùñ |ank ´ x| ă ε 6 ank ÝÑ x cuando k ÝÑ 8. ‚
8.7.4. Definición. Una sucesión pak q8
k“1 es acotada si existe un a P R tal que para todo
˚

k P N se tiene que |ak | ĺ a . En este caso al número a se le llama cota de la sucesión


˚ ˚

k“1 .
pak q8
Observemos que una sucesión es acotada si y sólo si su recorrido es un conjunto acotado.
8.7.5. Definición. Una sucesión pak q8
k“1 es acotada superiormente si existe un a P R
˚

tal que para todo k P N se tiene que ak ĺ a˚ . En este caso al número a˚ se le llama cota
superior de la sucesión pak q8
k“1 .

8.7.6. Definición. Una sucesión pbk q8k“1 es acotada inferiormente si existe un b P R tal
˚

que para todo k P N se tiene que b˚ ĺ bk . En este caso al número b˚ se le llama cota inferior
k“1 .
de la sucesión pbk q8
8.7.7. Teorema. Toda sucesión convergente es acotada.
Demostración. Sea pak q8 k“1 una sucesión que converge a un número a. Existe un N P N
tal queřsi n ľ N , entonces |an ´ a| ă 1, por lo que |an | ă 1 ` |a|. Ahora, si n ă N , entonces
|an | ĺ Nk“1 |ak |, por lo tanto para todo n P N

N
ÿ
|an | ĺ 1 ` |a| ` |ak |,
k“1

de tal modo que pak q8


k“1 es una sucesión acotada. ‚
˘8
8.7.8. Ejemplo. La sucesión k2 ` 5 k“1 que converge a 5 tiene como cota a 7.
`

8.7.9. Teorema. Cualquier sucesión no decreciente y acotada superiormente es convergente.


Además converge al supremo de su recorrido.
Demostración. Sea pak q8 k“1 una sucesión no decreciente y acotada. Sea α el supremo del
recorrido de la sucesión, es decir α :“ suptak : k P Nu. Veamos que ak ÝÑ α cuando k ÝÑ 8.
8.7. Criterios de convergencia 175

Supongamos que la sucesión pak q8


k“1 no converja a α, entonces existe un ε ą 0 tal que para
todo N P N existe un k ľ N tal que

|ak ´ α| ľ ε,

es decir
ak ´ α ľ ε ó ak ´ α ĺ ´ε,
o equivalentemente
ak ľ ε ` α ó ak ĺ α ´ ε.
Ahora, si ak ľ ε ` α, entonces ak ą α, lo cual es imposible pues α es una cota superior
de la sucesión. Ahora, sea n un número natural. Si n ĺ k, entonces, como la sucesión es no
decreciente, tenemos que an ĺ ak ĺ α ´ ε, es decir an ĺ α ´ ε. Si n ľ k, entonces existe un
n1 ľ n tal que an1 ĺ α ´ ε, por lo que an ĺ an1 ĺ α ´ ε. Con lo cual tenemos que para todo
número natural n, an ĺ α ´ ε ă α, lo que contradice que α “ suptak : k P Nu, por lo tanto
ak ÝÑ α cuando k ÝÑ 8. ‚
8.7.10. Corolario. Cualquier sucesión no creciente y acotada inferiormente es convergente.
Demostración. Sea pak q8 k“1 una sucesión no creciente y acotada inferiormente. Observemos
que la sucesión p´ak q8
k“1 es no decreciente y acotada superiormente, por lo que debido al
teorema 8.7.9 converge a un número a y por el teorema 8.4.9 la sucesión pak q8k“1 converge a
´a. ‚
8
ř 8
ř
8.7.11. Criterio de comparación de series. Dadas dos series ak y bk de términos
k“1 k“1
8
ř
no negativos, tales que para todo k P N se tiene que 0 ĺ ak ĺ bk . Si la serie bk es
k“1
8
ř
convergente, entonces también lo es la serie ak .
k“1
8 n
Demostración. Sea b “ bk y s n “ ak . Como ak ľ 0 para todo número natural k,
ř ř
k“1 k“1
n n
entonces psn q8
n“1 es una sucesión no decreciente, pero como sn “ bk ĺ b, entonces
ř ř
ak ĺ
k“1 k“1
8
n“1 es una sucesión convergente, es decir ak es una serie convergente.
ř
psn q8 ‚
k“1

8.7.12. Teorema. Sean pak q8 8 8


k“1 , pbk qk“1 y pck qk“1 tres sucesiones tales que para algún N P N,

kľN ùñ ak ĺ b k ĺ c k

y además pak q8 8 8
k“1 y pck qk“1 convergen a un mismo número β, entonces la sucesión pbk qk“1
converge también a β.
Demostración. Para ε ą 0 sean N1 y N2 números naturales tales que

k ľ N1 ùñ |ak ´ β| ă ε

y
k ľ N2 ùñ |ck ´ β| ă ε.
176 8.7. Criterios de convergencia

Sea k ľ N1 ` N2 ` N . Como k ľ N1 , entonces ´ε ă ak ´ β ă ε, como k ľ N2 , entonces


´ε ă ck ´ β ă ε y como además k ľ N , tenemos que

´ε ă ak ´ β ĺ bk ´ β ĺ ck ´ β ă ε,

k“1 converge a β.
por lo que ´ε ă bk ´ β ă ε, es decir pbk q8 ‚
8.7.13. Teorema. Si pak q8 8
k“1 y pbk qk“1 son dos sucesiones convergentes tales que para algún
número natural N se tiene que k ľ N ùñ ak ĺ bk , entonces lím ak ĺ lím bk .
kÑ8 kÑ8

Demostración. Sean a y b los números a los cuales convergen las sucesiones pak q8
k“1 y
pbk qk“1 respectivamente. Para ε ą 0 sea N0 tal que
8

k ľ N0 ùñ |ak ´ bk ´ pa ´ bq| ă ε.

Si k ľ N ` N0 , entonces ´ε ă ak ´ bk ´ pa ´ bq ă ε y además ak ĺ bk , por lo cual


0 ĺ bk ´ ak ă b ´ a ` ε, es decir 0 ă b ´ a ` ε para todo ε ą 0, ahora si b ´ a fuera negativo,
esta última desigualdad no se cumpliría para ε “ a´b 2
. ‚
8.7.14. Teorema. Toda sucesión acotada tiene una subsucesión convergente.
Demostración. Sea pak q8 k“1 una sucesión acotada de números reales y aj “ suptak : k ľ ju.
˚

Tomemos k1 un entero positivo tal que |a˚1 ´ ak1 | ă 1 y definamos recursivamente kj`1
de tal manera que |a˚kj `1 ´ akj`1 | ă 1{pj ` 1q. Observemos que la sucesión pa˚j q8 j“1 es no
creciente y acotada, por lo tanto es convergente. Sea x el número al cual converge pa˚j q8 j“1 y
veamos que pakj qj“1 también converge a x. Dado ε ą 0, sea N un número natural tal que
8

j ľ N ùñ |a˚j ´ x| ă ε{2 y 1{j ă ε{2, de donde tenemos que j ľ N ùñ |akj ´ x| ĺ


|akj ´ a˚j | ` |a˚j ´ x| ă ε{2 ` ε{2 “ ε. ‚
8.7.15. Definición. Decimos que una sucesión pak q8
k“1 es de Cauchy si para cualquier ε ą 0
existe un número natural N , tal que

m, n ľ N ùñ |am ´ an | ă ε.

Observemos que la anterior definición significa que a partir de un momento todos los
términos de la sucesión están suficientemente cercanos entre sí.
8.7.16. Criterio de la sucesión de Cauchy. Toda sucesión de números reales es conver-
gente si y sólo si es de Cauchy.
Demostración. Supongamos que pak q8 k“1 es una sucesión convergente y sea a el número
al cual converge. Para cualquier ε ą 0 existe un número natural N , tal que k ľ N ùñ
|ak ´ a| ă 2ε . Ahora, si m, n ľ N ; entonces |an ´ a| ă 2ε y |am ´ a| ă 2ε , por lo que
|am ´ an | ĺ |am ´ a| ` |an ´ a| ă 2ε ` 2ε “ ε; por lo tanto toda sucesión convergente es de
Cauchy.
Supongamos ahora que pak q8 k“1 es una sucesión de Cauchy. Por ser pak qk“1 de Cauchy,
8

existe un número natural N 1 tal que si n ľ N 1 , entonces |aN 1 ´ an | ă 1, por lo que |an | ă
N1
1 ` |aN 1 |. Ahora, para cualquier número natural k se tiene que |ak | ă p1 ` |aN 1 |q `
ř
|an |,
n“1
por lo que la sucesión pak q8
k“1 es acotada y por el teorema 8.7.14 ésta tiene una subsucesión
8.7. Criterios de convergencia 177

j“1 que converge a algún número a. Tenemosˇ entonces


pakj q8 ˇ que para cualquier ε ą 0 existe
un número natural K tal que si j ľ K, entonces akj ´ a ă 2 y además por ser la sucesión
ˇ ˇ ε

de Cauchy, existe un número natural N , tal que si m, n ľ N , entonces |am ´ an | ă 2ε . Con lo


anterior tenemos que si n ľ N y tomamos j ľ K `N , entonces |an ´a| ĺ |an ´akj |`|akj ´a| ă
ε
2
` 2ε “ ε, por lo que n ľ N ùñ |an ´ a| ă ε, de modo que la sucesión pak q8
k“1 es convergente.

A continuación veremos un teorema que nos provee de un ejemplo de una serie divergente
de términos positivos cuyos términos convergen a cero. Ese ejemplo también sirve a veces
para probar la divergencia de algunas series a través del criterio de comparación de series
8.7.11.
8.7.17. Ejemplo. Demostremos usando el criterio de la sucesión de Cauchy que la serie
n
armónica es divergente. Sea sn “ 1
n“1 es la sucesión de sumas
, de manera que psn q8
ř
k
k“1
parciales de la serie armónica y esta sucesión diverge si y sólo si no es de Cauchy. Si la
sucesión de sumas parciales fuera de Cauchy entonces para cada ε ą 0 existiría un N P N tal
que para cualesquiera dos números naturales m, n ľ N se tiene que |sn ´ sm | ă ε. Ahora, si
ε “ 12 tendríamos que para el supuesto correspondiente valor de N

2N 2N
ÿ 1 ÿ 1 2N ´ pN ` 1q ` 1 1
|s2N ´ sN | “ s2N ´ sN “ ľ “ “ “ ε,
k“N `1
k k“N `1 2N 2N 2

n“1 no es de Cauchy.
de manera que al tomar n “ 2N y m “ N se ve que la sucesión psn q8
A continuación veremos que cuando se cambia el orden de aparición de los términos de
una serie infinita de términos no negativos la convergencia no se altera.
8
ř
8.7.18. Teorema. Sea an una serie de términos no negativos y ρ una biyección de N en
n“1
8
ř 8
ř
N. Se tiene la siguiente igualdad an “ aρpnq .
n“1 n“1

N 8
Demostración. Demostremos primero que si N P N, entonces an . Para cada
ř ř
aρpnq ĺ
n“1 n“1
N P N sea N ˚ un número natural tal que para todo n P t1, . . . , N u se tenga N ˚ ľ ρpnq,
N ř˚
N
de modo que an ya que todos los términos de la primera suma aparecen en
ř
aρpnq ĺ
n“1 n“1
N 8
la segunda al menos el mismo número de veces, por lo tanto an para todo
ř ř
aρpnq ĺ
n“1 n“1
8 8
número natural N y así tenemos an . Ahora como an “ aρpρ´1 pnqq y ρ´1 es una
ř ř
aρpnq ĺ
n“1 n“1
8 8
biyección de N en N, entonces por un razonamiento análogo se tiene que aρpnq ,
ř ř
an ĺ
n“1 n“1
con lo cual el teorema queda demostrado. ‚
8
8.7.19. Definición. Decimos que la serie an converge absolutamente o que es abso-
ř
n“1
178 8.7. Criterios de convergencia

8
lutamente convergente si la serie |an | converge a un número real.
ř
n“1

8.7.20. Teorema. Toda serie que es absolutamente convergente es convergente.


8
Demostración. Sea an una serie absolutamente convergente, psn q8n“1 la sucesión de
ř
n“1
n
sumas parciales de la serie y s˚n “ |ak |. Por el criterio de la sucesión de Cauchy 8.7.16 y
ř
k“1
8
por ser n“1 es una sucesión de Cauchy,
an absolutamente convergente, tenemos que ps˚n q8
ř
n“1
por lo que para todo ε ą 0 existe un número natural N tal que si m, n ľ N , entonces
ˇ|sm ´ snˇ| ă ε (supongamos sin pérdida de generalidad que m ľ n). Ahora, |sm ´ sn | “
˚ ˚
m m
|ak | “ |s˚m ´ s˚n | ă ε siempre que m ľ n ľ N , por lo que psn q8
n“1 es una
ˇ ř ˇ ř
ˇ
ˇ a k
ˇĺ
ˇ
k“n`1 k“n`1
sucesión de Cauchy y de nuevo por el criterio de la sucesión de Cauchy es convergente, por
8
lo que la serie an es convergente.
ř

n“1
8
ř 8
ř
8.7.21. Teorema. Si las series an y bn convergen absolutamente, entonces
n“0 n“0
˜ ¸˜ ¸ ˜ ¸
8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ n
ÿ
an bn “ an´k bk .
n“0 n“0 n“0 k“0

Demostración. Denotemos por txu al mayor entero menor o igual que x. Dejaremos al lector
que justifique los detalles del por qué son verdaderas las siguientes igualdades y desigualdades
ˇ˜ ¸˜ ¸ ˜ ¸ˇ
ˇ ÿ 8 ÿ8 N
ÿ ÿn ˇ
an bn ´ an´k bk ˇ
ˇ ˇ
ˇ
ˇ n“0 n“0 n“0
ˇ
ˇ˜ ¸˜ ¸ ˜ k“0 ¸ ˜ ¸ ˜ ¸˜ ¸
ˇ ÿ N ÿN N
ÿ ÿ8 ÿ8 ÿN
a bn ` an bn ` an bn
ˇ
“ˇ
ˇ n“0 n n“0 n“0 n“N `1 n“N `1 n“0
˜ ¸˜ ¸ ˜ ¸ˇ
ÿ8 ÿ8 N
ÿ ÿn ˇ
an bn ´ an´k bk ˇ
ˇ
`
n“N `1 n“N `1 n“0 k“0
ˇ
ˇ˜ ¸˜ ¸ ˜ ¸ˇ ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
ˇ ÿ N ÿN ÿN ÿn ˇ ˇ ÿ N ÿ 8 ˇ
an bn ´ an´k bk ˇ ` ˇ an bn ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
ĺˇ
ˇ n“0 n“0 n“0 k“0
ˇ ˇ n“0 n“N `1
ˇ
ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
ˇ ÿ 8 ÿN ˇ ˇ ÿ 8 ÿ8 ˇ
an bn ˇ ` ˇ an bn ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ

ˇ n“N `1 n“0
ˇ ˇ n“N `1 n“N `1
ˇ
˜ ¸ ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
2N
ÿ ÿn ˇ ÿ N 8
ÿ ˇ
|an´k bk | ` ˇ an bn ˇ
ˇ ˇ
ĺ
n“N `1 k“0
ˇ n“0 n“N `1
ˇ
ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
ˇ ÿ 8 ÿN ˇ ˇ ÿ 8 ÿ8 ˇ
an bn ˇ ` ˇ an bn ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ

ˇ n“N `1 n“0
ˇ ˇ n“N `1 n“N `1
ˇ
8.7. Criterios de convergencia 179

¨ ˛˜ ¸ ¨ ˛˜ ¸
2N
ÿ 2N
ÿ 2N
ÿ 2N
ÿ
ĺ˝ |an |‚ |bn | `˝ |bn |‚ |an |
n“t N2`1 u n“0 n“t N2`1 u n“0
ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
ˇ ÿN ÿ8 ˇ ˇ ÿ 8 N
ÿ ˇ
an bn ˇ ` ˇ an bn ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ

ˇ n“0 n“N `1
ˇ ˇ n“N `1 n“0
ˇ
ˇ˜ ¸˜ ¸ˇ
ˇ ÿ 8 ÿ8 ˇ
an bn ˇ ,
ˇ ˇ

ˇ n“N `1 n“N `1
ˇ

y podemos observar que esta última expresión tiende a 0 cuando N tiende a 8. ‚


8.7.22. Definición. Si x es un número real definimos xp`q , la parte positiva de x, como
xp`q “ x si x ą 0, y como xp`q “ 0 si x ĺ 0. Si x es un número real definimos xp´q , la parte
negativa de x, como xp´q “ ´x si x ă 0, y como xp´q “ 0 si x ľ 0. Observemos que tanto
la parte positiva como la parte negativa de un número son números no negativos, además se
tienen siempre las igualdades x “ xp`q ´ xp´q y |x| “ xp`q ` xp´q .
A continuación veremos que cuando se cambia el orden de aparición de los términos de
una serie absolutamente convergente la convergencia no se altera.
8
ř
8.7.23. Teorema. Sea an una serie absolutamente convergente y ρ una biyección de N
n“1
8
ř 8
ř
en N. Se tiene la siguiente igualdad an “ aρpnq .
n“1 n“1

Demostración. Aplicando el teorema 8.7.18 tenemos que


8
ÿ 8
ÿ 8 8
` ˘ ÿ ÿ
an “ ap`q
n ´ a p´q
n “ a p`q
n ´ ap´q
n
n“1 n“1 n“1 n“1
ÿ8 8
ÿ 8 ´
ÿ ¯ ÿ8
p`q p´q p`q p´q
“ aρpnq ´ aρpnq “ aρpnq ´ aρpnq “ aρpnq ,
n“1 n“1 n“1 n“1

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


8.7.24. Definición. Sea pak q8k“1 una sucesión de números reales acotada superiormente y A
el conjunto de todos los números que son límites de alguna subsucesión de pak q8
k“1 . Cuando
A ‰ ∅, definimos el límite superior de la sucesión pak q8
k“1 como el supremo de A. Cuando
A “ ∅, decimos que ´8 es el límite superior de pak qk“1 . Cuando la sucesión pak q8
8
k“1 no
es acotada superiormente, decimos que `8 es el límite superior de la sucesión. Al límite
superior de una sucesión pak q8
k“1 se le denota como

lím sup ak
kÑ8

o bien como
lím ak .
kÑ8
180 8.7. Criterios de convergencia

8.7.25. Definición. Sea pak q8 k“1 una sucesión de números reales acotada inferiormente y A
el conjunto de todos los números que son límites de alguna subsucesión de pak q8 k“1 . Cuando
A ‰ ∅, definimos el límite inferior de la sucesión pak q8k“1 como el ínfimo de A. Cuando
A “ ∅, decimos que `8 es el límite inferior de pak qk“1 . Cuando la sucesión pak q8
8
k“1 no es
acotada inferiormente, decimos que ´8 es el límite inferior de la sucesión. Al límite inferior
de una sucesión pak q8
k“1 se le denota como

límı́nf ak
kÑ8

o bien como
lím ak .
kÑ8

k“1 de números reales siempre se tiene


8.7.26. Observación. Para cualquier sucesión pak q8
que lím ak ĺ lím ak .
kÑ8 kÑ8

k“1 una sucesión de números reales y L “ lím ak P R. Existe una


8.7.27. Teorema. Sea pak q8
kÑ8
subsucesión pank q8 8
k“1 de pak qk“1 que converge a L.

Demostración. Sea n1 el primer número natural tal que |an1 ´ L| ă 1, n2 el primer número
natural mayor que n1 tal que |an2 ´ L| ă 12 y así sucesivamente, una vez teniendo definido
nk , definimos nk`1 como el primer número natural mayor que nk tal que |ank`1 ´ L| ă k`1
1
.
La construcción anterior es posible debido a que para todo ε ą 0 existe una subsucesión de
k“1 que converge a un número M P pL ´ ε; Ls. Tenemos así que la subsucesión pank qk“1
pak q8 8

de pak q8
k“1 converge a L. ‚

k“1 una sucesión de números reales y L “ lím ak P R. Para todo


8.7.28. Corolario. Sea pak q8
kÑ8
M ă L existe una infinidad de números naturales n tales que an ą M .
Demostración. Por el teorema 8.7.27, existe una subsucesión pank q8 k“1 de pak qk“1 que con-
8

verge a L. Así, existe un N P N tal que si k ľ N , entonces ank ą M , de manera que el


recorrido de la sucesión pnk`N q8
k“1 es un conjunto infinito que está incluido en el conjunto de
todos los números naturales n tales que an ą M . ‚

k“1 una sucesión de números reales y L “ lím ak P R. Para todo


8.7.29. Corolario. Sea pak q8
kÑ8
M ą L existe un N P N tal que si n ľ N , entonces an ă M .
Demostración. Procedamos por reducción a lo absurdo. Supongamos que existe un M ą L
tal que para todo N P N existe un n ľ N tal que an ľ M . Con la suposición anterior podemos
tomar una subsucesión pank q8k“1 tal que para todo k ľ N se tenga que ank ľ M . Tenemos
pues que lím ank ľ M y por el teorema 8.7.27 existiría una subsucesión de pank q8 k“1 (que
kÑ8
también es una subsucesión de pak q8
k“1 ) que converge a lím ank , el cual debe ser un número
kÑ8
mayor o igual que M , y por lo tanto mayor que L, contradiciendo así la definición de límite
superior.

k“1 y pbk qk“1 son dos sucesiones de números reales tales que lím ak
8.7.30. Corolario. Si pak q8 8
kÑ8
8.7. Criterios de convergencia 181

y lím bk son números reales, entonces


kÑ8

lím pak ` bk q ĺ lím ak ` lím bk .


kÑ8 kÑ8 kÑ8

Demostración. Por el teorema 8.7.27 existen subsucesiones convergentes paαk q8 k“1 , pbβk qk“1
8

y paγk ` bγk qk“1 de pak qk“1 , pbk qk“1 y pak ` bk qk“1 respectivamente tales que lím aαk “ lím ak ,
8 8 8 8
kÑ8 kÑ8
lím bβk “ lím bk y lím paγk ` bγk q “ lím pak ` bk q. Ahora, tomando una subsucesión pηk q8
k“1
kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8
de pγk q8
k“1 para la cual tanto paηk qk“1 como pbηk qk“1 converjan (observemos que no pueden
8 8

converger a `8) tenemos por definición de límite superior que

lím pak ` bk q “ lím paηk ` bηk q “ lím aηk ` lím bηk ĺ lím ak ` lím bk ,
kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8

con lo que el corolario queda demostrado. ‚


De manera similar a como se demostró el corolario 8.7.30 se puede demostrar el siguiente
corolario.
8.7.31. Corolario. Si pak q8 8
k“1 y pbk qk“1 son dos sucesiones de números reales no negativos
tales que lím ak y lím bk son números reales, entonces
kÑ8 kÑ8
´ ¯´ ¯
lím ak bk ĺ lím ak lím bk .
kÑ8 kÑ8 kÑ8

k“1 y pbk qk“1 son dos sucesiones de números reales tales que lím ak
8.7.32. Corolario. Si pak q8 8
kÑ8
y lím bk son números reales, entonces
kÑ8

lím ak ` lím bk ĺ lím pak ` bk q.


kÑ8 kÑ8 kÑ8

Demostración. Procedamos por contradicción suponiendo que

lím ak ` lím bk ą lím pak ` bk q.


kÑ8 kÑ8 kÑ8

k“1 una subsucesión de pbk qk“1 que converja a lím bk . Tomemos una subsucesión
Sea pbβk q8 8
kÑ8
k“1 de pβk qk“1 tal que la sucesión paηk qk“1 converja. Tenemos así que
pηk q8 8 8

lím paηk ` bηk q “ lím aηk ` lím bηk “ lím aηk ` lím bk
kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8
ľ lím ak ` lím bk ą lím pak ` bk q,
kÑ8 kÑ8 kÑ8

contradiciendo la definición de límite superior. ‚


182 8.7. Criterios de convergencia

De manera similar se puede demostrar el corolario siguiente.


8.7.33. Corolario. Si pak q8 8
k“1 y pbk qk“1 son dos sucesiones de números no negativos tales
que lím ak y lím bk son números reales, entonces
kÑ8 kÑ8

ˆ ˙´ ¯
lím ak lím bk ĺ lím ak bk .
kÑ8 kÑ8 kÑ8

De manera similar a la demostración del teorema 8.7.27 y sus corolarios se demuestra el


siguiente teorema y sus corolarios.
8.7.34. Teorema. Sea pak q8
k“1 una sucesión de números reales y L un número real tal que
L “ lím ak .
kÑ8

I) Existe una subsucesión pank q8 8


k“1 de pak qk“1 que converge a L.

II) Para todo M ą L existe una infinidad de números naturales n tales que an ă M .

III) Para todo M ă L existe un N P N tal que si n ľ N , entonces an ą M .

k“1 y pbk qk“1 son dos sucesiones de números reales tales que lím ak
8.7.35. Corolario. Si pak q8 8
kÑ8
y lím bk son números reales, entonces
kÑ8

lím ak ` lím bk ĺ lím pak ` bk q ĺ lím ak ` lím bk .


kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8

8.7.36. Corolario. Si pak q8 8


k“1 y pbk qk“1 son dos sucesiones de números no negativos tales
que lím ak y lím bk son números reales, entonces
kÑ8 kÑ8
ˆ ˙ˆ ˙ ˆ ˙´ ¯
lím ak lím bk ĺ lím ak bk ĺ lím ak lím bk .
kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8

8.7.37. Teorema. Una sucesión de números reales pak q8 k“1 converge (ya sea a un número
real, a `8 ó a ´8) si y sólo si lím ak “ lím ak . En el caso en que la sucesión converja, se
kÑ8 kÑ8
tiene que lím ak “ lím ak “ lím ak .
kÑ8 kÑ8 kÑ8

Demostración. Como consecuencia de las dos definiciones anteriores (8.7.24 y 8.7.25) y


del teorema 8.7.3 tenemos que si la sucesión converge a un número x, entonces x “ lím ak “
kÑ8
lím ak . Recíprocamente, si existe un número real x tal que x “ lím ak “ lím ak , tenemos
kÑ8 kÑ8 kÑ8
que dado un ε ą 0, por el corolario 8.7.29, existe un N1 P N tal que si n ľ N1 , entonces
an ă L ` ε. Ahora, por el teorema 8.7.34 III) existe un N2 P N tal que si n ľ N2 , entonces
L ´ ε ă an . De esta manera, si n ľ N1 ` N2 , entonces |an ´ L| ă ε, es decir la sucesión
k“1 converge a L.
pak q8
8.7. Criterios de convergencia 183

Para los casos en que la sucesión pak q8


k“1 converja a `8 ó a ´8, por definición se deduce
que lím ak “ lím ak “ lím ak .
kÑ8 kÑ8 kÑ8
En el caso en que lím ak “ lím ak “ `8 demostremos que lím ak “ `8. Si la sucesión
kÑ8 kÑ8 kÑ8
pak q8
k“1no convergiera a `8, existiría un M ą 0 tal que para todo k P N habría un Nk ľ k
con la propiedad de que aNk ĺ M . Así, tomando n1 “ N1 , n2 “ máxtN2 , n1 u, . . . , nk`1 “
máxtNk`1 , n1 , n2 , . . . , nk u, tenemos que pank q8k“1 sería un subsucesión acotada superiormente
por M . Ahora, el límite inferior de la sucesión pak q8 k“1 es `8, por lo que la sucesión es
acotada inferiormente y también lo es la subsucesión pank q8 k“1 , de modo que por el teorema
8.7.14 tal subsucesión tiene una subsucesión que converge a un número real, la cual a su
vez es una subsucesión de pak q8 k“1 , contradiciendo el hecho de que lím ak “ `8. Por lo
kÑ8
tanto lím ak “ `8. De forma análoga se demuestra que si lím ak “ lím ak “ ´8, entonces
kÑ8 kÑ8 kÑ8
lím ak “ ´8. ‚
kÑ8

8.7.38. Lema de Abel en R. Sea pak q8


k“0 una sucesión de números reales. Si existen r ą 0
y M ą 0 tales que

8.7.39. nPN ùñ |an |rn ĺ M,


8
ř
entonces la serie ak xk converge absolutamente para todo x P p´r; rq.
k“0

Demostración. Sea x P p´r; rq. De la implicación 8.7.39 tenemos que


ˆ ˙n
n |x|
|an x | ĺ M ,
r
y usando el criterio de comparación de series 8.7.11, tenemos por el teorema 8.6.6 que la serie
8
ak xk converge absolutamente.
ř

k“0

8.7.40. Criterio de Cauchy (criterio de la raíz). Sea puk q8


k“1 una sucesión de números
reales no negativos.

? 8
a) Si lím
ř
k u ă 1, entonces uk ă `8.
k
kÑ8 k“1

? 8
b) Si lím
ř
k u ą 1, entonces uk “ `8.
k
kÑ8 k“1

?
Demostración. Sea L “ lím k u . Supongamos primero que L ă 1 y sea M un número
k
kÑ8
real tal que L ă M ă 1. Por el corolario 8.7.29, existe un N P N tal que si n ľ N , entonces
?n u ă M , por lo tanto 0 ĺ u ă M n y así tenemos, por el criterio de comparación de series
n n
8
8.7.11 y por el teorema 8.6.6, que la serie un converge a un número no negativo, es decir
ř
n“0
8
ř
un ă `8.
n“0
184 8.7. Criterios de convergencia

Supongamos ahora que L ą 1. Por el corolario 8.7.28, tenemos que para` una infinidad
? ? ˘8
de números naturales n se tiene que n un ą 1, es decir existe un subsucesión nk unk k“1 tal
?
que nk unk ą 1 para todo k P N. De esta manera tenemos que si definimos an “ 1 para cada
8
n en el recorrido de pnk q8 y en otro caso, vemos claramente que ak “ `8, por
ř
k“1 a n “ 0
k“1
8
lo que usando el criterio de comparación de series 8.7.11 vemos que
ř
uk “ `8. ‚
k“1

Los siguientes dos corolarios son ligeras variante del criterio de la raíz.
8.7.41. Corolario. Sea puk q8
k“1 una sucesión de números reales.

8
a) Si lím
a
k
ř
|uk | ă 1, entonces uk es absolutamente convergente.
kÑ8 k“1

8
b) Si lím
a
k
ř
|uk | ą 1, entonces la serie uk es divergente.
kÑ8 k“1

Demostración. El inciso a) es consecuencia inmediata del criterio de la raíz (8.7.40 a)). El


inciso b) se sigue del teorema 8.6.8 y del hecho de que si lím k |uk | ą 1, entonces la sucesión
a
kÑ8
k“1 no converge a cero.
puk q8 ‚
una sucesión de números reales y supongamos que lím k |uk |
a
8.7.42. Corolario. Sea puk q8
k“1
kÑ8
existe.
8
a) Si lím
a
k
ř
|uk | ă 1, entonces la serie uk es absolutamente convergente.
kÑ8 k“1

8
b) Si lím
a
k
ř
|uk | ą 1, entonces la serie uk diverge.
kÑ8 k“1

Demostración. El inciso a) se sigue del corolario 8.7.41 y el teorema 8.7.37. El inciso b) se


sigue del teorema 8.6.8 y del hecho de que si lím |uk | ą 1, entonces la sucesión puk q8k“1 no
a
k
kÑ8
converge a cero. ‚
8
ř
8.7.43. Teorema. Si una serie ak de términos no negativos no es convergente, entonces
k“1
diverge a `8.
n
Demostración. Sea sn “ ak y M ą 0. La sucesión psn q8
n“1 es no decreciente, por lo
ř
k“1
que debido al teorema 8.7.9 es no acotada (si fuera acotada, entonces sería convergente y
contradiría nuestra hipótesis), así pues existe un N P N tal que sN ą M . Ahora, como la
sucesión psn q8
n“1 es no decreciente, entonces para todo n ľ N se tiene que sn ą M , por lo
8
cual la sucesión psn q8 diverge a es decir la serie ak diverge a `8.
ř
n“1 `8, ‚
k“1

8.7.44. Criterio de d’Alambert (criterio de la razón). Sea puk q8


k“1 una sucesión de
números reales positivos.
8.7. Criterios de convergencia 185

8
a) Si lím uuk`1
ř
k
ă 1, entonces uk ă `8.
kÑ8 k“1

8
b) Si existe un N P N tal que un`1 ř
un
ľ 1 para todo n ľ N , entonces uk “ `8.
k“1

Demostración. Sea L “ lím uuk`1


k
. a) Supongamos primero que L ă 1. Sea r P pL; 1q. Por
kÑ8
el corolario 8.7.29 se tiene que para n P N suficientemente grande se tiene que uun`1
n
ă r, es
decir existe un N P N tal que si n ľ N , entonces un ă r. Tenemos además que
un`1

uN `k uN `1 uN `2 uN `k
“ ¨¨¨ ă rk ,
uN uN uN `1 uN `k´1

por lo tanto uN `k ă uN rk y así


8
ÿ N
ÿ 8
ÿ N
ÿ 8
ÿ
un “ un ` uN `k ĺ un ` uN rk ă `8.
n“1 n“1 k“1 n“1 k“1

b) Supongamos que existe un N P N tal que uun`1 n


ľ 1 para todo n ľ N . Sea n ľ N . Para
que tenga sentido la expresión uun`1
n
ľ 1 es necesario que un`1 ľ un ľ uN ą 0, por lo que si la
sucesión puk qk“1 es convergente, debe converger a un número mayor o igual que uN , es decir
8

la sucesión puk q8
k“1 no converge a 0. Ahora, por el teorema 8.6.8, la serie no es convergente,
8
pero uk “ `8 debido al teorema 8.7.43.
ř

k“1

Los siguientes 2 corolarios son ligeras variantes del criterio de la razón.


8.7.45. Corolario. Sea puk q8k“1 una sucesión de números reales.
ˇ ˇ 8
ˇ uk`1 ˇ
a) Si lím ˇ uk ˇ ă 1, entonces la serie
ř
uk es absolutamente convergente.
kÑ8 k“1
ˇ ˇ 8
ˇ uk`1 ˇ
b) Si lím ˇ uk ˇ ą 1, entonces la serie
ř
uk diverge.
kÑ8 k“1

Demostración.
ˇ ˇ El inciso a) es una consecuencia inmediata del criterio de la razón. Si
ˇ uk`1 ˇ
lím ˇ uk ˇ ą 1, entonces, por el teorema 8.7.34 III), existe un número natural N tal que si
kÑ8 ˇ ˇ
n ľ N , entonces ˇ uun`1 ˇ ą 1, por lo que |un | ą |uN | ą 0 y la sucesión puk q8
k“1 no converge a 0,
ˇ ˇ
n
8
luego, por el teorema 8.6.8, la serie uk diverge.
ř

k“1
ˇ ˇ
ˇ uk`1 ˇ
8.7.46. Corolario. Sea puk q8
k“1 una sucesión de números reales y supongamos que lím ˇ uk ˇ
kÑ8
existe.
ˇ ˇ 8
a) Si lím ˇ uuk`1
ř
1, entonces la serie uk es absolutamente convergente.
ˇ ˇ
k
ˇ ă
kÑ8 k“1
186 8.7. Criterios de convergencia
ˇ ˇ 8
b) Si lím ˇ uuk`1
ř
1, entonces la serie uk diverge.
ˇ ˇ
k
ˇ ą
kÑ8 k“1

Demostración. El corolario es una consecuencia del corolario 8.7.45 y del teorema 8.7.37.

8
8.7.47. Definición. Decimos que una serie uk es alternante si para todo número natural
ř
k“1
k tenemos que puk qpuk`1 q ă 0, es decir cualquier término tiene diferente signo que el siguiente.
8.7.48. Criterio de convergencia para series alternantes. Supongamos que puk q8
k“1 es
una sucesión de números reales tal que:

a) lím uk “ 0;
kÑ8

b) |un | ľ |un`1 | para todo n P N;


8
c) la serie
ř
uk es alternante.
k“1

8
ř
Entonces la serie uk es convergente.
k“1

Demostración. Sea ε ą 0. Por el inciso a), existe un N P N tal que si n ľ N , entonces


|un | ă ε. ˇSean m, n ľ N ˇ . Supongamos sin pérdida de generalidad ˇ que mˇ ľ n. Si m “ n,
m n m n
entonces ˇˇ uk ´ uk ˇˇ “ 0 ă ε. Si m “ n ` 1, entonces ˇˇ uk ´ uk ˇˇ “ |un`1 | ă ε. Si
ˇř ř ˇ ˇř ř ˇ
k“1 k“1 k“1 k“1
m ą n ` 1, por las propiedades b) y c), tenemos que
ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇÿm ÿn ˇ ˇ ÿ m ˇ ˇm´n ˇ
ˇ ˇÿ k
ˇ uk ´ uk ˇ “ ˇ uk ˇ “ ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
p´1q |un`k |ˇ
ˇk“1 k“1
ˇ ˇk“n`1 ˇ ˇ k“1 ˇ
ˇ ˇ
m´n´1
1 ˇˇ ÿ ˇ
“ ˇ´|un`1 | ` p´1qm´n |um | ` p´1qk`1 p|un`k`1 | ´ |un`k |qˇ
ˇ
2ˇ k“1
ˇ
˜ ¸
m´n´1
1 ÿ
ĺ |un`1 | ` ||un`k`1 | ´ |un`k || ` |um |
2 k“1
˜ ¸
m´n´1
1 ÿ
ĺ |un`1 | ` p|un`k | ´ |un`k`1 |q ` |um |
2 k“1
1
“ p|un`1 | ` |un`1 | ´ |um | ` |um |q “ |un`1 | ă ε,
2
8
por lo que la sucesión de sumas parciales de la serie uk es una sucesión de Cauchy y así
ř
k“1
la serie converge a un número real. ‚
8.7.49. Teorema. Sea puk q8 k“1 una sucesión no creciente de términos no negativos. La serie
ř8 8
ř
un converge si y sólo si la serie 2k u2k converge.
n“1 k“1
8.7. Criterios de convergencia 187

8
Demostración. Sea psn q8
n“1 la sucesión de sumas parciales de la serie un y ptk q8
k“1 la
ř
n“1
8
sucesión de sumas parciales de la serie 2 u2k . Por el teorema 8.7.9 las anteriores sucesiones
ř k
k“1
de sumas parciales convergen si y sólo si son acotadas. Veamos que la sucesión psn q8 n“1 es
acotada si y sólo si también lo es ptk qk“1 . Supongamos primero que psn qn“1 es acotada y sea
8 8

s el límite de la sucesión. Para todo k P N sea nk un entero mayor que 2k . Tenemos que
˜ ¸
nk
ÿ 2k
ÿ k
ÿ 2k
ÿ
s ľ snk “ un ľ un “ u1 ` um
n“1 n“1 n“1 m“2k´1 `1
˜ ¸
k
ÿ 2k
ÿ k
ÿ
ľ u1 ` u2k “ u1 ` p2k ´ 2k´1 qu2k
n“1 m“2k´1 `1 n“1
k k
ÿ 1ÿ k 1
ľ 2k´1 u2k “ 2 u2k “ tk ,
n“1
2 n“1 2

por lo que la sucesión ptk q8


k“1 está acotada por 2s.
Supongamos ahora que la sucesión ptk q8 k“1 está acotada y sea t el límite de la sucesión.
Para todo n P N sea k un número natural tal que n ă 2k . Tenemos ahora que
k`1
˜ ¸
n
ÿ 2ÿ k`1
ÿ 2m
ÿ
sn “ um ĺ um “ u1 ` ul
m“1 m“1 m“1 l“2m´1 `1
˜ ¸
k`1
ÿ 2m
ÿ
ĺ u1 ` u2m´1
m“1 l“2m´1 `1
k`1
ÿ
ĺ u1 ` 2m´1 u2m´1 “ 2u1 ` tk ĺ 2u1 ` t,
m“1

por lo que la sucesión psn q8


n“1 está acotada por 2u1 ` t. ‚
8
1
ř
8.7.50. Corolario. La serie ns
es convergente si s ą 1.
n“1

8
2k
Demostración. Sea s ą 1 y veamos que la serie es convergente. En efecto, por
ř
p2k qs
k“1
8 8
2k k 21´s
el teorema 8.6.6 la serie p21´s q converge a . Ahora, debido al teorema
ř ř
p2k qs
“ 1´21´s
k“1 k“1
8
8.7.49, tenemos que la serie 1
es convergente.
ř
ns

n“1

8
ř 8
ř
8.7.51. Criterio de comparación de series. Dadas dos series ak y bk de términos
k“1 k“1
8 8
positivos, tales que lím abkk “ 1, tenemos que
ř ř
bk ă `8 si y sólo si ak ă `8.
kÑ8 k“1 k“1
188 8.7. Criterios de convergencia

8
ˆ n
˙8
Demostración. Supongamos que ak ă `8, es decir que la sucesión conver-
ř ř
ak
k“1 k“1 n“1
8 8
ge a un número real. Si tuviéramos que bk “ `8, entonces tendríamos que
ř ř
pbk ´ ak q “
k“1 ˇ ˇ k“1

`8, pero existe un N P N tal que si k ľ N entonces ˇ abkk ´ 1ˇ ă 1, de manera que


ˇ ˇ

8 N ´1 8 N ´1 8 ˆ ˙
ÿ ÿ ÿ ÿ ÿ bk
pbk ´ ak q “ pbk ´ ak q ` pbk ´ ak q “ pbk ´ ak q ` ak ´1
k“1 k“1 k“N k“1 k“N
ak
N ´1 ˇ 8 ˇ N ´1 8
ÿ ˇ bk
ÿ ˇ ÿ ÿ
ĺ pbk ´ ak q ` ak ˇ ´ 1ˇˇ ă
ˇ pbk ´ ak q ` ak ă `8,
k“1 k“N
a k k“1 k“N

8
por lo tanto necesariamente
ř
bk ă `8.
k“1
8
Usando el hecho de que lím abkk “ 1 se puede demostrar de manera similar que si
ř
bk ă
kÑ8 k“1
8
`8, entonces
ř
ak ă `8. ‚
k“1

8.7.52. Notación. Cuando el conjunto solución Λ de una fórmula ppxq (donde x es la


variable) es un conjunto finito y para cada λ P Λ se tiene que aλ es un número, entonces la
expresión ÿ

ppλq
n
representa a la suma aλk , donde n es el número de elementos del conjunto Λ y además
ř
k“1
Λ “ tλ1 , λ2 , . . . , λn u. Ahora, cuando Ω es el conjunto solución de una fórmula qpxq (donde x
es la variable) y para cada ω P Ω se tiene que zω ľ 0, entonces la expresión
ÿ

qpωq

representa al número # +
ÿ
sup zλ : Λ es finito y Λ Ă Ω ,
λPΛ

el cual puede ser un número no negativo o bien `8.


8.7.53. Teorema. Si Ω es un conjunto no numerable que es el conjunto solución de una
fórmula qpxq, y para cada ω P Ω se tiene que zω ľ 0 y además tω P Ω : zω ą 0u no es
numerable, entonces ÿ
zω “ `8.
ωPΩ

Demostración. Para cada n P N sea An :“ tω P Ω : n`1 1


ĺ zω ă n1 u y A0 :“ tω P Ω :
zω ľ 1u. Por hipótesis el conjunto Ω 1 :“ tω P Ω : zω ą 0u no es numerable, pero además
8.7. Criterios de convergencia 189

8
An , de manera que algún An es no numerable, donde n P N Y t0u. En particular,
Ť
Ω1 “
n“0
algún An es infinito, de manera que para todo número natural N podemos tomar un A1n Ă An
con pn ` 2qN elementos, teniendo así que
ÿ ÿ ÿ 1 1
zω ľ zω ľ “ pn ` 2qN ą N.
ωPΩ ωPA1n ωPA1n
n`1 n`1

Es decir, zω “ `8 por ser mayor que cualquier número natural.


ř

ωPΩ

Ejercicios.

1. Dadas las siguientes sucesiones, calcular el límite superior y el límite inferior.


a) pp´2qk`1 q8
k“1 , b) pp´1qk`1 q8
k“1 , c) pmáxt´50, ´juq8
j“1 ,
?
j“1 ,
d) pmáxt 1j , 1 ` p´1qj uq8 e) p kq8
k“1 .

2. Decir si son convergentes o divergentes cada una de las series siguientes. En caso de
que sean convergentes decir ademas si son absolutamente convergentes.
8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙2k 8 ˆ ˙
ÿ 1 ÿ 1 ÿ p´1qk`1 ÿ k
a) , b) ? , c) ? , d) ,
k“1
k2 k“1 k k“1
3
k k“0
k`1
˙k ˆ ˙2k`3 ˜d ¸
8 ˆ 8 8 8
ÿ k ÿ ´1 ÿ k! ÿ j!
e) , f) 5 , g) k
, h) 3
,
k“0
2k ` 1 k“3
4k k“1
k j“3
jj
8 ˆ ˙2n 8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙n 8
ÿ 2 ÿ k ÿ 1 ÿ p´1qi
i) n , j) , k) n 2
, l) .
n“1
3 k“0
k`1 n“0
4 i“3
i`2
190 8.8. La constante de Napier

8.8. La constante de Napier


8.8.1. Definición. Hay un número muy importante tanto en la teoría como en las aplica-
ciones de las matemáticas llamado constante de Napier. Tal número se denota como e y
es igual al siguiente valor:
8
ÿ 1
e :“ .
k“0
k!
Observemos que la serie anterior converge puesto que 1{k! ă p1{2qk para k ľ 4. El
siguiente teorema nos da otra forma de estimar el número e.
8.8.2. Teorema. ˆ ˙n
1
e “ lím 1` .
nÑ8 n

Demostración. Demostremos primero que lím p1 ` 1{nqn ĺ e. Por el teorema del binomio
nÑ8
tenemos que
ˆ ˙n ÿ n ˆ ˙ ˆ ˙k n n
1 n 1 ÿ n! ÿ n! 1
1` “ “ k
“ k
¨
n k“0
k n pn ´ kq!k!n pn ´ kq!n k!
˜ ¸ k“0 k“0
n k´1
źn´j n ˆ ˙n ÿ n
ÿ 1 ÿ 1 1 1
“ ¨ ĺ 6 1` ĺ .
k“0 j“0
n k! k“0 k! n k“0
k!

Tomando el límite superior cuando n tiende a 8 obtenemos


ˆ ˙n
1
lím 1 ` ĺ e.
nÑ8 n
Demostremos ahora que lím p1 ` 1{nqn ľ e. Sea m un entero positivo y n un entero tal
nÑ8
que n ľ m.
ˆ ˙n n ˆ ˙ ˆ ˙k m n
1 ÿ n 1 ÿ n! ÿ n!
1` “ “ k
`
n k“0
k n k“0
pn ´ kq!k!n k“m`1
pn ´ kq!k!nk
˜ ¸
m m k´1
ÿ n! 1 ÿ źn´j 1
ľ k
¨ “ ¨ 6
k“0
pn ´ kq!n k! k“0 j“0 n k!
˜ ¸
ˆ ˙n m k´1
1 ÿ ź n´j 1
1` ľ ¨ .
n k“0 j“0
n k!

Observando que lím n´j


n
“ 1 y tomando el límite inferior cuando n tiende a 8 obtenemos
nÑ8 ř
que lím p1 ` 1{nq ľ k“0 k!1 . Ahora, tomando el límite cuando m
n m
tiende a 8 obtenemos
nÑ8
ˆ ˙n
1
lím 1` ľ e,
nÑ8 n
8.8. La constante de Napier 191

con lo cual tenemos que


ˆ ˙n ˆ ˙n
1 1
lím 1` ĺ e ĺ lím 1` ,
nÑ8 n nÑ8 n

pero como lím p1`1{nqn ĺ lím p1`1{nqn , entonces lím p1`1{nqn existe y es igual al número
nÑ8 nÑ8 nÑ8
e, con lo que terminamos la demostración. ‚
192 8.9. Sistema decimal

8.9. Sistema decimal


En el sistema de numeración decimal todo número positivo se expresa como un entero no
negativo (la expresión que está antes del punto decimal) más un número no negativo menor
que 1 (la expresión que está después del punto decimal) en la forma

8.9.1. aN aN ´1 aN ´2 ¨ ¨ ¨ a2 a1 .b1 b2 b3 ¨ ¨ ¨ ,

donde pa1 , a2 , ¨ ¨ ¨ , aN , 0, 0, 0, . . . q y pb1 , b2 , b3 , . . . q son sucesiones de enteros entre cero y nueve


inclusive. Por medio de series, el número dado en la expresión 8.9.1 puede ser expresado así
N
ÿ 8
ÿ
8.9.2. ak ¨ 10k´1 ` bk ¨ 10´k .
k“1 k“1

8
Para que la expresión anterior tenga sentido la serie bk ¨ 10´k debe converger. Para
ř
k“1
ver que esto sucede usaremos el criterio de comparación, es decir compararemos la serie
8 8
bk ¨ 10´k con 9 ¨ 10´k en donde, como 0 ĺ bk ĺ 9, tenemos que 0 ĺ bk ¨ 10´k ĺ 9 ¨ 10´k .
ř ř
k“1 k“1
Ahora, tenemos que
8 8 ˆ ˙k´1
ÿ
´k
ÿ 9 1 9 1
9 ¨ 10 “ ¨ “ ¨ 1 “ 1,
k“1 k“1
10 10 10 1 ´ 10

como era de esperarse puesto que 1 “ 0.999, el cual es un número que se representa por la
8 8
serie 9 ¨ 10´k . De modo que la serie bk ¨ 10´k representa un número en el intervalo r0; 1s.
ř ř
k“1 k“1

8.9.3. Teorema. Si un número r al ser expresado en la forma 8.9.2 (la forma decimal) es tal
que existen enteros positivos M y l tales que si k ľ M , se tiene bk “ bk`l ; entonces r es un
número racional.
Demostración. Tenemos que
N
ÿ 8
ÿ N
ÿ M
ÿ ´1 8
ÿ
ak ¨ 10k´1 ` bk ¨ 10´k “ ak ¨ 10k´1 ` bk ¨ 10´k ` bk ¨ 10´k .
k“1 k“1 k“1 k“1 k“M

N Mř
´1
Es claro que bk ¨10´k es racional, por lo que nos concentraremos únicamente
ř
ak ¨10k´1 `
k“1 k“1
8 M `n´1
en el sumando bk ¨ 10´k . Tomando sn “ bk ¨ 10´k , tenemos que la sucesión psn q8
ř ř
n“1
k“M k“M
8
converge a bk ¨ 10´k , por lo que también lo hará la subsucesión psnl q8
n“1 , pero
ř
k“M
˜ ¸
n
ÿ Mÿ
`l´1
snl “ bk ¨ 10´k 10´pm´1ql ,
m“1 k“M
8.9. Sistema decimal 193

por lo que
˜ ¸
8
ÿ 8
ÿ Mÿ
`l´1
´k ´k
bk ¨ 10 “ bk ¨ 10 10´pm´1ql
k“M m“1 k“M
˜ ¸ ˜ ¸
8 Mÿ
`l´1 Mÿ
`l´1
ÿ
´k ´l m´1 ´k 1
“ bk ¨ 10 p10 q “ bk ¨ 10 ,
m“1 k“M k“M
1 ´ 10´l

el cual es racional. ‚
8.9.4. Teorema. Sea β P r0; 1q y pbk q8 k“1 una sucesión cuyas componentes están en t0, 1, 2, 3, 4,
5, 6, 7, 8, 9u “ J9 Yt0u y son tales que b1 es el máximo número en J9 Yt0u tal que b1 ¨10´1 ĺ β;
k
ř
. . . ; bk es el máximo número en J9 Yt0u tal que bj ¨10´j ĺ β. Bajo las condiciones anteriores
j“1
se tiene que
8
ÿ
bk ¨ 10´k “ β.
k“1

Demostración. Tenemos que 0 ĺ β ´ b1 ¨ 10´1 ĺ 10´1 ya que de no ser así, entonces


pb1 ` 1q10´1 ă β ó b1 ¨ 10´1 ą β, contradiciendo en ambos casos la elección de b1 (en el primer
caso si b1 ‰ 9, entonces contradice la elección de b1 , pero si b1 “ 9, contradice el hecho de que
n
β P r0; 1q). Supongamos que para n P N tenemos que 0 ĺ β ´ bk ¨ 10´k ĺ 10´n . Afirmamos
ř
k“1
n`1
que 0 ĺ β ´ bk ¨ 10´k ĺ 10´pn`1q . En efecto, por la elección de los bk debe darse la primera
ř
k“1
n`1 n
desigualdad. Ahora, si bk ¨ 10´k ą 10´pn`1q , entonces β ´ bk ¨ 10´k ą pbk`1 ` 1q10´pn`1q ,
ř ř
k“1 k“1
n
lo cual, si bn`1 “ 9, contradice el hecho de que 0 ĺ β ´ bk ¨ 10´k ĺ 10´n , y si bn`1 ‰ 9
ř
k“1
n
contradice la elección de los bk , en particular la de bn`1 , pues β sería mayor que
ř
bk ¨ 10´k
k“1
n`1
`pbk`1 ` 1q10´pn`1q . Por lo tanto 0 ĺ β ´ bk ¨ 10´k ĺ 10´pn`1q . Ahora, para ε ą 0 sea
ř
k“1
N P N tal que 10´N ă ε. Si n ľ N , entonces
n
ÿ
0ĺβ´ bk ¨ 10´k ĺ 10´n ĺ 10´N ă ε,
k“1
ˇ ˇ
n n
por lo tanto ˇβ ´ bk ¨ 10 ˇ ă ε. Es decir la serie bk ¨ 10´k converge a β.
ˇ ř ˇ
´k ˇ
ř
ˇ ‚
k“1 k“1
8.9.5. Aclaración. El presente libro se escribió en su mayor parte de acuerdo a los usos
y costumbres de la región de Norteamérica. Siendo así, se está usando el término «punto
decimal», que se denota con un punto, y no el de «coma decimal» que se denota con una
coma, tal y como es costumbre en otras regiones.

Ejercicios.
194 8.9. Sistema decimal

1. Demostrar el recíproco del teorema 8.9.3, es decir demostrar que si r ą 0 es un número


racional, entonces la expresión de r en la forma 8.9.2 es tal que existen enteros positivos
M y l tales que si k ľ M , se tiene bk “ bk`l . (Sugerencia: usar el algoritmo de la división
4.7.3).

2. Describir formalmente la forma usual de multiplicar dos números reales positivos y


justificar su funcionamiento.

3. Describir formalmente la forma usual de dividir dos enteros positivos y justificar su


funcionamiento.
Capítulo 9

FUNCIONES EXPONENCIALES Y LOGARÍTMICAS

9.1. Introducción
9.1.1. Definición. Anteriormente se definieron expresiones de la forma ar cuando a ą 0 y
r P Q que representa un número real que se llama la r-ésima potencia de a. Al número a
se la llama la base y al número r el exponente de la r-ésima potencia de a.
Se definió ar cuando r “ m
n
, con m y n enteros, m ‰ 0 y n ą 0 como
m `? ˘m
ar “ a n “ n
a .

Se vio que tal definición hacía que se cumplieran las leyes de los exponentes y que tenía
sentido, es decir que el valor de ar no variaba si se sustituían los enteros m y n por otros
cuyo cociente fuera r. Además se demostró que siempre existen las raíces n-ésimas positivas
de números positivos.
Queremos generalizar más este concepto para el caso en que a ą 0. Más precisamente,
queremos definir expresiones de la forma

ax

cuando a ą 0 y x P R. Es decir queremos que queden definidas potencias de un número


positivo cuando el exponente sea cualquier número real de tal manera que se sigan cumpliendo
las leyes de los exponentes y así poder definir posteriormente las funciones exponenciales y
las logarítmicas que son de gran utilidad en las ciencias sociales y naturales, así como en la
ingeniería.

195
196 9.2. Definición de potencias con exponentes reales

9.2. Definición de potencias con exponentes reales


9.2.1. Definición. Sean a ą 1, x P R y pr1 , r2 , . . . , rj , . . . q una sucesión no decreciente de
números racionales que converge a x. Definimos el número ax como el número al cual converge
la sucesión parj q8 r1 r2 rj
j“1 “ pa , a , . . . , a , . . . q.

En la sección 8.9 se puede ver que cuando x ą 0, existe una tal sucesión prj q8 j“1 no
decreciente y de números racionales positivos que converge a x. Si x ĺ 0 , podemos tomar
un número natural M ą ´x y una sucesión no decreciente psj q8 j“1 que converja a M ` x. En
este último caso, al tomar rj “ sj ´ M , vemos que prj q8 j“1 es una sucesión no decreciente de
números racionales que converge a x. Tenemos así que para cualquier número real x siempre
existe una sucesión no decreciente de números racionales que converge a x.
Nuestra primera tarea es verificar que tal definición tiene sentido, es decir que no depende
de la sucesión tomada con tal de que cumpla con las condiciones y que si x es racional, coincida
con el valor ya definido de ax , además, por supuesto, que la sucesión parj q8 j“1 converja.
Como prj q8 j“1 es no decreciente, entonces pa rj 8
qj“1 es no decreciente pues a ą 1. Si tomamos
un racional s mayor que x, entonces para todo número natural j tenemos que arj ă as , por
j“1 converge por ser acotada superiormente y no decreciente.
lo tanto parj q8
Veamos el caso particular en que x P Q. Sea sj “ x ´ rj , el cual es un número racional
x
no negativo que tiende a cero cuando j tiende a infinito y arj “ ax´sj “ aasj . Afirmamos
j“1 es una sucesión de números racionales
que si psj q8 no negativos que converge a 0, entonces
´ 1 ¯8 ? 8
asj ÝÑ 1 cuando j ÝÑ 8. En efecto, la sucesión a n “ p n aqn“1 converge a 1 debido
n“1 ˇ ˇ
ˇ 1
al teorema 8.5.14, por lo que para todo ε ą 0 existe un n P N, tal que ˇa n ´ 1ˇ ă ε, en
ˇ
1
particular a n ă 1 ` ε. Ahora, como psj q8 j“1 converge a 0, existe un N P N tal que si j ľ N ,
1
entonces 0 ĺ sj ă n , por lo que 1 ´ ε ă 1 ĺ asj ă a n ă 1 ` ε, es decir ´ε ă asj ´ 1 ă ε, por
1
x
lo que asj ÝÑ 1 cuando j ÝÑ 8. Como sj “ x ´ rj , tenemos que arj “ aasj ÝÑ ax cuando
j ÝÑ 8. Por lo que el valor de ax , cuando x es racional, coincide con el valor definido con
anterioridad.
Verifiquemos ahora que si pr11 , r21 , r31 , . . . , rj1 , . . . q y pr1 , r2 , r3 , . . . , rj , . . . q son dos sucesiones
no decrecientes de números racionales que convergen a un mismo número x, entonces para
rj1 8
a ą 1, las sucesiones parj q8
j“1 y pa qj“1 convergen al mismo número. Sean u y u los números
1
1
a los cuales convergen las sucesiones parj q8 j“1 y pa qj“1 respectivamente y demostremos que
rj 8

u “ u1 .
Para δ ą 0, sean N0 y N01 números naturales tales que

j ľ N0 ùñ |rj ´ x| ă δ{2

y
j ľ N01 ùñ |rj1 ´ x| ă δ{2.
Si j ľ N0 ` N01 , entonces

|rj ´ rj1 | “ |prj ´ xq ´ prj1 ´ xq| ĺ |rj ´ x| ` |rj1 ´ x| ă δ{2 ` δ{2 “ δ,

por lo tanto la sucesión prj ´ rj1 q8


j“1 converge a 0.
9.2. Definición de potencias con exponentes reales 197

1 1
Como a n ÝÑ 1 cuando n ÝÑ 8, entonces también a´ n “ 1
1 ÝÑ 1 cuando n ÝÑ 8,
an
por lo que para cualquier ε ą 0 existe un n P N, tal que
1 1
|a n ´ 1| ă ε y |a´ n ´ 1| ă ε,

es decir
1 1
1 ´ ε ă an ă 1 ` ε y 1 ´ ε ă a´ n ă 1 ` ε,
1 1
pero como a´ n ă 1 ă a n , entonces
1 1
1 ´ ε ă a´ n ă a n ă 1 ` ε.

Ahora, como rj ´ rj1 ÝÑ 0 cuando j ÝÑ 8, entonces existe un número natural N tal que si
j ľ N , entonces ´ n1 ă rj ´ rj1 ă n1 , por lo que
1 1 1
1 ´ ε ă a´ n ă arj ´rj ă a n ă 1 ` ε,

de donde se obtiene que


1
|arj ´rj ´ 1| ă ε;
es decir para todo ε ą 0 existe un N P N, tal que
1
jľN ùñ |arj ´rj ´ 1| ă ε,
´ r ¯8 ´ 1
¯8 ´ r ¯8
lo cual significa que la sucesión ar1 converge a 1. Por otro lado, ar1
j j
“ arj ´rj
a j j“1 j“1 a j j“1
1
converge a u
u1
,
por lo tanto u “ u , así las sucesiones
1
y convergen al mismo
parj q8
j“1 parj q8
j“1
número, el cual denotamos por ax .
Hemos pues definido ax para a ą 1 y x P R, y verificado que tal definición tiene sentido.
Definamos ahora ax cuando 0 ă a ĺ 1 y x P R.
9.2.2. Definición. Si x P R definimos 1x :“ 1. Si 0 ă a ă 1, definimos ax :“ 1
x .
p a1 q
Con esta última definición queda determinado el valor de ax en general cuando a ą 0 y
x P R.
198 9.3. Propiedades de los exponentes

9.3. Propiedades de los exponentes


En esta sección veremos que las propiedades de los exponentes racionales se siguen cum-
pliendo para exponentes reales.
9.3.1. Teorema. Si a ą 0 y x, y P R, entonces ax`y “ ax ay .
Demostración. Es claro que la igualdad se cumple para a “ 1. Si a ą 1 y x, y P R, podemos
tomar sucesiones prj q8
j“1 y psj qj“1 no decrecientes de números racionales que converjan a x
8

e y respectivamente. La sucesión prj ` sj q8 j“1 es una sucesión no decreciente de números


racionales que converge a x ` y, por lo que

ax`y “ lím arj `sj “ lím arj ¨ asj “ lím arj ¨ lím asj “ ax ¨ ay ,
jÑ8 jÑ8 jÑ8 jÑ8

por lo que ax`y “ ax ay si a ą 1.


Si a ă 1, entonces
1 1 1 1
ax`y “ ` 1 ˘x`y “ ` 1 ˘x ` 1 ˘y “ ` 1 ˘x ¨ ` 1 ˘y “ ax ¨ ay . ‚
a a
¨ a a a

Las demostraciones de los siguientes corolarios se dejan al lector.


9.3.2. Corolario. Si a ą 0, entonces a´x “ pax q´1 “ 1{ax .
9.3.3. Corolario. Si a ą 0, entonces ax´y “ ax {ay .
9.3.4. Teorema. Si a ą 1, entonces x ă y ðñ ax ă ay .
Demostración. Supongamos que x ă y. Sean prj q8 j“1 y psj qj“1 sucesiones no decrecientes de
8

números racionales que convergen a x e y respectivamente con sj ą x para todo j. Tomemos


además dos números racionales t0 y t1 tales que x ă t0 ă t1 ă s1 . Con estas condiciones
tenemos que
arj ă at0 ă at1 ă as1 ĺ asj ĺ ay ,
por lo que ax ĺ at0 ă ay , por lo tanto x ă y ùñ ax ă ay .
Ahora supongamos que ax ă ay . Es imposible que x “ y puesto que tendríamos que
ax “ ay . También es imposible que x ą y puesto que tendríamos que ax ą ay . Por lo tanto
ax ă ay ùñ x ă y. Luego x ă y ðñ ax ă ay . ‚
9.3.5. Corolario. Si 0 ă a ă 1, entonces x ă y ðñ ax ą ay .

` 1 ˘x Como
` 1 ˘y a ą 1,1 por el 1teorema 9.3.4 y por definición de ax y ay , tenemos que
1
Demostración.
x ă y ðñ a ă a ðñ 1 x ą 1 y ðñ ax ą ay . ‚
paq paq
9.3.6. Teorema. Si a, b ą 0, entonces ax bx “ pabqx .
Demostración. Sea prj q8 j“1 una sucesión no decreciente de números racionales que converge
a x. Si a, b ą 1, entonces
ˆ ˙ˆ ˙
a b “ lím a
x x rj
lím b rj
“ lím parj brj q “ lím pabqrj “ pabqx .
jÑ8 jÑ8 jÑ8 jÑ8
9.3. Propiedades de los exponentes 199

Si alguno de los números a ó b es 1 el resultado es directo.


Si 0 ă a ă 1 y 0 ă b ă 1, entonces

1 1 1 1
ax bx “ ` 1 ˘x ` 1 ˘x “ ` 1 ˘x ` 1 ˘x “ ` 1 ˘x “ pabqx .
a b a b ab

Si 0 ă a ă 1 y b ą 1, entonces

lím brj
1 bx jÑ8 br j
a b “ ` 1 ˘ x bx “ ` 1 ˘ x “
x x
` 1 ˘rj “ lím ` 1 ˘rj “ lím pabqrj .
a a
lím a jÑ8
a
jÑ8
jÑ8

Ahora, si ab ľ 1, el último límite es igual a pabqx , y si 0 ă ab ă 1, tenemos también que

1 1 1
lím pabqrj “ lím ` 1 ˘rj “ ` 1 ˘rj “ ` 1 ˘x “ pabqx .
jÑ8 jÑ8
ab
lím
jÑ8 ab ab

Análogamente, si a ą 1 y 0 ă b ă 1, se tiene que ax bx “ pabqx . ‚


La demostración del siguiente corolario se deja al lector.
x ` ˘x
9.3.7. Corolario. Si a, b ą 0, entonces abx “ ab .
9.3.8. Teorema. Si a ą 1, entonces para todo x ą 0 se tiene que ax ą 1 y para todo y ă 0
se tiene que ay ă 1.
Demostración. Supongamos que x ą 0 y a ą 1. Sea r un número racional tal que 0 ă r ă x,
por el teorema 9.3.4 tenemos que ar ă ax , pero como r P Q, entonces ar ą 1, por lo tanto
ax ą 1.
Si y ă 0, entonces por el corolario 9.3.2 tenemos que ay “ 1{a´y , pero a´y ą 1, por lo
que ay “ 1{a´y ă 1. ‚
9.3.9. Teorema. Si a, b, x ą 0, entonces a ă b ðñ ax ă bx .
Demostración. Si a ă b, entonces 1 ă b{a, por lo que 1 ă pb{aqx “ bx {ax , por lo tanto
ax ă bx . Ahora si ax ă bx , entonces es imposible que a ľ b puesto que tendríamos ax ľ bx ,
por lo tanto a ă b. ‚
9.3.10. Lema. Sea pak q8 k“1 una sucesión
` ? ˘8de números reales positivos que converge ? a un
número c y n un número natural. Si n ak k“1 es convergente, entonces converge a n c.
?
Demostración. Si p n ak q8 k“1 es convergente, sea b el número al cual converge. Observando
que b ľ 0, tenemos que
´ ? ¯n ?
b “ lím ak “ lím p n ak qn “ lím ak “ c,
n n
kÑ8 kÑ8 kÑ8
?
por lo que b “ n
c. ‚
9.3.11. Lema. Sea pak q8 k“1 una sucesión de números reales positivos que converge a un
número c y r P Q. Si pak qk“1 converge, entonces converge a cr .
r 8
200 9.3. Propiedades de los exponentes

Demostración. Sea r “ m{n, donde m es un entero y n es un entero positivo.


m{n
b
lím ark “ lím ak “ lím n am n lím am
a
k “ k
kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8
c´ ¯m ´ ¯m{n
“ n
lím ak “ lím ak “ cr . ‚
kÑ8 kÑ8

9.3.12. Lema. Si pxj q8


j“1 es una sucesión no decreciente de números reales que converge a
un número x y a ą 1, entonces
axj ÝÑ ax cuando j ÝÑ 8.

Demostración. Para j P N sea rj un número racional positivo tal que prj q8 j“1 sea no
decreciente y xj ´ 1j ĺ rj ĺ xj . Afirmamos que rj ÝÑ x cuando j ÝÑ 8. En efecto, por el
teorema 8.7.12 tenemos que rj ÝÑ x cuando j ÝÑ 8. Ahora,
arj ĺ axj ĺ ax ,
por lo cual, volviendo a usar el teorema 8.7.12, obtenemos que axj ÝÑ ax cuando j ÝÑ 8.

9.3.13. Teorema. Si a ą 0 y además x, y P R, entonces pax qy “ axy .
Demostración. Supongamos primero que a ą 1 y sean prj q8 j“1 y psj qj“1 sucesiones no
8

decrecientes de números racionales que convergen a x e y respectivamente.


´ ¯y ´ ¯sn
pax qy “ lím ark “ lím lím ark .
kÑ8 nÑ8 kÑ8

Ahora, para sn fijo, la sucesión converge por ser no decreciente y acotada,


ppark qsn q8
k“1
por lo que debido al lema 9.3.11 tenemos
´ ¯sn ´ ¯ ´ ¯
lím lím ark “ lím lím park qsn “ lím lím ark sn “ lím axsn .
nÑ8 kÑ8 nÑ8 kÑ8 nÑ8 kÑ8 nÑ8

Ahora, por el lema 9.3.12, lím a “ a , por lo tanto si a ą 1, entonces axy “ pax qy .
xsn xy
nÑ8
Si a “ 1 el resultado es directo. ` ˘ `` ˘x ˘y
xy
Ahora, si 0 ă a ă 1, se tiene que a1 “ a1 , pero de la definición de axy cuando
` 1 ˘xy `` ˘x ˘y ` ˘y
0 ă a ă 1 se obtiene que a “ a1xy y, debido al corolario 9.3.7, a1 “ a1x “ pax1qy ,
concluyendo así que a1xy “ pax1qy , es decir axy “ pax qy , por lo que el resultado es válido para
todo a ą 0. ‚
A continuación resumiremos las propiedades fundamentales de los exponentes que se
expusieron en esta sección.
9.3.14. Leyes de los exponentes. Sean a, b ą 0 y x, y P R, entonces se cumplen las
siguientes relaciones:
I) ax`y “ ax ay ; V) pax qy “ axy ;
ax
II) ax´y “ ay
; VI) si a ą 1, entonces x ă y ðñ ax ă ay ;
III) pabqx “ ax bx ; VII) si a ă 1, entonces x ă y ðñ ax ą ay .
` ˘x x
IV) ab “ abx ;
9.4. Funciones exponenciales 201

9.4. Funciones exponenciales


Definiremos a continuación las funciones exponenciales.
9.4.1. Definición. Sea a ą 0, definimos la Y
función exponencial base a, la cual deno-
7
taremos expa , como
6

5
expa : R ÝÑx p0; `8q.
xÞÑa 4 y= ax

A la función exponencial base a también se 3

le llama antilogaritmo base a. 2 a>1

Cuando la base a es mayor que 1, -4 -2 2 4


X

la gráfica de la función exponencial ba-


se a es similar a la de la figura anterior y cuando la base a es menor
que 1 (siempre mayor que cero), entonces la gráfica de la función exponencial
base a es similar a la de la figura siguiente.
Y El caso degenerado de la función exponencial se tiene
cuando a “ 1. En este caso la gráfica es la de la ecuación
15 y “ 1, es decir la función exponencial base 1 es constante.
De acuerdo a las figuras anteriores podemos sospechar
12.5
que el recorrido de la función exponencial es el conjunto
10 de los números positivos p0; `8q.
9.4.2. Teorema. Si a ą 1, entonces R pexpa q “ p0; `8q.
7.5
Demostración. Sea y ą 0, queremos ver que existe un
y= ax
5 0<a<1
x P R tal que expa pxq`“ y,
˘ es decir tal que a “ y.
x
1 8
2.5
Como la sucesión an n“1 converge a 0 (teorema 8.5.13
I)) existe un N0 P N tal que 1{aN0 ă y, es decir existe un
-4 -2 2 4 X número real x0 tal que ax0 ă y, por ejemplo x0 “ ´N0 .
Ahora, de nuevo por el teorema 8.5.13, existe un N1 P N
tal que a ą y, es decir existe un número real x1 tal que ax1 ą y.
N1

Sea ahora
Ay :“ tx : ax ă yu.
Debido a lo anterior Ay es no vacío y acotado superiormente por lo que x˚ :“ sup Ay existe,
así tenemos tres posibilidades:
˚ ˚ ˚
aq ax “ y, bq ax ă y y cq ax ą y.

Si se cumple a) el teorema es verdadero. Veamos que b) y c) son imposibles.


Como ax ă ax `1{n para n P N, entonces ax `1{n ľ y (de otro modo x˚ no sería el
˚ ˚ ˚

supremo de Ay ). Ahora, por el teorema 8.7.13 y por el lema 9.3.12


˚
x˚ `1{n ax ˚
y ĺ lím a “ lím ´1{n “ ax ,
nÑ8 nÑ8 a
202 9.4. Funciones exponenciales

por lo tanto b) es imposible.


Como ax ą ax ´1{n , entonces ax ´1{n ă y (de otro modo tendríamos que x˚ ´ 1{n ą x
˚ ˚ ˚

para todo x P Ay y x˚ no sería el supremo de Ay ). Ahora, por el teorema 8.7.13 y por el lema
9.3.12
˚ ˚
y ľ lím ax ´1{n “ ax ,
nÑ8

por lo que c) es imposible, por lo tanto ax “ y y el teorema queda demostrado.


˚

9.4.3. Corolario. Si a ą 0 y a ‰ 1, entonces Rpexpa q “ p0; `8q.
Demostración. Si a ą 1 se aplica el teorema 9.4.2. Supongamos que 0 ă a ă 1 y sea y ą 0.
Por el teorema 9.4.2 existe un x P R tal que p1{aqx “ 1{y, es decir 1{ax “ 1{y, obteniendo
que ax “ y. ‚
9.5. Aplicaciones de la función exponencial 203

9.5. Aplicaciones de la función exponencial


Supongamos que un fenómeno que se mide en números reales (que puede ser por ejemplo el
tamaño de un población de bacterias, el grado de radiactividad de una sustancia, la cantidad
de dinero que un ahorrador tiene en un banco a una tasa fija, etc.) cambia con el tiempo,
de tal manera crece o decrece en incrementos de tiempo iguales de manera proporcional a
la cantidad inicial. Es decir, supongamos que el fenómeno se mide mediante una función N
que depende del tiempo t y que para todo incremento de tiempo ∆ existe una constante de
proporcionalidad αp∆q tal que

N pt ` ∆q ´ N ptq “ αp∆qN ptq,

por ejemplo, la cantidad pN pt ` 1q ´ N ptqq{N ptq “ αp1q no depende de t.


Si el problema en cuestión es el dinero de un ahorrador (con interés compuesto) y el
tiempo t está expresado en días, entonces αp∆q representa la tasa de interés a los ∆ días y
$N ptq representa el dinero que el ahorrador tiene a los t días suponiendo que comenzó con
un depósito original de $N p0q, en este caso αp∆q ą 0 cuando el incremento ∆ ą 0. Si el
problema en cuestión es el de una sustancia radiactiva, el grado de radiactividad decrecerá
con el tiempo, de manera que αp∆q ă 0 cuando ∆ ą 0.
Veamos qué características debe tener el valor N ptq que representa el fenómeno estudiado
al ser observado en el tiempo t. Sea q la tasa de crecimiento en una unidad de tiempo y N0
la cantidad inicial, es decir q “ αp1q “ pN pt ` 1q ´ N ptqq{N ptq y N0 “ N p0q. Observemos
que

N p1q “ p1 ` qqN0 ,

N p2q “ p1 ` qqN p1q “ p1 ` qq2 N0 ,

N p3q “ p1 ` qqN p2q “ p1 ` qq3 N0 , . . . ,

N pnq “ p1 ` qqN pn ´ 1q “ p1 ` qqn N0 , . . . ,

N pn ` 1q “ p1 ` qqN pnq “ p1 ` qqn`1 N0 , . . . , para cualquier entero n ľ 1.

Ahora, si k y n son enteros positivos y qk “ αp1{kq tenemos, siguiendo un argumento


similar, que N pnq “ p1 ` qk qnk N0 “ p1 ` qqn N0 , por lo tanto 1 ` qk “ p1 ` qq1{k y N pn{kq “
p1 ` qk qn N0 “ pp1 ` qq1{k qn N0 “ p1 ` qqn{k N0 , de modo que si r es un número racional,
entonces
N prq “ p1 ` qqr N0 .
Observemos que si tomamos a “ 1 ` q, entonces para todo número racional r, tenemos que
N prq “ N0 ar . En la mayoría de los casos prácticos tiene sentido suponer que si t1 « t2 ,
entonces también N pt1 q « N pt2 q. Ahora, recordemos que si t es un número real, podemos
aproximar a t mediante una sucesión de números racionales pr1 , r2 , r3 , . . . , rk , . . . q que converja
a t y además la sucesión de números reales convergerá a at , con lo que podemos establecer
que para todo número real t
N ptq “ N0 at .
204 9.5. Aplicaciones de la función exponencial

Es decir, N es una exponencial base a multiplicada por una constante N0 . Es muy común
expresar a la función N descrita anteriormente como

N ptq “ N0 ekt ,

donde e es la constante de Napier y k es el logaritmo base e de a. En la siguiente sección


hablaremos en forma más precisa de las funciones logarítmicas.
9.5.1. Ejemplo. Supóngase que se invierten $10 000 durante 6 años con una tasa anual del
5 % (supondremos además que se reinvierten los intereses y que no hay ninguna otra inversión
extra). Calcular el capital neto a los 6 años.
Solución. Sea t el tiempo en años y N ptq la cantidad de dinero en el tiempo t. La cantidad
de dinero inicial N0 (medida en $) será igual a 10 000 y la tasa de interés anual q es de 0.05,
de manera que se tiene

N ptq “ N0 p1 ` qqt “ 10 000p1 ` 0.05qt .

De manera que a los 6 años se tendrán $10 000p1 ` 0.05q6 « $13 400.1.
9.5.2. Ejemplo. El isótopo del polonio 210 Po tiene una vida media de 140 días, es decir, si
se tiene una cierta cantidad de 210 Po, la mitad se desintegrará en 140 días. Determinemos la
cantidad de 210 Po que habrá a los 35 días si actualmente hay 50 mg.
Solución. El problema puede resolverse obteniendo la tasa diaria de desintegración o bien
tomando 140 días como unidad de tiempo. Tomemos 140 días como unidad de tiempo, de
manera que 35 días es 41 de la unidad de tiempo. Si M0 es la masa inicial y M ptq es la masa
que queda de 210 Po en el tiempo t, entonces

M ptq “ M0 p1 ` qqt ,

donde ´q “ 12 es la proporción del material que se desintegra en una unidad de tiempo (40
días), es decir 1 ` q “ 12 . De esta forma, la masa en miligramos que habrá dentro de 35 días
será de ˆ ˙ ˆ ˙ 14
1 1
M “ 50 « 42.
4 2
9.6. Funciones logarítmicas 205

9.6. Funciones logarítmicas


9.6.1. Observación. Observemos que cuando la base a de una función exponencial es dife-
rente de 1, entonces la función será inyectiva. En efecto, si a ą 1 y x ‰ y, entonces x ă y ó
x ą y, por lo que ax ă ay ó ax ą ay , es decir ax ‰ ay ; si 0 ă a ă 1 y x ‰ y, entonces x ă y ó
x ą y, por lo que ax ą ay ó ax ă ay , es decir ax ‰ ay . También en ambos casos el recorrido
de la función es p0; `8q (corolario 9.4.3) por lo que tienen funciones inversas. Es decir para
todo a P p0; `8qzt1u existe la función

exp´1
a : p0; `8q ÝÑ R, donde x “ expa pyq “ ay .
xÞÑy

9.6.2. Definición. A la función exp´1 a se le llama función logaritmo base a y se le denota


por loga . Así y “ loga pxq significa que ay “ x, es decir el logaritmo base a de x es el número
al cual se debe elevar la base a para obtener como resultado x.
El siguiente teorema describe las propiedades básicas de los logaritmos y se conoce como
las leyes de los logaritmos.
9.6.3. Leyes de los logaritmos. Si a ą 0 y es diferente de 1, y además u, v y r son números
reales, entonces:

a) loga puvq “ loga u ` loga v.

b) loga pu{vq “ loga puq ´ loga pvq.

c) loga pur q “ r loga puq.

Demostración. a) Hagamos

t “ loga u y s “ loga v.

Por definición de logaritmo base a tenemos at “ u y as “ v, de modo que

at`s “ uv

o equivalentemente
t ` s “ loga puvq,
es decir
loga puvq “ loga u ` loga v,
con lo que hemos demostrado a).
b) Tomemos de nuevo t y s como en la demostración del inciso a).

at´s “ at {as “ u{v,

es decir t ´ s “ loga pu{vq o equivalentemente

loga pu{vq “ loga u ´ loga v,


206 9.6. Funciones logarítmicas

con lo cual hemos demostrado b). c) Haciendo de nuevo t “ loga puq, tenemos

ur “ pat qr “ art ,

es decir
r loga puq “ rt “ loga pur q,
con lo que terminamos la demostración de c) y del teorema. ‚
9.6.4. Definición. El logaritmo base e es también llamado logaritmo natural o logaritmo
neperiano y lo denotaremos por ln.
9.6.5. Aclaración. En algunos textos, cuando no se especifica, el símbolo log significa log10
y el símbolo ln significa loge . En otros textos, sin embargo, sobre todo en los de matemáticas
avanzadas o de variable compleja, el símbolo log significa loge . Generalmente en las calcula-
doras la tecla log se refiere al logaritmo base 10, mientras que la tecla ln se refiere al logaritmo
base e.
En la mayoría de las calculadoras y tablas de logaritmos, sólo podemos encontrar los
valores de los logaritmos base 10 y base e. Haciendo uso de calculadora o de tablas ¿cómo
podemos encontrar el valor de un logaritmo base a, cuando a es un número positivo diferente
de e y de 10? La respuesta la da la fórmula que está en el siguiente teorema.
9.6.6. Teorema. Sean a, b y x tres números positivo, con a, b ‰ 1. Se cumple la siguiente
fórmula:
logb x
loga x “ .
logb a

Demostración. Sea t “ loga x y k “ logb a. Tenemos las siguientes igualdades

logb x “ logb at “ logb pbk qt “ logb bkt “ kt “ plogb aqploga xq,

con lo que concluimos que loga x “ logb x


logb a
. ‚
Se deja como ejercicio al lector la demostración del siguiente teorema.
9.6.7. Teorema. Si a y b son dos números positivos diferentes de 1, entonces

ax “ bplogb aqx ,

para todo número real x. En particular ax “ epln aqx .


En el teorema anterior, si hacemos k “ ln a, vemos que toda expresión de la forma ax se
puede expresar en una de la forma ekx .

Ejercicios.

1. Evaluar o simplificar las expresiones siguientes:


?
a) log10 100, b) log2 32, c) log3 81, d) log 1 p1{16q, e) eln 3 ,
2
?
f) e ´ ln 7
, g) e ln 3´ln 7
, h) log7 49, i) 5
5 log5 5
, j) 3log2 16 ,
k) 31log31 5 , l) 36log49 7 , m) 64log8 2 , n) 5log5 x .
9.6. Funciones logarítmicas 207

2. Poner cada expresión como un solo logaritmo.


a) ln x ` ln y ´ ln z, b) c)
1
`4 ˘
4
loga x ` 24 loga y ´ 21 loga z, 5
ln x ´ 25 ln y ´ 35 ln z.

3. Resolver las ecuaciones siguientes:


a) log10 x ` 2 log10 4 “ 2, b) log3 x ` log3 px ´ 2q “ 1, c) 6x`2 “ 1,
? ´ ¯
d) ln ˇx ` x2 ` 12ˇ “ ln 3 ` ln 2, e) ln ex ´1 “ 8, f) 33 “ 27,
2 x
ˇ ˇ

g) ln x ` ln 3 “ lnpx ` 1q, h) log3 x´1 ,


` ˘ ` x ˘
x´2
“ 1 ` log3 x´1
i) lnpx ´ 1q ` lnpx ` 2q “ ln 1.

4. Una colonia de bacterias crece exponencialmente a razón 3 % por minuto durante los
primeros 60 minutos. Si inicialmente hay 150 000 bacterias:

a) Encontrar una fórmula para calcular aproximadamente el número N de bacterias


a los t minutos después del instante inicial con 0 ĺ t ĺ 60.
b) Determinar cuántas bacterias habrá a los 40 minutos.
c) Dar, si es posible, una función que exprese a t en términos de N , especificando el
dominio y el recorrido de tal función.
d) ¿Cuántas bacterias habrá a los 5 años?
e) ¿En cuánto tiempo habrá 200 000 bacterias?

5. Si y “ f pxq, para cada una de las expresiones siguientes determinar f ´1 .


x ?
a) y “ lnpx ´ 4q, b) y “ 2x2`3 , c) y “ ln 1´4x , d) y “ ex .
` 1 ˘
208 9.6. Funciones logarítmicas
Capítulo 10

FUNCIONES Y SUS GRÁFICAS

10.1. Introducción
En este capítulo estudiaremos las funciones reales con variables reales, es decir fun-
ciones de la forma f : A ÝÑ R, donde A Ă R. Veremos el comportamiento de las funciones
a través de sus gráficas y veremos algunos temas relacionados con tales comportamientos.
Recordemos que la gráfica de una función f : A ÝÑ R es

Grpf q “ tpx, yq : y “ f pxq, x P Au.

10.1.1. Definiciones. Definiremos a continuación algunas de las gráficas más sencillas que
son subconjuntos de R2 y daremos algo de terminología general. Al conjunto tpx, yq P R2 : y “
0u lo llamaremos eje X o eje de las abscisas, al conjunto tpx, yq P R2 : x “ 0u lo llamaremos
eje Y o eje de las ordenadas. A los ejes de las abscisas y de las ordenadas se les llama ejes
de coordenadas. Si a es un número dado, diremos que el conjunto tpx, yq P R2 : x “ au es
una recta vertical y que el conjunto tpx, yq P R2 : y “ au es una recta horizontal. En
general una recta incluida en R2 es un conjunto de la forma tpx, yq P R2 : αx ` βy ` γ “ 0u
para algunos números dados α, β y γ, con α ‰ 0 ó β ‰ 0 (observemos que cuando α “ 0 y
β “ 0, el conjunto anterior es el vacío o es todo R2 ). Podemos ver que las rectas verticales
no son la gráfica de ninguna función y que las rectas no verticales son la gráfica de alguna
función f dada por f pxq “ ax ` b, tal función se dice que es una función afín y en el
caso particular en que b “ 0 se llama función lineal. Observemos que una función de la
forma f pxq “ b es una función afín cuya gráfica es una recta horizontal, a una función como la
anterior se le llama función constante. En esta sección, a los elementos de R2 los llamaremos
puntos. Al conjunto tpx, yq P R2 : x ľ 0 e y ľ 0u se le llama primer cuadrante, al conjunto
tpx, yq P R2 : x ĺ 0 e y ľ 0u se le llama segundo cuadrante, al conjunto tpx, yq P R2 : x ĺ 0
e y ĺ 0u se le llama tercer cuadrante y al conjunto tpx, yq P R2 : x ľ 0 e y ĺ 0u se le llama
cuarto cuadrante.
10.1.2. Teorema. Dados dos puntos diferentes px0 , y0 q y px1 , y1 q, existe una única recta a
la cual pertenecen.
Demostración. Si x0 “ x1 , entonces es claro que la única recta a la cual pertenecen esos
dos puntos es la recta vertical con ecuación x “ x0 . Si x0 ‰ x1 , entonces los puntos no

209
210 10.1. Introducción

pertenecen a ninguna recta vertical y, para que los dos puntos pertenezcan a una recta, ésta
debe ser la gráfica de una función afín f de la forma f pxq “ ax ` b, y los número a y b deben
satisfacer las condiciones y0 “ ax0 ` b e y1 “ ax1 ` b, es decir a “ py1 ´ y0 q{px1 ´ x0 q y
b “ y0 ´ x0 py1 ´ y0 q{px1 ´ x0 q, recíprocamente podemos ver que para estos valores de a y b,
los puntos px0 , y0 q y px1 , y1 q forman parte de la recta que es la gráfica de f y ésta es la única
recta afín que satisface las condiciones y0 “ ax0 ` b e y1 “ ax1 ` b. ‚
10.1.3. Definiciones. Decimos que una recta que es la gráfica de una función afín f de la
forma f pxq “ ax ` b tiene pendiente a. De la demostración del teorema anterior, podemos
observar que si a tal recta pertenecen dos puntos diferentes px0 , y0 q y px1 , y1 q, entonces la
pendiente está dada por py1 ´ y0 q{px1 ´ x0 q. Diremos además que una recta vertical tiene
pendiente infinita. Si la intersección de dos rectas incluidas en R2 es el conjunto vacío,
diremos que las rectas son paralelas.
10.1.4. Ejemplo. La gráfica de la función f determi-
Y
nada por f pxq “ 2x ` 1 es una recta cuya ecuación es
y “ 2x ` 1. Como la gráfica es una recta, basta que 12
tomemos dos punto de ella para trazarla, por ejemplo 10
si x “ 0, entonces y “ 1 y si x “ 2, entonces y “ 5.
8
Un primer criterio para analizar el comportamien-
6
to de una gráfica es determinar la intersección con
los ejes de coordenadas y algunos otros puntos de la 4 y=2x+1
gráfica. Además es importante determinar el dominio 2
y el recorrido de la función. La función del ejemplo
-4 -2 2 4 6X
10.1.4 tiene como dominio al conjunto R, el punto de
-2
intersección con el eje X es p´ 12 , 0q y el punto de in-
tersección con el eje Y es p0, 1q. -4
-6
Veamos ahora un tipo de funciones un poco menos
sencillas que las rectas. -8

10.1.5. Definición. Supongamos que a, b y c son nú-


meros dados con a ‰ 0 y sea f función cuadrática definida como f pxq “ ax2 ` bx ` c;
a la gráfica de la función f se le llama parábola vertical, cuando a ą 0 decimos que
la parábola se abre hacia arriba y cuando a ă 0 decimos que se abre hacia aba-
jo. Para
´ ver el `comportamiento
¯ de una parábola vertical observemos que ax2 ` bx ` c
2 2 b 2 b2
, de modo que si a ą 0, en-
˘ ` ˘
“ a x2 ` ab x ` 2a b b
` c ´ 4a “ a x ` 2a ` c ´ 4a
2
tonces el valor mínimo de la función es c ´ 4a
b
y lo toma cuando x “ ´ 2a b
, mien-
2
tras que si a ă 0, entonces
´ el valor ¯máximo de la función es c ´ 4a y lo toma cuan-
b

b2
do x “ ´ 2a
b
. Al punto b
´ 2a ,c ´ 4a
se le llama vértice de la parábola vertical.
10.1. Introducción 211

10.1.6. Ejemplo. Analizar la forma de la gráfica de la función g Y


determinada por y “ x2 ` x ` 1. 18
16
Solución. La gráfica de la relación y “ x2 ` x ` 1 ó equivalente-
mente 14
ˆ ˙2 12
1 3
y “ x` ` 10
2 4
8
es una parábola que se abre hacia arriba y con vértice en p´ 12 , 34 q. 6
No tiene punto de intersección con el eje X. El único punto de in- 4 y=x2 +x+1
tersección con el eje Y es p0, 1q. El dominio de g es R y el recorrido 2
es el intervalo r 34 ; `8q.
-4 -2 2 4 6 8 X
Para hacer un buen trazo de la gráfica de una función f , se
recomienda tomar una buena cantidad de valores de x en el dominio de la función y evaluarlos
en la función f , de tal manera que la gráfica debe tener a los puntos px, f pxqq. También es
conveniente saber dónde se interseca la gráfica con los ejes de coordenadas.
10.1.7. Definiciones. Cuando la función f es tal que f pxq “ f p´xq para todo valor de
x en el dominio de la función f , entonces el conocer la gráfica de f en donde la primera
coordenada es positiva es suficiente para conocer su gráfica cuando la primera componente es
negativa, en tal caso la gráfica de f es simétrica con respecto al eje de las ordenadas,
es decir es simétrica con respecto al eje Y y decimos en tal caso que f es una función par.
Un ejemplo de una función par es la función f tal que f pxq “ x4 ` x2 ` 1.
Cuando la función f es tal que f pxq “ ´f p´xq para todo valor de x en el dominio de
la función f , entonces el conocer la gráfica de f en donde la primera coordenada es positiva
es suficiente para conocer su gráfica cuando la primera componente es negativa, en tal caso
la gráfica de f es simétrica con respecto al origen, es decir es simétrica con respecto al
punto p0, 0q y decimos en tal caso que f es una función impar. Un ejemplo de una función
impar es la función f tal que f pxq “ x3 ` x.
Sea a un número positivo. Si dos funciones f y g son tales que para todo valor de x se
tiene que f pxq “ gpx ´ aq, entonces decimos que f es una traslación a la derecha de g o
que g es una traslación a la izquierda de f . Más específicamente, decimos que la gráfica
de f es la traslación de a unidades a la derecha de la gráfica de g o que la gráfica de g es la
traslación de a unidades a la izquierda de la gráfica de f .
Sea a un número positivo. Si dos funciones f y g son tales que para todo valor de x se
tiene que f pxq “ gpxq ` a, entonces decimos que f es una traslación hacia arriba de g o
que g es una traslación hacia abajo de f . Más específicamente, decimos que la gráfica de
f es la traslación de a unidades hacia arriba de la gráfica de g o que la gráfica de g es la
traslación de a unidades hacia abajo de la gráfica de f .
Cuando tenemos un número a ą 1, dos funciones f y g tales que para todo valor de x se
tiene que f pxq “ agpxq, entonces decimos que la gráfica de f es una elongación vertical de
la gráfica de g o que la gráfica de g es contracción vertical de la gráfica de f .
Cuando tenemos un número a ą 1, dos funciones f y g tales que para todo valor de
x se tiene que f pxq “ gpx{aq, entonces decimos que la gráfica de f es una contracción
horizontal de la gráfica de g o que la gráfica de g es elongación horizontal de la gráfica
de f .
212 10.1. Introducción

Los conceptos anteriores sirven para trazar la gráfica de una función a partir de otra
más sencilla o de otra cuya gráfica sea conocida y esté relacionada de alguna de las formas
anteriores.
Si f es una función tal que existe un número positivo T tal que para cualquier valor de x
en el dominio de la función f se tiene que x ` T también está en el dominio de la función y
además f pxq “ f px ` T q, entonces decimos que f es una función periódica y que T es un
período de f .
Observemos que para conocer el comportamiento y la gráfica de una función periódica
basta con conocerlo en un intervalo semiabierto de longitud T , es decir en uno de la forma
pa; a ` T s o de la forma ra; a ` T q. (Si a ĺ b, decimos que la longitud de cualquiera de los
intervalos pa; bq, pa; bs, ra; bq ó ra; bs es b ´ a).
Sea A Ă R y f : A ÝÑ R. Decimos que la función f es creciente o estrictamente
creciente cuando x ă y ùñ f pxq ă f pyq, para x, y P A. Decimos que f es decreciente o
estrictamente decreciente cuando x ă y ùñ f pxq ą f pyq, para x, y P A. Decimos que
f es no decreciente cuando x ă y ùñ f pxq ĺ f pyq, para x, y P A. Decimos que f es no
creciente cuando x ă y ùñ f pxq ľ f pyq, para x, y P A. Una función que sea no decreciente
o no creciente se dice que es monótona. Sea B Ă A, decimos que la función f es creciente,
decreciente, no decreciente o no creciente en B si la función f |B (la restricción de f al
conjunto B) es respectivamente creciente, decreciente, no decreciente o no creciente.

Ejercicios.

1. Trazar la gráfica de la función f : R ÝÑ R tal que tenga período 2 y la restricción al


intervalo r´1; 1s sea la función px P r´1; 1sq ÞÑ |x|.

2. Decir cuales de las siguientes funciones son monótonas en su domino. En caso de que
sean monótonas decir si son no creciente o no decrecientes:

a) px P r´1; 1sq ÞÑ x2 , b) px P r0; `8sq ÞÑ x3 , c) px P r´8; 0sq ÞÑ x2 , d) px P Rq ÞÑ x2 .


10.2. Asíntotas horizontales 213

10.2. Asíntotas horizontales


Sea f una función e y “ f pxq su relación correspondiente. En esta sección veremos el
comportamiento de la variable y cuando x está «lejos» del cero.

10.2.1. Definición. Sea f una función cuyo do-


minio incluye a un intervalo pa; `8q. Decimos que
el límite cuando x tiende a `8 de f pxq es el Y

número k si para todo ε ą 0 existe un M ą a tal


que
x ľ M ùñ |f pxq ´ k| ă ε.
k
Analicemos la definición anterior. La expre-
sión |f pxq ´ k| ă ε significa que la distancia en-
tre k y f pxq es menor que ε, o equivalentemente
que f pxq está entre k ´ ε y k ` ε. La expresión X
x ľ M ùñ |f pxq ´ k| ă ε significa que para valo-
res de x a partir de M (o posiblemente desde antes)
la distancia entre f pxq y k es menor que ε. Final-
mente, la expresión

@ε ą 0, DM ą a, x ľ M ùñ |f pxq ´ k| ă ε
significa que si queremos que f pxq esté suficientemente cercano a k (|f pxq ´ k| ă ε) basta
con tomar un x suficientemente grande (x ľ M ). ¿Qué tan grande debemos de tomar x? La
respuesta depende de qué tan cercano a k queremos el valor de f pxq.
10.2.2. Ejemplo. Sea f pxq “ 2{x ` 3. Intuitivamente vemos que si x es grande, el valor de
f pxq “ 2{x ` 3 se aproxima a 3. Si queremos que la distancia entre f pxq y 3 sea menor que
1{100, es decir que 3 ´ 1{100 ă 2{x ` 3 ă 3 ` 1{100, es suficiente con tomar x ľ 201. Si
queremos que la distancia entre f pxq y 3 sea menor que 1000000
1
, es decir que 3 ´ 1000000
1
ă
2{x ` 3 ă 3 ` 1000000 , es suficiente con tomar x ľ 2000001.
1

10.2.3. Definición. Sea f una función cuyo


dominio incluye a un intervalo p´8; aq. Deci- k
mos que el límite cuando x tiende a ´8 de
f pxq es el número k si para todo ε ą 0 existe
un M ă a tal que
y=fHxL

x ĺ M ùñ |f pxq ´ k| ă ε.
a X
214 10.2. Asíntotas horizontales

Veamos algunas notaciones. Si k es el límite cuando x tiende a `8 de f pxq, entonces


definimos el símbolo
lím f pxq :“ k
xÑ`8

y también escribimos f pxq ÝÑ k cuando x ÝÑ `8. Similarmente, si k es el límite cuando x


tiende a ´8 de f pxq, entonces definimos el símbolo

lím f pxq :“ k
xÑ´8

y también escribimos f pxq ÝÑ k cuando x ÝÑ ´8.


10.2.4. Definición. Si f pxq ÝÑ k cuando x ÝÑ `8 ó f pxq ÝÑ k cuando x ÝÑ ´8,
decimos que la recta con ecuación y “ k es una asíntota horizontal de la función f .
(También se dice que es una asíntota horizontal de la gráfica de f ).
10.2.5. Ejemplo. Sea f pxq “ 2{x ` 3. Demostrar que lím f pxq “ 3 y que lím f pxq “ 3.
xÑ`8 xÑ´8

Solución. Sea ε ą 0. La desigualdad |f pxq ´ 3| ă ε es equivalente con |2{x| ă ε, la cual a


su vez es equivalente con |x| ą 2{ε y para que suceda esta última desigualdad es suficiente
con que
x ľ 2{ε ` 1 ó x ĺ ´2{ε ´ 1.
Es decir, si x ľ 2{ε ` 1 entonces |f pxq ´ 3| ă ε y si x ĺ ´2{ε ´ 1 entonces |f pxq ´ 3| ă ε,
por lo cual lím f pxq “ 3 y lím f pxq “ 3. Observemos que y “ 3 es una asíntota horizontal
xÑ`8 xÑ´8
de la función f .
10.2.6. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un intervalo pa; `8q. Decimos
que f pxq tiende a `8 cuando x tiende a `8 o que el límite de f pxq cuando x tiende
a `8 es `8 si
@L P R, DM ą a, x ľ M ùñ f pxq ą L.
Analicemos el significado de la definición anterior. La expresión x ľ M ùñ f pxq ą
L significa que a partir de valores de x mayores o iguales que M el valor de f pxq será
mayor que L. La expresión completa @L P R DM ą a, x ľ M ùñ f pxq ą L significa que si
queremos tomar f pxq «suficientemente grande» (más grande que cualquier valor L que demos)
es suficiente con tomar x «suficientemente grande» (x mayor o igual que algún número M ).
El valor de M depende de L y de la función f .
10.2.7. Ejemplo. Demostrar que `8 es el límite de 2x2
Y
cuando x tiende a `8.
Solución. Para L P R, sea M “ máxt1, Lu. Si L ĺ 1, 8
entonces x ľ M ùñ x ľ 1 ùñ 2x2 ľ 2 ą 1 ľ L. Si
L ą 1, entonces x ľ M ùñ x ľ L ùñ 2x2 ą L2 ą L. 6
(También se pudo haber tomado, por ejemplo M “ |L|`1).
4 y=2x2
10.2.8. Notación. Al hecho de que el límite de f pxq cuan-
do x tiende a `8 sea `8 lo denotamos por 2

lím f pxq “ `8
xÑ`8 X
-4 -2 2 4
10.2. Asíntotas horizontales 215

o bien escribimos f pxq ÝÑ `8 cuando x ÝÑ `8.


Enunciemos las siguientes definiciones similares a la anterior.
10.2.9. Definición. Sea f una función cuyo do- Y
minio incluye a un intervalo pa; `8q. Decimos
que f pxq tiende a ´8 cuando x tiende a `8
o que el límite de f pxq cuando x tiende a `8
es ´8 si
y=fHxL
@L P R, DM ą a, x ľ M ùñ f pxq ă L. X

El hecho anterior se escribe


lím f pxq “ ´8
xÑ`8

o bien f pxq ÝÑ ´8 cuando x ÝÑ `8.


10.2.10. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un intervalo p´8; aq. De-
cimos que f pxq tiende a `8 cuando x tiende a ´8 o que el límite de f pxq cuando x
tiende a ´8 es `8 si
@L P R, DM ă a, x ĺ M ùñ f pxq ą L.
El hecho anterior se escribe
lím f pxq “ `8
xÑ´8

o bien f pxq ÝÑ `8 cuando x ÝÑ ´8.


10.2.11. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un intervalo p´8; aq. De-
cimos que f pxq tiende a ´8 cuando x tiende a ´8 o que el límite de f pxq cuando x
tiende a ´8 es ´8 si
@L P R, DM ă a, x ĺ M ùñ f pxq ă L.
El hecho anterior se escribe
lím f pxq “ ´8
xÑ´8

o bien f pxq ÝÑ ´8 cuando x ÝÑ ´8.


Tenemos ahora más herramientas para hacer un mejor trazo de la gráfica de una función.
Además de determinar el dominio y el recorrido de la función, localizar algunos puntos de la
gráfica e identificar los puntos de intersección de la gráfica con los ejes de coordenadas busca-
remos las asíntotas horizontales (si existen) o en general determinaremos el comportamiento
de la función cuando x ÝÑ ´8 y cuando x ÝÑ `8.
10.2.12. Ejemplo. Trazar la gráfica de la función f , donde f pxq “ 2x2 ´ 1.
Solución. El dominio de f es R. Observemos que el valor mínimo posible de 2x2 es 0, por
lo que el valor mínimo posible de 2x2 ´ 1 es ´1, de donde podemos ver que el recorrido de f
es p´1; `8q.
Cuando x “ 0 tenemos f pxq “ ´1, de modo que el punto de intersección con
?
el eje Y?es
p0, ´1q. Si f pxq “ 0, entonces 2x ´ 1 “ 0, de modo
2
¯ x´ “ 2 , es
que 2 1
¯ decir x “ 2 ó x “ ´ 2 ,
2 2
´ ? ?
así los puntos de intersección con el eje X son 2
2
,0 y ´ 2
2
,0 .
216 10.2. Asíntotas horizontales

Y
Observemos que la gráfica de f no tiene asínto-
tas horizontales pues lím f pxq “ `8 y lím f pxq “ 8
xÑ´8 xÑ`8
`8. En efecto, si L P R y x ľ |L| ` 2, tenemos
que f pxq “ 2x2 ´ 1 ľ 2p|L| ` 2q2 ´ 1 “ 2p|L|2 ` 6
4|L| ` 4q ´ 1 ą |L| ľ L 6 lím f pxq “ `8. Aho-
xÑ`8 4 y=2x2 -1
ra si x ă ´|L| ´ 2, entonces f pxq “ 2x ´ 1 ľ 2

2p´|L| ´ 2q2 ´ 1 “ 2p|L|2 ` 4|L| ` 4q ´ 1 ą |L| ľ L 6 2


lím f pxq “ `8.
xÑ´8
Estamos pues en condiciones de hacer un buen tra- -4 -2 2 4 6 8
X
zo de la gráfica de la función f definida por f pxq “
2x2 ´ 1.
10.2.13. Ejemplo. Sea gpxq “ x1 . Trazar la gráfica de la función g.
Solución. El dominio de g es Dompgq “ tx P R : x ‰ 0u y el recorrido es Rpgq “ ty P
R : y “ x1 para algún x ‰ 0u. Observemos que Rpgq “ ty P R : y ‰ 0u. En efecto, x1 no
puede ser igual a cero y si y ‰ 0 entonces tomando x “ y1 tenemos que x1 “ 11 “ y 6
y
Rpgq “ ty P R : y ‰ 0u.
Como ni x ni y pueden ser cero, entonces la gráfica de g no interseca a ninguno de los
ejes de coordenadas.
Veamos qué sucede cuando x ÝÑ `8 y cuando x ÝÑ ´8. Podemos ver que cuando
x ÝÑ `8, entonces gpxq “ x1 ÝÑ 0 y cuando x ÝÑ ´8, entonces gpxq “ x1 ÝÑ 0. Es decir
que lím x1 “ lím x1 “ 0. En efecto, sea ε ą 0. Si x ľ 1{ε ` 1, entonces 0 ă x1 ă 1 `11

xÑ`8 xÑ´8 ε
1
p 1`ε
ε
“ ε`1 ă ε 6 | x1 ´ 0| ă ε, es decir lím1
“ 0. De manera similar se puede ver que si
ε
q xÑ`8 x
x ĺ ´1{ε ´ 1, entonces | x1 ´ 0| ă ε, es decir lím 1
“ 0.
xÑ´8 x
Debido a lo anterior tenemos que la recta con ecuación y “ 0 (el eje X) es una asíntota
horizontal de y “ x1 por dos razones diferentes, por que lím x1 “ 0 y por que lím x1 “ 0.
xÑ´8 xÑ`8
Podemos ahora trazar la gráfica de y “ x1 .
Y En la gráfica anterior podemos observar que si x
4 está suficientemente cerca de 0 pero con valores ma-
3 yores que 0, entonces x1 estará lejos de 0 con valores
2 mayores que 0, es decir x1 será grande; pero si x está
y=1x
1 suficientemente cerca de 0 pero con valores menores
X que 0, entonces x1 estará lejos de 0 pero con valores
-4 -2 2 4
-1 negativos. Esto nos lleva a la idea de asíntota vertical
-2
que será definida en la siguiente sección.
-3
Ejercicios.
-4
1. Hallar la asíntota horizontal de la función px P Rq ÞÑ 3 ` e´x .

2. Decir si la función ps P r0; `8sq ÞÑ |s| ` 3s tiene una asíntota horizontal.


10.3. Asíntotas verticales 217

10.3. Asíntotas verticales


Y
10.3.1. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye
un conjunto pa; bqztx0 u con x0 P pa; bq. Decimos que el límite
cuando x ÝÑ x0 de f pxq es `8 si

@L P R, Dδ ą 0, 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ f pxq ą L.

Al hecho anterior lo denotamos como


y=fHxL
lím f pxq “ `8.
xÑx0
X
Así mismo decimos que el límite cuando x ÝÑ x0 de f pxq x=x0

es ´8 (denotado lím f pxq “ ´8) si


xÑx0

@L P R, Dδ ą 0, 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ f pxq ă L.

Analicemos la definición anterior. El hecho de que

0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ f pxq ă L Y

significa que si x ‰ x0 pero la distancia entre x y x0 es


menor que δ, entonces f pxq ă L. La expresión x=x0

Dδ ą 0, 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ f pxq ă L

significa que si x ‰ x0 pero x está suficientemente cerca de


x0 , entonces f pxq ă L. Finalmente la expresión completa
X

y=fHxL

@L P R, Dδ ą 0, 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ f pxq ă L,

es decir lím f pxq “ ´8 significa que el valor de f pxq puede hacerse menor que cualquier
xÑx0
número si x ‰ x0 pero x está suficientemente cercano x0 .
10.3.2. Ejemplo. Sea f pxq “ ´1
px´2q2
. Demostrar que lím f pxq “ ´8.
xÑ2

Solución. Sea L P R. Para que ă L es suficiente que px ´ 2q2 p|L| ` 1q ă 1 y x ‰ 2


´1
px´2q2
(en efecto, x ‰ 2 y px ´ 2q2 p|L| ` 1q ă 1 ùñ L ą ´p|L| ` 1q ą px´2q´1
2 ) lo cual equivale a

0 ă |x ´ 2| ă ? 1
, por lo tanto 0 ă |x ´ 2| ă ? 1
ùñ px´2q2 ă L, es decir tomando
´1
|L|`1 |L|`1
δ“? 1
en la definición de límite tenemos que lím ´1 2 “ ´8.
|L|`1 xÑ2 px´2q
218 10.3. Asíntotas verticales

x=2

X
-1 1 2 3 4 5 6 7 8

-4

-6

y=-1Hx-2L2

-8

Definamos ahora los conceptos de límites infinitos unilaterales.


10.3.3. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un intervalo px0 ; bq, con
b ą x0 . Decimos que el límite cuando x tiende a x0 por la derecha de f pxq es `8
(respectivamente ´8) si

@L P R, Dδ ą 0, x0 ă x ă x0 ` δ ùñ f pxq ą L prespectivamente f pxq ă Lq.

Al hecho anterior lo denotamos por lím` f pxq “ `8 ó lím f pxq “ `8 (respectivamente


xÑx0 xÓx0
lím f pxq “ ´8 ó lím f pxq “ ´8).
xÑx` xÓx0
0

10.3.4. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un intervalo pa; x0 q, con
a ă x0 . Decimos que el límite cuando x tiende a x0 por la izquierda de f pxq es `8
(respectivamente ´8) si

@L P R, Dδ ą 0, x0 ´ δ ă x ă x0 ùñ f pxq ą L prespectivamente f pxq ă Lq.

Al hecho anterior lo denotamos por lím´ f pxq “ `8 ó lím f pxq “ `8 (respectivamente


xÑx0 xÒx0
lím f pxq “ ´8 ó lím f pxq “ ´8).
xÑx´ xÒx0
0

10.3.5. Ejemplo. Demostrar que lím x1 “ ´8 y que lím x1 “ `8.


xÒ0 xÓ0

Solución. Sea L P R. Para que x1 ą L es suficiente con que x1 ą |L| ` 1, lo cual es


equivalente a que 0 ă x ă |L|`1
1
, es decir 0 ă x ă 0 ` |L|`1
1
ùñ x1 ą L, de modo que si en
la definición tomamos δ “ |L|`1
1
tenemos que lím x1 “ `8. Por otra parte, para que x1 ă L
xÓ0
es suficiente con que x1 ă ´|L| ´ 1, lo cual es equivalente a que ´|L|´1
1
ă x ă 0, es decir
0 ´ |L|`1 ă x ă 0 ùñ x ă L, de modo que si en la definición tomamos nuevamente δ “ |L|`1
1 1 1

tenemos que lím x1 “ ´8.


xÒ0

10.3.6. Definición. Sea f una función. Si se tiene una o varias de las siguientes igualdades
10.3. Asíntotas verticales 219

lím f pxq “ `8, lím f pxq “ ´8, lím f pxq “ `8 ó lím f pxq “ ´8;
xÑx`
0 xÑx`
0 xÑx´
0 xÑx´
0

entonces decimos que la recta x “ x0 es una asíntota vertical de f o de la gráfica de f .


Para trazar correctamente la gráfica de una función, además de lo establecido anterior-
mente es conveniente determinar las asíntotas verticales.
10.3.7. Ejemplo. La gráfica de la función secante, que se mues- Y

tra en la figura siguiente, tiene como asíntotas verticales a todas


6
5
las rectas cuya ecuación es de la forma y “ nπ ` 12 π, donde n 4

es algún entero. (La definición precisa de tal función se verá


3 y=secHxL
2
cuando se estudien las funciones trigonométricas). 1
X
Π
3 Π -Π - €€€€ Π 3Π
-2 Π- €€€€€€€€ €€€€ Π €€€€€€€€ 2 Π
La siguiente definición generaliza el concepto de asíntota. 2 2 -1
-2
2 2

-3
10.3.8. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a -4

un intervalo de la forma ra; `8q o a uno de la forma p´8; bs. -5


-6
Si l es una recta no vertical formada por el conjunto de puntos
px, yq tales que y “ gpxq para alguna función g : R ÝÑ R y además se tiene que lím pf pxq ´
xÑ`8
gpxqq “ 0 o bien lím pf pxq ´ gpxqq “ 0, entonces decimos que l es una asíntota no vertical
xÑ´8
de la función f . En general una asíntota de una función f es una asíntota vertical o una
asíntota no vertical de la función.
Veamos un ejemplo de una función que tiene una asíntota no vertical.
3
10.3.9. Ejemplo. Sea f pxq “ 1´xx
2 . Afirmamos que la recta que pasa por el origen y tiene

pendiente ´1 es una asíntota de f . En efecto, tenemos que

x3 x
f pxq ´ p´xq “ 2
´ p´xq “
1´x 1 ´ x2

y veamos que lím “ lím “ 0. Sea ε ą 0. Si x ľ `ε`1 ó x ĺ ´ `ε`1 ,


x x 2
`2 ˘
2 2
xÑ`8 1´x xÑ´8 1´x ε ε
entonces |x| 2
ľ ε ` ε ` 1, por lo tanto ε|x| ´ 1 ą 1, |x|pε|x| ´ 1q ą ε, y así 0 ă |x|pε|x|
ˇ x ˇ ´ 1q ´ ε,
lo cual equivale a que |x| ă εpx2 ´ 1q, y esta última desigualdad implica que ˇ 1´x 2 ă ε. Por
ˇ
lo tanto lím 1´x x
2 “ lím 1´xx
2 “ 0 y la recta con ecuación y “ ´x es una asíntota de la
xÑ`8 xÑ´8
función f .
Veamos que la recta con ecuación y “ ´1 es una asíntota vertical de f , más precisamente,
x3 x3 x3
veamos que lím ´ 1´x 2 “ `8 y que lím ` 1´x 2 “ ´8. Para verificar que lím ´ 1´x 2 “ `8,
xÑ´1 xÑ´1 xÑ´1
3
veamos que para cada L P R existe un δ ą 0 tal que si ´1 ´ δ ă x ă ´1, entonces 1´x
x
2 ą L.
3 3
Tenemos que 1´x x x
2 ą L ðù 1´x2 ą |L| ` 1 ðù x
3
ă p|L| ` 1qp1 ´ x2 q y x ă ´1 ðù
´1 ă p|L| ` 1qp1 ´ x2 q y x ă ´1 ðù |L|`1
´1
ă 1 ´ x2 y x ă ´1 ðù |L|`1 ´1
´ 1 ă ´x2 y
b
x ă ´1 ðù |L|`11
` 1 ą x2 y x ă ´1 ðù ´ |L|`11
` 1 ă x ă ´1, por lo tanto, tomando
b
x3
δ “ 1
|L|`1
` 1 ´ 1 tenemos que si ´1 ´ δ ă x ă ´1, entonces 1´x 2 ą L. Así hemos
3
demostrado que lím ´ 1´x
x
2 “ `8.
xÑ´1
220 10.3. Asíntotas verticales

3
Veamos ahora que lím ` 1´x
x
2 “ ´8. Para tal efecto tomemos cualquier número real L
xÑ´1
x3 3
y encontremos un δ ą 0 tal que ´1 ă x ă ´1 ` δ ùñ ă L. Tenemos que 1´x
1´x2
x
2 ă L
´ ¯3
x3
ðù 1´x2
ă ´|L| ´ 1 ðù x3 ă ´p|L| ` 1qp1 ´ x2 q y ´1 ă x ă 0 ðù |L|`11
´1 ă
1 3
p´1` |L|`1 q
p|L| ` 1qpx ´ 1q y ´1 ă x ă ´1 `
2 1
|L|`1
ðù 1 ` |L|`1
ă x2 y ´1 ă x ă ´1 ` |L|`1 1
c c
1 3 1 3
p´1` |L|`1 q p´1` |L|`1 q
ðù 1 ` |L|`1
ă |x| y ´1 ă x ă ´1 ` |L|`1 ðù x ă ´ 1 `
1
|L|`1
y ´1 ă
# c +
1 3
p´1` |L|`1 q
1
x ă ´1 ` |L|`1 ðù ´1 ă x ă mín ´ 1 ` |L|`1
1
, ´1 ` |L|`1 . Ahora si tomamos
# c +
1 3
p´1` |L|`1 q x3
δ “ 1 ` mín ´ 1 ` |L|`1
1
, ´1 ` |L|`1 , tenemos que ´1 ă x ă ´1 ` δ ùñ 1´x 2 ă L.

Usando el hecho de que la función f 5


Y

es impar (simétrica con respecto al ori- x3


gen) podemos ver que la recta con ecua-
4 y= €€€€€€€€€€€€€€
1 - x2
ción y “ 1 es también una asíntota verti- 3
x3
cal, y más precisamente, lím` 1´x 2 “ ´8 2
xÑ1
3
y lím´ 1´x
x
2 “ `8. para hacer un buen
1
xÑ1 X
trazo de la gráfica de f podemos tomar -5 -4 -3 -2 -1 1 2 3 4 5

en cuenta otros aspectos, como el hecho -1

de que el punto p0, 0q es el único donde se -2

intersecan la gráfica de f y la recta con -3


ecuación y “ ´x, así como considerar que -4
Dom pf q “ Rzt´1, 1u y R pf q “ R. -5
10.4. Límites finitos 221

10.4. Límites finitos


10.4.1. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un conjunto pa; bqztx0 u con
x0 P pa; bq. Decimos que el límite cuando x ÝÑ x0 de f pxq es igual a un número y0 P R si

@ε ą 0, Dδ ą 0, 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ |f pxq ´ y0 | ă ε.

Al hecho anterior se le denota mediante la igualdad

lím f pxq “ y0
xÑx0

y significa que si queremos que f pxq esté suficientemente cercano a y0 (de tal manera que la
distancia entre f pxq e y0 sea menor que ε) basta con tomar x suficientemente cercano a x0 ,
con x ‰ x0 (de tal manera que la distancia entre x y x0 sea menor que algún δ adecuado).
10.4.2. Ejemplo. Verificar que lím1 x2 “ 14 .
xÑ 2

Solución. Dado un número positivo ε, queremos encontrar un δ ą 0 tal que


ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ 2 1ˇ 1
si
ˇ ˇ
ˇx ´ ˇ ă ε 0 ă ˇˇx ´ ˇˇ ă δ.
ˇ 4 ˇ 2

Ahora, |x2 ´ 41 | ă ε ðñ |x` 12 ||x´ 12 | ă ε. Pero si 0 ă x ă 34 , entonces 4ε


5
ă ε
|x` 12 |
. Observando
que la distancia entre y es
3
4
1
2
1
4
, tomamos δ “ mínt 14 , 4ε
5
u para obtener que 0 ă |x ´ 21 | ă δ
ùñ 0 ă |x ´ 12 | ă 4ε
5
y |x ` 21 | ă 5
4
ùñ |x ´ 1
2
||x ` 1
2
| ă ε, es decir |x2 ´ 14 | ă ε.
10.4.3. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un intervalo px0 ; bq y y0 P R.
Decimos que el límite cuando x tiende a x0 por la derecha de f pxq es y0 si

@ε ą 0, Dδ ą 0, x0 ă x ă x0 ` δ ùñ |f pxq ´ y0 | ă ε.

La definición anterior indica que si queremos que f pxq esté suficientemente cerca de y0
basta con que tomemos x ą x0 pero suficientemente cercano a x0 . Análogamente tenemos la
siguiente definición.
10.4.4. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un intervalo pa; x0 q y y0 P R.
Decimos que el límite cuando x tiende a x0 por la izquierda de f pxq es y0 si

@ε ą 0, Dδ ą 0, x0 ´ δ ă x ă x0 ùñ |f pxq ´ y0 | ă ε.

Al hecho de que y0 sea el límite cuando x ÝÑ x0 por la derecha de f pxq lo denotamos así

y0 “ lím` f pxq ó y0 “ lím f pxq.


xÑx0 xÓx0

Similarmente al hecho de que y0 sea el límite cuando x ÝÑ x0 por la izquierda de f pxq lo


denotamos así
y0 “ lím´ f pxq ó y0 “ lím f pxq.
xÑx0 xÒx0
222 10.4. Límites finitos

El lector podrá demostrar el siguiente teorema.


10.4.5. Teorema. Sea f una función e y0 P R.

lím f pxq “ y0 ðñ lím f pxq “ y0 “ lím´ f pxq.


xÑx0 xÑx` xÑx0
0

10.4.6. Teorema. Si f es una función y L1 , L2 son dos números tales que

lím f pxq “ L1 y lím f pxq “ L2 ,


xÑx0 xÑx0

entonces L1 “ L2 . Es decir, si el límite existe, entonces éste es único.


Demostración. Para ε ą 0 sean δ1 , δ2 ą 0 tales que

0 ă |x ´ x0 | ă δ1 ùñ |f pxq ´ L1 | ă ε{2

y
0 ă |x ´ x0 | ă δ2 ùñ |f pxq ´ L2 | ă ε{2.
Ahora, si 0 ă |x ´ x0 | ă míntδ1 , δ2 u, entonces

|L1 ´ L2 | “ |pL1 ´ f pxqq ` pf pxq ´ L2 q| ĺ |f pxq ´ L1 | ` |f pxq ´ L2 | ă ε,

pero como ε puede ser cualquier número real positivo, entonces L1 “ L2 (si L1 ‰ L2 , tomando
ε ĺ |L1 ´ L2 | llegamos a una contradicción). ‚
10.4.7. Teorema del sándwich.

a) Si @x P px0 ; bq, f pxq ĺ gpxq ĺ hpxq y lím` f pxq “ lím` hpxq “ L, entonces
xÑx0 xÑx0

lím gpxq “ L.
xÑx`
0

b) Si @x P pa; x0 q, f pxq ĺ gpxq ĺ hpxq y lím´ f pxq “ lím´ hpxq “ L, entonces


xÑx0 xÑx0

lím gpxq “ L.
xÑx´
0

c) Si @x P pa; x0 q Y px0 ; bq, f pxq ĺ gpxq ĺ hpxq y lím f pxq “ lím hpxq “ L, entonces
xÑx0 xÑx0

lím gpxq “ L.
xÑx0

Demostración. Demostraremos solamente el inciso a) (el inciso b) se demuestra de manera


análoga y el c) es consecuencia del a), del b) y del teorema 10.4.5). Dado ε ą 0 sea δ ą 0 tal
que x0 ă x ă x0 ` δ ùñ |f pxq ´ L| ă ε y |hpxq ´ L| ă ε. El teorema se sigue del hecho de que
|f pxq ´ L| ă ε y |hpxq ´ L| ă ε ùñ L ´ ε ă f pxq ĺ gpxq ĺ hpxq ă L ` ε ùñ |gpxq ´ L| ă ε.

10.4. Límites finitos 223

10.4.8. Teorema.

a) lím` f pxq “ L ðñ lím f


`1˘
t
“ L,
xÑ0 tÑ`8

b) lím´ f pxq “ L ðñ lím f


`1˘
t
“ L.
xÑ0 tÑ´8

Demostración. Demostraremos solamente que lím` f pxq “ L ùñ lím f “ L para


`1˘
xÑ0 tÑ`8 t
el caso en que L P R. Las demás implicaciones se pueden hacer siguiendo procedimientos
parecidos.

lím f pxq “ L ðñ p@ε ą 0, Dδ ą 0, 0 ă x ă δ ùñ |f pxq ´ L| ă εq


xÑ0`
ˆ ˙
1 1
ðñ @ε ą 0, Dδ ą 0, ą ą 0 ùñ |f pxq ´ L| ă ε
x δ
` ˇ ` ˘ ˇ ˘
ùñ @ε ą 0, DM ą 0, t ą M ùñ ˇf 1t ´ Lˇ ă ε
ðñ lím f 1t “ L.
` ˘
tÑ`8

(Donde se pudo tomar, por ejemplo M “ 1{δ y t “ 1{x). ‚

Ejercicios.

1. Calcular los límites siguientes:


3px ´ 2q 3 3
a) lím , b) lím ´ x3 , c) lím ´ x3 , d) lím` , e) lím .
xÑ2 x ´ 2 xÑ`8 xÑ´8 xÑ2 x´2 xÑ`8 x´2
2. Hallar las asíntotas horizontales y verticales de las funciones siguientes:
2px ` 2qpx ´ 2qpx ` 5q
a) px P Rzt2, ´5uq ÞÑ ` 6,
px ´ 2qpx ` 5q
2px ` 2qpx ´ 2qpx ` 5q3
b) px P Rzt2, ´5uq ÞÑ ` 6,
px ´ 2qpx ` 5q
2px ` 2qpx ´ 2qpx ` 5q3
c) px P Rzt2, ´5uq ÞÑ ` 6.
px ´ 2q2 px ` 5q7
an`1 xn`1 `¨¨¨`a1 x`a0
3. Demostrar que si f es una función racional de la forma f pxq “ bn xn `¨¨¨`b1 x`b0
, con
bn ‰ 0, entonces f tiene una asíntota con pendiente an`1
bn
.
224 10.5. Continuidad

10.5. Continuidad
10.5.1. Definición. Sea f una función cuyo dominio incluye a un intervalo abierto pa; bq y
x0 P pa; bq. La función f es continua en x0 si

lím f pxq “ f px0 q.


xÑx0

Es decir, la función f es continua en x0 , si al acercar x a x0 suficientemente, el valor de f pxq


estará cerca de f px0 q (tan cerca o más de lo que queramos).
Establezcamos algo de terminología de álgebra de funciones. Si f y g son dos funciones,
definimos la función f ` g como la función cuyo dominio es Dom pf q X Dom pgq y es tal que
pf ` gqpxq “ f pxq ` gpxq.
Si f y g son dos funciones, definimos la función f ¨ g como la función cuyo dominio es
Dom pf q X Dom pgq y es tal que pf ¨ gqpxq “ f pxq ¨ gpxq.
Si f y g son dos funciones, definimos la función f ´ g como la función cuyo dominio es
Dom pf q X Dom pgq y es tal que pf ´ gqpxq “ f pxq ´ gpxq.
Si f y g son dos funciones, definimos la función f {g como la función cuyo dominio es
Dom pf q X Dom pgq X tx : gpxq ‰ 0u y es tal que pf {gqpxq “ f pxq{gpxq. Es decir, el dominio
es el conjunto de valores de x donde se puedan evaluar las funciones f y g tales que gpxq ‰ 0.
A continuación daremos una lista de teoremas básicos cuyas demostraciones se darán
después de enlistarlos. Las demostraciones de los corolarios correspondientes se dejarán al
lector.
10.5.2. Teorema. Si c es un número y f : R ÝÑ R, es decir f pxq “ c para todo número real
xÞÑc
R; entonces f es continua en cualquier número real.
10.5.3. Definición. Una función como la dada en el teorema anterior se llama función
constante.
10.5.4. Teorema. Sea f : R ÝÑ R, es decir f pxq “ x; entonces f es continua en cualquier
xÞÑx
número real.
10.5.5. Definición. Una función como la dada en el teorema anterior se llama función
identidad.
10.5.6. Teorema. Sean f y g funciones tales que

lím f pxq “ L1 y lím gpxq “ L2 ,


xÑx0 xÑx0

donde L1 , L2 P R; entonces
lím pf pxq ` gpxqq “ L1 ` L2 .
xÑx0

10.5.7. Corolario. Si f1 , f2 , . . . , fn son funciones tales que lím fj pxq “ Lj , entonces


xÑx0

n
ÿ n
ÿ
lím fj pxq “ Lj .
xÑx0
j“1 j“1
10.5. Continuidad 225

10.5.8. Corolario. Si f1 , f2 , . . . , fn son funciones continuas en x0 , entonces f1 ` f2 ` ¨ ¨ ¨ ` fn


es continua en x0 .
10.5.9. Teorema. Sean f y g funciones tales que

lím f pxq “ L1 y lím gpxq “ L2 ,


xÑx0 xÑx0

donde L1 , L2 P R; entonces
lím pf pxq ¨ gpxqq “ L1 ¨ L2 .
xÑx0

10.5.10. Corolario. Si f1 , f2 , . . . , fn son funciones tales que lím fj pxq “ Lj , entonces


xÑx0

n
ź n
ź
lím fj pxq “ Lj .
xÑx0
j“1 j“1

10.5.11. Corolario. Si f1 , f2 , . . . , fn son funciones continuas en x0 , entonces f1 ¨ f2 ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ fn


es continua en x0 .
10.5.12. Teorema. Las funciones polinomiales son continuas en cualquier número.
10.5.13. Teorema. Sean f y g funciones tales que

lím f pxq “ L1 y lím gpxq “ L2 ,


xÑx0 xÑx0

donde L1 , L2 P R y L2 ‰ 0; entonces
ˆ ˙
f pxq L1
lím “ .
xÑx0 gpxq L2

10.5.14. Corolario. Si f y g son funciones continuas en x0 y gpx0 q ‰ 0, entonces f {g es


continua en x0 .
10.5.15. Corolario. Las funciones racionales son continuas en cualquier elemento de su
dominio.
Demostración del teorema 10.5.2. Sea ε ą 0, δ cualquier número positivo y x0 P R. Se
tiene siempre la siguiente implicación 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ |f pxq ´ f px0 q| “ |c ´ c| “ 0 ă ε. ‚
Demostración del teorema 10.5.4. Sea ε ą 0, δ “ ε y x0 P R. Con estas condiciones
tenemos 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ |f pxq ´ f px0 q| “ |x ´ x0 | ă δ “ ε. ‚
Demostración del teorema 10.5.6. Sea ε ą 0 y δ1 , δ2 ą 0 tales que

0 ă |x ´ x0 | ă δ1 ùñ |f pxq ´ L1 | ă ε{2

y
0 ă |x ´ x0 | ă δ2 ùñ |gpxq ´ L2 | ă ε{2.
226 10.5. Continuidad

Tomando δ “ míntδ1 , δ2 u tenemos que 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ |pf pxq ` gpxqq ´ pL1 ` L2 q| “


|pf pxq ´ L1 q ` pgpxq ´ L2 q| ĺ |f pxq ´ L1 | ` |gpxq ´ L2 | ă ε{2 ` ε{2 “ ε. ‚
Demostración del teorema 10.5.9. Sea ε ą 0 y δ1 , δ2 ą 0 tales que

míntε, 12 u
0 ă |x ´ x0 | ă δ1 ùñ |f pxq ´ L1 | ă
1 ` |L1 | ` |L2 |
y
míntε, 12 u
0 ă |x ´ x0 | ă δ2 ùñ |gpxq ´ L2 | ă .
1 ` |L1 | ` |L2 |
Tomando δ “ míntδ1 , δ2 u tenemos que

0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ

|f pxqgpxq ´ L1 L2 | “ |pf pxqgpxq ´ f pxqL2 q ` pf pxqL2 ´ L1 L2 q|


ĺ |f pxqgpxq ´ f pxqL2 | ` |f pxqL2 ´ L1 L2 |
ĺ |f pxq||gpxq ´ L2 | ` |L2 ||f pxq ´ L1 |.
míntε, 1 u
Ahora, como |f pxq| ´ |L1 | ĺ |f pxq ´ L1 | ă 1`|L1 |`|L2 2 | ĺ míntε, 21 u, tenemos que |f pxq| ă
míntε, 12 u ` |L1 |, por lo tanto 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ |f pxqgpxq ´ L1 L2 | ă pmíntε, 21 u `
míntε, 1 u míntε, 1 u p1`|L1 |`|L2 |qmíntε, 21 u
|L1 |q 1`|L1 |`|L2 2 | ` |L2 | 1`|L1 |`|L2 2 | ă 1`|L1 |`|L2 |
ĺ ε. ‚
Demostración del teorema 10.5.12. El teorema 10.5.12 es una consecuencia de los
teoremas 10.5.2 y 10.5.4 y de los corolarios 10.5.8 y 10.5.11. ‚
Demostración del teorema 10.5.13. Para demostrar el teorema 10.5.13 demostraremos
primero que lím gpxq
1
“ L12 y el teorema se seguirá como consecuencia del teorema 10.5.9.
xÑx0
Sean ε ą 0 y δ ą 0 tales que
" *
εL22 |L2 |
0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ |gpxq ´ L2 | ă mín , .
2 2

Supongamos que 0 ă |x ´ x0 | ă δ. Tenemos las siguientes igualdades


ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ 1 1 ˇ ˇ L2 gpxq ˇ |gpxq ´ L2 |
ˇ gpxq L2 ˇ ˇ gpxqL2 gpxqL2 ˇ “ |gpxqL2 | ,
´
ˇ ˇ“ˇ ´ ˇ

por otra parte |L2 | ´ |gpxq| ĺ |L2 ´ gpxq| ă |L22 | , por lo que |gpxq| ą |L2 |
2
, por lo tanto
ˇ ˇ
ˇ 1 1 ˇ |gpxq ´ L2 | εL22 {2
ˇ gpxq ´ L2 ˇ ĺ |L2 |
ˇ ˇ ă 2 “ ε,
|L2 | L2 {2
2

por lo tanto lím 1


“ 1
. ‚
xÑx0 gpxq L2

10.5.16. Teorema. Sea a un número positivo. La función expa es continua en cualquier


número real.
10.5. Continuidad 227

Demostración. Sea x0 P R y ε ą 0. Hagamos primero la demostración para el caso en que


a ą 1. Tomemos
δ “ míntx0 ´ loga pax0 ´ εq, loga pax0 ` εq ´ x0 u
para obtener las siguientes implicaciones
0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ x0 ´ δ ă x ă x0 ` δ ùñ ax0 ´δ ă ax ă ax0 `δ
ùñ expa px0 ´ px0 ´ loga pax0 ´ εqqq ă ax
ă expa px0 ` loga pax0 ` εq ´ x0 q
ùñ ax0 ´ ε ă ax ă ax0 ` ε ùñ |ax ´ ax0 | ă ε,
por lo que el teorema está demostrado para el caso en que a ą 1.
Y

4 y= ax

2 a>1

X
-4 -2 2 4

Para el caso en que a “ 1, el teorema se sigue del teorema 10.5.2.


Para el caso en que 0 ă a ă 1, aplicamos el teorema 10.5.13 y la primera parte de la
demostración para obtener
1 1 1
lím ax “ lím “ lím “ “ ax 0 . ‚
xÑx0 xÑx0 1x xÑx0 p 1 qx p a1 qx0
a a

10.5.17. Teorema. Si lím f pxq “ y0 y lím gpyq “ gpy0 q, entonces lím gpf pxqq “ gpy0 q.
xÑx0 yÑy0 xÑx0

Demostración. Supongamos que lím f pxq “ y0 y lím gpyq “ gpy0 q. Para un ε ą 0 dado sea
xÑx0 yÑy0
η ą 0 tal que |y ´ y0 | ă η ùñ |gpyq ´ gpy0 q| ă ε. Ahora, sea δ ą 0 tal que 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ
|f pxq ´ y0 | ă η. Por la construcción anterior tenemos que 0 ă |x ´ x0 | ă δ ùñ |f pxq ´ y0 | ă
η ùñ |gpf pxqq ´ gpy0 q| ă ε, es decir lím gpf pxqq “ gpy0 q. ‚
xÑx0

10.5.18. Corolario. Si f es continua en x0 y g es continua en f px0 q, entonces g ˝ f es


continua en x0 .
Demostración. Como f es continua en x0 , entonces lím f pxq “ f px0 q y como g es continua
xÑx0
en f px0 q, entonces lím gpxq “ gpf px0 qq “ g ˝ f px0 q; luego, por el teorema 10.5.17 tenemos
yÑf px0 q
que lím g ˝ f pxq “ lím gpf pxqq “ g ˝ f px0 qq, es decir g ˝ f es continua en x0 . ‚
xÑx0 xÑx0
228 10.5. Continuidad

Del teorema 10.5.17 y del hecho de que x0 ` t ÝÑ x0 cuando t ÝÑ 0 se deduce el siguiente


corolario.
10.5.19. Corolario. Si lím f pxq “ L, entonces límf px0 ` tq “ L.
xÑx0 tÑ0

10.5.20. Definición. Decimos que una función f es continua por la derecha (respec-
tivamente por la izquierda) en un número x0 si lím` f pxq “ f px0 q (respectivamente
xÑx0
lím f pxq “ f px0 q). Además decimos que f es continua en un intervalo cerrado ra; bs si
xÑx´
0
es continua en cualquier elemento de pa; bq, es continua por la derecha en a y es continua por
la izquierda en b.
10.5.21. Teorema del valor intermedio. Sea Y
f una función continua en un intervalo cerrado
ra; bs tal que f paq ‰ f pbq y sea d un número entre
f paq y f pbq. Existe un número c entre a y b tal
que f pcq “ d.
d
Demostración. Haremos la demostración para
el caso en que f paq ă f pbq (el valor de c cuando
y=fHxL
f paq ą f pbq es el que corresponde en la función
´f al número ´d). Sea C “ tx P pa; bs : f ptq ă d
para todo t P pa; xqu y c “ sup C (nuestro can-
didato). Veamos primero que C ‰ ∅. Si C fuera
X
el conjunto vacío, entonces para todo x P pa; bs a c b
tendríamos que existiría un t entre a y x tal que
f ptq ľ d, de modo que si tomamos ε “ d ´ f paq tenemos f ptq ´ f paq ľ ε, de modo que f no
sería continua por la derecha en a. Si f pcq ą d, entonces para a ă h ă c existe un x P C entre
h y c, de modo que f phq ă d; así, tomando ahora ε “ f pcq ´ d tendríamos f pcq ´ f phq ą ε,
de tal manera que f no sería continua por la izquierda en c, por lo tanto es imposible que
f pcq ą d. Si f pcq ă d, entonces por un razonamiento análogo al anterior se observa que el
conjunto tx P pc; bs : f ptq ă d para todo t P pc; xqu es no vacío, pero esto contradice al hecho
de que c “ sup C, de manera que también es imposible que f pcq ă d de modo que f pcq “ d.
Y ‚
10.5.22. Teorema del valor máximo. Sea f
una función continua en un intervalo cerrado
fHcL
ra; bs. Existe un c P ra; bs tal que f pcq ľ f pxq
para todo x P ra; bs.
Demostración. Para cada número natural n,
sea an,0 “ a y an,j “ a ` pb ´ aqj{n, para y=fHxL
j P t1, 2, . . . , nu. Sea An “ tan,j
Ť : j es un en-
tero y 0 ĺ j ĺ nu y xn P Ťnk“1 Ak tal que
f pxn q ľ f pxq para todo x P nk“1 Ak . Como
la sucesión pxn q8 n“1 es acotada, entonces existe X
a c b
una subsucesión pxnk q8 kn“1 que converge a un nú-
mero c (nuestro candidato). Ahora, la sucesión
10.5. Continuidad 229

k“1 es no decreciente. Demostremos que además pf pxnk qqk“1 es acotada. Si la suce-


pf pxnk qq8 8

sión pf pxnk qq8k“1 no fuera acotada, entonces tendería a `8 cuando k ÝÑ 8, por lo tanto
existiría un número natural N tal que si k ľ N , entonces f pxnk q ą 1 ` |f pcq|, de donde
concluimos que |f pxnk q ´ f pcq| ą 1. Pero para cada δ ą 0 y k suficientemente grande tene-
mos que |xnk ´ c| ă δ, de manera que f no sería continua en c, lo cual contradice nuestra
hipótesis. Por lo tanto la sucesión pf pxnk qq8 k“1 es acotada.
Como la sucesión pf pxnk qqk“1 es no decreciente y acotada, entonces converge a un número
8

d. Demostraremos ahora que d “ máxtf pxq : x P ra; bsu y que f pcq “ d. Por ser f continua
en ra; bs tenemos que para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que x P ra; bs y |x ´ c| ă δ
ùñ |f pxq ´ f pcq| ă ε, ahora sea N un número natural tal que k ľ N ùñ |xnk ´ c| ă δ
y |f pxnk q ´ d| ă ε, pero |xnk ´ c| ă δ ùñ |f pxnk q ´ f pcq| ă ε, por lo tanto, para k ľ N ,
tenemos |d ´ f pcq| “ |pf pxnk q ´ dq ´ pf pxnk q ´ f pcqq| ĺ |f pxnk q ´ d| ` |f pxnk q ´ f pcq| ă 2ε,
pero como ε es arbitrario, entonces d “ f pcq.
Demostremos ahora que d “ máxtf pxq : x P ra; bsu. Si d fuera diferente de máxtf pxq :
x P ra; bsu entonces existiría un d1 ą d y un c1 ‰ c (con c1 P ra; bs) tales que f pc1 q “ d1 , pero
por ser f continua en ra; bs tenemos que existe un δ ą 0 tal que x P ra; bs y |x ´ c1 | ă δ ùñ
|f pxq ´ d1 | ă d1 ´ d. Ahora, sea k un entero positivo tal que pb ´ aq{k ă δ y observemos que
si x es el elemento de Ak más próximo a c1 entonces |x ´ c1 | ă δ y además d ľ f pxq, por lo
cual |f pxq ´ d1 | “ pd1 ´ dq ` pd ´ f pxqq contradiciendo el hecho de que x P ra; bs y |x ´ c1 | ă δ
ùñ |f pxq ´ d1 | ă d1 ´ d, por lo tanto d “ máxtf pxq : x P ra; bsu. ‚
10.5.23. Corolario (teorema del valor mínimo). Sea f una función continua en un
intervalo cerrado ra; bs. Existe un c P ra; bs tal que f pcq ĺ f pxq para todo x P ra; bs.
Demostración. Como f es continua en ra; bs entonces también lo es ´f , por lo que debido
al teorema 10.5.22 existe un c P ra; bs tal que ´f pcq ľ ´f pxq para todo x P ra; bs, lo cual es
equivalente a que f pcq ĺ f pxq para todo x P ra; bs. ‚
10.5.24. Corolario. Si f : ra; bs ÝÑ R es continua y no es constante, entonces el recorrido
de f es un intervalo cerrado rc; ds, donde c ă d.
Demostración. El corolario se sigue del teorema del valor máximo, del teorema del valor
mínimo y del teorema del valor intermedio, donde c es el valor mínimo y d el máximo que
toma la función f . ‚
10.5.25. Teorema. Sea f una función continua que además es una biyección de ra; bs en
rc; ds. La función f es estrictamente creciente o estrictamente decreciente.
Demostración. Veamos primero que f paq “ c ó f paq “ d. Si f paq es diferente de c y
de d, entonces f paq “ y con c ă y ă d, pero como f es una biyección de ra; bs en rc; ds,
entonces existen x1 , x2 P pa; bs tales que f px1 q “ c y f px2 q “ d. Ahora, por el teorema del
valor intermedio existe un x0 entre x1 y x2 tal que f px0 q “ y, por lo que se tiene que x0 ‰ a
y f px0 q “ f paq, contradiciendo el hecho de que f es una biyección de ra; bs en rc; ds, por lo
tanto f paq “ c ó f paq “ d.
Veamos ahora que si f paq “ c, entonces f es estrictamente creciente en ra; bs. De no
ser así existirían dos números x1 y x2 con a ĺ x1 ă x2 ĺ b tales que f px1 q ľ f px2 q;
pero si f px1 q “ f px2 q, la función no sería inyectiva y si f px1 q ą f px2 q, entonces, como
f px1 q ą f px2 q ą c y a ă x1 , tenemos que debido al teorema del valor intermedio existiría un
x0 entre a y x1 tal que f px0 q “ f px2 q y de nuevo la función no sería inyectiva. Por lo tanto,
230 10.5. Continuidad

si f paq “ c, entonces f es estrictamente creciente y análogamente se puede demostrar que si


f paq “ d, entonces f es estrictamente decreciente. ‚
10.5.26. Teorema. Si f es una función continua y además es una biyección de ra; bs en rc; ds,
entonces f ´1 es continua en cualquier y0 P pc; dq.
Demostración. Por el teorema 10.5.25, f es estrictamente creciente o estrictamente de-
creciente. Supongamos sin pérdida de generalidad que f es estrictamente creciente y sea
y0 P pc; dq y x0 “ f ´1 py0 q. Para todo ε ą 0 sea ε1 “ míntε, b ´ x0 u y ε2 “ míntε, x0 ´ au y
además tomemos δ “ míntd ´ y0 , y0 ´ c, f px0 ` ε1 q ´ y0 , y0 ´ f px0 ´ ε2 qu. Si ´δ ă y ´ y0 ă δ,
entonces y0 ´ δ ă y ă y0 ` δ, por lo que x0 ´ ε ĺ x0 ´ ε1 ĺ f ´1 py0 ´ δq ă f ´1 pyq ă f ´1 py0 ` δq
ĺ x0 ` ε1 ĺ x0 ` ε, por lo tanto |f ´1 pyq ´ f ´1 py0 q| ă ε. ‚
Del teorema 10.5.26, restringiendo las funciones potencias y exponenciales a un intervalo
adecuado, podemos concluir que los logaritmos y los radicales son funciones continuas en
cualquier número positivo.
10.5.27. Corolario. Los logaritmos y los radicales son funciones continuas en cualquier
número positivo.
La siguiente definición es una generalización del concepto de continuidad en un intervalo
cerrado.
10.5.28. Definición. Sean B Ă A Ă R y f : A ÝÑ R. Decimos que f es continua en B si
para todo ε ą 0 y todo b P B existe un δ ą 0 tal que para todo x P B

|x ´ b| ă δ ùñ |f pxq ´ f pbq| ă ε.

Una condición más fuerte que la de continuidad en un conjunto es la de continuidad


uniforme que a continuación se define.
10.5.29. Definición. Sean B Ă A Ă R y f : A ÝÑ R. Decimos que f es uniformemente
continua en B si para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que para todo b P B y todo x P B se
tiene que
|x ´ b| ă δ ùñ |f pxq ´ f pbq| ă ε.
Observemos que la diferencia entre la definición de continuidad y la definición de conti-
nuidad uniforme está en el hecho de que en la definición de continuidad uniforme el valor de
δ posiblemente depende del valor de ε, pero no depende del valor de b, mientras que en la
definición de continuidad uniforme el valor de δ puede depender tanto de ε como de b.

Ejercicios.

1. Decir si son continuas en 2 las siguientes funciones dadas:

3px ´ 2q
a) f : Rzt2u ÝÑ R, donde f pxq “ ;
x´2
3px ´ 2q3
b) f : Rzt2u ÝÑ R, donde f pxq “ ;
x´2
10.5. Continuidad 231

& 3px ´ 2q ,
$
si x ‰ 2
c) f : R ÝÑ R, donde f pxq “ x´2 ;
si x “ 2
%
1,
& 3px ´ 2q ,
$
si x ‰ 2
d) f : R ÝÑ R, donde f pxq “ x´2 ;
si x “ 2
%
3,
$ 3
& 3px ´ 2q , si x ‰ 2
e) f : R ÝÑ R, donde f pxq “ x´2 ;
si x “ 2
%
3,
$ 3
& 3px ´ 2q , si x ‰ 2
f) f : R ÝÑ R, donde f pxq “ x´2 .
si x “ 2
%
0,
2. De las funciones que hayan resultado ser discontinuas en 2, en el ejercicio 1, decir cual
es el tipo de discontinuidad.

3. Demostrar que los radicales son funciones continuas por la derecha en 0.

4. Dar un ejemplo de una función f : A ÝÑ B que sea continua en A pero no uniforme-


mente continua en A.
232 10.6. Sucesiones y límites de funciones de variable real

10.6. Sucesiones y límites de funciones de variable real


En esta sección daremos algunas relaciones que existen entre los límites de funciones de
variables reales y ciertos límites de sucesiones.
10.6.1. Teorema. Sea f una función cuyo dominio incluye un intervalo de la forma p´8; aq.
Tenemos que L “ lím f pxq si y sólo si para toda sucesión pak q8
k“1 , de términos en p´8; aq,
xÑ´8
tal que ak ÝÑ ´8 cuando k ÝÑ 8 se tiene que f pak q ÝÑ L cuando k ÝÑ 8. (Donde L
puede ser un número real, `8 ó ´8).
Demostración. Haremos la demostración solamente para el caso en que L es un número
real, los casos en que L “ `8 y L “ ´8 se pueden hacer de manera similar. Demostremos
k“1 , de términos en
primero que L “ lím f pxq ùñ L “ lím f pak q para toda sucesión pak q8
xÑ´8 kÑ8
p´8; aq, tal que ak ÝÑ ´8 cuando k ÝÑ 8. Supongamos que L “ lím f pxq, es decir
xÑ´8
que para todo ε ą 0, existe un número M tal que si x ĺ M , entonces |f pxq ´ L| ă ε. Sea
k“1 una sucesión tal que ak ÝÑ ´8 cuando k ÝÑ 8 y N un número natural tal que si
pak q8
k ľ N , entonces ak ă M . Con estas condiciones tenemos que |f pak q ´ L| ă ε, por lo cual
L “ lím f pak q.
kÑ8
Demostremos ahora que L “ lím f pak q ùñ L “ lím f pxq. Supongamos que L ‰
kÑ8 xÑ´8
lím f pxq, es decir que existe un ε ą 0, tal que para todo número M ă a se tiene que
xÑ´8
existe un x ĺ M con |f pxq ´ L| ľ ε. Para cada número natural k sea ak ĺ ´k tal que
|f pak q´L| ľ ε. Es claro que la sucesión pf pak qq8
k“1 no converge a L a pesar de que ak ÝÑ ´8
cuando k ÝÑ 8. ‚
Siguiendo métodos similares a los de la demostración anterior el lector podrá demostrar
los siguientes 4 teoremas.
10.6.2. Teorema. Sea f una función cuyo dominio incluye un intervalo de la forma pb; `8q.
Tenemos que L “ lím f pxq si y sólo si para toda sucesión pak q8
k“1 , de términos en pb; `8q,
xÑ`8
tal que ak ÝÑ `8 cuando k ÝÑ 8 se tiene que f pak q ÝÑ L cuando k ÝÑ 8. (Donde L
puede ser un número real, `8 ó ´8).
10.6.3. Teorema. Sea f una función cuyo dominio incluye un intervalo de la forma pa; x0 q Y
px0 ; bq. Tenemos que L “ lím f pxq si y sólo si para toda sucesión pak q8
k“1 , de términos en
xÑx0
pa; x0 q Y px0 ; bq, tal que ak ÝÑ x0 cuando k ÝÑ 8 se tiene que f pak q ÝÑ L cuando k ÝÑ 8.
(Donde L puede ser un número real, `8 ó ´8).
10.6.4. Teorema. Sea f una función cuyo dominio incluye un intervalo de la forma pa; x0 q Y
px0 ; bq. Tenemos que L “ lím´ f pxq si y sólo si para toda sucesión pak q8
k“1 , de términos en
xÑx0
pa; x0 q, tal que ak ÝÑ x0 cuando k ÝÑ 8 se tiene que f pak q ÝÑ L cuando k ÝÑ 8. (Donde
L puede ser un número real, `8 ó ´8).
10.6.5. Teorema. Sea f una función cuyo dominio incluye un intervalo de la forma px0 ; bq.
Tenemos que L “ lím` f pxq si y sólo si para toda sucesión pak q8
k“1 , de términos en px0 ; bq, tal
xÑx0
que ak ÝÑ x0 cuando k ÝÑ 8 se tiene que f pak q ÝÑ L cuando k ÝÑ 8. (Donde L puede
ser un número real, `8 ó ´8).
10.6. Sucesiones y límites de funciones de variable real 233

Ejercicios.

1. Supongamos que pak q8 k“1 es una sucesión de números reales diferentes de 2, pero que
converge a 2. Para cada una de las funciones f del ejercicio 1 de la sección 10.5 calcular
lím f pak q.
kÑ8
234 10.7. La Función exponencial natural

10.7. La Función exponencial natural


10.7.1. Definición. Definimos la función exponencial natural o simplemente función
exponencial como la función exp : R ÝÑ R tal que para todo x P R se tiene que
8
ÿ xk
exp pxq :“ 1 ` .
k“1
k!

A la función exponencial también se le llama antilogaritmo o antilogaritmo natural.


8
xk
Veamos que la serie es absolutamente convergente
ř
k!
k“1 Y
para todo número real x. En efecto; si k ą 8x2 ` 2, enton- 7
ces k! ľ p4x2 qk{2 “ 2k |x|k , por lo que |xk {k!| ĺ 1{2k para k
suficientemente grande, por lo tanto, por el criterio de com- 6
8
xk
paración de series 8.7.11, la serie es absolutamente
ř
k! 5
k“1
convergente, de modo que la función exponencial está bien
4 y=ex
definida.
8
Recordemos que e “ 1
“ exp p1q. El objetivo prin-
ř
3
k!
k“0
cipal de esta sección es demostrar que para todo número 2
real x se tiene que ex “ exp pxq, es decir es demostrar que
la función exponencial natural es precisamente la función 1
exponencial base e. Más adelante se verán propiedades im-
X
portantes y aplicaciones de la función exp. Se considera que -1 1 2

tal función es la más importante en las matemáticas.

10.7.2. Teorema. Si x, y ą 0, entonces exp px ` yq “ exp pxq exp pyq.


Demostración. Supongamos que x, y ą 0 y observemos que se tienen las siguientes des-
igualdades
N N 2N n ˆ ˙ 2N 2N
ÿ xk ÿ y r ÿ 1 ÿ n k n´k ÿ xk ÿ y r
ĺ x y ĺ
k“0
k! r“0 r! n“0 n! k“0 k k“0
k! r“0 r!
donde las expresiones de los extremos tienden a exp pxq exp pyq cuando N ÝÑ 8 y la expresión
de en medio tiende a exp px ` yq cuando N ÝÑ 8. ‚
10.7.3. Teorema. Para todo número real x se tiene que exp p´xq “ pexp pxqq´1 .
Demostración. Como exp p0q “ 1, es obvio que el resultado es válido para x “ 0. Supon-
gamos que x ‰ 0 y observemos que debido al teorema 8.7.21
˜ ¸˜ ¸ ˜ ¸
8 k 8 k 8 n k n´k
ÿ x ÿ p´xq ÿ ÿ x p´xq
exp pxq exp p´xq “ “1`
k“0
k! k! n“1 k“0
k! pn ´ kq!
˜ k“0 ˆ ˙ ¸
8 n 8
ÿ 1 ÿ n k n´k
ÿ 1
“1` x p´xq “1` px ´ xqn “ 1. ‚
n“1
n! k“0 k n“1
n!
10.7. La Función exponencial natural 235

10.7.4. Teorema. Si x e y son dos números reales, entonces exp px ` yq “ exp pxq exp pyq.
Demostración. Si x e y son positivos el resultado es el teorema 10.7.2. Si x e y son
ambos negativos se tiene por los teoremas 10.7.2 y 10.7.3 que exp px ` yq “ exp p´x´yq 1

1
pexp p´xq exp p´yqq
“ exp pxq exp pyq. Si alguno de los números x ó y es cero, el resultado es
obvio debido a que expp0q “ 1. Si un número es positivo y el otro negativo, por ejemplo
si x es positivo e y es negativo, tenemos dos posibilidades: x ` y ľ 0 ó x ` y ă 0. En
el primer caso tenemos que exp pxq “ exp px ` y ´ yq “ exp px ` yq exp p´yq “ exp px`yq
exp pyq
,
por lo tanto exp px ` yq “ exp pxq exp pyq. En el segundo caso, exp pyq “ exp px ` y ´ xq “
exp px ` yq exp p´xq “ exp px`yq
exp pxq
por lo que también se tiene que exp px ` yq “ exp pxq exp pyq.

Por inducción matemática y usando el teorema 10.7.4 se puede demostrar fácilmente el
siguiente teorema.
10.7.5. Teorema. Si n es un número natural y x es un número real, entonces exp pnxq “
pexp pxqqn .
Si en el teorema 10.7.5 tomamos x “ 1 y recordamos que e “ exp p1q obtenemos el
corolario siguiente.
10.7.6. Corolario. Si n es un número natural, entonces exp pnq “ en .
De nuevo del teorema 10.7.5 deduciremos el siguiente corolario.
10.7.7. Corolario. Si n es un número natural, entonces exp p1{nq “ e1{n .
Demostración. Por el teorema 10.7.5, tenemos pe1{n qn “ e “ exp p1q “ exp pn ¨ n1 q “
pexp p1{nqqn , de donde concluimos que e1{n “ exp p1{nq. ‚
10.7.8. Corolario. Si m es un número entero, entonces exp pmq “ em .
Demostración. Si m ą 0 el resultado es el corolario 10.7.6. Si m “ 0 se tiene que exp pmq “
exp p0q “ 1 “ e0 “ em . Si m ă 0, del teorema 10.7.3 obtenemos que exp pmq “ exp p´mq1

1
e´m
“e .m

Tenemos ahora que el corolario 10.7.8 se puede generalizar para el caso en que m es un
número racional.
10.7.9. Corolario. Si r es un número racional, entonces exp prq “ er .
Demostración. Si r es un número racional, entonces existen un número natural n y un en-
tero m tales que r “ m{n, de modo que por el teorema 10.7.5 y por el corolario 10.7.7
tenemos que si m ą 0, entonces exp prq “ exp pm{nq “ exp pm ¨ n1 q “ pexp p1{nqqm “
pe1{n qm “ em{n “ er . Si m “ 0 tenemos que exp prq “ 1 “ er , y si m ă 0 tenemos que
exp prq “ exp pm{nq “ exp pm ¨ n1 q “ exp p´m ¨ p ´1
n
qq “ pe´1{n q´m “ em{n “ er . ‚
10.7.10. Teorema. La función exp es continua.
Demostración. Demostremos primero que la función exp es continua en 0. Sea N un
236 10.7. La Función exponencial natural

número natural. Tenemos que


ˇ ˇ
8 kˇ 8 ˇ kˇ
ˇÿ h ÿ ˇh ˇ
lím | exp phq ´ exp p0q| “ lím ˇ ˇ ĺ lím
ˇ ˇ ˇ ˇ
hÑ0 hÑ0 ˇ
k“1
k! ˇ hÑ0
k“1
ˇ k! ˇ
˜ ˇ ˇ ˇ k ˇ¸
N 8 8
ÿ ˇ hk ˇ ÿ ˇh ˇ ÿ 1
“ lím ˇ ˇ` ˇ ˇ ĺ ,
hÑ0
k“1
ˇ k! ˇ
k“N `1
ˇ k! ˇ
k“N `1
k!

8
pero 1
ÝÑ 0 cuando N ÝÑ 8, por lo tanto lím | exp phq ´ exp p0q| “ 0, es decir la
ř
k! hÑ0
k“N `1
función exp es continua en 0.
Demostremos ahora que la función exp es continua en cualquier número real x. Del coro-
lario 10.5.19 tenemos que

lím | exp pyq ´ exp pxq| “ lím | exp px ` hq ´ exp pxq| “ lím | exp pxqpexp phq ´ 1q|
yÑx hÑ0 hÑ0

“ | exp pxq||1 ´ 1| “ 0,

por lo tanto la función exp es continua en cualquier número real x. ‚


10.7.11. Teorema. Para todo número real x tenemos que exp pxq “ ex . Es decir exp “ expe .
Demostración. Sea x un número real y prn q8 n“1 una sucesión de números racionales que
converge a x. Por los teoremas 10.5.16, 10.6.3 y 10.7.10 tenemos que ern ÝÑ ex y exp prn q ÝÑ
exp pxq cuando n ÝÑ 8, pero debido al corolario 10.7.9 tenemos que exp prn q “ ern , de donde
concluimos que exp pxq “ ex . ‚
10.8. Algunos tipos de discontinuidades 237

10.8. Algunos tipos de discontinuidades


10.8.1. Definición. Sea f una función y x0 un número en el cual la función f no es continua.
Bajo las condiciones anteriores decimos que f es discontinua en x0 .
Analizaremos varios tipos de discontinuidad.
10.8.2. Definición. Cuando lím f pxq es un número pero f px0 q no existe o bien f px0 q ‰
xÑx0
lím f pxq, diremos que f tiene una discontinuidad removible o evitable en x0 .
xÑx0
Y
10.8.3. Ejemplo. Si f pxq “ px´2qpx´2q
, tenemos que f p2q no 2
existe, pero sí existe el límite cuando x ÝÑ 2 de f pxq, el
cual es igual a 1, de modo que f tiene una discontinuidad 1
removible en 2.
10.8.4. Definición. Cuando existen números diferentes a X
-1 1 2 3
y b tales que a “ lím` f pxq y b “ lím´ f pxq, decimos que
xÑx0 xÑx0
f tiene una discontinuidad de salto en x0 .
10.8.5. Ejemplo. Si f pxq “ txu (el mayor entero menor o igual Y
2
que x, también llamado piso de x) tenemos que para cualquier
entero m, el límite cuando x tiende a m por la izquierda, es
1
m´1, mientras que el límite cuando x tiende a m por la derecha
es m.
-1 1 2 3X
10.8.6. Definición. Cuando la recta vertical con ecuación x “
x0 es una asíntota de f , decimos que f tiene una discontinuidad -1
asintótica o infinita en x0 .
Y
10.8.7. Ejemplo. Si f pxq “ x1 , entonces la fun- 4
ción f tiene una discontinuidad asintótica en 0.
3

Ejercicios. 2
y=1x
1
1. De las funciones que hayan resultado ser
X
discontinuas en 2, en el ejercicio 1 de la -4 -2 2 4
sección 10.5, decir cual es el tipo de -1
discontinuidad. -2
-3
-4
238 10.9. Velocidad y aceleración

10.9. Velocidad y aceleración


10.9.1. Definición. Supongamos que xptq representa la coordenada en un tiempo t de la
posición de una partícula o un objeto que se mueve sobre una recta. La velocidad media
de la partícula entre un tiempo t0 y un tiempo t1 está definida por la fórmula

xpt1 q ´ xpt0 q
v̄ “ ,
t1 ´ t0

donde xpt1 q ´ xpt0 q es la cantidad que avanza la posición de la partícula y t1 ´ t0 es el tiempo


que transcurre en la realización de tal avance, desde que inicia en el instante t0 , hasta que
termina en el instante t1 .
La velocidad de una partícula puede variar con el tiempo. Queremos definir la velocidad
de la partícula, no solamente en un intervalo de tiempo rt0 ; t1 s sino precisamente en un tiempo
t0 , es decir queremos definir la velocidad instantánea de la partícula en el tiempo t0 .
10.9.2. Definición. Para aproximar el valor de la velocidad instantánea por medio de la
velocidad media, hacemos que el tiempo t1 sea muy próximo al tiempo t0 , es decir, definimos
la velocidad instantánea de la partícula en el tiempo t0 como

xpt1 q ´ xpt0 q
vpt0 q “ lím .
t1 Ñt0 t1 ´ t0

En todos los casos prácticos del movimiento de partículas, el límite anterior existe, aunque
no siempre se sabe como calcularlo. La velocidad representa la razón o tasa de cambio de la
posición de la partícula con respecto al tiempo.
10.9.3. Definición. Se define también la aceleración media de la partícula entre un tiempo
t0 y un tiempo t1 por medio de la fórmula

vpt1 q ´ vpt0 q
ā “ .
t1 ´ t0

También la aceleración de la partícula puede variar con el tiempo.


10.9.4. Definición. Definimos la aceleración instantánea de la partícula en el tiempo t0
mediante la fórmula
vpt1 q ´ vpt0 q
apt0 q “ lím .
t1 Ñt0 t1 ´ t0
La aceleración representa la razón o tasa de cambio de la velocidad de la partícula con
respecto al tiempo.
10.9.5. Ejemplo. Supongamos que una partícula se mueve sobre una recta (con un sistema
de coordenadas predeterminado) con una aceleración a constante, la posición inicial es x0
y la velocidad inicial es v0 . La posición xptq en un tiempo cualesquiera t está dada por la
fórmula
xptq “ x0 ` v0 t ` 21 at2 .
10.9. Velocidad y aceleración 239

Veremos que, como es de esperarse, la velocidad vp0q en el tiempo 0 es v0 . Calculemos


primero la velocidad vptq en un tiempo arbitrario t.

xpsq ´ xptq px0 ` v0 s ` 21 as2 q ´ px0 ` v0 t ` 21 at2 q


vptq “ lím “ lím
sÑt s´t sÑt s´t
1 1
v0 ps ´ tq ` 2 aps2 ´ t2 q v0 ps ´ tq aps ` tqps ´ tq
“ lím “ lím ` lím 2
sÑt s´t sÑt s ´ t sÑt s´t
“ v0 ` lím 2 aps ` tq “ v0 ` 2 apt ` tq “ v0 ` at.
1 1
sÑt

En particular tenemos que vp0q “ v0 .


El ejemplo 10.9.5 modela fenómenos como la caída libre de los cuerpos cuando se desprecia
la resistencia del aire y las alturas no son muy grandes, de tal manera que se considera
constante el coeficiente gravitacional.
Los objetos en movimiento, no siempre siguen el patrón de tener una aceleración constan-
te, por lo que no siempre es válida la fórmula xptq “ x0 ` v0 t ` 12 at2 . Por ejemplo, un carro
puede ir aumentando de velocidad (tener aceleración positiva), después frenar (tener acelera-
ción negativa) y eventualmente ir a velocidad casi constante (tener aceleración aproximada
a cero).
240 10.10. La recta tangente

10.10. La recta tangente


10.10.1. Definición. Sea f : A ÝÑ R, donde A Ă R. Sean P0 y Q dos puntos diferentes
en la gráfica de f , es decir P0 , Q P tpx, yq : y “ f pxqu. A la recta que pasa por P0 y Q se le
llama recta secante a la gráfica de f en los puntos P0 y Q.

1.5

1 recta secante
P0

Q 0.5

-2 -1 1 2 3 4
-0.5
gráfica de f
-1

Si P0 “ px0 , y0 q y Q “ px, yq, entonces la pendiente de la recta secante a la gráfica de f


en los puntos P0 y Q es
y ´ y0
,
x ´ x0
es decir es
f pxq ´ f px0 q
.
x ´ x0

Deseamos definir, cuando sea posible, la recta tangente a la gráfica de f en el punto P0 ,


de tal manera que cuando los puntos P0 y Q estén cercanos, la recta tangente sea «parecida»
a la recta secante en P0 y Q. En este caso lo que queremos decir con que sea parecida es que
tengan pendientes próximas.
2
10.10.2. Definición. Definimos la rec- 1.5
ta tangente a la gráfica de f en el pun-
to P0 “ px0 , y0 q “ px0 , f px0 qq como la 1 gráfica de f

recta que pasa por el punto P0 y cuya 0.5


pendiente está dada por
-2 -1 1 2 3 4
f pxq ´ f px0 q -0.5
lím . P0
xÑx0 x ´ x0 -1 Q

Observemos que la definición ante- -1.5 recta secante


rior tiene sentido solamente cuando el recta tangente
-2
límite existe.
La figura anterior muestra la gráfica de una función con su recta tangente en un punto
P0 y una recta secante en los puntos P0 y Q.
10.10.3. Ejemplo. Sea f pxq “ 2x3 ` 1 y hallemos la recta tangente a la gráfica de f en el
10.10. La recta tangente 241

punto p1, 3q. La recta tangente debe pasar por p1, 3q y tener pendiente igual a

f pxq ´ f p1q p2x3 ` 1q ´ 3 2px3 ´ 1q


lím “ lím “ lím
xÑ1 x´1 xÑ1 x´1 xÑ1 x ´ 1
2
2px ´ 1qpx ` x ` 1q
“ lím “ lím 2px2 ` x ` 1q “ 6,
xÑ1 x´1 xÑ1

por lo que la recta tangente a la gráfica de f en el punto p1, 3q es la recta cuya ecuación está
dada por y ´ 3 “ 6px ´ 1q.
Refiriéndonos a la sección anterior, podemos observar que si xptq es la posición de un
objeto en movimiento sobre una recta en el tiempo t, entonces la velocidad media v̄ del
objeto entre los tiempos t0 y t1 es la pendiente de la recta secante a la gráfica de x en los
puntos pt0 , xpt0 qq y pt1 , xpt1 qq, mientras que la velocidad instantánea vpt0 q del objeto en el
tiempo t0 es la pendiente de la recta tangente a la gráfica de x en el punto pt0 , xpt0 qq.

1. Hallar la pendiente de la recta tangente a la gráfica de y “ 3x2 ` 1 en el punto p1, 4q.

2. Hallar las ecuaciones de las rectas tangentes a la gráfica de y “ x3 que tengan pendiente
12.
242 10.11. Definición de derivada

10.11. Definición de derivada


10.11.1. Definición. Sea f : A ÝÑ R, donde A Ă R, y supongamos que existe un intervalo
abierto I Ă A. Si a P I y existe el siguiente límite

f pxq ´ f paq
lím ,
xÑa x´a
decimos que f es derivable en a y al límite anterior se le llama la derivada de f en a y se
le denota por f 1 paq. Observemos que f 1 paq es la pendiente de la recta tangente a la gráfica
de f en el punto pa, f paqq.
Haciendo el cambio de variable ∆ “ x ´ a, observando que con este cambio x “ a ` ∆ y
que ∆ ÝÑ 0 cuando x ÝÑ a, tenemos que otra forma equivalente de definir la derivada de f
en a es
f pa ` ∆q ´ f paq
lím .
∆Ñ0 ∆
El valor f 1 paq es un indicador de la rapidez con la cual cambia f pxq comparada con el
cambio de la variable x, cuando x “ a. Es decir, f 1 paq es la razón o tasa de cambio de f pxq
con respecto al cambio de x cuando x “ a.
10.11.2. Ejemplo. Hallar la derivada de la función g dada por gpxq “ 4x ` 5. La gráfica
de g es una recta con pendiente 4, por lo que es de esperarse que la recta tangente a esa
recta en cualquier punto sea la misma recta, la cual tiene pendiente 4. Así, es de esperarse
que la derivada de g en cualquier valor x sea 4. Veamos que en efecto sucede lo que hemos
sospechado.

gpx ` ∆q ´ gpxq p4px ` ∆q ` 5q ´ p4x ` 5q 4∆


g 1 pxq “ lím “ lím “ lím “ lím 4 “ 4.
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0

10.11.3. Ejemplo. Hallar la derivada de la función h dada por hpsq “ s4 .

hps ` ∆q ´ hpsq ps ` ∆q4 ´ s4


h1 psq “ lím “ lím
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆
∆pps ` ∆q ` ps ` ∆q s ` ps ` ∆qs2 ` s3 q
3 2
“ lím
∆Ñ0 ∆
“ lím pps ` ∆q ` ps ` ∆q s ` ps ` ∆qs2 ` s3 q “ s3 ` s2 s ` ss2 ` s3 “ 4s3 .
3 2
Ƅ0

10.11.4. Definiciones. Si f : A ÝÑ R, donde A Ă R, y definimos B como el conjunto


de todos los elementos de A donde f es derivable, entonces f 1 : B ÝÑ R. La función f 1
se llama la derivada de f . A la derivada de f también se le denota por D f . Cuando x es
una variable a la variable f 1 pxq también se le denota como d df pxq
x
o como ddx f pxq y cuando
establecemos que y “ f pxq, lo anterior se suele representar como dd xy . Cuando f 1 sea derivable
en un valor b de su dominio, a la derivada de f 1 en b se le denota por f 2 pbq y se dice que
es la segunda derivada o derivada de orden 2 de f en b. Observemos que si C es el
conjunto de todos los x tales que f 2 pxq existe, entonces f 2 : C ÝÑ R. La función f 2 se llama
segunda derivada o derivada de orden 2 de f . A la función f 2 también se le denota
10.11. Definición de derivada 243

como f p2q . Observemos que cuando f ptq representa la posición de una partícula en el tiempo
t, entonces f 1 ptq representa la velocidad instantánea de la partícula en el tiempo t, mientras
que f 2 ptq representa la aceleración en el tiempo t. En general si n es un número natural y se
tiene definida f pnq , definimos f pn`1q como la derivada de f pnq . En general a f pnq se le llama
la derivada de orden n de f o n-ésima derivada de f . Cuando establecemos que y “ f pxq,
a la expresión f pnq pxq, que representa la derivada n-ésima de f evaluada en x, se le suele
n
denotar como dd xny o a veces como y pnq .
Algunas veces puede suceder que el límite

f pa ` ∆q ´ f paq
lím
∆Ñ0 ∆
no exista, sin embargo pueden existir uno o los dos límites siguientes

f pa ` ∆q ´ f paq
lím` ,
∆Ñ0 ∆
f pa ` ∆q ´ f paq
lím´ .
∆Ñ0 ∆
En el caso de que alguno de los límites anteriores exista, se les llamará derivada por
la derecha y derivada por la izquierda respectivamente de f en a y se les denotará res-
pectivamente por D` f paq y D´ f paq. Observemos que para que D` f paq exista, es necesario
que el dominio de f contenga un intervalo de la forma ra; bq, mientras que para que D´ f paq
exista, es necesario que el dominio de f contenga un intervalo de la forma pc; as.
Si una función f es derivable en cada elemento de un intervalo abierto I incluido en su
dominio, entonces decimos que f es derivable en I.
10.11.5. Ejemplo. Si f pxq “ |x|, tenemos que D` f p0q “ lím` f p0`∆q´f

p0q
“ lím` ∆


Ƅ0 Ƅ0
1, mientras que D´ f p0q “ lím´ f p0`∆q´f

p0q
“ lím´ ´∆

“ ´1. Si a ą 0 y tomamos ∆
Ƅ0 Ƅ0
suficientemente cercano a 0, por ejemplo |∆| ă a, entonces |a ` ∆| “ a ` ∆, por lo que
|a`∆|´|a|

“ 1, por lo que f 1 paq “ 1. Ahora, si a ă 0 y tomamos ∆ suficientemente cercano a
0, por ejemplo |∆| ă ´a, entonces |a ` ∆| “ ´pa ` ∆q, por lo que |a`∆|´|a|

“ ´pa`∆q`a

“ ´1,
por lo que en este caso f paq “ ´1.
1
244 10.12. Teoremas sobre derivadas

10.12. Teoremas sobre derivadas


En esta sección estableceremos métodos para efectuar cálculos prácticos de las derivadas
de muchas de las funciones conocidas que sean sumas, rectas, multiplicaciones, divisiones o
composiciones de funciones racionales, exponenciales o logarítmicas.

10.12.1. Teorema. Si f y g son dos funciones reales derivables en un número a, entonces la


derivada de la función f ` g en a es f 1 paq ` g 1 paq.

Demostración. Calculemos directamente la derivada de f ` g en a. Tenemos que

pf ` gqpa ` ∆q ´ pf ` gqpaq f pa ` ∆q ` gpa ` ∆q ´ pf paq ` gpaqq


pf ` gq1 paq “ lím “ lím
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆
pf pa ` ∆q ´ f paqq ` pgpa ` ∆q ´ gpaqq
“ lím
∆Ñ0 ∆
f pa ` ∆q ´ f paq gpa ` ∆q ´ gpaq
“ lím ` lím “ f 1 paq ` g 1 paq,
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆

con lo que el teorema queda demostrado. ‚

10.12.2. Teorema. Si f es una función derivable en a y c es un número, entonces la función


g dada por gpxq “ cf pxq es derivable en a y además g 1 paq “ cf 1 paq.

Demostración. De la definición de derivada tenemos

gpa ` ∆q ´ gpaq cf pa ` ∆q ´ cf paq f pa ` ∆q ´ f paq


g 1 paq “ lím “ lím “ c lím “ cf 1 paq,
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆

con lo que el teorema queda demostrado. ‚

10.12.3. Teorema. Si f es derivable en a, entonces f es continua en a.

Demostración. Supongamos que f es derivable en a. Si f no fuera continua en a, entonces


existiría un ε ą 0 tal que para todo δ ą 0 existe un número real x, con la propiedad de que
|x ´ a| ă δ y |f pxq ´ f paq| ľ ε. En particular existiría un ε ą 0 y una sucesión de números
reales pxn q tal que |xn ´ a| ă 1{n y |f pxn q ´ f paq| ľ ε. Observando que xn ÝÑ a cuando
n ÝÑ 8, tenemos
ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ
f pxq ´ f paq ˇ f pxq ´ f paq ˇ ˇ f pxn q ´ f paq ˇ
|f paq| “ ˇˇ lím ˇ “ lím ˇ ˇ “ lím ˇ
1
ˇ ˇ
ˇ
xÑa x ´ a ˇ xÑa ˇ x ´ a ˇ nÑ8 ˇ xn ´ a ˇ
ε
ľ lím “ lím nε “ `8,
nÑ8 1{n nÑ8

con lo que llegamos a una contradicción acerca de la existencia de la derivada de f en a. De


este modo tenemos que si f es derivable en a, entonces es continua en a. ‚

10.12.4. Teorema. Si f y g son dos funciones derivables en a, entonces la derivada de f g


en a existe y está dada por f paqg 1 paq ` f 1 paqgpaq.
10.12. Teoremas sobre derivadas 245

Demostración. Utilizando la definición de derivada, el teorema anterior y las propiedades


de los límites tenemos que

f pa ` ∆qgpa ` ∆q ´ f paqgpaq
D f gpaq “ lím
∆Ñ0 ∆
pf pa ` ∆qgpa ` ∆q ´ f pa ` ∆qgpaqq ` pf pa ` ∆qgpaq ´ f paqgpaqq
“ lím
∆Ñ0 ∆
f pa ` ∆qgpa ` ∆q ´ f pa ` ∆qgpaq f pa ` ∆qgpaq ´ f paqgpaq
“ lím ` lím
Ƅ0
ˆ ∆ ˙ ∆Ñ0 ∆
gpa ` ∆q ´ gpaq f pa ` ∆q ´ f paq
“ lím f pa ` ∆q ` lím gpaq
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆
gpa ` ∆q ´ gpaq
“ lím f pa ` ∆q lím ` f 1 paqgpaq “ f paqg 1 paq ` f 1 paqgpaq,
∆Ñ0 ∆Ñ0 ∆
con lo que el teorema queda demostrado. ‚
1 ´1
10.12.5. Teorema. Si f pxq “ x
para x ‰ 0, entonces f 1 pxq “ x2
.
Demostración. Utilizando la definición de derivada tenemos que
1 1
f px ` ∆q ´ f pxq ´ ´∆ ´1 ´1
f pxq “ lím
1
“ lím x`∆ x
“ lím “ lím “ 2,
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 x∆px ` ∆q ∆Ñ0 xpx ` ∆q x

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


El teorema que enunciaremos a continuación, conocido como la regla de la cadena, es muy
importante y es una herramienta muy fuerte en el cálculo práctico de derivadas.
10.12.6. Regla de la cadena. Si f y g son funciones tales que f es derivable en gpxq y g
es derivable en x, entonces pf ˝ gq1 pxq “ f 1 pgpxqqg 1 pxq.
Demostración. Analicemos primero el caso en el que existe un δ ą 0 tal que 0 ă |t| ă δ
ùñ gpx ` tq ‰ gpxq. En este caso tenemos que

pf ˝ gqpx ` ∆q ´ pf ˝ gqpxq f pgpx ` ∆qq ´ f pgpxqq


pf ˝ gq1 pxq “ lím “ lím
Ƅ0
ˆ ∆ ∆Ñ0
˙∆
f pgpx ` ∆qq ´ f pgpxqq gpx ` ∆q ´ gpxq
“ lím ¨
∆Ñ0 gpx ` ∆q ´ gpxq ∆
f pgpx ` ∆qq ´ f pgpxqq gpx ` ∆q ´ gpxq
“ lím ¨ lím
∆Ñ0 gpx ` ∆q ´ gpxq ∆Ñ0 ∆
f psq ´ f pgpxqq 1
“ lím ¨ g pxq “ f 1 pgpxqqg 1 pxq.
sÑgpxq s ´ gpxq

Analicemos ahora el caso en que para cada δ ą 0 existe un t P p´δ; δqzt0u tal que gpx`tq “
gpxq. En tal caso, existe una sucesión ptn q tal que tn P p´1{n; 1{nqzt0u y gpx ` tn q “ gpxq,
tal sucesión converge obviamente a 0. Ahora, observemos que

gpx ` ∆q ´ gpxq gpx ` tn q ´ gpxq 0


g 1 pxq “ lím “ lím “ lím “ 0.
∆Ñ0 ∆ nÑ8 tn nÑ8 tn
246 10.12. Teoremas sobre derivadas

Por lo anterior es suficiente


ˇ demostrar que en esteˇ caso pf ˝gq1 pxq “ 0. Para ε ą 0, sea δ ą 0 tal
que 0 ă |s| ă δ ùñ ˇ pf pgpxq`sqq´f pgpxqq
´ f 1 pgpxqqˇ ă ε. Sea además η ą 0 tal que 0 ă |∆| ă η
ˇ ˇ
s
ˇ ˇ
ùñ ˇ pgpx`∆q´gpxqq ε
y |gpx ` ∆q ´ gpxq| ă δ. Tomemos ∆ P p´η; ηqzt0u. Si
ˇ ˇ
∆ ˇ ă pε`|f 1 pgpxqq|q
gpx ` ∆q “ gpxq, entonces
ˇ ˇ
ˇ f pgpx ` ∆qq ´ f pgpxqq ˇ
ˇ ˇ ă ε.
ˇ ∆ ˇ
Si en cambio gpx ` ∆q ‰ gpxq, entonces
ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ f pgpx ` ∆qq ´ f pgpxqq ˇ ˇ f pgpx ` ∆qq ´ f pgpxqq ˇ ˇ gpx ` ∆q ´ gpxq ˇ
ˇ ˇ“ˇ ˇ¨ˇ ˇ
ˇ ∆ ˇ ˇ gpx ` ∆q ´ gpxq ˇ ˇ ∆ ˇ
ε
ă pε ` |f 1 pgpxqq|q ¨ “ ε.
ε ` |f pgpxqq|
1

Por lo que en este caso pf ˝ gq1 pxq “ 0. En general siempre se tiene que pf ˝ gq1 pxq “
f 1 pgpxqqg 1 pxq. ‚
10.12.7. Teorema. Si f y g son dos funciones derivables en a, con gpaq ‰ 0, entonces
f f 1 paqgpaq ´ f paqg 1 paq
D paq “ .
g pgpaqq2

Demostración. Utilizando el teorema 10.12.4, la regla de la cadena y el teorema 10.12.5,


tenemos que si definimos la función h como hpxq “ x1 , entonces
ˆ ˙
f 1
D paq “ D f ¨ paq “ Dpf ¨ ph ˝ gqqpaq “ f 1 paqph ˝ gqpaq ` f paqph ˝ gq1 paq
g g
ˆ ˙
f 1 paq 1 1 f 1 paq ´1
“ ` f paqh pgpaqqg paq “ ` f paq g 1 paq
gpaq gpaq pgpaqq2
f 1 paqgpaq ´ f paqg 1 paq
“ ,
pgpaqq2
con lo cual queda demostrado el teorema. ‚
n 1 n´1
10.12.8. Teorema. Si n es un número natural y f pxq “ x , entonces f pxq “ nx .
Demostración. Usando la fórmula para factorizar una diferencia de potencias tenemos que
n´1
ř
ppx ` ∆q ´ xqxk px ` ∆qn´1´k
px ` ∆qn ´ xn k“0
f pxq “ lím
1
“ lím
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆
n´1
ÿ n´1
ÿ n´1
ÿ
“ lím k
x px ` ∆qn´1´k
“ k n´1´k
x x “ xn´1 “ nxn´1 . ‚
Ƅ0
k“0 k“0 k“0

El siguiente teorema nos da la fórmula para calcular la derivada de la función exponencial.


10.12.9. Teorema. La derivada de la función exponencial natural es la misma función
exponencial natural, es decir exp1 pxq “ exppxq.
10.12. Teoremas sobre derivadas 247

Demostración. Por definición tenemos que


8
∆k
ř
x`∆ x x ∆ ´1∆ k!
e ´e e pe ´1q e ´1 k“0
exp pxq “ lím
1
“ lím “ e lím
x
“ e lím
x
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0
˜ ∆ ∆Ñ0 ∆
¸ ˜ ∆Ñ0 ∆ ¸
8 k´1 8 k´1 8 k
ÿ ∆ ÿ ∆ ÿ ∆
“ ex lím “ ex 1 ` lím “ ex 1 ` lím ∆ ,
Ƅ0
k“1
k! Ƅ0
k“2
k! Ƅ0
k“0
pk ` 2q!

pero si |∆| ă 1, entonces


ˇ ˇ
8 8 8
ˇ ÿ ∆k ˇˇ ÿ |∆k | ÿ |∆|k
0 ĺ ˇ∆ “ |∆| e|∆| ,
ˇ
ˇ ĺ |∆| ĺ |∆|
ˇ k“0 pk ` 2q! ˇ k“0
pk ` 2q! k“0
k!
ˇ 8 ˇ
∆k ˇ
por lo que 0 ĺ lím ˇˇ∆ ĺ lím |∆| e|∆| “ 0, de manera que
ˇ ř ˇ
∆Ñ0 pk`2q! ˇ ∆Ñ0
k“0

8
ÿ ∆k
lím ∆ “0
Ƅ0
k“0
pk ` 2q!

y así exp1 pxq “ ex “ exppxq. ‚


10.12.10. Corolario. Si a es un número positivo y f es la función tal que f pxq “ ax , entonces
f 1 paq “ pln aqax .
Demostración. Como ax “ epln aqx , tenemos que el resultado se sigue de la regla de la
cadena y del teorema 10.12.9. ‚
El teorema siguiente nos dice cómo calcular la derivada de una función inversa.
10.12.11. Teorema. Si f es una función inyectiva y derivable en a, f 1 paq ‰ 0 y b “ f paq,
entonces D f ´1 pbq “ f 11paq , es decir

1
pf ´1 q1 pbq “ .
f 1 pf ´1 pbqq

Demostración. Sea I la función identidad, es decir la función tal que Ipxq “ x y ob-
servemos que I 1 pxq “ 1. Como I “ f ˝ f ´1 , obtenemos al usar la regla de la cadena que
f 1 pf ´1 pbqqpf ´1 q1 pbq “ 1, es decir pf ´1 q1 pbq “ f 1 pf ´1
1
pbqq
. ‚
10.12.12. Teorema. D lnpxq “ x1 .
Demostración. De los teoremas 10.12.9 y 10.12.11 y usando el hecho de que el logaritmo
natural es la función inversa de la función exponencial tenemos que D lnpxq “ exp1 plnpxqq
1

1
expplnpxqq
“ x.
1

d ln |x|
10.12.13. Corolario. dx
“ x1 .
Demostración. Observemos que ln |x| sólo está definido cuando x ‰ 0. Sea f la función
definida por f pxq “ |x| y observemos que si x ą 0, entonces f 1 pxq “ 1, mientras que si x ă 0,
248 10.12. Teoremas sobre derivadas

entonces f 1 pxq “ ´1 (véase el ejemplo 10.11.5). Ahora, por la regla de la cadena y por el
teorema 10.12.12 tenemos que si x ą 0, entonces d ln |x|
dx
1
“ |x| 1 “ x1 , mientras que si x ă 0,
entonces d ln |x|
dx
“ 1
|x|
p´1q “ 1
´x
p´1q “ x1 . ‚
El siguiente teorema es en cierto sentido una generalización del teorema 10.12.8.
10.12.14. Teorema. Si r P R y f : p0; `8q ÝÑ R es la función definida como f pxq “ xr ,
entonces f 1 pxq “ rxr´1 .
Demostración. Como xr “ er lnpxq , obtenemos al aplicar
` ˘ la regla de la cadena y los teoremas
10.12.9 y 10.12.12 que f 1 pxq “ er lnpxq ¨r x1 “ xr r ¨ x1 “ rxr´1 .
` ˘

Ejercicios.

1. Hallar la función derivada de ps P Rq ÞÑ p2s2 ´ 5q7 .


2t2 ` 1
2. Hallar la función derivada de pt P Rzt´3uq ÞÑ .
t`3
3. Hallar las derivadas por la izquierda y por la derecha de las siguientes funciones en
x “ ´3.

a) px P Rq ÞÑ |x ` 3|, b) px P Rq ÞÑ |x| ` 3, c) px P Rq ÞÑ px ` 3q2 |x ` 3|.

4. Si la expresión t4 ` 3t2 ` 4t representa los metros que una partícula se encuentra a la


derecha de un punto inicial a los t segundos. Encontrar la velocidad y la aceleración de
la partícula a los 5 segundos.
10.13. Máximos y mínimos relativos 249

10.13. Máximos y mínimos relativos


En esta sección estableceremos criterios para determinar cuando una función es creciente,
decreciente así como para hallar los valores donde la función toma un máximo o un mínimo
local. Veamos antes algunas definiciones.
10.13.1. Definiciones. Sea A Ă R y f : A ÝÑ R. Decimos que f toma un máximo local
o máximo relativo en a P A si existe un intervalo abierto I tal que a P I y para todo
x P I X A se tiene que f paq ľ f pxq. De manera similar decimos que f toma un mínimo
local o mínimo relativo en b P A si existe un intervalo abierto J tal que b P J y para
todo x P J X A se tiene que f pbq ĺ f pxq. Cuando la función f toma un máximo relativo o
un mínimo relativo en un número c, decimos que f toma un extremo relativo o extremo
local en c. Ahora, decimos que f toma un máximo absoluto en un número a P A si para
todo x P A se tiene que f pxq ĺ f paq, en tal caso decimos que f paq es el máximo absoluto de
f . Decimos que f toma un mínimo absoluto en un número b P A si para todo x P A se
tiene que f pxq ľ f pbq, en tal caso decimos que f pbq es el mínimo absoluto de f . Se dice que
un número es un extremo absoluto de una función, cuando es un máximo absoluto o un
mínimo absoluto de la función. Supongamos que B Ă A. Cuando a P B y f paq ľ f pxq para
todo x P B, decimos que f paq es el máximo absoluto de f en el conjunto B. Cuando b P B y
f pbq ĺ f pxq para todo x P B, decimos que f pbq es el mínimo absoluto de f en el conjunto B.
Se dice que un número es un extremo absoluto de una función en un conjunto B, cuando
es un máximo absoluto o un mínimo absoluto de la función en el conjunto B.
El teorema siguiente será muy útil como técnica para buscar máximos y mínimos relativos
de una función.
10.13.2. Teorema de Rolle. Sean a y b dos números con a ă b y f una función continua en
ra; bs y derivable en pa; bq tal que f paq “ f pbq. Existe un número c P pa; bq, tal que f 1 pcq “ 0.
Demostración. Si no existe ningún x P pa; bq tal que f pxq ‰ f paq, entonces la función es
constante en ra; bs y cualquier c P pa; bq es tal que f 1 pcq “ 0, por ejemplo f 1 ppb ` aq{2q “ 0. Si
existe un x P pa; bq tal que f pxq ą a, entonces suptf ptq : t P ra; bsu ą f paq y por el teorema
del valor máximo 10.5.22, existe un c P ra; bs tal que f pcq “ suptf ptq : t P ra; bsu, en este caso
es obvio que c P pa; bq. Ahora, como f ptq ĺ f pcq para todo t P ra; bs, tenemos que si a ă t ă c,
entonces f ptq´f
t´c
pcq
ľ 0, por lo que D´ f pcq ľ 0, pero si c ă t ă b, entonces f ptq´f t´c
pcq
ĺ 0, por
lo que D f pcq ĺ 0. Como f es derivable en pa; bq tenemos que D f pcq “ D f pcq “ D f pcq,
` ` ´

concluyendo que D f pcq “ 0, es decir f 1 pcq “ 0. Si existe un x P pa; bq tal que f pxq ă f paq, se
demuestra de manera similar (usando el teorema del valor mínimo 10.5.23) que también en
este caso existe un número c P pa; bq tal que f 1 pcq “ 0. ‚
10.13.3. Teorema del valor medio de Lagrange (teorema del valor medio para
derivadas) (teorema del incremento finito). Sea f una función continua en un intervalo
cerrado ra; bs y derivable en pa; bq, (con a ă b). Existe un número c P pa; bq tal que

f pbq ´ f paq
f 1 pcq “ .
b´a
250 10.13. Máximos y mínimos relativos

Y
Demostración. Sea g : ra; bs ÝÑ R la fun-
ción definida por

f pbq ´ f paq
gpxq “ f pxq ´ px ´ aq
b´a
y observemos que gpaq “ f paq “ gpbq, de
modo que por el teorema de Rolle 10.13.2
existe un c P pa; bq tal que g 1 pcq “ 0, pero
y=fHxL
X
g 1 pxq “ f 1 pxq ´ f pbq´f
b´a
paq
, de donde concluimos
a c b
que f pcq “ b´a .
1 f pbq´f paq

10.13.4. Teorema. Supongamos que f es una Y


función tal que:

a) f toma un máximo local o un mínimo fHcL

local en un número c,

b) el domino de f incluye a un intervalo y=fHxL


abierto al cual pertenece c,

c) f 1 pcq existe; X
a c b

entonces f 1 pcq “ 0.

Demostración. Haremos la demostración para el caso en que f toma un máximo local en


c. Sea pa; bq un intervalo abierto incluido en el domino de f , tal que c P pa; bq y f pxq ĺ f pcq
para todo x P pa; bq. Si t P pa; bq y t ă c, entonces f ptq´ft´c
pcq
ľ 0, por lo que D´ f pcq ľ 0. Si
s P pa; bq y s ą c, entonces f psq´f
s´c
pcq
ĺ 0, por lo que D` f pcq ĺ 0. Como f 1 pcq existe, entonces
0 ĺ D´ f pcq “ f 1 pcq “ D` f pcq ĺ 0, es decir f 1 pcq “ 0. ‚
10.13.5. Definición. Un número c en el dominio de una función f es un valor crítico o
punto crítico de f si f 1 pcq “ 0 ó f 1 pcq no existe.
Debido al teorema 10.13.4, una función sólo puede tomar máximos o mínimos relativos
en sus valores críticos, es decir si queremos buscar los valores donde la función toma sus
máximos o mínimos relativos, es suficiente que la búsqueda se restrinja al conjunto de valores
críticos de la función.
10.13.6. Definición. Una función f es constante en un conjunto A si para cualesquiera
dos valores a, b P A se tiene que f paq “ f pbq.
10.13.7. Teorema. Si f 1 pxq “ 0 para todo x en un intervalo I, entonces f es constante en
I.
10.13. Máximos y mínimos relativos 251

Demostración. Sean a, b P I. Si a “ b, entonces f paq “ f pbq. Si a ă b, entonces, como f


es derivable en I, también lo es en pa; bq y por el teorema 10.12.3, es continua en ra; bs. Por
el teorema de Rolle 10.13.2, existe un c P pa; bq tal que

f pbq ´ f paq “ f 1 pcqpb ´ aq,

pero como f 1 pcq “ 0, entonces f paq “ f pbq. De manera análoga se tiene que f paq “ f pbq
cuando a ą b. Así para cualesquiera dos valores a, b P I se tiene que f paq “ f pbq, es decir f
es constante en el intervalo I. ‚
10.13.8. Corolario. Si f y g son dos funciones derivables en un intervalo I y además
f 1 pxq “ g 1 pxq para todo x P I, entonces existe un número k tal que

f pxq “ gpxq ` k.

Demostración. Sea h “ f ´g. Como para todo x P I, se tiene que h1 pxq “ f 1 pxq´g 1 pxq “ 0,
entonces, por el teorema 10.13.7, se tiene que la función h es constante en I, es decir existe
un número k tal que hpxq “ k para todo x P I, es decir f pxq ´ gpxq “ k, por lo tanto
f pxq “ gpxq ` k. ‚
10.13.9. Teorema. Supongamos que a ă b y que f es una función continua en ra; bs y
derivable en pa; bq.

a) Si f 1 pxq ą 0 para todo x P pa; bq, entonces f es estrictamente creciente en ra; bs.

b) Si f 1 pxq ă 0 para todo x P pa; bq, entonces f es estrictamente decreciente en ra; bs.

Demostración. Demostraremos solamente la parte a) del teorema (la parte b) se demuestra


de manera similar). Sean x1 , x2 P ra; bs tales que x1 ă x2 . Como f es continua en ra; bs y
derivable en pa; bq, entonces f es continua en rx1 ; x2 s y derivable en px1 ; x2 q, de modo que
por el teorema de Rolle 10.13.2 se tiene que existe un c P px1 ; x2 q tal que f px2 q ´ f px1 q “
f 1 pcqpx2 ´ x1 q, pero f 1 pcqpx2 ´ x1 q ą 0, por lo que f es estrictamente creciente en ra; bs. ‚
El teorema que sigue establece condiciones para que una función tenga un máximo o un
mínimo local en un número c.
10.13.10. Criterio de la primera derivada. Supongamos que a ă b, que f es una función
continua en pa; bq y que c P pa; bq es un valor crítico de f .

a) Si f 1 pxq ą 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ă 0 para todo x P pc; bq, entonces f toma un
máximo relativo en c.

b) Si f 1 pxq ă 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ą 0 para todo x P pc; bq, entonces f toma un
mínimo relativo en c.

c) Si f 1 pxq ą 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ą 0 para todo x P pc; bq, o bien si f 1 pxq ă 0
para todo x P pa; cq y f 1 pxq ă 0 para todo x P pc; bq, entonces f no toma un máximo
relativo ni un mínimo relativo en c.
252 10.13. Máximos y mínimos relativos

Demostración. a) Si f 1 pxq ą 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ă 0 para todo x P pc; bq,
entonces, por el teorema 10.13.9, se tiene que f es estrictamente creciente en pa; cq y es
estrictamente decreciente en pc; bq. Por lo tanto f pcq ą f pxq para todo x P pa; bq diferente de
c, teniéndose así que f toma un máximo relativo en c. La demostración del inciso b) se hace
de manera similar.
c) Supongamos primero que f 1 pxq ą 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ą 0 para todo x P pc; bq
y sea I un intervalo abierto al cual pertenece c. Observemos que I X pa; bq es también un
intervalo abierto al cual pertenece c. Sea x1 P I Xpa; bq un número menor que c y x2 P I Xpa; bq
un número menor que c. Por el teorema 10.13.9 se tiene que f px1 q ă f pcq ă f px2 q, por lo
cual f no toma un máximo relativo ni un mínimo relativo en c. De manera análoga se puede
demuestra que si f 1 pxq ă 0 para todo x P pa; cq y f 1 pxq ă 0 para todo x P pc; bq, entonces f
no toma un máximo relativo ni un mínimo relativo en c. ‚
10.13.11. Criterio de la segunda derivada. Supongamos que a ă b, f es derivable en
pa; bq, c P pa; bq, f 1 pcq “ 0 y f 2 pcq existe.

a) Si f 2 pcq ă 0, entonces f toma un máximo local en c.

b) Si f 2 pcq ą 0, entonces f toma un mínimo local en c.

1 1
Demostración. a) Supongamos que f 2 pcq ă 0 y sea k “ f 2 pcq. Como 0 ą k “ lím f ptq´f
t´c
cq

tÑc
1 ptq
lím ft´c , por ser f continua en c, existe un δ ą 0 tal que si t P pc ´ δ; c ` δq, entonces
2
tÑc
1
f ptq
t´c
ă k2 ă 0. De este modo tenemos que si t P pc ´ δ; cq, entonces f 1 ptq ą 0, mientras que si
t P pc; c ` δq, entonces f 1 ptq ă 0. Ahora, por el criterio de la primera derivada, tenemos que
f toma un máximo relativo en c.
La demostración del inciso b) es análoga a la del inciso a). ‚
10.13.12. Definición. Supongamos que f : A ÝÑ R, J es un intervalo abierto y J Ă A Ă R.
Decimos que la gráfica de f es cóncava hacia arriba en el intervalo J si la derivada de f
existe y es creciente en J. De manera similar, si la derivada de f existe y es decreciente en
J, decimos que la gráfica de f es cóncava hacia abajo en el intervalo J.
Los diagramas siguientes muestran posibles formas que tienen las gráficas que son cóncavas
hacia arriba.
10.13. Máximos y mínimos relativos 253

Como ejemplos típicos de gráficas que son cóncavas hacia arriba tenemos las parábolas
que se abren hacia arriba y las funciones exponenciales.
Los diagramas siguientes muestran posibles formas que tienen las gráficas que son cóncavas
hacia abajo.

Como ejemplos típicos de gráficas que son cóncavas hacia abajo tenemos las de las fun-
ciones logarítmicas, la de la función raíz cuadrada positiva y las parábolas que se abren hacia
abajo.
El teorema siguiente da una idea de la forma que debe tener la gráfica de una función en
los intervalos donde son cóncavas hacia arriba o cóncavas hacia abajo. Comparar el resultado
del teorema con las figuras anteriores.
10.13.13. Teorema. Sea I un intervalo abierto incluido en el dominio de una función f , sea
c P I y sea g la función cuya gráfica es la recta tangente a la gráfica de f en pc, f pcqq.

a) Si la función f es cóncava hacia arriba en I, entonces para todo x P I diferente de c se


tiene que f pxq ą gpxq.

b) Si la función f es cóncava hacia abajo en I, entonces para todo x P I diferente de c se


tiene que f pxq ă gpxq.

Demostración. Demostraremos solamente a), pues la demostración de b) es análoga. Sea


x P I menor que c. Por el teorema del valor medio para derivadas 10.13.3, existe un número
real a P px; cq tal que f 1 paq “ f pxq´f
x´c
pcq
, pero

gpxq “ f pcq ` f 1 pcqpx ´ cq “ f 1 pcqpx ´ cq ´ f 1 paqpx ´ cq ` f pxq


“ pf 1 pcq ´ f 1 paqqpx ´ cq ` f pxq ă f pxq.

Sea ahora x P I mayor que c. De nuevo por el teorema del valor medio para derivadas,
existe un número real a P pc; xq tal que f 1 paq “ f pxq´f
x´c
pcq
, pero

gpxq “ f pcq ` f 1 pcqpx ´ cq “ f 1 pcqpx ´ cq ´ f 1 paqpx ´ cq ` f pxq


“ pf 1 pcq ´ f 1 paqqpx ´ cq ` f pxq ă f pxq,

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


254 10.13. Máximos y mínimos relativos

El siguiente teorema da una técnica para encontrar los intervalos donde una función es
cóncava hacia arriba o cóncava hacia abajo.
10.13.14. Criterio de concavidad. Sea f una función cuya segunda derivada existe en un
intervalo abierto I.

a) Si f 2 pxq ą 0 para todo x P I, entonces la gráfica de f es cóncava hacia arriba en I.

b) Si f 2 pxq ă 0 para todo x P I, entonces la gráfica de f es cóncava hacia abajo en I.

Demostración. El teorema es una consecuencia inmediata de la definición de concavidad


y del teorema 10.13.9. ‚
10.13.15. Definición. Sea f : A ÝÑ R una función que es continua en c P A. Decimos que
el punto pc, f pcqq es un punto de inflexión de la función f ó de la gráfica de la función f ,
si existe un δ ą 0 tal que se cumple alguna de las dos propiedades siguientes:

I) La gráfica de f es cóncava hacia arriba en pc ´ δ; cq y cóncava hacia abajo en pc; c ` δq.

II) La gráfica de f es cóncava hacia abajo en pc ´ δ; cq y cóncava hacia arriba en pc; c ` δq.

Se puede decir que el punto de inflexión de una gráfica es el punto donde hay un cambio
de concavidad. Los siguientes diagramas ilustran unas gráficas de funciones resaltando sus
puntos de inflexión.

Ejercicios.

1. Hallar el valor de x que en el intervalo r´10; 10s haga máxima la expresión x3 ´ 3x2 `
3x ´ 1. Hallar además los extremos relativos y los puntos de inflexión.
10.14. Formas indeterminadas 255

10.14. Formas indeterminadas


Algunas veces nos vemos en la necesidad de calcular límites de cocientes en donde tanto el
límite del numerador como el del denominador son iguales a cero, por ejemplo en la definición
de derivada tenemos esta situación. Cuando nos hemos topado con tales límites, generalmente
primero hacemos una manipulación y simplificación algebraica y después calculamos un límite
conocido o relativamente fácil de calcular. Sin embargo a veces no es fácil hacer este tipo de
cálculos con los métodos usados anteriormente, por lo que en esta sección veremos métodos
prácticos para encontrar tales límites.
10.14.1. Definición. Diremos que un límite es de la forma indeterminada 0{0 si está
expresado en la forma lím fgpxq
pxq
, donde lím f pxq “ lím gpxq “ 0.
xÑa xÑa xÑa
El siguiente teorema será de utilidad para deducir un método para calcular algunas formas
indeterminadas 0{0.
10.14.2. Teorema del valor medio de Cauchy. Sean f y g funciones continuas en ra; bs
y derivables en pa; bq, con a ă b. Si g 1 pxq ‰ 0 para todo x P pa; bq, entonces existe un número
c P pa; bq tal que
f 1 pcq f pbq ´ f paq
“ .
g pcq
1 gpbq ´ gpaq

Demostración. Sea G la función definida por

Gpxq “ pgpbq ´ gpaqqpf pxq ´ f paqq ´ pgpxq ´ gpaqqpf pbq ´ f paqq.

Como Gpaq “ Gpbq “ 0, entonces por el teorema de Rolle 10.13.2, existe un c P pa; bq tal que
G1 pcq “ 0, pero G1 pxq “ pgpbq ´ gpaqqf 1 pxq ´ pf pbq ´ f paqqg 1 pxq y al evaluar en x “ c tenemos
que pgpbq ´ gpaqqf 1 pcq “ pf pbq ´ f paqqg 1 pcq. Ahora, como g 1 pxq ‰ 0 para todo x P pa; bq,
tenemos de nuevo por el teorema de Rolle que gpbq´gpaq b´a
‰ 0, por lo que gpbq ´ gpaq ‰ 0 y así
f 1 pcq
g 1 pcq
“ gpbq´gpaq .
f pbq´f paq

10.14.3. Teorema. Sean f y g funciones derivables en pa; bq y continuas en ra; bq. Si f paq “
gpaq “ 0, entonces
f pxq f 1 pxq
lím` “ lím` 1 .
xÑa gpxq xÑa g pxq

1
Demostración. Si lím` fg1 pxq
pxq
“ L (con L finito), entonces tomando x P pa; a`b
2
q tenemos,
xÑa
f 1 pcx q
por el teorema del valor medio de Cauchy 10.14.2, que existe cx P pa; xq tal que f pxq
gpxq
“ g 1 pcx q
.
Para ε ą 0 sea δ ą 0 tal que
ˇ 1 ˇ
ˇ f pxq ˇ
a ă x ă a ` δ ùñ ˇ 1
ˇ ´ Lˇˇ ă ε,
g pxq
pero como a ă cx ă a ` δ, entonces
ˇ 1 ˇ
ˇ f pcx q ˇ
ˇ g 1 pcx q ´ Lˇ ă ε,
ˇ ˇ
256 10.14. Formas indeterminadas

lo cual implica que ˇ ˇ


ˇ f pxq ˇ
ˇ gpxq ´ Lˇ ă ε
ˇ ˇ

y así
f pxq f 1 pxq
lím` “ lím` 1 .
xÑa gpxq xÑa g pxq
f 1 pxq
Si lím` g1 pxq “ ´8, entonces para todo N ą 0 existe un δ ą 0 tal que si 0 ă x ă a ` δ,
xÑa
1 pxq f 1 pcx q
entonces fg1 pxq ă ´N , por lo que g 1 pcx q
ă ´N y así f pxq
gpxq
ă ´N , por lo que lím` fgpxq
pxq
“ ´8. De
xÑa
1 1
manera similar se puede demostrar que lím` fgpxq
pxq
“ lím` fg1 pxq
pxq
cuando lím` fg1 pxq
pxq
“ `8. ‚
xÑa xÑa xÑa
De manera análoga a como se demostró el teorema 10.14.3 se puede demostrar el teorema
siguiente.
10.14.4. Teorema. Sean f y g funciones derivables en pa; bq y continuas en pa; bs. Si f pbq “
gpbq “ 0, entonces
f pxq f 1 pxq
lím “ lím´ 1 .
xÑb´ gpxq xÑb g pxq

Los teoremas 10.14.3 y 10.14.4 implican el teorema siguiente.


10.14.5. Teorema. Sean f y g funciones derivables en pa; bq y c P pa; bq. Si f pcq “ gpcq “ 0,
entonces
f pxq f 1 pxq
lím “ lím 1 .
xÑc gpxq xÑc g pxq

10.14.6. Teorema. Si f y g funciones derivables en pa; `8q con a ą 0, y además lím f pxq “
xÑ`8
lím gpxq “ 0, entonces
xÑ`8
f pxq f 1 pxq
lím “ lím 1 .
xÑ`8 gpxq xÑ`8 g pxq

Demostración. Definiendo las funciones r : r0; a1 q ÝÑ R y s : r0; a1 q ÝÑ R como sp0q “


rp0q “ 0 y como rpyq “ f p y1 q y spyq “ gp y1 q si y ‰ 0, tenemos del teorema 10.14.3 que

f 1 pxq f 1 p y1 q ´ y12 f 1 p y1 q r1 pyq rpyq f pxq


lím “ lím 1 “ lím 1 1 “ lím “ lím “ lím ,
xÑ`8 g pxq
1 yÑ0` g 1 p q yÑ0` ´ 2 g 1 p q yÑ0` s pyq
1 yÑ0` spyq xÑ`8 gpxq
y y y

quedando así el teorema demostrado. ‚


La demostración del siguiente teorema es similar a la anterior y se dejan los detalles al
lector.
10.14.7. Teorema. Si f y g funciones derivables en p´8; aq con a ă 0, y además lím f pxq “
xÑ´8
lím gpxq “ 0, entonces
xÑ´8
f pxq f 1 pxq
lím “ lím 1 .
xÑ´8 gpxq xÑ´8 g pxq
10.14. Formas indeterminadas 257

10.14.8. Definición. Las fórmulas dadas de los teoremas 10.14.3 al 10.14.7 para calcular
formas indeterminadas 0{0 se conocen como regla de l’Hôpital.
10.14.9. Definición. Diremos que un límite es de la forma indeterminada 8{8 si está
expresado en la forma lím fgpxq
pxq
, donde lím f pxq “ `8 ó lím f pxq “ ´8, y lím gpxq “ `8 ó
xÑa xÑa xÑa xÑa
lím gpxq “ ´8.
xÑa

Veamos que la regla de l’Hôpital también sirve para calcular formas indeterminadas 8{8.
1 pxq
Si tenemos que lím` fg1 pxq “ L, donde L es un número real, ( lím` f pxq “ `8 ó lím` f pxq “
xÑa xÑa xÑa
´8) y ( lím` gpxq “ `8 ó lím` gpxq “ ´8), entonces para todo ε ą 0, existe un xε ą a tal
xÑa xÑa
que a ă x ă xε ùñ |f 1 pxq{g 1 pxq ´ L| ă 2ε , f pxq ‰ 0, gpxq ‰ 0 y g 1 pxq ‰ 0. Por el teorema del
f 1 pyq
valor medio de Cauchy existe un y P px; xε q tal que fgpxq´gpxpxq´f pxε q
εq
“ g 1 pyq
, por lo que si a ă x ă xε ,
entonces ˇ ˇ
ˇ f pxq ´ f pxε q ˇ ε
ˇ
ˇ gpxq ´ gpxε q ´ L ˇă .
ˇ 2
Como f pxq ‰ 0 y gpxq ‰ 0, entonces
ˇ f pxq 1 ´ f pxε q
ˇ ˜ ¸ ˇ
ˇ ε
f pxq
10.14.10. ´ Lˇ ă .
ˇ ˇ
gpx
ˇ
ˇ gpxq 1 ´ ε q ˇ 2
gpxq

Ahora, para a ă x ă xε sea


f pxε q
1´ f pxq
hε pxq “ gpxε q
1´ gpxq
y analicemos tres posibles casos, a saber L “ 0, L ą 0 y L ă 0. Si dejamos fijo ε, observamos
que hε pxq ÝÑ 1 cuando x ÝÑ a` y de la desigualdad 10.14.10 se obtiene
ˇ ˇ
ˇ f pxq ˇ ε
10.14.11. ˇ gpxq hε pxq ´ Lˇ ă 2 .
ˇ ˇ

Si L “ 0, existe un δ P p0; xε ´ aq tal que a ă x ă a ` δ ùñ 1 ´ ε ă hε pxq ă 1 ` ε, por lo


que al usar la desigualdad 10.14.11 y tomar ε ă 21 se tiene
ˇ ˇ
ˇ f pxq ˇ ε ε ε
2 2 2
ˇ gpxq ˇ |hε pxq| ă 1 ´ ε ă 1 “ ε,
ˇ ˇă
2
1
por lo que lím` fgpxq
pxq
“ 0 “ lím` fg1 pxq
pxq
.
xÑa xÑa
Si L ą 0, tomemos ε ă mínt L2 , 21 u, de tal manera que L ` 2ε y L ´ 2ε sean positivos. Con
ε ε
estas condiciones sea δ P p0; xε ´ aq tal que si a ă x ă a ` δ, entonces 1 ´ L´2 ε ă h1ε ă 1 ` L`2 ε
2 2
y al aplicar 10.14.11 tenemos
ε
¯ˆ ´ 2ε ` L
´ε ˙
2 f pxq
´ε ` L “ ´ ´L 1´ ε ă ă
2 L´ 2 hε pxq gpxq
ε ˆ ε ˙
`L ´ ε ¯
ă 2 ă ` L 1 ` 2 ε “ ε ` L,
hε pxq 2 L` 2
258 10.14. Formas indeterminadas
ˇ ˇ 1 pxq
de donde se tiene que ˇ gpxq ´ Lˇ ă ε y así lím` fgpxq “ L “ lím` fg1 pxq .
ˇ f pxq ˇ pxq
xÑa xÑa
Si L ă 0, tomemos ε ă mínt´ L2 , 12 u, de tal manera que L ` 2ε y L ´ 2ε sean negativos. Con
ε ε
estas condiciones sea δ P p0; xε ´aq tal que si a ă x ă a`δ, entonces 1` L`2 ε ă hε1pxq ă 1´ L´2 ε
2 2
y al aplicar 10.14.11 tenemos
ε
¯ˆ ´ 2ε ` L
´ε ˙
2 f pxq
´ε ` L “ ´ ´L 1´ ε ă ă
2 L´ 2 hε pxq gpxq
ε ˆ ε ˙
`L ´ ε ¯
ă 2 ă ` L 1 ` 2 ε “ ε ` L,
hε pxq 2 L` 2
ˇ ˇ 1 pxq
de donde se tiene que ˇ gpxq ´ Lˇ ă ε y así lím` fgpxq “ L “ lím` fg1 pxq .
ˇ f pxq ˇ pxq
xÑa xÑa
Hemos visto así que la regla de l’Hôpital también es válida en el caso en que f pxq ÝÑ `8 ó
1 pxq
f pxq ÝÑ ´8 y gpxq ÝÑ `8 ó gpxq ÝÑ ´8 cuando x ÝÑ a` y además el límite lím` fg1 pxq es
xÑa
finito. De manera análoga se puede ver que la regla de l’Hôpital también es válida en el caso en
que f pxq ÝÑ `8 ó f pxq ÝÑ ´8 y gpxq ÝÑ `8 ó gpxq ÝÑ ´8 cuando x ÝÑ a´ y además
1 pxq
el límite lím` fg1 pxq es finito. Utilizando estos dos últimos hechos se demuestra también que la
xÑa
regla de l’Hôpital es válida en el caso en que f pxq ÝÑ `8 ó f pxq ÝÑ ´8 y gpxq ÝÑ `8
1 pxq
ó gpxq ÝÑ ´8 cuando x ÝÑ a y además el límite lím fg1 pxq es finito. La demostración de
xÑa
la regla de l’Hôpital en los casos en que f pxq ÝÑ `8 ó f pxq ÝÑ ´8 y gpxq ÝÑ `8 ó
1 pxq
gpxq ÝÑ ´8 cuando x ÝÑ `8 (o cuando x ÝÑ ´8) y además el límite lím fg1 pxq es finito
xÑ`8
f 1 pxq
(o el límite lím 1 es finito) es análoga a la demostración del teorema 10.14.6.
xÑ´8 g pxq
1
Veamos qué sucede con el límite lím fgpxq
pxq
, en el caso en que lím fg1 pxq
pxq
“ `8, lím f pxq “ `8
xÑβ xÑβ xÑβ
y lím gpxq “ `8 (donde β puede representar cualquiera de los símbolos a, a` , a´ , `8 ó ´8
xÑβ
1 1
y a P R). Si lím fg1 pxq
pxq
“ `8, lím f pxq “ `8 y lím gpxq “ `8, entonces lím fg 1pxq
pxq
“ 0 por lo
xÑβ xÑβ xÑβ xÑβ
que lím fgpxq pxq
“ 0. Como f pxq ÝÑ `8 y gpxq ÝÑ `8 cuando x ÝÑ β, entonces lím fgpxq pxq

ˇxÑβ ˇ xÑβ
f 1 pxq
lím ˇ fgpxq ˇ “ `8. Es decir, la regla de l’Hôpital también es válida cuando lím g1 pxq “ `8,
ˇ pxq ˇ
xÑβ xÑβ
lím f pxq “ `8 y lím gpxq “ `8. De manera similar se puede ver que es válida cuando
xÑβ xÑβ
1 pxq
lím fg1 pxq es `8 ó ´8, lím f pxq es `8 ó ´8 y lím gpxq es `8 ó ´8.
xÑβ xÑβ xÑβ
En resumen, tenemos el siguiente teorema que es muy útil para calcular formas indeter-
minadas 0{0 e 8{8.
10.14.12. Regla de l’Hôpital. Para a P R, hagamos que el símbolo β signifique alguno de
los símbolos a` , a´ , a, `8 ó ´8. Si f y g son funciones reales de variable real que satisfacen
una de las siguientes condiciones:

a) lím f pxq “ 0 y lím gpxq “ 0;


xÑβ xÑβ

b) lím f pxq P t`8, ´8u y lím gpxq P t`8, ´8u;


xÑβ xÑβ
10.14. Formas indeterminadas 259
1
y además lím fg1 pxq
pxq
existe (en el sentido de que puede ser un número real, `8 ó ´8). Entonces
xÑβ

f pxq f 1 pxq
lím “ lím 1 .
xÑβ gpxq xÑβ g pxq

10.14.13. Ejemplo. Sea f : R ÝÑ R la función dada por


#
si x ą 0
´2
e´x
f pxq “ .
0 si x ĺ 0

Demostrar que f es continua en 0 y además f pnq p0q “ 0 para todo n P N.


Solución. Es obvio que f es continua en 0 por la izquierda y que la derivada por la izquierda
de cualquier orden en 0 es 0.
Para ver que f es continua en 0, veamos que f es continua por la derecha en 0, en efecto
´2 2
lím` f pxq “ lím` e´x “ lím e´s “ 0.
xÑ0 xÑ0 sÑ`8

Demostremos ahora por inducción matemática que para todo n P N


f pxq
10.14.14. lím` “ 0.
xÑ0 xn
Vemos primero que debido a la regla de l’Hôpital
f pxq f pxq ´ f p0q
10.14.15. lím` f 1 pxq “ lím` “ lím` “ D` f p0q,
xÑ0 xÑ0 x xÑ0 x
siempre que dicho límite sea un número real, es decir, siempre que D` f p0q exista en R. Por
otra parte, aplicando de nuevo la regla de l’Hôpital varias veces, tenemos que
´2 2 2s3 6s2
lím` f 1 pxq “ lím` 2x´3 e´x “ lím 2s3 e´s “ lím 2 “ lím 2
xÑ0 xÑ0 sÑ`8 sÑ`8 es sÑ`8 2s es
10.14.16.
3s 3
“ lím 2 “ lím 2 “ 0,
sÑ`8 es sÑ`8 2s es

de manera que de 10.14.15 y 10.14.16 tenemos que D` f p0q “ 0 y además la fórmula 10.14.14
es válida para n “ 1 y para n “ 3.
Aplicando de nuevo la regla de l’Hôpital tenemos que
f pxq s2 2s ´s2
lím` 2
“ lím s 2 “ lím s 2 ““ lím e “ 0,
xÑ0 x sÑ`8 e sÑ`8 2s e sÑ`8

por lo que la fórmula 10.14.14 también es válida para n “ 2.


Veamos ahora que si la fórmula 10.14.14 es válida para n igual a un entero N ľ 3 y todos
los enteros positivos n ă N , entonces también es válida para n “ N ` 1, en efecto
f pxq f 1 pxq 2x´3 f pxq 2 f pxq
0 “ lím` “ lím “ lím “ lím ,
xÑ0 xN ´1 xÑ0` pN ´ 1qxN ´2 xÑ0` pN ´ 1qxN ´2 N ´ 1 xÑ0` xN `1
260 10.14. Formas indeterminadas

f pxq
por lo que lím` “ 0, terminando así con la demostración de la fórmula 10.14.14.
xÑ0 xN `1
Observemos ahora que para todo n P N y x ą 0 f pnq pxq “ Pn px´1 q e´x , donde Pn es
´2

una función polinomial de grado positivo con coeficientes positivos. Sea gn el grado de Pn pzq
y mn el coeficiente máximo de Pn pzq. Tenemos que para 0 ă x ă 1
´2 f pxq
0 ĺ f pnq pxq ĺ mn pgn ` 1qx´gn e´x “ mn pgn ` 1q ,
xg n
de manera que debido a la fórmula 10.14.14
f pxq
0 ĺ lím` f pnq pxq ĺ mn pgn ` 1q lím` “ 0,
xÑ0 xÑ0 xg n
teniendo así que lím` f pnq pxq “ 0, y si f pnq p0q “ 0, entonces la derivada por la derecha de
xÑ0
f pnq
evaluada en 0 es 0 pues
f pnq p0 ` xq ´ f pnq p0q f pnq pxq f pxq
0 ĺ lím` “ lím` ĺ mn pgn ` 1q lím` gn `1 “ 0,
xÑ0 x xÑ0 x xÑ0 x

teniendo así que f pnq p0q “ 0, para todo n P N.


10.14.17. Aclaración. En algunos textos a la regla de l’Hôpital se le conoce como «regla
de l’Hospital».
Veamos a continuación otros tipos de límites formas indeterminadas y las formas como
generalmente se calculan.
10.14.18. Definiciones. Una expresión del tipo lı́m f pxqgpxq es una forma indeterminada
xÑβ
08 cuando lı́m f pxq “ 0 y lı́m gpxq P t´8, `8u.
xÑβ xÑβ

10.14.19. Observación. Observemos que si lı́m f pxqgpxq es una forma indeterminada 08,
xÑβ
ésta puede expresarse como una forma indeterminada 0{0 ó 8{8 al escribirla como lím f pxq
1{gpxq
xÑβ
o bien como lím gpxq
, y unja vez hecho ese cambio se puede usar una técnica ya conocida
xÑβ 1{f pxq
para calcular el límite en caso de que exista..
10.14.20. Definiciones. Una expresión del tipo lı́m pf pxqqgpxq es:
xÑβ

a) forma indeterminada 00 cuando lı́m f pxq “ 0 y lı́m gpxq “ 0;


xÑβ xÑβ

b) forma indeterminada 18 cuando lı́m f pxq “ 1 y lı́m gpxq “ `8;


xÑβ xÑβ

c) forma indeterminada 80 cuando lı́m f pxq P t´8, `8u y lı́m gpxq “ 0.


xÑβ xÑβ

Una técnica usual de calculas las formas indeterminadas dadas en la definición 10.14.20
es hacer el desarrollo siguiente:
ˆ ˙
gpxq
lı́m pf pxqq “ lı́m exp pgpxq lnpf pxqqq “ exp lı́m gpxq lnpf pxqq ,
xÑβ xÑβ xÑβ
10.14. Formas indeterminadas 261

estando generalmente evaluada la exponencial en una forma indeterminada 08, pudiéndose


expresar, si es conveniente, como una forma indeterminada 0{0 ó 8{8.
?
n“1 .
10.14.21. Ejemplo. Calcular el límite de la sucesión p n nq8
Solución. Observemos que si el límite lím x1{x existe, entonces ese límite es el límite de la
xÑ`8
sucesión. Calculemos dicho límite usando la regla de l’Hôpital y la técnica recién descrita.
ˆ ˙ ˆ ˙ ˆ ˙
1{x 1 lnpxq 1{x
lı́m x “ lı́m exp lnpxq “ exp lı́m “ exp lı́m “ expp0q “ 1.
xÑ`8 xÑ`8 x xÑ`8 x xÑ`8 1

?
n“1 converge a 1.
Tenemos así que la sucesión p n nq8
Como generalización del ejemplo 10.14.21 tenemos el siguiente teorema.
10.14.22. Teorema. Si α ľ 0, M ą 0 y m P N, entonces lı́m pM xm ` αq1{x “ 1.
xÑ`8

Demostración. Usando la regla de l’Hôpital tenemos que


ˆ ˙ ˆ ˙
m 1{x 1 m M mxm´1
lı́m pM x ` αq “ lı́m exp lnpM x ` αq “ exp lı́m ,
xÑ`8 xÑ`8 x xÑ`8 M xm ` α

pero si m “ 1 tenemos que el límite es expp0q “ 1; y si m ą 1, al volver a usar la regla de


l’Hôpital obtenemos
ˆ ˙ ˆ ˙
m 1{x M mxm´1 M mpm ´ 1qxm´2
lı́m pM x ` αq “ exp lı́m “ exp lı́m “ 1,
xÑ`8 xÑ`8 M xm ` α xÑ`8 M mxm´1
quedando demostrado así el teorema. ‚
Como consecuencia inmediata del teorema 10.14.22 tenemos el corolario siguiente.
`? ˘8
10.14.23. Corolario. Si α ľ 0, M ą 0 y m P N, entonces la sucesión n M nm ` α n“1
converge a 1.

Ejercicios.
1. Evaluar los límites siguientes:
2x2 ´ 2 3x2 ´ 1 e2x ´1
a) lím , b) lím , c) lím .
xÑ´1 x ` 1 xÑ`8 2x2 ` 1 xÑ0 ex ´1

2. Evaluar los límites siguientes:


ˆ ˙
1 1 1 x 1
a) lím ´ , b) lím p1 ` hq h , c) lím p1 ` hq h , d) lím p1 ` xhq h .
xÑ`8 x x`1 hÑ0 hÑ0 hÑ0

3. Evaluar los límites siguientes:


ex ex lnpxq lnptq
a) lím ; b) lím n , para n P N; c) lím ; d) lím .
xÑ`8 x xÑ`8 x xÑ1 1 ´ x tÑ`8 t2

4. Evaluar los límites siguientes:


?
a) lím 3n; b) lím xn e´x , para n P N; c) lím` xx .
n

nÑ8 xÑ0 xÑ0


262 10.14. Formas indeterminadas
Capítulo 11

ELEMENTOS DE GEOMETRÍA

11.1. Introducción
En este capítulo estudiaremos las propiedades elementales de la geometría euclidiana ba-
sándonos en un conjunto de postulados básicos que supondremos verdaderos. Introduciremos
cinco conceptos básicos no definidos, a saber los de punto, recta, plano, espacio y distan-
cia entre dos puntos, además de los conceptos de área y volumen que se establecen en las
últimas secciones del capítulo. Se pretende que los postulados sean intuitivamente aceptables
de acuerdo a las ideas preconcebidas que pudiera tener el lector de los conceptos básicos.
Por punto entenderemos un objeto sin grosor, sin longitud ni anchura pero que está en algún
lugar (aun cuando al hacer dibujos, un punto es representado con una bolita con un peque-
ño grosor, esto es solamente una manera de poder visualizar su localización). Una recta no
tiene grosor ni anchura, pero tiene una longitud infinita, no tiene comienzo ni fin y no se
interrumpe en ningún lugar, además jamás se enchueca. Un plano es algo que no tiene grosor
pero tiene longitud y anchura infinita, además no se dobla ni está pando. El espacio es algo
que tiene longitud, anchura y grosor infinito, y representa el universo donde se encuentran
todas las cosas materiales. La distancia entre dos puntos dados es algo que nos dice qué tan
separados o alejados están dos puntos. Lo anterior no constituyen definiciones, recordemos
que son términos no definidos, sólo se intenta de dar una idea de lo que representan. Los
postulados que veremos en este capítulo describirán con mayor precisión lo que queremos
que represente, sus propiedades y relaciones entre ellos.
11.1.1. Postulado del espacio. El espacio es el conjunto de todos los puntos. Además las
rectas y los planos son subconjuntos del espacio; es decir, las rectas y los planos son conjuntos
cuyos elementos son puntos.
En este capítulo espacio significará espacio de tres dimensiones. Al espacio lo deno-
taremos con el símbolo E .
11.1.2. Postulado de la distancia. Existe una única función dist : E ˆ E Ñ r0; 8q tal que
si P , Q y S son tres puntos cualesquiera del espacio, entonces

a) distpP, Qq “ 0 ðñ P “ Q,

263
264 11.1. Introducción

b) distpP, Qq “ distpQ, P q,

c) distpP, Sq ĺ distpP, Qq ` distpQ, Sq,

d) distpP, Qq es la distancia entre P y Q.

11.1.3. Notación. Si A y B son dos puntos, al número distpA, Bq dado en el postulado 11.1.2
lo denotaremos generalmente como AB (aunque también se denota a veces como |A ´ B|).
11.1.4. Postulado de la recta. Toda recta tiene al menos dos puntos diferentes y dados
dos puntos diferentes existe solamente una recta a la cual pertenecen.

P
i
PP
PP
P PP B
PrP
P PPA
r
P PP
P PP
q

11.1.5. Notación. Dados dos puntos diferentes A y B, a la única recta a la cual pertenecen
ÐÑ
estos puntos se le denota como AB o bien como xA; By.
ÐÑ ÐÑ
11.1.6. Postulado de la regla. Dada una recta AB, existe una única biyección de AB en
R de tal manera que:
ÐÑ
a) Si P, Q P AB, entonces P Q “ |x ´ y|, donde x e y son los números que la biyección le
asigna a P y Q respectivamente.

b) La biyección le hace corresponder al punto A el cero y al punto B un número positivo.

pr ą 0q
 Br Pr Ar Q
r -
r x 0 y

11.1.7. Definición. A cualquier biyección como la dada en el postulado de la regla se le


ÐÑ ÐÑ
llama sistema de coordenadas de AB. Si P P AB, entonces al número x que le corresponde
al punto P se le llama la coordenada de P (con respecto a tal sistema de coordenadas).
11.2. Segmentos y rayos 265

11.2. Segmentos y rayos


11.2.1. Definición. Decimos que un punto B está entre A y C cuando se cumplen las
siguientes dos propiedades:
a) A, B y C están en una misma recta y son diferentes,
b) AB ` BC “ AC.

PA
rP
PP
PP B
PrP
P PPCr
P PP
P PP

El siguiente teorema ilustra el hecho de que la definición anterior describe lo que enten-
demos por la palabra «entre».
11.2.2. Teorema. Sean A, B y C tres puntos en una recta y sean x, y y z sus coordenadas
respectivamente (con respecto a un sistema de coordenadas). El punto B está entre A y C si
y sólo si x ă y ă z ó x ą y ą z.
Demostración. Si B está entre A y C, entonces AB ` BC “ AC por lo que debido al
postulado de la regla 11.1.6 tenemos |x ´ y| ` |y ´ z| “ |x ´ z| “ |px ´ yq ` py ´ zq|, pero una
expresión de la forma |a| ` |b| “ |a ` b| implica que a y b son del mismo signo o que alguno
de los dos es cero (ver todas las posibilidades). Por lo tanto px ´ yq e py ´ zq tienen el mismo
signo o alguno de los dos es cero. Ahora, si x ´ y “ 0, entonces x “ y, por lo que A “ B;
similarmente si y ´ z “ 0, entonces B “ C. Pero si B está entre A y C, entonces A, B y
C son diferentes por lo que deben tener diferentes coordenadas. Así tenemos que px ´ yq e
py ´ zq son del mismo signo, es decir (x ´ y ą 0 e y ´ z ą 0) ó (x ´ y ă 0 e y ´ z ă 0) pero
esto significa que (x ą y e y ą z) ó (x ă y e y ă z), es decir x ą y ą z ó x ă y ă z.
Ahora, si x ą y ą z ó x ă y ă z, entonces los puntos A,B y C son diferentes y
además x ă y ă z ñ z ´ y ą 0, y ´ x ą 0 y z ´ x ą 0 ñ AB ` BC “ CB ` BA “
|z ´ y| ` |y ´ x| “ pz ´ yq ` py ´ xq “ z ´ x “ |z ´ x| “ CA “ AC. Ahora, también tenemos
que x ą y ą z ñ x ´ y ą 0, y ´ z ą 0 y x ´ z ą 0 ñ AB ` BC “ |x ´ y| ` |y ´ z| “
px ´ yq ` py ´ zq “ x ´ z “ |x ´ z| “ AC. ‚
11.2.3. Definición y notación. Dados dos puntos diferentes A y B, definimos el segmento
AB como el conjunto de los puntos C tales que C “ A, C “ B ó C está entre A y B. Al
segmento AB también se le denotará como rA; Bs.

Ar
PP
PP
P PP
PBr
P PP

11.2.4. Definición y notación. Si A y B son dos puntos diferentes, entonces al número


AB (la distancia entre A y B) se le llama la longitud del segmento AB y a los puntos A
266 11.2. Segmentos y rayos

y B se les llama extremos del segmento AB. A la longitud del segmento AB también se le
denotará como |A ´ B|.
11.2.5. Definición. Dos segmentos son congruentes si tienen la misma longitud.

PP
PP
PP
PP
P




11.2.6. Definición y notación. Si A y B son dos puntos diferentes, entonces definimos el


ÝÝÑ
rayo AB como el conjunto de todos los puntos C tales que C P AB ó B está entre A y C.
ÝÝÑ
Al rayo AB también se le denotará como rA; By.

Ar
PP
PPB
r
P PP
P PP
P
q
P

ÝÝÑ ÝÝÑ
11.2.7. Definición. Dado un rayo AB, al punto A se le llama extremo del rayo AB.
ÝÝÑ ÝÝÑ
11.2.8. Definición. Si A está entre B y C, entonces a los rayos AB y AC se les llama rayos
opuestos.

Br 
1



Ar 
C
r
 


)


ÝÝÑ
11.2.9. Teorema de localización de puntos. Sea AB un rayo y x ą 0. Existe solamente
ÝÝÑ
un punto P P AB, tal que AP “ x.

 Br Pr Ar
r x 0
11.2. Segmentos y rayos 267

Demostración. Por el postulado de la regla 11.1.6 tenemos un sistema de coordenadas en


ÐÑ
AB tal que la coordenada de A es 0 y la de B es un número positivo r. Sea P el punto cuya
ÝÝÑ
coordenada es x. Tenemos que AP “ |0 ´ x| “ x. Veamos ahora que P P AB. Tenemos por
la propiedad de tricotomía que:

aq x ă r, bq x “ r ó cq x ą r.
Por el teorema 11.2.2 y por definición de segmento AB tenemos que en los casos a) y b)
se tiene que P P AB y en el caso c) se tiene que B está entre A y P , por lo que en general
ÝÝÑ ÝÝÑ
P P AB. Si P 1 P AB es diferente de P , entonces su coordenada x1 es diferente de x y además
por el teorema 11.2.2 anterior y definición de rayo, tenemos que 0 ĺ x1 ĺ r ó 0 ă r ă x1 , es
decir x1 ľ 0, por lo que AP 1 “ |0 ´ x1 | “ x1 ‰ x “ AP , por lo que P es el único punto en
ÝÝÑ
AB tal que AP “ x. ‚
ÐÑ
11.2.10. Teorema. Sea AB una recta en la cual está definido un sistema de coordenadas
ÝÝÑ
tal que la coordenada de A es cero y la de B es un número positivo. El punto P P AB si y
sólo si la coordenada de P es AP .
ÝÝÑ
Demostración. Si P P AB, por el teorema 11.2.2 la coordenada x de P es mayor o igual
que 0, por lo que x “ |0 ´ x| “ AP . Ahora, si la coordenada de P es AP tenemos que P tiene
ÝÝÑ
coordenada no negativa por lo que por el teorema 11.2.2 y la definición de rayo AB tenemos
ÝÝÑ
que P P AB. ‚
11.2.11. Definición. Sea A ‰ B. Decimos que P es el punto medio de AB, si P está entre
A y B y AP “ P B.

Ar Pr Br

11.2.12. Teorema del punto medio. Todo segmento tiene únicamente un punto medio.
ÝÝÑ
Demostración. Sea AB un segmento. Tomemos como M el punto en AB tal que AM “ AB 2
(esto es posible debido al teorema de localización de puntos). Si tomamos el sistema de
coordenadas cuya coordenada de A es 0 la de B es positiva, entonces por el teorema 11.2.10
la coordenada de M es AB2
. Ahora, la distancia entre B y M es AB ´ AB2
“ AB2
, por lo que
AM “ M B, es decir M es un punto medio de AB. Ahora, si M 1 es también un punto medio
de AB, entonces debe cumplir las siguientes igualdades

AM 1 ` M 1 B “ AB y AM 1 “ M 1 B,

lo que nos lleva a que AM 1 “ AB 2


y de acuerdo con el teorema de localización de puntos
P “ P . Es decir, P es el único punto medio de AB.
1

11.2.13. Definición. Si P es el punto medio de un segmento, decimos que P biseca al
268 11.2. Segmentos y rayos

segmento.
11.2.14. Definición. Cuando algunos puntos están todos en una misma recta decimos que
están alineados o que son colineales.
ÝÝÑ
11.2.15. Definición y notación. A un conjunto de la forma ABztAu, donde A y B son
dos puntos diferentes, se le llama semirrecta, y en tal caso al punto A se le llama extremo
de la semirrecta. Observemos que, a diferencia de los rayos, el extremo de una semirrecta no
ÝÝÑ
pertenece a la semirrecta. A la semirrecta ABztAu también la denotaremos com pA; By.

Ab
PP
PPB
r
P PP
ÝÝÑ PP
semirrecta ABztAu PP
q
P

Ejercicios.

1. Dados dos puntos distintos P y Q, demostrar que existe al menos un punto entre P y
Q.

2. Demostrar que dados tres puntos diferentes en una recta, uno y sólo uno de ellos está
entre los otros dos.

3. Demostrar que si A y B son dos puntos diferentes en una recta l y A1 es un punto en


una recta l1 , entonces existe un punto B 1 P l1 tal que AB “ A1 B 1 .

4. Demostrar que si A, B y C son tres puntos diferentes en una recta l tales que B está
entre A y C, y si A1 , B 1 y C 1 son tres puntos diferentes en una recta l1 tales que B 1 está
entre A1 y C 1 , y además AB “ A1 B 1 y BC “ B 1 C 1 , entonces AC “ A1 C 1 .
11.3. Planos 269

11.3. Planos

11.3.1. Postulado.

a) A todo plano pertenecen al menos tres puntos diferentes que no están alineados.

b) Al espacio pertenecen al menos cuatro puntos diferentes que no están en un mismo


plano.

11.3.2. Teorema. Si dos rectas diferentes tienen intersección no vacía, entonces la intersec-
ción tiene solamente un elemento.
PP
i 
:
P PP  
PP 
PPr
P
PPP
 PP
 PP
PP
9
 PP
PP
q

Demostración. Si la intersección no tiene sólo un elemento, entonces o es vacía (lo cual


contradice nuestra hipótesis) o tiene al menos dos elementos diferentes A, B; en cuyo caso
ÐÑ
por el postulado de la recta, ambas rectas deben ser AB, lo cual contradice el hecho de que
las rectas son diferentes. Por lo tanto la intersección tiene sólo un punto. ‚
11.3.3. Postulado del plano. Tres puntos cualesquiera están en algún plano y tres puntos
cualesquiera no alineados están solamente en un plano.
11.3.4. Postulado de la intersección de planos. Si dos planos diferentes se intersecan,
entonces su intersección es una recta.
 
 @ @ 
  
  
:
   

@   @
@   @
@  @
 
 
 @

9
  

@ 
 @

11.3.5. Teorema de llaneza. Si dos puntos diferentes de una recta pertenecen a un plano,
entonces la recta a la que pertenecen los puntos está incluida en el plano.
ÐÑ
Demostración. Sean A y B dos puntos diferentes en un plano Π, y sea C P AB. Si C no
estuviera en Π, entonces, por el postulado del plano 11.3.3, existiría un plano Π0 ‰ Π tal
que A, B, C P Π0 , pero por el postulado de la intersección de planos 11.3.4 tendríamos que
ÐÑ
Π XΠ0 sería una recta, y debido al postulado de la recta 11.1.4 Π XΠ0 “ AB, contradiciendo
ÐÑ
el hecho de que C ‰ Π. Por lo tanto C P Π, es decir AB Ă Π. ‚
270 11.3. Planos

Los dos teoremas siguientes se deducen directamente del postulado del plano 11.3.3 del
teorema de llaneza 11.3.5 y del postulado 11.1.4. Dejamos al lector los detalles de las demos-
traciones.
11.3.6. Teorema. Dada una recta y un punto que no está en ella, existe solamente un plano
al cual pertenece el punto y en el cual la recta está incluida.
11.3.7. Teorema. Dadas dos rectas diferentes que se intersecan, existe un único plano en el
cual están incluidas.

Ejercicios.

1. Demostrar los teoremas 11.3.6 y 11.3.7.


11.4. Conjuntos convexos 271

11.4. Conjuntos convexos


El concepto de convexidad tiene muchas aplicaciones en diferentes disciplinas como la
Economía, Programación Lineal, Investigación de Operaciones y la Teoría de Juegos por
mencionar algunas. En esta sección manejaremos tal concepto restringiéndonos al espacio de
3 dimensiones.
11.4.1. Definición. Un conjunto de puntos se dice que es convexo si para cada dos puntos
diferentes P y Q del conjunto se tiene que el segmento P Q está incluido en el conjunto.

conjunto no convexo conjunto convexo

11.4.2. Postulado de la separación del plano. Sean l una recta y α un plano en el cual
está incluida l. El conjunto de puntos del plano α que no están en la recta l son la unión de
dos conjuntos Λ1 y Λ2 tales que:

a) Los dos conjuntos Λ1 y Λ2 son convexos.

b) Si P P Λ1 y Q P Λ2 , entonces P Q interseca a la recta.

En geometría se suele usar la palabra cortar como sinónimo de intersecar.


11.4.3. Definición. En el postulado de la separación del plano los conjuntos Λ1 y Λ2 se
llaman lados de la recta l. Si P P Λ1 y Q P Λ2 , decimos que P y Q están en lados opuestos
de la recta l, también se dice que Λ1 y Λ2 son lados opuestos (de una recta). A la recta l
se le llama arista o borde de cada uno de los conjuntos Λ1 , Λ2 , Λ1 Y l y Λ2 Y l.
11.4.4. Definición. Si Λ es un lado de una recta l, diremos que es un semiplano y que
Λ Y l es un semiplano cerrado.
11.4.5. Teorema. Si Λ1 y Λ2 son lados opuestos de una recta l, entonces Λ1 X Λ2 “ ∅.
ÐÝÑ
Demostración. Sean P P Λ1 , Q P l y M el punto medio de P Q. La recta P M corta a l
solamente en Q, por lo que P M no corta l, pero debido al postulado de la separación del
plano M P Λ1 y como P M no corta l, entonces P R Λ2 . Por lo tanto Λ1 X Λ2 “ ∅. ‚
11.4.6. Postulado de la separación del espacio. Dado un plano γ, el conjunto de puntos
del espacio que no están en γ es la unión de dos conjuntos G1 y G2 tales que:

a) Los dos conjuntos G1 y G2 son convexos.

b) Si P P G1 y Q P G2 , entonces P Q corta al plano γ.


272 11.4. Conjuntos convexos

11.4.7. Definición. Los dos conjuntos G1 y G2 descritos en el postulado de la separación del


espacio se llaman lados del plano γ. Si P P G1 y Q P G2 , decimos que P y Q están en lados
opuestos del plano γ, también se dice que G1 y G2 son lados opuestos (de un plano). Al
plano γ se le llama cara de cada uno de los conjuntos G1 , G2 , G1 Y l y G2 Y l.
11.4.8. Definición. Si G es un lado de un plano γ, diremos que G es un semiespacio y
que G Y γ es un semiespacio cerrado.
Los conceptos de convexidad se generalizan a espacios de mayor dimensión que 3, intro-
duciendo el concepto de hiperplano, lo cual explica la gran cantidad de aplicaciones que tiene
el postulado de la separación del espacio.

Ejercicios.

1. Demostrar que los planos, rectas, rayos, segmentos e intersecciones de conjuntos con-
vexos son conjuntos convexos.

2. Demostrar que cualquier semiplano cerrado es un conjunto convexo.

3. Demostrar que si A, B y C son tres puntos diferentes y no alineados, y l es una recta


incluida en el plano en el cual están A, B y C, tal que la recta l interseca al segmento
AB en un punto diferente de A y de B, entonces l interseca al segmento AC o al
segmento BC.

4. ¿La unión de dos conjuntos convexos es siempre un conjunto convexo?


11.5. Ángulos y triángulos 273

11.5. Ángulos y triángulos


ÝÝÑ ÝÝÑ
11.5.1. Definiciones y notaciones. A la unión de dos rayos de la forma AB y AC que
no están incluidos en una misma recta se le llama ángulo. Al ángulo que es la unión de dos
ÝÝÑ ÝÝÑ
rayos AB y AC se le denota indistintamente por =BAC o por =CAB. Al punto A de un
ÝÝÑ ÝÝÑ
ángulo =BAC se le llama vértice del ángulo y a los rayos AB y AC se les llama lados del
ángulo. Al ángulo =BAC lo denotaremos, cuando sea conveniente, por =pB, A, Cq.
Br 
 1
 

A 
HH
HH
HC
HrH
H
HH
j
Dado un punto A podemos observar que hay muchos ángulos cuyo vértice es A, sin
embargo el símbolo =A siempre lo usaremos para que denote algún ángulo cuyo vértice es A.
11.5.2. Definiciones y notaciones. Sean A, B y C tres puntos no alineados. A la unión
de los segmentos AB, BC y AC se le llama triángulo. A tal triángulo se le denota como
ŸABC. A los segmentos AB, BC y AC se les llama lados y a los puntos A, B y C se les llama
vértices del triángulo ŸABC. Al triángulo ŸABC lo denotaremos también si es conveniente
como ŸpA, B, Cq.
Cr

A

A

A

A

A

Ar
 B





A r




11.5.3. Definición. Sea =ABC un ángulo. Definimos el interior del =ABC como el con-
junto de todos los puntos del plano en el cual está incluido el ángulo tales que estén en el
ÐÑ ÐÑ
mismo lado que C de la recta AB y en el mismo lado que A de la recta BC. Al conjunto de
todos los puntos del plano que no están en el ángulo ni en su interior se le llama exterior
del ángulo.
Ahora definiremos lo que es el interior y el exterior de un triángulo.
11.5.4. Definición. Sea ŸABC un triángulo. Al conjunto de todos los puntos del plano en el
cual está incluido el triángulo tales que están en los interiores de los ángulos =ABC, =BAC
y =ACB se le llama interior del ŸABC. El exterior del ŸABC es el conjunto de todos los
puntos del plano que no están en el triángulo ŸABC ni en su interior.
11.5.5. Definición. A la unión de un triángulo con su interior se le llama región triangular.
El triángulo será el borde de la región triangular y el interior de él también será el interior
de la región triangular correspondiente.
274 11.6. Circunferencias

11.6. Circunferencias
11.6.1. Definición. Sea O un punto en un plano
y r un número positivo. Al conjunto de los puntos
del plano que están a una distancia r de O lo
llamamos circunferencia. Al punto O se le llama
centro de la circunferencia y al número r se le
llama el radio de la circunferencia.
O r
11.6.2. Definición. Dada una circunferencia en
un plano. Al conjunto de los puntos del plano
cuya distancia al centro de la circunferencia es
menor que el radio se le llama interior de la cir-
cunferencia. Al conjunto de puntos del plano cuya
distancia al centro de la circunferencia es mayor
que el radio se le llama exterior de la circunfe-
circunferencia con centro
rencia. A la unión de una circunferencia con su en O y radio r
interior se le llama región circular o círculo.
El borde de la región circular es la circunferencia. El interior de la región circular es el
interior de la circunferencia. Definimos el diámetro de la circunferencia (y de la región
circular correspondiente) como el doble de su radio.
11.6.3. Definición. Se dice que dos circunferencias son congruentes si tienen el mismo
radio.
'$
'$

&%
&%
circunferencias congruentes
11.7. Longitud de arco 275

11.7. Longitud de arco


Comenzaremos por definir lo que es una poligonal. Lo que comúnmente se llama «línea
quebrada» en este texto lo llamaremos poligonal.

```
@ ```
P @ ```

PPP `

@
PP @

PP
P @


@

@

@

@

Más precisamente tenemos la siguiente definición.


11.7.1. Definición. Sea n un entero positivo y pPk qk“1 n`1
una sucesión finita de puntos tales
que si i ‰ j, entonces Pi P i`1 y Pj P j`1 no se intersecan más que posiblemente en un punto.
A la unión de los segmentos Pk P k`1 donde k P Jn “ t1, 2, . . . , nu se le llama poligonal. Si
P1 “ Pn`1 diremos que la poligonal es una poligonal cerrada. Si P1 ‰ Pn`1 , diremos que
n
los puntos P1 y Pn`1 son los extremos de la poligonal. Al número Pk Pk`1 se le llama la
ř
k“1
longitud de la poligonal. El punto Pj (con 1 ă j ă n ` 1) es un vértice de la poligonal
si no es extremo y no está entre Pj´1 y Pj`1 . En el caso de que la poligonal sea cerrada, el
punto P1 (que es igual a Pn`1 ) es también un vértice si no está entre Pn y P2 . Si los puntos
Pj y Pj`1 son vértices o extremos de la poligonal, al segmento Pj P j`1 lo llamamos lado de
la poligonal.
11.7.2. Definición. Una poligonal en la cual sus vértices son extremos solamente de dos
lados y en la cual dos lados diferentes no se cortan más que posiblemente en un extremo
común se llama poligonal simple. Una poligonal que es una poligonal simple y es poligonal
cerrada se llama polígono.

poligonal cerrada poligonal simple con extremos


simple

11.7.3. Definición. Decimos que un polígono está


inscrito en una circunferencia si sus vértices pertene-
cen a la circunferencia.
Procedamos ahora a definir la longitud de un cir-
cunferencia.
11.7.4. Definición. Sea c una circunferencia. Cuando poligonal cerrada inscrita
en una circunferencia
exista un número real x tal que x “ supts : s es la
276 11.7. Longitud de arco

longitud de algún polígono inscrito en c}, a tal número lo llamamos la longitud o perímetro
de la circunferencia c.
11.7.5. Postulado. Siempre existe la longitud de cualquier circunferencia dada.
El postulado anterior nos permite hablar libremente de la longitud de cualquier circunfe-
rencia sin preocuparnos de su existencia.
Definamos ahora los conceptos de arcos de cir-
cunferencia y sus longitudes.
B
O
A 11.7.6. Definición. En un plano sea c una cir-
cunferencia con centro en O. Sean A y B dos pun-
tos en la circunferencia tales que el punto medio
ÐÑ
de AB es el centro O de la circunferencia y Λ uno de los lados de AB en el plano. Al
conjunto cuyos elementos son A, B y todos los elementos de c que están en Λ se le llama
media circunferencia y los puntos A y B son los extremos de la media circunferencia.
Al conjunto de puntos de una media circunferencia diferentes de sus extremos le llamaremos
semicircunferencia.
11.7.7. Definición. Sea c una circunfe-
rencia con centro en O. Sean A y B dos B
B
puntos en c tales que A, B y O no están O O
alineados. Definimos el arco menor de A A
c con extremos A y B como el conjun-
to cuyos elementos son A, B y todos los arco menor de
circunferencia
arco mayor de
circunferencia
elementos de c que están en el interior
del =AOB. Asimismo definimos el arco mayor de c con extremos A y B como el conjunto
cuyos elementos son los puntos A, B y todos los elementos de c que están en el exterior del
=AOB.
11.7.8. Definición. Cualquier arco mayor, arco menor o media circunferencia se llama arco
de circunferencia. El centro de un arco de una circunferencia es el centro de la circunferencia.
El símbolo AB
Ŋ denotará siempre un arco de circunferencia con extremos A y B. Si se
quiere ser más específico se usará el símbolo AXB
Ŕ para denotar al arco de circunferencia con
extremos A y B donde X es un elemento del arco diferente de A y de B.
Definamos ahora el concepto de longitud de arco de circunferencia.
11.7.9. Definición. Sea AB
Ŋ un arco de circunferencia. Defini-
mos la longitud del arco ABŊ como

A
Ŋ :“ supts : s es la longitud de una poligonal simple
`AB
B con extremos A y B, cuyos vértices están en el
arco ABu.
Ŋ

Debido al axioma del supremo 7.1.17 y al postulado 11.7.5, el valor de `AB


Ŋ siempre existe
pues la longitud de cualquier poligonal simple cuyos vértices están en la circunferencia de la
cual AB
Ŋ es subconjunto, está acotada superiormente por la longitud de la circunferencia.
11.7.10. Teorema. Todo arco de circunferencia tiene una longitud mayor que cero.
11.7. Longitud de arco 277

Demostración. Si AB Ŋ es un arco de circunferencia, entonces por definición su longitud


debe ser mayor o igual que AB. ‚
11.7.11. Postulado de adición de arcos. Sea c una
circunferencia cuya longitud es x.

a) Si AB
Ŋ es una media circunferencia incluida en
B
c, entonces A

Ŋ “ x.
`AB 2 D

b) Si AB
Ŋ y BD Ŋ son dos arcos diferentes incluidos
en c cuya intersección es tBu y cuya unión es un
arco AD
Ŋ incluido en c, entonces

`AD
Ŋ “ `AB
Ŋ ` `BD.
Ŋ

11.7.12. Postulado. Todas las circunferencias de radio 1 tienen la misma longitud.


11.7.13. Definición. Definimos el número π (léase pi) como la mitad de la longitud de
cualquier circunferencia de radio 1. Es decir, π es la longitud de una media circunferencia
incluida en una circunferencia de radio 1.
«Hizo también el mar de metal fundido, que
«Καὶ ἐποίησεν τὴν θάλασσαν χυτήν, medía unos cinco metros de diámetro, era com-
πήχεων δέκα τὴν διαμέτρησιν, στρογγύλην pletamente redondo, de unos dos metros y me-
κυκλόθεν, καὶ πήχεων πέντε τὸ ὕψος καὶ dio de alto y unos quince de perímetro, medi-
τὸ κύκλωμα πήχεων τριάκοντα.» dos a cordel» (Segundo Libro de las Crónicas
4.2).
278 11.8. Medidas de ángulos

11.8. Medidas de ángulos


Para definir el concepto de medida de un ángulo se utilizarán los resultados de la sección
11.7.
11.8.1. Definición. Un ángulo central de una circunferencia es un ángulo cuyo vértice es
el centro de la circunferencia.

ángulo central de la circunferencia

11.8.2. Definición. Decimos que un ángulo in-


tercepta un arco si:
arco interceptado
a) los extremos del arco están en el ángulo; por el ángulo

b) todos los otros puntos del arco están en el


interior del ángulo, y

c) a cada lado del ángulo pertenece un extre-


mo del arco.

11.8.3. Definición. El arco menor AB


Ŋ corresponde al
ángulo =DOC si:
1
a) el arco AB
Ŋ está incluido en una circunferencia de
radio 1;

b) el ángulo =DOC es un ángulo central de tal circun-


ferencia, y
arco correspondiente al ángulo
c) el ángulo =DOC intercepta al arco AB.
Ŋ
11.8. Medidas de ángulos 279

11.8.4. Definición. Dos arcos incluidos en circunferencias congruentes son congruentes si


tienen la misma longitud.
11.8.5. Definición y notación. La medida de un ángulo =DOC, denotada >DOC es la
longitud de su arco correspondiente.
Muchos autores llaman ángulo a lo que nosotros llamamos medida del ángulo, otros (des-
afortunadamente) llaman ángulo indistintamente a lo que nosotros llamamos ángulo y a lo
que llamamos medida del ángulo y utilizan la notación =DOC tanto para denotar lo que
para nosotros es =DOC como para denotar >DOC. Si bien es cierto que son conceptos muy
relacionados, son cosas diferentes (uno es un conjunto de puntos y el otro es un número). En
este libro haremos siempre la diferencia entre lo que definimos como ángulo y su medida, sin
embargo el lector debe ser capaz de comprender y adaptarse a la terminología de otros textos,
aunque es deseable que tales textos conserven una estructura lógica que no sea contradictoria.
Observemos que así como medimos segmentos con una regla que es imitación de una recta,
también medimos ángulos con un transportador que es una media circunferencia (o en algunos
casos la circunferencia completa). El transportador es una imitación de una circunferencia
graduada de radio 1 que mide un ángulo por medio de su arco correspondiente. Usualmente
se toma la medición de los ángulos en grados. Definamos pues lo que es un grado.
11.8.6. Definición. Un grado está definido como π
180
. Es decir, π
180
“ 2π
360
“ π{2
90
“ π{3
60

π{6
30
“ π{4
45
es un grado, lo cual significa que
π “ 180 grados,
2π “ 360 grados,
π
2
“ 90 grados,
π
3
“ 60 grados,
π
6
“ 30 grados y
π
4
“ 45 grados.
Si x P R, entonces x˝ denota x grados, así por ejemplo π
2
“ 90˝ , π
3
“ 60˝ , π
6
“ 30˝ , π
4
“ 45˝
y “ 1˝ .
π
180

11.8.7. Teorema. La medida de un ángulo es un número real mayor que 0 y menor que π.
Demostración. Del teorema 11.7.10 y la definición de medida de ángulo se deduce que la
medida de un ángulo es mayor que 0. Sea =ABC un ángulo. Por el teorema de localización de
ÝÝÑ ÝÝÑ ÝÝÑ
puntos podemos tomar A1 P BA, C 1 P BC y D en el rayo opuesto a BA tales que BA1 “ BC 1
“ BD “ 1. Sean ahora A Ő1C 1 y CŊ 1 D los arcos correspondientes a los ángulos =ABC y

=CBD respectivamente. Como pA Ő1 1 Dq es una media circunferencia de radio 1, por


C 1 qY pCŊ
el postulado de adición de arcos y la definción de π tenemos que

>ABC “ `A
Ő 1 C 1 “ `ppA
Ő1 C 1 q Y pC
Ŋ 1 Dqq ´ `C
Ŋ 1 D “ π ´ `C
Ŋ 1 D.

Pero como `CŊ


1 D ą 0, tenemos que >ABC ă π. ‚
ÝÝÑ
11.8.8. Postulado de construcción de ángulos. Sea AB un rayo incluido en la arista de
ÝÑ
un semiplano Λ. Para cada número r entre 0 y π existe únicamente un rayo AP , con P P Λ,
280 11.8. Medidas de ángulos

tal que >P AB “ r.


11.8.9. Teorema de adición de ángulos. Si D está en el interior del =BAC, entonces
>BAC “ >BAD ` >DAC.

Br 
1



A
X

D
XXX
HH
HHXXrX
H r XXXz
HH
C HH
j

Demostración. La demostración se sigue inmediatamente del postulado de adición de arcos


11.7.11 y de la definición de medida de ángulo. ‚
ÝÝÑ ÝÝÑ ÝÝÑ
11.8.10. Definición. Si AB y AD son rayos opuestos, y AC es otro rayo decimos que los
ángulos =BAC y =CAD forman un par lineal.

:

D
r 

A
 r 
Br 

 @

@C
9
 @
r
@
@R
@

11.8.11. Definición. Dos ángulos son suplementarios si la suma de sus medidas es π.


Además se dice que uno es suplemento del otro.
11.8.12. Definición. Dos ángulos son complementarios si la suma de sus medidas es π2 .
Además se dice que uno es complemento del otro.
11.8.13. Teorema del suplemento o del par lineal. Si dos ángulos forman un par lineal
entonces son suplementarios.
Demostración. Al igual que en el teorema 11.8.9 la demostración se sigue del postulado
de adición de arcos 11.7.11. ‚
11.8.14. Definición. Un ángulo recto es un ángulo cuya medida es π2 , es decir cuya medida
es de 90˝ .
:



 


ángulo recto
C
C
C
C
CW

ÝÝÑ ÝÝÑ
11.8.15. Definición. Si =BAC es recto, entonces decimos que los rayos AB y AC son
ÝÝÑ ÝÝÑ
perpendiculares (en A) y a tal hecho lo denotamos como AB K AC. De manera más
11.8. Medidas de ángulos 281

ÐÑ
general, si l1 es una recta, rayo o segmento tal que A P l1 Ă AB y l2 es una recta, rayo o
ÐÑ
segmento tal que A P l2 Ă AC, entonces decimos que l1 es perpendicular a l2 o que l1 y l2
son perpendiculares y lo denotamos como l1 K l2 .
11.8.16. Definición. Dos ángulos que tienen la misma medida se dice que son congruentes,
también se dice que uno es congruente con el otro.
Observemos que estrictamente hablando no es lo mismo que dos ángulos sean congruentes
a que sean iguales. Podemos tener dos ángulos diferentes que tengan la misma medida (vistos
éstos como la unión de dos rayos). Al igual que hacemos la distinción entre el concepto de
ángulo y el de medida de ángulo, también haremos la distinción entre congruencia e igualdad
de ángulos.
Denotaremos al hecho de que dos ángulos =ABC y =DEF sean congruentes como

=ABC – =DEF,

lo cual significa
>ABC “ >DEF.
Podemos ver que la relación de congruencia es una relación de equivalencia, es decir es
reflexiva, simétrica y transitiva.
ÝÝÑ
11.8.17. Definición. Dos ángulos =ABC y =DBE son opuestos por el vértice si BD
es opuesto a un lado de =ABC y el otro lado de =DBE es opuesto al otro lado de =ABC.

@ rE
I :

@
D
r 
@ 
@

Br
 
Ar 

 @

@C
 @
r
9

@
@R
@

11.8.18. Teorema de los ángulos opuestos por el vértice. Dos ángulos opuestos por el
vértice son congruentes.
Demostración. Sean =CBD y =ABE dos ángulos opuestos por el vértice, sin pérdida
ÝÝÑ ÝÝÑ ÝÝÑ ÝÝÑ
de generalidad supongamos que BA y BD son opuestos, y BC y BE son opuestos. Por el
teorema del suplemento tenemos que

>ABC ` >CBD “ π

>ABC ` >ABE “ π,
de donde >CBE “ π ´ >ABC “ >ABE, por lo que los ángulos opuestos por el vértice
=CBD y =ABE son congruentes. ‚

Ejercicios.
1. Demostrar el siguiente teorema: Si la unión de dos rectas que se cortan incluye un
ángulo recto, entonces incluye a cuatro ángulos rectos.
282 11.9. Congruencia de triángulos

11.9. Congruencia de triángulos


Supongamos que tenemos los triángulos ŸABC y ŸDEF y asignamos las siguientes bi-
yecciones entre los vértices de ŸABC y los de ŸDEF de la siguiente forma

A ÞÑ D,

B ÞÑ E y
C ÞÑ F.
A tal biyección la llamaremos correspondencia entre los ángulos de ambos triángulos y la
denotaremos por
ABC ÐÑ DEF.
Similarmente ABC ÐÑ DEF define una biyección entre los lados del ŸABC y los del
ŸDEF de la forma
AB ÞÑ DE,

BC ÞÑ EF y
AC ÞÑ DF ;
a la cual llamaremos correspondencia entre lados. Así decimos por ejemplo que A y D son
correspondientes, los ángulos =CAB y =F DE son correspondientes y que los lados AC
y DE son correspondientes de acuerdo a la correspondencia

ABC ÐÑ DEF.

11.9.1. Definición. Dados dos triángulos ŸABC y ŸDEF . Decimos que la corresponden-
cia ABC ÐÑ DEF es una congruencia si cualesquiera dos ángulos correspondientes son
congruentes y cualesquiera dos lados correspondientes son congruentes. Más precisamente
ABC ÐÑ DEF es una congruencia si

=BAC – =EDF, =ABC – =DEF, =ACB – =DF E

AB – DE, BC – EF y AC – DF .
Al hecho de que ABC ÐÑ DEF sea una congruencia lo denotamos así

ABC – DEF.

11.9.2. Definición. Decimos que dos triángulos t1 y t2 son congruentes (denotado t1 –


t2 ) si existe una correspondencia entre los vértices del primero y del segundo que sea una
congruencia.
11.9.3. Definición. Decimos que un lado de un triángulo está comprendido por los ángulos
cuyos vértices son extremos del lado. Un ángulo de un triángulo está comprendido por los
11.9. Congruencia de triángulos 283

lados del triángulo que tienen como extremo común al vértice del ángulo. Por ejemplo, en un
ŸABC, el ángulo =ABC está comprendido por AB y por BC, y el lado AB está comprendido
por =BAC y por =ABC.
11.9.4. Definición. En un triángulo, si un ángulo dado está comprendido por dos lados,
al otro lado se le llama lado opuesto al ángulo dado. Similarmente, si un lado dado está
comprendido por dos ángulos, al otro ángulo se le llama ángulo opuesto al lado dado.
Por ejemplo en el ŸABC, AC es el lado opuesto a =ABC y el lado AB es opuesto al ángulo
=ACB. Un ángulo y un lado de un triángulo que no son opuestos se dice que son adyacentes
o que uno es adyacente al otro.
Se definirá a continuación el significado general de que dos subconjuntos del espacio sean
congruentes.
11.9.5. Definición. Dos subconjuntos del espacio S1 y S2 son congruentes si existe una
correspondencia biunívoca f : S1 ÝÑ S2 entre S1 y S2 tal que para cualesquiera dos puntos
P y Q de S1 se tiene que la distancia entre P y Q es igual a la distancia entre f pP q y f pQq.
A una correspondencia como la anterior se le llama isometría. Al hecho de que S1 y S2 sean
congruentes se le denota así
S1 – S2 .
Observemos que esta definición de congruencia es una generalización de las otras definicio-
nes de congruencia dadas anteriormente para segmentos, círculos, arcos, ángulos y triángulos.
284 11.10. Postulados y teoremas de congruencia de triángulos

11.10. Postulados y teoremas de congruencia de triángu-


los
Tenemos a continuación los siguientes tipos de correspondencias.
11.10.1. Definición. Dada una correspondencia ABC ÐÑ DEF entre dos triángulos deci-
mos que es una correspondencia lado-ángulo-lado o abreviadamente LAL si dos lados del
ŸABC y el ángulo comprendido entre ellos son congruentes con las partes correspondientes
del ŸDEF .
11.10.2. Definición. Dada una correspondencia ABC ÐÑ DEF entre dos triángulos deci-
mos que es una correspondencia ángulo-lado-ángulo o abreviadamente ALA si dos ángulos
del ŸABC y el lado comprendido entre ellos son congruentes con las partes correspondientes
del ŸDEF .
11.10.3. Definición. Dada una correspondencia ABC ÐÑ DEF entre dos triángulos deci-
mos que es una correspondencia lado-lado-lado o abreviadamente LLL si los lados corres-
pondientes son congruentes.
Con estas definiciones estamos listos para enunciar los siguientes postulados y teoremas
fundamentales de la trigonometría.
11.10.4. Postulado LAL. Toda correspondencia LAL es una congruencia.
11.10.5. Teorema ALA. Toda correspondencia ALA es una congruencia.
Demostración. Sea ABC ÐÑ DEF una correspondencia ALA. Por el teorema de loca-
ÝÝÑ
lización de puntos, existe un punto G P AB tal que AG “ DE. Ahora, por el postulado
LAL tenemos que AGC – DEF , por lo que >ACG “ >DF E, pero >DF E “ >ACB,
ÐÑ
por lo que >ACB “ >ACG. Ahora, B y G están del mismo lado de AC por lo que debido
ÝÝÑ
al postulado de construcción de ángulos tenemos que =ACB “ =ACG, es decir G P CB,
ÝÝÑ
pero como también G P AB tenemos, debido a que si dos rectas diferentes se intersecan su
intersección tiene solamente un elemento (teorema 11.3.2), obteniéndose así que G “ B, pero
como AGC – DEF , entonces ABC – DEF , lo cual demuestra el teorema. ‚
11.10.6. Definición. Un triángulo es escaleno si ninguno de sus lados es congruente con
otro de sus lados.
11.10.7. Definición. Un triángulo es isósceles si al menos dos de sus lados son congruentes.

B
 B
 B
 B
XXX   B
XXX
XX    B
X   B
 B
 B

11.10.8. Definición. Un triángulo es equilátero si sus tres lados son congruentes.


11.10. Postulados y teoremas de congruencia de triángulos 285

T
 T
 T
 T
 T
 T
 T

11.10.9. Teorema del triángulo isósceles. Si dos lados de un triángulo son congruentes,
entonces los ángulos opuestos a éstos son congruentes. Es decir, en un triángulo isósceles los
ángulos opuestos a los lados congruentes son congruentes.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo tal que AB “ BC. La correspondencia ABC ÐÑ
CBA es una correspondencia LAL por lo que es una congruencia, por lo tanto=BAC –
=BCA, pero =BAC y =BCA son los ángulos opuestos a BC y AB respectivamente. ‚
Del teorema del triángulo isósceles se deduce directamente el siguiente corolario.
11.10.10. Corolario del triángulo equilátero. Todo triángulo equilátero tiene sus tres
ángulos congruentes.
11.10.11. Recíproco del teorema del triángulo isósceles. Si dos ángulos de un triángulo
son congruentes, entonces los lados opuestos son congruentes.
Demostración. La demostración de este teorema es similar a la anterior pero usando el
teorema ALA 11.10.5. ‚
Como consecuencia del teorema 11.10.11 tenemos.
11.10.12. Corolario. Todo triángulo que tiene todos sus ángulos congruentes es equilátero.
11.10.13. Teorema LLL. Toda correspondencia LLL es una congruencia.
Demostración. Sea ABC ÐÑ DEF una correspondencia LLL. Por localización de puntos
ÐÑ
y por construcción de ángulos existe un único punto G en el lado de AC opuesto al lado
en el cual está B tal que =CAB – =EDF y tal que AG “ DF . Por LAL se tiene que
AGC – DEF . Ahora, como F E “ CG y F E “ CB, tenemos que CB “ CG, análogamente
tenemos que AB “ AG, por lo que debido al teorema del triángulo isósceles tenemos que
=ABG – =AGB y =CBG – =CGB. Ahora, por adición de ángulos tenemos que =ABC –
=AGB de donde por LAL se tiene que ABC – AGC y por transitividad ABC – DEF , lo
cual demuestra el teorema. ‚
Un ejemplo donde se utiliza el teorema LLL es en la demostración del teorema de la
bisectriz. Definamos antes lo que es una bisectriz.
11.10.14. Definición. Si D está en el interior del =BAC y =BAD – =CAD, entonces el
ÝÝÑ
rayo AD biseca al =BAC y se llama la bisectriz del =BAC.
Br 
1



A D
r -
PP
PP
PP
PP C
Pr P
PP
q
P
286 11.10. Postulados y teoremas de congruencia de triángulos

11.10.15. Teorema de la bisectriz. Todo ángulo tiene solamente una bisectriz.


ÝÝÑ
Demostración. Sean =BAC un ángulo, B 1 P AB tal que AB 1 “ AC y D el punto medio de
B 1 C. Por el teorema LLL 11.10.13 ADC ÐÑ ADB 1 es una congruencia y los ángulos =B 1 AD
y =CAD son correspondientes por lo tanto son congruentes, pero =B 1 AD “ =BAD, por lo
ÝÝÑ ÝÝÑ
que =BAD – =CAD, es decir AD es bisectriz de =BAC. Demostremos ahora que AD es
ÝÝÑ
el único rayo que biseca a =BAC. Sea AD1 un rayo que biseca a =BAC y veamos que D1
ÐÑ
debe estar en el interior del =BAC. Si D1 y C están en lados opuestos de AB, entonces por
ÝÝÑ
el teorema de adición de ángulos >CAD1 ą >BAD1 por lo que AD1 no sería bisectriz del
Ð Ñ
=BAC. Análogamente D1 y B están del mismo lado de AC, por lo tanto D1 está en el interior
ÝÝÑ
del =BAC. Ahora, por el teorema de adición de ángulos y por ser AD1 bisectriz del =BAC,
tenemos que >BAD1 “ 21 >BAC. Pero el postulado de construcción de ángulos garantiza que
ÝÝÑ ÐÑ
solamente hay un rayo AD1 con D1 del mismo lado que C de AB tal que >BAD1 “ 12 >BAC,
por lo que la bisectriz es única. ‚
11.10.16. Teorema. Todos los puntos de la bisectriz de un ángulo diferentes del extremo
están en el interior del ángulo.
ÝÝÑ
Demostración. Sea =ABC un ángulo y BD su bisectriz con D en el interior de =ABC.
ÝÝÑ ÐÑ
Si E P BD y E ‰ B, entonces E y D están del mismo lado de AB ya que el único punto de
ÐÑ ÐÑ ÐÑ
ED que corta a AB es B y B R ED. Análogamente E y D están del mismo lado de BC, por
lo que E está en el interior de =ABC. ‚
11.11. Perpendicularidad 287

11.11. Perpendicularidad
En esta sección estudiaremos algunos resultados relacionados con el concepto de perpen-
dicularidad.
11.11.1. Teorema. En un plano, dada una recta l y Q P l. Existe solamente una recta l1 tal
que l K l1 y Q P l1 .
Demostración. La existencia de l1 es consecuencia del postulado de construcción de ángulos
y la unicidad es consecuencia del teorema del suplemento. Dejamos al lector los detalles de
la demostración. ‚
11.11.2. Lema. Dada una recta l y un punto Q R l. Existe una recta l1 perpendicular a l tal
que Q P l1 .
ÐÑ ÐÑ
Demostración. Sea P P l. Si P Q K l, tomamos l1 “ P Q y se cumple la conclusión.
ÐÑ
Supongamos que P Q no es perpendicular a l. Sea S P l tal que S ‰ P . Por el postulado
de construcción de ángulos 11.8.8, sea R1 un punto tal que Q y R1 están en lados opuestos
de l y tal que >SP R1 “ >SP Q. Por el teorema de localización de puntos 11.2.9 podemos
ÝÝÑ
tomar ahora un punto R P P R1 tal que P R “ P Q. Sea finalmente T P l tal que T P RQ (esto
es posible debido al postulado de la separación del plano 11.4.2).
Con esta construcción tenemos que QP S ÐÑ RP S es una correspondencia LAL por lo
que QS “ RS y =QSP – =RSP . Observemos que si =QT S – =RT S, entonces por el
ÐÑ ÐÑ
teorema del suplemento 11.8.13 tenemos QT K l y es suficiente con tomar l1 “ QT . Si S “ T ,
ÝÑ ÝÑ
entonces =QT S – =RT S. Si SP “ ST , entonces =QST – =RST por lo que debido al
ÝÑ
postulado LAL 11.10.4 tenemos RST – QST , de donde =QT S – =RT S. Finalmente si ST
ÝÑ
y SP son rayos opuestos, entonces =QST – =RST debido a que son suplementos de ángulos
congruentes y de nuevo se tiene RST – QST , de donde =QT S – =RT S. ‚
11.11.3. Teorema. Dada una recta l y un punto Q que no está en ella. Existe solamente
una recta l1 perpendicular a l tal que Q P l1 .
ÐÑ
Demostración. Por el lema anterior existe un punto P en l tal que P Q K l. Supongamos
ÐÑ
que exista una recta h a la cual pertenezca Q tal que h K l y h ‰ P Q. Sea R P h X l y S
ÐÑ
un punto en el rayo opuesto a P Q tal que P S “ P Q. Por el teorema del suplemento se tiene
que QP R ÐÑ SP R es una correspondencia LAL, por lo que >SRP “ 90˝ . Pero debido al
ÐÑ Ð Ñ
teorema 11.11.1 QR “ SR, es decir Q, S P h, contradiciendo al postulado de la recta, por lo
ÐÑ ÐÑ
que no existe ninguna recta h a la cual pertenezca Q tal que h K l y h ‰ P Q. Luego P Q es
la única recta perpendicular a l a la cual pertenece Q. ‚
11.11.4. Corolario. Ningún triángulo tiene dos ángulos rectos diferentes. Es decir si un
ángulo de un triángulo es recto, entonces los otros dos no son rectos.
Demostración. Si un triángulo tuviera dos ángulos rectos diferentes, entonces el vértice del
otro ángulo estaría en dos rectas diferentes, ambas perpendiculares al lado comprendido entre
los ángulos rectos y por lo tanto también a la recta que incluye a tal lado, lo que contradice
al teorema 11.11.3. ‚
11.11.5. Definición. Un triángulo rectángulo es un triángulo en el cual uno de sus ángulos
es recto.
288 11.11. Perpendicularidad










11.11.6. Definición. Una mediatriz de un segmento es una recta perpendicular al segmento


en su punto medio.
rB  
:

C  
C   mediatriz del segmento AB

  CC

 C
CrA


9 

11.11.7. Teorema de la mediatriz. Si un segmento está incluido en un plano, entonces la


mediatriz del segmento que está incluida en el plano es el conjunto de puntos del plano que
están a la misma distancia de los extremos del segmento. Es decir, en un plano Π, si l es la
mediatriz de un segmento AB, entonces l “ tP P Π : P A “ P Bu.
Demostración. En un plano sea M el punto medio del segmento AB y l su mediatriz. Si
P P l, entonces AM P ÐÑ BM P es una correspondencia LAL por lo que P A “ P B. Por
otro lado si P es un punto en el plano tal que P A “ P B, entonces AM P ÐÑ BM P es una
correspondencia LLL por lo que debido al teorema LLL 11.10.13 y al teorema del suplemento
11.8.13 concluimos que P P l. ‚
11.11.8. Corolario. Dados un segmento AB y una recta l incluidos en un plano. Si dos
puntos diferentes de l están a la misma distancia de los extremos A y B, entonces l es la
mediatriz de AB.
Demostración. Por el teorema de la mediatriz los dos puntos de l que están a la misma
distancia de A y de B están en la mediatriz, pero l es la única recta a la que pertenecen estos
dos puntos diferentes, por lo tanto l es la mediatriz. ‚
El siguiente corolario es un resultado muy interesante cuya demostración dejaremos como
ejercicio para el lector.
11.11.9. Corolario. Las mediatrices de los lados de un trián-
gulo se cortan en un punto común, el cual es el centro de la C

única circunferencia a la que pertenecen los tres vértices del


triángulo.
11.11.10. Definición. La circunferencia a la cual pertenecen
los vértices de un ŸABC se dice que está circunscrita en el
triángulo. Al centro de tal circunferencia se le llama circun- A B
centro del ŸABC.
Observemos que por el corolario anterior se concluye que el
circuncentro de un triángulo es el punto de intersección de las mediatrices de los lados.
11.11.11. Definición. Sean P un punto, l una recta y l1 una recta perpendicular a l tal que
P P l1 . La proyección de P en l es el punto Q, tal que Q P l X l1 . La proyección de un
11.11. Perpendicularidad 289

subconjunto A del espacio en una recta es el conjunto formado por las proyecciones en la
recta de todos los elementos de A .
11.11.12. Definición. Una recta dada y un plano son perpendiculares si se intersecan y
además toda recta en el plano que pasa por el punto de intersección es perpendicular a la
recta dada. Cuando una recta l y un plano Π son perpendiculares escribimos l K Π.
11.11.13. Lema. Si B, C, P y Q son cuatro puntos diferentes tales que P B “ QB, P C “ QC
y X es un punto entre B y C, entonces P X “ QX.
Demostración. Por el teorema LLL 11.10.13 tenemos que P BC – QBC, por lo que
=P BX – =QBX, de donde por el postulado LAL P BX – QBX y así P X “ QX. ‚
11.11.14. Teorema. Si una recta l es perpendicular a dos rectas diferentes l1 y l2 que se
intersecan, entonces l es perpendicular al plano que incluye a las dos rectas l1 y l2 .
Demostración. Sean l1 y l2 dos rectas incluidas en un plano Π tales que l1 X l2 “ tAu,
l una recta perpendicular a l1 y l2 , P, Q P l tales que A es el punto medio de P Q y l3 una
recta incluida en Π a la cual pertenece A. Tomemos B P l1 y C P l2 tales que estén en lados
opuestos de l3 y sea X el punto en l3 que está entre B y C.
Como l1 y l2 son mediatrices de P Q, por el teorema de la mediatriz P B “ QB y P C “
QC. Ahora, por el lema 11.11.13 tenemos que P X “ QX, pero como P A “ QA, entonces
debido al corolario 11.11.8 concluimos que l3 también es mediatriz de l, de donde l K l3 , por
lo tanto l K Π. ‚
11.11.15. Teorema. Sea l una recta y P P l. Existe un plano Π tal que l K Π y P P Π.
Demostración. Sean Q un punto que no está en l, Λ el plano al cual pertenece Q que
incluye a l, R un punto que no está en Λ y Γ el plano al cual pertenece R que incluye a l.
Sabemos que Λ X Γ “ l y que existen dos únicas rectas l1 y l2 tales que l1 Ă Λ, l1 K l,
l2 Ă Γ , l2 K l y P P l1 X 2 . Pero como l1 ‰ l2 tenemos que el plano Π que incluye a ambas
rectas y la recta l son perpendiculares, además P P Π. ‚
11.11.16. Teorema. Si una recta dada y un plano son perpendiculares, entonces el plano
incluye a toda recta perpendicular a la recta dada en su punto de intersección.
Demostración. Sean l y Π una recta y un plano perpendiculares, P P l X Π, l1 una recta
perpendicular a l en P y Γ el plano que incluye a l1 y l.
Demostraremos que l1 Ă Π. La recta Γ X Π es perpendicular a l en P , pero solamente
existe una recta incluida en Γ que sea perpendicular a l en P , por lo que l1 “ Γ X Π Ă Π.

De los teoremas 11.11.15 y 11.11.16 se concluye el siguiente teorema.
11.11.17. Teorema. Dados una recta y un punto en la recta, existe solamente un plano
perpendicular a la recta al cual pertenece el punto.
11.11.18. Teorema. Sea Π un plano y P P Π. Existe una única recta l tal que P P l y
l K Π.
Demostración. Sea Q un punto que no esté en Π y R P Π diferente de P . Por el teorema
ÐÑ
11.11.1, el plano que incluye al Ÿ P QR incluye también a una única recta l1 K P R con P P l1
ÐÑ
y existe una única recta l2 incluida en Π tal que P P l2 y l2 K P R. Ahora, el plano que incluye
290 11.11. Perpendicularidad

a l1 y l2 incluye a una única recta l tal que P P l y l K l2 . Como l1 y l2 son perpendiculares a


ÐÑ ÐÑ ÐÑ
P R, debido al teorema 11.11.14 tenemos que l K P R. Ahora, como l K l2 y l K P R tenemos
por el teorema 11.11.14 que l K Π.
Para ver que l es la única recta tal que P P l y l K Π, observemos que si existiera una
recta l1 diferente de l tal que P P l1 y l1 K Π, entonces, por los teoremas 11.11.14 y 11.11.17, el
plano Π 1 que incluye a l y l1 incluiría también a la recta l2 que pasa por P , es decir tendríamos
que l, l1 , l2 Ă Π 1 , P P l X l1 X l2 , l K l2 y l1 K l2 , contradiciendo al teorema 11.11.1. ‚

Ejercicios.

1. Demostrar el corolario 11.11.9.


11.12. Desigualdades geométricas 291

11.12. Desigualdades geométricas


En esta sección se estudiarán algunos teoremas muy importantes, como son el primer
teorema de la distancia mínima, el del ángulo externo y la desigualdad del triángulo. Comen-
cemos con algunas definiciones.
11.12.1. Definición. Dados dos segmentos AB y CD, decimos que el segmento AB es
mayor que el segmento CD, denotado AB ą CD, si AB ą CD. Si AB ą CD también
decimos que CD es menor que AB y lo denotamos como CD ă AB.
11.12.2. Definición. Dados dos ángulos =ABC y =DEF , decimos que =ABC es mayor
que =DEF , denotado =ABC ą =DEF si >ABC ą >DEF . Si =ABC ą =DEF también
decimos que el ángulo =DEF es menor que el ángulo =ABC y lo denotamos así =DEF ă
=ABC.
ÝÝÑ ÝÝÑ
11.12.3. Definición. En un triángulo ŸABC si CA y CD son rayos opuestos, decimos que
el ángulo =BCD es un ángulo externo del ŸABC. Además a los ángulos =ABC y =BAC
se les llaman ángulos internos no contiguos al =BCD. Al =ACB se le llama ángulo
interno contiguo al =BCD.

B
Q
AQ
A QQ
A Q
A C D

11.12.4. Teorema del ángulo externo. Un ángulo externo de un triángulo es mayor que
cada uno de sus ángulos internos no contiguos.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo y =BCD un ángulo externo no contiguo a los
ángulos =A y =B del triángulo. Llamémosle E al punto medio de BC y F al punto que está
ÝÝÑ
en el rayo opuesto a EA tal que EA “ EF . Ahora por el teorema de los ángulos opuestos por
el vértice =BEA – =CEF y se tiene que BEA ÐÑ CEF es una correspondencia LAL, así
=ECF – =EBA, es decir =BCF – =B. Ahora, por el teorema de adición de ángulos 11.8.9
y el teorema 11.8.7 tenemos que =BCD ą =BCF , por lo tanto =BCD ą =B. Ahora sea
ÝÝÑ ÝÝÑ
CG un rayo opuesto a CB. Por un argumento análogo al anterior tenemos que =ACG ą =A,
pero =ACG – =BCD por ser opuestos por el vértice, de modo que también =BCD ą =A
con lo que el teorema queda demostrado. ‚
11.12.5. Definición. Decimos que un ángulo es agudo si mide menos de 90˝ y que es
obtuso si mide más de 90˝ .
Como consecuencia inmediata del teorema anterior tenemos los siguientes 3 corolarios.
11.12.6. Corolario. Si un triángulo tiene un ángulo recto, entonces los otros dos ángulos
son agudos.
11.12.7. Corolario. Si un triángulo tiene un ángulo obtuso, entonces los otros dos ángulos
292 11.12. Desigualdades geométricas

son agudos.
11.12.8. Corolario. En cualquier triángulo al menos dos de sus ángulos son agudos.
11.12.9. Definición. Sea ABC ÐÑ DEF una correspondencia entre dos triángulos. Si
AB “ DE, =ABC – =DEF y =BCA – =EF D, entonces decimos que es una correspon-
dencia lado-ángulo-ángulo o LAA.
11.12.10. Teorema LAA. Toda correspondencia LAA es una congruencia.
Demostración. Sean ŸABC y ŸDEF dos triángulos tales que AC “ DF , =CAB – =F DE
y =ABC – =DEF .
Si AB “ DE, entonces ABC ÐÑ DEF es una congruencia debido al postulado LAL
11.10.4. Veamos que es imposible que AB ă DE. Supongamos que AB ă DE. Sea B 1 P
ÝÝÑ
AB tal que AB 1 “ DE. Con estas condiciones =ABC es un ángulo externo no contiguo
al =BB 1 C en el triángulo ŸBB 1 C por lo que =ABC ą =BB 1 C, pero como =DEF –
=ABC, entonces =DEF ą =BB 1 C y observando que =BB 1 C “ =AB 1 C tenemos =DEF ą
=AB 1 C contradiciendo al postulado LAL 11.10.4 puesto que CAB 1 ÐÑ F DE sería una
correspondencia LAL, por lo tanto es imposible que AB ă DE. Análogamente es imposible
que AB ą DE, por lo tanto AB “ DE y ABC ÐÑ DEF es una congruencia. ‚
11.12.11. Definición. En un triángulo rectángulo al lado opuesto al ángulo recto se le llama
la hipotenusa y a cada lado adyacente al ángulo recto se le llama cateto.
11.12.12. Teorema de la hipotenusa y el cateto. Dada una correspondencia entre dos
triángulos rectángulos tal que las hipotenusas de ambos son correspondientes. Si la hipotenusa
y un cateto de un triángulo son congruentes con las partes correspondientes del segundo,
entonces la correspondencia es una congruencia.
Demostración. Sea ABC ÐÑ DEF una correspondencia tal que >ACB “ >DF E “ π2 ,
AB “ DE y BC “ EF , es decir satisface las hipótesis del teorema. Sea G un punto en el
ÝÝÑ
rayo opuesto a F D tal que F G “ CA. Se tiene que ABC ÐÑ GEF es una correspondencia
LAL por lo que EG “ BA “ ED y =BAC – =EGF , ahora por el teorema del triángulo
isósceles =EGF – =EDF de modo que =EDF – =BAC, luego ABC ÐÑ DEF es una
correspondencia LAA, por lo que es una congruencia. ‚
11.12.13. Teorema. Si dos lados de un triángulo no son congruentes, entonces los ángulos
opuestos a estos lados no son congruentes y el ángulo mayor es el opuesto al lado mayor.
Demostración. Si dos lados de un triángulo no son congruentes, entonces los ángulos
opuestos no son congruentes puesto que si lo fueran contradiría al recíproco del teorema del
triángulo isósceles.
ÝÝÑ
Sea ŸABC tal que AB ą AC y D P AC tal que AB “ AD. Por el teorema del triángulo
isósceles =ABD – =ADB pero por el teorema de adición de ángulos y el teorema 11.8.7
tenemos =ABC ă =ABD. Ahora, =ADB ă =ACB debido al teorema del ángulo externo.
Por lo tanto =ABC ă =ACB. ‚
Procediendo por contradicción se tiene que una consecuencia inmediata del teorema
11.12.13 es el siguiente teorema.
11.12.14. Teorema. Si dos ángulos de un triángulo no son congruentes, entonces los lados
11.12. Desigualdades geométricas 293

opuestos a estos ángulos no son congruentes y el lado mayor es opuesto al ángulo mayor.
11.12.15. Primer teorema de la distancia mínima. Sea l una recta, P un punto que no
está en ella, Q P l tal que P Q K l y S P l tal que S ‰ Q. Tenemos que P Q ă P S.
Dicho de otra manera, el segmento más corto que une un punto con una recta es el
segmento perpendicular a la recta.

Pr
EHH
E HH
(
H(((
((
S
( E ( (
(( Q
((((
l

Demostración. Este teorema es una consecuencia inmediata del teorema 11.12.14 y del
corolario 11.12.6 ‚
11.12.16. Definición. Sea l una recta y P un punto que no está en ella. Definimos la
distancia entre P y l como la longitud del segmento P Q tal que Q P l y P Q K l.
11.12.17. Desigualdad del triángulo. Sea ŸABC un triángulo.

AB ` BC ą AC.

Demostración. Si AC no es mayor que los otros dos lados del triángulo, la conclusión es
directa. Supongamos que AC es mayor que AB y que BC. Sea D P AC tal que AD “ AB.
Por el teorema del triángulo isósceles =ABD – =ADB. Ahora, por el corolario 11.12.8
=ABD y =ADB son agudos. Debido al teorema del suplemento =BDC es obtuso. Ahora,
por el corolario 11.12.7 y el teorema 11.12.13 , BC ą BD. Por lo anterior se tiene que

AB ` BC “ AD ` BC ą AD ` DC “ AC,

es decir AB ` BC ą AC. ‚
11.12.18. Definición. Una circunferencia y una recta incluidas en un mismo plano se dice
que son tangentes si su intersección tiene solamente un punto. En estas condiciones también
se dice que una es tangente a la otra en el punto de intersección. También decimos que un
segmento es tangente a una circunferencia cuando se intersecan y la recta que contiene al
segmento es tangente a la circunferencia.
11.12.19. Teorema. Sea c una circunferencia con centro en Q y l una recta tangente a la
circunferencia c en un punto P . Bajo estas condiciones se tiene que l K QP .
Demostración. Procedamos por contradicción. Si l no fuera perpendicular a QP , entonces
por el primer teorema de la distancia mínima la proyección A de Q en l está en el interior de
ÝÝÑ
c y si tomáramos P 1 en el rayo opuesto a OP tal que OP “ OP 1 , entonces por el postulado
LAL el punto P 1 también estaría en la intersección de l y c, luego l y c no serían tangentes.
Por lo tanto l K QP . ‚
294 11.12. Desigualdades geométricas

El teorema 11.12.19 tiene el siguiente recíproco.


11.12.20. Teorema. Sea c una circunferencia con centro en Q y l una recta que interseca a
c en un punto P tal que l K QP . La recta l es tangente a la circunferencia c.
Demostración. Si la recta l cortara a c en algún punto P 1 diferente de P , entonces por el
teorema del triángulo isósceles =QP P 1 – =QP 1 P y tendríamos un triángulo con dos ángulos
rectos, lo cual es imposible debido al corolario 11.12.6. ‚
11.12.21. Teorema de la bisagra. Sean ŸABC y ŸABC 1 dos triángulos tales que C y C 1
ÐÑ
están del mismo lado de AB, BC “ BC 1 y =ABC ă =ABC 1 . El segmento AC 1 es más largo
que el segmento AC.

C C1
!! !
A ! 
 A!! 

 !! A 
!!! A 
! A 
!
!

! A
A B

Demostración. Sea M el punto donde la bisectriz del ángulo =CBC 1 corta al segmento
AC 1 .
C 6 C1
aa !! !
 A a! 
 A!! M 

 !! A 
!!! A 
! A 
!
!
! A
A B

Por el postulado LAL tenemos que M C “ M C 1 , ahora AC 1 “ AM ` M C 1 “ AM ` M C ą


AC, por lo que el segmento AC 1 es más largo que el segmento AC (si C está entre A y
M la última desigualdad se sigue del hecho de que AM “ AC ` CM si no se sigue de la
desigualdad del triángulo). ‚
11.13. Rectas paralelas 295

11.13. Rectas paralelas

11.13.1. Definición. Dos rectas son paralelas si están incluidas en un mismo plano y
su intersección es el conjunto vacío. Al hecho de que dos rectas l1 y l2 sean paralelas lo
denotaremos así
l1 k l2 .
De manera más general, si m1 es una recta, rayo o segmento incluido en l1 , m2 es una recta,
rayo o segmento incluido en l2 y además l1 k l2 , entonces decimos que m1 es paralelo con
m2 y lo denotamos como m1 k m2 .
11.13.2. Teorema. Dos rectas paralelas están incluidas solamente en un plano.
Demostración. Sean l1 y l2 dos rectas paralelas. Por definición de rectas paralelas l1 y l2
están incluidas en al menos un plano Π. Sea P P l1 , por el teorema 3.3 existe sólo un plano
que incluye a l1 y tP u, por lo que tal plano debe ser Π y ningún otro plano puede incluir a
l1 y l2 . ‚
11.13.3. Teorema. Si dos rectas diferentes incluidas en un mismo plano son perpendiculares
a una tercera, entonces las rectas son paralelas.
Demostración. Este teorema se deduce del corolario 11.12.6. ‚
11.13.4. Teorema. Sea l una recta y P un punto que no está en l. Existe una recta l1 tal
que P P l1 y l k l1 .
ÐÑ
Demostración. Sea Q P l tal que P Q K l. Ahora en el plano en que está incluido l Y tP u
ÐÑ
tomemos la recta l1 perpendicular a P Q tal que P P l1 . Del teorema anterior concluimos que
l1 k l. ‚
11.13.5. Definición. Una secante a dos rectas en un mismo plano es una recta que las
interseca a cada una en puntos diferentes.

 recta secante a l1 y l2



l1 

 ((
 ((((((
l (( 
((2(
( (



11.13.6. Definición. Dadas dos rectas l1 y l2 incluidas en un plano y cortadas por una
secante t en los puntos P y Q respectivamente. Sean A P l1 y B P l2 en lados opuestos de
t. Bajo estas condiciones decimos que los ángulos =AP Q y =P QB son ángulos alternos
internos.
296 11.13. Rectas paralelas

t



l1 P A

 ((
Q  (((((( l
(( ( 2
(((( 
B


11.13.7. Definición. Dadas dos rectas l1 y l2 incluidas en un mismo plano y cortadas por
una secante t en los puntos P y Q respectivamente. Sean A P l1 y C P l2 del mismo lado
ÝÝÑ ÝÝÑ
de t y P D un rayo opuesto a P Q. Bajo estas condiciones decimos que los ángulos =DP A y
=P QC se dice que son ángulos correspondientes, y que los ángulos =AP Q y =P QC son
ángulos internos del mismo lado.

t
D 

l1 P A

 (
(
Q  ((((((
(((
(
((  (
C
l2 


Del teorema del suplemento se deduce el siguiente teorema.


11.13.8. Teorema. Si dos rectas incluidas en un mismo plano son cortadas por una secante
y si dos ángulos alternos internos son congruentes, entonces los otros dos ángulos alternos
internos también son congruentes.
11.13.9. Teorema. Sean dos rectas l1 y l2 incluidas en un mismo plano y cortadas por una
secante t. Si dos ángulos alternos internos son congruentes, entonces las rectas l1 y l2 son
paralelas.
Demostración. Si las rectas l1 y l2 se cortaran, entonces se tendría un triángulo con un
ángulo externo congruente con uno de sus ángulos internos no contiguos, lo que contradice
al teorema del ángulo externo. ‚
Del teorema 11.13.9 y del teorema de los ángulos opuestos por el vértice 11.8.18 se sigue
el siguiente corolario.
11.13.10. Corolario. Sean dos rectas l1 y l2 incluidas en un mismo plano y cortadas por
una secante t. Si dos ángulos correspondientes son congruentes, entonces las rectas l1 y l2 son
paralelas.
11.13. Rectas paralelas 297

El siguiente postulado es equivalente al quinto postulado del libro «Los Elementos» de


Euclides.
11.13.11. Postulado de las paralelas. Dada una recta l y un punto P R l. Existe una
única recta l1 tal que P P l1 y l1 k l.
11.13.12. Teorema. Si dos rectas paralelas son cortadas por una secante, entonces los
ángulos alternos internos son congruentes.
Demostración. Sean l1 y l2 dos rectas paralelas y t una secante a ellas, además sean
P P l1 X t y Q P l2 X t. Por el postulado de construcción de ángulos 11.8.8, existe una recta l11
tal que P P l11 y tomando t como secante forme con l2 ángulos alternos internos congruentes.
Por el teorema 11.13.11 l11 k l2 , pero por el postulado de las paralelas 11.13.15 tenemos que
l11 “ l1 , además los otros dos ángulos alternos internos también son congruentes debido al
teorema 11.13.8. ‚
Del teorema 11.13.12 y del teorema de los ángulos opuestos por el vértice 11.8.18 se siguen
los siguientes dos corolarios.
11.13.13. Corolario. Si dos rectas paralelas son cortadas por una secante y tenemos un par
de ángulos correspondientes, éstos son congruentes.
11.13.14. Corolario. Si dos rectas paralelas son cortadas por una secante, entonces las
medidas de ángulos internos del mismo lado suman 180˝ .
ÐÑ
11.13.15. Lema. Sea ŸABC un triángulo. Si D está en el interior de =BAC, entonces AD
ÐÑ
corta a CB.
ÐÑ ÐÑ
Demostración. Sea B 1 tal que A está entre B y B 1 . Las rectas AD y CB no pueden
ÐÑ
ser paralelas puesto que los ángulos =B 1 AD y =ABC serían correspondientes al tomar AB
como secante, de modo que si fueran paralelas tendríamos que =B 1 AD – =ABC, pero
=B 1 AC ă =B 1 AD – =ABC, contradiciendo al teorema del ángulo externo. ‚
11.13.16. Lema. Sea ŸABC un triángulo y l la recta paralela a AC con B P l. Si E P l y
ÐÑ ÐÑ
además E y C están del mismo lado de AB, entonces E y A están en lados opuestos de BC.
ÐÑ
Demostración. Supongamos que E P l y además E y C están del mismo lado de AB. Si
ÐÑ
E y A estuvieran del mismo lado de BC, entonces debido al lema 11.13.15 tendríamos que
ÐÑ
BE cortaría a AC, contradiciendo el hecho de que l k AC. ‚
11.13.17. Teorema. Para todo triángulo la suma de las medidas de sus ángulos es 180˝ .
Demostración. Sea ŸABC un triángulo cualesquiera y l la recta a la cual pertenece B y que
ÐÑ ÐÑ
es paralela a AC. Tomemos D, E P l en lados opuestos de AB (y por consecuencia de BC) con
ÐÑ
E del mismo lado que C de AB. Por el lema 11.13.16 los puntos A y E están en lados opuestos
ÐÑ
de BC y por el teorema 11.13.12 tenemos que =DBA – =BAC y =EBC – =BCA. Ahora
por los teoremas del suplemento 11.8.13 y de adición de ángulos 11.8.9 tenemos que

>P BA ` >ABC ` >EBC “ 180˝

pero debido a las congruencias anteriores tenemos

>BAC ` >ABC ` >BCA “ 180˝ ,


298 11.13. Rectas paralelas

con lo que terminamos la demostración. ‚


Los siguientes 3 corolarios se deducen inmediatamente del teorema 11.13.17.
11.13.18. Corolario. Dada una correspondencia entre dos triángulos. Si dos pares de ángulos
correspondientes son congruentes, entonces el otro par de ángulos correspondientes también
son congruentes.
11.13.19. Corolario. Los ángulos agudos de cualquier triángulo rectángulo son complemen-
tarios.
11.13.20. Corolario. En todo triángulo la medida de un ángulo externo es igual a la suma
de las medidas de los ángulos internos no contiguos.
11.13.21. Teorema. Dado un plano Π y un punto P que no está en Π, existe una única
recta l, tal que P P l y l K Π.
ÐÑ
Demostración. Sea Q P Π. Si P Q K Π hemos terminado debido al teorema 11.11.18
ÐÑ
y a que un triángulo no tiene dos ángulos rectos diferentes. Supongamos que P Q no es
perpendicular a Π y sea l1 la única recta perpendicular a Π a la cual pertenece Q. Ahora sea
l la única recta tal que P P l y l k l1 . Sean Π 1 el plano en el cual están incluidas l y l1 , y R
el punto en la intersrección de las rectas Π X Π 1 y l (tal punto existe por que de otro modo
habría dos paralelas diferentes a l, a saber l1 y Π X Π 1 , que pasan por Q). Por el teorema
ÐÑ ÐÑ ÐÑ
13.6 l K RQ (RQ “ Π X Π 1 ). Sea ahora en Π un punto S R RQ y l2 la recta perpendicular
ÐÑ
a Π tal que S P l2 . por argumentos análogos a los anteriores l K RS por lo que l K Π ya que
ÐÑ ÐÑ
RS ‰ RQ. Ahora, no existe ninguna otra recta a la cual pertenezca P que sea perpendicular
a Π puesto que tendríamos un triángulo con dos ángulos rectos diferentes. ‚
11.13.22. Definición. Sea P un punto, Π un plano y l la recta perpendicular a Π tal que
P P l. La proyección de P en Π es el punto Q tal que Q P l X Π. La proyección de
un conjunto A del espacio en un plano es el conjunto formado por las proyecciones de los
elementos de A .
Veamos ahora algunos resultados concernientes a las bisectrices de los ángulos de un
triángulo.
11.13.23. Lema. Dadas dos bisectrices de un triángulo, éstas no son paralelas.
ÝÝÑ ÝÝÑ
Demostración. Sea ŸABC un triángulo, y AD y BE las bisectrices de =CAD y =CBA
ÐÑ
respectivamente. Por el teorema 11.10.16, C, E y D están del mismo lado de AB. Ahora,
por definición de mediatriz y por el teorema 11.13.17, la suma de las medidas de los ángulos
ÐÑ ÐÑ ÐÑ
=DAC y =EBA es menor que 90˝ . Si tomamos AB como secante de las rectas AD y BE
tenemos que =DAC es el suplemento del correspondiente a =EBA, por lo que hay un par
de ángulos correspondientes, uno de los cuales es agudo y el otro obtuso, por lo tanto, debido
ÝÝÑ ÝÝÑ
al corolario 11.13.13, AD y BE no son paralelos. ‚
11.13.24. Lema. Cualquier par de bisectrices de ángulos de un triángulo se cortan en algún
punto.
Demostración. Siguiendo la misma idea de la demostración del lema 11.13.23, sea ŸABC
ÝÝÑ ÝÝÑ
un triángulo, y AD y BE las bisectrices de =CAD y =CBA respectivamente. Por el lema
ÝÝÑ ÝÝÑ
13.3, las rectas que contienen a las bisectrices AD y BE se cortan. Veamos que deben cortarse,
11.13. Rectas paralelas 299

ÐÑ
efectivamente, del mismo lado de AB que C. En efecto, si se cortaran en un punto F del
ÐÑ
lado opuesto a C de AB, entonces el triángulo ŸABF tendría dos ángulos obtusos, lo cual
contradice al corolario 11.12.7. Así tenemos que el punto donde se cortan las rectas que
contienen a las bisectrices pertenecen a las bisectrices. ‚
11.13.25. Lema. Cualquier par de bisectrices de ángulos de un triángulo se cortan en el
interior del triángulo.
Demostración. Este lema es consecuencia del lema 11.13.24 y del hecho de que el interior
de un triángulo es la intersección del interior cualesquiera dos de sus ángulos. ‚
11.13.26. Lema. Cualquier punto de la bisectriz de un ángulo equidista de las rectas que
contienen a los lados del ángulo.
ÝÝÑ
Demostración. Sea AD la bisectriz de un ángulo =CAB y sean B 1 y C 1 los puntos más
ÐÑ ÐÑ
cercanos a D de las rectas AB y AC respectivamente. Por el primer teorema de la distancia
mínima 11.12.15 tenemos que >AB 1 D “ >AC 1 D “ 90˝ , por lo que debido al teorema LAA
ÐÑ ÐÑ
11.12.10 tenemos que la distancia de D a AC es igual a la distancia de D a AB. ‚
11.13.27. Teorema. Las bisectrices de los ángulos de un triángulo se cortan en un mismo
punto en el interior del triángulo.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo y D el punto donde
se cortan las bisectrices de los ángulos =CAB y =ABC. Por el
lema 11.13.25 tenemos que D está en el interior del triángulo y
por el lema 11.13.26 tenemos que D equidista de las rectas que
contienen a los lados del triángulo. Así tenemos que D equidista
ÐÑ ÐÑ
de las rectas CB y CA, de modo que usando el primer teorema
de la distancia mínima 11.12.15 y el postulado LAL 11.10.4
vemos que D está en la bisectriz del ángulo =ACB. ‚
11.13.28. Definición. Al punto donde se cortan las bisectrices de los ángulos de un triángulo
se le llama incentro del triángulo.
11.13.29. Teorema. El incentro de un triángulo está a la misma distancia r de cada recta
que contiene a uno de los lados del triángulo. Además, en el plano que contiene al triángulo,
la circunferencia cuyo centro es el incentro del triángulo y tiene radio r es tangente a los
lados del triángulo.
Demostración. Por el lema 11.13.26 tenemos que el incentro de un triángulo está a la
misma distancia r de cada recta que contiene a los lados del triángulo. Ahora, por el primer
teorema de la distancia mínima 11.12.5 y el teorema 11.12.20 tenemos que la circunferencia
de radio r cuyo centro es el centro del triángulo es tangente a las rectas que contienen a
los lados del triángulo. Para demostrar que los puntos donde se cortan tales rectas con la
circunferencia están en los lados de los triángulos, supongamos que tenemos un triángulo
ÐÑ ÐÑ
ŸABC cuyo incentro es I y sea P P AC tal que IP K AC y veamos que P P AC. Como lo
ángulos =CAI y =ACI son agudos, entonces A no puede estar entre P y C puesto que en tal
caso tendríamos al ŸAIP con un ángulo recto (=IP A) y otro obtuso (=IAP ). Análogamente
vemos que C no está entre A y P , por lo cual P P AC con lo cual terminamos la demostración.
300 11.13. Rectas paralelas


11.13.30. Definición. La circunferencia que es tangente a los lados de un triángulo se dice
que está inscrita en el triángulo.
11.13.31. Teorema. Dado un triángulo, éste solamente tiene una circunferencia inscrita y
el centro de la circunferencia es el incentro del triángulo.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo y c una circunferen-
cia inscrita a éste con radio r y centro I. Sea P el punto donde
se cortan la circunferencia y AC y Q el punto donde se cortan
la circunferencia y AB. Por el teorema 11.12.19 y el teorema
ÝÑ
de la hipotenusa y el cateto 11.12.12 tenemos que AI es la bi-
ÝÑ
sectriz de =BAC. Análogamente BI es la bisectriz de =ABC
ÝÑ
y CI es la bisectriz de =ACB, por lo que I es el incentro del
triángulo y por el teorema 11.13.29 y el primer teorema de la distancia mínima 11.12.15, el
radio r es la distancia de I a las rectas que contienen a los lados del triángulo. ‚
11.13.32. Teorema. Si un triángulo ŸABC está inscrito en una circunferencia c y AB es el
diámetro de la circunferencia, entonces el ángulo =ACB es recto.
Demostración. Sean θ “ >ABC y α “ >BAC. Por el
teorema del triángulo isósceles tenemos que θ “ >BCQ y
α “ >ACQ. Ahora, por el teorema de adición de ángulos,
tenemos que >ACB “ θ ` α, y por el teorema 11.13.17
A B

180˝ “ >ACB ` >ABC ` >BAC


“ pθ ` αq ` θ ` α “ 2pθ ` αq “ 2>ACB,

C es decir >ACB “ 90˝ , por lo que el ángulo =ACB es recto.



11.13.33. Teorema. Si un triángulo ŸABC está inscrito en una circunferencia c y el ángulo
=ABC intercepta al arco menor AC,Ŋ entonces la medida de =ABC es la mitad de la medida
del ángulo central que intercepta al arco AC.
Ŋ

Demostración. Sea Q el centro de c. Hagamos la demostración primero para el caso en que


Q P AB. En este caso, por el teorema 11.13.32 tenemos que >ACB “ 90˝ . Sea θ “ >AQC
y β “ >ABC. Por el teorema del triángulo isósceles 11.10.9 tenemos que >BCQ “ β y por
los teoremas 11.13.17 y del suplemento 11.8.13 tenemos que 2β ` 180˝ ´ θ “ 180˝ , es decir
β “ 2θ .
Si Q P BC, la demostración es análoga a la del caso en que Q P BA.
Veamos el caso en que Q está en el interior del ángulo =ABC. Sea R el punto en c tal
que Q es el punto medio de BR. Debido al caso anterior y al teorema de adición de ángulos

1 1 1 1
>ABC “ >ABQ ` >QBC “ >AQR ` >RQC “ p>AQR ` >RQCq “ >AQC,
2 2 2 2
por lo que el resultado también es válido cuando Q está en el interior del ángulo =ABC.
11.13. Rectas paralelas 301

Finalmente, si Q está en el exterior de =ABC, sea de nuevo R P c tal que Q es el punto


medio de BR. Por el primer caso y por el teorema de adición de ángulos 11.8.9 obtenemos
1 1
>ABC ` >CBQ “ >ABR “ >AQR “ p>AQC ` >CQRq
2 2
1 1 1
“ >AQC ` >CQR “ >AQC ` >CBQ,
2 2 2
por lo tanto >ABC “ 21 >AQC. ‚
11.13.34. Teorema. Si un triángulo ŸABC está inscrito es una circunferencia c con centro
Ŋ entonces la medida de =ABC es 180˝ ´
Q y el ángulo =ABC intercepta al arco mayor AC,
>AQC
2
.
Demostración. >ABC “ 180˝ ´ >ACB ´ >BAC “ 180˝ ´ >AQB
2
´ >BQC
2
“ 180˝ ´ >AQC
2
.

11.13.35. Teorema. Si ŸABC es un triángulo y D un punto en su interior, entonces
>ADB ą >ACB.
ÐÑ
Demostración. Sea E el punto donde la recta CD corta a AB. Por el teorema del ángulo
externo 11.12.4, >BDE ą >BCD y >ADE ą >ACD. Ahora, por el teorema de adición de
ángulos 11.8.9, >ADB “ >ADE ` >BDE ą >ACD ` >BCD “ >ACB. ‚

Ejercicios.

1. Demostrar el siguiente resultado, conocido como «el quinto postulado de Euclides»:


Dadas dos rectas diferentes l1 y l2 incluidas en un mismo plano y que son cortadas por
una secante t en los puntos P y Q respectivamente, y dados dos puntos A P l1 y C P l2
del mismo lado de t, tales que >AP Q ` >P QC ă 180˝ ; existe un punto B en el cual
se cortan las rectas l1 y l2 , además B está del mismo lado de t que A y C.
302 11.14. Cuadriláteros

11.14. Cuadriláteros
En esta sección definiremos distintos tipos de cuadriláteros y conceptos relacionados con
éstos.
11.14.1. Definición. Cualquier polígono de cuatro lados incluida en un plano se llama
cuadrilátero. Es decir un cuadrilátero es la unión de cuatro segmentos AB, BC, CD y
DA que no se cortan más que posiblemente en sus extremos. Los ángulos =DAB, =ABC,
=BCD y =CDA se llaman ángulos del cuadrilátero.

A


 
  

B Z
 
 

D  Z
C
cuadrilátero ˝ABCD

11.14.2. Definición. Un cuadrilátero convexo es un cuadrilátero tal que para todo vértice
del cuadrilátero y todo ángulo del cuadrilátero tenemos que el vértice no está en el exterior
del ángulo. En general, un polígono convexo es un polígono l que está incluido en un plano
tal que si AB es uno de los lados del polígono l, entonces todos los vértices de l diferentes de
ÐÑ
A y de B están en un mismo lado de la recta AB.

A
 B

 B
  B

B
 BB


D 
C
cuadrilátero convexo ˝ABCD

Se invita al lector a representar con dibujos las definiciones siguientes.


11.14.3. Definición. El interior de un cuadrilátero convexo es el conjunto de puntos que
están en el interior de cada uno de sus ángulos. En general, el interior de un polígono convexo
es el conjunto de puntos que están en el interior de cada uno de sus ángulos.
11.14.4. Definición. Dado un polígono convexo. Se dice que el conjunto que es la unión de
el polígono y su interior está delimitado por el polígono.
Observemos que un cuadrilátero convexo no es un conjunto convexo pero su interior sí lo
es.
11.14.5. Definición. Dos lados de un cuadrilátero son opuestos si no se intersecan, en
otro caso diremos que son consecutivos. Dos ángulos de un cuadrilátero son opuestos si
no incluyen un mismo lado, en otro caso diremos que son consecutivos. Al cuadrilátero
cuyos vértices son A, B, C y D, y cuyos lados son AB, BC, CD y DA se le denotará como
˝ABCD. Las diagonales de un cuadrilátero ˝ABCD son los segmentos AC y BD.
11.14. Cuadriláteros 303

Daremos a continuación las definiciones de las figuras geométricas más importantes.


11.14.6. Definición. Un trapecio es un cuadrilátero que tiene al menos dos lados paralelos.
11.14.7. Definición. Un paralelogramo es un cuadrilátero en el cual cualquier lado es
paralelo a su lado opuesto.
Observemos que según la definición anterior, todos los paralelogramos son trapecios.
11.14.8. Definición. Un rombo es un paralelogramo cuyos lados son congruentes entre sí.
11.14.9. Definición. Un rectángulo es un paralelogramo cuyos ángulos son rectos.
11.14.10. Definición. Un cuadrado es un rectángulo que es rombo.
11.14.11. Definición. Un romboide es un paralelogramo que no es rombo.
11.14.12. Definición. Un cuadrilongo es un rectángulo que no es cuadrado.
11.14.13. Definición. Un trapezoide es un cuadrilátero que no es trapecio, es decir que
no tiene ningún par de lados paralelos.
11.14.14. Definición. La distancia entre dos rectas paralelas es la distancia de cualquier
punto de una de ellas a la otra. ¿Por qué esta definición tiene sentido?
11.14.15. Definición. En un trapecio a las longitudes de los lados paralelos se les llama
bases del trapecio y a la distancia entre las rectas que incluyen tales lados se le llama altura
correspondiente a tales bases.
11.14.16. Definición. En un triángulo la longitud de uno de sus lados es una base y su
altura correspondiente es la distancia de la recta que incluye al lado, al vértice del triángulo
que no está en ese lado.
11.14.17. Definición. Una región rectangular es la unión de un rectángulo con su interior.
Una región trapecial es la unión de un trapecio con su interior. Una región cuadrada es
la unión de un cuadrado con su interior.
11.14.18. Definición. La base y la altura de una región trapecial o triangular R son
respectivamente la base y la altura del trapecio o triángulo t tal que R es la unión de t con
su interior.
11.14.19. Teorema del paralelogramo. En un paralelogramo las bases opuestas son con-
gruentes.
Demostración. Se dejará al lector el justificar cada paso de la demostración. Sea ˝ABCD
ÝÝÑ ÝÝÑ ÝÝÑ
un paralelogramo. Sean los puntos E, F , G, H e I en los rayos opuestos de DA, CB, DC,
ÝÝÑ ÝÝÑ
CD y BA respectivamente. Tenemos que
=DAB – =ADG,
=ADG – =EDC,
=EDC – =DCB,
=DCB – =CBI,
=GDB – =IBD,
304 11.14. Cuadriláteros

=ADB – =CBD,
=CDB – =ABD,
ADB – CBD, por lo tanto AB “ DC y AD “ BC. ‚
11.14.20. Teorema. Si tres rectas paralelas m, n y l son cortadas por dos rectas diferentes
r y s en los puntos A, B, C y D, E, F respectivamente y además AB “ BC, entonces
DE “ EF .
Demostración. Si s y r son paralelas, entonces el resultado se sigue directamente del
teorema 11.14.19. Supongamos que r y s no son paralelas. Sea G P n tal que DG k r y H P l
tal que EH k r. Por el postulado de las paralelas 11.13.11 tenemos que DG k EH, además
por el teorema 11.14.19 y la hipótesis tenemos que DG “ AB “ BC “ EH. Ahora, por
el corolario 11.13.10, =GDE – =HEF y =DEG – =EF H y del teorema LAA 11.12.10
concluimos el teorema. ‚
11.14.21. Teorema. Un cuadrilátero convexo ˝ABCD está inscrito en alguna circunferencia
si y sólo si >ABC ` >CDA “ 180˝ .
Demostración. Si ˝ABCD está inscrito en alguna circunferencia, llamémosle Q al centro
de tal circunferencia. Si ADC
Ŕ es una media circunferencia, entonces también lo es ABC,
Ő por
lo que debido al teorema 11.13.32, los ángulos =ABC y =ADC son rectos, teniéndose así
>ABC ` >CDA “ 180˝ .
Si ADC
Ŕ es un arco menor, entonces ABC Ő es un arco mayor y por los teoremas 11.13.33
y 11.13.34 se tiene >ABC ` >CDA “ 180˝ ´ >AQC 2
` >AQC
2
“ 180˝ y análogamente se tiene
el resultado cuando ADC
Ŕ es un arco mayor. De esta forma, el hecho de que ˝ABCD está
inscrito en alguna circunferencia implica que >ABC ` >CDA “ 180˝ .
Supongamos ahora que >ABC ` >CDA “ 180˝ y sea c la circunferencia en la cual está
ÝÝÑ
inscrito el triángulo ŸABC y D1 el punto en el rayo BD tal que D1 P c. De lo ya demostrado
tenemos que >ABC ` >CD1 A “ 180˝ . Si D estuviera en el interior de c, entonces por el
teorema 11.13.35 >ADC ą >AD1 C y no se cumpliría que >ABC ` >CDA “ 180˝ . Si D
estuviera en el exterior de c, entonces por el teorema 11.13.35 >ADC ă >AD1 C y tampoco
se cumpliría que >ABC ` >CDA “ 180˝ . Así, la única posibilidad es que D P c. ‚

Ejercicios.

1. Demostrar que si en un cuadrilátero convexo ˝ABCD se tiene que AB “ BC y CD “


ÐÑ
DA, entonces la recta BD es mediatriz del segmento AC. ¿Qué ocurre si se elimina la
hipótesis de que el cuadrilátero sea convexo?
11.15. Semejanza y proporcionalidad 305

11.15. Semejanza y proporcionalidad


Podemos observar que la idea de que dos figuras sean congruentes es que tengan la misma
forma y el mismo tamaño (ya sea finito o infinito). La idea de que dos figuras sean semejantes
es que tengan la misma forma aunque posiblemente tengan diferente tamaño. En esta sección
estableceremos el concepto de semejanza y sus propiedades principales.
11.15.1. Definición. Dada una correspondencia ABC ÐÑ DEF entre dos triángulos, deci-
mos que la correspondencia es una semejanza si los ángulos correspondientes son congruentes
y además
AB BC AC
“ “ .
DE EF DF
Al hecho de que la correspondencia ABC ÐÑ DEF se una semejanza lo denotaremos así
ABC „ DEF y diremos que los triángulos ŸABC y ŸDEF son semejantes, denotando este
último hecho así ŸABC „ ŸDEF .
Definamos ahora el concepto de proporcionalidad que nos facilitará el lenguaje.
11.15.2. Definición. Dos sucesiones finitas de números positivos pak qnk“1 y pbk qnk“1 son pro-
porcionales si para cada k P Jn “ t1, 2, . . . , nu tenemos
a1 a2 ak an
“ “ ¨¨¨ “ “ ¨¨¨ “ .
b1 b2 bk bn
Al valor común de ak
bk
se le llama constante de proporcionalidad.
11.15.3. Definición. Dos sucesiones finitas de segmentos son proporcionales si sus longi-
tudes respectivas son sucesiones de números proporcionales.
En la definición de semejanza podríamos decir que la correspondencia ABC ÐÑ DEF
es una semejanza si y sólo si los ángulos correspondientes son congruentes y los lados corres-
pondientes son proporcionales.
El concepto de proporcionalidad se puede generalizar a cualquier tipo de funciones con
valores numéricos.
11.15.4. Definición. Dos funciones f : A Ñ R y g : A Ñ R son proporcionales si
existe un α P R diferente de cero, tal que f “ αg. Al número α se le llama constante de
proporcionalidad entre f y g. Para indicar que f y g son proporcionales se acostumbra
escribir f 9g.
11.15.5. Teorema fundamental de la proporcionalidad. En un ŸABC, si D P AB,
E P AC y DE k BC; entonces
AB AC
“ .
AD AE

Demostración. Demostremos primero la siguiente afirmación que es un caso particular del


teorema:
Si existe un D1 P AB y números enteros n y m tales que npAD1 q “ AB y mpAD1 q “ AD,
AB AC
entonces AD “ AE .
306 11.15. Semejanza y proporcionalidad

ÝÝÑ
En efecto, para cada número natural k, sea Dk P AB tal que ADk “ kpAD1 q. Sea ahora
ÝÝÑ
Ek P AC, tal que Dk Ek k BC (o bien Dk Ek “ BC). Observemos que Dk Dk`1 “ AD1 , luego,
por el teorema 11.14.20 AE1 “ E1 E2 “ E2 E3 “ ¨ ¨ ¨ “ Ek Ek`1 “ Ek`1 Ek`2 “ ¨ ¨ ¨ , por lo
tanto
AB npAD1 q n npAE1 q AC
“ “ “ “ ,
AD mpAD1 q m mpAE1 q AE
con lo que queda demostrada la afirmación.
ÝÝÑ
En el caso general, para k P N sea Dk˚ P AD tal que ADk˚ “ ADk
y sea mk el primer entero
ÝÝÑ
positivo tal que mk pADk q ą AB. Sea a la vez Ek P AE tal que Dk Ek k BC. Tomemos ahora
˚ ˚ ˚ ˚
ÝÝÑ ÝÝÑ
Bk P AD tal que ABk “ mk pADk˚ q y Ck P AE tal que Bk Ck k BC (o bien Bk Ck “ BC, en
cuyo caso el teorema ya está demostrado).
De la afirmación demostrada anteriormente concluimos que AB AD
k
“ AC
AE
k
, pero podemos
observar que ABk “ AB ` δk y ACk “ AC ` k , donde 0 ă δk ĺ k y 0 ă k ĺ AE
AD
k
, por lo
cual
AB ` δk AC ` k
“ ,
AD AE
por lo tanto ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ AB AC ˇ ˇ k δ k ˇ k δk 2
ˇ AD AE ˇ ˇ AE AD ˇ ĺ AE ` AD ĺ k ,
´
ˇ ˇ“ˇ ´ ˇ

es decir | AD
AB AC
´ AE | ĺ k2 para todo k P N y debido a la propiedad arquimediana, lo anterior
significa que el número | AD
AB AC
´ AE | ľ 0 es menor que cualquier número positivo, pero el único
número real no negativo menor que cualquier número positivo es el cero, por lo tanto
ˇ ˇ
ˇ AB AC ˇ
ˇ AD ´ AE ˇ “ 0,
ˇ ˇ

de donde concluimos que AB


AD
“ AC
AE
, con lo cual terminamos la demostración. ‚
El siguiente corolario se deduce directamente del teorema anterior.
11.15.6. Corolario. En un ŸABC, si D P AB, E P AC y DE k BC; entonces
AB AD
“ .
AC AE

El teorema fundamental de la proporcionalidad 11.15.5 tiene el siguiente teorema recípro-


co.
11.15.7. Teorema. En un ŸABC, si D P AB, E P AC y además
AB AC
“ .
AD AE
Entonces DE k BC.
Demostración. Sea l la recta paralela a DE a la cual pertenece B. por el postulado de las
ÐÑ ÐÑ
paralelas la única recta paralela a l a la cual pertenece E es DE, por lo que l corta a AC en
ÝÝÑ
algún punto C 1 P EC.
11.15. Semejanza y proporcionalidad 307

Usando el teorema fundamental de la proporcionalidad tenemos


AB AC 1
“ ,
AD AE
pero por hipótesis
AB AC 1
“ ,
AD AE
de donde AC “ AC 1 y por el teorema de localización de puntos obtenemos que C “ C 1 , con
ÐÑ
lo que l “ BC k DE. ‚
11.15.8. Teorema de semejanza AAA. Dada una correspondencia entre dos triángulos
tal que los ángulos correspondientes son congruentes, se tiene que la correspondencia es una
semejanza.
Demostración. Sean ŸABC y ŸDEF dos triángulos tales que en la correspondencia ABC ÐÑ
ÝÝÑ ÝÝÑ
DEF los ángulos correspondientes son congruentes. Sea E 1 P AB y F 1 P AC tales que
AE 1 “ DE y AF 1 “ DF . Por el postulado LAL 11.10.4 tenemos que AE 1 F 1 – DEF . Aho-
ra, por el teorema de los ángulos opuestos por el vértice y el teorema 11.13.9 tenemos que
ÐÝ Ñ ÐÑ
E 1 F 1 k BC y por el teorema fundamental de la proporcionalidad tenemos que
AB AC
“ ,
AE 1 AF 1
pero como AE 1 “ DE y AF 1 “ DF , se sigue que
AB AC
“ .
DE DF
Análogamente se tiene la igualdad
BC AB

EF DE
con lo que el teorema queda demostrado. ‚
Del hecho de que la suma de las medidas de los ángulos de un triángulo es π “ 180˝ se
tiene el siguiente corolario.
11.15.9. Corolario AA. Dada una correspondencia entre dos triángulos en la cual dos pares
de ángulos sean congruentes, se tiene que la correspondencia es una semejanza.
11.15.10. Corolario. Si una recta paralela a un lado de un triángulo dado interseca a los
otros dos lados en puntos diferentes, entonces determina un triángulo semejante al triángulo
dado.
ÐÑ ÐÑ
Otra forma de enunciar el corolario 11.15.10 es: Si ŸABC es un triángulo, DE k BC tal
que D está entre A y B, y E está entre A y C, entonces ABC ÐÑ ADE es una semejanza.
ÐÑ ÐÑ
Demostración. Como DE k BC, entonces =ADE – =ABC, por lo que debido al corolario
AA ABC „ ADE. ‚
Los siguientes dos teoremas se dejan como ejercicio. En uno se usan para su demostración
manipulaciones algebraicas simples y construcciones del estilo de las que se han visto en esta
sección.
308 11.15. Semejanza y proporcionalidad

11.15.11. Teorema. La relación „ de semejanza entre triángulos es una relación de equi-


valencia.
11.15.12. Teorema de semejanza LAL. En los triángulos ŸABC y ŸDEF se tiene la
AB AC
correspondencia ABC ÐÑ DEF donde DE “ DF y =BAC – =EDF . Con estas condiciones
ABC „ DEF .
Otra forma de enunciar el teorema es la siguiente: Dada una correspondencia entre dos
triángulos. Si dos pares de lados correspondientes son proporcionales y los ángulos compren-
didos entre estos lados son congruentes, entonces la correspondencia es una semejanza.
11.15.13. Teorema de semejanza LLL. Dada una correspondencia entre dos triángulos. Si
los lados correspondientes son proporcionales, entonces la correspondencia es una semejanza.
Otra forma de enunciar el teorema es la siguiente: Dados dos triángulos ŸABC y ŸDEF ,
si
AB AC BC
“ “ ,
DE DF EF
entonces ABC „ DEF .
Demostración. En la demostración se darán solamente una serie de afirmaciones que el
lector deberá justificar.
ÝÝÑ ÝÝÑ
1. Sean E 1 y F 1 puntos en AB y BC respectivamente tales que AE 1 “ DE y AF 1 “ DF .

2. AB
DE
“ AC
DF
“ BC
EF
.

3. AB
AE 1
“ AC
AF 1
.

4. ABC – AE 1 F 1 .

5. E1F 1
BC
“ AE 1
AB
.

6. E 1 F 1 “ BC AE
1
AB
“ BC DE
AB
.

7. EF “ BC DE
AB
.

8. E 1 F 1 “ EF .

9. AE 1 F 1 – DEF .

10. ABC „ DEF . ‚

11.15.14. Teorema. Sea ŸABC un triángulo rectángulo con =ACB recto. Tomando como
ÐÑ
base la longitud de la hipotenusa y D P AB tal que CD es la altura correspondiente. Tenemos
que D está entre A y B, y además ABC „ ACD „ CBE.
Demostración. Como los ángulos =CBA y =CAB son agudos, entonces D debe estar
entre A y B porque de otro modo se contradiría al teorema del ángulo externo. Ahora,
como los ángulos agudos de un triángulo rectángulo son complementarios, se tiene que las
correspondencias ABC ÐÑ ACD y ACD ÐÑ CBD son semejanzas debido al teorema de
semejanza AAA. ‚
11.15. Semejanza y proporcionalidad 309

El siguiente teorema (teorema de Pitágoras) es uno de los más importantes de las mate-
máticas. Se ha creído que Pitágoras o alguno de sus discípulos fue el primero en demostrarlo,
aunque la demostración más antigua de la que se tenga registro en la antigua Grecia se en-
cuentra en «Los Elementos» de Euclides que fueron escritos alrededor de 300 años antes de
Cristo, es decir casi 200 años después de la muerte de Pitágoras. Sin embargo, en China,
durante la dinastía Han (206 A. C. al 220 D. C.) los astrónomos usaban el libro «Chou Pei
Suan Ching» (La aritmética clásica del gnomon y las órbitas del firmamento), en el cual
se encuentra una demostración del teorema de Pitágoras. No se conoce la fecha en que fue
escrito el Chou Pei Suan Ching, las fechas estimadas varían desde 500 años antes de Cristo
hasta 300 años antes de Cristo, aunque hay quienes dicen que es más antiguo. Se sabe que
en la antigua Babilonia, mil años antes de Pitágoras ya se tenía conocimiento del teorema,
pero no hay vestigios de ninguna demostración de esa época.
11.15.15. Teorema de Pitágoras. En un triángulo rectángulo la suma de los cuadrados
de las longitudes de los catetos es igual al cuadrado de la longitud de la hipotenusa.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo rectángulo con =ACB recto. Sea D P AB tal
que CD K AB. Por el teorema 11.15.14 tenemos que BC
AB BC
“ BD y AB
AC
AC
“ AD , por lo tanto
pBCq ` pACq “ pABqpBDq ` pABqpADq “ pABqpBD ` ADq “ pABqpABq “ pABq2 , con
2 2

lo que el teorema está demostrado. ‚


C
  B
 B
 
 B
  B

  B
A D
B B

El siguiente teorema, que se puede ver como una generalización del teorema de Pitágoras,
fue demostrado en el siglo II por el astrónomo griego Claudio Ptolomeo quien tenía una
concepción geocéntrica del universo.
11.15.16. Teorema de Ptolomeo. Una condición necesaria y suficiente para que un cua-
drilátero ˝ABCD esté inscrito en una circunferencia es que se satisfaga la siguiente fórmula

pABqpCDq ` pBCqpADq “ pACqpBDq.

Demostración. Supongamos primero que ˝ABCD está inscrito en una circunferencia. Sea
E P AC tal que =ADB – =CDE. Por el teorema 11.13.33, =ABD – =ACD, =DAC –
=DBC, =ADB – =ACB y =CDB – =CAB. Por el teorema de adición de ángulos 11.8.9
=ADE – =CDB. Ahora, por el corolario AA 11.15.9 tenemos que CDE „ BDA y AED „
BCD. Por lo tanto
CD EC

BD AB
y
AD AE
“ ,
BD BC
310 11.15. Semejanza y proporcionalidad

de donde obtenemos

pABqpCDq ` pBCqpADq “ pECqpBDq ` pAEqpBDq “ pEC ` AEqpBDq “ pACqpBDq,

es decir se satisface la fórmula.


Supongamos ahora que se satisface la fórmula pABqpCDq ` pBCqpADq “ pACqpBDq.
Tomemos E en el interior del ángulo =ADC tal que =CDE – =ADB y BD DC
AD
“ DE . Por el
teorema de semejanza LAL 11.15.12 tenemos que EDC „ ADB y además BDC „ ADE,
por lo tanto EC
AB
“ BD
CD
, =CED – =DAB, BC AE
“ BD
AD
y =DEA – =DCB. Ahora, pAE `
ECqBD “ pBCqpADq ` pABqpCDq y >CED ` >DEA “ >DAB ` >DCB. Más aún,
pACqpBDq “ pABqpCDq ` pBCqpADq “ pAE ` ECqpBDq, de modo que AC “ AE ` EC,
lo que implica que E está entre A y C. Así tenemos que

>DAB ` >DCB “ >CED ` >DEA “ 180˝ ,

con lo que, por el teorema 11.14.21, ˝ABCD está inscrito en una circunferencia. ‚

Ejercicios.

1. Demostrar los teoremas 11.15.11 y 11.15.12.


11.16. Áreas 311

11.16. Áreas
Otro término no definido que introduciremos a continuación es el de área. Dado cualquier
plano, a algunos subconjuntos Ω del plano se les asigna un único número apΩq mayor o igual
que cero que se llama el área de Ω y es tal que satisface los postulados de esta sección.
11.16.1. Definición. Una región poligonal es las unión de un número finito de regiones
triangulares en un plano, tales que si dos regiones triangulares se intersecan, entonces su
intersección está incluida en un segmento.
11.16.2. Postulado de la congruencia para áreas. Si dos conjuntos con área son con-
gruentes, entonces tienen la misma área.
En particular, si dos triángulos son congruentes, las regiones triangulares determinadas
por ellos tienen la misma área.
11.16.3. Postulado de adición de áreas. Si Ω es la unión de dos conjuntos en un plano Ω1
y Ω2 con áreas apΩ1 q y apΩ2 q respectivamente, y Ω1 X Ω2 es la unión finita de subconjuntos
de segmentos. Entonces
apΩq “ apΩ1 q ` apΩ2 q.

11.16.4. Postulado. Sean Ω1 y Ω2 dos conjuntos con área.

a) Si Ω1 Ă Ω2 . Entonces
apΩ2 zΩ1 q “ apΩ2 q ´ apΩ1 q.

b) Si Ω1 Ă Ω2 y Ω2 tiene área cero, entonces también Ω1 tiene área cero.

c) Cualquier segmento tiene área cero.

d) Cualquier región poligonal es un conjunto con área.

11.16.5. Postulado. El área de una región rectangular es el producto de una base y su


altura correspondiente.
11.16.6. Notación. Cuando escribamos apŸABCq nos estaremos refiriendo al área de la
región triangular determinada por el ŸABC. Cuando escribamos ap˝ABCDq nos estaremos
refiriendo al área de la región determinada por el ˝ABCD. Por razones de brevedad a veces
abusaremos del lenguaje y diremos área del triángulo, cuadrado, rectángulo, etc. cuando en
realidad queremos decir área de la región cuadrada, región triangular, región rectangular, etc.
11.16.7. Teorema. El área de un triángulo rectángulo es la mitad del producto de las
longitudes de sus catetos.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo cuyo ángulo =C es recto. Sea D un punto del
ÐÑ
mismo lado que A de BC tal que BD K BC y BD “ AC. Por el teorema de adición de ángulos
11.8.9 y el corolario 11.13.19 tenemos =DBA – =CAB, por lo que ABC ÐÑ BAD es una
correspondencia LAL, de modo que AD k BC y BD k AC con lo que además DA K AC, es
312 11.16. Áreas

decir ˝ACBD es un rectángulo. Pero como ABC – BAD y ŸABC X ŸBAD “ AB, se tiene
que
ap˝ACBDq “ apŸABCq ` apŸBADq “ 2 apŸABCq,
es decir
ap˝ACBDq pACqpBCq
apŸABCq “
“ . ‚
2 2
11.16.8. Teorema. El área de un triángulo es la mitad del producto de cualquier base y su
altura correspondiente.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo, tomemos AB como base y sea CD la altura con
ÐÑ
D P AB. Tenemos tres posibilidades:
a) D está entre A y B;
b) D “ A ó D “ B; y
c) D R AB.
Cuando se tiene la posibilidad b), entonces ŸABC es un triángulo rectángulo y el resultado
se sigue del teorema 11.16.7. Si se tiene la posibilidad a), entonces por el postulado de adición
de áreas 11.16.3 y por el teorema 11.16.7
pADqpDCq pDBqpDCq
apŸABCq “ apŸADCq ` apŸCDBq “ ` ,
2 2
pero como D está entre A y B tenemos que AD ` DB “ AB, por lo cual
pABqpDCq
apŸABCq “ .
2
Ahora supongamos que D R AB y consideremos el caso en que A está entre D y B (el caso
en que B está entre D y A se resuelve de manera análoga). Por argumentos similares a los
del caso (a) tenemos que
pDA ` ABqpDCq pDBqpDCq
“ “ apŸCDBq “ apŸCDAq ` apŸABCq
2 2
pDAqpDCq
“ ` apŸABCq,
2
por lo que apŸABCq “ pABqpDCq
2
. ‚
El lector debe estar listo para demostrar el siguiente teorema importante.
11.16.9. Teorema del área de un trapecio. El área de un trapecio es la mitad de la
suma de sus bases por su altura correspondiente. Es decir, si en el trapecio ˝ABCD tenemos
ÐÑ ÐÑ
BC k AD y CE es la distancia entre BC y AD, entonces ap˝ABCDq “ 12 pAD ` BCqCE.
B C
 Q
Q
 Q
 Q
Q
 Q
 Q
Q
 Q
 Q
Q
A E D
11.16. Áreas 313

La demostración queda como ejercicio aunque se sugiere calcular las áreas de los triángulos
ŸABC y ŸACD tomando como altura común al número CE.
11.16.10. Teorema de las áreas de triángulos semejantes. Si ŸABC y ŸDEF son dos
AB
triángulos tales que ABC „ DEF , entonces apŸABCq “ α2 apŸDEF q, donde α “ DE “
BC AC
EF
“ DF .
Demostración. Cuando los triángulos son congruentes, se tiene que α “ 1 y la igualdad
se cumple por el postulado de la congruencia. Supongamos, sin pérdida de generalidad que
ÝÝÑ ÝÝÑ ÐÑ
α ă 1. Sean A P ED y C P EF tales que EA “ BA y EC “ BC; tomemos Q P DF tal
1 1 1 1

ÐÑ ÐÑ ÐÑ ÐÝ1Ñ1 ÐÑ ÐÑ
que EQ K DF y sea P el punto de intersección de EQ con A C . Como AC k DF , tenemos
que
DF DE QE
1 1 “ 1 “ “ α,
AC AE PE
por lo que
1 1 1 1
apŸABCq “ apŸA EC q “ 12 pA C qpP Eq “ 12 αpDF qαpEQq “ α2 apŸDEF q. ‚

11.16.11. Fórmula de Herón. Sea ŸABC un triángulo, a “ BC, b “ AC, c “ AB y


s “ a`b`c
2
. Se tiene la fórmula siguiente:
a
apŸABCq “ sps ´ aqps ´ bqps ´ cq.

Demostración. Supongamos sin pérdida de generalidad que en el triángulo ŸABC el ángulo


=C tiene medida mayor o igual que las de los otros ángulos. Sea P P AB tal que CP K AB
y sean h “ CP , p “ P B y q “ P A. Observemos lo siguiente:

2s “ a ` b ` c
2ps ´ aq “ ´a ` b ` c
2ps ´ bq “ a ´ b ` c
2ps ´ cq “ a ` b ´ c
y
p ` q “ c.
Del teorema de Pitágoras tenemos

h2 ` p2 “ a2 y h2 ` q 2 “ b2 ,

pero como q “ c ´ p, entonces q 2 “ pc ´ pq2 “ c2 ´ 2cp ` p2 , por lo tanto b2 “ h2 ` q 2 “


h2 ` c2 ´ 2cp ` p2 “ a2 ´ 2cp ` p2 , es decir

a2 ` c 2 ´ b 2
p“ .
2c
314 11.16. Áreas

Por otra parte tenemos que


ˆ ˙ˆ ˙
2 2 2 a2 ` c 2 ´ b 2 a2 ` c 2 ´ b 2
h “ a ´ p “ pa ` pqpa ´ pq “ a ` a´
2c 2c
p2ac ` a2 ` c2 ´ b2 qp2ac ´ a2 ´ c2 ` b2 q ppa ` bq ´ b2 qpb2 ´ pa ´ cq2 q
“ “
4c2 4c2
pa ` b ` cqpa ` c ´ bqpb ` a ´ cqpb ´ a ` cq

4c2
pa ` b ` cqp´a ` b ` cqpa ´ b ` cqpa ` b ´ cq 2s ¨ 2ps ´ aq ¨ 2ps ´ bq ¨ 2ps ´ cq
“ 2

4c 4c2
4sps ´ aqps ´ bqps ´ cq
“ ,
c2
por lo tanto, por el teorema 11.16.8 tenemos que
ch a
apŸABCq “ “ sps ´ aqps ´ bqps ´ cq. ‚
2

Ejercicios.

1. Demostrar el teorema 11.16.9.


11.17. Área del círculo y sectores circulares 315

11.17. Área del círculo y sectores circulares


En esta sección introduciremos el concepto de área de un círculo, el de área de secciones
de círculo y daremos algunas de sus propiedades más importantes.
11.17.1. Definición. Sea AB
Ŋ un arco de circunferencia con centro Q y radio r. La unión
de todos los segmentos de la forma QP , con P P AB
Ŋ se llama sector circular o más
precisamente sector determinado por AB y r es el radio del sector circular o radio del
Ŋ
arco AB.
Ŋ

Sea c una circunferencia con centro Q y radio r, y pPk qk“1


n`1
una sucesión finita de puntos en
ÝÝÑ
c que son los vértices de un polígono k“1 Pk Pk`1 de n lados. Para cada rayo QPk sea Pk1 un
Ťn
punto tal que QPk1 “ 1. Por el teorema de semejanza LAL se deduce que cada ŸPk QPk`1 es se-
mejante con ŸPk1 QPk`1
1
, por el teorema 11.15.7 Pk Pk`1 k Pk1 Pk`1
1
y además la constante de pro-
porcionalidad es r, es decir Pk Pk`1 “ rpP k P k ` 1 q, además apŸPk QPk`1 q “ r2 apŸPk1 QPk`1
1 1 1
q
puesto que las alturas correspondientes a las bases Pk Pk`1 y Pk Pk`1 son también proporcio-
1 1

nales con la misma constante de proporcionalidad r (lo anterior es también por el teorema
fundamental de la proporcionalidad). Ahora, esto nos da una correspondencia biunívoca (bi-
yección) entre las poligonales cerradas simples inscritas en c y las inscritas en la circunferencia
con centro en Q y radio 1 de tal forma que si la poligonal inscrita en la de radio 1 tiene lon-
gitud α, la inscrita en c tiene longitud rα. Como la longitud de una circunferencia de radio
1 es 2π, de la definición de longitud de circunferencia se deduce que la longitud de c es 2πr.
Es decir, tenemos el teorema siguiente.
11.17.2. Teorema. La longitud de una circunferencia de radio r es 2πr.
De forma similar se deduce el siguiente teorema.
11.17.3. Teorema. Sea AB
Ŋ un arco de circunferencia con centro en Q, radio r y que es
interceptado por =AQB. Si θ “ >AQB, entonces `AB
Ŋ “ rθ.

11.17.4. Postulado. El área de un círculo es el supremo de las áreas de las regiones delimi-
tadas por polígonos inscritos en él.
11.17.5. Postulado. El área de un sector determinado por AB Ŋ con centro en Q es el supremo
de las áreas de las regiones poligonales que están delimitadas por los segmentos QA y QB y
una poligonal inscrita en AB.
Ŋ

11.17.6. Definición. La cuerda de un arco AB


Ŋ es AB.

De la definición de longitud de arco y de la desigualdad del triángulo se deduce el siguiente


teorema.
11.17.7. Teorema. La longitud de un arco es mayor que la de su cuerda.
11.17.8. Lema. El área de un círculo de radio r es menor o igual que πr2 .
Demostración. Sea c una circunferencia Ťncon centro Q y radio r, pPk qk“1 la sucesión de
n`1

vértices de una poligonal cerrada simple k“1 Pk Pk`1 que está inscrita en c. La región deli-
n
Pk Pk`1
mitada por tal poligonal tiene un área de ak , donde ak es la altura correspondiente
ř
2
k“1
316 11.17. Área del círculo y sectores circulares

a la base Pk Pk`1 en el triángulo ŸPk QPk`1 . El lema se deduce del hecho de que
n n n
ÿ pPk Pk`1 q ÿ pPk Pk`1 q rÿ r
ak ă r“ Pk Pk`1 ĺ 2πr “ πr2 . ‚
k“1
2 k“1
2 2 k“1 2

11.17.9. Lema. El área de un círculo de radio r es mayor o igual que πr2 .


Demostración. Sea c una circunferencia de radio r y α ă πr2 . Como α ă πr2 , entonces
n
ď

r
ă 2πr por lo que existe una sucesión de vértices pP q n`1
k k“1 en c de un polígono Pk Pk`1
k“1
n
tal que 2α
ř
Pk Pk`1 ą r
.
k“1
Ahora, sea Pk˚ P c tal que QPk˚ K Pk Pk`1 . El área apŸPk QPk`1 q es menor que el área
ap˝Pk QPk`1 Pk˚ q. Pero la región delimitada por el polígono cuyos vértices son los puntos Pk
n
y Pk˚ con k P Jn tiene área ap˝Pk QPk`1 Pk˚ q. Pero
ř
k“1

n n n ˆ ˙
ÿ ÿ pPk Pk`1 q rÿ r 2α
ap˝Pk QPk`1 Pk˚ q “ r “ Pk Pk`1 ą “ α.
k“1 k“1
2 2 k“1
2 r

Es decir, el área del círculo de radio r es mayor que α para todo α ă πr2 , por lo tanto el
área es mayor o igual que πr2 . ‚
Los lemas 11.17.8 y 11.17.9 nos conducen al siguiente teorema.
11.17.10. Teorema. El área de un círculo de radio r es πr2 .
De manera similar a como se demostró el teorema 11.17.10 (usando lemas similares a los
lemas 11.17.8 y 11.17.9 que el lector podrá enunciar y cuyas demostraciones son análogas) se
demuestra el siguiente teorema.
11.17.11. Teorema. El área de un sector determinado por un arco cuyo ángulo central mide
θ es 21 r2 θ.
El lector que haya leído y comprendido lo que va de la sección, debe ser capaz de demostrar
fácilmente el siguiente teorema.
11.17.12. Teorema. Si un sector circular está inscrito en una región poligonal, entonces el
área del sector circular es menor que el área de la región poligonal. Si una región poligonal
está inscrita en un sector circular, entonces el área de la región poligonal es menor que el
área del sector circular.
Cualquier circunferencia C de radio r está incluida en un círculo de radio r y fuera de un
círculo de radio r ´ ε, para todo ε P p0; rq, de manera que, por el teorema 11.17.10 y por el
postulado 11.16.4 la circunferencia C está incluida en un conjunto con área πpr2 ´ pr ´ εq2 q
que tiende a 0 cuando ε tiende a 0, resultando así natural el postulado siguiente.
11.17.13. Postulado. El área de cualquier circunferencia es cero.

Ejercicios.
11.17. Área del círculo y sectores circulares 317

1. Demostrar que π ą 2.
?
2. Demostrar que π ą 2 2.

3. Demostrar que π ą 3.

4. Demostrar que π ă 4.
?
5. Demostrar que π ă 2 3.

6. Demostrar el teorema 11.17.12.


318 11.18. Sistemas de coordenadas

11.18. Sistemas de coordenadas


En esta sección daremos la terminología necesaria para poder empezar a incursionar en
la disciplina de la geometría analítica.
11.18.1. Definición. Sean dos rectas perpendiculares X e Y que se intersecan en un punto
O. En ambas rectas tomamos un sistema de coordenadas tal que al punto O le corresponde
el cero. Al plano que incluye las rectas X e Y le llamamos plano XY.
11.18.2. Definición. Dado un plano XY, haremos corresponder a cada punto P del plano
XY una pareja ordenada px, yq de números reales de tal forma que x es la coordenada del
punto A en la recta X tal que A está en la recta perpendicular a X que pasa por P (es decir,
A es la proyección de P en X) y y es la coordenada del punto B en la recta Y tal que B
está en la recta perpendicular a Y que pasa por P (es decir, B es la proyección de P en Y).
A una correspondencia como la anterior se le llama sistema de coordenadas del plano
XY. Cuando tenemos una correspondencia como la anterior, a la recta X se le llama eje de
las abscisas y a la recta Y se le llama eje de las ordenadas. A la pareja ordenada px, yq
que le corresponde a P le llamamos coordenadas de P o pareja de coordenadas de P .
El número x es la primera coordenada de P o abscisa de P y el número y es la segunda
coordenada de P u ordenada de P . Al conjunto de puntos A P X cuya primera coordenada
sea positiva se le llama semieje X positivo o parte positiva del eje X. Al punto O cuyas
coordenadas son p0, 0q se le llama origen del sistema de coordenadas.
11.18.3. Definición. En el plano XY al eje X y a todas las rectas paralelas al eje X se les
llama rectas horizontales. Al eje Y y a todas las rectas paralelas al eje Y se les llama rectas
verticales. Cualquier rayo o segmento incluido en una recta horizontal se llama horizontal
y cualquier rayo o segmento incluido en una recta vertical se llama vertical.
11.18.4. Notación. En lo sucesivo de esta sección consideraremos un sistema de coordenadas
fijo sin necesidad de especificarlo y para cada punto Q del plano XY CpQq denotará las
coordenadas de Q.
11.18.5. Teorema. Si el punto con coordenadas px0 , y0 q está en una recta horizontal l,
entonces
l “ tQ : CpQq “ px, y0 q, con x P Ru.

Demostración. Como l es horizontal, entonces es perpendicular al eje Y y lo corta en el


punto con coordenadas p0, y0 q. Ahora, en el plano XY la perpendicular al eje Y en el punto
con coordenadas p0, y0 q es única, de modo que si x P R, entonces el punto con coordenadas
px, y0 q está en l. Recíprocamente, si un punto Q P l tiene coordenadas px, yq, entonces la
segunda coordenada es y0 , pues la proyección de Q en el eje Y es el punto C ´1 p0, y0 q, es decir
y “ y0 . ‚
La demostración del siguiente teorema es análoga a la del anterior.
11.18.6. Teorema. Si un punto con coordenadas px0 , y0 q está en una recta vertical l, entonces

l “ tQ : CpQq “ px0 , yq, con y P Ru.


11.18. Sistemas de coordenadas 319

11.18.7. Definición. Si C ´1 px0 , y0 q está en una recta no vertical, el lado de la recta en el


cual está C ´1 px0 , y0 ` 1q se llama el lado de arriba de la recta y al lado opuesto se le llama
el lado de abajo de la recta. Si C ´1 px0 , y0 q está en una recta no horizontal, el lado de la
recta en el cual está px0 ` 1, y0 q se llama el lado derecho de la recta y al lado opuesto se le
llama el lado izquierdo de la recta.
11.18.8. Definición. En el plano XY al conjunto de puntos que están arriba del eje X y a la
derecha del eje Y se le llama primer cuadrante; al conjunto de puntos que están arriba del
eje X y a la izquierda del eje Y se le llama segundo cuadrante; al conjunto de puntos que
están abajo del eje X y a la izquierda del eje Y se le llama tercer cuadrante, y al conjunto
de puntos que están abajo del eje X y a la derecha del eje Y se le llama cuarto cuadrante.
11.18.9. Definición. Una recta que no es vertical ni horizontal se llama recta inclinada u
oblicua.
Del teorema de Pitágoras se sigue la fórmula para calcular la distancia entre dos puntos
en el plano dadas sus coordenadas. Los detalles de la demostración se dejan al lector.
11.18.10. Fórmula para la distancia entre dos puntos en el plano. Sea P “ C ´1 px, yq
y Q “ C ´1 pa, bq. a
P Q “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 .

11.18.11. Definición. Sean P y Q dos puntos tales que tienen la misma abscisa y la
ordenada de P es menor que la de Q. En estas condiciones decimos que Q está arriba de P
o que P está abajo de Q.
11.18.12. Definición. Sean P y Q dos puntos tales que tienen la misma ordenada y la
abscisa de P es menor que la de Q. En estas condiciones decimos que Q está a la derecha
de P o que P está a la izquierda de Q.
Así como se definió un sistema de coordenadas en el plano XY también se puede definir
un sistema de coordenadas en el espacio de tres dimensiones de la siguiente forma.
11.18.13. Definición. Supongamos que tenemos el plano XY con su sistema de coordenadas.
Sea Z la recta perpendicular al plano XY en el origen O y tómese en la recta Z un sistema
de coordenadas tal que la coordenada de O sea el número 0. Tomemos la biyección entre el
espacio y el conjunto R3 de ternas de números reales tal que a cada punto P del espacio le
hace corresponder la única terna px, y, zq con la propiedad de que px, yq son las coordenadas
de la proyección del punto P en el plano XY e y es la coordenada de la proyección del punto
P en la recta Z. Una biyección como la anterior se llama sistema de coordenadas del
espacio; a la terna px, y, zq se le llama coordenadas del punto P (con respecto al sistema
de coordenadas establecido); se dice que los números x, y, y z son las primera, segunda y
tercera coordenadas respectivamente del punto P . De acuerdo al sistema de coordenadas en
el espacio establecido, a las rectas X, Y y Z se les llama ejes del espacio.
Deduciremos ahora la fórmula para calcular la distancia entre dos puntos del espacio
dadas sus coordenadas.
11.18.14. Fórmula para la distancia entre dos puntos en el espacio. Sea P un punto
320 11.18. Sistemas de coordenadas

en el espacio con coordenadas px, y, zq y Q otro punto en el espacio con coordenadas pa, b, cq.
La distancia entre P y Q está dada por
a
P Q “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 ` pz ´ cq2 .

Demostración. Haremos la demostración con todo detalle para todos los posibles casos.
Sean P 1 y Q1 las proyecciones de P y Q al plano XY, P 2 y Q2 las proyecciones de P y Q al
eje Z y V el punto con coordenadas pa, b, zq.
Observemos que QV “ Q2 P 2 (en el caso en que Q, V P Z se tiene que Q “ Q2 y que
V “ P 2 , y en el caso en que Q y V no están en Z se tiene un rectángulo ˝QV P 2 Q2 , por lo
que los lados opuestos QV y Q2 P 2 son congruentes.
Analicemos primeroael caso extremo en que px, yq “ pa, bq. En este caso P Q “ P 1 Q1 “
|z ´ c| “ pz ´ cq2 “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 ` pz ´ cq2 , por lo que la fórmula es válida para
a

este caso.
Supongamos ahora que px, yq ‰ pa, bq, es decir queP 1 ‰ Q1
Si z “ 0, entonces P “ P 1 y V “ Q1 por lo que la distancia entre P y V es px ´ aq2 ` py ´ bq2 .
a

En este caso si c “ 0, entonces Q “ V , por lo que


a a
P Q “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 ` pz ´ cq2

y si c ‰ 0, entonces QV “ Q2 V 2 “ |z ´ c| y por el teorema de Pitágoras 11.15.15 y


observando V es el vértice
b a del ángulo recto del triángulo rectángulo ŸP V Q tenemos P Q “
a a
pP V q ` pQV q “ p px ´ aq ` py ´ bq q ` |z ´ c| “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 ` pz ´ cq2
2 2 2 2 2 2

por lo que la fórmula es válida cuando z “ 0.


Si z ‰ 0, entonces en el rectángulo ˝P V Q1 P 1 los segmentos P V y P 1 Q1 son lados opuestos,
por lo que P V “ P Q “ a px ´ aq ` py ´ bq . En a este caso, si Q “ V , entonces z “ c y
1 1
a
2 2

PQ “ PV “ P Q “ 1 1 2 2
px ´ aq ` py ´ bq “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 ` pz ´ cq2 , y si z ‰
c, entonces QV “ Q V “ |z ´ c| y por el teorema de Pitágoras y a
2 2
observando V es el
vértice
b a del ángulo recto del triángulo rectángulo ŸP V Q tenemos P Q “ pP V q2 ` pQV q2 “
p px ´ aq2 ` py ´ bq2 q2 ` |z ´ c|2 “ px ´ aq2 ` py ´ bq2 ` pz ´ cq2 por lo que la fórmula
a

es válida cuando z ‰ 0, con lo que terminamos la demostración. ‚


A continuación se dará un teorema que describe los puntos de una recta que pasa por dos
puntos dados.
11.18.15. Teorema. Sean Q “ C ´1 px0 , y0 q y P “ C ´1 px1 , y1 q puntos en el plano XY. Se
tienen las siguientes propiedades:
ÐÑ
a) QP “ tS P XY : CpSq “ pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 q, para algún t P Ru.

b) QP “ tS P XY : CpSq “ pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 q, para algún t P r0; 1su.
ÐÑ
c) En el sistema de coordenadas de la recta QP que le hace corresponder a Q el cero y
a P un número positivo tenemos que la coordenada del punto S “ C ´1 pp1 ´ tqx0 `
tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 q es tpQP q.
11.18. Sistemas de coordenadas 321

Antes de demostrar el teorema démosle una interpretación física. Si una partícula se


ÐÑ
mueve a velocidad constante a lo largo de la recta QP de tal manera que en una unidad
de tiempo recorre una distancia QP y en el tiempo t0 “ 0 la partícula se encuentra en la
posición del punto Q avanzando hacia P , entonces en un tiempo cualquiera t ‰ 0 la partícula
estará (o estuvo) en la posición Sptq con coordenadas pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 q, por
ejemplo en el tiempo t1 “ 1 la partícula se encontrará en la posición P con coordenadas
px1 , y1 q. Procedamos ahora a hacer la demostración del teorema.
Demostración. Sea Sptq “ C ´1 pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 q. Observemos primero que
para cualquier número real t la distancia entre Q y Sptq está dada por
a
distpQ, Sptqq “ ptx1 ´ tx0 q2 ` pty1 ´ ty0 q2 “ |t|QP

y la distancia entre Sptq y P está dada por


a
distpSptq, P q “ pp1 ´ tqpx1 ´ x0 qq2 ` pp1 ´ tqpy1 ´ y0 qq2 “ |1 ´ t|QP.

Si en particular 0 ĺ t ĺ 1, entonces

distpQ, Sptqq ` distpSptq, P q “ tQP ` p1 ´ tqQP “ QP

por lo que Sptq P QP .


ÐÑ
Sea ahora x un número real y R el punto en QP con coordenada x (de acuerdo al sistema
de coordenadas que le asigna 0 a Q y un número positivo a P ), afirmamos que R “ Sp QP x
q.
En efecto, si R P QP , entonces 0 ĺ x ĺ QP y además, puesto que la distancia entre Q y
ÝÝÑ
x
Sp QP q es QP
x
QP “ x, se tiene R “ Sp QP
x
q; así, hemos demostrado b). Si R P QP y x ą QP ,
es decir R R QP , entonces QP ` distpP, Sp QPx x
q “ QP ` |1 ´ QP |QP “ QP ` p QPx
´ 1qQP “
x “ distpQ, Sp QP qq por lo que P está entre Q y Sp QP q y la coordenada de Sp QP q es x, es
x x x

decir R “ Sp QP
x
q. Finalmente, si x ă 0, entonces distpSp QP
x |x|
q, Qq ` QP “ QP QP ` QP “
p1 ´ QP qQP “ |1 ´ QP |QP “ distpSp QP q, P q, por lo que Q está entre P y Sp QP
x x x x
q y la
coordenada de Sp QP
x
q es ´distpSp QP
x
q, Qq “ ´|x|
QP
QP “ x, es decir Sp QP
x
q “ R, por lo que
Ð Ñ
la afirmación de que R “ Sp QP q está demostrada, por lo tanto QP Ă tS P XY : CpSq “
x

pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 q para algún t P Ru. Para demostrar que tS P XY : CpSq “
ÐÑ
pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 q para algún t P Ru Ă QP solamente observemos que el punto
Sptq “ Sp tQP
QP
q es el punto sobre la recta con coordenada tQP con lo que queda demostrado
a) y c). ‚
Queda como ejercicio para el lector la demostración del siguiente teorema que es una
generalización del anterior para el caso en que P y Q son puntos cualesquiera en el espacio
de tres dimensiones.
11.18.16. Teorema. En el espacio sean Q y P puntos con coordenadas px0 , y0 , z0 q y px1 , y1 , z1 q
respectivamente. Se tienen las siguientes propiedades:
ÐÑ
a) QP “ tS : las coordenadas de S son pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 , p1 ´ tqz0 ` tz1 q
para algún t P Ru.
322 11.18. Sistemas de coordenadas

b) QP “ tS : las coordenadas de S son pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 , p1 ´ tqz0 ` tz1 q
para algún t P r0; 1su.
ÐÑ
c) En el sistema de coordenadas de la recta QP que le hace corresponder a Q el cero y a
P un número positivo tenemos que la coordenada del punto S con coordenadas en el
espacio pp1 ´ tqx0 ` tx1 , p1 ´ tqy0 ` ty1 , p1 ´ tqz0 `tz1 q es tpQP q.

Ejercicios.
ÝÝÑ
1. Si Q “ px0 , y0 q y P “ px1 , y1 q, entonces el rayo QP “ tpx, yq : x “ p1 ´ tqx0 ` tx1 y
y “ p1 ´ tqy0 ` ty1 para algún t ľ 0}.

2. Demostrar el teorema 11.18.16.


11.19. Volúmenes 323

11.19. Volúmenes
En esta sección se deducirán las fórmulas para obtener los volúmenes de los principales
cuerpos geométricos como son los de los prismas, pirámides, los cuerpos cónicos y esféricos.
A continuación se generalizará el concepto de semejanza.
11.19.1. Definición. Dos subconjuntos del espacio S1 y S2 son semejantes si existe una
correspondencia biunívoca f : S1 ÝÑ S2 entre S1 y S2 y una constante positiva α tal que
para cualesquiera dos puntos P y Q de S1 se tiene que la distancia entre P y Q es α veces la
distancia entre f pP q y f pQq. A una correspondencia como la anterior se le llama semejanza.
Al hecho de que S1 y S2 sean semejantes se le denota así
S1 „ S2 .

Observemos que con la definición anterior se conserva la idea de que dos figuras son
semejantes si tienen la misma forma.
Definamos ahora lo que es un prisma.
11.19.2. Definición. Sea B una región poligonal en un plano Π1 y Π2 un plano paralelo
a Π1 ; sea además l una recta que corta a Π1 y Π2 pero que no corta a B. A la unión de
todos los segmentos paralelos a l tales que uno de sus extremos está en B y el otro en Π2 se
le llama prisma. A la región poligonal B se le llama base del prisma y a la distancia entre
Π1 y Π2 se le llama altura del prisma. Cuando la recta l es perpendicular a Π1 , entonces el
prisma se llama prisma recto. Cuando la base del prisma es una región delimitada por un
paralelogramo, entonces el prisma se llama paralelepípedo. Cuando la base de un prisma
recto es una región rectangular, al prisma recto se le llama paralelepípedo rectangular.
Cuando la intersección de un prisma con un plano paralelo al plano en el cual está una de
las bases es no vacía, entonces a la intersección se le llama sección transversal del prisma.
Definiremos ahora lo que es una pirámide.
11.19.3. Definición. Sea B una región poligonal en un plano Π y V un punto que no está
en Π. A la unión de todos los segmentos tales que uno de sus extremos es V y el otro está en
B se le llama pirámide. A la región poligonal B se le llama base de la pirámide, al punto
V se le llama vértice de la pirámide y a la distancia entre el plano Π y el vértice V se le
llama altura de la pirámide. Cuando la intersección de una pirámide con un plano paralelo
al plano en el cual está la base es no vacía, entonces a la intersección se le llama sección
transversal de la pirámide.
11.19.4. Definición. Sea B un conjunto en un plano Π1 y Π2 un plano paralelo a Π1 ; sea
además l una recta que corta a Π1 y Π2 pero que no corta a B. A la unión de todos los
segmentos paralelos a l tales que uno de sus extremos está en B y el otro en Π2 se le llama
cilindro. Al conjunto B se le llama base del cilindro y a la distancia entre Π1 y Π2 se le
llama altura del cilindro. Cuando la recta l es perpendicular a Π1 , entonces el cilindro se
llama cilindro recto. Cuando la intersección de un cilindro con un plano paralelo al plano
en el cual está una de las bases es no vacía, entonces a la intersección se le llama sección
transversal del cilindro. Cuando la base de un cilindro es un círculo, decimos que el cilindro
es un cilindro circular.
324 11.19. Volúmenes

Observemos que los prismas son los cilindros cuya base es una región poligonal y que
todos los cilindros tienen dos bases.
11.19.5. Definición. Sea B un conjunto contenido en un plano Π y V un punto que no
está en Π. A la unión de todos los segmentos tales que uno de sus extremos es V y el otro
está en B se le llama cono. Al conjunto B se le llama base del cono, al punto V se le llama
vértice del cono y a la distancia entre el plano Π y el vértice V se le llama altura del cono.
Cuando la intersección de un cono con un plano paralelo al plano en el cual está la base es
no vacía, entonces a la intersección se le llama sección transversal del cono. Cuando la
base del cono es un círculo, decimos que el cono es un cono circular. Si el segmento, cuyos
extremos son el vértice del cono circular y el centro del círculo B, es perpendicular al plano
Π, entonces decimos que el cono circular es un cono circular recto.
Observemos que cualquier pirámide es un cono cuya base es una región poligonal.
11.19.6. Definición. Sea C un punto en el espacio y r un número positivo. Al conjunto de
todos los puntos del espacio que están a una distancia r del punto C se le llama esfera. Al
punto C se le llama centro de la esfera y al número r se le llama el radio de la esfera. Al
conjunto de todos los puntos del espacio que están a una distancia menor que r del centro
C de la esfera se le llama interior de la esfera y al conjunto de todos los puntos del espacio
que están a una distancia mayor que r de C se le llama exterior de la esfera. A la unión de
una esfera con su interior se le llama cuerpo esférico y el centro y radio de la esfera serán
el centro y radio del cuerpo esférico respectivamente. Al igual que en la circunferencia, al
doble del radio se le llama diámetro (de la esfera o del cuerpo esférico).
Introduzcamos ahora la idea de volumen de subconjuntos del espacio la cual es similar a
la de área.
El término de volumen será el último no definido en este capítulo. Aceptemos que a
algunos subconjuntos Ω del espacio se les asigna un único número volpΩq mayor o igual que
cero que se llama el volumen de Ω y que satisface los siguientes 6 postulados.
11.19.7. Postulado de la congruencia para volúmenes. Si dos conjuntos con volumen
son congruentes, entonces tienen el mismo volumen.
11.19.8. Postulado de adición de volúmenes. Si Ω es la unión de dos conjuntos en el
espacio Ω1 y Ω2 con volúmenes volpΩ1 q y volpΩ2 q respectivamente, y Ω1 X Ω2 “ ∅. Entonces

volpΩq “ volpΩ1 q ` volpΩ2 q.

11.19.9. Postulado. Sean Ω1 y Ω2 son dos conjuntos con volumen:

a) Si Ω1 Ă Ω2 , entonces
volpΩ2 zΩ1 q “ volpΩ2 q ´ volpΩ1 q.

b) Si Ω1 Ă Ω2 y volpΩ2 q “ 0, entonces volpΩ1 q “ 0.

c) Si Ω1 está incluido en algún plano, entonces volpΩ1 q “ 0.

d) Ω1 Y Ω2 es un conjunto con volumen.


11.19. Volúmenes 325

11.19.10. Postulado. Si la base de un cilindro recto es un conjunto con área, entonces el


volumen del cilindro es el producto del área de la base y su altura.
11.19.11. Postulado de Cavalieri (prin-
cipio de Cavalieri). Dados dos subconjun-
tos del espacio y un plano. Supongamos que
los dos conjuntos tiene asignado un volumen.
Si todo plano paralelo al plano dado que in-
terseca a uno de los dos conjuntos, interseca
también al otro y las secciones intersecadas
de ambos conjuntos tienen áreas iguales. En-
tonces ambos conjuntos tienen el mismo vo-
lumen.
11.19.12. Postulado. Los cuerpos esféricos, los conos cuya base es un conjunto con área y
los cilindros cuya base es un conjunto con área son conjuntos con volumen.
El siguiente teorema, que se deduce directamente del postulado 11.19.10 y de la fórmula
para hallar el área de un círculo, nos da la importante fórmula para calcular el volumen de
un cilindro circular recto.
11.19.13. Teorema. El volumen de un cilindro circular recto con altura h y radio de la base
r, es πr2 h.
11.19.14. Teorema. Toda sección transversal de un cilindro es congruente con su base.
Demostración. Supongamos que las dos bases distintas de un cilindro son B1 y B2 y que
l es la recta tal que el cilindro es la unión de los segmentos paralelos a l con extremos en
B1 y B2 . Si B 1 es una sección transversal del cilindro, entonces existe una correspondencia
biunívoca entre los conjuntos B1 y B 1 tal que a cualquier punto P P B1 le corresponde el punto
P 1 P B 1 tal que, P P 1 k l. Ahora, si P y Q son dos puntos diferentes en B1 y P 1 y Q1 son los
puntos correspondientes en B 1 (de acuerdo a la correspondencia anterior), podemos observar
que ˝P QQ1 P 1 es un paralelogramo, por lo cual P Q “ P 1 Q1 , es decir la correspondencia es
una congruencia, de donde concluímos que B1 – B 1 , con lo que hemos demostrado que toda
sección transversal de un cilindro es congruente con su base. ‚
En lo sucesivo, para ahorrar tiempo y hacer el tratado más ameno, haremos uso del
postulado 11.19.12 sin mencionarlo explícitamente. Una generalización del postulado 11.19.10
es el siguiente teorema.
11.19.15. Teorema. El volumen de un cilindro es el producto del área de la base y su
altura.
Demostración. Supongamos que tenemos un cilindro C con bases B1 y B2 en los planos Π1
y Π2 respectivamente. Debido al teorema anterior, el cilindro recto C 1 , del cual una base es B1
y la otra está contenida en Π2 , tiene al igual que el cilindro C todas sus secciones transversales
congruentes con B1 . Ahora, debido al postulado de Cavalieri 11.19.11 y al postulado de la
congruencia para áreas 11.16.2, ambos cilindros tienen el mismo volumen. De acuerdo al
postulado 11.19.10, el volumen de C 1 , y por lo tanto también el de C, es el producto del área
de la base y su altura. ‚
11.19.16. Teorema. Dada una pirámide con base triangular y altura h. El área de la sección
326 11.19. Volúmenes

transversal de la pirámide que se encuentra a una distancia x del plano en el cual está la base
es p h´x
h
q2 veces el área de la base.
Demostración. Dada una pirámide con base triangular T y altura h; sean A, B y C los
vértices en la base T y sea D el vértice de la pirámide tomando a T como base. Sean A ,
1

B y C los puntos que están en AD, BD y CD respectivamente y que además están a una
1 1

distancia x del plano que contiene a la base T . Tomemos la recta l que pasa por D y es
perpendicular al plano que contiene a T . Sean además P, P P l tales que P está en el plano
1

que contiene a T y P está en el plano en el que están los puntos A , B y C . Por el teorema
1 1 1 1

fundamental de la proporcionalidad tenemos que


AD BD CD PD h
1 “ 1 “ 1 “ 1 “ .
AD BD CD PD h´x
Ahora, por el teorema de semejanza LAL 11.15.12, tenemos que
AC AB BC h
1 1 “ 1 1 “ 1 1 “ .
AC AB BC h´x
Así, utilizando el teorema de las áreas de triángulos semejantes 11.16.10 concluímos la de-
mostración del teorema. ‚
11.19.17. Teorema. Si dos pirámides con bases triangulares tienen la misma altura y bases
congruentes, entonces tienen el mismo volumen.
Demostración. Supongamos que tenemos dos pirámides Υ1 y Υ2 con altura h, bases trian-
gulares T1 y T2 , y vértices V1 y V2 respectivamente. Sea V1 el punto del mismo lado que
1

V1 del plano que contiene a T1 , tal que la pirámide Υ1 con base triangular T1 y vértice V1
1 1

es congruente con Υ2 . (¡Verificar que es posible localizar V1 con tales propiedades!) Por el
1

teorema 11.19.16 y el principio de Cavalieri 11.19.11 tenemos que Υ1 y Υ1 tienen el mismo


1

volumen, pero por el postulado de la congruencia para volúmenes 11.19.7 tenemos que Υ1 1 y
Υ2 tienen el mismo volumen. De lo anterior concluímos que las pirámides Υ1 y Υ2 tienen el
mismo volumen. ‚
11.19.18. Teorema. El volumen de una pirámide con base triangular es un tercio del área
de la base multiplicada por la altura.
Demostración. Sea Υ una pirámide de altura h y base triangular T , donde A, B y C son los
vértices de la base. Sea Ψ un prisma recto con base T y altura h, y l una recta perpendicular
al plano que contiene a T y que no interseca a Ψ . Sea T la otra base de Ψ , y A , B y C los
1 1 1 1

vértices de T tales que los segmentos AA1 , BB 1 y CC 1 son paralelos a l. Observemos ahora
1

que debido a los postulados 11.19.8 y 11.19.9, el volumen de Ψ es la suma de los volúmenes
de Υ1 , Υ2 y Υ3 , donde Υ1 es la pirámide con base T y vértice A ; Υ2 es la pirámide con base
1

T y vértice B, y Υ3 es la pirámide cuya base es la región triangular con vértices B, C y C ,


1 1

y el vértice correspondiente a tal base es el punto A .


1

Afirmamos que las pirámides Υ1 , Υ2 y Υ3 tienen el mismo volumen. En efecto, las pirámides
Υ1 y Υ2 tienen el mismo volumen debido al teorema 11.19.17, mientras que las pirámides Υ2
y Υ3 tienen el mismo volumen también por el teorema 11.19.17 pero tomando a la región
triangular con vértices B, B y C como base de Υ2 , en cuyo caso el vértice correspondiente
1 1
11.19. Volúmenes 327

es A . De esta forma, el volumen de Υ1 es un tercio del volumen del prisma Ψ . De nuevo por
1

el teorema 11.19.17, el volumen de Υ es un tercio del volumen del prisma Ψ , pero debido al
postulado 11.19.10 el volumen de la pirámide Υ es un tercio del área de su base T multiplicado
por su altura h. ‚
Como consecuencia inmediata del teorema 11.19.18 y de los postulados 11.19.8 y 11.19.9
se tiene el corolario siguiente.
11.19.19. Corolario. El volumen de una pirámide es un tercio del área de la base multipli-
cada por la altura.
Se deja al lector los detalles de la demostración.
11.19.20. Teorema. Dado un cono circular recto de altura h y radio de la base r. El radio
r0 de la sección transversal cuyo centro está a una distancia x del centro de la base, está dado
por r0 “ ph´xq
h
r.
Demostración. Sea V el vértice del cono y Q el centro de la base. Tomemos la sección
transversal A del cono que está a una distancia x de la base y sea P el punto de intersección de
A y V Q. Observemos que A es un círculo con centro en P . En efecto, hay una correspondencia
biunívoca entre los puntos P 1 de A y los puntos Q1 de la base B del cono de tal manera que
P 1 es el único punto en la intersección de V Q1 y A. Ahora, por el teorema fundamental de
la proporcionalidad 11.15.5 y por el teorema de semejanza LAL 11.15.12, tenemos que si P 1
está en el plano que contiene a A, entonces P 1 P A si y sólo si P P 1 h´xh
“ QQ1 para algún
Q1 P B, es decir P P 1 ĺ ph´xq
h
r si y sólo si P 1 P A. Lo anterior demuestra que A es un círculo
con centro en P y radio r0 “ ph´xqh
r. ‚
Una generalización del teorema anterior es el siguiente.
11.19.21. Teorema. Dado un cono circular de altura h y radio de la base r. El radio r0 de
la sección transversal cuyo centro está a una distancia x del plano que contiene a la base,
está dado por r0 “ ph´xq
h
r.
Demostración. Debido al teorema 11.19.20 es suficiente suponer que el cono es un cono
circular, pero no es un cono circular recto. Sean V el vértice del cono, P la proyección de
V al plano que contiene a la base, Q un punto en el borde de la base, Q0 el punto en el
borde de la sección transversal que está entre Q y el vértice V , C el centro de la base, C0 el
centro de la sección transversal y P0 el punto donde se corta el segmento P V y el plano que
contiene a la sección transversal. Por el teorema fundamental de la proporcionalidad 11.15.5
y el teorema de semejanza LAL 11.15.12, tenemos que
r QV PV h
“ “ “ ,
r0 Q0 V P0 V ph ´ xq

de donde tenemos que r0 “ ph´xq


h
r. ‚
Del teorema anterior y de la fórmula del área de un círculo se concluye el corolario
siguiente.
11.19.22. Corolario. Dado un cono circular de altura h y radio de la base r. El área de la
sección transversal cuyo centro está a una distancia x del plano que contiene a la base, está
328 11.19. Volúmenes

dado por p h´x


h
q2 πr2 .
11.19.23. Teorema. El volumen de un cono circular de altura h y radio de la base r es
1
3
πr2 h.
Demostración. Dado un cono circular de altura h y radio de la base r, sean V su vértice
y Π el plano que contiene a la base. Tomemos una región triangular T contenida en el plano
Π con área πr2 y comparemos a la pirámide con base T y vértice V con el cono dado. De
acuerdo al corolario 11.19.22 y al teorema 11.19.16, la sección transversal del cono y la de la
pirámide, contenidas ambas en un mismo plano paralelos a Π, tienen la misma área, por lo
que aplicando el principio de Cavalieri 11.19.11 tenemos que el volumen de tal pirámide es
igual al volumen del cono dado. Así, el volumen del cono es igual a 31 πr2 h. ‚
A continuación deduciremos una fórmula para calcular el volumen de un cuerpo esférico.
11.19.24. Teorema. El volumen de un cuerpo esférico de radio r es 34 πr3 .
Demostración. Sea S un cuerpo esférico con centro en un punto O y radio r. Tomemos un
plano Π al cual pertenezca el centro de S. Sea C el cilindro circular recto de altura r cuya
base es la intersección de S y Π y tal que los puntos que no están en la base están en un lado
E ` de Π. Sea K el cono con vértice O cuya base es la base del cilindro C que está en E ` .
Procederemos primero a calcular el volumen de la parte de S que está en E ` .
Sea S ` la intersección de S y E ` . Veamos que el volumen del cono K es igual al de CzS ` .
Tomemos un plano Π0 Ă E ` , paralelo a Π, tal que la distancia r0 ente Π0 y O sea menor
que r. Por el teoremaa de Pitágoras 11.15.15 podemos ver que la intersección de S y Π0 es
`

un círculo de radio r2 ´ r02 , por lo que el área de la intersección de CzS ` y Π0 es


ˆb ˙2
2
πr ´ π r2 ´ r02 “ πr02 ,

la cual es la misma que la de la sección transversal del cono K (la intersección de K con
Π0 ). De esta manera, por el principio de Cavalieri tenemos que K y CzS ` tienen el mismo
volumen, el cual debido al teorema 11.19.23 es igual a 31 πr3 .
Ahora, por el postulado de adición de volúmenes 11.19.8 , el volumen de S ` es el volumen
del cilindro menos el de CzS ` , es decir es
1 2
πr3 ´ πr3 “ πr3 .
3 3
Análogamente se demuestra que el volumen de la intersección de la esfera S con el otro
lado de Π diferente de E ` es 32 πr3 . Finalmente, por los postulados 11.19.8 y 11.19.9 se tiene
que el volumen de S es 43 πr3 . ‚
Capítulo 12

MATRICES Y DETERMINANTES

12.1. Introducción
Las matrices son muy útiles en la resolución de sistemas de ecuaciones lineales, como
veremos en la sección 12.8.
12.1.1. Definiciones. El concepto de matriz se puede ver como un arreglo o expresión de
la forma ¨ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ‹
˚ .. .. .. ‹ ,
˚ ‹
˝ . . . ‚
am,1 am,2 ¨ ¨ ¨ am,n
donde m y n son números naturales, ai,j (con 1 ĺ i ĺ m y 1 ĺ j ĺ n) son elementos de algún
conjunto (supondremos en nuestro estudio de este capítulo que son números reales aunque
también pueden ser números complejos o elementos de algún otro conjunto). La representación
anterior es la de una matriz de m filas o renglones y n columnas o simplemente una matriz
m ˆ n. Así un renglón o fila de n componentes es una sucesión finita pb1 , b2 , . . . , bn q de n
componentes. A la componente bj (donde j es un entero tal que 1 ĺ j ĺ n) se le llama la
componente en la columna j. Una matriz de m renglones y n columnas o simplemente
matriz mˆn es una sucesión finita de m renglones de n componentes cada uno. Una matriz
A de m renglones y n columnas se puede representar en la forma A “ pai,j qpi,jqPt1,...,muˆt1,...,nu ,
donde cada ai,j es la componente del i-ésimo renglón en la j-ésima columna, a veces por
simplicidad y cuando el contexto no permita confusión la matriz A se representará como
pai,j qi,j o simplemente como pai,j q. Se dice que ai,j es la componente i, j o la componente
que se encuentra en el renglón i y en la columna j. Una columna o matriz columna de m
componentes es simplemente una matriz de m ˆ 1 la cual se expresa en la forma
¨ ˛
c1
˚ c2 ‹
˚ .. ‹ .
˚ ‹
˝ . ‚
cm
Diremos que una matriz que tiene m renglones y n columnas tiene orden m ˆ n. Una
matriz que tiene tantas filas como columnas se llama matriz cuadrada.

329
330 12.1. Introducción

Observemos que un renglón de n componentes se puede ver como una matriz 1ˆn. Debido
a lo anterior, a una matriz 1 ˆ n se le llama matriz renglón.
12.2. Suma y resta de matrices 331

12.2. Suma y resta de matrices


12.2.1. Definición. Sean A “ pai,j q y B “ pbi,j q dos matrices m ˆ n (donde m y n son
números naturales). Definimos la suma de las matrices A y B como

A ` B “ pai,j ` bi,j qi,j .

Es decir, la matriz A ` B es la matriz tal que cada componente i, j es la componente i, j de


A más la componente i, j de B. De manera similar se define la resta de A con B como

A ´ B “ pai,j ´ bi,j qi,j .

Una matriz tal que cada componente es 0 se llama matriz nula. Así mismo, un renglón
cuyas componentes son cero se llama renglón nulo. La demostración del siguiente teorema
queda como ejercicio para el lector.
12.2.2. Teorema. Para la suma de matrices se cumplen las propiedades conmutativa y
asociativa, además el elemento neutro de la suma de matrices es la matriz nula.

Ejercicios.

1. Demostrar el teorema 12.2.2.


˜ 3
¸ ˜ ¸
2
´ 12 5 ´ 32 1
2
5
2
2. Hallar A ` B y A ´ B para A “ 1
yB“ 1
.
´2 2 2 2
6 ´7
332 12.3. Multiplicación por escalar

12.3. Multiplicación por escalar


12.3.1. Definición. Si A “ pai,j q es una matriz y α es un número, definimos el producto
de α con A como la matriz
αA :“ pαai,j q,
es decir, αA es la matriz cuya componente i, j es el número α multiplicado por la componente
i, j de A. Además, definimos la matriz ´A como p´1qA, es decir ´A es la matriz tal que
cada componente i, j es el inverso aditivo de la componente i, j de A.
Dejamos al lector la demostración del siguiente teorema.
12.3.2. Teorema. Si α y β son números reales, y además A y B son matrices mˆn, entonces

pα ` βqA “ αA ` βA y αpA ` Bq “ αA ` αB.

El teorema anterior establece la propiedad distributiva por la derecha y por la izquierda


del producto de un número por una matriz.

Ejercicios.

1. Demostrar el teorema 12.3.2.


˜ 3 1 5 ¸
´7 7 7
2. Calcular 7 1
.
7
6 ´7
12.4. Multiplicación de matrices 333

12.4. Multiplicación de matrices


12.4.1. Definición. Sea A “ pai,j q una matriz m ˆ l y B “ pbj,k q una matriz l ˆ n. Definimos
la multiplicación AB de A con B como la matriz m ˆ n tal que
˜ ¸
ÿl
AB :“ ai,j ¨ bj,k .
j“1 i,k

Observemos que para que exista la matriz AB es necesario y suficiente que el número
de columnas de A sea igual al número de renglones de B. En la multiplicación de matrices
no siempre es válida la propiedad conmutativa. Demostremos que en la multiplicación de
matrices se vale la propiedad asociativa siempre que tenga sentido. En efecto, sea A “ pai,j q
una matriz m ˆ n, B “ pbj,k q una matriz n ˆ p y C “ pck,l q una matriz p ˆ q.
˜ ¸ ˜ p ˜ ¸ ¸
ÿn ÿ ÿ n
pABqC “ ai,j ¨ bj,k C“ ai,j ¨ bj,k ck,l
j“1 i,k k“1 j“1 i,l
˜ p
˜ ¸¸ ˜ ˜ p
¸¸
ÿ n
ÿ n
ÿ ÿ
“ ai,j ¨ bj,k ¨ ck,l “ ai,j ¨ bj,k ¨ ck,l
k“1 j“1 i,l j“1 k“1 i,l
˜ ˜ p
¸¸ ˜ p
¸
n
ÿ ÿ ÿ
“ ai,j bj,k ¨ ck,l “A bj,k ¨ ck,l “ ApBCq.
j“1 k“1 i,l k“1 j,l

Hemos demostrado el siguiente teorema.


12.4.2. Teorema. Si A es una matriz m ˆ n, B es una matriz n ˆ p y C es una matriz p ˆ q;
entonces
pABqC “ ApBCq.

12.4.3. Definición. Las componentes j, j de una matriz cuadrada n ˆ n (donde j es un


entero tal que 1 ĺ j ĺ n) se dice que están en la diagonal de la matriz.
12.4.4. Definición. La matriz identidad n ˆ n es la matriz cuadrada n ˆ n tal que las
componentes en la diagonal son 1 y las componentes que no están en la diagonal son 0.
¨ ˛
1 0 ¨¨¨ 0
˚ 0 1 ¨¨¨ 0 ‹
In :“ ˚ .. .. . . .. ‹ .
˚ ‹
˝ . . . . ‚
0 0 ¨¨¨ 1

Sea A una matriz cuadrada n ˆ n e In la matriz identidad del mismo orden que A. El
lector debe ser capaz de demostrar las siguientes identidades para matrices.
12.4.5. Teorema.
AIn “ In A “ A.
334 12.4. Multiplicación de matrices

Es decir la matriz In es en efecto la identidad con respecto a la multiplicación de matrices


cuadradas de orden n ˆ n.
Cuando de acuerdo al contexto se sobreentienda o quede implícito el valor del número n,
escribiremos I en lugar de In .
12.4.6. Definición. Decimos que una matriz cuadrada A es invertible si existe una matriz
a la cual denotaremos por A´1 tal que

AA´1 “ A´1 A “ I.

A la matriz A´1 se le llama la matriz inversa de A.


12.4.7. Teorema. Si una matriz tiene inversa, tal inversa es única.
Demostración. Sea A una matriz y B y C inversas de A. Bajo esas condiciones tenemos
que B “ BI “ BpACq “ pBAqC “ IC “ C, es decir la inversa de una matriz es única. ‚
Observemos que no todas las matrices cuadradas tienen inversa, por ejemplo ninguna
matriz nula tiene inversa. Generalmente a una matriz nula la representaremos con el símbolo
0.
12.4.8. Teorema. Si A y B son matrices invertibles del mismo orden, entonces

pABq´1 “ B ´1 A´1 y además pA´1 q´1 “ A.

Demostración. De la definición de matriz inversa se tiene que pA´1 q´1 “ A. Ahora,


pABqpB ´1 A´1 q “ ApBB ´1 qA´1 “ AIA´1 “ AA´1 “ I “ B ´1 B “ B ´1 IB “ B ´1 pA´1 AqB “
pB ´1 A´1 qpABq, de lo cual se sigue el teorema. ‚
12.4.9. Teorema. En la multiplicación de matrices se satisfacen las propiedades distributivas
por la izquierda y por la derecha. Es decir, si A y B son matrices de m ˆ r y C y D son
matrices de r ˆ n, entonces

pA ` BqC “ AC ` BC y ApC ` Dq “ AC ` AD.

Demostración. Debido a la analogía de las dos igualdades demostraremos solamente que


ApC ` Dq “ AC ` AD. Denotando A “ pai,j q, C “ pci,j q y D “ pdi,j q tenemos
˜ ¸ ˜ ¸
ÿr r
ÿ r
ÿ
ApC ` Dq “ ai,k pck,j ` dk,j q “ ai,k ck,j ` ai,k dk,j
˜k“1 ¸ ˜ k“1
¸ k“1
ÿr r
ÿ
“ ai,k ck,j ` ai,k dk,j “ AC ` AD,
k“1 k“1

con lo que el teorema está demostrado. ‚


Si A “ pai,j q es una matriz renglón 1 ˆ m y B “ pbj,k q es una matriz m ˆ n, tenemos
que la matriz AB es una matriz renglón 1 ˆ n. En el caso en que u sea el renglón con
12.4. Multiplicación de matrices 335

m componentes de la matriz A y v sea el renglón con n componentes de la matriz AB,


definimos la multiplicación de un renglón por una matriz como uB :“ v. Así, cuando
multiplicamos un elemento de Rm por una matriz m ˆ n, obtenemos como resultado un
elemento de Rn .

Ejercicios.

1. Dar un ejemplo donde se muestre que la multiplicación de matrices n ˆ n, con n ą 1,


no es conmutativa.
¨ ˛
3 1 5
˜ 3 ¸ ´ 2 2 2
1
2
´ 12 5
2. Hallar AB, donde A “ y ‹.
˚ 1 ‹
1
B “ ˚
2
6 ´7 2
´2 2 2 ˝
1 3

2
4 ´2 1
˜ ¸
1 1
3. Hallar la inversa de la matriz .
´2 2
336 12.5. La transpuesta de una matriz

12.5. La transpuesta de una matriz


12.5.1. Definición. Sea A una matriz m ˆ n. Definimos la transpuesta (o traspuesta)
de la matriz A como la matriz n ˆ m denotada At tal que la componente i, j de A es la
componente j, i de At .
¨ ˛t ¨ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n a1,1 a2,1 ¨ ¨ ¨ am,1
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ‹ ˚ a1,2 a2,2 ¨ ¨ ¨ am,2 ‹
˚ .. .. .. ‹ “ ˚ .. .. .. ‹ .
˚ ‹ ˚ ‹
˝ . . . ‚ ˝ . . . ‚
am,1 am,2 ¨ ¨ ¨ am,n a1,n a2,n ¨ ¨ ¨ am,n

Es decir, conservando el orden de las componentes, los renglones se hacen columnas y las
columnas renglones.
Observemos que la transpuesta de una matriz renglón es una matriz columna y la trans-
puesta de una matriz columna es una matriz renglón.
Cuando tengan sentido las operaciones se tienen las siguientes propiedades cuyas verifi-
caciones son fáciles y las dejamos al lector.
12.5.2. Teorema.

pA ` Bqt “ At ` B t , pABqt “ B t At , pAt qt “ A y pAt q´1 “ pA´1 qt .

12.5.3. Definición. Decimos que una matriz cuadrada A es simétrica si A “ At , es decir


si es de la forma ¨ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n
˚ a1,2 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ‹
A “ ˚ .. .. . .. ‹ .
˚ ‹
˝ . . . . . ‚
a1,n a2,n ¨ ¨ ¨ an,n
Cuando u P Rn es un renglón, definimos la transpuesta de u como la matriz columna ut
que es la transpuesta de la matriz renglón cuyo único renglón es u.

Ejercicios.

1. Demostrar el teorema 12.5.3.


˜ 3
¸
2
´ 12 5 2
2. Hallar las transpuestas de las matrices A y B para A “ 1
y
´2 2 2
4
´ 23 1 5
¨ ˛
2 2
˚ 1
6 ´7 ‹

˚ 2
B“˚ ‹.
˚ 2 5 7 ‹
˝ ‚
3 1 1
12.6. Permutaciones 337

12.6. Permutaciones
En esta sección deduciremos algunas propiedades de las permutaciones que servirán de
herramientas para deducir algunas de las propiedades más importantes de los determinantes,
los cuales se abordarán en la sección 12.7.
Recordemos que si n es un entero no negativo, Sn denota al conjunto de permutaciones
de orden n y Jn al conjunto de enteros positivos menores o iguales que n.
12.6.1. Definición. Si i y j son dos enteros positivos diferentes menores o iguales que un
entero n, a la permutación τi,j P Sn tal que τi,j piq “ j, τi,j pjq “ i y τi,j pkq “ k para todo
k P Jn zti, ju se le llama transposición.
12.6.2. Definición. Sea σ P Sn una permutación de orden n. Un conjunto no vacío A Ă Jn
se llama ciclo de la permutación σ si para todo i P A tenemos que σ #A piq “ i, mientras que
si 0 ă k ă #A, tenemos que σ k piq ‰ i y además A “ ti, σpiq, σ 2 piq, . . . , σ #A´1 piqu.
12.6.3. Teorema. Los ciclos de una permutación σ P Sn forman una partición en clases de
equivalencia de Jn .
Demostración. Sea i P Jn . Veamos primero que σ k piq “ i para algún k ĺ n. Procedamos
por contradicción suponiendo que σ k piq ‰ i para todo k ĺ n. En estas condiciones tendríamos
que el conjunto tσpiq, σ 2 piq, . . . , σ n piqu, al cual no pertenece i, tiene menos de n elementos,
es decir alguno de los números σpiq, σ 2 piq, . . . , σ n piq está repetido. Sea j el primer número
tal que la componente j de la sucesión finita pσpiq, σ 2 piq, . . . , σ n piqq está repetida y sea l el
primer entero mayor que j tal que σ j piq “ σ l piq. Como σ j´1 piq ‰ σ l´1 piq, entonces σ no sería
inyectiva con lo cual llegamos a una contradicción. De esta forma tenemos que σ k piq “ i para
algún k ĺ n.
Sea k el primer entero positivo que satisface la propiedad σ k piq “ i y observemos que
tσpiq, σ 2 piq, . . . , σ k piqu es un ciclo de σ al cual pertenece i. Hemos demostrado que todo
elemento de Jn pertenece a algún ciclo de σ. Tenemos además que si A Ă Jn es un ciclo de
σ y j P A, entonces σpjq P A, de donde podemos concluir que dos ciclos diferentes no se
intersecan. En efecto, si A y B son dos ciclos a los cuales pertenece j, entonces el conjunto
tσpjq, σ 2 pjq, . . . , σ n pjqu, con posibles repeticiones, es a la vez igual a A y a B. ‚
12.6.4. Definición. Una permutación σ P Sn se llama permutación cíclica si para alguno
de sus ciclos A Ă Jn se tiene que si i R A, entonces σpiq “ i.
12.6.5. Teorema. Toda permutación es la composición de una o varias permutaciones cícli-
cas.
Demostración. Sea σ P Sn una permutación y A1 , . . . , Ak sus ciclos diferentes p1 ĺ k ĺ n).
Para todo entero l P t1, . . . , ku definamos la permutación σl P Sn como σl piq “ i si i R Al y
como σl piq “ σpiq si i P Al . La demostración se concluye al observar que σ “ σ1 ˝ σ2 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ σk
y que para l P t1, . . . , ku la permutación σl es una permutación cíclica. ‚
12.6.6. Teorema. Toda permutación cíclica en Jn (con n ą 1) es la composición de varias
transposiciones.
Demostración. Si σ es la permutación identidad, entonces σ “ τi,j ˝ τi,j , donde i y j son
dos elementos cualesquiera diferentes en Jn . Supongamos que σ P Sn es una permutación
cíclica diferente de la identidad y supongamos que A es el único ciclo de la permutación con
338 12.6. Permutaciones

más de un elemento. Sea k “ #A e i P A. Tenemos que A “ tσpiq, σ 2 piq, . . . , σ k piqu, donde


σ k piq “ i. Observando que σ “ τi,σk´1 piq ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ τi,σ2 piq ˝ τi,σpiq concluimos la demostración del
teorema. ‚
Como consecuencia inmediata de los teoremas 12.6.5 y 12.6.6 tenemos el siguiente teore-
ma.
12.6.7. Teorema. Toda permutación en Jn (con n ą 1) es la composición de varias trans-
posiciones.
12.6.8. Definición. Toda permutación que sea la composición de un número par de trans-
posiciones se llama permutación par y toda permutación que sea la composición de un
número impar de transposiciones se llama permutación impar.
Observemos que debido al teorema 12.6.7 cualquier permutación es una permutación par
o es una permutación impar. El siguiente teorema nos dice que las permutaciones pares no
son permutaciones impares y viceversa.
12.6.9. Teorema. Cualquier permutación en Sn es par o impar y además los conjuntos de
permutaciones pares y de permutaciones impares son disjuntos.
Demostración. Como ya se dijo, el hecho de que cualquier permutación en Sn sea par o
bien impar es consecuencia del teorema 12.6.7. Para demostrar que las permutaciones pares
no pueden ser impares haremos uso del siguiente artificio. Definamos la función polinomial
de n variables P de la siguiente manera:
ź
P px1 , x2 , . . . , xn q :“ pxj ´ xi q.
iăj

Observemos que para una transposición τk,l el polinomio de n variables pxτk,l pjq ´ xτk,l piq q
ś
iăj
es igual a ´ pxj ´ xi q. Para cada permutación σ P Sn definamos la función σ ˚ : tP u ÝÑ
ś
iăj
tP, ´P u tal que σ ˚ pP qpx1 , x2 , . . . , xn q “ P pxσp1q , xσp2q , . . . , xσpnq q. Observando que P ‰ ´P ,
que σ ˚ pP q “ P si σ es una permutación par y que σ ˚ pP q “ ´P si σ es una permutación
impar, se concluye la demostración del teorema. ‚
12.6.10. Teorema. Una permutación σ P Sn es par si y sólo si hay un número par de parejas
pi, jq (con i, j P Jn ) tales que i ă j pero σpiq ą σpjq.
Demostración. Tomando la misma notación y terminología que en la demostración del
teorema 12.6.9 y recordando que σ ˚ pP q “ P si σś
es una permutación par yśque σ ˚ pP q “ ´P
si σ es una permutación impar, observemos que pxσpjq ´ xσpiq q “ p´1qm pxj ´ xi q, donde
iăj iăj
m es la cantidad de parejas pi, jq tales que i ă j pero σpiq ą σpjq. Ahora, p´1qm “ 1 si y
sólo si m es par, por lo tanto por lo tanto σ es par si la cantidad de parejas pi, jq tales que
i ă j y σpiq ą σpjq es par. ‚
12.6.11. Definición. El signo de una permutación σ, denotado sgnpσq, se define por

si σ es par
#
1
sgnpσq :“
´1 si σ es impar.
12.6. Permutaciones 339

Cuando dos permutaciones tienen el mismo signo decimos también que tienen la misma
paridad, es decir tienen la misma paridad si ambas son pares o ambas son impares, de otro
modo decimos que tienen diferente paridad. Siempre consideraremos que el signo de una
permutación identidad es 1, es decir la permutación identidad es par.
12.6.12. Teorema. Si σ, η P Sn , entonces sgnpσ ˝ ηq “ sgnpσq sgnpηq.
Demostración. Supongamos que σ es la composición de n transposiciones y η es la compo-
sición de m transposiciones y observemos que sgnpσq “ p´1qn y que sgnpηq “ p´1qm . Como
σ˝η es la composición m`n transposiciones, entonces sgnpσ˝ηq “ p´1qm`n “ p´1qm p´1qn “
sgnpσq sgnpηq. ‚
12.6.13. Corolario. Si σ P Sn , entonces sgnpσq “ sgnpσ ´1 q.
Demostración. Del teorema 12.6.12 y del hecho de que el signo de la permutación identidad
es 1 se tiene que sgnpσq sgnpσ ´1 q “ sgnpσ ˝ σ ´1 q “ 1, de manera que σ y σ ´1 no pueden tener
diferente paridad.
340 12.7. Determinantes

12.7. Determinantes
12.7.1. Definición. Sea A “ pai,j q una matriz n ˆ n. El determinante de A se define como
ÿ n
ź
det A :“ sgnpσq ai,σpiq .
σPSn i“1

Si A “ pai,j q, el determinante de A también se denota como |ai,j |i,j , |A| o bien


¨ ˛ ˇ ˇ
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n ˇ a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n ˇ
ˇ ˇ
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ‹ ˇ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ˇ
det ˚ .. .. .. .. ‹ “ ˇ .. .. .. .. ˇ .
˚ ‹ ˇ ˇ
˝ . . . . .
ˇ . . . ˇˇ
‚ ˇ
an,1 an,2 ¨ ¨ ¨ an,n ˇ an,1 an,2 ¨ ¨ ¨ an,n ˇ

Como propiedades básicas de los determinantes veremos que el determinante de una


matriz no invertible es 0, el determinante de cualesquier matriz identidad es 1, detpABq “
pdet Aqpdet Bq, det At “ det A, det A´1 “ det1 A . Si una columna o un renglón de una matriz
cuadrada está formada solamente con ceros, entonces el determinante tal matriz es cero.
12.7.2. Teorema. El determinante de una matriz cuadrada A es igual al de su transpuesta
At .
Demostración. Sea A “ pai,j q. Tenemos que At “ pbi,j q, donde bi,j “ aj,i , y al usar el
corolario 12.6.13 tenemos
ÿ n
ź ÿ n
ź ÿ n
ź
t
|A | “ sgnpσq bi,σpiq “ sgnpσq aσpiq,i “ sgnpσq ai,σ´1 piq
σPSn i“1 σPSn i“1 σPSn i“1
ÿ n
ź ÿ n
ź
“ sgnpσ ´1 q ai,σ´1 piq “ sgnpσq ai,σpiq “ |A|,
σPSn i“1 σPSn i“1

donde la última igualdad se debe a que la aplicación σ ÞÑ σ ´1 es una biyección de Sn en Sn .



12.7.3. Teorema. Si una matriz cuadrada A tiene un renglón cuyas componentes son ceros,
entonces |A| “ 0.
Demostración. Supongamos que las componentes del renglón k de la matriz A son ceros
y sea A “ pai,j q. Para cada σ P Sn tenemos que a1,σp1q ¨ a2,σp2q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ak,σpkq ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq “
n
a1,σp1q ¨a2,σp2q ¨¨ ¨ ¨¨0¨¨ ¨ ¨¨an,σpnq “ 0, por lo que el determinante de A es |A| “
ř ś
sgnpσq ai,σpiq
ř ř σPSn i“1
sgnpσq0 “ 0 “ 0. ‚
σPSn σPSn

Como consecuencia inmediata de los teoremas 12.7.2 y 12.7.3 tenemos el siguiente coro-
lario.
12.7.4. Corolario. Si una matriz cuadrada A tiene una columna cuyas componentes son
ceros, entonces |A| “ 0.
12.7.5. Teorema. Si A “ pai,j q y B “ pbi,j q son matrices cuadradas, donde bi,j “ ai,j para
i R tk, lu, con k ‰ l, bk,j “ al,j y bl,j “ ak,j para j P t1, 2, . . . , nu; entonces |B| “ ´|A|. Es
12.7. Determinantes 341

decir si B es la matriz que se obtiene al intercambiar dos renglones de la matriz A, entonces


|B| “ ´|A|.
Demostración. Tenemos que

ÿ n
ź ÿ n
ź
|B| “ sgnpσq bi,σpiq “ sgnpσq aτk,l piq,σpiq
σPSn i“1 σPSn i“1
ÿ źn ÿ n
ź
“ sgnpσq ai,σ˝τk,l piq “ ´ sgnpσ ˝ τk,l q ai,σ˝τk,l piq
σPSn i“1 σPSn i“1

ÿ n
ź
“´ sgnpσq ai,σpiq “ ´|A|. ‚
σPSn i“1

Como consecuencia inmediata de los teoremas 12.7.2 y 12.7.5 tenemos el siguiente coro-
lario.
12.7.6. Corolario. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
j R tk, lu, bi,k “ ai,l y bi,l “ ai,k para i P t1, 2, . . . , nu; entonces |B| “ ´|A|. Es decir si B es
la matriz que se obtiene al intercambiar dos columnas de la matriz A, entonces |B| “ ´|A|.
12.7.7. Teorema. Si A es una matriz cuadrada que tiene dos de sus renglones iguales (en
diferente posición), entonces |A| “ 0.
Demostración. Supongamos que k ‰ l y que los renglones k y l de la matriz A son iguales.
Por el teorema 12.7.5 tenemos que |A| “ ´|A|, por lo tanto |A| “ 0. ‚
Como consecuencia inmediata de los teoremas 12.7.2 y 12.7.7 tenemos el siguiente coro-
lario.
12.7.8. Corolario. Si A es una matriz cuadrada que tiene dos de sus columnas iguales,
entonces |A| “ 0.
12.7.9. Teorema. La matriz identidad tiene determinante 1.
n n
Demostración. Tenemos que det In “ sgnpσq ai,σpiq . Ahora, observando que
ř ś ś
ai,i “
σPSn i“1 i“1
n
1 y que ai,σpiq “ 0 para σ diferente de la permutación identidad se tiene que det In “ 1. ‚
ś
i“1

12.7.10. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
i ‰ k y bk,j “ αak,j , entonces |B| “ α|A|.
Demostración. Para todo σ P Sn tenemos que b1,σp1q ¨ b2,σp2q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ bn,σpnq “ a1,σp1q ¨ a2,σp2q ¨
n
¨ ¨ ¨ ¨ αak,σpkq ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq “ αpa1,σp1q ¨ a2,σp2q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq q, por lo cual |B| “
ř ś
sgnpσq bi,σpiq
σPSn i“1
ř n
ś ř n
ś
“ sgnpσqα ai,σpiq “ α sgnpσq ai,σpiq “ α|A|. ‚
σPSn i“1 σPSn i“1
342 12.7. Determinantes

Como consecuencia inmediata de los teoremas 12.7.2 y 12.7.10 tenemos el siguiente coro-
lario.
12.7.11. Corolario. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
j ‰ k y bi,k “ αai,k , entonces |B| “ α|A|.
12.7.12. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
i ‰ k y bk,j “ ak,j ` αal,j , con l ‰ k, entonces |B| “ |A|. Es decir, si B es la matriz que se
obtiene dejando igual los renglones de la matriz A diferentes del k-ésimo y el renglón k-ésimo
de B es la suma de los renglones k-ésimo y un múltiplo del l-ésimo renglón de la matriz A,
entonces |B| “ |A|.
Demostración. Tenemos que b1,σp1q ¨ b2,σp2q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ bn,σpnq “ a1,σp1q ¨ a2,σp2q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ pαal,σpkq `
ak,σpkq q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq , por lo que

ÿ n
ź
|B| “ sgnpσq bi,σpiq
σPSn i“1
ÿ
“ sgnpσqa1,σp1q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ pαal,σpkq ` ak,σpkq q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq
σPSn
ÿ
“ sgnpσqa1,σp1q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ αal,σpkq ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq
σPSn
ÿ
` sgnpσqa1,σp1q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ ak,σpkq ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq
σPSn
ÿ
“α sgnpσqa1,σp1q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ al,σpkq ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq ` |A|,
σPSn

pero observemos que sgnpσqa1,σp1q ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ al,σpkq ¨ ¨ ¨ ¨ ¨ an,σpnq es el determinante de una matriz


ř
σPSn
cuyos renglones l y k son iguales, por lo que debido al teorema 12.7.7 tal suma es 0 y por lo
tanto |B| “ |A|. ‚
Como consecuencia inmediata de los teoremas 12.7.2 y 12.7.12 tenemos el siguiente coro-
lario.
12.7.13. Corolario. Si B es la matriz cuadrada que se obtiene dejando igual las columnas
de la matriz A diferentes de la k-ésima y la k-ésima columna de B es la suma de la columna
k-ésima y un múltiplo de la l-ésima columna de la matriz A (con l ‰ k), entonces |B| “ |A|.
12.7.14. Definición. Sea n un número entero mayor que 1 y A “ pai,j q una matriz n ˆ n. Si
k, l P t1, 2, . . . , nu, denotemos por Mk,l “ pmi,j q la matriz pn ´ 1q ˆ pn ´ 1q tal que: mi,j “ ai,j
si i ă k y j ă l; mi,j “ ai`1,j si i ľ k y j ă l; mi,j “ ai,j`1 si i ă k y j ľ l, y mi,j “ ai`1,j`1 si
i ľ k y j ľ l. Es decir, Mk,l es la matriz que se obtiene de la matriz A al eliminar el renglón
k y la columna j. Al determinante de la matriz Mk,l se le llama el menor de la componente
k, l de la matriz A. Así mismo, al número

Ak,l :“ p´1qk`l |Mk,l |

se le llama el cofactor de la componente k, l de la matriz A.


12.7. Determinantes 343

Conservando la notación dada en las definiciones de menor y cofactor de A tenemos el


siguiente teorema y su demostración.
12.7.15. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz nˆn (con n ľ 2) y k P t1, 2, . . . , nu, entonces
n
ÿ
|A| “ ak,j Ak,j .
j“1

Demostración. Observemos que


¨ ˛
ÿ n
ź
|A| “ ak,1 ˝ sgnpσq ai,σpiq ‚
σPSn ,σpkq“1 i“1,i‰k
¨ ˛
ÿ n
ź
` ak,2 ˝ sgnpσq ai,σpiq ‚
σPSn ,σpkq“2 i“1,i‰k
¨ ˛
ÿ n
ź
` ¨ ¨ ¨ ` ak,n ˝ sgnpσq ai,σpiq ‚,
σPSn ,σpkq“n i“1,i‰k

de modo que es suficiente con demostrar que

ÿ n
ź
Ak,j “ sgnpσq ai,σpiq .
σPSn ,σpkq“j i“1,i‰k

Para cada σ P Sn´1 y k, l P t1, 2, . . . , nu sea σk,l P Sn la permutación tal que: σk,l pkq “ l;
σk,l piq “ σpiq si i ă k y σpiq ă l; σk,l piq “ σpi ´ 1q si i ą k y σpi ´ 1q ă l; σk,l piq “ σpiq ` 1
si i ă k y σpiq ą l, y σk,l piq “ σpi ´ 1q ` 1 si i ą k y σpi ´ 1q ą l. Veamos que sgnpσk,l q “
p´1qk`l sgnpσq.
Observemos que el número de parejas pσk,k piq, σk,k pjqq con i, j P t1, 2, . . . , nuztku tales
que i ă j y σk,k piq ą σk,k pjq es el mismo que el número de parejas pσpiq, σpjqq con i, j P
t1, 2, . . . , n ´ 1u tales que i ă j y σpiq ą σpjq. Observemos además que hay tantos elementos
i en t1, 2, . . . , k ´ 1u tales que σk,k piq ą k como elementos j en tk ` 1, . . . , n ` 1u tales que
σk,k pjq ă k, por lo que el número total de parejas pσk,k piq, σk,k pjqq con i, j P t1, 2, . . . , nu
tales que i ă j y σk,k piq ą σk,k pjq es igual a un número x más un número par, donde x es el
número de parejas pσpiq, σpjqq con i, j P t1, 2, . . . , n ´ 1u tales que i ă j y σpiq ą σpjq, y el
número par es el doble del número de elementos j en tk ` 1, . . . , n ` 1u tales que σk,k pjq ă k.
Así tenemos que σ y σk,k tienen la misma paridad para todo k P t1, 2, . . . , nu.
Demostremos ahora que sgnpσq “ p´1qk`l sgnpσk,l q, lo cual ya está demostrado cuan-
do l “ k. Supongamos primero que l ă k. Debido a que σl,l “ τl,σk,l plq ˝ τl,σk,l pl`1q ˝ ¨ ¨ ¨ ˝
τl,σk,l pk´2q ˝ τl,σk,l pk´1q ˝ σk,l y a que τl,σk,l pk´1q , τl,σk,l pk´2q , . . . , τl,σk,l pl`1q y τl,σk,l plq son k ´ l trans-
posiciones, tenemos que de aplicar varias veces el teorema 12.6.12 resulta p´1qk`l sgnpσk,l q
“ p´1qk´l sgnpσk,l q “ sgnpσl,l q “ sgnpσk,k q “ sgnpσq. Análogamente, cuando l ą k tenemos
el mismo resultado al observar que σl,l “ τl,σk,l plq ˝ τl,σk,l pl´1q ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ τl,σk,l pk`2q ˝ τl,σk,l pk`1q ˝ σk,l .
344 12.7. Determinantes

Ahora, tenemos que

ÿ n´1
ź ÿ n
ź
Ak,l “ p´1qk`l |Mk,l | “ p´1qk`l sgnpσq mi,σpiq “ p´1qk`l sgnpσq ai,σk,l piq
σPSn´1 i“1 σPSn´1 i“1,i‰k
ÿ n
ź ÿ n
ź
“ p´1qk`l p´1qk`l sgnpσk,l q ai,σk,l piq “ sgnpσk,l q ai,σk,l piq
σPSn´1 i“1,i‰k σPSn´1 i“1,i‰k
ÿ n
ź
“ sgnpσq ai,σpiq ,
σPSn ,σpkq“l i“1,i‰k

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


Como consecuencia inmediata de los teoremas 12.7.2 y 12.7.15 tenemos el siguiente coro-
lario.
12.7.16. Corolario. Si A “ pai,j q es una matriz n ˆ n (con n ľ 2) y k P t1, 2, . . . , nu,
entonces n
ÿ
|A| “ ai,k Ai,k .
i“1

Ejercicios.

1. Hallar los determinantes de las matrices siguientes:


¨ ˛
¨
3 1 5
˛ 4 2 ´1 1
˜ 3 ¸ ˜ ¸ ´ 2 2 2
´ 12 1 1 ˚ 4 6 ´3 3 ‹
˚ ‹
2
a) , b) , c) ˝ 4 6 ´7 ‹ ‚, d) ˚ ‹.
˚ ‹
˚
´2 2 2 2 ˚ 2 2 1
˝ 2 ‹

2 2 1
1 6 4 ´2
12.8. Matrices y sistemas de ecuaciones lineales 345

12.8. Matrices y sistemas de ecuaciones lineales


12.8.1. Definición. Una ecuación de la forma

a1 x1 ` a2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an xn “ b,

donde a1 , a2 , . . . , an , b son números constantes con algún ai diferente de cero y x1 , x2 , . . . , xn


son variables, se llama ecuación lineal y el conjunto de soluciones representa un hiperplano
en el espacio de dimensión n. En el caso particular en que b “ 0 la ecuación lineal se llama
ecuación lineal homogénea y el conjunto de soluciones representa un hiperplano que pasa
por el origen del espacio de dimensión n.
12.8.2. Definición. Una expresión con m ecuaciones lineales con n variables de la forma

a1,1 x1 ` a2,1 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,1 xn “ b1


a1,2 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,2 xn “ b2
..
.
a1,m x1 ` a2,m x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,m xn “ bm

se llama sistema de ecuaciones lineales, en el caso en que las ecuaciones lineales sean
homogéneas se dice que el sistema es homogéneo. El conjunto solución de un sistema de
ecuaciones lineales representa la intersección de m hiperplanos (posiblemente repetidos) en
el espacio de dimensión n.
12.8.3. Definición. El anterior sistema de ecuaciones se puede representar en forma de
ecuación matricial de la siguiente manera
¨ ˛¨ ˛ ¨ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n x1 b1
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ‹ ˚ x2 ‹ ˚ b2 ‹
˚ .. .. .. ‹ ˚ .. ‹ “ ˚ .. ‹.
˚ ‹˚ ‹ ˚ ‹
˝ . . . ‚˝ . ‚ ˝ . ‚
am,1 am,2 ¨ ¨ ¨ am,n xn bm

Introduzcamos ahora el concepto de matriz ampliada.


12.8.4. Definición. Si A es una matriz m ˆ n y B es una matriz m ˆ q, definimos a la
matriz ampliada pA|Bq como a la matriz m ˆ pn ` qq tal que si 1 ĺ j ĺ n, entonces la
componente i, j de pA|Bq es la componente i, j de A y si n ` 1 ĺ j ĺ n ` q, entonces la
componente i, j de pA|Bq es la componente i, pj ´ nq de B. A cada sistema de ecuaciones
lineales como el dado anteriormente también se le puede representar por medio de la matriz
ampliada escrita de la siguiente forma
¨ ˇ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n ˇˇ b1
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ˇ b2 ‹
˚ .. .. .. ˇ .. ‹ .
˚ ˇ ‹
˝ . . . ˇˇ . ‚
am,1 am,2 ¨ ¨ ¨ am,n ˇ bm
346 12.8. Matrices y sistemas de ecuaciones lineales

12.8.5. Definición. Si dos matrices ampliadas del mismo orden representan sistemas de
ecuaciones lineales equivalentes (es decir con el mismo conjunto solución), se dice que las
matrices son equivalentes.
En el teorema siguiente podemos ver lo importante que es el poder calcular la inversa de
una matriz para resolver un sistema de ecuaciones lineales.
12.8.6. Teorema. Si una matriz cuadrada
¨ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ‹
A “ ˚ ..
˚ ‹
.. .. .. ‹
˝ . . . . ‚
an,1 an,2 ¨ ¨ ¨ an,n

es invertible, entonces para toda matriz columna b “ pb1 b2 ¨ ¨ ¨ bn qt con n componentes, se


tiene que el sistema
a1,1 x1 ` a2,1 x2 ` ¨ ¨ ¨ `an,1 xn “ b1
a1,2 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ `an,2 xn “ b2
..
.
a1,n x1 ` a2,n x2 ` ¨ ¨ ¨ `an,n xn “ bn
tiene como única solución a x “ A´1 b, donde x “ px1 x2 ¨ ¨ ¨ xn qt .
Demostración. Si una matriz cuadrada A de n ˆ n es invertible y b “ pb1 b2 ¨ ¨ ¨ bn qt es
una matriz columna, entonces el sistema anterior se puede expresar en forma matricial como
Ax “ b. Multiplicando ambos lados de la última ecuación matricial por A´1 obtenemos
x “ Ix “ A´1 Ax “ A´1 b. ‚
De los teoremas 12.2.2 y 12.4.9 se concluye el siguiente teorema.
12.8.7. Teorema. Si A es una matriz de nˆn, b es una matriz columna de n componentes, xh
satisface la ecuación Axh “ 0 y xp satisface la ecuación Axp “ b, entonces Apxh ` xp q “ b.
Como una especie de recíproco del teorema anterior tenemos el teorema siguiente.
12.8.8. Teorema. Si A es una matriz de n ˆ n, b es una matriz columna de n componentes,
xp y x son tales que Axp “ b y Ax “ b, entonces x “ xh ` xp para algún xh que satisface
la ecuación Axh “ 0.
Demostración. Basta con tomar xh “ x ´ xp y aplicar el teorema 12.4.9. ‚
12.8.9. Teorema. Si A es una matriz de n ˆ n, b es una matriz columna de n componentes y
existe una matriz columna xp que satisface la ecuación Axp “ b, entonces existe una corres-
pondencia biunívoca entre el conjunto de los vectores columna x que satisfacen la ecuación
Ax “ b y el conjunto de los vectores columna y que satisfacen la ecuación homogénea
Ay “ 0.
Demostración. Observando que la aplicación x ÞÑ x ´ xp es inyectiva, tenemos de los
teoremas 12.8.7 y 12.8.8 que también es una biyección entre el conjunto de los vectores
columna x que satisfacen la ecuación Ax “ b y el conjunto de los vectores columna y que
satisfacen la ecuación Ay “ 0. ‚
12.9. Operaciones elementales por renglón 347

12.9. Operaciones elementales por renglón


12.9.1. Definición. Son tres los tipos de operaciones elementales por renglón que se
les pueden aplicar a una matriz de tal manera que resulte de nuevo una matriz equivalente
a la anterior:

a) Intercambio en el orden de los renglones. Consiste en intercambiar dos de los


renglones de la matriz, el i y el j por ejemplo, dejando los demás iguales. Si la matriz
es m ˆ n, esto es equivalente a multiplicar por la izquierda por la matriz m ˆ m tal que
todas las componentes de la diagonal diferentes de la componente i, i y de la componente
j, j son 1, las componentes i, j y j, i son 1 y las demás componentes son 0. Tal matriz
tiene determinante ´1 (teorema 12.7.5) y su inversa es ella misma.

b) Multiplicación de un renglón por un número diferente de 0. Consiste en tomar


un renglón, digamos el renglón j, y sustituirlo por el mismo renglón j multiplicado
por un número α ‰ 0, dejando los demás renglones iguales. Si la matriz es m ˆ n,
esto es equivalente a multiplicar por la izquierda por la matriz m ˆ m tal que todas
las componentes de la diagonal diferentes de la componente j, j son 1, la componente
j, j es α y las demás componentes son 0, es decir es equivalente a multiplicar por la
izquierda por una matriz de la forma
¨ ˛
1 0 0 0 ¨¨¨ 0
.. .. .. .. ‹
. .
˚
˚
˚ . . ‹ ‹
˚ 0 1 0 0 ‹
˚ .
˚ .

˚ . 0 α 0 ¨ ¨ ¨ 0 ‹
‹.

0 0 0
˚
˚ ¨ ¨ ¨ 1 0 ‹
˚ . ..
˚ .. ... .. ‹

. . ‹
˚ .. .
˚
˝ . .
. 1 0


0 ¨¨¨ 0 ¨¨¨ 0 ¨ ¨ ¨ 0 1

Tal matriz tiene determinante α (teorema 12.7.10) y su inversa es la matriz m ˆ m


tal que todas las componentes de la diagonal diferentes de la componente j, j son 1, la
componente j, j es α1 y las demás componentes son 0.

c) Suma de un múltiplo de un renglón a otro. Consiste en tomar un renglón, digamos


el renglón i, multiplicarlo por un número α y sumar el producto a un renglón diferente
j. El renglón resultante debe sustituirse por el renglón j quedando todos los demás
renglones iguales. Si la matriz es mˆn esto es equivalente a multiplicar por la izquierda
por la matriz m ˆ m tal que todas las componentes de la diagonal son 1, la componente
i, j es α y las demás componentes son 0. Tal matriz tiene determinante 1 (teorema
12.7.12) y su inversa es la matriz m ˆ m tal que todas las componentes de la diagonal
son 1, la componente i, j es ´α y las demás componentes son 0.

12.9.2. Definición. Las matrices cuadradas descritas en los incisos anteriores a), b) y c)
asociadas con las operaciones elementales por renglón se llaman matrices elementales.
348 12.9. Operaciones elementales por renglón

Veremos que cualquier matriz invertible puede transformarse por medio de operaciones
elementales por renglón en la matriz identidad y recíprocamente, la matriz identidad puede
transformarse por medio de operaciones elementales por renglón en cualquier matriz inver-
tible. Lo anterior equivale a decir que cualquier matriz invertible es el producto (finito) de
matrices elementales.
12.9.3. Definición. Si una matriz A se puede transformar por medio de operaciones ele-
mentales por renglón en una matriz B se dice que A y B son semejantes y se denota por
A „ B.
12.9.4. Observación. Observemos que la relación de semejanza entre matrices es una rela-
ción de equivalencia, es decir es reflexiva, simétrica y transitiva.
12.9.5. Método de Gauss. Un método para calcular la inversa de una matriz cuadrada
A “ pai,j qpi,jqPt1,...,nuˆt1,...,nu , cuando exista, es el método de Gauss que se desarrolla par-
tiendo de la matriz ampliada
¨ ˇ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n ˇˇ 1 0 ¨ ¨ ¨ 0
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ˇ 0 1 ¨ ¨ ¨ 0 ‹
pA|Iq “ ˚ .. .. .. .. ˇ .. .. . . .. ‹
˚ ˇ ‹
˝ . . . . ˇ . .
ˇ . . ‚
an,1 an,2 ¨ ¨ ¨ an,n ˇ 0 0 ¨ ¨ ¨ 1

y por medio de operaciones elementales por renglón, transformarla en la matriz ampliada


pI|A´1 q.
El método de operaciones elementales por renglón también sirve para hallar las solucio-
nes de sistemas de ecuaciones lineales que no necesariamente tienen el mismo número de
ecuaciones que de variables, por medio de la matriz que representa al sistema de ecuaciones,
usando el método de transformar la matriz de coeficientes (la parte no ampliada) en una
matriz escalonada.
12.9.6. Definición. Se dice que una matriz está en forma escalonada si se cumplen las
cuatro condiciones siguientes:

I) Todos los renglones nulos (si los hay) aparecen en la parte inferior de la matriz. Es
decir, si algún renglón es nulo, los renglones siguientes también son nulos.

II) La primera componente diferente de cero (a partir de la izquierda) en cualquier renglón


que no está compuesto únicamente de ceros es 1.

III) Si un renglón dado no está compuesto únicamente por ceros, entonces el renglón anterior
(si lo hay) tiene un 1 en una posición anterior (más a la izquierda) a la del primer 1 del
renglón dado.

IV) Cualquier columna que tenga una componente que sea el primer 1 de un renglón tendrá
ceros en las demás posiciones.

12.9.7. Teorema. Toda matriz es semejante a una matriz escalonada.


12.9. Operaciones elementales por renglón 349

Demostración. Procederemos por inducción matemática. Sea m un entero positivo. Si


A “ pai,j q es una matriz m ˆ 1, tenemos dos posibilidades, a saber A es una matriz nula
o A no es nula. Si A es nula, entonces por definición está en forma escalonada. Si A no es
nula, sea k el primer entero tal que ak,1 ‰ 0. Tomando F1 como la matriz que multiplica el
renglón k por ak,1 1
, F2 la matriz que intercambia el renglón k por el renglón 1 y para i ą 1
tomemos Ei la matriz que al renglón i le añade ´ai,1 veces el primer renglón. Tenemos así
que la matriz Em Em´1 ¨ ¨ ¨ E2 F2 F1 A es la matriz columna con un 1 en el primer renglón y 0
en los demás, por lo cual es una matriz que está en forma escalonada.
Sea n un entero positivo y supongamos que toda matriz mˆn es semejante con una matriz
escalonada. Sea A “ pai,j q una matriz m ˆ pn ` 1q y  la matriz m ˆ n que se obtiene a partir
de A al eliminar la última columna, es decir  “ pâi,j q es al matriz m ˆ n tal que âi,j “ ai,j .
Sean Ê1 , Ê2 , . . . , Êl matrices elementales de orden m ˆ m tales que W “ Êl Êl´1 ¨ ¨ ¨ Ê2 Ê1 Â
es una matriz en forma escalonada. Sea ahora Û “ Êl Êl´1 ¨ ¨ ¨ Ê2 Ê1 y observemos que la
matriz W se puede obtener a partir de la matriz Û A al eliminar la última columna. Si Û A
está en forma escalonada, entonces hemos terminado. Si Û A no está en forma escalonada,
sea k el primer entero positivo tal que todas las componentes del k-ésimo renglón de W son
0. Denotemos a B “ Û A como pbi,j q y sea p un entero tal que k ĺ p ĺ m; H la matriz
elemental que multiplica por bp,n`1 1
al renglón p; K la matriz que intercambia los renglones p
y k (si p “ k, entonces K “ I), y para 1 ĺ j ĺ n con j ĺ k definamos la matriz Mj como
la matriz que al renglón j le añade ´b veces el renglón k y podemos ver que las primera
n columnas de B son las mismas que las de C “ M1 M2 . . . Mk´1 Mk`1 . . . Mn Mn`1 KHB y
la única componente diferente de cero de la última columna de C es el 1 que aparece como
componente k, n ` 1, de modo que C está en forma escalonada y es semejante a A con lo
cual el teorema queda demostrado. ‚
12.9.8. Teorema. Si A es una matriz cuadrada y E es una matriz elemental del mismo
orden que A, entonces |EA| “ |E||A|.
Demostración. El teorema se sigue como consecuencia de los teoremas 12.7.5, 12.7.10 y
12.7.12, y de las observaciones hechas en la definición de operación elemental por renglón la
cual determina una matriz elemental. ‚
12.9.9. Teorema. Una matriz cuadrada escalonada diferente de la identidad tiene el último
renglón nulo.
Demostración. Sea B “ pbi,j q una matriz n ˆ n escalonada diferente de la identidad.
Veamos primero que para cada renglón de B, cada componente a la izquierda de la que está
en la diagonal es cero. En efecto, si esto no fuera así, existiría un primer renglón pbk,1 , . . . , bk,n q
de B con la propiedad de que para algún entero positivo l ă k se tenga bk,l “ 1 y bk,j “ 0
para j ă l. Obviamente k ‰ 1 y para el renglón k ´ 1 de B la primer componente diferente
de cero no puede estar antes de la componente k ´ 1 y esto contradice el hecho de que B está
en forma escalonada. Por lo tanto, para cada renglón de B, cada componente a la izquierda
de la que está en la diagonal es cero.
Veamos ahora que algún elemento en la diagonal de B es cero. Si esto no fuera así, por
lo expuesto anteriormente y por definición de matriz escalonada, todas las componentes de
la diagonal deberían ser iguales a 1 y como en cada renglón las componentes en la diagonal
son las primeras diferentes de cero, tendríamos que en cada columna las componentes que
350 12.9. Operaciones elementales por renglón

no están en la diagonal serían 0, de modo que B sería la matriz identidad, lo cual es una
contradicción, por lo tanto algún elemento en la diagonal de B es cero.
Ahora, si bk,k “ 0 y k “ n, entonces el último renglón de B es nulo. Si bk,k “ 0 y k ă n,
entonces la primer componente diferente de cero, si la hay, en el renglón k ` 1 está después de
la componente k ` 1 y siguiendo este proceso podemos ver que bn,n “ 0. En efecto, si no fuera
así existiría un primer l ą k tal que bl,l “ 1, de modo que bl´1,l´1 “ 0 y concluiríamos a la vez
que bl,l “ 0, llegando así a una contradicción, por lo tanto bn,n “ 0 y la última componente
debe ser cero. ‚
12.9.10. Teorema. Una matriz cuadrada es semejante a la matriz identidad si y sólo si su
determinante es diferente de cero.
Demostración. Supongamos que una matriz cuadrada A es semejante a la matriz iden-
tidad I y sean E1 , E2 , . . . , Ek matrices elementales tales que I “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A. Por el
teorema 12.9.8 y el 12.7.9 tenemos que 1 “ |I| “ |Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A| “ |Ek ||Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A|
“ |Ek ||Ek´1 ||Ek´2 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A| “ ¨ ¨ ¨ “ |Ek ||Ek´1 | ¨ ¨ ¨ |E2 ||E1 ||A|, por lo cual |A| ‰ 0.
Supongamos ahora que A es una matriz n ˆ n que no es semejante a la matriz identidad.
Por el teorema 12.9.7, la matriz A es semejante a una matriz escalonada B “ pbi,j q diferente
de la matriz identidad. Por el teorema 12.9.9, el último renglón de B es nulo, de modo que
por el teorema 12.7.3 |B| “ 0. Sean ahora E1 , E2 , . . . , Ek matrices elementales tales que B
“ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A. Por un razonamiento similar al anterior, 0 “ |B| “ |Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A|
“ |Ek ||Ek´1 | ¨ ¨ ¨ |E2 ||E1 ||A|, y como las matrices elementales tienen determinante diferente
de 0, tenemos que |A| “ 0. ‚
12.9.11. Teorema. Una matriz cuadrada A es invertible si y sólo si A „ I.
Demostración. Supongamos que A es invertible. Por el teorema 12.9.7, la matriz A es
semejante a una matriz escalonada B por lo que existen matrices elementales E1 , E2 , . . . , Ek
tales que B “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A. Como la matriz A es invertible y las matrices elementales
son invertibles, entonces por el teorema 12.4.8 tenemos que B también es invertible. Ahora,
si B ‰ I, entonces el último renglón de B es nulo, por lo que para toda matriz cuadrada
C que sea del mismo orden que B se tiene que BC tiene el último renglón nulo, de donde
tenemos que B no sería invertible, por lo tanto B “ I con lo que concluimos que A „ I.
Supongamos ahora que A „ I. Existen matrices elementales E1 , E2 , . . . , Ek tales que
I “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A, es decir A “ E1´1 E2´1 ¨ ¨ ¨ Ek´1
´1
Ek´1 y A´1 “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 , por lo
que A es invertible. ‚
Como consecuencia de los teoremas 12.9.10 y 12.9.11 tenemos el siguiente corolario.
12.9.12. Corolario. Una matriz cuadrada es invertible si y sólo si su determinante es dife-
rente de cero.
12.9.13. Teorema. Si A y B son matrices cuadradas del mismo orden y AB “ I, entonces
A “ B ´1 y B “ A´1 .
Demostración. Demostremos primero que A es invertible. Si A no fuera invertible, por el
teorema 12.9.11 tampoco sería semejante a la matriz identidad I, por lo que sería semejante
a una matriz D con el último renglón nulo y existirían matrices elementales E1 , E2 , . . . , Ek
tales que D “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 A y tendríamos que DB “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 también tendría
12.9. Operaciones elementales por renglón 351

el último renglón nulo, de modo que 0 “ |Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 | “ |Ek ||Ek´1 | ¨ ¨ ¨ |E2 ||E1 | ‰ 0,
llegando así a una contradicción que demuestra que A es invertible. Ahora,

B “ IB “ pA´1 AqB “ A´1 pABq “ A´1 I “ A´1 .

Ahora, aplicando el teorema 12.4.8 tenemos también que A “ B ´1 . ‚


Debido al teorema 12.9.13, si queremos verificar que B es la inversa de una matriz cua-
drada A es suficiente con verificar sólo una de las igualdades AB “ I ó BA “ I y no las dos
que se establecen en la definición de matriz inversa.
12.9.14. Teorema. Si A y B son dos matrices cuadradas del mismo orden, entonces |AB| “
|A||B|.
Demostración. Se tiene al menos una de las siguientes tres posibilidades:

a) |A| “ 0.

b) |B| “ 0 y |A| ‰ 0.

c) |A| ‰ 0 y |B| ‰ 0.

Si |A| “ 0, entonces A es semejante a una matriz escalonada C con el último renglón nulo,
por lo que existen matrices elementales E1 , E2 , . . . , Ek tales que A “ Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 C, y
así |AB| “ |Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 CB| “ |Ek Ek´1 ¨ ¨ ¨ E2 E1 ||CB| pero como CB tiene el último
renglón nulo, entonces |CB| “ 0, concluyéndose que |AB| “ 0 “ |A||B|.
Si |B| “ 0 y |A| ‰ 0, entonces B es semejante a una matriz escalonada D cuyas compo-
nentes en el último renglón son solamente ceros y A es semejante a I. Así, existen matrices
elementales F1 , . . . , Fp , G1 , . . . , Gq tales que F1 F2 . . . Fp “ A y G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq D “ B, por lo que
|AB| “ |F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq D| “ |F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq ||D| “ |F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq |0
“ 0, concluyéndose que |AB| “ 0 “ |A||B|.
Si |B| ‰ 0 y |A| ‰ 0, entonces A y B son semejantes a I. Así, existen matrices elemen-
tales F1 , . . . , Fp , G1 , . . . , Gq tales que F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp “ A y G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq “ B, por lo que |AB|
“ |F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq | “ |F1 ||F2 | ¨ ¨ ¨ |Fp ||G1 ||G2 | ¨ ¨ ¨ |Gq | “ |F1 F2 ¨ ¨ ¨ Fp ||G1 G2 ¨ ¨ ¨ Gq | “
|A||B|. ‚
1
12.9.15. Corolario. Si A es una matriz cuadrada invertible, entonces |A´1 | “ |A|
.
Demostración. Este corolario es una consecuencia de los teoremas 12.9.14 y 12.7.9 y del
corolario 12.9.12. ‚
12.9.16. Definición. Supongamos que tenemos un sistema de n ecuaciones lineales homo-
géneas con n incógnitas

a1,1 x1 ` a2,1 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,1 xn “ 0


a1,2 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,2 xn “ 0
..
.
a1,n x1 ` a2,n x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,n xn “ 0,
352 12.9. Operaciones elementales por renglón

tal sistema siempre tiene como solución a x1 “ 0, x2 “ 0, . . . , xn “ 0 la cual se llama solución


trivial del sistema de ecuaciones lineales homogéneas. Si la matriz cuadrada A “ pai,j q
de n ˆ n es invertible, entonces la única solución del sistema de ecuaciones lineales es la
solución trivial (teorema 12.8.6). Si la matriz A no es invertible, entonces es semejante a
una matriz escalonada B “ pbi,j q cuyo último renglón es nulo, por lo que existen enteros
positivos k1 , k2 , . . . , kl , tales que para todo i P t1, 2, . . . , nu la primer componente diferen-
te de cero del i-ésimo renglón se encuentra en una posición diferente de la posición i, kj ,
para j P t1, 2, . . . , lu. Si tj es un número real cualquiera, podemos tomar xkj “ tj . Para las
columnas en las posiciones m1 , m2 , . . . , mn´l , donde m1 , m2 , . . . , mn´l son todos diferentes
de cada uno de los k1 , k2 , . . . , kl , tenemos que para cada i P t1, 2, . . . , n ´ lu existe un ri -
ésimo renglón tal que la primer componente diferente de cero es la que se encuentra en la
l
posición mi del renglón y tomando xmi “ ´ bmi ,kj xkj , tenemos una solución del sistema
ř
j“1
de ecuaciones. Tal solución es no trivial siempre que alguno de los tj sea diferente de cero, de
hecho si el determinante de A es cero, existe una infinidad de soluciones del sistema. Ahora,
debido al teorema 12.8.9, tenemos el siguiente teorema.
12.9.17. Teorema. El sistema de ecuaciones lineales

a1,1 x1 ` a2,1 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,1 xn “ b1


a1,2 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,2 xn “ b2
..
.
a1,n x1 ` a2,n x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,n xn “ bn ,

tiene una solución única si y sólo si la matriz A “ pai,j q de orden n ˆ n tiene determinante
diferente de cero.
Recordemos que la solución del sistema de ecuaciones dado en el teorema 12.9.17 está
dado por px1 x2 . . . xn qt “ A´1 pb1 b2 . . . bn qt cuando la matriz A es invertible, es decir cuando
tiene determinante diferente de cero. Introduciremos a continuación el concepto de matriz
adjunta que servirá para calcular, cuando exista, la inversa de una matriz.
12.9.18. Definición. Dada una matriz cuadrada A “ pai,j q de orden n ˆ n, si Ai,j es el
cofactor de la componente i, j de la matriz A, a la transpuesta de la matriz pAi,j q se la
llama la matriz adjunta de A o adjunta de la matriz A. A la adjunta de la matriz A la
denotaremos por A˚ ó por adj A.
12.9.19. Lema. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y pAi,j q es las matriz de cofactores,
entonces para i ‰ j tenemos
n
ÿ
ai,k Aj,k “ 0.
k“1

Demostración. Sea B la matriz que se obtiene a partir de la matriz A al reemplazar el


j-ésimo renglón de A por el i-ésimo renglón de A. Por el teorema 12.7.7 tenemos que |B| “ 0
12.9. Operaciones elementales por renglón 353

n n
y por el teorema 12.7.15 tenemos que |B| “ ai,k Aj,k , por lo tanto
ř ř
ai,k Aj,k “ 0. ‚
k“1 k“1

12.9.20. Teorema. Para toda matriz cuadrada A,

ApA˚ q “ |A|I.

Demostración. Sea pbi,j q “ ApA˚ q. La i-ésima fila de A es pai,1 , ai,2 , . . . , ai,n q y la j-ésima
columna de A˚ es pAj,1 Aj,2 . . . Aj,n qt . Ahora, como bi,j es la componente i, j de ApA˚ q,
entonces n
ÿ
bi,j “ pai,1 ai,2 . . . ai,n qpAj,1 Aj,2 . . . Aj,n qt “ ai,k Aj,k ,
k“1

y por el teorema 12.7.15 llegamos a que bk,k “ |A|, pero por el lema 12.9.19, para i ‰ j, se
tiene bi,j “ 0, por lo tanto pbi,j q “ |A|I, es decir ApA˚ q “ |A|I. ‚
12.9.21. Corolario. Si A es una matriz invertible, entonces
1 ˚
A´1 “ A .
|A|

Demostración. Observando que la matriz |A| I conmuta con cualquier matriz, tenemos
1 ˚
´ ¯ ´ ¯ ´ ¯
que A |A|
1 1
A˚ “ A |A| 1
I A˚ “ |A| 1
I ApA˚ q “ |A| 1
ApA˚ q “ |A| |A|I “ I. ‚
Otro método para resolver un sistema de ecuaciones lineales lo da el siguiente teorema que
se le conoce como la regla de Cramer. Antes de enunciar la regla de Cramer establezcamos
algo de notación. En el sistema de ecuaciones lineales
a1,1 x1 ` a2,1 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,1 xn “ b1
a1,2 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,2 xn “ b2
..
.
a1,n x1 ` a2,n x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,n xn “ bn ,

denotemos por ∆ al determinante de la matriz A “ pai,j q y por ∆j al determinante que se


obtiene al reemplazar la j-ésima columna por la columna b “ pb1 b2 . . . bn qt . Por convención
tomaremos x “ px1 x2 . . . xn qt para así representar el anterior sistema de ecuaciones lineales
como Ax “ b.
12.9.22. Regla de Cramer. sea A “ pai,j q una matriz de orden n ˆ n con determinante
diferente de cero. El sistema de ecuaciones lineales
a1,1 x1 ` a2,1 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,1 xn “ b1
a1,2 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,2 xn “ b2
..
.
a1,n x1 ` a2,n x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,n xn “ bn ,
354 12.9. Operaciones elementales por renglón

tiene como solución única a


∆1 ∆2 ∆n
x1 “ , x2 “ , . . . , xn “ .
∆ ∆ ∆

Demostración. Por el teorema 12.9.20, A´1 “ ∆1 A˚ . Ahora, x “ A´1 b “ ∆1 A˚ b, es decir


n n n

xj “ ∆1 Ai,j bi , pero por el corolario 12.7.6, bi Ai,j “ ∆j , por lo que xj “ ∆j .
ř ř ř
Ai,j bi “
i“1 i“1 i“1

Ejercicios.

1. Hallar las adjuntas de las matrices siguientes y en caso de que sean invertibles calcular
su inversa:
¨ ˛
¨
3 1 5
˛ 4 2 ´1 1
˜ 3 1
¸ ˜ ¸ ´2 2 2
1 1 ˚ 4 6 ´3 3 ‹
˚ ‹
2
´ 2
a) , b) , c) ˚
˝ 4 6 ´7 ‚, d) ˚ ‹.
˚ ‹

´2 2 2 2 ˚ 2 2 1
˝ 2 ‹‚
2 2 1
1 6 4 ´2
2. Decir si la siguiente matriz es invertible y en caso de ser invertible calcular su inversa
por el método de Gauss: ¨ ˛
3 2 ´1 1
˚ 4 6 3 ‹
˚ ‹
´3
˚ ‹.
˚ 2 ´2 1 2 ‹
˝ ‚
1 6 4 ´2

3. Decir si el siguiente sistema de ecuaciones lineales tiene solución y en caso de que la


tenga dar la solución:

3x ` 2y ´ z ` w “ 2
4x ` 6y ´ 3z ` 3w “ 1
2x ´ 2y ` z ` 2w “ 0
x ` 6y ` 4z ´ 2w “ 3.
Capítulo 13

CONJUNTOS Y ESTRUCTURAS

13.1. Introducción
En este capítulo se estudiarán alguna de las estructuras algebraicas más importantes en las
matemáticas como son las de grupo, anillo y cuerpo. Los temas no se verán con la profundidad
de los libros especializados y se darán sólo los resultados más importantes, principalmente
los que tienen vinculación con la teoría de números y que deducen propiedades de éstos. Al
lector que esté interesado en profundizar con los temas de estructuras algebraicas se le invita
a estudiar las siguientes obras: «Algèbre» de N. Bourbaki (Hermann, Paris), «The Theory
of Groups» de H. Hall (The McMillan Company, New York 1959) y «Lectures in Abstract
Algebra I, II, III» de N. Jacobson (Springer-Verlag, New York 1975).
Se decidió poner este capítulo en esta parte del libro con el objeto de poder darle al lector
una buena variedad de ejemplos de estas estructuras sin que les sean extraños.
Comenzaremos el estudio con la estructura algebraica conocida como grupo.

355
356 13.2. Grupos

13.2. Grupos
13.2.1. Definición. Sea G un conjunto y ˚ una operación definida en G. Decimos que el
conjunto G con la operación ˚ forma un grupo, o más precisamente, que la pareja pG, ˚q
es un grupo, si se satisfacen las siguientes cuatro propiedades:

a) La operación ˚ es cerrada en G, es decir si a, b P G, entonces a ˚ b P G.

b) La operación ˚ es asociativa, es decir si a, b, c P G, entonces pa ˚ bq ˚ c “ a ˚ pb ˚ cq.

c) Existe un elemento e P G tal que para todo a P G, se tiene que a ˚ e “ e ˚ a “ a.

d) Para cada a P G, existe un elemento â P G, tal que a ˚ â “ â ˚ a “ e. (Donde e es el


dado en c)).

13.2.2. Definición. Al elemento e que aparece en el inciso c) de la definición anterior se le


llama elemento identidad del grupo. Al elemento â que aparece en d) se le llama inverso
de a (con respecto a la operación ˚). Observemos que a es inverso de â.
13.2.3. Ejemplos. Como ejemplos de grupos tenemos al conjunto de los números reales con
la operación de suma y al conjunto de los números enteros también con la suma, en estos
casos el elemento identidad es el número 0 y el inverso de un número es el inverso aditivo. Si
GLn es el conjunto de las matrices n ˆ n (de números reales) que son invertibles, entonces
GLn forma un grupo con la multiplicación de matrices y la matriz identidad In es el elemento
identidad.
Observemos que ni el conjunto de los números reales ni el de los enteros forman un
grupo con la multiplicación, pues el cero no tiene inverso multiplicativo. Ahora, el conjunto
Rzt0u sí forma un grupo con la multiplicación, donde la identidad multiplicativa es el número
1. Sin embargo, el conjunto Zzt0u de los enteros diferentes de 0 no forma un grupo con la
multiplicación puesto que ningún entero diferente de 1 y de ´1 tiene a un entero como inverso.
Otros ejemplos de subconjuntos de números reales que forman un grupo con la multiplicación
son p0; `8q, Qzt0u, t1u, t´1, 1u y t2n : n P Zu, entre otros.
Veamos algunas propiedades de los grupos.
13.2.4. Teorema. Si pG, ˚q es un grupo que tiene como elemento identidad a e1 y a e2 ,
entonces e1 “ e2 . Es decir, el elemento identidad de un grupo es único.
Demostración. Si e1 y e2 son elementos identidad, entonces e1 “ e1 ˚ e2 “ e2 . ‚
13.2.5. Teorema. Si pG, ˚q es un grupo, entonces todo elemento de G tiene un único inverso.
Demostración. Sean a1 y a2 dos inversos de un mismo elemento a P G y e el elemento
identidad. Tenemos que a1 “ a1 ˚ e “ a1 ˚ pa ˚ a2 q “ pa1 ˚ aq ˚ a2 “ e ˚ a2 “ a2 . ‚
13.2.6. Notación. Mientras no se preste a confusión, siempre que pG, ¨q sea un grupo y
a P G, al inverso de a lo denotaremos por a´1 y para a, b P G escribiremos ab en lugar de
a ¨ b y e denotará al elemento identidad. Cuando no se especifique cuál es la operación se le
denotará como ¨. Cuando la operación del grupo sea denotada con el símbolo +, al inverso
13.2. Grupos 357

de a se le denotará como ´a. En lo que reste del capítulo, G siempre denotará un conjunto
que forma un grupo con alguna operación ¨, a menos que expresamente se diga otra cosa.
Observemos que no siempre es válida la propiedad conmutativa en los grupos. Por ejemplo,
si GLn es el conjunto de matrices invertibles de n ˆ n, no siempre se vale que AB “ BA para
A, B P GLn .
13.2.7. Definición. Cuando tengamos un grupo pG, ¨q en el que se cumpla que ab “ ba para
todo a, b P G, diremos que el grupo es un grupo conmutativo o también que es un grupo
abeliano.
13.2.8. Teorema. Si a, b P G, entonces pabq´1 “ b´1 a´1 .
Demostración. De la propiedad asociativa tenemos que pabqpb´1 a´1 q “ apbpb´1 a´1 qq “
appbb´1 qa´1 q “ apea´1 q “ aa´1 “ e, además tenemos también que pb´1 a´1 qpabq “
b´1 pa´1 pabqq “ b´1 ppa´1 aqbq “ b´1 pebq “ b´1 b “ e, por lo tanto b´1 a´1 es el inverso de ab. ‚
13.2.9. Observación. Debido a la propiedad asociativa, no hay ambigüedad en cuanto al
significado de expresiones como abc ó abcd, etc., cuando a, b, c, d P G. Es decir, no importa
cuál de las operaciones se realice primero y cuál después, aunque sí importa el orden de
aparición de los elementos de G cuando el grupo no es conmutativo.
13.2.10. Notación. Siempre que tengamos una operación que se denote por ¨, donde escri-
bimos ab en lugar de a ¨ b, cuando tengamos una sucesión finita pa1 , a2 , . . . , an q de elementos
n
del conjunto en el cual está definida la operación, el símbolo ak denotará lo siguiente:
ś
k“1
˜ ¸
1
ź 2
ź n`1
ź n
ź
ak “ a1 , ak “ a1 a2 , ..., ak “ ak ak`1 ,
k“1 k“1 k“1 k“1
n
donde intuitivamente a veces escribimos ak “ a1 a2 a3 ¨ ¨ ¨ an . De manera similar, cuando la
ś
k“1
n
operación se denote como +, la expresión ak representará lo siguiente:
ř
k“1
˜ ¸
1
ÿ 2
ÿ n`1
ÿ n
ÿ
ak “ a1 , ak “ a1 ` a2 , ..., ak “ ak ` ak`1 ,
k“1 k“1 k“1 k“1
n
donde intuitivamente escribimos ak “ a1 ` a2 ` a3 ` ¨ ¨ ¨ ` an . Además, cuando n sea un
ř
k“1
n n
entero positivo tomaremos an :“ a y na :“ a. También definiremos a0 :“ e y cuando
ś ř
k“1 k“1
n se un entero negativo an :“ pa q ´1 ´n
.
El siguiente corolario es una consecuencia del teorema 13.2.8 y el lector lo puede demostrar
con detalle usando inducción matemática.
13.2.11. Corolario. Si pa1 , a2 , . . . , an q es una sucesión finita de elementos de G, entonces
´1 ´1 ´1
pa1 a2 ¨ ¨ ¨ an q´1 “ a´1
n an´1 ¨ ¨ ¨ a2 a1 . Más precisamente,
˜ ¸´1
n
ź n
ź
ak “ a´1
n´k`1 .
k“1 k“1
358 13.2. Grupos

13.2.12. Leyes de la cancelación. Sea pG, ¨q un grupo y sean a, b, x P G.

aq ax “ bx ùñ a “ b. bq xa “ xb ùñ a “ b.

Demostración. Demostraremos solamente la parte a) ya que la demostración de b) es


similar. Si ax “ bx, entonces a “ ae “ apxx´1 q “ paxqx´1 “ pbxqx´1 “ bpxx´1 q “ be “ b. ‚
13.2.13. Definición. La parte a) del teorema 13.2.12 se conoce como la ley de cancelación
por la derecha y la parte b) como la ley de cancelación por la izquierda. Cuando el
grupo no es conmutativo, no necesariamente es válido que ax “ xb ùñ a “ b.
Un ejemplo muy importante de grupo lo da el teorema siguiente.
13.2.14. Teorema. Si S es un conjunto, entonces A pSq :“ tf : f es una biyección de S en
Su forma un grupo con la composición de funciones.
Demostración. Sean f, g, h P A pSq e I la función identidad en S, es decir I : S ÝÑ S tal
que Ipxq “ x. Recordemos que la operación de composición de funciones se denota ˝. Como la
composición de dos biyecciones de S en S es una biyección de S en S, tenemos que la operación
˝ es cerrada en A pSq. Como f ˝ I = I ˝ f “ f y además I P A pSq, tenemos que existe el
elemento identidad, el cual es I. Tenemos además que f ˝ f ´1 “ f ´1 ˝ f “ I, por lo que la
función inversa de f es la inversa con respecto a la operación ˝. Para terminar la demostración
del teorema, solamente falta demostrar que se cumple la propiedad asociativa. Dado x P S
tenemos que ppf ˝ gq ˝ hqpxq “ pf ˝ gqphpxqq “ f pgphpxqqq “ f ppg ˝ hqpxqq “ pf ˝ pg ˝ hqqpxq,
por lo tanto pf ˝ gq ˝ h “ f ˝ pg ˝ hq, es decir se cumple la propiedad asociativa. ‚
13.2.15. Definición. Sea pG, ¨q un grupo y H Ă G. Decimos que H, con la operación ¨,
forma un subgrupo de G o que pH, ¨q es un subgrupo de pG, ¨q, cuando H con la operación ¨
forma un grupo. Al hecho de que pH, ¨q sea un subgrupo de pG, ¨q se le denota pH, ¨q ă pG, ¨q
o simplemente como H ă G cuando la referencia a la operación ¨ sea obvia. Cuando H ă G,
H ‰ teu y H ‰ G diremos que pH, ¨q es un subgrupo no trivial de pG, ¨q.
13.2.16. Ejemplo. Si tenemos el grupo pZ, `q y n es un entero, entonces el conjunto de
todos los múltiplos de n forma un subgrupo de Z con la suma. Al conjunto de los múltiplos
de n lo denotaremos por nZ.
13.2.17. Teorema. Sea pG, ¨q un grupo y ∅ ‰ H Ă G. Tenemos que H ă G si y sólo si para
todo x, y P H se tiene que xy ´1 P H.
Demostración. Debido a la propiedad de que todo elemento de un grupo tiene un inverso
y de que la operación en un grupo es cerrada, es obvio que si H ă G, entonces para todo
x, y P H se tiene que xy ´1 P H.
Supongamos ahora que para todo x, y P H se tiene que xy ´1 P H. La propiedad asociativa
en H se sigue de la propiedad asociativa en G. Como H es no vacío, se tiene que existe un
x P H, de donde tenemos que e “ xx´1 P H, cumpliéndose así que H tiene al elemento
identidad e. Como H tiene como elemento a la identidad e, entonces para todo x P H se
13.2. Grupos 359

tiene que x´1 “ ex´1 P H, por lo que todo elemento de H tiene su inverso en H. De lo
anterior concluimos que H ă G, terminando la demostración del teorema. ‚
13.2.18. Definición. Supongamos que H ă G y que a P G. Sea Ha :“ tha : h P Hu.
Cualquier conjunto de la forma Ha donde a P G se llama clase lateral derecha de H. Ob-
servemos que la notación anterior tiene sentido siempre y cuando no sucedan cosas «extrañas»
como el hecho de que, además de que H ă G, se tenga que H P G. Hecha la aclaración, mien-
tras no se especifique lo contrario, supondremos siempre que si H ă G, entonces H R G de tal
manera que la notación Ha no se preste a confusión. Así mismo aH :“ tah : h P Hu y a tal
conjunto se le llamará clase lateral izquierda de H. Además si K y L son dos subconjuntos
cualesquiera de G, el símbolo KL representará al conjunto tkl : k P K y l P Lu, mientras que
el símbolo K ´1 representará al conjunto tk ´1 : k P Ku. Al conjunto de las clases laterales
derechas de H incluidas en G lo denotaremos como G{H.
13.2.19. Teorema. Sea pG, ¨q un grupo y H ă G. El conjunto tHa : a P Gu, de todas las
clases laterales derechas de H, es una partición en clases de G.
Demostración. Como para todo a P G tenemos que a “ ea P Ha, entonces la unión de
todas las clases laterales derechas de H es G. Demostremos ahora que dos clases laterales
derechas de H son disjuntas o iguales. Sea c un elemento de G que pertenece a dos clases
laterales derechas Ha y Hb. Existen un h1 P H y un h2 P H tales que h1 a “ h2 b “ c. Ahora,
para todo h P H tenemos que ha “ hph´1 1 h1 aq “ hph1 h2 bq “ phh1 h2 qb P Hb, por lo tanto
´1 ´1

Ha Ă Hb. Análogamente se puede demostrar que Hb Ă Ha, teniendo así que Ha “ Hb.
Hemos demostrado pues que dos clases laterales derechas son disjuntas o iguales y así que el
conjunto de clases laterales derechas de H es una partición de G. ‚
13.2.20. Teorema. Si H ă G y H es un conjunto finito, entonces el número de elementos
de cualquier clase lateral derecha de H es igual al número de elementos de H.
Demostración. Sea Ha una clase lateral derecha de H. Demostremos que la función f :
H ÝÑ Ha tal que f phq “ ha es una biyección de H en Ha. Por definición de clase lateral
derecha de H, la función f es una función sobre Ha. Ahora, por la ley de la cancelación por
la derecha, si h1 ‰ h2 , entonces h1 a ‰ h2 a, de tal manera que f es una biyección de H en
Ha y así H y Ha tienen el mismo número de elementos. ‚
13.2.21. Definiciones. Los dos resultados anteriores y la mayoría de los resultados referentes
a clases laterales derechas también son válidos para las clases laterales izquierdas, haciendo
los cambios obvios en los enunciados. Cuando H ă G y el conjunto de las clases laterales
derechas de H es finito, llamaremos al número de clases laterales derechas de H el índice
de H en G y lo denotaremos así rG : Hs. (Debido a la observación anterior, rG : Hs es
también el número de clases laterales izquierdas de H). Cuando pG, ¨q sea un grupo y G sea
un conjunto finito, diremos que pG, ¨q es un grupo finito y al número de elementos de G se
le llama orden del grupo pG, ¨q. En el caso en que G tenga un número infinito de elementos
diremos que pG, ¨q es de orden infinito. Al orden de pG, ¨q lo denotaremos así opGq y por
simplicidad también decimos que es el orden de G.
De los teoremas 13.2.19 y 13.2.20, se deduce el siguiente resultado.
13.2.22. Teorema de Lagrange. Si pG, ¨q es un grupo finito y H ă G, entonces opGq “
opHqrG : Hs.
360 13.2. Grupos

Una consecuencia inmediata y menos específica del teorema de Lagrange es el corolario


siguiente.
13.2.23. Corolario. Si pG, ¨q es un grupo finito y H ă G, entonces opHq divide a opGq.
13.2.24. Corolario. Si pG, ¨q es un grupo finito, H ă G y K ă H, entonces rG : Ks “
rG : HsrH : Ks.
Demostración. Observemos que K ă H y H ă G implica que K ă G. Por el teorema
de Lagrange tenemos que opKqrG : Ks “ opGq “ opHqrG : Hs “ opKqrH : KsrG : Hs y
dividiendo entre opKq obtenemos que rG : Ks “ rG : HsrH : Ks. ‚
13.2.25. Notación. Sea pG, ¨q un grupo y g P G. Denotaremos por xgy al conjunto tg n : n P
Zu.
13.2.26. Teorema. Si pG, ¨q es un grupo y g P G, entonces xgy ă G.
Demostración. Sean m, n P Z. Tenemos que (véase ejercicio 3) g m pg n q´1 “ g m g ´n “
g m´n P xgy y el resultado se sigue del teorema 13.2.17. ‚
13.2.27. Definiciones. Sea pG, ¨q un grupo y g P G. Al subgrupo pxgy, ¨q se le llama sub-
grupo cíclico o más específicamente subgrupo cíclico generado por g. Cuando existe
un entero positivo n tal que g n “ e, al mínimo de los enteros positivos m que satisfacen
la igualdad g m “ e se le llama orden de g. Si no existe ningún número natural n tal que
g n “ e, diremos que el orden de g es infinito. Al orden de g lo denotaremos así opgq. Cuando
se tiene que G “ xgy, decimos que pG, ¨q es un grupo cíclico, o más específicamente, que es
un grupo cíclico generado por g.
13.2.28. Teorema. Si pG, ¨q es un grupo y g P G, entonces el orden de g es igual al orden
de xgy.
Demostración. Supongamos primero que g tiene orden finito n. Para m P Z, sean a, r
enteros tales que 0 ĺ r ă n y m “ an ` r. Con estas condiciones tenemos que g m “ g an g r “
pg n qa g r “ ea g r “ g r , por lo que gm P tg 0 , g 1 , . . . , g n´1 u, es decir xgy Ă tg 0 , g 1 , . . . , g n´1 u, de
modo que el orden de xgy es menor o igual que el orden de g. Veamos que es imposible que el
orden de xgy sea menor que el orden de g. Si m fuera el orden de xgy y m ă n, entonces alguno
de los elementos g 0 , g 1 , . . . , g n´1 estaría repetido, es decir existirían dos números enteros
r, s P t0, 1, . . . , n´1u tales que r ă s y g r “ g s , obteniendo que g s´r “ e, y como 0 ĺ s´r ă n,
esto contradice el hecho de que el orden de g es n. Por lo anterior vemos que el orden de g
es igual al orden de xgy cuando el orden de g es finito.
Supongamos ahora que el orden de g es infinito y veamos que todos los elementos
g , g , . . . , g n , . . . son diferentes, es decir que si m, n son enteros no negativos y g m “ g n ,
0 1

entonces m “ n. Si existieran dos enteros m y n tales que 0 ĺ n ă m y además g m “ g n ,


entonces g m´n “ e, y como m ´ n ą 0, esto contradiría el hecho de que el orden de g es
infinito. Así vemos que necesariamente el orden de xgy es igual al orden de g. ‚
13.2.29. Teorema. Si pG, ¨q es un grupo finito y g P G, entonces opgq | opGq.
Demostración. El teorema es una consecuencia inmediata del teorema 13.2.28 y del coro-
lario 13.2.23. ‚
13.2.30. Corolario. Si pG, ¨q es un grupo finito y g P G, entonces g opGq “ e.
13.2. Grupos 361

Demostración. Por el teorema 13.2.29, existe un entero m tal que m opgq “ opGq, por lo
tanto g opGq “ g m opgqs “ pg opgq qm “ em “ e. ‚
13.2.31. Corolario. Si pG, ¨q es un grupo finito cuyo orden es un número primo, entonces
el grupo es cíclico y generado por cualquier elemento de G diferente de la identidad.
Demostración. Supongamos que e ‰ g P G y que el orden de G es un número primo p.
Los únicos enteros positivos que dividen a p son 1 y p, pero como g ‰ e, el teorema 13.2.29
nos lleva a que el orden de g es p. Ahora, como xgy Ă G, por el teorema 13.2.28 tenemos que
opxgyq “ opgq “ p “ opGq, entonces necesariamente xgy “ G. ‚
13.2.32. Definición. Sea ϕ : N ÝÑ N definida de la siguiente manera ϕp1q “ 1 y si n ą 1,
entonces ϕpnq es el número de enteros positivos menores que n que sean primos relativos con
n. A tal función ϕ se le llama la función de Euler y se le denotará así a lo largo de este
capítulo. Por ejemplo, los enteros positivos menores que 10 y que son primos relativos con
10 son 1, 3, 7 y 9, por lo que ϕp10q “ 4, de manera similar ϕp2q “ 1, ϕp3q “ 2, ϕp4q “ 2,
ϕp5q “ 4, ϕp6q “ 2, ϕp7q “ 6, ϕp8q “ 4, etc. Observemos que si p es un número primo,
entonces ϕppq “ p ´ 1.
El siguiente lema servirá para dar algunas aplicaciones de los grupos en la teoría de
números.
13.2.33. Lema. El conjunto Pn :“ trjsn : j ă n y j es primo relativo con nu, que está
incluido en Zn , forma un grupo con la multiplicación módulo n.
Demostración. Observemos que debido al teorema 4.7.31, la multiplicación módulo n es
asociativa y r1sn es elemento identidad con la multiplicación módulo n, por lo que es suficiente
demostrar que la multiplicación módulo n es cerrada en Pn y que todo elemento de Pn tiene un
inverso en Pn . Demostremos primero que la operación es cerrada. Sean m, k P t0, 1, . . . , n´1u
tales que rmsn , rksn P Pn . Como m y k son primos relativos con n, entonces también lo es
mk, pero por el algoritmo de la división, existen enteros a y r, tales que mk “ an ` r y
0 ĺ r ă n, ahora, si r no fuera primo relativo con n, entonces tampoco lo sería an ` r “ mk,
de donde tenemos que necesariamente r es primo relativo con n teniéndose así que rmsn rksn “
rrsn P Pn , quedando demostrado que la multiplicación es cerrada en Pn . Demostremos ahora
que todo elemento de Pn tiene un inverso multiplicativo. Tomemos un elemento de Pn y
denotémoslo como rmsn , donde 0 ĺ m ă n (en realidad se tiene también que 0 ă m). Como
la multiplicación módulo n es cerrada en Pn y el conjunto Pn tiene menos de n elementos,
entonces alguno de los elementos rms1n , rms2n , . . . , rmsnn , está repetido, es decir existen dos
enteros positivos diferentes k, l ĺ n, tales que rmskn “ rmsln . Supongamos que l es el primer
entero positivo tal que existe un entero k mayor que l y menor que n`1, tal que rmskn “ rmsln .
De la igualdad anterior, obtenemos que n | mk ´ ml “ ml pmk´l ´ 1q y así n | mk´l ´ 1, es
decir rmsk´l´1
n rmsn “ r1sn , con lo cual concluimos que rmsk´l´1 n es el inverso multiplicativo
de rmsn , terminando así la demostración del lema. ‚
13.2.34. Teorema de Euler. Si n es un entero positivo y a es primo con respecto a n,
entonces aϕpnq ”n 1.
Demostración. El teorema se sigue del lema 13.2.33, de la definición de la función de Euler
ϕ y del corolario 13.2.30. ‚
362 13.2. Grupos

Como aplicación del teorema de Euler a la teoría de números, tenemos el siguiente coro-
lario conocido como corolario de Fermat.
13.2.35. Corolario de Fermat. Si p es un número primo y a es un entero, entonces ap ”p a.
Demostración. Como p es un número primo, entonces ϕppq “ p ´ 1, por lo tanto, si p
no divide a un entero a, tenemos que p y a son primos relativos, y además rasp “ rrsp para
algún r P t0, 1, . . . , p ´ 1u, por lo que debido al teorema de Euler tenemos que rap sp “ raspp “
p rrsp “ r1sp rrsp “ rrsp “ rasp , por lo tanto a ”p a. Ahora, si p divide al número a,
rrspp “ rrsp´1 p

entonces también divide a a y se tiene que a ”p a, con lo que el corolario queda demostrado.
p p


13.2.36. Definición. Sea pG, ¨q un grupo y N ă G. Decimos que pN, ¨q es un subgrupo
normal de pG, ¨q si para todo g P G tenemos que gN g ´1 Ă N . Al hecho de que pN, ¨q sea
un subgrupo normal de pG, ¨q se le denotará como pN, ¨q C pG, ¨q o simplemente como N C G
cuando la referencia a la operación ¨ sea clara.
13.2.37. Lema. Sea pG, ¨q un grupo y N C G. Toda clase lateral derecha de N es también
una clase lateral izquierda de N y toda clase lateral izquierda de N es también una clase
lateral derecha de N . Más precisamente, para todo g P G tenemos que N g “ gN .
Demostración. Sea g P G, es decir sea gN una clase lateral izquierda de N . Por hipótesis
tenemos que gN g ´1 Ă N . Ahora, por la propiedad asociativa tenemos que gN “ gN pg ´1 gq “
pgN g ´1 qg Ă N g. Como pg ´1 q´1 “ g tenemos también por hipótesis que g ´1 N g Ă N y
de nuevo por la propiedad asociativa tenemos que N g “ pgg ´1 qN g “ gpg ´1 N gq Ă gN ,
concluyendo así que N g “ gN . ‚
13.2.38. Definición. Cuando pG, ¨q es un grupo y N C G, a cualquier clase lateral izquierda
o derecha le llamamos simplemente clase lateral. Esta definición tiene sentido debido al
lema anterior. En este contexto, cuando dos elementos g, h P G están en una misma clase
lateral, decimos que g y h son congruentes módulo N y a tal hecho se le denota así g ”N h
ó así g ” hpmódN q.
13.2.39. Ejemplo. Como ejemplo tenemos que si n es un número entero y nZ es el conjunto
de los múltiplos enteros de n, entonces el conjunto de los enteros módulo n coincide con
el conjunto de clases laterales de nZ con la operación de suma, es decir, con esta nueva
terminología, los enteros módulo n son los enteros módulo nZ, teniéndose que Zn “ Z{ nZ,
donde las clases laterales se están tomando con respecto a la operación de suma.
13.2.40. Lema. Sea pG, ¨q un grupo y N C G. El producto de dos clases laterales es una
clase lateral.
Demostración. Sean g, h P G, es decir sean gN y hN dos clases laterales. Por el lema
13.2.37 y por la propiedad asociativa tenemos que pgN qphN q “ pgN hqN “ pghN qN . Obser-
vemos que N N “ N , en efecto si n P N , entonces, como e P N tenemos que n “ ne P N , y
si n1 , n2 P N , entonces, por ser N ă G, tenemos que n1 n2 P N . Del hecho de que N N “ N y
de la propiedad asociativa tenemos que pghN qN “ ghpN N q “ ghN . ‚
13.2.41. Lema. Sea pG, ¨q un grupo y N ă G. Si toda clase lateral derecha de N es una
clase lateral izquierda de N o si toda clase lateral izquierda de N es una clase lateral derecha
de N , entonces N C G y además para todo g P G se tiene que gN g ´1 “ N .
13.2. Grupos 363

Demostración. Supongamos que toda clase lateral derecha de N es una clase lateral iz-
quierda de N . Tenemos pues que si g P G, entonces existe un h P G tal que gN “ N h,
pero como g P N h, entonces N h “ N g, por lo que gN “ N g, de donde obtenemos que
gN g ´1 “ pN gqg ´1 “ N pgg ´1 q “ N e “ N . De manera análoga se demuestra que si toda clase
lateral izquierda de N es una clase lateral derecha de N , entonces gN g ´1 “ N , para todo
g P G. ‚
13.2.42. Lema. Sea pG, ¨q un grupo y N ă G. Si el producto de cualesquiera dos clases late-
rales derechas (o izquierdas) de N es una clase lateral derecha (o izquierda respectivamente),
entonces N C G.
Demostración. Se hará la demostración solamente para el caso de clases laterales derechas.
Supongamos que el producto de dos clases laterales derechas es una clase lateral derecha y sea
g P G. El conjunto pN gqpN g ´1 q es una clase lateral derecha a la cual pertenece la identidad
e, por lo que N pgN g ´1 q “ pN gqpN g ´1 q “ N e “ N , teniéndose así que gN g ´1 “ epgN g ´1 q
Ă N pgN g ´1 q “ N , por lo tanto N C G. ‚
13.2.43. Teorema. Sea pG, ¨q un grupo y N ă G. Las siguientes proposiciones son equiva-
lentes:

a) N C G.

b) Toda clase lateral derecha de N es una clase lateral izquierda de N . Más precisamente,
para todo g P N se tiene que gN “ N g.

c) El producto de cualesquiera dos clases laterales derechas (o izquierdas) de N es una


clase lateral derecha (o izquierda) de N .

d) Para todo g P G se tiene que gN g ´1 “ N .

e) El conjunto G{N de clases laterales derechas de N forma un grupo con la multiplicación


de clases laterales.

Demostración. Debido al lema 13.2.37 se tiene que a) implica b). Debido al lema 13.2.40
se tiene que a) implica c). Debido al lema 13.2.41 se tiene que b) implica las proposiciones
a) y d). Debido al lema 13.2.42 se tiene que c) implica a). Por definición de grupo normal se
tiene que d) implica a). Por definición de grupo se tiene que e) implica c).
Hasta aquí podemos observar que las proposiciones a), b), c) y d) son equivalentes y que
e) implica cualquiera de éstas. Observemos que si se cumple c), entonces pN gqpN hq “ N pghq,
para todo g, h P G, en particular pN gqpN eq “ N g “ pN eqpN gq y pN gqpN g ´1 q “ N e, por
lo que N “ N e es el elemento identidad para la multiplicación de clases laterales derechas
y el inverso de N g es N g ´1 . Si g, h, k P G, entonces pN gqppN hqpN kqq “ pN gqpN phkqq
“ N pgphkqq “ N ppghqkq “ pN pghqqpN kq “ ppN gqpN hqqpN kq. Por lo tanto también se
cumple la propiedad asociativa, es decir el conjunto G{N de clases laterales derechas de N
forma un grupo con la multiplicación de clases laterales. ‚

Ejercicios.
1. Demostrar que pZn , `q es un grupo conmutativo.
364 13.2. Grupos

2. Supongamos que se tiene un conjunto G “ ta, b, eu de tres elementos en el cual está


dada una operación ¨ de la siguiente forma: a ¨ a “ a, a ¨ b “ b ¨ a “ e, a ¨ e “ e ¨ a “ a,
b ¨ b “ b, b ¨ e “ e ¨ b “ b y e ¨ e “ e. ¿Es pG, ¨q un grupo conmutativo?

3. Sean m y n números enteros y a, b P G, donde pG, ¨q es un grupo. Demostrar que


am`n “ am an y pam qn “ amn . Dar un ejemplo de un grupo en el que no se cumpla que
pabqm “ am bm .

4. Sea pG, ¨q un grupo con identidad e tal que para todo g P G se tiene que g ¨ g “ e.
Demostrar que dicho grupo es abeliano.

5. Dar un ejemplo de un grupo con más de dos elementos en donde se cumpla la propiedad
descrita en el ejercicio 4.

6. ¿Existe un grupo con exactamente tres elementos en donde se cumpla la propiedad


descrita en el ejercicio 4?

7. Sea pG, ¨q un grupo tal que para cualesquiera dos g, h P G se tiene que pghq´1 “ g ´1 h´1 .
¿Dicho grupo necesariamente es conmutativo?

8. Sea GLn el conjunto de las matrices n ˆ n que son invertibles y SLn el conjunto de
las matrices n ˆ n con determinante 1. Tomando la multiplicación de matrices como
operación, demostrar que SLn ă GLn .

9. Sea pG, ¨q un grupo y g P G. Demostrar que pxgy, ¨q es un grupo abeliano.

10. Sea pG, ¨q un grupo cuya identidad es e y sea H :“ tg P G : g 2 “ eu. Demostrar que
H ă G.
13.3. Homomorfismos 365

13.3. Homomorfismos
13.3.1. Definición. Sean pG, ¨q y pG1 , ˚q dos grupos y f : G ÝÑ G. Decimos que f es un
homomorfismo entre los grupos pG, ¨q y pG1 , ˚q si para cualesquiera dos elementos g, h P G
se tiene que f pg ¨ hq “ f pgq ˚ f phq.
Un ejemplo interesante de homomorfismo de grupo es el siguiente. Tomemos los grupos
pR, `q y pRzt0u, ¨q y la función exp : R ÝÑx Rzt0u. Tal función exp es un homomorfismo
xÞÑe
entre los grupos pR, `q y pRzt0u, ¨q puesto que exppx ` yq “ ex`y “ ex ¨ ey “ exppxq ¨ exppyq.
El siguiente teorema muestra dos propiedades muy importantes de los homomorfismos de
grupos como son los hechos de preservar la identidad y los inversos.
13.3.2. Teorema. Si f : G ÝÑ G1 es un homomorfismo entre los grupos pG, ¨q y pG1 , ˚q, con
identidades e y e1 respectivamente entonces:

a) f peq “ e1 .

b) f px´1 q “ f pxq´1 .

(Donde f pxq´1 denota al inverso de f pxq en el grupo pG1 , ˚q).


Demostración. Tenemos que e1 ˚ f peq “ f peq “ f pe ¨ eq “ f peq ˚ f peq y por la ley de la
cancelación por la derecha concluimos que f peq “ e1 , demostrando así la parte a) del teorema.
Ahora, por la parte a) del teorema tenemos que f pxq ˚ f px´1 q “ f px ¨ x´1 q “ f peq “ e1 “
f pxq ˚ f pxq´1 , y por la ley de la cancelación por la izquierda concluimos que f px´1 q “ f pxq´1 ,
terminando la demostración del teorema. ‚
13.3.3. Teorema. El recorrido de un homomorfismo f : G ÝÑ G1 entre dos grupos pG, ¨q y
pG1 , ˚q forma un subgrupo de pG1 , ˚q.
Demostración. Como G es no vacío, el recorrido del homomorfismo f es no vacío. Ahora,
por el teorema 13.3.2 a), vemos que f pxq ˚ f pyq´1 “ f pxq ˚ f py ´1 q “ f px ¨ y ´1 q, el cual
pertenece al recorrido de f . Así pues, el teorema se sigue del teorema 13.2.17. ‚
13.3.4. Definición. Sea f : G ÝÑ G1 un homomorfismo entre los grupos pG, ¨q y pG1 , ˚q, el
segundo con identidad e1 . Al conjunto tx P G : f pxq “ e1 u se le llama el núcleo de f y se le
denota por ker pf q.
13.3.5. Teorema. El núcleo de un homomorfismo f : G ÝÑ G1 entre dos grupos pG, ¨q y
pG1 , ˚q forma un subgrupo de pG, ¨q.
Demostración. Por el teorema 13.3.2 el núcleo es no vacío y además, si x, y P ker pf q,
entonces f px ¨ y ´1 q “ f pxq ˚ f pyq´1 “ e1 ˚ pe1 q´1 “ e1 , por lo que aplicando el teorema 13.2.17
concluimos el teorema. ‚
13.3.6. Definiciones y notaciones. Un homomorfismo entre dos grupos pG, ¨q y pG1 , ˚q
que es una función inyectiva se llama isomorfismo de pG, ¨q a pG1 , ˚q. Cuando existe un
isomorfismo f : G ÝÑ G1 entre dos grupos pG, ¨q y pG1 , ˚q cuyo recorrido es G1 , se dice que
los grupos son isomorfos. La palabra isomorfo significa que tienen la misma forma, es decir
si dos grupos son isomorfos, aunque formalmente pueden ser diferentes, su estructura es la
366 13.3. Homomorfismos

misma y todas las propiedades interesantes de uno las tiene el otro. Al hecho de que los
grupos pG, ¨q y pG1 , ˚q sean isomorfos se le denota así pG, ¨q – pG1 , ˚q. Un automorfismo de
un grupo pG, ¨q es un isomorfismo (con respecto a la misma operación ¨) f : G ÝÑ G cuyo
recorrido es G. Es obvio que todo grupo pG, ¨q es isomorfo consigo mismo, pues la función
identidad en G siempre es un automorfismo. Al conjunto de todos los automorfismos de un
grupo pG, ¨q lo denotaremos así AutpGq o como AutpG, ¨q si se quiere ser específico.
13.3.7. Teorema. Si f : G ÝÑ G es un automorfismo de un grupo pG, ¨q, entonces f ´1
también es un automorfismo del mismo grupo.
Demostración. Sean a, b P G. Tenemos que f ´1 pa ¨ bq “ f ´1 pf pf ´1 paqq ¨ f pf ´1 pbqqq “
f ´1 pf pf ´1 paq ¨ f ´1 pbqqq “ f ´1 paq ¨ f ´1 pbq. ‚
13.3.8. Teorema. La composición de dos automorfismos es un automorfismo.
Demostración. Sean f y g dos automorfismos de un grupo pG, ¨q y a, b P G. Tenemos que
f ˝ gpabq “ f pgpabqq “ f pgpaqgpbqq “ f pgpaqqf pgpbqq “ pf ˝ gpaqqpf ˝ gpbqq. ‚
13.3.9. Teorema. El conjunto AutpGq forma un subgrupo del grupo pA pGq, ˝q de biyeccio-
nes de G en G con la composición de funciones.
Demostración. El teorema 13.3.9 se sigue de los teoremas 13.3.7 y 13.3.8 y del teorema
13.2.17. ‚
13.3.10. Teorema de Cayley. Todo grupo es isomorfo a algún subgrupo de pA pSq, ˝q para
algún conjunto S.
Demostración. Sea pG, ¨q un grupo. Demostraremos que el grupo pG, ¨q es isomorfo a un
subgrupo de pA pGq, ˝q. En nuestro caso el conjunto adecuado S del teorema será el propio
G.
Para cada g P G definamos la función τg : G ÝÑ G dada por τg paq :“ ga y sea T :“
tτg : g P Gu. Afirmamos que τg es una biyección de G en G. En efecto, τg paq “ τg pbq ðñ
ga “ gb ðñ a “ b, por lo que τg es inyectiva, pero además a P G ùñ τg pg ´1 aq “ a de modo
que τg es una biyección de G en G. Observando que τg´1 es la función inversa de τg y que
τg ˝ τh “ τgh (en particular τg ˝ τh´1 “ τgh´1 ), de modo que por el teorema 13.2.17 tenemos
que T ă A pGq.
Para terminar de demostrar el teorema, mostraremos que pG, ¨q y pT, ˝q son isomorfos. El
candidato a ser un isomorfismo de G sobre T es la función ψ : G ÝÑ T dada por ψpgq “ τg .
Veamos primero que ψ es un homomorfismo. En efecto, ψpghq “ τgh “ τg ˝ τh “ ψpgq ˝ ψphq.
Veamos ahora que ψ es un homomorfismo sobre T . En efecto, todo elemento de T es de la
forma τg para algún g P G y así ψpgq “ τg . Finalmente veamos que y es inyectiva. Tenemos
que ψpgq “ ψphq ùñ τg “ τh ùñ τg peq “ τh peq ùñ ge “ he ùñ g “ h. ‚
El teorema anterior indica que cualquier grupo tiene la estructura de un subgrupo de
biyecciones con la operación de composición, por lo que al estudiar solamente este tipo
de subgrupos estaremos prácticamente estudiando todos los grupos, de hecho el significado
original de la palabra grupo era de grupo de biyecciones. Aun así, el trabajo de estudiar los
grupos y sus propiedades es ilimitado. Observemos que en el transcurso de la demostración
del teorema de Cayley se ha demostrado también el teorema siguiente.
13.3.11. Teorema. Sea pG, ¨q un grupo. Si τg : G ÝÑ G es la función tal que τg paq “ ga,
13.3. Homomorfismos 367

entonces τg es una biyección de G en G.


13.3.12. Teorema. Un homomorfismo f : G ÝÑ G1 entre dos grupos pG, ¨q y pG1 , ˚q es un
isomorfismos si y sólo si ker pf q “ teu.
Demostración. Como f peq “ e1 , es claro que si f es un isomorfismo, entonces ker pf q “ teu.
Ahora, si ker pf q “ teu y f paq “ f pbq, entonces e1 “ f paq ˚ f pbq´1 “ f paq ˚ f pb´1 q “ f pab´1 q,
por lo que ab´1 “ e, obteniendo que a “ b y concluyendo así que f es un isomorfismo. ‚
13.3.13. Teorema. Si N es el núcleo de un homomorfismo f : G ÝÑ G1 entre dos grupos
pG, ¨q y pG1 , ˚q, entonces la clase lateral derecha N g es igual a la clase lateral izquierda gN ,
para todo g P G.
Demostración. Sea g P G y f pgq “ g 1 . Demostremos que f ´1 rtg 1 us “ N g. Cualquier
elemento de N g es de la forma ng, para algún n P N , de modo que f pngq “ f pnq ˚ f pgq “
e1 ˚ g 1 “ g 1 , por lo que N g Ă f ´1 rtg 1 us. Ahora, si h P f ´1 rtg 1 us, entonces h “ mg para
algún m P G (esto se logra tomando m “ hg ´1 ) y además e1 ˚ g 1 “ g 1 “ f phq “ f pmgq “
f pmq ˚ f pgq “ f pmq ˚ g 1 , por lo tanto f pmq “ e1 , es decir m P N y así h “ mg P N g, por lo
que f ´1 rtg 1 us Ă N g y así f ´1 rg 1 s “ N g. De manera análoga se demuestra que f ´1 rg 1 s “ gN ,
por lo que N g “ gN . ‚
13.3.14. Teorema. Sea pG, ¨q un grupo, N CG y f : G ÝÑ G{N la función tal que f pgq “ N g
para todo g P G. La función f es un homomorfismo entre el grupo pG, ¨q y el grupo formado
por G{N con la multiplicación de clases laterales. Además el núcleo de f es N .
Demostración. Tenemos que si g, h P G, entonces, por el teorema 13.2.43, f pghq “
N pghq “ pN gqpN hq “ f pgqf phq, por lo que f es un homomorfismo. Del hecho de que
N g “ N si y sólo si g P N , se sigue que ker pf q “ N . ‚
13.3.15. Teorema. Sea pG, ¨q un grupo y N ă G. El subgrupo pN, ¨q es un subgrupo normal
de pG, ¨q si y sólo si existe algún grupo pG1 , ˚q y un homomorfismo f : G ÝÑ G1 tal que
ker pf q “ N .
Demostración. Por el teorema 13.3.14 tenemos que si N C G, y tomamos G1 “ G{N , ˚ la
operación de multiplicación de clases laterales y f pgq “ N g; entonces ker pf q “ N . Ahora, si
f : G ÝÑ G1 es un homomorfismo de grupos tal que ker pf q “ N , entonces, por el teorema
13.3.13 se tiene que N g “ gN , para todo g P G, y por el teorema 13.2.43 se tiene que N C G.

13.3.16. Teorema. Sean pG, ¨q y pG1 , ˚q grupos, f : G ÝÑ G1 un homomorfismo y N “
kerpf q. La función F : G{N ÝÑ G1 está bien definida y es un isomorfismo de grupos.
N ¨gÞÑf pgq

Demostración. Veamos primero que F está bien definida. Tenemos que si N g “ N h,


entonces h ¨ g ´1 P N por lo que f ph ¨ g ´1 q “ f phq ˚ f pg ´1 q “ f phq ˚ pf pgqq´1 es la identidad
en G1 , teniendo así que f pgq “ f phq, es decir F está bien definida.
Veamos ahora que F es un homomorfismo. Tenemos que F ppN ¨gq¨pN ¨hqq “ F pN ¨pg¨hqq “
f pg ¨ hq “ f pgq ˚ f phq “ F pN ¨ gq ˚ F pN ¨ hq. por lo que F es un homomorfismo. Ahora F es
un isomorfismo debido a que si N ¨ g ‰ N , entonces g R N , de manera que F pN ¨ gq “ f pgq
es diferente de la identidad en G1 . ‚
13.3.17. Definición. Al isomorfismo F dado en el teorema 13.3.16 le llamaremos isomor-
fismo inducido por el homomorfismo f .
368 13.4. Anillos

13.4. Anillos
En esta sección estudiaremos una estructura algebraica en donde, a diferencia de la es-
tructura de grupo, intervienen dos operaciones en vez de una. Después de algunas definiciones
veremos unos ejemplos.
13.4.1. Definiciones. Sea R un conjunto en el cual están definidas dos operaciones ` y ¨
a las cuales les llamaremos suma (o adición) y producto (o multiplicación) y que para
cualesquiera a, b, c P R se satisfacen las siguientes propiedades:

a) pR, `q es un grupo abeliano cuya identidad la denotaremos por 0.

b) a ¨ b P R.

c) a ¨ pb ¨ cq “ pa ¨ bq ¨ c.

d) a ¨ pb ` cq “ pa ¨ bq ` pa ¨ cq y pb ` cq ¨ a “ pb ¨ aq ` pc ¨ aq.

Con las condiciones anteriores diremos que la terna pR, `, ¨q es un anillo o que el conjunto R
forma un anillo con las operaciones de suma y multiplicación. Cuando exista un elemento
1 P R tal que a ¨ 1 “ 1 ¨ a “ a para todo a P R, entonces diremos que el anillo es un anillo
con elemento unitario y al elemento 1 se le llama el elemento unitario o uno (se le
llama uno generalmente cuando se denota con ese símbolo). Cuando se cumpla la propiedad
conmutativa para la multiplicación, es decir que para todo a, b P R se tenga que a ¨ b “ b ¨ a,
diremos que el anillo es un anillo conmutativo. Cuando la terna pR, `, ¨q satisfaga las
propiedades a), b) y d), pero para algunos a, b, c P R no se cumpla la propiedad asociativa
de la multiplicación (propiedad c)), diremos que pR, `, ¨q es un anillo no asociativo.
Estudiaremos algunas propiedades de los anillos, pero no analizaremos de momento los
anillos no asociativos.
Como ejemplos de anillos tenemos al conjunto de los números reales con la suma y multi-
plicación usuales, tal anillo es un anillo con elemento unitario y es un anillo conmutativo; el
conjunto de las matrices n ˆ n de números reales con la suma y multiplicación de matrices,
el cual es un anillo con elemento unitario, pero no es un anillo conmutativo; el conjunto de
los números enteros con la suma y multiplicación usuales, el cual es un anillo conmutativo y
también es un anillo con elemento unitario; el conjunto de los enteros que son múltiplos de 2
con la suma y multiplicación usuales, el cual es un anillo conmutativo, pero no es un anillo
con elemento unitario; el conjunto de los enteros módulo n con la suma y multiplicación
módulo n es un anillo conmutativo y también es un anillo con elemento unitario; el conjunto
de funciones polinomiales con coeficientes enteros con la suma y multiplicación de funciones
es un anillo conmutativo y anillo con elemento unitario.
En lo sucesivo escribiremos a veces ab en lugar de a ¨ b y, como sucede con el anillo de los
números reales con la suma y multiplicación usuales, supondremos que una expresión donde
aparezcan sumas y multiplicaciones, con ausencia de paréntesis se realizarán primero las
operaciones de multiplicación y luego las de suma, así por ejemplo ab ` c significará pabq ` c.
13.4. Anillos 369

Veamos otras definiciones que servirán para hacer otras clasificaciones de los anillos.
13.4.2. Definición. Cuando pR, `, ¨q es un anillo conmutativo, existe un a tal que 0 ‰ a P R,
existe un b tal que 0 ‰ b P R y además ab “ 0, decimos que a es un divisor del cero (en el
anillo).
13.4.3. Ejemplo. Tenemos que el conjunto Z8 con la suma y multiplicación módulo 8 forma
un anillo conmutativo y que los elementos r2s8 , r4s8 y r6s8 son divisores del cero (en este caso
el cero es r0s8 “ r8s8 ).
13.4.4. Definición. Un anillo conmutativo pR, `, ¨q es un dominio entero, si en R no
existen divisores del cero. Es decir, un anillo conmutativo pR, `, ¨q es un dominio si para
a, b P R se tiene que ab “ 0 ùñ a “ 0 ó b “ 0.
13.4.5. Ejemplos. Como ejemplos de dominios enteros tenemos a pR, `, ¨q, pZ, `, ¨q, pQ, `, ¨q,
pZ3 , `3 , ¨3 q.
13.4.6. Definición. Un anillo pR, `, ¨q es un anillo con división, semicuerpo o semicam-
po, si pRzt0u, ¨q es un grupo. En el caso en que pR, `, ¨q se un anillo con división y a P Rzt0u
escribiremos a veces a1 en lugar de a´1 , es decir a1 es el número tal que a ¨ a1 “ a1 ¨ a “ 1
13.4.7. Ejemplos. Como ejemplos de anillos con división tenemos a pR, `, ¨q, pQ, `, ¨q,
pZ7 , `7 , ¨7 q y pGLn Y t0u, `, ¨q, donde GLn es el conjunto de matrices invertibles de n ˆ n y
0 es la matriz de n ˆ n tal que todas sus componentes son 0.
13.4.8. Definición. Un anillo conmutativo pR, `, ¨q es un campo o cuerpo, si pRzt0u, ¨q
es un grupo abeliano. Es decir, un cuerpo es un anillo con división que es a su vez un anillo
conmutativo. En el caso en que pR, `, ¨q sea un campo, b P R y a P Rzt0u escribiremos a
veces ab en lugar de a1 ¨ b.
Observemos que todo cuerpo es un dominio entero.
13.4.9. Ejemplos. Como ejemplos de cuerpos tenemos a pR, `, ¨q, pQ, `, ¨q, pZ7 , `7 , ¨7 q. No
todos los dominios enteros son cuerpos, por ejemplo pZ, `, ¨q es un dominio entero que no es
cuerpo. El anillo pGLn Y t0u, `, ¨q, con n ľ 2, es un ejemplo de un anillo con división que no
es un cuerpo.
Veamos ahora algunos resultados importantes de la teoría de anillos.
13.4.10. Teorema. Si pR, `, ¨q es un anillo, entonces para todo a, b P R tenemos:
a) a0 “ 0a “ 0.

b) ap´bq “ p´aqb “ ´pabq.

c) p´aqp´bq “ ab.

Demostración. Demostremos primero la parte a). Si a P R, entonces a0 ` 0 “ a0 “


ap0 ` 0q “ a0 ` a0 y por la ley de la cancelación por la izquierda, tenemos que a0 “ 0.
Análogamente se demuestra que 0a “ 0, verificándose así la propiedad a).
Para verificar b) demostraremos solamente que p´aqb “ ´pabq, pues la igualdad ap´bq “
´pabq se demuestra de manera análoga. Ahora, p´aqb ` ab “ p´a ` aqb “ 0b “ 0, por lo
tanto ´ab “ p´aqb.
370 13.4. Anillos

La parte c) se deduce aplicando b) dos veces, es decir p´aqp´bq “ ´pap´bqq “ ´p´pabqq


“ ab. ‚
13.4.11. Teorema. Si pR, `, ¨q es un anillo, entonces para todo a, b P R tenemos:

a) p´1qa “ ´a.

b) p´1qp´1q “ 1.

Demostración. Por el teorema 13.4.10 b) tenemos que p´1qa “ ´p1aq “ ´a, obteniéndose
así la parte a) del teorema. Por el teorema 13.4.10 c) tenemos que p´1qp´1q “ p1 ¨ 1q “ 1,
obteniéndose así la parte b) del teorema. ‚
13.4.12. Teorema. Todo dominio entero finito es un cuerpo.
Demostración. Sea pR, `, ¨q un dominio entero finito, es decir un dominio entero en el
cual el conjunto R es finito. Supongamos que #R “ n y que R “ t0, x1 , . . . , xn´1 u, es decir
x1 , . . . , xn´1 son todos los n ´ 1 elementos diferentes de 0 de R. Para todo r P R diferente
de 0, la función τr : R ÝÑ R dada por τr pxq “ rx es una biyección de R en R (para
verificar esto se puede seguir parte de la demostración del teorema de Cayley, observando
que τr pxq “ 0 ðñ x “ 0 ). Sea b el único elemento de R tal que rb “ r. Si y P R, entonces
y “ rc, para algún c P R. Ahora, yb “ prcqb “ rpcbq “ rpbcq “ prbqc “ rc “ y, por lo que b
es el elemento unitario al cual denotaremos por 1. Ahora, como también existe un d tal que
rd “ 1, éste debe ser el inverso de r y como r se escogió de manera arbitraria (sólo se pidió
que r ‰ 0), entonces el dominio entero finito es, en efecto, un cuerpo. ‚
13.4.13. Corolario. Si p es un número primo, entonces el anillo pZp , `p , ¨p q es un cuerpo.
Demostración. Sean m, n P Jp´1 “ t1, 2, . . . , p ´ 1u. Por ser p un número primo, en la
factorización de mn como producto de potencias de primos no aparece p, por lo que p no
divide a mn, es decir rmsp rnsp ‰ r0sp . Ahora, por ser pZp , `p , ¨p q un anillo conmutativo, este
es un dominio entero y por ser finito, del teorema 13.4.12 se sigue que es un cuerpo. ‚
Observemos que el corolario 13.4.13 también se pudo haber demostrado usando el lema
13.2.33.
13.4.14. Definición. Sean pR, `, ¨q y pR1 , `1 , ¨1 q dos anillos y f : R ÝÑ R1 . Decimos que la
función f es un homomorfismo de anillos si es homomorfismo con respecto a la suma y
además f pr ¨ sq “ f prq ¨1 f psq, para r, s P R. En el caso de que f sea inyectiva diremos que
es un isomorfismo de anillos. Si además de ser f un isomorfismo tenemos que f rRs “ R1 ,
diremos que R y R1 son isomorfos o, si se quiere ser más específico, diremos que pR, `, ¨q y
pR1 , `1 , ¨1 q son anillos isomorfos, lo cual se denota pR, `, ¨q – pR1 , `1 , ¨1 q o simplemente R – R1
cuando no haya peligro de confusión.

Ejercicios.
"ˆ ˙ *
α β
1. Demostrar que el conjunto : α, β P R forma un cuerpo con la suma y
´β α
multiplicación de matrices. (El conjunto anterior es isomorfo con el llamado conjunto
de los números complejos que estudiaremos en el capítulo 19).
13.4. Anillos 371

2. Demostrar que el conjunto de los números reales con la suma y multiplicación de nú-
meros reales es isomorfo con un subconjunto del conjunto dado en el ejercicio anterior
con la suma y multiplicación de matrices.

3. Demostrar que el conjunto


$¨ ˛ ,

’ α β γ δ /
/
α γ
&˚ .
˚ ´β ´δ ‹
‹ : α, β, γ, δ P R
’˝ ´γ δ α ´β ‚ /
’ /
´δ ´γ β α
% -

forma un anillo con división con la suma y multiplicación de matrices, pero tal anillo
con división no es un cuerpo.
372 13.5. Espacios vectoriales

13.5. Espacios vectoriales


En esta sección estudiaremos la estructura de espacio vectorial en la cual está involucrada
una operación entre dos conjuntos.
13.5.1. Definición. Sea V un conjunto en el cual está definida una operación ` ˜ llamada
suma vectorial, con la cual V forma un grupo conmutativo. Sea pK, `, ¨q un cuerpo y
˚ : K ˆ V ÝÑ V una operación. Decimos que el conjunto V con la suma ` ˜ forma un espacio
vectorial o espacio lineal sobre el cuerpo pK, `, ¨q con la operación ˚ si para todo α, β P K
y todo u, v P V se satisfacen las siguientes propiedades:

a) α ˚ pu`vq
˜ “ pα ˚ uq`pα
˜ ˚ vq;

b) pα ` βq ˚ u “ pα ˚ uq`pβ
˜ ˚ uq;

c) pαβq ˚ u “ α ˚ pβ ˚ uq;

d) 1 ˚ u “ u.

En tal caso decimos que ppV, `q,


˜ pK, `, ¨q, ˚q es un espacio vectorial o espacio lineal.
Cuando V forma un espacio vectorial sobre el cuerpo pK, `, ¨q con la operación ˚, a los
elementos de V se les acostumbra llamar vectores, mientras que a los elementos de K se les
llama escalares y a la operación ˚ se le llama multiplicación por escalar o producto
por escalar.
13.5.2. Definición y notación. Cuando no se preste a confusión escribiremos ` en lugar de
˜ y al inverso con respecto a la suma vectorial de cada elemento u P V lo denotaremos como
`,
´u, mientras que al elemento neutro en V lo denotaremos por 0 y le llamaremos vector cero.
De nuevo cuando no se preste a confusión, a la multiplicación por escalar ˚ la denotaremos
por ¨, escribiendo α ¨ u (o simplemente αu) en lugar de α ˚ u, para α P K y u P V .
13.5.3. Ejemplo. Si pK, `, ¨q es un cuerpo, tenemos que el ejemplo más sencillo de espacio
vectorial es cuando V “ K, `
˜ “ ` y ˚ “ ¨. Por ejemplo, el conjunto de los números reales R
con la suma forma un espacio vectorial sobre el cuerpo pR, `, ¨q con la multiplicación.
13.5.4. Ejemplo. Supongamos de nuevo que pK, `, ¨q es un cuerpo y definamos en Kn la su-
ma como pr1 , r2 , . . . , rn q`ps1 , s2 , . . . , sn q :“ pr1 `s1 , r2 `s2 , . . . , rn `sn q, para pr1 , r2 , . . . , rn q P
Kn y ps1 , s2 , . . . , sn q P Kn , y la multiplicación por escalar como αpr1 , r2 , . . . , rn q :“ pαr1 , αr2 , . . . ,
αrn q, para α P K. Es fácil verificar que el conjunto Kn con la suma y multiplicación por es-
calar definidas anteriormente forma un espacio vectorial sobre pK, `, ¨q, donde el vector cero
es 0 “ p0, 0, . . . , 0q (con todas las componentes iguales al escalar 0 P K).
Cuando tengamos un cuerpo pK, `, ¨q y hablemos del espacio vectorial pKn , `q, nos esta-
remos refiriendo al espacio vectorial sobre pK, `, ¨q con las operaciones dadas en el ejemplo
4, a menos que especifiquemos otra cosa.
13.5.5. Ejemplo. Sean a y b dos números reales con a ă b y sea C ra; bs el conjunto de
funciones reales continuas en ra; bs. Si definimos la suma en C ra; bs como la suma de funciones
y la multiplicación por escalar como la multiplicación usual de un número real por una
función, entonces C ra; bs forma un espacio vectorial sobre pR, `, ¨q.
13.5. Espacios vectoriales 373

Veamos ahora algunas propiedades de los espacios vectoriales.


13.5.6. Teorema. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre pK, `, ¨q, y sean u, v P V y α, β P K.
Se tienen las siguientes propiedades:

a) 0u “ 0;

b) α0 “ 0;

c) αu “ 0 ùñ (α “ 0 ó u “ 0);

d) Si α ‰ 0, entonces αu “ αv ùñ u “ v;

e) Si u ‰ 0, entonces αu “ βu ùñ α “ β;

f) p´αqu “ ´pαuq, en particular p´1qu “ ´u.

Demostración. a) Tenemos que u ` 0 “ u “ 1u “ p1 ` 0qu “ 1u ` 0u “ u ` 0u, es decir


u ` 0 “ u ` 0u, y por la ley de cancelación tenemos que 0u “ 0.
b) Tenemos que 0 ` α0 “ α0 “ αp0 ` 0q “ α0 ` α0, es decir 0 ` α0 “ α0 ` α0, y por
la ley de cancelación tenemos que α0 “ 0.
c) Supongamos que αu “ 0. Si α “ 0, entonces se verifica la propiedad c). Si α ‰ 0,
entonces u “ 1u “ pα´1 αqu “ α´1 pαuq “ α´1 0, pero por la propiedad b) tenemos que
α´1 0 “ 0, es decir u “ 0, verificándose así c).
f) Por la propiedad b) de la definición de espacio vectorial y por la propiedad a) del
teorema, tenemos que 0 “ 0u “ pα ` p´αqqu “ αu ` p´αqu, por lo tanto p´αqu “ ´pαuq.
d) Supongamos que α ‰ 0. Tenemos que αu “ αv ùñ αu ´ pαvq “ 0, pero por f)
tenemos que ´pαvq “ p´αqv “ pαp´1qqv “ αpp´1qvq “ αp´vq, por lo tanto αu ´ pαvq “ 0
ùñ αu ` αp´vq “ 0 ùñ αpu ´ vq “ 0, de modo que de la propiedad c) obtenemos que si
αu “ αv entonces u ´ v “ 0, es decir u “ v.
e) Supongamos que u ‰ 0. Tenemos, por las propiedades c) y f), que αu “ βu ùñ
αu ´ pβuq “ 0 ùñ αu ` p´βqu “ 0 ùñ pα ´ βqu “ 0 ùñ α ´ β “ 0 ùñ α “ β. ‚
13.5.7. Definición. Supongamos que pV, `q es un espacio vectorial sobre un cuerpo pK, `, ¨q.
Cuando U es un subconjunto de V tal que pU, `q es un espacio vectorial sobre pK, `, ¨q (con
la multiplicación por escalar restringida a K ˆ U ), decimos que U forma un subespacio
vectorial de V , o que pU, `q es un subespacio vectorial de pV, `q sobre pK, `, ¨q. También
se utiliza el nombre de subespacio lineal como sinónimo subespacio vectorial.
13.5.8. Observación. Observemos que si pU, `q es un subespacio vectorial de pV, `q, en-
tonces pU, `q es un subgrupo de pV, `q. Sin embargo, el hecho de que pU, `q sea un subgrupo
de pV, `q no necesariamente implica que sea un espacio vectorial de pV, `q, como lo muestra
el siguiente ejemplo.
13.5.9. Ejemplo. Supongamos que tenemos el cuerpo de los números reales pR, `, ¨q y en el
conjunto R3 tomemos la operación de suma y multiplicación por escalar como se definió en
el ejemplo 4 (tomando K “ R y n “ 3). Tenemos que el conjunto Z3 con la suma forma un
374 13.5. Espacios vectoriales

subgrupo de pR3 , `q, pero pZ3 , `q no es un subespacio vectorial de pR3 , `q. Para verificar lo
anterior basta con observar que 13 p2, 2, 1q “ p 32 , 23 , 13 q R Z3 .
13.5.10. Teorema. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo pK, `, ¨q y U Ă V . Una
condición necesaria y suficiente para que pU, `q sea un subespacio vectorial de pV, `q es que
para todo α P K y para todo u, v P U se satisfagan las siguientes dos propiedades:
a) u ` v P U ;
b) αu P U .

Demostración. La necesidad de las propiedades a) y b) se deduce inmediatamente de la


definición de espacio vectorial.
Veamos la suficiencia de a) y b). De la propiedad b) se tiene que la restricción de la
multiplicación por escalar a K ˆ U tiene su recorrido en U . Ahora, si u, v P U , tenemos por b)
que ´v “ p´1qv P U , y por a) tenemos que u ´ v P U , de modo que por el teorema 13.2.17,
el conjunto U con la suma forma un subgrupo de pV, `q. Las propiedades a), b) y c) de la
definición de espacio vectorial se heredan del hecho de que U Ă V , por lo que las propiedades
a) y b) son suficientes para que pU, `q sea un subespacio vectorial de pV, `q. ‚
13.5.11. Ejemplo. Tenemos que R2 y R3 forman un espacio vectorial sobre pR, `, ¨q. Si
A es una matriz de orden 2 ˆ 3 y u P R2 , entonces uA P R3 , de manera que la función
T : R2 ÝÑ R3 es un homomorfismo del grupo pR2 , `q en el grupo pR3 , `q. En este caso
uÞÑuA
tenemos que kerpT q forma un subespacio vectorial de R2 y que T rR2 s forma un subespacio
vectorial de R3 . En efecto, veamos primero que kerpT q forma un subespacio. Si α P R y
u, v P kerpT q, entonces T pu ` vq “ pu ` vqA “ uA ` vA “ 0 ` 0, por lo que u ` v P kerpT q.
Ahora, T pαuq “ pαuqA “ αpuAq “ α0 “ 0, por lo cual, debido al teorema 13.5.10, kerpT q
forma un subespacio vectorial de R2 . Demostremos ahora que T rR2 s forma un subespacio de
R3 . Sean x, y P T rR2 s y α P R. Existen u, v P R2 tales que T puq “ x y T pvq “ y, además
u`v P R2 . Tenemos así que T pu`vq “ pu`vqA “ uA`vA “ x`y, por lo que x`y P T rR2 s.
Ahora, T pαuq “ pαuqA “ αpuAq “ αx, por lo que αx P T rR2 s y, por el teorema 10, T rR2 s
forma un subespacio de R3 .
13.5.12. Definición. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo pK, `, ¨q y sea S “
te1 , e2 , . . . , en u Ă V un conjunto finito. Decimos que un elemento u P V es una combinación
lineal de los elementos de S, si existen n escalares α1 , α2 , . . . , αn P K tales que
u “ α1 e1 ` α2 e2 ` ¨ ¨ ¨ ` αn en ,
es decir n
ÿ
u“ αk ek .
k“1

13.5.13. Ejemplo. En Rn cualquier vector es una combinación lineal de te1 , . . . , en u, donde


para todo k P t1, 2, . . . , nu tomamos ek como el vector cuya componente k-ésima es 1 y las
demás componentes son 0. De esta manera tenemos que si u “ px1 , x2 , . . . , xn q P Rn , entonces
n
ÿ
u“ x k ek .
k“1
13.5. Espacios vectoriales 375

13.5.14. Definición. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo pK, `, ¨q y sea S Ă V .
Decimos que S es linealmente independiente o que los elementos de S son linealmente
independientes cuando para cualquier conjunto finito ts1 , s2 , . . . , sn u Ă S, se tiene que si
α1 , α2 , . . . , αn P K son tales que
n
ÿ
αk sk “ 0,
k“1

entonces α1 “ α2 “ ¨ ¨ ¨ “ αn “ 0.
13.5.15. Observación. Observemos que S es un conjunto linealmente independiente si y
sólo si ningún elemento v P S puede ser expresado como combinación lineal de elementos de
S diferentes de v. En particular tenemos que si S es un conjunto linealmente independiente,
entonces el vector cero 0 no pertenece a S.
13.5.16. Definición. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo K y S Ă V . Cuando
W “ tw P V : existe un conjunto finito ts1 , . . . , sn u Ă S tal que w es una combinación lineal
de los elementos de ts1 , . . . , sn uu, decimos que W está generado por S (o que S genera a
W ). Estableceremos que el conjunto generado por el conjunto vacío es t0u. A veces se usa la
palabra engendrar como sinónimo de generar.
13.5.17. Teorema. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo K y S Ă V . El conjunto
W que está generado por S forma un subespacio vectorial de pV, `q.
Demostración. Sean u, v P W y γ P K. Sean A y B subconjuntos finitos de S tales que u
es combinación lineal de elementos de A y v es combinación lineal de elementos de B. Como
A y B son finitos, también lo es A Y B, de modo que A Y B tiene m elementos diferentes
e1 , e2 , . . . , em , para algún m P NYt0u. Así, existen α1 , α2 , . . . , αm , β1 , β2 , . . . , βm P K tales que
m m m
αk ek y v “ βk ek , obteniendo así que u ` v “ pαk ` βk qek , es decir u ` v P W .
ř ř ř
u“
k“1 k“1 k“1
m
Ahora, γu “ pγαk qek , por lo que γu P W . Usando el teorema 13.5.10 concluimos la
ř
k“1
demostración del teorema. ‚
13.5.18. Definición. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo K y pW, `q un subes-
pacio vectorial de pV, `q. Se dice que un subconjunto S de V es una base de W (o de pW, `q),
si es linealmente independiente y además genera a W . Cuando S sea igual a un conjunto finito
te1 , e2 , . . . , en u con n elementos, a la sucesión pe1 , e2 , . . . , en q le llamaremos base ordenada.
13.5.19. Observación. Observemos que en cualquier espacio vectorial, el vector cero 0 no
es elemento de ninguna base.
13.5.20. Ejemplo. En el espacio vectorial pR4 , `q, el conjunto tp1, 0, 0, 0q, p0, 1, 0, 0q,
p0, 0, 1, 0qu es una base de tpx, y, z, 0q P R4 : x, y, z P Ru.
13.5.21. Ejemplo. Sea C pRq el conjunto de todas las funciones reales continuas con dominio
en el conjunto de los números reales y observemos que forma un espacio vectorial con la suma
de funciones sobre el cuerpo pR, `, ¨q. Para cada k P N Y t0u sea ek : R ÝÑ R. Podemos
xÞÑxk
observar que el conjunto tek : k P N Y t0uu es una base del espacio vectorial formado por
el conjunto de polinomios. Por ejemplo el polinomio 6 ` x2 ` 3x4 ´ 7x5 es igual a 6e0 pxq `
1e2 pxq ` 3e4 pxq ` p´7qe5 pxq. Siguiendo las mismas ideas tenemos por ejemplo que el conjunto
376 13.5. Espacios vectoriales

de funciones polinomiales de grado menor o igual que 4 forma un subespacio vectorial de


C pRq cuya base es te0 , e1 , e2 , e3 , e4 u.
13.5.22. Teorema. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo pK, `, ¨q y B “ te1 , e2 ,
. . . , em u un subconjunto de V linealmente independiente. Si α1 , α2 , . . . , αm , β1 , β2 , . . . , βm P K
son tales que
α1 e1 ` α2 e2 ` ¨ ¨ ¨ ` αm em “ β1 e1 ` β2 e2 ` ¨ ¨ ¨ ` βm em ,
entonces α1 “ β1 , . . . , αm “ βm ; es decir si
m
ÿ m
ÿ
αk e k “ βk ek ,
k“1 k“1

entonces αk “ βk para todo k P t1, 2, . . . , mu.


m m m
Demostración. Si βk ek , entonces pαk ´ βk qek “ 0, por lo que debido a la
ř ř ř
αk ek “
k“1 k“1 k“1
definición de independencia lineal tenemos αk ´ βk “ 0 para todo k P t1, 2, . . . , mu, es decir
αk “ βk para todo k P t1, 2, . . . , mu. ‚
13.5.23. Definición. En el espacio vectorial pKm , `q sobre un cuerpo pK, `, ¨q, a la base
tδ1 , . . . , δm u tal que δk es el vector cuya k-ésima componente es 1 y las demás componentes
son 0 se le llama base canónica de Km y a pδ1 , . . . , δm q le llamaremos base canónica
ordenada de Km .
13.5.24. Definición. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo pK, `, ¨q y B “
m
te1 , e2 , . . . , em u una base de V . Si v “ αk ek , con αk P K, a cada escalar αk se le lla-
ř
k“1
ma la coordenada o componente de v en la dirección de ek , con respecto a la base B.
También decimos que αk es la k-ésima coordenada o componente con respecto a la base
ordenada pe1 , e2 , . . . , em q y al vector pα1 , α2 , . . . , αm q P Km se le llama vector de coordena-
das de v con respecto a pe1 , e2 , . . . , em q. Cuando V “ Km y no especifiquemos con respecto
a que base se dan las coordenadas, se sobreentenderá que es con respecto a la base canónica
ordenada.
13.5.25. Teorema. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo pK, `, ¨q, B “ te1 , e2 , . . . ,
em u un subconjunto de V con m elementos diferentes y B 1 “ te11 , e12 , . . . , e1m1 u un subconjunto
de V con m1 elementos diferentes (m, m1 P N Y t0u). Si tanto B como B 1 son bases de V ,
entonces m “ m1 .
Demostración. Supongamos que B y B 1 son dos bases de V y veamos que es imposible
que m ‰ m1 , suponiendo sin pérdida de generalidad que m ă m1 para llegar a un absurdo.
Para cada pj, kq P t1, . . . , mu ˆ t1, . . . , m1 u sea aj,k P K tal que
m
ÿ
e1k “ aj,k ej .
j“1

Tomemos la permutación σ P Sm de la siguiente manera: Sea σp1q el primer j tal que


aj,1 ‰ 0, además hagamos e11,1 “ paσp1q,1 q´1 e11 , y para k ą 1 hagamos e1k,1 “ e1k ´ aσp1q,k e11,1
13.5. Espacios vectoriales 377

(observemos que la componente de e11,1 en la dirección de eσp1q es 1, mientras que la com-


ponente de e1k,1 en la dirección de eσp1q es 0, para k ‰ 1). Convengamos en que e1k,0 “ e1k .
Procedamos Ť ahora de manera recursiva suponiendo que l P t1, . . . , m ´ 1u tenemos definido
a σplq P Jm z 1ĺiăl tσpiqu y a los vectores e1k,l de manera tal que la componente de e1l,l en la
dirección de eσplq es 1, mientras que la componente de e1k,l en la dirección de eσplq es 0, para
k ‰ l. Supongamos además que la construcción se hizo de tal forma que, para q ą l, cada e1q,l
es igual a e1q más una combinación lineal de elementos de te11 , . . . , e1l u (tal como es el caso para
l “ 1). Sea σpl`1q el primer j P t1, . . . , mu tal que la coordenada de e1l`1,l en la dirección de ej
es diferente de 0 (observemos que las coordenadas de e1l`1,l en las direcciones de eσp1q , . . . , eσplq
con respecto a la base B son 0, pero no todas las coordenadas son 0, pues e1l`1,l es igual a e1l`1
más una combinación lineal de elementos de te11 , . . . , e1l u, lo que contradiría el hecho de que
B 1 es una base de V ). Llamémosle αj,k,l a la coordenada del vector e1k,l en la dirección de ej y
definamos e1l`1,l`1 como pαl`1,σpl`1q,l q´1 e1l`1,l , pero si k ‰ l `1, definamos entonces e1k,l`1 como
e1k,l ´ αk,σpl`1q,l e1l`1,l (observemos que, para k ‰ l ` 1, la componente de e1k,l`1 en la dirección
de eσpl`1q es 0, mientras que la componente de e1l`1,l`1 en la dirección de eσpl`1q es 0). De esta
manera queda definida la permutación σ P Sm . Concentrémonos finalmente en la naturaleza
de los vectores e1k,m observando que si k ĺ m, entonces e1k,m “ eσpkq , y si k ą m, entonces
e1k,m “ 0, por ejemplo e1m1 ,m “ 0, pero como e1m1 ,m es igual a e1m1 más una combinación lineal
de elementos de te11 , . . . , e1m u los elementos de B 1 “ te11 , . . . , e1m , . . . , e1m1 u no serían linealmente
independientes y así B 1 no sería una base de V , viendo así que es imposible la desigualdad
m ă m1 . La imposibilidad de la desigualdad m ą m1 se demuestra de manera análoga, con
lo que concluimos que m “ m1 . ‚
En vista del teorema anterior, tiene sentido la definición siguiente.
13.5.26. Definición. Sea pV, `q un espacio vectorial y B “ te1 , . . . , em u una base de V con
m elementos diferentes, donde m P N. En tal caso decimos que la dimensión de V es m
y decimos también que V tiene dimensión finita. En el caso de que un espacio vectorial
no tenga una base finita, diremos que tiene dimensión infinita. A la dimensión de V la
denotaremos como dim V .
13.5.27. Teorema. Sea pV, `q un espacio vectorial de dimensión finita m y B un subconjunto
de V con m elementos linealmente independientes. El subconjunto B es una base de V .
Demostración. Sea pW, `q el subespacio vectorial generado por B y sea B 1 una base de
V . Si W ‰ V , entonces existiría un elemento e11 de B 1 , tal que e11 R W , con lo que el conjunto
B Y te11 u sería linealmente independiente y generaría a un conjunto W1 de dimensión m ` 1.
Como dim V “ m, por el teorema 13.5.25, tenemos que W1 ‰ V . Si tenemos que te11 , . . . , e1k u
es un subconjunto de B 1 con k elementos tales que B X te11 , . . . , e1k u “ ∅ y B Y te11 , . . . , e1k u
es linealmente independiente, entonces el conjunto Wk que genera B Y te11 , . . . , e1k u tendría
dimensión m ` k, por lo que Wk ‰ V , debiendo existir así un e1k`1 P B 1 tal que e1k`1 R Wk ,
con el conjunto B 1 Y te11 , . . . , e1k , e1k`1 u linealmente independiente, y si Wk`1 es el conjunto
generado por B 1 Y te11 , . . . , e1k , e1k`1 u, entonces dim Wk`1 “ m ` k ` 1, por lo que debido
al teorema 13.5.25 tenemos V ‰ Wk`1 . Construidos así los e1k y los Wk , tendríamos que
Wm Ł V , donde Wm está generado por B Y te11 , . . . , e1m u, es decir por B Y B 1 , lo cual es
absurdo debido a que B 1 genera a V . Tenemos así que el subespacio generado por B es V . ‚
13.5.28. Teorema. Si V forma un espacio vectorial de dimensión infinita, entonces para
378 13.5. Espacios vectoriales

todo n P N existe un conjunto linealmente independiente Ln Ă V que tiene n elementos.


Demostración. Procedamos por inducción matemática. Como V es de dimensión infinita y
al conjunto t0u lo genera el conjunto vacío, entonces V ‰ t0u. Sea v1 P V zt0u y tomemos L1 “
tv1 u, el cual es un subconjunto de V linealmente independiente con un elementos. Supongamos
que k P N y que tenemos un conjunto linealmente independiente Lk “ tv1 , . . . , vk u Ă V con
k elementos. Al tener V dimensión infinita y tener el subespacio pW, `q generado por Lk
dimensión k, concluimos que W Ł V , por lo que existe un vk`1 P V zW , el cual no es una
combinación lineal de Lk , de modo que el conjunto Lk`1 :“ Lk Y tvk`1 u es linealmente
independiente y tiene k ` 1 elementos. Por lo tanto, para todo número natural n, existe un
conjunto linealmente independiente Ln Ă V con n elementos. ‚
13.5.29. Teorema. Si V forma un espacio vectorial de dimensión finita y W forma un
subespacio de V , entonces W tiene dimensión finita y además

dim W ĺ dim V.

Demostración. Supongamos que V sea un espacio vectorial de dimensión finita n y que


W forma un subespacio de V . Es imposible que W tenga dimensión infinita, puesto que si
la dimensión de W fuese infinita, por el teorema 13.5.28 existiría un conjunto linealmente
independiente Ln`1 incluido en W con n ` 1 elementos diferentes e1 , . . . , en , en`1 , de modo
que por el teorema 13.5.27 tendríamos que Ln`1 zten`1 u “ te1 , . . . , en u sería una base de V ,
pero por ser Ln`1 linealmente independiente, entonces en`1 R V , lo que contradice el hecho
de que en`1 P Ln`1 Ă W Ă V .
Habiendo demostrado que W tiene dimensión finita, tomemos m :“
dim W . De manera similar vemos que es imposible que m ą n, puesto que en dicho caso ten-
dríamos una base de W con m elementos e1 , . . . , en , . . . , em , donde te1 , . . . , en u sería una base
de V y además em R V , lo cual contradice que em P W Ă V . Tenemos así que necesariamente
dim W ĺ dim V . ‚
13.5.30. Corolario. Si V forma un subespacio vectorial de dimensión finita y W Ł V forma
un subespacio de V , entonces
dim W ă dim V.

Demostración. Por el teorema 13.5.29 es suficiente ver la imposibilidad de que dim W “


dim V , pero tal imposibilidad se sigue del teorema 13.5.27. ‚
13.5.31. Notación. Cuando pV, `q sea un espacio vectorial sobre un cuerpo K, v P V y
α P Kzt0u, el símbolo αv representará al vector α1 v.
13.5.32. Definiciones y notaciones. Sea W un espacio vectorial y sean U y V subesacios
vectoriales de W . Al espacio vectorial generado por U Y V lo denotaremos por U ` V y
le llamamos suma de los subespacios vectoriales U y V . En caso de que U X V “ t0u, al
espacio vectorial U ` V lo denotaremos por U ‘ V y le llamamos suma directa de los
13.5. Espacios vectoriales 379

espacios vectoriales U y V . Así por ejemplo, la expresión E “ U ‘ V significa que E “ U ` V


y además que U X V “ t0u.
13.5.33. Teorema. Si W un espacio vectorial, y U y V son subespacios de W , entonces

dimpU ` V q “ dim U ` dim V ´ dimpU X V q.

Demostración. Del teorema 13.5.29 tenemos que dimpU X V q ĺ dim U y dimpU X V q ĺ


dim V . Sean m “ dimpU X V q, n “ dim V , pw1 , . . . , wm q una base ordenada de U X V y
pv1 , . . . , vn q una base ordenada de V . Si pw1 , . . . , wm q genera a V , entonces m “ n, pero si no
genera a V sea wm`1 una de las componentes de pv1 , . . . , vn q que no sea combinación lineal de
las componentes de pw1 , . . . , wm q. En general, si en V tenemos definidos vectores linealmente
independientes w1 , . . . , wl , con m ă l ĺ n, tenemos que si l “ n, entonces pw1 , . . . , wn q es
una base ordenada de V , de otro modo tomamos un elemento de wl`1 P tv1 , . . . , vn u. Este
proceso se sigue hasta completar los n elementos wi , . . . , wn linealmente independientes que
formen la base ordenada pw1 , . . . , wm , . . . , wn q del espacio vectorial V . Tenemos así que existe
una base BV de V a la cual pertenecen los vectores w1 , . . . , wm . De manera similar tenemos
que existe una base BU de U a la cual pertenecen los vectores w1 , . . . , wm . Como podemos
ver, al tomar n1 “ dim U el conjunto BU Y BV tiene n ` n1 ´ m elementos diferentes y tal
conjunto es una base de U ` V , es decir se cumple la fórmula

dimpU ` V q “ dim U ` dim V ´ dimpU X V q. ‚

Como caso particular del teorema anterior tenemos el corolario siguiente.


13.5.34. Corolario. Si W es un espacio vectorial, y E, U y V son subespacios de W tales
que E “ U ‘ V , entonces
dimpEq “ dim U ` dim V.

13.5.35. Definiciones y notaciones. Sea K un cuerpo y n P N Y t0u. A una función de


n
la forma px P Kq ÞÑ ak xk , con an ‰ 0 se le llama polinomio de grado n ó función
ř
k“0
n
polinomial de grado n en el cuerpo K. A dicha función se le representa como ak Xk , y
ř
k“0
en tal caso al conjunto de todos los polinomios de algún grado n P N Y t0u se le denota por
KrXs.

Ejercicios.

1. Supongamos que tenemos el espacio vectorial pR3 , `q. Sean α, β, γ P R. Demostrar que
tpαx, βx, γxq P R3 : x P Ru forma un subespacio vectorial de pR3 , `q.

2. Sean α1 , α2 , β1 , β2 γ1 , γ2 P R. Demostrar que tpα1 x ` α2 y, β1 x ` β2 y, γ1 x ` γ2 yq P R3 :


x, y P Ru forma un subespacio vectorial de R3 .
380 13.5. Espacios vectoriales

3. Sea pV, `q un espacio vectorial sobre un cuerpo pK, `, ¨q. Demostrar que la intersección
de dos conjuntos que forman subespacios vectoriales de pV, `q es un conjunto que forma
un subespacio vectorial de pV, `q.

4. Decir si lo que se pide demostrar en el ejercicio anterior sigue siendo válido en general
si se sustituye la palabra «intersección» por la palabra «unión». Justificar la respuesta.

5. Demostrar que los elementos e1 , e2 , . . . , en dados en el ejemplo 13.5.6 son linealmente


independientes.

6. Demostrar que en el espacio vectorial pR3 , `q el conjunto tp1, 0, 0q, p1, 1, 0q, p1, 1, 1qu
es una base de R3 . Expresar el vector p3, 4, ´1q como una combinación lineal de esta
base.

7. Supongamos que en el ejercicio 1 alguno de los números α, β ó γ es diferente de 0.


Decir cuál es la dimensión del subespacio de R3 descrito en el ejercicio y dar una base
para tal espacio.

8. Sea V el conjunto de todas las funciones continuas definidas en R.

a) Demostrar que V es un espacio vectorial con la suma de funciones.


b) Demostrar que RrXs es un subespacio vectorial de V .
c) Dar una base del subespacio vectorial RrXs.

9. Sea K un cuerpo y n P N Y t0u:

a) Demostrar que KrXs es un espacio vectorial de dimensión infinita.


b) Demostrar que el subconjunto de KrXs formado por los polinomios en K de grado
menor o igual a n es un subespacio vectorial de KrXs de dimensión n ` 1.
c) Dar una base para el subespacio vectorial dado en el inciso b).
13.6. Transformaciones lineales 381

13.6. Transformaciones lineales


En esta sección estudiaremos el concepto de transformación lineal, el cual es un homomor-
fismo entre dos estructuras de espacio vectorial. Para ser más precisos tenemos la definición
siguiente.
13.6.1. Definición. Sean pV1 , `q y pV2 , `q dos espacios vectoriales sobre un mismo cuerpo
pK, ¨, `q. Se dice que una función T : V1 ÝÑ V2 es una transformación lineal si para
cualesquiera dos vectores v, w P V1 y para cualesquier escalar α P K se tienen las siguientes
dos propiedades:

a) T pv ` wq “ T pvq ` T pwq;

b) T pαvq “ αT pvq.

Como sinónimos de transformación lineal existen los términos de función lineal y aplica-
ción lineal.
13.6.2. Observación. Observemos que una función T : V1 ÝÑ V2 es una transformación
lineal si y sólo si para cualesquiera dos vectores v, w P V1 y para cualesquier escalar α se tiene
que T pαv ` wq “ αT pvq ` T pwq.
13.6.3. Observación. La propiedad a) de la definición de transformación lineal indica que
una transformación lineal T : V1 ÝÑ V2 es necesariamente un homomorfismo del grupo pV1 , `q
en el grupo pV2 , `q, de modo que se pueden utilizar todas las propiedades referentes a los
homomorfismos entre grupos conmutativos. Observemos que el núcleo de una transformación
lineal T (visto como el núcleo de un homomorfismo de grupos) es kerpT q “ tv P V1 : T pvq “
0u.
Del teorema 13.5.10 y de la definición de transformación lineal se sigue el teorema si-
guiente.
13.6.4. Teorema. Sea T : V1 ÝÑ V2 una transformación lineal. El núcleo de T forma un
subespacio vectorial de V1 y el recorrido de T forma un subespacio vectorial de V2 .
13.6.5. Definición. Sean T : V1 ÝÑ V2 y S : V1 ÝÑ V2 dos transformaciones lineales y α
un escalar. Definiremos las funciones S ` T y αS como S ` T : V1 ÝÑ V2 y αS : V1 ÝÑ V2 .
vÞÑSpvq`T pvq vÞÑαSpvq

13.6.6. Observación. Observemos que si pV1 , `q y pV2 , `q son dos espacios vectoriales sobre
un cuerpo K, con la definición anterior, el conjunto de todas las transformaciones lineales de
V1 en V2 forma un espacio vectorial sobre el cuerpo K.
13.6.7. Notación. Al conjunto de las transformaciones lineales de V1 en V2 lo denotaremos
como LpV1 , V2 q o, si queremos especificar el cuerpo de escalares K sobre el cual se está
trabajando, lo denotaremos como LK pV1 , V2 q.
13.6.8. Definición. Decimos que dos espacios vectoriales pV1 , `q y pV2 , `q sobre un mismo
cuerpo son isomorfos si existe una transformación lineal T : V1 ÝÑ V2 que es una biyección
382 13.6. Transformaciones lineales

de V1 en V2 . En dicho caso decimos que T es un isomorfismo de espacios vectoriales.


13.6.9. Definición. Al hecho de que dos espacios vectoriales pV1 , `q y pV2 , `q sean isomorfos
se le denota así pV1 , `q – pV2 , `q o simplemente así V1 – V2 .
13.6.10. Observación. Cuando T : V1 ÝÑ V2 es una transformación lineal inyectiva, enton-
ces T ´1 : RpT q ÝÑ V1 es también una transformación lineal. De ahí se desprende fácilmente
que la relación –, de isomorfismo entre espacios vectoriales, es una relación de equivalencia.
13.6.11. Teorema. Sea pV, `q un espacio vectorial de dimensión finita n sobre un cuerpo
pK, `, ¨q. El espacio vectorial pV, `q es isomorfo con pKn , `q.
Demostración. Sea te1 , . . . , en u una base de V y T : Kn ÝÑ Vn . Veamos que T es una
pαk qn
ř
k“1 ÞÑ αk e k
k“1

transformación lineal y que es una biyección de Kn en V . Sea γ P K, y sean u “ pαk qnk“1 y


v “ pβk qnk“1 elementos de Kn . Tenemos que
n
ÿ n
ÿ n
ÿ
T pγu ` vq “ T ppγαk ` βk qnk“1 q “ pγαk ` βk qek “ γαk ek ` βk ek
k“1 k“1 k“1
n
ÿ n
ÿ
“γ αk ek ` βk ek “ γT puq ` T pvq,
k“1 k“1

por lo tanto T es una transformación lineal. El hecho de que T sea una biyección de Kn en
V proviene de la definición de base y del teorema 13.5.22. ‚
Del teorema anterior y del hecho que la relación de isomorfismo entre espacios vectoriales
es una relación de equivalencia se deduce inmediatamente el siguiente corolario.
13.6.12. Corolario. Dos espacios vectoriales de dimensión finita sobre un mismo cuerpo son
isomorfos si y sólo si tienen la misma dimensión.
En vista del teorema 13.6.11 y del corolario 13.6.12, el estudiar un espacio vectorial de
dimensión finita n sobre un cuerpo K se reduce a estudiar el espacio vectorial pKn , `q.
A continuación veremos cómo una transformación lineal, cuyo dominio y recorrido son
espacios de dimensión finita, puede ser representada por medio de una matriz, es decir veremos
una relación importante que existe entre los conceptos de transformación lineal y de matriz.
En adelante, si no se especifica, supondremos que tenemos un espacio vectorial sobre un
cuerpo pK, `, ¨q; cuando hablemos de matrices, nos estaremos refiriendo a matrices cuyas
componentes son elementos en K; quedará definida la suma y resta de matrices de la misma
forma en que se definió en el capítulo 12, lo mismo que la multiplicación de matrices, y la
multiplicación de un escalar α por una matriz A “ pai,j q estará dada por αA :“ pαai,j q,
así como ´A :“ p´1qA, sólo que en este caso los ai,j y α son elementos de K, y 1 es el
elemento identidad para la multiplicación en K; de manera similar se definen los conceptos
de diagonal de una matriz, matriz identidad, matriz invertible, matriz inversa, matriz nula,
renglón nulo, multiplicación de un renglón por una matriz, transpuesta de una matriz o de
un renglón, matriz simétrica, determinante de una matriz cuadrada, menor y cofactor de una
componente, matriz ampliada, matrices equivalentes, operaciones elementales por renglón,
matrices elementales, matrices semejantes, forma escalonada de una matriz, solución trivial
de un sistema de ecuaciones (pero ahora con coeficientes en K) y matriz adjunta.
13.6. Transformaciones lineales 383

Definida ya la terminología y estructura de matrices con componentes en K, enlistaremos


los resultados más importantes de éstas, cuyas demostraciones se pueden hacer prácticamente
copiando a las dadas en el capítulo 12.
13.6.13. Teorema. Para la suma de matrices se cumplen las propiedades conmutativa y
asociativa, además el elemento neutro bajo la suma es una matriz nula.
13.6.14. Teorema. Si α y β son escalares, y además A y B son matrices m ˆ n, entonces

pα ` βqA “ αA ` βA y αpA ` Bq “ αA ` βA.

13.6.15. Teorema. Si A es una matriz m ˆ n, B es una matriz n ˆ p y C es una matriz


p ˆ q; entonces
pABqC “ ApBCq.

13.6.16. Teorema.
AIn “ In A “ A.
Es decir la matriz In es en efecto la identidad con respecto a la multiplicación de matrices
cuadradas de orden n ˆ n.
13.6.17. Teorema. Si una matriz tiene inversa, tal inversa es única.
13.6.18. Teorema. Si A y B son matrices invertibles del mismo orden, entonces

pABq´1 “ B ´1 A´1 y además pA´1 q´1 “ A.

13.6.19. Teorema. En la multiplicación de matrices se satisfacen las propiedades distribu-


tivas por la izquierda y por la derecha. Es decir, si A y B son matrices de m ˆ r y C y D
son matrices de r ˆ n, entonces

pA ` BqC “ AC ` BC y ApC ` Dq “ AC ` AD.

13.6.20. Teorema. El determinante de una matriz cuadrada A es igual al de su transpuesta


At .
13.6.21. Teorema. Si una matriz cuadrada A tiene un renglón cuyas componentes son ceros,
entonces |A| “ 0.
13.6.22. Corolario. Si una matriz cuadrada A tiene una columna cuyas componentes son
ceros, entonces |A| “ 0.
13.6.23. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
i R tk, lu, bk,j “ al,j y bl,j “ ak,j para j P t1, 2, . . . , nu; entonces |B| “ ´|A|. Es decir si B es
la matriz que se obtiene al intercambiar dos renglones de la matriz A, entonces |B| “ ´|A|.
13.6.24. Corolario. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
384 13.6. Transformaciones lineales

j R tk, lu, bi,k “ ai,l y bi,l “ ai,k para i P t1, 2, . . . , nu; entonces |B| “ ´|A|. Es decir si B es
la matriz que se obtiene al intercambiar dos columnas de la matriz A, entonces |B| “ ´|A|.
13.6.25. Teorema. Si A es una matriz cuadrada que tiene dos de sus renglones iguales (en
diferente posición), entonces |A| “ 0.
13.6.26. Corolario. Si A es una matriz cuadrada que tiene dos de sus columnas iguales,
entonces |A| “ 0.
13.6.27. Teorema. La matriz identidad tiene determinante 1.
13.6.28. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
i ‰ k y bk,j “ αak,j , entonces |B| “ α|A|.
13.6.29. Corolario. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
j ‰ k y bi,k “ αai,k , entonces |B| “ α|A|.
13.6.30. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz cuadrada y B “ pbi,j q, donde bi,j “ ai,j para
i ‰ k y bk,j “ ak,j ` αal,j , con l ‰ k, entonces |B| “ |A|. Es decir, si B es la matriz que se
obtiene dejando igual los renglones de la matriz A diferentes del k-ésimo y el renglón k-ésimo
de B es la suma de los renglones k-ésimo y un múltiplo del l-ésimo renglón de la matriz A,
entonces |B| “ |A|.
13.6.31. Corolario. Si B es la matriz cuadrada que se obtiene dejando igual las columnas
de la matriz A diferentes de la k-ésima y la k-ésima columna de B es la suma de la columna
k-ésima y un múltiplo de la l-ésima columna de la matriz A (con l ‰ k), entonces |B| “ |A|.
13.6.32. Teorema. Si A “ pai,j q es una matriz nˆn (con n ľ 2) y k P t1, 2, . . . , nu, entonces
n
ÿ
|A| “ ak,j Ak,j .
j“1

13.6.33. Corolario. Si A “ pai,j q es una matriz n ˆ n (con n ľ 2) y k P t1, 2, . . . , nu,


entonces n
ÿ
|A| “ ai,k Ai,k .
i“1

13.6.34. Teorema. Si una matriz cuadrada


¨ ˛
a1,1 a1,2 ¨ ¨ ¨ a1,n
˚ a2,1 a2,2 ¨ ¨ ¨ a2,n ‹
A “ ˚ ..
˚ ‹
.. ... .. ‹
˝ . . . ‚
an,1 an,2 ¨ ¨ ¨ an,n
es invertible, entonces para toda matriz columna b “ pb1 b2 ¨ ¨ ¨ bn qt con n componentes, se
tiene que el sistema
a1,1 x1 ` a2,1 x2 ` ¨ ¨ ¨ `an,1 xn “ b1
a1,2 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ `an,2 xn “ b2
..
.
a1,n x1 ` a2,n x2 ` ¨ ¨ ¨ `an,n xn “ bn
13.6. Transformaciones lineales 385

tiene como única solución a x “ A´1 b, donde x “ px1 x2 ¨ ¨ ¨ xn qt .


13.6.35. Teorema. Si A es una matriz de n ˆ n, b es una matriz columna de n componentes,
xh satisface la ecuación Axh “ 0 y xp satisface la ecuación Axp “ b, entonces Apxh `xp q “ b.
13.6.36. Teorema. Si A es una matriz de n ˆ n, b es una matriz columna de n componentes,
xp y x son tales que Axp “ b y Ax “ b, entonces x “ xh ` xp para algún xh que satisface
la ecuación Axh “ 0.
13.6.37. Teorema. Si A es una matriz de n ˆ n, b es una matriz columna de n componentes
y existe una matriz columna xp que satisface la ecuación Axp “ b, entonces existe una corres-
pondencia biunívoca entre el conjunto de los vectores columna x que satisfacen la ecuación
Ax “ b y el conjunto de los vectores columna y que satisfacen la ecuación homogénea
Ay “ 0.
13.6.38. Teorema. Toda matriz es semejante a una matriz escalonada.
13.6.39. Teorema. Si A es una matriz cuadrada y E es una matriz elemental del mismo
orden que A, entonces |EA| “ |E||A|.
13.6.40. Teorema. Una matriz cuadrada escalonada diferente de la identidad tiene el último
renglón nulo.
13.6.41. Teorema. Una matriz cuadrada es semejante a la matriz identidad si y sólo si su
determinante es diferente de cero.
13.6.42. Teorema. Una matriz cuadrada A es invertible si y sólo si A „ I.
13.6.43. Corolario. Una matriz cuadrada es invertible si y sólo si su determinante es dife-
rente de cero.
13.6.44. Teorema. Si A y B son matrices cuadradas del mismo orden y AB “ I, entonces
A “ B ´1 y B “ A´1 .
13.6.45. Teorema. Si A y B son dos matrices cuadradas del mismo orden, entonces |AB| “
|A||B|.
1
13.6.46. Corolario. Si A es una matriz cuadrada invertible, entonces |A´1 | “ |A|
.
13.6.47. Teorema. El sistema de ecuaciones lineales
a1,1 x1 ` a2,1 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,1 xn “ b1
a1,2 x1 ` a2,2 x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,2 xn “ b2
..
.
a1,n x1 ` a2,n x2 ` ¨ ¨ ¨ ` an,n xn “ bn ,

tiene una solución única si y sólo si la matriz A “ pai,j q de orden n ˆ n tiene determinante
diferente de cero.
13.6.48. Teorema. Para toda matriz cuadrada A,

ApA˚ q “ |A|I.
386 13.6. Transformaciones lineales

13.6.49. Corolario. Si A es una matriz invertible, entonces

1 ˚
A´1 “ A .
|A|

Regresemos al estudio de las transformaciones lineales con el resultado que indica que
si conocemos los valores de una transformación lineal evaluada en una base de su dominio
entonces podemos conocer el valor de la transformación lineal evaluada en cualquier elemento
de su dominio.
13.6.50. Teorema. Sean pV1 , `q y pV2 , `q dos espacios vectoriales sobre un mismo cuerpo.
Si B es una base de V1 y f : B ÝÑ V2 , entonces existe una única transformación lineal
T : V1 ÝÑ V2 tal que T pbq “ f pbq para todo b P B.
Demostración. Para cada v P V1 sean b1 , . . . , bn elementos diferentes en B y α1 , . . . , αn
n n
escalares tales que v “ αk bk y definamos T pvq como αk f pbk q. Afirmamos que la función
ř ř
k“1 k“1
T así definida es una transformación lineal y es la única tal que T pbq “ f pbq para todo b P B.
En efecto, T es una transformación lineal puesto que si v, w P V1 y γ es un escalar, entonces,
para un número natural n suficientemente grande, existen diferentes elementos
ˆ n b1 , . . . , bn ˙P B
n n
tales que v “ αk bk y w “ βk bk , de modo que T pγv ` wq “ T
ř ř ř
pγαk ` βk qbk “
k“1 k“1 k“1
n
ř n
ř n
ř n
ř n
ř
pγαk `βk qf pbk q “ γαk f pbk q` βk f pbk q “ γ αk f pbk q` βk f pbk q “ γT pvq`T pwq,
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1
por lo que T es una transformación lineal y obviamente T pbq “ f pbq para todo b P B. Ahora, si
T 1 : V1 ÝÑ ˆ V2 fuera una
˙ transformación lineal tal que T 1 pbq “ f pbq para todo ˙ entonces
ˆ n b P B,
n
ř řn n
ř n
ř ř
T 1 pvq “ T 1 αk bk “ αk T 1 pbk q “ αk f pbk q “ αk T pbk q “ T αk bk “ T pvq,
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1
de donde se tiene la unicidad. ‚
13.6.51. Teorema. Si A es una matriz de orden n ˆ m, entonces la función T : Kn ÝÑ Km
vÞÑvA
es una transformación lineal.
Demostración. Por el teorema 13.6.19 tenemos que si u, v P Kn , entonces T pu ` vq “
pu`vqA “ uA`vA “ T puq`T pvq. Ahora, por el teorema 13.6.15, si α P K, entonces T pαuq “
pαuqA “ ppαIn quqA “ pαIn qpuAq “ αpuAq “ αT puq, por lo que T es una transformación
lineal. ‚
El teorema 13.6.51 tiene una especie de recíproco.
13.6.52. Teorema. Si T : Kn ÝÑ Km es una transformación lineal, entonces existe una
única matriz A de orden n ˆ m tal que para todo u P Kn se tiene que T puq “ uA.
Demostración. Tomemos es Kn la base te1 , . . . , en u, donde ek es el vector que tiene la
k-ésima componente igual a 1 y las otras iguales a 0. Sea A la matriz de orden n ˆ m cuyo
i-ésimo renglón es T pei q. Observando que si B es una matriz de n ˆ m, entonces ei B es el
13.6. Transformaciones lineales 387

i-ésimo renglón de B y en particular que T pei q “ ei A, tenemos que el resultado se sigue de


los teoremas 13.6.50 y 13.6.51. ‚
13.6.53. Definición. Sea T : Kn ÝÑ Km una transformación lineal. A la matriz A tal que
T puq “ uA, para u P Kn , se le llama matriz asociada a T . Recíprocamente, a T se le
llama transformación lineal asociada a la matriz A. En el caso de que n “ m, se define
el determinante de T , denotado det T , como el determinante de su matriz asociada. En
el caso más general en el que pV1 , `q es un espacio vectorial de dimensión finita n con base
te1 , . . . , en u, pV2 , `q es un espacio vectorial de dimensión finita m con base te11 , . . . , e1m u y
T : V1 ÝÑ V2 es una transformación lineal, definimos la matriz asociada a T con respecto
a las bases ordenadas pe1 , . . . , en q y pe11 , . . . , e1m q, como la matriz cuya componente i, j es la
coordenada de T pei q en la dirección de e1j .
Sea pV, `q un espacio vectorial de dimensión finita n, y sean pe1 , e2 , . . . , en q y pe11 , e12 , . . . , e1n q
dos bases ordenadas de V . Construyamos la matriz cuadrada de orden n A “ pai,j q de tal
n
manera que para i P t1, 2, . . . , nu se tenga que ei “ ai,k e1k , es decir pai,1 , ai,2 , . . . , ai,n q
ř
k“1
es el vector de coordenadas de ei con respecto a pe11 , e12 , . . . , e1n q. Observemos que si v “
α1 e1 ` α2 e2 ` ¨ ¨ ¨ ` αn en , es decir si pα1 , α2 , . . . , αn q es el vector de coordenadas de v con
respecto a pe1 , e2 , . . . , en q, entonces pα1 , α2 , . . . , αn qA es el vector de coordenadas de v con
respecto a la base ordenada pe11 , e12 , . . . , e1n q. En vista de lo anterior, tenemos la siguiente
definición.
13.6.54. Definición. Sea pV, `q un espacio vectorial de dimensión finita n, y sean pe1 , e2 , . . . ,
en q y pe11 , e12 , . . . , e1n q dos bases ordenadas de V . A la matriz A “ pai,j q de orden n ˆ n tal que
n
para cada i P t1, 2, . . . , nu se tiene ei “ ai,k e1k se le llama matriz cambio de base de
ř
k“1
pe1 , e2 , . . . , en q a pe11 , e12 , . . . , e1n q.
13.6.55. Observación. En la definición anterior, en caso de que V “ Kn , pe1 , e2 , . . . , en q sea
la base canónica y v P Kn , tendremos que vA es el vector de coordenadas de v con respecto
a pe11 , e12 , . . . , e1n q.
13.6.56. Teorema. Si A es la matriz cambio de base de una base ordenada pe1 , e2 , . . . , en q
a una base ordenada pe11 , e12 , . . . , e1n q, entonces A es invertible y A´1 es la matriz cambio de
base de pe11 , e12 , . . . , e1n q a pe1 , e2 , . . . , en q.
Demostración. Sea A la matriz cambio de base de pe1 , e2 , . . . , en q a pe11 , e12 , . . . , e1n q y B la
matriz cambio de base de pe11 , e12 , . . . , e1n q a pe1 , e2 , . . . , en q. Si v P V tiene vector de coordenadas
a con respecto a pe1 , e2 , . . . , en q y tiene vector de coordenadas b con respecto a pe11 , e12 , . . . , e1n q,
entonces aA “ b y bB “ a, de donde se tiene que aAB “ a y bBA “ b. Notando que si
escogemos adecuadamente v tenemos que la fórmula aAB “ a es válida para cualquier
vector de coordenadas a y también es válida la fórmula bBA “ b para cualquier vector de
coordenadas b, concluimos que AB “ In “ BA, es decir B “ A´1 . ‚
Una especie de recíproco del teorema anterior es el siguiente.
13.6.57. Teorema. Si los renglones de una matriz cuadrada no son linealmente indepen-
dientes, entonces su determinante es cero.
388 13.6. Transformaciones lineales

Demostración. Sean v1 , v2 , . . . , vn los renglones de una matriz A de orden n ˆ n, es decir


A “ pv1 , v2 , . . . , vn q. Si tv1 , v2 , . . . , vn u no es un conjunto linealmente independiente, entonces
existe un l P t1, 2, . . . , nu tal que
ÿn
vl ´ αk vk “ 0,
k“1, k‰l

para algunos escalares α1 , α2 , . . . , αn . Así, al tomar la matriz B “ pw1 , w2 , . . . , wn q, donde


wl “ 0 y wk “ vk para k ‰ l, tenemos que las matrices A y B son semejantes, pero el l-ésimo
renglón de B es 0, por lo que det B “ 0, y como A „ B, entonces det A “ 0. ‚
13.6.58. Definición. Si T P LpV1 , V2 q y w P V2 , a una ecuación de la forma T pvq “ w se le
llama ecuación lineal y a una ecuación de la forma T pvq “ 0 se le llama ecuación lineal
homogénea (la correspondiente a la ecuación T pvq “ w).
El teorema siguiente describe la forma en que podemos obtener la solución general de
una ecuación lineal si conocemos una solución particular y la solución general de la corres-
pondiente ecuación homogénea. Tal teorema tiene muchas utilidad en diferentes ramas de las
matemáticas aplicadas como, por ejemplo, en la solución de ecuaciones diferenciales lineales
y en la solución de ecuaciones lineales en diferencias.
13.6.59. Teorema. Sea T P LpV1 , V2 q, w P V2 y v0 P V1 tal que T pv0 q “ w. El conjunto
solución de la ecuación T pvq “ w es kerpT q ` v0 , es decir tv P V1 : T pvq “ wu “ tv P V1 :
existe un vh P V1 con T pvh q “ 0 y v “ vh ` v0 u.
Demostración. Si vh P kerpT q, entonces T pvh ` v0 q “ T pvh q ` T pv0 q “ 0 ` w “ w, por
lo tanto kerpT q ` v0 Ă tv P V1 : T pvq “ wu. Ahora, si v1 es tal que T pv1 q “ w, entonces
T pv1 ´ v0 q “ T pv1 q ´ T pv0 q “ w ´ w “ 0, es decir v1 ´ v0 P kerpT q, de modo que al tomar
vh “ v1 ´ v0 tenemos que v1 “ vh ` v0 , es decir v1 P kerpT q ` v0 , con lo que tenemos
tv P V1 : T pvq “ wu Ă kerpT q ` v0 . ‚
Estableceremos algunos conceptos que serán de utilidad siempre que se estudien las pro-
piedades de los espacios vectoriales.
13.6.60. Definición. Cuando T : V ÝÑ V es una transformación lineal, decimos que T es un
operador lineal en V . En ese caso, para n P NYt0u definimos el operador T n recursivamente
de manera tal que T 0 es la función identidad en V , T 1 “ T y en general T k`1 “ T ˝ T k . En
caso de que T sea invertible y k P N definiremos T ´k “ pT ´1 qk .
13.6.61. Definición. Sea V un espacio vectorial sobre un cuerpo K. Cuando T : V ÝÑ K
sea una transformación lineal, dicha transformación lineal se llama funcional lineal.
13.6.62. Definiciones. Decimos que una matriz cuadrada pai,j qi,jPJn cuyas componentes
están en un campo K es diagonal si todas las componentes que no están en la diagonal son
0, es decir si ai,j “ 0 cuando i ‰ j. Si V es un espacio vectorial de dimensión n sobre un
campo K decimos que un operador lineal T : V ÝÑ V o su matriz asociada A con respecto
a una base pei qni“1 de V es diagonalizable si existe una base pe1i qni“1 tal que la matriz D
asociada a T con respecto a la base pe1i qni“1 sea una matriz diagonal.
13.6.63. Observación. En la definición anterior, si P es la matriz cambio de base de pei qni“1
a pe1i qni“1 , entonces A “ P ´1 DP .
13.6.64. Aclaración. En muchos textos los elementos de Kn son vistos como matrices
13.6. Transformaciones lineales 389

columnas, a diferencia de aquí que son vistos como vectores renglón. En caso de que los
elementos de Kn sean vistos como vectores columna, es decir como una matriz n ˆ 1, se
acostumbra definir la matriz asociada a una transformación lineal T : Km ÝÑ Kn como la
matriz A de n ˆ m tal que T pvq “ Av, que es la transpuesta de lo que aquí consideramos
la matriz asociada. En tal caso la matriz cambio de base de una base de una base sería la
transpuesta de lo que nosotros hemos definido como matriz cambio de base.

Ejercicios.

1. Demostrar que la función f : R3 ÝÑ R2 es una transformación lineal.


px,y,zqÞÑp2x`z,3x´2yq

2. Hallar la matriz asociada a la transformación lineal del ejercicio anterior con respecto
a las bases usuales en R3 y R2 .

3. Demostrar que la función f : R3 ÝÑ R2 no es una transformación lineal.


px,y,zqÞÑp2x`z 2 ,3x´2yq

4. Sea T “ D |C 2 pr0; 1sq el operador de derivada restringido al conjunto de funciones con


dominio en r0; 1s y cuyas primeras dos derivadas son continuas. Demostrar que T es
una transformación lineal del espacio C 2 pr0; 1sq en el espacio C 1 pr0; 1sq de funciones
con dominio en r0; 1s que tienen primera derivada continua.
390 13.6. Transformaciones lineales
Capítulo 14

TOPOLOGÍA

14.1. Espacios métricos


En esta sección se definirán los conceptos de métrica y de espacio métrico y se estudiarán
algunas de sus propiedades. El concepto de espacio métrico fue establecido por primera vez
por Maurice Fréchet en 1906 en su tesis titulada «Sur quelques points du calcul fonctionnel».

14.1.1. Definición. Sea X un conjunto no vacío. Decimos que una función ρ : X ˆ X ÝÑ


r0; `8q es una métrica o distancia en X si se satisfacen las siguientes propiedades:

a) ρpx, yq “ ρpy, xq, para todo x, y P X;

391
392 14.1. Espacios métricos

b) ρpx, yq “ 0 si y sólo si x “ y;

c) ρpx, zq ĺ ρpx, yq ` ρpy, zq para todo x, y, z P X.

Cuando ρ es una métrica en X decimos que la pareja pX, ρq es un espacio métrico. A la


propiedad c) se le conoce como desigualdad del triángulo.
Se desea que el concepto de distancia entre dos objetos indique qué tan cercanos o similares
son esos dos objetos bajo algún criterio.
14.1.2. Ejemplo. Si definimos en R ˆ R la función d dada por dpx, yq “ |x ´ y|, podemos
ver que tal función es una métrica en R.
14.1.3. Ejemplo. Si X es un conjunto no vacío y definimos la función ρ : X ˆ X ÝÑ R
como ρpx, xq “ 0 y ρpx, yq “ 1 si y ‰ x, tal función es una métrica en X. A tal métrica ρ se
le llama métrica discreta.
14.1.4. Ejemplo. Si para cualesquiera dos elementos de Rn x “ pxk qnk“1 y y “ pyk qnk“1
n
definimos ρpx, yq “ |xk ´ yk |, tal función ρ es una métrica.
ř
k“1

d Si para cualesquiera dos elementos de R x “ pxk qk“1 y y “ pyk qk“1 defini-


n n n
14.1.5. Ejemplo.
n
mos dpx, yq “ pxk ´ yk q2 , tal función d es una métrica llamada distancia euclidiana.
ř
k“1
El lector que quiera verificar que la distancia euclidiana es en efecto una distancia puede
hacerlo al revisar la sección 15.2 (corolario 15.2.17).
14.1.6. Ejemplo. Si X es el conjunto de funciones reales continuas en el intervalo cerrado
r0; 1s y ρ : X ˆ X ÝÑ R es tal que ρpf, gq “ máxt|f pxq ´ gpxq| : x P r0; 1su, entonces tal
función ρ es una métrica.
Siempre que hablemos de la distancia en Rn y no especifiquemos a qué distancia nos
referimos, sobreentenderemos que es la distancia euclidiana y cuando hablemos de distancia
en R sobreentenderemos que es la distancia dada en el ejemplo 14.1.2. Para poder seguir con
nuestro estudio, a continuación estableceremos algo de terminología.
14.1.7. Definiciones. Sea pX, ρq un espacio métrico, x P X y r ą 0. Al conjunto Bpx, rq :“
ty P X : ρpx, yq ă ru le llamamos bola abierta o simplemente bola con centro en x y
radio r (obviamente la definición de bola depende de la métrica que se esté considerando).
Al conjunto Bpx, rq :“ ty P X : ρpx, yq ĺ ru le llamamos bola cerrada con centro en x
y radio r. Decimos que un conjunto A Ă X es abierto (con respecto a la métrica ρ) si
para todo x P A existe una bola con centro en x que está incluida en A. Si x P V Ă X y
V es un conjunto abierto, decimos que V es una vecindad de x. Si E Ă X es un conjunto,
˝
definimos el interior de E como el conjunto E :“ tx : existe una bola con centro en x que
˝
está incluida en Eu y a cualquier elemento de E se le llama punto interior de E. Cuando sea
conveniente, denotaremos también al interior de E como intE. Definimos la frontera de un
conjunto E Ă X como el conjunto BE :“ tx : para todo r ą 0 se tiene que Bpx, rq X E ‰ ∅
y Bpx, rq X pXzEq ‰ ∅u. Decimos que un conjunto C es cerrado cuando su frontera está
incluida en el, es decir cuando BC Ă C. Definimos la cerradura o clausura de un conjunto
14.1. Espacios métricos 393

E Ă X como el conjunto E :“ E Y BE. El exterior de un conjunto E Ă X es por definición


˝
tx P X : x R BE y x R Eu, es decir es el conjunto tx P X : existe un r ą 0 tal que
Bpx, rq Ă XzEu. Un elemento x P X es un punto de acumulación de un conjunto E Ă X
cuando para todo r ą 0 se tiene que pBpx, rqztxuq X E ‰ ∅. Por otro lado, si x P E Ă X y x
no es un punto de acumulación de E, entonces decimos que x es un punto aislado de E. A
la colección de todos los conjuntos abiertos A Ă X se le llama topología inducida por la
métrica ρ.
14.1.8. Ejemplos. A manera de ejemplos tenemos que los intervalos abiertos son conjuntos
abiertos en R; los intervalos cerrados son conjuntos cerrados en R; para a ă b, los intervalos
de la forma pa; bs no son ni abiertos ni cerrados; Bpa; bs “ ta, bu; el conjunto t n1 : n P Nu no
es ni abierto ni cerrado y su frontera es t n1 : n P Nu Y t0u; BQ “ R; la topología inducida por
la métrica discreta en un conjunto X es el conjunto potencia de X y la frontera de cualquier
subconjunto de X con dicha métrica es el conjunto vacío. Observemos que el interior de un
conjunto siempre está incluido en el conjunto.
14.1.9. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico. Un conjunto C Ă X es cerrado si y sólo si
XzC es abierto.
Demostración. Supongamos primero que C es un conjunto cerrado y tomemos x P XzC.
Como BC Ă C, entonces x R BC, y por lo tanto existe un número r ą 0 tal que Bpx, rq Ă XzC.
Concluimos así que XzC es abierto.
Supongamos ahora que XzC es abierto y sea x P BC. Como toda bola con centro en x
interseca a C, y XzC es abierto, entonces x R XzC, es decir x P C, concluyendo así que
BC Ă C, es decir C es cerrado. ‚
14.1.10. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico.

a) Los conjuntos X y ∅ son abiertos y cerrados a la vez.

b) Si tA1 , A2 , . . . , Ak u es una colección finita de conjuntos abiertos, entonces A1 X A2 X


¨ ¨ ¨ X Ak es un conjunto abierto.

c) Si tAλ uλPΛ es una colección de conjuntos abiertos (finita o infinita), entonces


Ť
Aλ es
λPΛ
un conjunto abierto.

Demostración. Si x P X y r ą 0, entonces, por definición de bola, Bpx, rq Ă X, por lo que


X es un conjunto abierto y por el teorema 14.1.9 el conjunto vacío es cerrado. Además como
Bpx, rq Ă X para todo x P X y todo r ą 0, entonces BX “ ∅, teniéndose así que BX Ă X, es
decir X es cerrado, y de nuevo por el teorema 9, ∅ es abierto. Con lo que queda demostrado
a).
Demostremos ahora b). Si x P A1 X A2 X ¨ ¨ ¨ X Ak , entonces, como cada Aj es abierto, para
cada j P t1, . . . , ku existe un rj ą 0 tal que Bpx, rj q Ă Aj . Tomando r “ míntA1 , . . . , Ak u
y observando que si j P t1, . . . , ku se tiene que Bpx, rq Ă Bpx, rj q Ă Aj , concluimos que
Bpx, rq Ă A1 X A2 X ¨ ¨ ¨ X Ak , teniéndose así que el conjunto A1 X A2 X ¨ ¨ ¨ X Ak es abierto.
394 14.1. Espacios métricos

Para demostrar c) tomemos un x P Aλ , es decir x P Aλ0 para algún λ0 en Λ. Como


Ť
λPΛ
es abierto, existe un r ą 0 tal que Bpx, rq Ă Aλ0 Ă Aλ , demostrando así que
Ť Ť
Aλ0 Aλ
λPΛ λPΛ
es abierto. ‚
Como consecuencia inmediata de los teoremas 14.1.9 y 14.1.10 tenemos el siguiente coro-
lario.
14.1.11. Corolario. Sea pX, ρq un espacio métrico.
a) Si tF1 , F2 , . . . , Fk u es una colección finita de conjuntos cerrados, entonces F1 Y F2 Y
¨ ¨ ¨ Y Fk es un conjunto cerrado.
b) Si tFλ uλPΛ es una colección de conjuntos cerrados, entonces
Ş
Fλ es un conjunto ce-
λPΛ
rrado.
14.1.12. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico, x P X y r ą 0. Tenemos que Bpx, rq es
un conjunto abierto y Bpx, rq es un conjunto cerrado; es decir las bolas abierta son conjuntos
abiertos y las bolas cerradas son conjuntos cerrados.
Demostración. Sea y P Bpx, rq, r0 “ ρpx, yq y r1 “ r ´ r0 . Si z P Bpy, r1 q, entonces, por la
desigualdad del triángulo, ρpx, zq ĺ ρpx, yq ` ρpy, zq ă r0 ` r1 “ r0 ` pr ´ r0 q “ r, por lo que
z P Bpx, rq, concluyendo que Bpx, rq es un conjunto abierto.
Por otra parte, sea y R Bpx, rq, r0 “ ρpx, yq y r1 “ r0 ´ r. Si z P Bpy, r1 q, entonces,
por la desigualdad del triángulo, r0 “ ρpx, yq ĺ ρpx, zq ` ρpy, zq, por lo que r “ r0 ´ r1 ă
r0 ´ρpy, zq ĺ ρpx, zq, por lo que Bpy, r1 q Ă XzBpx, rq, teniéndose así que XzBpx, rq es abierto,
y por el teorema 14.1.9, Bpx, rq es cerrado. ‚
14.1.13. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico. El interior de un conjunto E Ă X es un
conjunto abierto y si A Ă E es un conjunto abierto, entonces A está incluido en el interior
de E.
Demostración. En el caso en que el interior de E sea el conjunto vacío tenemos por el
teorema 14.1.10 que el interior de E es abierto. Supongamos que el interior de E es no vacío
y sea x un elemento del interior de E y r un número positivo tal que Bpx, rq Ă E. Como
Bpx, rq es abierto, tenemos que si y P Bpx, rq, existe un r0 ą 0 tal que Bpy, r0 q Ă Bpx, rq Ă E,
por lo que todos los elementos de Bpx, rq son puntos interiores de E, es decir el interior de
E es un conjunto abierto.
Ahora, si A Ă E es un conjunto abierto y x P A, entonces existe un r ą 0 tal que
Bpx, rq Ă A Ă E, teniéndose así que x está en el interior de E. Por lo tanto, A está incluido
en el interior de E. ‚
14.1.14. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico. El interior de un conjunto E Ă X está
˝
formado por los puntos de E que no están en su frontera, es decir E “ EzBE.
˝
Demostración. Sea x P E. Por definición, x está en E y no está en BE. Ahora, si x P EzBE,
entonces existe una bola con centro en x que no interseca a XzE, lo que significa que tal bola
˝ ˝
está incluida en E, es decir x P E. Tenemos así que E “ EzBE. ‚
14.1.15. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico. La cerradura de un conjunto E Ă X es
un conjunto cerrado y si C Ą E es un conjunto cerrado, entonces E está incluido en C.
14.1. Espacios métricos 395

Demostración. Para demostrar que E es cerrado, supongamos que x P BE y demostremos


que x P E. Para cada r ą 0 existe un yr P Bpx, rq tal que yr P E. Si x no estuviera en
E, entonces estaría en el exterior de E, es decir existiría un r ą 0 tal que Bpx, rq Ă XzE,
pero por el teorema 14.1.12 el conjunto Bpx, rq es abierto, debiendo existir un r0 ą 0 tal que
Bpyr , r0 q Ă Bpx, rq Ă XzE, teniéndose así que yr no estaría ni en E ni en BE, es decir yr R E,
llegando así a una contradicción, por lo que necesariamente x debe pertenecer a E.
Sea C Ą E un conjunto cerrado. Si x P E, entonces cualquier bola con centro en x interseca
a E y por lo tanto también interseca a C, luego, como C es cerrado, x P C. Concluimos así
que E Ă C. ‚
14.1.16. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico y A, B Ă X.
˝
a) A es abierto si y sólo si A “ A.

b) A es cerrado si y sólo si A “ A.
˝ ˝
c) A “ XzpXzAq; A “ XzintpXzAq; BA “ AzA.

d) pA Y Bq “ A Y B.

Demostración. Del teorema 14.1.13 se sigue a) y del teorema 14.1.15 se sigue b).
˝
De la definición de frontera, interior y de cerradura de un conjunto se sigue que BA “ AzA.
˝
De los teoremas 14.1.9, 14.1.13 y 14.1.15 se sigue que A “ XzpXzAq y que A “ XzintpXzAq,
con lo que tenemos c).
Para demostrar d) supongamos primero que x P A Y B. Si x P A, entonces toda bola con
centro en x interseca a A, y por lo tanto también interseca a A Y B, es decir x P pA Y Bq.
De manera similar, si x P B, entonces x P pA Y Bq, por lo tanto A Y B Ă pA Y Bq. Ahora,
si x P pA Y Bq, entonces cualquier bola con centro en x interseca a A Y B, es decir interseca
a A o interseca a B. Si x P A entonces x P A Y B. Si x R A entonces existe un r0 ą 0 tal
que Bpx, r0 q no interseca a A, por lo que si r ĺ r0 , entonces Bpx, rq tampoco intersecará a
A, de modo que si r ĺ r0 entonces Bpx, rq interseca a B y obviamente también lo interseca
si r ą r0 , por tanto x P B. Tenemos así que en cualquier caso x P A Y B, por lo tanto
pA Y Bq Ă A Y B, concluyendo que d) es verdadera. ‚
A continuación estudiaremos brevemente el concepto de conexidad. Comencemos defi-
niendo el significado de conjunto conexo.
14.1.17. Definición. Un espacio métrico pX, ρq se dice que es conexo cuando los únicos
subconjuntos de X que son abiertos y cerrados a la vez son X y ∅. Por otro lado, si pX, ρq
es un espacio métrico, decimos que un conjunto E Ă X es conexo cuando el espacio métrico
pE, ρ|E ˆ Eq es conexo (donde ρ|E ˆ E es la métrica ρ con el dominio restringido).
El teorema siguiente caracteriza los subconjuntos conexos del conjunto de números reales.
14.1.18. Teorema. Un conjunto E Ă R es conexo si y sólo si es un intervalo.
Demostración. Consideraremos al espacio métrico pE, dq, donde d es la distancia eucli-
diana. Supongamos primero que E es un conjunto conexo. Si E es el conjunto vacío o es
396 14.1. Espacios métricos

un conjunto con un solo punto, entonces es un intervalo. Si E tiene más de un elemento,


sean a “ ínf E, b “ sup E y x P pa; bq. Demostremos que x P E. Supongamos que x R E,
tomemos los conjuntos E1 :“ ty P E : y ă xu y E2 :“ ty P E : y ą xu, y observemos
que E “ E1 Y E2 y E1 “ EzE2 . Para z P E tomemos rz ą 0 suficientemente pequeño
(digamos rz ĺ dpz, xq), tenemos que z P E1 ùñ ty P E : dpz, yq ă rz u Ă E1 y que
z P E2 ùñ ty P E : dpz, yq ă rz u Ă E2 . Por lo que, tanto E1 como E2 serían conjuntos
abiertos, y como E1 “ EzE2 , entonces también serían cerrados, además son diferentes de E y
∅, contradiciendo el hecho de que E es un conjunto conexo. Así tenemos que todo x P pa; bq
debe ser necesariamente un elemento de E, es decir pa; bq Ă E. Ahora, por definición de a y
b, tenemos que el conjunto E es pa; bq, ra; bs, pa; bs ó ra; bq, concluyendo que E es un intervalo.
Supongamos ahora que E es un intervalo. Si E es el conjunto vacío o es un conjunto con
un solo punto, entonces sus únicos subconjuntos son ∅ y E. Así, debido al teorema 14.1.10
a), tenemos que E es conexo. Si E tiene más de un elemento, sean a “ ínf E y b “ sup E.
Si E no fuera conexo, existiría un conjunto A Ă E diferente de E y del vacío que sería
abierto y cerrado a la vez, y además EzA también sería abierto y cerrado. Sean x P A e
y P EzA y supongamos sin pérdida de generalidad que x ă y. Denotemos por z al supremo
de A X rx; ys y demostremos que z debe pertenecer tanto a A como a EzA, llegando así a
una contradicción. Si z P A, entonces z ă y y para todo r ą 0 definamos zr “ mínty, z ` 2r u,
teniéndose así que zr P Bpz, rq X pEzAq, es decir A no es abierto. Si z P EzA, entonces z ĺ y
y para todo r ą 0 existe un wr P A X pz ´ r; zq (de otro modo z no sería el supremo de
A X rx; ys); es decir wr P Bpz, rq X A y z está en la frontera de A pero no en A, con lo que el
conjunto A no es cerrado. Por lo tanto, si E es un intervalo, éste debe ser conexo. ‚
14.1.19. Definiciones. Sea pX, ρq un espacio métrico y E Ă X. Al número

suptρpa1 , a2 q : a1 , a2 P Eu

se le llama diámetro de E y lo denotaremos por diámpEq. Decimos que E es acotado si


está incluido en una bola.
14.1.20. Observación. Observemos que la definición anterior de conjunto acotado es equi-
valente con la definición de conjunto acotado en R y que en general el diámetro de una bola
de radio r es a lo más 2r.
A continuación estableceremos el concepto de compacidad, el cual es de gran importancia
en muchas ramas de las matemáticas y sirve para determinar la existencia de máximos y
mínimos de funciones continuas.
14.1.21. Definición. Sea pX, ρq un espacio métricoŤy E Ă X. Se dice que una colección Ψ
de subconjuntos de X es una cubierta de E si E Ă A. En caso de que Ψ sea una cubierta
APΨ
de E y que todos los elementos de Ψ sean abiertos, decimos que Ψ es una cubierta abierta
de E. Cuando una colección Ψ es una cubierta de E, decimos que Ψ cubre a E.
14.1.22. Definición. Sea pX, ρq un espacio métrico y E Ă X. Decimos que E es compacto,
si toda cubierta abierta Ψ del conjunto E tiene una subcubierta abierta finita Ψ 1 Ă Ψ , es
decir existe una colección Ψ 1 que es subconjunto finito de Ψ y que es una cubierta de E.
14.1.23. Ejemplo. Tenemos que cualquier subconjunto finito es compacto. En efecto, si Ψ es
una cubierta abierta de un conjunto finito E, para cada x P E tomamos un elementos Ax P Ψ
14.1. Espacios métricos 397

tal que x P Ax , lo cual es posible debido a que Ψ es una cubierta abierta de E, teniendo así
que tAx : x P Eu es una cubierta abierta finita de E que tiene a lo más el mismo número de
elementos que E.
14.1.24. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico y E Ă X. Si E es compacto, entonces es
acotado.
Demostración. Supongamos que E es compacto. Tenemos que la colección tBpx, 1q : x P Eu
es una cubierta abierta de E. Como E es compacto, existe una subcolección finita que
es una cubierta de E, es decir existe un n P N y n elementos x1 , x2 , . . . , xn P E ta-
les que tBpx1 , 1q, Bpx2 , 1q, . . . , Bpxn , 1qu es una cubierta de E. Afirmamos que para r “
máxtρpx1 , xk q : k P t1, 2, . . . , nuu tenemos E Ă Bpx1 , r ` 1q. En efecto, si x P E, enton-
ces x P Bpxk , 1q para algún k P t1, 2, . . . , nu y ρpx1 , xq ĺ ρpx1 , xk q ` ρpxk , xq ă r ` 1, es decir
x P Bpx1 , r ` 1q. ‚
14.1.25. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico y E Ă X. Si E es compacto, entonces es
cerrado.
Demostración. Supongamos que E es compacto y veamos que el complemento de E es
abierto. Sea y P XzE y para cada x P E sea rx “ 21 ρpx, yq, teniéndose que la colección
tBpx, rx q : x P Eu es una cubierta abierta de E. Por ser E compacto, existe un n P N y n
elementos x1 , x2 , . . . , xn P E tales que tBpx1 , rx1 q, Bpx2 , rx2 q, . . . , Bpxn , rxn qu es una cubierta
de E. Tomemos ry “ míntrx1 , rx2 , . . . , rxn u. Si w P E, entonces pertenece a alguna bola
Bpxk , rk q, y no puede pertenecer a Bpy, ry q, puesto que de ser así tendríamos 2rxk “ ρpy, xk q ĺ
ρpy, wq ` ρpw, xk q ă ry ` rxk ĺ 2rxk . Como la bola Bpy, ry q no está incluida en ninguno de
los Bpxk , rxk q, entonces no está incluida en E, por lo que XzE es abierto y por el teorema 9,
E es cerrado. ‚
14.1.26. Teorema. Sean a, b P R tales que a ă b. El intervalo ra; bs es compacto.
Demostración. Sea Ψ una cubierta abierta de ra; bs, B “ td P ra; bs : existe un subconjunto
finito de Ψ que es cubierta de ra; bs} y c “ sup B. Tomemos un conjunto abierto Ac tal que
c P Ac P Ψ . Obviamente a ă c ĺ b. Veamos ahora que necesariamente c “ b. Si c fuera
menor que b, existiría un r ą 0 tal que pc ´ r; c ` rq Ă Ac , de modo que c ´ 2r P Ac y existe
un subconjunto finito Ψ 1 Ă Ψ tal que Ψ 1 es una cubierta de ra; c ´ 2r s. Ahora, el conjunto
Ψ 1 Y tAc u es un subconjunto finito de Ψ y es una cubierta abierta de ra; míntc ` 2r , bus, lo cual
contradice el hecho de que c “ sup B. ‚
14.1.27. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico, E Ă X un conjunto compacto y F Ă X
un conjunto cerrado. El conjunto E X F es compacto.
Demostración. Sea Ψ una cubierta abierta de E X F y notemos que Ψ Y tXzF u es una
cubierta abierta de E y, como E es compacto, existe un conjunto finito Ψ ˚ Ă Ψ Y tXzF u.
Ahora, Ψ ˚ es una cubierta abierta finita de E X F , pero como ningún elemento de E X F
está en XzF , entonces el conjunto Ψ ˚ ztXzF u Ă Ψ también es una cubierta abierta finita de
E X F , por lo tanto E X F es compacto. ‚
El teorema siguiente describe la forma en que deben ser los subconjuntos compactos del
conjunto de números reales.
14.1.28. Teorema. Un subconjunto E Ă R es compacto si y sólo si es cerrado y acotado.
398 14.1. Espacios métricos

Demostración. Sea E Ă R. Por el teorema 14.1.25 tenemos que si E es cerrado, entonces


es cerrado y acotado. Ahora, si E es cerrado y acotado, existen dos números a, b P R tales
que a ă b y E Ă ra; bs, de modo que por el teorema 14.1.26 el intervalo ra; bs es un conjunto
compacto y por el teorema 14.1.27 se tiene que E X ra; bs es compacto, pero E “ E X ra; bs. ‚
14.1.29. Definición. Sean pX, ρq y pE, ζq dos espacios métricos. Si E Ă X y además
ρpx, yq “ ζpx, yq para x, y P E, decimos que pE, ζq es un subespacio métrico de pX, ρq.
Cuando G Ă E sea abierto con respecto al espacio métrico pE, ζq, diremos que G es abierto
relativo a E o abierto en E.
La demostración del siguiente teorema se deja al lector.
14.1.30. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico y pE, ζq un subespacio métrico de pX, ρq.
Un conjunto G Ă E es abierto en E si y sólo si existe un conjunto A que es abierto en X y
además G “ A X E.
14.1.31. Ejemplo. El conjunto p3; 6s no es un conjunto abierto en R, pero es un conjunto
abierto en r0; 6s.
Hemos visto que un conjunto puede no ser abierto con respecto a un espacio métrico,
pero sí ser abierto con respecto a un subespacio que lo contenga, por lo que en cierto sentido
el concepto de ser abierto relativo depende del subespacio del espacio métrico, es decir es en
efecto un concepto relativo. Un concepto que no es tan relativo es el de compacidad, como
lo muestra el teorema siguiente.
14.1.32. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico y pE, ζq un subespacio métrico de pX, ρq.
Un conjunto C Ă E es compacto con respecto al espacio métrico pE, ζq si y sólo si es compacto
con respecto al espacio métrico pX, ρq.
Demostración. Sea C Ă E. Supongamos primero que C es compacto con respecto al
espacio métrico pX, ρq. Sea tEλ : λ P Λu una cubierta abierta de C con respecto al subes-
pacio métrico pE, ζq. Por el teorema 14.1.30, para cada λ P Λ existe un conjunto Aλ que es
abierto en X y además Eλ “ E X Aλ . Como Eλ Ă Aλ , tenemos que tAλ : λ P Λu es una
cubierta abierta de C con respecto al espacio métrico pX, ρq, por lo que existe una subco-
lección tAλ1 , Aλ2 , . . . , Aλn u que es cubierta finita de C. Ahora, observemos que la colección
tEλ1 , Eλ2 , . . . , Eλn u es una subcolección finita de tEλ : λ P Λu que cubre a C, por lo que C
es compacto con respecto al espacio métrico pE, ζq. Supongamos ahora que C es compacto
con respecto al espacio métrico pE, ζq. Sea tAλ : λ P Λu una cubierta abierta de C con
respecto al espacio métrico pX, ρq y para cada λ definamos Eλ :“ E X Aλ observando que
tEλ : λ P Λu es una cubierta abierta de C con respecto al espacio métrico pE, ζq. Como
estamos suponiendo que C es compacto con respecto a pE, ζq, existe una subcolección finita
tEλ1 , Eλ2 , . . . , Eλn u que cubre a C por lo que, debido a que Eλ Ă Aλ , también lo cubre la
colección tAλ1 , Aλ2 , . . . , Aλn u, teniendo así que C es compacto con respecto al espacio métrico
pX, ρq. ‚
Volvamos al tema de los conjuntos conexos. De la definición de conjunto conexo, podemos
ver que un conjunto E es conexo si y sólo si no puede expresarse como la unión de dos
conjuntos abiertos (con respecto a E), disjuntos y no vacíos.
Ş
14.1.33. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico. Si existe un x P Eλ , donde los Eλ son
λPΛ
14.1. Espacios métricos 399
Ť
subconjuntos conexos de X para λ P Λ, entonces Eλ es conexo.
λPΛ

Demostración. Supongamos que x P Eλ , donde los Eλ son subconjuntos conexos de X


Ş
λPΛ
para λ P Λ. Sea A1 Ă Eλ un conjunto abierto y cerrado a la vez, con respecto a Eλ ,
Ť Ť
ŤλPΛ λPΛ
de modo que A2 :“ Eλ zA1 es también abierto y cerrado. Tenemos que x P A1 ó x P A2 ;
λPΛ
supongamos sin pérdida de generalidad que x P A1 . Como cada Eλ es conexo, el conjunto
A1 X Eλ es no vacío, abierto y cerrado en Eλ ; así el complemento con respecto a Eλ , que
es A2 X Eλ , es el conjunto vacío. Tenemos así que A2 “ pA2 X Eλ q “ ∅, de manera que
Ť
ŤλPΛ
Eλ , teniéndose que los únicos subconjuntos de Eλ que con respecto él mismo son
Ť
A1 “
λPΛ Ť λPΛ
abiertos y cerrados a la vez son el vacío y el mismo Eλ . ‚
λPΛ

14.1.34. Definición. Sea pX, ρq un espacio métrico, E Ă X y x P E. A la unión de todos


los subconjuntos conexos a los cuales pertenece x y que están incluidos en E se le llama
componente conexa de E.
El corolario siguiente se puede deducir del teorema 14.1.33. Dejamos los detalles de la
demostración como ejercicio para el lector.
14.1.35. Corolario. Las componentes conexas de un conjunto E son conjuntos conexos y la
colección de componentes conexas de un conjunto es una partición en clases de equivalencia
de E.

Ejercicios.

1. Verificar que las funciones dadas en los ejemplos 14.1.2, 14.1.3, 14.1.4, 14.1.5 y 14.1.6
son métricas.

2. Sea pX, ρq un espacio métrico y E Ă X. Demostrar que E es la unión de los puntos de


acumulación de E y de los puntos aislados de E.

3. Demostrar que Q es un conjunto denso de R.

4. Demostrar el teorema 14.1.30.

5. Demostrar con detalle el corolario 14.1.35.


400 14.2. Funciones en espacios métricos

14.2. Funciones en espacios métricos


En esta sección se generalizará el concepto de función continua para espacios métricos
arbitrarios y se estudiarán algunas de sus propiedades.
Veamos algunas propiedades de las imágenes e imágenes inversas de las funciones que
serán de utilidad en lo sucesivo.
14.2.1. Teorema. Sean X e Y dos conjuntos, f : X ÝÑ Y una función, tAλ : λ P Λu una
colección de subconjuntos de X y tBλ : λ P Λu una colección de subconjuntos de Y . Se tienen
las siguientes propiedades:
„ 
a) f
Ş Ş
Aλ Ă f rAλ s.
λPΛ λPΛ
„ 
b)
Ť Ť
f rAλ s “ f Aλ .
λPΛ λPΛ
„ 
c)
Ş ´1 ´1
Ş
f rBλ s “ f Bλ .
λPΛ λPΛ
„ 
d)
Ť ´1 ´1
Ť
f rBλ s “ f Bλ .
λPΛ λPΛ

e) f rf ´1 rBss Ă B, para todo B Ă Y .


f) A Ă f ´1 rf rAss, para todo A Ă X.
g) f ´1 prY zBs “ Xzf ´1 rBs, para todo B Ă Y .

Demostración. Demostremos primero a). En caso de que f r Ş λPΛ Aλ s “ ∅, la conclusión


Ş
es obvia. Supongamos que y P f r λPΛ Aλ s, es decir existe un x P λPΛ Aλ , tal que f pxq “ y.
Ş
Como para todo λŞP Λ existe un x P Aλ tal que fŞ pxq “ y, entonces y P f rAλ s, para todo
λ P Λ, es decir y P λPΛ f rAλ s, concluyendo que f r λPΛ Aλ s Ă λPΛ f rAλ s.
Ş
Demostremos ahora b). Sea y P λPΛ f rAλ s. Existe un λ0 P Λ tal que Ť y P f rAλ0 s, por lo
Ť
que existe
Ť a su vez un x P Aλ0 tal que f pxq Ť “ y, pero tal xŤestá en λPΛ Aλ , porŤlo tanto
y P f r λPΛ AλŤ s. Hemos demostrado que λPΛ f rAλ s Ă f r λPΛ Aλ s. Sea z P f r λPΛ Aλ s.
Existe un x P λPΛ Aλ tal que fŤ pxq “ y, y tal x está en algún AλŤ1 con λ1 P Ť Λ, de modo
que y P f rAλ1 s, por lo tanto y P λPΛ f rAλ s. Tenemos pues que f r λPΛ Aλ s Ă λPΛ f rAλ s,
concluyendo la parte b) del teorema.
Para demostrar c) supongamos primero que x P λPΛ f ´1 rBλ s, es decir x P f ´1 rBλ s para
Ş
todo λ P Λ. Sea yŞ“ f pxq. Como x P f ´1 rBλ s para λŞP Λ, entonces y P Bλ para cada
λ es decir y P Ş
ŞP Λ, ´1 λPΛ Bλ , teniéndose así que x P f
´1
λ s, de donde concluimos que
r λPΛ BŞ
Ş f rBλ s Ă f r λPΛ Bλ s. Supongamos ahora que x P f r λPΛ Bλ s y sea y el elementos
´1 ´1
λPΛ
de λPΛ Bλ tal queŞy “ f pxq. Como y P Bλ para todo λŞP Λ, entonces x P f ´1
rB λ s para todo
λ P Λ, es decir x P λPΛ f rBλ s. Tenemos así que f r λPΛ Bλ s Ă λPΛ f rBλ s con lo cual
´1 ´1
Ş ´1

se obtiene la parte c).


Demostremos ahora la parte d). Tomemos x P λPΛ f ´1 rBλ s y sea y el elemento de Y
Ť
tal que y “ f pxq. Como x P f ´1 rBλ0 s para algún λ0 P Λ, entonces y P Bλ0 , por lo tanto
14.2. Funciones en espacios métricos 401

y P ŤλPΛ Bλ , teniendo que x P f ´1 r λPΛ Bλ s, con lo que concluimos que


Ť Ť Ť ´1
λPΛ f rBλ s Ă
f rŤ λPΛ Bλ s. Supongamos ahora que x P f r λPΛ Bλ s y sea de nuevo y “ f pxq. Como
´1 ´1
Ť
y P λPΛ Bλ , existe un λ1ŤP Λ tal que y P Bλ1 , teniendo así que Ťλ1 s para
x P f ´1 rB algún
λ1 P Λ, por lo tanto x P λPΛ f rBλ s, demostrando que f r λPΛ Bλ s Ă λPΛ f rBλ s y
´1 ´1
Ť ´1

terminando la demostración de d).


Veamos ahora e). Si y P f rf ´1 rBss, entonces existe un x P f ´1 rBs tal que y “ f pxq, pero
f pxq P B, es decir y P B, con lo que concluimos e).
Mostremos la veracidad de f). Si x P A, entonces f pxq P f rAs, por lo que si tomamos
y “ f pxq, tenemos que x P f ´1 rtyus Ă f ´1 rf rAss y así A Ă f ´1 rf rAss.
Concluyamos el teorema demostrando g). Si x P X, entonces x P f ´1 rY zBs ðñ f pxq P
Y zB ðñ f pxq R B. Ahora, decir que f pxq P B equivale a decir que x P f ´1 rBs, por lo que
f pxq R B significa que x R f ´1 rBs, es decir significa que x P Xzf ´1 rBs, obteniéndose que g)
es verdadera y concluyendo así la demostración del teorema. ‚
Definamos ahora el concepto de continuidad en espacios métricos.
14.2.2. Definición. Sean pX, ρq y pY, ηq dos espacios métricos, f : X ÝÑ Y una función y
x0 P X. Decimos que la función f es continua en x0 , cuando para todo ε ą 0 existe un δ ą 0
tal que
ρpx0 , xq ă δ ùñ ηpf px0 q, f pxqq ă ε, para todo x P X.
Así mismo, decimos simplemente que f es continua, cuando es continua en su dominio. Si
E Ă X, decimos que f es continua en E, cuando f |E (la restricción de f al conjunto E) es
continua con respecto al subespacio métrico pE, ζq de pX, ρq.
14.2.3. Teorema. Sean pX, ρq y pY, ηq dos espacios métricos, f : X ÝÑ Y una función y
x0 P X. La función f es continua en x0 si y sólo si para toda vecindad W de f px0 q existe una
vecindad V de x0 tal que f rV s Ă W .
Demostración. Supongamos que f es continua en x0 y sea W una vecindad de f px0 q.
Como W es abierto y f px0 q P W , entonces existe un ε ą 0 tal que Bpf px0 q, εq Ă W . Ahora,
por ser f continua en x0 , existe un δ ą 0 tal que ρpx0 , xq ă δ ùñ ηpf px0 q, f pxqq ă ε, es
decir f rBpx0 , δqs Ă Bpf px0 q, εq Ă W , por lo que si tomamos V “ Bpx0 , δq se tiene que si f es
continua, entonces existe una vecindad V de x0 tal que f rV s Ă W .
Supongamos ahora que para toda vecindad W de f px0 q existe una vecindad V de x0 tal
que f rV s Ă W . Sea ε ą 0. Como Bpf px0 q, εq es una vecindad de f px0 q, existe una vecindad
V de x0 tal que f rV s Ă Bpf px0 q, εq. Ahora, existe un δ ą 0 tal que Bpx0 , δq Ă V , de modo
que f rBpx0 , δqs Ă f rV s Ă Bpf px0 q, εq, es decir |x ´ x0 | ă δ ùñ |f px0 q ´ f pxq| ă ε, lo cual
significa que f es continua en x0 . ‚
14.2.4. Teorema. Sean pX, ρq y pY, ηq dos espacios métricos y f : X ÝÑ Y una función.
Las siguientes tres propiedades son equivalentes:

a) f es continua.

b) Para todo abierto W Ă Y se tiene que f ´1 rW s es abierto.

c) Para todo cerrado Z Ă Y se tiene que f ´1 rZs es cerrado.


402 14.2. Funciones en espacios métricos

Demostración. a) ùñ b). Supongamos que f es continua y sea W un subconjunto abierto


de Y . Para cada x P f ´1 rW s sea Vx una vecindad de x tal que Ť f rVx s Ă W (tal vecindad existe
debido al teorema 14.2.3). Observando que f ´1 rW s “ xPf ´1 rW s Vx y usando el teorema
14.1.10 c) tenemos que a) ùñ b).
b) ùñ a). Supongamos que para todo abierto W Ă Y se tiene que f ´1 rW s es abierto.
Sea x0 P X, ε ą 0 y tomemos W “ Bpf px0 q, εq. Tenemos que f ´1 rBpf px0 q, εqs es un con-
junto abierto al cual pertenece x0 , por lo que existe una bola Bpx0 , δq que está incluida en
f ´1 rBpf px0 q, εqs, teniéndose así que f rBpx0 , δqs Ă Bpf px0 q, εq, concluyendo que f es continua.
b) ðñ c). Supongamos primero que se cumple b) y sea Z Ă Y un conjunto cerrado.
Como Y zZ es abierto, tenemos que f ´1 rZs “ Xzf ´1 rY zZs es cerrado (teoremas 14.1.9 y
14.2.1 g)), por lo tanto b) ùñ c). Supongamos ahora que se cumple c) y sea W Ă Y un
conjunto abierto. Como W zZ es cerrado, tenemos que f ´1 rW s “ Xzf ´1 rY zW s es abierto,
por lo tanto c) ùñ b). ‚
14.2.5. Teorema. Sean pX, ρq y pY, ηq dos espacios métricos, f : X ÝÑ Y una función
continua y C Ă X un conjunto compacto. El conjunto f rCs es compacto.
Demostración. Sea tWλ : λ P Λu una cubierta abierta de f rCs. Por el teorema 14.2.4 la
colección tf ´1 rWλ s : λ P Λu es una cubierta abierta de C y por ser C un conjunto compacto
existe un conjunto finito tλ1 , λ2 , . . . , λn u Ă Λ tal que tf ´1 rWλ1 s, f ´1 rWλ2 s, . . . , f ´1 rWλn su es
una cubierta abierta de C. Ahora, la colección tf rf ´1 rWλ1 ss, f rf ´1 rWλ2 ss, . . . , f rf ´1 rWλn ssu
es una cubierta de f rCs y, por el teorema 14.2.1 e), también lo es la colección tWλ1 , Wλ2 , . . . ,
Wλn u, pero ésta última es un subconjunto finito de tWλ : λ P Λu. ‚
El teorema siguiente es una generalización del teorema del valor máximo 10.5.22.
14.2.6. Teorema. Sean pX, ρq un espacio métrico, C Ă X un conjunto compacto f : C ÝÑ R
una función continua (o bien f : X ÝÑ R una función continua en C). Existe un x˚ P C tal
que f px˚ q “ máxf rCs.
Demostración. Por el teorema 14.2.5, el conjunto f rCs es compacto, por el teorema 14.1.28
es cerrado y acotado, y por el axioma del supremo existe un número real y ˚ tal que y ˚ “
sup f rCs. Veamos ahora que el hecho de que f rCs sea cerrado nos lleva a que y ˚ P f rCs. En
efecto, si y ˚ R f rCs, entonces, por ser f rCs cerrado, existiría una bola con centro en y ˚ , en
nuestro caso un conjunto de la forma py ˚ ´ ε, y ˚ ` εq, tal que py ˚ ´ ε, y ˚ ` εq X f rCs “ ∅,
pero en dicho caso tendríamos que todo y P f rCs satisface la desigualdad y ă y ˚ y también
la desigualdad y ĺ y ˚ ´ ε, lo que contradice el hecho de que y ˚ es el supremo de f rCs, por
lo tanto y ˚ P f rCs, es decir y ˚ “ máxf rCs. Así, existe un x˚ P C tal que f px˚ q “ y ˚ , es decir
tal que f px˚ q “ máxf rCs. ‚
Como consecuencia inmediata de los teoremas 14.2.6 y 14.1.28 tenemos el siguiente coro-
lario.
14.2.7. Corolario. Sea C Ă R un conjunto cerrado y acotado y sea f : C ÝÑ R una función
continua. Existe un x˚ P C tal que para todo x P C se tiene que f pxq ĺ f px˚ q.
14.2.8. Corolario. Sean pX, ρq un espacio métrico, C Ă X un conjunto compacto f : C ÝÑ
R una función continua (o bien f : X ÝÑ R una función continua en C). Existe un x˚ P C
tal que f px˚ q “ mínf rCs.
14.2. Funciones en espacios métricos 403

Demostración. El resultado se sigue del teorema 14.2.6, al observar que f es continua si y


sólo si ´f es continua y tomar x˚ :“ máxp´f rCsq, lo cual lleva a que x˚ “ mínf rCs. ‚
14.2.9. Teorema. Sean pX, ρq y pY, ηq dos espacios métricos y f : X ÝÑ Y una función
continua. Si E es un subconjunto conexo de X, entonces f rEs es un subconjunto conexo de
Y.
Demostración. Si f rEs no fuera un subconjunto conexo de Y , entonces existiría un conjun-
to G Ă f rEs que fuera abierto y cerrado con respecto a la métrica η restringida a f rEsˆf rEs,
y que además G ‰ ∅ y G ‰ f rEs. Tendríamos pues que los conjuntos E Xf ´1 rGs y Ezf ´1 rGs
serían disjuntos, abiertos y cerrados, y además diferentes de ∅ y de E, por lo que E no sería
conexo. ‚
El corolario siguiente es una generalización del teorema del valor intermedio.
14.2.10. Corolario. Sea pX, ρq un espacio métrico conexo y f : X ÝÑ R una función
continua. Si x1 , x2 P X son tales que f px1 q ă f px2 q, entonces para todo y0 P pf px1 q; f px2 qq
existe un x0 P X tal que f px0 q “ y0 .
Demostración. Por el teorema 14.2.9 el conjunto f rXs Ă R es conexo, pero debido al teo-
rema 14.1.18 este conjunto es un intervalo, por lo que si los números f px1 q y f px2 q pertenecen
a el, también debe pertenecer cualquier número y0 que esté entre ellos, es decir y0 P f rXs, lo
que significa que existe un x0 P X tal que f px0 q “ y0 . ‚
14.2.11. Corolario. Sea pX, ρq un espacio métrico y E Ă X un conjunto tal que para
cualesquiera dos elementos x e y de E existe una función continua f : r0; 1s ÝÑ E tal que
f p0q “ x y f p1q “ y. El conjunto E es conexo.
Demostración. Si E “ ∅, entonces E es conexo. Si E ‰ ∅, existe un x P E y por hipótesis
para cualquier y P E existe una función continua f : r0; 1s ÝÑ E tal que f p0q “ x y f p1q “ y.
Como x, y P f rr0; 1ss Ă E y, por los teoremas 14.2.9 y 14.1.8, f rr0; 1ss es conexo y tenemos
que x e y pertenecen a la misma componente conexa de E. En general cualquier elemento
de E pertenece a la misma componente conexa que x y debido al corolario 14.1.35, la única
componente conexa de E es E, teniéndose así que E es un conjunto conexo. ‚
14.2.12. Teorema. Sean pX, ρq y pY, ηq dos espacios métricos, C Ă X un conjunto compacto
y f : C ÝÑ Y una función continua e inyectiva. La función f ´1 : f rCs ÝÑ C es continua.
Demostración. Por el teorema 14.1.27 cualquier subconjunto F cerrado de C es compacto y
por los teoremas 14.2.5 y 14.1.25 el conjunto f rF s es cerrado. Tenemos así que si pf ´1 q´1 rF s “
f rF s es cerrado, de modo que si usamos el teorema 14.2.4, concluimos que f ´1 es una función
continua. ‚
14.2.13. Teorema. Sean pX, ρq, pY, ηq y pZ, γq tres espacios métricos y sean f : X ÝÑ Y y
g : Y ÝÑ Z funciones continuas. La función g ˝ f : X ÝÑ Z es continua.
Demostración. El teorema se sigue del teorema 14.2.4 y hecho de que para todo conjunto
A Ă Z se tiene que pg ˝ f q´1 rAs “ f ´1 rg ´1 rAss. ‚
14.2.14. Definición. Dados dos espacios métricos pX, ρq y pZ, ζq, decimos que una función
f : X ÝÑ Z es uniformemente continua en un conjunto E Ă X si para todo ε ą 0 existe
un δ ą 0 tal que para cualesquiera dos elementos x, y P X se tiene
ρpx, yq ă δ ùñ ζpf pxq, f pyqq ă ε.
404 14.2. Funciones en espacios métricos

Cuando una función sea uniformemente continua en todo su dominio, diremos simplemente
que es uniformemente continua, sin necesidad de especificar en qué conjunto.
14.2.15. Observación. Notemos que si f es uniformemente continua en E, entonces es
continua en E.
14.2.16. Teorema. Sean pX, ρq y pZ, ζq dos espacios métricos. Si C Ă X es un conjunto
compacto y f : X ÝÑ Z es continua en C, entonces f es uniformemente continua en C.
Demostración. Sea C un subconjunto compacto de X y f : X ÝÑ Z una función
continua en C. Para todo ε ą 0 y todo x P C sea δx ą 0 tal que para y P C tene-
mos que ρpx, # yq˜ ă δx ¸ùñ ˜ζpf pxq, ¸ f pyqq ă ˜2ε . Como¸+ C es compacto, existe una colec-
δx1 δx2 δx n
ción finita B x1 , , B x2 , , . . . , B xn , que cubre C, donde cada xi es-
2 2 2
# +
δx1 δx2 δx n
tá en C. Ahora, si x, y P C son tales que ρpx, yq ă mín , ,..., y tomamos
2 2 2
# + ˜ ¸
δx1 δx2 δx n δx i
δ “ mín , ,..., , entonces, al tomar un i P t1, 2, . . . , nu tal que x P B xi , ,
2 2 2 2
δx i δxi
tendremos que ρpxi , yq ĺ ρpxi , xq ` ρpx, yq ă ` “ δxi , por lo que ζpf pxq, f pyqq ĺ
2 2
ζpf pxq, f pxi qq ` ζpf pxi q, f pyqq ă 2 ` 2 “ ε. Es decir, ρpx, yq ă δ ùñ ζpf pxq, f pyqq ă ε, para
ε ε

x, y P C. ‚
14.2.17. Definición. Sean pX, ρq y pZ, ζq dos espacios métricos. Siempre que exista una
biyección f entre X y Z tal que f : X ÝÑ Z es continua y f ´1 : Z ÝÑ X también es
continua, diremos que los espacios métricos pX, ρq y pZ, ζq son homeomorfos y se dice que
la función f es un homeomorfismo de espacios métricos.
14.2.18. Observación. Tenemos que si pX, ρq y pZ, ζq son dos espacios métricos y f : X ÝÑ
Z es un homeomorfismo sobre Z, entonces un conjunto A Ă X es abierto si y sólo si f rAs es
abierto; es cerrado si y sólo si f rAs es cerrado; es compacto si y sólo si f rAs es compacto; es
conexo si y sólo si f rAs es conexo; aunque puede suceder que A sea acotado y no lo sea f rAs.
14.2.19. Definición. Sea pX, ρq un espacio métrico. Decimos que una sucesión pxn q8n“1 de
elementos de X converge a un x P X (con respecto a la métrica ρ) si para todo ε ą 0 existe
un N P N tal que
nľN ùñ ρpxn , xq ă ε.

14.2.20. Observación. Una sucesión converge a x si y sólo si cualquiera de sus subsucesiones


converge a x.
14.2.21. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico, y P X y pxn q8 n“1 una sucesión de elementos
de X. Existe una subsucesión de pxn q8 n“1 que converge a y si y sólo si para todo ε ą 0 el
conjunto tn P N : ρpxn , yq ă εu es infinito.
Demostración. Si existe una subsucesión pxmk q8 k“1 de pxn qn“1 que converge a y, entonces
8

para todo ε ą 0 existe un N P N tal que si k ľ N , entonces ρpxmk , yq ă ε, de modo que el


conjunto tmk : k ľ N u es infinito, pero tmk : k ľ N u Ă tn P N : ρpxn , yq ă εu, por lo que el
conjunto tn P N : ρpxn , yq ă εu también es infinito.
14.2. Funciones en espacios métricos 405

Supongamos ahora que para todo ε ą 0 el conjunto tn P N : ρpxn , yq ă εu es infinito.


Sea m1 P N tal que ρpxm1 , yq ă 1 y procedamos recursivamente definiendo para cada k P N
un mk`1 P N tal que mk`1 ą mk y ρpxmk`1 , yq ă k`1 1
, lo cual es posible debido a que
tn P N : ρpxn , yq ă εu es infinito. Así, si ε ą 0 y N es un número natural mayor que 1ε , al
tomar k ľ N tenemos que
1 1
ρpxmk , yq ă ĺ ă ε,
k N
con lo que la subsucesión pxmk q8k“1 converge a y. ‚
14.2.22. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico compacto y pan q8
n“1 una sucesión (infinita)
de elementos de X. Existe una subsucesión de pan q8
n“1 que converge a algún y P X.
Demostración. Por el teorema 14.2.21, si x es un elemento de X y ninguna subsucesión
n“1 converge a x, entonces para algún rx ą 0 el conjunto tn P N : ρpan , xq ă rx u es
de pan q8
finito, por lo que existe un Nx P N tal que si n ľ Nx , entonces ρpan , xq ľ rx , es decir el
conjunto tn P N : an P Bpx, rx qu es finito. Así, si la sucesión no converge a ningún elemento
de X, entonces para todo x P X el conjunto tn P N : an P Bpx, rx qu es finito para algún
rx ą 0. Ahora, como X es compacto, existe una colección finita tBpx1 , rx1 q, . . . , Bpxm , rxm qu
que cubre a X, de modo que solamente habría una cantidad finita de números naturales n
m
para los cuales an P Bpxk , rxk q “ X, contradiciendo el hecho de que todas las componentes
Ť
k“1
n“1 están en X.
de la sucesión pan q8 ‚
14.2.23. Teorema. Sean pX, ρq y pZ, ηq espacios métricos y pan q8
n“1 una sucesión de elemen-
8
tos de X. Si la sucesión pan qn“1 converge a un a P X y f : X ÝÑ Z es una función continua,
entonces la sucesión pf pan qq8
n“1 converge a f paq.

Demostración. Supongamos que la sucesión pan q8 n“1 converge a un a P X y que f : X ÝÑ Z


es una función continua. Sea ε ą 0. Como f es continua, existe un δ ą 0 tal que para todo
x P X se tiene que

14.2.24. ρpx, aq ă δ ùñ ηpf pxq, f paqq ă ε.

Ahora, como pan q converge a a, existe un N P N tal que

14.2.25. nľN ùñ ρpan , aq ă δ.

De las implicaciones 14.2.25 y 14.2.24 se tiene que la sucesión pf pan qq8


n“1 converge a f paq. ‚

El teorema siguiente es un recíproco del teorema 14.2.22.


14.2.26. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico. Si toda sucesión de elementos en X tiene
una subsucesión que converge a algún elemento de X, entonces X es compacto.
Demostración. Sea Ψ una cubierta abierta de X. Demostraremos primero que si toda
sucesión de elementos en X tiene una subsucesión convergente, entonces existe un δ ą 0 tal
que para cada subconjunto E de X con diámetro menor que δ, existe un elemento de Ψ que
incluye a E. Procedamos por contradicción. Supongamos que no existe ningún δ ą 0 tal que
todo subconjunto de X con diámetro menor que δ esté incluido en algún elemento de Ψ .
Debido a la suposición tenemos que para cada k P N existe un Ck Ă X con diámetro
menor que k1 tal que no pertenece a ningún elemento de Ψ . Para cada k P N sea xk P Ck . Por
406 14.2. Funciones en espacios métricos

hipótesis tenemos que alguna subsucesión pxnk q8 k“1 de pxk qk“1 converge a algún x P X. Ahora,
8

x pertenece a algún elemento A de la cubierta abierta Ψ , pero como A es abierto, podemos


elegir un ε ą 0 tal que Bpx, εq `Ă A. Tomando k suficientemente grande, de tal manera que
ă 2 , tenemos que Cnk Ă B xnk , 2 . Tomando de nuevo k suficientemente grande, de tal
1 ε ε
˘
nk
manera que ρpxnk , xq ă 2ε , tenemos que Cnk Ă Bpx, εq, por lo que Cnk Ă A, contrario a la
manera en que se construyeron los Ck .
Demostraremos ahora que si cualquier sucesión de elementos de X tiene una subsucesión
que converge a un elemento de X, entonces para todo ε ą 0 existe una cubierta finita de X
cuyos elementos son bolas de radio ε. De nuevo procederemos por contradicción. Supongamos
que existe un ε ą 0 tal que X no puede ser cubierta por un conjunto finito de bolas de radio ε.
Sea x1 P X. De acuerdo a la suposición Bpx1 , εq ‰ X. Sea x2 R Bpx1 , εq y de manera recursiva
tomemos para cada n P N un elemento xn`1 P X tal que xn`1 R Bpx1 , εq Y ¨ ¨ ¨ Y Bpxn , εq.
Ahora, por construcción tenemos que ρpxn`1 , xk q ľ ε para k P t1, 2, . . . , nu. Así, la sucesión
n“1 no puede tener una subsucesión convergente, puesto que cualquier x P X está en
pxn q8
alguna bola BpxN , εq, y así ρpx, xk q ľ ε, si k ľ N .
Hemos pues demostrado que si en X toda sucesión tiene una subsucesión convergente,
entonces puede ser cubierto por un número finito de bolas con un radio fijo arbitrario y
además existe un δ ą 0 tal que para cada subconjunto E de X con diámetro menor que δ,
existe un elemento de Ψ que incluye a E. Tomando ahora ε “ 3δ , tenemos que para algún
M P N existen M bolas Bpx1 , εq, Bpx2 , εq, . . . , BpxM , εq, que cubren X, cada una de las cuales
tiene diámetro menor que δ, de modo que para cada k P t1, 2, . . . , M u se tiene que existe un
Ak P Ψ tal que Bpxk , εq Ă Ak , teniéndose así que la colección tA1 , A2 , . . . , AM u cubre a X,
por lo que X es compacto. ‚
14.2.27. Definición. Sea pX, ρq un espacio métrico, E un conjunto y para cada n P N sea
fn : En ÝÑ X tal que E Ă En . Decimos que la sucesión de funciones pfn q8 n“1 converge
puntualmente en E a una función f : F ÝÑ X, con E Ă F , si para cada e P E la sucesión
n“1 converge a f peq. Cuando cada En “ E decimos simplemente que la sucesión pfn qn“1
pfn peqq8 8

converge puntualmente a la función f . Cuando tenemos que para todo ε ą 0 existe un


N P N tal que
n ľ N ùñ ρpfn peq, f peqq ă ε, para todo e P E,

decimos que la sucesión de funciones pfn q8


n“1 converge uniformemente a la función f en
el conjunto E o que es uniformemente convergente en E.
14.2.28. Observación. Observemos que si una sucesión de funciones converge uniforme-
mente en un conjunto dado, entonces converge puntualmente en el conjunto dado.
14.2.29. Definición. Sea pX, ρq un espacio métrico. Decimos que una sucesión pxk q8
k“1 de
elementos de X es de Cauchy (con respecto a la métrica ρ) si para todo ε ą 0 existe un
N P N tal que para todo n ľ N y todo m ľ N se tiene que ρpxn , xm q ă ε.
14.2.30. Teorema. En cualquier espacio métrico toda sucesión convergente es de Cauchy.
Demostración. Sea pX, ρq un espacio métrico y supongamos que pxk q8 k“1 es una sucesión
convergente en X y sea x el punto al cual converge. Para cualquier ε ą 0 existe un número
natural N , tal que k ľ N ùñ ρpxk , xq ă 2ε . Ahora, si m, n ľ N ; entonces ρpxn , xq ă 2ε y
14.2. Funciones en espacios métricos 407

ρpxm , xq ă 2ε , por lo que ρpxm , xn q ĺ ρpxm ´ xq ` ρpxn , xq ă ε


2
` ε
2
“ ε; por lo tanto toda
sucesión convergente es de Cauchy. ‚
14.2.31. Teorema. Si pxn q8 8
n“1 es una sucesión de Cauchy con una subsucesión pxnk qk“1 que
converge a x, entonces pxn q8
n“1 converge a x.
Demostración. Sea ρ la métrica en cuestión, ε ą 0, M P N tal que si i, j ą M , entonces
ρpxi , xj q ă 2ε y además ρpxnj , xq ă 2ε . Tenemos que ρpxi , xq ĺ ρpxi , xnN q`ρpxnN , xq ă 2ε ` 2ε “
ε. ‚
14.2.32. Definición. Decimos que un espacio métrico pX, ρq es completo si en él toda
sucesión de Cauchy es convergente.
Como ejemplos de espacios métricos completos tenemos tenemos a los conjuntos de la
forma Rn con la métrica euclidiana.
14.2.33. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico y E Ă X un conjunto cerrado. Si pxk q8
k“1
es una sucesión de elementos de E que converge a algún x P X, entonces x P E.
Demostración. Sea V una vecindad de x y sea ε ą 0 tal que Bpx, εq Ă V . Por definición de
convergencia, existe un N P N tal que si n ľ N , entonces ρpxn , xq ă ε, por lo que V X E ‰ ∅,
de manera que x no está en el interior de XzE, el cual es un conjunto abierto, por lo que x
no está en XzE, es decir x P E. ‚
14.2.34. Teorema. Todo subespacio cerrado de un espacio métrico completo es completo.
Demostración. Sea pX, ρq un espacio métrico completo y sea Y Ă X un conjunto cerrado.
Sea pyk q8
k“1 una sucesión de Cauchy en Y . Por ser pyk qk“1 una sucesión de Cauchy en X y
8

debido al teorema 14.2.30 tenemos que pyk qk“1 converge a un y P X, y por el teorema 14.2.33
8

tenemos que y P Y . ‚
14.2.35. Teorema. Si pX, ρq un espacio métrico, E Ă X y x es un punto de acumulación
de E, entonces x P E.
Demostración. Como E “ E Y BE tenemos que si x P E, entonces x P E, pero si x R E,
entonces, por ser x un punto de acumulación, tenemos que para todo r ą 0 se tiene que
Bpx, rq X E ‰ ∅ y además, debido a que x R E se tiene que Bpx, rq X pXzEq ‰ ∅, de manera
que x P BE. En todo caso se tiene que x P E. ‚
El teorema 14.2.34 tiene un recíproco.
14.2.36. Teorema. Todo subespacio completo de un espacio métrico completo es cerrado.
Demostración. Sea pX, ρq un espacio métrico completo y sea Y Ă X tal que pY, ρq es
completo. Sea x P E y veamos que necesariamente x P E. Si x no estuviera en E tendríamos
que x P BE y sería un punto de acumulación de E, de manera que tendríamos una sucesión
n“1 de elementos de X que converge a x (verificar con detalle esta afirmación). Ahora,
pxn q8
por el teorema 14.2.30 tenemos que pxn q8
n“1 es una sucesión de Cauchy, y por definición de
espacio métrico completo tenemos que x P E, llegando a una contradicción. ‚
Dejamos al lector el demostrar el siguiente teorema (véanse las demostraciones correspon-
dientes para el caso de funciones en los cuales el dominio y el recorrido son subconjuntos de
R).
14.2.37. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico, sean f : X ÝÑ R y g : X ÝÑ R funciones
continuas, y sea α P R:
408 14.2. Funciones en espacios métricos

a) La función f ` g, dada por pf ` gqpxq “ f pxq ` gpxq, es continua.

b) La función αf , dada por pαf qpxq “ αf pxq, es continua.

c) La función f g, dada por pf gqpxq “ f pxqgpxq, es continua.

d) La función f {g, dada por pf {gqpxq “ f pxq


gpxq
, es continua en todo x tal que gpxq ‰ 0.

14.2.38. Notación. Sea pX, ρq un espacio métrico, E Ă X y x P X. Denotaremos por


ρpx, Eq al número ínf tρpx, eq : e P Eu.
14.2.39. Teorema. Sea pX, ρq un espacio métrico y E Ă X. La función f : X ÝÑ r0; `8q
xÞÑρpx,Eq
es uniformemente continua.
Demostración. Sean ε ą 0 y x, y P X tales que ρpx, yq ă 4ε . En el caso en que f pxq ĺ f pyq
tomemos e P E tal que ρpx, eq ĺ f pxq ` 4ε , de manera que

ε ´ ε¯ ε
f pyq ĺ ρpy, eq ĺ ρpx, yq ` ρpx, eq ă ` f pxq ` “ f pxq ` ,
4 4 2

por lo cual |f pxq´f pyq| “ f pyq´f pxq ă ε. De manera análoga podemos ver que si f pxq ą f pyq
entonces |f pxq ´ f pyq| “ f pyq ´ f pxq ă ε. ‚
14.2.40. Teorema del número de Lebesgue. Sea A una cubierta abierta de un espacio
métrico compacto pX, ρq. Existe un número δ ą 0 tal que cualquier subconjunto de X con
diámetro menor que δ está incluido en algún elemento de A.
Demostración. En el caso en que X P A el resultado se cumple de manera obvia. Demos-
tremos el teorema para el caso en que X R A.
Sea tA1 , A2 , . . . , An u Ă A una subcubierta finita con n elementos, y para cada k P
t1, 2, . . . , nu sea Ek “ XzAk . Como X es compacto y cada Ek es cerrado, entonces cada
Ek es compacto. Sea f : X ÝÑ p0; `8q la función dada por
n
1 ÿ
f pxq “ ρpx, Ek q,
n k“1

la cual es continua debido a los teoremas 14.2.37 y 14.2.39. Para cada x P X y cada Ak
tal que x P Ak sea εx,k ą 0 tal que Bpx, εx,k q Ă Ak , de manera que ρpx, Ek q ľ εx,k . Sea
εx “ míntεx,k : x P Ak u y observemos que f pxq ľ εnx ą 0. Como f es continua, por el
corolario 14.2.8 se tiene que el conjunto f rXs tiene un valor mínimo δ, y por lo anterior
tenemos que δ ą 0. Sea B Ă X un conjunto con diámetro menor que δ. En caso de que
B “ ∅ tenemos que B está incluido en cualquier Ak . Veamos el caso en que B ‰ ∅ y
tomemos b P B. Sea k0 P t1, 2, . . . , nu tal que ρpb, Ek0 q “ máxtρpb, Ek q : k P t1, 2, . . . , nuu
para obtener
δ ĺ f pbq ĺ ρpb, Ex0 q,
14.2. Funciones en espacios métricos 409

de manera que B Ă Bpb, δq Ă Ak0 P A. ‚


14.2.41. Definición. Al número δ dado en el teorema 14.2.40 se le llama número de
Lebesgue de la cubierta A.
14.2.42. Teorema. Sean pX, ρq un espacio métrico compacto, pY, ηq un espacio métrico y Z
el conjunto de funciones continuas de X en Y . La función β : Z ˆ Z ÝÑ R dada por

βpf, gq :“ máxtηpf pxq, gpxqq : x P Xu

está bien definida y es una métrica en Z.


Demostración. Demostremos primero que β está bien definida, es decir que para cualquier
dos funciones continuas f, g P Z el conjunto tηpf pxq, gpxqq : x P Xu es acotado superiormente
y que existe un c P X tal que ηpf pcq, gpcqqq “ suptηpf pxq, gpxqq : x P Xu. Supongamos
primero que tηpf pxq, gpxqq : x P Xu no es acotado superiormente y para cada k P N sea xk P X
k“1 de pxk qk“1 que
tal que ηpf pxk q, gpxk qq ą k, del teorema 14.2.22 existe una subsucesión puk q8 8

converge a algún punto x0 P X y tómese dicha subsucesión de tal manera que ρpx0 , uk q ă k1
observando que ηpf puk q, gpuk qq ą k. Sea M “ ηpf px0 q, gpx0 qq y N P N suficientemente
grande de manera tal que si k ľ N entonces ηpf puk q, f px0 qq ă 1 y ηpgpuk q, gpx0 qq ă 1. De la
desigualdad del triángulo tenemos que

ηpgpuk q, f puk qq ĺ ηpgpuk q, gpx0 qq ` ηpgpx0 q, f px0 qq ` ηpf px0 , f puk qq ă M ` 2,

pero si k ą M ` 2 tenemos que ηpgpuk q, f puk qq ą M ` 2, llegando así a una contradicción y


concluyendo que el conjunto tηpf pxq, gpxqq : x P Xu es acotado superiormente. Llamémosle
C al supremo de tηpf pxq, gpxqq : x P Xu y sea pwk q8 k“1 una sucesión convergente en X tal
que pηpf pwk q, gpwk qqqk“1 sea una sucesión que converja a C. Sea c el punto al cual converge
8

la sucesión pwk q8k“1 y veamos que ηpf pcq, gpcqq “ C. Sea ε ą 0 y tomemos k suficientemente
grande de tal manera que ηpf pcq, f pwk qq ă ε y ηpgpcq, gpwk qq ă ε, de tal suerte que

ηpf pwk q, gpwk qq ĺ ηpf pwk q, f pcqq ` ηpf pcq, gpcqq ` ηpgpcq, gpwk q ă ηpf pcq, gpcqq ` 2ε,

de manera que al hacer tender k al infinito y luego ε a cero tenemos que C ĺ ηpf pcq, gpcqq, pero
como C no puede ser menor que ηpf pcq, gpcqq tenemos que necesariamente ηpf pcq, gpcqq “ C.
Habiendo demostrado ya que β está bien definida, demostremos ahora que es una métrica
en Z. Sean f , g y h elementos de Z. Si f “ g, entonces βpf, gq “ βpf, f q “ máxtηpf pxq, f pxqq :
x P Xu “ máxt0u “ 0, pero si f ‰ g existe un x P X tal que f pxq ‰ gpxq, de manera
que ηpf pxq, gpxqq ą 0, y así βpf, gq ľ ηpf pxq, gpxqq ą 0; es decir βpf, gq “ 0 si y sólo si
f “ g. Obviamente se tiene que βpf, gq “ βpg, f q, quedando por demostrar solamente que
βpf, gq ĺ βpf, hq ` βph, gq. Sea r P X tal que βpf, gq “ ηpf prq, gprqq. Tenemos que

βpf, gq “ ηpf prq, gprqq ĺ ηpf prq, hprqq ` ηphprq, gprqq ĺ βpf, hq ` βph, gq,

con lo cual el teorema queda demostrado. ‚


14.2.43. Definición. A la métrica β dada en el teorema 14.2.42 se le llama métrica del
supremo.
14.2.44. Notación. En el teorema 14.2.42 cuando Y sea Rn con la métrica euclidiana, a la
410 14.2. Funciones en espacios métricos

métrica del supremo evaluada en pf, gq la denotaremos por }f ´ g}8 , y en el caso de que g
sea la función constante 0 se le denotará por }f }8 .
14.2.45. Definición. Sea pX, ρq un espacio métrico. Decimos que un conjunto D Ă X es
denso (con respecto a la métrica ρ) si cualquier conjunto abierto no vacío interseca a D, es
decir si D “ X. En el caso en que tengamos D Ă Y Ă X, decimos que D es denso en Y si
es denso con respecto al espacio métrico pY, ρq.
14.2.46. Teorema de categoría de Baire. Sea pX, ρq un espacio métrico completo y
8
Ş
pUk q8
k“1 una sucesión de subconjuntos de X que son abiertos y densos. El conjunto Uk es
k“1
también denso en X.
Demostración. Sea x0 P X y r0 ą 0. Observemos que es suficiente demostrar que existe
8
un x P Bpx0 , r0 q que pertenece al conjunto Uk .
Ş
k“1
Como U1 es denso en X, existe un x1 P U1 tal que ρpx0 , x1 q ă ε, pero como además U1
es abierto, existe un r1 ą 0 tal que Bpx1 , r1 q Ă U1 . Tomemos el valor de r1 suficientemente
pequeño para que además se satisfaga que r1 ă 1 y Bpx1 , r1 q Ă U1 X Bpx0 , r0 q. Con un
argumento similar, tomando x1 en lugar de x0 y r1 en lugar de r0 , tenemos que existe un
x2 P X y un r2 P p0; 12 q tal que Bpx2 , r2 q Ă U2 X Bpx1 , r1 q. Así, de manera recursiva podemos
definir una sucesión pxk q8k“1 de elementos de X y una sucesión de radios prk qk“1 de tal manera
8

que 0 ă rk ă k1 y
14.2.47. Bpxk , rk q Ă Uk X Bpxk´1 , rk´1 q;
en particular tenemos
14.2.48. Bpxk`1 , rk`1 q Ă Bpxk , rk q Ă Bpxk´1 , rk´1 q Ă Bpx0 , r0 q.
De la propiedad 14.2.48 tenemos que para enteros positivos m y n, con m ą n, resulta que
xm P Bpxn , rn q, de manera que ρpxm , xn q ă rn , pero rn tiende a 0 cuando n tiende a 8,
teniendo así que pxk q8
k“1 es una sucesión de Cauchy. Ahora, como el espacio métrico pX, ρq es
completo entonces la sucesión pxk q8k“1 converge a un x P X. Del teorema 14.2.33 y del hecho
de que para todo n P N la sucesión pxk q8k“n tiene sus componentes en Bpxn , rn q y converge a
x, tenemos que x P Bpxn , rn q para todo n P N, de manera que al usar la propiedad 14.2.47
8
obtenemos que x P Un para todo n P N, es decir x P Uk .
Ş

k“1
14.2.49. Definiciones y notaciones. Sea pX, ρq un espacio métrico. Decimos que un con-
junto C Ă X es un Fσ (pronúnciese «efe sigma»), si es una unión numerable de conjuntos
cerrados. Decimos que un conjunto A Ă X es un Gδ (pronúnciese «ge delta»), si es una in-
tersección numerable de conjuntos abiertos. Al conjunto de todos los subconjuntos de X que
sean Fσ lo denotaremos por Fσ pXq, o por Fσ pX; ρq si se quiere ser más específico. Al conjunto
de todos los subconjuntos de X que sean Gδ lo denotaremos por Gδ pXq, o por Gσ pX; ρq si se
quiere ser más específico.
El teorema de categoría de Baire se puede reformular de la manera siguiente.
14.2.50. Corolario. Sea pX, ρq un espacio métrico completo y pUk q8
k“1 una sucesión de
8
Ş
subconjuntos de X que son Gδ y densos. El conjunto Uk es también denso en X.
k“1
14.2. Funciones en espacios métricos 411

Demostración. El resultado se sigue del hecho de que la intersección numerable de conjun-


tos Gδ y densos es una intersección numerable de conjuntos abiertos y densos, y del teorema
de categoría de Baire 14.2.46.
14.2.51. Definiciones. Sea pX, ρq un espacio métrico. Decimos que un conjunto E Ă X es
diseminado o nunca denso si E no incluye ningún subconjunto abierto no vacío de X.
Decimos que un conjunto es de la primera categoría de Baire si es unión numerable de
conjuntos diseminados. Decimos que un subconjunto de X es de la segunda categoría de
Baire cuando no es de la primera categoría de Baire.
Otra versión del teorema de categoría de Baire es el corolario siguiente que explica el
nombre de dicho teorema.
14.2.52. Corolario. Sea pX, ρq un espacio métrico completo. El conjunto X es de la segunda
categoría de Baire.
Demostración. Tenemos que si E Ă X es un conjunto diseminado, entonces E también es
diseminado. Tenemos además que XzE es denso, en efecto, si no fuera denso existiría un x P X
y un r ą 0 tal que Bpx, rq X pXzEq “ ∅, es decir Bpx, rq Ă E, contradiciendo el hecho de que
E es diseminado. Ahora, sea pEk q8
k“1 una sucesión de conjuntos diseminados y veamos que no
8 8
es posible que X “ Ek . Tenemos del teorema de categoría de Baire 14.2.46 que
Ť Ş
pXzEk q
k“1 k“1
8 8
es denso, en particular es no vacío, de donde concluimos que Ek es denso,
Ş Ť
pXzEk q “ Xz
k“1 k“1
8
haciendo imposible que X “ Ek , pues ∅ no es denso.
Ť

k“1

Ejercicios.

1. Demostrar que si pX, ρq es una espacio métrico y pxk q8 k“1 es una sucesión de elementos
de X tal que las subsucesiones px2k qk“1 , px2k`1 qk“1 y px3k q8
8 8
k“1 son convergentes, entonces
la sucesión pxk qk“1 es convergente.
8

2. Dar un ejemplo de una función f : R ÝÑ R tal que sea continua en cada número
irracional, pero que sea discontinua en cada número racional.

3. Demostrar que si pX, ρq es un espacio métrico y A Ă X, entonces A es un Fσ si y sólo


si XzA es un Gδ .

4. Decir si la afirmación siguiente es verdadera siempre o si puede ser falsa: «Sea C un


conjunto compacto y pfk q8k“1 una sucesión de funciones continuas en R que converge
C

puntualmente a una función continua f P R. La sucesión pfk qk“1 converge uniforme-


C 8

mente a f .» Demostrar la respuesta que se dé.


412 14.3. Espacios topológicos

14.3. Espacios topológicos


Muchas de las propiedades y resultados de los espacios métricos, más que depender de
la métrica dependen de la topología inducida por la métrica, por lo que es más conveniente
abordar los problemas en base a la estructura de los conjuntos abiertos que en base a la
métrica. En esta sección generalizaremos varios conceptos dados en los espacios métricos
como lo es el de conjunto abierto. En el caso en que tenemos un espacio métrico, los conjuntos
abiertos satisfacen las 3 propiedades dadas en el teorema 14.1.10. Esas 3 propiedades son las
que motivan la definición de espacio topológico.
14.3.1. Definición. Sea X un conjunto y T una colección de subconjuntos de X con las
siguientes propiedades:

I) X, ∅ P T.

II) Si A, B P T, entonces A X B P T.

III) Si tAλ uλPΛ es una colección de elementos de T, entonces


Ť
Aλ P T.
λPΛ

Decimos que el conjunto T es una topología del conjunto X y que la pareja pX, Tq es un
espacio topológico.
El ejemplo típico de una topología es la topología inducida por una métrica, es decir es el
conjunto de todos los conjuntos abiertos de un espacio métrico (tal conjunto es una topología
debido al teorema 14.1.10).
14.3.2. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico. Diremos que cualquier elemento de T
es un conjunto abierto (con respecto a la topología T ó con respecto al espacio topológico
pX, Tq).
14.3.3. Observación. Aclaramos que cuando se hable de conjunto abierto siempre se debe
tener presente con respecto a qué topología lo es, de otro modo deberemos especificarlo, pues
un conjunto puede ser abierto con respecto a una topología y no serlo con respecto a otra.
14.3.4. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico. Diremos que un subconjunto C de X
es un conjunto cerrado si existe un conjunto abierto A P T tal que C “ XzA.
Observemos que en un espacio topológico pX, Tq tanto X como ∅ son conjuntos cerrados.
Como consecuencia directa de las definiciones de conjuntos abiertos y cerrados tenemos
el siguiente teorema.
14.3.5. Teorema. Sea pX, Tq un espacio topológico.

a) Si tF1 , F2 , . . . , Fk u es una colección finita de conjuntos cerrados, entonces F1 Y F2 Y


¨ ¨ ¨ Y Fk es un conjunto cerrado.

b) Si tFλ uλPΛ es una colección de conjuntos cerrados, entonces


Ş
Fλ es un conjunto ce-
λPΛ
rrado.
14.3. Espacios topológicos 413

14.3.6. Definición. Dado un espacio topológico pX, Tq e Y Ă X, podemos observar que el


conjunto T|Y :“ tD : D “ A X Y para algún A P Tu es una topología. En tal caso diremos
que el espacio topológico pY, T|Y q es un subespacio topológico de pX, Tq y a la topología
T|Y le llamamos topología relativa a Y .
14.3.7. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico. Si la topología T es la topología
inducida por una métrica, decimos que el espacio topológico pX, Tq es metrizable (o que la
topología T es metrizable).
14.3.8. Definición. Dada una topología T, decimos que una colección de conjuntos B Ă T
es una base de T si cualquier abierto es la unión de los elementos de unŤsubconjunto de B.
No será necesario que ∅ P B para que B sea una base de T pues ∅ “ A.
AP∅
14.3.9. Ejemplo. Como ejemplo de base de una topología, tenemos que cuando T es la
topología inducida por una métrica, el conjunto de todas las bolas abiertas relativas a la
métrica es una base de T.
14.3.10. Observación. Para que una colección B de subconjuntos de algún conjunto X
sea una base de alguna topología de X es necesario y suficiente que la intersección de
Ť dos
elementos de B sea la unión de los elementos de un subconjunto de B y además X “ B.
BPB
14.3.11. Definición. Dada una topología T, decimos que una colección de conjuntos S Ă T
es una subbase de T si el conjunto de las intersecciones finitas de elementos de S es una
base de T.
14.3.12. Observación. Si tenemosŞuna colección de topologías tTλ uλPΛ de un conjunto X,
la intersección de estas topologías Tλ es a su vez una topología de X. Tenemos también
λPΛ
que dada una colección S de subconjuntos de un conjunto X, siempre existe al menos una
topología de X que incluye a S, a saber la topología dada por el conjunto potencia de X.
14.3.13. Definición. Dado un conjunto X y una colección S de subconjuntos de X. A
la intersección de todas las topologías de X que incluyen a S se le llama topología de X
generada por S. Es decir, la topología generada por S es la topología que incluye a S y
que además está incluida en cualquier topología que incluye a S.
14.3.14. Definición. Dado un espacio topológico pX, Tq y x P X. Cualquier abierto V tal
que x P V se llama vecindad de x. Una colección U de vecindades de x se llama base local
de x si para cualquier vecindad V de x, existe un U P U tal que U Ă V .
Generalicemos algo de los conceptos dados para espacios métricos.
14.3.15. Notación. Dado unŞespacio topológico pX, Tq y B Ă X. A la cerradura de B se
le define y denota como B :“ tC : C es cerrado y B Ă Cu. La frontera de B que también
se denota por BB es el conjunto de todos los x P X tales que cualquier vecindad V de x es
˝
tal que V X B ‰ ∅ y V X pXzBq ‰ ∅. Así mismo el interior de B, que se denota B, es la
unión de todos los conjuntos abiertos que están incluidos en B.
˝
14.3.16. Observación. Es claro que B es un conjunto abierto, B y BB son conjuntos
˝ ˝ ˝
cerrados, y además B Ă B Ă B “ B Y BB, donde B X BB “ ∅.
14.3.17. Definición. Dado un espacio topológico pX, Tq y B Ă X. Decimos que un elemento
414 14.3. Espacios topológicos

x de X es un punto de acumulación de B si para cualquier vecindad V de x se tiene que


pV ztxuq X B ‰ ∅. Decimos que x es un punto aislado de B si x P B pero no es punto
de acumulación de B. Definimos así mismo el exterior de B como el conjunto de todos los
elementos de X que no están en B ni en su frontera, es decir un punto x está en el exterior
de B si no está en B ni es punto de acumulación de B.
14.3.18. Definición. Si pX, Tq es un espacio topológico, a cualquier elemento de X se le
llama punto. En general si X es un conjunto que tiene una estructura que se le llame
«espacio», a los elementos de X se les llama puntos.
La demostración del teorema siguiente es similar a la del teorema 14.1.16 y se dejan los
detalles de la misma al lector.
14.3.19. Teorema. Sea pX, Tq un espacio topológico y A, B Ă X.
˝
a) A es abierto si y sólo si A “ A.

b) A es cerrado si y sólo si A “ A.
˝ ˝
c) A “ XzpXzAq; A “ XzintpXzAq; BA “ AzA.

d) pA Y Bq “ A Y B.

El concepto de conexidad en espacios topológicos es análogo al de conexidad en espacios


métricos y se define a continuación.
14.3.20. Definición. Un espacio topológico pX, Tq se dice que es conexo cuando los únicos
subconjuntos de X que son abiertos y cerrados a la vez son X y ∅. Por otro lado, si pX, Tq
es un espacio topológico, decimos que un conjunto E Ă X es conexo cuando el espacio
topológico pE, T|Eq es conexo.
14.3.21. Observación. Observemos que el conjunto E es conexo si y sólo si no existen
conjuntos no vacíos A, B Ă E tales que A Y B “ E, A X B “ ∅ y A X B “ ∅.
La demostración del teorema siguiente es similar a la del teorema 14.1.33.
Ş
14.3.22. Teorema. Sea pX, Tq un espacio topológico. Si x P Eλ , donde los Eλ son
Ť λPΛ
subconjuntos conexos de X para λ P Λ, entonces Eλ es conexo.
λPΛ

14.3.23. Definición. Sea pX, T un espacio topológico, E Ă X y x P E. A la unión de todos


los subconjuntos conexos a los cuales pertenece x y que están incluidos en E se le llama
componente conexa de E.
El corolario siguiente se deduce del teorema 14.3.22 y de la definición de componente
conexa.
14.3.24. Corolario. Las componentes conexas de un conjunto E son conjuntos conexos y la
colección de componentes conexas de un conjunto es una partición en clases de equivalencia
de E.
14.3. Espacios topológicos 415

Establezcamos ahora el concepto de compacidad, el cual es similar al dado en espacios


métricos.
14.3.25. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico y E
ŤĂ X. Se dice que una colección
Ψ de subconjuntos de X es una cubierta de E si E Ă A. En caso de que Ψ sea una
APΨ
cubierta de E y que todos los elementos de Ψ sean abiertos, decimos que Ψ es una cubierta
abierta de E. Cuando una colección Ψ es una cubierta de E, decimos que Ψ cubre a E.
14.3.26. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico y E Ă X. Decimos que E es com-
pacto, si toda cubierta abierta Ψ del conjunto E tiene una subcubierta abierta finita Ψ 1 Ă Ψ ,
es decir existe una colección Ψ 1 que es subconjunto finito de Ψ y que es una cubierta de E.
En el caso de que X sea compacto decimos que el espacio topológico pX, Tq es compacto.
14.3.27. Definición. Decimos que un espacio topológico pX, Tq (o la topología T) es T1 o
de Fréchet si para cualesquiera dos elementos diferentes x, y P X se tiene que existe una
vecindad V de y tal que x R V .
14.3.28. Definición. Decimos que un espacio topológico pX, Tq (o la topología T) es T0 o
de Kolmogórov si para cualesquiera dos elementos diferentes x, y P X se tiene que existe
una vecindad V de y tal que x R V o bien existe una vecindad U de x tal que y R U .
14.3.29. Observación. Un espacio topológico pX, Tq es T1 si y sólo si cada conjunto con
un solo elemento txu (con x P X) es un conjunto cerrado. En efecto, si pX, Tq es T1 y x P X,
tomemos para cada y P XŤdiferente de x una vecindad Vy de y tal que txu Y Vy ‰ ∅, para
tener así que Xztxu “ Vy es abierto, es decir txu es cerrado. Recíprocamente, si para
yPXztxu
todo x P X el conjunto txu es cerrado e y P Xztxu, tenemos que Xztxu es una vecindad de
y que no interseca a txu, por lo que el espacio topológico es T1 .
Como podemos ver, todos los espacios topológicos inducidos por espacios métricos son T1 .
Tenemos que todos los espacios métricos satisfacen además la propiedad dada en la definición
siguiente.
14.3.30. Definición. Decimos que un espacio topológico pX, Tq (o la topología T) es de
Hausdorff ó T2 si para cualesquiera dos elementos diferentes x, y P X existen vecindades V
y W de x y de y respectivamente tales que V X W “ ∅. En lugar de decir «espacio topológico
de Hausdorff» diremos simplemente «espacio de Hausdorff».
Para dar un ejemplo de un espacio topológico que sea T1 pero no sea T2 , tomemos un
conjunto infinito X y definamos T como la colección compuesta del conjunto vacío y todos
los conjuntos A Ă X tales que XzA es finito. Como podemos ver, el espacio topológico pX, Tq
es T1 pero no es T2 . Generalmente el interés de los espacios T0 que no sean T1 no va más
allá de la mera curiosidad, por lo que no serán estudiados en este libro.
14.3.31. Teorema. Sea pX, Tq un espacio de Hausdorff y C Ă X un conjunto compacto. El
conjunto C es cerrado.
Demostración. Sea x P X tal que x R C y veamos que x no es punto de acumulación
de C. Por ser T una topología de Hausdorff, tomemos para cada y P C una vecindad Vy de
y y una vecindad Uy de x tales que Vy X Uy “ ∅. Tenemos que la colección tVy : y P Cu
es una cubierta abierta de C, por lo que existe una subcolección finita tVyk : k P Jn u con
416 14.3. Espacios topológicos

n n
n P N y cada yk P C tal que C Ă Vyk . Ahora, Wx :“ Uk es un conjunto abierto que
Ť Ş
k“1 k“1
no interseca a C y al cual pertenece x, por lo que x no es un punto de acumulación de C.
Tenemos puesŤque para todo x R C, existe una vecindad Wx que no interseca a C, de modo
que XzC “ Wx es un conjunto abierto, por lo que C es cerrado. ‚
xPXzC

14.3.32. Teorema. Sea pX, Tq un espacio topológico, C Ă X un conjunto cerrado y K Ă X


un conjunto compacto. El conjunto K X C es compacto.
Demostración. Tomemos una cubierta abierta tAλ : λ P Λu del conjunto K X C y obser-
vemos que tAλ : λ P Λu Y tXzCu es una cubierta abierta de K. Como K es compacto, existe
una cubierta abierta finita de K de la forma tAλ1 , Aλ2 , . . . , Aλn , XzCu, con cada λk P Λ.
Ahora, la colección tAλ1 , Aλ2 , . . . , Aλn u es una subcolección finita de tAλ : λ P Λu que cubre
K X C, demostrando así que K X C es compacto. ‚
Veamos a continuación el concepto de continuidad en espacios topológicos y su relación
con los conceptos de compacidad y conexidad.
14.3.33. Definiciones y notaciones. Sean pX, T1 q y pY, T2 q dos espacios topológicos y
f : X ÝÑ Y una función. Decimos que la función f es continua (con respecto a las topologías
T1 y T2 ) si para cualquier conjunto U P T2 se tiene que f ´1 rU s P T1 . Es decir, la función
f es continua si la imagen inversa de cualquier conjunto abierto es un conjunto abierto.
Al conjunto de todas la funciones continuas f : X ÝÑ Y lo denotaremos por CY pXq, en
particular, al conjunto de todas las funciones continuas f : X ÝÑ R se le denotará por
C X. En caso de que f : X ÝÑ Y sea una biyección de X en Y , sea continua, y admás
f ´1 : Y ÝÑ X también sea continua, diremos que f es un homeomorfismo entre X e Y , y
en tal caso diremos que X e Y (con sus respectivas topologías) son homeomorfos.
Observemos que de acuerdo al teorema 14.2.4 la definición anterior es consistente con la
definición de continuidad en espacios métricos.
Tenemos el siguiente teorema que caracteriza a las funciones continuas en los espacios
topológicos.
14.3.34. Teorema. Sean pX, T1 q y pY, T2 q dos espacios topológicos y f : X ÝÑ Y . Las
siguientes propiedades son equivalentes:

a) La función f es continua.

b) Para todo conjunto cerrado Z Ă Y se tiene que f ´1 rZs es un subconjunto cerrado de


X.

c) Para todo x P X y toda vecindad V de f pxq existe una vecindad U de x tal que
f rU s Ă V .

Demostración. Demostremos primero que a) ùñ b). Si Z Ă Y es cerrado, entonces Y zZ


es abierto, y si además f es continua, entonces f ´1 rY zZs “ Xzf ´1 rZs es abierto, por lo que
f ´1 rZs es cerrado. De manera similar se demuestra que b) ùñ a).
Para demostrar que a) ùñ c) basta con tomar U “ f ´1 rV s.
14.3. Espacios topológicos 417

Veamos ahora que c) ùñ a). Supongamos que se satisface c) sea V Ă Y un conjunto


abierto. Ť
Para cada x P f ´1 rV s sea Ux una vecindad de x tal que f rUx s Ă V . Tomando
U “ Ux tenemos que U es abierto y además U “ f ´1 rV s, concluyendo que f es
xPf ´1 rV s
continua. ‚
La demostración del teorema siguiente es igual que la del teorema 14.2.5 en espacios
métricos.
14.3.35. Teorema. Sean pX, T1 q y pY, T2 q dos espacios topológicos, f : X ÝÑ Y una función
continua y C Ă X un conjunto compacto. El conjunto f rCs es compacto.
La demostración del siguiente teorema es análoga a la del teorema 14.2.6, el único cambio
que es necesario hacer en la demostración es cambiar la referencia al teorema 14.2.5 por una
referencia al teorema 14.3.34.
14.3.36. Teorema. Sean pX, Tq un espacio topológico, C Ă X un conjunto compacto f :
C ÝÑ R una función continua (o bien f : X ÝÑ R una función continua en C). Existe un
x˚ P C tal que f px˚ q “ máxf rCs.
14.3.37. Corolario. Sean pX, Tq un espacio topológico, C Ă X un conjunto compacto
f : C ÝÑ R una función continua (o bien f : X ÝÑ R una función continua en C). Existe
un x˚ P C tal que f px˚ q “ mínf rCs.
Demostración. El resultado se sigue del teorema 14.3.36, al observar que f es continua si
y sólo si ´f es continua y tomar x˚ :“ máxp´f rCsq, lo cual lleva a que x˚ “ mínf rCs. ‚
14.3.38. Teorema. Sean pX, T1 q y pY, T2 q dos espacios topológicos y f : X ÝÑ Y una
función continua. Si E es un subconjunto conexo de X, entonces f rEs es un subconjunto
conexo de Y .
Demostración. Si f rEs no fuera un subconjunto conexo de Y , entonces existiría un conjun-
to G Ă f rEs que fuera abierto y cerrado con respecto a la topología T2 |f rEs y además G ‰ ∅
y G ‰ f rEs. Tendríamos pues que los conjuntos E X f ´1 rGs y Ezf ´1 rGs serían disjuntos,
abiertos y cerrados, y además diferentes de ∅ y de E, por lo que E no sería conexo. ‚
El corolario siguiente es una generalización del teorema del valor intermedio para espacios
topológicos.
14.3.39. Corolario. Sea pX, Tq un espacio topológico conexo y f : X ÝÑ R una función
continua. Si x1 , x2 P X son tales que f px1 q ă f px2 q, entonces para todo y0 P pf px1 q; f px2 qq
existe un x0 P X tal que f px0 q “ y0 .
Demostración. Por el teorema 14.3.38 el conjunto f rXs Ă R es conexo, pero debido
al teorema 14.1.18 este conjunto es un intervalo, por lo que si los números f px1 q y f px2 q
pertenecen a él, también debe pertenecer cualquier número y0 que esté entre ellos, es decir
y0 P f rXs, lo que significa que existe un x0 P X tal que f px0 q “ y0 . ‚
14.3.40. Corolario. Sea pX, Tq un espacio topológico y E Ă X un conjunto tal que para
cualesquiera dos elementos x e y de E existe una función continua f : r0; 1s ÝÑ E tal que
f p0q “ x y f p1q “ y. El conjunto E es conexo.
Demostración. Si E “ ∅, entonces E es conexo. Si E ‰ ∅, existe un x P E y por hipótesis
para cualquier y P E existe una función continua f : r0; 1s ÝÑ E tal que f p0q “ x y f p1q “ y.
418 14.3. Espacios topológicos

Como x, y P f rr0; 1ss Ă E y, por los teoremas 14.3.38 y 14.3.18, f rr0; 1ss es conexo y tenemos
que x e y pertenecen a la misma componente conexa de E. En general cualquier elemento
de E pertenece a la misma componente conexa que x y debido al corolario 14.3.24, la única
componente conexa de E es E, teniéndose así que E es un conjunto conexo. ‚
A continuación daremos algo de terminología de problemas de optimización.
14.3.41. Definiciones. Cuando pX, Tq un espacio topológico y tenemos una función f :
X ÝÑ R, de la cual deseamos conocer un valor b P X tal que f pbq “ mínf rXs o bien
f pbq “ máxf rXs, decimos que estamos en un problema de optimización (problema
de minimización o problema de maximización según sea el caso) y se dice que f es
la función objetivo del problema de optimización. Cuando b satisface la ecuación f pbq “
mínf rXs decimos que b es una solución mínima del problema, mientras que cuando satisface
f pbq “ máxf rXs decimos que es una solución máxima. Una solución óptima de un proble-
ma de optimización es una solución mínima cuando el problema es de minimización, mientras
que es una solución máxima cuando el problema es de maximización. Si A P T, es decir si
A es un subconjunto abierto de X, y a P A es un óptimo de la función f |A, decimos que a
es un óptimo local u óptimo relativo de la función f (máximo local o mínimo local
según sea el caso).
Cuando deseamos que los elementos donde se desea evaluar la función objetivo f , además
de pertenecer a X, satisfaga unos predicados p1 , p2 , . . . , pn , tenemos el problema de opti-
mización, donde la función objetivo es la función restringida f |D, donde D “ tx P X :
p1 pxq, p2 pxq, . . . , pn pxqu. Tenemos así un nuevo problema de optimización que suele llamarse
problema de optimización con restricciones. A las proposiciones de la forma pi pxq tales
que i P t1, 2, . . . , nu (donde x es una variable libre) se les llama restricciones del proble-
ma de optimización, a los elementos del conjunto D se les llama soluciones factibles del
problema.
14.3.42. Teorema. Sean pX, T1 q un espacio topológico y pY, T2 q un espacio de Hausdorff,
C Ă X un conjunto compacto y f : C ÝÑ Y una función continua e inyectiva. La función
f ´1 : f rCs ÝÑ C es continua.
Demostración. Por el teorema 14.3.32 cualquier subconjunto F cerrado de C es compac-
to y por los teoremas 14.3.35 y 14.3.31 el conjunto f rF s es cerrado. Tenemos así que si
pf ´1 q´1 rF s “ f rF s es cerrado, de modo que si usamos el teorema 14.3.34 b), concluimos que
f ´1 es una función continua. ‚
14.3.43. Teorema. Sean pX, T1 q, pY, T2 q y pZ, T3 q tres espacios topológicos y sean f : X ÝÑ
Y y g : Y ÝÑ Z funciones continuas. La función g ˝ f : X ÝÑ Z es continua.
Demostración. El teorema se sigue de la definición de continuidad en espacios topológicos
y del hecho de que para todo conjunto A Ă Z se tiene que pg ˝ f q´1 rAs “ f ´1 rg ´1 rAss. ‚
Establezcamos ahora el concepto de convergencia de sucesiones en espacios topológicos.
14.3.44. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico y pan q8
n“1 una sucesión de elementos
de X. Decimos que la sucesión pan qn“1 converge a un x P X si para toda vecindad V de x
8

existe un N P N tal que si n ľ N , entonces an P V .


14.3.45. Teorema. Sea pX, Tq un espacio topológico x P X y B una base local de x. Una
14.3. Espacios topológicos 419

sucesión pan q8
n“1 de elementos de X converge a x P X si y sólo si para todo B P B existe un
N P N tal que si n ľ N , entonces an P B.
Demostración. Por definición se tiene que si pan q8 n“1 converge a x, entonces para todo
B P B existe un N P N tal que si n ľ N , entonces an P B.
Supongamos que para todo B P B existe un N P N tal que si n ľ N , entonces an P B.
Sea V una vecindad de x, por definición de base local, existe un B P B tal que B Ă V y por
hipótesis existe un N P N tal que si n ľ N , entonces an P B, pero el hecho de que an P B
implica que an P V , de modo que pan q8
n“1 converge a x. ‚
14.3.46. Observación. Debido al teorema 14.3.45, la definición anterior de convergencia es
consistente con la definición de convergencia en espacios métricos al tomar como base local
de un punto x al conjunto de todas las bolas abiertas con centro en x.
14.3.47. Definición. Decimos que un espacio topológico pX, Tq es primero numerable si
todo elemento de X tiene una base local numerable y decimos que es segundo numerable
si la topología T tiene una base numerable.
Tenemos que todo espacio métrico pX, dq induce un espacio topológico primero numerable.
En efecto, es suficiente tomar como base local de cada x P X a la colección de todas las bolas
abiertas con centro en x y radio racional positivo. Tenemos así el siguiente teorema.
14.3.48. Teorema. Todo espacio métrico induce un espacio topológico primero numerable.
14.3.49. Teorema. Sea pX, Tq un espacio topológico primero numerable, x P X y pan q8 n“1
una sucesión de elementos de X. La sucesión pan q8
n“1 tiene una subsucesión que converge ax
si y sólo si para toda vecindad V de x el conjunto tn P N : an P V u es un conjunto infinito.
Demostración. Supongamos primero que pan q8 n“1 tiene una subsucesión pank qk“1 que con-
8

verge a x. Sea V una vecindad de x y sea m un número natural tal que ank P V para todo
k ľ m. Tenemos que tnk : k ľ mu Ă tn P N : an P V u, y como tnk : k ľ mu es un conjunto
infinito, entonces también lo es tn P N : an P V u.
Supongamos ahora que para Ť toda vecindad V de x el conjunto tn P N : an P V u es un
conjunto infinito y sea B “ tBj u una base local de x que sea numerable. Analicemos
jPN
primero el caso en que B :“ B P B. Definamos en este caso n1 como el primer número
Ş
natural tal que an1 P B y definamos recursivamente nk`1 como el primer número natural
mayor que nk tal que ank`1 P B. Tenemos así que para toda vecindad V de x, ank P B Ă V ,
para todo k P N, de modo que laŞsubsucesión pank q8 k“1 converge a x.
Veamos ahora el caso en que B R B. Tomemos una subsucesión pank q8 k“1 de la siguiente
manera: n1 es el primer número natural tal que an1 P B1 , m1 :“ 1 y tomemos V1 :“ B1 ;
definamos recursivamente Vk`1 :“ Bmk`1 , donde mk`1 es el primer número natural mayor
mŞk
que mk tal que Bmk`1 Ă Bj y definamos nk`1 como el primer número natural mayor que
j“1
nk tal que ank`1 P Vk`1 . De esta manera tenemos que Vk`1 Ă Vk Ă Bk . Ahora bien, si V es
una vecindad de x, existe un N P N tal que BN Ă V , de modo que para todo k ľ N se tiene
que ank P Vk Ă BN Ă V . De esta manera tenemos que la subsucesión pank q8
k“1 así construida
converge a x, terminando así la demostración del teorema. ‚
14.3.50. Notación. Si tenemos que X e Y forman espacios topológicos y A Ă X, se denotará
por C A al conjunto de todas las funciones reales cuyo dominio es un subconjunto de X y
420 14.3. Espacios topológicos

que son continuas en el conjunto A, mientras que CY pAq denotará al conjunto de todas las
funciones cuyo dominio es un subconjunto de X, que son continuas en el conjunto A y cuyo
recorrido está incluido en Y . Las dos notaciones anteriores obviamente dependen del contexto,
puesto que se da por sobreentendido cuál es el conjunto X y su topología.
14.3.51. Definición. Decimos que un espacio topológico pX, Tq (o la topología T) es T3 ó
regular si además de ser T1 se tiene que para cualquier conjunto cerrado F y para cualquier
x P XzF se tiene que existen dos conjuntos abiertos disjuntos U y V tales que x P U y
F ĂV.
14.3.52. Definición. Decimos que un espacio topológico pX, Tq (o la topología T) es T4 ó
normal si además de ser T1 se tiene que para cualquier dos conjuntos cerrados disjuntos F
y H se tiene que existen dos conjuntos abiertos disjuntos U y V tales que H Ă U y F Ă V .
14.3.53. Observación. Fácilmente podemos ver que T4 ùñ T3 ùñ T2 ùñ T1 ùñ T0 .
14.3.54. Teorema. Sea pX, dq un espacio métrico. La topología inducida por la métrica d
es normal.
Demostración. Sea T la topología inducida por d. Veamos primero que T es T1 . Sean x
e y dos elementos diferentes de X y r “ dpx, yq. Tenemos obviamente que x P Bpx, 4r q e
y P Bpy, 4r q, donde Bpx, 4r q y Bpy, 4r q son abiertos disjuntos, concluyendo así que T es T1 .
Sean ahora F y G dos conjuntos cerrados disjuntos. Para cada x P F sea rx ą 0 tal que
G X Bpx, rxŤq “ ∅ y para cada y P G sea ry Ť ą 0 tal que F X Bpy, ry q “ ∅. Observemos que
G Ă U :“ tBpy, r4y q : y P Gu y F Ă V :“ tBpx, r4x q : x P F u. Si los conjuntos U y V son
abiertos y además son disjuntos el teorema queda demostrado. Tales conjuntos son abiertos
por ser unión de abiertos. Si U y V no fueran disjuntos, existiría un z P U X V y para tal
z existiría un x P F y un y P G tales que dpx, zq ă r4x y dpz, yq ă r4y , teniéndose así que
dpx, yq ă r4x ` r4y . Ahora, al tomar r˚ :“ máxtrx , ry u tendríamos que dpx, yq ă r˚ , estando en
contradicción con la definición de rx o con la de ry . ‚
La demostración del siguiente teorema la dejamos al lector.
14.3.55. Teorema. Un espacio topológico pX, Tq es normal si y sólo si además de ser T1 se
tiene que para cada cerrado F Ă X y cada abierto W Ą F , existe un abierto U Ą F tal que
U Ă W.
La siguiente definición es muy importante y será de utilidad en la demostración del teo-
rema que enunciaremos próximamente.
14.3.56. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico. Decimos que un conjunto D Ă X
es denso (con respecto a T) si cualquier conjunto abierto no vacío interseca a D, es decir si
D “ X. En el caso en que tengamos D Ă Y Ă X, decimos que D es denso en Y si es denso
con respecto a la topología relativa a Y .
14.3.57. Ejemplo. Como ejemplo típico de conjunto denso tenemos que Q es denso en R.
14.3.58. Observación. Si en el espacio topológico pX, Tq tenemos que B es una base de T,
entonces un conjunto D Ă X es denso si y sólo si cualquier elemento de B interseca a D.
14.3.59. Lema de Urysohn. Sea pX, Tq un espacio topológico normal. Dados dos conjuntos
F y G cerrados y disjuntos, existe una función continua f : X ÝÑ r0; 1s tal que f pxq “ 0
para todo x P F y f pyq “ 1 para todo y P G.
14.3. Espacios topológicos 421

Demostración. Si tomamos U1 “ XzG, tenemos del teorema 14.3.55 que existe un abierto
U 1 tal que F Ă U 1 Ă U 1 Ă U1 . Usando de nuevo el teorema 14.3.55 tenemos que existen
2 2 2
dos conjuntos abiertos U 1 y U 3 , el primero siendo tal que F Ă U 1 Ă U 1 Ă U 1 y el segundo
4 4 4 4 2
siendo tal que U 1 Ă U 3 Ă U 3 Ă U1 . Procedamos de manera recursiva suponiendo que para
2 4 4
cada entero positivo n tenemos definidos 2n conjuntos abiertos de la forma U kn , con k P
2
t1, 2, . . . , 2n u tales que F Ă U 1n y U kn Ă U kn Ă U k`1 para k P t1, 2, . . . , 2n ´ 1u. Definamos
2 2 2 2n
los conjuntos de la forma U n`1 k , para k P t1, 2, . . . , 2
k`1
u observando que ya los tenemos
2
definidos para el caso en que k es par. Por el teorema 14.3.55 existe un conjunto abierto
U n`1
1 tal que F Ă U n`1 1 Ă U n`1
1 Ă U 1n “ U n`1
2 y para cada entero impar k, mayor que 1
2 2 2 2 2
y menor que 2 n`1
, existe un conjunto abierto U k tal que U k´1 ĂU k ĂU k Ă U k`1 .
2n`1 2 n`1 2n`1 2n`1 n`1
2
Tenemos así que para t, s P D :“ : n P N y k P J2n u se tiene que D es un conjunto
t 2kn
denso en r0; 1s y si t ă s, entonces F Ă Ut Ă Us Ă U1 “ XzG. Construyamos pues la función
f : X ÝÑ r0; 1s de la siguiente manera:

para x P G
#
1,
f pxq “
f pxq “ ínf ts P D : x P Us u, para x P XzG.

Terminemos con la demostración del teorema demostrando que f es continua y que f pxq “
0 para todo x P F . Si x P F , entonces x P Us para todo s P D, pero como ínf D “ 0 tenemos
que f pxq “ 0.
Demostremos ahora que f es continua en cada x P X. Sea ε ą 0. Si f pxq “ 0, sea
s P D tal que s ă ε y observemos que x P Us y f rUs s Ă p´ε; εq “ pf pxq ´ ε; f pxq ` εq.
Si f pxq “ 1, sea s P D tal que s ą 1 ´ ε y observemos que f rXzUs s Ă p1 ´ ε; 1 ` εq “
pf pxq ´ ε; f pxq ` εq. Si 0 ă f pxq ă 1, sea s P D tal que f pxq ´ ε ă s ă f pxq y sea t P D tal
que f pxq ă t ă f pxq ` ε y observemos que Ut zUs es un conjunto abierto, x P Ut zUs y además
f rUt zUs s Ă pf pxq ´ ε; f pxq ` εq. ‚
14.3.60. Corolario. Sea pX, Tq un espacio topológico normal, sean F y G dos conjuntos
cerrados y disjuntos, y sean dos números reales a, b P R tales que a ă b. Existe una función
continua f : X ÝÑ ra; bs tal que f pxq “ a para todo x P F y f pyq “ b para todo y P G.
Demostración. Por el lema de Urysohn, existe una función continua g : X ÝÑ r0; 1s tal
que gpxq “ 0, para todo x P F y gpyq “ 1, para todo y P G, de modo que es suficiente con
tomar la función f dada por f pwq “ pb ´ aqgpwq ` a, la cual obviamente es continua. ‚
14.3.61. Teorema. Sean pX, Tq un espacio topológico, pY, ρq un espacio métrico y pfn q8n“1
una sucesión de funciones de X en Y que converge uniformemente a una función f : X ÝÑ Y .
Si cada fn es continua en algún punto x0 P X, entonces f es continua en x0 . En particular,
si cada fn es continua, entonces f es continua.
Demostración. Para cada ε ą 0 sea Nε P N tal que ρpfn pxq, f pxqq ă 3ε para todo
x P X y todo n ľ Nε . Como fNε es continua en x0 , existe un abierto U de x0 tal que
ρpfNε pxq, fNε px0 qq ă 3ε para todo x P U , de modo que
ε ε ε
ρpf pxq, f px0 qq ĺ ρpf pxq, fNε pxqq ` ρpfNε pxq, fNε px0 qq ` ρpf px0 q, fNε px0 qq ă ` ` “ ε,
3 3 3
422 14.3. Espacios topológicos

por lo que f es continua en x0 . ‚


14.3.62. Teorema de extensión de Tietze. Sea pX, Tq un espacio topológico normal,
F Ă X un conjunto cerrado y f : F ÝÑ R una función continua y acotada. Existe una
función continua y acotada g : X ÝÑ R tal que g|F “ f .
Demostración. Sean c0 :“ supt|f pxq| : x P F u, F0 :“ tx P F : f pxq ľ c30 u y G0 :“ tx P
F : f pxq ĺ ´ c30 u. Como F0 y G0 son conjuntos cerrados y disjuntos tenemos que, debido al
corolario 14.3.60, existe una función continua h0 : X ÝÑ r´ c30 ; c30 s tal que h0 rF0 s “ t c30 u y
h0 rG0 s “ t´ c30 u. En particular tenemos que
c0
|h0 pxq| ĺ para todo x P X
3
y
2c0
para todo x P F.
|f pxq ´ h0 pxq| ĺ
3
n“1 tales
Podemos construir de manera recursiva una sucesión de funciones continuas phn q8
que
2n c0
14.3.63. |hn pxq| ĺ n`1 para todo x P X
3
y

2n`1 c0
14.3.64. |f pxq ´ h0 pxq ´ h1 pxq ´ ¨ ¨ ¨ ´ hn pxq| ĺ para todo x P F.
3n`1
En efecto, supongamos las funciones h0 , h1 , . . . , hm : X ÝÑ R han sido construidas de tal
manera que son continuas y se satisfacen las desigualdades 14.3.63 y 14.3.64. Tomemos

cm :“ supt|f pxq ´ h0 pxq ´ h1 pxq ´ ¨ ¨ ¨ ´ hm pxq| : x P F u

y repitamos el argumento anterior reemplazando a c0 por cm para obtener una función con-
tinua hm`1 : X ÝÑ r´ c3m ; c3m s tal que
cm
|hm`1 pxq| ĺ para todo x P X
3
y
2cm
|f pxq ´ h0 pxq ´ h1 pxq ´ ¨ ¨ ¨ ´ hm pxq ´ hm`1 pxq| ĺ para todo x P F.
3
Como las desigualdades 14.3.63 y 14.3.64 son verdaderas para n “ m, tenemos que cm ĺ
2m`1
c , obteniendo 14.3.63 y 14.3.64 para n “ m ` 1 y en consecuencia para todo n P N.
3m`1 0
Tomemos ahora gn :“ h0 ` h1 ` ¨ ¨ ¨ ` hn , para n P N. Si n ą m, entonces
ˇ ˇ ˜ ˆ ˙k ¸
n ˇ c n
ˇ ÿ
0
ÿ 2
|gn pxq ´ gm pxq| “ ˇ hk pxqˇ ĺ
ˇ ˇ
ˇk“m`1 ˇ 3 k“m`1 3
ˆ ˙m`1 ˜ ˆ ˙n´m ¸ ˆ ˙m`1
2 2 2
“ c0 1´ ĺ c0 ,
3 3 3
14.3. Espacios topológicos 423

para todo x P X, es decir


ˆ ˙m`1
2
14.3.65. |gn pxq ´ gm pxq| ĺ c0 , para todo x P X
3

lo cual indica que pgn pxqq8


n“1 es una sucesión de Cauchy y, debido al criterio de la sucesión de
Cauchy, tenemos que converge a un número gpxq, teniendo así una función g : X ÝÑ R tal que
para todo x P X se tiene que gpxq “ lím gn pxq. Ahora, si en la desigualdad 14.3.65 hacemos
nÑ8
tender n a infinito, obtenemos que la sucesión de funciones pgk q8
k“1 converge uniformemente
a la función g, de modo que por el teorema 14.3.61 tenemos que g es continua. Debido a
14.3.64 tenemos que g|F “ f y debido a 14.3.63
8 ˆ ˙n ˆ ˙
c0 ÿ 2 c0 1
|gpxq| ĺ “ “ c0 ,
3 n“0 3 3 1 ´ 23

por lo que g no sólo es acotada, sino que tiene la misma cota que f . ‚
14.3.66. Corolario. Sea pX, Tq un espacio topológico normal, F Ă X un conjunto cerrado
y f : F ÝÑ ra; bs una función continua (donde a y b son número reales tales que a ă b).
Existe una función continua g : X ÝÑ ra; bs tal que g|F “ f .
Demostración. Definamos h : F ÝÑ ´ b´a como hpxq “ f pxq ´ b`a . Del teorema
“ b´a

2
; 2 2
anterior y de la conclusión de su demostración podemos concluir que existe una función
continua i : X ÝÑ ´ 2 ; 2 tal que i|F “ h. Ahora, si tomamos gpxq “ ipxq ` b`a
“ b´a b´a ‰
2
obtendremos el resultado deseado. ‚
El siguiente es un resultado que da un condición suficiente para que un espacio T2 sea
T4 .
14.3.67. Teorema. Cualquier espacio topológico Hausdorff y compacto es normal.
Demostración. Sea pX, Tq un espacio topológico Hausdorff y compacto y sean F y G dos
conjuntos cerrados y disjuntos. Por el teorema 14.3.32 tenemos que F y G son compactos. Para
cada par de puntos diferentes x, y P X sean Vx,y y Vy,x vecindades de x e y respectivamente
tales que Vx,y X Vy,x “ ∅. Para cada x R G tenemos la colección tVy,x : y P Gu, la cual es una
cubierta abierta de G que no interseca a txu, pero por ser G compacto existe una subcubierta
finita tVyx,k ,x : k P t1, 2, . . . , npxquu, donde cada yx,k P G. Para x R G tomemos los conjuntos
npxq npxq
abiertos Ux :“ Vyx,k ,x y Wx :“ Vx,yx,k , los cuales son tales que x R Ux Ą G, x P Wx y
Ť Ş
k“1 k“1
Ux X Wx “ ∅. Como podemos ver, hemos demostrado que el espacio topológico es regular.
Tenemos ahora que la colección tWx : x P F u es una cubierta abierta de F , pero por ser F
compacto existe una subcubierta finita tWxk : k P t1, 2, . . . , muu, donde cada xk P F . Ahora,
m m
los conjuntos A :“ Wxk y B :“ Uxk no solamente son abiertos disjuntos, sino además
Ť Ş
k“1 k“1
F Ă A y G Ă B. ‚
14.3.68. Definiciones. La razón por la cual se acostumbra denotar con la letra T a las
propiedades T1 , T2 , T3 y T4 proviene de la palabra alemana «trennungsaxiome» que significa
axioma de separación. Así, en lugar de decir que un espacio topológico es Tn a veces se
424 14.3. Espacios topológicos

dice que satisface el n-ésimo axioma de separación o que satisface el axioma de separación
número n. De manera similar, a veces en lugar de decir que un espacio topológico es primero
numerable o segundo numerable, se dice respectivamente que satisface el primer axioma
de numerabilidad o que satisface el segundo axioma de numerabilidad.
14.3.69. Definición. Decimos que un espacio topológico pX, Tq (o la topología T) es sepa-
rable si existe un conjunto numerable denso D Ă X. Decimos así mismo que un subconjunto
Y de X es separable si es separable con su topología relativa, es decir si existe un conjunto
numerable E Ă Y tal que Y Ă E.
Observemos que a pesar del nombre, la propiedad de que un espacio topológico sea sepa-
rable, más que ser una propiedad de separación es una propiedad de numerabilidad.
14.3.70. Teorema. Sean pX, T1 q e pY, T2 q espacios topológicos. Si X “ A Y B, los conjuntos
A y B son cerrados, las funciones f : A ÝÑ Y y g : B ÝÑ Y son continuas y f pxq “ gpxq
para todo x P A X B, si además la función h : X ÝÑ Y está dada por
#
f pxq si x P A
hpxq “ ,
gpxq si x P B
entonces h es continua.
Demostración. Este teorema es una consecuencia inmediata del teorema 14.3.34 al aplicar
la equivalencia entre los incisos a) y c). ‚
14.3.71. Definiciones. Sean pX, T1 q e pY, T2 q espacios topológicos. Decimos que f : X ÝÑ
Y es una función abierta (con respecto a las topologías T1 y T2 ) si para todo A P T1 se
tiene que f rAs P T2 ; es decir, f es abierta si la imagen de un conjunto abierto bajo f es un
conjunto abierto. Así mismo, decimos que f es una función cerrada si para todo conjunto
cerrado C Ă X se tiene que f rCs es cerrado.
Ejercicios.
1. Sea pX, Tq un espacio topológico y A Ă X. Demostrar que si para cada a P A existe un
U Ă T tal que a P U Ă A, entonces A es abierto.
2. Sea X un conjunto y tTα : α P Au una colección de topologías en X:
a) Demostrar que Tα es una topología en X.
Ş
αPA
b) Dar un ejemplo en el cual Tα no sea una topología en X.
Ť
αPA
c) Demostrar que existe una única topología T en X tal que Tα Ă T para toda α P A
y para toda topología T1 que satisfaga Tα Ă T1 para toda α P A se tenga T Ă T1 .
d) Demostrar que existe una única topología T en X tal que T Ă Tα para toda α P A
y para toda topología T1 que satisfaga T1 Ă Tα para toda α P A se tenga T1 Ă T.
3. Sea T la familia de todos los subconjuntos A de R tales que RzA es finito ó A “ ∅.
Demostrar que pR, Tq es un espacio topológico.
4. ¿La topología dada en el problema 3 es de Hausdorff?
5. Dar un ejemplo de una función f : R ÝÑ R que sólo sea continua en 0.
14.4. Topología producto 425

14.4. Topología producto


14.4.1. Definición. Dados dos espacios topológicos pX, Tq y pY, Jq, dfinimos la topología
producto del conjunto X ˆ Y (relativa a las topologías T y J) como la generada por los
conjuntos de la forma A ˆ B, donde A P T y B P J. Es decir, la topología producto de X ˆ Y
es la topología cuya base es la colección de conjuntos de la forma A ˆ B, con A y B abiertos
en X e Y respectivamente. Generalizando un poco más el concepto, si tenemos n espacios
topológicos pX1 , T1 q, pX2 , T2 q, . . . , pXn , Tn q, definimos la topología producto del conjunto
X1 ˆ X2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Xn como la topología cuya base es la colección de los conjuntos de la forma
A1 ˆ A2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ An , donde cada Aj P Tj .
Hasta ahora hemos definido el producto cartesiano de una sucesión finita de conjuntos.
Definamos el producto cartesiano de una colección arbitraria de conjuntos y tratemos de
establecer ahí una topología.
14.4.2. Definición. Sea Λ un conjunto de índices
Ś tal que para cada λ P Λ tenemos un con-
junto Aλ . Definimos el producto cartesiano Aλ como el conjunto de todas las funciones
λPΛ
8
Aλ tales que αpλq P Aλ . Cuando Λ “ N podemos escribir Ak ó A1 ˆ A2 ˆ ¨ ¨ ¨
Ť Ś
α : Λ ÝÑ
λPΛ k“1
n
en lugar de Aλ . Cuando Λ “ Jn escribiremos Ak , o bien A1 ˆ A2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ An , como
Ś Ś
λPΛ k“1
ya lo habíamos hecho. Cuando Λ sea un conjunto finito diremos que Aλ es un producto
Ś
λPΛ
cartesiano finito, de otro modo diremos que es un producto cartesiano infinito.
14.4.3. Notación. Cuando el dominio de α sea Λ y para cada λ P Λ tomamos xλ “ αpλq,
escribiremos a veces pxλ qλPΛ en lugar de α, de manera similar a como se hizo con las sucesiones.
14.4.4. Definición. Dado un producto cartesiano Aλ , definimos la proyección corres-
Ś
λPΛ
pondiente al índice δ P Λ como la función
ą
prδ : Aλ ÝÑ Aδ ,
λPΛ αÞÑαpδq

es decir es la función tal que prδ ppxλ qλPΛ q “ xδ . Cuando Λ “ N ó Λ “ Jn , a la proyección


correspondiente a índice k le llamamos la k-ésima proyección.
14.4.5. Observación. Observemos que si tenemos un producto cartesiano finito con su
topología producto, las proyecciones son funciones continuas. En efecto si AjŚes un abierto
de Xj , entonces prj rAj s “ k“1 Ak , donde Ak “ Xk para k ‰ j, por lo que nk“1 Ak es un
´1
Śn
elemento en la base de la topología producto, teniendo así que prj es continua.
En el caso general en que tengamos productos no necesariamente finitos de la forma Xλ ,
Ś
λPΛ
donde cada Xλ es un conjunto con una topología Tλ , tomemos un A en Xδ y Aλ “ Xλ para
λ ‰ δ y establezcamos que Opδ, Aq :“ Aλ , con Aδ “ A. Para que cada proyección prδ
Ś
λPΛ
sea continua es necesario y suficiente que los conjuntos de la forma Opδ, Aq y sean abiertos
cuando A es un abierto en Xδ . Así, la mínima topología del producto cartesiano que hace
que las proyecciones sean continuas es la generada por la colección tOpA, δq : A es un abierto
426 14.4. Topología producto

de Xδ y δ P Λu, la cual, como podemos ver, es base de alguna topología. Tenemos pues la
siguiente definición de topología producto que garantiza que las proyecciones sean continuas.
14.4.6. Definición. Sea Λ un conjunto de índices y para cada λ P Λ sea pXλ ,Ś
Tλ q un espacio
topológico. Definimos la topología producto en el producto cartesiano Xλ como la
λPΛ
generada por conjuntos de la forma Aλ , donde para algún δ P Λ se tiene que Aδ es abierto
Ś
λPΛ
en Xδ y Aλ “ Xλ para todo λ P Λztδu.
14.4.7. Teorema. Sea Λ un conjunto de índices, donde para cadaŚλ P Λ pXλ , Tλ q es un
espacio topológico, y sea B la colección de conjuntos de la forma Aλ , donde existe un
λPΛ
conjunto finito de índices F “ tλ1 , λ2 , . . . , λn u tales que para cada j P Jn se tiene
Śque Aλj es
abierto en Xλj y Aλ “ Xλ para todo λ P ΛzF . La colección B es una base de Aλ con la
λPΛ
topología producto.
Demostración. Veamos primero que todos los elementos de B son abiertos. Sea
Ś
Aλ P B
Ś λPΛ Ş
y sea F un subconjunto finito de Λ tal que Aλ “ Xλ si λ P ΛzF . Tenemos que Aλ “ Bβ ,
λPΛ βPF
donde Bβ “ Uλ,β y cada Uλ,β es un abierto en Xλ tal que si λ ‰ β, entonces Uλ,β “ Xλ .
Ś
λPΛ
Como podemos ver, Aλ es una intersección finita de conjuntos abiertos, por lo que es un
Ś
λPΛ
conjunto abierto. Más aún, la intersecciónŤ
de dos elementos de B es un elemento de B.
Ahora, observemos que el conjunto t D : D Ă Bu es una topología incluida en la
topología producto cuya baseŤes B, pero como el generador de la topología producto está
incluido en B tenemos que t D : D Ă Bu es la topología producto, es decir B es una base
de la topología producto. ‚
Ś
14.4.8. Corolario. Si A es un conjunto abierto de Xλ con la topología producto, entonces
λPΛ
existe un conjunto finito Λ0 Ă Λ tal que prλ rAs “ Xλ para todo λ P ΛzΛ0 .
Demostración. Como la colección B dada en el teorema 14.4.7 es una base de la topología
producto, entonces cualquier abierto A en la topología producto es de la forma γPΓ Bγ ,
Ť
donde cada Bγ P Γ está en B. Ahora, sea γ0 P Γ y Λ0 “ tλ P Λ : prλ rBγ0 s ‰ Xλ u.
Debido al teorema 14.4.7, se tiene que Λ0 es finito, además para todo λ P ΛzΛ0 se tiene que
Xλ Ą prλ rAs Ą prλ rBγ0 s “ Xλ . ‚
14.4.9. Definición. Sea Λ un conjunto de índices y para cada λ P ΛŚsea pXλ , Tλ q un espacio
topológico. Definimos la topología caja en el producto cartesiano Xλ como la generada
λPΛ
por conjuntos de la forma Aλ , donde cada Aλ es un conjunto abierto de Xλ con respecto
Ś
λPΛ
a la topología Tλ .
De manera parecida, pero aún más sencilla, a como se demostró el teorema 14.4.7, se
puede demostrar el siguiente teorema.
14.4.10. Teorema. Sea Λ un conjunto de índices, donde para cada Ś λ P Λ pXλ , Tλ q es un
espacio topológico, y sea B la colección de conjuntos de la forma Aλ , donde cada Aλ es
Ś λPΛ
abierto en Xλ . La colección B es una base de Xλ con la topología caja.
λPΛ
14.4. Topología producto 427

Cuando tengamos un producto Xλ , donde cada Xλ forme un espacio topológico, a


Ś
λPΛ
menos que especifiquemos otra cosa, al decir abierto de Xλ nos estaremos refiriendo a
Ś
λPΛ
abierto con respecto a la topología producto, así mismo, decir topología de Xλ significará
Ś
λPΛ
topología producto.
14.4.11. Teorema. Sea Λ un conjunto
Ś de índices, donde para cada λ P Λ pXλ , Tλ q es
un espacio de Hausdorff, entonces Xλ forma un espacio de Hausdorff con la topología
λPΛ
producto.
Demostración. Sean x “ pxλ qλPΛ y y “ pyλ qλPΛ dos elementos diferentes de Xλ . Por
Ś
λPΛ
ser diferente, existe al menos un β P Λ tal que xβ ‰ yβ , por lo que existen dos conjuntos
Ux , Uy P Tβ , tales que x P Ux , y P Uy y Ux X Uy “ ∅. Si tomamos Aβ “ Ux , A1β “ Uy y
Aλ “ A1λ “ Xλ para λ ‰ β, tenemos que los conjuntos Aλ y A1λ son abiertos disjuntos
Ś Ś
λPΛ λPΛ
y además x P Aλ e y P Aλ , por lo que la topología producto es de Hausdorff.
Ś Ś 1

λPΛ λPΛ
Debido a que la topología producto está incluida en la topología caja, tenemos el corolario
siguiente.
14.4.12. Corolario. Sea Λ un Ś conjunto de índices, donde para cada λ P Λ pXλ , Tλ q es un
espacio de Hausdorff, entonces Xλ forma un espacio de Hausdorff con la topología caja.
λPΛ
14.4.13. Teorema. Sea Λ un conjunto de índices, donde para cada λ P Λ pXλ , Tλ q es un
espacio de topológico. Si para cada λ P Λ se tiene que Aλ Ă Xλ , entonces
ą ą
Aλ “ Aλ .
λPΛ λPΛ

Demostración. Sea x “ pxλ qλPΛ un elemento de Aλ y veamos que x P Aλ . Sea


Ś Ś
λPΛ λPΛ
Uλ un elemento en la base de la topología producto dada en el teorema 7 al cual
Ś
U “
λPΛ
pertenece x. Como cada xλ P Aλ , tenemos queŚ para cada λ P Λ existe un yλ P Uλ X Aλ ,
teniendo así que existe un y “ pyλ qλPΛ P U X Aλ . De lo anterior tenemos que en toda
λPΛ
vecindad de x hay un elemento de Aλ , es decir que x P Aλ .
Ś Ś
λPΛ λPΛ
Sea ahora x “ pxλ qλPΛ un elemento de Aλ y veamos que x P Aλ . Para cada λ P Λ
Ś Ś
λPΛ λPΛ
sea Uλ un abierto de Xλ al cual pertenece xλ . Observemos que pr´1 Vλ , donde
Ś
β rUβ s “
λPΛ
Vβ “ Uβ y Vλ “ Xλ para todo λ ‰ β. Como para cada β P Λ tenemos que pr´1 β rUβ s es
un abierto de Xλ , entonces existe un y “ pyλ qλPΛ P prβ rUβ s X Aλ . De lo anterior
Ś ´1
Ś
λPΛ λPΛ
tenemos
Ś que para todo β P Λ existe un yβ P Uβ X Aβ , por lo cual xβ P Aβ , teniéndose así que
xP Aλ . ‚
λPΛ
14.4.14. Teorema. Sea Λ un conjunto de índices, donde para cada λ P Λ tenemos Śque
pXλ , Tλ q es un espacio de topológico. Sea pA, Tq un espacio topológico. Sea f : A ÝÑ Xλ
λPΛ
428 14.4. Topología producto

una función dada por,


f paq “ pfλ paqqλPΛ ,
donde para cada λ P Λ se tiene que fλ : A ÝÑ Xλ . La función f es continua si y sólo si cada
fλ es continua.
Demostración. Ś Supongamos primero que cada fλ es continua y demostremos que f es
continua. Sea Vλ un elemento básico en la topología producto de Xλ , donde tenemos
Ś
λPΛ λPΛ
una cantidad finita de n índices diferentes
„  λ1 ,nλ2 , . . . , λn P Λ, tales que Vλ “ Xλ para λ ‰
λ1 , λ2 , . . . , λn . Tenemos que f ´1 fλi rVλi s, el cual es un conjunto abierto por
Ś Ş ´1
Xλ “
λPΛ i“1
ser intersección finita de abiertos, y debido al teorema 14.3.34 tenemos que f es continua.
Supongamos ahora que f es continua y demostremos que cada fλ es continua. Sea β P Λ
y Vβ un subconjunto abierto de Xβ . Tenemos que fβ´1 rVβ s “ f ´1 rpr´1
β rVβ ss, y como tanto f
como pr son funciones continuas, tenemos que fβ rVβ s es abierto, concluyendo así que fβ es
´1

continua. ‚
14.4.15. Definición. Siea ρ una métrica en un conjunto X. A la función ρ˚ : X ˆ X ÝÑ R
dada por
ρ˚ px, yq :“ míntρpx, yq, 1u
se le llama métrica acotada estándar correspondiente a ρ.
14.4.16. Lema. Sea ρ una métrica en X y ρ˚ su correspondiente métrica acotada estándar.
La función ρ˚ es una métrica en X que induce la misma topología que ρ.
Demostración. Para ver que ρ˚ es en efecto una métrica sólo vale la pena demostrar la
desigualdad del triángulo. Sean x, y, z P X. Si ρpx, yq ĺ 1 y ρpy, zq ĺ 1, entonces ρ˚ px, zq ĺ
ρpx, zq ĺ ρpx, yq ` ρpy, zq “ ρ˚ px, yq ` ρ˚ py, zq. Si ρpx, yq ą 1 ó ρpy, zq ą 1, entonces
ρ˚ px, yq ` ρ˚ py, zq ľ 1, por lo que ρ˚ px, zq ĺ ρ˚ px, yq ` ρ˚ py, zq. Tenemos pues que se cumple
la desigualdad del triángulo y así ρ˚ es una métrica.
Para ver que ρ y ρ˚ inducen la misma topología, observemos que el conjunto B formado
por todas las bolas con respecto a la métrica ρ con radio menor que 12 es una base para la
topología inducida por ρ y también para la topología inducida por ρ˚ , tenemos que ambas
métricas inducen la misma topología. ‚
14.4.17. Definición. Sea Λ un conjunto de índices, donde para cada λ P Λ tenemos un
espacio métrico pXλ , dλ q. Para cada dλ Ś
sea d˚λ su métrica acotada estándar correspondiente.
A la métrica ρ definida en el conjunto Xλ por
λPΛ

ρpx, yq “ suptd˚λ pxλ , yλ q : λ P Λu,

donde x “ pxλ qλPΛ e y “ pyλ qλPΛ son elementos de Xλ , se le llama métrica uniforme del
Ś
λPΛ
producto Xλ .
Ś
λPΛ

Veamos queŚ la métrica uniforme ρ dada en la definición anterior es en efecto una métrica.
Sean x, y, z P Xλ . Es obvio que ρpx, yq “ ρpy, xq, que ρpx, yq ľ 0 y que ρpx, yq “ 0 si
λPΛ
14.4. Topología producto 429

y sólo si x “ y, restando sólo por verificar la desigualdad del triángulo. Para cada λ P Λ
tenemos
ρpx, yq ` ρpy, zq ľ d˚λ pxλ , yλ q ` d˚λ pyλ , zλ q ľ d˚λ pxλ , zλ q,
por lo que
ρpx, yq ` ρpy, zq ľ suptd˚λ pxλ , zλ q : λ P Λu “ ρpx, zq,
cumpliéndose así la desigualdad del triángulo.
14.4.18. Teorema. Sea Λ un conjunto de índices, donde para cada λ P Λ tenemos un espacio Ś
métrico pXλ , dλ q y Tλ es la topología inducida por dλ . Sea T la topología producto en Xλ ,
λPΛ
Tu la topología inducida por la métrica uniforme ρ y Tb la topología caja. Tenemos que
T Ă Tu Ă Tb .
Demostración. Demostremos primero que T Ă Tu . Para cada λ P Λ sea Bλ la base
de la topología Tλ cuyos elementos son las bolas con respecto Ś a la métrica d˚λ dada en la
definición anterior. Sea B la colección de conjuntos de la forma Bλ , donde cada Bλ P Bλ
λPΛ
y existe un conjunto finito Λ0 Ă Λ tal
Ś que si λ P ΛzΛ0 , entonces Bλ “ Xλ . Observemos
que B es una base de T. Sea B “ Bλ P B y para cada λ P Λ sean cλ y rλ el centro
λPΛ
y radio respectivamente de Bλ . Sea ahora x P B y para cada λ P Λ sean xλ “ prλ pxq,
r̂λ,x “ rλ ´d˚λ pxλ , cλ q y B̂λ,x “ tyλ P Xλ : d˚λ pxλ , yλ q ă r̂λ,x u. Observemos ahora que B̂λ,x Ă Bλ ,
para
" cada λ P Λ. Sean Λ0 *:“ tλ P Λ : Bλ ‰ Xλ u y řx :“ míntr̂λ,x : λ P Λ0 u, y observemos que
Xλ : ρpx, yq ă řx Ă B y más aún
Ś
yP
λPΛ
# +
ď ą
B“ yP Xλ : ρpx, yq ă řx .
xPB λPΛ
" *
Ahora, cada conjunto y P Xλ : ρpx, yq ă řx es un abierto con respecto a la métrica
Ś
λPΛ
uniforme ρ, por lo que B P Tu , es decir T Ă Tu .
Demostremos ahora que Tu Ă Tb . Denotemos por Bu a la base de Tu compuesta por
todas las bolas con respecto a la métrica uniforme ρ. Sea B P Bu , donde c “ pcλ qλPΛ es su
centro y r es su radio. Observando que
ď ą
B“ tyλ P Xλ : d˚λ pcλ , yλ q ă su P Tb ,
0ăsăr λPΛ

tenemos que Tu Ă Tb . ‚
14.4.19. Teorema. Bajo las condiciones del teorema 14.4.18 tenemos que si Λ es un conjunto
infinito y si cuando 0 ă ε ă δ ă 1, λ P Λ y xλ P Xλ se tiene que tyλ P Xλ : d˚λ pxλ , yλ q ă εu Ĺ
tyλ P Xλ : d˚λ pxλ , yλ q ă δu ‰ Xλ , entonces las topologías T, Tu y Tb son diferentes.
Demostración. Sea ε ą 0 como en la hipótesis del teorema y x “ pxλ qλPΛ P Xλ . Para
Ś
λPΛ
cada λ P Λ sea Bλ “ tyλ P Xλ : d˚λ pxλ , yλ q ă εu. Tenemos que la bola
# +
ą
B :“ y P Xλ : ρpx, yq ă ε ,
λPΛ
430 14.4. Topología producto

que está incluida en Bλ , es un elemento de Tu , pero no es un elemento de T debido al


Ś
λPΛ
corolario 14.4.8, por lo tanto T ‰ Tu .
Sea ahora Λ1 un subconjunto infinito numerable de Λ, sea ψ : N ÝÑ Λ1 una biyección de
kÞÑλk
N en Λ1 y sea Bk una bola en Xλk referente a la métrica con d˚λk radio k1 . Debido
a la hipótesis
del teorema, existe un N P N tal que para todo k ľ N se tiene que Bk ‰ŚXλk . Definamos Cλ
como Xλ si λ ‰ λk para todo k P N y como Bk si λ P Λ1 . El conjunto Cλ es abierto con
λPΛ
respecto a la topología caja, pero no es abierto con respecto
" a la topología uniforme,
* puesto
que, de serlo, para cada x P Cλ , existiría una bola y P Cλ ,
Ś Ś Ś
Xλ : ρpx, yq ă εx Ă
λPΛ λPΛ λPΛ
lo cual es imposible puesto que
# +
ą ď ą
yP Xλ : ρpx, yq ă εx “ tyλ P Xλ : d˚λ pxλ , yλ q ă su,
λPΛ 0ăsăεx λPΛ

y ninguno de los conjuntos tyλ P Xλ : d˚λ pxλ , yλ q ă su está incluido en Cλ , puesto que
Ś Ś
λPΛ λPΛ
si k ą 1s , entonces Cλk Ĺ tyλk P Xλk : d˚λk pxλk , yλk q ă su. ‚

Ś Si A y B son dos conjuntos, recordando el significado de B, podemos


A
14.4.20. Observación.
observar que B “
A
B.
aPA
De la observación anterior y del teorema 14.4.19 tenemos el corolario siguiente.
14.4.21. Corolario. Con respecto a la métrica euclidiana en R, si Λ es un conjunto infinito
entonces en el conjunto ΛR las topologías caja, uniforme y producto son diferentes.
A pesar del corolario anterior, tenemos que la topología producto en NR es metrizable,
como lo muestra el teorema siguiente.
14.4.22. Teorema. Si d es la métrica euclidiana en R, d˚ es la correspondiente métrica aco-
tada estándar, y para cualesquiera dos elementos a “ pan q8 8
n“1 y b “ pbn qn“1 de R definimos
N

" ˚ *
d pan , bn q
ρpa, bq :“ sup ;
nPN n
entonces ρ es una métrica que induce a la topología producto en NR.
Demostración. Dejemos al lector la demostración de que ρ es una métrica y mostremos
primero que la topología inducida por ρ está incluida en la topología producto. Sea U un
abierto con respecto a ρ y sea x “ pxn q8n“1 P U . Encontremos un abierto Vx con respecto a la
topología producto tal que x P Vx Ă U . Para cada r ą 0 sea Bx,r la bola abierta con respecto a
la métrica ρ con centro en x y radio r. Tomemos r suficientemente pequeño para que Bx,ε Ă U
y sea N un número natural tal que N1 ă ε. Para cada n ă N sea An “ pxn ´ nε; xn ` nεq y
para cada n ľ N sea An “ R. Tomemos el abierto en la topología producto dado por
ą
Vx :“ An
nPN

y observemos que Vx Ă Bx,ε , de tal suerte que Vx Ă U y así U “ Vx es abierto con


Ť
xPU
respecto a la topología producto.
14.4. Topología producto 431

Supongamos ahora que W es un elemento básico con respecto a la topología producto, el


cual es de la forma ą
W “ Wn ,
nPN

donde cada Wn es abierto en R y para algún N P N tenemos que si n ľ N, entonces


Wn “ R. Sea ahora y “ pyn q8 n“1 P W y para cada n ă N tomemos 1 ą εn ą 0 tal que
pyn ´ εn ; yn ` εn q Ă Wn y definamos
!ε )
n
ε˚y :“ mín : n P t1, 2, . . . , N u .
n
Afirmamos que y P By,ε Ă W . En efecto, es obvio que y P By,ε˚y , y además si x P By,ε˚y ,
entonces para j ľ N tenemos que yj P R “ Wj , y si i ă N , entonces

dpyi , xi q d˚ pyi , xi q εi
“ ă ε˚y ă ,
i i i
es decir dpyi , xi q ă εi , por lo que xi P Wi , por lo tanto By,ε˚y Ă W . Tenemos pues que
ď
W “ By,ε˚y ,
yPW

por lo que W es abierto con respecto a la métrica ρ. ‚


14.4.23. Teorema. Si tenemos una cantidad finita de espacios compactos X1 , X2 , . . . , Xn ,
entonces el espacio X1 ˆ X2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Xn es compacto con la topología producto.
Demostración. Haremos la demostración sólo para n “ 2 (la demostración para el caso
general se puede hacer por inducción matemática haciendo uso del hecho de que los espacios
de la forma X ˆ Y ˆ Z y pX ˆ Y q ˆ Z son homeomorfos). Sea Ψ una cubierta abierta de
X1 ˆ X2 y para cada px, yq P X1 ˆ X2 sean Ax,y y Bx,y vecindades de x e y respectivamente
tales que Ax,y ˆ Bx,y está incluido en algún elemento Cx,y de Ψ . Para cada x P X1 tomemos
una cubierta finita de X2 de la forma tBx,y1 , Bx,y2 , . . . , Bx,ynpxq u. Tenemos que la colección
de conjuntos de la forma Ax,yi con x P X1 e i P t1, 2, . . . , npxq es una cubierta de X1 , por
lo que existe una subcubierta finita, de manera que existe una cantidad finita de puntos
x1 , x2 , . . . , xm tales que {Ax,y : x “ xi para algún i P t1, 2, . . . , mu e y P ty1 , y2 , . . . , ynpxq u} es
una cubierta de X1 . Observemos además que {Ax,y ˆBx,y : x “ xi para algún i P t1, 2, . . . , mu
e y P ty1 , y2 , . . . , ynpxq u} es una cubierta finita de X1 ˆ X2 y cada uno de sus elementos está
incluido en algún elemento de Ψ , de manera que Ψ tiene una subcubierta finita de X1 ˆ X2 .

14.4.24. Teorema del tubo. Sea X un espacio topológico e Y un espacio compacto. Si
E Ă X y W es un conjunto abierto en X ˆ Y en el cual está incluido el conjunto E ˆ Y ,
entonces existe un conjunto U que es abierto en X tal que E ˆ Y Ă U ˆ Y Ă W .
Demostración. Para cada px, yq P W sean Ux,y una vecindad de x y Vx,y una vecindad
de y tales que Ux,y ˆ Vx,y Ă W . Tenemos que para cada x P E el conjunto Ψ :“ tVx,y :
y P Y u es una cubierta abierta de Y . Como Y es compacto Ψ tiene una subcubierta finita
npxq
tVx,y1 , Vx,y2 , . . . , Vx,yn pxq u, de manera que txu ˆ Y Ă pUx,yi ˆ Vx,yi q Ă W . Ahora, si Ux :“
Ť
i“1
432 14.4. Topología producto

npxq npxq
Ux,yi tenemos que txu ˆ Y Ă Ux ˆ Y Ă pUx,yi ˆ Vx,yi q Ă W . Si tomamos ahora
Ş Ť
i“1 i“1
Ux , obtendremos que E ˆY Ă U ˆY Ă W , con lo que el teorema queda demostrado.
Ť
U :“
xPE

Ejercicios.

1. Sean f : A ÝÑ B y g : C ÝÑ D funciones continuas y sea h la función ppx, yq P


A ˆ Cq ÞÑ pf pxq, gpyqq. Demostrar que h es continua.

2. Sea tXα : α P Au una familia de conjuntos no vacíos con sus respectivas topologías Tα
y Eα Ă Xα para cada α P A.

a) Demostrar que si cada Eα que es cerrado en Xα , entonces Eα es cerrado en


Ś
αPA
Xα .
Ś
αPA

b) Demostrar que E α.
Ś Ś
Eα “
αPA αPA

c) ¿Siguen siendo verdadero lo que se pide demostrar en los incisos a) y b) si se


considera la topología caja en lugar de la topología producto?
14.5. Topología cociente 433

14.5. Topología cociente


En esta sección estudiaremos brevemente un tipo particular de topologías, las llamadas
topologías cocientes. Dado un espacio topológico pX, Tq y una relación de equivalencia R en
el conjunto X, queremos definir un conjunto en el cual todos los elementos de una misma
clase de equivalencia de R se vean como uno solo y definir en el una topología con propiedades
interesantes. Tenemos con precisión la definición siguiente.
14.5.1. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico y R una relación de equivalencia en
X. Denotemos por X{R al conjunto de todas las clases de equivalencia de la relación R, al
cual llamaremos conjunto cociente de R, y por π : X ÝÑ X{R a la función tal que πpxq
es la clase de equivalencia en la cual está x. Dicha función π se llama la proyección en el
conjunto cociente X{R. Al conjunto de todos los conjuntos U Ă X{R tales que π ´1 rU s es
abierto se le llama topología cociente de X{R.
14.5.2. Observación. Observemos que la topología cociente es, en efecto, una topología.
14.5.3. Teorema. La topología cociente de X{R (con respecto al espacio topológico pX, Tq)
es la unión de todas las topologías del conjunto X{R que hacen continua a la proyección en
el conjunto cociente X{R.
Demostración. Sea C la topología cociente y M una topología de X{R para la cual la
proyección en X{R (que seguiremos denotándola por π) es continua. Como π es continua con
respecto a M, entonces para todo A P M tenemos que π ´1 rAs P T, es decir π ´1 rAs es un
subconjunto abierto de X, lo cual significa que A P C, por lo tanto M Ă C. ‚
Una forma de caracterizar a la topología cociente es mediante el teorema siguiente.
14.5.4. Teorema. Sean pX, T1 q y pY, T2 q dos espacios topológicos, sea R una relación de
equivalencia en X y sea π : X ÝÑ X{R la proyección en X{R. Una función f : X{R ÝÑ Y
es continua si y sólo si f ˝ π es continua.
Demostración. Como la composición de dos funciones continuas es una función continua
tenemos que si f es continua, entonces f ˝ π es continua.
Supongamos ahora que f ˝ π es continua y sea V P T2 . Tenemos que pf ˝ πq´1 rV s “
π ´1 rf ´1 rV ss es un abierto de X. Ahora, por definición de topología cociente, tenemos que
f ´1 rV s es abierto con respecto a la topología cociente, por lo tanto f es continua. ‚
14.5.5. Teorema. Sean pX, T1 q y pY, T2 q dos espacios topológicos, sea R una relación de
equivalencia en X, sea π : X ÝÑ X{R la proyección en X{R y sea f : X ÝÑ Y una función
continua. Si f es constante en cada clase de equivalencia de R, entonces existe una función
continua g : X{R ÝÑ Y tal que f “ g ˝ π.
Demostración. Sea g : X{R ÝÑ Y la función tal que para cada A P X{R se tiene que
gpAq “ f paq para todo a P A. Por hipótesis tenemos que g está bien definida. La continuidad
de g se sigue del teorema 14.5.4. ‚
14.5.6. Teorema. Sean pX, T1 q y pY, T2 q dos espacios topológicos Hausdorff y compactos y
sea f : X ÝÑ Y una función continua sobre Y . Sea R la relación de equivalencia en X tal
que x0 Rx1 ðñ f px0 q “ f px1 q. El conjunto X{R con la topología cociente es homeomorfo a
Y.
434 14.5. Topología cociente

Demostración. Como X{R es la imagen de X bajo la proyección π en el conjunto cociente


X{R y π es continua, tenemos que X{R es compacto. Sea g : X{R ÝÑ Y la función continua
que satisface g ˝ π “ f (tal función existe debido al teorema 14.5.5 y como podemos ver es
una biyección de X{R sobre Y ). Por el teorema 14.3.42 el conjunto X{R es homeomorfo a
Y. ‚
Capítulo 15

ANÁLISIS GEOMÉTRICO

15.1. Distancia entre dos Puntos


En esta sección daremos la definición de distancia entre dos elementos del conjunto Rn .
Después de definir la distancia daremos una motivación informal del por qué de dicha defini-
ción. Recordemos que si n es un entero positivo, el conjunto Rn es el conjunto de sucesiones
finitas de números reales con n componentes, a tal conjunto también lo llamaremos hiper-
espacio o espacio Rn y a sus elementos los llamaremos puntos.
Supondremos siempre que n es un entero positivo cualquiera, pero el lector que desee
tener una idea intuitiva del significado geométrico de Rn , así como de los resultados que
involucran a Rn , puede marcar la atención en los casos en que n es 1, 2 ó 3.
Aún y cuando es intuitivamente difícil imaginarse o interpretar geométricamente los resul-
tado en Rn cuando n ą 3, el estudio es conveniente debido a la gran cantidad de aplicaciones
que tiene en disciplinas prácticas como lo son: la física, los métodos de optimización, el
reconocimiento de patrones, los procesos estocásticos, la teoría del control, entre otras.
En el caso en que n “ 1, se puede pensar en R1 como si fuera el conjunto R al hacer la
correspondencia biunívoca que a cada elemento x P R le asigna el elemento de R1 cuya única
componente es x.
15.1.1. Definición. Definimos la distancia euclidiana entre dos puntos d P “ pp1 , p2 , . . . , pn q
n
y Q “ pq1 , q2 , . . . , qn q en Rn como el número no negativo distpP, Qq “ ppk ´ qk q2 . En
ř
k“1
este capítulo usaremos simplemente la palabra distancia en lugar de distancia euclidiana a
menos que el contexto marque explícitamente algún otro significado.
Para hacer intuitivamente aceptable la definición anterior, hagamos una discusión infor-
mal, donde tal vez usemos conceptos no definidos y afirmaciones no demostradas, pero que
servirán para que aceptemos que representa la noción de distancia que usamos frecuentemen-
te. La parte rigurosa de la sección termina en la definición anterior y lo que sigue de ésta no
será utilizada en el resto del libro.
Basémonos en la figura siguiente. Tenemos un cuadrado con vértices A, B, C y D, y lados

435
436 15.1. Distancia entre dos Puntos

de longitud a`b. En ese cuadrado ponemos un cuadra-


do inscrito, cuya longitud del lado es c y sus vértices
son P , Q, R y S, de tal suerte que la distancia de A
al punto P es a, la de P a B es b, la de P a Q es c,
la de B a Q es a, etc. El área de la región cuadrada
grande es pa ` bq2 y el área de la región cuadrada ins-
crita (la sombreada) es c2 . Por otra parte, el área de
la región formada por el cuadrado grande (la de vér-
tices A, B, C y D) es igual a la suma de las áreas de
las cuatro regiones triangulares que se forman (cada
una de las cuales tiene área ab{2) más el área de la
región cuadrada inscrita que tiene vértices P , Q, R y S (la cual es c2 ). Pero la suma de las
cuatro regiones triangulares es 2ab, por lo que tenemos que pa ` bq2 “ 2ab ` c2 ? , es decir
a2 ` 2ab ` b2 “ 2ab ` c2 , de donde obtenemos que c2 “ a2 ` b2 , o bien que c “ a2 ` b2 .
Resumimos lo anterior diciendo que en un triángulo rectángulo, la suma del cuadrado de los
catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa, que es lo que se conoce como el teorema de
Pitágoras.
Si en R2 tomamos dos puntos P “ pp1 , p2 q y Q “ pq1 , q2 q, tenemos que los puntos P , Q, y
además el punto B “ pq1 , p2 q, son los vértices de un triángulo rectángulo cuya hipotenusa es la
distancia de P a Q y cuyos catetos son la distancia de P a B y la de Q aa B, pero estas últimas
distancias son |p1 ´ q1 | y |p2 ´ q2 |, y así, la distancia de P a Q es pp1 ´ q1 q2 ` pp2 ´ q2 q2 ,
que es como se definió la distancia entre dos puntos para el caso en que el espacio es R2 .
Ahora, si tenemos dos puntos P “ pp1 , p2 , p3 q y Q “ pq1 , q2 , q3 q en R3 , tenemos que los
puntos P , Q y T = pq1 , q2 , p3 q son los vértices de un triángulo rectángulo cuya hipotenusa es la
distancia entre P y Q y cuyos catetos son las distancias de P a T y de T a Q respectivamente.
Ahora,
a la distancia de P a T debe ser la distancia de pp1 , p2 q a pq1 , q2 q en R , la cual es igual
2

a pp1 ´ q1 q ` pp2 ´ q2 q , mientras que la distancia de T a Q debe ser |p3 ´ q3 |, por lo que
2 2

la distancia entre P y Q deberá ser


c´ ¯2
a
pp1 ´ q1 q2 ` pp2 ´ q2 q2 ` pp3 ´ q3 q2

a
“ pp1 ´ q1 q2 ` pp2 ´ q2 q2 ` pp3 ´ q3 q2 ,

que es como se definió la distancia entre dos puntos para el caso en que el espacio es R3 .
En general, si m es un entero positivo y la distancia
d entre dos puntos P 1 “ pp1 , p2 , . . . , pm q
m
y Q1 “ pq1 , q2 , . . . , qm q en Rm está dada por ppk ´ qk q2 , entonces, para deducir la dis-
ř
k“1
tancia entre los dos puntos P “ pp1 , p2 , . . . , pm , pm`1 q y Q “ pq1 , q2 , . . . , qm , qm`1 q en Rm`1 ,
definimos el punto T “ pq1 , q2 , . . . , qm , pm`1 q en Rm`1 y podemos considerar a los puntos P ,
Q y T como los vértices de un triángulo rectángulo cuya hipotenusa es la distancia entre P
y Q, y cuyos catetos son las distancias de P a T y de Q a T . Ahora, la distancia entre P y
T es igual a la distancia entre P 1 y Q1 , y la distancia entre Q y T es |pm`1 ´ qm`1 |, por lo
15.1. Distancia entre dos Puntos 437

tanto la distancia entre P y Q es


g¨g ˛2
f f
f em
f fÿ
e˝ ppk ´ qk q2 ‚ ` |pm`1 ´ qm`1 |2
k“1
g g
fm fm`1
f ÿ fÿ
“ e 2 2
ppk ´ qk q ` ppm`1 ´ qm`1 q “ e ppk ´ qk q2 ,
k“1 k“1

lo que nos lleva a que la fórmula para calcular la distancia entre dos puntos es también válida
en Rm`1 , lo que es consistente con nuestra definición de distancia entre dos puntos en Rn
para todo número natural n.
438 15.2. Álgebra en Rn

15.2. Álgebra en Rn
En esta sección estableceremos el álgebra en Rn y la usaremos para definir los conceptos
de recta, plano, hiperplano, etc. en Rn .
15.2.1. Definiciones. Definimos la suma de dos puntos P “ pp1 , p2 , . . . , pn q y Q “ pq1 , q2 ,
. . . , qn q en Rn como el punto

P ` Q :“ pp1 ` q1 , p2 ` q2 , . . . , pk ` qk , . . . , pn ` qn q.

Así mismo, definimos la resta de P y Q como el punto

P ´ Q :“ pp1 ´ q1 , p2 ´ q2 , . . . , pk ´ pk , . . . , pn ´ qn q.

Ahora, si t P R, definimos el producto o producto por escalar de t y P como el punto


dado por
tP :“ ptp1 , tp2 , . . . , tpk , . . . , tpn q.
Al punto p0, 0, . . . , 0q en Rn tal que todas sus componentes son 0 lo representaremos por 0 y
le llamaremos origen del espacio Rn . A la distancia entre el origen 0 y un punto cualquiera
P se le llama la norma de P y se le denota por |P |. Observemos que la distancia entre dos
puntos P y Q está dada por |P ´ Q| y que si t es un número real, entonces |tP | “ |t||P |.
Obviamente también es válido que |P ´ Q| “ |Q ´ P |.
15.2.2. Definición. Diremos que un conjunto l Ă Rn es una recta, cuando existan puntos
P y Q con Q ‰ 0 tales que

l “ tS P Rn : S “ P ` tQ, para algún t P Ru.

Si R “ P ` Q, se verifica que P, R P l y decimos que la recta l pasa por los puntos P y R.


ÐÑ
A tal recta se le denota porP R.

P
i
PP
PP
PP
P P
PrP
P PPR
r
P PP
PP
P
q

15.2.3. Definición. Si R y P son dos puntos diferentes de Rn , el conjunto tS P Rn : S “


ÝÝÑ
P ` tpR ´ P q para algún t ľ 0u se llama rayo y se le denota por P R. Al punto P del rayo
ÝÝÑ
P R se le llama extremo del rayo.

Pr
PP
PPR
r
P PP
PP
P P
q
P
15.2. Álgebra en Rn 439

ÝÝÑ ÝÝÑ
15.2.4. Definición. A la unión de dos rayos P Q y P R que no estén incluidos en una misma
recta y que tengan el mismo extremos P se le llama ángulo y se le denota por =RP Q. Al
punto P del ángulo =RP Q se le llama vértice (del ángulo).
Q1
r 



P
HH
H
HH
Rr
H
HH
HH
j
15.2.5. Definición. Si R y P son dos puntos diferentes de Rn , el conjunto tS P Rn : S “
P ` tpR ´ P q para algún t P r0; 1su se llama segmento de recta o simplemente segmento,
y se le denota por P R. A los puntos P y R de tal segmento se les llama extremos del
segmento. Observemos que los extremos del segmento pertenecen al segmento. A la distancia
entre los extremos de un segmento se le llama longitud del segmento.
Pr
PP
PP
P PP
PRr
P PP

Si t P p0; 1q y S “ P ` tpR ´ P q, decimos que S está entre P y R. El punto medio M del


segmento P R lo definimos como el punto P ` 21 pR ´ P q, es decir es 12 pP ` Rq; a tal punto
también se le llama punto medio entre P y R.

Pr M
r Rr

15.2.6. Definición. Un conjunto Ω Ă Rn se dice que es convexo si cualquier segmento


con extremos en Ω está incluido en Ω, es decir Ω es convexo si para todo P, R P Ω y todo
t P r0; 1s se tiene que tR ` p1 ´ tqP P Ω.

conjunto no convexo conjunto convexo

15.2.7. Definición. Diremos que un conjunto Π Ă Rn es un hiperplano, cuando existan


n números a1 , . . . , an , no todos iguales a cero, y un número d tales que
# +
n
ÿ
Π “ px1 , x2 , . . . , xn q P Rn : ak x k “ d .
k“1
440 15.2. Álgebra en Rn

En el caso" anterior decimos que Π es un hiperplano* de dimensión n ´ 1. A un conjunto de


n
la forma px1 , x2 , . . . , xn q P Rn : ak xk ă d se le llama semiespacio o semiespacio de
ř
k“1
dimensión n.
15.2.8. Definición. Los elementos de un conjunto de puntos se dice que están alineados
cuando todos pertenecen a una misma recta, en caso contrario diremos que son no alineados.
15.2.9. Definición. Dados tres puntos diferentes no alineados P , Q y R. A la unión de los
tres segmentos diferentes P Q, QR y RP se le llama triángulo y se le denota por ŸP QR. Los
puntos P , Q y R se llaman vértices del triángulo ŸP QR y los segmentos P Q, QR y RP se
llaman lados del triángulo. También decimos que los ángulos =P QR, =QRP y =QP R son
los ángulos del triángulo ŸP QR.
15.2.10. Definición. Supongamos que tenemos 3 puntos diferentes P , Q y R tales que Q,
R y 0 son no alineados. Un conjunto de la forma

Γ “ tS P Rn : S “ P ` tQ ` sR para algún t P R y algún s P Ru.

se llama plano o plano de dimensión 2.


15.2.11. Definición. Decimos que dos rectas l1 y l2 son paralelas si ambas están incluidas
en un mismo plano y además l1 X l2 “ ∅. Al hecho de que las rectas l1 y l2 sean paralelas se
le denota así l1 k l2 .
15.2.12. Definición. Si Γ es un plano, Q P Γ y r ą 0; al conjunto c de todos los puntos
P P Γ tal que la distancia entre P y Q es r se le llama circunferencia, al punto Q se le
llama centro de la circunferencia y al número r se le llama radio de la circunferencia. Al
doble del radio de una circunferencia se le llama diámetro de la circunferencia. Al conjunto
de puntos S del plano Γ tales que la distancia entre S y Q es menor que r se le llama interior
de la circunferencia c. El exterior de c es el conjunto de puntos del plano Γ cuya distancia
al centro Q es mayor que r. A la unión de una circunferencia con su interior se le llama
círculo y por definición, el centro, radio, diámetro, interior y exterior de la circunferencia
son respectivamente el centro, radio, diámetro, interior y exterior del círculo.
15.2.13. Definición. En geometría se suele utilizar la palabra cortar como sinónimo de
intersecar. Cuando la intersección de dos conjuntos es un conjunto tQu con un solo elemento
se dice que estos conjuntos se cortan o se intersecan en Q.
15.2.14. Definición. Terminemos las definiciones de esta sección definiendo el producto
punto, producto escalar o producto interno de dos puntos P “ pp1 , p2 , . . . , pn q y Q “
pq1 , q2 , . . . , qn q en Rn como el número
n
ÿ
P ¨ Q :“ pk qk .
k“1

Dicho de otra manera, P ¨ Q es la única componente de la matriz P Qt .


El origen de la definición de producto punto y de la suma de puntos se debe al matemático
y físico norteamericano Josiah Willard Gibbs (1836-1903) principal precursor del Análisis
Vectorial. Tales conceptos fueron generalizados más tarde por el matemático alemán David
15.2. Álgebra en Rn 441

Hilbert (1862-1943), quién trabajó sobre los fundamentos de la geometría, creando un sistema
axiomático y demostrando su consistencia.
Observemos que es válida la propiedad conmutativa del producto punto y la propiedad
distributiva del producto punto con respecto a la suma de puntos.
El resultado siguiente se conoce como la desigualdad de Schwarz, aunque también tiene
los nombres de otros matemáticos como Cauchy y Buniacovski.
15.2.15. Desigualdad de Schwarz. Si P y Q P Rn , entonces
? a
|P ¨ Q| ĺ P ¨ P Q ¨ Q.

Demostración. Observemos que si Q “ 0, la relación claramente se cumple, es decir se


tiene la igualdad. Suponiendo que Q ‰ 0, tenemos que

n
ÿ
0ĺ |pQ ¨ Qqpk ´ pP ¨ Qqqk |2
k“1
ÿn
“ ppQ ¨ Qqpk ´ pP ¨ Qqqk qppQ ¨ Qqpk ´ pP ¨ Qqqk q
k“1
n
ÿ n
ÿ
2
“ pQ ¨ Qq p2k ´ pQ ¨ QqpP ¨ Qq pk q k
k“1 k“1
n
ÿ ÿn
2
´ pP ¨ QqpQ ¨ Qq qk pk ` pP ¨ Qq qk2
k“1 k“1
“ pQ ¨ Qq pP ¨ P q ´ 2pQ ¨ QqpP ¨ Qq ` pP ¨ Qq2 pQ ¨ Qq
2

“ pQ ¨ QqppQ ¨ QqpP ¨ P q ´ pP ¨ Qq2 q,

pero como Q ¨ Q ą 0, tenemos que pP ¨ Qq2 ĺ pQ ¨ QqpP ¨ P q, de donde se concluye la


desigualdad de Schwarz. ‚
15.2.16. Desigualdad del triángulo. Si P y Q son dos puntos en Rn , entonces

|P ` Q| ĺ |P | ` |Q|.

Demostración. Como |P `Q|2 “ pP `Qq¨pP `Qq “ P ¨P `2P ¨Q`Q¨Q ĺ |P |2 `|Q|2 `2|P ¨


Q|, de la desigualdad de Schwarz obtenemos que |P `Q|2 ĺ |P |2 `|Q|2 `2|P ||Q| “ p|P |`|Q|q2
y al aplicar la raíz cuadrada se concluye la desigualdad del triángulo. ‚
Otra versión de la desigualdad del triángulo, que incluso refleja más el nombre de la
desigualdad, es el corolario siguiente.
15.2.17. Desigualdad del triángulo. Si P , Q y R son tres puntos en Rn , entonces

|P ´ Q| ĺ |P ´ R| ` |Q ´ R|.
442 15.2. Álgebra en Rn

R

A

A

A

A

A
 Q

A





P

Demostración. Esta versión de la desigualdad del triángulo se sigue al poner en la versión


15.2.16 de la desigualdad del triángulo P ´ R en lugar de P y R ´ Q en lugar de Q. ‚
15.2.18. Corolario. Si P “ pp1 , p2 , . . . , pn q y Q “ pq1 , q2 , . . . , qn q son puntos en Rn , entonces
n
ÿ
|P ´ Q| ĺ |pk ´ qk |.
k“1

Demostración. Haremos la demostración por inducción matemática. Si n “ 1, entonces


|P ´ Q| “ pp1 ´ q1 q2 “ |p1 ´ q1 |, por lo que se cumple la afirmación. Supongamos que la
a

desigualdad se cumple cuando n “ m. Si P, Q P Rm`1 , entonces, al utilizar la desigualdad


del triángulo, tenemos
|P ´ Q| “ |pp1 , p2 , . . . , pm , pm`1 q ´ pq1 , q2 , . . . , qn , qm`1 q|
“ |pp1 ´ q1 , p2 ´ q2 , . . . , pm ´ qm , 0q ` p0, 0, . . . , 0, pm`1 ´ qm`1 q|
ĺ |pp1 ´ q1 , p2 ´ q2 , . . . , pm ´ qm , 0q| ` |p0, 0, . . . , 0, pm`1 ´ qm`1 q|
g
fm
fÿ a
“ e ppk ´ qk q2 ` 0 ` 0 ` 0 ` ¨ ¨ ¨ ` 0 ` ppm`1 ´ qm`1 q2
k“1

“ |pp1 ´ q1 , p2 ´ q2 , . . . , pm ´ qm q| ` |pm`1 ´ qm`1 |


ÿm m`1
ÿ
ĺ |pk ´ qk | ` |pm`1 ´ qm`1 | “ |pk ´ qk |,
k“1 k“1

con lo que terminamos la demostración. ‚


15.2.19. Teorema. Si P , Q y R son tres puntos en Rn y R está entre P y Q, entonces

|P ´ Q| “ |P ´ R| ` |R ´ Q|.

Demostración. Sean P y Q dos puntos diferentes en Rn y R “ P `tpQ´P q, con 0 ă t ă 1,


un punto entre P y Q. Por definición de distancia entre dos puntos tenemos que |P ´ R| “
t|Q ´ P | “ t|P ´ Q| y |R ´ Q| “ |P ` tpQ ´ P q ´ Q| “ |pt ´ 1qpQ ´ P q| “ p1 ´ tq|P ´ Q|,
por lo que |P ´ R| ` |R ´ Q| “ t|P ´ Q| ` p1 ´ tq|P ´ Q| “ |P ´ Q|. ‚
15.2.20. Teorema. Dados dos puntos diferentes, existe solamente una recta a la cual per-
tenecen.
15.2. Álgebra en Rn 443

Demostración. Sean A y B dos puntos diferentes en Rn . Claramente A y B pertenecen


a la recta l “ tS P Rn : S “ A ` tpB ´ Aq para algún t P Ru. Supongamos que también
pertenece a una recta l1 “ tS P Rn : S “ P ` tQ para algún t P Ru, con Q ‰ 0. Existen dos
números reales diferentes t0 y t1 tales que

A “ P ` t0 Q y B “ P ` t1 Q.

Si S P l, entonces existe un número real t tal que S “ A ` tpB ´ Aq “ pP ` t0 Qq ` tpP `


t1 Q ´ pP ` t0 Qqq “ P ` pt0 ` tt1 ` tt0 qQ P l1 , por lo tanto l Ă l1 . Ahora, si S P l1 , entonces
S “ P ` sQ para algún s P R, de modo que S “ P ` sQ “ A ´ t0 Q ` sQ “ A ` ps ´ t0 qQ “
A ` ts´t 0
1 ´t0
pB ´ Aq P l, por lo tanto l1 Ă l, con lo que concluimos que l “ l1 . ‚
15.2.21. Teorema. Dados tres puntos diferentes no alineados, existe un único plano al cual
pertenecen.
Demostración. Si A, B y C son tres puntos diferentes no alineados, es claro que pertenecen
al plano

Π “ tS P Rn : S “ A ` tpB ´ Aq ` spC ´ Aq para algunos t, s P Ru.

Si Π 1 “ tS P Rn : S “ P ` tQ ` sR para algunos t, s P Ru, donde P , P ` Q y P ` R no están


alineados y A, B, C P Π 1 , entonces existen tres parejas diferentes de números reales pt1 , s1 q,
pt2 , s2 q y pt3 , s3 q tales que

15.2.22. A “ P ` t1 Q ` s1 R, B “ P ` t2 Q ` s2 R y C “ P ` t3 Q ` s3 R.

Si S P Π, entonces existe pt, sq P R2 tal que S “ A ` tpB ´ Aq ` spC ´ Aq “ P ` t1 Q ` s1 R `


tppt2 ´ t1 qQ ` ps2 ´ s1 qRq ` sppt3 ´ t1 qQ ` ps3 ´ s1 qRq “ P ` pt1 ` tpt2 ´ t1 q ` spt3 ´ t1 qqQ `
ps1 ` tps2 ´ s1 q ` sps3 ´ s1 qqR P Π 1 , por lo tanto Π Ă Π 1 .
Demostremos ahora que Π 1 Ă Π y terminemos así la demostración del teorema. Si S P Π 1 ,
entonces S “ P ` t1 Q ` s1 R para un t1 y un s1 pertenecientes al conjunto de números reales,
por lo que de 15.2.22 tenemos que S “ A ´ t1 Q ´ s1 R ` t1 Q ` s1 R “ A ` pt1 ´ t1 qQ ` ps1 ´ s1 qR.
De 15.2.22 tenemos que

B ´ A “ pt2 ´ t1 qQ ` ps2 ´ s1 qR y C ´ A “ pt3 ´ t1 qQ ` ps3 ´ s1 qR.


´ ¯
Si t1 “ t2 , entonces s1 ‰ s2 y R “ s2 ´s 1
pB ´ Aq. Si t1 ‰ t2 , entonces t3 ´t1
t2 ´t1
pB ´ Aq ´ pC ´
´´ ¯ ¯ 1
Aq “ t3 ´t3
ps2 ´ s1 q ´ ps3 ´ s1 q R y como A, B y C son no alineados, obtenemos que
´ t2¯ ´t1
´ ¯
A ` t2 ´t1 pB ´ Aq ‰ A ` pC ´ Aq, por lo cual t2 ´t1 ps2 ´ s1 q ´ ps3 ´ s1 q ‰ 0 y así R es
t3 ´t1 t3 ´t3

de la forma αpB ´ Aq `βpC ´ Aq (ya sea que t1 “ t2 ó t1 ‰ t2 ). Análogamente Q es de la


forma γpB ´ Aq ` δpC ´ Aq. Ahora, S “ A ` pt1 ´ t1 qQ ` ps1 ´ s1 qR “ A
`pt1 ´ t1 qpγpB ´ Aq ` δpC ´ Aqq ` ps1 ´ s1 qpαpB ´ Aq ` βpC ´ Aqq “ A ` ppt1 ´ t1 qγ ` ps1 ´
s1 qαqpB ´ Aq ` ppt1 ´ t1 qδ ` ps1 ´ s1 qβqpC ´ Aq P Π, por lo que Π 1 Ă Π y terminamos así la
demostración del teorema. ‚
15.2.23. Corolario. Si un plano Π1 está incluido en un plano Π2 , entonces Π1 “ Π2 .
444 15.2. Álgebra en Rn

Demostración. Tomando tres puntos diferentes no alineados en Π1 , estos también deben


estar en Π2 y por el teorema 15.2.21, Π1 “ Π2 . ‚
15.2.24. Teorema. Un subconjunto de R3 es un plano si y sólo si es un hiperplano de
dimensión 2.
Demostración. Para pa, b, cq ‰ p0, 0, 0q sea Π “ tpx, y, zq P R3 : ax ` by ` cz “ du un
hiperplano de dimensión 2. Supongamos primero que a ‰ 0 y observemos que Π “ tpx, y, zq P
R3 : px, y, zq “ pd{a, 0, 0q ` tp´b{a, 1, 0q ` sp´c{a, 0, 1q para algunos s, t P Ru, el cual es un
plano. De manera análoga se demuestra que Π es un plano cuando b ‰ 0 y cuando c ‰ 0.
Supongamos ahora que Γ es un plano incluido en R3 . El plano Γ es de la forma tpx, y, zq P
R : px, y, zq “ px0 , y0 , z0 q ` tpα, β, γq ` spδ, η, ρq para algunos s, t P Ru, donde pδ, η, ρq ‰
3

p0, 0, 0q y pα, β, γq ‰ spδ, η, ρq para todo s P R. Tenemos que si px, y, zq P Γ , entonces existen
valores de s y t para los cuales se satisface el siguiente sistema de ecuaciones

x ´ x0 “ tα ` sδ
15.2.25. y ´ y0 “ tβ ` sη
z ´ z0 “ tγ ` sρ.

Si α ‰ 0, sea α1 el número tal que α1 α “ β y sea α2 el número tal que α2 α “ γ. Tenemos


que el sistema 15.2.25 es equivalente al sistema

x ´ x0 “ tα ` sδ
15.2.26. α1 px ´ x0 q ´ py ´ y0 q “ spα1 δ ´ ηq
α2 px ´ x0 q ´ pz ´ z0 q “ spα2 δ ´ ρq.

Si α1 δ ´ η “ 0, entonces Γ está incluido en el hiperplano de dimensión 2 definido como


tpx, y, zq P R3 : α1 x ´ y “ spα1 δ ´ ηq ´ y0 ` α1 x0 u, el cual es un plano que por el corolario
15.2.23 es igual a Γ . Si α1 δ ´η ‰ 0, tomemos como β1 el número tal que β1 pα1 δ ´ηq “ α2 δ ´ρ,
obteniendo de 15.2.26 que pβ1 α1 ´ α2 qpx ´ x0 q ´ β1 py ´ y0 q ` z ´ z0 “ 0, es decir Γ está
incluido en el hiperplano de dimensión 2 definido como tpx, y, zq P R3 : β1 α1 x ´ β1 y ` z “
pβ1 α1 ´ α2 qx0 ´ β1 y0 ` z0 u, el cual también es un plano que por el corolario 15.2.23 es igual
a Γ. ‚
15.2.27. Teorema. Un subconjunto de R2 es una recta si y sólo si es un hiperplano de
dimensión 1.
Demostración. Si l es un hiperplano de dimensión 1, entonces l es de la forma tpx, yq P
R2 : ax ` by “ du para algunos números a, b, c P R tales que pa, bq ‰ p0, 0q. Si a ‰ 0, entonces
l “ tpx, yq P R2 : px, yq “ pd{a, 0q ` tp´b{a, 1q para algún t P Ru, la cual es una recta. Si
b ‰ 0, entonces l “ tpx, yq P R2 : px, yq “ p0, d{bq ` tp1, ´a{bq para algún t P Ru, la cual
también es una recta.
Por otra parte, si l1 es una recta incluida en R2 , entonces existen dos puntos P “ pα, βq y
Q “ pγ, δq ‰ p0, 0q tales que l1 “ tpx, yq P R2 : px, yq “ pα, βq ` tpγ, δq para algún t P Ru. Si
γ ‰ 0, entonces l1 “ tpx, yq P R2 : γδ x ´ y “ α γδ ´ βu, el cual es un hiperplano de dimensión
1. Ahora, si δ ‰ 0, entonces l1 “ tpx, yq P R2 : x ´ γδ y “ α ´ β γδ u, el cual también es un
hiperplano de dimensión 1. ‚
15.2. Álgebra en Rn 445

Se deja al lector el demostrar que un subconjunto de R1 tiene un solo elemento si y sólo


si es un hiperplano de dimensión 0.
15.2.28. Teorema. Si tenemos un plano γ “ tS P Rn : S “ P ` tQ ` sR para algún t P R
y algún s P Ru (donde 0, Q y R son no alineados), entonces para cada S0 P Γ , existe una
única pareja ordenada de números reales pt0 , s0 q tal que S0 “ P ` t0 Q ` s0 R.
Demostración. Por definición de Γ , si S0 P Γ , entonces existe una pareja pt0 , s0 q P R2 tal
que S0 “ P ` t0 Q ` s0 R. Si pt, sq P R2 fuera una pareja tal que S0 “ P ` tQ ` sR, entonces
pt ´ t0 qQ “ ps0 ´ sqR. Ahora, si t fuera diferente de t0 , entonces Q “ 0 ` st´t
0 ´s
0
R, por lo que
0, Q y R estarían alineados, lo cual contradiría el hecho de que Γ es un plano; por lo tanto
t “ t0 , pero como R ‰ 0, la ecuación pt ´ t0 qQ “ ps0 ´ sqR implica que s “ s0 , de tal manera
que la pareja pt0 , s0 q P R2 que satisface S0 “ P ` t0 Q ` s0 R es única. ‚
15.2.29. Teorema. Sean l1 y l2 dos rectas paralelas incluidas en Rn tales que l1 “ tS P Rn :
S “ P ` tR para algún t P Ru y Q P l2 . La recta l2 está dada por

l2 “ tS P Rn : S “ Q ` tR para algún t P Ru.

Demostración. Como l1 k l2 , entonces P , P ` R y Q son no alineados y el plano en el que


están estos puntos, que es el mismo en el que están l1 y l2 , es

Γ “ tS P Rn : S “ P ` tR ` spQ ´ P q para alguna pareja pt, sq P R2 u.

Ahora, si S1 P R1 , entonces existe un t1 P R tal que S1 “ P ` t1 R y además S1 “ Q `


r1 pP ´ Qq ` t1 R, donde, por el teorema 15.2.28, necesariamente r1 “ 1. Recíprocamente,
como P ` t1 R P l1 , entonces si r1 “ 1, se tiene que Q “ r1 pP ´ Qq ` t1 R P l1 . Ahora, sea
S2 P l2 diferente de Q, por el teorema 15.2.28 existen dos números reales únicos r2 y t2 , tales
que S2 “ Q ` r2 pP ´ Qq ` t2 R. Veamos que necesariamente r2 “ 0. Si r2 ‰ 0, entonces
Q ` r12 pr2 pP ´ Qq ` t2 Rq P l2 , pero como Q ` r12 pr2 pP ´ Qq ` t2 Rq “ P ` rt22 R, entonces
también pertenece a l1 , contradiciendo así el hecho de que l1 y l2 son paralelas, por lo tanto
r2 “ 0 y S2 “ Q ` t2 R, teniéndose así que l2 “ tS P Rn : S “ Q ` tt2 R para algún t P Ru
“ tS P Rn : S “ Q ` tR para algún t P Ru. ‚
15.2.30. Corolario (unicidad de las paralelas). Dada una recta l1 y un punto Q que no
está en l1 , existe una única recta l2 tal que l1 k l2 y Q P l2 .
Demostración. Sea l1 “ tS P Rn : S “ P ` tR para algún t P Ru. El plano en el cual está
incluida l1 y al cual pertenece Q es Γ “ tS P Rn : S “ P ` tR ` spQ ´ P q para alguna pareja
pt, sq P R2 u, y por el teorema 15.2.28 (fijando s “ 1), tenemos que una recta paralela a l1 a
la cual pertenece Q es l2 “ tS P Rn : S “ Q ` tR para algún t P Ru, y por el teorema 15.2.29
tal recta es única. ‚
15.2.31. Teorema. Dado un plano Γ , existen tres puntos no alineados A, B y C que
pertenecen a Γ .
Demostración. Por definición de plano, existen tres puntos P , Q y R tales que Q, R y 0
son no alineados y Γ “ tS P Rn : S “ P ` tQ ` sR para algún t P R y algún s P Ru. Ahora,
Q, R y 0 son no alineados si y sólo si son no alineados P , P ` Q y P ` R. En efecto P , P ` Q
446 15.2. Álgebra en Rn

y P ` R son alineados ðñ existe un t P R tal que P ` Q “ P ` tpP ` R ´ P q ðñ existe


un t P R tal que Q “ tR ðñ Q, R y 0 son alineados. Así, tomando A “ P , B “ P ` Q y
C “ P ` R y observando que estos puntos pertenecen a Γ , el teorema queda demostrado. ‚
15.2.32. Teorema. Si tenemos un plano Γ y dos puntos A y B diferentes en el plano Γ ,
entonces la recta a la cual pertenecen A y B está incluida en Γ .
Demostración. Por el teorema 15.2.31, existe un punto C en Γ tal que A, B y C no están
alineados. Ahora, por el teorema 15.2.21 tenemos que necesariamente Γ “ tS P Rn : S “
A ` tpB ´ Aq ` spC ´ Aq para algún t P R y algún s P Ru y como la recta a la cual pertenecen
A y B es l “ tS P Rn : S “ A ` tpB ´ Aq para algún t P Ru, tenemos que (al fijar s “ 0)
l Ă Π. ‚
15.2.33. Teorema. Si tenemos un hiperplano Π incluido en Rn y dos puntos P y Q diferentes
en el hiperplano Π, entonces la recta a la cual pertenecen P y Q está incluida en Π.
Demostración. Por definición de hiperplano, existen n números a1 , . . . , an no todos iguales
n
a cero y un número d tales que Π “ tpx1 , x2 , . . . , xn q P Rn : ak xk “ du. Para cada número
ř
k“1
natural i menor o igual que n denotemos como pi y como qi a las i-ésimas componentes de
P y Q respectivamente. La recta que pasa por P y Q es l “ tS P Rn : S “ P ` tpQ ´ P q
para algún t P Ru, por lo que si S P l, existe un t P R tal que S “ P ` tpQ ´ P q y como P y
Q pertenecen a Π, entonces
n
ÿ
ak ppk ` tpqk ´ pk qq “ d ` td ´ td “ d,
k“1

por lo que S “ P ` tpQ ´ P q P Π, concluyendo así que l Ă Π. ‚


15.2.34. Teorema. Si P , Q y R son tres puntos diferentes alineados, entonces se cumple
solamente una de las tres afirmaciones siguientes:

a) P está entre Q y R;
b) Q está entre P y R;
c) R está entre P y Q.

Más precisamente, si R “ Q ` spP ´ Qq, entonces: R está entre P y Q si y sólo si 0 ă s ă 1;


Q está entre P y R si y sólo si s ă 0; P está entre Q y R si y sólo si s ą 1.
Demostración. La recta que pasa por los puntos P , Q y R es tS : S “ Q ` tpP ´ Qq para
algún t P Ru, luego existe un número real s diferente de 0 y de 1, tal que R “ Q ` spP ´ Qq;
pero observemos que esta última igualdad es equivalente a P “ Q ` 1s pR ´ Qq y también a
Q “ P ` 1´s1
pR ´P q. Ahora, por definición, el punto R está entre P y Q si y sólo si 0 ă s ă 1;
el punto P está entre Q y R si y sólo si 0 ă 1{s ă 1, es decir si y sólo si s ą 1, y el punto Q
está entre P y R si y sólo si 0 ă 1´s
1
ă 1, es decir si y sólo si s ă 0. ‚
15.2.35. Teorema. Sean A, B y C tres puntos alineados con A ‰ C y sea t P R tal que
B “ A ` tpC ´ Aq. El número t es mayor o igual que 0 si y sólo si t “ |B´A|
|C´A|
y el número t es
menor o igual que 0 si y sólo si t “ ´ |B´A|
|C´A|
.
15.2. Álgebra en Rn 447

Demostración. Como |B ´ A| “ |t||C ´ A|, entonces |t| “ |B´A|


|C´A|
, por lo que t “ |B´A|
|C´A|
si y
sólo si t ľ 0, y t “ ´ |B´A|
|C´A|
si y sólo si t ĺ 0. ‚
15.2.36. Teorema. Sean A, B y C tres puntos diferente no alineados. Si t ą 0, P “
A ` tpB ´ Aq y Q “ A ` tpC ´ Aq, entonces |P ´ Q| “ t|B ´ C|. Es decir, si P es el punto
ÝÝÑ
en el rayo AB cuya distancia al punto A es t veces la distancia entre A y B, y si Q es el
ÝÝÑ
punto en el rayo AC cuya distancia al punto A es t veces la distancia entre A y C; entonces
la distancia entre P y Q es t veces la distancia entre B y C.
Q
1


C  


A  
H  
HH

B HH
H
PHHH
j
H

Demostración. |P ´ Q| “ |A ` tpB ´ Aq ´ pA ` tpC ´ Aqq| “ |tpB ´ Aq ´ tpC ´ Aq| “


|tpB ´ Cq| “ |t||B ´ C| “ t|B ´ C|. ‚
15.2.37. Teorema. Sean A, B y C tres puntos diferente no alineados. Si 1 ‰ t ą 0,
ÐÑ ÐÑ
P “ A ` tpB ´ Aq y Q “ A ` tpC ´ Aq, entonces las rectas CB y QP son paralelas.

 Q
1

C

  


A  
H  
HH

B H 
H
HH
  P H
HH
  j
ÐÑ
Demostración. Como A, B y C son no alineados, entonces P, Q R CB. Ahora, Q ´ P “
ÐÑ
tpC ´ Bq, por lo que la recta QP es igual a tS : S “ P ` spC ´ Bq para algún s P Ru, la cual
ÐÑ
es paralela a tS : S “ B ` spC ´ Bq para algún s P Ru “ CB. ‚
448 15.3. Trayectorias y sus longitudes

15.3. Trayectorias y sus longitudes


En esta sección estudiaremos brevemente el concepto de longitud de una trayectoria que
servirá, entre otras cosas, para definir adecuadamente a las funciones trigonométricas.
La siguiente definición de continuidad es similar a la usada para funciones reales.
15.3.1. Definición. Sea I un intervalo de números reales. Una función ϕ : I ÝÑ Rn es
continua en x0 P I si para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que si |y ´ x0 | ă δ e y P I, entonces
|ϕpyq ´ ϕpx0 q| ă ε. Diremos que ϕ es continua si es continua en todo elemento de I.
15.3.2. Definición. Sea I un intervalo. Cuando ϕ : I ÝÑ Rn es continua decimos que el
recorrido de ϕ es una trayectoria o, si queremos ser más específicos, que es la trayectoria
de ϕ.
15.3.3. Definiciones. Sean a, b P R diferentes
con a ă b. Cuando ϕ : ra; bs ÝÑ Rn es continua
e inyectiva, diremos que la trayectoria de ϕ es un
arco o una trayectoria simple con extremos,
y se dice que los puntos ϕpaq y ϕpbq son los extre-
mos de la trayectoria. En general se le llama ar- trayectoria simple con extremos

co o trayectoria simple con extremos a cualquier


conjunto que sea homeomorfo al intervalo r0; 1s.
Cuando ϕ es continua, ϕpaq “ ϕpbq y además
ϕpxq ‰ ϕpyq para x e y diferentes y pertenecientes
al intervalo ra; bq, diremos que la trayectoria de ϕ
es una trayectoria cerrada simple. Una tra-
yectoria simple es una trayectoria simple con trayectoria cerrada simple

extremos o una trayectoria cerrada simple.


15.3.4. Observación. Si γ es una trayectoria
simple con extremos, la definición de sus extremos no depende de la función ϕ de la cual
es trayectoria. En efecto, si γ es la trayectoria de dos funciones continuas e inyectivas ϕ :
ra; bs ÝÑ Rn y ψ : rc; ds ÝÑ Rn , entonces la función ψ ´1 ˝ ϕ : ra; bs ÝÑ rc; ds es continua
(teoremas 14.2.12 y 14.2.13) e inyectiva (la composición de funciones inyectivas es una función
inyectiva), más aún ψ ´1 ˝ϕrta, bus “ tc, du (teorema 10.5.25), por lo que ϕrta, bus “ ψrtc, dus,
es decir los dos extremos de γ son ψpcq y ψpdq.
15.3.5. Definición. A una trayectoria que está
incluida en un plano se le llamará trayectoria
plana.
15.3.6. Definiciones. Sea I un intervalo de nú-
meros reales. Cuando una trayectoria es la tra-
yectoria de una función continua ϕ : I ÝÑ Rn ,
diremos que ϕ es una parametrización de la
trayectoria. Cuando una trayectoria simple con trayectoria plana no simple
extremos γ tenga una parametrización inyecti-
va ϕ : ra; bs ÝÑ R, diremos que ϕ es una pa-
rametrización simple de γ. En el caso en que γ sea una trayectoria cerrada simple y
15.3. Trayectorias y sus longitudes 449

ϕ : ra; bs ÝÑ Rn sea una parametrización de γ tal que ϕpaq “ ϕpbq y además ϕpxq ‰ ϕpyq pa-
ra x e y diferentes y pertenecientes al intervalo ra; bq, diremos que ϕ es una parametrización
simple de γ.
15.3.7. Observación. Una trayectoria puede tener varias parametrizaciones. Por ejemplo
el segmento con extremos P y Q tiene la parametrización ϕ : r0; 1s ÝÑ Rn dada por ϕptq “
tP ` p1 ´ tqQ, la parametrización ψ : r0; 1s ÝÑ Rn dada por ψptq “ p1 ´ tqP ` tQ, la
parametrización η : r0; 1s ÝÑ Rn dada por γptq “ p1 ´ t2 qP ` t2 Q, o bien la parametrización
τ : r0; 12 s ÝÑ Rn dada por τ ptq “ p1 ´ 2tqP ` 2tQ.
15.3.8. Definición. Si ϕ : I ÝÑ Rn es una función, decimos que ϕi : I ÝÑ R, con i P
t1, 2, . . . , nu, es una función componente (la i-ésima función componente) de ϕ, si para
todo x P I tenemos que ϕi pxq es la i-ésima componente de ϕpxq. Mientras no se establezca
lo contrario, a la k-ésima función componente de una función ϕ la denotaremos por ϕk .
15.3.9. Teorema. Sea I un intervalo y x0 P I. Una función ϕ : I ÝÑ Rn es continua en x0
si y sólo si sus funciones componentes son continuas en x0 .
Demostración. Supongamos primero que las funciones componentes ϕ1 , ϕ2 , . . . , ϕn de ϕ
son continuas en x0 P I. Para ε ą 0 existen n números positivos δ1 , δ2 , . . . , δn tales que para
todo k P t1, 2, . . . , nu se tiene
ε
|y ´ x0 | ă δk e y P I ùñ |ϕk px0 q ´ ϕk pyq| ă ,
n
por lo que si hacemos δ “ míntδ1 , δ2 , . . . , δn u tenemos entonces que
n n
ÿ ÿ ε
|y ´ x0 | ă δ e y P I ùñ |px0 q ´ pyq| ĺ |ϕk px0 q ´ ϕk pyq| ă ĺ ε,
k“1 k“1
n
por lo tanto ϕ es continua en x0 .
Supongamos ahora que ϕ es continua en x0 . Dado ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que si |y´x0 | ă
δ e y P I, entonces |ϕpyq ´ ϕpx0 q| ă ε. Pero como |ϕk pyq ´ ϕk px0 q| ĺ |ϕpyq ´ ϕpx0 q| ă ε para
todo k P t1, 2, . . . , nu, entonces cada una de las funciones componentes de ϕ son continuas. ‚
15.3.10. Corolario. Sea I un intervalo. Una función ϕ : I ÝÑ Rn es continua si y sólo si
sus funciones componentes son continuas.
Demostración. La función ϕ es continua ðñ ϕ es continua en cada elemento de I ðñ
cada ϕk es continua en cada elemento de I ðñ cada ϕk es continua. ‚
15.3.11. Definición. Dado un intervalo cerrado ra; bs, decimos que ∆ es una partición
del intervalo ra; bs si ∆ es una sucesión finita pxk qnk“0 , donde x0 “ a, xk ă xk`1 para
k P t0, 1, . . . , n ´ 1u y xn “ b. Al conjunto de todas las particiones del intervalo ra; bs lo
denotaremos por Pba .
15.3.12. Definición. Si γ es una trayectoria simple y ϕ : ra; bs ÝÑ Rn es una parametriza-
ción simple de γ, definimos la longitud de γ como
# +
ÿn
`pγq :“ sup |ϕpxk q ´ ϕpxk´1 q| : px0 , x1 , . . . , xn q P Pba .
k“1

Cuando `pγq P R diremos que γ tiene longitud finita o que es rectificable, de otro modo
diremos que tiene longitud infinita.
450 15.3. Trayectorias y sus longitudes

Se deja al lector el verificar que la longitud de una trayectoria simple no depende de la


parametrización simple dada, así como el que esta definición no contradice la de longitud de
un segmento.
15.3.13. Definición. Cualquier segmento cuyos extremos son dos puntos de una trayectoria
γ se dice que es una cuerda de γ.
De la definición de longitud se sigue inmediatamente el siguiente teorema.
15.3.14. Teorema. La longitud de cualquier trayectoria simple es mayor o igual que la de
cualquiera de sus cuerdas.
15.3.15. Teorema. Sean: ϕ : ra; bs ÝÑ Rn una parametrización simple de una trayectoria
simple γ; x un elemento del intervalo abierto pa; bq; ϕ1 : ra; xs ÝÑ Rn y ϕ2 : rx; bs ÝÑ Rn
restricciones de ϕ con sus trayectorias respectivas γ1 y γ2 . Tenemos que
`pγq “ `pγ1 q ` `pγ2 q.

Demostración. Demostremos primero que `pγq ľ `pγ1 q ` `pγ2 q. Para cada ∆1 “ px0 , . . . ,
xn q P Pxa y ∆2 “ py0 , . . . , ym q P Pbx tenemos que px0 , . . . , xn , y1 , . . . , ym q P Pba , por lo cual
n
ÿ m
ÿ
`pγq ľ |ϕpxk q ´ ϕpxk´1 q| ` |ϕpyk q ´ ϕpyk´1 q|.
k“1 k“1

Dejando fijo ∆1 y tomando el supremo sobre las particiones ∆2 tenemos que


ÿn
`pγq ľ |ϕpxk q ´ ϕpxk´1 q| ` `pγ2 q.
k“1

Ahora, si en esta última desigualdad tomamos el supremo sobre todas las particiones ∆1 ,
obtenemos
`pγq ľ `pγ1 q ` `pγ2 q.
Demostremos ahora que `pγq ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q. Sea ∆ “ pt0 , t1 , . . . , ts q P Pba . Si x es una
componente de ∆, entonces existe un entero positivo i ă s tal que x “ ti , obteniéndose así
que pt0 , . . . , ti q P Pxa y pti , . . . , ts q P Pbx , de donde
s
ÿ i
ÿ s
ÿ
|ϕptk q ´ ϕptk´1 q| “ |ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ` |ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q,
k“1 k“1 k“i`1
15.3. Trayectorias y sus longitudes 451

es decir s
ÿ
|ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q.
k“1
Veamos que la última desigualdad también es válida si x no es una componente de ∆. Si x no
es una componente de ∆, existe un entero positivo i ĺ s tal que ti´1 ă x ă ti , obteniéndose
que pt0 , t1 , . . . , ti´1 , xq P Pxa y px, ti , . . . , ts q P Pbx y al usar la desigualdad del triángulo 15.2.17
obtenemos
˜ ¸
ÿ s i´1
ÿ
|ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ĺ |ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ` |ϕpxq ´ ϕpti´1 q|
k“1
˜ k“1 ¸
s
ÿ
` |ϕpti q ´ ϕpxq| ` |ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q,
k“i`1

es decir s
ÿ
|ϕptk q ´ ϕptk´1 q| ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q
k“1

para cualquier partición ∆ “ pt0 , t1 , . . . , ts q P Pba , de donde al tomar el supremo sobre todos
los ∆ se obtiene
`pγq ĺ `pγ1 q ` `pγ2 q. ‚
15.3.16. Teorema. Sea r ą 0. La circunferencia incluida en R2 con centro en el origen
0 “ p0, 0q y radio r es una trayectoria cerrada simple con longitud finita.
Demostración. Por definición de circunferencia y de distancia entre dos puntos, tenemos
que la circunferencia con centro en el origen y radio r es el conjunto de todos los puntos px, yq
que satisfacen la ecuación
x2 ` y 2 “ r 2 ,
? ?
por lo que el punto px, yq está en la circunferencia si y sólo si y “ r2 ´ x2 ó y “ ´ r2 ´ x2 ,
con x P r´r; rs. Ahora, la circunferencia tpx, yq : x2 ` y 2 “ r2 u es la unión de γ1 “ tpx, yq :
x2 `y 2 “ r2 e y ľ 0u y γ2 “ tpx, yq : x2 `y 2 “ r2 e y ĺ 0u, y la intersección de estos dos últimos
conjuntos es tp´r, 0q, pr, 0qu. Tenemos además que una parametrización simple ? de γ1 con
extremos p´r, 0q y pr, 0q es la función ψ1 : r´r; rs ÝÑ R definida como ψ1 ptq “ pt, r2 ´ t2 q,
2

mientras que ? una parametrización simple de γ2 es la función ψ2 : r´r; rs ÝÑ R2 definida como


ψ2 ptq “ pt, ´ r2 ´at2 q, aunque también lo es la función ψ2˚ : rr; 3rs ÝÑ R2 definida como
ψ2˚ ptq “ p´t`2r, ´ r2 ´ pt ´ 2rq2 q. Utilizando las parametrizaciones anteriores podemos dar
una parametrización simple de la circunferencia completa mediante la función ψ : r´r; 3rs ÝÑ
R2 dada por
ψ1 ptq si t P r´r; rs
#
ψptq “
ψ2˚ ptq si t P rr; 3rs ,
observando así que la circunferencia es una trayectoria cerrada simple.
Demostremos ahora que la trayectoria ψrr0; rss tiene longitud menor o igual que 2r. Si
∆ “ pt0 , t1 , . . . , tn q es una partición del intervalo r0; rs, entonces
n
ÿ n
ÿ
|ψ1 ptk q ´ ψ1 ptk´1 q| ĺ p|tk ´ tk´1 | ` |yk ´ yk´1 |q,
k“1 k“1
452 15.3. Trayectorias y sus longitudes

donde yk “ r2 ´ t2k para k P t0, 1, 2, . . . , nu y además r “ y0 ą y1 ą ¨ ¨ ¨ ą yn “ 0, por lo que


a
n
p|tk ´ tk´1 | ` |yk ´ yk´1 |q “ 2r y así `pψrr0; rssq ĺ 2r. Análogamente podemos demostrar
ř
k“1
que `pψrrr; 0ssq ĺ 2r, por lo que debido al teorema 15.3.15 tenemos que `pγ1 q ĺ 4r. Usando,
para hacer los cálculos más simples, a ψ2 como parametrización simple de γ2 , se demuestra
análogamente que `pγ2 q ĺ 4r y utilizando de nuevo el teorema 15.3.15 obtenemos que la
longitud de la circunferencia es menor o igual que 8r. ‚
15.3.17. Definición. Definimos el número π (léase pi) como la mitad de la longitud de una
circunferencia incluida en R2 con centro en el origen y radio 1. Es decir la longitud de tal
circunferencia es 2π.
15.3.18. Teorema. Sea γ una trayectoria simple, con longitud finita s y parametrización
simple ϕ : ra; bs ÝÑ Rn . La función f : ra; bs ÝÑ r0; ss, tal que f paq “ 0 y a cada x P pa; bs
le asigna la longitud de γx :“ ϕrra; xss, es una función continua y estrictamente creciente.
Demostración. La función f es estrictamente creciente pues si a ă x1 ă x2 ĺ b, entonces

f px1 q “ `pγx1 q ă `pγx1 q ` |f px2 q ´ f px1 q| ĺ `pγx1 q ` `pϕ rrx1 ; x2 ssq “ `pγx2 q “ f px2 q.

(Para el caso en que a “ x1 ă x2 ĺ b tenemos que f px1 q “ 0 ă `pγx2 q “ f px2 q).


Demostremos ahora que f es continua en a, es decir que para todo ε ą 0 existe un
δ ą 0 tal que |t ´ a| ă δ y a ă t ĺ b ùñ |f ptq ´ f paq| ă ε. Como f es estrictamente
creciente, podemos observar que el hecho de que no sea continua en a implica que existe un
ε ą 0 tal que f ptq ľ ε para todo t P pa; bs. Para cualquier y0 P pa; bq existe una partición
px0 , x1 , . . . , xn q P Pya0 tal que
n1
ÿ ε
|ϕpx1,k q ´ ϕpx1,k´1 q| ą .
k“1
2

Al tomar un número y1 en el intervalo abierto pa; x1,1 q tal que |ϕpx1,1 q ´ ϕpaq| ă ε
4
y observar
que |ϕpy1 q ´ ϕpaq| ` |ϕpx1,1 q ´ ϕpy1q| ľ |ϕpx1,1 q ´ ϕpaq| tenemos que
n
ÿ ε
|ϕpx1 q ´ ϕpy1 q| ` |ϕpxk q ´ ϕpxk´1 q| ą ,
k“2
4

por lo que `pϕrry1 ; y0 ssq ą 4ε . De manera análoga, existe un y2 P pa; y1 q tal que `pϕrry2 ; y1 ssq
ą 4ε y de manera recursiva, para cualquier entero positivo m, una vez determinado el
ym P pa; ym´1 q tal que `pϕrrym ; ym´1 ssq ą 4ε , podemos tomar un ym`1 P pa; ym q tal que
`pϕrrym`1 ; ym ssq ą 4ε . Ahora, por la propiedad arquimediana, existe un número natural N tal
que N4ε ą s, de modo que aplicado N ` 1 veces el teorema 15.3.15 tenemos que
N
ÿ Nε
`pγq “ `pϕ rry0 ; bssq ` `pϕ rrym ; ym´1 ssq ` `pϕ rra; yN ssq ą ą s,
m“1
4

lo cual contradice el hecho de que `pγq “ s, por lo que f es continua en a.


Para demostrar que f es continua en b tomemos la parametrización simple de γ dada por
ψ : r´b; ´as ÝÑ Rn tal que ψptq “ ϕp´tq y definamos gpxq :“ `pψrr´b; xssq “ s ´ f p´xq,
15.3. Trayectorias y sus longitudes 453

por lo que g es continua en ´b, pero en general g es continua t si y sólo si f es continua en


´t, por lo tanto f es continua en b.
Veamos ahora la continuidad de f en un número x P pa; bq con las observaciones dadas a
continuación. La demostración de que f es continua por la izquierda en x se hace de la misma
forma que la de que f es continua en b pero tomando `pγx q en lugar de s. La demostración
de que f es continua por la derecha en x se hace de manera análoga a la de demostrar que
es continua en a, pero tomando `pγq ´ `pγx q en lugar de s. ‚
15.3.19. Corolario. Sea γ una trayectoria simple, con longitud finita s. Existe una parame-
trización simple ψ : r0; ss ÝÑ γ de la trayectoria γ tal que para todo t P p0; ss la longitud de
ψrr0; tss es t.
Demostración. Del teorema 15.3.18 tenemos que si tomamos una parametrización simple
ϕ : ra; bs ÝÑ Rn y una función continua y estrictamente creciente f : ra; bs ÝÑ r0; ss, tal
que f paq “ 0 y a cada x P pa; bs le asigna la longitud de γx :“ ϕrra; xss. Por el teorema
del valor intermedio, f es una correspondencia biunívoca entre ra; bs y r0; ss, de modo que
por el teorema 10.5.26, la función f ´1 : r0; ss ÝÑ ra; bs es continua e inyectiva, por lo que
ψ :“ ϕ ˝ f ´1 es la parametrización simple de γ tal que para todo t P p0; ss la longitud de
ψrr0; tss es t. ‚
15.3.20. Teorema. Sea γ una trayectoria simple con extremos, con longitud finita s y con
parametrización simple ϕ : ra; bs ÝÑ Rn . Sea además f : ra; bs ÝÑ r0; ss tal que f paq “ 0 y a
cada x P pa; bs le asigna la longitud de γx :“ ϕrra; xss. Si 0 ă r ă s, entonces existe un único
número t entre a y b tal que f ptq “ r.
Demostración. Sea 0 ă r ă s. Del teorema 15.3.18 se tiene que f es continua y estricta-
mente creciente. Como f es continua, entonces por el teorema del valor intermedio se sigue
que existe un t entre a y b tal que f ptq “ r, pero como f es estrictamente creciente, entonces
es inyectiva, por lo que el valor de t es único. ‚
15.3.21. Definición. Sea I un intervalo, η : I ÝÑ Rn una parametrización de alguna
trayectoria γ y para cada k P Jn sea ηk la k-ésima función componente de η; es decir para
cada t P I tenemos ηptq “ pη1 ptq, η2 ptq, . . . , ηn ptqq. Decimos que η es derivable en t0 P I si
lím ηptq´ηpt
t´t0
0q
existe. En tal caso el límite anterior se denota como η 1 pt0 q y se dice que es la
tÑt0
derivada de η en t0 . Cuando η 1 ptq exista para todo t P I, se dice que η es derivable y la
función η 1 : I ÝÑ1 Rn se llama la derivada de η.
tÞÑη ptq

Si ηptq representa la posición de una partícula en el tiempo t, entonces |η 1 ptq| es la rapidez


con la que se mueve la partícula en el tiempo t y en el caso en que tal rapidez se diferente de
0 tenemos que |η11ptq| η 1 ptq es un vector de norma 1 que indica la dirección en la cual se mueve
la partícula en el tiempo t. En los casos prácticos en que la función η describe el movimiento
de una partícula ya sea en R, R2 ó R3 , la derivada η 1 siempre existirá y además será una
función continua.
15.3.22. Teorema. Sea η : I ÝÑ Rn una parametrización y para cada k P Jn sea ηk la
k-ésima función componente de η. La parametrización η es derivable en t0 si y sólo si cada
ηk es derivable en t0 . En el caso en que η sea derivable en t0 se tiene que

η 1 pt0 q “ pη11 pt0 q, η21 pt0 q, . . . , ηn1 pt0 qq.


454 15.3. Trayectorias y sus longitudes

Demostración. Supongamos primero que cada ηk es derivable en t0 . Para cada ε ą 0 sea


δ ą 0 tal que para todo k P Jn se tiene
ˇ ˇ
ˇ ηk ptq ´ ηk pt0 q 1
ˇ ε
0 ă |t ´ t0 | ă δ ùñ ˇ
ˇ ´ ηk pt0 qˇˇ ă .
t ´ t0 n

Tenemos que si |t ´ t0 | ă δ, entonces


ˇ ˇ pηj ptq ´ ηj pt0 qqnj“1
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ηptq ´ ηpt0 q 1 n ˇ 1 n ˇ
ˇ
ˇ
ˇ t ´ t0 ´ pη j pt 0 qqj“1 ˇ “ ˇ ´ pη j pt 0 qqj“1 ˇ
ˇ t ´ t0
n ˇ ˇ n
ÿ ˇ ηj ptq ´ ηj pt0 q 1
ˇ ÿ ε
ĺ ˇ ´ η j pt0 qˇ ă “ ε,
ˇ
j“1
t ´ t0 ˇ
j“1
n

por lo tanto si cada ηk1 es derivable en t0 , entonces η es derivable en t0 y η 1 pt0 q “ pη11 pt0 q, η21 pt0 q,
. . . , ηn1 pt0 qq.
Supongamos ahora que η es derivable en t0 y para cada k sea ηk˚ la k-ésima componente
de η 1 pt0 q. Tenemos que para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que
ˇ ˇ
ˇ ηptq ´ ηpt0 q 1
ˇ
0 ă |t ´ t0 | ă δ ùñ ˇ ˇ ´ η pt0 qˇˇ ă ε.
t ´ t0

Tenemos que si 0 ă |t ´ t0 | ă δ, entonces


ˇ ˇ ˇˇˆ ˙n ˇˇ
ˇ ηk ptq ´ ηk pt0 q ˇ ˇ ηj ptq ´ ηj pt0 q
´ ηk˚ ˇˇ ĺ ˇ ´ ηj˚
ˇ ˇ
ˇ
ˇ t ´ t0 ˇ t ´ t0 j“1
ˇ
ˇ ˇ
ˇ ηptq ´ ηpt0 q ˇ
“ ˇˇ ´ η 1 pt0 qˇˇ ă ε,
t ´ t0

por lo que cada ηk es derivable en t0 y además ηk1 pt0 q “ ηk˚ , es decir η 1 pt0 q “ pη11 pt0 q, η21 pt0 q,
. . . , ηn1 pt0 qq. ‚
15.4. Ortogonalidad 455

15.4. Ortogonalidad
15.4.1. Definición. Decimos que dos puntos P y Q pertenecientes a Rn son ortogonales
si P ¨ Q “ 0. Por ejemplo los puntos p1, 1, 0q y p0, 0, 1q en R3 son ortogonales, también en R2
son ortogonales los puntos pa, bq y p1, ´ ab q siempre que b sea diferente de cero.
15.4.2. Definición. Si tenemos una recta que pasa por dos puntos diferentes P y Q, podemos
observar que el conjunto Π “ tA P Rn : pA ´ Qq ¨ pP ´ Qq “ 0u es un hiperplano. Diremos que
tal hiperplano es ortogonal en Q a la recta que pasa por los puntos P y Q (también se dice
que tal recta es ortogonal en Q a dicho hiperplano). Observemos que la definición anterior
no depende de la elección que se haya hecho del punto P en la recta, con tal de que éste sea
diferente de Q. En efecto, si S “ Q ` tpP ´ Qq y t ‰ 0, entonces pA ´ Qq ¨ pP ´ Qq “ 0 ðñ
tpA ´ Qq ¨ pP ´ Qq “ 0 ðñ pA ´ Qq ¨ ptpP ´ Qqq “ 0 ðñ pA ´ Qq ¨ pQ ` tpP ´ Qq ´ Qq “
0 ðñ pA ´ Qq ¨ pS ´ Qq “ 0.
Conservemos la notación y terminología de la definición anterior y veamos que si A P Π,
entonces la distancia entre A y P es la misma que la distancia entre A y 2Q ´ P . Para esto
tomemos A “ pa1 , . . . , an q, P “ pp1 , . . . , pn q y Q “ pq1 , . . . , qn q teniendo así
g g
f n f n
f ÿ fÿ
|A ´ p2Q ´ P q| “ e pak ´ 2qk ` pk q “ e ppak ´ qk q ` ppk ´ qk qq2
2

k“1 k“1
g
f n n n
fÿ ÿ ÿ
“ e 2
pak ´ qk q ` 2
ppk ´ qk q ` 2 pak ´ qk qppk ´ qk q
k“1 k“1 k“1
g
f n n
fÿ ÿ
“ e 2
pak ´ qk q ` ppk ´ qk q2 ` 2pA ´ Qq ¨ pP ´ Qq
k“1 k“1
g
f n n
fÿ ÿ
“ e 2
pak ´ qk q ` ppk ´ qk q2
k“1 k“1
g
f n n
fÿ ÿ
“ e pak ´ qk q2 ` ppk ´ qk q2 ´ 2pA ´ Qq ¨ pP ´ Qq
k“1 k“1
g
f n n n
fÿ ÿ ÿ
“ e pak ´ qk q2 ` ppk ´ qk q2 ´ 2 pak ´ qk qppk ´ qk q
k“1 k“1 k“1
g g
f n f n
f ÿ fÿ
“ e ppak ´ qk q ´ ppk ´ qk qq “ e pak ´ pk q2 “ |A ´ P |.
2

k“1 k“1

De las igualdades anteriores, al utilizar el hecho de que


g
f n n
fÿ ÿ
|A ´ P | “ e 2
pak ´ qk q ` ppk ´ qk q2 ,
k“1 k“1
456 15.4. Ortogonalidad

tenemos que |A ´ P |2 “ |A ´ Q|2 ` |P ´ Q|2 . Enunciemos estos dos últimos resultados como
teoremas.
15.4.3. Teorema. Sean P y Q dos puntos diferentes. Si Π es el hiperplano ortogonal en el
punto Q a la recta que pasa por P y Q, y A P Π, entonces la distancia entre A y P es la
misma que la distancia entre A y 2Q ´ P .
15.4.4. Teorema. Si A, P y Q son tres puntos tales que pA ´ Qq ¨ pP ´ Qq “ 0, entonces

|A ´ P |2 “ |A ´ Q|2 ` |P ´ Q|2 .

15.4.5. Definición. Cuando nuestro espacio sea Rn , diremos que una recta l1 es ortogonal
a otra recta l2 en un punto Q si ambas rectas pasan por Q y l2 está incluida en el hiperplano
ortogonal a l1 en Q. También se dice que l1 y l2 son ortogonales (en Q). En el caso en que
n ľ 3, diremos que un plano Γ (de dimensión 2) y una recta l son ortogonales en un punto
Q, si tanto el plano como la recta pasan por Q y Γ está incluida en el hiperplano ortogonal
a l1 en Q.
Veamos que dada una recta incluida en Rn que pasa por dos puntos diferentes P y Q, y
un punto R P Rn que no esté en la recta, siempre existe un único hiperplano ortogonal a tal
recta y al cual pertenece R.
15.4.6. Teorema. Sean P , Q y R tres puntos diferentes no alineados en Rn y l una recta
tal que P , Q P l. Existe un único hiperplano ortogonal a l al cual pertenece R. Además, el
punto donde se interseca la recta l y el hiperplano ortogonal es Q ` pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
pP ´ Qq.

Demostración. Como el punto Q ` pR´Qq¨pP ´Qq


|P ´Q|2
pP ´ Qq P l, tenemos por definición que si
P ‰Q` pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
pP ´ Qq, entonces el hiperplano ortogonal a l en tal punto es

! )
pR´Qq¨pP ´Qq pR´Qq¨pP ´Qq
Π :“ A P Rn : pA ´ Q ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq ¨ pP ´ Q ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq “ 0 .

Pero R P Π. En efecto,
pR´Qq¨pP ´Qq pR´Qq¨pP ´Qq
pR ´ Q ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq ¨ pP ´ Q ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq
pR´Qq¨pP ´Qq pR´Qq¨pP ´Qq
“ ppR ´ Qq ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq ¨ ppP ´ Qq ´ |P ´Q|2
pP ´ Qqq
ppR´Qq¨pP ´Qqq2 ppR´Qq¨pP ´Qqq2
“ pR ´ Qq ¨ pP ´ Qq ´ |P ´Q|2
´ pR ´ Qq ¨ pP ´ Qq ` |P ´Q|2
“ 0.

Ahora, si P “ Q ` pR´Qq¨pP ´Qq


|P ´Q|2
pP ´ Qq, entonces el hiperplano ortogonal a l en P es tA P
Rn : pA ´ P q ¨ pQ ´ P q “ 0u y pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
“ 1, teniéndose también que R pertenece al
hiperplano ortogonal a l en P , en efecto, pR ´ P q ¨ pQ ´ P q “ pP ´ Rq ¨ pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
pP ´ Qq “
ppP ´ Qq ` pQ ´ Rqq ¨ pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
pP ´ Qq “ pR ´ Qq ¨ pP ´ Qq ´ pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
pR ´ Qq ¨ pP ´ Qq “
pR ´ Qq ¨ pP ´ Qq ´ 1pR ´ Qq ¨ pP ´ Qq “ 0. Demostremos que tal plano, ortogonal a la
recta l y al cual pertenece R es único. Procedamos por contradicción y supongamos que
hay dos planos diferentes Π1 y Π2 a los cuales pertenece R tales que el primero es el plano
15.4. Ortogonalidad 457

perpendicular a l en un punto B1 P l y el segundo es el plano perpendicular a l en un punto


B2 P l, donde B1 ‰ B2 (de otro modo Π1 sería igual a Π2 ). Por el teorema 15.4.4 tenemos que
|B2 ´R|2 “ |B1 ´R|2 `|B2 ´B1 |2 “ |B2 ´R|2 `|B2 ´B1 |2 `|B2 ´B1 |2 “ |B2 ´R|2 `2|B2 ´B1 |2 ,
lo cual es imposible si B2 ‰ B1 . ‚
15.4.7. Corolario. Sean P , Q y R tres puntos diferentes en Rn no alineados y l una recta
tal que P, Q P l. Existe una única recta l1 ortogonal a l, a la cual pertenece R. Además, el
punto donde se intersecan l y l1 es Q ` pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
pP ´ Qq.
Demostración. Por el teorema 15.4.6, existe un único hiperplano ortogonal a l al cual
pertenece R y tal plano corta a l en el punto Q ` pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
pP ´ Qq. Sea l1 la recta que
pasa por R y Q ` pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
pP ´ Qq, por el teorema 15.2.33 tenemos que l1 está incluida en
el hiperplano ortogonal a l en Q ` pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
pP ´ Qq, por lo que es ortogonal a l y como
el hiperplano ortogonal a l al cual pertenece R es único, entonces cualquier recta ortogonal
a l, a la cual pertenece R, debe estar incluida en dicho hiperplano y debe cortar a l en
Q ` pR´Qq¨pP ´Qq
|P ´Q|2
pP ´ Qq, pero como por dos puntos diferentes solamente pasa una recta,
entonces tal recta necesariamente es l1 . ‚
15.4.8. Teorema. Si P y Q son puntos diferentes de 0 y ortogonales en Rn , entonces los
puntos P , Q y 0 son no alineados.
Demostración. Si fueran alineados, entonces existiría un número real t diferente de cero,
tal que P “ tQ, de tal suerte que P ¨ Q “ tQ ¨ Q “ t|Q|2 ‰ 0, contradiciendo el hecho de que
P y Q son ortogonales. ‚
15.4.9. Corolario. Si Γ es un plano, Q P Γ , u y v son puntos ortogonales con norma 1
y además Q ` u, Q ` v P Γ . Entonces cualquier punto del plano Γ se puede representar
de manera única como una suma de la forma Q ` αu ` βv, para algunos α, β P R. Recí-
procamente, cualquier suma de la forma Q ` αu ` βv con α, β P R, es un punto del plano
Γ.
Demostración. El resultado se sigue del teorema 15.4.8 y de los teoremas 15.2.21 y 15.2.28.

15.4.10. Definición. Cuando tengamos dos o más puntos con norma 1 que sean ortogonales
entre sí, diremos que tales puntos son ortonormales y que el conjunto cuyos elementos son
tales puntos es un conjunto ortonormal.
15.4.11. Definición. Sean Γ un plano; Q P Γ ; u y v dos puntos ortonormales tales que
Q ` u, Q ` v P Γ , y la recta l “ tQ ` αu : α P Ru Ă Γ . A los conjuntos Γ1 “ tQ ` αu ` βv :
α P R y β ą 0u y Γ2 “ tQ ` αu ` βv : α P R y β ă 0u se llama semiplanos de Γ o
lados de la recta l en el plano Γ . También se dice que la recta l es la arista o el borde de
estos semiplanos y que los semiplanos Γ1 y Γ2 son lados opuestos, o que uno es el opuesto
del otro. Observemos que los dos lados de una recta en un plano son conjuntos convexos y
disjuntos, además si un segmento tiene sus extremos en lados opuestos de una recta, éste
corta a la recta.
Si tenemos un plano Γ al cual pertenecen el origen y dos puntos ortonormales u y v,
entonces, por el corolario 9, para cualquier punto P P Γ existen dos números α y β tales que
P “ αu`βv. Al efectuar la operación de producto punto de P con u y de P con v obtenemos
458 15.4. Ortogonalidad

P ¨u “ pαu`βvq¨u “ αu¨u`βv¨u “ α y también P ¨v “ pαu`βvq¨v “ αu¨v`βv¨v “ β. En


general, si tenemos un conjunto ortonormal con n puntos diferentes tu1 , u2 , . . . , uk , . . . , un u
n n
yP “ xk uk , entonces P ¨ ui “ xk uk ¨ ui “ xi , teniéndose así el siguiente teorema.
ř ř
k“1 k“1

15.4.12. Teorema. Si tu1 , u2 , . . . , uk , . . . , um u Ă Rn es un conjunto ortonormal con m


m
ř
elementos y P “ xk uk , entonces P ¨ ui “ xi .
k“1
15.4.13. Definiciones. A los puntos que tengan norma 1 se les llama puntos unitarios.
Si P, u P Rn y u es un punto unitario, al valor P ¨ u se le llama componente de P en
la dirección de u. La proyección ortogonal de P en una recta l se define como el punto
donde se cortan l y la recta ortogonal a l que pasa por P (en el caso en que P P l, la proyección
ortogonal de P en l es P ). De manera similar cuando Π es un plano o un hiperplano, se define
la proyección ortogonal de P en Π como el punto donde se cortan Π y la recta ortogonal
a Π que pasa por P . Si Ω Ă Rn es un conjunto no vacío y P P Rn , definimos la distancia
de P a Ω (o entre P y Ω) como el ínf t|A ´ P | : A P Ωu.
15.4.14. Teorema. Sean P , Q y R tres puntos diferentes no alineados en Rn , l la recta que
1
pasa por R y Q, S la proyección ortogonal de P en l, u el punto unitario |R´Q| pR ´ Qq y
1
v el punto unitario |P ´S| pP ´ Sq. El punto P se puede expresar como P “ Q ` αu ` βv,
donde α es la componente de P ´ Q en la dirección de u, β es la componente de P ´ Q en
la dirección de v, S “ Q ` αu y los puntos u y v son ortonormales.
Demostración. Como l “ tA P Rn : A “ Q ` tu para algún t P Ru, tenemos que existe
un α P R, tal que S “ Q ` αu. Ahora, si β “ |P ´ S|, entonces P ´ S “ βv, por lo cual
S ´ Q “ αu y P “ Q ` pS ´ Qq ` pP ´ Sq “ Q ` αu ` βv, es decir P ´ Q “ αu ` βv. Por
el teorema 15.4.12 tenemos que α es la componente de P ´ Q en la dirección de u y β es la
componente de P ´ Q en la dirección de v. Como la recta l y la recta que pasa por los puntos
P y S son ortogonales, entonces pR ´ Sq ¨ pP ´ Sq “ 0 y pQ ´ Sq ¨ pP ´ Sq “ 0, por lo que al
restar tenemos que pR ´ Qq ¨ pP ´ Sq “ 0, es decir |R ´ Q|βu ¨ v “ 0 y como |R ´ Q|, β ą 0,
entonces u ¨ v “ 0, por lo tanto u y v son ortonormales. ‚
15.4.15. Teorema. Si l Ă Rn es una recta (o un hiperplano o un plano), R un punto de Rn
y P es un punto de l por el cual pasa una recta ortogonal a l, entonces la distancia entre l y
R es la distancia entre P y R.
Demostración. Si R P l, es obvio que la distancia entre l y R es cero y como en este caso
R “ P , también la distancia entre P y R es cero. Si R R l y Q P l, entonces, por el teorema
4, se tiene que |Q ´ R|2 “ |Q ´ P |2 ` |P ´ R|2 ľ |R ´ P |2 , por lo que |Q ´ R| ľ |R ´ P |. Es
decir, la distancia entre P y R es la mínima de las distancias entre R y algún punto de l. ‚
El teorema siguiente dice un poco más que el teorema 15.4.15.
15.4.16. Teorema. Si l Ă Rn es una recta (o un hiperplano o un plano); R es un punto de
Rn ; P es un punto de l por el cual pasa una recta ortogonal a l y a la cual pertenece R, y Q
un punto de l diferente de P ; entonces

|P ´ R| ă |Q ´ R|.
15.4. Ortogonalidad 459

Demostración. Por el teorema 4 se tiene que |Q ´ R|2 “ |Q ´ P |2 ` |P ´ R|2 ą |R ´ P |2 ,


concluyéndose que |P ´ R| ă |Q ´ R|. ‚
15.4.17. Teorema. Sean P , Q y R tres puntos diferentes en Rn . El punto R está entre P y
Q si y sólo si
|P ´ Q| “ |P ´ R| ` |Q ´ R|.

Demostración. Por el teorema 15.2.19, si R está entre P y Q, entonces |P ´ Q| “


|P ´ R| ` |Q ´ R|. Ahora, si R está en la recta que pasa por P y Q, pero no está entre P y Q,
entonces, por el teorema 15.2.34 tenemos que P está entre R y Q o bien Q está entre P y R.
Si P está entre R y Q, entonces |Q ´ R| “ |P ´ R| ` |P ´ Q| y así |P ´ Q| ă |P ´ R| ` |Q ´ R|.
En el caso en que Q esté entre P y R se tiene que |P ´ R| “ |P ´ Q| ` |Q ´ R|, por lo tanto
|P ´ Q| ă |P ´ R| ` |Q ´ R|.
En el caso en que P , Q y R no estén alineados, sea R1 la proyección ortogonal de R en la
recta que pasa por los puntos P y Q. Por la desigualdad del triángulo 15.2.17 y el teorema
15.4.16 tenemos que |P ´ Q| ĺ |P ´ R1 | ` |Q ´ R1 | ă |P ´ R| `|Q ´ R|, concluyendo así con
la demostración del teorema. ‚
El teorema que sigue dice que si en un plano dos rectas son paralelas y una de ellas es
ortogonal a una tercera, entonces la otra también es ortogonal a la tercera.
15.4.18. Teorema. Sean l1 Ă Rn una recta y Q P Rn un punto que no está en l1 . La recta
l2 , a la cual pertenece Q y que es paralela a l1 , es ortogonal en Q a la recta que es ortogonal
a l1 y que pasa por Q.
Demostración. Sea l3 la única recta ortogonal a l1 en Q (corolario 15.4.7).

l3

l1

Q
l2

Si l2 no fuera ortogonal en Q a la recta l3 , entonces al tomar un punto P P l2 diferente de


Q, por el corolario 15.4.7 existiría una recta l que pasaría por P y que sería ortogonal a l3 .
Debido al corolario 15.2.30, l no es paralela a l1 , por lo que existiría un punto S Pl 1 X l, pero
de nuevo por el corolario 15.4.7 tendríamos que l “ l1 , en cuyo caso P P l1 Xl2 , contradiciendo
el hecho de que l1 y l2 son paralelas. De lo anterior concluimos que l2 es ortogonal en Q a la
recta l3 , donde l3 es la recta ortogonal a l1 que pasa por Q. ‚
460 15.5. Isometrías entre planos

15.5. Isometrías entre planos


15.5.1. Definición. Sea A Ă Rn , B Ă Rm y η : A ÝÑ B una correspondencia biunívoca
entre A y B. Decimos que η es una isometría entre A y B si η preserva distancias, es
decir si para cualesquiera dos puntos P, Q P A se tiene que |P ´ Q| “ |ηpP q ´ ηpQq|. También
decimos que los conjuntos A y B son isométricos cuando existe una isometría entre ellos.
15.5.2. Teorema. Si u y v son dos puntos ortonormales en Rn y Q P Rn , entonces la función
η que a cada punto pα, βq P R2 le asigna el punto Q ` αu ` βv, es una isometría entre el
plano R2 y el plano tS P Rn : S “ Q ` αu ` βv para algunos α, β P Ru.
Demostración. Sean pα1 , β1 q y pα2 , β2 q elementos de R2 . La distancia entre estos puntos
es pα1 ´ α2 q ` pβ1 ´ β2 q2 y la distancia entre los correspondientes puntos en el recorrido
a
2

de η es
a
|Q ´ Q ` pα1 ´ α2 qu ` pβ1 ´ β2 qv| “ |pα1 ´ α2 qu ` pβ1 ´ β2 qv|2
a
“ |pα1 ´ α2 qu|2 ` |pβ1 ´ β2 qv|2
a
“ pα1 ´ α2 q2 ` pβ1 ´ β2 q2 .

Una generalización del teorema 15.5.2 es el siguiente teorema.
15.5.3. Teorema. Si u1 , u2 , . . . , um son m puntos ortonormales en Rn y Q P Rn , entonces
la función η que a cada punto pα1 , α2 , . . . , αm q P Rm le asigna el punto Q ` α1 u1 ` α2 u2 `
¨ ¨ ¨ ` αm um , es una isometría entre el plano Rm y el conjunto tS P Rn : S “ Q ` α1 u1 `
α2 u2 ` ¨ ¨ ¨ ` αm um para algunos α1 , α2 , . . . , αm P Ru.
Demostración. Sean pα1 , α2 , . . . , αm q y pβ1 , β2 , . . . , βm q elementos de Rm . La distancia
entre estos puntos es
a
pα1 ´ β1 q2 ` pα2 ´ β2 q2 ` ¨ ¨ ¨ ` pαm ´ βm q2

y la distancia entre los correspondientes puntos en el recorrido de η es

|Q ´ Q ` pα1 ´ β1 qu1 ` pα2 ´ β2 qu2 ` ¨ ¨ ¨ ` pαm ´ βm qum |


a
“ |pα1 ´ β1 qu1 ` pα2 ´ β2 qu2 ` ¨ ¨ ¨ ` pαm ´ βm qum |2
a
“ |pα1 ´ β1 qu1 |2 ` |pα2 ´ β2 qu2 |2 ` ¨ ¨ ¨ ` |pαm ´ βm qum |2
a
“ pα1 ´ β1 q2 ` pα2 ´ β2 q2 ` ¨ ¨ ¨ ` pαm ´ βm q2 .

15.5.4. Definición. Una expresión de la forma α1 u1 ` α2 u2 ` ¨ ¨ ¨ ` αm um , donde α1 , α2 , . . . ,
αm P R y u1 , u2 , . . . , um P Rn , se dice que es una combinación lineal de los puntos
u1 , u2 , . . . , um . Los elementos de un subconjunto tu1 , u2 , . . . , um u de Rn con m elemen-
tos diferentes se dice que son linealmente independientes si ninguno de ellos se puede
expresar como combinación lineal de los otros. Un conjunto de la forma tS P Rn : S “
Q ` α1 u1 ` α2 u2 ` ¨ ¨ ¨ ` αm um para algunos α1 , α2 , . . . , αm P Ru, donde Q P Rn y los puntos
15.5. Isometrías entre planos 461

u1 , u2 , . . . , um P Rn son linealmente independientes se llama subespacio afín o simplemente


subespacio de Rn de dimensión m.
15.5.5. Teorema. Si η : Rn ÝÑ Rm es una isometría entre Rn y un subconjunto de Rm y R
está entre P y Q, entonces ηpRq está entre ηpP q y ηpQq.
Demostración. Al ser η una isometría y al estar R entre P y Q se tiene que |ηpP q´ηpQq| “
|P ´ Q| “ |P ´ R| ` |Q ´ R| “ |ηpP q ´ ηpRq| ` |ηpQq ´ pRq|, y debido al teorema 15.4.17
tenemos que ηpRq está entre ηpP q y ηpQq. ‚
15.5.6. Teorema. Si η : Rn ÝÑ Rm es una isometría entre Rn y un subconjunto de Rm , y
l Ă Rn es una recta, entonces ηrls es también una recta.
Demostración. Sean P y Q dos puntos diferentes en la recta l, teniéndose así que l “ tS P
Rn : S “ Q ` tpP ´ Qq para algún t P Ru. Sea l1 Ă Rm la recta que pasa por los puntos ηpQq
y ηpP q.
Debido a los teoremas 15.5.5 y 15.2.34 tenemos que si R P l, entonces ηpRq P l1 .
Mostremos ahora que si R1 P l1 , entonces existe un R P l tal que ηpRq “ R1 . Sea t
el número real tal que R1 “ ηpQq ` tpηpP q ´ ηpQqq y R “ Q ` tpP ´ Qq. Tenemos que
|R1 ´ ηpQq| “ |t||ηpP q ´ ηpQq| “ |t||P ´ Q| “ |R ´ Q| “ |ηpRq ´ ηpQq| y análogamente
|R1 ´ ηpP q| “ |ηpRq ´ ηpP q|. Sea ahora s el número real tal que ηpRq “ ηpQq ` spηpP q ´ ηpQqq
y veamos que s “ t, lo cual significará que R1 “ ηpRq. Si R está en el segmento de recta con
extremos P y Q, entonces, por el teorema 15.4.17, tanto R1 como ηpRq están en el segmento
|R1 ´ηpQq|
de recta con extremos ηpP q y ηpQq, y por el teorema 15.2.35 obtenemos que t “ |ηpP q´ηpQq|

|ηpRq´ηpQq|
“ s. Si P está entre Q y R, entonces, por el teorema 15.4.17, ηpP q está entre
|ηpP q´ηpQq|
ηpQq y ηpRq, pero también está entre ηpQq y R1 , por lo que otra vez por el teorema 15.2.35
|R1 ´ηpQq|
obtenemos que t “ |ηpP q´ηpQq|
|ηpRq´ηpQq|
“ |ηpP q´ηpQq|
“ s. Finalmente, si Q está entre P y R, entonces,
por el teorema 15.4.17, ηpQq está entre ηpP q y ηpRq, pero también está entre ηpP q y R1 , por
|R1 ´ηpQq|
lo que de nuevo por el teorema 15.2.35 obtenemos que t “ ´ |ηpP q´ηpQq|
|ηpRq´ηpQq|
“ ´ |ηpP q´ηpQq|
“ s. ‚
15.5.7. Teorema. Si η : Rn ÝÑ Rm es una isometría entre Rn y un subconjunto de Rm ;
P, Q P Rn son dos puntos diferentes, y S “ Q ` tpP ´ Qq; entonces ηpSq “ ηpQq ` tpηpP q ´
ηpQqq.
Demostración. Por el teorema 15.5.6, ηpSq “ ηpQq ` spηpP q ´ ηpQqq para algún número
real s. Por ser η una isometría, entonces |s| “ |t|. Si s “ 0, entonces s “ t. Si s fuera diferente
de cero e igual a ´t, entonces el teorema 15.5.5 estaría en contradicción con el teorema
15.2.34, por lo que necesariamente s “ t. ‚
15.5.8. Teorema. Si η : Rn ÝÑ Rm es una isometría entre Rn y un subconjunto de Rm , y
P, Q P Rn son dos puntos ortogonales; entonces ηpP q ´ ηp0q y ηpQq ´ ηp0q son ortogonales.
Demostración. Por ser η una isometría y ser P y Q ortogonales tenemos que |ηpP q´ηpQq|2
“ |P |2 ` |Q|2 “ |ηpP q ´ ηp0q|2 ` |ηpQq ´ ηp0q|2 . Pero por otro lado, |ηpP q ´ ηpQq|2 “
|pηpP q´ηp0qq´pηpQq´ηp0qq|2 “ |ηpP q´ηp0q|2 `|ηpQq´ηp0q|2 `2pηpP q´ηp0qq¨pηpQq´ηp0qq,
por lo tanto pηpP q´ηp0qq¨pηpQq´ηp0qq “ 0, es decir ηpP q´ηp0q y ηpQq´ηp0q son ortogonales.

15.5.9. Teorema. Sea η : R2 ÝÑ Rn una isometría (entre R2 y ηrR2 s), O “ ηp0, 0q, u “
ηp1, 0q ´ O y v “ ηp0, 1q ´ O. Los puntos u y v son ortonormales y además para cada pareja
462 15.5. Isometrías entre planos

pα, βq P R2 se tiene que ηpα, βq “ O ` αu ` βv.


Demostración. Por definición de isometría y por el teorema 15.5.8 tenemos que u y v
son ortonormales. Veamos ahora que para todo pα, βq P R2 el punto ηpα, βq pertenece al
plano Π “ tS P Rn : S “ O ` tu ` sv, para algún pt, sq P R2 u. Por el teorema 15.5.7,
ηpα, 0q “ O ` αpηp1, 0q ´ Oq “ O ` αu, ηp0, βq “ O ` βpηp0, 1q ´ Oq “ O ` βv. Ahora, como
el punto p 12 , 12 q es un punto entre p1, 0q y p0, 1q, entonces, por el teorema 15.5.5, el punto
ηp 12 , 21 q está entre O ` u y O ` v, es decir está en el plano al cual pertenecen los puntos
O, O ` u y O ` v, es decir ηp 12 , 12 q P Π, y también por el teorema 15.5.5, por estar p 12 , 21 q
entre p0, 0q y p1, 1q, entonces ηp 12 , 12 q está entre O y ηp1, 1q, por lo que ηp1, 1q P Π y por el
teorema 15.2.34 tenemos que ηpt, tq P Π, para todo t P R. Tenemos por el teorema 15.5.7 que
ηpα, βq “ ηpαp1, 0q ` βp0, 1qq “ ηpαp1, 0q ` αβ pαp1, 1q ´ αp1, 0qq “ ηpαp1, 0qq ` αβ pηpαp1, 1qq ´
ηpαp1, 0qqq “ O ` αu ` αβ pηpα, αq ´ pO ` αuqq, el cual está en la recta que pasa por los puntos
O ` αu y ηpα, αq, pero dicha recta está incluida en Π, por lo que ηpα, βq P Π.
Como ηpα, βq P Π, existe una pareja pt, sq P R2 tal que ηpα, βq “ O ` tu ` sv. Tenemos
que debido al teorema 15.4.15 y como pα, 0q es la proyección ortogonal en el eje X del punto
pα, βq, entonces O ` αu es la proyección ortogonal de ηpα, βq en la recta l1 que pasa por O
y por O ` αu. Análogamente, O ` βu es la proyección ortogonal de ηpα, βq en la recta l2
que pasa por O y por O ` βu. Usando ahora el teorema 15.4.12, vemos que la componente
de ηpα, βq ´ O en la dirección de u es t, pero como O ` αu es la proyección ortogonal
de ηpα, βq en l1 , entonces t “ α. De manera análoga se demuestra que s “ β, por lo que
ηpα, βq “ O ` αu ` βu. ‚
15.5.10. Corolario. Sea η : R2 ÝÑ Rn una isometría. El conjunto ηrR2 s es un plano.
Demostración. Por el teorema 9, ηrR2 s “ tS P Rn : S “ O ` tu ` sv, para algún
pt, sq P R2 u, donde O “ ηp0, 0q, u “ ηp1, 0q ´ O y v “ ηp0, 1q ´ O. ‚
15.5.11. Corolario. Sea η : Rn ÝÑ Rm una isometría y Π Ă Rn un plano. El conjunto ηrΠs
es también un plano.
Demostración. Sean O, u y v tres puntos en Rn tales que u y v son ortonormales y sea
Π “ tS P Rn : S “ O ` tu ` sv, para algún pt, sq P R2 u. Sea ahora η1 : R2 ÝÑ Rn la
isometría dada por η1 pα, βq “ O ` αu ` βv, la cual tiene como recorrido al plano Π y sea
η2 : R2 ÝÑ Rm la isometría dada por η2 “ η ˝ η1 , la cual tiene como recorrido al conjunto
ηrΠs. El conjunto ηrΠs es un plano debido al corolario 15.5.10. ‚
15.5.12. Teorema. La imagen bajo una isometría η : Rn ÝÑ Rm de una trayectoria en Rn
es una trayectoria en Rm .
Demostración. Sea γ2 Ă Rm la imagen bajo la isometría η de una trayectoria γ1 Ă Rn y
ϕ1 : ra; bs ÝÑ Rn una parametrización de γ1 . Veamos que ϕ2 :“ η ˝ϕ1 es una parametrización
de γ2 . Como ϕ1 es continua, para todo x0 P ra; bs y todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que si
x P ra; bs y |x ´ x0 | ă δ, entonces |ϕ1 pxq ´ ϕ1 px0 q| ă ε, pero por ser η una isometría, la última
desigualdad implica que |ηpϕ1 pxqq ´ ηpϕ1 px0 qq| ă ε, es decir |ϕ2 pxq ´ ϕ2 px0 q| ă ε, con lo que
ϕ2 es una parametrización de γ2 . ‚
15.5.13. Teorema. La imagen γ2 bajo una isometría η : Rn ÝÑ Rm de una trayectoria
simple γ1 en Rn es una trayectoria simple y tiene la misma longitud que γ1 .
15.5. Isometrías entre planos 463

Demostración. Sea ϕ1 : ra; bs ÝÑ Rn una parametrización simple de γ1 y observemos que


ϕ2 :“ η ˝ ϕ1 es una parametrización simple de γ2 . El resultado se sigue de la definición de
trayectoria simple e isometría, y del hecho de que para cualquier partición ∆ “ pt0 , t1 , . . . , tn q
del dominio común ra; bs de ϕ1 y ϕ2 se tiene que
n
ÿ n
ÿ
|ϕ1 ptk q ´ ϕ1 ptk´1 q| “ |ϕ2 ptk q ´ ϕ2 ptk´1 q|. ‚
k“1 k“1

15.5.14. Notación. Denotemos por S1 a la circunferencia incluida en R2 con centro en p0, 0q


y radio 1, a la cual llamaremos circunferencia unitaria.
Y

X
-1 1 2 3 4 5

-1
circunferencia con centro en
H0,0L y radio 1
-2

Recordemos que la longitud de la circunferencia S1 incluida en R2 con centro en p0, 0q y


radio 1 es 2π. Por el teorema 15.3.15 tenemos que `pS1 X tpx, yq : y ľ 0uq ` `pS1 X tpx, yq :
y ĺ 0uq “ `pS1 q “ 2π. Observemos que la isometría η : R2 ÝÑ R2 tal que ηpα, βq “ pα, ´βq
transforma S1 X tpx, yq : y ľ 0u en S1 X tpx, yq : y ĺ 0u, es decir ηrS1 X tpx, yq : y ľ 0us “
S1 X tpx, yq : y ĺ 0u por lo que debido al teorema 15.5.13 se tiene que `pS1 X tpx, yq : y ľ
0uq “ `pS1 X tpx, yq : y ĺ 0uq “ π.
Y

1 Π

X
-1 1

De manera similar, al aplicar la isometría δ tal que δpα, βq “ p´α, βq, obtenemos que
`pS1 X tpx, yq : y ľ 0 y x ľ 0uq “ `pS1 X tpx, yq : y ľ 0 y x ĺ 0uq “ `pS1 X tpx, yq : y ĺ 0 y
x ĺ 0uq “ `pS1 X tpx, yq : y ĺ 0 y x ľ 0uq “ π2 .
464 15.5. Isometrías entre planos

Π
1 €€€€
2

X
-1 1

Tenemos pues, como resultado de las observaciones anteriores, el siguiente teorema.


15.5.15. Teorema.

a) `pS1 X tpx, yq : y ľ 0uq “ `pS1 X tpx, yq : y ĺ 0uq “ π.

b) `pS1 X tpx, yq : y ľ 0 y x ľ 0uq “ `pS1 X tpx, yq : y ľ 0 y x ĺ 0uq “ `pS1 X tpx, yq : y ĺ 0


y x ĺ 0uq “ `pS1 X tpx, yq : y ĺ 0 y x ľ 0uq “ π2 .

15.5.16. Definición. Sea c una circunferencia, A y B dos puntos diferentes de c, ϕ : ra; bs ÝÑ


c una parametrización simple de la circunferencia c, los números d y e tales que a ĺ d ă
e ă b, ϕpdq “ A y ϕpeq “ B. Al conjunto ϕrrd; ess se le llama arco de circunferencia con
extremos A y B.
15.5.17. Teorema. Si u y v son dos puntos ortonormales en Rn , Q P Rn y Π “ tS P Rn :
S “ Q ` αu ` βv para algunos α, β P Ru un plano. La circunferencia c con centro en Q y
radio 1 tiene longitud 2π, el arco de circunferencia c X tS P Rn : S “ Q ` αu ` βv, α ľ 0 y
β ľ 0u tiene longitud π2 y el arco de circunferencia c X tS P Rn : S “ Q ` αu ` βv, β ľ 0u
tiene longitud π.
Demostración. El teorema es consecuencia de los teoremas 15.5.15, 15.5.13 y 15.5.2. ‚
15.5.18. Definición. Sea c una circunferencia
con centro en un punto O y l una recta que pasa
por O y que está incluida en el plano en el cual B
O
está incluida la circunferencia c. Cualquier arco A

de la circunferencia c cuyos extremos están en l


se llama media circunferencia.
Un arco de circunferencia que no es media cir-
cunferencia, pero que está incluido en una media
circunferencia se llama arco menor de circunferencia. Un arco de circunferencia que no es
media circunferencia, pero que incluye a una media circunferencia se llama arco mayor de
circunferencia.
15.5. Isometrías entre planos 465

B B

O O
A A

arco menor de arco mayor de


circunferencia circunferencia

15.5.19. Corolario. Cualquier media circunferencia incluida en una circunferencia de radio


1 tiene longitud π.
Demostración. El corolario es consecuencia de la definición de media circunferencia, del
teorema 15.5.17 y del hecho de que el conjunto c X tS P Rn : S “ Q ` αu ` βv, β ľ 0u
descrito en el teorema 15.5.17 es una media circunferencia (cuyos extremos son Q ` u y
Q ´ u). ‚
15.5.20. Teorema. Si u y v son dos puntos ortonormales en Rn , Q P Rn y Π es el plano
tS P Rn : S “ Q ` αu ` βv para algunos α, β P Ru. Entonces la circunferencia c incluida en
Π con centro en Q y radio r ą 0 es el conjunto tS P Rn : S “ Q ` αu ` βv y α2 ` β 2 “ r2 u.
Demostración. El punto Q ` αu ` βv está en la circunferencia c si y sólo si |Q ` αu `
βv ´ Q| “ r, pero la última igualdad es equivalente a pαu ` βvq ¨ pαu ` βvq “ r2 , es decir a
α2 ` β 2 “ r 2 . ‚
15.5.21. Ejemplo. El ejemplo más simple de una isometría η : Rn ÝÑ Rn es cuando η es
una traslación, es decir cuando existe un Q P Rn tal que para todo P P Rn se tiene que
ηpP q “ Q ` P .
15.5.22. Teorema. La longitud de una media circunferencia incluida en una circunferencia
de radio r es π r.
Demostración. Sea S una media circunferencia incuida en una circunferencia de radio r
que está en un plano Π. Sea O el centro de la circunferencia en la que está incluida S. Sea
U la media circunferencia tP P Π : P ´ O “ 1r pP 1 ´ Oq para algún P 1 P Su, de la cual
podemos observar que está incluida en una circunferencia de radio 1. Sea ϕ : r0; 1s ÝÑ U
una parametrización simple de U y observemos que ψ : r0; 1s ÝÑ S es una parametrización
tÞÑO`rpϕptq´Oq
simple de S tal que si x, y P r0; 1s entonces ψpxq ´ ψpyq “ rpϕpxq ´ ϕpyqq, de manera que
# +
ÿn
n 1
`pSq “ sup |ψpxk q ´ ψpxk´1 | : pxi qi“0 P P0
#k“1 +
ÿn
“ sup r|ϕpxk q ´ ϕpxk´1 | : pxi qni“0 P P10
#k“1 +
n
ÿ
“ sup r |ϕpxk q ´ ϕpxk´1 | : pxi qni“0 P P10
#k“1 +
ÿn
“ r sup |ϕpxk q ´ ϕpxk´1 | : pxi qni“0 P P10 “ r`pU q,
k“1
466 15.5. Isometrías entre planos

pero por el corolario 15.5.19 tenemos `pU q “ π, de manera que `pSq “ πr. ‚
Del teorema anterior y del teorema 15.3.15 se concluye el resultado siguiente.
15.5.23. Fórmula para la longitud de una circunferencia. La longitud de cualquier
circunferencia de radio r es 2πr.
15.6. Medidas de ángulos 467

15.6. Medidas de ángulos


15.6.1. Definición. Sea c una circunferencia in-
cluida en Rn con centro en un punto O y radio 1.
Sean P y Q dos puntos diferentes en c tales que P ,
Q y O no están alineados. Sea ψ : r0; 2πs ÝÑ Rn P
la parametrización simple de c tal que ψp0q “ Q, 1
ψpθq “ P para algún θ P p0; πq y además la longi- O Θ
tud de ψrr0; tss es igual a t, para todo t P p0; 2πs
(tal parametrización existe gracias al corolario
Q
15.3.19 y al hecho de que c es la imagen de S1 bajo
una isometría). Definimos la medida del ángulo
=QOP como el número θ tal que ψpθq “ P , es
decir, la medida del ángulo =QOP es la longitud
del arco de la circunferencia con centro en O y radio 1, tal que tiene como extremos a P y
a Q y cuya longitud es menor que π (por ser la longitud menor que π , se trata de un arco
menor). A la medida del ángulo =QOP se le denotará por |=QOP | o por >QOP .
15.6.2. Teorema. Sea η : Rn ÝÑ Rm una isometría y c Ă Rn una circunferencia con centro
en O y radio r. El conjunto ηrcs es una circunferencia con centro en ηpOq y radio r.
Demostración. Sea Π1 el plano en el cual está incluida la circunferencia c y Π2 “ ηrΠ1 s el
cual es un plano debido al corolario 15.5.11. Por definición de isometría tenemos que cualquier
elemento de ηrcs está en la circunferencia incluida en Π2 con centro en ηpOq y radio r. Ahora,
si P2 pertenece a la circunferencia incluida en Π2 con centro en ηpOq y radio r, entonces, por
definición de isometría, el punto P1 P Π1 tal que ηpP1 q “ P2 , es un punto que pertenece a c.
Por lo tanto ηrcs es la circunferencia incluida en Π2 con centro en ηpOq y radio r. ‚
Debido al teorema 15.5.7 tenemos que la imagen bajo una isometría de un ángulo es un
ángulo y debido a los teoremas 15.5.13 y 15.6.2 tenemos que las isometrías preservan medidas
de ángulos, es decir tenemos el teorema siguiente.
15.6.3. Teorema. Si η es una isometría, tenemos un ángulo =QOP incluido en el dominio
de η y =T RS “ ηr=QOP s, entonces >QOP “ >T RS.
15.6.4. Definiciones. Una forma tradicional de medir los ángulos es usar grados. Definimos
un grado como el número g tal 360g “ 2π, es decir un grado es la trescientos sesentava
parte de la longitud de una circunferencia de radio 1. Un grado dividido entre 60 se llama
minuto y un minuto dividido entre 60 se llama segundo, es decir un minuto es la sesentava
parte de un grado y un segundo es la sesentava parte de un minuto. La forma más usual de
denotar a un número igual a x grados es x˝ y para denotar al número que es igual a x grados
más y minutos más z segundos se usa la expresión x˝ y 1 z 2 , por ejemplo 52 grados, más 21
minutos, más 36 segundos se expresa así 52˝ 211 362 . El número x grados más y minutos se
expresa simplemente x˝ y 1 , así como el número y minutos como y 1 , el número y minutos más
z segundos como y 1 z 2 y el número z segundos simplemente como z 2 . Al número 2π, que es la
longitud de una circunferencia de radio 1, se le llama revolución y se le denota como rev.
Si η es una isometría, Λ está incluida en el dominio de η y Γ “ ηrΛs, entonces decimos que
Λ y Γ son congruentes. Al hecho de que Λ y Γ sean congruentes se le denota así Λ – Γ .
468 15.6. Medidas de ángulos

Existe también el concepto de «radián», que se acostumbra definir como una revolución
entre 2π ó como 180˝ entre 2π, pero tal cantidad es igual al número 1, por lo que consideramos
que es innecesario establecer tal concepto debido a que no ganamos nada con cambiarle de
nombre al número 1.
A continuación estudiaremos el concepto de perpendicularidad y temas relacionados con
este concepto.
15.6.5. Definición. A cualquier ángulo cuya medida sea π2 , o lo que es lo mismo, que su
medida sea de 90˝ , se le llama ángulo recto. Si la medida de un ángulo es mayor que 90˝ ,
decimos que el ángulo es obtuso. Si la medida de un ángulo es menor que 90˝ , decimos que
el ángulo es agudo.
15.6.6. Definición. Sea =QOP un ángulo recto. Si l es un segmento, recta o rayo incluido
ÐÑ ÐÑ
en la recta OP tal que O P l y si m es un segmento, recta o rayo incluido en la recta OQ
tal que O P m, entonces decimos que l y m son perpendiculares (más específicamente que
son perpendiculares en el punto O). Al hecho de que l y m sean perpendiculares se le denota
l K m.
El teorema siguiente muestra la relación que existe entre los conceptos de perpendicula-
ridad y ortogonalidad.
ÐÑ ÐÑ
15.6.7. Teorema. Dos rectas OP y OQ son perpendiculares en O si y sólo si los puntos
ÐÑ ÐÑ
Q ´ O y P ´ O son ortogonales. Es decir las rectas OP y OQ son perpendiculares si y sólo
si son ortogonales.
ÐÑ ÐÑ
Demostración. Sea Π el plano en el cual están incluidas las rectas OP y OQ. Supongamos
ÐÑ ÐÑ
primero que las rectas OP y OQ son ortogonales. Por el teorema 15.5.2 la función η : R2 ÝÑ
Π, tal que para todo pα, βq P R2 se tiene que ηpα, βq “ O ` α |P ´O|
1 1
pP ´ Qq ` β |Q´O| pQ ´ Oq,
es una isometría sobre el plano Π . Ahora, por los teoremas 15.5.15 y 15.6.3 tenemos que
ÐÑ ÐÑ
=QOP “ π2 , es decir OP K OQ.
ÐÑ ÐÑ
Partamos ahora del supuesto de que OP K OQ con >QOP “ π2 . Definamos la función η :
R2 ÝÑ Π como la isometría tal que ηp0, 0q “ O, ηp1, 0q “ O ` |P ´O|
1
pP ´Qq y ηp0, 1q “ O `v,
donde v es el vector unitario ortogonal a P ´O tal que O`v “ O` |P ´O|t s
pP ´Oq` |Q´O| pQ´Oq,
para algún t P R y algún s ą 0, es decir que O ` v y Q estén del mismo lado de la recta
ÐÑ
OP . Por el teorema 15.5.2 la función η es una isometría y por el teorema 15.5.8 los puntos v
y P ´ O son ortogonales. Por los teoremas 15.5.15 y 15.6.3 tenemos que >pO ` vqOP “ π2 .
ÝÝÑ ÝÝÑ
Afirmamos que O ` v P OQ. En efecto, si O ` v R OQ, entonces por el teorema 15.3.15
tendríamos una de las siguientes dos posibilidades: a) >P OQ ` >QOpO ` vq “ π2 ó b)
>P OpO ` vq ` >QOpO ` vq “ π2 . Pero ambas posibilidades son falsas ya que >P OQ “ π2 “
ÝÝÑ ÐÑ ÐÑ
>P OpO ` vq y >QOpO ` vq ą 0. Por lo tanto O ` v P OQ, luego las rectas OP y OQ son
ortogonales. ‚
Con el teorema 15.6.7 podemos ver que el concepto de rectas perpendiculares dado en
este capítulo es consistente con el dado en el capítulo 10.
15.6.8. Definición. Cuando A, B y C son tres puntos alineados tales que B está entre A y
C, y además D es un punto que no está en la recta a la cual pertenecen los puntos A, B y
15.6. Medidas de ángulos 469

C, decimos que los ángulos =ABD y =CBD forman un par lineal.


15.6.9. Definición. Decimos que dos ángulos son suplementarios si la suma de sus medidas
es 180˝ . En tales condiciones también decimos que un ángulo es el suplemento del otro.
15.6.10. Teorema del suplemento. Si dos ángulos forman un par lineal, entonces son
suplementarios.
Demostración. Del corolario 15.5.19 y del teorema 15.3.15 se sigue el teorema del suple-
mento. ‚
15.6.11. Definición. Sea =ABC un ángulo y sean los puntos D y E tales que B está entre
A y D, y B está entre C y E. En tales condiciones decimos que los ángulos =ABC y =DBE
son opuestos por el vértice.
15.6.12. Teorema de los ángulos opuestos por el vértice. Si dos ángulos son opuestos
por el vértice, entonces son congruentes.
Demostración. Sean =ABC y =DBE dos ángulos opuestos por el vértice y supongamos,
sin perder generalidad, que B está entre A y D. Por el teorema del suplemento tenemos que
>ABC ` >DBC “ π “ >DBE ` >DBC, de donde concluimos que >ABC “ >DBE, es
decir =ABC – =DBE. ‚
15.6.13. Definición. Definimos el interior de un ángulo =ABC como el conjunto de todos
ÐÑ
los puntos P que están del mismo lado que A de la recta BC y del mismo lado que C de
ÐÑ
la recta AB. Al conjunto de puntos del plano en el cual está el ángulo =ABC pero que no
está ni en el ángulo ni en su interior se le llama exterior del ángulo =ABC. Definimos así
mismo el interior de un triángulo como la intersección de los interiores de sus ángulos y el
exterior de un triángulo como el conjunto de puntos del plano en el cual está el triángulo
tales que no están en el triángulo ni en su interior.
15.6.14. Teorema. Sea AB Ŋ un arco menor con ex-
B
tremos A y B, de una circunferencia c con centro O.
Todos los puntos de AB Ŋ diferentes de los extremos
están en el interior del ángulo =AOB. O

Demostración. Sea D el punto en el rayo opuesto A


ÝÝÑ
a OB tal que OD “ OB. El arco AB Ŋ está incluido
en la media circunferencia de c con extremos B y D
y a la cual pertenece el punto A, por lo que todos los puntos del arco AB
Ŋ diferentes de B
ÐÑ
están del mismo lado que A de la recta OB. Análogamente, todos los puntos del arco AB Ŋ
ÐÑ
diferentes de A están del mismo lado que B de la recta OA. Por lo tanto, todos los puntos
de AB
Ŋ diferentes de los extremos están en el interior del ángulo =AOB. ‚
15.6.15. Teorema. Sea AB Ŋ un arco menor con extremos A y B de una circunferencia c con
ÝÝÑ
centro O. Si P está en el interior del =AOB, entonces el rayo OP corta al arco menor AB.
Ŋ
ÝÝÑ Ŋ entonces el punto Q P Ý ÝÑ
Demostración. Si OP no cortara al arco menor AB, OP tal que
OQ “ 1, sería un punto que está en el exterior de =AOB, y como O P QP , entonces el
470 15.6. Medidas de ángulos

ÐÑ ÐÑ
segmento QP no cortaría a la recta OA ni a OB, de modo que P estaría en el exterior de
ÐÑ
=AOB. Por lo tanto el rayo OP corta al arco menor AB.
Ŋ ‚
15.6.16. Teorema de adición de ángulos. Si un punto D está en el interior de un ángulo
=ABC, entonces >ABC “ >ABD ` >DBC.
Demostración. El resultado es una consecuencia de los teoremas 15.3.15, 15.6.14 y 15.6.15,
y de las definiciones de interior y de medida de un ángulo. ‚
15.6.17. Definición. Decimos que dos ángulos son complementarios si la suma sus me-
didas es 90˝ . En tales condiciones también decimos que un ángulo es el complemento del
otro.
15.6.18. Teorema. Sean l1 y l2 dos rectas paralelas y l3 una recta que corta a l1 y l2 en
los puntos P y Q respectivamente. Si R es un punto de l3 tal que P está entre Q y R, y S
y T son puntos de l1 y l2 respectivamente tales que están en el mismo lado de l3 ; entonces
>P QT “ >RP S.
ÐÑ
Demostración. Sean A P l1 y B P l2 puntos alineados con R tales que AB K l1 y sean
ÝÑ ÝÝÑ ÐÑ
C P QT y D P QP tales que |Q ´ C| “ |P ´ A| y DC K l2 . Por los teoremas 15.4.18 y 15.6.7
ÐÑ ÐÑ ÐÑ
tenemos que AB K l2 y DC k AB. Ahora, por la unicidad de las paralelas y por los teoremas
15.2.36 y 15.2.37 tenemos que |D ´ C| “ |R ´ A| y |Q ´ D| “ |P ´ R|. Observemos ahora
que tenemos una isometría η tal que ηpAq “ C, ηpRq “ D y ηpP q “ Q. Por el teorema 15.6.3
tenemos que las isometrías preservan ángulos, es decir >P QT “ >RP S. ‚
15.6.19. Corolario. Sean l1 y l2 dos rectas paralelas y l3 una recta que corta a l1 y l2 en los
puntos P y Q respectivamente. Si T y U son puntos de l2 y l1 respectivamente que están en
lados opuestos de l3 , entonces >P QT “ >QP U .
Demostración. Sea S un punto de l1 que está del mismo lado de l3 que T , y R un punto
de l3 tal que P está entre Q y R. Por el teorema 15.6.18 tenemos que >P QT “ >RP S,
pero por el teorema de los ángulos opuestos por el vértice >QP U “ >RP S, por lo que
>P QT “ >QP U . ‚
15.6.20. Teorema. La suma de las medidas de los ángulos de un triángulo es 180˝ .
ÐÑ
Demostración. Sea ŸABC un triángulo. Llamémosle l a la recta paralela a AC que pasa
por B y sean P y Q puntos de l tales que B está entre P y Q, con P del mismo lado que A
ÐÑ ÐÑ
de la recta BC y por consiguiente Q del mismo lado que C de la recta AB. Por el corolario
15.6.19 tenemos que >ACB “ >QBC y que >CAB “ >P BA, pero por los teoremas de
adición de ángulos y del suplemento tenemos que >P BA ` >ABC ` >QBC “ 180˝ , por lo
tanto >CAB ` >ABC ` >ACB “ 180˝ . ‚
15.6.21. Corolario. Sea ŸABC un triángulo y D un punto tal que C está entre A y D.
Tenemos que >BCD “ >ABC ` >BAC.
Demostración. El corolario es consecuencia del teorema 15.6.20 y del teorema del suple-
mento 15.6.10. ‚
Como consecuencia inmediata del teorema 15.6.20 tenemos los siguientes dos corolarios.
15.6.22. Corolario. Ningún triángulo tiene más de un ángulo obtuso.
15.6.23. Corolario. Ningún triángulo tiene más de un ángulo recto.
15.6.24. Definición. En un triángulo ŸABC el ángulo =ABC se dice que es opuesto al
15.6. Medidas de ángulos 471

lado AC y que es adyacente a los lados AB y BC. Similarmente decimos que el lado AC
es opuesto al ángulo =ABC y adyacente a los ángulos =CAB y =ACB.
15.6.25. Definición. Decimos que un triángulo es un triángulo rectángulo si alguno de
sus ángulos es recto. Al lado opuesto al ángulo recto se le llama hipotenusa del triángulo y
los lados adyacentes del ángulo recto se llaman catetos del triángulo.
Como consecuencia de los teoremas 15.4.4 y 15.6.7 tenemos el siguiente teorema famoso.
15.6.26. Teorema de Pitágoras. En un triángulo rectángulo la suma de los cuadrados de
las longitudes de los catetos es igual al cuadrado de la longitud de la hipotenusa.
15.6.27. Definición. Una recta que es perpendicular a un segmento en su punto medio se
llama mediatriz del segmento.

rB 
 :

C  
 mediatriz del segmento AB
C  
C
 C
 
 C
  CrA

9


15.6.28. Teorema de la mediatriz. La mediatriz de un segmento incluida en un plano,


que incluye al segmento, es el conjunto de puntos del plano que están a la misma distancia
de los extremos del segmento.
Demostración. Sea AB un segmento incluido en un plano Π, l la mediatriz de AB incluida
en Π y M el punto medio de AB. El teorema afirma que l “ tP P Π : |A ´ P | “ |B ´ P |u.
Si P P l, entonces existe una única isometría η en el plano Π tal que ηpM q “ M , ηpP q “ P
y ηpAq “ B, por lo que |A ´ P | “ |B ´ P |, con lo que tenemos que l Ă tP P Π : |A ´ P | “
|B ´ P |u.
Supongamos ahora que P ‰ M es un punto en Π tal que |A ´ P | “ |B ´ P | (sabemos de
antemano que M P l). Debido a la desigualdad del triángulo tenemos que |A ´ P | ` |P ´ B| ą
|A´B|, por lo que |A´P | ą |A´M |. Sea P 1 el punto de l que está en el mismo lado de la recta
ÐÑ
AB que P tal que |M ´ P 1 | “ |A ´ P |2 ´ |A ´ M |2 . Por el teorema de Pitágoras tenemos
a

que |M ´ P 1 | “ |A ´ P 1 |2 ´ |A ´ M |2 , de donde concluimos que |A ´ P 1 | “ |A ´ P |. Como


a

l Ă tP P Π : |A ´ P | “ |B ´ P |u, entonces también podemos concluir que |B ´ P 1 | “ |B ´ P |.


ÐÑ ÐÑ
Si M 1 es el punto donde se cortan AB yala perpendicular a AB quea pasa por P , entonces, por
el teorema de Pitágoras, |A ´ M | “ |A ´ P | ´ |P ´ M | “ |B ´ P |2 ´ |P ´ M 1 |2 “
1 2 1 2

|B ´ M 1 |, concluyendo que M 1 es el punto medio de AB, es decir M 1 “ M , por lo tanto P


pertenece a la mediatriz de AB y así l Ą tP P Π : |A ´ P | “ |B ´ P |u.
De lo anterior tenemos que l “ tP P Π : |A ´ P | “ |B ´ P |u. ‚
15.6.29. Definición. Decimos que un triángulo es equilátero cuando todos sus lados son
congruentes, que es isósceles cuando exactamente dos de sus lados son congruentes y que es
escaleno cuando ningún lado es congruente con otro.
15.6.30. Teorema del triángulo isósceles. Si un triángulo tiene dos lados congruentes,
entonces sus ángulos opuestos son también congruentes. Es decir si ŸABC es un triángulo
tal que |A ´ B| “ |B ´ C|, entonces >BAC “ >BCA.
472 15.6. Medidas de ángulos

Demostración. Supongamos que en un triángulo ŸABC tenemos |A ´ B| “ |B ´ C| y sea


M el punto medio del segmento AC. Por el teorema de la mediatriz, los ángulos =BM A
y =BM C son rectos, por lo que existe una isometría η tal que ηpM q “ M , ηpBq “ B y
ηpAq “ C. Por el teorema 15.6.3 tenemos que >BAC “ >BCA. ‚
Como consecuencia directa del teorema del triángulo isósceles tenemos el siguiente coro-
lario.
15.6.31. Corolario. Todo triángulo equilátero tiene sus tres ángulos congruentes.
15.6.32. Teorema. En un triángulo ŸABC, si |B´C| ă |B´A|, entonces >BAC ă >BCA.
Demostración. Sea D P AB tal que |B ´ D| “ |B ´ C|. Por el corolario 15.6.21, >BDC ą
>BAC; por el teorema de adición de ángulos tenemos que >BCA ą >BCD, y por el teorema
15.6.30 tenemos que >BDC “ >BCD; por lo tanto >BCA ą >BAC. ‚
El siguiente teorema es un recíproco del teorema 15.6.32.
15.6.33. Teorema. En un triángulo, si un ángulo mide más que otro, entonces el lado
opuesto al ángulo mayor es mayor que el lado opuesto al ángulo menor. Es decir, si en un
triángulo ŸABC tenemos que >BAC ą >BCA, entonces |B ´ C| ą |B ´ A|.
Demostración. Sea ŸABC un triángulo tal que >BAC ą >BCA. Si |B ´ C| “ |B ´ A|,
entonces estaríamos en contradicción con el teorema del triángulo isósceles, y si |B ´ C| ă
|B ´ A|, entonces estaríamos en contradicción con el teorema 15.6.32, por lo que la única
posibilidad es que |B ´ C| ą |B ´ A|. ‚
El siguiente teorema es un recíproco del teorema del triángulo isósceles.
15.6.34. Teorema. Si en un triángulo ŸABC tenemos que >BAC “ >BCA, entonces
|B ´ C| “ |B ´ A|.
Demostración. Supongamos que >BAC “ >BCA. Si |B´C| ă |B´A| ó |B´C| ą |B´A|,
entonces, por el teorema 15.6.32, tendríamos que >BAC ă >BCA ó >BAC ą >BCA, por
lo que la única posibilidad es que |B ´ C| “ |B ´ A|. ‚
15.6.35. Teorema. Dado un plano Π. Si c es una circunferencia con centro en un punto
O incluida en Π y l es una recta incluida en Π tal que c y l se intersecan solamente en un
punto P , entonces l K OP .
Demostración. Veamos que P es el punto más cercano de la recta l al centro O de la
circunferencia c. Si existiera otra punto Q diferente de P en la recta l tal que |Q´O| ă |P ´O|,
entonces al tomar un punto R en la recta l tal que Q sea el punto medio del segmento P R
observamos que |R ´ O| “ |P ´ O|, es decir R P c, lo cual contradice el hecho de que c y l se
intersecan solamente en el punto P . Por lo tanto no existe ningún punto Q en la recta l tal
que |Q ´ O| ă |P ´ O|.
Ahora, sea P 1 P l tal que l K OP 1 . Si P ‰ P 1 , entonces el triángulo ŸOP 1 P es rectángulo
y la hipotenusa es OP , por lo que |P 1 ´ O| ă |P ´ O|, contradiciendo lo que se demostró en
el párrafo anterior. Por lo tanto P “ P 1 y así l K OP . ‚
Observemos que en la demostración del teorema 15.6.35 también se demostró el siguiente
resultado.
15.6.36. Teorema. Dado un plano Π. Si c es una circunferencia con centro en un punto O
15.6. Medidas de ángulos 473

y radio r que está incluida en Π y l es una recta incluida en Π tal que c y l se intersecan
solamente en un punto P , entonces para todo punto Q P l se tiene que |Q ´ O| ľ r.
El teorema 15.6.35 tiene el siguiente recíproco.
15.6.37. Teorema. Dado un plano Π. Si c es una circunferencia incluida en Π, con centro en
un punto O; l es una recta incluida en Π, y P P l X c es tal que l K OP ; entonces l X c “ tP u.
Demostración. Si P 1 P l es diferente de P , entonces OP 1 es la hipotenusa del triángulo
ŸOP 1 P , por lo que |O ´ P 1 | ą |O ´ P |, luego P 1 R c. ‚
15.6.38. Teorema. Si en un triángulo ŸABC existe un punto D entre A y B tal que
|A ´ D| “ |A ´ C|, entonces |B ´ C| ą |C ´ D|.
Demostración. Por el teorema del triángulo isósceles, >ADC “ >ACB, pero por los
corolarios 15.6.22 y 15.6.23 tenemos que el ángulo =ADC es agudo. Ahora, debido al teorema
del suplemento, =BDC es obtuso y de nuevo por el corolario 15.6.22 y el teorema 15.6.32
tenemos que |B ´ C| ą |C ´ D|. ‚
15.6.39. Teorema. Supongamos que incluidos en un plano están un triángulo ŸABC tal
que el ángulo =ACB no es agudo y una circunferencia c con centro en A y radio r “ |A ´ C|.
Sea D el punto que pertenece a la circunferencia c y al lado AB del triángulo ŸABC y sea
CD
Ŋ el arco menor de c con extremos C y D. La longitud de CD Ŋ es menor que la de BC.

Demostración. Sea pP0 , P1 , . . . , Pn q una sucesión de n ` 1 puntos en CD tales que P0 “ C,


Pn “ B y para i P t1, 2, . . . , n ´ 1u, Pi está entre Pi´1 y Pi`1 . Para i P t0, 1, . . . , n ´ 1, nu sea
Qi el punto que está en la intersección de c y el segmento APi . Sea ahora R1 “ P1 y para
ÐÑ
i P t2, 3, . . . , nu sea Ri el punto de APi que está en la recta paralela a BC que pasa por Qi´1 .
Por el corolario 15.6.21, el ángulo =APi´1 Pi no es agudo, de modo que por los teoremas
15.6.20 y 15.6.33 obtenemos que si i P t1, 2, . . . , nu, entonces |A ´ Pi´1 | ă |A ´ Pi |, en
particular |A ´ Pi | ą r “ |A ´ P0 |. Tenemos también, por los teoremas 15.6.36, 15.6.37 y la
unicidad de las paralelas, que

|Pi ´ Pi´1 | ľ |Ri ´ Qi´1 | y |A ´ Ri | ą r.

Ahora, debido al teorema 15.6.38, tenemos que |Ri ´ Qi´1 | ą |Qi ´ Qi´1 |. De lo anterior
tenemos que
ÿn n
ÿ
|B ´ C| “ |Pi ´ Pi´1 | ą |Qi ´ Qi´1 |,
i“1 i“1

pero como |B ´ C| es la longitud del segmento BC tenemos que la longitud de BC es mayor


n
que
ř
|Qi ´ Qi´1 |.
i“1
Sea ahora η : ra; bs ÝÑ CD
Ŋ una parametrización simple del arco menor CD Ŋ y px0 , x1 , . . . ,
xn q P Pa cualquier partición del intervalo ra; bs tal que ηpaq “ C y ηpbq “ D. Si tomamos
b
ÝÝÑ
Qi “ ηpxi q y Pi el punto donde se cortan el rayo AQi y el segmento BC, vemos que la
n
longitud de BC es mayor que |ηpxi q ´ ηpxi´1 q|, por lo que la longitud de BC es mayor o
ř
i“1
igual que la del arco menor CD.
Ŋ
474 15.6. Medidas de ángulos

Utilizando la conclusión del párrafo anterior para cada uno de los arcos menores de c con
extremos Qi´1 y Qi , los cuales denotaremos como QŔ i´1 Qi , tenemos que la longitud de Qi´1 Qi
Ŕ
es menor o igual que la del segmento Qi´1 Ri , pero la longitud de Qi´1 Ri es menor que la
de Pi´1 Pi (excepto cuando i “ 1, en cuyo caso tales segmentos son iguales), por lo que la
n n
longitud de CD,
Ŋ que es igual a ř `pQŔ i´1 Qi q, es menor que `pPi´1 Pi q, pero este último
ř
i“1 i“1
número es la longitud del segmento BC. ‚
15.7. Conceptos generales 475

15.7. Conceptos generales


En esta sección veremos una serie de definiciones básicas relacionadas con las figuras
geométricas planas y del espacio.
15.7.1. Definiciones. Supongamos que tenemos una sucesión finita pP1 , P2 , . . . , Pn q de n
puntos diferentes en un plano (con Ť n ą 2 y tomemos P0 “ Pn y Pn`1 “ P1 ), que para
1 ĺ k ĺ n se tiene Pk Pk`1 X Pi Pi`1 “ tPk , Pk`1 u y los punto Pk´1 , Pk , Pk`1 no
iPt1,2,...,nuztku
están alineados. Bajo estas condiciones al conjunto Pi Pi`1 lo llamamos polígono
Ť
iPt1,2,...,nu
de n lados o n-gono. A cada punto Pk se le llama vértice del polígono y a cada segmento
Pk Pk`1 se le llama lado del polígono y a cada ángulo =Pk´1 Pk Pk`1 se le llama ángulo del
polígono (observemos que un polígono de n lados tiene también n ángulos y n vértices).
Como sabemos cuando el polígono es de 3 lados se llama triángulo, pero cuando es de
4 lados se llama cuadrilátero, cuando es de 5 lados se llama pentágono, cuando es de 6
lados hexágono, cuando es de 7 se llama heptágono, cuando es de 8 octágono, cuando es
de 9 nonágono, cuando es de 10 decágono y cuando es de 12 dodecágono. Dos lados de
un cuadrilátero son opuestos siŤno se intersecan.
Decimos que el polígono Pi Pi`1 es un polígono convexo si para cada uno de
iPt1,2,...,nu
sus ángulos =Pk´1 Pk Pk`1 , el polígono está incluido en la unión del ángulo =Pk´1 Pk Pk`1 con
su interior.
El interior de un polígono convexo se define como la intersección de los interiores de sus
ángulos.
Observemos que el interior de un polígono convexo es un conjunto convexo, pero un
polígono convexo no es un conjunto convexo.
Si los vértices de un polígono p están en una circunferencia c y todos los otros puntos de
p están en el interior de c, decimos que el polígono p está inscrito en la circunferencia c o
que la circunferencia c está circunscrita en el polígono p.
Un polígono que tiene todos sus lados congruentes y todos sus ángulos congruentes se
llama polígono regular. El lector debe poder demostrar que cualquier polígono regular está
inscrito en una y sólo a una circunferencia. El centro de un polígono regular es por definición
el centro de la circunferencia a la cual está inscrito. La apotema de un polígono regular es
la distancia del centro del polígono regular a cualquiera de sus lados. El lector debe ser capaz
de demostrar que la distancia del centro de un polígono regular a cualquiera de sus lados es
siempre la misma, es decir que el significado de apotema está bien definido.
Dos lados de un polígono con un vértice en común se llaman consecutivos. Dos ángulos
de un cuadrilátero se dice que son opuestos si no incluyen un mismo lado. Dos ángulos de
un polígono cuyos vértices son los extremos de un lado del polígono se llaman consecutivos.
Al cuadrilátero cuyos lados son AB, BC, CD y DA lo denotaremos como ˝ABCD. Las
diagonales de un cuadrilátero ˝ABCD son los segmentos AC y BD.
Un trapecio es un cuadrilátero que tiene al menos dos lados paralelos.
Un paralelogramo es un cuadrilátero en el cual cualquier lado es paralelo a su lado
opuesto. Observemos que todos los paralelogramos son trapecios.
Un rombo es un paralelogramo en el cual todos sus lados son congruentes.
Un rectángulo es un paralelogramo en el cual todos sus lados son rectos.
476 15.7. Conceptos generales

Un cuadrado es un rectángulo tal que todos sus lados son congruentes, es decir es un
rectángulo que es a la vez un rombo.
Un cuadrilongo es un rectángulo que no es un cuadrado.
Un romboide es un paralelogramo que no es un rombo.
Un trapezoide es un cuadrilátero que no es trapecio.
Definimos la distancia entre dos rectas paralelas como la distancia de cualquiera de los
puntos de una recta a la otra recta. En un trapecio, a las longitudes de los lados paralelos se
les llama bases y a la distancia entre las rectas que incluyen a tales lados se le llama altura
correspondiente a tales bases. En un triángulo, a la longitud de uno de sus lados se le llama
base y su altura correspondiente es la distancia del vértice que no está en el lado, a la recta
que incluye el lado.
Una región triangular es la unión de un triángulo con su interior; una región cuadrada
es la unión de un cuadrado con su interior; una región rectangular es la unión de un
rectángulo con su interior; una región trapecial es la unión de un trapecio con su interior.
Una región circular es un círculo, es decir es la unión de una circunferencia con su interior.
Diremos que dos hiperplanos son paralelos cuando éstos no se cortan. Por ejemplo en
R3 dos planos son paralelos si no se cortan y en R2 dos rectas son paralelas si no se cortan.
Una esfera es un conjunto de puntos px, y, zq P R3 tales que existe un punto pa, b, cq P R3
y un número r ą 0 con la propiedad de que la distancia entre pa, b, cq y px, y, zq es r. Al punto
pa, b, cq le llamamos centro de la esfera y al número r le llamamos radio de la esfera.
Un conjunto C Ă R3 es un cilindro si existe un conjunto plano A tal que C es la unión
de todas las rectas que cortan a A y son perpendiculares al plano en el cual está incluido A,
es decir C es el conjunto de todos los puntos cuya proyección en el plano en el cual está A es
el conjunto A. En las condiciones anteriores decimos que el conjunto A genera al cilindro C.
Si tenemos en R3 dos planos paralelos Π1 y Π2 , al conjunto T de puntos de C que están ya
sea en Π1 , en Π2 o entre puntos de Π1 y Π2 se le llama cilindro truncado. A los conjuntos
Π1 X C y Π2 X C le llamamos bases del cilindro truncado T y a la distancia entre los planos
Π1 y Π2 le llamamos altura del cilindro truncado T . Cuando nos refiramos a la base o a la
altura de un cilindro significará (sin necesidad de hacer aclaración alguna) a la base o a la
altura de un cilindro truncado.
Un conjunto K Ă Rn se llama cono si existe un punto V P K tal que para todo P P K
y para todo λ ľ 0, el punto V ` λpP ´ V q P K. Si el punto V con la propiedad anterior
es único, a tal punto se le llama vértice del cono K. Si c es una circunferencia y V es un
punto que no está en el plano en el cual está incluida la circunferencia c, decimos que el
conjunto tV ` λpP ´ V q : P P c y λ P Ru es un cono circular. Como podemos observar, el
cono circular es en efecto un cono. Cuando tenemos un cono circular tV ` λpP ´ V q : P P c
y λ P Ru, tal que el plano en el cual está incluida la circunferencia c es perpendicular a la
recta que pasa por el centro O de la circunferencia c y por el vértice V , entonces decimos
que el cono circular es un cono circular recto y que la recta que pasa por O y por V
es su eje. Si C es un círculo, es decir la unión de una circunferencia con su interior, y V
es un punto que no está en el plano en el cual está incluido el círculo C, decimos que el
conjunto tV ` λpP ´ V q : P P C y λ P Ru es un cono circular sólido. Si tenemos en Rn dos
hiperplanos paralelos Π1 y Π2 , al conjunto T de puntos de K que están ya sea en Π1 , en Π2
o entre puntos de Π1 y Π2 se le llama cono truncado. A los conjuntos Π1 X K y Π2 X K le
llamamos bases del cono truncado T y a la distancia entre los planos Π1 y Π2 le llamamos
15.7. Conceptos generales 477

altura del cono truncado T . Cuando nos refiramos a la base o a la altura de un cono nos
estaremos refiriendo a la base o a la altura de un cono truncado.
Dado un número r ą 0 y un punto O en un conjunto S isométrico a R3 , al conjunto E
de todos los puntos de S que están a una distancia r de O se le llama esfera con centro en
O y radio r. Así mismo, al conjunto de todos los puntos de S que estén a una distancia de
O menor o igual que r le llamaremos esfera rellena con centro en O y radio r.
Similarmente a la definición anterior tenemos que dado un número r ą 0 y un punto O
en un conjunto S isométrico a Rn , al conjunto E de todos los puntos de S que están a una
distancia r de O se le llama esfera de dimensión n ´ 1 con centro en O y radio r. Así
mismo, al conjunto de todos los puntos de S que estén a una distancia de O menor o igual
que r le llamaremos esfera rellena de dimensión n con centro en O y radio r.
478 15.8. Funciones trigonométricas

15.8. Funciones trigonométricas


En esta sección definiremos las funciones trigonométricas y daremos algunas de sus pro-
piedades más importantes. B
15.8.1. Definiciones. Sea θ un número en-
tre 0 y π2 . En un triángulo rectángulo ŸABC Π
€€€€ -Θ
tal que el ángulo =ACB es recto y >BAC “ c 2
a
θ, tomemos a igual a la distancia entre B y
C; b igual a la distancia entre A y C, y c igual
a la longitud de la hipotenusa del triángulo Θ
ŸABC, es decir c es la distancia entre A y A b C
B. Definimos el seno, coseno, tangente,
cotangente, secante y cosecante de θ respectivamente como ac , cb , ab , ab , cb y ac . Al seno,
coseno, tangente, cotangente, secante y cosecante de θ los denotaremos respectivamente como
senpθq, cospθq, tanpθq, cotpθq, secpθq y cscpθq. Es decir tenemos las siguientes identidades:

senpθq “ ac , cospθq “ cb , tanpθq “ ab ,


cotpθq “ ab , secpθq “ cb , cscpθq “ ac .

Las funciones sen, cos, tan, cot, sec y csc reciben el nombre de funciones trigonométricas.
Tomamos por definición senp0q “ 0, cosp0q “ 1, tanp0q “ 0 y secp0q “ 1. Los valores de cotp0q
y cscp0q quedarán indefinidos, al menos por el momento. Así mismo, definimos senp π2 q “ 1,
cosp π2 q “ 0, cotp π2 q “ 0 y cscp π2 q “ 1. Los valores de tanp π2 q y secp π2 q quedarán indefinidos por
el momento.
El lector podrá observar que las definiciones anteriores no dependen del triángulo ŸABC
que se haya a escogido, siempre y cuando =ACB sea recto y >BAC “ θ.
Debido a las definiciones anteriores y a que la suma de las medidas de los ángulos de un
triángulo es π, tenemos las identidades dadas en el teorema siguiente.
15.8.2. Teorema. Si θ P r0; π2 s, entonces
` ˘ ` ˘ ` ˘
sen π2 ´ θ “ cospθq, cos π2 ´ θ “ senpθq, tan π2 ´ θ “ cotpθq,
` ˘ ` ˘ ` ˘
cot π2 ´ θ “ tanpθq, sec π2 ´ θ “ cscpθq, csc π2 ´ θ “ secpθq,

siempre que los valores estén definidos.


En el teorema siguiente se dan los valores de las funciones trigonométricas en 30˝ , 45˝ y
60˝ .
15.8. Funciones trigonométricas 479

B P
ë
45ë 60
!!!!
2 1 2 1

45ë 30ë
A 1 C Q !!!! M
3

15.8.3. Funciones trigonométricas de 30˝ , 45˝ y 60˝ . Se tienen las siguientes identidades:
? ?
2 3
senp30˝ q “ 21 , senp45˝ q “ ?1
2
“ 2
, senp60˝ q “ 2
,
? ?
3 ?1 2
cosp30˝ q “ 2
, cosp45˝ q “ 2
“ 2
, cosp60˝ q “ 12 ,
?
3
?
tanp30˝ q “ ?1 “ , tanp45˝ q “ 1, tanp60˝ q “ 3,
3 3
? ?
3
cotp30˝ q “ 3, cotp45˝ q “ 1, cotp60˝ q “ ?1 “ ,
3 3
? ?
secp30˝ q “ ?23 “ 23 3, secp45˝ q “ 2, secp60˝ q “ 2,
? ?
cscp30˝ q “ 2, cscp45˝ q “ 2, cscp60˝ q “ ?23 “ 23 3.

Demostración. Tomemos un triángulo rectángulo ŸABC tal que su ángulo =ACB sea recto
y los catetos tengan longitud 1. Tenemos que los ángulos agudos =A y =B del triángulo son
congruentes. Como la suma de las medidas de los ángulos de un triángulo es 180 ?
˝
, entonces ?la
medida de los ángulos =A y =B?es 45 , además la longitud
˝
? de la hipotenusa es 1 ` 1 “ 2.
2 2

Por lo tanto cosp45˝ q “ ?12 “ 22 , senp45˝ q “ ?12 “ 22 , tanp45˝ q “ 11 “ 1, cotp45˝ q “ 11 “ 1,


? ? ? ?
secp45˝ q “ 12 “ 2, cscp45˝ q “ 12 “ 2.
Si incluido en un plano está un triángulo ŸP QR tal que sus tres ángulos sean congruentes
(se deja al lector el demostrar que tal triángulo existe), entonces la mediatriz del segmento P R
que está incluida en el plano, pasa por Q y por el punto medio M del segmento P R. Tenemos,
debido al teorema 15.6.34, que el triángulo ŸP QRaes equilátero, de modo que a |P ´ Q| “
2|P ´ M | y por el teorema de Pitágoras |Q ´ M | “ |P ´ Q| ´ |P ?´ M | “ 3|P ´ M |2 “
2 2
? ?
3|P ´ M |. Ahora, como >QM P “ 60˝ , tenemos que senp60˝ q “ 2|P 3|P ´M |
´M |
“ 2
3
, cosp60˝ q “
? ? ?
|P ´M |
2|P ´M |
“ 1
2
, tanp60˝
q “ 3|P ´M |
|P ´M |
“ 3, cotp60˝
q “ ?1 , secp60˝ q “ 2, cscp60˝ q “ ?2 “ 2 3.
3 3 3
Ahora, aplicando el teorema 15.8.2 tenemos que senp30˝
q “ cosp60 ˝
q “ 1
2
, cosp30 ˝
q “
? ? ?
senp60 q “ 2 , tanp30 q “ cotp60 q “ ?3 “ 3 , cotp30 q “ tanp60 q “ 3, secp30 q “
˝ 3 ˝ ˝ 1 3 ˝ ˝ ˝
?
cscp60˝ q “ ?23 “ 32 3 y cscp30˝ q “ secp60˝ q “ 2. ‚
A continuación daremos una definición más general de los valores de las funciones tri-
gonométricas cuando se evalúan en números del intervalo r0; 2πs y más adelante cuando se
evalúan en cualquier número real.
15.8.4. Definiciones. Sea c la circunferencia incluida en R2 con centro en p0, 0q y radio 1.
Sea ψ : r0; 2πs ÝÑ R2 la parametrización simple de c tal que ψp0q “ p1, 0q, ψp π2 q “ p0, 1q y
480 15.8. Funciones trigonométricas

además la longitud de ψrr0; θss es igual a θ, para todo θ P p0; 2πs. Para θ P r0; 2πs definimos
el coseno de θ como la abscisa del punto ψpθq y el seno de θ como la ordenada del punto
ψpθq, es decir ψpθq “ pcospθq, senpθqq. De manera más general, si t es un número real y la
pareja de números pk, θq P Z ˆ r0; 2πs es tal que t “ θ ` 2kπ, definimos cosptq :“ cospθq y
senptq :“ senpθq. Cuando cospθq ‰ 0, definimos tanpθq :“ senpθq
cospθq
y secpθq :“ cospθq
1
, y cuando
senpθq ‰ 0, definimos cotpθq :“ senpθq
cospθq
y cscpθq :“ senpθq
1
. Debido a la parametrización anterior,
a las funciones trigonométricas también se les llama funciones circulares.

1
HcosHΘL,senHΘLL

0.5
Θ

-1 -0.5 0.5 1 1.5

-0.5

-1

De las definiciones anteriores de deduce inmediatamente el teorema siguiente.


15.8.5. Teorema. Las funciones trigonométricas tienen período 2π.
15.8.6. Teorema. Para todo número real t se tienen las siguientes identidades:

senpt ` πq “ ´ senptq, cospt ` πq “ ´ cosptq.

Demostración. Antes de dar la demostración general, veámosla para algunos casos parti-
culares. Si θ P r0; πs, entonces los puntos pcospθq, senpθqq y pcospθ ` πq, senpθ ` πqq son los
extremos de la media circunferencia incluida en la circunferencia con centro en p0, 0q y radio
1, por lo que también son los extremos de un segmento de longitud 2 cuyo punto medio es
p0, 0q, por lo tanto pcospθ ` πq, senpθ ` πqq “ p´ cospθq, ´ senpθqq, es decir el resultado se
cumple cuando t P r0; πs.
Ahora, si t P pπ; 2πs, entonces por lo demostrado en el párrafo anterior y por el teorema
15.8.5 tenemos que senptq “ ´ senpt ´ πq “ ´ senppt ´ πq ` 2πq “ ´ senpt ` πq, es decir
senpt ` πq “ ´ senptq y análogamente se demuestra que cospt ` πq “ ´ cosptq.
Supongamos en general que t P R y sean θ P r0; 2πs y k P Z tales que t “ θ ` 2kπ. Para el
caso en que θ P r0; πs tenemos que θ ` π P r0; 2πs, por lo que senpt ` πq “ senpθ ` π ` 2kπq “
senpθ`πq “ ´ senpθq “ ´ senpθ`2kπq “ ´ senptq. Para el caso en que θ P pπ; 2πs tenemos que
θ´π P r0; 2πs, por lo que senpt`πq “ senpθ`2kπ`πq “ senpθ´π`2pk `1qπq “ senpθ´πq “
´ senpθ ´ π ` πq “ ´ senpθq “ ´ senptq. Análogamente se tiene que cospt ` πq “ ´ cosptq. ‚
15.8. Funciones trigonométricas 481

Como consecuencia inmediata del teorema 15.8.6 tenemos el siguiente corolario.


15.8.7. Corolario. Las funciones tan y cot tienen período π.
15.8.8. Teorema. La función cos es una función par y la función sen es una función impar.
Es decir, si t P R, entonces:

cosp´tq “ cosptq, senp´tq “ ´ senptq.

Demostración. Supongamos primero que θ P p0; π2 q. La recta vertical que corta al eje de
las abscisas en el punto Q “ pcospθq, 0q, corta a la circunferencia con centro en 0 “ p0, 0q
y radio 1 en el primer cuadrante en el punto P “ px, yq “ pcospθq, senpθqq, teniéndose así
un triángulo rectángulo ŸP 0Q cuyo ángulo =P 0Q mide θ. Ahora, tal recta vertical también
corta a la circunferencia en el cuarto cuadrante en el punto P 1 “ px, ´yq, teniéndose que
el ángulo =P 1 0Q mide también θ, de tal manera que P 1 “ pcosp2π ´ θq, senp2π ´ θqq “
pcosp´θq, senp´θqq. Con lo anterior tenemos que cosp´θq “ cospθq y senp´θq “ ´ senpθq.
Para el caso en que t “ 0 una simple evaluación muestra que el resultado del teorema es
válido. Para el caso en que t “ π2 , con el uso del teorema 15.8.6 y una evaluación se muestra
que el resultado es también válido. Tenemos así que el resultado es válido cuando t P r0; π2 s.
Si t P r´ π2 ; 0s, entonces tomando θ “ ´t tenemos que cosp´tq “ cospθq “ cosp´θq “ cosptq
y senp´tq “ senpθq “ ´p´ senpθqq “ ´ senp´θq “ ´ senptq, por lo que tenemos ahora que el
teorema es valido cuando t P r´ π2 ; π2 s.
Cuando t P r π2 ; πs, tenemos que ´t P r´π; ´ π2 s y ´t ` π P r0; π2 s, por lo que del teore-
ma 15.8.6 y del párrafo anterior tenemos que cosp´tq “ ´ cosp´t ` πq “ ´ cospt ´ πq “
´p´ cosptqq “ cosptq y senp´tq “ ´senp´t ` πq “ senpt ´ πq “ ´ senptq. Ahora cuando
t P r´π; ´ π2 s, entonces ´t P r π2 ; πs, por lo cual se tiene que cosp´tq “ cosp´p´tqq “ cosptq
y senp´tq “ ´ senp´p´tqq “ ´ senptq. De esta forma tenemos que la fórmula del teorema es
válida cuando t P r´π; πs.
En general, si t P R, entonces existe un número θ P r´π; πs y un entero k tales que
t “ θ ` 2kπ, por lo que, debido al teorema 15.8.5, cosp´tq “ cosp´θ ´ 2kπq “ cosp´θq “
cospθq “ cosptq y senp´tq “ senp´θ ´ 2kπq “ senp´θq “ ´ senpθq “ ´ senptq. ‚
15.8.9. Corolario. Las funciones tan y cot son funciones impares. Es decir, si t P R, entonces:

tanp´tq “ ´ tanptq y cotp´tq “ ´ cotptq.

Demostración. Del teorema 15.8.8 tenemos que tanp´tq “ senp´tq


cosp´tq
“ ´ senptq
cosptq
“ ´ tanptq y
de manera similar se demuestra que cotp´tq “ ´ cotptq. ‚
Del teorema 15.8.8 y de la definición de sec y csc se deduce el siguiente corolario.
15.8.10. Corolario. la función sec es una función par y la función csc es una función impar.
15.8.11. Teorema. Si t es un número real, entonces

psenptqq2 ` pcosptqq2 “ 1.
482 15.8. Funciones trigonométricas

Demostración. Sea P “ pcosptq, senptqq, 0 “ p0, 0q y Q “ pcosptq, 0q. Tenemos un triángulo


rectángulo ŸP 0Q cuyo ángulo =P Q0 es recto y cuya hipotenusa tiene longitud 1. En tal
triángulo las longitudes de los catetos son | cosptq| y | senptq|, por lo que debido al teorema
de Pitágoras tenemos que psenptqq2 ` pcosptqq2 “ | senptq|2 ` | cosptq|2 “ 1. ‚
Si en la fórmula dada en el teorema 15.8.11 dividimos entre psenptqq2 , obtenemos la fórmula
dada en el siguiente corolario.
15.8.12. Corolario. Si t es un número real, entonces

1 ` pcotptqq2 “ pcscptqq2 .

Similarmente, si en la fórmula del teorema 15.8.11 dividimos entre pcosptqq2 , obtenemos


la fórmula dada en el siguiente corolario.
15.8.13. Corolario. Si t es un número real, entonces

1 ` ptanptqq2 “ psecptqq2 .

15.8.14. Teorema. Si t P R, entonces


` ˘ ` ˘ `π ˘ ` ˘
sen π2 ` t “ sen π2 ´ t y cos 2
` t “ ´ cos π2 ´ t .

Demostración. Por los teoremas 15.8.6 y 15.8.8 tenemos que senp π2 `tq “ ´ senp π2 `t´πq “
´ senpt ´ π2 q “ senp π2 ´ tq y cosp π2 ` tq “ ´ cosp π2 ` t ´ πq “ ´ cospt ´ π2 q “ ´ cosp π2 ´ tq. ‚
El siguiente teorema es una generalización del teorema 15.8.2.
15.8.15. Teorema. Si t P R, entonces
` ˘ ` ˘ ` ˘
sen π2 ´ θ “ cospθq, cos π2 ´ θ “ senpθq, tan π2 ´ θ “ cotpθq,
` ˘ ` ˘ ` ˘
cot π2 ´ θ “ tanpθq, sec π2 ´ θ “ cscpθq, csc π2 ´ θ “ secpθq,

(siempre que los valores estén definidos).


Demostración. Veamos primero que si θ P p´ π2 ; 0q, entonces senp π2 ´θq “ cospθq y cosp π2 ´θq
“ senpθq. En efecto, tenemos que cuando θ P p´ π2 ; 0q, entonces ´θ P p0; π2 q, por lo que, debido
a los teoremas 15.8.2, 15.8.6, 15.8.8 y 15.8.14, senp π2 ´ θq “ senp π2 ` θq “ cosp´θq “ cospθq
y cosp π2 ´ θq “ ´ cosp π2 ` θq “ ´ senp´θq “ senpθq. Por lo tanto, si θ P p´ π2 ; π2 s se tiene que
senp π2 ´ θq “ cospθq y cosp π2 ´ θq “ senpθq.
Supongamos ahora que θ P r´π; ´ π2 s. Tenemos que θ ` π P r0; π2 s y senp π2 ´ θq “
´ senp´θ´π` π2 q “ ´ senp´pθ`πq` π2 q “ ´ cospθ`πq “ cospθq y cosp π2 ´θq “ ´ cosp´θ´π` π2 q
“ ´ cosp´pθ ` πq ` π2 q “ ´ senpθ ` πq “ senpθq. Si t P r π2 ; πs, entonces ´t P r´π; ´ π2 s y
senp π2 ´ tq “ senp π2 ´ p´tqq “ cosp´tq “ cosptq y cosp π2 ´ tq “ ´ cosp π2 ´ p´tqq “ ´ senp´tq “
senptq.
15.8. Funciones trigonométricas 483

Hemos demostrado que senp π2 ´ θq “ senpθq y que cosp π2 ´ θq “ senpθq cuando θ P r´π; πs.
Supongamos que t P R, entonces t “ θ ` 2kπ, donde θ P r´π; πs y k es un número entero. En
tales circunstancias tenemos que senp π2 ´ tq “ senp π2 ´ θ ´ 2kπq “ senp π2 ´ θq “ cospθq “ cosptq
y cosp π2 ´ tq “ cosp π2 ´ θ ´ 2kπq “ cosp π2 ´ θq “ senpθq “ senptq. Por lo tanto se cumplen las
dos primeras fórmulas del teorema. Las otras fórmulas se deducen de estas y de la forma en
que están definidas las funciones trigonométricas evaluadas en número real arbitrario. ‚
15.8.16. Fórmula para el coseno de una diferencia. Si α y β son números reales,
entonces
cospβ ´ αq “ cospαq cospβq ` senpαq senpβq.

Demostración. En el caso en que α “ β, podemos ver que el resultado se sigue de una


simple sustitución de valores y el uso del teorema 15.8.11.
Demostremos ahora el caso en que 0 ĺ α ă β ă 2π. En tal caso, sean R “ p1, 0q, P1 “
px1 , y1 q “ pcospαq, senpαqq, P2 “ px2 , y2 q “ pcospβq, senpβqq, P3 “ px3 , y3 q “ pcospβ ´ αq,
senpβ ´ αqq, los cuales son puntos en la circunferencia con centro en 0 “ p0, 0q y radio 1.
Ahora, como las isometrías preservan longitudes de arcos de circunferencias, tenemos que la

1
HcosHΑL,senHΑLL=P1
P3 =HcosHΒ-ΑL,senHΒ-ΑLL
Β-Α 0.5 Β-Α
HcosHΒL,senHΒLL=P2
R
-2 -1.5 -1 -0.5 0.5 1 1.5 2

-0.5

-1

isometría que transforma 0 en 0, el punto R en P1 y el punto P3 en un punto que está del


ÐÑ
mismo lado de la recta 0P1 que el punto P2 , es tal que a P3 lo transforma precisamente en
a2 , por lo cual la distancia
P entre R y P3 es la misma que la distancia entre P1 y P2 , es decir
px3 ´ 1q2 ` y32 “ px2 ´ x1 q2 ` py2 ´ y1 q2 , por lo cual
a

px3 ´ 1q2 ` y32 “ px2 ´ x1 q2 ` py2 ´ y1 q2 ,

pero desarrollando la expresión anterior obtenemos

px23 ` y32 q ´ 2x3 ` 1 “ px22 ` y22 q ` px21 ` y12 q ´ 2px2 x1 ` y2 y1 q.

Ahora, usando el hecho de que x23 ` y32 “ x22 ` x22 “ x21 ` y12 “ 1 tenemos que ´2x3 `
2 “ ´2px2 x1 ` y2 y1 q ` 2, pero simplificando tenemos x3 “ x2 x1 ` y2 y1 , o equivalentemente
cospβ ´ αq “ cospβq cospαq ` senpβq senpαq. Tenemos pues que el teorema se cumple cuando
0 ĺ α ă β ă 2π.
484 15.8. Funciones trigonométricas

Ahora, si 0 ĺ β ă α ă 2π tenemos que cospβ ´ αq “ cospα ´ βq “ cospαq cospβq `


senpαq senpβq “ cospβq cospαq ` senpβq senpαq, por lo que el resultado también se vale cuando
0 ĺ β ă α ă 2π.
Finalmente tenemos que si α y β son dos números reales cualesquiera, entonces α “
θ1 ` 2nπ y β “ θ2 ` 2mπ, donde m y n son números enteros y 0 ĺ θ1 , θ2 ă 2π. En
estas condiciones tenemos que cospβ ´ αq “ cospθ2 ´ θ1 ` 2pm ´ nqπq “ cospθ2 ´ θ1 q “
cospθ2 q cospθ1 q ` senpθ2 q senpθ1 q “ cospβq cospαq ` senpβq senpαq, con lo que terminamos la
demostración del teorema. ‚
15.8.17. Fórmula para el coseno de una suma. Si α y β son números reales, entonces

cospβ ` αq “ cospαq cospβq ´ senpαq senpβq.

Demostración. Del teorema 15.8.8 y de la fórmula para el coseno de una diferencia 15.8.16
tenemos que cospβ ` αq “ cospβ ´ p´αqq “ cosp´αq cospβq ` senp´αq senpβq “
cospαq cospβq ´ senpαq senpβq. ‚
15.8.18. Fórmula para el seno de una diferencia. Si α y β son números reales, entonces

senpβ ´ αq “ senpβq cospαq ´ cospβq senpαq.

Demostración. De la fórmula 15.8.17 y del teorema 15.8.15 tenemos que senpβ ´ αq “


cosp π2 ´ pβ ´ αqq “ cospp π2 ´ βq ` αq “ cosp π2 ´ βq cospαq ´ senp π2 ´ βq senpαq “ senpβq cospαq
´ cospβq senpαq. ‚
15.8.19. Fórmula para el seno de una suma. Si α y β son números reales, entonces

senpβ ` αq “ senpβq cospαq ` cospβq senpαq.

Demostración. De la fórmula 15.8.18 tenemos que


senpβ ` αq “ senpβ ´ p´αqq “ senpβq cosp´αq ´ cospβq senp´αq
“ senpβq cospαq ` cospβq senpαq. ‚

15.8.20. Fórmula para la tangente de una suma. Si α y β son números reales, entonces
tanpβq ` tanpαq
tanpβ ` αq “ .
1 ´ tanpβq tanpαq

Demostración. De la fórmula 15.8.19 tenemos que


senpβ ` αq senpβq cospαq ` cospβq senpαq
tanpβ ` αq “ “
cospβ ` αq cospβq cospαq ´ senpβq senpαq
psenpβq cospαq ` cospβq senpαqq { cospβq cospαq tanpβq ` tanpαq
“ “ . ‚
pcospβq cospαq ´ senpβq senpαqq { cospβq cospαq 1 ´ tanpβq tanpαq
15.8. Funciones trigonométricas 485

De la fórmula 15.8.20 y del hecho de que la tangente es una función impar obtenemos el
siguiente corolario.
15.8.21. Fórmula para la tangente de una diferencia. Si α y β son números reales,
entonces
tanpβq ´ tanpαq
tanpβ ´ αq “ .
1 ` tanpβq tanpαq

De las fórmulas para el seno, coseno y tangente de una suma obtenemos las siguientes
fórmulas.
15.8.22. Fórmulas del ángulo doble. Si θ es un número real, entonces

senp2θq “ 2 senpθq cospθq,


cosp2θq “ pcospθqq2 ´ psenpθqq2 “ 1 ´ 2psenpθq2 “ 2pcospθqq2 ´ 1,
2 tanpθq
tanp2θq “ 1´ptanpθqq2
.

De las fórmulas para calcular cosp2θq, de la definición de tangente y haciendo α “ 2θ


obtenemos las fórmulas siguientes.
15.8.23. Fórmulas del ángulo medio. Si α es un número real, entonces
c
1 ´ cospαq
| senp α2 q| “ ,
c 2
1 ` cospαq
| cosp α2 q| “ ,
d 2
1 ´ cospαq
| tanp α2 q| “ .
1 ` cospαq

A continuación deduciremos una fórmula que nos permite calcular las longitudes de los
lados de un triángulo cuando conocemos solamente la longitud de un lado y la medida de
dos ángulos.
15.8.24. Ley de los senos. Si ŸABC es un triángulo, a “ |B ´ C|, b “ |A ´ C|, c “ |A ´ B|,
α “ >BAC, β “ >ABC y γ “ >ACB, entonces
a b c
“ “ .
senpαq senpβq senpγq

 β CC

a 

Cc
 C

γ αC
C

b
486 15.8. Funciones trigonométricas

Demostración. Observemos que cuando el triángulo ŸABC es un triángulo rectángulo, la


fórmula se deduce fácilmente. Supongamos pues que el triángulo no es un triángulo rectán-
gulo.
ÐÑ
Sea D la proyección de C en la recta AB y h “ |C ´D|. Debido al teorema 15.8.14 tenemos
que senp180˝ ´ βq “ senp90˝ ` p90˝ ´ βqq “ senp90˝ ´ p90˝ ´ βqq “ senpβq. Si el ángulo =ABC
es agudo, entonces =ABC “ =CBD, pero si es obtuso, entonces >CBD “ 180˝ ´ β. En
cualquiera de los casos ha “ senp>CBDq “ senpβq y análogamente senpαq “ hb , por lo que
tenemos que h “ a senpβq “ b senpαq, de donde concluimos que senpαq a b
“ senpβq . De manera
análoga se demuestra que senpαq “ senpγq con lo que el teorema queda demostrado.
a c

La fórmula siguiente sirve para calcular la longitud de un lado de un triángulo cuando se
conocen las longitudes de los otros dos lados y la medida del ángulo adyacente a los lados
conocidos.
15.8.25. Ley de los cosenos. Sea ŸABC un triángulo, a “ |B ´C|, b “ |A´C|, c “ |A´B|
y α “ >BAC, entonces
a2 “ b2 ` c2 ´ 2bc cospαq. ‚

Demostración. Sea η una isometría que transforma el triángulo ŸABC en un triángulo


Ÿ0P Q Ă R2 de tal manera que ηpAq “ 0 “ p0, 0q, ηpBq “ P “ pc, 0q, ηpCq “ Q “ px, yq, con
y ą 0. Observemos que x “ b cospαq e y “ b senpαq. Usando la fórmula de la distancia entre
dos puntos tenemos que
a2 “ |P ´ Q|2 “ pb cospαq ´ cq2 ` pb senpαqq2
“ b2 pcospαqq2 ´ 2bc cospαq ` c2 ` b2 psenpαqq2
“ b2 ppcospαqq2 ` psenpαqq2 q ` c2 ´ 2bc cospαq
“ b2 ` c2 ´ 2bc cospαq,
con lo que la fórmula queda demostrada. ‚
Veamos a continuación un resultado que relaciona al coseno con el producto punto.
15.8.26. Teorema. Si P, R P Rn son tales que los puntos P , R y 0 no están alineados y
θ “ >P 0R, entonces
R ¨ P “ |R||P | cospθq.

Demostración. Sea u el punto tal que u “ |R| 1


R (es decir u es el punto de norma 1 tal que
|R|u “ R) y sea v un punto ortonormal a u que está en el plano en el cual están P , R y 0. Sean
además p1 y p2 los números reales tales que P “ p1 u ` p2 v y sea η la isometría del plano en el
cual están los puntos 0, P y R, al plano R2 tal que ηp0q “ p0, 0q, ηpuq “ p1, 0q y ηpvq “ p0, 1q.
Tenemos que ηpRq “ p|R|, 0q y ηpP q “ pp1 , p2 q, y como las isometrías preservan medidas de
ángulos, entonces p1 “ |P | cospθq, concluyendo así que R ¨ P “ |R|p1 “ |R||P | cospθq. ‚

Ejercicios.

1. Dar una expresión algebraica para: a) cosp 12


π
q, b) senp 12
π
q, c) cosp π8 q, d) senp π8 q.
15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas 487

15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus in-


versas
15.9.1. Teorema. Las funciones sen y cos son continuas.
Demostración. La continuidad de las funciones sen y cos en el intervalo cerrado r0; 2πs se
sigue del hecho de que son las funciones componentes de una trayectoria cerrada simple y del
teorema 15.3.9.
En general, sea t0 P R. Si t0 “ θ ` 2kπ con θ P p0; 2πq y k P Z, entonces

lím senptq “ lím senps ` 2kπq “ lím senpsq “ senpθq “ senpt0 q,


tÑt0 sÑθ sÑθ

y también
lím cosptq “ lím cosps ` 2kπq “ lím cospsq “ cospθq “ cospt0 q,
tÑt0 sÑθ sÑθ

por lo que en este caso las funciones sen y cos son continuas en t0 cuando t0 “ θ ` 2kπ con
θ P p0; 2πq. Ahora, si t0 “ 2kπ con k P Z, entonces

lím cosptq “ lím` cosps ` 2kπq “ lím` cospsq “ cospsq “ cosp0q “ 1 “ cospt0 q
tÑt`
0
sÑ0 sÑ0

y también

lím cosptq “ lím´ cosps ` 2πq “ lím´ cospsq “ cosp2πq “ 1 “ cospt0 q,


tÑt´
0
sÑ2π sÑ2π

por lo que la función cos es continua en t0 , para cualquier número real t0 y análogamente
se demuestra que la función sen es continua en cualquier número real. Tenemos así que las
funciones sen y cos son continuas. ‚
15.9.2. Teorema. H1,tanHΘLL
1
senptq
lím “ 1. Hx,yL
tÑ0 t
0.5 Θ

Demostración. Si 0 ă θ ă π2 , entonces
tenemos que el segmento cuyos extremos son
pcospθq, senpθqq y pcosp´θq, senp´θqq es una cuer- -1 -0.5 0.5Hx,0L 1
da de la circunferencia incluida en R2 con cen-
tro en p0, 0q y radio 1. Los extremos de tal cuer-
da también son extremos de un arco menor cuya -0.5
longitud es 2θ. Ahora, la longitud de la cuerda es
2 senpθq y como la longitud de la cuerda es menor
que la del arco, tenemos que 2 senpθq ă 2θ, es de- -1
cir senpθq ă θ, donde además θ es la longitud del
arco menor con extremos pcospθq, senpθqq y p1, 0q.
Ahora, observemos que el punto p1, tanpθqq está en la recta vertical que pasa por p1, 0q y en el
488 15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas

rayo con extremo p0, 0q y que pasa por px, yq “ pcospθq, senpθqq, por lo que debido al teorema
15.6.39, la distancia de p1, 0q a p1, tanpθqq (la cual es tanpθq) es mayor que la longitud del
arco menor con extremos p1, 0q y px, yq (la cual es θ ), por lo tanto
15.9.3. senpθq ă θ ă tanpθq.
Si en 15.9.3 dividimos entre senpθq, obtenemos la fórmula
θ 1
1ă ă ,
senpθq cospθq
la cual es equivalente a
senpθq
15.9.4. cospθq ă ă 1.
θ
Ahora, debido a que cosp´θq “ cospθq y a que senp´θq
´θ
“ senpθq
θ
, tenemos que la fórmula 15.9.4
también se cumple cuando ´ 2 ă θ ă 0. Usando en la fórmula 15.9.4, el teorema del sándwich
π

10.4.7 y el teorema 15.9.1 concluimos la demostración del teorema. ‚


15.9.5. Teorema.
1 ´ cosptq
lím “ 0.
tÑ0 t

Demostración. Utilizando el teorema 15.9.2 y el hecho de que las funciones sen y cos son
continuas tenemos que
1 ´ cosptq p1 ´ cosptqqp1 ` cosptqq 1 ´ pcosptqq2 psenptqq2
lím “ lím “ lím “ lím
tÑ0 t tÑ0 tp1 ` cosptqq tÑ0 tp1 ` cosptqq tÑ0 tp1 ` cosptqq

senptq senptq
“ lím lím “ 1p0{2q “ 0.
tÑ0 t tÑ0 1 ` cosptq

15.9.6. Teorema. La derivada de cos es ´ sen y la derivada de sen es cos.
Demostración. Usaremos los teoremas 15.9.2 y 15.9.5, el hecho de que las funciones sen y
cos son continuas y las fórmulas para el seno y el coseno de una suma para calcular cos1 ptq y
sen1 ptq. Por una parte tenemos que
cospt ` ∆q ´ cosptq
cos1 ptq “ lím
∆Ñ0 ∆
cosptq cosp∆q ´ senptq senp∆q ´ cosptq
“ lím
∆Ñ0 ∆
senp∆q 1 ´ cosp∆q
“ ´ senptq lím ´ cosptq lím “ ´ senptq,
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆
por otra parte
senpt ` ∆q ´ senptq
sen1 ptq “ lím
∆Ñ0 ∆
senptq cosp∆q ` cosptq senp∆q ´ senptq
“ lím
∆Ñ0 ∆
1 ´ cosp∆q senp∆q
“ ´ senptq lím ` cosptq lím “ cosptq,
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆
15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas 489

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


Observemos que si 0 ă x ă π, entonces senpxq ą 0 y que si π ă x ă 2π, entonces
senpxq ă 0. Es decir si x P p0; πq, entonces cos1 pxq ă 0 y si x P pπ; 2πq, entonces cos1 pxq ą 0.
De lo anterior tenemos que la función cos es decreciente en el intervalo cerrado r0; πs y
creciente en el intervalo cerrado rπ; 2πs. Del hecho de que la función cos tiene período 2π
podemos observar que el valor máximo de la función cos es 1 y lo toma en 0 y en cualquier
valor de la forma 2kπ (con k P Z), y el valor mínimo es ´1 y lo toma en π y en cualquier
valor de la forma π ` 2kπ (con k P Z). Como la función cos es decreciente en el intervalo
cerrado r0; πs y creciente en el intervalo cerrado rπ; 2πs, entonces en el intervalo cerrado
r0; 2πs hay dos únicos valores de x tales que cospxq “ 0 (uno en el intervalo abierto p0; πq y
el otro en el intervalo abierto pπ; 2πq), como sabemos, estos valores son π2 y 3π 2
. Ahora, como
la función cos tiene período 2π, tenemos que el conjunto de todos los x tales que cospxq “ 0
es t π2 ` kπ : k P Zu.
Analicemos ahora la función sen. Tenemos que cospxq ą 0 si x P p´ π2 ; π2 q y que cospxq ă 0
si x P p π2 ; 3π
2
q, por lo que si x P p´ π2 ; π2 q, entonces sen1 pxq ą 0 y si x P p π2 ; 3π
2
q, entonces
sen pxq ă 0. Es decir, la función sen es creciente en el intervalo cerrado r´ 2 ; 2 s y es decreciente
1 π π

en el intervalo cerrado r π2 ; 3π
2
s. Debido a que la función sen tiene período 2π podemos observar
que el valor máximo del seno es 1 y lo toma en π2 y en cualquier número de la forma π2 ` 2kπ
(con k P Z), y el valor mínimo es ´1 y lo toma en ´ π2 , en 3π 2
y en cualquier número de la
forma ´ π2 ` 2kπ (con k P Z). Podemos ver así que hay un único valor de x en el intervalo
abierto p´ π2 ; π2 q tal que senpxq “ 0 y un único valor de x en el intervalo abierto p π2 ; 3π
2
q tal que
senpxq “ 0, por lo tanto los dos únicos valores de x que hacen que senpxq “ 0 son 0 y π. De
nuevo, como sen tiene período 2π, entonces el conjunto de todos los x tales que senpxq “ 0
es t2kπ : k P Zu.
Observando que cos2 pxq “ ´ cospxq y que sen2 pxq “ ´ senpxq tenemos que la función
cos es cóncava hacia abajo en r´ π2 ; π2 s y cóncava hacia arriba en r π2 ; 3π2
s. Así, los puntos de
inflexión del coseno son los de la forma p π2 ` kπ, 0q (con k P Z); la función sen es cóncava
hacia abajo en r0; πs y cóncava hacia arriba en rπ; 2πs, de modo que los puntos de inflexión
del seno son los de la forma pkπ, 0q (con k P Z).
Con la descripción anterior tenemos datos suficientes para trazar una muy buena gráfica
de las funciones seno y coseno. Además podemos determinar el dominio de las funciones tan,
cot, sec y csc.
Y Y
1 y=senHxL 1 y=cosHxL
X X
-2 Π -Π -1 Π 2Π 3Π -2 Π -Π -1 Π 2Π

15.9.7. Teorema. La derivada de la tangente es el cuadrado de la secante, es decir D tanpxq “


psecpxqq2 .
Demostración.
ˆ ˙
d senpxq sen1 pxq cospxq ´ senpxq cos1 pxq cospxq cospxq ` senpxq senpxq
D tanpxq “ “ 2

d x cospxq pcospxqq pcospxqq2
1
“ 2
“ psecpxqq2 . ‚
pcospxqq
490 15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas

De manera análoga se demuestra el teorema siguiente.


15.9.8. Teorema. La derivada de la cotangente es el opuesto del cuadrado de la cosecante,
es decir D cotpxq “ ´pcscpxqq2 .
15.9.9. Teorema. La derivada de la secante es la secante multiplicada por la tangente, es
decir D secpxq “ secpxq tanpxq.
d
Demostración. D secpxq “ dx
pcospxqq´1 “ ´1pcospxqq´2 p´ senpxqq “ secpxq tanpxq. ‚
De manera análoga se demuestra el teorema siguiente.
15.9.10. Teorema. La derivada de la cosecante es el opuesto de la cosecante multiplicada
por la cotangente, es decir D cscpxq “ ´ cscpxq cotpxq.
Observemos que las funciones tangente y secante tienen dominio común, el cual es el
conjunto de números reales x tales que cospxq ‰ 0, es decir el dominio común es Rzt π2 ` kπ :
k P Zu. De la misma manera las funciones cotangente y cosecante tienen dominio común, el
cual es el conjunto de todos los números reales x tales que senpxq ‰ 0, es decir el dominio
común es Rzt2kπ : k P Zu.
Como las funciones sen y cos tienen valor máximo a 1 y valor mínimo ´1, por el teorema
el teorema del valor intermedio, tenemos que el recorrido de tales funciones es r´1; 1s. De
lo anterior concluimos que el recorrido de las funciones sec y csc es el conjunto p´8; ´1s Y
r1; `8q. Ahora, como la secante es la inversa multiplicativa del coseno, tenemos que ésta es
decreciente en el intervalo p´ π2 ; 0s y creciente en el intervalo r0; π2 q, toma un mínimo relativo
en 0, el valor de dicho mínimo relativo es 1, y como límπ cospxq “ límπ cospxq “ 0 y secpxq ą 0
xÑ´ 2 xÑ 2
cuando x P p´ π2 ; π2 q, tenemos que lím` secpxq “ lím´ secpxq “ `8, con lo que la gráfica de
xÑ π
2
xÑ π
2
la función sec tiene como asíntotas verticales a las rectas con ecuaciones x “ ´ π2 y x “ π2 .
Tenemos además que la función secante es cre-
Y
6 ciente en p π2 ; π] y decreciente en rπ; 3π
2
q, toma
5 un máximo relativo en π, el valor de dicho
4 máximo relativo es ´1, y como límπ cospxq “
xÑ 2
3 y=secHxL
lím cospxq “ 0 y secpxq ă 0 cuando x P p π2 ; 3π
2
q,
2 xÑ 3π
2
1 tenemos que lím` secpxq “ lím ´ secpxq “ ´8,
xÑ π
2 xÑ 3π
X 2
-2 Π- €€€€€€€€ Π
3 Π -Π - €€€€ Π
€€€€ Π con lo que la gráfica de la función sec tiene tam-

€€€€€€€€ 2 Π
2 2 -1 2 2
-2
bién como asíntota vertical a la recta con ecua-
-3
ción x “ 3π 2
. Ahora, sec2 pxq “ ddx secpxq tanpxq “
-4
secpxqptanpxqq2 ` psecpxqq3 “ secpxqpptanpxqq2 `
-5 psecpxqq2 q, por lo que si x P p´ π2 ; π2 q, entonces
-6 sec2 pxq ą 0 y si x P p π2 ; 3π
2
q, entonces sec2 pxq ă 0;
es decir la gráfica de la secante es cóncava hacia
arriba en p´ 2 ; 2 q y cóncava hacia abajo en p π2 ; 3π
π π
2
q.
De manera análoga podemos ver que la cosecante toma un mínimo relativo en π2 , el valor
de dicho mínimo relativo es 1, es decreciente en p0; π2 s y creciente en r π2 ; πq; toma un máximo
relativo en 3π
2
, el valor de dicho máximo relativo es ´1, es creciente en pπ; 3π 2
s y decreciente
15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas 491

en r 3π
2
; 2πq; lím` cscpxq “ lím´ cscpxq “ `8 y lím` cscpxq “ lím´ cscpxq “ ´8, por lo que
xÑ0 xÑπ xÑπ xÑ2π
la gráfica de la función csc tiene como asíntotas verticales a las rectas con ecuaciones x “ 0,
x “ π y x “ 2π ; además la gráfica de la cosecante es cóncava hacia arriba en p0; πq y cóncava
hacia abajo en pπ; 2πq.
Y
Con lo anterior y usando el hecho de que las 6
funciones trigonométrica tienen período 2π, esta- 5
mos en condiciones de trazar las gráficas de las 4
funciones sec y csc. 3
y=cscHxL

Estudiemos ahora las funciones tan y cot. Te- 2


nemos que tanp0q “ 0 y tan1 p0q “ psecp0qq2 “ 1; 1
para x P p´ π2 ; 0q tenemos que tanpxq ă 0 y para X
x P p0; π2 q tenemos que tanpxq ą 0; de lo anterior -2 Π- €€€€€€€€
Π
3 Π -Π - €€€€ Π 3Π 2Π
Π €€€€€€€€
€€€€
2 2 -1 2 2
y del hecho de que límπ cospxq “ límπ cospxq “ 0, -2
xÑ´ 2 xÑ 2
tenemos que lím` tanpxq “ ´8 y lím´ tanpxq “ -3
xÑ π
2
xÑ π
2
-4
`8, por lo que el recorrido de tan es el con- -5
junto R y la gráfica de la tangente tiene como -6
asíntotas verticales a las rectas con ecuaciones x “ ´ π2 y x “ π2 . Ahora, tenemos que
tan2 pxq “ 2psecpxqq2 tanpxq, por lo que p0, 0q es un punto de inflexión de la tangente, la
cual es cóncava hacia abajo en p´ π2 ; 0s y cóncava hacia arriba en r0; π2 q. Además, como el
lector podrá demostrar, la tangente es una función impar con período π, lo que nos ayuda a
hacer un buen trazo de su gráfica con los datos que se han deducido.

1 y=tanHxL

X
3Π -Π Π Π Π 3Π 2Π 5Π
- €€€€€€€€ - €€€€ €€€€ €€€€€€€€ €€€€€€€€
2 2 -1 2 2 2

Análogamente podemos deducir las siguientes propiedades de la función cotangente: cotp π2 q


“ 0 y cot1 p π2 q “ ´1; para x P p0; π2 q tenemos que cotpxq ą 0 y para x P p π2 ; πq tenemos que
cotpxq ă 0; lím` cotpxq “ `8, lím´ cotpxq “ ´8, por lo que el recorrido de la cotangente es
xÑ0 xÑπ
R y su gráfica tiene como asíntotas verticales a las rectas con ecuaciones x “ 0 y x “ π; la
cotangente además tiene un punto de inflexión en p π2 , 0q, es cóncava hacia arriba en p0; π2 s y
cóncava hacia abajo en r π2 ; πq; la cotangente es una función impar con período π.
Debido a que las funciones trigonométricas no son inyectivas, no podemos definir sus
funciones inversas, por ejemplo senpπq “ senp´πq “ senp0q “ 0, es decir no existe un valor
único de θ que haga que senpθq “ 0. Podemos observar sin embargo que el recorrido de la
función sen es el intervalo cerrado r´1; 1s y además para cualquier valor y P r´1; 1s existe un
único valor de θ en el intervalo cerrado r´ π2 ; π2 s tal que y “ senpθq. Debido a lo anterior tiene
sentido y es legítima la siguiente definición.
15.9.11. Definición. A la función arc sen : r´1; 1s ÝÑ r´ π2 ; π2 s tal que arc senpyq “ θ si y
492 15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas

sólo si y “ senpθq y θ P r´ π2 ; π2 s se le llama función arco seno. Es decir, la función arco seno
es la inversa de la función seno con restricción del dominio al intervalo r´ π2 ; π2 s.
Podemos asimismo observar que el recorrido de la función cos es r´1; 1s y para cualquier
valor de x en el intervalo cerrado r´1; 1s existe un único θ P r0; πs tal que x “ cospθq, de
donde tenemos la siguiente definición.
15.9.12. Definición. A la función arc cos : r´1; 1s ÝÑ r0; πs tal que arc cospxq “ θ si y sólo
si x “ cospθq con θ P r0; π] se le llama función arcocoseno. Es decir, la función arco coseno
es la inversa de la función coseno con restricción del dominio al intervalo r0; πs.
Observemos ahora que el recorrido de la función tan es el conjunto de todos los números
reales y que para cualquier valor z P R existe un único θ P p´ π2 ; π2 q tal que tanpθq “ z,
teniendo así la siguiente definición.
15.9.13. Definición. A la función arctan : R ÝÑ p´ π2 ; π2 q tal que arctanpzq “ θ si y sólo
si z “ tanpθq y θ P p´ π2 ; π2 q se le llama función arco tangente. Es decir, la función arco
tangente es la inversa de la función tangente con restricción del dominio al intervalo p´ π2 ; π2 q.
De manera similar tenemos que el recorrido de la función cot es R y que para todo z P R
existe un único θ P p0; πq tal que cotpθq “ z, por lo que podemos establecer la siguiente
definición.
15.9.14. Definición. A la función arccot : R ÝÑ p0; πq tal que arccotpzq “ θ si y sólo
si z “ cotpθq y θ P p0; πq se le llama función arco cotangente. Es decir, la función arco
cotangente es la inversa de la función cotangente con restricción del dominio al intervalo
p0; πq.
Observando ahora que el recorrido de la función sec es el conjunto p´8; ´1s Y r1; `8q y
que para todo z P p´8; ´1s Y r1; `8q existe un único θ P r0; π2 q Y p π2 ; πs tal que secpθq “ z,
tenemos la siguiente definición.
15.9.15. Definición. A la función arcsec : p´8; ´1s Y r1; `8q ÝÑ r0; π2 q Y p π2 ; πs tal que
arcsecpzq “ θ si y sólo si z “ secpθq y θ P r0; π2 q Y p π2 ; πs se le llama función arco secante. Es
decir, la función arco secante es la inversa de la función secante con restricción del dominio
al conjunto r0; π2 q Y p π2 ; πs.
Finalmente tenemos que el recorrido de la función csc es el conjunto p´8; ´1sYr1; `8q y
que para todo z P p´8; ´1s Y r1; `8q existe un único θ P r´ π2 ; 0q Y p0; π2 s tal que cscpθq “ z,
teniendo así la siguiente definición.
15.9.16. Definición. A la función arccsc : p´8; ´1s Y r1; `8q ÝÑ r´ π2 ; 0q Y p0; π2 s tal que
arccscpzq “ θ si y sólo si z “ cscpθq y θ P r´ π2 ; 0q Y p0; π2 s se le llama función arco cosecante.
Es decir, la función arco cosecante es la inversa de la función cosecante con restricción del
dominio al conjunto r´ π2 ; 0q Y p0; π2 s.
15.9.17. Definición. A las funciones arco seno, arco coseno, arco tangente, arco cotangente,
arco secante y arco cosecante se les llama funciones trigonométricas inversas.
Veamos algunas propiedades de cada una de las funciones trigonométricas inversas que
servirán, entre otras cosas, para hacer un buen trazo de sus gráficas.
15.9.18. Teorema. arc sen1 pxq “ ? 1 .
1´x2
15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas Y 493
Π
Demostración. Tenemos que arc sen1 pxq “ sen1 parc1senpxqq “
€€€€
2
1
cosparc senpxqq
, pero como ´ π2 ĺ arc senpxq ĺ π2 , entonces
cosparc senpxqq ľ 0 y como 1 “ pcosparc senpxqqq2 ` y=arcsenHxL
psenparc senpxqqq2 ? “ pcosparc senpxqqq2 ` x2 , entonces
cosparc senpxqq “ 1 ´ x2 , de donde concluimos que -1 1
X
2.
1
arc sen1 pxq “ ?1´x ‚
Observemos que para todo x P p´1; 1q tenemos
que arc sen1 pxq ą 0, por lo que la función arc sen es Π
creciente, en particular arc sen1 p0q “ 1. Tenemos que - €€€€
2
D arc senp1q “ D arc senp´1q “ `8, por lo que las
` ´

rectas tangentes a la gráfica de la función arc sen en


3
los puntos p1, π2 q y p´1, ´ π2 q son verticales. Además arc sen2 pxq “ xp1 ´ x2 q´ 2 , por lo que la
gráfica de arc sen es cóncava hacia arriba en r0; 1s, es cóncava hacia abajo en r´1; 0s, tiene
un punto de inflexión en p0, 0q y la recta tangente en el punto de inflexión tiene pendiente 1.
15.9.19. Teorema. arc cos1 pxq “ ? ´1 . Y
1´x2
Demostración. La demostración es muy parecida a Π
la del teorema anterior. Tenemos que arc cos1 pxq “ y=arccosHxL
1
cos1 parc cospxqq
“ ´ senparc1 cospxqq , pero como 0 ĺ
arc cospxq ĺ π, entonces senparc cospxqq ľ 0 y
Π
como 1 “ pcosparc cospxqqq2 ` psenparc cospxqqq2 “ €€€€
2
x2 ` psenparc cospxqqq2 , entonces senparc cospxqq “
?
1 ´ x2 , de donde concluimos que arc cos1 pxq “
? ´1 . ‚
1´x2

Observemos que para todo x P p´1; 1q se tiene -1 1


X
que arc cos1 pxq ă 0, por lo que la función arc cos es
decreciente, en particular arc cos1 p0q “ ´1. Tenemos que D` arc cosp1q “ D´ arc cosp´1q “
´8, por lo que las rectas tangentes a la gráfica de la función arc sen en los puntos p1, 0q y
3
p´1, πq son verticales. Además arc cos2 pxq “ xp1 ´ x2 q´ 2 , por lo que la gráfica de arc sen es
cóncava hacia abajo en r0; 1s, es cóncava hacia arriba en r´1; 0s, tiene un punto de inflexión
en p0, π2 q y la recta tangente en el punto de inflexión tiene pendiente ´1.
1
15.9.20. Teorema. arctan1 pxq “ 1`x2
.
Demostración. Tenemos que arctan1 pxq “ 1
tan1 parctanpxqq
“ 1
psecparctanpxqqq2
, pero como

psecparctanpxqqq2 “ 1 ` ptanparctanpxqqq2 “ 1 ` x2 ,

tenemos que arctan1 pxq “ 1


1`x2
. ‚
Observemos que arctan pxq ą 0 para to-
1

do x P R, por lo que la función arctan es


creciente en todo su dominio. Tenemos ade- Π
Y
más que arctan2 pxq “ p1`x
´2x
2 q2 , por lo que si
€€€€
2 y=arctanHxL
x ă 0 entonces arctan pxq ą 0, y si x ą 0,
2
X
-6 -3 3 6
entonces arctan2 pxq ă 0; es decir, la función Π
- €€€€
2
494 15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas

arctan es cóncava hacia arriba en el intervalo


p´8; 0s, es cóncava hacia abajo en el intervalo r0; `8q, tiene un punto de inflexión en p0, 0q
y la recta tangente en el punto de inflexión tiene pendiente 1. Además, como la función tan es
creciente en el intervalo abierto p´ π2 ; π2 q, lím ` tanpxq “ ´8 y lím´ tanpxq “ `8, entonces
xÑ´ π 2
xÑ π
2
lím arctanpxq “ ´ π2 y lím arctanpxq “ π2 , por lo que la gráfica de la función arctan tiene
xÑ´8 xÑ`8
como asíntotas horizontales a las rectas con ecuaciones y “ ´ π2 e y “ π2 .
´1
15.9.21. Teorema. arccot1 pxq “ 1`x2
.
Demostración. Tenemos que arccot1 pxq “ 1
cot1 parccotpxqq
“ 1
´pcscparccotpxqqq2
, pero como

pcscparccotpxqqq2 “ 1 ` pcotparccotpxqqq2 “ 1 ` x2 ,

tenemos que arctan1 pxq “ ´1


1`x2
. ‚
Observemos que arccot pxq ă 0 para todo
1

x P R, por lo que la función arccot es decre-


ciente en todo su dominio. Tenemos además Y
que arccot pxq “ p1`x2 q2 , por lo que si x ă 0
2 2x Π
Π
entonces arccot2 pxq ă 0, pero si x ą 0, en- €€€€
2 y=arccotHxL
tonces arccot pxq ą 0; es decir, la función
2
-6 -3 3 6
X
arccot es cóncava hacia abajo en el intervalo
p´8; 0s, es cóncava hacia arriba en el intervalo r0; `8q, tiene un punto de inflexión en p0, π2 q
y la recta tangente en el punto de inflexión tiene pendiente ´1. Además, como la función cot
es decreciente en el intervalo abierto p0; πq, lím` cotpxq “ `8 y lím´ cotpxq “ ´8, entonces
xÑ0 xÑπ
lím arccotpxq “ π y lím arccotpxq “ 0, por lo tanto la gráfica de la función arccot tiene
xÑ´8 xÑ`8
como asíntotas horizontales a las rectas con ecuaciones y “ 0 e y “ π.
15.9.22. Teorema. arcsec1 pxq “ ?1 .
|x| x2 ´1

Demostración. Tenemos que


1 1 1
arcsec1 pxq “ “ “ ,
sec1 parcsecpxqq secparcsecpxqq tanparcsecpxqq x tanparcsecpxqq

pero observemos que ptanparcsecpxqqq2 “ psecparcsecpxqqq? 2


´ 1 “ x2 ´ 1 y arcsecpxq P r0; π2 q
ó arcsecpxq P p π2 ; πs, en ambos
? casos | tanparcsecpxq| “ x2 ´ 1. Si arcsecpxq P?r0; π2 q, en-
tonces tanparcsecpxqq “ x2 ´ 1 y x ľ 1, por lo que x tanparcsecpxqq ? “ |x| x2 ´ 1 “
x tanparcsecpxqq. Si arcsecpxq P p 2 ; πs, entonces ´ tanparcsecpxqq
π
? “ x2 ´ 1 y x ĺ ´1, por
lo que x tanparcsecpxqq “ ´xp´ tanparcsecpxqqq “ |x| x2 ´ 1. Por lo tanto, tenemos que
arcsec1 pxq “ |x|?1x2 ´1 . ‚
Observemos que arcsec1 pxq ą 0 para to-
do x ă ´1 y para todo x ą 1, por lo que la
función es creciente en el intervalo p´8; ´1s Y
y en el intervalo r1; `8q. El lector podrá de- Π
2
mostrar que arcsec2 pxq “ ´p2x ? ´1q2 3
, por Π
x|x| px ´1q
€€€€
2
y=arcsecHxL
X
-5 -4 -3 -2 -1 1 2 3 4 5
15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas 495

lo que tenemos que si x ą 1 entonces


arcsec2 pxq ă 0, pero si x ă ´1 entonces
arcsec2 pxq ą 0; es decir, la gráfica de la fun-
ción arcsec es cóncava hacia arriba en el in-
tervalo p´8; ´1s y es cóncava hacia abajo en el intervalo r1; `8q. Como la función sec es
creciente en los intervalos r0; π2 q y p π2 ; πs, y además lím` secpxq “ ´8 y lím´ secpxq “ `8,
xÑ π
2
xÑ π
2
entonces lím arcsecpxq “ π
2
y lím arcsecpxq “ π
2
; por lo tanto, la recta con ecuación y “ π
2
xÑ´8 xÑ`8
es una asíntota horizontal de la gráfica de la función arc cos. Podemos observar también que
D´ arcsecp´1q “ `8 “ D` arcsecp1q.
15.9.23. Teorema. arccsc1 pxq “ ?´1 .
|x| x2 ´1

Demostración. Tenemos que


1 1 1
arccsc1 pxq “ “ “ ,
csc1 parccscpxqq ´ cscparccscpxqq cotparccscpxqq ´x cotparccscpxqq
pero observemos que pcotparccscpxqqq2 “ pcscparccscpxqqq
?
2
´1 “ x2 ´1 y arccscpxq P r´ π2 ; 0q ó
arccscpxq P p0; π2 s, en?ambos casos | cotparccscpxq| “ x2 ´ 1. Si arccscpxq P r´ π2 ; 0q, entonces
´ cotparccscpxqq
? “ x2 ´ 1 y x ĺ ´1, por lo que x cotparccscpxqq
? “ ´xp´ cotparccscpxqq “
|x| x ´ 1. Si arccscpxq
2
? P p0; 2 s, entonces cotparccscpxqq “ 1 x ´ 1 y´1x ľ 1, por lo que
π 2

x cotparccscpxqq “ |x| x2 ´ 1. Por lo tanto tenemos que arccsc pxq “ |x|?x2 ´1 . ‚


De manera análoga a como se dedujeron
las propiedades de la gráfica de la función
arcsec podemos deducir que la función arccsc Π
Y

es decreciente en los intervalos p´8; ´1s y


€€€€
2
y=arccscHxL
r1; `8q, es cóncava hacia abajo en el in-
X
tervalo p´8; ´1s y cóncava hacia arriba en -5 -4 -3 -2 -1 1 2 3 4 5
r1; `8q, tiene al eje X como asíntota ho- Π
- €€€€
rizontal, además de que D´ arccscp´1q “ 2
´8 “ D` arccscp1q.

Ejercicios.
1. Hallar las derivadas de las funciones siguientes:
a) px P Rq ÞÑ senpx3 q, b) px P p1; `8qq ÞÑ px ´ 1qcospxq .

2. Demostrar
ˆ ˙ que hay un número c P p0; 1q tal que la derivada de la función pt P Rq ÞÑ
πt
sen evaluada en c es 1.
2
senptq
3. Calcular lím .
tÑ0 t2

4. Sean l0 , l1 y l2 tres rectas paralelas en un plano. Supongamos que los puntos de l1 están
del lado opuesto l0 al lado en que están los puntos de l2 y sean d1 la distancia entre l0
y l1 , y d2 la distancia entre l0 y l2 . Sean A y A1 dos puntos diferentes de l0 .
496 15.9. Gráficas de las funciones trigonométricas y sus inversas

a) Para cada θ P p0; π2 q tomemos Cpθq P l2 tal que >A1 ACpθq “ θ y r1 pθq :“
dist pA, Cpθqq. Demostrar que la función pθ P p0; π2 qq ÞÑ r1 pθq es continua.
b) Demostrar que límr1 pθq “ `8 y límπ r1 pθq “ d1 .
θÑ0 θÑ 2

c) Para cada θ P p0; π


3
q tomemos Bpθq P l3 de tal manera que >A1 ABpθq “ π3 ´ θ y
sea r2 pθq “ dist pA, Bpθqq. Demostrar que lím rr12 pθq
pθq
“ `8 y que límπ rr21 pθq
pθq
“ 0.
θÑ0 θÑ 3

d) Demostrar que existe un θ0 P p0; π3 q tal que r1 pθ0 q


r2 pθ0 q
“ 1.
e) Demostrar que dadas tres rectas paralelas en un plano existe un triángulo equilá-
tero cuyos vértices están en alguna de esas rectas.
15.10. Ecuaciones de la recta 497

15.10. Ecuaciones de la recta


En esta sección estudiaremos varias formas de representar a una recta en R2 mediante las
ecuaciones que la describen. Comencemos con algo de terminología.
15.10.1. Definiciones. Entenderemos, mientras no se diga otra cosa que el eje X es el
conjunto tpx, 0q : x P Ru y que el eje Y es el conjunto tp0, yq : y P Ru. Al plano en el que
están incluidos el eje X y el eje Y, es decir a R2 , le llamaremos también plano X Y. Cuando
tengamos en el plano X Y dos puntos de la forma px1 , y1 q y px2 , y2 q con x1 ă x2 , diremos que
el punto px1 , y1 q está a la izquierda del punto px2 , y2 q; también diremos que el punto px2 , y2 q
está a la derecha del punto px1 , y1 q. Cuando tengamos en el plano X Y dos puntos de la forma
px1 , y1 q y px2 , y2 q con y1 ă y2 , diremos que el punto px1 , y1 q está abajo del punto px2 , y2 q;
también diremos que el punto px2 , y2 q está arriba del punto px1 , y1 q. Al conjunto de puntos
del eje X con coordenadas no negativas se le llama semieje X positivo o parte positiva
del eje X y lo denotaremos por X` . Al conjunto de puntos del eje Y con coordenadas no
negativas se le llama semieje Y positivo o parte positiva del eje Y y lo denotaremos
por Y` . Diremos que es horizontal cualquier rayo o segmento que esté incluido en el eje X
o en una recta paralela al eje X. Diremos que es vertical cualquier rayo o segmento que esté
incluido en el eje Y o en una recta paralela al eje Y. Si px0 , y0 q está en una recta l que no es
vertical, al lado de l en el cual está el punto px0 , y0 ` 1q se llama lado de arriba de l y al
otro lado se le llama lado de abajo de l. Si px0 , y0 q está en una recta l que no es horizontal,
al lado de l en el cual está el punto px0 ` 1, y0 q se llama lado derecho de l y al otro lado se
le llama lado izquierdo de l. Dada una recta l Ă R2 que no es horizontal, si Q es el punto
donde se cortan l y el eje X, R es un punto a la derecha de Q y P es un punto en l que
está en el lado de arriba de la recta horizontal que pasa por R, definimos la inclinación de
l como el número >P QR, el cual pertenece al intervalo abierto p0; πq; definimos además la
inclinación de cualquier recta horizontal como 0. Observemos que la pendiente de una recta
no vertical con inclinación θ es tanpθq y la inclinación de una recta vertical es de 90˝ .
Debido a que dos rectas paralelas en el plano X Y tienen la misma inclinación (teorema
15.6.18), podemos concluir que también tienen la misma pendiente (en el caso de que las rectas
sean verticales, ambas tienen pendiente infinita). Enunciemos esto en forma de teorema.
15.10.2. Teorema. Dos rectas paralelas en el plano X Y tienen pendientes iguales.
15.10.3. Definición. Sean dos rectas l1 , l2 Ă R2 que son diferentes, no horizontales y que se
cortan en un punto P ; sean además R y S dos puntos de l1 y l2 respectivamente que están
en el lado de arriba de la horizontal que pasa por P . Al ángulo =RP S le llamamos ángulo
entre l1 y l2 . El ángulo entre una recta horizontal y otra no horizontal que se cortan en
un punto P es el ángulo =AP B, donde A está a la derecha de P y B está en la recta no
horizontal y en el lado de arriba de la horizontal.
15.10.4. Teorema. Sea l una recta no vertical en el plano X Y, P1 “ px1 , y1 q y P0 “ px0 , y0 q
dos puntos diferentes en la recta l. La pendiente m de la recta l está dada por
y1 ´ y0
m“ .
x1 ´ x0
498 15.10. Ecuaciones de la recta

Demostración. Si l es horizontal, entonces y1 “ y0 , por lo que


y1 ´ y0
m“0“ .
x1 ´ x0
Si l no es horizontal y P1 está arriba de la horizontal a la cual pertenece P0 , tomamos R
ÐÝÑ
a la derecha de P0 . Las rectas P0 R y el eje X son paralelas (o iguales) y cortadas por la recta
secante l, por lo que >RP0 P1 es la inclinación de l, por lo tanto
y1 ´ y0
m “ tanp>RP0 P1 q “ .
x1 ´ x0
Ahora, si P0 está arriba de P1 , entonces debido a lo anterior tenemos

y0 ´ y1 ´py1 ´ y0 q y1 ´ y0
m“ “ “ . ‚
x0 ´ x 1 ´px1 ´ x0 q x1 ´ x0

15.10.5. Teorema. Sea l una recta no vertical con pendiente m, P0 “ px0 , y0 q un punto en
l y P1 “ px1 , y1 q diferente de P0 tal que
y1 ´ y0
m“ .
x1 ´ x0
Entonces P1 P l.
Demostración. Como l no es vertical, entonces no tiene pendiente infinita y x1 ‰ x0 .
Ahora, sea P11 “ px1 , y11 q el punto en l cuya proyección en el eje X es px1 , 0q. Por el teorema
y 1 ´y
15.10.4 tenemos que m “ x11 ´x00 , pero por otra parte m “ xy11 ´y
´x0
0
, de modo que y11 ´y0 “ y1 ´y0 ,
es decir y11 “ y1 , por lo que P1 “ P11 , luego P1 P l. ‚
Observemos que de los dos teoremas anteriores podemos concluir que existe solamente
una recta con pendiente m que pasa por un punto dado P0 . El teorema siguiente nos da una
caracterización de la recta por medio de una fórmula cuando conocemos un punto de la recta
y su pendiente.
15.10.6. Teorema. La ecuación de la recta no vertical que pasa por el punto P0 “ px0 , y0 q
y tiene pendiente m está dada por

15.10.7. y ´ y0 “ mpx ´ x0 q.

Demostración. Para el caso en que m sea cero, la recta es horizontal y cualquier punto
P “ px, yq está en la recta si y sólo si y “ y0 , es decir y ´ y0 “ 0 “ 0px ´ x0 q. Si la pendiente
m es diferente de 0 y P “ px, yq es un punto que satisface la ecuación 15.10.7, entonces
y ´ y0
px, yq “ px0 , y0 q ó m“ ;
x ´ x0
en ambos casos, por el teorema 15.10.5, P está en la recta con pendiente m que pasa por
px0 , y0 q.
15.10. Ecuaciones de la recta 499

Ahora, si P “ px, yq está en la recta, entonces, por el teorema 15.10.4,


y ´ y0
px, yq “ px0 , y0 q ó bien m“ con x ‰ x0 ,
x ´ x0
y en ambos casos se satisface la ecuación 15.10.7. ‚
La ecuación de la recta vertical que pasa por un punto px0 , y0 q es x “ x0 .
Del teorema anterior se deduce directamente la ecuación de cualquier recta que no sea
vertical dados dos puntos diferentes por los que pasa. Tal ecuación está enunciada en el
siguiente teorema.
15.10.8. Teorema. La ecuación de una recta que pasa por los puntos px0 , y0 q y px1 , y1 q, con
x0 ‰ x1 , está dada por
y1 ´ y0
15.10.9. y ´ y0 “ px ´ x0 q.
x1 ´ x0

15.10.10. Forma general de la ecuación de la recta. Un conjunto en el plano es una


recta si y sólo si su ecuación es de la forma

15.10.11. Ax ` By ` C “ 0,

donde A, B y C son constantes, y A ‰ 0 ó B ‰ 0.


Demostración. Si B “ 0, entonces A ‰ 0 y la ecuación Ax ` By ` C “ 0 es equivalente
a x “ ´C{A que es la ecuación de una recta vertical. Si B ‰ 0, entonces la ecuación
Ax ` By ` C “ 0 es equivalente a y ´ p´C{Bq “ p´A{Bqx, que es la ecuación de la recta
con pendiente ´A{B que corta al eje Y en el punto p0, ´C{Bq.
Recíprocamente, veamos que dada una recta, su ecuación es equivalente 15.10.11.
Si la recta es vertical su ecuación es x “ x0 ó equivalentemente x ´ x0 “ 0 que es de la
forma 15.10.11 al tomar C “ ´x0 , B “ 0 y A “ 1. Si la recta no es vertical, entonces tiene
una ecuación de la forma y ´ y0 “ mpx ´ x0 q, pero esta ecuación es equivalente a una de la
forma mx ´ y ´ mx0 ` y0 “ 0 la cual, al tomar A “ m, B “ ´1 y C “ ´mx0 ` y0 , queda de
la forma 15.10.11. ‚
15.10.12. Definición. A la ecuación 15.10.11 se le llama ecuación general de la recta.
Analicemos ahora la relación entre las pendientes m1 y m2 de dos rectas perpendiculares
l1 y l2 que son verticales ni horizontales.
Supongamos sin pérdida de generalidad que la inclinación θ2 de l2 es mayor que la inclina-
ción θ1 de l1 . Como l1 K l2 , entonces θ2 “ θ1 ` π2 , por lo tanto m2 “ tanpθ2 q “ tanpθ1 ` π2 q “
tanp π2 ´ p´θ1 qq “ cotp´θ1 q “ ´ cotpθ1 q “ tanpθ
´1
1q
“m ´1
1
, es decir m2 “ m
´1
1
. Hemos demostrado
el teorema siguiente.
15.10.13. Teorema. Si m1 y m2 son las pendientes de dos rectas perpendiculares tales que
´1
ninguna de las dos es vertical ni horizontal, entonces m2 “ m 1
.
Con el teorema anterior se facilita el hallar una fórmula para encontrar la distancia de
un punto P0 a una recta l (conociendo las coordenadas del punto y la ecuación general de
la recta). Cuando la recta es vertical u horizontal, es fácil hallar la distancia a un punto
500 15.10. Ecuaciones de la recta

dado. Supongamos que l es una recta que no es vertical ni horizontal y cuya ecuación es
Ax ` By ` C “ 0 y P0 “ px0 , y0 q. La pendiente de la recta l es ´A{B. Sea l1 la recta
perpendicular a l tal que P0 P l1 . Como l1 K l, entonces la pendiente de l1 es B{A. Sea
P1 “ px1 , y1 q el punto donde se intersecan l y l1 , es decir sea P1 la proyección de P0 en l. La
distancia de P0 a P1 es la distancia de P0 a l. La ecuación de l1 está dada por

B
y ´ y0 “ px ´ x0 q.
A
Ahora, px1 , y1 q satisface las ecuaciones

B
y ´ y0 “ px ´ x0 q y Ax ` By ` C “ 0,
A
de donde ˆ ˙
B
Ax1 ` B px1 ´ x0 q ` y0 ` C “ 0,
A
pero ˆ ˙
B
Ax1 ` B px1 ´ x0 q ` y0 ` C “ 0
A
ðñ

B2 B2
Ax1 ` x1 ´ x0 ` By0 “ ´C
A A
ðñ
pA2 ` B 2 qx1 “ B 2 x0 ´ ABy0 ´ AC
ðñ
B 2 x0 ´ ABy0 ´ AC
x1 “ .
A2 ` B 2
Análogamente se tiene que
B 2 y0 ´ ABx0 ´ AC
y1 “ ,
A2 ` B 2
y la distancia entre px0 , y0 q y px1 , y1 q es
a
px1 ´ x0 q2 ` py1 ´ y0 q2
dˆ ˙2 ˆ 2 ˙2
B 2 x0 ´ ABy0 ´ AC A x0 ´ ABx0 ´ BC
“ ´ x0 ` ´ y0
A2 ` B 2 A2 ` B 2
d
p´A2 x0 ´ ABy0 ´ ACq2 p´B 2 y0 ´ ABx0 ´ BCq2
“ `
pA2 ` B 2 q2 pA2 ` B 2 q2
d
A2 pAx0 ` By0 ` Cq2 B 2 pBy0 ` Ax0 ` Cq2
“ `
pA2 ` B 2 q2 pA2 ` B 2 q2
c
pAx0 ` By0 ` Cq2 |Ax0 ` By0 ` C|
“ 2 2
“ ? ,
A `B A2 ` B 2
15.10. Ecuaciones de la recta 501

por lo que la distancia de P0 “ px0 , y0 q a la recta l es

|Ax0 ` By0 ` C|
? .
A2 ` B 2
Supongamos ahora que l es una recta horizontal con ecuación Ax ` By ` C “ 0. En este
caso A “ 0 y la ecuación de la recta es equivalente a y “ ´C{B,?por lo que la distancia de
px0 , y0 q a l es | ´ C{B ´ y0 | “ |By0 ` C|{|B| “ |Ax0 ` By0 ` C|{ A2 ` B 2 . Análogamente,
si l es una recta ? vertical con ecuación Ax ` By ` C “ 0, la distancia de px0 , y0 q a l es
|Ax0 ` By0 ` C|{ A2 ` B 2 . Así pues, hemos demostrado el siguiente teorema.
15.10.14. Teorema. Dada una recta incluida en el plano X Y con ecuación Ax ` By ` C “ 0
y un punto P0 “ px0 , y0 q. La distancia de P0 a la recta está dada por

|Ax0 ` By0 ` C|
? .
A2 ` B 2

15.10.15. Definición. Cuando l Ă R2 es la 2


recta tangente a la gráfica de una función f 1.5 gráfica de f
en un punto P0 “ px0 , y0 q, decimos que la
1
recta perpendicular a l en el punto px0 , y0 q
es la recta normal a la gráfica de f en el 0.5 recta normal en P0

punto px0 , y0 q. -2 -1 1 2 3 4

La figura de la derecha muestra las rec- -0.5


P0
tas tangente y normal a las gráficas de una -1
función f en un punto P0 . -1.5
Del teorema 15.10.13 y de la definición recta tangente en P0
-2
anterior se deduce el teorema siguiente.
15.10.16. Teorema. Sea f una función tal que es derivable en x0 y f 1 px0 q ‰ 0; sea además
y0 “ f px0 q. La ecuación de la recta normal a la gráfica de f en el punto P0 “ px0 , y0 q está
dada por
´1
y“ 1 px ´ x0 q ` y0 .
f px0 q

Ejercicios.

1. Hallar la distancia de la recta con ecuación y “ 2x al punto p2, 1q.


502 15.11. Ecuaciones de la circunferencia

15.11. Ecuaciones de la circunferencia


En esta sección deduciremos la ecuación de una circunferencia con centro en un punto
Q “ pa, bq y radio r ą 0.
Sea P “ px, yq un punto en el plano X Y que está a una distancia r de pa, bq. De acuerdo
a la fórmula de la distancia entre dos puntos tenemos que la distancia entre px, yq y pa, bq es
r si y sólo si a
px ´ aq2 ` py ´ bq2 “ r,
lo cual a su vez es equivalente a

px ´ aq2 ` py ´ bq2 “ r2 .

Tenemos así el siguiente teorema.


15.11.1. Teorema. La fórmula de una circunferencia con centro en pa, bq y radio r está dada
por
px ´ aq2 ` py ´ bq2 “ r2 .

Observemos que la ecuación de una circunferencia puede representarse en diferentes for-


mas equivalentes, a saber a
px ´ aq2 ` py ´ bq2 “ r,
x2 ´ 2ax ` a2 ` y 2 ´ 2by ` b2 ´ r2 “ 0,
x2 ` y 2 ´ 2ax ´ 2by ` a2 ` b2 ´ r2 “ 0,
es decir la ecuación de la circunferencia puede tomar la forma

15.11.2. x2 ` y 2 ` Ax ` By ` C “ 0,

con A “ ´2a, B “ ´2b y C “ a2 ` b2 ´ r2 . Pero una ecuación de la forma 15.11.2 no siempre


representa una circunferencia. Hagamos un análisis más detallado.

x2 ` y 2 ` Ax ` By ` C “ 0

ðñ ˆ ˙2 ˆ ˙2 ˆ ˙ 2 ˆ ˙2
2 A 2 B A B
x ` Ax ` ` y ` By ` “ ` ´C
2 2 2 2
ðñ ˆ ˙2 ˆ ˙2 ˆ ˙ 2 ˆ ˙2
A B A B
x` ` y` “ ` ´ C,
2 2 2 2
b` ˘
A 2
` B ˘2
lo cual representa una circunferencia con centro en p ´A , ´B q y radio ` ´C
` A ˘2 ` B ˘2 ` A ˘2 ` B ˘2 2 2 2 2
solamente cuando 2 ` 2 ´ C ą 0. Si 2 ` 2 ´ C ă 0, entonces la ecuación 15.11.2
representa al conjunto vacío, pues es
` A ˘2 ` B ˘2 imposible que dos números reales al cuadrado sumen
un número negativo. Si 2 ` 2 ´ C “ 0, entonces la ecuación 15.11.2 representa al
conjunto cuyo único elemento es el punto p ´A
2
, ´B
2
q, debido a que para que la suma de dos
15.11. Ecuaciones de la circunferencia 503

números reales elevados al cuadrado sea cero es necesario y suficiente que los números sean
cero. Resumimos lo anterior en el teorema siguiente.
15.11.3. Teorema. Si A, B y C son constantes, entonces:
b` ˘ la `ecuación dada en 15.11.2 es la de
A 2 B 2
´A ´B
˘ ` A ˘2 ` B ˘2
una circunferencia con centro en p 2 , 2 q y radio 2
` 2
´ C cuando ` ą
´A ´B
` A ˘2 `2 B ˘2 2
C; es la del conjunto cuyo único elemento es el punto p 2 , 2 q cuando 2 ` 2 “ C; es
` ˘2 ` ˘2
la del conjunto vacío cuando A2 ` B2 ă C.
504 15.12. Ecuaciones de la parábola

15.12. Ecuaciones de la parábola


El concepto de parábola tiene aplicacio-
nes en distintas áreas del conocimiento y uti-
parábola lidad en la vida moderna como son la des-
cripción de las trayectorias de los proyectiles,
eje las telecomunicaciones, diseño de lámparas,
radares y puentes.
15.12.1. Definición. Sea l una recta y F
F directriz un punto que no está en l. Al conjunto de
todos los puntos P que están en el plano al
cual pertenecen F y los puntos de l tales que
la distancia de P a F es la distancia de P a
la recta l se le llama parábola. Al punto F
se le llama foco de la parábola y a la recta
l se le llama directriz de la parábola. La recta que pasa por el foco y es perpendicular a la
directriz se llama eje de la parábola.
15.12.2. Ejemplo. Hallar la ecuación
? de la parábola cuya directriz es la recta con ecuación
y “ x y el foco es el punto p0, 2 2q.
Solución. La recta con ecuación y “ x se puede expresar en su forma general mediante la
ecuación y ´ x “ 0. Ahora, cualquier punto px, yq está en la parábola si y?sólo si la distancia
de la directriz a px, yq es la misma que la distancia de px, yq al foco p0, 2 2q, expresado esto
en fórmulas se tiene (debido a la fórmula para la distancia entre dos puntos y a la fórmula
para la distancia entre una recta y un punto) que el punto px, yq está en la parábola si y sólo
si
|x ´ y|
b ?
a “ px ´ 0q2 ` py ´ 2 2q2 ,
12 ` p´1q2
pero tenemos que
|x ´ y|
b ?
a “ px ´ 0q2 ` py ´ 2 2q2
12 ` p´1q2
ðñ
px ´ yq2 ?
“ x2 ` py ´ 2 2q2
2
ðñ ?
x2 ´ 2xy ` y 2 “ 2x2 ` 2y 2 ´ 8 2y ` 16
ðñ ?
x2 ` y 2 ` 2xy ´ 8 2y ` 16 “ 0.
Es decir, una ecuación de dicha parábola está dada por
?
x2 ` y 2 ` 2xy ´ 8 2y ` 16 “ 0.

15.12.3. Definiciones. Sea F el foco de una parábola y A el punto donde se intersecan


su directriz y su eje, al punto medio del segmento con extremos A y F , es decir al punto
15.12. Ecuaciones de la parábola 505

V “ A`F 2
, se le llama vértice de la parábola. Observemos que el vértice V es el punto de
la parábola más cercano al foco y a la directriz. A cualquier segmento cuyos extremos son
puntos que pertenecen a la parábola se le llama cuerda de la parábola. A cualquier cuerda
de la parábola que pase por el foco se le llama cuerda focal. La cuerda focal perpendicular
al eje de la parábola se le llama lado recto. Observemos que la longitud del lado recto es 4
veces la distancia del vértice al foco.
Deduzcamos ahora en forma general la ecuación de una parábola cuya directriz es hori-
zontal y cuyo eje es vertical.
Sea V “ ph, kq el vértice de una parábola y F “ ph, k ` pq su foco, donde p es un número
diferente de cero. Observemos que el eje de la parábola es vertical y su ecuación es x “ h,
además la directriz es horizontal y su ecuación es y “ k ´ p.
Si p ą 0, el foco está arriba de la directriz y si p ă 0, entonces el foco está abajo de la
directriz.
Ahora, la ecuación de la directriz puede expresarse en la forma

y ` pp ´ kq “ 0.

Por definición de parábola el punto P “ px, yq está en la parábola si y sólo si la distancia


de px, yq a ph, k ` pq es igual a la distancia de px, yq a la directriz. Es decir, P está en la
parábola si y sólo si

|y ` pp ´ kq| a
? “ px ´ hq2 ` py ´ pk ` pqq2 ,
1 2

pero tenemos que


|y ` pp ´ kq| a
? “ px ´ hq2 ` py ´ pk ` pqq2
12
ðñ
py ` pp ´ kqq2 “ px ´ hq2 ` y 2 ´ 2pk ` pqy ` pk ` pq2
ðñ

y 2 ` 2py ´ 2ky ` p2 ´ 2kp ` k 2 “ px ´ hq2 ` y 2 ´ 2ky ´ 2py ` k 2 ` 2kp ` p2

ðñ
2py ´ 2kp “ px ´ hq2 ´ 2py ` 2kp
ðñ
px ´ hq2 “ 4ppy ´ kq.
Lo anterior se puede resumir en el teorema siguiente.
15.12.4. Teorema. La ecuación de una parábola con vértice V “ ph, kq, foco F “ ph, k ` pq
y directriz con ecuación y “ k ´ p está dada por

px ´ hq2 “ 4ppy ´ kq,

donde |4p| es la longitud del lado recto y además:


506 15.12. Ecuaciones de la parábola

a) Si p ą 0, el foco está arriba de la directriz.

b) Si p ă 0, el foco esta abajo de la directriz.

Análogamente se puede demostrar el teorema siguiente.


15.12.5. Teorema. La ecuación de una parábola con vértice ph, kq, foco F “ ph ` p, kq y
directriz con ecuación x “ h ´ p está dada por

py ´ kq2 “ 4ppx ´ hq,

donde |4p| es la longitud del lado recto y además:

a) Si p ą 0, el foco está a la derecha de la directriz.

b) Si p ă 0, el foco está a la izquierda de la directriz.

Observemos que la ecuación de una parábola con eje vertical puede expresarse en la forma

x2 ` Ax ` By ` C “ 0,

mientras que la ecuación de una parábola con eje horizontal puede expresarse en la forma

y 2 ` Ax ` By ` C “ 0.

Ejercicios.

1. Hallar la ecuación de la parábola que tiene como directriz a la recta con ecuación y “ 2x
y foco el punto p1, 1q.

2. Hallar la ecuación de la parábola que tiene eje vertical, tiene vértice en p3, 2q y pasa
por el punto p1, 0q.

3. Hallar la directriz, vértice y foco de la parábola y 2 ` 6y “ 4x ` 1.


15.13. Ecuaciones de la elipse 507

15.13. Ecuaciones de la elipse

eje normal
15.13.1. Definiciones. Sean F1 y F2 dos
A1 puntos en un plano y s un número mayor
L1 que la distancia entre F1 y F2 . Al conjunto de
puntos P en el plano tales que la distancia de
eje focal P a F1 más la distancia de P a F2 es igual a
V2 F2 C F1 V1 la constante s se le llama elipse. Los puntos
F1 y F2 se llaman focos de la elipse y al
L2 número s se llama constante de la elipse. A
A2 la recta l que pasa por los focos se le llama
eje focal. Los puntos V1 y V2 de la elipse,
que están en el eje focal, se llaman vértices de la elipse. Al segmento cuyos extremos son
los vértices de la elipse se le llama eje mayor de la elipse. Al punto medio C del eje mayor
de la elipse se le llama centro de la elipse. La recta l1 incluida en el mismo plano en el cual
está la elipse, perpendicular al eje focal l y que pasa por el centro C se llama eje normal
de la elipse. Designemos por A1 y A2 los puntos donde se cortan el eje normal y la elipse.
Al segmento cuyos extremos son A1 y A2 se le llama eje menor. Si B1 y B2 son dos puntos
diferentes de la elipse, al segmento cuyos extremos son B1 y B2 se le llama cuerda de la
elipse. Cualquier cuerda que pase por uno de los focos se llama cuerda focal. A la cuerda
focal L1 L2 que sea perpendicular al eje focal se le llamará lado recto de la elipse.
15.13.2. Ejemplo. Hallar la ecuación de la elipse con focos F1 “ p´1, ´4q y F2 “ p´4, ´2q
y cantidad constante 5.
Solución. Un punto P “ px, yq está en la elipse si y sólo si

|P ´ F1 | ` |P ´ F2 | “ 5,

es decir
a a
15.13.3. px ´ p´1qq2 ` py ´ p´4qq2 ` px ´ p´4qq2 ` py ´ p´2qq2 “ 5,

pero tenemos que


a a
px ´ p´1qq2 ` py ´ p´4qq2 ` px ´ p´4qq2 ` py ´ p´2qq2 “ 5

ðñ a a
px ` 1q2 ` py ` 4q2 ` px ` 4q2 ` py ` 2q2 “ 5
ðñ
a a
15.13.4. px ` 1q2 ` py ` 4q2 “ 5 ´ px ` 4q2 ` py ` 2q2

ùñ
a ˇ a ˇ
15.13.5. px ` 1q2 ` py ` 4q2 “ ˇ5 ´ px ` 4q2 ` py ` 2q2 ˇ
ˇ ˇ

ðñ a
px ` 1q2 ` py ` 4q2 “ 25 ´ 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 ` px ` 4q2 ` py ` 2q2
508 15.13. Ecuaciones de la elipse

ðñ
a
x2 ` 2x ` 1 ` y 2 ` 8y ` 16 “ 25 ´ 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 ` x2 ` 8x ` 16 ` y 2 ` 4y ` 4

ðñ
a
15.13.6. 6x ´ 4y ` 28 “ 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2

ùñ
a
15.13.7. |6x ´ 4y ` 28| “ 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2

ðñ
36x2 ` 16y 2 ` 784 ´ 48xy ` 336x ´ 224y “ 100px ` 4q2 ` 100py ` 2q2
ðñ
9x2 ` 4y 2 ` 196 ´ 12xy ` 84x ´ 56y “ 25px ` 4q2 ` 25py ` 2q2
ðñ

9x2 ` 4y 2 ` 196 ´ 12xy ` 84x ´ 56y “ 25x2 ` 200x ` 400 ` 25y 2 ` 100y ` 100

ðñ

15.13.8. 16x2 ` 12xy ` 21y 2 ` 116x ` 156y ` 304 “ 0,

por lo que la elipse debe satisfacer la ecuación 15.13.8. Para demostrar que la fórmula 15.13.8
es la ecuación de la elipse es suficiente demostrar que 15.13.7 ùñ 15.13.6 y que 15.13.5 ùñ
15.13.4.
Para ver que 15.13.7 ùñ 15.13.6, demostremos que es imposible que se cumpla la ecuación

a
15.13.9. 6x ´ 4y ` 28 “ ´10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 .

Tenemos que a
6x ´ 4y ` 28 “ ´10 px ` 4q2 ` py ` 2q2
ðñ
a
x2 ` 2x ` y 2 ` 8y ` 17 “ 25 ` 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 ` x2 ` 8x ` y 2 ` 4y ` 20

ðñ
x2 ` 2x ` 1 ` y 2 ` 8y ` 16
a
“ 25 ` 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 ` x2 ` 8x ` 16 ` y 2 ` 4y ` 4
ðñ a
px ` 1q2 ` py ` 4q2 “ 25 ` 10 px ` 4q2 ` py ` 2q2 ` px ` 4q2 ` py ` 2q2
ðñ ´ a ¯2
px ` 1q2 ` py ` 4q2 “ 5 ` px ` 4q2 ` py ` 2q2
15.13. Ecuaciones de la elipse 509

ðñ
a a
15.13.10. px ´ p´1qq2 ` py ´ p´4qq2 ´ px ´ p´4qq2 ` py ´ p´2qq2 “ 5.

Pero la ecuación 15.13.10 es imposible puesto que, debido a la desigualdad del triángulo,
a a
px ´ p´1qq2 ` py ´ p´4qq2 ´ px ´ p´4qq2 ` py ´ p´2qq2
a ? ?
ĺ p´1 ´ p´4qq2 ` p´4 ´ p´2qq2 “ 9 ` 4 “ 13 ă 5,

por lo tanto 15.13.7 ùñ 15.13.6.


De manera análoga a como se demostró la imposibilidad de 15.13.10 se demuestra la
imposibilidad de la ecuación
a a
px ` 1q2 ` py ` 4q2 “ ´5 ` px ` 4q2 ` py ` 2q2

y tal imposibilidad nos lleva a que la ecuación 15.13.5 implica la 15.13.4. Así la igualdad
15.13.8 es la ecuación de la elipse, es decir el punto P “ px, yq está en la elipse si y sólo si
satisface 15.13.8.
Establezcamos ahora fórmulas de la elipse para los casos particulares en que los ejes sean
paralelos a los ejes de coordenadas.
Veamos el caso en que la elipse tiene eje mayor horizontal. Sean C “ ph, kq el centro de
la elipse; F1 “ ph ´ c, kq, F2 “ ph ` c, kq los focos, con c ą 0; V1 “ ph ´ a, kq, V2 “ ph ` a, kq
los vértices, con a ą c.
Observemos que la constante de la elipse es 2a, de modo que un punto P “ px, yq está en
la elipse si y sólo si
|F1 ´ P | ` |F2 ´ P | “ 2a,
es decir a a
px ´ ph ´ cqq2 ` py ´ kq2 ` px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2 “ 2a,
pero tenemos que
a a
px ´ ph ´ cqq2 ` py ´ kq2 ` px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2 “ 2a

ðñ
a a
15.13.11. px ´ ph ´ cqq2 ` py ´ kq2 “ 2a ´ px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2

ùñ
a ˇ a ˇ
15.13.12. cqq2 kq2 2 2
“ ˇ2a ´ px ´ ph ` cqq ` py ´ kq ˇ
ˇ ˇ
px ´ ph ´ ` py ´

ðñ a
4xc ´ 4hc ´ 4a2 “ ´4a px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2
ðñ
a
15.13.13. a2 ´ cpx ´ hq “ a px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2
510 15.13. Ecuaciones de la elipse

ùñ

15.13.14. pa2 ´ cpx ´ hqq2 “ a2 pppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2 q

ðñ
a4 ´ 2a2 cpx ´ hq ` c2 px ´ hq2 “ a2 ppx ´ hq2 ´ 2px ´ hqc ` c2 ` py ´ kq2 q
ðñ
a4 ` c2 px ´ hq2 “ a2 px ´ hq2 ` a2 c2 ` a2 py ´ kq2
ðñ

15.13.15. pa2 ´ c2 qpx ´ hq2 ` a2 py ´ kq2 “ a4 ´ a2 c2 .

Ahora, los extremos del lado menor son de la forma A1 “ ph, k ` bq y A2 “ ph, k ´ bq con
b ą 0, pero |F1 ´ A1 | “ a, de donde, por el teorema de Pitágoras, tenemos que b2 “ a2 ´ c2
y tenemos que la ecuación 15.13.13 es equivalente a
px ´ hq2 py ´ kq2
15.13.16. ` “ 1.
a2 b2
Para ver que la ecuación 15.13.16 es la ecuación de la elipse es suficiente con demostrar que
cualquier punto que satisfaga 15.13.15 debe estar en la elipse. Ahora, la ecuación 15.13.15
2
conduce a que px´hq
a2
ĺ 1, de donde ´a ĺ x ´ h ĺ a, pero como a ą c, tenemos que
cpx ´ hq ă a , es decir a2 ´ cpx ´ hq ą 0, de donde se puede ver que la ecuación 15.13.14
2

implica la 15.13.13.
Veamos ahora que la ecuación 15.13.12 implica la 15.13.11. Para demostrarlo es suficiente
demostrar la imposibilidad de la ecuación
a a
´ px ´ ph ´ cqq2 ` py ´ kq2 “ 2a ´ px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2 ,

la cual es equivalente a la ecuación


a a
px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2 ´ px ´ ph ´ cqq2 ` py ´ kq2 “ 2a,

pero por la desigualdad del triángulo tenemos que


a a
px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2 ´ px ´ ph ´ cqq2 ` py ´ kq2 ă 2c ă 2a,

por lo que la ecuación 15.13.16 es la de la elipse con centro en ph, kq, focos ph ´ c, kq y
ph `´c, kq, vértices¯ ph´ ´ a, kq y ph¯` ´
a, kq. Observemos
¯ ´que los extremos
¯ de los lados rectos
2 2 2 2
son k ` c, k ` ba , k ` c, k ´ ba , k ´ c, k ` ba y k ´ c, k ´ ba , y la longitud de cada
2
lado recto es 2 ba .
Resumamos los análisis anteriores en el siguiente teorema.
15.13.17. Teorema. La ecuación de una elipse con centro en ph, kq, vértices en ph ` a, kq y
ph ´ a, kq, y extremos del eje menor en ph, k ` bq y ph, k ´ bq es de la forma

px ´ hq2 py ´ kq2
` “ 1,
a2 b2
15.13. Ecuaciones de la elipse 511

donde los focos son ph ´ c, kq y ph ` c, kq, con c2 “ a2 ´ b2 , la constante de la elipse es 2a,


2
a ą b ą 0, y la longitud de cada lado recto es 2 ba .
Análogamente se puede demostrar el siguiente teorema.
15.13.18. Teorema. La ecuación de una elipse con centro en ph, kq, vértices en ph, k ` aq y
ph, k ´ aq, y extremos del eje menor en ph ` b, kq y ph ´ b, kq es de la forma

px ´ hq2 py ´ kq2
` “ 1,
b2 a2
donde los focos son ph, k ´ cq y ph, k ` cq, con c2 “ a2 ´ b2 , la constante de la elipse es 2a,
2
a ą b ą 0, y la longitud de cada lado recto es 2 ba .
15.13.19. Ejemplo. Dada la ecuación de la elipse

px ´ 2q2 py ` 1q2 Y
` “ 1,
9 25 V1
hallar los vértices, centro, foco, extremos del eje menor 4
y utilizar lo anterior para trazar la gráfica de la elipse.
3 F1
Solución. Observemos que la ecuación de la elipse
es 2
px ´ 2q2 py ´ p´1qq2
` “ 1,
32 52 1
por lo que la elipse tiene su centro en C “ ph, kq “
p2, ´1q. Como 5 ą 3, el eje mayor es vertical. Tenemos -1 1 2 3 4 5
X
que 2a “ 2p5q “ 10 es la constante de la elipse, así los
-1 C
vértices de la elipse son p2, ´1`5q y p2, ´1´5q, es decir
son V1 “ p2, 4q y V2 “ p2, ´6q. Los extremos del eje
-2
menor son p2`3, ´1q y p2´3, ´1q, es decir son p5, ´1q
y p´1, ´1q. Los focos son p2, ´1 ` cq y p2, ´1 ´ cq, -3
donde c2 “ a2 ´ b2 “ 25 ´ 9 “ 16, es decir c “ 4
por lo que los focos son F1 “ p2, 3q y F2 “ p2, ´5q. -4
Para hacer un buen trazo de la elipse es conveniente
encontrar los extremos de los lados rectos, los cuales -5 F2
2 2 2 2
son p2 ` ba , 3q, p2 ´ ba , 3q, p2 ` ba , ´5q y p2 ´ ba , ´5q,
es decir son p2 ` 95 , 3q “ p 19 5
, 3q, p2 ´ 59 , 3q “ p 51 , 3q, -6
V2
p2 ` 95 , ´5q “ p 195
, ´5q y p2 ´ 59 , ´5q “ p 15 , ´5q. Con
estos datos podemos trazar la gráfica de la elipse.
15.13.20. Ejemplo. Hallar la ecuación de la elipse con focos p3, 5q y p1, 5q, cuya longitud
del lado recto es 1.
512 15.13. Ecuaciones de la elipse
6

Solución. El centro ph, kq de la elipse es p2, 5q y c “ 1 F2 C F1


5 V2 V1
pues p2 ` 1, 5q “ p3, 5q y p2 ´ 1, 5q “ p1, 5q, además el eje
2
focal es horizontal. La longitud del lado recto es 2 ba “ 1, 4
2
pero b2 “ a2 ´ c2 “ a2 ´ 1, de donde ?2 a a´1 “ 1 y?así
2a2 ´ a ´ 2 “ 0, obteniendo que ?a “ 1`4 17 ó a “ 1´4 17 , 3
pero como a ą 0, entonces a “ 1`4 17 « 1.28. Ahora, como ? 2
la longitud del lado recto es 1, tenemos que b2 “ a2 “ 1`8 17 ,
de donde la ecuación de la elipse es 1
16px ´ 2q2 8py ´ 5q2
? ` ? “ 1.
p1 ` 17q2 1 ` 17 1 2 3

Observemos que toda elipse con eje focal horizontal


puede representarse en la forma

Ax2 ` Cy 2 ` Dx ` Ey ` F “ 0,

con A, C ą 0. La ecuación anterior puede ser la de una circunferencia si A “ C.


15.13.21. Ejemplo. Hallar el centro, focos, vértices, longitud de lados rectos, extremos del
eje menos y trazar la gráfica de la elipse cuya ecuación es

81x2 ` 49y 2 ´ 36x ` 42y ´ 3956 “ 0.

Solución. Agrupando los términos que contengan a x y los que contenga a y, y completando
al cuadrado obtenemos

p81x2 ´ 36x ` 4q ` p49y 2 ` 42y ` 9q ´ 3956 “ 4 ` 9,

lo que equivale a
p9x ´ 2q2 ` p7y ` 3q2 “ 3969
Y
o bien
px ´ 29 q2 py ` 73 q2 V1
3969 ` 3969 “ 1, 8
81 49
6
es decir F1
2 2 3 2
px ´ 9
q py `7
q 4
` “ 1.
49 81 2
El centro
? de la elipse ? es C ? “ p2{9, ´3{7q, a “ 9, b “ 7,
c “ 81 ´ 49 “ 32 “ 4 2 « 5.66 y la longitud de -6 -4 -2 C 2 4 6
X
2
los lados rectos es 2 ba “ 2p49{9q “ 98{9. De esto -2
podemos
? concluir que los?focos son F1 “ p 92 , ´ 37 ` -4
4 2q y F2 “ p 29 , ´ 37 ´ 4 2q, los vértices son V1 “
p 29 , ´ 73 ` 9q “ p 29 , 60
7
q y V2 “ p 29 , ´ 73 ´ 9q “ p 29 , ´ 66
7
q, -6 F2

los extremos del eje menor son p 9 ` 7, ´ 7 q “ p 9 , ´ 7 q


2 3 65 3
-8
y p 29 ´ 7, ´ 37 q “ p´ 61 9
, ´ 37 q. Así el trazo de la elipse es
-10V2
como aparece en la figura de la derecha.
15.13. Ecuaciones de la elipse 513

Los puntos clave para prácticamente hacer un buen trazo de una elipse son los vértices,
los extremos del eje menor y los extremos de los lados rectos.

Ejercicios.

1. Hallar la ecuación de la elipse que tiene focos en p0, 0q y p2, 2q, y pasa por el punto
p6, 6q.

2. Hallar la ecuación de la elipse cuyos focos son los puntos p3, 1q y p2, 1q, y pasa por el
punto p4, 1q.

3. Dada la elipse cuya ecuación es

px ´ 1q2 4py ´ 1q2


` “ 1,
9 25
hallar los vértices, extremos del eje menor, focos y extremos de los lados rectos.
514 15.14. Ecuaciones de la hipérbola

15.14. Ecuaciones de la hipérbola


eje normal
15.14.1. Definiciones. Una hipérbola es un con-
junto de puntos en un plano tales que el valor abso-
luto de las diferencias de las distancias a dos puntos
fijos diferentes, llamados focos, es siempre igual a una
L’
constante positiva menor que la distancia entre los fo-
C eje focal cos; a tal constante positiva le llamaremos constante
de la hipérbola. Sean F1 y F2 los focos de una hipér-
F1 F2
bola. El centro C de la hipérbola es el punto medio
L del segmento cuyos extremos son los focos F1 y F2 . A
la recta l que pasa por los focos se le llama eje focal
de la hipérbola. Los puntos V1 y V2 de intersección
del eje focal con la hipérbola se llaman vértices de la
hipérbola. A la recta l1 perpendicular al eje focal de la hipérbola, que pasa por el centro de la
hipérbola (e incluida en el plano en el cual está incluida la hipérbola) se le llama eje normal
de la hipérbola. Al segmento cuyos extremos son los vértices de la hipérbola se le llama eje
transverso. Cualquier segmento cuyos extremos están en la hipérbola se llama cuerda de
la hipérbola. Cualquier cuerda que pasa por el foco se llama cuerda focal. Una cuerda focal
LL1 perpendicular al eje focal se llama lado recto. En esta sección a la distancia del centro
a uno de los focos se le denotará por c, mientras que a la distancia del centro a uno de los
vértices se le denotará por a, de modo que c ą a. Observemos que 2a es la constante de la
hipérbola. ?
Calculemos ahora la longitud de cualquier lado recto de la hipérbola. Sea b “ c2 ´ a2 ,
F1 un foco, L uno de los extremos del lado que pasa por F1 y d “ |F1 ´ L|. Tenemos que el
triángulo ŸF2 F1 L es rectángulo, donde F1 es el vértice del ángulo recto, por lo que

|F1 ´ F2 |2 ` |F1 ´ L|2 “ |F2 ´ L|2 ,

es decir
p2cq2 ` d2 “ |F2 ´ L|2 ,
pero por definición de hipérbola tenemos que 2a “ |F2 ´ L| ´ d, por lo que

p2cq2 ` d2 “ p2a ` dq2 ,

desarrollando tenemos
4c2 ` d2 “ 4a2 ` 4ad ` d2 ,
2 2 2
luego c2 ´ a2 “ ad, es decir d “ c ´a a
o bien d “ ba . Análogamente se puede ver que la
distancia de F1 al otro extremo del lado recto es , por lo que d es la mitad de la longitud del
2
lado recto, de modo que la longitud del lado recto es 2 ba .
Determinemos ahora una ecuación de la hipérbola cuando sus ejes son paralelos o per-
pendiculares a los ejes de coordenadas.
Supongamos que una hipérbola tiene eje focal horizontal con centro en C “ ph, kq. Los
vértices deben ser de la forma V1 “ ph ` a, kq y V2 “ ph ´ a, kq, y los focos de la forma
15.14. Ecuaciones de la hipérbola 515

F1 “ ph ` c, kq y F2 “ ph ´ c, kq, con c ą a, donde 2a es la constante de la hipérbola. Todo


punto P “ px, yq del plano está en la hipérbola si y sólo si
15.14.2. ||P ´ F1 | ´ |P ´ F2 || “ 2a,
pero se tiene que
||P ´ F1 | ´ |P ´ F2 || “ 2a
ðñ ˇa a ˇ
ˇ px ´ ph ` cqq2 ` py ´ kq2 ´ px ´ ph ´ cqq2 ` py ´ kq2 ˇ “ 2a
ˇ ˇ

ðñ a a
ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2 ´ ppx ´ hq ` cq2 ` py ´ kq2 “ 2a
o bien a a
ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2 ´ ppx ´ hq ` cq2 ` py ´ kq2 “ ´2a
ðñ a a
ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2 “ 2a ` ppx ´ hq ` cq2 ` py ´ kq2
o bien a a
ppx ´ hq ` cq2 ` py ´ kq2 “ 2a ` ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2
ðñ
px ´ hq2 ´ 2px ´ hqc ` c2 ` py ´ kq2
a
“ 4a2 ` 4a ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2
` px ´ hq2 ` 2px ´ hqc ` c2 ` py ´ kq2
o bien
px ´ hq2 ` 2px ´ hqc ` c2 ` py ´ kq2
a
“ 4a2 ` 4a ppx ´ hq ´ cq2 ` py ´ kq2
` px ´ hq2 ´ 2px ´ hqc ` c2 ` py ´ kq2
ðñ ´ a ¯
4|x ´ h|c “ 4a a ` pc ´ |x ´ h|q2 ` py ´ kq2
ðñ
|x ´ h|c a
´ a “ pc ´ |x ´ h|q2 ` py ´ kq2
a
ðñ
px ´ hq2 c2
2
´ 2|x ´ h|c ` a2 “ c2 ´ 2|x ´ h|c ` px ´ hq2 ` py ´ kq2 ,
a
con |x´h|c
a
´aľ0
ðñ
px ´ hq2 c2
´ px ´ hq2 ´ py ´ kq2 “ c2 ´ a2 ,
a2
con |x´h|c
a
ľa
ðñ
px ´ hq2 pc2 ´ a2 q
´ py ´ kq2 “ c2 ´ a2 ,
a2
516 15.14. Ecuaciones de la hipérbola
2
a2
con px´hq
a2
ľ c2
ðñ
px ´ hq2 b2
2
´ py ´ kq2 “ b2 ,
a
2
a2
con px´hq
a2
ľ c2
ðñ
px ´ hq2 py ´ kq2
15.14.3. ´ “ 1,
a2 b2
2 2 2 2
con px´hq
a2
ľ ac2 . Ahora, como c ą a tenemos que la ecuación 15.14.3 implica que px´kq a2
ľ ac2 ,
por lo que la ecuación 15.14.3 es equivalente a la ecuación 15.14.2, es decir la ecuación 15.14.3
es la ecuación de la hipérbola, estableciendo así el siguiente teorema.
15.14.4. Teorema. En R2 la ecuación de una hipérbola con centro en C “ ph, kq, focos
F1 “ ph ` c, kq y F2 “ ph ´ c, kq, vértices V1 “ ph ` a, kq y V2 “ ph ´ a, kq, está dada por

px ´ hq2 py ´ kq2
´ “ 1,
a2 b2
2
donde b2 “ c2 ´ a2 y la longitud de cada lado recto es 2 ba .
De manera análoga se puede demostrar el siguiente teorema.
15.14.5. Teorema. En R2 la ecuación de una hipérbola con centro en C “ ph, kq, focos
F1 “ ph, k ` cq y F2 “ ph, k ´ cq, vértices V1 “ ph, k ` aq y V2 “ ph, k ´ aq, está dada por

py ´ kq2 px ´ hq2
´ “ 1,
a2 b2
2
donde b2 “ c2 ´ a2 y la longitud de cada lado recto es 2 ba .

Observemos que cualquier hipérbola con eje focal vertical u


horizontal tiene una ecuación de la forma

F2
Ax2 ` Cy 2 ` Dx ` Ey ` F “ 0,

donde AC ă 0.
V2

A’ C A 15.14.6. Definiciones. Sean a y c los números positivos tales


que 2a es la constante de una hipérbola y 2c es la distancia
V 1
entre sus focos. Tomemos b como el número positivo tal que b2 “
c2 ´a2 . Sean A y A1 dos puntos diferentes en el eje normal tal que
G’ G
F
el centro C de la hipérbola es el punto medio del segmento AA1
1

y |A ´ A1 | “ 2b. Al segmento AA1 se le llama eje conjugado


de la hipérbola. Dado un vértice V1 , sea G el punto en el cual
se intersecan la recta perpendicular al eje focal que pasa por
V1 y la recta perpendicular al eje conjugado que pasa por A.
Análogamente, sea G el punto en el cual se intersecan la recta perpendicular al eje focal que
1
15.14. Ecuaciones de la hipérbola 517

ÐÑ ÐÝÑ
pasa por V1 y la recta perpendicular al eje conjugado que pasa por A1 . Las rectas CG y CG1
se llaman asíntotas de la hipérbola.
Supongamos que tenemos una hipérbola con eje focal vertical, es decir una hipérbola cuya
ecuación es de la forma que aparece en el teorema 15.14.5. En tales condiciones la hipérbola
es la unión de las gráficas de las funciones f y g, dadas por
c c
px ´ hq2 px ´ hq2
f pxq “ a 1 ` ` k y gpxq “ ´a 1 ` ` k,
b2 b2
cuyo dominio común es el conjunto de números reales y cuyos recorridos son ra ` k; `8q y
p´8; ´a ` ks respectivamente. Observemos que el eje normal de esta hipérbola es la recta
con ecuación y “ k y que la parte de la hipérbola, que está arriba del eje normal, es la gráfica
de la función f , mientras que la parte de la hipérbola, que está abajo del eje normal, es la
gráfica de g. En este caso a las gráficas de f y de g las llamamos ramas de la hipérbola. En
general, para cualquier hipérbola tenemos la siguiente definición.
15.14.7. Definición. Al conjunto de puntos de una hipérbola que están de un lado de su
eje normal se le llama rama de la hipérbola.
Si una hipérbola tiene eje focal horizontal, tiene una ecuación como la dada en la ecuación
15.14.3 con una rama con ecuación
c
py ´ kq2
15.14.8. x“a 1` `h
b2
y la otra con ecuación
c
py ´ kq2
15.14.9. x “ ´a 1 ` ` h.
b2
Observemos que las asíntotas de tal hipérbola con eje focal horizontal son las rectas con
ecuaciones
a
15.14.10. x “ py ´ kq ` h
b
y
a
15.14.11. x “ ´ py ´ kq ` h,
b
las cuales se cortan en el centro ph, kq de la hipérbola. Podemos demostrar que cuando y tien-
de a `8, la diferencia de los lados derechos de 15.14.8 y 15.14.10, y la diferencia de los lados
derechos de 15.14.9 y 15.14.11 tienden a cero, mientras que si y tiende a ´8, la diferencia
de los lados derechos de 15.14.8 y 15.14.11 y la diferencia de los lados derechos de 15.14.9 y
15.14.10 tienden a cero. Lo anterior nos da una forma de ver que si un punto de la hipérbola
está lejos de su centro, entonces tal punto está cerca de alguna de las asíntotas. Aplicando
isometrías podemos ver en general que la afirmación anterior es válida para cualquier hipér-
bola, es decir si un punto de una hipérbola está lejos de su centro, entonces el punto está
cerca de alguna de las asíntotas de la hipérbola, independientemente de la inclinación del eje
518 15.14. Ecuaciones de la hipérbola

focal. Por lo anterior las asíntotas sirven como guía para hacer un buen trazo de la gráfica
de una hipérbola.
Demostremos que la diferencia entre el lado derecho de 15.14.8 y el de 15.14.10 tiende a
cero cuando y tiende a `8.
˜ c ¸
py ´ kq2 ´a ¯
lím a 1 ` `h´ py ´ kq ` h
yÑ`8 b2 b
˜ c ¸ ˜c ¸
s2 as a 2 s2 as
“ lím a 1 ` 2 ´ “ lím a2 ` 2 ´
sÑ`8 b b sÑ`8 b b
´? ¯ a2
“ lím a ` s ´ s “ lím
2 2 ? “ 0.
sÑ`8 sÑ`8 a2 ` s2 ` s

De manera similar se puede demostrar que la diferencia entre el lado derecho de 15.14.9 y el
de 15.14.11 tiende a cero cuando y tiende a `8, y que las diferencias entre el lado derecho
de 15.14.8 y 15.14.11, y entre el lado derecho de 15.14.9 y 15.14.10 tienden a cero cuando y
tiende a ´8.
15.14.12. Ejemplo. Hallar el centro, focos, vértices, asíntotas y trazar la gráfica de la
hipérbola cuya ecuación es
px ´ 1q2 py ` 2q2
´ “ 1.
4 9

Solución. De acuerdo al teorema 15.6.2, el centro de la hipérbola es el punto p1, ´2q, el


eje focal es la recta con ecuación y “ ´2, los vértices son ? V1 “ p1 ´ 2, ´2q “ ? p´1, ´2q
y V2 “ p1 ? los focos son F1 “ p1 ´ 4 ` 9, ´2q “ p1?´ 13, ´2q
? ` 2, ´2q “ p3, ´2q, y
F2 “ ?p1` 4 ` 9, ´2q ? “ p1` 13, ´2q, los extremos
? de los lados
? rectos son p1´ 13, ´2`
? 25
9
q “
p1 ´? 13, 52 q, p1 ´ 13,?´2 ´ 92 q “ p1 ´ 13, ´ 13 2
q, p1 ` 13, ´2 ` 9
2
q “ p1 ` 13, 2 q y
p1` 13, ´2´ 2 q “ p1` 13, ´ 2 q, las asíntotas son las rectas con ecuaciones y “ 2 px´1q´2
9 13 3

e y “ ´ 32 px ´ 1q ´ 2. Con estos datos podemos hacer un buen trazo de la hipérbola.


15.14.13. Ejemplo. De manera similar al ejemplo 15.14.12, trazaremos a continuación la
gráfica de la hipérbola cuya ecuación es

py ` 2q2 px ´ 1q2
´ “ 1.
9 4

Observemos primero que tal hipérbola tiene la misma asín-


tota y el mismo centro, aunque los vértices son los ?puntos
Y

p1, ´5q y?p1, 1q, y los focos son los puntos p1, ´2 ´ 13q y 6
p1, ´2 ` 13q.
4

Ejercicios. 2 F2

V2
1. Demostrar que una hipérbola tiene solamente dos vérti- -4 -2 2 4 6
X

ces. -2 C

-4
V1

-6 F1

-8
15.14. Ecuaciones de la hipérbola 519

2. Hallar el centro, los focos, los vértices, los extremos de los


lados rectos y las asíntotas de la hipérbola con ecuación
x2 ´ 3y 2 ` x ´ y “ 2.

3. Hallar la ecuación de la hipérbola con vértices p3, 5q y


p3, 3q, y asíntotas con pendientes 2 y ´2.
520 15.15. Funciones hiperbólicas

15.15. Funciones hiperbólicas


A continuación definiremos las funciones hiperbólicas.
15.15.1. Definición. Definimos las funciones seno hiperbólico y coseno hiperbólico,
denotadas respectivamente como senh y cosh, como
ex ´ e´x ex ` e´x
senhpxq “ y coshpxq “ .
2 2
Asimismo, las funciones tangente hiperbólica, cotangente hiperbólica, secante hiper-
bólica y cosecante hiperbólica se denotan respectivamente como tanh, coth, sech y csch,
y se definen como
senhpxq coshpxq
tanhpxq “ , cothpxq “ ,
coshpxq senhpxq
1 1
sechpxq “ , cschpxq “ .
coshpxq senhpxq
A las funciones senh, cosh, tanh, coth, sech y csch se les llama funciones hiperbólicas.
Veamos que si t es un número real, entonces el
Y
punto pcoshptq, senhptqq pertenece a la rama del lado
4
derecho del eje Y de la hipérbola con ecuación
3
2 2
x ´ y “ 1. 2
1 HcoshHtL,senhHtLL
En efecto, tenemos que pcoshptqq2 ´ psenhptqq2 “
´ t ´t ¯2 ´ t ´t ¯2 2t ´2t 2t ´2t X
e `e -1 1 2 3 4 5 6 7
2
´ e ´2e “ e `2`e
4
´ e ´2`e
4

-1
2`2
4
“ 1. Por lo tanto, el punto pcoshptq, senhptqq sa- -2
tisface la ecuación de la hipérbola, y como coshptq ą 0
-3
para todo número real t, tenemos que tal punto está
en la rama del lado derecho del eje Y. Más aún, la fun- -4

ción ϕ : R ÝÑ R dada por ϕptq “ pcoshptq, senhptqq


2

es una parametrización de la rama derecha de tal hipérbola. En efecto, observemos que


senh1 ptq “ coshptq ą 0, por lo que la función senh es estrictamente creciente; observemos
también que lím senhptq “ ´8, que lím senhptq “ `8 y que la función senh es continua.
tÑ´8 tÑ`8
Con las observaciones anteriores podemos concluir que la función senh es una biyección de
R en R.
De esta manera podemos concluir que cualquier punto de la rama derecha de la hipérbola
tiene una segunda componente de la forma senhptq para algún número real t y en esa rama
sólo hay un punto con esa componente, por lo que su primera componente es coshptq.
Los dos teoremas siguientes se siguen de las definiciones de las funciones senh y cosh, y de
las propiedades de la función exponencial. Los detalles de las demostraciones se dejan como
ejercicios para el lector.
15.15.2. Teorema. Con respecto a la función senh tenemos que:

a) senhp0q “ 0;
15.15. Funciones hiperbólicas 521

b) senh1 pxq “ coshpxq;

c) senh es una función creciente;

d) senh tiene un punto de inflexión en p0, 0q;

e) senh es cóncava hacia arriba en r0; `8q y cóncava hacia abajo en r´8; 0q;

f) senh es una función impar.

15.15.3. Teorema. Con respecto a la función cosh tenemos que:

a) senhp0q “ 1;

b) cosh1 pxq “ senhpxq;

c) cosh es cóncava hacia arriba en R;

d) cosh toma el valor mínimo absoluto en 0;

e) cosh es creciente en r´8; 0q y decreciente en p0; `8s;

f) cosh es una función par.

Con los teoremas 15.15.2 y 15.15.3 tenemos la herramienta suficiente para trazar una
buena gráfica de las funciones senh y cosh, además de deducir las derivadas y propiedades de
las demás funciones hiperbólicas y poder trazar sus gráficas, las cuales son como se muestran
a continuación.
522 15.15. Funciones hiperbólicas

Y
y=cotHxL
1

X

-2 Π - €€€€€€€€ -Π Π Π Π 3Π 2Π
- €€€€ €€€€ €€€€€€€€
2 2 -1 2 2

3
2
1
X
-4 -2 2 4
-1
F1 C F2
V1 V2
-3
-4
-5
-6
-7
-8

Y
Y
6
6

y=senhHxL 5
4
Y
2 4
1
0.5 y=tanhHxL
X 3 X
-2 2 4 6 8 -3 -2 -1 1 2 3
-0.5
-2 2 -1
y=coshHxL
-4 1

-6 X
-2 -1 1 2
15.15. Funciones hiperbólicas 523

Y
Y

4 y=cschHxL
4 y=cothHxL

2
2
Y
1
y=sechHxL
X X
-3 -2 -1 1 2 3 -3 -2 -1 1 2 3
X
-3 -2 -1 1 2 3

-2
-2

-4
-4

Ejercicios.

1. Hallar una expresión para la derivada de senh´1 pxq.

2. Hallar los puntos de inflexión, máximos y mínimos (absolutos y relativos), dominio y


recorrido, así como las asíntotas de cada una de las funciones hiperbólicas. Comparar
con las gráficas ilustradas en esta sección.
524 15.16. Rotaciones y reflexiones en R2

15.16. Rotaciones y reflexiones en R2


15.16.1. Definición. Sea θ P R, decimos
Y que la transformación ρθ : R2 ÝÑ R2 es
Hx’,y’L una rotación θ del plano R2 (con respec-
to al origen), si para todo punto px, yq del
Hx,yL plano tenemos que ρθ px, yq “ px1 , y 1 q, donde
x “ r cospαq, y “ r senpαq, con r ľ 0, α P R,
Θ
y además x1 “ r cospα`θq e y 1 “ r senpα`θq.
Como cospα ` θq “ cospαq cospθq ´
Α
X
senpαq senpθq y senpα ` θq “ senpαq cospθq
` cospαq senpθq, tenemos que

x1 “ rpcospαq cospθq ´ senpαq senpθqq “ x cospθq ´ y senpθq

y
y 1 “ rpsenpαq cospθq ` cospαq senpθqq “ y cospθq ` x senpθq,
por lo cual ˆ ˙
cospθq senpθq
ρθ px, yq “ px, yq .
´ senpθq cospθq
Un hecho intuitivamente claro, que demostraremos a continuación, es que las rotaciones
son isometrías.
15.16.2. Teorema. Las rotaciones en R2 son isometrías.
Demostración. Sea ρθ una rotación en R2 y px0 , y0 q, px1 , y1 q P R2 . Tenemos que

|ρθ px0 , y0 q ´ ρθ px1 , y1 q|2


“ |px0 cospθq ´ y0 senpθq, y0 cospθq ` x0 senpθqq
´ px1 cospθq ´ y1 senpθq, y1 cospθq ` x1 senpθqq|2
“ |px0 ´ x1 q cospθq ´ py0 ´ y1 q senpθq, py0 ´ y1 q cospθq ` px0 ´ x1 q senpθq|2
“ ppx0 ´ x1 q cospθq ´ py0 ´ y1 q senpθqq2
` ppy0 ´ y1 q cospθq ` px0 ´ x1 q senpθqq2
“ px0 ´ x1 q2 pcospθqq2 ` py0 ´ y1 q2 psenpθqq2
` py0 ´ y1 q2 pcospθqq2 ` px0 ´ x1 q2 psenpθqq2
“ px0 ´ x1 q2 ppcospθqq2 ` psenpθqq2 q ` py0 ´ y1 q2 ppcospθqq2 ` psenpθqq2 q
“ px0 ´ x1 q2 ` py0 ´ y1 q2 “ |px0 , y0 q ´ px1 , y1 q|2 ,

con lo que se tiene que |ρθ px0 , y0 q ´ ρθ px1 , y1 q| “ |px0 , y0 q ´ px1 , y1 q|. ‚
A la transformación η : R2 ÝÑ R2 dada por ηpx, yq “ px, ´yq, para toda pareja px, yq P
R , se le llama reflexión con respecto al eje X. En general, una reflexión τl : R2 ÝÑ R2 , con
2

respecto a una recta l Ă R2 , es la transformación tal que si P P l, entonces τl pP q “ P , pero


si P R l, entonces τl pP q ‰ P , y además, el segmento con extremos P y τl pP q es perpendicular
15.16. Rotaciones y reflexiones en R2 525

a l y tiene su punto medio en l. Observemos que si η es la reflexión con respecto al eje X,


entonces ˆ ˙
1 0
ηpx, yq “ px, yq .
0 ´1
El siguiente teorema es fácil de demostrar y se deja de ejercicio al lector.
15.16.3. Teorema. La reflexión con respecto al eje X es una isometría.
Observemos que si l es la recta que pasa por el punto p0, 0q y tiene inclinación θ, entonces
la reflexión τl con respecto a l está dada por ρθ ˝ η ˝ ρ´θ . Más aún, si l es la recta que pasa por
el punto px0 , y0 q y tiene inclinación θ, entonces τl px, yq “ px0 , y0 q ` ρθ ˝ η ˝ ρ´θ px ´ x0 , y ´ y0 q.
De la observación anterior llegamos al siguiente corolario.
15.16.4. Corolario. Cualquier reflexión (con respecto a cualquier recta en el plano) es una
isometría.
526 15.17. La ecuación general de segundo grado

15.17. La ecuación general de segundo grado


15.17.1. Definición. Una expresión de la forma

15.17.2. Ax2 ` Bxy ` Cy 2 ` Dx ` Ey ` F “ 0,

donde x e y son variables y A, B, C, D, E y F son constantes, se llama ecuación general


de segundo grado para las variables x e y. Sean

15.17.3. x1 “ x cospθq ` y senpθq e y 1 “ y cospθq ´ x senpθq,

es decir sea px1 , y 1 q la rotación ´θ del punto px, yq. Podemos ver que 15.17.2 es equivalente a

x “ x1 cospθq ´ y 1 senpθq e y “ y 1 cospθq ` x1 senpθq.

Tenemos la siguiente serie de equivalencias

Ax2 ` Bxy ` Cy 2 ` Dx ` Ey ` F “ 0

ðñ
Apx1 cospθq ´ y 1 senpθqq2 ` Bpx1 cospθq ´ y 1 senpθqqpy 1 cospθq ` x1 senpθqq
` Cpy 1 cospθq ` x1 senpθqq2 ` Dpx1 cospθq ´ y 1 senpθqq
` Epy 1 cospθq ` x1 senpθqq ` F “ 0
ðñ
pApcospθqq2 ` Bpcospθq senpθqq ` Cpsenpθqq2 qx12
` p2pC ´ Aqpcospθq senpθqq ` Bppcospθqq2 ´ psenpθqq2 qqx1 y 1
` pApsenpθqq2 ´ Bpcospθq senpθqq ` Cpcospθqq2 qy 12
` pD cospθq ` E senpθqqx1 ` pE cospθq ´ D senpθqqy 1 ` F “ 0
ðñ
pApcospθqq2 ` Bpcospθq senpθqq ` Cpsenpθqq2 qx12
` pB cosp2θq ´ pA ´ Cq senp2θqqx1 y 1
` pApsenpθqq2 ´ Bpcospθq senpθqq ` Cpcospθqq2 qy 12
` pD cospθq ` E senpθqqx1 ` pE cospθq ´ D senpθqqy 1 ` F “ 0,

por lo tanto, al definir

A1 :“ Apcospθqq2 ` B cospθq senpθq ` Cpsenpθqq2 ,


B 1 :“ B cosp2θq ´ pA ´ Cq senp2θq,
C 1 :“ Apsenpθqq2 ´ B cospθq senpθq ` Cpcospθqq2 ,
D1 :“ D cospθq ` E senpθq,
E 1 :“ E cospθq ´ D senpθq y
1
F :“ F,
15.17. La ecuación general de segundo grado 527

el punto px, yq satisface la ecuación 15.17.2 si y sólo si el punto px1 , y 1 q satisface la ecuación
15.17.4. A1 x12 ` B 1 x1 y 1 ` C 1 y 12 ` D1 x1 ` E 1 y 1 ` F 1 “ 0.
Observemos que si en la ecuación 15.17.4 se cumple que B 1 “ 0, entonces con la herramienta
que tenemos hasta el momento y conociendo los valores de las demás constantes, podemos
deducir qué tipo de figura es la gráfica de la ecuación. Por ejemplo, en el caso en que una
de las constantes A1 ó C 1 sea cero, es decir cuando B 12 ´ 4A1 C 1 “ 0, tenemos que 15.17.3 es
la ecuación de una parábola, una recta, dos rectas paralelas o bien el conjunto vacío. Si A1
y C 1 son ambas positivas o ambas negativas, es decir si B 12 ´ 4A1 C 1 ă 0, entonces 15.17.3
puede ser la ecuación de una elipse, una circunferencia como caso particular de una elipse, un
conjunto con un solo punto o bien el conjunto vacío. Si A1 C 1 ă 0, es decir si B 12 ´ 4A1 C 1 ą 0,
entonces 15.17.4 representa la ecuación de una hipérbola o bien la de dos rectas que se cortan
en un solo punto.
Para trazar la gráfica de 15.17.2 podemos realizar la transformación dada por 15.17.3 y
encontrar el valor de θ que haga que B 1 “ 0. Una vez encontrado tal valor de θ, se traza la
gráfica de 15.17.3, y la gráfica de 15.17.2 será una rotación θ de la gráfica de 15.17.4.
Encontremos el valor de θ que haga que B 1 “ 0, es decir un valor de θ tal que B cosp2θq ´
pA ´ Cq senp2θq “ 0. Si B “ 0, es suficiente tomar θ “ 0, es decir no hay necesidad de hacer
rotación alguna. Si B ‰ 0 pero A “ C, entonces θ debe ser tal que B cosp2θq “ 0, es decir
cosp2θq “ 0, con lo que es suficiente tomar θ “ 45˝ . Si B ‰ 0 y A ‰ C, entonces es necesario
y suficiente que A´C
B
“ tanp2θq, por lo que es suficiente con tomar θ “ 21 arctanp A´CB
q.
Tenemos que, independientemente del valor de θ, B ´ 4A C “ B ´ 4AC. En efecto,
12 1 1 2

B 1 ´ 4A1 C 1
“ pB cosp2θq ´ pA ´ Cq senp2θqq2
´ 4pApcospθqq2 ` B cospθq senpθq ` Cpsenpθqq2 q
pApsenpθqq2 ´ B cospθq senpθq ` Cpcospθqq2 q
“ B 2 pcosp2θqq2 ` 4pcospθq senpθqq2 q
` ABp´2 cosp2θq senp2θq ` 4pcospθqq2 cospθq senpθq
´ 4psenpθqq2 cospθq senpθqq
` BCp2 cosp2θq senp2θq ´ 4pcospθqq2 cospθq senpθq ` 4psenpθqq2 cospθq senpθqq
` A2 ppsenp2θqq2 ´ 4pcospθqq2 psenpθqq2 q
` C 2 ppsenp2θqq2 ´ 4pcospθqq2 psenpθqq2 q
` ACp´2psenp2θqq2 ´ 4ppcospθqq4 ` psenpθqq4 qq
“ B 2 ppcosp2θqq2 ` psenp2θqq2 q
´ ABp2 cosp2θq senp2θq ´ 4ppcospθqq2 ´ psenpθqq2 q cospθq senpθqq
` BCp2 cosp2θq senp2θq ´ 4ppcospθqq2 ´ psenpθqq2 q cospθq senpθqq
` A2 ppsenp2θqq2 ´ psenp2θqq2 q ` C 2 ppsenp2θqq2 ´ psenp2θqq2 q
´ 4ACp2pcospθq senpθqq2 ` pcospθqq4 ` psenpθqq4 q
“ B 2 ´ ABp2 cosp2θq senp2θq ´ 2 cosp2θq senp2θqq
` BCp2 cosp2θq senp2θq ´ 2 cosp2θq senp2θqq
´ 4ACppcospθqq2 ` psenpθqq2 q2 “ B 2 ´ 4AC.
528 15.17. La ecuación general de segundo grado

15.17.5. Definición. En la ecuación general de segundo grado 15.17.2, a la cantidad


B 2 ´ 4AC se le llama indicador de la ecuación. Cuando el indicador de 15.17.2 es negativo
decimos que la ecuación es del género elipse. Cuando el indicador es cero decimos que la
ecuación es del género parábola. Cuando el indicador es positivo decimos que la ecuación
es del género hipérbola.
15.17.6. Observación. Cuando la ecuación es del género elipse, la gráfica es la de una elipse,
un conjunto con un solo punto o bien el conjunto vacío. Cuando la ecuación es del género
parábola, la gráfica es la de una parábola, una recta, dos rectas paralelas o bien el conjunto
vacío. Cuando la ecuación es del género hipérbola, la gráfica es la de una hipérbola o la de
dos rectas que se cortan en un solo punto.
Resumamos los resultados de esta sección en el siguiente teorema.
15.17.7. Teorema. Sea K la gráfica de una ecuación general de segundo grado de la forma

Ax2 ` Bxy ` Cy 2 ` Dx ` Ey ` F “ 0,

en la que B ‰ 0 y sea K 1 “ ρ´1


θ rKs, donde ρθ es la rotación θ.

a) El conjunto K 1 es la gráfica de una ecuación de la forma

A1 x2 ` B 1 xy ` C 1 y 2 ` D1 x ` E 1 y ` F 1 “ 0,

donde B 2 ´ 4AC “ B 12 ´ 4A1 C 1 .

b) Si A “ C y θ “ 45˝ , entonces B 1 “ 0.

c) Si A ‰ C y θ “ 21 arctanp A´C
B
q, entonces B 1 “ 0.

Ejercicios.

1. De las ecuaciones de segundo grado dadas a continuación decir a qué genero pertenecen:

a) 2x2 ´ 3xy ` y 2 ´ 5x ` 3y ´ 4 “ 0.
b) 2x2 ´ 2xy ` y 2 ´ 5x ´ 4 “ 0.
c) x2 ` xy ` y 2 “ 1.

2. En caso de que proceda, hallar los vértices de las figuras cuyas ecuaciones están dadas
en el ejercicio anterior.
15.18. El cilindro en R3 529

15.18. El cilindro en R3
Si en R3 queremos dar una ecuación de un cilindro C generado por un conjunto A en
el plano X Y, es decir en el plano cuya ecuación es z “ 0, y existe una relación R tal que
A “ tpx, y, 0q : xRyu, entonces el cilindro quedará descrito por la proposición xRy, es decir
C “ tpx, y, zq : xRyu. Por ejemplo, en caso de que xRy sea la ecuación de una circunferencia
en R2 , entonces C será el cilindro generado por tal circunferencia. Observemos que un cilindro
generado por una recta es un plano, por lo que si a, b y c son constantes, entonces el conjunto
tpx, y, zq P R3 : ax ` by ` c “ 0u es un plano perpendicular al plano X Y. Veamos algunas
definiciones de casos particulares de cilindros.
15.18.1. Definición. Un cilindro que es generado por una circunferencia se llama cilindro
circular. Un cilindro que es generado por una elipse se llama cilindro elíptico. Un cilin-
dro que es generado por una hipérbola se llama cilindro hiperbólico. Un cilindro que es
generado por una parábola se llama cilindro parabólico.
Como ejemplo de un cilindro
parabólico tenemos a tpx, y, zq : x´
3z 2 “ 1u, el cual es generado por
2
una parábola en el plano X Z. 1
Z
0
-1
-2 4
0
2
5 0
Y
X -2
10
-4

Como ejemplo de un cilindro hiperbólico 5


tenemos al conjunto tpx, y, zq : 2y 2 ´ 5z 2 ´ Y 0
1 “ 0u, el cual es generado por una hipérbola
en el plano Y Z. -5

2.5
Z
0
-2.5
-5
0
2.5
5
X 7.5
10
530 15.18. El cilindro en R3

Como ejemplo de un cilindro elíptico tenemos al conjunto tpx, y, zq : px ´ 2q2 ` 3py ` 3q2 “
9u, el cual está generado por una elipse en el plano X Y.

Y
-2
-3
-4
2

1
Z
0

-1

-2
0
2
X
4
15.19. Rotaciones y reflexiones en Rn 531

15.19. Rotaciones y reflexiones en Rn


15.19.1. Definición. Situándonos en el espacio R3 , cuando θ es un número real, tenemos
que una transformación η es una rotación de magnitud θ alrededor del eje Z si es la
transformación que a cada punto px, y, zq del espacio R3 lo transforma en el punto ηpx, y, zq “
px cospθq ´ y senpθq, x senpθq ` y cospθq, zq, es decir
¨ ˛
cospθq senpθq 0
ηpx, y, zq “ px, y, zq ˝ ´ senpθq cospθq 0 ‚.
0 0 1

Similarmente, la transformación γ es una rotación de magnitud θ alrededor del eje X


cuando ¨ ˛
1 0 0
γpx, y, zq “ px, y, zq ˝ 0 cospθq senpθq ‚,
0 ´ senpθq cospθq
y la transformación σ es una rotación de magnitud θ alrededor del eje Z cuando
¨ ˛
cospθq 0 ´ senpθq
σpx, y, zq “ px, y, zq ˝ 0 1 0 ‚.
senpθq 0 cospθq

15.19.2. Definición. La reflexión con respecto al plano X Y es la función f : R3 ÝÑ R3


tal que para todo u P R3 ¨ ˛
1 0 0
f puq “ u ˝ 0 1 0 ‚.
0 0 ´1
La reflexión con respecto al plano Y Z es la función g : R3 ÝÑ R3 tal que para todo u P R3
¨ ˛
´1 0 0
gpuq “ u ˝ 0 1 0 ‚.
0 0 1

La reflexión con respecto al plano X Z es la función h : R3 ÝÑ R3 tal que para todo u P R3


¨ ˛
1 0 0
hpuq “ u 0 ´1
˝ 0 ‚.
0 0 1

15.19.3. Definición. En general si j P t1, 2, . . . , nu y k : Rn ÝÑ Rn tal que kpx1 , x2 , . . . , xn q


“ py1 , y2 , . . . , yn q, donde yi “ xi si i ‰ j e yj “ ´xj ; entonces a la función k le llamaremos
reflexión elemental con respecto al hiperplano tpx1 , x2 , . . . , xn q P Rn : xj “ 0u.
15.19.4. Definición. Sean i, j P t1, 2, . . . , nu dos números diferentes, θ P R, ek el elemento
de Rn cuya k-ésima componente es 1 y las demás son 0, y A la matriz tal que su i-ésimo
renglón es el que tiene componente i-ésima igual a cospθq, j-ésima componente igual a senpθq
532 15.19. Rotaciones y reflexiones en Rn

y las demás componentes son 0; su j-ésimo renglón es el que tiene componente i-ésima igual
a ´ senpθq , j-ésima componente igual a cospθq, y si k R ti, ju, entonces el k-ésimo renglón es
ek . Cuando ρ : Rn ÝÑ Rn es tal que ρpνq “ νA, decimos que ρ es una rotación elemental.
El lector podrá demostrar el teorema siguiente.
15.19.5. Teorema. Las rotaciones y las reflexiones elementales son isometrías.
15.20. El cono circular recto en R3 533

15.20. El cono circular recto en R3


Estudiaremos en esta sección la ecuación de un cono circular recto cuyo eje es perpen-
dicular al plano X Y. Observemos primero, para fijar ideas, que el conjunto K “ tpx, y, zq :
x2 `y 2 “ z 2 u es un cono circular recto con vértice en el punto p0, 0, 0q. En efecto, K es el cono
cuyo eje es el eje Z, cuya intersección con el plano con ecuación z “ 1, el cual es perpendicular
al eje Z, es la circunferencia c “ tpx, y, 1q : x2 ` y 2 “ 1u, la cual tiene centro en p0, 0, 1q y
radio 1. En efecto, si px0 , y0 , z0 q P K, entonces también se tiene que ptx0 , ty0 , tz0 q P K. Ahora,

2
Y
1
0
-1
-2
2

1
Z
0

-1

-2
-2
-1
0
X 1
2

cuando z0 “ 0 tenemos que x0 “ y0 “ 0 y tenemos que el punto P “ p0, 1, 1q P c, donde


0P “ p0, 0, 0q “ px0 , y0 , z0 q. Cuando z0 ‰ 0, entonces el punto P “ px0 {z0 , y0 {z0 , 1q P c y
además z0 P “ px0 , y0 , z0 q. Por lo que K es un cono circular recto. Se puede demostrar que
si el cono K se interseca con un plano vertical, es decir un plano que incluya al eje Z o a
una recta paralela al eje Z, la intersección resultante será una hipérbola o dos rectas que se
cortan. Cuando el cono K se interseca con un plano horizontal, entonces la intersección será
una circunferencia o un conjunto con un solo punto. Cuando se interseca con el plano con
ecuación y “ z tenemos que la intersección del cono K con el plano es una recta, pues es
la intersección del plano con ecuación y “ z y el plano con ecuación x “ 0. Cuando, por
ejemplo se interseca con el plano y “ z ` 1, entonces el resultado de la intersección es una
parábola. En general la intersección del cono K con cualquier plano da como resultado una
hipérbola, dos rectas que se cortan, una elipse, un conjunto con un solo punto, una recta o
una parábola.
15.20.1. Definición. Debido a lo anterior a la recta, la parábola, la elipse y la hipérbola se
acostumbra llamarles cónicas o secciones cónicas.
Veamos ahora que L “ tpx, y, zq : x2 ` y 2 “ przq2 u es el cono circular recto con vértice
en p0, 0, 0q, con el eje Z como eje del cono y que incluye a la circunferencia c “ tpx, y, 1q :
x2 ` y 2 “ r2 u, para r ą 0. En efecto, tomando z “ 1 vemos que c Ă L. El punto p0, 0, 0q
534 15.20. El cono circular recto en R3

está en el cono L y para cualquier P P c tenemos que 0P “ p0, 0, 0q. Si px0 , y0 , z0 q es


cualquier punto de L diferente de p0, 0, 0q, entonces z0 ‰ 0 y px0 , y0 , z0 q “ z0 px0 {z0 , y0 {z0 , 1q,
donde px0 {z0 , y0 {z0 , 1q P c. Recíprocamente, si px1 , y1 , 1q P c y a P R, entonces apx1 , y1 , 1q “
pax1 , ay1 , aq es tal que pax1 q2 `pax1 q2 “ praq2 , concluyéndose así que apx1 , y1 , 1q P L. Tenemos
así el siguiente teorema.
15.20.2. Teorema. Sea r ą 0. El conjunto L “ tpx, y, zq : x2 `y 2 “ przq2 u es el cono circular
recto con vértice en p0, 0, 0q, con el eje Z como eje del cono y que incluye a la circunferencia
c “ tpx, y, 1q : x2 ` y 2 “ r2 u.
Podemos observar que cualquier cono circular recto incluido en R3 es la imagen de un
cono de la forma del cono L dado en el teorema 15.20.2, bajo dos rotaciones alrededor de los
ejes X e Y, seguido de una traslación. Así, conociendo las características de un cono circular
recto incluido en R3 , podemos hallar una ecuación que lo caracterice.
15.21. El elipsoide en R3 535

15.21. El elipsoide en R3

Recordemos que dados dos puntos px0 , y0 , z0 q y


1 , z1 q en R , la distancia entre ellos está dada
3
px1 , ya
por px0 ´ x1 q2 ` py0 ´ y1 q2 ` pz0 ´ z1 q2 , así el cua-
drado de la distancia entre los dos puntos es r2 si y
sólo si px0 ´ x1 q2 ` py0 ´ y1 q2 ` pz0 ´ z1 q2 “ r2 . De lo
anterior tenemos el siguiente teorema.
15.21.1. Teorema. Sea r un número positivo y a, b
y c tres números reales. El conjunto tpx, y, zq P R3 :
px ´ aq2 ` py ´ bq2 ` pz ´ cq2 “ r2 u es la esfera con
centro en pa, b, cq y radio r.
15.21.2. Definición. Supongamos ahora que A, B, C ą 0 y sea E “ tpx, y, zq P R3 :
Ax2 ` By 2 ` Cz 2 “ 1u. Observemos que la intersección del conjunto E con un plano cuya
ecuación es de la forma x “ d, y “ d ó z “ d es una elipse, un conjunto con un solo punto
o bien el conjunto vacío. Cualquier subconjunto de R3 que sea congruente con E se le llama
elipsoide. Observemos que las esferas son casos particulares de elipsoides. En el caso en que
A “ B diremos que cualquier subconjunto de R3 que sea congruente con E es un elipsoide
de revolución. Observemos que las esferas también son elipsoides de revolución.
La figura de la derecha muestra el aspecto que puede tener
un elipsoide de revolución que no sea esfera.

La figura que ahora se muestra a la derecha describe el


aspecto que puede tener un elipsoide que no sea elipsoide
de revolución.
536 15.22. El hiperboloide elíptico en R3

15.22. El hiperboloide elíptico en R3


15.22.1. Definición. Analicemos ahora las ecuaciones de
la forma Ax2 ` By 2 ´ Cz 2 “ D, donde A, B, C ą 0. La in-
tersección del conjunto H “ tpx, y, zq : Ax2 ` By 2 ´ Cz 2 “
Du con un plano horizontal, es decir con un plano con ecua-
ción de la forma z “ d, donde d es una constante, puede
ser una elipse, un conjunto con un solo punto o bien el con-
junto vacío. La intersección de H con el plano X Z o con
un plano paralelo al plano X Z, es decir con un plano con
ecuación de la forma y “ d, es una hipérbola o la unión de
dos rectas que se cortan en un punto. La intersección de H
con el plano Y Z es también una hipérbola o la unión de dos
rectas que se cortan en un punto. A cualquier subconjunto
de R3 que sea congruente con H se le llama hiperboloide
elíptico.
15.22.2. Observación. Observemos que cuando D “ 0 el hiperboloide elíptico H es un
cono, cuya intersección con cualquier plano horizontal es una elipse o bien es un conjunto
con solamente un punto (el vértice del cono).

15.22.3. Definición. Cuando D ą 0 la intersección


de H con el plano X Y o con cualquier plano paralelo
al plano X Y es una elipse. En tal caso decimos que
cualquier conjunto que sea congruente con H es un
hiperboloide elíptico de una hoja. La figura de la
derecha muestra un hiperboloide elíptico de una hoja.
15.22. El hiperboloide elíptico en R3 537

15.22.4. Definición. Cuando D ă 0 la intersección


de H con un plano con ecuación z “ d es un conjunto
con
b un solo puntob si Cd ` D “ 0 (es decir si d “
2

´D C
ó d “ ´ ´D C
), es una elipse si Cd2 ` D ą
0, y bes el conjuntobvacío si Cd2 ` D ă 0 (es decir
si ´ ´ DC
ă d ă ´D C
). En el caso en que D ă 0
decimos que cualquier conjunto congruente con H es
un hiperboloide elíptico de dos hojas.

15.22.5. Definición. En el caso en que A “ B diremos que cualquier conjunto que sea
congruente con H es un hiperboloide de revolución.
538 15.23. El paraboloide elíptico en R3

15.23. El paraboloide elíptico en R3


15.23.1. Definición. Sean A, B ą 0, C P Rzt0u y D P R. La intersección del conjunto
P “ tpx, y, zq : Ax2 ` By 2 ` Cz “ Du con un plano horizontal, es decir con un plano con
ecuación de la forma z “ d, donde d es una constante, es una elipse (si d ă D{C), es un
conjunto con un solo punto (si d “ D{C) y es el conjunto vacío (si d ą D{C). La intersección
del conjunto P con el plano X Z, con el plano Y Z, o con cualquier plano paralelo a alguno
de estos es siempre una parábola.
Cualquier conjunto incluido en R3 que sea congruente con P se le llama paraboloide
elíptico. En el caso en que A “ B cualquier conjunto que sea congruente con P se llama
paraboloide de revolución.
15.24. El paraboloide hiperbólico en R3 539

15.24. El paraboloide hiperbólico en R3


15.24.1. Definición. Sean A, B ą 0, C P Rzt0u y D P R. La intersección del conjunto
P “ tpx, y, zq : Ax2 ´ By 2 ` Cz “ Du con un plano horizontal, es decir con un plano con
ecuación de la forma z “ d, donde d es una constante, es una hipérbola si d ‰ D{C, y es
la unión de dos rectas que se cortan en p0, 0, 0q si d “ D{C. La intersección del conjunto
P con el plano X Z, con el plano Y Z, o con cualquier plano paralelo a alguno de estos,
es una parábola. Cualquier conjunto incluido en R3 que sea congruente con P se le llama
paraboloide hiperbólico.
540 15.25. Coordenadas polares

15.25. Coordenadas polares

a Dado un punto px, yq P R , denotemos por r a la distancia del punto


2
15.25.1. Definiciones.
al origen, es decir r “ x2 ` y 2 . Observemos además que siempre existe un número real θ tal
que x “ r cospθq e y “ r senpθq. Así, existe una función p : R ˆ R ÝÑ R ˆ R tal que ppr, θq “
pr cospθq, r senpθqq. Cuando ppr, θq “ px, yq, decimos que pr, θq es una representación en
coordenadas polares del punto px, yq, mientras que el mismo punto px, yq es la repre-
sentación en coordenadas cartesianas o rectangulares. En general cualquier punto en
Rn es, él mismo, su representación en coordenadas rectangulares o cartesianas, para n P N.
Observemos que mientras la representación en coordenadas rectangulares de un punto dado
es única, existe una infinidad de representaciones en coordenadas polares para un mismo
punto.
Decimos que una relación binaria R describe en coordenadas polares a un conjunto
Γ Ă R2 si Γ “ tpx, yq P R2 : existen r, θ P R tal que rRθ, x “ r cospθq e y “ r senpθqu.
Cuando la expresión rRθ esté dada por medio de una ecuación, diremos que tal expresión es
una ecuación en coordenadas polares del conjunto Γ .
Supongamos que incluida en R2 está una trayectoria γ y que existe un intervalo I y una
función f : I ÝÑ R tal que P P γ si y sólo si pθ, f pθqq es una representación en coordenadas
polares de P , para algún θ P I. En tal caso, decimos que γ es la gráfica en coordenadas
polares de f y podemos ver que la ecuación
r “ f pθq
es una ecuación en coordenadas polares de γ. Observemos además que cuando f es continua,
entonces la función η : I ÝÑ R2 dada por
ηpθq “ pf pθq cospθq, f pθq senpθqq,
es una parametrización de γ. Tal parametrización en caso de existir se llama parametriza-
ción en coordenadas polares de γ.
Muchas veces es imposible expresar una trayectoria incluida en R2 como la gráfica de
alguna función g : R ÝÑ R, pero sí es posible que sea la gráfica en coordenadas polares
de una función y algunas veces su descripción en coordenadas polares es muy sencilla. Por
ejemplo, la circunferencia con centro en p0, 0q y radio 1 no es la gráfica de ninguna función
g : R ÝÑ R, sin embargo es la gráfica en coordenadas polares de la función constante f
dada por f pθq “ 1. En general, la ecuación en coordenadas polares de una circunferencia con
centro en el origen y radio igual a una constante positiva r0 ą 0 está dada por
r “ r0 ,
mientras que una ecuación en coordenadas polares de la recta con inclinación constante θ0
que pasa por p0, 0q está dada por
θ “ θ0 .

15.25.2. Definición. Sea f : r0; `8q ÝÑ R la función que está dada por f pθq “ aθ, donde
a es una constante positiva. A la gráfica en coordenadas polares de f (o a cualquier conjunto
congruente con una gráfica en coordenadas polares de una función de este tipo de este tipo)
se le llama espiral de Arquímedes.
15.25. Coordenadas polares 541

2
1
r= €€€€ Θ
2
X
-6 -4 -2 2 4 6 8

-2

-4

-6
espiral de Arquímedes

Y
15.25.3. Definición. Al conjunto cuya ecuación en
coordenadas polares es a

r=aH1-cosHΘLL
r “ ap1 ´ cospθqq,
-2 a -a a 2a X

para a ą 0, se le llama cardioide (o bien a algún


conjunto congruente con éste). -a
cardioide
El cardioide describe el movimiento de un punto
en una circunferencia de diámetro a cuando ésta rueda
sobre otra circunferencia, también de diámetro a.
Y
15.25.4. Definición. Sea a ą 0 y L el conjunto cuya
ecuación en coordenadas polares es a r2 =a2 HsenH2ΘLL

r2 “ a2 senp2θq.
X
A cualquier conjunto congruente con L se le llama -a a 2a

lemniscata.
-a
lemniscata

15.25.5. Definición. Sea a ą 0 y R el conjunto cuya ecuación en coordenadas es

r “ a cosp2θq.

A cualquier conjunto congruente con R se le llama rosa de cuatro pétalos.


542 15.25. Coordenadas polares

a r=aHcosH2ΘLL

-a a 2a X

-a
rosa de cuatro pétalos
15.26. Coordenadas cilíndricas y esféricas 543

15.26. Coordenadas cilíndricas y esféricas


15.26.1. Definición. Sean x, y, z, r, P R tales que r2 “ x2 ` y 2 , x “ r cospθq e y “
r senpθq. Decimos que pr, θ, zq es una representación en coordenadas cilíndricas del
punto px, y, zq. Observemos que un punto en R3 tiene una infinidad de representaciones en
coordenadas cilíndricas. Para que un punto en R3 , que no esté en el eje Z, tenga una so-
la representación en coordenadas cilíndricas, podemos poner la restricción de que r ľ 0 y
θ P r0; 2πq. Para obtener la representación en coordenadas cilíndricas de un punto px, y, zq,
1
tomamos r “ px2 ` y 2 q 2 y θ “ arctanp xy q ` 2nπ, donde n es el entero tal que θ P r0; 2πq.

Z
6  px, y, zq
r



 px, y, 0q


r 
  

 
 6  -Y
 θ p0, y, 0q





X

15.26.2. Definición. Sean x, y, z, ρ, θ, φ P R tales que ρ2 “ x2 ` y 2 ` z 2 , x “ ρ senpφq cospθq,


y “ ρ senpφq senpθq y z “ ρ cospφq. Decimos que pρ, φ, θq es una representación en coor-
denadas esféricas del punto px, y, zq. Para que un punto en R3 diferente de p0, 0, 0q tenga
una sola representación en coordenadas esféricas, podemos poner la restricción de que ρ ľ 0,
φ P r0; πs y θ P r0; 2πq. Para obtener la representación en coordenadas esféricas de un punto
1
px, y, zq, tomamos: ρ “ px2 ` y 2 ` z 2 q 2 ; φ “ arc cosp ρz q; θ “ arctanp xy q ` 2nπ cuando x ‰ 0 y
n es el entero tal que θ P r0; 2πq, y tomamos θ “ π2 cuando x “ 0 e y ą 0, y θ “ 3π 2
cuando
x “ 0 e y ă 0.
Z
6  px, y, zq
r



φ ρ 

px, y, 0q
  
 U  
 
 6  -Y
 θ p0, y, 0q





X
544 15.27. Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados en Rn

15.27. Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados en Rn


En esta sección estudiaremos los conceptos de conjunto abierto, conjunto cerrado, cone-
xidad y compacidad, enfocándonos al conjunto Rn con respecto a la distancia euclidiana.
Observemos que la distancia euclidiana dist definida en Rn es en efecto una distancia en
Rn . Otros ejemplos de métricas en Rn son las funciones f y g definidas por

f ppx1 , . . . , xn q, py1 , . . . , yn qq “ |x1 ´ y1 | ` ¨ ¨ ¨ ` |xn ´ yn |

y
gppx1 , . . . , xn q, py1 , . . . , yn qq “ máxt|x1 ´ y1 |, . . . , |xn ´ yn |u.

A manera de ejemplos tenemos que en R2 los círculos son bolas cerradas cuya frontera
es una circunferencia; la frontera de una bola en R3 es una esfera; en Rn la frontera de un
semiespacio es un hiperplano.
15.27.1. Aclaración. Con respecto al término «cerrado» no debemos confundirnos cuando
hacemos referencia al concepto de «trayectoria cerrada» y cuando es con respecto a un espacio
métrico.
15.27.2. Definición. Sean a1 , a2 , . . . , an , b1 , b2 , . . . , bn números reales tales que a1 ĺ b1 , a2 ĺ
b2 , . . . , an ĺ bn . Un conjunto de la forma ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 sˆ ¨ ¨ ¨ ˆran ; bn s se llama caja
cerrada, o si se queremos ser más específicos n-caja cerrada o caja cerrada de dimensión
n. Bajo las mismas condiciones, una caja abierta es un conjunto de la forma pa1 ; b1 q ˆ
pa2 ; b2 qˆ ¨ ¨ ¨ ˆpan ; bn q. Observemos que cuando a1 ă b1 , a2 ă b2 , . . . , an ă bn una caja
cerrada de dimensión 1 es un intervalo cerrado, una caja cerrada de dimensión 2 es una
región rectangular, y una caja de dimensión 3 es un prisma rectangular recto. Bajo las
condiciones anteriores, si un conjunto C cumple la condición de que pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 qˆ ¨ ¨ ¨
ˆpan ; bn q Ă C Ă ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 sˆ ¨ ¨ ¨ ˆran ; bn s se le llama caja.
15.27.3. Teorema. Cualquier caja cerrada ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s Ă Rn es un
conjunto cerrado y cualquier caja abierta pa1 ; b1 qˆpa2 ; b2 qˆ¨ ¨ ¨ˆpan ; bn q Ă Rn es un conjunto
abierto.
Demostración. Si x “ px1 , x2 , . . . , xn q P pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 q ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ pan ; bn q; rk “ míntxk ´ ak ,
bk ´ xk u, para todo k P t1, 2, . . . , nu, y r “ míntr1 , r2 , . . . , rn u; entonces Bpx, rq Ă pa1 ; b1 q ˆ
pa2 ; b2 q ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ pan ; bn q. En efecto, si un elemento y “ py1 , y2 , . . . , yn q no está en la caja abierta
pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 qˆ ¨ ¨ ¨ ˆpan ; bn q, entonces existe un k P t1, 2, . . . , nu tal que yk R pak ; bk q, por
lo que dpx, yq ľ |xk ´ yk | ľ rk ľ r. Por lo tanto el conjunto pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 q ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ pan ; bn q
es abierto.
Supongamos ahora que z “ pz1 , z2 , . . . , zn q R ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s. Existe un
k P t1, 2, . . . , nu tal que zk R rak ; bk s. Tenemos que zk ă ak ó zk ą bk . Supongamos sin pérdida
de generalidad que zk ă ak . Tomemos ahora r “ ak ´ zk y w “ pw1 , w2 , . . . , wn q P Bpz, rq
para obtener que |wk ´ zk | ă r “ ak ´ zk y concluir que wk no puede ser mayor o igual que
ak , es decir wk ă ak , luego w R ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s. Hemos demostrado que existe
una bola abierta con centro en z que está incluida en Rn zra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆran ; bn s, es
15.27. Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados en Rn 545

decir que el conjunto Rn zra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s es abierto, de donde se obtiene, por
el teorema 14.1.9, que el conjunto ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s es cerrado. ‚
15.27.4. Teorema. Si E Ă Rn y x es un punto que está en el interior de E, entonces existe
una caja cerrada ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s tal que x P pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 q ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ pan ; bn q Ă
˝
ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s Ă E.
Demostración. Sea r ą 0 tal que Bpx, rq Ă E. Para todo k P t1, 2, . . . , nu tomemos
r
ak “ xk ´ 2n , bk “ xk ` 2n
r
y w “ pw1 , w2 , . . . , wn q P ra1 ; b1 sˆra2 ; b2 sˆ¨ ¨ ¨ˆradn ; bn s. Afirmamos
n
que w P Bpx, rq, es decir que distpx, wq ă r. En efecto, distpx, wq “
ř
pxk ´ wk q2 ĺ
k“1
d
n
q “ 2?r n ă r. Por lo tanto, la caja ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s está incluida en el
r 2
ř
p 2n
k“1
interior de E, y además x P pa1 ; b1 q ˆ pa2 ; b2 q ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ pan ; bn q Ă ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s.

15.27.5. Notación. Dados dos puntos a “ pa1 , a2 , . . . , an q y b “ pb1 , b2 , . . . , bn q en Rn , la
expresión a ĺ b denotará el hecho de que a1 ĺ b1 , a2 ĺ b2 , . . . , an ĺ bn . De esta forma,
una caja cerrada en Rn es un conjunto de la forma ra; bs :“ tv P Rn : a ĺ v ĺ bu “
ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s, donde a, b P Rn .
15.27.6. Definición. Cuando tengamos dos puntos x1 , x2 P Rm y dos puntos y1 , y2 P Rn ,
donde x1 “ pa1,1 , a1,2 , . . . , a1,m q, x2 “ pa2,1 , a2,2 , . . . , a2,m q, y1 “ pb1,1 , b1,2 , . . . , b1,n q e y2 “
pb2,1 , b2,2 , . . . , b2,n q, entonces definiremos la distancia o distancia euclidiana entre px1 , y1 q P
Rm ˆ Rn y px2 , y2 q P Rm ˆ Rn , como
g
fm n
fÿ ÿ
e pa1,k ´ b1,k q2 ` pa2,k ´ b2,k q2
k“1 k“1

15.27.7. Observación. Con la notación dada en la definición anterior tenemos que la función
f : Rm ˆ Rn ÝÑ Rm`n dada por f px1 , y1 q “ pa1,1 , a1,2 , . . . , a1,m , b1,1 , b1,2 , . . . , b1,n q es un
homeomorfismo de los espacios métricos formados por los conjuntos Rm`n y Rm ˆ Rn .
n
15.27.8. Teorema. Sea ppx1,k , . . . , xn,k qq8 k“1 una sucesión de elementos de R . La sucesión
n
ppx1,k , . . . , xn,k qq8
k“1 converge a algún pa1 , . . . , an q P R si y sólo si para cada l P t1, . . . , nu,
8
la sucesión de números reales pxl,k qk“1 converge a al .
Demostración. Supongamos primero que la sucesión ppx1,k , . . . , xn,k qq8 converge a pa1 ,
k“1 c
n
. . . , an q, es decir para todo ε ą 0 existe un N P N tal que si k ľ N , entonces
ř
pxi,k ´ ai q2
cn i“1

ă ε. Observando que |al,k ´al | ĺ pxi,k ´ ai q2 , tenemos que si k ľ N , entonces |xl,k ´al | ă
ř
i“1
ε, por lo que pxl,k q8
k“1 converge a al .
Supongamos ahora que para cada l P t1, . . . , nu la sucesión pxl,k q8
k“1 converge a al , es
decir para todo ε ą 0 existe un Nl P N tal que si k ľ Nl , entonces |xl,k ´ al | ă nε . Si
546 15.27. Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados en Rn

k ľ máxtN1 , N2 , . . . , Nn u, entonces, por el corolario 15.2.18, tenemos que


d
n n n
ÿ
2
ÿ ÿ ε
pxi,k ´ ai q ĺ |xi,k ´ ai | ă “ ε,
i“1 i“1 i“1
n

k“1 converge a pa1 , . . . , an q.


por lo que la sucesión px1,k , . . . , xn,k q8 ‚
Queremos demostrar que, en Rn , toda caja cerrada es un conjunto compacto.
15.27.9. Teorema. Cualquier caja cerrada en Rn es un conjunto compacto.
Demostración. Sean a “ pa1 , . . . , an q y b “ pb1 , . . . , bn q elementos de Rn tales que a ĺ b.
Para demostrar que la caja cerrada ra; bs es un conjunto compacto utilizaremos el teore-
ma 14.2.26, es decir demostraremos que que toda sucesión de elementos de ra; bs tiene una
subsucesión que converge a un elemento de ra; bs.
Sea pxk q8 k“1 una sucesión de elementos de ra; bs, donde cada xk es igual a px1,k , . . . , xn,k q.
Tenemos por los teoremas 14.2.22 y 14.1.26 que existe una sucesión creciente de números
reales pmk,1 q8 k“1 tal que px1,mk,1 qk“1 converge a algún y1 P ra1 ; b1 s. Así mismo, existe una
8

subsucesión pmk,2 q8 k“1 de pmk,1 qk“1 tal que px2,mk,2 qk“1 converge a algún y2 P ra2 ; b2 s; de
8 8

manera recursiva, si l P t1, . . . , n ´ 1u y se ha definido la sucesión de números naturales


pmk,l q8k“1 , podemos definir una subsucesión pmk,l`1 qk“1 de tal manera que para cada i P
8

t1, 2, . . . , l ` 1u la sucesión pxi,mk,l`1 q8 k“1 converge a algún yi P rai ; bi s. De esta forma tenemos
la subsucesión pxmk,n qk“1 q de pxk qk“1 tal que para cada i P t1, . . . , nu la sucesión pxi,mk,n q8
8 8
k“1
converge a yi y por el teorema 15.27.8 la sucesión pxmk,n q8 k“1 , que es una subsucesión de
pxk qk“1 , converge a py1 , y2 , . . . , yn q P ra; bs. Por lo tanto, ra; bs es compacto.
8

El teorema siguiente da una caracterización simple de los subconjuntos compactos de Rn .
15.27.10. Teorema de Heine-Borel. Todo subconjunto de Rn es compacto si y sólo si es
cerrado y acotado.
Demostración. Sea E Ă Rn . Si E es compacto, entonces, por los teoremas 14.1.24 y 14.1.25,
el conjunto E es cerrado y acotado. Ahora, si E es un conjunto cerrado y acotado, entonces
E está incluido en una caja cerrada C, pero por el teorema 15.27.9, la caja cerrada C es un
conjunto compacto y por el teorema 14.1.27, el conjunto E “ E X C es compacto. ‚
15.27.11. Teorema. Toda sucesión de Cauchy en Rn es convergente
Demostración. Sea pxk q8 k“1 una sucesión de Cauchy de elementos de R y para cada
n

l P t1, 2, . . . , nu llamemos xl,k a la l-ésima componente de xk . Observando que para cada


l la sucesión pxl,k q8 k“1 es de Cauchy, tenemos por el criterio de la sucesión de Cauchy (8.7.16)
que converge a algún número real al . Así, por el teorema 15.27.8, la sucesión pxk q8 k“1 converge
a pa1 , a2 , . . . , an q. ‚
15.27.12. Teorema de Bolzano-Weierstrass. Toda sucesión acotada de elementos de Rn
tiene una subsucesión convergente.
Demostración. Sea pxk q8 k“1 una sucesión acotada de elementos de R . Sea r ą 0 un número
n

suficientemente grande, de tal manera que todos los términos de la sucesión pxk q8k“1 estén
en Bp0, rq. Si para cada número natural i tenemos que Mi :“ r´r; rs, entonces todos lo
términos de la sucesión están en la caja cerrada C1 :“ M1 ˆ M2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Mn . La caja C1 es
15.27. Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados en Rn 547

la unión de 2n cajas cerradas diferentes de la forma ra2,1 ; b2,1 s ˆ ra2,2 ; b2,2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ra2,n ; b2,n s,
donde cada a2,j P t´r, 0u y b2,j “ a2,j ` r. Tenemos pues que para alguna de tales cajas
ra˚2,1 ; b˚2,1 s ˆ ra˚2,2 ; b˚2,2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ra˚2,n ; b˚2,n s, a la que llamaremos C2 , hay una infinidad de enteros
positivos k tales que xk P C2 . Sea m1 :“ 1 y sea m2 el primer entero positivo mayor que
m1 tal que xm2 P C2 . Continuando de manera recursiva, para cada caja cerrada CN “
ra˚N,1 ; b˚N,1 sˆra˚N,2 ; b˚N,2 sˆ¨ ¨ ¨ˆra˚N,n ; b˚N,n s, con b˚N,n “ a˚N,n ` 2Nr´2 , definamos una caja cerrada
CN `1 “ ra˚N `1,1 ; b˚N `1,1 s ˆ ra˚N `1,2 ; b˚N `1,2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ra˚N `1,n ; b˚N `1,n s incluida en CN , tal que para
cada j se tiene a˚N `1,j P ta˚N,j , a˚N,j ` 2Nr´1 u y b˚N `1,j “ a˚N `1,j ` 2Nr´1 . Definamos además mN `1
como el primer entero positivo mayor que mN tal que xmN `1 P CN `1 . Observemos` que ˘ cada
CN está incluido en una bola de diámetro 2N ´2 , de manera que si ε ą 0, N ą log2 ε ` 2 y
2nr 2nr

l, k ľ N , entonces |xml ´xmk | ă ε, teniéndose así que la subsucesión pxmk q8 k“1 es una sucesión
de Cauchy, y debido al teorema 15.27.11 dicha subsucesión es convergente. ‚
El teorema siguiente da una caracterización de los conjuntos conexos en Rn que son
abiertos.
15.27.13. Teorema. Sea A Ă Rn un conjunto abierto. El conjunto A es conexo si y sólo si
para cualesquiera dos x, y P A existe una parametrización η : ra; bs ÝÑ A tal que ηpaq “ x y
ηpbq “ y.
Demostración. Si tenemos que para cualesquiera dos x, y P A existe una parametrización
η : ra; bs ÝÑ A tal que ηpaq “ x y ηpbq “ y, entonces la conexidad de A se sigue del corolario
14.2.11 (observando que la parametrización puede ser tomada de tal manera que el dominio
sea el intervalo r0; 1s).
Supongamos ahora que A Ă Rn es abierto y conexo. Si A “ ∅, entonces no hay nada que
demostrar. Supongamos que A ‰ ∅. Para cada x P A sean ΓxŤ “ tγ : γ es la trayectoria de
una parametrización η : ra; bs ÝÑ A, con ηpaq “ xu y Cpxq “ γ. Por los teoremas 14.2.9
γPΓx
y 14.1.33, el conjunto Cpxq es conexo y además está incluido en A.
Veamos que cada Cpxq es abierto (por ser A abierto en Rn , ser abierto en A significa ser
abierto en Rn ). Para cada trayectoria γ P Γx sea Dγ una cubierta abierta formada por bolas
incluidas en A con
Ť centro en algún elemento de γ. Tenemos que γ está incluida en el conjunto
abierto Gγ :“ B Ă A. Ahora, si z P Gγ , entonces existe un B P Dγ tal que z P B y el
BPDγ
centro de la bola B es un w P γ; de esta forma, si η : ra; bs ÝÑ A es una parametrización
de la trayectoria γ, entonces existe un c P ra; bs, tal que ηpcq “ w y el segmento de recta wz
está incluido en B. Tomemos una parametrización ψ : rc; c ` 1s ÝÑ B del segmento wz tal
que ψpcq “ w y ψpc ` 1q “ z y definamos
#
ηptq si aĺtĺc
λptq :“
ψptq si c ĺ t ĺ c ` 1,

para obtener Ť
que z P Cpxq. Tenemos así que γ Ă Gγ Ă Cpxq para cada γ P Γx , de manera
que Cpxq “ Gγ , y como cada Gγ es abierto entonces Cpxq es abierto.
γPΓx
Veamos ahora que si x, y P A, entonces Cpxq y Cpyq son disjuntos o son iguales. Si no son
disjuntos, existe un z P Cpxq X Cpyq y tenemos dos parametrizaciones α : r0; 1s ÝÑ Cpxq y
548 15.27. Conjuntos abiertos y conjuntos cerrados en Rn

β : r1; 2s ÝÑ Cpyq tales que αp0q “ x, αp1q “ z, βp1q “ z y βp2q “ y, por lo que al tomar
#
αptq si 0 ĺ t ĺ 1
ηptq :“
βptq si 1 ĺ t ĺ 2,

con a “ 0 y b “ 2, tenemos que ηpaq “ x y ηpbq “ y, es decir y P Cpxq. Análogamente se


verifica que x P Cpyq y que z P Cpxq si y sólo si z P Cpyq, con lo cual se tiene que Cpxq y
Cpyq son disjuntos o son iguales.
Observemos ahora que para x P A
ď
A “ Cpxq Y Cpyq.
yRCpxq

Como Cpxq es abierto y Cpyq “ AzCpxq también es abierto, tenemos que Cpxq es
Ť
yRCpxq
cerrado en A, pero como A es conexo, entonces Cpxq “ A. ‚

Ejercicios.

1. Dar un ejemplo de un subconjunto E de Rn que sea conexo y sin embargo tenga dos
elementos que no estén en ninguna trayectoria incluida en E.
15.28. Áreas y volúmenes 549

15.28. Áreas y volúmenes


En esta sección se estudiarán conceptos como el de longitud, área y volumen de un
conjunto.
Es muy posible que el lector ya tenga un conocimiento, al menos intuitivo, de estos
conceptos. Definiremos estos conceptos, primero para ciertos tipos de conjuntos y luego para
conjuntos más generales. Las definiciones las haremos para el caso en que nuestro espacio es
Rn . Comencemos por definir el volumen de una caja cerrada.
15.28.1. Definición. Sea C “ ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s Ă Rn una caja cerrada de
dimensión n (con a1 ĺ b1 , a2 ĺ b2 , . . . , an ĺ bn ). Definimos el volumen de dimensión n
de C como n
ź
voln pCq :“ pbj ´ aj q.
j“1

Cuando no especifiquemos la dimensión del volumen sobreentenderemos que es un volumen de


dimensión 3, es decir vol :“ vol3 . Al volumen de dimensión 2 le llamamos área y escribimos
a :“ vol2 . Al volumen de dimensión 1 le llamamos longitud y escribimos ` :“ vol1 . Al
conjunto vacío lo consideraremos como una caja cerrada con volumen de dimensión n igual
a 0.
15.28.2. Definición. Dada una caja cerrada C “ ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s, de-
cimos que P es una partición de la caja cerrada C si es una sucesión de n componentes
p∆1 , ∆2 , . . . , ∆n q, donde cada ∆i es una partición del intervalo rai ; bi s. Es decir, cada ∆i P Pbaii
es de la forma pt0,i , t1,i , . . . , tmi ,i q con ai “ t0,i ă t1,i ă ¨ ¨ ¨ ă tmi ,i “ bi .
15.28.3. Definición. Dadas dos particiones ∆ y ∆1 de un mismo intervalo ra; bs, decimos que
∆1 es un refinamiento de ∆ si todas las componente de ∆ son componentes de ∆1 . Decimos
que una partición P 1 “ p∆11 , ∆12 , . . . , ∆1n q de una caja cerrada C es un refinamiento de una
partición P “ p∆1 , ∆2 , . . . , ∆n q de C si cada ∆1i es un refinamiento de ∆i .
15.28.4. Observación. Si B es un conjunto acotado y C es la intersección de todas las
cajas cerradas en las cuales B está incluido, entonces C es una caja cerrada en la cual B está
incluido.
15.28.5. Definición. Sea B Ă Rn un conjunto acotado. A la intersección de todas las cajas
cerradas en la cual está incluido B le llamaremos caja envolvente de B.
15.28.6. Definición. Sea C Ă Rn una caja cerrada y P “ p∆1 , ∆2 , . . . , ∆n q una partición
de C. Sea mi ` 1 el número de componentes de ∆i y denotemos por tk´1,i a la k-ésima
componente de ∆i , donde k P t1, . . . , mi ` 1u. Denotemos ahora por Bk1 ,k2 ,...,kn a la caja
Bk1 ,k2 ,...,kn :“ rtk1 ´1,1 ; tk1 ,1 s ˆ rtk2 ´1,2 ; tk2 ,2 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ rtkn ´1,n ; tkn ,n s
y llamémosle subcaja de C correspondiente a la partición P (en el caso de que sea C sea un
intervalo le llamaremos subintervalo de C correspondiente a la partición P ).
15.28.7. Lema. Sea C Ă Rn una caja no vacía, P una partición de C y H “ tD : D es una
subcaja de C correspondiente a P u.
ÿ
voln pCq “ voln pDq.
DPH
550 15.28. Áreas y volúmenes

Demostración. Supongamos que C “ ra1 ; b1 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s, P “ p∆1 , . . . , ∆n q y ∆i “


pt0,i , t1,i , . . . , tmi ,i q. Tenemos que
n
ź mi
n ÿ
ź
15.28.8. voln pCq “ pbi ´ ai q “ ptk,i ´ tk´1,i q,
i“1 i“1 k“1

por otro lado,


ÿ ÿ n
ź
15.28.9. voln pDq “ ptki ,i ´ tki ´1,i q.
DPH pk1 ,...,kn qPJm1 ˆ¨¨¨ˆJmn i“1

Demostremos que las expresiones dadas en 15.28.8 y 15.28.9 son iguales. Procedamos por
inducción matemática. Cuando n “ 1 la expresión dada en 15.28.8 es b1 ´ a1 , mientras que la
m
ř1
expresión dada en 15.28.9 es ptj,1 ´ tj´1,1 q “ tm1 ,1 ´ t0,1 “ b1 ´ a1 . Con el fin de reducir la
j“1
escritura tomemos kn˚ :“ pk1 , . . . , kn q y An :“ Jm1 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Jmn . Supongamos que el resultado
es válido cuando n “ r. Tenemos que
˜ ¸m
ź mi
r`1 ÿ ź r ÿmi ÿr`1

ptk,i ´ tk´1,i q “ ptk,i ´ tk´1,i q ptk,r`1 ´ tk´1,r`1 q


i“1 k“1 i“1 k“1 k“1
¨ ˛
ÿ r
ź mÿ
r`1

“˝ ptki ,i ´ tki ´1,i q‚ ptk,r`1 ´ tk´1,r`1 q


kr˚ PAr i“1 k“1
mÿ
r`1 ÿ r
ź
“ ptk,r`1 ´ tk´1,r`1 q ptki ,i ´ tki ´1,i q
k“1 kr˚ PAr i“1
ÿ r
ź
“ ptk,r`1 ´ tk´1,r`1 q ptki ,i ´ tki ´1,i q
pkr˚ ,kqPAr ˆJmr`1 i“1

ÿ r
ź
“ ptkr`1 ,r`1 ´ tkr`1 ´1,r`1 q ptki ,i ´ tki ´1,i q
˚ i“1
kr`1 PAr`1

ÿ r`1
ź
“ ptki ,i ´ tki ´1,i q,
˚
kr`1 PAr`1 i“1

con lo que el lema está demostrado. ‚


15.28.10. Definición. Conservando la notación de la definición anterior, sea B Ă Rn un
conjunto acotado y C la caja envolvente de B. Sea EB,P el conjunto de todas las subcajas
de C correspondientes a la partición P que intersecan a B, y sea GB,P el conjunto de todas
las subcajas de C correspondientes a P que están incluidas en B. Al número
ÿ
voln pDq
DPEB,P
15.28. Áreas y volúmenes 551

le llamaremos supervolumen de dimensión n de B correspondiente a la partición P ,


mientras que al número ÿ
voln pDq
DPGB,P

le llamaremos subvolumen de dimensión n de B correspondiente a la partición P . Cuando


no haya lugar a confusión podremos usar las palabras subvolumen o supervolumen sin hacer
referencia a la dimensión.
15.28.11. Lema. Conservando la notación de las dos definiciones anteriores, Si B Ă Rn es
acotado, C es la caja envolvente de B, P es una partición de C y P 1 es un refinamiento de
P , entonces
ÿ ÿ ÿ ÿ
voln pDq ĺ voln pDq ĺ voln pDq ĺ voln pDq.
DPGB,P DPGB,P 1 DPEB,P 1 DPEB,P

Demostración. Como GB,P 1 Ă EB,P 1 , entonces voln pDq. Ahora,


ř ř
voln pDq ĺ
DPGB,P 1 DPEB,P 1
si D1 P EB,P 1 , entonces D1 es una subcaja de una y sólo una caja D P EB,P , para alguna
partición adecuada de D. Más aún, todos los elementos de EB,P 1 que son subcajas de D, son
subcajas con respecto a una misma partición PD de D, ¡verificarlo! Tomando HD :“ tD1 : D1
es una subcaja de D con respecto a PD u, tenemos del lema 15.28.7 que
ÿ ÿ
voln pD1 q ĺ voln pD1 q “ voln pDq,
D1 PEB,P 1 XHD D1 PHD

y así ¨ ˛
ÿ ÿ ÿ ÿ
voln pD1 q “ ˝ voln pD1 q‚ ĺ voln pDq,
D1 PEB,P 1 DPEB,P D1 PEB,P 1 XHD DPEB,P

por lo tanto ÿ ÿ
voln pDq ĺ voln pDq.
DPEB,P 1 DPEB,P

Finalmente, si D P GB,P , entonces todas las subcajas de D correspondientes a PD están


en B, por lo que tales subcajas son elementos de GB,P 1 y así, de nuevo por el lema 15.28.7,
ÿ ÿ ÿ ÿ
voln pDq “ voln pD1 q ĺ voln pD1 q,
DPGB,P DPGB,P D1 PHB D1 PGB,P 1

por lo tanto ÿ ÿ
voln pDq ĺ voln pD1 q,
DPGB,P D1 PGB,P 1

con lo que el lema queda demostrado. ‚


15.28.12. Lema. Sea B Ă Rn un conjunto acotado. Cualquier subvolumen de dimensión n
de B es menor o igual que cualquier supervolumen de dimensión n de B.
552 15.28. Áreas y volúmenes

Demostración. Sean P y P 1 dos particiones de las cajas envolventes de B y sea P 2 una


partición de la caja envolvente de B que es un refinamiento tanto de P como de P 1 . Por el
lema 15.28.11 tenemos que
ÿ ÿ ÿ
15.28.13. voln pDq ĺ voln pDq ĺ voln pDq,
DPGB,P DPGB,P 2 DPEB,P 1

donde estamos usando la notación dada en las definiciones de subvolumen y supervolumen.


El lema se sigue de 15.28.13. ‚
15.28.14. Definiciones. Sea B Ă Rn un conjunto acotado. Definimos el volumen exterior
de dimensión n de B como

vol˚n pBq :“ ínf tu P R : u es un supervolumen de dimensión n de Bu.

Así mismo, definimos el volumen interior de dimensión n de B como

voln˚ pBq :“ suptv P R : v es un subvolumen de dimensión n de Bu.

El volumen exterior de dimensión 2 se llama área exterior y el volumen interior de dimensión


2 se llama área interior, las cuales se representan de manera respectiva como a˚ y a˚ .
Similarmente, el volumen exterior de dimensión 1 se llama longitud exterior y el volumen
interior de longitud 1 se llama longitud interior y se denotan respectivamente por `˚ y `˚ .
Del lema 15.28.12 se sigue inmediatamente el teorema siguiente.
15.28.15. Teorema. Si B Ă Rn es un conjunto
acotado, entonces

voln˚ pBq ĺ vol˚n pBq.

15.28.16. Definiciones. Sea B Ă Rn un conjun-


to acotado. Decimos que B es un conjunto con
volumen de dimensión n, o que es un conjunto
Jordan-medible, cuando Camille Jordan
1838-1922
voln˚ pBq “ vol˚n pBq.

En el caso en que B sea un conjunto con vo-


lumen de dimensión n, definimos el volumen de
dimensión n de B como

voln pBq :“ vol˚n pBq.

Al volumen de dimensión n de B también se le llama medida de Jordan de dimensión n


de B. Cuando n “ 3, denotamos a vol3 simplemente por vol y le llamamos volumen. Cuando
15.28. Áreas y volúmenes 553

n “ 2 denotamos a vol2 simplemente por a y le llamamos área o área de Jordan. Cuando


n “ 1 denotamos a vol1 simplemente por ` y le llamamos longitud o longitud de Jordan.
15.28.17. Observación. Del lema 15.28.7 se deduce que las cajas cerradas son conjuntos
Jordan-medibles y que no hay conflicto entre la definición de volumen de una caja cerrada y
la definición anterior.
15.28.18. Lema. Sean C1 , C2 Ă Rn dos cajas cerradas tales que C1 Ă C2 . Para toda partición
P1 de C1 existe una partición P2 de C2 tal que toda subcaja de C1 correspondiente a P1 es
una subcaja de C2 correspondiente a P2 .
Demostración. Sean C1 “ ra1 ; b1 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s y C2 “ ra11 ; b11 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ra1n ; b1n s dos
cajas cerradas incluidas en Rn tales que a1j ĺ aj y bj ĺ b1j para todo j P t1, . . . , nu. Sea
P1 “ p∆1 , . . . , ∆n q una partición de C1 , donde cada ∆j “ pt0,j , t1,j , . . . , tmj ,j q. Para cada
intervalo ra1j ; b1j s tomemos una partición ∆1j de la siguiente manera: a) Si a1j “ aj y b1j “ bj ,
tomamos ∆1j “ ∆j ; b) si a1j “ aj y b1j ą bj , tomamos ∆1j “ pt0,j , t1,j , . . . , tmj ,j , b1j q; c) si
a1j ă aj y b1j “ bj , tomamos ∆1j “ pa1j , t0,j , t1,j , . . . , tmj ,j q; d) si a1j ă aj y b1j ą bj , tomamos
∆1j “ pa1j , t0,j , t1,j , . . . , tmj ,j , b1j q. Definida así la partición ∆1j del intervalo ra1j ; b1j s, tenemos que
la partición P2 :“ p∆11 , . . . , ∆1n q de la caja C2 es tal que toda subcaja de C1 correspondiente
a P1 es una subcaja de C2 correspondiente a P2 . ‚
15.28.19. Lema. Sean C1 , C2 Ă Rn dos cajas cerradas tales que C1 Ă C2 . Si P1 es una
partición de C1 y P2 es una partición de C2 , entonces existen un refinamiento P11 de P1 y un
refinamiento P21 de P2 tales que toda subcaja de C1 correspondiente a P11 es una subcaja de
C2 correspondiente a P21 .
Demostración. Sean C1 “ I1,1 ˆ I2,1 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ In,1 y C2 “ I1,2 ˆ I2,2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ In,2 dos cajas
incluidas en Rn tales que C1 Ă C2 . Por el lema 15.28.18, existe una partición P̂2 de C2 tal que
toda subcaja de C1 correspondiente a P1 es una subcaja de C2 correspondiente a P̂2 . Dada
tal partición P̂2 , sea P21 un refinamiento común de P2 y de P̂2 . Ahora, para cada j P t1, . . . , nu
sea ∆j,2 la partición de Ij,2 tal que P21 “ p∆1,2 , ∆2,2 , . . . , ∆n,2 q y tomemos ∆j,1 la partición de
Ij,1 cuyas componentes son las componentes de ∆j,2 que están en Ij,1 . Finalmente, tomando
P11 :“ p∆1,1 , ∆2,1 , . . . , ∆n,1 q, podemos ver que P11 y P21 satisfacen las condiciones del lema. ‚
15.28.20. Teorema. Sea B Ă Rn un conjunto acotado y sea A Ă B. Tenemos que

voln˚ pAq ĺ voln˚ pBq y vol˚n pAq ĺ vol˚n pBq.

Demostración. Sea C1 la caja envolvente de A y C2 la caja envolvente de B. Obviamente


C1 Ă C2 . Para cada ε ą 0 sean u1 y v1 un supervolumen y un subvolumen de A respectivamen-
te, correspondientes a una partición P1,ε tales que v1 ą voln˚ pAq ´ ε y u1 ă vol˚n pAq ` ε. Sean
además u2 y v2 un supervolumen y un subvolumen de B respectivamente, correspondientes
a una partición P2,ε tales que v2 ą voln˚ pBq ´ ε y u2 ă vol˚n pBq ` ε.
Debido al lema 15.28.19, existe una partición P11 de C1 y una partición P21 de C2 tales que
son refinamientos de P1 y P2 respectivamente, y además toda subcaja de C1 correspondiente
a P11 es también una subcaja de C2 correspondiente a P 1 2 . Sean u1 2 el supervolumen y v 1 2
el subvolumen de B correspondientes a P 1 2 , y sean u1 1 el supervolumen y v 1 1 el subvolumen
de A correspondientes a P 1 1 . Como toda caja cerrada que está incluida en A también está
554 15.28. Áreas y volúmenes

incluida en B y toda caja cerrada que interseca a A también interseca a B, tenemos que
v11 ĺ v 1 2 y u11 ĺ u1 2 . Ahora, como P21 es un refinamiento de P2,ε , tenemos que v2 ĺ v21 y
u12 ĺ u2 . De manera similar tenemos que v1 ĺ v11 y u11 ĺ u1 , por lo cual

voln˚ pAq ´ ε ă v1 ĺ v21 ĺ voln˚ pBq

y
vol˚n pAq ĺ u11 ĺ u12 ĺ u2 ă vol˚n pBq ` ε.
Haciendo ε Ñ 0 tenemos voln˚ pAq ĺ voln˚ pBq y vol˚n pAq ĺ vol˚n pBq. ‚
˝
15.28.21. Corolario. Si C es una caja cerrada, entonces C (el interior de C) es Jordan-
medible y además ˆ ˙
˝
voln C “ voln pCq.

Demostración. Sea C “ ra1 ; b1 s ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ; bn s una caja cerrada. En el caso


ˆ ˙ en que
˝ ˝
aj “ bj para algún j P Jn tenemos que voln pCq “ 0 y C “ ∅, por lo que voln C “ 0.
Supongamos
! ! pues que ) aj ă) bj para todo j P Jn . Sea ε un número tal que 0 ă ε ă
bj ´aj
mín mín 2
: j P Jn , 1 , Aε la caja cerrada dada por

Aε :“ ra1 ` ε; b1 ´ εs ˆ ra2 ` ε; b2 ´ εs ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ ran ` ε; bn ´ εs

y M :“ máxtbj ´ aj : j P Jn u. Por los teoremas 15.28.15 y 15.28.20 tenemos que


n
ź n
ź
n`1 n´1 n`1 n´1
voln pCq ´ 2 M ε“ pbj ´ aj q ´ 2 M εĺ ppbj ´ aj q ´ 2εq
j“1 j“1
ˆ ˙ ˆ ˙
˝ ˝
˚
“ voln pAε q ĺ voln˚ C ĺ voln C ĺ voln pCq.
ˆ ˙ ˆ ˙
˝ ˝
Así, haciendo ε ÝÑ 0, tenemos que voln˚ C “ voln C “ voln pCq.
˚

15.28.22. Teorema. Sean A, B Ă Rn conjuntos Jordan-medibles. Los conjuntos A Y B y


A X B son Jordan-medibles y además

voln pA Y Bq “ voln pAq ` voln pBq ´ voln pA X Bq.

Demostración. Sean C1 , C2 , C3 y C4 las cajas envolventes de A, B, A Y B y A X B


respectivamente. Para cada ε ą 0 sean P1 , P2 , P3 y P4 particiones de C1 , C2 , C3 y C4
respectivamente tales que los correspondientes subvolúmenes v1 , v2 y v4 , y supervolúmenes
u1 , u2 y u4 de A, B y AXB son tales que u1 ´ε ă voln pAq ă v1 `ε, u2 ´ε ă voln pBq ă v2 `ε,
u4 ´ ε ă vol˚n pA X Bq y voln˚ pA X Bq ă v4 ` ε. Por el lema 15.28.18 existen dos particiones
P31 , P32 y P34 de C3 tales que toda subcaja de C1 correspondiente a P1 es una subcaja de
C3 correspondiente a P31 , toda subcaja de C2 correspondiente a P2 es una subcaja de C3
15.28. Áreas y volúmenes 555

correspondiente a P32 y toda subcaja de C4 correspondiente a P4 es una subcaja de C3


correspondiente a P34 . Tomemos una partición P̂3 que sea un refinamiento común de P3 , P31 ,
P32 y P34 . Sean P̂1 , P̂2 y P̂4 refinamientos de P1 , P2 y P4 respectivamente tales que todas las
subcajas de C1 , C2 y C4 correspondientes a P̂1 , P̂2 y P̂4 son subcajas de C3 correspondientes
a P̂3 (para ver cómo se pueden tomar tales particiones, revísese la demostración del lema
15.28.19). Denotemos por û1 , û2 , û3 y û4 a los supervolúmenes de A, B, A Y B y A X
B respectivamente correspondientes a las particiones P̂1 , P̂2 , P̂3 y P̂4 , y por v̂1 , v̂2 , v̂3 y
v̂4 a los subvolúmenes de A, B, A Y B y A X B respectivamente, correspondientes a las
particiones P̂1 , P̂2 , P̂3 y P̂4 . Para i P t1, 2, 3, 4u denotemos por Hi al conjunto de subcajas
de Ci correspondientes a P̂i , H1˚ :“ tR P H1 : R Ă Au, H2˚ :“ tR P H2 : R Ă Bu,
H3˚ :“ tR P H3 : R Ă A Y Bu, H4˚ :“ tR P H4 : R Ă A X Bu, H1˚ :“ tR P H1 : R X A ‰ ∅u,
H2˚ :“ tR P H2 : R X B ‰ ∅u, H3˚ :“ tR P H3 : R X pA Y Bq ‰ ∅u y H4˚ :“ tR P H4 :
R X pAřX Bq ‰ ∅u. Observemos ř que H1˚ Y H2˚ Ă H3˚ , H3 “ H1 Y H2 , H1˚ X H2˚ “ H4˚ ,
˚ ˚ ˚

v̂i “ voln pRq y ûi “ voln pRq, por lo que v̂3 ľ v̂1 ` v̂2 ´ û4 y û3 ĺ û1 ` û2 ´ v̂4 ,
RPHi˚ RPHi˚
obteniéndose
voln pAq ´ ε ` voln pBq ´ ε ´ pvol˚n pA X Bq ` εq ă v1 ` v2 ´ v4
ĺ v̂1 ` v̂2 ´ û4 ĺ v̂3 ĺ voln˚ pA Y Bq ĺ vol˚n pA Y Bq ĺ û3 ĺ û1 ` û2 ´ v̂4
ĺ u1 ` u2 ´ v4 ă voln pAq ` ε ` voln pBq ` ε ´ pvoln˚ pA X Bq ´ εq,

por lo tanto

voln pAq ` voln pBq ´ vol˚n pA X Bq


15.28.23. ă voln˚ pA Y Bq ` 3ε ĺ vol˚n pA Y Bq ` 3ε
ă voln pAq ` voln pBq ´ voln˚ pA X Bq ` 6ε.

Ahora, tenemos que û1 ´ v̂1 ă 2ε y û2 ´ v̂2 ă 2ε y û4 ´ v̂4 es la suma de los volúmenes de
los elementos de H4˚ menos la suma de los volúmenes de los elementos de H4˚ , pero como
H4˚ zH4˚ Ă pH1˚ zH1˚ q Y pH2˚ zH2˚ q, entonces û4 ´ v̂4 ĺ pû1 ´ v̂1 q ` pû2 ´ v̂2 q ă 4ε, de modo que

v̂4 ĺ voln˚ pA X Bq ĺ vol˚n pA X Bq ĺ û4 ă v̂4 ` 4ε,

por lo tanto
0 ĺ vol˚n pA X Bq ´ voln˚ pA X Bq ă 4ε,
para todo ε ą 0, es decir A X B es Jordan-medible. Así, al hacer tender ε a cero en la
expresión 15.28.23, se obtiene que también A Y B es Jordan-medible y además

voln pA Y Bq “ voln pAq ` voln pBq ´ voln pA X Bq. ‚

Del teorema anterior y del hecho de que el conjunto vacío tiene volumen de dimensión n
igual a cero se sigue el corolario siguiente.
15.28.24. Corolario. Si A, B Ă Rn son conjuntos disjuntos Jordan-medibles, entonces

voln pA Y Bq “ voln pAq ` voln pBq.


556 15.28. Áreas y volúmenes

Usando inducción matemática y el corolario 15.28.24 se puede demostrar fácilmente el


siguiente corolario.
15.28.25. Corolario. Sea pA1 , A2 , . . . , AN q una sucesión de N componentes de subconjuntos
ŤN
de Rn que son Jordan-medibles y disjuntos entre sí. El conjunto Ak es Jordan-medible y
k“1
además ˜ ¸
N
ď N
ÿ
voln Ak “ voln pAk q.
k“1 k“1

15.28.26. Teorema. Si A, B Ă Rn son conjuntos Jordan-medibles y A Ă B, entonces BzA


es Jordan-medible y además

voln pBzAq “ voln pBq ´ voln pAq.

Demostración. Sean C1 y C2 las cajas envolventes de A y B respectivamente. Para cada


ε ą 0 sean u1 y u2 supervolúmenes de A y B respectivamente correspondiente a particiones P1
y P2 tales que los correspondiente subvolúmenes v1 y v2 de A y B respectivamente satisfacen

15.28.27. u1 ă v1 ` ε y u2 ă v2 ` ε.

En vista del lema 15.28.19 podemos suponer además que todas las subcajas de C1 correspon-
dientes a P1 son subcajas de C2 correspondientes a P2 . Observemos que que v :“ v2 ´ u1 es
un subvolumen de BzA y que u :“ u2 ´ v1 es un supervolumen de BzA. De esta forma, al
usar 15.28.23 obtenemos
vol˚n pBzAq ă u “ u2 ´ v1 ă v2 ´ u1 ` 2ε “ v ` 2ε
ĺ voln˚ pBzAq ` 2ε ĺ vol˚n pBzAq ` 2ε,

pero como ε ą 0 es arbitrario, tenemos que vol˚n pBzAq “ voln˚ pBzAq, es decir BzA es
Jordan-medible.
Ahora, Como B “ pBzAq Y A, y pBzAq X A “ ∅, tenemos del corolario 15.28.24 que
voln pBq “ voln pBzAq ` voln pAq, es decir voln pBzAq “ voln pBq ´ voln pAq, con lo que el
teorema queda demostrado. ‚
15.28.28. Lema. La frontera de cualquier caja incluida en Rn tiene volumen de dimensión
n igual a cero.
Demostración. Sea C una caja cerrada. Por el corolario 15.28.21 tenemos que voln pCq “
˝ ˝
voln pCq, por el teorema 15.28.26 tenemos que CzC “ BC es Jordan-medible y además por el
corolario 15.28.24 tenemos
˝
voln pCq “ voln pCq ` voln pBCq “ voln pCq ` voln pBCq,
15.28. Áreas y volúmenes 557

de donde concluimos que voln pBCq “ 0. ‚


15.28.29. Teorema. Si A Ă Rn es un conjunto Jordan-medible y B es una traslación de A
(es decir existe un t P Rn tal que B “ ta ` t : a P Au), entonces B es Jordan-medible y

voln pBq “ voln pAq.

Demostración. Recordemos que si D Ă Rn y t P Rn , la expresión D ` t representa al


conjunto td ` t : d P Du. Así pues, podemos observar que si C es la caja envolvente de A
y B “ A ` t, entonces C ` t es la caja envolvente de B. Tenemos además que si P es una
partición de C y las subcajas de C correspondientes a P son C1 , C2 , . . . , CN , entonces existe
una partición P 1 de C ` t tal que la subcajas de C ` t correspondientes a P 1 son C1 ` t,
C2 ` t, . . . , CN ` t. Pero, como podemos ver, voln pCj q “ voln pCj ` tq para cada caja Cj , de
modo que todo supervolumen de A es también un supervolumen de B y todo subvolumen de
A es también un subvolumen de B, por lo cual

vol˚n pBq ĺ vol˚n pAq “ voln pAq “ voln˚ pAq ĺ voln˚ pBq ĺ vol˚n pBq,

es decir B es Jordan-medible y además voln pBq “ voln pAq. ‚


15.28.30. Teorema. Si A Ă Rn es Jordan-medible y T : Rn ÝÑ Rn es la transformación
lineal tal que para algún k P t1, . . . , nu se tiene T pa1 , a2 , . . . , an q “ pb1 , b2 , . . . , bn q, con bj “ aj
si j ‰ k y bk “ αak ; entonces T rAs es Jordan-medible y además

voln pT rAsq “ |α|voln pAq.

Demostración. En el caso en que α “ 0 el resultado es claro debido a que T rAs está


incluido en un rectángulo con volumen de dimensión n igual a cero.
Supongamos que α ‰ 0. Sea C la caja envolvente de A y observemos que T rCs es la caja
envolvente de T rAs. Observemos además que si P es una partición de C cuyas subcajas de C
correspondientes a P son C1 , C2 , . . . , CN , entonces existe una partición P 1 de T rCs tales que
las subcajas de T rCs correspondientes a P 1 son precisamente T rC1 s, T rC2 s, . . . , T rCN s. Más
aún, si Cm “ rc1 ; d1 sˆrc2 ; d2 sˆ¨ ¨ ¨ˆrcn ; dn s, entonces T rCm s “ rc1 ; d1 sˆrc12 ; d12 sˆ¨ ¨ ¨ˆrc1n ; d1n s,
donde pc1j , d1j q “ pcj , dj q para j ‰ k y

pαck , αdk q si α ą 0
#
pc1k , d1k q “ .
pαdk , αck q si α ă 0

En cualquier caso tenemos que


n
ź n
ź
voln pT rCm sq “ |d1k ´ c1k | pdj ´ cj q “ |α|pdk ´ ck q pdj ´ cj q
j“1 j“1
j‰k j‰k
n
ź
“ |α| pdj ´ cj q “ |α|voln pCm q,
j“1
558 15.28. Áreas y volúmenes

por lo tanto, si u es un supervolumen de A, entonces |α|u es un supervolumen de T rAs y si


v es un subvolumen de A, entonces |α|v es un subvolumen de T rAs. Tenemos así que

|α|u ĺ voln˚ pT rAsq ĺ vol˚n pT rAsq ĺ |α|u,

de lo cual se sigue que

|α|voln pAq ĺ voln˚ pT rAsq ĺ vol˚n pT rAsq ĺ |α|voln pAq,

concluyendo que T rAs es Jordan-medible y además

voln pT rAsq “ |α|voln pAq. ‚

Observemos que en la transformación T del teorema anterior α “ det T y la matriz


asociada a T es la asociada a la operación matricial de multiplicar un renglón por un número
α. En el caso en que α ‰ 0, ésta es una operación elemental.
Como caso particular del teorema anterior tenemos el corolario siguiente.
15.28.31. Corolario. Si A Ă Rn es Jordan-medible y R es una reflexión elemental en Rn ,
entonces RrAs es también Jordan-medible y además

voln pRrAsq “ voln pAq.

Demostración. El resultado es consecuencia del teorema 15.28.31 al tomar α “ ´1. ‚


15.28.32. Teorema. Si A Ă Rn es Jordan-medible y T : Rn ÝÑ Rn es la transforma-
ción lineal tal que para algunos números diferentes k, l P t1, . . . , nu T pa1 , a2 , . . . , an q “
pb1 , b2 , . . . , bn q, donde bj “ aj para j R tk, lu, bk “ al y bl “ ak , entonces T rAs es Jordan-
medible y además
voln pT rAsq “ voln pAq.

La demostración del teorema anterior se puede hacer siguiendo una técnica similar a la
empleada en los teoremas 15.28.29 y 15.28.30 y se deja al lector.
Observemos que en la transformación T del teorema anterior det T “ ´1 y la matriz
asociada a T es la asociada a la operación elemental de intercambiar el orden de dos renglones
diferentes.
15.28.33. Teorema. Sea B Ă Rn un conjunto Jordan-medible. El conjunto B (la cerradura
de B) es Jordan-medible y además

voln pBq “ voln pBq.

Demostración. Sea C la caja envolvente de B y observemos que también es la caja envol-


vente de B. Sea u un supervolumen de B correspondiente a una partición P .
15.28. Áreas y volúmenes 559

Afirmamos que el conjunto K :“ tDŤ : D es una subcaja de C correspondiente a P que


interseca a B} cubre a B. En efecto, D es un conjunto cerrado que incluye a B, por lo
DPK
que también debe incluir a B, es decir K cubre a B. Como B Ă B, tenemos además que
cualquier elemento de K interseca a B, por lo que u es también un supervolumen de B, de
manera que vol˚n pBq ĺ u para cualquier supervolumen u de B, es decir vol˚n pBq ĺ voln pBq.
Ahora, como voln pBq ĺ voln˚ pBq ĺ vol˚n pBq ĺ voln pBq, tenemos que B es Jordan-medible y
además voln pBq “ voln pBq. ‚
˝
15.28.34. Teorema. Sea B Ă Rn un conjunto Jordan-medible. El conjunto B es Jordan-
medible y además ˆ ˙
˝
voln B “ voln pBq.

Demostración. Sean C la caja envolvente de B, v un subvolumen de B, P una partición


de C tal que v es el subvolumen de B correspondiente a P y K :“ tD : D es una subcaja
Ť ˝
de C correspondiente a P tal que D Ă B}. Observemos que A :“ D es abierto, Jordan-
DPK
˝
medible y además A Ă B, por lo que debido al lema 15.28.28, al teorema 15.28.15 y al
corolario 15.28.25 tenemos
ˆ ˙ ˆ ˙
˝ ˝
˚
15.28.35. v “ voln pAq ĺ voln˚ B ĺ voln B ĺ voln pBq.

Ahora, como 15.28.35 es válida para todo subvolumen v de B, tenemos que


ˆ ˙ ˆ ˙
˝ ˝
˚
voln pBq ĺ voln˚ B ĺ voln B ĺ voln pBq,
ˆ ˙
˝ ˝
es decir B es Jordan-medible y además voln B “ voln pBq. ‚

15.28.36. Lema. Sea B Ă Rn un conjunto Jordan-medible. El conjunto BB (la frontera de


B) es Jordan-medible y además
voln pBBq “ 0.

˝
Demostración.ˆ De
˙ los teoremas 15.28.33 y 15.28.34 se tiene que B y B son Jordan-medibles
˝
y además voln B “ voln pBq “ voln pBq. Ahora, por el teorema 15.28.26 tenemos que
˝
BB “ BzB es Jordan-medible y además
ˆ ˙
˝
voln pBBq “ voln pBq ´ voln B “ 0. ‚

El siguiente lema es un recíproco del lema 15.28.36.


15.28.37. Lema. Sea B Ă Rn un conjunto acotado. Si B no es Jordan-medible, entonces
vol˚n pBBq ą 0. Es decir, si B no es Jordan-medible, entonces BB no es Jordan-medible o bien
voln pBBq ą 0.
560 15.28. Áreas y volúmenes

Demostración. Sea B un conjunto acotado que no es Jordan-medible, es decir

voln˚ pBq ă vol˚n pBq.

Observemos que la caja envolvente de B es la misma que la de BB y llamémosle C a tal


caja envolvente. Sean P una partición de C, K el conjunto de subcajas de C correspondientes
a P , K˚ :“řtR P K : R Ă Bu,řK ˚ :“ tR P K : R XřB ‰ ∅u, K 1 :“ tR P K : R X BB ‰
∅u, u :“ voln pRq, v :“ voln pRq y u1 :“ voln pRq. Tomemos d :“ vol˚n pBq ´
RPK ˚ RPK˚ RPK 1
voln˚ pBq y notemos que u ´ v ľ d (independientemente de cual sea la partición P ). Ahora,
Ť ˝
R, por lo que
Ť Ť
Rz R Ă
RPK ˚ RPK˚ RPK 1
˜ ¸ ˜ ¸ ˜ ¸ ˜ ¸
ď ď ď ď ˝
d ĺ voln R ´ voln R “ voln R ´ voln R
RPK ˚ RPK˚ RPK ˚ RPK˚
˜ ¸ ˜ ¸
ď ď ˝ ď
“ voln Rz R ĺ voln R “ u1 ,
RPK ˚ RPK˚ RPK 1

de modo que cualquier supervolumen u1 de BB es mayor o igual que d y así vol˚n pBBq ľ d ą 0.

Como consecuencia inmediata de los lemas 15.28.36 y 15.28.37 tenemos el teorema si-
guiente.
15.28.38. Teorema. Sea B Ă Rn un conjunto acotado. El conjunto B es Jordan-medible si
y sólo si BB es Jordan-medible y además voln pBBq “ 0.
15.28.39. Definición. Decimos que dos conjuntos A, B Ă Rn se traslapan cuando la
intersección de sus interiores es diferente del vacío. Es decir A y B se traslapan siempre y
˝ ˝
cuando A X B ‰ ∅.
De la definición anterior tenemos que si A y B no se traslapan, entonces AXB Ă BAYBB,
de modo que tenemos el corolario siguiente.
15.28.40. Corolario. Si A, B Ă Rn son dos conjuntos Jordan-medibles que no se traslapan,
entonces
voln pA Y Bq “ voln pAq ` voln pBq.

El siguiente corolario es una generalización del corolario 15.28.40, cuya demostración se


puede hacer fácilmente por inducción matemática.
15.28.41. Corolario. Sean pA1 , A2 , . . . , AN q una sucesión de N componentes de subcon-
N
Ť
juntos de Rn que son Jordan-medibles y que no se traslapan. El conjunto Ak es Jordan-
k“1
medible y además ˜ ¸
N
ď N
ÿ
voln Ak “ voln pAk q.
k“1 k“1
15.28. Áreas y volúmenes 561

El siguiente lema nos da la fórmula para calcular el área de un tipo de región triangular
muy específica.
15.28.42. Lema. Sea R Ă R2 la región triangular tpx, yq : 0 ĺ x ĺ a y 0 ĺ y ĺ ´ ab x ` bu,
donde a, b ą 0. El conjunto R es un conjunto con área y además

ab
apRq “ .
2

Demostración. Sea δN “ Na y observemos que ppk ´1qδN qN k“1 es una partición del intervalo
`1

r0; as. Tomemos ahora para cada j P JN las cajas cerradas Rj˚ :“ tpx, yq P R2 : pj ´ 1qδN ĺ
x ĺ jδN y 0 ĺ y ĺ ´ ab pj ´ 1qδN ` bu y Rj :“ tpx, yq P R2 : pj ´ 1qδN ĺ x ĺ jδN y
N N
0 ĺ y ĺ ´ ab jδN ` bu. Tenemos que Rj˚ . Del corolario 15.28.41 obtenemos
Ť Ť
Rj Ă R Ă
j“1 j“1
˜ ¸
N N N N
que tanto Rj como Rj son conjuntos con área y además a apRj q y
Ť Ť ˚ Ť ř
Rj “
j“1 j“1 j“1 j“1
˜ ¸
N N
apRj˚ q, donde apRj q “ δN p´ ab jδN ` bq y apRj˚ q “ δN p´ ab pj ´ 1qδN ` bq.
Ť ř
a Rj˚ “
j“1 j“1
Ahora, por los teoremas 15.28.15 y 15.28.20
N ˆ ˙ N ˆ ˙
ÿ b ˚
ÿ b
δN ´ jδN ` b ĺ a˚ pRq ĺ a pRq ĺ δN ´ pj ´ 1qδN ` b ,
j“1
a j“1
a

pero por una parte


N ˆ ˙ 2 2
ÿ b N δN b δN b N pN ` 1q
δN ´ pj ´ 1qδN ` b “ N δN b ` ´
j“1
a a a 2
ab ab ab ab ab
“ ab ` ´ ´ “ `
N 2 2N 2 2N
y por otra parte
N ˆ ˙ 2
ÿ b δN b N pN ` 1q
δN ´ jδN ` b “ N δN b ´
j“1
a a 2
ab ab ab ab
“ ab ´ ´ “ ´ ,
2 2N 2 2N
por lo que
ab ab ab ab
` ĺ a˚ pRq ĺ a˚ pRq ĺ ` ,
2 2N 2 2N
y haciendo tender N a 8 obtenemos que a˚ pRq “ a˚ pRq “ ab
2
. ‚
562 15.28. Áreas y volúmenes

Un resultado ligeramente más general que el lema 15.28.42 es el siguiente.


15.28.43. Lema. Si R Ă R2 es una región triangular cuya frontera es un triángulo rectángulo
con catetos paralelos a los ejes de coordenadas, entonces el área de la región triangular R es
el producto de las longitudes de los catetos entre 2.
Demostración. Sean a y b las longitudes de los catetos del triángulo que es la frontera de
R. Si T es la región triangular cuya frontera es el triángulo Ÿp0, 0qpa, 0qpb, 0q, entonces R es
la imagen de T bajo una o varias reflexiones elementales compuesta con una o varias trans-
formaciones como la dada de el teorema 15.28.32 y a su vez compuesta por una traslación.
Debido a los teoremas 15.28.29 y 15.28.32, al corolario 15.28.31 y al lema 15.28.42 se tiene
que apRq “ apT q “ ab2
. ‚
15.28.44. Teorema. Si A Ă Rn es Jordan-medible, B Ă Rm también es Jordan-medible
y E :“ tpe1 , e2 , . . . , en , en`1 , . . . , en`m q P Rn`m : pe1 , . . . , en q P A y pen`1 , . . . , en`m q P Bu,
entonces E es Jordan-medible y además

voln`m pEq “ voln pAqvolm pBq.

Demostración. Sea C 1 “ I1 ˆI2 ˆ¨ ¨ ¨ˆIn la caja envolvente de A, sea C 2 “ In`1 ˆ¨ ¨ ¨ˆIn`m


la caja envolvente de B y observemos que C :“ I1 ˆ I2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ In`m es la caja envolvente de
E. Para todo ε ą 0 sean P 1 “ p∆1 , . . . , ∆n q y P 2 “ p∆n`1 , . . . , ∆n`m q particiones de C 1 y
de C 2 respectivamente tales que los supervolúmenes u1 y u2 de A y B respectivamente y los
subvolúmenes v 1 y v 2 de A y B respectivamente correspondientes a P 1 y P 2 , son tales que
u1 ´ ε ă voln pAq, u2 ´ ε ă volm pBq, v 1 ` ε ą voln pAq y v 2 ` ε ą volm pBq. Observemos que
P :“ p∆1 , ∆2 , . . . , ∆n`m q es una partición de C y además Ĉ “ Iˆ1 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Iˆn ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Iˆn`m es
una subcaja de C correspondiente a P si y sólo si Ĉ 1 :“ Iˆ1 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Iˆn es una subcaja de C 1
correspondiente a P 1 y Cˆ2 :“ Iˆn`1 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Iˆn`m es una subcaja de C 2 correspondiente a P 2 .
Supongamos pues que Ĉ “ Iˆ1 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Iˆn ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Iˆn`m es una subcaja de C correspondiente
a P y observemos además que Ĉ Ă E si y sólo si Ĉ 1 Ă A y Cˆ2 Ă B, y Ĉ X E ‰ ∅ si y
sólo si Ĉ 1 X A ‰ ∅ y Cˆ2 X B ‰ ∅. Denotemos por u y v respectivamente al supervolumen y
subvolumen de E correspondientes a la partición P .
Afirmamos que u “ u1 u2 y v “ v 1 v 2 . En efecto, sean K :“ tD : D es una subcaja de C
correspondiente P }, K 1 :“ tD : D es una subcaja de C 1 correspondiente P 1 } y K 2 :“ tD : D
es una subcaja de C 2 correspondiente P 2 }. Debido a las observaciones hecha tenemos que

ÿ ÿ ÿ ÿ
u“ voln`m pĈq “ voln pĈ 1 qvolm pCˆ2 q “ voln pĈ 1 qvolm pCˆ2 q
ĈPK ĈPK Ĉ 1 PK 1 Cˆ2 PK 2
ĈXE‰∅ ĈXE‰∅ Ĉ 1 XA‰∅ ˆ
C 2 XB‰∅
¨ ˛¨ ˛
˚ ÿ ‹˚ ÿ ‹
voln pC 1 q‹ ˚ volm pC 2 q‹ “ u1 u2
˚ ‹˚ ‹
“˚
˝ 1 1 ‚˝ ˆ2 2 ‚
Ĉ PK C PK
Ĉ 1 XA‰∅ Cˆ2 XB‰∅
15.28. Áreas y volúmenes 563

y también
ÿ ÿ ÿ ÿ
v“ voln`m pĈq “ voln pĈ 1 qvolm pCˆ2 q “ voln pĈ 1 qvolm pCˆ2 q
ĈPK ĈPK Ĉ 1 PK 1 Cˆ2 PK 2
ĈĂE ĈĂE Ĉ 1 ĂA Cˆ2 ĂB
¨ ˛¨ ˛
˚ ÿ ‹˚ ÿ
1 ‹˚

2 ‹ 1 2
“˚
˝ voln pC q‚˝ volm pC q‚“ v v .
Ĉ 1 PK 1 Cˆ2 PK 2
Ĉ 1 ĂA Cˆ2 ĂB

Por lo anterior tenemos las siguientes desigualdades

voln pAqvolm pBq ĺ pv 1 ` εqpv 2 ` εq “ v 1 v 2 ` pv 1 ` v 2 ` εqε


ĺ voln`m ˚ pEq ` pvoln pAq ` volm pBq ` εqε
ĺ vol˚n`m pEq ` pvoln pAq ` volm pBq ` εqε
ĺ u1 u2 ` pvoln pAq ` volm pBq ` εqε
ĺ pvoln pAq ` εqpvolm pBq ` εq ` pvoln pAq ` volm pBq ` εqε
ĺ voln pAqvolm pBq ` 2pvoln pAq ` volm pBq ` εqε,

que podemos resumir como

voln pAqvolm pBq ĺ voln`m ˚ pEq ` pvoln pAq ` volm pBq ` εqε
ĺ vol˚n`m pEq ` pvoln pAq ` volm pBq ` εqε
ĺ voln pAqvolm pBq ` 2pvoln pAq ` volm pBq ` εqε,

y al hacer tender ε a cero obtenemos el resultado deseado. ‚


15.28.45. Observación. Observemos que el conjunto E dado en el teorema 15.28.44 es
homeomorfo e isométrico al conjunto A ˆ B.
15.28.46. Teorema. Si A Ă Rn es Jordan-medible y T : Rn ÝÑ Rn es la transfor-
mación lineal tal que para dos enteros diferentes k, l P Jn y algún α P R se tiene que
T pa1 , a2 , . . . , an q “ pb1 , b2 , . . . , bn q, donde bj “ aj para j ‰ k y bk “ ak ` αal ; entonces T rAs
es Jordan-medible y además
voln pT rAsq “ voln pAq.

Demostración. Haremos la demostración para casos cada vez más generales hasta llegar
al resultado general del teorema.
Demostremos primero el caso en que l “ 1, k “ 2, n “ 2, A es una caja cerrada ra1 ; b1 s ˆ
ra2 ; b2 s y α ą 0. En este caso apAq “ pb1 ´ a1 qpb2 ´ a2 q y T rAs “ tpx, yq P R2 : a1 ĺ x ĺ b1 y
a2 ` αx ĺ y ĺ b2 ` αxu. Cuando a1 “ b1 , se sigue inmediatamente que apAq “ apT rAsq “ 0.
Supongamos que a1 ă b1 y observemos que la caja envolvente de T rAs es C “ tpx, yq P
R2 : a1 ĺ x ĺ b1 y a2 ` αa1 ĺ y ĺ b2 ` αb1 u y además C “ T rAs Y R1 Y R2 , donde
R1 :“ tpx, yq P R2 : a1 ĺ x ĺ b1 y a2 ` αa1 ĺ y ĺ a2 ` αxu, R2 :“ tpx, yq P R2 : a1 ĺ x ĺ b1
y b2 ` αx ĺ y ĺ b2 ` αb1 u y T rAs “ CzpR1 Y R2 q, de manera que por los teoremas 15.28.22,
564 15.28. Áreas y volúmenes

15.28.26 y 15.28.33 el conjunto T rAs es Jordan-medible y además por el corolario 15.28.41 y


el lema 15.28.43 tenemos
pb1 ´ a1 qpb2 ` αb1 ´ pa2 ` αa1 qq “ apCq “ apT rAsq ` apR1 q ` apR2 q
pb1 ´ a1 qpb1 ´ a1 qα pb1 ´ a1 qpb1 ´ a1 qα
“ apT rAsq ` `
2 2
“ apT rAsq ` pb1 ´ a1 q2 α,

de manera que apT rAsq “ pb1 ´ a1 qpb2 ´ a2 q “ apAq.


Para el caso en que α “ 0 el resultado es obvio. El caso en que l “ 1, k “ 2, n “ 2, A es
una caja cerrada ra1 ; b1 s ˆ ra2 ; b2 s y α ă 0 el resultado se demuestra de manera análoga. Así
tenemos que el resultado es válido cuando l “ 1, k “ 2, n “ 2 y A es una caja cerrada.
En el caso en que l “ 1, k “ 2, n ą 2 y A es una caja cerrada, el resultado se sigue del
teorema 15.28.44. Tenemos pues que el resultado se cumple cuando l “ 1, k “ 2 y A es una
caja cerrada.
Veamos ahora un caso más general en el cual A es cualquier conjunto Jordan-medible,
l “ 1 y k “ 2. Sea ε ą 0, C la caja envolvente de A y P una partición de C para la cual el
supervolumen u de A respectivo a la partición P es menor que voln pAq ` ε y el subvolumen v
de A respectivo a la partición P es mayor que voln pAq´ε. Sea K el conjunto de las subcajas de
C correspondientes a P y observemos que los elementos de K no se traslapan. Como T es un
homeomorfismo de Rn en Rn tenemos que los elementos del conjunto KT :“ tT rDs : D P Ku
tampoco se traslapan. Sean K 1 :“ tD P K : D X A ‰ ∅u, K 2 :“ tD P K : D Ă Au,
KT1 :“ tD P KT : D X T rAs ‰ ∅u y KT2 :“ tD P KT : D Ă T rAsu. Debido a lo ya
demostrado, al corolario 15.28.41 y a los teoremas 15.28.15 y 15.28.20
¨ ˛
ÿ ÿ ď
voln pAq ´ ε ă v “ voln pEq “ voln pT rEsq ĺ voln ˝ E‚
EPK 2 EPK 2 EPKT2
¨ ˛
ď
ĺ voln˚ pT rAsq ĺ vol˚n pT rAsq ĺ voln ˝ E‚
EPKT1
ÿ ÿ
ĺ voln pT rEsq “ voln pEq ĺ u ĺ voln pAq ` ε,
EPK 2 EPK 2

es decir tenemos que la relación

voln pAq ´ ε ĺ voln˚ pT rAsq ĺ vol˚n pT rAsq ĺ voln pAq ` ε

es válida para todo ε ą 0, por lo que T rAs es Jordan-medible y además voln pT rAsq “ voln pAq
para el caso en que l “ 1 y k “ 2.
El caso general se sigue del caso en que l “ 1 y k “ 2 y del teorema 15.28.32. En efecto, si
T es como en el enunciado del teorema 15.28.46; L1,l pa1 , a2 , . . . , an q “ pc1 , c2 , . . . , cn q, donde
c1 “ al , cl “ a1 y cj “ aj para j R t1, lu; L1,k pa1 , a2 , . . . , an q “ pd1 , d2 , . . . , dn q, donde d2 “ ak ,
dk “ a2 y cj “ aj para j R t2, ku, y T 1 pa1 , a2 , . . . , an q “ pe1 , e2 , . . . , en q, donde e2 “ a2 ` αe1
y ej “ aj para j ‰ 2; entonces

T “ L1,l ˝ L2,k ˝ T 1 ˝ L2,k ˝ L1,l . ‚


15.28. Áreas y volúmenes 565

15.28.47. Observación. Observemos que en el teorema 15.28.46 la matriz asociada a T es


la asociada a la operación matricial de cambiar un renglón por ese mismo renglón más otro
renglón multiplicado una constante. Tal operación es elemental y su matriz asociada tiene
determinante 1.
Supongamos que T : Rn ÝÑ Rn es una transformación lineal con determinante dife-
rente de cero y sean T1 , T2 , . . . , Tk transformaciones lineales elementales tales que T “
T1 ˝ T2 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ Tk . De los teoremas 15.28.30, 15.28.32, 15.28.46 y de las observaciones que
siguen a esos teoremas, podemos deducir que si B Ă Rn es Jordan-medible, entonces T rBs
es Jordan-medible y además

voln pT rBsq “ | det T1 || det T2 | ¨ ¨ ¨ | det Tk |voln pBq


“ | detpT1 q detpT2 q ¨ ¨ ¨ detpTk q|voln pBq “ | det T |voln pBq.

En el caso en que det T “ 0 tenemos que existen transformaciones elementales S1 , S2 , . . . ,


Sl tales que la matriz asociada a S1 ˝ S2 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ Sl ˝ T tiene el último renglón nulo. Podemos
ver que si A Ă Rn es un conjunto acotado tal que la n-ésima componente de cualquier
elemento de A es cero, entonces voln pAq “ 0. Sea K1 el conjunto de todos los elementos
de Rn cuya n-ésima componente es 0. El subespacio K2 :“ S1 ˝ S2 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ Sl ˝ T rRn s de Rn
tiene dimensión menor o igual que n ´ 1, por lo que existe una transformación lineal F con
determinante diferente de cero tal que F rK2 s “ K1 . Así, si B Ă Rn es un conjunto acotado,
entonces también es acotado el conjunto A :“ F ˝ S1 ˝ S2 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ Sl ˝ T rBs, el cual está incluido
en K1 , teniéndose que es Jordan-medible y su volumen de dimensión n es cero. Como los
determinantes de F , S1 , S2 , . . . Sl son diferentes de cero, entonces voln pT rBsq “ 0 (en efecto
voln pT rBsq “ voln pSl´1 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ S1´1 ˝ F ´1 rAsq “ | detpSl´1 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ S1´1 ˝ F q|voln pAq “ 0). Podemos
resumir lo anterior en el siguiente teorema.
15.28.48. Teorema. Si B Ă Rn es un conjunto Jordan-medible y T : Rn ÝÑ Rn es una
transformación lineal, entonces T rBs también es Jordan-medible y además

voln pT rBsq “ | det T |voln pBq.

15.28.49. Corolario. Si B Ă Rn es un conjunto Jordan-medible y ρ : Rn ÝÑ Rn es una


rotación elemental, entonces ρrBs también es Jordan-medible y además

voln pρrBsq “ voln pBq.

Demostración. El corolario se sigue del teorema 15.28.48 al observar que el determinante


de cualquier rotación elemental es 1. ‚
Observando que cualquier isometría de Rn en Rn es la composición de rotaciones elemen-
tales, reflexiones elementales y una traslación tenemos el corolario siguiente.
15.28.50. Corolario. Si B Ă Rn es un conjunto Jordan-medible y η : Rn ÝÑ Rn es una
isometría, entonces ηrBs también es Jordan-medible y además

voln pηrBsq “ voln pBq.


566 15.28. Áreas y volúmenes

15.28.51. Corolario. Si R Ă R2 es una región triangular cuya frontera es un triángulo


rectángulo con catetos de longitudes a y b, entonces apRq “ ab
2
.
Demostración. El corolario se sigue del lema 15.28.43 y del corolario 15.28.49 al observar
que R es la rotación de una región triangular cuya frontera es un triángulo rectángulo con
catetos paralelos a los ejes de coordenadas. ‚
Con un argumento similar al anterior se demuestra la siguiente fórmula.
15.28.52. Fórmula para el área de una región rectangular. Si R Ă R2 es una región
rectangular cuya frontera tiene lados de longitudes a y b, entonces apRq “ ab.
15.28.53. Definición. Cuando n, m P N, n ă m, B Ă Rn es un conjunto Jordan medible y
η : Rn ÝÑ Rm es una isometría, definimos el volumen de dimensión n de ηrBs (el cual
también denotaremos por voln pηrBsq) como voln pBq.
Del teorema 15.28.44, el corolario 15.28.50 y la definición anterior se tiene el teorema
siguiente.
15.28.54. Fórmula para el volumen de un cilindro truncado. El volumen de un cilindro
truncado es igual al producto del área de una base por la altura.
15.28.55. Fórmula para el área de una región triangular. El área de una región
triangular R con base de longitud b y altura correspondiente h es bh
2
.
Demostración. Debido al corolario 15.28.50 y a la definición anterior, es suficiente con-
siderar el caso en que R Ă R2 es la región triangular con vértices O “ p0, 0q, P “ pb, 0q y
Q “ pc, hq con c ą 0.
En el caso en que c “ d el resultado se sigue del corolario 15.28.51.
En el caso en que c ă d, tomemos D “ pc, 0q y llamémosle R1 a la región triangular
cuyos vértices son O, Q y D, y llamémosle R2 a la región triangular cuyos vértices son P , Q
y D. Por el corolario 15.28.40 y por el lema 15.28.43 tenemos que apRq “ apR1 q ` apR2 q “
ch
2
` pb´cqh
2
“ bh2
.
En el caso en que c ą d, sea de nuevo D “ pc, 0q y denotemos por R3 a la región triangular
cuyos vértices son P , Q y D, y por R4 a la región triangular cuyos vértices son O Q y D.
Tenemos por el corolario 15.28.40 y por el lema 15.28.43 que apR4 q “ apRq`apR3 q, apR4 q “ ch
2
y apR3 q “ pc´bqh
2
, de modo que apRq “ apR 4 q ´ apR3 q “ ch
2
´ pc´bqh
2
“ bh
2
. ‚
15.28.56. Fórmula para el área de un círculo. El área de un círculo de radio r es πr2 .
Demostración. Sea C un círculo de radio r y Π el plano en el cual está C; sea O el
n
centro de C, BC la circunferencia en Π con centro en O y radio r, y Pk´1 Pk un polígono
Ť
k“1
regular de n lados inscrito en la circunferencia BC, donde cada Pk es un vértice del polígono
y P0 “ Pn . Para cada k P Jn sea Pk˚ el punto medio del segmento Pk Pk´1 y Pk˚˚ el elemento
ÝÝÑ
de BC que está en el rayo OPk ; sea θn “ 12 >Pk´1 OPk ; sea lk la recta que pasa por Pk˚˚ y es
ÝÝÑ ÝÝÑ
perpendicular a OPk˚ ; sea Pk1 el punto donde el rayo OPk corta a la recta lk . Observemos que
ÝÝÝÝÑ
OPk´1 corta tanto a lk como a lk´1 en Pk´1 1
y observemos además que todos los elementos
n
de C diferentes de Pk˚˚ están del mismo lado Πk de lk , de manera que C Ă Πk . Tenemos
Ş
k“1
15.28. Áreas y volúmenes 567

también que si Rk es la región triangular cuya frontera es el triángulo ŸPk´1 OPk y Rk1 es la
región triangular cuya frontera es el triángulo ŸPk´1
1
OPk1 , entonces las regiones R1 , R2 , . . . ,
Rn no se traslapan y tampoco se traslapan las regiones R11 , R21 , . . . , Rn1 , y además
n
ď n
č n
ď
15.28.57. Rk Ă C Ă Πk “ Rk1 .
k“1 k“1 k“1

Tenemos además que apRk q “ 21 |Pk ´ Pk´1 |r cospθn q, de manera que de 15.28.57, el corolario
15.28.41 y el teorema 15.28.20 obtenemos
n n
ÿ 1 1 ÿ 1
a˚ pCq ľ |Pk ´ Pk´1 |r cospθn q “ r cospθn q |Pk ´ Pk´1 | ą rp2πrq cospθn q,
k“1
2 2 k“1
2

y al hacer tender n a infinito θn tiende a 0 y cospθn q tiende a 1, teniendo así que

15.28.58. a˚ pCq ľ πr2 .

Usando de nuevo 15.28.57, el teorema 15.28.20 y el corolario 15.28.41, además de semejanza


de triángulos, tenemos que
˜ ¸
n n n n
ď ÿ ÿ 1 1 1 ÿ
a˚ pCq ĺ a Rk1 “ apRk1 q “ 1
|Pk ´ Pk´1 |r “ r secpθn q|Pk ´ Pk´1 |
K“1 k“1 k“1
2 2 k“1
n
1 ÿ 1
“ r secpθn q |Pk ´ Pk´1 | ĺ r secpθn q2πr “ πr2 secpθn q,
2 k“1
2

y haciendo tender de nuevo n a infinito obtenemos que a˚ pCq ĺ πr2 , lo cual junto con la
desigualdad 15.28.58 muestra que πr2 ĺ a˚ pCq ĺ a˚ pCq ĺ πr2 , de manera que el círculo C
es Jordan-medible y su área es πr2 . ‚
15.28.59. Fórmula para el volumen de una esfera rellena. El volumen de una esfera
rellena de radio r es 34 πr3 .
Demostración. El enunciado dice algo explícito (da una fórmula para encontrar el volu-
men), pero dice también algo implícito y es que la esfera rellena es Jordan-medible. Veamos
pues que el volumen exterior y el interior coinciden y que son iguales a 43 πr3 .
Debido al corolario 15.28.50 es suficiente demostrar la fórmula para el caso en que la
esfera rellena está incluida en R3 y tiene su centro en el punto p0, 0, 0q. Sea pues E la esfera
rellena en R3 con centro en p0, 0, 0q y radio r y observemos que si E ` “ tpx, y, zq P E : z ľ 0u
y E ´ “ tpx, y, zq P E : z ĺ 0u entonces E ` y E ´ no se traslapan y además E “ E ` Y E ´ .
Observemos además que E ` y E ´ son isométricos por lo que debido a los corolarios 15.28.40
y 15.28.50 tenemos que si E ` es Jordan-medibe, entonces volpEq “ 2volpE ` q. Veamos que
E ` es Jordan-medible y calculemos su volumen. Sea n P N y pzi qni“1 la partición del intervalo
r0; rs tal que zi “ ri
n
, y para cada i P t1, 2, . . . , nu pongamos Ci´ “ tpx, y, zq P R3 : zi´1 ĺ
z ĺ zi y x2 ` y 2 ĺ r2 ´ zi2 u, el cual es un cilindro circular recto incluido en E ` , cuya altura
es nr y el radio al cuadrado de la base es r2 ´ zi2 (salvo el caso en que i “ n, en donde se
568 15.28. Áreas y volúmenes

trata de un segmento de recta incluido en E ` ). Además los conjuntos C1´ , C2´ , . . . , Cn´ , no
se traslapan, de manera que por el corolario 15.28.41 y por el teorema 15.28.20 obtenemos
˜ ¸
n n n n
ď ÿ ÿ r 2 2 3
ÿ i2
`
15.28.60. vol˚ pE q ľ vol ´
Ci “ ´
volpCi q “ πpr ´ zi q “ πr ´ πr3 3 .
i“1 i“1 i“1
n i“1
n

n
Ahora, por inducción matemática se demuestra fácilmente que npn`1qp2n`1q
, de manera
ř
i2 “ 6
i“1
que de la desigualdad 15.28.60 se obtiene
ˆ ˙ ˆ ˙
3 npn ` 1qp2n ` 1q 2 3 1 1
`
vol˚ pE q ľ πr 1 ´ “ πr ´ ` πr3 ,
6n3 3 2n 6n2

de manera que al hacer tender n a infinito obtenemos que


2
15.28.61. vol˚ pE ` q ľ πr3 .
3
Ahora, si en lugar de tomar los conjuntos Ci´ tomamos conjuntos de la forma Ci` “
n
tpx, y, zq P R3 : zi´1 ĺ z ĺ zi y x2 ` y 2 ĺ r2 ´ zi´1 u tendríamos que E ` Ă Ci´ y siguiendo
2
Ť
i“1
argumentos análogos a los anteriores podemos concluir que vol˚ pE ` q ĺ 32 πr3 , de donde se
concluye, junto con la desigualdad 15.28.61, que volpE ` q “ 23 πr3 , y así volpEq “ 34 πr3 ,
terminando así la demostración. ‚

Ejercicios.

1. Demostrar el teorema 15.28.32.

2. Hallar el área del conjunto tpx, yq P R2 : 4x2 ` y 2 ĺ 16u.

3. Hallar el volumen del conjunto tpx, y, zq P R3 : 4x2 ` y 2 ĺ 16 y ´1 ĺ z ĺ 2u.

4. Hallar el volumen del conjunto tpx, y, zq P R3 : 4x2 ` y 2 ` 9z 2 ĺ 36u.


15.29. El producto vectorial en R3 569

15.29. El producto vectorial en R3

«Dadme un punto de apoyo y moveré el mun-


«Δῶς μοι πᾶ στῶ καὶ τᾶν κινάσω.»
do» (Arquímedes de Siracusa).

En esta sección definiremos en R3 una operación que tiene propiedades geométricas im-
portantes y es muy útil en la mecánica.
15.29.1. Definiciones y notaciones. Los símbolos 0, ı̂, ̂ y k̂ denotarán a los puntos
p0, 0, 0q, p1, 0, 0q, p0, 1, 0q y p0, 0, 1q respectivamente. Para dos puntos u “ a1 ı̂ ` a2 ̂ ` a3 k̂ y
v “ b1 ı̂ ` b2 ̂ ` b3 k̂ en R3 (donde a1 , a2 , a3 , b1 , b2 , b3 P R) definimos el producto vectorial o
producto cruz de u con v, el cual se denota u ˆ v o bien ru, vs, como

u ˆ v :“ pa2 b3 ´ a3 b2 qı̂ ` pa3 b1 ´ a1 b3 q̂ ` pa1 b2 ´ a2 b1 qk̂.

Para recordar la definición anterior podemos expresar el producto vectorial, como si fuese un
determinante, mediante la expresión
ˇ ˇ
ˇ a1 a2 a3 ˇ
ˇ ˇ
ˇ b1 b2 b3 ˇ :“ u ˆ v.
ˇ ˇ
ˇ ı̂ ̂ k̂ ˇ

El concepto de producto vectorial fue introducido por primera vez por el matemático
irlandés William Rowan Hamilton (1805-1865) despuéss de trabajar con los cuaternios (una
generalización de los números complejos).
Dejaremos al lector la demostración del teorema siguiente.
15.29.2. Teorema. Dados tres vectores u, v, w P R3 y α P R tenemos la propiedades siguien-
tes:
ı̂ ˆ ̂ “ k̂, ̂ ˆ k̂ “ ı̂ y k̂ ˆı̂ “ ̂; ı̂ ˆı̂ “ ̂ ˆ ̂ “ k̂ ˆ k̂ “ 0;
pαuq ˆ v “ u ˆ pαvq “ αpu ˆ vq; u ˆ pv ` wq “ pu ˆ vq ` pu ˆ wq;
pu ` vq ˆ w “ pu ˆ wq ` pv ˆ wq; u ˆ 0 “ 0 ˆ u “ 0, y
v ˆ u “ ´pu ˆ vq;

15.29.3. Teorema. Si u, v P R3 , entonces los vectores u y u ˆ v son ortogonales.


Demostración. Sean a1 , a2 , a3 , b1 , b2 , b3 P R tales que u “ a1 ı̂`a2 ̂`a3 k̂ y v “ b1 ı̂`b2 ̂`b3 k̂,
por definición tenemos que

u ¨ pu ˆ vq “ pa1 ı̂ ` a2 ̂ ` a3 k̂q ¨ ppa2 b3 ´ a3 b2 qı̂ ` pa3 b1 ´ a1 b3 q̂ ` pa1 b2 ´ a2 b1 qk̂q


“ pa1 a2 b3 ´ a1 a3 b2 q ` pa2 a3 b1 ´ a1 a2 b3 q ` pa1 a3 b2 ´ a2 a3 b1 q “ 0,

por lo tanto u y u ˆ v son ortogonales. ‚


15.29.4. Corolario. Si u, v P R3 , entonces los vectores v y u ˆ v son ortogonales.
570 15.29. El producto vectorial en R3

Demostración. Por los teoremas 15.29.2 y 15.29.3 tenemos que v ¨ pu ˆ vq “ v ¨ p´pv ˆ uqq
“ ´pv ¨ pv ˆ uqq “ ´0 “ 0, por lo tanto v y u ˆ v son ortogonales. ‚
15.29.5. Teorema. Si u P R3 , entonces u ˆ u “ 0.
Demostración. Sean a1 , a2 , a3 P R tales que u “ a1 ı̂ ` a2 ̂ ` a3 k̂. Tenemos por definición
uˆu “ pa1 ı̂`a2 ̂`a3 k̂qˆpa1 ı̂`a2 ̂`a3 k̂q “ pa2 a3 ´a3 a2 qı̂`pa3 a1 ´a1 a3 q̂`pa1 a2 ´a2 a1 qk̂ “ 0.

15.29.6. Corolario. Si u P R3 y t P R, entonces u ˆ tu “ 0.
Demostración. Tenemos de los teoremas 15.29.2 y 15.29.5 que u ˆ tu “ tpu ˆ uq “ t0 “ 0.

15.29.7. Teorema. Si u, v P R3 y θ “ >u0v, entonces

|u ˆ v| “ |u||v| senpθq.

Demostración. Sea u “ pa1 , a2 , a3 q y v “ pb1 , b2 , b3 q, tenemos


d
a pu ¨ vq2 a
|u||v| senpθq “ |u||v| 1 ´ pcospθqq2 “ |u||v| 1 ´ 2 2 “ |u|2 |v|2 ´ pu ¨ vq2
|u| |v|
b
“ pa21 ` a22 ` a23 qpb21 ` b22 ` b23 q ´ pa1 b1 ` a2 b2 ` a3 b3 q2
a
“ pa2 b3 ´ a3 b2 q2 ` pa1 b3 ´ a3 b1 q2 ` pa1 b2 ´ a2 b1 q2 “ |u ˆ v|. ‚

15.29.8. Corolario. Dado un paralelogramo ˝ABCD, el área de la región determinada por


tal paralelogramo es |pA ´ Bq ˆ pC ´ Bq|.
Demostración. Sea θ “ >ABC y tomemos al lado AB como base del paralelogramo
˝ABCD, la altura correspondiente a tal base es |C ´ B| senpθq por lo que el área de la
región determinada por el paralelogramo es |A ´ B||C ´ B| senpθq. Observando que θ es
igual a >pA ´ Bq0pC ´ Bq y aplicando el teorema 15.29.7, tenemos que el área de la región
determinada por ˝ABCD es igual a |pA ´ Bq ˆ pC ´ Bq|. ‚
15.29.9. Teorema. Sea V el vértice de un paralelepípedo y sean además V P , V Q y V R aris-
tas diferentes del paralelepípedo (las adyacentes al vértice V ). El volumen del paralelepípedo
es
|pR ´ V q ¨ ppQ ´ V q ˆ pP ´ V qq|.

Demostración. Tomemos como base del paralelepípedo a la región que contiene las aristas
V P y V Q, la cual, por el corolario 15.29.8, tiene área |pP ´ V q ˆ pQ ´ V q|. Ahora, por el
teorema 15.29.3 y el corolario 15.29.4, el vector pP ´ V q ˆ pQ ´ V q es ortogonal al plano que
contiene a la base. Sea ~u un vector unitario ortogonal a la base. Por el teorema 15.8.26, la
altura del paralelepípedo es |pR ´ V q ¨ ~u|, por lo que el volumen del paralelepípedo es

|pP ´ V q ˆ pQ ´ V q||pR ´ V q ¨ ~u| “ |pR ´ V q ¨ pP ´ V q ˆ pQ ´ V q||~u|


“ |pR ´ V q ¨ pP ´ V q ˆ pQ ´ V q||p´~uq|,
15.29. El producto vectorial en R3 571

pero
pQ ´ V q ˆ pP ´ V q “ |pP ´ V q ˆ pQ ´ V q|~u
o bien
pQ ´ V q ˆ pP ´ V q “ |pP ´ V q ˆ pQ ´ V q|p´~uq,
por lo tanto el volumen del paralelepípedo es |pR ´ V q ¨ ppQ ´ V q ˆ pP ´ V qq|. ‚
Como aplicación a la mecánica del producto cruz tenemos que si F ~ es un vector que
representa la fuerza que se aplica en el punto P de una palanca con apoyo en un punto Q,
entonces el momento está dado por M :“ pP ´ Qq ˆ F. ~ El momento mide la tendencia a
que la palanca gire alrededor del punto de apoyo Q, más precisamente alrededor del rayo
rQ; Q ` M y (en sentido contrario a las manecillas del reloj, donde el observador está en el
punto Q`M viendo hacia el punto Q). Cuando se aplican varias fuerzas a diferentes palancas
con un punto de apoyo común Q, el momento resultante es la suma de los momentos.
572 15.30. La medida de Lebesgue en Rn

15.30. La medida de Lebesgue en Rn


En esta sección extenderemos el concepto de medida de Jordan de dimensión n para
conjuntos más generales que los Jordan-medibles.
15.30.1. Definición. Para cada ν “ pν1 , ν2 , . . . , νn q P Zn , sea Cν la caja cerrada tpx1 , x2 , . . . ,
xn q P Rn : νk ´ 1 ĺ xk ĺ νk para todo k P Jn u. Si A Ă Cν definimos la medida exterior de
Lebesgue de dimensión n de A como el número no negativo
# +
ÿ
λ˚n pAq :“ínf voln pBq : C es un cubierta numerable de A cuyos elementos son cajas .
BPC

En general, si A Ă Rn definimos la medida exterior de Lebesgue de A como


ÿ
λ˚n pAq :“ λ˚n pA X Cν q.
νPZn

A lo largo de esta sección conservaremos el


significado del símbolo Cν y estudiaremos prime-
ro el caso en que A Ă Cν , para algún ν P Zn .
15.30.2. Observación. Observemos que en la
definición 15.30.1 la cubierta C puede ser tomada
con puras cajas abiertas o con puras cajas cerra-
das.
15.30.3. Observación. Si ν P Zn y A Ă Cν ,
entonces voln˚ pAq ĺ λ˚n pAq ĺ vol˚n pAq. En parti-
cular λ˚n pCν q “ 1.
15.30.4. Lema. Si ν P Zn y K es un subconjunto
compacto de Cν , entonces λ˚n pKq “ vol˚n pKq.
Demostración. De la observación 15.30.3 tene-
mos que λ˚n pKq ĺ vol˚n pKq.
Si tuviéramos que λ˚n pKq ă vol˚n pKq existiría
una cubierta abierta numerable pB Č k qk“1 de K,
8

cuyos elementos son cajas abiertas tales que


8
ÿ
λ˚n pKq ĺ voln pBk q ă vol˚n pKq.
k“1

N
Ahora, como K es compacto, tendríamos que K Ă Bk , para algún N P N, de manera
Ť
k“1
N
que K Ă Bk y además
Ť
k“1
˜ ¸
N
ď N
ÿ N
ÿ 8
ÿ
vol˚n pKq ĺ vol˚n Bk ĺ voln pBk q ĺ voln pBk q ĺ voln pBk q ă vol˚n pKq,
k“1 k“1 k“1 k“1
15.30. La medida de Lebesgue en Rn 573

lo cual es absurdo. Tenemos así la imposibilidad de que λ˚k pKq ă vol˚n pKq, de manera que
λ˚n pKq “ vol˚n pKq. ‚
15.30.5. Definición. Si A Ă Cν , para algún ν P Zn , definimos
λn˚ pAq :“ 1 ´ λ˚n pCν zAq,
lo cual se llama medida interior de Lebesgue de A.
15.30.6. Teorema. Si A Ă Cν , entonces λn˚ pAq ĺ λ˚n pAq.
Demostración. Supongamos que λn˚ pAq ą λ˚n pAq. Por definición de medida interior de
Lebesgue tendríamos que
1 ´ λ˚n pCν zAq ą λ˚n pAq,
es decir,
λ˚n pAq ` λ˚n pCν zAq ă 1,
de manera que existirían cubiertas numerables pA
Čk qk“1 y pBk qk“1 de A y Cν zA respectiva-
8 Č 8

mente, cuyos elementos son cajas, tales que


8
ÿ 8
ÿ
voln pAk q ` voln pBk q ă 1,
k“1 k“1

si k es par
#
Ak
de manera que si hacemos Dk “ , tenemos que pDk qk“1 es una cu-
2 Č 8
B k`1 si k es impar
2
bierta de Cν , de manera que
8
ÿ
voln pDk q ă 1 “ λ˚k pCν q,
k“1

en contradicción con la definición de λ˚n . ‚


15.30.7. Teorema. Si para algún ν P Zn tenemos que pAk q8 k“1 es una sucesión de subcon-
juntos de Cν , entonces ˜ ¸
8
ď 8
ÿ
˚
λn Ak ĺ λ˚n pAk q.
k“1 k“1

Demostración. Dado ε ą 0, tenemos que para cada k P N existe una cubierta numerable
k,j qj“1 de Ak cuyos elementos son cajas tales que
8
pDČ
8
ÿ ε
voln pDk,j q ă λ˚n pAk q ` .
j“1
2k
8
Tenemos además que tDk,j : k P N y j P Nu, teniendo así que
Ť Ť
Ak Ă
k“1
˜ ¸
8 8 ÿ
8 8 ´ 8
ď ÿ ÿ ε¯ ÿ ˚
λ˚n Ak ĺ voln pDk,j q ĺ λ˚n pAk q ` k “ λn pAk q ` ε,
k“1 k“1 j“1 k“1
2 k“1
574 15.30. La medida de Lebesgue en Rn
˜ ¸
8
ď 8
ÿ
pero como ε es cualquier número positivo, se tiene que λ˚n Ak ĺ λ˚n pAk q. ‚
k“1 k“1

Del hecho obvio de que B Ă A ùñ λ˚n pBq ĺ λ˚n pAq y del teorema anterior tenemos el
corolario siguiente.
15.30.8. Corolario. Si para algún ν P Zn tenemos que pAk q8
k“1 es una sucesión de subcon-
8
ď
juntos de Cν y B Ă Ak , entonces
k“1

8
ÿ
λ˚n pBq ĺ λ˚n pAk q.
k“1

15.30.9. Teorema. Si ν P Zn y A Ă Cν , entonces voln˚ pAq ĺ λn˚ pAq.


Demostración. Para cada B Ă Cν y cada partición P de la caja envolvente de B sea
vP ˚ pBq el subvolumen de B correspondiente a la partición P y vP˚ pBq el supervolumen de B
correspondiente a la partición P . Sea ε ą 0 y P1 una partición de la caja envolvente de A tal
que
vP1 ˚ pAq ą voln˚ pAq ´ ε y vP˚1 pAq ă vol˚n pAq ` ε.
Sea además P2 una partición de la caja envolvente de Cν zA tal que
vP2 ˚ pCν zAq ą voln˚ pCν zAq ´ ε y vP˚1 pCν zAq ă vol˚n pCν zAq ` ε.
Tomemos finalmente una partición P3 de Cν tal que todas las subcajas correspondientes a
las particiones P1 y P2 sean subcajas correspondientes a P3 . Tenemos así que si D1 “ tE : E
es una subcaja de Cν correspondiente a P3 tal que E Ă Au y D2 “ tE : E es una subcaja de
Cν correspondiente a P3 tal que E X pCν zAq ‰ ∅u, entonces
ÿ
vol˚n pCν zAq ĺ voln pEq ĺ vP˚2 pCν zAq ă vol˚n pCν zAq ` ε,
EPD2
ÿ
voln˚ pAq ´ ε ă voln pEq ĺ vP1 ˚ pAq ĺ voln˚ pAq,
EPD1

y además ÿ ÿ
voln pEq ` voln pEq “ voln pCν q “ 1,
EPD2 EPD1

de manera que
vol˚n pCν zAq ` voln˚ pAq ´ ε ĺ 1 ĺ vP˚2 pCν zAq ` vP1 ˚ pAq ĺ vol˚n pCν zAq ` voln˚ pAq ` ε,
por lo cual voln˚ pAq`vol˚n pAq “ 1, es decir voln˚ pAq “ 1´vol˚n pCν zAq, pero como λ˚n pCν zAq ĺ
vol˚n pCν zAq, entonces λn˚ pAq “ 1 ´ λ˚n pCν zAq ľ 1 ´ vol˚n pCν zAq “ voln˚ pAq. ‚
15.30.10. Definición. Sea ν P Zn y A Ă Cν . Decimos que A es Lebesgue-medible si
λn˚ pAq “ λ˚n pAq.
15.30.11. Observación. Debido a la observación 15.30.3 y al teorema 15.30.9 tenemos que
todo subconjunto Jordan-medible de algún Cν es también Lebesgue-medible.
15.30. La medida de Lebesgue en Rn 575

Veamos ahora un ejemplo de un conjunto que es Lebesgue-medible, pero que no es Jordan-


medible.
15.30.12. Ejemplo. El conjunto de números racionales incluidos en el intervalo r0; 1s es un
conjunto cuya medida exterior de Jordan es 1 y cuya medida interior de Jordan es 0, sin
embargo la medida exterior de Lebesgue es 0, pues por ser un conjunto numerable tenemos
k“1 tal que pxk qk“1 “ Q X r0; 1s, de manera que λ1 pQ X r0; 1sq ĺ
que existe una sucesión pxk q8 Č 8 ˚

ÿ8 8
ÿ
`ptxk uq “ 0 “ 0, por lo que necesariamente λ˚1 pQ X r0; 1sq “ 0. Es decir, Q X r0; 1s no
k“1 k“1
es Jordan-medible, pero sí es Lebesgue-medible.
15.30.13. Lema. Si ν P Zn y A Ă Cν es un conjunto Lebesgue-medible, entonces Cν zA es
Lebesgue-medible.
Demostración. Si A Ă Cν es Lebesgue-medible, entonces λn˚ pCν zAq “ 1 ´ λ˚n pAq “
1 ´ λn˚ pAq “ 1 ´ p1 ´ λ˚n pCν zAqq “ λ˚n pCν zAq, de manera que Cν zA también es Lebesgue-
medible. ‚
15.30.14. Lema. Sea ν P Zn . Para dos conjuntos cualesquiera A, B Ă Cν se tiene

|λ˚n pAq ´ λ˚n pBq| ĺ λ˚n pA4Bq.

Demostración. Como A Ă B Y pA4Bq, tendremos, en virtud del corolario 15.30.8, que

λ˚n pAq ĺ λ˚n pBq ` λ˚n pA4Bq,

y análogamente
λ˚n pBq ĺ λ˚n pAq ` λ˚n pA4Bq,
de manera que, ya sea que λ˚n pAq ľ λ˚n pBq o que λ˚n pAq ă λ˚n pBq, tenemos que la desigualdad
que aparece en el lema es verdadera. ‚
15.30.15. Teorema. Sea ν P Zn . Un conjunto A Ă Cν es Lebesgue-medible si y sólo si para
todo ε ą 0 existe un conjuinto Jordan-medible B Ă Cν tal que

λ˚n pA4Bq ă ε.

Demostración. Supongamos primero que A Ă Cν y que para todo ε ą 0 existe un conjunto


Jordan-medible B Ă Cν tal que λ˚n pA4Bq ă ε.
Por el lema 15.30.14.

15.30.16. |λ˚n pAq ´ voln pBq| “ |λ˚n pAq ´ λ˚n pBq| ă ε,

pero como pCν zAq4pCν zBq “ A4B tenemos que al usar un argumento similar

15.30.17. |λ˚n pCν zAq ´ voln pCν zBq| ă ε.


576 15.30. La medida de Lebesgue en Rn

Ahora, como voln pBq ` voln pCν zBq “ voln pCν q “ 1, de las desigualdades 15.30.16 y 15.30.17
obtenemos que
|λ˚n pAq ` λ˚n pCν zAq ´ 1| ă 2ε,
pero como ε es arbitrario, entonces λ˚n pAq ` λ˚n pCν zAq “ 1, es decir A es Lebesgue-medible.
Supongamos ahora que A es Lebesgue-medible, es decir que λ˚n pAq ` λ˚n pCν zAq “ 1. Para
ε ą 0 sean pBČk qk“1 y pDk qk“1 cubiertas de A y Cν zA respectivamente, cuyos elementos son
8 Č 8

cajas incluidas en Cν que satisfacen las desigualdades


8 8
ÿ ε ÿ ε
15.30.18. voln pBk q ă λ˚n pAq ` y voln pDk q ă λ˚n pCν zAq ` .
k“1
3 k“1
3
8 8
ÿ ÿ ε
Como voln pBk q ă `8, existe un N P N tal que voln pBk q ă ; tomemos
k“1 k“N `1
3
N
ď
B“ Bk .
k“1

Demostremos que el conjunto Jordan-medible B satisface la condición λ˚n pA4Bq ă ε.


Está claro que
8
ď 8
ď
P :“ Bk Ą AzB y que Q :“ pB X Dk q Ą BzA,
k“N `1 k“1
˜ ¸ ˜ ¸
8
ď 8
ď
de tal suerte que A4B Ă P Y Q. Ahora, observemos que Cν “ Bk Y pDk zBq ,
k“1 k“1
de manera que
8
ÿ 8
ÿ
15.30.19. 1“ λ˚n pCν q ĺ voln pBk q ` voln pDk zBq.
k“1 k“1

De las desigualdades 15.30.18 obtenemos que


8 8
ÿ ÿ 2ε 2ε
15.30.20. voln pBk q ` voln pDk q ă λ˚n pAq ` λn pCν zAq ` “1` .
k“1 k“1
3 3

Ahora, de las desigualdades 15.30.19 y 15.30.20 obtenemos


8 8
ÿ ÿ 2ε
voln pDk q ´ voln pDk zBq ă ,
k“1 k“1
3

de manera que
8
ÿ 8
ÿ
λ˚n pQq “ voln pDk X Bq “ pvoln pDk q ´ voln pDk zBqq
k“1 k“1
8 8
ÿ ÿ 2ε
“ voln pDk q ´ voln pDk zBq ă ,
k“1 k“1
3
15.30. La medida de Lebesgue en Rn 577

y así λ˚n pA4Bq ĺ λ˚n pP q ` λ˚n pQq ă ε


3
` 2ε
3
“ ε. ‚
15.30.21. Lema. Sea ν P Zn . La unión y la intersección de una colección finita y de conjuntos
Lebesgue-medibles incluidos en Cν son conjuntos Lebesgue-medibles.
Demostración. Hagamos la demostración para el caso en que la familia consta de dos
conjuntos, la demostracíon para el caso general se puede hacer de manera inmediata usando
inducción matemática. Sean A1 y A2 conjuntos Lebesgue-medibles en Cν . Por el teorema
15.30.15, para todo ε ą 0 existen conjuntos Jordan-medibles B1 y B2 en Cν tales que
ε ε
λ˚n pA1 4B1 q ă y λ˚n pA2 4B2 q ă .
2 2
Como pA1 Y A2 q4pB1 Y B2 q Ă pA1 4B1 q Y pA2 4B2 q tenemos que

λ˚n ppA1 Y A2 q4pB1 Y B2 qq ĺ λ˚n pA1 4B1 q ` λ˚n pA2 4B2 q ă ε.

Pero como B1 Y B2 es un conjunto Jordan-medible, tenemos que, del teorema 15.30.15, el


conjunto A1 Y A2 es Lebesgue-medible.
Sabemos que si A Ă Cν es un conjunto Lebesgue-medible, entonces también lo es Cν zA,
de manera que A1 X A2 “ Cν zppCν zA1 q Y pCν zA2 qq, por lo que también A1 X A2 es Lebesgue-
medible. ‚
15.30.22. Corolario. Si A, B Ă Cν son Lebesgue medibles, entonces también lo son A4B
y AzB.
Demostración. El corolario se deduce del lema 15.30.21 y de las igualdades AzB “
A X pCν zBq y A4B “ pAzBq Y pBzAq. ‚
15.30.23. Lema. Si A1 , A2 , . . . , Ar Ă Cν son conjuntos Lebesgue-medibles y disjuntos, en-
tonces ˜ ¸
r
ď ÿr
λ˚n Ak “ λ˚n pAk q.
k“1 k“1

Demostración. Al igual que en el lema 15.30.21 haremos la demostración sólo para el caso
en que r “ 2. Sea ε ą 0 y sean B1 , B2 Ă Cν conjuntos Jordan-medibles tales que

15.30.24. λ˚n pA1 4B1 q ă ε y λ˚n pA2 4B2 q ă ε.

Pongamos A “ A1 Y A2 y B “ B1 Y B2 . De acuerdo con el lema 15.30.21, el conjunto A es


Lebesgue-medible. Como los conjuntos A1 y A2 no se intersecan, entonces

B1 X B2 Ă pB1 X B2 zA1 q Y pB1 X B2 zA2 q Ă pA1 4B1 q Y pA2 4B2 q

y de las desigualdades 15.30.24 tenemos

15.30.25. voln pB1 X B2 q ă 2ε.

Ahora, de nuevo por las desigualdades 15.30.24 y el lema 15.30.14 obtenemos

15.30.26. |voln pB1 q ´ λ˚n pA1 q| ă ε y |voln pB2 q ´ λ˚n pA2 q| ă ε.


578 15.30. La medida de Lebesgue en Rn

Tenemos así que debido a las desigualdades 15.30.25 y 15.30.26


voln pBq “ voln pB1 q ` voln pB2 q ´ voln pB1 X B2 q ľ λ˚n pA1 q ` λ˚n pA2 q ´ 4ε.
Observando además que A4B Ă pA1 4B1 q Y pA2 4B2 q y del hecho de que B Ă A Y pA4Bq,
junto con el corolario 15.30.8, obtenemos
λ˚n pAq ľ voln pBq ´ λ˚n pA4Bq ľ voln pBq ´ 2ε ľ λ˚n pA1 q ` λ˚n pA2 q ´ 6ε,
pero como ε es arbitrario tenemos que λ˚n pAq ľ λ˚n pA1 q ` λ˚n pA2 q, pero por el teorema 15.30.7
tenemos que λ˚n pAq ĺ λ˚n pA1 q ` λ˚n pA2 q, concluyendo así que λ˚n pAq “ λ˚n pA1 q ` λ˚n pA2 q. ‚
15.30.27. Definiciones. Cuando A Ă Rn y para todo ν P Zn tengamos que A X Cν es
Lebesgue-medible, entonces diremos que A es Lebesgue-medible. A la colección de todos
los conjuntos Lebesgue-medibles incluidos en Rn la denotaremos por L pRn q. A la restricción
de λ˚n a L pRn q la denotaremos simplemente por λn y le llamaremos medida de Lebesgue en
Rn , es decir la medida de Lebesgue en Rn es la función λn : L pRn q ÝÑ r0; `8s. Cuando A Ă
AÞÑλ˚
n pAq
R , a la colección de todos los conjuntos Lebesgue medibles incluidos en A la denotaremos
n

por L pAq.
15.30.28. Lema. Sea ν P Zn , La unión numerable y la intersección numerable de conjuntos
en L pCν q pertenecen a L pCν q.
ď8
Demostración. Sea pAk qk“1 una sucesión de elementos de L pCν q y A “
8
Ak . Para cada
k“1
N
ď ´1 8
ď
N P N sea A1N “ AN z Ak y observemos que A “ A1k y que los conjuntos A11 , . . . , A1k , . . .
k“1 k“1
son disjuntos. Por el teorema 15.30.21 y el corolario 15.30.22 cada A1k es Lebesgue medible.
Tenemos así que por el lema 15.30.23
˜ ¸
ÿN N
ď
λn pA1k q “ λn A1k ĺ λ˚n pAq,
k“1 k“1

8
ÿ
por lo que λn pAk q ă `8, de manera que para todo ε ą 0 existe un N P N tal que
k“1
8
ÿ ε
15.30.29. λn pA1k q ă .
k“N `1
2
N
ď
Por ser medible el conjunto D “ A1k , existe un conjunto Jordan-medible B Ă Cν tal que
k“1
ε
15.30.30. λn pD4Bq ă .
2
Ahora, como ˜ ¸
8
ď
A4B Ă pD4Bq Y A1k ,
k“N `1
15.30. La medida de Lebesgue en Rn 579

y de 15.30.29 y 15.30.30 se duce que

λ˚n pA4Bq ă ε.

Tenemos así que, por el teorema 15.30.15, el conjunto A es Lebesgue-medible, es decir,


8
ď
Ak P L pCν q.
k“1

Usando el hecho de que la unión numerable de conjuntos Lebesgue-medibles es un conjunto


Lebesgue-medible, además del lema 15.30.13 y las leyes de de Morgan tenemos que el conjunto
8
č 8
ď
Ak “ Cν z pCν zAk q P L pCν q,
k“1 k“1

con lo que el lema queda demostrado. ‚


15.30.31. Lema. Sea ν P Zn y pAk q8
k“1 una sucesión de conjuntos disjuntos pertenecientes
a L pCν q. ˜ ¸
ď8 8
ÿ
λn Ak “ λn pAk q.
k“1 k“1

Demostración. Del lema 15.30.23 tenemos que para todo N P N


˜ ¸ ˜ ¸
N
ď N
ÿ 8
ď
λn Ak “ λn pAk q ĺ λn Ak ,
k“1 k“1 k“1

de manera que al hacer tender N a infinito, obtenemos que


˜ ¸
8
ď 8
ÿ
15.30.32. λn Ak ľ λn pAk q,
k“1 k“1

pero del teorema 15.30.7 tenemos


˜ ¸
8
ď 8
ÿ
15.30.33. λn Ak ĺ λn pAk q.
k“1 k“1

Así pues, el resultado se sigue de las desigualdades 15.30.32 y 15.30.33. ‚


15.30.34. Lema. Si ν P Zn y A Ă Cν es un conjunto abierto, entonces A P L pCν q.
Demostración. Del hecho de que el conjunto r0; 1s X Q es un conjunto numerable y denso
en r0; 1s, tenemos que pr0; 1s X Qqn es un conjunto numerable y denso en r0; 1sn , pero como
cada Cν es homeomorfo con pr0; 1s X Qqn tenemos que existe un subconjunto de Cν que es
numerable y denso en Cν . Sea Q Ă Cν un conjunto numerable y denso en Cν .
8
ď
Sea pxk qk“1 una sucesión de elementos de Q tal que
8
txk u “ A X Q. Para cada j P Jn sea
k“1
xk,j la j-ésima componente de xk y sea rk ą 0 el supremo del conjunto de números positivos r
580 15.30. La medida de Lebesgue en Rn

tales que tpy1 , y2 , . . . , yn q P Rn : |yj ´ xk,j | ă r para todo j P Jn u está incluida en el conjunto
abierto A. Sea Bk la caja abierta tpy1 , y2 , . . . , yn q P Rn : |yj ´ xk,j | ă rk para todo j P Jn u y
ď8
observemos que Bk Ă A, y más aún A “ Bk , tenemos del lema 15.30.28 que A P L pCν q.
k“1

15.30.35. Corolario. Si ν P Zn y K Ă Cν es un conjunto compacto, entonces K P L pCν q.
Demostración. El resultado se sigue del teorema anterior y del lema 15.30.13. ‚
15.30.36. Teorema. Si ν P Zn y A Ă Cν es un conjunto abierto, entonces λn pAq “ voln˚ pAq.
Demostración. Para cada k P N sea Bk como en la demostración del lema 15.30.34.
k
ď
Tomemos B11 :“ B1 , y para todo k P N definamos Bk`1
1
:“ Bk`1 z Bi , teniendo así que
i“1
k“1 es una sucesión de conjuntos disjuntos Jordan-medibles cuya unión es A. Tenemos
pBk1 q8
ďk
que el conjunto Ak :“ Bi1 es Jordan-medible y además
i“1

k
ÿ
voln pAk q “ voln pBi1 q,
i“1

pero dicha suma tiende a λn pAq cuando k ÝÑ 8, debido a que A y cada Ak son Lebesgue-
medibles, de manera que para todo ε ą 0 existe un N P N tal que si k ľ N , entonces

λn pAq ă voln pAk q ` ε ĺ voln˚ pAq ` ε ĺ λn pAq ` ε,

pero como ε es arbitrario tenemos que voln˚ pAq “ λn pAq. ‚


15.30.37. Lema. Si ν P Zn y pAk q8 k“1 es una sucesión de conjuntos Lebesgue-medibles
incluidos en Cν tales que Ak`1 Ă Ak para todo k P N, entonces
˜ ¸
8
č
λn Ak “ lím λn pAk q.
kÑ8
k“1

8
č
Demostración. Sea A “ Ak . Tenemos que
k“1

8
ď
Ak “ A Y pAk`i´1 zAk`i q,
i“1

de manera que, como pAk zAk`1 q8


k“1 es una sucesión de conjuntos disjuntos, entonces

8
ÿ
15.30.38. λn pAk q “ λn pAq ` λn pAi zAi`1 q.
i“k
15.30. La medida de Lebesgue en Rn 581

En particular,
8
ÿ
15.30.39. λn pA1 q “ λn pAq ` λn pAi zAi`1 q,
i“1

de manera que la serie que aparece en 15.30.39 es convergente, lo cual implica que la serie
que aparece en 15.30.38 tiende a cero cuando k ÝÑ 8, con lo que de la ecuación 15.30.38 se
implica
lím λn pAk q “ λn pAq,
kÑ8
teniendo así demostrado el lema. ‚
15.30.40. Lema. Si ν P Zn y pAk q8 k“1 es una sucesión de conjuntos Lebesgue-medibles
incluidos en Cν tales que Ak Ă Ak`1 para todo k P N, entonces
˜ ¸
8
ď
λn Ak “ lím λn pAk q.
kÑ8
k“1

Demostración. Del lema 15.30.37 tenemos que


˜ ¸
8
č
λn pCν zAk q “ lím λn pCν zAk q “ 1 ´ lím λn pAk q,
kÑ8 kÑ8
k“1

8
č 8
ď
pero pCν zAk q “ Cν z Ak , de manera que
k“1 k“1
˜ ¸
8
ď
1 ´ lím λn pAk q “ 1 ´ λn Ak ,
kÑ8
k“1
˜ ¸
8
ď
es decir λn Ak “ lím λn pAk q, con lo cual el lema queda demostrado. ‚
kÑ8
k“1
De la definición de conjunto Lebegue-medible y de medida de Lebesgue en Rn se tienen
los siguientes teoremas que son generalizaciones de algunos de los lemas de esta sección y
cuyas demostraciones detalladas dejamos como ejercicios para el lector.
15.30.41. Teorema. Sea pAk q8
k“1 una sucesión de conjuntos disjuntos pertenecientes a
L pRn q. ˜ ¸
8
ď 8
ÿ
λn Ak “ λn pAk q.
k“1 k“1

15.30.42. Teorema. Si A Ă Rn es un conjunto abierto, entonces A P L pRn q.


15.30.43. Teorema. Si pAk q8k“1 es una sucesión de conjuntos Lebesgue-medibles incluidos
en Rn tales que Ak`1 Ă Ak para todo k P N, entonces
˜ ¸
č8
λn Ak “ lím λn pAk q.
kÑ8
k“1
582 15.30. La medida de Lebesgue en Rn

15.30.44. Teorema. Si pAk q8k“1 es una sucesión de conjuntos Lebesgue-medibles incluidos


n
en R tales que Ak Ă Ak`1 y existe un M ą 0 tal que λn pAk q ă M para todo k P N, entonces
˜ ¸
8
ď
λn Ak “ lím λn pAk q.
kÑ8
k“1

Ejercicios.

1. Dar un ejemplo de un subconjunto de Rn que sea abierto y acotado, pero que no sea
Jordan-medible.

2. Demostrar con detalle los teoremas del 15.30.41 al 15.30.44.


Capítulo 16

HOMOTOPÍAS

16.1. Caminos homotópicos


En este capítulo haremos uso de las herramientas de topología y de teoría de grupos dadas
en el capítulo 13 y de los resultados geométricos del capítulo 15. Consideraremos siempre a
un conjunto X dotado de alguna topología T, aunque nuestro interés estará concentrado en
el caso en que X Ă Rn , para algún entero positivo n, con la topología inducida por la métrica
euclidiana en Rn . Estableceremos a continuación algo de terminología sobre caminos y sus
trayectorias.
16.1.1. Definición. Decimos que una función continua η : ra; bs ÝÑ X es un camino de
ηpaq a ηpbq (o que va de ηpaq a ηpbq). Diremos además que ηpaq y ηpbq son los extremos del
camino, donde ηpaq es el inicio del camino o punto inicial del camino y ηpbq es el fin
del camino o punto final del camino. Cuando ηpaq “ ηpbq diremos que η es un camino
cerrado.
16.1.2. Definición. Sean η0 : r0; 1s ÝÑ X y η1 : r0; 1s ÝÑ X caminos con el mismo inicio y
fin, es decir son tales que η0 p0q “ η1 p0q y η0 p1q “ η1 p1q. Decimos que los caminos η0 y η1 son
homotópicos con extremos fijos en X si existe una función continua λ : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ
X tal que
λp0, uq “ η0 p0q “ η1 p0q, λp1, uq “ η0 p1q “ η1 p1q,
λpt, 0q “ η0 ptq y λpt, 1q “ η1 ptq,
para todo u P r0; 1s y todo t P r0; 1s. En tal caso también diremos que las trayectorias de η0 y
de η1 son homotópicas con extremos fijos. En general, tomando a ă b y c ă d, decimos
que dos caminos δ0 : ra; bs ÝÑ X y δ1 : rc; ds ÝÑ X son homotópicos con extremos fijos en X
si al tomar las funciones s0 : r0; 1s ÝÑ ra; bs y s1 : r0; 1s ÝÑ rc; ds, tenemos que δ0 ˝ s0 y δ1 ˝ s1
tÞÑp1´tqa`tb tÞÑp1´tqc`td
son caminos homotópicos con extremos fijos en X. A la función λ se le llama homotopía
de caminos con extremos fijos o simplemente homotopía con extremos fijos.
La idea de que dos trayectorias con extremos teniendo ambas los mismos extremos sean
homotópicas en X es que una de ellas se puede deformar de manera continua en la otra,
conservando fijos los extremos y permaneciendo siempre incluida en X.
16.1.3. Definición. Sean η0 : r0; 1s ÝÑ X y η1 : r0; 1s ÝÑ X caminos cerrados. Decimos

583
584 16.1. Caminos homotópicos

que η0 y η1 son caminos cerrados homotópicos en X si existe una función continua


λ : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ X tal que
λpt, 0q “ η0 ptq, λpt, 1q “ η1 ptq y λp0, uq “ λp1, uq,
para todo t P r0; 1s y todo u P r0; 1s. En tal caso, cuando η0 y de η1 sean caminos cerrados
simples, diremos que las trayectorias de η0 y de η1 son homotópicas como trayectorias
cerradas en X. En general, dos caminos cerrados δ0 : ra; bs ÝÑ X y δ1 : rc; ds ÝÑ X
son caminos cerrados homotópicos en X si al tomar las funciones s0 : r0; 1s ÝÑ ra; bs y
tÞÑa`tpb´aq
s1 : r0; 1s ÝÑ rc; ds, tenemos que δ0 ˝ s0 y δ1 ˝ s1 son caminos cerrados homotópicos en X.
tÞÑc`tpd´cq

16.1.4. Definición. Sea η : ra; bs ÝÑ X un camino cerrado. Decimos que η es contractible


en X (y que su trayectoria es contractible en X) si existe un punto P P X tal que η y
δ : ra; bs ÝÑ tP u son caminos cerrados homotópicos en X. En tal caso, cuando η sea un
camino cerrado simple, diremos que la trayectoria de η es contractible.
16.1.5. Definición. Decimos que X es simplemente conexo si es conexo y además cual-
quier trayectoria cerrada en X es contractible en X.
La idea intuitiva de que un conjunto abierto en R2 ó en R3 sea simplemente conexo es que
además de ser conexo, no tenga «hoyos», «agujeros» o «perforaciones», aunque posiblemente
sí tenga «concavidades» y en R3 posiblemente tenga especies de «cavernas».
La definición siguiente describe el significado de que un camino «dé vueltas» alrededor
de un punto.
16.1.6. Definición. Sea pa, bq P R2 . Decimos que un camino cerrado γ : rt0 ; t1 s ÝÑ R2 da
una vuelta alrededor del punto pa, bq en sentido contrario a las manecillas del reloj
si es homotópico como camino cerrado al camino cerrado
η1 : r0; 1s ÝÑ R2
tÞÑpa`cosp2πtq,b`senp2πtqq

en el conjunto R2 ztpa, bqu. Así mismo, decimos que el camino γ da una vuelta alrededor
del punto pa, bq en el sentido de las manecillas del reloj si es homotópico como camino
cerrado al camino cerrado
η2 : r0; 1s ÝÑ R2
tÞÑpa`cosp2πtq,b´senp2πtqq

en el conjunto R2 ztpa, bqu.


Generalicemos el concepto de homotopía cuando el parámetro t no necesariamente varía
en un intervalo.
16.1.7. Definición. Sean pX, Tq y pZ, Zq dos espacios topológicos y F Ă Z. Decimos que dos
funciones continuas η0 : Z ÝÑ X y η1 : Z ÝÑ X son homotópicas relativas al conjunto F
en el conjunto Z si existe una función continua λ : Z ˆ r0; 1s ÝÑ X tal que
λpz, 0q “ η0 pzq y λpz, 1q “ η1 pzq
y
λpz, uq “ η0 pzq “ η1 pzq, para todo z P F.
16.1. Caminos homotópicos 585

A la función λ se le llama homotopía relativa a F en el conjunto X, entre las funciones η0


y η1 . Al hecho de que η0 y η1 sean homotópicos relativos a F lo denotaremos así η0 » η1 ó
F
η0 » η1 , si se quiere especificar que la homotopía es en el conjunto X. Por ejemplo, al hecho
F,X
de que η0 y η1 sean caminos homotópicos con extremos fijos se le denota por η0 » η1 .
t0,1u

16.1.8. Ejemplo. Como ejemplo tomemos a B2 :“ tpx, yq P R2 : x2 ` y 2 ĺ 1u y a


S1 :“ tpx, yq P R2 : x2 ` y 2 “ 1u. Podemos interpretar físicamente al conjunto B2 como
una membrana circular y a S1 como la orilla de la membrana. Si la membrana se deforma
continuamente (por alguna vibración, algún golpe o alguna otra causa) de tal manera que en
el instante t la parte de la membrana que originalmente estaba en una posición px, y, 0q de
R3 estará en una posición px, y, ηt px, yqq, siendo ηt px, yq “ 0 para todo t y todo px, yq P S1 ,
En ese caso la función λ : B2 ˆ r0; 1s ÝÑ R es una homotopía relativa a S1 en R entre las
ppx,yq,tqÞÑηt px,yq
funciones η0 y η1 .
16.1.9. Definición. Dados dos caminos η1 : r0; 1s ÝÑ X y η2 : r0; 1s ÝÑ X tales que
η1 p1q “ η2 p0q, definimos la suma de los caminos η1 y η2 , también llamada concatenación
de η1 con η2 , como el camino η1 ö̀ η2 : r0; 1s ÝÑ X tal que

si 0 ĺ t ĺ 12
#
η1 p2tq
η1 ö̀ η2 ptq :“ .
η2 p2t ´ 1q si 21 ĺ t ĺ 1

Así mismo, definimos el camino inverso de η1 o reversa de η1 como el camino ö́η1 : r0; 1s
ÝÑ X tal que ö́η1 ptq :“ η1 p1 ´ tq. En el caso en que η0 : r0; 1s ÝÑ X sea un camino tal que
η0 p1q “ η1 p1q, definimos la resta de los caminos η0 y η1 como el camino η0 ö́η1 :“ η0 ö̀pö́η1 q.
Llamaremos poligonal, trayectoria poligonal o poligonal simple a cualquier arco que sea
el recorrido de la concatenación finita de caminos que tengan como recorrido a un segmento
de recta.
Si η1 ptq y η2 ptq representan las posiciones de partículas en el instante t, es decir si η1 y η2
describen el movimiento de partículas, la función η1 ö̀ η2 , cuando esté bien definida, describe
el movimiento de una partícula que recorre primero la trayectoria de η1 y luego la de η2 , pero
con el doble de rapidez que las de las partículas descritas por η1 y η2 .
En lo que sigue de la sección consideraremos solamente caminos cuyo domino sea el
intervalo r0; 1s.
16.1.10. Teorema. Si X es un subconjunto convexo de Rn y a, b P X, entonces cualesquiera
dos caminos en X de a a b son caminos homotópicos con extremos fijos.
Demostración. Sean η0 y η1 caminos en X de a a b y observemos que la función λ :
r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ X dada por λpt, uq “ p1 ´ uqη0 ptq ` uη1 ptq es una homotopía de caminos
con extremos fijos. ‚
586 16.2. Clases de homotopía

16.2. Clases de homotopía


La demostración del siguiente teorema la dejamos al lector.
16.2.1. Teorema. Sean a, b P X. La relación » para caminos de a a b en X es una relación
t0,1u
de equivalencia. También es una relación de equivalencia, en el conjunto de trayectorias
cerradas en X, la relación de ser homotópicas como trayectorias cerradas.
16.2.2. Definición. Sean a, b P X y η un camino en X de a a b. En el conjunto de los caminos
que van de a a b, a las clases de equivalencia determinadas por la relación de equivalencia »
t0,1u
se les llama clases de homotopía de los caminos que van de a a b. A la clase de homotopía
a la cual pertenece η la denotaremos por rηsba y cuando se considere necesario o conveniente
aclarar cuál es el conjunto X en donde están los caminos se denotará como rηsba,X .
16.2.3. Teorema. Si η es un camino en X que va de a a b y ρ : r0; 1s ÝÑ r0; 1s es una
función continua tal que ρp0q “ 0 y ρp1q “ 1, entonces rη ˝ ρsba “ rηsba .
Demostración. Observemos que en efecto η ˝ ρ es un camino que va de a a b. El teorema se
sigue al ver que la función λ : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ X es una homotopía de caminos con extremos
pt,uqÞÑηpp1´uqt`uρptqq
fijos entre η y η ˝ ρ. ‚
16.2.4. Notación. Sea a P X. Cuando no haya peligro de confusión podremos abusar de la
escritura denotando a una función constante f : W ÝÑ X simplemente por a.
wÞÑa

Las demostraciones de los siguientes seis teoremas las dejamos al lector.


16.2.5. Teorema. Sean a, b, c P X, sean α0 y α1 caminos de a a b y sean β0 y β1 caminos
de b a c. Si rα0 sba “ rα1 sba y rβ0 scb “ rβ1 scb , entonces rα0 ö̀ β0 sca “ rα1 ö̀ β1 sca .
16.2.6. Definición. Si α es un camino que va de a a b y β es un camino que va de b a c
definiremos la suma de clases de homotopía, denotada rαsba ` rβscb , como rα ö̀ βsca .
La definición anterior tiene sentido en vista del teorema 16.2.5.
16.2.7. Observación. Supongamos que α, β y γ son caminos en X que van de a a b, de b
a c y de c a d respectivamente. Tenemos que los caminos pα ö̀ βq ö̀ γ y α ö̀ pβ ö̀ γq tienen la
misma trayectoria, aunque como caminos no necesariamente son iguales.
A pesar de la observación anterior, se tiene el teorema siguiente.
16.2.8. Teorema. Si α, β y γ son caminos en X que van de a a b, de b a c y de c a d
respectivamente, entonces rpα ö̀ βq ö̀ γsda “ rα ö̀ pβ ö̀ γqsda .
16.2.9. Teorema. Si α es un camino que va de a a b, entonces ra ö̀ αsba “ rαsba “ rα ö̀ bsba .
16.2.10. Teorema. Sean α0 y α1 caminos en X que van de a a b. Si rα0 sba “ rα1 sba , entonces
rö́α0 sba “ rö́α1 sba .
Debido al teorema anterior, tiene sentido la siguiente notación.
16.2.11. Notación. Si α es un camino que va de a a b, denotaremos por ´rαsba a la clase de
homotopía rö́αsab .
16.2.12. Teorema. Sea α un camino en X que va de a a b. El camino α ö́ α es contractible
16.2. Clases de homotopía 587

en X. Más precisamente, rα ö́ αsaa “ rαsba ´ rαsba “ rasaa .


16.2.13. Corolario. Sean α y β dos caminos que van de a a b en X. Si α ö́ β es contractible
en X si y sólo si α y β son homotópicos con extremos fijos.
Demostración. Supongamos primero que α y β son homotópicos con extremos fijos. Te-
nemos que rαsba “ rβsba , es decir rα ö́ βsaa “ rαsba ´ rβsba “ rαsba ´ rαsba “ rα ö́ αsaa “ rasaa , de
manera que α ö́ β es contractible en X.
Supongamos ahora que α ö́ β es contractible en X. Tenemos que rβsba “ rβsba `
rpö́βq ö̀ αsbb “ rpβ ö́ βq ö̀ αsba “ rasaa ` rαsba “ rαsba , es decir α y β son homotópicos con
extremos fijos. ‚
De la definición de conexidad simple y del corolario anterior se tiene el corolario siguiente.
16.2.14. Corolario. Si α y β son dos caminos en un conjunto simplemente conexo X y los dos
caminos tienen el mismo punto inicial y el mismo punto terminal, entonces son homotópicos
con extremos fijos.
588 16.3. El grupo fundamental

16.3. El grupo fundamental


16.3.1. Definición. Sea b P X. Se dice que un camino en X es un lazo basado en b, si es
un camino en X que va de b a b. A la colección de clases de homotopía de lazos basados en
b la denotaremos por π1 pX, bq.
De los resultados de la sección anterior se deduce inmediatamente el teorema siguiente.
16.3.2. Teorema. Sea b P X. El conjunto π1 pX, bq forma un grupo con la suma ` de clases
de homotopía, donde la identidad es rbsbb .
16.3.3. Definición. Sigamos suponiendo que X tiene estructura de espacio topológico y sea
b P X. El grupo pπ1 pX, bq, `q se llama grupo fundamental (o grupo de Poincaré) de X
basado en b. Diremos que un grupo pG, `q es trivial (o que G es trivial) si G tiene sólo un
elemento. Así mismo, un homomorfismo se dice que es trivial si su recorrido tiene solamente
un elemento.
Como consecuencia del teorema 16.1.10 tenemos el siguiente teorema.
16.3.4. Teorema. Si X es un subconjunto convexo de Rn y b P X, entonces π1 pX, bq es
trivial.
16.3.5. Notación. Sea α un camino en X que va de a a b. Denotaremos por α̂ a la función
α̂ : π1 pX, aq ÝÑ π1 pX, bq tal que para cada lazo η en X basado en a se tiene

α̂prηsaa q :“ rö́αsab ` rηsaa ` rαsba .

16.3.6. Teorema. Sea α un camino en X que va de a a b. La función α̂ es un isomorfismo


entre los grupos pπ1 pX, aq, `q y pπ1 pX, bq, `q y el recorrido de α̂ es π1 pX, bq, por lo que los
grupos pπ1 pX, aq, `q y pπ1 pX, bq, `q son isomorfos.
Demostración. Demostremos primero que α̂ es un homomorfismo entre los grupos
pπ1 pX, aq, `q y pπ1 pX, bq, `q. Tenemos que

α̂prηsaa ` rγsaa q “ rö́αsab ` prηsaa ` rγsaa q ` rαsba


“ prö́αsab ` prηsaa ` rαsba q ` prö́αsab ` rγsaa q ` rαsba q
“ pα̂prηsaa qq ` pα̂prγsaa qq,

por lo que α̂ es un homomorfismo de grupos. Para demostrar que α̂ es un isomorfismo entre


los grupos pπ1 pX, aq, `q y pπ1 pX, bq, `q, tomemos β “ ö́α, sea β̂ : π1 pX, bq ÝÑ π1 pX, aq la
función tal que β̂prηsbb q :“ rö́βsba ` rηsbb ` rβsab y veamos que β̂ es la función inversa de α̂. Sea
δ un lazo en X basado en b, tenemos que

α̂pβ̂rδsbb q “ α̂prö́βsba ` rδsbb ` rβsab q “ rö́αsab ` prö́βsba ` rδsbb ` rβsab q ` rαsba


“ prö́αsab ` rαsba q ` rδsbb ` prö́αsab ` rαsba q “ rδsbb

y de manera similar se demuestra que para todo lazo η en X basado en a se tiene β̂pα̂rηsaa q “
rηsaa . ‚
16.4. Funciones cubrientes y levantamientos 589

16.4. Funciones cubrientes y levantamientos

16.4.1. Definición. Sean E y X conjuntos con estructura de espacios topológicos y p :


E ÝÑ X una función continua. Se dice que un subconjunto abierto U de X está cubierto
equitativamente Ť por p si existe una colección F de conjuntos abiertos y disjuntos en E tal
que p rU s “ F y para cada V P F la función p|V : V ÝÑ U es un homeomorfismo de V
´1

sobre U . Se dice que la función p es una función cubriente (sobre X) si prEs “ X y además
cada x P X tiene una vecindad que está cubierta equitativamente por p. En este último caso
decimos que E es un espacio cubriente sobre X y para cada x P X al conjunto p´1 rtxus se
le llama fibra sobre x.
16.4.2. Observación. Si p : E ÝÑ X es una función cubriente sobre X, entonces para todo
x P X la fibra p´1 rtxus es un subespacio topológico discreto de E y x tiene una vecindad U
tal que p´1 rU s es homeomorfo con p´1 rtxus ˆ U .
16.4.3. Definición. Cuando U es un conjunto abierto que está cubierto equitativamente por
una función continua p y además F es como en la definición anterior decimos que cada V P F
es una hoja de p´1 rU s.
16.4.4. Observación. Cuando U es un conjunto abierto y conexo que está cubierto equita-
tivamente por p, las hojas de p´1 rU s coinciden con sus componentes conexas.
16.4.5. Definición. Sea p : E ÝÑ X una función cubriente sobre X, sea Y un espacio
topológico y sea f : Y ÝÑ X una función continua. Cuando g : Y ÝÑ E sea una función
continua tal que f “ p ˝ g diremos que g es un levantamiento de f o más precisamente un
p-levantamiento de f .
Un resultado acerca de la unicidad de los levantamientos está dado en el siguiente lema.
16.4.6. Lema. Sea p : E ÝÑ X una función cubriente sobre X, sea Y un conjunto conexo
y sean g, h : Y ÝÑ E dos levantamientos de f . Si gpyq “ hpyq para algún y P Y , entonces
g “ h.
Demostración. Sean

S “ ty P Y : gpyq “ hpyqu y T “ ty P Y : gpyq ‰ hpyqu.

Tenemos que S Y T “ Y y S X T “ ∅. Para demostrar el lema demostraremos que S “ Y ó


T “ Y . Como Y es conexo, es suficiente demostrar que tanto S como T son abiertos.
Para cada y P Y sea Uy una vecindad de f pyq que esté cubierta equitativamente por p.
Sean Vy y Wy las hojas de p´1 rUy s tales que gpyq P Vy y hpyq P Wy . Si gpyq “ hpyq, entonces
Vy “ Wy , de otro modo Vy y Wy son disjuntos.
Como g y h son continuas, para todo y P Y existe una vecindad Ny de y tal que grNy s Ă Vy
y hrNy s Ă Wy .
Si y P T , entonces Vy X Wy “ ∅, deŤmanera que gpzq ‰ hpzq para todo z P Ny , y así
Ny Ă T , de lo cual concluimos que T “ yPT Ny es abierto.
Si y P S, entonces Vy “ Wy . Como Vy y Wy son hojas de p´1 rUy s, para cada z P Ny ,
gpzq es el único v P Vy tal que ppvq “ f pzq y hpzq es el único w P Wy tal que ppwq “ f pzq.
590 16.4. Funciones cubrientes y levantamientos

Ahora, como Vy “ Wy , tenemos que v “ w, de manera que gpzq “ hpzq, es decir Ny Ă S y


así S “ yPS Ny también es abierto.
Ť

16.4.7. Teorema del levantamiento de caminos. Sea p : E ÝÑ X una función cubriente
sobre X, sea γ : r0; 1s ÝÑ X un camino y sea e0 P E tal que ppe0 q “ γp0q. Existe un único
camino α : r0; 1s ÝÑ E tal que αp0q “ e0 y p ˝ α “ γ.
Demostración. Para cada x P X, sea Vx una vecindad de x que está cubierta equitativa-
mente por p. La colección tγ ´1 rVx s : x P Xu es una cubierta abierta del conjunto compac-
to r0; 1s, por lo que existe una subcubierta finita tγ ´1 rVx1 s, γ ´1 rVx2 s, . . . , γ ´1 rVxn su. Como
r0; 1s es un conjunto conexo, podemos suponer sin pérdida de generalidad que la subcubier-
ta es tal que existe una partición ps0 , s1 , . . . , sn q del intervalo r0; 1s con rs0 ; s1 s Ă γ ´1 rVx1 s,
rs1 ; s2 s Ă γ ´1 rVx2 s, . . . , rsn´1 ; sn s Ă γ ´1 rVx2 s.
Como ppe0 q “ γp0q P Vx1 , existe una vecindad W1 de e0 que es homeomorfa con Vx1
(donde el homeomorfismo sobre Vx1 es la función p|W1 ). Sea α1 : r0; s1 s ÝÑ E la función
continua definida como pp|W1 q´1 ˝ γ|r0; s1 s, la cual, como podemos ver, es un levantamiento
de γ|r0; s1 s con α1 p0q “ e0 . De manera similar, podemos construir recursivamente para cada
j P t2, . . . , nu una función αj :“ pp|Wj q´1 ˝ γ|rsj´1 ; sj s tal que αj psj´1 q “ αj´1 psj´1 q, para
tener así la función continua α : r0; 1s ÝÑ E dada por αptq “ αj ptq, cuando t P rsj´1 ; sj s.
Tenemos así que α es un levantamiento de γ tal que αp0q “ e0 y por el lema 16.4.6 tal
levantamiento es único. ‚
16.4.8. Teorema. Sea p : E ÝÑ X una función cubriente sobre X, sea F : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ
X una función continua y sea e0 P E tal que ppe0 q “ F p0, 0q. Existe un único levantamiento
G : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ E de F tal que Gp0, 0q “ e0 .
Demostración. Debido al lema 16.4.6 sólo es necesario demostrar la existencia de tal
levantamiento.
De acuerdo al teorema del levantamiento de caminos, para cada t P r0; 1s y cada et P E
existe un único camino η : r0; 1s ÝÑ E tal que ηp0q “ e0 y p ˝ ηptq “ F p0, tq. De nuevo
por el teorema del levantamiento de caminos, para cada t P r0; 1s existe un único camino
βt : r0; 1s ÝÑ E tal que βt p0q “ ηptq y p ˝ βt psq “ F ps, tq, para todo s P r0; 1s. Sea ahora,
para cada ps, tq P r0; 1s ˆ r0; 1s, Gps, tq :“ βt psq. Observemos que si G es continua, habremos
encontrado el levantamiento buscado. Veamos pues que G es continua.
Tomemos por el momento γ : r0; 1s ÝÑ X como el camino β0 y consideremos el levanta-
miento α dado en la demostración del teorema del levantamiento de caminos, conservando la
notación dada en esa demostración. Debido a que rsj´1 ; sj s es un subconjunto del conjunto
abierto γ ´1 rVxj s, tenemos que el conjunto compacto rsj´1 ; sj s ˆ t0u es un subconjunto del
conjunto abierto F ´1 rVxj s. Así, para cada s P rsj´1 ; sj s existe una vecindad ps ´ δs ; s `
δs q ˆ p0; ε˚s q de ps, 0q que está incluida en F ´1 rVxj s, teniéndose una cubierta finita tps˚1 ´
δs˚1 ; s˚1 ` δs˚1 q ˆ p0; ε˚s˚ q, ps˚2 ´ δs˚2 ; s˚2 ` δs˚2 q ˆ p0; ε˚s˚ q, . . . , ps˚m ´ δs˚m ; s˚m ` δs˚m q ˆ p0; ε˚s˚m qu
1 2
de rsj´1 ; sj s ˆ t0u cuya unión está incluida en F ´1 rVxj s (en caso de que s “ 0 tomamos
ps; s ` δs q en lugar de ps ´ δs ; s ` δs q y en caso de que s “ 1 tomamos ps ´ δs ; sq). Si tomamos
ε0 “ 21 míntε˚s˚ , ε˚s˚ , . . . , ε˚s˚m u, tenemos que rsj´1 ; sj s ˆ r0; ε0 s Ă F ´1 rVxj s, de manera que
1 2

F rrsj´1 , sj s ˆ r0; ε0 ss Ă Vxj , para 1 ĺ j ĺ n.


16.4. Funciones cubrientes y levantamientos 591

Como e0 P W1 y η es una función continua, podemos suponer además que ηptq P W1 para
t P r0; ε0 s. De esta manera tenemos que

G|r0; s1 s ˆ r0; ε0 s “ pp|W1 q´1 ˝ F |r0; s1 s ˆ r0; ε0 s

es continua, por lo que es un p|W1 -levantamiento de F |r0; s1 s ˆ r0; ε0 s. De manera similar

G|rsj´1 ; sj s ˆ r0; ε0 s “ pp|Wj q´1 ˝ F |rsj´1 ; sj s ˆ r0; ε0 s

es continua y es un p|Wj -levantamiento de F |rsj´1 ; sj s ˆ r0; ε0 s, para 1 ĺ j ĺ n, de manera


que G|r0; 1s ˆ r0; ε0 s es continua.
De manera análoga se demuestra que para cada t P p0; 1s existe un εt ą 0 tal que
G|r0; 1s ˆ rt ´ εt ; t ` εt s es continua (en el caso en que t “ 1, poner rt ´ εt ; ts en vez de
rt ´ εt ; t ` εt s). Tenemos así que G es continua en cada ps, tq P r0; 1s ˆ r0; 1s, es decir G es
continua. ‚
16.4.9. Lema. Sea p : E ÝÑ X una función cubriente sobre X, sea b P X, sean γ0 y γ1 dos
lazos en X basados en b y sean α0 y α1 los p-levantamientos de γ0 y γ1 respectivamente. Si
γ0 y γ1 están en la misma clase de homotopía y α0 p0q “ α1 p0q, entonces α0 p1q “ α1 p1q.
Demostración. Supongamos que γ0 y γ1 están en la misma clase de homotopía. Sea F :
r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ X una homotopía con extremos fijos tal que

F p0, tq “ γ0 p0q “ γ1 p0q “ F p1, tq “ γ0 p1q “ γ1 p1q,


F ps, 0q “ γ0 psq y F ps, 1q “ γ1 psq.

Por el teorema 16.4.8 existe un único levantamiento G de F tal que Gp0, 0q “ α0 p0q, y
por hipótesis también es igual a α1 p0q. Para cada s P r0; 1s sea βs el camino en E tal que
βs ptq “ Gps, tq. Como el recorrido de β1 está incluido en la fibra p´1 rtγ0 p1qus (la cual, como
podemos notar a partir de la observación 16.4.4 y de la definición de función cubriente, forma
un subespacio topológico discreto), entonces tal recorrido debe estar incluido en una de las
componentes conexas de dicha fibra, la cual es un conjunto con un solo elemento, teniéndose
así que la función β1 es constante. Ahora, las funciones F p¨, 0q y F p¨, 1q son levantamientos de
γ0 y γ1 respectivamente, de manera que por el teorema de levantamiento de caminos (16.4.7)
tenemos que α0 “ F p¨, 0q y α1 “ F p¨, 1q, en particular α0 p1q “ F p1, 0q “ β1 p0q “ β1 p1q “
F p1, 1q “ α1 p1q. ‚
16.4.10. Teorema. Sean E un conjunto simplemente conexo, e0 P E, p : E ÝÑ X una
función cubriente sobre X, b “ ppe0 q P X y sea Φ : π1 pX, bq ÝÑ p´1 rtbus la función tal que
Φprγsbb q es el punto final del levantamiento de γ cuyo punto inicial es e0 . La función Φ es una
correspondencia biunívoca entre π1 pX, bq y la fibra p´1 rtbus.
Demostración. Del lema 16.4.9 la función Φ está bien definida. Sean y P p´1 rtbus y sea α
un camino en E que va de e0 a y. Tomemos γ “ p˝α y observemos que α es un levantamiento
de γ con punto inicial e0 y punto final y, por lo que Φprγsbb q “ y. Tenemos así que Φ es una
función sobre p´1 rtbus, quedando sólo por demostrar que Φ es inyectiva.
Supongamos que γ0 y γ1 son dos lazos en X basados en b tales que Φprγ0 sbb q “ Φprγ1 sbb q y
sean α0 y α1 los levantamientos de γ0 y γ1 respectivamente tales que el punto inicial de ambos
592 16.4. Funciones cubrientes y levantamientos

es e0 . Por definición de Φ, α0 y α1 tienen el mismo punto final, de manera que α0 ö́α1 es un lazo
basado en e0 . Como E es simplemente conexo, existe una homotopía F : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ E
de α0 ö́ α1 al camino constante e0 . Así, p ˝ F : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ X es una homotopía del lazo
γ0 ö́ γ1 al camino constante b. Por lo tanto, rγ0 sbb ´ rγ1 sbb “ rbsbb y así rγ0 sbb “ rγ1 sbb , es decir Φ
es inyectiva. ‚
16.4.11. Definición. A la función Φ dada en el teorema anterior le llamaremos la corres-
pondencia de levantamiento derivada de la función cubriente p (tal función depende de la
elección del punto e0 y está bien definida en vista del lema 16.4.9, aún y cuando el conjunto
E no sea simplemente conexo).
16.5. El índice de un camino cerrado 593

16.5. El índice de un camino cerrado


16.5.1. Definición. Sea p : R ÝÑ S1 la función cubriente sobre S1 dada por pptq “ pcosp2πtq,
senp2πtqq, sea γ un lazo en S1 basado en p1, 0q y sea α el levantamiento de γ tal que αp0q “ 0.
Al número αp1q le llamaremos el índice del camino γ y lo denotaremos por indpγq.
16.5.2. Corolario. Sea p : R ÝÑ S1 la función cubriente sobre S1 dada por pptq “ pcosp2πtq,
senp2πtqq, sea γ un lazo en S1 basado en p1, 0q y sea α el levantamiento de γ tal que αp0q “ 0.
El número indpγq es entero.
Demostración. El corolario se sigue del teorema 16.4.10 y del hecho de que la fibra
p´1 rtp1, 0qus es igual a Z. ‚
16.5.3. Observación. Debido al teorema 16.4.10 (o al lema 16.4.9), si en S1 tenemos dos
lazos basados en p1, 0q que sean homotópicos con extremos fijos, entonces ambos lazos tienen
el mismo índice.
Si se interpreta un camino como el movimiento de un punto o de una partícula desde
el tiempo 0 hasta el tiempo 1, el índice del camino γ representa el número de vueltas que
la partícula da alrededor del punto p0, 0q, es decir el número de vueltas que da en sentido
contrario a las manecillas del reloj menos el número de vueltas que da en sentido de las
manecillas del reloj. Deseamos extender el concepto de índice a una clase más general de
lazos en R2 de tal manera que tenga una interpretación similar.
16.5.4. Definición. Sea γ un camino cerrado en R2 ztp0, 0qu (el cual, como podemos ver, es
homotópico como camino cerrado en R2 ztp0, 0qu a algún lazo en S1 basado en p1, 0q). Sea η
un lazo en S1 basado en p1, 0q que sea homotópico en R2 ztp0, 0qu a γ. Definimos el índice de
γ (denotado también por indpγq) como el índice de η.
Ampliemos un poco más el concepto de «vueltas alrededor de un punto».
16.5.5. Definición. Sea P P R2 y sea γ un camino cerrado en R2 ztP u. Definimos el índice
de γ con respecto al punto P como el índice del camino cerrado η : r0; 1s ÝÑ R2 ztp0, 0qu. Al
tÞÑγptq´P
índice de γ con respecto a P lo denotamos por indP pγq.
Definamos ahora el concepto de conexidad por trayectorias.
16.5.6. Definición. Sea pX, Tq un espacio topológico y A Ă X. Decimos que A es conexo
por trayectorias si para cualesquiera dos puntos x1 , x2 P A existe un camino γ en A cuyos
extremos son los puntos x1 y x2 . Si x P B Ă X, al conjunto de todos los b P B tales que
existe un camino en B cuyos extremos son x y b se le llama componente conexa por
trayectorias de B (la componente conexa a la cual pertenece x).
Fácilmente podemos ver que la colección de todas las componentes conexas por trayec-
torias de un conjunto B es una partición en clases del conjunto B. De acuerdo al corolario
14.3.40, cualquier conjunto que es conexo por trayectorias es conexo. Ahora, por el teorema
15.27.13, todo subconjunto abierto de Rn es conexo si y sólo si es conexo por trayectorias,
por lo que en este caso las componentes conexas coinciden con las componentes conexas por
trayectorias.
16.5.7. Teorema. El grupo fundamental π1 pS1 , p1, 0qq es isomorfo al grupo de los números
p1,0q
enteros con la suma. Más aún, un isomorfismo está dado por rγsp1,0q ÞÑ indpγq.
594 16.5. El índice de un camino cerrado

Demostración. Sea p : R ÝÑ S1 la función cubriente dada en el corolario 16.5.2, e0 “ 0 y


b0 “ ppe0 q “ p1, 0q. Sabemos que la fibra p´1 rtb0 us es un entero y debido al corolario 16.5.2
la correspondencia de levantamiento

Φ : π1 pS1 , b0 q ÝÑ Z

es una biyección entre Φ : π1 pS1 , b0 q y Z. Veamos que Φ es un homomorfismo (y por lo tanto


isomorfismo) sobre Z.
Sean rγ1 sbb00 y rγ2 sbb00 elementos de π1 pS1 , b0 q y sean α1 y α2 los levantamientos de γ1 y γ2
sobre R respectivamente, que tienen como punto inicial a 0. Sean n “ α1 p1q y m “ α2 p1q.
Por definición tenemos que Φpγ1 q “ n y Φpγ2 q “ m. Sea ahora α̃2 psq :“ n ` α2 psq, para s P R.
Como ppn ` xq “ ppxq para todo x P R, el camino α̃2 es un levantamiento de γ2 con n como
punto inicial. Tenemos así que el camino α̃2 ö̀ α1 está bien definido y, como podemos ver, es
el levantamiento de γ2 ö̀ γ1 que inicia en 0. Así, el punto final de α̃2 ö̀ α1 es α̃2 p1q “ n ` m,
de manera que
Φprγ1 sbb00 ` rγ2 sbb00 q “ n ` m “ Φprγ1 sbb00 q ` Φprγ2 sbb00 q.
El hecho de que Φprγsbb00 q “ indpγq proviene de la construcción de Φ y de la definición de
índice. ‚
16.5.8. Teorema. Sean X e Y espacios topológicos y sea f : Y ÝÑ X una función continua.
Si α0 y α1 son caminos homotópicos con extremos fijos en Y , entonces f ˝ α0 y f ˝ α1 son
caminos homotópicos con extremos fijos en X.
Demostración. Sea λ : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ Y una homotopía entre α0 y α1 . La función f ˝ λ
es una homotopía en X, con extremos fijos, entre los caminos f ˝ α0 y f ˝ α1 . ‚
De los teoremas 16.1.10 y 16.5.8 se tiene inmediatamente el corolario siguiente.
16.5.9. Corolario. Sea X un espacio topológico, Y Ă Rn un conjunto convexo, y0 , y1 P Y y
sea f : Y ÝÑ X una función continua. Si α y β son caminos en Y de y0 a y1 , entonces f ˝ α
y f ˝ β son caminos homotópicos en X con extremos fijos.
16.5.10. Teorema. Si f : B2 ÝÑ S1 es una función continua tal que f p1, 0q “ p1, 0q, entonces
el lazo α : r0; 1s ÝÑ S1 tiene índice igual a cero.
tÞÑf pcosp2πtq,senp2πtqq

Demostración. Sea β el lazo en B2 dado por βptq “ pcosp2πtq, senp2πtqq. Tenemos que
α “ f ˝ β. Como B2 Ă R2 es convexo, del corolario 16.5.9 tenemos que α es homotópico con
extremos fijos al lazo constante en S1 basado en p1, 0q. Ahora, por el teorema 16.5.7 tenemos
que indpαq “ 0. ‚
16.5.11. Teorema. No existe función continua f : B2 ÝÑ S1 tal que f pxq “ x para todo
x P S1 .
Demostración. Si existiera dicha función, por el teorema 16.5.10, el lazo t ÞÑ pcosp2πtq,
senp2πtqq en S1 tendría índice cero. Sin embargo, como podemos ver de la definición de índice,
dicho lazo tiene índice 1. ‚
16.5.12. Definición. Sea X un conjunto con estructura de espacio topológico y f : X ÝÑ X
una función continua. Decimos que un punto x P X es un punto fijo de f si f pxq “ x. En
16.5. El índice de un camino cerrado 595

caso de que exista algún punto fijo de f diremos que f tiene un punto fijo.
16.5.13. Teorema del punto fijo de Brouwer en B2 . Toda función continua f : B2 ÝÑ B2
tiene un punto fijo.
Demostración. Supongamos que f no tiene punto fijo. Para cada x P B2 sea gpxq el
elemento de S1 que está en el rayo que pasa por x y tiene como extremo a f pxq.
Afirmamos que g es continua. En efecto, sea x0 P B2 y pxk q8 k“1 una sucesión en B que
2

converge a x0 . Como f es continua, entonces pf pxk qq8 k“1 converge a f px0 q, el cual estamos
suponiendo que es diferente de x0 . Ahora, sea ε ą 0 y N suficientemente grande, de tal
manera que para k ľ N se tenga que |xk ´ x0 | ă δ y |f pxk q ´ f px0 q| ă δ, donde δ ą 0 es
un número tal que 2δ|gpx 0 q´f px0 q|
|x0 ´f px0 q|
ă ε. Usando adecuadamente el teorema 15.2.36 podemos ver
que |gpx0 q ´ gpxk q| ă ε, con lo que g es continua.
Como gpxq “ x para todo x P S1 , estamos en contradicción con el teorema 16.5.11. ‚
Como una consecuencia del teorema 16.5.13 tenemos el corolario siguiente cuya demos-
tración se deja al lector.
16.5.14. Corolario. Sea A un conjunto homeomorfo con B2 . Cualquier función continua
f : A ÝÑ A tiene un punto fijo.
596 16.6. El teorema de la curva de Jordan

16.6. El teorema de la curva de Jordan


16.6.1. Lema. Las componentes conexas de un conjunto E son conjuntos cerrados en E.
Además, si E es compacto y las componentes conexas de E son conjunto abiertos en E,
entonces E tiene un número finito de componentes conexas.
Demostración. Sea C una componente conexa de un conjunto Ş E y sea B la familia de
todos los subconjuntos cerrados de E que incluyen a C. Sea D “ F PB F ; observemos que
D es cerrado en E, y veamos que C “ D. Obviamente C Ă D. Tenemos por definición de
componente conexa que si D es un conjunto conexo entonces C “ D. Ahora, si D no fuera
conexo tendríamos un B Ă D, tal que B ‰ H, B ‰ D, además de que B sea abierto y
cerrado en D, de manera que C X B y CzB son abiertos y cerrados en C, pero como C es
conexo, debemos tener que C Ă B ó C Ă DzB. Supongamos sin pérdida de generalidad que
C Ă B para observar que en tal caso B P B, de manera que D Ă B, contradiciendo el hecho
de que B Ă D y B ‰ D. Tenemos pues que necesariamente D es conexo y así C “ D, pero
como D es cerrado, entonces C es cerrado.
Supongamos ahora que E es compacto y que las componentes conexas de E son conjuntos
abiertos en E. Tenemos que la familia de componentes conexas de E es una cubierta de E, de
manera que por definición de compacidad dicha cubierta tiene una subcubierta finita. Ahora,
la única subcubierta de dicha cubierta es ella misma, pues dicha cubierta es una partición
del conjunto E, de manera que dicha cubierta es finita, es decir E tiene un número finito de
componentes conexas. ‚
16.6.2. Lema. Sean U y V subconjuntos abiertos de un espacio conexo por trayectorias X
tales que U Y V “ X. Si U y V son simplemente conexos, y U X V es no vacío y conexo por
trayectorias, entonces X es simplemente conexo.
Demostración. De la hipótesis del lema se deduce que U ‰ ∅ y V ‰ ∅. Sea γ un lazo
en X basado en un punto a0 P X. Supongamos, sin pérdida de generalidad, que a0 P U y
veamos que γ es contractible.
Por hipótesis, si γ es un camino en U , entonces γ es contractible en U y por lo tanto
también contractible en X.
Supongamos ahora que γ no es un camino en U , es decir que la trayectoria de γ tiene
elementos en V . Sea Γ la trayectoria de γ y observemos que Γ1 :“ Γ zU es compacto y
también lo es γ ´1 rΓ1 s. Observemos que si c y d son números diferentes tales que γpcq P U y
γpdq P V , entonces existe un número e entre c y d tal que γpeq P U X V . Para cada d P γ ´1 rΓ1 s
sean αd :“ míntt P γ ´1 rΓ1 s : rt; ds Ă V u y βd :“ máxtt P γ ´1 rΓ1 s : rd; ts Ă V u, y observemos
que rαd ; βd s Ă V , además
Ť de que la familia V :“ trαd ; βd s´1: d P γ rΓ1 su es una partición en
´1

clases del conjunto rαd ; βd s que está incluido en γ rV s. Veamos que la familia V es
dPγ ´1 rΓ1 s
finita. Sean αd˚ :“ máxpt0uYtt P r0; αd q : γptq R V uq, βd˚ :“ mínpt1uYtt P pβd ; 1s : γptq R V uq,
α `α˚ β `β ˚
αd1 :“ d 2 d , βd1 :“ d 2 d y observemos que γpαd1 q, γpβd1 q P U X V , pαd1 ; βd1 q Ă rαd ; βd s, pero
pαd1 ; βd1 q no interseca a ningún elemento de V diferente de rαd ; βd s, siendo el conjunto V 1 :“
tpαd1 ; βd1 q : d P γ ´1 rΓ1 su una cubierta abierta de γ ´1 rΓ1 s cuya única subcubierta es ella misma,
de manera que por ser γ ´1 rΓ1 s un conjunto compacto, tenemos que V 1 es un conjunto finito
de la forma tpαd1 1 ; βd1 1 q, . . . , pαd1 n ; βd1 n qu, para algún n P N, donde los pαd1 i ; βd1 i q X pαd1 j ; βd1 j q “ ∅
si i ‰ j
16.6. El teorema de la curva de Jordan 597

Como U XV es conexo por trayectorias y V es contractible, para cada k P t1, . . . , nu existe


un camino ηk en U X V que va de γpαd1 k q a γpβd1 k q y tal camino es homotópico a γ|rαd1 k ; βd1 k s.
Tenemos así que γ es homotópico al camino η en U tal que
$
& ηk ptq si t P rαdk ; βdk s y k P t1, . . . , nu

ηptq “ n ,
si t P r0; 1sz rαdk ; βdk s
Ť
% γptq

k“1

pero como U es simplemente conexo, entonces el camino η es contractible, de manera que el


camino γ también es contractible. Tenemos así que U Y V es simplemente conexo. ‚
16.6.3. Lema. Sea pX, Tq un espacio topológico tal que X, además de ser conexo, es conexo
por trayectorias; sean U y V subconjuntos abiertos de X que son simplemente conexos y
además U Y V “ X. Si U X V tiene tres o más componentes conexas por trayectorias
diferentes, entonces, para todo b P X, se tiene que el grupo pπ1 pX, bq, `q no es abeliano.
Demostración. Supongamos que U X V tiene tres o más componentes conexas por tra-
yectorias diferentes y sean W1 y W2 dos diferente componentes conexas por trayectorias de
U X V y sea W0 “ pU X V qzpW1 Y W2 q. Tenemos que W0 , W1 y W2 son conjuntos abiertos
no vacíos y disjuntos cuya unión es U X V .
Construiremos para cada par de números entero pm, nq dos conjuntos disjuntos Um,n
y Vm,n con estructuras topológicas que hagan que Um,n sea homeomorfo a U y Vm,n sea
homeomorfo a V . Tendremos además que Um,n X Vm1 ,n1 “ ∅ y Um,n X Um1 ,n1 “ ∅ cuando
pm, nq ‰ pm1 , n1 q. Para hacer dicha construcción tomemos Um,n :“ tpx, U, m, nq : x P U y
pm, nq P Z2 u y Vm,n :“ tpx, V, m, nq : x P V y pm, nq P Z2 u. Cuando S “ U denotemos por
Sm,n al conjunto Um,n y cuando S “ V denotemos por Sm,n al conjunto Vm,n . Definamos para
cada pS, m, nq P tU, V u ˆ Z ˆ Z la correspondencia biunívoca fS,m,n : S ÝÑ Sm,n tal que
fS,m,n pxq :“ px, S, m, nq. Démosle a Sm,n la topología que haga que la función fS,m,n sea un
homeomorfismo, haciendo que Ť los conjuntos S y Sm,n sean homeomorfos.
Tomemos ahora Y :“ pUm,n Y Vm,n q y sea R la relación de equivalencia en Y tal
pm,nqPZ2
que
px, S1 , j, kqRpy, S2 , m, nq
si y sólo si x “ y P U Y V y:

a) pj, kq “ pm, nq, siempre que S1 “ S2 ;

b) cuando S1 “ U y S2 “ V se cumple

I) x P W0 , j “ m y k “ n,
II) x P W1 , j “ m ` 1 y k “ n,
III) x P W2 , j “ m ‰ 0 y k “ n,
ó
IV) x P W2 , j “ m “ 0, k “ n ` 1;

y
598 16.6. El teorema de la curva de Jordan

c) cuando S1 “ V y S2 “ U se cumple que py, U, m, nqRpx, V, j, kq.

Las condiciones a) y b) dan la manera en que están dadas las clases de equivalencia que
identifican cómo están unidas las copias de U con las copias de V . Tomemos ahora E :“ Y {R
con la topología cociente y sea π : E ÝÑ X la función tal que si e P E y x es la primer
coordenada común de todos los elementos de e, entonces πpeq “ x. Observemos que π es una
función continua sobre X y además es una función cubriente.
Sea Um,n ˚
el subconjunto de E cuyos elementos son las clases a las cuales pertenecen los
elementos de Um,n y sea Vm,n ˚
el subconjunto de E cuyos elementos son las clases a las cuales
pertenecen los elementos de Vm,n , así mismo, para cada z P Y denotemos por z˚ a la clase a
la cual pertenece z.
Fijemos p P U . Para j P t1, 2u sea αj un lazo en X que inicia en p, primeramente entra a
W0 sin salirse de U (es decir, existe un t0 P p0; 1q tal que αj pt0 q P W0 y αj ptq P U , para todo
t P r0; t0 s), continuando en V ingresa a Wj (es decir, existe un tj P pt0 ; 1s tal que αj ptj q P Wj
y αj ptq P V para todo t P rt0 ; tj s), y regresa a p permaneciendo en U (es decir, αj p1q “ p y
αj ptq P U para todo t P rtj ; 1s). Podemos ver que el π-levantamiento de α1 en E que inicia
en pp, U, 0, 0q˚ , permanece un momento en U0,0 ˚
, luego a través de V0,0
˚
pasa por el conjunto
U1,0 , hasta llegar finalmente al punto pp, U, 1, 0q˚ . Similarmente, el π-levantamiento de α2 en
˚

E que comienza en pp, U, 1, 0q˚ , termina en pp, U, 1, 0q˚ , de tal suerte que el levantamiento
de α1 ö̀ α2 que inicia en pp, U, 0, 0q˚ termina en pp, U, 1, 0q˚ , sin embargo, el levantamiento
de α2 ö̀ α1 en E que inicia en pp, U, 0, 0q˚ termina en pp, U, 1, 1q˚ . Tenemos así que hay dos
levantamientos de α2 ö̀ α1 y α1 ö̀ α2 que inician en el mismo punto, pero terminan en puntos
diferentes, por lo que, de acuerdo al teorema 16.4.10, los caminos α1 ö̀ α2 y α2 ö̀ α1 no son
homotópicos, es decir rα1 ö̀ α2 spp ‰ rα2 ö̀ α1 spp , por lo cual rα1 spp ` rα2 spp ‰ rα2 spp ` rα1 spp , de
manera que pπ1 pX, pq, `q no es abeliano. Ahora, por el teorema 16.3.6, para todo b P X el
grupo pπ1 pX, bq, `q no es abeliano. ‚
16.6.4. Lema. Sea T Ł R2 un conjunto cerrado y sea Q “ R3 ztpx, y, 0q : px, yq P T u.

a) Si R2 zT es conexo, entonces Q es simplemente conexo.

b) Si R2 zT tiene al menos tres componentes conexas, entonces, para todo b P Q, el grupo


pπ1 pQ, bq, `q no es un grupo abeliano.

Demostración. Del hecho de que R2 zT ‰ ∅, podemos deducir que Q, además de ser


abierto, es conexo. Sean U y V los conjuntos abierto es R3 dados por

U :“ tpx, y, zq : z ą 0u Y tpx, y, zq : z ą ´1, px, yq R T u,


V :“ tpx, y, zq : z ă 0u Y tpx, y, zq : z ă 1, px, yq R T u.

Tanto U como V son abiertos conexos y además U Y V “ Q.


Recordemos que si n es un entero positivo, cualquier subconjunto abierto de Rn es conexo
si y sólo si es conexo por trayectorias (teorema 15.27.13).
Veamos que U y V son simplemente conexos. Como U y V son homeomorfos, es suficiente
ver que U es simplemente conexo. Sea α : r0; 1s ÝÑ U un lazo con αp0q “ αp1q “ p0, 0, 1q y
definamos la función continua H : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ U como Hpt, sq :“ αptq ` p0, 0, s ¨ zptqq,
donde zptq “ 0 si la tercera coordenada de αptq es positiva y zptq es la tercera coordenada de
16.6. El teorema de la curva de Jordan 599

αptq si ésta es negativa. Tenemos que (tHpt, 1q : 0 ĺ t ĺ 1u Ă px, y, zq : z ą 12 , de manera


(

que como el conjunto px, y, zq : z ą 12 es un abierto simplemente conexo al cual pertenece


p0, 0, 1q (verificarlo), el lazo t ÞÑ Hpt, 1q es homotópico en U al lazo constante t ÞÑ p0, 0, 1q.
Tenemos así que α es homotópico en U al lazo constante t ÞÑ p0, 0, 1q, por lo que U es
simplemente conexo (y V también es simplemente conexo).
Observemos ahora que

U X V “ tpx, y, zq : px, yq R T y ´ 1 ă z ă 1u

es homeomorfo a pR2 zT q ˆ p´1; 1q. Observemos que si A es un conjunto conexo, entonces


A ˆ B también lo es, de manera que si R2 zT es conexo, entonces U X V es conexo y, por
el lema 16.6.2, el conjunto Q es simplemente conexo, quedando demostrada la parte a). Si
R2 zT tiene al menos tres componente conexas, entonces también el conjunto U X V tiene
al menos tres componentes conexas, de manera que por el lema 16.6.3, para todo b P Q, el
grupo pπ1 pQ, bq, `q no es abeliano, quedando demostrada la parte b). ‚
16.6.5. Lema. Sea h : R ÝÑ R2 una función inyectiva y continua tal que

lím |hptq| “ `8 y lím |hptq| “ `8.


tÑ`8 tÑ´8

Sea ι : R2 ÝÑ R3 . Existe un homeomorfismo f de R3 sobre R3 tal que


px,yqÞÑpx,y,0q

pf ˝ ι ˝ hqptq “ p0, 0, tq, para todo t P R.

Demostración. Para ver que h es un homeomorfismo de R en R2 veamos que h´1 : hrRs ÝÑ


R es continua. Sea y0 P hrRs y x0 “ h´1 py0 q. Por ser h una función continua, para toda bola
abierta Bpy0 , rq de y0 existe un intervalo abierto pa0 ; b0 q de x0 tal que hrpa0 ; b0 qs Ă Bpy0 , rq.
Por hipótesis, existe un a ă a0 y un b ą b0 tales que si x ĺ a ó x ľ b, entonces hpxq R Bpy0 , rq.
La restricción de h al intervalo ra; bs es continua, por lo que debido a los teoremas 14.2.12 ó
14.3.42 tenemos que la ph|ra; bsq´1 es continua, de manera que ph|ra; bsqrpa0 ; b0 qs es un abierto
en hrra; bss que está incluido en Bpy0 , rqs, pero como h´1 rBpy0 , rqs Ă ra; bs, si tomamos δ ą 0
de tal manera que px0 ´ δ; x0 ` δq Ă pa0 ; b0 q, entonces hrpx0 ´ δ; x0 ` δqs “ ph|ra; bsqrpx0 ´
δ; x0 `δqs Ă Bpy0 , rq, por lo cual hrpx0 ´δ; x0 `δqs no sólo es abierto en hrra; bss, sino también
en hrRs. Tenemos así que h´1 es continua en en hry0 s, para todo y0 P hrRs, por lo que la
función h´1 : hrRs ÝÑ R es continua.
Sea g : hrRs ÝÑ R y veamos que g es continua en hrRs. Por el teorema de extensión
hptqÞÑt
de Tietze 14.3.62, existe una función continua G : R2 ÝÑ R tal que Gppq “ gppq, para
todo p P hrRs. Sean h1 y h2 la funciones coordenadas de h, es decir las funciones tales que
hptq “ ph1 ptq, h2 ptqq. La función G satisface la ecuación

16.6.6. Gph1 ptq, h2 ptqq “ t para todo t P R.

Sea f1 : R3 ÝÑ R3 la función dada por

f1 px, y, zq “ px, y, Gpx, yq ` zq.


600 16.6. El teorema de la curva de Jordan

Como f1 además de ser continua tiene inversa continua dada por f1´1 px, y, zq “ px, y, z ´
Gpx, yqq, entonces f1 es un homeomorfismo. Sea f2 : R3 ÝÑ R3 la función dada por

f2 px, y, zq “ px ´ h1 pzq, y ´ h2 pzq, zq.

Como f2 además de ser continua tiene inversa continua dada por f2´1 px, y, zq “ px`h1 pzq, y `
h2 pzq, zq, entonces f2 es también un homeomorfismo. Sea f :“ f2 ˝ f1 , el cual es un homeo-
morfismo de R2 en R2 . De la ecuación 16.6.6 concluimos que

pf ˝ ι ˝ hqptq “ f2 pf1 ph1 ptq, h2 ptq, 0q


“ f2 ph1 ptq, h2 ptq, tq “ p0, 0, tq,

terminando así la demostración del teorema. ‚


16.6.7. Teorema. Sea h : R ÝÑ R2 una función inyectiva y continua tal que

lím |hptq| “ `8 y lím |hptq| “ `8.


tÑ`8 tÑ´8

El conjunto R2 zhrRs tiene exactamente dos componentes conexas.


Demostración. Siguiendo la primera parte de la demostración del lema 16.6.5 obtene-
mos que h es un homeomorfismo de R en hrRs, de manera que si t P R, entonces Rzttu y
hrRszthptqu son homeomorfos. De lo anterior y del hecho de que Rzttu no es conexo, tenemos
que hrRszthptqu tampoco es conexo. Ahora, el conjunto R2 zthptqu es conexo, de manera que
hrRs ‰ R2 .
Sea Q el conjunto dado en el lema 16.6.4 tomando T “ hrRs. El homeomorfismo f del
lema 16.6.5 transforma el conjunto Q sobre el conjunto

R3 ztp0, 0, tq : ´8 ă t ă `8u

y, como podemos ver, este conjunto es homeomorfo con

pR2 zt0uq ˆ R.

Afirmamos que para todo b P Q se tiene que

π1 pQ, bq – Z.

En efecto, para ppx0 , y0 q, z0 q P pR2 zt0uq ˆ R y para cada lazo α en pR2 zt0uq ˆ R basado
en ppx0 , y0 q, z0 q sean α1 , α2 , α3 : R ÝÑ R tales que αptq “ ppα1 ptq, α2 ptqq, α3 ptqq. El lazo α1
en Pz0 :“ tppx, yq, z0 q : ppx, yq, z0 q P pR2 zt0uq ˆ Ru basado en ppx0 , y0 q, z0 q dado por α1 ptq “
ppα1 ptq, α2 ptqq, z0 q es homotópico en pR2 zt0uqˆR con α. Observemos además que dos lazos α y
β en pR2 zt0uqˆR basados en ppx0 , y0 q, z0 q son homotópicos si y sólo si los lazos α1 y β 1 basados
en ppx0 , y0 q, z0 q son homotópicos en Pz0 , por lo que π1 pPz0 , ppx0 , y0 q, z0 qq – π1 ppR2 zt0uq ˆ
R, ppx0 , y0 q, z0 qq. Notemos además que π1 pPz0 , ppx0 , y0 q, z0 qq – π1 pR2 ztp0, 0qu, p0, 1qq y que en
R2 ztp0, 0qu dos lazos basados en p0, 1q tienen el mismo índice si y sólo si son homotópicos,
por lo que la función
ρ : π1 pR2 ztp0, 0qu, p0, 1qq ÝÑ Z
p0,1q
rγsp0,1q ÞÑindpγq
16.6. El teorema de la curva de Jordan 601

es un isomorfismo de π1 pR2 ztp0, 0qu, p0, 1qq sobre Z. Tenemos así que para todo b P Q se tiene
que π1 pQ, bq – Z.
Como π1 pQ, bq no es trivial, del lema 16.6.4 a) se tiene que R2 zhrRs no es conexo. Como
π1 pQ, bq es abeliano, del lema 16.6.4 b) se tiene que R2 zhrRs tiene menos de tres componentes
conexas. De esta manera el conjunto R2 zhrRs tiene exactamente dos componentes conexas.‚
16.6.8. Notación. Denotaremos por S2 al conjunto tv P R3 : |v| “ 1u. En general se denota
por Sn al conjunto tv P Rn`1 : |v| “ 1u y por Bn al conjunto tv P Rn : |v| ĺ 1u.
16.6.9. Lema. Sea v0 P S2 . Existe un homeomorfismo ϕ de S2 ztv0 u sobre R2 tal que

lím |ϕpvq| “ `8.


vÑv0

Demostración. Mediante rotaciones se puede ver que los conjuntos S2 ztv0 u y S2 ztp0, 0, 1qu
son homeomorfos, de manera que es suficiente
` x demostrar el lema para el caso en que v0 “
p0, 0, 1q. En tal caso tomemos ϕpx, y, zq “ 1´z y haciendo manipulaciones algebraicas
y
˘
, 1´z
´ ¯
x2 `y 2 ´1
y haciendo cálculos podemos ver que ϕ´1 px, yq “ x2 `y 2x
, 2y
,
2 `1 x2 `y 2 `1 x2 `y 2 `1 y que

lím |ϕpx, y, zq| “ `8,


px,y,zqÑp0,0,1q

(sin olvidar jamás que en el límite anterior las variables deben satisfacer la relación x2 ` y 2 `
z 2 “ 1) para así tener el homeomorfismo deseado. ‚
16.6.10. Teorema. Sea Γ Ă S2 una trayectoria cerrada simple. El conjunto S2 zΓ tiene
exactamente dos componentes conexas.
Demostración. Sea γ : r0; 1s ÝÑ S2 una parametrización de Γ tal que γp0q “ γp1q y
γptq ‰ γpsq para cualesquiera dos s, t P r0; 1q diferentes. Sea v0 “ γp0q “ γp1q. Por el lema
16.6.9 existe un homeomorfismo ϕ : S2 ztv0 u ÝÑ R2 (sobre R2 ) tal que

lím |ϕpvq| “ `8.


vÑv0

Sea ρ : p0; 1q ÝÑ R un homeomorfismo entre p0; 1q y R. El homeomorfismo ϕ determina


una función continua h : R ÝÑ R2 dada por h :“ ϕ ˝ γ ˝ ρ´1 con la propiedad dada en el
teorema 16.6.7, por lo que existen exactamente dos componente conexas diferentes C1 y C2
de R2 zhrRs, de manera que ϕ´1 rC1 s y ϕ´1 rC2 s son las dos únicas componentes conexas
de ϕ´1 rR2 zhrRss “ S2 zΓ . ‚
El teorema siguiente es de los teoremas que a simple vista parecen evidentes y sin embargo
para su demostración es necesario una gran cantidad de herramientas y artificios matemá-
ticos no elementales. Además a partir de tal teorema se pueden definir varios conceptos
intuitivamente evidentes.
16.6.11. Teorema de la curva de Jordan. Sea Γ Ă R2 una trayectoria cerrada simple. El
conjunto R2 zΓ tiene dos componentes conexas, una de las cuales es acotada y la otra no es
acotada. Además Γ es la frontera en R2 de cada una de las componentes conexas de R2 zΓ .
602 16.6. El teorema de la curva de Jordan

Demostración. Sea γ : r0; 1s ÝÑ R2 una parametrización de Γ tal que γp0q “ γp1q y γptq ‰
γpsq para cualesquiera dos s, t P r0; 1q diferentes. Sea ϕ un homeomorfismo como el dado en el
lema 16.6.9. Por el teorema 16.6.10 el conjunto S2 zϕ´1 rΓ s tiene exactamente dos componentes
conexas diferentes C1 y C2 . Observemos que v0 P C1 ó v0 P C2 . Sin perder generalidad
supongamos que v0 P C2 y notemos que C2 ztv0 u es conexo. Tenemos que R2 “ Γ Y ϕrC1 s Y
ϕrC2 ztv0 us, donde Γ , ϕrC1 s y ϕrC2 ztv0 us “ ϕrC2 s son disjuntos y tanto ϕrC1 s como ϕrC2 s
son abiertos conexos, de manera que ϕrC1 s y ϕrC2 s son las dos únicas componentes conexas
de R2 zΓ . Ahora, si tomamos una sucesión pvn q8 n“1 que converja a v0 , cuyas componentes estén
en C2 ztv0 u, entonces pϕpvn qqn“1 será una sucesión en ϕrC2 s tal que
8

lím |ϕpvn q| “ `8,


nÑ8

de manera que la componente ϕrC2 s no es acotada. Por otro lado tenemos que como Γ
es compacto, existe una bola cerrada Bpp0, 0q, rq Ă R2 tal que Γ Ă Bpp0, 0q, rq, pero co-
mo R2 zBpp0, 0q, rq, es un abierto conexo, entonces está incluido en una de las componentes
conexas y la otra componente conexa debe estar incluida en Bpp0, 0q, rq, es decir debe ser
acotada.
Veamos ahora que Γ es la frontera común de cada una de las componentes conexas de
R2 zΓ . Sea U una de las componentes conexas de R2 zΓ . Por definición la otra componente
no interseca a U y BU “ U pR2 zU q Ă Γ . Observemos que si Γ ‰ BU , existe un arco A Ă Γ
en el cual está incluido BU . Sea p un punto en la componente conexa acotada de R2 zΓ y
D una bola cerrada con centro en p tal que Γ está incluida en el interior de D. Como A es
homeomorfo al intervalo cerrado r0; 1s, el corolario 14.3.66 (corolario al teorema de extensión
de Tietze) asegura que existe una función r : D ÝÑ A tal que r|A es la función identidad. Si
p P U , es decir si U es acotado, sea f : D ÝÑ Dztpu la función dada por
#
rpxq si x P U
f pxq “ ,
x si x P R2 zU

pero si p R U , sea f : D ÝÑ Dztpu la función dada por


#
x si x P U
f pxq “ .
rpxq si x P R2 zU

Como BU “ U pR2 zU q Ă A la función f en ambos casos está bien definida y, como podemos
ver, es continua y f |BD es la identidad. Sea g : Dztpu ÝÑ BD la función tal que gpxq es el
elemento diferente de x de BD que está en el rayo Ý Ñ Ahora, g ˝ f : D ÝÑ D no tiene puntos
xp.
fijos, lo cual contradice al corolario 16.5.14 (corolario al teorema del punto fijo de Brouwer
en B2 ). ‚
16.6.12. Definiciones. Sean σ : rc; ds ÝÑ X y γ : ra; bs ÝÑ X dos caminos. Decimos que
los caminos σ y γ son equivalentes si existe una función continua y estrictamente creciente
ϕ : rc; ds ÝÑ ra; bs tal que ϕpcq “ a, ϕpdq “ b y σ “ γ ˝ ϕ. Observando que en efecto la
relación de que dos caminos sean equivalentes es una relación de equivalencia, a cada una de
sus clases de equivalencia le llamaremos curva o trayectoria dirigida. Si H es una curva
a la cual pertenece un camino η : r0; 1s ÝÑ X, diremos que la curva H va de ηp0q a ηp1q, o
16.6. El teorema de la curva de Jordan 603

bien que ηp0q es el punto inicial de H y que ηp1q es el punto final o punto terminal de
H. Así mismo, denotaremos por ´H a la curva a la cual pertenece ö́η y diremos que es la
curva opuesta de H.
16.6.13. Definición. A una trayectoria cerrada simple en R2 se le llama trayectoria de
Jordan y a la curva a la cual pertenece un camino cerrado simple se le llama curva de
Jordan. También se le llama trayectoria de Jordan a una trayectoria cerrada simple en un
plano (o en un conjunto que sea homeomorfo a R2 ) y curva de Jordan a la curva a la cual
pertenece un camino cerrado simple γ : ra; bs ÝÑ X, donde X es homeomorfo a R2 .
16.6.14. Notaciones. Si Γ es una trayectoria simple con extremos u y v y γ : ra; bs ÝÑ Γ
es una parametrización simple de Γ cuyo punto inicial es u y punto final es v, a la curva a
la cual pertenece γ la denotaremos por Γ u,v . En el caso en que Γ sea una trayectoria cerrad
simple, cuya parametrización simple sea γ : ra; bs ÝÑ Γ , c1 , c2 P pa; bq con c1 ă c2 , u “ γpaq,
v “ γpc1 q y w “ γpc1 q, entonces Γ u,v,w denotará a la curva a la cual pertenece γ.
16.6.15. Definición. Sea Π un plano y Γ Ă Π una trayectoria de Jordan; sea A1 la com-
ponente conexa acotada de ΠzΓ y sea A2 la componente conexa no acotada de ΠzΓ . Al
conjunto A1 se le llama el interior de la trayectoria Γ y al conjunto A2 se le llama el exte-
rior de Γ . Cuando a P A1 diremos que a está encerrado por Γ o que Γ encierra al punto
a; también diremos que Γ encierra a un conjunto C cuando C Ă A1 .
16.6.16. Aclaración. Como el lector podrá notar, debemos tener cuidado en no confundir
el concepto de interior y exterior de una trayectoria cerrada simple Γ con el de interior y
exterior del conjunto Γ en el sentido topológico. En el sentido topológico (con la topología
usual de R2 ) el interior de Γ es el conjunto vacío y el exterior es R2 zΓ . Siempre que se hable
de interior y exterior debe quedar bien claro el contexto en el cual se está hablando.
Del lema 16.6.9 se puede ver que los siguientes dos lemas son equivalentes.
16.6.17. Lema. Sean a y b elementos diferentes de S2 . Sea A un conjunto compacto y
f : A ÝÑ S2 zta, bu una función continua. Si a y b están en la misma componente conexa de
S2 zf rAs, entonces f es homotópica en S2 zta, bu a una función constante.
En lugar de demostrar el lema 16.6.17 estableceremos y demostraremos el siguiente lema
que, como podemos ver, es equivalente.
16.6.18. Lema. Sea A un conjunto compacto y f : A ÝÑ R2 ztp0, 0qu una función continua. Si
el punto p0, 0q está en la componente conexa no acotada de R2 zf rAs, entonces f es homotópica
en R2 ztp0, 0qu a una función constante.
Demostración. Sea B Ă R2 una bola abierta con centro en p0, 0q tal que f rAs Ă B y sea
p un punto en el exterior de B.
Tenemos que las componentes conexas del conjunto abierto R2 zf rAs son las componentes
conexas por trayectorias del mismo conjunto de tal manera que existe un camino α en R2 zf rAs
que va de p0, 0q a p. Definamos la homotopía F : A ˆ r0; 1s ÝÑ R2 ztp0, 0qu dada por F px, tq “
f pxq ´ αptq, la cual no tiene al punto p0, 0q como elemento de su recorrido, pues f pxq P f rAs
y αptq P R2 zf rAs. F es una homotopía entre f y la función k : A ÝÑ R2 ztp0, 0qu dada por
kpxq “ f pxq ´ p. Definamos ahora la homotopía G : A ˆ r0; 1s ÝÑ R2 ztp0, 0qu mediante la
604 16.6. El teorema de la curva de Jordan

ecuación Gpx, tq “ tf pxq ´ p y observemos que es una homotopía entre una función constante
y la función k que, como hemos visto, es homotópica a f . ‚
16.6.19. Lema. Sean a, b y c tres elementos diferentes de Rn . Si Γ1 es un arco cuyos extremos
son a y b, y Γ2 es un arco cuyos extremos son b y c, entonces existe un arco Γ Ă Γ1 Y Γ2
cuyos extremos son a y c.
Demostración. Sean α1 : r0; 1s ÝÑ Γ1 y α2 : r0; 1s ÝÑ Γ2 caminos cerrados simples cuyos
recorridos son Γ1 y Γ2 respectivamente tales que α1 p0q “ a, α1 p1q “ b, α2 p0q “ b y α2 p1q “ c.
Sea ahora t1 “ míntt P r0; 1s : α1 ptq P Γ2 u y t2 el elemento de r0; 1s tal que α2 pt2 q “ α1 pt1 q.
Tenemos que la trayectoria del camino α : r0; 1 ` t1 ´ t2 s ÝÑ Γ1 Y Γ2 dado por
si 0 ĺ t ĺ t1
#
α1 ptq
αptq “ ,
α2 pt ` t2 ´ t1 q si t1 ĺ t ĺ 1 ` t1 ´ t2
es un arco que está incluido en Γ1 Y Γ2 . ‚
2
16.6.20. Teorema. Sea U Ă R un conjunto abierto y sean a, b P U dos elementos que están
en una trayectoria Γ Ă U . Existe un arco A Ă U al cual pertenecen a y b. Dicho arco puede
ser una poligonal.
Demostración. Observemos que como Γ es compacto, existe una poligonal P incluida en
U a la cual pertenecen a y b. Como la poligonal P es una unión finita de segmentos de recta
(los cuales son arcos), del lema 16.6.19 y usando inducción matemática se puede concluir que
existe un arco A Ă U al cual pertenecen los puntos a y b. ‚
16.6.21. Teorema. Sea X “ U Y V un espacio topológico tal que U y V son abiertos.
Supongamos que U X V es conexo por trayectorias y que a P U X V . Para cada lazo η basado
en a y con recorrido en X, existe una cantidad finita de lazos η1 , η2 , . . . , ηn basados en a cuyos
recorridos están en U o en V , tales que rηsaa “ rη1 ö̀ η2 ö̀ ¨ ¨ ¨ ö̀ ηn saa .
Demostración. como el recorrido de η está cubierto por tU, V u, entonces el intervalo r0; 1s,
el cual es un conjunto compacto, está cubierto por tη ´1 rU s, η ´1 rV su, de manera que por el
teorema del número de Lebesgue (14.2.40) podemos tomar un número de Lebesgue δ ą 0
para r0; 1s con respecto a la cubierta tη ´1 rU s, η ´1 rV su. Ahora, al tomar un número natural
N ą 1δ y ak “ Nk , para k P t0, 1, . . . , N u, tenemos que ηrrak´1 ; ak ss está incluido en U o en
V . Observemos que a “ ηpa0 q “ ηpaN q P U X V y que existe una partición pb0 , b1 , . . . , bn q del
intervalo r0; 1s tal que pa0 , a1 , . . . , aN q sea un refinamiento de pb0 , b1 , . . . , bn q, cada ηrrbk´1 ; bk ss
esté incluido ya sea en U o en V y cada ηpbk q pertenezca a U X V para k P t1, 2, . . . , nu.
Escogida así la partición pbk qnk“0 podemos representar a η como la concatenación
η “ β1 ö̀ β2 ö̀ ¨ ¨ ¨ ö̀ βn ,
donde βk p0q “ ηpbk´1 q y βk p1q “ ηpbk q y además βk rr0; 1ss está incluida en U o en V . Ahora,
para cada k P t0, 1, . . . , nu sea αk : r0; 1s ÝÑ U X V un camino que va de ηpbk q al punto
a (lo anterior es posible debido a que el conjunto U X V es conexo por trayectorias). Como
rβk sbbkk´1 “ rpβk ö̀ αk q ö́ αk sbbkk´1 tenemos que si hacemos α0 : r0; 1s ÝÑ tau, αn “ α0 y
ηk “ ppö́αk´1 q ö̀ βk q ö̀ αk , entonces ηk P π1 pX, aq, donde el recorrido de ηk está incluido en
U o en V y además
rηsaa “ rη1 ö̀ η2 ö̀ ¨ ¨ ¨ ö̀ ηn saa . ‚
16.6. El teorema de la curva de Jordan 605

16.6.22. Definición. En un plano a la unión de una trayectoria de Jordan con su interior


se le llama región y si la trayectoria de Jordan es un polígono, entonces se llama región
poligonal. Llamaremos lados y vértices de una región poligonal a los lados y vértices
respectivamente del polígono que tiene como frontera.
606 16.7. Separación de conjuntos

16.7. Separación de conjuntos


16.7.1. Definición. Sea X un espacio topológico y A Ă X. Decimos que el conjunto A
separa a X si el conjunto XzA no es conexo. En el caso en que el conjunto XzA tenga n
componentes conexas diferentes decimos que A separa a X en n componentes conexas.
16.7.2. Teorema. Si A y B son subconjuntos cerrados y conexos de S2 cuya intersección es
un conjunto con dos puntos, entonces A Y B separa a S2 . Si además ni A ni B separan a S2 ,
entonces A Y B separa a S2 en dos componentes conexas.
Demostración. Sean a y b los dos puntos tales que A X B “ ta, bu y sea C “ A Y B.
Tenemos que C ‰ S2 . En efecto, S2 zta, bu es conexo, mientras que Czta, bu no lo es (Azta, bu
y Bzta, bu son disjuntos y abiertos en C).
Como S2 zC es abierto y homeomorfo a un abierto en R2 sus componentes conexas y sus
componentes conexas por trayectorias son las mismas.
Supongamos que S2 zC es conexo por trayectorias para llegar a una contradicción. Sea
X “ S2 zta, bu, U “ S2 zA y V “ S2 zB y observemos que X “ U Y V y U X V “ S2 zC, el cual
estamos suponiendo que es conexo por trayectorias.
Sea x P U X V . Si η : r0; 1s ÝÑ U es un lazo basado en x tenemos que el recorrido de η no
interseca a A, el cual es un conjunto conexo y a, b P A, teniéndose así que a y b están en la
misma componente conexa de S2 zηrr0; 1ss y por el lema 16.6.17 tenemos que η es contractible
en S2 zta, bu. Análogamente tenemos que si η : r0; 1s ÝÑ V es un lazo basado en x, entonces η
es contractible en S2 zta, bu. Tenemos así, debido al teorema anterior, que si η : r0; 1s ÝÑ U YV
es un lazo basado en x P U X V , entonces η es homotópica a una concatenación finita de lazos
η1 , η2 , . . . , ηn basados en x, donde cada uno de estos lazos tiene su recorrido en U o en V , de
manera que cada uno de ellos es contractible y así η es contractible. Ahora, sabemos que no
todo lazo en S2 zta, bu basado en x es contractible, llegando así a una contradicción.
Supongamos ahora que ni A ni B separan a S2 y sigamos tomando a X, U y V como ya
se definieron. Sabemos que para todo x P X “ S2 zta, bu el grupo pπ1 pX, xq, `q es isomorfo
con el grupo de los enteros con la suma, de manera que es abeliano, pero este hecho estaría
en contradicción con el lema 16.6.3 si S2 zpA Y Bq “ U X V tuviera más de dos componentes
conexas. Tenemos así que A Y B separa a S2 en exactamente dos componentes conexas. ‚
16.7.3. Lema de Barsuk. Sean a y b dos puntos diferentes de S2 . Sea A un conjunto com-
pacto y f : A ÝÑ S2 zta, bu una función continua e inyectiva. Si f en S2 zta, bu es homotópica
a un punto, entonces a y b pertenecen a la misma componente conexa de S2 zf rAs.
16.7.4. Observación. Observemos que el lema de Barsuk es equivalente al teorema siguiente,
de manera que en lugar de demostrar el lema de Barsuk demostraremos el teorema dado a
continuación.
16.7.5. Teorema. Si A es un subconjunto compacto de R2 ztp0, 0qu y la identidad en A
es homotópica a un punto en R2 ztp0, 0qu, entonces el punto p0, 0q está en una componente
conexa no acotada de R2 zA.
Demostración. Sea C la componente conexa de R2 zA a la cual pertenece p0, 0q y D la
unión de las otras componentes conexas. Tenemos que C y D son conjuntos abiertos y que
R2 zA “ C Y D. Sea j : A ÝÑ A la función identidad en A que por hipótesis es homotópica
16.7. Separación de conjuntos 607

en R2 ztp0, 0qu a un punto. Por el teorema de extensión homotópica la función j puede ser
extendida a una función continua k : C YA ÝÑ R2 ztp0, 0qu que en R2 ztp0, 0qu sea homotópica
a un punto. Ahora, si i es la función identidad en A Y D tenemos que j es continua y por el
teorema 14.3.70, la función h : R2 ÝÑ R2 ztp0, 0qu, dada por

ipxq si x P A Y D
#
hpxq “ ,
kpxq si x P A Y C

es continua.
Queremos demostrar que p0, 0q está en una componente conexa no acotada de R2 zA, es
decir que C no es acotado. Si C fuera acotado lo sería también C Y A, debido a que A es
compacto, por lo que existiría una constante M ą 0 tal que C Y A Ă B :“ Bpp0, 0q, M q,
de manera que si tomamos g :“ h|B, tendríamos que gpxq “ x para todo x P BB. Podemos
ver así que, vía la homotopía F : pR2 ztp0, 0quq ˆ r0; 1s ÝÑ R2 ztp0, 0qu es una homotopía,
px,tqÞÑp1´tqhpxq`tM x{|x|
relativa a BB en R ztp0, 0qu, entre las funciones h|R ztp0, 0qu y x ÞÑ M x{|x|. Tendríamos
2 2

pues, en el caso de que C fuera acotado, una función continua F p¨, 1q ˝ g : B ÝÑ BB cuya
restricción a BB es la identidad, lo cual contradice al teorema 16.5.11 al observar que B2 y B
son homeomorfos, al igual que BB y S1 . Tenemos así que necesariamente C no es un conjunto
acotado, es decir el punto p0, 0q está en una componente conexa no acotada de R2 zA. ‚
16.7.6. Corolario. Ningún arco en S2 separa a S2 .
Demostración. Si A es un arco en S2 y f es la función identidad en A, como A es compacto
y homotópico por ejemplo a uno de sus extremos, tenemos que al aplicar el lema de Barsuk
cualesquiera dos puntos diferentes a, b P S2 zA están en la misma componente conexa de S2 zA.

608 16.8. Grafos lineales

16.8. Grafos lineales


Nuestro objetivo principal en esta sección es demostrar que si un punto del plano está en
el interior de la trayectoria de un camino cerrado simple, entonces el índice del camino con
respecto al punto es 1 ó ´1. Comencemos estableciendo el concepto de grafo lineal.
16.8.1. Definición. Sea G un espacio de Hausdorff y A “ tAλ : λ P Λu un cocnjunto de
arcos incluidos en G con la propiedad de que si λ1 ‰ λ2 entonces los elementos de Aλ1 Ť
X A λ2
son extremos de los arcos Aλ1 y Aλ2 (para λ1 , λ2 P Λ), y con la propiedad de que G “ Aλ .
λPΛ
Decimos que la pareja ordemada pG, Aq es un grafo lineal o que G es un grafo lineal
formado por los arcos de A. En tal caso a los elementos de A se les llama aristas del grafo
lineal y a los extremos de las aristas se les llama vértices del grafo lineal. Cuando no se
preste a confusión al conjunto G también le llamaremos grafo lineal.
Nos interesa el caso en que el conjunto de aristas de un grafo lineal es finito.
16.8.2. Definición. Decimos que un grafo lineal es un grafo completo si cualesquiera dos
vértices diferentes son extremos de alguna arista del grafo lineal.
16.8.3. Notación. Cuando estemos hablando de un grafo lineal e incluida en él exista una
única arista A cuyos extremos sean los puntos a y b, a la arista A se le denotará como ab.
u Así
mismo, si a, b y c son vértices diferentes y tenemos dos aristas ab
u y bc,
u entonces abc
Ň denotará
al arco ab Y bc.
u u
16.8.4. Definición. Un espacio theta es un espacio de Hausdorff que es homeomorfo a la
unión de tres arcos diferentes que se intersecan solamente en sus extremos.
El nombre de espacio theta proviene del hecho de que tal espacio es intuitivamente ho-
meomorfo con la letra griega Θ.
16.8.5. Lema. Sea X un espacio theta que es subespacio de S2 ; sean A, B y C las aristas
con vértices comunes cuya unión es X. El conjunto S2 zX tiene tres componentes conexas
cuyas fronteras son A Y B, B Y C y A Y C. La componente que tiene a A Y B como frontera
es una de las componentes conexas de S2 zA Y B.
Demostración. Sean a y b los extremos de los arcos A, B y C. Consideremos la trayectoria
cerrada simple AYB, la cual separa a S2 en dos componentes U y U 1 , cada una de las cuales es
un conjunto abierto y su frontera es A Y B. El subespacio Czta, bu es conexo, por lo que está
incluido en alguna de estas componentes conexas. Supongamos sin pérdida de generalidad
que Czta, bu Ă U 1 . Consideremos los dos subespacios U “ U Y A Y B y C, cada uno de los
cuales es conexo y ninguno de los dos separa a S2 . En efecto, como C es un arco, éste es
conexo y tenemos del corolario 16.7.6 que C no separa a S2 ; ahora, el complemento de U es
el conexo U 1 . Como U X C “ ta, bu, por el teorema 16.7.2 tenemos que U Y C separa a S2 en
dos componentes conexas V y W incluidas en U 1 . Tenemos así que S2 zpA Y B Y Cq es la unión
de tres conjuntos abiertos, conexos y disjuntos, a saber U , V y W . Tenemos además que la
componente conexa U tiene como frontera a A Y B. De manera similar se puede demostrar
que otra de las componentes conexas de S2 zpA Y B Y Cq tiene como frontera a A Y C y la
otra a B Y C. ‚
16.8.6. Definición. Un grafo lineal pG, Aq se llama grafo de servicios si incluidos en G hay
dos conjuntos disjustos H y S llamados respectivamente conjuntos de hogares y servicios
16.8. Grafos lineales 609

tales que todo elemento de A tiene un extremo en A y otro en H y para cada ph, sq P H ˆ S
existe una única arista del grafo lineal cuyos extremos son h y s.
16.8.7. Teorema del grafo de servicios. Sea pG, Aq un grafo de servicios cuyo conjunto
de servicios tiene tres elementos y cuyo conjunto de hogares tiene tres elementos. G no es
homeomorfo a ningún subconjunto de S2 .
Demostración. Demostremos que es imposible que G Ă S2 . Sea H “ th1 , h2 , h3 u el conjunto
de tres hogares y S “ tg, a, eu el conjunto de tres servicios. Tomemos para cada i P t1, 2, 3u
las aristas Gi :“ gh
Ňi , Ai :“ ah
Ňi y Ei :“ eh
Ňi .
Supongamos que G Ă S2 para llegar a una contradicción. Sea Bi “ Gi Y Ai para cada
i P t1, 2, 3u. Cada uno de los arcos B1 , B2 y B3 se intersecan solamente en sus extremos g y
a, de manera que Y “ B1 Y B2 Y B3 es un espacio theta. Por el lema 16.8.5 tenemos que Y
separa a S2 en tres componentes conexas U , V y W cuyas fronteras son B1 Y B2 , B2 Y B3 y
B3 Y B1 respectivamente.
Tenemos que el vértice e del grafo de servicios pertenece a alguna de las tres componentes
conexas U , V , ó W de S2 zY , de manera que los arcos E1 , E2 y E3 están incluidos en la
cerradura de tal componente conexa. La componente conexa no puede ser U puesto que
U “ U Y B1 Y B2 , el cual es un conjunto al cual no pertenece h3 . De manera similar se ve
que la componente no puede ser V ni W , llegando así a una contradicción. ‚
Del hecho de que R2 es homeomorfo a un subconjunto de S2 se tiene el corolario siguiente.
16.8.8. Corolario. Sea pG, Aq un grafo de servicios cuyo conjunto de servicios tiene tres
elementos y cuyo conjunto de hogares tiene tres elementos. G no es homeomorfo a ningún
subconjunto de R2 .
16.8.9. Lema. Sea G un subespacio de S2 que es un grafo completo formado por los seis
arcos cuyos extremos son los cuatro vértices v1 , v2 , v3 y v4 . El conjunto G separa a S2 en
cuatro componentes conexas. Tenemos además que las fronteras de las componentes conexas
de S2 zG son X1 , X2 , X3 y X4 , donde cada Xi es la unión de las aristas que no tienen a vi
como extremo.
Demostración. Sea Y la unión de las aristas de G diferentes de vŊ 2 v4 . Podemos ver que Y
es un espacio theta al ser la unión de los arcos A “ vŔ 1 v2 v3 , B “ vŊ
1 v3 y C “ v 1 v4 v3 .
Ŕ
Debido al lema 16.8.5 el conjunto Y separa a S2 en tres componentes conexas U , V y W ,
cuyas fronteras son A Y B, B Y C y C Y A respectivamente. El conjunto K :“ vŊ 2 v4 ztv2 , v4 u
por ser conexo debe estar incluido en alguna de las componentes conexas de S2 zY . No es
posible que K esté incluido en U puesto que v4 no está en la frontera A Y B de U . Tampoco
es posible que K esté incluido en V puesto que v2 no está incluido en la frontera B Y C de
V . Tenemos así que necesariamente K Ă W .
Ahora U Y V es conexo debido a que U y V son conexos y tienen intersección no vacía B.
Tenemos además que U YV no separa a S2 puesto que S2 zpU YV q “ W . Por el corolario 16.7.6
tenemos que los arcos vŊ1 v3 y vŊ
1 v4 tampoco separan a S . Ahora tv2 , v4 u “ vŊ
2
2 v4 X pU Y V q, de
manera que por el teorema 16.7.2 se tiene que vŊ 2 v4 Y pU Y V q separa a S en dos componentes
2

conexas W1 y W2 .
Tenemos así que S2 zG es la unión de los cuatro conjuntos disjuntos U , V , W1 y W2 , los
cuales son abiertos y conexos, es decir son las componentes conexas de S2 zG.
610 16.8. Grafos lineales

Así, una de las componentes conexas, digamos U , tiene a X4 como su frontera. Análoga-
mente se tienen los resultados para X1 , X2 y X3 . ‚
16.8.10. Teorema. Ningún conjunto que sea un grafo completo con cinco vértices diferentes
puede estar incluido en S2 .
Demostración. Supongamos que G es un grafo completo con cinco vértices diferentes v1 ,
v2 , v3 , v4 y v5 y que además G Ă S2 para así llegar a una contradicción. Sea X la unión
de las aristas de G que no tienen a v5 como extremo. Como X es un grafo completo con
cuatro vértices incluido en S2 entonces, por el teorema anterior, X separa a S2 en cuatro
componentes conexas cuyas fronteras son los conjuntos de la forma Xi , donde Xi es la unión
de las aristas de X que no tienen a vi como extremo. El punto v5 pertenece a alguna de las
cuatro componentes conexas. Tenemos que el conjunto conexo

A “ pvŊ
1 v5 Y vŊ
2 v5 Y vŊ
3 v5 Y vŊ
4 v5 qztv1 , v2 , v3 , v4 u,

que está incluido en S2 zX, está también incluido en la componente conexa de S2 zX a la cual
pertenece v5 . Para cada i P t1, 2, 3, 4u sea Ui la componente conexa de S2 zX que tiene a Xi
como frontera y sea j P t1, 2, 3, 4u tal que A Ă Uj . Tenemos que aj R A, pero aj P A Ă Uj ,
de manera que aj P BUj “ Xj llegando así a una contradicción. ‚
Como consecuencia inmediata del teorema anterior tenemos el corolario siguiente.
16.8.11. Corolario. Ningún conjunto que sea un grafo completo con cinco vértices diferentes
puede estar incluido en R2 .
16.8.12. Definición. Sea p : E ÝÑ X una función cubriente sobre X tal que pe0 , x0 q P E ˆX
y ppe0 q “ x0 . A la función p˚ : π1 pE, e0 q ÝÑ π1 pX, x0 q tal que para cada rγsee00 P π1 pE, e0 q
se tiene que p˚ prγsee00 q “ rηsxx00 , donde η “ p ˝ γ se llama homomorfismo inducido por la
función cubriente p.
16.8.13. Teorema. El homomorfismo inducido por una función cubriente es en efecto un
homomorfismo entre los grupos fundamentales y más aún es un isomorfismo sobre π1 pX, x0 q.
Demostración. Utilicemos la notación de la definición 16.8.12. Veamos primero que la
función p˚ está bien definida. Sean γ0 y γ1 dos lazos en E basados en e0 que son homotópicos
como caminos cerrados y sea F : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ E una homotopía con extremos fijos entre
γ0 y γ1 , es decir

F p0, tq “ γ0 p0q “ γ1 p0q “ F p1, tq “ γ0 p1q “ γ1 p1q,


F ps, 0q “ γ0 psq y F ps, 1q “ γ1 psq.

Tenemos que p ˝ F es una homotopía en X con extremos fijos entre los caminos p ˝ γ0 y p ˝ γ1 ,
de manera que p˚ está bien definida.
Supongamos ahora que γ0 y γ1 son dos lazos cualesquiera en E basados en e0 . Para todo
t P r0; 1s se tiene

si 0 ĺ t ĺ 21
#
ppγ0 p2tqq
p ˝ pγ0 ö̀ γ1 qptq “ “ pp ˝ γ0 q ö̀ pp ˝ γ1 qptq,
ppγ1 p2t ´ 1qq si 12 ĺ t ĺ 1
16.8. Grafos lineales 611

de manera que p˚ prγ0 see00 q ` rγ1 see00 q “ p˚ prγ0 ö̀ γ1 see00 q “ rp ˝ pγ0 ö̀ γ1 qsxx00 “ rpp ˝ γ0 q ö̀ pp ˝ γ1 qsxx00 “
rp ˝ γ0 sxx00 ` rp ˝ γ1 sxx00 “ p˚ prγ0 see00 q ` p˚ prγ1 see00 q, de manera que p˚ es un homomorfismo. Ahora,
por el teorema de levantamiento de caminos 16.4.7 podemos ver que p˚ es un homomorfismo
sobre π1 pX, x0 q.
Para ver que p˚ es un isomorfismo sea γ un lazo en E basado en e0 tal que rγsee00 P kerpp˚ q.
Tenemos que existe en X un lazo η P rx0 sxx00 basado en x0 tal que p ˝ γ “ η, pero como η
es homotópica a x0 existe una función continua F : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ X tal que para todo
ps, tq P r0; 1s ˆ r0; 1s se tiene que x0 “ F p0, tq “ F p1, tq, y además F ps, 0q “ ηpsq y F ps, 1q “
x0 . Ahora, por el teorema 16.4.8 existe un único p-levantamiento G : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ E de
F tal que Gp0, 0q “ e0 . Haciendo βt :“ Gp¨, tq tenemos que el recorrido de β1 está incluido
en p´1 rtx0 us, el cual es un conjunto discreto, de manera que al ser β1 una función continua
tenemos que es constante, es decir β1 psq “ e0 . Tenemos además que β0 es un p-levantamiento
η, de manera que del teorema de levantamiento de caminos 16.4.7 resulta ser β0 “ γ, pero
como β0 es homotópica con extremos fijos a β1 tenemos que γ es homotópica con extremos
fijos a e0 . ‚
16.8.14. Teorema. Sea p : E ÝÑ B una función cubriente sobre B y sea b0 “ ppe0 q, con
e0 P E.

a) Sea H “ p˚ prπ1 pE, e0 qsq. La función

φ : π1 pB, b0 q{H ÝÑ
´
p´1¯ rtb0 us
b b
H`rγsb0 ÞÑΦ rγsb0
0 0

es inyectiva.

b) Si además E es conexo por trayectorias, entonces φ es sobre p´1 rtb0 us.

c) Si f es un lazo en B basado en b0 , entonces rf sbb00 P H si y sólo si f tiene un p-


levantamiento en E que es un lazo basado en e0 .

Demostración. Demostremos primero a). Sean f y g lazos en B basados b0 y sean f˜ y g̃


sus correspondientes p-levantamientos que comienzan en e0 .
Por definición tenemos que Φprf sbb00 q “ f˜p1q y Φprgsbb00 q “ g̃p1q. Demostremos que Φprf sbb00 q
“ Φprgsbb00 q si y sólo si rf sbb00 P H ` rgsbb00 .
Supongamos primero que rf sbb00 P H ` rgsbb00 y sea h un lazo basado en b0 tal que rhsbb00 P H
y rf sbb00 “ rh ö̀ gsbb00 . Sea h̃ el p-levantamiento de h en E que es un lazo basado en e0 . Tenemos
que h̃ ö̀ g̃ está bien definida y es un camino que comienza en e0 y termina en h̃p1q, además
de ser un p-levantamiento de h ö̀ g. Como rf sbb00 “ rh ö̀ gsbb00 tenemos que los p-levantamientos
f˜ y f˜ ö̀ g̃, que comienzan en e0 , deben terminar en el mismo punto de E (lema 16.6.4).
Ahora, por ser h̃ un lazo tenemos que los caminos f˜ y g̃ tienen el mismo punto final, es decir
Φprf sbb00 q “ Φprgsbb00 q. Tenemos así que φ está bien definida.
Supongamos ahora que Φprf sbb00 q “ Φprgsbb00 q. Tenemos por definición que f˜ y g̃ tienen el
mismo punto final, por lo que el camino f˜ ö́ g̃ está bien definido y es un lazo en E basado
612 16.8. Grafos lineales

en e0 , es decir rhsbb00 “ rf ö́ gsbb00 P H y además rf sbb00 “ rh ö́ gsbb00 , es decir rf sbb00 “ H ` rgsbb00 ,


con lo cual queda demostrado el inciso a).
Demostremos ahora el inciso b). Como en tal caso el recorrido de Φ es p´1 ptb0 uq, entonces,
al usar a), vemos que también lo es el recorrido de φ, por lo que se cumple b).
Demostremos finalmente c). La inyectividad de φ significa que Φprf sbb00 q “ Φprgsbb00 q si y
sólo si rf sbb00 “ H ` rgsbb00 , de manera que tomando a g como el lazo constante e0 obtenemos
que Φprf sbb00 q “ e0 si y sólo si rf sbb00 P H, pero Φprf sbb00 q “ e0 precisamente cuando el p-
levantamiento de f que comienza en e0 también termina en e0 , es decir es un lazo en E
basado en e0 , demostrando así c). ‚
16.8.15. Teorema. Sea X la unión de dos conjuntos abiertos U y V tales que U X V es la
unión de dos conjuntos abiertos y disjuntos A y B. Supongamos que existe un camino α en
U que va de un punto a P A a un punto b P B y que existe un camino β en V que va de b a
a. Sea f el lazo α ö̀ β.

a) La clase de homotopía de rf saa genera un subgrupo cíclico infinito de π1 pX, aq.

b) Si π1 pX, aq es un grupo cíclico infinito, entonces éste está generado por rf saa .

c) Supongamos que existe un camino γ en U de a a un punto a1 P A y que existe un camino


δ en V de de a1 a a. Sea g el lazo g :“ γ ö̀ δ. Los subgrupos de π1 pX, aq generados por
rf saa y rgsaa se intersecan en la identidad.

Demostración. Para cada n P Z, sea Y “ ppU ˆ t2nuq Y pV ˆ t2n ` 1uqq. Sea E


Ť
nPZ
el espacio cociente de Y tal que: si x P A, entonces la clase a la cual pertenece px, 2nq es
tpx, 2nq, px, 2n´1qu; si x P B, entonces la clase a la cual pertenece px, 2nq es tpx, 2nq, px, 2n`
1qu; si x P XzpAYBq, entonces la clase a la cual pertenece px, kq es tpx, kqu, cuando px, kq P Y .
Sea π : Y ÝÑ E la función cociente, es decir πpx, kq es la clase de px, kq.
La función ρ : Y ÝÑ X induce una función continua p : E ÝÑ X en el sentido de que
px,kqÞÑx
ρ “ p ˝ π, al tomar en E la topología cociente. Dejaremos al lector el demostrar que p es una
función cubriente sobre X y que los conjuntos U y V están cubiertos equitativamente por p.
Determinemos el conjunto de levantamientos del lazo f :“ α ö̀ β. Para cada número
entero n seaŤen el punto πpa, 2nq P E. Para dos entero diferentes m y n tenemos que em ‰ en
y además ten u “ p´1 rtaus. Determinemos el levantamiento f˜n de f que comiennza en en
nPZ
y termina en en`1 .
Como α y β son caminos en U y V respectivamente, podemos definir α̃n psq :“ πpαpsq, 2nq
y β̃n psq :“ πpβpsq, 2n ` 1q, teniendo así que α̃n y β̃n son levantamientos de α y β respecti-
vamente, donde α̃n termina en πpb, 2nq y β̃n termina en πpb, 2n ` 1q, pero como πpb, 2nq “
πpb, 2n ` 1q tenemos que f˜n “ α̃n ö̀ β̃n pues comienza en α̃n p0q “ πpa, 2nq “ en y termina en
β̃n p1q “ πpa, 2n ` 1q “ πpa, 2n ` 2q “ πpa, 2pn ` 1qq “ en`1 .
Veamos ahora que rf saa genera un subgrupo cíclico infinito de π1 pX, aq. Denotando por
f :“ f y f n`1 :“ f ö̀ f n , tenemos que es suficiente demostrar que es suficiente demostrar
1

que para cada entero positivo m la clase de lazos rf m saa no es elemento identidad en π1 pX, aq.
Llamemos m-hoja de X al conjunto pU ˆ t2nuq Y pV ˆ t2n ` 1uq. Tenemos que en E el camino
16.8. Grafos lineales 613

h̃ :“ f˜0 ö̀ pf˜1 ö̀ p¨ ¨ ¨ ö̀ f˜m´1 q ¨ ¨ ¨ q es un levantamientos de h :“ f ö̀ pf ö̀ f p¨ ¨ ¨ ö̀ f q ¨ ¨ ¨ q, pero


como h̃ comienza en e0 y termina en em , la clase rhsaa “ rf m saa no puede ser la identidad
debido al lema 16.4.9, con lo que el inciso a) queda demostrado.
Mostremos ahora que si π1 pX, aq es cíclico e infinito, entonces está generado por rf saa .
Consideremos la correspondencia de levantamientos Φ : π1 pX, aq ÝÑ p´1 rtaus. Hemos demos-
trado que Φprf m saa q “ em . Un argumento similar nos conduce a que al definir f ´m :“ ö́f m
tengamos que Φprf ´m saa q “ e´m , de tal manera que el recorrido de Φ es p´1 rtaus. Del teorema
16.8.14 a) tenemos que Φ induce una función inyectiva

φ : π1 pX, aq{H ÝÑ p´1 rtaus,


H`rγsa a
a ÞÑΦprγsa q

donde H “ p˚ rπ1 pE, e0 qs; el recorrido de φ es p´1 rtaus porque éste es el de Φ. Se sigue que
H es el subgrupo trivial porque el grupo cociente de un grupo cíclico infinito entre cualquier
subgrupo cíclico no trivial debe ser finito. Tenemos así que Φ es una correspondencia biunívoca
entre π1 pB, aq y ÝÑ p´1 rtaus. como ésta es una función que va del subgrupo generado por
rf saa sobre p´1 rtaus, este subgrupo tiene que ser π1 pX, aq conn lo que queda demostrado b).
Demostremos finalmente el inciso c) del teorema. Dado g “ γ ö̀ δ, definamos un levanta-
miento de g en E así: Como γ es un camino en U , podemos definir

γ̃psq “ πpγpsq, 0q;

como δ es un camino en V , podemos definir

δ̃psq “ πpδpsq, ´1q.

Así γ̃ y δ̃ son levantamientos de γ y δ respectivamente. La suma de caminos g̃ “ γ̃ ö̀ δ̃


está bien definida puesto que γ̃ termina en πpa1 , 0q y δ̃ empieza en πpa1 , ´1q; esta suma de
caminos es además un levantamiento de g. Observemos que g̃ es un lazo en E puesto que
pipa, 0q “ pipa, ´1q “ e0 .
Veamos que el los subgrupos generados por rf saa y rgsaa tienen el elemento identidad como
único punto en común. El punto final del levantamiento de f m que comienza en e0 es un
punto e0 que está en la m-hoja, mientras que el punto final del levantamiento de g k que
comienza en e0 siempre termina en e0 . Tenemos así que rf m saa ‰ rg k saa , para cualesquier m y
k diferentes de cero. ‚
16.8.16. Lema. Sea G un subespacio de S2 que es un grafo completo con cuatro vértices
v1 , v2 , v3 y v4 . Sea C la trayectoria cerrada simple vŔ
1 v2 v3 Y v
Ŕ 3 v4 v1 . Sean p P vŊ
1 v3 ztv1 , v3 u y
q P vŊ2 v4 ztv2 , v4 u. Tenemos que:

a) Los puntos p y q están en diferentes componentes conexas de S2 zC.

b) Para todo x P C la función ϕ : π1 pC, xq ÝÑ π1 pS2 ztp, qu, xq es un isomorfismo sobre


rf sx
x,C ÞÑrf s
x
x,S2 ztp,qu

π1 pS2 ztp, qu, xq.

Demostración. Como en la demostración del lema 16.8.9, el espacio theta C Y vŊ1 v3 separa
S en tres componentes U , V y W , una de las cuales, digamos que es W , tiene a C como
2
614 16.8. Grafos lineales

su frontera a la cual pertenecen v2 y v4 . Tenemos así que vŊ 2 v4 ztv2 , v4 u Ă W , en particular


q P W . Ahora p R W puesto que p está en el espacio theta C Y vŊ 1 v3 . Ahora, el lema 16.8.5
nos dice que W es una de las componentes conexas de S2 zC, de manera que p y q están en
diferentes componentes conexas de S2 zC, con lo que queda demostrado el inciso a).
Sea X “ S2 ztp, qu. Tomemos un punto x P vŊ 1 v2 ztv1 , v2 u y un punto y P vŊ 3 v4 ztv3 , v4 u.
Sea α una parametrización simple del arco xv Ő 1 v4 Y vŇ4 y, donde estamos tomando vŇ 4 y Ă vŊ 4 v3
con αp0q “ x y αp1q “ y; sea así mismo β una parametrización simple del arco yv Ő v
3 2 Y vŇ2 x,
donde estamos tomando vŇ 1 v2 con βp0q “ y y βp1q “ x. Tenemos que α ö̀ β es un lazo
2 x Ă vŊ
basado en x cuya trayectoria es C. Veamos que α ö̀ β pertenece a un generador del grupo
π1 pX, xq para obtener que la función ϕ : π1 pC, xq ÝÑ π1 pS2 ztp, qu, xq es un isomorfismo sobre
rf sx x
x ÞÑrf sx
2
π1 pS ztp, qu, xq.
Tomemos ahora los arcos pv Ň3 , vŇ 1 v3 y qv
1 p Ă vŊ Ň4 , vŇ 1 v3 para construir los arcos A1 :“
2 q Ă vŊ
pv
Ő 2 q y A2 :“ qv
3 v2 Y vŇ Ő 1 p y la trayectoria cerrada simple A :“ A1 Y A2 . Definamos
4 v1 Y vŇ
ahora los conjuntos abiertos U :“ S2 zA1 y V :“ S2 zA2 , para obtener que X “ U Y V y
S2 zD “ U X V , de manera que por el teorema 16.6.10 (o por el 16.7.2) el conjunto U X V
tiene dos componentes conexas. Ahora, debido a que x P vŊ 1 v2 ztv1 , v2 u e y P vŊ
3 v4 ztv3 , v4 u
tenemos que el inciso a) implica que x e y pertenecen a componentes diferentes de S2 zA.
Tenemos que las hipótesis del teorema 16.8.15 se satisfacen. Ahora, el camino en U de x
a y, mientras que el camino β es un camino en V de y a x. Como el grupo fundamental de
X es infinito y cíclico, entonces el lazo α ö̀ β representa un generador de dicho grupo. ‚
16.8.17. Teorema. Sea C una trayectoria cerrada simple en R2 ztp0, 0qu tal que p0, 0q per-
tenezca a su interior. Para todo z P C la función identidad j en C induce un isomorfismo de
π1 pC, zq sobre π1 pR2 ztp0, 0qu, zq. Es decir, la función j˚ : π1 pC, zq ÝÑ π1 pR2 ztp0, 0qu, zq es
rf szz,C ÞÑrf sz
z,R2 ztp0,0qu

un isomorfismo sobre π1 pR2 ztp0, 0qu, zq.


Demostración. Construiremos un subespacio G de R2 que sea un grafo completo de cuatro
vértices diferentes v1 , v2 , v3 y v4 tal que C “ vŔ1 v2 v3 Y v
Ŕ 3 v4 v1 . Llamemos eje X al conjunto
R ˆ t0u Ă R2 y sea v1 el punto más cercano a p0, 0q de C que esté en eje X y cuya absisa
sea negativa y sea v3 el punto más cercano a p0, 0q de C que esté en el eje X y cuya absisa
sea positiva. Tenemos que el segmento v1 v3 está incluido en la cerradura de la componente
conexa acotada de R2 zC.
Expresaremos C como la unión de dos arcos C1 y C2 cuyos extremos son v1 y v3 . Sea a un
punto en la componente conexa no acotada de R2 zC. Como C1 y C2 no separan R2 (corolario
16.7.6), entonces podemos escoger caminos α : r0; 1s ÝÑ R2 zC1 y β : r0; 1s ÝÑ R2 zC2 que
van de a a p0, 0q. Por el teorema 16.6.20 podemos suponer que los caminos α y β son funciones
inyectivas. Sea v2 “ αpt0 q, donde t0 es el mínimo número tal que αpt0 q P C; tenemos que v2
es un punto del arco C2 diferente de sus extremos. Análogamente sea v4 “ βpt1 q, donde t1
es el mínimo número tal que βpt1 q P C1 ; tenemos que v4 es un punto del arco C1 diferente
de sus extremos. Tenemos que αrr0; t0 ss y βrr0; t1 ss son arcos tales que uno de sus extremos
para ambos es a y los otros son v2 y v4 respectivamente. Por el teorema 16.6.20 la unión de
αrr0; t0 ss y βrr0; t1 ss incluye a un arco A con extremos v2 y v4 , y ese arco interseca a C sólo
en esos dos puntos v2 y v4 . La unión G de los arcos A, C1 , C2 y v1 v3 forma un grafo completo
con cuatro vértices v1 , v2 , v3 y v4 .
16.8. Grafos lineales 615

Sea r un punto en la componente conexa no acotada de R2 zC y sea h : S2 ztp, qu ÝÑ R2 ztru


un homeomorfismo sobre R2 ztru tal que lím hpxq “ r y lím |hpxq| “ `8, de manera que p y
xÑp xÑq
q están en diferentes componentes conexas de S2 zh´1 rCs y además, como podemos observar,
h´1 rCs es una trayectoria cerrada simple y h´1 rA Y C Y v1 v3 s es un grafo completo cuyos
vértices son h´1 pv1 q, h´1 pv2 q, h´1 pv3 q y h´1 pv4 q. Ahora, si p1 “ h´1 p0, 0q y q 1 P h´1 rAztv2 , v4 us,
tenemos por el lema 16.8.16 que para todo x P h´1 rCs el grupo π1 ph´1 rCs, xq es isomorfo al
grupo π1 pS2 ztp1 , q 1 u, xq, el cual a su vez es isomorfo al grupo π1 pR2 ztp0, 0qu, zq, para todo z P
R2 ztp0, 0qu, en particular para todo z P C. Ahora, si x “ h´1 pzq tenemos que π1 ph´1 rCs, xq es
isomorfo a π1 pC, zq. Tenemos así que existe un isomorfismo de π1 pC, zq sobre R2 ztp0, 0qu, zq
y la identidad j induce dicho isomorfismo al expresar j como j ˝ ph|h´1 rCsq ˝ ph|Cq. ‚
Del teorema anterior se deduce inmediatamente el corolario siguiente.
16.8.18. Corolario. Sea p P R2 , sea C una trayectoria cerrada simple en cuyo interior está
el punto p en la componente conexa acotada de R2 zC y sea x P C. La identidad en C induce
un isomorfismo del grupo π1 pC, xq sobre el grupo π1 pR2 ztpu, xq.
16.8.19. Teorema. Sea C una trayectoria cerrada simple en R2 tal que p0, 0q P R2 zC y η
una parametrización simple de C.

a) Si p0, 0q está en el exterior de C, entonces indpηq “ 0.

b) Si p0, 0q está en el interior de C, entonces indpηq P t´1, 1u.

Demostración. Sea x “ ηp0q “ ηp1q. Demostremos primero el inciso a). Supongamos


que p0, 0q está en el exterior de C. Sea δ : r0; 1s ÝÑ S1 y ρ “ pδ|r0; 1qq´1 . Tenemos que
tÞÑpcosp2πtq,senp2πtqq
η ˝ ρ : S1 ÝÑ R2 ztp0, 0qu es una función continua, de manera que por el lema 16.6.18, ésta
es homotópica en R2 ztp0, 0qu a una constante z ‰ p0, 0q, de manera que existe una función
continua F : S1 ˆ r0; 1s ÝÑ R2 ztp0, 0qu tal que para todo s P S1 se tiene que η ˝ ρpsq “ F ps, 0q
y F ps, 1q “ z. Tomemos ahora la función γt : S1 ÝÑ R2 ztp0, 0qu. Al tomar αptq :“ F pp1, 0q, tq
sÞÑF ps,tq
y βt : r0; 1s ÝÑ R2 ztp0, 0qu vemos que para todo t P r0; 1s se tiene que βt ö̀ pγt ˝ δq ö́ βt es
rÞÑαprtq
un camino homotópico con extremos fijos al lazo η y a β1 ö́ β1 , y este último camino, visto
como lazo basado en x, es homotópico al lazo constante x.
Demostremos
““ 2 ˘ ` ahora‰‰ el inciso““b) 1suponiendo
˘ ` 1 ‰‰ que p0, ““ 0q estᢠen
` 5 el ‰‰interior de“`C. Sean
U “ η` ˘0; 3 Y 6 ; 1 , V “ η 0; 6 Y 3 ; 1 , A “ η 0; 6 Y 6 ; 1 , B “ η 3 ; 3 e
5 1 1 2
˘‰

y “ η 21 . Tenemos que U , V , A y B son conjuntos abiertos en C y además C “ U Y V y


U X V “ A Y B, donde A y B son las componentes conexas de U X V , x P A e y P B.
Hagamos α : r0; 1s ÝÑ R2 ztp0, 0qu y β : r0; 1s ÝÑ R2 ztp0, 0qu para obtener que α ö̀ β “ η,
tÞÑηp 21 tq tÞÑηpp1´t0 qt`t0 q
de manera que por el teorema 16.8.15 b) el grupo cíclico π1 pR2 ztp0, 0qu, xq está generado por
rηsxx , y por los teoremas 16.8.15, 16.8.17 y 16.5.7 el camino η tiene índice 1 ó ´1. ‚
Del teorema anterior y usando traslaciones obvias se demuestra el siguiente corolario.
16.8.20. Corolario. Sea P P R2 y C una trayectoria cerrada simple en R2 tal que P R C y
η una parametrización simple de C.
616 16.8. Grafos lineales

a) Si P está en el exterior de C, entonces indP pηq “ 0.

b) Si P está en el interior de C, entonces indP pηq P t´1, 1u.

16.8.21. Observación. En el corolario 16.8.20 b) el valor de indP pηq no depende del punto
P que se haya tomado en el interior de C.
16.8.22. Definición. Sea C una trayectoria cerrada simple en R2 , P un punto en el interior
de C y η una parametrización simple de C. Cuando indP pηq “ 1 diremos que η es una
parametrización en sentido contrario a las manecillas del reloj de C, y cuando
indP pηq “ ´1 diremos que η es una parametrización en sentido de las manecillas del
reloj de C.
16.9. Aproximación por poligonales 617

16.9. Aproximación por poligonales


Uno de nuestros objetivos principales de esta sección es mostrar que cualquier región,
cuya frontera es una trayectoria cerrada simple, es homeomorfa a B2 . Para lograrlo haremos
uso de aproximación de trayectorias simples por medio de trayectorias poligonales simples.
16.9.1. Teorema. Cualquier región poligonal R cuya frontera es un polígono de n lados es
la unión de menos de n ´ 1 regiones triangulares que no se traslapan.
Demostración. Demostraremos el resultado usando el segundo método de inducción ma-
temática 3.9.4 sobre el número de vértices de BR. Supongamos que BΓ es un polígono con n
vértices diferentes P1 , P2 , . . . , Pn , donde para cada k P t1, 2, . . . , n ´ 1u los vértices Pk y Pk`1
son consecutivos (por comodidad pongamos P0 “ Pn y Pn`1 “ P1 ). Si n “ 3 no hay nada qué
demostrar, de manera que supongamos que n ą 3 y que el resultado se vale para cualquier
región poligonal cuya frontera tiene un número de vértices menor que n.
Para el caso en que el polígono BR es un polígono convexo sea H1 el conjunto de puntos
del plano en el cual está incluido R que es la unión del segmento P1 P3 y el conjunto de puntos
ÐÝÑ
de R que están del mismo lado de la recta P1 P3 y sea H2 la región triangular cuya frontera
es el triángulo ŸP1 P2 P3 . Tenemos bajo estas condiciones que H1 es una región poligonal cuya
frontera tiene n ´ 1 vértices, de manera que es la unión finita menos de n ´ 2 de regiones
triangulares que no se traslapan, y como H1 y H2 no se traslapan tenemos que también
R “ H1 Y H2 es la unión de menos de n ´ 1 regiones triangulares que no se traslapan.
En el caso en que BR no es un polígono convexo tenemos que para algún par de vértices
ÝÑ
consecutivos Q y S del polígono BR existe un U P BR en el rayo opuesto a QS tal que
todos los puntos que están entre Q y U están también en el interior de R. Supongamos sin
pérdida de generalidad que P1 “ Q y P2 “ S. Si U es un vértice de BR, entonces U “ Pi
i´1
para algún i P t4, . . . , n ´ 1u y Γ1 :“ Pi P2 Y Pk Pk`1 es un polígono con i ´ 1 vértices,
Ť
k“2
n
mientras que Γ2 :“ P1 Pi Y Pk Pk`1 es un polígono con n ´ i ` 2 vértices (tanto i ´ 1 como
Ť
k“i
n ´ i ` 2 son menores que n). Haciendo H1 la región poligonal que es unión de Γ1 con su
interior y H2 la región poligonal que es unión de Γ2 con su interior tenemos que H1 y H2
son regiones poligonales que no se traslapan tales que H1 es la unión de menos de i ´ 2
regiones triangulares que no se traslapan y H2 es la unión de menos de n ´ i ` 1 regiones
triangulares que no se traslapan, de manera que como R “ H1 Y H2 tenemos que R es la
unión de menos de pi ´ 2q ` pn ´ i ` 1q ´ 1 regiones rectangulares que no se traslapan, pero
pi ´ 2q ` pn ´ i ` 1q ´ 1 “ n ´ 2. Ahora, si U no es un vértice de BR, entonces U está entre
i´2
Pi´1 y Pi para algún i P t4, . . . , nu, de manera que Θ1 :“ Pi´1 U Y U P2 Y Pk Pk`1 es un
Ť
k“2
n
polígono con i ´ 1 vértices, mientras que Θ2 :“ P1 U Y U Pi Y Pk Pk`1 es un polígono con
Ť
k“i
n ´ i ` 3 vértices (tanto i ´ 1 como n ´ i ` 3 son menores que n). Haciendo ahora H1 igual a
la región poligonal que es unión de Θ1 con su interior y H2 la región poligonal que es unión
de Θ2 con su interior tenemos que H1 y H2 son regiones poligonales que no se traslapan tales
que H1 es unión de menos de pi ´ 1q ´ 1 regiones triangulares que no se traslapan y H2 es
unión de menos de pn ´ i ` 3q ´ 1 regiones triangulares que no se traslapan, de manera que
618 16.9. Aproximación por poligonales

R “ H1 Y H2 es la unión de menos de ppi ´ 1q ´ 1q ` ppn ´ i ` 3q ´ 1q ´ 1 regiones triangulares


que no se traslapan, pero ppi ´ 1q ´ 1q ` ppn ´ i ` 3q ´ 1q ´ 1 “ n ´ 1 con lo que la demostración
queda concluida. ‚
16.9.2. Lema. Sea ŸABC Ă R2 un triángulo y T la región triangular cuya frontera es ŸABC.
Sea D` “ tpx, yq P B2 : x ľ 0u. Existe un homeomorfismo ϕ : T ÝÑ D` entre T y D` tal
que ϕpp1 ´ tqA ` tBq “ p1 ´ tqp0, ´1q ` tp0, 1q, para todo t P r0; 1s y además ϕrBT s “ BD` .
Demostración. Sea M el punto medio del segmento AB y para cada punto e P T ztM u sean
ÝÝÑ
θe “ >BM e, Pe el punto de =BCA que es cortado por el rayo M e y re el número positivo
tal que re Pe “ e. Si definimos ϕ : T ÝÑ D` como la función tal que ϕpM q “ p0, 0q, y si
e ‰ M como ϕpeq “ pre cospθe q, re senpθe qq, podemos observar que ϕ es un homeomorfismo
entre T y D` tal que ϕpp1 ´ tqA ` tBq “ p1 ´ tqp0, ´1q ` tp0, 1q, para todo t P r0; 1s. ‚
De manera similar se puede demostrar el lema siguiente.
16.9.3. Lema. Sea ŸABC Ă R2 un triángulo y T la región triangular cuya frontera es ŸABC.
Sea D´ “ tpx, yq P B2 : x ĺ 0u. Existe un homeomorfismo ϕ : T ÝÑ D´ entre T y D´ tal
que ϕpp1 ´ tqA ` tBq “ p1 ´ tqp0, ´1q ` tp0, 1q, para todo t P r0; 1s y además ϕrBT s “ BD´ .
16.9.4. Lema. Dada cualquier región triangular T Ă R2 existe un homeomorfismo ϕ : T ÝÑ
B2 entre T y B2 tal que ϕrBT s “ BB2 .
Demostración. Tomemos D` y D´ como en los lemas 16.9.2 y 16.9.3. Sean A, C1 y
C2 los puntos tales que BT “ ŸAC1 C2 y sea B un punto entre C1 y C2 . Sea T1 la región
triangular cuya frontera es el triángulo ŸABC1 y T2 la región triangular cuya frontera es el
triángulo ŸABC2 . Tenemos de los lemas lemas 16.9.2 y 16.9.3 que existen homeomorfismos
ϕ1 : T1 ÝÑ D` y ϕ2 : T2 ÝÑ D´ entre T1 y D` , y entre T2 y D´ respectivamente, tales que
ϕk pp1 ´ tqA ` tBq “ p1 ´ tqp0, ´1q ` tp0, 1q, para todo t P r0; 1s y k P t1, 2u. Observemos
así que la función ϕ : T ÝÑ B2 tal que ϕpeq “ ϕk peq si e P Tk está bien definida y es un
homeomorfismo entre T y B2 tal que ϕrBT s “ BB2 . ‚

´ ? 2 ¯ Sea D como en el lema 16.9.2. La función ϕ : B ÝÑ D dada por


` 2 `
16.9.5. Observación.
ϕpx, yq “ x, 1´x2 `y es un homeomorfismo entre B2 y D` tal que ϕrBB2 s “ BD` , deja
fijo al arco de circunferencia tpx, yq P B2 : y ľ 0 y x2 ` y 2 “ 1u, además de que el arco de
circunferencia tpx, yq P B2 : y ĺ 0 y x2 ` y 2 “ 1u es transformado en el segmento de recta
con extremos p0, ´1q y p0, 1q. Un homeomorfismo similar existe entre los conjuntos B2 y D´ .
16.9.6. Observación. Para 0 ĺ θ1 ă θ2 ă 2π, la función ϕ : B2 ÝÑ B2 dada por
$ ´ ´ ¯ ´ ¯¯
& r cos θθ´θ
’ 1
2 ´θ1
π , sen θ´θ1
θ2 ´θ1
π si θ1 ĺ θ ĺ θ2
ϕpx, yq “ ´ ´ ¯ ´ ¯¯ ,
% r cos π ` θ´θ2 π , sen π ` θ´θ2 π

2π`θ1 ´θ2 2π`θ1 ´θ2
si θ2 ĺ θ ĺ 2π ` θ1

donde x “ r cospθq e y “ r senpθq, es un homeomorfismo de B2 con sigo mismo tal que


ϕrBB2 s “ BB2 y ϕrtpcospθq, senpθqq : θ1 ĺ θ ĺ θ2 us “ tpx, yq : y ľ 0 y x2 ` y 2 “ 1u.
16.9.7. Lema. Si R es una región poligonal con un número de lados N ą 3, entonces existen
dos puntos diferentes V1 y V2 en BR y dos regiones poligonales R1 y R2 con menos de N lados
cada una, tales que R “ R1 Y R2 y V1 V2 “ R1 X R2 .
16.9. Aproximación por poligonales 619

Demostración. Sea N ą 3 y R una región poligonal con N lados cuyos vértices son
N
P1 , P2 , . . . , PN , donde, al tomar P0 “ PN tenemos BR “ Pk´1 Pk . Sea E0 E2 un arco de
Ť Ő
k“1
circunferencia con centro en P1 , incluido en la región poligonal R y cuyos extremos E0 y E1
son tales que E0 P P1 P0 y E2 P P1 P2 . Cuando E Ő0 E2 es un arco menor tenemos dos posibles
casos, uno de los cuales es que P0 P2 Ă R, donde podemos tomar V1 “ P0 , V2 “ P2 , R1 igual
a la región triangular cuya frontera es el triángulo ŸP0 P1 P2 y a R2 igual a la región poligonal
N
cuya frontera es V1 V2 Y Pk´1 Pk , teniendo que R1 tiene tres lados y R2 tiene N ´ 1 lados,
Ť
k“3
ambos con menos de N lados. Si E Ő 0 E2 es un arco menor pero la región triangular con frontera
ŸP0 P1 P2 no está incluida en R, entonces observemos que debe haber un vértice Pl de R en
el interior del triángulo ŸP0 P1 P2 , donde 2 ă l ă N , tal que el segmento de recta P1 Pl esté
incluido en R. En este segundo caso tenemos que si tomamos V1 “ P1 , V2 “ Pl , R1 la región
l
poligonal cuya frontera es V1 V2 Y Pk´1 Pk y R2 es la región poligonal cuya frontera es
Ť
k“2
N
Pk´1 Pk , entonces tanto R1 como R2 tienen menos de N lados. Cuando E 0 E2 es un
Ť
V1 V2 Y Ő
k“l
ÝÝÑ ÝÝÝÑ
arco mayor sea Q P E Ő0 E2 tal que el rayo P1 Q sea opuesto al rayo P1 E0 y sea T el elemento
ÝÝÑ
de pP1 QztP1 uq X BR más cercano a P1 . En este último caso tenemos dos posibilidades, una
de las cuales es que T sea un vértice de R y la otra que no lo sea. Cuando T es un vértice Pl
de R tenemos que 2 ă l ă N y se toman R1 y R2 de manera similar a la segunda posibilidad
cuando el arco E Ő0 E1 era menor. Cuando T no es un vértice de R, entonces es un punto entre
dos vértices Pl´1 y Pl , con 2 ă l ă N , de manera que si tomamos V1 “ P1 , V2 “ T , R1
l´1
igual a la región poligonal cuya frontera es Pl´1 V2 Y V1 V2 Y Pk´1 Pk y R2 igual a la región
Ť
k“2
N
poligonal cuya frontera es P0 V2 Y V2 Pl Y Pk´1 Pk , tenemos que tanto R1 como R2 tienen
Ť
k“l`1
menos de N lados. Observemos que en todos los casos V1 V2 “ R1 X R2 y R “ R1 Y R2 . ‚
2
16.9.8. Teorema. Para cualquier región poligonal R Ă R existe un homeomorfismo ϕ :
R ÝÑ B2 tal que ϕrBRs “ BB2 .
Demostración. Procederemos usando el segundo método de inducción matemática sobre
el número de lados de la región poligonal. Cuando la poligonal es una región triangular
entonces el resultado se sigue del lema 16.9.4. Supongamos que el resultado es válido para
cualquier región poligonal con menos de N lados y sea R una región poligonal con N lados.
Por el lema 16.9.7 existen dos regines poligonales R1 y R2 con menos de N lados y dos
puntos V1 , V2 P BR tales que R “ R1 Y R2 y V1 V2 “ R1 X R2 . Sean ϕ1 : R1 ÝÑ B2 y
ϕ2 : R2 ÝÑ B2 homeomorfismos entre R1 y B2 y entre R2 y B2 respectivamente tales que
BB2 “ ϕ1 rBR1 s “ ϕ2 rBR2 s. Tomemos los arcos de circunferencia A1 :“ ϕ1 rV1 V2 s y A2 :“
ϕ2 rV1 V2 s. De las observaciones 16.9.5 y 16.9.6 podemos ver que existen dos homeomorfismos
ψ1 : B2 ÝÑ D` y ψ2 : B2 ÝÑ D´ entre B2 y D` , y entre B2 y D´ respectivamente tales
que ψ1 rA1 s “ ψ2 rA2 s “ p´1, 0qp1, 0q, y además ψ1 ˝ ϕ1 pV1 q “ ψ2 ˝ ϕ2 pV1 q “ p´1, 0q y
ψ1 ˝ ϕ1 pV2 q “ ψ2 ˝ ϕ2 pV2 q “ p1, 0q. Sea χ : p´1, 0qp1, 0q ÝÑ p´1, 0qp1, 0q el homeomorfismo de
p´1, 0qp1, 0q en sí mismo tal que para todo P P V1 V2 se tenga que ψ2 ˝ ϕ2 pP q “ χ ˝ ψ1 ˝ ϕ1 pP q.
Extendamos el hoeomorfismo χ al conjunto D` , de tal manera que sea un homeomorfismo
620 16.9. Aproximación por poligonales

del conjunto D` en sí mismo. Para cada x P r´1; 1s sea x̂ la primera componente de χpx, 0q
y definamos χ̂ : D` ÝÑ D` como

si |x| “ 1
$
& px̂, 0q
χ̂px, yq “ ´ b ¯ ,
si ´ 1 ă x ă 1
2
% x̂, y 1´x̂
1´x2

la cual, como podemos ver, es una extensión de la función χ que además es un homeomorfismo
entre D` con sigo mismo tal que χ̂rBD` s “ BD` .
Tenemos así que la función ϕ : R ÝÑ B2 dada por

si P P R2
#
ψ2 ˝ φ2 pP q
ϕpP q “
χ̂ ˝ ψ1 ˝ φ1 pP q si P P R1

es un homeomorfismo entre la región R y B2 tal que ϕrBRs “ BB2 . ‚


16.9.9. Lema. Sea U Ă R2 un conjunto abierto y conexo. Sea u “ puk qnk“1 una sucesión finita
con n componentes diferentes en U , donde n P Nzt1u. Existe una poligonal simple incluida
en U con extremos u1 y un , y con una parametrización simple η : r0; 1s ÝÑ U tal que para
alguna partición ptk qnk“1 del intervalo r0; 1s se tiene que ηpti q “ ui para todo i P Jn .
Demostración. Si n “ 2 el lema se sigue del teorema 16.6.20. Procedamos por inducción
matemática suponiendo que N P Nzt1u y que cuando n “ N el resultado es válido, para
demostrar después el resultado para n “ N ` 1.
Sean u1 , u2 , . . . , uN , uN `1 puntos diferentes en U y sea Γ1 una poligonal simple con una
parametrización simple η1 : r0; 1s ÝÑ U tal que existe una partición pti qN i“1 del intervalo
r0; 1s con la propiedad de que η1 pti q “ ui . Observemos que dicha poligonal simple existe y
ésta puede ser tomada de tal manera que uN `1 R Γ1 pues U ztuN `1 u es abierto y conexo;
tomemos pues a Γ1 con esta propiedad. Sea Γ2 una poligonal simple en U con extremos en
uN y un`1 y tomemos una parametrización simple η2 : r0; 1s ÝÑ U de Γ2 tal que η2 p0q “ uN
y η2 p1q “ uN `1 .
En el caso en que Γ1 X Γ2 “ tuN u, entonces Γ1 Y Γ2 es la poligonal deseada cuya parame-
trización puede ser η “ η1 ö̀ η2 .
Veamos ahora el caso en que Γ1 XΓ2 no tenga como único elemento al punto uN . Uniremos
adecuadamente a Γ1 con parte de la trayectoria de Γ2 de tal manera que dé como resultado
un arco con las propiedades deseadas. Sea t˚˚ :“ máxtt P r0; 1s : η2 ptq P Γ1 u y t˚ P r0; 1s el
número tal que η2 pt˚˚ q “ η1 pt˚ q. Para la trayectoria Γ3 “ η1 rrt˚ ; 1ss tomemos un conjunto
abierto y conexo V Ą Γ3 tal que las componentes de puk qN k“1 que no estén en Γ3 tampoco
`1

están en V . Como Γ3 es compacto, podemos tomar una cubierta finita de Γ3 cuyos elementos
son bolas incluidas en V , cuyos centros son diferentes, están en Γ3 y cada bola tienen a lo más
un elemento de tu1 , u2 , . . . , uN u y sólo interseque a las aristas de la poligonal Γ3 en la cual está
su centro. Sean pues B1 , B2 , . . . , Bm dichas bolas que forman la cubierta finita y x1 , x2 , . . . , xm
sus correspondientes centros. Sin pérdida de generalidad escojamos las bolas y su numeración
de tal manera que para una partición pt̂i qm i“1 del intervalo rt ; 1s tengamos que xi “ η1 pt̂i q.
˚

Sea Γ4 la trayectoria formada por la unión de las fronteras de los Bi , para i P t1, 2, . . . , mu.
Podemos ver que para todo y1 P BB1 zΓ3 e ym P BBm zΓ3 existe una trayectoria Γ5 Ă Γ4 zΓ3
tal que y1 , ym P Γ5 , de manera que por el teorema 16.6.20 existe una poligonal simple Γ6 Ă V
16.9. Aproximación por poligonales 621

cuyos extremos son y1 e ym y además Γ6 X Γ3 “ ∅. Observemos que pudimos haber tomado


B1 y Bm de tal manera que Γ2 X BB1 y Γ2 X BBm tengan sólo un punto, tomémoslo pues así.
Sea y1 el punto que está en Γ2 X BB1 e ym el punto que está en Γ2 X BBm . Sean ahora s1 y sm
los números tale que sm ă s1 , η2 ps1 q “ y1 y η2 psm q “ ym . Tenemos que la poligonal simple

Γ1 Y η2 rr0; sm ss Y Γ6 Y η2 rrs1 ; 1ss

es una poligonal simple con extremos a u1 y uN `1 , además de existir una parametrización


simple η : r0; 1s ÝÑ U de dicha poligonal y una partición pťk qN k“1 del intervalo r0; 1s tal que
`1

ηpťi q “ ui , para todo i P t1, 2, . . . , N, N ` 1u. ‚


16.9.10. Lema. Sea abc Ň un arco con extremos a y c incluido en un abierto U Ă Rn , donde
b es un elemento del arco abc Ň diferente de los extremos. Sean aŇb y bŇc los arcos incluidos en
abc
Ň cuyos extremos son los puntos a y b, y los puntos b y c respectivamente. Sean Ba , Bb y
Bc bolas incluidas en U que no se intersecan y cuyos centros son a, b y c respectivamente,
además de que Ba X bŇc “ ∅ y Bc X aŇb “ ∅. Existen conjuntos abiertos conexos U1 y U2
incluidos en U tales que aŇb, Ba Ă U1 , bŇc, Bc Ă U2 y Bb “ U1 X U2 .
Demostración. Para cada x P aŇbzpBa Y Bb q sea Bx Ă U una vecindad de x cuya cerradura
no interseca a bŇc Y Ba Y Bb Y Bc (esto es posible debido al teorema 14.3.54). Para cada
x P aŇb X BBa sea Bx Ă U una vecindad de x cuya cerradura no interseca a bŇc Y Bc Y Bb .
Para cada x P aŇb X BBb sea Bx Ă U una vecindad de x cuya cerradura no interseca a
bŇc Y Bc Y Ba . Tenemos que por ser aŇb un conjunto compacto, éste tiene una cubierta finita
F1 “ tBx0 , . . . , Bxr u, donde x0 “ a, xr “ b y para cada i P t1, . . . , r ´ 1u tenemos que
r
xi P aŇbzpBa Y Bb q; definamos además U1 :“ Bx . Ahora, para cada x P bŇczpBb Y Bc q
Ť
i
i“0
sea Bx Ă U una vecindad de x cuya cerradura no interseque a U1 Y Bb Y Bc ; para cada
x P bŇc X BBb sea Bx Ă U una vecindad de x cuya cerradura no interseque a pU1 zBb q Y Bc ;
para cada x P bŇcXBBc sea Bx Ă U una vecindad de x cuya cerradura no interseque a U1 YBa .
Tomemos una cubierta finita F2 “ tBxr , . . . , Bxr`s u, donde xr`i P bŇc para cada i P t1, . . . , su,
s
con xr`s “ c y definamos U2 :“ Bxr`i , observando que U1 X U2 “ Bb . Tenemos que U1 y
Ť
i“0
U2 son conexos y cumplen con el enunciado del lema. ‚
Siguiendo la misma idea de la demostración del lema 16.9.10 se tienen los dos corolarios
siguientes.
16.9.11. Corolario. Sea U Ă Rn un conjunto abierto; sea γ : r0; 1s ÝÑ U un camino simple
con extremos; sean t0 , t1 , . . . , tm números tales que 0 “ t0 ă t1 ă ¨ ¨ ¨ ă tm “ 1; sean: m ` 1
bolas B0 , B1 , B2 , . . . , Bm que no se intersecan y cuyos centros son γpt0 q, γpt1 q, γpt2 q, . . . ,
γptm q respectivamente, además de que Bi Xγrrtj´1 ; tj ss ‰ ∅ si y sólo si i P tj´1, ju. Existen m
vecindades conexas V1 , V2 , . . . , Vm de γrrt0 ; t1 ss, γrrt1 ; t2 ss, . . . , γrrtm´1 ; tm ss respectivamente
tales que para k P t1, 2, . . . , m´1u se tiene que Vk XVk`1 “ Bk , mientras que si m´k ľ i ą 1
se tiene Vk`i X Vk “ ∅.
16.9.12. Corolario. Sea U Ă Rn un conjunto abierto; sea γ : r0; 1s ÝÑ U un camino cerrado
simple; sean t0 , t1 , . . . , tm números tales que 0 “ t0 ă t1 ă ¨ ¨ ¨ ă tm “ 1; sean m bolas B0 ,
B1 , B2 , . . . , Bm´1 que no se intersecan y cuyos centros son γpt0 q, γpt1 q, γpt2 q, . . . , γptm´1 q
respectivamente, además de que Bi X γrrtj´1 ; tj ss ‰ ∅ si y sólo si i P tj ´ 1, ju. Existen m
622 16.9. Aproximación por poligonales

vecindades conexas V1 , V2 , . . . , Vm de γrrt0 ; t1 ss, γrrt1 ; t2 ss, . . . , γrrtm´1 ; tm ss respectivamente


tales que Vm X V1 “ B0 y para k P t1, 2, . . . , m ´ 1u se tiene que Vk X Vk`1 “ Bk , mientras
que si m ´ k ľ i ą 1 se tiene Vk`i X Vk “ ∅.
16.9.13. Definición. Sea Ξ un conjunto isométrico a Rn . Decimos que un conjunto B Ă Ξ
es una estrella o un conjunto estrellado si existe un punto Q P B tal que para todo
P P BztQu el segmento QP está incluido en B. Sean A Ă Ξ y a P A, a la unión de todos los
segmentos aP que están incluidos en A se le llama estrella en A generada por a.
16.9.14. Teorema. Sea U Ă Rn un conjunto abierto, γ : r0; 1s ÝÑ U un camino simple y
ptk qm
k“0 una partición del intervalo r0; 1s. Existe un camino poligonal simple η : r0; 1s ÝÑ U
tal que ηptk q “ γptk q para todo k P t0, 1, . . . , mu y además todos los vértices de la poligonal
ηrr0; 1ss pertenecen a γrr0; 1ss, y si v es uno de los vértices, entonces η ´1 pvq “ γ ´1 pvq.
Demostración. Para cada i P t0, 1, . . . , mu sea xi :“ γpti q. Sean V1 , V2 , . . . , Vm Ă U ve-
cindades conexas de los conjuntos γrrt0 ; t1 ss, γrrt1 ; t2 ss, . . . , γrrtm´1 ; tm ss respectivamente ta-
les que Vi X Vi`k “ ∅ si k ą 1, pero Vi X Vi`1 es una bola abierta Bpxi , ri q para todo
i P t1, 2, . . . , m ´ 1u, donde además tomamos las bolas Bpx0 , r0 q Ă V1 y Bpxm , rm q Ă Vm
que no se intersequen y no intersequen a las otras bolas dadas anteriormente. Lo anterior es
posible debido al corolario 16.9.11.
Definamos en el conjunto Γ :“ γrr0; 1ss el orden total ĺ diciendo que x ĺ y si y sólo si
γ ´1 pxq ĺ γ ´1 pyq; sea además ă el correspondiente orden estricto de acuerdo a la definición
3.3.20 y el supremo e ínfimo de algún subconjunto de Γ se tomará con respecto al orden total
ĺ de acuerdo a la definición 3.3.21.
Para cada k P t1, 2, . . . , mu sea Ek,1 la estrella en Ak,1 :“ Vk zBpxk , rk q generada por
xk´1 . Tomemos yk,1 :“ suppΓ X Ek,1 q y definamos ŷk,1 de acuerdo a los casos siguientes: Si
xk´1 xk Ă Vk tomemos ŷk,1 “ xk , lk,1 “ xk´1 ŷk,1 , Hk “ lk,1 y pk “ 1. Si xk´1 xk no está incluido
en Vk tomemos ŷk,1 igual a algún elemento de Γ X Ek,1 en una bola Bpyk,1 , ρk,1 q Ă Ak,1 , donde
0 ă ρk,1 ă 91 |yk,1 ´ xk´1 |, además de que ŷk,1 e yk,1 estén en la misma componente conexa de
Γ X Bpyk,1 , ρk,1 q; tomemos al igual que en el primer caso lk,1 “ xk´1 ŷk,1 .
Cuando ŷk,1 ‰ xk tenemos dos posibilidades: Para el caso en que ŷk,1 xk Ă Vk zlk,1 hacemos
ŷk,2 “ xk , lk,2 “ ŷk,1 ŷk,2 , Hk “ lk,1 Ylk,2 y pk “ 2. Para el caso en que ŷk,1 xk no sea subconjunto
de Vk zlk,1 definimos Ek,2 como la estrella en Ak,2 :“ pAk,1 zlk,1 q Y tŷk,1 u generada por ŷk,1 ; en
ese caso tomamos yk,2 :“ suppΓ X Ek,2 q y tomemos ŷk,2 igual a un punto de Γ X Ek,2 en una
bola Bpyk,2 , ρk,2 q Ă Ak,2 , donde 0 ă ρk,2 ă 91 |yk,2 ´ ŷk,1 |, además de que ŷk,2 e yk,2 estén en
la misma componente conexa de Γ X Bpyk,2 , ρk,2 q e yk,1 ă ŷk,2 ; tomemos al igual que en el
primer caso lk,2 “ ŷk,1 ŷk,2 .
De manera general, en el caso en que esté definido ŷk,j (para algún j P N, además de que
también esté definido ŷk,i para todo número natural i ĺ j) tenemos varios casos: En caso de
j
que ŷk,j “ xk , entonces tomamos pk “ j y Hk “ lk,i . En caso de que ŷk,j P Vk zBpxk , rk q
Ť
i“1
y ŷk,j xk Ă Aj`1 :“ pAj zlk,j q Y tŷk,j u, entonces tomamos pk “ j ` 1, lk,j`1 “ ŷk,j ŷk,j`1 y
j`1
lk,i . En caso de que ŷk,j xk no sea subconjunto de Aj`1 denotemos por Ek,j`1 a la
Ť
Hk “
i“1
estrella en Aj`1 generada por ŷk,j y definamos yk,j`1 :“ suppΓ X Ek,j`1 q, tomando ŷk,j`1
igual a algún punto de Γ X Ek,j`1 que esté en una bola Bpyk,j`1 , ρk,j`1 q Ă Ak,j`1 , donde
16.9. Aproximación por poligonales 623

0 ă ρk,j`1 ă 19 |yk,j`1 ´ ŷk,j |, además de que ŷk,j`1 e yk,j`1 estén en la misma componente
conexa de Γ X Bpyk,j`1 , ρk,j`1 q e yk,j ă ŷk,j`1 ; tomemos al igual que en el primer caso lk,j`1 “
ŷk,j ŷk,j`1 , continuando así el proceso hasta que lleguemos a que para algún t P N tengamos
t
ŷk,t “ xk , en cuyo caso pk “ t y Hk “ lk,i .
Ť
i“1
Verifiquemos que en efecto el proceso se termina, es decir que queda siempre definido
pk
pk P N y Hk “ lk,i , donde Hk es una poligonal simple con a lo más pk lados. Supongamos
Ť
i“1
j“1 de puntos
que el proceso nunca se termina. En tal caso existiría la sucesión infinita pŷk,j q8
en el arco xŔ k´1 xk de Γ , la cual sería «estrictamente creciente» con respecto al orden ĺ,
y tales puntos de la sucesión estarían todos incluidos en Vk zBpxk , rk q, y, como podemos
ver, dicha sucesión necesariamente convergería al punto yk˚ “ suptŷk,j : j P Nu, pero por
ser xŔk´1 xk zBpxk , rk q un conjunto compacto al cual pertenecen todas las componentes de la
sucesión, entonces yk˚ P xŔ k´1 xk zBpxk , rk q. Tomemos en ese supuesto caso un εk P p0; rk s tal
que Bpyk , εk q Ă Vk y sea ν el primer número natural para el cual ŷk,ν P Bpyk˚ , εk q.
˚

Analicemos primero el caso en que yk˚ P BBpxk , rk q. En tal caso el segmento ŷk,ν xk no
interseca a Aν`1 , de manera que ŷk,ν`1 “ xk , contradiciendo el hecho de que todos los ŷk,t
son elementos de Vk zBpxk , rk q.
Analicemos ahora el caso en que yk˚ R BBpxk , rk q. En tal caso tomemos el valor de εk
suficientemente pequeño para que Bpyk˚ , εk q Ă Vk zBpxk , rk q y observemos que yk,ν`1 no está
en Bpyk˚ , εk q y si yk,ν`1 ă x, entonces x tampoco está en Bpyk˚ , εk q, de manera que para
cualquier entero ι ą 1 tendríamos que ŷk,ν`ι R Bpyk˚ , εk q, contradiciendo el hecho de que yk˚
es un punto de acumulación de la sucesión pŷk,j q8 j“1 .
m
De acuerdo a la construcción de las poligonales H1 , H2 , . . . ,Hm , tenemos que Π :“
Ť
Hk
k“1
es una poligonal simple con extremos x0 y xm , de tal manera que existe una parametrización
simple η : r0; 1s ÝÑ U de Π cuyo punto inicial es x0 y cuyo punto terminal es xm de tal
manera que ηpti q “ xi . ‚
De manera muy parecida a como se demostró el teorema 16.9.14 puede ser demostrado el
corolario siguiente.
16.9.15. Corolario. Sea U Ă Rn un conjunto abierto, γ : r0; 1s ÝÑ U un camino cerrado
simple y ptk qmk“0 una partición del intervalo r0; 1s. Existe un camino poligonal cerrado simple
η : r0; 1s ÝÑ U tal que ηptk q “ γptk q para todo k P t0, 1, . . . , mu y además todos los vértices
de la poligonal cerrada ηrr0; 1ss pertenecen a γrr0; 1ss, y si v es uno de los vértices, entonces
η ´1 rtvus “ γ ´1 rtvus.
16.9.16. Lema. Sea Γ Ă R2 una trayectoria de Jordan, x P Γ , B una bola con centro en x,
E el exterior de Γ , B 1 :“ BzE, y B 2 la componente conexa de B 1 a la cual pertenece x. El
conjunto abierto B 2 zΓ es conexo.
Demostración. Sea γ : r0; 1s ÝÑ R2 una parametrización simple de Γ tal que γp0q “ x. Si y
es un elemento de la trayectoria de γ que no esté en la cerradura de B 2 , tomemos ty el número
tal que γpty q “ y, ty,0 :“ máxtt P r0; 1s : t ă ty y t P B 2 u, y ty,1 :“ míntt P r0; 1s : t ą ty
y t P B 2 u. Sea Ay el arco de la circunferencia con centro en x y radio r cuyos extremos son
γpty,0 q y γpty,1 q, y que sea homotópico en R2 ztxu a la trayectoria γrty,0 ; ty,1 s. Observemos
que ningún elemento de B 2 está en el interior de la trayectoria de Jordan que es la unión de
624 16.9. Aproximación por poligonales

Ay Y γrty0 ; ty1 s, además de que Ay es subconjunto de la frontera de B 2 . Observemos además


que Γ solamente interseca a Ay en sus extremos.
Sea A “ tA : A “ Ay para algún y en Γ que no esté en B 2 u. Para cada arco A P A
con A “ Ay , para algún y P Γ zB 2 , sea ηA : rty0 ; ty1 s ÝÑ A tal que ηA pty,0 q “ γpty,0 q y
ηA pty,1 q “ γpty,1 q, donde la elección de ηA no depende del punto y tal que A “ Ay sino sólo
de A.
Notemos que el interior de B 2 es B 2 zΓ y es a su vez el interior de la trayectoria cerrada
simple que tiene como parametrización a β : r0; 1s ÝÑ R2 tal que βptq “ γptq si γptq P B 2 ,
pero βptq “ ηA ptq si γptq R B 2 y A “ Aγptq P A. Por el teorema de la curva de Jordan 16.6.11
tenemos que el conjunto abierto B 2 zΓ es conexo. ‚
16.9.17. Lema. Sea Γ1 Ă R2 una trayectoria simple con extremos a y b, y sea U Ă R2 un
conjunto abierto y conexo al cual pertenecen a y b. Existe una trayectoria Γ2 Ă U cuyos
extremos son a y b tal que Γ1 X Γ2 “ ta, bu.
Demostración. Sean puk qnk“1 y pvk qnk“1 dos sucesiones convergentes a a y b respectivamente
cuyas componentes son elementos diferentes en U zΓ1 , es decir para cualesquiera dos números
naturales j y k se tiene que uj ‰ vk , y además j ‰ k ùñ uj ‰ uk y vj ‰ vk . Sea Cn “
8
tuk , vk u. Tomemos rk :“ 12 mínt k1 , |uk ´ a|, |vk ´ b|u y u˚k , vk˚ P U zΓ puntos
Ť
ta, bu Y
k“n`1
diferentes entre sí y diferentes de a, b, que no sean componentes de las sucesiones puk q8 k“1 y
pvk qk“1 y tales que |uk ´ a|, |vk ´ b| ă rk . Sea η1 : r0; 1s ÝÑ U zpΓ1 Y C1 q un camino simple
8 ˚ ˚

con extremos u˚k y vk˚ tal que η1 p0q “ u˚1 , η1 p1q “ u˚1 , η1 p 41 q “ u1 , η1 p 34 q “ v1 y η1 p1q “ v1˚
(dicha función existe debido al lema 16.9.9).
Definamos recursivamente los caminos ηn . Suponiendo que para algún N P N está definido
un camino simple con extremos ηN : r0; 1s ÝÑ U zpΓ1 Y Cn q tal que ηN p 2i`1 1
q “ ui , ηN p1 ´
1
2i`1
q “ vi para i P t1, 2, . . . , N u, η N p0q “ u ˚
N , η N p1q “ vN
˚
, η N rr0; 1
2N `1
ss Ă Bpa, 1
N
q, ηN rr1 ´
1
2N `1
; 1ss Ă Bpb, N q, y además ηN ptq “ ηn ptq para todo t P r 2n`1 ; 1 ´ 2n`1 s y todo n P
1 1 1

t1, 2, . . . , N u. Ahora, al tomar en Bpa, |a ´ u˚N | ` 2N 1


q X U z pΓ1 Y CN `1 Y ηN rr 2N1`1 ; 1 ´ 2N1`1 ssq
un arco AuN `1 cuyos extremos son uN `1 y u˚N `1 , tenemos que por el lema 16.6.19 existe un
arco A˚uN `1 Ă AuN `1 Y ηN rr0; 2N1`1 ss cuyos extremos son uN y uN `1 ; dicho arco interseca a
ηN rr 2N1`1 ; 1ss solamente en el punto uN . De manera similar podemos tomar en Bpb, |a ´ vN ˚
|`
1
2N
q X U z pΓ 1 Y C N `1 Y η rr
N 2N `1
1
; 1 ´ 1
2N `1
ss X A ˚
uN `1 q un arco A vN `1 cuyos extremos son v N `1
y vN ˚
`1 , y de nuevo por el lema 16.6.19 existe un arco A ˚
vN `1 Ă A vN `1 Y η N rr1 ´ 1
2N `1
; 1ss.
Tenemos así que si tomamos una paramerización simple αN `1 : r0; 2N1`1 s ÝÑ A˚uN `1 del
camino A˚uN `1 tal que αN `1 p0q “ u˚N `1 y αN `1 p 2N1`2 q “ uN `1 , y una paramerización simple
βN `1 : r1 ´ 2N1`1 ; 1s ÝÑ A˚vN `1 del camino A˚vN `1 tal que βN `1 p1q “ vN ˚
`1 y βN `1 p1 ´ 2N `2 q “
1

vN `1 , y además
$
’ αN `1 ptq, si t P r0; 2N `2 s
1

&
ηN `1 ptq :“ ηN ptq, si t P r 2N1`2 ; 1 ´ 2N1`2 s .

ptq, si t P r1 ´ 1 ; 1s

% β
N `1 2N `2

Definiendo así ηn tenemos que la función η : r0; 1s ÝÑ U tal que para todo t P r0; 1s
se tenga que ηptq “ lím ηn ptq es un camino que tiene como trayectoria a un arco Γ2 con
nÑ8
16.9. Aproximación por poligonales 625

extremos a y b. ‚
16.9.18. Teorema. Sea γ : r0; 1s ÝÑ R2 un camino cerrado simple y A Ă R2 la unión de la
trayectoria de γ y su interior. El camino cerrado γ es contractible en A. Más aún, existe una
homotopía inyectiva sobre A entre γ y cualquier punto en el interior de A.
Demostración. Observemos primero que el resultado es válido en el caso de que γ sea un
˝
polígono. Sea a P A y para cada i P N sea ki P N tal que |γptq ´ γpsq| ă 1i si |t ´ s| ă 2´ki ,
donde k1 ľ 2; dicha elección de cada ki puede ser hecha debido a que γ es una función
uniformemente continua. Para cada i P N sea el conjunto abierto Ui :“ ty P R2 : y ‰ a y
|y ´ γptq| ă 1i para algún t P r0; 1su. Para cada i P N y j P t0, 1, . . . , 2ki u sean ti,j “ 2jki y
xi,j “ γpti,j q. Definamos recursivamente bolas Bi,j como sigue. Sean B1,0 , B1,1 , . . . , B1,2k1 ´1
bolas que no se intersequen, con centros en x1,0 , x1,1 , . . . , x1,2k1 ´1 respectivamente, que estén
incluidas en U1 , además de que para todo l P t0, 1, 2, . . . , 2k1 ´1 u y todo j P t1, 2, . . . , 2k1 ´1 u
se cumpla que B1,l X γrrt1,j´1 ; t1,j ss ‰ ∅ si y sólo si t1,l P tt1,j´1 , t1,j u. Por el corolario
16.9.12 tenemos que incluidos en el conjunto U1 existen vecindades V1,1 , V1,2 , . . . , V1,2k1 de
γrrt1,0 ; t1,1 ss, γrrt1,1 ; t1,2 ss, . . . , γrrt1,2k1 ´1 ; t1,2k1 ss respectivamente, tales que para todo j P
t1, 2, . . . , 2k1 u se tenga que V1,j X V1,j`1 “ B1,j , pero V1,j X V1,j`s “ ∅ cuando s R t´1, 0, 1u.
Tomemos B1,2k1 :“ B1,0 , B1,j 1
:“ B1,j X A, B1,j 2
la componente conexa de B1,j1
a la cual
˝
pertenece x1,i e y1,j P B1,j
2
.
Veamos que para j P t1, 2, . . . , 2k1 u se tiene que y1,j e y1,j´1 están en la misma componente
˝
conexa de V1,j X A. Como γrrt1,j´1 ; t1,j ss es un conjunto compacto vemos que existe una
cubierta finita compuesta por n bolas abiertas D1 , D2 , . . . , Dn incluidas en V1,j , donde n P N;
los centros de dichas bolas están en γrrt1,j´1 ; t1,j ss; si para cada k P t1, 2, . . . , nu tomamos
rk P rt1,j´1 ; t1,j s tal que cada γprk q sea el centro de Dk , y además p ă q ùñ rp ă rq , para
p, q P t1, 2, . . . , nu; si para cada k P t1, 2, . . . , nu definimos Dk˚ como la componente conexa
de Dk X A a la cual pertenece γprk q, entonces la familia tD1˚ , D2˚ , . . . , Dn˚ u es una cubierta
de γrrt1,j´1 ; t1,j ss; y1,j´1 P D1˚ e y1,j P Dn˚ . Tomemos ahora una ˆk´1permutación
˙ σ P Sn tal que
˝ ˝ ˝ ˝
‰ ∅ y para cada k P t2, . . . , nu se tenga que ‰ ∅ para
˚ ˚
Ť ˚ ˚
Dσp1q X Dσp2q Dσpiq X Dσpkq
i“1
n ˝ ˝
observar que el conjunto es conexo y está incluido en V1,j X A, de manera que y1,j e
Ť
Dk˚
k“1
˝
y1,j´1 están en la misma componente conexa de V1,j X A.
˝
Tenemos que usando adecuadamente el lema 16.9.9 podemos construir un polígono en A
˝
con una parametrización simple η1 : r0; 1s ÝÑ Aztau tal que η1 pt1,j q “ y1,j . Sea C0 “ ∅ y C1
la unión de la trayectoria de η1 con su interior, A0 “ Aztau y A1 “ A0 zC0 “ A.
Una vez definidas las bolas Bi,0 , Bi,1 , . . . , Bi,2i`1 ´1 para i P N, definiendo además
˝
Bi,2i`1 “ Bi,0 y Ci como la unión de la trayectoria de ηi : r0; 1s ÝÑ Ai con su interior,
donde Ai “ Ai´1 zCi´1 , definamos las bolas Bi`1,0 , Bi`1,1 , . . . , Bi,2pi`1q`1 ´1 que no se interse-
quen con centros en xi`1,0 , xi`1,1 , . . . , xi`1,2pi`1q`1 ´1 respectivamente, y que no intersequen a
la trayectoria de ηi ; tomemos además Bi`1,2pi`1q`1 “ Bi`1,0 y el radio de cada Bi`1,j menor
˝
que 2pi`1q`1
1
. Para cada i P N y cada j P t0, 1, . . . , 2pi`1q`1 ´ 1u sea yi`1,j P Bi`1,j X Ai`1 (don-
de Ai`1 “ Ai zCi ), tomando además yi`1,2pi`1q`1 “ yi`1,0 . De nuevo usando adecuadamente
626 16.9. Aproximación por poligonales

el lema 16.9.9, además del corolario 16.9.15 y el lema 16.9.17, vemos que existe un polígono
˝
ηi`1 : r0; 1s ÝÑ Ai`1 tal que ηi`1 pti`1,j q “ yi`1,j , además de que ηi`1 rrti`1,j´1 ; ti`1,j ss Ă Vi`1,j .
Ahora, observemos que existe una homotopía inyectiva λ1 : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ C1 , sobre
C1 , entre η1 y el punto a, y en general, para cada i P N, existe una homotopía inyectiva
˝ ˝
de trayextorias cerradas λi`1 : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ Ci`1 zCi , sobre Ci`1 zCi , entre ηi y ηi`1 tal
que λi`1 pt, 0q “ ηi ptq y λi`1 pt, 1q “ ηi`1 ptq para todo t P r0; 1s, además de que para cada
j P t0, 1, . . . , 2ki u; teniendo así que la función λ : r0; 1s ˆ r0; 1s ÝÑ A dada por

λi pt, pi ` 1qppu ´ 1qi ` 1qq , si 1 ´ 1i ĺ u ĺ 1 ´ 1`i


# 1
λpt, uq “
γptq, si u “ 1

es una homotopía inyectiva, sobre A, entre γ y a. ‚


De manera similar a como se demostró el lema 16.9.16 se puede demostrar el lema si-
guiente.
16.9.19. Lema. Sea Γ Ă R2 una trayectoria de Jordan, x P Γ , B una bola con centro en x,
E el interior de Γ , B 1 :“ BzE, y B 2 la componente conexa de B 1 a la cual pertenece x. El
conjunto abierto B 2 zΓ es conexo.
16.9.20. Teorema. Sea Γ Ă R2 una trayectoria de Jordan incluida en un conjunto abierto
U , γ : r0; 1s ÝÑ U una parametrización simple de Γ . Para todo ε ą 0 existen dos parame-
trizaciones simples γ1 : r0; 1s ÝÑ U , γ2 : r0; 1s ÝÑ U de trayectorias poligonales cerradas
simples Γ1 y Γ2 respectivamente tales que la trayectoria Γ1 está incluida en el interior de
Γ , la trayectoria Γ2 está incluida en el exterior de Γ , y para todo t P r0; 1s se tiene que
|γptq ´ γ1 ptq| ă ε y |γptq ´ γ2 ptq| ă ε, además de que γ1 y γ2 son homotópicas a γ en U .
Demostración. Sobre la demostración de la existencia de γ1 se puede proceder de manera
similar a parte de la demostración del teorema 16.9.18, y también para la demostración de
la existencia de γ2 , pero en lugar de usar el lema 16.9.16 se debe usar, cuando sea necesario,
el lema 16.9.19. ‚
Capítulo 17

INTEGRACIÓN

17.1. Antiderivadas
17.1.1. Ejemplo. Supongamos que tenemos un proyectil de propulsión a chorro cuya masa
con el tanque lleno de combustible es M y cuya masa con el tanque vacío es µ (obviamente
µ ă M ). Supongamos también que las unidades de masa, tiempo y distancia son kg, min y m
respectivamente; además el proyectil gasta combustible a razón constante de ´c kg{min, es
decir la razón de cambio de la masa del proyectil es de c kg{min, provocando una propulsión
de tal manera que la masa multiplicada por la aceleración sea una constante F y en el tiempo
t0 “ 0 tiene una masa inicial m0 y una velocidad inicial v0 . ¿Cuál es la velocidad del proyectil
cuando se termina el combustible? ¿Cuál es el tiempo en que se termina el combustible?
Solución. Sean mptq, vptq y aptq la masa, velocidad y aceleración del proyectil respectiva-
mente en un tiempo t.
Si tenemos que dos funciones g y h definidas en un intervalo abierto I son tales que
g 1 pxq “ h1 pxq para x P I, entonces Dpg ´ hqpxq “ 0, por lo que gpxq ´ hpxq “ k, donde k
es una constante que no depende de x, por lo tanto gpxq “ hpxq ` k. Ahora, tenemos que
F “ mptq ¨ aptq y m1 ptq “ c (para t P r0; tf s, donde tf es el tiempo en que se termina el
combustible), por lo tanto, como ddt pctq “ c, para alguna constante k tenemos que

F
mptq “ ct ` k y aptq “ .
mptq

Ahora, como m0 “ mp0q “ k obtenemos que

mptq “ m0 ` ct,

teniendo así la masa en función del tiempo y además

F
v 1 ptq “ aptq “ .
m0 ` ct

Si queremos conocer la velocidad en función del tiempo, tenemos que hallar una función p
tal que p1 ptq “ m0F`ct y esto lo podemos lograr tomando pptq “ Fc lnpm0 ` ctq, por lo que

627
628 17.1. Antiderivadas

vptq “ pptq ` r “ Fc lnpm0 ` ctq ` r, donde r es una constante, es decir no depende de t.


Ahora, v0 “ vp0q “ Fc lnpm0 q ` r, por lo que r “ v0 ´ Fc lnpm0 q, de tal suerte que
ˆ ˙
F mptq
vptq “ v0 ` ln ,
c m0

teniendo así expresada la velocidad en términos de la masa y además en función del tiempo.
Volviendo a la pregunta ¿cuál es la velocidad del proyectil cuando se termina el combus-
tible? La respuesta es ˆ ˙
F µ
v0 ` ln
c m0
puesto que µ es la masa del proyectil sin combustible.
Para responder a la pregunta ¿cuál es el tiempo en que se termina el combustible? Te-
nemos que µ “ mptf q “ m0 ` ctf , por lo tanto
µ ´ m0
tf “ .
c
En la solución del problema anterior se ve la importancia que juega la función logaritmo
natural, así como el proceso inverso a la derivación.
17.1.2. Definición. Cuando F sea una función derivable y f sea una función tal que F 1 pxq “
f pxq para todo x P Dompf q diremos que F es una antiderivada de f . Cuando la fórmula
F 1 pxq “ f pxq se vale para todo x P I, donde I es un intervalo, decimos que F es una
antiderivada de f en el intervalo I. Como sinónimos de antiderivada tenemos los términos
de primitiva e integral indefinida.
17.1.3. Teorema. Cuando F y G son dos primitivas de una función f en un intervalo I,
entonces existe un número k tal que para todo x P I se tiene que Gpxq “ F pxq ` k.
Demostración. Supongamos que F y G son dos primitivas de f en un intervalo I. Para
x P I tenemos que pG ´ F q1 pxq “ G1 pxq ´ F 1 pxq “ f pxq ´ f pxq “ 0, por lo que la función
G ´ F es constante en I, es decir existe un número k P R tal que Gpxq ´ F pxq “ k para todo
x P I. Concluyendo así que Gpxq “ F pxq ` k para todo x P I. ‚
17.1.4. Notación. Cuando f sea una función con primitiva en un intervalo I y x P I, el
símbolo
ż
17.1.5. f pxq d x

representará siempre alguna primitiva de f evaluada en x. Se acostumbra usar la notación


anterior sólo cuando x es variable, es decir cuando x no tiene un valor definido o establecido,
şpor ejemplo si F es una antiderivada de f en el intervalo p0; 10q evitaremos poner F p5q “
f p5q d 5.
Debido al teorema 17.1.3, cuando F sea una antiderivada de f en un intervalo I, tendremos
que para x P I ż
f pxq d x “ F pxq ` c,
17.1. Antiderivadas 629

donde c es un número que no depende de x.


17.1.6. Definición. En la expresión f pxq d x, a f pxq se le llama integrando.
ş

Como ejemplos útiles tenemos la siguiente lista de antiderivadas, donde f , g, u y v son


funciones; a, b, c, r y k serán constantes (k será un entero positivo), y x será variable en el
dominio de la función definida por el integrando. La validez de las fórmulas se puede verificar
al derivar el lado derecho de las igualdades y observar que dichas derivadas son iguales al
integrando del lado izquierdo. Tal verificación se deja al lector.
17.1.7. Fórmulas de integración.
ż
I) f 1 pxq d x “ f pxq ` c, siempre que exista f 1 pxq;

ż
II) a d x “ ax ` c;

ż ż ż
III) paf pxq ` bgpxqq d x “ a f pxq d x ` b gpxq d x;

xr`1
ż
IV) xr d x “ ` c, para r ‰ ´1;
r`1
ż
1
V) d x “ lnp|x|q ` c;
x
ż
VI) eax d x “ 1
a
eax `c;

ax
ż
VII) x
a dx “ ;
lnpaq
ż
1
VIII) senpaxq d x “ ´ cospaxq ` c;
a
ż
1
IX) cospaxq d x “ senpaxq ` c;
a
ż
1
X) psecpaxqq2 d x “ tanpaxq ` c;
a
ż
1
XI) pcscpaxqq2 d x “ ´ cotpaxq ` c;
a
ż
1
XII) secpaxq tanpaxq d x “ secpaxq ` c;
a
630 17.1. Antiderivadas
ż
1
XIII cscpaxq cotpaxq d x “ ´ cscpaxq ` c;
a
ż
1
XIV) tanpaxq d x “ ´ lnp| cospaxq|q;
a
ż
1
XV) cotpaxq d x “ lnp| senpaxq|q;
a
ż
1 ´x¯
XVI) ? d x “ arc sen ` c, donde a ą 0;
a2 ´ x 2 a
ż
1 1 ´x¯
XVII) d x “ arctan ` c;
a2 ` x 2 a a
ż
1 1 ´x¯
XVIII) ? d x “ arcsec ` c;
|x| x2 ´ a2 a a
ż ˆˇ ˇ˙
1 1 ˇa ` xˇ
XIX) dx “ ln ˇˇ ˇ para a ą 0 y |x| ‰ a;
a2 ´ x 2 2a a ´ xˇ
ż ?
1 ´ˇ ˇ¯
XX) d x ln x x 2 ` a2 ˇ ;
? ˇ
“ ˇ ` ˇ
a2 ` x 2
ż ?
1 ´ˇ ˇ¯
XXI) 2 2
d x “ ln ˇx ` x ´ a ˇ ;
? ˇ ˇ
x2 ´ a 2

ż
1
XXII) senhpaxq d x “ coshpaxq ` c;
a
ż
1
XXIII) coshpaxq d x “ senhpaxq ` c;
a
ż
1
XXIV) tanhpaxq d x “ lnp| coshpaxq|q;
a
ż
1
XXV) cothpaxq d x “ lnp| senhpaxq|q;
a
ż
XXVI) lnp|ax|q d x “ x lnp|ax|q ´ x ` c;

ż
XXVII) f 1 pupxqqu1 pxq d x “ f pupxqq ` c, cuando f es derivable en upxq y u es derivable en x;
17.1. Antiderivadas 631
ż ż
XXVIII) 1
upxqv pxq d x “ upxqvpxq ´ vpxqu1 pxq d x, cuando u y v son derivables en x;

ż
1
XXIX) tanpaxq d x “ ´ lnp| cospaxq|q ` c;
a
ż
1
XXX) cotpaxq d x “ lnp| senpaxq|q ` c;
a
ż
1
XXXI) secpaxq d x “ lnp| secpaxq ` tanpaxq|q ` c;
a
ż
1
XXXII) cscpaxq d x “ lnp| cscpaxq ´ cotpaxq|q ` c;
a
ż
x senp2axq
XXXIII) pcospaxqq2 d x “ ` ` c;
2 4a
ż
x senp2axq
XXXIV) psenpaxqq2 d x “ ´ ` c;
2 4a
ż
senppa ´ bqxq senppa ` bqxq
XXXV) senpaxq senpbxq d x “ ´ ` c, |a| ‰ |b|;
2pa ´ bq 2pa ` bq

ż
senppa ´ bqxq senppa ` bqxq
XXXVI) cospaxq cospbxq d x “ ` ` c, |a| ‰ |b|;
2pa ´ bq 2pa ` bq

ż
cosppa ´ bqxq cosppa ` bqxq
XXXVII) senpaxq cospbxq d x “ ´ ´ ` c, |a| ‰ |b|;
2pa ´ bq 2pa ` bq

pcospaxqqk´1 senpaxq k ´ 1
ż ż
XXXVIII) k
pcospaxqq d x “ ` pcospaxqqk´2 d x;
ka k

psenpaxqqk´1 cospaxq k ´ 1
ż ż
XXXIX) k
psenpaxqq d x “ ´ ` psenpaxqqk´2 d x;
ka k

psecpaxqqk´2 tan ax k ´ 2
ż ż
XL) k
psecpaxqq d x “ ` psecpaxqqk´2 d x, para k ą 1;
pk ´ 1qa k´1

pcscpaxqqk´2 cot ax k ´ 2
ż ż
XLI) k
pcscpaxqq d x “ ´ ` pcscpaxqqk´2 d x, para k ą 1;
pk ´ 1qa k´1
632 17.1. Antiderivadas

psecpaxqqk tanpaxq
ż
XLII) psecpaxqqk tanpaxq d x “ ` c;
ka

pcscpaxqqk cotpaxq
ż
XLIII) k
pcscpaxqq cotpaxq d x “ ´ ` c.
ka

Ejercicios.

1. Calcular las antiderivadas siguientes:


ż ż ż ż ż
a) 6x d x, b) 7 d x, c) px3 ` 2q d x, d) 3x
e d x, e) 5 cosp3xq d x.
17.2. La integral de Riemann 633

17.2. La integral de Riemann

Bernhard Riemann
1826-1866
En esta sección definiremos el concepto de in-
tegral definida que es de utilidad, entre otras co-
sas, para el cálculo de áreas de algunos tipos de
regiones. Necesitaremos el concepto de partición
de un intervalo. Recordemos que dado un inter-
valo ra; bs con a ă b, una partición del intervalo
ra; bs es una sucesión finita ∆ “ px0 , x1 , . . . , xn q
tal que x0 ă x1 ă ¨ ¨ ¨ ă xn , x0 “ a y xn “ b.
Al conjunto de todas las particiones del intervalo
ra; bs lo denotamos como Pba .
17.2.1. Definición. Si f es una función real aco-
tada cuyo dominio incluye al intervalo ra; bs y
además ξi P rxi´1 ; xi s para i P t1, 2, . . . , nu, a una
expresión de la forma
n
ÿ
spf, ∆, pξ1 , . . . , ξn qq :“ f pξi qpxi ´ xi´1 q
i“1

se le llama suma de Riemann de f en el intervalo cerrado ra; bs (evaluada en ∆ y en


pξ1 , . . . , ξn q). Para i P t1, 2, . . . , nu tomemos mi “ ínf tf pξi q : ξi P rxi´1 ; xi su y Mi “
suptf pξi q : ξi P rxi´1 ; xi su.
17.2.2. Observación. Observemos que si f no toma valores negativos en ra; bs y Ai represen-
ta el área de la región tpx, yq P R2 : xi´1 ĺ x ĺ xi , 0 ĺ y ĺ f pxqu, entonces mi pxi ´ xi´1 q ĺ
Ai ĺ Mi pxi ´ xi´1 q. Más aún, si A es el área de la región tpx, yq P R2 : a ĺ x ĺ b,
0 ĺ y ĺ f pxqu, entonces

n
ÿ n
ÿ
mi pxi ´ xi´1 q ĺ A ĺ Mi pxi ´ xi´1 q.
i“1 i“1

En general, debido a que mi ĺ Mi , independientemente de que f tome o no tome valores


negativos y de que A represente un área, tenemos que
n
ÿ n
ÿ
17.2.3. mi pxi ´ xi´1 q ĺ Mi pxi ´ xi´1 q.
i“1 i“1

17.2.4. Definición. Denotando al valor del lado izquierdo de la desigualdad 17.2.3 como
s˚ pf, ∆q y al valor del lado derecho como s˚ pf, ∆q, le llamaremos a s˚ pf, ∆q la suma inferior
de Riemann de la función f correspondiente a la partición ∆, y a s˚ pf, ∆q la suma superior
de Riemann de la función f correspondiente a la partición ∆.
634 17.2. La integral de Riemann

Veremos más adelante que si ∆1 y ∆2 son dos particiones de un intervalo cerrado ra; bs y f
es una función real acotada definida en ra; bs, entonces s˚ pf, ∆1 q ĺ s˚ pf, ∆2 q. Para demostrar
esto utilizaremos el concepto de refinamiento de una partición que a continuación definimos.
17.2.5. Definición. Cuando ∆ “ pa0 , . . . , an q y ∆1 “ pb0 , . . . , bm q sean particiones de ra; bs
tales que ta0 , . . . , an u Ă tb0 , . . . , bm u, decimos que la partición ∆1 es un refinamiento de la
partición ∆.
17.2.6. Teorema. Si f es una función real acotada y definida en ra; bs y además ∆, ∆1 P Pba
son tales que ∆1 es un refinamiento de ∆, entonces

s˚ pf, ∆q ĺ s˚ pf, ∆1 q ĺ s˚ pf, ∆1 q ĺ s˚ pf, ∆q.

Demostración. Observemos que debido a 17.2.3 sólo es necesario demostrar que s˚ pf, ∆q ĺ
s˚ pf, ∆1 q y que s˚ pf, ∆1 q ĺ s˚ pf, ∆q, pero demostraremos solamente la primera de estas des-
igualdades debido a que la demostración de la otra es totalmente análoga.
Supongamos que ∆ “ pa0 , . . . , an q y ∆1 “ pb0 , . . . , bn q son particiones de ra; bs tales que
∆ Ă ∆1 . Para i P t1, 2, . . . , nu tomemos a mi como el ínfimo del conjunto tf pξi q : ξi P
rai´1 ; ai su y a ji el entero tal que bji “ ai . Observando que ∆i :“ pbji´1 , bji´1 `1 , . . . , bji q es
una partición de rai´1 ; ai s, tal que s˚ pf, ∆i q ľ mi pai ´ ai´1 q y que s˚ pf, ∆1 q “ s˚ pf, ∆1 q `
s˚ pf, ∆2 q ` ¨ ¨ ¨ ` s˚ pf, ∆n q, tenemos que
n
ÿ
1
s˚ pf, ∆ q ľ mi pai ´ ai´1 q “ s˚ pf, ∆q. ‚
i“1

17.2.7. Corolario. Si f es una función real acotada y definida en ra; bs, y además ∆1 , ∆2 P
Pba , entonces
s˚ pf, ∆1 q ĺ s˚ pf, ∆2 q.

Demostración. Sea ∆ una partición que sea un refinamiento común de ∆1 y ∆2 . Por el


teorema 17.2.6 tenemos que

s˚ pf, ∆1 q ĺ s˚ pf, ∆q ĺ s˚ pf, ∆q ĺ s˚ pf, ∆2 q. ‚

17.2.8. Definiciones y notaciones. Sea f una función real acotada y definida en un inter-
valo cerrado ra; bs. Definimos la integral superior de Riemann de la función f sobre el
intervalo ra; bs como
żb
f pxq d x :“ ínf ts˚ pf, ∆q : ∆ P Pba u.
a

Similarmente definimos la integral inferior de Riemann de f sobre el intervalo ra; bs como


żb
f pxq d x :“ supts˚ pf, ∆q : ∆ P Pba u.
a
17.2. La integral de Riemann 635

Debido al corolario 17.2.7 tenemos el siguiente resultado.


17.2.9. Corolario. Si f es una función real acotada y definida en un intervalo ra; bs entonces
żb żb
f pxq d x ĺ f pxq d x.
a a

şb şb
17.2.10. Definición. Cuando tengamos que f pxq d x “ f pxq d x diremos que f es Rie-
a a
şb
mann integrable o integrable según Riemann en ra; bs y a la expresión f pxq d x la
a
şb
denotaremos simplemente como f pxq d x y le llamaremos integral de Riemann de f sobre
a
el intervalo ra; bs o integral definida de f desde a hasta b. Al conjunto de las funciones
Riemann integrables en el intervalo ra; bs lo denotaremos por Rra; bs.
17.2.11. Observación. Observemos que cuando f es integrable según Riemann y f no toma
valores negativos, la integral definida de f desde a hasta b representa el área de la región
tpx, yq P R2 : a ĺ x ĺ b y 0 ĺ y ĺ f pxqu.
şb
17.2.12. Observación. Hacemos la aclaración de que el valor de f pxq d x no depende del
a
símbolo x que se haya escogido, siempre que no sea un símbolo definido de antemano. Por
şb şb
ejemplo, es lo mismo escribir f pxq d x que escribir f ptq d t cuando ni el símbolo x ni el
a a
şb
símbolo t están definidas. Debido a lo anterior, a veces la expresión f pxq d x se denota
a
simplemente por
żb
f.
a
A manera de motivación, cuando f y g son dos funciones integrables según Riemann en
un intervalo ra; bs y f pxq ĺ gpxq para todo x P ra; bs, una simple inspección de las propiedades
del área y de la definición de la integral de Riemann nos hace concluir que el área de la región
R :“ tpx, yq P R2 : a ĺ x ĺ b y gpxq ĺ y ĺ f pxqu está dada por la fórmula
żb
17.2.13. apRq “ pf pxq ´ gpxqq d x.
a
El problema al cual nos enfrentamos ahora es el de cómo calcular la integral definida de
una función que sea integrable según Riemann.
Demos un ejemplo de una función acotada que no es integrable según Riemann. Si defi-
nimos la función f de la siguiente manera
1 si x es un número racional en r0; 1s
#
f pxq “
0 si x es un número irracional en r0; 1s,
636 17.2. La integral de Riemann

şb şb
podemos deducir que f pxq d x “ 0, mientras que f pxq d x “ 1.
a a

17.2.14. Teorema. Si f pxq “ c para todo x P ra; bs, entonces f P Rra; bs y además

żb
c d x “ cpb ´ aq.
a

Demostración. Sea ∆ “ pt0 , t1 , . . . , tn q P Pba . Tenemos que


n
ÿ n
ÿ
s˚ pf, ∆q “ suptc : t P rtk´1 ; tk suptk ´ tk´1 q “ cptk ´ tk´1 q
k“1 k“1
n
ÿ
“c ptk ´ tk´1 q “ cptn ´ t0 q “ cpb ´ aq,
k“1

şb şb
por lo tanto a
c d x “ cpb ´ aq y similarmente se demuestra que a
c d x “ cpb ´ aq. ‚

17.2.15. Teorema. Si f P Rra; bs y α P R, entonces αf P Rra; bs y además

żb żb
αf pxq d x “ α f pxq d x.
a a

Demostración. Demostremos primero el teorema para el caso en que α ą 0. Si α ą


0 tenemos que s˚ pαf, ∆q “ αs˚ pf, ∆q y s˚ pαf, ∆q “ αs˚ pf, ∆q, para cualquier partición
şb
∆ P Pba (teoremas 7.1.23 y 7.1.24). Por lo tanto, αf pxq d x “ ínf ts˚ pαf, ∆q : ∆ P Pba u “
a
şb şb
ínf tαs˚ pf, ∆q : ∆ P Pba u “ α ínf ts˚ pf, ∆q : ∆ P Pba u “ α f pxq d x, es decir αf pxq d x “
a a
şb şb şb şb
α f pxq d x y análogamente αf pxq d x “ α f pxq d x, por lo tanto αf pxq d x existe y es
a a a a
şb
igual a α f pxq d x. Tenemos pues que el resultado es válido para α ą 0.
a
En el caso en que α “ 0 tenemos claramente que

żb żb żb żb
α f pxq d x “ 0 f pxq d x “ 0 “ 0pb ´ aq “ 0dx “ αf pxq d x.
a a a a

Supongamos ahora que α ă 0. En este caso tenemos que |α| ą 0 y α “ ´|α|, teniendo así
17.2. La integral de Riemann 637

que, debido a los teoremas 7.1.23, 7.1.24, 7.1.25 y 7.1.26,


żb
αf pxq d x “ ínf ts˚ p´|α|f, ∆q : ∆ P Pba u “ ínf t´s˚ p|α|f, ∆q : ∆ P Pba u
a
“ ´ supts˚ p|α|f, ∆q : ∆ P Pba u “ ´ supt|α|s˚ pf, ∆q : ∆ P Pba u
żb żb
“ ´|α| supts˚ pf, ∆q : ∆ P Pba u “ α f pxq d x “ α f pxq d x,
a a

şb şb şb
por lo tanto αf pxq d x “ α f pxq d x, y de manera similar se demuestra que αf pxq d x “
a a a
şb şb
α f pxq d x, por lo cual, también cuando α ă 0, se tiene que la integral αf pxq d x existe y
a a
şb
es igual a α f pxq d x. ‚
a
17.2.16. Teorema. Si f, g P Rra; bs, entonces f ` g P Rra; bs y además
żb żb żb
pf pxq ` gpxqq d x “ f pxq d x ` gpxq d x.
a a a

Demostración. Sean ∆1 “ pt0 , . . . , tn q y ∆2 “ ps0 , . . . , sm q dos particiones del intervalo


ra; bs, y sea ∆ un refinamiento común de las particiones ∆1 y ∆2 . Por el teorema 7.1.27 y
por el teorema 17.2.6, tenemos que
ÿn
˚
s pf ` g, ∆q “ suptf ptq ` gptq : t P rtk´1 ; tk suptk ´ tk´1 q
k“1
ÿn
ĺ psuptf ptq : t P rtk´1 ; tk su ` suptgptq : t P rtk´1 ; tk suqptk ´ tk´1 q
k“1
ÿn n
ÿ
“ suptf ptq : t P rtk´1 ; tk suptk ´ tk´1 q ` suptgptq : t P rtk´1 ; tk suptk ´ tk´1 q
k“1 k“1
“ s pf, ∆q ` s˚ pg, ∆q ĺ s˚ pf, ∆1 q ` s˚ pg, ∆2 q,
˚

por lo cual
żb
17.2.17. pf pxq ` gpxqq d x ĺ s˚ pf, ∆1 q ` s˚ pf, ∆2 q.
a

Tomando en 17.2.17 el ínfimo sobre las posibles particiones ∆1 P Pba y luego el ínfimo sobre
las posibles particiones ∆2 P Pba , obtenemos
żb żb żb
17.2.18. pf pxq ` gpxqq d x ĺ f pxq d x ` gpxq d x.
a a a
638 17.2. La integral de Riemann

Análogamente a como se demostró 17.2.18 se puede demostrar la desigualdad


żb żb żb
17.2.19. f pxq d x ` gpxq d x ĺ pf pxq ` gpxqq d x.
a a a

Usando 17.2.18, 17.2.19 y el corolario 17.2.9, obtenemos

żb żb żb
pf pxq ` gpxqq d x ĺ f pxq d x ` gpxq d x
a a a
17.2.20.
żb żb
ĺ pf pxq ` gpxqq d x ĺ pf pxq ` gpxqq d x
a a

şb şb
y con 17.2.20 concluimos que a pf pxq ` gpxqq d x “ a pf pxq ` gpxqq d x, es decir
şb şb şb
f ` g P Rra; bs, y además a pf pxq ` gpxqq d x “ a f pxq d x ` a gpxq d x. ‚
17.2.21. Observación. Los teoremas 17.2.15 y 17.2.16 dicen de manera conjunta que Rra; bs
forma un espacio vectorial con la suma de funciones y la multiplicación de un número real
por una función, además de que la función T : Rra; bs ÝÑ R es una transformación lineal.
şb
f ÞÑ a f pxq d x

17.2.22. Teorema. Sean a, b, c P R tales que a ă b ă c y sea f una función Riemann


integrable en los intervalos ra; bs y rb; cs. La función f es también Riemann integrable en el
intervalo ra; cs y además
żc żb żc
f pxq d x “ f pxq d x ` f pxq d x.
a a b

Demostración. Sean ∆1 “ pt0 , t1 , . . . , tn q P Pba , ∆2 “ ps0 , s1 , . . . , sm q P Pcb y ∆3 “


pt0 , t1 , . . . , tn , s1 , . . . , sm q P Pca .
żc n
ÿ
f pxq d x ĺ s˚ pf, ∆3 q “ suptf ptq : t P rtk´1 ; tk suptk ´ tk´1 q
a k“1
m
ÿ
` suptf psq : s P rsk´1 ; sk supsk ´ sk´1 q
k“1
“ s pf, ∆1 q ` s˚ pf, ∆2 q,
˚

por lo tanto
żc żb żc
17.2.23. f pxq d x ĺ f pxq d x ` f pxq d x.
a a b
17.2. La integral de Riemann 639

Observemos ahora que para cada ∆ P Pca existe un refinamiento ∆3 de ∆ tal que b sea una
componente de ∆3 . Tomemos pues ∆3 “ ptk qm`n
k“0 P Pa tal que tn “ b y ∆3 sea un refinamiento
c

de ∆. Sean ahora ∆1 “ ptk qk“0 y ∆2 “ ptk`n qk“0 .


n m

żb żc
f pxq d x ` f pxq d x ĺ s˚ pf, ∆1 q ` s˚ pf, ∆2 q “ s˚ pf, ∆3 q ĺ s˚ pf, ∆q,
a b

por lo que si ∆ P Pca , entonces

żb żc
17.2.24. f pxq d x ` f pxq d x ĺ s˚ pf, ∆q.
a b

Tomando en el lado derecho de 17.2.24 el ínfimo sobre los posibles ∆ P Pca , obtenemos

żb żc żc
17.2.25. f pxq d x ` f pxq d x ĺ f pxq d x.
a b a

Usando las desigualdades 17.2.23 y 17.2.25 llegamos a la igualdad


żc żb żc
f pxq d x “ f pxq d x ` f pxq d x,
a a b

y de manera análoga podemos demostrar que


żc żb żc
f pxq d x “ f pxq d x ` f pxq d x,
a a b

concluyendo así que f P Rra; cs y además

żc żb żc
f pxq d x “ f pxq d x ` f pxq d x. ‚
a a b

17.2.26. Teorema. Sean a, b, c P R tales que a ă b ă c y sea f P Rra; cs. Tenemos que
f P Rra; bs, f P Rrb; cs y además

żc żb żc
f pxq d x “ f pxq d x ` f pxq d x.
a a b

Demostración. Sea ∆ P Pca y ∆3 P Pca un refinamiento de ∆ tal que b es una componente


de ∆3 . Tomemos ∆1 P Pba y ∆2 P Pcb tales que las componentes de ∆3 en ra; bs son las
640 17.2. La integral de Riemann

componentes de ∆1 y las componentes de ∆3 en rb; cs son las componentes de ∆2 . Tenemos,


por el teorema 17.2.6, que

żb żc
f pxq d x ` f pxq d x ĺ s˚ pf, ∆1 q ` s˚ pf, ∆2 q “ s˚ pf, ∆3 q ĺ s˚ pf, ∆q,
a b

por lo tanto, para todo ∆ P Pca ,

żb żc
f pxq d x ` f pxq d x ĺ s˚ pf, ∆q,
a b

por lo tanto

żb żc żc
17.2.27. f pxq d x ` f pxq d x ĺ f pxq d x
a b a

y análogamente se tiene que

żc żb żc
17.2.28. f pxq d x ĺ f pxq d x ` f pxq d x.
a a b

Luego, de 17.2.27 y 17.2.28 tenemos que


¨ ˛ ¨ ˛
żb żb żc żc
17.2.29. 0 ĺ ˝ f pxq d x ´ f pxq d x‚` ˝ f pxq d x ´ f pxq d x‚,
˚ ‹ ˚ ‹

a a b b

pero debido al corolario 17.2.9, los dos términos entre paréntesis en 17.2.29 son menores o
iguales que cero, pero como la suma es mayor o igual que cero, entonces cada uno de ellos
debe ser 0, es decir f P Rra; bs y f P Rrb; cs. Ahora, usando la igualdad dada en el teorema
17.2.22 concluimos la demostración del teorema. ‚
17.2.30. Notación. Cuando A sea un conjunto, denotaremos por C A al conjunto de todas
las funciones con valores reales que son continuas en A, es decir C A :“ tf P AR : f es
continua}.
El teorema siguiente afirma que todas las funciones continuas en un intervalo cerrado son
Riemann integrables en dicho intervalo cerrado.
17.2.31. Teorema. Sean a, b P R tales que a ă b. Si f P C ra; bs, entonces f P Rra; bs.
Demostración. Sea f P C ra; bs. Por los teorema del valor máximo y del valor mínimo,
f es acotada en ra; bs. Ahora, por los teoremas 14.1.26 y 14.2.16 tenemos que la función f
es uniformemente continua en ra; bs, por lo cual, para cada ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que
17.2. La integral de Riemann 641

|x ´ y| ă δε ùñ |f pxq ´ f pyq| ă ε, para x, y P ra; bs. Sea ∆ε “ pa0 , a1 , . . . , an q una partición


del intervalo ra; bs tal que ai ´ ai´1 ă δε para todo i P t1, 2, . . . , nu. Tenemos que

żb żb n
ÿ
f pxq d x ĺ ˚
f pxq d x ĺ s pf, ∆ε q “ máxtf pxq : x P rai´1 ; ai supai ´ ai´1 q
i“1
a a
n
ÿ
ĺ pmíntf pxq : x P rai´1 ; ai su ` εqpai ´ ai´1 q “ s˚ pf, ∆ε q ` εpb ´ aq
i“1
żb
ĺ f pxq d x ` εpb ´ aq,
a

şb şb
por lo cual, al hacer tender ε a cero, obtenemos que a
f pxq d x “ a
f pxq d x, es decir f P
Rra; bs. ‚
17.2.32. Teorema. Sean f, g P Rra; bs tales que f pxq ĺ gpxq para todo x P ra; bs.
żb żb
f pxq d x ĺ gpxq d x.
a a

Demostración. Tenemos claramente que para cada ∆ “ pxi qni“0 P Pba y cada ξ “ pξi qni“1
con ξi P rxi´1 ; xi s se cumple que spf, ra; bs, ∆, ξq ĺ spg, ra; bs, ∆, ξq, de modo que s˚ pf, ∆q ĺ
s˚ pg, ∆q y así
żb żb żb żb
f pxq d x “ f pxq d x ĺ gpxq d x “ gpxq d x. ‚
a a a a

17.2.33. Teorema. Sean f P Rra; bs; m, M P R tales que para todo x P ra; bs se tiene que
m ĺ f pxq ĺ M ; ϕ P C rm; M s, y h “ ϕ ˝ f . Tenemos que h P Rra; bs.
Demostración. Sea ε ą 0. Por el teorema 14.2.16 la función ϕ es uniformemente continua
en el intervalo ra; bs, por lo que existe un δ P p0; εq tal que
17.2.34. |s ´ t| ă δ y s, t P rm; M s ùñ |ϕpsq ´ ϕptq| ă ε.
Como f P Rra; bs, existe una partición ∆ “ pxi qni“0 P Pba tal que
17.2.35. s˚ pf, ∆q ´ s˚ pf, ∆q ă δ 2 .
Para cada i P t1, 2, . . . , nu sean Mi “ suptf pxq : x P rxi´1 ; xi su, mi “ ínf tf pxq : x P
rxi´1 ; xi su, Mi1 “ supthpxq : x P rxi´1 ; xi su y m1i “ ínf tf pxq : x P rxi´1 ; xi su. Sea A :“ ti P
Jn : Mi ´ mi ă δu y B :“ Jn zA. Por 17.2.34 tenemos que si i P A, entonces Mi1 ´ m1i ă ε. En
general, si hacemos K :“ máxt|ϕptq| : t P rm; M su tenemos que Mi1 ´ m1i ĺ 2K. En particular
por 17.2.35 tenemos
ÿ ÿ
δ pxi ´ xi´1 q ĺ pMi ´ mi qpxi ´ xi´1 q ĺ s˚ pf, ∆q ´ s˚ pf, ∆q ă δ 2 ,
iPB iPB
642 17.2. La integral de Riemann

por lo cual pxi ´ xi´1 q ă δ. De lo anterior tenemos que


ř
iPB

żb żb n
ÿ
hpxq d x ´ hpxq d x ĺ s˚ ph, ∆q ´ s˚ ph, ∆q “ pMi1 ´ m1i qpxi ´ xi´1 q
i“1
a a
ÿ ÿ
“ pMi1 ´ m1i qpxi ´ xi´1 q ` pMi1 ´ m1i qpxi ´ xi´1 q
iPA iPB
ĺ εpb ´ aq ` 2Kδ ă εpb ´ a ` 2Kq,

por lo que al hacer tender ε a cero obtenemos el resultado deseado. ‚


17.2.36. Teorema. Si f P Rra; bs, entonces |f | P Rra; bs y además
ˇż b ˇ żb
ˇ ˇ
ˇ f pxq d xˇ ĺ |f pxq| d x.
ˇ ˇ
a a

Demostración. Por definición tenemos que si f P Rra; bs, entonces f es acotada en ra, bs,
por lo que existen números reales m y M tales que m ĺ f pxq ĺ M para todo x P ra; bs. Por
el teorema 17.2.33 tenemos que |f | P Rra; bs y por el teorema 17.2.32 tenemos que
żb żb żb żb
´ |f pxq| d x “ ´|f pxq| d x ĺ f pxq d x ĺ |f pxq| d x
a a a a

y por lo tanto ˇż b ˇ żb
ˇ ˇ
ˇ f pxq d xˇ ĺ |f pxq| d x. ‚
ˇ ˇ
a a

17.2.37. Teorema. Si f, g P Rra; bs, entonces f g P Rra; bs.


Demostración. Por el teorema 17.2.16 tenemos que f `g P Rra, bs, y por el teorema 17.2.33
tenemos que pf ` gqpf ` gq, f f, gg P Rra; bs, ahora como pf ` gqpf ` gq “ f f ` 2f g ` gg,
entonces
pf ` gqpf ` gq ´ f f ´ gg
fg “ ,
2
y por los teoremas 17.2.15 y 17.2.16 tenemos que f g P Rra; bs. ‚
şb
Observemos que el teorema anterior no dice nada acerca de cómo calcular f pxqgpxq d x
a
en términos de las integrales de f y de g, a diferencia del teorema 17.2.16 que sí dice cómo
şb
calcular pf pxq ` gpxqq d x.
a

17.2.38. Primer teorema fundamental del cálculo. Sean a, b P R tales que a ă b y


şx
f P Rra; bs. Definamos F pxq :“ f ptq d t para x P pa; bs. Si la función f es continua en un
a
c P pa; bq, entonces F es derivable en c y además F 1 pcq “ f pcq.
17.2. La integral de Riemann 643

Demostración. Sea c P pa; bq tal que f es continua en c. Calculemos D` F pcq y D´ F pcq.


Tenemos por una parte que
c`h
ş şc
f ptq d t ´ f ptq d t
F pc ` hq ´ F pcq
D` F pcq “ lím` “ lím` a a
hÑ0 h hÑ0 h
c`h
ş c`|h|
ş
f ptq d t f ptq d t
c c
“ lím` “ lím`
hÑ0 h hÑ0 |h|
y por otra parte
c`h
ş şc
f ptq d t ´ f ptq d t
F pc ` hq ´ F pcq
D´ F pcq “ lím´ “ lím´ a a
hÑ0 h hÑ0 h
c c
ş
ş
´ f ptq d t f ptq d t
c`h c´|h|
“ lím´ “ lím´ .
hÑ0 h hÑ0 |h|
Ahora, como f es continua en c, tenemos que para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que
|c ´ t| ă δ ùñ |f pcq ´ f ptq| ă ε, de esta forma si |h| ă δ, obtenemos
c`|h|
ż
pf pcq ´ εq|h| ĺ f ptq d t ĺ pf pcq ` εq|h|
c

y también
żc
pf pcq ´ εq|h| ĺ f ptq d t ĺ pf pcq ` εq|h|,
c´|h|

de modo que
f pcq ´ ε ĺ D` F pcq ĺ f pcq ` ε
y
f pcq ´ ε ĺ D´ F pcq ĺ f pcq ` ε.
Tomando en las últimas desigualdades el límite cuando ε tiende a cero obtenemos que
D` F pcq “ D´ F pcq “ f pcq, es decir F 1 pcq “ f pcq. ‚
17.2.39. Notación. Sean a, b P R tales que a ă b. Si f P Rra; bs, convendremos en que
şa şb
f pxq d x :“ ´ f pxq d x, además para cualquier t P ra; bs convendremos en que
b a
şt
f pxq d x :“ 0.
t

17.2.40. Teorema. Sean a, b P R tales que a ă b y f P Rra; bs. Si F : ra; bs ÝÑ R es tal que
şx
F pxq “ f ptq d t para x P ra; bs, entonces la función F es continua en ra; bs.
a
644 17.2. La integral de Riemann

Demostración. Como f P Rra; bs, entonces f es acotada en el intervalo cerrado ra; bs. Sea
M ą 0 tal que ´M ă f pxq ă M , para todo x P ra; bs.
Veamos primero que F es continua por la derecha en a. Dado ε ą 0 tomemos δa “
mín M , b ´ a . Tenemos que si x ´ a ă δa , entonces ´M δa ă F pxq ă M δa , pero como
ε
(

F paq “ 0, tenemos que las últimas desigualdades implican que |F pxq´F paq| ă ε, obteniéndose
así que F es continua por la derecha en a.
Veamos ahora que F es continua en t para cada t P ra; ˇbs. Para εˇ ą 0 tomemos δt “
ˇşx
mín Mε , b ´ t, t ´ a . Si |x ´ t| ă δt , entonces |F pxq ´ F ptq| “ ˇˇ f psq d sˇˇ, pero como ´M δt ă
( ˇ
t
şx
f psq d s ă M δt , tenemos que |F pxq ´ F ptq| ă M δt ĺ ε, teniéndose así que F es continua en
t
todo t P ra; bs.
Veamos finalmente que F es continua por la izquierda en b. De nuevo sea εˇ ą 0 y tomemos
ˇ
ˇşb
ahora δb “ δa “ mín M , b ´ a . Si b ´ x ă δb , entonces |F pbq ´ F pxq| “ ˇ f psq d sˇˇ, pero
ε
( ˇ
ˇ
x
şb
´M δb ă ´M pb ´ xq ă f psq d s ă pb ´ xqM ă M δb , por lo que |F pbq ´ F pxq| ă ε, teniéndose
x
así la continuidad por la izquierda de F en b y concluyendo la demostración del teorema. ‚
17.2.41. Segundo teorema fundamental del cálculo. Sean a, b P R tales que a ă b y
f P Rra; bs. Si F es una función continua en ra; bs tal que F 1 pxq “ f pxq para todo x P pa; bq,
entonces
żb
f pxq d x “ F pbq ´ F paq.
a

Demostración. Sea ∆ “ pa0 , a1 , . . . , an q una partición del intervalo ra; bs. Por el teorema
del valor medio para derivadas 10.13.3, para cada i P t1, 2, . . . nu existe un ξi P rai´1 ; ai s tal
que f pξi q “ F 1 pξi q “ F paai q´F pai´1 q
i ´ai´1
, por lo que
n
ÿ n
ÿ
f pξi qpai ´ ai´1 q “ pF pai q ´ F pai´1 qq “ F pbq ´ F paq.
i“1 i“1

Ahora, de la igualdad anterior tenemos que


s˚ pf, ∆q ĺ F pbq ´ F paq ĺ s˚ pf, ∆q,
para cualquier partición ∆ del intervalo ra; bs, pero como f es Riemann integrable en el
intervalo ra; bs tenemos
żb żb żb
f pxq d x ĺ F pbq ´ F paq ĺ f pxq d x “ f pxq d x,
a a a

es decir
żb
f pxq d x “ F pbq ´ F paq. ‚
a
17.2. La integral de Riemann 645

17.2.42. Integración por partes. Sean a, b P R tales que a ă b y f, g P Rra; bs. Si F y


G son una funciones continuas en ra; bs tales que F 1 pxq “ f pxq y G1 pxq “ gpxq para todo
x P pa; bq, entonces
żb żb
F pxqgpxq d x “ F pbqGpbq ´ F paqGpaq ´ f pxqGpxq d x.
a a

Demostración. Sea Hpxq “ F pxqGpxq y observemos que H 1 pxq “ f pxqGpxq ` F pxqgpxq.


Por el segundo teorema fundamental del cálculo tenemos que F pbqGpbq ´ F paqGpaq “ Hpbq ´
şb şb şb
Hpaq “ pf pxqGpxq ` F pxqgpxqq d x “ f pxqGpxq d x ` F pxqgpxqq d x, de donde obtenemos
a a a

żb żb
F pxqgpxq d x “ F pbqGpbq ´ F paqGpaq ´ f pxqGpxq d x. ‚
a a

17.2.43. Definiciones. Sean f1 , f2 , . . . , fn funciones Riemann integrables en un intervalo


ra; bs y sea f pxq “ pf1 pxq, f2 pxq, . . . , fn pxqq. Decimos que f es Riemann integrable en ra; bs
y definimos la integral de f desde a hasta b como
¨b ˛
żb ż żb żb
f pxq d x :“ ˝ f1 pxq d x, f2 pxq d x. . . . , fn pxq d x‚.
a a a a

El siguiente teorema es una consecuencia directa del segundo teorema fundamental del
cálculo y de la definición anterior.
17.2.44. Teorema. Si f y F son funciones de ra; bs en Rn tales que f es Riemann integrable
en ra; bs y F 1 “ f , entonces
żb
f ptq d t “ F pbq ´ F paq.
a

17.2.45. Teorema. Si f : ra; bs ÝÑ Rn es Riemann integrable, entonces |f | es Riemann


integrable y además ˇb ˇ
ˇż ˇ żb
ˇ ˇ
ˇ f pxq d xˇ ĺ |f pxq| d x.
ˇ ˇ
ˇ ˇ
a a

Demostración. Sean f1 , f2 , . . . , fn las funciones componentes de f , de manera que


a
|f pxq| “ pf1 pxqq2 ` pf2 pxqq2 ` ¨ ¨ ¨ ` pfn pxqq2 .

Por el teorema 17.2.33 cada una de las funciones x ÞÑ pfk pxqq2 es Riemann integrable, por
el teorema 17.2.16 aplicado n ´ 1 veces tenemos que x ÞÑ pf1 pxqq2 ` pf2 pxqq2 ` ¨ ¨ ¨ ` pfn pxqq2
646 17.2. La integral de Riemann

también es Riemann integrable y de nuevo por el teorema 17.2.33 la función |f | es Riemann


integrable. Ahora, tenemos que
ˇż b ˇ2
ÿn ˆż b ˙2 ż b ˜ ÿ
n ˆż b ˙ ¸
ˇ ˇ
ˇ f pxq d xˇ “ fk pxq d x “ fk ptq d t fk pxq d x,
ˇ ˇ
a k“1 a a k“1 a

pero por la desigualdad de Schwarz tenemos que


ÿn ˆż b ˙ ˇż b ˇ
ˇ ˇ
fk ptq d t fk pxq ĺ ˇˇ f ptq d tˇˇ |f pxq|
k“1 a a

y debido al teorema 17.2.32


ˇż b ˇ2 ˇż b ˇż b
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ f pxq d xˇ ĺ ˇ f pxq d xˇ |f pxq| d x,
ˇ ˇ ˇ ˇ
a a a

de donde se concluye el teorema. ‚


17.2.46. Teorema. Si f : ra; bs ÝÑ r0; `8q es una función continua y E “ tpx, y, zq P R3 :
a ĺ x ĺ b e y 2 ` z 2 ĺ f pxq2 u, entonces
żb
vol3 pEq “ π f pxq2 d x.
a

Demostración. Sea ∆ “ pak qrk“o una partición del intervalo ra; bs. Para cada i P Jj sean
mi “ míntf pxq : ai´1 ĺ x ĺ ai u y Mi “ máxtf pxq : ai´1 ĺ x ĺ ai u y observemos que
r
ÿ r
ÿ
s˚ pπ f ¨ f, ∆q “ π m2i pai ´ ai´1 q ĺ vol3 pEq ĺ πMi2 pai ´ ai´1 q “ s˚ pπ f ¨ f, ∆q,
i“1 i“1

de manera que
żb
(
πf pxq2 d x “ sup s˚ pf ¨ f, ∆q : ∆ P Pba ĺ vol3 pEq
a

żb
(
˚
ĺ ı́nf s pf ¨ f, ∆q : ∆ P Pba “ πf pxq2 d x,
a

pero como la función f ¨f es continua, entonces es Riemann-integrable, siguiéndose el resultado


deseado. ‚
De manera parecida puede ser demostrado el teorema siguiente.
17.2.47. Teorema. Si 0 ĺ a ă b, f : ra; bs ÝÑ r0; `8q es una función continua y E “
tpx, y, zq P R3 : 0 ĺ y ĺ f p|px, zq|q y a ĺ |px, zq| ĺ bu, entonces
żb
vol3 pEq “ 2π sf psq d s.
a
17.2. La integral de Riemann 647

Ejercicios.

1. Demostrar el teorema 17.2.47.

2. Hallar el área de la región delimitada por el eje X, el eje Y, la recta con ecuación x “ 2
y la gráfica de y “ x2 ` 1.

3. Hallar el área de la región delimitada por el eje X, la recta con ecuación x “ ´2, la
recta con ecuación x “ 1 y la gráfica de y “ ex .

4. Hallar el área de la región delimitada por la parábola con ecuación y 2 ´ 4x “ 0 y la


recta con ecuación y ´ 2x “ ´4.

5. Sean f : R ÝÑ R y g : R ÝÑ R funciones integrables en ra; bs. Demostrar que


żb żb żb
f pxq d x “ gpxq d x si y sólo si pf pxq ´ gpxqq d x “ 0.
a a a

ż3π
6. Calcular psenp2tqq6 cosp2tq d t.
´π

7. Sea f : R ÝÑ R una función integrable en cualquier intervalo cerrado y acotado. Ex-


4
x2 `3
ż e´x
presar la derivada de la función px P Rq ÞÑ f psq d s sin que aparezcan símbolos
0
de integración ni de derivación.
ż1
8. Calcular x e´x d x.
0
648 17.3. Cálculo de la longitud de un arco

17.3. Cálculo de la longitud de un arco

Sea Γ un arco que tiene como parametrización simple a una función γ : ra; bs ÝÑ Rn .
Deseamos tener condiciones y algún método sencillo para calcular la longitud `pΓ q del arco
Γ.
Recordemos que la longitud de Γ está dada por
# +
n
ÿ
`pΓ q “ sup |γpxi q ´ γpxi´1 q| : pxi qni“0 P Pba ,
i“1

donde Pba es el conjunto de particiones el intervalo ra; bs.


Supongamos que γ es derivable en el intervalo ra; bs, que la derivada de γ es continua en ese
i“0 P Pa . Del teorema 17.2.31 tenemos que para cada función componente
intervalo y que pxi qm b

γk de γ se tiene que γk1 P Rra; bs. Ahora, de los teoremas 17.2.44 y 17.2.45 tenemos
ˇż x i ˇ ż xi
ˇ 1
ˇ
|γpxi q ´ γpxi´1 q| “ ˇˇ γ ptq d tˇˇ ĺ |γ 1 ptq| d t,
xi´1 xi´1

por lo que al aplicar m ´ 1 veces el teorema 17.2.26 obtenemos

m
ÿ żb
|γpxi q ´ γpxi´1 q| ĺ |γ 1 ptq| d t,
i“1 a

y así

żb
17.3.1. `pΓ q ĺ |γ 1 ptq| d t.
a

Veamos ahora que la desigualdad inversa también es válida. Fijemos cualquier ε ą 0. Por el
teorema 14.2.16 la función γ 1 es uniformemente continua en el intervalo ra; bs, de manera que
existe un δ ą 0 tal que

17.3.2. s, t P ra; bs y |s ´ t| ă δ ùñ |γ 1 psq ´ γ 1 ptq| ă ε.

Supongamos que la partición pxi qni“0 del intervalo ra; bs es tal que xi ´ xi´1 ă δ para todo
i P t1, 2, . . . , nu. De 17.3.2 tenemos que si xi´1 ĺ t ĺ xi , entonces

|γ 1 ptq| ĺ |γ 1 pxi q| ` ε,

y así
17.3. Cálculo de la longitud de un arco 649

¨ ˛
żb n
ÿ żxi n
ÿ
|γ 1 ptq| d t “ ˝ |γ 1 ptq| d t‚ ĺ p|γ 1 pxi q| ` εqpxi ´ xi´1 q
i“1 i“1
a xi´1
ˇ x ˇ
i
n
ÿˇ ˇ ż ˇ
1 1 1
ˇ
“ ˇ pγ ptq ` γ pxi q ´ γ ptqq d tˇ ` εpb ´ aq
ˇ ˇ
i“1 ˇ ˇ
xi´1
ˇ x ˇ ˇ x ˇ
ÿn ˇ żi ˇ ÿ n ˇ żi ˇ
ˇ 1
ˇ ˇ 1 1
ˇ
ĺ ˇ
ˇ γ ptq d tˇ
ˇ ` ˇ
ˇ pγ px i q ´ γ ptqq d tˇ ` εpb ´ aq
ˇ
i“1 ˇ ˇ i“1 ˇ ˇ
xi´1 xi´1
n
ÿ ÿn
ĺ |γpxi q ´ γpxi´1 q| ` εpxi ´ xi´1 q ` εpb ´ aq
i“1 i“1
ÿn
“ |γpxi q ´ γpxi´1 q| ` 2εpb ´ aq ĺ `pΓ q ` 2εpb ´ aq.
i“1

Ahora, al tender ε a cero obtenemos

żb
17.3.3. |γ 1 ptq| d t ĺ `pΓ q,
a

luego, de 17.3.1 y 17.3.3 concluimos que

żb
|γ 1 ptq| d t “ `pΓ q.
a

Hemos así demostrado el siguiente teorema.


17.3.4. Teorema. Si Γ es un arco que tiene como parametrización simple a una función
γ : ra; bs ÝÑ Rn con derivada continua, entonces

żb
`pΓ q “ |γ 1 ptq| d t.
a

17.3.5. Corolario. Si f : ra; bs ÝÑ R es una función con derivada continua, entonces

żb a
`pGrrf sq “ 1 ` pf 1 ptqq2 d t.
a
650 17.3. Cálculo de la longitud de un arco

Demostración. Del hecho de que la gráfica de f tiene como parametrización simple a la


función γ : ra; bs ÝÑ R y γ ptq “ p1, f ptqq, obteniendo así |γ ptq| “ 1 ` pf ptqq y al aplicar
2 1 1 1
a
1 2
tÞÑpt,f ptqq
el teorema 17.3.4 se concluye el corolario. ‚
17.3.6. Definición. Sea f : ra; bs ÝÑ Rn o bien f : ra; bs ÝÑ R. Para cada x P pa; bs
definimos la variación total de f hasta x como
# +
n
ÿ
VTpf qpxq :“ sup |f pxi q ´ f pxi´1 q| : pxi qni“0 P Pxa ,
i“1

así mismo VTpf qpaq :“ 0. En caso de que VTpf qpxq ă `8 para todo x P ra; bs diremos que
f es de variación acotada. En el caso de que f sea un camino de variación acotada diremos
que es un camino rectificable.
17.3.7. Observación. Cuando γ : ra; bs ÝÑ Rn es una parametrización simple de un arco
Γ , entonces VTpγqpbq “ `pΓ q.
De manera similar a como se demostró el teorema 17.3.4 se puede demostrar el corolario
siguiente.
17.3.8. Corolario. Si γ : ra; bs ÝÑ Rn es un camino con derivada continua, entonces, para
cada x P ra; bs se tiene
żx
VTpγqpxq “ |γ 1 ptq| d t.
a

Si γptq representa la posición de una partícula en el tiempo t, entonces VTpγqptq representa


la longitud total que recorre la partícula desde el instante inicial a hasta el tiempo t. Por
ejemplo, la longitud total que recorre una partícula que se mueve en una circunferencia de
radio 1 mediante la regla t ÞÑ pcosp2πtq, senp2πtqq desde el instante 0 hasta el instante 2 es
4π a pesar de que la longitud de la circunferencia es de 2π.
17.3.9. Definición. Sea f : ra; bs ÝÑ R una función de variación acotada. Definimos la
variación positiva de f hasta un x P pa; bs como el número
# +
n
ÿ
VPpf qpxq :“ sup pf pxi q ´ f pxi´1 qqp`q : pxi qni“0 P Pxa ,
i“1

así mismo, definimos la variación negativa de f hasta x como el número


# +
n
ÿ
VNpf qpxq :“ sup pf pxi q ´ f pxi´1 qqp´q : pxi qni“0 P Pxa .
i“1

17.3.10. Observación. Si tenemos que c ă d, e P pc; dq y analizamos las distintas po-


sibilidades al comparar los valores de f pcq, f pdq y f peq vemos que pf pdq ´ f pcqqp`q ĺ
pf peq ´ f pcqqp`q ` pf pdq ´ f peqqp`q , pf pdq ´ f pcqqp´q ĺ pf peq ´ f pcqqp´q ` pf pdq ´ f peqqp´q y
17.3. Cálculo de la longitud de un arco 651

|f pdq´f pcq| ĺ |f peq´f pcq|`|f pdq´f peq|. De lo anterior se deduce que si pxk qsk“0 , pyk qrk“0 P Pba ,
donde pyk qrk“0 es un refinamiento de pxk qsk“0 , entonces
s
ÿ r
ÿ
p`q
pf pxk q ´ f pxk´1 qq ĺ pf pyk q ´ f pyk´1 qqp`q ,
k“1 k“1

s
ÿ r
ÿ
p´q
pf pxk q ´ f pxk´1 qq ĺ pf pyk q ´ f pyk´1 qqp´q
k“1 k“1
y
s
ÿ r
ÿ
|f pxk q ´ f pxk´1 q| ĺ |f pyk q ´ f pyk´1 q|.
k“1 k“1

17.3.11. Teorema. Si f : ra; bs ÝÑ R es una función de variación acotada y x P pa; bs,


entonces VTf pxq “ VPf pxq ` VNf pxq.
i“0 , pzi qi“0 P Pa tales que
Demostración. Sea ε ą 0 y pxi qli“0 , pyi qm n x

l
ÿ
|f pxi q ´ f pxi´1 q| ` ε ą VTpf qpxq,
i“1

m
ÿ
pf pyi q ´ f pyi´1 qqp`q ` ε ą VPpf qpxq
i“1
y
n
ÿ
pf pzi q ´ f pzi´1 qqp´q ` ε ą VNpf qpxq.
i“1

Ahora, debido a la observación 17.3.10, si pwi qqi“0 P Pxa es un refinamiento común de las
i“0 y pzi qi“0 , entonces
particiones pxi qli“0 , pyi qm n

q
ÿ
VTf pxq ` 2ε ľ |f pwi q ´ f pwi´1 q| ` 2ε
i“1
˜ q
¸ ˜ q
¸
ÿ ÿ
“ pf pwi q ´ f pwi´1 qqp`q ` ε ` pf pwi q ´ f pwi´1 qqp´q ` ε
i“1 i“1
q
ÿ q
ÿ
p`q
ą VPf pxq ` VNf pxq ľ pf pwi q ´ f pwi´1 qq ` pf pwi q ´ f pwi´1 qqp´q
i“1 i“1
q
ÿ
“ |f pwi q ´ f pwi´1 q| ą VTf pxq ´ ε,
i“1

pero como ε es arbitrario, al hacerlo tender a 0 obtenemos VTf pxq ľ VPf pxq ` VNf pxq ľ
VTf pxq, de donde VTf pxq “ VPf pxq ` VNf pxq. ‚
17.3.12. Observación. Cuando f es una función no decreciente en un intervalo ra; bs se
tiene que VTpf qpxq “ VPpf qpxq “ f pxq ´ f paq, para todo x P ra; bs. En general, del hecho de
652 17.3. Cálculo de la longitud de un arco

n n
que f pxq ´ f paq “ pf pxi q ´ f pxi´1 qqp´q para cualquier pxi qni“0 P Pxa ,
ř ř
pf pxi q ´ f pxi´1 qqp`q ´
i“1 i“1
tenemos que si f : ra; bs ÝÑ R es una función de variación acotada, entonces f pxq “ f paq `
VPpf qpxq ´ VNpf qpxq.
17.3.13. Notación. Cuando χ sea una partición, o cualquier sucesión finita o infinita, de-
notaremos por χ
r al conjunto de todas las componentes de χ. Por ejemplo, p1,Č 7, 5, 8q “
t1, 7, 5, 8u.
17.3.14. Lema. Si f : ra; bs ÝÑ R es una función continua de variación acotada, entonces
n ´ ´
ÿ x ´ a¯ ´ x ´ a ¯¯p`q
VPf pxq “ lím f a`k ´ f a ` pk ´ 1q ,
nÑ8
k“1
n n
n ´ ´
ÿ x ´ a¯ ´ x ´ a ¯¯p´q
VNf pxq “ lím f a`k ´ f a ` pk ´ 1q
nÑ8
k“1
n n
y
n ˇ ´
ÿ x ´ a¯ ´ x ´ a ¯ˇˇ
VTf pxq “ lím ˇf a ` k ´ f a ` pk ´ 1q ˇ.
ˇ
nÑ8
k“1
n n

Demostración. Demostraremos solamente la primera fórmula para el caso en que x “ b (la


demostración de la segunda y tercera fórmula, y del caso general se puede hacer de manera
similar). Observemos que al tomar x “ b, por definición de variación positiva, el primer límite
no puede ser mayor que VPf pbq. Sea ε ą 0 y tomemos una partición pxk qsk“0 P Pba tal que
s
ÿ ε
17.3.15. pf pxk q ´ f pxk´1 qqp`q ` ą VPf pbq.
k“1
2

Como f es uniformemente continua existe un N P N tal que


b´a ε
17.3.16. |x ´ y| ă ùñ |f pxq ´ f pyq| ă ,
N 8s
de tal manera que si n ľ N y tomando N que además satisfaga la desigualdad b´a N
ă
mínt|x ´ y| : x, y P pxk qk“0 y x ‰ yu, tendremos que cuando pyk qk“0 sea el refinamiento
Č s r

de pxk qsk“0 cuyas componentes son componentes de pxk qsk“0 ó de pa ` k b´a qn , debido a la
n k“0
observación 17.3.10 y a la implicación 17.3.16, se satisface la desigualdad
n ´ ´
ÿ x ´ a¯ ´ x ´ a ¯¯p`q ε
f a`k ´ f a ` pk ´ 1q `
k“1
n n 4
n
ÿ ´ ´ x´a ¯ ´ x ´ a p`q
¯¯
ą f a`k ´ f a ` pk ´ 1q
k“1
n n
17.3.17. ÿ
` ppf pyk q ´ f pyk´1 qq ` pf pyk`1 q ´ f pyk qqp`q q
p`q

s
tkPJr´1 :yk PpxČ
i qi“0 u
ÿr ÿs
p`q
ľ pf pyk q ´ f pyk´1 qq ľ pf pxk q ´ f pxk´1 qqp`q
k“1 k“1
17.3. Cálculo de la longitud de un arco 653

ya que el conjunto tk P Jr´1 : yk P px


Č i qi“0 u tiene menos de s elementos. Ahora, al usar 17.3.15
s

y 17.3.17 tenemos que


n ´ ´
ÿ x ´ a¯ ´ x ´ a ¯¯p`q
VPf pbq ` ε ľ lím f a`k ´ f a ` pk ´ 1q ` ε ą VPf pbq,
nÑ8
k“1
n n

pero como ε es arbitrario obtenemos que


n ´ ´
ÿ x ´ a¯ ´ x ´ a ¯¯p`q
VPf pbq “ lím f a`k ´ f a ` pk ´ 1q ‚
nÑ8
k“1
n n

Ejercicios.

1. Calcular la longitud del arco de la parábola con ecuación y “ x2 que tiene como
extremos a los puntos p´1, 1q y p1, 1q.
ˆ ˙
t cosptq t senptq
2. Calcular la longitud de la trayectoria de pt P r0; 2πsq ÞÑ , .
π π
3. Hallar la variación total de la función pt P r0; 2πsq ÞÑ senptq.

4. Hallar la variación total de la función pt P r0; 8πsq ÞÑ pcosptq, senptqq.

5. Dar un ejemplo de una sucesión de funciones pfn q8 n“1 que converjan uniformemente a
una función continua de variación acotada f : r0; 1s ÝÑ R, tal que cada fn : r0; 1s ÝÑ R
sea continua y de variación acotada, pero que la sucesión pVTfn p1qq8 n“1 no converja a
VTf p1q.
654 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes

17.4. La integral de Riemann-Stieltjes


17.4.1. Definición. Sea α una función no decreciente en un intervalo cerrado ra; bs y ∆ “
pxi qni“1 una partición de ra; bs. Si f es una función acotada en ra; bs y para cada i P t1, 2, . . . , nu
tenemos que ξi P rxi´1 ; xi s, a una expresión como la siguiente
n
ÿ
f pξi qpαpxi q ´ αpxi´1 qq,
i“1

se le llama suma de Riemann-Stieltjes. A la expresión anterior la denotaremos por


spf, ra; bs, ∆, ξ, αq y diremos que es la suma de Riemann-Stieltjes de f en el intervalo
ra; bs, evaluada en ∆ y en ξ, y con respecto a la función α, donde ξ “ pξi qni“1 .
17.4.2. Observación. Tenemos que la función α de la definición anterior está acotada su-
periormente en el intervalo ra, bs por αpbq e inferiormente por αpaq. Tenemos también que las
sumas de Riemann de una función son casos particulares de las sumas de Riemann-Stieltjes
cuando son con respecto a la función α dada por αpxq “ x.
De manera similar a como se definió la suma inferior y suma superior de Riemann se
define a continuación la suma inferior y suma superior de Riemann-Stieltjes con respecto a
una función α.
17.4.3. Definición. Sea f una función acotada en un intervalo cerrado ra; bs, α una función
no decreciente en ra; bs, ∆ “ pxi qni“1 una partición de ra; bs, Mi :“ suptf pxq : x P rxi´1 ; xi su
y mi :“ ínf tf pxq : x P rxi´1 ; xi su. Definimos la suma superior de Riemann-Stieltjes de
f correspondiente a la partición ∆ con respecto a la función α como
n
ÿ
˚
s pf, ∆, αq :“ Mi pαpxi q ´ αpxi´1 qq.
i“1

Así mismo, definimos la suma inferior de Riemann-Stieltjes de f correspondiente a la


partición ∆ con respecto a la función α como
n
ÿ
s˚ pf, ∆, αq :“ mi pαpxi q ´ αpxi´1 qq.
i“1

Con las dos definiciones anteriores, definamos ahora la integral superior e integral inferior
de Riemann-Stieltjes.
17.4.4. Definición. Sea f una función real acotada en un intervalo cerrado ra; bs y α una
función no decreciente en ra; bs. Definimos la integral superior de Riemann-Stieltjes de
f en el intervalo ra; bs con respecto a α como

żb
f pxq d αpxq :“ ínf s˚ pf, ∆, αq : ∆ P Pba ,
(

a
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 655

la cual también se denota como


żb
f d α.
a

Así mismo, definimos la integral inferior de Riemann-Stieltjes de f en el intervalo ra; bs


con respecto a α como
żb
(
f pxq d αpxq :“ sup s˚ pf, ∆, αq : ∆ P Pba ,
a

la cual también se denota como


żb
f d α.
a

şb şb
Cuando f d α “ f d α decimos que f es Riemann-Stieltjes integrable en ra; bs con
a a
respecto a α y al valor común lo denotamos por
żb żb
f pxq d αpxq o simplemente por f d α.
a a

Al conjunto de funciones Riemann-Stieltjes integrables en ra; bs con respecto a α lo denota-


remos RSα ra, bs.
Omitiremos las demostraciones de los teoremas del 17.4.5 al 17.4.16 debido a que, salvo
ligeras adaptaciones que el lector debe poder hacer, son casi idénticas a las dadas en la sección
2 en el caso de integrales de Riemann.
17.4.5. Teorema. Si f es una función real acotada y definida en ra; bs, α es no decreciente
en ra; bs y además ∆, ∆1 P Pba son tales que ∆1 es un refinamiento de ∆, entonces
s˚ pf, ∆, αq ĺ s˚ pf, ∆1 , αq ĺ s˚ pf, ∆1 , αq ĺ s˚ pf, ∆, αq.

17.4.6. Corolario. Si f es una función real acotada y definida en ra; bs, α es no decreciente
en ra; bs y además ∆1 , ∆2 P Pba , entonces
s˚ pf, ∆1 , αq ĺ s˚ pf, ∆2 , αq.

17.4.7. Corolario. Si f es una función real acotada y definida en un intervalo ra; bs y α es


no decreciente en ra; bs, entonces

żb żb
f pxq d αpxq ĺ f pxq d αpxq.
a a
656 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes

17.4.8. Teorema. Si f P RSα ra; bs y c P R, entonces cf P RSα ra; bs y además


żb żb
cf pxq d αpxq “ c f pxq d αpxq.
a a

17.4.9. Teorema. Si f, g P RSα ra; bs, entonces f ` g P RSα ra; bs y además


żb żb żb
pf ` gq d α “ f dα ` g d α.
a a a

17.4.10. Teorema. Sean a, b, c P R tales que a ă b ă c y sea f una función Riemann-Stieltjes


integrable en los intervalos ra; bs y rb; cs con respecto a una función α no decreciente en ra; cs.
La función f es también Riemann-Stieltjes integrable en el intervalo ra; cs con respecto a α
y además
żc żb żc
f d α “ f d α ` f d α.
a a b

17.4.11. Teorema. Sean a, b, c P R tales que a ă b ă c, sea f P RSα ra; cs y α no decreciente


en ra; cs. Tenemos que f P RSα ra; bs, f P RSα rb; cs y además
żc żb żc
f dα “ f dα ` f d α.
a a b

17.4.12. Teorema. Sean a, b P R tales que a ă b. Si f P C ra; bs y α es una función no


decreciente en ra; bs, entonces f P RSα ra; bs.
17.4.13. Teorema. Sean α una función no decreciente en ra; bs, f, g P RSα ra; bs tales que
f pxq ĺ gpxq para todo x P ra; bs.
żb żb
f d α ĺ g d α.
a a

17.4.14. Teorema. Sean α una función no decreciente en ra; bs; f P RSα ra; bs; m, M P R
tales que para todo x P ra; bs se tiene que m ĺ f pxq ĺ M ; ϕ P C rm; M s, y h “ ϕ˝f . Tenemos
que h P RSα ra; bs.
17.4.15. Teorema. Si α es una función no decreciente en ra; bs, f P RSα ra; bs, entonces
|f | P RSα ra; bs y además ˇb ˇ
ˇż ˇ żb
ˇ ˇ
ˇ f d αˇ ĺ |f | d α.
ˇ ˇ
ˇ ˇ
a a
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 657

17.4.16. Teorema. Si f, g P RSα ra; bs, entonces f g P RSα ra; bs.


17.4.17. Teorema. Sea α una función no decreciente y derivable en un intervalo cerrado ra; bs
tal que α1 P Rra; bs y sea f una función real acotada en ra; bs. Tenemos que f P RSα ra; bs si
y sólo si f α1 P Rra; bs. En el caso de que f α1 P Rra; bs tenemos que
żb żb
f pxq d αpxq “ f pxqα1 pxq d x.
a a

Demostración. Sea ε ą 0. Existe un ∆ “ px0 , x1 , . . . , xn q P Pba tal que

17.4.18. 0 ĺ s˚ pα1 , ∆q ´ s˚ pα1 , ∆q ă ε.

Por el teorema del valor medio para derivadas 10.13.3, para cada i P t1, 2, . . . , nu existe un
ξi P rxi´1 ; xi s tal que

17.4.19. αpxi q ´ αpxi´1 q “ α1 pξi qpxi ´ xi´1 q.

Observemos que para cada si P rxi´1 ; xi s


n
ÿ
|α1 pξi q ´ α1 psi q|pxi ´ xi´1 q ĺ s˚ pα1 , ∆q ´ s˚ pα1 , ∆q,
i“1

por lo que de 17.4.18 tenemos


n
ÿ
17.4.20. |α1 pξi q ´ α1 psi q|pxi ´ xi´1 q ă ε.
i“1

De 17.4.19 tenemos
n
ÿ n
ÿ
f psi qpαpxi q ´ αpxi´1 qq “ f psi qα1 pξi qpxi ´ xi´1 q,
i“1 i“1

de manera que al hacer M :“ supt|f pxq| : x P ra, bsu y aplicar 17.4.20 tenemos
ˇ ˇ
ˇÿn ÿn ˇ
1
17.4.21. ˇ f psi qpαpxi q ´ αpxi´1 qq ´ f psi qα psi qpxi ´ xi´1 qˇ ă M ε.
ˇ ˇ
ˇi“1 i“1
ˇ

De 17.4.21 tenemos que


n
ÿ n
ÿ
f psi qpαpxi q ´ αpxi´1 qq ĺ f psi qα1 psi qpxi ´ xi´1 q ` M ε,
i“1 i“1

por lo cual
n
ÿ
f psi qpαpxi q ´ αpxi´1 qq ĺ s˚ pf α1 , ∆q ` M ε,
i“1
658 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes

de modo que
żb
17.4.22. f pxq d αpxq ĺ s˚ pf, ∆, αq ĺ s˚ pf α1 , ∆q ` M ε.
a

Observemos que 17.4.18 sigue siendo válida si se sustituye ∆ por cualquier refinamiento suyo
y, por consecuencia, lo mismo ocurre con 17.4.22, obteniendo
żb żb
f pxq d αpxq ĺ f pxqα1 pxq d x ` M ε,
a a

para todo ε ą 0 y así


żb żb
17.4.23. f pxq d αpxq ĺ f pxqα1 pxq d x.
a a

A partir de 17.4.21 se obtiene también que


n
ÿ n
ÿ
f psi qα1 psi qpxi ´ xi´1 q ĺ f psi qpαpxi q ´ αpxi´1 qq ` M ε,
i“1 i“1

concluyendo, de manera similar a como se concluyó 17.4.23, la siguiente desigualdad


żb żb
1
17.4.24. f pxqα pxq d x ĺ f pxq d αpxq.
a a

De 17.4.23 y 17.4.24 tenemos


żb żb
1
17.4.25. f pxqα pxq d x “ f pxq d αpxq
a a

y análogamente se demuestra
żb żb
17.4.26. f pxqα1 pxq d x “ f pxq d αpxq.
a a

Finalmente, de 17.4.25 y 17.4.26 se concluye el teorema. ‚


17.4.27. Teorema de cambio de variable. Sea ϕ : ra; bs ÝÑ rc; ds una función continua
y estrictamente creciente cuyo recorrido es el intervalo cerrado rc; ds. Si α es no decreciente
en rc; ds, f P RSα rc; ds, β :“ α ˝ ϕ y g “ f ˝ ϕ; entonces g P RSβ ra; bs y
żb żd
gptq d βptq “ f psq d αpsq,
a c
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 659

es decir
żb ϕ´1
ż pbq
f ˝ ϕdα ˝ ϕ “ f psq d αpsq.
a ϕ´1 paq

Demostración. Observemos que tenemos una correspondencia biunívoca η entre los con-
juntos de particiones Pba y Pdc , a saber la correspondencia que a cada ∆ “ px0 , x1 , . . . , xn q P Pba
le asigna la partición ηp∆q :“ pϕpx0 q, ϕpx1 q, . . . , ϕpxn qq P Pdc . Si f P RSα rc; ds, entonces para
cada ε ą 0 existe una partición ∆1 “ py0 , y1 , . . . , yn q P Pdc tal que

17.4.28. s˚ pf, ∆1 , αq ´ s˚ pf, ∆1 , αq ă ε.

Si tomamos Mi :“ suptf psq : s P ryi´1 ; yi su y mi :“ ínf tf psq : s P ryi´1 ; yi su, podemos ver que
tanto Mi “ suptgptq : t P rϕ´1 pyi´1 q; ϕ´1 pyi qsu como mi “ ínf tgptq : t P rϕ´1 pyi´1 q; ϕ´1 pyi qsu.
Además, αpyi q ´ αpyi´1 q “ βpϕ´1 pyi qq ´ βpϕ´1 pyi´1 qq, de tal suerte que

17.4.29. s˚ pf, ∆1 , αq “ s˚ pg, η ´1 p∆1 q, βq y s˚ pf, ∆1 , αq “ s˚ pg, η ´1 p∆1 q, βq.

De 17.4.28, 17.4.29 y de las desigualdades

żb żb
´1
s˚ pg, η p∆1 q, βq ĺ gptq d βptq ĺ gptq d βptq ĺ s˚ pg, η ´1 p∆1 q, βq,
a a

obtenemos
żb żb
0ĺ gptq d βptq ´ gptq d βptq ă ε
a a

para todo ε ą 0, teniendo así que g P RSβ ra; bs.


De 17.4.29 y recordando que η es una correspondencia biunívoca entre Pba y Pdc concluimos
con el teorema. ‚
De los teoremas 17.4.17 y 17.4.27, al tomar la función α del teorema 17.4.27 igual a la
función identidad y la función α del teorema 17.4.17 igual a ϕ, se sigue inmediatamente el
corolario siguiente.
17.4.30. Corolario. Sea ϕ una función estrictamente creciente y derivable en un intervalo
cerrado ra; bs tal que ϕ1 P Rra; bs y sea f P Rrϕpaq; ϕpbqs.
ϕpbq
ż żb
f pxq d x “ f pϕptqqϕ1 ptq d t.
ϕpaq a

17.4.31. Definición. Sea α : ra; bs ÝÑ R una función de variación acotada y f : ra; bs ÝÑ R


una función tal que f P RSα ra; bs :“ RSVPpαq ra; bs X RSVNpαq ra; bs. Definimos la integral
660 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes

de Riemann-Stieltjes de f desde a hasta b con respecto a α como

żb żb żb
f pxq d αpxq :“ f pxq d VPpαqpxq ´ f pxq d VNpαqpxq,
a a a

la cual también se denota simplemente como

żb
f d α.
a

De los teoremas 17.4.8, 17.4.9, 17.4.10, 17.4.11, 17.4.12, 17.4.14 y 17.4.16, y de la definición
anterior se deducen los siguientes 7 teoremas.
17.4.32. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ R una función de variación acotada. Si f P RSα ra; bs
y c P R, entonces cf P RSα ra; bs y además

żb żb
cf pxq d αpxq “ c f pxq d αpxq.
a a

17.4.33. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ R una función de variación acotada. Si f, g P


RSα ra; bs, entonces f ` g P RSα ra; bs y además

żb żb żb
pf ` gq d α “ f dα ` g d α.
a a a

17.4.34. Teorema. Sea α : ra; cs ÝÑ R una función de variación acotada. Sean a, b, c P R


tales que a ă b ă c y sea f una función Riemann-Stieltjes integrable en los intervalos ra; bs y
rb; cs con respecto a una función α no decreciente en ra; cs. La función f es también Riemann-
Stieltjes integrable en el intervalo ra; cs con respecto a α y además

żc żb żc
f dα “ f dα ` f d α.
a a b

17.4.35. Teorema. Sea α : ra; cs ÝÑ R una función de variación acotada. Sean a, b, c P R


tales que a ă b ă c y sea f P RSα ra; cs. Tenemos que f P RSα ra; bs, f P RSα rb; cs y
además
żc żb żc
f d α “ f d α ` f d α.
a a b
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 661

17.4.36. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ R una función de variación acotada. Sean a, b P R


tales que a ă b. Si f P C ra; bs, entonces f P RSα ra; bs.
17.4.37. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ R una función de variación acotada. Sean f P
RSα ra; bs; m, M P R tales que para todo x P ra; bs se tiene que m ĺ f pxq ĺ M ; ϕ P C rm; M s,
y h “ ϕ ˝ f . Tenemos que h P RSα ra; bs.
17.4.38. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ R una función de variación acotada. Si f, g P
RSα ra; bs, entonces f g P RSα ra; bs.
17.4.39. Lema. Si α : ra; bs ÝÑ R es una función con derivada Riemann integrable, entonces

żx żx
1 p`q
VPpαqpxq “ pα ptqq dt y VNpαqpxq “ pα1 ptqqp´q d t.
a a

Demostración. Observemos que las funciones t ÞÑ tp`q y t ÞÑ tp´q son continuas. Del
teorema 17.2.33 tenemos que las funciones β ` : ra; bs ÝÑ R y β ´ : ra; bs ÝÑ R son Riemann
tÞÑpα1 pxqqp`q tÞÑpα1 pxqqp´q
integrables. Observemos además que si β :“ β ´ β , entonces β “ α . Para cada x P pa; bs
` ´ 1

sea ∆x,ε “ pxk qnk“0 P Pxa tal que para todo ξ “ pξk qnk“1 , con xk´1 ĺ ξk ĺ xk , se tiene que
ˇ ˇ
ˇÿn żx ˇ ε
` `
ˇ β pξk qpxk ´ xk´1 q ´ β ptq d tˇ ă ,
ˇ ˇ
ˇk“1 a ˇ 2

y además ˇ ˇ
ˇÿn ˇ ε
p`q
αpx VPpαqpxqˇă .
ˇ ˇ
ˇ pαpx k q ´ k´1 qq ´
ˇk“1 ˇ 2

Ahora,
ˇż x ˇ ˇˇ ÿ n
ˇ
ˇ β ` ptq d t ´ VPpαqpxqˇ ĺ ˇˇ β ` pξk qpxk ´ xk´1 q ´ VPpαqpxqˇˇ ` ε ,
ˇ ˇ ˇ
ˇ
a
ˇ ˇ
k“1
ˇ 2

pero, por el teorema del valor medio para derivadas 10.13.3, para cada k existe un ξk P
p`q
rxk´1 ; xk s tal que βpξk q “ αpxxkkq´αpx
´xk´1
k´1 q
, de modo que β ` pξk q “ pαpxk xq´αpx k´1 qq
k ´xk´1
, teniendo así
ˇx ˇ ˇ ˇ
ˇż ˇ ˇ n p`q
ˇ ˇ
ˇ β ` ptq d t ´ VPpαqpxqˇ ĺ ˇˇ
ÿ pαpx k q ´ αpx k´1 q ˇ
x VPpαqpxq
ˇ
px k ´ k´1 q ´ ˇ
ˇ
ˇ
ˇ ˇ
ˇ k“1
x k ´ x k´1 ˇ
a
ˇ ˇ
n
ε ˇˇ ÿ ˇ ε
` “ ˇ pαpxk q ´ αpxk´1 qp`q ´ VPpαqpxqˇ `
ˇ
2 ˇk“1 ˇ 2
ε ε
“ ` “ ε.
2 2
662 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes

şx şx
Tenemos pues que VPpαqpxq “ β ` ptq d t “ pα1 ptqqp`q d t y análogamente se demuestra que
a a
şx
VNpαqpxq “ pα1 ptqqp´q d t. ‚
a

17.4.40. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ R una función de variación acotada y derivable en un


intervalo cerrado ra; bs tal que α1 P Rra; bs y sea f una función real acotada en ra; bs. Tenemos
que f P RSα ra; bs si y sólo si f α1 P Rra; bs. En el caso de que f α1 P Rra; bs tenemos que

żb żb
f pxq d αpxq “ f pxqα1 pxq d x.
a a

Demostración. Del teorema 17.4.17, de la definición de integral de Riemann-Stieltjes con


respecto a una función de variación acotada, del lema 17.4.39 y del primer teorema funda-
mental del cálculo tenemos que
żb żb żb
f pxq d αpxq “ f pxq d VPpαqpxq ´ f pxq d VNpαqpxq
a a a
żb żb
“ f pxq DpVPpαqqpxq d x ´ f pxq DpVNpαqqpxq d x
a a
żb żb
“ f pxq Dpαpaq ` VPpαqpxq ´ VNpαqpxqq d x “ f pxqα1 pxq d x,
a a

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


17.4.41. Definición. Sea α : ra; bs ÝÑ Rn una función de variación acotada tal que para
todo t P ra; bs y todo k P t1, 2, . . . , nu el número αk ptq es la k-ésima componente de αptq, y
f : ra; bs ÝÑ R tal que f P RSαk para cada k P t1, 2, . . . , nu. Decimos que f es Riemann-
Stieltjes integrable con respecto a α en el intervalo ra; bs, lo cual denotamos como f P RSα
y definimos la integral de Riemann-Stieltjes de f con respecto a α desde a hasta b como
¨b ˛
żb ż żb żb
f ptq d αptq :“ ˝ f ptq d α1 ptq, f ptq d α2 ptq, . . . , f ptq d αn ptq‚,
a a a a

la cual también se denota simplemente como

żb
f d α.
a

17.4.42. Definición. Sea α : ra; bs ÝÑ R una función de variación acotada, y f : ra; bs ÝÑ


Rn una función tal que f ptq “ pf1 ptq, f2 ptq, . . . , fn ptqq y además para cada k P t1, 2, . . . , nu
se tiene que fk P RSα . Decimos que f es Riemann-Stieltjes integrable con respecto
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 663

a α en el intervalo ra; bs, lo cual denotamos como f P RSα y definimos la integral de


Riemann-Stieltjes de f con respecto a α desde a hasta b como
¨b ˛
żb ż żb żb
f ptq d αptq :“ ˝ f1 ptq d αptq, f2 ptq d αptq, . . . , fn ptq d αptq‚,
a a a a

la cual también se denota simplemente como


żb
f d α.
a

17.4.43. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ Rn una función de variación acotada y f : ra; bs ÝÑ R


una función Riemann-Stieltjes integrable con respecto a α en ra; bs. Para todo ε ą 0 existe
b
una partición ptk qmk“0 P Pa tal que para cualquier sucesión finita de números reales de la forma
pξk qm
k“1 , con tk´1 ĺ ξk ĺ tk , se tiene que
ˇb ˇ
ˇż
ÿm ˇ
ˇ ˇ
ˇ f dα ´ f pξk qpαptk q ´ αptk´1 qqˇˇ ă ε.
ˇ
a
ˇ k“1 ˇ

Demostración. Haremos primero la demostración para el caso en que n “ 1 y α es no


k“0 P Pa se tiene
decreciente. Para toda partición ∆ “ ptk qm b

17.4.44. s˚ pf, ∆, αq ĺ spf, ra; bs, ∆, ξ, αq ĺ s˚ pf, ∆, αq,


para todo ξ “ pξ1 .ξ2 , . . . , ξm q tal que tk´1 ĺ ξk ĺ tk . Tomando la partición ∆ P Pba de tal
manera que
ˇb ˇ
ˇż ˇ
ˇ ˚
ˇ ε
17.4.45. ˇ f d α ´ s pf, ∆, αqˇ ă 2
ˇ ˇ
ˇ ˇ
a
y
ˇb ˇ
ˇż ˇ
ˇ f d α ´ s˚ pf, ∆, αqˇ ă ε ,
ˇ ˇ
17.4.46. ˇ ˇ 2
ˇ ˇ
a

y usando 17.4.44, 17.4.45, 17.4.46 y el hecho de que


żb
s˚ pf, ∆, αq ĺ f d α ĺ s˚ pf, ∆, αq
a

tendremos que
ˇb ˇ
ˇż ˇ
ˇ ˇ
17.4.47. ˇ f d α ´ spf, ra; bs, ∆, ξ, αqˇ ă ε.
ˇ ˇ
ˇ ˇ
a
664 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes

Observemos que la desigualdad 17.4.47 se seguirá cumpliendo si sustituimos ∆ por cual-


quier refinamiento de ∆.
Hemos demostrado el teorema para el caso en que α : ra; bs ÝÑ R es no decreciente. Para
el caso en que α : ra; bs ÝÑ R es de variación acotada, el resultado se sigue de la definición
de función Riemann-Stieltjes integrable con respecto a α y tomando una partición ∆ tal que
ˇb ˇ
ˇż ˇ
ˇ f d VPpαq ´ spf, ra; bs, ∆, ξ, VPpαqqˇ ă ε
ˇ ˇ
ˇ ˇ 2
ˇ ˇ
a

y ˇb ˇ
ˇż ˇ
ˇ f d VNpαq ´ spf, ra; bs, ∆, ξ, VNpαqqˇ ă ε .
ˇ ˇ
ˇ ˇ 2
ˇ ˇ
a

El caso general en que α : ra; bs ÝÑ Rn es de variación acotada se sigue al tomar ∆ P Pba


de manera tal que para cada función componente αk de α se tenga
ˇb ˇ
ˇż ˇ
ˇ f d αk ´ spf, ra; bs, ∆, ξ, αk qˇ ă ε .
ˇ ˇ
ˇ ˇ n ‚
ˇ ˇ
a

Dejamos al lector la demostración de los tres teoremas siguientes.


17.4.48. Teorema. Si α, β : ra; bs ÝÑ Rn son funciones de variación acotada y f P
RSα ra; bs X RSβ ra; bs, entonces f P RSα`β ra; bs y además

żb żb żb
f dpα ` βq “ f dα ` f d β.
a a a

17.4.49. Teorema. Si α : ra; bs ÝÑ Rn es una función de variación acotada, f P RSα ra; bs


y r P R, entonces f P RSrα ra; bs y además

żb żb
f d rα “ r f d α.
a a

17.4.50. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ Rn una función de variación acotada y derivable en


un intervalo cerrado ra; bs tal que cada función componente de α1 está en Rra; bs y sea f una
función real acotada en ra; bs. Tenemos que f P RSα ra; bs si y sólo si f α1 P Rra; bs. En el
caso de que f α1 P Rra; bs tenemos que

żb żb
f pxq d αpxq “ f pxqα1 pxq d x.
a a
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 665

k“0 del
17.4.51. Definición. Dados un intervalo cerrado ra; bs y una partición ∆ “ ptk qm
intervalo ra; bs, definimos la norma de la partición ∆ como el número

}∆} :“ máxt|tk ´ tk´1 | : k P t1, 2, . . . , muu.

17.4.52. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ Rn una función de variación acotada y f : ra; bs ÝÑ R


una función continua. Para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que para toda partición ∆ “ ptk qm
k“0
del intervalo ra; bs con la propiedad de que si }∆} ă δ se tiene que
ˇb ˇ
ˇż ÿm ˇ
ˇ ˇ
ˇ f dα ´ f pξk qpαptk q ´ αptk´1 qqˇˇ ă ε,
ˇ
ˇ
a k“1 ˇ

siempre que pξk qm k“1 sea una sucesión finita de números reales tal que tk´1 ĺ ξk ĺ tk , para
todo k P t1, 2, . . . , mu.
Demostración. Supongamos primero que α : ra; bs ÝÑ R es una función no decreciente.
Como f es continua y ra; bs es un conjunto compacto, entonces, del teorema 14.2.16, tenemos
que existe un δ ą 0 tal que si x1 , x2 P ra; bs y además |x1 ´ x2 | ă δ entonces |f px1 q ´ f px2 q| ă
ε
2pαpbq´αpaqq k“0 P Pa es tal que }∆} ă δ y pξk qk“1 es una sucesión
; por lo tanto, si ∆ “ ptk qm b m

finita de números reales que satisface tk´1 ĺ ξk ĺ tk para todo k P t1, 2, . . . , mu, entonces
ε
17.4.53. 0 ĺ s˚ pf, ∆, αq ´ s˚ pf, ∆, αq ĺ ,
2
pero como
m
ÿ
17.4.54. s˚ pf, ∆, αq ĺ f pξk qpαptk q ´ αptk´1 qq ĺ s˚ pf, ∆, αq,
k“1

żb
17.4.55. s˚ pf, ∆, αq ĺ f d α ĺ s˚ pf, ∆, αq,
a

tenemos de 17.4.53, 17.4.54 y 17.4.55 que


ˇb ˇ
ˇż
ÿm ˇ
ˇ ˇ
ˇ f dα ´ f pξk qpαptk q ´ αptk´1 qq ˇ ă ε.
ˇ ˇ
ˇ
a k“1 ˇ

La demostración del teorema para el caso en que n “ 1 y α es una función de variación


acotada se puede hacer descomponiendo a α como αpaq más su variación positiva menos su
variación negativa.
666 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes

El caso general en que α : ra; bs ÝÑ Rn es una función de variación acotada se demuestra


tomando δ ą 0 tal que para cada j-ésima función componente αj se tenga que si }∆} ă δ,
entonces

ˇb ˇ
ˇż m ˇ
ˇ ÿ ˇ ε
ˇ f d αj ´ f pξk qpα j ptk q ´ α j ptk´1 qqˇă . ‚
ˇ ˇ n
ˇ
a k“1 ˇ

17.4.56. Lema. Sean f y γ elementos del conjunto C ra; bs de funciones continuas de ra; bs en
R, donde γ es no decreciente. Sea pfk q8 k“1 una sucesión de funciones en C ra; bs que converge
a f con la métrica del supremo. Sea p∆k q8 k“1 una sucesión de particiones del intervalo ra; bs
mk
tal que }∆k } Ñ 0 cuando k Ñ 8. Sean ptˆ i,k qi“0 “ ∆k ,˙las funcionesˆ de la forma γ˙ i,k :
t ´ ti´1,k t ´ ti´1,k
rti´1,k ; ti,k s ÝÑ R dadas por γi,k ptq “ γpti,k q ` γpti´1,k q 1 ´ y
ti,k ´ ti´1,k ti,k ´ ti´1,k
γk : ra; bs ÝÑ R tal que γk ptq “ γi,k ptq para todo t P rti´1,k ; ti,k s. Entonces

żb żb
lím fk ptq d γk ptq “ f ptq d γptq.
kÑ8
a a

Demostración. Para cada ε ą 0 sea N P N tal que si k ľ N entonces }fk ´ f }8 ă


ε
8pγpbq´γpaqq
, además de que máxt|f pxq ´ f pyq| : x, y P rti´1,k ; ti,k su ă 8pγpbq´pγpaqq
ε
para cada
i P t1, 2, . . . , mk u, y

ˇ ˇ
ˇÿmk żb ˇ ε
ˇ f pti,k qpγpti,k q ´ γpti´1,k qq ´ f ptq d γptqˇ ă ,
ˇ ˇ
ˇi“1 a ˇ 8
17.4. La integral de Riemann-Stieltjes 667

de manera que al observar que cada γk es no decreciente tenemos que


ˇb ˇ ˇb ˇ
ˇż żb ˇ ˇż mk
ÿ ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ fk ptq d γk ptq ´ f ptq d γptqˇ ĺ ˇ fk ptq d γk ptq ´ f pti,k qpγpt i,k q ´ γpti´1,k qqˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ˇ ˇ i“1 ˇ
a a a
ˇ ˇ
ˇ mk żb ˇ
ˇÿ ˇ
` ˇˇ f pti,k qpγpti,k q ´ γpti´1,k qq ´ f ptq d γptqˇˇ
ˇi“1 ˇ
a
ˇ ¨ ˛ˇ
ˇ tżi,k ˇ
mk
‹ˇ ε
ˇÿ ˇ
ppfk psq ´ f pti,k qq ` f pti,k qq d γk psq ´ f pti,k qpγpti,k q ´ γpti´1,k qq‚ˇ `
ˇ ˚
㡠˝
ˇi“1 ˇ 8
ˇ ti´1,k ˇ
ˇ ˇ
ˇ ti,k ˇ
ˇÿmk ż ˇ
pfk psq ´ f pti,k qq d γk psqˇ
ˇ ˇ
ĺˇ
ˇi“1 ˇ
ˇ ti´1,k ˇ
ˇ ¨ ˛ˇ
ˇ tżi,k ˇ
mk
‹ˇ ε
ˇÿ ˇ
f pti,k q d γk psq ´ f pti,k qpγpti,k q ´ γpti´1,k qq‚ˇ `
ˇ ˚
`ˇ ˝
ˇi“1 ˇ 8
ˇ ti´1,k ˇ
ti,k
mk ż
ÿ ε
ĺ d γk psq
i“1
4pγpbq ´ γpaqq
ti´1,k
ˇ ˇ
ˇÿmk ˇ ε
` ˇ pf pti,k qpγk pti,k q ´ γk pti´1,k qq ´ f pti,k qpγpti,k q ´ γpti´1,k qqqˇ `
ˇ ˇ
ˇi“1 ˇ 8
żb
ε ε εpγk pbq ´ γk paqq ε ε ε
“ d γk psq ` “ ` “ ` ă ε,
4pγpbq ´ γpaqq 8 4pγpbq ´ γpaqq 8 4 8
a

teniendo así que para cada ε ą 0 existe un N P N tal que se cumple la desigualdad
ˇb ˇ
ˇż żb ˇ
ˇ ˇ
ˇ fk ptq d γk ptq ´ f ptq d γptqˇ ă ε. ‚
ˇ ˇ
ˇ ˇ
a a

Si en el lema anterior cambiamos la condición de que γ sea no decreciente por la de


que sea de variación acotada se sigue cumpliendo su conclusión. En efecto, podemos ob-
servar que según la forma en que están definidos los γi,k y debido a la observación ˆ 17.3.10
˙
t ´ ti´1,k
tenemos que γi,k “ γpti´1,k q ` ψi,k ´ VNηi,k , donde ψi,k ptq “ VPpγqpti,k q `
ˆ ˙ ti,k ´ t i´1,k
t ´ ti´1,k
VPpγqpti´1,k q 1 ´ y ψk : ra; bs ÝÑ R es tal que ψk ptq “ ψi,k ptq para todo
ti,k ´ ti´1,k ˆ ˙ ˆ ˙
t ´ ti´1,k t ´ ti´1,k
t P rti´1,k ; ti,k s, y ηi,k ptq “ VNpγqpti,k q ` VNpγqpti´1,k q 1 ´ y
ti,k ´ ti´1,k ti,k ´ ti´1,k
668 17.4. La integral de Riemann-Stieltjes

ψk : ra; bs ÝÑ R es tal que ηk ptq “ ηi,k ptq para todo t P rti´1,k ; ti,k s; de tal manera que si defi-
nimos νk ptq :“ γpaq ` ψk ptq ´ ηk ptq, para t P ra; bs la gráfica de νk |rti´1,k ; ti,k s es un segmento
cuyos extremos son los puntos pti´1,k , γpti´1,k qq y pti,k , γpti,k qq y además.

żb żb żb
lím fk ptq d νk ptq “ lím fk ptq d ψk ptq ´ lím fk ptq d ηk ptq
kÑ8 kÑ8 kÑ8
a a a
żb żb żb
“ f ptq d VPpγqptq ´ f ptq d VNpγqptq “ f ptq d γptq.
a a a

Ahora, por definición se puede generalizar aun más el resultado del lema para el caso en
que γ es un camino rectificable en Rn , es decir tenemos el lema siguiente.
17.4.57. Lema. Sean f P C ra; bs y γ : ra; bs ÝÑ Rn un camino rectificable en Rn . Sea
k“1 una sucesión de funciones en C ra; bs que converge a f con la métrica del supremo.
pfk q8
Sea p∆k q8 k“1 una sucesión de particiones del intervalo ra; bs tal que }∆k } Ñ 0 cuando k Ñ 8.
Sean ptˆi,k qm
i“0 “ ∆k˙
k
ˆ de la forma γi,k
, las funciones n
˙ : rti´1,k ; ti,k s ÝÑ R dadas por γi,k ptq “
t ´ ti´1,k t ´ ti´1,k
γpti,k q ` γpti´1,k q 1 ´ y γk : ra; bs ÝÑ Rn tal que γk ptq “ γi,k ptq
ti,k ´ ti´1,k ti,k ´ ti´1,k
para todo t P rti´1,k ; ti,k s. Entonces

żb żb
lím fk ptq d γk ptq “ f ptq d γptq.
kÑ8
a a

Como consecuencia inmediata del lema 17.4.57 tenemos el corolario siguiente.


17.4.58. Corolario. Sean: γ : ra; bs ÝÑ Rn un camino rectificable en Rn ; B Ă Rn un abierto
en el cual está incluida la trayectoria de γ; g : B ÝÑ R una función continua; y γk como en
el lema anterior. Tenemos que
żb żb
lím gpγk ptqq d γk ptq “ gpγptqq d γptq.
kÑ8
a a

Ejercicios.
1. Sea g : R ÝÑ R una función continua, c P pa; bq, F pxq “ 0 para x ă c, y F pxq “ 1 para
żb
x ľ c. Demostrar que gpxq d F pxq “ gpcq.
a

ż2
2. Calcular px4 ` 2x3 ` 6q dpx3 q.
´1
17.5. Desarrollo de Taylor 669

17.5. Desarrollo de Taylor


A continuación estudiaremos una forma de aproximar algunos tipos de funciones por
medio de polinomios. Para tal efecto se hará uso de propiedades de las derivadas y las
integrales.
17.5.1. Teorema de Taylor. Sea a ă x, n P N y f : A ÝÑ R tal que ra; xs Ă A Ă R. Si f
tiene derivada de orden n ` 1 en cada elemento del intervalo ra; xs, entonces
n
ÿ f pkq paq
f pxq “ f paq ` px ´ aqk ` Rn,a pxq,
k“1
k!

donde:

a) existe un t P pa; xq tal que

f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ px ´ tqn px ´ aq;
n!

b) existe un t P pa; xq tal que

f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ px ´ tqn`1 ;
pn ` 1q!

c) si además f pn`1q es integrable en ra; xs, entonces

żx
f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ px ´ tqn d t.
n!
a

Demostración. Definamos para todo t P ra; xs el número Rn,t pxq como


n
ÿ f pkq ptq
Rn,t pxq :“ f pxq ´ f ptq ´ px ´ tqk .
k“1
k!

Definamos la función S : ra; xs ÝÑ R por Sptq :“ Rn,t pxq para tener


n
ÿ f pkq ptq
17.5.2. f pxq “ f ptq ` px ´ tqk ` Sptq,
k“1
k!

para todo t P ra; xs. Dejemos por el momento fijo el valor de x y definamos la función
g : ra; xs ÝÑ R como
n
ÿ f pkq ptq
gptq :“ f ptq ` px ´ tqk ` Sptq
k“1
k!
670 17.5. Desarrollo de Taylor

para obtener de 17.5.2 que gptq “ f pxq y así g 1 ptq “ 0 para todo t. Tomemos ahora hk ptq :“
f pkq ptq
k!
px ´ tqk para obtener

f pkq ptq f pk`1q ptq


h1k ptq “ ´ kpx ´ tqk´1 ` px ´ tqk .
k! k!
Aplicando esta última fórmula a cada uno de los términos de 17.5.2, obtenemos
n ˆ ˙
1
ÿ f pkq ptq k´1 f pk`1q ptq k
0 “ f ptq ` ´ kpx ´ tq ` px ´ tq ` S 1 ptq
k“1
k! k!
f pn`1q ptq
“ px ´ tqn ` S 1 ptq,
n!
es decir

f pn`1q ptq
17.5.3. S 1 ptq “ ´ px ´ tqn .
n!
Apliquemos ahora el teorema del valor medio para derivadas 10.13.3 a la función S en el
intervalo ra; xs para obtener

Spxq ´ Spaq f pn`1q ptq


17.5.4. 1
“ S ptq “ ´ px ´ tqn ,
x´a n!

para algún t P pa; xq. Recordando que Sptq “ Rn,t pxq, podemos observar que Spxq “
Rn,x pxq “ 0 y que Spaq “ Rn,a pxq, para obtener de 17.5.4 que

0 ´ Rn,a pxq f pn`1q ptq


“´ px ´ tqn ,
x´a n!

es decir
f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ px ´ tqn px ´ aq,
n!
teniendo así demostrado el inciso a) del teorema.
Para deducir el inciso b) del teorema tomemos mptq :“ px ´ tqn`1 y apliquemos el teorema
del valor medio de Cauchy 10.14.2 a las funciones S y m de manera que veamos que existe
un t P pa; xq tal que
pn`1q
Rn,a pxq Spxq ´ Spaq S 1 ptq ´ f n! ptq px ´ tqn f pn`1q ptq
“ “ “ “ ,
px ´ aqn`1 mpxq ´ mpaq m1 ptq ´pn ` 1qpx ´ tqn pn ` 1q!

es decir
f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ px ´ aqn`1 ,
pn ` 1q!
teniendo así demostrada la parte b) del teorema.
17.5. Desarrollo de Taylor 671

Finalmente, usando la ecuación 17.5.3, tenemos que si f pn`1q es integrable en ra; xs, en-
tonces
żx żx
f pn`1q ptq
Rn,a pxq “ ´pSpxq ´ Spaqq “ ´ S 1 ptq d t “ ´ ´ px ´ tqn d t
n!
a a
żx
f pn`1q ptq
“ px ´ tqn d t,
n!
a

con lo que queda demostrado el inciso c) y así el teorema. ‚


17.5.5. Observación. El teorema de Taylor puede ser dado para el caso en que x ă a
cambiando la hipótesis de que ra; xs Ă A Ă R por rx; as Ă A Ă R, pidiendo en los incisos a)
y b) que t esté en px; aq, mientras que en c) se debe exigir que f pn`1q sea integrable en rx; as.
Apliquemos el teorema de Taylor a las funciones sen y cos tomando a “ 0 y x ą 0.
Tenemos que senp0q “ 0, cosp0q “ 1, sen1 ptq “ cosptq, sen2 ptq “ ´ senptq, sen3 ptq “ ´ cosptq,
senp4q ptq “ senptq, cos1 ptq “ ´ senptq, cos2 ptq “ ´ cosptq, cos3 ptq “ senptq y cosp4q ptq “ cosptq,
de lo cual podemos concluir que
n żx
ÿ x2k`1 senp2n`2q ptq
17.5.6. senpxq “ p´1qk ` px ´ tq2n`1 d t
k“0
p2k ` 1q! p2n ` 1q!
0

y
n żx
ÿ x2k cosp2n`1q ptq
17.5.7. cospxq “ p´1qk ` px ´ tq2n d t.
k“0
p2kq! p2nq!
0

Ahora, tenemos que para todo número real t, | cosp2n`1q ptq| ĺ 1, por lo que
ˇx ˇ
ˇż ˇ ˆ 2 ˙n ˆ ˙n
ˇ cos p2n`1q
ptq 2n
ˇ x2n`1 x2n x 1
ˇ px ´ tq d tˇ ĺ
ˇ ĺ nx“ xă x,
ˇ
ˇ p2nq! ˇ p2nq! n n 2
0

para n suficientemente grande, de manera que


żx
cosp2n`1q ptq
17.5.8. lím px ´ tq2n d t “ 0.
nÑ8 p2nq!
0

Ahora, de 17.5.7 y 17.5.8 tenemos la siguiente fórmula para x ľ 0


8
ÿ x2k
17.5.9. cospxq “ p´1qk
k“0
p2kq!

y usando 17.5.6 se puede demostrar de manera similar que para x ľ 0


8
ÿ x2k`1 k
17.5.10. senpxq “ p´1q .
k“0
p2k ` 1q!
672 17.5. Desarrollo de Taylor

Si x ă 0 tenemos de las propiedades de la función cos y de 17.5.9 que


8 2k 8
ÿ
k p´xq
ÿ x2k
cospxq “ cosp´xq “ p´1q “ p´1qk
k“0
p2kq! k“0
p2kq!

y de 17.5.10 tenemos
8 2k`1 8
ÿ
k p´xq x2k`1 ÿ
k
senpxq “ ´ senp´xq “ ´ p´1q “ p´1q ,
k“0
p2k ` 1q! k“0 p2k ` 1q!

por lo que las ecuaciones 17.5.9 y 17.5.10 se cumplen para todo número real x, es decir
tenemos el siguiente teorema.
17.5.11. Teorema. Para todo número real x se tiene que
8
ÿ x2k
cospxq “ p´1qk
k“0
p2kq!

y
8
ÿ x2k`1
senpxq “ p´1qk .
k“0
p2k ` 1q!

Ejercicios.

1. Usar el desarrollo de Taylor de la función cos para dar el valor de cosp3q con un error
de aproximación menor de una milésima.

2. Calcular lnp4q con un error de aproximación menor de una milésima.


17.6. Integrales impropias 673

17.6. Integrales impropias


A continuación se definirán los diferentes tipos de integrales impropias.
17.6.1. Definiciones. Sea a ă c y f una función que es Riemann-Stieltjes integrable con
respecto a una función α en cualquier intervalo rx; cs con a ă x ă c. Si la función f no es
Riemann-Stieltjes integrable con respecto a α en ra; cs, pero el límite
żc
lím f ptq d αptq
xÑa`
x

existe, a tal límite se le llama integral impropia (del primer tipo) y se le denota por
żc
f ptq d αptq.
a

Similarmente, en caso de que c ă b y f sea una función Riemann-Stieltjes integrable con


respecto a α en rc; xs siempre que c ă x ă b, pero no lo sea en rc; bs y el límite
żx
lím f ptq d αptq
xÑb´
c

existe, a tal límite se le llama integral impropia (del segundo tipo) y se le denota por
żc
f ptq d αptq.
a

En caso de que a ă b y siempre que a ă x ă y ă b la función f sea Riemann-Stieltjes


integrable en rx; ys con respecto a α, pero no lo sea en ra; ys ni en rx; bs, y las integrales
impropias
ży żb
f ptq d αptq e f ptq d αptq
a x

sí existan, entonces la integral impropia (del tercer tipo), denotada por

żb
f ptq d αptq,
a

se define como
żb
lím f ptq d αptq,
xÑa`
x

siempre que este último límite exista.


674 17.6. Integrales impropias

En caso de que c P R y para todo x ą c la función f sea Riemann-Stieltjes integrable con


respecto a α en rc; xs y además el límite
żx
lím f ptq d αptq
xÑ`8
c

exista, a tal límite se le denota por


`8
ż
f ptq d αptq
c

y se le llama integral impropia (del cuarto tipo).


Cuando c P R y para todo x ă c la función f sea Riemann-Stieltjes integrable con respecto
a α en rx; cs y el límite
żc
lím f ptq d αptq
xÑ´8
x
exista, a tal límite se le denota por
żc
f ptq d αptq
´8

y se le llama integral impropia (del quinto tipo).


Cuando para todo x P R y todo y P R tales que x ă y la función f sea Riemann-Stieltjes
integrable en rx; ys con respecto a α; las integrales impropias
`8
ż ży
f ptq d αptq e f ptq d αptq
x ´8

existan, y exista el límite


`8
ż
lím f ptq d αptq,
xÑ´8
x

entonces a tal límite se le llama integral impropia (del sexto tipo) y se le denota por
`8
ż
f ptq d αptq.
´8

En caso de que c P R y para todo x ą c y todo y ą x la función f sea Riemann-Stieltjes


integrable con respecto a α en rx; ys, pero no lo sea en rc; ys, sin embargo el doble límite
ży
lím lím f ptq d αptq
xÑc` yÑ`8
x
17.6. Integrales impropias 675

exista; a tal límite se le llama integral impropia (del séptimo tipo) y se le denota por
`8
ż
f ptq d αptq.
c

En caso de que c P R y para todo x ă c y todo y ă x la función f sea Riemann-Stieltjes


integrable con respecto a α en ry; xs, pero no lo sea en ry; cs, sin embargo el doble límite
żx
lím lím f ptq d αptq
xÑc´ yÑ´8
y

exista; a tal límite se le llama integral impropia (del octavo tipo) y se le denota por
żc
f ptq d αptq.
´8

El término integral impropia significará integral impropia ya sea del primero, segundo,
tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo u octavo tipo.
17.6.2. Criterio de convergencia de la integral. Sea pak q8 k“1 una sucesión no creciente
de números reales positivos tale que existe una función no creciente f : r1; `8q ÝÑ R con la
8
ř
propiedad de que f pkq “ ak para todo k P N. La serie ak converge a un número real si y
k“1
sólo si la integral impropia
`8
ż
f ptq d t
1

existe y es un número real; tenemos además que


`8
8
ÿ ż
ak “ `8 ðñ f ptq d t “ `8.
k“1 1

Demostración. El teorema se sigue del hecho de que


k`1
ż
ak ľ f ptq d t ľ ak`1 ,
k

del criterio de comparación de series 8.7.11 y del hecho de que


`8 k`1
ż 8 ż
ÿ
f ptq d t “ f ptq d t. ‚
1 k“1
k
676 17.6. Integrales impropias

8 `8
17.6.3. Ejemplo. Sabemos que “ `8, por lo que d x “ `8, en efecto
ř 1
ş 1
n x
n“1 1

`8
ż żs
1 1
d x “ lím d x “ lím lnpsq “ `8.
x sÑ`8 x sÑ`8
1 1

8 `8
17.6.4. Ejemplo. Si 0 ă r ă 1, entonces tenemos que , de manera que
ř 1
ş
rk “ 1´r
rx d x
k“1 1
es un número real positivo, en efecto
`8 żs
rs ´ r
ż
´r
r d x “ lím
x
rx d x “ lím “ .
sÑ`8 sÑ`8 lnprq lnprq
1 1
17.7. La función gamma 677

17.7. La función gamma


Una función muy importante en las matemáticas es la dada a continuación.
17.7.1. Notación. Denotaremos por Γpxq a la siguiente integral impropia
`8
ż
Γpxq :“ e´t tx´1 d t.
0

17.7.2. Definición. A la función Γ dada en la notación 17.7.1 y cuyo dominio es el conjunto


de todos los valores de x para los cuales la integral impropia dada en esa notación exista, se
le llama función gamma.
17.7.3. Lema. Γp1q “ 1.
Demostración. Tenemos por definición que
`8
ż żs
Γp1q “ e ´t 1´1
t d t “ lím e´t d t “ lím pp´ e´s q ´ p´ e´0 qq “ 1. ‚
sÑ`8 sÑ`8
0 0

17.7.4. Teorema. Si x ą 0, entonces Γpxq existe, es un número positivo, y además

Γpx ` 1q “ xΓpxq.

Demostración. Veamos primero que Γpxq existe en el caso en que 0 ă x ĺ 1. En ese


caso tenemos que si s ą t, entonces e´s sx´1 ă e´t tx´1 , de manera que al usar el criterio
8
de convergencia de la integral 17.6.2 vemos que Γpxq existe si la serie e´n nx´1 converge,
ř
n“1
pero esa serie converge debido al criterio de comparación de series 8.7.11 y al de que la serie
8
geométrica e´n es convergente.
ř
n“1
Supongamos ahora que K es un entero positivo y que para todo x P pK ´ 1; Ks tenemos
que Γpxq existe. Si x P pN ; N ` 1s y tomamos y “ x ´ 1 P pN ´ 1; N s tenemos que al integrar
por partes tenemos que
`8
ż żs
Γpxq “ Γpy ` 1q “ e´t ty d t “ lím e´t ty d t
sÑ`8
0 0
¨ ˛
żs
“ lím ˝pp´ e´s qsy q ´ pp´ e´0 q0y q ´ p´ e´t qyty´1 d t‚
sÑ`8
0
`8
ż
“ y e´t ty´1 d t “ yΓpyq,
0
678 17.7. La función gamma

pero como todo x ą 0 está en algún intervalo p0; ks, para algún k P N, tenemos entonces que
Γpxq existe, obviamente es positivo, y además Γpx ` 1q “ xΓpxq. ‚
Del lema 17.7.3 y del teorema 17.7.4 se sigue el corolario siguiente.
17.7.5. Corolario. Si n P N Y t0u entonces n! “ Γpn ` 1q.
Capítulo 18

FUNCIONES DE VARIAS VARIABLES

18.1. Integración sobre caminos

18.1.1. Definiciones y notaciones. Sea Γ la trayectoria de un camino rectificable γ :


ra; bs ÝÑ Rn tal que para todo t P ra; bs se tiene que γptq “ pγ1 ptq, γ2 ptq, . . . , γn ptqq. Si
A Ă Rn y f : A ÝÑ R decimos que f es un campo escalar en A, y si además A es un
conjunto tal que Γ Ă A Ă Rn y f ˝ γ es Riemann-Stieltjes integrable en ra; bs con respecto a
cada γk (para k P t1, 2, . . . , nu), definimos la integral de línea de f sobre el camino γ (o
a lo largo del camino γ) como
¨b ˛
ż ż żb żb
f p~xq d ~x :“ ˝ f pγptqq d γ1 ptq, f pγptqq d γ2 ptq, f pγptqq d γn ptq‚,
γ a a a

es decir
ż żb
f p~xq d ~x “ f pγptqq d γptq,
γ a

la cual también se denota como ż


f.
γ

Cuando F~ : A ÝÑ Rn es tal que F~ p~xq “ pF1 p~xq, F2 p~xq, . . . , Fn p~xqq, decimos que F~ es un
campo vectorial en A y definimos la integral de línea de F~ sobre el camino γ (o a lo
largo del camino γ) como
ż
F~ p~xq ¨ d ~x
γ
żb żb żb
:“ F1 pγptqq d γ1 ptq ` F2 pγptqq d γ2 ptq ` ¨ ¨ ¨ ` Fn pγptqq d γn ptq,
a a a

679
680 18.1. Integración sobre caminos

lo cual también denotaremos como


ż ÿn
Fk px1 , x2 , . . . , xn q d xk
γ k“1

o como n
ż ÿ
Fk d prk .
γ k“1

Tenemos así que


ż żb
f px1 , x2 , . . . , xn q d xi :“ f ˝ γ d γi
γ a

y se llama integral de línea de f sobre el camino γ con respecto a xi (o con respecto


a la i-ésima componente).
En la definición anterior, cuando n “ 3 y F~ p~xq representa al vector de fuerza en el punto
~x, entonces la integral de línea de F~ a lo largo de γ representa el trabajo de mover un objeto
a través de la trayectoria Γ desde el punto γpaq hasta el punto γpbq (siguiendo el camino γ).
Veamos algunos ejemplos de campos escalares y vectoriales que pueden representar con-
ceptos físicos.
18.1.2. Ejemplo. Si T px, y, z, tq es la temperatura en un punto px, y, zq del espacio en el
tiempos t, la función T : R4 ÝÑ R es un campo escalar.
18.1.3. Ejemplo. Dado un punto px, y, zq del espacio, si gpx, y, zq representa la densidad de
carga eléctrica en ese punto, entonces g : R3 ÝÑ R es un campo escalar.
18.1.4. Ejemplo. Según la ley de Newton de la gravitación universal que la fuerza de atrac-
ción entre dos partículas actúa para cada partícula en dirección de la otra y es proporcional
al producto de las masas de cada partícula y es inversamente proporcional al cuadrado de la
distancia entre las partículas. Tenemos así que si una partícula tiene masa M y establecemos
nuestro sistema de referencia de tal manera que la consideramos posicionada en el origen
0 “ p0, 0, 0q y la otra partícula tiene masa m y de acuerdo a ese sistema de referencia está
posicionada en el punto P “ px, y, zq, entonces la fuerza ejercida sobre el punto P será igual
a G Mr2m u, donde M es la constante de proporcionalidad, r es la distancia entre las dos partí-
culas y u es el vector unitario que tiene la misma dirección que el vector 0 ´ P “ ´px, y, zq,
debido a que la fuerza ejercida
a sobre la partícula en P actúa en dirección hacia 0. Tenemos
así que r “ |0 ´ P | “ x ` y 2 ` z 2 y u “ ? 2 1 2 2 px, y, zq, de donde se deduce que
2
x `y `z
si F : R3 ÝÑ R3 es el campo vectorial de fuerza ejercida sobre la partícula con masa m,
entonces
Mm
F px, y, zq “ ´G px, y, zq.
|px, y, zq|3

18.1.5. Ejemplo. Supongamos que un disco de radio ρ gira alrededor de su centro con
velocidad angular constante ω, mateniéndose el disco en un mismo plano. Tomemos nuestro
sistema de referencia de tal manera que el punto 0 “ p0, 0, 0q sea el centro del disco y los
18.1. Integración sobre caminos 681

puntos del disco tienen tercera coordenada 0, es decir los puntos del disco están en el conjunto
U “ tpx, y, 0q P R3 : x2 ` y 2 ĺ ρ2 u, de manera que la velocidad de una partícula en el punto
punto P “ px, y, 0q de U está dada por ω k̂ ˆ P , donde k̂ “ p0, 0, 1q. Tenemos pues que si
vpP q es la velocidad de la partícula en el punto P P U , entonces v : U ÝÑ R3 es el campo
vectorial de velocidad dado por
vpP q “ ω k̂ ˆ P.

18.1.6. Observación. Si γ : ra; bs ÝÑ Rn es un camino rectificable y ϕ : rc; ds ÝÑ ra; bs es


una función no decreciente y continua cuyo recorrido es ra; bs entonces γ ˝ ϕ : rc; ds ÝÑ Rn
es un camino con la misma trayectoria que γ. Más aún, γ ˝ ϕ es rectificable puesto que si
c “ s0 ă s1 ă ¨ ¨ ¨ ă sn “ d, entonces a “ ϕps0 q ĺ ϕps1 q ĺ ¨ ¨ ¨ ĺ ϕpsn q “ b, por lo cual
n
ÿ
|γpϕpsk qq ´ γpϕpsk´1 qq| ĺ VTpγqpbq,
k“1

de donde tenemos que VTpγ ˝ ϕqpdq ĺ VTpγqpbq ă `8. Tenemos así, que si f es continua
en el recorrido de γ (o más
ş generalmente si f ˝ γ es Riemann-Stieltjes integrable en ra; bs con
respecto a γ) entonces f está bien definida.
γ˝ϕ

18.1.7. Teorema. Si γ : ra; bs ÝÑ Rn es un camino rectificable con trayectoria Γ ; ϕ :


rc; ds ÝÑ ra; bs es una función continua y no decreciente tal que ϕpcq “ a y ϕpdq “ b, y
f : B ÝÑ R es una función continua (con Γ Ă B Ă Rn ), entonces
ż ż
f“ f.
γ γ˝ϕ

Demostración. Sea ε ą 0; del hecho de que la composición de dos funciones continuas es


una función continua y del teorema 17.4.52 podemos tomar δ1 ą 0 tal que si ps0 , s1 , . . . , sm q P
Pdc con sk ´ sk´1 ă δ1 y sk´1 ĺ σk ĺ sk tengamos
ˇ ˇ
ˇż m ˇ
ˇ ÿ ˇ ε
18.1.8. ˇ f´ f pγ ˝ ϕpσk qqpγ ˝ ϕps k q ´ γ ˝ ϕps k´1 qqˇă .
ˇ ˇ 2
ˇ
γ˝ϕ k“1 ˇ

Similarmente tomemos δ2 ą 0 tal que si pt0 , t1 , . . . , tm q P Pba con tk ´tk´1 ă δ2 y tk´1 ĺ τk ĺ tk ,


entonces
ˇ ˇ
ˇż m ˇ
ˇ ÿ ˇ ε
18.1.9. ˇ f´ f pγpτk qqpγptk q ´ γptk´1 qqˇˇ ă .
ˇ 2
ˇ
ˇ k“1 γ

Ahora, ϕ es uniformemente continua en rc; ds, por lo que existe un δ ą 0, que podemos tomarlo
de manera tal que δ ă δ1 y con la propiedad de que si |s ´ s1 | ă δ entonces |ϕpsq ´ ϕps1 q| ă δ2 .
Así, si ps0 , s1 , . . . , sm q P Pdc con sk ´ sk´1 ă δ ă δ1 y tk “ ϕpsk q, entonces pt0 , t1 , . . . , tm q P Pba
con tk ´ tk´1 ă δ2 . Si tomamos sk´1 ă σk ă sk y τk “ ϕpσk q entonces se satisfacen las
682 18.1. Integración sobre caminos

desigualdades 18.1.8 y 18.1.9, donde las sumas que se están restando dentro de las barras de
valor absoluto son iguales, concluyendo así que
ˇ ˇ
ˇż ż ˇ
ˇ ˇ
ˇ f´ f ˇ ă ε.
ˇ ˇ
ˇ ˇ
γ γ˝ϕ

Como ε ą 0 es arbitrario el teorema queda demostrado. ‚


Recordemos que dos caminos γ : ra; bs ÝÑ Rn y η : rc; ds ÝÑ Rn son equivalentes si
existe una función continua y estrictamente creciente ϕ : rc; ds ÝÑ ra; bs tal que ϕpcq “ a,
ϕpdq “ b y η “ γ ˝ ϕ. Recordemos también la definición de suma de caminos o concatenación
de caminos (16.1.9).
Del teorema 18.1.7 se tiene inmediatamente el corolario siguiente.
18.1.10. Corolario. Si γ : ra; bs ÝÑ Rn y η : rc; ds ÝÑ Rn son dos caminos rectificables
equivalentes con trayectoria Γ , y f : B ÝÑ R es una función continua (con Γ Ă B Ă Rn ),
entonces ż ż
f “ f.
γ η

Del teorema 18.1.7 y del teorema 17.4.34 se deduce el siguiente teorema.


18.1.11. Teorema. Sean γ1 : r0; 1s ÝÑ Rn y γ2 : r0; 1s ÝÑ Rn dos caminos rectificables
tales que γ1 p1q “ γ2 p0q; sean además Γ la trayectoria de γ1 ö̀ γ2 y f : B ÝÑ R es una función
continua (con Γ Ă B Ă Rn ). Tenemos la siguiente fórmula
ż ż ż
f “ f ` f.
γ1 ö̀γ2 γ1 γ2

El teorema siguiente da condiciones para las cuales la integral de una función a lo largo
de una trayectoria puede ser aproximada por la integral de esa misma función a lo largo de
una poligonal.
18.1.12. Teorema. Sea A Ă Rn un conjunto abierto, f : A ÝÑ R continua, γ : ra; bs ÝÑ Rn
un camino rectificable simple con extremos (no constante). Para todo ε ą 0 existe una
poligonal con extremos γpaq y γpbq, cuyos vértices están en la trayectoria de γ, con una
parametrización η : ra, bs ÝÑ Rn ; tal que ηpaq “ γpaq, ηpbq “ γpbq, ηrra; bss Ă A y
ˇ ˇ
ˇż ż ˇ
ˇ ˇ
ˇ f ´ f ˇ ă ε.
ˇ ˇ
ˇ ˇ
γ η

Demostración. Sea Γ la trayectoria de γ. Tomemos ε ą 0. Observemos que debido a


que Γ es un conjunto compacto podemos tomar una cubierta abierta finita de Γ compuesta
digamos por bolas V1 , V2 , . . . , Vr cuyas cerraduras estén incluidas en A, de tal manera que
18.1. Integración sobre caminos 683

˝
C :“ rk“1 Vk Ă A, donde C es compacto y su interior C incluye a Γ . Como C es compacto
Ť
entonces f |C (la restricción de f a C) es absolutamente continua, de manera que existe un
δ ą 0 tal que si x, y P C y |x ´ y| ă δ, entonces |f pxq ´ f pyq| ă 3`pΓ ε
q
. Así mismo, como
γ es continua y ra; bs es compacto, entonces γ es absolutamente continua, de manera que si
tomamos una partición pt0 , t1 , . . . , tm q del intervalo ra; bs con norma suficientemente pequeña
como para que |γptq ´ γpsq| ă 2δ siempre que t, s P rtk´1 ; tk s, para todo k P t1, 2, . . . , mu.
Tomemos para cada k P t1, 2, . . . , mu el segmento Sk Ă Rn con extremos γptk´1 q y γptk q
y sea ηk una parametrización simple de Sk tal que ηk ptk´1 q “ γptk´1 q y ηk ptk q “ γptk q.
Observemos que si para cada k P t1, 2, . . . , mu y cada t P rtk´1 ; tk s tomamos ηptq :“ ηk ptq,
entonces η : ra; bs ÝÑ Rn está bien definida; denotemos por H a la trayectoria de η. Veamos
que una adecuada función η satisface las condiciones del teorema. En efecto, del teorema
17.4.52, existe un δ 1 ą 0 tal que si ps0 , s1 , . . . , sq q es una partición de ra; bs con norma menor
que δ 1 , entonces
ˇ ˇ
ˇż q ˇ
ˇ ÿ ˇ ε
18.1.13. ˇ f´ f pγpξk qqpγpsk q ´ γpsk´1 qqˇˇ ă
ˇ 3
ˇ
ˇ
γ k“1

y
ˇ ˇ
ˇż q ˇ
ˇ ÿ ˇ ε
18.1.14. ˇ f´ f pηpξk qqpηpsk q ´ ηpsk´1 qqˇˇ ă ,
ˇ 3
ˇ
ˇ
η k“1

para toda sucesión finita pξk qqk“1 de números reales tales que sk´1 ĺ ξk ĺ sk , para todo
k P t1, 2, . . . , qu. Ahora, la partición ptk qm k“0 puede ser tomada de tal manera que tenga las
propiedades de la partición psk qqk“0 , de tal suerte que
ˇ ˇ
ˇÿm ÿm ˇ
f γpt f ηpt
ˇ ˇ
ˇ pγpξ k qqpγptk q ´ k´1 qq ´ pηpξ k qqpηptk q ´ qq
k´1 ˇ
ˇk“1 k“1
ˇ
ˇ ˇ
ˇÿm m
ÿ ˇ
“ ˇ f pγpξk qqpηptk q ´ ηptk´1 qq ´ f pηpξk qqpηptk q ´ ηptk´1 qqˇ
ˇ ˇ
ˇk“1 ˇ
18.1.15. m
k“1
ÿ
ĺ |f pγpξk qq ´ f pηpξk qq||ηptk q ´ ηptk´1 q|
k“1
m
ε ÿ ε ε
ĺ |ηptk q ´ ηptk´1 q| “ `pHq ĺ .
3`pΓ q k“1 3`pΓ q 3
De las desigualdades 18.1.13, 18.1.14 y 18.1.15, y de la desigualdad del triángulo obtenemos
ˇ ˇ
ˇż ż ˇ
ˇ ˇ
ˇ f ´ f ˇ ă ε. ‚
ˇ ˇ
ˇ ˇ
γ η

18.1.16. Definiciones. Si H es una curva y η es una camino en Rn que pertenece a la clase


de equivalencia de caminos H, entonces el símbolo
ż

H
684 18.1. Integración sobre caminos

denotará o podrá sustituir al símbolo , el cual se llamará integral a través de H.


ş
η
Si Γ Ă Rn es una trayectoria cerrada simple y γ es una parametrización simple de Γ en
sentido contrario a las manecillas del reloj, entonces el símbolo
ż
ö
Γ

denotará o podrá sustituir al símbolo , el cual se llamará integral a través de Γ en


ş
γ
sentido contrario a las manecillas del reloj. Así mismo, el símbolo
ż
œ
Γ

denotará o podrá sustituir al símbolo , el cual se llamará integral a través de Γ en


ş
ö́γ
sentido de las manecillas del reloj.
18.1.17. Observación. De los teoremas 18.1.7 y 18.1.11, y del corolario 18.1.10 podemos
ver que las definiciones anteriores no dependen de la elección de los caminos γ ó η, siempre
y cuando cumplan con las condiciones dadas. Tenemos además que si f es una función real
que es continua en el recorrido de γ, entonces
ż ż
18.1.18. œf p~xq d ~x “ ´ ö f p~xq d ~x,
Γ Γ

mientras que si es continua en el recorrido de η, entonces


ż ż
18.1.19. f p~xq d ~x “ ´ f p~xq d ~x.
´H H

De las ecuaciones 18.1.18 y 18.1.19 se deducen inmediatamente las ecuaciones


ż ż
18.1.20. œf p~xq d xi “ ´ ö f p~xq d xi
Γ Γ

y
ż ż
18.1.21. f p~xq d xi “ ´ f p~xq d xi .
´H H

ż ¿
18.1.22. Notación. El símbolo ö podrá ser sustituido algunas veces por el símbolo .

18.1.23. Definición. Supongamos que γ : ra; bs ÝÑ Rn es un camino en Rn ; B Ă Rn es


un conjunto abierto en el cual está incluida la trayectoria de γ; g : B ÝÑ R es una función
18.1. Integración sobre caminos 685

continua; p∆k q8 k“1 es una sucesión de particiones del intervalo ra; bs tal que }∆k } Ñ 0 cuando
k Ñ 8; para pti,k qm i“0ˆ“ ∆k , tomemos
k
˙ las funciones
ˆ de la forma ˙ γi,k : rti´1,k ; ti,k s ÝÑ R dadas
t ´ ti´1,k t ´ ti´1,k
por γi,k ptq “ γpti,k q ` γpti´1,k q 1 ´ y γk : ra; bs ÝÑ R tal que
ti,k ´ ti´1,k ti,k ´ ti´1,k
γk ptq “ γi,k ptq para todo t P rti´1,k ; ti,k s. Cuando

żb
lím gpγk ptqq d γk ptq
kÑ8
a

existe y su valor no depende de la elección de p∆k q8 k“1 siempre que satisfaga las propiedades
exigidas, entonces a tal límite le llamamos integral de g sobre γ y se denota como
ż
gp~xq d ~x.
γ

Observemos que debido al corolario 17.4.58 la definición anterior es consistente con la ya


dada para el caso en que γ es un camino rectificable. ş
Se define además para cada i P Jm el valor de gpx1 , x2 , . . . , xn q d xi como la i-ésima
γ
componente de f p~xq d ~x y los demás tipos de integrales son como los dados en las definiciones
ş
γ
18.1.16.
18.1.24. Observación. Las fórmulas dadas en el corolario 18.1.10 y en los teoremas 18.1.11
y 18.1.12 pueden ser generalizadas para el caso en que los caminos descritos ahí no necesa-
riamente sean rectificables, siempre que las integrales estén bien definidas.
686 18.2. Derivadas de funciones de varias variables

18.2. Derivadas de funciones de varias variables

Hemos definido ya el concepto de derivada de una función de la forma f : E ÝÑ R para


algunos conjuntos adecuados E Ă R. Quisiéramos generalizar de alguna manera el concepto
de derivada de una función f : E ÝÑ R en el caso en que E Ă Rn , con n ą 1. Observemos
que en el caso en que E Ă Rn , la expresión

f p~x ` ~hq ´ f p~xq


lím
~hÑ0 ~h

carece de sentido, pues ~h P Rn y no tiene sentido dividir un número real entre un elemento
de Rn (al menos en lo que tenemos definido hasta el momento).
Recordemos que LpRn , Rm q es el conjunto de funciones lineales de Rn en Rm , donde los
escalares son los números reales, y observemos que cada elementos T P LpR, Rq es tal que
T pxq “ αx para algún único α P R y para todo x P R. Recíprocamente, para cada número
real α existe una única transformación lineal λα : R ÝÑ R, de manera que al número α lo
xÞÑαx
podemos identificar con la función lineal λα . Tenemos pues que si E Ă R y f : E ÝÑ R,
entonces
f pa ` hq ´ f paq
lím “α
hÑ0 h
ðñ
pf pa ` hq ´ f paqq ´ αh
lím “0
hÑ0 h
ðñ
pf pa ` hq ´ f paqq ´ λα phq
lím “0
hÑ0 h
ðñ
|pf pa ` hq ´ f paqq ´ λα phq|
lím “ 0.
hÑ0 |h|
Así, el hecho de que f sea derivable y que la derivada sea α implica que existe una única
función lineal λα : E ÝÑ R tal que

|pf pa ` hq ´ f paqq ´ λα phq|


18.2.1. lím “ 0.
hÑ0 |h|

Con respecto a la ecuación 18.2.1, la cantidad λα|h|phq (la cual es igual a f 1 paq cuando h ą 0
y a ´f 1 paq cuando h ă 0) representa la tasa de crecimiento de la gráfica de f en el punto
pa, f paqq, cuando hacemos variar a en dirección de h.
Supongamos ahora que n es un número natural mayor que 1, E Ă Rn , ~a P E, V es una
vecindad de ~a incluida en E, f : E ÝÑ R y que existe una función lineal λ : Rn ÝÑ R tal
que se satisface la siguiente ecuación

|pf p~a ` ~hq ´ f p~aqq ´ λp~hq|


18.2.2. lím “ 0.
~hÑ0 |~h|
18.2. Derivadas de funciones de varias variables 687

~
En las condiciones de la ecuación 18.2.2, la cantidad λp|~h|hq también representa la tasa de
crecimiento de la gráfica de f en el punto p~a, f p~aqq, cuando hacemos variar ~a en dirección de
~h, con la observación de que ahora ~a, ~h P Rn .
18.2.3. Definiciones. Bajo las condiciones dadas en la ecuación 18.2.2, a la función lineal
λ se le llama la derivada total de la función f en el punto ~a, mientras que a la expresión
λphq se le llama diferencial de f en el punto ~a. A la derivada total de f en ~a la denotaremos
por D f p~aq, es decir en la ecuación 18.2.2 tenemos que D f p~aq “ λ. Cuando la derivada total
de f en un punto ~a existe, decimos que f es derivable o diferenciable en ~a. A la derivada
total de f en ~a también se le denota como f 1 p~aq.
18.2.4. Observación. Observemos que la notación D f p~aq representa la derivada de f en
~a, la cual es una función lineal de Rn en R, de manera que D f p~aqp~hq representa la derivada
total de f en ~a evaluada en ~h, el cual es un número real. Así mismo, la expresión D f es una
función que a cada elemento de Rn en el cual f es derivable le asigna una función lineal de
Rn en R.
18.2.5. Observación. Observemos que cualquier función lineal λ : Rn ÝÑ R está carac-
terizada por un único vector α
~ “ pα1 , α2 , . . . , αn q P Rn tal que para todo ~v P Rn se tiene

18.2.6. λp~v q “ α ~ t.
~ ¨ ~v “ ~v α

18.2.7. Teorema. Sea E Ă Rn , ~a P E y f : E ÝÑ R una función derivable en ~a. La derivada


de f en ~a es única.
Demostración. Supongamos que tanto λ como µ son derivadas de f en ~a. Tenemos de la
desigualdad del triángulo y de la definición de derivada total que
|µp~hq ´ λp~hq|
lím
~hÑ0 |~h|
|pf p~a ` ~hq ´ f p~aq ´ λp~hqq ´ pf p~a ` ~hq ´ f p~aq ´ µp~hqq|
“ lím
~hÑ0 |~h|
|f p~a ` ~hq ´ f p~aq ´ λp~hq| |f p~a ` ~hq ´ f p~aq ´ µp~hq|
ĺ lím ` lím “ 0,
~hÑ0 |~h| ~hÑ0 |~h|
~ ~
por lo que lím |µphq´λp
|~h|
hq|
“ 0. Ahora, observemos que si ~h P Rn es un vector fijo diferente de
~hÑ0

cero, entonces |t~h| Ñ 0 cuando t Ñ 0 (donde t varía en el conjunto de los números reales),
por lo que tenemos que
|µpt~hq ´ λpt~hq| |µp~hq ´ λp~hq| |µp~hq ´ λp~hq|
0 “ lím “ lím “ ,
tÑ0 |t~h| tÑ0 |~h| |~h|
teniéndose así que necesariamente µ “ λ. ‚
18.2.8. Definición y notación. Sea E Ă Rn , ~a P E, f : E ÝÑ R y ~v P Rn . Tenemos la
notación
f p~a ` t~v q ´ f p~aq
D~v f p~aq :“ lím ,
tÑ0 t
688 18.2. Derivadas de funciones de varias variables

siempre y cuando el límite exista. En caso de que |~v | “ 1 definimos la derivada direccional
de f en ~a, en la dirección de ~v como D~v f p~aq. En general, definimos la derivada direccional
de f en ~a, en la dirección de ~v como D ~v f p~aq.
v|
|~

18.2.9." Definición. Sean E Ă R , A Ă E un conjunto abierto, f : E ÝÑ R, ~a P A,


n

1 si i “ j
δi,j “ y ei “ pδi,1 , δi,2 , . . . , δi,n q, para i P t1, 2, . . . , nu. En caso de que el
0 si i ‰ j
siguiente límite exista

f p~a ` tej q ´ f p~aq


18.2.10. Dj f p~aq :“ lím ,
tÑ0 t
se le llama la derivada parcial de la función f en el punto ~a, con respecto a la j-ésima
componente de ~a. Es decir Dj f p~aq “ Dej f p~aq. Así mismo, cuando tenga sentido definiremos
el gradiente de f en ~a como el vector pD1 f p~aq, D2 f p~aq, . . . , Dn f p~aqq. Al gradiente de f en
~a se le denota como ∇f p~aq o bien como grad f p~aq. (Al símbolo δi,j definido anteriormente se
le llama delta de Kronecker).
18.2.11. Teorema. Sea E Ă Rn y f : E ÝÑ R una función derivable en ~a. Para todo ~u P Rn
la derivada direccional de f en ~a en la dirección de ~u existe y además

D~u f p~aq “ D f p~aqp~uq.

En particular tenemos

18.2.12. Dj f p~aq “ D f p~aqpej q.

Demostración. De la definición de derivada total tenemos


|f p~a ` t~uq ´ f p~aq ´ D f p~aqpt~uq|
0 “ lím ,
tÑ0 |t||~u|

por lo cual
D f p~aqpt~uq f p~a ` t~uq ´ f p~aq
D f p~aqp~uq “ lím “ lím “ D~u f p~aq. ‚
tÑ0 t tÑ0 t
Supongamos que E Ă Rn , ~a P E y f : E ÝÑ R es una función derivable en ~a. Si
λ “ D f p~aq y α
~ es como en la ecuación 18.2.6, entonces de la ecuación 18.2.6 y del teorema
anterior tenemos el corolario siguiente.
18.2.13. Corolario. Sea E Ă Rn y f : E ÝÑ R una función derivable en ~a. La derivada de
f en ~a evaluada en un punto ~v P Rn está dada por la fórmula

D f p~aqp~v q “ ∇f p~aq ¨ ~v “ ~v p∇f p~aqqt .

18.2.14. Observación. El número Dj f p~aq representa la razón de cambio de la función f en


el punto ~a cuando se varía en la dirección de ej . Podemos observar que cualquier número real
18.2. Derivadas de funciones de varias variables 689

x puede expresarse como x “ aj ` t para t “ x ´ aj , así si definimos para alguna vecindad


A Ă R de x la función gj : A ÝÑ R como gj pxq :“ f p~a ` tej q, tenemos que la derivada parcial
Dj f p~aq no es más que la derivada ordinaria de gj evaluada en aj , es decir no es más que
gj1 paj q.
Del corolario 18.2.13, de las propiedades de las derivadas de una variable real y de la
observación anterior podemos concluir en este contexto el siguiente corolario.
18.2.15. Corolario. La derivada de una suma es la suma de las derivadas.
Debido de nuevo al corolario 18.2.13, al teorema 10.13.4 y a la observación anterior,
podemos dar la siguiente generalización del teorema 10.13.4.
18.2.16. Corolario. Sea A Ă Rn y f : A ÝÑ R y ~a un punto en el interior de A para el
cual Dj f p~aq “ 0. Si f p~aq es el valor máximo o el valor mínimo de f , entonces Dj f p~aq “ 0.
Si además f es derivable en ~a, entonces D f p~aqp~v q “ 0 para todo ~v P Rn .
18.2.17. Notación. Cuando E Ă R3 , f : E ÝÑ R y se tiene alguna fórmula como

u “ f px, y, zq,

donde x, y y z se consideran «variables independientes», entonces las expresiones D1 f px, y, zq,


D2 f px, y, zq y D3 f px, y, zq suelen denotarse respectivamente como

Bu Bu Bu
, y .
Bx By Bz

De manera más general, cuando E Ă Rn , f : E ÝÑ R y se tiene alguna fórmula como

u “ f px1 , x2 , . . . , xn q,

donde x1 , x2 , . . . , xn se consideran «variables independientes», entonces Dj f px1 , x2 , . . . , xn q


suele denotarse como
Bu
.
Bxj
Si bien la última notación es muy usada, nosotros preferimos usar la primera, ya que es más
precisa y no depende de los símbolos que usemos para las variables x1 , x2 , . . . , xn .
El siguiente teorema expresa el hecho de que la dirección de más rápido crecimiento de
una función derivable en un punto es en la dirección del gradiente de la función en el punto.
18.2.18. Teorema. Sea E Ă Rn y f : E ÝÑ R una función derivable en ~a.
ˆ ˙
∇f p~aq
D f p~aq “ sup D f p~aqp~uq.
|∇f p~aq| u|“1
|~

Demostración. Del corolario 18.2.13 tenemos


ˆ ˙ ˆ ˙
∇f p~aq ∇f p~aq |∇f p~aq|2
18.2.19. D f p~aq “ ∇f p~aq ¨ “ “ |∇f p~aq|.
|∇f p~aq| |∇f p~aq| |∇f p~aq|
690 18.2. Derivadas de funciones de varias variables

De nuevo por el corolario 18.2.13 tenemos que si |~u| “ 1, entonces D f p~aqp~uq “ ∇f p~aq ¨ ~u, por
lo que debido al teorema 15.8.26 tenemos

18.2.20. D f p~aqp~uq “ |∇f p~aq||~u| cosp>p∇f p~aqq0~uq ĺ |∇f p~aq||~u| “ |∇f p~aq|,
ˇ ˇ
ˇ ∇f p~aq ˇ
y como ˇ |∇f p~aq| ˇ
“ 1, el teorema se sigue de 18.2.19 y 18.2.20. ‚
18.2.21. Definición. Sean E Ă Rn , A Ă E un conjunto abierto y f : E ÝÑ R. Decimos que
f es derivable en el conjunto A cuando es derivable en cada elemento de ~a.
18.2.22. Teorema. Si λ : Rn ÝÑ R es una función lineal, entonces λ es derivable en Rn y
además la derivada de λ en cualquier punto es igual a λ, es decir

D λp~aqp~hq “ λp~hq,

para todo ~a, ~h P Rn .


Demostración. Supongamos que λ : Rn ÝÑ R es una función lineal y sea ~h P Rn un vector
diferente de 0. El teorema se sigue de la definición de derivada total y del hecho de que

|pλp~a ` ~hq ´ λp~aqq ´ λp~hq| 0


“ “ 0. ‚
~
|h| ~
|h|

La demostración del teorema siguiente se deja al lector.


18.2.23. Teorema. Si tenemos un conjunto abierto U Ă Rn y g : U ÝÑ R es una función
constante, entonces g es derivable en U y además la derivada de g en cualquier punto es igual
a la función constante cero, es decir

D gp~aqp~hq “ 0,

para todo ~a P U y todo ~h P Rn .


Generalicemos ahora el concepto de derivada total para el caso de funciones de la forma
f : E ÝÑ Rm , donde E Ă Rn .
18.2.24. Definición. Sea f~ : E ÝÑ Rm , donde E Ă Rn y ~a P E. Decimos que f~ es
derivable o diferenciable en ~a si existe una vecindad V de ~a incluida en E y una función
lineal λ : Rn ÝÑ Rm tal que

|pf~p~a ` ~hq ´ f~p~aqq ´ λp~hq|


lím “0
~hÑ0 |~h|

o equivalentemente
|pf~p~xq ´ f~p~aqq ´ λp~x ´ ~aq|
lím “ 0.
~
xÑ~a |~x ´ ~a|
A la función lineal λ dada anteriormente se le llama derivada total o diferencial de f~ en
el punto ~a y se le denota por f~1 p~aq o por D f~p~aq.
18.2. Derivadas de funciones de varias variables 691

Supongamos que f~ es como en la definición anterior. La función f~ puede ser determinada


con m funciones reales f1 , f2 , . . . , fm con dominio en Rn tales que para todo ~a P E se tiene
f~p~aq “ pf1 p~aq, f2 p~aq, . . . , fm p~aqq. Lo mismo ocurre con la función lineal λ en el caso en que f~
sea derivable en ~a, es decir existen m funcionales lineales reales λ1 , λ2 , . . . , λm con dominio
en Rn tales que para todo ~v P Rn se tiene que λp~v q “ pλ1 p~v q, λ2 p~v q, . . . , λn p~v qq. Podemos
observar que la función f : E ÝÑ Rm es derivable en ~a si y sólo si cada una de las funciones
fk , para k P t1, 2, . . . , mu, es derivable en ~a y además fk1 p~aq “ λk , por lo cual

λp~v q “ pD f1 p~aqp~v q, D f2 p~aqp~v q, . . . , D fm p~aqp~v qq,

luego, del corolario 18.2.13, tenemos el siguiente teorema.


18.2.25. Teorema. Sea E Ă Rn y f~ : E ÝÑ Rm tal que para cada ~v P E se tiene que
f~p~v q “ pfj p~v qqm ~
j“1 . Tenemos que la función f es derivable en un punto ~
a P E si y sólo si para
cada j P Jm las funciones componentes fj son derivables en ~a. Además si f~ es derivable en
~a, entonces para todo ~v P Rn tenemos que

D f~p~aqp~v q “ ~v pDi fj p~aqqpi,jqPt1,2,...,nuˆt1,2,...,mu


¨ ˛
D1 f1 p~aq D1 f2 p~aq ¨ ¨ ¨ D1 fm p~aq
˚ D2 f1 p~aq D2 f2 p~aq ¨ ¨ ¨ D2 fm p~aq ‹
“ ~v ˚ ‹.
˚ ‹
.. .. ..
˝ . . . ‚
Dn f1 p~aq Dn f2 p~aq ¨ ¨ ¨ Dn fm p~aq

18.2.26. Definiciones y notaciones. A la matriz pDi fj p~aqqpi,jqPt1,2,...,nuˆt1,2,...,mu dada en el


teorema 18.2.25 se le llama matriz jacobiana de f~ en el punto ~a. En el caso en que m “ n
al determinante de la matriz jacobiana de f~ en ~a se le llama el jacobiano de f~ en ~a. Al
jacobiano de f~ en ~a lo denotaremos por Jac f~p~aq. De manera similar a la definición dada
por la ecuación 18.2.10 se define la derivada parcial de f~ en ~a, con respecto a la k-ésima
f~p~aq
componente, la cual se denota como Dk f~p~aq o si no se presta a confusión como BBx k
. Como
~
podemos observar, la derivada parcial de f en ~a con respecto a la k-ésima componente es el
k-ésimo renglón de la matriz jacobiana de f~ en el punto ~a.
18.2.27. Teorema. Sea E Ă Rn y f~ : E ÝÑ Rm tal que para cada ~a P E se tiene que
f~p~aq “ pfj p~aqqm ~
j“1 . Si la función f es derivable en cada punto ~ a perteneciente a un conjunto
abierto conexo A Ă E y además D f~p~aqp~v q “ 0 para todo ~a P A y todo ~v P Rn , entonces la
función f~ es constante en A.
Demostración. Demostraremos primero el teorema para el caso en que f~ : E ÝÑ R. Si f~ es
derivable en cada punto ~a perteneciente a un abierto conexo A Ă E y D f~p~aqp~v q “ 0 para todo
~a P A y todo ~v P Rn , entonces existe un r~a ą 0 tal que Bp~a, r~a q Ă A. Como D f~p~aqp~v q “ 0,
entonces, debido al teorema 18.2.11, la derivada direccional D~v f~p~bq es igual a cero para todo
~b P Bp~a, r~a q, en particular es igual a cero cuando |~v | “ 1 y ~b P A~a,~v :“ t~u P Rn : ~u “
sp~a ´ r~a~v q ` p1 ´ sqp~a ` r~a~v q, para algún s P p0; 1qu. Notemos que si ~g : p0; 1q ÝÑ Rn ,
sÞÑsp~a´r~a~v q`p1´sqp~a`r~a~v q
entonces
Dpf~ ˝ ~g qpsq “ D~v f~psp~a ´ r~a~v q ` p1 ´ sqp~a ` r~a~v qq “ 0,
692 18.2. Derivadas de funciones de varias variables

por lo que la función f~ ˝~g : p0; 1q ÝÑ R tiene derivada cero en todo su dominio, por lo que es
constante, es decir f~p~aq “ f~ ˝ ~g p 21 q “ f~ ˝ ~g psq para todo s P p0; 1q, es decir f~p~bq “ f~p~aq para
todo ~b P A~a,~v . Ahora, Bp~a, r~a q “ |~v|“1 A~a,~v , por lo cual f~p~bq “ f~p~aq para todo ~b P Bp~a, r~a q.
Ť

Supongamos que tenemos dos puntos c~1 , c~2 P A y demostremos que f~p~ c1 q “ f~p~
c2 q. Por
el teorema 15.27.13 existe una trayectoria T incluida en A cuyos extremos son los puntos c~1
y c~2 . Sabemos que T es un conjunto compacto y conexo (teoremas 14.3.35 y 14.3.38), por
lo que existe una cubierta abierta finita tBpa~k , ra~k q : k P JN u de la trayectoria T , donde
N P N.ŤDenotemos por Bk a la bola abierta Bpa~k , ra~k q, sean Ť M1 :“ tBk : k P Jn y c~1 P Bk u,
C1 :“ M1 , M2 :“ tBk :Ťk P JN y Bk X C1 ‰ ∅u, C2 :“ M2 , . . . , Mj :“ tBk : k P JN y
Bk X Ck´1 ‰ ∅u y Cj :“ Mj , para j ą 1. Como podemos ver, Cj Ă Cj`1 . Afirmamos que
c~2 P Ci para algún i suficientemente grande (en realidad tenemos que c~2 P CN ). En efecto,
del hecho de que el conjunto de bolas tB1 , B2 , . . . , Bn u es finito tenemos que Ci “ Ci`1 “ Cl ,
para algún entero positivo i y para todo l ľ i, de manera que si c~2 R Ci , entonces c~2 P B :“
tBk : k P JN y Bk X Ci “ ∅u, pero los conjuntos Ci y B serían abiertos y disjuntos tales
Ť
T Ă Ci X B, contradiciendo el hecho de que T es conexo. Tenemos así que c~2 P Ci para algún
i P N. De lo visto anteriormente vemos que f~p~bq “ f~p~ c1 q para todo ~b P C1 , teniendo así que
f~p~bq “ f~p~ c1 q para todo ~b P C2 , . . . , f~p~bq “ f~p~
c1 q para ~b P Ci , por lo cual f~p~
c1 q “ f~p~
c2 q, es
~
decir f es constante en A.
Para el caso general en que f~ : E ÝÑ Rm tenemos que f~ es de la forma f~p~aq “
pf1 p~aq, f2 p~aq, . . . , fm p~aqq, de modo que si D f~p~aqp~v q “ 0 para todo ~a P A y todo ~v P Rn ,
entonces la matriz jacobiana de f~ en ~a es nula, en particular los renglones de la matriz ja-
cobiana son cero, de manera que por el corolario 18.2.13 tenemos que D fk p~aqp~v q “ 0 para
cada k P Jm y por lo visto para el caso de funciones de E en R, tenemos que cada función
componente fk es constante en A, de manera que f~ es constante en A. ‚
18.2.28. Lema. Sea T : Rn ÝÑ Rm una función lineal. Existe un número M ľ 0 tal que
|T p~xq| ĺ M |~x| para todo ~x P Rn .
Demostración. Del hecho de que T p~xq puede expresarse como ~xA para alguna matriz
adecuada A, obtenemos que T es una función continua y en consecuencia también lo es
~x ÞÑ |~x|. Ahora, el conjunto Bn´1 :“ t~x P Rn : |~x| “ 1u es cerrado y acotado, por lo que
debido al corolario 14.2.7 existe un h˚ P Bn´1 tal que para todo ~h P Bn´1 se tiene que
|T p~hq| ĺ |T ph˚ q|. Tomando M “ |T ph˚ q| y observando que todo ~x P Rn es de la forma ~x “ t~h
para algún t P R y algún ~h P Bn´1 se tiene que |T p~xq| “ |T pt~hq| “ |t||T p~h| ĺ |t|M “ M |~x|. ‚
18.2.29. Teorema. Si A Ă Rn es un abierto y f~ : A ÝÑ Rm es una función derivable,
entonces f~ es continua.
Demostración. Si f~ es derivable se tiene que para todo ~x P A

|f~p~x ` ~hq ´ f~p~xq ´ D f~p~xqp~hq|


lím “ 0,
~hÑ0 |~h|

por lo que

18.2.30. lím |f~p~x ` ~hq ´ f~p~xq ´ D f~p~xqp~hq| “ 0.


~hÑ0
18.2. Derivadas de funciones de varias variables 693

Ahora, del lema 18.2.28, la desigualdad del triángulo, las propiedades de los límites y la
ecuación 18.2.30 tenemos que
lím |f~p~x ` ~hq ´ f~p~xq| ĺ lím |f~p~x ` ~hq ´ f~p~xq ´ D f~p~xqp~hq| ` lím | D f~p~xqp~hq|
~hÑ0 ~hÑ0 ~hÑ0

“ 0. ‚
Como el lector seguramente habrá observado, para remarcar el hecho de que un elemento
pertenece a Rn ó a Rm hemos puesto una flechita sobre ellos, lo mismo para funciones que
toman valores en esos conjuntos. En adelante, para no sobrecargar la escritura, omitiremos
a veces el poner la flechita sin que esto deba ser problema alguno para el lector.
El teorema siguiente es una consecuencia inmediata del significado de derivable y de
derivada total.
18.2.31. Teorema. Sea T : Rn ÝÑ Rm una transformación lineal. La función T es derivable
y además D T pxq “ T para todo x P Rn .
18.2.32. Regla de la cadena para funciones de varias variables. Si f : Rn ÝÑ Rm es
diferenciable en a y g : Rm ÝÑ Rp es diferenciable en f paq, entonces g ˝ f : Rn ÝÑ Rp es
diferenciable en a y además
Dpg ˝ f qpaq “ D gpf paqq ˝ D f paq.

Demostración. Sea M ľ 0 tal que | D f paqpyq| ĺ M |y| y | D gpf paqqpxq| ĺ M |x| para todo
y P Rm y x P Rn . Para cada ε ą 0 sea δ ą 0 tal que si 0 ă |y ´ f paq| ă δ, entonces
|gpyq ´ gpf paqq ´ D gpf paqqpy ´ f paqq|
ă ε.
|y ´ f paq|
Supongamos además que h P Rn es tal que h ‰ 0 y es suficientemente cercano a 0 para que
|f pa ` hq ´ f paq ´ D f paqphq|
ă míntε, δu.
|h|
Tenemos que
|g ˝ f pa ` hq ´ g ˝ f paq ´ pD gpf paqq ˝ D f paqqphq|
|h|
|gpf pa ` hqq ´ gpf paqq ´ D gpf paqqpf pa ` hq ´ f paqq|
18.2.33. ĺ
|h|
| D gpf paqqpf pa ` hq ´ f paqq ´ D gpf paqqpD f paqphqq|
` .
|h|
Ahora, si f pa ` hq “ f paq, el primer término del lado derecho de la desigualdad 18.2.33 es
igual a cero y en otro caso tenemos que
|gpf pa ` hqq ´ gpf paqq ´ D gpf paqqpf pa ` hq ´ f paqq|
|h|
|f pa ` hq ´ f paq| |gpf pa ` hqq ´ gpf paqq ´ D gpf paqqpf pa ` hq ´ f paqq|

|h| |f pa ` hq ´ f paq|
ˆ ˙
| D f paqphq|
ă ` ε ε ĺ pM ` εqε,
|h|
694 18.2. Derivadas de funciones de varias variables

por lo que en todo caso se tiene

|gpf pa ` hqq ´ gpf paqq ´ D gpf paqqpf pa ` hq ´ f paqq|


ă pM ` εqε.
|h|

Tenemos además que, debido al lema 18.2.28, el segundo término del lado derecho de la
desigualdad 18.2.33 es menor o igual que M |f pa`hq´f paq´D
|h|
f paqphq|
, que a su vez es menor que
M ε y como ε es arbitrario concluimos que

|g ˝ f pa ` hq ´ g ˝ f paq ´ pD gpf paqq ˝ D f paqqphq|


lím “ 0. ‚
hÑ0 |h|

El siguiente lema lo usaremos para demostrar un teorema muy importante, a saber el


llamado «teorema de la función inversa».
18.2.34. Lema. Sea C Ă Rn una caja cerrada y sea f : C ÝÑ Rn derivable y con derivadas
parciales continuas en C. Para cada i P Jn sea fi la i-ésima función componente de f . Si M
˝
es un número real tal que | Dj fi pxq| ĺ M para todo x P C, entonces

|f pxq ´ f pyq| ĺ n2 M |x ´ y|,

para todo px, yq P C ˆ C.


Demostración. Sean px1 , . . . , xn q “ x y py1 , . . . , yn q “ y. Tenemos que
n
ÿ
fi pyq ´ fi pxq “ pfi py1 , . . . , yj , xj`1 , . . . , xn q
j“1

´ fj py1 , . . . , yj´1 , xj , . . . , xn qq

Aplicando el teorema del valor medio para derivadas 10.13.3, obtenemos

|fi py1 , . . . , yj , xj`1 , . . . , xn q ´ fj py1 , . . . , yj´1 , xj , . . . , xn q| “ |yi ´ xi || Dj fi pzi,j q|

para algún zi,j en el intervalo cerrado con extremos xi e yi , de manera que


n
ÿ
|fi pyq ´ fi pxq| ĺ |yi ´ xi |M ĺ nM |y ´ x|.
j“1

Finalmente tenemos
n
ÿ
|f pyq ´ f pxq| ĺ |fi pyq ´ fi pxq| ĺ n2 M |y ´ x|. ‚
i“1

18.2.35. Teorema de la función inversa. Sea A Ă Rn un conjunto abierto, a P A,


f : A ÝÑ Rn una función derivable con funciones componentes de su matriz jacobiana
continuas en A y supongamos que det f 1 paq ‰ 0. Existe un conjunto abierto V Ă A con a P V
18.2. Derivadas de funciones de varias variables 695

y un conjunto abierto W Ă Rn con f paq P W tales que g :“ f |V : V ÝÑ W tiene una inversa


continua g ´1 : W ÝÑ V que es derivable y además se satisface
pg ´1 q1 pyq “ pg 1 pg ´1 pyqqq´1 .

Demostración. Hagamos primero la demostración para el caso en que la función lineal


λ :“ f 1 paq es la función identidad. Afirmamos que si x es suficientemente cercano a a pero
diferente de a se tiene que f pxq ‰ f paq. En efecto, de no se así tendríamos por una parte
que
|f pa ` hq ´ f paq ´ λphq| |h|
“ “ 1,
|h| |h|
para algún h arbitrariamente cercano a 0 y por otra parte
|f pa ` hq ´ f paq ´ λphq|
lím “ 0.
hÑ0 |h|
˝
De lo anterior tenemos que existe una caja cerrada C Ă A tal que a P C y además
18.2.36. f pxq ‰ f paq si x P C y x ‰ a.
Como f es derivable y sus derivadas parciales son continuas en A, podemos también suponer
que la caja C es tal que
18.2.37. det f 1 pxq ‰ 0 para todo x P C
y
1
18.2.38. | Dj fi pxq ´ Dj fi paq| ă .
2n2
Del lema 18.2.34, aplicado mediante la desigualdad 18.2.38 a la función s dada por spxq “
f pxq ´ x y recordando que estamos suponiendo por el momento que λ “ D f paq es la función
identidad, obtenemos que para x1 , x2 P C se tiene
1
|f px1 q ´ x1 ´ pf px2 q ´ x2 q| ĺ |x1 ´ x2 |.
2
Ahora, como
1
|x1 ´ x2 | ´ |f px1 q ´ f px2 q| ĺ |f px1 q ´ x1 ´ pf px2 q ´ x2 q| ĺ |x1 ´ x2 |,
2
entonces
18.2.39. |x1 ´ x2 | ĺ 2|f px1 q ´ f px2 q|, para x1 , x2 P C.
Tenemos además que f rBCs es un conjunto compacto al cual no pertenece f paq debido a
(10), por lo que existe un número d ą 0 tal que |f paq ´ f pxq| ľ d, para todo x P BC. Sea
W “ y P R : |y ´ f paq| ă 2 . Si y P W y x P BC, entonces
n d
(

18.2.40. |y ´ f paq| ă |y ´ f pxq|.


696 18.2. Derivadas de funciones de varias variables

˝
Demostremos que para cada y P W existe un único x P C tal que f pxq “ y. Consideremos
la función r : C ÝÑ R dada por
n
ÿ
rpxq :“ |y ´ f pxq|2 “ pyi ´ fi pxq|2 .
i“1

La función r es continua y por lo tanto tiene un mínimo en C. Si x P BC, entonces, debido a


18.2.40, rpaq ă rpxq, por lo que el punto x P C que minimiza a r no está en BC y, debido al
corolario 18.2.16, Dj rpxq “ 0 para todo j P Jn , de donde obtenemos
n
ÿ
2pyi ´ fi pxqq Dj fi pxq “ 0 para todo j P Jn .
i“1

Debido a 18.2.37 la matriz pDj fi pxqqpi,jqPJn ˆ Jn tiene determinante diferente de cero, por lo
que yi ´ fi pxq “ 0 para todo i P Jn , es decir y “ f pxq, lo cual demuestra que existe un
˝
x P f ´1 rW s X C tal que y “ f pxq. La unicidad del elemento x es consecuencia inmediata de
˝
18.2.39. Tomando V “ f ´1 rW s X C y g “ f |V es inyectiva y g ´1 : W ÝÑ V . Tenemos pues
que la relación 18.2.39 puede escribirse como
18.2.41. |g ´1 py1 q ´ g ´1 py2 q| ĺ 2|y1 ´ y2 | para todo y1 , y2 P W ,
lo cual demuestra que g ´1 es continua. Demostremos ahora que g ´1 es derivable en cada
y P W . Sea x “ g ´1 pyq y µx “ D f pxq. La función lineal µx es invertible pues su determinante
es diferente de cero. Veamos que µ´1 x es la derivada de g
´1
en y “ g ´1 pxq. Sea φx phq :“
f px ` hq ´ f pxq ´ µx phq. Haciendo x1 “ x ` h se tiene
|φx px1 ´ xq|
18.2.42. lím “0
x1 Ñx |x1 ´ x|

y además
µ´1 ´1
x pf px1 q ´ f pxqq “ x1 ´ x ` µx pφx px1 ´ xqq.

Como cada y1 P W es de la forma f px1 q para algún x1 P V , lo anterior puede escribirse como
g ´1 py1 q ´ g ´1 pyq ´ µx´1 py1 ´ yq “ ´µ´1 ´1 ´1
x pφx pg py1 q ´ g pyqqq,

por lo que es suficiente demostrar que


|µ´1 ´1 ´1
x pφx pg py1 q ´ g pyqqq|
lím “ 0.
y1 Ñy |y1 ´ y|
Ahora, por el lema 18.2.28, basta demostrar que
|φx pg ´1 py1 q ´ g ´1 pyqq|
lím “ 0,
y1 Ñy |y1 ´ y|
pero debido a 18.2.41 tenemos
|φx pg ´1 py1 q ´ g ´1 pyqq| |φx pg ´1 py1 q ´ g ´1 pyqq| |g ´1 py1 q ´ g ´1 pyq|

|y1 ´ y| |g ´1 py1 q ´ g ´1 pyq| |y1 ´ y|
´1 ´1
|φx pg py1 q ´ g pyqq|
ĺ2 ,
|g ´1 py1 q ´ g ´1 pyq|
18.2. Derivadas de funciones de varias variables 697

por lo que el hecho de que µ´1 x sea pg q pyq se sigue de 18.2.42 y de la continuidad de g .
´1 1 ´1

Ahora, pg 1 pg ´1 pyqqq´1 “ pg 1 pxqq´1 “ µ´1x “ pg q pyq, estando así demostrado el teorema


´1 1

para el caso en que λ “ D f paq es la función identidad.


En el caso en no necesariamente λ sea la función identidad tenemos de la regla de la cadena
para funciones de varias variables que Dpλ´1 ˝ f qpaq “ Dpλ´1 qpf paqq ˝ D f paq “ λ´1 ˝ λ, por
lo que al aplicar el teorema a la función λ´1 ˝ f se tiene que existe un conjunto abierto V Ă A
y un conjunto abierto W 1 Ă Rn con λ´1 ˝ f paq P W 1 tales que λ´1 ˝ f |V : V ÝÑ W 1 tiene
inversa continua que es derivable y además
18.2.43. ppλ´1 ˝ f |V q´1 q1 pzq “ ppλ´1 ˝ f |V q1 ppλ´1 ˝ f |V q´1 pzqqq´1 .
Sea W “ λrW 1 s y g “ f |V la cual es una función inyectiva por ser composición de dos
funciones inyectivas y su recorrido es W , por lo que su inversa g ´1 “ pλ´1 ˝ gq´1 ˝ λ´1 es
continua y derivable por ser composición de funciones continuas y derivables. De 18.2.43 y
de la regla de la cadena para funciones de varias variables tenemos que
pg ´1 q1 pλpzqq ˝ λ “ pg ´1 ˝ λq1 pzq “ ppλ´1 ˝ gq´1 q1 pzq
“ ppλ´1 ˝ gq1 ppλ´1 ˝ gq´1 pzqqq´1 “ ppλ´1 ˝ gq1 pg ´1 ˝ λpzqqq´1
“ pλ´1 ˝ g 1 pg ´1 ˝ λpzqqq´1 “ pg 1 pg ´1 ˝ λpzqqq´1 ˝ λ,
por lo que al hacer y “ λpzq (teniendo presente el hecho de que λ|W 1 es una biyección de W 1 en
W ) y efectuar la composición con λ´1 por la derecha tenemos que pg ´1 q1 pyq “ pg 1 pg ´1 pyqq´1 ,
terminando así la demostración del teorema. ‚
18.2.44. Definición. Denotemos por uk a la k-ésima componente de cualquier vector u y
por fk a la k-ésima función componente de una función vectorial f . Cuando px, yq P Rn ˆ
Rm , el elemento px|yq de Rn`m será el dado por px1 , x2 , . . . , xn , y1 , y2 , . . . , ym q. Supongamos
que O Ă Rn ˆ Rm es abierto y denotemos por Ŏ al conjunto abierto en Rn`m dado por
tpx|yq P Rn`m : px, yq P Ou. Cuando f : O ÝÑ Rp ˆ Rq sea una transformación, tomemos
f˘ : Ŏ ÝÑ Rp`q la función tal que f˘px|yq “ pf1 px, yq|f2 px, yqq. En caso de que f˘ sea derivable,
diremos que f es derivable y su derivada en px, yq (que se denotará por f 1 px, yq) será la
función lineal T : Rn ˆ Rm ÝÑ Rp ˆ Rq tal que T̆ “ f˘1 px|yq. La matriz jacobiana de f
será la matriz jacobiana de f˘, y cuando tenga sentido, el jacobiano de f será el jacobiano
de f˘. Cuando T : Rn ˆ Rm ÝÑ Rn ˆ Rm sea una transformación lineal, definiremos el
determinante de T (también denotado por det T ) como el determinante de T̆ .
18.2.45. Teorema de la función implícita. Usando la notación dada en la definición
anterior, sea O Ă Rn ˆ Rm un conjunto abierto; f : O ÝÑ Rm derivable con funciones
componentes de su matriz jacobiana continuas; pa, bq P O tal que f pa, bq “ 0, y sea M la
matriz de orden m ˆ m dada por
M “ pDn`i f˘j pa|bqqpi,jqPt1,2,...,muˆt1,2,...,mu .
Si det M ‰ 0, entonces existe un conjunto abierto A Ă Rn al cual pertenece a y un conjunto
abierto B al cual pertenece b, con la siguiente propiedad: existe una única función diferenciable
g : A ÝÑ B tal que f px, gpxqq “ 0.
Demostración. De acuerdo a la definición anterior, siempre que sea necesario y válido,
identificaremos al conjunto Rn ˆ Rm con el conjunto Rn`m . Sea F : O ÝÑ Rn ˆ Rm la
698 18.2. Derivadas de funciones de varias variables

función dada por F px, yq “ px, f px, yqq y observemos que det F 1 pa, bq “ det M ‰ 0. Debido
al teorema de la función inversa (18.2.35) existe un conjunto abierto W Ă Rn ˆ Rm al cual
pertenece F pa, bq “ pa, 0q y un conjunto abierto en Rn ˆ Rm al cual pertenece pa, bq, el
cual se puede tomar y lo tomaremos de tal manera que sea de la forma A ˆ B, tal que
F |A ˆ B : A ˆ B ÝÑ W tiene una inversa diferenciable h : W ÝÑ A ˆ B. Debido a la forma
de la función F tenemos que h es de la forma hpx, yq “ px, kpx, yqq para alguna función
diferenciable k : O ÝÑ Rm . Sea π : O ÝÑ Rm la función dada por πpx, yq “ y, de manera
que π ˝ F “ f . De la construcción anterior tenemos que

f px, kpx, yqq “ f ˝ hpx, yq “ pπ ˝ F q ˝ hpx, yq “ π ˝ pF ˝ hqpx, yq “ πpx, yq “ y.

Tenemos así que f px, kpx, 0q “ 0, por lo que al tomar gpxq “ kpx, 0q se tiene el resultado
deseado. ‚
18.2.46. Definición. Con la notación dada en el teorema anterior decimos que g es la
función implícita (y en términos de x) dada mediante la relación f px, yq “ 0 en el punto
pa, bq cuyo dominio es el conjunto A.
18.2.47. Teorema. Sea O Ă R ˆ R un conjunto abierto y F : O ÝÑ R derivable con
derivadas parciales continuas y pa, bq P O tal que F pa, bq “ 0, donde D2 F pa, bq ‰ 0. Si g es
la función implícita y en términos de x dada mediante la relación F px, yq “ 0 en el punto
pa, bq, cuyo dominio es un conjunto abierto A Ă R, entonces

D1 F px, gpxqq
g 1 pxq “ ´ .
D2 F px, gpxqq

Demostración. Sea Gptq “ F pt, gptqq, tenemos, debido a la regla de la cadena 18.2.32, que

dt
G1 ptq “ D1 F pt, gptqq ` D2 F pt, gptqqg 1 ptq,
dt
pero como para t P A tenemos que Gptq “ F pt, gptqq “ 0, entonces G1 ptq “ 0, por lo cual

D1 F pt, gptqq
g 1 ptq “ ´ . ‚
D2 F pt, gptqq

El teorema anterior puede ser generalizado de la manera siguiente.


18.2.48. Teorema. Sea O Ă Rn ˆ R un conjunto abierto y f : O ÝÑ R derivable con
derivadas parciales continuas y pa, bq P O tal que f pa, bq “ 0 y Dn`1 f˘pa, bq ‰ 0. Tenemos
que si g es la función implícita y en términos de x dada mediante la relación f px, yq “ 0 en
el punto pa, bq, entonces, si x “ px1 , x2 , . . . , xn q, tenemos

Dk f˘px1 , x2 , . . . , xn , gpx1 , x2 , . . . , xn qq
Dk gpx1 , x2 , . . . , xn q “ ´ .
Dn`1 f˘px1 , x2 , . . . , xn , gpx1 , x2 , . . . , xn qq
18.2. Derivadas de funciones de varias variables 699

Demostración. Tomemos Gpt1 , t2 , . . . , tn q :“ f˘pt1 , t2 , . . . , tn , gpt1 , t2 , . . . , tn qq, de manera


que por la regla de la cadena obtenemos

d tk
0 “ Dk Gpt1 , t2 , . . . , tn q “ Dk f˘pt1 , t2 , . . . , tn , gpt1 , t2 , . . . , tn qq
d tk
` Dn`1 f˘pt1 , t2 , . . . , tn , gpt1 , t2 , . . . , tn qq Dk gpt1 , t2 , . . . , tn q,

de manera que

Dk f˘pt1 , t2 , . . . , tn , gpt1 , t2 , . . . , tn qq
Dk gpt1 , t2 , . . . , tn q “ ´ ,
Dn`1 f˘pt1 , t2 , . . . , tn , gpt1 , t2 , . . . , tn qq

para todo pt1 , t2 , . . . , tn q P A. ‚


18.2.49. Definición. Definiremos de manera recursiva el concepto de derivada parcial de
orden r (también llamada derivada parcial de r-ésimo orden o r-ésima derivada parcial),
la cual para r “ 1 no es más que la derivad parcial. Si A Ă Rn , pαk q es una sucesión de
elementos en Jn y f : A ÝÑ R es tal que la expresión Dα1 ,α2 ,...,αr f paq es una derivada parcial
de orden r, definimos la expresión

Dα1 ,α2 ,...,αr ,αr`1 f paq :“ Dαr`1 pDα1 ,α2 ,...,αr qf paq,

y en caso de que tal expresión tenga sentido se le llama derivada parcial de orden r ` 1, la
cual cuando no se preste a confusión se le podrá denotar como

B r`1 f paq
.
Bxαr`1 Bxαr . . . Bxα1

18.2.50. Notación. Cuando r, s P N sean tales que s ă r y además βi “ αti´1 `1 “ ¨ ¨ ¨ “ αti ,


i
donde m1 ` m2 ` ¨ ¨ ¨ ` ms “ r, mi P N, ti “ mk y t0 “ 0, para i P Js , podremos escribir
ř
k“1

B r f paq
ms´1 m1
Bxm
βs Bxβs´1 . . . Bxβ1
s

en lugar de
B r f paq
,
Bxαr Bxαr´1 . . . Bxα1
por ejemplo en lugar de
B 7 f paq
BxBxByByByBzBz
escribiremos
B 7 f paq
.
Bx2 By 3 Bz 2
700 18.2. Derivadas de funciones de varias variables

Si g : Rn ÝÑ Rm , donde para cada j P Jm denotamos por gj a la j-ésima función componente


de g, entonces

B r gpaq
ms´1 m1
Bxm
βs Bxβs´1 . . . Bxβ1
s

˜ ¸
B r g1 paq B r g2 paq B r gm paq
:“ ms´1 m1 , ms´1 m1 , . . . , ms´1 m1 ,
Bxm ms
βs Bxβs´1 . . . Bxβ1 Bxβs Bxβs´1 . . . Bxβ1
s
Bxm
βs Bxβs´1 . . . Bxβ1
s

la cual también se llama derivada parcial de orden r de la función g. Como notación


alternativa tenemos

Dα1 ,α2 ,...,αr gpaq :“ pDα1 ,α2 ,...,αr g1 paq, Dα1 ,α2 ,...,αr g2 paq, . . . , Dα1 ,α2 ,...,αr gm paqq .

Generalizaciones similares en cuanto a la notación se pueden dar cuando tenemos funciones


de la forma h : Rn1 ˆ Rn2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Rnl ÝÑ Rm , tomando para cada a “ pa1 , a2 , . . . , ak , . . . , al q P
Rn1 ˆ Rn2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Rnl la función ϕa,k : Rnk ÝÑ Rm tal que

ϕa,k pxk q :“ hpa1 , a2 , . . . , ak´1 , xk , ak`1 , . . . , al q,

donde
Dk hpaq :“ D ϕa,k pak q,
lo cual también se escribe como
Bhpaq
Bxk
cuando no se preste a confusión.
18.2.51. Notaciones. El símbolo C n pAq denota al conjunto de todas las funciones en AR
cuyas derivadas parciales de orden n existen y son continuas en el conjunto A. En particular
C 1 pAq denota al conjunto de funciones que tienen primeras derivadas parciales continuas en
su dominio A, es decir funciones con gradiente continuo en A. Así mismo, C 8 pAq denota al
conjunto de funciones reales que tienen derivadas parciales de cualquier orden entero positivo
en el conjunto A. De manera similar denotamos CRnd pAq al conjunto de funciones en ARd con
8
derivadas parciales de orden n continuas y CR8d pAq “ CRnd pAq. Al conjunto de funciones
Ş
n“1
en ARd que tengan derivadas parciales de orden n se le denotará por DRnd pAq y en caso de que
d “ 1 se le denotará simplemente por D n pAq. Notemos que se tiene el siguiente diagrama de
inclusiones
d pAq Ă CRd pAq Ă DRd pAq Ă CRd pAq Ă R .
CR8d pAq Ă DRn`1 n n A d

18.2.52. Definiciones y notaciones. Cuando A Ă Rd es un conjunto abierto y f P DR1 d pAq


que está dada por f pvq “ pfk pvqqdk“1 . Definimos la divergencia de f , la cual será denotada
∇ ¨ f , como la función
d
ÿ
∇ ¨ f :“ Dk fk .
k“1
18.2. Derivadas de funciones de varias variables 701

A la divergencia de f también se le denota como div f . Al operador ∇¨ se le llama operador


de divergencia. En caso de que A Ă R3 y de que f P DR1 3 pAq definirmos el rotacional de
f , al cual denotaremos ∇ ˆ f , como

∇ ˆ f paq :“ pD2 f3 paq ´ D3 f2 paq, D3 f1 paq ´ D1 f3 paq, D1 f2 paq ´ D2 f1 paqq,

en tal caso al operador ∇ˆ se le llama operador rotacional y también se le denota como rot,
o bien para recordar el orden en que se realizan las operaciones, como si fuese un determinante,
como ˇ ˇ
ˇ D1 D2 D3 ˇ
ˇ ˇ
ˇ f1 f2 f3 ˇ :“ ∇ ˆ f.
ˇ ˇ
ˇ ı̂ ̂ k̂ ˇ

Para un campo vectorial f la divegencia de f en un punto P de su dominio indica la


rapidez con la cual cambian los valores de la función f en el punto P y en la dirección
de f pP q. Así mismo, en el caso de que el dominio de f sea un subconjunto de R3 y f pP q
represente la velocidad de un fluido en el punto P , el rotacional de f en P es un vector
perpendicular a f pP q cuyo valor absoluto indica la tendencia a hacer remolinos o a girar
alrededor de la recta que pasa por P y tiene dirección f pP q.

Ejercicios.

1. Obtener D1 f px, yq y D2 f px, yq para los casos siguientes:


x ` y3 2
a) f px, yq “ 2x2 y ` 3y 3 ; b) f px, yq “ , para y ‰ 0; c) f px, yq “ e´x `2y;
3y
d) f px, yq “ xy , para x ą 0.

2. Hallar la ecuación de la recta tangente a la gráfica de la relación x2 ` y 4 “ 5 en el punto


p2, ´1q.

3. Sea f P C k pRq para algún k P N tal que f pxq “ 1 para x ĺ 0 y 0 ĺ f pxq ă 1 para
x ą 0. Demostrar que si n P N y hp~xq :“ f p|~x|q, entonces h P C k pRn q.

4. Supongamos que en el ejercicio anterior tenemos además que f P C 8 pRq. Demostrar


hp~xq
que lím k “ 0, para todo k P N.
x|
xÑ0 |~
~
702 18.3. El teorema de los multiplicadores de Lagrange

18.3. El teorema de los multiplicadores de Lagrange


Joseph-Louis Lagrange
1736-1813
En esta sección expondremos el teorema de los
multiplicadores de Lagrange, el cual es muy útil
en la solución de problemas de optimización de
funciones de varias variables con restricciones. La
demostración que damos aquí se debe a Edward
James McShane.
Usaremos el hecho que se pone de manifiesto
en el corolario 18.2.13 al establecer una corres-
pondencia entre la derivada total y el gradiente
de una función.
El teorema dice lo siguiente.
18.3.1. Teorema de los multiplicadores de
Lagrange. Sean m, n P N con m ă n, A Ă Rn un
conjunto abierto, f P C 1 pAq. Además para cada
i P t1, 2, . . . , mu sea gi P C 1 pAq y D “ tx P A :
gi pxq “ 0 para todo i P t1, 2, . . . , muu. Si a P D
y f pxq ľ f paq para todo x P D, entonces existen
m ` 1 números reales λ0 , λ1 , . . . , λm , no todos iguales a cero, tales que
m
ÿ
18.3.2. λ0 ∇f paq ` λi ∇gi paq “ 0,
i“1

es decir m
ÿ
λ0 Dj f paq ` λi Dj gi paq “ 0 para todo j P t1, 2, . . . , nu.
i“1

Si además los vectores ∇g1 paq, ∇g2 paq, . . . , ∇gm paq son linealmente independientes, entonces
podemos tomar λ0 “ 1.
Si en el teorema 18.3.1 ponemos ´f en lugar de f deducimos inmediatamente el siguiente
corolario.
18.3.3. Corolario. Sean m, n P N con m ă n, A Ă Rn un conjunto abierto, f P C 1 pAq.
Además para cada i P t1, 2, . . . , mu sea gi P C 1 pAq y

D “ tx P A : gi pxq “ 0 para todo i P t1, 2, . . . , muu.

Si a P D y f pxq ĺ f paq para todo x P D, entonces existen m`1 números reales λ0 , λ1 , . . . , λm ,


no todos iguales a cero, tales que
m
ÿ
λ0 ∇f paq ` λi ∇gi paq “ 0.
i“1

Si además los vectores ∇g1 paq, ∇g2 paq, . . . , ∇gm paq son linealmente independientes, entonces
podemos tomar λ0 “ 1.
18.3. El teorema de los multiplicadores de Lagrange 703

Antes de demostrar el teorema 18.3.1 demostraremos algunos lemas que usaremos en su


demostración. A lo largo de la sección supondremos, hasta nuevo aviso, que se satisfacen
las hipótesis del teorema y, que a “ 0, f paq “ 0 y que ε1 es un número positivo tal que
Bp0, ε1 q Ă A.
18.3.4. Lema. Para todo ε P p0; ε1 s existe un M ą 0 tal que si x P A y |x| “ ε, entonces
m
ÿ
f pxq ` |x| ` M pgi pxqq2 ą 0.
2

i“1

Demostración. Supongamos que el lema es falso, es decir supongamos que existe un ε0 P


p0; ε1 s tal que para todo M ą 0 existe un xM P A con la propiedad de que
m
ÿ
18.3.5. |xM | “ ε0 y f pxM q ` |xM |2 ` M pgi pxM qq2 ĺ 0.
i“1

Sea pxk q8
k“1una sucesión de vectores de tal manera que al sustituir k por M se satisfaga 18.3.5.
Las componentes de la sucesión pxk q8 k“1 están en BBp0, ε0 q, que es un conjunto acotado, de
manera que, por el teorema de Bolzano-Weierstrass 15.27.12, la sucesión pxk q8 k“1 tiene una
subsucesión pxtk qk“1 que converge a algún punto x P BBp0, ε0 q, es decir |x | “ ε0 . Tenemos
8 ˚ ˚

así que para todo k P N


m
ÿ
18.3.6. f pxtk q ` |xtk |2 ` k pgi pxtk qq2 ĺ 0
i“1

y por lo tanto
m
f pxtk q ` |xtk |2 ÿ
18.3.7. ľ pgi pxtk qq2 .
´k i“1

Tenemos que
f pxtk q Ñ f px˚ q, |xtk |2 Ñ ε20 y gi pxtk q Ñ gi px˚ q,
cuando k Ñ 8, deduciendo de 18.3.7 que
ÿm
pgi px˚ qq2 ĺ 0,
i“1

de tal suerte que gi px˚ q “ 0, para todo i P t1, 2, . . . , mu, obteniéndose que x˚ P D y por lo
tanto f px˚ q ľ 0. Por otra parte, la desigualdad 18.3.7 nos conduce a que
m
ÿ
f pxtk q ` |xtk |2 ĺ ´k pgi pxtk qq2 ĺ 0,
i“1

de donde obtenemos que f pxtk q ĺ ´|xtk | “ ´ε20 y así f px˚ q ĺ ´ε20 ă 0 lo cual contradice
2

que f px˚ q ľ 0. Con lo anterior el lema queda demostrado. ‚


18.3.8. Lema. Para cada ε P p0; ε1 s existe un vector x̂ “ px̂1 , x̂2 , . . . , x̂n q P Rn tal que |x̂| ă ε
m
ř
y existen m ` 1 números reales µ0 , µ1 , µ2 , . . . , µm tales que µ2i “ 1 y además
i“0
m
ÿ
µ0 pDj f px̂q ` 2x̂j q ` µi Dj gi px̂q “ 0, para todo j P t1, 2, . . . , nu.
i“1
704 18.3. El teorema de los multiplicadores de Lagrange

Demostración. Para cada ε P p0; ε1 s sea M como en el lema 18.3.4. La función F : A ÝÑ R


dada por
ÿm
F pxq :“ f pxq ` |x| ` M pgi pxqq2
2

i“1

es continua en el conjunto compacto Bp0, εq, por lo que la función F restringida a ese conjunto
toma un mínimo absoluto. Por el lema 18.3.4, F pxq ą 0 para todo x P BBp0, εq, pero además
F p0q “ 0, por lo que el mínimo de la función F restringida a al conjunto Bp0, εq lo alcanza
en un punto x̂ “ px̂1 , x̂2 , . . . , x̂n q que está en el interior del conjunto. Como F es diferenciable
en la bola abierta Bp0, εq, debe suceder que D F px̂q “ 0 (es decir D F px̂q : Rn ÝÑ R), de
xÞÑ0
modo que las derivadas parciales de F en x̂ son todas iguales a 0. Tenemos pues que
m
ÿ
18.3.9. Dj f px̂q ` 2x̂j ` 2M gi px̂q Dj gi px̂q “ 0, para todo j P t1, 2, . . . , nu.
i“1

Sea ahora
˜ ¸1{2
m
ÿ
L“ 1` p2M gi px̂qq2
i“1

y tomemos
1 2M gi px̂q
µ0 “ y µi “ , para todo i P t1, 2, . . . , mu,
L L
m
para obtener µ2i “ 1. Ahora, si la ecuación 18.3.9 la multiplicamos por 1
obtenemos
ř
L
i“0

m
ÿ
µ0 pDj f px̂q ` 2x̂j q ` µi Dj gi px̂q “ 0, para todo j P t1, 2, . . . , nu. ‚
i“1

Demostremos ahora el teorema de los multiplicadores de Lagrange

Demostración del teorema 18.3.1. Sea pεk q8 k“1 una sucesión decreciente de números
reales positivos que converja a cero. Por el lema 18.3.8, para cada k P N existe un yk “
m
pyk,1 , yk,1 , . . . , yk,n q P Bp0, εk q y m ` 1 números reales µk,0 , µk,1 , . . . , µk,m tales que
ř
µ2k,i “ 1
i“0
y
ÿm
µk,0 pDj f pyk q ` 2yk,j q ` µk,i Dj gi pyk q “ 0, para todo j P t1, 2, . . . , nu.
i“1

Como ppµk,0 , µk,1 , . . . , µk,m qq8


k“1 es una sucesión de elementos de R
m`1
que están en la
frontera de la bola con centro en origen y radio 1, la cual es un conjunto compacto, entonces,
por el teorema 14.2.22, existe una subsucesión convergente ppµtk ,0 , µtk ,1 , . . . , µtk ,m qq8
k“1 tal que
el límite µ “ pµ0 , µ1 , . . . , µm q está en la frontera de la bola incluida en Rm`1
con centro en el
18.3. El teorema de los multiplicadores de Lagrange 705

m
origen y radio 1, es decir k“1 converge a 0, por lo que la
µ2i “ 1. Tenemos además que pyk q8
ř
i“0
subsucesión pytk q8
k“1 también converge a 0. Ahora, como

m
ÿ
µtk ,0 pDj f pytk q ` 2ytk ,j q ` µtk ,i Dj gi pytk q “ 0 para todo j P t1, 2, . . . , nu,
i“1

tomando el límite cuando k Ñ 8, deducimos que


m
ÿ
µ0 Dj f p0q ` µi Dj gi p0q “ 0 para todo j P t1, 2, . . . , nu.
i“1

En el caso general en el cual a no necesariamente sea igual a 0 podemos tomar la función


f ˚ dada por f ˚ pxq “ f px ` aq y las funciones gi˚ dadas por gi˚ pxq “ gi px ` aq, además en
el caso en que f paq no necesariamente sea igual a 0, podemos tomar f ˚˚ pxq “ f pxq ´ f paq,
teniéndose en ambos casos que existen m ` 1 números reales µ0 , µ1 , . . . , µm tales que
m
ÿ
µ0 Dj f paq ` µi Dj gi paq “ 0 para todo j P t1, 2, . . . , nu,
i“1

es decir
m
ÿ
18.3.10. µ0 ∇f paq ` µi ∇gi paq “ 0.
i“1

Si los vectores ∇g1 paq, ∇g2 paq, . . . , ∇gm paq son linealmente independientes, es necesario
que µ0 ‰ 0, de otro modo tendríamos de la ecuación 18.3.10 " µque µ1 “ µ2 “ ¨ ¨ ¨ “ µm “ 0
m i
si µ0 ‰ 0
y no se cumpliría que µ2i “ 1. Definamos ahora λi “ , para obtener
ř µ0
i“0 µi si µ0 “ 0
finalmente m
ÿ
λ0 ∇f paq ` λi ∇gi paq “ 0,
i“1

teniéndose que λ0 “ 1 cuando ∇g1 paq, ∇g2 paq, . . . , ∇gm paq son linealmente independientes.

El teorema de los multiplicadores de Lagrange es de utilidad en la búsqueda de soluciones
óptimas de problemas de optimización con restricciones, donde las restricciones son de la
forma gi pxq “ 0 y la función objetivo es f |D. Si resolvemos el sistema de ecuaciones 18.3.2,
tendremos los posibles candidatos a ser soluciones óptimas del problema de optimización con
restricciones.
18.3.11. Definición. A los números λ0 , λ1 , . . . , λm que satisfagan la ecuación 18.3.2 y las
condiciones del teorema 18.3.1 se acostumbra llamarles multiplicadores de Lagrange.
706 18.4. Integración de funciones de varias variables

18.4. Integración de funciones de varias variables


En esta sección extenderemos el concepto de integral para funciones de varias variables.
Las demostraciones de algunos de los resultados que sean similares a los dadas en el capítulo
17 serán omitidas por ser análogas a las correspondientes dadas en el capítulo 17 y el lector
podrá realizarlas siguiendo ideas y pasos similares. Utilizaremos los conceptos de partición
de una caja cerrada y de refinamiento de la partición de una caja cerrada dados en la sección
15.28.
18.4.1. Definiciones. Sean E Ă Rn , C una caja cerrada incluida en B, f : B ÝÑ R
una función acotada y P “ p∆1 , ∆2 , . . . , ∆n q una partición de la caja C. Para cada ∆i “
pt0,i , t1,i , . . . , tui ,i q sea ξi “ pξk,i quk“1
i
una sucesión finita con ui componentes tal que tk´1,i ĺ
ξk,i ĺ tk,i y tomemos ξ :“ pξi qi“1 ; tomemos además para cada j P t1, 2, . . . , nu y cada
n
n
kj P t1, 2, . . . , uj u, la caja Ck1 ,k2 ,...,kn :“ rtkj ´1,j ; tkj ,j s. Definimos la suma de Riemann
Ś
j“1
de f en la caja cerrada C, evaluada en P y en ξ como
u1 ÿ
ÿ u2 un
ÿ
spf, C, P, ξq :“ ¨¨¨ f ppξkj ,j qnj“1 qvoln pCk1 ,k2 ,...,kn q .
k1 “1 k2 “1 kn “1

Tomemos ahora mk1 ,k2 ,...,kn :“ ínf tf pxq : x P Ck1 ,k2 ,...,kn u y Mk1 ,k2 ,...,kn :“ suptf pxq : x P
Ck1 ,k2 ,...,kn u y definamos la suma inferior de Riemann de f correspondiente a la partición
P como el número
u1 ÿ
ÿ u2 un
ÿ
18.4.2. s˚ pf, P q :“ ¨¨¨ mk1 ,k2 ,...,kn voln pCk1 ,k2 ,...,kn q ,
k1 “1 k2 “1 kn “1

así mismo definimos la suma superior de Riemann de f correspondiente a la partición P


como el número
u1 ÿ
ÿ u2 un
ÿ
˚
s pf, P q :“ ¨¨¨ Mk1 ,k2 ,...,kn voln pCk1 ,k2 ,...,kn q .
k1 “1 k2 “1 kn “1

Ahora, definamos la integral inferior de Riemann de f sobre la caja cerrada C como


ż
f pxq d x :“ sup ts˚ pf, P q : P es una partición de Cu ,
C

así como la integral superior de Riemann de f sobre la caja cerrada C como


ż
f pxq d x :“ ínf ts˚ pf, P q : P es una partición de Cu .
C

Generalicemos los conceptos de integral inferior y superior de Riemann sobre conjuntos aco-
tados. Sea B Ă Rn un conjunto acotado y B̃ la caja envolvente de B. Definimos la integral
inferior de Riemann de f sobre B como
ż ż
f pxq d x :“ 1lB pxqf pxq d x,
B B̃
18.4. Integración de funciones de varias variables 707

y definimos la integral superior de Riemann de f sobre B como


ż ż
f pxq d x :“ 1lB pxqf pxq d x.
B B̃

Finalmente, en caso de que la integral superior de Riemann de f sobre B sea igual a la


integral inferior de Riemann de f sobre B, al valor común se le llama integral de Riemann
(o simplemente integral) de f sobre B, y se le denota por
ż
f pxq d x,
B

o simplemente por ż
f;
B

en dicho caso decimos que f es Riemann integrable sobre B. Así mismo, si B Ă E y


g : E ÝÑ R es tal que g|B “ f |B, entonces se define la integral de g sobre B como la integral
de f sobre B.
Las demostraciones de los siguientes 5 teoremas quedan como ejercicios para el lector.
18.4.3. Teorema. Sean E Ă Rn , f : E ÝÑ R una función acotada y C Ă E una caja
cerrada. Si P es una partición de C y P 1 es un refinamiento de P , entonces
ż ż
1
s˚ pf, P q ĺ s˚ pf, P q ĺ fĺ f ĺ s˚ pf, P 1 q ĺ s˚ pf, P q.
C C

18.4.4. Teorema. Sean E Ă Rn , f : E ÝÑ R una función acotada y C Ă E una caja


cerrada. La función f es Riemann integrable sobre C si y sólo si para todo ε ą 0 existe una
partición P de C tal que si P 1 es un refinamiento de P , entonces

s˚ pf, P 1 q ´ s˚ pf, P 1 q ă ε.

18.4.5. Teorema. Sean E Ă Rn ; C Ă E una caja cerrada; f : E ÝÑ R y g : E ÝÑ R


funciones acotadas y Riemann integrables sobre C, y c P R. Se tienen las siguientes fórmulas
ż ż ż
pf ` gq “ f ` g,
C C C

ż ż
cf “ c f.
C C
708 18.4. Integración de funciones de varias variables

18.4.6. Teorema. Sean E Ă Rn ; C Ă E una caja cerrada; f : E ÝÑ R y g : E ÝÑ R


funciones acotadas y Riemann integrables sobre C tales que f pxq ĺ gpxq, para todo x P C.
Se tiene la siguiente desigualdad
ż ż
f pxq d x ĺ gpxq d x.
C C

18.4.7. Teorema. Sean E Ă Rn y f : E ÝÑ R una función acotada y Riemann integrable


sobre una caja cerrada C Ă E. Se tiene la siguiente desigualdad
ˇ ˇ
ˇż ˇ ż
ˇ ˇ
ˇ f pxq d xˇ ĺ |f pxq| d x.
ˇ ˇ
ˇ ˇ
C C

18.4.8. Teorema. Sea E Ă Rn un conjunto Jordan-medible. Se tiene que la función constante


1 es integrable sobre E y además
ż
voln pEq “ 1 d x.
E

Demostración. Sea Ẽ la caja envolvente de E y P una partición de Ẽ. Observando el


hecho de que el supervolumen de E correspondiente a P es igual a s˚ p1lE , P q; el subvolumen
de E correspondiente a P es igual a s˚ p1lE , P q, y además
ż ż
s˚ p1lE , P q ĺ 1lE pxq d x ĺ 1lE pxq d x ĺ s˚ p1lE , P q;
Ẽ Ẽ

tenemos que ż ż
voln˚ pEq ĺ 1lE pxq d x ĺ 1lE pxq d x ĺ vol˚n pEq,
Ẽ Ẽ

pero como E es Jordan medible tenemos que 1lE es Riemann integrable sobre Ẽ, es decir 1
es Riemann integrable sobre E y además
ż ż
voln pEq “ 1lE pxq1 d x “ 1 d x. ‚
Ẽ E

Antes de establecer y demostrar el teorema siguiente, recordemos que si x “ px1 , x2 , . . . ,


xl q P Rl e y “ py1 , y2 , . . . , yr q P Rr , el vector px|yq está definido como el vector

px1 , . . . , xl , y1 , . . . , yr q P Rl`r .
18.4. Integración de funciones de varias variables 709

18.4.9. Teorema de Fubini. Supongamos que l, r P N; f : Rl`r ÝÑ R es una función


l`r
Ś l
Ś
acotada y Riemann integrable sobre una caja cerrada C “ rak ; bk s; C1 “ rak ; bk s y
k“1 k“1
r
Ś
C2 “ rak`l ; bk`l s. Entonces: las funciones L1 : Rl ÝÑ R y U1 : Rl ÝÑ R dadas por
k“1
ż ż
L1 pxq :“ f px|yq d y y U1 pxq :“ f px|yq d y
C2 C2

son Riemann integrables sobre C1 ; las funciones L2 : Rr ÝÑ R y U2 : Rr ÝÑ R dadas por


ż ż
L2 pyq :“ f px|yq d x y U2 pyq :“ f px|yq d x
C1 C1

son Riemann integrables sobre C2 ; además se cumplen las fórmulas


¨ ˛ ¨ ˛
ż ż ż ż ż ż
f “ ˝ f px|yq d y ‚d x, f “ ˝ f px|yq d y ‚d x,
˚ ‹

C C1 C2 C C1 C2
¨ ˛ ¨ ˛
ż ż ż ż ż ż
f“ ˝ f px|yq d x‚d y, f“ ˝ f px|yq d x‚d y.
˚ ‹

C C2 C1 C C2 C1

Demostración. De los teoremas 18.4.2 y 18.4.3, para todo ε ą 0 existe una partición
P “ p∆1 , . . . , ∆l , ∆l`1 , . . . , ∆l`r q de C tal que
ż ż
˚
f ´ ε ĺ s˚ pf, C, P q ĺ s pf, C, P q ĺ f ` ε.
C C

Observemos que P1 :“ p∆1 , . . . , ∆l q y P2 :“ p∆1`1 , . . . , ∆l`r q son particiones de C1 y C2


respectivamente. Tomando la notación dada en la ecuación 18.4.2 al hacer n “ l ` r, don-
l
de cada ∆i “ pt0,i , t1,i , . . . , tui ,i q, al hacer Ck1 1 ,k2 ,...,kl :“
Ś
rtkj ´1,j ; tkj ,j s, Ck21`1 ,kl`2 ,...,kl`r :“
j“1
r
rtkl`j ´1,l`j ; tkl`j ,l`j s y m2kl`1 ,...,kl`r pxq :“ ínf tf px|yq : y P Ck2l`1 ,kl`2 ,...,kl`r u, obtenemos
Ś
j“1

u2
u1 ÿ ul`r
ÿ ÿ ` ˘
s˚ pf, P q “ ¨¨¨ mk1 ,k2 ,...,kl`r voll`r Ck1 ,k2 ,...,kl`r
k1 “1 k2 “1 kl`r “1
¨ ˛
u1 ul ul`1 ul`r
ÿ ÿ ÿ ÿ ` ˘
“ ¨¨¨ ˝ ¨¨¨ mk1 ,k2 ,...,kl`r voll`r Ck1 ,k2 ,...,kl`r ‚
k1 “1 kl “1 kl`1 “1 kl`r “1
¨ ˛
u1 ul ul`1 ul`r
ÿ ÿ ÿ ÿ
“ ¨¨¨ ˝ ¨¨¨ mk1 ,k2 ,...,kl`r volr pCk2l`1 ,...,kl`r q‚voll pCk1 1 ,...,kl q.
k1 “1 kl “1 kl`1 “1 kl`r “1
710 18.4. Integración de funciones de varias variables

Ahora, para cada xk1 ,k2 ,...,kl P Ck1 1 ,k2 ,...,kl se tiene que

mk1 ,k2 ,...,kl`r ĺ m2kl`1 ,...,kl`r pxk1 ,k2 ,...,kl q,

por lo que
u1
ÿ ul
ÿ
s˚ pf, P q ĺ ¨¨¨ s˚ pf pxk1 ,k2 ,...,kl |¨q, P2 qvoll pCk1 1 ,...,kl q
k1 “1 kl “1
u1
ÿ ul
ÿ
ĺ ¨¨¨ pL1 pxk1 ,k2 ,...,kl qq voll pCk1 1 ,...,kl q
k1 “1 kl “1
u1
ÿ ul
ÿ
ĺ ¨¨¨ U1 pxk1 ,k2 ,...,kl qvoll pCk1 1 ,...,kl q.
k1 “1 kl “1

Análogamente se puede ver que


u1
ÿ ul
ÿ
¨¨¨ L1 pxk1 ,k2 ,...,kl qvoll pCk1 1 ,...,kl q ĺ s˚ pf, P q,
k1 “1 kl “1

de manera que
0 ĺ s˚ pL1 , P1 q ´ s˚ pL1 , P1 q ĺ s˚ pf, P q ´ s˚ pf, P q ă ε,
por lo que L1 es Riemann integrable en C1 y además
ż u1
ÿ ul
ÿ ż
f ´εĺ ¨¨¨ L1 pxk1 ,k2 ,...,kl qvoll pCk1 1 ,...,kl q ĺ f ` ε,
k1 “1 kl “1
C C

luego ż ż ż
f ´εĺ L1 pxq d x ĺ f ` ε.
C C1 C

Como ε es arbitrario, la última desigualdad nos lleva a que


¨ ˛
ż ż ż ż
f “ L1 pxq d x “ ˝ f px|yq d y ‚d x.
˚ ‹

C C1 C1 C2

De manera análoga se puede demostrar que U1 , L2 y U2 son Riemann integrables, así


como el resto de las fórmulas. ‚
18.4.10. Teorema. Si A Ă Rn es tal que voln pAq “ 0 y f : Rn ÝÑ R es acotada, entonces
ż
f pxq d x “ 0.
A
18.4. Integración de funciones de varias variables 711

Demostración. Sea m una cota inferir de f y M una cota superior de f . De las definiciones
de integral sobre A y de volumen de Jordan, y del teorema 18.4.6 tenemos que
ż
0 “ m voln pAq ĺ f ĺ M vol˚n pAq “ 0,
˚

de donde se concluye el resultado. ‚


18.4.11. Teorema. Si A, B Ă Rn son conjuntos Jordan-medibles, A X B “ ∅ y f : Rn ÝÑ R
es integrable en A Y B, entonces
ż ż ż
f pxq d x “ f pxq d x ` f pxq d x.
AYB A B

Demostración. De la definición de integral sobre un conjunto y del teorema 18.4.5, al


tomar la caja envolvente C de A Y B se tiene
ż ż ż ż ż ż
f “ 1lAYB f “ 1lA f ` 1lB f “ f ` f. ‚
AYB C C C A B

18.4.12. Teorema. Si A, B Ă Rn son conjuntos Jordan-medibles tales que A Ă B, voln pBzAq


“ 0 y f es Riemann integrable en B, entonces
ż ż
f pxq d x “ f pxq d x.
A B

Demostración. De los teoremas 18.4.10 y 18.4.11 se tiene que


ż ż ż ż
f“ f` f “ f. ‚
B A BzA A

18.4.13. Teorema. Si A, B Ă Rn son conjuntos Jordan-medibles tales que voln pA X Bq “ 0


y f : A Y B ÝÑ R una función Riemann integrable tanto en A como en B, entonces
ż ż ż
f pxq d x “ f pxq d x ` f pxq d x.
AYB A B

Demostración. De los teoremas 18.4.11 y 18.4.12 tenemos


ż ż ż ż ż
f“ f` f “ f ` f. ‚
AYB A BzpAXBq A B
712 18.4. Integración de funciones de varias variables

A continuación enunciaremos una serie de resultados que son versiones particulares del
llamado teorema de Green. Tales resultados servirán como herramienta para demostrar dicho
teorema en una versión más general.
18.4.14. Lema. Sea R una región en R2 tal que existen funciones continuas f1 , f2 : ra; bs ÝÑ
R, donde a ă b, f1 pxq ă f2 pxq para todo x P pa; bq y además R “ tpx, yq P R2 : a ĺ x ĺ b y
f1 pxq ĺ y ĺ f2 pxqu. Si P : R ÝÑ R es una función continua tal que D2 P existe y es continua
˝
en R, entonces
ż ż
18.4.15. D2 P pvq d v “ œ P px, yq d x.
R BR

Demostración. Del teorema de Fubini 18.4.9 y del segundo teorema fundamental del cálcu-
lo 17.2.41 tenemos que
¨ ˛
ż żb fż2 pxq żb
D2 P pvq d v “ ˝ D2 P px, yq d y ‚d x “ pP px, f2 pxqq ´ P px, f1 pxqqq d x
˚ ‹

R a f1 pxq a

żb żb ż ż
“ P px, f2 pxqq d x ´ P px, f1 pxqq d x “ P px, yq d x ` P px, yq d x,
a a γ1 γ3

donde γ1 : r0; 1s ÝÑ Rn y γ3 : r0; 1s ÝÑ Rn , de manera que


tÞÑpa`tpb´aq,f2 pa`tpb´aqqq tÞÑpb`tpa´bq,f1 pb`tpa´bqqq
ż ż ż
18.4.16. D2 P pvq d v “ P px, yq d x ` P px, yq d x.
R γ1 γ3

En el caso en que f1 pbq ă f2 pbq definamos γ2 : y en el caso en que f1 paq ă


r0; 1s ÝÑ Rn
tÞÑpb,tf1 pbq`p1´tqf2 pbqq
f2 paq definamos γ4 : , en cuyos casos tenemos que P px, yq d x “ 0 y
ş
r0; 1s ÝÑ Rn
tÞÑpa,tf2 paq`p1´tqf1 paqq γ2
P px, yq d x “ 0. Ahora, observemos que cuando f1 pbq ă f2 pbq y f1 paq ă f2 paq tenemos
ş
γ4
que una parametrización simple de BR en el sentido de las manecillas del reloj está dada
por la concatenación γ1 ö̀ γ2 ö̀ γ3 ö̀ γ4 , de manera que por el teorema 18.1.11 y la ecuación
18.4.16 tenemos que se cumple 18.4.15. Para los casos en que f1 pbq “ f2 pbq y f1 paq “ f2 paq,
f1 pbq ă f2 pbq y f1 paq “ f2 paq, y f1 pbq “ f2 pbq y f1 paq ă f2 paq se tienen las concatenaciones
respectivas γ1 ö̀ γ3 , γ1 ö̀ γ3 ö̀ γ4 y γ1 ö̀ γ2 ö̀ γ3 que son parametrizaciones simples de BR en el
sentido de las manecillas del reloj, y de manera similar tenemos que por el teorema 18.1.11
y la ecuación 18.4.16 se cumple 18.4.15. ‚
De manera similar a como se demostró el lema 18.4.14 se puede demostrar el lema si-
guiente.
18.4.17. Lema. Sea R una región en R2 tal que existen funciones continuas g1 , g2 : ra; bs ÝÑ
R, donde a ă b, g1 pyq ă g2 pyq para todo y P pa; bq y además R “ tpx, yq P R2 : a ĺ y ĺ b y
18.4. Integración de funciones de varias variables 713

g1 pyq ĺ x ĺ g2 pyqu. Si Q : R ÝÑ R es una función continua tal que D1 Q existe y es continua


˝
en R, entonces
ż ż
18.4.18. D1 Qpvq d v “ ö Qpx, yq d y.
R BR

18.4.19. Lema. Sean R Ă R2 una región triangular, P, Q : R ÝÑ R dos funciones continuas


˝
tales que D1 Q y D2 P existen y son continuas en R. Con estas condiciones se satisfacen las
ecuaciones 18.4.15 y 18.4.18.
Demostración. Usaremos el lema 18.4.17 para demostrar solamente la fórmula 18.4.18 (la
fórmula 18.4.15 se puede demostrar de manera similar usando el lema 18.4.14). Sean A “
pd1 , aq, B “ pd2 , bq y C “ pd3 , cq los vértices del triángulo BR tales que a ĺ c ĺ b. Tenemos
ÐÑ ÐÑ
que C R AB y observando que AB no es horizontal tenemos que C está del lado derecho o del
ÐÑ
lado izquierdo de AB. Tomemos la función g1 : ra; bs ÝÑ R dada por g1 pyq “ d1 ` d2b´a ´d1
py ´aq
d1 ` c´a py ´ aq si y ĺ c
d3 ´d1
"
y g2 : ra; bs ÝÑ R dada por g2 pyq “ , de manera que cuando
d3 ` d2b´c
´d3
py ´ cq si y ľ c
ÐÑ
C está del lado derecho de la recta AB tenemos que R “ tpx, yq P R2 : a ĺ y ĺ b y
g1 pyq ĺ x ĺ g2 pyqu y cuando está del lado izquierdo tenemos que R “ tpx, yq P R2 : a ĺ y ĺ b
y g2 pyq ĺ x ĺ g1 pyqu, y en ambos casos podemos aplicar el lema 18.4.17 para concluir con la
fórmula 18.4.18. ‚
El lema siguiente es una generalización del lema 18.4.19.
18.4.20. Lema. Sean R una región poligonal con n lados en R2 , P, Q : R ÝÑ R dos funciones
˝
continuas tales que D1 Q y D2 P existen y son continuas en R. Con estas condiciones se
satisfacen las ecuaciones 18.4.15 y 18.4.18.
Demostración. Demostraremos el lema 18.4.20 usando el segundo método de inducción
matemática sobre el número n de lados de R. Cuando n “ 3 el resultado es el lema 18.4.19.
Supongamos que n ą 3 y que el resultado es válido cuando la región poligonal tiene menos de
n lados. Del lema 16.9.7 vemos que podemos trazar un segmento AB cuyos extremos están en
la frontera de R y además AB “ H1 X H2 , donde H1 y H2 son regiones poligonales que no se
traslapan con menos de n lados cada uno y además R “ H1 Y H2 , de hecho tenemos además
˝ ˝
que AB “ BH1 X BH2 . Sean Γ1 :“ BH1 zR y Γ2 :“ BH2 zR, de manera que BH1 “ Γ1 Y AB,
tA, Bu “ Γ1 X AB, BH2 “ Γ2 Y AB y tA, Bu “ Γ2 X AB. Tenemos del teorema 18.4.13 y de
la hipótesis de inducción que
ż ż ż ż ż
18.4.21. D1 Qpvq d v “ D1 Qpvq d v ` D1 Qpvq d v “ ö Qpx, yq d y ` ö Qpx, yq d y.
R H1 H2 BH1 BH2

Ahora, supongamos que γ1 es una parametrización simple de Γ1 que va de A a B, γ2


una parametrización simple de Γ2 que va de B a A, y γ0 es una parametrización simple
˝ ˝
del segmento AB que va de B a A. Sean h1 P H1 y h2 P H2 y supongamos sin pérdida de
generalidad que indh1 pγ1 ö̀ γ0 q “ 1, es decir que γ1 ö̀ γ0 es una parametrización en sentido
714 18.4. Integración de funciones de varias variables

contrario a las manecillas del reloj. Observemos que γ0 y γ2 son homotópicos con extremos
fijos en R2 zth1 u, de manera que indh1 pγ1 ö̀ γ2 q “ 1, es decir γ1 ö̀ γ2 es una parametrización en
˝
sentido contrario a las manecillas del reloj. Por otro lado tenemos que h2 P R, de manera que
˝
indh2 pγ1 ö̀ γ2 q “ 1, pero como también h2 P H2 tenemos que γ1 y ö́γ0 son homotópicos con
extremos fijos en R2 zth2 u, teniendo así que pö́γ0 q ö̀ γ2 tiene sentido contrario a las manecillas
del reloj. Tenemos pues que
ż ż
ö Qpx, yq d y ` ö Qpx, yq d y
BH1 ż BH2 ż
“ Qpx, yq d y ` Qpx, yq d y
γ1 ö̀γ0 pö́γ0 qö̀γ2
18.4.22. ż ż
“ Qpx, yq d y “ Qpx, yq d y
pγ1 ö̀γ0 qö̀ppö́γ0 qö̀γ2 q γ1 ö̀γ2
ż
“ ö Qpx, yq d y,
BR

de manera que de las fórmulas 18.4.21 y 18.4.22 se deduce la fórmula 18.4.18 y la fórmula
18.4.15 se demuestra de manera similar. ‚
18.4.23. Teorema de Green. Sea A Ă R2 un conjunto abierto y R Ă A una región Jordan-
medible cuya frontera es una trayectoria de Jordan. Si P : A ÝÑ R y Q : A ÝÑ R son
funciones continuas tales que D2 P y D1 Q son continuas en A entonces
ż ż
18.4.24. pD1 Qpvq ´ D2 P pvqq d v “ ö pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq,
R BR

siempre que la integral del lado derecho de la ecuación 18.4.24 esté bien definida.
Demostración. Como R es una región Jordan-medible tenemos que debido al lema 15.28.36
apBRq “ 0, de manera que para todo k P N existe un conjunto finito tC1,k , C2,k , . . . , Cmk ,k u
compuesto de mk cajas cerradas ˜ (de dimensión
¸ 2) diferentes e incluidas en A que cubre a
m
Ťk
la trayectoria BR, tales que a Cj,k ă k1 . Tenemos así que podemos escoger mk cajas
j“1
abiertas diferentes O1,k , O2,k , . . . , Omk ,k tales que para toda j P t1, 2, . . . , mk u se tenga que
mŤk
Cj,k Ă Oj,k Ă A y además al tomar Ok :“ Oj,k tengamos apOk q ă k1 y O1 Ă A. Observemos
j“1
que la construcción de cada Ok puede ser hecha de tal manera que Ok`1 Ă Ok , ¡elijamos la
construcción de cada Ok de tal manera que se cumpla dicha inclusión!
Sea γ : r0; 1s ÝÑ A una parametrización simple de BR.
Del teorema 16.9.20, para cada k P N existe un polígono Γk˚ Ă Ok en el interior de R con
una parametrización simple γk˚ que es homotópica a γ en Ok y un polígono Γk˚˚ Ă Ok en el
exterior de R con una parametrización simple γk˚˚ que es homotópica en γ en Ok . Escojamos
además Γk˚ , Γk˚˚ , γk˚ y γk˚˚ de tal manera que si k ą 1 entonces }γ ´ γk˚ }8 ă k1 , }γ ´ γk˚˚ }8 ă k1 ,
18.4. Integración de funciones de varias variables 715

Γk˚ está en el exterior de Γk´1


˚
y Γk˚˚ está en el interior de Γk´1˚˚
. Por el corolario 16.9.15 existe
una parametrización ηk : ra; bs ÝÑ Ok homotópica a γ cuya trayectoria Hk es un polígono
que está en el interior de la trayectoria Γk˚˚ y en el exterior de la trayectoria Γk˚ , con todos
los vértices en BR de manera tal que si v es un vértice de Hk entonces ηk´1 rtvus “ γ ´1 rtvus,
además de que ηpa ` i b´a k
q P BR para todo i P t0, 1, 2, . . . , ku.
Sea M “ |máxtD1 Qpvq ´ D2 P pvq : v P O1 u|. Del lema 18.4.19, al tomar Γ̂k˚ , Γ̂k˚˚ y Ĥk
las regiones delimitadas por Γk˚ , Γk˚˚ y Hk respectivamente tenemos que
ˇ ˇ
ˇż ż ˇ
ˇ ˇ M
ˇ pD1 Qpvq ´ D2 P pvqq d v ´ pD1 Qpvq ´ D2 P pvqq d v ˇ ă ,
ˇ ˇ
18.4.25. ˇ ˇ k
ˇΞ Γ̂ ˚
ˇ
k

para Ξ P tĤk , Γ̂k˚˚ , Ru.

Ahora, de la desigualdad anterior, la definición 18.1.23 y la observación 18.1.24 tenemos


ż ż
lím ö pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq “ ö pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq,
kÑ8
Hk BR

de manera que usando el lema 18.4.20, la igualdad anterior y la desigualdad 18.4.25 se deduce
el teorema. ‚

18.4.26. Definición. A la ecuación 18.4.24 se le llama fórmula de Green.

El teorema siguiente da condiciones bajo las cuales se puede intercambiar el orden de


derivación parcial de una función.

18.4.27. Teorema. Si A Ă R2 es un conjunto abierto y u : A ÝÑ R es una función para la


cual D1,2 u y D2,1 u existen y son continuas, entonces

D1,2 u “ D2,1 u.

Demostración. Para aplicar el teorema de Green hagamos P “ D1 u y Q “ D2 u y para


˝
cada a “ pa1 , a2 q P A sea Rq una región cuadrada tal que a P Ra y Ra Ă A, donde

BRa “ rpa1 ´ ∆, a2 ´ ∆q; pa1 ` ∆, a2 ´ ∆qs Y rpa1 ` ∆, a2 ´ ∆q; pa1 ` ∆, a2 ` ∆qs


Y rpa1 ` ∆, a2 ` ∆q; pa1 ´ ∆, a2 ` ∆qs Y rpa1 ´ ∆, a2 ` ∆q; pa1 ´ ∆, a2 ´ ∆qs,

para algún ∆ ą 0 suficientemente pequeño, donde una expresión de la forma rD; Es representa
el segmento con extremos D y E. Ahora, usando el teorema fundamental del cálculo, tenemos
716 18.4. Integración de funciones de varias variables

que
ż ż
ö pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq “ ö pD1 upx, yq d x ` D2 upx, yq d yq
BRa BRa
a1ż`∆ a2ż`∆

“ D1 upx, a2 ´ ∆q d x ` D2 upa1 ` ∆, yq d y
a1 ´∆ a2 ´∆
a1ż´∆ a2ż´∆

` D1 upx, a2 ` ∆q d x ` D2 upa1 ´ ∆, yq d y
a1 `∆ a2 `∆

“ upa1 ` ∆, a2 ´ ∆q ´ upa1 ´ ∆, a2 ´ ∆q ` upa1 ` ∆, a2 ` ∆q


´ upa1 ` ∆, a2 ´ ∆q ` upa1 ´ ∆, a2 ` ∆q ´ upa1 ` ∆, a2 ` ∆q
` upa1 ´ ∆, a2 ´ ∆q ´ upa1 ´ ∆, a2 ` ∆q “ 0;

por otra parte, al usar esta última igualdad y el teorema de Green tenemos
ż ż
pD2,1 upwq ´ D1,2 upwqq d w “ pD1 D2 upwq ´ D2 D1 upwqq d w
Ra Ra
18.4.28. ż ż
“ pD1 Qpwq ´ D2 P pwqq d w “ ö pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq “ 0.
Ra BRa

Ahora, si tuviéramos que D2,1 upaq ´ D1,2 upaq ‰ 0, entonces, para el caso en que D2,1 upaq ´
D1,2 upaq ą 0 tendríamos debido a la continuidad de las funciones D2,1 u y D1,2 u que si
tomamos ∆ suficientemente pequeño, entonces D2,1 upwq ´ D1,2 upwq ą 0 para todo w P Ra ,
de manera que sería imposible que se cumpliera la igualdad 18.4.28 y de manera análoga
ocurriría una contradicción cuando D2,1 upaq ´ D1,2 upaq ă 0, de manera que necesariamente
D2,1 upaq ´ D1,2 upaq “ 0, es decir D1,2 upaq “ D2,1 upaq y esto ocurre para cualquier a P A. ‚
18.4.29. Definición. Sea E Ă Rn un conjunto abierto conexo, Q1 , Q2 , . . . , Qn P ER. Decimos
que para todo x P E y todo ∆ “ p∆1 , ∆2 , . . . , ∆n q P Rn la expresión
n
ÿ
Qk pxq∆k
k“1

es una forma diferencial exacta en E si existe una función diferenciable F : E ÝÑ R tal


que para cada k P Jn se tenga
Dk F pxq “ Qk pxq,
es decir cuando
n
ÿ
Qk pxq∆k “ D F pxqp∆q “ ∇F pxq ¨ ∆ “ ∇F pxq∆t ,
k“1

para todo x P E y todo ∆ P Rn .


18.4. Integración de funciones de varias variables 717

El siguiente resultado lo usaremos para demostrar propiedades de las formas diferenciales


exactas.
18.4.30. Regla de Leibniz. Sea ϕ : ra; bs ˆ rc; ds ÝÑ R una función continua y definamos
la función g : rc; ds ÝÑ R mediante la fórmula

żb
18.4.31. gptq “ ϕps, tq d s.
a

La función g es continua. Además, si D2 ϕ existe y es continua, entonces g tiene derivada


continua y
żb
18.4.32. g 1 ptq “ D2 ϕps, tq d s.
a

Demostración. Veamos primero que g es continua. Por ser ra; bs ˆ rc; ds compacto y ϕ
continua, entonces ϕ es uniformemente continua. Para cada ε ą 0 sea δ ą 0 tal que
ε
|ϕpx, yq ´ ϕps, tq| ă siempre que |px, yq ´ ps, tq| ă δ.
pb ´ aq

Ahora, si |y ´ t| ă δ, entonces
ˇb ˇ
ˇż ˇ żb żb
ˇ ˇ ε
|gptq ´ gpyq| “ ˇˇ pϕps, tq ´ ϕps, yqq d sˇˇ ĺ |ϕps, tq ´ ϕps, yq| d s ă d s “ ε,
ˇ ˇ pb ´ aq
a a a

de manera que g es uniformemente continua.


Supongamos ahora que D2 ϕ es continua y sean t0 P rc; ds y ε ą 0. Como D2 ϕ es continua,
entonces es uniformemente continua, ya que ra; bs ˆ rc; ds es compacto, de manera que existe
un δ ą 0 tal que si |px, yq ´ ps, tq| ă δ, entonces | D2 ϕpx, yq ´ D2 ϕps, tq| ă b´a
ε
, en particular
ε
18.4.33. | D2 ϕps, tq ´ D2 ϕps, t0 q| ă si |t ´ t0 | ă δ.
b´a
Tenemos así que si |t ´ t0 | ă δ y s P ra; bs, entonces
ˇt ˇ
ˇż ˇ
ˇ pD2 ϕps, τ q ´ D2 ϕps, t0 qq d τ ˇ ĺ ε|t ´ t0 | .
ˇ ˇ
18.4.34. ˇ
ˇ
ˇ
ˇ b´a
t0

Ahora, para cada s P ra; bs fijo tenemos que la función D2 ϕps, ¨q ´ D2 ϕps, t0 q es la derivada
de la función Φs dada por Φs ptq “ ϕps, tq ´ t D2 ϕps, t0 q. Tenemos así que del segundo teorema
fundamental del cálculo 17.2.41 y de la ecuación 18.4.34 tenemos que
ε|t ´ t0 |
|ϕps, tq ´ ϕps, t0 q ´ pt ´ t0 q D2 ϕps, t0 q| ĺ ,
b´a
718 18.4. Integración de funciones de varias variables

siempre que |t ´ t0 | ă δ. Pero de la definición de g tenemos que


ˇ ˇ
ˇ żb ˇ
ˇ gptq ´ gpt0 q ˇ
ˇ
ˇ t ´ t0 ´ D2 ϕps, t0 q d s ˇ ĺ ε,
ˇ
ˇ ˇ
a

de manera que se cumple la ecuación 18.4.32. Ahora, del primer enunciado del teorema y de
la fórmula 18.4.32 tenemos que g 1 es continua. ‚
18.4.35. Teorema. Sean I1 , I2 Ă R intervalos abiertos, P, Q P C 1 pI1 ˆ I2 q. Para todo
px, yq P I1 ˆ I2 y todo p∆1 , ∆2 q P R2 la expresión
18.4.36. P px, yq∆1 ` Qpx, yq∆2
es una forma diferencial exacta en I1 ˆ I2 si y sólo si
D2 P px, yq “ D1 Qpx, yq.

Demostración. Supongamos primero que la expresión 18.4.36 es una forma diferencial


exacta, es decir que existe una función diferenciable F : A ÝÑ R tal que para todo px, yq P
I1 ˆ I2 se tiene que
D1 F px, yq “ P px, yq y D2 F px, yq “ Qpx, yq.
Como P, Q P C 1 pI1 ˆ I2 q, entonces D1 Q “ D2,1 F y D2 P “ D1,2 F existen y son continuas
en I1 ˆ I2 , De manera que por el teorema 18.4.27 tenemos que D2 P px, yq “ D1 Qpx, yq, para
todo px, yq P I1 ˆ I2 .
Supongamos ahora que D2 P px, yq “ D1 Qpx, yq, para todo px, yq P I1 ˆ I2 . Sea px0 , y0 q P
I1 ˆ I2 y definamos la función F : I1 ˆ I2 ÝÑ R como
żx ży
18.4.37. F px, yq “ P ps, yq d s ` Qpx0 , sq d s,
x0 y0

de manera que al usar el primer y segundo teorema funadamental del cálculo 17.2.38 y 17.2.41
y la regla de Leibniz 18.4.30 obtenemos que
żx żx
D2 F px, yq “ D2 P ps, yq d s ` Qpx0 , yq “ D1 Qps, yq d s ` Qpx0 , yq
x0 x0

“ Qpx, yq ´ Qpx0 , yq ` Qpx0 , yq “ Qpx, yq,


y además, como el segundo término del lado derecho de la ecuación 18.4.37 no depende de
x, tenemos D1 F px, yq “ P px, yq ` 0 “ P px, yq, siendo así la expresión 18.4.36 una forma
diferencial exacta. ‚
18.4.38. Teorema. Sea A Ă R2 un conjunto abierto conexo y sean P, Q P C 1 pAq. Si para
todo px, yq P A y todo p∆1 , ∆2 q P R2 la expresión
P px, yq∆1 ` Qpx, yq∆2
18.4. Integración de funciones de varias variables 719

es una forma diferencial exacta en A, entonces


D2 P px, yq “ D1 Qpx, yq.

Demostración. Si P px, yq∆1 ` Qpx, yq∆2 es una forma diferencial exacta en A, entonces
por definición existe una función diferenciable F : A ÝÑ R tal que D1 F px, yq “ P px, yq
y D2 F px, yq “ Qpx, yq para cada px, yq P A. Ahora, si px, yq P A, podemos tomar dos
intervalos abiertos I1 e I2 tales que px, yq P I1 ˆ I2 Ă A, para aplicar el teorema 18.4.35 al
considerar la función diferenciable F |I1 ˆ I2 y obtener D2 P px, yq “ D2 pP |I1 ˆ I2 qpx, yq “
D1 pQ|I1 ˆ I2 qpx, yq “ D1 Qpx, yq. ‚
18.4.39. Lema. Sean I1 I2 dos intervalos abiertos de números reales, px0 , y0 q, px1 , y2 q P I1 ˆI2 ,
γ : r0; 1s ÝÑ I1 ˆ I2 , P, Q P C 1 pI1 ˆ I2 q tales que para todo ∆ “ p∆1 , ∆2 q la expresión
tÞÑp1´tqpx0 ,y0 q`tpx1 ,y1 q

P px, yq∆1 ` Qpx, yq∆2


es una forma diferencial exacta, con D F px, yqp∆q “ P px, yq∆1 `Qpx, yq∆2 , para todo px, yq P
I1 ˆ I2 . ż
pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq “ F px1 , y1 q ´ F px0 , y0 q.
γ

Demostración. Para el caso en que y1 “ y0 tenemos que


ż ż ż ż
pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq “ P px, y0 q d x ` Qpx, y0 q d y “ P px, y0 q d x
γ γ γ γ
ż1 ż1
“ P pp1 ´ tqx0 ` tx1 , y0 qpx1 ´ x0 q d t “ px1 ´ x0 q D1 F pp1 ´ tqx0 ` tx1 , y0 q d t
0 0
ż1
“ px1 ´ x0 q D1 F px0 ` tpx1 ´ x0 q, y0 q d t
0
x1 ´ x0
“ pF ppx0 ` 1px1 ´ x0 q, y0 q ´ F ppx0 ` 0px1 ´ x0 q, y0 q “ F px1 , y1 q ´ F px0 , y0 q,
x 1 ´ x0
y de manera similar vemos que el resultado también se cumple cuando x1 “ x0 . Tomemos
γ1 : r0; 1s ÝÑ I1 ˆ I2 y γ2 : r0; 1s ÝÑ I1 ˆ I2 para obtener la trayectoria cerrada simple
tÞÑp1´tqpx0 ,y0 q`tpx1 ,y0 q tÞÑp1´tqpx1 ,y0 q`tpx1 ,y1 q
γ1 ö̀ γ2 ö́ γ cuyo recorrido es el triángulo T :“ Ÿppx0 , y0 q, px1 , y0 q, px1 , y1 qq Ă I1 ˆ I2 y
observemos que la región triangular R cuya frontera en T también está incluida en I1 ˆ I2 .
Tenemos así que, al usar la fórmula de Green 18.4.24 y el teorema 18.4.38,
ˇ ż ˇ ˇż ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqqˇ “ ˇ ö pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqqˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
γ1 ö̀γ2 ö́γ T
ˇż ˇ ˇż ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
“ ˇ pD1 Qpvq ´ D2 P pvqq d v ˇ “ ˇ 0 d v ˇˇ “ 0,
ˇ ˇ ˇ
ˇ ˇ
R R
720 18.4. Integración de funciones de varias variables

de tal suerte que

ż ż
pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq “ pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq
γ γ
ż ż
` pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq “ pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq
γ1 ö̀γ2 ö́γ γ
ż ż
` pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq ´ pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq
γ1 ö̀γ2 γ
ż ż
“ pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq ` pP px, yq d x ` Qpx, yq d yqq
γ1 γ2

“ pF px1 , y0 q ´ F px0 , y0 qq ` pF px1 , y1 q ´ F px1 , y0 qq “ F px1 , y1 q ´ F px0 , y0 q,

con lo que el lema queda demostrado. ‚

18.4.40. Teorema. Sea A Ă R2 un conjunto abierto conexo y sean P, Q P C 1 pAq. Si para


todo px, yq P A y todo p∆1 , ∆2 q P R2 la expresión

P px, yq∆1 ` Qpx, yq∆2

es una forma diferencial exacta en A y F : A ÝÑ R es tal que D1 F “ P y D2 F “ Q,


entonces para todo camino rectificable γ : ra; bs ÝÑ A con trayectoria incluida en A, punto
inicial γpaq “ px0 , y0 q y punto final γpbq “ px1 , y1 q se tiene que

ż
pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq “ F px1 , y1 q ´ F px0 , y0 q.
γ

Demostración. Como el recorrido Γ del camino γ es un conjunto compacto podemos tomar


una sucesión finita de la forma pI1,k ˆ I2,k qpk“1 , donde cada Ii,k es un intervalo abierto, la
colección C “ tI1,k ˆ I2,k : k P Jp u es una cubierta de Γ , existe una partición pt0 , t1 , t2 , . . . , tm q
del intervalo ra; bs tal que para todo j P Jm se tiene que el segmento de recta rγptj´1 q; γptj qs
está incluido en un elemento de la cubierta C. Ahora, tomemos una sucesión de particiones
k“1 del intervalo ra; bs en la cual cada Tk “ pti,k qi“0 sea un refinamiento de la partición
mk
pTk q8
pt0 , t1 , t2 , . . . , tm q, y además }Tk } Ñ 0 cuandoˆk Ñ 8. Tomemos˙ ademásˆ los caminos γ˙ i,k :
t ´ ti´1,k t ´ ti´1,k
rti´1,k ; ti,k s ÝÑ Rn dados por γi,k ptq “ γpti,k q ` γpti´1,k q 1 ´ y
ti,k ´ ti´1,k ti,k ´ ti´1,k
γk : ra; bs ÝÑ Rn tal que γk ptq “ γi,k ptq para todo t P rti´1,k ; ti,k s. Del corolario 17.4.58 y del
18.4. Integración de funciones de varias variables 721

lema 18.4.39 tenemos que


ż ż
pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq “ lı́m pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq
kÑ8
γ γk
mk
ÿ ż mk
ÿ
“ lı́m pP px, yq d x ` Qpx, yq d yq “ lı́m pF pγi,k pti,k qq ´ F pγi,k pti´1,k qqq
kÑ8 kÑ8
i“1 i“1
γi,k
mk
ÿ
“ lı́m pF pγpti,k qq ´ F pγpti´1,k qqq “ lı́m pF pγptmk qq ´ F pγpt0 qqq
kÑ8 kÑ8
i“1
“ F px1 , y1 q ´ F px0 , y0 q,

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


722 18.5. Cambio de variables

18.5. Cambio de variables


En esta sección se establecerá una propiedad similar a la de los teoremas 17.4.17 y 17.4.27,
pero aplicado a integrales múltiples. Antes de establecer dicho resultado será necesario dar
algo de terminología y demostrar algunos resultados previos.
18.5.1. Lema. Sean a y b dos números reales tales que a ă b. Existe una función g P C 8 pRq
tal que gpxq ą 0 si x P pa; bq, y gpxq “ 0 si x R pa; bq.
Demostración. La función f : R ÝÑ R dada en el ejemplo 10.14.13 muestra una función
f P C 8 pRq tal que f pxq “ 0 si x ĺ 0, y f pxq ą 0 si x ą 0. Ahora, definamos gpxq :“
f px ´ aqf pb ´ xq para obtener así la función con las propiedades deseadas. ‚
18.5.2. Lema. Sean a y b dos números reales tales que a ă b. Existe una función h P C 8 pRq
tal que hpxq “ 0 si x ĺ a; 0 ă hpxq ă 1 si a ă x ă b; hpxq “ 1 si x ľ b; y además h es
estrictamente creciente en ra; bs.
Demostración. El lema se sigue al tomar g como en el lema 18.5.1 y definiendo
si x ĺ a,
$
’ 0


& şx


gpsq d s
hpxq :“ a ,


’ b
si x ą a
’ ş
% gpbq d s

a

además de tomar en cuenta al primer teorema fundamental del cálculo 17.2.38 y el teorema
10.13.9 a). ‚
18.5.3. Lema. Sean a, b, c y d números reales tales que a ă b ĺ c ă d. Existe una función
f P C 8 pRq tal que: f pxq “ 0 si x R pa; dq; f pxq “ 1 si b ĺ x ĺ c; la función f es estrictamente
creciente en ra; bs y estrictamente decreciente en rc; ds.
Demostración. Por el lema 18.5.2 podemos tomar funciones f1 , f2 P C 8 pRq tales que:
f1 pxq “ 0 si x ĺ a; 0 ă f1 pxq ă 1 si a ă x ă b; f1 pxq “ 1 si x ľ b; f1 es estrictamente
creciente en ra; bs; f2 pxq “ 0 si x ĺ c; 0 ă f2 pxq ă 1 si c ă x ă d; f2 pxq “ 1 si x ľ d, y f2 es
estrictamente creciente en rc; ds. El lema se sigue al tomar f :“ f1 ´ f2 . ‚
18.5.4. Lema. Sea n P N y sean C Ă A Ă Rn , tales que C es una n-caja cerrada y A es una
n-caja abierta. Existe una función f P C 8 pRn q tal que: f pxq “ 0 si x P Rn zA; f pxq “ 1 si
x P C, y 0 ă f pxq ă 1 si x P AzC.
Demostración. Sean a1 , a2 , . . . , an , b1 , b2 , . . . , bn , c1 , c2 , . . . , cn , d1 , d2 , . . . , dn números reales
n
tales que para cada j P Jn se tiene que aj ă bj ă cj ă dj , donde A “ paj ; dj q y C “
Ś
j“1
n
rbj ; cj s. Para cada j P Jn tomemos fj P C 8 pRq tal que: fj pxj q “ 0 si xj R paj ; dj q;
Ś
j“1
fj pxj q “ 1 si bj ĺ xj ĺ cj ; la función fj sea estrictamente creciente en raj ; bj s y estrictamente
decreciente en rcj ; dj s; lo cual puede hacerse debido al lema 18.5.3. Tenemos que el lema se
n
sigue al tomar f px1 , x2 , . . . , xn q “
ś
fj pxj q. ‚
j“1

18.5.5. Lema. Sean n, m P N y A Ă Rn , además supongamos que para cada j P Jm tenemos


18.5. Cambio de variables 723

Kj Ă A y fj P C 8 pRn q tal que fj rRn s “ r0; 1s, n


„ mfj rR zAs “ t0u y fj rKj s “ t1u. Existe una
función h P C 8 pRn q tal que hrRn zAs “ t0u, h
Ť
Ki “ t1u y hrRn s “ r0; 1s.
i“1
m
Demostración. El resultado se sigue al tomar hpxq “ p1 ´ p1 ´ fi pxqqq, para todo
ś
i“1
x P Rn . ‚
18.5.6. Teorema. Sean n P N, K Ă Rn un conjunto compacto y A Ă Rn un conjunto
abierto tal que K Ă A. Existe una función f P C 8 pRn q tal que f rKs “ t1u, f rRn zAs “ t0u
y f rRn s “ r0; 1s.
Demostración. Para cada y P K sean Cy Ă A una n-caja cerrada, Oy una n-caja abierta
˝
y fy P C 8 pRn q tales que y P Cy Ă Cy Ă Oy Ă A, fy rCy s “ t1u, fy rRn zOy s “ t0u y
fy rRn s “ r0; 1s. Lo anterior puede lograrse debido al lema 18.5.4 y tomando en cuenta que las
cajas abiertas forman una base de la topología de Rn determinada por la métrica euclidiana.
Como
" K es compacto* existe una cantidad finita de elementos y1 , y2 , . . . , ym P K tales que
˝ ˝ ˝
es una cubierta de K. El teorema se sigue del lema 18.5.5 al tomar una
Cy1 , Cy2 , . . . , Cym
« ff « ff
m m
función f P C 8 pRn q tal que f Rn z Cyj “ t1u, y f rRn s “ r0; 1s, en
Ť Ť
Oyj “ t0u, f
j“1 j“1
particular f rKs “ t1u y f rRn zAs “ t0u. ‚
18.5.7. Teorema de la partición de la unidad. Sea K Ă Rn un conjunto compacto y
tVα : α P Au una cubierta abierta de K. Existe una cantidad finita de funciones ψ1 , ψ2 , . . . ,
ψs P C 8 pRn q tales que
a) ψi rRn s “ r0; 1s para cada i P Js ;

b) para cada i P Js se tiene que ψi´1 rp0; 1ss Ă Vα , para algún α P A;


s
ÿ
c) ψk pxq “ 1, para cada x P K.
k“1

Demostración. Para cada x P K sea βx P A tal que x P Vβx . Sean Ux y Wx bolas con
centro en x tales que:
18.5.8. Ux Ă Wx Ă Wx Ă Vβx .
Como K es compacto existe un s P N y s puntos x1 , x2 , . . . , xs P K tales que
s
ď
18.5.9. KĂ Uxi .
i“1

De las inclusiones 18.5.8 y del teorema 18.5.6 existen funciones ϕ1 , ϕ2 , . . . , ϕs P C 8 pRn q


tales que ϕi rUxi s “ t1u, ϕi rRn zWxi s “ t0u y ϕi rRn s “ r0; 1s, para todo i P Js . Definamos las
funciones ψ1 , ψ2 , . . . , ψs de tal manera que ψ1 pxq “ ϕ1 pxq y
i
ź
18.5.10. ψi`1 pxq “ ϕi`1 pxq p1 ´ ϕk pxqq,
k“1
724 18.5. Cambio de variables

para cada i P Js´1 y cada x P Rn . Observemos que con estas funciones ψi se cumplen las
propiedades a) y b) del teorema y que la igualdad
i
ÿ i
ź
18.5.11. ψk pxq “ 1 ´ p1 ´ ϕk pxqq
k“1 k“1

se cumple cuando i “ 1. Ahora, si la igualdad 18.5.11 se cumple para un i P Js al sumar


18.5.10 y 18.5.11 obtendremos que la fórmula 18.5.11 también será válida si en lugar de poner
i ponemos i ` 1, siempre que i ` 1 P Js . Tenemos así que la fórmula 18.5.11 es válida para
todo i P Js , en particular tenemos
s
ÿ s
ź
18.5.12. ψk pxq “ 1 ´ p1 ´ ϕk pxqq.
k“1 k“1

Tenemos así que si x P K, entonces, por la igualdad 18.5.9, x pertenece a algún Uxj , de
s
manera que ϕj pxq “ 1, y de la fórmula 18.5.11 obtenemos que ψk pxq “ 1, con lo que el
ř
k“1
teorema queda demostrado. ‚
18.5.13. Definición. Se dice que el conjunto de funciones tψ1 , ψ2 , . . . , ψs u dado en el teorema
de la partición de la unidad 18.5.7 es una partición de la unidad de K con funciones de
clase C 8 subordinada a la cubierta tVα : α P Au.
Como consecuencia inmediata de la definición anterior tenemos el resultado siguiente.
18.5.14. Teorema. Si K Ă Rn es un conjunto compacto con una cubierta abierta tVα :
α P Au, tψ1 , ψ2 , . . . , ψs u es una partición de la unidad de K subordinada a tVα : α P Au y
f : Rn ÝÑ R tal que f ´1 rRzt0us Ă K; entonces
s
ÿ
18.5.15. f“ ψk f.
k“1

18.5.16. Lema. Sean n P N, A Ă Rn un conjunto abierto acotado, y para k, l P Jn tomemos


~gk,l : A ÝÑ Rn tal que para todo ~x P A tengamos que si i R tk, lu la i-ésima componente de
~gk,l p~xq es la i-ésima componente de ~x, pero la k-ésima componente de ~gk,l p~xq es la l-ésima
de ~x y la l-ésima componente de ~gk,l p~xq es la k-ésima de ~x. Es decir ~gk,l es la función que
intercambia las componentes k-ésima y l-ésima del punto evaluado y las otras componentes
las deja igual. Si f : Rn ÝÑ R es Riemann-integrable en alguna caja en la cual esté incluido
~gk,l rAs y Riemann-integrable sobre ~gk,l rAs, entonces
ż ż
f p~y q d ~y “ f ˝ ~gk,l p~xq d ~x.
~gk,l rAs A

Demostración. El lema anterior se sigue de la definición de integral de un función de varias


variables, observando que para cada suma de Riemann correspondiente a una de las integrales
18.5. Cambio de variables 725

hay una suma de Riemann correspondiente a la otra con el mismo valor. Dejamos los detalles
de la demostración como ejercicio para el lector. ‚
18.5.17. Lema. Sean n P N, A Ă Rn un conjunto abierto acotado, y ~h : A ÝÑ Rn tal que
su n-ésima función componente hn es inyectiva y además hn P C 1 pAq, mientras que para
k P Jn´1 la k-ésima función componente es la identidad. Es decir, ~hpx1 , x2 , . . . , xn´1 , xn q “
px1 , x2 , . . . , xn´1 , hn px1 , x2 , . . . , xn´1 , xn qq. Si f : Rn ÝÑ R es Riemann-integrable en alguna
caja en la cual esté incluido ~hrAs y Riemann-integrable sobre ~hrAs, entonces
ż ż
f p~y q d ~y “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x.
~hrAs A

Demostración. Procedamos por inducción matemática.


En el caso en que A “ ∅ el resultado es obvio. En el caso en que n “ 1 y A es conexo,
entonces A es un intervalo de la forma pa; bq. En ese caso h es una función estrictamente
creciente o estrictamente decreciente. En caso de que ~h sea estrictamente creciente, para
todo ~x P A, 0 ĺ ~h1 p~xq “ Jac ~hp~xq “ | Jac ~hp~xq|, de manera que por el teorema de cambio de
variable 17.4.27 y del teorema 17.4.17 obtenemos
ż żb żb
f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ ~hp~xq~h1 p~xq d ~x
A a a
~hpbq
żb ż ż
“ f p~hp~xqq d ~hp~xq “ f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y ,
a ~hpaq ~hrAs

por lo que el lema es válido cuando A es conexo, n “ 1 y ~h es creciente. En caso de que ~h


sea decreciente se tiene que 0 ľ ~h1 p~xq “ Jac ~hp~xq “ ´| Jac ~hp~xq|, por lo cual
ż ż żb
f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ ~hp~xqp´h p~xqq d ~x “
~1 f p~hp~xqq dp´~h~xq
A A a
~hpbq
´ż ~hpaq
ż ż
“ f p´wq d w “ f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y ,
´~hpaq ~hpbq ~hrAs

de manera que el resultado se cumple siempre que A es conexo y n “ 1.


En el caso en que n “ 1, pero A es no vacío y no necesariamente es conexo tenemos que
A es la unión disjunta de una cantidad finita m de intervalos abiertos A1 , A2 , . . . , Am , de
manera que, por ser ~h inyectiva, tenemos ~hrAs “ ~hrA1 s Y ~hrA2 s Y ¨ ¨ ¨ Y ~hrAm s, donde ~hrA1 s,
~hrA2 s, . . . , ~hrAm s son intervalos disjuntos. Tenemos así que
ż m ż
ÿ m
ÿ ż ż
f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y ,
k“1 k“1
A Ak ~hrAk s ~hrAs
726 18.5. Cambio de variables

y el resultado queda demostrado en general para n “ 1.


Supongamos ahora que el resultado es válido para n “ N P N y demostremos en base a
eso que también es válido para n “ N ` 1.
N `1
Sea C “ rak ; bk s Ă RN `1 una caja cerrada en la cual está incluido el conjunto abierto
Ś
k“1
A, hN `1 P C pR 1
q y ~h : RN `1 ÝÑ RN `1 la función tal que para k P JN la k-ésima función
N `1

componente es la función identidad, mientras que la N ` 1-ésima función componente es


hN `1 . Si f : RN `1 ÝÑ R es Riemann integrable en la caja cerrada C, entonces, del teorema
de Fubini 18.4.9 y del hecho de que | Jac ~hp~xq| “ | DN `1 hN `1 p~xq|, tenemos
ż ż
f ˝ hp~xq| Jac hp~xq| d ~x “ 1lA p~xqf ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x
~ ~
A C
ż
“ Gp~y q d ~y ,
N
Ś
rak ;bk s
k“1

donde
bN
ż`1
Gp~y q “ 1lA p~y |xN `1 qf ˝ ~hp~y |xN `1 q| Jac ~hp~y |xN `1 q| d xN `1
aN `1
bN
ż`1
“ 1lA p~y |xN `1 qf ˝ ~hp~y |xN `1 q| DN `1 hN `1 p~y |xN `1 q| d xN `1
aN `1
ż
“ 1l~hrAs p~y |wqf p~y |wq d w,
hN `1 rraN `1 ;bN `1 ss

de manera que
¨ ˛
ż ż ż
f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ 1l~hrAs p~y |wqf p~y |wq d w‚d ~y
˚ ‹
˝
A N
Ś hN `1 rraN `1 ;bN `1 ss
rak ;bk s
k“1
ż
“ 1l~hrAs pwqf
~ pwq
~ dw
~
ra1 ;b1 sˆ¨¨¨ˆraN ;bN sˆhN `1 rraN `1 ;bN `1 ss
ż
“ f p~y q d ~y ,
~hrAs

con lo que el lema queda demostrado. ‚


18.5.18. Definiciones. Sean n P N y A Ă Rn un conjunto abierto. Decimos que una función
~h : Rn ÝÑ Rn es primaria en A si existe un k P Jn y una función hk P C 1 pEq tal que para
18.5. Cambio de variables 727

todo px1 , x2 , . . . , xn q P A la k-ésima componente de ~hpx1 , x2 , . . . , xn q es hk px1 , x2 , . . . , xn q,


mientras que para j P Jn ztku la j-ésima componente de ~hpx1 , x2 , . . . , xn q es xj . En dicho
caso diremos que la función ~h es k-primaria. Diremos que la función ~h : Rn ÝÑ Rn es una
permutación elemental de componentes si existen dos números diferentes k, l P Jn tales
que la k-ésima componente de ~hpx1 , x2 , . . . , xn q es xl , la l-ésima componente es xk , mientras
que si j P Jn ztk, lu la j-ésima componente es xj .
18.5.19. Lema. Sean n P N, A Ă Rn un conjunto abierto acotado y ~h : Rn ÝÑ Rn una
función primaria en A. Si f : Rn ÝÑ R es Riemann-integrable en alguna caja en la cual esté
incluido ~hrAs y Riemann-integrable sobre ~hrAs, entonces
ż ż
f p~y q d ~y “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x.
~hrAs A

Demostración. Notemos que si k ‰ n, entonces ~h “ τ ˝ s ˝ τ , donde s es una función n-


primaria y τ es una permutación elemental de componentes, la que permuta las componentes
k-ésima y n-ésima. Así, de los lemas 18.5.16 y 18.5.17 y del hecho de que

| Jac ~hp~xq| “ | Jac τ ˝ s ˝ τ pxq| “ | Jac τ pspτ p~xqqq Jac spτ p~xqq Jac τ p~xq|
“ | Jac τ pspτ p~xqqq|| Jac spτ p~xqq|| Jac τ p~xq| “ | Jac spτ p~xqq|

tenemos
ż ż ż
f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ ~hp~xq| Jac spτ p~xqq| d ~x “ f ˝ τ pspτ p~xqqq| Jac spτ p~xqq| d ~x
A A A
ż ż ż
“ f ˝ τ pwq
~ dw
~“ f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y ,
s˝τ rAs τ ˝s˝τ rAs ~hrAs

terminando así la demostración. ‚


18.5.20. Lema. Sea A Ă Rn un conjunto abierto al cual pertenece 0, f~ : A ÝÑ Rn una
función con derivadas parciales continuas tal que f~p0q “ 0 y f~1 p0q es invertible. Existe un
abierto U Ă A tal que 0 P U y se tiene que

18.5.21. f~p~xq “ B1 ˝ B2 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ Bn´1 ˝ Gn ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ G1 p~xq,

para todo ~x P U , donde cada Gi es una función primaria en U con G1i p0q invertible y cada
Bi es una permutación elemental de componentes o bien la identidad.
Demostración. Sea p~e1 , ~e2 , . . . , ~en q la base canónica ordenada de Rn , es decir ~ej “ pδi,j qni“1 ,
donde δi,j es la delta de Kronecker. Sea además para cada j P Jn´1 Yt0u la función Pj :
l
Rn ÝÑ Rn tal que para todo ~x “ pxi qni“1 se tenga que P0 p~xq “ 0 y Pl p~xq “ xi~ei , para todo
ř
i“1
l P Jn .
728 18.5. Cambio de variables

Veamos que hay n funciones ~h1 , ~h2 , . . . , ~hn que satisfacen la propiedad siguiente: «f~ “ ~h1
y para cada m P Jn existe una vecindad Vm del 0 tal que ~hm |Vm P CR1n pVm q, ~hm p0q “ 0,
~h1 p0q es invertible y
m

18.5.22. Pm´1 ˝ ~hm p~xq “ Pm´1 p~xq, para todo ~x P Vm .»

Observemos que dicha propiedad es satisfecha cuando m “ 1 al tomar V1 “ A. Supongamos


que la propiedad se vale cuando m es igual a un N P Jn´1 y veamos que también debe valerse
cuando m es igual a N ` 1.
De 18.5.22 y de la hipótesis de inducción tenemos
n
ÿ
18.5.23. ~hN p~xq “ PN ´1 p~xq ` αi p~xq~ei , para todo ~x P VN
i“N

donde αN , . . . , αn P C 1 pVN q, de manera que


n
ÿ
18.5.24. ~h1 p0qp~eN q “ DN αi p0q~ei .
N
i“N

Como ~h1N p0q es invertible, el jacobiano de ~hN en 0 es diferente de 0, de manera que el lado
izquierdo de la igualdad 18.5.24 es diferente de 0, de manera que existe un entero kN tal que
N ĺ kN ĺ n y DN αkN p0q ‰ 0.
Si kN ‰ N sea BN la permutación elemental de componentes que intercambia las com-
ponentes kN -ésima y N -ésima. Si kN “ N sea BN la función identidad en Rn y definamos
~gN : Rn ÝÑ Rn tal que

18.5.25. ~gN p~xq :“ ~x ` pαkN p~xq ´ xN q~eN para todo ~x P VN .

Notemos que ~gN es primaria en VN , y en vista de que DN αkN p0q ‰ 0 tenemos que | Jac ~gN p0q|
“ | DN αkN p0q| ‰ 0, de manera que ~gN 1
p0q es invertible.
Por el teorema de la función inversa 18.2.35 existe un conjunto abierto UN tal que 0 P
UN Ă VN tal que ~rN :“ ~gN |UN es una biyección de UN en una vecindad VN `1 del punto 0, y
además ~rN´1
P CR1n pVN `1 q.
Definamos ahora ~hN `1 P CR1n pVN `1 q de manera que

18.5.26. ~hN `1 p~y q :“ BN ˝ ~hN ˝ ~r´1 p~y q, para todo ~y P VN `1 .


N `1

De la regla de la cadena para funciones de varias variables 18.2.32 podemos ver que en
efecto ~hN `1 P CR1n pVN `1 q, pero además ~hN `1 p0q “ 0 y ~h1N `1 p0q es invertible. Ahora bien,
de la ecuación 18.5.23, para todo ~x P UN se tiene existen unas funciones βN `1 , βN `2 , . . . , βn
tales que

PN ˝ ~hN `1 p~gN p~xqq “ PN ˜


˝ BN ˝ ~hN p~xq ¸
n
ÿ
18.5.27. “ PN PN ´1 p~xq ` αkN p~xq~eN ` βi p~xq~ej
i“N `1
“ PN ´1 p~xq ` αkN p~xq~eN “ PN ˝ ~gN p~xq,
18.5. Cambio de variables 729

teniendo así que PN ˝~hN `1 p~y q “ PN p~y q, para todo y P VN `1 , cumpliéndose la ecuación 18.5.22
para m “ N ` 1, es decir existen n funciones ~h1 , ~h2 , . . . , ~hn que satisfacen la propiedad
requerida, a saber que «f~ “ ~h1 y para cada m P Jn existe una vecindad Vm del 0 tal que
~hm |Vm P C 1n pVm q, ~hm p0q “ 0, ~h1 p0q es invertible y
R m

Pm´1 ˝ ~hm p~xq “ Pm´1 p~xq, para todo ~x P Vm .»

Ahora bien, del hecho de que Bm ˝ Bm es la función identidad y de la ecuación 18.5.26


con ~y “ ~gm pxq tenemos

~hm p~xq “ Bm ˝ ~hm`1 p~gm p~xqq para todo ~x P Um .

Aplicando esta última igualdad para m P Jn´1 varias veces tenemos

f~p~xq “ ~h1 p~xq “ B1 ˝ ~h2 ˝ ~g1 p~xq “ B1 ˝ B2 ˝ ~h3 ˝ ~g2 ˝ ~g1 p~xq “ . . .
“ B1 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ Bn´1 ˝ ~hn ˝ ~gn´1 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ ~g1 p~xq,

para todo ~x que esté en alguna vecindad del 0 suficientemente pequeña, por ejemplo en un
conjunto abierto U tal que 0 P U Ă U1 y ~gn´1 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ ~g1 rU s Ă Vn . Observando que debido a la
ecuación 18.5.22 la función ~hn es primaria, teniendo así el resultado deseado. ‚
18.5.28. Definición. Sea f : X ÝÑ R, donde X es un conjunto con alguna topología. Al
conjunto f ´1 rRzt0us se le llama el soporte de f (con respecto a la topología dada de X).
18.5.29. Lema. Sean n P N, A Ă Rn un conjunto abierto y acotado, y K Ă A un conjunto
compacto. Sea ~h : Rn ÝÑ Rn tal que su restricción ~h|A al conjunto A está en CR1n pAq, es
inyectiva, y además Jac ~hp~xq ‰ 0 para todo ~x P A. Si f : Rn ÝÑ R es Riemann-integrable
˝
sobre ~hrKs y Riemann-integrable en alguna caja cerrada Q tal que ~hrAs Ă Q, entonces
ż ż
f p~y q d ~y “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x.
~hrKs K

Demostración. Por el teorema de la función inversa 18.2.35 tenemos que ~h|A tiene inversa
continua p~h|Aq´1 : ~hrAs ÝÑ A que es derivable.
Supongamos primero el caso en que ~hp0q “ 0 P A. Del lema 18.5.20, existe un abierto U
tal que 0 P U Ă A y

~hp~xq “ B1 ˝ B2 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ Bn´1 ˝ Gn ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ G1 p~xq,

para cada ~x P U , donde cada Bi es una permutación elemental de componentes o la identidad,


y cada Gi es una función primaria en U con G1i p0q invertible. Para abreviar denotemos bk :“
B1 ˝ B2 ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ Bk y gk :“ Gn ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ Gn´k`1 . Aplicando varias veces los lemas 18.5.16 y 18.5.19,
las propiedades de los determinantes, el hecho de que el valor absoluto del determinante de
730 18.5. Cambio de variables

una permutación de componentes es 1, la regla de la cadena para funciones de varias variables


18.2.32 y el hecho de que cualquier transformación lineal tiene jacobiano constante, tenemos

ż ż
f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ bn´1 ˝ gn p~xq| Jac bn´1 ˝ gn p~xq| d ~x
U U
ż
“ f ˝ bn´1 ˝ gn p~xq| Jac gn p~xq| d ~x
U
ż
“ f ˝ bn´1 ˝ gn´1 p~xq| Jac gn´1 p~xq| d ~x
G1 rU s
ż
“ f ˝ bn´1 ˝ gn´2 p~xq| Jac gn´2 p~xq| d ~x “ ¨ ¨ ¨
G2 ˝G1 rU s
ż
“ f ˝ bn´1 ˝ Gn p~xq| Jac Gn p~xq| d ~x
Gn´1 ˝¨¨¨˝G2 ˝G1 rU s
ż ż ż
“ f ˝ bn´1 p~xq d ~x “ f p~xq d ~x “ f p~y q d ~y ,
gn rU s bn´1 ˝gn rU s ~hrU s

de manera que

ż ż
18.5.30. f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f p~y q d ~y ,
U ~hrU s

para algún abierto U Ă A al cual pertenece 0.


Analicemos ahora el caso más general en donde no necesariamente ~hp0q “ 0 P A. Clara-
mente tenemos que si z P Rn , y U ` z :“ t~y P Rn : ~y “ u ` z para algún u P U u, entonces

ż ż
18.5.31. f p~x ´ zq d ~x “ f p~xq d ~x.
U `z U

Para cada a P A y ~x en un abierto Va tal que 0 P Va y pVa ` aq Ă A, sea Ta p~xq :“


~hp~x ` aq ´ ~hpaq. Lo anterior equivale a decir que ~hp~xq “ ~hpaq ` Ta p~x ´ aq, para ~x P Ua ` a.
Obviamente tenemos que Ta p0q “ 0.
De la ecuación 18.5.30 para el caso en que ~hp0q “ 0 P A y de la ecuación 18.5.31 tenemos
18.5. Cambio de variables 731

que existe un abierto Ua Ă Va al cual pertenece 0 tal que


ż ż
f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ ~hp~x ` aq| Jac ~hp~x ` aq| d ~x
Ua `a Ua
ż
“ f ˝ pTa ` ~hpaqqp~xq| JacpTa ` ~hpaqqp~xq| d ~x
Ua
ż
“ f ˝ pTa ` ~hpaqqp~xq| Jac Ta p~xq| d ~x
Ua
ż ż
“ f p~y ` ~hpaqq d ~y “ f p~y q d ~y
Ta rUa s Ta rUa s`~hpaq
ż ż
“ f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y ,
Ta rpUa `aq`p´aqs`~hpaq ~hrUa `as

es decir
ż ż
18.5.32. f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f p~y q d ~y .
Ua `a ~hrUa `as
Ť ~
Tenemos que la colección C :“ thrUa ` asu es una cubierta abierta del conjunto com-
aPK
pacto ~hrKs, de manera que por el teorema de la partición de la unidad 18.5.7 y el teorema
18.5.14 existe una partición de la unidad tψ1 , ψ2 , . . . , ψs u de ~hrKs subordinada a C y además

s
ÿ
18.5.33. 1l~hrKs f “ ψk 1l~hrKs f.
k“1
Existen s elementos de K, digamos a1 , a2 , . . . , as , tales que para k P Js el soporte de ψk
está incluido en ~hrUak ` ak s, de manera que de las ecuaciones 18.5.32 y 18.5.33 tenemos
ż ż ż ˜ÿ
s
¸
f p~y q d ~y “ 1l~hrKs f p~y q d ~y “ ψk p~y q 1l~hrKs p~y qf p~y q d ~y
k“1
~hrKs ~hrKs ~hrKs

ÿs ż s
ÿ ż
“ ψk p~y q 1l~hrKs p~y qf p~y q d ~y “ ψk p~y q 1l~hrKs p~y qf p~y q d ~y
k“1 k“1
~hrKs ~hrUa `ak s
k
s
ÿ ż
“ ψk p~hp~xqq 1l~hrKs p~hp~xqqf p~hp~xqq| Jac ~hp~xq| d ~x
k“1
Uak `ak
s
ÿ ż
“ ψk p~hp~xqqf p~hp~xqq| Jac ~hp~xq| d ~x
k“1
K
ż ˜ÿ s
¸ ż
“ ψk p~hp~xqqf p~hp~xqq | Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x,
k“1
K K
732 18.5. Cambio de variables

con lo que el lema queda demostrado. ‚


Veremos que en el lema anterior puede ser suprimida la hipótesis que dice que Jac ~hp~xq ‰ 0.
Veamos primero algunos resultados que nos serán útiles para tal efecto.
18.5.34. Lema. Sea A Ă Rn un conjunto abierto, K Ă A un conjunto acotado, f P CR1n pAq
y δ ą 0 tal que para todo x P K y todo ∆ P Bp0, δq se tiene que x ` ∆ P A. Si para cada
px, ∆q P K ˆ Bp0, δq definimos
$
& |f px ` ∆q ´ f pxq ´ D f pxqp∆q| si ∆ ‰ 0

gpx, ∆q :“ |∆| ,

% 0 si ∆ “ 0

entonces
lím máxtgpx, ∆q : x P Ku “ 0.
Ƅ0

Demostración. Para cada ∆ P Bp0, δq, sea αp∆q :“ máxtgpx, ∆q : x P Ku. Para ver que
lím αp∆q “ 0 veamos que para cualquier sucesión p∆j q8
j“1 de elementos de Bp0, δq tenemos
Ƅ0
que lím αp∆j q “ 0.
jÑ8
Supongamos que p∆j q8 j“1 es una sucesión que converge a 0, pero pαp∆j qqj“1 no converge a
8

0. En tal caso existe un ε ą 0 tal que la sucesión pαp∆j qq8


j“1 tiene una subsucesión pαp∆mj qqj“1
8

para la cual αp∆mj q ľ ε, pero como ésta última subsucesión es acotada entonces tiene a su
vez una subsucesión pαp∆kj qq8 j“1 que converge a un número u ą 0. Ahora, por ser g continua
y K compacto, para cada j P N existe un xj P K tal que αp∆j q “ gpxj , ∆j q. Pero la sucesión
j“1 tiene una subsucesión pxrj qj“1 que converge a algún y P K, de manera que al tomar
pxj q8 8

j“1 que sea una subsucesión común de prj qj“1 y pkj qj“1 tendremos por una parte que
psj q8 8 8

pαp∆sj qqj“1 debe converger a u y por otra debe converger a gpy, 0q “ 0, lo cual es una
8

contradicción. Dicha contradicción viene del hecho de suponer que pαp∆j qq8 j“1 no converge a
0. ‚
18.5.35. Teorema de Sard. Si A Ă Rn es un conjunto abierto y acotado, B “ tx P A :
Jac f pxq “ 0u y f : Rn ÝÑ Rn es tal que f |A P CR1n pAq, entonces λn pf rBsq “ 0.
Demostración. Sea Q Ă A una caja cerrada cuyas aristas tienen la misma longitud l ą 0.
Observemos que para demostrar el teorema es suficiente demostrar que λn pf rB X Qsq “ 0.
Para cada N P N podemos expresar a Q como unión de N n cajas Q1 , Q2 , . . . , QN n que no
se traslapan y que tienen aristas de longitud Nl . Tomemos g como en el lema 18.5.34 tomando
K “ Q y definamos la función β : p0; δq ÝÑ r0; `8q tal que

18.5.36. βphq :“ máx tgpx, ∆q : 0 ă |∆| ĺ h y x P Qu .

Observemos que lím βphq “ 0 y además β es no decreciente. Para cada x P B X Q sea


hÑ0
kx P JN n tal que x P B X Qkx . Tenemos que si y P Qkx , entonces
g
f n ˆ ˙2
fÿ l ? l
18.5.37. |x ´ y| ĺ e “ n .
k“1
N N
18.5. Cambio de variables 733

Como Jac f pxq “ 0, entonces tD f pxqpy ´ xq : y P Qkx u está incluido en un hiperplano Hx


de dimensión n ´ 1, mientras que dim kerpD f pxqq ľ 1. De la desigualdad 18.5.37 tenemos
que la distancia entre dicho hiperplano
`? l ˘H?x yl cualquier elemento del conjunto tf pyq ´ f pxq :
y P Qkx u es menor
? o l igual que β n N n N , siempre que N sea suficientemente grande de
tal manera que n N esté en el dominio de β. Ahora, por el lema 18.2.34 y la desigualdad
18.5.37 existe un número real M tal que si y P Qkx , entonces
? l
18.5.38. |f pyq ´ f pxq| ĺ n2 M |y ´ x| ĺ n2 M n .
N
Pero si y P Qkx X pkerpD f pxqq ` xq tenemos de 18.5.36 y 18.5.37 que
ˆ ˙
? l ? l
|f pyq ´ f pxq| ĺ βp|y ´ x|q|y ´ x| ĺ β n n .
N N
Tenemos así que, debido a la desigualdad
`? ˘18.5.38,
? l el conjunto f rQkx s está incluido en un
cilindro de dimensión n con altura 2 β n Nl n N y base
ˆ ˙
2
? l ? l
Dx :“ pHx ` f pxqq X B f pxq, n M n n ,
N N
? ˘n´1
donde voln´1 pDx q ĺ 2 n2 M n Nl , de manera que
`

? l n 2 n´1
ˆ ˙ ˆ ˙
? l
λn pf rQkx sq ĺ 2 n pn M q β n .
N N
Concluimos
` ? l de
˘n lo 2anterior que
`? para
˘ todo j P JN n , si Qj X B “ ∅ obviamente λn pQj X Bq “
0 ĺ 2 n` N pn˘M q β n N` , mientras
n´1 l
que si Qj X B ‰ ∅, entonces λn pQj X Bq ĺ
? l n 2 n´1 ? l ˘
λn pQj q ĺ 2 n N pn M q β n N , por lo cual
˜ n ¸
N
ď Nn
ÿ
λn pf rB X Qsq “ λn f rB X Qj s ĺ λn pf rB X Qj sq
j“1 j“1
Nn
ÿˆ ˙n ˆ ˙
? l 2 n´1
? l
ĺ 2 n pn M q β n
j“1
N N
ˆ ˙
` ? ˘n ? l
“ 2 nl pn2 M qn´1 β n ,
N
pero esto último tiende a cero cuando N tiende a 8, por lo que λn pf rB X Qsq “ 0, terminado
así la demostración. ‚
18.5.39. Lema. Sean n P N, A Ă Rn un conjunto abierto y acotado, y K Ă A un conjunto
compacto. Sea ~h : Rn ÝÑ Rn tal que su restricción ~h|A al conjunto A está en CR1n pAq, es
inyectiva y además los conjuntos K, ~hrKs, t~x P A : Jac ~hp~xq “ 0u y ~hrt~x P A : Jac ~hp~xq “ 0us
son Jordan-medibles. Si f : Rn ÝÑ R es Riemann-integrable en alguna caja cerrada Q tal
˝
que ~hrAs Ă Q, entonces
ż ż
f p~y q d ~y “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x.
~hrKs K
734 18.5. Cambio de variables

Demostración. Sean A1 :“ t~x P A : Jac ~hp~xq “ 0u y A2 :“ t~x P A : Jac ~hp~xq ‰ 0u. Por el
lema 18.5.29 y el teorema de Sard 18.5.35 tenemos que
ż ż ż ż
f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y ` f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y
~hrKs ~hrKsX~hrA1 s ~hrKsX~hrA2 s ~hrKsX~hrA2 s
ż ż ż
“ f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y “ f p~y q d ~y
~hrKsX~hrA2 s ~hrKsX~hrA2 s ~hrKXA2 s
ż ż
“ f ˝ ~hpxq| Jac ~hp~xq| d ~x “ f ˝ ~hpxq| Jac ~hp~xq| d ~x
KXA2 KXA2
ż ż
“ f ˝ ~hpxq| Jac ~hp~xq| d ~x ` f ˝ ~hpxq| Jac ~hp~xq| d ~x
KXA1 KXA2
ż
“ f ˝ ~hpxq| Jac ~hp~xq| d ~x,
K

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


n
18.5.40. Lema. Si A Ă R es un conjunto abierto y acotado; es una sucesión pKj q8
j“1
de subconjuntos compactos de A que son Jordan-medibles con Kj Ă Kj`1 ; el conjunto
8
Ť
K :“ Kj es Jordan-medible, y f : Rn ÝÑ R es una función Riemann-integrable en A;
j“1
entonces ż ż
f pxq d x “ lím f pxq d x.
jÑ8
K Kj

Demostración. Sea M ą 0 tal que |f pxq| ă M , para todo x P A. Por el teorema 15.30.44
para todo ε ą 0 existe un N P N tal que si k ľ N se tiene
ˇ ˜ ¸ˇ
ˇ k
ď ˇ
ˇvoln pKq ´ voln Kj ˇ ă ε,
ˇ ˇ
ˇ j“1
ˇ
˜ ¸
k
de manera que voln Kz Kj ă ε, es decir voln pKzKk q ă ε.
Ť
j“1
Ahora, por el teorema 18.4.11 tenemos que
ż ż ż
f pxq d x “ f pxq d x ` f pxq d x,
K KzKk kk

pero ˇ ˇ
ˇ ż ˇ
ˇ ˇ
f pxq d xˇ ă M voln pKzKk q ă M ε,
ˇ ˇ
ˇ
ˇ ˇ
ˇKzKk ˇ
18.5. Cambio de variables 735

teniendo así que ˇ ˇ


ˇż ż ˇ
ˇ ˇ
ˇ f pxq d x ´ f pxq d xˇ ă M ε,
ˇ ˇ
ˇ ˇ
K Kk

para todo k ľ N y N suficientemente grande, de manera que


ż ż
lím f pxq d x “ Kj f pxq d x. ‚
jÑ8
Kj

18.5.41. Teorema de cambio de variables. Sean n P N, A Ă Rn un conjunto abierto y


acotado, y K Ă A un conjunto Jordan-medible. Sea ~h : Rn ÝÑ Rn tal que su restricción
˝
~h|A al conjunto A está en C 1n pAq, su restricción a K es inyectiva y además los conjuntos
R
t~x P A : Jac ~hp~xq “ 0u y ~hrt~x P A : Jac ~hp~xq “ 0us son Jordan-medibles. Si f : Rn ÝÑ R es
˝
Riemann-integrable en alguna caja cerrada Q tal que ~hrAs Ă Q, entonces
ż ż
f p~y q d ~y “ f ˝ ~hp~xq| Jac ~hp~xq| d ~x.
~hrKs K

Demostración. El teorema se sigue de los lemas 18.5.39 y 18.5.40, y de los teoremas 18.4.10,
˝
18.4.11, 15.28.34 y 15.28.38 al observar que K es Jordan-medible y se puede expresar como
una unión numerable de cajas cerradas, y así como el límite creciente de conjuntos compactos
Jordan-medibles. ‚
Veamos algunas aplicaciones del teorema de cambio de variables.
18.5.42. Fórmula de integración en coordenadas polares. Sea K Ă r0; `8q ˆ r0; 2πs
un conjunto Jordan-medible y f : R2 ÝÑ R una función Riemann-integrable en una caja en
la cual está incluido K. Si hpr, θq “ pr cospθq, r senpθqq, entonces
ż ż
f pr cospθq, r senpθqqr dpr, θq “ f px, yq dpx, yq.
K hrKs

˝
Demostración. Observando que h es inyectiva en K, el resultado se sigue del teorema de
cambio de variables 18.5.41 y del hecho de que | Jac hpr, θq| “ r. En efecto,
ˇ ¨ B B ˛ˇ
r cospθq r senpθq ˇ ˇ
ˇ ˇ ˇ ˜ ¸ˇ
ˇ
˚ Br Br cospθq senpθq ˇ
ˇdet ˝ ‚ˇ “ ˇdet
ˇ ‹ˇ ˇ ˇ
ˇ
ˇ B B ˇ ˇ ´r senpθq r cospθq ˇ
ˇ r cospθq r senpθq ˇ
Bθ Bθ
“ |rpcospθqq2 ` rpsenpθqq2 | “ r,
736 18.5. Cambio de variables

con lo que la fórmula queda demostrada. ‚


18.5.43. Ejemplo. Sea ρ ą 0 y C “ tpx, yq P żR2 : x2 ` y 2 ĺ ρ2 u, es decir C es el círculo
2 2
en R2 con centro en p0, 0q y radio ρ. Calculemos e´px `y q dpx, yq. Para tal efecto usemos la
C
fórmula de integración en coordenadas polares 18.5.42 para obtener
ż ż
´px2 `y 2 q 2
e dpx, yq “ e´r r dpr, θq,
C K

donde K “ r0; ρs ˆ r0; 2πs. Tenemos así que por el teorema de Fubini 18.4.9
¨ ˛
ż2π żρ2
¨ ˛
ż ż ż2π żρ
2 `y 2 q 2 2 ˚ 1 ´u ‹
e´px dpx, yq “ e´r r dpr, θq “ ˝ e´r r d r‚d θ “ ˝ e d u‚d θ
2
C K 0 0 0 0

ż2π ´ ż2π
1 ´ρ2
¯
´0 1 2 2
“ p´ e q ´ p´ e q d θ “ p1 ´ e´ρ q d θ “ p1 ´ e´ρ qπ.
2 2
0 0

`8
ż
2
Usemos el resultado del ejemplo 18.5.43 para calcular e´x d x. Para tal efecto obser-
´8
vemos que
`8
ż żs ż2s
´x2 ´x2 2
e d x “ lím e d x “ lím e´x d x
sÑ`8 sÑ`8
´8 ´s ´2s

y además, si Cs es el círculo con centro en p0, 0q y radio s, entonces


¨ ˛2 ¨ ˛¨ ˛
żs żs żs ż ż
´x ´x ´y ´px2 `y 2 q 2 `y 2 q
˝ e d x‚ “ ˝ e d x‚˝ e d y‚ “ e dpx, yq ă e´px dpx, yq
´s ´s ´s r´s;ss2 C2s
¨ ˛¨ ˛ ¨ ˛2
ż ż2s ż2s ż2s
2 `y 2 q
ă e´px dpx, yq “ ˝ e´x d x‚˝ e´y d y ‚ “ ˝ e´x d x‚ ,
r´2s;2ss2 ´2s ´2s ´2s

de manera que
g¨ ˛2 g ¨ s ˛2 g
`8 f `8 f
ż f ż f ż f ż
´x2 2
d x‚ “ e lím ˝ e 2
d x‚ “ e lím e´px2 `y2 q dpx, yq
f˝ f
e dx “ e e ´x ´x f
sÑ`8 sÑ`8
´8 ´8 ´s C2s
b ?
“ lím p1 ´ e ´p2sq2 qπ “ π.
sÑ`8
18.5. Cambio de variables 737

Hemos demostrado el teorema siguiente.


`8
ż
2 ?
18.5.44. Teorema. e´x d x “ π.
´8
ˆ ˙
1 ?
18.5.45. Corolario. Γ “ π.
2
Demostración. De la notación 17.7.1 y del teorema anterior tenemos
?
ˆ ˙ `8
ż `8
ż żs żs
1 ´t 21 ´1 ´t ´ 12 ´t ´ 12 2
Γ “ e t dt “ e t d t “ lím e t d t “ lím e´u u´1 2u d u
2 sÑ`8 sÑ`8
0 0 0 0
? ?
żs żs `8
ż
2 2 2 ?
“ lím 2 e´u d u “ lím e´u d u “ e´u d u “ π. ‚
sÑ`8 sÑ`8
?
0 ´ s ´8

18.5.46. Fórmula de integración en coordenadas cilíndricas. Sea K Ă r0; `8q ˆ


r0; 2πs ˆ R un conjunto Jordan-medible y f : R3 ÝÑ R una función Riemann-integrable en
una caja en la cual está incluido K. Si hpr, θ, zq “ pr cospθq, r senpθq, zq, entonces
ż ż
f pr cospθq, r senpθq, zqr dpr, θ, zq “ f px, y, zq dpx, y, zq.
K hrKs

˝
Demostración. Observando que h es inyectiva en K, el resultado se sigue del teorema de
cambio de variables 18.5.41 y del hecho de que | Jac hpr, θ, zq| “ r. Se dejan los detalles de
los cálculos al lector.
18.5.47. Fórmula de integración en coordenadas esféricas. Sea K Ă r0; `8qˆr0; πsˆ
r0; 2πs un conjunto Jordan-medible y f : R3 ÝÑ R una función Riemann-integrable en una
caja en la cual está incluido K. Si hpρ, φ, θq “ pρ senpφq cospθq, ρ senpφq senpθq, ρ cospφqq,
entonces
ż ż
2
f pρ senpφq cospθq, ρ senpφq senpθq, ρ cospφqqρ senpφq dpρ, φ, θq “ f px, y, zq dpx, y, zq.
K hrKs

˝
Demostración. Observando que h es inyectiva en K, el resultado se sigue del teorema
de cambio de variables 18.5.41 y del hecho de que | Jac hpρ, φ, θq| “ ρ2 senpφq. Se dejan los
detalles de los cálculos al lector.

Ejercicios.
1. Demostrar con detalle el lema 18.5.16.

2. Demostrar con detalle el teorema de cambio de variables 18.5.41.


738 18.5. Cambio de variables

3. żSea C el círculo con centro en R2 con centro en p0, 0q y radio 5. Calcular


x
px2 ` y 2 q dpx, yq.
y
C

4. Demostrar con detalle las fórmulas 18.5.46 y 18.5.47.


Capítulo 19

LOS NÚMEROS COMPLEJOS

19.1. Introducción
Para determinar el conjunto de los números complejos aceptaremos el axioma siguiente.
19.1.1. Axioma de números complejos. Existe un conjunto C (llamado conjunto de
números complejos) en el cual están definidas dos operaciones `ˆ y ˆ¨ (suma y producto
o multiplicación respectivamente) que satisfacen las propiedades siguientes:

I) R Ă C.

II) Si z, w P R, entonces z `w
ˆ “ z `w y zˆ¨w “ z¨w. (En adelante para z, w P C escribiremos
z ` w en lugar de z `w, y escribiremos z¨w en lugar de zˆ¨w, o simplemente zw en lugar
ˆ
de zˆ¨w).

III) Existe un i P C tal que i i “ ´1. (Al número i se le llama unidad imaginaria).
Observemos que i R R.

IV) Si z P C, existen dos números reales a, b P R, tales que z “ a`b i. (El orden de prioridad
en la realización de las operaciones será el mismo que el de la suma y la multiplicación
en R).

V) Si a, b, c, d P R y a ` b i “ c ` d i, entonces a “ c y b “ d.

VI) 0 “ 0 ` 0 i e i “ 0 ` 1 i “ 0 ` i.

VII) Las operaciones de suma y multiplicación en C satisfacen las propiedades conmutativa,


asociativa y distributiva, es decir para z1 , z2 , z3 P C se tiene

a) z1 z2 “ z2 z1 ;
b) z1 ` z2 “ z2 ` z1 ;
c) z1 pz2 z3 q “ pz1 z2 qz3 ;
d) z1 ` pz2 ` z3 q “ pz1 ` z2 q ` z3 ;
e) z1 pz2 ` z3 q “ z1 z2 ` z1 z3 .

739
740 19.1. Introducción

19.1.2. Definiciones y notaciones. Si z “ a ` b i con a, b P R, el número a recibe el


nombre de parte real de z y el número b el de parte imaginaria de z, lo cual se denota
respectivamente como a “ Re pzq y b “ Im pzq. Si Re pzq “ 0, decimos que z es un número
imaginario puro. Observemos que Im pzq “ 0 ðñ z P R. A todo elemento de C se le
llama número complejo. Observemos que debido a las propiedades IV) y V), la función
f : R2 ÝÑ C tal que f pa, bq “ a ` b i es una correspondencia biunívoca entre R2 y C. Si
a, b P R, a la pareja ordenada pa, bq se le llama representación cartesiana del número
complejo a ` i b. Debido a la correspondencia que existe entre el plano R2 y C, al conjunto
de los números complejos también se le llama plano complejo.
19.1.3. Aclaración. En los libros de ingeniería se suele denotar a la unidad imaginaria como
j en lugar de i, que en el contexto de la física generalmente denota corriente eléctrica.
19.1.4. Definición. Si z “ a ` b i con a, b P R, definimos el inverso aditivo de z (denotado
´z) como
´z :“ ´a ` p´bq i .
Así mismo, si w es un número complejo, definimos la resta w ´ z como w ` p´zq.
19.1.5. Definición. Definiremos el eje real o eje X del plano complejo C como el conjunto
de los números reales y el eje imaginario o eje Y del plano complejo C como el conjunto de
los números imaginarios puros. Al conjunto de los números reales no negativos se le llamará
la parte positiva del eje X y lo denotaremos por X` . De esta manera al plano complejo
también se le llama plano X Y.
19.1.6. Definición. Si z “ a ` b i con a, b P R, al número complejo z :“ a ´ b i se le llama
el conjugado de z. Observemos que z es la reflexión de z en el eje X.
19.1.7. Definición. La distancia entre dos a números complejos z “ a ` b i y w “ c ` d i,
con a, b, c, d P R, está dada por |z ´ w| :“ pa ´ cq2 ` pb ´ dq2 .
Dejamos al lector la demostración del teorema siguiente.
Teorema. Si z, w P C, entonces el conjugado de z es z, z ` w “ z ` w,
19.1.8. ? ` 1zw˘ “ z w,
zz ľ 0, zz “ |z ´ 0|, z ` 0 “ z, z ´ z “ 0, z1 “ z y cuando z ‰ 0, tenemos z zz z “ 1.
19.1.9. Definición. Debido al teorema anterior, cuando z ‰ 0, al número zz1
z se le llama
inverso multiplicativo de z y se le denota por z y para w P C definimos la división de w
´1

entre z como
w
:“ wz ´1 .
z

19.1.10. Observación. Observemos que el teorema 19.1.8, junto con la propiedad 19.1.1
VII), muestran que C forma un cuerpo con la suma y la multiplicación, es decir que pC, `, ¨q
es un cuerpo, llamado campo de los números complejos.
19.1.11. Definición.?Definimos el módulo o norma de un número complejo z como |z| :“
|z ´ 0|, es decir |z| “ zz.
19.1.12. Notación. Al igual que para los números reales, si z P C, denotaremos z 0 :“ 1,
z 1 :“ z, z 2 :“ zz, . . . , z n`1 :“ z n z para todo número natural n.
19.1. Introducción 741

Sea z ‰ 0 un número complejo y α P r0; 2πq tal que la representación cartesiana de z es


p|z| cospαq, |z| senpαqq. Podemos observar que

z “ |z|pcospαq ` i senpαqq,

más aún, θ “ α ` 2nπ para algún entero n si y sólo si

19.1.13. z “ |z|pcospθq ` i senpθqq.

19.1.14. Observación. Observemos que si z “ 0, cualquier número real θ satisface 19.1.13.


19.1.15. Definición. Si z ‰ 0, cualquier número real θ que satisfaga la ecuación 19.1.13 se
dice que es un argumento (o una amplitud) de z.
Recalquemos que para z ‰ 0, el número real θ es un argumento de z si y sólo si θ ` 2nπ
también lo es, para cualesquier n P Z. Así pues, cualquier número complejo z ‰ 0 está
determinado por su módulo y cualquiera de sus argumentos.
19.1.16. Definiciones y notaciones. Sea z un número complejo diferente de 0, r “ |z| su
módulo y θ un argumento de z. Se dice que la pareja ordenada pr, θq es una representación
en coordenadas polares del número z. Observemos que cualquier número complejo z ‰ 0
tiene una infinidad de representaciones en coordenadas polares, sin embargo sólo hay una
representación en coordenadas polares pr, θq tal que ´π ă θ ĺ π. A tal valor de θ se le
llama el argumento principal de z y se le representa por argpzq. Al conjunto de todos los
argumentos de z lo denotaremos por Argpzq.
Observemos que Argpzq “ targpzq ` 2nπ : n P Zu y que el conjunto tArgpzq : z P Czt0uu
es una partición en clases de R, el cual forma un grupo con la suma módulo t2nπ : n P Zu.
Cuando la representación cartesiana de un número complejo z ‰ 0 esa px, yq, podemos
obtener una representación pr, θq de z en coordenadas polares al hacer r “ x2 ` y 2 y

si x ą 0
` ˘
arctan xy ,
$



` π, si x ă 0
`y˘
& arctan

x
θ“



π
2
, si x “ 0 e y ą 0

si x “ 0 e y ă 0.
% π
´2,

Recíprocamente, si tenemos una representación pr, θq en coordenadas polares del número


z, su representación cartesiana px, yq se puede obtener mediante las fórmulas

x “ r cospθq e y “ r senpθq.

Sean z y w dos números complejos diferentes de 0 con coordenadas polares pr, θq y pρ, αq
respectivamente, tenemos que

zw “ rpcospθq ` i senpθqqρpcospαq ` i senpαqq


“ rρppcospθq cospαq ´ senpθq senpαqq ` ipcospθq senpαq ` senpθq cospαqqq
“ rρpcospθ ` αq ` i senpθ ` αqq.
742 19.1. Introducción

Lo anterior demuestra el teorema siguiente.


19.1.17. Teorema. Si z y w son dos números complejos con argumentos θ y α respectiva-
mente, entonces una representación en coordenadas polares de zw es p|z||w|, θ ` αq.
Es decir, si tenemos como representaciones en coordenadas polares de z y w a pr, θq y
pρ, αq respectivamente, entonces tenemos que prρ, θ`αq es una representación en coordenadas
polares de zw, por lo cual al multiplicar dos números complejos se multiplican los módulos
y se suman los argumentos.
19.1.18. Corolario (teorema de de Moivre). Si pr, θq es una representación en coordena-
das polares de un número complejo z, entonces prn , nθq es una representación en coordenadas
polares de z n para todo número natural n. Es decir,
19.1.19. z n “ rn pcospnθq ` i senpnθqq.

Demostración. Procederemos por inducción matemática. Si n “ 1 el resultado es obvio.


Supongamos que el resultado es válido para n “ k, entonces z k tiene representación en
coordenadas polares prk , kθq y por el teorema 19.1.17, tenemos que z k`1 tiene representación
en coordenadas polares prk r, kθ ` θq “ prk`1 , pk ` 1qθq, por lo que el resultado también es
válido para n “ k ` 1. ‚
Una consecuencia inmediata el teorema 19.1.17 es el siguiente corolario.
19.1.20. Corolario. La función Arg : Czt0u ÝÑ ttθ ` 2nπ : n P Zu : θ P Ru es un
homomorfismo de grupos entre el grupo pCzt0u, ¨q y el grupo formado por el conjunto ttθ `
2nπ : n P Zu : θ P Ru con la suma módulo t2nπ : n P Zu. Es decir Argpzwq “ Argpzq`Argpwq,
donde Argpzq ` Argpwq “ targpzq ` argpwq ` 2nπ : n P Zu.
19.1.21. Definiciones. Si z es un número complejo y n P N, decimos que un número
complejo w es una raíz n-ésima de z si
z n “ w.
La ecuación 19.1.19 se conoce como fórmula de de Moivre.
El teorema siguiente da un método para calcular todas la raíces n-ésimas de un número
complejo.
19.1.22. Teorema. Si z ‰ 0 es un número complejo con argumento α y n P N, entonces
existen exactamente n números complejos diferentes w0 , w1 , . . . , wn´1 que son raíces n-ésimas
de z, donde ˆ ˆ ˙ ˆ ˙˙
a
n
α ` 2kπ α ` 2kπ
wk “ |z| cos ` i sen ,
n n
para todo k P t0, 1, . . . , n ´ 1u.
Demostración. Aplicando la fórmula de de Moivre vemos que

´ a ¯n ˆ ˆ α ` 2kπ ˙ ˆ
α ` 2kπ
˙˙
wkn “ n
|z| cos n ` i sen n
n n
“ |z|pcospα ` 2kπq ` i senpα ` 2kπqq “ |z|pcospαq ` i senpαqq “ z,
19.1. Introducción 743

por lo tanto cada wk es una raíz n-ésima de z. Veamos ahora que si k ‰ j, entonces
wk ‰ wj . Si tuviéramos que wk “ wj entonces tendríamos que
ˆ ˙ ˆ ˙ ˆ ˙ ˆ ˙
α ` 2kπ α ` 2kπ α ` 2jπ α ` 2jπ
cos ` i sen “ cos ` i sen ,
n n n n

α ` 2jπ α ` 2kπ
por lo que existiría un número entero l tal que ` 2lπ “ , lo cual implica
n n
que k ´ j “ nl, pero si l “ 0, entonces k “ j y tendríamos wk “ wj y si l ‰ 0, entonces
|k ´ j| ľ n, lo que contradice el hecho de que k, j P t0, 1, 2, . . . , n ´ 1u. De esta manera hemos
visto que w0 , w1 , . . . , wn´1 son n números complejos diferentes.
Ahora, cualquier número complejo w que sea raíz n-ésima de z debe tener como módulo a
|z| y su argumento θ debe ser tal que nθ sea algún argumento de z, por lo tanto nθ “ α`2lπ
an

α ` 2lπ
para algún entero l, es decir θ “ . Por el algoritmo de la división, podemos encontrar
n
α ` 2kπ
un entero k P t0, 1, . . . , n ´ 1u y un entero m tales que mn ` k “ l, y así θ “ ` 2mπ,
n
el cual es un argumento de wk , es decir w “ wk para algún k P t0, 1, . . . , n ´ 1u. ‚

19.1.23. Definición. Cuando z es un número complejo diferente de cero y n P N, a la raíz


argpzq
n-ésima de z cuyo argumento principal es se le llama raíz n-ésima principal de z
? n
y la denotamos como n z ó como z 1{n .

De manera análoga a como se demostró la fórmula para resolver una ecuación cuadrática
con coeficientes reales se demuestra que la fórmula es también válida cuando los coeficientes
son números complejos, con números complejos como solución, con la gran diferencia de que
en los números complejos siempre existen soluciones de una ecuación cuadrática.
Terminemos esta sección enunciando el teorema del binomio para números complejos.
Omitiremos la demostración debido a que se hace de la misma manera que para el caso real
(véase si se desea el teorema 5.10.1 y su demostración).
19.1.24. Teorema del binomio. Sean z1 , z2 P C y n P N Y t0u.
n ˆ ˙
n
ÿ n
pz1 ` z2 q “ z1n´k z2k .
k“0
k

Como consecuencia inmediata del teorema del binomio tenemos el siguiente corolario.
19.1.25. Corolario. Sea z P C y n P N Y t0u.
n ˆ ˙
ÿ n
z k p1 ´ zqn´k “ 1.
k“0
k
744 19.1. Introducción

Algunas consecuencias del corolario anterior que usaremos más adelante serán los teoremas
siguientes.
19.1.26. Teorema. Sean z1 , z2 P C y n P N.
n ˆ ˙
ÿ n
kz1k z2n´k “ nz1 pz1 ` z2 qn´1 .
k“0
k

Demostración.
n ˆ ˙ n
ÿ n ÿ n!
kz1k z2n´k “ kz1k z2n´k
k“0
k k“1
k!pn ´ kq!
n
ÿ pn ´ 1q! n´1´pk´1q
“ nz1 z1k´1 z2
k“1
pk ´ 1q!pk ´ 1 ´ pk ´ 1qq!
n´1
ÿ pn ´ 1q!
“ nz1 z j z n´1´j “ nz1 pz1 ` z2 qn´1 ,
j“0
j!pn ´ 1 ´ jq! 1 2

quedando así demostrado el teorema. ‚


En el teorema anterior, si hacemos z1 “ z y z2 “ 1 ´ z obtenemos el corolario siguiente.
19.1.27. Corolario. Sea z P C y n P N.
n ˆ ˙
ÿ n
kz k p1 ´ zqn´k “ nz.
k“0
k

El lector que tenga algo de conocimiento de la teoría de probabilidad podrá darse cuenta
que en el caso en que z P p0; 1q el corolario 19.1.27 da la fórmula para el valor esperado de
una variable aleatoria con distribución binomial con parámetros n y z.
19.1.28. Teorema. Sean z1 , z2 P C y n P N.
n ˆ ˙
ÿ n
kpk ´ 1qz1k z2n´k “ npn ´ 1qz12 pz1 ` z2 qn´2 .
k“0
k

Demostración. Observemos que la fórmula es claramente verdadera en el caso particular


en que n “ 1. Supongamos pues que n ą 1 y demostremos la fórmula para ese caso.
n ˆ ˙ n
ÿ n k n´k
ÿ n!kpk ´ 1q k n´k
kpk ´ 1qz1 z2 “ z z
k“0
k k“2
k!pn ´ kq! 1 2
n n´2´pk´2q
ÿ pn ´ 2q!z1k´2 z2
“ npn ´ 1qz12
k“2
pk ´ 2q!pn ´ 2 ´ pk ´ 2qq!
n´2
ÿ pn ´ 2q!
“ npn ´ 1qz12 z j p1 ´ zqn´2´j “ npn ´ 1qz12 pz1 ` z2 qn´2 ,
j“0
j!pn ´ 2 ´ jq! 2
19.1. Introducción 745

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


Si de nuevo hacemos z1 “ z y z2 “ 1 ´ z pero ahora en el teorema 19.1.28 obtenemos el
corolario siguiente.
19.1.29. Corolario. Sea z P C y n P N.
n ˆ ˙
ÿ n
kpk ´ 1qz k p1 ´ zqn´k “ npn ´ 1qz 2 .
k“0
k

Como consecuencia inmediata de los teoremas 19.1.26 y 19.1.28 tenemos el teorema si-
guiente.
19.1.30. Teorema. Sean z1 , z2 P C y n P N.
n ˆ ˙
ÿ n
k 2 z1k z2n´k “ nz1 pz1 ` z2 qn´2 ppn ´ 1qz1 ` 1q.
k“0
k

Como caso particular del teorema 19.1.31 tenemos el corolario siguiente.


19.1.31. Corolario. Sea z P C y n P N.
n ˆ ˙
ÿ n
k 2 z k p1 ´ zqn´k “ nzppn ´ 1qz ` 1q.
k“0
k

19.1.32. Teorema. Sea z P C y n P N.


n ˆ ˙
ÿ n
pk ´ nzq2 z k p1 ´ zqn´k “ nzp1 ´ zq.
k“0
k

Demostración. Usando los corolarios 19.1.27, 19.1.31 y 19.1.25, tenemos


n ˆ ˙ n ˆ ˙ n ˆ ˙
ÿ n 2 k n´k
ÿ n 2 k n´k
ÿ n
pk ´ nzq z p1 ´ zq “ k z p1 ´ zq ´ 2nz kz k p1 ´ zqn´k
k“0
k k“0
k k“0
k
n ˆ ˙
ÿ n
` n2 z 2 z k p1 ´ zqn´k “ npn ´ 1qz 2 ` nz ´ 2nznz ` pnzq2 “ nzp1 ´ zq,
k“0
k

quedando demostrado el teorema. ‚


De nuevo para el lector que tenga conocimiento de la teoría de probabilidad se puede dar
cuenta que para el caso en que z P p0; 1q, el teorema 19.1.32 da la fórmula para la varianza
de una variable aleatoria con distribución binomial con parámetros n y z.

Ejercicios.
746 19.1. Introducción

1. Realizar las siguientes operaciones de números complejos, expresádolos en la forma


a ` b i, con a, b P R:
2 ` 7i
a) p2 ` 7 iq ` p5 ´ 3 iq, b) p2 ` 7 iq ´ p5 ´ 3 iq, c) p2 ` 7 iqp5 ´ 3 iq, d) ,
5 ´ 3i
?
5 ´ 3i 2 i ´1 2´i p6 ` 4 iq2
e) , f) , g) ? , h) .
2 ` 7i i `2 2 i `1 2i
2. Hallar el módulo y el argumento principal de los siguientes números complejos:
? ? ?
a) 2 ` 2 i, b) 3 ´ 3 i, c) 3 ´ i, d) 3 i `1, e) 2 3 ` 6 i,
?
? ? ? 3`i p2 ` 2 iq3
f) 3 ´ 3, g) 3 ´ 3 i, h) p2 ` 2 iqp 3 ´ iq, i) , j) ? .
2 ` 2i 3´i
3. Expresar los siguientes números complejos en la forma a ` b i, con a, b P R:
? a ? ? ?
a) 1 ` i, b) 1 ` 3 i, c) 3 i, d) 3 ´1 ´ i.

4. Hallar las tres raíces cúbicas de: a) ´1 ´ i, b) i, c) 27.

5. Hallar las cuatro raíces cuartas de: a) 81 i, b) ´64, c) 1 ´ i.,

6. a) Hallar el módulo de 1
2
` 43 i.
b) Demostrar que la ecuación cospxq ` i senpxq “ 1
2
` 34 i no tiene raíces reales.

7. Hallar una representación en coordenadas


? polares de los números complejos dados a
?
continuación: a) ´4; b) 4 i; c) ´ 2 ` i 2; d) 1`cospθq`i senpθq
1`cospθq´i senpθq
, (con 0 ă θ ă π2 ).
?
8. Demostrar que p´1 ` 3 iq75 “ 275 .
19.2. El plano complejo extendido 747

19.2. El plano complejo extendido


19.2.1. Definiciones. Al conjunto C de los números complejos agregaremos un elemento
llamado infinito o punto en el infinito el cual se representa por 8 y es tal que 8 R C. Al
conjunto Cp :“ C Y t8u le llamaremos conjunto extendido de los números complejos
o plano complejo extendido. Para cada z P C definimos la suma de z e infinito como
z ` 8 :“ 8 ` z :“ 8 y definimos la resta como z ´ 8 :“ 8 ´ z :“ 8. Si z P Czt0u
p definimos
la multiplicación de z por 8 como z8 :“ 8z :“ 8. Si z P C definimos la división de
z entre infinito y de infinito entre z respectivamente como 8z :“ 0 e 8z :“ 8, además para
z P Czt0u
p definimos z0 :“ 8. Diremos que cada elemento de C p es un complejo extendido.
19.2.2. Observación. Las expresiones 8 ` 8, 8 ´ 8, 00 , 88
, 80, 08, `8 y ´8 no están
definidas (al menos por el momento) como elementos de C.
p
Cualquier número complejo puede ser visualizado como un punto en R2 mediante una
biyección obvia que establece un homeomorfismo entre C y R2 . Quisiéramos darle una es-
tructura topológica al conjunto C
p de tal manera que sus elementos se puedan visualizar
geométricamente a través de algún conjunto conocido. Definamos una métrica en C p de tal
manera que su restricción a C genere la misma topología que la distancia usual entre dos
números complejos y además con dicha métrica el conjunto C p sea homeomorfo a una esfera
y por lo tanto sea compacto. Para tal efecto, definamos primero la esfera de Riemann.
19.2.3. Definición. En R3 a la esfera con centro en p0, 0, 0q y radio 1 le llamaremos esfera
de Riemann la cual será denotada por S2 . Al punto p0, 0, 1q de la esfera de Riemann le
llamaremos polo norte y lo denotaremos en esta sección por N , así mismo al punto p0, 0, ´1q
le llamaremos polo sur y lo denotaremos por el momento por S. Al subconjunto de la esfera
de Riemann cuyos elementos son los puntos de la forma px, y, 0q le llamaremos ecuador.
Al subconjunto de puntos de la esfera de Riemann cuya tercera componente es positiva
le llamaremos hemisferio norte, mientras que al subconjunto de puntos de la esfera de
Riemann cuya tercera componente es negativa se le llamará hemisferio sur. El plano XY
denotará en esta sección al subconjunto de puntos de R3 cuya tercera componente es 0.
Antes de dar una biyección entre la esfera de Riemann S2 y el plano complejo extendido
p demos una biyección entre la esfera de Riemann sin el polo norte S2 ztN u y el plano XY
C,
que además sea un homeomorfismo entre los dos conjuntos, es decir que sea continua y que
la biyección inversa también sea continua. Para cada punto P P S2 ztN u tomemos el rayo
ÝÝÑ ÝÝÑ
N P y llamémosle ηpP q al punto en el plano XY tal que ηpP q P N P . Podemos observar
que η : S2 ztN u ÝÑ XY es una biyección de S2 ztN u en el plano XY, y más aún, es un
homeomorfismo. Ahora bien, si para cada Q “ px, y, 0q en el plano XY llamamos ζpQq al
número complejo z “ x ` y i, entonces ζ es un homeomorfismo del plano XY sobre el plano
complejo C, teniendo así que la composición ζ ˝ η es un homeomorfismo de la esfera de
Riemann sin el polo norte S2 ztN u sobre el plano complejo C. Para dar una biyección de la
esfera de Riemann completa S2 en el plano complejo extendido C p es suficiente con tomar la
función ξ : S2 ÝÑ Cp dada por

ζ ˝ ηpP q si P ‰ N
#
ξpP q :“ .
8 si P “ N
748 19.2. El plano complejo extendido

N
P

ΗHPL

S X

19.2.4. Definición. A la función ξ dada anteriormente se le llama proyección estereo-


gráfica de la esfera de Riemann en el plano complejo extendido.
Quisiéramos que además la proyección estereográfica ξ fuera un homeomorfismo de S2 en
C, pero por el momento no tiene sentido hablar de homeomorfismo porque en C
p p no hemos
definido una métrica. Con la distancia usual definida en C no está definida la distancia entre
un número complejo y el punto en el infinito. Lo ideal sería poder definir una métrica ρ
en Cp de tal manera que la restricción al plano complejo C induzca la misma topología que
la distancia usual en C y con dicha métrica el conjunto C p sea homeomorfo a la esfera de
Riemann. Una manera natural de hacerlo es definir ρ como
19.2.5. ρpz1 , z2 q :“ |ξ ´1 pz1 q ´ ξ ´1 pz2 q|.
Tenemos pues la definición siguiente.
19.2.6. Definición. Por conjunto abierto en plano complejo extendido C p entende-
remos, a menos que se especifique otra cosa, que es un conjunto abierto con respecto a la
métrica ρ dada en 19.2.5.
Tenemos así que cualquier conjunto abierto en C p al cual no pertenezca el punto en el
infinito 8 es también un conjunto abierto en C con la distancia usual, mientras que cualquier
conjunto abierto en C p al cual pertenezca 8 incluye a un conjunto de la forma t8u Y tz P C :
|z| ą M u, para M ą 0 suficientemente grande, además dicho conjunto t8uYtz P C : |z| ą M u
es abierto en C. p
Tenemos pues que así como cada elemento del plano complejo tiene una representación
natural en el plano R2 , cada elemento del plano complejo extendido tiene una representación
en la esfera de Riemann.
Concentrémonos ahora en el plano incluido en R3 que pasa por el origen O “ p0, 0, 0q, el
polo norte N “ p0, 0, 1q y los puntos P y ηpP q. Consideremos primero el caso en que P ‰ S.
Observemos que la intersección de la esfera de Riemann con tal plano es una circunferencia de
radio 1 a la cual pertenecen los puntos P y N . Supongamos que P “ pα, β, γq, ηpP q “ px, y, 0q,
G “ p0, 0, γq y tratemos de dar una expresión para x e y en términos de α, β y γ. Tenemos
que los triángulos rectángulos ? ŸpN, O, ηpP qq y ŸpN, G,aP q son semejantes de tal manera que
α2 `β 2
`rG;P s
`rG;N s
“ `rO;ηpP qs
`rO;N s
, es decir 1´γ
“ |ηpP
1
q|
“ |ηpP q| “ x2 ` y 2 y así
a a
19.2.7. α2 ` β 2 “ p1 ´ γq x2 ` y 2 .
19.2. El plano complejo extendido 749

H0,0,ΓL
P

O ΗHPL
HΑ,Β,0L

Como los puntos O, pα, β, 0q y ηpP q están en una misma recta y los puntos pα, β, 0q y ηpP q
están del mismo lado del eje Z tenemos que existe un número real at ą 0 tal queatpα, β, 0q “
ηpP q, es decir tα “ x y tβ “ y, con lo cual además tenemos que t α ` β “ x2 ` y 2 , y
2 2

de la ecuación 19.2.7 tenemos t “ 1´γ


1
, de manera que

α β
19.2.8. x“ e y“ .
1´γ 1´γ

Para el caso en que P “ S “ p0, 0, 0q tenemos ηpP q “ p0, 0, 0q, de manera que también
son válidas las ecuaciones 19.2.8. Así pues, podemos dar una forma más explícita para la
proyección estereográfica ξ, a saber
$
& α ` β i si γ ‰ 1

19.2.9. ξpα, β, γq “ 1´γ .
si γ “ 1

%
8
750 19.3. Sucesiones y series de números complejos

19.3. Sucesiones y series de números complejos


En esta sección estudiaremos brevemente las sucesiones cuyas componentes son números
complejos, enfocándonos a la convergencia y divergencia de sucesiones.
n“1 converge a
19.3.1. Definición. Decimos que una sucesión de números complejos pzn q8
un número complejo z, cuando para todo ε ą 0 existe un número natural N tal que
nľN ùñ |zn ´ z| ă ε.
En caso de que la sucesión converja a z, decimos que z es el límite de la sucesión y lo
denotamos por
lím zn .
nÑ8

Supongamos que pzn q8n“1 en una sucesión de números complejos, que zn “ an ` bn i, donde
an , bn P R y que z “ a ` b i, con a, b P R. Del hecho de que
|zn ´ z| “ |pan , bn q ´ pa, bq|
tenemos que
lím zn “ lím pan ` bn iq “ a ` b i ðñ lím pan , bn q “ pa, bq
nÑ8 nÑ8 nÑ8
ðñ lím an “ a y lím bn “ b,
nÑ8 nÑ8

es decir
lím “ z ðñ lím Re zn “ Re z y lím Im zn “ Im z.
nÑ8 nÑ8 nÑ8

n“1 es una sucesión de números complejos convergente a algún x P C,


Ahora, si además pwn q8
entonces
wn zn “ pRe zn Re wn q ´ pIm zn Im wn q ` pRe zn Im wn ` Im zn Re wn q i,
por lo tanto
lím zn wn “ lím ppRe zn Re wn q ´ pIm zn Im wn qq
nÑ8 nÑ8
` i lím pRe zn Im wn ` Im zn Re wn q
nÑ8
“ pRe zRe w ´ Im zIm wq ` pRe zIm w ` Im zRe wq i “ zw.
Tenemos también que
c´ ¯2 ´ ¯2
a
lím |wn | “ lím pRe wn q2 ` pIm wn q2 “ lím Re wn ` lím Im wn
nÑ8 nÑ8 nÑ8 nÑ8
a
“ pRe wq2 ` pIm wq2 “ |w|,
teniéndose así que si w ‰ 0, entonces wn ‰ 0 para n suficientemente grande y además
zn zn wn 1 1
lím “ lím 2
“ lím 2
lím zn wn “ lím zn wn
nÑ8 wn nÑ8 |wn | nÑ8 |wn | nÑ8 |w|2 nÑ8
1 1
“ 2
lím zn lím wn “ z lím pRe wn ´ i Im wn q
|w| nÑ8 nÑ8 |w|2 nÑ8
1 1 z
“ zpRe w ´ i Im wq “ zw “ .
|w|2 |w|2 w
19.3. Sucesiones y series de números complejos 751

De lo conocido para límites en Rn y de lo anterior tenemos el teorema siguiente


19.3.2. Teorema. Sean pzn q8 8
n“1 y pwn qn“1 dos sucesiones de números complejos que conver-
gen a z y w respectivamente.

I) Re z “ lím Re zn y Im z “ lím zn .
nÑ8 nÑ8

II) lím pzn ` wn q “ z ` w.


nÑ8

III) lím zn wn “ zw.


nÑ8

IV) lím |wn | “ |w|.


nÑ8

V) lím wznn “ z
w
, siempre que w ‰ 0.
nÑ8

19.3.3. Definición. Una sucesión de números complejos pzn q8n“1 es de Cauchy si para todo
ε ą 0 existe un número natural N tal que si n, m P N y n, m ľ N , entonces
|zn ´ zm | ă ε.

Tenemos que si pzn q8n“1 es una sucesión que converge a un número complejo z, entonces
existe un N P N tal que para todo número natural n ľ N se tiene que |zn ´ z| ă 2ε , en
particular si n, m ľ N , entonces |zn ´ zm | ĺ |zn ´ z| ` |z ´ zm | ă 2ε ` 2ε “ ε, de modo
que la sucesión pzn q8
n“1 es de Cauchy. Recíprocamente, si pzn qn“1 es una sucesión de Cauchy,
8

entonces para todo ε ą 0 existe un N P N tal que si m, n ľ N , entonces


|zn ´ zm | ă ε.
Así,
|Re zn ´ Re zm | ĺ |zn ´ zm | ă ε y |Im zn ´ Im zm | ĺ |zn ´ zm | ĺ ε,
n“1 y pIm zn qn“1 son sucesiones de Cauchy y por el criterio de la sucesión
por lo cual pRe zn q8 8

de Cauchy 8.7.16 tenemos que convergen a números reales a y b respectivamente, y así, por
el teorema 15.27.8,
lím zn “ a ` b i .
nÑ8
Lo anterior lo podemos resumir en el teorema siguiente.
19.3.4. Teorema. Toda sucesión de números complejos converge a un número complejo si
y sólo si es de Cauchy.
Del hecho de que el conjunto de los números complejos es homeomorfo con R2 y del teo-
rema de Bolzano-Weierstrass 15.27.12 se deduce la siguiente versión del teorema de Bolzano-
Weierstrass.
19.3.5. Teorema de Bolzano-Weierstrass. Toda sucesión acotada de números complejos
tiene una subsucesión convergente.
19.3.6. Definición. Sea pzn q8
n“1 una sucesión de números complejos. Decimos que la sucesión
converge a infinito si para todo M ą 0 existe un número natural N tal que si n ľ N ,
752 19.3. Sucesiones y series de números complejos

entonces |zn | ą M . En tal caso tenemos escribimos

lím zn :“ 8.
nÑ8

19.3.7. Observación. Una sucesión de números complejos que converge a infinito, no es


convergente en el plano complejo, pero sí es convergente en el plano complejo extendido. Si
n“1 sea convergente
en las hipótesis del teorema 19.3.2 en lugar de exigir que la sucesión pwn q8
en C exigimos solamente que sea convergente en C, entonces los incisos II), IV) y V) siguen
p
siendo válidos. Si en el inciso V) del mismo teorema en lugar de exigir que w ‰ 0 exigimos
que z ‰ 0 la fórmula dada sigue siendo válida.
La demostración del siguiente teorema se deja al lector.
19.3.8. Teorema. Sea pzn q8
n“1 una sucesión de números complejos.

1
lím zn “ 8 ðñ lím “ 0.
nÑ8 nÑ8 zn

19.3.9. Notación. Al igual que en el caso de sucesiones reales, si tenemos una sucesión
k“1 de números complejos y para cada número natural n definimos
pzk q8
n
ÿ
sn :“ zk ,
k“1

es decir si psn q8
n“1 es la sucesión de sumas parciales de la sucesión pzk qk“1 y tal sucesión de
8

sumas parciales converge a un complejo extendido w, entonces el símbolo


8
ÿ
zn
n“1

denotará al complejo extendido w. En general si r es cualquier número entero, entonces


tomaremos por notación
ÿ8 8
ÿ
zn´r :“ zn .
n“r n“1

8
19.3.10. Definiciones. Diremos que cualquier expresión de la forma wn es una serie de
ř
n“r
números complejos, donde cada wn es un número complejo.
8 8
En caso de que tengamos dos series de números complejos wn y w´n , al símbolo
ř ř
n“0 n“1

`8
ÿ
wn
n“´8

8 8
le llamaremos serie bilateral y será igual a w´n en el caso en que esté definida
ř ř
wn `
n“0 n“1
la última suma.
19.3. Sucesiones y series de números complejos 753

Cuando tengamos que una serie de números complejos es igual a un número complejo
diremos que dicha serie es convergente en el conjunto de números complejos, de otro modo
diremos que en C la serie es divergente. En el caso de que la serie de números complejos
sea igual a 8 diremos que diverge a 8.
Decimos que una serie de números complejos
8
ÿ
zn
n“1

8
es absolutamente convergente si la serie |zn | converge a un número real.
ř
n“1
Sea pak´1 q8
k“1 una sucesión de números complejos y z P C. A una expresión de la forma
8
ÿ
ak z k
k“0

le llamaremos serie entera o serie de Maclaurin de z, donde en todo caso tomamos z 0 “ 1.


Es decir la serie entera anterior también se puede representar como
8
ÿ
a0 ` ak z k .
k“1

Veamos algunos criterios con los cuales podemos saber si una serie de números complejos
es convergente o no lo es.
8
ř
19.3.11. Teorema. Una condición necesaria para que una serie de números complejos wn
n“1
converja a un número complejo es que lím wn “ 0.
nÑ8
8
Demostración. Observemos que la serie wn converge a un número complejo si y sólo
ř
n“1
8 8
si las series de números reales Re wn y Im wn convergen a un número real, pero una
ř ř
n“1 n“1
condición necesaria para que estas dos últimas series converjan a un número real es que
lím Re wn “ 0 y que lím Im wn “ 0, lo cual equivale a que lím wn “ 0. ‚
nÑ8 nÑ8 nÑ8
19.3.12. Teorema. Si una serie de números complejos converge absolutamente, entonces
converge a algún número complejo.
8
Demostración. Sea ak una sucesión de números complejos que converge absolutamente
ř
k“1
n n 8
y sean sn “ ak y tn “ |ak |. Como ak converge absolutamente, entonces ptn q8
ř ř ř
n“1
k“1 k“1 k“1
es una sucesión de Cauchy, de modo que para todo ε ą 0 existe un N P N tal que si
n, m ľ N , entonces |tm ´ tn | ă ε. Sin perder generalidad supondremos que n ă m. Ahora,
de la desigualdad del triángulo tenemos que
ˇ ˇ
ˇ ÿm ˇ ÿm
|sm ´ sn | “ ˇ ak ˇ ĺ |ak | “ |tm ´ tn | ă ε,
ˇ ˇ
ˇk“n`1 ˇ k“n`1
754 19.3. Sucesiones y series de números complejos

de donde concluimos que la sucesión psn q8


n“1 es de Cauchy y por lo tanto convergente a un
8
número complejo, es decir la serie ak converge a algún número complejo.
ř

k“1
8
1
ř
19.3.13. Teorema. La serie entera z k converge a 1´z
si |z| ă 1, y diverge si |z| ľ 1. En
k“0
8
ř
caso de que |z| ą 1 tenemos que z k “ 8.
k“0

Demostración. Si |z| ľ 1 tenemos que lím z k ‰ 0, o bien el límite no existe, por lo que
kÑ8
8
debido al teorema 19.3.11 tenemos que la serie z k diverge.
ř
k“0
n
En el caso en que z ‰ 1 y n P N tenemos que p1 ´ zq z n “ 1 ´ z n`1 , por lo cual
ř
k“0

n
ÿ
n1 ´ z n`1
z “ ,
k“0
1´z

8 8
de modo que 1
si |z| ă 1 y z k “ 8 si |z| ą 1.
ř ř
zk “ 1´z

k“0 k“0

De manera análoga a como se demostró el teorema 8.7.21 se puede demostrar el teorema


siguiente.
8
ř 8
ř
19.3.14. Teorema. Si las series de números complejos an y bn convergen absoluta-
ˆ8 ˙ˆ 8 ˙ ˆ ˙ n“0 n“0
ř ř 8
ř řn
mente, entonces an bn “ an´k bk .
n“0 n“0 n“0 k“0

Al igual que para series absolutamente convergentes de números reales, a continuación ve-
remos que cuando se cambia el orden de aparición de los términos de una serie absolutamente
convergente de números complejos la convergencia no se altera ni el valor de la serie.
8
ř
19.3.15. Teorema. Sea an una serie absolutamente convergente de números complejos
n“1
8
ř 8
ř
y ρ una biyección de N en N. Se tiene la igualdad an “ aρpnq .
n“1 n“1

Demostración. Aplicando el teorema 8.7.23 tenemos que


8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ
an “ pRe an ` i Im an q “ Re an ` i Im an
n“1 n“1 n“1 n“1
ÿ8 8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ
Im aρpnq “ Re aρpnq ` i Im aρpnq “
` ˘
“ Re aρpnq ` i aρpnq ,
n“1 n“1 n“1 n“1

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


A continuación enunciaremos una nueva versión del Lema de Abel cuya demostración
puede hacerse de manera muy parecida a la del Lema de Abel en R 8.7.38 y la dejaremos al
19.3. Sucesiones y series de números complejos 755

lector.
19.3.16. Lema de Abel en C. Sea pak q8k“1 una sucesión de números complejos. Si existen
dos números positivos M y r tales que

nPN ùñ |an |rn ĺ M,


8
ř
entonces la serie ak z k converge absolutamente para todo z P Bpz, rq.
k“0

El teorema siguiente es una versión del criterio de la raíz para el caso de series de números
complejos.
19.3.17. Criterio de la raíz. Sea puk q8
k“1 una sucesión de números complejos.

8
a) Si lím
a
k
ř
|uk | ă 1, entonces uk es absolutamente convergente.
kÑ8 k“1

8
b) Si lím
a
k
ř
|uk | ą 1, entonces la serie uk es divergente.
kÑ8 k“1

Demostración. El inciso a) se sigue del teorema 8.7.40 a). El inciso b) se sigue del teorema
19.3.11 y del hecho de que si lím |uk | ą 1, entonces la sucesión puk q8
k“1 no converge a cero.
a
k
kÑ8

8
Supongamos que tenemos una serie entera ak z k con los coeficientes ak P C y queremos
ř
k“0
saber para qué valores de z P C la serie converge. De acuerdo al criterio de la raíz, si
8
lím k |ak ||z|k ă 1, es decir si |z| lím k |ak | ă 1, entonces la serie entera
a
ak z k converge
a ř
kÑ8 kÑ8 k“0
absolutamente, mientras que si |z| lím k |ak | ą 1 la serie es divergente. Lo anterior equivale
a
kÑ8
a decir que si |z| ă 1
? , entonces la serie converge absolutamente, mientras que si |z| ą
lím
kÑ8
k
|ak |

, entonces la serie diverge. Cuando lím k |ak | “ 0 la serie converge absolutamente


1
a
?
lím
kÑ8
k
|ak | kÑ8

para todo número complejo z. De este razonamiento se desprende la siguiente definición y el


siguiente teorema.
8
19.3.18. Definición. Dada una serie entera de números complejos ak z k tal que lím k |ak |
ř a
k“0 kÑ8
ą 0, al valor 1
? se le llama radio de convergencia de la serie entera. Cuando
lím
kÑ8
k
|ak |

lím k |ak | “ 0, el radio de convergencia de la serie entera se define como `8.


a
kÑ8
8
ř
19.3.19. Teorema de Hadamard. Sea ak z k una serie entera de números complejos con
k“0
radio de convergencia ρ.
8
a) Si |z| ă ρ, entonces la serie
ř
ak z k es absolutamente convergente.
k“0
756 19.3. Sucesiones y series de números complejos

8
b) Si |z| ą ρ, entonces la serie
ř
ak z k es divergente.
k“0

19.3.20. Definición. Una serie de potencias de números complejos, o simplemente


serie de potencias, alrededor del número z0 es una expresión de la forma
8
ÿ
19.3.21. ak pz ´ z0 qk ,
k“0

donde ak P C para todo k P N Y t0u. A la expresión 19.3.21 se le llama también serie de


Taylor alrededor de z0 ó serie de potencias alrededor de z0 asociada a la serie entera
8
ÿ
19.3.22. ak z k .
k“0

19.3.23. Definición. Sea ρ el radio de convergencia de la serie entera 19.3.22. Diremos


también que ρ es el radio de convergencia de la serie de potencias 19.3.21 y al conjunto
abierto tz P C : |z ´ z0 | ă ρu se le llama círculo de convergencia de la serie de potencias
19.3.21, el cual denotaremos por Bpz0 , ρq. Observemos que cuando ρ “ `8 entonces el círculo
de convergencia es C.
19.3.24. Observación. Observemos que de acuerdo al teorema de Hadamard si ρ ą 0 es
el radio de convergencia de la serie entera 19.3.22, entonces la serie de potencias 19.3.21
converge absolutamente para todo z en el círculo de convergencia Bpz0 , ρq y diverge cuando
z esté en el exterior del círculo de convergencia. Cuando z está en la frontera del círculo de
convergencia puede ocurrir que la serie converja o que diverja. Para el caso en el cual el radio
de convergencia de la serie de potencias 19.3.21 es cero, la serie de potencias será convergente
sólo si z “ z0 y convergerá a a0 . Es decir, el círculo de convergencia de la serie de potencias
19.3.21 es el interior del conjunto de números complejos z para los cuales la serie de potencias
19.3.21 converge.
˝
19.3.25. Definición. Sean A Ă C, f : A ÝÑ C y z0 P A. Decimos que la función f es
8
analítica en z0 si existen un r ą 0 y una serie de potencias ak pz ´ z0 qk alrededor de
ř
k“0
8
z0 tales que f pzq “ ak pz ´ z0 q para todo z P Bpz0 , rq. Si además D es un subconjunto
ř k
k“0
abierto de A y la función f es analítica en cada elemento de D, diremos que f es analítica
en D. Es decir la función f es analítica en el conjunto abierto D si para cada z0 P D y z
suficientemente cercano a z0 , f pzq puede expresarse como serie de potencias alrededor de z0 .
El siguiente teorema será de utilidad posteriormente, cuando se estudien las derivadas de
las funciones analíticas.
19.3.26. Teorema. Si α ľ 0 y z0 P C, el radio de convergencia de la serie de potencias
ř8 8
ř
ak pz ´ z0 qk es el mismo que el de la serie de potencias pk ` αqak pz ´ z0 qk .
k“0 k“0
19.3. Sucesiones y series de números complejos 757
?
Demostración. Del corolario 10.14.23 tenemos que lím n n ` α “ 1. Ahora, debido a los
nÑ8
corolarios 8.7.31 y 8.7.33, tenemos que
a ´ ? ¯ a a
lím k |pk ` αqak | “ lím k k ` α lím k |ak | “ lím k |ak |,
kÑ8 kÑ8 kÑ8 kÑ8

por lo cual tenemos que ambas series de potencias tienen el mismo radio de convergencia. ‚
El criterio de la razón puede ser generalizado al caso de series de números complejos
mediante el siguiente teorema.
19.3.27. Criterio de la razón. Sea puk q8 k“1 una sucesión de números complejos.
ˇ ˇ 8
a) Si lím ˇ uuk`1
ř
1, entonces la serie uk es absolutamente convergente.
ˇ ˇ
k
ˇ ă
kÑ8 k“1
ˇ ˇ 8
ˇ uk`1 ˇ
b) Si lím ˇ uk ˇ ą 1, entonces la serie
ř
uk diverge.
kÑ8 k“1

Demostración. La demostración de a) se sigue ˇ del ˇ corolario 8.7.45 a) y del teorema 19.3.12.


ˇ uk`1 ˇ
Para ver la validez de b) tenemos que si lím ˇ uk ˇ ą 1, entonces, por el teorema 8.7.34 III),
kÑ8 ˇ ˇ
existe un número natural N tal que si n ľ N , entonces ˇ uun`1 ˇ ą 1, por lo que |un | ą |uN | ą 0
ˇ ˇ
n
8
y la sucesión puk q8
k“1 no converge a 0, luego, por el teorema 19.3.11, la serie uk diverge. ‚
ř
k“1
El teorema 19.3.27 puede servir en algunas ocasiones para hallar el círculo de convergencia
8
de una serie de potencias. En efecto, si tenemos una serie de potencias ak pz ´z0 qk el límite
ř
ˇ ˇ k“0
lím ˇ an ˇ existe, entonces la serie de potencias convergerá absolutamente si
ˇ an`1 ˇ
nÑ8
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ an`1 pz ´ z0 qn`1 ˇ ˇ an`1 ˇ
lím ˇ ˇ “ lím ˇ ˇ |z ´ z0 | ă 1
nÑ8 ˇ an pz ´ z0 qn ˇ nÑ8 ˇ an ˇ
y divergirá si ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ an`1 pz ´ z0 qn`1 ˇ ˇ an`1 ˇ
lím ˇ ˇ “ lím ˇ ˇ |z ´ z0 | ą 1.
nÑ8 ˇ an pz ´ z0 qn ˇ nÑ8 ˇ an ˇ
De loˇ anterior
ˇ podemos concluir que el radio de convergencia de la serie de potencias es
lím ˇ ˇ, haciendo hincapié en que lo anterior sólo será válido si el límite existe. Por ejem-
ˇ an ˇ
nÑ8 an`1
plo, ˇla serie
ˇ entera que define a la función exponencial tiene radio de convergencia igual a
ˇ 1 ˇ
lím ˇ n!1 ˇ “ lím pn ` 1q “ `8.
nÑ8 ˇ pn`1q! ˇ nÑ8
8
ř 8
ř
19.3.28. Teorema. Dadas dos series de potencias ak pz ´ z0 qk y bk pz ´ z0 qk con radios
k“0 k“0
de convergencia ρ1 y ρ2 respectivamente, la serie de potencias
˜ ¸
ÿ8 n
ÿ
19.3.29. ak bn´k pz ´ z0 qn
n“0 k“0
758 19.3. Sucesiones y series de números complejos

tiene radio de convergencia ρ ľ míntρ1 , ρ2 u y además


˜ ¸ ˜ ¸˜ ¸
ÿ8 n
ÿ ÿ8 8
ÿ
19.3.30. ak bn´k pz ´ z0 qn “ ak pz ´ z0 qk bk pz ´ z0 qk ,
n“0 k“0 k“0 k“0

para todo z P Bpz0 , míntρ1 , ρ2 uq.


Demostración. El resultado es claro cuando míntρ1 , ρ2 uq “ 0. Supongamos pues que
míntρ1 , ρ2 uq ą 0. La fórmula 19.3.30 se cumple debido al teorema 19.3.14, puesto que ca-
8 8
da una de las series de potencias ak pz ´ z0 qk y bk pz ´ z0 qk convergen absolutamente
ř ř
k“0 k“0
en Bpz0 , míntρ1 , ρ2 uq, ya que Bpz0 , míntρ1 , ρ2 uq Ă Bpz0 , ρ1 q y Bpz0 , míntρ1 , ρ2 uq Ă Bpz0 , ρ2 q.
Ahora, por el teorema de Hadamard, el radio de convergencia de la serie de potencias 19.3.29
es mayor o igual que míntρ1 , ρ2 u. ‚
A continuación se definirá el concepto de convergencia uniforme de series de funciones.
8
19.3.31. Definición. Dada una sucesión de funciones pfk q8 , decimos que la serie
ř
k“1 f pzq
k“1
converge uniformemente enˆun conjunto ˙8 E o que converge uniformemente para z P E, si
n
la sucesión de sumas parciales converge uniformemente para z P E.
ř
f pzq
k“1 n“1
8
ř
19.3.32. Teorema. Si tenemos una serie de potencias ak pz ´ z0 qk con radio de conver-
k“0
gencia ρ ą 0 y si 0 ă r ă ρ, entonces la serie de potencias converge uniformemente para
z P Bpz0 , rq.
Demostración. Por el teorema de Hadamard 19.3.19, la serie converge y converge absolu-
tamente para cada z P Bpz0 , rq. Ahora, al tomar z1 P BBpz0 , rq tenemos que |z1 ´ z0 | “ r y
8
para todo ε ą 0 existe un N P N tal que si n ľ N , entonces |ak |rk ă ε, de modo que
ř
k“n`1
por el criterio de comparación tenemos que si z P Bpz0 , rq y n ľ N , entonces
ˇ ˇ
ˇ ÿ8 ˇ 8
ÿ 8
ÿ
kˇ k
ak pz ´ z0 q ˇ ĺ |ak ||z ´ z0 | ĺ |ak |rk ă ε,
ˇ
ˇ
ˇk“n`1 ˇ k“n`1 k“n`1
ˆ n ˙8
lo que significa que la sucesión de sumas parciales converge uniforme-
ř k
ak pz ´ z0 q
k“0 n“1
mente. ‚
Queremos extender el dominio de la función exponencial al conjunto de los números com-
plejos, es decir definiremos la exponencial de un número complejo, pero antes estableceremos
u lema que garantice que la función está bien definida.
b
19.3.33. Lema. lím k k!1 “ 0.
kÑ8

Demostración. Observemos que si M ą 1 y k es un número natural mayor que 2M 2 ,


entonces k!1 ă M1k , de modo que c
k 1 1
0ĺ ĺ ,
k! M
19.3. Sucesiones y series de números complejos 759

pero como M es arbitrario se tiene el resultado deseado. ‚


19.3.34. Definición. En adelante tendremos que exp : C ÝÑ C y estará definida como
8
ÿ zk
19.3.35. exppzq :“
k“0
k!

y le llamaremos función exponencial o función exponencial compleja si se quiere ser


más específico. Algunas veces escribiremos ez en lugar de exppzq.
19.3.36. Observación. Del lema 19.3.33 tenemos que la función exponencial está bien defi-
nida en el conjunto de los números complejos debido a que el radio de convergencia de 19.3.35
es `8.
Una de las principales propiedades de la función exponencial, la cual ya es bien conocida
en el caso en que se evalúa en números reales, está dada en el teorema siguiente.
19.3.37. Teorema. Para cualesquiera dos números complejos z1 y z2 tenemos que exppz1 `
z2 q “ exppz1 q exppz2 q.
Demostración. Del teorema 19.3.14 y de la definición de la exponencial de un número
complejo tenemos que
˜ ¸˜ ¸ ˜ ¸
8 8 8 n
ÿ z1k ÿ z2k ÿ ÿ z1n´k z2k
exppz1 q exppz2 q “ “ ¨
k“0
k! k“0
k! n“0 k“0
pn ´ kq! k!
˜ ¸
8 n 8
ÿ 1 ÿ n! n´k k
ÿ pz1 ` z2 qn
“ z1 z2 “
n“0
n! k“0 pn ´ kq!k! n“0
n!
“ exppz1 ` z2 q,

lo cual demuestra el teorema. ‚


Del teorema 17.5.11 tenemos que si x P R, entonces
8
ÿ x2k
cospxq “ p´1qk
k“0
p2kq!

y
8
ÿ x2k`1
senpxq “ p´1qk ,
k“0
p2k ` 1q!
por lo que la siguiente definición de las funciones seno y coseno de números complejos resulta
natural.
19.3.38. Definición. En lo que sigue tendremos las funciones sen : C ÝÑ C y cos : C ÝÑ C
las cuales se llaman seno y coseno respectivamente y están dadas por las fórmulas
8
ÿ z 2kk
cospzq “ p´1q
k“0
p2kq!
760 19.3. Sucesiones y series de números complejos

y
8
ÿ z 2k`1
senpzq “ p´1qk ,
k“0
p2k ` 1q!
para todo z P C.
Del lema 19.3.33 podemos ver que las series de potencias que definen a las funciones sen y
cos tienen radio de convergencia `8, de manera que las definiciones anteriores tiene sentido,
es decir están bien definidas para todo número complejo z. Veremos que las propiedades más
importantes de las funciones seno y coseno de números reales se siguen cumpliendo cuando
son evaluadas en números complejos. Una fórmula muy importante que relaciona la función
exponencial con las funciones seno y coseno la da el teorema siguiente.
19.3.39. Teorema. Para todo número complejo z se tiene
ei z “ cospzq ` i senpzq.

Demostración. Relacionando cada una de las series de potencias asociadas a las funciones
involucradas en la fórmula, obtenemos
8 8 8
ÿ pi zqk ÿ pi zq2k ÿ pi zq2k`1
ei z “ “ `
k“0
k! k“0
p2kq! k“0
p2k ` 1q!
8 8
ÿ z 2k
k
ÿ z 2k`1
“ p´1q ` i p´1qk “ cospzq ` i senpzq,
k“0
p2kq! k“0
p2k ` 1q!

lo cual demuestra el teorema. ‚


19.3.40. Corolario. Para todo número complejo z se tiene
ei z ` e´ i z ei z ´ e´ i z
cospzq “ y senpzq “ .
2 2i

Demostración. Del hecho de que cospzq es una serie de potencias pares de z se tiene que
cospzq “ cosp´zq y del hecho de que senpzq es una serie de potencias impares de z se tiene
que senp´zq “ ´ senpzq, por lo que debido al teorema 19.3.39 tenemos
ei z ` e´ i z pcospzq ` i senpzqq ` pcosp´zq ` i senp´zqq
“ “ cospzq
2 2
y
ei z ´ e´ i z pcospzq ` i senpzqq ´ pcosp´zq ` i senp´zqq

2i 2i
2 i senpzq
“ “ senpzq,
2i
con lo que el corolario está demostrado ‚
Dejaremos al lector la demostración del siguiente corolario.
19.3.41. Corolario. Para todo par de números complejos z y w se tiene:
19.3. Sucesiones y series de números complejos 761

a) pcospzqq2 ` psenpzqq2 “ 1;

b) cospz ` wq “ cospzq cospwq ´ senpzq senpwq;

c) senpz ` wq “ senpzq cospwq ` senpwq cospzq;

d) cosp´zq “ cospzq y senp´zq “ ´ senpzq;

e) cospz ` 2πq “ cospzq y senpz ` 2πq “ senpzq;

f) cospz ` πq “ ´ cospzq y senpz ` πq “ ´ senpzq;

g) cosp π2 ´ zq “ senpzq y senp π2 ´ zq “ cospzq.

Las funciones hiperbólicas de números complejos se definen de la misma manera que para
los números reales, es decir para todo número complejo z se define

ez ` e´z ez ´ e´z
coshpzq :“ y senhpzq :“ .
2 2

19.3.42. Observación. Notemos que cospzq “ coshpi zq y senpzq “ ´ i senhpi zq. Además la
función pt P r0; 1sq ÞÑ e2π i t es una parametrización cerrada simple de la circunferencia en C
con centro en 0 y radio 1.
Tenemos ya definida la función exponencial compleja, de manera que resulta natural
definir el logaritmo natural de un número complejo de la siguiente manera.
19.3.43. Definición. Sea z P C. Decimos que un número complejo w es un logaritmo
natural de z si se cumple la fórmula
ew “ z.
Al conjunto de todos los logaritmos naturales de un número complejo z lo denotaremos como
Lnpzq.
Tenemos que si w es un logaritmo natural de un número complejo z y w “ µ ` i θ, para
µ, θ P R, entonces
z “ ew “ eµ ei θ “ eµ pcospθq ` i senpθqq,
de tal manera que θ P Argpzq y eµ “ |z|, es decir θ es un argumento de z y µ “ lnp|z|q.
Recíprocamente, si θ es un argumento de z y µ “ lnp|z|q tenemos de la fórmula de de Moivre
que
z “ |z|pcospθq ` i senpθqq “ eµ pcospθq ` i senpθqq,
de manera que tenemos el siguiente teorema.
19.3.44. Teorema. Sea z P C. Tenemos que w P Lnpzq si y sólo si Re pwq “ lnp|z|q y
Im pwq P Argpzq.
19.3.45. Observación. Del teorema anterior podemos ver que cualquier número complejo
z tiene algún logaritmo natural si y sólo si es diferente de cero.
762 19.3. Sucesiones y series de números complejos

Tenemos la fórmula dada en el corolario siguiente que se sigue del teorema 19.3.44 y de
la representación polar de un punto.
19.3.46. Corolario.

Lnpzq “ tlnp|z|q ` ipargpzq ` 2kπq : k P Zu, para todo z P Czt0u.

19.3.47. Definición. Para cada z P Czt0u definamos el logaritmo natural principal de


z como
lnpzq :“ lnp|z|q ` i argpzq.

A continuación definiremos la potencia compleja de un número complejo diferente de cero.


19.3.48. Definición. Sea a P Czt0u y z P C. El número a elevado a la potencia principal
z se denota como az y se define por

az :“ ez lnpaq .

Cuando w P Lnpaq decimos que el número ezw es una potencia de grado z de a.


19.4. Funciones complejas de variable compleja 763

19.4. Funciones complejas de variable compleja


En capítulos anteriores se estudiaron algunos tipos de funciones como son las funciones
reales de variables reales. En esta y otras secciones se estudiarán algunas funciones cuyo
dominio es un subconjunto de los números complejos y cuyo recorrido es un subconjunto de
los números complejos, es decir estudiaremos a las funciones de la forma f : A ÝÑ C, donde
A Ă C.
19.4.1. Definición. Se dice que una función es una función de variable compleja si su
dominio es un subconjunto de los números complejos y se dice que es una función compleja
si su recorrido está incluido en C.
19.4.2. Definición. Sea A Ă C, f : A ÝÑ C una función, z0 P A y w0 P C. Decimos que w0
es el límite de f pzq cuando z tiende a z0 si para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que

z P A y 0 ă |z ´ z0 | ă δ ùñ |f pzq ´ w0 | ă ε.

En tal caso escribimos


lím f pzq :“ w0 .
zÑz0

Cuando además f pz0 q “ lím f pzq, decimos que f es continua en el número z0 . Cuando
zÑz0
B Ă A es un conjunto tal que f es continua en cada elemento de B, decimos que f es
continua en el conjunto B. Si f es continua en todo su dominio decimos simplemente que f
es continua.
Daremos a continuación las definiciones de otros tipos de límites.
19.4.3. Definición. Sea f : A ÝÑ C una función de variable compleja tal que el exterior de
alguna bola está incluido en A. Decimos que el límite cuando z tiende a 8 de f pzq es un
número complejo w si para todo ε ą 0 existe un M ą 0 tal que

|z| ą M ùñ |f pzq ´ w| ă ε.

Al hecho anterior se le denota lím f pzq :“ w.


zÑ8

19.4.4. Definición. Sea f : A ÝÑ C una función de variable compleja tal que el exterior de
alguna bola está incluido en A. Decimos que el límite cuando z tiende a 8 de f pzq es 8 si
para todo L ą 0 existe un M ą 0 tal que

|z| ą M ùñ |f pzq| ą L.

En dicho caso, a tal hecho lo denotamos así lím f pzq :“ 8.


zÑ8

19.4.5. Definición. Sea f : A ÝÑ C una función de variable compleja y sea z0 un número


complejo que está en la cerradura de A. Decimos que el límite cuando z tiende a z0 de f pzq
es 8 si para todo L ą 0 existe un δ ą 0 tal que

z P A y 0 ă |z ´ z0 | ă δ ùñ |f pzq| ą L.
764 19.4. Funciones complejas de variable compleja

En dicho caso, a tal hecho lo denotamos así lím f pzq :“ 8.


zÑz0

19.4.6. Teorema. Sea A Ă C, f : A ÝÑ C una función, z0 P C p un punto de acumulación de


p Tenemos que w0 “ lím f pzq si y sólo si para toda sucesión pzn q8 de elementos
A y w0 P C. n“1
zÑz0
de A diferentes de z0 que converge a z0 se tiene que la sucesión pf pzn qq8
n“1 converge a w0 .

Demostración. Haremos la demostración solamente para el caso en que z0 , w0 P C. La


demostración de los otros casos se puede hacer siguiendo ideas parecidas.
Supongamos primero que w0 “ lím f pzq, es decir para todo ε ą 0 existe un δε ą 0 tal que
zÑz0

0 ă |z ´ z0 | ă δε ùñ |f pzq ´ w0 | ă ε

n“1 una sucesión de elementos de A diferentes de z0 que converge a z0 . Como pzn qn“1
y sea pzn q8 8

converge a z0 , para todo η ą 0 existe un Nη P N tal que si n ľ Nη , entonces |zn ´ z0 | ă η.


Así, si n ľ Nδε , entonces 0 ă |zn ´ z0 | ă δε y |f pzn q ´ w0 | ă ε, de modo que la sucesión
n“1 converge a w0 .
pf pzn qq8
Supongamos ahora que w0 ‰ lím f pzq, es decir que existe un ε ą 0 tal que para todo
zÑz0
δ ą 0 hay un z P A tal que 0 ă |z ´ z0 | ă δ, pero |f pzq ´ w0 | ľ ε. Para todo número natural
n sea zn P A tal que 0 ă |zn ´ z0 | ă n1 y |f pzn q ´ w0 | ľ ε, donde ε no depende de n. Tenemos
que la sucesión pzn q8
n“1 así construida converge a z0 pero pf pzn qqn“1 no converge a w0 .
8

De los teoremas 19.3.2 y 19.4.6 se sigue inmediatamente el teorema siguiente.
19.4.7. Teorema. Sean A, B Ă C; z0 P C p un punto de acumulación de A X B; a, b P C, y
además f : A ÝÑ C y g : B ÝÑ C funciones tales que lím f pzq “ a y lím gpzq “ b. Bajo
zÑz0 zÑz0
estas condiciones tenemos:

I) lím pf pzq ` gpzqq “ a ` b.


zÑz0

II) lím αf pzq “ αa, para todo α P C.


zÑz0

III) lím f pzqgpzq “ ab.


zÑz0

IV) lím |f pzq| “ |a|.


zÑz0

V) lím fgpzq
pzq
“ ab , siempre que b ‰ 0.
zÑz0
19.5. Polinomios complejos 765

19.5. Polinomios complejos


A continuación estudiaremos algunas propiedades importantes de las llamadas funciones
polinomiales. Comencemos definiendo con precisión este concepto.
19.5.1. Definiciones y notaciones. Si tenemos una sucesión finita de n ` 1 componentes
complejas pa0 , a1 , . . . , an q, con an ‰ 0 y f : C ÝÑ C es la función definida por
n
ÿ
f pzq “ ak z k ,
k“0

decimos que f es una función polinomial o polinómica con coeficientes complejos


n
de grado n. Decimos además que la expresión ak z k es un polinomio de grado n con
ř
k“0
coeficientes complejos evaluada en z. Si se quiere ser más específico se dice que el polinomio, o
la función polinomial, es de una variable. Diremos que la función constante g tal que gpzq “ 0
para cualquier número complejo z es un polinomio de grado infinito, aunque también decimos
que es de grado menos infinito. A dicha función polinomial f también se le representa por
n
ak Xk y también se dice que es un polinomio de grado n. Al grado del polinomio f pXq
ř
k“0
se le denotará por deg f pXq.
Deseamos demostrar que si ppzq es un polinomio de grado positivo, entonces la ecuación

ppzq “ 0

tiene al menos una solución compleja. Para demostrar ese importante resultado haremos uso
de algunos resultados previos.
n
ř
19.5.2. Teorema. Sean n P N y ak z k un polinomio de grado n. Tenemos que
k“0

n
ÿ
lím ak z k “ 8.
zÑ8
k“0

Demostración. Sea L ą 0. Tenemos que


ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇÿn ˇ ˇn´1
ÿ ˇ
k
ˇ ak z ˇ ľ ´ ˇ ak z ˇ ` |an ||z n |

ˇ ˇ ˇ
ˇk“0 ˇ ˇk“0 ˇ
n´1
ÿ n´1
ÿ
n k n
ľ |an ||z| ´ |ak ||z| ľ |an ||z| ´ A |z|k ,
k“0 k“0

n´1
donde A “ 1 ` |ak |. Ahora, si |z| ą 1, entonces
ř
k“0
ˇ ˇ
ˇÿn ˇ n´1
ÿ
kˇ n
ˇ ak z ˇ ľ |an ||z| ´ A |z|k ľ |an ||z|n ´ nA|z|n´1 “ |z|n´1 p|an ||z| ´ nAq,
ˇ
ˇk“0 ˇ k“0
766 19.5. Polinomios complejos

por lo cual, si además |z| ą L`na


|an |
` 1, entonces
ˇ ˇ
n ˆ ˙
ˇÿ ˇ
kˇ n´1 L ` na
ˇ ak z ˇ ľ |z| p|an ||z| ´ nAq ą ` 1 L ą L.
ˇ
ˇk“0 ˇ |an |

n
Por lo tanto lím
ř
ak z k “ 8. ‚
zÑ8 k“0

19.5.3. Corolario. Sean f : C ÝÑ C y g : C ÝÑ C funciones polinomiales de grados m y n


m
ř n
ř
respectivamente tales que f pzq “ ak z k y gpzq “ bk z k , para todo z P C. Si las funciones
k“0 k“0
f y g son iguales, entonces son del mismo grado, es decir m “ n y más aún aj “ bj para todo
j P t0, 1, . . . , nu.
Demostración. Si f “ g, entonces f pzq ´ gpzq “ 0, para todo z P C. Para ver que m “ n
supongamos sin pérdida de generalidad que m ą n. Observemos que en tal caso f pzq ´ gpzq
sería un polinomio de grado m por lo que debido al teorema anterior lím pf pzq ´ gpzqq “ 8
zÑ8
(o bien f pzq ´ gpzq “ a0 ‰ 0 en caso de que m “ 0 y n “ ´8), haciendo imposible que
f pzq ´ gpzq “ 0 para todo z P C. Por lo tanto si f “ g, entonces m “ n, teniendo además
n
que 0 “ f pzq ´ gpzq “ pak ´ bk qz k es un polinomio de grado ´8, por lo cual aj “ bj para
ř
k“0
todo j P t0, 1, . . . , nu. ‚
Con una demostración similar a la anterior podemos concluir el corolario siguiente.
19.5.4. Corolario. Sean f : R ÝÑ R y g : R ÝÑ R funciones polinomiales reales de grados
m
ř n
ř
m y n respectivamente tales que f pxq “ ak xk y gpzq “ bk xk , para todo x P R. Si las
k“0 k“0
funciones f y g son iguales, entonces son del mismo grado, es decir m “ n y más aún aj “ bj
para todo j P t0, 1, . . . , nu.
19.5.5. Corolario. Sea n P N y ppzq un polinomio de grado n. La función f : C ÝÑ R dada
por f pzq “ |ppzq| tiene un mínimo absoluto.
Demostración. El resultado es trivial cuando el polinomio ppzq es constante. Supongamos
n
que ppzq “ ak z k con n ľ 1. Por el teorema 19.5.2 existe un R ą 0 tal que si |z| ą R,
ř
k“0
entonces f pzq ą f p0q. Ahora, como la bola cerrada Bp0, Rq es un conjunto compacto, por el
corolario 14.2.8, existe un z0 P Bp0, Rq tal que f pz0 q ĺ f pzq para todo z P Bp0, Rq. Ahora, si
|z| ą R, entonces f pz0 q ĺ f p0q ă f pzq, por lo tanto f pz0 q ĺ f pzq para todo z P C. ‚
n
ř
19.5.6. Teorema fundamental del álgebra. Sea n P N y ppzq “ ak z k un polinomio
k“0
de grado n. El polinomio ppzq tiene al menos una raíz compleja, es decir existe un z0 P C tal
que ppz0 q “ 0.
Demostración. Demostraremos que si f pzq “ |ppzq| y el mínimo de los valores de la
función f es f pz0 q, entonces f pz0 q “ 0 (tal mínimo siempre existe debido al corolario 19.5.5).
Observemos que la función q dada por qpzq “ ppz ` z0 q es una función polinomial de grado
19.5. Polinomios complejos 767

n, por lo cual existe una sucesión finita de n ` 1 componentes complejas pb0 , b1 , . . . , bn q con
bn “ an tal que
n
ÿ
qpzq “ bk z k “ bn z n ` bn´1 z n´1 ` ¨ ¨ ¨ ` b1 z ` b0 .
k“0

Observando que el recorrido de q es el mismo que el de p y que ppz0 q “ qp0q “ b0 , tenemos


que el valor mínimo de la función f es |b0 |. Si b0 “ 0, hemos terminado. Veamos pues que
es imposible que b0 ‰ 0. Supongamos que b0 es diferente de 0 y tomemos como m al primer
entero positivo tal que bm ‰ 0, teniendo así que
n
ÿ
qpzq “ b0 ` bk z k “ b0 ` bm z m ` ¨ ¨ ¨ ` bn´1 z n´1 ` bn z n .
k“m

Ahora, del teorema 19.1.22 tenemos que la ecuación

19.5.7. b0 ` bm z m “ 0

tiene m soluciones complejas diferentes. Sea α una de las soluciones de 19.5.7, es decir αm “
´ bbm0 . Tenemos necesariamente que m ă n, de otro modo f pα ` z0 q “ |qpαq| “ 0 ă |b0 |.
Tomemos el polinomio hpzq “ qpαzq. Como podemos ver
ˆ ˙ n
b0 ÿ
hpzq “ b0 ` bm ´ zm ` pbk αk qz k
bm k“m`1
n´m
ÿ
m m
“ b0 p1 ´ z q ` z bm`k αm`k z k
k“1

y además
n´m
ÿ
lím bm`k αm`k z k “ 0
zÑ0
k“1

por lo que existe un δ P p0; 1q tal que si |z| ă δ, entonces


ˇ ˇ
ˇn´m
ÿ ˇ
m`k k ˇ
bm`k α z ˇ ă |b0 |,
ˇ
ˇ
ˇ k“1 ˇ

de modo que si 0 ă |z| ă δ, entonces


ˇ ˇ
ˇn´m
ÿ ˇ
m m m`k k ˇ
|hpzq| ĺ |b0 ||1 ´ z | ` |z | ˇ bm`k α z ˇ
ˇ
ˇ k“1 ˇ
ă |b0 ||1 ´ z m | ` |z m ||b0 |,

en particular
|hp|z|q| ă |b0 ||1 ´ |z m || ` |z m ||b0 | “ |b0 |,
es decir
f pα|z| ´ z0 q “ |ppα|z| ´ z0 q| “ |qpα|z|q| “ |hp|z|q| ă |b0 |,
768 19.5. Polinomios complejos

contradiciendo el hecho de que |b0 | es el valor mínimo de la función f . ‚


19.5.8. Definición. Si p : C ÝÑ C es una función polinomial y c P C es un número tal que
ppcq “ 0, decimos que c es una raíz del polinomio ppzq o que es un cero del polinomio
ppzq (o de la función polinomial p).
El teorema fundamental del álgebra nos dice que todo polinomio de grado mayor o igual
que 1 con coeficientes complejos tiene al menos una raíz compleja. Obviamente si el grado de
un polinomio es ´8, es decir si ppzq “ 0 para todo z P C, entonces ppzq tiene una infinidad
de ceros. También es obvio que si ppzq es un polinomio de grado 0 ó 1, entonces el número
de ceros del polinomio es igual a su grado. Veremos un poco más adelante que si n ľ 1 y el
grado del polinomio es n, entonces ppzq tiene a lo más n ceros diferentes.
A continuación enunciaremos algunos resultados que son adaptaciones al caso complejo
de los dados en la sección 6.7. Omitiremos las demostraciones puesto que son similares a las
ya dadas en esa sección.
19.5.9. Algoritmo de la división para polinomios. Dados dos polinomios ppzq y qpzq,
donde qpzq no es el polinomio cero. Existen dos únicos polinomios mpzq y rpzq, con el grado
de rpzq menor que el grado de qpzq (ó rpzq “ 0), tales que
ppzq “ mpzq ¨ qpzq ` rpzq.

19.5.10. Definición. A los polinomios mpzq y rpzq de la igualdad anterior se les llama
cociente y residuo o resto respectivamente de la división de ppzq entre qpzq.
19.5.11. Teorema del residuo. Si un polinomio ppzq se divide entre z ´ c, donde c es un
número complejo, entonces ppcq es el residuo.
19.5.12. Teorema del factor. El polinomio z ´ c es un factor del polinomio ppzq si y sólo
si ppcq “ 0.
19.5.13. Teorema. Cualquier polinomio ppzq de grado n con coeficientes complejos tiene a
lo más n raíces complejas diferentes.
19.5.14. Definición. Sea ppzq un polinomio y c un cero del polinomio. Si m es el máximo
entero positivo tal que
ppzq
pz ´ cqm
tiene residuo 0, decimos m es la multiplicidad del cero c del polinomio ppzq ó que c es un
cero de ppzq de multiplicidad m.
19.5.15. Observación. Observemos que si ppzq y qpzq son polinomios de grados m y n
respectivamente, entonces ppzqqpzq es un polinomio de grado m ` n.
De los teoremas 19.5.6 al 19.5.13 se concluye el siguiente teorema importante.
19.5.16. Teorema. Sea ppzq un polinomio de grado n ľ 0 cuyos ceros diferentes son los k nú-
meros complejos diferentes c1 , c2 , . . . , ck con multiplicidades m1 , m2 , . . . , mk respectivamente.
Existe un único número complejo b tal que
k
ź
ppzq “ b pz ´ cj qmj ,
j“1
19.5. Polinomios complejos 769

donde además
k
ÿ
n“ mj .
j“1

19.5.17. Teorema. Sea ppzq un polinomio complejo con coeficientes reales y z0 un cero del
polinomio. El conjugado z̄0 de z0 también es un cero de ppzq.
n
Demostración. Supongamos que para todo z P C tenemos que ppzq “ cj z j , donde cada
ř
j“0
cj P R y que z0 es un número complejo tal que ppz0 q “ 0. Tenemos que
n
ÿ n
ÿ n
ÿ n
ÿ n
ÿ
ppz̄0 q “ cj z̄0j “ cj z0j “ c̄j z0j “ cj z0j “ cj z j “ 0̄ “ 0. ‚
j“0 j“0 j“0 j“0 j“0

19.5.18. Definición. Decimos que un polinomio es mónico cuando el coeficiente del término
de mayor grado es 1.
řn
19.5.19. Teorema. Sea ppzq “ aj z j un polinomio de grado n con coeficientes reales
j“0
a0 , a1 , a2 , . . . , an . Existe un número real b; dos enteros no negativos s y r; r números naturales
t1 , . . . , tr ; s números naturales l1 , . . . , ls ; r polinomios mónicos diferentes de segundo grado
g1 pzq, . . . , gr pzq con coeficientes reales, y s polinomios mónicos diferentes de primer grado
q1 pzq, . . . , qs pzq con coeficientes reales, tales que
˜ ¸˜ ¸
ź r źs
ppzq “ b pgj pzqqtj pqj pzqqlj ,
j“1 j“1

r
ř s
ř
donde n “ 2tj ` lj y ningún polinomio gj pzq tiene raíces reales.
j“1 j“1

Demostración. Por el teorema 19.5.16 el polinomio ppzq es de la forma


k
ź
19.5.20. ppzq “ b pz ´ cj qmj ,
j“1

donde c1 , c2 , . . . , ck son los diferentes ceros del polinomio ppzq. Supongamos sin pérdida de
generalidad que del conjunto tc1 , c2 , . . . , ck u los elementos c1 , c2 , . . . , cs son números reales y
los k ´ s elementos restantes no lo son.
Del teorema 19.5.17 podemos observar que k ´ s es un número par y además para cada
i P ts ` 1, . . . , ku hay otro j P ts ` 1, . . . , kuztiu tal que c̄i “ cj . Podemos suponer sin pérdida
de generalidad que para cada número par j P t1, 2, . . . , k ´ su tenemos cs`j “ c̄s`j´1 y con
esta suposición tomemos gj{2 pzq :“ pz ´ cs`j qpz ´ cs`j´1 q, de tal manera que
k´s
k
ź 2
ź
pz ´ cj qmj “ pgj pzqqms´j`2j ,
j“s`1 j“1
770 19.5. Polinomios complejos

lo cual al tomar tj :“ mk´s`2j y r :“ k´s


2
tenemos

k
ź r
ź
19.5.21. pz ´ cj qmj “ pgj pzqqtj .
j“s`1 j“1

Observemos que para todo z P C y todo j P t1, . . . , ru el polinomio gj pzq no tiene raíces
reales.
Hagamos ahora qj pzq :“ z ´ cj y lj :“ mj , para todo z P C y todo j P t1, 2, . . . , su, para
obtener de 19.5.20 y 19.5.21 que
˜ ¸˜ ¸
źr źs
tj lj
ppzq “ b pgj pzqq pqj pzqq
j“1 j“1

y observando que b “ an , el cual es real, terminamos con la demostración del teorema. ‚

19.5.22. Definición y notación. Sean f : r0; 1s ÝÑ C, t P r0; 1s y n P N. Denotaremos por


Bn pf, tq a la expresión
n ˆ ˙ ´ ¯
ÿ n k k
f t p1 ´ tqn´k .
k“0
k n

A la función pt P r0; 1sq ÞÑ Bn pf, tq le llamaremos n-ésimo polinomio de Bernstein


asociado a f .

El teorema siguiente nos da condiciones bajo las cuales una función f : r0; 1s ÝÑ C puede
ser aproximada mediante polinomios de Bernstein.

19.5.23. Teorema de Bernstein. Si f : r0; 1s ÝÑ C es acotada y continua en un t0 P r0; 1s,


entonces
lı́m Bn pf, t0 q “ f pt0 q.
nÑ8

Si además f es continua, entonces pBn pf, ¨qq8


n“1 converge uniformemente a f .

Demostración. Sea M ą 0 tal que |f ptq| ă M para todo t P r0; 1s. Tomemos, si es posible,
un número t0 P r0; 1s en el cual la función f es continua y sea ε ą 0. Por ser f continua en
t0 , existe un δ0 ą 0 tal que para todo t P r0; 1s se tenga que

ε
19.5.24. |t ´ t0 | ă δ0 ùñ |f ptq ´ f pt0 q| ă .
2

A los elementos del conjunto Jn Yt0u los clasificaremos en dos tipos, a saber los que están
en el conjunto C1 :“ tk P Jn Yt0u : | nk ´ t0 | ă δ0 u y lo que están en el conjunto C2 :“ tk P
Jn Yt0u : | nk ´t0 | ľ δ0 u, de manera que demos una aproximación del número |Bn pf, t0 q´f pt0 q|
para n suficientemente grande. Bajo estas condiciones, usando los corolarios 19.1.25 y 19.1.32
19.5. Polinomios complejos 771

tenemos
ˇ ˆ ˙ ˇ
n
ˇÿ n ´ ´ k ¯ ¯
k
ˇ
n´k ˇ
|Bn pf, t0 q ´ f pt0 q| “ ˇ f ´ f pt0 q t0 p1 ´ t0 q ˇ
ˇ
ˇk“0 k n ˇ
ˆ
ÿ n ˇ k ˙ ˇ ´ ¯ ˇ
ˇf ´ f pt0 qˇtk0 p1 ´ t0 qn´k
ˇ
ĺ
kPC1
k n
ˆ ˙
ÿ n ˇˇ ´ k ¯ ˇ
ˇf ´ f pt0 qˇtk0 p1 ´ t0 qn´k
ˇ
`
kPC2
k n
ˆ ˙ ÿ ˆn˙
ε ÿ n k n´k ε
ĺ t0 p1 ´ t0 q ` 2M tk0 p1 ´ t0 qn´k ĺ
2 kPC k kPC2
k 2
1
ˇ ˇ2
ÿ ˆn˙ ˇˇ k ´ t0 ˇˇ ε
` 2M ˇn ˇ tk0 p1 ´ t0 qn´k ĺ
kPC2
k ˇ δ0 ˇ 2
n ˆ ˙
2M ÿ n ε 2M
` 2 2 pk ´ nt0 q2 tk0 p1 ´ t0 qn´k “ ` 2 2 nt0 p1 ´ t0 q
δ0 n k“0 k 2 δ0 n
ε 2M
ă ` 2
2 δ0 n,

de manera que al tomar un entero n ľ r 4M


δ2 ε
s obtenemos que
0

|Bn pf, t0 q ´ f pt0 q| ă ε,

y en caso de que f sea continua, tenemos que por ser r0; 1s un conjunto compacto la función
f es uniformemente continua (teorema 14.2.16), teniéndose así que el valor de δ0 dado en la
implicación 19.5.24 pudimos haberlo tomado de tal manera que no dependa de t0 , y así tam-
poco dependa de t0 el número natural r 4M
δ02 ε
s, con lo cual la sucesión de funciones pBn pf, ¨qq8
n“1
converge uniformemente a f . ‚
19.5.25. Teorema de aproximación de Weierstrass. Sean a, b P R tales que a ă b y
f : ra; bs ÝÑ C una función continua. Existe una sucesión de polinomios pPk q8
k“1 tales que la
8
sucesión pPk |ra; bsqk“1 converge uniformemente a f .
Demostración. Sea g : ra; bs ÝÑ r0; 1s y notemos que el teorema se deduce del teorema de
t´a
tÞÑ b´a
Bernstein 19.5.23 al tomar para cada k P N el polinomio Pk cuya restricción al intervalo ra; bs
sea Pk |ra; bs “ Bk pf ˝ g ´1 , ¨q ˝ g. ‚
772 19.6. Funciones holomorfas

19.6. Funciones holomorfas


A continuación estudiaremos el concepto de derivada de una función de variable compleja
y valores complejos.
˝
19.6.1. Definiciones. Sean A Ă C, f : A ÝÑ C y z0 P A. Decimos que la función f es
derivable u holomorfa en z0 si existe un número complejo, el cual denotaremos por f 1 pz0 q,
tal que
f pzq ´ f pz0 q
f 1 pz0 q :“ lím .
zÑz0 z ´ z0
˝
En el caso anterior diremos que f 1 pz0 q es la derivada de f en z0 . En el caso en que B Ă A
sea tal que f es holomorfa en cada elemento de B, decimos que f es holomorfa en el conjunto
B. Si W es el conjunto de todos los elementos de A en los cuales f es holomorfa, a la función
f 1 : W ÝÑ
1
C
wÞÑf pwq

le llamamos la derivada de f . Así mismo definiremos la segunda derivada de f como


f 2 :“ pf 1 q1 , la tercera derivada de f como f 3 :“ pf 2 q1 , la cuarta derivada de f como
f p4q :“ pf 3 q1 , y de manera recursiva, para cada n P N definimos la derivada de orden n ` 1
de f como f pn`1q :“ pf pnq q1 , donde f p1q “ f 1 , f p2q “ f 2 y f p3q “ f 3 . En caso de que en un
conjunto E Ă A exista una función F : E ÝÑ C tal que para todo z P E se tenga que
F 1 pzq “ f pzq diremos que F es una primitiva de f en E, y en el caso de que E “ A diremos
simplemente que F es una primitiva de f .
A continuación enunciaremos una serie de teoremas cuyas demostraciones omitiremos
debido a que, salvo algunas ligeras modificaciones, son análogas a las de los teoremas corres-
pondientes para funciones reales de variables reales dados en la sección 10.12.
19.6.2. Teorema. Si f y g son dos funciones complejas de variable compleja derivables en
un número z0 , entonces la derivada de la función f ` g en z0 es f 1 pz0 q ` g 1 pz0 q.
19.6.3. Teorema. Si f es una función compleja de variable compleja derivable en z0 y c es
un número complejo, entonces la función g dada por gpzq “ cf pzq es derivable en z0 y además
g 1 pz0 q “ cf 1 pz0 q.
19.6.4. Teorema. Si f es una función compleja de variable compleja derivable en z0 , entonces
f es continua en z0 .
19.6.5. Teorema. Si f y g son dos funciones complejas de variable compleja derivables en
z0 , entonces la derivada de f g en z0 existe y está dada por f pz0 qg 1 pz0 q ` f 1 pz0 qgpz0 q.
1 ´1
19.6.6. Teorema. Si f pzq “ z
para z ‰ 0, entonces f 1 pzq “ z2
.
19.6.7. Regla de la cadena. Si f y g son funciones complejas de variable compleja tales
que f es derivable en gpz0 q y g es derivable en z0 , entonces pf ˝ gq1 pz0 q “ f 1 pgpz0 qqg 1 pz0 q.
19.6.8. Teorema. Si f y g son dos funciones complejas de variable compleja derivables en
z0 , con gpz0 q ‰ 0, entonces
ˆ ˙1
f f 1 pz0 qgpz0 q ´ f pz0 qg 1 pz0 q
pz0 q “ .
g pgpz0 qq2
19.6. Funciones holomorfas 773

19.6.9. Teorema. Si n es un número natural y f pzq “ z n , entonces f 1 pzq “ nz n´1 .


Veremos a continuación que si una función f : A ÝÑ C es analítica en un punto z0 P A,
entonces también es holomorfa en ese punto.
19.6.10. Teorema. Si f : A ÝÑ C es una función analítica en un punto z0 P A y f pzq “
ř8
ak pz ´ z0 qk para z P Bpz0 , rq Ă A, con r ą 0, entonces f es holomorfa en Bpz0 , rq y además
k“0
8
ř
f 1 pzq “ kak pz ´ z0 qk´1 para z P Bpz0 , rq.
k“1
Demostración. Demostraremos primero el teorema para el caso en que z0 “ 0. Supongamos
8
pues que f pzq “ ak z k para z P Bp0, rq, con r ą 0.
ř
k“0
Fijemos un punto z1 P Bp0, rq y tomemos un ρ ą 0 tal que |z1 | ă ρ ă r. Por los teoremas
8 8
19.3.26 y 19.3.32 las series de potencias ak z k y kak z k´1 convergen uniformemente para
ř ř
k“0 k“1
z P Bp0, ρq, en particular convergen uniformemente en Bpz1 , ρ ´ |z1 |q Ă Bp0, ρq. Tenemos así
que para todo ε ą 0 existe un N P N tal que para todo z P Bp0, ρq se tiene que
8 8
ÿ ε ÿ ε
19.6.11. nľN ùñ |ak ||z| ă k
y k|ak ||z|k´1 ă .
k“n`1
3 k“n`1
3
N
Ahora, por los teoremas 19.6.2, 19.6.3 y 19.6.9 tenemos que la expresión ak z k es un
ř
k“0
N
polinomio de grado a lo más N cuya derivada es kak z k´1 , por lo que existe un δ P
ř
k“1
p0; ρ ´ |z1 |q tal que si 0 ă |z ´ z1 | ă δ, entonces
ˇ ˇ
ˇř N N
ř ˇ
ˇ
ˇ ak z k ´ ak z1k ÿ N
ˇ
ˇ ε
ˇ k“0 k“0 k´1 ˇ
19.6.12. ˇ ´ kak z1 ˇ ă .
ˇ z ´ z1 k“1
ˇ 3
ˇ ˇ
ˇ ˇ

Usando las desigualdades 19.6.11 y 19.6.12 tenemos que si 0 ă |z ´ z1 | ă δ entonces


ˇ 8 8 ˇ ˇˇ N N
ˇ
ˇ
ˇř ř ř ř
ak z k ´ ak z1k ÿ ak z k ´ ak z1k ÿ
ˇ
ˇ 8 ˇ ˇˇ N
ˇ
ˇ
ˇ k“0 k“0
ˇ
k´1 ˇ k“0 k“0 k´1 ˇ
ka z ka z
ˇ
ˇ ´ k 1 ĺ ˇ ´ k 1 ˇ
ˇ
ˇ z ´ z1 k“1
ˇ ˇ
ˇ ˇ z ´ z1 k“1
ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ
ˇ ř 8 8
ř ˇ
ˇ ˇˇ ak z k ´ ak z1k ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
8 8 k kˇ
ˇ ă ε ` ε ` ˇˇ z ´ z1 ˇ
ˇ ÿ ˇ ˇ ˇ ÿ
k“N `1 k“N `1 ˇ
kak z1k´1 ˇ ` ˇˇ ak
ˇ ˇ
`ˇ ˇ
ˇk“N `1 ˇ ˇ z ´ z1 ˇ 3 3 ˇk“N `1 z ´ z1 ˇ
ˇ
ˇ ˇ
ˇ ˇ

8
ÿ ˇk´1 ˇ 2ε 8
2ε ε
ˇÿ ÿ
|ak | ˇ z r z1k´1´r ˇ ĺ k|ak |ρk´1 ă ` “ ε,
ˇ
ĺ ` `
3 k“N `1
ˇ r“0
ˇ 3 k“N `1
3 3
774 19.6. Funciones holomorfas

8
por lo que f 1 pz1 q “ kak z1k´1 , para todo z1 P Bp0, rq, para el caso en que z0 “ 0
ř
k“1
En el caso en que z0 ‰ 0 tenemos que al definir gpzq “ f pz ` z0 q, la función g se puede
8 8
representar como serie entera de la forma gpzq “ ak z k , y además g 1 pzq “ kak z k´1 , por
ř ř
k“0 k“1
8
lo que debido a la regla de la cadena f 1 pzq “ g 1 pz ´ z0 q “ kak pz ´ z0 qk´1 .
ř

k“1

Usando inducción matemática y el teorema 19.6.10 se puede demostrar fácilmente el


siguiente corolario.
19.6.13. Corolario. Si f : A ÝÑ C es una función analítica en un punto z0 P A y f pzq “
ř8
ak pz ´ z0 qk para z P Bpz0 , rq Ă A, con r ą 0, entonces f tiene derivadas de todos los
k“0
órdenes en Bpz0 , rq y además
8
ÿ k!
f pnq pzq “ ak pz ´ z0 qk´n ,
k“n
pk ´ nq!

para z P Bpz0 , rq y n P N.
Del corolario 19.6.13 se deduce inmediatamente el corolario siguiente.
19.6.14. Corolario. Si f : A ÝÑ C es una función analítica en un punto z0 P A y f pzq “
ř8
ak pz ´ z0 qk para z P Bpz0 , rq Ă A, con r ą 0, entonces
k“0

f pkq pz0 q
ak “ .
k!

19.6.15. Notaciones. Si A Ă C tomaremos à :“ tpx, yq P R2 : x ` i y P Au. Si f : A ÝÑ C,


el símbolo f˜ denotará a la función ppx, yq P Ãq ÞÑ pRe f px ` i yq, Im f px ` i yqq. Así, en R2
la función f˜ juega el mismo papel que la función f en C, identificando cada elemento de
C con su correspondiente pareja ordenada en R2 . Si tomamos x e y como las partes real e
imaginaria respectivamente de un z P C, y si las funciones reales u : Ã ÝÑ R y v : Ã ÝÑ R
son tales que
f pzq “ upx, yq ` i vpx, yq,
tendremos que
f˜px, yq “ pupx, yq, vpx, yqq.
De manera recíproca tenemos que si B Ă R2 , el símbolo B̆ denotará al conjunto tz P C : z “
x ` i y, con px, yq P Bu. Así mismo, si B Ă R2 y α : B ÝÑ R, tendremos que ᾰ denotará a
la función pz P B̆q ÞÑ αpRe z, Im zq.
19.6.16. Observación. Si tenemos una función compleja de variable compleja f : A ÝÑ C
y para la variable compleja z llamamos x a la parte real de z e y a la parte imaginaria de z,
entonces existen dos únicas funciones reales u : Ã ÝÑ R y v : Ã ÝÑ R tales que

f pzq “ upx, yq ` i vpx, yq,


19.6. Funciones holomorfas 775

La función f : A ÝÑ C es continua si y sólo si f˜ : Ã ÝÑ R2 es continua. Sin embargo, de


acuerdo a la definición de derivada de una función compleja de variable compleja dada en
esta sección, puede suceder que la función f˜ sea derivable (en el sentido de derivada total de
una función de varias variables dada en la sección 18.2) y f no sea derivable, es decir no sea
holomorfa, como veremos a continuación.
19.6.17. Ejemplo. Supongamos que f : C ÝÑ C, de acuerdo a la notación 19.6.15, la función
zÞÑz̄
f se identifica con la función f˜ : R2 ÝÑ R2 . Podemos ver que en este caso la función f˜ es
px,yqÞÑpx,´yq
derivable como función de R2 en R2 . Veamos ahora que la función f no es holomorfa en
ningún punto z0 “ x0 ` y0 i. Si f fuera holomorfa en z0 , tendríamos, al tomar las sucesiones
n“1 :“ px0 ` py0 ` n q iqn“1 y pβn qn“1 :“ px0 ` n ` y0 iqn“1 , las cuales convergen a z0 , por
1 1
pαn q8 8 8 8

una parte que


αn ´ z0 ´ i {n
f 1 pz0 q “ lím “ lím “ ´1,
nÑ8 αn ´ z0 nÑ8 i {n

y por otra
βn ´ z0 1{n
f 1 pz0 q “ lím “ lím “ 1,
nÑ8 βn ´ z0 nÑ8 1{n

de manera que f no es holomorfa en ningún número complejo.


Supongamos ahora que f : A ÝÑ C es una función compleja cualquiera con A Ă C. Si
suponemos además que f es holomorfa en z0 , entonces

f pzq ´ f pz0 q
f 1 pz0 q “ lím
zÑz0 z ´ z0
ðñ ˇ ˇ
ˇ f pzq ´ f pz0 q ´ f 1 pz0 qpz ´ z0 q ˇ
lím ˇ ˇ“0
zÑz0 ˇ z ´ z0 ˇ
ðñ
|f pzq ´ f pz0 q ´ pRe pf 1 pz0 qq ` i Im pf 1 pz0 qqqpz ´ z0 q|
lím “0
zÑz0 |z ´ z0 |
ðñ
|f˜px, yq ´ f˜px0 , y0 q ´ f˜1 px0 , y0 qpx ´ x0 , y ´ y0 q|
lím “ 0,
px,yqÑpx0 ,y0 q |px ´ x0 , y ´ y0 q|
donde f˜1 px0 , y0 q : R2 ÝÑ R2 es la función lineal tal que para todo px, yq P R2 se tiene

f˜1 px0 , y0 qpx, yq “ pRe pf 1 pz0 qqx ´ Im pf 1 pz0 qqy, Im pf 1 pz0 qqx ` Re pf 1 pz0 qqyq,

de manera que f˜ es derivable en px0 , y0 q y su matriz jacobiana es

Re pf 1 pz0 qq Im pf 1 pz0 qq
ˆ ˙
.
´Im pf 1 pz0 qq Re pf 1 pz0 qq

Tenemos así que el hecho de que f sea holomorfa en un punto z0 implica que f˜ es diferenciable
en el punto correspondiente px0 , y0 q. Ahora, si nos aproximamos a z0 por medio de números
776 19.6. Funciones holomorfas

de la forma x ` y0 i, es decir por una recta horizontal que pasa por z0 , tenemos
f px ` y0 iq ´ f px0 ` y0 iq
f 1 pz0 q “ lím
xÑx0 x ´ x0
upx, y0 q ` i vpx, y0 q ´ upx0 , y0 q ´ i vpx0 , y0 q
“ lím
xÑx0 x ´ x0
“ D1 upx0 , y0 q ` i D1 vpx0 , y0 q,
es decir
19.6.18. f 1 pz0 q “ D1 upx0 , y0 q ` i D1 vpx0 , y0 q.
Por otra parte, si nos aproximamos a z0 por medio de números de la forma x0 ` y i, es decir
por una recta vertical que pasa por z0 , tenemos
f px0 ` y iq ´ f px0 ` y0 iq
f 1 pz0 q “ lím
yÑy0 py ´ y0 q i
upx0 , yq ` i vpx0 , yq ´ upx0 , y0 q ´ i vpx0 , y0 q
“ lím
yÑy0 py ´ y0 q i
´ i upx0 , yq ` vpx0 , yq ` i upx0 , y0 q ´ vpx0 , y0 q
“ lím
yÑy0 y ´ y0
“ D2 vpx0 , y0 q ´ i D2 upx0 , y0 q,
es decir
19.6.19. f 1 pz0 q “ D2 vpx0 , y0 q ´ i D2 upx0 , y0 q.
De 19.6.18 y 19.6.19 tenemos que cuando f es holomorfa en z0 “ x0 ` y0 i, se satisfacen las
ecuaciones
19.6.20. D1 upx0 , y0 q “ D2 vpx0 , y0 q y D1 vpx0 , y0 q “ ´ D2 upx0 , y0 q.

19.6.21. Definición. Las ecuaciones dadas en 19.6.20 se conocen como ecuaciones de


Cauchy-Riemann.
De la discusión anterior tenemos el siguiente teorema.
19.6.22. Teorema. Sea A Ă C un abierto y f : A ÝÑ C una función holomorfa en un punto
z0 “ x0 `y0 i P A. Si para cada número complejo x`y i P A tomamos upx, yq “ Re pf px`y iqq
y vpx, yq “ Im pf px ` y iqq, entonces se satisfacen las ecuaciones de Cauchy-Riemann 19.6.20,
además de las ecuaciones 19.6.18 y 19.6.19.
19.6.23. Observación. Observemos que en el teorema 19.6.22 está implícito el hecho de que
si f es derivable en x0 ` y0 i, entonces existen las primeras derivadas parciales de u y v en el
punto px0 , y0 q.
El siguiente teorema, más que servir para saber cuándo una función es holomorfa, sirve
para saber cuándo no es holomorfa.
19.6.24. Teorema. Sea A Ă C un abierto conexo y sea f : A ÝÑ C holomorfa en A.
Cualquiera de las siguientes condiciones implica que f es constante:
19.6. Funciones holomorfas 777

a) f 1 pzq “ 0 para todo z P A;


b) |f pzq| es constante para z P A;
c) Re pf pzqq es constante para z P A;
d) Im pf pzqq es constante para z P A.

Demostración. Tomemos las funciones u, v : R2 ÝÑ R como en el teorema 19.6.22 y


consideremos siempre a z “ x ` y i en A, con x, y P R.
Supongamos primero a). Del teorema 19.6.22 tenemos
0 “ f 1 pzq “ D1 upx, yq ` i D1 vpx, yq “ D2 vpx, yq ´ i D2 upx, yq,
por lo cual D1 upx, yq “ D1 vpx, yq “ D2 upx, yq “ D2 vpx, yq “ 0 y debido a los teoremas
18.2.25 y 18.2.27 tenemos que u y v son constantes en el abierto conexo à :“ tpx, yq P R2 :
x ` y i P Au, por lo que f es constante en A.
Supongamos ahora que se cumple c), es decir que la función u es constante en Ã. Del
teorema 18.2.23 y el corolario 18.2.13 tenemos que D1 upx, yq “ D2 upx, yq “ 0 para x`y i P A,
de manera que por el teorema 19.6.21 tenemos que también D1 vpx, yq “ D2 vpx, yq “ 0 y así
f 1 pzq “ 0 para todo z P A y al usar a) tenemos que f es constante. De manera similar se
demuestra que d) implica que f es constante.
Supongamos finalmente que se cumple b). Cuando |f pzq| “ 0 tenemos que f pzq “ 0 y así
f es constante. Supongamos pues que existe un número complejo k ‰ 0 tal que |f pzq| “ k.
En este caso tenemos que pupx, yqq2 ` pvpx, yqq2 “ k 2 , por lo que al derivar parcialmente
tenemos
2upx, yq D1 upx, yq ` 2vpx, yq D1 vpx, yq “ 0
y
2upx, yq D2 upx, yq ` 2vpx, yq D2 vpx, yq “ 0
y al usar las ecuaciones de Cauchy-Riemann obtenemos el sistema de ecuaciones
upx, yq D1 upx, yq ` vpx, yq D1 vpx, yq “ 0,
19.6.25.
vpx, yq D1 upx, yq ´ upx, yq D1 vpx, yq “ 0,
las cuales al tomar D1 upx, yq y D1 vpx, yq como variables tenemos que el determinante de la
matriz asociada al sistema homogéneo 19.6.25 es
´pupx, yqq2 ´ pvpx, yqq2 “ ´k 2 ‰ 0,
por lo que la única solución es la trivial, es decir D1 upx, yq “ D1 vpx, yq “ 0, de manera que
f 1 pzq “ 0 para todo z P A y usando de nuevo a) tenemos que f es constante. ‚
Tenemos así que si una función compleja definida en una abierto conexo A no es constante
pero satisface alguno de los incisos del teorema 19.6.24 entonces dicha función no es holomorfa
en A.
19.6.26. Teorema. Sea E Ă C, f : E ÝÑ C, A Ă E un conjunto abierto y z0 P E. La
función f es holomorfa en z0 si y sólo si existe un L P C y una función d : Bp0, 1q ÝÑ C tales
que
f pzq “ f pz0 q ` Lpz ´ z0 q ` dpzq|z ´ z0 | y lı́m dpzq “ 0.
zÑz0
778 19.6. Funciones holomorfas

Demostración. En el caso en que f sea holomorfa en z0 es suficiente con tomar L “ f 1 pz0 q


y dpzq “ f pzq´f pz0 q
|z´z0 |
z´z0
´ f 1 pz0 q |z´z 0|
.
En el caso en que L y d sean como están descritas en el enunciado del teorema tenemos
que
f pzq ´ f pz0 q Lpz ´ z0 q ` dpzq|z ´ z0 |
lı́m “ lı́m “ L,
zÑz0 z ´ z0 zÑz 0 z ´ z0
de manera que f 1 pz0 q existe y es igual a L. ‚
El teorema siguiente es un recíproco del teorema 19.6.22.
19.6.27. Teorema. Sean A Ă C un conjunto abierto, Ã “ tpx, yq P R2 : x ` i y P Au y
z0 “ x0 ` i y0 P A, con x0 , y0 P R. Si u, v : Ã ÝÑ R son diferenciables en px0 , y0 q y satisfacen
las ecuaciones de Cauchy-Riemann 19.6.20 para el punto px0 , y0 q P Ã, entonces la función
f : A ÝÑ C tal que para todo z “ x ` i y P A, con x, y P R, se tenga f pzq “ upx, yq ` i vpx, yq,
es holomorfa en z0 .
Demostración. Como u y v son diferenciables en px0 , y0 q, entonces del teorema 18.2.25
tenemos que

D upx0 , y0 qpx ´ x0 , y ´ y0 q “ D1 upx0 , y0 qpx ´ x0 q ` D2 upx0 , y0 qpy ´ y0 q,

y así tenemos que

upx, yq “ upx0 , y0 q ` D1 upx0 , y0 qpx ´ x0 q ` D2 upx0 , y0 qpy ´ y0 q ` αpx, yq|px, yq ´ px0 , y0 q|,

donde αpx, yq Ñ 0 cuando px, yq Ñ px0 , y0 q, y similarmente

vpx, yq “ vpx0 , y0 q ` D1 vpx0 , y0 qpx ´ x0 q ` D2 vpx0 , y0 qpy ´ y0 q ` βpx, yq|px, yq ´ px0 , y0 q|,

donde βpx, yq Ñ 0 cuando px, yq Ñ px0 , y0 q. Haciendo f pzq “ upx, yq ` i vpx, yq tenemos que

f pzq ´ f pz0 q “ D1 upx0 , y0 qpx ´ x0 q ` D2 upx0 , y0 qpy ´ y0 q ` ᾰpzq|z ´ z0 |


19.6.28.
` ipD1 vpx0 , y0 qpx ´ x0 q ` D2 vpx0 , y0 qpy ´ y0 qq ` β̆pzq|z ´ z0 |,

donde ᾰpzq “ αpx, yq y β̆pzq “ βpx, yq, y obviamente ᾰpzq, β̆pzq Ñ 0 cuando z Ñ z0 . Ahora,
de la ecuación 19.6.28 y de las ecuaciones de Cauchy-Riemann tenemos

f pzq “ f pz0 q ` pD1 upx0 , y0 q ` i D1 vpx0 , y0 qqpz ´ z0 q ` pᾰpzq ` i β̆pzqq|z ´ z0 |,

de manera que el resultado se concluye al tomar L “ D1 upx0 , y0 q ` i D1 vpx0 , y0 q y dpzq “


ᾰpzq ` i β̆pzq en el teorema 19.6.26. ‚
19.7. Integración compleja 779

19.7. Integración compleja


A continuación estudiaremos el concepto de integración de una función de variable com-
pleja a lo largo de un camino. Definamos primero lo que es una función de variación acotada.
19.7.1. Definición. Sea γ : ra; bs ÝÑ C. Para cada x P pa; bs definimos la variación total
de f hasta x como
# +
n
ÿ
VTpγqpxq :“ sup |γpxi q ´ γpxi´1 | : pxi qni“0 P Pxa ,
i“1

así mismo VTpγqpaq :“ 0. En caso de que VTpγqpxq ă `8 para todo x P ra; bs diremos que
γ es de variación acotada. En caso de que γ sea un camino de variación acotada diremos
que es un camino rectificable.
19.7.2. Definición. Sea α : ra; bs ÝÑ C una función de variación acotada tal que para
t P ra; bs y k P t1, 2u tenemos que α1 ptq “ Re pαptqq y α2 ptq “ Im pαptqq. Decimos que una
función f : ra; bs ÝÑ R es Riemann-Stieltjes integrable con respecto a α en el intervalo
ra; bs, lo cual denotamos como f P RSα si f P RSα1 y f P RSα2 ; en tal caso definimos la
integral de Riemann-Stieltjes de f con respecto a α desde a hasta b como
żb żb żb
f ptq d αptq :“ f ptq d α1 ptq ` i f ptq d α2 ptq,
a a a

la cual también se denota simplemente como


żb
f d α.
a

Cuando g : ra; bs ÝÑ C sea tal que su parte real y su parte imaginaria sean Riemann-
Stieltjes integrables con respecto a α, diremos que g es Riemann-Stieltjes integrable con
respecto a α en ra; bs y definimos la integral de Riemann-Stieltjes de g con respecto a α
desde a hasta b como
żb żb żb
gptq d αptq :“ Re pgptqq d αptq ` i Im pgptqq d αptq,
a a a

la cual también se denota simplemente como


żb
g d α.
a

19.7.3. Observación. En la definición anterior tenemos que α es de variación acotada si y


sólo si α1 y α2 son también de variación acotada.
19.7.4. Definición. Decimos que un camino α : ra; bs ÝÑ C es derivable en un número
t0 P ra; bs cuando el límite
αptq ´ αpt0 q
lím
tÑt0 t ´ t0
780 19.7. Integración compleja

existe en el conjunto de los números complejos. En tal caso a dicho límite se le llama la
derivada de α en t0 y se le denota como α1 pt0 q. Cuando α es derivable en cualquier elemento
de un conjunto A decimos que es derivable en A, y cuando es derivable en su dominio decimos
simplemente que α es derivable.
19.7.5. Observación. Si α : ra; bs ÝÑ C es derivable en un elemento t0 de ra; bs, entonces
las funciones α1 : ra; bs ÝÑ R y α2 : ra; bs ÝÑ R son también derivables en t0 y además
tÞÑRepαptqq tÞÑImpαptqq

α1 pt0 q “ α11 pt0 q ` i α21 pt0 q.

La demostración del hecho anterior es análoga a la demostración del teorema 15.3.22.


De las propiedades de la integral de Riemann-Stieltjes para funciones de variable real,
las definiciones anteriores, las observaciones anteriores, y del teorema 17.4.40, tenemos el
siguiente teorema.
19.7.6. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ C una función de variación acotada y derivable en
un intervalo cerrado ra; bs tal que α1 P Rra; bs y sea f : ra; bs ÝÑ C una función acotada.
Tenemos que f P RSα ra; bs si y sólo si f α1 P Rra; bs. En caso de que f α1 P Rra; bs tenemos
que
żb żb
f ptq d αptq “ f ptqα1 ptq d t.
a a

Usando el teorema 17.4.52 podemos demostrar el teorema siguiente que es su similar para
el caso de integrales de funciones compleja.
19.7.7. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ C una función de variación acotada y f : ra; bs ÝÑ C
una función continua. Para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que para toda partición ∆ “ ptk qm
k“0
del intervalo ra; bs con la propiedad de que si }∆} ă δ se tiene que
ˇb ˇ
ˇż
ÿm ˇ
ˇ ˇ
ˇ f dα ´ f pξk qpαptk q ´ αptk´1 qqˇˇ ă ε,
ˇ
a
ˇ k“1 ˇ

siempre que pξk qm k“1 sea una sucesión finita de números reales tal que tk´1 ĺ ξk ĺ tk , para
todo k P t1, 2, . . . , mu.
En vista del teorema anterior, podría tener sentido generalizar el concepto de integral de
funciones continuas con respecto a caminos que no necesariamente sean rectificables mediante
la definición siguiente.
19.7.8. Definición. Sea α : r0; 1s ÝÑ C un camino y f : ra; bs ÝÑ C una función continua.
Cuando existe un número I con la propiedad de que para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que
para toda partición ∆ “ ptk qm
k“0 del intervalo ra; bs con la propiedad de que siempre que se
tenga }∆} ă δ se tenga también
ˇ ˇ
ˇ ÿm ˇ
ˇI ´ f pξk qpαptk q ´ αptk´1 qqˇ ă ε,
ˇ ˇ
ˇ k“1
ˇ
19.7. Integración compleja 781

siempre que pξk qm k“1 sea una sucesión finita de números reales tal que tk´1 ĺ ξk ĺ tk , para todo
k P t1, 2, . . . , mu, al número I lo llamaremos integral de f (desde a hasta b) con respecto a
α y lo denotaremos por

żb żb
f dα o bien por f ptq d αptq.
a a

En tal caso decimos que f es integrable con respecto a α.


De la definición de integral de de funciones complejas y de las propiedades de la integral
de funciones reales se deducen los dos siguientes teoremas.
19.7.9. Teorema. Sea α : ra; bs ÝÑ C un camino ra; bs, sean f1 , f2 : ra; bs ÝÑ C y sean
c1 , c2 P C. Tenemos que si f1 y f2 son integrables con respecto a α, entonces

żb żb żb
pc1 f1 ptq ` c2 f2 ptqq d αptq “ c1 f1 ptq d αptq ` c2 f2 ptq d αptq.
a a a

19.7.10. Teorema. Sean α1 : ra; bs ÝÑ C y α2 : ra; bs ÝÑ C dos caminos, sea f : ra; bs ÝÑ C,


y sean c1 , c2 P C. Tenemos que si f es integrable con respecto a α1 y α2 , entonces

żb żb żb
f ptq dpc1 α1 ` c2 α2 qptq “ c1 f ptq d α1 ptq ` c2 f ptq d α2 ptq.
a a a

Del segundo teorema fundamental del cálculo 17.2.41 y de las propiedades de las derivadas
de funciones complejas de variable real tenemos el teorema siguiente.
19.7.11. Teorema. Sean a, b P R tales que a ă b y f P Rra; bs. Si F : ra; bs ÝÑ C es
continua, y además F 1 ptq “ f ptq para todo t P pa; bq, entonces

żb
f ptq d t “ F pbq ´ F paq.
a

19.7.12. Definición. Sea Γ la trayectoria de un camino γ : ra; bs ÝÑ C y sea f : A ÝÑ C,


donde A es un conjunto tal que Γ Ă A Ă C y tanto Re pf ˝ γq como Im pf ˝ γq son Riemann-
Stieltjes integrable en ra; bs con respecto a γ. Definimos la integral de línea de f sobre el
camino γ (o a lo largo del camino γ) como

ż żb
f pzq d z :“ f pγptqq d γptq,
γ a
782 19.7. Integración compleja
ż
la cual también se denota como f. Ahora bien, del corolario 18.1.6 podemos concluir que
γ ż ż
si γ y η son caminos equivalentes entonces f “ f , de manera que si H es la curva a la
γ η
cual pertenecen esos caminos, al valor común lo podemos denotar y lo denotaremos por
ż
f,
H

sin que haya riego de confusión.


19.7.13. Ejemplo. Dado el camino γ : r0; 1s ÝÑ C, cuya trayectoria es la circunferencia en
tÞÑe2π i t
C con centro en 0 y radio 1, tenemos que
ż ż1 ż1 ż1
1 1 2π i t 1 2π i t
dz “ de “ e 2π i d t “ 2π i d t “ 2π i .
z e2π i t e2π i t
γ 0 0 0

Por otra parte, si n es un número entero diferente de ´1 tenemos que


ż ż1 ż1 ż1
zn d z “ e2nπ i t d e2π i t “ e2nπ i t e2π i t 2π i d t “ 2π i e2pn`1qπ i t d t
γ 0 0 0
¨1 ˛
ż ż1
“ 2π i ˝ cosp2pn ` 1qπ tq d t ` i senp2pn ` 1qπ tq d t‚
ˆ0 0
˙ ˆ ˙
senp2pn ` 1qπq senp0q cosp2pn ` 1qπq cosp0q
“ 2π i ´ ´ 2π ´ “ 0.
2pn ` 1qπ 2pn ` 1qπ ´2pn ` 1qπ ´2pn ` 1qπ

19.7.14. Observación. Si γ : ra; bs ÝÑ C es un camino rectificable y ϕ : rc; ds ÝÑ ra; bs es


una función no decreciente y continua cuyo recorrido es ra; bs entonces γ ˝ ϕ : rc; ds ÝÑ C
es un camino con la misma trayectoria que γ. Más aún, γ ˝ ϕ es rectificable puesto que si
c “ s0 ă s1 ă ¨ ¨ ¨ ă sn “ d, entonces a “ ϕps0 q ĺ ϕps1 q ĺ ¨ ¨ ¨ ĺ ϕpsn q “ b, por lo cual
n
ÿ
|γpϕpsk qq ´ γpϕpsk´1 qq| ĺ VTpγqpbq,
k“1

de donde tenemos que VTpγ ˝ şϕqpdq ĺ VTpγqpbq ă `8. Tenemos así, que si f es continua
en el recorrido de γ, entonces f está bien definida.
γ˝ϕ

19.7.15. Notación. Cuando γ : ra; bs ÝÑ C sea una función de variación acotada tendremos
que
ż żb
f pzq| d z| :“ f pγpzqq d VTpγqptq.
γ a
19.7. Integración compleja 783

19.7.16. Teorema. Si γ : ra; bs ÝÑ C es un camino rectificable, Γ la curva a la cual pertenece


γ y f es una función continua en el recorrido de γ y γ es de variación acotada, entonces:
ż ż
a) f pzq d z “ ´ f pzq d z;
Γ ´Γ
ˇ ˇ
ˇż ˇ ż
b) ˇ f pzq d z ˇˇ ĺ |f pzq|| d z| ĺ VTpγqpbq supt|f pγptqq| : t P ra; bsu;
ˇ ˇ
ˇ
ˇ ˇ
γ γ
ż ż
c) si c P C, entonces f pzq d z “ f pz ´ cq d z.
γ γ`c

Demostración. Tenemos que el camino β : r´b; ´as ÝÑ C dado por βptq “ γp´tq es una
parametrización de ´Γ , de manera que
ż ż ż´a ż´a
´ f pzq d z “ ´ f pzq d z “ ´ f pβptqq d βptq “ ´ f pγp´tqq d γp´tq
´Γ β ´b ´b
żb ż
“ f pγpsqq d γpsq “ f pzq d z,
a Γ

con lo que queda demostrado el inciso a).


La segunda desigualdad del inciso b) se deduce del teorema 17.4.13. Del hecho de que si
k“0 es una partición de ra; bs y para cada k P Jk tomamos ξk P rtk´1 ; tk s, al aplicar la
ptk qm
desigualdad del triángulo obtenemos
ˇ ˇ
ˇÿm ˇ ÿ m
f γpt |f pξk q||γptk q ´ γptk´1 q|,
ˇ ˇ
ˇ pξk qpγptk q ´ qq
k´1 ˇ ĺ
ˇk“1 ˇ k“1

lo cual conduce a la primera desigualdad del inciso b).


Para terminar, tenemos que
ż żb żb ż
f pz ´ cq d z “ f ppγptq ` cq ´ cq dpγptq ` cq “ f pγptqq d γptq “ f pzq d z,
γ`c a a Γ

con lo que queda demostrado el inciso c) y así el teorema. ‚


19.7.17. Teorema. Sea A Ă C un conjunto abierto y γ un camino rectificable en A con
punto inicial α y punto final β. Si f : A ÝÑ C es continua, F : A ÝÑ C es una primitiva de
f (es decir es una función tal que F 1 “ f ), entonces
ż
f pzq d z “ F pβq ´ F pαq.
γ
784 19.7. Integración compleja

Demostración. Sea ra; bs el dominio de γ. Por el corolario 17.4.58 existe una sucesión de
caminos poligonales pγk q8 k“1 , tales que para todo k P N γk : ra; bs ÝÑ A, existe una partición
de ra; bs de la forma ptk,j qm
j“0 tal que γptk,j q “ γk ptk,j q, el conjunto de vértices o extremos del
k

recorrido de γk es tγptk,0 q, γptk,1 q, . . . , γptk,mk qu, y además

żb żb
19.7.18. lím f pγk ptqq d γk ptq “ f pγptqq d γptq.
kÑ8
a a

Ahora, del teorema 19.7.11 y haciendo un cambio de variable tenemos que para todo k P N

żb tk,j tk,j
mk ż
ÿ mk ż
ÿ
f pγk ptqq d γk ptq “ f pγk ptqq d γk ptq “ f pγk ptqqγk1 ptq d t
j“1 j“1
a tk,j´1 tk,j´1
tżk,j
mk
ÿ mk
ÿ
“ pF ˝ γk q1 ptq d t “ pF pγk ptk,j qq ´ F pγk ptk,j´1 qqq
j“1 j“1
tk,j´1

“ F pγk ptk,mk qq ´ F pγk ptk,0 qq “ F pβq ´ F pαq,

de manera que, debido a la ecuación 19.7.18, el teorema queda demostrado. ‚


Como consecuencia inmediata del teorema anterior tenemos el corolario siguiente.
19.7.19. Corolario. Sea A Ă C un conjunto abierto y γ un camino cerrado rectificable en
A. Si f : A ÝÑ C es continua y existe una función F : A ÝÑ C tal que F 1 pzq “ f pzq para
z P A, entonces ż
f pzq d z “ 0.
γ

19.7.20. Notaciones. Sea Γ Ă A Ă C, donde Γ una trayectoria cerrada simple y sea


f : A ÝÑ C. Si escribimos z “ x ` i y, upx,żyq “ Re pf pzqq, vpx, yq “ Im pf pzqq y Γ 1 “
tpx, yq P R2 : x ` i y P Γ u, entonces el símbolo öf pzq d z representa a la integral
Γ

¨ ˛
ż ż ż ż
öupx, yq d x ´ övpx, yq d y ` i ˝övpx, yq d x ` öupx, yq d y ‚.
Γ1 Γ1 Γ1 Γ1

En caso de que Γ esté determinada por un predicado p, es decir en caso de que Γ :“ tz P


C : ppzqu podremos también escribir ż
ö f pzq d z
ppzq
19.7. Integración compleja 785

en lugar de ż
öf pzq d z,
Γ
ż ż
por ejemplo ö f pzq d z “ ö f pzq d z.
|z´a|“ρ B Bpa,ρq

19.7.21. Definiciones y notaciones. Sean A y B dos subconjuntos de números reales,


f : AˆB :ÝÑ C, u : AˆB ÝÑ R, v : AˆB ÝÑ R tales que para todo px, yq P AˆB se tiene
que upx, yq “ Re pf px, yqq y vpx, yq “ Im pf px, yqq. Si Bupx,yq
Bx
y Bvpx,yq
Bx
existen, denotaremos
por Bx ó por D1 f px, yq a la expresión Bx ` i Bx . De manera similar, si existen Bupx,yq
Bf px,yq Bupx,yq Bvpx,yq
By
y Bvpx,yq
By
, entonces denotamos por Bf By
px,yq
ó por D2 f px, yq a la expresión Bupx,yq
By
` i Bvpx,yq
By
. Por
otra parte, si U y V son subconjuntos de números complejos y g : U ˆ V ÝÑ C, al tomar
para cada z P V la función g1,z : U ÝÑ C y para cada w P U la función g2,w : V ÝÑ C,
wÞÑgpw,zq zÞÑgpw,zq
entonces tenemos que las expresiones Bgpw,zq
Bw
y D1 gpw, zq denotarán, cundo
exista, a g1,z
1
pwq;
mientras que las expresiones Bz y D2 gpw, zq denotará, también cuando
Bgpw,zq
exista, a g2,w
1
pzq.
Los operadores D1 y D2 se llaman derivadas parciales con respecto a la primera y segunda
componente respectivamente.
El siguiente teorema conocido como regla de Leibniz es una ligera generalización de la
regla de Leibniz 18.4.30 dada anteriormente. Su demostración podemos imitarla de la de la
versión dada en 18.4.30.
19.7.22. Regla de Leibniz. Sea ϕ : ra; bs ˆ rc; ds ÝÑ C una función continua y definamos
la función g : rc; ds ÝÑ C mediante la fórmula
żb
gptq “ ϕps, tq d s.
a

La función g es continua. Además, si D2 ϕ existe y es continua, entonces g tiene derivada


continua y
żb
1
g ptq “ D2 ϕps, tq d s.
a

19.7.23. Ejemplo. Usar la regla de Leibniz para demostrar que


ż2π
ei s
d s “ 2π, para |z| ă 1.
ei s ´z
0

ei s
Solución. Hagamos ϕps, tq “ para t P r0; 1s y s P r0; 2πs. Tenemos así que la función
ei s ´tz
g dada por
ż2π
gptq “ ϕps, tq d s
0
786 19.7. Integración compleja

tiene derivada continua. Notemos que gp0q “ 2π y además


ż2π
1 z ei s
g ptq “ d s,
pei s ´tzq2
0

pero para cada t P r0; 1s tenemos que la función Φt dada por Φt psq “ z ipei s ´tzq´1 tiene
derivada dada por Φ1t psq “ ´z ipei s ´tzq´2 pi ei s q “ z ei s pei s ´tzq´2 , de manera que, por el
teorema fundamental del cálculo 17.2.41, g 1 ptq “ Φt p2πq ´ Φt p0q “ 0. Tenemos así que g es
constante, es decir gptq “ gp0q “ 2π. Tomando t “ 1 tenemos que
ż2π
ei s
d s “ 2π.
ei s ´z
0

19.7.24. Lema. Sea A Ă C un conjunto abierto en el cual una función f : A ÝÑ C es


holomorfa. Si r ą 0, a P A, Bpa, rq Ă A y γptq “ a ` r ei t , para 0 ĺ t ĺ 2π, entonces
ż
1 f pwq
f pzq “ d w, siempre que |z ´ a| ă r.
2π i w ´ z
γ

Demostración. Veamos primero que


ż2π ˆ ˙
f pa ` r ei s qr ei s
´ f pzq d s “ 0.
a ` r ei s ´z
0

Apliquemos la regla de Leibniz a la función ϕz dada por


f pz ` tpa ` r ei s ´zqqr ei s
ϕz ps, tq “ ´ f pzq,
a ` r ei s ´z
para 0 ĺ t ĺ 1 y 0 ĺ s ĺ 2π. Como Bpa, rq es un conjunto convexo, tenemos que si
z P Bpa, rq, entonces |z ` tpa ` r ei s ´zq| “ |zp1 ´ tq ` tpa ` r ei s q| ĺ r, de manera que ϕz está

bien definida y tiene derivadas parciales continuas. Sea gz ptq “ ϕz ps, tq d s. Por la regla de
ş
0
Leibniz 19.7.22, la función gz tiene derivada continua y al usar, además de la regla de Leibniz,
el corolario 19.7.19 obtenemos que
ż2π ż
is is
gz1 ptq “ 1
f pz ` tpa ` r e ´zqqr e d s “ f 1 pz ` twq d w “ 0,
0 γ

d
pues f pz ` twq{t “ f 1 pz ` twq. Tenemos así que la función gz es constante, de manera
dw
que gz p0q “ gz ptq, pero
¨ ˛
ż2π is ż
f pzqr e 1 1
19.7.25. gz p0q “ i s
d s ´ 2πf pzq “ f pzq ˝ d w ´ 2π‚.
a ` r e ´z i w´z
0 γ
19.7. Integración compleja 787

Ahora, del teorema 19.7.16 c) y del ejemplo 19.7.23 tenemos

ż2π ż2π
i r ei s i ei s
ż
1
dw “ ds “ d s “ 2π i,
w´z r ei s ´z ei s ´z{r
γ 0 0

por lo que de esta última igualdad y de la igualdad 19.7.25 obtenemos que gz p0q “ 0, pero
como gz es constante tenemos también que gz p1q “ 1, es decir

ż2π ˆ ˙
f pa ` r ei s qr ei s
´ f pzq d s “ 0,
a ` r ei s ´z
0

o equivalentemente
ż2π
f pa ` r ei s qr ei s
ż
1 1 f pwq
f pzq “ i s
ds “ d w,
2π a ` r e ´z 2π i w´z
0 γ

con lo que el lema queda demostrado. ‚


El siguiente resultado indica que si una función es holomorfa en una circunferencia y en
su interior, entonces el promedio de los valores de la función en la circunferencia es igual al
valor de la función en el centro de la circunferencia.
19.7.26. Propiedad del valor medio para funciones holomorfas. Sea A Ă C, z0 P A y
r ą 0 tal que Bpz0 , rq Ă A. Si f : A ÝÑ C es holomorfa, entonces

ż2π
1
f pz0 q “ f pz0 ` r ei θ q d θ.

0

Demostración. Sea γ : r0; 2πs ÝÑ A. Del lema 19.7.24 tenemos que


tÞÑz0 `r ei t

ż2π ż2π
f pz0 ` r ei θ q
ż
1 f pwq 1 1
f pz0 q “ dw “ i θ
dpz0 ` r ei θ q “ f pz0 ` r ei θ q d θ,
2π i w ´ z0 2π i z0 ` r e ´z0 2π
γ 0 0

con lo que la propiedad del valor medio queda demostrada. ‚


19.7.27. Teorema. Sea γ : ra; bs ÝÑ C un camino rectificable, Γ su recorrido, pfn q8
n“1 una
sucesión de funciones continuas en Γ y f una función continua en Γ tal que la sucesión
pfn q8
n“1 converge uniformemente a f en Γ . Se tiene la fórmula siguiente:
ż ż
f pzq d z “ lím fn pzq d z.
nÑ8
γ γ
788 19.7. Integración compleja

Demostración. Sea ε ą 0. Por hipótesis existe un N P N tal que para todo n P N que
satisfaga que n ľ N se tiene que |fn pzq ´ f pzq| ă VTpγqpbq
ε
para todo z P Γ . Tenemos que por
el teorema 19.7.16 b) que
ˇż ż ˇ ˇż ˇ ż
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ fn pzq d z ´ f pzq d z ˇ “ ˇ pfn pzq ´ f pzqq d z ˇ ĺ |fn pzq ´ f pzq|| d z| ĺ ε,
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
γ γ γ γ

con lo que el lema queda demostrado. ‚


19.7.28. Teorema. Sea A Ă C un conjunto abierto; sea f : E ÝÑ C una función holomorfa
en A, donde A Ă E; sea r ą 0 tal que Bpa, rq Ă A, donde a P A. La función f tiene derivada
de todos los órdenes en a, además de que es analítica en a y
˜ ¸
8 ż
ÿ 1 f pwq
19.7.29. f pzq “ ö k`1
d w pz ´ aqk .
k“0
2π i pw ´ zq
BBpa,rq

Demostración. Por el lema 19.7.24 tenemos que si z P Bpa, rq, entonces


ż
1 f pwq
19.7.30. f pzq “ ö d w.
2π i w´z
BBpa,rq
ˇ ˇ
ˇz´aˇ
Ahora, tenemos que ˇˇ ˇ ă 1, si z P Bpa, rq y w P BBpa, rq, de manera que si sn “
w ´ aˇ
n
pz´aqk pw´aq´1
, entonces la sucesión converge a 1
, de manera que
ř 8
pw´aq k`1 ps n qn“1 1´ z´a
“ w´z
k“0 w´a

ż 8
1 ÿ f pwq
f pzq “ ö k`1
pz ´ aqk d w,
2π i k“0
pw ´ aq
BBpa,rq

pero si hacemos uz “ máxt| w´a


z´a
| : w P BBpa, rqu, vz “ mínt|w ´ z| : w P BBpa, rqu y
M “ máxt|f pwq| : w P BBpa, rqu, como 0 ă uz ă 1, tenemos que
ˇ ˇ n`1
ˇf pwqsn ´ f pwq ˇ ĺ M uz ÝÑ 0 cuando n ÝÑ 8,
ˇ ˇ
ˇ w ´ zˇ vz
n
de manera que la sucesión de funciones pgn q8
n“1 dadas por gn pwq “
f pwq
converge
ř
pw´aqk`1
k“0
uniformemente en BBpa, rq a la función g dada por gpwq “ fw´a pwq
. Tenemos así que, debido al
teorema 19.7.27
ż ÿ 8 ż ÿ n
f pwq f pwq
ö k`1
pz ´ aq k
d w “ lím ö k`1
pz ´ aqk d w
k“0
pw ´ aq nÑ8
k“0
pw ´ aq
BBpa,rq BBpa,rq
¨ ˛
19.7.31.
n ż 8 ż
ÿ f pwq ÿ˚ f pwq
“ lím aq k
d w d w‚pz ´ aqk ,

ö k`1
pz ´ “ ˝ ö k`1
nÑ8
k“0
pw ´ aq k“0
pw ´ aq
BBpa,rq BBpa,rq
19.7. Integración compleja 789

de manera que de 19.7.30 y 19.7.31 obtenemos 19.7.29, teniendo así que f es analítica en a,
y por el corolario 19.6.13 la función f tiene derivada de todos los órdenes en a. ‚
Del teorema anterior, considerando que cualquier punto z perteneciente a un conjunto
abierto A Ă C es el centro de una bola cerrada incluida en A, y del corolario 19.6.14 se tiene
el corolario siguiente
19.7.32. Corolario. Sea A Ă C un conjunto abierto, sea f : E ÝÑ C una función holomorfa
en G, donde A Ă E. La función f es analítica en A. Además, si a P A y Bpa, rq Ă A, entonces

ż
pnq n! f pwq
19.7.33. f paq “ ö d w.
2π i pw ´ aqn`1
BBpa,rq

19.7.34. Aclaración. Tenemos de los teoremas 19.6.10 y 19.7.28 que los conceptos de función
holomorfa y función analítica en un conjunto abierto A Ă C son equivalentes. Es por eso que
algunos llaman «analítica» a lo que en este texto se llama «holomorfa» y viceversa.
19.7.35. Estimación de Cauchy. Si f una función holomorfa en Bpa, Rq y |f pzq| ĺ M
para todo z P Bpa, Rq, entonces
n!M
|f pnq paq| ĺ n .
R

Demostración. Debido a la fórmula 19.7.33, al tomar r P p0; Rq y usar el teorema 19.7.16


b) tenemos que ˆ ˙
pnq n! M n!M
|f paq| ĺ n`1
¨ 2πr “ n ,
2π r r
de manera que el resultado se sigue al hacer tender r a R por la izquierda. ‚
19.7.36. Teorema. Sea f un función compleja que es analítica en una bola Bpa, Rq y sea γ
un camino cerrado en Bpa, Rq que sea rectificable. La función f tiene primitiva y además
ż
f pzq d z “ 0.
γ

8
Demostración. Para z P Bpa, Rq tenemos que f pzq es de la forma ak pz ´ aqk , de manera
ř
k“0
que si 0 ă r ă R, entonce la serie converge absolutamente y uniformemente en Bpa, rq. Por el
8
teorema 19.3.26 tenemos que la serie ak
pz ´ aqk`1 tiene el mismo radio de convergencia
ř
k`1
k“0
8
que la serie ak pz ´ aqk , de manera que si para cada z P Bpa, Rq tomamos F pzq como
ř
k“0
8
ak
´ aqk`1 , entonces, debido al teorema 19.6.10, F 1 pzq “ f pzq.
ř
k`1
pz
k“0
790 19.7. Integración compleja

La fórmula f pzq d z “ 0 se sigue del corolario 19.7.19.


ş

γ

19.7.37. Teorema. Sea Γ Ă C la trayectoria de un camino rectificable γ : ra; bs ÝÑ C y


g : Γ ÝÑ C una función continua. Sea f : CzΓ ÝÑ C la función definida por
ż
1 gpwq
19.7.38. f pzq “ d w.
2π i w ´ z
γ

La función f es analítica en CzΓ y además, para cada a P CzΓ y cada Bpa, rq Ă CzΓ se tiene
que si z P Bpa, rq, entonces
¨ ˛
8 ż
˝ 1 gpwq
ÿ
19.7.39. f pzq “ k`1
d w‚pz ´ aqk .
k“0
2π i pw ´ aq
γ

ˇ ˇ
ˇz´aˇ
Demostración. Tenemos que si z P Bpa, rq Ă CzΓ y w P Γ , entonces ˇ ˇ ˇ ă 1, de
w ´ aˇ
manera que
8 ˆ ˙k ÿ n ˆ ˙k 8 ˆ ˙k
w´a 1 ÿ z´a z´a ÿ z´a
“ z´a “ “ `
w´z 1 ´ p w´a q k“0 w ´ a k“0
w´a k“n`1
w´a
n ˆ ˙ n`1 n
ÿ pz ´ aqk z´a w´a ÿ pz ´ aqk pz ´ aqn`1
` “ ` ,
k“0
pw ´ aqk w´a w ´ z k“0 pw ´ aqk pw ´ aqn pw ´ zq
teniendo así n
gpwq ÿ gpwq k gpwq pz ´ aqn`1
“ pz ´ aq ` ,
w ´ z k“0 pw ´ aqk`1 pw ´ zq pw ´ aqn`1
e integrando obtenemos
¨ ˛
n
gpwq pz ´ aqn`1
ż ż ż
gpwq ÿ gpwq
19.7.40. dw “ ˝ d w‚pz ´ aqk ` d w.
w´z k“0
pw ´ aqk`1 pw ´ zq pw ´ aqn`1
γ γ γ

Ahora, combinando las ecuaciones 19.7.38 y 19.7.40 tenemos la ecuación


¨ ˛
n ż
˝ 1 gpwq
ÿ
f pzq “ k`1
d w‚pz ´ aqk ` Rn pzq,
k“0
2π i pw ´ aq
γ

gpwq pz ´ aqn`1
ż
1
donde Rn pzq “ d w.
2π i pw ´ zq pw ´ aqn`1
γ
De la ecuación anterior tenemos que la demostración
! estará terminada
) una vez compro-
bado que lím |Rn pzq| “ 0. Si z P Bpa, rq y Mz “ máx |w´a| : w P Γ tenemos que Mz ă 1,
|z´a|
nÑ8
de tal suerte que aplicando el teorema 19.7.16 b) resulta

ˇ Mz | d w| ĺ máx t|gpwq| : w P Γ u VTpγqpbqMzn`1 ,


ż ˇ ˇ
ˇ gpwq ˇ n`1
0 ĺ |Rn pzq| ĺ ˇ ˇ
w ´ zˇ mínt|w ´ z| : w P Γ u
γ
19.7. Integración compleja 791

pero como lím Mzn`1 “ 0, tenemos necesariamente lím |Rn pzq| “ 0. ‚


nÑ8 nÑ8

Como una generalización del teorema 19.7.37 tenemos el lema siguiente.


19.7.41. Teorema. Sea Γ Ă C la trayectoria de un camino rectificable γ : ra; bs ÝÑ C y
g : Γ ÝÑ C una función continua. Para cada k P N sea fk : CzΓ ÝÑ C la función definida
por ż
1 gpwq
fk pzq “ d w.
2π i pw ´ zqk
γ

Cada fk es analítica en CzΓ y además fk1 “ kfk`1 .


Demostración. Del hecho de que para cada z P CzΓ la función w ÞÑ pw´zq k´1 es continua
gpwq

en Γ y del teorema 19.7.37 se sigue que fk es analítica en CzΓ .


De la fórmula 19.7.39 tenemos que si a P CzΓ y z P Bpa, rq Ă CzΓ , entonces
¨ ˛
8 ż
˝ 1 gpwq
ÿ
fk pzq “ k`j`1
d w‚pz ´ aqj .
j“0
2π i pw ´ aq
γ

Ahora, de la fórmula del producto notable que nos da la diferencia de potencias 5.6 VII),
tenemos que
ˆ ˙ k´1
1 1 1 1 ÿ 1 1
k
´ “ ´
pw ´ zq pw ´ aqk w ´ z w ´ a j“0 pw ´ zq k´1´j pw ´ aqj
k´1
ÿ 1 1
“ pz ´ aq k´j pw ´ aqj`1
,
j“0
pw ´ zq

de manera que si además z ‰ a, entonces


k´1
ÿ 1 ż
fk pzq ´ fk paq gpwq
19.7.42. “ d w.
z´a j“0
2π i pw ´ zq pw ´ aqj`1
k´j
γ

Tomemos una sucesión pzn q8 n“1 de elementos de Bpa, rq que converja a a y veamos que debido
a la compacidad
´ de Γ y a la continuidad
¯8 de g, para cada j P N y cada k P N, la sucesión de
funciones w ÞÑ pw´zn qk´j pw´aqj`1
gpwq
converge uniformemente en Γ . Tomemos u “ máxt|w´
n“1 "ˇ ˇ *
ˇ gpwq ˇ
a| : w P Γ u, l “ mínt|w ´ a| : w P Γ u, Uj “ máx ˇ ˇ ˇ : w P Γ ; para cada ε ą 0 sea
pw ´ aqj ˇ
Nε P N tal que si n ľ Nε es un entero, entonces |zn ´ a| ă 12 míntε, l, 1u, de manera que para
m P N tenemos
ˇ ˇ ˇ ˇ m´1
ˇ 1 1 ˇ ˇ 1 1 ˇÿ 1 1
ˇ ´ ˇ“ˇ ´
ˇ pw ´ zn qm pw ´ aqm ˇ ˇ w ´ zn w ´ a ˇ
ˇ
m´1´ν
ν“0
|w ´ zn | |w ´ a|ν
|zn ´ a| 4 ε 4 2mε
ĺ m m´1 ă m m´1 “ m`1 ,
|w ´ zn ||w ´ a| l pl{2ql l l
792 19.7. Integración compleja

de manera que
ˇ ˇ ˇ ˇˇ ˇ
ˇ gpwq gpwq ˇ ˇ gpwq ˇ ˇ 1 1 ˇ
ˇ ´ ˇ ĺ ˇ ˇ ˇ ´ ˇ
ˇ pw ´ zn qk´j pw ´ aqj`1 pw ´ aqk´j pw ´ aqj`1 ˇ ˇ pw ´ aqj`1 ˇ ˇ pw ´ zn qk´j pw ´ aqk´j ˇ
2pk ´ jqε
ĺ Uj`1 k´j`1 .
l
k´j`1
Ahora, si tomamos ε˚ “ 2pk´jqU
εl
j`1
y n ľ Nε˚ , entonces
ˇ ˇ
ˇ gpwq gpwq ˇ
ˇ pw ´ zn qk´j pw ´ aqj`1 pw ´ aqk´j pw ´ aqj`1 ˇ ă ε,
´
ˇ ˇ

por lo que dicha sucesión de funciones converge uniformemente.


Tenemos pues, del teorema 19.7.27 y de la fórmula 19.7.42, que
k´1
ÿ 1 ż
fk pzq ´ fk paq fk pzn q ´ fk paq gpwq
fk1 paq “ lím “ lím “ dw
zÑa z´a nÑ8 zn ´ a j“0
2π i pw ´ aq pw ´ aqj`1
k´j
γ
k´1 ż
ÿ 1 gpwq
“ d w “ kfk`1 paq,
j“0
2π i pw ´ aqk`1
γ

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


19.7.43. Definiciones. Una función γ : ra; bs ÝÑ B, donde B “ C ó B “ Rn , para
algún n P N; se dice que es suave si tiene derivada de todos los órdenes. Diremos que γ
es seccionalmente continua o continua por pedazos si existe una partición de ra; bs
tal que γ sea continua en cada subintervalo de ra; bs correspondiente a la partición. Si γ es
derivable en cada subintervalo de ra; bs correspondiente a una partición de ra; bs diremos que
es seccionalmente derivable o derivable por pedazos. Si γ es suave en cada subintervalo
correspondiente a una partición de ra; bs, diremos que es seccionalmente suave o suave
por pedazos.
19.7.44. Lema. Sea γ : ra; bs ÝÑ C una camino cerrado seccionalmente suave y sea Γ su
trayectoria. Si ż
1 1
Iγ pzq “ d w,
2π i w ´ z
γ

entonces Iγ pzq P Z, para todo z P CzΓ .


żt
1
Demostración. Sea F : ra; bs ÝÑ C la función dada por F ptq “ d γpsq.
γpsq ´ z
a
Observemos que es suficiente demostrar que F2πpbqi P Z.
Sea Gptq “ pγptq ´ zq e´F ptq . Observemos que G es continua y derivable en todo elemento
t P ra; bs para el cual γ 1 ptq existe y en tal caso su derivada es
´γ 1 ptq
G1 ptq “ ´F 1 ptqpγptq ´ zq e´F ptq `γ 1 ptq e´F ptq “ pγptq ´ zq e´F ptq `γ 1 ptq e´F ptq “ 0.
γptq ´ z
19.7. Integración compleja 793

Tenemos así que G es constante en los subintervalos de ra; bs donde es derivable, pero como
G es continua, entonces es constante en ra; bs, en particular Gpbq “ Gpaq, es decir

pγpbq ´ zq e´F pbq “ pγpaq ´ zq e´F paq ,

pero como γpaq “ γpbq, entonces


e´F pbq “ e´F paq ,
y por el corolario 19.3.46 tenemos que F pbq “ F pbq ´ F paq “ 2kπ i, para algún k P Z. ‚
19.7.45. Lema. Sea γ : ra; bs ÝÑ C una camino cerrado seccionalmente suave y sea Γ su
trayectoria. Si B es la componente conexa no acotada de CzΓ , z P B e Iγ es como en el lema
anterior 19.7.44, entonces Iγ pzq “ 0.
Demostración. Sea R ą 0 un número tal que para todo w P Γ se tiene que w P Bp0, Rq y
tomemos z0 R Bp0, R ` VTpγqpbqq, de manera que si w P Γ , entonces |w ´ z0 | ą VTpγqpbq.
Ahora, del teorema 19.7.17 b) tenemos que
"ˇ ˇ *
1 ˇ 1 ˇ 1
|Iγ pz0 q| ĺ VTpγqpbq sup ˇ
ˇ ˇ :wPΓ ĺ ă 1,
2π w ´ z0 ˇ 2π

de manera que por el lema 19.7.44 llegamos a que Iγ pz0 q “ 0. Tenemos además, por el teorema
19.7.37, que la la función Iγ es continua en CzΓ , de manera que por el teorema 14.3.38 el
conjunto Iγ rBs es conexo, pero debido al teorema 19.7.44 tenemos Iγ rBs Ă Z, y por ser Iγ rBs
conexo, entonces Iγ rBs “ t0u, es decir Iγ pzq “ 0 para todo z en la componente conexa no
acotada de CzΓ . ‚
19.7.46. Lema. Sean: z0 P C; γ0 y γ1 dos caminos homtópicos en Cztz0 u que son cerrados
y seccionalmente suaves; Iγ0 e Iγ1 definidas como en el lema 19.7.44. Tenemos que Iγ0 pz0 q “
Iγ1 pz0 q.
Demostración. Tomemos en consideración que para cualesquiera dos números complejos
z y w la expresión rz; ws denota al segmento en C con extremos z y w. Sea ra; bs el dominio
común de γ0 y γ1 y tomemos una homotopía η : ra; bs ˆ r0; 1s ÝÑ Cztz0 u tal que γ0 “ ηp¨, 0q,
γ1 “ ηp¨, 1q y para cada u P r0; 1s la función γu :“ ηp¨, uq sea seccionalmente suave. Tomemos
además R ą 0 tal que |z ´ z0 | ą R para todo z P Rpηq.
Para ε P p0; R2 q sea N P N tal que para` todo ˘ número natural n ľ N se tenga que
|ηpt, uq ´ ηpr, sq| ă ε siempre que |t ´ r| ă 2 n y |u ´ s| ă n . Tomemos así la partición
b´a 2

pck qnk“0 :“ pa ` k b´a qn del intervalo ra; bs y la partición p nk qnk“0 del intervalo r0; 1s de manera
n k“0
que la trayectoria cerrada
” ı ” ı
Γk,j :“ γ k rrcj´1 ; cj ss Y γ k´1 rrcj´1 ; cj ss Y γ k´1 pcj´1 q; γ k pcj´1 q Y γ k pcj q; γ k´1 pcj q
n n n n n n

tenga a z0 en la componente conexa no acotada de CzΓk,j . Sea γk,j : r0; 1s ÝÑ C una para-
metrización de Γ tal que γk,j p0q “ γ k´1 pcj´1 q, γk,j p 14 q “ γ k pcj´1 q, γk,j rr0; 14 ss “
” ı n n

γ k´1 pcj´1 q; γ k pcj´1 q , γk,j p 2 q “ γ k pcj q, γk,j rr 4 ; 2 ss “ γ k rrcj´1 ; cj ss, γk,j p 43 q “ γ k´1 pcj q,
1 1 1
n ”n ı n n n

γk,j rr 2 ; 4 ss “ γ k pcj q; γ k´1 pcj q , γk,j p1q “ γk,j p0q “ γ k´1 pcj´1 q y γk,j rr 4 ; 1ss “ γ k´1 rrcj´1 ; cj ss,
1 3 3
n n n n
794 19.7. Integración compleja

donde γk,j |r 14 ; 12 s es una trayectoria equivalente a γ k |rcj´1 ; cj s y γk,j |r 34 ; 1s es una trayec-


j
toria equivalente a ö́γ k´1 |rcj´1 ; cj s. Por el lema 19.7.45 tenemos que Iγk,j pz0 q “ 0, para
j
k, j P Jn “ t1, 2, . . . , nu, de manera que al hacer cancelaciones en la siguiente ecuación se
tiene
n ÿ n n ż n ż
ÿ ÿ 1 1 ÿ 1 1
0“ Iγk,j pz0 q “ dw ` dw
k“1 j“1 j“1
2π i w ´ z0 j“1
2π i w ´ z0
γn,j |r 41 ; 12 s γ1,j |r 43 ;1s
n ż n ż
1 ÿ 1 1 ÿ 1
“ dw ` dw
2π i j“1 w ´ z0 2π i j“1 w ´ z0
γ1 |rcj´1 ;cj s ö́γ0 |rcj´1 ;cj s
ż ż
1 1 1 1
“ dw ` d w “ Iγ1 pz0 q ´ Iγ0 pz0 q,
2π i w ´ z0 2π i w ´ z0
γ1 ö́γ0

con lo que el lema queda demostrado. ‚


Definamos ahora el concepto de índice de un camino cerrado en C. La definición será
similar a la dada en la sección 16.5. Tomando en cuenta que los conjuntos S1 Ă R2 y BBp0, 1q Ă
C son homeomorfos, vemos que cualquier camino cerrado en BBp0, 1q es homeomorfo a un
camino de la forma pk : r0; 1s ÝÑ BBp0, 1q con pk ptq “ e2kπ i t , con k P Z, donde para
valores diferentes de k los caminos de la forma pk son diferentes, aunque siempre se tiene que
pk p0q “ pk p1q “ 1 y k representa el número de vueltas que da el camino pk alrededor del cero.
Tenemos que cualquier camino cerrado en BBp0, 1q es homeomorfo a algún pk , y de manera
más general, cualquier camino cerrado en Czt0u es homeomorfo a un camino equivalente con
algún pk , donde k representa el número de vueltas alrededor del 0 del camino, que es lo que
llamamos índice del camino alrededor del 0. De manera más general tenemos la definición
siguiente.
19.7.47. Definición. Sea a P C y γ un camino cerrado en C tal que a no pertenece a
la trayectoria de γ. Definimos el índice de γ con respecto al punto a, lo cual denotamos
por inda pγq, como en número entero k tal que γ es equivalente a algún camino en Cztau
homeomorfo con el camino ηk : r0; 1s ÝÑ Cztau dado por ηk ptq “ a ` e2kπ i t .
19.7.48. Teorema. Sea z0 P C y γ : ra; bs ÝÑ Cztz0 u un camino rectificable cerrado. Se
tiene la fórmula siguiente ż
1 1
indz0 pγq “ d z.
2π i z ´ z0
γ

Demostración. Sea pγk q8 k“1 una sucesión de caminos poligonales homotópicos en Cztz0 u
a γ tales que para todo k P N exista una partición ptk,j qm j“0 tal que γk ptk,j q “ γptk,j q, el
k

conjunto de vértices o extremos de cada γk sea tγk ptk,0 q, γk ptk,1 q, . . . , γk ptk,mk qu, y además,
por el corolario 17.4.58, se cumple la igualdad 19.7.18, que aplicándola a nuestro caso es
ż ż
1 1 1 1
19.7.49. lím dz “ d z.
kÑ8 2π i z ´ z0 2π i z ´ z0
γk γ
19.7. Integración compleja 795

Como γj y γ son caminos homotópicos en Cztz0 u tenemos que indz0 pγj q “ indz0 pγq, de
manera que de la ecuación 19.7.49 y del lema 19.7.46, aunado a que indz0 pγj q no depende de
j, tenemos que
ż ż ż
1 1 1 1 1 1
indz0 pγq “ indz0 pγj q “ d z “ lím dz “ d z,
2π i z ´ z0 kÑ8 2π i z ´ z0 2π i z ´ z0
γj γk γ

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


19.7.50. Teorema de Morera. Si A Ă C es un conjunto abierto y f es una función compleja
que es continua en A, tal que para todo triángulo T Ă A se tiene que
ż
öf pzq d z “ 0;
T
entonces f es holomorfa en A.
Demostración. Recordemos que si Γ es una trayectoria simple con extremos u y v, el
símbolo Γ u,v representa la trayectoria dirigida de u a v.
Sean z0 P A y r ą 0 tales que Bpz0 , rq Ă A. Para cada u P Bpz0 , rq sea
ż
F puq :“ f pwq d w
rz0 ;usz0 ,u

y veamos que F es una primitiva de f en Bpz0 , rq.


Sean z P Bpz0 , rq y ∆ P Bp0, Rqzt0u, donde 0 ă R ă míntr ´ |z ´ z0 |, |z ´ z0 |u cuando
z ‰ z0 y 0 ă R ă r cuando z “ z0 . Tenemos cuatro posibilidades: a) los puntos z0 , z y z ` ∆
no están alineados; b) z está entre z0 y z ` ∆; c) z ` ∆ está entre z0 y z; y d) z “ z0 .
En el caso b) tenemos que
ż ż
F pz ` ∆q ´ F pzq “ f pwq d w ´ f pwq d w
rz0 ;pz`∆qsz0 ,z`∆ rz0 ;zsz0 ,z
ż ż ż
“ f pwq d w ` f pwq d w ´ f pwq d w
rz0 ;zsz0 ,z rz;z`∆sz,z`∆ rz0 ;zsz0 ,z

ż ż1 ż1
“ f pwq d w “ f ptpz ` ∆q ` p1 ´ tqzq∆ d t “ ∆ f pz ` t∆q d t.
rz;z`∆sz,z`∆ 0 0

En el caso c) tenemos que


ż ż
F pz ` ∆q ´ F pzq “ f pwq d w ´ f pwq d w
rz0 ;z`∆sz0 ,z`∆ rz0 ;zsz0 ,z
ż ˆ ż ż ˙
“ f pwq d w ´ f pwq d w ` f pwq d w
rz0 ;z`∆sz0 ,z`∆ rz0 ;z`∆sz0 ,z`∆ rz;z`∆sz`∆,z

ż ż1 ż1
“ f pwq d w “ f ptpz ` ∆q ` p1 ´ tqzq∆ d t “ ∆ f pz ` t∆q d t.
rz;z`∆sz,z`∆ 0 0
796 19.7. Integración compleja

En el caso a) tenemos de la hipótesis del teorema y de las propiedades de la integral que


ż ż
0“ ö f pwq d w “ œ f pwq d w
Ÿpz0 ,z,z`∆q Ÿpz0 ,z,z`∆
ż ż ż
“ f pwq d w ` f pwq d w ` f pwq d w,
rz0 ;zsz0 ,z rz;z`∆sz,z`∆ rz0 ;z`∆sz`∆,z0

de manera que también se tiene que


ż ż ż
F pz ` ∆q ´ F pzq “ f pwq d w ´ f pwq d w “ f pwq d w
rz0 ;z`∆sz0 ,z`∆ rz0 ;zsz0 ,z rz;z`∆sz,z`∆

ż1
“∆ f pz ` t∆q d t.
0

En el caso d) tenemos
ż ż1 ż1
F pz`∆q´F pzq “ F pz0 `∆q “ f pwq d w “ ∆ f pz0 `t∆q d t “ ∆ f pz`t∆q d t.
rz0 ;z0 `∆sz0 ,z0 `∆ 0 0

Tenemos así que en cualquier caso


ż1
F pz ` ∆q ´ F pzq “ ∆ f pz ` t∆q d t.
0

Ahora, como f es continua tenemos que para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que si |∆| ă δ,
entonces |f pz ` ∆q ´ f pzq| ă ε, de manera que
ˇ ˇ ˇ1 ˇ
ˇ ˇ ˇż1 ˇ ˇż ˇ
ˇ F pz ` ∆q ´ F pzq ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ´ f pzqˇ “ ˇ f pz ` t∆q d t ´ f pzqˇ “ ˇ pf pz ` t∆q ´ f pzqq d tˇ
ˇ ∆ ˇ ˇ
ˇ
ˇ ˇ
ˇ ˇ
ˇ
ˇ
0 0
ż1 ż1
ĺ |f pz ` t∆q ´ f pzq| d t ĺ ε d t “ ε,
0 0

por lo que f pzq “ F 1 pzq para todo z P Bpz0 , rq. Así pues, F es holomorfa en Bpz0 , rq, y
debido al teorema 19.7.28 tiene derivada de todos los órdenes en z0 , por lo cual f también
tiene derivada de todos los órdenes en z0 , en particular f es derivable en z0 pero como z0
puede ser cualquier elemento de A, entonces f es holomorfa en A ‚
19.7.51. Teorema de Cauchy-Goursat. Sea A Ă C un conjunto abierto y Γ Ă A una
trayectoria cerrada simple de longitud finita cuyo interior está incluido en A. Si f es una
función holomorfa en A, entonces ż
öf pzq d z “ 0.
Γ
19.7. Integración compleja 797

Demostración. Demostremos primero el teorema en el caso en que Γ sea un triángulo.


Sea T Ă A un triángulo cuyo interior también también está incluido en A y sean z1 , z2 ,
z3 los vértices de T de tal manera que su trayectoria dirigida T z1 ,z2 ,z3 tenga la dirección
contraria a las manecillas del reloj, es decir, que si γ P T z1 ,z2 ,z3 y v está en el interior de T ,
entonces indv pγq “ 1. Definamos los triángulos Tp1q “ Ÿz1 z1 `z 2
2 z3 `z1
2
, Tp2q “ Ÿ z1 `z
2
2
z2 z2 `z
2
3
,
Tp3q “ Ÿ 2 z3 `z1 z2 `z3
2
z3 y T p4q “ Ÿ z1 `z2 z2 `z3 z3 `z1
2 2 2
, y si tenemos definidos para cada n P N y cada
jn P t1, 2, 3, 4u un triángulo Tpj1 ,...,jn q con vértices w1 , w2 y w3 , definamos recursivamente los
siguientes tríángulos de la forma: Tpj1 ,...,jn ,1q “ Ÿz1 w1 `w 2
2 w3 `w1
2
, Tpj1 ,...,jn ,2q “ Ÿ w1 `w
2
2
w2 w2 `w
2
3
,
Tpj1 ,...,jn ,3q “ Ÿ 2w3 `w1 w2 `w3
2
w3 y Tpj1 ,...,jn ,4q “ Ÿ 2
w1 `w2 w2 `w3 w3 `w1
2 2
.
Observemos que de acuerdo a la construcción anterior, para cada n P N tenemos
ż ÿ ż
19.7.52. öf pzq d z “ ö f pzq d z,
T σn Pt1,2,3,4un T n
σ

y además, si p es el perímetro de T , entonces el perímetro de Tσn es 21n p, y el diámetro


diámpTσn q de Tσn es 21n diámpT q, para cada σn P t1, 2, 3, 4un .
Para cada n P N sea Tn˚ alguno de los triángulos en tTσn : σn P t1, 2, 3, 4un u que haga
máximo al número ˇ ˇ
ˇż ˇ
ˇ ˇ
ˇ ö f pzq d z ˇ
ˇ ˇ
ˇ ˇ
Tσ n

y sea Tn˚˚ la unión de dicho triángulo con su interior, sea además un un elemento en el interior
de Tn˚˚ . Como cada un P T1˚˚ , entonces pun q8 n“1 tiene una subsucesión convergente pumk qk“1 .
8

Sea u0 el límite de esa subsucesión. Como f ˇes holomorfa en u0 , para ˇ todo ε ą 0 existe un
ˇ f pzq ´ f pu0 q
δ ą 0 tal que si 0 ă |z ´ u0 | ă δ, entonces ˇˇ ´ f 1 pu0 qˇˇ ă ε. Tomemos K P N
ˇ
z ´ u0
suficientemente grande, de tal manera que si k ľ K, entonces |z ´ u0 | ă δ para todo z P Tm˚˚k .
Por otro lado tenemos que
ˆ ˙
d 1 pz ´ u0 q2
f pu0 qz ` f pu0 q “ f pu0 q ` f 1 pu0 qpz ´ u0 q,
dz 2
de manera que por el corolario 19.7.19 tenemos que
ż
ö pf pu0 q ` f 1 pu0 qpz ´ u0 qq d z “ 0,
˚
Tm k

luego, al tomar k ľ K y usar el teorema 19.7.16 b),


ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇż ˇ ˇż ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ p
ˇ ö f pzq d z ˇ “ ˇ ö pf pzq ´ pf pu0 q ` f 1 pu0 qpz ´ u0 qqq d z ˇ ĺ mk ε máxt|z ´ u0 | : z P Tm˚˚k u
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ 2
ˇTm˚ ˇ ˇTm˚ ˇ
k k

p ε diámpT q
ĺ .
22mk
798 19.7. Integración compleja

Tenemos así que de la desigualdad anterior, de la ecuación 19.7.52 y de la desigualdad del


triángulo
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ż ˇ
ˇż ˇ
ÿ ˇ ˇ 4mk p ε diámpT q
“ p ε diámpT q,
ˇ ˇ
ˇöf pzq d z ˇ ĺ ˇ ö f pzq d z ˇ ĺ
ˇ ˇ
ˇ
ˇ
ˇ
ˇ σmk Pt1,2,3,4umk ˇˇ ˇ 22mk
T Tσmk ˇ

pero como ε puede ser cualquier número positivo, entonces


ż
öf pzq d z “ 0,
T

quedando demostrado el teorema para el caso en que Γ es un triángulo.


Demostremos ahora el teorema en un caso más general, a saber, cuando Γ es una trayec-
toria poligonal cerrada simple. Sea pues Γ una trayectoria poligonal cerrada simple y Γ ˚ la
unión de Γ con su interior. En este caso la demostración se sigue al considerar que Γ ˚ es una
unión finita de regiones triangulares T1 , T2 , . . . , Tl que no se traslapan, y además cualquier
lado de un triángulo Ti que no esté incluido en Γ es lado de otro triángulo Tj . Con estas
condiciones podemos observar que
ż ÿl ż ÿl
öf pzq d z “ öf pzq d z “ 0 “ 0,
k“1 k“1
Γ Tk

de manera que el resultado se cumple en el caso en que Γ es una región poligonal cerrada
simple.
En el caso general en que Γ es cualquier trayectoria cerrada simple de longitud finita cuyo
interior está incluido en A, por el corolario 17.4.58 existe una sucesión pΓk q8
k“1 de trayectorias
cerradas simples en A que converge uniformemente a Γ , cuyas componentes son homotópicas
a Γ y tienen sus vértices en Γ , y además cumple que
ż ż
lím ö f pzq d z “ öf pzq d z,
kÑ8
Γk Γ
ż ż
pero como cada öf pzq d z “ 0, entonces öf pzq d z “ 0. ‚
Γk Γ

19.7.53. Forma compleja de la regla de Leibniz. Sea A Ă C un conjunto abierto,


γ : ra; bs ÝÑ C un camino rectificable con trayectoria Γ , ϕ : Γ ˆ A ÝÑ C una función
continua y definamos g : A ÝÑ C mediante la fórmula
ż
gpzq “ ϕpw, zq d w.
γ

La función g es continua. Además, si D2 ϕ existe y es continua, entonces g es holomorfa y


ż
1
g pzq “ D2 ϕpw, zq d w.
γ
19.7. Integración compleja 799

Demostración. Imitaremos en la medida de lo posible la demostración de la regla de Leibniz


19.7.22.
Para cada z P A sea rz ą 0 tal que Cz :“ Bpz, r2 q Ă A. Como Γ ˆ Cz es compacto,
entonces ϕ|Γ ˆ Cz es uniformemente continua, de manera que para cada ε ą 0 existe un
δ ą 0 tal que
b
ε
|ϕpu, z0 q ´ ϕpw, vq| ă , siempre que pu ´ wqpu ´ wq ` pz0 ´ vqpz0 ´ vq ă δ.
VTpγqpbq

Ahora, si |v ´ z0 | ă δ, entonces
ˇ ˇ
ˇż ˇ ż
ˇ ˇ
|gpvq ´ gpz0 q| “ ˇˇ pϕpw, vq ´ ϕpw, z0 qq d wˇˇ ĺ |ϕpw, vq ´ ϕpw, z0 q|| d w|
ˇ ˇ
γ γ
ε
ĺ VTpγqpbq “ ε,
VTpγqpbq
de manera que g es continua en cualquier z0 P C2 , en particular es continua en z, para cada
z P A, es decir g es continua en A.
Supongamos ahora que D2 ϕ es continua y para cada z P A tomemos de nuevo rz ą 0 tal
que Cz :“ Bpz, rz q Ă A de tal manera que D2 ϕ es uniformemente
b continua en Γ ˆCz . Tenemos
así que para cada ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que si pu ´ wqpu ´ wq ` pz0 ´ vqpz0 ´ vq ă δ,
entonces
ε
| D2 ϕpu, z0 q ´ D2 ϕpw, vq| ă ,
VTpγqpbq
en particular
ε
| D2 ϕpw, z0 q ´ D2 ϕpw, z1 q| ă , si |z1 ´ z0 | ă δ.
VTpγqpbq
De la desigualdad anterior tenemos que para todo w P Γ
ˇ1 ˇ
ˇż ˇ
ˇ pD2 ϕpw, z0 ` tpz1 ´ z0 qq ´ D2 ϕpw, z0 qq dpz0 ` tpz1 ´ z0 qqˇ ă ε|z1 ´ z0 | .
ˇ ˇ
19.7.54. ˇ ˇ VTpγqpbq
ˇ ˇ
0

Ahora, para cada w P Γ tenemos que la función D2 ϕpw, ¨q ´ D2 ϕpw, z0 q es la derivada de


la función Φw dada por Φw pzq :“ ϕpw, zq ´ z D2 ϕpw, z0 q, de manera que de la desigualdad
19.7.54 y del teorema 19.7.17 obtenemos que
ε|z1 ´ z0 |
|ϕpw, z1 q ´ ϕpw, z0 q ´ pz1 ´ z0 q D2 ϕpw, z0 q| ă ,
VTpγqpbq
y si z1 ‰ z0 , entonces
ˇ ˇ
ˇ ϕpw, z1 q ´ ϕpw, z0 q ˇ ε
ˇ ´ D2 ϕpw, z0 qˇˇ ă .
ˇ z1 ´ z0 VTpγqpbq
800 19.7. Integración compleja

De la definición de g, de la última desigualdad y de las propiedades de la integral a lo largo


de un camino tenemos ˇ ˇ
ˇ ż ˇ
ˇ f pz1 q ´ f pz0 q ˇ
ˇ
ˇ z1 ´ z0 ´ D2 ϕpw, zo qˇ ă ε,
ˇ
ˇ ˇ
γ
ż
de manera que al hacer tender z1 a z0 tenemos que g pz0 q “ D2 ϕpw, z0 q, con lo que queda
1

γ
demostrada la forma compleja de la regla de Leibniz. ‚
19.7.55. Teorema de Liouville. Si f : C ÝÑ C es holomorfa y acotada, entonces f es
constante.
Demostración. Sea M ą 0 y supongamos que |f pzq| ĺ M para todo z P C. Debido a la
estimación de Cauchy 19.7.35 tenemos que |f 1 pzq| ĺ MR
para todo R ą 0, de manera que
f pzq “ 0 y por el teorema 19.6.24 tenemos que f es constante.
1

19.7.56. Fórmula integral de Cauchy. Sea A Ă C un conjunto abierto, f : A ÝÑ C una
función holomorfa. Sea γ un camino rectificable cerrado en A tal que indz pγq “ 0 para todo
z P CzA. Si Γ es la trayectoria de γ, entonces para todo a P AzΓ
ż
1 f pwq
inda pγqf paq “ d w.
2π i w ´ a
γ

Demostración. Sea ϕ : G ˆ A ÝÑ C la función dada por

& f pzq ´ f pwq si z ‰ w,


$

ϕpz, wq “ z´w
si z “ w,
% 1
f pzq

y observemos que ϕ es continua y que para cada w P A la función z ÞÑ ϕpz, wq es analítica.


Tomemos H “ tw P CzΓ : indw pγq “ 0u. Como la función w ÞÑ indw pγq es continua y sólo
toma valores enteros, entonces H es abierto, y por hipótesis C “ H Y A.
Sea g : C ÝÑ C la función dada por
ż ż
f pwq
gpzq “ ϕpz, wq d w si z P G, y gpzq “ d w si z P H.
w´z
γ γ

La función g está bien definida, pues si z P H X A, entonces, por el teorema 19.7.48,


ż ż ż ż
f pwq ´ f pzq f pwq f pwq
ϕpz, wq d w “ dw “ d w ´ 2π i f pzq indz pγq “ d w.
w´z w´z w´z
γ γ γ γ

De la forma compleja de la regla de Leibniz 19.7.53 tenemos que g es holomorfa en A y


del teorema 19.7.37 podemos concluir que también es holomorfa en H, de manera que g es
19.7. Integración compleja 801

holomorfa en C. Como Γ es compacto, tenemos que f es acotada en Γ y si dz es la distancia


entre z y su punto más cercano de Γ , entonces lím dz ´1 “ 0, de manera que
zÑ8
ˇ ˇ
máxtf pwq : w P Γ u
ˇż ˇ
ˇ f pwq
lím |gpzq| “ lím ˇ d wˇˇ ĺ lím
ˇ
ˇ `pΓ q “ 0,
zÑ8 zÑ8
ˇ w´z ˇ zÑ8 dz
γ

y así lím gpzq “ 0, lo cual implica que existe un R ą 0 tal que si |z| ą R, entonces |gpzq| ă 1,
zÑ8
pero como g es continua, entonces es acotada en Bp0, Rq, de manera que g es acotada en todo
C y por el teorema de Liouville 19.7.55 es también constante. Ahora, como lím gpzq “ 0,
zÑ8
tenemos que gpzq “ 0 para todo z P C, de manera que si a P AzΓ , entonces
ż ż ż
f pwq ´ f paq f pwq 1
0 “ gpaq “ dw “ d w ´ f paq dw
w´a w´a w´a
γ γ γ
ż
f pwq
“ d w ´ f paq2π i inda pγq,
w´a
γ

de donde se concluye el teorema. ‚


19.7.57. Teorema. Sea Γ Ă C una trayectoria cerrada simple y sean Γ1 , Γ2 , . . . , Γn n
trayectorias cerradas simples que están incluidas en el interior de Γ , que no se intersecan
entre sí, y además que ninguna de esas n trayectorias está incluida en el interior de otra.
ďn
Para cada trayectoria cerrada simple T Ă C sea IT su interior y sea H “ pΓ Y IΓ qz IΓk .
k“1
Si f es una función compleja de variable compleja que es holomorfa en H, entonces
ż n ż
ÿ
öf pzq d z “ öf pzq d z.
k“1
Γ Γk

Demostración. Sea γ : r0; 1s ÝÑ Γ una parametrización simple de Γ en sentido contrario a


las manecillas del reloj; para cada k P t1, 2, . . . , nu sea γk : r0; 1s ÝÑ Γk una parametrización
de Γk y sea αk : r0; 1s ÝÑ Γ una parametrización simple de γrr k´1 n
; nk ss que va de γp k´1
n
qa
γp n q; para cada k P t1, 2, . . . , nu tomemos un camino simple ηk con punto inicial γp nk q y punto
k

final αk p0q, de tal manera que los recorridos de cada ηk no se intersequen, tomando η0 :“ ηn ,
además de tomar un camino simple βk : r0; 1s ÝÑ G que vaya de γk p0q a γk´1 p 12 q, considerando
por conveniencia γ0 :“ γn y tomados los caminos de manera tal que no se intersequen
entre sí, y no se intersequen con ningún ηk mas que posiblemente en uno de sus extremos;
consideraremos finalmente dos caminos γk˚ : r0; 1s ÝÑ αk rr 21 s; 1s y γk˚˚ : r0; 1s ÝÑ αk rr0; 21 ss
que tengan como punto inicial a γk p 12 q y como punto final a γk p0q. Observemos que de acuerdo
al teorema de Cauchy-Goursat 19.7.51 y a las propiedades de las integrales de línea obtenemos
ż ż ż ż ż
f pzq d z ` f pzq d z ` f pzq d z ` f pzq d z ` f pzq d z “ 0
αk ηk βk ˚ ö́ηk´1
γk´1
802 19.7. Integración compleja

y además
n
ÿ ż
f pzq d z “ 0,
k“1
ö́pγk˚˚ ö̀βk q

y de estas dos últimas ecuaciones podemos concluir que


ż n ż
ÿ
öf pzq d z ` œf pzq d z “ 0,
k“1
Γ Γk

de donde se concluye la fórmula del teorema. ‚


El teorema siguiente da condiciones bajo las cuales la integral de un límite es el límite de
las integrales.
19.7.58. Teorema. Sea γ : ra; bs ÝÑ C un camino rectificable y Γ la trayectoria de γ. Si
Γ
pfk q8
k“1 es una sucesión de funciones pertenecientes a C y que además son continuas y dicha
sucesión converge uniformemente a una función continua f P ΓC, entonces
ż ż
lı́m fk pzq d z “ f pzq d z.
kÑ8
γ γ

Demostración. Sea M la variación total de γ y para cada ε ą 0 sea N P N tal que para
todo número natural k ľ N se tenga que |fk pzq ´ f pzq| ă Mε , para todo z P Γ . Tomemos
pues k ľ N para obtener
ˇż ż ˇ ż ż
ˇ ˇ ε
ˇ fk pzq d z ´ f pzq d z ˇ ĺ |fk pzq ´ f pzq|| d z| ĺ | d z| “ ε,
ˇ ˇ
ˇ ˇ M
γ γ γ γ

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


Como consecuencia inmediata del teorema anterior tenemos el corolario siguiente que da
condiciones bajo las cuales la integral de una suma infinita de funciones es la suma infinita
de las integrales.
19.7.59. Corolario. Sea γ : ra; bs ÝÑ C un camino rectificable y Γ la trayectoria de γ. Si
Γ
pfk q8
k“1 es una sucesión de funciones pertenecientes a C y que además de ser continuas la
8
ÿ
serie fk converge uniformemente a una función continua en ΓC, entonces
k“1

8
ż ˆÿ ˙ 8 ż
ÿ
fk pzq d z “ fk pzq d z.
γ k“1 k“1 γ
19.8. Ceros y singularidades aisladas 803

19.8. Ceros y singularidades aisladas


A lo largo de esta sección tendremos siempre en mente la aclaración 19.7.34 que establece
la equivalencia entre los conceptos de función holomorfa y función analítica en subconjuntos
abiertos de C.
19.8.1. Definición. Si A Ă R es un conjunto abierto, f : A ÝÑ C es una función holomorfa,
a P A es un número complejo, existe un m P N y una función holomorfa g : A ÝÑ C tales
que f pzq “ pz ´ aqm gpzq, para todo z P A, donde gpaq ‰ 0, entonces diremos que a es un
cero de f de multiplicidad m.
19.8.2. Teorema. Si f : C ÝÑ C es una función holomorfa, entonces su expresión como
serie de potencias
8
ÿ
f pzq “ ak z k
k“0

tiene radio de convergencia infinito.


Demostración. El resultado se sigue del teorema 19.7.28. ‚
19.8.3. Teorema. Sea A Ă C un abierto conexo no vacío y f : A ÝÑ C una función
holomorfa. Las afirmaciones siguientes son equivalentes:

a) f pzq “ 0, para todo z P A.

b) Existe un a P A tal que f pkq paq “ 0 para todo k P N Y t0u.

c) El conjunto tz P A : f pzq “ 0u tiene un punto de acumulación en A.

Demostración. Es obvio que a) implica b) y c).


Veamos que c) implica b): Sea a P A un punto de acumulación de Z “ tz P A : f pzq “ 0u
y R ą 0 tal que Bpa, Rq Ă A. Como f es continua tenemos que f paq “ 0. Supongamos que
existe un k P N tal que f paq “ f 1 paq “ ¨ ¨ ¨ “ f pk´1q paq “ 0, pero f pkq paq ‰ 0. Si expresamos
a f como serie de potencias alrededor de a tenemos que
8
ÿ
f pzq “ aj pz ´ aqj ,
j“k

para cada z P Bpa, Rq, de manera que si


8
ÿ
gpzq “ aj`k pz ´ aqj ,
j“0

tenemos que g es holomorfa en Bpa, Rq y f pzq “ pz ´ aqk gpzq, con gpaq “ ak ‰ 0. Por
ser g holomorfa, es continua, de manera que existe un r P p0; Rq tal que gpzq ‰ 0 para
todo z P Bpa, rq. Ahora, como a es un punto de acumulación de Z tenemos que existe un
b P Bpa, rqztau tal que f pbq “ 0, de manera que 0 “ pb ´ aqk gpbq, lo cual implica que gpbq “ 0,
llegando así a una contradicción. Por lo tanto no hay k P N tal que f pkq paq ‰ 0, teniendo así
el inciso b).
804 19.8. Ceros y singularidades aisladas

Veamos finalmente que b) implica a): Sea G “ tz P A : f pkq pzq “ 0 para todo k P NYt0uu.
Por hipótesis de b) tenemos que G ‰ ∅. Veremos que G es abierto y cerrado en A, y así que
A “ G. Sea z0 P G y pzj q8
j“1 una sucesión de elementos de G que converge a z0 . Por ser cada
f una función continua tenemos que f pkq pz0 q “ 0, de manera que z0 P G, teniendo así que
pkq

G es cerrado. Para ver que G es abierto, sea a P G y R ą 0 tal que Bpa.Rq Ă A y expresemos
a f como serie de potencias alrededor de a mediante

8
ÿ
f pzq “ ak pz ´ aqk ,
k“0

cuyo radio de convergencia es mayor o igual que R. Ahora, como f pkq paq “ 0 tenemos del
corolario 19.6.14 que ak “ 0 para todo k P N Y t0u, de manera que f pzq “ 0 para todo
z P Bpa, Rq, de lo cual se concluye que f pkq pzq “ 0 para todo z P Bpa, Rq y todo k P N Y t0u,
teniendo así que G es abierto en A. Como A “ G tenemos, en particular, que f pzq “ 0, para
todo z P A. ‚

19.8.4. Corolario. Sea A Ă C un abierto conexo, f : A ÝÑ C y g : A ÝÑ C holomorfas.


Tenemos que f “ g si y sólo si tz P A : f pzq “ gpzqu tiene un punto de acumulación en A.

Demostración. El corolario se sigue aplicando las equivalencias de a) y c) en teorema 19.8.3


a la función holomorfa f ´ g. ‚

19.8.5. Corolario. Si A Ă C es abierto y conexo, f : A ÝÑ C es holomorfa y no constante,


y a P A es tal que f paq “ 0, entonces existe un R ą 0 tal que Bpa, Rq Ă A y f pzq ‰ 0 para
todo z P Bpa, Rqztau .

Demostración. Del teorema 19.8.3 se sigue que a es un punto aislado de tz P A : f pzq “ 0u,
y de tal hecho se tiene el corolario. ‚

19.8.6. Teorema. Sea A Ă C un abierto conexo, f : A ÝÑ C holomorfa tal que f pzq ‰ 0


para algún z P A. Si a P A es tal que f paq “ 0, entonces existe un k P N y una función
analítica g : A ÝÑ C tal que gpaq ‰ 0 y f pzq “ pz ´ aqk gpzq para todo z P A. Es decir, cada
cero de f tiene multiplicidad finita.

Demostración. Sea k el mayor entero tal que f pjq paq “ 0 para 0 ĺ j ă k y sea gpzq “
pz ´ aq´k f pzq para todo z P Aztau y gpaq “ k!1 f pkq paq. Observemos que g es holomorfa
en Aztau, de manera que para ver que g es holomorfa en A es suficiente mostrar que g es
gpzq ´ gpaq
holomorfa en a, es decir que lím existe y es un número complejo. En efecto,
zÑa z´a
19.8. Ceros y singularidades aisladas 805

gpzq ´ gpaq pz ´ aq´k f pzq ´ k!1 f pkq paq


lím “ lím
zÑa z´a zÑa z´a
8
1 pjq
f paqpz ´ aqj ´ k!1 f pkq paq
ř
pz ´ aq´k j!
j“k
“ lím
zÑa z´a
8
1 pjq
ř
j!
f paqpz ´ aqj´k
j“k`1
“ lím
zÑa z´a
8
1 pjq
ř
j!
f paqpz ´ aqj´k
1 j“k`2
“ f pk`1q paq ` lím
pk ` 1q! zÑa z´a
8
1 ÿ 1
“ f pk`1q paq ` lím pz ´ aq f pjq paqpz ´ aqj´pk`2q
pk ` 1q! zÑa
j“k`2
j!
1
“ f pk`1q paq,
pk ` 1q!

por lo que la derivada existe y es un número complejo. ‚


19.8.7. Principio del módulo máximo. Si A Ă C es un abierto conexo, f : A ÝÑ C es
holomorfa y existe un a P A tal que |f paq| ľ |f pzq| para todo z P A, entonces f es constante.
Demostración. Sea R ą 0 tal que Bpa, Rq Ă A. De la propiedad del valor medio para
funciones holomorfas 19.7.26 se sigue que

ż2π
1
f paq “ f pa ` R ei t q d t,

0

de manera que al aplicar el teorema 19.7.16 c) tenemos

ż2π
1
19.8.8. |f paq| ĺ |f pa ` R ei t q| d t ĺ |f paq|,

0

debido a que |f pa ` R ei t q| ĺ |f paq| para todo t P R. De 19.8.8 tenemos que

ż2π
p|f paq| ´ |f pa ` R ei t q|q d t “ 0,
0

pero como el integrando es no negativo y continuo con respecto a la variable de integración


t, entonces |f paq| “ |f pa ` R ei t q| para todo t P R. Ahora, observemos que con el mismo
argumento tenemos que |f paq| “ |f pa ` r ei t q| para todo t P R y 0 ă r ă R, y obviamente
también es válida la igualdad cuando r “ 0, de manera que |f pzq| es constante para todo
806 19.8. Ceros y singularidades aisladas

z P Bpa, Rq. Ahora. como A es conexo, para todo z0 P A existe un camino γ : r0; 1s ÝÑ A cuyo
punto inicial es a y cuyo punto final es z0 . Tenemos que |f pγptqq| ĺ |f paq| para todo t P r0; 1s.
Veamos que es imposible que |f pz0 q| ă |f paq|. De ser esto posible al tomar t˚ “ ínf tt P r0; 1s
tal que |f pγptqq| ă |f paq|u y r˚ ą 0 tal que Bpγpt˚ q, r˚ q Ă A tendríamos algún t0 P pt˚ ; 1s
satifacería γpt0 q P Bpγpt˚ q, r˚ q y además |f pγpt0 qq| ă |f paq| “ |f pγpt˚ qq|, en contradicción
con lo ya demostrado, pero jugando ahora γpt˚ q el papel de a. Debido a que es imposible que
|f pz0 q| ă |f paq| tenemos que |f pz0 q| “ |f paq|, por lo que |f pzq| es constante para todo z P A.
Tenemos así que del teorema 19.6.24 b) se concluye que f es constante. ‚
19.8.9. Corolario. Si K Ă C es un conjunto compacto, f : K ÝÑ C es una función continua
que es holomorfa en el interior de K, entonces existe un z0 P BK tal que |f pz0 q| “ máxt|f pzq| :
z P Ku.
Demostración. Por ser |f | : K ÝÑ R una función continua y K un conjunto compacto,
zÞÑ|f pzq|
existe un z1 P K tal que |f pz1 q| “ supt|f pzq| : z P Ku. Si z1 P BK el resultado se sigue al
˝ ˝
hacer z0 “ z1 . Si z1 P K sea G la componente conexa de K en la cual está z1 . Tenemos
que f |G es una función holomorfa, de manera que por el principio del módulo máximo
19.8.7 tenemos que f |G es constante, es decir f es constante en G y por lo tanto también
es constante en G, de manera que al tomar cualquier z0 P BG tenemos que z0 P BK y
|f pz0 q| “ |f pz1 q| “ máxt|f pzq| : z P Ku. ‚
El teorema siguiente es una versión de la regla de l’Hôpital en variable compleja.
19.8.10. Teorema (regla de l’Hôpital en C). Si r ą 0, a P C, f y g son funciones
holomorfas en Bpa, rq, y f paq “ gpaq “ 0, entonces
f pzq f 1 pzq
lím “ lím 1 .
zÑa gpzq zÑa g pzq

Demostración. Tenemos que para dos números naturales p y q el número complejo a es un


cero de f de multiplicidad p y es un cero de g de multiplicidad q, de manera que para todo
8
ÿ 8
ÿ
z P Bpa, rq tenemos que f pzq “ aj pz ´ aq y gpzq “
j
bj pz ´ aqj , donde ap ‰ 0 y bq ‰ 0.
j“p j“q
Al aplicar las propiedades de los límites tenemos, por una parte,
8
ÿ 8
ÿ
j
aj pz ´ aq pz ´ aq p
aj`p pz ´ aqj
f pzq j“p j“0 ap
lím “ lím 8 “ lím 8 “ lím pz ´ aqp´q
zÑa gpzq zÑa ÿ zÑa ÿ bq zÑa
bj pz ´ aqj pz ´ aqq bj`q pz ´ aqj
j“q j“0

y por otra
8
ÿ 8
ÿ
j´1
jaj pz ´ aq pz ´ aqp´1
pj ` pqaj`p pz ´ aqj
f 1 pzq j“p j“0 pap
lím “ lím 8 “ lím 8 “ lím pz ´ aqp´q
zÑa g pzq
1 zÑa ÿ zÑa ÿ qbq zÑa
jbj pz ´ aqj´1 pz ´ aqq´1 pj ` qqbj`q pz ´ aqj
j“q j“0
19.8. Ceros y singularidades aisladas 807

f pzq ap f 1 pzq
En caso de que p “ q tenemos lím “ “ lím 1 . En caso de que p ą q tenemos
zÑa gpzq bp zÑa g pzq
1
f pzq f pzq f pzq
lím “ 0 “ lím 1 . Finalmente, en caso de que p ă q tenemos lím “ 8 “
zÑa gpzq zÑa g pzq zÑa gpzq
f 1 pzq
lím 1 . ‚
zÑa g pzq

19.8.11. Lema de Schwarz. Si f es una función compleja holomorfa en Bp0, 1q tal que:
a) |f pzq| ĺ 1 para todo z P Bp0, 1q,
b) f p0q “ 0;
entonces |f 1 p0q| ĺ 1 y |f pzq| ĺ |z| para todo z P Bp0, 1q. Más aún, si |f 1 p0q| “ 1 ó |f pzq| “ |z|
para algún z ‰ 0, entonces existe un c P C con |c| “ 1 tal que f pwq “ cw, para todo
w P Bp0, 1q.
Demostración. Sea g : Bp0, 1q ÝÑ C la función dada por
$
& f pzq , si z ‰ 0,
gpzq “ z
f p0q, si z “ 0.
% 1

8
ÿ f pk`1q p0q k
Como podemos ver, gpzq “ z , de manera que g es holomorfa.
k“0
pk ` 1q!
De a) tenemos que si 0 ă |z| “ r ă 1, entonces |gpzq| “ |f|z| pzq|
ĺ 1r , pero por el corolario
al principio del módulo máximo 19.8.9 tenemos que |gpzq| ĺ 1r si |z| ĺ r, por lo que de b)
obtenemos que |f pzq| ĺ |z|r´1 para todo z P Bp0, rq, pero al hacer tender r ˇa 1 obtenemos ˇ
ˇ f pzq ˇ
que |f pzq| ĺ |z| para todo z P Bp0, 1q. Ahora, si z P Bp0, 1qzt0u, entonces ˇ ˇ ˇ ĺ 1, de
z ˇ
manera que al hacer tender z a 0 obtenemos que |f 1 p0q| ĺ 1.
Ahora, si |f 1 p0q| “ 1, o bien para algún z P Bp0, 1qzt0u se tiene que |f pzq| “ |z|, entonces
|gpz0 q| “ 1 para algún z0 P Bp0, 1q, pero como gpwq ĺ 1 para todo w P Bp0, 1q tenemos, por
el principio del módulo máximo 19.8.7, que g es constante, teniendo así que f pkq p0q “ 0 para
todo entero no negativo k ‰ 1, teniendo así que f pwq “ f 1 p0qw. Al tener que g es constante
tenemos además que |gpwq| “ 1 para todo w P Bp0, 1q, de tal suerte que necesariamente
|f 1 p0q| “ 1, con lo que el resultado se concluye al tomar c “ f 1 p0q. ‚
19.8.12. Definiciones. Supongamos que pck q8 k“0 y pc´k qk“1 son dos sucesiones de números
8

complejos y a P C es constante. Para cada z P C a la serie bilateral


`8
ÿ
ck pz ´ aqk ,
k“´8

tomada como función de z, le llamaremos serie de Laurent alrededor de a. Tenemos que


dicha serie de Laurent es igual a la suma de las dos series siguientes
8
ÿ 8
ÿ
ck pz ´ aq k
y c´k pz ´ aq´k ,
k“0 k“1
808 19.8. Ceros y singularidades aisladas

en caso de que ambas series sean números complejos, o que una de ellas sea un número
complejo y la otra sea 8. Recordemos que si z P C, entonces z ` 8 “ 8 ` z “ 8. En caso
`8
ÿ 8
ÿ
de que las dos series ck pz ´ aq y
k
c´k pz ´ aq´k converjan absolutamente diremos que
k“0 k“1
`8
ÿ
la serie de Laurent ck pz ´ aqk converge absolutamente. Similarmente diremos que
k“´8
la serie de Laurent converge uniformemente en un conjunto si ambas series convergen
uniformemente en el conjunto.
19.8.13. Definiciones y notaciones. Si a P C, ρ1 ľ 0 y ρ2 ľ 0, al conjunto tz P C : ρ1 ă
|z ´ a| ă ρ2 u le llamaremos anillo abierto o corona con centro en a, radio exterior ρ2 y
radio interior ρ1 , el cual denotaremos por
annpa, ρ1 , ρ2 q,
dicha notación proviene de la abreviación de palabra latina «annulus» que significa anillo.
Así mismo, annpa, ρ1 , ρ2 q :“ annpa, ρ1 , ρ2 q y le llamaremos anillo cerrado con centro en a,
radio exterior ρ2 y radio interior ρ1 . Observemos que si ρ1 ľ ρ2 , entonces annpa, ρ1 , ρ2 q “
∅. En caso de que 0 “ ρ1 ă ρ2 ă `8, al anillo abierto annpa, ρ1 , ρ2 q le llamaremos disco
pinchado (en su centro a).
`8
ÿ
19.8.14. Definición. Dada una serie de Laurent ck pz ´ aqk , donde a es un número
k“´8
8
ÿ
constante, tenemos que si ρ2 es el radio de convergencia de la serie de potencias ck w k
k“0
8
ÿ
y τ es el radio de convergencia de la serie de potencias c´k wk , entonces las series las
k“1
8
ÿ 8
ÿ
series ck pz ´ aqk y c´k pz ´ aq´k serán absolutamente convergentes en annpa, ρ1 , ρ2 q,
k“0 k“1
donde ρ1 “ τ1 y serán uniformenete convergentes en cualquier subconjunto compacto de
annpa, ρ1 , ρ2 q. En tal caso al conjunto annpa, ρ1 , ρ2 q le llamaremos anillo de convergencia
`8
ÿ
de la serie de Laurent ck pz ´ aqk .
k“´8
19.8.15. Observación. Tenemos que la serie de Laurent dada en la definición anterior
no está definida como número complejo para valores de z en el exterior de su anillo de
convergencia, mientras que la función f : annpa, ρ1 , ρ2 q ÝÑ C, dada por
`8
ÿ
f pzq “ ck pz ´ aqk
k“´8

es holomorfa.
19.8.16. Teorema. Sea f : annpa, ρ1 , ρ2 q ÝÑ C una función holomorfa definida mediante la
serie de Laurent
`8
ÿ
f pzq “ ck pz ´ aqk .
k“´8
19.8. Ceros y singularidades aisladas 809

Los coeficientes de la serie de Laurent están dados por la fórmula


ż
1 f pzq
19.8.17. ck “ ö d z,
2π i pz ´ aqk`1
BBpa,rq

para todo k P Z y ρ1 ă r ă ρ2 .
Demostración. Aplicando el teorema 19.7.27, luego el corolario 19.7.19 y el teorema 19.7.48
tenemos que
8
cj pz ´ aqj
ż ż
1 f pzq 1 ÿ
ö d z “ ö dz
2π i pz ´ aqk`1 2π i j“´8 pz ´ aqk`1
BBpa,rq BBpa,rq
¨ ˛
8
cj pz ´ aqj cj pz ´ aqk cj pz ´ aqj
ż ż ż
1 ˚ÿ ÿ
d z d z d z‚

“ ö ` ö ` ö
pz ´ aqk`1 pz ´ aqk`1 k`1
˝
2π i jăk j“k`1
pz ´ aq
BBpa,rq BBpa,rq BBpa,rq
¨ ˛
ż ż 8 ż
1 ˚ÿ cj 1 ÿ
d z ` ck dz ` ö cj pz ´ aqj´pk`1q d z ‚

“ ˝ ö ö
2π i jăk pz ´ aqpk´jq`1 z´a j“k`1
BBpa,rq BBpa,rq BBpa,rq
˜ ¸
8
1 ÿ ÿ
“ 0 ` ck 2π i ` 0 “ ck ,
2π i jăk j“k`1

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


19.8.18. Lema. Sean A Ă C un conjunto abierto, a P A, r ą 0 tales que Bpa, rq Ă A. Si
f : A ÝÑ C es una función holomorfa en el disco pinchado annpa, 0, rq y continua en a,
entonces es holomorfa en Bpa, rq.
Demostración. El lema se sigue del hecho de que la función g : A ÝÑ C es holomorfa,
zÞÑpz´aqf pzq
gpaq “ 0, g 1 paq “ f paq, y de que al tomar la serie de Taylor
8 8
ÿ g pkq paq k
ÿ g pk`1q paq
gpzq “ pz ´ aq “ pz ´ aq pz ´ aqk ,
k“1
k! k“0
pk ` 1q!

tenemos que
8
ÿ g pk`1q paq
f pzq “ pz ´ aqk ,
k“0
pk ` 1q!
de manera que f es analítica y por lo tanto holomorfa en Bpa, rq. ‚
19.8.19. Teorema. Sea f : annpa, ρ1 , ρ2 q ÝÑ C una función holomorfa. Tenemos que la
función f se puede expresar mediante una serie de Laurent de la forma
`8
ÿ
f pzq “ ck pz ´ aqk .
k“´8
810 19.8. Ceros y singularidades aisladas

Demostración. Observemos que debido al teorema 19.8.16 si f pzq puede ser expresada
mediante una serie de Laurent en el anillo annpa, ρ1 , ρ2 q, entonces los coeficientes de la serie
de Laurent están dados por la fórmula 19.8.17, para cualquier r P pρ1 ; ρ2 q.
Observemos que para todo k P Z la función gk : annpa, ρ1 , ρ2 q ÝÑ C es holomorfa y si r1
f pzq
zÞÑ
pz´aqk`1
y r2 son números positivos tales que ρ1 ă r1 ă r2 ă ρ2 , entonces, debido al teorema 19.7.57,
ż ż
ö gk pzq d z “ ö gk pzq d z,
BBpa,r2 q BBpa,r1 q

es decir, el valor de
ż ż
1 1 f pzq
ö gk pzq d z “ ö dz
2π i 2π i pz ´ aqk`1
BBpa,rq BBpa,rq

no depende de r con tal de que ρ1 ă r ă ρ2 . Llamémosle a ese valor ck , como en la ecuación


19.8.17.
Del teorema 19.7.16 b) tenemos que si Mr “ máxt|f pzq| : z P BBpa, rqu, entonces

1 Mr Mr
|ck | ĺ 2πr “ ,
2π rk`1 rk

de manera que si |z ´ a| ă r2 , entonces


8
ÿ Mr2
|ck ||z ´ a|k ĺ |z´a|
,
k“0 1´ r2

y si |z ´ a| ą r1 , entonces
8
ÿ Mr1
|c´k ||z ´ a|´k ĺ r1 ,
k“1
1 ´ |z´a|
`8
ÿ
de manera que la serie de Laurent hpzq :“ ck pz ´ aqk es absolutamente convergente en
k“´8
annpa, r1 , r2 q. Observemos que si tomamos r1˚ y r2˚ tales que ρ1 ă r1˚ ă r1 y r2 ă r2˚ ă ρ2 ,
entonces hpzq es también absolutamente convergente en annpa, r1˚ , r2˚ q, de manera que es
además uniformemente convergente en annpa, r1 , r2 q.
Para cada z0 P annpa, r1 , r2 q sean A, B P C tales que |A ´ a| “ r1 , |B ´ a| “ r2 y
z0 R rA; Bs Ă annpa, r1 , r2 q. Sea η : r0; 1s ÝÑ rA; Bs la parametrización de rA; Bs que va
de A a B tal que ηptq “ A ` tpB ´ Aq; γ1 : r0; 1s ÝÑ C una parametrización simple en
sentido de las manecillas del reloj de la circunferencia con centro en a y radio r1 tal que
γ1 p0q “ γ1 p1q “ A; γ2 : r0; 1s ÝÑ C una parametrización simple en sentido contrario a las
manecillas del reloj de la circunferencia con centro en a y radio r2 tal que γ2 p0q “ γ2 p1q “ B;
19.8. Ceros y singularidades aisladas 811

y tomemos además γ :“ η ö̀ γ2 ö́ η ö̀ γ1 . De la fórmula integral de Cauchy 19.7.56 tenemos


que
ż ż ż
1 f pwq 1 f pwq 1 f pwq
19.8.20. f pz0 q “ dw “ ö dw ´ ö d w,
2π i w ´ z0 2π i w ´ z0 2π i w ´ z0
γ BBpa,r2 q BBpa,r1 q

cuyo valor no depende de r1 ni de r2 con tal de que ρ1 ă r1 ă |z0 ´ a| ă r2 ă ρ2 .


Para cada z P annpa, r1˚ , r2˚ q expresemos a f pzq como la suma f1 pzq ` f2 pzq, donde f2 :
Bpa, r2˚ q ÝÑ C es la función dada por la fórmula
ż
1 f pwq
f2 pzq :“ ö d w,
2π i w´z
BBpa,r2˚ q

y f1 : CzBpa, r1˚ q ÝÑ C es la función dada por la fórmula


ż
1 f pwq
f1 pzq :“ ´ ö d w.
2π i w´z
BBpa,r1˚ q

Ahora, de la fórmula 19.8.20 y de la forma compleja de la regla de Leibniz 19.7.53, o bien


del teorema 19.7.41 tenemos que f1 y f2 son holomorfas, y además
ż ż
k! f pwq k! f pwq
y
pkq pkq
f2 pzq “ ö d w f 1 pzq “ ´ ö d w.
2π i pw ´ zqk`1 2π i pw ´ zqk`1
BBpa,r2˚ q BBpa,r1˚ q

Observemos que

lím f1 pzq “ lím f1 pzq “ 0.


pkq
19.8.21.
zÑ8 zÑ8

Tomando en cuenta que f2 es analítica y que su representación como serie de Taylor


8 pkq
f2 paq
alrededor de a es pz ´ aqk , tenemos que
ř
k!
k“0

pkq ż
f2 paq 1 f pwq
“ ck “ ö d w, para todo k P N Y t0u.
k! 2π i pw ´ zqk`1
BBpa,r2˚ q
˙ ˆ ˆ ˙
1 1
Definamos ahora la función s : B 0, ˚ ÝÑ C como spzq “ f1 a ` si z ‰ 0, y
r1 ˆ ˙ ˆ z ˙
1 1
sp0q “ 0. Observemos que s holomorfa en ann 0, 0, ˚ y continua en B 0, ˚ , y debido
ˆ ˙ r1 rˆ
1 ˙
1 1
al lema 19.8.18 es holomorfa en B 0, ˚ . Tenemos así que para cada z P B 0, ˚ spzq
r1 r1
puede expresarse como una serie de potencias alrededor de 0, es decir
8
ÿ
spzq “ bk z k ,
k“1
812 19.8. Ceros y singularidades aisladas

de manera que
ˆ ˙ ˆ ˙ 8 ˆ ˙k 8
1 1 ÿ 1 ÿ
f1 pzq “ f1 a` “s “ bk “ bk pz ´ aq´k ,
1{pz ´ aq z´a k“1
z´a k“1
ˇ ˇ
ˇ 1 ˇ
para ˇˇ ˇ ă 1 , es decir para |z ´ a| ą r1˚ .
z ´ a ˇ r1˚
Tenemos así que para cada z P annpa, ρ1 , ρ2 q siempre existen r1˚ y r2˚ tales que ρ1 ă r1˚ ă
|z ´ a| ă r2˚ ă ρ2 , de manera que
8
ÿ 8
ÿ
k
f pzq “ ck pz ´ aq ` bk pz ´ aq´k ,
k“0 k“1

donde, debido al teorema 19.8.16, bk “ c´k para k P N y c´k está dado mediante la fórmula
`8
ÿ
19.8.17, es decir f pzq “ ck pz ´ aqk . ‚
k“´8

19.8.22. Definiciones. Sea A Ă C y f : A ÝÑ C. Decimos que un a P C es una singulari-


dad de la función f si es un punto de acumulación del conjunto tz P A : f es holomorfa en
zu, pero f no es holomorfa en a (el número a puede estar o no estar en el dominio de f ). En
caso de que a sea una singularidad de f y de que exista un r ą 0 tal que en el disco pinchado
annpa, 0, rq la función f sea holomorfa diremos que a es una singularidad aislada de f .
Cuando a sea una singularidad aislada de f , pero el límite lím f pzq exista y sea un número
zÑa
complejo, diremos que a es una singularidad removible o singularidad evitable de f .
Cuando a sea una singularidad aislada de f y exista una función g que sea holomorfa en una
gpzq
bola Bpa, rq y un n P N tal que gpaq ‰ 0 y f pzq “ para todo z P annpa, 0, rq, diremos
pz ´ aqn
que a es un polo de f , más explícitamente diremos que a es un polo de orden n de f .
A una singularidad aislada que no sea una singularidad removible ni sea polo le llamaremos
singularidad esencial. Sea H “ tz P C : z1 P Au y h : H ÝÑ C tal que hpzq “ f p z1 q.
Decimos que 8 es una singularidad de f si 0 es una singularidad de h. Decimos que 8
es una singularidad aislada, singularidad evitable, singularidad esencial o polo de
orden n de f si respectivamente 0 es una singularidad aislada, singularidad evitable,
singularidad esencial o polo de orden n de h.
El siguiente teorema caracteriza los tipos de singularidades aisladas de una función de
acuerdo a los coeficientes de su desarrollo como serie de Laurent alrededor de la singularidad.
19.8.23. Teorema. Sea A Ă C un conjunto abierto, f : A ÝÑ C una función holomorfa y
a una singularidad aislada de f , cuya expansión como serie de Laurent alrededor de a está
`8
ÿ
dada por f pzq “ ck pz ´ aqk :
k“´8

a) El número complejo a es una singularidad evitable de f si y sólo si ck “ 0 para todo


entero negativo k.
b) El número complejo a es un polo de orden n de f si y sólo si c´n ‰ 0 y para todo entero
m ă ´n se tiene que cm “ 0.
19.8. Ceros y singularidades aisladas 813

c) El número complejo a es una singularidad esencial de f si y sólo si existe un conjunto


infinito E de números enteros negativos tales que ck ‰ 0 para todo k P E.

Demostración. El inciso a) se sigue de el hecho de que una función compleja de variable


compleja es holomorfa en un punto si y sólo si es analítica en el punto y del lema 19.8.18.
Si a es un polo de orden n de f , entonces existe una función g que sea holomorfa en una
gpzq
bola Bpa, rq tal que gpaq ‰ 0 y f pzq “ para todo z P annpa, 0, rq, de manera que
pz ´ aqn
ÿ8 ÿ8
f pzq “ pz ´ aq´n bk pz ´ aqk “ bk`n pz ´ aqk , pero como la representación de f como
k“0 k“´n
serie de Laurent alrededor de a es única tenemos que c´n “ b0 ‰ 0 y ck “ 0 para k ă ´n.
Recíprocamente, si c´n ‰ 0 y para todo entero m ă ´n se tiene que cm “ 0, entonces al
tomar gpzq “ f pzqpz ´ aqn para z P annpa, 0, rq y gpaq “ c´n tendremos de nuevo por el lema
19.8.18 que g es holomorfa en Bpa, rq, siendo así a un polo de orden n.
El inciso c) se sigue de la definición de singularidad esencial y de los incisos a) y b). ‚
El teorema siguiente nos da otra forma de determinar cuando una singularidad aislada
de una función es un polo.
19.8.24. Teorema. Sea A Ă C un conjunto abierto, f : A ÝÑ C una función holomorfa y a
una singularidad aislada de f . El número complejo a es un polo de f si y sólo si lím |f pzq| “
zÑa
`8.
Demostración. Supongamos primero que a es un polo de f . Sea n P N y g holomorfa en
una bola Bpa, rq tal que annpa, 0, rq Ă A, gpaq ‰ 0 y para todo z P annpa, 0, rq se tiene que
gpzq
f pzq “ . Tenemos que que lím gpzq “ gpaq ‰ 0 y lím pz´aq1
n “ 8, de manera que para
pz ´ aqn zÑa zÑa

todo M ą 0 existe un δ ą 0 tal que si 0 ă |z ´a| ă δ, entonces |gpzq| ą | gpaq


2
| y | pz´aq
1
n | ą gpaq ,
2M

de manera que |f pzq| ą M , es decir lím |f pzq| “ `8.


zÑa
1
Supongamos ahora que lím |f pzq| “ `8. La función z ÞÑ tendría una singula-
zÑa f pzq
ridad evitable en a, de manera que para algún r ą 0 tendríamos una función holomorfa
1
h : Bpa, rq ÝÑ C dada por hpzq “ , para z ‰ a, y hpaq “ 0. Por el teorema 19.8.6 existe
f pzq
una función analítica h1 : Bpa, rq ÝÑ C tal que h1 paq ‰ 0 y hpzq “ pz ´ aqn h1 pzq, para algún
ph1 pzqq´1
n P N. Esto nos conduce a que para cada z P annpa, 0, rq tengamos f pzq “ , es decir
pz ´ aqn
a es un polo de orden n de f . ‚
19.8.25. Teorema de Casaroti-Weierstrass. Si a es una singularidad esencial de una fun-
ción compleja de variable compleja f , entonces para todo δ ą 0 tenemos que f rannpa, 0, δqs “
C.
Demostración. Sea r ą 0 tal que f es holomorfa en annpa, 0, rq. Sea δ ą 0 y supongamos
que existe un w P C y un ε ąˇ 0 tal queˇ |f pzq ´ w| ľ ε para todo z P annpa, 0, δq. Con estas
ˇ f pzq ´ w ˇ
condiciones tenemos que lím ˇˇ ˇ “ `8, lo que de acuerdo al teorema 19.8.24 z ÞÑ
zÑa z´a ˇ
814 19.8. Ceros y singularidades aisladas

f pzq ´ w
tiene un polo en a. Si n es el orden de dicho polo entonces lím |z´a|n`1 |f pzq´w| “ 0.
z´a zÑa
Ahora, como |z´a| |f pzq| ĺ |z´a| |f pzq´w|`|z´a| |w| entonces lím |z´a|n`1 |f pzq| “
n`1 n`1 n`1
zÑa
0. Tenemos así que a es un polo o singularidad evitable de f , contradiciendo la hipótesis, de
manera que para todo w P C y todo ε ą 0 existirá un z P annpa, 0, δq tal que |f pzq ´ w| ă ε,
es decir w P f rannpa, 0, δqs, con lo que el teorema queda demostrado. ‚
19.8.26. Definición. Sea A Ă C un conjunto abierto, f : A ÝÑ C y a P C. Decimos que
f es meromorfa en a si es holomorfa en a, o bien a es un polo de f o una singularidad
evitable de f . Decimos que f es meromorfa en un conjunto abierto U si es meromorfa en
cada elemento de U .
19.8.27. Teorema. Si f y g son dos funciones complejas de variable compleja que son
holomorfas en un abierto conexo A y gpuq ‰ 0 para algún u P A, entonces la función h dada
f pzq
por hpzq “ es meromorfa en A.
gpzq
Demostración. Sea a P A. Si gpaq ‰ 0 ó f pzq “ 0 para todo z P A, entonces h es holomorfa
en a o tiene una singularidad evitable en a.
Si gpaq “ 0 y f puq ‰ 0 para algún u P A entonces, por el teorema 19.8.6, existen funciones
g1 y f1 analíticas en A (y por lo tanto holomorfas en A), tales que g1 paq ‰ 0, f1 paq ‰ 0,
gpzq “ pz ´ aqm g1 pzq, f pzq “ pz ´ aqn f1 pzq, para todo z P A, algún m P N y algún n P N Y t0u.
Tenemos así que si m ą n, entonces a es un polo de orden m ´ n de h, y si m ĺ n, entonces
a es una singularidad evitable de h. ‚
19.8.28. Teorema. Sea f una función compleja de variable compleja. Si f es meromorfa en
a, entonces su derivada f 1 también es meromorfa en a. Además, si a es un polo de orden m
de f , entonces es un polo de orden m ` 1 de f 1 . Ahora, si f tiene un cero a de multiplicidad
r, con r ą 1, entonces a es un cero de f 1 de multiplicidad r ´ 1. Si a es un cero de f de
multiplicidad 1, entonces a no es cero de f 1 .
Demostración. Tenemos que para algún n P Z la expresión como serie de Laurent de f pzq,
para cada z en algún disco pinchado annpa, 0, rq está dada por
8
ÿ
19.8.29. f pzq “ ck pz ´ aqk ,
k“n

donde cn ‰ 0, de manera que, también para z P annpa, 0, rq,


8
ÿ 8
ÿ
k´1
19.8.30. 1
f pzq “ k ck pz ´ aq “ pk ` 1qck`1 pz ´ aqk ,
k“n k“n´1

es decir, f 1 es meromorfa en a, y en el caso en que n ă 0, y sólo en ese caso, tenemos de la


ecuación 19.8.29 que a es un polo de orden m “ ´n de f , y como podemos ver de la ecuación
19.8.30, a es un polo de orden ´pn ´ 1q “ m ` 1 de f . Las mismas ecuaciones 19.8.29 y
19.8.30 se pueden usar para demostrar la parte del teorema en el caso en que a sea un cero
de f . ‚
19.8.31. Definición y notación. Sea f una función compleja de variable compleja que
19.8. Ceros y singularidades aisladas 815

tiene una singularidad aislada en un número complejo a y sea


`8
ÿ
f pzq “ ck pz ´ aqk
k“´8

su desarrollo de Laurent alrededor de a. Llamaremos residuo de f en a al coeficiente c´1 y


lo denotaremos por Respf, aq.
19.8.32. Teorema de los residuos. Sea A Ă C un abierto. Si f : A ÝÑ C es holomorfa
en A y meromorfa en el interior de una trayectoria de Jordan de longitud finita Γ Ă A, y
z1 , z2 , . . . , zn son las n diferentes singularidades aisladas de f que están en el interior de Γ ,
entonces ż n
ÿ
öf pzq d z “ 2π i Respf, zk q.
k“1
Γ

Demostración. Para cada k P t1, 2, . . . , nu sea rk ą 0 tal que f sea holomorfa en el


disco pinchado annpzk , 0, rk q Ă C y ninguna singularidad aislada de f pertenezca a ese disco
pinchado.
Por la fórmula 19.8.17 tenemos que
ż
2π i Respf, zk q “ ö f pzq d z,
BBpzk ,rk q

de manera que el resultado se sigue del teorema 19.7.57. ‚


El problema con el teorema anterior es que por el momento no tenemos una fórmula para
el cálculo de los residuos si desconocemos cómo es de manera específica la serie de Laurent
alrededor de la singularidad aislada. El resultado siguiente nos provee de una fórmula para
el cálculo de los residuos de una función meromorfa en un polo.
19.8.33. Fórmula para el cálculo del residuo en un polo. Si r ą 0 y a es un polo de
orden m de una función f que es holomorfa en a y g es la función holomorfa en Bpa, rq dada
por gpzq “ pz ´ aqm f pzq si z ‰ a y gpaq “ lı́m pz ´ aqm f pzq, entonces
zÑa

1
Respf, aq “ g pm´1q paq,
pm ´ 1q!
o de manera equivalente

1 dm´1
Respf, aq “ lı́m ppz ´ aqm f pzqq .
pm ´ 1q! zÑa d z m´1

Demostración. Tenemos que la serie de Laurent de f alrededor de a es de la forma


`8
ÿ
f pzq “ ck pz ´ aqk ,
k“´m
816 19.8. Ceros y singularidades aisladas

de manera que
`8
ÿ 8
ÿ
n`m
gpzq “ ck pz ´ aq “ ck´m pz ´ aqk
k“´m k“0

para cada z P Bpa, rq, de manera que al derivar m ´ 1 veces tenemos que los primeros m ´ 1
términos de la serie se anular y así
8
ÿ k!
g pm´1q pzq “ ck´m pz ´ aqk´pm´1q ,
k“m´1
pk ´ pm ´ 1qq!

y al evaluar la serie en z “ a tendremos que todos los términos no constantes se anulará, de


manera que g pm´1q paq “ pm ´ 1q!c´1 , es decir

1
Respf, aq “ g pm´1q paq,
pm ´ 1q!

con lo que la fórmula queda demostrada. ‚


e6z
19.8.34. Ejemplo. Calcular el residuo de la función f dada por f pzq “ pz´8q3
en el polo 8.
Solución. Observemos que 8 es un polo de orden 3 de f , de manera que de acuerdo a la
fórmula para el cálculo del residuo en un polo tenemos que

1 d2 6z 36 6z
Respf, 8q “ lı́m e “ lı́m e “ 18 e48 .
zÑ8 2! d z 2 zÑ8 2!

19.8.35. Lema. Sea f una función compleja de variable compleja que es meromorfa en una
bola cerrada Bpa, rq, holomorfa en Bpa, rqztau y f pzq ‰ 0 para todo z P annpa, 0, rq.

a) Si a es un cero de multiplicidad n de f , entonces


ż
1 f 1 pzq
ö d z “ n.
2π i f pzq
BBpa,rq

b) Si a es un polo de orden p de f , entonces


ż
1 f 1 pzq
ö d z “ ´p.
2π i f pzq
BBpa,rq

c) Si a no es un cero de f y f es holomorfa en a, entonces


ż
1 f 1 pzq
ö d z “ 0.
2π i f pzq
BBpa,rq
19.8. Ceros y singularidades aisladas 817

Demostración. Tenemos que para cada z P annpa, 0, rq el desarrollo de f como serie de


Laurent está dado por
8
ÿ
19.8.36. f pzq “ cj pz ´ aqj ,
j“k

con ck ‰ 0 para algún k P Z.


En caso de que a no sea un cero de f y f sea holomorfa en a, es decir, en caso de que en
1
la ecuación 19.8.36 k “ 0, tenemos que ff es holomorfa en Bpa, rq, de manera que el inciso
c) se sigue del teorema de Cauchy-Goursat 19.7.51.
En caso de que a sea un cero de multiplicidad n de f , es decir, en caso de que en la
ecuación 19.8.36 n “ k ą 0, tenemos que para todo z P Bpa, rqztau
8 8 8
ÿ ÿ j ÿ j`n
jcj pz ´ aqj´1 cj pz ´ aqj´1 cj`n pz ´ aqj`n´1
f 1 pzq j“n n j“n
n n j“0
n
“ 8 “ 8 “ 8
f pzq ÿ
j
z´a ÿ j´1
z´a ÿ
cj pz ´ aq cj pz ´ aq cj`n pz ´ aqj`n´1
j“n j“n j“0
8
ÿ j`n
cj`n pz ´ aqj
n j“0
n z
“ 8 “ hpzq,
z´a ÿ z´a
cj`n pz ´ aqj
j“0

donde h es una función que es holomorfa en Bpa, rq tal que hpaq “ 1, teniendo así que el
1
residuo de ff en a es n. Tenemos así que el inciso a) se sigue del teorema de los residuos
19.8.32.
La demostración del inciso b) es similar a la del inciso a), sustituyendo en el desarrollo el
valor de n por el de ´p. ‚
19.8.37. Principio del argumento. Sea A Ă C abierto y conexo, Γ Ă A una trayectoria
de Jordan de longitud finita y f : A ÝÑ C una función que es holomorfa en cada elemento de
Γ y meromorfa en el interior de Γ tal que f pzq ‰ 0 para todo z P Γ . Si z1 , z2 , . . . , zr son los
r diferentes ceros de f en el interior de Γ de multiplicidades n1 , n2 , . . . , nr respectivamente
y w1 , w2 , . . . , wm son los m diferentes polos de f en el interior de Γ de órdenes p1 , p2 , . . . ,
ÿr ÿm
pm respectivamente, y además N “ nk y P “ pk , entonces
k“1 k“1
ż 1
1 f pzq
ö d z “ N ´ P.
2π i f pzq
Γ

Demostración. Tomemos números positivos ρ1 , . . . ρr y %1 , . . . , %m de manera tal que las


bolas cerradas Bpz1 , ρ1 q, . . . , Bpzr , ρr q, Bpw1 , %1 q, . . . , Bpwm , %m q no se intersequen y estén
incluidas en el interior de Γ .
818 19.8. Ceros y singularidades aisladas

Por el lemma 19.8.35 tenemos que para cada i P t1, . . . , ru y cada j P t1, . . . , mu
ż ż
1 f 1 pzq 1 f 1 pzq
ö d z “ ni y ö d z “ ´pj ,
2π i f pzq 2π i f pzq
BBpzi ,ρi q BBpwj ,%j q

de manera que el principio del argumento se sigue del teorema 19.7.57. ‚


19.8.38. Teorema de Rouché. Sea Γ una trayectoria de Jordan incluida en un abierto
simplemente conexo A Ă C; sean f y g funciones complejas que son holomorfas en A y
además |gpzq| ă |f pzq| para todo z P Γ . La suma de las multiplicidades de los ceros de f en
el interior de Γ es igual a la suma de las multiplicidades de los ceros de f ` g que están en
el interior de Γ .
Demostración. Demostremos primero el teorema para el caso en que Γ es de longitud
finita. Supongamos pues que Γ es de longitud finita. Sea h “ f `g
f
. Tenemos que

pf 1 ` g 1 qf ´ pf ` gqf 1 f 1 ` g1 f ` g 1
h1 “ “ ´ f,
f2 f f2
de manera que
h1 f 1 ` g1 f 1
“ ´ .
h f `g f
Como f no tiene ceros en Γ tenemos que h es holomorfa en Γ . La función h tampoco tiene
ceros en Γ , ya que si los tuviera existiría un z P Γ tal que f pzq ` gpzq “ 0, contradiciendo
el hecho de que |f pzq| ą |gpzq| para todo z P Γ . Sea γ : r0; 1s ÝÑ Γ una parametrización
simple de Γ en sentido contrario a las manecillas del reloj. Por hipótesis tenemos que para
todo t P r0; 1s
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ f pγptqq ` gpγptqq f pγptqq ˇ ˇ gpγptqq ˇ
|hpγptqq ´ 1| “ ˇˇ ´ ˇ“ˇ ˇ ă 1,
f pγptqq f pγptqq ˇ ˇ f pγptqq ˇ
lo que significa que la trayectoria de h ˝ γ está incluida en Bp1, 1q. Así pues, 0 está incluido
en la componente conexa no acotada de Czh ˝ γrr0; 1ss, de manera que

ind0 ph ˝ γq “ 0,

pero por el teorema 19.7.48


ż ż ż 1
1 1 1 h1 pzq 1 h pzq
0“ dw “ dz “ ö d z,
2π i w 2π i hpzq 2π i hpzq
h˝γ γ Γ

teniendo así que por el principio del argumento 19.8.37 la suma de las multiplicidades de los
ceros de h en el interior de Γ es igual a la suma de los órdenes de los polos de h en el interior
de Γ . Pero los ceros de h y su multiplicidad son los de f ` g y cada polos de h de orden m
en el interior de Γ es un cero de multiplicidad m de f en el interior de Γ , de manera que la
suma de las multiplicidades de los ceros f ` g en el interior de Γ es igual a la suma de las
multiplicidades de los ceros de f en el interior de Γ , con lo que el teorema queda demostrado
para el caso en que Γ es una poligonal.
19.8. Ceros y singularidades aisladas 819

El caso general en que Γ no necesariamente es de longitud finita se demuestra tomando


en consideración el hecho de que como el interior de Γ es un conjunto acotado, entonces tanto
f como f ` g tienen una cantidad finita de ceros. En efecto, de tener una cantidad infinita
de ceros los ceros en el interior de Γ tendrían un punto de acumulación en A, contradiciendo
así al teorema 19.8.3. Tenemos así que existe una poligonal cerrada simple homotópica a Γ
en A cuyos ceros de f y f ` g en su interior sean los mismos que los que están en el interior
de Γ , de manera que al aplicar el resultado para dicha poligonal cerrada también puede ser
aplicado para Γ . ‚
19.8.39. Ejemplo. Hallar la suma de las multiplicidades de las raíces de la ecuación
4
z 6 ´ 4z 3 ` z 2 ´ “0
3
cuyo valor absoluto es menor que 1.
Solución. Al lado izquierdo de la ecuación lo podemos expresar como f pzq ` gpzq, donde
f pzq “ ´4z 3 y gpzq “ z 6 ` z 2 ´ 34 , cumpliéndose cuando |z| “ 1 que |f pzq| “ 4, mientras que
|gpzq| ĺ |z 6 | ` |z 2 | ` 43 “ 10
3
ă 4 “ |f pzq|. Ahora, aplicando el teorema de Rouché 19.8.38,
tenemos que la suma de la multiplicidad de las raíces de la ecuación z 6 ´ 4z 3 ` z 2 ´ 34 “ 0
que satisfacen que |z| ă 1 es la misma que la de la ecuación ´4z 3 “ 0, es decir es igual a 3.
19.8.40. Teorema de Hurwitz. Sea Γ una trayectoria de Jordan incluida en un abierto
simplemente conexo A Ă C y pfk q8 k“1 una sucesión de funciones holomorfas en A que converge
uniformemente en Γ a una función f que es holomorfa en A y es tal que f pzq ‰ 0 para todo
z P Γ . Para n suficientemente grande, la suma de las multiplicidades de los ceros de fn en el
interior de Γ es la misma que la de f .
Demostración. Sea ε “ mı́nt|f pzq| : z P Γ u. Como Γ es compacto y f pzq ‰ 0 para todo
z P Γ , tenemos que ε ą 0. Ahora, como pfk q8
k“1 converge uniformemente a f en Γ tenemos
que existe un N P N tal que para cualquier entero n ľ N se tiene

|fn pzq ´ f pzq| ă ε ĺ |f pzq|, para todo z P Γ.

Ahora, haciendo gpzq “ fn pzq ´ f pzq en el teorema de Rouché 19.8.38 tenemos que la suma
del las multiplicidades de los ceros de fn “ f ` g en el interior de Γ es la suma de las
multiplicidades de los ceros de f en el interior de Γ . ‚

Ejercicios.

1. Encontrar los residuos en las singularidades de las funciones dadas a continuación:


2 z2 z
a) z ÞÑ , e) z ÞÑ , h) z ÞÑ ,
1´z pz ´ 1q2 pz ´ 1qpz ` 1q2
1 4 i) z ÞÑ z 2 senp z1 q,
b) z ÞÑ 4 ´ 3 , z2
z z f) z Ñ
Þ , 2 `1{z 2
senpzq z4 ´ 1 j) z ÞÑ ez ,
c) z ÞÑ ,
z5 3z ´ 2 z2
d) z ÞÑ e2{z , g) z ÞÑ , k) z ÞÑ .
z 3 ` 3z z3
820 19.8. Ceros y singularidades aisladas

2. De las funciones dadas en el ejercicio 1 calcular la integral sobre B Bp0, 1q en sentido


contrario a las manecillas del reloj en los casos en que no tenga singularidades con
módulo 1.

3. Calcular las integrales siguientes:


ez
ż ż
1
a) ö d z, f) ö d z,
z´1 z4 `1
|z|“3 |z´1|“1
ż 2
3z 2 ` 2
ż
z `1
b) ö d z, g) ö 3 d z,
z3 z ` 2z
|z|“ 21 |z|“2
ż
z2
ż
c) ö d z, h) ö tanpzq d z,
z4 ´ 1
|z|“2 |z|“4
ż ˆ ˙
1
ż
1
d) ö d z, i) ö sen d z,
z lnpzq z
Ÿpi,1´i,2q |z|“r

senpπz 2 q ` cos πz 2
ż ż
1
e) ö d z, j) ö d z.
1 ` z 12 pz ´ 1qpz ´ 2q
|z|“2 |z|“3

4. ¿Cuántas raíces tiene la ecuación z 9 ´ 2z 6 ` z 2 ´ 8z ´ 2 “ 0 en Bp0, 1q?

5. Demostrar que todos los ceros del polinomio z 7 ´5z 3 `12 están en la corona annp0, 1, 2q.

6. Demostrar que para todo λ ą 1 la ecuación z “ λ ´ e´z tiene en el semiplano tz P C :


Re pzq ą 0u una única raíz, y ésta es real.
19.9. Algunas integrales de funciones de variable real 821

19.9. Algunas integrales de funciones de variable real


En esta sección utilizaremos técnicas de integración de funciones de variable compleja
a travez de trayectorias cerradas simples como herramientas para el cálculo de integrales
definidas de variable real, así como integrales impropias.
19.9.1. Notaciones. Cuando un número complejo a sea una singularidad evitable de una
función f : A ÝÑ C, y γ sea un camino en el cual a pertenezca al recorrido de la trayectoria
tendremos que la expresión ż
f pzq d z
γ

representara a la integral ż
gpzq d z,
γ

donde gpzq “ f pzq para z ‰ a y gpaq “ lı́m f pzq. Algo similar ocurrirá cuando el número
zÑa
complejo a P rb; cs y queramos integrar sobre el intervalo rb; cs, es decir, la expresión
żc
f pxq d x
b

representará a la integral
żc
gpxq d x,
b
donde g es como se definió anteriormente.
Recordemos que si A es una trayectoria simple con extremos z0 y z1 , entonces Az0 ,z1
denota a la trayectoria dirigida de z0 a z1 cuyos elementos tienen a A como trayectoria.
Como ejemplo de métodos para calcular integrales impropias de funciones reales de va-
riable real usando métodos de variable compleja tenemos la demostración del lema siguiente.
19.9.2. Lema.
`8
ż
senpxq
d x “ π.
x
´8

Demostración. Para demostrar el lema haremos uso del hecho de que ei z “ cospzq`i senpzq
ei z
y de que la función z ÞÑ tiene al número 0 como único polo simple y a 1 como su residuo
z
senpzq
correspondiente, además de que 0 es una singularidad evitable de la función z ÞÑ .
z
Para cada ρ ą 0 sea Γρ :“ tz P C : |z| “ ρ y Im pzq ľ 0u y para cualesquiera dos números
reales r y R tales que 0 ă r ă 1 ă R definamos la trayectoria cerrada simple
Γr,R :“ r´R; ´rs Y Γr Y rr; Rs Y ΓR ,
tal y como se muestra en la figura dada a continuación.
822 19.9. Algunas integrales de funciones de variable real

Observemos que ni en la trayectoria Γr,R


iz Ri
ni en su interior la función z ÞÑ ez tiene sin- C
gularidades, de manera que por el teorema de
Cauchy-Goursat 19.7.51 Γr,R

ż iz
e ri
ö d z “ 0,
z ´R ´r 0 r R
Γr,R

además de que por otra parte

ż iz ż´r żR
ei z ei z ei z ei z
ż ż
e
ö dz “ dz ` dz ` dz ` d z,
z z z z z
Γr,R R,´R
ΓR ´R Γr´r,r r

y como podemos ver,


¨ ´r ˛
ż´r iz żR iz ż żR
e e senpxq senpxq
dz ` dz “ i˝ dx ` d x‚,
z z x x
´R r ´R r

de tal suerte que


¨ ´r ˛ ¨ ˛
ż żR ż iz ż iz
senpxq senpxq e e
19.9.3. i˝ dx ` d x‚ “ ´ ˝ dz ` d z ‚.
˚ ‹
x x z z
´R r Γr´r,r R,´R
ΓR

8
ei z 1 ÿ k`1 z k ei z 1
Ahora, “ ` i , de manera que “ ` f pzq, donde f es una función
z z k“0 pk ` 1q! z z
8
ÿ zk
holomorfa que tiene como primitiva a la función holomorfa F dada por F pzq “ ik .
k“1
k!k
Así, al tomar una parametrización γr de la trayectoria Γr que comience en ´r y termine en r
tendremos que ind0 pγr q “ ´ 12 , de manera que por el teorema 19.7.48 y por el teorema 19.7.17
tenemos que
ż iz
e
d z “ π i `F prq ´ F p´rq,
z
Γr´r,r

de manera que de la ecuación 19.9.3, al hacer tender r a 0, llegamos a que

żR
ei z
ż
senpxq
i dx “ iπ ´ d z,
x z
´R R,´R
ΓR
19.9. Algunas integrales de funciones de variable real 823

es decir,
żR
ei z
ż
senpxq
dx “ π ` i d z.
x z
´R R,´R
ΓR

Veamos ahora que el segundo término del lado derecho de esta última igualdad tiende a 0
cuando R tiende a `8 y con eso habremos terminado la demostración del lema.
Primero que nada tenemos que
ˇ ˇ ˇ ˇ ˇπ ˇ ˇπ ˇ
ˇ ż ˇ ˇżπ
i R ei t
iz it
ˇ ˇż ˇ ˇż ˇ
ˇ e ˇ ˇ e
ˇ ˇ iRe ˇ ˇ i R ei t
ˇ ˇ i Rpcosptq`i senptqq
ˇ
ˇi d zˇ “ ˇ d t e d t e d t
ˇ ˇ “ ˇ ˇ “ ˇ ˇ
ˇ z ˇ ˇ R ei t ˇ ˇ
ˇ ˇ
ˇ ˇ
ˇ ˇ
ˇ
ˇ
ˇ Γ R,´R ˇ 0 0 0
R
ˇπ ˇ
ˇż ˇ żπ
ˇ i R cosptq ´R senptq ˇ
“ ˇˇ e e d tˇˇ ĺ e´R senptq d t,
ˇ ˇ
0 0

de manera que al tomar un número δ P p0; π2 q obtendremos que


ˇ ˇ
ˇ ż ˇ żπ żδ π´δ żπ
ei z
ˇ ˇ ż
ˇi d z ˇ ĺ e´R senptq d t “ e´R senptq d t ` e´R senptq d t ` e´R senptq d t
ˇ ˇ
ˇ z ˇ
ˇ Γ R,´R ˇ 0 0 δ π´δ
R

żδ π´δ
ż żπ
ĺ 1dt ` e´R senpδq d t ` 1 d t “ pπ ´ 2δq e´R senpδq `2δ,
0 δ π´δ

de manera que si hacemos tender R a `8 obtenemos que


ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ˇ ˇ ż ˇ
ż iz iz
ˇ e ˇ ˇ e ˇ ` ˘
lı́m i d z lı́m d z ˇ ĺ lı́m pπ ´ 2δq e´R senpδq `2δ “ 2δ,
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ˇ “ ˇ
ˇRÑ`8 z ˇ RÑ`8 ˇ z ˇ RÑ`8
ˇ R,´R ˇ ˇ R,´R ˇ
Γ R Γ R

de manera que al hacer tender ahora δ a 0 llegamos a que


ei z
ż
lı́m i d z “ 0,
RÑ`8 z
R,´R
ΓR

con lo que el lema queda demostrado. ‚


El lema siguiente será de utilidad para evaluar algunos tipos de integrales impropias reales.
19.9.4. Lema. Sean P pXq y QpXq dos polinomios tales que 1 ` deg P pXq ă deg QpXq, y para
R ą 0 sea γR : r0; πs ÝÑ C. Tenemos que
tÞÑR ei t
ż
P pzq
lı́m d z “ 0.
RÑ`8 Qpzq
γR
824 19.9. Algunas integrales de funciones de variable real

Demostración. Tenemos que P y Q son polinomios de la forma


m
ÿ m`n`2
ÿ
P pzq “ ak z k y Qpzq “ bk z k ,
k“0 k“0

donde m, n P N Y t0u, am ‰ 0 y bm`n`2 ‰ 0, de manera que


ÿm ÿm
k
z ak z ak z k´pm`n`1q
P pzqz k“0 k“0
“ m`n`2
“ m`n`1
,
Qpzq ÿ ÿ
m`n`2 k´pm`n`2q k´pm`n`2q
z bk z bm`n`2 ` bk z
k“0 k“0
m
ÿ m`n`1
ÿ
pero lı́m ak z k´pm`n`1q “ 0 y bk z k´pm`n`2q “ 0, teniendo así que
zÑ8
k“0 k“0

P pzqz
lı́m “ 0,
zÑ8 Qpzq
y si hacemos z “ R ei t obtenemos que
P pR ei t qR ei t
lı́m “ 0,
RÑ`8 QpR ei t q
de manera que
ˇ ˇ ˇπ ˇ
ˇż ˇ ˇż i t i t
ˇ żπ ˇ ˇ
ˇ P pzq ˇ ˇ P pR e q i R e ˇ ˇ P pR ei t qR ei t ˇ
ˇ Qpzq d z ˇ “ ˇ d tˇ ĺ ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ d t,
QpR e i tq QpR e i tq ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
γR 0 0
ˇ ˇ
ei t qR ei t ˇ
y para cualquier ε ą 0, si tomamos R suficientemente grande, obtenemos que ˇ P pR ă ε,
ˇ
QpR ei t q ˇ
de manera que ˇ ˇ
ˇż ˇ
ˇ P pzq ˇ
lı́m ˇ d z ˇ ă πε,
RÑ`8 ˇˇ Qpzq ˇˇ
γR
y comoˇ la desigualdad
ˇ anterior es válida para cualquier número positivo ε se tiene que
ˇż ˇ ż
ˇ P pzq ˇ P pzq
lı́m ˇ d z ˇ “ 0, o bien lı́m
ˇ d z “ 0, lo cual pretendíamos demostrar. ‚
RÑ`8 ˇˇ Qpzq ˇ RÑ`8 Qpzq
γR γR

El siguiente teorema nos da un método para resolver algunas integrales impropias.


19.9.5. Teorema. Sean P , Q como en el lema 19.9.4 además de que la función f dada por
P pzq
f pzq “ no tenga singularidades reales. Si z1 , z2 , . . . , zr son todas las singularidades
Qpzq
aisladas de f con parte imaginaria positiva, entonces
`8
ż r
P pxq ÿ
d x “ 2π i Respf, zk q.
Qpxq k“1
´8
19.9. Algunas integrales de funciones de variable real 825

Demostración. El teorema se sigue del


Ri
lema 19.9.4 y del teorema de los residuos C
19.8.32 aplicado a la trayectoria GR “
r´R; Rs Y ΓR , como se muestra en la figura GR

de al lado, donde ΓR “ tz P C : |z| “ R y


Im pzq ľ 0u, y después hacer tender R a `8,
tomando en cuenta que para R suficientemen-
te grande cualquier singularidad de f tiene
parte imaginaria positiva si y sólo si está en ´R 0 R

el interior de GR . ‚

19.9.6. Ejemplo. Calcular


`8
x2
ż
d x, donde a ą 0.
px2 ` a2 q2
0

z2
Solución. Observemos que la función f dada por f pxq “ pz 2 `a2 q2
no tiene singularidades en
R y por ser par se tiene
`8 `8
x2 x2
ż ż
1
2 2 2
dx “ d x.
px ` a q 2 px2 ` a2 q2
0 ´8

Ahora bien, las singularidades de f son los valores de z P C tales que z 2 ` a2 “ 0, es decir
son los números a i y ´a i, de manera que la única singularidad de f con parte imaginaria
positiva es a i, la cual es un polo de orden 2 y de la fórmula para el cálculo de residuos en un
polo 19.8.33 tenemos que
ˆ ˙2
d ` 2
˘ d z
Respf, a iq “ lı́m pz ´ a iq f pzq “ lı́m
zÑa i d z zÑa i d z z ` ai
ˆ ˙ˆ ˙
z pz ` a iq ´ z ai i
“ lı́m 2 2
“ 2
“´ ,
zÑa i z ` ai pz ` a iq p2a iq 4a

de manera que por el teorema 19.9.5


`8 ˆ ˆ ˙˙
x2
ż
1 ´i π
2 2 2
dx “ 2π i “ .
px ` a q 2 4a 4a
0

`8
ż
P pxq i x
19.9.7. Integrales del tipo e d x cuando la integral impropia es conver-
Qpxq
´8
gente, P pXq y QpXq son polinomios tales que deg P pXq ă deg QpXq y el integrando
no tiene singularidades reales. Para calcular este tipo de integrales impropias se procede
826 19.9. Algunas integrales de funciones de variable real

de manera similar a la demostración del teorema 19.9.5, evaluando la integral sobre el mismo
tipo de trayectorias y aplicando el teorema de los residuos 19.8.32. Notemos que al calcular
ese tipo de integrales. estamos calculando de manera implícita integrales de la forma
`8
ż `8
ż
P pxq P pxq
cospxq d x y senpxq d x,
Qpxq Qpxq
´8 ´8

pues la primera es la parte real y la segunda la parte imaginaria.


ż2π
19.9.8. Integrales del tipo Gpsenpθq, cospθqq d θ, donde G es una función racional de
0
dos variables. Una técnica para calcular integrales de este tipo es seguir el procedimiento
siguiente:
ż2π ż2π ˆ i θ ˙
e ´ e´ i θ ei θ ` e´ i θ i ei θ
Gpsenpθq, cospθqq d θ “ G , dθ
2i 2 i ei θ
0 0
ż ˆ ´1
˙
z´z z ` z ´1
“ ´i ö G , z ´1 d z,
2i 2
B Bp0,1q

y la última integral se calcula usando el teorema de los residuos 19.8.32, tomando en cuenta
que el integrando es una función racional en z. La anterior técnica se puede usar aún y cuando
G no sea racional en las variables, pero el integrando de la última integral sea una función
meromorfa en el interior de la bola Bp0, 1q y no tenga singularidades en la frontera de la
bola.
19.9.9. Ejemplo. Calcular la integral
ż2π
1
d θ, para a ą b ą 0.
pa ` b cospθqq2
0

Solución. De acuerdo al procedimiento descrito anteriormente tenemos que


ż2π ż ż
1 1 4z
dθ “ ´i ö ` z`z´1 ˘˘2 d z “ ´ i ö dz
pa ` b cospθqq 2
p2az ` bz 2 ` bq2
`
0
z a`b 2
B Bp0,1q |z|“1
ż
´i 4z
“ 2 ö ´ ? ¯2 ´ ? ¯2 d z,
b ´a` a2 ´b2 ´a´ a2 ´b2
|z|“1 z ´ b
z ´ b

pero las singularidades de la función f dada por


4z
f pzq “ ´ ? ¯2 ´ ? ¯2
´a` a2 ´b2 ´a´ a2 ´b2
z´ b
z´ b
19.9. Algunas integrales de funciones de variable real 827
? ? ?
son ´a` ba ´b y ´a´ ba ´b , que son polos de orden 2 y sólo el polo ´a` ba ´b está en el
2 2 2 2 2 2

interior de B Bp0, 1q, de manera que de acuerdo al teorema de los residuos 19.8.32

ż2π ˆ ? ˙ ˆ ? ˙
1 ´i ´a ` a2 ´ b2 2π ´a ` a2 ´ b2
d θ “ 2 2π i Res f, “ 2 Res f, ,
pa ` b cospθqq2 b b b b
0

pero por la fórmula para el cálculo del residuo en un polo 19.8.33 tenemos que
¨ ˛
ˆ ? ˙
´a ` a2 ´ b2 d ˚ 4z
Res f, lı́m

“ ? ˝´ ? ¯2 ‚
b 2 2 dz 2 2
zÑ ´a` ba ´b z ´ ´a´ ba ´b
´ ? ¯2 ´ ? ¯
2 2 2 2
4 z ´ ´a´ ba ´b ´ 8z z ´ ´a´ ba ´b
“ lı́m
? ´ ? ¯4
2 2 2 2
zÑ ´a` ba ´b z ´ ´a´ ba ´b
´ ? ¯2 ? ´ ? ¯
a2 ´b2 ´a` a2 ´b2 a2 ´b2
4 2 b ´8 b
2 b ab2
“ ´ ? ¯4 “ 2 ,
2 2 pa ´ b2 q3{2
2 a b´b

ż2π
1 2aπ
teniéndose así que 2
dθ “ 2 .
pa ` b cospθqq pa ´ b2 q3{2
0

Ejercicios.

1. Calcular las siguientes integrales impropias cuando n P N y α ą 0:


`8 `8 `8
x2 ` 1
ż ż ż
x x senpπxq
a) d x; c) d x; e) d x;
px2 ` 4x ` 13q2 x4 ` 1 x2 ` 2x ` 5
´8 0 ´8
`8 `8 `8
x2 ´ x ` 2
ż ż ż
1 cospαxq
b) d x; d) d x; f) d x.
px ` 1qn
2 x4 ` 10x2 ` 9 x2 ` 1
0 ´8 0

2. Para R ą 0 suficientemente grande, sea π i


C
ΓR “ r0; Rs Y tz P C : |z| “ R y Re 4

π
0ż ĺ argpzq ĺ π4 u Y rR e 4 i ; 0s y calcular
1 ΓR

ö d z con el fin de calcular la inte-


1 ` z8
ΓR
`8
ż
1 0 R
gral impropia d x.
1 ` x8
0

3. Calcular las integrales siguientes:


828 19.9. Algunas integrales de funciones de variable real

ż2π
1
a) d θ, para a ą 1;
a ` cospθq
0
ż2π
1
b) d θ, para a P Czt1, ´1u;
1 ´ 2a cospθq ` a2
0
ż2π
c) cotpθ ` aq d θ, donde Im paq ‰ 0.
0
19.10. Funciones armónicas en R2 829

19.10. Funciones armónicas en R2


El estudio de las funciones armónicas de sumo interés en las aplicaciones de las ciencias
físicas. Modelan por ejemplo superficies formadas por membranas elásticas tensas, la forma-
ción de pompas de jabón delimitadas por un alambre torcido descrito por una trayectoria
cerrada simple cuando se encuentran en reposo, entre otros fenómenos.
Veremos en esta sección la relación existente entre una función armónica de dos variables
y una función analítica u holomorfa.
Comencemos definiendo de manera algo general lo que significa que una función sea
armónica
19.10.1. Definiciones y notaciones. Sea A Ă Rn un conjunto abierto conexo y u : A ÝÑ R.
Cuando la función u tenga segundas derivadas parciales continuas y además se satisfaga la
ecuacion
n
ÿ
19.10.2. Dk,k upx1 , x2 , . . . , xn q “ 0, para todo px1 , x2 , . . . , xn q P Rn ,
k“0

diremos que u es una función armónica o harmónica, o de manera más específica, si


A Ă B Ă Rn , donde A es un abierto conexo y v : B ÝÑ R es tal que v|A es armónica,
diremos que v es armónica en A. Al conjunto de todas las funciones que son armónicas en
A lo denotaremos por HarpAq. A la ecuación 19.10.2 se le llama ecuación de Laplace. Al
operador ∆ definido por
ÿn
∆u :“ Dk,k u
k“0

se le llama laplaciano, de manera que la ecuación de Laplace puede expresarse como ∆upxq “
0, donde x “ px1 , x2 , . . . , xn q. Al laplaciano también se le denota como ∇2 ó bien como ∇ ¨ ∇.
Concentrémonos ahora en funciones armónicas definidas en subconjuntos de R2 . En este
contexto definimos el concepto siguiente.
19.10.3. Definición. Sea A Ă R2 un abierto conexo y supongamos que u y v son dos
funciones armónicas en A que cumplen con las ecuaciones de Cauchy-Riemann 19.6.20 en
cada punto px0 , y0 q P A. En tal caso decimos que la función v es conjugada armónica de
u.
Tenemos el teorema siguiente que relaciona las funciones armónicas con las holomorfas.
Tomemos siempre en esta sección, a menos que se diga lo contrario, que z “ x ` i y, donde
x “ Re z e y “ Im z.
19.10.4. Teorema. Sea A Ă C un abierto conexo, f : A ÝÑ C con f pzq “ upx, yq ` i vpx, yq,
donde upx, yq “ Re f pzq y vpx, yq “ Im f pzq para todo z P A. Una condición necesaria y
suficiente para que f sea holomorfa es que u sea armónica en à y v sea conjugada armónica
de u.
Demostración. Supongamos primero que f es holomorfa y demostremos que v es la con-
jugada armónica de u en Ã. Del teorema 19.6.22 se tiene que para todo z0 “ x0 ` i y0 P A
830 19.10. Funciones armónicas en R2

(con x0 , y0 P R) se satisfacen las ecuaciones de Cauchy-Riemann 19.6.20, de manera que

D1,1 upx0 , y0 q ` D2,2 upx0 , y0 q “ D1 pD1 upx0 , y0 qq ` D2 pD2 upx0 , y0 qq


“ D1 pD2 vpx0 , y0 qq ` D2 p´ D1 vpx0 , y0 qq “ D1,2 vpx0 , y0 q ´ D2,1 vpx0 , y0 q “ 0,

debido a que las derivadas parciales son continuas, teniendo así que u es armónica en Ã.
De manera similar tenemos que

D1,1 vpx0 , y0 q ` D2,2 vpx0 , y0 q “ D1 pD1 vpx0 , y0 qq ` D2 pD2 vpx0 , y0 qq


“ D1 p´ D2 upx0 , y0 qq ` D2 pD1 upx0 , y0 qq “ ´ D1,2 upx0 , y0 q ` D2,1 upx0 , y0 q “ 0,

siendo también v una función armónica en à y además es la conjugada armónica de u por


satisfacer las ecuaciones de Cauchy-Riemann.
Supongamos ahora que u es armónica y que v es su conjugada armónica. Por definición
tanto u como v tienen segundas derivadas parciales continuas en Ã, de manera que son
diferenciables en à y el resultado se sigue del teorema 19.6.27. ‚
19.10.5. Ejemplo. La función exp es holomorfa en todo C, tenemos que

exppzq “ ex pcospyq ` i senpyqq,

de manera que al tomar las partes real e imaginaria tenemos que

upx, yq “ ex cospyq y vpx, yq “ ex senpyq,

pudiendo verificar directamente que tanto u como v son armónicas en R2 y además que v es
la conjugada armónica de u.
19.10.6. Teorema. Sea A Ă R2 una abierto simplemente conexo, u : A ÝÑ R una función
armónica y γ : r0; 1s ÝÑ A un camino rectificable cerrado.
ż
p´ D2 upx, yq d x ` D1 upx, yq d yq “ 0.
γ

Demostración. Veamos primero el caso en que γ es un camino cerrado simple. Sea Γ la


trayectoria de γ y R la cerradura del interior de Γ . Como A es abierto simplemente conexo
tenemos que R Ă A, de manera que por el teorema de Green 18.4.23 tenemos que
ˇż ˇ ˇż ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
D upx, yq d x D upx, yq d yq D upx, yq d x D upx, yq d yq
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ p´ 2 ` 1 “
ˇ ˇ ö p´ 2 ` 1 ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
γ Γ
ˇż ˇ ˇż ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
“ ˇ pD1 D1 upwq ´ D2 p´ D2 upwqqq d wˇ “ ˇ 0 d wˇ “ 0,
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ˇ ˇ ˇ
R R

de manera que el resultado se tiene para el caso en que γ es un camino cerrado simple.
Observemos que en el caso en que γ es un camino poligonal cerrado tenemos que la integral
puede expresarse como suma de integrales a lo largo de caminos poligonales cerrados simples
19.10. Funciones armónicas en R2 831

y de eso podemos ver que el resultado es válido siempre que γ sea cualquier camino poligonal
cerrado. De esta observación el resultado se sigue al aplicar el corolario 17.4.58. ‚
Como consecuencia inmediata del teorema anterior tenemos el corolario siguiente.
19.10.7. Corolario. Sea A Ă R2 una abierto simplemente conexo, u : A ÝÑ R una función
armónica, y γ1 , γ2 P r0;1sA dos caminos rectificables tales que γ1 p0q “ γ2 p0q y γ1 p1q “ γ2 p1q.
ż ż
p´ D2 upx, yq d x ` D1 upx, yq d yq “ p´ D2 upx, yq d x ` D1 upx, yq d yq .
γ1 γ2

El teorema siguiente nos indica que si tenemos una función armónica definida en un sub-
conjunto abierto simplemente conexo de C siempre existirá su conjugada armónica, además
de decirnos la manera de calcularla.
19.10.8. Teorema. Sea A Ă R2 un abierto simplemente conexo, u : A ÝÑ R una función
armónica, px0 , y0 q P A, y para cada px, yq P A tomemos un camino rectificable γpx,yq : r0; 1s ÝÑ
A tal que γpx,yq p0q “ px0 , y0 q y γpx,yq p1q “ px, yq. La función v P AR dada por
ż
19.10.9. vpx, yq “ p´ D2 ups, tq d s ` D1 ups, tq d tq
γpx,yq

es conjugada armónica de u. Además, cualquier otra conjugada armónica v ˚ de u es de la


forma v ˚ “ v ` c, para alguna constante c P R.
Demostración. Sean P px, yq “ ´ D2 upx, yq y Qpx, yq “ D1 upx, yq. Tenemos que D1 Qpx, yq´
D2 P px, yq “ D1,1 upx, yq ´ D2 p´ D2 upx, yqq “ ∆upx, yq “ 0, por lo que D1 Qpx, yq “
D2 P px, yq, y por el teorema 18.4.35 la expresión P px, yq∆1 ` Qpx, yq∆2 es una forma di-
ferencial exacta en cualquier caja abierta I1 ˆ I2 Ă A. Ahora, sea w0 “ px0 , y0 q P A y para
cada w “ px0 , y0 q P A sea γw P r0;1sA un camino rectficable en A que va de w0 a w, dicho
camino existe debido a que A es abierto conexo. Sea
ż
vpx, yq “ p´D2 ups, tq d s ` D1 ups, tq d tq,
γw

el cual, por el corolario 19.10.8, no depende de la elección del camino γw que se haya elegido.
Observemos que podemos tomar una colección finita tCw,k : k P Jmw u de cajas abiertas
incluidas en A que sea una cubierta de la trayectoria de γw tal que para alguna partición
pt0 , t1 , . . . , tmw q del intervalo cerrado r0; 1s se tenga que γw rrtk´1 ; tk ss Ă Cw,k . Para los valores
de k P Jmw sean las funciones de la forma Fw,k : Cw,k ÝÑ R que cumplan con las propiedades
de que para cada ps, kq P Cw,k se tenga que D1 Fw,k ps, tq “ P ps, tq, D2 F ps, tq “ Qps, tq
y además Fw,1 px0 , y0 q “ 0, y si ps, tq P Cw,k´1 Y Cw,k , entonces Fw,k´1 ps, tq “ Fw,k ps, tq
(lo anterior puede hacerse debido a que si en un abierto conexo tenemos que D F “ D G,
entonces F “ G ` c para alguna constante c P R y sólo hay que elegir cada constante de
832 19.10. Funciones armónicas en R2

manera adecuada). Tenemos así que


ż
vpx,yq “ vpwq “ p´ D2 ups, tq d s ` D1 ups, tq d tq
γw
m
ÿw ż
“ p´ D2 ups, tq d s ` D1 ups, tq d tq
k“1
γw |rtk´1 ;tk s
m
ÿw ż m
ÿw
“ pP ps, tq d s ` Qps, tq d tq “ Fw,k pγw ptk qq ´ Fw,k pγw ptk´1 qq
k“1 k“1
γw |rtk´1 ;tk s
mÿ
w ´1

“ Fw,mw pγw ptmw qq ` p´Fw,k`1 ptk q ` Fw,k ptk qq “ Fw,mw pγw ptmw qq ´ Fw,1 pγw pt0 qq
k“1
“ Fw,mw px, yq ´ Fw,1 px0 , y0 q “ Fw,mw px, yq,

donde este último valor no depende del camino γw que se haya elegido. Tenemos así que
D1 vpx, yq “ D1 Fw,mw px, yq “ P px, yq “ ´ D2 upx, yq y D2 vpx, yq “ D2 Fw,mw px, yq “
Qpx, yq “ D1 upx, yq, de manera que se satisfacen la ecuaciones de Cauchy-Riemann. Ahora,

∆vpx, yq “ D1,1 vpx, yq ` D2,2 vpx, yq “ D1 p´ D2 upx, yqq ` D2 D1 upx, yq “ 0,

de manera que v es armónica y además es conjugada armónica de u.


Ahora, si v ˚ también es conjugada armónica de u, debido a que deben satisfacerse las
ecuaciones de Cauchy-Riemann tenemos que

D1 v ˚ px, yq “ P px, yq y D2 v ˚ px, yq “ Qpx, yq,

pero como D1 pv ˚ ´ vq∆1 ` D2 pv ˚ ´ vq∆2 es una forma diferencial exacta que es igual a 0
para todo p∆1 , ∆2 q tenemos que Dpv ˚ ´ vq “ p0, 0q, teniendo así que v ˚ ´ v es igual a una
constante c P R, es decir v ˚ “ v ` c, con lo que terminamos la demostración del teorema. ‚
Supongamos que A Ă R2 es un conjunto abierto y que u : A ÝÑ R es una función
armónica, y que para algún ρ ą 0 tenemos Bpp0, 0q, ρq Ă A. Para cada px, yq P Bpp0, 0q, ρq
tomemos z “ x ` i y, θ P r0; 2πq, r P r0; ρq con z “ r ei θ y la función holomorfa f : Ă ÝÑ C
tal que upx, yq “ Re f pzq con f p0q P R.
Tenemos una versión de la propiedad del valor medio para funciones armónicas.
19.10.10. Propiedad del valor medio para funcione armónicas. Sea A Ă R2 , px0 , y0 q P
A y r ą 0 tal que Bppx0 , y0 q, rq Ă A. Si u : A ÝÑ R es armónica, entonces

ż2π
1
upx0 , y0 q “ upx0 ` r cospθq, y0 ` r senpθqq d θ.

0
19.10. Funciones armónicas en R2 833

Demostración. Sea f : Ă ÝÑ C la una función holomorfa tal que Re f pzq “ upx, yq. De la
propiedad del valor medio para funciones holomorfas 19.7.26 tenemos
¨ ˛
ż2π ż2π
1 1
upx0 , y0 q “ Re f pz0 q “ Re ˝ f pz0 ` r ei θ q d θ‚ “ Re f pz0 ` r ei θ q d θ
2π 2π
0 0
ż2π
1
“ upx0 ` r cospθq, y0 ` r senpθqq d θ,

0

con lo que la propiedad del valor medio para funciones armónicas queda demostrada. ‚
Sigamos suponiendo que A Ă R2 es un conjunto abierto, que u : A ÝÑ R es una función
armónica y además que para algún ρ ą 0 tenemos Bpp0, 0q, ρq Ă A. Para cada px, yq P
Bpp0, 0q, ρq tomemos z “ x ` i y, θ P r0; 2πq, r P r0; ρq con z “ r ei θ y la función holomorfa
f : Ă ÝÑ C tal que upx, yq “ Re f pzq, con f p0q P R.
Sea pck q8
k“0 la sucesión de números complejos tal que

8
ÿ
f pzq “ ck z k .
k“0

Tenemos que
˜ ¸
8
ÿ 8
ÿ
k i kθ
` ˘
upr cospθq, r senpθqq “ c0 ` Re r ck e “ c0 ` rk Re ck ei kθ
k“1 k“1
19.10.11. 8
1 ÿ k ` i kθ ˘
“ c0 ` r ck e `ck e´ i kθ .
2 k“1

De la propiedad del valor medio para funciones armónicas tenemos


ż2π
1
19.10.12. c0 “ upr cospθq, r senpθqq d θ.

0

ŭpzq
Ahora, si en la fórmula 19.10.11 tomamos además 0 ă r ă 1 obtenemos que z ÞÑ es
z n`1
continua en B Bp0, rq, de manera que tiene sentido la expresión
ż
1 ŭpzq
ö dz
πi z n`1
B Bp0,rq

y es igual al número complejo


ż2π ż2π
1 ŭpr ei θ q 1 upr cospθq, r senpθqq
i θ n`1
d r ei θ “ d θ.
πi pr e q π pr ei θ qn
0 0
834 19.10. Funciones armónicas en R2

Veamos que dicho número complejo es igual a la constante cn . En efecto, las series dadas
em 19.10.11 convergen uniformemente para z P B Bp0, rq, de manera que usando el corolario
19.7.59 en la siguiente serie de igualdades es válido intercambiar el orden entre integrales y
sumas infinitas, es decir
´ 8 ¯
1
ř
ż2π ż2π c0 ` 2
rk pck ei kθ `c̄k e´ i kθ q
1 upr cospθq, r senpθqq 1 k“1
d θ “ dθ
π pr ei θ qn π pr ei θ qn
0 0
˜ ż2π 2π 2π
n´1 ż n´1 ż
1 i θ ´n 1ÿ i θ k´n 1ÿ
“ c0 pr e q dθ ` ck pr e q dθ ` c̄k pr ei θ q´pn`kq d θ
π 2 k“1 2 k“1
0 0 0
ż2π ż2π 8 ż2π
1 1 ´2n i θ 1 ÿ
` cn d θ ` c̄n e dθ ` ck pr ei θ qk´n d θ
2 2 2 k“n`1
0 0 0
8 ż2π ¸ ˜
n´1 n´1
1 ÿ 1 1ÿ 1ÿ 1 1
` c̄k pr ei θ q´pn`kq d θ “ 0` ck 0 ` c̄k 0 ` cn 2π ` 0
2 k“n`1 π 2 k“1 2 k“1 2 2
0
¸
8 8
1 ÿ 1 ÿ
` ck 0 ` c̄k 0 “ cn ,
2 k“n`1 2 k“n`1

por lo tanto

ż2π
1 upr cospθq, r senpθqq
19.10.13. cn “ d θ.
π pr ei θ qn
0

Así bien, teniendo una función u que es armónica en una bola Bpp0, 0q, ρq, con ρ ą 0, y
conociendo los valores de ck dados en la ecuación 19.10.11 por medio de las ecuaciones
19.10.12 y 19.10.13 tenemos que para k P N

ck ei kθ `c̄k e´ i kθ “ 2pRe ck q cospkθq ´ 2pIm ck q senpkθq,

de manera que si hacemos a0 “ 2c0 y b0 “ 0, y para k P N tomamos ak “ Re ck y bk “ ´Im ck ,


entonces
ż2π
1
an “ n upr cospθq, r senpθqq cospnθq d θ,
πr
0
ż2π
19.10.14. 1
bn “ upr cospθq, r senpθqq senpnθq d θ, para todo n P N Y t0u y
πrn
0
8
a0 ÿ
upr cospθq, r senpθqq “ ` pak cospkθq ` bk senpkθqq.
2 k“1
19.10. Funciones armónicas en R2 835

Sigamos considerando ρ ą 0, z P Bp0, ρq, z “ r ei θ y ζ “ ρ ei ϕ . Tenemos que

ζ `z ρ ei ϕ `r ei θ pρ ei ϕ `r ei θ qpρ e´ i ϕ ´r e´ i θ q ρ2 ´ r2 ` 2 i ρr senpθ ´ ϕq
“ iϕ “ “ ,
ζ ´z ρ e ´r ei θ pρ ei ϕ ´r ei θ qpρ e´ i ϕ ´r e´ i θ q ρ2 ` r2 ´ 2ρr cospθ ´ ϕq
pero por otra parte
z 8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙k 8 ˆ ˙k
ζ `z 1` ζ
ÿ z ÿ z ÿ z
“ z “ ` “1`2
ζ ´z 1´ ζ k“0
ζ k“1
ζ k“1
ζ
8 ˆ ˙k i kθ 8 ˆ ˙k
ÿ r e ÿ r
“1`2 i kϕ
“1`2 ei kpθ´ϕq
k“1
ρ e k“1
ρ
8
ÿ r ˆ ˙ k 8 ˆ ˙k
ÿ r
“1`2 cospkpθ ´ ϕqq ` 2 i senpkpθ ´ ϕqq,
k“1
ρ k“1
ρ

y además podemos ver que si 0 ĺ r ĺ r0 ă ρ las series anteriores convergen uniformemente


para r P r0; r0 s, de manera que tenemos el lema siguiente.
19.10.15. Lema. Sea ρ ą 0. Para todo r P r0; ρq, θ, ϕ P R tenemos
8 ˆ ˙k
ρ2 ´ r 2 ÿ r
2 2
“1`2 cospkpθ ´ ϕqq,
ρ ` r ´ 2ρr cospθ ´ ϕq k“1
ρ
8 ˆ ˙k
2ρr senpθ ´ ϕq ÿ r
2 2
“2 senpkpθ ´ ϕqq,
ρ ` r ´ 2ρr cospθ ´ ϕq k“1
ρ

donde las series convergen uniformemente para todo θ ´ ϕ P R y todo r P r0; r0 s, con
r0 P r0; ρq.
Observemos que en las ecuaciones 19.10.12 y 19.10.13 los valores de cn no dependen del
valor de r que hayamos tomado, con tal de que 0 ă r ă ρ. Así, si tomamos 0 ă r0 ă ρ y
z P Bp0, r0 q, debido a que para series uniformemente convergente podemos intercambiar el
orden de sumas e integración (corolario 19.7.59), al hacer uso de las ecuaciones 19.10.12 y
8
19.10.13 para f pzq “ ck z k , obtenemos la ecuación
ř
k“0

ż2π ˆ 8 ´ ˙
1 ÿ z ¯k
19.10.16. f pzq “ upr0 cospθq, r0 senpθqq 1 ` 2 iθ
d θ.
2π k“1
r 0 e
0

Ahora, de la ecuación
8 ´
ÿ z ¯k r0 ei θ `z
1`2 iθ

k“1
r0 e r0 ei θ ´z
y de la fórmula 19.10.16 obtenemos la fórmula
ż2π
1 r0 ei θ `z
19.10.17. f pzq “ upr0 cospθq, r0 senpθqq d θ,
2π r0 ei θ ´z
0
836 19.10. Funciones armónicas en R2

válida cuando |z| ă r0 .


La fórmula anterior expresa a la función holomorfa f en términos de la función armónica

u correspondiente a la parte real de f . Ahora, observando que la parte real de rr00 eei θ `z
´z
es
r02 ´|z|2
|r0 ei θ ´z|2
llegamos a la fórmula

ż2π
1 r02 ´ |z|2
19.10.18. upx, yq “ upr0 cospθq, r0 senpθqq d θ,
2π |r0 ei θ ´z|2
0

válida cuando px, yq P Bpp0, 0q, r0 q, con z “ x ` i y.


19.10.19. Definiciones y notaciones. A la relación 19.10.18 se le llama fórmula de
r2 ´ |z|2
Poisson y a la función Poir,θ : Cztr ei θ u ÝÑ R dada por Poir,θ pzq :“ se le llama
|r ei θ ´z|2
núcleo de Poisson con parámetros r y θ. A la expresión que aparece en el lado derecho de
la fórmula de Poisson se le llama integral de Poisson de u.
19.10.20. Observaciones. El núcleo de Poisson también puede ser expresado mediante la
fórmula
r2 ´ |z|2
19.10.21. Poir,θ pzq “ .
r2 ` |z|2 ´ 2r|z| cospθ ´ argpzqq
Para todo z P Bp0, rq tenemos que Poir,θ pzq ą 0. Para todo z P B Bp0, rqztr ei θ u tenemos que
Poir,θ pzq “ 0. Si |z| ă r, al tomar la función armónica que es constante e idénticamente igual
a 1 en la fórmula de Poisson obtenemos
ż2π
1
19.10.22. Poir,θ pzq d θ “ 1.

0

Del lema 19.10.15 y de las fórmulas 19.10.17 y 19.10.18 tenemos que si ρ ą 0 y u es armónica
en Bpp0, 0q, ρq, entonces la función v : Bpp0, 0q, ρq ÝÑ R dada por
ż2π
1 2r|z| senpθ ´ argpzqq
19.10.23. vpx, yq “ upr cospθq, r senpθqq dθ
2π r2 ` |z|2 ´ 2r|z| cospθ ´ argpzqq
0

es la conjugada armónica de u tal que vp0, 0q “ 0, para 0 ă r ă ρ, con z “ x ` i y.


A continuación estableceremos la propiedad que indica que una función armónica definida
en un conjunto abierto conexo no puede tomar un valor máximo al ser evaluada en un punto
de ese conjunto.
19.10.24. Teorema del valor máximo para funciones armónicas. Sea A Ă R2 un
conjunto abierto conexo y u : A ÝÑ R una función armónica que no sea constante. Si
px0 , y0 q P A, entonces existe un punto px, yq P A tal que upx0 , y0 q ă upx, yq. Es decir, no
existe px0 , y0 q P A tal que upx0 , y0 q “ máxtupx, yq : px, yq P Au.
Demostración. Sea px0 , y0 q P A y supongamos que upx0 , y0 q ľ upx, yq para todo px, yq P
A. Sea r ą 0 tal que Bppx0 , y0 q, rq Ă A. Sea R ą r tal que Bppx0 , y0 q, Rq Ă A. Por el
19.10. Funciones armónicas en R2 837

teorema 19.10.8 existe una función v : Bppx0 , y0 q, Rq ÝÑ R que sea la armónica conjugada de
u| Bppx0 , y0 q, Rq. Tomemos z0 “ x0 ` i y0 y definamos la función holomorfa f : Bpz0 , Rq ÝÑ C
como f pzq “ ŭpz0 q ` i v̆pz0 q. Tomemos además g :“ exp ˝f , la cual también es holomorfa y
además tiene la propiedad importante de que

|gpzq| “ exppupx, yqq para todo z P Bpz0 , Rq con z “ x ` i y.

Como la función exp es estrictamente creciente en R tenemos que g no es constante debido


a que tampoco lo es u y por el principio del módulo máximo 19.8.7 la función |gp¨q| no
puede tener máximo en z0 , y así mismo exp ˝u| Bppx0 , y0 q, Rq no puede tener un máximo
en px0 , y0 q, de manera que por ser exp |R una función estrictamente creciente, tampoco la
función u| Bppx0 , y0 q, Rq toma su máximo en px0 , y0 q, y menos aún la función u. ‚
Observando que si u es una función armónica también lo es la función ´u, tenemos el
siguiente teorema dual como corolario del anterior.
19.10.25. Teorema del valor mínimo para funciones armónicas. Sea A Ă R2 un
conjunto abierto conexo y u : A ÝÑ R una función armónica que no sea constante. Si
px0 , y0 q P A, entonces existe un punto px, yq P A tal que upx0 , y0 q ą upx, yq. Es decir, no
existe px0 , y0 q P A tal que upx0 , y0 q “ mı́ntupx, yq : px, yq P Au.
19.10.26. Corolario. Sea A Ă R2 un conjunto abierto conexo, u : A ÝÑ R una función
armónica y K Ă A un conjunto compacto. Existe un px0 , y0 q P BK y un px1 , y1 q P BK tales
que

upx0 , y0 q “ máxtupx, yq : px, yq P Ku y upx1 , y1 q “ mı́ntupx, yq : px, yq P Ku.

Demostración. Por ser K compacto y u continua tenemos que existen tanto en máximo
˝
como el mínimo de u|K. Ahora K es una unión de conjuntos abiertos conexos, de manera
que por los dos teoremas anteriores, ni el máximo ni el mínimo lo pueden en ninguno de esos
conjuntos abiertos abiertos, luego lo deben tomar en BK. ‚
19.10.27. El problema de Dirichlet. Dado un conjunto abierto conexo A y una función
continua µ : BA ÝÑ R. El problema de Dirichlet consiste en hallar una función continua
u : A ÝÑ R tal que:

a) u|A es armónica;

b) u|BA “ µ.

19.10.28. Lema. Sea ρ ą 0, px0 , y0 q P R2 y µ : B Bppx0 , y0 q, ρq ÝÑ R una función continua.


La función u : Bppx0 , y0 q ÝÑ R tal que para 0 ĺ r ă ρ, x “ x0 ` r cospθq e y “ y0 ` r senpθq
se tenga

ż2π
1
19.10.29. upx, yq “ µpx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq Poiρ,ϕ px ` i yq d ϕ

0
838 19.10. Funciones armónicas en R2

y
upx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq “ µpx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq, para todo ϕ P R,
resuelve el problema de Dirichlet para el conjunto Bppx0 , y0 q, ρq y para la función µ. Es decir,
u es una función continua que es armónica en Bppx0 , y0 q, ρq.
Demostración. Para simplificar la escritura demostraremos sólo el caso en que px0 , y0 q “
p0, 0q, dejando para el lector la demostración para el caso general. Tengamos siempre en
mente la notación µ̆px ` i yq “ µpx, yq.
Demostremos primero que la función u dada en 19.10.29 es armónica en Bp0, ρq. De
acuerdo al lema 19.10.15, al corolario 19.7.59, así como la fórmula para el coseno de una
diferencia 15.8.16, tenemos que
ż2π
1
upr cospθq, r senpθqq “ µ̆pρ ei ϕ q d ϕ

0
8 ż2π
ÿ 1 ´ r ¯k
` µ̆pρ ei ϕ q cospkpθ ´ ϕqq d ϕ
k“1
π ρ
0
ż2π 8
˜ˆ ż2π ˙
1 iϕ
ÿ 1
“ µ̆pρ e q ` µ̆pρ e q cospkϕq d ϕ rk cospkθq

2π k“1
πρk
0 0
ˆ ż2π ˙ ˙¸
1
` µ̆pρ ei ϕ q senpkϕq d ϕ rk senpkθq
πρk
0
8
a0 ÿ
“ ` pak cospkθq ` bk senpkθqrk q,
2 k“0

donde
ż2π ż2π
1 1
a0 “ µpρ cospϕq, ρ senpϕqq d ϕ, ak “ k µpρ cospϕq, ρ senpϕqq cospkϕq d ϕ y
π πρ
0 0
ż2π
1
bk “ µpρ cospϕq, ρ senpϕqq senpkϕq d ϕ,
πρk
0

de manera que si tomamos c0 “ a0


2
y ck “ ak ´ i bk para k P N tenemos que la serie de
potencias
8
ÿ
ck z k
k“0
tiene radio de convergencia al número R dado por la fórmula
1
R“ a
k
.
lı́m |ck |
kÑ8
19.10. Funciones armónicas en R2 839

Ahora, tomemos M “ máxtµ̆pzq : z P B Bp0, ρqu y obtengamos


d
a a 4M 1
lı́m k |ck | ĺ lı́m k |ak | ` |bk | ĺ lı́m k k “ ,
kÑ8 kÑ8 kÑ8 ρ ρ

de manera que el radio de convergencia R de la serie es mayor o igual que ρ, teniendo así que
debido al teorema 19.6.10 la función f : Bp0, ρq ÝÑ C dada por
8
ÿ
f pzq “ ck z k
k“0

es holomorfa en Bp0, ρq, y por el teorema 19.10.4 la función u es armónica en Bpp0, 0q, ρq.
Falta por demostrar que u es continua, pero observemos que es suficiente que demostremos
que para toda pa, bq P B Bpp0, 0q, ρq y toda sucesión pxk , yk q8 k“1 de elementos de Bpp0, 0q, ρq que
converja a pa, bq, la sucesión pupxk , yk qqk“1 converge a upa, bq. Sean pues pa, bq y pxk , yk q8
8
k“1 con
dichas propiedades. Consideremos primero el caso en que argpa ` i bq ‰ 0 tomando para cada
k P N suficientemente grande los números rk ą 0 y θ0 , θk P p0; 2πq tales que xk ` i yk “ rk ei θk
y a ` i b “ ρ ei θ0 . Como la sucesión pxk , yk q8 k“1 converge a pa, bq para todo ε ą 0 existe un
N P N tal que para todo entero k ľ N se tiene |pxk , yk q ´ pa, bq| ă ε, de manera que debido
a la fórmula 19.10.22 tenemos
ˇ ż2π ˇ
ˇ 1 ˇ
|upxk , yk q ´ µpa, bq| “ ˇ µ̆pρ ei ϕ q Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ ´ µpa, bqˇ
ˇ ˇ
ˇ 2π ˇ
0
19.10.30. ˇ ż2π ˇ
ˇ 1 ˇ
iϕ i θ0 i θk
pµ̆pρ e q ´ µ̆pρ e qq Poiρ,ϕ prk e q d ϕˇ,
ˇ ˇ
“ˇ
ˇ 2π ˇ
0

Además, por ser µ uniformemente continua, existe un δ ą 0 tal que


ε
19.10.31. @ ϕ1 , ϕ2 P p0; 2πq, |ϕ1 ´ ϕ2 | ă 2δ ùñ |µ̆pρ ei ϕ1 q ´ µ̆pρ ei ϕ2 q| ă .
2
Tomemos el valor de δ suficientemente pequeño para que además de la implicación anterior
también se cumpla que θ0 ´ 2δ ą 0 y θ0 ` 2δ ă 2π. De 19.10.30 y de las propiedades de la
integral obtenemos
θ0ż´2δ
1
|ŭprk ei θk q ´µ̆pρ ei θ0 q| ĺ |µ̆pρ ei ϕ q ´ µ̆pρ ei θ0 q| Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ

0
θ0ż`2δ
1
19.10.32. ` |µ̆pρ ei ϕ q ´ µ̆pρ ei θ0 q| Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ

θ0 ´2δ
ż2π
1
` |µ̆pρ ei ϕ q ´ µ̆pρ ei θ0 q| Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ.

θ0 `2δ
840 19.10. Funciones armónicas en R2

Ahora, de la implicación dada en 19.10.31 y de la fórmula 19.10.22 tenemos


θ0ż`2δ ż2π
1 iϕ i θ0 i θk 1 ε ε
19.10.33. |µ̆pρ e q ´ µ̆pρ e q| Poiρ,ϕ prk e qdϕ ă Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ “ .
2π 2π 2 2
θ0 ´2δ 0

Retomemos el valor de M “ máxtµ̆pzq : z P B Bp0, ρqu y tomemos k suficientemente grande


para que |θk ´θ0 | ă δ. Bajo esta condiciones tendremos |θk ´ϕ| ą δ, y así cospθk ´ϕq ă cospδq,
con lo que obtenemos
ρ2 ´ rk2 ρ2 ´ rk2
ă ,
ρ2 ` rk2 ´ 2ρrk cospθk ´ ϕq ρ2 ` rk2 ´ 2ρrk cospδq
de manera que
θ0ż´2δ
1
|µ̆pρ ei ϕ q ´ µ̆pρ ei θ0 q| Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ

0
ż2π
1
19.10.34. ` |µ̆pρ ei ϕ q ´ µ̆pρ ei θ0 q| Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ

θ0 `2δ
˜ θ0ż´2δ ż2π ¸
2
2M ρ ´ rk2 ρ2 ´ rk2
ă 2
dϕ ` dϕ ă 2M 2 ,
2
2π ρ ` rk ´ ρrk cospδq ρ ` rk2 ´ ρrk cospδq
0 θ0 `2δ

pero la expresión del lado derecho de 19.10.34 es menor que 2ε para k suficientemente grande,
de manera que al tomar k suficientemente grande y usar las relaciones 19.10.32, 19.10.33 y
19.10.34 obtenemos que
lı́m upxk , yk q “ µpa, bq.
kÑ8

El caso en que argpa ` i bq “ 0 se resuelve de manera parecida pero considerando que


ż2π żπ
1 iϕ i θk 1
µ̆pρ e q Poiρ,ϕ prk e q d ϕ ´ µpρ, 0q “ pµ̆pρ ei ϕ q ´ µ̆pρqq Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ
2π 2π
0 ´π
´2δ
ż ż2δ
1 1
“ pµ̆pρ ei ϕ q ´ µ̆pρqq Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ ` pµ̆pρ ei ϕ q ´ µ̆pρqq Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ
2π 2π
´π ´2δ
ż2π
1
` pµ̆pρ ei ϕ q ´ µ̆pρqq Poiρ,ϕ prk ei θk q d ϕ.

Dejamos al lector los detalles de la demostración para este caso particular. ‚


El teorema siguiente establece que el problema de Dirichlet tiene solución única.
19.10.35. Teorema. Sea ρ ą 0, px0 , y0 q P R2 y µ : B Bppx0 , y0 q, ρq ÝÑ R una función
continua. La función u : Bppx0 , y0 q ÝÑ R tal que para 0 ĺ r ă ρ, x “ x0 ` r cospθq e
19.10. Funciones armónicas en R2 841

y “ y0 ` r senpθq se tenga
ż2π
1
upx, yq “ µpx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq Poiρ,ϕ px ` i yq d ϕ

0

y
upx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq “ µpx0 ` ρ cospϕq, y0 ` ρ senpϕqq, para todo ϕ P R,
es la única función que resuelve el problema de Dirichlet para el conjunto Bppx0 , y0 q, ρq y para
la función µ. Es decir, u es la única función continua en Bppx0 , y0 q, ρq que es armónica en
Bppx0 , y0 q, ρq y que satisface la igualdad µpx, yq “ upx, yq para todo px, yq P B Bppx0 , y0 q, ρq.
Demostración. Debido al lema anterior sólo tenemos que demostrar la unicidad. Cual-
quier función w que resuelva tal problema de Dirichlet tiene la propiedad de que u ´ w
resuelve el problema de Dirichlet para el conjunto Bppx0 , y0 q, ρq y la función constante µ ´
w|B Bppx0 , y0 q, ρq que es idénticamente igual a 0, de manera que por el teorema del valor
máximo para funciones armónicas 19.10.24 no existe px1 , y1 q P Bppx0 , y0 q, ρq que maximice
u ´ w en Bppx0 , y0 q, ρq, a menos que u ´ w sea constante, de manera que el máximo de u ´ w
debe ser tomado en B Bppx0 , y0 q, ρq, por lo que el máximo debe ser 0. De manera similar, al
usar el teorema del valor mínimo para funciones armónicas 19.10.25 tenemos que el mínimo
de u ´ w debe ser 0, por lo cual u ´ w “ 0, es decir w “ u. ‚
19.10.36. Definiciones. Cuando tengamos dos sucesiones de números pak q8
k“0 y pbk qk“1 , a
8

una expresión de la forma


8
1 ÿ
19.10.37. a0 ` pak cospktq ` bk senpktqq
2 k“1

se le llama serie trigonométrica. En caso de que h : r0; 2πs ÝÑ R sea una función para la
cual existan los números
ż2π ż2π
1 1
19.10.38. ak “ hpsq cospksq d s y bk “ hpsq senpksq d s, para todo k P NYt0u,
π π
0 0

a la serie trigonométrica dada en 19.10.37 se le llama desarrollo de Fourier o serie de


Fourier de h evaluada en t y a los números a0 , a1 , a2 , . . . y b1 , b2 , . . . se les llama coeficientes
de Fourier de dicha serie. Cuando N P N Y t0u, a una función de la forma
N
ÿ
t ÞÑ pαk cospktq ` βk senpktqq,
k“0

para algunos números α0 , α1 , α2 , . . . y β0 , β1 , β2 , . . . , se le llama polinomio trigonométrico,


y en caso de que pαN , βN q ‰ p0, 0q diremos que el grado de dicho polinomio trigonométrico
es N .
19.10.39. Teorema de aproximación de Weierstrass. Sea h : r0; 2πs ÝÑ R una función
continua tal que hp0q “ hp2πq. Existe una sucesión de polinomios trigonométricos ppk q8
k“1 tal
8
que ppk |r0; 2πsqk“1 converge uniformemente a h.
842 19.10. Funciones armónicas en R2

Demostración. En el teorema 19.10.35 tomemos ρ “ 1, px0 , y0 q “ p0, 0q, µ la función tal


que µ̆pei t q “ hptq, de manera que si tomamos la solución u del problema de Dirichlet para
el conjunto Bpp0, 0q, 1q y la función µ, tenemos que u es armónica en Bpp0, 0q, 1q, de manera
que, de acuerdo a la fórmula 19.10.14 vemos que si 0 ĺ r ă 1, entonces, al aplicar el lema
19.10.15 (con ρ “ 1), el teorema 19.10.34 con la fórmula 19.10.29 y el corolario 19.7.59 y
tomar los valores de ak y bk dados en 19.10.38, obtenemos
8
it1 ÿ
ŭpr e q “ a0 ` pak rk cospktq ` bk rk senpktqq,
2 k“1

donde la serie converge uniformemente para t P r0; 2πs. Ahora, como u es continua y está
definida en el compacto Bpp0, 0q, 1q, entonces es uniformemente continua, de manera que
dado ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que siempre que z0 , z1 P Bp0, 1q y |z0 ´ z1 | ă δ tendremos
que |ŭpz1 q ´ ŭpz0 q| ă 2ε . Tomemos ahora una sucesión prn q8
n“1 de números positivos que sea
estrictamente creciente y que converja a 1 y sea N un entero positivo tal que para todo entero
m ľ N se tenga |rm ´ 1| ă δ. Ahora, fijando un entero j ľ N , tenemos que la serie
8
1 ÿ
a0 ` pak rjk cospktq ` bk rjk senpktqq
2 k“1

converge uniformenete para t P r0; 2πs, de manera que existe un ij P N tal que
ˇ ´1 ij ¯ˇ ε
ÿ
it
ˇŭprj e q ´ a0 ` pak rjk cospktq ` bk rjk senpktqq ˇ ă ,
ˇ ˇ
2 k“1
2

obteniendo
ˇ ´1 ij ¯ˇ
ÿ
ˇhptq ´ a0 ` pak rjk cospktq ` bk rjk senpktqq ˇ
ˇ ˇ
2 k“1
ˇ ´1 ij ¯ˇ
ÿ
it it
ĺ |hptq ´ ŭprj e q| ` ˇŭprj e q ´ a0 ` pak rjk cospktq ` bk rjk senpktqq ˇ ă ε,
ˇ ˇ
2 k“1

para todo t P r0; 2πs. Así, al tomar para cada n P N el número ε “ 1


n
y tomando
ij
1 ÿ
pn ptq “ a0 ` pak rjk cospktq ` bk rjk senpktqq,
2 k“1

llegamos a que |pn ptq ´ hptq| ă n1 , para todo t P r0; 2πs, con lo que el teorema queda demos-
trado. ‚
19.10.40. Definición. Sea B Ă R2 . Decimos que una función f : B ÝÑ R tiene la propie-
dad del valor medio si para toda bola cerrada Bppx0 , y0 q, rq Ă B se tiene la igualdad
ż2π
1
f px0 , y0 q “ f px0 ` r cospθq, y0 ` r senpθqq d θ.

0
19.10. Funciones armónicas en R2 843

˝
19.10.41. Lema. Sea B Ă C y f : B ÝÑ R una función continua tal que f |B tiene la
propiedad del valor medio. La función f tiene la propiedad del valor medio.
Demostración. Sean B y f como en la hipótesis del lema y Bppx0 , y0 q, rq Ă B. Tomemos
k“1 de números reales positivos tales que converja a
una sucesión estrictamente creciente prk q8
˝
r. Como f |B tiene la propiedad del valor medio, entonces

ż2π
1
f px0 , y0 q “ f px0 ` rk cospθq, y0 ` rk senpθqq d θ,

0

para todo k P N. Sean Fk , F P r0;2πsR dadas por

Fk pθq :“ f px0 ` rk cospθq, y0 ` rk senpθqq y F pθq :“ f px0 ` r cospθq, y0 ` r senpθqq.

Como f es continua en el conjunto compacto Bppx0 , y0 q, rq, entonces es uniformemente conti-


nua en ese conjunto compacto (teorema 14.2.16), de manera que dado un ε ą 0 hay un δ ą 0
tal que para cualesquiera dos puntos P, Q P Bppx0 , y0 q, rq se tiene que

|P ´ Q| ă δ ùñ |f pP q ´ f pQq| ă ε.

Ahora, como la sucesión prk q8k“1 converge a r, existe un N P N tal que para todo entero
k ľ N se tiene que |rk ´ r| ă δ, de manera que

|px0 ` rk cospθq, y0 ` rk senpθqq ´ px0 ` r cospθq, y0 ` r senpθqq| ă δ

y así |Fk pθq ´ F pθq| ă ε. Hemos demostrado que pFk q8


k“1 converge uniformemente a F , así
que por el teorema 19.7.58
ż2π ż2π
1 1
lı́m Fk pθq d θ “ F pθq d θ,
kÑ8 2π 2π
0 0

es decir
ż2π
1
f px0 , y0 q “ lı́m f px0 ` rk cospθq, y0 ` rk senpθqq d θ
kÑ8 2π
0
ż2π
1
“ f px0 ` r cospθq, y0 ` r senpθqq d θ,

0

por lo que f tiene la propiedad del valor medio. ‚


El teorema siguiente es una especie de recíproco de la propiedad del valor medio para
funciones armónicas 19.10.10.
19.10.42. Teorema. Sea A Ă R2 un conjunto abierto. Las únicas funciones continuas de A
en R que tienen la propiedad del valor medio son las funciones armónicas.
844 19.10. Funciones armónicas en R2

Demostración. Sea f : A ÝÑ R una función continua con la propiedad del valor medio y
P0 “ px0 , y0 q P A. Veremos que f es armónica en una vecindad de P0 . Sea BpP0 , rq Ă A; por
el teorema 19.10.35 existe una única función continua u : BpP0 , rq ÝÑ R que es armónica
en BpP0 , rq y que f px, yq “ upx, yq para todo px, yq P B BpP0 , rq. Debido al lema 19.10.41 la
función u tiene la propiedad del valor medio y así tenemos que la función F dada por F “ f ´u
es cero en B BpP0 , rq y tiene la propiedad del valor medio, de tal suerte que F pP0 q “ 0 debido
a que F pP q “ 0 para todo P P B BpP0 , rq. Ahora, si F no es idénticamente 0, existe un punto
P1 “ px1 , y1 q P BpP0 , rq tal que F pP1 q ‰ 0, de manera que al tomar r1 “ |P1 ´ P0 |, debido
a la continuidad y a la propiedad del valor medio de F , debe existir un P2 P B BpP0 , r1 q tal
que F pP2 q ą 0. En efecto, si para todo P P B BpP0 , r1 q se tiene que F pP q ĺ 0 y para alguno
de tales puntos, como es el caso de P1 , se tiene la desigualdad extricta, entonces

ż2π
1
0 “ F pP0 q “ F px0 ` r1 cospθq, y0 ` r1 senpθqq d θ ă 0.

0

Pero, debido a la compacidad de BpP0 , rq debería existir un punto P3 “ px3 , y3 q P BpP0 , rq tal
que 0 ă F pP3 q “ máxtF px, yq : px, yq P BpP0 , rqu. Tomemos ahora r3 “ |P3 ´ P0 |, de manera
que tomando ρ “ r ´ r3 y usando de nuevo la propiedad del valor medio de F tenemos que

ż2π
1
F pP3 q “ F px3 ` ρ cospθq, y3 ` ρ senpθqq d θ,

0

donde el integrando no puede tomar valores mayores que F pP3 q por la forma en que se
eligió P3 , ni menores puesto que debido a la continuidad de F el lado derecho de la igualdad
sería menor que F pP3 q. Así, para todo P P B BpP3 , ρq se tiene que F pP q “ F pP3 q. Pero en
tales condiciones hay un punto en P4 P pB BpP3 , ρqq X pB BpP0 , rqq para el cual se tendría
0 “ F pP4 q “ F pP3 q ą 0, llegando a una contradicción que proviene del supuesto de que F no
es idénticamente 0, de manera que f px, yq “ upx, yq para todo px, yq P BpP0 , rq, obteniéndose
que f es armónica en BpP0 , rq. Concluimos así que ∆f pP0 q “ 0 para todo P0 P A, terminando
con la demostración del teorema. ‚

Ejercicios.

1. Sea A Ă R2 una abierto conexo y v P HarpAq. Expresar en función de v la función u de


la cual v es conjugada armónica.

2. Sea A Ă R2 una abierto conexo y u, v P HarpAq tales que v es la conjugada armonica


de u. Expresar en función de u a la conjugada armónica de v.

3. ¿Existe lı́m Poir,θ pzq?


zÑr ei θ

4. Sea A Ă R2 un conjunto abierto. Demostrar que HarpAq Ă C 8 pAq.


Capítulo 20

TEORÍA DE CONJUNTOS

20.1. Axiomas de Zermelo-Fraenkel y de elección


En esta sección enunciaremos una serie de axiomas clásicos de la teoría de conjuntos que
se consideran la base de las teorías matemáticas. En este sistema de axiomas se supondrá que
todos los objetos a los cuales se haga referencia serán conjuntos, es decir serán conjuntos y sus
elementos también serán conjuntos, a diferencia de lo que se hizo a lo largo del libro, en donde
se supuso la existencia de conjuntos, pero nunca se ?supuso que sus elementos necesariamente
eran conjuntos, por ejemplo se tenían los objetos 2 y π como elementos del conjunto de los
números reales, pero nunca se consideraron estos números como conjuntos.
En base a esto, veremos que los axiomas dados en los capítulos anteriores pueden ser
demostrados a partir de éstos.
Los resultados que se demuestren se harán suponiendo únicamente los axiomas de esta
sección y las propiedades lógicas que generalmente se dan por sobreentendidas que son los
axiomas 2.2.4, 2.4.22, 2.5.3 y 2.5.4, el axioma 2.3.7 que es un caso particular de la propiedad
lógica de sustitución de iguales y el axioma 2.2.2 que también se da por sobreentendido en
el contexto de las matemáticas.
20.1.1. Axioma de extensión. Los conjuntos x e y son iguales si y sólo si tienen los mismos
elementos. Es decir
@x, @y, px Ă y ^ y Ă xq ðñ x “ y.

Como es usual la expresión x Ă y significa

@u, u P x ùñ u P y.

20.1.2. Axioma de existencia del conjunto vacío. Existe un conjunto sin elementos. Es
decir
Dx, @u, u R x.

845
846 20.1. Axiomas de Zermelo-Fraenkel y de elección

Aquí la expresión u R x significa como ya lo sabemos pu P xq. Siendo formales, a


cualquier conjunto x tal que para todo u se satisfaga que u R x, se le llama conjunto vacío.
20.1.3. Observación. Sólo existe un conjunto vacío, es decir si x1 y x2 son conjuntos vacíos,
entonces, para todo u se tiene que u P x1 y u P x2 son proposiciones falsas, por lo que u P x1
ùñ u P x2 y u P x2 ùñ u P x1 , es decir x1 Ă x2 y x2 Ă x1 , de modo que por el axioma de
extensión x1 “ x2 .
Debido a la observación anterior, tiene sentido denotar al único conjunto vacío de la
manera que ya conocemos, es decir como ∅.
20.1.4. Axioma de pares. Si x e y son objetos (en nuestro caso conjuntos), entonces existe
un conjunto tx, yu al cual únicamente pertenecen x e y. Es decir

@x, @y, Dz, @u, pu P z ðñ pu “ x _ u “ yqq.

Del axioma 20.1.1 se ve que si x e y son objetos, entonces el conjunto z, tal que para todo
u se tiene que u P z ðñ pu “ x _ u “ yq, es único. A tal conjunto z lo denotamos, como
ya sabemos, así tx, yu.
20.1.5. Axioma de la unión. Dada cualquierŤcolección de conjuntos x (en nuestro caso,
dado cualquier conjunto x), existe un conjunto x al cual pertenecen todos y únicamente
todos los elementos que están en algún elemento de x. Es decir

@x, Dy, @z, pz P y ðñ Du, pz P u ^ u P xqq.

20.1.6. Axioma del conjunto potencia. Dado cualquier conjunto x, existe un conjunto
ppxq al cual pertenecen todos y únicamente todos los subconjuntos de x. Es decir

@x, Dy, @z, pz P y ðñ z Ă xq.

20.1.7. Axioma de especificación. Dado cualquier predicado p, para todo conjunto x


existe un conjunto y que se representa por tz P x : ppzqu o por tz : z P x ^ ppzqu al cual
pertenecen todos y únicamente todos los objetos z que están en x y que hacen verdadera la
proposición ppzq. Es decir

@x, Dy, @z, pz P y ðñ pz P x ^ ppzqqq.

20.1.8. Observación. Por medio del axioma de extensión se puede ver que los conjuntos
x, ppxq y tz P x : ppzqu dados en los axiomas 20.1.5, 20.1.6 y 20.1.7 son únicos.
Ť

20.1.9. Notación. Cuando p sea un predicado tal que existe un conjunto U tal que para
todo objeto x se tenga que ppxq ùñ x P U , entonces el conjunto tx P U : ppxqu se podrá
denotar simplemente por
tx : ppxqu.
20.1. Axiomas de Zermelo-Fraenkel y de elección 847

20.1.10. Observación. Observemos que en la notación anterior el conjunto tx : ppxqu no


depende del conjunto U que se haya tomado, siempre que satisfaga la condición de que para
todo x se tenga que ppxq ùñ x P U . Observemos además que para todo a las proposiciones
ppaq y a P tx : ppxqu son equivalentes.
20.1.11. Notación. Para cualquier predicado p la expresión

D!x, ppxq

significa que existe un único x para el cual la proposición ppxq es verdadera, es decir significa

Dx, pppxq ^ @y, pppyq ùñ y “ xqq .

Así mismo, la expresión


D!x P A, ppxq
significa que existe un único x en el conjunto A para el cual la proposición ppxq es verdadera,
es decir significa

Dx, px P A ^ ppxq ^ @y, ppy P A ^ ppyqq ùñ y “ xqq .

20.1.12. Axioma de reemplazo. Dado cualquier predicado de dos variables q, tenemos


que si A es un conjunto y además para todo x P A existe un único objeto y tal que se cumple
qpx, yq, entonces existe un conjunto B tal que para todo a P A existe un b P B que satisface
qpa, bq y además para todo b P B existe un a P A tal que qpa, bq. Es decir

@A, pp@x P A, D!y, qpx, yqq ùñ pDB, @y, py P B ðñ Dx P A, qpx, yqqqq .

La interpretación del axioma de reemplazo consiste en aceptar que si se tiene una función
cuyo dominio es un conjunto A, entonces existe un conjunto B que es el recorrido de dicha
función. Más adelante se definirá el concepto de función con precisión, es decir no se tomará
como término no definido como se hizo anteriormente.
20.1.13. Notación. De nuevo tenemos que si utilizamos el axioma de extensión, para cada
conjunto A, dado en el axioma de reemplazo, el conjunto B es único. A tal conjunto B se le
denotará así
ty : Dx P A, qpx, yqu .
Así mismo, si para cada a P A, al único elemento b P B que hace verdadera la proposición
qpa, bq lo denotamos por ejemplo como gpaq, entonces el conjunto B también se puede denotar
como
tgpxq : x P Au ,
o bien como
grAs :“ tgpxq : ppxqu
cuando para todo x las proposiciones ppxq y x P A son equivalentes. Convendremos además
en tomar la notación: ď ď
gpxq :“ tgpxq : x P Au .
xPA
848 20.1. Axiomas de Zermelo-Fraenkel y de elección

20.1.14. Axioma de infinidad. Existe un conjunto x tal que ∅ P x y además si y P x,


entonces y Y tyu P x. Es decir

Dx, p∅ P x ^ @y P x, y Y tyu P xq .

El axioma de infinidad nos permitirá construir un conjunto que satisfaga los axiomas de
Peano dados en el capítulo 3.
20.1.15. Axioma de regularidad. Para todo conjunto no vacío x existe un conjunto y P x
tal que x X y “ ∅. Es decir

@x, px ‰ ∅ ùñ Dy P x, @z P x, z R yq .

20.1.16. Definición. Los axiomas del 20.1.1 al 20.1.15 son conocidos como axiomas de
Zermelo-Fraenkel y para referirnos a tal sistema de axiomas usaremos la abreviación ZF.
En el capítulo 3 se definió el concepto de pareja ordenada px, yq como la función f :
t1, 2u ÝÑ tx, yu tal que f p1q “ x y f p2q “ y y se vio la propiedad característica de que
px, yq “ pu, vq si y sólo si x “ u y y “ v. Además en el capítulo 2 se estableció el concepto de
función como término no definido, pero que tenía ciertas propiedades. Aquí definiremos un
concepto similar en el fondo al de pareja ordenada, en el sentido de que satisface la propiedad
anterior, pero formalmente diferente.
20.1.17. Definición. Dados los objetos (en nuestro caso conjuntos) x e y, al conjunto
ttxu, tx, yuu le llamaremos pareja ordenada conjuntista y lo denotaremos por px, yq‚ .
A los objetos x e y les llamamos primera componente y segunda componente respec-
tivamente de px, yq‚ .
El nombre de «pareja ordenada conjuntista» en lugar del nombre simple de «pareja orde-
nada», al igual que la notación de poner una bolita en la parte superior derecha del paréntesis
derecho se hace para no crear conflicto lógico con las notaciones y definiciones previas.
Usando el axioma 20.1.1, el lector podrá demostrar el teorema siguiente.
20.1.18. Teorema. Dados los objetos x, y, u y v, tenemos que px, yq‚ “ pu, vq‚ si y sólo si
x “ u e y “ v.
20.1.19. Definición. Dados dos conjuntos A y B, definimos el producto cartesiano con-
juntista de A con B como el conjunto

A ˆ‚ B :“ tpa, bq‚ : a P A y b P Bu,

es decir ˜ ¸
ď ď
A ˆ‚ B “ tpx, yq‚ u .
yPB xPA

20.1.20. Definición. Dados los conjuntos A y B, decimos que f es una función de A en


B si f Ă A ˆ‚ B y además para todo a P A existe un único b P B tal que pa, bq‚ P f . Al
20.1. Axiomas de Zermelo-Fraenkel y de elección 849

conjunto A le llamamos dominio de f y lo denotamos por Dompf q. Si a P A, al elemento b


del conjunto B tal que pa, bq‚ P f lo denotamos por f paq. Al hecho de que f sea una función
de A en B se le denota, como ya sabemos, como f : A ÝÑ B y al conjunto de todas las
funciones de A en B se le denota AB.
20.1.21. Teorema. Si f y g son funciones, entonces son iguales si y sólo si tienen el mismo
dominio A y además para todo a P A se tiene que f paq “ gpaq.
Demostración. Del axioma de extensión se tiene que si f “ g, entonces tienen el mismo
dominio (llamémosle A al dominio común). También por el axioma de extensión se tiene
que si f “ g y a P A, entonces existe un único b tal que pa, bq‚ P f y pa, bq‚ P g, es decir
f paq “ b “ gpaq.
Recíprocamente, supongamos ahora que A “ Dompf q “ Dompgq y que para todo a P A
se tiene que f paq “ gpaq. Tenemos que f “ tpa, f paqq‚ : a P Au “ tpa, gpaqq‚ : a P Au “ g,
con lo que terminamos la demostración del teorema. ‚
20.1.22. Teorema. Sea q un predicado de dos variables y A un conjunto tal que para todo
x P A existe un único y tal que qpx, yq. Existe una única función f tal que Dompf q “ A y
además para todo x P A y todo y se tiene que y “ f pxq si y sólo si qpx, yq.
Demostración. Sea B “ tb : existe un a P A tal que qpa, bq} (tal conjunto existe debido al
axioma de reemplazo y, como ya dijimos, del axioma de extensión se puede ver que es único).
Sea f “ tpa, bq‚ : a P A, b P B y qpa, bqu. Por definición f Ă A ˆ‚ B y para todo x P A existe
un único y P B tal que px, yq‚ P f , por lo que f P AB y además cumple con la propiedad de
que para todo x P A y todo y se tiene que y “ f pxq si y sólo si qpx, yq. Para ver la unicidad de
la función f supongamos que g es una función cuyo dominio es el conjunto A y además para
todo x P A y todo y se tiene que y “ gpxq si y sólo si qpx, yq. Tenemos que para todo a P A
existe un único b tal que qpa, bq, de modo que b “ f paq, pero también b “ gpaq, teniéndose
así que f paq “ gpaq para todo a P A, luego por el teorema 20.1.21 se tiene que f “ g. ‚
20.1.23. Observación. Debido al teorema anterior tenemos que el axioma de reemplazo se
podría enunciar en términos de funciones de la manera siguiente: Si f es una función cuyo
dominio es un conjunto A, entonces existe un conjunto B tal que B “ f rAs :“ tf paq : a P Au.
El conjunto f rAs es en este caso lo que llamamos el recorrido de f y lo denotamos como Rpf q.
20.1.24. Axioma de elección. Sea F una familia de conjuntos no vacíos. Existe una función
ď
ψ : F ÝÑ A
APF

tal que @A P F, se tiene que ψpAq P A. Es decir


´ ď ¯
@F, p@A P F, A ‰ ∅q ùñ Dψ P F F, @A P F, ψpAq P A .

20.1.25. Notación. Para referirnos al sistema de axiomas del 20.1.1 al 20.1.24 utilizaremos
la abreviación ZFC (del inglés «Zermelo-Fraenkel choice axioms»).
Podemos observar que del axioma 20.1.2 se deduce inmediatamente el axioma 2.2.1.
850 20.1. Axiomas de Zermelo-Fraenkel y de elección

El axioma 2.3.6 queda demostrado al aplicar el axioma de pares 20.1.4, obteniéndose que
si Ψ es un objeto, entonces Ψ P tΨ, Ψ u. Como es de esperarse, al conjunto tΨ, Ψ u se le denota
simplemente por tΨ u. El axioma 2.3.8 es el teorema 20.1.18.
El axioma 2.4.27, como su nombre lo dice es el axioma de especificación 20.1.7; el axioma
2.4.14 es el axioma de extensión 20.1.1; el axioma 2.4.15 es el axioma 20.1.6; el axioma 2.4.18
se deduce del axioma 20.1.5. Veamos que el axioma 2.4.27 se puede deducir de los axioma de
este capítulo, en especial del de regularidad.
20.1.26. Teorema. Si A es un conjunto y B Ă A, entonces A R B.
Demostración. Supongamos que B Ă A. Por el axioma de regularidad aplicado al conjunto
tAu tenemos que A X tAu “ ∅, por lo tanto A R A, y como B Ă A, entonces A R B. ‚
20.1.27. Teorema. Si x e y son conjuntos, entonces px P y P xq.
Demostración. Supongamos que x e y son conjuntos. Por el axioma de regularidad aplicado
al conjunto tx, yu, tenemos que

x X tx, yu “ ∅ ó y X tx, yu “ ∅,

de lo cual se concluye que


yRx ó x R y,
quedando demostrado el teorema. ‚
20.1.28. Teorema. Si x, y y z son conjuntos, entonces px P y P z P xq.
Demostración. Supongamos que x, y y z son conjuntos. Por el axioma de regularidad
aplicado al conjunto tx, y, zu tenemos que

x X tx, y, zu “ ∅, y X tx, y, zu “ ∅ ó z X tx, y, zu “ ∅,

de lo cual se concluye que


z R x, xRy ó y R z,
quedando demostrado el teorema. ‚
Veamos ahora mediante el teorema siguiente la validez del axioma 2.6.4.
20.1.29. Teorema. Si f es una función, entonces f no pertenece ni al dominio ni al recorrido
de f .
Demostración. De acuerdo a la definición que dimos aquí de función tenemos que si una
función f perteneciera a su dominio, entonces existiría un único b tal que pf, bq‚ P f , es
decir ttf u, tf, buu P f , contradiciendo al teorema 20.1.28. Similarmente, si f perteneciera al
recorrido de f , tendríamos que existiría un a P Dompf q tal que ttau, ta, f uu P f , lo cual
también contradiría al teorema 20.1.28. ‚
Finalmente, el axioma 2.6.5 es consecuencia del teorema 20.1.22, y el axioma de elección
del capítulo 2 (2.7.5) es el axioma de elección de esta sección (20.1.24).
En base a los axiomas de esta sección, los axiomas del capítulo 2 están plenamente justi-
ficados.
20.2. Construcción de los números naturales y enteros 851

20.2. Construcción de los números naturales y enteros


Veremos que los axiomas de Peano dados en el capítulo 3 también se pueden deducir de
los axiomas dados en esta sección. Para ello usaremos cuando sea necesario los resultados del
capítulo 2.
Comencemos definiendo al número cero como el conjunto vacío y partiremos de ahí para
definir a los números naturales.
20.2.1. Notación. 0 :“ ∅ “ tu, 1 :“ t0u “ t∅u “ ttuu, 2 :“ t0, 1u “ ttu, ttuuu.
20.2.2. Observación. De acuerdo al teorema 20.1.26 y al axioma de extensión 20.1.1 0, 1 y
2 son diferentes. Teniendo definido 1 y 2 podemos retomar la definición de pareja ordenada
y de producto cartesiano dada en el capítulo 3 si no queremos recurrir a las definiciones y
notaciones de pareja ordenada conjuntista y de producto cartesiano conjuntista.
20.2.3. Definición. Cuando X es un conjunto tal que ∅ P X y para todo y P X se tiene
que y Y tyu P X, diremos que X es un conjunto sucesor. El axioma de infinidad 20.1.14
justifica que tal conjunto X existe. Podemos ver que 0, 1, 2 P X.
20.2.4. Definición. Sea X un conjunto sucesor. Definiremos el conjunto de los enteros
no negativos como la intersección de todos los conjuntos sucesores que están incluidos en
X.
El corolario 20.2.7 mostrará que la definición anterior es independiente del conjunto su-
cesor X que se haya escogido. Dejamos al lector la demostración del siguiente teorema y de
sus corolarios.
20.2.5. Teorema. La intersección de conjuntos sucesores es un conjunto sucesor.
20.2.6. Corolario. El conjunto de los enteros no negativos es un conjunto sucesor.
20.2.7. Corolario. El conjunto de los enteros no negativos es el único conjunto sucesor que
es subconjunto de cualquier conjunto sucesor.
20.2.8. Definición y notación. A la intersección de todos los conjuntos sucesores se le
denota como ℵ0 , que se llama álef cero, es decir, según la definición dada en esta sección,
ℵ0 es el conjunto de los enteros no negativos.
20.2.9. Aclaración. En teoría de conjuntos al conjunto ℵ0 se le suele llamar conjunto de
números naturales, aunque generalmente en el resto de las ramas de las matemáticas se le
llama conjunto de los números naturales al de los enteros positivos, es decir a ℵ0 zt0u. Para
ser consistentes con el resto del libro, el conjunto de los números naturales para nosotros será
el de los enteros positivos.
Veamos que existe un conjunto N que satisface los axiomas de Peano dados en el capítulo
3.
20.2.10. Notación. Para todo conjunto A definiremos A ` 1 :“ A Y tAu y le llamaremos el
sucesor de A.
Por el teorema 20.1.26 tenemos que

20.2.11. 0 ‰ 1 y que 1 ‰ 2.
852 20.2. Construcción de los números naturales y enteros

Por definición tenemos que

20.2.12. @n P ℵ0 , n ` 1 P ℵ0 .

Tenemos que si n P ℵ0 , entonces n P n ` 1, por lo que n ` 1 ‰ ∅, es decir

20.2.13. @n P ℵ0 , n ` 1 ‰ 0.

Supongamos ahora que n, m P ℵ0 y que n ` 1 “ m ` 1, es decir n Y tnu “ m Y tmu. Si


n y m fueran diferentes, tendríamos que m P n P m, lo cual contradiría al teorema 20.1.27.
Tenemos así que si n ` 1 “ m ` 1, entonces n “ m, es decir

20.2.14. @n P ℵ0 , @m P ℵ0 , n ` 1 “ m ` 1 ùñ n “ m.

Supongamos ahora que M Ă ℵ0 y que

I) 0 P M,

II) @n P M , n ` 1 P M.

Es decir, M es un conjunto sucesor incluido en ℵ0 . Por el corolario 20.2.7 (y por el axioma


de extensión) M “ ℵ0 .
Tomemos N “ ℵ0 zt0u y veamos que el conjunto N así definido satisface los axiomas de
Peano.
De 20.2.11 se ve que 1 ‰ 0 y de 20.2.12 que 1 “ 0 ` 1 P ℵ0 , por lo cual se satisface el
axioma de Peano 3.1.1 a) que dice que 1 P N.
De 20.2.12 obtenemos que para cada n P N se tiene que n ` 1 P ℵ0 , pero de 20.2.13
tenemos que n ` 1 ‰ 0, por lo que n ` 1 P N, satisfaciéndose el axioma de Peano 3.1.1 b).
El axioma de Peano 3.3.1 c) que dice que si n P N, entonces n ` 1 ‰ 1, se deduce de
20.2.14 y del hecho que 0 ` 1 “ 1 y 0 R N.
El axioma de Peano 3.3.1 d) se deduce de 20.2.14.
Sea ahora un conjunto M Ă N, tal que 1 P M y tal que para todo n P N se tiene que
n ` 1 P M . Tenemos que M Y t0u satisface la propiedad de que 0 P M Y t0u y además para
todo m P M Y t0u se tiene que m ` 1 P M Y t0u (más precisamente m ` 1 P M ), por lo que
M Y t0u es un conjunto sucesor incluido en ℵ0 , de tal suerte que M Y t0u “ ℵ0 , pero como
0 R M , entonces M “ ℵ0 zt0u “ N. Tenemos así que el conjunto N “ ℵ0 zt0u satisface los
axiomas de Peano.
Independientemente de que aceptemos o no el definir el conjunto de los números naturales
como ℵ0 zt0u, hemos demostrado en base a los axiomas de Zermelo-Fraenkel que existe un
conjunto N que satisface los axiomas de Peano.
Tenemos así que no solamente hemos definido el conjunto de los números naturales, sino
también el de los enteros no negativos, es decir N Y t0u. A partir de este conjunto se pueden
definir todas las operaciones clásicas del conjunto NYt0u como son la suma, la multiplicación
y las potencias enteras positivas. Además se pueden definir como ya se hizo las relaciones
de ă, ĺ, ą y ľ. A partir de aquí daremos por conocidos todos los conceptos y propiedades
dados en el capítulo 3 y se harán uso de ellas cuando sea necesario.
20.2. Construcción de los números naturales y enteros 853

Construyamos ahora el conjunto Z de los números enteros. Intuitivamente el conjunto de


los números enteros es la unión disjunta de N Y t0u con una «copia» de N, tal copia es el
conjunto de los enteros negativos.
Denotemos por el momento por Z´ al conjunto de todas las parejas ordenadas p0, nq tales
que n P N y acordemos en tomar Z :“ N Y t0u Y Z´ . Para cada n P N sea ´n :“ p0, nq
y convengamos en que ´0 :“ 0. Observemos que los conjuntos N y Z´ son disjuntos y que
la función f : N ÝÑ Z´ es una biyección de N en Z´ . Extendamos la definición de suma y
nÞÑ´n
multiplicación en N Y t0u al conjunto de los enteros estableciendo para cada m, n P N Y t0u,
con n ĺ m, que
p´mq ` p´nq “ p´nq ` p´mq “ ´pm ` nq,
m ` p´nq “ p´nq ` m “ m ´ n,
p´mq ` n “ n ` p´mq “ ´pm ´ nq.
Observemos que pZ, `q es un grupo tal que el inverso aditivo de cada n P N Y t0u es ´n.
Construido así el conjunto Z, tenemos que el conjunto de los enteros negativos será Z´ .
Para definir la multiplicación en Z de tal manera que la restricción sea la multiplicación
dada en N Y t0u, acordaremos en que si m, n P N Y t0u, entonces mp´nq “ p´nqm “ ´pmnq
y p´mqp´nq “ mn.
El lector podrá demostrar que pZ, `, ¨q además de ser un anillo conmutativo con elemento
unitario, es también un dominio entero. Con algo de paciencia el lector podrá demostrar
con detalle que si tenemos un anillo conmutativo con elemento unitario pA, `, ¨q tal que
N Y t0u Ă A (y las restricciones de las operaciones ` y ¨ al conjunto N Y t0u coinciden con la
suma y producto en N Y t0u), entonces existe un B Ă A tal que pB, `, ¨q es un anillo isomorfo
a pZ, `, ¨q.
Para definir el orden parcial en Z convendremos en que si m, n P N Y t0u, entonces
´n ĺ m, y ´n ĺ ´m ðñ m ĺ n.
854 20.3. Cardinalidad y conjuntos bien ordenados

20.3. Cardinalidad y conjuntos bien ordenados


20.3.1. Definición. Si un conjunto A está parcialmente ordenado por ĺ y x es un elemento
de A tal que a ĺ x ùñ a “ x para todo a P A, diremos que x es un primer elemento
de A o un elemento minimal de A (con respecto al orden parcial ĺ). Similarmente si y es
un elemento de A tal que y ĺ a ùñ a “ y para todo a P A, diremos que y es un último
elemento de A o un elemento maximal de A. Si x P A es tal que para todo a P A se tiene
que a ĺ x, diremos que x es un elemento máximo de A. Similarmente, y P A es tal que para
todo a P A se tiene que y ĺ a, diremos que y es un elemento mínimo de A.
20.3.2. Observación. Observemos que cuando el orden parcial es un orden total, los con-
ceptos de mínimo y minimal coinciden.
20.3.3. Definición. Un orden total ĺ en un conjunto A se llama buen orden si todo
subconjunto no vacío de A tiene un primer elemento. Si un conjunto A está ordenado por un
buen orden, diremos que A está bien ordenado por ĺ.
20.3.4. Definición. Si A es un conjunto y ĺ es un orden parcial en A, a la pareja ordenada
pA, ĺq le llamaremos conjunto ordenado. En caso de que además ĺ sea un buen orden en
A al conjunto ordenado pA, ĺq se le llamará conjunto bien ordenado.
20.3.5. Definición. Sean A1 y A2 conjuntos parcialmente ordenados por ĺ1 y ĺ2 respecti-
vamente. Decimos que A1 (con la relación ĺ1 ) es isomorfo a A2 (con la relación ĺ2 ), si existe
una correspondencia biunívoca f de A1 sobre A2 tal que para cualesquiera dos elementos a
y b en A1 se tiene a ĺ1 b ðñ f paq ĺ2 f pbq. En tal caso también se dice que los conjuntos
ordenados pA1 , ĺ1 q y pA2 , ĺ2 q son isomorfos y que f es un isomorfismo de orden (con
respecto a los órdenes ĺ1 y ĺ2 ). Cuando pA1 , ĺ1 q y pA2 , ĺ2 q son isomorfos también decimos
que pA1 , ĺ1 q y pA2 , ĺ2 q tienen el mismo tipo ordinal.
20.3.6. Notación. Al hecho de que los conjuntos ordenados sean isomorfos se les denota así
pA1 , ĺ1 q – pA2 , ĺ2 q.
En esta sección estudiaremos el concepto de cardinalidad de un conjunto.
20.3.7. Definición. Decimos que dos conjuntos A y B son equipotentes, equivalentes o
que tienen la misma cardinalidad si existe una correspondencia biunívoca entre ellos. Al
hecho de que A y B tengan la misma cardinalidad se le denota como #A “ #B. Decimos
que un conjunto A tiene cardinalidad menor o igual que la de un conjunto B, lo cual
se denota #A ĺ #B, si A tiene la misma cardinalidad que algún subconjunto de B. Si el
conjunto A tiene cardinalidad menor o igual que la del conjunto B, pero A y B no tienen la
misma cardinalidad, decimos que A tiene cardinalidad menor que la de B, lo cual se denota
#A ă #B.
20.3.8. Observación. La definición anterior no define lo que es la cardinalidad de un con-
junto, sino que nos dice qué significa que dos conjuntos «tengan la misma cardinalidad», o
que un conjunto «tenga cardinalidad menor (o menor o igual) que otro», es decir no da signi-
ficado a la expresión #A por sí sola. Sabemos solamente de capítulos anteriores que cuando
A es un conjunto finito #A significa el número de elementos que tiene el conjunto A, en tal
caso la cardinalidad de A es el número de elementos de A. Si se define de alguna manera #A
20.3. Cardinalidad y conjuntos bien ordenados 855

como un objeto, cuando A no es finito, dicha definición debe ser tal que no contradiga en
ningún momento el significado de las notaciones anteriores.
20.3.9. Teorema. Si B es un conjunto, entonces #B ă #ppBq.
Demostración. Si B 1 es el conjunto de todos los subconjuntos de B con un solo elemento,
es fácil ver que B y B 1 tienen la misma cardinalidad. Por lo tanto #B ĺ #ppBq.
Veamos ahora que es imposible que #B “ #ppBq. Supongamos que #B “ #ppBq y sea
f una correspondencia biunívoca de B en ppBq. Definamos al conjunto F como F :“ tx P B :
x R f pxqu. Sea y P B tal que f pyq “ F. El elemento y de B no puede estar en F puesto que si
estuviera, entonces y R f pyq “ F, lo que es una contradicción. Por otro lado, como y no está
en F, entonces y P f pyq “ F, lo cual también es una contradicción. Así pues, no puede haber
una correspondencia biunívoca entre B y ppBq, por lo tanto #B ă #ppBq. ‚
20.3.10. Teorema de Cantor-Bernstein-Schröder. Si A y B son dos conjuntos tales que
existe un subconjunto de A con la misma cardinalidad que B y existe un subconjunto de B
con la misma cardinalidad que A, entonces A y B tienen la misma cardinalidad.
Demostración. Sea A1 Ă A un conjunto con la misma cardinalidad que B y sea B1 Ă B
un conjunto con la misma cardinalidad que A. Sea f una función biyectiva de A en B1 y g
una función biyectiva de B en A1 , es decir f y g son funciones inyectivas, cuyos dominios son
A y B respectivamente, tales que

f rAs “ B1 Ă B y grBs “ A1 Ă A.

Sea A2 :“ g ˝ f rAs “ grB1 s, el cual es un subconjunto de A1 con la misma cardinalidad


que A. Definamos recursivamente, para k ą 1, Ak`1 :“ g ˝ f rAk´1 s, el cual tiene la misma
cardinalidad que Ak´1 y se puede ver por inducción matemática que Ak`1 Ă Ak . Es decir,

A Ą A1 Ą A2 Ą ¨ ¨ ¨ Ą Ak Ą Ak`1 Ą ¨ ¨ ¨ .

Tomemos
8
č
D :“ Ak .
k“1

Si hacemos A0 “ A, podemos representar a A y A1 mediante las siguientes uniones de


conjuntos disjuntos:
8
ď 8
ď 8
ď
A“ pAk zAk`1 q Y D “ pA2k zA2k`1 q pA2k´1 zA2k q Y D,
k“0 k“0 k“1

8
ď 8
ď 8
ď
A1 “ pAk zAk`1 q Y D “ pA2k zA2k`1 q pA2k´1 zA2k q Y D.
k“1 k“1 k“1

Ť8Observemos que Ť g ˝ fr 8 k“1 pA2k zA2k`1 q, por lo que los conjuntos


Ť Ť8
k“0 pA2k zA2k`1 qs “
k“0 pA 2k zA2k`1 q y 8
k“1 pA 2k zA 2k`1 q tienen la misma cardinalidad. Ahora, podemos definir
una correspondencia biunívoca h entre A y A1 de la siguiente forma:
g ˝ f pxq si x P 8
# Ť
k“0 pA2k zA2k`1 q
hpxq “
si x P k“1 pA2k´1 zA2k q Y D.
Ť8
x
856 20.3. Cardinalidad y conjuntos bien ordenados

De esta forma vemos que A y A1 tienen la misma cardinalidad, pero como A1 y B tienen la
misma cardinalidad, entonces A y B tienen también la misma cardinalidad. ‚
20.3.11. Teorema. Si f : A ÝÑ B es una función de A sobre B, entonces #B ĺ #A.
Demostración. Para cada a P A sea Ba “ tb P B : f paq “ bu. La colección de los ŤBa es una
partición de B. Por el axioma de elección existe una función ϕ : tBa : a P Au ÝÑ aPA Ba tal
que ϕpBa q P Ba . Sea B 1 Ă B el recorrido de ϕ y observemos que existe una correspondencia
biunívoca entre A y B 1 (la función g : A ÝÑ B 1 tal que gpaq “ ϕpBa q). Por lo tanto
#B ĺ #A. ‚
20.3.12. Principio de inducción transfinita. Sea X un conjunto bien ordenado por ĺ
y p un predicado con dominio en X (es decir para todo x, ppxq es una proposición). Si la
proposición ppeq es verdadera cuando e es el primer elemento de X y además si x P X, el
hecho de que la proposición ppaq sea verdadera para todo a ă x implica ppxq; entonces ppxq
es verdadera para todo x.
Demostración. Supongamos que ppeq es verdadera cuando e es el primer elemento de X y
además se tiene que si ppaq es verdadera para todo a ă x, entonces ppxq es verdadera.
Supongamos que para algún elemento y P X la proposición ppyq es falsa. Sea y0 el primer
elemento de ty P X : ppyqu, como ppxq es verdadera para todo x ă y0 , entonces ppy0 q es
verdadera, con lo que llegamos a una contradicción. ‚
20.3.13. Definición. Al conjunto ℵ0 se le llama también primer cardinal infinito o
primer número cardinal infinito. Así mismo cualquier conjunto que tenga la misma
cardinalidad que ℵ0 , es decir que sea infinito numerable, se dice que tiene cardinalidad ℵ0 .
A los elementos de ℵ0 se les llama cardinales finitos o números cardinales finitos. Si un
conjunto A tiene la misma cardinalidad que un x P ℵ0 , decimos que tiene cardinalidad x.
20.3.14. Observación. Tenemos que de acuerdo a la manera en que se construyó en la
sección 2 el conjunto de los enteros no negativos N Y t0u (como ℵ0 ), la relación de menor o
igual ĺ en N Y t0u no es otra que la de inclusión Ă en ℵ0 , además la relación de inclusión en
ℵ0 es un buen orden.
20.3.15. Definiciones. Al conjunto bien ordenado pℵ0 , Ăq se le llama primer ordinal
infinito o primer número ordinal infinito y lo denotaremos por ω. Si n P ℵ0 , al conjunto
bien ordenado pn, Ăq se le llama n-ésimo número ordinal o n-ésimo ordinal y diremos
que es un número ordinal finito.
20.3.16. Definición. Cuando B es un conjunto sucesor bien ordenado por la inclusión y tal
que b P B ùñ b Ł B, diremos que B es un conjunto sucesor ordinal.
Como ejemplos de conjuntos sucesores ordinales tenemos a ℵ0 .
20.3.17. Definiciones. Si n P ℵ0 y pA, ĺq tiene el mismo tipo ordinal que pn, Ăq, diremos
que su tipo ordinal es pn, Ăq. Si pA, ĺq tiene el mismo tipo ordinal que ω, diremos que el
tipo ordinal de pA, ĺq es ω. En general, si a es un conjunto que pertenece a un conjunto
sucesor ordinal bien ordenado por la inclusión, diremos que pa, Ăq es un número ordinal o
simplemente que es un ordinal. Si pA, ĺq tiene el mismo tipo ordinal que un número ordinal
α, diremos que el tipo ordinal de pA, ĺq es α. Un número ordinal pb, Ăq es el sucesor de un
20.3. Cardinalidad y conjuntos bien ordenados 857

número ordinal pa, Ăq si b “ a Y tau. Un número ordinal pb, Ăq es un ordinal límite cuando
b ‰ ∅ y además pb, Ăq no es sucesor de ningún número ordinal.
El hecho de que el concepto de tipo ordinal está bien definido se sigue del teorema si-
guiente.
20.3.18. Teorema. Si α y β son dos números ordinales isomorfos, entonces α “ β.
Demostración. Por definición los números ordinales α y β son conjuntos bien ordenados de
la forma α “ pA, Ăq y β “ pB, Ăq. Supongamos que α ‰ β. Sea f : A ÝÑ B un isomorfismo
de orden de A sobre B y a1 el primer elemento de A tal que f pa1 q ‰ a1 . Si a1 tiene un
máximo a0 con respecto a la inclusión, entonces a1 “ a0 ` 1 y a0 P A X B, de modo que
también a1 P A X B y por ser f un isomorfismo de orden tenemos que f pa1 q “ a1 . Tenemos
pues que a1 no tiene máximo y del hecho de estar bien ordenado tenemos que, al igual que
f pa1 q, es un conjunto sucesor ordinal, de manera que a P a1 si y sólo si a “ f paq P f pa1 q, de
manera que a1 “ f pa1 q, contradiciendo lo que se supuso de a1 . ‚
Argumentos similares a los dados en la demostración anterior nos llevan al siguiente
teorema.
20.3.19. Teorema. Sean pA1 , ĺ1 q y pA2 , ĺ2 q conjuntos bien ordenados que son isomorfos.
Existe un único isomorfismo entre los conjuntos bien ordenados.
20.3.20. Teorema. Cualquier conjunto bien ordenado es isomorfo con algún número ordinal.
Demostración. Sea pA, ĺq un conjunto bien ordenado. Supongamos que pA, ĺq no es iso-
morfo con ningún número ordinal.
Analicemos primero el caso en que existe un a P A tal que el conjunto bien ordenado
ptx P A : x ĺ au, ĺq no es isomorfo con ningún número ordinal. Denotemos por Aa al
conjunto tx P A : x ĺ au y sea a0 el primer elemento de A tal que pAa0 , ĺq no es isomorfo
con ningún número ordinal. Tenemos así que para cada b ă a0 existe un número ordinal
βb “ pBb , Ăq tal que pAb , ĺq tiene tipo ordinal β, por lo que existe una función inyectiva
fb : Ab ÝÑ Bb sobre Bb que es isomorfismo de orden entre pAb , ĺq y βb , y de acuerdo con el
teorema 3.6 dicho isomorfismo es único. Ahora, por la unicidad del isomorfismoŤ tenemos que
si c ĺ b ă a0 , entonces fc pcq “ fb pcq, de modo que si tomamos la función f : Ab ÝÑ
băa0 xÞÑfx pxq
Bb , ésta es un isomorfismo entre el conjunto bien ordenado pAa0 zta0 u, ĺq y el número
Ť
băa0 ˆ ˙
ordinal Bb , Ă , por lo que si g es la extensión de la función f al conjunto Aa0 tal
Ť
băa0 Ť
que gpa0 q :“ Bb , tenemos que ésta es un isomorfismo entre pAa0 , ĺq y el número ordinal
ˆˆ ˙ băa0 ˙
Bb ` 1, Ă , en contradicción con el hecho de que pAa0 , ĺq no es isomorfo con ningún
Ť
băa0
número ordinal.
Para el caso en que para todo a P A el conjunto bien ordenado ptx P A : x ĺ au, ĺq sí
es isomorfo con algún número ordinal, Ť definamos fa , Aa y Ba como en el párrafo anterior de
manera que la función f : A ÝÑ Ba sea un isomorfismo de orden entre el conjunto bien
aÞÑfa paq aPA
ˆ ˙
ordenado pA, ĺq y el número ordinal Ba , Ă , contradiciendo el hecho de que pA, ĺq no
Ť
aPA
858 20.3. Cardinalidad y conjuntos bien ordenados

es isomorfo con ningún número ordinal. ‚


20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección 859

20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección


En esta sección se demostrarán algunas proposiciones importantes que son equivalentes
al axioma de elección como son el teorema de Zorn (también conocido como lema de Zorn),
el principio de maximalidad de Hausdorff y el Teorema de Zermelo. Comencemos enunciando
el ya conocido axioma de elección.
20.4.1. Axioma de elección. Sea F una colección de conjuntos no vacíos. Existe una función
ď
ϕ : F ÝÑ A
APF

tal que ϕpAq P A, para todo A P F.


20.4.2. Definición. A la función ϕ descrita en el axioma de elección se le llama función
de elección.
20.4.3. Notación. Sea ĺ un orden parcial en un conjunto X y E, F Ă X. La expresión
E ĺ˚ F representará el hecho de que E Ă F y además para todo x P E, ty P F : y ĺ xu Ă E.
La expresión E ă˚ F representará el hecho de que E ĺ˚ F y E ‰ F .
20.4.4. Lema. Sea ĺ un orden parcial en un conjunto X y U una colección de subconjuntos
de X que están totalmente
Ť ordenados por ĺ y además (E P U y F P U q ùñ E ĺ˚ F ó
F ĺ˚ E. El conjunto APU A está totalmente ordenado por ĺ.
Demostración. Sean x, y P APU A. Por hipótesis, tenemos que existen conjuntos E, F P U
Ť
tales que x P E y y P F , además E ĺ˚ F ó F ĺ˚ E.
Si y P E, entonces, como E es totalmente ordenado, tenemos que x ĺ y ó y ĺ x. Si y R E,
entonces E ĺ˚ F y Ť además y P F zE, por lo que x ĺ y. En ambos casos tenemos que x ĺ y
ó y ĺ x, por lo que APU A está totalmente ordenado por ĺ. ‚
20.4.5. Lema. Sea ĺ un orden parcial en un conjunto X y U una colección de subconjuntos
de X que Ťestán bien ordenados por ĺ y además (E P U y F P U q ùñ E ĺ˚ F ó F ĺ˚ E. El
conjunto APU A está bien ordenado por ĺ.
Por el lema 20.4.4 tenemos que APU A está totalmente ordenado por ĺ.
Ť
Demostración.
Sea E Ă APU A un conjunto no vacío. Como E es no vacío, existe un x P E y un A P U tal
Ť
que x P A. Ahora, como A es bien ordenado, A X E tiene un primer elemento e. Afirmamos
que e es el primer elemento de E. En efecto, si existiera un e1 ‰ e tal que e1 ĺ e, entonces
e1 P A1 para algún A1 P U , pero esto último contradice el hecho de que A ĺ˚ A1 ó A1 ĺ˚ A.
Por lo tanto e es el primer elemento de E. ‚
20.4.6. Lema de Zorn. Un conjunto parcialmente ordenado X con cotas superiores para
sus subconjuntos bien ordenados tiene un elemento maximal.
Demostración. Supongamos que X no tenga elemento maximal y que cada subconjunto
de X bien ordenado tenga una cota superior. Para cada subconjunto bien ordenado C Ă X
sea gpCq R C una cota superior de C. (La existencia de la función g dada anteriormente,
cuyo dominio es tA : A Ă X y A está bien ordenado}, se justifica por el axioma de elección
al tomar una función de elección ϕ cuyo dominio es la familia de subconjuntos no vacíos de
X y tomando gpCq “ ϕpĈq, donde Ĉ “ tx P X : c ă x para todo c P Cu.) Llamaremos
860 20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección

g-conjunto a cualquier subconjunto bien ordenado C Ă X tal que para todo c P C se tenga
c “ gptc1 P C : c1 ă cqu. (Ejemplos de g-conjuntos son tu, tgptuqu, tgptuq, gptgptuququ, ¨ ¨ ¨ .)
Afirmamos que si C y D son g-conjuntos, entonces C ĺ˚ D ó D ĺ˚ C. En efecto,
sea W la unión de todos los subconjuntos B Ă X que satisfacen B ĺ˚ C y B ĺ˚ D. Si
w P W , entonces w pertenece a algún conjunto F tal que F ĺ˚ C y F ĺ˚ D, por lo que
tx P C : x ă wu Ă F Ă W y tx P D : x ă wu Ă F Ă W , de donde tenemos que W ĺ˚ C
y W ĺ˚ D y además todo subconjunto de X con esta propiedad está incluido en W . Si
W “ C ó W “ D la afirmación está demostrada. Supongamos que W ă˚ C y W ă˚ D.
Sea c el primer elemento de tc1 P C : w ă c1 para todo w P W u y d el primer elemento de
td1 P D : w ă d1 para todo w P W u (Observemos que estos conjuntos son no vacíos). Como
podemos ver W “ tc1 P C : c1 ă cu “ td1 P D : d1 ă du. Como C y D son g-conjuntos,
entonces c “ gpW q “ d. Ahora, W Y tgpW qu es también un g-conjunto que no está incluido
en W con W Y tgpW qu ĺ˚ C y W Y tgpW qu ĺ˚ D, lo cual contradice la definición de W .
Por lo tanto si C y D son g-conjuntos, entonces C ĺ˚ D ó D ĺ˚ C.
Sea ahora Y la unión de todos los g-conjuntos. Por el lema 20.4.5, el conjunto Y está
bien ordenado y para todo g-conjunto C se tiene que C ă˚ Y , por lo tanto tc1 P C : c1 ă
cu “ tc1 P Y : c1 ă cu para todo c P C. Ahora, Y es un g-conjunto pues si y P Y , entonces y
pertenece a algún g-conjunto C y y “ gptc1 P C : c1 ă yuq “ gptc1 P Y : c1 ă yuq. Como Y
es un g-conjunto, también lo es Y Y tgpY qu, pero éste último no está contenido en Y , lo cual
nos conduce a una contradicción. ‚
Como corolario del lema anterior tenemos el teorema de Zorn.
20.4.7. Teorema de Zorn. Un conjunto parcialmente ordenado X con cotas superiores
para sus subconjuntos totalmente ordenados tiene un elemento maximal.
Demostración. Si X es un conjunto parcialmente ordenado con cotas superiores para sus
subconjuntos totalmente ordenados, entonces tiene cotas superiores para sus subconjuntos
bien ordenados, de modo que aplicando el lema de Zorn se deduce el teorema. ‚
20.4.8. Aclaración. Algunos textos al teorema de Zorn también le llaman lema de Zorn
pero nosotros le llamaremos teorema de Zorn para diferenciarlo.
20.4.9. Principio de maximalidad de Hausdorff. Toda cadena de un conjunto parcial-
mente ordenado está contenida en alguna de las cadenas maximales de ese conjunto.
Demostración. Sea X un conjunto parcialmente ordenado por ĺ y C una cadena. El
principio afirma que existe una cadena C 1 tal que C Ă C 1 y si C 2 es una cadena con C 1 Ă C 2 ,
entonces C 2 Ă C 1 .
Sea F el conjunto de todas las cadenas en X que contienen a C, con el orden parcial Ă.
Si en F existe una cadena B (es decir, una cadena con respecto Ť al orden parcial Ă cuyos
elementos son cadenas con respecto al orden parcial ĺ), entonces APB A es una cota superior
de B y pertenece a F, por lo tanto toda cadena en F está acotada superiormente. Ť Ahora, por
el teorema de Zorn, F tiene un elemento maximal C y también se tiene que APC A es una
cadena maximal en X que contiene a C. ‚
20.4.10. Teorema de Zermelo. Para todo conjunto X existe un buen orden ĺ en X.
Demostración. Observemos que la inclusión Ă define un orden parcial en F :“ ppXqztA P
ppXq : A no puede ser bien ordenado }.
20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección 861

SeaŤC una cadena en F. Si C está bien ordenada, afirmamos que existe un buen orden
ĺ en APC A de tal manera que a ĺ b si a P A P C, b P B P C y b R A. En efecto, para
cada A P C existe un buen orden ĺA , en particular para el primer elemento E de C existe un
buen orden ĺE . Definamos el orden ĺ en APC A de manera tal que para e1 , e2 P E se tenga
Ť
que e1 ĺ e2 ðñ e1 ĺE e2 , ahora, para cualquier B P C sea B 1 el conjunto formado por los
elementos de B que no están en ningún elemento de C incluido en B y supongamos que el
buen orden ĺ está dado en cualquier elemento de la cadena contenido en BzB 1 . Si a, b P B 1 ,
definamos a ĺ b si y sólo si a ĺB b; si a P BzB 1 y b P B 1 tomemos a ĺ b; si a, b P BzB 1 , el
significado de a ĺ b ya está dado. Por inducción transfinitaŤel buen orden ĺ está dadoŤ en
cualquier elemento de la cadena C, por lo que está dado en APC A. Así vemos que APC A
es una cota superior de C, por lo que, debido al lema de Zorn, F tiene un elemento maximal
Y . Ahora, necesariamente Y “ X, de otro modo existiría un x P XzY y fácilmente podemos
ver que Y Y txu puede ser bien ordenado, contradiciendo la maximalidad de Y . ‚
Otra versión del lema de Zorn es la proposición siguiente, conocida como el principio del
elemento maximal.
20.4.11. Principio del elemento maximal. Si todo subconjunto bien ordenado de un
conjunto parcialmente ordenado X tiene cotas superiores, entonces para todo x P X existe
un elemento maximal y P X tal que x ĺ y.
Demostración. Supongamos que todo subconjunto bien ordenado de X tiene cotas supe-
riores y para cada x P X sea Xx “ tz P X : x ĺ zu. Si A es un subconjunto bien ordenado
de Xx , entonces A tiene una cota superior a P X, pero como x ĺ a, entonces a P Xx , es decir
todo conjunto bien ordenado de Xx al menos una cota superior a P Xx . Por el lema de Zorn
Xx tiene un elemento maximal y (con el orden parcial restringido a Xx ). Ahora, el elemento
maximal y de Xx es también un elemento maximal de X, pues si existiera un y 1 P X tal que
y ĺ y 1 , entonces y 1 P Xx , de modo que y 1 “ y. ‚
A continuación procederemos a demostrar la equivalencia del axioma de elección con
el lema de Zorn, el teorema de Zorn, el teorema de Zermelo, el principio de maximalidad
de Hausdorff y el principio del elemento maximal. Observemos que en la demostración del
lema 20.4.5 no fue necesario utilizar el axioma de elección ni directa ni indirectamente. Tal
demostración se hará demostrando primero que el teorema de Zermelo implica el axioma
de elección, luego que el principio de maximalidad de Hausdorff (junto con el lema 20.4.5)
implica el lema de Zorn y finalmente que el principio del elemento maximal implica el lema
de Zorn. Observemos que de acuerdo a como se han hecho las demostraciones en esta sección
se tienen las implicaciones siguientes: (axioma de elección ùñ lema de Zorn); (lema de Zorn
ùñ teorema de Zorn); (teorema de Zorn ùñ principio de maximalidad de Hausdorff); (lema
de Zorn ùñ teorema de Zermelo), y (lema de Zorn ùñ principio del elemento maximal).
20.4.12. Proposición. Teorema de Zermelo ùñ axioma de elección.
Demostración. SeaŤ F una familia de conjuntos no vacíos. Por el teorema de Zermelo, existe
un buen orden en A. Para cada A P F sea ϕpAq el primer elemento de A. De esta forma
APF
vemos que ϕ es una función de elección para F. ‚
20.4.13. Proposición. Principio de maximalidad de Hausdorff ùñ lema de Zorn.
862 20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección

Demostración. Sea X un conjunto parcialmente ordenado por ĺ con cotas superiores para
sus subconjuntos bien ordenados.
En la colección de subconjuntos bien ordenados de X tomemos el orden parcial ĺ˚ . Debido
al principio de maximalidad de Hausdorff existe una cadena
Ť maximal C de elementos de F
para el ordenŤparcial ĺ . Por el lema 4.2 el conjunto APC A está
˚
Ť bien ordenado por ĺ,
por lo tanto APC A tiene una cotaŤsuperior c. Afirmamos que cŤP APC A y es un elemento
maximal de de X. En efecto, si c R APC A, entonces B ĺ˚ tcuY APC A R Ť C para todo B P C,
contradiciendo el hecho de que la cadena C es maximal, por lo tanto c P APC A. Ahora si c
no fuera un elemento maximal de X, tendríamos un b P X con c ă b y de nuevo llegaríamos
a la conclusión de que la cadena C no es maximal, de modo que c es un elemento maximal
de X. ‚
20.4.14. Proposición. Principio del elemento maximal ùñ lema de Zorn.
Demostración. Sea X un conjunto parcialmente ordenado por ĺ con cotas superiores para
sus subconjuntos bien ordenados. Si tomamos x P X tenemos por el principio del elemento
maximal que existe un elemento maximal y tal que x ĺ y, pero para que se cumpla el lema
de Zorn es suficiente con que y sea maximal. ‚
A continuación, como una aplicación del teorema de Zermelo, se demostrará que cuales-
quiera dos conjuntos pueden ser comparados con respecto a su cardinalidad.
20.4.15. Teorema. Si A y B son dos conjuntos, entonces

#A ĺ #B ó #B ĺ #A.

Demostración. El resultado es claro cuando alguno de los dos conjuntos es el vacío. Su-
pongamos que ni A ni B son vacíos. Por el teorema de Zermelo el conjunto A puede ser bien
ordenado por alguna relación ĺ.
Tenemos dos posibilidades:

a) Existe un a1 P A y una biyección de ta P A : a ă a1 u sobre B.

b) Para todo a1 P A, no existe ninguna biyección de ta P A : a ă a1 u sobre B.

Si se cumple a), entonces #B ĺ #A.


Si se cumple b), sea e el primer elemento de A y definamos ϕpeq P B. Supongamos que
está definido ϕpa0 q para todo elemento a0 en ta P A : a ă a1 u de manera que si a1 ‰ a2 ,
entonces ϕpa1 q ‰ ϕpa2 q. Sea b1 P Bzϕrta P A : a ă a1 us y definamos ϕpa1 q “ b1 . De este
modo, por el principio de inducción transfinita, existe una función inyectiva ϕ : A ÝÑ B, es
decir #A ĺ #B. ‚
De nuevo aplicando el principio de inducción transfinita y el teorema de Zermelo demos-
traremos el siguiente teorema.
20.4.16. Teorema de extensión de funciones inyectivas. Sean A y X dos conjuntos
tales que A Ă X. Si f es una función inyectiva cuyo dominio es A, entonces existe una función
inyectiva g cuyo dominio es X tal que gpaq “ f paq para todo a P A.
20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección 863

Demostración. Demos en el conjunto XzA un buen orden ĺ (esto es posible debido al


teorema de Zermelo). Para el primer elemento e de XzA sea gpeq un elemento que no está en
el recorrido de f (por ejemplo f rAs). Sea x P XzA y supongamos que se ha definido gpyq para
todo y ă x de tal manera que gpyq R f rAs y gpyq ‰ gpy0 q para todo y0 ă y. Definamos gpxq
como un elemento que no está en f rAs y además gpxq ‰ gpyq para todo y ă x (esto es posible
si tomamos gpxq “ f rAs Y ty P XzA : y ă xu). Por inducción transfinita, está definido gpxq
para todo x P XzA de tal manera que gpxq no está en f rAs y además gpxq ‰ gpyq para
todo y ă x. Finalmente, tomando gpaq “ f paq para todo a P A vemos que g satisface las
condiciones del teorema. ‚
20.4.17. Definición. Sea Λ un conjunto y F “ tAλ : λ P Λu una colección de conjuntos. Al
conjunto
# ˜ ¸ +
ą ď
Aλ :“ f P Λ Aλ : f pλq P Aλ para todo λ P Λ
λPΛ λPΛ
# +
ď
“ f : Λ ÝÑ Aλ : f pλq P Aλ para todo λ P Λ
λPΛ

se le llama producto cartesiano y al conjunto Λ se le llama conjunto de índices del


producto cartesiano. Más precisamente, Aλ es el producto cartesiano de la función ϕ :
Ś
Ś λPΛ
Λ ÝÑ F tal que ϕpλq “ Aλ . Si f P Aλ y µ P Λ, entonces a f pµq se le llama la µ-ésima
λPΛ Ś
proyección de f y a la función prµ : Aλ ÝÑ Aµ dada por prµ pf q “ f pµq se le llama
λPΛ
proyección de Aλ en Aµ . Observemos además que ΛA “ A (donde A no depende de
Ś Ś
λPΛ λPΛ
λ), es decir ΛA “ tf : pf : Λ ÝÑ Aqu.
Veamos ahora otras formas equivalentes de enunciar el axioma de elección.
20.4.18. Teorema. El axioma de elección 20.4.1 (CA) es equivalente a las siguientes propo-
siciones:

I) Si los elementos
Ś de una colección de conjuntos tAλ : λ P Λu son no vacíos, entonces el
conjunto Aλ es no vacío.
λPΛ

II) Si F es una colección de conjuntos disjuntos y no vacíos, entonces existe un conjunto B


tal que cada elemento de B pertenece a un elemento de F y para cada A P F se tiene
que A X B tiene únicamente un elemento.

Demostración. (CA ùñ I)) Sea F “ tAλ : λ P Λu. Por el CA, existe una función Ś de
elección g para la familia F. Tomando para cada λ P Λ f pλq “ gpAλ q vemos que f P Aλ .
λPΛ
(I) ùñ II)) Sea F Ś una colección de conjuntos disjuntos y no vacíos y tomemos Λ “ F.
Debido a I) existe f P A. Haciendo B igual al recorrido de f vemos que cada elemento de
APF
B pertenece a un elemento de F y que para cada A P F se tiene que A X B “ tf pAqu, de lo
cual se sigue II).
864 20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección

(II) ùñ CA) Sea F una colección de conjuntos no vacíos. Definamos para cada A P F los
conjuntos A1 “ tpa, Aq : a P Au y F1 “ tA1 : A P Fu, y observemos que F1 es una familia
de conjuntos no vacíos y disjuntos. En efecto, si C1 y C2 son dos elementos diferentes de
F1 y además c1 P C1 y c2 P C2 , entonces c1 y c2 son diferentes por ser parejas ordenadas
con segundas componentes diferentes. De II) tenemos que existe un conjunto B tal que cada
elemento de B pertenece a un elemento de F1 y que para cada A1 P F1 se tiene que A1 X B
tiene solamente un elemento al cual denotaremos como a1 . Finalmente, para cada A P F sea
gpAq “ a˚ , donde a˚ es la primer componente de a1 . Así tenemos que a˚ P A lo cual hace de
g una función de elección para F. ‚
20.4.19. Definición. Al conjunto B dado en el teorema 20.4.18 II) se le llama conjunto
de elección de la familia F.
20.4.20. Aclaración. En algunos textos cuando se habla del axioma de elección se refiere a
alguna de las proposiciones I) ó II) del teorema 20.4.18.
Definamos ahora el concepto de cardinalidad de un conjunto.
20.4.21. Definición. Sea A un conjunto. Por el teorema de Zermelo existe un buen orden ĺ
en A y por el teorema 20.3.20 el conjunto bien ordenado pA, ĺq es isomorfo con algún número
ordinal α “ pAα , Ăq, donde obviamente Aα y A tienen la misma cardinalidad. Tenemos que
la colección B de todos los conjuntos B Ă Aα tales que pB, Ăq es un número ordinal es un
conjunto bien ordenado por Ă. Sea Bα el mínimo de los elementos de B que tienen la misma
cardinalidad que A. A tal conjunto Bα le llamaremos la cardinalidad de A y lo denotaremos
por #A. Cuando A es un conjunto, el conjunto #A es un representante de todos los conjuntos
que tienen la misma cardinalidad que A y se dice que tal representante #A es un cardinal
o número cardinal.
20.4.22. Observación. De acuerdo a la definición anterior, cuando A y B son conjuntos
cualesquiera, las expresiones #A ĺ #B y #A ă #B son respectivamente equivalentes a
#A Ă #B y #A Ł #B.
20.4.23. Definiciones. Si α y β son números cardinales definimos las operaciones de suma,
multiplicación y exponente de cardinales como:
α ` β :“ #ppt0u ˆ αq Y pt1u ˆ βqq;
α ¨ β :“ #pα ˆ βq;
αβ :“ #pβαq.

20.4.24. Lema. Si α, β, α1 y β 1 son cardinales tales que α ĺ α1 y β ĺ β 1 , entonces α ` β ĺ


α1 ` β 1 , α ¨ β ĺ α1 ¨ β 1 .
Demostración. El lema se deduce del hecho de que pt0u ˆ αq Y pt1u ˆ βq Ă pt0u ˆ α1 q Y
pt1u ˆ β 1 q y de que α ˆ β Ă α1 ˆ β 1 . ‚
1
20.4.25. Lema. Si α, β, α1 y β 1 son cardinales tales que α ĺ α1 y β ĺ β 1 , entonces αβ ĺ α1 β ,
a menos que α “ α1 “ β “ 0 y 0 ă β 1 .
Demostración. Veamos primero el caso en que α1 ą 0. En ese caso tomemos la función
inyectiva ϕ : βα ÝÑ β α1 tal que ϕpf q|β “ f y pϕpf qqpξq “ 0, para β ĺ ξ ă β 1 . Cuando
1
20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección 865

α1 “ α “ 0, pero β ą 0 tenemos que βα “ ∅ “ β α. Cuando α1 “ α “ 0, pero β “ β 1 “ 0


1

1
tenemos que obviamente αβ ĺ α1 β , con lo que se cumple para todos los casos dados en la
hipótesis del lema. ‚
20.4.26. Observación. Si β 1 ą 0, entonces 0β “ 0, mientras que 00 “ 1. Esa es la razón de
1

la excepción de que α “ α1 “ β “ 0 y 0 ă β 1 dada en el lema 20.4.25.


20.4.27. Teorema.

a) Si α ľ ℵ0 es un cardinal, entonces α es un ordinal límite.

b) Si n P ℵ0 , entonces n es un cardinal.

c) Si A es un conjunto de cardinales, entonces


Ť
A es un cardinal.

d) ℵ0 es un cardinal.

Demostración. a) Supongamos que α es un conjunto sucesor ordinal, α ľ ℵ0 y α “ δ ` 1,


para algún conjunto sucesor ordinal δ, de manera que α ą δ ľ ℵ0 . Tenemos que α no puede
ser un cardinal porque existiría la biyección f de α “ δ Y tδu sobre δ dada por f pδq “ 0,
f pnq “ n ` 1 para n P ℵ0 y f pξq “ ξ para ℵ0 ĺ ξ ă δ.
b) Tenemos que 0 es un cardinal por ser el único conjunto vacío, no es equipotente con
ningún otro conjunto. Supongamos que un n P ℵ0 es un cardinal. Si n ` 1 no fuera cardinal,
entonces #pn`1q “ Ťn, lo cual no es posible debido a las propiedades de los números naturales.
c) El conjuntoŤ A es un conjunto sucesor ordinal o un número cardinal (ver ejercicio Ť 2),
de manera que si A no fuese un cardinal tendríamos que existiría un cardinal ξ ă A tal
que # A “ ξ. Sea α P A tal que ξ ă α; Observemos que #α “ ξ, de manera que α no sería
Ť
un cardinal, en contradicción con la hipótesis de que A es un conjunto de cardinales.
El inciso d) se deduce directamente de b) y c). ‚
20.4.28. Teorema. Si #α ľ ℵ0 , entonces #pα ˆ αq “ #α. En particular si α es un número
cardinal tal que α ľ ℵ0 , entonces #pα ˆ αq “ α.
Demostración. Observemos que es suficiente demostrar el teorema para el caso en que α
es un número cardinal. Claramente α ĺ α ˆ α. Definamos un buen orden ĺ en α ˆ α de tal
manera que pα ˆ α, ĺq isomorfo con pα, Ăq. Establezcamos que pξ1 , ξ2 q ĺ pη1 , η2 q si y sólo si
se tiene que ξ1 Y ξ2 Ł η1 Y η2 , ξ1 Y ξ2 “ η1 Y η2 y ξ1 ă η1 , o bien ξ1 Y ξ2 “ η1 Y η2 , ξ1 “ η1 y
ξ2 ĺ η2 .
Tenemos que la relación ĺ es un buen orden en αˆα. En efecto, si ∅ ‰ A Ă αˆα entonces
al tomar A1 :“ ta P α : pa, bq P A y b ĺ a para algún b P αu y A2 :“ tb P α : pa, bq P A
y a ĺ b para algún a P αu podemos tomar, en caso de que A1 ‰ ∅, a a1 como el primer
elemento de A1 y, en caso de que A2 ‰ ∅, a a2 como el primer elemento de A2 ; en todo
caso tendremos que alguno de los conjuntos A1 ó A2 es no vacío. Tomemos además cuando
proceda a B1 :“ tb P α : pa1 , bq P Au, B2 :“ ta P α : pa, a2 q P Au, b1 el primer elemento de B1
y b2 el primer elemento de B2 . Ahora bien: en caso de que tanto A1 como A2 sean no vacíos
tendremos que el mínimo (con respecto al orden ĺ) de pa1 , b1 q y pa2 , b2 q es el mínimo de A;
en caso de que A2 “ ∅ el mínimo de A es pa1 , b1 q; y en caso de que A1 “ ∅ el mínimo de A
es pa2 , b2 q.
866 20.4. Proposiciones equivalentes al axioma de elección

Para cada número cardinal infinito α sea pγα , Ăq el número ordinal al cual es isomorfo
el conjunto bien ordenado pα ˆ α, ĺq. Cuando α “ ℵ0 tenemos que #γα “ #pα ˆ αq “
#pℵ0 ˆ ℵ0 q “ ℵ0 “ α. Supongamos que para todo número cardinal infinito β ă α tengamos
que #γβ “ β. Supongamos que existe un número cardinal η tal que #pη ˆ ηq ą η. Sea κ el
primer cardinal con la propiedad de que #pκ ˆ κq ą κ y sea δ :“ #pκ ˆ κq.
Si β ă κ es un conjunto sucesor ordinal tenemos que #pβ ˆ βq ă κ, pues si β es finito
entonces β ˆ β es finito, mientras que si es infinito #pβ ˆ βq “ #β ă κ.
Sea f el isomorfismo entre pδ, Ăq y pκˆκ, ĺq. Tomemos pδ1 , δ2 q :“ f pκq y η :“ máxtξ1 , ξ2 u`
1. Ahora, η ă κ debido a que κ es un ordinal límite y, por definición de ĺ, f rκs Ă η ˆ η,
teniendo así que κ ĺ #pη ˆ ηq ă κ, llegando así a una contradicción. Tenemos así que para
todo cardinal infinito α se tiene que #pα ˆ αq “ α. ‚
20.4.29. Teorema. Sea α un cardinal infinito. Ť
Si F es una familia de conjuntos tal que
#F ĺ α y #X ĺ α para todo X P F, entonces # F ĺ α.
Demostración. En el caso en que F “ ∅ el resultado se cumple de manera obvia, de manera
que supondremos que F ‰ ∅. Sea f : α ÝÑ F una función sobre F, y para cada B P F existe
una función g : α ÝÑ B una función sobre B, en particular, para todo cardinal β ă α existe
una función gβ : α ÝÑ f pβq sobre f pβq. Definamos ahora la función h cuyo domino es α ˆ α
y cuyo recorrido es F de manera que hpη, γq “ gf pηq pγq. Por Ť
el teorema 20.4.28 tenemos que
#pα ˆ αq “ α de manera que existe una función de α sobre F, y así # F ĺ α.
Ť

Ejercicios.

1. Demostrar que la definición que se dio de cardinalidad de un conjunto A no depende


del buen orden ĺ que se le haya dado a A.

2. Demostrar que si X es un conjunto


Ť cuyos elementos son conjuntos sucesores ordinales
o números cardinales entonces X es conjuntos sucesor ordinal o un número cardinal.
20.5. Construcción de los números racionales 867

20.5. Construcción de los números racionales


En esta sección construiremos un conjunto que tenga la estructura del conjunto de nú-
meros racionales Q a partir del conjunto Z y sus propiedades.
Denotaremos por Q1 al conjunto de todas las parejas ordenadas pm, nq tales que m P Z
y n P N.
Para cada m1 , m2 P Z y n1 , n2 P N definimos las operaciones binarias ˛¨ y `
˛ en el conjunto
Q1 como:
pm1 , n1 q ˛¨ pm2 , n2 q :“ pm1 m2 , n1 n2 q,
pm1 , n1 q `
˛ pm2 , n2 q :“ pm1 n2 ` m2 n1 , n1 n2 q.
Hagamos una partición en clases de equivalencia del conjunto Q1 diciendo que dos ele-
mentos pm1 , n1 q y pm2 , n2 q de Q1 están en la misma clase si y sólo si m1 n2 “ m2 n1 . Para
m1 n2 “ m2 n1 , denotemos a la clase en la cual están pm1 , n1 q y pm2 , n2 q como Qpm1 ,n1 q ó como
Qpm2 ,n2 q . El lector podrá demostrar que el conjunto Q2 :“ tQpm,nq : pm, nq P Q1 u es una
partición en clases de equivalencia del conjunto Q1 . Dejamos también al lector el demostrar
que si Qpm1 ,n1 q “ Qpm2 ,n2 q y Qpm3 ,n3 q “ Qpm4 ,n4 q , entonces Qpm1 ,n1 q˛¨pm3 ,n3 q “ Qpm2 ,n2 q˛¨pm4 ,n4 q y
Qpm1 ,n1 q˛`pm3 ,n3 q “ Qpm2 ,n2 q˛`pm4 ,n4 q .
Definamos ahora en Q2 las operaciones ` ˝ y ˝¨ de la manera siguiente: para cada r, s P Q1
tomemos Qr ˝¨ Qs :“ Qr˛¨s y Qr ˝¨ Qs :“ Qr˛¨s .
Se deja al lector el demostrar las propiedades siguientes con respecto al conjunto Q2 y las
operaciones ` ˝ y ˝¨.
20.5.1. Proposición. pQ2 , `, ˝ ˝¨q es un cuerpo donde: el inverso aditivo (inverso con respecto
˝ de Qpm,nq es Qp´m,nq ; el inverso multiplicativo (inverso con respecto a ˝¨) de Qpm,nq , cuando
a `)
m, n ‰ 0, es Qpn,mq ; el elemento neutro es Qp0,1q “ tp0, nq : n P Zzt0uu, y el elemento unitario
es Qp1,1q “ tpn, nq : n P Zzt0uu.
20.5.2. Proposición. Si Z2 :“ tQpm,1q : m P Zu, entonces pZ2 , `,˝ ˝¨q es un anillo isomorfo a
pZ, `, ¨q y más aún, el isomorfismo de Z2 en Z es la función ϕ : Z2 ÝÑ Z.
Qpm,1q ÞÑm
Teniendo el isomorfismo de anillos ϕ : Z2 ÝÑ Z, de acuerdo al teorema de extensión de
Qpm,1qÞÑm
funciones inyectivas, existe una función inyectiva f cuyo dominio es Q2 y tal que para todo
r P Z2 se tiene que f prq “ ϕprq. Definamos a Q como el recorrido de una de tales funciones
existentes f , llamémosle a sus elementos números racionales y definamos la operación de
suma «`» y de multiplicación «¨» en Q como
x ` y :“ f pf ´1 pxq `
˝ f ´1 pyqq y x ¨ y :“ f pf ´1 pxq ˝¨ f ´1 pyqq.
Cuando pm, nq P Q1 denotamos al elemento f pQpm,nq q P Q simplemente como m n
o bien como
m{n. Cuando n sea un entero negativo y m un entero cualesquiera, el símbolo m n
representará
al número ´m
´n
. Se deja al lector el demostrar que si m P Z y n P Zzt0u, entonces m
n
“ ´m
´n
y
´m
n
“ m
´n
“ ´ m
n
, además de que cuando m ‰ 0 el inverso multiplicativo de m
n
es n
m
.
Observemos que para dos números racionales r “ m n
y s “ pq , donde m P Z y n, p, q P
Zzt0u, el definir la división de r entre s como
m
r n mq
“ p :“
s q
np
868 20.5. Construcción de los números racionales

no crea conflicto con la notación, de manera que como es costumbre así se denotará tal
división. Notemos además de que en caso de que los números racionales r y s sean diferentes
de 0, el inverso multiplicativo de rs es rs . Más aún, si r, s, t, u P Q, con s, u ‰ 0, tenemos que
r
¨ t “ su
s u
rt
.
Diremos que un número racional r es positivo si existen dos números naturale m, n tales
que r “ m n
. Observemos que todos los números naturales, entre ellos el número 1, son positi-
vos. A los números racionales diferentes de 0 que no sean positivos les llamaremos negativos.
Definamos ahora la relación ‘ĺ’ (que se lee «menor o igual que») en el conjunto de los
números racionales. Dados dos números racionales r y s, diremos que r ă s (o que s ą r)
cuando s ´ r es positivo y diremos que r ĺ s (o que s ľ r) cuando r ă s ó r “ s. Observemos
que esta definición de ĺ es una generalización de la dada en Z y es una relación de orden
total.
20.5.3. Definición. Decimos que el objeto pF, `, ¨, ĺq es un cuerpo ordenado si pF, `, ¨q
es un cuerpo y ĺ es un orden total en F con las siguientes propiedades:

a) Propiedad de cancelación. Si a, b, c P F , entonces

a ă b ðñ a ` c ă b ` c.

b) Propiedad de preservación por multiplicación de positivo. Si a, b, c P F , enton-


ces
pa ă b y 0 ă cq ùñ a ¨ c ă b ¨ c.

20.5.4. Observación. Notemos que pQ, `, ¨, ĺq es un campo ordenado al cual pertenecen los
números enteros (¡demuéstrece!), además todas las propiedades y resultados de los números
reales dadas antes del capítulo 7 se basan en este hecho.
20.6. Construcción de los números reales 869

20.6. Construcción de los números reales


En esta sección construiremos el conjunto de los números reales, es decir demostraremos
que existe un conjunto, al cual denotaremos por R, con unas operaciones de suma ` y
multiplicación ¨, y un orden parcial ĺ tal que pR, `, ¨, ĺq es un cuerpo ordenado que satisface
el axioma del supremo.
Daremos por un hecho que las propiedades de los números reales dadas hasta antes del
capítulo 7 son válida para los números racionales. De hecho también es válida la propiedad
arquimediana y sus consecuencias inmediatas (7.1.19 y 7.1.20) si cambiamos R por Q, es decir
se cumple el hecho de que para todo número racional x existe un número natural n tal que
n ą x. En efecto, si x no es positivo basta con tomar n “ 1, pero si x ą 0 existen números
naturales p y q tales que x “ pq , de manera que al tomar n “ p ` 1 tenemos que n ą x (el
corolario 7.1.20 para el caso en que los números involucrados son racionales se demuestra de
manera análoga a como se demostró cuando los números involucrados son reales). También se
puede ver, de manera exhaustiva si se quiere, que en Q es válida la desigualdad del triángulo
(donde |x| “ x si x ľ 0 y |x| “ ´x si x ă 0, para x P Q).
Haremos uso en esta sección de las definiciones siguientes.
20.6.1. Definición. Una sucesión racional de Cauchy (de números racionales) es una
sucesión de números racionales pqk q8
k“1 tal que para todo número racional positivo ε existe
un N P N tal que para todo n, m P N se tiene que
n, m ľ N ùñ |qm ´ qn | ă ε.

20.6.2. Definición. Decimos que una sucesión de números racionales pqk q8k“1 converge a un
número racional q cuando para todo número racional positivo ε existe un N P N tal que para
todo n P N se tiene que
n ľ N ùñ |qn ´ q| ă ε.
20.6.3. Observación. Observemos que si suponemos la existencia del cuerpo de los números
reales las definiciones anteriores de convergencia y de sucesión de Cauchy son consistentes
con las dadas en capítulos anteriores, es decir con las dadas tomando ε P R en lugar de ε P Q.
20.6.4. Lema. Si pak q8k“1 es una sucesión de números racionales que converge a un número
racional a, entonces pak q8
k“1 es una sucesión racional de Cauchy.
Demostración. Supongamos que pak q8 k“1 es una sucesión de números racionales que con-
verge a un número racional a. Para cualquier número racional ε ą 0 existe un número natural
N , tal que k ľ N ùñ |ak ´ a| ă 2ε . Ahora, si m, n ľ N ; entonces |an ´ a| ă 2ε y |am ´ a| ă 2ε ,
por lo que |am ´ an | ĺ |am ´ a| ` |an ´ a| ă 2ε ` 2ε “ ε; por lo tanto toda sucesión de números
racionales convergente es una sucesión racional de Cauchy. ‚
De manera completamente análoga a como se demostraron los teoremas de la sección 8.4
se pueden demostrar los siguientes diez lemas.
20.6.5. Lema. Sea c un número racional. La sucesión constante pcq8
k“1 converge al número
c.
` ˘8
20.6.6. Lema. La sucesión de números racionales k1 k“1 converge a 0.
20.6.7. Lema. Sea c un número racional y pak q8
k“1 una sucesión de números racionales que
870 20.6. Construcción de los números reales

converge a un número racional a. La sucesión pc¨ak q8


k“1 es una sucesión de números racionales
que converge a c ¨ a.
20.6.8. Lema. Sean pak q8 8
k“1 y pbk qk“1 dos sucesiones de números racionales que convergen
a los números racionales a y b respectivamente. La sucesión pak ` bk q8
k“1 converge al número
racional a ` b.
20.6.9. Lema. Sean pak q8 8
k“1 y pbk qk“1 dos sucesiones de números racionales que convergen
a los números racionales a y b respectivamente. La sucesión pak ¨ bk q8
k“1 converge al número
racional a ¨ b.
20.6.10. Lema. Sea pak q8 k“1 una sucesión de números racionales que converge a un número
racional a, entonces si n es un número natural, la sucesión de números racionales pank q8
k“1
converge al número racional an .
20.6.11. Lema. Sea pak q8
k“1 una sucesión de números racionales diferentes de 0 que converge
a un número racional a ‰ 0. La sucesión de números racionales p a1k q8 1
k“1 converge a a .

20.6.12. Lema. Sean pak q8 8


k“1 y pbk qk“1 sucesiones de números racionales que convergen a los
números racionales a y b respectivamente, con b ‰ 0 y los términos de la sucesión pbk q8
k“1 son
´ ¯ 8
ak
diferentes de cero. La sucesión bk
converge al número ab .
k“1

20.6.13. Lema. Si pak q8 k“1 es una sucesión de números racionales que converge a los números
racionales a y a1 , entonces a “ a1 . Es decir, si el número racional al cual converge la sucesión
de números racionales existe, éste es único.
20.6.14. Lema. Una sucesión de números racionales pak q8
k“1 converge a cero si y sólo si
8
p|ak |qk“1 converge a cero.
20.6.15. Lema. Toda sucesión racional de Cauchy es acotada. Es decir si pak q8
k“1 es una
sucesión racional de Cauchy, entonces existe un número racional M ą 0 tal que para todo
n P N se tiene |an | ĺ M .
Demostración. Sea pak q8 k“1 una sucesión racional de Cauchy. Existe un número N P N tal
que para todo n, m P N se tiene

n, m ľ N ùñ |an ´ am | ĺ ε,

en particular
nľN ùñ |an ´ aN | ĺ ε,
de modo que para todo k P N se tiene
N
ÿ
|ak | ĺ ε ` |aN | ` |ai |,
i“1

y al tomar M “ ε ` |aN | ` |ai | se tiene el resultado deseado.


řN
i“1 ‚
20.6.16. Lema. Sean pak q8 8
k“1 y pbk qk“1 sucesiones racionales de Cauchy. Las sucesiones
pak bk q8 8
k“1 y pak ` bk qk“1 son sucesiones racionales de Cauchy.
20.6. Construcción de los números reales 871

Demostración. Para cada racional positivo ε sea Nε P N tal que para cualquier par de
números naturales n, m ľ Nε se tiene que |an ´ am | ă ε y |bn ´ bm | ă ε. Ahora, si n, m ľ N 2ε
se tiene que

|pan ` bn q ´ pam ` bm q| “ |pan ´ am q ` pbn ´ bm q|


ε ε
ĺ |an ´ am | ` |bn ´ bm | ĺ ` “ ε,
2 2
obteniéndose que pak ` bk q8
k“1 es una sucesión racional de Cauchy.
Sean ahora M1 y M2 números racionales positivos tales que para todo k P N se tiene que
|ak | ĺ M1 y |bk | ĺ M2 .
Para ε ą 0 y ε0 “ mín ε, 21 . Tomemos dos números naturales N1 y N2 tales que
(

ε0
n, m ľ N1 ùñ |an ´ am | ă
1 ` |M1 | ` |M2 |
y
ε0
n, m ľ N2 ùñ |bn ´ bm | ă .
1 ` |M1 | ` |M2 |
Si n, m ľ N1 ` N2 , entonces n, m ľ N1 y n, m ľ N2 , por lo tanto

|an bn ´ am bm | “ |pan bn ´ an bm q ` pan bm ´ am bm q|


ĺ |an bn ´ an bm | ` |an bm ´ am bm |
“ |an ||bn ´ bm | ` |bm ||an ´ am |.

Ahora, como |an | ´ |am | ĺ |an ´ am | ă ε0


1`|M1 |`|M2 |
ĺ ε0 tenemos que |an | ă ε0 ` |am |, por lo
tanto

|an bn ´ am bm | ĺpε0 ` |am |q|bn ´ bm | ` |bm ||an ´ am |


ε0 ε0
ă pε0 ` |am |q ` |bm |
1 ` |M1 | ` |M2 | 1 ` |M1 | ` |M2 |
p1 ` |am |qε0 ` |bm |ε0
ă ĺ ε0 ĺ ε,
1 ` |M1 | ` |M2 |

y así pak bk q8
k“1 es una sucesión racional de Cauchy. ‚
20.6.17. Lema. Sea pak q8k“1 una sucesión racional de Cauchy que no converge a 0. Existen
un número racional positivo M y un N P N tales que si n ľ N , entonces |an | ą M .
Demostración. Supongamos que para todo racional positivo M y todo N P N exista un
número natural n ľ N tal que |an | ĺ M . Para cada k P N sea nk ľ k tal que |ank | ĺ k1 .
Del lema 20.6.6 se deduce que la subsucesión pank q8
k“1 converge a 0, por lo que para todo
ε ą 0 existe un K1 P N tal que si k ľ K1 , entonces |ank ă 2ε . Como pak q8 k“1 es una
sucesión racional de Cauchy tenemos que para todo racional ε ą 0 existe un K2 P N tal que
m, k ľ K2 ùñ |am ´ ank | ă 2ε . Si además tomamos m, k ľ K1 ` K2 , tenemos
ε
|am | ´ |ank | ĺ |am ´ ank | ă ,
2
872 20.6. Construcción de los números reales

luego
ε ε ε
|am | ă ` |ank | ă ` “ ε,
2 2 2
contradiciendo el hecho de que pak qk“1 no converge a 0.
8

20.6.18. Lema. Sea pak q8
k“1 una sucesión racional
´ ¯8 de Cauchy que no converge a 0 y cuyas
1
componentes son diferentes de 0. La sucesión ak es una sucesión racional de Cauchy
k“1
que no converge a 0.
Demostración. Por el lema 20.6.17 tenemos que existen un número racional M ą 0 y
un N P N tales que si n, m ľ N , entonces |an |, |am | ą M y |an ´ am | ă εM 2 . Con esta
condiciones tenemos que
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ1 1 ˇ ˇ am a n ˇ |an ´ am | εM 2
ˇ ´ ˇ“ˇ ´
ˇ an am ˇ ˇ an am an am ˇ
ˇ“ ă “ ε. ‚
|an ||am | MM

20.6.19. Notación. Al conjunto de todas las sucesiones racionales de Cauchy lo denotaremos


en esta sección por R1 .
20.6.20. Definición. Definamos la relación „ en R1 diciendo que para cualesquiera dos
sucesiones racionales de Cauchy pak q8
k“1 y pbk qk“1 se tiene que pak qk“1 „ pbk qk“1 si y sólo
8 8 8

si para todo número racional ε ą 0 existe un número natural N tal que si n es un número
natural mayor o igual que N , entonces

|an ´ bn | ă ε.

20.6.21. Observación. La relación „ dada anteriormente es una relación de equivalencia.


Además para todo número racional r, el conjunto de sucesiones racionales de Cauchy que
convergen a r es una de las clases de equivalencia de „.
20.6.22. Notación. Denotemos por R2 al conjunto de todas las clases de equivalencia de „
y si r P Q denotemos por r˚ al elemento de R2 cuyos elementos convergen a r.
20.6.23. Definición. Sean A, B P R2 , pak q8 k“1 P A y pbk qk“1 P B dos elementos de R1 .
8

Definamos la operación ` en R2 tomando A ` B como el elemento de R2 al cual pertenece


˚ ˚

la sucesión pak ` bk q8
k“1 . Similarmente definamos ¨ tomando A ¨ B como el elemento de R2
˚ ˚

al cual pertenece la sucesión pak bk qk“1 .


8

20.6.24. Observación. Las operaciones `˚ y ¨˚ dadas en la definición anterior están bien


definidas, es decir los resultados de las operaciones A `˚ B y A ¨˚ B no dependen de las
sucesiones en A y en B que se hayan tomado.
De manera natural a cada número racional r lo identificamos con el elemento r˚ P R2 .
Esperamos definir R de tal manera que se tenga una correspondencia biunívoca entre el
conjunto R y el conjunto R2 .
De la forma en como se definieron las operaciones se tiene que pR2 , `˚ , ¨˚ q es un cuerpo,
donde el elemento neutro es 0˚ y el elemento unitario es 1˚ , además la función ϕ : Q ÝÑ R2
rÞÑr˚
es un isomorfismo de anillos. Denotemos por Q al conjunto ϕrQs.
˚
20.6. Construcción de los números reales 873

Definamos ahora en el conjunto R2 un orden total ĺ˚ , de tal manera que pR2 , `˚ , ¨˚ , ĺ˚ q


sea un cuerpo ordenado. Tomemos R` 2 como el subconjunto de R2 cuyos elementos son tales
que algunos de sus elementos son sucesiones racionales de Cauchy con componentes positivas.
Definamos la relación ĺ˚ en R2 diciendo que para x, y P R2 x ĺ˚ y si y sólo si y ´ x P R` 2.
Dejamos al lector la demostración del hecho de que pR2 , ` , ¨ , ĺ q es un cuerpo ordenado y
˚ ˚ ˚

además los conjuntos ordenados pQ˚ , ĺ˚ q y pQ, ĺq son isomorfos, donde la correspondencia
biunívoca ϕ : Q ÝÑ Q˚ entre los conjuntos Q y Q˚ es el isomorfismo de orden.
rÞÑr˚

20.6.25. Lema. Para todo conjunto no vacío acotado superiormente A Ă R2 existe una cota
superior b P R2 del conjunto A tal que para toda cota superior r del conjunto A se tiene que
b ĺ˚ r.
Demostración. Para cada x P R2 sea x̂ P x Ă R1 . Sea a P A y s P R2 una cota superior de
A. Por el lema 20.6.15 existen dos números racionales positivos M1 y M2 tales que ´M1 es
menor o igual que cualquier componente de â y M2 es mayor o igual que cualquier componente
de ŝ. Definamos las sucesiones racionales de Cauchy pyk q8 k“1 y pzk qk“1 de la manera siguiente:
8

Tomemos primero x0 :“ ´M1 ´ 1, z0 :“ M2 ` 1 e y1 :“ x0 `z 2


0
; si y1˚ es una cota superior de
A, sea z1 “ y1 y x1 “ x0 ; si no lo es, sea z1 “ z0 y x1 “ y1 . Observemos que en cualquier
caso z1˚ es una cota superior de A, mientras que x˚1 no lo es, es decir entre x˚1 y z1˚ inclusive
hay elementos de A. Sea y2 :“ x1 `z 2
1
; si y2˚ es una cota superior de A, sea z2 “ y2 y x2 “ x1 ,
pero si y2 no es una cota superior de A, sea z2 “ z1 y x2 “ y2 . Observemos que en cualquier
˚

caso z2˚ es cota superior de A y x˚2 no lo es. Procedamos de manera recursiva suponiendo que
tenemos números racionales xn y zn tales que zn˚ es una cota superior de A y x˚n no es una
cota superior de A y definamos yn`1 :“ xn `z 2
n
; si yn`1
˚
es una cota superior de A tomemos
zn`1 “ yn`1 y xn`1 “ xn , pero si yn`1 no es una cota superior de A tomemos zn`1 “ zn
˚

y xn`1 “ yn`1 . Como podemos ver x˚n`1 no es una cota superior de A, mientras que zn`1 ˚

sí es cota superior de A, además xn ĺ xn`1 ĺ yn`1 ĺ zn`1 ĺ zn y |zn ´ xn | ĺ |z02´x n


0|
, por
lo que pxk q8k“1 , py q8
k k“1 y pz q8
k k“1 son sucesiones racionales de Cauchy en la misma clase de
equivalencia, la cual denotaremos por b.
Ahora sea c P A y tomemos una sucesión racional de Cauchy pck q8 k“1 que sea creciente
(observemos que sí es posible tomar tal sucesión). Tenemos que c˚k ĺ˚ c ĺ˚ zk˚ , por lo que
ck ĺ zk , por lo tanto, la clase b a la cual pertenece la sucesión pzk q8 k“1 (que es la misma a
la que pertenecen pyk q8 k“1 y px q8
k k“1 ) es una cota superior de A, pues k“1 está en
pzk ´ ck q8
una clase que está en R2 . Ahora, si r es una cota superior de A, sea prk qk“1 una sucesión
` 8

de números racionales que esté en r. Similarmente a lo ya expuesto, tenemos que para todo
número natural k, x˚k ĺ˚ r ĺ˚ rk˚ , por lo que xk ĺ rk , es decir prk ´ xk q8 k“1 está en algún
elemento de R2 , de modo que b ĺ r. Es decir b es la mínima cota superior de A.
` ˚

Estamos ya listos para dar una definición del conjunto de los números reales. Tomemos
la función ϕ dada en el párrafo anterior y su inversa ϕ´1 : Q˚ ÝÑ Q que además de ser un
isomorfismo de anillos, también es un isomorfismo de orden. Por el teorema de extensión de
funciones inyectivas, existe una función inyectiva h cuyo dominio es el conjunto R2 tal que
para todo x P Q˚ se tiene que hpxq “ ϕpxq. Tomemos por definición de R al recorrido de h,
es decir R :“ hrR2 s y definamos en R las operaciones ` y ¨ tomando para todo x, y P R la
suma como x ` y :“ hph´1 pxq `˚ h´1 pyqq y la multiplicación como x ¨ y :“ hph´1 pxq ¨˚ h´1 pyqq.
Definamos además en R el orden parcial ĺ diciendo que para todo x, y P R se tiene que x ĺ y
874 20.6. Construcción de los números reales

si y sólo si h´1 pxq ĺ˚ h´1 pyq. Con estas definiciones se puede ver fácilmente que Q Ă R y
que las restricciones de `, ¨ y ĺ al conjunto de los números racionales coinciden con las ya
dadas anteriormente. Además h es un isomorfismo de anillos y un isomorfismo de orden, lo
que nos lleva a que pR, `, ¨, ĺq es un cuerpo ordenado.
Con teorema siguiente quedará establecida la existencia de un conjunto con las propieda-
des del conjunto de los números reales. El teorema siguiente se sigue del lema 20.6.25 y del
hecho de que la función h dada en el párrafo anterior es una biyección de R2 en R que es a
su vez isomorfismo de anillos y de orden.
20.6.26. Teorema. Para todo conjunto no vacío acotado superiormente A Ă R existe una
cota superior a P R del conjunto A tal que para toda cota superior x del conjunto A se tiene
que a ĺ x.

Ejercicios.

1. Demostrar que todo cuerpo ordenado pR, `,˛ ˛¨, ĺq, en el cual todo conjunto acotado su-
periormente tenga una mínima cota superior, es isomorfo con pR, `, ¨, ĺq (en el sentido
de que existe una biyección ϕ de R en R tal que es isomorfismo de anillos y de orden).

2. Demostrar que en el conjunto C de los números complejos no existe ningún orden ĺ


tal que pC, `, ¨, ĺq sea un cuerpo ordenado.
20.7. Construcción de los números complejos 875

20.7. Construcción de los números complejos


En esta sección construiremos el conjunto de los números complejos, es decir demostra-
remos que existe un conjunto, al cual denotaremos por C, con unas operaciones de suma `
y multiplicación ¨, y un elemento de i P C tal que i2 “ ´1, además de que se satisfacen las
propiedades del axioma de números complejos dada en la sección 19.1. Dado el conocimiento
que se tiene de los números complejos en cuanto a su estructura, el trabajo de esta sección
será mucho menos arduo que, por ejemplo, el de la sección anterior.
Para cada dos parejas ordenadas de números reales pa, bq y px, yq definimos su suma como
˝ px, yq :“ pa ` x, b ` yq y su multiplicación como pa, bq ˝¨ px, yq :“ pax ´ by, ay ` bxq.
pa, bq `
Como sabemos, el cuerpo pR2 , `, ˝ ˝¨q tiene la misma estructura que el cuerpo de los números
complejos que queremos construir (el lector debe poder demostrar fácilmente que en efecto
se trata de un cuerpo), en particular la función ϕ : R ÝÑ R2 es un isomorfismo, de manera
xÞÑpx,0q
que los cuerpos pR, `, ¨q y ptpx, 0q : x P R u, `,
2
˝ ˝¨q son isomorfos. Así ϕ´1 es también un
isomorfismo entre ptpx, 0q : x P R u, `,
2
˝ ˝¨q y pR, `, ¨q. Como es ya una costumbre apelamos de
nuevo al teorema de extensión de funciones inyectivas para obtener una función inyectiva h
cuyo dominio es R2 y es tal que si u P tpx, 0q : x P R2 u, entonces hpuq “ ϕ´1 puq. Lo que sigue
es darle al conjunto hrR2 s, al cual en lo sucesivo lo denotaremos por C, la misma estructura
de cuerpo que tiene pR2 , `,
˝ ˝¨q, es decir definir en C las operaciones de suma y multiplicación
de manera tal que h sea un isomorfismo de anillos. La manera obvia de definir en C tales
operaciones es tomar para cada z, w P C la suma como z ` w :“ hph´1 pzq ` ˝ h´1 pwqq y la
multiplicación como z ¨ w :“ hph´1 pzq ˝¨ h´1 pwqq.
Si tomamos i :“ hp0, 1q, de manera rutinaria se puede ver que se satisfacen las propiedades
dadas en el axioma de números complejos.
876 20.7. Construcción de los números complejos
Capítulo 21

ESTUDIO DE LOS ESPACIOS VECTORIALE Y LAS


FUNCIONES LINEALES SOBRE R Ó C

21.1. Introducción
En este capítulo K siempre denotará al cuerpo R de los número reales o al cuerpo C de
los números complejos, de manera que cuando hablemos de un cuerpo K se sobreentenderá
que nos referimos a R o a C. Se estudiarán varias de las estructuras y conceptos definidos
en los espacios vectoriales sobre un cuerpo K, como es el caso de los operadores lineales,
los funcionales lineales, el concepto de norma y espacio vectorial normado, el de producto
interno, forma bilineal, cuadrática y multilineal, espacios de Banach y de Hilbert, así como
el concepto de derivada de una función en espacios normados y su aplicación en la obtención
de máximos y mínimos.
Establezcamos nuestro primer resultado del capítulo.
21.1.1. Teorema. Todo espacio vectorial V sobre un cuerpo K tiene una base.
Demostración. Observemos que si un conjunto A tiene un buen orden, entonces tiene un
buen orden con respecto al cual tiene además un último elemento. En efecto, es suficiente con
tomar el primer elemento del conjunto y definir un nuevo orden de tal manera que pongamos
al primer elemento como el último, y los demás dejarlos como estaban, es decir si ĺ es un
buen orden en A con a0 como primer elemento, podemos tomar el orden ĺ1 de manera que
a ĺ1 b cuando a ĺ b y a ‰ a0 ‰ b, y tomar c ĺ1 a0 para todo c P A.
De la observación anterior y del teorema de Zermelo 20.4.10, tenemos que para todo
conjunto V que forma un espacio vectorial sobre un cuerpo K, existe un buen orden ĺ y un
v0 P V tal que v ĺ v0 , para todo v P V . Para cada v P V sea Wv el subespacio vectorial de V
generado por tw P V : w ĺ vu. Del hecho de que V “ Wv0 , el teorema quedará demostrado
si tenemos que Wv tiene una base, para todo v P V . Demostrémoslo usando el principio de
inducción transfinita 20.3.12, mostrando que cada Wv tiene una base Bv tal que si u ĺ v,
entonces Bu Ă Bv . Consideremos a t0u como el espacio vectorial generado por ∅. Sea v1 el
primer elemento de V con respecto al buen orden ĺ; en tal caso Wv1 es el espacio generado
por tv1 u si v1 ‰ 0, o bien Wv1 “ t0u. Sea v P V y supongamos que para todo w ă v se
tiene que Ww tiene una base Bw (donde w ă v significa que w ĺ v y w ‰ v), y además
si w1 ĺ w2 y w2 ă v, entonces Bw1 Ă Bw2 . Notemos que los elementos de Bv1 :“
Ť
Bw
wĺv

877
878 21.1. Introducción

son linealmente independientes, de manera que si v pudiera ser expresado como combinación
lineal de elementos de Bv1 , entonces Bv1 generaría a Wv , siendo así una base de Wv , pudiendo
tomar en ese caso Bv :“ Bv1 ; si v no fuera combinación lineal de elementos de Bv1 , entonces
los elementos de Bv1 Y tvu serían linealmente independientes, de manera que si en ese caso
tomamos Bv :“ Bv1 Y tvu tenderemos que Bv sería una base de Wv , teniendo en particular
que V “ Wv0 tiene como base a Bv0 . ‚
21.1.2. Corolario. Si V es un espacio vectorial sobre un cuerpo K y U es un subespacio de
V , entonces existen bases B1 y B2 de U y V respectivamente tales que B1 Ă B2 .
Demostración. Por el teorema 21.1.1 tenemos que existe una base B1 de U . Para cada v P V
definamos U `v :“ tu`v : u P U u, donde pU `v1 q`pU `v2 q :“ U `pv1 `v2 q y para cada k P K
tomamos kpU ` v1 q :“ U ` pkv1 q, formando así el conjunto V {U :“ tU ` v : v P V u un espacio
vectorial sobre K con la operación `. Por el teorema 21.1.1, dicho espacio vectorial tiene una
base B21 . Sea B22 :“ tCzt0u : C P B11 u y observemos que los elementos de B22 sonŤ no vacíos,
de manera que por el axioma de elección 20.4.1 existe una función ϕ : B22 ÝÑ B22 tal que
ϕpxq P x. Se deja al lector el verificar con detalle que el conjunto B2 :“ B1 Y tϕpxq : x P B22 u
es una base de V , con lo que el teorema quedaría demostrado. ‚
21.1.3. Teorema. Si V es un espacio vectorial sobre un cuerpo K y tenemos que B1 y B2
son bases de V , entonces #B1 “ #B2 , es decir B1 y B2 tienen la misma cardinalidad.
Demostración. Para el caso en que V es de dimensión finita el resultado es bien conocido
(teorema 13.5.25). Supongamos pues que V es de dimensión infinita. Para cada e P B2
sea me P N tal que existen me elementos diferentes b1,e , . . . , bme ,e P B1 tales que e es una
combinación lineal de estos me elementos de B1 . Sea Ae “ tb1,e , . . . , bŤ
me ,e u. Afirmamos que
Ae . En efecto, si existiera algún b P B1 que no estuviera en Ae tendríamos que
Ť
B1 “
ePB2 ePB2
b sería una combinación lineal de elementos de B2 , pero como cada una de las componentes
de dicha combinación lineal es a su vez una combinación lineal de elementos de B1 diferentes
de b, tenemos que b es combinación lineal de elementos de B1 diferentes
Ť de b, contradiciendo
el hecho de que B1 sea una base de V . Tenemos así que B1 “ Ae , de manera que
ePB2
por el teorema 20.4.29 obtenemos que #B1 ĺ #B2 . De manera análoga se demuestra que
#B2 ĺ #B1 , obteniendo así que #B1 “ #B2 , lo cual queríamos demostrar. ‚
21.1.4. Definición. Si V es un espacio vectorial sobre un cuerpo K y tenemos que B es una
base de V , a la cardinalidad de B le llamamos dimensión de V .
21.2. Operadores lineales en espacios reales o complejos de dimensión finita 879

21.2. Operadores lineales en espacios reales o complejos


de dimensión finita
21.2.1. Definición. Sea V un espacio vectorial sobre un cuerpo K. Un operador lineal en
V es una transformación lineal T : V ÝÑ V . Definamos recursivamente para cada k P NYt0u,
el operador T k de tal manera que T 0 es la función identidad en V , T 1 “ T y para cada n P N
se tenga T n`1 “ T n ˝ T . En caso de que k sea un entero negativo y de que k sea invertible
tomaremos T k :“ pT ´1 q´k .
Cuando T : V ÝÑ V es un operador lineal y V es de dimensión finita tenemos que si
pe1 , e2 , . . . , en q es una base ordenada de V con n componentes, el operador lineal T tiene
asociada una matriz cuadrada A de n ˆ n con respecto a la base ordenada pe1 , e2 , . . . , en q, es
n
decir, la matriz A es tal que si v “ αk ek , donde cada αk P K, entonces pα1 , α2 , . . . , αn qA
ř
k“1
es el vector de coordenadas de T pvq, en particular el i-ésimo renglón de A es el renglón de
coordenadas de T pei q con respecto a la base ordenada pe1 , e2 , . . . , en q (ver definición 13.6.53).
Tenemos además que para cada k P N la matriz asociada a T k con respecto a pe1 , e2 , . . . , en q
es Ak . A veces el cálculo de Ak puede ser muy laborioso si se efectúa de manera directa, de
manera que puede ser conveniente hallar una matriz B de n ˆ n de tal manera que sea algo
fácil calcular B k y además A “ P BP ´1 , donde P es una matriz invertible, lo anterior debido
a que Ak “ P B k P ´1 , como podemos comprobar fácilmente. Nos gustaría que B fuera una
matriz diagonal, es decir una matriz de la forma
B “ pbi,j qi,jPJn , con bi,j “ 0 para i ‰ j,
para tener B k “ pbki,j qi,jPJn .
21.2.2. Definiciones. Sea T : V ÝÑ V un operador lineal. Decimos que un escalar λ P K
es un valor propio de T , también llamado valor característico o eigenvalor, si existe un
vector no nulo v P V tal que
21.2.3. T pvq “ λv.
En caso de que se cumpla 21.2.3 para algún vector no nulo v, diremos que v es un vector
propio de T (correspondiente al valor propio λ). Como sinónimo de «vector propio» tenemos
los términos vector característico o eigenvector. En caso de que n P N y V “ Kn , si A
es la matriz n ˆ n tal que vA “ T pvq para todo v P Kn , diremos que un valor propio de T
es un valor propio de la matriz A y que un vector propio de T es un vector propio de la
matriz A.
21.2.4. Teorema. Sea V un espacio vectorial de dimensión finita n ą 0 sobre el cuerpo C
de los números complejos y T : V ÝÑ V un operador lineal. Existe un valor propio de T .
Demostración. Sea pe1 , e2 , . . . , en q una base ordenada de V y A la matriz asociada a T con
respecto a pe1 , e2 , . . . , en q. Tenemos que si w es un vector propio de T , es un vector propio
correspondiente a un valor propio λ P C, es decir T pwq “ λw. Ahora, w “ α1 e1 ` α2 e2 ` ¨ ¨ ¨ `
αn en para algunos α1 , α2 , . . . , αn P C, de manera que
pα1 , α2 , . . . , αn qA “ λpα1 , α2 , . . . , αn q “ pα1 , α2 , . . . , αn qpλIq,
880 21.2. Operadores lineales en espacios reales o complejos de dimensión finita

es decir
pα1 , α2 , . . . , αn qpA ´ λIq “ 0,
donde pα1 , α2 , . . . , αn q ‰ 0, teniendo así que detpA ´ λIq “ 0. Observemos que de manera
recíproca se tiene que si detpA ´ λIq “ 0, entonces existen α1 , α2 , . . . , αn P C, no todos cero,
tales que
pα1 , α2 , . . . , αn qA “ λpα1 , α2 , . . . , αn q,
es decir el vector w “ α1 e1 `α2 e2 ` ¨ ¨ ¨ ` αn en es un vector propio de T correspondiente al
valor propio λ, de manera que λ es un valor propio de T si y sólo si detpA ´ λIq “ 0. Ahora,
observemos que detpA ´ λIq es un polinomio de grado n en λ, de manera que por el teorema
fundamental del álgebra 19.5.6 existe un λ P C tal que detpA ´ λIq “ 0 y ese λ es un valor
propio de T . ‚
21.2.5. Teorema. Sea V un espacio vectorial de dimensión finita n ą 0 sobre el cuerpo C
y T : V ÝÑ V un operador lineal invertible. Existe una base ordenada pv1 , v2 , . . . , vn q de V
cuyas componentes son vectores propios de T .
Demostración. Procedamos por inducción matemática sobre la dimensión del espacio vec-
torial V .
Si dimpV q “ 1, entonces por el teorema 21.2.4 existe un valor propio de T y por ende
un vector propio v1 de T , de manera que pv1 q es una base ordenada de V . Supongamos
que el resultado es válido siempre que dimpV q “ K y veamos que también es válido si
dimpV q “ K ` 1. Por ser T invertible tenemos que kerpT q “ t0u, de manera que por el
teorema 21.2.4 existe un valor propio λ1 de T , y como kerpT q “ t0u, dicho valor propio es
diferente de 0. Sea v1 un vector propio de T correspondiente a λ1 y pe1 , e2 , . . . , eK , eK`1 q
una base ordenada de V , además de que A “ pai,j qi,jPJK`1 sea la matriz asociada de T con
respecto esa base. Si v1 “ α1 e1 ` α2 e2 ` ¨ ¨ ¨ ` αK`1 eK`1 podemos suponer que α1 ‰ 0, de
otro modo cambiamos el orden en las componentes de la base ordenada de tal manera que la
primera componente de v1 sea diferente de 0. Observemos que pv1 , e2 , . . . , eK , eK`1 q es una
base ordenada de V y sea B “ pbi,j qi,jPJK`1 la matriz asociada a T con respecto a esa base.
Tenemos que T pv1 q “ λ1 v1 y

T pei q “ bi,1 v1 ` bi,2 e2 ` ¨ ¨ ¨ ` bi,K eK ` bi,K`1 eK`1 ,

para 2 ĺ i ĺ K ` 1, y en dicho caso


ˆ ˙
bi,1
T ei ´ v1 “ bi,2 e2 ` ¨ ¨ ¨ ` bi,K eK ` bi,K`1 eK`1 ,
λ1

bi,1
y al hacer ui “ ei ´ v1 tenemos que pv1 , u2 , . . . , uK , uK`1 q es una base de V tal que la matriz
λ1
asociada a T con respecto a esta última base tiene como primer renglón al pλ1 δi,1 qiPJK`1 y
como primer columna a la transpuesta de ese renglón, de manera que el subespacio U de V
generado por tu2 , . . . , uK , uK`1 u es tal que T rU s Ă U , es decir T |U es un operador lineal en
U de dimensión K, y observando que T |U es invertible tenemos por hipótesis de inducción
que U tiene una base ordenada pv2 , . . . , vK , vK`1 q cuyas componentes son vectores propios
21.2. Operadores lineales en espacios reales o complejos de dimensión finita 881

de T |U , de donde concluimos que pv1 , v2 , . . . , vK , vK`1 q es una base ordenada de V cuyas


componentes son vectores propios de T . ‚
21.2.6. Definición. Sea n P N y A una matriz de n ˆ n cuyas componentes son elementos
de un cuerpo K. Si P : K ÝÑ K es la función polinomial dada por

P pλq “ detpA ´ λIq,

al polinomio P pλq le llamaremos polinomio característico de A y a la ecuación P pλq “ 0


le llamaremos ecuación característica de A.
Del desarrollo de la demostración del teorema 21.2.4 podemos concluir el teorema siguien-
te.
21.2.7. Teorema. Si A es una matriz de n ˆ n con componentes complejas, entonces los
valores propios de A son las soluciones de la ecuación característica de A.
21.2.8. Lema. Sea n P N y A una matriz de n ˆ n de números reales. Si a ` b i es un valor
propio en C de A con a, b P R, entonces a ´ b i también es un valor propio en C de A.
Demostración. Al ser a ` b i un valor propio de A, por el teorema 21.2.7 es una solución
de la ecuación característica de A, pero debido a que el polinomio característico de A tiene
coeficientes reales y al teorema 19.5.17 tenemos que también a ´ b i es solución, es decir es
un valor propio de A. ‚
21.2.9. Notaciones. Si u “ pu1 , u2 , . . . , un q P Cn , entonces u denotará al vector pu1 , u2 , . . . ,
un q. Así mismo Re u denotará al vector pRe u1 , Re u2 , . . . , Re un q P Rn , mientras que Im u
denotará a pIm u1 , Im u2 , . . . , Im un q P Rn , teniendo así que u “ Re u ` i Im u.
21.2.10. Teorema. Sea T : Rn ÝÑ Rn un operador lineal y pe1 , e2 . . . . , en q la base canónica
ordenada de Rn . Sea S : Cn ÝÑ Cn el operador lineal tal que Spei q “ T pei q para todo i P Jn .
Si u P Cn es un vector propio de S correspondiente a un valor propio a ` b i, con a P R y
b P R, entonces u es un vector propio de S correspondiente al valor propio a ´ b i.
Demostración. Del lema 21.2.8 tenemos que si a ` b i es un valor propio de S, entonces
también lo es a ´ b i. Sean x “ pxi qni“1 P Rn e y “ pyi qni“1 P Rn tales que u “ x ` y i. Tenemos
que

Spuq “ Spxq ´ i Spyq “ T pxq ´ i T pyq “ T pxq ` i T pyq “ Spxq ` i Spyq


“ Spuq “ pa ` b iqu “ pa ` b iqu “ pa ´ b iqu,

por lo tanto u es un vector propio de S correspondiente al valor propio a ´ b i. ‚


Supongamos que u y u son vectores propios en Cn de un operador lineal cuya matriz
asociada con respecto a la base canónica tiene sólo componentes reales. Del teorema anterior
tenemos que si r ei θ es un valor propio de u con r ą 0 y θ igual a un número real que no sea
múltiplo entero de π, entonces el valor propio correspondiente a u es r e´ i θ . Supongamos que T
y S son como en el teorema anterior. Si S es diagonalizable podemos tomar una base ordenada
pv1 , . . . , vn q de Cn formada por vectores propios de S cuyos correspondientes valores propios
son λ1 , λ2 , . . . , λn , de tal manera que para algún r P t0, 1, . . . , nu se tenga que los primeros t
valores propios λ1 , . . . , λt sean números reales y los últimos n ´ t valores propios λt`1 , . . . , λn
882 21.2. Operadores lineales en espacios reales o complejos de dimensión finita

tengan parte imaginaria diferente de cero. Observemos que debido al teorema anterior n´t es
un número par y además λt`k`1 “ λt`k , para k P t1, 3, . . . , n´t´1u. Tenemos así que el vector
de valores propios pλ1 , λ2 , . . . , λn q es de la forma pλ1 , . . . , λt , α1 , α1 , α2 , α2 , . . . , α n´t , α n´t q. Si
2 2
cada αj tiene como módulo´a rj y como argumento a θj , entonces el vector de valores ¯ propios
~λ “ pλj qn es de la forma λ1 , . . . , λt , r1 ei θ1 , r1 e´ i θ1 , . . . , r n´t ei θ n´t
2 , r n´t e
´ i θ n´t
2 . Tenemos
j“1 2 2
así que la matriz asociada al operador S con respecto a la base de vectores propios pvj qnj“1
es
´ ¯
~λI “ λ1 , . . . , λt , r1 ei θ1 , r1 e´ i θ1 , . . . , r n´t ei θ n´t
2 , r n´t e
´ i θ n´t
2 I
2 2
¨ ˛
λ1 0 ¨ ¨ ¨ 0 0 0 ¨¨¨ 0 0
˚ 0 λ2 ¨ ¨ ¨ 0 0 0 ¨¨¨ 0 0 ‹
˚ .. .. . . .. .. .. .. ..
˚ ‹
˚ . . . . . . . .


˚ ‹
˚ 0 0 ¨ ¨ ¨ λt 0 0 ¨¨¨ 0 0
21.2.11.

i θ
˚ ‹
“ ˚ 0 0 ¨ ¨ ¨ 0 r1 e 0 0 0
1
˚ ¨¨¨ ‹.

˚ 0 0 ¨¨¨ 0 ´ i θ1
˚ . 0 r 1 e ¨ ¨ ¨ 0 0 ‹
˚ . .
.. .
.. .
.. .
.. .. .
.. .
..

˚ . . ‹

˚ i θ n´t ‹
˚ 0 0 ¨¨¨ 0 0 0 ¨ ¨ ¨ r n´t e 2 0 ‹
˝ 2 ‚
´ i θ n´t
0 0 ¨¨¨ 0 0 0 ¨¨¨ 0 r n´t e 2
2

Enunciemos lo que acabamos de exponer en forma de teorema.


21.2.12. Teorema. Sea T : Rn ÝÑ Rn un operador lineal y pe1 , e2 . . . . , en q la base ca-
nónica ordenada de Rn . Sea S : Cn ÝÑ Cn el operador lineal tal que Spei q “ T pei q
para todo i P Jn . Si S es diagonalizable existe una base ordenada pv1 , v2 , . . . , vn q de Cn
`compuesta de inθ vectores propios con su correspondiente
˘ vector de valores propios ~λ “
λ1 , . . . , λt , r1 e 1 , r1 e´ i θ1 , . . . , rd ei θd , rd e´ i θd , donde 0 ĺ t ĺ n, 0 ĺ d ĺ n, t ` 2d “ n,
λ1 , . . . , λt P R, 0 ă θ1 , . . . , θd ă π, r1 , . . . , rd ą 0 y las coordenadas de v1 , . . . , vt son reales,
mientras que las de vt`1 , . . . , vn no lo son.
En el teorema anterior cuando d “ 0, es decir cuando todos los valores propios de S son
reales y A es la matriz asociada al operador S, que es la misma que la de T , tenemos la
fórmula
A “ P ´1~λIP,
donde P es la matriz cambio de base (de la canónica a la base pv1 , v2 , . . . , vn q). Ahora bien,
en el caso en que t ă n tenemos que para 1 ĺ k ĺ d los vectores propios vt`2k´1 y vt`2k
tienen como valores propios a rk ei θ y rk e´ i θ respectivamente, siendo estos dos últimos vec-
tores linealmente independientes, con la propiedad de que v t`2k “ vt`2k´1 , generando esos
dos vectores un subespacio vectorial Uk de dimensión 2. Observemos que para k P Jd los
vectores uk,1 :“ 21i pvt`2k´1 ´ vt`2k q “ Im vt`2k´1 y uk,2 :“ 12 pvt`2k´1 ` vt`2k q “ Re vt`2k´1
son también linealmente independiente y generan a Uk , teniendo estos dos nuevos vectores
la «ventaja» de tener componentes reales y la «desventaja» de no ser valores propios de
S. Construyamos la matriz B asociada al operador lineal S con respecto a esta nueva base
21.2. Operadores lineales en espacios reales o complejos de dimensión finita 883

pv1 , . . . , vt , u1,1 , u1,2 , . . . , ud,1 , ud,2 q. Para j P Jt tenemos que Spvj q “ λj vj , mientras que para
k P Jd tenemos por una parte
ˆ ˙
1 1
Spuk,1 q “ S pvt`2k´1 ´ vt`2k q “ pSpvt`2k´1 q ´ Spvt`2k qq
2i 2i
1
“ prk ei θk vt`2k´1 ´ rk e´ i θk v t`2k´1 q
2i
rk
“ ppcospθk q ` i senpθk qqpRe vt`2k´1 ` i Im vt`2k´1 q
2i
´ pcosp´θk q ` i senp´θk qqpRe vt`2k´1 ´ i Im vt`2k´1 qq
rk
“ ppcospθk q ` i senpθk qqpRe vt`2k´1 ` i Im vt`2k´1 q
2i
´ pcospθk q ´ i senpθk qqpRe vt`2k´1 ´ i Im vt`2k´1 qq
rk
“ p2 i senpθk qRe vt`2k´1 ` 2 i cospθk qIm vt`2k´1 q
2i
“ rk psenpθk quk,2 ` cospθk quk,1 q “ rk cospθk quk,1 ` rk senpθk quk,2
y por otra parte
ˆ ˙
1 1
Spuk,2 q “ S pvt`2k´1 ` vt`2k q “ pSpvt`2k´1 q ` Spvt`2k qq
2 2
1
“ prk ei θk vt`2k´1 ` rk e´ i θk v t`2k´1 q
2
rk
“ ppcospθk q ` i senpθk qqpRe vt`2k´1 ` i Im vt`2k´1 q
2
` pcosp´θk q ` i senp´θk qqpRe vt`2k´1 ´ i Im vt`2k´1 qq
rk
“ ppcospθk q ` i senpθk qqpRe vt`2k´1 ` i Im vt`2k´1 q
2
` pcospθk q ´ i senpθk qqpRe vt`2k´1 ´ i Im vt`2k´1 qq
rk
“ p2 cospθk qRe vt`2k´1 ´ 2 senpθk qIm vt`2k´1 q
2
“ rk pcospθk quk,2 ´ senpθk quk,1 q “ ´rk senpθk quk,1 ` rk cospθk quk,2 .
En resumen, cuando j P Jt tenemos que Spvj q “ λj vj , pero cuando k P Jd tenemos que
Spuk,1 q “ rk cospθk quk,1 `rk senpθk quk,2 y Spuk,2 q “ ´rk senpθk quk,1 `rk cospθk quk,2 , de manera
que la matriz B asociada al operador lineal S con respecto a la base pv1 , . . . , vt , u1,1 , u1,2 , . . . ,
ud,1 , ud,2 q está dada por
¨ ˛
λ1 0 ¨ ¨ ¨ 0 0 0 ¨¨¨ 0 0
˚ 0 λ2 ¨ ¨ ¨ 0 0 0 ¨¨¨ 0 0 ‹
˚ . . . . . . .
˚ . . .. . . . . .

˚ . . . . . . . .


˚ 0 0 ¨ ¨ ¨ λt 0 0 0 0
˚ ‹
¨¨¨ ‹
21.2.13. B “ ˚ 0 0 0 r cospθ r senpθ 0 0 ‹.
˚ ‹
¨ ¨ ¨ 1 1 q 1 1 q ¨ ¨ ¨
˚ 0 0 ¨ ¨ ¨ 0 ´r1 senpθ1 q r1 cospθ1 q ¨ ¨ ¨ 0 0
˚ ‹

˚ . . . . . . . .
˚ .. .. .. .. .. .. .. ..


˚ ‹
˝ 0 0 ¨¨¨ 0 0 0 ¨ ¨ ¨ rd cospθd q rd senpθd q ‚
0 0 ¨¨¨ 0 0 0 ¨ ¨ ¨ ´rd senpθd q rd cospθd q
884 21.2. Operadores lineales en espacios reales o complejos de dimensión finita

Resumamos lo que acabamos de ver como un teorema.


21.2.14. Teorema. Sea T : Rn ÝÑ Rn un operador lineal y sea S : Cn ÝÑ Cn el operador
lineal tal que Spvq “ T pvq para todo v P Rn . Si S (o su matriz asociada) es diagonalizable
en C y la base ordenada pv1 , . . . , vn q está formada por los vectores propios de S, cuyo vec-
tor correspondiente de valores propios es pλ1 , . . . , λt , r1 ei θ1 , r1 e´ i θ1 , . . . , rd ei θd , rd e´ i θd q, con
λ1 , . . . , λt P R, 0 ă θ1 , . . . , θd ă π, n “ t ` 2d, v t`2k´1 “ vt`2k , entonces pv1 , . . . , vt , Im vt`1 ,
Re vt`1 , . . . , Im vt`2k´1 , Re vt`2k´1 , . . . , Im vt`2d´1 , Re vt`2d´1 q es una base ordenada de Rn tal
que la matriz asociada a T con respecto a esa base ordenada es la matriz B dada en la
ecuación 21.2.13.
21.3. Espacios vectoriales normados 885

21.3. Espacios vectoriales normados


En esta sección definiremos el concepto de espacio vectorial normado sobre un cuerpo K
y daremos algunos ejemplos.
21.3.1. Definición. Supongamos que V forma un espacio vectorial sobre K. Decimos que
una función ν : V ÝÑ r0; `8q es una norma definida en V si satisface las siguientes tres
condiciones:
a) νpαvq “ |α|νpvq, para todo α P K y todo v P V ;
b) νpvq “ 0 si y sólo si v “ 0;
c) νpv ` wq ĺ νpvq ` νpwq, para todo u, w P V .
Cuando ν es una norma definida en V , decimos que V forma un espacio vectorial normado
con la norma ν o bien que pV, K, νq es un espacio vectorial normado. Normalmente cuando
se sobreentiende que en el espacio vectorial está definida una norma ν, escribimos }v} en lugar
de νpvq y decimos que } ¨ } es la norma (o si se puede prestar a confusión por haber varias
normas, o por alguna otra razón, se suelen usar símbolos similares como }| ¨ |}, } ¨ }0 , } ¨ }˚ ,
etc. Con esta notación las fórmulas a), b) y c) se convierten en
a) }αv} “ |α|}v}, para todo α P K y todo v P V ;
b) }v} “ 0 si y sólo si v “ 0 (teniéndose en todo caso que }v} ľ 0);
c) }v ` w} ĺ }v} ` }w}, para todo u, w P V .

El siguiente teorema dice cómo una norma definida en un espacio vectorial sobre K de-
termina una métrica.
21.3.2. Teorema. Supongamos que el conjunto V forma un espacio vectorial sobre K y que
en V está definida una norma } ¨ }. Si ρ : V ˆ V ÝÑ R, entonces pV, ρq es una métrica en V .
pv,wqÞÑ}v´w}

Demostración. En efecto, si u, v, w P V tenemos que ρpv, wq “ }v ´ w} “ | ´ 1|}v ´ w} “


} ´ 1pv ´ wq} “ }w ´ v} “ ρpw, vq; ρpv, wq “ 0 ðñ }v ´ w} “ 0 ðñ v ´ w “ 0 ðñ v “ w, y
finalmente ρpu, wq “ }u ´ w} “ }pu ´ vq ` pv ´ wq} ĺ }u ´ v} ` }v ´ w} “ ρpu, vq ` ρpv, wq.‚
21.3.3. Definición. Supongamos que V forma un espacio vectorial normado con una norma
} ¨ } y que ρ es la métrica descrita en el teorema 21.3.2. Decimos que T es la topología
inducida por la norma } ¨ } si es la topología inducida por la métrica ρ. Así mismo, decimos
que un conjunto A Ă V es abierto (con respecto a }¨}) si es abierto con respecto a la métrica
ρ.
21.3.4. Ejemplo. En R la función valor absoluto es una norma.
21.3.5. Ejemplo. Si para cualesquier elemento de ~x “ pxk qnk“1 P Rn tomamos }~x}1 :“
n
|xk |, tenemos que } ¨ }1 es una norma.
ř
k“1
d
n
21.3.6. Ejemplo. En Rn , si para cada ~x “ pxk qnk“1 P Rn definimos }~x}2 “ x2k , tenemos
ř
k“1
886 21.3. Espacios vectoriales normados

que } ¨ }2 es una norma definida en Rn llamada norma euclidiana.


21.3.7. Ejemplo. Si para cada f P C r0; 1s tomamos }f }8 :“ máxt|f pxq| : x P r0; 1su,
tenemos que C r0; 1s forma un espacio vectorial normado con la norma } ¨ }8 .
21.3.8. Ejemplo. Denotemos por `8 pRq al conjunto de sucesiones (infinitas) acotadas de
números reales y definamos para cada ~x “ px1 , x2 , . . . , xn , . . . q P `8 su norma como }~x}8 :“
supt|xn | : n P Nu.
21.3.9. Ejemplo. Denotemos por `8 pCq al conjunto de sucesiones acotadas de números
complejos y definamos para cada ~z “ pz1 , z2 , . . . , zn , . . . q P `8 su norma como }~z}8 :“
supt|zn | : n P Nu.
d
n
21.3.10. Ejemplo. En Cn , si para cada ~z “ pzk qnk“1 P Cn definimos }~z}2 “ |zk |2 ,
ř
k“1
tenemos que } ¨ }2 es una norma definida en Cn llamada norma euclidiana en Cn .
21.3.11. Definiciones y notaciones. Sean V y W espacios vectoriales normados sobre
un mismo cuerpo de escalares K. Decimos que una transformación lineal T : V ÝÑ W es
acotada (como transformación lineal) si existe un número M ľ 0 tal que }T pvq} ĺ M }v},
para todo v P V . Al conjunto de todas las transformaciones lineales acotadas de V en W lo
denotaremos como CLpV, W q. Cuando T P CLpV, W!q definimos la norma ) de T (con respecto
a las normas dadas en V y W ) como }T } :“ sup }v} : v P V zt0u (tal definición tiene
}T pvq}

sentido debido al axioma del supremo 7.1.17). De manera similar a como se hizo en LpV, W q,
definimos la suma de dos elementos S, T P CLpV, W q como pS ` T qpvq :“ Spvq ` T pvq y el
producto por escalar como pαT qpvq :“ αpT pvqq, lo cual sin peligro de confusión escribiremos
αT pvq.
21.3.12. Teorema. El conjunto CLpV, W q forma un subespacio vectorial de LpV, W q, donde
la función } ¨ } dada en la definición anterior es en efecto una norma.
Demostración. Dejamos al lector los detalles de verificar que CLpV, W q es un subespacio
vectorial de LpV, W q. Verifiquemos lo correspondiente a la norma. Sean S, T P CLpV, W q y
α P R. Tenemos por una parte que
" * " *
}αT pvq} }T pvq}
}αT } “ sup : v P V zt0u “ sup |α| : v P V zt0u
}v} }v}
" *
}T pvq}
“ |α| sup : v P V zt0u “ |α|}T }
}v}

y por otra
" * " *
}pT ` Sqpvq} }T pvq} ` }Spvq}
}S ` T } “ sup : v P V zt0u ĺ sup : v P V zt0u
}v} }v}
" *
}T pvq} }Spvq}
“ sup ` : v P V zt0u
}v} }v}
" * " *
}T pvq} }Spvq}
ĺ sup : v P V zt0u ` sup : v P V zt0u “ }S} ` }T }.
}v} }v}
21.3. Espacios vectoriales normados 887

Obviamente }T } “ 0 si y sólo si T pvq “ 0 para todo v P V , es decir si T es la función


identidad aditiva, la cual actúa como el vector cero, con lo que el teorema queda demostrado.

Dejamos al lector la demostración del teorema siguiente.
21.3.13. Teorema. Si T P CLpV, W q, entonces
" *
}T pvq}
}T } “ supt}T pvq} : }v} “ 1u “ supt}T pvq} : }v} ĺ 1u “ sup : 0 ă }v} ĺ 1 .
}v}

21.3.14. Teorema. Sea T : V ÝÑ W una transformación lineal, donde V y W son espacios


vectoriales normados. Las siguientes tres proposiciones son equivalentes:
a) T P CLpV, W q.
b) T es continua.
c) T es continua en algún v0 P V .

Demostración. Como }T pv1 ´v2 q} ĺ }T }}v1 ´v2 }, tenemos que a) implica b), y obviamente
b) implica c). Supongamos que T es continua en v0 . Para cada ε ą 0 sea δ ą 0 tal que
}v ´ v0 } ă δ ùñ }T pvq ´ T pv0 q} ă ε. Tenemos así que si }z} ă δ, con z P V , entonces, al
tomar v “ v0 ` z, tenemos }T pv0 ` zq ´ T pv0 q} ă ε, }T pzq} ă ε, y al usar el teorema 21.3.13
tenemos así }T } ĺ δε , con lo cual c) implica a). ‚
21.3.15. Definición. Un espacio vectorial normado es un espacio de Banach cuando el
espacio métrico correspondiente (el formado por la métrica dada en el teorema 21.3.2) sea
completo, es decir que toda sucesión de Cauchy sea convergente.
21.3.16. Ejemplo. El conjunto C r0; 1s con la norma } ¨ }8 forma un espacio de Banach.
En efecto, sea pfk q8 k“1 una sucesión de Cauchy de elementos de C r0; 1s. Tenemos que para
todo ε ą 0 existe un Nε P N tal que si k, l P N y k, l ľ Nε , entonces }fk ´ fl }8 ă ε.
Ahora, para todo t P r0; 1s tenemos que |fk ptq ´ fl ptq| ă ε, de manera existe un número
f ptq al cual la sucesión pfk ptqq8 k“1 converge pues R es completo. Veamos que la función
pt P r0; 1sq ÞÑ f ptq es continua y además pfk q8 k“1 converge uniformemente a f . Para cada
entero l ľ N 4ε tenemos que existe un δ ą 0 tal que siempre que tengamos |t1 ´ t0 | ă δ, con
t0 , t1 P r0; 1s, tendremos |fl pt1 q ´ fl pt0 q| ă 4ε , y además |fl ptq ´ f ptq| ă 4ε para todo t P r0; 1s.
Tenemos así que |f pt1 q´f pt0 q| “ |pf pt1 q´fl pt1 qq`pfl pt1 q´fl pt0 qq`pfl pt0 q´f pt0 qq| ă 43 ε ă ε,
siempre que |t1 ´ t0 | ă δ, de manera que f es uniformemente continua en r0; 1s, pero como
|fl ptq ´ f ptq| ă 4ε ă ε para todo t P r0; 1s y todo l ľ N 4ε tenemos que }fl ´ f }8 ă ε, de
manera que pfk q8 k“1 converge a f con la norma } ¨ }8 , siendo así C r0; 1s un espacio de Banach
con la norma } ¨ }8 .
21.3.17. Ejemplo. El conjunto Rn con la norma euclidiana es un espacio de Banach sobre
el cuerpo R, lo mismo que el conjunto Cn sobre el cuerpo C con la norma euclidiana dada en
el ejemplo 21.3.10.
21.3.18. Teorema. Si V es un espacio normado, entonces la norma definida en V es una
función uniformemente continua.
888 21.3. Espacios vectoriales normados

Demostración. Debido a la desigualdad del triángulo (definición 21.3.1 c)) tenemos que
}v1 } ĺ }v1 ´ v2 } ` }v2 }, de manera que }v1 } ´ }v2 } ĺ }v1 ´ v2 }, e intercambiando los papeles
de v1 por v2 tenemos que }v2 } ´ }v1 } ĺ }v2 ´ v1 } “ }v1 ´ v2 }, teniendo así

|}v1 } ´ }v2 }| ĺ }v1 ´ v2 },

con lo que se tiene la continuidad uniforme de la norma. ‚


21.3.19. Teorema de Banach-Steinhaus. Principio de acotación uniforme. Supon-
gamos que V es un espacio de Banach, W es un espacio vectorial normado y tTα : α P Au es
una colección de transformaciones lineales acotadas de V en W , donde A es un conjunto de
índices. Tenemos dos posibilidades:

a) Existe una constante M ă `8 tal que para toda α P A

}Tα } ĺ M,

o bien

b)
supt}Tα pvq} : α P Au “ `8,
para todo v perteneciente a algún Gδ denso en V

Demostración. Para cada v P V sea ϕpvq “ supt}Tα pvq} : α P Au y para cada n P N


sea Hn “ tv P V : ϕpvq ą nu. Por hipótesis cada Tα es continua y del teorema 21.3.18 la
norma definida en W es una función continua, de manera que pv P V q ÞÑ }Tα pvq} es continua.
Ahora,Ťobservemos que v P Hn si y sólo si }Tα pvq} ą n para algún α P A, de manera que
Hn “ tv P V : }Tα pvq} ą nu, pero como cada una de las funciones pv P V q ÞÑ }Tα pvq} es
αPA
continuas, entonces Hn es abierto.
Si algún HN no es denso, entonces existe un v0 P V y un r ą 0 tal que la bola abierta
Bpv0 , rq no interseca a HN , es decir para todo v P Bpv0 , rq se tiene que Tα pvq ĺ N , para todo
α P A. Ahora, para todo y P Bp0, rq sea v “ v0 ´ y, de manera que v P Bpv0 , rq por lo cual

}Tα pyq} ĺ }Tα pv0 q ` Tα pvq} ĺ }Tα pvq} ` }Tα pv0 q} ĺ 2N,

de donde tenemos que si x P Bp0, 1q, entonces }Tα pxq} ĺ 2N


r
y al tomar M “ 2N r
se tiene a).
Si todo Hn es denso, tenemos por el teorema de categoría de Baire 14.2.46 que el conjunto
8
Hn es denso, ademas de ser un Gδ , de manera que para todo v P H y todo n P N
Ş
H :“
n“1
existe un α P A tal que }Tα pvq} ą n, teniendo así que supt}Tα pvq} : α P Au ą n, para todo
v P H y todo n P N, de lo que se concluye que supt}Tα pvq} : α P Au “ `8, para todo v P H,
obteniéndose b), quedando así demostrado el teorema. ‚
21.3.20. Lema. Sean V y W espacios de Banach y T P CLpV, W q tal que su recorrido es W .
Existe un δ ą 0 tal que Bp0W , δq Ă T rBp0V , 1qs, donde 0V es el cero en V y 0W es el cero en
W.
21.3. Espacios vectoriales normados 889

Demostración. Por ser T una función sobre W , para cada w P W existe un v P V tal
que T pvq “ w, y si v P Bp0V , kq, entonces w P T rBp0V , kqs, para cada k P N, de manera
8
que W “ T rBp0V , kqs. Como W es completo, tenemos del corolario 14.2.52 al teorema de
Ť
k“1
categoría de Baire que existe un N P N y un abierto no vacío E Ă T rBp0V , N qs. Teniendo así
j“1 , donde cada vj P Bp0V , N q;
que cada elemento de E es el límite de una sucesión pT pvj qq8
dejemos fijos al número N y al abierto E.
Sean w0 P E y η ą 0 tales que Bpw0 , ηq Ă E. Si w P E, existen sucesiones pvj1 q8
j“1 y pvj qj“1
2 8

de elementos de Bp0V , N q tales que


21.3.21. lím T pvj1 q “ w0 y lím T pvj2 q “ w0 ` w.
jÑ8 jÑ8

Hagamos vj “ vj2 ´ vj1 , para que }vj } ă 2N y pT pvj qq8


j“1 converja a w. Lo anterior es válido
para todo w P Bpw0 , ηq, de manera que el hecho de que T P CLpV, W q muestra que si δ “ 2N η
,
entonces para cada w P W y cada ε ą 0 existe un v P V tal que
21.3.22. }v} ĺ δ ´1 }w} y }w ´ T pvq} ă ε.
Tomemos ahora w P Bp0W , δq y ε ą 0. Por 21.3.22 existe un v1 P V con }v1 } ă 1 y
1
}w ´ T pv1 q} ă δε.
2
De manera recursiva supongamos que tenemos v1 , v2 , . . . , vn P V de manera que
21.3.23. }w ´ T pv1 q ´ ¨ ¨ ¨ ´ T pvn q} ă 2´n δε.
Usando de nuevo la fórmula 21.3.22 pero poniendo w ´ T pv1 q ´ ¨ ¨ ¨ ´ T pvn q en lugar de w y
usando además 21.3.23 tenemos que existe un vn`1 P V que verifica 21.3.23 pero con n ` 1
en lugar de n y
21.3.24. }vn`1 } ă 2´n ε

n“1 es de
Hagamos sn :“ v1 ` v2 ` ¨ ¨ ¨ ` vn para obtener de 21.3.24 que la sucesión psn q8
Cauchy, de manera que, por ser V completo la sucesión converge a un v P V . La desigualdad
}v1 } ă 1 y 21.3.24 muestran que }v} ă 1 ` ε. Como T es continua tenemos que lím T psn q “
nÑ8
T pvq, pero por 21.3.23 tenemos que lím T psn q “ w, de manera que T pvq “ w.
nÑ8
Hasta ahora hemos demostrado que
Bp0W , δq Ă T rBp0V , 1 ` εqs,
es decir que
21.3.25. Bp0W , p1 ` εq´1 δq Ă T rBp0V , 1qs,
para todo ε ą 0. Observando que Bp0W , p1 ` εq´1 δq “ Bp0W , δq tenemos de 21.3.25 que
Ť
εą0
Bp0W , δq Ă T rBp0V , 1qs, con lo que el teorema queda demostrado. ‚
21.3.26. Teorema de la transformación abierta. Sean V y W espacios de Banach y
T P CLpV, W q tal que su recorrido es W . La transformación lineal T es una función abierta.
890 21.3. Espacios vectoriales normados

Demostración. Sea A Ă V un conjunto abierto y B “ T rAs. Para cada a P A existe


un εa ą 0 tal que Bpa, εa q Ă A. Del lema 21.3.20 tenemos que existe un δ ą 0 tal que
Ť 1qs, de donde se obtiene que BpT paq, δεa q Ă T rBpa, εa qs Ă B, de tal
BpT paq, δq Ă T rBpa,
suerte que B “ BpT paq, δεa q, demostrando así que B es abierto. ‚
aPA

21.3.27. Corolario. Sean V y W espacios de Banach y T P CLpV, W q una biyección de V


en W . La transformación T ´1 : W ÝÑ V es un isomorfismo y homeomorfismo entre W y V ,
es decir T ´1 P CLpW, V q.
Demostración. Como T es inyectiva, entonces T ´1 es un isomorfismo, y el hecho de que
T sea una biyección abierta entre V y W equivale a que T ´1 es una biyección continua entre
W y V. ‚
21.3.28. Teorema. Sea V un espacio normado y W un espacios de Banach. El espacio
normado CLpV, W q es de Banach.
Demostración. Sea pTn q8 n“1 una sucesiín de Cauchy en CLpV, W q. Si v P V , entonces
pTn pvqqn“1 es una sucesión de Cauchy en W debido a que }Tn pvq ´ Tm pvq} ĺ }Tn ´ Tm }}v}.
8

Sea T : V ÝÑ W la función v ÞÑ lím Tn pvq y veamos que T P CLpV, W q. Sea α P K


nÑ8
y v P V y veamos primero que T pαvq “ αT pvq. En caso de que α “ 0, tenemos que
T pαvq “ 0W “ αT pvq. En caso de que α ‰ 0 tenemos en vista de que la norma es una
función uniformemente continua (teorema 21.3.18) que para todo ε ą 0 existe un N P N tal
que si n ľ N , entonces }T pαvq ´ Tn pαvq} ă ε, de manera que
› ›
›1 ›
ε ą }T pαvq ´ Tn pαvq} “ }T pαvq ´ αTn pvq} “ |α| ›› T pαvq ´ Tn pvq›› ,
α

es decir › ›
›1
› T pαvq ´ Tn pvq› ĺ ε ,

›α › |α|

con lo que T pvq “ lím Tn pvq “ α1 T pαvq, y así T pαvq “ αT pvq. Sean ahora u, v P V y veamos
nÑ8
que T pu ` vq “ T puq ` T pvq. De nuevo tenemos que para todo ε ą 0 existe un N P N tal que
si n ľ N , entonces
ε ε
}Tn puq ´ T puq} ă y }Tn pvq ´ T pvq} ă ,
2 2
de manera que usando la desigualdad del triángulo 21.3.1 c) y la linealidad de Tn obtenemos

}Tn pu ` vq ´ pT puq ` T pvqq} “ }pTn puq ´ T puqq ` pTn pvq ´ T pvqq} ă ε,

de manera que T puq ` T pvq “ lím Tn pu ` vq “ T pu ` vq, con lo cual T P LpV, W q.


nÑ8
En lo que sigue de la demostración tendremos en mente presente el teorema 21.3.13.
Supongamos ahora que v P V y }v} “ 1. Como pTn q8 n“1 es una s sucesión de Cauchy tenemos
que existe un M P N tal que si n ľ M , entonces }Tn ´ TM } ă 1, y así }Tn } ă 1 ` }TM },
M
de donde podemos concluir que para todo k P N tenemos que }Tk } ă 1 ` }Tk }, es decir
ř
j“1
21.3. Espacios vectoriales normados 891

M
la sucesión de funciones lineales pTn q8
n“1 está uniformemente acotada por Q :“ 1 `
ř
}Tk }.
j“1
Ahora, para cada ε ą 0 existe un N P N, que posiblemente dependa de v, tal que si n ľ N ,
entonces
}T pvq} “ }pT pvq ´ Tn pvqq ` Tn pvq} ĺ }Tn pvq ´ T pvq} ` }Tn pvq} ĺ ε ` }Tn pvq}
ĺ ε ` }Tn } ĺ ε ` 1 ` Q,
de manera que }T } ĺ ε ` 1 ` Q, teniendo así que T P CLpV, W q.
Veamos ahora que T es el límite de la sucesión pTn q8n“1 con la norma dada en CLpV, W q.
Para esto sea de nuevo N P N tal que si n, m ľ N se tiene que }Tn ´ Tm } ă 3ε y para cda
n P N sea vn,ε P V tal que }vn,ε } “ 1 y además
ε ε
}Tn ´ T } ă }pTn ´ T qpvn,ε q} ` “ }Tn pvn,ε q ´ T pvn,ε q} ` ,
3 3
de manera que
ε ε
}Tn`p ´ T } ĺ }Tn`p ´ Tn } ` }Tn ´ T } ă ` }Tn pvn,ε q ´ T pvn,ε q} ` ,
3 3
para todo p P N con p ľ n, pero para n suficientemente grande }Tn pvn,ε q ´ T pvn,ε q} ă 3ε , de
manera que }Tn`p ´ T } ă ε para algún n suficientemente grande y p ľ 0, concluyendo así la
demostración del teorema. ‚
Dejamos al lector la demostración del teorema siguiente.
21.3.29. Teorema. Sean V y W espacios vectoriales normados con normas } ¨ }V y } ¨
}W respectivamente. La norma ppv, wq P V ˆ W q ÞÑ máxt}v}V , }w}W u induce la topología
producto de las topologías inducidas por } ¨ }V y } ¨ }W .
21.3.30. Teorema de la gráfica cerrada. Si V y W son espacios de Banach y T : V ÝÑ W
es una transformación lineal tal que GrpT q es un conjunto cerrado en V ˆ W , entonces
T P CLpV, W q.
Demostración. Sean π1 y π2 las proyecciones GrpT q en V y W respectivamente, es decir
π1 pv, T pvqq “ v y π2 pv, T pvqq “ T pvq. Observemos que GrpT q es un subespacio vectorial
de V ˆ W , π1 P CLpGrpT q, V q y π2 P CLpGrpT q, W q. Observemos también que π1 es una
biyección de GrpT q en V . Como los espacios normados V y W son de Banach tenemos que
V ˆ W es completo, es decir es de Banach, de manera que si aplicamos el corolario 21.3.27
tenemos que π1´1 P CLpV, GrpT qq, teniendo así que T “ π2 ˝ π1´1 P CLpV, W q. ‚
21.3.31. Definición. Decimos que dos normas } ¨ } y } ¨ }˚ definidas en un espacio vectorial
V son equivalentes si existen dos números M1 y M2 tales que para todo v P V se tiene
}v} ĺ M1 }v}˚ y }v}˚ ĺ M2 }v}.

21.3.32. Definiciones y notaciones. Dado un espacio vectorial normado pV, K, } ¨ }q. De-
cimos que una sucesión pvk q8
k“1 de elementos de V es sumable y que la suma de las
componentes es un s P V cuando
› ›
› ÿn ›
lı́m ›s ´ vk › “ 0,
› ›
nÑ8 › ›
k“1
892 21.3. Espacios vectoriales normados

y en tal caso acordaremos que


8
ÿ
vk :“ s.
k“1

k“1 es absolutamente sumable cuando


Así mismo, decimos que la sucesión pvk q8
8
ÿ
}vk } ă `8.
k“1

21.3.33. Teorema. Un espacio vectorial normado pV, K, } ¨ }q es de Banach si y sólo si toda


sucesión absolutamente sumable de elementos de V es sumable.
Demostración. Supongamos primero que el espacio es de Banach y tomemos una sucesión
8
de elementos de que sea absolutamente sumable, es decir }vk } ă `8, de tal
ř
pvk q8
k“1 V
k“1
8 k
suerte que para cada ε ą 0 existe un N P N tal que }vk } ă ε. Tomemos ahora sk “
ř ř
}vj }.
k“N j“1
Si m y n son números naturales tales que m ľ n ľ N , entonces
› ›
›ÿm › ÿm 8
ÿ
}sn ´ sm } “ › sj › ĺ }vj } ă ε.
› ›
}vj } ĺ
›j“n › j“n j“N

Tenemos así que la sucesión psk q8 k“1 es de Cauchy, y por ser V completo tenemos que converge
a un s P V , lo cual significa que pvk q8
k“1 es sumable, con lo que concluimos que si una sucesión
es absolutamente sumable, entonces es sumable.
Supongamos ahora que toda sucesión absolutamente sumable es sumable y sea pvk q8 k“1
una sucesión de Cauchy. Tomemos una sucesión estrictamente creciente de enteros positivos
pnk q tales que para cualesquiera dos números naturales m, n se tenga que

m, n ľ nk ùñ }vn ´ vm } ă 2´k .

Definamos ahora de manera recursiva la sucesión pwk q8


k“1 tomando w1 “ vn1 y wk`1 “
k 8
vnk`1 ´ vnk , de tal manera que vnk “ wk y además }wk`1 } ă 2´k . Ahora,
ř ř
}wk } ĺ
j“1 k“1
8
2´k`1 “ }w1 } ` 1, por lo que la sucesión pwk q8
k“1 es absolutamente sumable y,
ř
}w1 } `
k“2
debido a lo que estamos suponiendo, también es sumable. Tenemos así que existe un v P V
tal que
ÿ8 ÿk
v“ wj “ lı́m wj “ lı́m vnk .
kÑ8 kÑ8
j“1 j“1

Tenemos así que la sucesión de Cauchy pvk q8k“1 tiene una subsucesión pvnk qk“1 que converge a
8

un v P V . Además tenemos que para todo ε ą 0 existe un N P N tal que cuando m, n, k ľ N


se tenga que }vn ´ vm } ă 2ε y además }vnk ´ v} ă 2ε . Así pues, para n ą N tomemos k ľ N
para obtener que
ε ε
}vn ´ v} ĺ }vn ´ vnk } ` }vnk ´ v} ă ` “ ε,
2 2
21.3. Espacios vectoriales normados 893

concluyendo así que el espacio pV, K, } ¨ }q es de Banach, con lo que el teorema queda demos-
trado. ‚

Ejercicios.

1. Demostrar el teorema 21.3.13.

2. Demostrar el teorema 21.3.29.

3. Demostrar que si U y V son espacios vectoriales normados cuyas normas son respecti-
vamente } ¨ }U y } ¨ }V , entonces la función ppu, vq P U ˆ V q ÞÑ }u}U ` }v}V es una norma
en U ˆ V que induce la topología producto.

4. Demostrar que si en un mismo espacio vectorial tenemos definidas dos normas equiva-
lente, entonces ambas normas inducen la misma topología.
894 21.4. Funcionales lineales

21.4. Funcionales lineales


21.4.1. Definiciones y notaciones. Sea V un espacio vectorial sobre un cuerpo K. A
cualquier función lineal f : V ÝÑ K le llamaremos funcional lineal, pero en caso de que
K “ R le llamaremos funcional lineal real, y en caso de que K “ C le llamaremos funcional
lineal complejo. En caso de que V forme un espacio vectorial normado, al conjunto CLpV, Kq
de todos los funcionales lineales acotados f : V ÝÑ K se le llama el espacio dual al espacio
vectorial V (con respecto a K) y se le denota por V ˚ . En general, cuando A Ă V a una
función g : A ÝÑ K se le llamará funcional, y si g no es un funcional lineal le llamaremos
funcional no lineal.
21.4.2. Observación. De acuerdo al teorema 21.3.26, el espacio vectorial V ˚ es un espacio
de Banach.
21.4.3. Teorema. Sea W un espacio vectorial sobre C. Si f : W ÝÑ C es un funcional
lineal complejo y u : W ÝÑ R , entonces u es un funcional lineal real y además f pwq “
wÞÑRe pf pwqq
upwq ´ i upi wq para todo w P W . Recíprocamente, si u : W ÝÑ R es un funcional lineal real
y f : W ÝÑ C , entonces f es un funcional lineal complejo. En dicho caso tenemos que si
wÞÑupwq´i upi wq
W es normado, entonces }u} “ }f }.
Demostración. Si f es un funcional lineal complejo, entonces claramente u : W ÝÑ R es
wÞÑRe pf pwqq
un funcional lineal real y además Im f pwq “ ´Re pi f pwqq “ ´upi wq, y así f pwq “ upwq ´
i upi wq. Por otro lado, si u es un funcional lineal real y f : W ÝÑ C , entonces f es
wÞÑupwq´i upi wq
claramente lineal sobre R y f pi wq “ upi wq ´ i up´wq “ upi wq ` i upwq “ i f pwq, de donde
podemos ver que f también es lineal sobre C. Supongamos ahora que W es normado, teniendo
f y u como están ya descritas. Como |upwq| “ |Re f pwq| ĺ |f pwq|, entonces }u} ĺ }f }. Ahora,
cuando f pwq ‰ 0 sea α “ f pwq{|f pwq|, de manera que |f pwq| “ αf pwq “ f pαwq “ upαwq
debido a que f pαwq P R, teniendo así que |f pwq| ĺ }u}}αw} “ }u}}w}, y así }f } ĺ }u}. ‚
21.4.4. Definición. Sea V un conjunto que forma un espacio vectorial real. Decimos que
una función p : V ÝÑ R es un funcional sublineal si

ppu ` vq ĺ ppuq ` ppvq y ppαuq “ αppuq siempre que u, v P V, y que α ľ 0.

21.4.5. Teorema de Hahan-Banach (caso real). Sea V un espacio vectorial real, p un


funcional sublineal sobre V , U un subespacio vectorial de V y f : U ÝÑ R un fncional lineal
real sobre U tal que f puq ĺ ppuq para todo u P U . Existe un funcional lineal F : V ÝÑ R
sobre V tal que F pvq ĺ ppvq para todo v P V y F |U “ f .
Demostración. Sean B1 una base de U y B2 una base de V tales que B1 Ă B2 ; tales bases
existen debido al corolario 21.1.2.
Para cada e P B2 zB1 tenemos que si u1 , u2 P U , entonces

f pu1 q ` f pu2 q “ f pu1 ` u2 q ĺ ppu1 ` u2 q “ pppu1 ´ eq ` pe ` u2 qq ĺ ppu1 ´ eq ` ppe ` u2 q,

es decir
f pu1 q ´ ppu1 ´ eq ĺ ppe ` u2 q ´ f pu2 q,
21.4. Funcionales lineales 895

de manera que

suptf puq ´ ppu ´ eq : u P U u ĺ ı́nftppe ` uq ´ f puq : u P U u.

Sea pues γe un número tal que

suptf puq ´ ppu ´ eq : u P U u ĺ γe ĺ ı́nftppe ´ uq ´ f puq : u P U u.

Sea F : V ÝÑ R la función tal que para cualquier u1 , u2 , . . . , un P B1 , e1 , e2 , . . . , em P


B2 zB1 y α1 , α2 , . . . , αn , β1 , β2 , . . . , βm P K se tiene que
˜ ¸
ÿ n ÿm n
ÿ m
ÿ
F αj uj ` βj ej “ αj f puj q ` βj γej .
j“1 j“1 j“1 j“1

Como podemos ver, dicha función F es lineal, F |U “ f y además, si u P U , e1 P B2 y β1 ą 0,


entonces

F pu ` β1 e1 q “ β1 pf pu{β1 q ` γe1 q ĺ β1 pf pu{β1 q ` ppe1 ` u{β1 q ´ f pu{β1 qq “ ppu ` β1 e1 q.

Ahora, si u P U y β1 ă 0, al hacer µ “ ´β1 , tenemos

F pu ` β1 e1 q “ F pu ´ µe1 q “ µpf pu{µq ´ γe1 q ĺ µpf pu{µq ` ppu{µ ´ e1 q ´ f pu{µqq


“ ppu ` β1 e1 q,

De manera que en general, para todo u P U y todo β1 P R tenemos que F pu ` β1 e1 q ĺ ppu `


β1 e1 q. Sea m˜P N y supongamos
¸ que para todo¸u P U , e1 , . . . , em P B2 zB1 y β1 , . . . , βm P K se
˜
m m
tiene que F u ` βj ej . De manera similar a como se demostró que
ř ř
βj ej ĺ p u `
j“1 j“1
˜ ¸ ˜ ¸
m`1 m`1
F pu ` β1 e1 q ĺ ppu ` β1 e1 q se puede demostrar que F u ` βj ej al
ř ř
βj ej ĺ p u `
j“1 j“1
tomar en lugar de U el espacio generado por U Y te1 , . . . , em u, tomar em`1 en lugar de e1 y
βm`1 en lugar de β1 , terminando así con la demostración. ‚
21.4.6. Definición. Supongamos que V forma un espacio vectorial sobre K. Decimos que
una función ν : V ÝÑ r0; `8q es una seminorma definida en V si satisface las siguientes
dos condiciones:

a) νpαvq “ |α|νpvq, para todo α P K y todo v P V ;

b) νpv ` wq ĺ νpvq ` νpwq, para todo u, w P V (desigualdad del triángulo).

Cuando ν es una seminorma definida en V , decimos que V forma un espacio vectorial


seminormado con la seminorma ν o bien que pV, K, νq es un espacio vectorial seminor-
mado.
21.4.7. Ejemplo. Sea V el espacio vectorial de todas las funciones reales que sean Riemann
integrables en el intervalo r0; 1s, donde la suma es la suma de funciones y la multiplicación es
896 21.4. Funcionales lineales

la multiplicación de un número real por una función. En V podemos definir ν : V ÝÑ r0; `8s
como
ż1
νpf q :“ |f pxq| d x.
0

Al usar las propiedades de la integral podemos ver que ν es una seminorma.


21.4.8. Teorema de Hahan-Banach (caso complejo). Sea V un espacio vectorial com-
plejo, ν una seminorma en V , U un subespacio vectorial de V y f : W ÝÑ C un funcional
lineal complejo sobre W tal que |f pwq| ĺ νpwq, para todo w P W . Existe un funcional lineal
complejo F : V ÝÑ C tal que F |W “ f , y además |F pvq| ĺ νpvq, para todo v P V .
Demostración. Para cada w P W sea upwq “ Re f pwq. Observemos que ν es un funcional
sublineal y que upwq ĺ νpwq, para todo w P W . Por el caso real del teroema de Hahan-
Banach 21.4.5 tenemos que existe un funcional lineal real U : V ÝÑ R tal que U |W “ u
y U pvq ĺ νpvq. Tenemos también que ´U pvq “ U p´vq ĺ νp´vq “ νpvq, de manera que
|U pvq| ĺ νpvq, para todo v P V . Por el teorema 21.4.3 la función F : V ÝÑ C es un
vÞÑU pvq´i U pi vq
funcional lineal complejo tal que F |W “ f . Para cada v P V tal que F pvq ‰ 0 tomemos el
número complejo α :“ F pvq{|F pvq|, teniendo así que |F pvq| “ αF pvq “ F pαvq, pero como
|F pvq| P R, tenemos que |F pvq| “ U pαvq ĺ νpαvq “ νpvq. Para el caso en que F pvq “ 0 es
obvio que también se tiene |F pvq| ĺ νpvq, con lo que el teorema queda demostrado. ‚

Ejercicios.

1. Demostrar que la función ν dada en el ejemplo 21.4.7 es una seminorma pero no es una
norma.
21.5. Espacios vectoriales toplógicos 897

21.5. Espacios vectoriales toplógicos


A continuación daremos algunos conceptos que generalizan los ya conocidos para algunos
tipos de subconjuntos de Rn . Trataremos de abordar los conceptos de manera que en la medida
de los posible sean intuitivos para el lector y no contradigan las definiciones previamente dadas
o conocidas, aunque no necesariamente sean las más usadas en la literatura del área.
21.5.1. Definiciones y notaciones. Sea pV, Kq un espacio vectorial. En caso de que
pV, Vq sea un espacio topológico y para todo α P K se tenga que la transformaciones
ppu, vq P V ˆ V q ÞÑ u ` v y ppα, vq P K ˆ V q ÞÑ αv son continuas con la topología producto,
decimos que pV, V, Kq es un espacio vectorial topológico o que V forma un espacio vec-
torial topológico. Cuando u y v son elementos diferentes de V , definiremos el segmento (o
segmento de recta) con extremos u y v como el conjunto uv :“ tp1 ´ tqu ` tv : t P r0; 1su,
al cual también denotaremos como ru; vs; la recta que pasa por u y v como el conjunto
ÐÑ :“ tp1´tqu`tv : t P Ru, a la cual también denotaremos como xu; vy; y el rayo con extre-
uv
mo u y que pasa por v como el conjunto Ý Ñ :“ tp1 ´ tqu ` tv : t ľ 0u “ tu ` tpv ´ uq : t ľ 0u,
uv
al cual también denotaremos como ru; vy. Así mismo, definimos los siguientes conjuntos:
pu; vq :“ ru; vsztu, vu, ru; vq “ ru; vsztvu, pu; vy :“ ru; vyztuu. Si u, v, w P V son puntos que
no están en una misma recta, a la unión de los rayos rv; uy y rv; wy lo llamaremos ángulo
y lo denotaremos por =uvw; en tal caso diremos que v es el vértice de dicho ángulo. Si
A Ă V es un conjunto tal que para todo pu, vq P A ˆ A se tiene que uv Ă A, decimos que A
es convexo. Para A Ă V definimos la envolvente convexa de A como la intersección de
todos los subconjuntos convexos de V en los cuales A está incluido. A la envolvente conve-
xa de A la denotaremos por cvxpAq. Cuando tengamos un conjunto finito con n elementos
tv1 , v2 , . . . , vn u Ă V y tengamos n números λ1 , λ2 , . . . , λn ľ 0, diremos que una expresión
n
de la forma λk vk es una combinación positiva de los vectores v1 , v2 , . . . , vn ; si además
ř
k“1
n
λk “ 1 diremos que la combinación positiva es una combinación convexa de dichos
ř
k“1
vectores. Si V forma un espacio vectorial topológico con una topología V y la topología tiene
una base tal que todos los elementos de la base son convexos, entonces decimos que el espa-
cio vectorial topológico es localmente convexo. Supongamos que tenemos un conjunto no
vacío X y que en él están definidas dos topologías τ1 y τ2 decimos que la topología τ2 es más
fuerte que la topología τ1 si τ1 Ă τ2 , en tal caso también decimos que la topología τ1 es más
débil que la topología τ2 . Para A Ă V y v P V , diremos que un punto a P A es un punto
interno de A en la dirección de v si existe un ε ą 0 tal que para todo t P p´ε; εq se tiene
que a ` tv P A. Cuando tengamos un espacio vectorial pV, Kq y no especifiquemos si tiene
una estructura de espacio topológico, sobreentenderemos que tal espacio tiene la topología
V cuyos elementos son todos los conjuntos A Ă V tales que para todo a P A y todo v P V se
tiene que a es un punto interno de A en la dirección de v. Dado un A Ă V , a P A y v P V zt0u,
decimos que a es un punto radial de A en la dirección de v si existe un ε ą 0 tal que para
todo t P r0; εq se tiene que a ` tv P A. Si A Ă V y a P A, decimos que a es un extremo del
conjunto A cuando para todo segmento ru; vs Ă A tal que a P ru; vs, se tiene necesariamente
que a P tu, vu. Si u P V , decimos que un conjunto K Ă V es un u-cono si para todo v P K
y todo λ ą 0 se tiene que u ` λpv ´ uq P K. Cuando A Ă V a la cerradura del conjunto
generado por A le llamaremos cerradura lineal de A; cuando la cerradura lineal de A sea V
898 21.5. Espacios vectoriales toplógicos

diremos que A es un sistema completo de elementos de V , y cuando tengamos una sucesión


cuyas componentes son elementos diferentes de V cuyo recorrido sea un sistema completo de
elementos de V , diremos que dicha sucesión es una sucesión completa de elementos de V .
21.5.2. Observación. Como podemos ver, si en un mismo conjunto X están definidas dos
topologías τ1 y τ2 , donde τ1 es más débil que τ2 , entonces toda sucesión que converja con
respecto a la topología τ2 converge con respecto a la topología τ1 .
21.5.3. Ejemplo. Supongamos que en un espacio vectorial pV, Kq está definida una semi-
norma ν. Tomemos por V la topología generada por los conjuntos de la forma tv P V :
νpv ´ wq ă εu, para algún w P V y algún ε ą 0. Observemos que si la seminorma ν no es
norma, entonces el espacio topológico pV, Vq no es de Hausdorff.
A continuación generalizaremos el concepto de conjunto acotado en espacios vectoriales
topológicos arbitrarios.
21.5.4. Definiciones. Supongamos que pV, V, Kq es un espacio vectorial topológico. Decimos
que un conjunto B Ă V es acotado si para todo A P V tal que 0 P A existe un r ą 0 tal que
B Ă rA. Se dice que el espacio vectorial V es localmente acotado si todo v P V pertenece
a algún conjunto abierto y acotado. En el caso en que la topología V no esté inducida por
una norma definiremos el espacio dual a V , el cual se denotará también como V ˚ , como el
conjunto de todos los funcionales lineales continuos.
21.5.5. Definiciones. Sea pV, Kq un espacio vectorial normado. A la intersección de todas las
topologías definidas en V para las cuales cualquier elemento de V ˚ es una función continua,
se le llama topología débil de V . En particular, a la intersección de todas las topologías
definidas en V ˚ para las cuales cualquier elemento de V ˚˚ (el dual de V ˚ ) es una función
continua, se le llama topología débil de V ˚ . A la intersección de todas las topologías
definidas en V ˚ para las cuales se tiene que para todo v P V , la función pf P V ˚ q ÞÑ f pvq es
continua, se le llama topología débil‹ de V ˚ , la cual se pronuncia «topología débil estrella».
21.5.6. Observación. Notemos que en las definiciones anteriores la topología de V inducida
por la norma es más fuerte que la topología débil en V ; la topología de V ˚ inducida por la
norma es más fuerte que la topología débil en V ˚ , y la topología débil en V ˚ es más fuerte
que la topología débil‹ en V ˚ .
Estudiemos ahora el concepto de funciones convexas, pero antes veamos algunas defini-
ciones.
21.5.7. Definiciones y notaciones. Sea f : A ÝÑ R Y t`8, ´8u. Definimos el dominio
efectivo de f como el conjunto

dompf q :“ tx P A : f pxq P Ru.

Para el caso en que f : A ÝÑ R Y t`8u. Llamaremos epígrafe de f al conjunto

tpa, rq P A ˆ R : f paq ĺ ru.

Al epígrafe de f lo denotaremos por epipf q. Si k P R, a un conjunto de la forma

ta P A : f paq “ ku
21.5. Espacios vectoriales toplógicos 899

se le llama conjunto nivel de f , o más específicamente conjunto nivel k de f ; mientras


que a un conjunto de la forma
ta P A : f paq ĺ ku
se le llama conjunto subnivel de f , o más específicamente conjunto subnivel k de f .
21.5.8. Observación. Observemos que de manera equivalente se puede definir el epígrafe
de f como el conjunto
tpa, rq P dompf q ˆ R : f paq ĺ ru.

21.5.9. Definiciones. Sea A Ă V un conjunto convexo. Decimos que una función f : A ÝÑ


R Y t`8u es convexa si para todo t P r0; 1s y para toda pareja ordenada pv1 , v2 q P A ˆ A se
tiene que
f pp1 ´ tqv1 ` tv2 q ĺ p1 ´ tqf pv1 q ` tf pv2 q.
Decimos además que f es estrictamente convexa si para todo t P p0; 1q y para toda pareja
ordenada pv1 , v2 q P A ˆ A con v1 ‰ v2 se tiene que
f pp1 ´ tqv1 ` tv2 q ă p1 ´ tqf pv1 q ` tf pv2 q.
De manera geométrica o intuitiva podemos ver que f es estrictamente convexa si, salvo en los
puntos v1 y v2 , la gráfica de la restricción de f al segmento rv1 ; v2 s está por abajo del segmento
con extremos pv1 , f pv1 qq y pv2 , f pv2 q. También podemos ver que la función f : A ÝÑ RYt`8u
es convexa si su epígrafe es un conjunto convexo. Cuando ´f sea una función convexa diremos
que f es cóncava.
21.5.10. Teorema. Sea A un conjunto convexo y f : A ÝÑ R Y t`8u. La función f es
convexa si y sólo si para todo pu, vq P A ˆ A la función g : r0; 1s ÝÑ R Y t`8u es convexa.
tÞÑf pp1´tqu`tvq

Demostración. Supongamos primero que f es convexa y sean pu, vq P A ˆ A y


pt0 , t1 q P p0; 1q ˆ p0; 1q. Por ser A un conjunto convexo tenemos que ru; vs Ă A. La función
x : r0; 1s ÝÑ ru; vs es un homeomorfismo tal que para cualesquiera tres números t0 , t1 ,
tÞÑp1´tqu`tv
t P r0; 1s se tiene que t está entre t0 y t1 si y sólo si xptq está entre xpt0 q y xpt1 q. Más aún, si
0 ĺ λ ĺ 1, entonces xpp1 ´ λqt0 ` λt1 q “ p1 ´ λqxpt0 q ` λxpt1 q, de manera que
gpp1 ´ λqt0 ` λt1 q “ f pxpp1 ´ λqt0 ` λt1 qq “ f pp1 ´ λqxpt0 q ` λxpt1 qq
ĺ p1 ´ λqf pxpt0 qq ` λf pxpt1 qq “ p1 ´ λqgpt0 q ` λgpt1 q,
teniendo así que g es una función convexa.
Recíprocamente, supongamos ahora que u, v P A, que g es convexa, sea x como se tomó
anteriormente y λ P r0; 1s.
f pp1 ´ λqu ` λvq “ gpλq “ gpp1 ´ λq0 ` λ1q ĺ p1 ´ λqgp0q ` λgp1q “ p1 ´ λqf puq ` λf pvq,

teniendo así que f es una función convexa. ‚


21.5.11. Definiciones. Supongamos que K “ R y sean g P V ˚ zt0u y k P R. A cualquier
conjunto nivel de g se le llama hiperplano. A un conjunto subnivel de g le llamaremos
semiespacio cerrado y a uno de la forma
tv P V : gpvq ă ku
900 21.5. Espacios vectoriales toplógicos

le llamamos semiespacio abierto.


21.5.12. Definición. Sea E un conjunto y Σ Ă EpR Y t´8, `8uq. Definimos la función
soporte de Σ o envolvente superior de Σ como la función sprtΣ : E ÝÑ R Y t´8, `8u
tal que para todo e P E se tiene

sprtΣ peq :“ sup σpeq.


σPΣ

21.5.13. Teorema. Si f1 , f2 , . . . , fn : V ÝÑ RYt`8u son funciones convexas y λ1 , λ2 , . . . , λn


ÿn
son números positivos, entonces λk fk es una función convexa.
k“1

Demostración. Demostraremos solamente que λ1 f1 ` λ2 f2 es una función convexa (la


generalización la puede hacer el lector por inducción matemática de manera obvia). Sea
t P r0; 1s y v0 , v1 P V , tenemos

pλ1 f1 ` λ2 f2 qpp1 ´ tqv0 ` tv1 q “ λ1 f1 pp1 ´ tqv0 ` tv1 q ` λ2 f2 pp1 ´ tqv0 ` tv1 q
` ˘ ` ˘
ĺ p1 ´ tqλ1 f1 pv0 q ` tλ1 f1 pv1 q ` p1 ´ tqλ2 f2 pv0 q ` tλ2 f2 pv1 q
“ p1 ´ tqpλ1 pf1 pv0 q ` λ2 f2 pv0 qqq ` tpλ1 pf1 pv1 q ` λ2 f2 pv1 qqq
“ p1 ´ tqpλ1 f1 ` λ2 f2 qpv0 q ` tpλ1 f1 ` λ2 f2 qpv1 q,

por lo que λ1 f1 ` λ2 f2 es convexa. ‚


21.5.14. Teorema. Sea Σ una familia de funciones convexas en un espacio vectorial V . La
función sprtΣ es convexa.
Demostración. Utilizando el hecho de que el supremo de una suma es menor o igual la
suma de los supremos tenemos que si u, v P V y λ P r0; 1s, entonces

sprtΣ pp1 ´ λqu ` λvq “ suptσpp1 ´ λqu ` λvq : σ P Σu ĺ suptp1 ´ λqσpuq ` λσpvq : σ P Σu
ĺ suptp1 ´ λqσpuq : σ P Σu ` suptλσpvq : σ P Σu
“ p1 ´ λq suptσpuq : σ P Σu ` λ suptσpvq : σ P Σu
“ p1 ´ λq sprtΣ puq ` λ sprtΣ pvq,

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


21.5.15. Definiciones. Sea E un conjunto con una topología y f : E ÝÑ R Y t`8u.
Decimos que f es semicontinua inferiormente, lo cual abreviaremos como «sci», si todos
sus conjuntos subnivel son cerrados. Cuando ´f se una función semicontinua inferiormente
diremos que f es semicontinua superiormente.
21.5.16. Teorema. Sea f : E ÝÑ R Y t`8u una función sci. Si x P dompf q, entonces para
todo ε ą 0 existe una vecindad U de x tal que para todo u P U se tiene que f puq ą f pxq ´ ε.
Si f pxq “ `8, entonces para todo M P R existe una vecindad U de x tal que para todo
u P U se tiene que f puq ą M .
Demostración. Sea ε ą 0. Supongamos primero que f pxq P R. Como f es sci tenemos que
te P E : f peq ĺ f pxq ´ εu es cerrado, de manera que la primera parte del teorema se sigue
21.5. Espacios vectoriales toplógicos 901

tomando U “ tu P E : f puq ą f pxq ´ εu. Supongamos ahora que f pxq “ `8 y sea M P R.


Como f es sci, el conjunto te P E : f peq ĺ M u es cerrado, de manera que la segunda parte
del teorema se sigue tomando U “ tu P E : f puq ą M u. ‚

21.5.17. Teorema. Si cada una de las funciones f1 , f2 , . . . , fn : E ÝÑ R Y t`8u es sci y


n
ÿ
λ1 , λ2 , . . . , λn son números positivos, entonces λk fk es sci.
k“1

Demostración. Demostraremos solamente que c1 f1 es sci y que f1 ` f2 es sci, el resto de


la demostración queda para el lector.
Sea k P R y observemos que el conjunto subnivel k de c1 f1 es conjunto subnivel ck1 de f1 ,
el cual es cerrado, de manera que c1 f1 es sci. Para ver que f1 ` f2 es sci es suficiente con
demostrar que el conjunto te P E : f1 peq ` f2 peq ą ku es abierto. Para tal fin demostremos
que
ď´ ¯
te P E : f1 peq ` f2 peq ą ku “ D :“ te P E : f1 peq ą k ` xu X te P E : f2 peq ą ´xu .
xPR

Obviamente D Ă te P E : f1 peq ` f2 peq ą ku, de manera que es suficiente con demostrar que
si u es un elemento de E que satisface la desigualdad f1 puq ` f2 puq ą k, entonces pertenece
a D. Ahora, si f1 puq ` f2 puq ą k, entonces existe un ε ą 0 tal que f1 puq ` f2 puq ą k ` ε,
de manera que si tomamos x “ ε ´ f2 puq, tenemos que u P D, con lo cual el teorema queda
demostrado. ‚

21.5.18. Teorema. Sea E un conjunto en el cual está definida una topología y sea f : E ÝÑ
R Y t`8u. La función f es sci si y sólo si epipf q es un conjunto cerrado en E ˆ R.

Demostración. Supongamos primero que f es sci. Sea pek q8 k“1 una sucesión de elementos
de epipf q que converge a un e P E ˆ R y demostremos que e P epipf q para concluir así que
epipf q es cerrado. Para cada k sean ak P E y sk P R tales que ek “ pak , sk q. Sean además a
y s tales que e “ pa, sq. Si e no estuviera en el epígrafe de f , es decir, si s fuera menor que
f paq, tendríamos, por el teorema 21.5.16 que al tomar un ε ą 0 existiría una vecindad U de
a tal que para todo u P U tengamos f puq ą f paq ´ ε, en particular, para k suficientemente
grande tendríamos que ak P U , y así sk ľ f pak q ą f paq ´ ε ą s ´ ε, de tal suerte que
lı́m sk ľ f paq ą s y la sucesión psk q8
k“1 no convergería a s. Tenemos así que necesariamente
kÑ8
epipf q es cerrado cuando f es sci.
Supongamos ahora que epipf q es cerrado y observemos que para todo r P R el conjunto
E ˆ p´8; rs es cerrado en E ˆ R, teniendo así que epipf q X pE ˆ p´8; rsq es cerrado en E ˆ R.
Sea r P R y Er es el conjunto subnivel r de f . Tomemos una sucesión pak q8 k“1 de elementos
de Er que converja a un a P E y veamos que a P Er , para demostrar así que Er es cerrado.
La sucesión pak , rq8
k“1 es una sucesión de elementos de epipf q X pE ˆ p´8; rsq que converge
a pa, rq, de manera que pa, rq P epipf q X pE ˆ p´8; rsq por ser epipf q X pE ˆ p´8; rsq un
conjunto cerrado, de manera que a P Er , terminando así con la demostración. ‚

21.5.19. Teorema. Sea E un conjunto con una topología y Σ un subconjunto de EpR Y t`8uq
cuyos elementos son funciones semicontinuas inferiormente. La función sprtΣ es sci.
902 21.5. Espacios vectoriales toplógicos

Demostración.
Ş El resultado se sigue del teorema 21.5.18 y del hecho de que epipsprtΣ q “
epipσq. ‚
σPΣ

21.5.20. Teorema. Sea E un conjunto compacto y f : E ÝÑ R Y t`8u una función sci tal
que dompf q ‰ ∅. Existe un e˚ P E tal que f pe˚ q “ ı́nf f peq P R.
ePE

Demostración. Sea pek q8 una sucesión de elementos de dompf q Ă E tal que pf pek qq8
k“1 k“1
es una sucesión no creciente de números reales que converja a ı́nf f peq. Como E es compacto
ePE
existe una subsucesión pck q8k“1 de pek qk“1 que converge a un e˚ P E. Por el teorema 21.5.16
8

para cada ε ą 0 existe una vecindad U Ă E de e˚ tal que para todo u P U se tiene que
f puq ą f pe˚ q ´ ε, de manera que para k suficientemente grande tenemos que ck P U , y así

f pck q ą f pe˚ q ´ ε.

Ahora si en la ecuación anterior tomamos primero el límite cuando k tiende a 8 y luego el


límite cuando ε tiende a 0 obtenemos que ı́nf f peq ľ f pe˚ q, pero sabemos que ı́nf f peq ĺ f pe˚ q
ePE ePE
de manera que f pe˚ q “ ı́nf f peq. Como dompf q ‰ ∅ y f : E ÝÑ R Y t`8u tenemos que
ePE
f pe˚ q P R. ‚

Ejercicios.
1. Demostrar que el espacio vectorial topológico dado en el ejemplo 21.3.30 es localmente
convexo.

k“1 una sucesión de subconjuntos convexos en un espacio vectorial V . Demos-


2. Sea pCk q8
8
trar que si para todo k P N se tiene que Ck Ă Ck`1 , entonces Ck es convexo.
Ť
k“1

n

3. Sea V un espacio vectorial y A Ă V . Demostrar que cvxpAq “ λk vk : donde n P N,
k“1
n )
para todo k P Jn se tiene que vk P A, λk ľ 0 y λk “ 1 .
ř
k“1

4. Demostrar que el conjunto NR con la topología producto no es localmente acotado.


5. Demostrar que si pV, V, Kq es un espacio vectorial topológico, entonces:
a) Un conjunto B Ă V es acotado si y sólo si, para toda sucesión pxn q8
n“1 de elementos
de B y toda sucesión de números pεn qn“1 que converge a 0, se tiene que pεn xn q8
8
n“1
converge a 0.
b) El recorrido de toda sucesión convergente de elementos de V es un conjunto aco-
tado.
c) Si V es localmente acotado, entonces es primero numerable.
6. Demostrar con detalle lo dicho en la observación 21.5.6.
7. Demostrar que si D es un semiespacio abierto, entonces D es un semiespacio cerrado y
que BD es un hiperplano.
21.5. Espacios vectoriales toplógicos 903

8. Demostrar que si H es un hiperplano, entonces es la frontera de dos semiespacios


abiertos disjuntos D1 y D2 tales que V “ D1 Y D2 Y H.

9. Demostrar que cualquier conjunto subnivel de una función convexa es un conjunto


convexo.
904 21.6. Espacios euclidianos y de Hilbert

21.6. Espacios euclidianos y de Hilbert


En esta sección estudiaremos un tipo muy importante de espacios de Banach, los llamados
espacios de Hilbert.
21.6.1. Definición. Sea pV, Kq un espacio vectorial. Una función pv1 , v2 q ÞÑ xv1 , v2 y de V ˆV
en K es un producto escalar o producto interno en V si cumple la tres propiedades
siguientes:
a) xαv1 ` βv2 , v3 y “ αxv1 , v3 y ` βxv2 , v3 y, para todo v1 , v2 , v3 P V y todo α, β P K.

b) xv1 , v2 y “ xv2 , v1 y, para todo v1 , v2 P V .

c) xv, vy P p0; `8q, para todo v P V zt0u.


En tal caso decimos que V con dicha función forma un espacio vectorial con producto
interno o bien que es un espacio euclidiano.
21.6.2. Observación. De las propiedades a) y b) se deduce que xv1 , αv2 ` βv3 y “ αxv1 , v3 y `
βxv2 , v3 y, para todo v1 , v2 , v3 P V y todo α, β P K.
A partir de este momento, en esta sección supondremos que V es un espacio vectorial con
un producto interno pu, vq ÞÑ xu, vy, a menos que se especifique otra cosa.
21.6.3. Notación. Si v P V denotaremos }v} :“ xv, vy.
a

Veremos un poco más adelante que pv P V q ÞÑ }v} es una norma en V .


21.6.4. Ejemplo. Como ejemplos de espacios vectoriales con producto interno tenemos que
para cada n P N podemos tomar a V “ Rn con el producto punto. En este caso el cuerpo de
escalares es K “ R.
21.6.5. Ejemplo. Si V es el conjunto de sucesiones de número complejos de la forma pzk q8
k“1
8
tales que zk P C, podemos definir el producto interno como
ř
k“1

8
ÿ
xpzk q8 8
k“1 , pwk qk“1 y :“ zk wk .
k“1

En este caso tenemos que el cuerpo de escalares es K “ C.


21.6.6. Ejemplo. Si a, b P R, a ă b y V “ CK pra; bsq, podemos definir el producto interno
de dos elementos f, g P CK pra; bsq como

żb
xf, gy :“ f ptqgptq d t.
a

21.6.7. Desigualdad de Schwarz. Si pV, Kq es un espacio vectorial normado con producto


interno, entonces para todo u, v P V se tiene que

|xu, vy| ĺ }u}}v},


21.6. Espacios euclidianos y de Hilbert 905

donde la igualdad se da si y sólo si u y v no son linealmente independientes.


Demostración. Si xu, vy “ 0, el resultado es obvio. Si xu, vy ‰ 0, tenemos que necesariamen-
te v ‰ 0, de manera que si tomamos α “ |xu,vy|
xu,vy
y w “ αv, entonces xu, wy “ xw, vy “ |xu, vy|
y }w} “ }v}, por lo que para todo t P R tenemos

21.6.8. 0 ĺ xu ´ tw, u ´ twy “ }u}2 ´ 2t|xu, vy| ` t2 }v}2 .

Ahora, el lado derecho de la desigualdad 21.6.8 es mínimo cuando t “ }v}´2 |xu, vy|, de manera
que si tomamos ese valor de t obtenemos que

21.6.9. 0 ĺ }u ´ tw}2 “ }u}2 ´ }v}´2 |xu, vy|,

de donde se obtiene la igualdad deseada. Ahora, en 21.6.9 la igualdad se da sólo cuando


u ´ tw “ u ´ αtv, de manera que si se da la igualdad, entonces u y v no son linealmente
independientes. Recíprocamente, si u y v no son linealmente independientes (con u, v ‰ 0),
entonces existe un β P Kzt0u tal que u “ βv, teniendo así que |xu, vy| “ |xβv, vy| “ |β}v}2 | “
|β}β ´1 u}}v}| “ }u}}v}, con lo que la demostración está terminada. ‚
21.6.10. Teorema. La función pv P V q ÞÑ }v} es una norma en V .
Demostración. Veamos primero que }v} “ 0 si y sólo si v “ 0. Dela inciso c) de a
la definición
21.6.1 tenemos que si }v} “ 0, entonces v “ 0. Ahora, }0} “ x0, 0y “ x00, 0y “
0x0, 0y “ 0, de manera que se satisface la propiedad b) de la definición de norma 21.3.1.
a

La propiedad a) en la definición de norma se cumple también, pues


a
}αv} “ xαv, αvy “
ααxv, vy “ |α| xv, vy “ |α|}v}. Para demostrar la desigualdad del triángulo usaremos la
a a

desigualdad de Schwarz 21.6.7 para obtener

}u ` v}2 “ xu ` v, u ` vy “ }u}2 ` xu, vy ` xv, uy ` }v}2 “ }u}2 ` xu, vy ` xu, vy ` }v}2


“ }u}2 ` 2Re xu, vy ` }v}2 ĺ }u}2 ` 2|xu, vy| ` }v}2 ĺ }u}2 ` 2}u}}v} ` }v}2
“ p}u} ` }v}q2 ,

de donde obtenemos que }u ` v} ĺ }u} ` }v}. ‚


21.6.11. Definiciones. Si V es un espacio
a vectorial con un producto interno pu, vq ÞÑ xu, vy,
diremos que la norma dada por }v} “ xv, vy es norma inducida por el producto interno o
que está determinada por el producto interno. También diremos que la topología inducida
por la norma está inducida por el producto interno.
21.6.12. Teorema. En un espacio con producto interno V , si puk q8 8
k“1 y pvk qk“1 convergen a
u y v respectivamente, entonces la sucesión pxuk , vk yq8
k“1 converge a xu, vy.

Demostración. De las propiedades del producto interno y de la desigualdad de Schwarz


21.6.7 tenemos que para todo ε ą 0 y k suficientemente grande

|xuk , vk y ´ xu, vy| “ |xuk ´ u, vk y ` xu, vk ´ yy| ĺ }uk ´ u}}vk } ` }u}}vk ´ v}


ĺ }uk ´ u}p}v} ` εq ` }u}}vk ´ v},
906 21.6. Espacios euclidianos y de Hilbert

lo cual tiende a 0 cuando k tiende a 8. ‚


21.6.13. Ley del paralelogramo. En un espacio vectorial V con producto interno, tenemos
que si u, v P V , entonces

}u ` v}2 ` }u ´ v}2 “ 2p}u}2 ` }v}2 q.

Demostración. El resultado se sigue del hecho de que }u ` v}2 “ }u}2 ` 2Re xu, vy ` }v}2
y de que }u ´ v}2 “ }u}2 ´ 2Re xu, vy ` }v}2 . ‚
21.6.14. Definiciones y notaciones. Si V es un espacio vectorial con producto interno,
decimos que dos vectores u, v P V son ortogonales, lo cual se denota como u K v, cuando
xx, yy “ 0. Cuando E Ă V , definimos el complemento ortogonal de E como el conjunto

E K :“ tu P V : xu, vy “ 0, para todo v P Eu.

21.6.15. Observación. En la definición anterior se puede ver que E K es un subespacio


vectorial de V que además es cerrado debido al teorema 21.6.12.
21.6.16. Teorema de Pitágoras. Si en un espacio vectorial con producto interno V tenemos
que u1 .u2 , . . . , uk P V y ui K uj cuando i ‰ j, entonces
› k k
› ÿ ›2 ÿ


› u ›
j› “ }uj }2 .
j“1 j“1

Demostración. Tenemos del hecho de que xuj , ui y “ 0 para i ‰ j que


› k k k k B k k ÿ
k k k
› ÿ ›2
› Bÿ F ÿ F ÿ
ÿ ÿ ÿ ÿ

› u ›
j› “ uj , u i “ uj , u i “ xu j , ui y “ xuj , uj y “ }uj }2 ,
j“1 j“1 i“1 j“1 i“1 j“1 i“1 j“1 j“1

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


21.6.17. Definición. Si V es un espacio vectorial con producto interno y V es completo
con respecto a la topología inducida por la norma, diremos que V forma o es un espacio de
Hilbert con respecto al producto interno o con respecto a la norma inducida por el producto
interno. Es decir, un espacio de Hilbert es un espacio de Banach en el cual la norma está
inducida por un producto interno.
21.6.18. Definición y notación. Supongamos que U y W son subespacios de un espacio
vectorial V tales que U X W “ t0u. En tal situación, al conjunto de todos los elementos de
V de la forma u ` w tales que u P U y w P W se le llama suma directa de U y V , y se le
denota por U ‘ W .
21.6.19. Teorema. Si V un espacio de Hilbert y U Ă V es un subespacio cerrado de V ,
entonces V “ U ‘ U K , es decir para todo v P V existe un único u P U y un único w P U K
tales que v “ u ` w. Más aún, dichos vectores u y w son los únicos puntos de U y U K
respectivamente tales que }v ´ u} “ ı́nft}v ´ z} : z P U u y }v ´ w} “ ı́nft}v ´ z} : z P U K u,
21.6. Espacios euclidianos y de Hilbert 907

es decir u es el único punto más cercano a v de U y w es el único punto más cercano a v de


U K.
Demostración. Sea v P V , δ “ ı́nft}v ´ z} : z P U u y puk q8k“1 una sucesión de elementos de
U tal que lı́m }v ´ uk } “ δ. Debido a la ley del paralelogramo 21.6.13 tenemos que
kÑ8

2p}uk ´ v}2 ` }ul ´ v}2 q “ }uk ´ ul }2 ` }uk ` ul ´ 2v}2 ,

pero como 21 puk ` ul q P U , tenemos que


› ›2
›1 ›
}uk ´ ul } “ 2}uk ´ v} ` }ul ´ v} ´ 4 › puk ` ul ´ vq›› ĺ 2}uk ´ v}2 ` 2}ul ´ v}2 ´ 4δ 2 ,
2 2 2›
2
y la parte derecha de esta última expresión tiende a cero cuando k, l Ñ 8, de manera que
k“1 es una sucesión de Cauchy, y por ser V de Hilbert dicha sucesión converge a un u P V ,
puk q8
y por ser U un subespacio cerrado de V tenemos que u P U y }z ´ u} “ δ.
Sea w “ v ´ u y veamos que w P U K . Tomemos un z P U y sean z 1 P U y α P Kzt0u tales
que z 1 “ αz y xv, z 1 y P R. Sea ahora f : R ÝÑ R la función dada por

f ptq “ }w ` tz 1 }2 “ }w}2 ` 2txw, z 1 y ` t2 }z 1 }2 .

Del hecho de que w ` tz 1 “ v ´ pu ´ tz 1 q y de que u ´ tz 1 P U tenemos que f toma su valor


mínimo cuando t “ 0, pero como f es una función convexa tenemos que f 1 p0q “ 2xw, z 1 y “ 0
y así también xw, zy “ 0, concluyendo así que w P U K . Tenemos así que v “ u ` w con u P U
y w P U K . Para ver que tal expresión de v es única observemos primero que U XU K “ t0u. En
efecto, si x P U X U K tenemos que xx, xy “ 0, de manera que la propiedad c) de la definición
de producto escalar 21.6.1 implica que x “ 0. Supongamos ahora que v “ u0 ` w0 , con u0 P U
y w0 P U K , en tal caso u ´ u0 , w ´ w0 P U X U K “ t0u, de manera que u “ u0 y w “ w0 ,
teniendo así que tal expresión de v como dicha suma es única.
Demostremos ahora la última afirmación del teorema. Sea w1 P U K . Por el teorema de
Pitágoras 21.6.16 tenemos que

}v ´ w1 }2 “ }v ´ w}2 ` }w ´ w1 }2 ľ }v ´ w}2 ,

donde la igualdad se obtiene solamente cuando w “ w1 . De manera análoga se puede demos-


trar que u es el único punto más cercano de U a v, con lo que el teorema queda demostrado.

En un espacio de Hilbert V tenemos que si w P V la función fw : V ÝÑ K es un funcional
vÞÑxv,wy
lineal, más aún, de la desigualdad de Schwarz se deduce que un funcional lineal acotado,
donde }fw } “ }w}, de manera que la transformación w ÞÑ fw es una isometría entre los
espacios vectoriales V y V ˚ . El teorema siguiente nos dice que el recorrido de dicha isometría
es V ˚ .
21.6.20. Teorema de representación de Riesz. Sea V un espacio de Hilbert y f P V ˚ .
Existe un único w P V tal que para todo v P V se tiene que f pvq “ xv, wy.
Demostración. Para ver la unicidad tenemos que si xv, wy “ xv, w1 y para todo v P V ,
entonces, al tomar v “ w´w1 , tenemos que }w´w1 }2 “ 0 y así w “ w1 . Para el caso particular
908 21.6. Espacios euclidianos y de Hilbert

en que f es el funcional cero, vasta tomar w “ 0. Supongamos que f no es el funcional cero,


de manera que kerpf q ‰ V y, por el teorema 21.6.19, kerpf qK ‰ t0u. Tomemos un z P kerpf qK
tal que }z} “ 1. Sea u “ f pvqz ´ f pzqv y notemos que u P kerpf q, de manera que

0 “ xu, zy “ f pvq}z}2 ´ f pzqxv, zy “ f pvq ´ xv, f pzqzy,

teniendo así que el resultado se sigue al tomar w “ f pzqz. ‚


21.6.21. Definición. Sea V un espacio de Hilbert. Al isomorfismo pw P V q ÞÑ x¨, wy se le
llama isomorfismo lineal conjugado de V en V ˚ .
21.6.22. Definiciones. Sea V un espacio euclidiano. Un subconjunto O de V se dice que es
ortogonal (o que es un sistema ortogonal) si paras cualesquiera dos elementos diferentes
u, w P O se tiene que u K w. Si además }u} “ 1 para todo u P O diremos que O es
ortonormal (o que es un sistema ortonormal). Así mismo, decimos que una sucesión
k“1 de componentes diferentes de V es ortogonal cuando su recorrido es ortogonal y que
puk q8
es ortonormal cuando su recorrido es ortonormal.
21.6.23. Observación. En la definición anterior el conjunto O es linealmente independiente.
En efecto, supongamos que algún u P O sea combinación lineal de elementos de O diferentes
ÿn
de u, es decir que u “ αk ek , donde e1 , . . . , en P Oztuu y α1 , . . . , αn P K. En ese caso
k“1
tendríamos que
C G
n
ÿ n
ÿ n
ÿ
xu, uy “ u, αk ek “ αk xu, ek y “ αk 0 “ 0,
k“1 k“1 k“1

de manera que }u} “ 0, contradiciendo el hecho de que }u} “ 1.


21.6.24. Proceso de ortonormalización de Gram-Schmidt. Supongamos que en un
espacio de Hilbert V tenemos un subconjunto de vectores linealmente independientes B “
tvk : k P Nu, donde vn ‰ vm si n ‰ m y queremos construir un conjunto ortonormal
O “ tuk : k P Nu de tal manera que O genere el mismo subespacio que genera B, y
además los conjuntos Bk :“ tv1 , . . . , vk u y Ok :“ tu1 , . . . , uk u generen el mismo subespacio
vectorial. Para tal efecto definiremos los vectores uk recursivamente de la manera siguiente:
tomemos u1 :“ }vv11 } y tenemos de manera obvia que el subespacio V1 generado por tv1 u
es el mismo que el generado por tu1 u; teniendo definidos los vectores u1 , . . . , uN que sean
ortonormales y que generen al subespacio VN generado por el conjunto tv1 , . . . , vN u hacemos
N
xvN `1 , uk yuk P VN `1 y notemos que wN `1 K uk para todo k P JN , de tal
ř
wN `1 :“ vN `1 ´
k“1
wN `1
suerte que al tomar uN `1 :“ }w N `1 }
se tiene que VN `1 está generado por tu1 , . . . , uN , uN `1 u.
A la manera anterior de construir los vectores u1 , u2 , . . . , uk , . . . a partir de los vectores
v1 , v2 , . . . , vk , . . . se le llama proceso de ortonormalización de Gram-Schmidt.
21.6.25. Desigualdad de Bessel. Sea tuα : α P Au un conjunto ortonormal en un espacio
euclidiano V , con uα ‰ uβ para α ‰ β. Si v P V , entonces
ÿ
21.6.26. |xv, uα y|2 ĺ }v}2 .
αPA
21.6. Espacios euclidianos y de Hilbert 909

En particular, el conjunto tuα : xv, uα y ‰ 0u es numerable.


Demostración. Debido al significado deřsumas infinitas de términos no negativos (ver
notación 8.7.52) es suficiente verificar que |xv, uα y|2 ĺ }v}2 para cualquier conjunto finito
αPE
E Ă A. En tal caso, al usar el teorema de Pitágoras 21.6.16, tenemos
› › C G › ›2
› ÿ › ÿ ›ÿ ›
2
0 ĺ ›v ´ xv, uα yuα › “ }v} ´ 2Re v, xv, uα yuα ` › xv, uα yuα ›
› › › ›
› αPE
› αPE
›αPE ›
ÿ ÿ
“ }v}2 ´ 2Re xv, uα yxv, uα y ` }xv, uα yuα }2
ÿ αPE ÿ αPE
ÿ
2 2
“ }v} ´ 2 |xv, uα y| ` |xv, uα y|2 “ }v}2 ´ |xv, uα y|2 ,
αPE αPE αPE

es decir |xv, uα y|2 ĺ }v}2 , para cualquier E Ă A que sea finito, obteniéndose así la
ř
αPE
desigualdad deseada.
ř Ahora, 2el conjunto tuα : xv, uα y ‰ 0u es numerable ya que de otro modo la suma
|xv, uα y| sería infinita debido al teorema 8.7.53 y no sería menor o igual que }v} .
2

αPA

21.6.27. Definiciones. Sea V un espacio euclidiano. Cuando en la desigualdad de Bessel


21.6.26 se dé la igualdad, a dicha igualdad le llamaremos igualdad de Parseval, y cuando
la igualdad de Parseval se cumpla para todo v P V diremos que el conjunto ortonormal
tuα : α P Au es un sistema cerrado. Es decir, tuα : α P Au es un sistema cerrado de
elementos de V cuando para todo v P V se cumpla la igualdad de Parseval
ÿ
}v}2 “ |xv, uα y|2 .
αPA

Cuando tengamos una sucesión ortonormal cuyo recorrido sea un sistema cerrado diremos
que dicha sucesión es una sucesión cerrada de elementos de V .
21.6.28. Teorema de Riesz-Fischer. Sea puk q8 k“1 una sucesión ortonormal en un espacio
8
ř
de Hilbert V y sea pck q8
k“1 una sucesión de elementos en K tales que c2k ă `8. Existe un
k“1
v P V tal que para todo k P N se tiene

ck “ xv, uk y

y
8
ÿ
c2k “ }v}2 .
k“1

k
Demostración. Hagamos vk :“ ci ui y veamos que la sucesión pvk q8
k“1 converge a un
ř
i“1
vector v que satisface las condiciones del teorema. Para tal efecto veamosˆ k que˙8la sucesión

k“1 es de Cauchy. Por ser convergente la sucesión de sumas parciales , ésta es


ř
pvk q8 c2i
i“1 k“1
910 21.6. Espacios euclidianos y de Hilbert

de Cauchy, de manera que para todo ε ą 0 existe un N P N tal ›que para› cualesquiera dos
m
números naturales m y n que satisfagan m ą n ľ N se tiene que ›› c2i ›› ă ε2 , de manera
› ř ›
i“n`1
que por el teorema de Pitágoras 21.6.16 tenemos
› ›2
› ÿm › ÿm
2
}vm ´ vn } “ › ci u k › “ c2i ă ε2 ,
› ›
›i“n`1 › i“n`1

k“1 converge
de manera que }vm ´ vn } ă ε, y por ser V un espacio de Hilbert la sucesión pvk q8
a un vector v P V . Ahora,
xv, ui y “ xvk , ui y ` xv ´ vk , ui y,
donde el primer término del lado derecho de la igualdad anterior es ci cuando k ľ i y el
segundo término tiende a 0 cuando k Ñ 8 debido a que el funcional x¨, ui y es continuo, de
manera que xv, ui y “ ci , teniéndose demostrada la primera igualdad del teorema.
Para demostrar la segunda igualdad observemos que }v ´ vk }2 Ñ 0 cuando k Ñ 8, de
manera que C G
ÿk k
ÿ k
ÿ
2
}v ´ vk } “ v ´ ck u k , v ´ ck uk “ xv, vy ´ c2i ,
i“1 i“1 i“1
que tiende a 0 cuando k Ñ 8, cumpliéndose así la segunda igualdad del teorema. ‚
Ejercicios.
1. Dar un ejemplo de un espacio euclidiano que tenga un subespacio que no sea cerrado.
2. Con respecto al ejemplo 21.6.6:
a) Para cada k P N sean vk : ra; bs ÝÑ K y demostrar que la sucesión pvk q8
k“1 es
tÞÑtk´1
completa. (Sugerencia: utilizar el teorema de aproximación de Weierstrass 19.5.25).
b) Hallar la norma de cada uno de las componentes vk de dicha sucesión.
c) Demostrar que la sucesión pvk q8 k“1 no es un sistema ortonormal, aunque su reco-
rrido es un sistema linealmente independiente.
d) ¿El espacio vectorial CK pra; bsq es separable?
e) Con respecto al producto interno ahí definido, ¿el espacio vectorial CK pra; bsq es
de Hilbert?
3. Sea V un espacio de Hilber y T, S P CLpV, V q. Demostrar lo siguiente:
a) Existe un único T ˚ P CLpV, V q tal que xT v, wy “ xv, T ˚ wy para todo v, w P V .
b) }T ˚ } “ }T }, }T ˚ T } “ }T }2 , paS ` bT q˚ “ aS ˚ ` bT ˚ , pST q˚ “ T ˚ S ˚ y T ˚˚ “ T .
c) RpT qK “ kerpT ˚ q y kerpT qK “ RpT ˚ q.
d) T es unitario ðñ T es invertible y T ´1 “ T ˚ .
Al operador T ˚ se le llama el operador adjunto de T .
4. Demostrar que todo subconjunto convexo, cerrado y no vacío de un espacio de Hilbert
tiene un único elemento con norma mínima.
21.7. Funciones multilineales 911

21.7. Funciones multilineales

21.7.1. Definiciones. Sean n ` 1 espacios vectoriales V1 , V2 , . . . , Vn , W sobre un campo K.


n
Decimos que una función f : Vi ÝÑ W es una función multilineal, o más específica-
Ś
i“1
k´1 n´k
mente función n lineal si para todo k P Jn , todo pvi qk´1 Vk y todo pvi`k qi“1
n´k
Vi`k ,
Ś Ś
i“1 P P
i“1 i“1
la función pvk P Vk q ÞÑ f ppvi qni“1 q es lineal. A una función 2 lineal se le llama bilineal,
a una función 3 lineal se le llama trilineal. En caso de que W “ K a la función n li-
neal se le llama forma multilineal o más específicamente forma n lineal, y si además
n “ 2 ó n “ 3 se llama forma bilineal ó forma trilineal respectivamente. Ahora bien,
cuando tengamos una función no nula g : V ÝÑ W tal que para todo v P V se tiene que
gpvq “ f pv, v, . . . , vq “ f ppvqni“1 q, para alguna función n lineal f : V n ÝÑ W , decimos que g
es un polinomio homogéneo de grado n, y a los polinomios homogéneos de grado 2 les
llamaremos polinomios homogéneos cuadrados, mientras que a los polinomios homogé-
neos de grado 3 les llamaremos polinomios homogéneos cúbicos. Cuando g : V ÝÑ K sea
un polinomio homogéneo de grado n diremos que es una forma polinomial homogénea
de grado n, y en el caso particular en que n “ 2 diremos que es una forma homogénea
cuadrada o funcional homogénea cuadrada, mientras que cuando n “ 3 diremos que
es una forma homogénea cúbica o funcional homogénea cúbica. Una forma bilineal
B : V 2 ÝÑ R es positiva definida si para todo v P V zt0u tenemos que Bpv, vq ą 0. Una
forma bilineal B : V 2 ÝÑ R es positiva semidefinida si para todo v P V tenemos que
Bpv, vq ľ 0.
21.7.2. Observación. Si g : V ÝÑ W es un polinomio homogéneo de grado n, entonces,
para todo t P K y todo v P V se tiene gptvq “ tn gpvq.
n
21.7.3. Notaciones. Al conjunto de todas las funciones n lineales f : Vi ÝÑ W lo
Ś
i“1
denotaremos por LpV1 , . . . , Vn ; W q y en caso de que V1 “ V2 “ ¨ ¨ ¨ “ Vn “ V lo denotaremos
por Ln pV, W q. Cuando queramos especificar el cuerpo K sobre el cual están definidos los
espacios vectoriales, los conjuntos anteriores se denotarán por LK pV1 , . . . , Vn ; W q y LnK pV, W q
respectivamente. En caso de que los espacios V1 , V2 , . . . , Vn sean normados, la norma que
n n
consideraremos en Vi será la definida por }pvi qni“1 } :“ }vi }. Al conjunto de los elementos
Ś ř
i“1 i“1
de LK pV1 , . . . , Vn ; W q que sean continuos los denotaremos por CLK pV1 , . . . , Vn ; W q, mientras
que al conjunto de elementos de LnK pV, W q que sean continuos lo denotaremos por CLnK pV, W q,
y cuando sea obvia la referencia a un conjunto K ó no sea necesario especificarla usaremos
notaciones como CLpV1 , . . . , Vn ; W q ó CLn pV, W q, según sea el caso.
21.7.4. Definición. Si f P CLpV1 , . . . , Vn ; W q definimos la norma } ¨ } de f como
# +
n
ź n
ą
}f } :“ ínf M P R : }f pv1 , v2 , . . . , vn q} ĺ M }vk }, para todo pvk qnk“1 P Vk .
k“1 k“1

Queda como ejercicio para el lector el verificar que dicha función } ¨ } es en efecto de una
912 21.7. Funciones multilineales

norma.
21.7.5. Observación. El conjunto LK pV1 , . . . , Vn ; W q forma un espacio vectorial sobre el
cuerpo K con la suma vectorial definida como la suma de funciones.
21.7.6. Definición. Decimos que una función n lineal f P Ln pV, W q es simétrica si para
toda permutación σ P Sn y todo pvi qni“1 P V n se tiene que f ppvi qni“1 q “ f ppvσpiq qni“1 q.

Ejercicios.

1. Sea g : V ÝÑ W un polinomio homogéneo de grado n. Demostrar que existe una función


n lineal f P Ln pV, W q que sea simétrica tal que gpvq “ f ppvqni“1 q “ f pv, v, . . . , vq, para
todo v P V .

2. Con respecto al ejercicio 1. Para cada g que sea polinomio homogéneo de grado n, ¿es
única la función n lineal simétrica f que satisfaga la propiedad pedida?

3. Demostrar que la función dada en la definición 21.7.4 es una norma en el espacio


vectorial CLpV1 , . . . , Vn ; W q.

4. Sea f P CLpV1 , . . . , Vn ; W q. Demostrar que


# +
n
ą
}f } “ sup }f pv1 , v2 , . . . , vn q} : pvk qnk“1 P Vk y }vi } “ 1, para todo i P Jn .
k“1

5. Sea f P CLpV1 , . . . , Vn ; W q. Demostrar que


# +
n
ą
}f } “ sup }f pv1 , v2 , . . . , vn q} : pvk qnk“1 P Vk y }vi } ĺ 1, para todo i P Jn .
k“1
21.8. Cálculo en espacios normados 913

21.8. Cálculo en espacios normados


En esta sección definiremos y estudiaremos el concepto de derivada de una función cuyo
domino es un subconjunto abierto de un espacio normado V y cuyo recorrido está incluido
en un espacio normado W .
21.8.1. Notación. Cuando V y W sean espacios normados y el contexto marque que estamos
hablando de funciones en V W , los símbolos o, o1 , o2 , y en general ok denotarán funciones en
V
W tal que

}opvq} }ok pvq}


21.8.2. lím “ 0, y en general lím “ 0.
vÑ0 }v} vÑ0 }v}

Por ejemplo, si tenemos una expresión de la forma

f pvq “ gpvq ` o1 pvq,

significará que f pvq es igual gpvq más alguna expresión o1 pvq, donde o1 satisface la ecuación
21.8.2 para k “ 1.
21.8.3. Definición. Sean V y W espacios normados, A Ă V un conjunto abierto, a P A y
f : A ÝÑ W . Decimos que f es derivable en a si existe un λ P CLpV, W q tal que

f pa ` hq ´ f paq “ λphq ` ophq,

para todo h P V tal que a ` h P A. En tal caso a la función lineal λ se le llama derivada de
Fréchet de f en a ó simplemente derivada de f en a.
21.8.4. Observaciones. En la definición anterior tenemos que cuando V “ W “ K la
definición de f 1 paq será una función lineal de K en K, pero las únicas funciones lineales de
K en K son las de la forma ph P Kq ÞÑ αh, para algún α P K. En ese caso la derivada está
identificada con dicho valor α que es el que conocíamos como la derivada de f en a antes de
generalizar el concepto de derivada. Cuando W es un espacio más arbitrario, pero V “ K,
tendremos que f 1 paq está identificada con un vector α ~ P W , de tal manera que para todo
h P K se tiene que f paqphq “ h~
1
α; en ese caso α 1
~ “ f paqp1q.
21.8.5. Teorema. Sean V y W espacios normados, A Ă V un conjunto abierto, a P A y
f : A ÝÑ W . Si f es derivable en a, la derivada de Fréchet de f en a es única.
Demostración. Supongamos que f tiene en a dos derivadas de Fréchet λ1 y λ2 , es decir
supongamos que

f pa ` hq ´ f paq “ λ1 phq ` o1 phq y f pa ` hq ´ f paq “ λ2 phq ` o2 phq.

Tenemos que
λ1 phq ´ λ2 phq “ o3 phq,
donde }h} es suficientemente pequeña, de manera que si }v} “ 1, entonces

}pλ1 ´ λ2 qpvq} }λ1 pv{M q ´ λ2 pv{M q} }o3 pv{M q}


}pλ1 ´ λ2 qpvq} “ “ “ ,
}v} }v{M } }v{M }
914 21.8. Cálculo en espacios normados

para M suficientemente grande, de tal manera que si hacemos tender M a `8 vemos que
}pλ1 ´ λ2 qpvq} “ 0. En general, si u P V existe un α P K y un v P V con }v} “ 1 tal que
u “ αv, de manera que }pλ1 ´ λ2 qpuq} “ |α|}pλ1 ´ λ2 qpvq} “ 0, teniendio así que λ1 “ λ2 . ‚
21.8.6. Notación. Si V y W son espacios normados, A Ă V un conjunto abierto, a P A y
f : A ÝÑ W es derivable en a, a la única derivada de Fréchet de f en a la denotaremos por
D f paq ó por f 1 paq.
21.8.7. Teorema. Si V y W son espacios normados, A Ă V un conjunto abierto, a P A,
f : A ÝÑ W y g : A ÝÑ W funciones derivables en a, entonces f ` g es derivable en a y
además pf ` gq1 paq “ f 1 paq ` g 1 paq.
Demostración. Como f y g son derivables en a tenemos, para un vector h suficientemente
pequeño, que

f pa ` hq ´ f paq “ f 1 paqphq ` o1 phq y gpa ` hq ´ gpaq “ g 1 paqphq ` o2 phq,

de manera que
pf ` gqpa ` hq ´ pf ` gqpaq “ pf pa ` hq ´ f paqq ` pgpa ` hq ´ gpaqq
“ pf 1 paqphq ` o1 phqq ` pg 1 paqphq ` o2 phqq “ pf 1 paq ` g 1 paqqphq ` o3 phq,
con lo cual el teorema queda demostrado. ‚
21.8.8. Teorema. Si V y W son espacios normados, A Ă V es un conjunto abierto, a P A,
f : A ÝÑ W es derivable en a y c P K, entonces cf es derivable en a y además pcf q1 paq “
cf 1 paq.
Demostración. Usaremos el hecho de que si o1 satisface la ecuación 21.8.2, entonces tam-
bién lo satisface la función o2 dada por o2 “ c o1 .
Tenemos que
cf pa ` hq ´ cf paq “ cpf pa ` hq ´ f paqq “ cpf 1 paqphq ` o1 phqq “ cf 1 paqphq ` c o1 phq
“ cf 1 paqphq ` o2 phq,
con lo que el teorema queda demostrado. ‚
21.8.9. Teorema. Si V y W son espacios normados y T P CLpV, W q, entonces T es derivable
en cualquier a P V y además T 1 paq “ T .
Demostración. Por ser T una función lineal tenemos que para todo a y todo h en V
tenemos
T pa ` hq ´ T paq “ T phq “ T phq ` ophq,
donde ophq “ 0. ‚
21.8.10. Teorema. Si V y W son espacios normados, A Ă V es un conjunto abierto y
w P W , entonces la función constante pv P Aq ÞÑ w es derivable y su derivada en cualquier
elemento de A es la función lineal constante pv P V q ÞÑ 0, donde 0 es el vector nulo en W .
Demostración. Sea f la función pv P Aq ÞÑ w, a P A y h P V tal que a ` h P A. Tenemos
que
f pa ` hq ´ f paq “ w ´ w “ 0 “ 0phq ` ophq. ‚
21.8. Cálculo en espacios normados 915

21.8.11. Observación. Si tenemos una función o que satisface la ecuación 21.8.2, entonces
lím }opvq} “ 0.
vÑ0

21.8.12. Observación. En la definición 21.8.3 de derivada, decir que f es derivable en a es


equivalente a decir que existe un λ P CLpV, W q tal que

f pvq ´ f paq “ λpv ´ aq ` opv ´ aq,

para todo v P A, en cuyo caso λ es la derivada de f en a.


21.8.13. Teorema. Si V y W son espacios normados, A Ă V es un conjunto abiertos y
f : A ÝÑ W es derivable en un punto a P A, entonces f es continua en a.
Demostración. De las observaciones 21.8.11 y 21.8.12 tenemos que

lím f pvq “ lím pf paq ` f 1 paqpv ´ aq ` opv ´ aqq “ f paq. ‚


vÑa vÑa

21.8.14. Regla de la cadena. Si U , V y W son espacios normados, A Ă U y B Ă V


son conjuntos abiertos, y f : A ÝÑ B y g : B ÝÑ W son funciones derivables en a y f paq
respectivamente, entonces la función compuesta g ˝ f es derivable y además

pg ˝ f q1 paq “ g 1 pf paqq ˝ f 1 paq.

Demostración. Sea h P U tal que a ` h P A. Tenemos que

pg ˝ f qpa ` hq ´ pg ˝ f qpaq “ gpf pa ` hqq ´ gpf paqq


“ gpf paq ` pf pa ` hq ´ f paqqq ´ gpf paqq
“ g 1 pf paqqpf pa ` hq ´ f paqq ` o1 pf pa ` hq ´ f paqq
21.8.15.
“ g 1 pf paqqpf 1 paqphq ` o2 phqq ` o1 pf pa ` hq ´ f paqq
“ g 1 pf paqqpf 1 paqphqq ` g 1 pf paqqpo2 phqq ` o1 pf pa ` hq ´ f paqq
“ g 1 pf paqq ˝ f 1 paqphq ` g 1 pf paqqpo2 phqq ` o1 pf pa ` hq ´ f paqq,

pero tenemos que


}g 1 pf paqqpo2 phqq ` o1 pf pa ` hq ´ f paqq} }g 1 pf paqqpo2 phqq} }o1 pf pa ` hq ´ f paqq}
0ĺ ĺ `
}h} }h} }h}
1
}g pf paqq}}o2 phq} }f pa ` hq ´ f paq}}o1 pf pa ` hq ´ f paqq}
ĺ `
}h} }h}}f pa ` hq ´ f paq}
ˆ 1 ˙
1 }o2 phq} }f paq}}h} }o2 phq} }o1 pf pa ` hq ´ f paqq}
ĺ }g pf paqq} ` ` ,
}h} }h} }h} }f pa ` hq ´ f paq}

pero esta última expresión tiende a 0 cuando h tiende a 0, de manera que


}g 1 pf paqqpo2 phqq ` o1 pf pa ` hq ´ f paqq}
lím “0
hÑa }h}
916 21.8. Cálculo en espacios normados

y el resultado se sigue de las igualdades 21.8.15. ‚


21.8.16. Definiciones y notaciones. Sean V y W espacios normados, A Ă V un conjunto
abierto y f : U ÝÑ W una función derivable en todo u P U . Si la función f 1 : U ÝÑ
1
CLpV, W q
uÞÑf puq
es derivable, a la derivada de f 1 se le llama segunda derivada o derivada de orden 2 de f y
se le denota por f 2 ó por f p2q , teniendo así que, para cada u P U , f 2 puq P CLpV, CLpV, W qq, y
si ph1 , h2 q P V ˆV , entonces f 2 puqph1 q P CLpV, W q y f 2 puqph1 qph2 q P W . Tomemos W1 :“ W ,
W2 :“ CLpV, W1 q, . . . , Wn`1 :“ CLpV, Wn q. Definamos de manera recursiva, para n P N la
derivada de orden n ` 1 ó derivada n ` 1-ésima de una función f pnq : A ÝÑ CLpV, Wn q
que sea derivable en cada u P U como la función f pn`1q puq P CLpV, Wn`1 q tal que f pn`1q puq “
D f pnq puq.
21.8.17. Observación. Tomando la terminología dada en 21.8.16, cuando f tenga derivada
de orden n en un punto u P U tendremos que f pnq : U ÝÑ Wn`1 , f pnq puq P Wn`1 “ CLpV, Wn q,
y para todo phi qni“1 P V n se tiene f pnq puqph1 q P Wn “ CLpV, Wn´1 q, y así sucesivamente se
tiene que f pnq puqph1 qph2 q ¨ ¨ ¨ phn q P W , donde la función

ph P V q ÞÑ f pnq puqph1 qph2 q ¨ ¨ ¨ phi´1 qphqphi`1 q ¨ ¨ ¨ phn q

está en CLpV, W q. Tenemos así que la función

21.8.18. pphi qni“1 P V n q ÞÑ f pnq puqph1 qph2 q ¨ ¨ ¨ phi´1 qphi qphi`1 q ¨ ¨ ¨ phn q

está en CLn pV, W q.


21.8.19. Notación. A la función dada en 21.8.18 la denotaremos por Dn f puq.
21.8.20. Teorema. Si V1 , V2 y W son espacios vectoriales normados y f P CLpV1 , V2 ; W q,
entonces
f 1 pv1 , v2 qph1 , h2 q “ f pv1 , h2 q ` f ph1 , v2 q.

Demostración. Tenemos que

f pv1 ` h1 , v2 ` h2 q ´ f pv1 , v2 q ´ pf pv1 , h2 q ` f ph1 , v2 qq


“ f pv1 , v2 q ` f pv1 , h2 q ` f ph1 , v2 q ` f ph1 , h2 q
21.8.21.
´ pf pv1 , v2 q ` f pv1 , h2 q ` f ph1 , v2 qq
“ f ph1 , h2 q,

pero si ph1 , h2 q ‰ p0, 0q tenemos dos posibilidades, una de las cuales es que alguno de los
vectores h1 ó h2 es igual a 0, en cuyo caso }f}phph11,h,h22q}q} “ 0, y la otra es que tanto h1 como h2
sean diferentes de 0, en cuyo caso tenemos que

}f ph1 , h2 q} }f ph1 , h2 q} }f }}h1 }}h2 }


0ĺ “ ĺ “ }f }}h2 },
}ph1 , h2 q} }h1 } ` }h2 } }h1 }

de manera que f ph1 , h2 q “ oph1 , h2 q, y de la igualdad 21.8.21 se concluye el teorema. ‚


21.8. Cálculo en espacios normados 917

A continuación procederemos a definir el concepto de integración de funciones con valores


en un espacio normado, así como su notación.

21.8.22. Definiciones y notaciones. Sea V un espacio vectorial normado, a ă b, ra; bs Ă


A Ă R y f : A ÝÑ V . Tomemos además ∆ “ pt0 , t1 , . . . , tn q P Pba y para cada i P Jn sea
ξi P rti´1 ; ti s. A la expresión

n
ÿ
spf, ∆, pξ1 , ξ2 , . . . , ξn qq :“ pti ´ ti´1 qf pξi q
i“1

le llamamos suma de Riemann de f en el intervalo cerrado ra; bs (evaluada en ∆ y en


pξ1 , ξ2 , . . . , ξn q). Cuando tengamos que exista un L P V tal que para todo ∆ “ pt0 , t2 , . . . , tn q P
Pba y todo pξ1 , ξ2 , . . . , ξn q con ξi P rti´1 ; ti s para cada i P Jn se cumpla que

@ε ą 0, Dδ ą 0, |∆| ă δ ùñ |spf, ∆, pξ1 , ξ2 , . . . , ξn qq ´ L| ă ε,

diremos que f es integrable en ra; bs y al vector L le llamamos integral definida o integral


de Riemann de f desde a hasta b y lo denotamos por

żb
f ptq d t.
a

Dejaremos como ejercicio para el lector el demostrar que si el valor de L dada en la


definición anterior existe, éste es único.

21.8.23. Teorema. Si V es un espacio de Banach, a ă b, ra; bs Ă A Ă R y f : A ÝÑ V es


una función continua, entonces f es integrable en ra; bs.

Demostración. Demostraremos primero que al tomar tn,i “ a ` b´a n


y ξn,i “ tn,i la sucesión
de sumas de Riemamm pspf, ptn,0 , tn,1 , . . . , tn,n q, pξ1 , ξ2 , . . . , ξn qqqn“1 es una sucesión de Cauchy
8

en V , y por ser V un espacio de Banach tendremos que dicha sucesión converge a un L P V .


Después veremos que dicho valor L es el dado en la definición que aparece en 21.8.22.
Sea ∆n “ ptn,k qnk“1 . Como el intervalo ra; bs es un conjunto compacto tenemos por el
teorema 14.2.16 que f es uniformemente continua en ra; bs, de manera que para todo ε1 ą 0
existe un δ ą 0 tal que si x, y P ra; bs y además |x ´ y| ă δ, entonces |f pxq ´ f pyq| ă ε1 , ahora
bien, para n suficientemente grande podemos hace que los intervalos de la forma rtn,i ; tn,i´1 s
tengan longitud menor que δ, de manera que si x, y P rtn,i ; tn,i´1 s, entonces |f pxq ´ f pyq| ă ε1 .
Ahora, si tomamos números enteros m y n suficientemente grandes, de tal manera que los
intervalos de la forma rtn,i ; tn,i´1 s y rtm,i ; tm,i´1 s tengan longitud menor que δ. Ahora, haciendo
m
uso del hecho de que tn,i ´ tn,i´1 “ `prtn,i ; tn,i´1 s X rtm,j ; tm,j´1 sq y de que tm,j ´ tm,j´1 “
ř
j“1
918 21.8. Cálculo en espacios normados

n
`prtn,i ; tn,i´1 s X rtm,j ; tm,j´1 sq, tenemos que
ř
i“1

}spf, ∆n , pξn,i qni“1 q ´ spf, ∆m , pξm,i qm i“1 q}


› ›
›ÿn m ›
› ÿ
`prtn,i ; tn,i´1 s X rtm,j ; tm,j´1 sqpf pξn,i q ´ f pξm,j qq›

“›
›i“1 j“1 ›
n ÿ
m
21.8.24. ÿ
ĺ `prtn,i ; tn,i´1 s X rtm,j ; tm,j´1 sq}f pξn,i q ´ f pξm,j q}
i“1 j“1
n ÿ
ÿ m
ĺ `prtn,i ; tn,i´1 s X rtm,j ; tm,j´1 sqε1 “ pb ´ aqε1 ,
i“1 k“1

teniendo así que si para cada ε ą 0, tomamos ε1 “ b´a ε


n“1 es
vemos que pspf, ∆n , pξn,k qnk“1 qq8
una sucesión de Cauchy, por lo que converge a un L P V . Sea ahora ∆ “ ptk qk“0 una partición
l

del segmento ra; bs y sea pξk qlk“1 tal que para cada k P Jl se tiene que tk´1 ĺ ξk ĺ tk . De
manera similar a como se hizo en 21.8.24 se puede ver que si n es suficientemente grande, de
tal manera que |∆n | ă δ y si |∆| ă δ, entonces

21.8.25. }spf, ∆n , pξn,i qni“1 q ´ spf, ∆, pξi qli“1 q} ĺ pb ´ aqε1 ,

y podemos tomar δ ą 0 de tal manera que además de que se cumpla la desigualdad 21.8.25
se cumpla también que

21.8.26. }spf, ∆n , pξn,i qni“1 q ´ L} ĺ ε1 ,

obteniéndose de las desigualdades 21.8.25 y 21.8.26 y de la desigualdad del triángulo que

}spf, ∆, pξi qli“1 q ´ L} ĺ ε1 ` pb ´ aqε1 “ pb ` 1 ´ aqε1 ,

de manera que si para cada ε ą 0 tomamos ε1 “ ε


b`1´a
vemos que L es la integral de a hasta
b de f . ‚
Dejaremos al lector la demostración de las propiedades de la integral dadas en el teorema
siguiente.
21.8.27. Teorema. Sean V y W espacios de Banach, a ă b, ra; bs Ă A Ă R, f, g : A ÝÑ V
funciones integrables en ra; bs, α P K y T : V ÝÑ W una función lineal continua. Se tienen
las propiedades siguientes:

żb żb
a) αf ptq d t “ α f ptq d t;
a a

żb żb żb
b) pf ptq ` gptqq d t “ f ptq d t ` gptq d t;
a a a
21.8. Cálculo en espacios normados 919
¨ ˛
żb żb
c) T pf ptqq d t “ T ˝ f ptq d t‚;
a a

żb żc żb
d) f ptq d t “ f ptq d t ` f ptq d t, para todo c P pa; bq;
a a c
›b ›
›ż › żb
e)
› ›
› f ptq d t› ĺ }f ptq} d t.
› ›
› ›
a a

21.8.28. Definición. Sea V un espacio normado y W un espacio de Banach. Si v0 , v1 P V ,


U Ă V , v0 v1 Ă U y tenemos una función continua f : U ÝÑ CLpV, W q. Definimos la integral
de v0 a v1 de f como el valor
żv1 ż1
f pvq d v :“ f pv0 ` tpv1 ´ v0 qqpv1 ´ v0 q d t.
v0 0

21.8.29. Definiciones y notaciones. Sean V un espacio vectorial, W un espacio vectorial


normado, U Ă V , v un elemento del interior de U y f : U ÝÑ W . Si para h P V el límite
f pv ` thq ´ f pvq
lím
tÑ0 t
existe, se dice que es una diferencial de Gâteaux de f y a dicha diferencial de Gâteax se
le denota por DG f pv, hq. Cuando la función ph P V q ÞÑ DG f pv, hq exista y sea lineal se le
llamará derivada de Gâteaux de f en v. Cuando la derivada de Gâteaux de f en v exista
y u P V es un vector unitario, es decir un vector tal que }u} “ 1, al vector DG f pv, uq se le
llama derivada direccional de f en v en la dirección del vector u. De manera más general,
si u P V es un vector unitario y el siguiente límite existe
f pv ` tuq ´ f pvq
lı́m` ,
tÑ0 t
a dicho límite se le llama derivada direccional de f en v en la dirección de u, y para
cualquier vector h P V , si el siguiente límite existe
f pv ` thq ´ f pvq
lı́m` ,
tÑ0 t
se le llama derivada direccional de f en v evaluada en h y se le denota por Dd f pv, hq.
Cuando el espacio de Banach en cuestión W sea R, y para algún vector unitario u P V exista
Dd f pv, uq, a dicho valor le llamaremos pendiente de la gráfica de f en el punto pv, f pvqq en
la dirección de u.
21.8.30. Teorema. Sean V un espacio normado, W un espacio de Banach, U Ă V un
conjunto abierto, u P U y f : U ÝÑ W . Si existe la derivada de Fréchet de f en u, entonces
existe la derivada de Gâteaux de f en u y ambas derivadas coinciden.
920 21.8. Cálculo en espacios normados

Demostración. Supongamos que existe la derivada de Fréchet de f en u y sea h P V . Para


todo t P R tenemos que

f pu ` thq ´ f puq ´ f 1 puqpthq “ op}th}q,

de manera que para h P V zt0u tenemos


› › › ›
› f pu ` thq ´ f puq › f pu ` thq ´ f puq f 1 puqpthq ›
lím › ´ f puqphq› “ lím ›
1

› › › ´ ›
tÑ0 t tÑ0 t t ›
› ›
}f pu ` thq ´ f puq ´ f 1 puqpthq} › op}th}q ›
› “ 0,
“ }h}lím “ }h}lím ››
tÑ0 }th} tÑ0 }th} ›
con lo que el teorema queda demostrado. ‚
21.8.31. Teorema. Sean a, b P R tales que a ă b. Sea W un espacio de Banach y sean
f : ra; bs ÝÑ W y g : ra; bs ÝÑ R funciones continuas. Si f y g son derivables en todo
elemento de pa; bq y

21.8.32. }f 1 pxq} ĺ g 1 pxq para todo x P pa; bq,

entonces

21.8.33. }f pbq ´ f paq} ĺ gpbq ´ gpaq.

Demostración. Sea ε ą 0. Demostraremos la validez de la fórmula

21.8.34. }f pxq ´ f paq} ĺ gpxq ´ gpaq ` εpx ´ aq ` ε,

para todo x P ra; bs. Una vez demostrada esa fórmula se puede ver que en particular es válida
cuando x “ b, y haciendo tender ε a 0 se obtendrá la fórmula 21.8.33.
Sea A el conjunto de todos los x P ra; bs para los cuales la fórmula 21.8.34 es falsa, es
decir para los cuales se cumple la fórmula

21.8.35. }f pxq ´ f paq} ą gpxq ´ gpaq ` εpx ´ aq ` ε.

Demostraremos que A “ ∅. El conjunto A es abierto debido a que es la imagen inversa bajo


una función continua del intervalo abierto pε ´ gpaq; `8q. Si A fuera diferente del conjunto
vacío tendría una máxima cota inferior c, pero como A es abierto, entonces c R A. En tal caso
tendríamos que c ą a pues cuando x “ a la desigualdad 21.8.34 se da de manera estricta, y
se sigue dando de manera estricta para x suficientemente cercano a a debido a la continuidad
de los lados izquierdo y derecho de la desigualdad. Tenemos así, hasta el momento, que c ą a
y c R A. Si A ‰ ∅ tendríamos además que c ă b, pues A Ă ra; bs no pudiendo ser c ą b y
tampoco c “ b debido a que en este caso la única posibilidad sería que b P A, pero ya vimos
c R A.
Tenemos así que la única posibilidad sería que a ă c ă b, de manera que al aplicar la
hipótesis del teorema tenemos que

21.8.36. }f 1 pcq} ĺ g 1 pcq.


21.8. Cálculo en espacios normados 921

Ahora, existe un η ą 0 tal que para todo x P rc; c ` ηs se tiene que


› ›
1
› f pxq ´ f pcq › ε
}f pcq} ľ ›› ›´
x´c › 2

y además
gpxq ´ gpcq ε
g 1 pcq ĺ ` ,
x´c 2
de manera que de estas dos últimas desigualdades y de la desigualdad 21.8.36 obtenemos

}f pxq ´ f pcq} ĺ gpxq ´ gpcq ` εpx ´ cq,

y así, del hecho de que c R A y de la desigualdad 21.8.34 evaluada en c tenemos

}f pxq ´ f paq} ĺ }f pxq ´ f pcq} ` }f pcq ´ f paq} ĺ gpxq ´ gpaq ` εpx ´ aq ` ε,

demostrando así que si x P rc; c ` ηs, entonces x R A, siendo así imposible que c sea el ínfimo
de A, por lo que es imposible que A ‰ ∅, terminando así la demostración del teorema. ‚
Si en el teorema 21.8.31 tenemos que gpxq “ kx para alguna constante k ľ 0, entonces
obtenemos el corolario siguiente.
21.8.37. Corolario. Sean a, b P R tales que a ă b. Sea W un espacio de Banach y sea
f : ra; bs ÝÑ W una función continua. Si f es derivable en todo elemento de pa; bq y para
algún k ľ 0 tenemos
}f 1 pxq} ĺ k para todo x P pa; bq,
entonces
}f pbq ´ f paq} ĺ kpb ´ aq,
y más aún

21.8.38. }f px1 q ´ f px2 q} ĺ k|x1 ´ x2 |, siempre que x1 , x2 P ra; bs.

21.8.39. Definición. Una función f que cumpla la proposición 21.8.38 se dice que satisface
las condiciones de Lipschitz en el intervalo ra; bs. De manera más general, cuando pX, ρ1 q
e pY, ρ2 q son espacios métricos y f : X ÝÑ Y , decimos que f satisface la condición de
Lipschitz si existe algún k ľ 0 tal que para cualesquiera dos x1 , x2 P X se tiene

ρ2 pf px1 q, f px2 qq ĺ kρ1 px1 , x2 q,

y más precisamente decimos que f es k-lipschitziana en X.


21.8.40. Fórmula del incremento finito. Sea V un espacio normado, W un espacio de
Banach, U Ă V un conjunto abierto, f : U ÝÑ W derivable, y supongamos que u, v P U son
puntos tales que el segmento ru; vs Ă U . Bajo esas condiciones se cumple la desigualdad

}f pvq ´ f puq} ĺ }v ´ u} sup }f 1 pp1 ´ tqu ` tvq}.


tPr0;1s
922 21.8. Cálculo en espacios normados

Demostración. Sea hptq “ f pp1 ´ tqu ` tvq. Debido al teorema 21.8.14 tenemos

h1 ptq “ f 1 pp1 ´ tqu ` tvqpv ´ uq,

y así
}h1 ptq} ĺ }f 1 pp1 ´ tqu ` tvq}}v ´ u},
de manera que el resultado se sigue al aplicar el corolario 21.8.37 a la función h en el intervalo
r0; 1s. ‚
Como consecuencia de la fórmula del incremento finito tenemos el corolario siguiente.
21.8.41. Corolario. Sean V y W dos espacios de Banach. Si U Ă V es un conjunto abierto
y convexo, f : U ÝÑ W es derivable y existe un k ľ 0 tal que }f 1 puq} ĺ k para todo u P U ,
entonces f es k-lipschitziana.
De este último corolario, al tomar k “ 0, obtenemos inmediatamente el corolario que
sigue.
21.8.42. Corolario. Bajo las hipótesis del corolario anterior, si f 1 puq “ 0 para todo u P U ,
entonces f es constante en U .
21.8.43. Corolario. Sean V y W dos espacios de Banach. Si U Ă V es un conjunto abierto
y convexo, f : U ÝÑ W es derivable y u, v P U , entonces

}f pvq ´ f puq ´ f 1 puqpv ´ uq} ĺ }v ´ u} sup }f 1 pu ` tpv ´ uqq ´ f 1 puq}.


tPr0;1s

Demostración. El resultado se sigue si aplicamos la fórmula del incremento finito 21.8.40


a la función pv P U q ÞÑ f pvq ´ f 1 puqpv ´ uq. ‚
21.8.44. Teorema fundamental del cálculo. Sea V un espacio normado y W un espacio
de Banach. Si v0 , v1 P V , U Ă V , rv0 ; v1 s Ă U , F : U ÝÑ W es derivable y F 1 es continua,
entonces
żv1
F 1 pvq d v “ F pv1 q ´ F pv0 q.
v0

Demostración. En el transcurso de la demostración ∆ “ pt0 , t1 , . . . , tn q denotará a una


partición del intervalo r0; 1s. Tenemos que para todo ε ą 0 existe un δ ą 0 tal que si }∆} ă δ,
entonces
›v ›
›ż1 ÿn ›
› 1 1

21.8.45. › F pvq d v ´ ptk ´ tk´1 qF pv0 ` tk pv1 ´ v0 qqpv1 ´ v0 q›› ă ε,


v0 k“1 ›

pero por otro lado, al tomar uk “ v0 ` tk pv1 ´ v0 q, tenemos


n
ÿ
21.8.46. F pv1 q ´ F pv0 q “ pF puk q ´ F puk´1 qq.
k“1
21.8. Cálculo en espacios normados 923

Ahora, del corolario 21.8.43 tenemos que


› ›
›ÿn ›
1
› pF puk q ´ F puk´1 q ´ F puk´1 qpuk ´ uk´1 qq›
› ›
›k“1 ›
n
ÿ
21.8.47. ĺ }ptk ´ tk´1 qpv1 ´ v0 q} sup }F 1 puk´1 ` tpuk ´ uk´1 qq ´ F 1 puk´1 q}
k“1 tPr0;1s
n
ÿ
ĺ }∆}}v1 ´ v0 } sup }F 1 puk´1 ` tpuk ´ uk´1 qq ´ F 1 puk´1 q}.
k“1 tPr0;1s

Ahora, la partición ∆ puede ser tomada de la forma p0, n1 , n2 , . . . , nk , . . . , 1q, y debido a que F 1
es uniformemente continua en el segmento rv0 ; v1 s tenemos que si n es tomada suficientemente
grande, obtendremos sup }F 1 puk´1 ` tpvk`1 ´ vk qq ´ F 1 pvk´1 q} ă ε, teniendo la parte derecha
tPr0;1s
de las desigualdades 21.8.47 menor o igual que ε}v1 ´ v0 }. Finalmente, de lo último que
acabamos de decir y usando las desigualdades 21.8.45 y 21.8.47, junto con la ecuación 21.8.46
obtenemos que
›v ›
›ż1 ›
› ›
› F 1 pvq d v ´ pF pv1 q ´ F pv0 qq› ă εp1 ` }v1 ´ v0 }q,
› ›
› ›
v0

pero como ε es cualquier número positivo obtenemos la conclusión del teorema. ‚

21.8.48. Teorema de Taylor. Sean V y W espacios de Banach, A Ă V un conjunto abierto


y f : A ÝÑ W tal que f pnq existe y es uniformemente continua en A. Para h P V tomemos
hk :“ phqkj“1 (el elemento de V k con todas las k componentes iguales a h). Tenemos que para
todo u P A se tiene la fórmula
n
ÿ 1 k
21.8.49. f pu ` hq ´ f puq “ D f puqphk q ` ωn pu, hq,
k“1
k!

donde }ωn pu, hq} “ on p}h}n q.

Demostración. Procedamos por inducción matemática. Para n “ 1 el resultado se da de


la definición de derivada. Supongamos que el resultado es válido para algún n “ N y veamos
que es válido para n “ N ` 1. Si f pN `1q existe y es uniformemente continua en A, aplicamos
la hipótesis de inducción a f 1 , obteneindo

N
ÿ 1 k 1
21.8.50. f 1 pu ` hq ´ f 1 puq “ D f puqphk q ` ωpu, hq,
k“1
k!

donde }ωpu, hq} “ op}h}N q. Observemos que para algún r ą 0, suficientemente pequeño,
tenemos que la función ph P Bp0, rqq ÞÑ ωpu, hq es uniformemente continua. Ahora, de la
924 21.8. Cálculo en espacios normados

ecuación 21.8.50 y del teorema fundamental del cálculo 21.8.44 tenemos

u`h
ż ż1
1
f pu ` hq ´ f puq “ f pvq d v “ f 1 pu ` thqphq d t
u 0
ż1 ˜ N
¸
ÿ 1
“ f 1 puq ` pDk f q1 puqppthqk q ` ωpu, thq phq d t
k“1
k!
0
ż1 ˜
N
¸ ż1
ÿ tk k 1
“ pD f q puqphk q phq d t ` ωpu, thqphq d t
k“0
k!
0 0
ż1 ˜
N
¸ 1
tk k`1
ÿ ż
“ D f puqphk`1 q d t ` ωpu, thqphq d t,
k“0
k!
0 0

şb
pero observemos que si a, b P R y v es un elemento de un espacio vectorial, entonces tk v d t “
´ k`1 k`1 ¯ a
b ´a
k`1
v, de manera que

N ż1
1 ÿ
f pu ` hq ´ f puq “ Dk`1 f puqphk`1 q ` ωpu, thqphq d t
k“0
pk ` 1q!
0
21.8.51.
N `1 ż1
ÿ 1 k
“ D f puqphk q ` ωpu, thqphq d t.
k“1
k!
0

Ahora bien, sea r ą 0 suficientemente pequeño, de tal manera que la función ph P Bp0, rqq ÞÑ
ωpu, hq sea uniformemente continua y sea br P Bp0, rqzt0u tal que }ωpu, br q} “ máxt}ωpu, hq} :
}h} ĺ ru. Del teorema 21.8.27 e) tenemos que cuando }h} es suficientemente pequeño tienen
lugar la desigualdades
›1 ›
›ż › ż1 ż1
› ›
› ωpu, thqphq d t› ĺ }ωpu, thqphq} d t ĺ }ωpu, thq}}h} d t ĺ }ωpu, b}h} q}}h},
› ›
› ›
0 0 0

pero
}ωpu, b}h} q}}h} }ωpu, b}h} q} }ωpu, b}h} q}
lím N
“ lím N
ĺ lím “0
hÑ0 }h} `1 hÑ0 }h} hÑ0 }b}h} }N

ż1
pues b}h} ÝÑ 0 cuando h ÝÑ 0. Tenemos así que ωpu, thqphq d t “ oN `1 p}h}N `1 q, con lo
0
que el teorema de Taylor se sigue de la desigualdad 21.8.51. ‚
21.8. Cálculo en espacios normados 925

A continuación daremos algunos resultados que tienen utilidad en problemas de optimi-


zación.
21.8.52. Teorema. Si V es un espacio vectorial normado, A Ă V es un conjunto con interior
no vacío y f : A ÝÑ R es una función que toma un mínimo local en un punto x0 en el interior
de A tal que f es derivable en x0 ; entonces f 1 px0 q “ 0.
Demostración. Por definición de derivada tenemos que

f px0 ` hq ´ f px0 q “ f 1 px0 qphq ` ophq,

de manera que si f 1 px0 q fuese diferente de 0 tendríamos que existiría un v P V tal que
f 1 px0 qpvq ‰ 0, en particular, como f 1 px0 qpvq “ ´f 1 p´vq, debería existir un w P V tal que
f 1 px0 qpwq ą 0, de manera que para todo t ą 0 tendríamos que f 1 px0 qptwq ą 0. Ahora, como f
toma un mínimo local en x0 , existe una vecindad U Ă V de x0 tal que f puq ľ f px0 q para todo
u P U , en particular para t ą 0 suficientemente pequeño tenemos que f px0 ` twq ľ f px0 q y
f px0 ´twq ľ f px0 q, de manera que f px0 ´twq´f px0 q “ ´f 1 px0 qptwq`optwq, y así, para t ą 0
f px0 ´ twq ´ f px0 q }w}optwq
suficientemente pequeño tenemos que “ ´f 1 px0 qpwq ` ă 0, de
t }tw}
lo cual se desprende que f px0 ´ twq ă f px0 q, contradiciendo el hecho de que f tome un
mínimo relativo en x0 . ‚
21.8.53. Corolario. Si V es un espacio vectorial normado, A Ă V es un conjunto con interior
no vacío y f : A ÝÑ R es una función que toma un máximo local en un punto x0 en el interior
de A tal que f es derivable en x0 ; entonces f 1 px0 q “ 0.
Demostración. El corolario se sigue al aplicar el teorema 21.8.52 en la función ´f . ‚
21.8.54. Teorema. Sea f un funcional real definido en un espacio de Banach V , con segunda
derivada continua en una vecindad de un punto x0 P V . Si la función f toma un mínimo local
en x0 , entonces D2 f px0 qph, hq ľ 0 para todo h P V .
Demostración. Procedamos por contradicción suponiendo que D2 f px0 qph, hq ă 0 para
algún h P V . De acuerdo al teorema de Taylor 21.8.48 tenemos que
1 2
f px0 ` vq ´ f px0 q “ D f px0 qpvq ` D f px0 qpv, vq ` op}v}2 q,
2
pero por el teorema 21.8.52 tenemos que
1 2
f px0 ` vq ´ f px0 q ´ D f px0 qpv, vq “ op}v}2 q,
2
de manera que si tomamos t ‰ 0, pero suficientemente pequeño tal que

t2 2
f px0 ` thq ´ f px0 q ´ D f px0 qph, hq “ op}th}2 q,
2
o equivalentemente
2
f px0 ` thq ´ f px0 q 2 2 op}th} q
2 ´ D f px 0 qph, hq “ 2}h} ,
t2 }th}2
926 21.8. Cálculo en espacios normados

obteniéndose así que para t suficientemente pequeño, pero diferente de cero tendríamos que
f px0 ` thq ´ f px0 q ă 0, lo cual contradice nuestra hipótesis. ‚
21.8.55. Corolario. Sea f un funcional real definido en un espacio de Banach V , con segunda
derivada continua en una vecindad de un punto x0 P V . Si la función f toma un máximo
local en x0 , entonces D2 f px0 qph, hq ĺ 0 para todo h P V .
Demostración. Aplicando el teorema 21.8.54 a la función ´f tenemos que

0 ĺ D2 p´f qpx0 qph, hq “ ´ D2 f px0 qph, hq,

es decir D2 f px0 qph, hq ĺ 0. ‚


21.8.56. Definición. Una función bilineal B : V ˆ V ÝÑ R se llama fuertemente positiva
cuando existe un número c ą 0 tal que Bpv, vq ľ c}v}2 para todo v P V .
El teorema 21.8.54 tiene una especie de recíproco.
21.8.57. Teorema. Sea f un funcional real definido en un espacio de Banach V , con segunda
derivada continua en una vecindad de un punto x0 P V . Si se cumplen las siguientes dos
condiciones:

a) f 1 px0 q “ 0;

b) D2 f px0 q es fuertemente positiva.

Entonces f tiene un mínimo relativo en x0 .


Demostración. Sea c ą 0 tal que D2 f px0 qpv, vq ľ c}v}2 para todo v P V . De la propiedad
a) y del teorema de Taylor 21.8.48 tenemos que

1 2
f px0 ` hq ´ f px0 q “ D f px0 qph, hq ` op}h}2 q,
2
de manera que si tomamos ε ą 0 tal que si }h} ă ε entonces
c
|op}h}2 q| ă }h}2 ,
4
de manera que
c
f px0 ` hq ´ f px0 q ą }h}2 ą 0,
4
para }h} ă ε. Tenemos así que f tiene un mínimo local en x0 . ‚
De manera obvia se deduce del teorema 21.8.57 el siguiente corolario.
21.8.58. Corolario. Sea f un funcional real definido en un espacio de Banach V , con
segunda derivada continua en una vecindad de un punto x0 P V . Si se cumplen las siguientes
dos condiciones:

a) f 1 px0 q “ 0;

b) ´ D2 f px0 q es fuertemente positiva.


21.8. Cálculo en espacios normados 927

Entonces f tiene un máximo relativo en x0 .


21.8.59. Definición y notación. Sea B Ă Rn , A Ă B un conjunto abierto y f : B ÝÑ R
una función tal que f |A P C 2 pAq. Para a P A definimos la matriz hessiana de f en el punto
a como
¨ ˛
D1,1 f paq D1,2 f paq ¨ ¨ ¨ D1,n f paq
˚ ‹
˚ D2,1 f paq D2,2 f paq ¨ ¨ ¨ D2,n f paq ‹
Hess f paq :“ pDi,j f paqqiPJn ,jPJn “ ˚ ‹.
˚ ‹
˚ .
.. .
.. . .. .
.. ‹
˝ ‚
Dn,1 f paq Dn,2 f paq ¨ ¨ ¨ Dn,n f paq

21.8.60. Observación. Cuando B Ă Rn , A Ă B es un conjunto abierto y f : B ÝÑ R es


una función tal que f |A P C 2 pAq y a P A, entonces para todo u, v P Rn se tiene que

D2 f paqpu, vq “ u Hess f paqv t .

En este caso, del teorema 21.8.57 tenemos que si f tiene segunda derivada continua en una
vecindad de a, el gradiente de f en a es 0 y Hess f paq es diagonalizable y tiene todos sus va-
lores propios positivos (o negativos), entonces f tiene un mínimo relativo (o respectivamente
máximo relativo) en a. Por otro lado, del teorema 21.8.54 tenemos que si f tiene segunda
derivada continua y toma un mínimo relativo en a, entonces, para todo v P Rn tenemos que
el gradiente de f en a es 0 y v Hess f paqv t ľ 0.
21.8.61. Teorema. Sea f : V ÝÑ R Y t`8u convexa y x P Dompf q. Para todo v P V existe
Dd f px, vq P R Y t´8, `8u y además

f px ` tvq ´ f pxq
Dd f px, vq “ ı́nf .
tPp0;`8q t

Demostración. Veamos que la función g : p0; `8q ÝÑ R Y t´8, `8u es no decreciente.


tÞÑ f px`tvq´f
t
pxq

En efecto, si 0 ă s ĺ t ă `8, entonces

f px ` svq ´ f pxq f px ` tvq ´ f pxq


gpsq ĺ gptq ðñ ĺ
s ´ t s¯
s
ðñ f px ` svq ĺ f px ` tvq ` 1 ´ f pxq,
t t
y la última desigualdad es cierta debido a que f es convexa. Del hecho de que g es no
decreciente se sigue el teorema. ‚
A continuación estableceremos conceptos que generalizan a los de «recta tangente», «plano
tangente», «recta normal», «espacio normal», etcétera, pero de manera más general para
espacios normados y funciones más arbitrarias.
21.8.62. Definiciones y notaciones. Sea V un espacio normado, A Ă V y a P A. Definimos
el cono tangente al conjunto A en el punto a como el conjunto de todos los puntos v P V
928 21.8. Cálculo en espacios normados

tales que exista una sucesión decreciente ptk q8


k“1 de números positivos y convergente a 0, y
una sucesión pvk qk“1 de elementos de A que converge al punto a tal que
8

vk ´ a
v “ a ` lı́m .
kÑ8 tk
Al cono tangente al conjunto A en el punto a lo denotaremos por TgA paq. Observemos que,
en efecto, el cono tangente TgA paq es un cono, más precisamente es un a-cono. Al 0-cono
TgA paq ´ a le llamaremos 0-cono tangente al conjunto A en el punto a y lo denotaremos
por 0-TgA paq. Cuando V es un espacio de Hilbert definimos el cono normal al conjunto A
en el punto a como el conjunto de todos los puntos v P V tales que para todo w P TgA paq
se tenga xv ´ a, w ´ ay ĺ 0. Al cono normal al conjunto A en el punto a lo denotaremos
por NrA paq. El 0-cono normal al conjunto A en el punto a será por definición el conjunto
NrA paq ´ a y lo denotaremos por 0-NrA paq. Cuando V es un espacio vectorial normado real,
no necesariamente de Hilbert, definimos el cono normal dual al conjunto A en un punto
a P A como el conjunto de todos los σ P V ˚ tales que para todo v P 0-TgA paq se cumpla que
σpvq ĺ 0. Al cono normal dual al conjunto A en el punto a lo denotaremos por Nr˚A paq.
21.8.63. Teorema. Si f : V ÝÑ R derivable, A Ă V y f alcanza el mínimo sobre A en un
punto x˚ P A, entonces

´ D f px˚ q P Nr˚A px˚ q y @v P 0-TgA px˚ q, D f px˚ qpvq ľ 0.

Demostración. Sea v P 0-TgA px˚ q y hagamos uso del hecho de que existe una sucesión
k“1 de elementos de v y una sucesión decreciente de números positivos ptk qk“1 que converge
pvk q8 8

a 0 tales que @k P N, x˚ ` tk vk P A (ejercicio 10). Tomemos pues dichas sucesiones con esas
propiedades. De la hipótesis del teorema tenemos que

@k P N, f px˚ ` tk vk q ´ f px˚ q ľ 0,

de manera que

f px˚ ` tk vk q ´ f px˚ q D f px˚ qptk vk q optk vk q optk vk q


0ĺ “ ` “ D f px˚ qpvk q ` }vk },
tk tk tk }tk vk }

y tomando el límite cuando k Ñ 8 tenemos que D f px˚ qpvq ľ 0. Queda por demostrar que
´ D f px˚ q P Nr˚A px˚ q, pero eso se sigue inmediatamente del significado de Nr˚A px˚ q y del hecho
de que ´ D f px˚ qpvq ĺ 0. ‚
Dejamos al lector la demostración del teorema siguiente.
21.8.64. Teorema. Sea A Ă V un conjunto convexo y a P A.

a) Los conos TgA paq y 0-TgA paq son convexos.

b) A Ă TgA paq.

c) 0-TgA paq “ t u´a


t
: t ą 0 y u P Au.
21.8. Cálculo en espacios normados 929

d) Nr˚A paq “ tσ P V ˚ : @u P A, σpu ´ aq ĺ 0u.

21.8.65. Teorema. Sea f : V ÝÑ R convexa y derivable, A Ă V un conjunto convexo. Un


punto x˚ minimiza f en el conjunto A si y sólo si ´ D f px˚ q P Nr˚A px˚ q.
Demostración. El hecho de que el punto x˚ minimice f en el conjunto A implique que
´ D f px˚ q P Nr˚A px˚ q se sigue del teorema 21.8.63. Supongamos entonces que ´ D f px˚ q P
Nr˚A px˚ q y sea u P A. Por el teorema 21.8.64 tenemos que v :“ u ´ x˚ P 0-TgA px˚ q y además,
por el teorema 21.8.61,

f puq ´ f px˚ q “ f px˚ ` vq ´ f px˚ q ľ D f px˚ qpvq,

pero como ´ D f px˚ q P Nr˚A px˚ q tenemos que f puq ´ f px˚ q ľ 0, es decir f px˚ q ĺ f puq,
terminando así la demostración del teorema. ‚
21.8.66. Teorema. Sea A Ă V un conjunto abierto y conexo y f : A ÝÑ R una función que
es derivable en cada punto de A.

a) f es convexa en A si y sólo si

21.8.67. @x, y P A, f pyq ´ f pxq ľ D f pxqpy ´ xq.

b) Si f tiene segunda derivada continua en cada punto de A, entonces f es convexa en A


si y sólo si @x P A, f 2 pxq es positiva semidefinida.

Demostración. a) Sean x, y P A. Supongamos primero que f es convexa. Debido al teorema


21.8.61 tenemos que

f px ` py ´ xqq ´ f pxq
D f pxqpy ´ xq “ Dd px, y ´ xq ĺ “ f pyq ´ f pxq,
1
con lo que tenemos que si f , entonces es convexa se cumple la desigualdad 21.8.67. Suponga-
mos ahora que se cumple la desigualdad 21.8.67 y para cada t P p0; 1q sea zt “ p1 ´ tqx ` ty.
Por ser A un conjunto convexo tenemos que zt P A, de manera que

f pyq ´ f pzt q ľ D f pzt qpy ´ zt q y f pxq ´ f pzt q ľ D f pzt qpx ´ zt q.

Ahora, multiplicando estas dos desigualdades por t y por 1 ´ t respectivamente, sumándolas


y usando la linealidad de D f pzt q obtenemos

0 “ D f pzt qp0q ĺ p1 ´ tqf pxq ` tf pyq ´ f pzt q,

es decir
f pp1 ´ tqx ` tyq ĺ p1 ´ tqf pxq ` tf pyq,
lo cual significa que f es convexa.
b) Sean x, y P A con x ‰ y y sean además a, b P A tales que rx; ys Ă pa; bq Ă A; dichos
puntos a y b existen debido a la compacidad del intervalo rx; ys. Tomemos también al vector
930 21.8. Cálculo en espacios normados

unitario u :“ 1
}b´a}
pb ´ aq y a la función ϕ : pa; bq ÝÑ p0; }b ´ a}q. Veamos que ϕ es una
xÞÑ}x´a}
isometría entre pa; bq y p0; }b ´ a}q. En efecto, si z, w P pa; bq, entonces z “ a ` }z ´ a}u,
w “ a ` }w ´ a}u y

}z ´ w} “ }pa ` }x ´ a}uq ´ pa ` }w ´ a}uq} “ }p}z ´ a} ´ }w ´ a}qu}


“ |}z ´ a} ´ }w ´ a}|}u} “ |ϕpzq ´ ϕpwq|.

Apliquemos ahora el teorema de Taylor 17.5.1 b) a la función g :“ f ˝ ϕ´1 para obtener

1 2
gpϕpyqq “ gpϕpxqq ` g 1 pϕpxqqpϕpyq ´ ϕpxqq ` D gpcqpϕpyq ´ cq2
21.8.68. 2
1
“ gpϕpxqq ` g 1 pϕpxqqpϕpyq ´ ϕpxqq ` g 2 pcqpϕpyq ´ c, ϕpyq ´ cq,
2

para algún c P pϕpxq; ϕpyqq. Para cada s P p0; }b ´ a}q tenemos que ϕ´1 psq “ a ` su, de donde
deducimos que f es convexa si y sólo si g es convexa. Ahora, usando la regla de la cadena
21.8.14 tenemos que f 1 pvqphq “ g 1 pϕpvqqpϕ1 pvqphqq, y volviéndola a aplicar obtenemos

f 2 pvqph1 , h2 q “ g 2 pϕpvqqpϕ1 pvqph1 q, ϕ1 pvqph2 qq.

Al observar que ϕ1 pvq : ttu : t P Ru ÝÑ R y que ϕ1 pvqptuq “ t tenemos que ϕ1 pvq es invertible
y no depende de v, deduciendo que f 2 pvq es semipositiva definida en un v P pa; bq si y sólo
si g 2 pwq es semipositiva definida en w “ ϕpvq, y más aún f 2 pvq es semipositiva definida en
todo v P pa; bq si y sólo si g 2 pwq es semipositiva definida en todo w “ p0; }b ´ a}q.
Tenemos pues que si f 2 pvq es semipositiva definida para todo v P A, lo será para todo
v P pa; bq y también lo será g 2 pwq para todo w P p0; }b ´ a}q, y debido a la ecuación 21.8.68
tendremos

f pyq ´ f pxq ľ g 1 pϕpxqqpϕpyq ´ ϕpxqq “ g 1 pϕpxqqpϕ1 pxqpy ´ xqq “ D f pxqpy ´ xq,

de manera que por el inciso a) la función f es convexa.


Partamos ahora del supuesto de que f es convexa. Para cada ε P p0; 1q sea yε P px; yq tal
que }yε ´ x} “ ε. Observemos que en la ecuación 21.8.68 podemos sustituir a y por yε y a
c por algún cε P pϕpxq; ϕpyε qq Por las observaciones hechas anteriormente tenemos que g es
convexa, de manera que al aplicar el inciso a) a la función g obtenemos que D2 gpcε q ľ 0,
es decir g 2 pcε q es semipositiva definida. Como f tiene segunda derivada continua en cada
punto de A tenemos que g tiene segunda derivada continua en cada punto de p0; }b ´ a}q, de
manera que al hacer tender ε a 0 tenemos que g 2 pϕpxqq es semidefinida positiva, por lo que
también lo es f 2 pxq, pero el argumento es válido para cualquier x P A, quedando demostrado
el teorema. ‚

Ejercicios.

1. Sea V un espacio normado. Decir en dónde es derivable la función pv P V q ÞÑ }v} y


calcúlese su derivada en donde exista.
21.8. Cálculo en espacios normados 931

2. Demostrar la siguiente generalización del teorema 21.8.20: Si V1 , V2 , . . . , Vn y W son


espacios vectoriales normados y f P CLpV1 , V2 , . . . , Vn ; W q, entonces: para cada v “
pv1 , v2 , . . . , vn q P V1 ˆ V2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Vn y cada h “ ph1 , h2 , . . . , hn q P V1 ˆ V2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Vn
n
ÿ
f 1 pv1 , v2 , . . . , vn qph1 , h2 , . . . , hn q “ f puk q,
k“1

donde uk “ puk,j qnj“1 , con uk,j “ vj si j ‰ k, mientras que uk,k “ hk .


3. Sean V y W espacios vectoriales normados, n P N, X el espacio vectorial formado
por todas las funciones de V en W que sean polinomios homogéneos de grado n (ver
definición en 21.7.1). Para p P X, v, h P V y f P CLn pV, W q simétrica tal que ppvq “
f ppvqni“1 q, demostrar que
p1 pvqphq “ nf puq,
donde u “ puj qnj“1 , con uj “ v para j ‰ n y un “ h.
4. Tomemos en el espacio vectorial C r0; 1s la norma } ¨ } dada por
ż1
}f } “ |f ptq| d t.
0

Para la función H : C r0; 1s ÝÑ R dada por


ż1
Hpf q “ e´2t pf ptqq5 d t,
0

hallar H 1 pf qpgq, para cada f, g P C r0; 1s.


5. Demostrar que si la integral dada en 21.8.22 existe, entonces es única.
6. Demostrar el teorema 21.8.27.
7. Dar un ejemplo de una función f : U ÝÑ W , donde U es un subconjunto abierto de
un espacio normado V , tal que para algún u P U y para todo v P V existe la derivada
de Gâteaux DG f pu, hq de f en u evaluada en h, pero no existe la derivada de Fréchet
f 1 puq.
8. Si f : R ÝÑ R es una función tal que existen las derivadas por la izquierda y por la
derecha de f en 0, se tiene que la derivada por la derecha de f en 0 es DG f p0, 1q. ¿Es
la derivada por la izquierda de f en 0 necesariamente igual a DG f p0, ´1q?
9. Demostrar que si a P A Ă V , entonces TgA paq es cerrado.
10. Sea a P A Ă V . Demostrar que v P 0-TgA paq si y sólo si existe una sucesión pvk q8
k“0
de elementos de V que converge a v y una sucesión decreciente de números positivos
k“0 que converge a 0 tales que @k P N, a ` tk vk P A.
ptk q8
11. Demostrar el teorema 21.8.64.
932 21.8. Cálculo en espacios normados
Capítulo 22

TEORÍA DE LA MEDIDA

22.1. Introducción
La Teoría de la Medida es la rama de las matemáticas que trata sobre medir algunos
conjuntos bajo algún criterio establecido. Por ejemplo, el volumen de un objeto en alguna
región, la masa de ese mismo objeto, el número de elementos de un conjunto o la probabilidad
de que un objeto esté en una región. Dicho criterio debe satisfacer ciertas reglas elementales.
Para establecer dichas reglas necesitamos el concepto que estableceremos a continuación.
22.1.1. Definiciones. Dado un conjunto no vacío X, decimos que una colección X de subcon-
juntos de X es una σ-álgebra o σ-campo de subconjuntos de X, si cumple las propiedades
siguientes:
a) X P X.

b) Para todo A P X tenemos que XzA P X.


8
c) Para cualquier sucesión pAk q8
k“1 de elementos de X tenemos que
Ť
Ak P X.
k“1

En tal caso, a la pareja ordenada pX, Xq le llamaremos espacio medible y a los elementos
de X se les llama conjuntos medibles.
Si en la definición de σ-álgebra la propiedad c) es reemplazada por la propiedad que dice
«para cualesquiera dos elementos A, B P X tenemos que A Y B P X», diremos que X es un
álgebra o campo de subconjuntos de X.
22.1.2. Teorema. Si pX, Xq un espacio medible, entonces:
a) ∅ P X.

b) Si A, B P X, entonces A Y B, A X B, AzB P X.
8
c) Si pAk q8
Ş
k“1 es una sucesión de elementos de X, entonces Ak P X.
k“1

Demostración. El inciso a) se sigue de los incisos a) y b) de la definición 22.1.1 y del hecho


de que ∅ “ XzX. El inciso c) se sigue de los incisos b) y c) de la definición 22.1.1 y del

933
934 22.1. Introducción

8 8
hecho de que pXzAk q. Para demostrar el inciso b) sean A1 “ A, A2 “ B y
Ş Ť
Ak “ Xz
k“1 k“1
An “ ∅ para n ą 2, teniendo así, por el inciso c) de la definición 22.1.1 y por el inciso a)
8
de este teorema, A Y B “ Ak P X. Hagamos ahora B1 “ A, B2 “ B y Bn “ X para
Ť
k“1
n ą 2, para obtener del inciso c) de este teorema y del inciso a) de la definición 22.1.1,
8
Bk P X. Finalmente tenemos de lo ya demostrado y del inciso b) de la definición
Ş
AXB “
k“1
22.1.1 que AzB “ A X pXzBq P X. ‚
Usando inducción matemática, del inciso b) del teorema 22.1.2, se deduce el corolario
siguiente.
22.1.3. Corolario. Si pX, Xq un espacio medible y A1 , A2 , . . . , An P X, entonces A1 Y A2 Y
¨ ¨ ¨ Y An P X y A1 X A2 X ¨ ¨ ¨ X An P X.
22.1.4. Definiciones. Sea pX, Xq un espacio medible. Decimos que una función
µ : X ÝÑ r0; `8s es una medida, medida positiva o masa, si µp∅q “ 0, y además, para
cada sucesión pAk q8
k“1 de elementos de X tales que Ai X Aj “ ∅, para i ‰ j, se tiene que
˜ ¸
ď8 ÿ8
µ Ak “ µpAk q.
k“1 k“1

En tal caso a la terna pX, X, µq se le llama espacio de medida. Cuando exista una sucesión
n
k“1 de elementos de X tal que X “ Bk y además µpBk q ă `8 para cada k P N,
Ť
pBk q8
k“1
decimos que la medida µ es σ-finita.
22.1.5. Teorema. Si pX, X, µq es un espacio de medida y A1 , A2 , . . . , An P X son conjuntos
disjuntos, entonces ˜ ¸
n
ď ÿn
µ Ak “ µpAk q.
k“1 k“1

Demostración. Para cualquier entero k ą n tomemos Ak “ ∅, de manera que por defini-


ción de medida tenemos que
˜ ¸ ˜ ¸
n
ď ď8 8
ÿ n
ÿ 8
ÿ n
ÿ
µ Ak “ µ Ak “ µpAk q “ µpAk q ` µpAk q “ µpAk q. ‚
k“1 k“1 k“1 k“1 k“n`1 k“1

22.1.6. Ejemplo. Si tomamos la σ-álgebra L pRn q en Rn dada en la definición 15.30.27


tenemos como ejemplo de medida a la medida de Lebesgue λn .
22.1.7. Ejemplo. Si X es un conjunto no vacío y tomamos la σ-álgebra ppXq dada por el
conjunto potencia de X, y para cada A Ă X, tomamos npAq “ #A cuando A es finito, y
npAq “ `8 cuando A es un conjunto infinito, entonces n es una medida definida en ppXq,
dicha medida se llama medida de conteo.
22.1.8. Teorema. Si pX, X, µq es un espacio de medida, y A, B P X son tales que A Ă B,
entonces µpAq ĺ µpBq.
22.1. Introducción 935

Demostración. Como B “ A Y pBzAq, entonces µpBq “ µpBzAq ` µpAq ľ µpAq. ‚


22.1.9. Teorema. Sea pX, X, µq un espacio de medida y pAk q8
k“1 es una sucesión decreciente
de elementos de X (es decir conjuntos son tales que Ak`1 Ă Ak para todo k P N). Si
ˆ 8 los ˙
Ak “ lím µpAn q.
Ş
µpA1 q ă `8, entonces µ
k“1 nÑ8

8
Demostración. Usemos el hecho de que Ak , An zAn`1 , An`1 zAn`2 , . . . , Am zAm`1 , . . .
Ş
k“n
8 8
son conjuntos disjuntos cuya unión es An , además de que Ak , para todo n P N.
Ş Ş
Ak “
ˆ8 ˙ k“1 k“n
8 8
Tenemos que µpAn q “ µ µpAk zAk`1 q, pero como la serie
Ş ř ř
Ak ` µpAk zAk`1 q
k“1 ˆ 8k“n ˙ k“1
8
converge (al número real µpA1 q ´ µ Ak ), tenemos que la serie µpAk zAk`1 q tiende a
Ş ř
k“1 ˆ ˙ k“n
8
0 cuando n tiende a 8, de manera que µ Ak “ lím µpAn q.
Ş

k“1 nÑ8

22.1.10. Teorema. Si pX, X, µq es un espacio de medida y pAk q8 k“1 es una sucesión creciente
de elementos deˆX (es decir
˙ los conjuntos son tales que A k Ă Ak`1 , para todo k P N). Entonces
8
Ak “ lím µpAn q.
Ť
tenemos que µ
k“1 nÑ8

Demostración. Tomando A0 “ ∅ tenemos que para todo n P N los conjuntos A1 zA0 ,


n 8 8
A2 zA1 , . . . An zAn´1 , . . . son disjuntos y además An “ pAk zAk´1 q y
Ť Ť Ť
Ak “ pAk zAk´1 q,
k“1 k“1 k“1
de manera que
˜ ¸ ˜ ¸
8
ď 8
ď 8
ÿ n
ÿ
µ Ak “ µ pAk zAk´1 q “ µpAk zAk´1 q “ lím µpAk zAk´1 q “ lím µpAn q. ‚
nÑ8 nÑ8
k“1 k“1 k“1 k“1

22.1.11. Teorema. Si pX, X, µq es un espacio de medida y pAk q8


k“1 es una sucesión de
elementos de X, entonces ˜ ¸
8
ď 8
ÿ
µ Ak ĺ µpAk q.
k“1 k“1

n
Demostración. Sea B1 “ A1 , B2 “ A2 zA1 , y en general sea Bn`1 “ An`1 z Ak . Obser-
Ť
k“1
8 8
vemos que Bk , de manera que
Ť Ť
Ak “
k“1 k“1
˜ ¸ ˜ ¸
8
ď 8
ď 8
ÿ 8
ÿ
µ Ak “µ Bk “ µpBk q ĺ µpAk q. ‚
k“1 k“1 k“1 k“1

22.1.12. Teorema. Sea X un conjunto


Ş no vacío y tXλ : λ P Λu una colección de σ-álgebras
de subconjuntos de X. El conjunto Xλ es una σ-álgebra de subconjuntos de X.
λPΛ
936 22.1. Introducción

Demostración. Tenemos que X P Xλ para cada λ P Λ, de manera que X P Xλ . Si


Ş
λPΛ
Xλ , entonces A P Xλ , para cada λ P Λ, de manera que XzA P Xλ , para cada λ P Λ,
Ş
AP
λPΛ
es decir XzA P Xλ . Ahora, si tenemos una sucesión pAk q8
k“1 de elementos de Xλ ,
Ş Ş
λPΛ λPΛ
8
entonces cada Ak P Xλ , para cada λ P Λ, de manera que Ak P Xλ , para cada λ P Λ, es
Ť
k“1
8
decir, Xλ , por lo tanto Xλ es una σ-álgebra de subconjuntos de X.
Ť Ş Ş
Ak P ‚
k“1 λPΛ λPΛ
22.1.13. Definición y notación. Sea X un conjunto no vacío y C una colección de sub-
conjuntos de X. A la intersección de todas las σ-álgebras X tales que cada elemento de C
está incluido en X se le llama σ-álgebra generada o engendrada por C y se le denota por
σpCq.
22.1.14. Definiciones y notaciones. A la σ-álebra de subconjuntos de R generada por el
conjunto de todos los intervalos abiertos se le llama σ-álgebra de Borel en R y se le denota
por BpRq. Así mismo, en el conjunto R Y t`8, ´8u, a la σ-álgebra formada por todos los
conjuntos de la forma E, E Y t`8u y E Y t´8u, tales que E P BpRq, se le llama σ-álgebra
de Borel en R Y t`8, ´8u y se le denota por BpR Y t`8, ´8uq. En general, cuando
pX, τ q es un espacio topológico a la σ-álgebra σpτ q se le llama σ-álgebra de Borel relativa al
espacio topológico pX, τ q y si no se presta a confusión se le denota por BpXq, aunque si se
quiere ser específico se le denota por BpX, τ q.
22.1.15. Teorema.
BpRq “ σptp´8; αq : α P Ruq “ σptp´8; αs : α P Ruq
“ σptpα; `8q : α P Ruq “ σptrα; `8q : α P Ruq.

Demostración. Para cada β P R y cada k P N tenemos que p´8; βs P σptp´8; αs : α P Ruq


8
y p´8; β ` k1 q P σptp´8; αq : α P Ruq, pero como p´8; βs “ p´8; β ` k1 q tenemos que
Ş
k“1
p´8; βs P σptp´8; αq : α P Ruq, concluyendo así que σptp´8; αs : α P Ruq Ă σptp´8; αq :
α P Ruq. Para ver que σptp´8; αq : α P Ruq Ă σptp´8; αs : α P Ruq se argumenta de
8
manera similar, pero tomando encuenta que p´8; βq “ p´8; β ´ k1 s. Tenemos así que
Ť
k“1
σptp´8; αq : α P Ruq “ σptp´8; αs : α P Ruq.
Ahora, cada intervalo abierto pa; bq de números reales, con ´8 ă a ă b ă `8, es igual
a p´8; bqzp´8; as, pero, como hemos visto, tanto p´8; bq como p´8; as son elementos de
σptp´8; αq : α P Ruq y de σptp´8; αs : α P Ruq, de manera que BpRq Ă σptp´8; αq : α P
Ruq, y obviamente σptp´8; αq : α P Ruq Ă BpRq.
De manera similar se demuestra que BpRq “ σptpα; `8q : α P Ruq “ σptrα; `8q : α P
Ruq. ‚
22.1.16. Definición. Sea pX, X, µq un espacio de medida. Decimos que la medida µ es
completa si para todo A Ă X tal que existe un B P X con A Ă B y µpBq “ 0 se tiene que
A P X. Obviamente en tal caso se tiene que µpAq “ 0.
22.1.17. Definición y notación. Sea pX, X, µq un espacio de medida y p un predicado cuyo
conjunto universo es X. Decimos que la propiedad ppxq se cumple para casi todo x, o que
22.1. Introducción 937

se cumple casi en todas partes si existe un A P X tal que µpAq “ 0 y la propiedad ppxq
es verdadera para todo x P XzA. Al hecho de que la propiedad ppxq se cumpla casi en todas
partes se le denota por ppxq c.t.p., o en caso de que quiera ser específico se le denota por ppxq
µ-c.t.p., o si se quiere ser aún más específico por ppxq µ-c.t.p. pxq.

Ejercicios.

1. Dar un ejemplo de un espacio de medida pX, X, µq y de una sucesión


ˆ8 k“1 de ele-
pAk q8
˙
mentos de X tales que Ak`1 Ă Ak para todo k P N, en la cual µ Ak ‰ lím µpAn q.
Ş
k“1 nÑ8
938 22.2. Medidas signadas

22.2. Medidas signadas


Como podemos ver, si en el espacio medible pR3 , BpR3 qq tenemos que A P BpR3 q y
µpAq representa la masa que contiene el conjunto A, podemos modelar esta situación física
estableciendo que µ es una medida. Quisiéramos modelar el comportamiento de una función
ν : BpR3 q ÝÑ r´8; `8s tal que νpAq represente la carga eléctrica contenida en el conjunto
A. Haremos el modelado de tal manera que represente los casos físicos dados en la práctica,
además de que sea matemáticamente manipulable.
22.2.1. Definición. Sea pX, Xq un espacio medible. Decimos que una función ν : X ÝÑ
r´8; `8s es una medida signada o carga si satisface las propiedades siguientes:
a) νp∅q “ 0;
b) Si existe un A P X tal que νpAq “ `8, entonces, para todo B P X, νpBq ą ´8;
c) Si existe un A P X tal que νpAq “ ´8, entonces, para todo B P X, νpBq ă `8;
d) Si pEk q8
k“1 es una sucesión de conjuntos disjuntos pertenecientes a X, entonces
˜ ¸
8
ď ÿ8
ν Ek “ νpEk q.
k“1 k“1

Las propiedades b) y c) de la definición anterior se establecen con la finalidad de evitar


indeterminaciones operacionales como `8 ` p´8q.
22.2.2. Definición. Si pX, Xq es un espacio medible y ν : X ÝÑ r´8; `8s es una medida
signada, a la terna pX, X, νq se le llama espacio de medida signada.
Las demostraciones de los siguientes dos teoremas son análogas a las dadas en los teoremas
22.1.9 y 22.1.10 respectivamente.
22.2.3. Teorema. Sea pX, X, νq un espacio de medida signadaˆy pAk q8
˙ una sucesión de-
k“1
8
Ak “ lím µpAn q.
Ş
creciente de elementos de X. Si ´8 ă νpA1 q ă `8, entonces ν
k“1 nÑ8
8
22.2.4. Teorema. Si pX, X, νq es un espacio de medida
ˆ 8signada
˙ y pAk qk“1 es una sucesión
Ak “ lím νpAn q.
Ť
creciente de elementos de X. Entonces tenemos que ν
k“1 nÑ8

22.2.5. Definiciones. Sea pX, X, νq un espacio de medida signada. Decimos que un conjunto
A P X es ν-positivo si para cualquier conjunto medible B Ă A se tiene que νpBq ľ 0.
Decimos que un conjunto A P X es ν-negativo si para cualquier conjunto medible B Ă A se
tiene que νpBq ĺ 0. Un conjunto A P X se llama ν-nulo si es ν-positivo y ν-negativo.
22.2.6. Teorema. Sea pX, X, νq un espacio de medida signada.
a) Cualquier subconjunto medible de un conjunto ν-positivo es ν-positivo y la unión nu-
merable de conjuntos ν-positivos es un conjunto ν-positivo.
b) Cualquier subconjunto medible de un conjunto ν-negativo es ν-negativo y la unión
numerable de conjuntos ν-negativos es un conjunto ν-negativo.
22.2. Medidas signadas 939

c) Cualquier subconjunto medible de un conjunto ν-nulo es ν-nulo y la unión numerable


de conjuntos ν-nulos es un conjunto ν-nulo.

Demostración. Demostraremos el inciso a). Si A es un conjunto ν-positivo y B P X está


incluido en A, entonces para todo C P X que esté incluido en B se tiene que C Ă A, de manera
8
que νpCq ľ 0. Ahora, si pAk q8 es una sucesión de conjuntos y Ak ,
Ť
k“1 ν-positivos D Ă
k“1
entonces, por lo ya demostrado, cada D X Ak es ν-positivo, de manera que
˜ ¸
8
ď ÿ8
νpDq “ ν D X Ak “ νpD X Ak q ľ 0,
k“1 k“1

con lo que el inciso a) queda demostrado. Los otros dos incisos se demuestran de manera
obvia. ‚
22.2.7. Definición. Sea pX, X, νq un espacio de medida signada. Decimos que la pareja
ordenada pP, N q es una descomposición de Hanh de ν (o del espacio de medida signada
pX, X, νq) si P es un conjunto ν-positivo, N es un conjunto ν-negativo, X “ P Y N y
P X N “ ∅.
22.2.8. Teorema de descomposición de Hanh. Sea pX, X, νq un espacio de medida
signada. Existe una descomposición de Hanh de ν y si tenemos dos descomposiciones de
Hanh pP, N q y pP 1 , N 1 q de ν, entonces P 4P 1 y N 4N 1 son conjuntos ν-nulos.
Demostración. Veamos primero el caso en que νpAq ă `8 para todo A P X. Tomemos en
ese caso p “ suptνpAq : A es ν-positivo}. Sea pAk q8
k“1 una sucesión de conjuntos ν-positivos
n
tal que lím νpAk q “ p. Los conjuntos de la forma Cn “ Ak son positivos en vista del
Ť
kÑ8 k“1
teorema 22.2.6 a), además de que pCn q8
n“1 es un a sucesión creciente de conjuntos, de manera
8
que si tomamos P “ Ak y aplicamos el teorema 22.2.4, obtenemos
Ť
k“1
˜ ¸ ˜ ˜ ¸¸
n´1
ď n´1
ď
νpP q “ lím νpCn q “ lím ν An Y pAk zAn q “ lím νpAn q ` ν pAk zAn q
nÑ8 nÑ8 nÑ8
k“1 k“1
ľ lím νpAn q “ p,
nÑ8

pero como P es un conjunto ν-positivo tenemos que no es posible que νpP q ą p, de manera
que νpP q “ p.
Nuestra siguiente tarea será demostrar que el conjunto N “ XzP es ν-negativo. Si N no
fuera ν-negativo, existiría un conjunto medible B Ă N tal que νpBq ą 0, pero dicho conjunto
B no puede se ν-positivo puesto que en tal caso P Y B también sería ν-positivo y νpP Y Bq
sería mayor que p, en contradicción con la definición de p. Afirmamos que para cada conjunto
C P X tal que νpCq ą 0 existe un D Ă C perteneciente a X tal que νpDq ą νpCq. En efecto,
como C no es ν-positivo debe existir A Ă C que sea medible tal que νpAq ă 0, teniendo así
que al tomar D “ CzA tenemos que νpCq “ νpDq ` νpAq, y así νpDq ą νpCq.
No puede existir ningún C P X que sea subconjunto de B tal que νpCq “ ´8 debido a que
en tal caso tendríamos que νpBq “ νpCq ` νpBzCq “ ´8 ` νpBzCq “ ´8, contradiciendo
el supuesto de que νpBq ą 0.
940 22.2. Medidas signadas

Sea pnj q8
j“1 una sucesión de números naturales y pAj qj“1 una sucesión de elementos de
8

B tales que: n1 es el menor número natural que satisface νpCq ą n11 , para algún C medible
incluido en B y tomemos A1 P X un subconjunto de B que satisfaga νpA1 q ą n11 ; de manera
recursiva para cada m P N definamos nm`1 como el mínimo número natural que satisfaga
8
νpAm`1 q ą νpAm q, donde Am`1 P X, Am`1 Ă Am y νpAm`1 q ą nm`1 1
. Sea ahora A “ Aj y
Ş
j“1
observemos que ´8 ă νpA1 q ă `8, de manera que podemos aplicar el teorema 22.2.3 para
8
obtener que νpAq “ lím pAj q ą 1
, de donde concluimos que lím nj “ `8. Tenemos así
ř
jÑ8 nj jÑ8
j“1
que nuevamente debería existir un C P X que esté incluido en A tal que νpCq ą νpAq ` n1
para algún n P N, pero para j suficientemente grande tenemos que n ă nj , lo cual contradice
la construcción de Aj y de nj ya que C Ă Aj´1 .
Tenemos así que necesariamente N debe ser un conjunto ν-negativo.
En el caso en que exista un A P X tal que νpAq “ `8 tenemos de la definición 22.2.1
de medida signada que para todo B P X se tiene que νpBq ą ´8 y por lo ya demostrado
´ν es una medida signada que satisface la propiedad de que existe un descomposición de
Hanh pN, P q para ´nu, pero en tal caso es obvio que pP, N q es una descomposición de Hanh
para ν. Hemos así pues demostrado que todo caso existe una descomposición de Hanh para
cualquier medida signada ν.
Supongamos ahora que tenemos dos descomposiciones de Hanh pP, N q y pP 1 , N 1 q para la
medida signada ν. En tal caso tenemos, al usar el teorema 22.2.6, que P zP 1 Ă P y P zP 1 Ă N 1 ,
de manera que debido al P zP 1 es un conjunto ν-nulo, y de manera similar se puede demostrar
que los conjuntos P 1 zP , N zN 1 y N 1 zN son ν-nulos y así que también lo son los conjuntos
P 4P 1 y N 4N 1 , con lo que queda terminada la demostración del teorema de descomposición
de Hanh. ‚
22.2.9. Definición y notación. Sea pX, Xq un espacio medible. Decimos que dos medidas
signadas µ y ν son singulares si existen dos conjuntos A, B P X tales que A Y B “ X,
A X B “ ∅, A es µ-nulo y B es ν-nulo. Al hecho de que µ y ν sean singulares se le denota
como
µ K ν.

22.2.10. Definición. Sea pX, X, νq un espacio de medida signada. Si tenemos dos medidas
positivas µ y τ definidas en X tales que ν “ µ ´ τ y µ K τ decimos que pµ, τ q es una
descomposición de Jordan de ν.
22.2.11. Teorema de descomposición de Jordan. Sea pX, X, νq un espacio de medida
signada. Existe una única descomposición de Jordan de ν.
Demostración. Sea pP, N q una descomposición de Hanh de ν y definamos las medidas
µ : X ÝÑ r0; `8s y τ : X ÝÑ r0; `8s. Claramente tenemos que µ y τ son medidas positivas
AÞÑνpAXP q AÞÑ´νpAXN q
tales que ν “ µ ´ τ y µ K τ . Si tuviéramos dos medidas positivas µ1 : X ÝÑ r0; `8s y
τ 1 : X ÝÑ r0; `8s tales que ν “ µ1 ´ τ 1 y µ1 K τ 1 , entonces existirían dos conjuntos P 1 y
N 1 tales que P 1 Y N 1 “ X, P 1 X N 1 “ ∅, µ1 pN 1 q “ τ 1 pP 1 q “ 0, teniendo así que pP 1 , N 1 q
es también una descomposición de Hanh de ν, de manera que P 4P 1 es ν-nulo y para todo
22.2. Medidas signadas 941

A P X tenemos que µ1 pAq “ µ1 pA X P 1 q “ νpA X P 1 q “ νpA X P q “ µpAq, y de manera similar


tenemos τ 1 pAq “ τ pAq. ‚
22.2.12. Definiciones y notaciones. Sea ν una medida signada y pµ, τ q su descomposición
de Jordan: diremos que la medida positiva µ es la variación positiva de la medida signada
ν y la denotaremos por VPpνq; a la medida positiva τ se le llamará la variación negativa
de ν y se le denotará por VNpνq; diremos así mismo que la medida positiva VPpνq ` VNpνq
es la variación total de ν y la denotaremos por VTpνq.
22.2.13. Definición y notación. Sea pX, Xq un espacio medible, ν una medida signada
definida en X y µ una medida positiva definida en X. Decimos que ν es absolutamente
continua con respecto a µ si para todo A P X tenemos que que µpAq “ 0 ùñ νpAq “ 0. Al
hecho de que ν sea absolutamente continua con respecto a µ lo denotaremos por ν ! µ.
22.2.14. Definiciones. Sea pX, X, νq un espacio de medida signada. Decimos que la medida
signada ν es finita si νpAq P R para todo A P X. Decimos que la medida signada ν es σ-finita
8
si existe una sucesión pAk q8 de elementos de tale que Ak y νpAk q P R para cada
Ť
k“1 X X “
k“1
k P N.
La demostración del lema siguiente se deja al lector.
22.2.15. Lema. Sea pX, Xq un espacio medible, ν una medida signada definida en X y µ
una medida positiva definida en X. Las siguientes tres proposiciones son equivalentes:
a) ν ! µ.

b) VTpνq ! µ.

c) VPpνq ! µ y VNpνq ! µ.

22.2.16. Definición. Sea pX, Xq un espacio medible, ν una medida signada σ-finita y µ una
medida positiva. Si existen dos medidas signadas ν0 y ν1 en X tales que ν0 K µ, ν1 ! µ y
ν “ ν0 ` ν1 , decimos que la pareja ordenada pν0 , ν1 q es una descomposición de Lebesgue
de ν con respecto a µ.
22.2.17. Teorema de descomposición de Lebesgue. Sea pX, Xq un espacio medible, ν
una medida signada σ-finita y µ una medida positiva σ-finita. Existen dos únicas medidas
signadas σ-finitas ν0 y ν1 tales que pν0 , ν1 q es una descomposición de Lebesgue de ν con
respecto a µ.
Demostración. Haremos la demostración para el caso en que tanto ν como µ son medidas
positivas finitas. Sea N “ tE P X : µpEq “ 0u y α “ suptνpEq : E P Nu y observemos
que α ĺ νpXq. Sea pEk q8 k“1 una sucesión de elementos de N tal que lím νpEk q “ α y
kÑ8
8 n
Ek . Tenemos que E P N y al tomar An “ Ek obtenemos del teorema 22.1.10
˚
Ť ˚
Ť
E “
k“1 k“1
que νpE ˚ q “ lím νpAn q ľ lím νpEn q “ α ľ νpE ˚ q, por lo que νpE ˚ q “ α.
nÑ8 nÑ8
Sea ν0 la medida A ÞÑ νpA X E ˚ q. Tenemos que si A Ă XzE ˚ , con A P X, entonces
ν0 pAq “ 0, mientras que si A Ă E ˚ , entonces µpAq “ 0, teniendo así que ν0 K µ. Sea ahora
ν1 la medida A ÞÑ νpAzE ˚ q. Veamos que ν1 ! µ. En efecto, si A P X y µpAq “ 0, entonces
942 22.2. Medidas signadas

E ˚ Y A P N, de manera que si ν1 pAq ą 0, entonces νpE ˚ Y Aq “ νpE ˚ q ` νpAzE ˚ q “


α ` ν1 pAq ą α, en contradicción con la definición de α. Ahora bien, para todo A P X tenemos
νpAq “ νpA X E ˚ q Y νpAzE ˚ q “ ν0 pAq ` ν1 pAq, de manera que ν “ ν0 ` ν1 , ν0 K µ y ν1 ! µ.
Veamos ahora el caso en que µ y ν son medidas positivas σ-finitas. Observemos que existe
una sucesión pAk q8k“1 de conjuntos disjuntos pertenecientes a X cuya unión es X tales que
µpAk q ă `8 y νpAk q ă `8 y sea Ak “ tE P X : E Ă Ak u, observando que se tiene un
espacio de medida pAk , Ak , µk q, donde µk es la medida pE P Ak q ÞÑ µpEq. Tomando la medida
νk “ ν|Ak tenemos que existe una única descomposición de Lebesgue pν0,k , ν1,k q de νk con
respecto a µk y el resultado, para este caso, se sigue de observar que si tomamos ν0 igual a
8 8
la medida E ÞÑ ν0,k pE X Ak q y ν1 igual a la medida E ÞÑ ν1,k pE X Ak q, tenemos que
ř ř
k“1 k“1
pν0 , ν1 q es una descomposición de Lebesgue de ν con respecto a µ.
El caso general en que µ es una medida σ-finita y ν es una medida signada σ-finita se
obtiene de manera obvia al dar una descomposición de Lebesgue para VPpνq y para VNpνq
con respecto a µ.
Veamos ahora la unicidad demostrando que si pν01 , ν11 q es una descomposición de Lebesgue
de ν con respecto a µ, entonces ν01 “ ν0 y ν11 “ ν1 . Supongamos pues que pν01 , ν11 q es una
descomposición de Lebesgue de µ. Tenemos que ν “ ν0 ` ν1 “ ν01 ` ν11 , de manera que
ν0 ´ ν01 “ ν11 ´ ν1 , con lo cual ν0 ´ ν01 K µ y ν0 ´ ν01 ! µ, de donde se deduce fácilmente
que ν0 ´ ν01 “ 0, así como ν11 ´ ν1 “ 0, es decir ν01 “ ν0 y ν11 “ ν1 , terminando así con la
demostración del teorema de descomposición de Lebesgue. ‚
22.2.18. Definiciones. Sea pX, Xq un espacio medible. Una función µ : X ÝÑ C se llama
medida compleja (en X) si:
a) µp∅q “ 0;

b) Si pEk q8
k“1 es una sucesión de conjuntos disjuntos pertenecientes a X, entonces
˜ ¸
8
ď ÿ8
µ Ek “ µpEk q.
k“1 k“1

En tal caso a las medidas signadas A ÞÑ Re µpAq y A ÞÑ Im µpAq se les llama respectivamente
parte real y parte imaginaria de la medida compleja µ.

Ejercicios.
ˆ 8
˙ 8
1. Demostrar que en la definición 22.2.1, cuando ν P R, la serie νpEk q es
Ť ř
Ek
k“1 k“1
absolutamente convergente.

2. Demostrar el lema 22.2.14.

3. Dada una σ-álgebra X. Demostrar que el conjunto de todas las medidas complejas en
X es un espacio vectorial.

4. En la situación del problema 3, si para cada medida compleja µ en X tomamos VTpµq :“


VTpRe µq ` VTpIm µq:
22.2. Medidas signadas 943

a) Demostrar que VT es una norma.


b) ¿El espacio normado que se forma es necesariamente de Banach?
944 22.3. Funciones medibles

22.3. Funciones medibles


22.3.1. Definiciones y notaciones. Sea pX, Xq un espacio medible. Decimos que una fun-
ción f : X ÝÑ r´8; `8s es medible si para b P R se tiene que f ´1 rr´8; bss P X. Es decir,
f es medible si para cada b P R el conjunto tx P X : f pxq ĺ bu es un conjunto medible. Al
conjunto de todas las funciones medibles con respecto al espacio medible pX, Xq lo denota-
remos como M pXq. Al conjunto de todas las funciones medibles cuyo recorrido está incluido
en r0; `8s lo denotaremos por M ` pXq.
Dado un espacio de medida pX, X, µq, deseamos definir la integral de una función medible
con respecto a la medida µ de tal manera que si tenemos un conjunto medible A, la integral
de la función medible α1lA tenga integral con respecto a µ igual a αµpAq. Más aún, para
cualquier sucesión finita de conjuntos medibles pAk qnk“1 y toda sucesión finita de números,
ÿn
reales pαk qk“1 , deseamos que la integral con respecto a la medida µ de la función
n
αk 1lAk
k“1
n
ÿ
sea igual a αk µpAk q. Ahora, debido a que es posible que µpAk q “ `8 para algún k,
k“1
necesitamos definir adecuadamente la multiplicación de un número por `8. Tenemos por
n
ÿ
ejemplo que si An`1 es un conjunto tal que µpAn`1 q “ `8 y αn`1 “ 0, entonces αk 1lAk “
k“1
n`1
ÿ
αk 1lAk , de manera que ambas funciones por ser iguales deberán tener la misma integral,
k“1
n
ÿ n`1
ÿ
que por una parte debe ser igual a αk µpAk q y por otra debe ser igual a αk µpAk q,
k“1 k“1
teniendo así que necesariamente αn`1 µpAn`1 q “ 0, es decir, 0p`8q “ 0. Estableceremos así
las siguientes operaciones de multiplicación y suma en donde están involucrados los símbolos
`8 y ´8.
22.3.2. Definiciones. Si α es cualquier número real, definimos las sumas α ` p`8q “
`8 ` α :“ `8, además de α ` p´8q “ ´8 ` α :“ ´8. Definiremos también las sumas
`8 ` p`8q :“ `8 y ´8 ` p´8q :“ ´8 Definimos las multiplicaciones p`8qp`8q y
p´8qp´8q como `8. Definimos las multiplicaciones p`8qp´8q y p´8qp`8q como ´8.
Si α ą 0, definimos αp`8q “ `8 α :“ `8 y además αp´8q “ ´8 α :“ ´8. Si α ă 0,
definimos αp`8q “ `8 α :“ ´8 y además αp´8q “ ´8 α :“ `8. Definiremos 0p`8q “
`8 0 “ 0p´8q “ ´8 0 :“ 0. Seguirán quedando indefinidas expresiones como `8 ` p´8q
y ´8 ` p`8q.
22.3.3. Lema. Sean X e Y dos conjuntos no vacíos, f : X ÝÑ Y , U una colección de
subconjuntos de Y y V la σ-álgebra de subconjuntos de Y generada por U. La σ-álgebra de
subconjuntos de X generada por tf ´1 rU s : U P Uu es tf ´1 rV s : V P Vu.
Demostración. Veamos primero que W :“ tf ´1 rV s : V P Vu es una σ-álgebra de
subconjuntos de X. En efecto, como Y P V y X “ f ´1 rY s tenemos que X P W; si
A P W, entonces existe un B P V tal que f ´1 rBs “ A, además de que Y zB P V y
XzA “ f ´1 rY zBs P W; si tenemos una sucesión pAk q8
k“1 de elementos de W, para cada
22.3. Funciones medibles 945

k P N existe un Bk P V tal„ que A


k “ f
´1
rBk s, por lo que de acuerdo al teorema 14.2.1 d)
8 8
tenemos que Bk P W, con lo cual tenemos que W es una σ-álgebra de
Ť Ť
Ak “ f ´1
k“1 k“1
subconjuntos de X. Tenemos así que σptf ´1 rU s : U P Uuq Ă W y deseamos demostrar que
W “ σptf ´1 rU s : U P Uuq.
Observemos que B es un subconjunto de Rpf q (el recorrido de f ) si y sólo si B “
f rf ´1 rBss, además de que al tomar U1 :“ tU X Rpf q : U P Uu tenemos que V1 :“ tV X Rpf q :
V P Vu es la σ-álgebra de subconjuntos de Rpf q generada por U1 . Observemos también
que tf ´1 rU s : U P Uu “ tf ´1 rU 1 s : U 1 P U1 u y que W “ tf ´1 rV 1 s : V 1 P V1 u. Del teo-
rema 14.2.1 b) y de las observaciones anteriores vemos que tf rAs : A P σptf ´1 rU 1 s : U 1 P
U1 uqu es una σ-álgebra de subconjuntos de Rpf q incluida en V1 y además U1 Ă tf rAs :
A P σptf ´1 rU 1 s : U 1 P U1 uqu por lo que V1 “ tf rAs : A P σptf ´1 rU 1 s : U 1 P U1 uqu. Si
A P W, entonces f rAs P V1 , por lo que existe un A1 P σptf ´1 rU 1 s : U 1 P U1 uq tal que
f rA1 s “ f rAs, A “ f ´1 rBs para algún B P V1 y A1 “ f ´1 rB 1 s para algún B 1 P V1 , con
lo que B “ f rf ´1 rBss “ f rAs “ f rA1 s “ f rf ´1 rB 1 ss “ B 1 , concluyendo así que A “ A1
de manera que A P σptf ´1 rU 1 s : U 1 P U1 uq “ σptf ´1 rU s : U P Uuq, demostrando así
que W Ă σptf ´1 rU s : U P Uuq, pero como σptf ´1 rU s : U P Uuq Ă W concluimos que
W “ σptf ´1 rU s : U P Uuq. ‚
22.3.4. Teorema. Sea pX, Xq un espacio medible y f : X ÝÑ r´8, `8s. Las siguientes
proposiciones son equivalentes:

a) f P M pXq.

b) Para todo b P R el conjunto tx P X : f pxq ă bu P X.

c) Para todo b P R el conjunto tx P X : f pxq ľ bu P X.

d) Para todo b P R el conjunto tx P X : f pxq ą bu P X.

e) Para todo a, b P R tales que a ă b tenemos que tx P X : a ă f pxq ă bu P X y además


tanto f ´1 rt´8us como f ´1 rt`8us pertenecen a X.

f) Para todo B P Bpr´8; `8sq se tiene que f ´1 rBs P X.

Demostración. El teorema es consecuencia del teorema 22.1.15 y del lema 22.3.3. ‚


22.3.5. Lema. Sea pX, Xq un espacio medible y f, g : X ÝÑ r´8, `8s funciones medibles
y α P R. Los conjuntos A “ tx P X : f pxq ` gpxq ă αu, B “ tx P X : f pxq ` gpxq ĺ αu y
A “ tx P X : f pxq ` gpxq “ αu son medibles, es decir pertenecen a X.
Demostración. Verifiquemos que A “
Ť
ptx P X : f pxq ă ru X tx P X : gpxq ă α ´ ruq.
rPQ
Obviamente si x P A entonces f pxq ` gpxq ă α, de manera que f pxq ă α ´ gpxq y existe un
número racional r0 entre f pxq y α ´ gpxq, es decir r0 P Q y además f pxq ă r0 ă α ´ gpxq.
Lo anterior significa que f pxq ă r0 y además gpxq ă α ´ r0 , con lo cual concluimos que
ptx P X : f pxq ă ru X tx P X : gpxq ă α ´ ruq. Supongamos ahora que y P
Ť
A Ă
Ť rPQ
ptx P X : f pxq ă ru X tx P X : gpxq ă α ´ ruq, es decir que existe un r P Q tal
rPQ
946 22.3. Funciones medibles

que y P tx P X : f pxq ă ru X tx P X : gpxq ă α ´ ru, pero en tal caso tendríamos que


fŤpyq ă r y gpyq ă α ´ r, de manera que f pyq ` gpyq ă α, es decir y P A,Ťpor lo que
ptx P X : f pxq ă ru X tx P X : gpxq ă α ´ ruq Ă A, teniendo así que A “ ptx P X :
rPQ rPQ
f pxq ă ru X tx P X : gpxq ă α ´ ruq. Ahora, del teorema 22.3.4 b) tenemos que A P X.
Veamos ahora que B es medible. Notemos que al demostrar que A es medible hemos
demostrado, de acuerdo al teorema 22.3.4, que f ` g es medible, teniendo así que B es
medible. Ahora, C también es medible pues C “ BzA. ‚
22.3.6. Definición. Una función f : R ÝÑ R se llama boreliana si es medible con respecto
al espacio medible pR, BpRqq. En general, si pX, τ q es un espacio topológico a cualquier
función medible con respecto al espacio medible pX, σpτ qq se le llama boreliana (con respecto
a la topología τ ).
22.3.7. Observación. Observemos que todas las funciones continuas de R en R son bore-
lianas.
22.3.8. Teorema. Sea pX, Xq un espacio medible, f : X ÝÑ R una función medible y
ϕ : R ÝÑ R una función boreliana. La función ϕ ˝ f es medible.
Demostración. Del teorema 22.3.4 tenemos que ϕ˝f es medible si para cualquier boreliano
B Ă R tenemos que pϕ ˝ f q´1 rBs P X, pero si B es boreliano, entonces ϕ´1 rBs es boreliano,
y como f es medible tenemos que pϕ ˝ f q´1 rBs “ f ´1 rϕ´1 rBss es medible. ‚
22.3.9. Definiciones y notaciones. Sea f : X ÝÑ R definimos la parte positiva de f
como la función px P Xq ÞÑ pf pxqqp`q , la cual se denota por f ` , es decir

f pxq si f pxq ľ 0,
#
f ` pxq “ .
0 si f pxq ă 0

Así mismo, definimos la parte negativa de f como la función px P Xq ÞÑ pf pxqqp´q , la cual


se denota por f ´ , es decir

´f pxq si f pxq ĺ 0,
#
f ´ pxq “ .
0 si f pxq ą 0

Tenemos así que |f | “ f ` ` f ´ .


22.3.10. Teorema. Sea pX, Xq un espacio medible y f, g : X ÝÑ R funciones medibles. Las
funciones siguientes son medibles:
a) f ` g, b) ´f , c) f g, d) x ÞÑ máxtf pxq, gpxqu,
e) x ÞÑ míntf pxq, gpxqu, f) f ` , g) f ´ , h) |f |.
Demostración. El inciso a) se sigue del lema 22.3.5. Los incisos b) y h) se siguen del
teorema 22.3.8 y de la observación 22.3.7. El inciso c) se sigue del teorema 22.3.8, los incisos
a) y b), y del hecho de que

1
f pxqgpxq “ ppf pxq ` gpxqq2 ´ pf pxq ´ gpxqq2 q,
4
22.3. Funciones medibles 947

tomando en cuenta la observación 22.3.7. Los incisos d) y e) se siguen de los incisos ya


demostrados, los teoremas 22.3.8 y de las igualdades
1
máxtf pxq, gpxqu “ pf pxq ` gpxq ` |f pxq ´ gpxq|q
2
y
1
míntf pxq, gpxqu “ pf pxq ` gpxq ´ |f pxq ´ gpxq|q.
2
Ahora, de los incisos ya demostrados, el hecho de que f ` pxq “ máxtf pxq, 0u y f ´ pxq “
´míntf pxq, 0u y el hecho de que las funciones constantes son medibles se sigue que f ` y f ´
son medibles. ‚
22.3.11. Teorema. Sea pX, Xq un espacio medible y para todo n P N sea fn : X ÝÑ R una
función medible. La función x ÞÑ ínf tfn pxq : n P Nu es medible.
Demostración.ŤSea α P R y An “ tx P X : fn pxq ă αu. Como cada An P X tenemos que
el conjunto A “ An P X, pero como A “ tx P X : ínf tfn pxq : n P Nu ă αu se concluye la
nPN
afirmación del teorema. ‚
22.3.12. Corolario. Sea pX, Xq un espacio medible y para todo n P N sea fn : X ÝÑ R una
función medible. La función x ÞÑ suptfn pxq : n P Nu es medible.
Demostración. El resultado se sigue del teorema anterior, del teorema 22.3.8 y del hecho
de que suptfn pxq : n P Nu “ ´ínf t´fn pxq : n P Nu. ‚
22.3.13. Corolario. Sea pX, Xq un espacio medible y para todo n P N sea fn : X ÝÑ R una
función medible. Las funciones x ÞÑ lím fk pxq y x ÞÑ lím fk pxq son medibles.
kÑ8 kÑ8

Demostración. El resultado se sigue del teorema 22.3.11, del corolario 22.3.12, del hecho
de que lím fk pxq “ ínf tsuptfm pxq : m ľ n y m P Nu : n P Nu (ver ejercicio 3) y de que
kÑ8
lím fk pxq “ ´ lím p´fk pxqq. ‚
kÑ8 kÑ8

22.3.14. Corolario. Sea pX, Xq un espacio medible y para todo n P N sea fn : X ÝÑ R una
función medible. El conjunto tx P X : la sucesión pfk pxqq8
k“1 converge} es medible.

Demostración. El resultado se sigue del lema 22.3.5 "y del corolario 22.3.13, teniendo * en
k“1 convergeu “ x P X : lím fk pxq “ lím fk pxq . ‚
cuenta que tx P X : la sucesión pfk pxqq8
kÑ8 kÑ8

Del corolario 22.3.14 y del hecho de que una sucesión de números reales converge si y sólo
si el límite superior es igual al límite inferior, tenemos el corolario siguiente.
22.3.15. Corolario. Sea pX, Xq un espacio medible y para todo n P N sea fn : X ÝÑ R una
función medible. Si para todo x P X tenemos que la sucesión pfn pxqq8
n“1 converge a f pxq,
entonces la función px P Xq ÞÑ f pxq es medible.
22.3.16. Definición. Sea pX, X, µq un espacio de medida y pfn q8
n“1 una sucesión de funciones
reales con dominio en X. Decimos que pfn qn“1 converge casi en todas partes a una función
8

f : X ÝÑ R si
lím fk pxq “ f pxq µ-c.t.p.
kÑ8
948 22.3. Funciones medibles

22.3.17. Ejemplo. Supongamos que para cada número natural n definimos la función
fn : r0; 1s ÝÑ R tal que

´n2 px ´ n1 q si x P r0; n1 s,
#
fn pxq “
0 si x P r n1 ; 1s.

Tenemos que la sucesión pfn pxqq8n“1 converge casi en todas partes a 0 con respecto a la medida
de Lebesgue restringida a la σ-álgebra de borelianos en r0; 1s. En efecto, el conjunto de valores
de x P r0; 1s donde la sucesión no converge a 0 es t0u, el cual tiene medida de Lebesgue 0.
22.3.18. Teorema. Sea pX, X, µq un espacio de medida tal que µ es completa y sean f :
X ÝÑ R y g : X ÝÑ R dos funciones tales que f pxq “ gpxq µ-c.t.p. La función g es medible
si y sólo si la función f es medible.
Demostración. Observemos que es suficiente demostrar que si f es medible, entonces g es
medible. Supongamos pues que f es medible. Sea α P R. Tenemos que tx P X : gpxq ĺ αu “
tx P X : f pxq ĺ αu Y A, donde A P X y µpAq “ 0, teniendo así que g es medible. ‚
22.3.19. Teorema. Sea pX, X, µq un espacio de medida tal que µ es completa y pfn q8 n“1 una
sucesión de funciones medibles que converge casi en todas partes a una función f . La función
f es medible.
Demostración. El resultado se sigue del teorema 22.3.18, del corolario 22.3.13 y del hecho
de que f pxq “ lím fk pxq µ-c.t.p. ‚
kÑ8

22.3.20. Teorema de Egórov. Sea pX, X, µq un espacio de medida tal que µpXq ă `8 y
pfn q8
n“1 una sucesión de funciones medibles que converge casi en todas partes a una función f .
Para todo δ ą 0 existe un Eδ P X tal que µpXzEδ q ă δ y la sucesión de funciones pfn |Eδ q8n“1
converge uniformemente a f |Eδ .
Demostración. Por el teorema 22.3.19 la función f es medible. Sea
8 " *
č 1
Dn,m :“ x P X : |fi pxq ´ f pxq| ă
i“n
m
y
8
ď
Gm :“ Dn,m .
n“1

Observemos que para cada m fijo la sucesión de conjuntos pDn,m q8


n“1 es creciente, es decir

Dk,m Ă Dk`1,m .

Del teorema 22.1.10 tenemos que existe un Nm P N tal que


δ
µpGm zDNm ,m q ă .
2m
Tomemos ahora
8
č
Eδ :“ DNm ,m
m“1
22.3. Funciones medibles 949

y veamos que dicho conjunto satisface las condiciones del teorema.


El hecho de que la sucesión pfn |Eδ q8
n“1 converge uniformemente a f |Eδ se deduce de que
todo ε ą 0 podemos tomar un m P N suficientemente grande tal que m1 ă ε de tal manera
que si k ľ Nm , entonces
1
|fk pxq ´ f pxq| ă ă ε para todo x P Eδ .
m
Demostremos ahora que µpXzEδ q ă δ, con lo cual habremos terminado la demostración
del teorema. Si x0 P XzGm , para todo K P N existe un número natural k ľ K tal que
1
|fk px0 q ´ f px0 q| ľ ,
m
teniendo así que la sucesión pfn px0 qq8n“1 no converge a f px0 q si x0 P XzGm . Ahora, por
hipótesis la sucesión de funciones pfn q8
n“1 converge casi en todas partes a f , de manera que
µpXzGm q “ 0, de lo cual se sigue que

δ
µpXzDNm ,m q “ µpGm zDNm ,m q ă .
2m
Finalmente tenemos que
˜ ¸ ˜ ¸
8 8 8 8
č ď ÿ ÿ δ
µpXzEδ q “ µ Xz DNm ,m “ µ pXzDNm ,m q ĺ µpXzDNm ,m q ă “ δ,
m“1 m“1 m“1 m“1
2m

con lo que el teorema queda demostrado. ‚

Ejercicios.

1. Sea pX, Xq un espacio medible y c P R. Demostrar que la función constante px P Xq ÞÑ c


es medible.

2. Sea pX, Xq un espacio medible, A P X y c P R. Demostrar que la función c1lA es medible.

3. Sea pak q8
k“1 una sucesión de números reales. Demostrar que

lím ak “ ínf tsuptam : m ľ n y m P Nu : n P Nu.


kÑ8
950 22.4. La integral de Lebesgue

22.4. La integral de Lebesgue


En esta sección definiremos el concepto de integral con respecto a una medida.
22.4.1. Definición. Sea pX, Xq un espacio medible. Decimos que una función f : X ÝÑ R
es una función simple si existe una cantidad finita de números reales α1 , α2 , . . . , αn y una
n
misma cantidad de conjuntos A1 , A2 , . . . , An tales que f “ αk 1lAk .
ř
k“1
n
22.4.2. Observación. Si tenemos una función simple f “ αk 1lAk , donde α1 , α2 , . . . , αn
ř
k“1
son diferentes y A1 , A2 , . . . , An son disjuntos, entonces f es medible si y sólo si los conjuntos
A1 , A2 , . . . , An son medibles.
ÿn
22.4.3. Definición y notación. Sea pX, X, µq un espacio de medida y f “ αk 1lAk una
k“1
función simple tal que α1 , α2 , . . . , αn son números no negativos y A1 , A2 , . . . , An son elementos
de X. Definimos la integral de Lebesgue de la función simple f con respecto a µ como
n
ÿ
αk µpAk q.
k“1

A la integral de f con respecto a µ se le denota como


ż ż
f pxqµpd xq o como f d µ.

22.4.4. Definiciones y notaciones. Sea pX, X, µq un espacio de medida y f P M ` pXq.


Definimos la integral de Lebesgue de f con respecto a la medida µ como
"ż *
sup ϕ d µ : ϕ es una función simple en M pXq, y ϕ ĺ f ,
`

la cual se denota también como


ż ż ż
f d µ, o como f pxq d µpxq, o a veces como f pxqµpd xq,

donde la x puede ser sustituida por alguna otra variable adecuada. Aclaramos que el supremo
lo estamos tomando en el conjunto de los reales extendidos r´8; `8s. También definimos la
integral de Lebesgue de f con respecto a µ sobre un conjunto medible B como
ż ż
f d µ :“ 1lB f d µ,
B

la cual también se denota como


ż ż
f pxq d µpxq o bien como f pxqµpd xq.
B B
22.4. La integral de Lebesgue 951

Partiendo de la definición de integral de una función simple y medible con respecto a una
medida dada en 22.4.4, el lector podrá demostrar el lema siguiente.
22.4.5. Lema. Sea pX, X, µq un espacio de medida. Si ϕ1 y ϕ2 son funciones simples, medibles
y no negativas, y si α ą 0, entonces:
ż ż
a) αϕ1 d µ “ α ϕ1 d µ;
ż ż ż
b) pϕ1 ` ϕ2 q d µ “ ϕ1 d µ ` ϕ2 d µ;
ż ż
c) ϕ1 ĺ ϕ2 ùñ ϕ1 d µ ĺ ϕ2 d µ;
ż
d) pA P Xq ÞÑ ϕ1 d µ es una medida en X.
A

22.4.6. Teorema. Si pX, X, µq es un espacio de medida y f, g P M ` pXq son tales que g ĺ f ,


entonces ż ż
g d µ ĺ f d µ.

Demostración. Tomando Ah :“ t ϕ d µ : ϕ es una función simple en M ` pXq y ϕ ĺ f u


ş

para cada h P M ` pXq, tenemos que si g ĺ f , entonces Ag Ă Af , de donde se obtiene que


sup Ag ĺ sup Af , es decir, tenemos la desigualdad deseada. ‚
22.4.7. Teorema. Si pX, X, µq es un espacio de medida, f P M ` pXq y α ľ 0, entonces:
ż ż
αf d µ “ α f d µ.

Demostración. Tomando de nuevo Ah “ t ϕ d µ : ϕ es una función simple en M ` pXq


ş

y ϕ ĺ hu para cada h P M ` pXq, tenemos que el teorema se sigue del hecho de que, de
şacuerdo al lema 22.4.6 a), Aαf “ tx
ş P R : x “ αy, para algún y P Af u, obteniendo así que
αf d µ “ sup Aαf “ α sup Af “ α f d µ. ‚
22.4.8. Teorema de la convergencia monótona. Sea pX, X, µq un espacio de medida,
n“1 una sucesión de elementos de M pXq tal que fj ĺ fj`1 para todo j P N y sea f la
pfn q8 `

función px P Xq ÞÑ lím fn pxq.


nÑ8 ż ż
f d µ “ lím fn d µ.
nÑ8

ˆż ˙8
Demostración. Debido al teorema 22.4.6 tenemos que fn d µ es una sucesión no
ż ż n“1 ż
decreciente de elementos de r0; `8s y además fn d µ ĺ f d µ, por lo que lím fn d µ ĺ
nÑ8
952 22.4. La integral de Lebesgue
ż
f d µ. Para establecer la desigualdad inversa, tomemos α P p0; 1q, sea ϕ una función simple
y medible tal que 0 ĺ ϕ ĺ f , y para cada n P N sea En “ tx P X : fn pxq ľ αϕpxqu. Tenemos
n“1 es una sucesión no decreciente de conjuntos medibles cuya unión es X y además
que pEn q8

ż ż ż
22.4.9. fn d µ ľ fn d µ ľ α ϕ d µ.
En En

Debido al lema 22.4.5 d) y al teorema 22.1.10 tenemos que


ż ż
lím ϕ d µ “ ϕ d µ,
nÑ8
En

de manera que por las desigualdades 22.4.9 tenemos también que


ż ż
lím fn d µ ľ α ϕ d µ.
nÑ8

Como la desigualdad anterior es válida para todo α P p0; 1q, ésta permanece válida para
α “ 1, de manera que si tomamos el supremo sobre todas las funciones simples medibles ϕ,
con 0 ĺ ϕ ĺ f , tenemos que ż ż
lím fn d µ ľ f d µ,
nÑ8

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


22.4.10. Teorema. Si pX, X, µq es un espacio de medida y f P M pXq, entonces existe una
`

n“1 de funciones simples en M pXq que convergen puntualmente a f .


sucesión creciente pϕn q8 `

Demostración. El resultado se sigue de tomar, por ejemplo, An,k :“ f ´1 rp k´1 n


; nk ss para cada
2 `1

k P Jn2 , An,n2 `1 :“ f ´1 rpn; `8ss y ϕn :“ pk ´ 1q1lAn,k ; observar que la sucesión pϕn q8 n“1
k“1
es una sucesión no decreciente de funciones simples y medibles que converge puntualmente a
f ; y aplicar el teorema de la convergencia monótona 22.4.8. ‚
22.4.11. Teorema. Si pX, X, µq es un espacio de medida y f, g P M ` pXq, entonces
ż ż ż
pf ` gq d µ “ f d µ ` g d µ.

Demostración. Del teorema 22.4.10 existen dos sucesiones no decrecientes pϕn q8


n“1 y pψn qn“1
8

de funciones simples y medibles que convergen puntualmente a f y g respectivamente, de ma-


nera que por el teorema de la convergencia monótona 22.4.8 y por el lema 22.4.5 b) se tiene
que
ż ż ż ż ˆż ż ˙
f d µ ` g d µ “ lím ϕn d µ ` lím ψn d µ “ lím ϕn d µ ` ψn d µ
nÑ8 nÑ8 nÑ8
ż ż
“ lím pϕn ` ψn q d µ “ pf ` gq d µ,
nÑ8
22.4. La integral de Lebesgue 953

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


Del teorema 22.4.11 se puede demostrar fácilmente por inducción matemática el corolario
siguiente.
22.4.12. Corolario. Si pX, X, µq es un espacio de medida y f1 , f2 , . . . , fn P M ` pXq, entonces
ż ż ż ż
pf1 ` f2 ` ¨ ¨ ¨ ` fn q d µ “ f1 d µ ` f2 d µ ` ¨ ¨ ¨ ` fn d µ.

22.4.13. Teorema de Beppo Levi. Si pX, X, µq es un espacio de medida, pfn q8


n“1 una
sucesión de elementos de M ` pXq, entonces
ż ˜ÿ 8
¸
8 ż
ÿ
fn d µ “ fn d µ.
n“1 n“1

Demostración. Del teorema de la convergencia monótona 22.4.8 y del corolario 22.4.12


tenemos que
ż ˜ÿ8
¸ ż ˜
N
ÿ
¸ ż ˜ÿN
¸
N ż
ÿ
fn d µ “ lím fn d µ “ lím fn d µ “ lím fn d µ
N Ñ8 N Ñ8 N Ñ8
n“1 n“1 n“1 n“1
8 ż
ÿ
“ fn d µ,
n“1

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


22.4.14. Teorema. Sea pX, X, µq un espacio de medida y f P M pXq. `

ż
f d µ “ 0 ðñ f pxq “ 0 µ-c.t.p. pxq.

n
Demostración. En el caso en que f sea simple es de la forma f “ αk 1lEk , con cada
ř
ż k“1

αk ą 0 y Ek medible. Tenemos en ese caso que f d µ “ 0 si y sólo si µpEk q “ 0 para cada


k P Jn . En el caso más general en que f P M ` pXq tenemos por el teorema 22.4.10 que existe
una sucesión creciente pϕn q8
n“1 de funciones simples en M pXq que converge puntualmente a
`
Nřn
f . En tal caso, cada función ϕn es de la forma ϕn “ βn,k 1lAn,k , donde cada βn,k ą 0 y cada
k“1
An,k P X. Ahora, debido a que 0 ĺ ϕn ĺ f pxq tenemos que si f pxq “ 0 µ-c.t.p. pxq, entonces
ϕn pxq “ 0 µ-c.t.p. pxq, de manera que debido al teorema de la convergencia monótona 22.4.8
obtenemos ż ż
f d µ “ lím ϕn d µ “ lím 0 “ 0.
nÑ8 nÑ8
ż ż
Por otro lado tenemos que si f d µ “ 0, entonces, por el teorema 22.4.6, ϕn d µ “ 0, y
como cada ϕn es simple tenemos que ϕn pxq “ 0 µ-c.t.p. pxq, pero en ese caso µpAn,k q “ 0,
954 22.4. La integral de Lebesgue

para cada n P N y cada k P JNn . Ahora bien, como la sucesión de funciones pϕn q8 n“1 es
creciente y f pxq “ lím ϕn pxq, tenemos que f pxq ą 0 si y sólo si x está en algún An,k , es decir,
nÑ8 ˆ8 N ˙
8 NŤn Ť Ťn
si y sólo si x P An,k , pero como podemos ver, µ An,k “ 0, de manera que
Ť
n“1 k“1 n“1 k“1
f pxq “ 0 µ-c.t.p. pxq. ‚
El teorema siguiente es una generalización del teorema de la convergencia monótona.
22.4.15. Teorema. Sea pX, X, µq un espacio de medida, pfn q8
n“1 una sucesión de elementos
de M pXq tal que fj ĺ fj`1 para todo j P N y f : X ÝÑ r0; `8s tal que f pxq “ lím fn pxq
`
nÑ8
µ-c.t.p. pxq. ż ż
f d µ “ lím fn d µ.
nÑ8

! )
Demostración. Sea E “ x P X : f pxq “ lím fn pxq . Del teorema 22.4.14 tenemos que
nÑ8
ż ż
pf ´ 1lE f q d µ “ pfn ´ 1lE fn q d µ “ 0,

de manera que por el teorema 22.4.11 y del teorema de la convergencia monótona 22.4.8
tenemos que ż ż ż ż
lím fn d µ “ lím 1lE fn d µ “ 1lE f d µ “ f d µ. ‚
nÑ8 nÑ8

Por tradición al teorema siguiente se le llama «lema de Fatou».


22.4.16. Lema de Fatou. Sea pX, X, µq un espacio de medida, pfn q8
n“1 una sucesión de
elementos de M ` pXq. ż ż
lím fn d µ ĺ lím fn d µ.
nÑ8 nÑ8

Demostración. Al tomar gn pxq “ ínf tfk pxq : k ľ nu tenemos que pgn q8 n“1 es una suce-
sión no decreciente de funciones que converge puntualmente a lím fn , de manera que por el
nÑ8
teorema de la convergencia monótona 22.4.8 tenemos
ż ż ż ż ż
lím fn d µ “ lím gn d µ “ lím gn d µ “ lím gn d µ ĺ lím fn d µ. ‚
nÑ8 nÑ8 nÑ8 nÑ8 nÑ8

22.4.17. Teorema. Sea pX, X, µq un espacio de medida y f P M ` pXq. La función


ż
pA P Xq ÞÑ f d µ
A

es una medida en X.
Demostración. Sea ν dicha función. Tenemos por la definición de integral de una función
simple 22.4.3 y por la definición de la integral de una función sobre un conjunto 22.4.4 que
νp∅q es la integral de la función constante 0 y que es igual a 0.
22.4. La integral de Lebesgue 955

Sea ahora pEk q8k“1 una sucesión de conjuntos disjuntos en X. Por el teorema de Beppo
Levi 22.4.13 tenemos
˜ ¸ ż ˜ÿ ¸
8
ď ż ż 8 8 ż
ÿ 8
ÿ
ν Ek “ f d µ “ 1l Ť8 f dµ “ 1lEk f d µ “ f dµ “ νpEk q. ‚
Ek
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1
8
Ť Ek
Ek
k“1

22.4.18. Definiciones y notaciones. Sea pX, X, µq un espacio de medida y f P M pXq.


Cuando tengamos que
ż ż
f d µ ă `8 o bien que
`
f ´ d µ ă `8,

definimos la integral de Lebesgue de f con respecto a µ como


ż ż ż
f d µ :“ f d µ ´ f ´ d µ.
`

Cuando tengamos que A P X y que


ż ż
f ` d µ ă `8 o bien que f ´ d µ ă `8,
A A

definimos la integral de Lebesgue de f con respecto a µ sobre A como


ż ż ż
f d µ :“ f d µ ´ f ´ d µ.
`

A A A

En el caso en que se tengan


ż ż
f d µ ă `8 y
`
f ´ d µ ă `8,

diremos que f es Lebesgue integrable con respecto a µ. Más aún, si g : X ÝÑ C y


además tanto Re ˝ g como Im ˝ g son Lebesgue integrables con respecto a µ, diremos que g
es Lebesgue integrable con respecto a µ y definimos la integral de Lebesgue de g con
respecto a µ como ż ż ż
g d µ :“ Re ˝ g d µ ` i Im ˝ g d µ,

la cual también se denota como


ż ż
gpxq d µpxq, o bien como gpxqµpd xq.

Así mismo, si A P X, la integral de Lebesgue de g con respecto a µ sobre A como


ż ż
g d µ :“ 1lA g d µ,
A
956 22.4. La integral de Lebesgue

la cual también se denota como


ż ż
gpxq d µpxq, o bien como gpxqµpd xq.
A A

Al conjunto de todas las funciones Lebesgue integrables con respecto a µ lo denotaremos por
L 1 pµq, o bien como L 1 cuando la referencia a la medida µ sea obvia.
Dejamos al lector la demostración del teorema siguiente.
22.4.19. Teorema. Sea pX, X, µq un espacio de medida y f P M pXq.
ż
f P L pµq ðñ
1
|f | d µ ă `8.

22.4.20. Teorema de la convergencia dominada. Sea pX, X, µq un espacio de medida,


g P L 1 pµq y pfn q8
n“1 una sucesión de funciones en M pXq que converge a una función f y es
tal que |fn | ĺ g, para todo n P N. Bajo estas condiciones f P L 1 pµq y además
ż ż
lím fn d µ “ f d µ.
nÑ8

Demostración. Por el corolario 22.3.15 tenemos que f es medible y como |f | ĺ g podemos


ver del teorema 22.4.6 que |f | P L 1 pµq, de manera que por el teorema 22.4.19 también
f P L 1 pµq. Ahora, observemos que es suficiente demostrar el teorema para el caso en que
f ľ 0, así del lema de Fatou 22.3.16 y del teorema 22.4.11 tenemos en tal caso
ż ż ż ż ż
g d µ ` f d µ ĺ lím pg ` fn q d µ “ g d µ ` lím fn d µ
nÑ8 nÑ8

y ż ż ż ż ż
gdµ ´ f d µ ĺ lím pg ´ fn q d µ “ g d µ ´ lím fn d µ,
nÑ8 nÑ8

de manera que ż ż ż
lím fn d µ ĺ f d µ ĺ lím fn d µ,
nÑ8 nÑ8
ż ż
concluyendo así que lím fn d µ “ f d µ. ‚
nÑ8

22.4.21. Corolario. Sea pX, X, µq un espacio de medida, g P L 1 pµq, b ą 0 y para cada


t P p0; bq sea ft P M pXq tal que |ft | ĺ g y además para cada x P X el límite lím` ft pxq existe
tÑ0
y es igual a un valor f0 pxq. Bajo estas condiciones f0 P L 1 pµq y además
ż ż
lím` ft d µ “ f0 d µ.
tÑ0
22.4. La integral de Lebesgue 957

Demostración. Observando que la fórmula es válida si y sólo si para toda sucesión ptk q8
k“1
de elementos de p0; bq que converja a 0 se tiene que
ż ż
lím ftk d µ “ f0 d µ,
kÑ8

pero la igualdad anterior se cumple por el teorema de la convergencia dominada 22.4.20 y


del hecho de que lím ftk “ lím` ft “ f0 , y por el mismo teorema se tiene que f0 P L 1 pµq. ‚
kÑ8 tÑ0

De manera análoga a como se demuestra el teorema 22.4.21 se puede demostrar el corolario


siguiente.
22.4.22. Corolario. Sea pX, X, µq un espacio de medida, g P L 1 pµq, b ą 0 y para cada
t P p´b; 0q sea ft P M pXq tal que |ft | ĺ g y además para cada x P X el límite lím´ ft pxq
tÑ0
existe y es igual a un valor f0 pxq. Bajo estas condiciones f0 P L 1 pµq y además
ż ż
lím´ ft d µ “ f0 d µ.
tÑ0

22.4.23. Corolario. Sea pX, X, µq un espacio de medida, g P L 1 pµq, a, b P R con a ă b,


f : pa; bq ˆ X ÝÑ R tal que para todo t P pa; bq se tenga que f pt, ¨q P M pXq, D f pt, ¨q exista,
|f pt, ¨q| ĺ g, y para ∆ P Rzt0u suficientemente cercano a 0 tengamos
ˇ ˇ
ˇ f pt ` ∆, ¨q ´ f pt, ¨q ˇ
ˇ ˇ ĺ g.
ˇ ∆ ˇ

Bajo esas condiciones tenemos que


ż ż
D f pt, ¨q d µ “ D1 f pt, xq d µpxq.

Demostración.
ż ş ş ż
f pt ` ∆, ¨q d µ ´ f pt, ¨q d µ f pt ` ∆, ¨q ´ f pt, ¨q
D f pt, ¨q d µ “ lím “ lím d µ,
∆Ñ0 ∆ ∆Ñ0 ∆
de manera que por los corolarios 22.4.21 y 22.4.22 tenemos que
ż ż ż
f pt ` ∆, ¨q ´ f pt, ¨q
D f pt, ¨q d µ “ lím d µ “ D1 f pt, xq d µpxq,
∆Ñ0 ∆
con lo que el corolario queda demostrado. ‚
El lema siguiente será de utilidad en la demostración del teorema de Radon-Nikodým que
será enunciado posteriormente.
22.4.24. Lema. Sea pX, Xq un espacio medible. Si µ y ν son medidas finitas definidas en
X tales que ν ! µ y ν no es idénticamente 0, entonces existe un ε ą 0 y un A P X tal que
µpAq ą 0 y A es pν ´ εµq-positivo.
958 22.4. La integral de Lebesgue

Demostración. Para cada n P N sea pAn , Bn q una descomposición de Hanh de la medida


signada ν ´ n1 µ y tomemos
8
ď 8
č
A8 :“ An y B8 :“ Bn .
n“1 n“1

Como B8 Ă Bn , tenemos que


1
0 ĺ νpB8 q ĺ µpB8 q, para todo n P N,
n
por lo que νpB8 q “ 0 y así νpA8 q ą 0, y por hipótesis µpA8 q ą 0. Tenemos así que
µpAn q “ 0, para algún n P N, de manera que si para ese valor de n tomamos A “ An y ε “ n1 ,
vemos que se cumple el lema. ‚
Procedamos ahora a establecer el siguiente resultado fundamental.
22.4.25. Teorema de Radon-Nikodým. Sea pX, Xq un espacio medible. Si µ es una
medida σ-finita definida en X y ν es una medida signada σ-finita definida en X tal que ν ! µ,
entonces existe una f P M pXq tal que
ż
22.4.26. νpEq “ f d µ, para todo E P X.
E

Tenemos además que si g es otra función medible que satisface 22.4.26 al ponerla en lugar
de f , entonces f pxq “ gpxq µ-c.t.p. pxq.
Demostración. Como X es una unión numerable de conjuntos disjuntos y medibles tales
que si µ ó ν son evaluados en algún subconjunto medible de estos conjuntos obtenemos un
valor finito, podemos suponer, sin pérdida de generalidad, que µ y ν son finitas.
Como, debido al lema 22.2.15, la suposición de que ν ! µ es equivalente a la validez
simultánea de las condiciones

VPpνq ! µ y VNpνq ! µ,

sólo demostraremos la existencia de tal función f en el caso en que µ y ν sean medidas


positivas finitas.
" ż *
Sea K “ h P M pXq :
`
h d µ ĺ νpEq, para todo E P X y tomemos
E
"ż *
α “ sup hdµ : h P K .

ż
Sea ahora, pfn q8
n“1 una sucesión de funciones en K tal que lím fn d µ “ α y tomemos
nÑ8
gn pxq :“ máxtfk pxq : k P Jn u. Veamos que cada gn pertenece a K. Observemos que cualquier
n
conjunto E P X puede ser escrito en la forma E “ Ek , donde los conjuntos E1 , . . . , En
Ť
k“1
22.4. La integral de Lebesgue 959

son disjuntos, medibles y además gn pxq “ fj pxq, para algún j P Jn y todo x P Ej . Tenemos
así que
ż ÿn ż ÿn ż n
ÿ
gn d µ “ gn d µ “ fj d µ ĺ νpEj q “ νpEq,
j“1 j“1 j“1
E Ej Ej

por lo que gn P K. Si tomamos ahora f pxq :“ suptfn pxq : n P Nu, entonces f pxq “ lím gn pxq,
nÑ8
de manera que f P K. Ahora,
ż ż
α “ lím fn d µ ĺ lím gn d µ ĺ α,
nÑ8 nÑ8
ż
de manera que por el teorema de la convergencia monótona 22.4.8 tenemos que f d µ “ α,
Demostraremos que la medida ν0 dada por
ż
ν0 pEq “ νpEq ´ f dµ
E

es nula.
Si ν0 no fuese idénticamente 0, por el lema 22.4.24 existiría un ε ą 0 y un conjunto
medible A tal que µpAq ą 0 y para todo E P X se tenga 0 ĺ ν0 pE X Aq ´ εµpE X Aq, por lo
cual ż
εµpE X Aq ĺ ν0 pE X Aq “ νpE X Aq ´ f d µ, para todo E P X.
EXA

Si tomamos ahora g “ f ` ε1lA , entonces


ż ż ż
g d µ “ f d µ ` εµpA X Eq ĺ f d µ ` νpE X Aq ĺ νpEzAq ` νpE X Aq “ νpEq,
E E EzA

para todo E P X, por lo que g P K, pero


ż ż
g d µ “ f d µ ` εµpAq ą α,

lo cual contradice la definición de α.


Finalmente, si existiera otra función medible g que satisfaga 22.4.26, entonces
ż ż ż
pf ´ gq d µ “ f d µ ´ g d µ “ νpEq ´ νpEq “ 0,
E E E

para todo E P X, de manera que por el teorema 22.4.14 tenemos que pf ´ gqpxq “ 0 µ-
c.t.p. pxq, es decir f pxq “ gpxq µ-c.t.p. pxq, con lo que queda demostrado el teorema. ‚

Ejercicios.

1. Demostrar con detalle lo afirmado en la observación 22.4.2.


960 22.4. La integral de Lebesgue

2. Demostrar que la definición 22.4.3 de integral de una función simple no negativa está
bien definida, es decir, no depende de la representación dada como suma de funciones
de la forma αk 1lAk , con αk ľ 0.

3. Demostrar que la definición de integral de una función simple medible es consistente


con la de integral de una función en M ` pXq.

4. Demostrar el lema 22.4.5.

5. Dar un ejemplo de un espacio de medida pX, X, µq y de una sucesión de funciones


n“1 en M pXq donde se cumpla la desigualdad estricta
pfn q8 `

ż ż
lím fn d µ ă lím fn d µ.
nÑ8 nÑ8

6. Demostrar el teorema 22.4.19.


22.5. Algunas propiedades de la medida de Lebesgue 961

22.5. Algunas propiedades de la medida de Lebesgue


En esta sección se estudiarán algunas relaciones entre la integral de Riemann y la integral
de Lebesgue en un intervalo cerrado y acotado ra; bs con respecto a la medida de Lebesgue λ1
en R definida en la sección 15.30 (quien sienta que le hacen falta antecedentes sobre tal medida
puede dar un vistazo a dicha sección). También se demostrará la existencia de un conjunto
no medible con respecto a la medida de Lebesgue. Comencemos con el establecimiento de un
lema que nos da una pequeña variante en la forma de definir la integral de Riemann.
22.5.1. Lema. Cuando ´8 ă a ă b ă `8 tendremos que si f : ra; bs ÝÑ R es acotada,
entonces:
żb n
ÿ
a) f pxq d x “ ı́nf suptf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q;
pxk qn b
k“0 PPa k“1
a

żb n
ÿ
b) f pxq d x “ sup ı́nftf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q.
pxk qn b
k“0 PPa k“1
a

Demostración. Demostraremos solamente el inciso a) para erl caso en que f : ra; bs ÝÑ


r0; `8q.
żb
Tomemos s “ f pxq d x. De la definición de integral superior de Riemann tenemos que
a

n
ÿ
s“ ı́nf suptf pxq : x P rxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q
pxk qn b
k“0 PPa k“1
ÿn
ľ ı́nf suptf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q,
pxk qn b
k“0 PPa k“1

por lo que sólo nos queda por demostrar la desigualdad inversa. Al tomar una partición
pxk qnk“1 del intervalo ra; bs, c “ suptf pxq : x P ra; bsu, ε ą 0 y δ P p0; mı́ntxk ´ xk´1 : k P Jn u
tal que δc ă nε tendremos que

suptf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q ľ suptf pxq : x P pxk´1 ; xk´1 ` δquδ
` suptf pxq : x P rxk´1 ` δ; xk supxk ´ pxk´1 ` δqq
ε
ľ suptf pxq : x P rxk´1 ; xk´1 ` δsupxk´1 ` δ ´ xk´1 q ´ ` suptf pxq : x P rxk´1 ` δ; xk supxk ´ pxk
n
por lo cual, al tomar la partición pyk qm k“0 del intervalo ra; bs cuyas componente son las
componentes de pxk qnk“0 y las de pxk ` δqk“0 n´1
, es decir tomando el refinamiento pyk qm
k“0 “
px0 , x0 ` δ, x1 , x1 ` δ, . . . , xn´1 , xn´1 ` δ, xn q de la partición pxk qk“0 tendremos que
n

n
ÿ m
ÿ
suptf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q ľ suptf pxq : x P ryk´1 ; yk supyk ´ yk´1 q ´ ε,
k“1 k“1
962 22.5. Algunas propiedades de la medida de Lebesgue

por lo cual
n
ÿ
ı́nf suptf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q ľ s ´ ε,
pxk qn b
k“1 PPa k“1

para todo ε ą 0, teniendo así que


n
ÿ
ı́nf suptf pxq : x P pxk´1 ; xk supxk ´ xk´1 q ľ s,
pxk qn b
k“1 PPa k“1

que es lo que queríamos demostrar. ‚


Del lema anterior podemos deducir el teorema siguiente.
22.5.2. Teorema. Si ´8 ă a ă b ă `8 y f P Rra; bs, entonces f P L 1 pµq, donde µ es la
medida de Lebesgue restringida a la σ-álgebra de conjuntos medibles incluidos en ra; bs.
Demostración. De la hipótesis del teorema tenemos que, debido al lema 22.5.1, para cada
mn`1
n P N la partición pxn,k qm
k“0 del intervalo ra; bs tal que pxn`1,k qk“0 sea un refinamiento de
n

k“0 y además
pxn,k qm n

żb mn
1 ÿ
f pxq d x ´ ĺ ı́nftf pxq : x P pxn,k1 ; xn,k supxn,k ´ xn,k´1 q
n k“1
a
22.5.3.
mn żb
ÿ 1
ĺ suptf pxq : x P pxn,k1 ; xn,k supxn,k ´ xn,k´1 q ĺ f pxq d x ` .
k“1
n
a

Ahora, si tomemos
mn
ÿ mn
ÿ
ϕn “ ı́nftf pxq : x P pxn,k´1 ; xn,k su1lpxn,k´1 ;xn,k s y ψn “ suptf pxq : x P pxn,k´1 ; xn,k su1lpxn,k´1 ;xn,k s
k“1 k“1

para obtener para cada x P ra; bs que pϕn pxqq8 n“1 es una sucesión no decreciente, mientras
que pψn pxqq8
n“1 es una sucesión no creciente, y como f es acotada, entonces ambas sucesiones
convergen a números ϕpxq y ψpxq respectivamente, con ϕpxq ĺ f pxq ĺ ψpxq para todo
x P ra; bs. Ahora, podemos observar que ϕn , ψn P L 1 pµq y así también ϕ, ψ P L 1 pµq, de
manera que por el teorema de la convergencia monótona 22.4.8 y por las desigualdades
22.5.3 tenemos que

żb ż ż
22.5.4. f pxq d x “ ϕpxq d µpxq “ ψpxq d µpxq,
a ra;bs ra;bs

tenindo así que ż


pψpxq ´ ϕpxqq d µpxq “ 0,
ra;bs
22.5. Algunas propiedades de la medida de Lebesgue 963

y debido a que ψpxq ´ ϕpxq ľ 0 y al teorema 22.4.14 llegamos a que ψpxq ´ ϕpxq “ 0
µ-c.t.p. pxq, es decir ψpxq “ ϕpxq “ f pxq µ-c.t.p. pxq, por lo que f es µ-medible y por las
desigualdades 22.5.4
żb ż
f pxq d x “ f pxq d µpxq,
a ra;bs

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


22.5.5. Aclaración. En el lema 19.9.2 se obtuvo que
`8
ż
senpxq
d x “ π,
x
´8

de donde podemos obtener que


`8
ż
senpxq π
dx “ ,
x 2
0
sin embargo no está definida la integral de Lebesgue
ż
senpxq
d λ1 pxq,
x
p0;`8q

senpxq
debido a que al tomar f pxq “ tendremos que
x
ż ż
f p`q pxq d λ1 pxq “ `8 y también f p´q pxq d λ1 pxq “ `8.
p0;`8q p0;`8q

Podemos observar que no todas las funciones que son Lebesgue integrables con respecto
a la medida de Lebesgue λ1 en un intervalo cerrado acotado ra; bs son Riemann integrables
en ese intervalo como lo muestra el ejemplo siguiente.
22.5.6. Ejemplo. Sea f : r0; 1s ÝÑ t0, 1u la función dada por
0, si x P r0; 1s X Q,
#
f pxq “
1, si x P r0; 1szQ

ż1
Como podemos ver f no es Riemann integrable em r0; 1s, pues f pxq d x “ 1, mientras que
0
ż1
f pxq d x “ 0. Por otra parte tenemos que
0
ż
f pxq d λ1 pxq “ 1
r0;1s
964 22.5. Algunas propiedades de la medida de Lebesgue

puesto que f pxq “ 1 λ1 -c.t.p. pxq.


A continuación veremos que existe un subconjunto de R que es no medible con respecto
a la medida de Lebesgue.
22.5.7. Teorema. Existe un subconjunto de R que es no medible con respecto a la medida
de Lebesgue λ1 .
Demostración. Sabemos que Q es un conjunto numerable infinito, de manera que también
lo es p0; 1s X Q. Establezcamos en p0; 1s una relación de equivalencia „ al definir que si
x, y P p0; 1s, entonces x „ y si y sólo si x ´ y P Q. Sea K la partición en clases de p0; 1s
con respecto a la relación de equivalencia „. Por el axioma de elección 2.7.5 existe una
función f : K ÝÑ K tal que para todo Γ P K se tiene que f pΓ q P Γ . Para una tal
Ť
función f sea H “ f rK s y para cada η P H sea Aη la clase de K a la cual pertenece η.
˝
Definamos, para cada B Ă p0; 1s y cada x P p0; 1s, el conjunto B ` x :“ tb ` x : b P B y
b ` x ĺ 1u Y tb ` x ´ 1 : b P B y b ` x ą 1u. Observemos lo siguiente:
˝
a) Aη “ pp0; 1s X Qq ` η.

b) Cada Aη es numerable.
ď ď ´ ˝ ¯
c) p0; 1s “ Aη “ H ` r , donde las dos formas de representar el intervalo
ηPH rPp0;1sXQ
p0; 1s son uniones de conjuntos disjuntos.

De las observaciones anteriores podemos deducir que H no es numerable. ¡Veamos que H


˝
no es Lebesgue medible! Si H fuera Lebesgue medible, entonces el conjunto H ` r también
lo sería y además ´ ˝ ¯
λ1 pHq “ λ1 H ` r .

Tenemos dos posibilidades: λ1 pHq “ 0 ó λ1 pHq ą 0. En caso de que λ1 pHq “ 0 tendríamos


que ´ ˝ ¯
ÿ ÿ
1 “ λ1 pp0; 1sq “ λ1 H ` r “ 0 “ 0,
rPp0;1sXQ rPp0;1sXQ

deuduciendo así que λ1 pHq ą 0, pero en tal caso


ÿ ´ ˝ ¯ ÿ
1 “ λ1 pp0; 1sq “ λ1 H ` r “ λ1 pHq “ `8,
rPp0;1sXQ rPp0;1sXQ

llegando en ambos casos a una contradicción que proviene del hecho de suponer que H es
Lebesgue medible. Tenemos por lo tanto que H no es Lebesgue medible. ‚

Ejercicios.
ż ż
1. Demostrar que si f pxq “ senpxq
x
, entonces f p`q
pxq d λ1 pxq “ f p´q pxq d λ1 pxq “
p0;`8q p0;`8q
`8.
22.5. Algunas propiedades de la medida de Lebesgue 965

˝
2. De acuerdo a como se definió ` en la demostración del teorema 22.5.7, demostrar con
˝
detalle que si B Ă p0; 1s es Lebesgue
´ medible
¯ y x P p0; 1s, entonces B ` x también es
˝
Lebesgue medible y además λ1 B ` x “ λ1 pBq.

3. Demostrar las observaciones a), b) y c) usadas en la demostración del teorema 22.5.7.


966 22.6. Generación de medidas

22.6. Generación de medidas

22.6.1. Definiciones. Sea A una familia de conjuntos y sea f : A ÝÑ r0; `8s. Decimos
que f es monótona si para cualesquiera dos conjuntos A, B P A tales que A Ă B se
tiene que f pAq ĺ f pBq. Decimos que f es aditiva si para cualesquiera A, B P A tales que
A Y B P A y A X B “ ∅ se tiene que f pA Y Bq “ f pAq ` f pBq. Decimos que f es σ-aditiva
8
si para toda sucesión pAk q8 de elementos disjuntos de tal que Ak P A se tiene que
Ť
k“1 A
ˆ8 ˙ k“1
8
f pAk q. Decimos que f es subaditiva si para cualesquiera A, B P A tales que
Ť ř
f Ak “
k“1 k“1
AYB P A se tiene que f pAYBq ĺ f pAq`f pBq. Decimos que f es σ-subaditiva
ˆ8 ˙ si para toda
8 8
sucesión pAk q8
k“1 de elementos de A tal que Ak P A se tiene que f
Ť Ť ř
Ak ĺ f pAk q.
k“1 k“1 k“1

22.6.2. Teorema. Sea A un álgebra de conjuntos y sea f : A ÝÑ r0; `8s una función
monótona. Si f es aditiva, entonces es subaditiva y si f es σ-aditiva, entonces es σ-subaditiva.
Demostración. Supongamos que f es σ-aditiva y sea pAk q8
k“1 una sucesión de elementos
8
de A tales que son disjuntos y además Ak P A. Tomemos B1 “ A1 y para todo n P N
Ť
k“1
n 8 8
tomemos Bn`1 :“ An`1 z Ak y observemos que Bk y además pBk q8
k“1 es una
Ť Ť Ť
Ak “
k“1 k“1 k“1
sucesión de elementos disjuntos de A, de manera que
˜ ¸ ˜ ¸
ď8 ď8 ÿ8 8
ÿ
f Ak “ f Bk “ f pBk q ĺ f pAk q,
k“1 k“1 k“1 k“1

Por lo que f es σ-subaditiva. Dejamos al lector el demostrar que si f es aditiva entonces es


subaditiva. ‚
22.6.3. Definición. Sea pX, X, µq un espacio de medida. Decimos que µ es una medida
completa si para todo A P X y todo B Ă A se tiene que µpAq “ 0 ùñ B P X.
22.6.4. Observación. Del hecho de que las medidas son funciones monótonas tenemos que
si µ es una medida completa y A es un conjunto medible tal que µpAq “ 0, entonces para
todo B Ă A se tiene que, además de ser B un conjunto medible, µpBq “ 0.
El teorema siguiente establece el hecho de que toda medida es la restricción de una medida
completa.
22.6.5. Teorema. Sean pX, X, µq un espacio de medida, N “ tN P X : µpN q “ 0u y
X “ tA Y B : A P X y B Ă N para algún N P Nu. La colección X es una σ-álgebra y existe
una única medida µ en X tal que µpDq “ µpDq para todo D P X.
Demostración. Como X “ X Y ∅, tenemos que X P X. Si D P X, entonces, para algún
A P X y algún B incluido en algún N P N se tiene que D “ A Y B, de manera que
XzD “ XzpA Y Bq “ pXzpA Y N qq Y pN zpA Y Bqq P X. Si pDk q8 k“1 es una sucesión de
elementos de X, entonces cada Dk es de la forma Ak Y Bk con Ak P X y Bk incluido en algún
22.6. Generación de medidas 967

8 8
Nk P N, de manera que Nk P N y así
Ť Ť
Bk Ă
k“1 k“1
˜ ¸ ˜ ¸
8
ď 8
ď 8
ď
Dk “ Ak Y Bk P X,
k“1 k“1 k“1

de manera que X es una σ-álgebra.


Para cada A P X y cada B incluido en algún elemento de N definamos µpA Y Bq :“ µpAq.
Dicha función µ : X ÝÑ r0; `8s está bien definida puesto que si A1 Y B1 “ A2 Y B2 , con
Aj P X, Bj Ă Nj P N, para j P t1, 2u, entonces A1 Ă A2 Y N2 y así µpA1 q ĺ µpA2 q ` µpN2 q “
µpA2 q y análogamente tenemos que µpA2 q ĺ µpA1 q. Obviamente µ satisface la ecuación
µpDq “ µpDq para todo D P X. La función µ es en efecto una medida, pues µp∅q “ 0 y
k“1 es una sucesión de conjuntos disjuntos en X, entonces cada Dk “ Ak Y Bk
además si pDk q8
con Ak P X y Bk Ă Nk , con Nk P N, de manera que
˜ ¸ ˜ ¸ ˜˜ ¸ ˜ ¸¸ ˜ ¸
8
ď 8
ď 8
ď 8
ď 8
ď ÿ8
µ Dk “ µ Ak Y Bk “ µ Ak Y Bk “µ Ak “ µpAk q
k“1 k“1 k“1 k“1 k“1 k“1
8
ÿ 8
ÿ
“ µpAk Y Bk q “ µpDk q,
k“1 k“1

de manera que µ es una medida en X. Para ver que es la única medida que satisface µpAq “
µpAq para todo A P X supongamos que ν es un a medida en X tal que para todo A P X se
tiene µpAq “ νpAq. Tomemos cualquier D P X y pongámoslo de nuevo en la forma D “ A`B
con B Ă N P N y A P X. Tenemos que

µpAq “ νpAq ĺ νpA Y Bq ĺ νpA Y N q “ µpA Y N q “ µpAq “ µpA Y Bq “ µpAq,

por lo que νpDq “ νpA Y Bq “ µpA Y Bq “ µpDq, con lo que el teorema queda demostrado.

22.6.6. Definición. Si µ es una medida, a la medida µ dada en el teorema 22.6.5 se le llama
completación de µ.
22.6.7. Definición. Sea X un conjunto no vacío y µ˚ : ppXq ÝÑ r0; `8s. Se dice que µ˚ es
una medida exterior si satisface las condiciones siguientes:
a) µ˚ es monótona.

b) µ˚ es σ-subaditiva.

c) µ˚ p∅q “ 0.

22.6.8. Teorema. Sea X un conjunto no vacío, A Ă ppXq tal que ∅, X P A y ρ : A ÝÑ


r0; `8s tal que ρp∅q “ 0. Si para todo A Ă X definimos
# +
8
ÿ 8
ď
µ˚ pAq :“ ínf ρpEk q : para cada k P N tenemos que Ek P A y además A Ă Ek ,
k“1 k“1
968 22.6. Generación de medidas

entonces µ˚ es una medida exterior.


Demostración. Para cada A Ă X sea
# +
8
ÿ 8
ď
à :“ ρpEk q : para cada k P N tenemos que Ek P A y además A Ă Ek .
k“1 k“1

Observemos que para cada A Ă X el conjunto à es no vacío (para verificar esto tómese
Ek “ X) además de que sus elementos pertenecen a r0; `8s, teniendo así que µ˚ : ppXq ÝÑ
8
r0; `8s. Si para cada k P N tomamos Ek “ ∅, entonces ∅ Ă Ek , y como en este caso
Ť
k“1
ρpEk q “ 0, tenemos que µ˚ p∅q “ 0. Ahora, si A Ă B Ă X entonces B̃ Ă Ã, de manera que

µ˚ pAq “ ínf à ĺ ínf B̃ “ µ˚ pBq,

de manera que µ˚ es monótona. Para ver que µ˚ es σ-subaditiva sea pAk q8 k“1 una sucesión
de subconjuntos de X, y para cada ε ą 0 y cada k P N tenemos que existe una sucesión
8 8
j“1 de elementos de A tales que Ak Ă Ek,j y ρpEk,j q ĺ µ˚ pAk q ` 2εk . Tenemos así
Ť ř
pEk,j q8
j“1 j“1
8
la colección numerable de conjuntos tEk,j : pk, jq P N2 u y esa colección cubre a Ak , de
Ť
k“1
manera que
˜ ¸ ˜ ¸
8 8 8 8 ´ 8
ď ÿ ÿ ÿ ÿ ε¯ ÿ ˚
µ˚ Ak ĺ ρpEk,j q “ ρpEk,j q ĺ µ˚ pAk q ` k “ µ pAk q ` ε,
k“1 pk,jqPN2 k“1 j“1 k“1
2 k“1

ˆ 8
˙ 8
pero como ε puede ser cualquier número positivo tenemos que µ ˚
Ť ř
Ak ĺ µ˚ pAk q,
k“1 k“1
con lo cual el teorema queda demostrado. ‚
22.6.9. Definición. Decimos que la medida exterior µ˚ dada en el teorema 22.6.8 es la
medida exterior generada o engendrada por ρ.
22.6.10. Definición. Sea X un conjunto no vacío y µ˚ : ppXq ÝÑ r0; `8s una medida
exterior. Decimos que un subconjunto E de X es µ˚ -medible si para todo A Ă X se tiene
que
µ˚ pAq “ µ˚ pA X Eq ` µ˚ pAzEq.

22.6.11. Observación. Debido a la subaditividad de las medidas exteriores, para verificar


que un conjunto E es µ˚ -medible es suficiente con verificar que para todo A Ă X se tiene
que
µ˚ pAq ľ µ˚ pA X Eq ` µ˚ pAzEq.

22.6.12. Teorema de restricción de Carathéodory. Sea X un conjunto no vacío y


µ˚ : ppXq ÝÑ r0; `8s una medida exterior. El conjunto M de todos los conjuntos µ˚ -
medibles es una σ-álgebra de subconjuntos de X y además µ˚ |M es una medida completa.
22.6. Generación de medidas 969

Demostración. De la definición es obvio que si A P M, entonces XzA P M. Veamos


primero que M es un álgebra. Si A, B P M y E Ă X, entonces
µ˚ pEq “ µ˚ pE X Aq ` µ˚ pEzAq
“ µ˚ pE X A X Bq ` µ˚ ppE X AqzBq ` µ˚ ppEzAq X Bq ` µ˚ ppEzAqzBq,
pero A Y B “ pA X Bq Y pAzBq Y pBzAq, y por subaditividad tenemos
µ˚ pE X A X Bq ` µ˚ ppE X AqzBq ` µ˚ ppE X BqzAq ľ µ˚ pE X pA Y Bqq,
de manera que
µ˚ pEq ľ µ˚ pE X pA Y Bqq ` µ˚ pEzpA Y Bqq,
teniéndose así que A Y B P M, por lo que M es un álgebra. Ahora, si A, B P M y A X B “ ∅,
entonces
µ˚ pA Y Bq “ µ˚ ppA Y Bq X Aq ` µ˚ ppA Y BqzAq “ µ˚ pAq ` µ˚ pBq,
de manera que µ˚ es aditiva en M.
Veamos ahora que M es una σ-álgebra; para esto observemos que es suficiente demostrar
que la unión numerable y disjunta de elementos de M es un elemento de M, pues cualquier
unión numerable de elementos de M puede expresarse como unión numerable y disjunta de
elementos de M. Sea pAk q8k“1 una sucesión de elementos disjuntos de M. Tomando Bn :“
n 8
Ak , B :“ Ak y E Ă X tenemos que
Ť Ť
k“1 k“1
˜ ¸
n
ď n
ÿ
22.6.13. µ˚ pE X Ak q “ µ˚ pE X Ak q,
k“1 k“1

en efecto, la fórmula anterior es claramente válida cuando n “ 1, y si es válida para algún


n P N, entonces
˜ ¸ ˜˜ ¸ ¸ ˜˜ ¸ ¸
n`1
ď n`1
ď n`1
ď
µ˚ pE X Ak q “ µ˚ pE X Ak q X An`1 ` µ˚ pE X Ak q zAn`1
k“1 k“1 k“1
˜ ¸
n
ď n
ÿ
˚ ˚ ˚
“ µ pE X An`1 q ` µ pE X Ak q “ µ pE X An`1 q ` µ˚ pE X Ak q
k“1 k“1
n`1
ÿ
“ µ˚ pE X Ak q.
k“1

Tenemos así que de la igualdad 22.6.13 y de la monoticidad de µ˚ tenemos


n
ÿ
µ˚ pEzBq ` µ˚ pE X Ak q “ µ˚ pEzBq ` µ˚ pE X Bn q ĺ µ˚ pEzBn q ` µ˚ pE X Bn q “ µ˚ pEq,
k“1

de manera que al tomar el límite cuando n ÝÑ 8 obtenemos


8
ÿ
˚
22.6.14. µ pEzBq ` µ˚ pE X Ak q ĺ µ˚ pEq.
k“1
970 22.6. Generación de medidas

Ahora, de 22.6.14 y de la subaditividad de µ˚ tenemos


8
ÿ
˚ ˚ ˚ ˚
22.6.15. µ pEq ĺ µ pEzBq ` µ pE X Bq ĺ µ pEzBq ` µ˚ pE X Ak q ĺ µ˚ pEq,
k“1

y de las desigualdades 22.6.15 tenemos que B P M, y de ahí podemos concluir que M es una
σ-álgebra. De nuevo de las desigualdades 22.6.15 tenemos que para todo E P M
8
ÿ
µ˚ pEq “ µ˚ pEzBq ` µ˚ pE X Ak q ,
k“1

de manera que en el caso particular en que E “ B tenemos que µ˚ |M es σ-aditiva, con lo que
es una medida. Lo único que queda por demostrar es que dicha medida es completa, pero al
usar a monoticidad y subaditividad de µ˚ tenemos que si G Ă N P M, µ˚ pN q “ 0 y E Ă X,
entonces
µ˚ pEq “ 0 ` µ˚ pEq ľ µ˚ pE X Gq ` µ˚ pEzGq ľ µ˚ pEq,
de donde se ve que G P M, terminando así la demostración del teorema. ‚
22.6.16. Definición. Sea X un conjunto no vacío y A un álgebra de conjuntos de X.
Decimos que una función µ0 : A ÝÑ r0; `8s es una premedida en A si es σ-aditiva y
además µ0 p∅q “ 0.
22.6.17. Ejemplo. Sea C Ă Rn una caja de dimensión n y A el conjunto de todos los sub-
conjuntos de C que sean Jordan-medibles. Tenemos en este caso que voln |A es una premedia,
donde voln es el volumen de dimensión n.
22.6.18. Observación. Toda premedida es σ-subaditiva.
22.6.19. Teorema de extensión de Carathéodory. Sea A una álgebra de subconjuntos
de un conjunto no vacío X P A y µ0 : A ÝÑ r0; `8s una premedida. Sea B la σ-álgebra
generada por A y µ˚ la medida exterior generada por µ0 . La función pB P Bq ÞÑ µ˚ pBq es
una medida y además µ˚ pAq “ µ0 pAq para todo A P A.
Demostración. Sea M la familia de los conjuntos µ˚ -medibles. Demostraremos que A Ă M.
Sea A P A, E Ă X y pCk q8k“1 una sucesión de elementos de A cuyas componentes forman
una cubierta de E. Tenemos que las componentes de la sucesión pCk X Aq8 k“1 forman una
cubierta de E X A, mientras que las de pCk zAqk“1 forman una cubierta de EzA, de manera
8

que
8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ
˚ ˚ ˚
22.6.20. µ pEq ĺ µ pE X Aq ` µ pEzAq ĺ µ0 pCk X Aq ` µ0 pCk zAq ĺ µ0 pCk q.
k“1 k“1 k“1

Ahora, si ε es un número positivo cualquiera, la sucesión pCk q8


k“1 se pudo haber tomado de tal
8
manera que µ0 pCk q ĺ µ˚ pEq ` ε, de donde podemos concluir de las desigualdades 22.6.19
ř
k“1
que µ˚ pEq “ µ˚ pE X Aq ` µ˚ pEzAq, demostrando así que A Ă M. Ahora, por el teorema de
restricción de Carathéodory 22.6.12 tenemos que µ˚ |M es una medida, y como A Ă B Ă M
también lo es µ˚ |B.
22.6. Generación de medidas 971

Ahora bien, si A P A, entonces µ˚ pAq ĺ µ0 pAq, pero por la σ-subaditividad de µ0 tenemos


que si las componentes de una sucesión pAk q8 k“1 de elementos de A forman una cubierta de
8
A, entonces µ0 pAq ĺ µ0 pAk q, pero para todo ε ą 0 podemos tomar dicha sucesión de
ř
k“1
8
tal manera que µ0 pAk q ĺ µ˚ pAq ` ε, teniendo así que µ˚ pAq “ µ0 pAq, terminando así la
ř
k“1
demostración del teorema. ‚
22.6.21. Teorema. Tomando la notación y las hipótesis dadas en el teorema de extensión
de Carathéodory 22.6.19, tenemos que si ν : B ÝÑ r0; `8s es una medida tal que para todo
A P A se tiene que νpAq “ µ˚ pAq, entonces νpBq ĺ µ˚ pBq, para todo B P B.
8
Demostración. Sea B P B y pAk q8 k“1 una sucesión de elementos de A tal que B Ă Ak .
Ť
k“1
Tenemos que
8
ÿ 8
ÿ
νpBq ĺ νpAk q “ µ0 pAk q,
k“1 k“1

de donde concluimos que νpBq ĺ µ pBq. ˚



22.6.22. Teorema. Tomando la notación y las hipótesis del teorema 22.6.21, tenemos que
si µ˚ |B es σ-finita, entonces ν “ µ˚ |B.
Demostración. Demostraremos el teorema para el caso en que µ˚ pXq ă `8; el resto de
la demostración se dejará al lector. Sea B P B, pAk q8
k“1 una sucesión de elementos de A tal
8 8
que B Ă Ak y A “ Ak . Tenemos por el teorema 22.1.10 que
Ť Ť
k“1 k“1
˜ ¸ ˜ ¸
n
ď n
ď
νpAq “ lím ν Ak “ lím µ˚ Ak “ µ˚ pAq.
nÑ8 nÑ8
k“1 k“1

Ahora, si µ˚ pBq ă `8, la sucesión pAk q8


k“1 se pudo haber tomado de tal manera que µ pAq ă
˚

µ˚ pBq ` ε, de manera que, por el teorema 22.6.21,

µ˚ pBq ĺ µ˚ pAq “ νpAq “ νpBq ` νpAzBq ĺ νpBq ` µ˚ pAzBq ă νpBq ` ε,

pero como ε es arbitrario tenemos que µ˚ pBq “ νpBq, con lo que la demostración queda
terminada. ‚

Ejercicios.

1. Demostrar que si A un álgebra de conjuntos y si f : A ÝÑ r0; `8s es aditiva entonces


f es subaditiva.

2. Demostrar que toda premedida es σ-subaditiva.

3. Completar la demostración del teorema 22.6.22.


972 22.7. Medidas producto

22.7. Medidas producto


En esta sección definiremos y estudiaremos las medidas producto. Durante la sección
daremos por hecho que pX, Xq y pY, Yq son espacios medibles, mientras que pX, X, µq y
pY, Y, νq son espacios de medida. Comencemos con las definiciones siguientes.
22.7.1. Definiciones y notaciones. Sean pX, Xq y pY, Yq dos espacios medibles. Definimos
la σ-álgebra producto denotada por XbY y definida en el conjunto XˆY como la σ-álgebra
generada por la familia de conjuntos tAˆB : A P X y B P Yu. Bajo esas condiciones tenemos
así definido un espacio medible pX ˆ Y, X b Yq. A los elementos de X b Y de la forma A ˆ B,
con A P X y B P Y, les llamaremos elementos básicos (también llamados rectángulos
medibles) de la σ-álgebra producto XbY. Si E P XbY y x P X definimos la p1, xq-sección
de E como el conjunto E1,x :“ ty P Y : px, yq P Eu, y si y P Y definimos la p2, yq-sección de
E como el conjunto E2,y :“ tx P X : px, yq P Eu. Si f : X ˆ Y ÝÑ R Y t`8, ´8u es medible
y x P X definimos la p1, xq-sección de f como la función f1,x : Y ÝÑ R Y t`8, ´8u tal
que f1,x pyq :“ f px, yq; así mismo, para cada y P Y definimos la p2, yq-sección de f como la
función f2,y : X ÝÑ R Y t`8, ´8u tal que f2,y pxq :“ f px, yq.
Deseamos definir una medida µ b ν en el espacio medible pX ˆ Y, X b Yq de tal manera
que si A P X y B P Y entonces µ b νpA ˆ Y q “ µpAqνpBq. Para justificar que existe dicha
medida necesitamos algunos resultados.
22.7.2. Observación. Si A ˆ B es un elemento básico de X b Y una p1, xq-sección de A ˆ B
es ∅ si x R A, y es B si x P A; de manera similar, una p2, yq-sección de A ˆ B es ∅ si y R B,
y es A si y P B.
22.7.3. Teorema. Sea E P X b Y. Toda p1, xq-sección de E es medible con respecto a Y y
toda p2, yq-sección de E es medible con respecto a X.
Demostración. Sea Z la familia de todos los conjuntos E en X b Y tales que todas p1, xq-
secciones de E son medibles, es decir pertenecen a Y. Observemos que Z es una σ-álgebra.
De la observación 22.7.2 tenemos que si C es un elemento básico de X b Y, entonces
cualquier p1, xq-sección de C está en Y, de manera que X b Y Ă Z, lo cual claramente implica
que toda p1, xq-sección de un conjunto medible es medible. El resto de la demostración se
hace de manera similar. ‚
22.7.4. Teorema. Sea f : X ˆ Y ÝÑ R Y t`8, ´8u una función medible. Toda p1, xq-
sección de f es medible con respecto a Y y toda p2, yq-sección de f es medible con respecto
a X.
Demostración. Sea M un conjunto boreliano de R Y t`8, ´8u. Por ser f una función
medible, tenemos que f ´1 rM s P X b Y, pero
´1
f1,x rM s “ ty : f1,x pyq P M u “ ty : f px, yq P M u “ ty : px, yq P f ´1 rM su “ pf ´1 rM sq1,x ,

de manera que del teorema 22.7.3 tenemos que f1,x´1


rM s P Y, con lo que queda demostrado
que toda p1, xq-sección de f es medible con respecto a Y. La demostración de la otra parte
del teorema se hace de manera similar. ‚
22.7.5. Lema. La intersección de una familia finita de elementos básicos de X b Y es un
elemento básico de X b Y.
22.7. Medidas producto 973

Demostración. Sean A1 ˆ B1 y A2 ˆ B2 dos elementos básicos de X b Y. Tenemos que


pA1 ˆ B1 q X pA2 ˆ B2 q “ pA1 X A2 q ˆ pB1 X B2 q, el cual es un elemento básico de X b Y.
Tenemos así que la intersección de dos elementos básicos de X b Y es un elemento básico de
X b Y y el lema se sigue claramente usando inducción matemática. ‚
22.7.6. Lema. El conjunto de todas las uniones finitas de elementos básicos de X b Y es un
álgebra de subconjuntos de X ˆ Y .
Demostración. Sea U el conjunto de todas las uniones finitas de elementos básicos de
X ˆ Y . Es obvio que X ˆ Y P U y que la unión de dos elementos de U es un elemento de U,
por lo que demostraremos solamente que si R P U, entonces pX ˆ Y qzR P U.
Demostraremos primero que la intersección finita de elementos de U es un elemento de U.
Es obvio que la intersección de un solo elemento de U es un elemento de U. Veamos ahora
que la intersección de dos elementos de U es un elemento de U. Si R1 , R2 P U, entonces estos
Ni
conjuntos son de la forma Ri “ pAi,k ˆ Bi,k q, con i P t1, 2u y además
Ť
k“1

N1
ď N2
ď N1 ď
ď N2
R1 X R2 “ pA1,k ˆ B1,k q X pA2,k ˆ B2,k q “ pA1,k ˆ B1,k q X pA2,l ˆ B2,l q,
k“1 k“1 k“1 l“1

lo cual, debido al lema 22.7.5, es un elemento de U. Veamos ahora que si la intersección de


m elementos de U es un elemento de U, entonces la intersección de m ` 1 elementos de U es
también un elemento de U. Sean R1 , R2 , . . . , Rm , Rm`1 P U. Tenemos que
m`1
č m
č
Ri “ Rm`1 X Ri P U
i“1 i“1

debido a quel es una intersección de dos elementos de U, con lo que queda demostrado que
la intersección finita de elementos de U es un elemento de U.
Supongamos que R P U. Tenemos que
N
ď
R“ pAk ˆ Bk q,
k“1

donde N P N y Ak ˆ Bk es un elemento básico de X b Y para todo k P JN . Ahora bien,


N
ď N
č
pX ˆ Y qzR “ pX ˆ Y qz pAk ˆ Bk q “ pX ˆ Y qzpAk ˆ Bk q
k“1 k“1
N
č
“ ppX ˆ pY zBk qq Y ppXzAk q ˆ Y qq,
k“1

pero como cada pX ˆ pY zBk qq Y ppXzAk q ˆ Y q es un elemento de U, entonces pX ˆ Y qzR P U,


con lo que el lema queda demostrado. ‚
22.7.7. Lema. Cualquier conjunto que sea una unión finita de elementos básicos de X b Y es
una unión de una familia finita de elementos básicos de X b Y cuyos elementos son disjuntos.
974 22.7. Medidas producto

Demostración. Como en la demostración del lema anterior, sea de nuevo U el conjunto de


todas las uniones finitas de elementos básicos de X ˆ Y . Si R P U, entonces R es de la forma
N
ď
R“ pAk ˆ Bk q,
k“1

con Ak P X y Bk P Y. Observemos que


¨˜ ¸ ¨ ˛˛
ď č č
X“ ˝ Ai X ˝ pXzAl q‚‚,
IPppJN q iPI lPJN zI

y además si para cada I Ă JN definimos


˜ ¸ ¨ ˛
č č
SI :“ Ai X ˝ pXzAl q‚
iPI lPJN zI

observemos además que si I, K Ă JN , pero I ‰ K, entonces SI X SK “ ∅, existiendo la


posibilidad de que SI “ ∅ ó SK “ ∅. Algo similar ocurre si definimos
˜ ¸ ¨ ˛
č č
TI :“ Bi X ˝ pXzBl q‚
iPI lPJN zI

Teniendo así que Y también puede expresarse como una unión disjunta y finita de la forma
ď
Y “ TI .
IPppJN q

Con esta construcción vemos que


ď
22.7.8. X ˆY “ pSI ˆ TK q,
pI,KqPppJN qˆppJN q

donde dicha unión es de conjuntos disjuntos, pudiendo se algunos de los conjuntos que forman
dicha unión igual a ∅. Afirmamos que si pSI ˆTK qXR ‰ ∅, entonces pSI ˆTI q Ă R. En efecto,
si existe un px0 , y0 q P pSI ˆ TK q X R, entonces, como px0 , y0 q P R, debe existir un i P JN tal
que px0 , y0 q P Ai ˆBi de manera que i P I XK, pero por la construcción de SI y de TI tenemos
que cualquier px, yq P SI ˆ TK debe pertenecer a Ai ˆ Bi Ă R, teniendo así que pSI ˆ TI q Ă R.
Tenemos así, de la ecuación 22.7.7, que si R :“ tpI, Kq P ppJN q ˆ ppJN q : pSI ˆ TK q X R ‰ ∅u,
entonces ď ď
R“ pSI ˆ TK q X R “ pSI ˆ TK q,
pI,KqPppJN qˆppJN q pI,KqPR

pero como R es un conjunto finito, el resultado se deduce del lema 22.7.5. ‚


22.7.9. Lema. Si A ˆ B es un elemento básico de X b Y, y pAk qnk“1 pBk qnk“1
son sucesiones
finitas cuyas componentes son disjuntas y son elementos de X y Y respectivamente tales que
Ťn m
Ť
A“ Ak y B “ Bk , entonces
k“1 k“1
n ÿ
ÿ m
µpAqνpBq “ µpAk qνpBl q.
k“1 l“1
22.7. Medidas producto 975

Demostración. Tenemos que


˜ ¸ ˜ ¸ ˜ ¸˜ ¸
n
ď m
ď n
ÿ m
ÿ n ÿ
ÿ m
µpAqνpBq “ µ Ak ν Bl “ µpAk q νpBk q “ µpAk qνpBl q,
k“1 l“1 k“1 l“1 k“1 l“1

quedando así demostrado el lema. ‚

22.7.10. Lema. Si tenemos dos sucesiones finitas pAk ˆ Bk qK L


k“1 y pEl ˆ Fl ql“1 de elementos
básicos de X b Y cuyas componentes en cada una de ellas son son disjuntas y

K
ď L
ď
Ak ˆ Bk “ El ˆ Fl ,
k“1 l“1

entonces
K
ÿ L
ÿ
µpAk qνpBk q “ µpEl qνpFl q.
k“1 l“1

Demostración. En la demostración usaremos una técnica parecida Ş a la que Ş se usó en


la demostración del lema 22.7.7. Para cada I P ppJK q sean SI “ Ai X pXzAi q y
Ş iPI Ş iPJK zI
pXzBi q, y para cada I P ppJL q sean UI “ pXzEi q y VI “
Ş Ş
TI “ Bi X Ei X
iPI iPI
Ş iPJK zI iPJL zI
pXzFi q. Tenemos que si pP, Qq P X ˆ Y, entonces
Ş
Fi X
iPI iPJL zI

µpP qνpQq “
¨ ˛ ¨ ˛
ď ď
µ˝ P X SI1 X UI2 ‚ν ˝ Q X TI1 X VI2 ‚ “
pI1 ,I2 qPppJK qˆppJL q pI1 ,I2 qPppJK qˆppJL q
¨ ˛¨ ˛
22.7.11. ÿ ÿ
˝ µpP X SI1 X UI2 q‚˝ µpQ X TI1 X VI2 q‚ “
pI1 ,I2 qPppJK qˆppJL q pI1 ,I2 qPppJK qˆppJL q
¨ ˛
ÿ ÿ
˝ µpP X SI1 X UI2 qνpQ X TJ1 X VJ2 q‚,
pI1 ,I2 qPppJK qˆppJL q pJ1 ,J2 qPppJK qˆppJL q

K L
de manera que si usamos 22.7.11, tomamos R :“ El ˆ Fl y usamos el lema
Ť Ť
Ak ˆ Bk “
k“1 l“1
976 22.7. Medidas producto

22.7.9, obtenemos
¨ ˛
K
ÿ K
ÿ ÿ
µpAk qνpBk q “ ˝ µpAk X SI1 X UI2 qνpBk X TJ1 X VJ2 q‚
k“1 k“1 pI1 ,I2 ,J1 ,J2 qPppJK qˆppJL qˆppJK qˆppJL q
ÿ
“ µpSI1 X UI2 qνpTJ1 X VJ2 q
pI1 ,I2 ,J1 ,J2 qPppJK qˆppJL qˆppJK qˆppJL q, pSI1 XUI2 qˆpTJ1 XVJ2 qĂR
¨ ˛
L
ÿ ÿ
“ ˝ µpEl X SI1 X UI2 qνpFl X TJ1 X VJ2 q‚
l“1 pI1 ,I2 ,J1 ,J2 qPppJK qˆppJL qˆppJK qˆppJL q
L
ÿ
“ µpEl qνpFl q,
l“1

con lo cual el lema queda demostrado. ‚


22.7.12. Lema. Sea A ˆ B un elemento básico de X b Y y sea pAk ˆ Bk q8 k“1 una sucesión
de componentes disjuntas que son elementos básicos de X b Y cuya unión es A ˆ B.
8
ÿ
µpAqνpBq “ µpAk qνpBk q.
k“1

Demostración. Si px, yq P A ˆ B, entonces existe un único k P N tal que px, yq P Ak ˆ Bk .


Tenemos así por el teorema de Beppo Levi 22.4.13 que
ż 8
ż ÿ
µpAq 1lB pyq “ 1lA pxq 1lB pyq d µpxq “ 1lAk pxq 1lBk pyq d µpxq
k“1
8 ż
ÿ 8
ÿ
“ 1lAk pxq 1lBk pyq d µpxq “ µpAk q 1lBk pyq,
k“1 k“1

y usando esta última ecuación y de nuevo el teorema de Beppo Levi 22.4.13 tenemos que
ż ż ÿ8 8 ż
ÿ
µpAqµpBq “ µpAq 1lB d νpyq “ µpAk q 1lBk pyq d νpyq “ µpAk q 1lBk pyq d νpyq
k“1 k“1
8
ÿ
“ µpAk qνpBk q,
k“1

con lo que el lema queda demostrado. ‚


22.7.13. Lema. Sea U el álgebra de todas las uniones finitas de elementos básicos de X b Y
y sea ρ : U ÝÑ r0; `8s la función tal que para cada sucesión finita pAk ˆ Bk qnk“1 de elementos
básicos disjuntos de X b Y se tiene que
˜ ¸
n
ď n
ÿ
ρ pAk ˆ Bk q “ µpAk qνpBk q.
k“1 k“1
22.7. Medidas producto 977

La función ρ es una premedida.


Demostración. Observemos que de acuerdo al lema 22.7.10 es suficiente ver que si tenemos
una sucesión pAk ˆ Bk q8k“1 de elementos disjuntos tales que cada Ak P X, cada Bk P Y y
8
además pAk ˆ Bk q P U, entonces
Ť
k“1
˜ ¸
8
ď 8
ÿ
22.7.14. ρ pAk ˆ Bk q “ µpAk qνpBk q.
k“1 k“1

Demostremos pues la ecuación 22.7.13 bajo los supuestos mencionados. Sea pDk ˆ Ek qm
k“1
una sucesión finita de subconjuntos disjuntos de X b Y donde caada Dk P X y cada Ek P Y,
8 m
y además pEk ˆ Fk q. Tenemos, del lema 22.7.12, que
Ť Ť
pAk ˆ Bk q “
k“1 k“1
˜ ¸ ˜ ˜ ¸¸
8
ď m
ď 8
ď
ρ pAk ˆ Bk q “ρ pEj ˆ Fj q X pAk ˆ Bk q
k“1 j“1 k“1
˜ ˜ ¸¸
m
ď 8
ď
“ρ pEj ˆ Fj q X pAk ˆ Bk q
j“1 k“1
˜ ¸
m
ÿ 8
ď m ÿ
ÿ 8
“ ρ pEj ˆ Fj q X pAk ˆ Bk q “ ρ ppEj ˆ Fj q X pAk ˆ Bk qq
j“1 k“1 j“1 k“1
8
ÿÿ m 8
ÿ 8
ÿ
“ ρ ppEj ˆ Fj q X pAk ˆ Bk qq “ ρpAk ˆ Bk q “ µpAk qνpBk q,
k“1 j“1 k“1 k“1

cumpliéndose así la ecuación 22.7.14. ‚


Debido al teorema de extensión de Carathéodory 22.6.19, la premedida ρ dada en el lema
22.7.13 genera una medida exterior ρ˚ cuya restricción a la σ-álgebra A b Y es una medida,
de manera que la definición siguiente tiene sentido.
22.7.15. Definición y notación. Si tenemos dos espacios de medida pX, X, µq y pY, Y, νq,
en el espacio medible pX ˆ Y, X b Yq, ρ es la premedida dada en el lema 22.7.13 y ρ˚ es la
medida exterior generada por ρ, definiremos la medida producto, la cual denotaremos por
µ b ν, como la medida µ b ν :“ ρ˚ |X b Y, la cual satisface la propiedad

µ b νpA ˆ Bq “ µpAqνpBq, para todo pA, Bq P X ˆ Y.

Tenemos así definido el espacio de medida pX ˆ Y, X b Y, µ b νq.


22.7.16. Teorema. Sean pX, X, µq e pY, Y, νq dos espacios de medida tales que µ y ν son
σ-finitas. Si E P X b Y, entonces la función fE : X ÝÑ R Y r0; `8s es X-medible y la función
xÞÑνpE1,x q
gE : Y ÝÑ R Y r0; `8s es Y-medible.
yÞÑνpE2,y q

Demostración. Por razones obvias sólo demostraremos que fE es medible. Supongamos


primero que ν es una medida finita.
978 22.7. Medidas producto

Sea Z la familia de todos los E P X b Y tales que fE es medible y demostremos que


X b Y Ă Z, con lo cual quedaría demostrado el teorema. Observemos que si E es un conjunto
básico A ˆ B, entonces E P Z; en efecto, en tal caso tendremos que fE es la función simple
medible dada por
νpBq si x P A
#
fE pxq “
0 si x R A.
Si E, F P Z y E XF “ ∅, entonces E YF P Z debido a que en ese caso pE YF q1,x “ E1,x YF1,x ,
con E1,x X F1,x “ ∅, de manera que fEYF “ fE ` fF . Tenemos así que si U es el álgebra
formada por las uniones finitas de elementos básicos de X b Y, entonces U Ă Z. Tenemos
también que si pEk q8
k“1 es una sucesión de elementos de Z tales que para todo k P N se tiene
8 8
que Ek Ă Ek`1 entonces Ek P Z; en efecto, si E “ Ek , entonces del teorema 22.1.10
Ť Ť
k“1 k“1
obtenemos que fE “ lím fEk , la cual es una función medible de acuerdo al corolario 22.3.15.
kÑ8
Ahora, si pFn q8
n“1 es una sucesión de elementos de Z, entonces
˜ ¸
ď8 ď8 ďn
Fn “ Fk P Z,
n“1 n“1 k“1
ˆ n
˙8
debido a que la sucesión es creciente. Finalmente, para ver que Z es una σ-
Ť
Fk
k“1 n“1
álgebra, veamos que el complemento de un elemento de Z es un elemento de Z. Tomemos un
E P Z y veamos que pX ˆ Y qzE P Z. En vista de que ppX ˆ Y qzEq1,x “ Y zE1,x tenemos que
fpXˆY qzE “ νpY q ´ fE , la cual es una función medible, de manera que fpXˆY qzE P Z.
Así pues el resultado es válido cuando ν es una medida finita. Supongamos ahora que ν
es una medida σ-finita. Sea pBk q8 k“1 una sucesión de elementos disjuntos en Y, cuya unión es
Y , tal que νpBk q ă `8, para todo k P N. Sea además νk :“ νpBk X ¨q, la cual es una medida
finita. Ahora, al observar que fpXˆBk qXE pxq “ νk pE1,x q, tenemos que la función
8
ÿ
fE “ fŤ8 k“1 pXˆBk qXE
“ fpAk ˆBk qXE
k“1

es medible debido al corolario 22.3.15 y a que cada una de las funciones fpAk ˆBk qXE es medible.

22.7.17. Teorema. Sean pX, X, µq e pY, Y, νq dos espacios de medida tales que µ y ν son
σ-finitas. Si E P X b Y, entonces
ż ż
µ b νpEq “ νpE1,x q d µpxq “ µpE2,y q d νpyq.

ż
Demostración. Demostremos primero que la función pE P X b Yq ÞÑ νpE1,x q d µpxq
es una medida. Tenemos que si pEk q8
k“1 es una sucesión de elementos disjuntos de X b Y,
entonces ¨˜ ¸ ˛
8
ď 8
ÿ
ν ˝ Ek ‚ “ νppEk q1,x q,
k“1 1,x k“1
22.7. Medidas producto 979

de manera que por el teorema de Beppo Levi 22.4.13


¨˜ ¸ ˛
ż ď8 ż ˜ÿ
8
¸
8 ż
ÿ
ν ˝ Ek ‚ d µpxq “ νppEk q1,x q d µpxq “ νppEk q1,x q d µpxq,
k“1 1,x k“1 k“1

ż ż
y obviamente νp∅1,x q d µpxq “ 0, por lo que la función pE P X b Yq ÞÑ νpE1,x q d µpxq
es una medida. Veamos ahora que dicha medida y µ b ν coinciden cuando son evaluadas en
elementos básicos de X b Y. En efecto, si A P X y B P Y, entonces
ż ż
µ b νpA ˆ Bq “ µpAqνpBq “ 1lA pxqνpBq d µpxq “ νppA ˆ Bq1,x q d µpxq.

Tenemos así que si A es el álgebra generada por los elementos básicos, que son las uniones
finitas
ż y disjuntas de elementos básicos de X b Y, entonces las medidas µ b ν y E ÞÑ
νpE1,x q d µpxq coinciden en A, de manera que por el teorema 22.6.22 ésta son iguales, de
manera que ż
µ b νpEq “
νpE1,x q d µpxq,
ż
y de manera similar se puede demostrar que µ b νpEq “ µpE2,y q d νpyq. ‚

22.7.18. Definiciones. Sean pX, X, µq e pY, Y, νq dos espacios de medida tales que µ y ν
son σ-finitas. Si h : X ˆ Y ÝÑ R Y t`8, ´8u es una función X b Y-medible a la expresión
ż ż
h d µ b ν “ hpx, yq d µ b νpx, yq,

cuando exista se llama integral doble. Así mismo, a cada una de las expresiones
ż ż ż ˆż ˙ ż ż ż ˆż ˙
h d µ d ν :“ hpx, yq d µpxq d νpyq y h d ν d µ :“ hpx, yq d νpyq d µpxq

se le llama integral iterada (la primera es primero con respecto a µ y luego con respecto a
ν, y la segunda es primero con respecto a ν y luego con respecto a µ).
Nuestro problema a estudiar es ver si las integrales iteradas son iguales independiente-
mente del orden de iteración, y si éstas a su vez son iguales a la integral doble.
22.7.19. Teorema. Sean pX, X, µq y pY, Y, νq espacios de medida con µ y ν σ-finitas y sea
E P X b Y. Tenemos que µ b νpEq “ 0 si y sólo si νpE1,x q “ 0 µ-c.t.p. pxq. Y también
µ b νpEq “ 0 si y sólo si µpE2,y q “ 0 ν-c.t.p. pyq.
Demostración. Por los teoremas 22.7.17 y 22.4.14 tenemos que
ż
µ b νpEq “ νpE1,x q d µpxq “ 0 ðñ νpE1,x q “ 0 µ-c.t.p. pxq

y ż
µ b νpEq “ µpE2,y q d µpyq “ 0 ðñ νpE2,y q “ 0 ν-c.t.p. pyq ‚
980 22.7. Medidas producto

22.7.20. Teorema de Tonelli. Sean pX, X, µq y pY, Y, νq espacios de medida con µ y ν


σ-finitas. Si h P M ` pX b Yq, entonces
ż ż ż ż ż
hdµ b ν “ hpx, yq d µpxq d νpyq “ hpx, yq d νpyq d µpxq.

Demostración. Demostraremos solamente la primera igualdad. Sea E P X b Y. Como


ż ż
µpE2,y q “ 1lE2,y pxq d µpxq “ 1lE px, yq d µpxq,

tenemos del teorema 22.7.16 que


ż ż ż ż
1lE d µ b ν “ µ b νpEq “ µpE2,y q d νpyq “ 1lE px, yq d µpxq d νpyq,

de manera que el teorema se cumple cuando h es una función indicadora, pero por la pro-
piedad de linealidad de las integrales el teorema también se cumple para funciones simples.
Ahora, por el teorema 22.4.10 existe una sucesión creciente de funciones medibles pϕk q8
k“1
que converge a h, de manera que por el teorema de la convergencia monótona 22.4.8 tenemos
ż ż ż ż
h d µ b ν “ lím ϕk d µ b ν “ lím ϕk px, yq d µpxq d νpyq
kÑ8 kÑ8
ż ż ż ż
“ lím ϕk px, yq d µpxq d νpyq “ hpx, yq d µpxq d νpyq. ‚
kÑ8

22.7.21. Teorema de Fubini. Sean pX, X, µq y pY, Y, νq espacios de medida con µ y ν


σ-finitas. Si h P M pX b Yq es integrable, entonces
ż ż ż ż ż
hdµ b ν “ hpx, yq d µpxq d νpyq “ hpx, yq d νpyq d µpxq.

Demostración. Del teorema de Tonelli 22.7.20 y de la definición de integral 22.4.18 de


funciones integrables tenemos que
ż ż ż
h d µ b ν “ h d µ b ν ´ h´ d µ b ν
`

ż ż ż ż
`
“ h px, yq d µpxq d νpyq ´ h´ px, yq d µpxq d νpyq
ż ˆż ż ˙ ż ż
` ´
“ h px, yq d µpxq ´ h px, yq d µpxq d νpyq “ hpx, yq d µpxq d νpyq,

ż ż ż
y de manera similar se tiene que hdµ b ν “ hpx, yq d νpyq d µpxq. ‚
22.8. Espacios Lp 981

22.8. Espacios Lp
Antes de profundizar en esta sección establezcamos algo de terminología que usaremos.
22.8.1. Definiciones y notaciones. Dado un espacio de medida pX, X, µq un espacio de
medida y p ą 0. El símbolo L p pµq denotará al conjunto tf P M pXq : f p P L 1 pµqu. Existe
una partición en clases de equivalencia del conjunto L p , la cual será denotada por Lp pµq,
en la cual dos elementos f, g P L p pµq estarán en la misma clase de equivalencia si y sólo si
µptx P X : f pxq ‰ gpxquq “ 0. Cuando la referencia a la medida µ sea obvia, el conjunto
Lp pµq podrá ser denotado simplemente por Lp . En caso de que f P h P Lp pµq denotaremos
ż ż
h d µ :“ f p d µ.
p

De manera más general, si ψ es una función y f P h P Lp pµq, entonces ψ ˝ h será la clase de


funciones a la cual pertenece ψ ˝f . Denotaremos por L 8 pµq al conjunto de todas la funciones
medibles f tales que exista un número M ľ 0 con la propiedad de que µptx P X : |f pxq| ą
M uq “ 0; en tal caso diremos que M es una cota esencial de f . En general, si M P R, f es
medible y µptx P X : f pxq ą M uq “ 0 diremos que M es una cota superior esencial de f .
Al ínfimo de las cotas superiores esenciales de f le llamaremos supremo esencial de f y lo
denotaremos por supes f , es decir

supes f :“ ı́nftM P R : µptx P X : f pxq ą M uq “ 0u.

En el conjunto de funciones medibles definimos } ¨ }8 como

}f }8 :“ supes |f |,

la cual es una seminorma en L 8 pµq. A la partición en clases de equivalencia del conjunto


L 8 pµq tal que dos elementos f, g P L 8 pµq están en la misma clase si y sólo si }f ´ g}8 “ 0
lo denotaremos por L8 pµq. Para cada h P L8 pµq definimos }h}8 como el valor común }f }8
de cada f P h. Para p ą 0 y h P Lp pµq ó h P L p pµq denotaremos
ˆż ˙ p1
p
}h}p :“ |h| d µ .

En caso de que h sea una función medible, pero h R L p pµq, es decir cuando la integral que
aparece en la igualdad anterior sea `8, diremos que }h}p “ `8. Cuando f se una función
medible el símbolo rf sµ denotará al conjunto tg P M pXq : f pxq “ gpxq µ-c.t.p. pxqu.
El lema siguiente será de utilidad para demostrar la llamada desigualdad de Hölder.
22.8.2. Lema. Sean α, β P r0; `8q y 0 ă λ ă 1. Tenemos la desigualdad αλ β 1´λ ĺ λα `
p1 ´ λqβ, donde la igualdad se obtiene solamente si α “ β.
Demostración. Cuando β “ 0 el lema se cumple de manera trivial. Supongamos pues que
β ą 0. Tomemos ϕ : r0; `8q ÝÑ R. Como podemos ver ϕ1 ptq “ λp1 ´ tλ´1 q y λ ´ 1 ă 0,
tÞÑp1´λq`λt´tλ
de manera que si t ă 1, entonces ϕ1 ptq ą 0, y si t ą 1, entonces ϕ1 ptq ă 0. De lo anterio
982 22.8. Espacios Lp

concluimos que ϕ1 p1q “ 0, pero como ϕ2 ptq “ λp1 ´ λqtλ´2 ą 0 tenemos que ϕptq ą ϕp1q “ 0
para todo t P r0; 1q Y p1; `8q. Así

22.8.3. tλ ĺ p1 ´ λq ` λt,

donde la igualdad se da sólo cuando t “ 1. El resultado se sigue al tomar t “ α


β
en la
desigualdad 22.8.3. ‚
22.8.4. Desigualdad de Hölder. Sean p, q P r1; `8s tales que 1
p
` 1
q
“ 1. Si f P L p pµq y
g P L q pµq, entonces f g P L 1 pµq y además

}f g}1 ĺ }f }p }g}q ,

donde la igualdad se tiene solamente en el caso en que exista un b P Rzt0u tal que |f pxq|p “
b|gpxq|q µ-c.t.p. pxq. La desigualdad también es válida cuando f R L p pµq o cuando g R
L q pµq.
Demostración. Se deja la demostración al lector el caso en que p “ 1 y q “ 8. Supongamos
pues que 1 ă p ă `8. Demostremos primero el caso particular en que }f }p “ }g}q “ 1 y
sean f P L p pµq y g P L q pµq. Apliquemos el lema 22.8.2 cuando α “ |f ptq|p , β “ |gptq|q ,
λ “ p1 y 1 ´ λ “ 1q , para obtener

1 1
22.8.5. |f ptq||gptq| ĺ |f ptq|p ` |gptq|q ,
p q

de manera que al integrar ambos lados obtenemos

1 1
}f g}1 ĺ ` “ 1 “ }f }p }g}q ,
p q

donde la igualdad se da solamente cuando |f pxq|p “ |gpxq|q µ-c.t.p. pxq, en ese caso particular
tendríamos b “ 1.
En el caso en que }f }p “ 0 tenemos que f pxq “ 0 µ-c.t.p. pxq, de donde podemos ver que
el resultado se cumple de manera inmediata, y lo mismo ocurre para el caso en que }g}q “ 0.
Supongamos ahora que }f }p ‰ 0 ‰ }g}q . En ese caso tomemos f1 :“ }ff}p y g1 :“ }g}g q y
observemos que f1 P L p pµq, g1 P L q pµq, }f1 }p “ }g1 }q “ 1, de manera que

}f g}1 “ }}f }p }g}q f1 g1 }1 “ }f }p }g}q }f1 g1 }1 ĺ }f }p }g}q }f1 }p }g1 }q “ }f }p }g}q ,

donde la igualdad se daría sólo en caso de que |f1 pxq|p “ |g1 pxq|q µ-c.t.p. pxq, es decir cuando
}f |p
|f pxq|p “ b|gpxq|q µ-c.t.p. pxq, con b “ }g}pqq .
La afirmación final del enunciado se cumple de manera obvia. ‚
22.8.6. Desigualdad de Minkowski. Sea p P r1; `8s. Si f, g P L p pµq, entonces f ` g P
L p pµq y además
}f ` g}p ĺ }f }p ` }g}p .
22.8. Espacios Lp 983

Demostración. Sólo demostraremos el caso en que 1 ă p ă `8, la demostración de los


otros dos casos se deja al lector. Tenemos que el resultado es obvio cuando }f ` g}p “ 0,
supondremos así que }f ` g}p ą 0.
Supongamos que f, g P L p pµq. De la desigualdad del triángulo tenemos que |f pxq`gpxq| ĺ
|f pxq| ` |gpxq| ĺ 2 máxt|f pxq|, |gpxq|u, y así mismo |f pxq ` gpxq|p ĺ 2p máxt|f pxq|p , |gpxq|p u ĺ
2p p|f pxq|p ` |gpxq|p q, de donde concluimos que f ` g P L p pµq. Ahora, tomando el número
q ą 1 tal que p1 ` 1q “ 1, tenemos que pp ´ 1qq “ p, y al aplicar la desigualdad del triángulo,
la desigualdad de Hölder y de las propiedades de la integral tenemos que
ż ż ż
}f ` g}p “ |f ` g| d µ ĺ |f ` g| |f | d µ ` |f ` g|p´1 |g| d µ
p p p´1

ĺ }f }p }|f ` g|p´1 }q ` }g}p }|f ` g|p´1 }q “ p}f }p ` }g}p q}|f ` g|p´1 }q


ˆż ˙ 1q p
pp´1qq
“ p}f }p ` }g}p q |f ` g| dµ “ p}f }p ` }g}p q}f ` g}pq ,

de manera que
p´ pq
}f ` g}p “ }f ` g}p ĺ }f }p ` }g}p .
con lo que la desigualdad queda demostrada. ‚
22.8.7. Teorema de Riez-Fischer. Sea pX, X, µq un espacio de medida σ-finita y p P
r1; `8s. El espacio normado Lp pµq es de Banach.
Demostración. Concentrémonos primero en el caso en que p ă `8. De la desigualdad de
Minkowski 22.8.6 tenemos que es suficiente demostrar que Lp pµq es completo, y del teorema
21.3.33 es suficiente demostrar que en Lp pµq toda sucesión absolutamente sumable es sumable.
k“1 una sucesión absolutamente sumable de elementos de L pµq y sea l “
Sea pues prfk sµ q8 p
8 n
}fk }p ă `8. Para cada k tomemos gn pxq “ |fk pxq|. De la desigualdad de Minkowski
ř ř
k“1 k“1
22.8.6 tenemos que
n
ÿ
}gn }p ĺ }fk }p ĺ M,
k“1

de manera que ż
gnp d µ ĺ M p .

Para cada x P X, pgk pxqq8


k“1 es una sucesión no decreciente de números reales extendidos, por
lo que converge a un número real extendido gpxq, siendo g una unción medible, de manera que
por el teorema de la convergencia dominada 22.4.20 o bien por el teorema de la convergencia
monótona 22.4.8, o incluso por el lema de Fatou 22.4.16, tenemos que
ż
gp d µ ĺ M p,

por lo que g p es integrable y gpxq es finito µ-c.t.p. pxq.


8
Ahora, para cada valor de x para el cual gpxq es finito la serie fk pxq es absolutamente
ř
k“1
convergente, por lo que converge a un número real spxq. Tomemos spxq “ 0 cuando gpxq “
984 22.8. Espacios Lp

n
`8. Definida así la función s y tomando sn :“ fk , tenemos que s es medible y además
ř
k“1
|sn pxq| ĺ gpxq y |spxq| ĺ gpxq µ-c.t.p. pxq, con lo que s, sn P L p pµq y
|sn pxq ´ spxq|p ĺ 2p pgpxqqp ,
pero como 2p g p P L p pµq tenemos del hecho de que lı́m |sn pxq ´ spxq|p “ 0 µ-c.t.p. pxq y del
nÑ8
teorema de la convergencia dominada 22.4.20 que
ż
lı́m |sn ´ s|p d µ “ 0,
nÑ8

y así lı́m }sn ´ s}p “ 0, es decir la sucesión prfk sµ q8


k“1 es sumable, donde la suma de sus
nÑ8
componentes es rssµ . Tenemos así que Lp pµq es un espacio de Banach cuando 1 ĺ p ă `8.
Demostremos ahora que L8 pµq también es un espacio de Banach. Sea ahora prfk sµ q8k“1
una sucesión de Cauchy en Lp pµq y para m, n P N tomemos
Am,n :“ tx P X : |fn pxq ´ fm pxq| ą }fm ´ fn }8 u,
que por definición µpAm,n q “ 0. Tenemos además que
¨ ˛
ď
µ˝ Am,n ‚ “ 0,
pn,mqPNˆN

de manera que tomando B :“ Xz Am,n tenemos que para cada x P B la sucesión


Ť
pn,mqPNˆN

k“1 es de Cauchy de manera que, por el criterio de la sucesión de Cauchy 8.7.16 (o


pfk pxqq8
bien por el teorema 19.3.4), tal sucesión converge a un número f pxq.
Por ser prfk sµ q8
k“1 una sucesión de Cauchy tenemos que para cada ε ą 0 existe un Nε P N
tal que
ε
n, m ľ Nε ùñ }fn ´ fm }8 ă ,
2
y si x P B
ε
|fn pxq ´ fm pxq| ă ,
2
de manera que si en esta última igualdad hacemos tender m a 8 obtenemos que si x P B y
n ľ Nε , entonces
|fn pxq ´ f pxq| ă ε.
Definamos ahora f pxq “ 0 cuando x P XzB para obtener así una función f P L 8 pµq tal que
n ľ Nε ùñ }fn ´ f }8 ă ε,
Obteniendo así que la sucesión prfk sµ q8
k“1 converge a rf sµ con la norma } ¨ }8 , con lo que el
teorema queda demostrado. ‚
Ejercicios.
1. Demostrar que en el espacio vectorial L8 pµq la función } ¨ }8 es una norma.
2. Demostrar que si f P L1 pµq y g P L8 pµq, entonces f g P L1 pµq y además }f g}1 ĺ
}f }1 }g}8 .
Capítulo 23

ECUACIONES DIFERENCIALES
ORDINARIAS

23.1. Introducción
En este capítulo estudiaremos las ecuaciones diferenciales ordinarias. Comenzaremos, co-
mo es de esperarse, con las más simples. Dicho a groso modo, una ecuación diferencial de
orden 1 es una ecuación en la cual está involucrada una variable x, llamada variable depen-
diente, y una variable y que suponemos que se puede expresar como función de x, así como la
dy
expresión . El objetivo es hallar de manera explícita la función f tal que al poner y “ f pxq
dx
y que satisfaga la ecuación diferencial. Veremos la utilidad de las ecuaciones diferenciales en
el modelado de fenómenos naturales.
De una manera más precisa tenemos la definición dada a continuación.
23.1.1. Definición. Sea I un intervalo abierto de números reales, D0 , D1 Ă C y F : I ˆ
D0 ˆ D1 ÝÑ C. Una expresión equivalente a una de la forma

23.1.2. F px, y, y 1 q “ 0

se llama ecuación diferencial de orden 1 o ecuación diferencial de primer orden. En


tal caso a una función derivable f : I ÝÑ D0 tal que f 1 : I ÝÑ D1 y además cumpla con la
condición
F px, f pxq, f 1 pxqq “ 0,
se llama solución de la ecuación diferencial de orden 1, es decir es una solución de la ecuación
diferencial 23.1.2.
23.1.3. Notación. En caso de que la variable independiente sea t y represente el tiempo la
ecuación 23.1.2 se acostumbra denotarla por

F pt, y, yq
9 “ 0.

23.1.4. Ejemplo. Dada la ecuación diferencial


xy 1 2
´ x “ 0,
y1 2

985
986 23.1. Introducción

para x ą 0, tenemos que una solución es la función f : p0; `8q ÝÑ R dada por f pxq “ 2x2 .
23.1.5. Ejemplo. Para el crecimiento poblacional tenemos un modelo en el cual la población
aumenta con una rapidez que es proporcional al tamaño de la población. Si la población P
en nuestro modelo se expresa, más que como un número natural que represente el número
de elementos de la población, como una masa que depende de manera continua del tiempo,
entonces podemos expresar nuestro modelo poblacional por medio de la ecuación diferencial

23.1.6. P9 “ AP,

donde A es una constante positiva. En ese caso una solución de la anterior ecuación diferencial
de orden 1 es la función f dada por f ptq “ eAt , aunque también lo es cualquier función
t ÞÑ K eAt , para cualquier constante K P C. En el caso de que P represente la masa de una
sustancia radiactiva que se degrada con el tiempo, la ley del comportamiento de P puede
expresarse también mediante la ecuación diferencial de primer orden 23.1.6, pero en este caso
A ă 0.
Veamos casos más generales de ecuaciones diferenciales.
23.1.7. Definiciones. Sea n P N, I un intervalo abierto de números reales, D0 , D1 , . . . , Dn Ă
C y F : I ˆ D0 ˆ D1 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Dn ÝÑ C. Una expresión de la forma

23.1.8. F px, y, y 1 , . . . , y pkq , . . . , y pnq q “ 0,

o una ecuación equivalente a ella, se llama ecuación diferencial ordinaria, o más especí-
ficamente ecuación diferencial de orden n. Una función f : I ÝÑ D0 que tenga derivada
de orden n, f pkq : I ÝÑ Dk para cada k P Jn , y además satisfaga la ecuación

F px, f pxq, f 1 pxq, . . . , f pkq pxq, . . . , f pnq pxqq “ 0,

se dice que es una solución de la ecuación diferencial ordinaria 23.1.8.


23.1.9. Notación. La ecuación diferencial ordinaria 23.1.8 también se representa por

dk y dn y
ˆ ˙
dy
F x, y, ,..., ,..., “ 0.
dx d xk d xn

23.1.10. Definiciones. Sean A1 , A2 , . . . , Am Ă C. En la situación de la definición 23.1.7


decimos que una función h : I ˆA1 ˆA2 ˆ¨ ¨ ¨ˆAm ÝÑ C es solución general de la ecuación
diferencial 23.1.8 en el intervalo abierto I si para todo pc1 , c2 , . . . , cm q P A1 ˆ A2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Am
tenemos que cualquier función px P Iq ÞÑ hpx, c1 , . . . , cm q es solución de la ecuación diferencial
23.1.8 y además toda solución de 23.1.8 es de la forma px P Iq ÞÑ hpx, c1 , . . . , cm q para algún
pc1 , c2 , . . . , cm q P A1 ˆ A2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Am . En caso de que f pxq “ hpx, c1 , . . . , cm q para valores
fijos de c1 , . . . , cm con pc1 , c2 , . . . , cm q P A1 ˆ A2 ˆ ¨ ¨ ¨ ˆ Am diremos que f es una solución
particular de la ecuación diferencial 23.1.8. Cuando D0 Ă C y tenemos una relación R cuya
gráfica G está incluida en I ˆD0 decimos que la expresión xRy es una solución implícita de
la ecuación diferencial 23.1.8 si para cualquier punto px0 , y0 q P G existe un intervalo abierto
23.1. Introducción 987

J Ă I y una función f : J ÝÑ C que sea solución de la ecuación diferencial 23.1.8 en J y


cuya gráfica esté incluida en G, además de que x0 P J y f px0 q “ y0 .
23.1.11. Ejemplo. En la ecuación diferencial
23.1.12. y 1 “ x2 ´ cospxq
tenemos que una función f es solución de dicha ecuación diferencial si y sólo si f pxq “
x3
3
´ senpxq ` c, para cualquier constante c P C, de manera que tenemos como solución
general de 23.1.12 a la función h dada por
x3
hpx, cq “ ´ senpxq ` c.
3
Por ejemplo, al tomar c “ 2, tenemos como solución particular a la función f dada por
3
f pxq “ x3 ´ senpxq ` 2. Además, tenemos que la relación R tal que xRy está dada por la
fórmula
x3
y´ ` senpxq “ 2
3
da una solución implícita de 23.1.12.
23.1.13. Ejemplo. Dada la ecuación diferencial ordinaria
23.1.14. x ` yy 1 “ 0,
tenemos que la relación
23.1.15. x2 ` y 2 “ 9, ´3ăxă3
es una solución implícita de la ecuación diferencial 23.1.14. En efecto, si despejamos y en la
ecuación 23.1.15 tenemos que
? ?
y “ 9 ´ x2 o bien y “ ´ 9 ´ x2 ,
de manera que si f1 : p´3; 3q
?
ÝÑ C y f2 : p´3; 3q?ÝÑ C, entonces ambas funciones son
xÞÑ 9´x2 xÞÑ´ 9´x2
soluciones de la ecuación diferencial 23.1.14, como el lector lo podrá verificar si lo desea.
Ahora, una solución de 23.1.14 cuya gráfica tenga al punto p0, ´3q sería la función f2 y
una solución cuya gráfica tenga al punto p0, 3q sería la función f1 , como lo puede verificar
fácilmente el lector.
Ejercicios.
1. En cada uno de los incisos siguientes verificar si la función f dada a continuación
satisface la ecuación diferencial dada:
3y
a) “ 1; f pxq “ 2 senp3xq.
tanp3xqy 1
b) y 1 ´ y “ 2x ex ; f pxq “ x2 ex .
c) ey ´y 1 “ 0; f pxq “ lnpx ´ 1q, para x ą 1.
d) y ` 2y ´ 2x ´ 3x2 ` 6x “ 3;
1 3
f pxq “ x3 ´ 3x ` 2.
e) y 3 ` 4y 1 “ ´6 senpxq; f pxq “ 2 cospxq ` senp2xq.
2. Determinar el orden de las ecuaciones diferenciales ordinarias dadas en el ejercicio 1.
988 23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden

23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer


orden
En esta sección estableceremos un método para resolver un tipo de ecuaciones diferencia-
les, a saber, las ecuaciones diferenciales exactas. Antes de decir que es una ecuación diferencial
exacta daremos una forma de representar algunas ecuaciones diferenciales.
23.2.1. Notación. A una ecuación diferencial de primer orden de la forma

P px, yqy 1 ` Qpx, yq “ 0

también se le representa como

P px, yq d y ` Qpx, yq d x “ 0.

Más generalmente, una ecuación diferencial de la forma

P px, yqy 1 ` Qpx, yq “ Rpx, yqy 1 ` Spx, yq

es también representada como

P px, yq d y ` Qpx, yq d x “ Rpx, yq d y ` Spx, yq d x.

23.2.2. Definición. Sea I Ă R un intervalo, D0 Ă C, P : I ˆ D0 ÝÑ C y Q : I ˆ D0 ÝÑ C.


Decimos que una ecuación diferencial de la forma

23.2.3. P px, yq d y ` Qpx, yq d x “ 0

es una ecuación diferencial exacta si existe una función diferenciable G : I ˆ D0 ÝÑ C


tal que

D2 Gpx, yq “ P px, yq y D1 Gpx, yq “ Qpx, yq, para todo px, yq P I ˆ D0 .

23.2.4. Teorema. Si P , Q y G son como en la definición 23.2.2 y f : I ÝÑ D0 es tal que

Gpx, f pxqq “ K,

para todo x P I y algún K P C, entonces f es una solución de la ecuación diferencial exacta


23.2.3.
Demostración. El resultado se sigue del hecho de que si H : I ÝÑ C , entonces H 1 pxq “
xÞÑGpx,f pxqq
D1 Gpx, f pxqq ` D2 Gpx, f pxqqf 1 pxq, y del hecho de que la derivada de la función constante
x ÞÑ K es 0, cumpliéndose así que Hpxq “ K y además

P px, f pxqqf 1 pxq ` Qpx, f pxqq “ 0,

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden 989

En caso de que la ecuación diferencial 23.2.3 sea exacta, una forma práctica de hallar
la función G descrita en el teorema 23.2.4 es obtener una «antiderivada parcial» U1,y de la
función x ÞÑ Qpx, yq, una «antiderivada parcial» U2,x de la función y ÞÑ P px, yq y después
encontrar respectivamente otras antiderivadas V1,y y V2,x de tal manera que V1,y pxq “ U1,y pxq`
rpyq y V2,x pyq “ U2,x pyq ` spxq, tomando rpyq y spxq de tal manera que coincidan V1,y pxq y
V2,x pyq. Una vez encontradas las funciones V1,y y V2,x tenemos que podemos tomar G de tal
manera que Gpx, yq “ V1,y pxq.
Una vez teniendo dicha función G ponemos a y en función de x de tal manera que se
cumpla la ecuación dada en el teorema 23.2.4.
Veamos el ejemplo siguiente.
23.2.5. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial

p4x ´ 8y 3 q d y ` p5x ` 4yq d x “ 0.

Solución. Sea U1,y pxq “ 25 x2 ` 4xy y U2,x pyq “ 4xy ´ 2y 4 , y tomemos rpyq y spxq de tal
manera que
5 2
x ` 4xy ` rpyq “ 4xy ´ 2y 4 ` spxq.
2
Como podemos ver, una forma de lograr lo anterior, aunque no la única, es hacer spxq “ 25 x2
y rpyq “ ´2y 4 , pudiendo tomar así Gpx, yq “ 52 x2 ` 4xy ´ 2y 4 . Tenemos así que si K es una
constante y tenemos una función f que satisfaga la ecuación
5 2
x ` 4xf pxq ´ 2pf pxqq4 “ K,
2
entonces f es solución de la ecuación diferencial.
23.2.6. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial

ey d x ` px ey `2yq d y “ 0.

Solución. Sea U1,y pxq “ x ey y U2,x pyq “ x ey `y 2 , y tomemos rpyq y spxq de manera que

x ey `rpyq “ x ey `y 2 ` spxq.

Como podemos ver, una forma de lograr lo anterior es hacer rpyq “ y 2 y spxq “ 0, pudiendo
tomar así Gpx, yq “ x ey `y 2 . Tenemos así que si K es una constante y tenemos una función
f que satisfaga la ecuación
x ef pxq `pf pxqq2 “ K,
entonces f es solución de la ecuación diferencial.
23.2.7. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial

x2 d y ` pcospxq ` 2xyq d x “ 0,

para el caso en que y “ 1 cuando x “ π.


990 23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden

Solución. Sea U1,y pxq “ senpxq ` x2 y y U2,x pyq “ x2 y, y tomemos rpyq y spxq de tal manera
que
senpxq ` x2 y ` rpyq “ x2 y ` spxq.
Una forma de lograr lo anterior es hacer rpyq “ 0 y spxq “ senpxq, teniendo así que si K es
una constante, la función f que satisfaga la ecuación

senpxq ` x2 f pxq “ K,

para alguna constante K, será solución de la ecuación diferencial. Ahora, si f pxq “ 1 cuando
x “ π, entonces K “ π2 , de manera que la función solución f estará dada por

π2 ´ senpxq
f pxq “ ,
x2
para x ą 0, ya que necesariamente x ‰ 0 y π, que es un posible valor de x, es positivo.
Un caso particular de las ecuaciones diferenciales exactas son las ecuaciones diferenciales
de variables separadas que se dan en la definición siguiente.
23.2.8. Definiciones. Sea I Ă R un intervalo, D0 Ă C, P : D0 ÝÑ C y Q : I ÝÑ C.
Decimos que una ecuación diferencial de la forma

23.2.9. P pyq d y ` Qpxq d x “ 0

es de variables separadas. Así mismo, una ecuación diferencial que sea equivalente a una
de la forma dada en 23.2.9 es de variables separables.
23.2.10. Observación. Toda ecuación diferencial de variables separadas como la dada en
la ecuación 23.2.9 es una ecuación diferencial exacta y cualquiera de sus soluciones está
determinada por una ecuación de la forma
ż ż
P pyq d y ` Qpxq d x “ K,

donde K es una constante.


Tenemos así que para resolver una ecuación diferencial de variables separables, se puede
expresar ésta como ecuación de variables separadas y luego usar la observación 23.2.10.
23.2.11. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial

9yy 1 ` 4x “ 0.

Solución. La ecuación diferencial anterior es equivalente a la de la forma

9y d y ` 4x d x “ 0,

la cual al usar la observación 23.2.10 tiene como solución a una función f que está determinada
por la solución implícita
9 2 4 2
y ` x “ c,
2 2
23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden 991

para alguna constante c. La anterior es una solución implícita de la ecuación diferencial. Si


hacemos k “ 18
c
obtenemos la ecuación de la elise

x2 y 2
` “ k,
9 4
pero si queremos considerar sólo soluciones que sean
? funciones?reales cuyo dominio sea un
intervalo abierto, debemos tener que k ą 0, con ´3 k ă x ă 3 k. Al despejar y obtenemos
que c c
x2 x2
y“2 k´ o bien y “ ´2 k ´ .
9 9
Tenemos así, para? cada
? k ą 0 dos posibles soluciones?de la
? ecuación diferencial, a saber la
función f1 : p´3 k; 3 b kq ÝÑ R y la función f2 : p´3 k; 3b kq ÝÑ R.
2 2
xÞÑ´2 k´ x9 xÞÑ2 k´ x9

23.2.12. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial


1
d y ` ey`1 d x “ 0.
x2 `1

Solución. Podemos ver que la ecuación diferencial no es exacta y no está expresada como
en la forma 23.2.9, pero sí es de variables separables pues es equivalente a la ecuación

e´py`1q d y ` px2 ` 1q d x “ 0,

la cual, debido a la observación 23.2.10, tiene como solución una función f que esté determi-
nada por
x3
´ e´py`1q ` ` x “ K,
3
para alguna constante K, es decir la solución f es de la forma
ˆ 3 ˙
x
f pxq “ ´ ln ` x ´ K ´ 1,
3
x3
donde f tiene como dominio a un intervalo incluido en el conjunto tx P R : 3
` x ą Ku.
23.2.13. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial

y1 “ 1 ` y2.

Solución. La ecuación puede expresarse como una ecuación de variables separadas de la


forma
dy
´ d x “ 0,
1 ` y2
cuya solución implícita es de la forma

arctanpyq ´ x “ c,
992 23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden

donde c es una constante y x ` c P r´ π2 ; π2 s, y al despejar y obtenemos que y “ tanpx ` cq, de


manera que para toda constante c tenemos una solución f dada por f pxq “ tanpx ` cq, cuyo
domino puede ser el intervalo abierto p´ π2 ´ c; π2 ´ cq u otro incluido en éste.
23.2.14. Ejemplo. Hallar una solución f de la ecuación diferencial
x
y1 “
y

tal que f p1q “ 3.


Solución. Observemos antes que nada que cualquier solución implícita de la ecuación dife-
rencial debe satisfacer que y ‰ 0. Bajo esa condición la ecuación diferencial es equivalente a
una de la forma
y d y ´ x d x “ 0,
la cual tiene como solución implícita a

y 2 x2
´ “ c,
2 2
para alguna constante c. Para simplificar un poco la ecuación anterior tomemos k “ 2c, de
tal manera que la solución implícita queda de la forma

y 2 ´ x2 “ k.

Intentemos despejar y para hallar una solución explícita f que satisfaga que f p1q “ 3. Al
despejar y tenemos que ? ?
y “ k ` x 2 ó y “ ´ k ` x2 .
Observemos
? que la solución f que satisfaga las condiciones requeridas no puede ser x ÞÑ
´ k ` x2 debido a que f p1q debe ser igual? a 3, es decir debe ser igual a un número positivo;
tenemos
? así que f pxq debe ser igual a k ` x2 , y al tomar x “ 1 debemos obtener que
?k ` 1 “ 3, de manera que k “ 8. Así, la solución buscada f debe satisfacer que f pxq “
8 ` x2 , y podemos tomar como dominio al intervalo abierto R.
23.2.15. Definición. Sea α un número. Decimos que una función de dos variables g : I ˆ
D0 ÝÑ C es homogénea de grado α si para todo t P I y todo px, yq P I ˆ D0 , con tx P I
y ty P D0 se tiene que
gptx, tyq “ tα gpx, yq.

23.2.16. Definición. Una ecuación diferencial de la forma

23.2.17. P px, yq d y ` Qpx, yq d x “ 0

es homogénea si las funciones P y Q son homogéneas de un mismo grado α. Cuando en


la ecuación 23.2.17 se tiene que P px, yq ‰ 0, entonces la ecuación es equivalente a una de la
forma
Qpx, yq
23.2.18. y1 “ ´ ,
P px, yq
23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden 993

donde la función P
Q
es homogénea de grado 0.
Daremos una forma de resolver una ecuación diferencial como la dada en 23.2.17 ó en
23.2.18. Supongamos que f es una solución de 23.2.18 y que g es una función tal que f pxq “
xgpxq. Tenemos que f 1 pxq “ xg 1 pxq ` gpxq, de manera que

Qpx, f pxqq Qpx, xgpxqq xα Qp1, gpxqq Qp1, gpxqq


f 1 pxq “ ´ “´ “´ α “´ ,
P px, f pxq P px, xgpxqq x P p1, gpxqq P p1, gpxqq

teniendo así que g es solución de la ecuación diferencial

Qp1, wq
23.2.19. xw1 ` w “ ´ ,
P p1, wq

que es una ecuación diferencial de variables separables, pues es equivalente a


1 1
23.2.20. Qp1,wq
dw ` d x “ 0,
w` x
P p1,wq

siempre que 1 P I.
Tenemos así el teorema siguiente
23.2.21. Teorema. Si g es solución de la ecuación diferencial 23.2.20, entonces la función
x ÞÑ xgpxq es solución (para x en un intervalo abierto adecuado) de la ecuación diferencial
23.2.17 cuando ésta es homogénea.
23.2.22. Observación. Tal vez al lector le resulte difícil memorizar la fórmula 23.2.20 para
aplicar el teorema 23.2.21. En tal caso se recomienda que haga el cambio de variable w “ xy y
exprese la ecuación 23.2.17 ó 23.2.18 en términos de w, transformando esta nueva ecuación en
una ecuación diferencial de variables separables. Una vez hallada la solución de esa ecuación,
hacer el cambio y “ xw para hallar la solución de la ecuación diferencial homogénea original.
23.2.23. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial

2xy d y ` px2 ` y 2 q d x “ 0

para el caso en que y “ ´1 cuando x “ 1.


Solución. Usemos el teorema 23.2.21, resolviendo primero la ecuación
1 1
1`w2
dw ` d x “ 0,
w` 2w
x

la cual es de variables separadas y puede expresarse como


2w 1
2
d w ` d x “ 0,
1 ` 3w x
que al integrar obtenemos
1
lnp1 ` 3w2 q ` lnp|x|q “ K,
3
994 23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden

para alguna constante K. Aplicando la función exponencial obtenemos


?3
1 ` 3w2 |x| “ C,

donde C es una constante positiva. Ahora, si y “ xw tenemos


c
3 y2
23.2.24. 1 ` 3 2 |x| “ C,
x
?
pero la condición de que y “ ´1 cuando x “ 1 nos conduce a que C “ 3 4. Tenemos
así que si elevamos al cubo ambos miembros de la igualdad 23.2.24 y quitamos barras de
valor absoluto, tomando en cuenta que x esté en un intervalo de números positivos al cual
pertenezca el número 1, obtenemos

x3 ` 3xy 2 “ 4,

y despejando y, haciendo y “ f pxq y tomando en cuenta la condición f p1q “ ´1 obtenemos


c
4 ´ x3
f pxq “ ´ ,
3x
teniendo a dicha función f como solución. Ahora, como x ‰ 0, el dominio de la función
f debe ser un intervalo incluido en p´8; 0q ó en p0; `8q, pero 1, que debe ser parte del
dominio de f ya que f p1q “ ´1, no está en p´8; 0q, de manera que el dominio de f debe ser
un intervalo incluido en p0; `8q. Si deseamos además
? que f tome solamente valores reales,
entonces 4´x no debe ser negativo, es decir x ĺ? 4, en tal caso podríamos tomar al dominio
3 3

I de la solución f como el intervalo abierto p0; 3 4q.


23.2.25. Definición. Sea I un intervalo abierto a, b P CC pIq. Una ecuación diferencial de la
forma

23.2.26. y 1 ` apxqy “ bpxq

se llama ecuación diferencial lineal de primer orden.


A continuación veremos un método para resolver ecuaciones diferenciales lineales de pri-
mer orden.
Supongamos que en un intervalo I tenemos funciones continuas a : I ÝÑ C y b : I ÝÑ C
y deseamos resolver una ecuación diferencial lineal del tipo 23.2.26 para x P I. Intentaremos
primero dar la solución general fh de la ecuación diferencial lineal

23.2.27. y 1 ` apxqy “ 0

y luego encontrar una solución particular fp de la ecuación 23.2.26 para así tener a fp ` fh
como solución general de 23.2.26.
Tomemos al funcional lineal L : CC1 pIq ÝÑ CC pIq y usemos el hecho de que si Lpfp q “ b,
f ÞÑf 1 `af
entonces cualquier solución f de la ecuación Lpf q “ b es de la forma fp ` fh , donde fh
23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden 995

satisface la ecuación Lpfh q “ 0 (teorema 13.6.59). Sea A una antiderivada de la función a y


sea w “ exp ˝A. Como para toda función derivable φ en el intervalo I

pφ exp ˝Aq1 “ φ1 exp ˝A ` φpexp ˝Aqa “ pφ1 ` aφq exp ˝A,

tenemos que φ es solución de 23.2.27 si y sólo si φ exp ˝A es una constante c, es decir si

φpxq “ c e´Apxq .

Ahora, si tomamos un x0 P I tenemos que una antiderivada A de a es la dada por


żx
Apxq “ apsq d s,
x0

teniendo así que la solución general fh de 23.2.27 es la dada por


x
ş
´ apsq d s
fh pxq “ c e x0
.

Ahora, tenemos que la función fp dada por

´
x
ş
apsq d s
żx şt
apsq d s
fp pxq “ e x0
ex0 bptq d t
x0

es solución de la ecuación diferencial lineal 23.2.26, en efecto


¨ ˛
żx
fp1 pxq ` apxqfp pxq “ ˝e´Apxq p´apxqq eAptq gptq d t ` e´Apxq eApxq bpxq‚
x0
¨ ˛
żx
` apxq ˝e´Apxq eAptq bptq d t‚ “ bpxq.
x0

Resumamos estos últimos resultados en el teorema siguiente.


23.2.28. Teorema. Sean I un intervalo abierto de números reales, sean a : I ÝÑ C y
b : I ÝÑ C funciones continuas y sea x0 P I. Una función f : I ÝÑ C es solución de la
ecuación diferencial lineal de primer orden

y 1 ` apxqy “ bpxq

si y sólo si existe un c P C tal que

´
x
ş
apsq d s ´
x
ş
apsq d s
żx şt
apsq d s
f pxq “ c e x0
`e x0
ex0 bptq d t.
x0
996 23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden

Del teorema anterior se sigue directamente el corolario siguiente.


23.2.29. Corolario. Bajo las condiciones del teorema 23.2.28 se tiene que si f es una solución
de la ecuación diferencial, y0 P C es una constante tal que f px0 q “ y0 , entonces

´
x
ş
apsq d s ´
x
ş
apsq d s
żx şt
apsq d s
f pxq “ y0 e x0
`e x0
ex0 bptq d t.
x0

Del corolario anterior se concluye que, cuando las funcione a y b son continuas, para
cualquier x0 P I y cualquier y0 P C siempre existe una solución única f de la ecuación
diferencial lineal de primer orden tal que f px0 q “ y0 , es decir se tiene el corolario siguiente.
23.2.30. Corolario. Sean I un intervalo abierto de números reales, sean a : I ÝÑ C y
b : I ÝÑ C funciones continuas y sean x0 P I e y0 P C. Existe una función única f : I ÝÑ C
que es solución de la ecuación diferencial lineal de primer orden

y 1 ` apxqy “ bpxq

tal que f px0 q “ y0 .


23.2.31. Ejemplo. Resolver la ecuación diferencial lineal
x2 ´x
y 1 ´ xy “ e 2

para un intervalo al cual pertenezca el 0.


Solución. Del teorema 23.2.28 tenemos que cualquier solución f es de la forma
¨ ˛
x
ş żx 2 şs
sds ´t d t
f pxq “ e0 ˝c ` e s 2´s e0 d s‚,
0

donde c es una constante, de manera que


¨ ˛ ¨ ˛
2
żx 2 2 2
żx
x s s ´s x s x2 ` x ˘
f pxq “ e 2 ˝c ` e 2 e´ 2 d s‚ “ e 2 ˝c ` e´ 2 d s‚ “ e 2 c ´ 2 e 2 `2
0 0
x2 ` x ˘
“e 2 k ´ 2e 2 ,

para alguna constante k.


A continuación veremos un tipo de ecuaciones diferenciales de primer orden que no son
lineales, pero que para casos muy generales pueden ser resueltas con la ayuda de la solución
de una ecuación diferencial lineal de primer orden.
23.2.32. Definición. Sea I un intervalo abierto, a, b P CC pIq y α P Rzt0, 1u. Decimos que la
ecuación diferencial
y 1 ` apxqy “ bpxqy α
23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden 997

es una ecuación diferencial de Bernoulli.


23.2.33. Teorema. Dada una ecuación diferencial de Bernoulli

y 1 ` apxqy “ bpxqy α ,

donde a y b son continuas en un intervalo abierto I. Sea f : I ÝÑ p0; `8q una función
derivable y gpxq “ pf pxqq1´α . La función f es solución de la ecuación diferencial de Bernoulli
si y sólo si g es solución de la ecuación diferencial lineal de primer orden

w1 ` p1 ´ αqapxqw “ p1 ´ αqbpxq.

Demostración. Tenemos que g 1 pxq “ p1 ´ αqpf pxqq´α f 1 pxq, de manera que f es solución
de la ecuación diferencial de Bernoulli en el intervalo abierto I si y sólo si

f 1 pxq ` apxqf pxq “ bpxqpf pxqqα


g 1 pxq
ðñ pf pxqqα ` apxqf pxq “ bpxqpf pxqqα
1´α
ðñ g 1 pxq ` p1 ´ αqapxqf pxqpf pxqq´α “ p1 ´ αqbpxq
ðñ g 1 pxq ` p1 ´ αqapxqgpxq “ p1 ´ αqbpxq,

pero la esta última ecuación significa que g es solución de w1 ` p1 ´ αqapxqw “ p1 ´ αqbpxq. ‚


Para el caso en que α ą 0 tenemos a la función constante x ÞÑ 0 como solución obvia
de la ecuación diferencial de Bernoulli. En el teorema anterior se exige que el recorrido de
la solución esté incluido en el conjunto de los números positivos debido a que tenemos bien
definida cualquier potencia de cualquier número positivo, no así de números negativos, al
menos no en el conjunto de los números reales. Ahora bien, en el caso en que α sea un número
entero, cualquier número diferente de cero lo podemos elevar a la potencia α, teniendo así la
siguiente variante del teorema anterior cuya demostración es similar.
23.2.34. Teorema. Dada una ecuación diferencial de Bernoulli

y 1 ` apxqy “ bpxqy α ,

donde a y b son continuas en un intervalo abierto I y α P Zzt0, 1u. Sea f : I ÝÑ Czt0u una
función derivable y gpxq “ pf pxqq1´α . La función f es solución de la ecuación diferencial de
Bernoulli si y sólo si g es solución de la ecuación diferencial lineal de primer orden

w1 ` p1 ´ αqapxqw “ p1 ´ αqbpxq.

23.2.35. Ejemplo. Resolvamos la ecuación diferencial


1
y 1 ` y “ ´2xy 2 ,
x
para el caso en que la gráfica de la solución pase por el punto p1, 2q.
998 23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden

Solución. Tenemos que la ecuación diferencial anterior es una ecuación diferencial de Ber-
noulli con apxq “ x1 , bpxq “ ´2x y α “ 2, de manera que 1 ´ α “ ´1. Apliquemos el teorema
23.2.34 y resolvamos primero la ecuación diferencial lineal
1
w1 ´ w “ 2x,
x
de manera que su solución general g está dada, debido al teorema 23.2.28, por una función g
de la forma
¨ ˛ ¨ ˛
x
ş 1 żx şs ´1 żx
˝c ` 2x e1 t d s‚ “ x ˝c ` 2 s d s‚ “ cx ` 2px2 ´ xq “ kx ` 2x2 ,
s
ds dt
gpxq “ e1
s
1 1

para alguna constante k. Ahora, si gpxq “ pf pxqq´1 , entonces f pxq “ 1


kx`2x2
, pero si f p1q “ 2,
entonces tenemos que 2 “ k`2
1
, es decir k “ ´32
, teniendo así que
1
f pxq “ ,
´ 23 x ` 2x2

para 0 ă x ă 43 .
23.2.36. Ejemplo. Hallar la solución particular real de la ecuación diferencial
? 1 a 3
yy ` y “ 1
a cuya gráfica pertenece el punto p0, 4q.
Solución. Observemos primero que ninguna solución de dicha ecuación diferencial tiene al
cero como parte de su recorrido, de ma nera que podemos dividir ambos lados de la igualdad
?
entre y, obteniendo así la ecuación equivalente
1
y 1 ` |y| “ ? ,
y
pero como 4 es parte del recorrido de la función que buscamos y 0 no forma parte de dicho
recorrido, tenemos que la solución sólo puede tomar valores positivos, teniendo así que bajo
la condición de que el punto p0, 4q pertenece a la gráfica de la solución la ecuación anterior
es equivalente a la ecuación diferencial de Bernoulli
1
y1 ` y “ y´ 2 .
Tomando apxq “ 1, bpxq “ 1 y α “ ´ 21 , obtenemos que 1 ´ α “ 32 . Aplicando el teorema
3 1
23.2.33 obtenemos que si gpxq “ pf pxqq 2 , entonces f es solución de y 1 ` y “ y ´ 2 si y sólo si
g es solución de
3 3
w1 ` w “ ,
2 2
que es una ecuación de variables separables, donde cualquier solución g es de la forma gpxq “
3 3
1 ` k e´ 2 x , para alguna constante k. En efecto, g 1 pxq “ ´ 32 k e´ 2 x y
3 3 3 3 3 3
g 1 pxq ` gpxq “ ´ k e´ 2 x ` p1 ` k e´ 2 x q “ .
2 2 2 2
23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden 999

? a 2
Ahora bien, para que f sea solución de yy 1 ` y 3 “ 1 debemos tener que f pxq “ pgpxqq 3 “
3 2 2
p1 ` k e´ 2 x q 3 , que bajo la condición de que f p0q “ 4 tendremos p1 ` kq 3 “ 4, es decir k “ 7,
3 2
teniendo así que la solución buscada es la función f dada por f pxq “ p1 ` 7 e´ 2 x q 3 .

Ejercicios.

1. Hallar una solución de la ecuación diferencial

2y d y ´ 6 e2x p1 ` 2xq d x “ 0.

2. En el ejercicio 1, hallar una solución f para la cual f p0q “ 1.

3. Hallar una solución f de la ecuación diferencial

y 1 ` 5x4 y 2 “ 0

tal que f p0q “ 1.

4. Dada la ecuación diferencial

px ` 2y ex q d y ` py ` y 2 ex q d x “ 0,

dar una relación de y en términos de x que describa una solución implícita f tal que
f p0q “ 2.

5. Resolver las siguientes ecuaciones diferenciales homogéneas y determinar el grado de


homogeneidad.

a) 3y d x ` p7x ´ yq d y, c) px ´ yq d x ` p2x ` yq d y “ 0,
b) px2 ` y 2 q d x ´ 2xy d y “ 0, d) y 1 “ x
y
` xy .

6. Resolver la siguientes ecuaciones diferenciales lineales de primer orden:

a) y 1 ´ 3y “ 6, f) y 1 ` 2xy “ x,
b) y 1 ` y “ senp2xq, g) y 1 ` y “ ex ,
c) xy 1 ´ 4y “ x6 ex , h) 3y 1 ` y “ 2 e´x ,
d) y 1 ´ 2y “ 1, i) y 1 ` ex y “ 3 ex .
e) y 1 ´ 2y “ x2 ` x, j) cospxqy 1 ` senpxqy “ 1.

7. La siguientes ecuaciones diferenciales son de Bernoulli o pueden ser expresadas como


una ecuación de Bernoulli. Hallar su solución general.

a) y 1 ´ 2xy “ xy 2 , c) xy 1 ´ y
2 lnpxq
“ y2,
?
b) y 1 ´ 2xy “ 4x y, d) y 1 ´ x1 y “ ´ 2y
1
.
1000 23.2. Algunos tipos de ecuaciones diferenciales de primer orden

8. En las siguientes ecuaciones diferenciales de primer orden hallar la solución f que


satisfaga la condición dada.
b
a) y 1 “ x`y , f p1q “ 2; e) p1 ` xq2 y 1 ` 2xy “ ´2x, f p0q “ ´1;
2x

b) px2 ` y 2 q d x ´ 2xy d y “ 0, f p1q “ 1; f) px2 ` y 2 q d x ` 2xy d y “ 0, f p1q “


´1;
c) px ´ yq d x ` p´x ` y ` 2q d y “ 0,
f p1q “ 1; g) xy 1 ` y “ x2 y 2 , f p´2q “ ´ 14 ;
d) xy 1 ´ y
lnpxq
“ 0, f peq “ 0; h) y 1 ` y “ xy , f p0q “ 1.
23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1001

23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con co-


eficientes constantes
Ya hemos visto un método para resolver ecuaciones diferenciales lineales de primer orden.
Veremos algunos métodos para resolver ecuaciones diferenciales lineales de un orden que no
necesariamente es 1, es decir, ecuaciones diferenciales como las descritas a continuación.
23.3.1. Definición. Sea I un intervalo abierto de números reales y a0 , a1 , . . . , an , b P
I
C funciones continuas, donde an no es la función nula. Una ecuación diferencial ordinaria
equivalente a una de la forma
23.3.2. an pxqy pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ bpxq
se llama ecuación diferencial lineal de orden n.
En esta sección se verán resultados concernientes a este tipo de ecuaciones y serán de uti-
lidad en esta misma sección y en secciones posteriores, pero nos enfocaremos en la resolución
de ecuaciones en donde la función b es nula y los coeficientes a0 , a1 , . . . , an , son constantes.
23.3.3. Definiciones. Cuando en la ecuación diferencial lineal de orden n dada en 23.3.2 se
tenga que la función b sea nula, diremos que dicha ecuación es una ecuación diferencial
lineal homogénea. Así mismo, decimos que la ecuación diferencial
an pxqy pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ 0
es la ecuación diferencial lineal homogénea correspondiente a la ecuación diferencial
lineal dada en 23.3.2.
23.3.4. Aclaración. El significado de la palabra «homogénea» dada en esta sección no debe
confundirse con el dado en la definición 23.2.16.
Supongamos que V es el conjunto de funciones que tienen derivada de orden n en un
intervalo I. Del hecho de que el conjunto V es un espacio vectorial y de que para toda
transformación lineal T : V ÝÑ IC se tenga que kerpT q es un subespacio vectorial de V
tenemos el teorema siguiente.
23.3.5. Teorema. Cualquier combinación lineal de un conjunto de soluciones de una ecuación
diferencial lineal homogénea en un intervalo I es también solución de la misma ecuación
diferencial lineal homogénea en el intervalo I.
Ahora bien, como aplicación de las propiedades de las ecuaciones lineales (teorema 13.6.59)
tenemos el siguiente resultado importante.
23.3.6. Teorema. Si fp es alguna solución particular de la ecuación diferencial lineal 23.3.2,
entonces cualquiera de sus soluciones es de la forma fh ` fp , donde fh es una solución de la
correspondiente ecuación diferencial lineal homogénea. Más aún, si fh es una solución de la
ecuación diferencial lineal homogénea correspondiente a la ecuación 23.3.2, entonces fh ` fp
es también una solución de 23.3.2.
El teorema 23.3.6 nos dice que para hallar la solución general de una ecuación diferencial
lineal, es suficiente con hallar una solución particular y la solución general de la ecuación di-
ferencial lineal homogénea correspondiente, pues la solución general de la ecuación diferencial
1002 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes

lineal será igual a la solución general de ecuación diferencial lineal homogénea correspondiente
más la solución particular de la ecuación diferencial lineal.
A continuación estudiaremos la forma para resolver ecuaciones diferenciales lineales ho-
mogéneas de grado n con coeficientes constantes, es decir ecuaciones de la forma

23.3.7. an y pnq ` an´1 y pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a1 y 1 ` a0 y “ 0,

donde los números a0 , a1 , . . . , an son constantes.


23.3.8. Notación. Denotaremos por D0 a la función identidad en CC pIq, donde I es el
intervalo abierto en el cual están definidas la soluciones de la ecuación diferencial 23.3.7.
Tenemos así que si f es una solución de la ecuación diferencial 23.3.7, entonces ésta se puede
expresar como
an Dn f ` an´1 Dn´1 f ` ¨ ¨ ¨ ` a1 D1 f ` a0 D0 f “ 0,
o de manera equivalente

23.3.9. pan Dn `an´1 Dn´1 ` ¨ ¨ ¨ ` a1 D1 `a0 D0 qpf q “ 0.

23.3.10. Definición. Dada la ecuación diferencial lineal homogénea 23.3.9, decimos que la
ecuación polinomial

23.3.11. an xn ` an´1 xn´1 ` ¨ ¨ ¨ ` a1 x ` a0 “ 0

es la ecuación asociada a la ecuación diferencial lineal homogénea 23.3.9. Así mismo,


decimos que 23.3.9 es la ecuación diferencial lineal homogénea asociada a la ecuación 23.3.11.
La ecuación 23.3.11 es una ecuación de grado n, de manera que de acuerdo al teorema
fundamental del álgebra 19.5.6 dicha ecuación tiene n raíces complejas λ1 , λ2 , . . . , λn , siendo
la ecuación 23.3.11 equivalente a una de la forma

px ´ λ1 qpx ´ λ2 q ¨ ¨ ¨ px ´ λn q “ 0,

la cual es la ecuación asociada a la ecuación diferencial lineal homogénea

23.3.12. pD1 ´λ1 D0 q ˝ pD1 ´λ2 D0 q ˝ ¨ ¨ ¨ ˝ pD1 ´λn D0 qpf q “ 0.

23.3.13. Notación. Si ppXq “ an Xn ` an´1 Xn´1 ` ¨ ¨ ¨ ` a1 X ` a0 es un polinomio, la


expresión ppDq representará al operador f ÞÑ pan Dn `an´1 Dn´1 ` ¨ ¨ ¨ ` a1 D1 `a0 D0 qpf q, así
por ejemplo la ecuación 23.3.12 se puede escribir simplemente como

23.3.14. pD ´λ1 qpD ´λ2 q ¨ ¨ ¨ pD ´λn qpf q “ 0.

23.3.15. Observación. Observemos que si para algún k P Jn se tiene que f satisface la


ecuación
pD ´λk qpf q “ 0,
entonces f satisface la ecuación 23.3.14, aunque la afirmación recíproca no necesariamente
es verdadera.
23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1003

Resolvamos pues la ecuación diferencial

23.3.16. pD ´λqpf q “ 0,

para λ P C. Sabemos que tal ecuación es equivalente a

f 1 pxq “ λf pxq,

y a su vez, en el caso en que f px0 q ‰ 0 para algún x0 , entonces f pxq ‰ 0 para todo x en
algún intervalo I al cual pertenezca x0 , equivale a

f 1 pxq
“ λ.
f pxq
1
Ahora, tenemos así que x ÞÑ lnp|f pxq|q es una antiderivada de la función x ÞÑ ff pxq
pxq
y que
x ÞÑ λx es una antiderivada de la función constante x ÞÑ λ, de manera que existe una
constante K tal que lnp|f pxq|q “ λx ` K (teorema 17.1.3). Tenemos así que cualquier función
f no nula que satisfaga la ecuación 23.3.16 debe satisfacer también la ecuación

|f pxq| “ eλx eK .

Ahora, como f pxq ‰ 0 para todo x P I y f es continua tenemos que

p@x P I, f pxq “ eK eλx q o bien p@x P I, f pxq “ ´ eK eλx q,

por lo que toda solución de 23.3.16 es de la forma x ÞÑ A eλx , para algún A P C (el caso en que
f pxq “ 0 se da al tomar A “ 0), y recíprocamente, para cualquier constante A P C la función
x ÞÑ A eλx es solución de la ecuación 23.3.16, como el lector podrá verificar fácilmente.
Hemos demostrado así el lema siguiente.
23.3.17. Lema. La solución general de la ecuación diferencial 23.3.16 es la función f dada
por f pxq “ A eλx donde A es una constante arbitraria. Es decir, para toda constante A P C,
la función px P Rq ÞÑ A eλx es una solución de la ecuación diferencial 23.3.16.
El teorema siguiente es parecido al teorema del binomio.
23.3.18. Teorema. Sea n P N y sean f y g funciones que tienen n-ésima derivada. Se tiene
la fórmula siguiente:
n ˆ ˙
n
ÿ n
D pf gq “ pDn´k f qpDk gq.
k“0
k

Demostración. Para el caso en que n “ 0 tenemos Dn pf gq “ f g, mientras que


n ˆ ˙
ÿ n
pDn´k f qpDk gq “ pD0´0 f qpD0 gq “ f g,
k“0
k

de manera que el resultado es válido para n “ 0. Sea N P N Y t0u un número tal que el
resultado es válido cuando n “ N . Tenemos de la regla para la derivada de un producto que
1004 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes

si f y g tienen derivadas de orden N ` 1, entonces


N ˆ ˙ N ˆ ˙
N `1 N
ÿ N N ´k k
ÿ N
D pf gq “ D D pf gq “ D pD f qpD gq “ DppDN ´k f qpDk gqq
k“0
k k“0
k
N
ÿ N ˆ ˙
“ ppDN `1´k f qpDk gq ` pDN ´k f qpDk`1 gqq
k“0
k
N ˆ ˙ N ˆ ˙
ÿ N N `1´k k
ÿ N
“ pD f qpD gq ` pDN ´k f qpDk`1 gq
k“0
k k“0
k
ˆ ˙ N ˆ ˙
N N `1´0 0
ÿ N
“ pD f qpD gq ` pDN `1´k f qpDk gq
0 k“1
k
N `1 ˆ ˙ ˆ ˙
ÿ N N `1´j j N `1
` pD f qpD gq “ pDN `1´0 f qpD0 gq
j“1
j´1 0
N ˆ ˙ N ˆ ˙
ÿ N N `1´k k
ÿ N
` pD f qpD gq ` pDN `1´k f qpDk gq
k“1
k k“1
k´1
ˆ ˙ ˆ ˙
N N `1
` pD0 f qpDN `1 gq “ pDN `1´0 f qpD0 gq
N 0
N ˆˆ ˙ ˆ ˙˙ ˆ ˙
ÿ N N N `1´k k N `1
` ` pD f qpD gq ` pDN `1´pN `1q f qpDN `1 gq
k“1
k k ´ 1 N ` 1
N `1 ˆ ˙
ÿ N `1
“ pDN `1´k f qpDk gq,
k“0
k

por lo que el resultado también es válido para n “ N `1, quedando así demostrado el teorema
por inducción matemática. ‚
El teorema 23.3.18 será usado en la demostración del teorema siguiente.
23.3.19. Teorema. Sea λ P C y n P N. Una función f P RC satisface la ecuación diferencial

pD ´λqn pf q “ 0

si y sólo si la función f es de la forma


n
ÿ
f pxq “ A1 eλx `A2 x eλx ` ¨ ¨ ¨ ` An xn´1 eλx “ Ak xk´1 eλx ,
k“1

para algunas constantes A1 , . . . , An P C.


Demostración. Procedamos por inducción matemática. Para el caso en que n “ 1 el
teorema es el lema 23.3.17. Supongamos que el teorema es válido cuando n “ N y en base
a ellos demostremos que también es válido cuando n “ N ` 1. Tenemos así que, debido al
lema 23.3.17, una condición necesaria y suficiente para que se cumpla la ecuación

pD ´λqN `1 pf q “ 0,
23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1005

la cual es equivalente a la ecuación

pD ´λqpD ´λqN pf q “ 0,

es que

23.3.20. pD ´λqN pf qpxq “ B eλx , para algún B P C.

Ahora, del teorema 23.3.6 tenemos que f es solución de 23.3.20 si y sólo si f es de la forma
N
Ak xk´1 eλx , donde fp es una solución de 23.3.20. Sea hpxq “ xN eλx y
ř
f pxq “ fp pxq `
k“1
calculemos pD ´λqN hpxq:
N ˆ ˙ N
N
ÿ N r N ´r N! ÿ dr N λx
N ´r
pD ´λq hpxq “ D p´λq hpxq “ p´λq px e q
r“0
r r“0
r!pN ´ rq! d xr
N r ˆ ˙ˆ
dj N
˙ ˆ r´j ˙
ÿ
N ´r N! ÿ r d λx
“ p´λq j
x r´j
e
r“0
r!pN ´ rq! j“0
j d x d x
N r ˆ ˙
ÿ
N ´r N! ÿ r N!
“ p´λq xN ´j λr´j eλx
r“0
r!pN ´ rq! j“0 j pN ´ jq!
N r
λx
ÿ
2p´1qN ´r ÿ λN ´j xN ´j
“ e pN !q
r“0
pN ´ rq! j“0 j!pr ´ jq!pN ´ jq!
˜ ¸
N N ´j N N ´r
ÿ λ ÿ p´1q
“ eλx pN !q2 xN ´j
j“0
pN ´ jq!j! r“j
pN ´ rq!pr ´ jq!
˜N ´j ¸
N
ÿ λ N ´j k
ÿ p´1q
“ eλx pN !q2 xN ´j
j“0
pN ´ jq!j! k“0 k!ppN ´ jq ´ kq!
˜N ´j ¸
N ´1 N ´j ÿ pN ´ jq!1pN ´jq´k p´1qk
ÿ λ
“ eλx N ! ` eλx pN !q2 2 j!
xN ´j
j“0
ppN ´ jq!q k“0
k!ppN ´ jq ´ kq!
N ´1
ÿ λN ´j
“ eλx N ! ` eλx pN !q2 p1 ´ 1qN ´j xN ´j “ N ! eλx .
j“0
ppN ´ jq!q2 j!

Tenemos así que si tomamos fp,B pxq “ B N


N!
x eλx , entonces se cumple

pD ´λqN pfp,B qpxq “ B eλx ,

no solamente para algún B, sino para todo B P C. Para cada AN `1 podemos tomar B de
manera que AN `1 “ NB! , teniendo así que f satisface la ecuación pD ´λqN `1 pf q “ 0 si y sólo
si f es de la forma
N
ÿ `1
λx λx N ´1 λx N λx
f pxq “ A1 e `A2 x e ` ¨ ¨ ¨ ` AN x e `AN `1 x e “ Ak xk´1 eλx ,
k“1
1006 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes

con lo que el teorema queda demostrado. ‚


23.3.21. Teorema. Sean λ1 , λ2 , . . . , λm P C números diferentes y n1 , n2 , . . . , nm P N. Una
función f P RC satisface la ecuación diferencial
m
ź
pD ´λk qnk pf q “ 0
k“1

si y sólo si la función f es de la forma


nk
m ÿ
ÿ
f pxq “ Ak,j xj´1 eλk x ,
k“1 j“1

para algunas constantes Ak,j P C.


Demostración. La demostración es del mismo estilo que la del teorema 23.3.19. Daremos
solamente los pasos que pueden seguirse para hacer la demostración: Procédase por inducción
m
sobre el número l :“ nk , observando que cuando l “ 1 el resultado es el lema 23.3.17.
ř
k“1
Hágase la hipótesis inductiva de que el resultado es válido para algún l “ L, para intentar
demostrar que el teorema es válido para l “ L ` 1, distinguiendo, si se quiere ser estricto, el
caso en que nm “ 1 del caso en que nm ą 1. Para el caso en que nm “ 1 demuéstrese que
m´1
ź
pD ´λk qnk eλk x
k“1

es una constante no negativa multiplicada por eλk x para concluir que la solución general de
m nk
m ř
pD ´λk qnk pf q “ 0 es de la forma f pxq “ Ak,j xj´1 eλk x . Para el caso en que nm ą 1
ś ř
k“1 k“1 j“1
demuéstrese que
pD ´λm qnm ´1 pxnm ´1 eλk x q
es una constante no negativa multiplicada por eλk x (aquí se puede hacer algo análogo a lo
que se hizo en la demostración del teorema 23.3.19) y luego hágase lo mismo con
m´1
ź
pD ´λm qnm ´1 pD ´λk qnk pxnm ´1 eλk x q
k“1
m
para concluir que la solución general de pD ´λk qnk pf q “ 0 es de la forma f pxq “
ś
k“1
nk
m ř
Ak,j xj´1 eλk x .
ř

k“1 j“1

23.3.22. Ejemplo. Hallar la solución general de la ecuación diferencial lineal


y 3 ´ 8y 2 ` 19y 1 ´ 12y “ 0.

Solución. Tenemos que tal ecuación diferencial lineal homogénea tiene como ecuación aso-
ciada a la ecuación
x3 ´ 8x2 ` 19x ´ 12 “ 0,
23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1007

la cual es equivalente a la ecuación

px ´ 3qpx ´ 4qpx ´ 1q “ 0,

de manera que cualquier solución f de la ecuación diferencial lineal es de la forma

f ptq “ c1 e3t `c2 e4t `c3 et .

23.3.23. Ejemplo. Hallar la solución generar de la ecuación diferencial lineal

23.3.24. y 3 ` y 2 ´ 8y 1 ´ 12y “ ´12t2 ´ 16t ´ 10,

tomando en cuenta que la función fp dada por fp ptq “ t2 ` 1 es una solución particular.
Solución. Si fh es la solución general de la ecuación diferencial lineal homogénea

23.3.25. y 3 ` y 2 ´ 8y 1 ´ 12y “ 0,

entonces, por el teorema 23.3.6, tenemos que la solución general de 23.3.24 es pt, c1 , c2 , c3 q ÞÑ
fh pt, c1 , c2 , c3 q ` fp ptq. Hallemos pues la solución general fh de 23.3.25. La ecuación asociada
a tal ecuación es
x3 ` x2 ´ 8x ´ 12 “ 0,
la cual, al factorizar, vemos que es equivalente a la ecuación

px ` 2q2 px ´ 3q “ 0,

de manera que, de acuerdo al teorema 23.3.21, fh pt, c1 , c2 , c3 q “ c1 e´2t `c2 t e´2t `c3 e3t , y así
cualquier solución de 23.3.24 es una función f de la forma

f ptq “ c1 e´2t `c2 t e´2t `c3 e3t `t2 ` 1.

En la mayoría de las ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes cons-


tantes, como lo es el caso de la ecuación 23.3.9, si tal ecuación modela un problema aplicado,
generalmente los coeficientes a0 , a1 , . . . , an son números reales y se desea que la solución sea
una función que al ser evaluada en un número real sea un número real. Ahora bien, aún así
los valores de λ1 , λ2 , . . . , λn podrían no ser todos números reales, pero en tal caso podemos
elegir el orden de aparición de los valores de λj de tal manera que para algún l P N tengamos
que 2l ă m, λj P R para j P t2l ` 1, . . . , mu, mientras que si j es par y 1 ă j ĺ 2l tengamos
que λj P CzR y además λj “ λj´1 . Tenemos así que al tomar bj “ Im pλj q y aj “ Re pλj q,
una solución de la forma
f pxq “ Axr eλj x `Bxr eλj x ,
puede ser expresada como
f pxq “ xr eaj x pApcospbj xq ` i senpbj xqq ` Bpcospbj xq ´ i senpbj xqqq
“ xr eaj x pC cospbj xq ` D senpbj xqq,
donde

23.3.26. C “ A ` B y D “ pA ´ Bq i .
1008 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes

Ahora, observemos que para todo C, D P C, existen A, B P C tales que se cumple la ecuación
23.3.26, y viceversa, para todo A, B P C, existen C, D P C tales que se cumple 23.3.26.
Tenemos así el teorema siguiente.
23.3.27. Teorema. Sean λ1 , λ2 , . . . , λ2l P CzR, λ2l`1 , λ2l`2 , . . . , λm P R números diferentes,
y n1 , n2 , . . . , nm P N, donde λ1 “ λ2 , λ3 “ λ4 . . . , λ2l´1 “ λ2l y n1 “ n2 , n3 “ n4 . . . ,
n2l´1 “ n2l . Una función f P RC satisface la ecuación diferencial lineal homogénea
m
ź
pD ´λk qnk pf q “ 0
k“1

si y sólo si la función f es de la forma


l n
ÿ ÿ2k

f pxq “ xj´1 eRe pλ2k qx pCk,j cospIm pλ2k qxq ` Dk,j senpIm pλ2k qxqq
k“1 j“1
ÿm nk
ÿ
` Ak,j xj´1 eλk x ,
k“2l`1 j“1

para algunas constantes Ak,j P C con j P t1, . . . , nk u y k P t2l`1, . . . , mu y algunas constantes


Ck,j , Dk,j P C, con j P t1, . . . , n2k u y k P t1, . . . , lu.
A continuación veremos algunos resultados para ecuaciones diferenciales lineales de orden
arbitrario, pero antes estableceremos algunos conceptos que utilizaremos.
23.3.28. Definiciones y notaciones. Sea I un intervalo abierto. Paragcada x P I definamos
fn´1
fÿ
la seminorma } ¨ }n´1,x : C pIq ÝÑ R como la dada por }f }n´1,x :“ e
n
|f pkq pxq|2 , donde
k“0
por convención tomamos f p0q
“ f . Además, si tenemos una sucesión finita pfk qnk“1 con n
componentes que son elementos de C n pIq definimos el wronskiano de dicha sucesión como
la función Wrnpf1 , f2 , . . . , fn q : I ÝÑ C dada por
´ ¯
pi´1q
Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq :“ det fj pxq
pi,jqPJn ˆ Jn
ˇ ˇ
ˇ f1 pxq f 2 pxq ¨ ¨ ¨ f n pxq ˇ
ˇ 1 1 1
ˇ
ˇ f1 pxq f2 pxq ¨¨¨ fn pxq ˇˇ
.. .. .. .. ˇ.
ˇ
“ˇ
ˇ . . . . ˇ
ˇ pn´1q pn´1q pn´1q
ˇ
ˇ f1 pxq f2 pxq ¨ ¨ ¨ fn pxq ˇ
´ ¯
Así mismo, a la matriz se le llama matriz wronskiana de pfk qnk“1
pi´1q
fj pxq
pi,jqPJn ˆ Jn
evaluada en x.
23.3.29. Lema. Si f es una solución de la ecuación diferencial lineal

y pnq ` an´1 y pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a1 y 1 ` a0 y “ 0


23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1009

en un intervalo abierto I y x0 P I, entonces para s “ 1 ` |an´1 | ` ¨ ¨ ¨ ` |a1 | ` |a0 | y para todo


x P I tenemos que
23.3.30. }f }n´1,x0 e´s|x´x0 | ĺ }f }x,n´1 ĺ }f }n´1,x0 es|x´x0 | .

Demostración. Sea vpxq :“ }f }2n´1,x , de tal manera que


n´1
ÿ
v “ f f¯ ` f 1 f¯1 ` ¨ ¨ ¨ f pn´1q f¯pn´1q “ f pkq f¯pkq ,
k“0

y así
n´1
ÿ n´1
ÿ
pk`1q ¯pkq
1
v “ f f ` f pkq f¯pk`1q ,
k“0 k“0
de tal suerte que para todo x P I tenemos
n´1
ÿ
1
23.3.31. |v pxq| ĺ 2|f pkq pxq||f pk`1q pxq|.
k“0

Como f es solución de la ecuación diferencial lineal tenemos que


n´1
ÿ
f pnq “ ´ ak f pkq ,
k“0

y así
n´1
ÿ
23.3.32. |f pnq pxq| ĺ |ak ||f pkq pxq|,
k“0

de manera que al usar la desigualdad 23.3.32 en la 23.3.31 obtenemos que


n´2
ÿ n´1
ÿ
23.3.33. |v 1 pxq| ĺ 2|f pkq pxq||f pk`1q pxq| ` 2|ak ||f pn´1q pxq||f pkq pxq|.
k“0 k“0

Ahora, para cualesquiera dos número z1 , z2 P C tenemos que p|z1 | ´ |z2 |q2 ľ 0, de donde
deducimos que
23.3.34. 2|z1 ||z2 | ĺ |z1 |2 ` |z2 |2 .
Usemos ahora la fórmula 23.3.34 en la desigualdad 23.3.33 para obtener la desigualdad
n´2
ÿ n´1
ÿ n´1
ÿ n´1
ÿ
2 2 2
1
|v pxq| ĺ |f pkq
pxq| ` |f pkq
pxq| ` |ak ||f pkq
pxq| ` |ak ||f pn´1q pxq|2
k“0 k“1 k“0 k“0
˜ ¸
n´2
ÿ n´1
ÿ
2 2
“ p1 ` |a0 |q|f pxq| ` p2 ` |ak |q|f pkq
pxq| ` 1 ` |an´1 | ` |ak | |f pn´1q pxq|2
k“1 k“0
n´2
ÿ n´1
ÿ
ĺ 2s|f pxq|2 ` 2s|f pkq pxq|2 ` 2s|f pn´1q pxq|2 “ 2s |f pkq pxq|2 “ 2svpxq.
k“1 k“0
1010 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes

De las desigualdades anteriores concluímos que

23.3.35. ´2svpxq ĺ v 1 pxq ĺ 2svpxq.

Consideremos por el momento sólo la desigualdad derecha de 23.3.35, de donde se deduce


que
d
pvpxq e´2sx q “ pv 1 pxq ´ 2svpxqq e´2sx ĺ 0,
dx
y así px P Iq ÞÑ vpxq e´2sx es no creciente, de modo que si x P I y x ľ x0 tenemos

vpxq e´2sx ĺ vpx0 q e´2sx0 ,

es decir

23.3.36. vpxq ĺ vpx0 q e2spx´x0 q “ vpx0 q e2s|x´x0 | , para x P I X rx0 ; `8q.

Para el caso en que x P I y x ĺ x0 tenemos que

vpxq e´2sx ľ vpx0 q e´2sx0 ,

es decir

23.3.37. vpxq ľ vpx0 q e2spx´x0 q “ vpx0 q e´2s|x´x0 | , para x P I X p´8; x0 s.

Consideremos ahora con la desigualdad izquierda de 23.3.35, de la cual deducimos que


d
pvpxq e2sx q “ pv 1 pxq ` 2svpxqq e2sx ľ 0,
dx
de manera que la función px P Iq ÞÑ vpxq e2sx es no decreciente, y en el caso en que x P I y
x ľ x0 obtenemos
vpx0 q e2sx0 ĺ vpxq e2sx ,
es decir

23.3.38. vpxq ľ vpx0 q e2spx0 ´xq “ vpx0 q e´2s|x´x0 | , para x P I X rx0 ; `8q.

Ahora, en el caso en que x P I y x ĺ x0 tenemos que

vpxq e2sx ĺ vpx0 q e2sx0 ,

de tal suerte que

23.3.39. vpxq ĺ vpx0 q e2spx0 ´xq “ vpx0 q e2s|x´x0 | , para x P I X rx0 ; `8q.

Ahora, de las desigualdades 23.3.36, 23.3.37, 23.3.38 y 23.3.39 concluímos que

vpx0 q e´2s|x´x0 | ĺ vpxq ĺ vpx0 q e2s|x´x0 | para todo x P I,

y el teorema se sigue al extraer la raíz cuadrada no negativa en cada una de las tres partes
de la desigualdad anterior. ‚
23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1011

Siguiendo la misma pauta que en la demostración del lema anterior, podemos demostrar
un resultado parecido, pero sin exigir que los coeficientes de la ecuación diferencial sean
constantes. En efecto, si en lugar de dicha ecuación diferencial tenemos una de la forma
y pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ 0,
donde a0 , a1 , . . . , an´1 son funciones continuas en I y en lugar del tomar s como el valor
constante dado tomamos la función s dada por
spxq “ 1 ` |an´1 pxq| ` ¨ ¨ ¨ ` |a1 pxq| ` |a0 pxq|,
entonces, una vez tomado el valor arbitrario x P I, podemos tomar un intervalo cerrado y
acotado Ex al cual pertenezcan x0 y x, pero sin que estos últimos valores sean extremos
del intervalo Ex , luego tomamos Mx “ máxtspwq : w P Ex u. Así, en lugar de deducir las
desigualdades 23.3.35 deducimos las desigualdades
˝
´2Mx vpwq ĺ v 1 pwq ĺ 2Mx vpwq, para todo w P E x ,
y de ahí, de manera similar a como se dedujo el lema 23.2.33 poder deducir el lema siguiente.
23.3.40. Lema. Si f es una solución de la ecuación diferencial lineal homogénea
y pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ 0
en un intervalo abierto I y x0 P I, entonces para todo x P I existe un Mx ą 0 tal que
}f }n´1,x0 e´Mx |x´x0 | ĺ }f }x,n´1 ĺ }f }n´1,x0 eMx |x´x0 | .

23.3.41. Lema. Sean α1 , α2 , . . . , αn P C, x0 P R e I un intervalo abierto al cual pertenece


x0 . La ecuación diferencial lineal homogénea
y pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a2 pxqy 2 ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ 0,
donde a0 , a1 , . . . , an´1 son funciones continuas en I, tiene a lo más una solución f : I ÝÑ C
tal que
f px0 q “ α1 , f 1 px0 q “ α2 , . . . , f pn´1q px0 q “ αn .

Demostración. Supongamos que f1 , f2 : I ÝÑ C son dos soluciones de la ecuación dife-


rencial que satisface las condiciones dadas para f en el enunciado del lema. Sea h “ f1 ´ f2 ,
teniendo así que h también es solución de la ecuación diferencial, pero
hpx0 q “ 0, h1 px0 q “ 0, . . . , hpn´1q px0 q “ 0.
Tenemos así que }h}n´1,x0 “ 0 y del lema 23.3.40 se concluye que }h}n´1,x “ 0 para todo
x P I, y en particular hpxq “ 0, es decir f1 pxq “ f2 pxq. ‚
23.3.42. Teorema. Supongamos que f1 , f2 , . . . , fn son n soluciones en un intervalo abierto
I de la ecuación diferencial lineal homogénea
y pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a2 pxqy 2 ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ 0,
1012 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes

donde a0 , a1 , . . . , an´1 son funciones continuas en I. Tales soluciones son linealmente inde-
pendientes si y sólo si Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq ‰ 0 para todo x P I.
Demostración. Sean c1 , c2 , . . . , cn constantes tales que

23.3.43. c1 f1 pxq ` c2 f2 pxq ` ¨ ¨ ¨ ` cn fn pxq “ 0 para todo x P I.

Tenemos de la ecuación 23.3.43 y del hecho de que la derivada de una función constante
evaluada en cualquier punto es siempre 0 y que para todo x P I y todo k P Jn´1

c1 f1 pxq ` c2 f2 pxq ` ¨ ¨ ¨ ` cn fnpkq pxq “ 0 para todo x P I.


pkq pkq
23.3.44.

Si tomamos a los valores c1 , c2 , . . . , cn como variables en los sistemas de ecuaciones 23.3.43 y


23.3.44 tenemos que si Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq ‰ 0, entonces necesariamente c1 “ c2 “ ¨ ¨ ¨ “
cn “ 0, de manera que f1 , f2 , . . . , fn son linealmente independientes. Ahora, si f1 , f2 , . . . , fn
fueran linealmente independientes y existiera un x0 P I para el cual Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpx0 q “
0, entonces, si en la ecuación 23.3.43 y en el sistema de ecuaciones 23.3.44 tomamos a
c1 , c2 , . . . , cn como variables del sistema y además tomamos x “ x0 , entonces la solución
de dicho sistema no es sólo la trivial, es decir existen valores de c1 , c2 , . . . , cn , no todos iguales
a 0 que cumplan con la ecuación dada en 23.3.43 y con el sistema 23.3.44 para el caso en
n
que x “ x0 . Ahora, sea g “ ck fk . Dicha función g también es solución de la ecuación dife-
ř
k“1
rencial lineal homogénea, pero además gpx0 q “ 0, g 1 px0 q “ 0, . . . , g pn´1q px0 q “ 0 de manera
que por el lema 23.3.41 tenemos que g sería la única función que sea solución de la ecuación
diferencial y que satifaga estas últimas igualdades, de manera que debería ser la función idén-
n
ticamente igual a 0, pues ésta satisface esas propiedades, es decir ck fk pxq “ 0 para todo
ř
k“0
x P I, pero como f1 , f2 , . . . , fn son linealmente independientes, esto contradice el hecho de
que no todos los ck sean 0, de manera que no es posible que Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpx0 q “ 0 para
algún x0 P I, concluyendo así que si estas funciones son linealmente independientes, entonces
Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq ‰ 0 para todo x P I, con lo que el teorema queda demostrado. ‚
23.3.45. Teorema de existencia y unicidad de las soluciones. Sean α1 , α2 , . . . , αn P C,
I, x0 P R y a0 , a1 , . . . , an´1 P C. La ecuación diferencial lineal homogénea con coeficientes
constantes
y pnq ` an´1 y pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a2 y 2 ` a1 y 1 ` a0 y “ 0
tiene una única solución f : R ÝÑ C que satisface las condiciones

f px0 q “ α1 , f 1 px0 q “ α2 , . . . , f pn´1q px0 q “ αn .

Demostración. La ecuación diferencial lineal homogénea es equivalente a una de la forma


m
ź
pD ´λk qnk pf q “ 0,
k“1
23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1013

m
con n “ nk , cuya solución f , de acuerdo al teorema 23.3.21, es de la forma
ř
k“1

nk
m ÿ
ÿ
f pxq “ Aj,j xj´1 eλk x ,
k“1 k“1

de manera que tenemos una base ordenada del espacio de soluciones pf1 , f2 , . . . , fn q donde
cada fi es de la forma x ÞÑ xj´1 eλk x y cualquier solución f de la ecuación diferencial es de
la forma n
ÿ
f pxq “ ci fi pxq,
i“1

y para que se satisfagan las condiciones es necesario y suficiente que


n
ÿ
px0 q “ αr para todo r P Jn ,
pr´1q
ci f i
i“1

de manera que la solución pc1 , c2 , . . . , cn q del sistema anterior es única debido a que, por ser
f1 , f2 , . . . , fn linealmente independiente y por el teorema 23.3.42, Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq ‰ 0.
Así, para tal solución pc1 , c2 , . . . , cn q del sistema es la que hace que la única solución f de la
n
ecuación diferencial sea la dada por f pxq “ ci fi pxq, para todo x P R.
ř

i“1

23.3.46. Fórmula de Liouville. Supongamos que f1 , f2 , . . . , fn son n soluciones en un


intervalo abierto I de la ecuación diferencial lineal homogénea

y pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a2 pxqy 2 ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ 0,

donde a0 , a1 , . . . , an´1 son funciones continuas en I. Para cualesquiera dos números x0 , x P I


tenemos que
¨ x ˛
ż
Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq “ exp ˝´ an´1 ptq d t‚Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpx0 q.
x0

Demostración. Para cada x P I sea W pxq :“ Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq. De la definición de


wronskiano y de determinante tenemos que
ÿ n
ź pσpiq´1q
W pxq “ sgnpσq fi pxq,
σPSn i“1

de manera que
˜ ¸
ÿ źn
pσpiq´1q
W 1 pxq “ sgnpσq D fi pxq
σPSn i“1
23.3.47. ÿ n
ÿ ź n
ÿ
pσpjqq pσpiq´1q
“ sgnpσq fj pxq fi pxq “ det Vj pxq,
σPSn j“1 iPJn ztju j“1
1014 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes

donde
´ ¯ es la matriz n ˆ n tal que tiene los mismos
Vj pxq ´ renglones que ¯ la matriz
salvo el j-ésimo renglón, el cual debe ser f1 pxq, . . . , fn pxq en lugar
pl´1q pjq pjq
fk pxq
´ pl,kqPJn ˆ Jn ¯
de f1 pxq, . . . , fn pxq . Ahora, si j ‰ n, entonces la matriz Vj pxq tiene dos renglones
pj´1q pj´1q
´ ¯
repetidos, a saber el j-ésimo y el pj ` 1q-ésimo que es f1 pxq, . . . , fn pxq , de manera que
pjq pjq

en ese caso det Vj pxq “ 0, y debido a la ecuación 23.3.47 tenemos que


ˇ ˇ
ˇ f1 pxq ¨¨¨ fn pxq ˇˇ
ˇ
ˇ f11 pxq ¨¨¨ fn1 pxq ˇˇ
.
.. .. ..
ˇ
W 1 pxq “ det Vn pxq “ ˇ . .
ˇ ˇ
ˇ
ˇ pn´2q pn´2q ˇ
ˇ f1 pxq ¨ ¨ ¨ f n pxq ˇ
ˇ pnq pnq
ˇ
ˇ f pxq ¨ ¨ ¨ fn pxq ˇ
1
ˇ ˇ
ˇ
ˇ f1 pxq ¨¨¨ fn pxq ˇ
ˇ
1 1
ˇ f 1 pxq ¨ ¨ ¨ f n pxq ˇ
.. .. ..
ˇ ˇ
. . .
ˇ ˇ
ˇ ˇ
“ˇ pn´2q pn´2q ˇ
ˇ
ˇ f 1 pxq ¨ ¨ ¨ f n pxq ˇ
ˇ
ˇ n´1 ř pkq
n´1
ř pkq
ˇ
ˇ ´
ˇ ak pxqf1 pxq ¨ ¨ ¨ ´ ak pxqfn pxq ˇˇ
k“0 k“0
ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ
ˇ f1 pxq ¨¨¨ fn pxq ˇ
ˇ
ˇ f1 pxq
ˇ ¨¨¨ fn pxq ˇˇ
n´1
ˇ f11 pxq ¨¨¨ fn1 pxq ˇ
n´1
ˇ f11 pxq ¨¨¨ fn1 pxq ˇˇ
ÿ ˇˇ .. .. .. .. .. ..
ˇ ÿ ˇ
. . . ak pxq ˇ . . .
ˇ ˇ ˇ
“´ ˇ ˇ“´ ˇ
k“0 ˇ
ˇ pn´2q pn´2q ˇ k“0
ˇ pn´2q pn´2q ˇ
ˇ f 1 pxq ¨ ¨ ¨ f n pxq ˇ
ˇ
ˇ f1
ˇ pkq pxq ¨ ¨ ¨ f n pxq ˇ
ˇ
pkq
ˇ ak pxqf pxq ¨ ¨ ¨ ak pxqfn pxq ˇ pkq ˇ f pxq ¨ ¨ ¨ fn pxq ˇ pkq
1 1
ˇ ˇ
ˇ f1 pxq ¨¨¨ fn pxq ˇˇ
ˇ
ˇ f11 pxq ¨¨¨ fn1 pxq ˇˇ
.. .. ..
ˇ
. . .
ˇ ˇ
“ ´an´1 pxq ˇ ˇ “ ´an´1 pxqW pxq,
ˇ pn´2q pn´2q ˇ
ˇ f1 pxq ¨ ¨ ¨ f n pxq ˇ
ˇ pn´1q pn´1q
ˇ
ˇ f pxq ¨ ¨ ¨ f n pxq ˇ
1

de manera que W satisface la ecuación diferencial lineal homogénes de primer orden


y 1 ` an´1 pxqy “ 0,
teniendo así que, debido al teorema 23.3.25,
x
ş
´ am´1 psq d s
W pxq “ c e x0
,
para alguna constante c que, como podemos ver al hacer x “ x0 , debe ser dicha constante
igual a W px0 q, de manera que en general
¨ x ˛
ż
Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq “ exp ˝´ an´1 psq d s‚Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpx0 q,
x0
23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes 1015

con lo que la fórmula de Liouville queda demostrada. ‚


Del teorema recién demostrado y del teorema 23.3.42 se deduce inmediatamente el coro-
lario siguiente.
23.3.48. Corolario. Supongamos que f1 , f2 , . . . , fn son n soluciones en un intervalo abierto
I de la ecuación diferencial lineal homogénea
y pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a2 pxqy 2 ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ 0,
donde a0 , a1 , . . . , an´1 son funciones continuas en I. Tales soluciones son linealmente inde-
pendientes si y sólo si para algún x0 P I se tiene que Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpx0 q ‰ 0.
Como caso particular de la fórmula de Liouville 23.3.46 tenemos el siguiente resultado.
23.3.49. Corolario. Si además de tener las hipótesis de la fórmula de Liouville 23.3.46
tenemos que los coeficientes a0 , a1 , . . . , an´1 son constantes, entonces
Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq “ Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpx0 q e´an´1 px´x0 q .

De las propiedades de las funciones lineales se tiene el resultado siguiente que es de utilidad
para resolver ecuaciones diferenciales lineales.
23.3.50. Principio de superposición para ecuaciones diferenciales lineales. Sea I Ă
n
R un intervalo abierto y T la función lineal en LC pCCn pIq, CC pIqq dada por T pf q “
ř
ak f pkq ,
k“0
donde an “ 1 y a0 , . . . , an´1 P CC pIq. Para todo b1 , b2 P CC pIq y f1 , f2 P CCn pIq tenemos que
T pf1 q “ b1 y T pf2 q “ b2 ùñ T pf1 ` f2 q “ b1 ` b2 .

Ejercicios.
1. Hallar las soluciones generales reales de las siguientes ecuaciones diferenciales lineales:

a) y 2 ´ 4y “ 0, b) y 2 ` 16y “ 0, c) y 2 ´ 4y 1 ` 5y “ 0,
d) y 2 “ 0, e) 3y 2 ` 2y 1 “ 0, f) y 3 “ x3 .

2. Hallar las soluciones generales complejas de las siguientes ecuaciones diferenciales li-
neales:

a) y 2 ` 2 i y 1 ` y “ 0, b) y 2 ` p3 i ´1qy 1 ´ 3 i y “ 0.

3. Dada la ecuación diferencial lineal y 2 ` y 1 ´ 6y “ 0:


a) Hallar la solución f tal que f p0q “ 1 y f 1 p0q “ 0.
b) Hallar la solución g tal que gp0q “ 0 y g 1 p0q “ 1.
c) Calcular f p1q y gp1q.
4. Hallar la solución f de la ecuación diferencial y 2 ` y “ 0 que satisfaga:
1016 23.3. Ecuaciones diferenciales lineales homogéneas con coeficientes constantes

a) f p0q “ 1, f p π2 q “ 2, b) f p0q “ 0, f pπq “ 0,


c) f p0q “ 0, f 1 p π2 q “ 0, d) f p0q “ 0, f p π2 q “ 0.
23.4. El método de los coeficientes indeterminados 1017

23.4. El método de los coeficientes indeterminados


En esta sección daremos un método para resolver ecuaciones diferenciales lineales de la
forma
23.4.1. y pnq ` an´1 y pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a2 y 2 ` a1 y 1 ` a0 y “ xm eαx ,
donde α, a0 , a1 , . . . , an´1 P C, n es un número natural mayor que 1, y m P N X t0u. Se usa-
rán soluciones halladas con esa metodología y el principio de superposición para ecuaciones
diferenciales lineales 23.3.50, además de otros resultados obtenidos en la sección 23.3, para re-
solver casos más generales de ecuaciones diferenciales lineales no homogéneas con coeficientes
constantes. comenzaremos analizando casos simples.
23.4.2. Teorema. Si en la ecuación diferencial 23.4.1 tenemos que si α no es solución de
la ecuación polinomial asociada a la ecuación homogénea correspondiente, entonces existen
valores únicos c0 , c1 , . . . , cm P C tales que la función f dada por f pxq “ pcm xm ` cm´1 xm´1 `
¨ ¨ ¨ ` c1 x ` c0 q eαx es solución de la ecuación diferencial 23.4.1.
m
Demostración. Para c “ pc0 , c1 , . . . , cm q P Cm`1 sea Pc pxq “ ck xk y fc pxq “ Pc pxq eαx .
ř
k“0
Por el teorema 23.3.18 tenemos
l
ÿ
l
D fc pxq “ Al,i pxq,
i“0

donde ˆ ˙´ i
l d ¯´ dl´i ¯
αx
Al,i pxq “ Pc pxq e ,
i d xi d xl´i
y podemos observar que cuando i ą m tenemos que Al,i pxq “ 0, mientras que si i ĺ m
tenemos ˆ ˙ÿm
l k!
Al,i pxq “ ck αl´i xk´i eαx ,
i k“i pk ´ iq!
teniendo así que
mı́ntm,lu
ÿ ˆ ˙ m mı́ntm,lu
ÿ ˆl ˙ m´i
l l ÿ k! l´i k´i αx
ÿ pj ` iq! l´i j αx
D fc pxq “ ck α x e “ cj`i α x e .
i“0
i k“i pk ´ iq! i“0
i j“0 j!

Tenemos pues que para que fc sea solución de la ecuación diferencial 23.4.1 es necesario y
suficiente que
n mı́ntm,lu
ÿ ˆl ˙ m´i
ÿ ÿ pj ` iq! l´i j αx
23.4.3. al cj`i α x e “ xm eαx .
l“0 i“0
i j“0
j!

Ahora, el coeficiente de xm eαx del lado izquierdo de la igualdad 23.4.3 debe ser por una parte
n
igual a 1 y por otra debe ser al cm αl , de manera que
ř
l“0

1
cm “ ř
n ,
al α l
l“0
1018 23.4. El método de los coeficientes indeterminados

n
donde al αl ‰ 0 debido a que por hipótesis α no es solución de la ecuación polinomial
ř
l“0
asociada a la ecuación homogénea correspondiente. Para j ă m el coeficiente de xj eαx del
lado izquierdo de 23.4.3 debe ser por una parte igual a 0 y por otra igual a
n mı́ntm,lu
ÿ ˆ ˙
ÿ l pj ` iq! l´i
al cj`i α ,
l“0 i“0
i j!

de manera que
n n mı́ntm,lu
ÿ ˆ ˙
ÿ
l
ÿ l pj ` iq! l´i
c j al α “ ´ al cj`i α ,
l“0 l“0 i“1
i j!
es decir, cuando j ă m tenemos
n mı́ntm,lu
ř ` ˘
l
cj`i pj`iq!
ř
al i j!
αl´i
i“1
cj “ ´ l“0 n
ř .
al αl
l“0

Tenemos así determinado el valor de cm y para cada entero no negativo j ă m tenemos


determinado el valor de cj en función de los valores cj`1 , . . . , cm , quedando así determinada
de manera única la función fc que satisfaga la ecuación diferencial 23.4.1. ‚
23.4.4. Ejemplo. Hallemos una solución de la ecuación diferencial

y 3 ´ 2y 2 ´ y 1 ` 2y “ x2 .

Solución. Observemos que la ecuación puede expresarse en la forma

y 3 ´ 2y 2 ´ y 1 ` 2y “ x2 eαx ,

tomando α “ 0. La ecuación polinomial asociada de la ecuación diferencial lineal homogénea


correspondiente es
λ3 ´ 2λ2 ´ λ ` 2 “ 0,
la cual no tiene a 0 como raíz, de manera que debido al teorema 23.4.2 una solución es
una función f dada por f pxq “ c2 x2 ` c1 x ` c0 para algunos valores de c0 , c1 y c2 . Ahora,
f 1 pxq “ 2c2 x ` c1 , f 2 pxq “ 2c2 y f 3 pxq “ 0, de manera que para que f sea solución de la
ecuación diferencial es necesario que 0 ´ 2p2c2 q ´ p2c2 x ` c1 q ` 2pc2 x2 ` c1 x ` c0 q “ x2 , es decir
2c2 x2 ` pc1 ´ 2c2 qx ` pc0 ´ c1 ´ 4c2 q “ x2 , de donde deducimos que c2 “ 12 , c1 “ 1 y c0 “ 3.
Tenemos así que la función f dada por f pxq “ 12 x2 `x`3 es solución de la ecuación diferencial.
De hecho si queremos obtener la solución general de la ecuación diferencial tenemos que una
expresión de la solución general h de la ecuación diferencial lineal homogénea correspondiente
y 3 ´ 2y 2 ´ y 1 ` 2y “ 0, cuya ecuación polinomial asociada es λ3 ´ 2λ2 ´ λ ` 2 “ 0, que tiene
como raíces a ´1, 1 y 2 está dada por hpx, A1 , A2 , A3 q “ A1 e´x `A2 ex `A3 e2x , de manera
que la solución general de la ecuación diferencial lineal será la función g dada por
1
gpx, A1 , A2 , A3 q “ f pxq ` hpx, A1 , A2 , A3 q “ x2 ` x ` 3 ` A1 e´x `A2 ex `A3 e2x .
2
23.4. El método de los coeficientes indeterminados 1019

La demostración del lema siguiente es prácticamente una copia de la demostración del


teorema del binomio por lo que podemos remitirnos a la demostración de dicho teorema.
23.4.5. Lema. Sean A, B : V ÝÑ W dos funciones lineales tales que AB “ BA, donde AB
significa A ˝ B, y sea n P N Y t0u.
n ˆ ˙
n
ÿ n n´k k
pA ` Bq “ A B .
k“0
k

En el siguiente lema se hace uso de la expresión eα¨ , tengamos en mente que tal expresión
representa a la función x ÞÑ eαx .
23.4.6. Lema. Si f es una función que tiene n derivadas y α P C, entonces

Dn peα¨ f q “ eα¨ pD `αqn f.

Demostración. Para demostrar el lema usaremos el teorema 23.3.18 y el lema 23.4.5.


n ˆ ˙ n ˆ ˙
αx n αx
ÿ n k n´k ÿ n k αx n´k
e pD `αq f pxq “ e α D f pxq “ α e D f pxq
k“0
k k“0
k
n ˆ ˙´
ÿ n dk αx ¯ n´k
“ k
e D f pxq “ Dn peα¨ f qpxq,
k“0
k d x

con lo que el lema queda demostrado. ‚


El siguiente teorema nos sirve para resolver otros tipos de ecuaciones diferenciales.
23.4.7. Teorema. Si en 23.4.1 tenemos que α es una solución con multiplicidad r de la ecua-
ción polinomial asociada a la ecuación homogénea correspondiente, entonces existen valores
únicos c0 , c1 , . . . , cm P C tales que la función f dada por f pxq “ pcm xr`m ` cm´1 xr`m´1 `
¨ ¨ ¨ ` c1 xr`1 ` c0 xr q eαx es solución de la ecuación diferencial 23.4.1.
n
Demostración. Tomemos T :“ aj Dj , con an “ 1. La ecuación polinomial asociada a la
ř
j“0
ecuación homogénea correspondiente es de la forma

pbn´r λn´r ` ¨ ¨ ¨ ` b1 λ ` b0 qpλ ´ αqr “ 0,

donde bn´r αn´r ` ¨ ¨ ¨ ` b1 α ` b0 ‰ 0 y bn´r “ 1, pudiéndose expresar T como T “


pbn´r Dn´r ` ¨ ¨ ¨ ` b1 D `b0 qpD ´αqr . Sea f ˚ la única solución de la ecuación

23.4.8. y pn´rq ` bn´r´1 y pn´r´1q ` ¨ ¨ ¨ ` b1 y 1 ` b0 y “ xm eαx

de la forma f ˚ pxq “ pdm xm ` dm´1 xm´1 ` ¨ ¨ ¨ ` d1 x ` d0 q eαx y para cada c “ pc0 , c1 , . . . , cm q P


Cm`1 tomemos fc pxq “ pcm xr`m ` cm´1 xr`m´1 ` ¨ ¨ ¨ ` c1 xr`1 ` c0 xr q eαx “ Pc pxq eαx . Ahora,
debido al lema 23.4.6

e´α¨ pD ´αqr fc “ Dr pe´α¨ fc q “ Dr pe´α¨ Pc eα¨ q “ Dr Pc ,


1020 23.4. El método de los coeficientes indeterminados

de manera que
m
ˆÿ ˙
r r αx pk ` rq! k αx
pD ´αq fc pxq “ pD Pc pxqq e “ ck x e .
k“0
k!

Así, para que fc sea solución de la ecuación diferencial 23.4.1 es necesario y suficiente que
pD ´αqr fc sea solución de la ecuación diferencial 23.4.8, pero por el teorema 23.4.2 debemos
tener pD ´αqr fc “ f ˚ , es decir
k!
ck “ dk ,
pk ` rq!
con lo que el teorema queda demostrado. ‚
23.4.9. Ejemplo. La ecuación diferencial lineal

y 2 ´ 4y 1 ´ 5y “ x2 e5x

tiene como ecuación diferencial lineal homogénea correspondiente a la ecuación y 2 ´4y 1 ´5y “
0 y su ecuación polinomial asociada es λ2 ´ 4λ ´ 5 “ 0, cuyas raíces son 5 y ´1, ambas
de multiplicidad 1. Tenemos así que la solución general h de la ecuación diferencial lineal
homogénea está dada por
hpx, A1 , A2 q “ A1 e5x `A2 e´x .
Tenemos así, por el teorema 23.4.7, que una solución particular fp de la ecuación diferencial
lineal original es de la forma

fp pxq “ pc2 x3 ` c1 x2 ` c0 xq e5x

debido a que 5 es una raíz de multiplicidad 1 de la ecuación polinomial asociada a la ecuación


diferencial lineal homogénea correspondiente. Determinemos pues los valores que deben tomar
c0 , c1 y c2 para que fp sea una solución particular. Tenemos que

fp1 pxq “ p3c2 x2 ` 2c1 x ` c0 q e5x `5pc2 x3 ` c1 x2 ` c0 xq e5x


“ p5c2 x3 ` p3c2 ` 5c1 qx2 ` p2c1 ` 5c0 qx ` c0 q e5x
y
fp2 pxq “ p15c2 x2 ` p6c2 ` 10c1 qx ` p2c1 ` 5c0 qq e5x
` p25c2 x3 ` p15c2 ` 25c1 qx2 ` p10c1 ` 25c0 qx ` 5c0 q e5x
“ p25c2 x3 ` p30c2 ` 25c1 qx2 ` p6c2 ` 20c1 ` 25c0 qx ` p2c1 ` 10c0 qq e5x ,
de manera que para que fp satisfaga la ecuación diferencial lineal debemos tener que para
todo x P R
25c2 ´ 20c2 ´ 5c2 “ 0, 30c2 ´ 12c2 ` 25c1 ´ 20c1 ´ 5c1 “ 1,
6c2 ` 20c1 ´ 8c1 ` 25c0 ´ 20c0 ´ 5c0 “ 0, 2c1 ` 10c0 ´ 4c0 “ 0,
es decir
18c2 “ 1,
6c2 ` 12c1 “ 0, 2c1 ` 6c0 “ 0,
23.4. El método de los coeficientes indeterminados 1021

3 2
y así, c2 “ 18
1
, c1 “ ´ 361
y c0 “ 108 1
por lo que necesariamente fp pxq “ p x18 ´ x36 ´ x
108
q e5x .
Ahora bien, la solución general fg de la ecuación diferencial lineal está dada por
ˆ 3 ˙
5x x x2 x
fg px, A1 , A2 q “ A1 e `A2 e `´x
´ ´ e5x .
18 36 108

Ejercicios.

1. Halla la solución general de cada una de las siguientes ecuaciones diferenciales lineales:

a) y 2 ` y 1 ´ 6y “ 2x, e) y 3 ´ 2y 2 ´ 4y 1 ` 8y “ 6x e2x ,
b) 4y 2 ´ 9y “ 15, f) y p4q ´ y 2 “ 4x ` 2x e´x ,
c) y 2 ´ 8y 1 ` 20y “ 100x2 ´ 26x ex , g) 4y 2 ´ 4y 1 ´ 3y “ cosp2xq,
d) y 2 ` 4y 1 ´ 4y “ p3 ` xq e´2x , h) y 3 ´ 6y 2 “ 3 ´ cospxq.

2. Dadas las siguientes ecuaciones diferenciales lineales hallar la solución f que satisfaga
las condiciones dadas:

a) y 2 ` 4y “ ´2, f p π8 q “ 12 , f 1 p π8 q “ 2; b) y 2 `4y 1 ´4y “ p3`xq e´2x , f p0q “ 2,


f 1 p0q “ 5.
1022 23.5. El método de variación de constantes

23.5. El método de variación de constantes


En esta sección daremos un método para resolver ecuaciones diferenciales lineales de la
forma

23.5.1. y pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a2 pxqy 2 ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ bpxq,

donde a0 , a1 , . . . , an´1 , b P CC pIq, n P N y además I Ă R es un intervalo abierto. Supondremos


a lo largo de esta sección que f1 , f2 , . . . , fn son soluciones linealmente independientes de la
ecuación diferencial lineal lineal homogénea correspondiente a la ecuación diferencial 23.5.1
en el intervalo abierto I.
En 23.3.28 definimos el concepto del wronskiano. A continuación definiremos el concepto
de wronskiano alterado.
23.5.2. Definiciones y notaciones. Sea k P Jn y para cada x P I sea Ak pxq la matriz
tal que para cada j P Jn ztku la j-ésima columna de Ak pxq es la j-ésima columna de la
matriz wronskiana de pfk qnk“1 evaluada en x, pero la k-ésima columna Ak pxq es la columna
p0, 0, . . . , 0, 1qt , es decir, es la columna pδi,n qpi,jqPJn ˆt1u . A tal matriz le llamaremos matriz
wronskiana alterada en la k-ésima columna de pfk qnk“1 evaluada en x. Al determinante de
la matriz wronskiana alterada en la k-ésima columna de pfk qnk“1 evaluada en x le llamaremos
wronskiano alterado en la k-ésima columna de la sucesión finita pfk qnk“1 evaluado en x y
lo denotaremos por Wrnk pf1 , f2 , . . . , fn qpxq.
Con el fin de ocupar menos espacio, durante esta sección escribiremos W pxq en lugar de
Wrnpf1 , f2 , . . . , fn qpxq y Wk pxq en lugar de Wrnk pf1 , f2 , . . . , fn qpxq.
Tenemos que cualquier combinación lineal C1 f1 ` C2 f2 ` ¨ ¨ ¨ ` Cn fn de las funciones
f1 , f2 , . . . , fn , donde C1 , C2 , . . . , Cn P C, es una solución de la ecuación diferencial lineal
homogénea correspondiente a la ecuación diferencial lineal 23.5.1. Si en lugar de considerar
las constantes C1 , C2 , . . . , Cn tomamos funciones u1 , u2 , . . . , un P CC1 pIq, tendremos que si la
función p “ u1 f1 ` u2 f2 ` ¨ ¨ ¨ ` un fn P CCn pIq, entonces es solución de una ecuación diferencial
lineal
y pnq ` an´1 pxqy pn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a2 pxqy 2 ` a1 pxqy 1 ` a0 pxqy “ b0 pxq,

para alguna única función b0 P CC pIq; en efecto lo anterior ocurre sólo cuando b0 “ ppnq `
an´1 ppn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` a2 p2 ` a1 p1 ` a0 p.
Deseamos hallar un método para encontrar las funciones u1 , u2 , . . . , un P CC1 pIq de tal
manera que la función g satisfaga la ecuación diferencial 23.5.1, es decir, forzar a que b0 “ b
y así tener una solución de dicha ecuación diferencial.
De manera recursiva podemos observar que en el caso en que se cumpla la igualdad
n
ÿ n
ÿ
“ 0, para todo k P Jn´1 , y
pk´1q pn´1q
23.5.3. u1j fj u1j fj “b
j“1 j“1

n
´ř ¯pkq n n
´ř ¯pnq n
tendremos que para k P Jn´1 y uj fj `b. Ahora
ř pkq ř pnq
uj fj “ uj fj uj fj “
j“1 j“1 j“1 j“1
23.5. El método de variación de constantes 1023

bien, si p “ u1 f1 ` u2 f2 ` ¨ ¨ ¨ ` un fn , entonces

ppnq ` an´1 ppn´1q ` ¨ ¨ ¨ ` ak ppkq ` ¨ ¨ ¨ ` a1 p1 ` a0 p


´ÿ n ¯ ÿn n
ÿ n
ÿ n
ÿ
pnq pn´1q pkq
“ uj fj ` b ` an´1 uj fj ` ¨ ¨ ¨ ` ak uj fj ` ¨ ¨ ¨ ` a1 uj fj1 ` a0 uj fj
j“1 j“1 j“1 j“1 j“1
n
ÿ ´ ¯ n
ÿ
pnq pn´1q pkq
“ uj fj ` an´1 fj ` ¨ ¨ ¨ ` ak fj ` ¨ ¨ ¨ ` a1 fj1 ` a0 fj ` b “ uj 0 ` b “ b.
j“1 j“1

Tenemos así el lema siguiente.


23.5.4. Lema. Si u1 , u2 , . . . , un P CC1 pIq satisfacen el sistema de desigualdades 23.5.3 y
p “ u1 f1 ` u2 f2 ` ¨ ¨ ¨ ` un fn , entonces p es solución de la ecuación diferencial lineal 23.5.1.
A continuación veremos que las funciones u1 , u2 , . . . , un dadas en el lema 23.5.4 existen y
daremos un método para hallar dichas funciones.
Como las funciones f1 , f2 , . . . , fn son linealmente independientes, debido al corolario
23.3.48 tenemos que W pxq ‰ 0, para todo x P I, de manera que por la regla de Cramer
12.9.22 cuando cada función uj tenga la propiedad de que

bpxqWj pxq
u1j pxq “ ,
W pxq

entonces u1 , u2 , . . . , un P CC1 pIq son funciones que satisfacen las hipótesis del lema 23.5.4, de
manera que si x0 P I y para todo x P I definimos
żx
bpsqWj psq
uj pxq :“ d s,
W psq
x0

entonces la función
n n żx
ÿ ÿ bpsqWk psq
x ÞÑ uk pxqfk pxq “ fk pxq ds
k“1 k“1
W psq
x0

es solución de la ecuación diferencial lineal 23.5.1. Tenemos en resumen el teorema siguiente.


23.5.5. Teorema. Si f1 , f2 , . . . , fn son soluciones linealmente independientes de la ecuación
diferencial lineal lineal homogénea correspondiente a la ecuación 23.5.1 en un intervalo abierto
I y x0 P I, entonces la función p : I ÝÑ C dada por
n żx
ÿ bpsq Wrnk pf1 , . . . , fn qpsq
ppxq “ fk pxq ds
k“1
Wrnpf1 , . . . , fn qpsq
x0

es una solución de la ecuación diferencial lineal 23.5.1.


En la sección 22.4 hemos visto métodos para encontrar n soluciones linealmente inde-
pendientes f1 , f2 , . . . , fn de la ecuación diferencial lineal homogénea correspondiente a la
1024 23.5. El método de variación de constantes

ecuación diferencial lineal 23.5.1 cuando los coeficientes a0 pxq, a1 pxq, . . . , an´1 pxq son cons-
tantes. Más adelante veremos métodos para encontrar funciones linealmente independientes
f1 , f2 , . . . , fn para casos más generales, donde dichos coeficientes no necesariamente son
constantes.
23.5.6. Ejemplo. Hallar la solución general de la ecuación diferencial

y 2 ´ y “ senhp2xq.

Solución. Por los métodos vistos en la sección 23.3 podemos ver que tenemos dos soluciones
linealmente independientes f1 y f2 de la ecuación diferencial homogénea correspondiente
dadas por f1 pxq “ ex y f2 pxq “ e´x , de manera que por el teorema 23.5.5 tenemos que una
solución particular de la ecuación diferencial lineal es la función g dada por
2 żx
ÿ senhp2sq Wrnk pf1 , f2 qpsqq
ppxq “ fk pxq d s,
k“1
Wrnpf1 , f2 qpsq
0
ˇ s ˇ ˇ ˇ
ˇ e e´s ˇˇ ˇ 0 e´s
donde Wrnpf1 , f2 qpsq “ ˇ s y
ˇ
ˇ ´s ˇ “ ´2, Wrn 1 pf 1 , f2 qpsq “ ˇ ˇ “ ´ e´s
e ´ e ˇ 1 ´ e´s ˇ
ˇ s ˇ
ˇ e 0 ˇ
Wrn2 pf1 , f2 qpsq “ ˇˇ s ˇ “ es , de manera que
e 1 ˇ
żx żx żx
x senhp2sqp´ e´s q senhp2sq es q pe2s ´ e´2s qp´ e´s q
ppxq “ e d s ` e´x d s “ ex ds
´2 ´2 ´4
0 0 0
żx żx żx
pe2s ´ e´2s q es e´3s ´ es e3s ´ e´s
` e´x d s “ ex d s ` e´x ds
´4 ´4 ´4
0
x
ˆ ´3x 0
˙ 0 ´x ˆ 3x 0
0
˙
e e x e 0 e e ´x e 0
“ ´e ´ `e ` `e ´ ´e
´4 ´3 ´3 ´4 3 3
2x ´2x 2x ´2x x ´x
e ´e e ´e e ´e 1 1
“´ ` ` “ senhp2xq ´ senhpxq.
12 4 3 3 6
Tenemos así que por el principio de superposición 23.3.50 tenemos que una forma de expresar
la solución general es mediante la función px, C1 , C2 q ÞÑ 31 senhp2xq´ 61 senhpxq`C1 ex `C2 e´x .
23.5.7. Ejemplo. Hallar una solución f de la ecuación diferencial
2
y 2 ` y 1 “ x5
x
en el intervalo p0; `8q, para la cual f p1q “ 1 y f p1q “ ´1.
Solución. Observemos que esta ecuación diferencial lineal no es de coeficientes constantes,
de manera que la ecuación diferencial lineal homogénea correspondiente
2
y2 ` y1 “ 0
x
23.5. El método de variación de constantes 1025

tampoco es de coeficientes constantes, sin embargo al tomar w “ y 1 la ecuación diferencial


lineal homogénea correspondiente se transforma en una de la forma
2
w1 ` w “ 0,
x
que es de primer grado y de variables separables, y al resolverla para w obtenemos w “
C1 x12 , de tal suerte que, al tomar la integral indefinida de esta expresión, obtenemos que la
función h dada por hpx, C1 , C2 q “ C1 x1 ` C2 es solución general de la ecuación diferencial
homogénea y 2 ` x2 y 1 “ 0. Ahora bien, tomando f1 pxq “ x1 y f2 pxq “ 1 tenemos que f1 y f2
son soluciones linealmente independientesˇ 1 en p0;ˇ `8q, como puede verse del teorema 23.3.42
1 ˇˇ 1
y del hecho de que Wrnpf1 , f2 qpxq “ ˇˇ ´1 “ 2 ‰ 0, para x ą 0. Tenemos además que
ˇ
x
ˇ ˇ x2
0 ˇ x ˇ ˇ
ˇ 1 0 ˇ
ˇ “ 1 , de manera que por el
ˇ 0 1 ˇ
Wrn1 pf1 , f2 qpxq “ ˇˇ ˇ “ ´1 y Wrn2 pf1 , f2 qpxq “ ˇ ´1
ˇ x
1 0 ˇ
x2
1 ˇ x
teorema 23.5.5 obtenemos una solución p de la ecuación diferencial lineal y 2 ` x2 y 1 “ x5 dada
por
´ 3 ¯
żx 5 żx 5 żx żx x 13
´ 8 ˆ 7 ˙
1 s p´1q s 1{s ´1 7 6 8 x 17
ppxq “ ds ` 1 ds “ s ds ` s ds “ ´ ` ´
x 1{s2 1{s2 x x 7 7
1 1 1 1
7 7 7
x 1 x 1 x 1 1
“´ ` ` ´ “ ` ´ .
8 8x 7 7 56 8x 7
Por el principio de superposición 23.3.50 tenemos ahora que una solución general g de la
7 7
ecuación diferencial está dada por gpx, C1 , C2 q “ x56 ` 8x
1
´ 17 ` Cx1 ` C2 “ x56 ` Kx1 ` K2 , al
tomar K1 “ C1 ` 18 y K2 “ C2 ´ 71 . Ahora, los valores constantes de K1 y K2 que hagan que
7
la función f dada por f pxq “ x56 ` Kx1 ` K2 satisfaga las condiciones f p1q “ 1 y f 1 p1q “ ´1
6
deben ser tales que f p1q “ 56
1
` K1 ` K2 “ 1, y como f 1 pxq “ x8 ´ Kx21 , también deben cumplir
con f 1 p1q “ 18 ´ K1 “ ´1, por lo cual K1 “ 98 y K2 “ 1 ´ 56 1
´ 98 “ ´ 12 . Tenemos así que
7
f pxq “ x56 ` 8x
9
´ 21 .

Ejercicios.

1. Con respecto al teorema 23.5.5 y a la manera como se definió la función p, ¿es necesario
que el valor de x0 que aparece en el límite inferior de la integral sea el mismo para cada
término de la suma para que p sea solución de la ecuación diferencial lineal?

2. Hallar la solución general de cada una de las siguientes ecuaciones diferenciales lineales:

a) 4y 2 ` 36y “ cscp3xq, c) y 2 ` 3y 1 ` 2y “ senpex q,


b) y 2 ´ y “ coshpxq, d) y 3 ` y 1 “ tanpxq.
1026 23.6. El método de series de potencias

23.6. El método de series de potencias


En esta sección veremos un método para resolver ecuaciones lineales homogénea de la
forma
n´1
ÿ
23.6.1. y pnq ` ak pxqy pkq “ 0,
k“0

para el caso en que cada ak pxq pueden expresarse como series de potencias de la forma
8
αk,j xj , para cada k P Jn´1 Yt0u y el radio de convergencia de cada una de estas
ř
ak pxq “
j“0
series es mayor o igual que algún R ą 0.
Si f es solución de la ecuación diferencial 23.6.1 y si se puede expresar como serie de
potencias de la forma
ÿ8
f pxq “ cj x j ,
j“0

con radio de convergencia mayor o igual que R, entonces


8 8
pkq
ÿ j! j´k
ÿ pj ` kq! j
f pxq “ cj x “ cj`k x.
j“k
pj ´ kq! j“0
j!

Ahora, por el teorema 8.7.21, para todo k P Jn´1 Yt0u tenemos que
˜ ¸˜ ¸ ˜ ¸
8 8 8 l
ÿ ÿ pj ` kq! ÿ ÿ pl ´ j ` kq!
ak pxqf pkq pxq “ αk,j xj cj`k xj “ αk,j cl´j`k xl ,
j“0 j“0
j! l“0 j“0
pl ´ jq!

y
8
ÿ pl ` nq! l
f pnq pxq “ cl`n x,
l“0
l!
de modo que si f es solución de la ecuación diferencial 23.6.1 en el intervalo abierto p´R; Rq,
para cada l P N Y t0u, debe cumplirse
n´1 l
pl ` nq! ÿ ÿ pl ´ j ` kq!
cl`n ` αk,j cl´j`k “ 0,
l! k“0 j“0
pl ´ jq!

es decir,
n´1 l
l! ÿÿ pl ´ j ` kq!
23.6.2. cl`n “ ´ αk,j cl´j`k .
pl ` nq! k“0 j“0 pl ´ jq!

Notemos que si son dadas las constantes c0 , c1 , . . . , cn´1 , cada constante de la forma cl`n puede
expresarse como combinación lineal de estas primeras n constantes. Veamos pues que, en
efecto, si tenemos n constantes c0 , c1 , . . . , cn´1 , y definimos recursivamente las constantes cl`n
8
mediante la fórmula 23.6.2, entonces la serie de potencias ck xk tiene radio de convergencia
ř
k“0
23.6. El método de series de potencias 1027

8
mayor o igual que R y además la función px P p´R; Rqq ÞÑ ck xk es solución de la ecuación
ř
k“0
diferencial 23.6.1.
23.6.3. Teorema. Sea n P Nzt1u. Si en la ecuación diferencial lineal 23.6.1 cada una de las
funciones ak , para k P Jn´1 Yt0u, puede expresarse como serie de potencias de la forma
8
ÿ
23.6.4. ak pxq “ αk,j xj
j“0

y tienen radio de convergencia mayor o igual que un número positivo R, tenemos n números
c0 , c1 , . . . , cn´1 , y para cada l P N Y t0u definimos de manera recursiva cl`n como en la
ecuación 23.6.2, entonces la serie de potencias
8
ÿ
ck x k
k“0

tiene radio de convergencia mayor o igual que R y la función


8
ÿ
px P p´R; Rqq ÞÑ ck x k
k“0

es solución de la ecuación diferencial lineal 23.6.1 en el intervalo abierto p´R; Rq.


Demostración. Sea 0 ă r ă R. Como las series dadas en 23.6.4 son absolutamente conver-
gentes, tenemos que existe un M ą 0 tal que

23.6.5. |αk,j |rj ĺ M, para todo j P N Y t0u y todo k P Jn´1 Yt0u.

De la igualdad 23.6.2, de la desigualdad 23.6.5 y haciendo un cambios en el orden de las


sumas tenemos que
˜ ¸
l n´1
l!M ÿ ÿ pl ´ j ` kq!
|cl`n | ĺ l |cl´j`k | rl´j
r pl ` nq! j“0 k“0 pl ´ jq!
23.6.6. ˜ ¸
l n´1
l!M ÿ ÿ pj ` kq!
“ l |cj`k | rj .
r pl ` nq! j“0 k“0 j!

Para cada j P Jn´1 Yt0u tomemos Bj :“ |cj | y para l P NYt0u definamos de manera recursiva
Bl`n como el número
˜ ¸
l n´1
l!M ÿ ÿ pj ` kq!
23.6.7. Bl`n :“ l
Bj`k rj
pl ` nq!r j“0 k“0 j!

y observemos que de 23.6.6 podemos demostrar por inducción matemática que |ck | ĺ Bk ,
para cada k P N Y t0u.
1028 23.6. El método de series de potencias

8
Demostremos ahora que la serie Bk xk es convergente siempre que |x| ă r. De 23.6.7
ř
k“0
tenemos que
˜ ¸
l`1 n´1
pl ` 1q!M ÿ ÿ pj ` kq!
Bl`1`n “ Bj`k rj
pl ` 1 ` nq!rl`1 j“0 k“0
j!
˜ ¸
l n´1
pl ` 1ql!M ÿ ÿ pj ` kq!
“ Bj`k rj
pl ` 1 ` nqpl ` nq!rl r j“0 k“0 j!
n´2
pl ` 1q!M ÿ pl ` 1 ` kq! l`1 pl ` 1q!M
` l`1
Bl`1`k r ` Bl`n rl`1
pl ` 1 ` nq!r k“0 pl ` 1q! pl ` 1 ` nq!rl`1
n´2
pl ` 1q Bl`n ÿ pl ` 1 ` kq! M
“ ` M Bl`1`k ` Bl`n ,
pl ` 1 ` nq r k“0
pl ` 1 ` nq! l ` 1 ` n

de tal suerte que


n´2
Bl`1`n pl ` 1q|x| ÿ Bl`1`k pl ` 1 ` kq! M |x|
23.6.8. |x| “ ` |x| M ` .
Bl`n pl ` 1 ` nqr k“0
Bl`n pl ` 1 ` nq! l ` 1 ` n

Ahora, veamos que para cualquier entero k0 P Jn´2 Yt0u


Bl`1`k0 pl ` 1 ` k0 q!
23.6.9. lı́m M “ 0.
lÑ8 Bl`n pl ` 1 ` nq!
En efecto, si en el lado derecho de la igualdad 23.6.7 tomamos en la doble suma solamente
el término para el cual j “ l y k “ k0 ` 1 obtenemos que
l! M pl ` 1 ` k0 q!
Bl`n ľ l
pBl`1`k0 q rl “ M Bl`1`k0 ľ 0,
pl ` nq! r pl ` nq!
por lo tanto
1 Bl`1`k0 pl ` 1 ` k0 q!
ľM ľ 0,
l`1`n Bl`n pl ` 1 ` nq!
cumpliéndose así 23.6.9.
De las igualdades 23.6.8 y 23.6.9 obtenemos que cuando |x| ă r
Bl`1`n |x|l`1`n Bl`1`n |x|
lı́m l`n
“ lı́m |x| “ ă 1,
lÑ8 Bl`n |x| lÑ8 Bl`n r
8
ÿ
de modo que por el criterio de la razón 8.7.44 la serie Bk xk converge, y por el criterio de
k“0
8
ÿ
comparación de series 8.7.11 tenemos que la seria ck xk converge absolutamente.
k“0
En general, si |x| ă R, podemos tomar r entre |x| y R, teniéndose así la convergencia
8
ÿ
absoluta de la serie ck xk .
k“0
23.6. El método de series de potencias 1029

8
ÿ
Falta ver que la función f : p´R; Rq ÝÑ C dada por f pxq “ ck xk es solución de la
k“0
ecuación diferencial lineal homogénea 23.6.1, pero en los comentarios previos a la fórmula
23.6.2, donde se definen las constantes cl`n , vimos que
˜ ¸
8 l
ÿ ÿ pl ´ j ` kq!
ak pxqf pkq pxq “ αk,j cl´j`k xl
l“0 j“0
pl ´ jq!

y
8
pnq
ÿ pl ` nq! l
f pxq “ cl`n x,
l“0
l!
de manera que el coeficiente de xl de la serie de potencias que resulta de la expresión
n´1
ÿ
23.6.10. f pnq pxq ` ak pxqf pkq pxq
k“0

es el número
n´1 l
pl ` nq! ÿ ÿ pl ´ j ` kq!
cl`n ` αk,j cl´j`k
l! k“0 j“0
pl ´ jq!
˜ ¸
l
l! ÿ pl ´ j ` kq! pl ` nq!
“ cl`n ` αk,j cl´j`k
pl ` nq! j“0 pl ´ jq! l!
pl ` nq!
“ pcl`n ´ cl`n q “ 0,
l!
teniendo así que la expresión dada en 23.6.10 es 0, es decir f satisface la ecuación diferencial
lineal homogénea 23.6.1, con lo que terminamos la demostración del teorema. ‚
23.6.11. Ejemplo. Hallar los primeros 9 términos la solución f de la ecuación diferencial

y 2 ` xy 1 ` 5x3 y “ 0,

expresada como serie de potencias, con las condiciones de que f p0q “ 1 y f 1 p0q “ 0.
Solución. Proponemos una función solución f de la forma
8
ÿ
f pxq “ cj x j .
j“0

En ese caso tenemos


8
ÿ 8
ÿ
j´1
1
f pxq “ jcj x “ pj ` 1qcj`1 xj
j“1 j“0
y
8
ÿ 8
ÿ
f 2 pxq “ pj ` 1qjcj`1 xj´1 “ pj ` 2qpj ` 1qcj`2 xj ,
j“1 j“0
1030 23.6. El método de series de potencias

pero como f p0q “ 1, tenemos que c0 “ 1, y como f 1 p0q “ 0, tenemos que c1 “ 0. Además,
por ser f solución de la ecuación diferencial, debe cumplirse la igualdad

f 2 pxq ` xf 1 pxq ` 5x3 f pxq “ 0,

donde
8
ÿ 8
ÿ 8
ÿ
f 2 pxq ` xf 1 pxq ` 5x3 f pxq “ pj ` 2qpj ` 1qcj`2 xj ` x pj ` 1qcj`1 xj ` 5x3 cj x j
j“0 j“0 j“0
2 3
“ 2 ¨ 1c2 ` p3 ¨ 2c3 ` 1c1 qx ` p4 ¨ 3c4 ` 2c2 qx ` p5 ¨ 4c5 ` 3c3 ` 5c0 qx
8
ÿ
` ppj ` 2qpj ` 1qcj`2 ` jcj ` 5cj´3 qxj
j“4

“ 2c2 ` 6c3 x ` p12c4 ` 2c2 qx2 ` p20c5 ` 3c3 ` 5c0 qx3


8
ÿ
` ppj ` 2qpj ` 1qcj`2 ` jcj ` 5cj´3 qxj ,
j“4

de manera que, para que f sea solución de la ecuación diferencial con las condiciones dadas,
es necesario y suficiente que, además de que c0 “ 1 y c1 “ 0, que c2 “ 0, c3 “ 0, c4 “ 0,
5
c5 “ ´ 20 c0 “ ´ 14 y pj ` 2qpj ` 1qcj`2 ` jcj ` 5cj´3 “ 0 para j ľ 4, Es decir

jcj ` 5cj´3
cj`2 “ ´ , para j ľ 4.
pj ` 2qpj ` 1q
´5 6p´ 16 q
Tenemos así que c6 “ ´ 4cp6qp5q
4 `5c1
“ ´ 61 , c7 “ ´ 5cp7qp6q
5 `5c2
“ ´ 7¨64 “ 5
7¨6¨4
, c8 “ ´ 6c68¨7
`5c3
“´ 8¨7

5
7 7¨6¨4
1
8¨7
, c9 “ ´ 7c79¨8
`5c4
“´ 9¨8
5
“ ´ 9¨8¨6¨4 , de manera que

1 1 5 1 8 5
f pxq “ 1 ´ x5 ´ x6 ` x7 ` x ´ x9 ` ¨ ¨ ¨ .
4 6 7¨6¨4 8¨7 9¨8¨6¨4
Epílogo 1031

EPÍLOGO
Siempre habrá cosas interesantes por añadir en un libro como éste, lamentablemente si
quisiéramos poner todo lo interesante de las matemáticas nunca terminaríamos y siempre
tendríamos una obra inconclusa. Sin embargo invitamos a los lectores que hayan detectado
errores o aspectos que se puedan mejorar a contactar a alguno de los autores para sugerir
modificaciones del trabajo, teniendo siempre en mente la utilidad para el lector y el estilo del
libro. Agradecemos siempre su amable colaboración e interés por este trabajo.
«Καὶ εἰ μὲν καλῶς εὐθίκως τῇ συντάξει, «Si la composición ha quedado bella y logra-
τοῦτο καὶ αὐτὸς ἤθελον· εἰ δὲ εὐτελῶς καὶ da, era eso lo que yo pretendía; si imperfecta y
μετρίως, τοῦτο ἐφικτὸν ἦν μοι. καθάπερ mediocre, diré que he hecho cuanto me ha sido
γὰρ οἶνον κατὰ μόνας πίνειν, ὡσαύτως δὲ posible. Es perjudicial beber vino solo o sola
καὶ ὕδωρ πάλιν πολέμιον· ὃν δὲ τρόπον οἶ- agua; en cambio, el vino mezclado con agua,
νος ὕδατι συγκερασθεὶς ἡδὺς καὶ ἐπιτερ- es agradable; es un placer para el gusto. Igual-
πῆ τὴν χάριν ἀποτελεῖ, οὕτως καὶ τὸ τῆς mente el estilo variado del relato encanta los
κατασκευῆς τοῦ λόγου τέρπει τὰς ἀκοὰς oídos de los que leen la obra. Doy aquí fin a
τῶν ἐντυγχανόντων τῇ συντάξει. ἐνταῦθα mi trabajo» (Segundo Libro de los Macabeos
δἑ ἔσται ἡ τελευτή.» 15.38-39).
1032 Epílogo
Apéndice A. Lista de símbolos 1033

Apéndice A. Lista de símbolos


Símbolo Ejemplo Significado

@ @qpxq, ppxq Cuantificador universal. Para todo x que satisface qpxq se


cumple ppxq.

D Dqpxq, ppxq Cuantificador existencial. Existe x que satisface qpxq tal que
se cumple ppxq.

D! D!qpxq, ppxq Existe un único x que satisface qpxq tal que se cumple ppxq.

q Negación. No se cumple q.

_ p_q Disyunción. p ó q. (En el contexto de los retículos significa el


supremo de tp, qu).

^ p^q Conjunción. p y q. (En el contexto de los retículos significa el


ínfimo de tp, qu).

ùñ p ùñ q Implicación o suficiencia. p implica q.

ðù p ðù q Necesidad. p es necesario para q.

ðñ p ðñ q Equivalencia. p si y sólo si q.

tx : ppxqu Conjunto de los x que satisfacen ppxq.

ta, b, c, . . . u Conjunto cuyos elementos son a, b, c, . . . .

∅ Conjunto vacío.

tu Variante de conjunto vacío.

P bPA b pertenece a A.

R bRA b no pertenece a A.
1034 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado

“ a“b a es igual a b.

:“ a :“ b Igual por definición. a se define como b.

‰ a‰b a es diferente de b.

Ă AĂB A es subconjunto de B.

Ą AĄB B es subconjunto de A.

Ł AŁB A Ă B pero A ‰ B.

Ń AŃB A Ą B pero A ‰ B.

Y AYB Unión de A y B.

X AXB Intersección de A y B.

z AzB Conjunto de elementos que están en A pero no están en B.

4 A4B Diferencia simétrica. Conjunto de elementos que están en A


ó en B pero no en A y en B a la vez.

6 Por lo tanto.

7 Como.

« a«b a es aproximadamente igual a b.

# #A Número de elementos o cardinalidad del conjunto A.


#A “ #B Los conjunto A y B tienen la misma cardinalidad.

ąą a ąą b a es mucho mayor que b.


Apéndice A. Lista de símbolos 1035

Símbolo Ejemplo Significado

% x% Porcentaje. x por ciento, es decir x


100
.

i.e. Es decir.

cf. Comparar.

` a`b Suma. a más b.

´ a´b Resta. a menos b.


´a Inverso aditivo de a (se lee «menos a»).
´H En el caso en que H sea una curva significa la curva opuesta
de H.

˜ a˜b División. a entre b.

{ a{b División. a entre b.

a
b
a entre b ó 1b a.

| a|b a divide a b.

- a-b a no divide a b.

MCD MCDpa, bq Máximo divisor común de a y b.

mcm mcmpa, bq Mínimo común múltiplo de a y b.

Sn Conjunto de permutaciones en Jn “ t1, . . . , nu.

pak qnk“1 Sucesión finita de n componentes cuya k-ésima componente


es ak .

pa1 , a2 , . . . , an q Variante de pak qnk“1 .


1036 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado

pak q8
k“1 Sucesión infinita cuya k-ésima componente es ak .

pa1 , . . . , ak , . . . q Variante de pak q8


k“1 .

r χ
r Cuando χ es una sucesión, es el conjunto de todas
las componentes de χ, es decir pa
Č 8
k qk“1 “ ta1 , . . . , ak , . . . u.

lím lím ak Límite de ak cuando k tiende a infinito.


kÑ8

lím f pxq Límite de f pxq cuando x tiende a a.


xÑa

lím f pxq Límite de f pxq cuando x tiende a a por la derecha.


xÑa`

límf pxq Variante de lím` f pxq.


xÓa xÑa

lím f pxq Límite de f pxq cuando x tiende a a por la izquierda.


xÑa´

límf pxq Variante de lím´ f pxq.


xÒa xÑa

lím sup lím sup ak Límite superior de ak cuando k tiende a infinito.


kÑ8

lím lím ak Variante de lím sup ak .


kÑ8 kÑ8

límı́nf límı́nf ak Límite inferior de ak cuando k tiende a infinito.


kÑ8

lím lím ak Variante de límı́nf ak .


kÑ8 kÑ8
Apéndice A. Lista de símbolos 1037

Símbolo Ejemplo Significado

ˆ AˆB Cuando A y B son puntos es el producto vectorial o producto


cruz. Cuando A y B son conjuntos es el producto cartesiano
tpa, bq : a P A y b P Bu.
mˆn Cuando m y n son enteros positivos indica el orden de una
matriz, es decir que la matriz tiene m renglones y n columnas.

¨ P ¨Q Cuando P y Q son números, indica multiplicación.


Cuando P y Q son puntos indica el producto escalar de P y Q.

ö̀ α ö̀ β Suma del camino α con el camino β.

ö́ α ö́ β Resta del camino α y el camino β (α menos β).

π1 π1 pX, xq Grupo fundamental de clases de homotopiá de lazos en X


basados en x.

Γ u,v Cuando Γ es una trayectoria simple con extremos u y v, es la


curva a la cual pertenece un camino que tiene como trayectoria a
Γ , que comienza en u y termina en v.

Γ u,v,w Cuando Γ es una trayectoria cerrada simple, es la curva a la cual


pertenece un camino que tiene como trayectoria a Γ , que comienza
en u, pasa por v, luego por w y termina en u.
1038 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado

ı̂ ı̂ “ p1, 0, 0q.

̂ ̂ “ p0, 1, 0q.

k̂ k̂ “ p0, 0, 1q.

C Conjunto de los números complejos.

C
p C Y t8u. Conjunto extendido de los números complejos.

N Conjunto de los números naturales.

Q Conjunto de los núumeros racionales.

R Conjunto de los núumeros reales.

Z Conjunto de los números enteros.

Zn Conjunto de los enteros módulo n.

nZ Conjunto de los múltiplos enteros de n.


" n`1
*
xk “ 1 .
n n`1
ř 2
S px1 , x2 , . . . , xn , xn`1 q P R :
k“1

" n
*
ĺ1 .
n n
ř
B px1 , x2 , . . . , xn q P R : x2k
k“1
Apéndice A. Lista de símbolos 1039

Símbolo Ejemplo Significado

” a ” b pmód nq a es congruente con b módulo n.


a ”n b Variante de a ” b pmód nq.

r s rrsn Clase de los enteros módulo n a la cual pertenece r.

rαsyx Clase de caminos que comienzan en x y terminan en y que son


homotópicas con extremos fijos a α.

rαsyx,X Clase de caminos en X que comienzan en x y terminan en y


que son homotópicas con extremos fijos a α.

rf sµ Cuando µ es una medida y f es una función medible, es la


clase de funciones g tales que f pxq “ gpxq µ-c.t.p. pxq.

Jn Conjunto de los números naturales menores o iguales que n.

`n a `n b Suma módulo n. a más b módulo n.

¨n a ¨n b Multiplicación módulo n. a multiplicado por b módulo n.

! k! Factorial de k, es decir kpk ´ 1q ¨ ¨ ¨ p2qp1q.


ˆ ˙ ˆ ˙
n
Combinaciones de k en n.
k

an Cuando, en un conjunto al que pertenece a, está definida una


multiplicación y n es un número, significa a elevado a la
potencia n ó a multiplicado por sí mismo n veces.
An Cuando A es un conjunto y n es un entero positivo, es el
producto cartesiano de A consigo mismo n veces, es decir
es el conjunto de sucesiones finitas con n componentes en A.
2A Cuando A es un conjunto, significa el conjunto de todos los
subconjuntos de A.

B
A Conjunto de funciones de B en A.

p ppAq Conjunto de todos los subconjuntos de A.


1040 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado


? ?
a Raíz cuadrada no negativa o principal de a.
?
n
z Raíz n-ésima no negativa o principal de z.

ă aăb a es menor que b.


pH, ¨q ă pG, ¨q pH, ¨q es subgrupo de pG, ¨q.

ą aąb a es mayor que b.

ĺ aĺb a es menor o igual que b.

ľ aľb a es mayor o igual que b.

p, q pa, bq Pareja ordenada con componentes a y b.

r, s ru, vs Producto vectorial de u y v.

p; q pa; bq tx P R : a ă x ă bu cuando a, b P R y a ă b.
pa; `8q tx P R : x ą au cuando a P R.
p´8; bq tx P R : x ă bu cuando b P R.
p´8; `8q Variante de R.
pA; Bq ABztA, Bu cuando A y B son elementos de un espacio.

p; s pa; bs tx P R : a ă x ĺ bu cuando a, b P R y a ă b.
p´8; bs tx P R : x ĺ bu cuando b P R.
pA; Bs ABztAu cuando A y B son elementos de un espacio.

r; q ra; bq tx P R : a ĺ x ă bu cuando a, b P R y a ă b.
ra; `8q tx P R : x ľ au cuando a P R.
rA; Bq ABztBu cuando A y B son elementos de un espacio.

r; s ra; bs tx P R : a ĺ x ĺ bu cuando a, b P R y a ă b.
rA; Bs Variante de AB cuando A y B son elementos de un espacio.
ÝÝÑ
r; y rA; By Variante de AB.
ÝÝÑ
p; y pA; By ABzA.
ÐÑ
x; y xA; By Variante de AB.
Apéndice A. Lista de símbolos 1041

Símbolo Ejemplo Significado

8 Infinito.

`8 Más infinito.

´8 Menos infinito.

ÝÑ a ÝÑ b a tiende a b.
f : A ÝÑ B Función f con dominio A y recorrido incluido en B.

ÝÑ f : A ÝÑ B Función f con dominio A, recorrido incluido en B y f paq “ b.


ÞÑ aÞÑb

ÞÑ a ÞÑ b Función que al elemento a le asigna b.


px P Aq ÞÑ f pxq Función que a cada elemento x de su dominio A le asigna f pxq.

fp q f pxq Función f evaluada en x.

f ´1 p q f ´1 pyq Cuando f es una función inyectiva e y está en el recorrido de f ,


significa la función inversa de f evaluada en y, es decir es el
elemento x en el dominio de f tal que f pxq “ y.

R´1 aR´1 b Cuando R es una relación, significa la relación inversa de R,


es decir aR´1 b significa que bRa.

fr s f rAs ty : y “ f pxq para algún x P Au.

f ´1 r s f ´1 rBs tx : y “ f pxq para algún y P Bu.

f |B Función f con dominio restringido al conjunto B.

Dom Dompf q Dominio de la función f .

dom dompf q Dominio defectivo de la función f .

R Rpf q Recorrido de la función f .

Gr Grpf q Gráfica de f .

epi epipf q Epígrafe de f .

sprt sprtΣ peq Función soporte de Σ evaluada en e.

˝ f ˝g Composición. f compuesta con g.


1042 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado

ínf ínf A ínfimo de A.

sup sup A supremo de A.

máx máxA máximo de A.

mín mínA mínimo de A.

tu txu Mayor entro menor o igual que x.

rs rxs Menor entero mayor o igual que x.

p`q
xp`q Parte positiva de x.

p´q
xp´q Parte negativa de x.

ÿ n
ÿ
ak Suma desde k “ 1 hasta n de los ak .
k“1
ÿ
aλ Suma de los aλ tales que la propocisión ppλq es verdadera.
ppλq

ź n
ź
ak Producto desde k “ 1 hasta n de los ak .
k“1
Apéndice A. Lista de símbolos 1043

Símbolo Ejemplo Significado

ď m
ď
Ak Unión. Unión desde k “ n hasta m de los Ak .
k“n
ď
Aλ Unión de los Aλ tales que la proposición ppλq es verdarera.
ppλq
ď
F Unión de los conjuntos A tales que A P F.

č m
č
Ak Intersección. Intersección desde k “ n hasta m de los Ak .
k“n

č
Aλ Intersección de los Aλ tales que la proposición ppλq
ppλq
es verdadera.
č
F Intersección de los conjuntos A tales que A P F.

9 f 9g f y g son proporcionales.

E Espacio de tres dimensiones.

dist distpA, Bq Distancia entre A y B.

AB Cuando A y B son puntos, significa la distancia entre A y B.

|| |x| Valor absoluto de x.


|A ´ B| Distancia entre A y B, cuando A y B son puntos.
|Q| Norma o módulo de Q.
|A| Cuando A es una matriz cuadrada significa el determinante de A.
1044 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado


ÐÑ ÐÑ
AB Recta que pasa por los puntos A y B.
ÝÝÑ ÝÝÑ
AB Rayo con extremo A y que pasa por B.

AB Segmento con extremos A y B.


ÝÝÑ ÝÝÑ
= =BAC Ángulo con vértice A que es unión de los rayos AB y AC.
=pB, A, Cq Variante de =BAC.
=A Ángulo con vértice A.
Ð
Ý Ð
Ý ÝÝÑ ÝÝÑ
= =RQP Ángulo dirigido con lado inicial QR y lado terminal QP .

> >ABC Medida del ángulo =ABC.


Ð
Ý Ð
Ý Ð
Ý
> >ABC Medida del ángulo dirigido =ABC.

Ÿ ŸABC Triángulo con vértices A, B y C.


ŸpA, B, Cq Variante de ŸABC.

Ŋ AB
Ŋ Arco con extremos A y B.
AXB
Ŕ Arco con extremos A y B y que pasa por X.

` `X Longitud de X.

˝ ˝ABCD Cuadrilátero con lados AB, BC, CD y DA.

‚ Fin de una demostración.

K lKa l y a son perpendiculares.


µKν Cuando µ y ν son medidas signadas significa que éstas son
singulares.

k lka l y a son paralelos.


Apéndice A. Lista de símbolos 1045

Símbolo Ejemplo Significado

ÐÑ ABC ÐÑ DEF Correspondencia entre los ángulos de los triángulos


ŸABC y ŸDEF .

– A–B Cuando A y B son subconjuntos de un espacio, significa


que A y B son congruentes. Cuando A y B son
subconjuntos de una estructura algebraica o son estructuras
algebraicas o de orden, significa que A y B son isomorfos.

„ A„B A y B son semejantes.

a aΩ Área de Ω.

a˚ a˚ pΩq Área exterior de Ω.

a˚ a˚ pΩq Área interior de Ω.

vol vol Ω Volumen de Ω.

vol˚ vol˚ pΩq Volumen exterior de Ω.

vol˚ vol˚ pΩq Volumen interior de Ω.

voln voln pΩq Volumen de dimensión n de Ω.

vol˚ vol˚n pΩq Volumen exterior de dimensión n de Ω.

voln˚ voln˚ pΩq Volumen interior de dimensión n de Ω.

λn λn pΩq Medida de Lebesgue de dimensión n de Ω.

λ˚n λ˚n pΩq Medida exterior de Lebesgue de dimensión n de Ω.

λn˚ λn˚ pΩq Medida interior de Lebesgue de dimensión n de Ω.

L L pΩq Familia de conjuntos Lebesgue-medibles en Ω.


1046 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado

B BA Frontera del conjunto A.

A Cerradura del conjunto A.


˝ ˝
A Interior del conjunto A.

int intA Interior del conjunto A.

Bp , q Bpx, rq Bola abierta con centro en x y radio r.

Bp , q Bpx, rq Bola cerrada con centro en x y radio r.

Fσ p q Fσ pXq Colección de subconjuntos de X que son unión numerable de


conjuntos cerrados.

Gδ p q Gδ pXq Colección de conjuntos que son intersección numerable de


subconjuntos abiertos de X.

diám diámpEq Diámetro de E.

annp , , q annpa, r1 , r2 q Anillo abierto con centro a, radio interior r1 y radio exterior r2 .

annp , , q annpa, r1 , r2 q Anillo cerrado con centro a, radio interior r1 y radio exterior r2 .
Apéndice A. Lista de símbolos 1047

Símbolo Ejemplo Significado

rev Revolución, 360˝ .

˝
x˝ Grados. x grados cuando x P R.

1
x1 Minutos. x minutos cuando x P R.

2
x2 Segundos. x segundos cuando x P R.

vptq Velocidad en el instante t (en el contexto de la física).

v Velocidad media.

aptq Aceleración en el instante t (en el contexto de la física).

a Aceleración media.
1048 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado

D Df Operador derivada. Derivada de f . El símbolo también


representa a la derivada de Fréchet de f .
Dn f Derivada de orden n de la función f . Cuando D represente
a la derivada de Fréchet, el significado del símbolo Dn f
denota a la función n lineal descrita en 21.8.19.

f1 Variante de D f cuando f es una función.

d
dx
d f pxq
dx
, ddx f pxq Derivada de f pxq con respecto a x.
dy
dx
Derivada de y con respecto a x.

D` D` f Operador derivada por la derecha. Derivada por la


derecha de f .

D´ D´ f Operador derivada por la izquierda. Derivada por la


izquierda de f .

D~u D~u f p~v q Cuando |~u| “ 1 significa la derivada direccional de f en


~v en la dirección de ~u. En el caso general significa
|~u| D u~ f p~v q.
u|
|~

DG DG f pv, hq Derivada de Gâteaux de f en v evaluada en h.

Dd Dd f pv, hq Derivada direccional de f en v evaluada en h.

Di Di f px1 , . . . , xn q Derivada parcial de la función f con respecto a la i-ésima


componente.

B B
f px1 , . . . , xn q Variante de Di f px1 , . . . , xn q.
Bxi Bxi
Apéndice A. Lista de símbolos 1049

Símbolo Ejemplo Significado

∇ ∇f Gradiente de f .

grad grad f Gradiente de f .

Jac Jac f paq Jacobiano de f en a.

Hess Hess f paq matriz hessiana de f en a.

f2 Derivada de segundo orden de f .

f pnq Derivada de orden n de f .

dn dn y
d xn d xn
Derivada de orden n de y con respecto a x.

∆ ∆f Cuando f es una función cuyo dominio está en Rn y tiene


segundas derivadas parciales es el laplaciano de f , es decir
n
es Dk,k f .
ř
k“1

∇2 ∇2 f Variante de ∆f .

∇¨∇ ∇ ¨ ∇f Variante de ∆f .
1050 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado

Pba Conjunto de particiones del intervalo ra; bs.

s spf, ra; bs, ∆, ξq Suma de Riemann de f en el intervalo ra; bs, evaluada en


∆ y en ξ.

spf, ra; bs, ∆, ξ, αq Suma de Riemann-Stieltjes de f en el intervalo ra; bs,


evaluada en ∆ y en ξ, con respecto a α.

s˚ s˚ pf, ∆q Suma inferior de Riemann de f correspondiente a la


partición ∆.

s˚ pf, ∆, αq Suma inferior de Riemann-Stieltjes de f correspondiente


a la partición ∆, con respecto a α.

s˚ s˚ pf, ∆q Suma superior de Riemann de f correspondiente a la


partición ∆.

s˚ pf, ∆, αq Suma superior de Riemann-Stieltjes de f correspondiente


a la partición ∆, con respecto a α.

R Rra; bs Conjunto de funciones Riemann integrables en el intervalo


ra; bs.

RS RSα ra; bs Conjunto de funciones Riemann-Stieltjes integrables en


ra; bs con respecto a α.
Apéndice A. Lista de símbolos 1051

Símbolo Ejemplo Significado


ż ż
f pxq d x Antiderivada de f evaluada en x.

żb żb
f pxq d x, f Integral definida de f desde a hasta b.
a a

żb żb
f pxq d αpxq, f dα Integral de Riemann-Stieltjes de f con respecto a
a a
α desde a hasta b.
żb żb
f pxq d x, f Integral inferior de Riemann de f sobre el intervalo
a a
ra; bs.
żb żb
f pxq d αpxq, f dα Integral inferior de Riemann-Stieltjes de f sobre el
a a
intervalo ra; bs, con respecto a α.
żb żb
f pxq d x, f Integral superior de Riemann de f
a a
sobre el intervalo ra; bs.
żb żb
f pxq d αpxq, f dα Integral superior de Riemann-Stieltjes de f sobre el
a a
intervalo ra; bs, con respecto a α.
ż ż
f p~xq d ~x, f Integral de línea de f sobre el camino o la curva γ.
γ γ
ż ż
f d µ, f pxq d µpxq Integral de Lebesgue de f con respecto a la medida µ.
ż
f dµ Integral de Lebesgue de f con respecto a la medida µ,
B
sobre el conjunto B.
1052 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado


ż ż
ö ö Integral a través de la trayectoria cerrada simple Γ
Γ
en sentido contrario a las manecillas del reloj.
ż ż
œ œ Integral a través de la trayectoria cerrada simple Γ
Γ
en sentido de las manecillas del reloj.
¿ ż
Variante de ö.
Apéndice A. Lista de símbolos 1053

Símbolo Ejemplo Significado

VT VTpαq Variación total de α.

VP VPpαq Variación positiva de α.

VN VNpαq Variación negativa de α.

C CA Conjunto de las funciones con valores reales que son continuas en


el conjunto A.
CY pAq Conjunto de las funciones con recorrido incluido en Y y que son
continuas en el conjunto A.

Cn C n pAq Conjunto de las funciones con valores reales cuyas derivadas


parciales de orden n existen y son continuas en el conjunto A.
CRnd pAq Conjunto de las funciones con recorrido incluido en Rd cuyas
derivadas parciales de orden n existen y son continuas en A.

C8 C 8 pAq Conjunto de las funciones con valores reales cuyas derivadas


parciales de cualquier orden existen en A.
CR8d pAq Conjunto de las funciones con recorrido incluido en Rd cuyas
derivadas parciales de cualquier orden existen y son continuas
en A.

Har HarpAq Conjunto de funciones cuyo recorrido está incluido en R y que son
armónicas en A.

pai,j qi,j Matriz cuya componente i, j es ai,j .

pai,j q Variante de pai,j qi,j .

I In Matriz identidad (de orden n).

A´1 Cuando A es una matriz invertible es la matriz inversa de A.

At Cuando A es una matriz es la matriz traspuesta de A.

sgn sgnpσq Cuando σ es una permutación significa el signo de σ.


sgnpzq Cuando z es un número diferente de 0 significa z
|z|
.

det det A Determinante de A.

|A| Determinante de A cuando A es una matriz cuadrada.

|ai,j |i,j Determinante de la matriz pai,j qi,j .


1054 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado

pA|Bq Matriz de A ampliada con la matriz B.

˚
A˚ Adjunta de A cuando A es una matriz.

adj adj A Adjunta de A.

GLn Conjunto de matrices n ˆ n que son invertibles.

SLn Conjunto de matrices n ˆ n con determinante 1.

r : s rG : Hs Índice de H en G.

C pN, ¨q C pG, ¨q pN, ¨q es un subgrupo normal de pG, ¨q.

A A pSq Conjunto de biyecciones de S en S.

{ G{H Cuando pG, ¨q es un grupo y H ă G, representa el


conjunto de todas las clases laterales derechas de H
incluidas en G.

o opGq Orden del grupo G.

xy xgy Grupo generado por g.

‘ U ‘V Suma directa de U y V .

L LpV, W q Conjunto de transformaciones lineales de V en W .


n
Conjunto de funciones n lineales de Vi en W
Ś
LpV1 . . . . , Vn ; W q
i“1
n
L pV, W q Significa LpV1 . . . . , Vn ; W q cuando V1 , . . . , Vn “ V .
LK pV, W q Conjunto de transformaciones lineales de V en W , donde
K es el campo de escalares.
n
Conjunto de funciones n lineales de Vi en W , donde K
Ś
LK pV1 . . . . , Vn ; W q
i“1
es el campo de escalares.
LnK pV, W q Significa Ln pV, W q cuando K es el campo de escalares.
Apéndice A. Lista de símbolos 1055

Símbolo Ejemplo Significado

CL CLpV, W q Conjunto de transformaciones lineales continuas de V en


W.
n
Conjunto de funciones n lineales continuas de Vi en
Ś
CLpV1 . . . . , Vn ; W q
i“1
W
CLn pV, W q Significa CLpV1 . . . . , Vn ; W q cuando V1 , . . . , Vn “ V .
CLK pV, W q Conjunto de transformaciones lineales continuas de V en
W , donde K es el campo de escalares.
n
Conjunto de funciones n lineales continuas de Vi en
Ś
CLK pV1 . . . . , Vn ; W q
i“1
W , donde K es el campo de escalares.
CLnK pV, W q Significa CLn pV, W q cuando K es el campo de escalares.

EK Complemento ortogonal de E.

KrXs Conjunto de polinomios en el cuerpo K.

deg deg P pXq Grado del polinomio P pXq.


n n
Se refiere al polinomio px P Kq ÞÑ ak x k .
ř ř
ak Xk
k“0 k“0

o opxq o es una función con la propiedad de que lı́m }opxq}


}x}
“ 0.
xÑ0
ok pxq ok es una función con la propiedad de que
lı́m }o}x}
k pxq}
“ 0.
xÑ0

Tg TgA paq Cono tangente al conjunto A en el punto a.

0-Tg 0-TgA paq 0-cono tangente al conjunto A en el punto a.

Nr NrA paq Cono normal al conjunto A en el punto a.

0-Nr 0-NrA paq 0-cono normal al conjunto A en el punto a.

Nr˚ Nr˚A paq Cono normal dual al conjunto A en el punto a.


1056 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado

ker ker pf q Núcleo de f .

Aut AutpG, ¨q Conjunto de automorfismos del grupo pG, ¨q.

dim dim V Dimensión de V .

sen sen pθq Seno de θ.

cos cos pθq Coseno de θ.

tan tan pθq Tangente de θ.

cot cot pθq Cotangente de θ.

sec sec pθq Secante de θ.

csc csc pθq Cosecante de θ.

arc sen arc sen pxq Arcoseno de x.

arc cos arc cos pxq Arcocoseno de x.

arctan arctan pxq Arcotangente de x.

arccot arccot pxq Arcocotangente de x.

arcsec arcsec pxq Arcosecante de x.

arccsc arccsc pxq Arcocosecante de x.

Γ Γpxq Función gamma evaluada en x.


Apéndice A. Lista de símbolos 1057

Símbolo Ejemplo Significado

senh senh pxq Seno hiperbólico de x.

cosh cosh pxq Coseno hiperbólico de x.

tanh tanh pxq Tangente hiperbólica de x.

coth coth pxq Cotangente hiperbólica de x.

sech sech pxq Secante hiperbólica de x.

csch csch pxq Cosecante hiperbólica de x.

exp exp pyq Exponencial (base e) de y.


expa pyq Exponencial base a de y.

log loga u Logaritmo base a de u.

ln ln puq Cuando u es real es el logaritmo natural de u


y cuando u es complejo es el logaritmo natural
principal de u.

Ln Lnpzq Conjunto de logaritmos naturales de z.

arg arg pzq Argumento principal de z.

Arg Arg pzq Conjunto de argumentos de z.

Im Im pzq Parte imaginaria de z.

Re Re pzq Parte real de z.


1058 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado

¯ z̄ Conjugado de z.

X` Parte positiva del eje X.

Y` Parte positiva del eje Y.

i Unidad imaginaria.

π Longitud de una circunferencia de diámetro 1.

e Constante de Napier (ex “ exppxq).

ϕ Función de Euler.

δ δi,j Delta de Kronecker.


δx Delta de Dirac (medida de Dirac concentrada en x).

1l 1lB Función indicadora del conjunto B.

pr prµ pf q µ-ésima proyección de f .

˜ B̃ Cuando B Ă C significa tpx, yq P R2 : x ` i y P Bu.


f˜ Cuando f : B ÝÑ C y B Ă C significa la función
ppx, yq P B̃q ÞÑ pRe f px ` i yq, Im f px ` i yqq.

˘ B̆ Cuando B Ă R2 significa tx ` i y P C : px, yq P Bu.


f˘ Cuando f : B ÝÑ R y B Ă R2 representa la función
pz P B̆q ÞÑ f pRe z, Im zq.

ZF Sistema de axiomas de Zermelo-Fraenkel.

ZFC Sistema de axiomas de Zermelo-Fraenkel


y el de elección.

p , q‚ pa, bq‚ ttau, ta, buu.

ˆ‚ A ˆ‚ B tpa, bq‚ : a P A y b P Bu.

A`1 El sucesor de A.

ℵ0 Álef cero, conjunto sucesor que está incluido


en cualquier otro conjunto sucesor.

ω Primer número ordinal infinito.


Apéndice A. Lista de símbolos 1059

Símbolo Ejemplo Significado

σ σpCq σ-álgebra generada por la colección C.

B BpRq σ-álgebra de Borel en R.


BpR Y t`8, ´8uq σ-álgebra de Borel en R Y t`8, ´8uq.
BpX, τ q σ-álgebra de Borel relativa al espacio topológico
pX, τ q, es decir es σpτ q.

c.t.p. ppxq µ-c.t.p. (x) Significa que la proposición ppxq se cumple casi en todas
partes con respecto a la medida µ.
ppxq µ-c.t.p. Variante de ppxq µ-c.t.p. (x).

! ν!µ ν es absolutamente continua con respecto a µ.

M M pXq Conjunto de funciones medibles con respecto a la


σ-álgebra X.

M` M ` pXq Conjunto de elementos de M pXq cuyo recorrido está


incluido en r0; `8s.

`
f` Parte positiva de f .

´
f´ Parte negativa de f .

L1 L 1 pµq Conjunto de funciones Lebesgue integrables con respecto


a la medida µ.

b XbY Cuando X e Y son σ-álgebras, es la σ-álgebra producto


de X e Y.
µbν Cuando µ y ν son medidas, es la medida producto de µ
y ν.

Lp L p pµq Cuando p ą 0, es el conjunto de funciones medibles f


tales que f p P L 1 pµq.
Cuando p “ 8, es el conjunto de las funciones medibles
f tales que exista un número M ľ 0 con la propiedad de
que µptx P X : |f pxq| ą M uq “ 0.

Lp Lp pµq Cuando p ą 0, es la partición en clases de equivalencia


de L p tal que dos funciones f, g P L p están en la misma
clase si y sólo si µptx P X : f pxq ‰ gpxquq “ 0.
1060 Apéndice A. Lista de símbolos

Símbolo Ejemplo Significado

supes supes f Supremo esencial de f .

} ¨ }8 }f }8 Supremo esencial de |f |.
ˆż ˙ p1
} ¨ }p }f }p Cuando p es un número positivo significa p
|f | d µ .

9 y9 Cuando y es una variable que dependa de una variable t


dy
que represente el tiempo, significa .
dt

Wrn Wrnpf1 , f2 , . . . , fn q Wronskiano de pf1 , f2 , . . . , fn q.


g
f n
fÿ
} ¨ }n,x }f }n,x Es la seminorma de f dada por e |f pkq pxq|2 .
k“0
Apéndice B. Alfabeto helénico 1061

Apéndice B. Alfabeto helénico


Símbolo Nombre
A α Alfa
B β Beta
Γ γ Gamma
∆ δ Delta
E ε,  Épsilon
Z ζ Zeta
H η Eta
Θ θ, ϑ Theta
I ι Iota
K κ Kappa
Λ λ Lambda
M µ My
N ν Ny
Ξ ξ Xi
O o Ómicron
Π π Pi
P ρ, % Rho
Σ σ, ς Sigma
T τ Tau
Υ υ Ípsilon
Φ ϕ, φ Fi
X χ Ji
Ψ ψ Psi
Ω ω Omega
1062 Apéndice B. Alfabeto helénico
Apéndice C. Bibliografía 1063

Apéndice C. Bibliografía
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1066 Apéndice D. Índice alfabético

Apéndice D. Índice alfabético


A acumulación (punto de) 14.1, 14.3
ad hominem 1.7
a lo largo de un camino (integral) 18.1, adición 3.4, 13.4
19.7 adición de ángulos (teorema de) 11.8, 15.6
a través de una trayectoria cerrada (integral) adición de arcos (postulado de) 11.7
18.1 adición de áreas (postulado de) 11.16
a través de una curva (integral) 18.1 adición de volúmenes (postulado de) 11.19
AA (corolario) 11.15 aditiva (función) 22.6
AAA (teorema de semejanza) 11.15 adjunta de una matriz 12.9
abajo 11.18, 15.10 adyacente (ángulo) 11.9, 15.6
Abel (lema de) 8.7, 19.3 adyacente (lado) 11.9, 15.6
abierta (cubierta) 14.1 afín (función) 10.1
abierta (función) 14.3 afín (subespacio) 15.5
abierto (conjunto) 14.1, 14.3 agudo (ángulo) 11.12, 15.6
abierto (intervalo) 6.5 aislado (punto) 15.7, 14.3
abierto (semiespacio) 21.5 ajenos (conjuntos) 2.4
abierto relativo 14.1 ALA (correspondencia) 11.10
abrirse hacia abajo 10.1 ALA (teorema) 11.10
abrirse hacia arriba 10.1 álef cero 20.2
abscisa 11.18 álgebra 3.6
abscisas (eje de las) 10.1, 11.18 álgebra booleana 3.6
absolutamente continua (medida signada) álgebra de Boole 3.6
22.2 álgebra de conjuntos 3.6
absolutamente convergente (serie) 8.7, algoritmo de Euclides 4.7
19.3 algoritmo de la división 4.7
absolutamente convergente (serie de Laurent) algoritmo de la división para polinomios
19.8 6.7, 19.5
absolutamente sumable (sucesión) 21.3 algoritmo multiplicativo 3.8
absurdo (reducción a lo) 1.7 algún 2.3
aceleración 10.9 alineados (conjunto de puntos) 11.2, 15.2
aceleración instantánea 10.9 alrededor de un número (serie de Laurent)
aceleración media 10.9 19.8
acotación uniforme (principio de) 21.3 alrededor de un número (serie de potencias)
acotada (sucesión) 8.7 19.3
acotada (transformación lineal) 21.3 alrededor de un punto (vuelta) 16.1
acotada (variación) 17.3 alternante (serie) 8.7
acotada inferiormente (sucesión) 8.7 alternos internos (ángulos) 11.13
acotada superiormente (sucesión) 8.7 altura de un cilindro 11.19, 15.7
acotado (conjunto) 3.3, 7.1, 14.1, 21.5 altura de un cono 11.19, 15.7
acotado (localmente) 21.5 altura de un prisma 11.19
acotado inferiormente (conjunto) 3.3, 7.1 altura de un trapecio 11.14, 15.7
acotado superiormente (conjunto) 3.3, 7.1
Apéndice D. Índice alfabético 1067

altura de un triángulo 11.14, 15.7 antecesor 3.1


altura de una pirámide 11.19 anterior 3.1, 8.1
amplitud de un número complejo 19.1 antiderivada 17.1
analítica en un conjunto (función) 19.3 antilogaritmo 10.7
analítica en un punto (función) 19.3 antilogaritmo base a 9.4
ángulo 11.5, 15.2, 21.5 antilogaritmo natural 10.7
ángulo adyacente a un lado de un triángulo antisimétrica (relación) 3.3
11.9, 15.6 aplicación 2.3
ángulo agudo 11.12, 15.6 aplicación lineal 13.6
ángulo central de una circunferencia 11.8 apotema de un polígono regular 15.7
ángulo de un polígono 15.7 aproximación de Weierstrass (teorema de)
ángulo de un triángulo 15.2 19.5, 19.10
ángulo entre dos rectas en R2 15.10 árbol (diagrama de) 3.11
ángulo externo 11.12 arco 15.3
ángulo externo (teorema del) 11.12 arco cosecante 15.9
ángulo interno contiguo 11.12 arco coseno 15.9
ángulo obtuso 11.12, 15.6 arco cotangente 15.9
ángulo opuesto a un lado 11.9, 15.6 arco de circunferencia 15.5
ángulo opuesto a un ángulo de un arco dirigido de un digrafo 3.11
cuadrilátero 15.7 arco dirigido de un grafo dirigido 3.11
ángulo recto 11.8, 15.6 arco dirigido 3.11
ángulos alternos internos 11.13 arco mayor de circunferencia 11.7, 15.5
ángulos complementarios 11.8, 15.6 arco menor de circunferencia 11.7, 15.5
ángulos congruentes 11.8 arco no dirigido 3.11
ángulos consecutivos 15.7 arco secante 15.9
ángulos consecutivos de un cuadrilátero 11.14 arco seno 15.9
ángulos correspondientes 11.9, 11.13 arco tangente 15.9
ángulos de un cuadrilátero 11.14 arcos congruentes 11.8
ángulos internos del mismo lado 11.13 área 11.16, 15.28
ángulos internos no contiguos 11.12 área de Jordan 15.28
ángulos opuestos por el vértice 11.8, 15.6 área de un trapecio (teorema del) 11.16
ángulos opuestos por el vértice (teorema de área exterior 15.28
los) 11.8, 15.6 área interior 15.28
ángulos suplementarios 11.8, 15.6 áreas de triángulos semejantes (teorema
ángulo-lado-ángulo (correspondencia) 11.10 de las) 11.16
anillo 13.4 argumento (principio del) 19.8
anillo abierto 19.8 argumento de un número complejo 19.1
anillo con división 13.4 argumento principal de un número complejo
anillo con elemento unitario 13.4 19.1
anillo conmutativo 13.4 arista 3.11, 11.4, 15.4
anillo de convergencia de una serie de Laurent arista de un grafo lineal 16.8
19.8 armónica (conjugada) 19.10
anillo no asociativo 13.4 armónica (función) 19.10
anillos isomorfos 13.4 armónica (serie) 8.6
antecedente 1.5 arriba 11.18, 15.10
1068 Apéndice D. Índice alfabético

asíntota de una función 10.3 Baire (primera categoría de) 14.2


asíntota de una hipérbola 15.14 Baire (segunda categoría de) 14.2
asíntota horizontal 10.2 Baire (teorema de categoría de) 14.2
asíntota no vertical de una función 10.3 Banach (espacio de) 21.3
asíntota vertical 10.3 Banach-Steinhaus (teorema de) 21.3
asintótica (discontinuidad) 10.8 Barsuk (lema de) 16.7
asociada (matriz) 13.6 basado en un punto (grupo de Poincaré)
asociada (serie de potencias) 19.3 16.3
asociada (transformación lineal) 13.6 basado en un punto (grupo fundamental)
asociada a una ecuación diferencial lineal 16.3
homogénea (ecuación) 23.3 basado en un punto (lazo) 16.3
asociada a una ecuación polinomial (ecuación base 4.5, 9.1, 9.6
diferencial lineal homogénea) 23.3 base canónica 13.5
asociativa (operación) 3.5, 3.6 base canónica ordenada 13.5
automorfismo de un grupo 13.3 base de un cilindro 11.19, 15.7
axioma 2.1 base de un cono 11.19, 15.7
axioma de elección 2.7, 20.1 base de un espacio vectorial 13.5
axioma de equivalencia para la igualdad 2.2 base de un prisma 11.19
axioma de especificación 20.1 base de una pirámide 11.19
axioma de especificación de conjuntos 2.4 base ordenada de un espacio vectorial 13.5
axioma de existencia de conjuntos 2.2 base de un trapecio 11.14, 15.7
axioma de existencia del conjunto potencia base de un triángulo 11.14, 15.7
2.4 base de una región trapecial 11.14
axioma de existencia del conjunto vacío base de una región triangular 11.14
20.1 base de una topología 14.3
axioma de extensión 20.1 base local 14.3
axioma de igualdad de conjuntos 2.4 Beppo Levi (teorema de) 22.4
axioma de igualdad de funciones 2.3 Bernstein (teorema de) 19.5
axioma de infinidad 20.1 Bernoulli (ecuación diferencial de) 23.2
axioma de la unión 20.1 Bessel (desigualdad de) 21.6
axioma de números complejos 19.1 bien ordenado 20.3
axioma de pares 20.1 bien ordenado (conjunto) 20.3
axioma de reemplazo 20.1 bilateral (serie) 19.3
axioma de regularidad 20.1 bilineal (forma) 21.7
axioma de sustitución de iguales 2.3 bilineal (función) 21.7
axioma del conjunto potencia 20.1 binomial (coeficiente) 5.10
axioma del supremo 7.1 binomio (teorema del) 5.10, 19.1
axiomas básicos 2.7 bisagra (teorema de la) 11.12
axiomas de numerabilidad 14.3 bisecar un ángulo 11.10
axiomas de Peano 3.1 bisecar un segmento 11.2
axiomas de separación 14.3 bisectriz 11.10
axiomas de Zermelo-Fraenkel 20.1 bisectriz (teorema de la) 11.10
biunívoca 3.3
biyección 3.3
B bola 14.1
Apéndice D. Índice alfabético 1069

bola abierta 14.1 campo 13.4


bola cerrada 14.1 campo de los números complejos 19.1
Bolzano-Weierstrass (teorema de) 15.27, campo escalar 18.1
19.3 campo vectorial 18.1
borde 11.4, 15.4 cancelación (propiedad de) 3.5, 20.5
borde de una región circular 11.6 cancelación por la derecha (ley de) 13.2
borde de una región triangular 11.5 cancelación por la izquierda (ley de) 13.2
Borel (σ-álgebra de) 22.1 canónica (base) 13.5
boreliana (función) 22.3 Cantor-Bernstein-Schröder (teorema de)
Brouwer en B2 (teorema del punto fijo de) 20.3
16.5 caracterización de parejas ordenadas 3.2
buen orden 20.3 característica (ecuación) 21.2
característico (valor) 21.2
C característico (vector) 21.2
característico (polinomio) 21.2
cadena 3.3 Carathéodory (teorema de extensión de) 22.6
cadena (regla de la) 10.12, 19.6, 21.8 Carathéodory (teorema de restricción de)
caja 15.27 22.6
caja (topología) 14.4 cardinal 20.4
caja abierta 15.27 cardinal (número) 20.4
caja cerrada 15.27 cardinal finito 20.3
caja cerrada de dimensión n 15.27 cardinal infinito (primer) 20.3
caja envolvente 15.28 cardinalidad 20.3, 20.4
cambio de base (matriz) 13.6 cardinalidad (tener la misma) 20.3
cambio de variable (teorema de) 17.4 cardinalidad de un conjunto finito 3.7
cambio de variables (teorema de) 18.5 cardinalidad menor que (tener) 20.3
camino 16.1 cardinalidad menor o igual que (tener)
camino (extremo de un) 16.1 20.3
camino (fin de un) 16.1 cardioide 15.25
camino (inicio de un) 16.1 carga 22.2
camino (punto final de un) 16.1 cartesiano (producto) 3.2, 14.4, 20.4
camino (punto inicial de un) 16.1 Casaroti-Weierstrass (teorema de) 19.8
camino (reversa de un) 16.1 casi en todas partes 22.1
camino cerrado 16.1 casi todo 22.1
camino contractible 16.1 categoría de Baire (teorema de) 14.2
camino derivable 19.7 cateto 11.12, 15.6
camino inverso 16.1 Cauchy (estimación de) 19.7
camino rectificable 17.3, 19.7 Cauchy (sucesión de) 8.7, 14.2, 19.3
caminos (resta de) 16.1 Cauchy (teorema del valor medio de) 10.14
caminos (suma de) 16.1 Cauchy-Riemann (ecuaciones de) 19.6
caminos (teorema del levantamiento de) 16.4 Cauchy-Goursat (teorema de) 19.7
caminos cerrados homotópicos 16.1 Cavalieri (postulado de) 11.19
caminos equivalentes 16.6 Cavalieri (principio de) 11.19
caminos homotópicos con extremos fijos Cayley (teorema de) 13.3
16.1 categoría de Baire (primera) 14.2
1070 Apéndice D. Índice alfabético

categoría de Baire (segunda) 14.2 circunferencia (arco de) 15.5


centro de un anillo abierto 19.8 circunferencia (longitud de una) 15.5
centro de un anillo cerrado 19.8 circunferencia (media) 15.5
centro de un arco de circunferencia 11.7 circunferencia circunscrita en un triángulo
centro de un círculo 15.2 11.11
centro de un cuerpo esférico 11.19 circunferencia unitaria 15.5
centro de una bola 14.1 circunscrita en un polígono (circunferencia)
centro de una bola abierta 14.1 15.7
centro de una bola cerrada 14.1 circunscrita en un triángulo (circunferencia)
centro de una circunferencia 15.2 11.11
centro de una corona 19.8 clase 3.3
centro de una elipse 15.13 clase de equivalencia 3.3
centro de una esfera 11.19, 15.7 clase de homotopía 16.2
centro de una esfera de dimensión n 15.7 clase lateral 13.2
centro de una esfera rellena 15.7 clase lateral derecha 13.2
centro de una esfera rellena de dimensión n clase lateral izquierda 13.2
15.7 clases de homotopía (suma de) 16.2
centro de una hipérbola 15.14 clausura de un conjunto 14.1
cero 3.5, 4.2 cociente 6.7, 19.5
cero (vector) 13.5 coeficiente 5.5
cero de un polinomio 19.5 coeficiente binomial 5.10
cero de una función holomorfa 19.8 coeficiente de grado n 5.5
cerrada (función) 14.3 coeficiente principal de un polinomio 5.5
cerrada (operación) 3.6 coeficientes de Fourier 19.10
cerrado (camino) 18.1 cofactor de una componente 12.7
cerrado (conjunto) 14.1, 14.3 colección 2.7
cerrado (semiespacio) 21.5 colineales 11.2
cerrado (sistema) 21.6 columna 12.1
cerradura de un conjunto 14.1, 14.3 combinación convexa, 21.5
cerradura lineal de un conjunto 21.5 combinación lineal 13.5, 15.5
ciclo 12.6 combinación positiva, 21.5
cilindro 15.7 combinaciones 3.8
cilindro circular 11.19, 15.18 compacto (conjunto) 14.1, 14.3
cilindro elíptico 15.18 comparables 3.3
cilindro hiperbólico 15.18 complejo (número) 19.1
cilindro parabólico 15.18 complejo extendido 19.2
cilindro recto 11.19 complejo extendido (plano) 19.2
cilindro truncado 15.7 complementarios (ángulos) 11.8, 15.6
circular (cono) 15.7 complemento 3.6
circular (región) 11.6, 15.7 complemento de un ángulo 11.8, 15.6
circular (sector) 11.17 complemento ortogonal 21.6
círculo 11.6 completa (sucesión) 21.5
círculo de convergencia 19.3 completación de una medida 22.6
circuncentro 11.11 completo (espacio métrico) 14.2
circunferencia 11.6, 15.2 completo (grafo) 16.8
Apéndice D. Índice alfabético 1071

completo (retículo) 3.3 conjunto 2.2


completo (sistema) 21.5 conjunto abierto 14.1, 14.3
componente 3.2, 3.8, 8.1, 13.5 conjunto abierto en el plano complejo
componente (función) 15.3 extendido 19.2
componente conexa 14.1, 14.3 conjunto abierto simplemente conexo 18.1
componente conexa por trayectorias 16.5 conjunto acotado 3.3, 7.1, 14.1, ??
componente en una dirección 13.5, 15.4 conjunto acotado inferiormente 3.3, 7.1
composición 3.3 conjunto acotado superiormente 3.3, 7.1
comprendido por dos ángulos (lado de conjunto bien ordenado 20.3
un triángulo) 11.9 conjunto cerrado 14.1, 14.3
comprendido por dos lados (ángulo de conjunto compacto 14.1, 14.3
un triángulo) 11.9 conjunto con n elementos 3.7
con respecto a una componente (derivada conjunto con volumen de dimensión n 15.28
parcial) 18.2 conjunto conexo 14.1, 14.3
concatenación de caminos 16.1 conjunto conexo por trayectorias 16.5
cóncava (función) 21.5 conjunto convexo 11.4, 15.2, 21.5
cóncava hacia abajo 10.13 conjunto de elección 20.4
cóncava hacia arriba 10.13 conjunto de índices 2.7, 20.4
conclusión 1.5 conjunto de los enteros módulo n 4.7
condición 1.5 conjunto de los enteros no negativos 20.2
condición de Lipschitz 21.8 conjunto de números complejos 19.1
conexa (componente) 14.1, 14.3 conjunto de números naturales 3.1
conexa por trayectorias (componente) 16.5 conjunto de números reales 4.2
conexo (conjunto) 14.1, 14.3, 21.5 conjunto denso 14.2, 14.3
conexo (espacio métrico) 14.1 conjunto estellado 18.4
conexo (espacio topológico) 14.3 conjunto extendido de los números reales
conexo (simplemente) 16.1 8.5
conexo por trayectorias (conjunto) 16.5 conjunto extendido de los números complejos
congruencia para áreas (postulado de 19.2
la) 11.16 conjunto finito 3.7
congruencia para volúmenes (postulado de conjunto infinito 3.7
la) 11.19 conjunto infinito numerable 3.10
congruente módulo n 4.7 conjunto Jordan-medible 15.28
congruentes (ángulos) 11.8 conjunto localmente acotado 21.5
congruentes (arcos) 11.8 conjunto medible 22.1
congruentes (circunferencias) 11.6 conjunto nivel de una función 21.5
congruentes (conjuntos) 11.9, 15.6 conjunto potencia 2.4
congruentes (segmentos) 11.2 conjunto potencia (axioma del) 20.1
congruentes (triángulos) 11.9 conjunto separable 14.3
congruentes módulo N 13.2 conjunto solución 2.4, 6.1
cónicas 15.20 conjunto subnivel de una función 21.5
conjugada armónica 19.10 conjunto sucesor 20.2
conjugado (isomorfismo lineal) 21.6 conjunto universo 2.4
conjugado de un número complejo 19.1 conjunto vacío 2.4
conjunción 1.4 conjuntos ajenos 2.4
1072 Apéndice D. Índice alfabético

conjuntos congruentes 11.9, 15.6 contradicción 1.7


conjuntos disjuntos 2.4, 2.7 convergencia (anillo de) 19.8
conjuntos isométricos 15.5 convergencia (círculo de) 19.3
conjuntos semejantes en el espacio 11.19 convergencia (radio de) 19.3
conmutativa (operación) 3.5, 3.6 convergencia absoluta 8.7, 19.3
cono 11.19, 15.7 convergencia dominada (teorema de la) 22.4
cono (u-cono) 21.5 convergencia monótona (teorema de la) 22.4
cono circular 11.19, 15.7 convergencia puntual 14.2
cono circular recto 11.19, 15.7 convergencia uniforme 14.2, 19.3
cono circular sólido 15.7 converger 8.4, 8.6, 14.2, 14.3, 19.3
cono normal 21.8 converger a infinito 19.3
cono normal dual 21.8 converger a más infinito 8.5
cono tangente 21.8 converger a menos infinito 8.5
cono truncado 15.7 converger absolutamente 8.7, 19.3, 19.8
consecuente 1.5 converger casi en todas partes 22.3
consecutivos (ángulos) 15.7 converger puntualmente 14.2
consecutivos (lados) 15.7 converger uniformemente 14.2, 19.3, 19.8
consecutivos (términos) 8.1 convexa (combinación) 21.5
consecutivos de un cuadrilátero convexa (envolvente) 21.5
(ángulos) 11.14 convexa (función) 21.5
consecutivos de un cuadrilátero (lados) 11.14 convexa (función estrictamente) 21.5
constante (función) 10.1, 10.5 convexo (conjunto) 11.4, 15.2
constante de Napier 8.8 convexo (cuadrilátero) 11.14
constante de proporcionalidad 11.15 convexo (localmente) 21.5
constante de una elipse 15.13 convexo (polígono) 11.14, 15.6
constante de una hipérbola 15.14 coordenada 11.1
constante en un conjunto (función) 10.13 coordenada en una dirección 13.5
construcción de ángulos (postulado de) 11.8 coordenadas (sistema de) 11.1
contable (conjunto) 3.7 coordenadas cartesianas de un punto
contener 2.4 en R2 (representación en) 15.25
conteo (medida de) 22.1 coordenadas cilíndricas (representación en)
contingencia 1.7 15.26
continua (función) 10.5, 14.2, 14.3, 15.3, coordenadas de un punto en el espacio 11.18
19.4, 19.7 coordenadas de un punto en el plano 11.18
continua por pedazos (función) 19.7 coordenadas del espacio (sistema de) 11.18
continuidad en un conjunto 10.5, 14.2, coordenadas del plano (sistema de) 11.18
19.4 coordenadas esféricas (representación en)
continuidad en un intervalo cerrado 10.5 15.26
continuidad por la derecha 10.5 coordenadas cilíndricas (fórmula de
continuidad por la izquierda 10.5 integración en) 18.5
continuidad uniforme 10.5, 14.2 coordenadas esféricas (fórmula de
contracción horizontal 10.1 integración en) 18.5
contracción vertical 10.1 coordenadas polares (fórmula de
contractible (camino cerrado) 16.1 integración en) 18.5
contractible (trayectoria cerrada) 16.1 coordenadas polares de un número complejo
Apéndice D. Índice alfabético 1073

(representación en) 19.1 criterio de Cauchy 8.7


coordenadas polares de un punto en R2 criterio de comparación de series 8.7
(representación en) 15.25 criterio de concavidad 10.13
coordenadas rectangulares de un punto en R2 criterio de d’Alambert 8.7
(representación en) 15.25 criterio de la primera derivada 10.13
corolario 2.1 criterio de la raíz 8.7, 19.3
corolario AA 11.15 criterio de la razón 8.7, 19.3
corolario de Fermat 13.2 criterio de la segunda derivada 10.13
corolario del triángulo eqilátero 11.10 criterio de la sucesión de Cauchy 8.7
corona 19.8 criterio para series alternantes 8.7
correspondencia ALA 11.10 crítico (punto)10.13
correspondencia ángulo-lado-ángulo 11.10 crítico (valor) 10.13
correspondencia biunívoca 3.3 cruz (producto) 15.29
correspondencia de congruencia 11.9 cuadrado 11.14, 15.7
correspondencia de levantamiento 16.4 cuadrante (cuarto) 11.18, 10.1
correspondencia de triángulos 11.9 cuadrante (primer) 11.18, 10.1
correspondencia LAA 11.12 cuadrante (segundo) 11.18, 10.1
correspondencia lado-ángulo-ángulo 11.12 cuadrante (tercer) 11.18, 10.1
correspondencia lado-ángulo-lado 11.10 cuadrilátero 11.14, 15.7
correspondencia LAL 11.10 cuadrilátero convexo 11.14
correspondencia lado-lado-lado 11.10 cuadrilongo 11.14, 15.7
correspondencia LLL 11.10 cuantificador existencial 2.5
correspondencia de semejanza 11.15 cuantificador universal 2.5
corresponder a un ángulo (un arco) 11.8 cuarto cuadrante 11.18, 10.1
correspondiente a una ecuación diferencial cubierta 14.1, 14.3
lineal (ecuación diferencial lineal cubierta abierta 14.1, 14.3
homogénea) 23.3 cubierto equitativamente (estar) 16.4
correspondientes (ángulos) 11.9, 11.13 cubriente (espacio) 16.4
correspondientes (lados) 11.9 cubriente (función) 16.4
cortar 11.4, 15.2 cubrir 14.1, 14.3
cortarse en un punto 15.2 cuerda 11.17, 15.3
cosecante 15.8 cuerda de una elipse 15.13
cosecante hiperbólica 15.15 cuerda de una hipérbola 15.14
coseno 15.8, 19.3 cuerda de una parábola 15.12
coseno hiperbólico 15.15 cuerda focal de una elipse 15.13
cota de una sucesión 8.7 cuerda focal de una hipérbola 15.14
cota esencial 22.8 cuerda focal de una parábola 15.12
cota inferior 3.3, 7.1, 8.7 cuerpo 13.4
cota superior 3.3, 7.1, 8.7 cuerpo de los números complejos 19.1
cota superior esencial 22.8 cuerpo esférico 11.19
cotangente 15.8 cuerpo ordenado 20.5
cotangente hiperbólica 15.15 curva 16.6
Cramer (regla de) 12.9 curva (punto final de una) 16.6
creciente (función) 10.1 curva (punto inicial de una) 16.6
creciente (sucesión) 8.7 curva (punto terminal de una) 16.6
1074 Apéndice D. Índice alfabético

curva de Jordan 16.6 desigualdad de Minkowski 22.8


curva de Jordan (teorema de la) 16.6 desigualdad de Schwarz 15.2, 21.6
curva opuesta 16.6 desigualdad del triángulo 11.12, 15.2, 14.1,
curva que va de un punto a otro 16.6 21.4
determinado por un arco (sector) 11.17
D determinante de una matriz 12.7
determinante de una transformación lineal
de las paralelas (postulado) 11.13 13.6, 18.2
de Moivre (fórmula de) 19.1 determinar 3.3
de Moivre (teorema de) 19.1 diagonal (matriz) 13.6
de Morgan (leyes de) 2.5 diagonal de un cuadrilátero 15.7
débil (topología) 21.5 diagonal de una matriz 12.4
débil‹ (topología) 21.5 diagonales 11.14
decágono 15.7 diagonalizable (matriz)13.6
decreciente (sucesión) 8.7 diagonalizable (operador lineal) 13.6
definición recursiva 3.4 diagrama 3.11
delimitado por un polígono (estar) 11.14 diagrama de árbol 3.11
delta de Kronecker 18.2 diagrama de Euler 3.11
denso 14.2, 14.3 diagrama de Hasse 3.11
derecha 11.18, 15.10 diagrama de Venn 3.11
derivable 10.11, 15.3, 18.2, 19.6, 19.7, 21.8 diámetro de un círculo 15.2
derivable (seccionalmente) 19.7 diámetro de un conjunto 14.1
derivable por pedazos 19.7 diámetro de un cuerpo esférico 11.19
derivada 10.11, 15.3, 19.6, 19.7, 21.8 diámetro de una circunferencia 11.6, 15.2
derivada de Fréchet 21.8 diámetro de una región circular 11.6
derivada de Gâteaux 21.8 diferencia 3.5
derivada de orden 2 10.11, 19.6, 21.8 diferencia común 8.2
derivada de orden n 10.11, 19.6, 21.8 diferencia simétrica 2.4
derivada direccional 21.8 diferencial de Gâteaux 21.8
derivada parcial 18.2, 19.7 diferenciable 18.2
derivada por la derecha 10.11 diferencial 18.2
derivada por la izquierda 10.11 diferencial exacta (forma) 18.4
derivada total 18.2 digrafo 3.11
desarrollo de Fourier 19.10 dimensión 13.5, 15.2, 15.5
descomposición de Hanh 22.2 dimensión finita 13.5
descomposición de Hanh (teorema de) 22.2 dimensión infinita 13.5
descomposición de Jordan 22.2 dirección (componente en la) 15.4
descomposición de Jordan (teorema de) 22.2 dirección (derivada direccional en la) 18.2
descomposición de Lebesgue 22.2 directa (suma) 13.5
descomposición de Lebesgue (teorema de) directriz de una parábola 15.12
22.2 Dirichlet (problema de) 19.10
describir en coordenadas polares 15.25 dirigida (trayectoria) 16.6
desigualdad 3.4, 6.1 dirigido (arco) 3.11
desigualdad de Bessel 21.6 dirigido (grafo) 3.11
desigualdad de Hölder 22.8 disco pinchado 19.8
Apéndice D. Índice alfabético 1075

discontinua, función 10.8 ecuación 6.1


discontinuidad asintótica 10.8 ecuación asociada a una ecuación
discontinuidad de salto 10.8 diferencial lineal homogénea 23.3
discontinuidad evitable 10.8 ecuación característica 21.2
discontinuidad infinita 10.8 ecuación cuadrática 6.3
discontinuidad removible 10.8 ecuación de Laplace 19.10
discriminante 6.3 ecuación de segundo grado 6.3
discurso (universo del) 2.4 ecuación diferencial de Bernoulli 23.2
diseminado 14.2 ecuación diferencial de orden n 23.1
disjunta 2.7 ecuación diferencial de primer orden 23.1
disjuntos 2.4, 2.7 ecuación diferencial de variables separables
distancia 11.1, 15.1, 14.1 23.2
distancia (postulado de la) 11.1 ecuación diferencial de variables separadas
distancia de un punto a un conjunto 15.4 23.2
distancia entre dos números complejos 19.1 ecuación diferencial exacta 23.2
distancia entre dos puntos en el espacio ecuación diferencial homogénea 23.2
(fórmula para la) 11.18 ecuación diferencial lineal de orden n 23.3
distancia entre dos puntos en el plano ecuación diferencial lineal de primer orden
(fórmula para la) 11.18 23.2
distancia entre dos rectas paralelas 11.14, 15.7 ecuación diferencial lineal homogénea 23.3
distancia entre un punto y una recta 11.12 ecuación diferencial lineal homogénea
distancia euclidiana 15.1 asociada a una ecuación polinomial 23.3
distancia mínima (primer teorema de la) ecuación diferencial lineal homogénea
11.12 correspondiente 23.3
distributiva 3.5 ecuación diferencial ordinaria 23.1
disyunción 1.4 ecuación en coordenadas polares 15.25
divergencia 18.2 ecuación general de la recta 15.10
divergencia (operador de) 18.2 ecuación general de segundo grado 15.17
divergir 8.4, 8.6, 19.3 ecuación lineal 6.2, 6.8, 12.8, 13.6
divergir a 8 19.3 ecuación lineal con n variables 6.8
divergir a `8 8.5 ecuación lineal homogénea 12.8, 13.6
divergir a 8 8.5 ecuación matricial 12.8
dividir 4.7 ecuaciones de Cauchy-Riemann 19.6
división 3.5, 4.2, 19.1, 19.2 ecuador 19.2
divisor 4.7 efectivo (dominio) 21.5
divisor del cero 13.4 Egórov (teorema de) 22.3
dodecágono 15.7 eigenvalor 21.2
dominio 2.3, 2.4, 20.1 eigenvector 21.2
dominio efectivo 21.5 eje conjugado 15.14
dominio entero 13.4 eje de las abscisas 10.1, 11.18
dual (cono normal) 21.8 eje de las ordenadas 10.1, 11.18
dual (espacio) 21.4, 21.5 eje de un cono circular recto 15.7
eje de una parábola 15.12
eje focal de una elipse 15.13
E eje focal de una hipérbola 15.14
1076 Apéndice D. Índice alfabético

eje imaginario 19.1 equivalencia (relación de) 3.3


eje mayor de una elipse 15.13 equivalencia para la igualdad (axioma de) 2.2
eje menor de una elipse 15.13 equivalentes 1.6
eje normal de una elipse 15.13 equivalentes (caminos) 16.6
eje normal de una hipérbola 15.14 equivalentes (conjuntos) 20.3
eje real 19.1 equivalentes (curvas) 16.6
eje transverso de una hipérbola 15.14 equivalentes (matrices) 12.8
eje X 10.1, 19.1 equivalentes (normas) 21.3
eje Y 10.1, 19.1 escalar 13.5
ejes de coordenadas 10.1 escalar (campo) 18.1
ejes del espacio 11.18 escaleno (triángulo) 11.10, 15.6
elección (axioma de) 2.7, 20.1 escalonada (matriz) 12.9
elección (conjunto de) 20.4 esfera 11.19, 15.7
elección (función de) 20.4 esfera de dimensión n 15.7
elemental (matriz) 12.9 esfera rellena 15.7
elemento 2.4 esfera rellena de dimensión n 15.7
elemento básico de una σ-álgebra producto esfera de Riemann 19.2
22.7 espacio 11.1, 15.1
elemento identidad 3.6, 13.2 espacio (postulado del) 11.1
elemento maximal (principio del) 20.4 espacio cubriente 16.4
elemento minimal 20.3 espacio de Banach 21.3
elemento unitario 13.4 espacio de Fréchet 14.3
elipse 15.13 espacio de Hausdorff 14.3
elipsoide 15.21 espacio de Hilbert 21.6
elipsoide de revolución 15.21 espacio de Kolmogórov 14.3
elongación horizontal 10.1 espacio de medida 22.1
elongación vertical 10.1 espacio de medida signada 22.2
encerrar un punto o un conjunto 16.6 espacio de tres dimensiones 11.1
engendrada (medida exterior) 22.6 espacio dual 21.4, 21.5
engendrada (σ-álgebra) 22.1 espacio euclidiano 21.6
engendrar un espacio vectorial 13.5 espacio lineal 13.5
entera (serie) 19.3 espacio medible 22.1
entero 4.4 espacio métrico 14.1
entero no negativo 3.5 espacio métrico completo 14.2
entero positivo 4.4 espacio métrico conexo 14.1
enteros módulo n 4.7 espacio normal 14.3
entre 3.5, 4.2, 15.2 espacio regular 14.3
entre (punto) 11.2 espacio separable 14.3
envolvente (caja) 15.28 espacio theta 16.8
envolvente convexa, 21.5 espacio topológico 14.3
envolvente superior de un conjunto de espacio topológico conexo 14.3
funciones 21.5 espacio topológico metrizable 14.3
epígrafe 21.5 espacio topológico primero numerable 14.3
equilátero (triángulo) 11.10, 15.6 espacio topológico segundo numerable 14.3
equipotentes 20.3 espacio vectorial 13.5
Apéndice D. Índice alfabético 1077

espacio vectorial con producto interno 21.6 exponente 4.5, 9.1


espacio vectorial normado 21.3 exponentes de números cardinales 20.4
espacio vectorial seminormado 21.4 exponentes racionales 5.2, 9.1
espacio vectorial topológico 21.5 expresión algebraica 5.3
espacios métricos (homeomorfismo de) 14.2 expresión fraccionaria 5.9
espacios métricos homeomorfos 14.2 extendido (complejo) 19.2
espacios vectoriales isomorfos 13.6 extensión (axioma de) 20.1
especificación (axioma de) 20.1 extensión de Carathéodory (teorema de) 22.6
especificación de conjuntos (axioma de) 2.4 extensión de funciones inyectivas
espiral de Arquímedes 15.25 (teorema de) 20.4
estar contenido 2.4 extensión de Tietze (teorema de) 14.3
estar determinado por 3.3 exterior de un ángulo 11.5, 15.6
estar en 2.2 exterior de un círculo 15.2
estar entre 15.2 exterior de un conjunto 14.1, 14.3
estar incluido 2.4 exterior de un triángulo 11.5, 15.6
estar incluido propiamente 2.4 exterior de una circunferencia 11.6, 15.2
estar relacionado con 3.3 exterior de una esfera 11.19
estereográfica (proyección) 19.2 exterior de una trayectoria de jordan 16.6
estimación de Cauchy 19.7 extremo absoluto 10.13
estrella 16.9 extremo de un arco de circunferencia 15.5
estrella en un conjunto generada por un extremo de un conjunto 21.5
punto 16.9 extremo de un rayo 15.2, 21.5
estrellado (conjunto) 16.9 extremo de un segmento 15.2, 21.5
estrictamente convexa (función) 21.5 extremos de una poligonal 11.7
estrictamente creciente (función) 10.1 extremo de una semirrecta 11.2
estrictamente creciente (sucesión) 8.7 extremo de una trayectoria 15.3
estrictamente decreciente (función) 10.1 extremo local 10.13
estrictamente decreciente (sucesión) 8.7 extremo relativo 10.13
euclidiana (norma) 21.3 extremos de un arco de circunferencia 11.7
euclidiano (espacio) 21.6 extremos de un camino 16.1
Euler (diagrama de) 3.11 extremos de una media circunferencia 11.7
Euler (función de) 13.2 extremos fijos (caminos homotópicos con)
Euler (teorema de) 13.2 16.1
evitable (discontinuidad) 10.8
exacta (forma diferencial) 18.4 F
existencia 2.2
existencia de conjuntos (axioma de) 2.2 factible (solución) 14.3
existencia del conjunto potencia (axioma de) factor 4.7, 5.7
2.4 factor (teorema del) 6.7, 19.5
existencia del conjunto vacío (axioma de) factorial 3.8
20.1 factorización 5.7
exponencial 10.7, 19.3 factorización única (teorema de) 4.7
exponencial base a 9.4 factorizar 5.7
exponencial compleja 19.3 factorizar completamente 5.7
exponencial natural 10.7 falacia 1.7
1078 Apéndice D. Índice alfabético

falso 1.2 fórmula general para la ecuación cuadrática


familia 2.7 6.3
familia disjunta 2.7 fórmula para el coseno de una suma 15.8
Fatou (lema de) 22.4 fórmula para el coseno de una diferencia
fibra 16.4 15.8
fijo (punto) 16.5 fórmula para el seno de una diferencia
fila 12.1 15.8
fin de un camino 18.1 fórmula para el seno de una suma 15.8
finita, sucesión 3.8 fórmula para la distancia entre dos puntos
finito 3.7 en el plano 11.18
foco de una elipse 15.13 fórmula para la distancia entre dos puntos
foco de una hipérbola 15.14 en el espacio 11.18
foco de una parábola 15.12 fórmula para la longitud de una
forma bilineal 21.7 circunferencia 15.5
forma bilineal positiva definida 21.7 fórmula para la tangente de una diferencia
forma bilineal positiva semidefinida 21.7 15.8
forma diferencial exacta 18.4 fórmula para la tangente de una suma 15.8
forma escalonada 12.9 fórmulas del ángulo medio 15.8
forma general de la ecuación de la recta Fubini (teorema de) 22.7
15.10 Fourier (coeficientes de) 19.10
forma homogénea cuadrada 21.7 Fourier (desarrollo de) 19.10
forma homogénea cúbica 21.7 Fourier (serie de) 19.10
forma homogénea de grado n 21.7 fraccionaria (expresión) 5.9
forma indeterminada 0{0 10.14 Fréchet (derivada de) 21.8
forma indeterminada 8{8 10.14 Fréchet (espacio de) 14.3
forma n lineal 21.7 frontera de un conjunto 14.3
forma trilineal 21.7 fuertemente positiva (función bilineal) 21.8
formar un álgebra booleana 3.6 función 2.3, 20.1
formar un anillo 13.4 función abierta 14.3
formar un grupo 13.2 función aditiva 22.6
formar un par lineal 11.8 función afín 10.1
fórmula 1.2, 2.4 función analítica en un conjunto 19.3
fórmula de de Moivre 19.1 función analítica en un punto 19.3
fórmula de Green 18.4 función armónica 19.10
fórmula de Herón 11.16 función bilineal 21.7
fórmula de integración en coordenadas función boreliana 22.3
cilíndricas 18.5 función cerrada 14.3
fórmula de integración en coordenadas función compleja 19.4
esféricas 18.5 función componente 15.3
fórmula de integración en coordenadas función con variable real 10.1
polares 18.5 función cóncava 21.5
fórmula de Liouville 23.3 función constante 10.1, 10.5
fórmula de Poisson 19.10 función constante en un conjunto 10.13
fórmula del ángulo doble 15.8 función continua 10.5, 14.2, 14.3, 19.4
fórmula del incremento finito 21.8 función continua en un intervalo 10.5
Apéndice D. Índice alfabético 1079

función continua por la derecha 10.5 función polinómica 5.5, 19.5


función continua por la izquierda 10.5 función polinómica con coeficientes complejos
función convexa 21.5 19.5
función creciente 10.1 función primaria 18.5
función cubriente 16.4 función real 10.1
función de dos variables 3.2 función seccionada 2.6
función de elección 20.4 función semicontinua inferiormente 21.5
función de Euler 13.2 función semicontinua superiormente 21.5
función de variable compleja 19.4 función σ-aditiva 22.6
función decreciente 10.1 función σ-subaditiva 22.6
función derivable 19.6 función simple 22.4
función estrictamente convexa 21.5 función sobre 3.3
función estrictamente creciente 10.1 función soporte 21.5
función estrictamente decreciente 10.1 función subaditiva 22.6
función exponencial 10.7, 19.3 función trilineal 21.7
función exponencial base a 9.4 función uniformemente continua 10.5, 14.2
función exponencial natural 10.7 función vacía 3.3
función gamma 17.7 funcional 21.4
función holomorfa 19.6 funcional homogénea cuadrada 21.7
función homogénea de grado α 23.2 funcional homogénea cúbica 21.7
función identidad 10.5 funcional lineal 13.6.61, 21.4
función impar 10.1 funcional lineal complejo 21.4
función implícita 18.2 funcional lineal real 21.4
función implícita (teorema de la) 18.2 funcional 21.4
función indicadora 3.8 funcional no lineal 21.4
función inversa 3.3 funcional sublineal 21.4
función inversa (teorema de la) 18.2 funciones circulares 15.8
función inyectiva 3.3 funciones hiperbólicas 15.15
función Lebesgue integrable 22.4 funciones inyectivas (teorema de extensión
función lineal 10.1, 13.6 de) 20.4
función medible 22.3 funciones proporcionales 11.15
función meromorfa 19.8 funciones seccionadas (teorema de) 2.6
función monótona 10.1, 22.6 funciones trigonométricas 15.8
función multilineal 21.7 funciones trigonométricas de 30˝ , 45˝ y 90˝
función n lineal 21.7 15.8
función no creciente 10.1 funciones trigonométricas inversas 15.9
función no decreciente 10.1 fundamental (grupo) 16.3
función objetivo 14.3 fundamental de la aritmética (teorema) 4.7
función par 10.1 fundamental de la proporcionalidad
función periódica 10.1 (teorema) 11.15
función polinomial 5.5, 13.5, 19.5 fundamental del álgebra (teorema) 19.5
función polinomial con coeficientes complejos
19.5 G
función polinomial de dos variables 5.5
función polinomial de n variables 5.5 gamma (función) 17.7
1080 Apéndice D. Índice alfabético

Gâteaux (derivada de) 21.8 Hausdorff (espacio de) 14.3


Gâteaux (diferencial de) 21.8 Hausdorff (principio de maximalidad de)
generada (medida exterior) 22.6 20.4
generada (σ-álgebra) 22.1 Heine-Borel (teorema de) 15.27
generada por una colección (topología) 14.3 hemisferio norte 19.2
generar un cilindro 15.7 hemisferio sur 19.2
generar un espacio vectorial 13.5 heptágono 15.7
generar un grupo cíclico 13.2 Herón (fórmula de) 11.16
género elipse 15.17 hessiana (matriz) 21.8
género hipérbola 15.17 hexágono 15.7
género parábola 15.17 Hilbert (espacio de) 21.6
gradiente 18.2 hipérbola 15.14
grado 11.8, 15.6 hiperboloide de revolución 15.22
grado de un polinomio 5.5, 13.5, 19.5 hiperboloide elíptico 15.22
grado de un polinomio trigonométrico 19.10 hiperboloide elíptico de dos hojas 15.22
grado de una función polinomial o polinómica hiperboloide elíptico de una hoja 15.22
5.5, 13.5, 19.5 hiperespacio 15.1
gráfica 3.3 hiperplano 15.2, 21.5
gráfica cerrada (teorema de la) 21.3 hiperplanos paralelos 15.7
gráfica en coordenadas polares 15.25 hipotenusa 11.12, 15.6
grafo completo 16.8 hipotenusa y el cateto (teorema de la) 11.12
grafo de servicios 16.8 hipótesis 1.5
grafo de servicios (teorema del) 16.8 hoja 16.4
grafo dirigido 3.11 hoja (hiperboloide elíptico de una) 15.22
grafo lineal 16.8 hojas (hiperboloide elíptico de dos) 15.22
grafo no dirigido 3.11 Hölder (desigualdad de) 22.8
Green (fórmula de) 18.4 holomorfa (función) 19.6
Green (teorema de) 18.4 homeomorfismo de espacios métricos 14.2
grupo 13.2 homeomorfismo de espacios topológicos 14.3
grupo abeliano 13.2 homeomorfos (espacios métricos) 14.2
grupo cíclico 13.2 homeomorfos (espacios topológicos) 14.3
grupo conmutativo 13.2 homogénea (ecuación lineal) 13.6
grupo de Poincaré 16.3 homogénea (ecuación diferencial) 23.2
grupo finito 13.2 homogénea (función) 23.2
grupo fundamental 16.3 homogéneo (sistema de ecuaciones lineales)
grupos isomorfos 13.3 12.8
grupo trivial 16.3 homomorfismo de grupos 13.3
homomorfismo de anillos 13.4
H homomorfismo inducido por una función
cubriente 16.8
Hadamard (teorema de) 19.3 homomorfismo trivial 16.3
Hanh (descomposición de) 22.2 homotopía 16.1
Hanh (teorema de descomposición de) 22.2 homotopía (clases de) 16.2
Hahan-Banach (teorema de) 21.4 homotopía (suma de clases de) 16.2
Hasse (diagrama de) 3.11 homotopía con extremos fijos 16.1
Apéndice D. Índice alfabético 1081

homotopía de caminos con extremos fijos índices (conjunto de) 20.4


16.1 indirecto (método) 1.7
homotopía relativa a un conjunto 16.1 inducción matemática 3.1
homotópicas como trayectorias cerradas inducción transfinita (principio de) 20.3
16.1 inducida (norma) 21.6
homotópicas con extremos fijos (trayectorias) inducida por un producto interno (topología)
16.1 21.6
homotópicas relativas a un conjunto (ser) inferiormente (función semicontinua) 21.5
16.1 ínfimo 3.3, 7.1
homotópicos (caminos cerrados) 16.1 ínfimo (teorema del) 7.1
homotópicos con extremos fijos (caminos) infinidad (axioma de ) 20.1
16.1 infinita (discontinuidad) 10.8
horizontal (asíntota) 10.2 infinito (conjunto) 3.7
horizontal (rayo) 15.10 infinito (punto en el) 19.2
horizontal (recta) 10.1, 11.18 infinito numerable (conjunto) 3.10
horizontal (segmento) 11.18, 15.10 inflexión (punto de) 10.13
inicio de un camino 18.1
I inscrita en una circunferencia (poligonal)
11.7
identidad 6.1 inscrito en una circunferencia (polígono)
identidad (elemento) 3.6, 13.2 15.7
identidad (función) 10.5 integrable (Riemann) 17.2
identidad (matriz) 12.4 integrable (Riemann-Stieltjes) 17.4, 19.7
igualdad 2.2 integrable según Riemann (función) 17.2
igualdad de conjuntos (axioma de) 2.4 integración en coordenadas cilíndricas
igualdad de funciones (axioma de) 2.3 (fórmula de) 18.5
igualdad de Parseval 21.6 integración en coordenadas esféricas
imagen 2.3 (fórmula de) 18.5
imaginario puro (número) 19.1 integración en coordenadas polares
implicación 1.5 (fórmula de) 18.5
impropia (integral) 17.6 integración por partes 17.2
incentro de un triángulo 11.13 integral a lo largo de un camino 18.1,
inclinación de una recta 15.10 19.7
inclinada (recta) 11.18 integral a través de una curva 18.1
incluir 2.4 integral a través de una trayectoria cerrada
incluir propiamente 2.4 18.1
incremento finito (fórmula del) 21.8 integral de Lebesgue 22.4
incremento finito (teorema del) 10.13 integral de línea 18.1, 19.7
indefinida (integral) 17.1 integral de línea a lo largo de un camino
independiente (linealmente) 13.5, 15.5 18.1, 19.7
indicador 15.17 integral de línea sobre un camino 18.1,
indicadora (función) 3.8 19.7
índice 2.7 integral de línea sobre un camino con
índice de un camino cerrado 16.5, 19.7 respecto a la i-ésima componente 18.1
índice de un subgrupo 13.2 integral de Poisson 19.10
1082 Apéndice D. Índice alfabético

integral de Riemann 17.2, 21.8 inverso (camino) 16.1


integral de Riemann-Stieltjes 17.4, 19.7 inverso aditivo 4.2
integral definida 17.2, 21.8 inverso multiplicativo 4.2
integral doble 22.7 invertible (matriz) 12.4
integral impropia 17.6 inyectiva (función) 3.3
integral indefinida 17.1 irreducible (polinomio) 5.7
integral inferior de Riemann 17.2 isometría 11.9, 15.5
integral inferior de Riemann-Stieltjes 17.4 isométricos (conjuntos) 15.5
integral iterada 22.7 isomorfismo de anillos 13.4
integral sobre un camino 18.1, 19.7 isomorfismo de espacios vectoriales 13.6
integral superior de Riemann 17.2 isomorfismo de grupos 13.3
integral superior de Riemann-Stieltjes 17.4 isomorfismo de orden 20.3
integrando 17.1 isomorfismo lineal conjugado 21.6
intercambio en el orden de los renglones 12.9 isomorfos (anillos) 13.4
interceptar un arco 11.8 isomorfos (conjuntos ordenados) 20.3
interior de un ángulo 11.5, 15.6 isomorfos (espacios vectoriales) 13.6
interior de un círculo 15.2 isomorfos (grupos) 13.3
interior de un conjunto 14.1, 14.3 isósceles (triángulo) 11.10, 15.6
interior de un cuadrilátero convexo 11.14 in- izquierda 11.18, 15.10
terior de un polígono convexo 11.14, 15.7
interior de un triángulo 11.5, 15.6 J
interior de una circunferencia 11.6, 15.2
interior de una esfera 11.19 jacobiana (matriz) 18.2
interior de una región circular 11.6 jacobiano 18.2
interior de una región triangular 11.5 Jordan (curva de) 16.6
interior de una trayectoria de Jordan 16.6 Jordan (medida de) 15.28
intermedio (teorema del valor) 10.5 Jordan (teorema de descomposición de) 22.2
internos del mismo lado (ángulos) 11.13 Jordan (teorema de la curva de) 16.6
intersecar 2.4 Jordan (trayectoria de) 16.6
intersecarse en un punto 15.2 Jordan-medible (conjunto) 15.28
intersección 2.4, 2.7
intersección 2.4, 2.7 K
intervalo 6.5
Kolmogórov (espacio de) 14.3
intervalo abierto 6.5
Kronecker (delta de) 18.2
intervalo abierto acotado 6.5
intervalo acotado 6.5 L
intervalo acotado por la derecha 6.5
intervalo acotado por la izquierda 6.5 LAA (correspondencia) 11.12
intervalo cerrado 6.5 LAA (teorema) 11.12
intervalo cerrado acotado 6.5 lado adyacente a un ángulo 11.9, 15.6
intervalo no acotado 6.5 lado de abajo de una recta 11.18, 15.10
inversa 3.3 lado de arriba de una recta 11.18, 15.10
inversa de una matriz 12.4 lado de un plano 11.4
inversa de una relación 3.3 lado de un polígono 15.7
inverso 13.2 lado de un ángulo 11.5
Apéndice D. Índice alfabético 1083

lado de un triángulo 11.5, 15.2 lema de Schwarz 19.8


lado de una poligonal 11.7 lema de Urysohn 14.3
lado de una recta 11.4, 15.4 lema de Zorn 20.4
lado de una región poligonal 16.6 lemniscata 15.25
lado derecho de una recta 11.18, 15.10 levantamiento 16.4
lado izquierdo de una recta 11.18, 15.10 levantamiento (correspondencia de) 16.4
lado opuesto a un ángulo 11.9, 15.6 levantamiento de caminos (teorema del)
lado opuesto a un lado de un cuadrilátero 15.7 16.4
lado recto de una elipse 15.13 ley de cancelación para la multiplicación 4.2
lado recto de una hipérbola 15.14 ley de cancelación para la suma 4.2
lado recto de una parábola 15.12 ley de cancelación por la derecha 13.2
lado-ángulo-ángulo (correspondencia) 11.12 ley de cancelación por la izquierda 13.2
lado-ángulo-lado (correspondencia) 11.10 ley de los cosenos 15.8
lado-lado-lado (correspondencia) 11.10 ley de los senos 15.8
lados consecutivos 15.7 ley del paralelogramo 21.6
lados consecutivos de un cuadrilátero 11.14 leyes de de Morgan 2.5
lados opuestos de un cuadrilátero 11.14 leyes de la cancelación 13.2
lados opuestos de un plano 11.4 leyes de los exponentes 4.5
lados opuestos de una recta 11.4, 15.4 leyes de los exponentes enteros 4.5
Lagrange (multiplicadores de) 18.3 leyes de los exponentes racionales 7.3
Lagrange (teorema de) 13.2 leyes de los logaritmos 9.6
Lagrange (teorema de los multiplicadores de) leyes de los radicales 5.1
18.3 l’Hôpital (regla de) 10.14
Lagrange (teorema del valor medio de) 10.13 l’Hôpital en C (regla de) 19.8
LAL (correspondencia) 11.10 límite 10.2, 10.3, 10.4, 19.4
LAL (postulado) 11.10 límite (ordinal) 20.3
LAL (teorema de semejanza) 11.15 límite de una sucesión 8.4
Laplace (ecuación de)19.10 límite de una sucesión de números complejos
laplaciano 19.10 19.3
latis 3.3 límite inferior de una sucesión 8.7
Laurent alrededor de un número (serie de) límite por la derecha 10.3, 10.4
19.8 límite por la izquierda 10.3, 10.4
lazo basado en un punto 16.3 límite superior de una sucesión 10.7
Lebesgue (descomposición de) 22.2 Lindelöf (espacio topológico o topología)
Lebesgue (integral de) 22.4 14.3
Lebesgue (teorema de descomposición de) línea (integral de) 18.1
22.2 lineal (aplicación) 13.6
Lebesgue-medible 15.30 lineal (cerradura) 21.5
Lebesgue integrable 22.4 lineal (combinación) 13.5, 15.5
Leibniz (regla de) 18.4, 19.7.22 lineal (ecuación) 6.2, 6.8, 12.8, 13.6
lema 2.1 lineal (espacio) 13.5
lema de Abel en C 19.3 lineal (función) 10.1, 13.6
lema de Abel en R 8.7 lineal (funcional) 13.6.61, 21.4
lema de Barsuk 16.7 lineal (grafo) 16.8
lema de Fatou 22.4 lineal (operador) 13.6, 21.2
1084 Apéndice D. Índice alfabético

lineal (subespacio) 13.5 más infinito 8.5


lineal (transformación) 13.6 masa 22.1
lineal complejo (funcional) 21.4 matrices equivalentes 12.8
lineal conjugado (isomorfismo) 21.6 matrices semejantes 12.9
lineal homogénea (transformación) 13.6 matriz 12.1
lineal real (funcional) 21.4 matriz adjunta 12.9
linealmente independiente 13.5, 15.5 matriz ampliada 12.8
Liouville (fórmula de) 23.3 matriz asociada a una transformación lineal
Lipschitz (condición de) 21.8 13.6
listado 2.4 matriz cambio de base 13.6
llaneza (teorema de) 11.3 matriz columna 12.1
LLL (correspondencia) 11.10 matriz cuadrada 12.1
LLL (teorema) 11.10 matriz diagonal 13.6
LLL (teorema de semejanza) 11.15 matriz diagonalizable 13.6
local (base) 14.3 matriz elemental 12.9
local (máximo) 10.13, 14.3 matriz escalonada 12.9
local (mínimo) 10.13, 14.3 matriz hessiana 21.8
local (óptimo) 14.3 matriz identidad 12.4
localización de puntos (teorema de) 11.2 matriz inversa 12.4
localmente acotado 21.5 matriz invertible 12.4
localmente convexo 21.5 matriz jacobiana 18.2
logaritmo 9.6 matriz m ˆ n 12.1
logaritmo base a 9.6 matriz nula 12.2
logaritmo natural 9.6, 19.3 matriz renglón 12.1
logaritmo natural principal 19.3 matriz simétrica 12.5
logaritmo neperiano 9.6 matriz wronskiana 23.3
longitud 15.2, 15.3 matriz wronskiano alterado 23.5
longitud de un arco de circunferencia 11.7 máxima (solución) 14.3
longitud de un intervalo 10.1 máxima cota inferior 7.1
longitud de un segmento 11.2 maximal 20.3
longitud de una circunferencia 11.7, 15.5 maximización (problema de) 14.3
longitud de una poligonal 11.7 máximo 7.1, 20.3
longitud finita 15.3 máximo (teorema del valor) 10.5
longitud infinita 15.3 máximo común divisor 4.7
máximo absoluto 10.13
M máximo local 10.13, 14.3
máximo relativo 10.13, 14.3
Maclaurin (serie de) 19.3 mayor 3.4
manecillas del reloj (sentido contrario a las) mayor entero menor o igual que 8.7
16.1, 16.8 mayor o igual que 3.4, 4.3
manecillas del reloj (sentido de las) 16.1 mayor que 3.4, 4.3
16.8 mayor que (ángulo) 11.12
más 3.4 mayor que (segmento) 11.12
más débil 21.5 media circunferencia 11.7, 15.5
más fuerte 21.5 mediatriz (teorema de la) 11.11, 15.6
Apéndice D. Índice alfabético 1085

mediatriz de un segmento 11.11 método indirecto 1.7


medible (conjunto) 22.1 métrica 14.1
medible (espacio) 22.1 métrica acotada estándar 14.4
medible (función) 22.3 métrica del supremo 14.2
medida 22.1 métrica uniforme 14.4
medida (espacio de) 22.1 métrico (espacio) 14.1
medida compleja 22.2 métrico (subespacio) 14.1
medida de conteo 22.1 metrizable (espacio topológico) 14.3
medida de Lebesgue 15.30 miembro 2.2
medida de un ángulo 11.8, 15.6 mínima (solución) 14.3
medida exterior 22.6 mínima cota inferior 7.1
medida exterior de Lebesgue 15.30 minimal (elemento) 20.3
medida interior de Lebesgue 15.30 minimización (problema de) 14.3
medida exterior engendrada 22.6 mínimo 7.1, 20.3
medida exterior generada 22.6 mínimo absoluto 10.13
medida positiva 22.1 mínimo local 10.13, 14.3
medida producto 22.7 mínimo relativo 10.13, 14.3
medida σ-finita 22.1 Minkowski (desigualdad de) 22.8
medida signada 22.2 minuto 15.6
medida signada finita 22.2 mismo signo 4.3
medida signada σ-finita 22.2 módulo de un número complejo 19.1
medida signada (espacio de) 22.2 modus ponens 1.7
medidas singulares 22.2 modus tollens 1.7
medio (punto) 11.2, 15.2 mónico (polinomio) 19.5
menor 3.4 monótona (función) 10.1, 22.6
menor de una componente 12.7 Morera (teorema de) 19.7
menor o igual que 3.4, 4.3 multilineal (función) 21.7
menor que 3.4, 4.3 multiplicación 3.5, 13.4, 19.2
menor que (ángulo) 11.12 multiplicación de matrices 12.4
menor que (segmento) 11.12 multiplicación de números cardinales 20.4
menos 3.5, 4.2 multiplicación de números complejos 19.1
menos infinito 8.5 multiplicación de un renglón por un número
meromorfa (función) 19.8 diferente de cero 12.9
método de completar el cuadrado 6.3 multiplicación de un renglón por una matriz
método de completar el trinomio cuadrado 12.4
perfecto 6.3 multiplicación módulo n 4.7
método de división de polinomios 6.7 multiplicación por escalar 13.5
método de factorización 6.3 multiplicadores de Lagrange 18.3
método de inducción matemática 3.1 multiplicadores de Lagrange (teorema de)
método de inducción matemática (segundo) 18.3
3.9 multiplicidad de un cero de un polinomio
método de los coeficientes indeterminados 19.5
23.4 multiplicidad de un cero de una función
método de reducción a lo absurdo 1.7 holomorfa 19.8
método de variación de constantes 23.5 multiplicidad de una raíz 6.7
1086 Apéndice D. Índice alfabético

múltiplo 4.7 normal (cono) 21.8


µ˚ -medible 22.6 normal (espacio) 14.3
normal (recta) 15.10
N normas equivalentes 21.3
norte (hemisferio) 19.2
n lineal (forma) 21.7 norte (polo) 19.2
n lineal (función) 21.7 notación científica 5.4
n-ada 3.8 núcleo de un homomorfismo 13.3
n-caja cerrada 15.27 núcleo de Poisson 19.10
n-ésima componente 3.8, 8.1 numerabilidad (axiomas de) 14.3
n-ésima derivada 10.11 numerable (conjunto) 3.7
n-ésima potencia 9.1 numerable (primero) 14.3
n-ésima proyección 14.4, 20.4 numerable (segundo) 14.3
n-ésima suma parcial 8.6 número cardinal 20.4
n-ésimo 20.3 número cardinal finito 20.3
n-ésimo número ordinal 20.3 número cardinal infinito (primer) 20.3
n-ésimo polinomio de Bernstein asociado número cero 3.5
a una función 19.5 número complejo 19.1
n-ésimo término de una serie 8.6 número de combinaciones 3.8
n-ésimo término de una sucesión 8.1 número imaginario puro 19.1
n-gono 15.7 número ordinal 20.3
n-upla 3.8 número ordinal finito 20.3
necesario 1.5 número ordinal infinito (primer) 20.3
necesario y suficiente 1.6 número par 4.7
negación 1.3 número primo 4.7
negativa (variación) 17.3 números complejos (axioma de) 19.1
negativo 4.3 números enteros 4.4
nivel de una función (conjunto) 21.5 números naturales 3.1
no alineados (conjunto de puntos) 15.2 números racionales 4.4
no creciente (sucesión) 8.7 números reales 4.2
no decreciente (sucesión) 8.7 nunca denso 14.2
no tener elementos 2.4 ν-negativo 22.2
nodo 3.11 ν-nulo 22.2
nonágono 15.7 ν-positivo 22.2
norma 15.2, 21.3
norma de un número complejo 19.1 O
norma de una función n lineal continua 21.7
norma de una partición 17.4 objetivo (función) 14.3
norma de una transformación lineal 21.3 objeto 2.2
norma determinada por un producto interno oblicua (recta) 11.18
21.6 obtuso (ángulo) 11.12, 15.6
norma euclidiana 21.3 octágono 15.7
norma inducida por un producto interno 21.6 operación 3.6
normado (espacio vectorial) 21.3 operación asociativa 3.6
normal (0-cono) 21.8 operación cerrada 3.6
Apéndice D. Índice alfabético 1087

operación conmutativa 3.6 ortogonales (vectores) 21.6


operaciones elementales por renglón 12.9 ortonormal 15.4 ortonormal (conjunto) 21.6
operador de divergencia 18.2 ortonormal (sistema) 21.6
operador lineal 13.6, 21.2 ortonormal (sucesión) 21.6
operador lineal diagonalizable 13.6 ortonormalización de Gram-Schmidt (proceso
operador rotacional 18.2 de) 21.6
óptima (solución) 14.3
optimización (problema de) 14.3
óptimo local 14.3 P
óptimo relativo 14.3
opuesta (curva) 16.6 p-levantamiento16.4
opuesto (ángulo) 15.6, 15.7 par 4.7
opuesto (lado) 15.6, 15.7 par lineal 11.8, 15.6
opuestos (rayos) 11.2 par lineal (teorema del) 11.8
opuestos de un cuadrilátero (lados) 11.14 parábola 15.12
opuestos por el vértice (ángulos) 11.8, 15.6 parábola vertical 10.1
opuestos por el vértice (teorema de los paraboloide elíptico 15.23
ángulos) 11.8, 15.6 paraboloide de revolución 15.23
orden de un elemento de un grupo 13.2 paraboloide hiperbólico 15.24
orden de un grupo 13.2 paradoja de Russell 2.4
orden de un polo 19.8 paralelas (postulado de las) 11.13
orden de una matriz 12.1 paralelas (rectas) 10.1, 11.13, 15.2
orden de una permutación 3.8 paralelas (unicidad de las) 15.2
orden estricto 3.3 paralelepípedo 11.19
orden lineal 3.3 paralelepípedo rectangular 11.19
orden n (derivada de) 10.11 paralelo 11.13
orden parcial 3.3 paralelogramo 11.14, 15.7
orden total 3.3 paralelogramo (ley del) 21.6
ordenada 11.18 paralelogramo (teorema del) 11.14
ordenadas (eje de las) 10.1, 11.18 paralelos (hiperplanos) 15.7
ordenado (cuerpo) 20.5 parametrización de una trayectoria 15.3
ordinal 20.3 parametrización en coordenadas polares
ordinal (número) 20.3 15.25
ordinal (tipo) 20.3 parametrización en sentido contrario a las
ordinal finito (número) 20.3 manecillas del reloj de una trayectoria
ordinal infinito (primer) 20.3 cerrada simple 16.8
ordinal límite 20.3 parametrización en sentido de las manecillas
origen 15.2 del reloj de una trayectoria cerrada
origen de un sistema de coordenadas simple 16.8
de un plano 11.18 parametrización simple de una trayectoria
ortogonal 15.4 15.3
ortogonal (conjunto) 21.6 parcial (derivada) 18.2, 19.7
ortogonal (sistema) 21.6 pareja de coordenadas de un punto en el
ortogonal (sucesión) 21.6 plano 11.18
ortogonal (complemento) 21.6 pareja ordenada 3.2
1088 Apéndice D. Índice alfabético

pareja ordenada conjuntista 20.1 plano 11.1, 15.2


paridad 12.6 plano (postulado del) 11.3
Parseval (igualdad de) 21.6 plano complejo 19.1
parte imaginaria de un número complejo plano complejo extendido 19.2
19.1 plano de dimensión 2 15.2
parte imaginaria de una medida compleja 22.2 plano XY 11.18, 15.10, 19.1
parte negativa de un número 8.7 Poincaré (grupo de) 16.3
parte negativa de una función 22.3 Poisson (fórmula de) 19.10
parte positiva de un número 8.7 Poisson (integral de) 19.10
parte negativa de una función 22.3 Poisson (núcleo de) 19.10
parte positiva del eje X 11.18, 15.10, 19.1 poligonal 11.7, 16.1
parte positiva del eje Y 15.10 poligonal (lado de una región) 16.6
parte real de un número complejo 19.1 poligonal (región) 16.6
parte real de una medida compleja 22.2 poligonal (trayectoria) 16.1
partición de la unidad subordinada a una poligonal (vértice de una región) 16.6
cubierta 18.5 poligonal cerrada 11.7
partición de la unidad (teorema de la) 18.5 poligonal (región) 11.16
partición de un intervalo 15.3 poligonal simple 11.7, 16.1
partición de una caja cerrada 15.28 polígono 11.7, 15.7
partición en clases 3.3 polígono convexo 11.14, 15.7
partido en 4.2 polígono regular 15.7
pasar por 15.2 poligono inscrito en una circunferencia 11.7
Peano (axiomas de) 3.1 polinomial (función) 5.5, 13.5, 19.5
pendiente 10.1 polinómica (función) 5.5, 19.5
pendiente en una dirección 21.8 polinomio 5.5, 13.5, 19.5
pendiente infinita 10.1 polinomio característico 21.2
pentágono 15.7 polinomio con dos variables 5.5
perímetro de una circunferencia 11.7 polinomio con n variables 5.5
periódica (función) 10.1 polinomio con una variable 5.5
período de una función 10.1 polinomio de Bernstein asociado a una
permutación 3.8 función 19.5
permutación cíclica 12.6 polinomio de grado n 13.5
permutación de orden n 3.8 polinomio homogéneo cuadrado 21.7
permutación elemental de componentes polinomio homogéneo cúbico 21.7
18.5 polinomio homogéneo de grado n 21.7
permutación impar 12.6 polinomio irreducible 5.7
permutación par 12.6 polinomio mónico 19.5
perpendicular 11.8, 15.6 polinomio primo 5.7
perpendiculares (rectas) 11.8, 15.6 polinomio trigonométrico 19.10
perpendiculares (una recta y un plano) 11.11 polo 19.8
pertenecer 2.2 polo norte 19.2
pi 11.7, 15.3 polo sur 19.2
pirámide 11.19 por pedazos (continua) 19.7
piso 10.8 por pedazos (derivable) 19.7
Pitágoras (teorema de) 11.15, 15.6, 21.6 por pedazos (suave) 19.7
Apéndice D. Índice alfabético 1089

positiva (combinación) 21.5 primera coordenada de un punto en el


(positiva) medida 22.1 plano 11.18
positiva (variación) 17.3 primero numerable (espacio topológico) 14.3
positiva definida (forma bilineal) 21.7 primeros 3.7
positiva semidefinida (forma bilineal) 21.7 primitiva 17.1, 19.6
positivo 4.3 primo 4.7
postulado 2.1 primo (polinomio) 5.7
postulado de adición de arcos 11.7 primos relativos 4.7
postulado de adición de áreas 11.16 principio de acotación uniforme 21.3
postulado de adición de volúmenes 11.19 principio de Cavalieri 11.19
postulado de Cavalieri 11.19 principio de inducción matemática 3.1
postulado de construcción de ángulos 11.8 principio de inducción transfinita 20.3
postulado de la congruencia para áreas 11.16 principio de maximalidad de Hausdorff
postulado de la congruencia para 20.4
volúmenes 11.19 principio de recurrencia 3.1
postulado de la distancia 11.1 principio de superposición para ecuaciones
postulado de la intersección de planos 11.3 diferenciales lineales 23.3
postulado de la recta 11.1 principio del argumento 19.8
postulado de la regla 11.1 principio del elemento maximal 20.4
postulado de la separación del espacio 11.4 prisma 11.19
postulado de la separación del plano 11.4 prisma recto 11.19
postulado de las paralelas 11.13 problema de Dirichlet 19.10
postulado del espacio 11.1 problema de maximización 14.3
postulado del plano 11.3 problema de minimización 14.3
postulado LAL 11.10 problema de optimización 14.3
potencia 4.5, 9.1 problema de optimización con restricciones
potencias de números complejos (serie de) 14.3
19.3 proceso de ortonormalización de
predicado 2.4 Gram-Schmidt 21.6
predicado de dos variables 2.4 producto 3.5, 4.7, 13.4
premedida 22.6 producto (medida) 22.7
premisa 1.5 producto (σ-álgebra) 22.7
preservar distancias 15.5 producto (topología) 14.4
primaria (función) 18.5 producto cartesiano 3.2, 14.4, 20.4
primer axioma de numerabilidad 14.3 producto cartesiano conjuntista
primer cardinal infinito 20.3 20.1
primer cuadrante 11.18, 10.1 producto cartesiano finito 14.4
primer elemento 3.9 20.3 producto cruz 15.29
primer número cardinal infinito 20.3 producto cartesiano infinito 14.4
primer número ordinal infinito 20.3 producto de números complejos 19.1
primer ordinal infinito 20.3 producto de potencias de números primos
primer teorema de la distancia mínima 11.12 4.7
primer teorema fundamental del cálculo 17.2 producto de un número por un punto 15.2
primera categoría de Baire 14.2 producto de un número por una matriz 12.3
primera componente 3.2 producto escalar 15.2, 21.6
1090 Apéndice D. Índice alfabético

producto interno 15.2, 21.6 proposiciones equivalentes 1.6


producto interno (espacio vectorial con) 21.6 proyección 14.4, 20.4
producto por escalar 13.5, 15.2 proyección (n-ésima) 14.4, 20.4
producto punto 15.2 proyección de un conjunto en un plano 11.13
producto vectorial 15.29 proyección de un conjunto en una recta 11.11
productos notables 5.6 proyección de un punto en un plano 11.13
progresión aritmética 8.2 proyección de un punto en una recta 11.11
progresión geométrica 8.3 proyección estereográfica 19.2
propiedad arquimediana 7.1 proyección ortogonal 15.4
propiedad asociativa 3.5 Ptolomeo (teorema de) 11.15
propiedad asociativa para la multiplicación punto 10.1, 11.1, 14.3, 15.1
4.2 punto aislado 14.1, 14.3
propiedad asociativa para la suma 4.2 punto crítico 10.13
propiedad conmutativa 3.5 punto de acumulación 14.1, 14.3
propiedad conmutativa para la multiplicación punto de inflexión 10.13
4.2 punto en el infinito 19.2
propiedad conmutativa para la suma 4.2 punto fijo 16.5
propiedad de cancelación para desigualdades punto fijo (tener) 16.5
4.3, 20.5 punto fijo de Brouwer en B2 (teorema del)
propiedad de la cancelación 3.5 16.5
propiedad de la cancelación para la suma 3.4 punto final de un camino 18.1
propiedad de preservación por multiplicación punto final de una curva 16.6
de positivo 4.3, 20.5 punto inicial de un camino 18.1
propiedad de tricotomía 3.4, 4.3 punto inicial de una curva 16.6
propiedad del elemento neutro para la suma punto interior 14.1
4.2 punto interno de un conjunto en la dirección
propiedad del elemento unitario 4.2 de un punto 21.5
propiedad del inverso aditivo 4.2 punto medio 11.2, 15.2
propiedad del inverso multiplicativo 4.2 punto medio (teorema del) 11.2
propiedad del valor medio 19.10 punto radial de un conjunto en la dirección
propiedad del valor medio para funciones de un punto 21.5
armónicas 19.10 punto terminal de una curva 16.6
propiedad del valor medio para funciones punto unitario 15.4
holomorfas 19.7 puntual (convergencia) 14.2
propiedad distributiva 3.5, 4.2
propiedad transitiva 4.3 R
propio (valor) 21.2
propio (vector) 21.2 racional 4.4
proporcionales (funciones) 11.15 radián 15.6
proporcionales (sucesiones finitas) 11.15 radical 5.1
proporcionalidad (constante de) 11.15 radio de convergencia 19.3
proporcionalidad (teorema fundamental radio de un arco 11.17
de la) 11.15 radio de un cuerpo esférico 11.19
proposición 1.2 radio de un sector circular 11.17
proposición abierta 2.4 radio de una bola 14.1
Apéndice D. Índice alfabético 1091

radio de una bola abierta 14.1 recta vertical 10.1


radio de una bola cerrada 14.1 rectas paralelas 10.1, 15.2
radio de una circunferencia 15.2 rectas perpendiculares 15.6
radio de una esfera 11.19, 15.7 rectificable (camino) 17.3, 19.7
radio de una esfera de dimensión n 15.7 rectificable (trayectoria) 15.3
radio de una esfera rellena 15.7 rectángulo 11.14, 15.7
radio de una esfera rellena de dimensión n rectángulo (triángulo) 11.11, 15.6
15.7 rectángulo medible 22.7
radio exterior de un anillo abierto 19.8 recto (ángulo) 11.8, 15.6
radio exterior de un anillo cerrado 19.8 recurrencia (principio de) 3.1
radio exterior de una corona 19.8 recursiva 3.4
radio interior de un anillo abierto 19.8 red no dirigida 3.11
radio interior de un anillo cerrado 19.8 reducción a lo absurdo 1.7
radio interior de una corona 19.8 reductio ad absurdum 1.7
Radon-Nikodým (teorema de) 22.4 reemplazo (axioma de) 20.1
raíces racionales (teorema de las) 6.7 refinamiento de una partición 15.28, 17.2
raíces racionales de un polinomio con reflexión 15.16, 15.19
coeficientes enteros 6.7 reflexión básica 15.19
raíz (criterio de la) 8.7, 19.3 reflexiva (relación) 3.3
raíz cuadrada 7.2 región 16.6
raíz de un polinomio 6.7, 19.5 región circular 11.6, 15.7
raíz de una ecuación 6.1 región cuadrada 11.14, 15.7
raíz n-ésima 5.1, 19.1 región poligonal 11.16, 16.6
raíz n-ésima principal 19.1 región poligonal (lado de una) 16.6
rama de una hipérbola 15.14 región poligonal (vértice de una) 16.6
rayo 11.2, 15.2, 21.5 región rectangular 11.14, 15.7
rayo horizontal 15.10 región trapecial 11.14, 15.7
rayo vertical 15.10 región triangular 11.5, 15.7
rayos opuestos 11.2 regla de Cramer 12.9
razón (criterio de la) 8.7, 19.3 regla de la cadena 10.12, 19.6, 18.2, 21.8
razón común 8.3 regla de la cadena para funciones de varias
razonamiento válido 1.7 variables 18.2
recíproca de una proposición 1.5 regla de Leibniz 18.4, 19.7.22
recíproco del teorema del triángulo regla de l’Hôpital 10.14
isósceles 11.10 regla de l’Hôpital en C 19.8
recorrido 2.6 regular (espacio) 14.3
recta 10.1, 11.1, 15.2, 21.5 regular (polígono) 15.7
recta horizontal 10.1, 11.18 regularidad (axioma de) 20.1
recta inclinada 11.18 relación 3.3
recta normal 15.10 relación antisimétrica 3.3
recta oblicua 11.18 relación binaria 3.3
recta secante 10.10 relación de equivalencia 3.3
recta secante a dos rectas en un mismo relación de orden estricto 3.3
plano 11.13 relación de orden lineal 3.3
recta tangente 10.10 relación de orden parcial 3.3
1092 Apéndice D. Índice alfabético

relación de orden total 3.3 restricciones (problema de optimización con)


relación inversa 3.3 14.3
relación reflexiva 3.3 restricciones del problema de optimización
relación simétrica 3.3 14.3
relación transitiva 3.3 retículo 3.3
relacionado 3.3 retículo completo 3.3
relativa a un conjunto (topología) 14.3 reversa de un camino 16.1
relativa a un conjunto (homotopía) 16.1 revolución 15.6
relativas a un conjunto (homotópicas) 16.1 Riemann (esfera de) 19.2
relativo (abierto) 14.1 Riemann (integral de) 17.2, 21.8
relativo (máximo) 10.13, 14.3 Riemann (suma de) 18.2, 21.8
relativo (mínimo) 10.13, 14.3 Riemann integrable (función) 17.2
relativo (óptimo) 14.3 Riemann-Stieltjes (integral de) 17.4, 19.7
removible (discontinuidad) 10.8 Riemann-Stieltjes (suma de) 12.4
renglón 12.1 Riemann-Stieltjes integrable (función) 17.4,
renglón nulo 12.2 19.7
representación cartesiana de un número Riesz-Fischer (teorema de) 21.6, 22.8
complejo 19.1 Rolle (teorema de) 10.13
representación en coordenadas cartesianas rombo 11.14, 15.7
de un punto 15.25 romboide 11.14, 15.7
representación en coordenadas cilíndricas rosa de cuatro pétalos 15.25
15.26 rotación 15.16
representación en coordenadas esféricas rotación alrededor de un eje de coordenadas
15.26 15.19
representación en coordenadas polares de un rotación elemental 15.19
número complejo 19.1 rotacional 18.2
representación en coordenadas polares de un rotacional (operador) 18.2
punto 15.25 Rouché (teorema de) 19.8
representación en coordenadas rectangulares Russell (paradoja de) 2.4
de un punto 15.25
residuo 4.7, 6.7, 19.5 S
residuo de una función en un punto 19.8
residuo (teorema chino del) 4.7 salto (discontinuidad de) 10.8
residuo (teorema del) 6.7, 19.5 sándwich (teorema del) 10.4
residuos (teorema de los) 19.8 satisfacer 6.1
resolver 6.1 Schwarz (desigualdad de) 15.2
resta 2.4, 4.2, 19.1, 19.2 Schwarz (lema de) 19.8
resta de caminos 16.1 sci 21.5
resta de matrices 12.2 se traslapan 15.28
resta de puntos 15.2 secante 15.8
resto 4.7, 6.7, 19.5 secante (recta) 10.10
resto (teorema chino del) 4.7 secante a dos rectas en un mismo plano
restricción 2.6 (recta) 11.13
restricción de Carathéodory (teorema de) secante hiperbólica 15.15
22.6 sección ((2, y)-) 22.7
Apéndice D. Índice alfabético 1093

sección ((1, x)-) 22.7 semirrecta 11.2


sección transversal de un cilindro 11.19 seno 15.8, 19.3
sección transversal de un cono 11.19 seno hiperbólico 15.15
sección transversal de un prisma 11.19 sentido contrario a las manecillas del reloj
sección transversal de una pirámide 11.19 16.1, 16.8
seccionalmente continua 19.7 sentido contrario a las manecillas del reloj
seccionalmente derivable 19.7 (integral a través de una trayectoria
seccionalmente suave 19.7 cerrada en) 18.1
secciones cónicas 15.20 sentido de las manecillas del reloj 16.1,
sector circular 11.17 16.8
sector determinado por un arco 11.17 sentido de las manecillas del reloj (integral a
segmento 11.2, 15.2, 21.5 través de una trayectoria cerrada en) 18.1
segmento de recta 15.2, 21.5 separable (conjunto) 14.3
segmento horizontal 15.10 separable (espacio) 14.3
segmento vertical 15.10 separación (axiomas de) 14.3
segunda categoría de Baire 14.2 separación del espacio (postulado de la) 11.4
segunda componente 3.2 separación del plano (postulado de la) 11.4
segunda coordenada de un punto en el separar 16.7
plano 11.18 serie 8.6, 19.3
segunda derivada 10.11, 21.8 serie absolutamente convergente 8.7,
segundo 15.6 19.3
segundo axioma de numerabilidad 14.3 serie alternante 8.7
segundo cuadrante 11.18, 10.1 serie aritmética 8.6
segundo método de inducción matemática serie armónica 8.6
3.9 serie bilateral 19.3
segundo numerable (espacio topológico) 14.3 serie convergente 8.6, 19.3
segundo teorema fundamental del cálculo serie de Fourier 19.10
17.2 serie de Laurent alrededor de un punto 19.8
semejantes (conjuntos) 11.19 serie de Maclaurin 19.3
semejantes (matrices) 12.9 serie de números complejos 19.3
semejantes (triángulos) 11.15 serie de potencias alrededor de un número
semejanza (correspondencia) 11.15, 11.19 19.3
semicampo 13.4 serie de potencias asociada a una serie entera
semicontinua inferiormente (función) 21.5 19.3
semicontinua superiormente (función) 21.5 serie de potencias de números complejos
semicuerpo 13.4 19.3
semieje X positivo 11.18, 15.10 serie de Taylor alrededor de un punto 19.3
semieje Y positivo 15.10 serie divergente 8.6, 19.3
semiespacio 11.4, 15.2 serie entera 19.3
semiespacio abierto 21.5 serie geométrica 8.6
semiespacio cerrado 11.4, 21.5 serie trigonométrica 19.10
seminorma 21.4 servicios (grafo de) 16.8
seminormado (espacio vectorial) 21.4 servicios (teorema del grafo de) 16.8
semiplano 11.4, 15.4 σ-aditiva (función) 22.6
semiplano cerrado 11.4 σ-álgebra 22.1
1094 Apéndice D. Índice alfabético

σ-álgebra de Borel 22.1 solución general de una ecuación diferencial


σ-álgebra engendrada 22.1 23.1
σ-álgebra generada 22.1 solución implícita de una ecuación diferencial
σ-álgebra producto 22.7 23.1
σ-campo 22.1 solución particular de una ecuación
σ-finita (medida) 22.1 diferencial 23.1
σ-subaditiva (función) 22.6 solución máxima 14.3
signada (medida) 22.2 solución mínima 14.3
signo 4.3 solución óptima 14.3
signo de una permutación 12.6 solución trivial de un sistema de ecuaciones
signos diferentes 4.3 lineales homogéneo 12.9
signos opuestos 4.3 soporte (función) 21.5
siguiente 3.1, 8.1 soporte de una función 18.5
simetría con respecto al eje de las ordenadas suave 19.7
10.1 suave (seccionalmente) 19.7
simetría con respecto al origen 10.1 suave por pedazos 19.7
simétrica (diferencia) 2.4 subaditiva (función) 22.6
simétrica (función n lineal) 21.7 subbase de una topología 14.3
simétrica (matriz) 12.5 subcaja 15.28
simétrica (relación) 3.3 subconjunto 2.4
simple (función) 22.4 subespacio 15.5
simple (poligonal) 11.7, 16.1 subespacio afín 15.5
simplemente conexo 16.1 subespacio lineal 13.5
simplificar 5.3 subespacio métrico 14.1
singulares (medidas) 22.2 subespacio topológico 14.3
singularidad 19.8 subespacio vectorial 13.5
singularidad aislada 19.8 subgrupo 13.2
singularidad esencial 19.8 subgrupo cíclico 13.2
singularidad evitable 19.8 subgrupo no trivial 13.2
singularidad removible 19.8 subgrupo normal 15.2
sistema cerrado 21.6 subintervalo 15.28
sistema completo 21.5 sublineal (funcional) 21.4
sistema de coordenadas 11.1 subnivel de una función (conjunto) 21.5
sistema de coordenadas del espacio 11.18 subordinada a una cubierta (partición de
sistema de coordenadas del plano 11.18 la unidad) 18.5
sistema de ecuaciones lineales 6.8, 12.8 subsucesión 8.7
sistema de ecuaciones lineales homogéneo subvolumen de dimensión n 15.28
12.8 sucesión 8.1
sistema decimal 8.9 sucesión acotada 8.7
sistema ortogonal 21.6 sucesión acotada inferiormente 8.7
sistema ortonormal 21.6 sucesión acotada superiormente 8.7
sobre 3.3 sucesión completa 21.5
sobre un camino (integral) 18.1 sucesión convergente 8.4, 19.3
solución 6.1 sucesión creciente 8.7
solución factible 14.3 sucesión de Cauchy 8.7, 14.2, 19.3
Apéndice D. Índice alfabético 1095

sucesión de sumas parciales 8.6 suplementarios (ángulos) 11.8, 15.6


sucesión decreciente 8.7 suplemento (teorema del) 11.8
sucesión divergente 8.4 suplemento de un ángulo 11.8, 15.6
sucesión estrictamente creciente 8.7 supremo 3.3, 7.1
sucesión estrictamente decreciente 8.7 supremo (axioma del) 7.1
sucesión finita 3.8 supremo (métrica del) 14.2
sucesión infinita 8.1 supremo esencial 22.8
sucesión no creciente 8.7 sur (hemisferio) 19.2
sucesión no decreciente 8.7 sur (polo) 19.2
sistema ortogonal 21.6 sustitución de iguales (axioma de) 2.3
sistema ortonormal 21.6 sustracción 4.2
sucesión racional de Cauchy 20.6
sucesivos (términos) 8.1 T
sucesor 3.1, 20.2
sucesor (conjunto) 20.2 tangente 15.8
sucesor de un número ordinal 20.3 tangente (0-cono) 21.8
suficiente 1.5 tangente (cono) 21.8
suficientemente grande 8.4 tangente (recta) 10.10
suma 3.4, 4.7, 13.4, 19.2 tangente hiperbólica 15.15
suma de caminos 16.1 tangente a una circunferencia (recta o seg-
suma de clases de homotopía 16.2 mento) 11.12
suma de espacios vectoriales 13.5 tangente a una recta (circunferencia) 11.12
suma de las componentes de una sucesión en tautología 1.7
un espacio normado 21.3 Taylor (serie de) 19.3
suma de matrices 12.2 Taylor (teorema de) 17.5, 21.8
suma de números cardinales 20.4 tender 8.4, 8.5, 10.2, 10.3, 19.4
suma de números complejos 19.1 tener el mismo tipo ordinal 20.3
suma de puntos 15.2 tener un punto fijo 16.5
suma de Riemann 17.2, 21.8 teorema 2.1
suma de Riemann-Stieltjes 17.4 teorema ALA 11.10
suma de un múltiplo de un renglón a otro teorema chino del residuo 4.7
12.9 teorema chino del resto 4.7
suma directa de espacios vectoriales 13.5, 21.6 teorema de adición de ángulos 11.8, 15.6
suma inferior de Riemann 17.2 teorema de aproximación de Weierstrass
suma inferior de Riemann-Stieltjes 17.4 19.5, 19.10
suma infinita 8.6 teorema de Banach-Steinhaus 21.3
suma módulo n 4.7 teorema de Beppo Levi 22.4
suma parcial 8.6 teorema de Bernstein 19.5
suma superior de Riemann 17.2 teorema de Bolzano-Weierstrass 15.27,
suma superior de Riemann-Stieltjes 17.4 19.3
suma vectorial 13.5 teorema de cambio de variable 17.4
sumable (sucesión) 21.3 teorema de cambio de variables 18.5
sumable (sucesión absolutamente) 21.3 teorema de Cantor-Bernstein-Schröder
superiormente (función semicontinua) 21.5 20.3
supervolumen de dimensión n 15.28 teorema de Casaroti-Weierstrass 19.8
1096 Apéndice D. Índice alfabético

teorema de categoría de Baire 14.2 18.2


teorema de Cauchy-Goursat 19.7 teorema de los residuos 19.8
teorema de Cayley 13.3 teorema de Morera 19.7
teorema de de Moivre 19.1 teorema de Pitágoras 11.15, 15.6, 21.6
teorema de descomposición de Hanh 22.2 teorema de Radon-Nikodým 22.4
teorema de descomposición de Jordan 22.2 teorema de restricción de Carathéodory 22.6
teorema de descomposición de Lebesgue 22.2 teorema de Riesz-Fischer 21.6, 22.8
teorema de Egórov 22.3 teorema de Rolle 10.13
teorema de Euler 13.2 teorema de Rouché 19.8
teorema de existencia y unicidad de las teorema de semejanza AAA 11.15
soluciones 23.3 teorema de semejanza LAL 11.15
teorema de extensión de Carathéodory 22.6 teorema de semejanza LLL 11.15
teorema de extensión de funciones inyectivas teorema de Taylor 17.5, 21.8
20.4 teorema de Tonelli 22.7
teorema de extensión de Tietze 14.3 teorema de Zermelo 20.4
teorema de factorización única 4.7 teorema de Zorn 20.4
teorema de Fubini 22.7 teorema del ángulo externo 11.12
teorema de funciones seccionadas 2.6 teorema del área de un trapecio 11.16
teorema de Green 18.4 teorema del binomio 5.10, 19.1
teorema de Hadamard 19.3 teorema del factor 6.7, 19.5
teorema de Hahan-Banach 21.4 teorema del grafo de servicios 16.8
teorema de Heine-Borel 15.27 teorema del incremento finito 10.13
teorema de la bisagra 11.12 teorema del ínfimo 7.1
teorema de la bisectriz 11.10 teorema del levantamiento de caminos 16.4
teorema de la convergencia dominada 22.4 teorema del par lineal 11.8
teorema de la convergencia monótona 22.4 teorema del paralelogramo 11.14
teorema de la curva de Jordan 16.6 teorema del punto fijo de Brouwer en B2
teorema de la distancia mínima (primer) 16.5
11.12 teorema del punto medio 11.2
teorema de la función implícita 18.2 teorema del residuo 6.7, 19.5
teorema de la función inversa 18.2 teorema del sándwich 10.4
teorema de la gráfica cerrada 21.3 teorema del suplemento 11.8, 15.6
teorema de la hipotenusa y el cateto 11.12 teorema del triángulo isósceles 11.10, 15.6
teorema de la mediatriz 11.11, 15.6 teorema del valor intermedio 10.5
teorema de la partición de la unidad 18.5 teorema del valor máximo 10.5
teorema de la transformación abierta 21.3 teorema del valor máximo para funciones
teorema de Lagrange 13.2 armónicas 19.10
teorema de las áreas de triángulos teorema del valor medio de Cauchy 10.14
semejantes 11.16 teorema del valor medio de Lagrange 10.13
teorema de las raíces racionales 6.7 teorema del valor medio para derivadas 10.13
teorema de llaneza 11.3 teorema del valor mínimo 10.5
teorema de localización de puntos 11.2 teorema del valor mínimo para funciones
teorema de los ángulos opuestos por el vértice armónicas 19.10
11.8, 15.6 teorema fundamental de la aritmética 4.7
teorema de los multiplicadores de Lagrange teorema fundamental de la
Apéndice D. Índice alfabético 1097

proporcionalidad 11.15 trapecio 11.14, 15.7


teorema fundamental del álgebra 19.5 trapecio (teorema del área de un) 11.16
teorema fundamental del cálculo para trapezoide 11.14, 15.7
espacios normados 21.8 traslación 15.5
teorema fundamental del cálculo (primer) traslación a la derecha 10.1
17.2 traslación a la izquierda 10.1
teorema fundamental del cálculo (segundo) traslación hacia abajo 10.1
17.2 traslación hacia arriba 10.1
teorema LAA 11.12 traslaparse 15.28
teorema LLL 11.10 traspuesta de una matriz 12.5
tercer cuadrante 11.18, 10.1 trayectoria 15.3
tercera coordenada 11.18 trayectoria cerrada simple 15.3
término 4.7, 8.1, 8.6 trayectoria contractible 16.1
término de grado n 5.5 trayectoria de Jordan 16.6
terna 3.2 trayectoria dirigida 16.6
theta (espacio) 16.8 trayectoria plana 15.3
Tietze (teorema de extensión de) 14.3 trayectoria poligonal 16.1
tipo ordinal 20.3 trayectoria rectificable 15.3
Tonelli (teorema de) 22.7 trayectoria simple 15.3
topología 14.3 trayectoria simple con extremos 15.3
topología caja 14.4 trayectorias homotópicas como trayectorias
topología débil 21.5 cerradas 16.1
topología débil‹ 21.5 trayectorias homotópicas con extremos fijos
topología generada por una colección 14.3 16.1
topología inducida por un producto interno triángulo 11.5, 15.2
21.6 triángulo (desigualdad del) 11.12, 15.2, 14.1
topología inducida por una métrica 14.3 triángulo de Pascal 5.10
topología inducida por una norma 21.3 triángulo equilátero 11.10, 15.6
topología producto 14.4 triángulo equilátero (corolario del) 11.10
topología relativa a un conjunto 14.3 triángulo escaleno 11.10, 15.6
topológico (espacio) 14.3 triángulo isósceles 11.10, 15.6
topológico (espacio vectorial) 21.5 triángulo isósceles (recíproco del teorema
topológico (subespacio) 14.3 del) 11.10
total (derivada) 18.2 triángulo isósceles (teorema del) 11.10, 15.6
total (variación) 17.3 triángulo rectángulo 11.11, 15.6
transformación 2.3 triángulos congruentes 11.9
transformación abierto (teorema de la) 21.3 triángulos semejantes 11.15
transformación lineal 13.6 tricotomía 3.4
transformación lineal acotada 21.3 trigonométrica (serie) 19.10
transformación lineal asociada a una matriz trigonométricas (funciones) 15.8
13.6 trigonométrico (polinomio) 19.10
transitiva (relación) 3.3 trilineal (forma) 21.7
transposición 12.6 trilineal (función) 21.7
transpuesta de un renglón 12.5 truncado (cilindro) 15.7
transpuesta de una matriz 12.5 truncado (cono) 15.7
1098 Apéndice D. Índice alfabético

U variación acotada (camino de) 17.3, 19.7


variación negativa de una función 17.3
último elemento 20.3 variación negativa de una medida
unicidad de las paralelas 15.2 signada 22.2
unicidad del algoritmo de la división 4.7 variación positiva de una función 17.3
único 2.4 variación positiva de una medida signada 22.2
unidad imaginaria 19.1 variación total de una función 17.3, 19.7
uniforme (convergencia) 14.2, 19.8 variación total de una medida signada 22.2
uniforme (métrica) 14.4 vecindad 14.1, 14.3
uniformemente continua (función) 10.5, 14.2 vector 13.5
uniformemente convergente (sucesión de vector característico 21.2
funciones) 14.2 vector cero 13.5
unión 2.4, 2.7 vector de coordenadas 13.5
unitario (punto) 15.4 vector propio 21.2
universo (conjunto) 2.4 vectorial (campo) 18.1
universo del discurso 2.4 vectorial (producto) 15.29
uno 3.1, 13.4 vectorial (subespacio) 13.5
Urysohn (lema de) 14.3 velocidad 10.9
velocidad instantánea 10.9
velocidad media 10.9
V Venn (diagrama de) 3.11
verdadero 1.2
valor 2.3 vertical (rayo) 11.18, 15.10
valor absoluto 4.6 vertical (recta) 10.1, 11.18
valor característico 21.2 vertical (segmento) 11.18, 15.10
valor crítico 10.13 vértice de un ángulo 11.5, 15.2, 21.5
valor de verdad 1.2 vértice de un cono 15.7
valor intermedio (teorema del) 10.5 vértice de un grafo lineal 16.8
valor máximo (teorema del) 10.5 vértice de un grafo no dirigido 3.11
valor medio (propiedad del) 19.10 vértice de un polígono 15.7
valor medio de Cauchy (teorema del) 10.14 vértice de un triángulo 11.5, 15.2
valor medio de Lagrange (teorema del) 10.13 vértice de una elipse 15.13
valor medio para derivadas (teorema del) vértice de una hipérbola 15.14
10.13 vértice de una parábola 15.12
valor medio para funciones holomorfas vértice de una parábola vertical 10.1
(propiedad del) 19.7 vértice de una pirámide 11.19
valor mínimo (teorema del) 10.5 vértice de una poligonal 11.7
valor propio 21.2 vértice de una región poligonal 16.6
variable 2.4 volumen 11.19, 15.28
variable libre 2.4 volumen de dimensión n 15.28
variables separables (ecuación diferencial de) volumen exterior de dimensión n 15.28
23.2 volumen interior de dimensión n 15.28
variables separadas (ecuación diferencial de) vuelta alrededor de un punto 18.1
23.2
variación acotada (función de) 17.3, 19.7 W
Apéndice D. Índice alfabético 1099

Weierstrass (teorema de aproximación de) Z


19.5, 19.10
wronskiana (matriz) 23.3 Zermelo (teorema de) 20.4
wronskiana alterada (matriz) 23.5 Zermelo-Fraenkel (axiomas de) 20.1
wronskiano 23.3 Zorn (lema de) 20.4
wronskiano alterado 23.5 Zorn (teorema de) 20.4

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